Actions

Work Header

Rating:
Archive Warnings:
Categories:
Fandom:
Relationships:
Characters:
Additional Tags:
Language:
Español
Series:
Part 2 of Flores de carne y papel
Stats:
Published:
2024-06-06
Completed:
2025-07-21
Words:
1,178,342
Chapters:
131/131
Comments:
507
Kudos:
241
Bookmarks:
11
Hits:
14,161

Entre flores inmortales

Summary:

En 1974 un doctor loco descubre en los laboratorios de PlayTime como utilizar trozos de un ser inmortal para cambiar a los seres humanos a monstruos.

Pronto él mismo es llevado a ser una de sus propias ratas.

El segundo jugador es su aliado.

En diez años las flores más ingenuas son incluidas al juego de la fábrica.

El primer jugador es su alma gemela.

Quince años siguen al primer experimento para que las flores sean sembradas nuevamente.

Catnap es recolectado dos veces antes de ser ordenado el jarrón con las primeras siete flores del nuevo jarrón de PlayTime.

El tercer jugador es su hermano.

Los juguetes son esclavos antes que humanos.

Atrapando a dos niños en la historia del príncipe de nada guiado por su amado Dios y el bufón doble cara actuando conforme los planes del diablo bastardo.

Iniciando el camino al final de todo.

 

CatNap y DogDay son el par de flores que curan la enfermedad con su toxina.

Con demasiado amor que dar.

Con mucho odio que contener.

 

Hasta corroer y abrir las puertas con sus raíces.

 

/>

☀️X🌙
+
☀️x🌙

🐕🐈🐇🐥🐘🐖🦄🐻
🖐️X💙
📺X🤚

Notes:

Me encanta el nombre de cada uno de los personajes. Se los diría pero eso arruinaría la sorpresa.

Chapter 1

Summary:

Iniciamos una historia para conocer a los niños.
A las flores.

Y los monstruos.

Es básicamente una novela.

Notes:

Hola. Espero que te sientas bienvenida/o, aquí será un lugar tranquilo.

 

Ahora un dato que servirá a algunos lectores más directos.

¿Quieres ir a donde inicia la trama de preparación la Hora de La alegría? Capitulo 45 en adelante.

No significa que los capítulos salteados sean inútiles, es un salto qué les llevará directo a la acción sin juego previo ni preservativo.

 

¿QUIERES VER EL FINAL DESARROLLANDOSE? Capitulo 71 hasta el fin.

Mucha información y un ataque al corazón en cada capítulo.

 

Si, pensé en incluir en notas para quienes no pueden tomarse el tiempo para leer tanto tiempo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Si le preguntaban por el color de los ojos de su madre, no sabría que responder, si eran negros o azules, pero podía recordar el color de sus sombras pintadas de rosa pesado o pálidos como el durazno, eran delgados y de ellos siempre vio una. . herida en alguna parte de ellos, atestiguando una sonrisa divertida con una ola gris que escapaba de su boca llena de dulzura. Era un ángel de colores oscuros qué sabía como dar un beso en la frente. Era su último recuerdo antes de que la luz blanca de una lámpara sobre sus ojos lo hiciera decir su nombre por última vez.

-Oye, niño ¿Puedes escucharme?- interroga una doctora, tras iluminar sus ojos con esa luz. -Niño ¿Me puedes decir tu nombre?- le pregunta ya menos tranquila ante su última respuesta.

El niño presionó los labios en una línea al sobarse los ojos con fuerza, chasqueando la boca cuando refrescaba su mirada aun llena de chispas de luz.

-Me llamo Theodore Grambell… si, así me llamo. – intenta sonreír como recuerda era esa sonrisa tan bonita.

La respuesta es una boca torcida y un bufido de la doctora que toma su tabla de notas mirándole con reproche he insatisfacción.

-Pudiste ser una cosa grande, niño. – murmura tras marcar su nombre de azul y coloca la gran equis sobre los cuadros a rellenar. Seguidamente ignoro el cuatro entre los sellos preparados para marcar un gran 3 con tinta roja.

Theodore observa cada movimiento con gran curiosidad, incluso cuando la doctora le miró a los ojos bajando tan solo un poco sus gafas de pasta negra.

-Bienvenido a tu nuevo hogar de paso, Sr. Grambell. -

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El juego de las esponjas le gustó mucho. Es donde podía correr, gatear y saltar sin que lo detuvieran. Era mucho más libre en estos túneles ignorados por los adultos y fuera del alcance de los cuidadores, llevando sobre los hombros una manta cálida, puede sentirse mejor y fingir qué no lo esperaba ese hombre fuera de los juegos. La diversión rompe su encanto abstracto cuando sus pies se traban uno con otro al caer del juego al suelo, rebotando en el colchón cómo lo hicieron un par de niños más a unos pasos.

Gira boca arriba sin soltar la cobija de sus brazos. Al haber mirado arriba notó los ojos de una niña de cabello revuelto y rubio, mirándolo como si fuera un bicho feo.

-Sería mejor que dejes eso en tu cama.- le apunta y claro que procedió a intentar arrebatar se la de las manos.-Te lastimaras si llevas eso contigo , mocoso.-

-No. – de inmediata rueda y corre. Podría ser más valiente y afrontarla, claro que no, huyo con la cobija en sus brazos, empujando a más de uno de los niños que se le atravesaban. La carrera no lo lleva lejos por los túneles de colchón y las manos grandes que lo atrapan por una de las rendijas superiores.

-Te dijimos qué “No más cobijita” dame eso, Theo. – lo regaña y no tarda en forzar con él.

Un niño debería poder hacer un berrinche pero lo que puede mostrar como negativa es el simple acto de volverse una bola temblorosa y mantener su tesoro bien oculto en el interior pues en el juego de mantenerla sobre sus hombros perdería por la innegable fuerza superior del cuidador.

Tal vez el forcejeo se volvió demasiado ruidoso incluso para ser hecho por un niño raro como él, haciendo que una trabajadora tirará del cuidador que sostenía a Theo.

-Ya es hora del almuerzo , déjalo ir por hoy.-mira al niño.-Ya vámonos.-le insiste sin parecer interesada en su batalla.

-Bueno…- suspira tirando una vez más de la cobija , creyendo que la distracción del niño le seria de ventaja pero claro , y otra vez claro que no fue así , el niño seguía aferrado a su berrinche como lo haría un cocodrilo.-Mañana esta cosa la deja en tu cama o la voy a quemar , ¡¿Entiendes?!-

Incluso si no tenia ni contemplado el obedecer, aun asiente y sonríe.

Parece que no es lo que quería ese cuidador, dejándolo ir con un aspecto frustrado. Bien lo notó, ese desagrado era obvio, corrió de inmediato a cualquier lugar menos este. Dejando atrás a los adultos ya la Playhouse.

El jardín afuera resplandece de verde y luz activa lo sacude al haber salido de la oscuridad.

Algunos niños estaban de camino a clases de la mano con esa …“Maestra”

-Vamos niños, ¿Alguno puede decirle a nuestro amigo Huggy Wuggy cuántas letras tiene su nombre?- les pidieron aquella voz dulce para referirse a ese gran gigante azul que mueve su cuerpo de lado a otro en un ritmo lento. A veces parecía estar siguiendo las melodías lejanas de la fábrica.

-¡Tienes tres!-

-No , maestra póngale cero , son doce.- pelea un niño sacudiendo la falda de la maestra.

-Son diez.- interrumpe Theo al tener la respuesta en su boca.

La maestra al fin gira y esa sonrisa enorme que llevaba plantada en su cara de plástico crece.

-¡¡Es correcto, gracias por decirnos a todos, eres un niño muy listo!!- celebra y sacude sus manos emocionada.-Seguro que Huggy Wuggy aprecia tu respuesta, ¿Verdad, Huggy?-

Theo tuvo su respuesta con la forma de un abrazo por parte de esta criatura azul. Era suavecito y caliente como una persona, y es entonces cuando el abrazo lo recibió con una bienvenida.

La maestra de plástico observa el abrazo y lleva a la niña más cercana a sus brazos para llenar el vacío que parecía sentir, al menos la niña recibió el cambio de altura con una sonrisa.

-¿Por qué no nos acompañas? Íbamos de camino a la clase de mi hermana, a ella le encanta la pintura.-

No le gustaba la escuela pero escuchar la pintura le hizo seguirlos con tal de encontrarse con su maestra preferida.

Aquella maestra recorre el salón con una caja de colores en sus manos, apuntando al techo con algún discurso improvisado.

-El color de tus ojos puede ser diferente con la luz, a eso llamamos ¡Teoría del color! No intento explicarla, solo úsenla a su favor en sus dibujos.-mira por encima de la cabeza de un niño.-Los pollitos tienen muchas plumas muy finas, intenta darle más color con el otro amarillo y se vera muy real.-

-Maestra ¿Usted ha visto a un pollito de verdad?-

La maestra se gira sonriendo, sabe que no es su cara normal por las esquinas de sus ojos achinadas.

-Nunca, así que tu pollito será el primero que conozca.-

Los niños parecen estar más animados por la maestra. Notándose demasiado cuando ocurre una abrupta interrupción, causada por una niña que había entrado corriendo frente a todos y sin mirarlos se llevó un montón de tizas de la pizarra entre sus brazos.

-No deberías robar. – le dice un niño pequeño.

La niña les sonríe y muestra la lengua antes de correr afuera, dejando que vean la cola de colores que se había amarrado en el pantalón.

Incluso Theo no esperaba ver tal cosa.

Nadie aquí pasaba de los cinco años o de un metro de altura, dejando qué sus hombros y cabeza resaltara como guisantes en puré, una combinación extraña pero común de comer desde hace mucho tiempo.

-No te preocupes si no puedes hacer su picó, tus dedos aún no se forman, tranquila. –

El ave en su hoja deja de llamar su atención por el murmullo quejoso de una niña, rasguñando sus colores sobre la hoja.

-No me gusta… no me gusta como se ve , no… - se queja nerviosa.

-Pe… pero ya te dije que es normal que no puedas hacerlo… ¿Porqué no me escuchas?- mira a la hoja que se rompe en manos de la niña. – No me gusta que hagas tanto ruido…- suelta un extraño gritito, riendo entre dientes de forma ansiosa. - ¿Por qué no haces otra cosa?- pregunta temblando en su lugar.

-Porqué no quiero.- se queja la niña en un sollozo. – Quiero hacer un pollito, no otra cosa…-

La maestra parece sentirse sobrepasada solo con el quejido de la niña, cayéndose de sus manos la caja de colores, distraída por el predicamento sorpresa se agacha a recoger sus colores.

Theo se asoma inclinando el cuerpo a un costado, viendo a la maestra no juntar los lápices sino sobarlos contra el suelo como si fueran las piedras en la arena, rompiendo alguno bajo sus palmas. Esa sonrisa tan enorme parece ser cada vez más una mueca dolorosa. Un impulso aparte lo hace levantarse he ir a un lado de la niña.

-¿Quisiera que le ayudaran , maestra?- le pregunta levantando con un brazo al niño más cercano , este capta y deja de solo mirar para levantar los colores y la caja apurado.-Dejas que te ayude , ¿Quieres que sea amarillo o azul ?- le pregunta a la niña tomando su mano por el dorso.

-¿Hay pollitos azules?- pregunta la niña mirándole de lado.

-Si tu quieres los habrán , ¿No?- responde sonriendo.- Yo hice el mío negro.-

-¿Y porque negro?-

-Porque me gusta mucho.-

La maestra se queda de pie en el centro de la habitación, llevando esa caja en sus manos y esa sonrisa brillante se siente pesada al ojo.

La clase de arte no es demasiado larga pero al salir muchos de los niños parecen cansados, chocando entre si en la fila que la maestra guía a la siguiente habitación, la sala de sueño con las camas contadas y una Miss Deligt los recibe en la puerta . Esta es mucho más animosa, aplaudiendo aunque despierte a los niños.

-Hola mis niños, vamos a descansar ¿Quién ganará la cama con la cobija más cálida?- los anima tomando la mano del niño más cercano para llevarlo adentro junto con la fila.

Theo se queda en la espalda de la maestra, mirando como los llevan a dormir como si fuera el inicio de un divertido deporte.

Su maestra decide retirarse tras mover la mano en despedida, dejándolo avanzar para cubrirlo de las cámaras.

-¡Hermana , aun falta el pequeño!- la llamo la misma Miss Deligt.

-Él es mayor, tomará su siesta con los otros niños de su edad.-

-Debe tomar su siesta, incluso trae su cobija.-

-…pero esta conmigo.- insiste la maestra moviendo las manos en su cintura.

Theo suspiro.

La expresión de ambas no cambia, no puede, pero esa forma lenta de respirar parece perder el ritmo. La complicación de un protocolo común parece dejar en un problema a la Miss Delight, mirando a los lados en lo que parece un acto ansioso.

-Creo que el director podrá decirnos a donde debe ir el niño.- le dice a su maestra.

-No, estamos bien.- interrumpe Theo, alejándose rápido.

La maestra lo sigue, mirando a su hermana con la misma mortificación.

 

 

 

 

 

 

 

 -¿Son divertidos los nuevos juegos?-

-Son iguales, solo trajeron un flotador de pato.- murmura aplastando los restos de lápiz sobre la hoja, logrando un fondo parecido al cielo gris que recordaba.

-Debí hacer que dibujaran patos.-

-¿Ya no te duele la boca?-

-Ya no la siento, creo que me acostumbre.-

 No había mucho de que hablar con su maestra pero si había forma de estar alejado de los adultos cuando se quedaba en el salón de arte, pintando lo que sea mientras la maestra hacia alguna figuritas de arcilla colorida en una esquina.

Estaba divirtiéndose a su manera con los lápices, formando a ese perro que le gustaba imaginar…o recordar.

-Me gusta mucho.-

Mira a la maestra que lo observa con esos ojos vivos, inclinando enorme el rostro a un lado.

-Gracias.- sonríe por reflejo.-Tu cabello es bonito.- vuelve a su hoja. Aquel perro de color negro y café apenas se parece a sus recuerdos, solo le hacia falta una cadena y un collar de picos.

Su mesa se inclina bajo el peso extra, haciendo sujetar sus colores con los brazos extendidos.

-Era mejor antes… era negro…como te gusta.- le dice de frente la maestra, y esos ojos azules se fijan en su rostro pálido.

Siente un extraño escalofrío bajando por sus hombros cuando la maestra recarga esa frente en su rostro.

-Te quiero, bebé.- murmura ella extendiendo sus manos hacia su cuerpo, abriendo la boca muy lentamente. Llevando a la maestra rubia a sentirse fácilmente extasiada, tirando de la camisa del niño, alegre por la piel rosa que se descubre por el hombro que a desvestido de forma superficial con su hazaña. Por primera vez sus sentimientos se alinean con su rostro, produciendo un hilo de saliva igual a las lágrimas que deseaba ser capaz de expulsar hace tanto.

El niño en su poder no parece capaz de hablar, aunque sea muy bajito lo intenta.

-¿Qué está pasando? …- pregunta sin lograr moverse , sorprendido por las sensaciones que hacen erizarse su vello. Preguntándose si ese sentimiento era miedo o emoción, era extraña y no lo dejaba moverse.

Algo estaba pasando y no lo comprendía.

Lo que sea que fuera a ocurrir no lo hizo, sacudidos por un sonido sorpresivo por parte de los muros.

La maestra se aparta, mirando al techo con los ojos bien abiertos, y se revisa curiosamente alrededor.

-¿Qué fue eso?- murmura nerviosa, recordando al niño pero al mirar en su dirección solo encuentra el cuervo en la hoja de papel y la puerta abierta que aún se mueve.

 

 

 

 

 

 

El sol aún brilla, o eso se supone que signifiquen los focos encendidos. Su camisa ya se quedó estirada, cayendo por un lado de sus hombros.

-¡Theo, vuelve a tu grupo!-

No se detuvo a mirar ni siquiera cual de los cuidadores lo había llamado, viéndose correr con toda la intención de entrar a la Play House fuera del alcance de adultos torpes que no pueden usar los túneles sin chocar sus caras con el relleno.

O eso debería poder hacer.

Es un niño lo que lo alcanza.

Ese primer encuentro fue insignificante, tan solo una fracción de segundo para ver unas pecas dispersas bajo los grandes ojos parecidos a pedazos de un cuadro de nueces, tan cafés que parecían rallar el más puro oro.

El sentimiento al reconocerse atrapado por esa mirada triunfante lo hace detenerse y solo puede empujarlo para quitarlo de enfrente. Ese sonríe más que antes al tomar su mano y unir sus dedos en un nudo qué lo hace niño temblar con cada nervio del cuerpo sacudido por lo frías que tenia las manos ese niño.

-¿Te gustaría bailar? – Se atreve a interrogar a ese niño desconocido. Escucha esa voz infantil y su cabeza se llena de tantas voces que le reclaman una reacción. Bueno. Rodó de la mano con este niño que lo sacude y hace girar a su ritmo, igual que un vals descoordinado.

Logra soltarse solo porque no dudo en patearlo y correr una vez lo hizo caer al suelo.

Fuera de escena el cuidador del bloque 2 observaba la afrenta de ambos niños.

-¿Por qué mandas a otro niño?- le pregunta el cuidador de Theo a algún otro empleado.

-Confió en que lo traerá.- se jacta la niñera del bloque 4 al apuntarse al rostro con el pulgar. – Es cosa de gente que si hace su trabajo. -

-Pamplinas , ¡Missi , agarra al niño alto!- le grita a la criatura rosa en la puerta de dulce hogar.

No escucha más al lograr esquivar a Kissy y sus manos de algodón que apenas parecen con intención de tomarlo y lo deja ir con una sonrisa.

Entonces ese mocoso que viene tras él parece agarrar fuerzas para gritar.

-¡Hola, Kissy! – aprovecha ese niño para dar un salto y chocar sus manos sin dejar de seguirlo. La gigante rosa apenas se endereza para despedirse de los dos.

-Niño , ¡Te están llamando!- le grita apunto de agarrarlo.

Sobrecogido por las emociones y la vergüenza de haber dejado juguetear hace un segundo, estalla Theo girándose y propinándole un puñetazo directo al rostro, volviendo a su carrera al dejarlo en el suelo y sangrando para el horror de los cuidadores cercanos.

 -¡Hasta aquí, mocoso mimado, ven ahora o tendrá consecuencias tu grosería!-

En ninguna forma pensó en dar vuelta, incluso pensó que estaba siendo injusto todo esto. Solo quería estar solo, no con esta gente ni con tantos niños, ruido o gritos. Detestaba los gritos.

Entro al juego sin mirar atrás, nada de nada paso por su mente mientras gateaba por los túneles hasta una intersección que sabia era casi imposible que un adulto entrara, rodeándose con la cobija hasta la cabeza para dejarse caer de costado en el mullido espacio que lo Me sentiría seguro.

El calor en su ovillo de cobijas era cómodo. Solo quedarse ahí y cerrar los ojos con las manos cubriendo sus oídos con fuerza.

 

 

-¿Te gusta este lugar? A mi también pero, ¿Sabes qué? No te había visto antes, ¿De que bloque eres?-

Su cuerpo se aprieta contra la pared, murmurando alguna queja de parte de sus muy lacerados nervios. En su ovillo ignora a ese niño que se acerca por la esponja. Incluso cuando esa voz se escucha justo sobre su oído. 

-Te amo.-

Sin entrar pánico su cabeza se asoma para mirar ese niño con sospecha de retraso mental o alguna enfermedad grave respecto a su sentido común poco desarrollado.

La sonrisa que recibe es… brillante.

-Te hice salir.- se ríe recargándose al otro lado del túnel.-Te hice salir de tu cueva , Theodore.- se jacta de verle fuera de su escindite con esa descarada sonrisa.

-Cállate. -mira al suelo pues lo aturde tanta luz. – Te hice sangrar, así que gano yo. – encoge las piernas aún más al notar que este niño estuvo apunto de tocar sus pies.

La mirada de este sube a su rostro y esa sonrisa no se va.

-Si te parece que eso es ganar, esta bien para mí. – lleva sus manos a su cabeza, imitando su posición bajo la sabana. - ¿Porqué tu cobija?- le interroga.

- ¿Qué te importa?- responde gruñendo bajo su famosa cobija.

El castaño se acerca mostrando un peluche en su mano, no parecía ser de los mismos que había en la casa, era viejo y parecía sucio, un engendro parecido a un duende de greñas erizas de color morado.

-Mi mamá me lo dio, lo oculto aquí. – mostró como en su cabello enredado ese juguete horrendo se ocultaba fácilmente con enredar lo en su nuca. -Creí que esa cosa era importante, pero veo que es de las mismas de dulce hogar ¿Por qué lo llevas entonces?-

-…huele bien. – susurra bajando la mirada.

-¿Enserio? ¿A que huele?- pregunta acercándose.

El no parece tan malo y esa sangre en su rostro lo hace sentirse culpable, viéndose acorralado por sus dudas le termina permitiendo que se acerque a oler una esquina de la cobija. 

-¿Huh… ¡¡Puahj!!- se giro después de dar una sola olisqueada y perder color con cara de asco, tosiendo hasta sacudirse y doblar la espalda. – Que rico huele… - le dice a fuerzas con un pulgar arriba y una sonrisa temblorosa que parece llevar consigo mucho sufrimiento. – Exquisito hermano. – termina regresando a su lugar con tal aspecto que pareciera haber ganado unos años de vida y perdido gran parte de su peso corporal.

-Eres un mentiroso. – gruñe volviendo a hacerse una bola con solo los ojos asomados por una rendija.

-No es cierto, no soy un mal mentiroso. – reclama en voz baja por la sacudida anterior. -¿Porqué te gusta ese olor?-

-Es como el de mi mamá.- mira al final del túnel ya un niño rubio que los mira asustado antes de retroceder al ver su ceño fruncido.

-Que bueno… lo de exquisito lo digo con respeto.– aclaración desviando la mirada.

-¿Te puedes burlar ahora?- le acusa desconfiado.

El niño se ve indiferente, reacio a poner algo de atención al afilado chico de ojos azules.

-Yo extraño mucho a mi mamá… quiero volver con ella. – dice esto acercándose al mayor, sin sentir las alertas que le deben avisar de la atención en el mayor.-Quiero ir a casa.- le comparte llevando los brazos alrededor de los hombros de Theo, dejando su mentón sobre el cabello revuelto.- Solo necesitas descansar, se que podrás volver a jugar después.- abandona la posición para mirarlo de frente y se da el lujo de sonreír con una risita divertida al ver esa expresión arisca y mofletes inflados por la rabia infantil que comparten. Aventurándose a un cariño que recuerda era buena para curar la tristeza y enojo: Mordió el cachete carmín con sus labios presionando la piel con felicidad en su mirada.

Para el mayor es la calidez del contacto la que lo hace sonrojar de golpe, guardando en sus puños fuertemente apretados aquellas sensaciones tan confusas. Una corriente eléctrica en sus palmas, subiendo por sus brazos hasta llegar a su estomago, era un enredo el que se enciende como la pólvora y hace colorear su cara, cuello y orejas. En vez de huir o apartarlo se a quedado impávido, observando al niño hasta que lo deja ir, dejando su mejilla roja y un hilo de saliva entre sus rostros.

-Eres un perro. - suspira sin aliento Theodore, sacudido y perdido en el vuelco qué hizo que todo su cuerpo y mente fueran reseteados al ser sorprendido. 

El niño lo limpia con su manga, tornando se sus ojos de un color más oscuro ante sus pensamientos de un solo lapso. 

-Ya no estas enojado.- exclama victorioso al ver ese rostro hecho una buena muestra de cerezas.-Estas rojo como una fruta, ¿Puedo comerte? - 

La respuesta es muy lenta, tardó tanto como ese corazón infantil en acomodarse de nuevo y volver al tema principal en huida de las sensaciones atrapadas por primera vez en su corazón.

-¿La extrañas?- pregunta bajando el rostro, notando que las luces se han apagado, estaba oscuro y sabia que algo estaba mal con el niño que ahora se a quedado a su lado con una linterna que saco de su bolsillo mucho más rápido de lo que pudo verlo.-Te da miedo la oscuridad.- susurra reconociendo esa ambigüedad que no comprendía de algunos niños.

-Mucho…- responde el niño ocultando el brillo de la linterna en su mano , temiendo que la luz delatara su escondite con los cuidadores.-Siempre …desde que llegue aquí... quiero volver con mi mamá.- admite observando al túnel. -Sé como salir de aquí , es por eso que hago lo que me dijo para hacerlo.- parece convencido de ello.

Theo de inmediato se alerta, volteando de golpe para arrinconarlo con su peso.

-¡Él! ¿A ti que te dijo?- le cuestiona mostrando su ira con un bufido.

El niño parece sorprendido pero decide muy pronto responder a su mal humor con una sonrisa aún más extraña, siempre parecía estar esperando su respuesta o solo le parecía tonta su pregunta. 

-Debo ser obediente y hacer que me adopten, solo así podrás salir de aquí para verla de nuevo.- suspira como si fuera una carrera la que le esperaba.- ¿Qué te dijo a ti?- le pregunta tomando sus mejillas con ambas manos .

Theo observa, analiza lo que escuchó y vuelve a su lugar con la cobija sobre sus hombros.

Habia creído que su padre hablaba con este niño, sintiéndose de golpe abandonado, y asustado por ser reemplazado, y casi delata el secreto de los dos. Era el modo de este niño el mismo al que había renunciado después de que uno de esos visitantes lo mirara de esa forma desagradable. Habia sido una sonrisa suya la que alejo al visitante, viéndose solo tan pronto como esa pareja abandonaba la habitación a la que lo llevaron para hablar los tres. Un recuerdo confuso y doloroso que lo hace gruñir frustrado al ser difícil el entender el error en sus acciones ni en como se acerco ese día. De pronto todo a su alrededor era más difícil y apenas podía saber si era su culpa o solo era algo que no comprendía.

Debe dar una mirada al niño ya la galleta de avena que saco de su bolsillo en servilleta, notando esa sonrisa tan bonita de dientes chuecos y colmillos torcidos, piel caliente como si pasara horas bajo el sol y esos grandes ojos oscuros. Era como un ave. Entonces era cierto que las personas son como animales y este mocoso era uno de los bonitos, incluso queriéndolo alimentar con la mitad de la galleta que casi es solo migaja en su mano.

Esperaba que lo siguiente fuera igual pero al tener la razón, también se equivoco. 

-Toma, te doy la mitad.- le ofrece con esa sonrisa que parece no perder.

La sorpresa por recibir la mitad grande y completa lo hace temblar. Y aunque su mano se estira y la galleta rota cae en su palma, un estremecimiento corrompe sus muros, llevándola a sus labios el dulce bajo la mirada del niño.

¿Hace cuanto no era procurado por alguien? 

Él siempre estaba ahí pero no haría esto. 

No puede. 

Tampoco él debería pensar en eso, no, no debería pensar de esta forma. 

Seguramente a este tonto los adultos lo querían mucho, solo por eso le daría algo bueno a él sin ser amigos. 

Entonces ese niño continúa. 

-No creo que nos adopten…o tal vez a ti si.- farfulla una vez trago las migajas.

No ve al niño comer y sospecha que las migajas en su pantalón es lo que debía ser la otra mitad y su suposición es real ahora. El calor en su frentebaha a sus mejillas y sabe que debería alejarse. 

-Eres alto y fuerte, seguro que en unos días te vas a casa.- le recuerda tocado su nariz magullada, la sangre al fin se seca pero la presión hace que vuelva a caer.-Hay personas que solo quieren a un miembro de las grandes ligas entre su familia. - 

Theodore mueve las manos para negar tanto como para cubrirse medio rostro. 

Sin notarlo la mirada del niño castaño se a fijado en los cortes de su hombro descubierto. Eso es suficiente para que esa sonrisa decaiga y sus cejas bajen un poco. 

-No ha sido así en meses.- él siguió con su queja, dejando salir esa mala sensación de su interior.-No le agradó a la gente.-

Esa declaración tan abatida o enojada hizo al niño tomar una actitud menos infantil, resintiendo su rostro ese cambio. Ahora mismo dejo de ser tanto un niño igual a su nuevo amigo amante de las sábanas, sino recuperando su actitud habitual. 

-¿Se pueden llamar gente? A mi me gustas, creo que deben arreglarse los ojos porque te vez como un hombre muy agradable, Pedro.-

-Me llamo Theodore.- lo corrige frunciendo el ceño. Al menos hasta sentir como el niño le soba sin cuidado su entrecejo. 

-Lo siento, es que si te amargas te pareces al abuelo de las maquinas.- presiono suave para hacer saltar esa arruga. 

-¡No es cierto!- exclama empujándolo con el pie descalzo.

El niño cae y ríe atrapando su pierna con los brazos. Debe luchar para librarse del agarre del niño, aferrándose a la pared para patearlo pero solo logra caer de espaldas por el tirón. Pronto el esfuerzo es suficiente para hacerlo reír frustrado por el cansancio.

El niño aprovecha la posición para subir sobre su cuerpo, atrapando sus manos por encima de su cabeza, aunque sigue riendo al igual que el más alto. 

-¿Te sientes bien allí? – pregunta sin pelear por control, era fácil quitarlo de encima y puede pensar así por ahora.

-Si me gusta. – le confiesa el niño dejando de lado esa sonrisa, es eso suficiente para mostrarle al menor la forma en que su rostro cambia y ese brillo de antes se vuelve profundo, solamente un vistazo en toda la amalgama de pequeños cambios. – Creo que me das miedo. – confiesa observándolo con ese mismo sentimiento opaco.

Theodore vio de frente el cambio y pudo comprobar que no era como ver a un adulto cambiar de rostro y apuntó de golpearlo furioso, ni un niño que decide hacer un berrinche. Este cambio fue como cubrir la luz del sol entre sus dedos para verlo sin quemarse. 

Era un eclipse. 

Uno que ocurrió en la oscuridad y solo para él. 

Era un palpitar extraño en su corazón el que le hacía sentirse tembloroso, mirando a este niño mayor con un estremecimiento recorriendo su espina dorsal, una sensación capaz de ser compatible con el recuerdo de la serpiente de goma que encontró una vez en sus botas.

Theo esperaba eso pero no que el niño pareciera estar de todo menos asustado, él debería ser quién tenga miedo pues el niño reafirmo su miedo apretando sus muñecas con esa cara tan sería.

-No parece. – Acusa moviendo las piernas y esto solo le hace sentir aún más arrinconado. 

No podía. No podía salir de su agarre.

-Oye… - murmura fijándose en ese rostro serio.-¿Qué me miras? - pregunta lista para... Lo que sea. 

Aquel niño observa las cortadas, extrañas heridas qué lo hacen dudar si preguntar a Theodore era correcto o si solo le asustaría mucho más descubrir que él vio sus heridas. 

La situación para Theo solo se resume en qué no puede saber lo que el niño esta sintiendo para querer arrunconarlo ni que esta pensando, solo sabe que no era algo que entendiera. Incluso si el silencio le hace recordar su lucha al patalear una vez más, logrando la misma nada. No lo parecía pero este niño era fuerte, aterrador como él no lo entendía. Resiente el toque y debe sonreír por reflejo, logrando el interés del menor en su rostro y no en su cuello.

Vio como esas mejillas se pusieron rojas de golpe y aun no lo soltaba por alguna razón. 

Es un silbato el que hace que esa cara en blanco se recomienda con una sacudida de cabeza y su liberación inmediata. Contrario a su anterior deseo de huida, se queda cerca del menor para no perderse el cambio en su actitud.

Frotándose los oídos con fuerza y ​​​​su color decayendo como la cera, parecía bastante cansado de golpe.

-Creo que debo volver ahora. – avisa dejando de sobar su cabeza. - No te preocupes, no les diré donde estas pero no te confies.- le recomienda despidiéndose con un ademán rápido.-Adiós, Theodore, eres increíble.-

Eso último pudo ser su propia mente después de verlo desaparecer como había llegado arrastrándose, o de verdad era la despedida del niño, dejándose responder con ansiosa presión.

-Tu también…-

No era un pavo ni planeaba serlo alguna vez pero ahora mismo pensó en uno que se queda solo en el horno después de que le hagan de todo para no saberse si será de utilidad o será tirado entero a la basura. Algo que no termina de entender porqué le vino a la cabeza al verso solo, nada más lo pensó y dio por hecho que eso se sentía ser un pavo.

Puede verlo de un salto por la rendija más cercana, parecía llevar consigo la misma vida del pequeño espacio, y con su partida puede disfrutar de la oscuridad y la soledad… al menos por los primeros tres minutos.

Escucha el sonido forzado de los zapatos de vestir sobre la esponja qué se acerca y debe moverse antes de que lo encuentren.

 

 

 

 

 

Logró pasar esa noche en Play House, descansar al fin, pegado a una esquina con la figura de pato cubriéndole de algún justiciero. El horario hace que las tuberías aún se mantengan ruidosas, rodeadas por los murmullos de distintos tubos ocultos tras las paredes y las olas de la piscina qué se sacude por la máquina que la limpia con un zumbido.

La rejilla deja llegar una cálida ventisca, puede recargarse en esta para sentirse mejor.

Sin verlo un cuarteto de metales sale por las rendijas, atrapando la sabana en sus puntas y descubriendo al niño.

- Estuviste jugando . – declara con voz masculina y sería.

La somnolencia le abandona, apresurando se a rodear esas garras con sus brazos, con la cobija entre los dos evitando el filo, sobando su frente en lo que serían los nudillos de la gran garra.

-Hola. – saluda sumiéndose en el calor.

Las garras se mueven estrechando su cuerpo con cuidado, igual a las orugas dentro de un capullo, era cómodo.

- Te veo cansado, Theodore.- dice moviendo apenas la garra lo suficiente para ser una caricia.

-Estoy cansado.- responde aferrándose más fuerte. - ¿Puedo ir contigo hoy? – pide en voz baja.

-No, deberás esperar. –

-Bien, papá. – farfulla con resentimiento.

Las caricias continúan pero el tono y la voz masculina cambiaron a una niña quejosa.

-No soy tu padre . – le reclama con un berrinche.

-Lo eres. – corregir.

-No, te lo dije, soy tu amigo .- rehúsa y aclara adoptando una voz juvenil y masculina.-¿A sido divertido tu día? –

Theo mueve la cabeza negando.

-Me persiguieron todo el tiempo, y la maestra otra vez esta rara… no creo que pueda ayudarnos. –

-Tienes razón… ¿Ya no te agradas ? –

-Me agrada, es divertida. –

-¿Y qué tal ese niño? –

-¿Te agrada a ti, papá? No debería, es un mocoso estúpido.- 

No cree que sea estúpido pero no quería que papá lo reemplazará. 

-Hacer amigos es el camino correcto , Theodore, ese niño solo me agradará mientras a ti te agrade pero sino, que mocoso tan despeinado. –

Debe reírse aún con el rostro en la cobija.

-¡Pásate un peine! , ¿No pensaste eso ?- continúa con ese mismo tono de reproche y esa voz de hombre con tonos chillones.

Theo comienza a reír alegremente.

-¿Quieres que hablemos de tu camino a mi ? –

-Si… hem… izquierda, izquierda y abajo, derecha-

-Dos abajo, Theodore. – le corrige sacudiendo las garras.-Vamos, es como comer una tostada. – le recuerda ese ejemplo con una voz femenina.

-Si… - asiente y ríe tocando el metal descubierto que alcanza. – Izquierda, izquierda, abajo dos veces, derecha y abajo-

-Es arriba, niño, pareciera que nunca has comido tostada . – parece bromear cuando usa la voz de niña quejosa.-Recuerda que debes hacerlo en el turno de los niños que no sean de tu grupo, solo así no verán que faltas. -

 

 

 

 

Theo se queda lo que descansaba de la noche durmiendo en manos de quién consideraba su padre.

Fue un buen descanso.

En algún momento se da cuenta de que tiene hambre, debe dejar esa esquina para ir a comer, la cobija la lleva consigo pues su amigo ya no estaba cuando las luces fueron encendidas.

Algún niñero le saluda por su camino, respondiendo con una mirada aturdida aun en su ensoñación. Puede que logrará ir al comedor por sí mismo pero el ir a la mesa y comer fue una acción inconsciente. Volviendo al mundo de golpe al golpear el vaso de Huggy qué contenía la bebida, el líquido cae por la mesa con bastante violencia, esparciéndose por la ropa de algunos niños que lloran o ríen, o al menos reían.

-¡Sabía que no podías quedarte sin molestar a nadie! ¡¡Nisquiera deberías estar aquí!!-

La pérdida de memoria no era nuevo ni el reaccionar cuando ya se había movido por el lugar o pasado bastante tiempo en movimiento pero el despertar con un vaso de leche derramado en su mesa… no, ya había pasado antes y era una molestia.

-Ya cállate. – debese cubrir los oídos con los puños para sellarse fuera de los gritos de este cuidador, no comprendía porque siempre estaba cerca de él, lo odiaba, era tan ruidoso y desagradable. Cierra los ojos para no verlo. Siente como se queja mientras limpia la mesa con algún paño, era demasiado violento.

 

 

Tardo varios minutos en descubrirse los oídos y mirar su espacio vacío, sin el plato o vaso sin comida solo la mesa limpia y algunos niños que lo miran curiosos o confundidos.

Este ambiente se sentía extraño. Como estar  donde no debería. 

-Ese hombre te odia.- dice una niña a su lado. – Te hice un dibujo. – extiende un pan tostado y puede verse qué su pintura estaba hecha con jalea, crema y restos de yema, formando un paisaje deforme al amanecer.

-Esta bonito, ¿Verdad?- sonríe y se nota que estaba orgullosa de su trabajo.

-Si. - sonríe tomando el pan de sus manos.

La niña sigue sonriendo hasta que lo ve comérselo de dos mordidas.

-¡No te lo comas, era para que lo guardaras!- le reclama sacudiendo los brazos.-¡Si pinto la pared ¿Te la comerías?! -

-Si lo haces tú, quizás sí. – le toca el cabello, esas coletas en su cabello bien peinado se veían muy bonitas.

-¡Ajá!- exclama airada, y ofendida se retira tornándose de color rojo su cara.

Algo parecía familiar en la niña, algo era conocido en ella… o más bien nada lo era. A esta niña no la conocía. A ninguno en realidad.

Estos niños eran muy callados. Les mira comer por un rato, curioso por la forma recatada en la que se comportan. 

Parecían ser muchos niños muy distintos a su grupo habitual. Un grupo aparte del suyo. 

Seguramente de esto hablaba su papá, ¿Sería el momento justo para ir por él? Debía pensarlo bien pero ya estaba de camino a la Play House, con la cobija en su hombro.

Debe detenerse al ser obstaculizado su camino por un niño de cabello rubio.

-Oye, el alto, ¿Quieres jugar?- pregunta este niño y ya le a pateado la pelota a los pies.

Theo detiene el balón con el talón y lo patea de vuelta. 

En casa no podía salir a jugar, además de que en este lugar no había muchos niños interesados ​​en patear la pelota y correr tras ella sin terminar abrazándola como mamás gallinas a sus huevos. 

El niñorepite el movimiento con más firmeza y Theo igual, llevándolo lentamente a sumirse en el juego y la persecución qué se divide sin darse cuenta. El juego sigue creciendo y pronto, muy pronto, se siente agitado para correr con los niños y de los niños que intentan conseguir la pelota.

Escuchando su corazón golpeó sus tímpanos con un zumbido agradable, recibió un par de empujones y también los dio riéndose por la caída de algunos muy temblorosos como para resistir.

No sabia cuando pero termino jugando con todos hasta que más de unos se vio reducido a un montículo jadeante en el césped sintético.

Ese niño lo ve aún en la plaza jugando con otra niña que lo empuja y corre burlándose entre gritos alegres.

 

 

 

 

 

-Me gustan tus ojos, son muy raros.-

Justo cuando había decidido descansar en el césped se ve abordado por algo medio raro. 

Mira a su lado a otro niño, tan alto como él mismo pero esos cabellos revueltos lo hacen ver más alto. No era la primera vez que veía un cabello así pero tan cerca lo hizo sentirse distraído por la curiosa textura que se notaba de cerca como enredaderas.

-Niño, yo soy normal. – responde tocando su rostro.-Tu eres el raro, eres gordo. –

Tras un sonrojo y sonrisa nerviosa el niño respondió. 

-Estoy fuerte, no gordo. – se defiende destapando un estómago plano pero algo en este niño, al igual que en el rubio y la niña de la mañana le despiertan sospechas.-Soy más fuerte que tu. – le asegura. – Solo nota que tus ojos tienen una tonalidad violácea, y eso es estadísticamente especial, incluso podrías ser un porcentaje albino y en África se los comen. –

Su cabeza se inclina recargandola en su mano, preguntándose si tenía sentido dentro de la cabeza de ese niño relacionándolo con el canibalismo.

-Estás listo pero no nací en África. –

-Ya lo se… debes ser de origen europeo, ¿No es así?-

-De…creo…- cierra los ojos pensando. – No lo recuerdo, posiblemente tengas razón.- debe rendirse y ve como su poco interés en discutir hace que este niño se emocione y sonría inflándose como globo lleno de ego.

-Lo sabía. – exclama dando una vuelta como si su desvario fuera tan digno de celebración como un partido de rugby ganado. -¿Te cargo?- le ofrece una sonrisa con los brazos extendidos.

-No podrías. – le avisa aferrándose al pasto de poliéster.

El niño responde acercándose de improviso para elevarlo entre sus brazos.

-¡¡Qué si puedo, si puedo!! ¡Ves!- parece celebrar mientras da una vuelta temblorosa.

-Bajame, ahora bájame… - logra quejarse por el abrazo que es bastante fuerte, debe agarrarse de los hombros del niño al sentir el vértigo del descontrol.

-Debes bajarlo, si el no quiere subir no puedes cargarlo. –

El mayor lo suelto pareciendo preocupado por meterse en problemas con lo que sonaba como otro niño más, Theo aún no logró controlar su equilibrio al ser soltado tan de golpe, cayendo sin control de espaldas al suelo.

-¡Te tengo!- exclama el niño que conoció en los túneles, aunque “Tenerlo” era caer junto a él y con su peso encima. Ambos exclamaron por la caída y el dolor compartido.

-Lo siento, chicos, perdón. – el mayor se disculpa de inmediato y su rostro palidece.

Theo está bien y la risa que comenzó de parte del menor parece confirmar su propio bienestar.

-Eres pesado, amigo. – le dice cerrando los brazos entorno a su cintura en vez de dejarlo ponerse de pie.

-Lo siento, Dog. – vuelve a disculparse con él aquel niño fortachón.

-Yo estoy bien. – responde hundiendo el rostro en el costado de Theo. - ¿Estás bien, Theodore?- le pregunta en esa posición.

-Estoy bien.- dice mirando al menor en su cintura.

-Lo siento, olvide pedirte permiso. –

-No importa.- sonríe al niño.

La calma regresa a ese rostro y asiente frotando sus manos sobre su estómago.

-¡DogDay!- exclamó una niña que viene a ellos.

-Estoy bien. – le dice a la niña al fin soltando a Theo.-Nos caímos, Bobby, no es nada malo. – la tranquiliza moviendo las manos.

Aquella niña solo tomo la señal como el momento de tomarse el gusto de abrazar al niño por los hombros y quedarse ahí en silencio.

-Crafty esta haciendo un juego de raya más grande en el patio, ¿Por qué no vamos? – los invita con la niña en su cuello.-Vamos, Theo, a jugar. –

Su mirada va de este niño a cada uno y esa ansiedad en su interior vuelve al sentirse observado hasta por el rubio y la niña que venia con él.

-Esta bien. – asiente siguiéndolos a la plaza donde los esperaban una niña con un grupo mayor.

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                     ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

Las cortinas de velcro son bajadas para verse en el frente el lema “PLAY TIME co.” frente a la mesa de los trabajadores y sus rostros cansados. Al menos doce personas tomaron asiento alrededor de una pila de documentos recién imprimidos en blanco y negro.

-Creo que el jefe no vendrá. –

Algunos empleados dan una mirada al trabajador de bata blanca.

-¿Porqué dices eso?- pregunta una mujer de uniforme azul.

-Los días anteriores a estado ausentándose.- se queja desde su asiento un trajeado de mal rostro.

-Me interesa poco. – gruñe un ingeniero, quien resalta al igual que la mujer por su uniforme azul.

-A alguien le hace falta otra degradación de rango. –

-Mi rango no es inferior al tuyo, imbécil.-

-No debes expresarte así en este lugar. –

-Me tiene harto, este gusano calvo se comporta así con nosotros y los niños, solo porque tu mujer-

-No metas a mi esposa en esto, fracasado sin visión. –

-¡¡Fracasado!!- grita levantándose de la mesa.-¡Mejor que ser un enfermo como tu y Laura!-

-Siéntate, Henry. – lo interrumpe un asistente que apenas va entrando.

Cada empleado vuelve a su lugar con algunos bufidos y un farfullo de resentimiento.

El secretario no soporta más de esta silenciosa tensión, interrumpiéndolo con una sonrisa incomoda.

-Le encantan estas reuniones, no va a faltar solo por ser su cumpleaños. – les mira a cada uno esperando que sigan el hilo, sudando visiblemente por la respuesta tardía del grupo. – Colegas.– siente la necesidad de hundirse en su asiento y morir pero solo puede sonreír locamente al ser respondido por el ingeniero de mal genio.

Aunque resulta ser una queja.

-Espero que no tarde tanto esta vez, quiero ir a casa-

-¡¿De que hablas?! Si esta es tu casa.-

La puerta a sido abierta por un asistente de aspecto frío pero quien a respondido al ingeniero a sido un hombre de aspecto afable, brillando ese cabello cano por las luces amarillas de la oficina, pareciendo su traje de aspecto fiestero estar en la entrada de una fiesta de cóctel.

-Estoy seguro de que afuera no hay nada mejor que las deliciosas bebidas que nuestro, bien aventurado sea él, compañero Henry diseño, han sido un éxito en ventas ¡Estás tan ansioso por presumir a tu familia! ¿No es así?-no solo le halaga y va hacia él, sino que con certera firmeza le atrapan por los hombros, viendo su sonrisa oscurecida por la posición de la lámpara sobre la mesa.

La figura del hombre podría ser comparada a un buitre afianzándose a las ramas de un árbol agonizante, exhalando una bocanada que se presenta como la muerte sobre los moribundos.

-Si, estoy ansioso,. – responde después de aspirar una gran bocanada de aire.-¿Qué les parece si terminamos esta reunión para que me pueda ir a presumir a un bar donde pueda morir de intoxicación etílica entre dos practicantes de fisicoculturismo?- murmura su queja sabiendo de la fobia del calvo y puede dejar la satisfacción en su interior al ser palmeados repetidamente sus hombros y escuchar a su desquiciado jefe descojonarse divertido por la miseria en el rostro de mas de uno de sus empleados.

-Ay, no, ya me hiciste el día.- se dirige a su asiento a la cabeza de la mesa.-Fisicoculturistas…- mira al ingeniero como si fuera no solo un empleado escuálido sino también uno de sus mono de trucos en pausa, todo con una sonrisa en los labios.

El hombre de traje y rostro amargo interrumpe su diversión con un informe que se reproduce en el proyector.

 

 

-El espécimen 188 a superado la barrera lingüística, tras un interrogatorio se descubrió que el entendimiento de más de un idioma-

El ingeniero observa a la criatura retorcerse en la mesa de operaciones, vagando su mirada entre las personas en la sala.

La reunión continúa con las muestras de diferentes experimentos. Incluidos los elementos en procesos iniciales.

 

 

-DogDay en sala, ¿Has vuelto a necesitar tus lentes, pequeño?-

 

-¿No eliminaron el audio de este vhs?- interroga al jefe en la cabeza de la mesa, mantiene la mandíbula sobre el dorso de sus manos.-Ya conocen las reglas, señorita.- le recalca ala doctora.

 

Por supuesto la trabajadora de uniforme azul se defendió antes de que la doctora hiciera algo más que mirarla con rabioso reproche.

 

-Temo que en producción haya habido un error, pero no te preocupes, inmediatamente después de la reunión los audios serán eliminados. Delo por hecho, señor.-

 

-Elemento base del prototipo 1-0-0-6 es diluido directamente a los nervios oculares en preparación de los implantes, probando base compuestas de exposición potencial.-

 

 

 

La atención de las personas se desvió a las imágenes partidas en dos, a la escena completa y el acercamiento expandido al ojo de pupila dilatada. La aguja metálica entró en la imagen desde un costado de acercamiento, atravesando la retina directamente a la profundidad que se tiñe de rojo diluyéndose dentro del globo el color rojo amoratado del líquido con una ola de color carmín dentro de la esclerótica, perdiéndose en el torrente sanguínea del interior del ojo del niño.

 

 

 

-Te pondremos esto por unas horas. – el aviso muestra un parche. – ¡Te veras como un pirata temible! – bromea con un tono demasiado falso de alegría al colocarle el parche sobre el ojo.

Observe los signos, procediendo a desechar la jeringa en el cubo de muestras se aparte de su paciente a una distancia de precaución marcada por un color amarillo alrededor de la silla.

Esperando algún efecto negativo secreto para el niño en el asiento.

Mas los signos aceleran su ritmo calmado por unos segundos, resaltando al ver como el menor pierde la conciencia y su cuerpo cayera lánguido.

 

 

 

-Imagino que nuestra querida compañera no termina con la vida de nuestro futuro guardián , ¿No , Laura?-

La doctora ni lo empresarial ni afirmo, manteniéndose firme en su lugar.

 

 

 

 

El médico de bata blanca se mueve por una habitación bien iluminada, cubierta de color blanco y una sola luz verduzca era la fuente de iluminación del lugar sin cambiar de actitud a respuesta del estado del niño. Su calma parece ser recompensada por la reacción del niño, que desde su lugar da una mirada en lo posible al centro, procediendo a observar al techo con el ceño fruncido incluso con ese aspecto frustrado .

-Hace calor… - murmura a fuerzas por el metal que aprieta su rostro.

Al estar su cabeza está atrapada en metal, literalmente atrapada, sin poder moverse ni dar una mirada a los flancos de su visión. Solo una luz amarilla llama su atención en un tablero en blanco, parpadeando sorpresivamente mente con el único ojo descubierto.

La prueba continuó con el último paso.

-¿Puedes escuchar? – le hace una pregunta a esa doctora.

El niño cerró los ojos y aún no escuchaba. No había nada que escuchar pero al ser desconocido para DogDay este hecho era ventajoso para los médicos.

-No, no hay nada. – negó después de frustrarse por la falta de la señal que se suponía debía oír.

-Hay un conteo, DogDay. – le recuerda con certeza. – Veo que tendremos que arreglar tus oídos también. –

El niño mira a la doctora de soslayo al seguir impedido su movimiento.

-¿Cómo me llamo? – le pregunta desviando si atención a las hojas.-¿Podría, por favor, recordármelo? – pide en un susurro.

La doctora no tarda en responder.

-Te llamas DogDay, ¿No lo recuerdas? –

El niño observa de nuevo al techo.

-Mi amigo preguntó mi nombre… y me da vergüenza decirle que soy un desafortunado. –

Una voz responde desde algún parlante oculto.

-DogDay, no eres desafortunado, eres el día más feliz de todos los niños. ¿No es el nombre de un líder el que trae felicidad? – le recuerda con amistosa algarabía.

-… ¿No puedo recordar mi nombre… - trata de continuar con su pedido pero su energía ya fue drenada.

La doctora tomo el seguro de la maquina en su rostro, presionando el botón qué lo liberaría.

-No, Este es tu nombre, ¿Por qué lo olvidas? ¿No lo aman todos tus amigos? – le repite lo que ya le era un manta.

El niño se ve libre del metal con un sonido metálico, librándose de su restricción s bajo de la mesa.

-Gracias. – exclama en voz alta para dirigirse a la voz ya la doctora.

Esta mujer asiente sin mirarlo.

El niño toma un dulce del mueble metálico junto a la mesa, despidiéndose con las manos al abrirse la puerta por la cuidadora que lo regresaría a Dulce Hogar.

Las puertas se cierran con un golpe sordo, suficiente para que la doctora termine desplomándose con los apuntes en su regazo. Sus manos temblaban como si fuera a morir de hipotermia en cualquier momento, llevándose parte de su cordura la tinta del bolígrafo roto en sus manos.

-Estoy cansada. – declara cerrando los ojos fuertes, su rostro pálido se vuelve de color rojo al juntarse lágrimas en las esquinas.

 

 

 

 

Antes de darse cuenta la puerta ya se había abierto a la entrada de un hombre mayor, vigilandola como a un perro callejero.

-Ignoremos el ataque nervioso de nuestra Laura, sabemos que con su biología es normal tener algunos problemas para concentrarse, ¿Entonces, querida?- le pregunta la misma mujer.

La respuesta de aquella rubia es el fruncir la boca por un milisegundo antes de mostrar el siguiente vhs.

-¿Cuánto cree que tarde el espécimen en adaptarse al compuesto? – interroga fríamente al científico en la mesa.

Expuso sus anotaciones con el ceño fruncido.

-La adaptación es viable, a más tardar, dentro de noventa días, podría tomar la delantera por unos meses a su grupo completo, es perfecto dentro de los parámetros del objetivo base.-

-Es agradable recibir buenas noticias tras otra, ¿No te lo parece?

-Señor, respecto al proyecto de las nuevas criaturas… -

-Quiero ocho. –

-Si señor, lo sabemos… pero después de todos los exámenes físicos psicológicos… la segunda niña CatNap fue desechada como prospecto. –

-¿Qué ? ¿Porque?- ​​exclama mirando los documentos.-Sería perfecto hacerla ahora, el programa no se a estrenado y tenemos tiempo para grabar su voz. - 

-La niña mostró no soportar el insomnio ni las cargas de gas fueron bien recibidas por sus órganos. –

-¿No podríamos remplazar sus órganos? Es pequeña, sus células podrían adaptarse con implantes. –

-No, señor… – la mujer de bata mostró sus propios apuntes. – La niña comete actos violentos, solo en esta tarde atacó a Miss Deligth en la hora de sueño.- apunta a la pantalla.-La separamos de los otros materiales de estudio cuando mordió a CraftyCorn. - 

El video empieza con la fila de niños que sigue de la mano a la maestra de arte.

-La niña desarrollo ansiedad al sueño y-

El jefe interrumpió.

-¿Qué hace ese niño con los pequeños?¿De que sección es?- les pregunta observando a la pantalla y al niño que se retira junto a una maestra.

Un empleado de uniforme blanco responde desde su asiento, una de las sillas más apartadas de la mesa principal, parecía tranquilo al menos en la superficie.

-Es Theodore Grambell, uno de los niños del grupo inglés del bloque 2 y tiene siete años.-

-No parece un niño de siete años.- le dice irónico el científico con las lentes en un pañuelo.

-Así son los niños.- le responde con una sonrisa nerviosa.

-¿Y porque uno de los mayores está con los pequeños? ¿No podremos iluminarnos, supervisor Sinclair? ¿Nos podría aclarar sobre el escape de su niño? – le interroga directamente el jefe y pareciera que podría dejar de lado el acosar con su mirada al ingeniero para pasar al joven nervioso.

-No se, señor, llevo unos días encargado de la pequeña Poppy, no he podido verificar a los niños pero mis empleados seguro debían tener alguna percance para perder al niño, de antemano, lo siento mucho señor.-

 -Señor, un niño fuera de su cuarto es importante pero el hecho de que nuestra niña Catnap no es viable debe ser la prioridad a discutir.-

-No habrán cambios ,¡SI ESTA ES TU ACTITUD Y NO TE SIENTES CAPAZ PARA AFRONTAR TU TRABAJO , DEBO DECIRTE QUE LA EMPRESA NO TE RETENDRA Y PUEDES IRTE POR LA PUERTA CUANDO MAS TE PLAZCA , MUJER! –

La mesa y cada empleado quedaron en silencio. Bajando la mirada cada uno a la mesa. Un hombre temperamental como su jefe era una carga de salud tan grande como el dolor de rodillas que mañana podría ser una infección terminal o ser un simple raspón, es peligroso ponerse en su mirada. El ingeniero da una mirada a la doctora, analizando sus expresiones como otro enemigo.

Es confirmado su análisis al ver esos ojos cargarse de resentimiento ciego tras ser humillada.

-No, señor, el procedimiento puede realizarse mañana mismo.-

Con el asentimiento de los presentes son dejados de lado los gritos de la maestra Delight y su ojo atravesado por un lapicero en manos de una niña. Solo el evento fue observado por el ingeniero y su malestar visible.

Era preocupante como lograban qué la piedad fuera resentida y atacada. Pensar en el daño que le hacían a los niños como tal, era castigado. 

 

 

 

Notes:

Tarde meses en publicar esto.
Aun así estoy feliz de haberlo hecho.
Gracias por leer.
Les aviso que esto está escrito bastante por delante. De algo debía servir llegar al Fandom tan tarde.
Acabó de releer las etiquetas, gente, se ven super salvajes.

¿Seguirás aquí en la mañana?

Chapter 2

Summary:

Les advierto que habrán algunas cosas complicadas respecto al ambiente de los 80's que conforme avance la historia serán mucho más importantes.
Gracias por leer y si ven algo que amerite una etiqueta de más, me avisan.

Notes:

Les prometo amor lindo.
Ustedes saldrán de aquí con amor.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Había jugado como pocas veces en mucho tiempo, corriendo y empujando, siendo perseguido y cuando escucho su propia voz riéndose estruendosa supo que era feliz, llegando a caer con los brazos extendidos antes de aterrizar en el suelo.

Podía reírse desde el suelo sin pensar en nada más que las piernas de las que tiró y logró atrapar al niño de cabello castaño. Había pasado tanto tiempo sin desear atrapar a alguien de carne y hueso en sus manos. Soñando con una presencia qué lo haga sentirse tan acompañado y feliz.

Descubriendo que no era un niño extraño solo había olvidado como hacer amigos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Olvidando incluso cuando el tiempo fuera de su ala se terminó y el cansancio lo hizo seguir a Kissy Missy directo a la cama de su habitación compartida. Despidiéndose con un abrazo de ese niño caliente y sudado, olía mal pero le gustaba eso: Era real.

 

Es un pesado suspiro lo que le saca de su sueño, forzado a procesar lo que hay a su alrededor con el corazón en la boca.

Su compañero de cuarto arregla su propia cama con cabeza baja, la razón resalta con al menos 1'80 de cretino, para su infortunio, resaltando como un peligro para ambos niños.

-Te debes preparar. – lo recuerda revisando la habitación con una mirada crítica. – Debes venir conmigo, Theo. – le dice este cuidador tan pesado.

Theo mueve la cabeza antes de poder pensar en si era correcto revelarse.

-¿A donde? – cuestiona tomando su cobija entre los brazos.

-Es día de visita, debes presentarte con tus posibles padres. – carga de ironía su declaración. Se sabía que este niño era retorcido y no trataba bien a ningún adulto, desperdiciando estúpidamente todas y cada una de las oportunidades que tuvo para dejar este agujero.

Por su parte la cara de su pequeño compañero de cuarto se ilumina con tan solo pensar en ir de visita a la zona de juegos.

Irían arriba.

Los viajes a la superficie siempre eran muy inquietos, debían ir juntos con la mano de un compañero sujeta a sí, siendo su compañero quien se aferra a su mano con ansiosas sonrisas titubeantes, avanzando tras el paso del cuidador y esos trabajadores de uniforme azul. .

Su compañero no hace ninguna queja y lo sigue aún vibrando emocionado.

-Hoy si subes. –

-¡A Theodore le sudan las manos!- lo delata su compañero sin soltarlo.

La maquinista comienza a reír y Theodore hace un sonido hondo en sí boca cerrada tímidamente en respuesta al divertido saludo, de todos a él, sonriéndole desde su posición con esfuerzo al confundirse por su propia reacción instintiva. Retirándose, haciendo oídos sordos al cuidador, a una esquina del vagón.

No le gustaba subir, su amigo no podía moverse tan libremente en la zona superior por algo que llamo “Gerbos” o experimentos, pero al menos ese cuidador no estaría molestándolo.

Puede ver el tren que los espera, entre los niños y el adulto de pase, ver a Kissy Missi temblando en el vagón abierto junto a un Huggy encorvado, meciéndose con el avance del tren.

Después de varios minutos el tren se detiene con un bamboleo. Es cuando Theo debía prepararse para el ruidoso estallido qué los sacude al abrirse las puertas del tren.

-¡¡Hola niños!! ¡¡¿Aun recuerdan a Mami?!! –

Su cabeza se siente pesada solo con escuchar a esa muñeca aterradora asomándose tan alegremente al tren, abriendo los brazos retorcidos para dar un abrazo a los niños qué salieron a saludarla.

-¡Mami! -chilla un niño pequeño aferrado a la mano de la muñeca, como si esta fuera su mamá real.

-Vamos, bebé ¡Ya estás con Mamí!-

Los lleva consigo en un ramo de risas, conduciéndoles alegremente a los juegos de la estación.

-¡Mami los extrañó mucho, mucho, mucho! – canta moviéndose con sus extremidades retorcidas. - ¡Incluso a los malhumorados, Mommy los extraño, mis pequeños erizos!- saluda a los niños mayores que son su introvertido grupo de figuras pequeñas y silenciosas.

Aunque claro que hoy ningún niño podría refugiarse en la Play House, debían lucirse con los adultos visitantes y conseguir un hogar.

Los pequeños pueden ignorar todo y correr felizmente a jugar con Bonzo, divertirse es fácil cuando no se piensa demasiado.

Hoy Theo se vería arrastrado a los juegos de Mamí y la mano de su compañero fanático de Bunzo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las pruebas con las maquinas fueron mucho más exigentes de lo normal. Viéndose el niño atrapado por la fatiga tras dos horas de correr con sus ojos vendados, su pecho conectado a una multitud de cables y sensores en las vendas que le cubren los ojos. Avanzando a nada en alguna base móvil que cada segundo iba más rápido y sus pasos se inclinan poniendo las manos un segundo en el suelo cada vez que la rampa casi lo hace caer.

Un aspecto de análisis de frío cruza los rostros de cada empleado de supervisar el avance del niño en la máquina. Observando algunos directamente al menor y otros se mantienen estáticos frente a la pantalla con las mediciones de cada signo cambiante.

-Los parámetros superan la media. – avisa un científico leyendo las fluctuaciones cerebrales.

La doctora en jefe dejo su lugar frente a la pantalla, sacando del interior de su bata una pelota plástica de color rojo.

Camino unos metros lejos de la caminadora.

-1b3…- avisa un segundo antes de lanzar la pelota.

Una espectacular atrapada no se puede presenciar, esa pelota a golpeada directamente el rostro del niño cegado siendo lo importante de esa prueba el equilibrio que mantiene tras el golpe y su respuesta.

-¡Es un caballo! – grita sin dejar de correr.

Dirigen su atención a la pantalla tras el niño, donde piezas de ajedrez son movidas y sus ubicaciones se miden por sonidos de cada fila. No seguían reglas ni códigos, solo eran piezas moviéndose por el tablero digital y la pregunta ni siquiera tuvo mayor margen que el movimiento efectuado hacia horas sin cambios.

La prueba de sonido resulta exitosa al igual que la resistencia física y la memoria de largo plazo. Todo excepto el reflejo defensivo había mejorado tras la implementación del prototipo.

Suspira satisfecha por el avance que puede presentar junto con su equipo.

-Podemos terminar por hoy. – le avisa a sus compañeros. – Detén la máquina. –

El niño dejó sus manos en el suelo una vez la máquina se detiene de golpe y sus rodillas impactaron en esta.

Respirando a fuerzas el sudor que cae de su cuello y rostro a la superficie plástica. El doctor que se acercó a retirarle los cables olía a la tinta que manchaba sus mangas.

En un segundo coló la mano en el bolsillo de la bata arrebatando una tarjeta qué después comprobará su utilidad, por esta vez el aplastamiento lo más posible en su puño antes de esconderla bajo su brazo.

Levantarse sería difícil con lo que acababa de sustraer pero para su suerte ese mismo encargado no se atreve a mirarle directamente, puede que sea por su ojo aún volviendo un manchón de sangre hasta los párpados, o tal vez sea solo que huele mal tras correr tanto tiempo.

Le devolvieron la camisa vieja que usaba. Vestirse ocultando algo fue difícil y divertido en muchas formas.

Sintió algo de presión cuando la doctora se acercó apartando al otro encargado y esa tarjeta se sintió enserio una molestia.

-Te digo niño…- dice con un rostro serio.

El niño aspira nervioso.

-¿Si? – pregunta sintiendo el impulso de tocarla.

Ella detuvo su mano justo cuando estaba a punto de tomar su rostro.

-¿Sabes lo especial que eres? – pregunta con ese mismo aspecto relajado. – Estas haciendo que mi trabajo sea una maravilla. –

El niño sonríe mirando su brazo atrapado.

-No me siento así. – murmullo. – Estoy pensando en vacaciones, tal vez a un bosque.- su sonrisa toma forma haciendo que el rostro infantil que tenia se volviera más tonto en un solo movimiento.

La doctora deja ir su brazo, girándose, para alcanzar el parche. En esa corta fracción se pierde el gesto contenido del niño, ese que mostraría el dolor resultante de haber sido presionado con demasiada fuerza su brazo.

-Aquí todos estamos deseando ir a ese bosque. – le coloca ese parche con esas manos engañosamente gentiles, ajena a la forma en que este tiene que contener el desagrado a su toque.

Después de sacarlo de la habitación caminó detrás de un guardia, observando la paleta de colores en sus manos, en ello sus ojos se desvían a las caderas de los guardias.

Había notado que los guardias movían las piernas de forma dependiente de la cadera pero, vaya que le es interesante, también se delataban girando el cuerpo justo cuando pasan por una gran y gigantesca puerta. Tras tantos viajes donde solo lo dejan mirar al piso, descubrió qué hay algo a lo que los adultos temen más que a Huggy Wuggy o Mommy.

Se detiene haciendo que lo miren algo molestos.

-¿Me pueden dar uno de esos jugos? – pide apuntando a una máquina expendedora.

-claro que no-

-Por favor, Pedro. –pidió juntando las manos. –Te paga la doctora Laura. –

El guardia abrió la boca y lo apuntó con la mano.

-¿Y éste mocoso como sabe tu puto nom-

Intento interrogar a su compañero pero este ya estaba dirigiéndose a la máquina expendedora.

El niño sigue al mayor ocultando el susto por el arranque de la guardia tras una aparente ingenuidad. Cualquier cosa que lo mantenga a salvo.

-¡Oye! – reclamar.

-Si quieres quéjate con los de arriba. – gruñó metiendo una tarjeta en la máquina.

El niño corrió a ver como la utilizaba.

-¡¿Me puedes dar también para mis amigos?! Somos siete. – lo pide temblando algo nervioso por lo que haría.

El guardia asiente suspirando.

-Ya esta, solo marca las que quieres. –

Mira los cuadros.

Sus ojos pueden ver el vapor qué la mano caliente del guardia dejo al marcar descubriendo el código de su tarjeta al irse el calor una por una.

Toca las figuras y carga las botellas en sus brazos, la tarjeta qué robó la siente clavarse en su costado.

-Gracias. – se dirige directamente al guardia, observando esos ojos atreves del plástico oscuro. -Te recordaré, Pedro. – estiró el brazo para estrechar su mano como si este fuera un trato comercial.

Su actuación desagrada al segundo guardia, lo suficiente para que se volteé y el secuaz le corresponde el gesto. En ello dejo en la mano del niño un rollo cubierto por cinta canela.

-Me llamo Ryan. – le corrige el hombre desviando la mirada, instándole a caminar esta vez con un empujón.

 

 

 

 

 

 

Al volver a Dulce Hogar las botellas le pesaban pero lo ignoraba corriendo a su bloque.

-¡DogDay! –

Es primero que nadie esa niña de aspecto severo la que lo recibe en las escaleras.

-Quisquilloso. – saluda sonriendo al entregarle la botella de refresco.

La niña revisa la botella, decidiéndose a beberla en un segundo.

-Detesto la cola.- debe quejarse tras probarla.

-Es de vainilla. –

La niña lo sigue mirando su botella.

-Pues entonces me gusta. - farfulla tras superar la vergüenza.

El giro niño sobando su cabello un par de veces.

-Vamos con los otros. – sigue el camino.

Sus amigos, los tres en la habitación, se vieron aliviados de verlo devuelta y más al reconocer lo que traía consigo.

Las botellas las entrego guardándose el ánimo para después, preguntando a Bubba.

-¿El bloque dos sigue en la superficie? –

-No han vuelto. – niega concentrado en la botella de refresco. – DogDay, ¿Cómo crees que sean las pruebas en la superficie? – se pregunta mirando a la botella.

-No creo que sean dolorosas. – es lo único en lo que puede pensar como una diferencia entre la superficie y las pruebas del interior. Sobre todo porque Theodore Grambell no tenía heridas como ellos.

Espero a que todos estuvieran en sus lugares y distraídos por la bebida para acercarse al oído de Hoppy.

-¿Tienes aun el cuchillo? – pregunta en voz baja.

 

 

 

 

 

 

 

La niña asiente antes de ir bajo su cama a revolver las cintas en las que ocultaba sus pertenencias pegadas a lo alto con cinta canela.

Pocos lo vieron salir y mucho menos le descubrieron ocultando la tarjeta bajo el césped fuera de la Play House.

Lo que si era visible era como se detuvo a descansar cerca de la entrada al teleférico, observando por horas ese cable.

Su cuerpo paso bastante tiempo temblando tras el descanso sin incluir el mal estado de su cabeza, su visión debilitada por la fatiga de ver con un solo lado.

En algún momento una visita se detuvo cerca del teleférico pero no parecía estar por subir, observaba al lugar y saludaba a las criaturas tanto como a los trabajadores.

El niño da una mirada al objeto rodeado de cinta. Un dibujo de gato negro era lo único que le parecía interesante. Sus ojos viajan a la figura de ese visitante, desde sus pantalones de lona a los anillos y después a sus zapatos.

El gato venía en un broche sujeto al bolsillo del saco.

Se dirige hacia este empujándolo al correr y saludando con una sonrisa, dejando a los pies del visitante ese rollo de cinta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras unas horas de escuela, había abandonado los juegos de sus amigos solo para volver a esperar.

El tiempo es relativo conforme sigue una línea de pensamientos o se vacía su mente. Lo que seria mejor era dejar de pensar pero no podía hacer eso.

Él no era de ese tipo, para sus mini desgracias, era un chico de acciones y pensamientos con demasiadas cuerdas.

Eso le dijo aquella persona hace tiempo.

Su atención se desvía del suelo al cable del transportador. A veces quería subir he irse. Lo deseaba tanto pero más deseaba poder usar esa máquina para sacar a sus amigos. Y ahora también a ese niño tan alto también quisiera llevar consigo a un lugar mejor.

-Ajá. – exclama sin saber si estaba frustrado, avergonzado y talvez puede que bastante contento solo con pensar en ese nuevo amigo y su hedionda cobija.

Desvía sus pensamientos para sonreír al cielo falso, quien sabía porqué pero sintió que podía empezar a reír pero también quería correr, un enredo cómodo de anhelos egoístas.

Sumándose las fantasías del río de piedras y peces de colores opacos por encima de su cabeza. Y el bosque lejano al que deseaba volver llega a su presente con la ilusión de ese teleférico que siempre se sacudía por el peso de los usuarios, y era una ilusión repetitiva la que lo hacia imaginar que colgaría a millas de kilómetros por encima del cielo, viéndose como las semillas de olmo arrastradas sin culpas por el mar de nubes.

Y es en sus fantasías que la realidad le reclama y siendo atrevidos de sus ojos curiosos que se iluminan al ver el rostro melancólico de ese niño alto asomado de forma tan triste por la ventana cerrada, que vuelve a estar en esta cueva de acero sin nubes. . o un sol. Era extraño pero, tan solo ese pero, en serio que le tenía miedo a Theodore. Incluso podía sentir que su corazón se ponía como loco.

Una llave al encierro dentro de la jaula.

Era un niño tan raro y con una sonrisa aún más retorcida, diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes, una dichaa droga en manos del destino vestido de sombras.

Vamos, aquí viene otra vez, ese salto que da su corazón cuando se ve observado por ese niño.

-¡Teodoro! – saluda levantando los brazos.

Ese rostro pálido se contrae sorprendido, apretando la cobija sobre sus hombros sin lograr retener el sonrojo qué lo recorre hasta el cuello.

Tener buena vista da esa culposa ventaja, poder ver detalles que deben diferenciar de la ilusión que se lo traga o la realidad llena de dientes que comerá su carne sin culpa.

Puede comprobar que el mismo hace a Theodore encogerse y parecer una de esas palomillas aterradas del mundo.

-¿Entonces es un nuevo amigo? –

Gira para ver a la niña de aspecto descuidado observar al teleférico junto suyo.

-Es un amigo, sí. – le sonríe tomando su mano.-¿No recuerdas que jugamos con él hace unos días? –

-¿Días? Lo conocemos hace meses, Doggy. – le corrige riéndose. - Esos doctores nos están dejando sin cerebro. – suspira sacudiendo el cabello.

-¿En serio? – mira a la parada del teleférico ya los niños bajar junto a los cuidadores. – Kickin y Crafty subieron hoy. –suspiro. - ¿Y tu porqué no subiste? –

-Bubba se sintió solo y Picky no dejó que Bobby lo acompañara. –suspiro. – Al menos puedo beber refresco frío, a esos dos les tocará una normal. -

Dog inclina la cabeza a un lado, mala idea por cierto, el ojo pareció recordar que fue atravesado y al fin lo hizo sentir dolor. Una lástima después de haber descansado tanto antes.

Si era curioso como las pruebas para Theodore y los niños del bloque 2 no eran tan invasivas pero duraban mucho más, ¿Entonces qué les hacían allá arriba?

-Oye…-

El dolor no lo distrajo de esa voz temblorosa que sonaba como un susurro triste, sonriendo con los brazos extendidos para dar un abrazo al cuerpo delgado del niño. En busca del consuelo se hunde su rostro en el pecho del niño, olfateando por reflejo su aroma.

-¿Qué me haces? – Interrogó el más alto levantando los brazos. Pudo seguir distraído por el castaño pero la niña le tiró del brazo para llamar su atención.

-¿Cuál era tu nombre? – le pregunta la niña. - ¡Yo soy Hoppy Rayuela! – se presenta orgullosa. - ¡¡Soy un conejo, ¿Sabias?! – presume lo último dando un salto.

-Que bueno. – dice por reflejo.-Soy Theo... Theodore Grambell. -

-Theodore… que largo. –

-Tu nombre sí es largo.- se defiende de inmediato.-Oye…- lo llama apartando la cara del niño de su pecho.-Ten.- le entrega un papel muy bien doblado.

-Me hiciste un dibujo…¡Gracias , Theo!- le sacudió emocionado por su regalo.

El niño asiente escondiéndose como podía en la cobija.

Su pequeña reunión es interrumpida por el grito de un coordinador, estos resaltan por usar uniformes verdes, levantando las manos para hacerse notar.

-¡¡Que todos los niños salgan, hoy las visitas llegarán hasta aquí!! –

Theodore apenas había logrado regresar con el grupo ajeno y ahora debía volver a estar rodeado, su cabeza ya pesada se inclina hacia abajo en derrota. Sorprendiéndose por el rostro que encuentra tan cerca de su propia cara.

DogDay no se quedó en eso, tomando control desde su baja estatura se aferra a la cintura de su amigo para dar un salto y morder rápidamente su mejilla.

El movimiento es invasivo y sorpresivo, Theodore lo sujeto por los hombros para ubicarlo a él ya sí mismo.

-Debo traer a todos.- le avisa al apartarse y llevarse consigo. - ¡Vamos, Hoppy! – le anima.

La niña responde con una carcajada animada por la carrera.

-¿Qué… - suspira Theo en manos del niño.-Tu también… - mira a la niña que también le toma la mano y lo lleva en la carrera.

En Dulce Hogar habían varias alas para diferentes grupos de niños, incluso los bebés tenían su propia ala.

Hoy por esta visita externa al fin todas las puertas se abren sin división de grupos, liberando el paso para todos los niños que pudieran caminar por si mismos.

Theo comprueba que estos niños tan raros eran del ala del último piso y la que salía cuando encerraban al segundo grupo después de el suyo, por eso necesitó utilizar dos turnos para encontrarlos.

Definitivamente algo era diferente en ellos. Era la ropa bonita y su aspecto descuidado, o más bien que parecían ser ignorados por los cuidadores.

Cuando el niño fortachón necesitó ayuda para abotonarse la camisa, fue el castaño del parche quién lo ayudo mientras que las coletas de la niña del desayuno son hechas por un rubio qué canta mientras las ata.

-¿Quieres que te ayude? – pregunta a la niña de la tiza que parece estar esperando la ayuda del castaño.

Esta le da una mirada incrédula y niega moviendo la cabeza.

-No sabes.- lo acusa dándole la espalda , dando por hecho que este niño grande no sabe hacer sus coletas rizadas.

Esa negación es suficiente para hacerle retroceder.

Una niña más pequeña observa al grupo desde su cama, peinándose el corto y rizado cabello con un moño en su cabeza, sacudiendo su vestido de encaje, muy diferente al overol de la niña que se llama a sí mismo conejo, revisa su aspecto varias veces antes de levantarse de la cama y agachada luchar con el botón de sus zapatos.

-¿Te puedo ayudar? – pregunta en un tono más bajo que antes.

La niña lo mira nerviosa, con una mirada comprueba que el castaño estaba con la niña de la cola de listones.

-Si… - le responde tímida.

Algo aliviado se agacha frente a la niña para abotonar su zapato.

-Quiero una mamá para que me ayude con mi cabello. –

Fue de la nada y tan inesperado escucharla, Theo tuvo que morder su lengua para dejar de lado ese nudo que aprieta su garganta. Rearmo el moño en el vestido para dejarlo derecho, al igual que el de su cabello lo justo para dejar el moño a un lado y visible.

-Pareces un regalo así. – intenta animarla.

Su recompensa es una sonrisa tímida.

 

 

 

 

 

 

 

Detestaba a los visitantes.

Detestaba que los miraran y apuntaran como si fueran parte de un zoológico, los odiaba por ser la razón de ser separado de su mamá. Los aborrecía porque simplemente saldrían por la puerta hablando de todos como si hubieran salido de una experiencia safari.

Lo enervaba que su cuerpo se quedará congelado cuando sintió que lo miraban, y que cuando lo notarán pusieran cara de confusión, era imposible que no supieran que estaba aterrado.

Su cuerpo estaba tan lleno de rabia que como la tierra al sol se volvería barro de alfarería y no podría moverse bajo las quemantes miradas de los adultos.

Incluso cuando la pelota con la que jugaban había estado yendo de sus manos a las del niño castaño. El descubrirse observado fue suficiente para que su cuerpo se relajara y quedara con las manos a los costados de su cuerpo. Siendo consciente de como la pelota cayó a su lado pero él solo la vio caer en el césped sintético.

El niño está sorprendido, observándolo como si estuviera perdido, tan confundido como para perder su sonrisa.

-Tu solo te quedaste ahí… - le dice aturdido.

Theodore deseo cubrirse el rostro y huir a la oscuridad de la PlayHouse, pero se quedó ahí mirando al niño frente a él.

Intentando salir de esta jaula, su cuerpo paralizado qué comienza a sentirse debilitado, pero solo puede equilibrarse haciendo vagar su mirada por el suelo mientras sus ojos se llenan de lágrimas de puro coraje con resentimiento. Ni sus manos pueden moverse y sabe que pueden verlo, todos pueden verlo.

El refugio llegó con la oscuridad de su cobija estirada por encima de su cabeza.

-Está bien, mira. – le consuela suavemente la voz del niño.-Te cuidare, no te preocupes por nada. – procede a atreverse a cargarlo por las piernas y espalda.

Es ciertamente cómico ver a un niño de nueve años llevar en brazos un niño claramente más alto sin problemas que vayan más allá de no poder ver el camino.

Dejando a Theo en la primera banca que encontró.

-Podemos colorear algo,espera y traeré todo .- le asegura antes de correr directo a la escuela.

Theo observa su partida con pesar, llevando la cobija sobre su cabeza para cubrirse mientras lo esperaba. Estaba curioso por el parche de su amigo pero este no le dijo nada sobre este, era extraño que a nadie en su grupo parece raro verle herido. ¿Les parecía normal estar lastimados?

La sospecha sobre ese objeto en la cara del castaño era grande, al igual que la incertidumbre que le ocasionaba la espera por la reacción que tendría por su nota.

La cobija y las sombras en su interior son el mejor refugio para no pensar en ello.

-¿Estás jugando a las escondidas?-

Mira hacia arriba, encontrando el cabello rizo y rojo que brilla por encima de su cabeza, siendo parte del hermoso cabello de una mujer curiosa.

-Mi nombre es Sandra y el es mi esposo David ¿Y tu nombre cual es?- le pregunta al presentarse junto a su pareja.

El rostro de Theo se colorea lentamente de rosa por el color de esos labios oscuros a la sombra, recordando ese mismo último vistazo a su madre.

 

 

 

 

De lejos la carrera del niño castaño se detiene con los brazos llenos de colores y hojas limpias, observando a Theodore conversar con la pareja de visitantes en el banco donde lo dejo descansando.

El dolor en su ojo le recuerda el parche en su rostro, el cansancio y cuanto es que le cuesta respirar después de su ida al médico. Aspirando una bocanada profunda de aire antes de girarse con todo esto en sus brazos, exhalando hasta perder algo de su color.

Un tirón a su pantaloneta lo hace girarse para ver los ojos alegres de Crafty.

-¡DogDay ,¿Me das eso?!- pide apuntando los colores y papeles.

-¡¡Claro , ve y has que te acompañen más niños!! ¡¡Hay que hacer que se vayan a casa hoy mismo!!- la anima abrazando sus hombros para elevarla sin importarle en ningún momento si los materiales rodaban por el suelo.-Iremos a casa , Crafty.-

-¡Ya se, bájame! ¡Vamos, Dog! – le reclama pataleando como pollito en fuga.

Al soltarla debió ser una carrera para ayudarla a recoger todo y llevar con los niños que coloreaban en el suelo con algunos adultos visitantes. Es su aspecto lo que les incomoda, lo noto cuando una mujer no soportó mirarle al rostro y su actitud se desanimo, debe retirarse ahora y volver a buscar como ayudar a los demás.

Habían algunos niños jugando en la plaza con Kickin y Hoppy frente a algunos adultos que parecen disfrutar de ver a los niños jugar y correr, eso estaba cubierto.

Habían más niños en Dulce Hogar mostrando sus juguetes y dulces preferidos a las parejas, siendo Bobby quien resaltaba por hablar emocionada con una pareja joven mientras Picky mostraba dibujos de dulces y paisajes que soñaba.

 Siendo Bubba el último y estar en la escuela donde algunos adultos parecian interesados ​​por los niños más inteligentes.

Todo parecía estar cayendo en su lugar… todo menos él.

Después de recorrer el lugar y comprobar que cada uno estaba haciendo lo posible, se encontró solo bajo la lámpara de un dinosaurio, observando también a sus amigos jugar con atención.

-Estoy bien.- murmura apretando entre sus dedos la bola de papel que llevaba rato en sus manos hasta arrugarse, su memoria le hizo recordar al niño alto con sorpresa.-Theodore…- suspira abriendo el dibujo.

Aquella hoja fue arrebatada de sus manos, dejándole gran parte del papel en las mismas y claro que se puso furioso como para levantarse gritando.

-¡¡¿Por qué haces eso?!!- reclama apretando la camisa de quien lo arrebato , sorprendiéndose al verle.

-¡¿Por qué no volviste?! ¡¿Por qué me dejaste solo?!- le riñe enojado.-¡Eres un camarón , un camarón!- grita sacudiendo los hombros por la fuerza de su voz.

Dog no sabia a que se refería con camarón pero seguro era un insulto, llenándose de lágrimas sus ojos intenta atrapar al niño por las manos.

-Estabas hablando con adultos.- como podía intenta hablarle de sus razones.

- ¡No me importa la gente! ¡Yo ya tengo mamá y papá, no los necesito! !¿Porque debo fingir que no tengo a donde regresar?!-sacudió los puños con la rabia que un niño podía contener.-¡No eres mi amigo , me dejaste!- no duda en correr directamente a la PlayHouse , buscando esconderse de todo lo que estaba pasando.

El niño no fue lento en seguirlo hasta la PlayHouse, cruzando entre algunos visitantes que caen o exclaman al verse tirados por los dos niños que parecen metidos en una persecución común.

- ¡Deja de seguirme!- le advierte Theodore pero suficiente el quedarse quieto un segundo para casi ser atrapado por el niño , reaccionando como una vez lo hizo antes , encestando un puñetazo en la mejilla del niño , excepto que esta vez una patada le hizo caer por el túnel y perder parte del aire en sus pulmones. El castaño le había respondido por primera vez, viendo por una fracción de segundo lo arrepentido que estaba.

Rodar por un túnel a gusto es mucho más divertido que de espaldas y sin control, cayendo directo sobre otro niño que grita y llora, Theo le metió en la boca uno de los dulces que Mommy les daba en sus visitas, antes de correr a otro . túnel. Un segundo después el castaño aterriza con las cuatro extremidades.

-Trae cobija.- le dicta al niño que llora con el dulce en la boca pero en silencio.

Apuntando al lado contrario al que se fue Theo. Pudo haber ido por ahí si no fuera por el chillido de otro niño. Da una mirada al traidor y va tras el rastro de Theo.

Dentro del laberinto la cobija de Theo ya forma un capullo a su alrededor como una oruga apretujada en la esquina más oscura de los túneles. El recuerdo de verso interrogado por la pareja y la mueca de la mujer cuando le pregunto por su labial, sintiéndose estúpido cuando se fueron sin decirle nada. Mas el castaño que no volvió no importando cuanto le espero para encontrarlo sentado en la plaza.

Sus lamentos se detuvieron al ser aplastado por este niño tan molesto que lo aprieta con un abrazo completo.

-Eres mi amigo, decidí que somos amigos, no puedes dejar de ser mi amigo.- le sentencia mordiendo su mejilla.

La cara de Theodore se vuelve granate mientras forcejea.

-Mentiroso ,eres un mentiroso…- murmura ya siendo su voz un hilo quebradizo.-Eres un camarón.- le acusa nuevamente.

El niño le suelta, limpiando la sangre con el dorso del brazo.

- ¡No podía ir ahí , mira!- arranca de su cara el parche.-No les gusta como me veo , Theodore.-

Su amigo retrocede al instante, enmudecido por la cantidad de sangre en la esclerótica, era casi monstruoso ver ese ojo carmín observarle con lágrimas espesas colgando de las esquinas.

Talvez la situación era demasiado incluso para el castaño, dejando caer las lágrimas por su rostro y la sangre recién limpiada se extiende por la ropa en finas gotas.

-No les gusta tenerme cerca ahora , y yo creí que si les caías bien te podrían llevar a casa…y algún día volverías por mi.- confiesa con vergüenza su pequeño plan egoísta.-Siempre esperamos que los niños que se van algún día vuelvan por nosotros …pero no lo hacen , no vuelven nunca y yo quiero ir a casa.-baja la mirada al suelo acolchado.-Creí que tu si volverías …pero ya tienes mamá , y yo …yo … no se que hacer ,Theo… no se porque no me quieren, no lo se.- su voz se arrastra con las lagrimas que ahogan sus sollozos.

-Creí…que estabas dejándome.- confiesa Theodore con la voz quebrada.-No… no quiero irme con nadie , quiero ir con mi mamá… y yo te esperaba a ti. -

-Lo siento, lo siento mucho…- balbucea cubriéndose el rostro con las manos.

Solo la franqueza de un niño lo haría decir lo que pensaba.

-Oye…tu mamá esta muerta, ¿Por eso buscas a otra mamá?- pregunta mirando al niño llorar con el ceño fruncido, apretando los puños con fuerza.

El niño asiente sin descubrirse el rostro, confesando sus pecados con el corazón en manos.

-Ella ya no despertó , y me trajeron aquí hace mucho…estoy enfermo ,no veo ni escucho , no puedo hacer nada y por eso me están arreglando. Seré bueno cuando terminen conmigo y podre ir a casa.-

-¿Ellos te hicieron eso en el ojo?- le pregunta tomando en sus manos el rostro del castaño.- ¿Por eso no sabes tu nombre?- un sentimiento muy distinto a la rabia llena su cuerpo, cálido como el resplandor del sol al acércate a su amigo.

-Sé mi nombre…- descubrió su rostro , viendo de frente al niño.-Soy DogDay , soy el líder de las criaturas sonrientes.- murmura sorbiendo por la nariz.-¿Seguirías siendo mi amigo? – pregunta cerrando por un momento los ojos.

El calor de Theo es suficiente para que sus lágrimas se detengan, dejando que las manos de Theo carguen con su rostro y sus mejillas se hinchen al dejarse caer.

Mirando al fin el rostro de Theodore directamente, pareciendo un cachorro callejero buscando el contacto humano.

-¿Te duele?- pregunta Theodore en voz baja.-¿Te duele mucho?- repite mirando su ojo hecho sangre.

-Si.- asiente cerrando los ojos al ser soplados delicadamente por Theo , el frio relaja sus nervios ardientes y puede suspirar dejando caer sus hombros por fin. El dolor no se detiene pero puede dejarse ir, distraerse por el sonido de las prendas de ambos al rosarse contra la superficie del túnel, la respiración suave del menor y su voz hecha de seda.

Recuerdos de un lugar seguro en los brazos de su madre vienen con el calor del niño más alto. Viene de esos delgados y frágiles brazos sobre su cuerpo.

-¿Quieres un beso?- pregunta Theodore en voz baja.

Dog asiente emocionado, después de todo Mommy a sido la única en mucho tiempo que le a dado besos a los niños de la guardería, ya nadie le desagradan los besos. Entonces cierra los ojos y espera de buena gana sus besos.

Son dolorosos los mas cercanos a la zona amoratada pero las cosquillas ganan al dolor, disfrutando con una sonrisa el tacto lento por su rostro. Lentamente van a su frente, quedándose en esa parte por un segundo más, bajando por sus mejillas hasta su barbilla.

Las cosquillas esta vez lo hacen abrir los ojos y ver a Theodore con los propios fuertemente cerrados y hecho un desastre de aspecto vergonzoso, antojándole una mordida a esas mejillas abre la boca con objetivo directo, un mal movimiento para ser Theo quien levanta el rostro y la mordida va a su labio inferior.

Como en sus mejillas no es doloroso pero la sensación en ambos es suficiente para hacerlos retroceder sorprendidos.

-Lo siento. – murmura Theo bajando la cabeza, para él era obvio que este mordelón iba a intentarlo de nuevo… ¿Debió preverlo?

 Es el castaño el que hace lo más raro posible al buscarle el rostro con insistencia, otra vez, repitiendo el acto con curiosidad que poco, muy poco a poco es de parte de los dos. Descubriendo que solo poner sus labios juntos era bastante agradable para ambos.

La oscuridad se lleva el aliento que escapa de sus labios al separarse y mirarse uno al otro en calma, un sentimiento de sosiego adueñándose de sus cuerpos agotados por algo que no comprendían aún.

Las risas lejanas de algunas niñas los hace desviar la mirada tornándose rojos en menos de un segundo.

-Tengo hambre. – interrumpe a Theodore después de un minuto de embarazoso silencio.

El castaño asiente poniéndose el parche a fuerzas.

-Yo te ayudo. – lo detiene Theo haciendo girar para tener al alcance su nuca, atar el parche es difícil al haber roto la cuerda y necesitó una tira de la cobija para atarlo.

Dog no esperaba que arrancar una tira de tela le fuera tan sencillo a Theo, fue curioso verlo despedazar con dientes un pedazo de algo que parecía apreciar con mucho sentimiento.

Envidio esa ligereza y deseo sentirse tan libre como Theodore.

Dejar el túnel gateando es divertido cuando se empujan uno al otro, rodando por una empinada qué los lleva a la zona de salida. Relajados esta vez al darse cuenta de la agradable libertad de ignorar a los visitantes para quedarse juntos sin seguir las instrucciones de ningún cuidador.

El castaño en el camino le tomo la mano a Theo, andando juntos de camino a la cafetería con el ruido de los niños y visitantes alrededor. Siendo algo que apenas nota Theo, la ausencia de Kissy al igual que Huggy, dado que deberían estar por el lugar jugando con los niños.

-Me gustó besarnos. – dice de sorpresa el castaño. – Te sabía la boca a melón. –

Theo soba su mano libre por la pernera del pantalón, para quitarse el sudor que su compañero había mencionado en el teleférico, antes de ofrecerle unos de los tantos dulces.

-Mami nos dio bastantes cuando subimos. – ofrece con una sonrisa.

-Gracias. – los lleva a su boca para sacarlos del envoltorio con los dientes, todo con tal de no soltar la mano de Theodore, logrando llevarse unos a la boca.-Este es de galleta. – sonríe victorioso.

-No hay de galleta. –

-Si hay, saben una galleta amarilla. –

-No creo que exista un caramelo de galleta amarilla. –

-Si, me lo estoy comiendo. – le recuerda mostrando el dulce en su lengua. Se arrepiente cuando Theo se lo robó de la boca con un movimiento de manos rápido para llevar a su propia boca sin piedad alguna y con una sonrisa se burlo de su cara.-¡oye!- exclama sacudiendo sus manos unidas.

-Es vainilla, sin sabor galleta amarilla. –

-Estás un poco loco, vaya. – se queja sacando otro dulce de su bolsillo. – Me los das apenas y lo robas, vaya amigo. – suspira como un anciano lo haría y abre el siguiente dulce.

-¿Ese a que sabe?- pregunta curiosa.

-No te diré. – le gruñe entre dientes sin abrir la boca demás, recordando la hora se giro sin soltarlo, gritando a la plaza ya los niños en ella. -¡¡Chicos, vamos a comer!!- les recuerda haciendo eco con su mano.

Theodore se erizo con el tremendo bramido del castaño.

Pronto una ola de niños se dirigió a la cafetería entre gritos y empujones apenas controlados por los cuidadores que no lograban seguir el ritmo.

En el camino DogDay se detuvo halando la mano de Theo.

-Oye, Theodore. – lo llama y encamina a un lado contrario a Dulce Hogar.

-¿Qué quieres hacer? – le pregunta mirando su cabello revuelto.

Por esta vez el niño se ve bastante orgulloso al llevarlo frente a una máquina expendedora.

-Si quieres un jugo de las maquinas puedes usar un número. – le apunta al control y rápido toco cada número para sonreír al ver que si funcionó. – Elije, vamos. – lo insta con los puños apretados y una sonrisa enorme.

Theodore miro al control qué brillaba ya su mirada alegre y ansiosa.

-¿Enserio? – cuestionó nervioso.

-Elige, vamos. – anima mirando alrededor.

Theo dio un paso adelante viendo a las opciones con duda. Dulces, pastelitos y refrescos. Las opciones eran demasiadas y su cabeza se sentía bloqueada.

Toco tres opciones esperando ver que sería lo que ha elegido.

Observando ambos como sale rodando una botella de refresco amarillo, un pastelitos de chocolate y unas galletas con bombones. DogDay levanto las cosas y las coloco en sus brazos con una sonrisa más tranquila.

-¿Te aprendiste el número? – le pregunta mirando sus ojos violetas.

El niño avanzando bajando la mirada, encontrando ese último vistazo a la almendra en su iris.

-No. –

-Son 1 – 3 – 12 – 27… repítelo. -

-Uno…-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las visitas terminaron una hora después, despidiéndose algunos niños en la puerta del teleférico.

Siendo su amigo castaño uno de ellos por alguna orden qué le dieron los cuidadores.

-¿Eres un perro?- murmura para sí mismo, viéndolo levantar un cartel coloreado por los niños del lugar, parecía que el niño que estaba llorando en los túneles no era ese que ahora salta y da vueltas como un juguete de cuerda. No parecía un niño que necesitara ser arreglado, no cuando incluso era mejor que él mismo para convivir con adultos y otros niños… ¿Le estaban haciendo daño apropósito?

Necesitaba hablar con su papá.

-¡Niños de grupo 2, a dormir!-

Su mirada va del cuidador al castaño, era triste pero no tenía tiempo, suspiro regresando a la guardería sin poder despedirse.

La noche para su sección es presente al entrar al ala propia.

Su compañero entró ya bañado y cambiado para tirarse a dormir como un pescado muerto.

 

 

 

 

 

Con el tiempo se a acostumbrado a dormir por horas o no dormir, siendo esta vez su decisión el no dormir.

Espero sentado en su cama por bastante tiempo, tiempo en el que se acabaron las galletas de vainilla y la soda, antes de escuchar el segundo canto del gallo avisando de las puertas abiertas en otra ala de Dulce Hogar. Tomo su cobija y corrió fuera de su cuarto esquivando a los cuidadores qué conversan en los pasillos. Entrando al aire acondicionado y saliendo por otro cuarto.

En este movimiento se detuvo pensando, recordando que no había visto a su amigo ni a sus compañeros antes de esa escapada en la Play House, entonces el ala de ellos debía estar mejor asegurada y con un aire acondicionado separado del resto… así que su papá. . seguro no sabía de ellos antes de que lo escuchara con él en los túneles.

Entonces alguien sabía que debía tener conocimiento de que su papá podía moverse por el lugar, ¿Por qué separar a los niños de él?

-Hay algo raro en el aire acondicionado. –

Sus pensamientos cambian de dirección en el momento que escucha a un cuidador golpea la puerta donde se detuvo a pensar, paralizados por el miedo al reconocer la voz de ese cuidador. El peso del agua helada le hace perder el color de su rostro y solo desear volver al túnel junto a su amigo. Este hombre lo golpearía lo volvería a hacer, y nadie lo ayudaría otra vez.

-Te tengo. –

Su cobija lo cubre al ser atrapado por la garra, llevado de un tirón por el pequeño espacio, girando y cayendo, subiendo y aterrizando en el suelo metálico con fuerza.

-Papá… - exhala al verso a salvo, reconociendo el metal que lo cubre completamente.

-Que no soy tu papá …- le corrige la voz masculina.

A sido su papá quien lo a sacado de ahí, otra vez lo salvo cuando más lo necesitaba.

Sus ojos comienzan a lagrimear al procesar la presencia de su salvador, aferrándose a la gigantesca garra con fuerza, ignorando qué el rose abre rasguños pequeños en su piel, solloza agotado en el frío que siente como un hogar.

La repuesta al llanto del menor, es un murmullo suave, algún tarareo que es provocado por cada una de las voces en un delicado poema monosilábico.

-No te duermas , debes mantenerte despierto, Theodore. – le insta con la voz femenina mas madura.-Vamos, Theodore . – es su voz la última en hablarle, aquella poderosa voz capaz de hacerlo sintiéndose protegida.

Sus rodillas estaban débiles por haber sido jaloneado de un lado a otro pero pudo mantenerse de pie gracias a recargarse en la garra.

-Hay demasiada electricidad pero solo necesitamos que vayas a las oficinas, hay un joven tonto que nunca nos delatara y te dará algo muy importante, por favor ve con él.- le da una instrucción bastante directa con esa voz severa.

-Si te atrapan no podrás volver a hablar contigo, así que por favor ve con cuidado. – le repite el pedido apuntando con uno de los dedos metálicos a la parte superior del lugar.

Al seguir su dirección es cuando Theodore comprobó qué no estaba en la guardería ni en ningún lugar que conociera.

-¿Dónde estamos?- pregunta mirando asustado a cada oscura sombra del lugar. - ¿Qué es esto?- su cobija es un refugio inútil mientras más mira lo que parecen dientes de bestias sobre su cabeza.

-Esta es la cueva donde la guardería es ocultada al mundo exterior, Theo, no tengas miedo… se que eres bueno en la oscuridad, ¿Recuerdas cuando nos conocimos ?- esa garra toca la mejilla del niño con tanto cuidado que no llega a hacer ni un rasguño sobre su piel. – Eres increíble , lo sé desde que me saludaste en vez de correr. – esa voz tan áspera era como solo el papá que siempre soñó debía ser, tan valiente y bueno como un ángel.- Eres el niño más PERFECTO para el trabajo .

Ve a la garra iniciar el plan al revisar el lodo entre las piedras antes de irse por uno de los conductos de aire.

El silencio parece ser la pistola de inicio, debe asentir serió como señal de su seguridad, llevando la cobija enrollada sobre sus hombros, subiendo las plataformas de metal, observando a la garra cubrir con un insecto las cámaras de seguridad a su paso.

Las puertas estaban rotas cuando llegaba, abiertas por las rendijas como si un cuchillo las hubiera atravesado al centro, solo debía empujar para entrar.

Una vez dentro se detiene al ver a tantas personas dentro de distintas habitaciones, gritando y discutiendo, todos eran adultos. Su cabeza se siente ligera pero el sonido de la garra lo hace seguir, apretando la cobija en sus hombros como si quisiera desaparecer en el interior.

Avanza tras el rasguño qué apenas es audible, todo por este pasillo de alfombra fea y beich.

Entrando a una habitación pequeña con una computadora y sillas apiñadas en el interior. No solo eso se apretujaba en ese lugar, sino también un joven de aspecto cansado que duerme en una silla, cubriéndose la cabeza con los papeles revueltos.

-Despierta. – es la voz femenina la que ordena con un quejido enojado.

La respuesta no llega, el joven estaba aún dormido.

Theodore observa al joven, desviando su atención a la placa de su bata tirada en una esquina.

-Henry… - lo nombra picando la mejilla pálida con un lapicero.

Solo el rose hizo despertar al joven, sacudiéndose como si una araña lo hubiera mordido.

Theo utiliza ese salto para dar una mirada a los planos en el escritorio.

-Esta haciendo manos… - analiza sorprendido por el montón de números alrededor de una mano coloreada de rojo. - ¿Por qué manos?- pregunta mirando al joven.

Era un adulto qué no parecía uno, solo parecía un chico alto que se había perdido, era raro verle entre tantos adultos viejos y gordos.

El mencionado le observa.

Entonces comprendió que… eran parecidos.

Los dos desconfiaban, los dos estaban perdidos, estaban intentando escapar y no confiaban en nadie. Estaban haciendo lo posible sin saber como, solo intentando, solo fracasando una y otra vez. Más aún… parecía estar tan asustado y triste como él.

Su mirada se mueve de ese rostro agotado sobre el escritorio. ¿Alguna vez se vería como él al crecer?

El joven revisa el cajón del escritorio, sacando una lata de dulces metálicos azul, torciéndola para despegar la tapa y del interior se asomo un papel blanco, lo estira hacia Theo con el ceño fruncido. Mirándose directamente uno al otro sin tambalear se al ser aceptado el papel.

-Gracias. – dice Theo abrazando el papel a su pecho.

El joven desvío la mirada de su rostro al escritorio, volviendo a lo que parece ser su trabajo.

-¿Me puedes dar los dulces?- pide mirando los caramelos en el interior.

El joven rápidamente vierte el interior en un sobre de papel y se lo entrega tirando la lata al interior de su cajón. Es claro el mensaje tras la brusquedad con la que lo hizo : ¡Lárgate!

Su duda no puede durar por mucho, parece que la garra ya tenía una forma de sacarlo.

Apagando las luces.

La oscuridad era su compañera y el era bueno en ella, lo dijo nada más lo trajo consigo.

-Ve derecho , yo te ayudaré.- asegura la voz femenina.

Theo escucha y cree en él, saliendo de la oficina para ver el lugar volverse un caos, con el doble botón apretujado en su pecho. Esta vez salir de las oficinas conlleva el correr a oscuras entre adultos que gritan asustados mientras corren de una habitación a otra.

El joven se incluye al desorden apuntando al techo con una linterna que llama la atención de los adultos más cercanos.

Theo huye entre todos sin mirar atrás en ningún momento.

La garra lo recibió nada más salió del lugar tomándole con la cobija para llevar devuelta por el mismo aire acondicionado, de vuelta a dulce hogar.

Lo habían logrado.

La risa en su pecho no se queda ahí, carcajeando junto a la garra qué suelta risas revueltas y pregrabadas qué no podrían opacar las risas de la voz severa que resuena junto a la alegría del niño en su poder.

Solo un poco más… solo un poco más para huir.

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                   ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

Las luces parpadean por alguna razón desconocida, parecen ser los fusibles colapsando.

-Este lugar no está preparado para el consumo eléctrico, vamos a volar en mil pedazos si no actualizan los circuitos. –

Las quejas son de un par de científicos, almorzando fuera de la sala blanca visible por la ventana de una vista, siendo donde uno de los gigantes se encuentra desparramado en una mesa a control de las correas en sus extremidades.

-Solo mira esta comida, ¿Podría haber un sándwich más frío en el polo sur?- se burla sacudiendo el almuerzo y el interior se cae sobre la mesa.

-Si, podría estar más helado en la cama de tu esposa cuando si estás con ella. –

-Cállate, maldito. –

-Es helada a menos que el vecino le visite. –

-Son unos bastardos. – gruñe ofendido por las risas de sus compañeros.

En el interior las correas se aprietan cuando una ola eléctrica hace nuevamente latir el corazón del gigante rosa, arrancando un brusco alarido de dolor de la criatura.

Por el pasillo externo más cercano a esta sala se ve el paso de un grupo de operaciones con una camilla cubierta de aparatos.

Sobre esta hay una niña con la mirada perdida, aspirando por una mascarilla que no puede ocultarle la falta de piel sobre su cuerpo. Sollozando sin poder hacer más que dejarse llevar por la oscuridad.

 

 

Todo es observado por un hombre, sobre su asiento de cuero y la presencia de una visita fuera de su oficina.

Debe cerrar las cámaras y acomodarse la corbata antes de tocar el comunicador para dar pase su secretaria a la pareja.

-¡Señores! ¡¿A que se debe su visita?!- saluda a los dos con una gran sonrisa.

-Antes de que siga, señor Elliot, debemos hacerle un par de preguntas sobre este lugar. Esperamos que pueda cooperar con nosotros.- dan un vistazo al pasillo que parece haber al otro lado de la oficina, uno oscuro que los llevaría a algún lugar diferente en el mismo piso.

Ludwick mueve, con un sonido chirriante, la flor de aspecto caricaturesco de un lado a otro del escritorio para liberar el espacio frente a sí, sonriendo a los oficiales con seguridad que de ser distinto su aspecto mayor podría ser el acto coqueto de un joven estudiante. . que no toma enserió al mundo.

Una ominosa sensación de peligro los sacude con ver esta actitud más allá de los comerciales de juguetes, era perturbador presenciar esta persona, igual a una serpiente a la que aún no le encuentran la cola ni cabeza.

Esta víbora continúa con su actuación, mostrando un gesto amable al levantar las manos en respuesta a la entrada de su secretaria con una bandeja de aperitivos.

-No estamos aquí para socializar, señor Ludwick. –

-Si ya lo sabré, ¿No es claro que apenas es mi primera comida?- le parece jugar una broma al ponerse la servilleta en el cuello del traje.

Ambos oficiales comparten una misma mirada desagradable al ser burlado tan pronto.

-No interrumpiremos por más tiempo, solamente se espera que usted nos proporcione las respuestas qué se necesitan en nuestra investigación, ¿Lo entiende, señor?-

Es lenta su respuesta por lo que parece la complicada tarea de cortar un pedazo del filete en la mesa.

-Por supuesto, ¿pueden decirme que quieren, señores oficiales? – término llevándose la carne a la boca.

Del saco de uno de los dos es sacado una carpeta amarilla, nueva y limpia con registros que son mercados por tinta y el sello de la compañía brilla en el encabezado.

-Hemos notado un cambio extremo en su movimiento mercantil, señor. –

Asiente llevándose un vaso de jugo amarillo a los labios.

-Nuestros empleados formularon estas bebidas, se las recomiendo, son muy sanas y buenas con brandy, pero no se lo cuenten a mi mujer, la enloquecerían si supiera que aún bebo en el trabajo.– revuelve algunos pedazos de zanahoria en su plato. – Detesto hacerla enojar pero el alcohol está en mi sangre… a veces creo que divorciarnos la haría libre… pero la quiero, ¿Entienden de lo que hablo? El amor es raro, extraño ser un niño que ama sin pensar en tantos contra tiempos. –

-Veo que esta en una buena relación. – murmura frustrado.

Era bien sabido que este hombre estaba divorciado hace tiempo, siendo escucharlo delirar una gran molestia.

-Es porque cuando veo a los niños amar mi corazón se vuelve de peluche, estoy seguro de que los niños serán el futuro y será bueno, solo hay que darles la forma que necesitan para defenderse de nosotros, los viejos.-

-Puede que tenga razón. – la cara de este oficial se relaja sumergida en la calma del hombre, era arrogante pero no parecía ser algún delincuente. -Estoy criando a dos niñas con mi esposa, ella hace todo pero las niñas aun me ven como parte de su vida… creo que será doloroso cuando se den cuenta de cuanto les hemos llegado a fallar al crecer. –

Su compañero no estaba de acuerdo con que se dejara manipular ni abrir la boca sobre asuntos personales. Volviendo al tema principal los interrumpe.

-Primero que nada, ¿Puede usted decirnos que clase de animales alimenta?- le cuestiona directamente.

El gran hombre de los millones inclina el rostro con una gran sorpresa en su rostro.

-¿Animales? No, señor, aquí solo hay juguetes, niños y mis agradables empleados.- dicta contrariada, moviendo con ello el tenedor que estaba utilizando. – No estamos listos para albergar animales, al menos no en los próximos tres años. –

El oficial no se quedó con esa respuesta, continuando sin importarle cuanto paree un desvaríos sus preguntas para el hombre.

-Hemos registrado una gran cantidad de alimentos traídos a este lugar, en total unas par de docenas de toneladas parece que son demasiados para los niños y adultos que hay contados en su fabricación.-le apunta picando con los dedos esas páginas en la mesa.

El hombre sonríe aplaudiendo ansioso por la fricción obvia que este policía estaba fabricando en un segundo.

-¡Muchos de mis empleados permanecerán en labores durante las fiestas y hay muchos productos en creación! Es solo que si les dijera mas podría perder mi trabajo por confiar secretos de la empresa a exteriores, ¿Puede comprenderlo, oficial?- parece sinceramente preocupado.

-Solo queremos saber algo, solo una cosa y que nos diga la naturaleza de las acciones de Play time co. Eso es todo.-

Es la sonrisa del hombre mucho más grande al responderles con una inclinación de hombros.

-Son solo experimentos que consumen bastantes alimentos crudos, nada que se salga de nuestras actividades comunes.-

-También sabemos de la contratación de personas no muy bien vistas por el estado, ¿Puede decirnos como contacto con tantos inmigrantes?-

-Más la contratación de tantas minorías es preocupante cuando sabemos que sus raíces son preocupantes para la nación y los buenos ciudadanos. -

-Eso incluye a su secretaria, ¿Sabe cuántas vidas nuestras fuerzas perdidas?-

-Mi asistente es de Cuba, ¿Cuántas leyes quebranto con ello? Ninguna. Igual que con todos mis empleados de raíces fuera del país, ¿Qué tiene de malo que les de medios para colaborar con el país?-

-También a trajo una ola de injurias a dios, homosexuales y mujeres sin registro laboral fuera de esta compañía. –

-Es un poco absurdo el rumbo de su interrogatorio, señores.- deja de lado su comida.

-No parece convincente una fábrica de juguetes para ocultar una refinería de drogas, ¿No le parece?-

Dejo el filete en paz.

-Es por eso que ninguno de mis empleados ni nadie dentro de nuestras filas se atrevería a tal cosa. Entonces le recomiendo que no vuelvan a menos que traigan una orden de la figura de autoridad que tenga el tiempo para escuchar tantas estupideces. –

-Esta ofendiendo a un oficial.-

-Y ahora también les pediré que se retire, ahora mismo. –

Al parecer la secretaria ya esperaba este resultado, abriendo la puerta para dejar entrar al menos a cuatro guardias de seguridad con trajes de color gris. Observando a los policías con molestia.

-Bien, pero más vale que haga algo respecto a la calidad de su compañía. –

-La calidad de mi compañía será superior cuando un par de supremacistas se retire. -

-Usted está cruzando la línea y el estado no lo tolerara. –

-Yo soy el único que sigue tolerando a los idiotas qué oscurecen el camino de los niños que estoy formando para un gran futuro. – los apunta. – Largo de mi compañía, ¡Ahora!-

Los oficiales salieron de su oficina, cerrando la puerta su asistente para quedarse en silencio.

Ludwig vuelve a su silla, cubriendo el rostro con una mano a la vez que mueve la otra con prisa.

-Llévate esto, lo arruinaron.- se queja desparramándose en la silla, la vejes vuelve a él como una máscara qué se cae. – Estoy cansado de esta gente, de su estupidez repetitiva y esas maneras neandertales de juzgar al mundo. –

No hay respuesta, su secretaria y su asistente compartían ese silencio pactado en su contra. Demasiado serias para bromear y demasiado frías para seguir cualquiera de sus intentos de conversación. Ahora su asistente retira los platos con esa expresión helada pero cargada de reproches. Un segundo después entró su asistente, cruzando miradas con la secretaria.

Ludwig comprobó la presencia de su asistente antes de recomponerse en su asiento.

-Tienen razón, hay demasiados camiones diariamente. –

-Solo el experimento 1170 consume setenta libras de hueso y carne diariamente. – le recuerda Revisando los registros en su tableta, anotando con un lapicero las últimas declaraciones de los oficiales. -Puede ser que su consumo solo sea mayor conforme pase el tiempo. –

-El gigante nunca engorda, ¿A dónde va toda esa comida?-

-Su metabolismo, señor… debería leer el informe de nuestra psiquiatra en jefe. –

-Soy un sociopata y narcisista , sufro de megalomanía qué no es apto para el contacto con otros seres humanos. Ya lo leí, nada nuevo. –

-Yo hablo de la encargada de los experimentos, no de su psicóloga charlatana. –

-¿Señorita aterradora?-

-Claudia Montero.-

-Sí, aterradora. –

-Su estudio sobre los efectos de las hormonas en los experimentos y su consumo de alimentos ligado a ello. –

Su jefe parece pensarlo por más tiempo de lo esperado, decidiendo sacar del montón de papel dirigido a la trituradora para leerlo seriamente.

O lo haría.

-Señor, la guardería a perdido la energía. – es su secretaria agitada quien entra con el teléfono en la mano y lo amplía a su dirección. – No saben que ocurrió, señor, debemos encontrar como hacer algo pronto o las jaulas de contención quedarán abiertas.-

Su jefe tardo unos segundos en reaccionar, sonriendo y después carcajeándose.

-Envíen al equipo ingeniero a ello, no podemos dejar a los niños en la oscuridad, que los suban a jugar hasta que las luces se recuperen. – ordena desde su lugar. – Ese chico, Henry deberá esperar más por esa cita con sus fisicoculturistas. –

 

 

 

 

 

 

-¡Porque hace tanto calor!-

La cabeza del joven se inclina observando a sus compañeros retorcer sus trajes de protección.

Por su parte, está colgado de un arnés desde muy alto sobre la guardería y su sistema eléctrico, lo que lo hace sudar mientras comprueba el gran corte en los cables.

Gran forma de despertar tras la visita del monstruo y su mascota fue ser amarrado a un cable y subido a más de cincuenta metros para arreglar el cableado. 

Si él no fuera una persona sería e incrédula, podría jurar que los cables habían sido destruidos por las gigantescas garras de un oso. 

Su piel se eriza con un escalofrío, avanzando por la gran barra de metal en busca del fin de este corte vertical.

-…¡ya vamos a jugar, Dog!-

No debería poder escuchar a los niños que han sido subidos por Mommy, pero lo hace por el eco de la cueva.

-Solo quiero esperarlo. – les parece recordar un niño a la orilla de la seguridad del teleférico .

-Igual y ya esta con los demás. –

-Nosotros subimos primero. – les recuerda.-Pueden irse, yo lo espero. –

El girarse es un error. Pudo ver y reconocer a ese niño de inmediato. Ese parche era la muestra fresca de lo que tuvo que soportar en esa sala.

Las náuseas que el malestar a culpa lo hacen sentir vuelven a su avance nulo, observando a los niños que acompañan a este con celos bien marcados en más de uno.

El teleférico vuelve a subir por la fuerza de Mommy, la que tiraba de la cadena con sus brazos retorcidos. Nadie parece demasiado impresionado por su fuerza, solo concentrados en sus propios trabajos, ni siquiera el potencial de su poder.

Solo puede quedarse quieto mientras ve a ese niño correr a las puertas para atrapar en sus brazos a la mascota del monstruo , girando con gran ahínco al levantarlo y reír como si fuera la primera vez en siglos que vuelven a encontrarse.

 Aquella presencia que hace tan feliz al niño experimental es quién colaboraba con el demonio que lo trajo a este resultado.

-Esto no saldrá bien. – murmura volviendo a su trabajo con el eco de las risas de los niños.

Descinectandose al concentrarse en el gigante azul que lo observa desde el suelo de la guardería.

Una sonrisa que no puede corresponder.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

La relación de Catnap y 1006 puede ser tomada como la que se desarrolló entre un padre adoptivo y su hijo, aunque solo es por un lado.

Se tuvo un beso del otp 🎉

Gracias por leer.

Chapter 3

Notes:

Hola otra vez, ¿Han notado que no soy mala?

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Desde hace un tiempo la electricidad a estado fallando en la guardería, parece que los cables han sido cortados o algo así escuchó Bubba de los ingenieros que pasan por el techo.

Ya han sido cinco días de agónicas altas temperaturas justamente cuando deberían estar en la casa.

Los niños se han repartido por las habitaciones de su ala , buscando alguna brisa que les ayude a recuperar la paz.
El calor es cómodo cuando es controlado , no ahora que esta mas allá de todas sus fuerzas.

-¿No podemos ir fuera de casa?- se queja un niño pequeño.

La cuidadora también estaba agitada , tragando seco por el calor que la estaba ahogando , se rinde mirando a los niños , abriendo las puertas para dejarlos salir y aspirar ella misma una gran bocanada de aire frio , muy diferente al ambiente encerrado en Dulce Hogar.

Amabas su trabajo pero esto era inhumano, obligarla a cursar el trato de las temperaturas con los objetos de investigación era injusto.

Este grupo bajo su cuidado era el de DogDay y sus compañeros , saliendo juntos y tan sudados que casi eran charcos andantes.

-Vamos a la piscina.- les dice en tono de orden el rubio.
Los niños asienten siguiendo el camino de memoria.

DogDay se quedo atrás , llamando a los niños que habían preferido recostarse en el césped.
-¡Chicos , vamos a la piscina!-

-Llevamos dos meses así , ¿Por qué hace tanto calor?- reclama con un quejido Bobby , tomando la mano de Picky , la cual parece un zombi solo por seguirla sin pensar en otra cosa que el sudor de su frente.-Ya no quiero estar así mas tiempo … Bubba , has algo cariño.- le pide al niño mayor después de DogDay.

El rostro del abatido niño se ilumina con una sonrisa temblorosa.
-Ya veré que hacer , cariño.- le asegura con un pulgar arriba , procediendo a ir con DogDay.-¿Qué pasa con los niños?- pregunta de inmediato.

El niño castaño le sonríe mientras carga a uno de los mas pequeños en brazos.

-Iremos a la piscina , como dijo Kickin , ayúdame con los niños y no se separen , las luces están extrañas y no quiero que se pierdan.- es una sonrisa con la que acompaña sus ordenes pero también es serio , era el mayor y lo mostraba mejor en un momento como este.

-Lo hare , no te preocupes.- le asegura Bubba con ambos pulgares arriba.-¡Vamos , todos al agua!-

DogDay confió en el , llamando a los dos que parecían capaces de dejarlos solos con los niños.

-¡Hoppy y Kickin , adelántense y preparen los inflables!- les ordena mas directamente a ellos.

Como soltarles la correa esos dos corrieron de la mano entre risas y giros qué podrían tirar a un niño al suelo.
-¿Iremos a la piscina?- pregunta el niño en sus brazos.

-Si , ¿Por qué no hacemos una carrera allá?- lo anima al bajarlo y atraer a otros niños.

La cuidadora observa desde la puerta de Dulce Hogar , anotando lo que observa en una libreta. En algún momento nota al niño moreno viéndola fijamente , la estaba analizando con profundidad mientras que su líder continua con el orden de los niños, puede ver que en esa mirada infantil se encuentra un resentimiento y dudas profundas , obligándola a desviar la mirada a su libreta.

Debió ser difícil para un niño el ser dejado con la responsabilidad de los adultos , algo demasiado complicado para un niño, este niño de código Bubba Bubbaphant para ella , pero ¿Entonces que pasa con DogDay? Era claro que los roles que se les impartieron fueron calculados concienzudamente por sus superiores , haciéndola preguntarse ¿Cuál es el papel de el niño listo y mas fuerte que el líder ? Una rebelión no parecía difícil de imaginar. Esto solo puede emocionarle con los tantos escenarios distintos que podrían desarrollarse en psiquis en construcción. La colocaron como la vigilante de los nuevos proyectos por su profesionalismo y estaba feliz , todos y cada uno de sus niños están desarrollándose como le dictaron que seria bajo sus manos.

 

En la PlayHouse la cuidadora brilla por su ausencia , siendo Picky junto a Bobby quienes ayudan a las niñas a colocarse los trajes de baño , tematizados con Mommy y Poppy.

-¿Por qué los niños usan solo un pantalón?- se queja una de las niñas que batalla con la liga de su cabello revuelto.

-Porque a nadie le molestaría que estuvieran llenos de moretones pero una niña debe cuidarse , sobre todo tu piel.- la corrige Bobby colocándole un exagerado batido de crema en el rostro.

-Bobby , aquí no hay sol.-le recuerda Hoppy a su lado.

-¡¡Sht!! Estoy trabajando.- la manda a callar y vuelve a peinar a la niña con cara de fantasma por la crema en su rostro.

La niña no tarda en reírse por la cara de Hoppy.

-¿Por qué tienen nombres tan raros?-

-Ya te dije que es porque soy bonita.- le recuerda con cierto tono exasperado.-Si fuera fea me llamaría Bug´s.-

-Oh…- vuelve a quedarse en silencio y dejando que le revuelva el cabello.

La voz de DogDay las llama fuera del cambiador.

-Deberían ya entrar al agua, esta bastante fresca.-

-No , las niñas deben ponerse bonitas para todo y eso incluye las fiestas en la piscina.- lo rechaza moviendo el peine en sus manos.-Hoy será una fiesta sobre una tienda de té jade y-

Crafty interrumpe entrando con unas barras de colores en mano.

-¡Encontré la pintura de agua , hay que pintarnos a lo loco!- grita con los brazos a los lados del cuerpo como un salvaje.

Las niñas escaparon de Bobby y Picky también fue con ellas.

Bobby bufo frustrada por la sonrisa burlona de Crafty mientras la dejaba para irse con todas al agua , quiso hacer un berrinche pero la presencia de la niña aun sentada en la misma posición.

-¿Ya no me peinaras?- pregunta la niña en la mirándola curiosa de soslayo.

Bobby sonríe animada , reluciendo sus ojos con la emoción que la compañía la hace sentir.
-Ya estas bonita , vamos.- le extiende la mano para ir juntas.

Afuera de los cambiadores los niños juegan dentro del agua , batiéndose con el agua de colores incluso si los flotadores los mantienen arriba.

 

-DogDay esta raro.-

-El es raro , ¿Por qué mas preferiría estar fuera del agua?-

Eran Bubba y Kickin hablando en el centro de la piscina.
-Yo creo que esta cansado … la ultima vez me hicieron correr hasta que me caí.- murmura Kickin en voz baja.

-Su ojo , esta lleno de sangre.- añadió Hoppy con un temblor en su voz.-Ya no se como fingir que no me asusta , chicos, ya paso demasiado tiempo sin que sane.-

-¿Dog?-

-No … lo que le hicieron , ¿Nos harán lo mismo?- susurra Kickin.-No se que podemos hacer para evitarlo y él no dice nada.-

-Yo tampoco les digo nada a ustedes …es…que va volver a doler.- los intenta tranquilizar Bubba. No esperaba que tan pronto rosara el tema sus amigos saltaran con tanto miedo.

-Me hacen pisar cosas que duelen … ¿Si no lo hago me harán eso?-

-Nadie castigaría a Dog …es Dog , es muy bueno y sabe hablar con adultos.-

Hablar de adultos y niños era muy diferente. Los adultos eran extraños y retorcidos, peligrosamente inentendibles… pero Dog sabía hablar con ellos. Y aunque los guiaba y trataba de enseñarles a hacerlo, no habia manera de que ellos se acercara a los adultos.
Hoppy apuntó sin darse cuenta al niño.

-¿Entonces porque le hicieron eso? ¿Por qué duele todo cuando voy con los doctores?- Hoppy ya había subido el tono alterada.

Su discusión es interrumpida por Picky.
-Es el calor , por favor no peleen.- les pide toando el brazo de Bubba , silenciosamente demostró su apoyo con ese gesto.

-No estamos peleando.- le niega de inmediato Bubba , empujándola suavemente hacia Hoppy con tal de no verles enfrentadas.-Debo ir al baño.- les hace retroceder con una mueca , retirándose con paso firme hacia la orilla.

Al salir pudo escuchar a DogDay hablando con Crafty.

-…solo necesito estar aquí , ¿Podrías hacerme un dibujo en el agua?-

-¿A ti? Claro que si.- le acepta ese pedido con indulgente tono , igual a una princesa piadosa.

DogDay parece contento por la respuesta de la niña, volviendo a quedarse en su lugar con las manos tras la cabeza. Es un solo el gesto de un ceño fruncido el que hace a Bubba dejar salir su preocupación.

-¿Te duele mucho? – pregunta sin acercarse aun.
DogDay da una mirada a la piscina, comprobando que no lo estuvieran escuchando.

-Solo estoy cansado, estaré mejor en un momento muy pequeño. – asegura haciendo un ejemplo al mostrar el dedo pulgar y el índice solo un poco separados.-¿Te quedarías conmigo? – esto se lo pide intentando no parecer ansioso por la soledad.

Esa ansiedad había estado presente desde hacía unos días, DogDay insistía en quedarse quieto y solo observarlos. Siendo que si no iba al bloque dos a verse con ese amigo suyo, pasaba el tiempo en silencio o ni siquiera durmiendo.

Parecía un animal moribundo.

Los nervios de Bubba se sienten, puede ser claro consigo y admitir que estaba asustado de acercarse más a DogDay, sabía que no podía ser injusto y dejar solo a su amigo… pero esa herida lo asustaba demasiado. Entonces volvió a mirar a DogDay a la cara, recordando que fue él quién lo consoló cuando llegó aquí.

Tomó aire con las manos unidas sobre su estómago.
-Voy antes por jugó , ¿Quieres de naranja o manzana? – le pregunta ya Avanzando hacia la salida.

-¡Me gustaría uno de uva! – responde animado.

-¡¡Yo quiero uno de uva también!! – grita desde el agua Hoppy.

Pronto más niños dictaron su pedido, Bubba sonrió a todos, se despidió de Dog y con ello se adelanto preocupado.

Fuera de la zona de piscina habían varias maquinas expendedoras pero para usarlas se requería dinero, siendo claro que los niños no recibirían nada de ninguna máquina. Bubba debía ir hasta el refrigerador qué los adultos creen que ningún niño puede abrir por sus códigos. Siendo parte de las puertas en el segundo piso de la piscina, la electricidad continuaba activa incluso si Dulce Hogar la perdía.

Por suerte hoy los cuidadores parecen estar ocupados, puede ir hasta la puerta sin que nadie lo detenga.

-¡Hola! – saluda a la cámara que se encontraba al final del pasillo.-¡Voy a tomar agua! – informa apuntando a la habitación. - ¡Y jugo, gracias!-

Bubba solo necesitó observar una vez a un encargado para recordar el patrón de colores para abrir esta habitación helada.

Adentro las luces son tenues y la comida se apilaba junto a las cajas de jugo, agua y carnes maduradas.
Su boca salivo al ver el jamón expuesto en una mesa, necesitó mucha fuerza para no tomar un pedazo… fuerza que no tenía y por supuesto se dejó llevar al enrollarlo en el mismo papel, tomar el cuchillo y ocultarlo en la caja de jugos qué se llevaría. Respecto al peso, no hay problema, estaba acostumbrado a esforzarse desde antes de entrar a Dulce Hogar.

Salió por la puerta mirando a la cámara.

-Este… ¡Gracias! – exclama nervioso.

No se quedó por mas tiempo, por lo que no se dio cuenta de la puerta que se cerró a su partida.

Bajando las escaleras de caracol con la espalda pegada al muro por los nervios a caer, nota algo diferente pasar por la puerta que conduce a los túneles de colchón.

 

-Ese es Theo.. . – murmura al hacer memoria por el nombre de ese niño alto y raro… lo ponía muy nervioso y vaya que la gente lo hacía desconfiar demasiado desde que entró a este lugar.

Deteniéndose por un segundo a pensar las razones por las que ese niño no iría a la piscina sino a los juegos que seguro estaban ardiendo. Es más, ese chico debería estar con su bloque en la superficie con Mommy.
Por eso DogDay no lo había ido a buscar, se suponía que no estaba en la guardería.

-¿Qué haces aquí? – susurra sintiendo sus dudas sacudirlo hasta fondo.

-¡Bubba, vamos! –

Mira al otro lado, justamente a Picky con el cabello mojado y escurriendo pintura por sus hombros y su mirada firme hostigando.
Era mi bonita.

-Ya voy, solo… - baja lentamente junto a ella, sonriendo con la cara roja al ser tomado su brazo como ayuda a su equilibrio.

-¡Bubba volvió! – festejo Hoppy al verlos entrar juntos.

-¡¿Te habías perdido, grandote?! – le pregunta Crafty revisando la caja antes de que la bajara.

Los niños vienen hacia él con los rostros iluminados por las bebidas dulces.

-¡Trajiste comida! ¡Eres muy listo, Bubba! –
Su sonrisa se vuelve tímida al ser rodeado por sus sonrisas.

DogDay intervino poniéndose frente a él y entre los niños.
-Debemos tener orden, podrían caer si corren estando mojados. – los corrige apuntando al frente de Bubba. - ¡Fila, vamos! - insta con el mismo tono serio y dando un tirón a un niño para ponerlo en fila.

Es lento por la inconformidad pero cada niño obedece por costumbre.

Bubba dejo la caja y saco el jamón con el cuchillo, cortando el primer pedazo sobre la caja volteada, supo que DogDay gustaba de la carne y estaba mirando con fuerte antojo el jamón desde que lo vio, Bubba estaba consciente de ello he intento darle el primer trozo.
-Gracias. – le dice como si fuera suyo pero no lo retuvo, sino lo paso al primer niño en fila junto a una bebida.

-¡Gracias! – exclamó el niño antes de irse con la boca llena.

Ese gesto tan natural en su amigo ahora mismo, hace sombras en el interior de Bubba…quedándose con el deseo de entregarle el primer pedazo a su amigo herido, frustrado.

Uno tras otro pasaron cada vez más ansiosos los niños.
Su pequeño grupo consiguió su parte después de esperar al último en la fila.

Siendo nada sorprendente que las últimas dos botellas fueran un jugo de naranja y una leche de vainilla.

-Tu elige, Bubba. – le dice DogDay.

El niño le mira preocupado.

-Tu querías uva, ¿Porqué no la tomaste? –

-Porqué entonces Crafty no la tendría, ¡Ten, a ti te gusta la naranja! – le entrego la leche con una sonrisa.

-A ti no te gusta la vainilla. – susurra sintiéndose culpable.

-Esta bien, solo lo dije una vez. –

-Bueno… ten. – lo cambio con rapidez.-Y tu jamón. – le pone en mano el último trozo.

Dog mira el hueso y la carne en su mano.

-Mejor come mi carne, estaré bien con el hueso. – le asegura antes de que se lo devuelva, huyendo con el hueso en mano.

Bubba lo observa sentarse en la mismas esquina, royendo el hueso distraído y sin tocar el jugo.

Su propia porción era buena, y el lugar al fin los había refrescado, pudo comer tranquilo mientras miraba a Picky hablar entretenida con las niñas del grupo.

Sonríe bajando la cabeza, pensando en lo que le rodeaba… en la cuidadora que los deja hacer todo, en los médicos que lo han estado midiendo casi diariamente y la herida de DogDay.

Ese niño raro allá afuera.
-Iré al baño. – avisa con esa misma mentira a DogDay.

El castaño asiente desde su lugar.
Lleva su bebida al ser lo único que no terminó mientras observaba a los niños.

Al subir las escaleras fuera de las piscinas, encontró la Play House a oscuras, algo aterrador para su gusto, pero convenientemente silenciosa pudo seguir el murmullo ahogado por las paredes.

Deja su bebida en el bolsillo de su overol antes de subir sobre una caja de abecedario para escuchar el eco en los túneles.

-… no creo que te puedan ver…. –

-Los gerbos me delataran, necesito que esperes ese día, por favor… -

Parecía que Theodore hablaba con la señorita que daba el tour en los juegos de Mommy.

-No quiero esperar tanto, papá. –

Bubba se sujeto fuerte la boca evitando una exclamación al escuchar esto. ¿Papá? ¡¿Papá?!

-No soy tu papá. –

Bueno… hay cosas que duelen más, como el ojo de DogDay o quemarte cuando comes sopa.

-Quiero ayudarte. –

-Lo harás, haciendo lo que dicen las instrucciones, debemos esperar dos años, solo dos, Theo. –

-Es mucho tiempo. –

-No lo es, si estas conmigo no hay tiempo que sea demasiado largo , Theodore.-

Incluso Bubba se sintió mejor al escuchar ese tono afable, recargándose en la esponja con el cansancio que llevaba en su interior como lastre.

Esta inclinación no fue divertida para la caja en la que estaba subido torciéndose haciéndolo caer con gran ruido, si pareció reírse .

Estaría aterrado si no fuera porque a la vez regreso la electricidad y el vitoreo de los niños lo cubrió. Huyendo a gatas como una rata hacia la puerta de la escalera.

 

Dejando atrás la garra qué casi toma sus piernas.

 

En la Play House Theodore se asoma por una de las salidas de red, bajando con sus manos tan lento como un gato, aunque solo es por la pierna que se le entumeció hace un momento.

-Ay, no… - murmura cayendo sobre la esponja, con un quejido por el estremecimiento de su cuerpo agitado.
Duele mucho.

Seguiría recostado tranquilamente, sino fuera porqué la puerta del lugar se abrió de golpe y pudo ver a ese hombre otra vez.

-¡Theo! – grita al verlo.-¡¡Hoy no te salva ni dios, mocoso de porquería!! – esta vez salto desde ahí con toda la intención de ir a por su cuello.

El niño giro levantándose apresurado, llevando en sus hombros y es en esta ocasión cuando la cobija por primera vez le hizo tropezar. Es por esto que su cabello es atrapado y sujetado con tal fuerza que es puesto de pie.

Su boca se cierra asustado, tratando de hacerse soltar por este hombre al enterrarle las uñas en la mano.
-¡Mocoso… ¡Maldito! – grita soltándolo para revisar rápido su mano, más no es una oportunidad para que lo deje ir sino para patearlo contra el suelo.
No golpearía el rostro qué el niño oculta al hacerse un ovillo, más bien repite el pisotón sobre su espalda, dejando salir la rabia qué lleva rato guardando recaiga en el menor.

Ignorando las canciones que comienzan a romper el murmullo frío del silencio con voces infantiles.

Para Theo el dolor es repetitivo, apretando los puños sobre su cabeza y tratando de desaparecer antes que seguir soportando el dolor. Recordaba más que nunca la razón por la que este hombre pasaba tanto tiempo acosándolo, era un tonto al pensar que podría hacer algo en ese momento. Sollozando asustado por cuanto podría durar la paliza, sabiendo que si su papá interviniera sería descubierta su mano fuera de la jaula. En Dulce Hogar era tanto tiempo solo para esperar a que Kissy o Huggy se acercaran a buscar al niño que faltaba, no como en los túneles en los que se sabía a salvo, donde conoció a su papá.

Entonces la sangre cae por su mejilla pero el dolor había parado al fin.

Mira entre sus brazos , descubriendo a los pocos niños de ese grupo extraño… entonces decidió girar abandonando su posición en el suelo.

Viendo con el corazón en la boca como ese castaño golpeaba con algo grande la cara de este hombre. En silencio y sin una sola mueca más allá de unos labios apretados en una línea fija. Sin problemas para observar por un milisegundo la piel que no haya golpeado para dar el siguiente impacto en ella. Los pedazos de ese objeto se incrustan o rebotan junto con la sangre, llenando al niño con gotas de carmín.

Tan silencioso y tranquilo, era… increíble.

Sus hombros se sacuden con una nueva ola de lágrimas qué caían por su rostro, las gotas de sangre qué no eran suyas.

-Gracias… - dice apretando la cobija entre sus manos.
El niño parece volver lentamente al escucharlo. Girándose levemente con una mirada relajada.

-Esta bien, estarás bien, Theodore. – asegura dejando ese objeto en el suelo para ir a su encuentro.-No te harán más daño. -

Theo se puso de pie para llegar pronto a su encuentro, y no había miedo ni vergüenza en el simple gesto de estrechar sus manos como un par de bebés que aprenden a caminar, incluso cuando quien lo defendió era más de una cabeza más pequeño.

El ruido de una toz los hizo alejarse aún de la mano.
Aquel cuidador se estaba re incorporando con esfuerzo, dejando salir sangre de su boca reventada, mirando con el ojo que si puede abrir, al suelo donde un astillado hueso lleno con su sangre esperaba.

-¡Niño, bastardo!- arremete en gritos mirándolos a ellos.
Esta vez Theo perdió color, tratando de llevar atrás al castaño, más su expresión cambia bastante al ser arrastrado atrás por las manos de la niña conejo y el rubio qué ya estaba llorando asustado.

-No te levantes. – ordena con voz rota la niña , apretando a los dos tras su espalda.

-Aquí no se han encendido las cámaras, joder… - se levanta incluso si la niña parece gritar asustada por su osadía.

Era mucho más grande que ellos, era casi un monstruo frente al grupo de niños.

-No vengas. – intenta gritar Theo pero su voz es apenas un hilo delgado de tonos tristes.

Aquel hombre parece estar cansado de ellos, acercándose sin dudas y tan furioso que su rostro era apenas reconocible como humano.

-¡Que te alejes!- chilla la niña retrocediendo asustada.
No lo hizo.

Theo se volvió en un segundo algo tan frágil como para caer de rodillas con las manos aferradas fuertemente al castaño, temblando con los ojos rojos por las lágrimas.

-Esta loco. – murmura Kickin arrastrando la espalda del niño grande, mirando a la cámara que queda atrás cuando entran en retroceso al pasillo de las escaleras.

-Ya no nos ven. – murmura apresurada Hoppy.

-¡Claro que no, malditos fenómenos!- grita atrapando, antes de que pudieran reaccionar a DogDay por el rostro, golpeando sin dudas su cabeza con el puño libre.

Fue tan rápido como podría ser un adulto, haciendo que Theo gritara aferrándose a sus brazos para liberarlo.

Esto ocurre entre tanto ruido.

El canto de niños que empezó hace quien sabe cuanto, los gritos de Bubba qué golpea con sus puños al cuidador y Kickin pateándolo entre berridos.

DogDay no a hecho más ruido después del primer golpe, que viene con otro más y más, pareciera que el rencor por Theodore se a quedado plasmado en él. La sangre comenzó a caer de los oídos y el parche que no puede contenerla en secreto, cayendo en gotas gruesas capaces de colorear el suelo y a la ropa del niño.

Theo cada vez está más enojado, y golpeando con la vista borrosa.

-¡Suéltalo o te arrancaré los brazos!- amenaza antes de morderlo enterrando las uñas con fuerza.

-¡Mierd… ahaa.. – soltó al niño con un jadeo áspero.
El grupo mira al hombre retroceder con una mano en el torso, mirando a la niña del grupo con sorpresa.

Ella suspira sosteniendo el cuchillo con ambas manos y ojos desmesuradamente abiertos, sin decir nada temblando lo suficiente para parecer una gelatina.

-No quise… no quería… - trata de disculparse pero solo alcanza a balbucear con la respiración agitada, busca a sus amigos con el miedo escapando por sus poros.

Bubba revisa el rostro de DogDay con un sentimiento ominoso en sus ojos húmedos, preguntándose ¿Qué había salido mal? Hace un momento todos estaban pasándola bien… ¡¿Theodore?! Lo mira con sospecha pero solo encuentra el miedo en esos ojos húmedos.
Entonces debía ser ese hombre.

-Dog, reacciona.- lo sacude al no sentirlo respirar y la sangre llena sus manos al tocarlo, apretando el corazón en su pecho. – DogDay… - repite la sacudida mucho más asustado qué cuando ese cuidador los atacaba.
Arrebató el parche llevando la sangre, escuchando a Theodore gritar a su espalda y a sí mismo ahogarse.

En ese rostro ya lleno de moretones y sangre, solo quedaba un ojo vacío de emoción y un agujero sangriento sin nada más que carne reventada y espesa.

-¡¡Dog!! – chilló aterrado y confundido.
Incluso Theodore llegó a sacudirlo entre lagrimas y una verborrea qué se delata como una oración acompañada por ademanes inútiles para reanimarlo.

-… no te mueras, tu no te mueras… - intenta abrazarlo o encontrar de alguna forma hacer que el niño responda. - ¿Por qué me haces esto? – ya no sabía a quién reclamar ni suplicar, mirando al niño y la niña que observan tan perdidos como él mismo.

Solo quedaba ese hombre que sigue ahí, revisándose la cortada en su estómago, comprobando el efecto de sus acciones con el grito del niño que lleva tanto tiempo estorbándole.

El parche en manos del niño y la camiseta naranja, el chillido de ese niño y las ropas distintivas de estos tres toman lentamente valor en su cabeza. Siendo este momento, donde puede escuchar el canto lejano, que parece reaccionar y darse cuenta de a quién y qué golpeó exactamente.

-¡¡Maldita sea!!- exclama dejando de lado el corte en su torso , viene para averiguar el estado del proyecto ya con una premonición austera sobre su futuro si este niño se moría sin cumplir con su función en la fábrica.
Cada maldito científico loco se le vendría encima y ni hablar de su maldito jefe.

-No vengas aquí. – estalló el grito de Bubba abrazando el cuerpo de DogDay en su pecho, siendo un impulso completamente inconsciente el patear a
Theodore solo pensando en alejar a toda amenaza de su amigo.-¡¡Ayuda, ayuda, ayúdenos!!- grita a donde pudiera llegar su voz, la situación los a superado.

Theodore se sintió tan abandonado y solo cuando fue apartado que su cuerpo se sintió helado, recobrando sentido solo cuando vio a ese hombre pasarlo de lado para ir por ambos.

-¡Déjame ver al pequeño pedazo de¡¡Mierda!!- grita con Theo aferrado a su brazo. -¡Mocoso de mierda!- tuvo que pelear tan solo para librar su brazo de la mordida del niño.

Theo estaba aterrado, pero más estaba furioso, cansado de tener miedo solo sentía tanta rabia como para colgarse de este hombre y masticarlo solo deseando poder hacerle pedazos. Quería masticarlo, escupirlo, hacerlo tiras y enterrarlo. Quería tanto hacerlo desaparecer de la faz de la tierra, tanto qué con sus propias manos quería matarlo.

Claro que ni uno ni dos niños podrían con un adulto de su estatura, sacándose a Theo con una sacudida para dar un revés a la niña que muy tarde se había atrevido a correr hacia él con el cuchillo en manos. El rubio apenas se vio superado a huido por su costado, dejando solo al niño con el herido en brazos.

Va directo hacia este para empujarlo con un punta pie, tomando el cuello del niño castaño en su puño, viendo con el ceño fruncido esa cabeza caer sin fuerzas , inconsciente o talvez muerto por sus golpes o el efecto gangrenoso que se había comido su ojo.

No se podía saber cuál fue la razón, solo sabía que podrían joderlo por culpa de este experimento.
-No me van hacer esto…- murmura aterrado por la verdad frente a sí. – No, por un demonio… - lo sacude intentando despertarle, encestando una bofetada qué revienta el labio y la nariz pero no lo hace despertar.

-¡¡Ya déjalo en paz!!- grita Theodore sujetándose al brazo de este.

Es en su creciente desesperación cuando las cámaras vibran, los ojos estaban sobre su espalda y este niño.
Su mente es rápida, llevando al niño a su pecho para girarse con una patada qué dobla a Theodore y lo hace caer de cara al suelo, con bramido qué sacude a los niños en el suelo.

-¡¡Fueron ustedes!! ¡¡Todos ustedes le hicieron esto, a este niño, enfermos!!- los apunta a cada uno avanzando hacia la puerta, aferrándose a su último chaleco salvavidas.

Theo no comprende el hilo de sus mentiras, solamente vio como lo llevaba consigo y el miedo es muy nuevo, temió más que nunca pero no por sí mismo, sino por su amigo. Saltando del suelo a la pierna del hombre con gritos que escapan de su boca sin darse cuenta. Tal vez porque el aire aún no volvía a sus pulmones o porque solo podía llorar.

-¡¿Por qué hace esto, señor?!- chilla la niña llegando a colgarse de su bata. - ¡No hicimos nada, por favor , basta, por favor!- ruega ahogándose con lágrimas.

El canto continúa de fondo, los sollozos qué aumentan con estos tres niños que parecen estar haciéndose pedazos la garganta mientras más gritan.
-¡Papá, papá, por favor ayúdame!-logra decir Theo con la voz arrastrada por la falta de aire.

En un segundo pasaron tantas cosas:

Bubba miró contrariado a Theo.

El hombre se detuvo levantando el puño con rencor hacia la niña que abre los ojos asustada.

La tapa de un respiradero sobre sus cabezas vibro violentamente.

La mano rosa de una criatura se estrelló sobre la cabeza del hombre, arrebatando con la otra al niño mientras azota al hombre contra el suelo.
-Mami esta aquí, mis niños~… - canta irguiéndose sobre ellos en acto protector, sonriéndole a cada uno, exhalando un suave “Hushh”

Kickin entra después con las rodillas raspadas, yendo directo a ver el estado de DogDay.
-DogDay… ¡¿Por qué te ves tan feo?!- gimoteo tocando su cara.-El diablo, te ves terrible… ¿Dog?- intenta despertarlo pero solo puede subirlo a su regazo con la preocupación en su expresivo rostro. -Ese tonto venía por ti, ¿Qué le hiciste?-interroga a Theo qué apenas podía mover su adolorido cuerpo.

-No se… - le miente mucho antes de pensar en ello.- No lo se. – murmura mirando al castaño.

Mommy dejó de mirarlos, volteando a comprobar el estado del hombre con siempre presente sonrisa en el rostro rosa, desviando su mirada a las cámaras que seguramente ya alertaron de su abandono a su territorio.

Vuelve a mirar al hombre bajo su mano, dejándolo libre al apartarse.

Lo que en sus ojos brilla solo fue contenido por el sollozo de los niños, guardando sus intenciones como un secreto. Por ahora.

-Espero suban pronto con mamí. – se despide saliendo lentamente del lugar que apenas es suficientemente alto para contener su cuerpo estirado.

-¿No puedes ayudarlo?- pregunta Bubba tocando su pierna.

-No. Lo siento mucho por mis niños. – debe irse dejando ese sentimiento de abandono en los niños de colores.
Theo puede volver lentamente de el sopor qué el terror le ha hecho experimentar por estos pocos minutos. Observa al respiradero y esa garra asomada por las rendija. No estaba sólo pero aun estaban en peligro.

Mommy estaba por salir cuando la escucho hacer un sonido extraño y retroceder apresurada, subiendo al techo con premura.

Pronto por esas puertas entran varias personas de batas blancas y uniformes azules.

Revisando el lugar y a los niños con lámparas pequeñas, comprobando sus heridas repartidas entre todos.
Exclamando uno de los de bata blanco al descubrir la identidad de DogDay en brazos de Kickin, quien era el más entero de ellos.

-No puede ser que fueras tan estúpido. – murmura uno de los que vestían batas de color blanco directamente al cuidador.

-Veo que los niñeros lo son. – responde otro, el cual estaba con Hoppy revisando la piel quemada por la fricción del cuchillo con su palma.

Un cuarto fue demasiado explícito al reconocer al paciente de la jefa.
-Es el experimento mil–

-¡Tsh!- lo hace callar uno de los científicos presentes.

El regaño siguió al sonido de unos zapatos de vestir que aplastan la esponja del camino como garras de ave el polvo..

-Esto… - frunce el ceño la mujer, solo viendo el estado de su actual experimento supo que esto recaería en su misión y lo que exigía su jefe.-¿Fue ese hombre, niños?- pregunta los presentes.

Después de la cuidadora ninguno de los niños solía ser abordado directamente por un adulto, la experiencia fue aterradora, necesitaron aguantar sus lágrimas, era extraño cuanto desearon ir por un abrazo de esta persona, temblando dejando salir de sus labios solo la verdad.

-Si, él estaba golpeando a Theodore y DogDay lo ayudó… -

-¡Después se levantó y agarro su cabeza, le pego y entonces… entonces… entonces dejo de moverse. –

La mujer los observa uno a uno con el ceño fruncido.

-No nos obligue a correr, me duelen las piernas. - interrumpe Kickin después de haber estado en silencio.

Parece que su pregunta anterior era la única cosa que les haría , al igual que la última vez que les dirigirá la palabra. Haciendo un ademán ordenó llevar a DogDay con ellos.

Una mirada entre todos hace difícil resistirse a la partida de DogDay , limitándose a observar como le llevan en una camilla blanca de tela suave. Un alivio para los tres que sabían lo que ocurría en una de color café o negro.
Más es Theodore quién se adelantó atrapando la camilla por un costado de esta, sacudiéndole por su fuerza.

-Por favor, por favor, quiero estar con él. – lo pide mirando a la doctora directamente.

Esta le da una mirada extraña, baja e indiferente, guardando sus manos en los bolsillos.

-Si regresa es suficiente, no estorbes.-

Su rostro no pudo recomponerse incluso cuando la camilla fue llevada, quedándose con los brazos en el aire, apenas consciente de cómo está haciéndose añicos algo dentro de su pecho.

-Los odio. - dice entre dientes.

La doctora no le dio más atención al dejarlo ahí.
Hoppy llegó por su espalda, tomándole el brazo para llevarlo consigo.

-Ya no los mires, se enojaron mucho la última vez. -le advierte guiándolos al grupo que sigue a la cuidadora que apenas ahora llega con gran perturbación en su expresión perdida. – Señora…– la llama Hoppy.

La joven les mira suspirando antes de dar la primer orden. La frustración por ser dañado el producto confiado a sus manos le hace temblar de la frustración y la impotencia.
-Vamos a descansar, dile a Picky que pueden dejar de cantar. –

 

●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

Las conversaciones entre los inversores y su persona han salido de maravilla.

Hoy más que nunca está cerca de sus sueños.
-Señor Ludwig, ¿Esta usted listo para la reunión con el gabinete científico?-

Sonríe a su alegre asistente, disfrutando de la vista de los niños en su computadora, corriendo de un lado a otro de la zona de juegos incluso a la falta de la castigada Mommy, eran felices con ese perro cien pies qué le daba escalofríos.

-Diana, gracias por avisarme. – le dice con esa gran sonrisa en la boca.

-Es mi trabajo, señor. – le responde fría.
Deben seguir por un pasillo, en este no hay problemas para tomar un ascensor que los llevaría directamente al fondo de la fábrica.

-Buenas tardes, Poppy, querida. – saluda a la habitación roja.

En el interior de ese cuarto la muñeca se ocultó en un libro que parecía haber estado leyendo.

-Estoy feliz por esa creación, es tan bonita como mi esposa de joven. – suspira ya en el ascensor.

La asistente oprime el botón colocándose a su lado para bajar juntos por este abismo oscuro que se ilumina lentamente al paso del ascensor.

Es algo tardado usar este transporte por la profundidad del lugar, aún así se siente como la primera vez conforme bajan por las tinieblas.

-¿Qué sentiste el día que descubriste lo que sucedía en esta compañía?- le pregunta sonriendo.

Su asistente acomoda sus lentes.

-Supe que solo usted me contrató cuando supo de donde provengo y que su sucio dinero blanco es lo que ayuda a mi familia, señor. – responde bajando la mirada al vacío. – No me iré al infierno por lo que soy pero si lo aceptaré por haber firmado con ustedes, igual que todos en este caldero de monstruos, nos espera el infierno.– abre la reja al detenerse el ascensor.-Es nuestro piso, señor. – le informa bajando primero para bajar la compuerta y la escalera para su jefe.

Este jefe baja un segundo después, tomando sorpresivamente su mandíbula.

-Puedes decir mucho con esa gran boca pero como todas las mujeres tu solo eres una buena empleada sin visión más allá de tus carencias, como todos los humanos en mis manos.-

-Le recomiendo qué me suelte ahora. –

-Claro , por supuesto, había olvidado tu regla de no tocar. – recordó al soltarla.

-Usted habla de humanos, ¿Que es lo que piensa ? Debe tener un gran ego, señor. -

-Todos veneran a dios, desde los tontos, inteligentes, niños y ancianos, pero yo… Yo cree a dios. –

-Definitivamente nos iremos al infierno. -

 

La reunión esta vez es en la sala blanca.
Una habitación qué se diferencia de muchas por su interior brillante.

Resaltando entre el grupo de científicos de bata blanca, murmurando en voz baja en el centro.

-¿Quieren explicarme la razón de esta reunión?- pregunta al aire.

Cada persona en la habitación se apartan del centro, abriendo la vista para su objeto de observación.

-Oh, no… - exclama con un jadeo. - ¿Los niños están peleando la tercera guerra en la guardería o a sido un accidente?- les cuestiona sereno.

Bien el niño en la mesa podría tener una rodilla raspada o estas heridas extensas, sería la misma reacción indiferente.

-Un niñero, señor… parece que atacó al niño… no nos ha dicho el porqué ni sabemos nada más, pero el niño debería ser adelantado a su cambio. –

-Su cambio… suena bien. –

-Aun no completamos el punto de la reunión anterior, señor. – le recuerda otro médico.

-El otro punto… oh, si… - observa al niño.

-Es claro que el consumo de alimentos es alarmante, pero un riesgo como el desarrollo sexual de uno de los proyectos podría ser devastador, una ola violenta o rebelde, piénselo.-

-Un desarrollo del tipo personal podría inferir en el consumo alimentos pero también ocasionar desbalances físicos que se desarrollen de maneras qué no esperamos, no podemos arriesgarnos. -

-Escucho muchas razones para decir no y van ganando, ahora quiero ignorar una razón para decir, si. -

-Señor, más allá de las inclinaciones , gustos o parafilias. El desarrollo sexual también conlleva madurez mental y emocional que es necesario al momento de funcionar como personas en una sociedad civilizada. Es la conexión entre personas el reconocer pares o impares. Más allá de la sexualidad hay muchas más razones para permitir que nuestros experimentos desarrollen una personalidad completa y capaz de convivir con otros seres humanos de manera natural. No obsesa o hambrienta como la de nuestros anteriores resultados. –

-Hablas mucho. – mueve la mano con desdén.

-Desechando trabajos básicos y pomposos como Freud, la sexualidad es parte de los lazos de cualquier ser humano pensante. No podemos dar por hecho que estas criaturas sientan un lazo con nosotros o los niños, si en sus cerebros las conexiones que la adolescencia y adultez conllevan cambios conforme el cerebro madura y las hormonas que no se presentan crearán un hueco psicológico al que ya nos hemos enfrentado. Siendo las acciones rebeldes, obsesivas, crueles y poco lógicas de Mommy LongLess sean reflejo del estado incompleto de la pre adolescencia de la materia prima que se… usó. – suspira después de esforzarse bastante por no bajar la mirada por cada una de las personas que silenciosamente le mandaban callar silenciosamente.
– Yo misma no soy… sexualmente activa ni siento atracción por nadie fuera o dentro de esta sala, pero los reconozco y no me atrevería a herirlos por razones que van más allá de sus posiciones sociales , sino por su valor como seres humanos iguales a mí. –

-… eres muy interesante… - coloca las manos en jarra, dando menos importancia al monólogo de la psiquiatra qué a sus zapatos.

-La remoción de los órganos reproductivos es necesario para el control del producto, desarrollarse solo conlleva riesgos que no tenemos porqué tomar, señor. –

-Los desvaríos de una mujer falta de una vida matrimonial no pueden ser nuestra barra de riesgos.-

-Estamos dando vida a otras, ¿Nos acobardamos justo ahora?- la psiquiatra intervino alterada.-Este proyecto será el primero que expongamos, según el itinerario, en diez años la empresa tendrá facciones en todo país con presencia de Play Time Co.- mueve los brazos para remarcar y exponer sus notas. – Más allá de la reproducción, el género físico es un timón para la dirección de la percepción del mismo ser… vivo, la autonomía y la capacidad de decidir sobre uno mismo. Al arrebatarle esa capacidad de decisión en un cerebro en desarrollo la consecuencia es el exceso y es por qué no son animales. Son humanos… son humanos y deben tener la capacidad más básica sobre sí mismos. –

-¿Y cual es la capacidad básica para un juguete? –

-Pues, podría ser la gran posibilidad de ser capaces de convivir, armar relaciones y no identificar a esos mismos lazos como opciones de aperitivo un mal lunes.–

Después de verla tener tal arranque, siguió un silencio cargado de miradas incrédulas, irónicas y divertidas.

-Tu forma cursi de ver el mundo nos traerá la ruina… es una de las consecuencias de poner en este lugar a una mujer y no alguien que se ganara su puesto. –

-Estoy diez años más calificada que tú, lavaplatos. –
La secretaria dejo de ver a los científicos, médicos y psiquiatras discutir entre ellos. Fijándose en el niño de la mesa, un arrepentimiento le hace morder el interior de su mejilla. El producto apenas tendrá diez años.

-Señores. –

Cada empleado se gira para ver al jefe levantar las manos.

-Háganlo, conservaremos el sexo de todas las criaturas sonrientes.-

La psiquiatra extendió su tableta con las formas para su modo de procedimiento más rápido de lo que borra su sonrisa victoriosa sobre sus compañeros.

-Esto es bueno, podemos adelantar el cambio , mientras menos se corte, más pronto terminaremos. –
Ludwick se volteó para encarar con una sonrisa a su secretaria.

-¿No le daba miedo, Montero… - murmura ella con la mirada cargada de enojo.

-Fuiste tu la que me dijo que leyera sus observaciones, y tenías razón, es buena idea escuchar a tus empleados menos reconocidos. –

Entonces será su culpa esta vez.
Todos irían al infierno o serán los que lo traigan a la tierra.

Notes:

Gracias por leer 💞
Al fin comienza lo bueno 🎉
Gracias por confiarse.

Chapter 4

Notes:

Es un gran día y siento sed.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

La mañana del siguiente día fue tan devastadora como su primer semana en la guardería, perdido y llorando bajo la cama. 

Después de que se llevarán a su amigo ese grupo de niños fue llevado a compartir el ala con su propio grupo, escuchando parte de la fuerte reprimenda qué dieron a su cuidadora y las quejas de los niños sobre las altas temperaturas no presentes en el bloque 2. Algunos parecían curiosos por la ausencia de el niño al que llamaban líder. Algo extraño. El comportamiento del grupo de su amigo había sido bastante protector, vigilando a lo que parecía su propio rebaño con más cuidado qué la misma niñera. 

Podía sentir como lo observaban desconfiando sin reservas. 

 

 

 

 

 

La culpa sube por su estómago mientras es enviado a dormir en la habitación qué compartiría con más niños en vista del excedente presente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dos días pudo esperar al impacto de una certeza cruel, dado que a el tercer día fue un golpe de realidad, llegado con el canto de un gallo y las profecías qué le prometían que un mesias revivido al tercer día tendría poder para devolverle a su amigo son dejadas como una fantasía que no abarcaria ninguna piedad para sus esperanzas. 

El gallo y las treinta monedas son la alarma de su bloque al abrirse las puertas y la presencia de una mujer con treinta cuentas de hierro en su cabello atado. 

-¡Hola niños , yo soy Grayber y seré su nueva amiga en la guardería! ¡Estoy segura de que nos divertiremos mucho, y no se preocupen por nada, yo estoy aquí para ayudarles! – saluda moviendo las manos frente a sí.-¿Están todos aquí? – pregunta avanzando por los pasillos.-Veo que son muchos, ¿Pero como se supone que sepa si son todos?- lleva sus manos tras su espalda, pisando con el talón tres veces.-¡Es con una lista, por supuesto!- sonríe mostrando la tableta qué ocultada en su mandil color rosa.-¡¿Qué les parece si jugamos?! ¡Quién conteste más rápido, se lleva esta paleta, es de bombón chocolate. – les anima a mostrando el dulce en su mano como quien tienta pirañas. 

Puede que el grupo visitante estuviera aturdido, dando miradas al mayor de los niños con duda, decidiendo ignorarla al igual que lo hicieron aquellos que consideraban hermanos mayores , mas por los eventos pasados. Eso no incluía a Theo ni a su rama de niños que se encontraban en óptimas condiciones para participar por la simple satisfacción de jugar y ganar ese dulce. Parecía ser el objetivo de la niñera pues logró movilizarlos conforme los hacía seguirla fuera de dulce hogar a cada niño de la lista. 

Quedando atrás, dentro de casa, el grupo de su amigo. 

Al llegar su turno Theo responde a su nombre mucho más lento a la niñera. 

Sorpresiva ente la niñera lo reconoce por alguna razón que no entiende. 

-Claro, eres Theodore, que lindo y alto eres, es bueno ver que viniste, pequeño. – 

-… no gane.- remarca como única respuesta en su interior. 

-No importa si ganas, tengo un premio para todos pero solo se los daré al terminar el día. ¿Recuerdan a sus maestras? Ellas aun los esperan, no podemos seguir faltando, es parte de ser buenos niños el ir a la escuela.-

Un murmullo aburrido le responde pues al ser estafados no ocultaron su descontento. 

-Vamos niños, hoy este dulce podría ser más de uno si se esfuerzan. – 

No habiendo más por hacer se rinden avanzando a la escuela con los ceños fruncido y pesos arrastrado. 

Al entrar a la escuela esa niñera se quedó en la puerta comprobando qué todos entrarán. 

Theo decidió atreverse esta vez, acercándose a tirar del mandil con temblores qué lo hacen tartamudear ansioso. 

-¿Sabe a donde llevaron a mi amigo?- pregunta impaciente después de esperar por tanto tiempo. 

La maestra revisa su tableta, moviendo la cabeza le negó. 

-No falta nadie en esta ala, ¿Estas seguro de que no está entre los niños?-

-No, él es de la otra ala. – 

-Ya veo… - cerro los ojos haciendo un claro ajuste de memorias.-El fue a un mejor lugar. – 

Claro que se sintió helado. 

-¿A donde?- logra decir a fuerzas y con las piernas sintiéndolas débiles, siendo su pequeño refugio de tela ahora obsoleto. 

-Escucha , Theo, esto es natural. – se pone a su nivel doblando las rodillas, meciendo ese cabello castaño por sus hombros.-Tu amigo estaba muy enfermo, tal vez no te lo dijo pero es la verdad, a veces nuestro tiempo es muy corto y aunque quisiéramos quedarnos por mucho pero mucho mas tiempo, no se puede.- marca su empatía al tomar las orillas de su cobija y estirarla para cubrir su cabeza.- La muerte no es mala, debes pensar que tu amigo se fue, estará mejor ahora , y no te preocupes por llorar. Todos necesitamos hacerlo.-

-El no estaba enfermo. – niega apretando los puños con los que sujeta su cobija.

La niñera movió un poco del cabello sobre la frente del niño a un lado ,liberando la vista para el par de pupilas de color violeta.

-Solo piensa en cuanto dolor dejara de sentir, y cuanto lo quieres será parte de su nuevo camino.- lo dice segura , como un adulto de verdad.-La muerte es una despedida , todas son y se sienten diferentes, ¿Cómo te sientes tu ahora?-

-…no me gusta. – balbucea apenas con fuerzas para hablar.-No me gusta.-

-Debes estar muy triste pero también deberías ser feliz por tu amigo, él ya no sufrirá mas.- mira a los niños alrededor.-No debía decirte nada ,pero no quiero que lo descubras cuando tus nuevos padres te lleven a casa y no lo encuentres. - 

Demasiado aturdido para enojarse por ese tema repetitivo , baja la cabeza ocultándose en la cobija.

-…gracias…- murmura dejándola en el lugar , yendo con rumbo a su primer clase.

 Al entrar la maestra le saludo con un ademan alegre.

-¡Hoy será muy divertido , les enseñare como hacer una casita!- mostro unas hojas de colores.-Usaremos tijeras así que estén muy despiertos. Es bien sabido que las tijeras muerden si no las miras cuando cortas papel , son unas golosas.- bromea mostrando una tijera con un par de ojos locos.-Por suerte tenemos a este chico malo que la mantendrá a raya , ¡Es una regla!- coloca las dos herramientas junto con el papel, mesa por mesa , sonriendo a los niños que juegan con estas conforme las dejaba en sus mesas.

Llegando a la ultima mesa donde los niños no estaban tan animados. Observaban al mas alto de su clase sujetarse la cobija sobre la cabeza con fuerza entre los sollozos mudos que parecen estar ahogándolo.

La maestra no puede ni cambiaria su sonrisa , solamente volteo la caja y se la puso encima para aislar su llanto fuera de su vista. La clase continuo sin cambios al igual que el resto de ellas.

 

 

 

 

 

Después de pasar un día de clases y horas sin respuestas de su papá en la PlayHouse , la niñera (La cual si cabe en los túneles de juegos) se encargo de llevarlo a Dulce hogar a dormir. Caminando por los pasillos con hambre al no dar un solo bocado , solo habia observado su plato en la mesa por varios minutos , dejándoselo a los mas pequeños como si fueran basurero.

Subiendo a su habitación en cuanto se lo permitieron. 

De camino encontró al pequeño grupo de pie frente a un muro de fotografías.

-No se que vamos hacer.- murmura la pequeña de rizos.-Hoppy…¿Y si los adultos se enojan porque ya no lleva sus cosas? - 

-No lo se… él no nos dijo nada.- suspira la niña conejo con los puños al frente.-Y ya no sé si podremos seguir repartiendo su papel malo. - 

-Hoppy sabe tanto como tú ¿Porqué debes preguntarle a ella?-

-Entonces tu dime ,Kickin , ¿Cómo es que DogDay fue llevado a casa pero nosotros seguimos aquí?- les reclama moviendo la cabeza enojada.

-Déjame en paz.-el rubio rehuyó de la mirada de la niña volteando el rostro. 

-Creo que Dog esta muerto.- interrumpió la tercer niña.-Ese hombre lo golpeo muy fuerte , eso dijeron ustedes.- apunta asustada ,agitándose su respiración.-Dog esta muerto.-

Mató a su amigo. No importa como lo finjan poniendo una fotografía en medio del pasillo esté . Ahora estaba muerto y era su culpa. Incluso si se esconde tras el muro puede escucharlos. 

-DogDay se fue a casa… sin nosotros.- murmura Kickin.-El no esta muerto , su fotografía esta con las de todos los que se van a casa …¡Ahí esta Sally , nos envió un dibujo en navidad!-

-Era horrible , cualquiera pudo enviar esa cosa chueca.- interrumpe la misma niña. 

Asoma la cabeza para verlos mirándose unos a otros con tristeza.

-No creo que haya sido eso. – les dice ese niño que peleo con el cuidador.-El era muy agradable , era DogDay , debe estar en su nueva casa con hermanos y padres de verdad.-

-Entonces nos abandono sin despedirse.-

-El no haría eso , quizá sus nuevos padres no lo dejaron volver.-

A sido Bubba quien se roba sus palabras. 

-Es por eso que creo que esta muerto. – murmura Crafty cubriéndose los oídos. – Esta muerto, ustedes lo dijeron, no se movía. - 

-Él se despediría.. Incluso si lo regañaran, vendría a vernos. – 

-Esta muerto , Dog esta muerto.- ya no estaba discutiendo sino que lo dio por hecho.

En un segundo la niña se percata de su presencia y con las lagrimas dio una mirada llena de resentimiento.

-¡Esto es tu culpa, tu hiciste que ese tonto golpeara a DogDay!- grito corriendo hacia él.-¡No solo te lo robaste, también lo mataste! - 

Theo se cubrió de los golpes de la niña atrapando sus brazos pero la ve de frente gritándole.

-¡¡Tu fuiste , tu fuiste!! ¡¡Mataron a Dog por tu culpa , eres malvado!!- 

Sin palabras para defenderse, queda enmudecido y tratando de mantenerse pero esto duele, Theo retrocede por la fuerza de la niña llegando al filo de las escaleras.

El pequeño grupo se abalanzo para llevarse a la niña. No lo miraron ni una sola vez. 

Fue como perder lo que quedaba de su amigo. 

No pudo decirles nada a ellos. 

Theo se quedo en el lugar respirando a fuerzas , cubriéndose los oídos camino a su habitación, esta vez sin intención alguna de salir.

 

 

 

 

El tiempo es relativo ,es extraño como cambia.

 

Su cumpleaños sucedió frente a muchos niños que compartirían un pastel o como esta vez, comería un cheescake con frutas desabridas por encima, sonriendo a una cámara en manos de un trabajador que se roba un pedazo mucho más grande que el servido a los cumpleañeros. 

 

Ahora mismo su compañero de cuarto lo mira desde su cama, picando su propio pastelito en la mesa de noche, ya habia sido observado por este chico pero esta vez se sintió diferente. Seguramente no tenía que ver conque engullera el pastel sin importarle si lo fotografiaban con cara de ardilla avariciosa. Es solo que esta vez el acoso había sido por mucho mas tiempo de lo normal al que paso siendo observado por él antes .

-Eres un llorón.- le dice de la nada.

-¿Y a ti que?- responde de inmediato con la cara roja. Creyó que lo ocultaba bien así que verse en evidencia lo hacía sentirse tan vulnerable como un idiota en examen. 

Ese niño bajo la mirada suspirando al cubrirse con la sabana.

-Creo que esta bien , al menos creo que gracias a ti se llevaron al monstruo.- 

Theodore frunce el ceño girándose boca arriba en la cama y es que, para nada, puede que estuviera boca abajo para superar el dolor estomacal qué lo perseguía por comer de más. 

-Te molestaba también.- su visión sobre ese hombre no deja de oscurecerse. 

-A todos …tal vez si dejaras de pensar en ti lo notarias …cuanto quiero irme a casa …- sus ojos tan opacos como los de cada niño en este lugar ruedan pensando con fuerzas en como hacerse entender. Hablar con su compañero, Theodore Grambell, era como enfrentarse a un animal extraño que parece morder y seguro lo hará.

 Más lo ve ahora, habiéndolo escuchado durante semanas y meses llorar bajo las cobijas, parte del miedo al niño alto que podría romperle la nariz se fue apagando, igual a las brasas bajo la lluvia y solo un carroñero se atreve a rondar en búsqueda de sobras. 

-Entiendo que estas solo… pero yo no asusto a los adultos que vienen y puede que no me quieran porque soy feo …pero tu eres alto , bonito y listo ¿No crees que pudiste irte a casa desde antes si te esforzaras menos en asustar a los adultos y más en caerles bien?- le pregunta nervioso. Se sentía más valiente que el sesenta por ciento de sus compañeros que preferiría cruzar el pasillo pegados a la pared antes que mirar a los ojos al ambivalente y gótico chico de los puños fuertes. 

Entonces un escalofrío sube por la columna del niño por el tono amenazante de ese Grambell. 

-Yo ya tengo mamá .- para Theo esclarecer un punto como este fue de lo más sencillo, sin poner atención a su tono ni la reacción de su compañero de cuarto. 

Llega una respuesta que no había esperado. 

-No estas con ella por algo , y menos lo estarás si pasas tu vida encerrado aquí…¿No has pensado en que todos tenemos mamá? Seguro que ese niño con el que jugabas era igual.- bufo esperando que este chico no se levante y como en una película de terror, le tapa para la cara con la sabana y lo golpeara hasta que sea pulpa de betabel.-Hace tiempo se llevaron a Elena a casa y no fuiste a despedirte.- su malestar es algo rebelde al escenario ficticio de su propia muerte. 

-¿Elena ?- a Theo no le sonaba de nada el nombre.

-Te metías a sus clases de arte , te dejo ahí su ultimo dibujo.- apunta a la mesa ajena. 

Theo volteo a su mesita , notando por fin después de mucho tiempo, aquel marco con su propia cara con un dibujo en hoja blanca de un pollito azul…ese pollito azul que la ayudo a crear.

No hablaba con muchos niños , pero recordaba cuando hacían algo juntos , sobre todo desde que ese cuidador empezó a perseguirlo... recordaba cada vez que lograba jugar o comer con todos en la casa , porque era doloroso pensar en cuán solo estaba. 

-No creí …que me recordaría.- murmura mirando ese dibujo azul 

-Le gustabas..- aclara. – Es a todos que les gustas pero no hay nadie que te guste a ti.- es todo lo que parece tener por decir pues se vuelve un ovillo para al fin dormirse. Para el niño ese era su límite de peligro. 

Theo se mantuvo en la cama por bastante tiempo sin poder dormir , pensando en todo lo que a pasado en este tiempo. Conoció a su amigo sin nombre , encontró una forma de liberar a su papá pero debía esperar y ese hombre malvado fue sacado de su vida al fin. Su amigo murió para liberarlo de ese sufrimiento...

El debió sacrificarse para salvarlo. Su amigo consigue un nombre en su corazón .

 

 

 

 

La noche artificial termino y Theodore pudo salir de Dulce hogar con su cobija , era liberador el ya no estar en la mira del niñero , jugando con unos niños en la plaza que habia tenido que evitar por mucho tiempo. No entendía bien lo que hacia pero ,hacer las cosas que habia tenido que evitar desde que ese hombre comenzó a odiarlo parecían ser las correctas. 

Sintiendo que en cualquier momento su amigo volvería a aparecer por su espalda para unirse al juego con esa gran sonrisa en labios , deseando tanto poder estar otra vez con él. Ignorando las ganas de llorar se unió a cada juego y actividad que pudo , tomando este sol artificial con los niños que juegan alrededor de los dos gigantes azul y rosa.

El tiempo paso por todas las pequeñas plantas reales del lugar.

Pudo plantar una semilla de alverja en las clases de la maestra de biología y verlo brotar , también morir con el tiempo.

Fueron días agrios cargados de sensaciones pesadas sobre sus hombros , deseando , añorando que este dolor se detuviera al fin con la visita sorpresa de su amigo.

No habían mas recuerdos de la existencia de su amigo que esa fotografía con el niño alegre que saluda a la cámara como si del otro lado estuviera… él mismo. Observando de lejos al grupo que ahora se ha vuelto mucho mas hermético , si él conoce muchas palabras difíciles.

Al fin su oportunidad llego con la separación del grupo gracias a un juego de escondidas.

Siguió a la persona que le parecía mucho mas fácil de abordar.

-Oye , Hoppy…- intenta saludar pero su voz es un tímido murmullo. 

La niña oculta bajo las hojas de los arbusto sintéticos da un brinco de sorpresa por descubrirse junto a Theo.

-Me asustaste.- murmura pálida.-Hola , Theodore ¿Cómo estas?- le hace la pregunta en un segundo.-Escuche que cumpliste ocho con los otros niños… felicidades. – su alegría no termina el viaje a esos ojos teñido por el cansancio. 

Theo se sienta liberado de la tensión que el miedo a ser rechazado lo hacia experimentar como dolor de encías , eran sus dientes de leche cayéndose, tal vez debió comer más dulces para aprovechar el dentista natural. 

Esto también lo hace recordar la razón para arriesgarse. 

-Lo extraño.- no es confesión porque no mintió nunca ,era una verdad que pudo sacar al fin de su pecho.-Lo extraño mucho…y ustedes me odian …me siento solo.- le confiesa asustado. 

Hoppy cambio su posición de “SOLDADO PECHO A TIERRA” a sentarse con las rodillas flexionadas en pose “Gran toro sentado” como en sus programas favoritos.

-DogDay también debe extrañarte mucho ,estoy segura.- le consuela.-Yo aun sueño con ir con él a la playa , ¿Sabias que el creció frente a una playa? Su mamá dormía en la arena con él y era muy hermosa.-

Puede que algo este mal pero estaba aquí de forma egoísta, no esperaba ahondar en cosa que no podría controlar. 

-El no me dijo nada ...de eso… él …- mira al suelo recordando cuantas veces él hablo de su pasado, descubriendo lo poco de esto. 

-Entonces eras tú quien no quería oír de su mamá , porqué el siempre habla de su mamá cuando le preguntamos.-

-…lo siento..- suspira abrazado a sus rodillas , llevando su cobija en brazos para cubrirse.-No lo deje hablar de su mamá … solo…- podía recordarse escuchando pero ya no sabía ni de que hablaban.

-Tal vez te viste tan triste como ahora … me hace sentir que estoy siendo mala contigo , y él siempre fue bueno con todos , incluso si nosotros no lo éramos con él .-

-…creo que si era el mismo para mi.-

-Si , el sabia que la muerte de mi mamá me hizo muy triste …así que no creo que el se haya muerto , el no es tan débil.-

-Entonces… crees que sigue vivo.-

-Él no morirá.-

-yo…creo que tienes razón.-

-Ya lo se , el y yo éramos muy amigos ¡¡Sabes!! ¡¡Si te concentras al dormir , puedes estar con las personas que están lejos de ti!! Yo por eso adoro dormir después de jugar mucho.-

-Te gusta dormir.-

-Mas que nadar y el béisbol.- 

Se quedaron callados al escuchar a la niña que ataco a Theo muy cerca.

-¡Hoppy , ¿Dónde estas? Ya terminamos de jugar!-intenta engañarla mientras se hace eco con las manos a los lados de la boca.

-¡No le hagas caso , así hizo salir a Picky de su escondite!- la delato otra niña desde algún punto que no podían ver.

-¡Ay , no , eres un bocazas!- reclama Crafty con un pisotón al suelo.

 Hoppy sonríe burlándose del berrinche de la niña.

-Cuidate mucho ,Theodore.- se despide besando rápido su mejilla. Corriendo frente a la niña con un grito victorioso al no ser alcanzada por sus cortos brazos.

Theo se quedo ahí , observando al cielo mecánico sin salir de su sorpresa inicial. Su amigo parece haberles mentido sobre su mamá …o le mintió a él. Las dudas crecen sobre sus hombros y decide dejarlas de lado, levantándose del suelo para ir a Play House con un sentimiento ominoso qué se cierne sobre su espalda.

Otra vez este lugar le hacia sentirse a salvo entre las sombras. Esquivando a una niñera para meterse dentro de los túneles.

Sabia que ahora su cuidadora es suficientemente pequeña para entrar y jugar con los niños ,pero aun queria intentar comunicarse con su papá por la misma rendija. Tomando el mismo lugar en la esquina toco la rejilla con los dedos por largo tiempo.

Ese tiempo se extendió hasta que una mano toco su hombro. 

Esta vez se limito a girarse creyendo, sinceramente, creyendo que era su amigo. 

-Hola, Theo. – saluda el niño fuerte, Bubba, sonriéndole visiblemente nervioso. 

Theo vuelve a recargarse en la pared, suspirando con los ojos cada vez más húmedos. 

-Te vi con Hoppy… y… quería pedirte disculpas por dejar que Crafty te pegara. – su vergüenza es visible en esas mejillas rojas. 

-¿No me odias también?- su cuerpo se siente débil. 

-No. Yo no te odio, ninguno de nosotros podría odiarte.. Solo estamos tristes, DogDay era nuestro amigo, pero por mucho tiempo también era mi hermano. – detiene sus palabras por el suspiro triste de el niño violeta. 

Un poco de la molestia que sentía por los niños que consideraba diferentes a ellos viene a su mente solo con ver esas lágrimas. 

-… hablas en pasado. – apunta el niño en su ovillo de tela. 

Bubba mueve las manos entre sus bolsillos, guardando en su interior algunas quejas egoístas. Preguntándose porque consolaba a un niño que apenas conocía por la pérdida de un amigo que era importante para él. El reclamo que se traga, el porque este niño estaba hablado con un adulto en los túneles o la razon para ser objetivo del atacante. 

Todo se reduce a obligare a ignorar la incomodidad y mostrar una de las cosas que DogDay le enseñó : La piedad. 

Theodore estaba tan delgado como una varita y no lo había visto más gris incluso si estuvieran en una película blanco y negro. A Dog le agradaba este niño y seguramente incluso si no fuera así lo veria buscándolo ara estar a su lado. Como Dog lo hizo cuando él mismo lo necesitó. 

-Estoy seguro de que nos volveremos a ver. - su esperanza es grande. - Cuando pueda ir con una nueva familia lo buscaré, te lo aseguro. – su voz es firme por primera vez. Incluso si era una mentira el qué viera un futuro en su vida aun mentiría para consolarlo. DogDay le mostró que las mentiras eran buenas cuando no se puede escarbar de otro lado algo positivo de lo que te rodea. 

Theodore vuelve a escuchar un futuro hipotético y su corazón no se puede callar más de sus dudas. 

-El me dijo que su mamá… - 

Para Bubba el pánico llego a su interior mucho antes que su deseo por superar el dolor de su corazón, quiso sellar la boca sincera y cruel de Theodore, pero solo puede detenerlo levantando las manos sin tocarlo.

-Se que murió, el me contó todo cuando le hable de mi familia…- dice en un arranque vertiginoso qué rompe con su resistencia. 

Ver como ese rostro pierde color, claramente creyendo que algo estaba mal, quizás que DogDay le mentía. DogDay era un mentiroso pero era mejor siendo sincero. 

Su intención no era hacer que el amigo de DogDay no lo creyera un mentiroso ni nada por el estilo. 

-¿Sabes?- es con un movimiento tímido qué se atreve a seguir adelante. - Yo he sido muy feliz desde que los conocí a todos, incluso puedo ir a la escuela y jugar con mis amigos. Sé que hay muchas cosas malas pero algún día podré arreglarlas, DogDay y yo queríamos hacer muchas casas para las personas que no tienen una.- escupe los delirios qué fabricaron en una noche de insomnio.-Asi ya no tendrían que estar atrapadas en hogares donde les lastimen.- 

Noches de soñar junto a su amigo que recuerda y extrañaba al no repetirse una vez que DogDay conoció a este niño, convirtiendo esas noches de sueños en horas escuchando a su amigo hablar de este chico súper genial. 

Lo frustraba mucho. 

-Eso suena muy bien… - es lo único que a Theodore se le ocurre decir en consecuencia. Solo recordando el poco futuro que esperaba tener. 

-Allá afuera el dinero se necesita, demasiado y decidí hacer una gran empresa para mi familia. DogDay sería él constructor y yo el ingeniero, después Crafty las pintaría y Kickin la vendería. ¡También Picky se uniría , será una cocinera y en su restaurante cantara Bobby!-

-Estas emocionado. – murmura apartándose de esa emoción resplandeciente. 

Antes de esto se concentraba tanto en su amigo que olvidó a esos amigos que eran más que una cola para él, debió mirarlos más desde antes de que lo perdiera. 

-¡¿Quieres unirte?!- le pregunta Bubba con una sonrisa enorme. – Incluso si no tenemos una familia al salir de aquí, nos tendremos uno al otro, y cuando lo encontremos Dog se unirá a nosotros.- 

 

Esta muerto. 

 

Quiso decirlo pero era… Era tan feliz ese sueño. Ese sueño de en un futuro ser adultos sin control de nadie, encontrándolo…. Tal vez mucho más alto, bajo o quizás con barba. Algún día podría volver a verlo. Esas mentiras eran tan hermosas como para tragarlas de un bocado. 

-Si. – asiente ocultando el rostro con la cobija. 

-Entonces vamos con los demás. – exclama arrastrando lo por la muñeca, es fuerte y no puede resistirse. 

Debe apresurarse para no caer de cara al suelo, incluso cuando salen por uno de los toboganes su peso ni impacto fueron suficientes para hacerlo caer. Encontrando al grupo frente a él, esperándolos. 

-Crafty. – la nombra Bubba dejando a Theo libre. 

La niña juntos las manos en su espalda. Da un paso adelante, inclina el cuerpo y murmura reticente. 

-Lo sien.. To… - arrastra con la cara roja. 

-Esta bien. – dice enrollándose en la cobija. 

La niña se ve sorprendida por esa soltura, ocultando el rostro rojo con un asentimiento.

El niño rubio interrumpe levantando por encima de su cabeza la pelota. 

-Vamos a jugar afuera, tengo una pelota de soccer. - 

-Yo seré defensa y Dog… - la niña llamada Bobby se cubre la boca. 

La tensión regreso de golpe. 

-Theo será portero, yo saco. – les guía Hoppy quitándole la pelota a Kickin.-¡Vamos, ya!- los hace correr tras ella con solo un salto. 

Theo dio una mirada PlayHouse, dejando atrás el lugar después de suspirar. 

Dejaría que las mentiras se lo comieran. 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                     ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

Las sombras bajo sus ojos se han vuelto oscuras, casi moradas. Debe ser ese el color que más ha visto desde que entró en esta empresa. Es molesto pero el único espejo, o excusa de tal cosa, a sido este azulejo en las regaderas de los baños. 

El teléfono pegado en la pared suena en algún momento en lo que revisaba sus ojos cansados y las ganas de acabar con loo qué dios pensó sería una vida digna de permitir llegar a este punto. 

-Bueno. – contesta pesado, sin cordialidad alguna. 

 

«No tardes, tus diagramas tienen tanto sentido como un erizo productos de belleza.» 

 

-Bien, ya no me llames. – colgó de inmediato, gruñendo entre dientes algunos insultos. 

Remueve las prendas sobre su cuerpo, dejándose en ceros de camino a la regadera qué era bastante grande, claro que debía ser grande. Su jefe lo estaba usando de alfiletero, debía verse bien todo lo que se le entregará como lujo de favoritismo. 

Sabía porque se le permitió a él y a muchos empleados al final de la cola un descanso festivo. 

DogDay estaba en formación con bastante antelación. 

Un festejo silencioso de parte de los directivos que conllevaba la detención de algunas tareas , tareas que podrían llevar a que demasiados empleados no sean testigos de ninguno de los posibles desastres que se dispararían con el nuevo proyecto.           

Esperaban que este perro no terminará como las gatitas anteriores y su cuerpo no se envenene. Seguramente podrían mostrar al dúo de sol y luna dentro de poco junto a la caricatura en desarrollo. 

-Estoy pensando en suicidarme, ¿Qué te parece?- canturrea en voz alta sabiéndose solo en esta habitación. Es casi imposible que logre escapar antes de que los procedimientos eléctricos que programo vayan a completarse, perdería el tiempo de resistirse a lo que sucedería. Con el tiempo aprendió a dejar caer sus emociones con un solo bufido y que sentirse miserable pero aturdido era lo mejor para combatir el gran asco que se tenía. 

Hundiéndose en una bañera como pollo crudo al fondo de salmuera, preguntándose porque tenía tantas ganas de morir pero no tantas fuerzas como para solo cortarse y terminar con todo. Cobarde para hacer lo correcto, valiente para bajar la cabeza cuando lo miran, sin más orgullo que el saberse el mejor especialista en componentes de conexión móvil, sería mejor saber preparar unas buenas alitas de pollo con salsa picante y queso mozzarella. 

La electricidad tiene problemas otra vez, volvió a subir y bajar de golpe mientras mantenía los ojos cerrados. Teniendo frente a él la penumbra solo interrumpida por el resplandor de los juguetes nocturnos pegados en el techo, una luna y estrellas lo acompañan, es pobre pero suficiente para arriesgarse a salir del agua a tientas, tocando con los dedos todo antes de levantarse en la orilla y salir. Enrollando la toalla en su cadera, caminando fuera del baño a su habitación. 

En la oscuridad puede reconocer su cama por el arreglo brillante de una lámpara de lava vieja, sus sábanas revueltas y ropa desparramada sobre la alfombra. Camina hacia ahí con más seguridad, estirándose para tomar su camisa de la cara. 

Puffy. Mucho puffy. 

Su brazo se paraliza, es claro ahora. Sus pasos no han llegado ni a la mitad de la habitación, era imposible que aquello fuera su cama, es grande, si, es grande pero luz de la lámpara no debería venir desde a atrás ni su mano debería estar tocando esta superficie peluda y suave, cálida como un animal. 

De su boca escapa un jadeo débil. 

-Aun necesitas esos lentes, Henry. – pronuncia una voz tan profunda como la misma oscuridad, áspera y cantadita como una canción de cuna vulgar. 

Retrajo su mano pero es tarde, siendo tanto la luz como el agarre en su brazo lo que suceden a continuación. 

Ese rostro deformado, de boca grande y roja, ojos ciertamente fríos y muertos, una sonrisa perpetua fija en su rostro. 

Un suspiro escapa de esos labios rojos, es profundo y misterioso. Ese pecho sorpresivamente ancho se estira con cada inhalación al igual que vuelve a su primer forma al exhalar. 

La tensión es tan pesada como las gotas de agua que siente caer de su cabello a sus hombros, seguramente ya estaba sudando recién salido del baño, lamentando en su mente cuanto de su tiempo debió dar a otra cerrera… si no fuera porque siempre supo que debía volver a casa.  

Este gigante también está pensando, piensa tanto que incluso puede sentir esos ojos fijos en su cuerpo. Debía estar tan enojado, tanto como para casi romperle el brazo qué agarra tan fuerte. 

Son dos minutos suficientes para que dé por terminada la ola de miedo que lo paralizaba.

-Perdóname, Huggy.- es esto lo que al fin logra decirle al gigante azul. 

Su respuesta es el gruñido gutural y su extremidad liberada, viendo como los brazos del gigante suben a su cabeza, cubriéndose lo que ahora eran sus oídos cubiertos de pelo. Estaba meciéndose lentamente de un lado a otro, sobando sus propios hombros entre pausas. 

La pequeña crisis se interrumpe por la curiosidad qué una fotografía lo hace sentir. Era reciente, comparada a cualquier fotografía que haya en este lugar, podía ver a este joven frente a sí. Una fotografía sencilla. Hermosa en su simpleza, debe sostenerla para ver los detalles en ella, viendo a Henry sentado en una banca con muchos más jóvenes a su alrededor… algunos comían un hotdog mientras otros ponían sus brazos sobre los hombros de amigos. Se veían felices… y crecidos, ya no eran niños. Incluso un Henry estaba ahí, con la boca llena por un hotdog a medio comer y el brazo de algún otro joven sobre sus hombros, sonriendo a la cámara con un símbolo de paz a la cámara. 

Era hermoso. 

Crecer como un humano normal era hermoso. 

Era… tan increíble todo lo que no tuvo. 

 Lo que se perdió. 

Sin pensarlo su dedo se desliza por la fotografía ocultando la cara de ese desconocido con sus guantes amarillos. Observa la presión de ese brazo sobre esa versión más joven y aún desconocida de Henry. 

Recordaba que ese niño era tan bajo a su lado, era un caniche junto a algún lobo y eso lo hizo sentir imparable de niño. Sentía que era grande para proteger a los más pequeños, creía que su situación solo podía mejorar, soñando con un futuro donde alguien lo amaría y creyó que Henry estaría ahí. 

El joven interrumpió sus pensamientos quitándole la fotografía de las manos. Un gesto casi divino al recordarle no sumirse en delirios ni esperanzas vacías. 

-Tengo algo. – le comparte yendo a su mesa de noche, sin dejar ese marco al alcance del gigante. Una espina de culpa lo hacía ser egoísta. 

El gigante hace un sonido frustrado al verle agacharse sin haberse puesto aun los pantalones. Esto hace al gigante bajar la mirada al piso entre sus largas piernas azules. 

-No se que dijiste, intenta ser más descriptivo.- intenta reírse pero solo es una sonrisa escueta la que forma en sus labios y el desinterés instintivo a los arranques del gigante. – Mira. – vuelve sobre sus pasos tomando asiento en la cama, en la pequeña orilla que le quedó, sonriendo al sacar una caja de otra, era un paquete de dulces y obviamente de chocolate. 

-Estoy seguro de que serán nuevos para ti.- abre la caja liberando un aroma pesado y nada sutil. 

La gangosa risa es la respuesta a unos chocolates tan comunes como cualquier otro dulce. El simple aroma amargo no prometía tal aventura ni el rompimiento de cualquier estela conocida del sabor. 

El joven siente la burla y la ironía en el ambiente con ver a monstruo acomodarse resuelto. 

-Son diferentes, mira.- le extiende uno a la boca. 

El gigante le volteo el rostro evitando su gesto. 

-Te digo que es diferente, es delicioso. – le promete colgándose de sus brazos, subiendo por sus rodillas hasta llegar a su boca, para empujar el dulce entre los labios.

Huggy recordaba la forma en que solían dormir en las literas, apenas con un bóxer y muchas veces tan sudados qué era un juego asquear al otro, luchando hasta que se queda darán dormidos. Ahora mismo no sentía la tranquilidad de esos días y mucho, por demasiadas diferencias, el aroma de el humano era tan diferente al de un niño de diez años. Haciendo que el toque de esa piel suave, húmeda y caliente contra su cuerpo de peluche se sintiera tan extraño. 

  Los colmillos detrás de esa boca se muestran por unos segundos, aturdido por las sensaciones que subieron por su espalda con el toque de esos dedos sobre sus labios , y son esos cortos segundos los suficientes para que ese chocolate se derritieron en su gran lengua. El calor entre los dos era superior a cada segundo, estaban quemándose uno en el otro. 

Es ese liquido que se esparce en la boca del gigante lo que lo devuelve y gruñe pasándose la lengua por los dientes, sacudiéndose lentamente una vez trago esa bebida en los dulces. 

-Te lo dije. – sonríe sin bajarse de estas grandes piernas, sentándose sin pesar sobre él. -Nunca antes lo probaste, ¿Verdad?- sube sus manos hasta esa cara grande y peluda. -¿Te durmió la lengua?- pregunta abriendo su boca sin miedo. Las dos hileras de dientes afilados le parece advertir sobre sus acciones y consecuencias. 

Más lo que el humano hace cae en el clásico acto de inmolación shakesperiana, dando un paso adelante a cualquier delirante modo de suicidio rápido al dar una la ida sobre esa boca. 

La sensación hace que el pelo azul se erice tanto como para parecer una pelusa. 

-¿Cuántos cumplimos? – interroga el humano sin moverse ni parecer avergonzado. - ¿Serán 26? ¿O 28?- pregunta dejando salir un suspiro. 

El gigante de golpe parece desesperado por salir de esta situación, levantándose pero solo logra golpearse y caer de espaldas con los brazos estirados a los lados de su cuerpo, aspirando ente los colmillos algún gruñido destinado a ser un insulto. 

Este joven no retrocede, después de casi caerse y no ser así agarro bastante valor, alcanza los dulces con una mano para llevar otra a esa boca entre abierta. 

-Te gusta. – asegura al verle saborear y tragar con un murmullo. – Es cerveza, fina pero es cerveza…- mira esos ojos vacíos pasearse por la habitación.-Se suponía que iríamos juntos, ¿Recuerdas?- de su boa escala ese recuerdo. – Cuando Dulce Hogar aún tenía un cielo real, tu y yo y Kissy. – 

El cuerpo del gigante se tenso tan claramente como para notarse la fuerza tras ese Puffy azul. 

-No se como ayudarte. – debe confesarse.-No se que hacer, no importa a donde intente ir, ellos saben lo que hago… Huggy, debí quedarme contigo. – 

Sus manos caen sobre las mandíbulas del gigante. 

Un murmullo le avisa de lo que estaba haciendo y a quien. 

-¿Sientes las cosquillas?- le vuelve a preguntar abriendo la boca del gigante. De esta la lengua se asoma lentamente, era tan grande que su mano podía sostenerla en la palma. 

Higg!- es ese sonido el que escapa de los labios del gigante junto a un sobresalto. 

El joven no se quedó solo con esa reacción, atreviéndose a dar una suave caricia con la mano izquierda sobre la superficie suave y viscosa. 

-Eres muy sensible. – es una observación obvia pero no esperaba que este gigante empezará a vibrar con las caricias en su lengua, era hipnotizante ver esos ojos tornarse oscuros. 

No había mucho por hacer, pero tocar a este chico grande es tan peligroso como atractivo. 

-¿Porqué no me dices qué más te gusta?- no deja ir la lengua, solo corta la distancia haciendo una gran locura, sacando su propia lengua roza con la propia, dando un húmedo recorrido de la punta al centro, terminando con la punta después de ser recorrido por una emoción muy peligrosa. 

No ha sido diferente para el gigante azul, derritiéndose bajo el joven. Aspirando pesado algo frustrante en su deformado cuerpo, aspirando ilusiones vacías como deporte. No pueden verlo, nadie podrá verlo nunca pero deseaba tanto desgarrarse y salir de este disfraz azul, salir de una vez y saber el tipo de ser humano que pudo haber sido de crecer. 

Comer un burrito, ser diferente entre esos chicos, ser un humano en esas bancas viejas. 

Saber porqué se siente tan frustrado incluso cuando esto se siente bien, saber más de lo que es estar vivo.

Quisiera que las cosas que le gustan no se limitarán a ser solo tareas indoloras. 

Sus grandes manos pueden sujetar al joven por la cintura y ponerse derecho para verle a los ojos. Se siente bien, se siente mal… debería haber mucho por hacer pero no puede saber qué es.

Este joven solo se queda ahí observándolo, pensativo… el miedo sigue ahí pero solo puede esperar.

Miedo que se colorea de rojo de un momento a otro por las luces sobre sus cabezas. 

El pensamiento compartió esta vez viene cargado con frío. 

-Saben que no estas en tu contención. – el joven mira a las luces y debe bajar del gigante. 

El azul no tarda en levantarse de la cama, la cual nunca volvería a ser de la misma forma por culpa de los resortes dañados, abriendo la puerta para escapar antes de que unieran su presencia con la de el tonto joven que rueda por la habitación con un pantalón atrapado en los tobillos. 

Abrió la puerta y cerró de inmediato al ver a los muchos guardias fuera. 

La puerta es golpeada con violencia. 

-Quítate. – le orden Henry partandolo, dios sabe que no tenía las fuerzas pero el miedo de Huggy a las armas de fuego era suficiente para tomarse una libertad, abriendo con casi nada de ropa encima.-¡¿Qué se supone que esta pasando?!- interroga a gritos al guardia frente a él. 

Este lo mira de arriba abajo y detiene su mirada cuando algo lo sorprende y hace que se quede en silencio por varios segundos. 

-¡¿Nunca viste pezones perforados o qué?! ¡¿Qué esta pasando, pasguato idiota?!- grita y sacude el uo golpeando con los nudillos el casco de este guardia. 

Esta clase de reacciones lentas son las que se esperan en empleados jóvenes he ignorantes, como los que se traen a morir a esta fabrica. 

Este guardia, más joven que el mismo Henry, reacciona y baja la mirada al pisar el suelo para recomponerse. Ver a un tipo con el aspecto vulgar de un vocalista de punk en medio de la noche fue suficiente para hacerle resetear caset. 

-¡Catnap escapó de la sala operatoria, ya hirió a la mitad del equipo médico fuera de procedimiento!- exclama y mira al trabajador de ojos verde, piel tibia como la nata y cabello claro. 

Todos sabían que este ingeniero era el único marica de la fábrica, nadie solía hablar con él.

- ¿Viene hacia acá?- pregunta saliendo a medias por la puerta. – Quédate aquí, soy importante.- intenta retenerlo y meterlo a su cuarto. El monstruo su espalda pareció gruñir pero no llego a más. 

El pánico de este chico lo hace sacudirse y huir a su agarre. 

-¡No! Las órdenes son claras, solo debo avisarle de no abandonar las instalaciones ni salir de su habitación. – es empujarlo devuelta a su habitación lo siguiente, cerrando de un portazo para no verle más y huir del aroma que se metió en su nariz una vez lo tuvo tan cerca. 

En su habitación Henry suspira aliviado, llevándose las manos sobre su cabeza. Siendo esas luces las que le dan una idea mortal. Una venida de ese arranque en el guardia y los compañeros que lo insultan a la primer oportunidad. 

-Huggy… - lo llama mirando a ese rostro azul y sonriente con los hombros caídos. – Atrapa a Catnap.-

Inmediatamente el azul mueve la cabeza negándose, por supuesto que no ayudaría a esta gente y menos contra uno de los experimentos. Un sentimiento incorrecto lo hacía sentirse especialmente miserable de solo pensar en proteger a esta asquerosa gente. Eso de ser hechos pedazos era el costo de sus acciones. 

Henry cortó la distancia mostrando sus palmas a Huggy. 

Este gesto lo lleva a sus días como humano en el orfanato donde él y Henry solían pasar sus días entre los árboles del bosque o peleando con otros niños. Henry era tan estúpido… Era un buscapleitos que pedía perdón con ese gesto. 

-Sé que parece… hipócrita , lo sé Huggy, pero si los proteges lograrás que no te hagan más daño… sé como es el jefe, solo… trata de hacerlo, por ti y por Kissy. – 

Huggy Wuggy voltea la cabeza a un lado , afilando los ojos con los colmillos expuestos. 

La electricidad esta fallando otra vez , parpadeando entre los murmullos de los pasillos. 

-No puedo perdonarte.-

No pudo responder a esa áspera voz, solamente pudo verle irse con el cuerpo inclinado y encogido por la puerta que no debería poder cruzar por su tamaño. 

 

 

 

 

Fuera de las habitaciones se efectúa un caos tras otro. 

Manchado de sangre y gritos de dolor. 

 

Debajo de los focos resplandecientes la mezcla de rojo y un pelaje púrpura contra el resplandor invasivo de luces frías. Una criatura apenas peluda contra la gran hendidura de su cráneo, una boca desprovista de dientes, arqueando el lomo, expulsando restos de tela teñida de marrón de su hocico sucio por la sangre. 

Batiendo una gran cola peluda unida a una columna exaltada por la falta de piel, sacudiéndose los nervios de un cuerpo agonizante. Observando a un reducido grupo de personas encogidas en una esquina del pasillo, sosteniendo a un herido el cual a perdido la mitad del rostro tras un ataque de esta criatura antropomorfa, gritando de miedo a expensas del único que porta su identificación para entrar a la siguiente habitación. 

Esa bestia viene lentamente, moviendo las orejas de atrás adelante al son de un sollozo. 

-Los odio, los odio mucho a todos…– exhala una condena el retorcida entre el tejido de carne expuesta y el plástico, meciendo la cabeza en búsqueda de un equilibrio.-¡¡Te odio!!- ruge una voz áspera, femenina y cargada de dolor entre sollozos ahogados. Moviendo cuatro patas torcidas por cada paso tembloroso, corriendo a cuatro como única posibilidad de movimiento por el dolor qué le ha corrompido la columna que no puede enderezar. 

Logra llegar hasta ellos, mordiendo la cabeza a uno mientras sus garras aplastan un torso y una pierna de diferentes cuerpos , mordiendo y masticando, dando zarpazos entre gritos de su propio dolor, con los desprolijos antebrazos sobre un cuerpo que estalla por su fuerza. 

Las puertas se abren solo para demostrar a los guardias del otro lado esta escena tan sucia, retrocediendo por la sorpresa instintivamente, el temor que un monstruo hace recorrer sus sistemas nerviosos para picar secciones olvidadas por el humano. 

-¡¡¿Qué carajos es esa cosa?!!- grita uno de los guardias bajando el arma sin darse cuenta. 

El ruido de estas personas hace a la criatura percatarse de sus presencias, saltando por encima de los restos para morder al más cercano. No hay dientes pero la fuerza de estas mandíbulas hacen que un cráneo haga un ruido idéntico a una sandia, era asqueroso pero enigmático ver ese cuerpo sacudirse solo un poco cuando la cabeza ya no era funcional. 

El guardia líder pierde color pero no retrocede ni permite que su equipo lo haga. 

-Disparen, ¡Ahora!-

- ¡Hay demasiadas tuberías de gas, volaremos antes de que a esa cosa le ocurra algo!-

Un sentimiento frustrante los recorre retrocediendo sin bajar las armas. 

Un chiste ahora está en estos cañones cortos que solo parecen espanta suegras frente a este monstruo. 

Dicha criatura avanza sin soltar ese cuerpo del hocico, mirándolos, o tal vez no, con esos ojos negros en su totalidad, sonriendo felizmente al abrir las fauces frente a ellos. 

-Los odio a todos, a todos los odio. – parece estar en trance, los observaba fijamente sin mover un solo musculo de ese cuerpo incompleto.

Un guardia logra abrir la boca al fin, escupiendo de su boca sus miedos. 

-¿Qué eres?- pregunta intentando hacer que su propio cerebro le de una respuesta para entender lo que veía y saber porqué podía escucharle respirar. 

La criatura baja las orejas, expulsando un alarido de su hocico, sacudiendo su cabeza entre estos berridos ininteligibles y con ello atacarlos de improvisto, tragándose a un hombre completo en un segundo. 

Pueden disparar pero sus cuerpos se paralizan mirándole huir a algún punto inespecífico de la instalación. Dejando que el miedo les abandone dejando solo un jadeo áspero. 

-Creo que era un gato púrpura. – apuntó el mismo guardia después de cas haber sido quien fuera mordido. 

 

Mas adelante el enorme gato a llegado a un pasillo solitario, subiendo a las paredes clava sus garras para avanzar por estas, llegando muy pronto a las instalaciones de la guardería. 

Solo deseaba esconderse en casa. 

Puede ver el domo por una ventana. 

-¡Elena!-

Su cabeza se gira observando a los hombres y mujeres que la esperaban con otro grupo de gris. 

-¡¡Elena, tu ya no eres una niña!!- 

 La niña atrapada en ese deforme gato dio un salto del suelo a la pared de la pared al techo, todo para llegar a ellos , mostrando esa cabeza sin mas expresión que la pura alegría. 

-Los odio. – dice con rencor a los doctores. 

Este médico no retrocede, apuntandola como si fuera cualquier mascota a la que corregir. 

-No puedes odiarnos, este es tu hogar, solo debes entenderlo para que estés a salvo en casa. – 

El gato purpura eleva la cabeza, cerrando el hocico sobre la cabeza de ese hombre o eso quiso. 

-¡¡Huggy Wuggy se salió de contención!!-

Ese gigante azul había atrapado al gato por el pellejo, tirando hacia atrás con tal fuerza que le hizo estrellarse con la pared, rompiendo sin problemas los seguros colocados en esta. 

Huggy rápidamente evito que se levantara, atrapando la cabeza contra el suelo apunto de dejarle inconsciente con un golpe del dorso del puño pero sus movimientos se paralizaron al escuchar la voz áspera y femenina en un hilo. 

-… por favor… -susurra un ruego lloroso. – No quiero ir al cuarto blanco, por favor… Huggy, ayúdame, por favor.- suplica moviendo las patas qué se rompió al ser azotada, clamando por ayuda al mismo tiempo que su cuerpo se apartaba llena de miedo.

Huggy no puede dejar de sonreír, ni hacer cualquier mueca pero, para la niña dentro de ese pellejo de plástico, esos ojos negros nunca se vieron más piadosos qué cuando le arranco la cabeza matándola en un solo movimiento. No se detuvo en la cabeza. 

Huggy lanzó por partes al gato muerto a los pies de los científicos, dejando descansar los brazos a los costados de su largo cuerpo. Avanzando lentamente hasta enfrentarlos con simpleza. 

Porqué no solo mató a la presa de estos enfermos. También les destrozo su proyecto de ciencias y seguramente eso los hirió más que todas las vidas perdidas a manos de la niña enojada. 

De entre los nuevos testigos, escucho el suspiro de ese joven. 

Observando con su roja sonrisa y ojos bien abiertos a cada persona frente a él. 

-Mató a Catnap… - 

Aquel hombre de sonrisa afable aplaude mirándolo directamente. A este punto de su vida ya sabe qe este testigo no es otro que e dueño de este infierno. 

-Lo hiciste bien, Huggy. – 

La felicitación del diablo lo hace sentirse helado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los murmullos sobre el experimento asesinando al segundo CatNap en defensa de los altos mandos han sido llevados de boca en boca, llegando a la sala en funcionamiento. 

-… le arranco la cabeza de tajo, ¿Cómo es posible?-

-Al menos detuvieron esa cosa, ya no se porque intentan crear a CatNap, en el programa ni siquiera aparecerá por mucho tiempo . – 

-Todos aman a los gatos y son una granja, necesitan un gatito . – 

Su conversación es un eco profundo para los sentidos de un cuerpo despojado de piel, brazos o piernas sobre la mesa. 

Ese eco lo perseguiria por mucho tiempo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Si, mi Player es un ingeniero con estética de los 80's
Siempre lo he visto como Kurt, es lindo y mugroso. 💕

 

Gracias por leer.

Chapter 5

Summary:

Dije que las cosas comenzaban y así es.
¿Como pude llegar tan tarde a la fiesta?

Notes:

En este momento me sentía sola.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Le duelen los dientes o más bien las encías. 

Lo había estado ocultando pero ¿Como es que la doctora lo sabia? 

Se mantiene con la cabeza levantada y la boca abierta frente a la doctora para cooperar con la revisión. Esos ojos fríos le observan directo al alma, era aterradora. 

Tan bonita. Solo era una señora tan bonita como muchas más. Esta misma le palmea la mejilla al sacar el palillo de su boca. 

-Estás perdiendo tus dientes, un paso más cerca de ser un niño grande. – lo felicitando apartándose una vez lo vio cerrar la boca y sobarse la mandíbula. 

Ella sabe que deberia estar acompañada pero hace unos pocos meses fue el escape de la criatura CatNap, dejándolos un poquito cortos de personal después de la pequeña masacre de la semana, gajes del oficio. 

Quisiera explotar a los empleados vivos pero se encontraban en enfermería, impedidos por sus compañeros, claro que no podía ir a otro lugar pero un brazo roto sana mucho más lentamente que un esguince y hasta ahora ningún empleado valía las cuatro cifras que valía un cuerpo inmortal o lo llevarán a un hospital fuera de la compañía. Más la muy reciente contribución a la compañía de su parte que parece haber sido su refugio mientras la criatura asesinaba a sus colegas fuera de la sala de operaciones, la deja tan solo con unos quince compañeros capaces y doce lastres de peso muerto.

El niño nuevo en la camilla café parece estar teniendo dificultades para alimentarse desde hace unos días, incluso su conteo de ondas cerebrales se había vuelto irregular con ello. También podría ser producto de la desaparición de su amigo… eso no le Importa tanto. 

No cuando sabe exactamente lo que le pasa a su nueva pieza de arte.

El silencio que los llena una vez ella se concentra en las notas deja al niño, con una fuerte ansiedad sin los estudios precisos para tratarle, solo con sus pensamientos y lo empuja a intentar comunicarse con la adulta que lo intimida menos. 

-Me duele las encias. – debe quejarse el niño al ver a la doctora distraída. – No puedo comer, y tengo hambre. – no disimule su molestia. - ¿No puede ayudarme?- pregunta observando a la doctora rubia ir de una mesa a otra. 

Los hombres en la habitación no paran de anotar lo que sea que una pantalla y papel muestran como rayos. Esa maquina lo hacía sentir extraño, sabía que las lecturas venían de él por el control qué le ponían en el pecho una vez entraba a este lugar. 

La camilla bajo él es tan helada como incomoda. 

La doctora golpea la tableta con el lapicero, sin dejar de observarlo con esos ojos fríos. 

-Oh, Kickin, estás asustado. - exclama como si de pronto lo entendiera, sonríe apuntandolo con el lapicero.-No, no puedo ayudarte, por ahora se trata de ti creciendo a una mejor forma, y ​​solo puedes ser paciente. – lo resume restando peso a las preocupaciones del rubio.-El cambio será rápido, solo espera un poco, niño. - 

La reacción de menor es bastante relajada, solamente asintiendo y moviendo los hombros en ello. 

-Ya veo…- sigue su mirada la caída del cabello descuidado de la doctora.- No me gusta crecer, ¿Puedo dejar de crecer?- le pregunta con un puchero tímido. 

La científica atrapa su rostro, apretando entre sus dedos ese puchero. 

-No hagamos muecas, ¿Sabes que esas expresiones pueden moldear nuestros rostros?- lo inventó algo picado por el gesto del niño. Si la han molestado por su género, no permitirá que estos productos jueguen con su carrera ni su vida. Preguntándose algunas cosas no correctas de sacar fuera de su cabeza ni con un niño que no tenía culpa alguna. 

Kickin le hizo, solo por una fracción de segundo, una expresión desdeñosa antes de recuperar su habitual ingenio. 

-Mhh… - aparta el rostro viéndose ofendido por el presionadon a sus labios .-No le creo, si fuera cierto no habrían personas bajitas, como usted y los señores de afuera, no son del mismo tamaño. Usted si dejo de crecer, como un umpalumpa. – 

Si le cuestionaron sobre lo que acababa de decir el niño solamente se vería confundido, no sabiendo porqué algo tan genial como chocolatero era un ejemplo grosero. Más por dentro la rabia era difícil de guardar. 

La mujer sonríe debajo de su mascarilla, desviando su atención del niño a su equipo pues escucho una risilla de parte de estos animales. 

Vuelve sobre sus pasos para cubrir con su cuerpo la bandeja junto a la camilla. 

-No podemos dejar de crecer cuando algo nos molesta, todos crecemos, de diferentes formas pero ser diferentes al ayer es parte de la vida de todos. – de la charola metálica sobre aquella mesa saco una jeringa metálica, cargada de líquido oscuro y rojo. – Necesito que te acuestes, Kickin. – le pide preparando la aguja a su espalda. 

El rubio observa esa jeringa, la podía ver reflejada en la textura metálica y brillante de la charola, con un escalofrío frustrado luchó con el miedo que le empujaba a la puerta. 

-Al ayer… - se recuesta en la camilla de cuero café, el eco de una voz conocida lo hace mirar su reflejo en la lámpara metálica. – Hoy quiero ser un niño sin dolor en la boca, señora. – comparte su queja moviendo los brazos a los lados de su cabeza, muestra confianza que no tiene pero la podía fingir al esforzarse. - ¿Eso me ayudará con el dolor?- se escucha esperanzado. 

Su doctora asiente viniendo a su encuentro. 

El ojo que su amigo perdió vuelve a su mente. 

¿También lo dejarían ciego? 

Deseaba correr pero ¿A donde? 

Se concentra a medias en la doctora. 

-Entonces mañana será cuando las cosas cambien, pero hoy seguirás siendo un niño sin dolor en los dientes y muchas cosas deliciosas por comer.- lo anima usando una sonrisa agradable. 

-Eso va doler. – se queja Kickin viendo la aguja en sus manos y la gotita roja deslizándose por un lado. 

Ella la sacude sin cuidado, como si fuera tan solo una pluma más. 

-Es un piquete, no es nada para ti, sé que en las carreras tu siempre te caes pero nunca lloras ¿No pareces demasiado valiente para llorar ahora?- lo empuja con una mano contra la camilla, sintiendo el impulso de subir sobre ese cuerpo . 

-¡No estoy llorando!- renegó de inmediato con el rostro rojo, llevando su mirada a la mano sobre su pecho. - No me gusta esto. – vuelve a quejarse por ese contacto extendido sobre su cuerpo, huyendo del toque al voltearse a un lado buscando distancia. 

La doctora aprovecho ese giro de su rostro para sujetar su mejilla con fuerza he inyectarle por la parte baja de la mandíbula una dosis completa de componente carmín, retrocediendo con el impulso de las manos sobre el rostro del niño, escondiendo la aguja y ambas manos tras la espalda, como una niña después de su gran broma. 

El apenas procesó ese segundo qué fue sometido por la fuerza de la mujer tocándose la boca con el rostro pálido, sintiéndose helado por la incomoda sensación de ser presionado bajo el agarre de un adulto. 

Entonces su visión se llena de colores brillantes. 

Se puso de pie bajando de la camilla, tomándose el rostro con ambas manos por la sensación de que lo inunda. 

Un peso desagradable se desarrolla en el interior de su boca, sensación tan preocupante como sostener un globo de agua y no su cabeza. 

Una pesadilla indolora pero solitaria. 

De su boca la saliva de color rojo se escapa por la comisura de los labios, dejando caer una mezcolanza pegajosa, junto con un montón de bolas que caen de su boca y parece ser carne. Sus ojos se fijan en esto tratando de asimilar lo que salió de su cuerpo. 

-«MIGS DENTES»-

Su cuerpo pronto se resbaló al lado contrario de la mezcla de restos rojos, cayendo de lado al suelo frío. 

La científica avanza por la habitación, esquivando al niño en el suelo, observando con interés aquellos restos con un instrumento metálico en mano. 

Acuclillada junta las rodillas para recolectar las piezas expulsadas por esa boca. 

-No solo los incisivos, cada pieza dental fue expulsada de inmediato, inclusive los últimos molares han sido removidos. – con este instrumento los recoge pieza por pieza . – Se presume que la mezcla de rojos son los nervios conectados al cuerpo. Esto es un completo desmontaje de piezas. – suspira sorprendida por el funcionamiento inmediato de las células del prototipo 1006 ya modificadas con un código base sobre las piezas a reemplazar en un nuevo juguete. 

-¿Ya me puedo ir a casa?-

Por supuesto que sintió un escalofrío al escuchar la voz infantil a su espalda. Girándose y ocultando lo que hacía, da la cara al niño que se aferra a la camilla como soporte. 

-Ya me quiero ir a casa…- arrastra su voz mirando al piso aturdido. 

La doctora usa ese sopor para revisar su boca. 

Cada diente estaba en su lugar, nuevos y afilados, amarillos por la coloración natural del esmalte. Un nervio en su cabeza se tensa con el ademán suave del niño que recarga el rosto en su mano, buscando algún consuelo en su frío toque. 

-Puedes ir a casa. – exclama mucho más alterada de lo que pudo evitar parecer, llamando al equipo exterior con el botón en su radio. 

El niño apenas podía seguir a los guardias de uniforme gris, caminando lentamente por los pasillos blancos y con la mirada perdida en el suelo. 

Entonces lo vio. 

Dio una rápida mirada a los guardias antes de correr a una esquina y volver al mismo paso. Ocultando en su overol su pequeño descubrimiento.

 

Ignora que ese juguete había sido dejado por la mano de un guardia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el amanecer 

                                   De las flores 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Nos trajeron un televisor!- 

Es el grito y la sacudida de hombros lo que le hace despertar de su sueño, mirando a su compañero de cuarto tan contento como nunca. 

-¿Qué?- pregunta sobandose el rostro aturdido por el sueño. 

-¡¡Que trajeron una televisión, vamos, Theo párate!!- lo sacude una vez más antes de correr fuera de la casa. - Tú eres de ese lugar donde pagan por tener televisión, ¿No? ¡Vamos! - 

Theodore recuerda muy poco de la televisión que había en casa con mamá… al parecer la vendieron a cambio de gas en invierno. 

Se levanta tranquilo, bajando por la orilla de la cama a paso lento, viendo por la puerta abierta a los niños correr por los pasillos entre gritillos y risas. 

Su cuidadora iba con uno de los más pequeños en brazos, sonriéndole de paso al verlo en su cuarto. Una vez dejo de verla se tomó unos segundos para dar una gran bocanada de aire antes de salir de su habitación con la cobija en manos. 

Los niños parecían estar vibrando a una secuencia del millón mientras aún no han desayunado, corriendo directamente a la sala. 

Theo baja las escaleras muy lento por el sueño. 

-¡Ah!- exclama un niño a su lado por un resbalón inesperado. 

Theo se detuvo estirando los brazos para ayudarle a ponerse de pie. 

-Vamos, juntos. – ofrecio mirando al niño impasible. Ahora mismo una sonrisa no parecía estar en su repertorio. 

Al menos el niño asiente tomándole de la mano para bajar juntos al ritmo de Theo, más tranquilo y lento. Un niño pequeño y una niña se unieron, aferrándose a su espalda y hombros con tacto débil. 

Desde la sala puede escuchar a la cuidadora alentar a los niños a tomar asiento antes de poner cualquier canal en la televisión. 

El grito de algunos niños vino desde la sala cuando al fin encendío la televisión, poniendo un canal que parece tener comerciales de caricaturas muy divertidas. 

Los niños que bajaban con él no se cayó en las escaleras pero la prisa los hace correr en el primer escalón, cayendo uno por uno pero ningún lloro, solo se sacudieron sin dejar que Theodore los revisara, corriendo directamente a la sala a ver la televisión comenzando a reproducir una canción alegre. 

 

«¡SONREÍR todos los días!» 

 

Observa la pantalla guardando un sentimiento extraño en tu corazón. 

 

«¡Cuando estés abajo y afuera!» 

 

Avanzo entre los niños, observando la pantalla borrosa. 

 

«¡No hay necesidad de fruncir el ceño ni hacer pucheros!» 

 

Un arcoíris llama su atención al igual que la de muchos más niños que esperan con ansias algo que no saben que será. 

 

«Porque los bichos Sonrientes están aquí para decir...» 

 

Son tantos colores como sonrisas tras la pantalla lo que lo hacen hundirse en la distracción. 

Conocía esas voces. 

 

 

 

«¡SONRÍE todos los días!» 

 

 

La pantalla paso de un título con los personajes a un campo verde con tres árboles sacudidos por el viento del medio día. 

 

 

 

-¡¡Oh, no!! ¡¡Otra vez no!!- se escucha un chillido agudo de un niño histérico. Seguido de un fuerte viento que arrastraba a un perro naranja por las orejas tan grandes que tenía. 

-¡¡Estoy de chispas, se los prometo!! – les grita sin hacer un solo movimiento para detenerse. 

-¡¡Tu y esas carpas de circo que te atreves a usar de orejas, me tienen hartó!! – reclama un pollito amarillo qué sacude una red absurdamente pequeña para atrapar al perro. 

-¡Mis orejas no son tan grandes! - le corrige el perro que de golpe ya tenía un par de carpas de circo pegadas a la cabeza. 

-¡¡Ay, nooo!! – la voz se rebela ser de un gordito elefante de color azul. - ¡¡A esta velocidad ese tonto puede llegar a los andes antes de graduarse de la universidad! – exclama y tira el montón de ofertas de empleos que no querían perros sin título. 

-¡Ya dije que puedo vivir de contratista! – lo regaña el perro con los brazos cruzados.-¡Los bienes raíces son el futuro !- brama y el viento se lo lleva junto con su fallida presentación hecha con crayones. 

Ese elefante salta haciendo al pollito rebotar como marco de fotografía tieso. 

-¡Di eso en el dos mil quince! – lo regaña mostrando un ábaco sacado de sus propias orejas.

El pollito que había caído al suelo como pegatina levanta la cabeza para estirarse como un globo, es tallando en un resplandor. Tras ese acto de luces aparece con un pelo de fútbol. 

El elefante lo había estado observando con el ceño fruncido, mirando feo al perro que aplaudía al ave. 

-Creí que estábamos tratando de bajarlo, no deprimir al intitulado. – opina el pollito amarillo dando equilibrio a una pelota de fútbol sobre su picó. Los aplausos pararon. 

En el siguiente enfoque el elefante recordó ese punto, tirando a un lado las lentes y el traje de presidente lo deja en el árbol. 

-Ah… si, eso hacíamos. – miran los dos arriba, al perro anaranjado subido en una nube. - ¡Esta gentrificando el cielo!-chilla arrancandose el tupé que antes no tenía puesto.

-¿Lo mató ahora? – pregunta el pollito escondido entre matorrales y apuntando al perro con un arma cargada con ochocientos cartuchos sobre otros. 

-No se puede, es año de elecciones. – lo detuvo el elefante con un calendario en rojo.

-¿Entonces lo dejamos allá arriba? – le pregunta el pollito sin quitarse el saco ni el casco militar. 

-Estoy pensando. – le responde el elefante hiperrealista, pose contemplativa y con un raro matizado bajo el ombligo y hasta las rodillas, en el Partenón que antes no estaba ahí. 

-¡¡Quítense del camino, Gallus gallus domésticos y Elephantidae celeste!! – 

Gritan apartándose del camino cruzado por el tanque pintado de camuflaje qué avanza llevándose entre sus ruedas el Partenón de papel y el escondite francotirador del pollito. 

-¡El arte de moral ambigua! –

-¡La ilusión de control de fuerzas en el exterior para manejar miles de psiquis violentadas por traumas de la infancia sin resolver! - chilla el pollito con la tableta de inscripción de la marina en sus manos. 

-¿Tienes idea de a cuantas demandas nos expondremos?- chilla el elefante. 

-Bubba, en realidad sería cero, el programa es muy nuevo para que importemos un comino al gobierno. - corta el pollito al bajar sus gafas de sol.-Si no, pues… - mueve las cejas mirando al público mientras el fondo censurado de cierto CEO anciano cruza el fondo a hiper velocidad. 

Al tanque no le interesaba lo que ellos estuvieran haciendo y los dejo enterrados en una ola de tierra al pasarlos a toda velocidad. 

-Y el primer día fue cuando yo dije ¡¡Hágase la luz!! – grita la voz de un gran hombre desde el interior del tanque. - ¡¡Fuego!! – brama con el disparo qué iluminó hasta los átomos del pollito y el elefante. 

Aquellos proyectiles se desprenden de piezas conforme sube, dejando la carcasa de una bala, un misil y una bomba atómica atrás para resplandecer con luz incomparable sobre el mundo con el único objetivo de impactar la espalda del perro qué martilla unas tablas contra unas barras del mismo. material. 

Un silbido hace que las orejas se levanten un poco antes de darse cuenta de cualquier cosa. 

-¿Oh? – gira al notar el resplandor a su espalda, recibiendo directo al rostro el proyectil final :

Un casco de color amarillo, atado a un pequeño paracaídas y un corazón dibujado en el centro. 

Tras el espectáculo de luces, que redujo las pupilas blancas de los dos a solo puntos de luz en el negro de sus ojos, ver al perro asomarse desde las nubes con su casco puesto y un pulgar arriba los hizo hervir. 

La tierra es repelida por el estallido de plumas furiosas y levantando la mano extendida grita:

-¡¿Qué croissant?! – exclamó el pollito con una boina negra sobre su cabeza, alcanzando por el frente al tanque para agarrarlo por el visor.- ¡¡¿Cuál es el sentido de eso si no lo bajas?!!- interroga sacudiendo el visor. 

Del tanque salió esa misma voz imponente. 

-Se puede lastimar si algo le golpea mientras construye. – se defiende con timidez y el cañón se encojio como la lengua de una mariposa.-No sabía que querías bajarlo. - 

El enojo en el ave lo pone rojo pero aprieta el pico y salta el tanque de vuelta al suelo. 

-Si… una nube va a matar al perro. - Gruñe el pollito apretando los puños y su cola se elevó ofendido. 

El elefante observa un pollito con un claro nerviosismo, al igual que el tanque se encoje avergonzado. 

El pollito los mira a cada uno con el ceño fruncido y esos ojos negros suyos se afilan como un par de rendijas. De golpe cloquea y sonríe animado. La felicidad lo hace volver a la normalidad. 

-Escuchen, tal vez no sea tan malo, él siempre nos dice que hacer. – determina golpeando el puño en su palma. – Él es muy arrogante y no va con nuestro enfoque genial y divertido. – asegura agarrándose el marcado y masculino mentón qué adquirio de la nada. 

El elefante movió los hombros retrocediendo con una sonrisa avergonzada. 

-Bubba comparte una opinión capaz de mantenerlo salvo de las amenazas actuales, a la vez que le asegura la posibilidad de volver al mandato anterior sin consecuencias. – dicta como un narrador con tono de animal documental. 

Esa declaración es repetida por el tanque con un cartelito qué tacha en rojo Bubba con Bobby y un corazón en las I. 

-Es suficiente para mi.- canta alegre el pollo. – Así es como me nombró a mi mismo ¡¡Nuevo y mejorado líder de las mucho más nuevas y mejoradas criaturas del nuevo milenio sonrientes!! – exclama abriendo los brazos para hacer el gran título en referencia a starwars.-Porque los 90 solo solo pueden quedar en manos de este gran líder aviar. - 

Un conejo verde aparece tras el pollito, cargando en sus manos un palo de hockey sonriendo con esa gran boca oscura. 

-Están planeando un golpe de estado, ¡Yo también me apunto! – celebra y antes de que el pollo terminará de reír, lo a golpeado en la cabeza con el palo de hokey, robando el traje de jedi oscuro para sí.-¡Yo propongo que legalicen la yerba! – ordena con un pavo horneado de fondo.-¡Que hayan más platos con verduras en nuestra mesa! – continúa y el pavo es cambiado por unas calabazas con queso y yerbas finas. 

El futuro dirigido por la coneja se ve tan lleno de deportes de alto impacto, todo con grabaciones reales de skaters, futbolistas y sudados basquetbolistas, mientras ella ríe apretando en su fuerte y masculino guante el planeta tierra hecho balón de fútbol. 

Esto es visto por el horrorizado trío de amigos. 

-¿Qué hemos hecho? – murmura un muy sombreado elefante, tanque y pollito realistas, que son solo fotografías de dichos animales y objetos, coloreados. 

La coneja ríe y recontra ríe carcajeándose con tal maldad que la fuerza la rodea cargada de rayos al doblarse hasta tocar sus orejas el suelo. 

La escena siniestra se ve interrumpida por la aparición de una cerdita rosa. 

-Ya traje los sándwiches~- canta de fondo con una cesta y sombrilla para cubrirse del sol y la luz de la coneja. -¿Chicos? – los llama al verso ignorada.-¿Jugamos a los malos?-

Entonces ese perro naranja llega sin ningún problema a un lado de ella. 

-Ven conmigo, ya repara la mesa para el picnic.-la ayuda con la cesta y estirando el brazo para que lo abrazara, permitiendo que avancen juntos a un foco ciego de la pantalla aun saturada por la coneja.-¿Como estas hoy, ¿Picky?-

La risita de la cerdita se escucha de fondo pero la escena corta a un gran castillo de piedra. La puerta es abierta desde adentro dejando salir un gran estallido de pururina de colores. Con esa puerta abierta del interior oscuro se ven dos puntos de luz blanca desde la oscuridad. 

Con el grupo, que ya miran sus relojes aburridos, esperan a que la coneja pare de reír pero esta no se detiene incluso si ya estaba tosiendo entre las carcajadas. 

-¡¿Quién ríe malvadamente?! ¡¡Estaba teniendo mi sueño reparador!! - grita desde algún punto ciego una chica. 

La coneja se gira con el sable rojo en mano. Siendo una mezcla de purppurina color verde lo que le diera directo a la cara. 

-¡¡Me derrito!! – chillo al ver el color verde de la mezcla en su pelaje.-¡¡¡AAAHHHHH!!!- grita agarrando directamente al pollito, incluso poniendo la boca sobre sus tímpanos. 

Las plumas se caen pero este pollito simplemente cierra un ojo después de parpadear como búho. 

Ignorando eso al fin llego la dueña de la porpurina. 

-Detesto que me interrumpan cuando tengo mi siesta de artista.-aparece con esa queja una pequeña unicornio con una bata larga rosa y llena de plumas en cuello, cola y muñecas.

-Si, la verdad es que hay mucha gente muy grosera. – le sigue el elefante vestido con la misma bata rosa. 

El unicornio lo mira aburrido, gira para ver al público y vuelve a mirarlo con esa ironía pegada al rostro. 

-No me digas, Bubba. - dice levantando una ceja. 

Bubba le responde llevándose una tacita de té a los labios. 

-Pues si, mi querida CraftyCorn, en estos días los modales se han perdido de sobremanera.- 

-Tu causaste el ruido. - asegura Crafty preparando su pezuña al subiré la manga. 

-¡No fui yo, fue Kickin!-

-Bambini, ¿Qué tu no sabes lo que le hacemos a los soplones?- le pregunta ya vestida de traje y un grupo de desconocidos elegantes a su alrededor. 

Bubba perdido color mirando al rededor en busqueda de ayuda. 

La conejo no deja de gritar y el ave ya casi no tenía plumas que traer, mostrándose como un pollito bebé a la pantalla. Ese grupo venía a por él. 

-¡Chicos! – 

El grupo completo se giro deteniendo su pelea. 

El perro les sonríe en silencio por lo que parecen tres segundos. 

-Ya pueden venir a comer.- les avisa con una gran sonrisa, moviéndose para mostrar la mesa de picnic reparada con asientos de nubes y una mesa llena de aperitivos exageradamente completos. – Picky termino de cocinar, así que vamos a comer antes de que se lo roben las hormigas. – 

A escondidas unas hormigas con pasamontañas movieron los puños furiosas. 

-¡A comer! – festejo el pollito con todos a coro junto a la coneja, tomando asiento juntos para discutir sobre la lechuga y zanahorias.

El elefante y la cerdita se sientan juntos compartiendo un elote grande. 

Quedando el unicornio al último junto al perro naranja. 

Hay un asiento sin tocar, dividido por un cojín rojo y lazos de hollywood, era el asiento de alguna súper estrella qué no vino. 

-Chicos. – los llama el perro con una sonrisa. 

Lo miran cada uno con la boca llena. 

-Los quiero. – termina cerrando los ojos confiados. 

Los seis comparten el gesto a la vez. 

-Kickyn, estas castigado…- con esa misma sonrisa se dirige al pollo qué explota.- Bobby, sal, gracias por el casco. – habla al aire, no, se está dirigiendo al tanque. 

Miran a la máquina asesina abrirse, bajando un pequeño oso rojo y tímido. 

La unicornio corrió a su encuentro, levantándola en brazos. 

_¡Feliz cumpleaños, Bobby! – exclama abrazándola. 

-¡Si! ¡Feliz cumpleaños! – gritan a coro desde la mesa. 

El oso abraza al unicornio con esa sonrisa enorme y ojos húmedos ante las emociones. 

-Gracias… amigos…- les dicen cn su linda voz de niña. - Yo siempre quise pasar mi cumpleaños con mi familia. – 

-Lo haces ahora, ¿no? – dice el perro levantando los brazos.-Unete, Bobby.-

La osa corre a su encuentro, recibiendo no solo el abrazo del perro, sino también a todos sus amigos en el círculo. 

-No importa que hayan vientos fuertes… - el perro lo dice acariciando la espalda de la osa. 

-Guerras frías… -el pollito. 

-Obras de arte vulgares… - el elefante. 

-O un universo por dominar… - la coneja. 

-Sueño perdido… - la unicornio. 

-Un banquete atrasado… - la cerdita. 

-Siempre te amaremos, porque no hay nada mejor en el mundo que mis amigos. – termina ese perro rosando las narices con la osa. 

-¡Si que me amo! – exclamó el pollito humildemente. 

-¡Yo también los amo! – grita la osa completamente sumida en la emoción y bajo la asustada mirada de sus amigos, comenzó a reír con lágrimas en los enormes y negros ojos, apretando un gran, gran, muy pero muy grande abrazo de oso. Reventando el escenario y los personajes. 

 

Los créditos comenzaron pero no hubo solo silencio. Los nombres de dibujantes y actores de voz resaltan pero el audio es un diálogo. 

-Oye, Kickin. – se escucha la voz del perro. 

- Dime, DogDay. – responde el pollito. 

-¿Me ibas a disparar? –pregunta.

-¡Duraznos en almíbar! – interrumpe la voz de la cerdita. 

 

 

 

 

-¿Qué fue eso? – pregunto un niño aturdido. 

Theo giró el rostro para ver a unos niños aún riendo en sus lugares, eran muy pequeños así que el ver luces fue suficiente para entretenerlos.

-¿Porqué se arranco la peluca? – 

Theo está pensando en otro hecho importante. 

Ese perro… ese perro se llamaba DogDay. 

-Me gustó el oso, era bonito.-  

Theo necesitó colocarse la alfombra bajo su asiento. 

-No… no… - sus pulmones se sienten tan débiles, no lo están ayudando. 

Ese ataque podría haber acabado consigo pero fue interrumpido por un escalofrío. 

-No hagas una escena, ya sabemos que se llamaban igual pero seguro el vio el programa desde antes. – su compañero de cuarto había puesto un vaso de jugo frío en su espalda. – No lo pienses mucho, hay un niño que le gusta que le llamen Yogi. – 

-¿Es… normal?- pregunta aún agitado, mostrando su mal estado con una expresión desmejorada, pálida. 

-Si, a mi me gusta Shaggy, es divertido cuanto come. – no se quedó con él, siguió su camino a unirse con un grupo de niños en los sillones.-Aunque no me gustaría que me digan Shaggy. - 

Theo observa al grupo conversar de alguna cosa referente a lo que acababan de ver en la pantalla. No es el único capítulo que verían.

Muy pronto comienza otra vez la introducción y sus personajes coloridos vuelven a caer por un arcoíris. Sin quererlo saludo a la pantalla cuando ese perro naranja lo hizo. 

Pasaron al menos el día completo viendo televisión, entre comerciales de juguetes, dulces y otros programas de la misma compañía entre canales. Viendo a esas criaturas sonrientes tener tantas aventuras tiernas, bizarras, aterradoras y divertidas. Un canto cada vez que pronunciaban sus nombres. 

La repetición es la clave para la memoria y los rasgos de un buen maestro, siendo cuestión de tiempo para ver a más de un niño repetir el nombre que más le haga cosquillear los labios. 

-Picky Piggy~ Picky Piggy~ Picky Piggy~.- canturrea alguna niña de fondo, disfrutando del nombre de la mejor cocinera de y que siempre juega con los nombres de otros platillos.

Otros prefieren al elefante capaz de crear un cohete ya otros les gusta el pollito que patear a una pelota hasta la estratosfera para que a algunos la conejita capaz de pelear con gigantes sea quien la recupere después de ganarle a la maldición de la tortuga y la liebre. . 

Siendo el líder constructor para otros mucho más genial por levantar escenarios, naves especiales, barcos y castillos para que Bobby, la osa roja cantante pueda brillar frente al mundo o solo para reparar el techo con goteras del pollito. 

Todos tenían algo que admirar o de que reírse como que el líder abandonaba la universidad de finanzas y estaba más que seguro de que ese amigo imaginario era real y algún día vendría a vivir en la casa que no termina de construir pues siempre explotaba o el elefante. era buscado en veinte países por robar secretos de estado para intercambiarlos por una mecedora firmada por la araña qué hizo el columpio más grande del mundo, la unicornio era una ladrona de arte daltónica que preferiría teñir el sol qué aceptar que no es del color que le gusta, la coneja gusta de las verduras pero se come todo el peperoni de las pizzas culpando a la osa hasta casi hacer peperoni a la cerdita qué ya intento vender por kilo al elefante más de diez veces a cambio de una cocina más futurista, mientras que el pollito haría lo que sea por llamar la atención de todos y más del líder incluso si conlleva ser quien explota la casa en construcción. 

Estaban demasiado entretenidos en la televisión como para tomarle atención a los hombres de traje que anotaban sus reacciones al programa o percatarse de las construcciones que estaban haciendo fuera de Dulce hogar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con los días la televisión se vio mediada por la cuidadora, prohibiéndola después del desayuno y de la cena, siendo solo un par de horas las que se les permitía ver algún programa. Después de clases fue algo casi de ritual bajar todos juntos a ver los capítulos de ese programa y otros tantos más. 

Parecía que, de pronto, estar en este lugar no era tan malo. Tenían los juguetes que en televisión todos los niños de afuera querían, cada juguete y muñeca en televisión llegaba a sus manos.

Incluso podía dejar de sentirse solo cuando ese peluche naranja llegó a sus brazos. 

Ahora mismo estaba en ese momento extraño. 

Con el peluche de DogDay en sus brazos y un sentimiento cálido en su corazón expandirse como hormigas bajo su piel. 

A oscuras este perro era castaño y si lo sacude puede despeinarlo para hacerlo parecer a su amigo. 

Su cabeza se siente ligera al salir del sopor qué había estado experimentando por tanto tiempo. 

Este era un peluche, de una caricatura, no su amigo ni lo sería nunca. 

No importa cuanto lo apretara y olfateara la vainilla, este no sería el día que le robo un caramelo ni cuando jugaron hasta caer en el césped sintético. Solo eran recuerdos dolorosos como los de mamá, pidiendo, sin entenderse el porque deseaba, tanto olvidar ese rostro como a ella. Dejar de sentirse tan triste y poder estar con el resto de niños que recibieron el peluche qué deseaban en esta navidad. 

El bloque de su amigo no había sido incluido a la celebración de su hora pero si buscaba lo suficientemente bien, vería una bota de cada uno en la pared de la sala. 

Las risas de los niños de su propio bloque, lo sacan de sus pensamientos. Viéndolos correr con los peluches de alguno de los sonrientes o las criaturas de la superficie en brazos. 

¿Porqué ellos pueden correr y reír? ¿Porqué le costaba tanto seguir su ritmo y divertirse como antes? 

Cuanto deseaba jugar con ellos y ser normal.

El aroma a vainilla en sus brazos esta acompañado por el calor contagiado por su propio cuerpo. 

-¡Kickin canta si jalas su cuerda!- chilla alegre un niño desde las escaleras. Con eso vuelve a jalar la cuerda para escuchar un gran canto de gallo, repitió el jalón emocionada pero esta vez fue distinto. 

«Despierto todos los día pensando en cuanto, me gusta estar contigo, solo tú eres tan genial como yo.»

-¿Dijo eso? Que bonito. - exclamó una niña mayor que aprieta su CraftyCorn en brazos. 

Theo giro el rostro devuelta a su peluche, volteándolo para tirar de la cuerda y escuchar lo que tendría por decir. 

«Oye, ¿Sabes que eres mi luna? No le digas al sol que te quiero o se pondrá celoso.» 

Theodore abrazo el muñeco con todas sus fuerzas, sin importarle si lo veían, solamente se escondió en el peluche con tantas fuerzas que casi se ahogaba. Suspirando al contenerse, levantándose de la sala y yendo a su cuarto para dormir de una vez al subir las escaleras a su ala. 

Por las escaleras del segundo piso se vio sorprendido por la figura encojida tras las rejas del ala cuatro. 

-Theo. – exclamó esta al verlo. – Ven, por favor,. – lo llama sacando la mano para llamarlo. 

Es ese niño del grupo de su amigo, hace mucho no los veía, demasiado tiempo tal vez. Podía ver que había crecido unos centímetros por encima de sí. 

-Hola.- saludo al cortar la distancia pero no lo suficiente para ser alcanzado por el niño. La desconfianza natural lo hace dudar de sus intenciones. 

-Hola. – sonríe el niño suspirando. – Theodore… estas más grande. – lo mira de arriba abajo. - Creo que Dog no te hubiera alcanzado a tiempo. - 

Ese nombre “DogDay” no le gustaba. Había notado como su amigo se sonrojaba con el rostro desmejorado cuando se lo dijo pero también le era raro, ¿Porqué a su amigo le daba vergüenza que justamente él supiera que ese era su nombre? 

-No lo se. - aprieta al peluche en sus brazos. - Creo que tu también creciste bastante. –

Es eso. Solo eso bastó para que él rubio se desanimara lo suficiente para dejar salir su ansiedad con algunas lágrimas. 

-Theo… - el niño apretó la reja con las manos.-Me estoy muriendo. – bajo la mirada sin dejar de sonreír incluso si ya estaba llorando. -Me están matando, Theo. – al fin parece permitirse parecer aterrado, con lágrimas en sus ojos y esa sonrisa muerta.

Es esa bruma de nuevo. Esa gris capa que aturde a Theodore la que le da fuerzas para responder. 

-¿En serio?- pregunta en voz baja. – Eres… Kickin, ¿Verdad?- intenta mantenerse presente. 

Sinceramente no sabía como reaccionar, estaba atrapado en el sopor qué siempre le protegía del miedo, la realidad y el dolor. 

Es esa protección la que hace que escuche al niño a través de plástico, aturdido y sin entenderlo. 

-Si… creo que me voy a morir… mis amigos no me hablan… y yo le hice lo mismo a DogDay, lo siento tanto, Theo. – intenta hablar más pero su voz se quiebra. 

Estaba ciertamente desconcertado pero el miedo en el niño era suficiente para hacerle sentirse ansiosamente desolado. 

-Puedo sacarte de ahí, puedo esconderte. – ofreció en el mismo lugar, no podía moverse. 

El niño rubio le sonríe apretando los puños en las rejas. 

-Quiero que escondas algo. – le pide revisando sus bolsillos. – Esto era de DogDay, debes llevártelo, por favor. – le pide estirando el juguete. 

Theodore reconoció ese mugroso muñeco de pelos revueltos y enredados, ese muñeco que su amigo le presentó cuando se conocieron. 

Kickin no deseaba bajo ninguna circunstancias entregarle ese juguete a nadie. Lo había encontrado y era suyo. Solo dárselo a Theodore lo hacía por encontrar las ultimas migajas de lo que fue su amigo. No sabía porque a un niño ni porqué a uno fuera del bloque 4, esas preguntas no se animo a hacerlas. ¿A donde lo llevaría entender a DogDay? Él ya ni estaba con ellos. 

A él se lo llevaron por culpa de ese tipo malo. 

Se lo llevaron por culpa de quien trajo a sus vidas ese loco violento. 

Theodore es inconsciente de los pensamientos revueltos del niño, aventurandose al desconcertante deseo de poseer ese juguete horrendo. 

-Eso… - tomo el juguete de su mano. 

En un segundo fue halado contra las rejas, golpeando su cara contra el metal y su oído fue perforado por los gritos del niño. 

-¡¡¿Porqué tu sigues jugando con todos, porqué?!!- grito el rubio al soltarlo, satisfecho solo con ese golpe para Theodore.-¡No quiero morir pero tú no tienes porque hacerlo!- sacude los puños alterado.-No es justo. – da por terminado su episodio al verlo levantarse lentamente. – Lo siento, yo solo… tengo miedo. – exclama tan rápidamente arrepentido con solo ver su rostro marcado de rojo.

En manos de Theodore esta ese juguete. 

-Esta bien, te perdono. – suspira Theo sobándose la frente, el golpe fue más un susto para él.-No me dolió tanto, gracias. - mira al peluche naranja que lo protegio, y después mira al rubio lloriquear con los puños apretados sobre su cabeza.– No creo que tus amigos quieran hacerte daño, habla con ellos, solo están asustados.- guarda el muñeco de Dog en su pantalón para no perderlo. 

-¿Crees que sea así?- pregunta el rubio con las lagrimas inundando sus mejillas. 

-Si, estoy seguro. – mira la mascarilla en su rostro. - ¿Qué le paso a tu cara?- pregunta. 

Es la respuesta el rubio quitándose la mascarilla. 

Mostrando la misma coloración oscura en las encías y los labios rotos tan llenos de cortadas, exactamente las mismas que el ojo de su amigo tenía los últimos días que lo tuvo cerca. 

-Te duele, ¿Verdad?- estiro las manos sin importarle dejar caer el peluche naranja ni su cobija, tomando las mejillas del rubio a través de las rejas. El golpe había dolido y lo asustó pero, vaya pero, su atención solo era para el terror y dolor en los ojos del niño. 

Atravesando sus brazos las rejas sin pensar que podría salir verdaderamente herido si este niño lo decidía así. Solamente sintió esa desesperación tan igual a la de su amigo en el pasado, deseando volver a abrazarlo. 

-Se que duele, esta bien, ven aquí.-lo llama a su encuentro, tirando de la camisa amarilla de este para hacerlo avanzar firmemente. 

Es más pronto que nada el qué esté niño aterrado se apresure a corresponder el toque abrazando a Theo a través de las rejas, buscando el consuelo en sus brazos al poner el rostro en lo que puede sentir a través de las rejas. 

Theo observa esas escaleras oscuras tras el niño. Preguntándose si era su culpa el que su amigo no pueda estar aquí ahora, suspirando mientras las lágrimas del niño mojan su camisa.

-¡Niños, es hora de cantar, los quiero a todos aquí!- los llama la cuidadora desde algún lugar de la sala fuera de las escaleras. 

Sintió claramente como ese niño se sobresalto por la voz de un adulto al soltarle y retroceder un paso de golpe, iba irse sin decirle nada. 

-Mira. – le intenta confortar por última vez, tomando su cobija para arrancar un trozo, después a su peluche se lo ato en la cara, entregándoselo al rubio. – Él es increíble, es divertido y te hará compañía. – le promete algo que el pensaba tener con el peluche. 

El rubio se llevó al perro de peluche, colocándose su propia mascarilla. Observando al perro en sus brazos antes de apretarlo. 

-Gracias, Theo. – sonríe tan claro que ni el tener la boca cubierta fue suficiente para dejar de ver su alegría. 

El menor se despide del rubio yéndose a la sala por el llamado repetitivo de la cuidadora. 

Kickin se quedó solo con este juguete, mirándolo, curioso tiro de su cuerda. 

«El sol brilla incluso sin ti, pero no podré verlo si no está atrapado en tu sonrisa» 

El rubio comienza a subir las escaleras, observando al peluche aun cuando los otros niños lo miraron con miedo, llegando a su habitación. 

-Vi a Theo y me dio un muñeco coqueto. – les dice al entrar. 

Cada uno está dividido, asustados después de llevar tantos días encerrados sin ir ni siquiera a la escuela al mismo tiempo que los otros niños de dulce hogar, su sueño era un desastre pues los llevarían a clases cuando deberían estar durmiendo, pero claro que los niños no pueden saber porque se sienten tan extraños. Solo sabían que tenían miedo y dolor qué no comprenden de donde viene. 

El estado de Kickin solo era un incentivo para quedarse escondidos en sus camas. 

-Es muy bonito. – intenta responderle Bobby pero esta aún en su cama, pues se suponía que debería estar durmiendo pero no podía.

-Y habla. – les muestra en alto el peluche al jalar la cuerda. 

«Estoy contento solo con hacerte feliz, dame una sonrisa y que sea un secreto para el sol» 

-Es casi como si coqueteara con la esposa de el sol. – se ríe Crafty bajo su sabana. – Vaya pilló. – se burla. 

Hoppy se delata despierta al comenzar a reírse desde el ovillo de sábanas en su cama. 

-Eso podría hacerlo terminar con quemaduras de tercer grado. – agrega Picky moviendo los hombros de un lado a otro al mecerse. 

-Pues la esposa del sol no parece estar en contra.- es Bubba el último en reírse. 

El peluche se queda en brazos de Kickin por lo que duran sus últimos días en Dulce Hogar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                      ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

El dolor es divertido, y cuando parece que ya es el límite aun queda más por sufrir. 

Puedes gritar y sacarlo o dejarlo en tu cuerpo hasta que no quede nada de ti. 

Descubrió hace mucho que gritar era mejor para superar el dolor, no sana, no seda , es solo sacarlo del corazón para mantenerse limpio. Porque unas manos sucias con dolor no pueden hacer nada sin manchar lo que toquen. 

Puede llorar, antes podía, hoy solo puede sacudir la cabeza y gritar con la voz que no termina de reconocer como suya.  

Necesitaba tanto dormir pero solo puede concentrarse en su carne y huesos siendo triturados. 

 

 

El sonido de las cadenas asotando contra el metal rompe cualquiera de todas las otras pequeñas piezas de electrónica pitando o sondeando antes las lecturas cambiantes. 

-Es increíble… su cuerpo sana en cuanto lo aplastamos, ¿Porqué los gigantes no son iguales?- se pregunta un científico mirando al perro naranja sacudir la cabeza un segundo antes de que la prensa hidráulica aplaste su brazo contra el suelo.

La cadena que sostenía la prensa se tensa levantándose lentamente, dejando que la carne se libere y parte de la sangre más espesa la siga al ser subida por encima del perro. 

La cadena vuelve a azotar una vez la liberan esta vez sobre su torso. 

El grito estremece el cristal con las mesas de sonidos estáticos y las voces revueltas. 

La sangre que es expulsada por presión hace que el perro de aparente peluche esté bañado en sí mismo, escurriendo hasta las orejas destazadas algo de sangre. 

 

 

Los primeros días de pruebas huvo un error en los estudios de esta criatura. Un error que pudo costarles la vida. 

Siendo ese error lo que les rebelo un punto increíble, nunca lo habían experimentado con las otras criaturas. 

Un evento inverosímil que los hizo cambiar su percepción sobre sus proyectos. 

Dicho descubrimiento los llevo a sus primeros años de estudio, cuando todo era nuevo he inpensable. 

 

Esta criatura no se rebelo a ninguna de sus pruebas dolorosas cuando la seguridad falló y se encontró libre de contratacar. 

Lo descubrieron cuando el encargado de liberarlo quiso cambiar las cadenas sucias y lo aterro la realidad. 

Saber cuanto llevaban experimentando con el nuevo proyecto se volvió menos importante que descubrir cuando se dio ese error. Como ese error les hizo ver un nuevo descubrimiento indispensable de parte de esta criatura. 

 

La pesa es retenida nuevamente en alto. 

Este perro coloca la mano sana sobre sus costillas desechas, empujando un hueso expuesto de nuevo a su lugar con un jadeo profundo fuera de su boca oscura. 

-DogDay, ya puedes levantarte. – ordenan por la radio. 

El perro asiente al enderezar la espalda y sus orejas colgando a los costados de su cabeza una más larga que la otra al estar desgarrada, ocultan cualquier expresión en esos ojos apagados, se arrastra con la fuerza de las piernas para ponerse de pie con el brazo ileso recargado en la pared, hasta subir y chocar de frente con el cristal de la gran jaula, respira pesadamente, llevando su mano ilesa al cristal y mirar su reflejo con esa expresión extraña de un rostro nuevo y deforme. 

Esa era su cara. Unos ojos que brillan en la oscuridad, labios paralizados en una sonrisa natural que no puede cambiar, esas orejas cortadas qué le llegaban a los hombros y por supuesto, esa cola. Esa desgraciada cola qué ahora está elevada, sabe que está sintiendo, le recuerda a su perro. 

Esta enojado y quisiera morderlos. 

Puede ser obediente, solo dolerá pero no pueden matarlo. No han hecho nada hasta ahora que pueda matarlo. Solo debe ser obediente

Nunca terminará . Esta claro que no lo dejaran ir. 

Siempre hay dolor que se siente de esa forma… siempre pero  nunca que no haya un final, ese final será el que él decida. 

Así que observa su cara en el reflejo, odiando cada uno de los pelos que le han colocado en este pelaje irreal naranja, huele tan bien como una galleta y puede imaginarse su nuevo sabor. 

Ya los animales no se lo comerían, solo insectos saborearían este amargo menjurje de dulce. 

Siente la saliva juntarse en el interior de la boca falsa y cubierta de red metalica negra que le hace sonreír. Odia mucho su imagen actual. 

 

 

Detrás del espejo los científicos han quedado en un sopor silencioso, observando a esta creación de aspecto afable sangrar frente a ellos con esos ojos fijos en sus cuerpos, respirando un vaho tan humedo y caliente que el cristal se empaña, limpiándose cuando esa mano lo lleva en un gesto tranquilo. 

-Es… es mucho más increíble que siga nuestras órdenes. – le cambia el rumbo un doctor aturdido por esa mirada tan melancólica.-Es increíble como evolucionan las funciones de los experimentos qué reciben los genes de 1006 antes de su cambio.- sonríe viendo a su trabajo respirar.-¿Esta usted consciente de que su investigación será tomada como un milagro en futuras generaciones, doctora?- pregunta a su jefa. 

Esta rubia mujer les sonríe, estirando su diestra para tocar el mismo cristal que el perro de peluche. Igual que el soñador qué ve vivas sus ilusiones. A ella por fin se le reconoce como una gran científica de valor sin importar su género, al fin lo ha demostrado. 

Esta reunión de experimentación a impactos no seria diferente de golpear a un perro en el suelo, si no fuera por la visita inesperada. Coincidentemente ese perro aparto la mano de él lugar que esa mujer toco pero ninguno lo notó, pues la persona que a llegado se lleva toda la atención. 

-Cualquier cosa en la que incluyamos al prototipo será igual a un milagro. – 

-¡Señor!- exclamó la científica al verle llegar sorprendida. 

Ese jefe suyo llegó para dar una mirada al proyecto en el interior de la habitación blanca vuelta roja por la sangre. 

-¿Este es DogDay?- pregunta apuntándolo en el cristal. 

-Si, su peso es cercano a las mil quinientas libras y su estatura es próxima a tres metros, podría cambiar y disminuir o crecer pero por ahora solo es una teoría. – 

El jefe abrió los ojos algo sorprendido de verlo cerca al cristal doble vista.

Estaba de pie, respirando por sí mismo y herido ero no muerto. 

-Huggy no tuvo el mismo desarrollo, ¿No pasamos como seis meses conectándolo a una máquina o se moriría?- les cuestiona parte de sus memorias. 

-Al no remover partes de su cuerpo ni cerebro su recuperación fue menos laboriosa al nivel celular y el cerebro se a reconstruido por si solo, gracias a las funciones de aceleración celular de 1006. –

Una silenciosa sed de aprobación les recorría mientras esperan preguntas o alguna recompensa de su jefe. 

Este mira las maquinas, a ellos, a la doctora y vuelve a mirar al perro en la celda. 

-Vaya… la doctora loca tenía razón.- mira a su asistente observar a la criatura en la ventana. 

-Es hermoso… - susurra aturdida por el color de la naranja y ese pelaje lleno de sangre que no pierde el encanto que buscaban en su nueva colección.-Aunque también se podría tratar de un caso inflado por parte de la doctora presente, teniendo en cuenta la forma en la que actuó en el pasado, digo, este es el niño que casi la corrompe.- con lengua afilada le recuerda a su jefe ese episodio, recalcando la desconfianza de la compañía en las personas poco profesionales. 

El jefe chasqueo los dedos para recordarle donde estaba.   

-Mi querida asistente puede tener razón en que parezca hermoso pero estoy cansado, ¿Cuánto tiempo tardará en ser funcional?-les pregunta a los científicos dejando al aire el recuerdo del rompiineto de la doctora.

 

Entre los doctores y científicos se pasa un susurro bajo, sin dejar de mirar los datos en sus documentos y a la doctora en jefe. No podía permitir que la actitud de su jefa echará por tierra sus esfuerzos. 

La costumbre de Laura, la doctora de los sonrientes, a ser puesta en duda sus capacidades eran grandes y también sus habilidades para defenderse sin mostrar debilidad, ni siquiera a otras mujeres. Por lo que su mirada va directo a la asistente. 

-Dos meses , aún faltan muchas pruebas de capacidad para permitirle estar cerca de los niños.- apunta la tabla de pruebas sin completar de este proyecto.-Aun no le ponemos en prueba con animales o bajo estrés. - 

El hombre sonríe acercándose a la mesa de control.

-A mi me parece que han pasado meses dándole palizas y por lo que supe, estaba libre en todas, ¿Y me dice que no sabe si maneja el estrés? - apunta y bromea con ese tono de ironía descarada. 

La doctora bajó la mirada y no por miedo, sino por un dato en ola recopilado por la máquina de lectura cerebral. 

-¿Señor?-preguntan confundidos por sus acciones, ignorando a la doctora que revisa esos datos en la hoja que llego al suelo en papel blanco.

Ludwig mueve las manos restando importancia a la preocupación de sus empleados al momento de encender el comunicador.

-Buenas noches, DogDay.- saluda al comunicador.

Del otro lado del cristal la criatura se enderezo mirando a la bocina en su celda justo a un costado del cristal.

-Buenas noches, señor.- responde Cortés.

-Este si habla.- exclamó la asistente acomodando los papeles que casi se caen de su tabla ante el sobresalto. La risita de la doctora le hace mirarle de reojo. - Eres mejor que el viejo , felicidades. - dejo de lado su agresión anterior para ser sincera con la científica. 

Eso dejo bastante desarmada a la doctora que no sabe responder a los halagos. 

Sin importarles la interacción entre la asistente y su jefa, la mirada de los científicos se divide entre algunos temores y emoción, esperando lo que haría ahora el dueño de sus salarios. 

Este era uno de esos puntos tan increíbles que no anunciaron y dejaron que lo comprobará su jefe el día que los visitara. 

Este experimento no había quedado catatónico tras todas las pruebas, siendo el primero en mostrar capacidades leguisticas intactas después de todas estas. 

Habían logrado algo completamente nuevo a comparación de sus compañeros. 

El anciano observó al perro tras el cristal, sonriendo al digerir lo que acaba de presenciar. 

-Yo imagino que estas algo confundido por tu nuevo estado , ¿No es así , DogDay?- pregunta al perro, esperando alguna queja o un berrido acompañado por sollozos. Muchos experimentos comenzaban a llorar una vez se les afrontaba a su nueva realidad. Algo visualmente desgradable, razón para extirpar los lagrimales. 

Ese perro mueve la cabeza de arriba abajo pero no se queda en eso.

-Quiero saber para que me hicieron esto.- levanta el brazo qe apenas puede verse algo curado.-Esto duele mucho , y no soy el tipo de fetichista que no lo disfrute, pero sin recibir un par de besos de por medio se torna difícil la faena.- 

Eso era nuevo. 

Cada persona en la sala se alarmó, esto no era nuevo, que bromeara de ves en cuando, el que este perro hablara tanto y con tantas palabras era de por si sorpresivo. El uso de un tipo de humor verde lo llevaba algunos escalones por encima de lo esperado en una materia prima menor de doce años. 

Tomando en cuenta que sus gigantes azul y rosa no han hecho más que monosílabos en las pruebas, esta larga respuesta y pregunta son casi milagrosas, si tan solo no fuera tan vulgar. 

El jefe de todos vuelve a oprimir el comunicador. 

-Te hicimos esto para que salves a los niños del peligro al igual que a tus amigos de todo el miedo y dolor.-

El perro movió las orejas interesadas, delatando el poco movimiento que tenia la zona herida.

-¿Hay algo malo allá afuera?- cuestiona. 

-Si, los hay.-

Este peluche gigante inclina la cabeza y su mano en el cristal bajo un poco por el cristal llevando sangre por el vidrio. 

-Estoy …asustado …- admite el perro bajando la cabeza.-Quiero saber porqué fui yo y no alguien mas… no soy tan fuerte ni fui tan valiente nunca.- suspira con esa voz áspera.-Yo quería seguir siendo un niño , señor .- lo dice tomándose el brazo herido.-Ahora todo es tan pequeño y no puedo saber si estoy aquí , señor , ayúdeme a saber porque razón debería estar feliz ahora.- lo ruega mirando al espejo y a la bocina con un movimiento nervioso.

Los empleados dividen su atención del monstruo a la presencia que han reconocido como el jefe desde hace años, cuando estas criaturas parecían ser solo juegos de posibilidades. 

¿Lo verían ser piadoso? 

-Lo siento mucho DogDay, no me gusta tu actitud.- lo dice tranquilo.

El perro al otro lado del cristal levanto la cola, algo que parecería lindo en una criatura más pequeña, pero era una extensión larga y fuerte que suena como un maso qué corta el aire.

-Lo siento.- murmura bajando aún más la cabeza y la sangre en el cristal se expande al poner su peso en ello. 

-DogDay…- lo llama.-Recuerda que esta es tu familia desde ahora , y tu debes cuidar de ella incluso si te hacen enojar.- lo recalca golpeando la superficie de los controles con un par de dedos. - La piedad será para los que actúen como tú y obedezcan, escúchanos y serás como mi hijo, como todos los amigos que estarán a tu alrededor.-

El perro mueve la cola lentamente.

-La obediencia es el camino a la felicidad , ¿No te lo dijo tu madre?- remarca. 

El perro movió la cabeza de forma extraña. 

-Si.- su oreja comienza a unirse sanándose lentamente bajo la mirada de los científicos.

El anciano aún no a terminado y continúa con su sermón. 

-Eres uno de los hijos de nuestra familia, debes recordar eso y actuar como el líder que siempre debes ser.- 

Esto parece hacer mella en el perro y sus hombros caídos se relajan. 

-Si, señor.- murmura asintiendo.

Esa sonrisa vuelve al anciano y su mirada va a su asistente. 

- Entonces desearía que pruebes tu lealtad con una sola cosa, ¿Eres capaz?- pregunta mirándola a ella. 

-Si , señor.- asiente nuevamente al enderezarse. 

 -Vuelve a completar la prueba.-

 

 

 

 

Él mira al espejo donde ese miserable perro naranja ve las cadenas moverse y él debe aceptar que esa es su vida desde ahora. 

Preguntandose si sería capaz de conseguir su confianza y sacar a sus amigos de la guardería.

 

Notes:

Hey, ¿Saben que me gusta del juego? Todo.

Chapter 6

Notes:

Hola. ¿Lo sientes muy lento? Se pondrá mejor.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

Esa mañana despertó pensando en dulces de la expendedora, exactamente en unos panquecitos y una bebida de leche con fresa. Incluso se sintió emocionado cuando su amigo logró escapar de su bloque para encontrarse en la puerta de la escuela. 

Siempre lo veía llegar con las rodillas y manos raspadas por caer del segundo piso, siempre se heria al salir fuera de su horario. El no verse hace horas era un motivo tan razonable para los dos, tan lógico haberse extrañado a morir que incluso podían fingir que era la razon por la que podrían abrazarse en vez de tomarse las manos, en ningún momento pensaron en ir separados. 

Encontrando que los abrazos entre pasos llenos de empujones y risas eran la forma de andar más conveniente, natural y completa. 

Fueron, como si fuera un cita concertada , a la maquina a sacar algunas cosas y luego correr a la PlayHouse donde no los descubrirán comiendo fuera del horario. 

Recordaba lo mucho como su desagrado al contacto físico se marchitaba cuando sus manos se elevaban y atrapaba a su amigo debajo de la cobija, compartiendo en la oscuridad un forma de verse capaz de hacer que el tiempo corriera más lento. 

Llegar al escondite entre los túneles y acomodarse lado a lado. 

Viendo se tan relajado qué se le escapaba decir algo vergonzoso de su pasado. 

-Mi mamá no podía comprar esto en casa. - una vez lo dijo se arrepintió, avergonzado por compartir sus carencias. Mamá por eso no le regreso a la escuela, aunque tampoco recuerda lo que sucedió. - ¿Como conseguiste el código? - cambio el tema lo más rápido posible. 

Su amigo no dejo de sacudir la botella de soda, simplemente la tiro a un lado como si fuera una granada activa. 

-¿Alguna vez pensaste en morirte? - pregunta mirando la esponja blanca por encima de sus cabezas. 

Puede estar disfrutando de unos submarinos con crema batida de vainilla pero no es suficiente para dejar de sentir el agrio sabor que le deja el oír esa pregunta de parte de su amigo. 

-No lo creó. - es retorcido el sentir qué le mentía.-No quiero morir. - resultó impresionante cuanto le asustaba la idea de morir ahora. 

El castaño le sonríe terminando con la distancia entre ellos. Notandose su afanado interés por tocarle los pies al colocar sus manos sobre sus tobillos descubiertos. Theo lo empuja cubriéndose, era raro y sentía que le quería hacer cosquillas o algo más extraño. 

Su amigo al caer lo hizo de espaldas pero regresa empujandose con las piernas. 

-Hay adultos que se cansan de estar vivos porqué han vivido con mucho dolor por demasiado tiempo.- esos ojos bajaron por el rostro de Theodore una vez volvió a su encuentro . -Creó que siempre quise morir antes de llegar a eso pero solo era porqué no encontraba razones para vivir. - lo mira a los ojos con un aspecto mucho menos relajado. 

-¿No es suficiente el no querer morirte? - le reta ya superando el estupor inicial y conociendo lo que es un coraje adulto. - Vas a vivir mucho más, no debes pensar así o te volverás cura, a ellos la muerte los llena.-

El chico dejó de sonreír. 

Algo que Theodore comenzaba a descubrir de su amigo era lo poco que le gustaba escuchar de curas, sacerdotes o directamente cualquier cosa religiosa. 

-Solo quería impresionarte …en realidad no pienso tanto en la muerte. - lo cambia al notar como el rostro de Theodore se descompuso entre dudas. 

-Me impresiona lo tonto qué eres.- sus ojos llegan a los rasgos más suaves de ese rostro. -¿En qué sueles pensar si no es en la muerte? - pregunta algo que deseaba saber de su amigo. Solo para tener algo nuevo de él. 

El niño apuntó a su dirección. Eso delató muchas cosa que los llenan de un sentimiento complicado como la satisfacción y la vergüenza reunida. 

Pensar en algo es parte del valor de lo mismo en la mente, dando a Theodore una respuesta de cuanto era importante para su amigo. Logrando que esa espina insidiosa del tiempo que no compartian le fuera arrancada. 

-En el trasero de la gente. - 

-...yo no pienso en nada… ¡¿Qué le ves a los traseros?!- no puede continuar en el mismo estado sensible cuando solo quiere reírse de tremenda estupidez. 

Su amigo corta la distancia, poniendo las manos a los costados y abriendo las manos para cerrarlas consecutivamente de frente a Theodore. 

-Los traseros son algo muy bueno, son apretables, son suaves y redondos y lo mejor es que puedes saber mucho de una persona cuando se lo ves, como el tuyo¡Ay! - 

Habia sido un impacto de la cobija morada sobre su cabeza la razón para no seguir hablando

 

 

 

 

 

 

 

Ese juguete feo quedo en sus manos y solo eso era lo que conseguiría de su amigo muerto. 

Habia estado mucho tiempo bastante bien pero hoy de golpe se descubre tan débil y asustado de sus propios sentimientos. Viéndose en su cama y tan despierto como al comienzo del día. Ahogandose por el dolor que lo recorre y hace que sus pulmones se sientan sellados. 

El miedo a la incertidumbre puede ser algo doblemente incomodo para un niño que no conoce tantas palabras ni significados. Juega con sus amigos y llora cuando lo necesita , ¿Entonces qué es lo que se queda en su pecho cuando quiere dormir y no despertar porque duele estar ahí? Solo deseaba descansar pero dormir no le gustaba , solo quería estar despierto pero no se puede reponer el corazón cuando se abstiene de dormir.  

Ese juguete tan importante en su poder es la única tabla salvavidas que tiene para estrujar entre sus dedos. 

Solo puede estar en silencio y llorar sin saber porqué lo hace.

-Eres tan llorón , desde siempre lo has sido.-

Mira de soslayo a su compañero de cuarto sacudir sus sabanas y acostarse en estas sin esperar a que caigan las sábanas para quedar como a oruga bajo las cobijas.

-¿Tu nunca lloras?- le pregunta al niño después de ver el acto de magia barato. Algo interesado por cualquier cosa que no sea seguir llorando. 

-No , ya se que a la gente le da risa cuando los niños lloran así que prefiero no hacerlo , no soy el payaso de nadie.- mueve a cabeza de abajo arriba, remarcado su punto. 

Y Theo fue cruel, tanto por sentirse burlado como saber que su amigo lloró y tener en cuenta que pudo ser burlado por algún tonto le hizo sentirse arisco. 

-¿No eras tu quien fue dejado por su familia?- lo pica esperando sinceramente herirlo. 

El niño cerró la boca y sus rodillas se doblaron sin dejar de mirarlo. 

-Seguro ni sabes mi nombre , ¿No es así?- se queja revolviéndose al acomodarse.

-Eres Gustavo , te gusta el hombre araña y Thor.- responde lo que hace unas horas escucho. 

 El niño lo miro mas que aterrado, no poseía la capacidad para entender de donde Theodore consiguio tal información suya.

Ese silencio fue suficiente para Theodore, se limpio las lagrimas girándose de espaldas para no ver a Gustavo y se cubrió hasta la cabeza. Bajo las cobijas ese muñeco le distrajo haciendo que lo tome de nuevo en sus manos. 

De verdad era feo. Tan feo que era bonito. 

Como adivino su compañero, no volvió a hablar. 

La falta de una respuesta marcaba el fin de una conversación sin sentido.

Siguió mirando a este juguete por mas tiempo pero cada vez se sentía mas molesto. Ni llorar podía sacarlo de la frustración que el no poder dormir le ocasionaba.

Se giro de vuelta boca arriba para ponerse de pie , su compañero sigue durmiendo , bajo de la cama con su cobija mas pequeña esta vez, sale de su habitación de camino al aire acondicionado por el que puede salir de Dulce Hogar. Escondiendo ese muñeco en su bolsillo. 

 

 

 

En los pasillos le esperaban las voces de las niñeras. 

-…esos niños me dan mucha lastima , ¿Por qué no podemos sacarlos de sus habitaciones?-

Debe detenerse para escuchar y además esconderse de las dos niñeras al final del pasillo.

-La encargada dijo que serian enviados a otros hogares por su comportamiento y algunos tienen problemas de salud que la compañía no puede tratar en las instalaciones.- 

-¿Otros hogares? Eso no suena tan mal, ya sería justo que experimenten el cielo azul.-

-Solo lo dices por que las maestras te dan miedo.-

-Esos …animatronicos comen , eso no es normal , me dan escalofríos.- 

-¿De que hablas? Si son unas ternuras.- 

Esa era la voz de la cuidadora Grayber pero a la otra no le había puesto nombre aun. 

-La de matemáticas no te quitaba los ojos de encima.- dice en burla para defenderse. 

-Es programación.- da por un lado ese punto de lo extraño de las criaturas de la escuela. 

-Programadas para ver senos.- acusa y ríe irónica, llevando sus manos por encima de la cabeza. 

-Debió hacerlos un hombre.- termina el tema con un sonido aburrido y de su escote saco un palillo blnco.-Deja de preocuparte y disfruta esos doce mil dólares semanales, nena.-

-No enciendas eso.- insto de la nada la nueva cuidadora, se ve ignorada y el cerillo lo demostró al iluminar en rojo su rostro.

-Estoy en el aire , nadie lo notara , boba.- se burla dando una profunda calada a su cigarrillo. -Extraño tanto desayunar con un cigarro... O un hombre. – termina con una sonrisa, mirando a los muros llenos de fotografías de niños. – Estos niños me ponen triste…en ese bloque de terminales, creo que es una forma muy horrible de pasar tus últimos días. - confiesa sacando el humo con una bocanada. 

La costumbre a hecho que escuchar esa maquinaciones le parece de lo más normal. 

-Deja de hacer eso o te despedirás de esos… oh no…- murmura al ver al niño en el pasillo. 

Las dos tuvieron un nivel distinto de sorpresa al verlo. 

Era pequeño pero grande, un aspecto casi Angélica pero de ojos acusadores y fríos, un siniestro qué lo resalta de entre los niños del Dulce Hogar. Ese niño le llamó a atención al ser uno de los que guardaban en su historial un relato de violencia cometida por el mismo niño y no por sus familiares. 

-Tu eres Theodore Grambell, hola pequeño. – saluda sin apagar el cigarrillo. - ¿Quieres un poco?- le ofreció el cigarrillo sin dejar de sonreír. 

-¡Aha!- exclamo airada la cuidadora.

El niño nego moviendo la cabeza.

-Quiero ver a mis amigos.- apunta al camino que le estorbaban.

-Esta bien pasa.- apunto al camino con el cigarrillo.

-Es muy tarde no deberías estar fuera de la cama.- intenta detenerlo con esa orden la segunda cuidadora.

 -¿Y ustedes si deberían poder fumar tan tarde?- les pregunta de vuelta.

-Ahora yo también estoy fumando.- se lamento la cuidadora con las manos en el rostro.

 -Esta bien , ve niño.- lo alienta la mujer con el cigarro.El remplazo del hombre que lo acosaba parece ser fría … como su mamá.

Daba miedo pero … pero era muy bonita.

-Estas mirando esto…- suspira al notar su atención en el cigarrillo.-Ven aquí.- lo llama aunque lo que hizo fue atraparlo por el mentón. 

La sorpresa en Theo no fue menor que la de la cuidadora del segundo grupo.

-… loca…- dice palida.

Su cuidadora le habia colocado el cigarro en los labios , mirándole a los ojos curiosa.

-Tu mamá fumaba mucho , ¿Verdad?- rememora el archivo de este niño , recordando el registro corto sobre su madre y la razón por la que no estaba entre los niños del grupo cuatro.-Debe ser difícil dormir cuando no sabes lo que te falta.- quito el cigarrillo de su boca con una sonrisa.-No aspiraste , buen niño.-lo felicita acariciando su cabeza.

Theodore se aparto de su toque , siguiendo su camino con ceño fruncido.

-Mi mamá nunca me dio algo tan asqueroso.- farfulla yéndose bajo la mirada de las dos mujeres.

Ven ese ovillo irse con cada una expresión diferente.

-Estas loca.- reclamó la niñera tras superar el shock.

-No te lo niego.- sonríe devolviendo ese cigarrillo a sus labios.-Ese niño es inteligente , mas que yo a su edad.-

-Tiene ocho años , idiota.-

-¡Wow…eso … es muy alto para tener ocho.-

-Creo que deberíamos irnos , la tipa del bloque cuatro nos estará molestando si lo descubre.-

 -Cuando le dije que su amigo habia muerto él lo entendió , no pensé que fuera tan pequeño en ese momento.-apago el cigarro en la suela de sus zapatos.-Yo recuerdo hacer un berrinche enorme cuando mi pez se murió.- 

-¿Por qué le dijiste algo así a un niño?-

-Son niños , eso no los hace estúpidos y yo detestaba que me trataran como si fuera estupida.-  

-Eso no significa que tengas derecho a ser tan cruel.-

-Dime que soy una perra , al menos no soy uno de esos estúpidos médicos.-

 

 

 

 

 

 

 

Theo ha subido por el aire acondicionado pero se encuentra con un impedimento de casi dos metros. El aire por el que debía ir al ala cuatro estaba hacia arriba , un canal alto iluminado por un control de temperaturas.

Necesitaba una cuerda para subir pero solo cargaba con su cobija.

Un poco de frustración lo hace sentarse bajo esta luz amarilla.

Preguntándose como subir sin cuerdas 

Observando sus manos en silencio , comprobando como el color bajo de sus uñas se volvia palido al presionarlas , recuerdos de las manos de su madre vienen con el dolor en sus dedos.

Podia recordar el color amarillento de las manos de su madre , lo delgadas y azules de sus venas , la desprolija linea de cabello solo por un lado de su rostro. Esa sonrisa oscura era amable , solo eran palabras de cariño que recuerda pero esa voz ya no cargaba con forma de reproducirse en sus pensamientos. Un cielo gris que resaltaba por el frio que sentia por todo el cuerpo. Amando cuando el cuerpo de su madre lo estrechaba dentro de cobijas gruesas con el aroma de las flores y el humo de cigarrillos.  

Extrañaba tanto sentirse a salvo.

-…vamos , será la ultima vez que vayas al medico.-

El eco a llegado por una rendija a su lado , asomándose curioso por la voz adulta que desconocía.

Por el pasillo iban al menos cinco adultos de bata blanca y ropas grises con un niño al centro , parecía que intentaban evitar que corriera.

Theo abrió la reja sin miedo , solo por la curiosidad que le gano al sentido común que debería tener. Aunque al haber dudado solo pudo hacerlo cuando ya estaban en el siguiente pasillo.

-¿No puedo despedirme de mis amigos?-

Reconoció esa voz , era ese rubio Kickin.

-Los veras mas pronto de lo que crees , no te preocupes.- le aseguro uno de los hombres al niño.

Theo pensó en seguirlos pero algo en sus planes debía salir mal , esta vez fue la presencia de la cuidadora del bloque cuatro viéndole salir de el conducto de aire. Sostenía su tableta de tareas y lo apunto con una pluma. 

-Pero, chico... - lo mira de arriba abajo.-…¿Cómo entraste ahí?- pregunta sorprendida , sonriendo al descubrir que la cara del niño estaba pálida.-Esta bien , ¿Perdiste algo en ese lugar?-

Theo piensa rápido en su primer mentira.

-Quería hacer una casa ahí dentro …pero habia una araña y me dio miedo.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Castigado.

Bastante castigado.

No a salido de el cuarto de castigo desde la noche. Era pequeña y con solo paredes a su alrededor , un reloj que marca las tres de la tarde y otro que muestra las diez de la mañana. Hojas de diferentes colores en la pared , algunas flores de espuma con brillantina sobre un escritorio solitario. Aquí estaban solos él y otro niño de su bloque.

-No te habia visto aquí antes.- saluda un niño de su misma edad. - Yo soy Carl, soy de tu bloque… ¿No duermes con el marica de Gustavo?- pregunta y el pupitre se sacude con él pues estaba subido de rodillas en la silla y recargado en el respaldo. 

Su ceño se frunce al oír al niño en el pupitre.

 -Yo no me portó mal.- intenta decir su misma defensa anterior. Defensa que no sirvió para convencer a la niñera del bloque 4.

-Entonces no estarías aquí.- no tarda en burlarse ese niño y salta con su silla para verlo más de cerca.-Yo le corte el cabello a la niña mas fea , ¿Y tú?- presume y de su bolsillo saco un montón de cabello enredado. 

Theodore frunce el ceño, reconoce ese cabello castaño. Gustavo solía jugar y pasar el rato con una niña que, si hace memoria, también se escondía del tipo violento. 

-Me escape de noche.- dice después de volteerse sintiéndose molesto. 

Ese niño no lo deja en eso y le insiste, cada vez mas cerca de su persona. 

Antes su amigo le hizo eso muchas veces pero nunca sintió este nivel de desagrado y astio por él. 

-¿A qué? La televisión deja de encender después de las siete.- le interroga, algo que el ya había intentado, y sin respeto o conciencia de él espacio le hala de una esquina de la cobija. Su amigo nunca tocó algo que el no le permitiera. 

Eso es todo. 

Theodore le quito su cobija de las manos y la enrollo dejándola en la mesa con calma. 

-Carl, dime…- observa ese rostro infantil un poco hacia arriba. - ¿Por qué le cortaste el pelo a Susan?- le pregunta levantándose de la silla y aun así tuvo que mirar hacia arriba. 

-Por fea.- responde sin dudarlo, observando al niño que es alto pero no más que él mismo incluso si aun esta en la silla. 

Este niño le apunta a la cabeza. 

-Si los feos no merecen pelo, tú deberías ser calvo.- 

 

 

 

 

 

Se a peleado en el salón de castigos y ahora ese niño estaba llorando con una nariz sangrante.

La niñera lo regaña mientras revisa la nariz del niño , resulta que era del bloque uno solo lo haba confundido porque comparten horarios, y no conocía demasiado a esa cuidadora. Tal vez su primera impresión sea esta , un niño gritando con sangre en la narizy él lavándose las manos en el baño. Metidos los cuatro en la enfermería de Dulce Hogar para que su propia cuidadora le aplique un líquido oscuros en los nudillos por el par de rasguños qué le quedaron después de golpear al niño que resulta tener 13 años y piel más resistente. 

-¡El me pego , me pego! ¡Wahhh!- chilla sacudiendo las manos y dando saltos entre sus lloriqueos incluso si eso solo hace mas difícil revisar su nariz.

Theodore observa a este niño tan raro llorar por una nariz sangrante y nada mas. Era tan exagerado que necesitó apretar su cobija entre las manos para no darle otro golpe mientras su cuidadora guardaba el líquido en un cajón. Estaba tan enojado por su escándalo qué no pudo mantenerse en silencio por mas tiempo.

-Le pegué a otro niño así, dos veces, y en ninguna lloró ni la mitad de lo que lo haces tú , ridículo.- lo apunta frustrado por tantos lloriqueos.

El niño hizo el mayor grito de opera posible al abrazar a la niñera y llorar abrazado a la niñera.

-Quiero que controles a esos monstruos tuyos , ¡¿Entiendes , Grayber?!- le reclama a su propia niñera.

Su cuidadora cruzo los brazos sobre su pecho.

-Mis niños son mejores que los tuyos , solo mira a este futuro boxeador como dejo a ese mariquita.-

- ¡¡Le diré a los mandos que llegaste aquí con tu lenguaje sucio de callejera!!-

-Di lo que quieras, ya me depositaron.- le contraresta con una mano en la cadera. 

La cuidadora se fue gruñendo entre dientes y con la mano del niño apretada en su control como lo haría una águila al pescado del almuerzo.

-Es por eso que te pusieron con los enfermos mentales.- murmura de paso , empujando con la rodilla a la Grayber.

Su cuidadora suspiro una vez la otra se fue con su niño , llevándose las manos al mandil con un rostro decaído. En su frustración por la falta de un cigarrillos no fue capaz de notar el cambio en el rostro de Theodore. Sobresaltándose cuando este mismo le dio un tirón a su falda.

-¿Nosotros somos los enfermos?- pregunta apuntando su propio rostro.-¿Lo somos?- insiste.

La niñera repite esa misma acción que la a caracterizado desde que la conoció , ponerse de cuclillas con las rodillas separadas , mas parecido a un delincuente que a una niñera.

-Si. Tienes algo malo para muchas personas , pero créeme que no te hace menos que ellos.-

- ¿Qué tengo? ¿No lo tienen en el bloque cuatro?-

-Eres un niño triste , eso es todo , estas triste y por eso te cuesta estar con otros niños. Algunos no entienden que la tristeza no es algo malo pero así puede ser el mundo , eso es todo. Eres como un melancólico poeta del siglo pasado , eso es todo.-

-¿Y los niños del cuarto bloque?- 

-Ellos solo deben ser arreglados , no te preocupes por ellos.- ni pensó en responder más que eso. 

-No puedo , ya murió mi amigo.- sus emociones vuelven a revolver se. 

-Lo se ,es parte de un niño como tú el no olvidar , y esta bien.-

-No siento que este bien…- mira al lugar buscando alguna persona diferente a los niños.-Creo que los están matando y eso no esta bien, debemos ayudarlos…- su boca fue sellada por la mano de la niñera.

En esos ojos oscuros se ven sombras de pensamientos enigmáticos.

-Si hay dudas callamos , si hay certeza actuamos pero nunca tomamos el camino medio , ¿Entiendes?- le advierte mirando directamente a sus ojos.-Eres amigo o enemigo , no hay neutrales , y si abres la boca sin cuidado , te cortaran la lengua.-dejo ir a Theo al enderezarse. – Ahora vamos a cenar, hay que premiar esos puños. – 

Theodore mira su mano atrapada por la cuidadora mientras le hace seguirla al comedor.

-Usted está en mi contra. – determina mirando al pasillo fuera de la enfermería. 

-Lo siento mucho. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Necesitó superar el bloqueo que le ocasionó la respuesta de su niñera. Parecia ser buena pero claro que volvió a equivocarse y no tiene a nadie para pedir ayuda. 

Otra vez no hay adultos de su lado y solo puede contar consigo mismo o con papá y sin saber que hacer, solo busca a esos niños en el bloque cuatro. Esta vez haciendo algo que siempre le dio miedo. 

Usar el techo. 

Subir al techo por su ventana. 

-Te caerás. – 

Gustavo, su compañero de cuarto, lo detuvo cuando le vio la intención de salir por la ventana. 

-No, no me caeré. – lo corrige aferrándose al alfeizar de la ventana. Por esta puede ver la construcción al centro de la guardería, a esas lonas altas que ocultaban un secreto muy grande para todos los niños. 

-Si quieres te ayudo.- le ofrece este niño con el rostro mas pálido qué un yeso. 

-No. – negó moviendo la cabeza.-Mejor vete o diré que me obligaste cuando me atrapen. – 

El niño frunce el ceño yéndose con ese mismo malestar en el rostro. Al menos cerró la puerta para dejarlo solo. 

Pensar, planear y actuar… si, esta algo complicado cuando se está a varios metros por encima de el suelo. Theodore usa la fuerza de su apellido para agarrarse de las tablas del techo y avanzar con las cuatro extremidades directo al ala cuatro. 

-¡¡Ese niño está en el techo!!-

Dejemos a Theodore solo con el bochorno de doce reflectores y varios empleados apuntandolo desde las oficinas, las plataformas, el domo y por el suelo. 

 

 

 

 

                                                                                     ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

Las dos piernas largas son fáciles de usar , le recuerdan a sus piernas de antes. En esta prueba solo tiene que correr y seguir el ritmo de las marcas del comunicador. El dejavu del pasado viene con los recuerdos de su yo más pequeño. 

-Necesitamos que lo hagas más rápido. – piden desde alguna de las bocinas en las paredes. 

DogDay obedece abriendo más sus zancadas entre cada paso, pensando en lo cómodo que era a comparación de dejarse aplastar por una prensa/licuadora de plomo, solo debe calcular ir siempre un poco más lento de lo que le pedían. No ser sincero, debía aprender de ellos tanto como ellos lo estaban estudiando. 

¿Porqué hacer eso? 

Doblo la pierna cayendo de cara al suelo, manteniéndose en silencio por un momento. 

-¿Puedes decirnos porqué caíste?- preguntan después de un lapso de tiempo bastante prolongado. 

DogDay levanta las grandes manos desde el suelo. 

-Esta muy oscuro. – miente moviendo la cabeza. – Esta muy oscuro y me atrape con mi pierna, lo siento. – confiesa un error observando a la nada, sabe que su rostro no dice nada pero no así su cuerpo. Aun no lo conoce ni sabe como pueden monitorearlo. 

-DogDay, esta bien, por favor ve a tu lugar. Hay algo más para hoy. – 

-Si. – asiente levantándose con un sonido que no puede controlar y es ese aspecto que no controla : Su tamaño. 

Es ruidoso, su cuerpo es suave pero aún choca consigo mismo como un trol sin sentido de la profundidad. 

-Veo que hoy te esforzaste mucho, batiste tu récord, DogDay. – 

-Gracias. – es su voz áspera aun descontrolada la que delata sus sentimientos, descubrió qué ahora era mucho más difícil mentir o fingir emociones mediante su voz. – Puedo esforzarme más, lo prometo. – les comparte bajando la mirada al suelo. 

Estaba confundido con sus propias acciones y el como le hacían sentir estas personas. El dolor normalmente siempre lo ligo a los accidentes y los castigos. 

Después de tanto dolor esta claro que esto no era un accidente y no había arrepentimiento en ninguno de estos doctores, ni en el hombre que le hizo una promesa después de volver por si mismo a las pruebas. 

Entonces esto era un castigo. 

¿Pero qué en todo este mundo pudo hacer para merecer esto? ¿Qué fue lo que hizo y porque no puede pedir perdón? Hubiera hecho cualquier cosa, lo que sea con tal de no estar metido en esta cosa. 

Puede pensar mejor que antes pero no se siente tan diferente, solo estaba más asustado y cada vez era más difícil entender lo que debería estar sintiendo. 

Se siente increíblemente solo. 

-DogDay. – mueve la cabeza para ver hacia abajo a los humanos que entran a la gran celda. 

Sus rodillas se doblarían para acatar la usual orden de agacharse para la revisión en sus ojos pero esta vez se tiene que pegar a la pared, agachando la cabeza con un sentimiento desagradable en el estómago. 

Estos entraron a a llevarse la maquina en la que lo pusieron a correr. Se retiran y pareciera que era todo. 

Aunque no es esa la verdad. 

 

 

Después de esperar bajo una luz blanca dentro de esta gran celda las puertas se abrieron. 

Ese sentimiento en su corazón tomo forma cuando entiende lo que sucede. 

-Hola. – saluda a la criatura que entró. 

Esta es esa caja sorpresa, la única que admitió temer cuando subía a jugar con Mommy. 

Su saludo fue ignorado. 

Esta cosa le mira por la rendija entre su tapa y la caja, sin expresión. Ni siquiera la amabilidad que recordaba ver cuando lo saludaba siendo un niño pequeño, pero no podía acercarse sin ir con sus amigos por el miedo que le daba esa caja.  

El recuerdo de sus amigos sube por su cuerpo, debilitando los nervios que habia estado controlando, incluso delatado su mal estado por esa cola caída. 

La visita no parece estar interesada por él. 

Al menos hasta que la puerta se cerró tras la salida de los científicos. 

Una vez salieron, esta criatura salió completamente de su caja, mirándolo directamente a los ojos. Escucho un sonido conocido, un olfateo extraño y profundo.Boxy es enorme y sus resortes lo levantaban por encima de su cabeza. 

Esa mirada vacía se vuelve menos intensa, como si al inspeccionar lo se descubrirá que nada estaba fuera de lugar. 

 

Poco después su cabeza recibió un puñetazo directo al rostro y la sangre de los rasguños salpico al piso, rodando por el suelo antes de correr a otra punta de la habitación por el impulso de sus instintos, levantando los brazos para cubrirse en caso de otro ataque. Por entre sus brazos lo ve de pie a unos metros, sin culpa mientras lo vigila. 

La confusión, esa que siente ahora, llegada por la traición de lo que ya pensaba desde antes era un amigo lo hace dudar en su lugar. 

Esa criatura abrió la boca dentada. 

-Te escuchó , llorar, idiota. – acusa con tal voz capaz de hacer temblar los muros.-Pareces un bebé patético- 

-No estoy llorando… - le interrumpió antes de escuchar más insultos. – Es a ti que le duelen las extremidades, ¿Porqué lloraría cuando eres tu quien sufre?- le pregunta apuntando su cuerpo con las manos. 

Silencio. 

Se miraron uno al otro, conociéndose por primera vez uno pero el otro descubre nuevas facetas de la criatura que le da a tanto miedo como le gustaba escuchar tararear. 

-Te burlas de mi. – le reclama con un gruñido. 

DogDay pierde miedo de ese gruñido, identificando un sentimiento muy distinto a la ira. Levantando las manos con el recuerdo de esa última visita a jugar con Boxy mueve los brazos de arriba abajo en un arco lo más grande que podía. 

-Lamento no haber entendido que sufrias. – da su disculpa. 

La caja musical respondió con un rugido. 

Claro que recordaba esa despedida.

Recordaba a ese grupo de niños visitarlo y jugar a su alrededor, lo tocaban y movían su palanca musical entre los seis. También recordaba a una niña preguntándole porque seguía en la caja si le dolían las extremidades. En mucho tiempo ningún niño noto que sentía dolor ni se detuvo a darle agua, solo era una caja en la que se subían y lo pisaban, pateaban y molestaban. 

-No eres esa niña, ¿Verdad , perro?- le pregunta. 

Movio la cabeza de lado a lado. 

-No , no lo soy.- sus piernas se rindieron sentándose con los brazos en su estómago, pelear no era algo que buscará ahora.-Tu me dabas miedo y por eso no te miraba cuando subía a jugar, lo siento mucho, Boxy.- sus orejas caen a los lados de su cabeza. - No sabía lo que eras… Lo que somos, perdón por estar ciego, lo siento mucho. - pide la disculpa mostrándole las manos unidas. 

El monstruo no esperaba nada de eso. 

Este perro era raro… Estaba mal hecho. 

No podía escucharlo en su cabeza ni hacerse escuchar. 

A este no lo hicieron bien. 

Boxy se regresa al interior de su caja , rodando con gran ruido por la habitación para quedarse a su lado.

El perro parece sorprendido pero no se movió al verlo acercarse. Relaja el cuerpo al verlo sacar algo de su cuerpo, solo para estirarse más cómodo. 

-De hecho yo detestaba que los niños me treparan , puedo sentir las uñas en mi caja.- murmura tranquilo.-Es como si me picaran los dientes… No, No duele, es molesto, aquí dentro es como mi pecera y ustedes eran niños fastidiosos. - observa al perro y sus ojos de plata con dudas. - Te trajeron aquí para que te demos una paliza o si tienes suerte, nos des una paliza tú a nosotros. - 

DogDay negó mirando a la celda extensa y bien iluminada. 

-No puedo pelear contigo , no se porqué pero no puedo.- compartió DogDay.

Esta caja saco la garra he hizo algo que posiblemente no pueda hacer nunca más. 

Toco esa cabeza peluda y sacudió las orejas afelpadas, seguido volvió a meter el brazo en su caja y ninguno hizo algún comentario sobre ello. Fingirian que dicho acto nunca en la vida sucedió y afirmarian que eso jamas ocurrió aunque los torturaran para contarlo. 

Fueron algunos minutos de silencio los que pasaron antes de que Boxy hablara. 

-No creo que seas del tipo cobarde.- mira por la rendija de su caja a las puertas cerradas.-Nadie hecho en la fabrica es cobarde.- gruñe mostrando ls dientes.-¿Entonces porque no pelear?- 

DogDay se aventura a poner la mano en la caja y recibe un gruñido, a pesar de ello lo intenta.

-¿Quieres ser mi amigo?- le pregunto esperanzado, pues el no pelear convenía por sus propias razones, así como pelear debía tenerlas. Hacer amigos era lo mejor del mundo, mientras estes vivo, los amigos son lo único que podría hacer de la vida eso, vida. 

Boxy ya no piensa ni cree en esas cosas, demasiado herido y demasiado tiempo en ese cuerpo  lo han hecho ver el mundo por lo que era : Una jungla donde te comen o comes. 

Entonces este perro solo podía ser como una planta carnívora y él un insecto si se deja manipular. 

-No , ahora quítame las garras de encima , perro sucio.- es cortante y directo. 

A este punto a DogDay este rechazo le dolió demasiado, tanto como para sentir que sus ojos podrían llenarse de lágrimas, si tuviera como. 

 -Lo siento.- se disculpa mirando a otro lado, avergonzado sus puños se cierran sobre sus rodillas, esta vez se acomodo como un preso y no como un tipo sin más esperanzas.-Creo que estoy perdido. - 

Uno puede ser desalmado después de sufrir demasiado pero continua aquí, puede ver al perro y también ver a cualquier niño triste como lo mismo. No quería ir más allá con un chico nuevo que bien podría estar de su lado en el futuro o ser un enemigo. Toma la decisión más cercana a un estado neutral. Dando un par de consejos al nuevo monstruo de la jaula de concreto. 

-Debes aprender a robarle comida a los niños , sino solo comerás carne cruda toda tu vida.- Boxy compartio el consejo más importante para sobrevivir sin volverse demasiado loco. 

Un flash de las veces que Crafty perdió sus dulces en la superficie lo hace mover las orejas y su sonrisa no es tan falsa por esa corta fracción de segundo. 

-Oh...- suspira reconociendo el consejo. Boxy no quería ser su amigo pero tampoco parecía interesado en ser enemigos eso de alguna manera lo relaja. 

El segundo consejo se lo encargaba para cuidar su cerebro de todo lo que le llegaría a suceder a este perro cuando los experimentos se desarrollen a ser la curiosidad de locos en busqueda de respuestas nuevas. 

-Además de no intentar hablar con los humanos , es mejor que crean que no lo haces o tendrás que escucharlos por horas que van a querer que les respondas como tonto.- el segundo consejo es para su cererebro tanto como era para mantenerse apartado de los humanos. 

-Creo que voy mal en eso.- le confiesa moviendo los hombros. 

Boxy frunce el hocico, sacando más colmillos. 

-Estas fresco , solo finge que te rompiste …y respecto a los niños…- suspira con ese tono imponente.-No los odies , ellos no saben nada.- lo recomienda pero el mismo peleaba con los malos sentimientos que se juntaban cada día dentro de su gordo cuerpo. Algo hipócrita pues el mismo muchas veces luchaba contra el impulso que lo empujaba a masticar a los niños y escupirlos en las caras de los adultos

DogDay asiente inconsciente de los pensamientos en Boxy. Era un gesto atrapado en sus huesos al momento de hablar con adultos. 

-Boxy... eres muy bueno , Bobby lo dijo varias veces.-

La caja musical saco la cabeza y extremidades de golpe.

-¿Hay mas de tu línea?-

-No , solo me hicieron a mi.-

-No , es por turnos … me refiero a si en tu cuarto habían mas o … ¿Esa niña dormía en el misma ala que tu?- 

DogDay solo necesito pensar por unos minutos , unir cabos y darse cuenta de lo que las palabras de la caja musical iban apuntando. Su cuerpo se levantó de golpe, llevándolo a vagar por el espacio entre trompicones. 

-No…- escapa de su boca perdiendo fuerzas.-No…- su corazón comenzó a doler.-A ellos no , no …- su cuerpo se endereza sujetándose la cabeza con un jadeo ardiente escapando de su boca.-No , ¿Por qué a ellos?- camina intentando encontrar el camino que habia perdido.

Las puertas detrás del perro se abrieron permitiendo la entrada de más criaturas. 

El perro no podía seguir pensando en sus amigos. 

-El descanso terminó, perrito.- suena como una sentencia la despedida de la caja musical qué vuelve a cerrarse. 

A visto a esa cosa azul y alta. 

El monstruo que mata a otros monstruos a llegado.

Huggy Wuggy.

Más la gran araña que le sonríe desde lo alto y sonríe con esos ojos verdes bien abiertos. 

-Hola, bebé. - saluda blanceandose a su encuentro. 

Ese pequeño rostro rosa llena casi a chocar con el suyo. 

-Mami quería conocerte, bebé. - 

 

Su cabeza pronto solo se lleno de golpes gracias a la agresiva araña. Después de un par de arrastradas aun siguió preguntándose lo que hizo para enojarla pero más allá de eso, comprendió qué ninguno lo ayudaría. 

Las criaturas de superficie eran una sola.

Y él no tiene a nadie. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la sala blanca las luces son frías. 

La cierra salpica la mascarilla del medico , apartándose con la herramienta en una mano.

-Esta cicatrizando.- avisa al ser una masa de carne la que limpia de su visor , no una mancha , era musculo.-Esta cicatrizando mas rápido de lo esperado , ¿Cómo va el intercambio de líquidos?- 

Dentro de la habitación blanca hay problemas.

Corriendo de un lado a otro, cada encargado de sección peleando con el tiempo y esa sangre que no para de caer al suelo , encharcando de carmín el piso blanco.

-¿Pero que carajo hicieron? No se porque no pará de sangrar.- reclama el maquinista.-Los signos vitales están disminuyendo.-

-Concéntrate , mientras lo hagamos rápido no habrán problemas mayores…tal vez una disminución en sus dimensiones pero todo saldrá bien para nosotros.- los tranquiliza un doctor arrancando la mandíbula pequeña.-Solo sigamos y todos iremos a casa para beber las sobras de las fiestas.-

-Lo que daría por estar con mis padres.- murmura el anestesiólogo apretando las llaves.-Va a despertar.- 

-No entiendo ,  los suplementos le funcionaron mejor al otro ,¿Qué salió mal aquí?-

Su procedimiento continuó amoldando el cuerpo según las ordenes.

Debajo de las luces el plumaje amarillo fue traído por un asistente , resaltando de forma enferma el amarillo por encima de la sangre del suelo 

Ignorando el grito ahogado en la camilla.

Porqué no era suficiente anestesia ni había forma de que esta se mantuviera dentro del torrente sanguíneo bajo tal hemorragia. Solamente era la falta de cuerdas vocales la que silenciaban los pedazos de lo que fue un niño. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mas arriba los funcionarios discutían otro asunto.

-Las perdidas por los bajones eléctricos se estiman mayores al 35% de las ganancias del próximo trimestre. Entonces la mesa recomienda la eliminación de los departamentos de innovación para librar los daños a largo plazo.-

-¿Quieren que protejamos sus actuales ganancias eliminando a nuestro departamento mas exitoso?-

-El proyecto innovación a sido su hobby , y aunque las ganancias son incomparables a otros departamentos , también ponemos en cuenta los doscientos millones perdidos en acciones que usted no aclara para qué o en qué fueron usadas.-

-¿Quieren ganar dinero sin invertir? Aquí estamos hablando no solo de mi compañía sino también de mis ganancias. Debo decirles que las perdidas son necesarias para ganar , y yo les aseguro que estas inversiones serán superiores en su recompensa , solo deben esperar o salirse del grupo.-

La sorpresa tras su audaz declaración hizo a todos los presentes exclamar alguna queja.

-¡Usted no puede estar hablando enserio , Ludwig!-

-Hablo muy enserio , nadie en esta habitación lo entiende ahora pero estoy en camino a una de las mayores empresas posibles, así que relájense.-

-Estrenar dibujos animados no hará al cambio , son solo caricaturas.-

-No solo se trata de las caricaturas , también se trata de lo que podría pasar en el futuro y con nuestro mercado en crecimiento.- da una mirada a su asistente.

Ella era la única mujer en la mesa , resaltando su largo cabello recogido por el color oscuro entre las calvas y canas pronunciadas en la mesa.

-La influencia de nuestros productos a llegado a mercados poco conocidos por sus otras inversiones.-puso en la mesa dovcumentos aparte.-Play Time Co. A sido contactada por empresarios chinos , rusos y del mediterraneo.-

-Las mentiras no son necesarias.-

-Hay comercio que no necesita nada mas que ubicar a sus clientes para prosperar, y nuestro publico son todos aquellos que aman a los niños tanto como el señor Ludwick.-

-nosotros solo les estamos avisando de cuan grande podría ser su parte.-

-El departamento de innovación no será clausurado en esta reunión ,sino que yo los hice venir aquí para decirles que debemos extendernos , esta fabrica ya no sera capaz de producir la ola de pedidos que se nos han ordenado con pago adelantado.-

El silencio que siguió solo fue interrumpido por una voz.

-¿Es enserio?-

-Mas que nunca.- 

 

 

Los vítores que siguieron fueron capaces de estremecer el sueño de las criaturas bajo tierra.

 

 

 

Una pesadilla mas grande despertara a la falta de un sueño al que escapar.

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                     ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El mundo esta mañana se a coloreado de conejos de colores y flores de papel.

Theodore observa las flores que el mismo hizo hace unos días en la sala de castigo. Si que lo castigaron y esta vez la maestra de matemáticas lo cuido personalmente evitando sus escapadas. Al parecer a nadie le pareció divertido que tratara de decir que solo quería aprender a volar al subirse al techo. 

Hace varios días no veía a los chicos del bloque cuatro , no podía saber si Kickin estaba bien ni encontró su fotografía entre las paredes de Dulce Hogar.

-Siéntate , Theodore.- lo lleva a su asiento la cuidadora que comenzó, a vigilarlo mucho mas de cerca cuando su turno no era con los bebes del bloque cinco.

La puerta por la que salió su cuidadora es atravesada por la sonriente Miss.Delight , moviendo las manos en alto como si entrara a la línea de meta de alguna carrera.

-¡Feliz año nuevo , niños!- saluda la maestra con un vestido nuevo ,uno de color rosa y no el azul de antes , incluso sus zapatos rojos fueron cambiados a unas botas amarillas.-¡Oh, casi no los reconozco , están tan altos¡- camino hasta la mesa de una niña.-¡Sobre todo tu , que alta eres princesa! – celebra a la niña mas pequeña. 

-Feliz año nuevo.- le saluda la niña feliz por la atención.

La maestra levanto las manos para cantar alguna instrucción pero se queda en silencio al entrar sin tocar el hombre que identificaban como el director. , retrocede hasta la pizarra para darle el espacio sin hacer un solo movimiento mas.

Theo suspira apretando los puños cuando este hombre le nota entre los pupitres. 

Este era tal vez uno de los clavos que formaron el ataúd que el estar en manos de su cuidador se convirtió. Un descarado malestar le hace bajar la mirada , detestando saberse observado por este tipo. Porque le daba tanto miedo que volviera a suceder todo esto una vez mas.

Sin papá o su amigo… estar igual de solo otra vez.

Escucha el aviso de este adulto , observando con disimulo a la maestra.

Aun le tienen miedo , puede que incluso mas miedo que él.

-Mañana será un día muy especial , deberán estar muy listos hoy para la sorpresa.-

-¿Qué sorpresa?- preguntan los niños.

-Una muy grande , una gran , gran sorpresa.-apunto a las ventanas.-Mañana la torre sera descubierta y al fin veremos lo que hay debajo.- sonríe chasqueando los dedos.-Su maestra esta tan emocionada como yo¿No es así , Miss Delight?- le habla directamente.

La maestra responde pero no de una forma esperada , ella uso una grabacion de su sistema para ello.

-El estudio es divertido cuando lo que quieres es llegar a las estrellas.- termina moviendo las manos feliz. 

Los niños están emocionados , no lo ocultan ni ven razones para o estarlo.

-Yo estaré con usted maestra.- exclamo Theo al no poder ver la mirada que el director le hizo a la maestra.

-¡¡Yo también , maestra!!- exclaman mas niñas levantándose de sus asientos ansiosas. 

El director no expreso ninguna queja , solamente se retiro silenciosamente.

La maestra suspira muy obviamente al verlo salir del salón.

-Gracias mis niños.- lo dice acercándose.-Ahora saquen sus reglas que mediremos las dimensiones de un avión de papel perfecto.-

Cada día era mas difícil para Theodore entender a las personas ni a sus intenciones al asustar a los juguetes del lugar. Daban miedo pero no era justo asustarlos. 

Un avión de papel era difícil hacerlo volar sin calcular las medidas de alas, cola y alerón. Debían usar la regla para medir y calcular, además de que el avión con el mayor diámetro y cálculo perfecto sería premiado. 

-Mañana el niño con el avión más perfecto será quién corte el listón de la torre. ¡Estoy tan emocionada por ustedes, niños!- los anima sacudiendo las hojas de mayor tamaño. 

Theodore había estado emocionado hasta que escucho la siguiente parte. 

-Además de que se tomará un fotografía con el creador de Dulce Hogar, ¡El señor Eliot Ludwick! - 

Una fotografía… sonaba algo complicado. 

Con nerviosismo acomodo su camisa para arreglar el hombro que siempre llevaba caído, y su cobija en las rodillas con partes faltantes. El desánimo vino de golpe, haciéndole dejar de lado la regla y mirar por la ventana de la puerta al pasillo. 

Lentamente un susurro llamo su atención.

No terminaba de entenderlo pero venía de encima de sí, haciéndole mirar al aire acondicionado sobre su cabeza. 

 

 

 

 

 

Notes:

Theodore comienza a cambiar y con él la forma en que percibe el mundo y sus recuerdos.
DogDay y Theodore tuvieron muchas interacciones qué no incluí por el numero excesivo de palabras.
Piensen ¿De verdad queríamos ver a unos niños enamorarse lento por 18 capítulos?... Tal vez 💔

Chapter 7

Notes:

El mundo es lindo.
Tu presencia es linda.
Mi disléxica condena, no lo es.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

El anuncio de la visita de adultos había sido dado. 

 

Tal vez por eso encendieron el filtro de aire más fuerte y esta noche falsa parece ser sacudida por vientos rebeldes y hace que se  sienta como un día algo único.

 

Algo increíble sucederá hoy. 

 

Una suave brisa arrastra las hojas de su mesa de noche, tirando el dibujo de Elena y ese que le arrebató a su amigo, trayendo consigo la esencia dulce de sus recuerdos. 

 

Huele a vainilla.

 

Huele a la vainilla más dulce posible. 

 

-¿Qué es eso?- preguntó mirando a su compañero de cuarto desde el suelo donde recogía sus hojas de papel.-¿Lo sientes?-

 

Este no le mira al responderle, siendo por ello que cree que su pregunta es por el vestuario que eligió para el día. 

 

-Una periquita, se ata desde atrás y no es incomoda. – lo muestra ajustándose el moño sobre su cuello al girar. 

 

– Siempre quise ser Robín, ¿Crees  que el señor Ludwick note que soy perfecto para heredar sus millones?- le pregunta mirándose en el reflejo de la ventana. 

 

Esa vuelta le parece divertida, guardando los dibujos en el cajón y no en la mesa. 

 

-No creo que el anciano sea Batman. – murmura mirando ahora a la ventana. – Ese ingeniero se está burlando de ti. – le avisa al ver a un electricista subido en los andenes del techo de la guardería apuntando a la ventana. 

Gustavo deja de mirar su reflejo en el espejo de papel aluminio para darse cuenta de que efectivamente un electricista lo miraba y se reía haciendo ademanes a su propio cuello. 

 

-Pues debe estar celoso porque yo seré millonario.- corre y cierra las cortinas con la cara muy roja. -¿No tienes nada mejor que usar?-  le preguntó mirándolo con ese pantalón café, camisa azul y tenis desgastados de siempre. 

 

-Soy pobre. – le sonríe poniéndose sobre los hombros su cobija con tal monotonía rayando lo religioso, dicho acto común fue tal que dignamente rivalizaba con ver a un cura colocarse su sotana. 

Ese niño empezó a existir una vez se ve completo su disfraz. 

 

-Bueno… ya tendrás tus propios planes. – suspiró rindiéndose a las decisiones sin gracia de su compañero. El niño de traje niega moviendo la cabeza al salir del cuarto para unirse a un grupito de más niños. 

 

Theodore sospecha que de alguna manera ese era el grupo popular de su ala. Quizás porque los niños giraban alrededor de ellos pidiendo ayuda o imitándolos. 

Quizás eran como el grupo social de su  amigo en esta ala. 

 

Excepto que no son buenos defendiéndose y Carl solía molestarlos. 

 

Quisiera decir que se integró pero sería mentira. Esos niños eran tan unidos como el de su amigo, excepto porqué ellos no parecían seguros de querer incluir a alguien más en sus juegos. No querían conocer a nadie nuevo ni hacer amigos.  Nisiquiera su estatura ni ser el único que hizo llorar a Carl a sido deficiente para ganarlos.

Debió preguntarle a su amigo, ¿Como haces amigos? 

 

¿Como haces que las personas te amen? 

 

-¿Cuanto tiempo más estarás dentro de mi cabeza? - lo pregunta a la nada, a lo que queda de su amigo. 

 

Esos sentimientos tan fuertes no podían tener nombre concreto para un niño. Solo es un sentimiento con un nombre vistoso pero sin significados más allá de mi amigo. Porque el amor que sentía solo podía significar eso, ¿No?  

 

Incluso si quiso imitar la desenvuelta personalidad de su amigo, el intentarlo se sintió fuera de lugar ante su ignorancia en temas comunes y se quedó con hablar de vez en cuando con Gus, algo como una conversación de cama de vez en vez. 

 

Vaya que era curiosa la expresión de los adultos para los amigos. 

 

Salió de su cuarto observando a los niños que su cuidadora más se esforzó en ayudar a vestir. Tal Vez era demasiado obvio que las niñas fueron las más asistidas y esas trenzas con adornos debían ser lo más importante en la casa. 

 

Nota lentamente que algunas niñas recibieron ligas con soles redondos en sus coletas. 

 

En las escaleras se quedó observando a los niños de otras salas salir uno por uno y sin problemas para  seguir a la cuidadora de sus propias alas. 

 

Entonces ve a ese grupito salir de su ala con los niños que los siguen y fue suficiente para hacerlo saltar del escalón donde se encontraba ,  bajando de dos en dos para encontrarlos. 

 

-Oigan. – los llamo sintiendo que todo estaría bien. 

 

La mirada de la niña que se creía un conejo fue la primera en girarse y verlo. 

Entonces su corazón se saltó un latido y sus ilusiones caen al duro suelo. 

 

-¿Has visto a Kickin?- le preguntó la niña con los ojos tan rojos qué podrías llorar con ella. 

 

Lo que vio esa noche que se llevaron a Kickin llegó a su boca pero no la mencionó, movió los hombros negando de igual forma con la cabeza. El lamento de ese rubio al ser retenido sin posibilidad de despedirse abarcaba gran peso en sus razones para cerrar la boca.

Miente de nuevo, sin remordimientos. 

 

-Desde que le di a DogDay, no lo vi. – dirige su mirada al peluche en brazos de la niña, se vería exactamente igual si no tuviera un moñito en uno de los brazos largos qué lo caracterizaban en su caricatura. Era un perro paticorto de brazos grandes para cubrir a su amigos cuando el viento golpeaba, un detalle tierno que le gustaba. 

 

-Lo siento. – murmura la niña. – Estoy cansada. – siguió a sus amigos, los cuales no se habían detenido en ningún momento.-No debo hablar con nadie cuando me siento así, perdoname.- 

 

Theodore los sigue de lejos , observándoles caminar a la fila que tenía su número en las bancas. Incluso sus compañeros notaron que el bloque cuatro estaba actuando extraño. 

 

- ¡Los niños deben ir a sus lugares!- dicta  una maestra junto a las estatuas. 

Theodore tuvo que abandonar su búsqueda para acatar sus propias palabras y acompañar a las maestras, de caminó hasta su lado como lo prometio el día anterior discierne en el horizonte de papel tapiz nuevas nubes. 

 

Termina tomando asiento al igual que muchas niñas que tenían a las maestras como sus favoritas.

 

Tal vez no fue tan buena idea sentarse aquí. 

 

Theodore siente que resalta como un largo y flaco espárrago en un plato de frambuesas. 

 

Gustavo desde su lugar le saluda con un gesto de manos. Inmediatamente deseo volverse transparente pues muchos lo miraban y sonreían.

Aunque las muñecas parecen estar un poco de fiesta. 

 

Las maestras celebran con murmullos suaves la compañía de los niños. Amaban tenerlos cerca, puede verse cuando mecen sus cuerpos más cerca de los niños. 

Theodore dejó de ser el centro de atención una vez empezaron a llegar los adultos. 

 

La siguiente asamblea sólo podía describirse como ABURRIDA. Tal Vez también un castigo pues su espalda apuntaba a la cortina y debía mirar de frente las cámaras. 

 

Varios adultos llegaron, hicieron discursos largos qué abarcan casi tres días del ciclo normal de la guardería(así lo sintieron los chicos) , más nueve canciones de jazz nuevas que fueron re producidas en todos sus doce minutos de cada una.

 

Theodore ya sentía su trasero dormido y una niña a su lado estaba tan dormida que le babeaba el hombro. Su mirada torturada vaga por los niños frente a él. 

 

Notando a su bloque más serio que aburrido, claramente estaban al borde de un motín. 

Siendo la hora de la hora de cortar la cinta de la lona en la torre la siguiente actividad. 

 

Theodore no lo habría notado hasta mucho tiempo después pero al bloque cuatro los retiraron discretamente . Fue extraño para el resto ver lo rápido que los guardias los rodearon al llevarlos a Dulce Hogar. 

 

Una corazonada y ese aroma a vainilla le hicieron sentir un escalofrío por la columna, aferrándose a su asiento por el malestar nauseabundo que sube por su garganta como vómito. 

 

La cinta sería cortada por una niña, y ese avión que coloreo con flores fue entregado entre muchos a los niños , preparándose con una emocionante vibra pesada entre los adultos qué observan al teleférico  bajar lentamente. 

Puede mirar la espalda de ese hombre pero no su cara, solo verlo fanfarronear frente a cámaras y personas. 

 

-… yo me hago la pregunta, ¿Qué es lo que más amo? Es a los niños, amo hacerlos felices y cuidarlos. Es por eso que cada día pienso en mantenerlos a salvo y felices , y se que ustedes también me aman niños. – 

 

Una risita ofendida pareció dar por suelo la declaración del hombre en el estrado. 

 

-Lo había pensado, y lo sabía. Conozco a los niños , todos unos pillos pero es por conocerlos qué se qué a quién aman es a un amigo peludo con adorable cola y gran sonrisa. – 

 

Por un ademán de los adultos los niños levantaron los aviones de papel. Al mismo tiempo las cámaras apuntaron a la cortina y los adultos se  pusieron a los lados con unas sonrisas plásticas bien pegadas al rostro.

 

Un sonido parecido a un cable eléctrico lo hizo mirar a un guardia entre los niños. Lo reconoce por haberse llevado al cuidador de antes. 

 

Aún su ansiedad sigue siendo alimentada por un  detalle nuevo. 

 

El aroma a vainilla… Theodore lo ubicó con una brisa a sus espaldas. 

 

Su espalda se vuelve casi líquida por un murmullo. 

 

-¡Con ustedes… - anuncian. 

 

La niña cortó la cinta antes de que el discurso iniciará,  dejando al hombre con la palabra en la boca. 

Una exclamación en coro siguió a la caída de la cortina. 

 

-A pasado mucho tiempo.- 

 

Los niños se quedaron en blanco al escuchar esa voz profunda. 

Un segundo después El gigante de color oscuro levantó los brazos. 

 

-¡¡Hola niños, yo soy DogDay!!- se presentó con una voz infantil. Estiro un solo brazo para arrodillarse en una sola pierna cual caballero con esa gran sonrisa.-¡¿Quieren jugar conmigo?!- pregunta al público. 

 

Theodore no quiere voltear, esa voz la conocía con tanto detalle, incluso si era muy poco el tiempo que estuvo con su amigo, a comparación de los cien años que deseaba compartir con él. La voz de su amigo estaba siendo usada y era por este gigante. 

 

El miedo que lo embargo solo pudo ser superado por sus ansias de huida, bajándose de su asiento para correr a esconderse. 

 

Un solo objetivo, ese túnel oscuro en la PlayHouse sería demasiado pequeño para todos sus perseguidores, su único escondite. 

 

Ahogándose  por el miedo y la rabia, estaba ahogándose en toda la palabra.

 

Esa cosa… esa cosa era horrible. 

 

Era una burla para todo lo que significaba su amigo dentro de su pecho. 

¿Porqué enviar esa cosa y no a su amigo? 

 

Entonces la barrera entre los monstruos y Theodore sigue presente. 

 

 

 

      

 

                                                                                             ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

Fuera de la Play House, DogDay observa a los niños con los hombros caídos. 

 

Recordaba que él se sintió aterrado por Huggy Wuggy, recordaba que necesitó un tiempo para atreverse a tocarlos pero esta vez… el monstruo era él. 

 

Su cuerpo tan grande era pesado y tal vez eso daba miedo, porque ningún niño se mueve. 

Entonces entendió que posiblemente esta sería su última prueba. 

 

Lo matarían o terminaría en la licuadora si no le agrada a los niños. 

Aunque él también era un niño y tenía tanto miedo que lágrimas que no podía hacer salir necesitaba permitirse el lujo de sacar estas emociones. 

 

Llorar es bueno, gritar ayuda pero no era lo que debía hacer ahora. 

 

Se levantó del suelo dirigiendo una mirada a los doctores entre el público, los científicos que lo cortaban y a ese hombre que le hizo continuar con el experimento. 

 

Suspira moviendo la cabeza como un tonto, se levanta llevando las manos a su espalda. 

 

A tiempo de ver a ese niño correr a la casa de juegos. No alcanzo a identificarlo pero sabe que era un niño por su estatura. 

 

-Niño, niño, niño… mi cabeza está en llamas y no se a donde irme~- canto sabiéndose desafinado frente a los niños. 

Estos parecen más confundidos pero logra ver un par de sonrisas. Agachándose para cantar de frente a ellos. 

 

-Tus besos me elevan más alto~- continuaría pero un niña levantó la mano y antes de que le preguntara si quería cantar ella le hizo otra.-Como dulce,  dulce canción de un coro~-

 

-¿Por qué cantas tan mal?- le pregunta ella con esa voz de niña. 

 

DogDay la apunto. 

-¿Y tú porqué te preguntas porque canto mal?  ¿Te gustaría que yo te pregunté por qué  canto tan mal? – 

 

La niña tarda bastante en procesar lo que escucho. 

-¿Que?- 

 

-So.- termina enderezándose con las risas de algunos niños. – La verdad es que canto mejor cuando no me escuchan pero hoy seré bueno y dejaré que me escuchen. – procedió a llevarse una mano al pecho.-¡Las noticias de hoy pronostican muchas lluvias, cuídense de los topos y escondan a sus tostadoras porque DogDay decidió asaltar a los elementos más comunes de el país! – 

 

-¡Eso no es cantar! .- reclaman algunos niños riendo desde sus asientos. 

 

-¿De qué hablan? Si es mi mejor actuación, escuchen est-

 

-¡No!-

 

-Entonces canten ustedes algo, porque quiero oír a los expertos. – procedió a sentarse frente a ellos como lo haría una princesa con piernas cruzadas.-Los escucho. – 

Entre los niños hubo miradas nerviosas. 

 

-Creo que no pueden. – se burla  sacudiendo las orejas peludas. 

 

-Summer lover, why don’t you stay?... – 

 

Para sorpresa de algunos y emoción de los niños quien cantó fue una maestra en las bancas. 

 

-Summer lover, don’t go away ~- siguió DogDay la única parte que recordaba de la letra.-La maestra canta muy bonito, ¿No le parece, señor Ludwick?-

 

Cada adulto se sorprendió por el atrevimiento del experimento. 

 

El hombre sonríe tanto que pareciera su cara  partirse en dos. 

 

-Ese viejo no debe saber nada de música.- murmuró un niño pero claro que  lo escucharon. 

 

Entonces lo escuchan reírse abiertamente. 

 

-El niño tiene razón. ¿Pueden terminar la canción?-

 

DogDay se levanta moviendo los hombros al internarse entre los niños. 

 

-Aquí mi amigo, Kevin sabe la letra. – le responde levantando al niño en manos. 

 

Este comenzó a reír en el aire. 

 

-Estoy apunto de incursionar en la venta de niños , ¿A cuanto me compras el kilo de niño?- se dirige a un guardia de seguridad. Este no estaba ni un poco listo para que DogDay le dirigiera la palabra y su rostro hace reír a los niños. 

 

El terror, confusión y duda parecía ser un chiste más. 

 

Todos los experimentos eran tan silenciosos que esto era irreal.

 

-¡No , no!- grita el niño entre risas al igual que algunos otros alrededor. 

 

-¿No quieres que te venda?-

 

-No me llamo Kevin.-

 

-Wow , admiro tu disposición a pescar camarones.- chasqueo los dedos a pesar de sus guantes.

 

-¡No , a mi no me gustan los camarones!- chillo aun riéndose el niño.

 

Los niños comienzan a relajarse , acercándose a él para tocarlo.

 

DogDay gira con el niño antes de bajarlo.

 

-Sabes que no te vendería , ¿Verdad?- le pregunta al niño ajustando su pajarita.-Gracias por cantar , Gustavo.-le sacudió el cabello al volver a levantarse.

 

El niño se agarró el cabello nervioso y sonriente.

 

-Sabes mi nombre.-

 

-Claro , Oscar.-asiente y deja al niño reírse por su nuevo error.

-¿Me cargas?- pidió una niña a su lado.

-Claro , Pedro.- le levantó dándole otro nombre.

 

-¡Me llamo Amanda!- lo corrige con un puchero.

 

-Un nombre muy bonito , tanto como el tuyo Mitch.- saludo a un niño.

 

-¡Yo soy Jeremy!-

 

DogDay comienza a reír con esa regrabación en la bocina que se aloja en el interior de su pecho.

Lentamente logra ser rodeado por los niños. Lo suficiente para que pueda hacer una pregunta que lo está matando.

 

-¿Dónde están los niños del bloque cuatro?- pregunta a una niña que aprovechó su estado sentado para subir con esfuerzo a su espalda.

 

-Están en  Dulce Hogar , los llevaron antes de que te presentaras ,DogDay.- le responde alegre por lograr subir a su cuello y tocar sus peludas orejas.

 

DogDay mira a la casa. Sorprendiéndose al ver por la ventana a ese niño pequeño , esos cabellos despeinados que reconoce como su amigo Bubba. Una ola de dolor hace que se siente tan amargo , adolorido , escuchar las risas es difícil. Trata de separarlas pero …es inevitable sentirse burlado.

Gira la cabeza para ver a los adultos hacer anotaciones.

 

Ahora mismo estaba rompiendo todas y cada una de las reglas que le impusieron.

 

No hablar con los adultos.

 

No tocar a los niños.

 

No bajar del escenario.

 

No levantar a los niños.

 

No hacer preguntas.

 

Estaba en problemas.

 

Mas había una cosa mas por hacer.

 

-Gustavo.- llamó al niño en su mano.

Este le mira curioso.

 

- ¿Theodore ya se fue a casa?-  pregunta con esa grabación que no va a sonar con el mismo miedo que él sentía.

 

-Theo…se ha portado mal pero estaba aquí , creo que se asustó de ti y se fue volando.- le informa más interesado en la falta de uñas o garras del perro.-No es ue sea cobarde, en realidad es un chico valiente. - 

Podría tomar a sus amigos y correr. 

 

DogDay movió la cabeza observando esa ventana. Debe decidir si … podía atreverse a dar una señal o si estaría condenando a sus amigos. ¿Y si el arma de uno de los guardias le daba a sus amigos? 

Ahora era grande y fuerte, también era rápido, podía cargarlos a todos y correr. ¿Correr a donde? 

 

Podría seguir adelante y escapar de alguna forma. ¿Qué pasaría si lastima a sus amigos él mismo? 

 

Entonces debe tomar una decisión sin saber las consecuencias. ¿Al menos podría decir que lo decidió? 

 

-Saluda a Theodore por mi, dile que lamento haberlo dejado…asustado, lo siento.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La alarma para volver a casa se escucha y DogDay debe volver a su celda.

 

Observa a los niños irse con sonrisas en los labios mientras se despiden de él con las manos.

 

Se quedó solo en el suelo , pensando aún en cuanto desearía estar con ellos , incluso ahora dormir sobre el suelo de la perrera era mejor que ir con estas personas. Solo quería estar lejos de ellos y acabar en algún 

bosque lejano

 

-Ven , vamos a descansar ,DogDay.- le ordena un científico.

 

DogDay se levantó del suelo sacudiéndose con un ademán perezoso.

 

-Vamos , Oscar.- le sigue. Sabe que toda la tarde los reto directamente. Dictando el nombre de cada guardia  por error a los niños.

 

Sabía algo , o lo recordaba de su madre , el nombre era algo importante que solo en algunas personas era cómodo de escuchar y claro como el agua el qué un monstruo sepa tu nombre no era parte de ello.

 

Lo meterían a esa celda o en esa estúpida licuadora , él sabía sus nombres y es suficiente para hacerlos retroceder a los que podrían atreverse a usar violencia en su contra.

 

Es en estas cosas las que piensa mientras los sigue ,mirando de reojo a Huggy Wuggy junto a Kissy Missy pasar por su lado con el usual bamboleo. Notando ahora desde la igualdad de estaturas o mayor de su parte , puede ver lo húmedos que estaban sus ojos negros, lo mucho qe sufre Kissy Missy.

 

La culpa llega a su pecho con esa revelación.

 

-Kissy.- la llama levantando la mano suavemente.

 

Talvez fue la forma en que lo hizo o el solo verlo , saber su nombre o ella podía ver lo que antes él no era capaz. 

 

Sus manos chocaron como cuando él era pequeño y ella lo veía hacia abajo.

 

“Lo siento tanto , Doggy” 

 

Sus pasos se detuvieron por solo un segundo antes de seguir al científico.

 

La gigante rosa no hizo más que seguir su camino a la guardería.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Rompiste las reglas , DogDay.-

 

Asiente desde  el interior de la celda. El espejo sigue en la misma posición pero esta vez no hay tal cosa como una licuadora , sino un solo pedazo de tela en el piso.

 

-¿Entonces porque me premian?- pregunta mirando este trapo con curiosidad.

 

-El señor Ludwick se divirtió , esa es la razón por la que te premiamos.-

 

-Gracias , creo.- se recarga en el espejo , observando su reflejo amargo. Detestaba esos ojos pero no queda de otra , atreves de su brillo puede ver los rostros de sus interrogadores.

 

No son los mismos que lo acompañaron a la guardería , son más viejos y daban miedo.

Cierra  los ojos escuchando a través del vidrio.

 

-¿Qué está haciendo?-

 

-Parece que sufre de insomnio , es todo.-

 

- ¿Será un problema a largo plazo?-

 

-No podemos responder con tan pocos datos pero le aseguro que nuestro experimento es el más avanzado hasta ahora.-

 

-Su obediencia es espectacular , incluso mejor que la de CatBee.-

 

-Y su recuperación e inserción a la guardería fueron en tiempo record.-

 

-Además de desenvolverse como ninguna otra criatura de la compañía , a sido un éxito ,señor.-

 

-Entonces eso lo decide. El producto definitivo será éste DogDay.-

 

-Respecto a los otros smiling critters  , ¿Cómo vamos?-

 

- ¡DogDay , prepárate para un viaje!- 

 

Dejó de escuchar , caminando a la puerta con lentitud.

 

El transporte era diferente a caminar tras un científico , en el transporte lo hacen acostarse en una tabla llevada por una máquina , atado por correas a la  tabla.

Observó al techo todo el viaje que lo lleva a la misma sala de ejercicio por un camino distinto al anterior.

 

 

 

 

 

 

 

 

Alguien está sufriendo.

 

Gritos fue lo primero que proceso al llegar.

 

-Adentro esta otra criatura , está a matado a tres guardias.-

DogDay levantó la cabeza sorprendido por ese detalle.

 

-¿Quieren que me mate también?- pregunta con un tono más bien importuno.-Debía tomar  clases de baile este jueves.- suspira como si morir fuera un contratiempo común.

No quería morir , quien sabe porqué , solo sentía la necesidad de hacer una broma de sí mismo.

 

-No , lo que queremos es que lo arregles.-

 

-Esta bien , veré si mi licencia de psiquiatría está vigente , señor.- le responde una vez lo dejaron libre de las correas.

 

-No hagas tantas bromas , estás hablando con el personal.- vuelven a advertir.

DogDay suspira avanzando a la puerta.

 

-El día que seas mi mujer me mandas , Daryl.-  

Ahora la boca de ese científico se tuerce y un guardia escupió al contener una risotada.

 

No hay que pensar en las consecuencias , solo en lo que habrá del otro lado de la puerta y como lo va matar o a salir de ahí completo.

 

Una parte de si deseaba no matarlo, solo recordando que los dos eran lo mismo, ¿Verdad? 

Hablar sería lo mejor, si hablaran podrian recuperarse. 

 

Las puertas se abren frente a él  , entrando más rápido al agacharse y sujetarse del borde superior para observar al interior.

 

Es concreto oscuro y aún así pudo ver cuánta sangre hay alrededor.

 

-Hola.- saludo mirando a todas las criaturas en el interior.

 

Eran Huggy Wuggy , Mommy , PJ y Boxy.

 

La puerta deja entrar la luz a su espalda pero no era sorprendente , lo interesante era ver su cuerpo delgado a contraluz. Se veía mucho más confiado que la última vez que lo vieron.

 

No podrían saber que los objetivos eran el modo de avance para DogDay , ni las metas una forma de mantenerse cuerdo. 

 

En realidad pocos pensarían en utilizar algo como retorcidos acertijos de planes sin pies ni cabeza como sus pilares psicológicos, a menos que ya estuvieran rotos desde antes. 

Después de todo lo que recordaban era a ese perro apaleado hasta la inconsciencia por parte de Mommy. 

El susodicho  entró a la sala quedando en las mismas penumbras que los demás.

 

Avanzó mirando a la sangre.

-Nos atacó.- murmura una voz suave al fondo de la habitación.

No sabía porqué le parecía conocida pero siguió la sangre que lo guía al final de la sala.

 

En esta un ovillo se encuentra desparramado en el suelo , parecía un muñeco sin forma lleno de sangre.

Observa esto curioso , inclinando la cabeza a un lado. Gira el cuerpo para ver a Boxy.

Este lo ignora , revisa su mano derecha rota y desgarrada. De ahí debe venir la sangre.

 

En un segundo se sobresalta por un grito áspero , arrancado del fondo de las entrañas.

Observa al montón de plumas y  piel abierta retorcerse al arrancarse las plumas del rostro.

 

-¡¡Aaahhhh!!- la  criatura se arrancó una gran pieza de piel del rostro , revelando el interior de hueso y carne.-¡¡Basta!!- brama sin riendo como esas plumas se resisten a soltar su cuerpo. 

DogDay no esperaba ver tal cosa y ahora entendía el porqué de los gritos de antes.

 

-No, te duele , deja de hacerte daño.- le ordena al ave sin moverse.

La criatura gritó agarrándose el rostro.

 

-¡¡¿Por qué me hicieron esto?!!  ¡¡Quiero ir a casa , quiero ir a casa!!- solloza con la voz áspera y la grabación de la bocina ,  era aterrador para cualquiera mientras que DogDay se recargo en la pared arrinconando a esta criatura encogida.

 

El eco de los gritos aún continuaba cuando las pupilas grises del perro se volvieron tan brillantes como una lámpara. 

 

La dolorosa realidad lo golpea tomando en su conciencia los sonidos de la criatura. 

 

-Eres Kickin...- aseguro con un suspiro.

 

Fue esa voz tierna la que delató la identidad del pollo amarillo. 

 

El pollo se detuvo , mirando al perro con el rostro escurriendo sangre de los arañazos que hizo en su desespero. Con una mirada uno al otro , a esas grotescas sonrisas y su aroma mucho más dulce que la vainilla. Compartiendo el horror , el dolor y la ira en el otro.

 

-Te ves tan triste…- susurra el pollo con el cuerpo lánguido por el peso que cae en sus hombros.

El perro toma su rostro, pasa sus manos por esa cabeza a sus hombros. 

 

-No pude ayudarte,  kickin , perdóname.- intentó mantenerse estable pero poco a poco su cuerpo perdió gran parte de la confianza que había estado fingiendo.-Perdón , perdón , perdón , perdóname , por favor.- le pide moviendo la cabeza.

 

El pollo en el piso se quedó pensando , observando al suelo. Escucha los murmullos y la voz rota.

 

-Te extrañe mucho ,DogDay.- le confiesa estirándose para aferrarse a su cuerpo.

No hay forma de que lloren , los lagrimales fueron extraídos pero aún pueden terminar con la distancia con un abrazo profundo. Llenarse de la sangre de Kickin, hundiéndose en la soledad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

A unos metros las criaturas observan con aquellas expresiones perpetuas en el rostro.

 

Al parecer sería una línea especial de cosas sonrientes y eso es muy nuevo de ver.

Más la gran cabeza de PJ se desvía fijándose en las paredes y esos surcos hechos por el pollo tan alterado que había casi destruido la sala de reunión. 

 

Esa cosa estaba en el techo cuando ellos entraron, saltando de un lado a otro con esas garras inferiores clavando en lo que se les cruzara sin bajar del techo lo suficiente para ser atrapado por Boxy. Reduciéndose a esa bola de sangre por sí mismo. 

 

Eran cosas fuertes. 

 

No se sentían a salvo con ellos cerca. 

 

 

 

 

 

                                                                                  ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

El encierro te hace alucinar. Hay muchos estudios sobre ello en cualquier biblioteca. Si. Como el aislamiento, el maltrato, lamer sapos o comer cosas descompuestas y venenosas. 

 

Hoy un niño de nueve años hizo memoria de todos los libros que leyó sobre el tema. Resultando en el aterrador escenario de no estar frente a una de esas míticas alucinaciones. 

Esto era real y malo.

 

Ese niño, Theodore, le había hecho un expresión que marcaba con rojo la muerte de DogDay, entonces ¿Por 

Qué ahora ese gigante habla con su voz? 

 

-DogDay no está muerto.- dictaminó al ver a ese perro cantar tan mal como su amigo y hacer esas amenazas tan raras.-Hoppy.- mira a su compañera abrazando el peluche que Kickin le había dejado.-Tengo miedo. – le confíes apretando los puños. 

 

-No te preocupes, no pasará nada. – le aseguro ella acariciando su cabello revuelto.-Yo estoy extrañando mucho a Kickin y a DogDay pero no tenemos que estar asustados.-

 

-Confieso que aquí se está muy silencioso sin Kickin pero estoy bien con ustedes. – 

 

-Estuviste llorando toda la noche, Crafty, mentirosa. – le recordó Bobby desde su cama. Su cabello de tantos rizos se a convertido en un montón de nudos pues nadie aquí sabía cómo peinarla. DogDay sabía pero desde su partida no hay quien lo haga por ella. 

 

-Solo quiero dormir. – murmuró Bubba yendo a la cama. 

 

Los demás en la habitación lo miran preocupados, incluso cuando notaron que temblaba debajo de las cobijas, llorando en voz baja. 

 

Bobby se bajó de su litera para ir a abrazarlo por encima de las sabanas. 

 

Picky haría lo mismo con gusto pero no podrá hacerlo. No por mucho tiempo. 

Como la bruja de un cuentos de los Grim, su cuidadora abre la puerta de la habitación para verlos a todos en el lugar. 

 

-Bubba, ¿Puedes venir pronto?-

 

Cada uno, sin excepción, se vio palidecer al asomarse esa cuidadora por la puerta. 

 

Debajo de las sábanas la figura de Bubba se ha quedado tan quieta pero es visible. 

 

El cariño puede mover hasta las piedras y esta vez fue suficiente para romper con la usual parálisis de una 

niña ante adultos que la asustaban. 

 

-¿Porqué lo necesita? Yo puedo ayudarle. – ofreció Picky parándose al frente. 

 

La cuidadora entró apartando a Picky con un brazo, el empuje había sido doloroso y sus manos se rasparon en la alfombra, ignora el lamento de la niña caminando directamente a la cama. Empujó a Bobby igual quitándosela para tener acceso al montón de sábanas. 

 

La agresividad con la que les trato fue muy diferente a la indiferencia de siempre, dejandoles un sabor amargo en la boca. 

 

-Vamos Bubba, es hora de ir al doctor. – lo descubre encontrando al niño hecho un ovillo. –Se hará tarde si no te apresuras. Arriba. – instó cargándolo en brazos. 

 

Todos los niños  observan sin saber qué hacer, mirando a los otros niños mayores impávidos mientras se llevan al qué funcionó como líder durante estos meses. 

 

La puerta se cierra  tras la cuidadora  con la última mirada de miedo de Bubba por encima del hombro  de la niñera. El sentimiento dejado en su partida es ominoso, arrastrándose un miedo nauseabundo por sus tobillos. Picky continuaba en el mismo lugar sin poder moverse, estaba tan asustada qué sus piernas temblaban. 

 

-Hoppy… - la llama abrazándose de modo defensivo, en ello sus hombros se manchan con la sangre de sus rasguños. 

 

-Se fue con la niñera. – le dijo Bobby en la cama. 

 

El peluche de perro se queda en el suelo junto a Crafty qué está mirando su cuaderno con el ceño fruncido. 

 

Ya ni a sus dibujos la dejaban huir. 

 

 

 

 

 

Mucho más adelante Hoppy corrió tras la cuidadora por los pasillos, deteniéndose al ver sombras a contraluz antes de doblar por una esquina. 

 

-Vamos, niño, muévete. – 

 

Hoppy conoce a Bubba y sabe que él tenia problemas para manejar la presión así como para tomar decisiones rápidas qué lo llevaban a quedarse paralizado cuando lo llevaban al límite. Sabe que no podría caminar en ese estado. Llegó a preocuparse por él y si estas personas lo golpearía si continuaba negándose a caminar. 

 

-Será mejor que lo llevan cargado, no podemos dejar esperando a los doctores. – les aconseja la niñera. 

 

Hubo un murmullo o entre las personas en el pasillo. No era nuevo, nadie en este lugar parecía a gusto con tocar a cualquiera de sus amigos o a los niños de su ala. Hoy podrían ser las únicas dos veces que Bubba fuera cargado desde que llegó a la guardería.

 

-Vuelve a su trabajo. – la despiden fríamente. 

 

La cuidadora pasó por su lado sin notarla por alguna razón que no entiende, solo parecía concentrada en el camino y su tabla de notas. 

 

Hoppy los siguió por los pasillos. Deteniéndose donde lo hacían para no ser vista. Cruzaron las rejas eléctricas con una tarjeta. 

 

Para Hoppy pasar la seguridad de las rejas es tan sencillo como solo ponerse de lado y presionar parte por parte hasta salir por su cuerpo delgado, corriendo detrás de estas personas pasó por una habitación llena de cables y un generador. La puerta  del lugar estaba por cerrarse pero con un brinco logró llegar a detenerla con los dedos. 

 

El aplaste dolió tanto como para gritar y llorar pero lo contuvo con los ojos vueltos al agua. Esperó un poco para liberar su mano y abrir, saliendo a una zona muy diferente y desconocida. Son un montón de plataformas metálicas  unidas entre sí…

 

Sintió algo de pánico por perderlos tan pronto o ella misma estar perdida en la oscuridad. 

 

-¿A dónde vamos?-

 

Ese tono tembloroso y tan conocido la hace seguir un camino, observando alrededor  con los nervios en alto, sobando su mano herida con la otra mientras los busca. Encontrando una puerta abierta por lo qué ve a esas cinco personas entrar con Bubba. Esta vez no se atrevió a correr, el suelo era tan ruidoso que incluso en calcetines sus pasos resonaban contra el metal.

 

Observo a los lados pensando en cuántas cosas le venían a la cabeza, estas personas, el hambre que siente y el miedo a quedarse más tiempo sola en este infierno. Si, ella conoce esta palabra, la intenta ignorar porque daba miedo pero ya no podía más. 

 

Su mano le duele mucho, extraña a sus amigos y a DogDay. Eran como hermanos, recordaba que tenía una hermana menor que usaba pañales pero a ella ya se la llevó una pareja… tal vez era bonita o más divertida. Había pasado tanto tiempo sola antes de conocer a sus amigos y.. . Ya no podía ver como se los quitaban. 

 

-Yo soy un conejo… - susurra al percatarse de un ducto de aire al nivel de la puerta. 

 

No era sencillo abrirlo, era metal pero ella también sabía hacer unos trucos. Corriendo sin cuidado agarró uno de los cables y lo metió a fuerzas por detrás de una esquina, tira de esta pero no es suficiente. Mira alrededor y  su decisión llegó a pico al tirarse, sin soltar el cable, por la orilla de la plataforma.  La tapa saltó y solo el estar fijado por la pared hizo que el cable no la dejara caer  a los picos de piedra qué había ignorado. Su pie apenas se había salvado de ser herido por uno de estos solo por haber doblado las rodillas.

 

-Hoppy, estás loca. – se dice asustada por lo que ella misma planeó. Trepar fue difícil e innecesario. Para su infortunio el cable fue tirado hacia arriba por un tercero. 

 

Esta persona era joven y un chico, era un ingeniero por su uniforme azul. 

 

-No… no les digas que estoy aquí… - intentó pedirlo pero su voz se quebró al verse descubierta. 

El joven se aparta sin mirarla, yéndose por el camino sin decirle nada. 

 

-¿Puedes ayudarme?  Ellos se llevaron a mis amigos. – pidió ayuda en cuanto se sintió a salvo. 

 

El joven movió la cabeza siguiendo su camino sin voltearse ni una sola vez. 

Hoppy  se sobo las manos, ahora no solo estaba machucada sino también se quemó por la fricción del cable en su mano. Mira al túnel sintiendo la oscuridad de este como un adelanto a lo que habría del otro lado. 

 

Entró observando al frente y la oscuridad era cada vez más  profunda y tan calurosa que su frente se perló en un minuto. 

 

Su camino la llevó a la primera reja por la que salir , mirando hacia abajo a un pasillo oscuro y vacío. La rejilla estaba suelta y la abrió mirando a los lados del pasillo a esa solitaria fábrica. Debe saltar un par de metros y lo hizo  pegada lo más posible a la pared se llevó dos golpes al caer. 

Corrió en cuanto escuchó voces. 

 

-… ¿Sabían que las abejas bailan para comunicarse? Aún lo están estudiando pero parece que es correcto. – 

 

Esa voz aun le parecía tan linda en esta situación. Siguiéndola por la fábrica pasó por un lado de algunos adultos con ropas extrañas pero todo era algo que ignorar mientras llegaba con su amigo. 

 

Un ascensor estaba abierto en el centro de la fábrica, no solo están subiendo un montón de  cajas, también van cuatro de las cinco personas que llevaban a Bubba. 

 

-Les juro que si otra de esas cosa destruye algo más o se come a otra persona, renunció.- se queja en voz alta una persona tras Hoppy. 

La niña se escondió como pudo dentro de una caja vacía que seguro había quedado volcada hace rato. 

 

-Fue un caso aislado. – 

 

-¿Por Qué aun quieren hacer a un gato? No tiene sentido que un perro, un pollo y un elefante habiten una granja. – 

 

-Cállate, así lo quieren así que esta bien. – 

 

-Yo haría una caricatura con una niña y un zorro, tal vez que el zorro sea un ladrón. – 

 

-Eso es estúpido y no venderá nada, a la gente no le gustan las chicas protagonistas. – 

 

Hoppy corrió al ascensor en cuanto una máquina grande pasó por su lado, pareció mala idea pues casi no lograba gatear tan rápido como las ruedas de la grúa qué casi la aplasta pero lo logró. Era suficiente entrar junto a las cajas y quedarse tras unas para observar a Bubba en brazos de un guardia. 

Otra caja fue colocada cubriendo su visión dejándola arrinconada en un solo lado  del ascensor. 

 

-Creo que deberías callarte. – 

No puede escuchar la respuesta de Bubba, seguramente ni siquiera pensó en responder al hombre. 

Bajar fue tan lento y tardo, se llevó bastante de su valentía este tiempo dentro de el ascensor. 

 

-Ya camina por ti mismo. – 

 

Hoppy quiso ver pero las cajas la habían arrinconado, pensó en pánico qué tendría que pedir ayuda más solo pasaron unos segundos para escuchar una grúa moviéndose por encima de su cabeza. Se encogió cubriéndose la cabeza con los  brazos. 

 

La caja fue removida y llevada en alto a un vehículo de carga, Hoppy aprovecho la falta de otros personas para correr por encima de la caja y seguir a ese grupo por un pasillo. 

Atrás la grúa se detuvo. 

 

-Creo qué vi un niño. – informa por su radio. 

 

«Debe ser la nueva especie, no te preocupes. » 

 

El conductor de la grúa  golpeteo con la radio su rodilla, pensando en lo que había visto pasar corriendo. 

 

-Se lo que vi, envíen a seguridad. - 

 

 

 

 

 

 

Hoppy se sentía perdida al entrar en un pasillo tan blanco que no parecía real, azulejo perfectamente blanco y ni una sola marca en las paredes, parecía el camino por un laberinto. 

Camino agarrándose las manos qué aun le duelen y cada segundo ardían más. Revisando cada esquina para encontrarlos pero cada vez es más difícil.   Esta llenándose de miedo y enojándose igual. El tiempo solo hace que se sienta cada vez  más cansada, un sentimiento agitado que sacude su  cuerpo como hoja al viento. 

 

Es ahí que escucha la voz de uno de ese grupo. 

-El procedimiento de implantado antes de el cambio parece cada vez más rápido, es increíble que ya no tengamos que esperar tanto por el nuevo proyecto. – 

 

-Aun recuerdo que el gigante azul casi no pasa el cambio directo. – 

Hoppy se asoma por la esquina para ver de donde venían. Era de alguna habitación al otro lado del pasillo. 

 

Mantiene su cuerpo bien pegado a la pared cuando pasan a su lado en dirección contraria dejándola a sus espaldas. 

 

Comienza a correr en la dirección de la que venían. Aguantando el aliento en su pecho ya fatigado al superar su propia capacidad. 

 

Un largo pasillo de blanco la recibe tras cruzar las puertas. 

 

Su cuerpo se debilitó llenándose de lágrimas sus ojos. Cada vez era más difícil sobrepasar todo este dolor, odiando su pequeña estatura más que a nada.

 

Avanza más lento ante el cansancio y el dolor en sus pies, observando curiosa las nuevas paredes de vidrio traslúcido blanco.  Puede ver siluetas en el  interior moviéndose de un lado a otro entre lo que parecían mesas  grandes. En algún momento decidió mirar al suelo para  darse cuenta de una línea amarilla que sigue un camino separado a sus propios pasos. 

 

El instinto la hace seguir esa línea sin pensarlo demasiado. 

Al cambiar de rumbo no logra ver como varios guardias comienzan a dividirse entre las esquinas. 

 

La línea amarilla conduce a una zona mucho más oscura. 

Observapor la última esquina a una puerta al final del pasillo. 

 

Era una puerta tan grande que era cómica pero no es la puerta lo que llamo su atención, sino el aspecto real otro lado del cristal traslúcido, viendo el interior borroso de la habitación su mente se iluminó con ver la pequeña figura en una mesa alta. 

 

Debía pasar al par de guardias. 

 

Revisa sus bolsillos pero solo  quedaba una de sus canicas en el interior. 

 

-Ya… - suspira aceptando qué todas se fueron hace mucho tiempo. 

 

Se prepara levantando en alto el brazo para dar un paso adelante y lanzarla contra una de las paredes de vidrio. 

 

Por supuesto que no hubo tal cosa como una lluvia de cristales, era una canica lanzada por una niña de ocho años, solo había revotado haciendo el peor ruido posible. 

Los guardias en esa puerta no tardaron en ir hacia el sonido y Hoppy no dio tregua a sus pies adoloridos para correr  al interior de esa habitación. 

 

Logrando ver a esa doctora sacar la aguja del cuello de Bubba y el cuerpo del niño se desparramo sin consciencia sobre la camilla marrón. 

 

Hoppy corrió a la mesa tomando, bajo la sorprendida mirada de la doctora y dos asistentes que no supieron que cosa hacer aparte de retirarse , otra aguja de las cuatro que quedaban en una caja de metal. 

 

Algún grito salió de su boca pero su corazón estaba latiendo tan rápido que no podía concentrarse. 

 

-¿Qué le hizo a mi hermano?-al fin entre sus gritos entiende parte de sus propias palabras. 

La doctora puede ver su estado lamentable. La niña estaba sucia, herida y más de un rasguño y cortada estaban sangrando a través del overol. Tal parece que fue todo menos fácil para la niña llegar hasta aquí. 

Debía hacer tiempo hasta que llegarán los dos ineptos que deberían haberla atrapado antes de que entraran. 

 

-¿Qué dijiste?- pregunta levantando las manos para mostrarse cooperativa. 

La niña apretó la jeringa en su mano antes de gritarle muy segura para ser solo una niña. Incluso si el sonido de los guardias se escucha a la espalda de la doctora. 

 

-Quiero saber donde están Kickin y DogDay , ahora mismo , señora.- repite su pregunta levantando la aguja por encima de su hombro.  Estaba aterrada pero eso no era razón para acobardarse , mirando a los adultos y a Bubba en la camilla. Sabia que era él a quien querían inyectar , ya lo había hecho pero ahora era lo mas importante sacar verdades de estas personas.

 

-No puedes hacer esto , niña.- advierten dos médicos de acuerdo con aplastarla en cuanto se distrajera.

 

-¿Y ustedes pueden hacer lo que quieran con niños? No , eso no es verdad ,feos.- les advierte moviendo la aguja.-¿Dónde están mis amigos?- pregunta mirando a Bubba tras los dos adultos , su cara se torció al notar la ausencia de la doctora y que solo habían cuatro hombre adultos  mirándola nada amables. Aun intenta despertar a Bubba pero no lo logra, el niño estaba inconsciente desde que le inyectaron este mismo liquido rojo , era raro verlo tan dormido , entonces su preocupación es una oportunidad para que ambos adultos se lancen a sujetarla.

 

Hoppy ni lo pensó , para horror de uno de los médicos , clavo la jeringa en el ojo de un hombre , retorciendo con un grito la aguja antes de correr a la camilla.

 

-¡¡Trevor , espera , Trevor , estarás bien!!- grita agarrando a su compañero , se quita la corbata para detener el sangrado excesivo del ojo.

 

- ¡¡Sácame esta cosa!!- gritó el hombre con dolor solo para tocar la jeringa. 

Hoppy por su parte ya agarro un cuchillo de filo muy corto de la mesa , sacudiendo a Bubba por los hombros.

 

-¡¡Bubba , Bubba , vámonos , amigo vámonos!!- grita intentando despertarlo.-¡¡Bubba!!- las lagrimas caen de sus ojos con cada  intento sin resultados , su voz ya estaba quebrada cuando el horror supero sus fuerzas.

 

Gritando aterrorizada al ver a su amigo sujetarse el rostro para gritar de dolor , haciendo que del rostro del niño la piel se desprenda con tanta facilidad como para hacerlo vomitar un borbotón de rojo liquido espeso.

 

-…Hoppy, vete…- intenta decir pero su cuerpo se siente tan débil y suave , solo logra mirar rojo. Sin control en sus extremidades mientras se siente arrastrado por la marea.

 

- ¡¡Bubba , Bubba , Bubba!!  ¡¡¿Qué te hicieron , hermanito?!! – grita la niña demasiado asustada para moverse incluso si la sangre de su amigo ya la salpico.

 

Entre las lagrimas puede ver las puertas abrirse a la entrada de muchas personas.

 

-¡¿Qué hacemos con la niña?!-pregunta algún trabajador.

 

-Este producto esta fuera de control , llévatela y no la dejes cerca de los otros proyectos.-

Hoppy intenta correr pero sus piernas estaban completamente debilitadas por el miedo y el cansancio.

 

-Bubba …- solloza al ser cargada por la espalda , llevada por algún adulto que aprovecha su estado para llevarla a la guardería.-Bubba…- intento alcanzarlo pero no hay oportunidad.

Un medico paso por su lado diciendo algo.

 

-Es la cosa mas agresiva hasta ahora, no creo que debamos continuar usando el mismo procedimiento sin preparar el equipo.-

 

-Que alguien traiga la piel del elefante, esto se pondrá agresivo. – 

 

 

 

 

Hoppy fue llevada a Dulce Hogar y puesta en el cuarto de castigo sin contacto con nadie.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Amor, el amor es difícil de proteger pero el valor para ello es aun más valioso en un niño o en este caso, una niña muy fuerte.

Chapter 8

Notes:

Mención de actividades ilícitas en complicidad de menores.
Discreción.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Un niño no puede saber lo que piensan los adultos incluso si se esfuerza. 

 

Es porque el niño piensa que los adultos se preocupan por cosas sin sentido y no han aprendido aquellas lecciones tan duras que otros adultos impartieron con los niños que ahora son grandes quieren impartir sobre los neofitos. 

 

Un ciclo de nunca acabar qué podría estar encaminado al nuevo amanecer a la nada. 

 

 

-Te extrañe mucho, Theodore. – 

 

Esta mañana Theo siente que a escapado de una de esas estúpidas lecciones con solo escuchar la voz de la garra en las paredes. 

 

Tornándose el mundo de colores con solo volver a estar cerca de él filo de esas garras. 

 

-Papá… - suspira tocando la rendija del conducto de aire. 

 

La sola punta del filo se asoma muy lentamente, tocando las manos del niño. 

 

-Siento como si hubieran pasado siglos, Theo, y no soy tu padre.-

 

Theodore se recarga en la rejilla. Sonriendo entre las lágrimas que se limpia con el dorso de las manos. 

 

-Yo también te extrañé, mucho. – lo dice a fuerzas pues su corazón estaba siendo rebelde. 

-Yo también te extrañe mucho, Theodore. – 

El horror que siguió a su alegría se vuelve penumbra al sentir como las rejillas metálicas desaparecieron para convertirse en un gran cuerpo cuyo poder lo atrapa, y su propio ser termina fusionado en el peluche, atrapado por los gruesos brazos de este monstruo gigante de grandes manos. , mirando hacia arriba con el terror impregnado en cada poro de su piel. Puede ver el costado de esa cara deforme y sonriente observándolo de soslayo. 

-No me toques… - intento pelear pero está sujetado con fuerza, atrapado en brazos de esta cosa. 

 

El monstruo deja salir un lamento ahogado. 

-Te amo. – jura esa voz suave sobre su piel. - ¿Acaso ya no me quieres solo para ti? - 

Su cabeza se siente tan pesada mientras observa al monstruo acercarse con esa voz infantil. 

-¿Ya no me extrañas?- pregunta esa voz suave estrechando el contacto.-¿Ya no quieres comerme?- 

 

El oxígeno escasea en las sombras del calor. 

 

Volviendo a ese día ay ese minuto, reviviendo aquel beso dado en la oscuridad, esas manos en sus mejillas y cuanto su cuerpo se relajo bajo esa caricia. 

 

Separándose al dar una patada, viendo de frente al monstruo. 

 

Era ese peluche que confió al niño muerto. 

 

La vergüenza del cobarde le recorre sabiendo que lo dejo ir, en vez de ocultarlo o ayudarlos, sin decirle la verdad a la pobre Hoppy. 

 

Su tristeza no puede convertirse en nada más que terror cuando ve como de la oscuridad de esa boca de monstruo escapar las manos de su amigo para alcanzarlo. 

 

Como si todo lo que pudiera hacerlo feliz esté monstruo se lo hubiera comido y quisiera llevarlo igual a su estómago. 

 

El miedo a la soledad es tan o más grande que el miedo que siente por un monstruo de peluche. 

 

Apresurandose a su encuentro con tanta ansiedad como deseo. 

 

Sus manos suben buscando el contacto con aquellas que lo buscan desde las sombras donde pertenecen. 

 

En esa gran sonrisa debía estar su amigo y él quería estar a su lado. 

 

Entonces tiró de las manos y tomaron las propias para hacerlo salir. 

Cayendo sobre su cabeza una ola de rojo líquido y negras aguas sin forma

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Te dije que pares!- el grito lo hace reaccionar. 

 

Mira al frente justamente a media resta, su mano a caído dejando un montón de rayones en la pizarra. Notándose más el dibujo retorcido del perro en el centro del montón de círculos deformes.

 

Miss Deligt le tomo de los hombros para regresarlo a su asiento. 

 

-Gracias por tu esfuerzo.- le dice pero no tardo en borrar sus dibujos.

 

Esto era nuevo. Nunca antes había pasado por esto, no entendía porque era tan doloroso. 

 

Su cabeza da vueltas pero sigue en el mismo lugar, observando la pizarra curioso por su propio desorden. 

 

La vergüenza de haber actuado como un loco frente a todo su bloque en clases de matemáticas lo hace reír y observar su cuaderno como si fuera a perderse de nuevo. 

Perder a su amigo… o no perderlo. 

Talvez se lo comieron o talvez estaba enloqueciendo. 

Tal vez deba olvidar el tema. 

 

 

Huele a vainilla. 

 

 

De golpe estaba atrapado en el delirio de salvador. Creyéndose capaz de salvar a los muertos. 

 

-¡DogDay!- saludan unos niños por las ventanas del salón al pasillo. 

 

Su piel se erizo al voltear y compruebe que ese perro estaba fuera de los salones, saludando a todos desde los pasillos. 

 

En este tiempo la escuela no puede contenerlo más que agachado, saludando a todos los menores incluso si su cabeza debe bajarla para ver por las ventanas. 

 

-Solo vine a verlos estudiar. - se disculpa moviendo las manos y hablando con esa voz infantil. 

 

La maestra en el escritorio dirige su mirada al pizarrón sin ponerle atención al perro. 

 

La voz de una maestra se escucha por el altavoz de la escuela. 

 

-Le pedimos al señor DogDay que salga de las instalaciones, muchas gracias. – 

 

El perro chasqueo los dedos. 

 

-Otra vez descubierto.- se queja moviendo el puño. -Buenos niños, me comeré sus tareas otro día. – 

 

-¡No DogDay, te la doy ahora! – 

 

Ese perro se fue después de negar y apuntar su sonrisa con el dedo en son de silencio al retirarse. 

 

Theodore suspiro aliviado al ya no verle mas.

 

Desde hace semanas ese perro había estado en la guardería cuidando y metiéndose en cada actividad de los niños. 

 

Lo había visto jugando con los niños más pequeños y con los mayores, al igual comenzó a dar vueltas por el lugar con la supuesta tarea de cuidar que no se perdieran. 

 

¿Cómo se suponía que debían perderse? Este lugar era siempre el mismo, no había cambios desde hacía… años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al salir de la escuela puede verlo, a DogDay, hablando con un trabajador o al menos hacerle un monólogo a un electricista subido en uno de esos andamios. 

 

La curiosidad lo hace acercarse. 

 

-…creo que incluir una bola de espejos podría hacer del lugar mucho más brillante y ahorraría electricidad. – le apunta moviendo las manos. – Como ¡Blin Bling! - canta inclinando el cuerpo con una mano en su mandíbula sonriente. 

 

Theodore no puede verlo por estar en el suelo pero ese trabajador estaba sudando profusamente, ese perro lo ponía demasiado nervioso, casi podía sentirlo encima. Definitivamente prefería cuando estás cosas eran silenciosas. Pediría que lo regresarán a los primeros pisos lo más pronto posible. 

 

Ese perro continuo con sus observaciones pero algo lo distrae haciendo que su cabeza se sacuda junto con las grandes orejas de perro, es Theodore a sus pies. 

 

Ese perro se eriza viéndole directamente y ve su pecho crecer y volver al inicio entre el inhalar y exhalar.

 

Entonces hizo eso. 

 

Su cuerpo pierde ese estilo imbatible y se vuelve serio, astiado y aburrido, un torrente de pensamientos y dudas que se reduce a una mirada penetrante sobre Theodore. 

 

Un sentimiento diferente le recorrió al reconocer la mirada cansina de su amigo y todos esos sentimientos lo hicieron dar un paso adelante para tocarlo. 

 

Deteniéndose sus intenciones al verle apretar los puños, observando a este gran perro mirándole hacia abajo, creando sombras sobre su ser tan profundas que se siente devorado por las fauces perpetuamente abiertas.

 

El miedo es liquido en sus venas al igual que el latido de su corazón se retraso dos saltos, aguantando un grito en el fondo de su pecho con solo quedarse tan quieto que no puede ni hacer una mueca.

 

Dudando en este paralizado acto de cobardes hasta la llamada de un trabajador al perro. 

 

 

El muro entre los monstruos seguirá entre los dos, protegiendo a Theodore hasta que se derrumbe o él mismo lo atraviese. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

                                                                                  ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuanto deseaba advertirle, gritar y llorar en busca del consuelo en manos de su Theodore. Mas el miedo a las consecuencias paralizan sus acciones en un suspiro.  

No solo por lo que podría pasarle a Kickin si lo dejara solo, también es el miedo a que su intervención pueda condenar a Theodore al mismo destino solo por saber algo que no debería.  

DogDay presionó las manos en puños un par de veces antes de irse sin mirar de más al niño que aún lo asustaba, podía sentir su corazón hacerse pedazos mientras latía dentro de su pecho. Tenía tanto miedo de Theodore como la primera vez que lo vio correr a ese mismo lugar oscuro.

 

Su mirada está bloqueada por un guante amarillo. Es Huggy Wuggy, parado a un lado. Debe admitir que siendo más pequeño le era difícil verlos y creyó por mucho tiempo que era porqué eran demasiado grandes, ahora mismo un escalofrío le recorre al procesar el hecho de que el gigante azul era bueno siendo silencioso. 

 

Respecto a la comunicación, no hay forma de hablar con este chico, solo mirarlo para entender lo que dice. 

 

Moviendo esas manos enguantadas.

 

-¿Comer?...- pregunta curiosa. 

 

La pregunta le tomo algo desprevenido y debe hacer memoria sobre lo último que comió. 

 

-No. .. Creo que desde que desperté no he comido nada.- mueve la cabeza interesada. -¿Tu tienes hambre?- pregunta curiosa. No había tenido hambre en meses, de verdad que por mucho tiempo no necesito comer… pero era un monstruo ya no había mucho porque sorprenderse. 

 

Más la reacción del gigante azul es diferente a la que esperaba. 

 

Este se a molestado en sobremanera, completamente ofendido. Moviendo las manos y la cabeza hacia abajo lo interroga como si fuera un mentiroso. 

 

-No tengo hambre, lo siento. – intento ser amable pero solo logra hacerlo enojar un poco más. 

Huggy le dio un piquete con los dedos. Dolió mucho pero su cuerpo no se movió, solamente puede verlo irse después de gruñirle. 

 

DogDay mueve las manos tras su espalda, ansioso siguió su recorrido con la cabeza baja. 

 

-¡DogDay, DogDay, cárgame!-

 

Los niños disfrutan de ser levantados y debería negarse pero los escucha agachandose para levantar a la niña por las axilas. 

-¿Es un avión o una niña muy bonita? – canturrea con la voz infantil. 

La niña comienza a reír moviendo brazos y pies con presteza. 

-¡DogDay! ¡Ya se te dijo que tienes prohibido levantar a los niños!- le reclama una cuidadora. 

Se ve obligado a bajarla lentamente, quedándose en la misma pose medio arrodillado. 

-Lo siento. – le hablo con la voz áspera. 

 

La mujer trago pesado acercándose. 

-Mira, amigo, nos pidieron alertar a la primera que hagas algo fuera de las reglas así que mejor toma mi amabilidad y no lo vuelvas a hacer.- le habla de igual. 

 

DogDay inclina la cabeza y usando la voz aspera le hace una pregunta. 

-¿Y tu cuando sales del trabajo?- tantea el terreno suavemente. 

 

La cuidadora movió la cabeza sonriendo. 

 

-El 13 de febrero, ¿Y tú cuando saldrás?-  

 

-Estamos hablando sobre eso aun. – miente levantándose.-Te agradezco tu ayuda, ¿Podrías no mencionarle que poder contigo a la del bloque 4? Creo que no querrás saber de mí. – 

 

La joven sorprendentemente cubriendo la boca. 

 

-¿Ustedes eran algo?-

 

-Sí, pero creo que no fui tan importante como para que me ayudara a evitar mi estado actual antes de que terminará conmigo. – 

 

-Eso suena muy triste. – 

 

-Me preguntaste si me gustaban los niños.- suspira poniendo las manos en la espalda estirándose totalmente, la sombra de su figura cubrio a la cuidadora. Al menos sabe que con eso nadie notará de que estaban hablando. - Creo que la respuesta es no pero a veces desearía ser uno de nuevo, creo que no hay pasos atrás para mi pero puedo ayudar al futuro, no se como pero algún día lograré ayudar a mi familia. – estiró la mano hacia ella. – No había tenido el lujo de hablar con usted antes, creo que desperdicie mucho tiempo solo pensando en si eras especial, una lástima no darme cuenta de la buena persona que eras, amiga.-

 

La cuidadora a este punto estaba un poco fuera del sistema solar, solo preguntándose que tan alto sería el hombre tras ese traje y como se vería. Tenía una forma de hablar algo romántico… ¿O la estaba seduciendo? ¡¿En el trabajo?!

 

Parte de su fortaleza mental cae solo por el tono de esa voz. 

 

-Es…creo que te entiendo. – intenta hablar pero su voz se quiebra. 

 

Hace meses que no hablaba con un hombre interesado en ella, su cabeza se siente bloqueada después de solo experimentar el contacto masculino en trabajos y familia, esto estaba muy fuera de sus pensamientos sobre este día a cuando despertó en la mañana con aliento de perro muerto. . Su mano se aferra a su boca cubriendo esa inseguridad con la cara roja, seguramente atreves de ese traje seguro no podría sentirlo pero el solo pensar que este hombre se diera cuenta le hacía temblar. 

 

Esa voz le gustaba mucho. 

 

-Tu quieres salir de aquí pronto, ¿Me equivoco? – 

 

-No, en realidad tiene razón pero abandonar este lugar no lo quiero hacer solo. – su voz bajo un decibel volviéndose más roncó . – Quisiera llevarme a quien me importe conmigo. - 

 

La mujer se erizo huyendo sin mirar atrás. 

 

-Te deseo suerte.-fue lo último que dijo mientras huía directamente a Dulce Hogar.

 

DogDay la siguió con la mirada guardando ese detalle que no había tomado en cuenta antes:

 

No todos los trabajadores saben que ellos estaban vivos y mucho menos que eran los niños a los que cuidaban. 

 

Podía hacer algo con esto, solo debía saber el como evitar cualquier error al identificarlos. 

 

-No será fácil. – suspira volviendo a su lugar marcado por las órdenes de científicos. 

 

Observe a los niños ya Dulce Hogar desde la parada del teleférico. 

 

Mira como llegan niños de jugar con Mommy oa los trabajadores que le dan algunas miradas. 

 

-Buenos días. – saluda como le ordenaron hacer. 

 

La cara de los empleados se ponen pálidas y no corresponde el saludo, solo pasan por su lado sin mirarlo. 

 

Ahí va una señal. Los que saben que es un ser vivo lo comparan con el resto y de inmediato se ven perturbas por su diferencia. Los que no saben que este vivo se mueven mucho más emocionados por ver a uno que si habla y no solo los mira y sonríen. 

 

Incluso logró llevarse un saludo físico con un traje qué le choco la mano que había estado estirando. 

 

-Bienvenidos amigos. – los saluda todo el día sin parar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al terminar el día puede y debe regresar a su celda bajo la guía de un científico o un grupo de guardias. 

 

-Señor. – llama al científico que lo dirige esta vez. 

 

El hombre le da una mirada indiferente. 

 

-¿Me permitiría ver a mi compañero?- le pide agachándose al nivel del hombre, usando la voz áspera para ser serio con su petición. 

 

El hombre mira a su reloj de muñeca. 

 

-Te daré veinte minutos, no más, ¿Lo puedes comprender?- le dice esto apuntando al otro camino. 

 

Estas personas lo atarían a la mesa para moverlo de un lado de la fábrica a otro pero en su propio nivel podía moverse libremente o talvez les parecía un ahorro hacerlo moverse por sí mismo. 

 

La celda a la que lo llevan está en su mismo piso al final de otras cuarenta jaulas de concreto, sus oídos podían saber que dentro de cada una habían distintas criaturas que desconocía o como Boxy, solían estar aquí durante las noches. 

 

-Chiken Kickin, apártate de la puerta. – ordena al comunicador fuera de la celda después de tocar un código escondido de DogDay. 

 

La puerta uno se abrió y DogDay la atravesó volteando con una mano arriba. 

 

-Muchas gracias, señor. – le da un agradecimiento con la voz pregrabada. 

 

El científico le mostró la hora en su muñeca antes de que la puerta uno se cerrará y la puerta dos se abrirá. 

 

DogDay suspira viendo las plumas y sangre en las paredes, una maraña roja fue la bienvenida para sus patas denudas. 

 

-Kickin, hola. – saludo al bulto en el fondo de la celda. 

 

El pollo levantó la cabeza, la cual fue reparada pero aun estaba sucia por las lesiones que el mismo pollo se había hecho con la fuerza de sus garras. 

 

-Dog… - murmura rascándose la cabeza. – Dog… ¿Por qué te comportas así con ellos?-cuestiona y se rasca el cuello, llevándose las plumas entre sus dedos.-Da algo de asco. - 

 

DogDay camino hasta su lado, pasando los brazos por su cuerpo, aprovechando que le daba la espalda para atraparlo. 

 

-Si haces lo que yo… podrás entenderlo, es todo. – lo recomienda tomando con curiosidad sus garras, no le importaba si estaban sucias por todo ese desastre que había cometido. – Hasta ahora lo único que has hecho es mostrarles que tienes fuerza, eres veloz y sanas rápido.- apretó el abrazo con fuerza. – No les sigas mostrando nada, por favor, Kickin, se obediente conmigo, piensa en que soy yo quien te ordena aguantar y no ellos. – intenta hacerlo entrar en razón.-No quiero que sigas atrapado en este lugar. - 

 

El pollito le observa revisale las patas, apretando los puños sobre su cabeza. 

 

-DogDay… ya no eres un niño…- sacudió la pierna para librarse. - Ni yo lo soy, ya no sirve de nada que intentes ordenarme qué hacer. – le advierte repitiendo el movimiento para quitarlo de encima. 

 

El perro se fue de bruses para atrás, aplastando sin control bajo sus manos el montón de plumas arrancadas con sangre espesa, el aroma de la mescla sube hasta su rostro. El rechazo le dolio mil veces más que con Boxy, a Kickin lo conoció desde mucho tiempo antes y su valor era incalculable para su vida. 

 

Ser repelido era algo que podía comprender y perdonar, podía seguir adelante y ser paciente. 

 

Si tan solo la sangre y las plumas no apestaran de tal forma. Si tan solo no se hubieran descompuesto con tanta rapidez. 

 

 Reviviendo un horror de su pasado. 

 

Una calle sucia llena de basura y gusanos, un lugar sin una pizca de luz solar y los restos de una buena persona cansada del dolor de vivir. Reduciendo un rostro amable a una masa de hueso y carne estampadas en paredes llenas de graffitis y cerveza . 

 

No . 

 

De inmediato sus sentidos se despertarán como si acabarán de sacar la cabeza del agua. 

 

Levantándose del suelo encaro al ave desde arriba, cambiando su puerta completamente al pisar entre las rodillas de su amigo para poner las manos en la pared. Encaradolo en esa posición no le dejo ningún modo de huida. 

 

Un gruñido instintivo y animal escapado de parte de su amigo, sin intimidarse en lo más mínimo recuerda no ser un enemigo lo ue enfrenta. 

 

-El comportarme como lo hago, es importante, Kickin, puedes odiarme pero solo quiero que estés bien.- le afronta primero con lo más cercano a sus intenciones-Debes escucharme… si eres rebelde te harán nugget. – le comparte por última vez la amenaza implícita en cada ladrillo de esta fábrica. 

 

Kickin no soportó esa parte, la de la pepita, reventando un foco el grito que escapó de la boca/pico qué le dio. 

 

Las orejas de perro se sacuden sin cambiar de posición. Incluso cuando el ave se gira para esquivar sus ojos. 

 

-No te burles de mi… - bufa observando los cinco dedos de DogDay. – No se porque, Dog… pero siento que sigues dormido. – 

 

El perro movió la cabeza lentamente, mirando directamente la cámara de la celda por encima de los dos. 

 

-Tal vez lo estoy. - suspiro. - Ahora levántate, no me obliga a rogarte.- 

 

Kickin le dio una mirada, recuperando el color plata de sus pupilas. 

 

-Por favor, ¿Crees que dar una paliza es rogar?- 

 

Quisiera estar en una simple pesadilla.

 

-Si continúas siendo desobediente me estás obligando a partirte en dos, amigo. - le advierte sujetando, para sorpresa del ave, su cuello para levantarlo en alto. 

 

Lo obliga a ponerse de pie y mirarlo sosteniendo su cuello hacia arriba. 

 

-Sabes que te amo, no te empujare al camino equivocado, amigo. - le asegura bajando la cabeza para encontrar sus rostros.-Te cuidare, lo prometo. - 

 

La oscuridad en esas rendijas negras comienzan a cambiar con el resplandor de las pupilas qué parecen despertar con su contacto. 

 

-Aún eres importante, Kickin.- le asegura dejando ir su cuello para tomarle ambas mejillas, llevando la caricia a su nuca. - Te necesitó, por favor, vuelve conmigo, ¿Qué se supone que haga sin ti? - 

 

Esa advertencia se queda en la oscuridad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El movimiento por primera vez fue tan doloroso como recargar el peso en una pierna rota, excepto porque esta vez el dolor viene de todo el cuerpo. 

 

Sus manos duelen y es pesado, necesita aspirar varias veces antes de llevarse las manos al rostro. 

 

-¡Khg!- apretó las mandíbulas sintiendo el interior de la boca igual a la tierra suelta, tan seco que debe salivar pero es malo, su garganta se llena en un segundo con su saliva. Gira escupiendo sobre el suelo con un grito en su pecho. 

 

-Dios… - escupe poniendo las manos en el suelo al sentirse caer de frente. 

 

Sus ojos se abren demás al ver la forma de sus dedos o sus casi nada de dedos. 

 

Levanto la espalda quedando de rodillas para mirar los muñones en sus extremidades. Los mueve y choca escuchando la dureza de estos al toparse. 

 

-¿Qué me pasa?- se pregunta y de inmediato se lleva los muñones parecidos a patas a su garganta. Es increíblemente grande, es tan grande que su voz parece tronar como rocas contra el metal. – Ayuda… - murmura arrastrándose hacia la pared. - ¡¡Ayuda, por favor, ayúdenme!! – grita agarrándose la cabeza, ahí descubre las probóscide que cuelga de su rostro, esta se mueve sin control apretando sus propias mejillas. El asco sube por su estómago como bilis, desperdiciando gran parte de sí en sus propias piernas dobladas. Gritando entre las arcadas sus voces, una infantil y esa voz tronadora se vuelven un desastre entre lamentos roncos. Limpia su rostro con las patas qué serán muñones. 

 

Entre los sollozos en este cuarto tan fuertemente iluminado nota sus piernas tan gruesas como pilares. 

 

-¡¡¿Dónde estoy?!!- intenta encogerse pero su tamaño no lo permite, gritando entre sollozos se cubre los ojos intentando perderse de una vez.-¡¡Mamá!!-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuera de la celda un científico observa la crisis del experimento tres. 

 

-Esta de camino a un paro cardiaco. – informa midiendo los latidos del corazón del elefante.

 

-No se preocupen, no morirá incluso si se detiene su corazón. – le recuerda un hombre inclinado sobre las lecturas cardíacas que la computadora comparte con sonidos robóticos, pero ese sonido era mucho más útil que los gritos de miedo en la celda, siendo silenciados al cancelar la línea dentro de la celda. 

 

Los especialistas revisan las medidas de cada aspecto marcado en pantalla y las notas al papel del experimento anterior.

 

-No entiendo, solo Mommy como Huggy tuvieron estos arrebatos, ¿Porqué nuestro DogDay no reaccionó igual?- cuestiona tras comprobar el mismo salto cardíaco del perro pero el estado descrito sobre el comportamiento de esta era mucho mejor, casi un prodigio en lo que a La adaptación se podría esperar.  

 

Obedeció ordenes a la primera llamada, respondía a su nombre, gobernaba sus emociones y no intento defenderse en los estudios de sensibilidad y regeneración. Además de demostrar su obediencia cuando pudo asesinar a todo el equipo médico. 

 

-Creo que eso solo Montero, de psicología, nos lo podría responder. - unta un doctor en susurros.

 

Fue unánime y silencioso el consenso de abstenerse a volver a traer al departamento de psicoanálisis a sus terrenos. 

 

-El consumo de alimentos es definitivamente menor pero también es un rebelde demasiado obediente. – interviene otro especialista.-La medida de actividad de órganos en este espécimen es mucho menor a la de DogDay ,su cuerpo parece ser superior en la autosostenibilidad.-

 

-Mucho mejor que el pollo.-

 

-Debe ser por la forma en la que se moldearon sus cuerpos.-

 

-¿Deberíamos volver al procedimiento de esterilización en los siguientes experimentos?- pregunta un médico observando las lecturas.

 

-No. El consumo de alimentos es uno de los puntos a mejorar. – mira de vuelta al elefante de la celda.-El comportamiento de Kickin fue mucho mejor una vez lo encararon con el elemento conocido, ¿No marca eso sus notas, doctora?- le cuestiona a la medico en jefe.

 

-Definitivamente… el plantarle desde antes los roles de cada uno fue un movimiento correcto, aun en sus nuevos cuerpos la predisposición a la sumisión es la manera correcta de manejar a los niños.-

 

-¿Cuáles niños?- la reta sin girarse a verla.

 

La doctora tosió falsamente, aclarando la garganta con un carraspeo nervioso. 

 

-Los experimentos y la conducta predispuesta a la dependencia a un líder colocado por nuestras decisiones a hecho un cambio abismal a comparación de los elementos de libre desarrollo de Dulce Hogar. – 

 

-El caso es que debemos intentar que DogDay nos respete antes de ponerlo en contacto con un grupo capaz de herir a los trabajadores, niños o a otros experimentos. – aclara un medico pasando la vigilancia a la de el recién llegado perro naranja.-Su comportamiento con trabajadores y niños puede ser una bomba de tiempo.-

 

El jefe de innovación comienza a reír , haciendo que cada persona en la habitación deba repensar sus anteriores acciones y palabras.

 

-Señor…-

 

-El perro guardián es mucho más leal cuando la correa está floja, ¿No a tenido perros antes, doctora?- le pregunta con cierta burla. 

 

Aquella intenta sostener una expresión indiferente a la burla.

 

-Soy más de gatos…- suspira mirando al perro que se hecha de costado en el suelo de la celda , sujetando en sus hombros la sabana que le habían entregado.-Pienso que un perro con correa floja es un peligro no importa la situación o ambiente. – le recalca golpeando con los dedos el borde de la mesa de control.

 

-Eso es verdad. Cuando se trata de animales no se es nunca lo suficientemente, en cuanto la seguridad pero , Doctora , usted parece olvidar que estos no son perros reales, sino personas a las que tus manos condenaron a estar dentro de monstruos hechos de plástico y su propia carne.- le apunta con un lapicero viejo.-Se les debe tratar como propiedad de la compañía pero también pienso que olvidó porque los creamos.-

 

-Son niñeros de gran tamaño , ¿No es eso , Señor?-

 

-No , claro que no , idiota.- le mira como si fuera el elemento mas estúpido de toda la fabrica y no lo fuera el conejo que vive sus días colgado de la espalda en un juego de memoria para la que lo programaron recordar antes que de respirar. 

 

-Discúlpese ahora mismo.- exigió sin retroceder .

 

-Bueno, te lo explico. Hay al menos noventa toneladas de monstruos haya abajo y hay otras cuatro sobre nuestras cabezas, y si lo olvidaste estoy seguro de que no tienes lo que se necesita para el mundo real. ¿Ya olvidaste que a tu asistente el primer Catnap lo abrió como a un pez? Y no recordemos las escapadas de Huggy, Mommy ya le comió la mano a dos empleados.- Sus voces y canas no hacen que escuche su regaño se haga más cómodo.- Esta línea no sería segura si fueran simples niños, estos monstruos serán nuestros guardias. en el infierno. Debemos ganarnos la lealtad de ellos y ser capaces de matarlos tan pronto como se rebelan.-

 

-Eso no estaba en las notas.-

 

-No necesitas notas para saber la función de lo que fabrica, esas son estupideces que afirmas en el juzgado. Tu ahora mismo estás trabajando en las únicas criaturas que te protegerán de una tonelada de carne con dientes que intenta tirar una puerta para comerte la cara.

 

-Entonces…¿No deberíamos mejor invertir en armas?-

 

-Las armas atraerían la atención de un gobierno que las hace legales pero no soportaría que un montón de armas estuvieran cerca de mil niños.-

 

 -Es…una última, señor.- murmura el médico en la maquina de signos.

 

-Incluso si es difícil para ustedes deberán ser amables con estas cosas.- mira a la pantalla, brillando sus pupilas ante el reflejo del elefante sacudiendo la cabeza en su celda. - El procedimiento usado en estas criaturas deberá decirnos por si mismo a que alcance puede llegar. - 

 

-Creo que no será demasido distinto a CatBee, ella es sutil pero obediente. - 

 

-Me refiero a los rasgos que deberían ser dominantes en cada uno. - 

 

-¿Cómo el líder?- sonríen divertidos por la broma.-El perro es un completo pasivo, no parece ser un líder. - 

 

-Veremos si es verdad... Si puede mantener a raya a las seis criaturas, como cuando eran humanos o... si decidirán matarlo cuando s atrev a darles órdenes. - 

 

-También podría empujarlo en nuestra contra, ¿No te parece lógico, Laura?- 

 

el rencor por ser ignorada por su propio equipo es lo que le hace responder a ese mísero asistente. 

 

-¿Te exita pensar en un perro te dándote por donde sabes?-

 

No esperaban esa respuesta. 

 

Logrando hacer sonreír a algunos. 

 

-Bueno, ¿Qué mal puede hacer ese perro o los otros?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Uno de los dos guardias en la habitación baja la mirada pensativa.

 

Recordaba a esa niña apuñalando a su compañero, la recordaba bien y ahora su humor empeoraba sabiendo cual seria el destino de esa estupida niña.

-Creo que deberá pensar mejor en los que eligen para ser los experimentos.- dice en voz baja a su compañero, en eso nota la cara de este. Decidió ignorarle y mirar al frente como debía hacer desde el principio.

Ver a un tipo grande llorar no era lo más cómodo para nadie.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bajo un cielo sin estrellas y una gran luna, suceden interacciones entre el dinero y el fin de una década de pérdidas en nombre de la guerra. 

Sobre La Guardería, la estación de juegos o incluso sobre las puertas de el horror. 

 

Solo había una fiesta. 

 

 

 

 

 

Hoy las primeras pruebas para los nuevos módulos eléctricos serán hechos en bodegas superiores.

 

Pruebas montadas como un espectáculo para asistentes y algunos inversionistas de élite. 

 

Todo fuera de la fábrica donde se podía ver el bosque sacudido por el viento de una futura primavera, volando insectos por encima de los trabajadores y la noche de una luna llena bañando sus cuerpos indiferentes.

 

Las polillas llegan a morir a las trampas eléctricas puestas en las tiendas blancas. 

 

-Señor, del primer paso, por favor.-

 

Debe recordar que es a él a quien le hablaban.

 

Habían pasado varios días desde que vio a esa niña en la zona eléctrica. Hoy se pregunta lo que habrá pasado con ella en esa zona de la fábrica. 

 

La culpa es difícil de contener en su estómago.

 

-Mi procedimiento de conexión por partes esta planeada para evitar las sobrecargas o idas eléctricas que han dañado el equipo de la fabrica desde su fundación.- declara mostrando la caja que fabrica.-Esta es una batería móvil recargable por tiempo, en desuso, conectable y adaptable a cualquier planta con la conexión negativa que mi mismo implemento contiene en diseño base.-

 

-Planeas que nuestro gran avance sea cargar con una batería de carro en la mochila. - 

 

-En base es así, así que puede escuchar el resto o despedirme con mi indemnización por despido injustificado. –

 

El inversionista para nada esperaba tal respuesta de parte de uno de los eslabones más bajos de una compañía.

 

-Es tan cómico, me encantan tus agallas, Henry. – se burla a desde su asiento el señor Ludwick. 

 

-Ese chico necesita un poco de modales. – 

 

-Es algo vergonzoso decirlo por mi mismo pero el joven Henry es uno de nuestros primeros niños, él fue adoptado bajo nuestra ala y después entregado a padres amorosos. Más temo que gran parte de su carácter se forma en nuestras instalaciones.–

 

-Es una suerte que hayamos conseguido donativos para mejorar la educación de nuestros niños. - 

 

Mientras delatan los secretos sobre su vida su mirada se desvío al centro del campamento elegante y la parca blanca que se eleva sobre sus cabezas, a un centro de fiesta que sostiene las cuerdas de adornos igual a un gran candelabro de peluche o un oso disecado. en el bar de algún rincón olvidado. 

 

Ese gigante azul es usado como pilar y espectáculo para los hijos de los inversionistas, visitantes y algunos curiosos que deseaban visitar el territorio del millonario con un supuesto complejo de Santa Claus. Es visible el estado en el que se encontraba el gigante, hambriento. 

 

-Puedes continuar con tu presentación, Henry. – lo llama Ludwick sonriente. 

 

-Esto.- exclama revisando su mochila. – Esta es la conexión entre los circuitos no directos que planteo serían el futuro de la fábrica. – saco un objeto que hace reír a más de uno de una sola vez:

 

Una mano de goma. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Su presentación terminó dejando a más de uno de esos millonarios con la cara roja por la risa y el alcohol, caminando hasta sentarse junto a los pies de Huggy. Su cabeza se recarga en la pierna suave y cálida. Observando a los niños que cansados ​​van a brazos de sus padres después de haber jugado alrededor del gigante. 

 

-Lo siento. – suspira llevándose una copa rebalsada de licor a los labios.-Recuerdo que odias dormir tarde. – da una mirada a la mesa más cercana llena de comida ignorada por el licor. 

 

 

 

 

 

 

 

 

A unos metros solo una niña demasiado pequeña en los brazos de su padre puede ver por encima de los hombros de este, el como ese gigante se movió robando del plato de un joven una pieza dorada de filete. 

 

-¡¡Wuggy, ven, Wuggy ven!!.- avisa sonriendo y tirándole del cabello a su padre para que mire. 

 

-Si, si, ya lo vi. – exclama aguantando el tirón sin dejar de escuchar al anciano que le hablaba sobre lo poco inteligente que era invertir en esa compañía en agonía de Microsoft. 

 

 

 

 

 

El joven observa a esa niña volverse loca mientras levanta otra copa de licor sin apartarse del gigante azul lo que resto de la noche. 

 

El estar cerca de Huggy era mucho más importante que su propia alma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para el perro de peluche esta noche es deprimente. No le permitieron dormir junto a Kickin. 

Con la noche más larga llegan las pesadillas. 

Con las pesadillas el sueño es imposible de conciliar. 

-Estoy a punto de volverme loco. – suspira girándose boca arriba sobre la sabana qué le habían otorgado con tanta amabilidad. 

Aun es hora de estar en la celda, debía soportar un poco más antes de que le permitieran salir de las jaulas. 

-¿Aun no odias a nadie ? -

Talvez imagino esa voz y solo se lo estaba preguntando a sí mismo otra vez. 

 

-Quiero ver a mis amigos a salvo. – es sincero. 

 

Solo quería que dejaran salir a Kickin para ambos sacar a sus amigos. 

 

El podría quedarse atrás y Kickin cargarlos, podría hacerlo si eran dos. 

 

En la superficie habían carritos, incluso podrían usar el tren para escapar y si se dividen las tareas, habría una posibilidad. Lo sabía. Pueden hacerlo, solo necesita que dejen salir a Kickin. 

 

No hay otra voz esta vez solo son sus pensamientos… aunque bien pudo ser la bocina. 

 

Observe el altavoz en la esquina más alta de la celda.

 

Será un problema si comienzan a intentar enloquecerlo hablándole de esta forma cuando este distraído. 

 

Deberá encontrar forma de mantenerse acorde si llegaba a ese punto. 

 

Una persona normal no pensaría esto solo daría a por hecho que debería preguntar a alguien y luego ver que pasa. No, este chico pensó como lo haría uno de los tantos personajes de películas y series de acción que vio desde muy pequeño. 

 

Lo pensé mucho y decidí que por ahora usaría esta cobija para mantenerse distraído contando los hilos por el resto de su vida. 

 

-Estoy despierto…– suspira volviendo a voltearse de frente a la pared.-Hace mucho desperté. - 

 

Se sabía despierto. Estaba despierto. 

 

¿A que se refería Kickin? Estaba despierto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Horas después su descanso fue interrumpido una hora antes de ser llevado a La Guarderia. 

 

-DogDay, ponte de pie. – 

 

Escucho la voz a través de la bocina, obedece recargándose en la pared para estabilizarse al sentirse algo perdido. 

 

Las puertas se abrieron frente a él. 

 

-Debes escuchar muy bien lo que te diremos. – le advierte un guardia con un arma en manos. 

 

DogDay se acuclillo para escuchar muy de cerca lo que le dirían. 

 

Este guardia apretó el gatillo y el seguro con mayor disimulo posible, más las orejas del perro se erizaron con el pequeño CLICK qué se escucho. 

 

-Te llevaremos con un experimento de actitud violenta y tu deberás averiguar si es estable o no. – le comparte el objetivo de su salida temprana, cargando con un aspecto incrédulo. Seguro era el único entre todos sus compañeros que haya pensado que usar al recientemente creado DogDay no era buena idea.

 

DogDay siente una premonición dolorosa en las puntas de los dedos de cada mano. 

 

-Ya veo, esta bien. – le responde con la voz áspera, debe ser serio por ahora, aunque de hecho esta algo asustado. Ojalá su valor hubiera madurado como su voz para resistir el miedo que lo sacude. 

 

-Ven con nosotros.- ordena iniciando el camino varios pasos por delante de DogDay. 

 

El pasillo de las habitaciones por las que pasan es mucho más profundo que el de su celda, internándose en un ala del mismo piso con seguridad de códigos qué se le ocultan con la espalda del guardia. 

 

Una parte fantasiosa de DogDay lo hace pensar que si recordar el sonido de cada tecla, podría, y solo podría como una fantasía, repetir el código. 

 

Debe dejar de lado su tendencia a memorizar detalles, por ahora solo debería concentrarse en lo que pasaría si fallaba esta tarea. ¿La licuadora? ¿Una hora de electricidad? ¿Lo quemarían con otro láser? Descubrir que habían máquinas láser reales no fue tan emocionante una vez le marcaron el logro de la compañía bajo la oreja. 

 

DogDay es un niño, no quiere olvidarlo y el miedo es una forma de recordarlo. Estaba asustado por fallar y ser castigado, tanto así que su cabeza se siente pesada, quisiera hacer cualquier cosa antes de seguirlo pero…pero si lo hace no sabría como afectaría a su amigo.

 

¿Le harían las mismas pruebas a Kickin? Sería su culpa, sería como si el mismo lo atara a la mesa.

 

Un escalofrío le recorre al notar que este guardia estuvo hablando desde algún paso atrás del camino. 

 

-Lo siento, no escuche lo que decía señor.- da una disculpa ansiosa aunque su voz no puede mostrar que tanto le preocupaba lo que se perdió.-¿Podría repetirlo, por favor?- le pidió juntando las manos frente al guardia en un puño. 

 

Sus movimientos fueron sorpresivos, así como inesperados para el hombre armado. Tuvo que retroceder para mantener la distancia pues el perro en menos de un parpadeo lo había superado y se había colocado al frente de él.

 

-Tú… - aprieta el arma en sus manos. –Ya no eres un niño, más vale que te comportes como un hombre y pongas atención.- suelta sin miramientos dicha reprimenda. -Cuanto antes entiendas que esta es tu vida desde ahora, mejor serán las cosas para ti. – 

 

DogDay mueve los hombros de arriba abajo sin ocultar cuanto lo incomodaba lo que este hombre decía, dejando caer en el suelo parte del pelaje qué arranca del dorso de su mano. 

 

-Gracias, entonces. – limito su respuesta a eso. Los pensamientos se amotinan en un hilo de reproche y enojo, odiando hasta el simple hoyuelo en el rostro de este guardia.-Espero que sepas que en cuanto me den permiso te voy agarrar por el culo y te jodere hasta que llores, puta. – le confiesa esa parte violenta de sí. 

 

Sin haberlo pensado dejo salir algo que debía quedarse en su interior. Esa advertencia que necesitaba mantener en su cabeza salió en vez de un “Entendido, señor”  ¡Era tan sencillo ser imbecil! 

Difícil sería recuperar su imagen co ese guardia ahora consciente de que su lenguaje incluía ciertas palabras. 

 

El guardia se giro a verlo al mismo tiempo que las puertas se abren y es mas que obvio que se metió en esa sala antes que permitirse ser intervenido por su atrevimiento, pisando fuerte al internarse en la oscuridad y mirando al frente en vez de mirar atrás al guardia. 

Perdiendo la oportunidad de ver a cada trabajador de paso dejar caer la mandíbula al suelo. 

 

A entrar. 

 

En un segundo las luces de la habitación se encienden al centro, rebelando la presencia de un gran juguete de dos metros de alto, verde y con un aspecto igual a un árbol torcido con extremidades grandes que se estiran libremente a los costados de un rostro a alegre, batiendose levemente de un lado a otro. Incluso tenía unas extremidades inferiores parecidas a piernas extremadamente delgadas, puedes ver claramente como el talón se levanta tan disimuladamente qué no podrías notar que se mueve de no poder ver esas caderas redondas moverse con el vaivén. 

 

El silencio inquietante lo hace retroceder hasta chocar su espalda con la puerta recién cerrada.

 

Esta flor alegre lo mira directamente, no hay pensamientos legibles en esos ojos gigantes. 

 

-Daysi… - suspira el nombre de la flor y el recuerdo de esta en sus primeros días en La Guardería, era aterradora y hoy no era diferente a ese día. 

 

Ese movimiento ocular silencioso que lo hacía querer correr y enterrarse, un sentimiento de persecución qué le obliga a plantarse en el piso como si estuviera viendo a un loco violento. 

 

Durante este silencioso contacto visual su mente le advierte de algo que había ignorado al hundirse en el pasado. 

 

Daysi se esta preparando para correr. 

 

El reconocimiento llegó a la cima de su cerebro un segundo después de que sus piernas lo hubieran disparado cuál resorte a otra punta de la celda, aferrándose con el mismo impulso inicial a la pared con las manos qué entierra a base de fuerza bruta en el muro. 

 

Mira atrás girando la cabeza lo mas posible al estar de espaldas por la forma en la que salto. 

 

Esa flor a enterrado ambas hojas, que usa como manos, en la misma zona qué estaría su pecho, clavándose en el concreto igual a cuchillos en la tierra. 

 

DogDay midió el espacio con una mirada rápida, comprobando que a distancia entre ellos era mucho menos a una cancha de béisbol, estaba casi arrinconado y si planeaba correr de un lado a otro cual rata en cubeta no lograría nada más que verso atrapado por su gran tamaño. 

 

-Daysi.- la llamo nerviosa al avanzar hacia ella mientras aún estaba desclavando sus hojas del concreto. 

 

Esa sonrisa era tan inquietante como el mismo desastre mental que le gritaba qué encontrará alguna forma de huir y no se acercara, como la otra parte que le recuerda que sus órdenes eran averiguar si era posible que esta criatura se reintegrara en las actividades de la compañía. . 

 

Muchas cosas para un niño. 

 

Aunque se supone que ya no era un niño. 

 

-¡¡Aaahhhh!!-

 

Retrocedió volviendo al mundo con ese alarido. 

 

Esa flor se arranca una hoja al tirar con demasiada fuerza. 

 

-¡¿Crees que no se quién eres?!-comenzó a gritarle viniendo hacia él. - ¡¡El maldito perro guardián de esta gente, tú, tú ¿Crees que somos iguales?!!- salto de tal forma que su última hoja llega a enterrar en el centro del sol de su collar. 

El chico naranja no es ningún guardián ni era diferente de Daisy pero ella no puede verlo. Ya no puede ver nada fuera de todo su odio. 

DogDay puede separarla. Es alarmante lo fácil que es librarse de su ataque. 

 

-¡Ellos quieren saber si seguir puedes adelante! ¡Solo quiero que me digas que puedes seguir adelante!- le sacude por el brazo que sostiene. - ¡¿Puedes ayudarme a salvarte?!- su voz es áspera y solo puede gritarle como filtro para sí. Esta flor era ligera y fuerte, sus patada rasguñando el pelaje naranja igual a las garras de un felino pero la sangre que escapa es simplemente un río carmín. Este jaleo los lleva a chocar contra un muro, marcando la pared gris con la sangre de ambos. 

 

-¿Estás loco?- pregunta la flor en su agarre, parecía estar tan sorprendida por sus palabras que incluso detuvo su pelea.-Ellos me hicieron así, ¡¿No has abierto los ojos, tonto?!-

 

DogDay sacudió su brazo quitándose de encima la flor con un lanzamiento lo suficientemente fuerte como para hacer que se marcarán los pétalos estáticos en la pared. 

 

Reviso su torso rasguñado por las patas de esta criatura. Dolía tanto que necesitó unos minutos para superar el dolor y volver a pararse. 

 

-¡Sólo tienes que mirarte, te ves ridículo!- le grita desde una distancia segura.-¡¡Eres un tipo miserable y patético!! - 

 

DogDay limpia su mano llena de su propia sangre en la pared, el dolor esta tan presente como el resentimiento que debía guardar.  

 

-Cállate.- intenta tranquilizarse, mirando la sangre en sus patas, era raro ver esos pies grandes y felpudos, lo suficiente como para olvidar que tal vez no era un niño tan feo.-No soy... Nada de eso. - 

 

Antes tenía cinco dedos con uñas, y sus ojos no eran de este color tan inquietante.

 

Era un chico bajo que podía ir y venir con sus amigos, ¿Era un monstruo que mereciera ser convertido en un muñeco de felpa gigante? 

 

-¡¡Me encerraron por culpa de esos idiotas llorones!! ¡¿Cómo es esto justo?! ¡¡¿Por qué estoy pagando por esos idiotas?!!- sus chillidos tridentes sacuden esos pétalos como si fuera el fin de un delirio ahogado en sombras.

 

DogDay le observa pensando en ese día y como esa flor hizo llorar a Bobby. 

 

-Eras grosero, le hiciste bromas pesadas a mis amigos y te enojaste cuando te pedimos que pararas.- lo rememora en voz alta. – Le tiraste del vestido a mi amiga y querías que los niños se rieran de ella, no fue-

 

-¿Tus amigos?- 

 

En solo un parpadeo esa flor llegó a su encuentro chocando sus rostros sonrientes y con ello el deje de locura que la voz chillona de la flor dejaba salir. 

 

El perro naranja se mantuvo estático en ese pequeño instante de tensión cargada en rabia. 

 

-Si.- murmura exhalando una gran bocanada.-Mis amigos. – 

 

La flor estalló con un chillido agudo, cambiando a un bramido gutural con la gran intención de apuñalarlo. 

 

DogDay la pateo con ambas patas, subiendo por la pared con las manos sin dejar de mirar a la flor retorcerse de dolor en el piso. 

 

-¡¡Me están matando de hambre porque no se rieron conmigo!! ¡Solo tenían que reír, ¿Porqué no reían?!- lo pregunta buscándolo a su alrededor pero no lo encuentra, levantando la mirada en un movimiento rápido hallando al perro gigante trepado en el techo. -¡Pues si que te mereces haber terminado así, maldito loco!- brama pisando el suelo con fuerza. 

 

-No es así… - susurra mirándole. – Yo… no creo que fueras bueno desde el inicio. – mira como trepa en su búsqueda y es mucho mejor que el en ello gracias a sus afiladas hojas. El techo no es refugio, el suelo no les da distancia suficiente ni hay como hablar si esa flor no lo quiere escuchar. 

 

¿No lo puede convencer? ¿Qué estaba haciendo mal? 

 

-Ellos no te dejaran salir si continuas lastimando a todos los que tienen que hablar contigo.– lo intenta de nuevo, apartándose a cada ataque de la flor que se ve reducida a solo una cuchilla por vez. – Escúchame, quiero que salgas de aquí conmigo, por favor. – es difícil mantenerse arriba cuando no tiene garras con las que mantenerse fijo y sus patas terminan colgando dejando el peso en sus brazos.-¡Solo escúchame, maldición!- debe evitar un corte pateándola directamente en la cara, más en ese movimiento la flor logra morderlo, tirando de su piel con un solo mordisco. 

 

DogDay se soltó del techo cayendo junto con la flor al suelo sacudiendo los muros con su peso y la fuerza de la caída. Debe usar los dos brazos para detenerle por los pétalos cuando la flor decidió atacarlo de frente. 

 

-¡¡Ya me comí a tres personas, a ti no te dejaré ni las orejas, perro de porquería!!- amenaza dando un golpe con su hoja sobre su pecho abriendo la piel ya herida con tal brutalidad que la sangre volvió sus pétalos de un brillante carmín. 

 

DogDay esta vez no pudo contener el dolor, gritando y empujándolo con todas sus fuerzas contra un muro. El dolor no para, la hoja se enterró de tal forma que era imposible liberarse y esa flor lo sabia, mordiendo su brazo extendido sin soltarlo. 

 

La luz sobre sus cabezas ya no era blanca entre las salpicaduras, ahora estaban sumidos en rojo y amarillo, un entorno asfixiante en esta habitación llena de gritos y dolor. 

 

El amarillo de la luz estaba acabando con la determinación de DogDay.

 

El dolor llega a sus nervios exactamente cuando la Daysi comenzó a reír. 

 

Era suficiente. No tenía más paciencia para este chico. 

 

-Te lo advertí. – le dice DogDay girándose para acorralarle. 

 

 “¿Hambre?” 

 

No lo hizo. 

 

No se comió a la flor. 

 

La golpeó con su puño una sola vez, logrando que esa cabeza se abra en un solo charco de merengue rojo que da vida con su color a la habitación. Su boca salivo tanto que necesito limpiarse al levantarse y dejar ese cuerpo en el suelo. 

 

-Lo siento, debiste escucharme. – intenta disculparse.

 

Aunque más de una ola de culpa hace que quiera llorar sin resultados. 

 

¿Y si lo hubiera sabido? Podría haber jugado, aguantado las bromas pesadas de Daysi. Pudo haber ayudado a la flor, pudo haber hecho tanto… pero solo pensó en proteger a sus amigos de la matona que creía que hacer llorar a una niña pequeña era la epitome de la comedia.  

 

El pudo haber terminado igual. Si tan solo un niño se asustara, si tan solo se equivocaba una vez… 

 

La puerta a su espalda sigue cerrada. 

 

-Daysi. – la llama mirando el cerebro esparcido por el suelo. 

 

Era un mocoso mimado o solo muy estúpido para pensar que podría convencer a la flor. Creer que alguien que a sido menospreciado y encerrado podría ser capaz de perdonar y obedecer. 

 

Él era el raro, él era quien seguía en un sueño y no despertaba aún. 

 

¿Entonces sentir esta claridad mental era normal o estaba loco? 

¿Algo de él aún es su propio yo? 

 

-Quiero salir. – pidió acercándose a la puerta. 

 

Era posible que lo dejaran aquí. Que el próximo que entrará lo encontrará loco y lo matara. Tal vez incluso nunca se abra la puerta y solo pueda quedarse hasta pudrirse solo. 

 

Porque siempre supo que no era un niño normal, siempre se sintió atrapado pero era la verdad. 

 

Dejo de ser un niño hace mucho y ahora era un monstruo capaz de hacer más daño que bien. 

 

La puerta se abrió, dando un paso atrás observa a los médicos afuera con unas miradas impresionada en su dirección. 

 

-¿Lo hice bien?- pregunta agachándose para que lo revisaran. 

 

Un científico se abre paso entre los médicos. 

 

-¿Porqué no te comiste a Daisy?- le cuestiona directamente. 

 

DogDay rasca su nuca bajando la mirada. 

 

-Prefiero los panques de moras.- nota la gran camilla a la que debía subir.-No me corten más.- le pidió directamente al científico parado frente a sí. – Estoy muy cansado, por favor. – 

 

La cara del hombre se vuelve sombría. 

 

-No puedes volver a la guardería así. – le advierte. – Los demás sabrán lo que hiciste, DogDay. – 

 

Debe mirar al suelo pensando su siguiente respuesta. Después de todo lo que paso y su situación actual, esa pelea y Huggy Wuggy enojado con él. 

 

Aquella reunión con los otros experimentos y sus amigos en las jaulas. 

 

-¿Ustedes quieren que lo mantenga como nuestro secreto?- le pregunta moviendo la mano de apuntar al hombre a su nuevo rostro. 

 

La sangre sobre el perro se perdía dentro del pelaje pero la que continuaba cayendo parecía infinita, una sombra profunda que lo hace parecer una alucinación para todos. 

 

-No es necesario. – lo niega a girarse.-Si puedes caminar, hazlo y sigue a los médicos a que te cierren las heridas. - 

 

-¿Entonces si lo hice bien?- 

 

Debes mirar de nuevo al perro. Darse cuenta de esa cola sacudiéndose en su espalda al igual de la forma en la que esos hombros se tensan y aprieta los puños. 

 

A este punto hace muchos años que dejo de ver a los productos de la guardería como los resultados de malas decisiones de adictos, fracasados ​​y cargas de muertos que solo dejaron esas masas chillonas de carne a carga del estado. Algo como un niño solo era reconocible cuando era parte de una familia correctamente formada y guiada por las bases de una norma de lo que es un ser humano. Entonces ver actitudes de un niño ansioso por su reconocimiento por parte de una de sus grandes creaciones fue tan emocionante que necesitaba apretar el bolígrafo en su bolsillo para no burlarse a carcajadas del experimento. 

Si tan solo esa mujer no estuviera alerta a cualquiera de sus acciones. 

 

-Sí, DogDay lo hizo bien. – le felicita con una sonrisa que suele guardar para sus empleados. 

 

El perro se ve satisfecho y esa cola se agita aún más rápido que antes. 

 

Una gran parte del ego de este hombre se alivia con la simple alegría de esta mascota. Sigue su camino dejando que los de menor nivel atiendan las heridas del perro. 

 

-Vamos DogDay, si quieres trabajar hoy deberás estar listo antes de la primera llamada. – 

 

No vera como esa cola se detiene una vez se da vuelta ni como esos iris de plata se oscurecen sin perderle de vista. Lo ve cojear. 

 

Asqueado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El científico avanza solo por los pasillos de este piso, dando una mirada a algunas notas colocadas en las puertas durante su recorrido al ascensor. 

 

Use el ascensor para ir al piso inferior. Cada vez le era más una molestia compartir el transporte con la carga que bajaba. En ello comprueba que el siguiente Smiling estaba en el ascensor. 

 

-¿Necesitan eso para contener a una sola niña?- debe darse cuenta del gusto de mofarse de los encargados y el hecho de que la niña estaba atada por las muñecas en una silla. Estaba llorando pero eso no quitaba el que a los guardias les fuera difícil mantener quieta la silla de ruedas ni esa mordaza lograba detener sus gritos totalmente. 

 

-Esta es rebelde. – debe excusarse quien apenas logra mantener quieta la silla. 

 

-Muchos lo son, es bueno que lleven ese impulso a la marcha, evita que se desangre. – acaricia la cabellera revuelta de la niña. – El verde te quedará bien, no lo dudes niña. – le asegura sacudiendo ese cabello rizado y enredado tras días de descuido. 

 

Debe observarla bastante al notar lo sucias que estaban sus mejillas marcadas con lágrimas secas, era deprimente pero era aún más molesto saber que el estado de ánimo podría afectar el resultado tras la cirugía. Odiaba tanto que los niños fueran tan problemáticos, debían iniciar con los elementos femeninos y no permitir que esta saliera de contención. 

 

-Pensé que sería lo contrario. – 

 

-¿Qué cosa?- vuelve a poner atención al guardia. 

 

-La pérdida de sangre en su estado. – 

 

-Al mismo tiempo depende, talvez su miedo la mate más pronto pero también es posible que ese mismo la mantenga viva por mucho más tiempo en respuesta del efecto huida o pelea. – 

 

-¿Cómo en los ataques de osos?-

 

-Es drástico pero posiblemente si. – miro esos ojos fijos en su rostro con terror. – Ser comido vivo es una de las agonía más extensas del cuerpo por la misma necesidad de mantenernos vivos que nuestros cerebros implementan. – 

 

La perversa satisfacción surge de su pecho como alegría infantil al notar ese rostro inocente torcido por el miedo que sacude hasta la médula a un ser tan sincero como una niña de tez tan palidecida y sucia. La miseria misma escala como una sanguijuela, era una lástima que no sea más él quien los operará y le dejarán a una mujer tan blanda y tonta como Laura a cargo de los nuevos juguetes. 

 

 Solo podía satisfacer su necesidad con aquella cosa tiesa, marchita y sin gustar. 

 

Las puertas se abrieron y para el desagrado o sorpresa de los encargados del producto, esta se levantó con un impulso sacado de quien sabe donde para salir de la silla y dar un cabezazo directo a la espalda del científico. 

 

-¡Pelón horrible!- chilla incluso si le cuesta por la mordaza. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más adelante llega a su lugar de investigación arrastrando una pierna por el impacto de esa niña tan resentida y sus viejos huesos adoloridos. 

 

Tomo asiento en su silla, mira su reloj de muñeca y vuelve a sostenerse la espalda baja donde la cabeza de esa mocosa lo impacta. 

 

-Veinte minutos tarde. – mastica la frustración en su boca pues no podría castigar a esa mocosa ni estar en el procedimiento se le permitió. – Debes haberme extrañado, 1006.- se dirige al cristal frente a su asiento. 

 

En este una figura oscura se mantiene paralizada por las cadenas que le recorren. 

 

Solo parte de huesos son visibles tras el cristal. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Pelón horrible … - 

 

 

Notes:

La mención de actividades ilícitas no es tanto una mención.
No comparto esto esperando que lo vean como algo divertido.

Aun así ¿Alguna vez se han preguntado porque existe el queso? Era una bola apestosa y alguien simplemente se lo comió.
Lo que es querer sobrevivir.

Chapter 9

Notes:

Mención de actividades ilícitas en complicidad de menores.
Y sobre todo, autodesprecio.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Tener esa pesadilla despierto, esa sobre su amigo tragado por el perro de peluche y sus manos cercenadas y todo eso que conlleva tener traumas desde hace años con las manos de las personas, vaya que su propia cabeza puede ser una pesada. Eso le dejó algo de molestia. Esforzándose por dormir a la hora correcta comenzó a descansar lo más posible y concentrarse para no volver a caer en el sueño. 

Y sobre el miedo que siente por ese perro… por todo lo que quiere lamerlo. Tanto quisiera saber lo que quiere, porque quiere tanto morderlo y comerlo. 

Probar la vainilla de base a fin, inclusive si se atrae con el recuerdo de una muerte. 

Deseaba tanto comer al perro. Tenerlo en su poder y estrujarlo. 

Hoy decidió quedarse con los bebés para evitar el contacto con el perro. 

 

 

 

 

 

 

Descubra que no es posible tal cosa cuando la voz de la cuidadora se escucha saludando emocionada. 

Porqué incluso si huyo a una habitación donde puede tomar asiento en una pequeña alfombra de Poppy, sostiene un bebé cuyo género desconoce y ayudó a darle la papilla. Todo con tal de sentirse mejor al tener a un pequeño que solo le sonríe cuando le da algo de comer y juega con él. Se ve arrinconado, de forma figurativa, con la presencia de ese gigante y su incapacidad por huir. 

-Buenos días, DogDay. – mueve las manos y su sonrisa torcida se acompaña con ojos abiertos de sobremanera y un fuerte temblor en sus rodillas. 

Theodore debe detener el juego que tenía con el bebé en sus rodillas, dejando que el infante atrape al sonajero con forma de Baby Long Less entre sus pequeñas manos regordetas y lo muere. 

Mirar por encima de su hombro al perro asomado por la ventana con tanta facilidad que no pareciera ser el segundo piso. 

Por fuera podrían ver al perro colgado del alfeizar de ventana y subiendo las patas al techo de la cocina. 

El mismo perro saluda a todos con las dos manos, saltando para mostrarse un poco más a todos.

Afuera se vio como es que casi se cae pero alcanzo a sujetarse y fingir que lo hizo apropósito. 

-DogDay, ¿Qué haces ahí? - pregunta un niño viéndolo desde el suelo de la habitación. 

-Hola niños, estoy buscando a Al que. – les informa y pone sus manos sobre sus ojos como si se cubriera del sol. Cualquier cosa que lo haga sentir menos avergonzado frente a Theodore. 

-¿El que-

-Al que les pregunto. – interrumpió al niño yendo a otra ventana tan rápido como corrieron a lanzarle lo que tuvieran cerca. Eran demasiado pequeños para solo quedarse en sus lugares, así que lo siguen por dentro del edificio, llamándolo después del coraje a ser con el anhelo de hacerlo permanecer con ellos. 

Después de que los niños más pequeños se fueron siguiendo al perro la habitación presumió un bastó silencio. 

Theodore volvió a jugar con el bebé, este le mira y estira los brazos intentando alcanzar el sonajero de en su mano, babeando alguna verborrea qué parece ser bastante extensa y sobre todo interesante, al estar siendo observado por otro bebé en la alfombra qué no suelta. su mordedura de sol. 

Resulta que no es tan malo estar en Dulce Hogar. Podría estar entre buena compañía, como estos niños al ver un poco de televisión, leer o jugar con los niños del segundo bloque. 

Había mucho que hacer cuando un adulto no estaba torturándote con sus miradas y palizas sorpresa, era Dulce Hogar bastante cálido cuando estaba con los demás niños. 

-Esta bien, Theo, puedes ir a almorzar. – parece una liberación pero es una condena al ostracismo pues la cuidadora le toma por las axilas para ponerle de pie y recuperar al bebé. Por suerte Theodore lo abrazo más fuerte en vez de soltarlo, a admirando se por lo fuerte que era la niñera del bloque infantil. 

-Yo me encargo de estos pequeños.– le dicta al tener de vuelta al bebé. 

-Puedo ayudar. – da un intento por quedarse un poco más. 

-No, ahora ve a comer y ver algo de televisión en lo que pasa la hora de dormir. – 

Theodore fue expulsado. Dando paso, sin saberlo, a un grupo de científicos listos a para iniciar las pruebas con los bebés. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las mesas el ruido es parte de los comensales, rebotando entre las cucharas y las risas o las ligeras discusiones. 

Había logrado algo inimaginable para él y su cerrada personalidad de ermitaño:

El grupo de Gustavo se sienta en la misma mesa que él. 

La emoción por ser incluida, aunque sea solo en almuerzos, le hace relajarse y dejar de lado esas emociones que se lo comen vivo. Casi como alguien normal. 

Hoy una porción de carne con sabor a cartón, salsa de tomate, y para maravilla de más de uno de los niños de fuera, arroz blanco también con sabor a papel, pero era arroz y no solían traer demasiado al ser una dieta muy occidental la que consumían. Preferiría comer papel. 

A Theodore le extraña mucho comer anguila de vez en cuando o un pan con ajo bien tostado en mantequilla y tomate frito, bien frito. Tal vez algo de queso amarillo con algo de aceite frito. 

-Oh…- suspira picando la comida aburrida.-La pobreza. - deja salir un lamento bajo recordando la comida que esa vecina de ojos bonitos les regalo cuando el gas terminó y no podían hacer nada contra el frío a parte de recostarnos juntos y dormir después de hablar por horas sobre lo que fuera.

Extrañaba demasiado a mamá. 

La mirada de Gustavo se desvía del plato al deprimido rostro de Theodore y sus lamentos. Sonriendo divertido al descubrir que ese minimalista sin gracia también tenía sus caprichos. 

El arroz sin sabor no le gustó tanto a Theodore pero era mejor que ese pedazo de cartón con forma de carne casi cruda o esa masa de papas con un agrio raro que no le gustó como recorrió su garganta.

La vida era cruel con los huérfanos. 

Al terminar observo a su lado algunos niños más pequeños comer con las manos. 

El malestar venido de ver el rostro del niño más lleno de comida que su propio plato se podía arreglar mucho más rápido que su desdén por esta comida malograda. 

-Te ayudaré. – le avisa tomando sus manos para usar el cubierto. 

Este niño lo mira en pánico, pero obedece solo porque era mucho más grande que él. Esas manos tan pequeñas no estaban totalmente desarrolladas y estaban sucias, no tardó en ensuciar a Theodore con restos de arroz y salsa de tomate pero logró hacer que sostuviera su cuchara con la mano derecha.

Darle a probar bocados lentos entre algunas pausas para verlo masticar fue más tranquilo que formarse a comer él mismo. 

-Me gusta cuando ayudas a los demás. – 

Su cuero cabelludo se erizo girándose lentamente. 

Sí. Lo que temía era la verdad. 

Ese perro estaba en la ventana del comedor mirando al interior y justamente hoy es cuando Theodore decidió que quería sentarse cerca de esta. 

-¿Comenzarás a acosarme?- le pregunta al perro y estaba de acuerdo con echar a correr o golpearlo con un plato de salsa rancia. 

El perro inclina la cabeza y responde con la voz infantil. 

-Estoy hablando con el señor Gustavo. – le informa haciendo un además al frente. 

Theodore siente mucha vergüenza al recordar que no estaba solo en este lugar. 

-Sí… yo solo quería ayudar. – responde ese compañero suyo con la cara roja. 

Theodore volteo a ver adelante y comprobar que Gus estaba ayudando a una niña con su cabello largo (Cabello qué creció mucho más de lo que era cuando Carl se lo cortó hace meses) y que este no se metiera en su cuchara al atarlo en una coleta . Es entonces que la cara de Theodore por fin se volvió de color rosa hasta el cuello. 

-Él me ayudó también. – el niño con la cara sucia por la comida lo defiende con un rostro severo para tener dos años y mucha más salsa en sus mejillas que en el plato. 

El perro suelta una risita con esa voz infantil. 

-Lo sé, pero a él le da vergüenza cuando lo hacen público . – suspira tamborileando el alféizar de la ventana antes de parecer de acuerdo con retirarse.-Se te ve bonito el cabello recogido, Susan.- apunto a la niña antes de levantarse. – Ahora, me voy, veré si ahora me quieren en la escuela comiendo la tarea que mejor hecha esté.- Se ha ido con todo lo grande que es, dejando solo su sombra atrás. 

Theodore observa su bandeja con los nervios hechos un lío de emociones, no había forma de que ese perro supiera que no le gustaba llamar la atención ni ser seguido por un séquito. Podría volver a su estado oscuro y depresivo anterior, si no lo hubiera distraído esa niña. 

-DogDay es tan guapo. – exclama la niña alistándose la cola de caballo con una sonrisa enternecida.

Dentro de Theodore algo raro se sacudió cuando el halago al perro le llegó a los oídos y se dio cuenta del tipo de atención que recibía por la niña, y por las risas era acompañada en ello por algunas chicas más. 

Raro, muy raro ese sentimiento que lo hace morderse la lengua y ocultar su mirada al bajar el rostro y cubrirse con una mano.

-Susan, es un perrote.- la regaña Gustavo con el ceño fruncido.-No te vas a enamorar de un perro en dos patas. - 

Theodore sintió algo mucho más extraño subir y acomodarse en su rostro. Inhalando más profundo y de sorpresa al oír eso.

El niño al que ayudaba antes le parece divertido como al chico grande se le colorean las orejas de  rojo hasta el cuello. 

-Es que los niños no saben nada del amor. – aseguro la niña llevándose una cucharada de carne a la boca.-Es muy importante saber que el amor es lo más bonito en la vida de una mujer. – 

-¿Incluso si se enamoran de un saco de pulgas?- ríe divertido por el desagrado de la niña. 

Theo se atraganta con el trago de agua que intentaba pasar. 

Susan le ve batallar por recuperar el aliento, levantando una ceja regresa su atención a Gustavo. 

-Esperamos que si, o te quedaras solo de por vida. – indignada le responde dejando la mesa con otras niñas. 

El niño se queda pensando en lo que dijo Susan , digiriendo el insulto unos minutos después. 

-¡Pulgosa tú , tu eres la pulgosa!- se defiende apuntándola con la cara roja. 

Aquella niña se estaba corriendo y riéndose junto a sus amigas. 

-Esa chica está loca. - gruñe al levantarse. -¿Cómo le va a gustar un perro? … Vaya gustillos.- mira a Theo recargado en la mesa y rostro escondido. - Te veo después. - se despide al dejar la mesa. 

Una vez el niño se junto a su amigo, al fin dejando a Theodore solo, aquel niño pequeño en algún momento se había ido corriendo tras otro chico, puede recargar los codos en la mesa, suspirar y cubrirse el rostro con las manos, dejando que su cobija caiga hasta la mitad de su espalda al continuar hundido en sus pensamientos.

¿Por qué sentía que esos comentarios los dirigían a su persona ? Se supone que no le gustaba el perro... Solo extraña a su amigo. 

El recuerdo de su amigo aferrado a su cintura en el césped qué parece mucho más brillante en sus recuerdos. Jugar con él cuando ya no podía correr más, pero seguía solo por el gusto de ser perseguido por el chico que reía incluso si llegaba a chocar y rodar por el suelo. Por qué su amigo no se fue cuando se lo pidió ni cuando no se atrevió a pedir que se quedara, solo era una luz qué lo hacía sentir cálido. 

Llegando ese día a la Play House y con esa nariz sagrada cuando lo conoció, era su culpa pero no se arrepentía. Su amigo no lo olvidó y puede que ese golpe tuviera algo que ver. 

Igual que el beso que compartieron. 

Algo que sería difícil si era ese perro ahora. Aunque si se inclina un poco… 

-No.- se corrigió antes de ahondar más en ese recuerdo exacto y como paso la noche preguntándose sobre ello. 

Solo pensar en el gran “NO” traía devuelta los ojos plata de ese perro gigante. 

El robo de la voz de su amigo. 

Esa voz le gustaba pero daba miedo de donde venia. 

Gritando como un animal rabioso aquellas dudas en su pecho. 

-Niños, mañana será día de padres, así que quiero que se bañen muy bien y por supuesto duerman muy bien para que conversar con sus amigos y con las visitas no les sea un problema.-

Theo suspira aburrido por esas visitas.

Recordando como peleo con su amigo por gente que no importaba. Puede que ese día desperdiciara tiempo en una tonta pelea… pero valió la pena hasta el último segundo. 

Y esto lo hace preguntarse… si su amigo lo recordará y si sentiría tantas ganas de volver a verso como él mismo sintió. 

Recordando como un eco olvidado la verdad sobre su muerte ante la retorcida oportunidad de tenerlo de vuelta. 

Tratando de darle forma a sus sentimientos y descubrir qué eran. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                    ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquella mañana sus heridas tras pelear con Daisy no estarían listas y como último intento para que lo dejen ir con los niños, tuvo que atarse esos cinturones sobre las vendas. 

Bajó y pudo pasar un día productivo cuidando de los niños y conversando con ellos, incluso logró que los trabajadores se relajaran y pudiera acercarse más que nunca a Dulce Hogar para hablar con los niños de su bloque. Lentamente lo consigue. 

 

Pasando algunos días antes de poder entrar a las instalaciones en búsqueda de sus amigos. 

 

 

Al menos hasta que lograron recuperar algo importante de cuando aún era un humano. 

Ese modo de empleo que le enseñaron en casa. 

Un sobre de cinta canela y al trabajador que atrapó detrás de Dulce Hogar intercambiándolo con una visita. 

Habia estado observando el comportamiento del personal con tal de encontrar el chueco de tiempo que le diera la posibilidad de entrar al bloque cuatro sin ser visto o detenido. Una y las razones por las que no podía hacerlo eran esas miserables escaleras de hierro, la niñera y los otros cuidadores qué no lograba esquivar al cruzarse sus rondas. 

Necesitaba sus horarios y rondas con rutas de por medio. 

Estos días solo pude entender el movimiento fuera de Dulce Hogar pero no dentro. Averiguo el código del tren en la salida y ya. ¿Qué podia hacer solo con eso?

Nada. Sin entrar por sus amigos, sin formas de abrir la seguridad o saber como hacerlo cuando haya vía libre. 

Necesitaba entrar y sacar a sus amigos, a Theodore. A todos. 

Entonces ver como un guardia se metía a una zona donde no debería haber ninguno, seguido por un visitante, lo siente como una posibilidad que hace mucho debio buscar él mismo. 

El visitante descubrió primero al perro que se paró tras el guardia, corriendo directamente afuera. El guardia le frunció el ceño al verlo huir, confundido miro atrás. 

Este perro le atrapó el rostro con una mano, evitando que gritara, 

-Hola, pedro. - Saluda al ver a ese viejo conocido. - ¿Averiguaste ya quién usa tu clave del almuerzo?- le pregunta algo eufórico de ver a un conocido. Lo tiro al suelo aun tapándole la boca al bajarle los pantalones presuroso. 

El hombre patalea y lo intenta apartar, pero no logra nada más que agitarse, incluso cuando el perro le levanta la parte superior del uniforme y esas orejas se sacuden al encontrar lo que quería. 

Esa cinta bien apretada en el torso trabajado y delgado que debajo de la ropa no se vería si estaba envuelto por algo pesado. 

-Como no tienes quien lo guarde, ¿Lo llevas contigo a dónde vas?- lo pregunta tocando penas con las afelpadas llemas la piel desnuda.-Parece que no, estoy seguro que será difícil… - Subió sobre el humano, aplastando con su mano contraria las piernas del hombre, logrando separarlas, advirtiendo lo fácil que sería partirlas cuando solo son ramitas bajo su control. - Se que lo ves difícil pero aún es obvio que puedo entrar, solo debemos esforzarnos… Incluso si te debes partir en dos. - El negocio al que le enseñaron a participar fuera de la casa hogar o incluso dentro, aún le podía ser útil en esta forma, solo necesitaba que el dealer le diera un espacio para lograr su cometido. - No hay modo de que no seas bueno. conmigo, y me des algo de eso.- lo pide casi rogándole incluso si esta en ventaja momentánea. 

El tiempo apremiaba, estaba a contra reloj y solo lograr atrapar en este movimiento al guardia parecía una especie de milagro. 

El guardia le gritó algo pero el estar atrapado lo hace inentendible. 

El perro suspira acariciando ese torso. 

-Eres muy amable, Pedro. - exhalo dejando salir el vaho ardiente sobre el hombre medio desnudo, presionándolo en búsqueda del miedo que ahora si podía utilizar. -Muéstrame que tan bueno puedes ser para mí. - 

El siguiente grito fue agudo y lastimero pues el perro le arrancó la cinta con todos los rollos de contenido sospechoso, arrancando hasta los vellos más finos. 

Lo deja ir al levantarse y esconder eso en su espalda, entre sus dos manos unidas atrás en una posición recta qué deja al humano en las sombras. Recuperándose de lo que parecía la marea azotándolo hasta desfallecer. 

-Me debes los horarios de todos tus compañeros, los cuidadores y la vigía del piso superior o esto lo entregará tu servidor a los jefes. - advierte al retirarse sin retrasarse más a su marcada cita con las visitas en el centro de La Guardería. - Gracias por ser amable conmigo, Ryan. - 

El hombre se queda en el suelo con la ropa revuelta, la piel roja y un nuevo trauma en su cabeza caliente tras ser ahogado a base de pura fuerza bruta. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Días después. 

Habiendo terminado de hablar por primera vez cerca de Theodore esta mañana, se iba a ir de una vez a la escuela, obviamente en huida. El asco que se tenía empeoraba cuando su aspecto se reflejaba en esos iris violetas. Añorando el pasado. 

Deseando tanto volver a estar cerca como en el pasado. Hace su sangre hervir. 

-Perdón... - huyó cubriendo los ojos. El sentimiento incómodo continuo sobre su rostro por varios minutos, observando a los niños en la escuela, respondiendo alguna pregunta que ahora desconocía al ser varios meses los que tenia de retraso en clases. 

Observa a los niños en clases de dibujo con el corazón hecho un nudo, deseando que de una vez todo acabará en vez de obligarlo a pasar por tantas pruebas tan confusas. 

Encontrar a sus amigos fuera de Dulce Hogar era cada vez mas difícil al ser retirado justamente en el horario del bloque cuatro. El hombre cumplió su palabra, resultando en una nueva tarea repetitiva. 

Necesitaba aún más información para romper la seguridad y lograr entrar a esa casa. 

 

 

Descansando su mente en el eco sordo de la parte trasera de la escuela. Unos minutos solamente para recomponerse espera de una visita de las innombrables e buscaban lo que ocultaba en su oreja derecha. 

-¿Qué haces aquí? – lo llama una voz masculina con molestia. 

Su cabeza se giró , encontrándose con una Miss Deligt, esta lo observa con esa gran sonrisa llena de dudas por el gesto de sus hombros caídos. 

-Estoy mirando a los demás . – confiesa observándola, ¿De verdad una maestra había hablado? 

La maestra inclina la cabeza. 

-Tu ya no eres un niño, debes cuidar como te expresas o te meterás en problemas. – le reclama con esa voz de hombre tan discordante con su aspecto. Para la criatura femenina el escuchar hablar a otra de estas cosas con una voz adulta y espontánea, era sinónimo de un mal de rechazo de parte de los doctores. 

Es por el lado del gran perro que la situación es mucho más relajada, más impresionado por la forma en la que esta “Maestra” hablaba. 

-Me lo advirtieron muchas veces ya, gracias.- debe acercarse por curiosidad a la criatura rubia, comprobando con una tímida olisqueada su mismo aroma a tiza y flores. Viene su curiosidad recompensada con un manotazo tan fuerte que le giro el rostro y esa sonrisa se vuelve una mueca por las sombras. 

-No intentes eso otra vez, a nadie le gusta que se le acerquen tanto ¿No te presentaron con los demás?- pregunta retrocediendo y mirando el estado de su mano. Este perro era mucho más duro que él o sus hermanas.-¿Acaso Mommy se está volviendo blanda o te llegan con retraso los golpes?-

DogDay soba el golpe, en eso descubre lo fuerte que esta criatura es. 

-No, no lo mencionaron.- acaricia la parte golpeada de su cabeza, evitando tocar la sonrisa que le hicieron en lo más posible.-No hablan mucho conmigo. – sus ojos se dirigen a la muñeca rubia. – Eres diferente. - 

Aquella muñeca inclina la cabeza a un costado, apuntando lo de arriba abajo. 

-No es bueno que seas tan sincero, miente más y sobre todo a los otros fenómenos o te mataran. – lo recomienda moviendo las manos para relajar los nervios heridos de su mano.-Sean Wuggy o Kissy no soportarán a un idiota que llame la atención como tu. - lo observa discerniendo si eran mentiras o no. 

Descubrir que este perro no escucha las voces de los otros experimentos parecía ser un ventaja a explotar, tal vez podría conseguir algo futuro algo debía sacar de hablar con un neófito sin cerebro. 

-Matarme. – suspira ese destino en su corazón. La duda es obvia en su tono pero no en esa sonrisa perpetua.-Eres bueno…- inclina el cuerpo a un costado. - Porqué todo eso ya sucedió. - su voz queda en un respiro. Sopesando esa palabra por parte de la muñeca : Fenómenos. 

Esa palabra no la usaban ni los doctores o guardias, ni siquiera su coordinador. 

La muñeca inclina la cabeza y hombros a un lado contrario, notando que el perro la estaba revisando, con desfachatez discordante con el resto de su aspecto, incluso ese vestido tan bonito perdía poder sobre su cuerpo con la forma en la que se paraba. 

-Te veo muy tranquilo con los humanos, eso no nos gusta, es patético que aún estés tratando de complacer a estas personas. – le mira de arriba abajo sin disimulo. – Me hace pensar que eres suficientemente loco para aun creer que puedes llegar a agradarles en tu estado.- su cabeza se inclina al lado contrario. - ¿Acaso te crees mejor que todos nosotros? ¿O de verdad imaginas que sacaras provecho de ser el preferido de estos malditos dementes?- muchas preguntas salen de esa gran sonrisa blanca.-¿Aun te agradan?-

Son muchas cosas a la vez, preguntas pesadas qué debe negar. 

-No lo hago por ellos. – lo promete lo más rápido que pudo. – Soy consciente de lo que están haciendo y que no son nuestros amigos. - 

La muñeca lo apuntó directo al rostro. 

-Siendo así ¿A quién esperas favorecer comportándote como una mascota?- lo cuestiona mirando de arriba abajo al perro gigante.-Eres más monstruoso que muchos aquí, seguramente ya tienen planes de como matarte si haces algo que los moleste y ¿Sabes? No serías el primer perro al que matan cuando les mueve la cola.- parece ser serio pero burlón, una mezcla extraña entre un tipo grosero y uno inteligente. 

DogDay llevaba tiempo sin poder hablar de igual a igual desde hace, obvio bastante, tiempo hablar con este chico/muñeca parecía lo mejor que podría hacer por mucho tiempo. 

-Es-

Deben separarse tan rápido que solo quedará polvo. Un humano adulto había salido de la escuela. 

DogDay debía esconderse tras una pared mientras la maestra se quedaba en el lugar recogiendo lápices qué había traído consigo. 

-¿Qué hace el fenómeno afuera?-  

Las orejas del perro se sacudieron al reconocer ese tono despectivo dirigido a la maestra. 

-Unos pequeños trajeron sus colores hasta aquí y no podíamos dejarlos. – levantó lo colores para que los tomara, había hablado con una gran dulzura, igual a cualquier otra muñeca. 

Es cuando una parte de DogDay se siente helada por la forma en que ese hombre tiro de las manos de la muñeca esos lápices, pateando en un momento la pierna de la maestra y haciéndola caer de lado al suelo sin resistencia alguna al estrellarse. 

-Llévalos tú, y rápido, tu clase empieza en diez minutos.- la apura dejando la puerta abierta al retirarse de vuelta al interior de la escuela. 

La muñeca quedó en silencio mientras rueda y se sienta mirando su pierna, al menos esta limpia y su vestido no se ensucio. Su cabeza se gira al ver como ese perro se apresura a levantar los colores, torpemente por su tamaño, y a sí mismo al tomarle por las axilas para ponerle de pie. 

-No te esfuerces. – tomo los lápices en manos. -Me muevo lento por una razón. – mete los colores en su mandil sin prisa alguna. La humillación resiente no daña su orgullo, al menos eso le muestra al perro. 

Este canino le revisa, olvidando que antes le golpeó, acomodado sus hombros revueltos por la caída. 

-No puede tratarte así, no está bien. – DogDay reviso su estado con una mirada rápida al dejar as mano en sus hombros.

La muñeca repele su contacto con un revés. 

-Corrección, amigo, ellos pueden hacerme esto a mi, a ti y a cualquiera de todos nosotros en esta prisión. – mira alrededor más agitado.-Ni te imaginas lo que son capaces de hacernos, jajá… - esa sonrisa se acompaña por una lengua medio asomada entre los dientes. 

Ignora esa mueca, más concentrado en lo que vio. 

-No, no pueden… - no debe alterarse ni hacer ruido pero esta confundido, enojado y tan frustrado como para hacerle perder el suelo.-Es demasiado… maldito. - gruñe lo último llevándose en una exhalación todo el odio que sentía de golpe por ese humano. 

Esa criatura levantó las manos golpeando su palma con el puño. 

-Ya te abrieron, te castraron y quitaron tu estúpida vida. – mueve las manos de arriba abajo, remarcado la situación . – Mírame, soy una chica y me…- suspira bajando la cabeza. – Antes yo era Terry, recuerdo que era un chico, ¿Porqué hacerme esto?- 

Es una cuestión desconocida para cualquiera de los dos, tres o todos en esta misma situación. 

-No lo se, yo… no lo sé. – 

-Exacto, no sabes nada y por eso eres estúpido. – determina chasqueando los dedos. - Sigue con tu mierdero acto de mascota obediente lo que quieras pero no creas que llegaras a nada con eso. - 

-No me insultes, no es necesario que lo hagas cuando hablamos.- observa esos ojos azules-Intentare ayudarte, a ti y a todas. – 

-Estas muy desconectado si crees que podrás hacer algo por nosotros cuando tu situación no es mucho mejor. – lo empujó volviendo a la escuela sin darle ni un segundo más de su presencia.

Vuelve a estar solo. 

DogDay debe retroceder aguantando el malestar en su estómago, llevándose consigo la frustración qué no puede dejar en ningún lado. Además de que esa visita faltó a la cita. 

Intento ir al centro de la guardería para continuar con la tarea que le encomendaron, pero no pudo hacerla antes de recibir un aviso por parte de un trabajador. 

-Perro, necesitamos que vayas de vuelta a tu celda. – informa el hombre de gris, un guardia entre los niños. 

Había notado que cada vez eran más directos al momento de dirigirse a él, ese temor natural podría acabarse si daba un paso en falso, probablemente era un resultado natural después de conocerlo y ver lo obediente que era. Lo siguiente sería ser pisoteado por estas personas. 

-Claro, Adrián. - responde acercándose rápido. 

El guardia retrocede apretando el arma en la pernera de su pantalón tan pronto como se sintió en peligro. Dog siguió adelante en dirección de las celdas al interior de las instalaciones eléctricas. 

Debía agacharse, pasar entre los empleados que cambiaban inmediatamente de color al verle caminado con un guardia detrás. 

Ser una persona obediente puede ser lo correcto cuando se trataba de elementos superiores pero no cuando eso conlleve que él o sus amigos fueran sometidos a maltratos qué no puede soportar. 

El ascensor esperaba en el nivel, sube mirando al guardia. 

-¿Fui grosero?- pregunta viendo su agitado estado.-No quería ser grosero contigo. - 

El hombre le da una mirada rencorosa pero se concentra en la radio en su mano. 

-El experimento está en camino. – informa escuchando la respuesta corta. 

El perro gigante debe recargarse en la pared para descansar el malestar en sus extremidades y heridas fatigadas por el movimiento. El ascensor comenzó a bajar bajo su sorpresa, mirando arriba a los empleados que vigilan las rejas qué se cierran sobre su cabeza. 

Otra vez bajar por la oscuridad lo hacía sentir arrinconado junto a tantas cajas y científicos silenciosos. Si le tenía a miedo a muchas cosas pero estos tipos estaban muy por encima de ese temor. Volver a una camilla a ser atado, cortado y abierto como un pollo a despellejar… no, definitivamente preferiría suicidarse. 

Aunque muy posiblemente deba soportar un poco más.

 

 

-Tu eres un chico muy obediente. – 

Asiente meciendo la cabeza de un lado a otro. 

Como esperaba, otra vez un cuchillo abre su estómago, al menos no duele por ahora y puede tranquilizarse con pensar en que solo están reconstruyendo lo que Daysi le corto con su hoja.

-Debes ser muy listo, ¿No es así?-

Siente como sujetan su cabeza con el mismo tipo de prensa que usaron para inyectar sus ojos mucho tiempo atrás para abrir las rejas qué mantienen su boca como una sonrisa oscura. 

No puede asentir pero al menos puede mover los dedos. Sabe que es grande y más cuando esa doctora casi mete casi todo su cuerpo para revisar el interior de su boca. 

¿Porqué permitía qué le hicieron esto?

Necesitó pensarlo mientras su consciencia se tambalea tras ser cortado algo de carne sin anestesia en el interior de su boca, podría cerrar la boca y aplastarlo como si fuera nada. 

¿Quién cuidaría de sus amigos? ¿Cómo asesinar a esta sola doctora podría serle de utilidad? 

  No, lo que debe hacer es encontrar como… como utilizar su propia situación a favor y para eso debe mantenerse vivo. 

Ya llego muy lejos pero falta aún mucho camino por recorrer. 

Huggy puede matar y puede que no sea diferente con otros de los experimentos mayores. Más las armas de sus celadores, cualquiera puede darse cuenta de que si las llevan debe ser porqué pueden usarlas en su contra. No está a salvo con los humanos y posiblemente tampoco con las criaturas. 

No se dará el lujo de confiar en nadie que no sean sus amigos y para ello debía hacer que se unieran a su movimiento. 

Encontrarlos en Dulce Hogar y prepararlos. 

Estos mismos planes que piensa con detenimiento son la razón para preguntarse si aun era un yo, un ser humano o ya no era un niño. ¿Porqué le es tan fácil medir los escenarios a desarrollar para sus intenciones?

Escuchando el murmullo de sus experiencias pasadas empujarlo de vuelta a un camino incorrecto que se sabe de derecho al revés. 

 

 

 

 

 

 

El gigante no es capaz de saber que su cerebro está siendo monitoreado ni estudiado a la vez que sus heridas son tomadas como ejemplos para otras clases de criaturas. 

-¿En que estas pensando, DogDay?- lo cuestiona quien a estado hablando con el monstruo para medir su actividad cerebral. Los cerebros humanos en estos cuerpos gigantes son mucho más enredados qué las muchas pruebas en productos sin procesar, era una red completamente diferente a resultado de usarse para mover cuerpos tan grandes. Ahora mismo este perro está usando una parte del lóbulo prefrontal extendida al cerebelo inferior, una reacción qué parece estar en desacuerdo con el estado pasivo de la criatura. 

Si tan solo el departamento de psiquiatría no fuera un nido de enfermos y fracasados hippies sin capacidad sociales mínimas, se atrevería a tener un conversación sobre la función del experimento de reprogramación del ello y el yo. Tan solo para entender como el manejo de el ambiente y manipulación de enfoques pudo hacer a estos proyectos tan extraños. 

Tan convencidos de ser esos personajes como para cambiar hasta sus personalidades, sus actitudes y hasta su sistema nervioso. Era fascinante. 

Un guardia, Adrián, comenzó a quejarse mientras observaba la cadena destrabada del perro. Esa cadena que debería estar en su cuello para evitar que muerda pero, justo para este experimento, se encontraba en el suelo sin cumplir la función que es necesaria en otros proyectos. 

-¿Este perro es de la misma línea que la coneja verde?- pregunta entre una queja y dudas.-La que despertaran en el norte, ¿Lo es?- 

-No hables. – lo corrige la doctora en jefe dejando el bisturí sangriento en la bandeja.-No aquí. - 

En verdad la situación no era buena.

-Tengo la duda, esa Hoppy fue difícil de procesar pero este es tan tranquilo que no parecen el mismo tipo de juguete. – gruño y pateo el suelo. - La pequeña perra atravesó con esa cosa a Trevor y no han dicho nada sobre su estado. - 

El encargado de la resonancia noto muy claramente el cambio de actividad ante las palabras del doctor. Empeorando la situación cuando este se libero de las maquinas al levantarse y mirarlos fijamente. 

La doctora siente , al igual que todos los más cercanos, como el aliento caliente y húmedo los humedece hasta hacer que la ropa se transparente sin pudor alguno. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por el calor bajo su cabeza pensó que estaba de vuelta en su cuarto, dormitando sobre una almohada vieja con un olor agradable a menta, quizás Picky estaba comiendo pasta de dientes otra vez. Solo necesita acercarse para sentir ese fresco olor en el rostro. 

-Hoppy se encuentra en movimiento. – 

Dio un salto al escuchar la voz desconocida pero da un golpe duro contra su espalda, grita cayendo al suelo con las manos adelante para amortiguar el impacto. 

Habia saltado tan alto que el techo la hizo caer de vuelta. 

Lo que a sucedido es solo una locura sin precedentes. 

-Hoppy a tenido un avance superior en la construcción de fibras musculares en las patas traseras, su torso no parece tener ese mismo desarrollo. – 

Hoppy mira arriba, al techo gris sobre su cabeza, notando la luz sobre ella al igual que el color de sus manos. Apretando los puños hizo salir las grandes garras negras. 

-¿Qué me hicieron?- tiene que cuestionarse al mirar sus manos con la certeza de no haber tenido antes estas uñas negras ni tanto pelo verde en su cuerpo. Procede a sacudirse pero el pelo no estaba solo pegado, dolía tirar de él y más dolía tocar su propia boca, interno las manos en su boca abierta y descubrió qué no habían más que un horrendo agujero que se conectaba con un interior dentado al fondo de su garganta. Se sintió como un triturador de basura. 

Quiso vomitar pero no había reflejos, solo pudo sacarse la mano de la boca para comenzar a tocar cada parte de sí bajo un sopor de asco repetitivo. Había pelo en todas partes y no era diferente en sus piernas. En éstas incluso había un patrón interrumpido en lo que serían sus tobillos.

Al agacharse noto que tenía dos extensiones de pelo sobre su cabeza qué hacían sombra en el suelo. 

-Soy un conejo… - suspira al tener las orejas en sus manos. Dolía tirar de ellas y también detener su movimiento, en realidad eran muy sensibles. - Soy un conejo. - 

Era una coneja. 

-La coneja acaba de hablar. – 

Escucho esa voz otra vez y a sus orejas debe soltarlas para que ubiquen la dirección. 

-Es como sus confidentes, se adapto tan pronto como ellos a su cuerpo.-

-Yo no creo que sea cosa de los sexos preservados este avance. – 

-Deberíamos averiguar mejor lo que el laboratorio entregó del prototipo para esta línea de experimentos si esto es parte de los efectos del departamento psiquiátrico. – 

-Por ahora continuemos monitoreando a Hoppy.– 

Sus orejas la guían a mirar por encima de su cabeza, justamente al cristal espejo y ver su aspecto. 

Era una caricatura tan linda y alegre… podría olvidarse de cuanto dolió cuando la piel de su espalda fue tirada fue… ¡Podría olvidar cuando su columna fue extraída y fue intercambiada por metales qué recorrieron el interior de sus huesos como gusanos de fuego! 

El dolor y el odio solo era una burla de su interior a esa sonrisa gigante y oscura , una boca alegre que solo quería llenar de acido y escupirlo sobre las caras de todos.

Puede escucharlos , puede escucharlos y los odiaba. 

Odiaba tanto a estas personas. 

-¡Hola, mi nombre es Hoppy Hopscotcht!- su boca deja salir esa pista pregrabada con esa voz infantil que le pertenecía. Corta la distancia entre el cristal y ella, escucha como se mueven y sabe que la están mirando. 

-Esta viendo su reflejo. – 

No, lo que menos quería era ver su aspecto asqueroso. Solo quería romper este cristal y atravesarlos con los vidrios rotos, solo quería hacerles daño. ¿Ella siempre fue así? 

-¡Oigan! – 

Justo cuando un tercero entró es que se agarro de los bordes de la ventana espejo para tomar impulso y romperlo con todas sus fuerzas. 

-DogDay quiere ver a Hoppy, ¿Lo dejamos entrar?- 

Las extremidades de el conejo se detuvieron en un instante, moviendo las orejas abajo por el sentimiento que le recorre. ¿Era su amigo? 

-¿Quién le dijo del conejo?- pregunta una mujer. La voz es la misma que la de esa doctora que inyecto a Bubba, la odiaba mucho más que antes. 

-Parece que a los idiotas que le repararon tras la pelea con Daysi se les escapo que la despertarías justamente ahora. – 

-No podemos dejarle entrar ahora. – exclama un hombre. – Podría hacerle daño a la coneja. – 

-El jefe dijo que lo dejáramos entrar. – 

-¡¿Porqué un tipo que no está aquí va gobernar sobre mi trabajo?! – ruge aquella doctora tirando algunos documentos contra el recién llegado. 

-¡Te guste o no, ese hombre es tu jefe y deberás escuchar lo que diga!-

- ¡¡Váyanse al infierno todos ustedes!!-

 

Hoppy inclino la cabeza al lado contrario en que escucho irse a esa mujer. 

Su cabeza debió girarse un segundo después para fijarse en las paredes en busca de la puerta qué escucha abrirse antes de que la vea. 

Es directamente frente a ella que la pared se parte en dos, abriéndose lentamente dos gruesas paredes de concreto de lado a lado para dejar entrar a un perro naranja qué caminaba en dos patas y sonreía alegre con esa gran boca negra. 

-No te me acerques. – ordena Hoppy pegándose al cristal. Su voz le es desconocida. 

Esas orejas marrones caen de lado cuando ese rostro alegre se inclina mirándola fijamente con esos dos ojos de plata. 

-Soy Doggy. – le dice esa voz áspera con un sentimiento apacible. 

Lentamente una ola helada hace caer todas y cada una de las defensas de la coneja, con ello incluso las dos grandes orejas se repliegan a los lados de esa gran sonrisa. 

-No. – murmura cayendo lentamente sus hombros con las mismas fuerzas que necesita para contener los gritos en su interior. – No puede ser… - intento mantener las piezas de su corazón juntas al procesar muy lentamente la realidad que la rodea. 

El perro gigante viene hacia ella. 

-¡¡No te me acerques!! ¡¡ No te atrevas a venir aquí, maldita sea, perro asqueroso!!- grita sacudiendo los puños en alto. -¡¡No puede se ser… !! ¡Cállense todos! ¡¡Solo callen esa cosa!!- cubre su cabeza buscando sellar el ruido del exterior fuera de su cabeza, aunque solo logra sentir una gran migraña . 

-Lo siento mucho, Hoppy. – 

La coneja esta vez solo deja salir un gran grito arrodillándose sin dejar de buscar en el pelaje de su cabeza alguna forma de ensordecerse, peleando con la rabia y el dolor qué sube por su columna con la falta de lágrimas para derramarlo. Gritando a la vez que una ola nueva le trapa como parásitos por el cuerpo. 

El perro la siguió al suelo sin tocarla pero le busca con un tono bajo. 

-No dejes de gritar, no pueden escucharme si haces eso. – le pidió serio como si fueran otra vez esos niños tratando de sacar a flote un pelotón de niños, solo ellos dos como al inicio. 

Hoppy grito más fuerte hasta sentir como sus límites se expandían sin control, sin restricciones que detengan su voz. 

-Estas personas no van a regresarnos a como éramos, nos mataran o cortaran hasta que no nos quede nada.- DogDay piensa que ser sincero era siempre el camino correcto con sus amigos, incluso si los hace llorar no puede mentirles.-Cuando entren querrán cortarte como a Kickin o a mi, solo quiero que resistas hasta que podamos sacar a los otros de este lugar. - 

El grito se detuvo de golpe. 

Hoppy estiro las manos para atrapar esa cara sonriente en sus dedos. 

-Ya es tarde. – declara sin emoción en la voz que antes gritaba de dolor. 

DogDay mira ese rostro alegre al igual que el par de ojos plata, es tan bonito que podría quedarse dormido viendo esa cara tan amable. Era un aspecto monstruoso para un ser vivo pero tan bonito como un peluche. Dichos pensamientos nunca se le cruzaron al ver su propio reflejo, solo ahora veía ese aspecto como algo lindo y solo es por la belleza de su amiga. 

Tal belleza le hace digerir sus palabras igual que el fuego consume al papel. 

-¿No pude hacer nada a tiempo?- pregunto dejando caer sus hombros con cada gramo de esperanza que intento guardar en su ser desde que despertó con este aspecto. 

Hoppy negó moviendo la cabeza. Ella podía recordar como vio por debajo de la puerta del cuarto de castigo los zapatos de Crafty, después a Bobby con sus botas de charol rosa y por último los pies descalzos de Picky. Tuvo que gritar por la rendija pidiendo que corrieran pero una y otra ves a sus hermanas las agarraron y no pudo hacer nada tras esa puerta que no podía tirar abajo. 

Noche tras noche una parte de la familia que este lugar le dio, también fue cortado por las mismas personas. Sintiéndose como un juguete al que se le aplasta para hacerle gritar y poder reírse. 

-Yo… yo creía que podría encontrarlos… te juro Hoppy, yo no… no había otra forma, debía llevarlos en brazos y correr por el túnel hasta la superficie.- sus planes son tan estúpidos ahora.-Tienen armas… Hoppy, yo, yo… ¿Para qué se supone que hice todo esto?- 

A este punto el confesar su plan para sus amigos era lo único que podía salvarlo del dolor. La gran desesperación que subía por su pelaje se realza con el miedo a perderlos otra vez.

El sentimiento que recorre esta celda era tan triste, no habia otra forma de explicar la ambigüedad de las sensaciones heladas que llenan las paredes blancas son las sombras. 

-Creí que podría encontrarlos en la casa… creí que podría sacarlos por el tren… creí… creí que podía hacer algo.. – el perro naranja desvía la mirada, evitando ver a la coneja y esas cejas casi paralizada pueden crear esa desesperación sin dudas. En el dolor es capaz de tocarse en ese rostro afligido. 

Hoppy no sabe cuando pero su voz ya no es un bramido, solamente es ella aspirando y dejando salir un berreo doloso. 

-Lo lamento, Hoppy… no pude hacer nada, no… - las manos del perro suben hasta el rostro de la coneja , tomando esas mejillas entre las suyas, cortando juntos la distancia para chocar sus frentes con la contraria . El contacto es cálido, es tan suave como volver a casa. 

-No te odio, Doggy. – dice, entre los suspiros de lo que debería ser un sollozo.

DogDay al fin se atrevió a estrecharla por los hombros, llevándola a su pecho como lo hizo con el pollito. Atrapando en su cuerpo ese calor estremecedor. 

Su mirada va del suelo al techo, y al cristal donde sus ojos ya no necesitan estar cerca para ver a través del vidrio. 

Puede ver a esas personas revisar los controles y volverse locos tratando de restablecer las maquinas. 

El fallo sorpresivo dejó impávidos a los guardias fuera de la celda, esta comienza a abrirse entre los muchos errores de programación y la electricidad que comienza a desestabilizarse. 

-¡No se atrevan a salir!- advirtió apuntando con el arma a DogDay y Hoppy que observan desde la misma posición a las puertas abiertas. 

Ese guardia se aleja para escuchar su radio. 

Hoppy observa al hombre. Rememorando los gritos de sus amigas al ser arrastradas al otro lado de la puerta. 

-Podríamos matar a todos. – murmura Hoppy en voz baja aprovechando estar oculta en su pecho para decir lo que lleva tiempo deseando. 

Es Hoppy la más fuerte de los mayores, demostrandolo con una decisión impulsiva y lógica como solo ella era. 

DogDay decidió compartir lo que sabe hasta ahora, ocultando sus susurros en el pelaje de su amiga. 

-Huggy a matado a otras criaturas, Mommy tiene miedo de los científicos y hará lo que sea con tal de estar a salvo. – informa aprisionando el cuerpo de Hoppy. – Podemos hacerlo, no te lo niego pero hacerlo será lo último que hagamos. – mira el rostro de la coneja de frente. 

Ella a cambiado su atención a los cinturones y las vendas ocultas debajo. 

-¿Ellos te hicieron esto?- pregunta tocando los rasguños en su pelaje, puede sentir lo profundo que se cortó la carne. 

-No, fue otra criatura. – debe soltarla, a este punto y después de su fracaso solo queria dejarla hacer lo que quisiera. Mirando ese rostro alegre volverse sombrío. 

-Entonces si podemos pelear, ¿Verdad?- le pregunta algo que ya le era obvio, los pedazos del techo destrozado ya marcaban la gran diferencia que habia entre su cuerpo de niña y ser este monstruo. 

-Si.- lo admite DogDay sin dudas. – Somos más fuertes ahora. - 

Hoppy lo aparta levantándose mirando a los guardias directamente. 

-Muévanse. – ordenó a los tres.  

Los guardias se sintieron acorralados, después de todo eran dos gigantes los que enfrentaba y ellos solo eran tres con armas de siete balas, no habia forma de que lograrán algo si estas cosas se movían demasiado rápido. 

-¡Miren atrás!-

Deben girarse para comprobar que las puertas a sus espaldas se abrieron una por una, liberando otras criaturas de sus celdas. 

No era algo a lo que se sintieran listos para enfrentarse, el instinto los hace retroceder sobre sus pasos para escapar por el pasillo. 

El conejo y el perro se asoman por la puerta, entre las luces qué fallaban y los gritos de trabajadores que corren a refugiarse en pequeñas oficinas. Más estos pasillos de cristal no ocultaran a la mayoría. 

DogDay observo a la criatura frente a la celda de Hoppy. 

-Es pequeño. – murmura la coneja mirando a ese conejo amarillo qué ya conocían. Lo interesante era lo muy pequeño que era, apenas unos 30cm de alto.-Son muchos. – sus orejas le dieron esa información al escuchar los pasos de muchos más en el interior de la celda. 

Estos conejos la observan, están asustados pero no pueden moverse demasiado rápido. 

-No te separes. - la llamo DogDay que observaba a unas celdas adelante. 

Hoppy desvío la mirada a esa misma dirección, viendo para su desgracia un rostro asomado por esas puertas. Aquel rostro redondo y feliz, de regordetas mejillas pintadas de rosa sobre una base blanca como la cal. Lleno de manchas carmín.

Entonces se puso de pie. 

El escalofrío que la lleno vino al reconocer el espeso líquido rojo qué escurre de esa gran boca. 

-Se comió a alguien. – murmura retrocediendo asustada por esa horrenda cara. 

Este muñeco era tan grande o más que DogDay, parecía una flor o un payaso azul. Avanza mirándolos directamente con una sonrisa llena de dientes, saliva y sangre.

-DogDay… ¿Fue ese el que te rasguño?- pregunta poniéndose firme. 

-No, ese no es.- responde de inmediato.-Nunca vi a este en la compañía. – empujó a su amiga a su espalda sin mostrar sus nervios lacerados. 

-No me imagino porque… - Hoppy decidió tomar otra ruta y no la de la confrontación.-Vamos.- le insta a DogDay halándolo por el pasillo. 

Pueden escuchar como los sigue, se mantiene apartado pero no pará de olfatear en su dirección, a Hoppy le parecía un loco de esos que recordaba su padre le advirtió no mirar a los ojos nunca cuando andaban de noche en búsqueda de comida. 

Mientras caminaban sus miradas llegan a un elemento que resaltaba como nada en estos pasillos blancos. 

Un punto amarillo en la orilla de su celda, mirando a los lados y después a ellos para regresar adentro de golpe. 

-Hoppy. – la nombra tirando de su brazo, pues ella había estado vigilando al bufón qué les seguía.-Él es Kickin. – apunta a la figura de pie en el pasillo pues ya los había visto. 

La coneja levantó aun más las orejas al escucharlo, girándose para dar una gran ojeada a esa figura amarilla. 

Dog observa a esa cosa intentar acercarse al creerlos distraídos, debe dar un paso adelante con un golpe al muro para advertirle de la distancia entre ellos. Eso es suficiente para que no se les acercara pero no para ahuyentarle, vigilándolos. 

Estaba emocionado. 

Delante de la confrontación, Hoppy comienza a moverse en dirección del ave. 

Esta parece sentirla, se gira para enfrentarla y verse uno al otro con esos ojos plata fijos en el otro. 

Era doloroso, el ave aún tenía faltas de plumas y parecía sucia, como si se hubiera convertido totalmente en un gorrión de jaula al borde de la muerte , triste en su soledad. 

-Kickin… - lo llama llena de dudas. – Soy yo, soy Hoppy. – se presenta y debe recordar que hace apenas unos minutos DogDay también se presentó y como ella reaccionó. 

El miedo a ser insultada o escuchar gritos de odio de parte de su amigo son tan reales que ya duelen en la piel. Intenta mantenerse firme, como siempre lo hizo al momento de estar en el mismo lugar. 

El ave mueve la cabeza de un lado a otro, asustado con solo escuchar su voz. 

-Kickin… - lo llama nuevamente cortando la distancia entre ellos. 

El pollo levanta las dos manos llenas de plumas rotas. 

-¿Hoppy?- le hace esa pregunta esperando la negativa que no llega, solamente es un abrazo tan sorpresivo que lo sacude estallando en plumas. – No, a ti…no. - aspira el último lamento de reconocimiento con los brazos de la coneja sobre sus hombros. 

Un recuerdo agridulce llega a su pecho con solo comprobar que una vez más su amiga seria más alta y puede apretarle en un abrazo tan cálido como el sol. 

-Hoppy… tu no deberías estar aquí. – murmura aferrándose al abrazo con los ojos ya llenos de sentimientos sin lagrima alguna, solo abriéndose y cerrándose con el dolor que le recorre. 

El pollo y el conejo se rinden de rodillas, aferrándose con mucha más seguridad de la que DogDay y Hoppy habían podido expresar, solo con estar en brazos del otro. 

Detrás de la pareja DogDay vigila al payaso con los puños cerrados. 

Algo definitivamente estaba mal cuando este tipo se queda tan cerca y los observa con tanto detenimiento. No deja de caer de esa sonrisa un líquido rojo espeso, como si una manguera estuviera en el interior derramándose sin control. 

No era como Huggy o Mommy, ni siquiera la callada Kissy cargaba con este aspecto desequilibrado. No sabía que era ni lo que tenía en mente pero algo era seguro :

El también fue un niño. 

-Oye, ¿Puedes hablar?- intenta conversar, sacar esos pensamientos del payaso con algunas palabras.-No debes… Seguir con esto. - 

Este payaso inclina el cuerpo hacia adelante balanceando el par de brazos qué tenía, eran incluso más largos qué sus propios brazos y parecía ansioso. 

Una premonición desagradable le vino a la cabeza cuando pensó en Kickin sólo y encontrándose con este tipo grande. 

-Necesito que me escuches. – lo llama mostrando las manos. - ¿Recuerdas el tren? El tren de la Game Station, donde Mommy nos recibe. – 

No hay mucho por repuesta pero sabe que lo entiende pues a movido la cabeza a un lado. 

-¿No quieres ir allí?- pregunta cortando la distancia en un movimiento demasiado audaz, siendo el tomar la mandíbula del payaso por el mentón redondo. 

El payaso lo mira con esos mismos ojos desencajados y llenos de pensamientos profundos. 

-¿DogDay?-

No ha sido el payaso, sino alguien muy diferente, dueño de una voz profunda que parece llena de sentimientos negativos. Es la voz de un monstruo larguirucho de color blanco tan alto como él, viniendo tan lentamente como el sonido de unas pezuñas en el suelo. 

Es una criatura delgada y alta, azul en un flanco y su gran cabeza inclinada al frente para verlo. 

-Crafty. – exclama sabiendo la identidad de esta criatura con solo ver el cuerno al frente de esa cabeza tan alegre.

No puede seguir concentrado en esa criatura al ser casi mordido por este payaso, lo evitó por reflejo pero no pudo hacer mucho para quitarse de encima las largas manos de este payaso, retrocediendo con este aferrado a su brazo y su gran boca abierta de par en par como un enorme lagarto. 

DogDay cae al suelo por el líquido que este payaso había dejado por el suelo, agarrando la cabeza con la mano contraria. 

El forcejeo ocasiona que esa boca se abra cada vez más, cada vez con mas dientes en el interior. 

La figura blanca está paralizada, temblando en su lugar como un bebé al que han golpeado por primera vez. 

-DogDay… - lo nombra esa boca oscura de gran sonrisa. – DogDay…- lo llama sin saber que hacer. Su cuerpo aún se siente tan pequeño, está tan asustada que apenas puede respirar. Quería ayudar pero tenía miedo, estaba luchando tan solo para no irse corriendo de vuelta a la celda. 

Para Crafty el dolor de una operación no pudo sacarla de su niñez, aferrada o atrasada por las garras del temor a crecer de esta forma tan llena de agonía interrumpida.

Estaba enojada y no sabia que hacer con esas emociones, entonces solo hace lo que hizo cada vez que las cosas la sobre pasaban. 

-¡¡Ya basta, ya basta, ya basta!!- comienza a gritar pisando con las pezuñas el concreto. - ¡¡No quiero que peleen, no quiero!!- chilla y retrocede para avanzar el mismo paso entre berridos agudos.- ¡¡¡DogDay, haz algo, haz algo, DogDay, DogDay!!!- lo llama como antes, cuando eran un par de niños y DogDay se convirtió en su hermano mayor. El debería poder defenderla, debería ser tan fuerte como para defenderse y decirle que todo estaría bien. 

-Es.. Espera un poco… - gruñe entre los forcejeo, este payaso lo hacía batallar mucho más que cualquier niño grande que quisiera golpearlo en su anterior casa hogar. 

Esos dientes se ven atemorizantes y esos brazos largos trepan como partes de alguna enredadera por su brazo. 

-Basta, amigo, debes calmarte. – intenta tranquilizarlo. Esperando que no tenga que volver a derramar una gota más de sangre. 

-¡¡DogDay, reacciona, te va matar!!-

Una parte de él parece tomar ese grito como una señal mucho antes de que él mismo pueda darse cuenta de quien le hablaba. Usando la fuerza de sus manos giro el cuello y tiró de este arrancando la cabeza en un movimiento. 

Crafty se erizo al ver lo que sucedió con tanta facilidad. 

Un payaso ahora solo era una mancha esparcida por el techo, las paredes y el suelo. 

Todo era tan rojo. 

Tan hermoso. 

-CraftyCorn .- 

La cabeza del unicornio fue abrazada contra el pecho de ese perro grande, siendo estrechada como hace tanto lo necesitaba. Aunque ya no tendría ese lindo cabello para que DogDay la ayudara a peinarse, ni podría sostener un lápiz, aun puede refugiarse en el cuerpo de su hermano. 

Pensó tanto en cuando se lo llevaron sin decirle nada ni saber nada.

Esperaba que se lo devolvieran, que todo fuera un mal sueño. 

Que al salir de la piscina estuviera esperándola algo más que esa tonta mancha de sangre. 

Ese día solo recibió la cara de un tonto, un fracasado, una mentirosa y un llorón. 

El abrazo no puede ser demasiado largo. 

Es DogDay quien la suelta y va hasta el conejo y el pollo, estos seguían tan metidos en su propio trance que ni siquiera se habían movido para poyar a DogDay con el ataque del payaso sangriento. 

-Vamos, debemos encontrar el resto. – los hace levantarse a base de un tirón a los dos. No reclamo la falta de ayuda que le costó un mordisco ni por su actitud pasiva al solo quedarse juntos cuando los hizo levantarse. – Aquí está Crafty. – les hace mirarle. 

El unicornio blanco y azul no se mueve, solo les observa. 

DogDay no lo puede ver. 

Cuanto resentimiento hay entre los tres. Es silencioso como sigue un único objetivo:

Lo que sea que DogDay les pida hacer.

-CraftyCorn . – Hoppy llama al unicornio. 

Este inclinó la cabeza y solo ese movimiento hizo que esa sonrisa pareciera la sombra de sentimientos mucho más enredados. 

-Hoppy…- susurra ese nombre querido. - Hoppy. – dirige su atención al pollo.

DogDay puso las manos sobre la cabeza de Crafty. 

-Hay que buscar a Bobby, a todos y debemos hablar sobre lo que haremos antes de que la seguridad se recupere. – 

                                                            

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Qué es lo correcto? Sobrevivir.
¿Como?

Chapter 10

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

Un sentimiento impropio de un infante es el deseo de herir la piel y verse colorada la estela de violetas. 

Claro que duele pero si no es su propia piel, no dolería. 

 

 

 

Ahora mismo una niña piensa en flores lilas y violetas qué podría pintar sobre ese rostro aterrorizado. Como su propio rostro fue coloreado en el pasado por sus seres amados. 

Un golpe de vaho caliente golpea la cara del joven, dejando caer gotas de sudor frío por su rostro amarillento. 

-Vuelve… A… tu celda. – advierte esta persona tan temblorosa desde el suelo, temblando tanto que parecía un pedazo de gelatina. 

A la sombra sobre su cuerpo toma forma al extenderse la luz que regresa como acto de emergencia por encima de su cabeza. Mostrando la fuerte criatura de casi tres metros de pie en el pasillo, tan cerca del humano que podía ver el afelpado contorno de pelaje qué le recorre por hombros y cuello como el patrón de un jabali y el color de las más tiernas flores de jardín. Exhalando una ardiente ola de vapor con el aroma más delicioso de los cítricos. 

La figura rosa sacude los hombros ante un escalofrío en su espalda tras la orden que le repele de sobremanera, logrando en ello rebelar el espesor del pelaje sobre su pecho y hombros suaves como el mismo peluche de ensueños con estirar el cuerpo y dejar caer su  cabeza a un lado. 

-No quiero. – responde al haber aliviado la tensión en su cuello. - Creo que se me antoja… - Suspira recorriendo al humano de pies a cabeza. -... dar un paseo.- 

Este pequeño hombre de gris parece tener una crisis ante su negativa, mostrándole un arma con ambas manos. 

La figura rosa reconoce esa cosa, era parecida a la que sus padres usaban uno contra el otro cuando gritar ya no era suficiente. Eso fue así hasta que fue ella misma quién la sostuvo cuando sus dibujos se llenaron del jugo amargo de una lata y quiso gritar tanto como ellos. 

Es solo que ella no sabía que el gatillo no se debía tocar y la policía decidió que poner una bala en la pierna de mamá era razón suficiente para que la enviaran a tantas casas distintas como era posible. Llegando aquí justamente cuando aprendió a escribir, llego a Dulce Hogar para recibir Picky en vez de Ángela como su nombre. Una confusión tan grande como la de esa mañana que su padre salió corriendo en vez de explicarle porque el arma se hecho para atrás y le rompió la nariz, al igual que no explicaron porque su madre la regañaba y golpeaba cada vez que intentaba ir a sus brazos. 

Las cosas son confusas. 

No. 

Los adultos son confusos. 

-¿Porqué soy un cerdo?- pregunta mirando al hombre tan pequeño a sus pies.-De todos los animales en la tierra, me han hecho un cerdo. - 

Este traga pesado sin moverse, pero su pie golpea por un lado la cabeza del segundo guardia. Cabeza que hace muy poco había gritado de horror ante el dolor de ser despedazado hasta ser solo esta cabeza. 

Ella no les hizo nada, solamente los encontró en el piso bañados por su propia sangre. 

Entonces sabía que esa arma estaba vacía porque las paredes estaban llenas y era como la de su padre. Tenían siete o doce balas, en la pared hay al menos cuarenta agujeros y solo dos guardias. 

No deberían haber más balas, no deberían haber más. 

Bubba hizo bien al enseñarle a contar. 

Solo era ella y este hombre tembloroso que la mira como si fuera un monstruo. 

-Me dolió mucho. – le dice, con hilo de voz. – Esas personas me lastimaron. – lo recuerda llevando sus manos al estómago para unirlas con un suspiro. 

El guardia mira de un lado a otro pero no hay a donde correr, esta atrapado entre el cerdo gigante y la pared llena con los restos de uno de los tres guardias de su grupo. 

-No era mi intención…- debió ser una disculpa pero su tono es idéntico a un reproche.-Yo solo… solo trabajo aquí… Trabajo… - 

El cerdo se inclina para verlo de frente. 

-Tienes un arma pero aun me apuntabas a mi, que era pequeña. – apunta su rostro. -Ahora también me apuntas pero… si yo me fuera… - gira la cabeza a un lado sin dejar ese tono susurrante. 

El guardia debe seguir su mirada para encontrar tres grandes sonrisas al final del pasillo blanco y oscuro. Tres flores de colores, seis ojos distintos y tres bocas llenas de rojo. Miradas dilatadas fijas en su cuerpo y no en el cerdo. 

-Señor… ¿Qué cree que esas chicas le hagan si lo dejo solo?- entona con su linda voz infantil al preguntarle llena de saña, mirando a las flores ella tan inocente.-De verdad que me hace sentir curiosa.- pisa el charco más cercano. - Porque lo que sea, parece que duele tanto como me gustaria que sufras.-

El guardia traga seco y el arma con solo una bala pesa en sus manos. Había una unica posibilidad. Morir. 

Como fuera, moriría en manos del cerdo o esas cosas. 

O escuchar lo que ese loco de Clark les dijo que serían estas cosas para lo empleados. 

No juzguen a un naufrago por como sobrevivió, solo puede hacer lo necesario para salvarse. 

La criatura continua desquitandose, mirándolo desde arriba como si fuera basura en su camino. 

-Espero que te arrepientas, que te duela tanto como se pueda y te acuerdes de mi, de haber ayudado a cortarme. – escupe su odio ya lista para abandonarlo. 

El hombre lleva las manos a su cabeza, dejando el arma sobre esta, sin mirar más qué las pezuñas negras por la suciedad en el camino del cerdo. El solo pensar en hacer lo que se estaba planteando ya era demasiado. 

-Me dolió mucho. ¡¿Entonces porque me hicieron esto?! – pregunta ya alterada por su silencio. – Me dolió tanto y tú y ellos sabían lo que harían conmigo pero aun me llevaste con esa gente. – grita y pisa el suelo. 

Eso hace retroceder un poco a las flores. 

El guardia no lo perdió, resintiendo lo fácil que está criatura podría prescindir de su vida con solo abandonarlé. 

La pequeña Picky solo recuerda como la voz de Hoppy le gritaba qué corriera y estos guardas no lo permitieron, golpeando su cabeza como si fuera un animal rebelde cuando los mordió para hacerse soltar. 

Este mismo hombre lo recuerda pero no se siente responsable. No había razones para ello cuando todo estaba justificado, estos niños no eran humanos, no tenían nada fuera de estos muros. Eran como animales de la calle a los que se les cría en la granja para disponer de su carne, como los cerdos en un corral, pagan con sangre el alimento desperdiciado en ellos. 

Muertos o sirviendo, de todos modos era natural que no llegarán a nada allá afuera. 

Mas ahora se ve humillado y arrinconado a una relidad donde se encuentra rogando por la deseperacion ante el miedo a esas flores. 

-… yo… Yo solo trabajo aquí, yo… yo solo trabajo aquí, perdóname… por favor, por favor, ayúdame…te lo ruego, por dios ayúdame. – pidió arrodillándose con la frente pegada al suelo. 

El sopor iracundo de la figura rosa se rompe ante el shock.  

¿Era esta una disculpa? ¿Al fin recibía una disculpa de un adulto? 

Es un deseo natural de infantes el solo hacer daño, al igual que es un anhelo el ser comprendidos por los adultos. Saber que esos impulsos serían perdonados y le permitirían crecer. 

Los niños desean ser amados. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

                                      Una regada con tus lagrimas 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta rama de la fábrica era tan grande que el techo estaba lejos de el alcance de cualquiera de ellos, así que solo podían observar a una ola de Huggys Wuggys muy pequeños colgándose de una lámpara a otra igual a monos en los árboles. 

-Son muy bonitos. – suspira Crafty mirándolos saltar a otro pasillo. 

La cabeza de DogDay se giro al oír a Crafty, suspirando ante la situacion. Fracaso. 

Que gran fracaso era su sola vida. 

No salvo a ninguno de este destino, no lo logro. ¿Qué más podía hacer?

Sacarlos de la fábrica , pelear y llevarlos afuera. 

¿Que pasaria con Theodore?

Esas son las ideas que lo ahorcan de la cadena que se impuso y debe esforzarse por dar una respuesta escueta en vez de seguir en silencio.

-Creo que si lo son. – admite sintiendo que esa sonrisa en su cara es sincera por primer vez en meses, tan solo por lo mucho que quisiera mentir.

Sus compañeros conversan a fuerzas, con un ritmo pausado y quebradizo. 

-Entonces ¿Después de mi se llevaron a Bubba?- le pregunta Kickin al unicornio. 

La coneja no lo a soltado, caminando con las manos entrelazadas para cuidar sus pasos. 

-Se lo llevaron unos días después de ti. – mira a la coneja. – Después a Hoppy la castigaron y seguí yo. – su cabeza baja para observar sus pezuñas.-No se cuanto llevamos aquí, aun no me decían nada, solo me despertaron y me dejaron sola. - mira a la coneja. - Esto es algo irónico… Creo que esa es la palabra. - 

Siempre quiso ser un unicornio… con alas. Así que la ironía sigue estando a medias. 

-Creo que… si… - Hoppy ya no quería pensar en nada más que irse de este lugar con sus amigos. 

-¡¡¡AAhhhhh!!!-

Los tres se paralizaron por un segundo al escuchar el grito que viene del final del pasillo, justo donde doblarían para el siguiente, viendo una gran figura correr hacia ellos. 

-¡Ayuda, por favor ayúdenme!- grita esta figura viniendo hacia ellos con una camilla entre las patas qué le hace tropezarse y caer entre sus pasos torpes a cuatro patas. 

Si, una camilla, era tan grande que una camilla parecía una tabla en sus patas y el suelo rebotaba a su paso como si fuera a despedazarse en un segundo. 

No viene solo, una criatura de colores le sigue muy de cerca con las manos arriba. 

DogDay reconoce esa figura. 

-Es Daysi… y… - mira a la figura que tan grande no puede ser suficientemente rápido como para defenderse de las cuchillas de pétalo qué usa la flor para cortar la parte baja de sus piernas. 

Los tres se sacuden por la caída de la gran criatura. 

-¡¡¿Porqué no me ayudan? Por favor!!!- chilla el gigantesco monstruo. 

Es la forma en que se cubre la cabeza y no pone ni las manos para defenderse qué los hace reaccionar, corriendo los tres adelante para empujar la flor entre todos, logrando que ese cuerpo delgado se esparciera por partes contra el suelo y el techo. 

La pezuña de Crafty termino clavada en la cabeza que rueda en su pata igual a una viscosa pulsera. 

La niña bajo la pata sin saber que hacer a continuación. 

Kickin tomo la delantera al momento de terminar de hacer trizas la cabeza sangrienta con las garras de sus patas para liberarla, sin mirarse ninguno de los involucrados durante este acto tan perturbador. 

Hoppy fue quien siguió a DogDay a encontrarse con el gigante. 

-¿Bobby?- la llama Hoppy. 

Esta criatura enorme comienza a encogerse bajo la mirada de todos, tomando un tamaño igual a la estatura de Hoppy, mirándole de soslayo desde el suelo. 

-¿De verdad son ustedes?- pregunta con una voz mucho mayor y la razón por la que no le habían reconocido mucho antes. – No.. . No puede ser… - comienza a sollozar sin lágrimas, pegando el rostro al suelo mientras intenta con todas sus fuerzas fundirse con el mismo piso. Trata de desaparecer desesperadamente, rascando el concreto con las garras de sus manos.

El grupo le observa en silencio. 

-Bobby… debemos movernos.- la insta Crafty pisando cerca de su cabeza. 

DogDay acaricio el cabello azul de el unicornio antes de agacharse para levantar al oso en brazos. 

Cada uno observa esto sintiendo algo raro… algo malo que no debería estar ahí. 

 

 

 

 

 

El miedo es provocado por una hormona producida por el cuerpo en momentos de mucho estrés que puede llegar ser dañino para la salud al igual que el tabaco y las sustancias psicotrópicas. 

Entonces no podía ser bueno sentirlo durante tanto tiempo sin moverse de lugar y solo mirando una puerta abierta como si fuera a entrar el diablo en minifalda y un top, a seducirlo con razones bíblicas para echar por suelo la teoría evolutiva del gran… y algo machista, Darwin. 

Ahora solo quería tener el valor de sus amigos y salir de aquí sin importarle nada más que escapar y golpear idiotas. 

Tomo valor con un suspiro, sacando la cabeza por la puerta para mirar el pasillo por un lado y después el otro. 

Nada. Solamente un pasillo blanco sin ningún problema en ninguna parte, solo luz parpadeante y un silencio inquietante. 

-Listo, ya cierrate. – intento empujar las puertas para cerrar pero descubre con horror que solo a logrado arrancarla y quedar aun más desprotegido qué al inicio.-Chocómentas…- murmura rendido. 

Necesita quedarse un poquito de tiempo con las manos/patas sobre el rostro para contener el berrinche qué quiso hacerlo estrellar la cabeza contra el suelo. Estando en ello su trompa, esa nueva extensión en su rostro, se mueve olfateando algo que viene hacia él. 

Su rostro lo descubre y mira por el pasillo. 

En ese segundo paso una figura rosa corriendo muy cerca de él. 

Sus ojos apenas habían terminado de procesar lo que vio antes de que unas criaturas larguiruchas pasarán corriendo a cuatro tras la figura rosa. 

-Esto.. Esto… - mira al suelo ahora bañado con sangre de alguno de esos monstruos o de lo que fuera que se hayan comido. 

Bubba vuelve adentro de la celda para pensar en lo que estaba pasando. En lo que podría pasar y… lo que le harían las personas si lo descubrirán fuera de las celdas. Igualmente se preguntó si valdría la pena intentar hacer algo por si mismo. 

Hace días que las pruebas no paraban, no habia minuto que su cuerpo no estuviera siendo cortado por algún cuchillo ni pudiera decir si estaba sangrando o solo soñando qué estaba atado con los ojos de un desconocido fijos en su cuerpo abierto. 

Entonces solo quedaba hacer lo que él quería antes de que lo volvieran a cortar. 

¿Qué es lo que quiere? ¿Que podría hacerlo superar el miedo? 

-Quiero ver a mis amigos. – determinó levantándose del suelo donde había estado refugiándose. 

Dirigiéndose fuera de los pasillos al lado contrario en el que fueron esas criaturas. 

Mientras avanza puede ver a algunos científicos rezagados colocar códigos en las puertas de oficinas pequeñas a gran velocidad y entrando con el miedo tatuado en sus ojos. 

Bubba rasca tras su gran oreja, había guardado el código en su memoria y tuvo, perdónenlo por favor, tuvo el impulso de colocarlo cuando una de esas flores golpeó la puerta pero sus pétalos no podían con el metal de esta. Pensó en abrirle esa puerta y dejar que adentro pasara lo que sea que podría suceder. 

-Dejalos en paz.- ordenó a la flor sin acercarse. 

Esta lo miró al saber de su presencia y de pronto, ser bueno pareció un error. 

-¡No me sigas!- grita corriendo con esa cosa, por supuesto, siguiéndole muy de cerca. 

 

 

 

 

La sangre no es demasiado agradable. En su nuevo pelaje se ve asquerosa.

Hoppy dio una queja en voz alta. 

-No puedo pensar bien… Digo, mi cabeza está muy gris, creo. – mira a DogDay al frente del grupo dando ritmo al avance con pasos lentos y firmes.-Estoy tan enojada que me duele. - 

Kickin acaricio su brazo soltando su mano. 

-Yo me sentía igual, no te preocupes.- era su propia expriencia pero sentía que podría ser comparable a la de Hoppy. -¿Hace cuantos días despertaste?- pregunta observando esos ojos plata. 

La coneja soltó un suspiro muy ligero. 

-Hace unos veinte minutos. – responde llevándose las manos a la cabeza. – Aun creo estar soñando. – 

-Yo desperté hace unos días, estuve durmiendo a propósito. – les interrumpió Crafty, inclinando la cabeza para observar a DogDay llevando al oso en brazos.-Que raro. – murmura pensado en la insertidumbre qué le ocasiona sentir tanta rabia hacia el perro naranja y al oso. Su mirada vaga de el pelaje qué se mezcla en contacto del otro. 

-Si, es extraño. – responde Kickin sintiendo el mismo desagrado. – No creo que sea bueno eso. – mira al conejo verde. 

-Creo que debes pensar en otra cosa.- le recomendó Hoppy deteniéndose al mismo tiempo que DogDay. 

-Creo que veo a Bubba. – les avisa mirando por una esquina. 

-Si, debe ser Bubba. – dio la razón Bobby aferrándose al pecho del perro. 

Los tres corren a ver sin disimulo alguno por la esquina, empujándolo en el acto solo para ver a esa dirección. 

En el pasillo habían pedazos de lo qué fueron flores pero tan aplastadas que solo podrían ser reconocidas por un par de pétalos esparcidos por entre las masas de carne pisadas por las grandes patas de un gigante azul. Lo discordante con la escena era ver como se había quedado de cuclillas con unos cuadernos en las patas delanteras. Al parecer se encontraba leyendo y eso ya era suficiente. 

-¿Bubba?- lo llama Bobby tímidamente, apenas con un poco de anhelo en su voz. 

DogDay inclino el cuerpo dejando a Bobby en el suelo. Estaba sintiendo algo raro por ese elefante tan sonriente… algo curioso. 

-¿De verdad son ustedes?- les pregunto el elefante aun en la misma posición, sin soltar los cuadernos qué encontró en el suelo.- ¿Chicos?- les pregunta al fin mirándoles. 

-Ojalá no. – responde Kickin observando el aspecto de cada uno con el ceño lo más fruncido que podía.

El elefante aplastó el cuaderno en sus patas y, para sorpresa de cada uno, lo guardo en un pliegue de pelo qué parecia un cierre en su pecho qué cierra con la trompa. 

DogDay se toco el pecho, hasta ahora tocarse le era algo inquietante y asqueroso, por lo que encontrar tal cosa entre su pelaje lo hace sentirse perdido. Ahora tenía sentido que lo cortaran siempre por el pecho. Por ahora no podría revisarlo, solo pudo levantar los brazos para recibir al elefante sorprendentemente rápido y fuerte en un abrazo. 

Claro. Llego con una crisis que el mismo intentaba ignorar en su interior. 

-¡¡¿Qué vamos hacer?!! ¡Ya no somos humanos! ¡Ya no tenemos futuro, DogDay, bien podríamos estar mejor muertos!- comienza a llorar su dolor en los hombros de su amigo naranja.-¡¡¿Que se supone que hagamos, Dog?!!-

El perro asiente distraído por los pensamientos que suben por su columna con solo un par de líneas dichas por su elefante azul. Ese sentimiento gracioso era la felicidad, la pieza complet qué le hacía falta a espera de reencontrarse con Bubba. 

Más hay un problema con los aláridos de Bubba. 

Morir en este momento no era para nada su deseo, al igual que tampoco había pensado que esta era la última línea de una carrera a la muerte. Tal vez lo deseo varias veces cuando lo cortaban en pedazos, tanto anhelo no volver a despertar. Era curioso como su cuerpo iba en contra de esos deseos, esforzándose por seguir con vida en vez de solo dejarse matar. 

Él queria vivir, ¿Para qué? A este punto el estar vivo era demasiado doloroso, no habia futuro alguno para ellos ni para los otros chicos vueltos monstruos. Buscar razones para vivir puede ser tedioso pero, solo hay un pero para todo este enredo :

Aun no estaba listo para morir ni para dejar que sus amigos lo hagan. 

-Necesitamos encontrar a Picky. – interrumpió el llanto del elefante con unas palmadas. – Hay que discutir lo que haremos ahora. – 

Cada uno había esperado su turno para abrazar a Bubba pero DogDay había hecho cambiar el ambiente con ese tema antes arrinconado para no pensar en ello. 

-¿Qué se supone que hablemos?.- pregunta Crafty golpeando con uno de sus cascos al suelo.

-¿Hablas de salir de aquí?- es Kickin el segundo en hablarle. 

-¿Al menos tenemos un plan de qué hacer si hay cosas peores afuera?- le cuestiona Bubba soltandolo con el ceño fruncido. 

-¿Porqué haríamos tal cosa? Debemos matarlos a todos. – 

Los cuatro miraron a Hoppy con los cuerpos hechos piedras, el solo pensar en ello se convirtió en un ruidoso nido de ratas entre sus cabezas sin dudar en el resentimiento de cada uno como igual. No había mucho por decir, solamente podían estar de acuerdo a falta de cualquier defensa satisfactoria y capaz de cubrir esta… tortura como algo perdonable. 

Cuando sabían que posiblemente estas personas no deseaban ni les interesaba su perdón. Incluso si aun deben ignorar lo cerca que estaban de perdonarlos.

Dicha situación silenciosa comienza a afectar les, haciendo que el resentimiento siin rumbo se desvíe de la anda a la figura que reconocen como a especie de autoridad. 

Exactamente al perro que los mira silencioso. 

-No podemos dejar que se salgan con la suya. – opino Crafty empujando a DogDay ante la falta de respuestas. – Di algo, vamos. – lo apura mirándole directamente al rostro. 

Los ojos plata de DogDay bajaron a un costado, seguido de su cabeza. 

El quería tanto sacarlos de aquí. Salvarlos. 

Sacar a todos antes de perderse. 

Más es posible que no haya salida. 

Con pasillos infinitos con puertas de hierro en cda piso, elevadores con códigos. Armas y enemigos qué no esstaban de su lado. Humanos que se pondrán al frente y los lastimaría sin dudar. 

¿A donde puedenir? ¿De verdad alguien aparte de ellos mismos podría amarlos lo suficiente para exponerse a todo lo que les esperaba de intentar huir juntos?

Ese vagabundo le dijo que debería hacer lo posible para defenderse incluso si lo llegaran a matar, debía pelear hasta el último segundo y llegar al fin de todo. Debe afrontar el presente porque nadie más lo hará. 

Estaba sólo, era la verdad, la verdad es que no tenían a nadie más que ellos mismos. 

No hay nadie de su lado. 

¿Qué más da si no less queda nada más que morir con dignidad? 

Por eso Pedro se voló la cabeza en vez de entregarse a sus enemigos. 

El suicidio era un acto demasiado valiente, un camino que no quería para ninguno de sus amigos hoy. 

Terminando con sus maquinaciones al cerrar sus puños. Decidido. 

Al fin resuelto. 

-Si deciden matar a todos los ayudaré y los cuidare, lo prometo. – les dice sin levantar la cabeza. – Tengo la tarjeta de un guardia y podemos usarla para entrar incluso a las oficinas en este piso. – no duda en mostrarles un carnet con un código impreso bajo la fotografía de un empleado de uniforme gris.

Hoppy lo tomó de su mano con el ceño fruncido, decidida a usarlo con la más cercana pero debe detenerse al ser sujetada por la mano de DogDay en su brazo. 

-La otra opción es huir y puedo sacarlos de aquí. – les mira a cada uno. – Una vez encontremos a Picky, podemos dejar el lugar por la salida del tren, en unas horas amanecerá pero si nos apresuramos aún alcanzaremos la oscuridad y después el amanecer. – apunto al pasillo. – Estas personas no tienen permiso de ningún gobierno, incluso la policía los está vigilando y no nos perseguirán durante el día.-

Ese plan era algo estúpido y lleno de baches estructurales que Bubba podría aplastar con una sola frase pero no lo hará, no quiere hacerlo. 

-… ¿Porqué no te fuiste antes?- Crafty es la primera en encontrar algo que decir a ese plan tan irracionalmente racional. 

DogDay mueve la cabeza sacudiendo las orejas en ello. 

-Tengo una ruta de huida y un mapa de fuera de la fábrica, y puedo sacarlos de aquí pero no ir con ustedes.– les confiesa esto solo pensando en los riesgos de mentirles.-Un hombre me dijo que debía ponerme un rastreador si quería estar fuera de mi celda… - suspira dejando ir a Hoppy.-Es por eso que me permitieron salir antes que a ustedes. – 

Cada uno le observa con un aspecto diferente por la forma en la que sus cuerpos se inclinan, giran y tiemblan. 

-¿Qué dices?... – Bubba apretó las pezuñas sobre su estómago.-¿Rastreador?- pregunta mirandolo de arriba abajo. 

Hoppy mostró las garras de su mano. 

-Dime donde esta, te cortare el pedazo y ya esta. – le asegura más que dispuesta y ya adelantandose en busqueda de dicha pieza. 

-Ese día metieron mis huesos en la prensa de carne… el rastreador fue implantado en la médula. – les mostró su brazo.-Al parecer se mueve y no se donde esta, así que no puedo solo hacerme pedazos. –

- ¿Por eso nos buscaste en Dulce Hogar?- interroga Bobby mirando el brazo del perro. 

-Lamento tanto.. No podía hacer mucho con Huggy o Kissy …mucho menos sabia si romper la casa serviría de algo…- baja la cabeza pensando en esos meses desperdiciados en la sala de pruebas.-Si hubiera … sido mas inteligente ..si, tan solo fuera más grande ….- habían formas de escapar qué su cuerpo y su estado no podían seguir al ritmo. -No pude ayudar a nadie , chicos…- cubre su cara con la mano recargandose en la otra.-No se que estuve haciendo , no lo se.- 

El oso rompe el ambiente con aferrarse al perro.

-Eras un tonto cuando te llevaron y lo eres todavía ahora.- lo dice enterrando la cara alegre en el pelaje profundo.-Yo no habría logrado nada como eso , ni Bubba , Hoppy o Crafty.- suspira tomando su rostro.-Se qué haces, el como y lo entiendo, te comprendo. No había otra forma sin nadie que te ayudara.- suspira moviendo el rostro de lado a lado en ese echo. - No es tu culpa estar tan solo. - 

El perro aprieta el abraza amando cada segundo de este, atreviéndose a dejar salir un poco de su tristeza con un murmullo. 

La interrupción viene de sus amigos. 

-Deja de halagarlo ,se le subira a la cabeza.- le reclama Kickin.

Hoppy no siguo la linea triste de esos sentimientos piaosos.

-Si los matamos no habrá que dejarte atrás. – lo dice mirando la tarjeta.-Matemos a los cientificos , a los de bata blanca.- murmura recordando exactamente a ese científico calvo , su sangre hierve solo con recordar esa sonrisa.-Quiero que sufran , DogDay.- mira a cada uno por un segundo.-A todos.-

-Matar…- Bobby apretó el rostro en el pecho de el perro.-Si ustedes lo hacen , yo también lo hare.- 

Eran mala influencia para la niña. 

Kickin asiente acercándose a Hoppy para apoyarla.

Bubba mira a DogDay , es obvio que el perro quería que huyeran del lugar pero … no habría a donde huir de no hacer antes algo con esta gente. 

-No habrá a donde ir si estas personas saben de nosotros.- sus patas se mueven a un lado de los tres.- Sería cuestión de tiempo para que nos cazen y no sé si seremos capaces de huir.- su mirada se queda en el perro naranja.-La mejor defensa es una ofensiva. - ni el lo creía pero hacer el mayor daño posible podría hacer que no los siguieran. 

-Serán ellos atrapados con nosotros, se acabaría todo este control qué tanto aman. - dictmino Crafty pisando el suelo, resentida y cansada.

DogDay mira a los cinco y después a la osa en su pecho.

-Entonces eso haremos.- asiente cambiando totalmente de actitud una vez su grupo tomo la decisión. Huir no era la opción escogida así que ahora su trabajo como líder era llevarlos a salvo a tomar la justicia en sus propias manos. 

-Hoppy , dale la tarjeta a Kickin , el puede entrar donde nosotros no lo parecemos , podra hacerlos salir.- su primer orden es directa a la coneja.

-Esperen … chicas…- miro a los chicos Bobby para decirles que también les hablaba a ellos.-Si lo hacemos aquí abajo … los de arriba escaparan antes de que subamos.- su voz es tímida pero su mirada aclara que estaría dispuesta a discutir si le daban la contraria. 

Es Crafty la que la confronta pisando con los cascos el concreto hasta volverlo tierra.

-¿Entonces quieres que subamos y dejemos a esos cobardes en paz?- apunta a las puertas con un movimiento de cabeza.-Bobby , no seas idiota.- dejo salir su frustración con un berrido. 

Bubba puso la pata entre las dos.

-Bobby tiene razón , no vamos a separarnos para cazar a un montón de gente , debemos pensar en otra forma que no nos lleve a morir a lo verdaderamente idiota.- 

El gran caballo bufa sacudiendo su cabello en el proceso.

-Entonces …- mira al líder esperando alguna respuesta.

Al menos estar casi todos juntos devolvió las fuerzas para burlarse y ser grosera a Crafty. 

DogDay apunto a Kickin , habia notado que tenia algo que decir desde el inicio.

-Esto…- suspira y apretó la tarjeta en sus manos.-Debe ser porque ahora soy un pollo…pero creo que deberíamos hacer como los vaqueros y guiar al ganado directo al matadero por sus propias piernas en vez de esforzarnos demás tan solo en buscarlos.-

-Psicopata , Kickin.-

-Se dice Maquiabelo, Crafty. - le corrige Bubba. 

El ave había tenido tiempo para pensar un poco en sus delirantes venganzas y no enojarse por el comentario de sus amigos. 

Bobby asintió dando la razón al pollo igual que Bubba y Hoppy . el caballo , por su parte , mueve la cabeza dando la razón .

-Abre las puertas , Kickin.- le pidió Bubba al pollo.

De inmediato el arrepentimiento se apodero de los ojos plata del ave y esa gran sonrisa lleva sufrimiento consigo. 

-Hazlo tu , DogDay , ellos ya confian en ti.-le pidio entregando la tarjeta.

El perro se negó cruzando los brazos.

-Ahora mismo las cosas grandes no son del gusto de ninguna persona , hazlo tu amigo.- le pide apuntando a una puerta cercana con el pie.

Kickin busco apoyo en sus compañeros pero ninguno se movio , sobre todo Bobby se oculto tras Hoppy.

-Bien.- debe rendirse y dirigirse a la puerta con la tarjeta por delante de la pantalla de códigos. La puerta se abrió de inmediato y Kickin dio una larga mirada a las personas en el interior. Estaban asustados y por alguna razón se habian cubierto con frazadas , no lo comprendía pero eso los hacia cien veces mas localizables.

Entro bajo la horrorizada mirada de los cientificos y algunos trabajadores de uniformes azules. Observo dejando caer algunas plumas por estrés por mas de un segundo.

-Yo…- pensó en …pisotearlos …hacerlos pedazos tantas veces que no quedara nada de esos cuerpos.-¡Soy Chiken Kickin , ¿Qué tal si vamos afuera?- exclama con la voz infantil.-Les aseguro que los llevaremos con los demás a salvo.- se aparto de la puerta como lo hacían los adultos cuando querían que entrara a algún lugar.

  Cada persona se lo pensó , no querían moverse ni escuchar a esta cosa.

-Les digo que salgan.- ordeno el ave con una voz áspera.-No es seguro que las flores no hayan entrado en eso.-apunto al aire acondicionado sobre sus cabezas.

No se moverían. Incluso uno de los trabajadores no le tuvo tanto miedo por su pequeña estatura , pequeña a comparación de Hoppy o DogDay, intentando afrontarlo con una llave de perico en manos.

Kickin espero el golpe sintiéndose vacío , estaba aun aturdido , como si alejarse un segundo de sus amigos hubiera acabado con su resistencia. Nisiquiera intento moverse cuando noto como el empleado se disponía a golpearlo con la llave.

-¡Aaahh!- 

Voltean asustados por la tapa que cayo tras un impacto del interior.

-Se los dije.- apunta Kickin arrebatando la llave de manos del trabajador, adelantándose , sin importarle que lo dejaran al correr afuera , lanzándose a golpear la cabeza de la flor con la llave como si fuera su mayor Home Round. Lo repitió bastantes veces al no ser tan fuerte como sus amigos.

 

Afuera de la oficina los trabajadores , cuatro mujeres y un solo hombre de azul , se detienen frente a los cinco gigantes.

-Dios mio…- murmuraron perdiendo fuerzas tan solo con tenerles de frente.

No era como trabajar con el perro atado ni con el elefante atrapado en su jaula. Estaban de frente a las criaturas a las que habían estado observando , cortando y quemando tantas veces como se podían contar.

Una parte de la científica deseo nunca haber tomado este empleo y otra parte de si deseaba arrodillarse y pedir perdón una y otra vez.

Entonces ese mismo elefante les hablo.

-Pueden seguirnos , los llevaremos arriba.- les habla con esa voz áspera y adulta que se desarrolla al extender las cuerdas vocales.

Habían estado en contacto con el perro obediente que hizo reír mas de una vez a su jefe pero no a los otros.

El pollo amarillo paso por detrás de ellos con la palanca en una mano y una de las sabanas en la otra , solo para limpiarse la sangre de la flor.

-Oye …- parte de el coraje de esa científica se quedo en ese “Oye” porque lo que uso para seguir hablando una vez el perro la miro ,solo podría ser sacado de su alma.-Gracias , DogDay.-

El perro inclino la cabeza pero no les respondió , solo siguió el camino y cada uno de los cinco trabajadores tuvo que correr para ir al día con las criaturas.

Puerta tras puerta fueron abiertas y las personas del interior fueron traidas asi estuvieran heridas.

Al menos tres terminaron en los brazos del elefante mientras el conejo , el perro y el caballo se encargaban de abrir el paso entre las criaturas que decidían atacar sin importarles el tamaño de los gigantes.

 

 

Cada uno tenia en mente el plan , no les importaba si tenian que hacer algo tan bajo como ayudar por ahora a estos enfermos , el solo estar en desventaja parecía ser suficiente para tocarlos.

Una vez el objetivo se a fijado en mente del líder solo les quedaba seguir el ritmo.

-Ya llevamos a demasiados , las puertas se encargaran de este piso , pero ya hay que subir.- lo recomendó mirando a cada uno como una silenciosa señal.

En los dias que lo ataron habia guardado diligentemente detalles de cada adulto que se acercara a la mesa o hablara en los alrededores de los pasillos cuando lo transportaban. Todos estaban aquí. Incluso en sus brazos tenia al hombre que llego a cortar sus ojos solo para saber porque habían gotas húmedas en las esquinas de sus lagrimales.

Un sentimiento extraño lo hacia desear aplastarlo , al igual que deseaba con fervor irse de aquí.

Entre los cinco comparten esa idea y no les niega la intención , solo sigue su camino sin detenerse ni cuando una flor le salto encima desde el techo. Solo sentían que buscar a Picky sería más fácil al acabarlo a todos. 

Kickin aun no habia peleado pero sus reflejos evitaron que las dos partes de Daysi le cayeran encima al ser lanzadas a los costados del pasillo , salpicando las batas blancas con rojo profundo.

Completamente distinto pero igual a cuando era un niño pequeño que se queda callado cuando peleaba.

Bubba intento seguir el paso pero cada vez es solo DogDay eliminando una criatura tras otra , seguido por Hoppy que no duda en usar al perro como soporte para sus saltos , azotando el revés de sus puños sobre las flores.

 De pronto para Bubba pareció posible. Llevar estos idiotas arriba y matarlos cuando se confiaran.

Solo deseaba ver como los mirarían , y cuanto llorarían. Igual que él , igual que sus amigos cuando se llevaron a DogDay o cuando Hoppy solo podía mirar como él mismo se hundia en la oscuridad.

Ninguna de estas afiladas criaturas podían contra ellos , no habia muro que Crafty no pudiera tirar con un impacto de su cuerpo alargado.

Estaban pasando por encima de cada obstáculo y la sangre ya era parte de las personas. No mas blanco inmaculado , no podían seguir fingiendo que no tenían sangre en las manos.

Hasta llegar al ascensor que los llevaría a la superficie.

Aunque jalaron la palanca , aun tenían que esperar a que bajara la plataforma.

-Deberíamos trepar.- apunto Hoppy tratando de hablar lo mas bajo posible pero su tamaño hacia que fuera sencillo escucharle para un humano ante el eco del túnel.

Algunas personas se inquietaron al pensar que serian abandonados.

DogDay movió la cabeza en negativa.

-Seremos objeto de tiro si subimos de esa forma.- les recuerda el perro. 

Cada uno espera al ascensor en un silencio tenso. 

Hoppy observa a los trabajadores con detenimiento , descubriendo que ese hombre no estaba en este grupo.

-¿No falta nadie?- pregunta a los trabajadores.

Las caras de estos cambiaron totalmente cuando la voz áspera y femenina se dirigió a ellos.

Siempre , en muchos casos , escuchar a una voz femenina podía hacer que las personas se relajen sin dudar.

-No…n-no , son todos…- responde una mujer con las dudas bien plantadas en el rostro. 

Hoppy descruzo los brazos inclinándose para verle de frente.

-¿Lo juras sobre la tumba de mamá?- 

-Tienes una voz hermosa.-

Esa no era la respuesta que Hoppy esperaba ni la expresión que debería poner alguien ante el interrogatorio de un monstruo. 

-No la escuchen. – intervino otra trabajadora apartando a la mujer con un brazo. Procediendo a regañar a su compañera en voz baja. 

El ascensor llego al fin. 

Subieron todos, personas y gigantes. 

Kickin observaba a Hoppy mientras la coneja se sobaba tras la cabeza con un aspecto algo triste en la mirada. 

Hoppy… siempre había tenido problemas con su aspecto, con sus dientes chuecos y su cabello tan rebelde. Era tan sensible a los comentarios sobre su aspecto, tanto que simplemente la vio huir de cualquier intento por arreglarle alguna vez sus rizos espesos. Sabía que era difícil para las niñas, sobre todo porque el mismo era súper hermoso, pero ahora… ahora son menos.

¿Podrian ser asesinados si fallaban? ¿Podría ser la última oportunidad par esta juntos todos? 

-Tu siempre fuiste hermosa, incluso cuando no lo creías me pareciste mucho más bonita que las estrellas, Hoppy. – lo dice muy bajito, cubriéndose la boca con las manos a sabiendas de que solo una orejona podría escucharlo. 

Era obvio que funcionó, era muy obvio pues las orejas verdes se agitaron. 

-Nunca extrañe el cielo porque solo tenía que verte para sentir que no lo había perdido. – si pudiera estaría rojo pero solo puede agachar la cabeza para ocultar la vergüenza que sentía ahora mismo, hirviendo en un vapor espeso su cabeza. 

Era un ave y era también muy pequeño a comparación del conejo o el elefante… seguramente no duraría mucho pero de todos modos no planeaba vivir tanto después de perder tantas plumas. 

No pensó en como solo abrir la boca a sido el verdadero golpe para Hoppy. 

Ni el comentario de esa humana ni el miedo a morir, no era nada de eso lo que le hacía temblar ahora. 

Era el saber que estaba en riesgo de perder más que un todo, más que a sus hermanos, más que a los amigos que hizo… era darse cuenta de él futuro qué tal vez perderían al decidir con el odio y no con la esperanza de salir de aquí a buscar un verdadero destino. 

Perder todo lo que podrían conseguir con la decisión correcta.

Hoppy tenía una hermana menor antes de tener a DogDay como hermano mayor, ya había experimentado la pérdida y por eso había pensado que nada ya podía doler tanto como perder a su hermana. Creyó que solo podía sentir rabia, alegría y tristeza. 

No era así. 

No quería abandonar a nadie pero tampoco quería seguir este rumbo. Quería ser libre y llevarse a todos con ella. 

Hoppy quería vivir, incluso si dolía, lo anhelaba. Deseaba tanto vivir como solo una niña puede hacerlo. 

No quería perderlos, no otra vez. 

Nadie le quitaría otra vez a su familia, nisiquiera esa rabia que la esta matando por dentro. 

-¡DogDay! … - lo llamo adelantándose entre las personas y sus compañeros.-Ya no, no. - exclama en un hilo. 

Kickin sintió el vacío cuando ella lo dejó ir para encontrarse con el perro. 

 El ascensor llego al piso justo cuando su mano chocó con el hombro de su amigo haciéndole voltear a verla con sorpresa en los ojos. 

 

 Al mismo tiempo un disparo resonó en el lugar sacudiendo el metal qué los rodeaba. Siendo sangre lo que escurre por la tapa de hierro que sube para darle paso al ascensor. 

-Es… - lentamente cada uno de las criaturas sonrientes giro para ver la gran mancha de sangre en el suelo que ven al ser mucho más altos. 

La osa levantó las manos al nivel de su rostro con el horror plasmado en su cuerpo encojido ante tanto terror. 

-¡¡¡Picky, no, Picky a ti no!!!- chilla sabiendo de quien era ese cuerpo con solo ver esa sonrisa negra estática en la cabeza de la criatura. -¡¡Picky!!- trepó lo que faltaba or subir y gateo sin importarle si era la siguiente en ser atacada por las armas. 

DogDay hizo a un lado a Hoppy y ninguno de ellos podía ver la cara que haya hecho, solo ver el horror en los guardias qué sostenían más de uno de esos rifles encima de los hombros. 

Bubba levanto los brazos recordando que tenía a algunos atrapados consigo. 

Rehenes, fue lo que pensó de inmediato. Aunque solo esta paralizado, viendo el estado de la criatura rosa. Horrorizado hasta perder fuerzas. 

-¿Picky?- apenas puede decir algo para reconocerla. 

Aunque antes que cualquiera de ellos pudiera hacer algún acto en respuesta , sucedió un evento muy diferente a lo que esperaban. 

Algo que hizo a DogDay detenerse en su lugar. 

-¡No disparen!- ordenó una de las primeras científicas que encontraron al subir a trompicones las escaleras con los brazos arriba. 

 

-¡¡Doctora Heller, apártese!!- ordena el guardia líder. 

La doctora da una mirada rápida a cada criatura, incluso a Bubba le miró directamente a los ojos. 

-Ustedes saben bien que estos experimentos son los guardias de los empleados, ¿Porqué los neutralizan en plena crisis?- los interroga parándose a un lado de Bobby. La osa abraza al cerdo rosa contra su cuerpo sin importar que la sangre la llene. – Dañaron exponencialmente propiedad de la compañía. – 

-¡¡Esa perra me amenazó, maldita loca desquiciada!!- rugió un guardia desde muy al fondo. 

Esa ofensa corroe hasta las venas de cada uno. 

-Hola, Adrián, es bueno verte ahora. -

La cabeza de varios empleados se gira al escuchar al perro saludar al guardia que había gritado hace un segundo. 

La científica se coloca al frente, cubriendo a las dos criaturas femeninas en el suelo. 

-Si uno de estos chicos te quisiera hacer algo, solo lo harían.- lo apunto. - ¿De que sector es?- pregunta al líder de la fila. 

-El colega fue traído hasta aquí por la misma criatura. – le informa mirando al guardia en cuestión. 

-¿Le dispararon incluso mientras hacía su misión?¿Le dispararon en vez de enviarla a completar el rescaté? - cuestiona y pronto sus quejas son acompañadas por los sobrevivientes traídos por los sonrientes. 

Este desarrollo no era lo esperado para ninguno. 

Después de todo desconocían las funciones cerebrales y como eventos cercanos a la muerte pueden crear lazos forzados con elementos positivos bajo estrés. Ellos ahora mismo eran ese objeto de confort. 

-¡Me amenazo!- insiste el guardia al ver como se volteaban en su contra incluso sus compañeros. 

-Estas vivo, idiota. – la doctora observa la situación del gigante rosa.-Si estas vivo es porque nuestro juguete decidió que sería así, ¿Sabes porqué ? ¡Porque así la programamos! - us gritos resonaban hasta ser interrumpida por un toque suave a su hombro. 

Miro atrás y saltó a un lado dejando el paso libre para el gigante naranja. Debió decirle que la dejaran para volver a buscar a otros heridos pero se queda con las palabras en la boca. 

Observan como el líder de los Smiling Critters llego al encuentro de la criatura herida con la pieza inferior que se vio separada ante el poder de las balas, viendo a la osa tomar en sus garras el rostro de su amiga como consuelo. Solo con mirarle era claro que no estaba bien, el tiro fue tan fuerte que el cuerpo se partió a la mitad y no podía ser… posible… qué se recuperará. 

El perro no lo veía así. El pero sabía mejor que los científicos lo que poseían soportar. 

La sorpresa les hace retroceder, solo capaz de boquear al ver como solo es necesario unir el torso y las piernas para observar como se curaban. Mirar al perro que trajo la pieza superior y la unía con paciencia. 

La criatura apretó la pezuña sobre los brazos de la osa, aguantando un grito agudo en su pecho antes de llevar la cabeza a encontrarse con el consuelo del perro. 

-Hola, Picky. – murmura suavemente a la cerdita. - Estarás bien, no tengas miedo. - 

La cabeza de esta se mueve lentamente para mirar al oso y al resto de esas cosas con la misma sonrisa negra a unos metros. 

-Están tan feos como cuando se fueron.- susurra con cierto tono burlón. 

La osa hipo más de una vez antes de abrazarla con fuerzas. 

-No debe moverse.- le dijo DogDay mirando las piernas inutilizadas por el momento. 

Era obvio que Picky no podría correr. 

Su mirada se eleva para ver a sus compañeros. 

Hoppy mueve la cabeza tomando sin disimulo la mano de Kickin, al igual que Bubba se acercó a los guardias mostrando a los heridos que había cargado. 

-Son quince, digo, cuatro personas. – dice al agacharse para que los llevarán de sus brazos. 

Quince… es imposible que el calculador Bubba se equivocara por tanto. 

Eran quince armas y ellos solo eran seis y un herido. 

No podían. Sin el deseo de pelear de hace unos minutos no lo lograrían.

¡¡No pueden hacer nada!! 

No puede obligarlos a dejar el miedo atrás. 

Otra vez debe comer su dolor y vergüenza con la rabia que la impotencia le hacía tragarse. 

La derrota… es dolorosa. 

Es rosa y azul. 

Es del color de los dos gigantes qué se agregan a los guardias. 

 

Rodeados de enemigos y la soledad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                                  ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

Un labial rosa no se ve lindo cuando no colorea una sonrisa, es demasiado contradictorio que el rosa sea llevado con tristeza. 

-¿Tuviste un mal día?-le pregunta sentándose junto a la mujer. 

Esta parece bastante sorprendida por la pregunta del niño. 

-No… solo… estoy un poco cansada. – se soba las rodillas para animarse, aunque esto solo rompe las mallas qué vestía. -No… - suspiro ocultando el rostro entre sus manos. 

-Tu no quieres estar aquí.- asegura el niño mirando como se encorvaba.

-No, no quiero esto… - una vez tuvo ese estallido, recuerda que era un niño quien estaba a su lado. – Lo siento, yo… no quiero lastimarte-

-No eres nadie para lastimarme. – interrumpe el niño.– No eres mi mamá ni creo que quieras serlo.– apunto su cara. – No quieres ser mamá y si te llevas a alguien de aquí también lo notarán.– volvió a mirar adelante sin importarle si la había ofendido. -Mi mamá quería ser mamá pero a la gente no le gustaba que lo fuera. – sus manos acunan su propio rostro para recargarse en sus rodillas. – Tu no quieres ser mamá pero creo que todos quieren que lo seas, da miedo que ser tu hijo te haga infeliz. – un pensamiento paso por su mente tan rápido como lo dejó salir. – Ser hijo de alguien que no te ama suena demasiado doloroso, no me gustaría ser tu hijo si aunque te quiero eres infeliz y yo lo vea. – 

Después de ser acribillada su cabeza se lleno de rojo. 

-Eres algo grosero, niño. – le acusa mirándolo de arriba abajo. 

-¿Y si mejor regresas cuando tener un hijo te guste?- le devuelve el mismo tono indiferente. 

Ella se levantó sin importarle si sus mallas estaban agujereadas. 

-Es verdad, por algo es que eres un niño sin familia y yo si puedo irme con la mía. – piso con fuerza al retirarse moviendo de lado a lado su cadera cargada de indignación. 

-Dios es sabio. – suspiro el niño una vez ella abandono la banca y se vio victorioso al estirarse libremente bajo esa sabana purpura.

Bien pudo haber tenido la misma discusión con un psicólogo o un gato. 

-¡Aha!- exclama yendo en dirección de su esposo. Por supuesto lo encuentra hablando con sus amigos y por primera vez escucho algo que la hace sentirse aún más triste. 

-… no creo que pueda seguir fornicando con un foso seco, y estos niños son tan ruidosos, sería mejor que el sistema médico apoyará ese departamento para las de vientre marchito…- 

La mujer necesita unos segundos para aguantar la rabia y la humillación que siente una vez escucha las risas. 

-… pero pobre de mi mujer, un hijo es lo único que podría amar a una arpía como ella pero no puede darme ni uno solo… talvez te haga caso y vaya a Atlanta, suena cada vez mejor inversión..- 

Lentamente ella se gira en dirección de la salida de este horroroso hoyo de miseria. Subió al teleférico y observo por la ventana a los niños que nadie quería, ni siquiera sus propias madres podían querer a esos bastados. ¿Pero ellos lo pidieron así? 

Su cabeza duele y debe sujetarse por la sacudida qué sintió por alguna razón extraña que estremece los cables y cada metal en el transporte, sus rodillas se debilitaron haciéndole aferrarse de los cristales. Entonces debe ver a su esposo, si el que se supone que la amaba, preocuparse más por uno de esos clientes ricos que había venido persiguiendo y no en buscarla en lo más mínimo. 

Era egoísta pero ella misma se sabía egoísta, solo alguien tan mordaz como ella le diría cosas tan crueles a un huérfano. Solo ella y su maliciosa lengua, hasta que muera sin haber sido más que solo una víbora incapaz de tener sus propio nido. Entonces… estar en este lugar ya no era tan doloroso sino un chiste. 

-Lamentamos mucho la sacudida, nuestros ingenieros están trabajando en nuevos cableados modernos. – 

Ese empleado está muy pálido, si es que pareciera que no estaba hablando de cables y boberas de hombres. 

-Como sea. – lo esquiva evitando que su abrigo se ensuciara con ese óxido rojo en las mangas del empleado. 

Para mayor infortunio su tacón, de hermosa suela roja por cierto, se atoró con el borde del camino. Supo que pasaría una gran vergüenza frente a unos desconocidos cuando incluso su mano se deslizo y todo su cuerpo se estrelló contra él suelo. 

Suficiente. 

Comenzó a llorar antes de levantarse y ni toda la vergüenza del mundo la salvo de correr a una de las bancas de espera para el tren, sin poder entrar al baño por alguna razón desconocida, esta sola en esta banca metálica para limpiarse el rostro y mirar su reflejo tan decadente y sucio como un espíritu vengativo. 

Solloza limpiándose hasta mocos con el pañuelo,. Sobrecogida por su infertilidad, por su divorcio más cercano cada vez, su trabajo amenazando con irse a otro estado muy pronto, por la muerte de su madre y tantas otras humillaciones que no puede cubrir con maquillaje por estar dentro de su cuerpo. 

-Se ve muy triste. – 

Los ojos enrojecidos de la mujer se desvían a un lado y después su propio rostro se voltea ante la frescura del paño en sus mejillas. Cerró los ojos sin parar de llorar incluso si solo se sentía estúpida, sin importar si su ropa de moda se ensuciaba, la quito de su cuello para lograr respirar. 

-No tienes que ayudarme niño. – 

-No la ayudo a usted, es al vestido. – corrige el niño mirando el vestido que se estiraba hasta el cuello con perlas de color negro brillantes como el mismo cristal.-Si se ensucia ese material ya no sera igual. – 

-Je… ¿Cómo es que un niño sabe de tela? ¿Me contarías algo de eso?-

-Mi mamá era costurera y me hablo de esto. – 

-¿Y tu no crees que es una tonteria?-

-No, mire. – se aparta y modela con una vuelta su traje. – A mi me gusta pero casi no hay para chicos, ¿No cree que alguien con buen gusto debería hacer más ropa para hombres? Solo los veo en sandalias y calcetas, si esta moda casera continúa otro año más, entonces si nos castigará con otra inundacion jehova.-

Una sonrisa se convierte lentamente en una risotada por parte de la mujer. Terminando con ella recargada en sus brazos mientras mira al niño curiosa. 

-Háblame más de esa moda, mi niño. – 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Picky, ella aprenderá de esta experiencia.
¿Qué sigue?

Chapter 11

Notes:

Viene largo y con peleas.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

                                                                               ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

¿De verdad fue lo correcto detener a DogDay? 

Él sabía que ellos querían matar a todos, querían algo pero al final lo dejó solo. Cuando ya estaban frente al enemigo se acobardo, solo por su miedo a perderlo todo y eso no era justo para nadie. 

Puede que Picky estuviera herida… pero si DogDay iba continuar era porque el sabía que estaría bien, pero lo detuvo, pudo haber escapado con unirse y pelear juntos. DogDay no puede solo ni ella puede sola. Algo sabía su líder que podían hacer pero no pudieron verlo a tiempo. 

Lo abandono cuando todo era solo para vengarse y solo se acobardo… ¡Se acobardo! ¡¡Se acobardo!! ¡¡¡Se acobardo y ahora estaban de nuevo en celdas por ser una cobarde!!! 

Lo repite en su fuero interno mientras camina en círculos por su celda, llevandose las garras a la cabeza de ves en ves. Palpitando en su pecho el rencor a su propia ineptitud, la falta de decisión y la cobardía qué debería afrontar. Saliendo de su cuerpo entre olas de vaho ante el estrés. 

Si. Debía afrontar su cobardía y dar la cara a sus errores antes de que éstos le coman los pies. 

Ahora afronta un problema que le sacude en desagrado recoroso.

Debe afrontar el precio de sus actos y escuchar a los humanos en la ventana de cristal de su nueva celda, que era parecida a la habitación policial donde la interrogaron en el pasado y no tan grande o alta como aquella donde despertó ya convertida en conejo con el cristal un par de metros por encima del suelo, la diferencia más grande es que aquí puede ver a los humanos de frente tan solo con agacharse un poco. 

-… cuéntanos sobre lo que tú y Kickin hablaron en el ascensor. – le exige un hombre por el micrófono. 

Hoppy decidió sentarse frente al cristal, de todos modos no había forma de evitar los toques eléctricos que recibiera si no contestaba. Su cuerpo era perfecto para resistir y sentir una mezcla sádica de todo su odio y su miedo. Superando lo al momento de ser recorrida por la electrizadad. 

-Antes hablaste libremente con DogDay, Kickin y algunos trabajadores ¿Cuál es el problema ahora?- pregunta notándose la frustración después de horas de interrogarla sin resultados. 

El conejo rasco sus propios hombros, estirando el cuello tan largo qué le dieron sin dejar de mirarlos, pareciendo un simple elemento de pandillas y no esa niña de ocho años que les tenía terror. 

-Vamos, Hopscotch, dame algo que trabajar. – lo exige golpeando la mesa de control. 

El conejo verde continúa en silencio. Exhalando una espesa bruma de vaho qué hace sentir su rebeldía hasta el fondo de sus cuerpos. Igual a un delincuente que exhala una nube de cigarrillo barato. 

El espíritu rebelde de esa niña no les tenía más que pura violencia guardada como regalo en su mirada. 

-Tu eres quien lo quiere así. – le recalca antes de tocar el botón rojo. 

Dentro de la celda la carga eléctrica ilumina las paredes un segundo antes de que el conejo se convulsione en el suelo, tirando bastante pelo de golpe qué se enciende con la carga. Más ningún grito fue sacado de ella. Agarrando sus hombros después de la sacudida de dolor qué la recorrió hasta los huesos, moviendo esa cabeza tan sonriente de lado a lado antes de volver a su lugar en vez de permitirse seguir hecha un ovillo en el suelo. 

Vuelve a observar directamente al hombre tras el cristal con los ojos entornados. 

-Esta necedad solo te hará daño, Hoppy. – advierte nuevamente. 

El conejo verde inclina la cabeza mostrando esa sonrisa perpetua muy claramente frente al cristal.

Si tan solo pudiera alcanzarlos. 

 

 

 

 

 

En otra celda la situación no es muy diferente. Solo que en esta se encontraba el pollo amarillo colgado de la lámpara en vez de permitir que lo electrocuten, tirando partes de su pellejo ante el estrés que lo recorre. 

Habían cometido un error al darle demasiados rasgos de ave a la piel sintética qué le colocaron. Este espécimen era, después de muchas pruebas, el más capaz de autolesionarse ante efectos de estrés. 

El conteo de ondas en el lector les advertida de lo cerca ue se encontraba a la muerte el proyecto. 

-Solo debes decirnos de que hablaban tú y Hoppy, vamos Kickin , dinos algo y te dejaremos descansar. – 

El pájaro amarillo negó moviendo la cabeza y dejando caer las plumas. 

Sentía que hablaría o se moriría si lo permitiera. Definitivamente preferiría morir a traicionar a Hoppy. 

 

 

 

 

 

Bobby observa al interior de la reja y no al cristal, mirando la maquina de conexiones fijamente. 

-Bobby, dinos algo, solo queremos mantenerte a salvo. – le pidió una mujer al otro lado del cristal. 

El oso movió las manos apuntando al cableado, tal espacio destrozado había sido su responsabilidad al encestar un gran impacto con su garra al primer choque eléctrico. 

-¿Esta diciendo algo?- 

-Se disculpa por romper nuestras cosas. – esclarece el mensaje de la osa con una mirada indiferente. 

 

 

 

Al fin en la celda de DogDay, el rojo era tan claro como la misma luz blanca. 

-¿Puedes decirnos de que hablaban Kickin y Hoppy?- pregunto la doctora revisando su cabeza nuevamente. 

El perro se mantuvo en silencio. ,no porque no pensará cooperar, sino porque no se habían logrado poner de acuerdo antes de que los llevarán a las celdas y un error arruinaría el único paso en el que sabía que coincidirían :

No decir nada. 

Incluso cuando apenas se conocieron el silencio era la única forma de mantenerse juntos en esto.

Incluso si se ve obligado a escucharlos mentir con tanta dulzura, sin responder. 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡¿Cómo se les ocurre dispararle a un experimento exitoso?!!-

Cada cabeza se gira para mirar al grupo de guardias que estaba siendo interrogado por el jefe y más de un líder de sección. Un montón de cuentas con ceros positivos había golpeado la cabeza de uno de ellos. 

Cada uno mira a alguien más con los rostros decaídos pues ninguno tenía interés en pagar los platos rotos de otro en esta situación tan poco favorable. 

-Con el cerdo al que dañaron ya causaron un costo mayor de 700 mil razones por las que ustedes no pueden pagar y solo para ponerlo de pie… ¿Cuándo ustedes podrían reparar algo como eso?- les pregunta directamente a los tiradores. 

Talvez en las siguientes décadas esa cantidad sea una molestia y deuda común pero en esta economía era como escuchar al diablo cantar una broma al oído. 

-Señor… nuestro compañero nos advirtió de el comportamiento peligroso del objetivo. – 

-El experimento se hizo cargo de las reglas inscritas en su base de comportamiento, saco a un trabajador de peligro inminente,pero ahora tengo que enfrentar la realidad donde mis trabajadores se creen con el derecho de dañar la propiedad de la compañía que les pone el pan en la mesa¡¡Callate!!-interrumpió a trabajador que insistía sobre esas amenazas dichas por el cerdo rosa.-¡El experimento te rescato y llevo a un lugar seguro, y tu nos pagas asi!-

-Tenemos los videos de seguridad. – intervino la secretaria.-Hemos comprobado que los hechos respecto a la tragedia de el equipo B34, fue ocasionado por una falla en su equipo, una rebeldía de su parte que ocasionó la muerte de dos empleados valiosos. – apuntó tirando una carpeta a los pies del grupo de guardias. 

Todos dieron una larga mirada a esa escena capturada por partes. Claramente el hombre al frente y causante de esta reprimenda estaba empujando a un compañero de uniforme gris con un puntapié para salvarse al dejar que tres flores atacarán al guardia caído junto a el segundo guardia en escena. 

Lentamente se giran para ver ese rostro pálido y aturdido. 

-Ahí no deberían haber cámaras… esto… debe ser… - mira los otros sujetos de uniformes grises.- Fabricado… - boquea igual a un pez fuera del agua tratando de defenderse de las claras pruebas. 

-Nos mentiste. – declaró un hombre mayor con los puños tensos a los costados.-Ella no mató a nadie. - 

Entonces “El objetivo” se convirtió en “Ella” . 

Sería mentir decir que estaban controlandose bien cuando a todos en el lugar les recorrían las ganas de reventar la cabeza de aquel hombre y sacarle las ideas del culo con una macana al rojo vivo. 

Este trabajo era repugnante pero la paga, los seguros y solo una pequeña parte de las prestaciones eran suficientes para cambiar sus vidas y las de sus familias, así mismo el costo por salir de la nómina era tal… era tan grande que preferirían seguir con la boca cerrada incluso si los hicieran servir niños fritos con espárragos.

Entonces esto solo podía completarse con… 

-Temo que te dejaremos ir. – lo dice el jefe Ludwick con los ojos fijos en la libreta de empleados. 

Ese hombre se turo de rodillas.

-¡NO, SEÑOR, NO LO HAGA! ¡Le juro que pensaba en el bien de la compañía! ¡ ESA COSA ME AMENAZÓ, LO HIZO, LO JURO SEÑOR!- grita desde el suelo. 

Ludwick hizo un gesto con la mano que lleva a un grupo a llevarse al hombre por los brazos. 

-¡Esa cosa me amenazó, lo hizo, yo solo actúe en defensa propia!- intenta defenderse aunque ya nadie lo mira ni de reojo.

La oficina recupera el silencio una vez se cerraron las puertas y pueden solo oobservar al jefe revisando la computadora en su escritorio.

-¿Siguen sin hablar?- pregunta mirando las fechas de reuniones cercanas.

-Ninguno responde al interrogatorio.-

El ceño del anciano se marca como dos canales de miseria.

-Se suponia que DogDay estaba listo para actuar frente a los inversionistas.- debe lamentarse sobre su escritorio.-Tenía un repertorio buenísimo de chistes sobre perros y comunistas, dios, que injusticia. - deja salir sus lamentos en sus manos unidas sobre la mesa de su escritorio.-Frederick lleva meses presumiendo su perro cangal… capaz de matar leones… Que injusto que un anciano trabajador como yo no pueda presumir frente a sus amigos. - 

La secretaria da na respuesta a los desvaríos del viejo jefe suyo. 

-Creo que igualmente sería un éxito el llevar a Kissy Missy o Poppy para complementar el segundo acto después de Huggy o una banda invitada.-

-Nuestra compañía no se encarga de musica.- murmura su jefe. 

-Por ahora no , solo digo.-

Lo dos miran al guardia que se atrevió a hablar. Dicho guardia no se había retirado con el resto, plantandose igual que un poste en la puerta. 

-Yo trabaje con DogDay desde que lo dejo entrar en contacto con los niños.-siguió adelante , después de todo ya no le quedaba nada que perder después de estar en el grupo de tiradores.-Creo que DogDay creia que nos agradaba y estar bajo órdenes que le dimos una vez era parte de ese lazo.- movió los hombros restándole peso.-A cualquiera le molestaria si a sus amigos les lastiman cumpliendo con órdenes, se sentirian traicionados. Así que creo que podríamos mostrarle que su convivencia con nosotros es tan valiosa como creen que es, ¿Por qué no castiga al tipo frente a ellos? Adrián se lo merecería.- opina y parece seguro de si. 

La asistente dio su opinión. 

- ¿Crees que son estúpidos?- lo regaña. - Señor, en el examen que usted ordenó diseñar a los especialistas a DogDay, Bubba, Hoppy con Picky, tuvieron las calificaciones más altas en aprendizaje y capacidades de juicio. Incluso antes del cambio ya estaban más allá de simples mentes infantiles. - 

El jefe observa a su asistente, siempre acompañada por la información recopilada respecto a sus anteriores trabajos dentro de la asistencia y los registros de sus propias acciones. 

El guardia no estaba listo para que una mujer, y más que nada a una simple secretaria, intentará silenciarlo. Tomando una posición desagradable con la asistente sin tomar en cuenta su lugar en la cena de la compañia. 

-Creo que hace un año ese era un niño y puede que aun lo sea aunque nos neguemos a verlo.- le apunta sin disimulo en su asperesa. 

La asistente mordió su labio inferior, al fin poniéndose de pie de su asentó junto al escritorio y la computadora. 

El guardia tuvo que mirar hacia arriba, algo aturdido al notar lo alta que era. 

-Estas muy desubicado si crees que tu juicio de macho de pueblo puede entrar en este lugar. - le advierte dejando en el escritorio las recién impresas pruebas de los niños.-Tu no tienes idea de lo que el señor Ludwick preparó solo para que sus creaciones sean leales, y entre todas estas tonterías no caben manipulaciones y tan vagas como “Si lo golpean debe ser bueno para nosotros”- 

En ningún momento Ludwick hizo nada más que observar a ese par, tomando algunos detalles de ambos para encontrar u a respuesta rápida para sanar el problema con los sonrientes. 

Como probar sus actitudes si ahora existía la posibilidad de ser traicionado por el grupo que se supone tenia 134 horas prefirmadas para aparecer en mercadotecnia de alto nivel en video y eventos televisivos programados para el año completo. 

Eran unos millones que no quería dejar ir y mucho menos cuando ya los anunció. 

Debe eliminarlos y reiniciar el experimento con otros materiales primos o encontrar un equilibrio qué le traiga beneficios sin riesgos más allá de un par de billetes y algún empleado al que pueda desechar. Eso crearía un retraso de producción muy grande. 

-Serás grande pero todavía eres una mujer fría sin sentido más allá de tu estúpida falda, ¿De que otra forma una rata de tu tipo llego a este nivel?- 

Si. Eso era. 

-Racismo, la respuesta para todo. - renunció con una sonrisa. 

El guardia malinterpreto la reacción de su jefe, haciéndole retroceder apretando los puños, mirando a la asistente en espera de una disculpa. Porque claro que él no hizo nada malo. 

La asistente inclina el cuero para escuchar una prden silenciosa. 

Su jefe habia tomado una decisión muy directa, despues de presenciar a este empleado olvidar su lugar encuanto creyó que tendría condiciones propicias para tener un valor superior sus ideas por el simple género. 

Una pelea sin sentido que no inició, no existía y aún así el guardia se consideraba vencedor. 

-Ya se que hacer. - avisa en voz alta, tomando una parte de las tantas secciones de un plan bien pensado.

La asistente asiente cerrando sus registros. Tal golpe sordo hace al joven estremecerse bajo la mirada de ambos. Retirandose bajo la mirada de los tres presentes. 

Ya empezaba a moverse el plan. 

El jefe sacudió la muñeca dando una orden al guardia.

El cual apenas nota a la secretaria sentada en otra parte de la oficina. Había estado observando a la asistente durante tanto tiempo que olvido notar a la segunda mujer en la oficina. 

-Dinos tu nombre, vamos. - le pide en ese tono demandante el jefe. 

-Soy Archie … Mayers.. Me contrataron la primavera del 82.- informa nervioso. 

-Te degradaremos a conserjería.- dictamino la secretaria, que al fin dice algo después de pasar toda la reunión leyendo informes en la computadora.-Sigue a tus guías. - 

-¿Qué?- exclamo horrorizado.-No dispare , yo no lo hice , señor.- se dirige al jefe.-No lo hice, ella está confundiendo los papeles. - 

-Descuida, no te despediremos. - avisa con un movimiento aburrido de manos. -Te ves joven , creo que te tendremos un trabajo mejor ante tus quejas.- anuncia el jefe con una sonrisa despreocupada. 

La secretaria paso or un lado de los dos para abrir la puerta a un grupo de trabajadores muy distinto a los de uniforme gris. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A Bubba el tiempo a solas le parecía una especie de fortuna poco reconocida. Al menos cuando aún no conocía a sus amigos o Picky. 

La soledad de e gustarle cuando descubrió lo bien que se está cuando se lee y de fondo hay alguien dibujando y sus lapiceros rosan el papel como si fuera la misma lluvia. 

Extrañaba demasiado compartir cuarto con todos. 

Ver sobre su libro a Hoppy colgada de la litera superior para presumir que hacer una flexión cargando a Bobby como una pinza de juguetes. A Crafty pintando la pared qué tendrían que limpiar desúes o a Kickin hablándole sobre un sueño lleno de explosiones. 

A DogDay contándole cosas que descubrió de los guardias o sobre el lugar. 

A Picky simplemente sentada a su lado con su propio libro interactivo. 

Dentro de su celda el tiempo es confuso pero puede medirlo , aun puede hacerlo si cuenta las olas de dolor que suben por su piel. Contando cinco minutos entre estas gracias al tiempo que pudo medir atreves del cristal en el reloj de un trabajador hace unas tantas horas. 

Estaba cansado pero … mucho mejor que antes , ya no se sentía solo, ya no lo estaba y eso lo hacia tremendamente feliz. Aunque se sintiera egoísta por compartir el mismo terrible destino con sus amigos. 

Con Picky. 

¿Porqué le hicieron eso a Picky? ¿Porqué no podía moverse cuando las cosas malas sucedían?

Nisiquiera pudo consolarla o hablar con ella antes de que se la llevaran. 

-Cobarde. - suspira cubriéndose los ojos con las patas. 

Dejo de pensar tan profundamente cuando la puerta se abrió, entrando un joven de uniforme anaranjado. Eso era muy nuevo para él. 

-Hola, Bubba. – saluda este con una mano arriba y un equipo de color amarillo en sus espalda. 

Era un conserje. Eso si era divertido. 

Nadie debería entrar a una jaula donde el animal no haya sido retirado. No tenía sentido. 

El joven dejó de mirarlo para comenzar a limpiar el suelo con una sonrisa tan temblorosa que parecía apunto de llorar. 

-Este a sido un día muy largo ¿No lo crees?- le pregunta alistándose para limpiar las paredes.

Ese elefante lo observa sin decir una sola palabra , inclinando la cabeza hacia adelante cubriendo su rostro por las sombras.

 

 

 

 

-Señor ¿Cuál es su objetivo para exponer al empleados a uno de los nuevos gigantes? – le pregunta la secretaria mirando al empleado dentro de la celda limpiando la sangre y el pelo del suelo con una escoba y trapeador.-Es riesgoso exponernos a una doble perdida con la visita de los inversionistas tan cercana.-

La asistente había estado ocupada estableciendo el siguiente paso de un plan que la secretaria aun no conocía. Por suerte sabe que no hay algo que los ancianos amen más que hablar de su propio genio. 

-Se que parece estúpido pero yo prometí un espectáculo nunca antes visto , y no tenemos la solvencia suficiente para que me la sude el retiro de mas de uno de esos vampiros.- movió sus documentos de una esquina al cajón del escritorio. – A este punto preferiría darles de comer a esos tontos que dejar ir los nuevos avances en el mercado asiático o los honorarios del canal local. – 

Un minuto pasa para dar su opinión al respecto. 

-Suena razonable, señor. – dice la secretaria mirando al trabajador temblar visiblemente cuando el elefante se puso derecho. Incluso el señor Ludwick tomo atención a lo que sucedía con el corazón en un puño. 

 

 

 

 

En la celda, aquel empleado recordó que no estaba en la jaula de algún perro grande sino de un gigantesco monstruo de color azul y gran boca oscura, una sombra intimidante que estaba acompañada por una criatura posiblemente resentida qué viene hacia sí con esa sonrisa por enfrente. 

-No te acerques… - murmura pegándose a la pared, mira de soslayo la puerta descubriendo que se había alejado bastante y correr no serviría. -¡A-ayuda!- llamo en dirección del cristal pero solo ve como observan curiosos, podría sentirse tranquilo pero no, estas personas estaban tan enfermas que no era posible que su tranquilidad sea positiva para él. – Podemos… hablar… - intento convencer a la criatura. 

El elefante no puso atención a sus palabras y simplemente lo agarro por la cintura con ambas patas. Lo atrae a su pecho y vuelve a su lugar en la esquina de la habitación. 

-Dios… - exclama atrapado de cara al puffy cálido que huele bien. Huele espectacularmente bien esta cosa. Después de esto no hubo más movimiento por un rato bastante extenso. Excepto por la respiración apasible del elefante. 

-Soy un oso de peluche para un peluche gigante. – murmura rindiéndose a lo que venga, pues moverlo no podrá, el peso más la fuerza era como mover hierro de una tonelada con un palito. 

 

 

 

 

-¿Usted que cree, señor?- pregunta la secretaria después de comprobar,tras unas horas, que el trabajador no a sido liberado. 

Su jefe cruza los dedos frente a su rostro, meditando los posibles escenarios para lo que podría suceder en caso de tomar la decisión equivocada. Repitiendo en un pantalla aparte el video en el ascensor y la actuación de cada criatura en ese lugar. 

Notando algo importante de los movimientos del elefante ante la sacudida del perro avanzando hacia los guardias. 

Si.  

Ahí había una mirada de la más pura y grande rabia cargda de odio por arte del elefante. 

La máscara se cae incluso en los rostros más indiferentes.

Sus secretaria interrumpe sus pensamientos. 

-¿Señor?- lo llama tras unos minutos. – La rama científica pregunta si debería comenzar la etapa de moldes o eliminarlos. – 

El hombre bufo. Pensando en lo fácil que le parece a los científicos desechar millones solo por una posibilidad poco inteligente. Su idea toma forma al ver como esa mirada pasa a ser la de un cobarde mas.

-No, dile que junte a los seis con el cerdo. – ordenó revisando notas viejas en su computador.-Consigue a la psiquiatra y da por terminada la fiesta de los enfermitos.- de su voz escapó un gruñido frustrado. – Quiero que prepares un par de tiradores ocultos, deberé ir yo mismo a ese lugar. – 

-¿Ira usted mismo?- debe guardar la compostura solo pensando en lo mala idea que era enfrentarse al anteriormente traicionado perro gigante.-Veo que superar el uso de sonda lo a animado a exponerse a misiones de alto peligro, señor. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la celda de la coneja la electricidad se detuvo de golpe, dejando a esta caer con las manos en el suelo para no darse de lleno contra este, aspira y exhala rápido, lo suficiente para que incluso su moduladores de voz resuenen juntos y sean una amalgama grotesca de sonidos secos. 

Mira a la ventana. Dentro los científicos discuten con un teléfono de pared de por medio y tres guardias entrarían sometiendo al controlador de las cargas eléctricas contra el suelo junto con un golpe directo a la cabeza con el cañón de un arma. Hoppy lentamente se pone de pie acercándose al cristal para escuchar la discusión. 

La vibrasion de las voces llega por las puntas de sus dedos hasta su cabeza, traduciendose en algún punto. 

-… y a todos los quiere en la sala de presentación ahora mismo.-

-¡Lo que quieren es matarnos!- grito el científico en la mesa, incluso se atreve a forcejear botando de su cabeza el tupé para descubrir su calva. 

Hoppy sintió el peso de un enorme bloque sobre sus hombros. 

-No importa lo que sea, ustedes ya tienen remplazos que ni de cerca costarán lo que los experimentos. – 

Todo es cuestión de dinero.  

Hoppy camino a la puerta esperando a que se abra. 

Lo pensó bastante desde hace algunas horas, entre el dolor y la rabia, pensó en lo que haría cuando viera a ese hombre y resulta que lo tuvo a un lado todo este tiempo. Incluso permitió que volviera a lastimarla. Lo ve salir de una esquina para enfrentar al guardia en defensa de su compañero más joven. 

Ganandose un puñetazo qué no lo dio ella pero le supo a justicia. 

Detuvieron la pelea al llegar a este punto. Retirando a todos con lujo de violencia. 

¿Cómo podía afrontar la situación y hacerse responsable? Para empezar la responsabilidad era algo que detestaba, solo DogDay parece feliz cuando las cosas dependen de él, algo que Hoppy odiaba. Un peso innecesario entre sus manos y no poder correr cuando lo deseaba. 

Tal vez por eso perdió a su hermana menor. 

Debió estar más con ella y no huir de lo que significaba ser una hermana mayor. Debía ser más valiente. 

Pero… tal vez si sea mejor que esa pareja se llevara a su hermana y se evitará este destino oscuro. 

Entonces las puertas se abrieron. 

Observó a cada empleado con sospecha, dando un paso adelante se dirige al camino que le dictan con un ademán de manos. 

 

 

 

 

Picky. O tan linda era esa niña de cabello rizo y tan rubio como el cereal y ojos azules. Era tan bonita y pequeña. 

Ahora es un cerdo gigante de color rosa y ojos de color horrendo. Puede ver su reflejo en las paredes de concreto pulido, es raro que sus ojos brillen de tal forma. 

-Los odio a todos. – farfulla entre dientes. Se encontraba sentada en la oscuridad de esa gran y oscura celda, observando a la puerta por la que la dejaron aquí. Su estómago se sentía vacío, extraño o no, después de ser partida a la mitad. Aunque ese perro dijo que estaría bien, comenzaba a dudarlo. 

Seguramente el resto decidió estar en silencio pero ella solo quería gritar o arrastrarse pataleando hasta quedarse dormida. 

Sus pensamientos se distraen mirando a las puertas abrirse, ojalá poder salir y patear a algunos tontos ,más la segunda puerta esta cerrada pero ya había algo dentro. Exactamente la figura luminosa de color rojo. 

-Picky… - la llama fijando esos ojos plata en ella. - ¡Picky, Picky, Picky!- chilla corriendo hacia ella. 

El cerdo rosa estiro la pata inferior para detener al oso que no necesitó mucho para llegar a su encuentro. 

-No estoy de humor.- le advierte mirándole fijamente. 

El oso mira al cerdo en el cual se a convertido juntando las manos sobre el pecho, ansiosa retrocede un par de pasos. La percepción de Picky estaba bastante distorsionada. 

Picky se levanta lentamente, recargada en el muro, sujetando su cintura al enderezarse. 

-Ahora si, dame amor, Bobby. – le pidió levantando los brazos. 

Bobby de inmediato corrió y abrazo ese cuerpo con fuerza, aspirando ese olor tan agradable en el pelaje rosa. No reconocía el aroma pero era exquisito, el mejor perfume que pudo sentir hasta hoy, tan rico como un racimo de hojas de limón. 

-¿Cómo te curaron? – pregunta separándose para revisar el estómago de Picky. – No veo la herida. – 

-Me engraparon como cuando Bubba robo la maquina de la maestra y arreglo nuestra muñeca. – también reviso su estómago separando el pelo en la zona donde sufrió el impacto. 

Las grapas apenas se verían si no hubieran encendido todas las luces blancas por encima de sus cabezas. 

Las dos observan esos focor atrapados en el concreto, era raro pero estaban cubiertos por rejas de metal, como si les protegieran de algo. 

La puerta tras ellas se abrio haciendo que las dos miren esa dirección con hombros tensos. Con esta ya se rebelaban dos grandes entradas a la misma celda. 

Quién entró fue el gran unicornio blanco y azul, mirando a los lados con la cabeza caída. 

-¡Crafty!- grito Bobby ya atrapandola en un abrazo. 

El unicornio inclina la cabeza. 

-No me aprietes, duele. – murmura dejando la cabeza sobre la del oso, observando a Picky de pie en el mismo lugar.-Estas lenta. – apunta viendo como se tambalea de un lado a otro. -Te lo mereces. – 

Bobby dejo de abrazarla sorprendida. 

-¿Porqué le dices eso a Picky?- pregunta aturdida. 

Picky frunce el ceño, lo más que puede al estar su rostro tan deformado como el de las otras dos.

-Yo no sabía cual era el plan. – debe decir algo, se sentiría tonta de solo aceptar lo que esta chica tuviera que decir. - Yo no estuve ahí cuando decidieron dejarme.-

Dicha respuesta hace enojar visiblemente a Crafty. 

-Nunca te dejaríamos,. Por eso seguimos aquí. - apunta con su pezuña la barriga de Picky. -¿Cómo dejaste que te hicieran eso?- patea el suelo. - ¿Olvidaste que DogDay nos prohibió seguir hombres desconocidos? ¡Incluso a los conocidos, no debemos seguirlos, Picky!- reclama esa regla muda qué tenían desde que se conocieron y ese tonto se autonombro su líder. - ¿Porqué estabas sola con esos hombres?- 

Picky descubrió que si puede apretar las pezuñas, y estas pueden verse mucho más intimidantes cuando los tendones saltan. 

-Si lo dices por que DogDay se contuvo por mi culpa, fijate-

Deben dejar de hablar cuando las dos puertas de lado a lado se abren dejando entrar a dos al mismo tiempo. 

La iluminación vuelve a fallar y regresan a las penumbras. Parece ser que tienen un corto cuando dos elementos utilizan la energía al mismo tiempo. 

Es el elefante azul y la coneja verde, vienen lentamente al interior sin verse demasiado tranquilos. 

El elefante levantó la pata al nivel de su boca cuando les vio, apuntando con la trompa a su brazo encojido contra su pecho. 

Hoppy y el resto fuerzan la mirada notando a ese humano hecho un enredo de nervios alterados y un rostro contraído por el miedo a la oscuridad total en la que se encontraron una vez las luces de la puerta se apagaron. Escuchan el gritillo que da cuando solo se queda él y los ojos plata que resaltan en esta gran penumbra y el susurro de el pelaje rosarse al moverse lentamente Bobby, al alejarse de Crafty para abrazar a Hoppy y después a Bubba sin importarle si ese humano estaba aquí. 

-¡Oh, dios mío!¡Dios ayúdame!- exclama este empleado con el límite de su capacidad mental y psicológica en la punta de los dedos, incluso se descubre aferrado al pelaje del elefante como un estúpido niño a los brazos de su padre. 

La respiración del elefante llega por encima de su cabeza, exhalando el agradable aroma sobre su cuerpo aterrdo. 

-No importa lo que yo te haga aquí , no vuelvas a gritar o me enojare contigo. – advierte con esa profunda, áspera y cavernosa voz sobre sí.-No me gusta cuando gritas. - 

Una vieja amenzasan de su pasado la utiliza ahora, sintiéndose molesto por recordarla aun. 

Picky comenzó a reírse, solamente porque conoce lo suave que era Bubba y como no se atrevería a lastimar nada que no pueda defenderse. 

-Podrías intentar hacerme gritar a mi, Bubba. - le ofrece sabiendo que puede darle una paliza hasta cuando eran pequeños.-Tal vez podamos destrozar nos juntos. - 

Bubba no tardó en mirarle bastante avergonzado. Ser violento o amenazante no era lo suyo y menos frente a sus amigas que lo sabían inofensivo. Guardando el bochorno para si. 

 

Después de la advertencia y la atrevida interacción de la voz femenina con el otro juguete, el humano se dedico a ocultar la cara en el pelaje y no hacer ni un sonido más allá del tenue sollozo entre nerviosas risillas. 

 

Bobby mira al humano y después a Bubba, moviendo los brazos y cabeza en una interrogativa coreada por las otras tres criaturas. Esperaban entender la razón para traerlo. 

El elefante movió la cabeza apuntando a las paredes y sus orejas, despues al humano y cerró la pata como si fuera un (lo más cercano qué puede hacer) puño en dirección del humano. 

Crafty movió la cabeza al igual que Hoppy, pero Picky asintió tomando el brazo de Hoppy para susurrar sobre su oído. 

-Hay cámaras pero no audio, lo que sea que hagamos, los humanos solo sabrán lo que vean y lo que este hombre escuché. – 

Lentamente la coneja se erizo, llevaba mucho tiempo en la electricidad y si algo de lo que pensó Bubba era para evitar tal cosa de nuevo, lo haría sin chistar. Ahora el impedimento era darle el mensaje a Crafty al igual que a Bobby. 

Las puertas se abrieron de la misma forma, dejando entrar al ave y el perro de lado a lado. 

La luz vuelve a escasea sin haber llegado totalmente a iluminarlos. 

-¡Hoppy!- grito el pollo al verles. Claro que se dirige hacia Hoppy para estrecharla en brazos y dejarse cargar por la coneja, riendo juntos como si fueran años los que estuvieron separados. 

Bubba apretó al humano tratando de evitar que escuche. 

Ve a DogDay mirando las paredes, el suelo y a los seis uno por uno. Reconoce esta jaula de concreto. 

 Entonces Bubba intento hablar sobre su idea con él. 

-DogDay-

 El perro al verlos a todos apuntó a la esquina más oscura de la habitación. Parece reconocer la celda y encontrarle un sentido al lugar mucho antes que ellos. Apresurando la primer orden directa con un gesto efusivo a los seis. 

Ese movimiento los toma desprevenidos. 

El pollo recuerda en donde estaban y asiente moviendo las patas para que lo soltara el conejo, llevándola por la muñeca a la esquina junto con los demás. 

DogDay no solo los hizo ir ahí, sino que los empujó y ordenó poniendo a los que se reconocen como los fuertes al frente, dejando a Picky al fondo junto a Bobby y Kickin. 

-¿Qué está pasando?- pregunta Hoppy confundida por su actitud presurosa. 

-Vendrán muy pronto. – lo avisa tocando su rostro. -Es Mommy, no es mala. – lo dice tranquilizándola para pasar a Crafty. – Ella solo da miedo. – asegura alisando el copete azul tras la oreja del unicornio.-No se separen, deben estar juntos. - les pidió revisando el espacio entre ellos. 

Dado su comportamiento y aliento agitado, la situación no parecía ni de cerca algo tan amistoso como se los intentaba plantear el perro. 

Dicha sospecha los sacude nerviosos. 

-¿Quieres decirnos que esta pasando?- interroga Crafty. 

-No vamos a hacer ningún estupidez. - le asegura Picky aun algo alterada por las palabras de Crafty.

DogDay detuvo sus acciones por un segundo, observando a Picky, comprobando que día mantenerse de pie por si sola. 

-Les darán la bienvenida. - lo confiesa tocando por un segundo el hombro de Picky. - Solo es una bienvenida. - termina mirando a Hoppy. 

-¿Y esa bienvenida conlleva pastel?- pregunta Bobby a un lado de Picky. 

DogDay dejo escapar una carcajada nerviosa. Sabía bien que los siete años de Bobby no le jugarían a favor a ella. Incluso si lo que les hicieron en el cerebro los ayudará a pensar más claramente. Aun en muchas formas eran niños por crecer. 

Quisiera proteger mejor a Bobby. Solo le queda prepararla y esperar lo mejor. 

-No, Bobby, lo siento. - la lleva al fondo, incluso más atrás que Kickin. Haciendo que Picky se quede con ella a su lado. 

Saber tal cosa conlleva hacer muchos más escenarios de lo que significa presentarlos a los otros monstruos. Una de ellas no parecía ser un error cuando su líder les hace tomar una posición segura. 

Suficientes escenarios catastrófico donde se presentaran con los mayores traían consecuencias igual de peligrosas para todos. 

-Esto… - Bubba mira al humano en su brazo ya hecho un lío de lágrimas psicologicas. – DogDay… - lo llama arrepintiendose de todos sus pecados.-Creo que no saldrá bien. - lo intenta pero la vergüenza lo aborda.

Picky no habia olvidado a ese idiota en manos de Bubba. Ahora mismo siente mucha rabia por traer esos problemas. No culparia a Bubba, solo al estúpido humano. Es esa la razón para no decirle al perro que tenían a un humano. 

Si Bubba hubiera sabido sobre esto esto no habría traído a un humano. 

-Bubba, vas adelante. – le apura trayendolo al frente con un tirón a su hombro. 

Ese movimiento rebelara la verdad junto a un grito de parte del elefante. 

-¡Traigo un empleado! – confiesa antes de que le dijera algo más. 

Es entonces que descubren cuán tensas estaban las orejas de DogDay todo el tiempo y ahora caían sin resistencia a los costados de su cabeza y llevadas un poco atrás. De verdad podían ver como todo dentro de el se derrumbó. 

Bubba siente la culpa llenarlo, vomitando gran parte de la poca fortaleza mental que habia estado juntando hasta este momento. 

-No sabía lo que nos harían, Dog, lo siento, no se qué estaba pensando sin hablar contigo y, y-

Comienza a temblar tanto que incluso soltó al humano para sujetarse las orejas a base de pura fuerza contra su cabeza. 

-Perdón, perdón… Dog… Ay no, no, no… ¡¿Como se me ocurrió esta estupidez?!. Grita ahogandose entre los dos moduladores de voz. 

El lider toma en control su propia crisis, superando éll enjo qué le sería inútil ahora, usando sus manos para detener al elefante. Le hace apartar las patas y volver a agarrar al humano, todo con la mayor sutileza posible, pareciendo que simplemente era una tarea pequeña sin imortancia.

Llevando la ansiedad del elefante a un rincón de su cabeza. 

Este humano ni loco había intentado correr, para nada.  

-No. - DogDay lo tranquiliza tomando su rostro entre las manos al terminar con la primer parte. - No, esta bien amigo… seguro lo que pensaste era bueno antes… - por impulso lo consuela pero no puede por mucho, pues sus orejas se elevaron de golpe mirando alrededor antes de empujar con bastante fuerza a Bubba al fondo junto a Bobby.-No permitas que le pase nada. - le termina ordenando como ultima tarea. 

Picky coloco una pezuña frente a él. Bubba le mira sorprendido y tan triste como al inicio. 

Otra vez es ella la que lo defiende mientras el solo ocasiona más problemas. 

El grupo lo cubre por puro reflejo. 

Esta situación arrastra los recuerdos de Hoppy a ese día. 

Cuando todo comenzo y mataron a DogDay. Cuando ni su mayor esfuerzo sirvió de nada. 

Todo por la araña que entra desde el techo, mirándolos con esos enormes ojos verdes. 

Más ahora esa araña no estaba de su lado de ninguna forma. 

No venía a traer ea inquietante paz. 

-Es Mommy… - murmuran Bobby al son de Kickin qué ya esta hiperventilando y sin una ni mía de todo el cariño de Bobby.

-Es Mommy, es… -mira a cada uno agarrándose las plumas del pecho, arrancando lentamente algunas.-No quiero que Mommy me de otra paliza.-

Kickin no tuvo un buen encuentro con Mommy. Ese día descubrió que podía saltar alto pero también que Mommy era increíblemente fuerte y sádica. 

Hoppy lo detuvo tomando sus manos pero no puede seguir mirándolo pues aquella criatura tan diferente a cuando la veían siendo niños se a internado en la habitación tan rápidamente que sacude el pelaje de los siete solo con un movimiento, bajando por las paredes mucho más rápido de lo que pudieron darse cuenta de la forma con la que sus extremidades se retorcían estirándose como nunca antes le vieron hacer al estar entre niños. 

Crafty bajo las orejas asustada por la forma en la que se queda viéndoles desde esa esquina y con esa sonrisa tan grande, los observaba directamente. A primera vista los cuadrupedos siempre serian os primeros en caer en la mira de un depredador. 

Esta fue una muestra de los tantos documentales que vio en televisión. 

-Hola, Mommy. – saluda Bobby como siempre lo hacía, aún pensando como una de las niñas que subían a jugar solo para ver a Mommy. 

La araña es sorpresivamente buena para recordar hasta ese gesto, observandola fijamente. 

-¡Oh, eres tu, pequeña! ¡Te reconozco, eras la niña más bonita de tu bloque, incluso me diste un regalo en navidad!- saluda con ese tono meloso que la distinguía de cualquier otra criatura de la estación de juegos.-Es una lástima que estés en resta situación, mi niña. - 

-Si, soy yo…- debe contenerse para no comenzar a llorar sin lágrimas. 

Por un segundo la preocupación de Hoppy pareció una cosa exagerada, pero lentamente ese sentimiento de crisis los alcanza pues DogDay no levantó la guardia en ningún momento y podían ver como lentamente se estiraba para cubrirlos, como siempre lo hacía, se había colocado al frente para protegerlos. 

La pérdida de su amigo sana lentamente solo con ver de nuevo esos gestos dulces en él. 

Saberse tan importantes para el como hace tan poco lo fueron. 

Las puertas vuelven a abrirse por ambos lados, entrando el perro oruga y del otro lado Boxy. 

Crafty levantó la cabeza al ver esa caja. Recordaba muy vividamente a DogDay esperándolos en las resbaladillas con tal de no acercarse a Boxy. Era el único que le daba miedo y siempre sintió que era razón para reírse de él. Era un sin sentido que su hermano mayor se sintiera intimidado por una caja musical. 

Después uso esa excusa para perderse en los juegos con ese niño raro. Pillo malagradecido. 

Ahora que lo ve salir a medias, entiende mejor todo y que pasar un rato con un niño con los ojos de color aceite de motor en charco fuera mucho más divertido que estar cerca de la caja con dientes. 

Ambas criaturas toman su propio lugar en una esquina o como PJ, se sube al techo por una esquina aparte para observarlos.

Son demasiados. 

-¿Dog, que hiciste?- pregunta Boxy desde el interior de su caja. 

Ninguno de los seis había escuchado nunca la vo de Boxy, nunca hubieran pensado que fuera de este tipo o tan hondo

DogDay aspira una gran bocanada. 

-No lo se. – miente. Claro que sabía que posiblemente escucharon el plan para matar a todos o descubrieran qué estuvo apunto de atacar a los guardias que dispararon a Picky. 

Tal vez sepan que estuvo apunto de abandonar a todos con tal de sacar a sus amigos o que volvió a pelear para salvar humanos. Una cosa que ninguno de estos chicos aprobaba. 

Habían muchas cosas por confesar. A la ves mucha verdades que por si solas valían una paliza al romper el convenio de “Si se puede, matalo” respecto a la convivencia con humanos que le ordenó tener Mommy hace unos meses. 

Habia pensado en como podrían matarlo y resultó que llevarlo con las otras criaturas igual a cuando lo llevaron con Daysi era la manera más piadosa o la que les ayudaría a recolectar más datos sobre ellos. Como un documental animal que los graba comiendose unos a otros. 

Las puertas se abren nuevamente y de estas salen los dos gigante azul y rosa, mirando alrededor y después a su grupo. 

Huggy no oculta su intención, quedo claro que sus ordenes tienen algo que ver con matarlo cuando se coloca en la misma pared que ellos, flanqueado por Kissy qué parece más emocional respecto a esto. Más ella siempre estaría para Huggy Wuggy, eran los hermanos que fueron hechos juntos. Eran como el y sus amigos, solo eso. 

El que sean tantos y tan grandes… No, No era bueno. Eran los necesarios para una escapada limpia. 

Puede que sus amigos aún no lo comprendan pero siente a Hoppy ponerle una mano en la espalda como algún acto de compañerismo silencioso. 

No paró ahí, la puerta vuelve a abrirse para la entrada de los pequeños Huggy Wuggy , viéndose como un grupo de monitos de la mano colocándose a los flancos de la habitación. Lentamente incluso el lindo Bunzo y las maestras entraron colocándose en una punta aparte de la habitación. Una muestra de su neutralidad en el control de los grandes. 

Sus ojos ven a Terry pero el solo le ignora sonriendo como lo haría alguien a quién no escucharon. Terry era listo. Porque ahora mismo hasta los Wuggys más pequeños parecían todo menos lindos o inofensivos. Los de tamaño medio no podían hacer nada. 

Este gran lugar comenzó a sentirse pequeño y acalorado, parecido de una vez a las jaulas de un serpentario donde las ratas y las serpientes darán un último baile a sus dueños antes de que el ratón muera. 

No hay una sola palabra, solamente el instinto del miedo y las dudas tomando forma dentro de las cabezas de los seis nuevos juguetes de la compañía. Aguantando solo por la cercanía de amigos. Un asado donde se dejó pisotear por supervivencia le hace sentirse avergonzado de mostrarse serio hoy. Como un payaso que oculta reliquias de valor dentro de un globo por estallar. 

-No se porque estamos aquí. – murmura Bubba apretando al humano. 

Este pequeño hombre ya no puede ni llorar, solo oculta el rostro descubriendo qué en realidad nunca olvido las oraciones que en catecismo le enseñaron, solamente necesitaba que le dieran un empujón para desear ponerse en contacto con dios. Tal vez casi morir era ese encuentro que necesitaba para dejar el ateísmo y rogarle a un dios que renegó hace mucho tiempo. Después de todo, Mommy era conocida como el tipo de araña de túnel a la que darle la espalda en su recinto te podía ahorrar un par de años a la tumba. Un experimento irrepetible al que han dejado salirse con la suya una y otra vez, todo con tal de no gastar los mismo tantos millones en su nuevo producto. 

Los sonrientes no son consientes de cuán seguro estaba el humano de que perderían. Siendo Hoppy la primera en romper el hoelo con toda su fe en las criaturas mayores. 

-Podemos ser amigos. – apuntó Hoppy moviendo los brazos de lado a lado como si una caja fuera movida de un edificio a otro.

Los gigantes rosa y azul mueven el cuerpo mirándose uno a otros, levantando la cabeza cuando las luces se encendieron y Mommy tuvo que moverse para no tener la luz en los ojos. 

El choque eléctrico había aminorado y todos podían verse como si fuera mediodía en la superficie. 

Bunzo choco sus latas dos veces. Eso hace que Boxy se delate como alguien mucho más cercano a Bunzo y su carácter, al relajarse y observarlo por la orilla de su caja. 

-Siendo que nosotros somos como doce años mayores, sería mejor ser amables con los niño. – les habla a todos con esa voz soñadora y andrógina. - Creo que sería lindo ser amigos.- opino mirándole. – De conejo a conejo , sería lo mejor. – 

Hoppy movió las orejas feliz por el título amistoso. 

Incluso DogDay sintió algo de frescura al sentir como las asperezas aminoraron con una sonrisa de parte de Bunzo. 

 

Entonces todo se fue a la mierda. 

Así lo sintió Bubba al escuchar como el saco del empleado se ilumina en sus brazos, resonando el radio en el interior con insistencia, podría ser que en otra situación el radio ni siquiera sonara tan fuerte pero en el eco de esta habitación resonaria como si fuera alarma policial y haciendo que cada criatura le ubicara tras las nuevas caras sonrientes. 

La sonrisa de todos creció de golpe. No era una bien sonrisa. 

Estaban ofendidos y parecían reírse de lo estúpido que fueron al intentar engañarlos.

DogDay dejo salir un profundo vaho caliente ante el estrés. Este siempre escapa con dulzura empalagosa, llenando la habitación con su esencia tan parecida al pan recién horneado. Algo que le des agradaba, el odiaba el pan sin sabor cuando solo creían algo sin trabas y aburrido como la vainilla llenaba la boca con sutilezas aburridas. 

Esa araña mece su cuerpo como si fuera una araña expuesta a una usual brisa de verano. 

-Mommy sabía que algo olía, es increíble que le mintieran a Mommy, vaya niños tan malos. – dice la araña estirandose desde el techo mirando a los del fondo, exactamente a Bubba. -¿Pueden darle eso a Mommy?- le pidió estirando la mano hacia él. 

La orden del líder es clara, al igual que su propio juicio, respondiendo seguro a la gran araña. 

-No, lo siento. – respondió Bubba abrazando al empleado. 

Después de escuchar el discurso de esa doctora, Bubba entendió algo muy básico. Su única tabla salvavidas, un idilio de mal entendidos del que podían agarrarse a falta de una amistad con las criaturas de la superficie. 

Los humanos creain qué eran sus guardias y defensores, eran una especie de mascotas antiplagas. Valiosos como perros de terreno baldío. 

Ese título debía ser la razon para recibir tal trato ante las sospechas. Ante las amenazas de Picky, porque la conoce y sabe que ella es bastante afilada de lengua. Todo se reduce… A que cayó en la trampa de los humanos.

Esa verdad lo hace mirar lentamente a la cámara por encima de la araña. 

-No podemos entregarlo, Dog. - avísa a su amigo en un hilo de voz. Lo sabían ya pero confirmarlo era mucho más grave. 

Arruinarian su primera impresión con las criaturas de la superficie. 

DogDay no quiere eso, no quiere perder a los grandes del primer piso. 

-¿No tenemos opcion?- pregunto a Bubba. Esperaba que él tuviera una respuesta nueva, algo que rompa con todo lo que había sentido hasta ahora. Eran dos, eran siete. 

Bubba lo piensa, observando los cinturones en la cintira del perro. 

Cicatrices puede verlas asomarse donde el pelo se mueve al respira, heridas que se acumularon tras todas las mentiras que dio forma la personalidad tan llena de mentiras y manipulaciones de su amigo. Dando forma a esas mentiras que se formaron gracias a DogDay y su jodida valentía. 

Ahora solo les quedaba conservar las mentiras que los humanos llamaron su verdad. 

Letrero que él los obligó a usar al tomar una decisión sin pensar. 

Él había traído a un humano y él sabía que serían juzgados todos en su grupo si algo le sucedía al humano que secuestro sin preguntarle a DogDay si debía hacerlo. 

Creyó que podría usarlo para limpiarlos pero no tuvo en mente que esa podría ser una idea implantada por humanos. Estaba arrinconado on los estudios qué estás personas le dieron.  

No podía actuar como lo dictaba sus libros. Porque Bubba era un producto para esta gente. 

Lo sabían, lo que deciciria. 

Debía crear su propio juicio fuera de lo que le enseñaron. 

Entonces deben elegir rápido. Esa es la oportunidad que tenían. 

No era un caso de ser buenos amigos ni seguir pensando como un niño que obedece cuando le gritan. 

No podía pensar como Bobby, no puede ser piadoso ni noble. 

DogDay no los dejo cuando le gritaron ni cuando fue golpeado. 

DogDay no fue pura bondad, el también era bastante ruin con tal de hacer lo correcto. 

Tampoco podía ir tan lejos. 

Hoppy era valiente, justa y decidida. 

No podía ser directo ni actuar por impulso. 

Entonces le queda Kickin y su fantástica forma de mezclarse y hacer amigos donde piedras habitan. 

Debe ser un cobarde qué elige a él más fuerte siempre. 

Le quedan Picky con Crafty, buenas y directas como u taladro de azúcar. 

La desobediencia es la única forma de superar lo que les empujaba al suelo. Ignorar lo correcto por su voluntad. 

Entonces Crafty es su vara para tomar la decisión. 

¿Qué les conviene mas? ¿Agradar a los humanos o a sus confederes? 

DogDay llevaba más tiempo despierto y era el lider. Si lo encontraban resistiendo a sus órdenes a él lo castigarían pero no a DogDay. Si simplemente lo entrega a Mommy, sería culpa de todos y serian castigados de mayor manera. 

Fingir estupidez no seria diferente en resultados. 

Solo queda ser malas personas o intentar compartir sus ideas para leberarse del peso al dialogar. 

-Dog. - le llama desde el fondo del grupo, seguro de la decisión a tomar. 

Los sonrientes sienten como el segundo dio una opción, esperando escucharla pero Bubba toma la decisión sin avisarles y empuja a DogDay a ella con pisar el suelo como advertencia. 

El sonido del concreto quebrandose bajo su fuerza sacude el pelaje de sus compañeros. 

Ninguno hizo algo por resistirse a lo que parecía un error. Confiando. 

DogDay suspira rindiendose a la decisión de su segundo. 

Sabiendo que por ahora entregar al humano era imposible y no había nada que hacer. 

-¡Ya entiendo!- exclama la araña con ese tono empalagoso. 

Miran todos juntos a Mommy, guardando un latido del corazón para sus propios cuerpos, como animales frente a una amenaza más grande. 

Podrian imaginar que los entendería y decidir dar marcha atrás para permitirles pasar esta prueba por piedad. 

Mas Mommy lleva demasiado tiempo sufriendo por culpa de estos humanos.

Mucho más tiempo del que podian imaginarse. 

Mommy sonrió abriendo la boca. 

DogDay escucho a Huggy moverse y su cabeza sin pensarlo se volteo para verle dos pasos más cerca y con los brazos arriba. Su reacción se concentro tanto en el gigante azul que no pudo saber del golpe que Mommy le propino en la cabeza a Bubba sino hasta que escucho el grito de Bobby. 

-¡¿Porqué?!- grito Hoppy logrando patear la cabeza de Mommy cuando la vio lanzarse adelante con toda la intención de morder a Bubba 

DogDay no puede distraerse sin que Huggy atraviese su guardia, viéndose obligado a sujetar con las manos el pellejo de la espalda cuando este casi le muerde el hombro contrario y girar lanzandolo al suelo para cubrir a Hoppy del ataque de los más pequeños, lanzándolos todos hacia Huggy evitando que venga o use su fuerza contra ellos al distraerlo en cuidar de los pequeños.

 No puede continuar por mucho con esto, Mommy vuelve a la carga desde el techo atrapando a Crafty por el cuello con uno de sus brazos estirados, igual a una horca la lleva a lo alto azotandola contra el techo. 

-¡¡Pelea, Crafty, pelea!!- le grita Hoppy desde el suelo.-¡NO DEJES DE PELEAR!- 

DogDay cubre de los escombros a Kickin sin dejar de ver la situación de Crafty y la lucha que da revolviéndose entre gritos guturales, Mommy intenta morder su estómago pero una pezuña la golpea haciendo que su sangre salpique la cabeza de Kissy, la cual a estado observando sin moverse de su lugar. 

-¡DogDay, Crafty, le duele! - grita Bobby agarrando restos de concreto, más no pudo lanzarlos pues de sorpresa la oruga cayó sobre ella igual a un cien pies de caza para morderla justo en el hombro.

La sangre salpica como un torrente, sacudiendo a Kicki qué apenas logra salir del estupor del miedo. Subiendo sobre la oruga para quitársela a Bobby. 

-¡No, basta! ¡Bata! ¡Ayuda!- chilla y patea a la oruga usando las garras de sus patas para arrancar partes del pellejo de la oruga. Puede que sea callado pero no puede contener los gritos de dolor , rugiendo al soltar el hombro de la osa. Está al fin parece lista para defenderse pero solo puede luchar para quitárselo de encima con ayuda del pollo que a trepado y agarra con las cuatro extremidades la cabeza de la oruga. Golpeando su frente contra la nuca del perro azul. 

Lentamente Picky sale del shock , observando la sangre que llena el suelo y la pelea de Bobby con ayuda de Kickin luchando con ese gusano y a Bubba empujando con el brazo y la pata inferior a la gran caja que intenta agarrar lo que oculta en su brazo.

Esto era una locura.

Picky regesa al suelo sin moverse mientras todos peleaban. Pensando en lo que Crafty dijo. 

-Ella dijo que esto era mi culpa.- murmura mirando al suelo sin moverse entre el desastre de gritos de fondo.

Ella ayudo a ese guardia porque el se habia disculpado , y se supone que cuando te disculpea debe ser de corazón. Picky no quería que a sus amigos los golpearan , ella solo queria una disculpa , queria que le dijeran que en realidad no querían lastimarla y todo habia sido un mal entendido.

-¡¡¿Pero que hicimos?!! ¡¿A quién debo pedirle perdon?!- chilla sujtandose la cabeza entre los sollozos secos qué la embargan. - ¡¡Porfavor, porfavor!! ¡Paren profavor!- 

A sus padres los hubiera perdonado por arruinar sus dibujos si se hubieran disculpado. Nadie dejo que se disculpara con su mamá , aunque les dijo que no fue intencional y que fue un error.

Entonces ella nunca pudo arrepentirse ni ser perdonada o siquiera ser una buena niña. Pues ella era mala.

Por eso ahora solo siente miedo y no puede moverse mientras a sus amigos los arrastran y golpean.

 

Hoppy puede trepar gracias a sus garras pero Mommy era fuerte , sus patadas no impactan y cada vez es mas difícil no verse enredada por las extremidades que ya han rodeado al unicornio hasta el torso , apretándose sin piedad incluso cuando gritos ahogados sacuden los oídos de Hoppy.

Descubriendo la razon para el silencio del líder. 

-¡¡DogDay!!- al llamarlo mirando abajo tiene que soltar un grito frustrado al ver la situación del perro.

Atrapado en una pelea con Huggy y esos colmillos que ya logro enterrarle mas de una vez entre los forcejeos , incluso se a hecho tan grande que una sola de las manos amarillas atrapa una oreja y tira bajo la horrorizada mirada de Hoppy ,arrancando la oreja con un profundo grito de dolor por parte del perro. 

Los péqueños Huggy son parte de la pelea , arrancado a mordidas pedazos del perro a sus pies.

 -¡DogDay!- grita agarrando una piedra para lanzarla contra el gigante azul. Mala forma de distraerse pues Mommy aprovecho para golpearla por la espalda con su bota , haciendola caer de frente al suelo. Antes de que el conejo pudiera moverse una gran parte de los Huggy pequeños la atrapa mordiendo su espalda y extremidades.

-¡Cuidado abajo, niños!- ríe la araña al verla estrellarse y liberar sangre de entre el pelaje de su rostro. 

Eran criaturas grandes y pesadas , caídas altas como estas solo resultarian en fracturas inmediatas. 

Dolía taño que al lograr enderezar se su voz traicionó a su ego al pedir ayuda. 

- ¡¡Kickin!!- grito por un impulso que no le onorgllecia , mirando arriba al sentir algo cerca de ella, la sangre que salía sin control por las esquinas de sus ojos de plata podrian ser esas lágrimas que tanto deseaba sacar de su cuerpo.

La cosa cercana que presentia resultó ser la patada de la gran gigante rosa , pisando su cabeza y dejando su peso encima haciendo mas facil para los Huggy morderla sin ser lanzados. 

Las patas de Crafty se detuvieron de golpe , siendo tirada desde lo alto por Mommy logrando que las paredes se coloreen de carmín con la gran salpicadura.

Bubba a unos metros perdió fuerzas al ver a su amiga seguramente muerta , su brazo se debilito y esa caja mordió su cabeza arrancándole un tramo de piel.

Lentamente el humano en sus brrazos comprendio lo facil que seria morir ahora.

-¡Pelea , pelea que si puedes , maldita sea!- grita incluso si eso revela que se encontraba en medio de esta locura, sus puños golpean lo que puede de la caja pero es como pelear con la pared. 

La gran araña no tardo en aparecer por encima de sus cabezas, usando a la caja como base para arrinconar al elefante azul.

-Dame eso ahora.- ordena sonriendole.-Mi niño lindo, debes ser obediente. - 

Bubba apretó al humano bajo su brazo. 

Este humano era el pase para los que quedarán de sus amigos y ni loco les dejaría sin esta oportunidad par sobrevivir, ni aunque se esté muriendo de miedo. 

-Primero mátame.- le dice tomando fuerzas solo por la rabia que le hacia sentir ver a esa cosa ahora.-Pendeja egoísta.- escupe ese insulto con tanto reconcor que ni se pensó lo vulgar de ello. 

Nisiquiera pensó en cuanto odiaba a las personas que le enseñaron que ser callado era exactamente equivalente a ello. 

Claro que Mommy entendió que ese fue un insulto y su respuesta es morderle el cuello que no logra cubrir al detener a la caja con su brazo contrario. 

-¡Bubba!- grito desde el suelo la paralizada Picky con un pedazo de concreto en mano.

En un segundo algo cambio , una sombra subio sobre la caja tomando el cuello de Mommy y agarrandola para azotarla contra la pared con el mismo impulso.

En este arranque el perro que se abalanza sobre la araña , la cual en su audacia al fin habia bajado hasta el nivel del suelo ,atrapa su cabeza para llevarla a estrellarse contra el suelo , girando con todas sus fuerzas para encestar con la misma contra Wuggy qué había venido tras él. Repite el giro clavándolos a los dos contra el suelo una y otra vez. 

Esta vez Boxy no pudo ir a apoyar al ser tirado por el resorte del cuello, atrapado en la ṕata del elefante. 

-¡NO TE OLVIDES DE QUE SOY NOVIO, PUTA!- rugio el elefante usando su propio pesa para hacerlo caer por un costado. 

Como poesía esa caída vino con una patada qué have a Bubba retroceder sosteniendo su estómago por el dolor. 

Picky en ese momento llego a su encuentro. 

-¿Qué eres novio de quién?- pregunto sintiéndose algo más valiente al burlarse de Bubba. 

El elefante deja salir una carcajada, poniéndose de pie con ayuda de Picky. 

Por su lado DogDay no era tan grande pero también podía estirarse como uno de esas cosas. Incluso si los seis aun no sabían como hacerse grandes aún tomaron ese arranque como un ánimo mudo. 

No habia acabado ahí , agarrando la pata de la araña tira de esta arrancándola de un solo tiron.

Los pequeños Wuggy saltan sobre el perro mordiendo sus extremidades.

Mas Kickin salto pateando a uno con las garras logrando abrirlo en dos , salpicando de sangre el suelo a los pies de Kissy. 

Allá con Bobby ella no se libra de Pj por si misma , sino que esta oruga se habia disparado en dirección de DogDay al ver a la araña sometida, aplastándolo a la vez que Boxy logra encestarle un golpe con su mano. Todo buscando morderlo cuando no puede levantarse por el impacto doble. 

Wuggy al fondo ruge intentando quitar a los tres gigantes de encima sin que lo sigan aplastando. 

Justamente esto fue lo que se necesito para que cada uno de los que estuvo ese dia reviviera recuerdos que hacían la sangre hervir y a sus cuerpos gritar de frustración.

La ilusión donde acabar con el gigante de ese recuerdo podría salvarlos de las pesadillas hechas realidad. 

Hoppy, sin el control de la extremidad qué recuperó Mommy para defenderse, llego de un salto con algunos Wuggy mordiendo sus orejas , atrapando la cabeza de PJ con las patas para golpearlo repetidamente con puños y garras entre rugidos.

Bubba uso todo su peso y fuerzas para lanzar al Boxy directo al suelo. Quedándose con PJ qué intento saltar sobre BBubba a expensas de Hoppy en su lomo, mostrando al enderezarse el grueso torso qué se une a patas regordetas y fuerte, pero un solo puñetazo o impacto de esa pata chata y gruesa lo devuelve al suelo, seguido de recibir un pisotón justo al centro del cuerpo, causando tal ola de dolor qué la oruga vomito sangre espesa y para el estupor de Bubba, gran parte de sus órganos se salieron por la zona contraria al pisotón. La oruga chilla huyendo a la oscuridad. 

Culpa. 

Bubba decidió apoyar a Hoppy sin pensar demasiado en lo que acababa de hacer. 

 

 

Desde una esquina Bunzo mira sus propias latas con el rostro oscurecido por los pensamientos que le sacuden. Lo que recordaba por el relato de Boxy, era que la presentación de DogDay este no pudo aguantar ni tres golpes de Boxy sin rendirse y verse algo patético. ¿Es porque se siente acompañado qué agarra fuerzas? Talvez era del tipo que confiaba en los números. 

No. 

Su grupo solo es de siete y ellos son 22, incluso si los Huggy son pequeños o Kissy es lenta o Mommy esta mas concentrada en comerse al humano de uniforme naranja… aun estaban en desventaja incluso cuando ya mataron a uno. 

Ese perro siempre fingió ser débil. Creyeron que er exactamente lo que él deseaba hacerlos pensar. 

Les vio la cara. Se fingió inofensivo todo este tiempo. 

Un tipo distinto de furia le recorre. Ese tipo de rabia que conoce por soportar a los humanos qué tocan su cuerpo como si fuera un juguete y no un humano al que recorte ron con descaro. 

Ese perro era un rastrero, era malo. Mentiroso y manipulador. 

Era más cercano a un adulto que ellos. Era repugnante y calculador. 

PJ se aleja de la pelea llevando varias de sus patas arrastradas y sangrando, las patas de Bubba eran tan fuertes que partes de su cuerpo alargado se sienten roto bajo la piel y sus órganos fuera del cuerpo los sentía arder al rose del suelo y la suciedad. Siendo el único con lágrimas funcionales no puede evitar ensuciar su rostro con espesas lágrimas de dolor, encogíendose tras Bunzo buscando el consuelo en su propio cuerpo enrollado. Sacaron a uno de los grandes del encuentro. 

Bunzo mira los órganos expulsados con horror, decidiendo parar todo como fuera.

Puede que fueran niños todos pero no eran del mismo tipo. 

Nada en esta celda esta bajo el control de Mommy o de los gemelos, nisiquiera Boxy. 

Todo esta girando a favor de los humanos. De estos sonrientes. 

Porqué estos niños aun trabajan para los adultos después de todo lo que esas personas les hicieron. 

Eran unos completos dementes. 

-¡Paren, nos estamos matándo! ¡¡Paren ya!!- pide a gritos golpeando sus címbalos, comenzó a golpearlos uno contra otro con toda la fuerza que este cuerpo ñpequelo le permite usar. - ¡¡Estamos siendo observados, chicos paren!!- pide marchanndolo más rápido que podía, gritando y golpeando los platillos. Buscaba detener la pelea. 

No hay cambio, DogDay esta golpeando a Mommy y no hace sonido , solamente golpea logrando que la araña grite frustrada y adolorida. 

Bunzo no reconoce esa mirada, no lo quiere hacer. 

Porqué le recuerda a los adultos que le atan cuando las pruebas son demasiado dolorosas y pelea. 

Esa cara condescendencia qué le hacen como si ella fuera la culpable del trato que recibía. Ese signifado en miradas como las de ese perro, en una criatura. 

 

Huggy quiere ponerse de pie pero el peso de Mommy al igual que el de DogDay sobre su espalda lo mantienen en el suelo. Ruge llamando a Kissy pero la escucha gruñir. 

Fuera de este charco de sangre, la gigante rosa está empujando a Bobby al igual que a Kickin, con tal de proteger a los Wuggy que habían buscado seguridad en ella. De pronto su pierna es tirada y es Picky arrastrandola al suelo, golpeandola entre los tres para dejarla fuera de servcio. 

Picky aun no superaba el miedo que la mantienen en el suelo pero su rabia fue suficiente para llevarla a gatas hasta esta gigante, calculando su momento para tirarla a control de sus amigos. 

Kissy chilla llamando a Huggy bajo los golpes de las tres criaturas. 

Lentamente la situación se oscurece para el otro lado. 

Huggy no soportó más los gritos de su gemela, levantándose a cuestas logrando sacar a los dos de su espalda con un rugido. 

Ambas criaturas ruedan al perder el equilibrio, cayendo a distintas direcciónes. 

 

Bunzo chilla golpeando los címbalos varias veces al ser salpicado por la sangre y el polvo creado en el arranque del gigante azul, mientras rodea la escena mirando de vez en vez a las cámaras que brillan de rojo por encima de ellos. 

-¡¡Ya paren, porfavor!!- pidió golpeando la cabeza más cercana, muy tarde notó que no era la de un aliado. 

Era DogDay quien había sido al fin lanzado fuera de Mommy o Wuggy, chocando justo frente a Bunzo. Esto es aterrador, estas criaturas sonrientes no eran como él, Mommy o cualquiera de sus amigos. Estas criaturas no tenían nada, solo esa sonrisa negra y grandes ojos plata que te miran hasta el alma. 

Esta mirada se dirigió directamente al pequeño Bunzo. 

Era un adulto. 

El corazón de Bunzo se helo al ver esa mirada tranquila encima de su cuerpo. 

Se veía cansado pero tan cansino como cualquier adulto que parece solo pasar un dia más en esta jaula. No hay reproches, como si sus decisiones fueran las que lo trajeron hasta aquí. 

Era responsable y decidido. Suspirando al verlo con detenimiento. 

-Hola, Bunzo. - saluda ese perro viéndolo. - Se suponía que tendría una cita en tu juego.-

Bunzo debe abrir la boca como única muestra de cuanto le confundió eso. 

 

 Detrás de los dos. 

Huggy apenas lograba empujar a Bubba para librar a Kissy, sin poder encajar los dientes por la forma que esté gigante tenía de empujarlo con el antebrazo. Ya el humano no estaba en silencio. Gritando sin sentido entre lágrimas. 

Bunzo puede ver eso a unos metros y también a esos ojos tan cerca de ella.

-Si te digo que eres el tipo más guapo después de mi hermano, ¿Dejaras de pelear?- pregunta asustado. 

Ignorando que fue comparado con una criatura sin labios o extremidades comunes le parece lindo. 

-¿De verdad soy tan guapo? Vaya. - le agradece al enderezarse lentamente. 

La figura de Bunzo resalta como un diente de león a comparación de ese montículo de sufrimiento sangriento. La cercenada oreja dejó un espacio de hueso expuesto qué deja salir una gran cantidad de sangre entre el pelaje. 

El rugido de fondo avisó del retorno de Mommy. 

El perro sujeto a Bunzo por la cintura, quitándole sus platillos antes de devolverlo al suelo, para girarse y lavar uno en la cara de Mommy, justamente sobre los ojos. 

El rugido de dolor sacudió las paredes, incluido Bunzo que cayó de lado, su debilidad ante la falta de articulaciones qué le permitieran levantarse por si mismo. Observando sin posibilidades de más a esa desgarradora escena. 

-¡Lo siento, Mommy!- intenta disculparse aunque solo es un murmullo su grito. 

DogDay lanzó el segundo platillo a manos de Hoppy, viendo como ella lo levanta clavándolo en la cabeza de Huggy.

 Dos ruidos de dolor seguidos hacen que el ambiente se quiebre. 

Aspirando y exhalando cada gran monstruo en esta habitación. 

Esta oportunidad es tomada. 

Logrando hacer que todas las fuerzas retomen posiciones. 

Las luces solo hacen que la sangre resalte como un cuento de terror en las noches. 

El cansancio está en todos. Cada uno retoma la distancia a su manera o como pudieran. 

Kissy sujeta a Huggy para llevarlo consigo a un espacio seguro, sacándole los platillos de rostro con una mirada perdida. 

Ese lapso donde las criaturas de superficie se esparce hace que el grupo de siete resalte en su irónica soladad en ese rincón donde todos se quedan.

Nisiquiera las maestras muestran su apoyo a las criaturas que compartirian su territorio, absteniendose y observando sin mostrar un solo signo de vida más allá de respirar. 

Mommy comprueba el estado de los niños de su lado,volviendo a hablar incluso si algo de sangre escapa de su boca. 

-Solo debias darme a ese humano, gordo estúpido. – gruñe Mommy ya subida en el techo. 

DogDay escupió en su camino la sangre que debió quedarse en su boca en la pelea.

 Mirándole directamente al limpiarse con el revés del puño. 

-Mi amigo dijo qué debías hacer si lo querías, Mommy. – lo dice con un ligero jadeo áspero. No era otra cosa más que un gruñido gutural qué sacude hasta las células de quien lo escucha. 

Mommy frunce el ceño pero su cabeza no puede seguír colgando, claramente sintió que se abriría si seguía en esa posición, el perro había roto su cara y solo su propia red y cabello plástico la mantiene unida. 

-A ti te espera mucho dolor, perro mal agradecido. – dicto apretandose el rostro con una mano, solo eso evito que sus ojos se cayeran de las cuencas. 

DogDay camino frente a ellos llevando a su grupo, incluido el cuerpo inerte de Crafty a la misma esquina. 

-Yo no quería pelear, ninguno quería pero nos atacaste, eso no está bien, Mommy. – le recuerda DogDay apuntandola sin mirarle, resaltando el porte firme qué le diseñaron para llevar en sus hombros, quizás fue un chiste o solo un rasgo característico pero este perro tenía un porte igual cualquier líder, sin importar su estado o el daño en su cuerpo, caído o vencido. Siempre llevaba consigo la sensación que deja la presencia de un…¿Un qué? ¿Que es ese perro? 

Tal vez era un idiota muy decidido. 

 – Le pisaste la cola al perro. Cuando ustedes y nosotros somos iguales en todo, incluso si no lo quieres ver. – toma el mismo lugar que antes, frente a sus amigos con los brazos extendidos en defensa. - Actuaste de forma injusta, Mommy. - dejo a Crafty a un lado de Bobby.-Iniciaste una pelea solo porque sabias que los tenias de tu lado, creíste que no podríamos defendernos. No los cuidaste cuando pudimos hablarlo y resolverlo sin violencia.- la cara furiosa de Mommy le dice que eso no le gusto.-Ese fue tu error, mío no, hermosa. - 

El halago solo le hace enojarse aún más. 

Unos treinta segundos después las luces de una puerta se encienden avisando de la llegada de alguien o algo. 

El empleado ya no lucha por zafarse, su brazo estaba arañado pero el elefante tenía tantas heridas abiertas que bien podría ser la sangre de este y no suya, no sentía dolor, solo estaba cansado. 

Bobby abraza a Crafty cuando DogDay la dejo a su lado, permitiendo que Picky se una para revisarla.  

No estaban ni de cerca lo limpio que habían entrado ni mucho menos completos. La oreja de DogDay estaba a unos metros en el suelo y pedazos de Hoppy se regaron por la habitación, las plumas amarillas pisoteadas y el pelaje blanco pegado a la pared colorada de rojo puro , al igual que el espeso camino de sangre de PJ brilla, ellos solo pueden mirar a la puerta sin hacer ruido. 

Al fin lo que tenia que entrar lo hizo, rebelándose la presencia de una gran cantidad de científicos y guardias. 

Mommy solo necesitó ver una bata blanca para encogerse en una esquina y temblar. 

Huggy Wuggy se coloca a un lado de Kissy con los restos y últimos Huggys en sus piernas, al parecer, para suerte de Kissy, solo el elefante tenía la fuerza y peso para destrozar cuerpos con una sola patada y las grandes garras de Kickin eran solo de él. Bunzo fue levantado por Boxy y los dos se quedaron en una esquina contraria a la de los siete nuevos.

Tienen que observar al grupo humano entrando tranquilamente. La iluminación fría de el techo comienza a penetrar dentro de los nervios de cada criatura, es el dolor lo que sube por sus cuerpos como el mismo torrente sanguíneo qué debe ser cosido de nuevo a su forma original. 

De entre los humanos resalta el anciano con su secretaria y asistente a un costado, mirando a cada esquina y criatura por mas de un corto lapso, comprobando los daños hechos en lo que calificaban como mercancías de alto valor. Sus ojos, al igual que los de más de un trabajador , se quedan un poco más en la cabeza de Mommy, las paredes destruidas, la sangre en los muros y la cara de Huggy Wuggy aún sangrante.

Un empleado rompió el silencio al tropezarse y chillar al caer con lo que parecía un trapo, era la oreja sercenada de DogDay. 

-Oye, perro. – lo llama la secretaria pues el mencionado estaba mirando a un médico recogiendo los restos de un Huggy muy pequeño al haber sido pisoteado por mas de uno de los monstruos presentes. El perro obedece lentamente al llamado, fijándose en el rostro de el hombre. 

-Te has pasado, DogDay. – 

En ese momento DogDay lo reconoció, este hombre había sido quien le ordenó continuar con el experimento, era el mismo que le permitió salir antes de tiempo. Debía pensar en como actuar pero estaba demasiado cansado, ahora mismo pelear con tantos hizo que incluso respirar le fuera doloroso. Solo deseaba descansar pero no sin sus amigos, debía dejar de lado su somnolencia para hacer lo correcto con sus amigos, con todos de una vez. 

-Dime, Dog, ¿A quien prefieres?- pregunta apuntando alrededor y a su grupo. - ¿Quién crees que es más importante en este cuarto?- 

DogDay debe pensar, pensar y actuar dennbtro de lo que estas personas deseaban ver y creer, era un niño pero ya no, debe ser quien se conecte por sus amigos. Debía protegerlos incluso si era doloroso. 

-Crafty esta herida. – apunta sin moverse. Tal vez los médicos podrían hacer algo por ella. 

-Eso no es lo que te pregunte, DogDay. – lo corrige sin dejar de mirarlo directamente. 

Había elegido mal su primer respuesta. 

Bubba desde el fondo piensa y mira a todos los humanos que se han quedado atrás con las mismas armas que usaron contra Picky, estaban arrinconados, una posición clara para un enfrentamiento físico pero no para un tiroteo. Estaban perdidos si usaban armas. Mira a los gigantes rosa y azul encogerse sin dejar de observarlos. 

-Esta no es una prueba normal. – dice Bobby aferrándose a Bubba. 

Lentamente Bubba comienza a unir los hilos, descubriendo que habia un mensaje claro si intentaba entender lo que estaba sucediendo. Solo quisiera saber cual. 

DogDay retrocede girando para verlos ,sus acciones terminan sacudiendo a sus compañeros al abandonar su posición y mirarlos uno a uno, al llegar su mirada a Bubba se acercó haciendo a un lado a Kickin para ir con el elefante. 

-Damelo. – ordena mirando al humano. 

Bubba lo pensó pero accedió dejando que el trabajador quede en los brazos del perro. 

-Gracias. – susurra el perro antes de volver al frente. 

Un médico se acercó desconfiado al ver al trabajador lleno de sangre en rostro, hombros y pecho. 

-Lo sentimos. – da una disculpa dejándolo frente a las personas, poniendo la mano en la espalda de este cuando se tambaleó tras el susto. 

Otros vienen lentamente a su encuentro para revisarlo, comprobando que las heridas eran superficiales y solo eran restos del elefante y la caja musical. 

DogDay vuelve a su posición inicial ahora con los brazos caídos, los científicos vuelven a robar su atención al verles cargar a Bunzo. 

Ese hombre, que parece muy importante a la percepción de cada uno de los que no sabían de quien se tratara. Entre estos está Bobby, ella puede sentir como las sensaciones no han cambiado para mejor, solo están demasiado curiosos. 

-Nosotros…- tarde se da cuenta de que no debía hablar, cubre su boca pero ya tenía la atención de todos encima. El miedo la hace arrinconarse en el costado de Bubba. 

DogDay se coloco enfrenté cubriéndola. 

-Nosotros no queríamos pelear, solo estaba triste por lo que le hicieron a mi amiga. – 

-¿Qué le hicieron a tu amiga?-

-Le partieron a la mitad. – su atención se dirige a los médicos. – Yo creia que hacíamos lo correcto al ayudar a todos, ¿Entonces fui yo quien rompió nuestro trato?- pregunta agachando se para quedar al nivel del adulto, una cosa que apreciaba cuando era pequeño.-Sirvió a los trabajadores y creo que habia ganado su confianza ¿Porqué entonces castigaron a mi amiga por hacer lo que usted me dijo que era correcto?-

Unos minutos de silencio se perciben como horas. 

Bobby al fin entendió lo que estaba pasando. Lo comprueba mirando a las otras criaturas y ver cuanto es que sus miradas cambian después de escuchar a DogDay. 

Haciendo memoria podía darse cuenta de que esta no era una conversación que debiera ser pública, parecía una platica de las que se tienen en un cuarto , entonces esto debía ser escuchado por las criaturas y los humanos por igual pero no para el bien de sus amigos ; esto solo podría estar planeado para… ¿Para que? 

Mira a Bubba pero solo consigue llenarse de aun más incertidumbre. 

A su lado quien lo comprende ya esta apretando las pezuñas una contra otra. Ellos eran solo siete, eran grandes y si, sabe que son fuertes. Entonces son un peligro para los humanos y no necesita ser demasiado lista para entender que estaban apunto de vender su seguridad entre criaturas por lo que sea que DogDay valorice más que esa comunidad. Eran solo siete contra, solo dios sabe, cuantos en este lugar. 

Aunque no sería diferente a su estado anterior. Podría enojarse y matar a un par de tontos en esta celda para echar por suelo el plan de DogDay de escapar juntos. No había forma de que ese no sea el objetivo. 

Entonces ese hombre vuelve a hablar y lo que dijo solo sellaría sus destinos. 

-Si dices servir junto con tus amigos, esto debe ser consecuencia de ello. - apunta al lugar con una mano en alto. - ¿Quién quiso lastimar a ese trabajador, DogDay?- pregunta metiendo las manos en los bolsillos.-¿Qué te dijo que debías pelear por su seguriddad?-

DogDay miro a todos, incluidos a las criaturas con las que acaban de pelear, llevando en una mirada a sus amigos, una más profunda a Bubba. 

Mommy se encoge lo más posible en la esquina del techo, apretando su cuerpo en la pequeña sombra. 

Bubba nego con un ligero movimiento de ojos. 

Esa era la decisión correcta. 

Proteger a las criaturas de la superficie. 

-Yo no me dí cuenta de que estaba aquí ni pedí que lo sacaran por su seguridad, lo lamento. – su disculpa se acompaña por las manos qué junta frente a sí. 

- Pero quien lo trajo no fuiste tú. – lo recuerda. 

-Soy responsable de lo que mi grupo haga, debo afrontar la responsabilidad de errores que se cometieran bajo mi vigilancia, el si se sienten solos y trajeron un amigo, o si sale herido. – dicta lo que recuerda de la guía que leyó en las instrucciones de la fábrica. 

Esta vez es la mujer la que le habla. 

-Consideras a los humanos ¿Tus amigos?- pregunta la secretaria. 

DogDay mueve la cabeza de arriba abajo bajando las manos al suelo. 

-¿Entonces quien atacó primero?- vuelve a interrogarlo. 

Quedo claro el resultado de rebotar la responsabilidad entre los mismos dos tarados. Así lo ve uno de los cinco sonrientes restantes, el único que entiende al par. 

DogDay volvería a responder lo mismo, lo último que deseaba era que las otras criaturas los odiaran, eran lo único que tendrían de su lado si lograba juntar las piezas y escapar. No la delataria, no a la grande. 

Decidiendo en complicidad con su amigo que ellos lo pagarían. 

-Fue esa araña.- 

La espalda de DogDay se enfrió pues la respuesta fue inmediata. Un disparo hizo caer a Mommy del techo al ser descubierta.

Bubba dejó salir una exhalacion quebradiza, junto a todos su deseos. 

Era imposible que no supieran quién fue. Esto solo sería una prueba de lealtad. 

-Crafty…- suspiran derrotados el nombre de su amiga.

La unicornio levanta apenas la cabeza pues seguía en brazos de Picky.

Incluso Picky le apoyaba. 

-DogDay eres bueno , por eso intentas que solo la paliza que le diste sea su castigo pero no se puede , los adultos tienen sus reglas y debemos escucharlas.- escupió sangre pero logra ponerse derecha.-Si hay un castigo , que sea para todos los que peleamos sabiendo que estaba aquí.- 

Las ganas de vomitar de Crafty son grandes y más grandes serían sus rencores. 

Picky ahogo una risita y no era buena , sabia que Crafty era rebelde pero esto , justamente ahora fue sorprendente. Rebelarse al plan de inmolacion de DogDay con Bubba… Era demasiado divertido.

-Si , fue Mommy.- apoyo levantando la pezuña sin piedad alguna.-No la protegeremos. - 

La criatura araña comenzó a gritar , el disparo solo habia desconectado sus articulaciones , arrastrandose para que no la llevaran con los científicos.

-¡¡Mommy no hizo nada , no lo hizo!! ¡¡Por favor , no lo hice , no hice nada , por favor!!- comenzo a chillar y rogar arrastrándose a los pies de Huggy Wuggy.-¡¡Ayuda , por favor , que no me lleven , Wuggy!!- le suplico aferrándose a él.

Wuggy tenia solo un ojo intacto y por este la miraba sin moverse , su propio pellejo estaba en juego y ya no podía moverse mas después fijarse en esas nuevas criaturas sonrientes. Un poco de nauseas le hace dejar de mirarlos , eran demasiados y esas asquerosas sonrisas negras lo hacian sentirse mal. El mismo tenia una eterna sonrisa pero esas cosas eran repugnantes con cabezas tan grandes y sonrientes , no podia negar que eran iguales a él en muchas formas pero no los sentía como parte de sí. No como a la araña que llora en sus pies. Solo sabia que estas cosas hicieron llorar a Mommy por un estúpido humano.

Agradeciendo su decisión de matar a CatNap para liberar a la niña de los retorcidos planes de ese perro y su grupo de rastreros.

 

DogDay puede sentir como la mirada de Huggy se fija en ellos con rencor ,era puro rencor idéntico al de un adulto , Huggy no era tan joven como ellos. Era mucho mayor al igual que Boxy y la mirada de la caja no es mejor ahora. 

Mommy era querida por estas criaturas y la traicionaron.  A ellos no les importa si lo causó ella misma. Sus acciones se reducen a “Lastimaron a mamá” 

No los van a perdonar nunca. 

Habían perdido a los grandes de la superficie como aliados.

El peso de esa verdad hace que su cuerpo pierda la poca energía que le quedaba. 

No pudo hacerse entender ni logro reconciliarse, no logro hacer el puente ni unirlos a la maldita rebeldia que deseaba hacer crecer. 

Los humanos ponen la cereza al pastel de su miseria. 

-Dinos ,¿Porqué mentir?, DogDay.-

-No veo bien , lo siento.- procede a mentir una vez más. Miente otra vez, volvería a hacerlo las veces que fueran necesarias. 

-¿Quieres que te recuerde cual es tu papel?-

Cansado deja salir su mal humor. 

-Me dijo que soy un guardia.- responde , gira la cabeza viendo a los trabajadores.-Creí que como esos guardias que fuman en la guardería o los que se pierden con los ingenieras o cocineras bonitas en la zona de máquinas, yo podría tomar algunas decisiones por mi mismo.-

En un segundo los trabajadores se tensaron , ese perro sabia demasiado.

El jefe cubrio su boca con el dorso del puño, fingiendo un carraspeo aunque solo queria reírse.Entonces su vejez lo hizo ver una respuesta para el conportamiento extraño del perro. 

Un mal ejemplo por parte de los trabajadores. 

-No te preocupes , ya me encargare de esos rebeldes, también. Anotalo.- le recuerda a su secretaria.

-Hecho.- responde ella sin mirar a nadie más que su tabla de notas. 

Una maquina de carga entra para llevarse a Mommy bajo la mirada de las criaturas y trabajadores.

La segunda va directamente hacia Crafty. Picky apreto el abrazo llena de insertidumbre qué podría volverse rabia en un segundo. 

-Dejen a ese , DogDay , lleva a CraftyCorn.- ordena en retirada.

El perro procede a llevar a Crafty en brazos. Al tomarla sus ojos se encuentran. 

Crafty sabe que hizo mal pero.. Ya no quería seguir aquí ni que se llevaran a sus amigos otra vez. Quería descansar y fingir que no sucede nada. 

-A los demás , síganlo a su nueva celda.- les dicta ese anciano. - Espero que agradezcan una celda solo para ustedes. - 

Un médico los sigue con una pata de Crafty y la oreja de DogDay en un carrito de enfermería. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo sucede frente a las criaturas que se quedan atrás.

 

 

 

 

 

 

Por un mal entendido se cierran las posibilidades. 

Desde este momento y con la sangre de todos los monstruos en la piel de un igual ,es cuando el ultimo lazo se rompe entre los niños del sotano y la superficie. 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Les pareció mucho texto? Gente linda, ¿Recuerdas lo que dije de la trampa de oso?

Espera y llegaras a 19 mil palabras por capítulo.
Aquí se sirve hasta el borde.

Y gracias por leer.

Chapter 12

Notes:

¿Listos para enojarse?

Yo soy fiel creyente de las etiquetas y de que un dialogo no dirá tanto como una escena escrita.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 ¡S-M-I-L-E everyday!

¡ When you are down and out, no need to frown and pout!

¡‘Cuz Smiling Critters’ here to say…~

S-M-I-L-E everyday! ~

 

Un nuevo día toma forma de golpe al salir el sol por encima del monte verde y la tranquilidad es tal que los pajarillos cantan por el cielo azul teñido de un cálido amarillo.

Un ave un mas amarilla sale de su hogar , parecido a un gallinero pero bien alfombrado , con un café de seis litros y un montículo de azúcar asomado de la taza. Las ojeras del ave amarilla podrían pagar impuestos de lo grandes que son. Observa al sol con el ceño fruncido igual a un excombatiente barbón, apretando el pico con un chasquido antes de dar un largo trago al vaso de café , tragando tan ruidoso que pareciera ser un animal doce veces su tamaño.

Un segundo después de beberse ese café tiene un estallido de brillos , colores y fuegos artificiales.

-¡¡Buenos días mi pequeño y prontamente sobre poblado mundo!!- saluda quitándose la bata y tirando la taza al olvido. -¡Este mundo puede dar por iniciado un nuevo dia gracias a mi , ¡¡¡Chiken Kickin , quien hoy igual que ayer y ayer y ayer y ayer y ayer…-

El oso rojo en su cama se cubre las orejas con un pataleo frustrado por el griterío del pollo amarillo.

Escuchando el “Kikiriki” repetitivo. 

-“Múdate al bosque mágico Bobby” “Sera muy bonito vivir allí , Bobby” “ Los impuestos no son tan altos , Bobby” “Es buen lugar Bobby” …- murmura esos consejos vacíos. - Maldigo al guapo agente de vienes raíces y maldigo haberme perdido en esos ojos tan convenientemente parecidos a los de Bubba.- 

La imagen del agente de bienes raíces era un elefante pintado de azul , traje , lentes y bigote.

 

-…y que cada día sea bendecido por mi gran canto!!! – termino su discurso con el uniforme de los marines de 1935 y unos aviones de fondo de pilotos expuestos.-Bien …cof …- golpea tres veces su pecho antes de agarrar aire he inflarse igual a un cantante de opera.-¡¡Ki-

¡THATHATATHAT! 

El pollo se desinflo mirando a las enormes letras que desplazaron su canto.

-¡Pero que car-

 ¡¡TACTACTACTACTAC!! 

Esas letras se lo llevaron por su pequeña escalera de casa al patio. 

-¿Pero que esta pasando?- se pregunta desde el suelo, cubriéndose con las alas y sin mirar al oso que se rebelo al ponerse de pie y casi lo golpeaba con un martillo de construccion, se agacha para recoger un estetoscopio para ver lo que pasaba de lejos.

- ¿No deberías usar un catalejo?- le pregunto la osa recargada en el martillo como si fuera un bastón.

-¡Shh! ¡Yo se lo que hago!- la chucheo y continua con el estetoscopio sobre los ojos y el metal estirado por encima de su cabeza.

La osa observa esto sin moverse por lo que se sintieron varios minutos de los dos estaticos en el mismo lugar.

-No funciona.- aseguro Bobby.

-No.- el pollo tiro el estetoscopio al mismo lugar que la taza , el avión y la lavadora que le presto Hoppy.

Bobby movió las orejas y sus manos se juntaron nerviosa al ver tantas cosas arrumbadas en el patio.

-¿Hoppy sabe que tienes su lavadora?- le pregunta al pollo que continua mirando al cielo.  

 

 

En su casa Hoppy observa el cuadro de pintura mas claro, tuberías y cables sueltos de su cuarto de lavado y la falta de la misma lavadora. Incluso su muñequito para medir el jabón estaba tirado en una esquina amarrado a una silla y con la boca sellada por cinta gris. 

-¡Esos condenados, mapaches! – exclamo tirando su cesto de uniformes policiales , deportivos , de ladrón de bancos y la bata del papa al suelo.-¡Pero Hoppy quería ser buena!- se queja de si corriendo a alguna parte de la casa.-Yo les enseñare lo que pasa cuando le roban a una coneja.- gruñe saliendo con su rifle y traje de Terminador.

 

 

 

-No, pero seguro que no se molesta, ella me quiere mucho.- admite el ave.-Aquí lo importante es que yo descubra de donde salen estas onomatopeyas.- 

Bubba apareció por una esquina con un letrero de madera. Ignorando el “Hoppy te tiene lastima” 

-Las onomatopeyas son las descripciones en letra de sonidos que se usan en comics y otros tipos de artes visuales con acciones que repercuten en ruido.- enseño una bota pateando a fuera de su cama a Crafty y el sonido de su impacto como un ¡Pow! Y la caída como un ¡Plaf! 

-¡Yo te voy a pintar onomatopeyas , blasfemia a la anatomia!- grito Crafty viniendo a por él con una gran ¡Bang bang! Entre las pezuñas.

Bubba escapo tirando el letrero con un agudo grito.

De vuelta con Bobby , encuentran a la osa mirando a un lado de la pantalla mientras se escucha el eco de la persecución.

-Necesitó saber quién interrumpe mi canto.- se queja el ave sentado sobre la lavadora de Hoppy, quitandose a medias los lentes negros que no usaba antes.-No podré estar en paz con mi alma si la incógnita continua comiéndome desde adentro. - 

Nuevamente interrumpe Bubba por una esquina con el mismo letrero pero esta vez Incógnita esta escrito con azul. Logrando detener a Crafty al hacerla flotar en el océano azul. 

-Una incógnita es algo de lo que desconocemos su significado transitorio. Como el porqué el océano es azul pero se descubre que es un reflejo del cielo, las incógnitas son pasajeras cuando nos esforzamos por desentrañarlas.- sonríe sacudiendo su traje de buzo y apunta a la pantalla. - Así que hagan muchos amigos para que las incógnitas sean las respuestas y camino a mundo nuevo. - 

De nuevo en el escenario de la casa de Kickin la cara de Kickin se a vuelto morada del coraje que le hace sentirse ignorado pporel par de metiches. 

Crafty lo pasa por un lado empujandolo como si fuera una puerta cualquiera. 

-¿Entonces puedes ayudarme a recrear a color el vestido de la gran Rosie a color?- pregunta Crafty con su pintura sin colorear de cierta figura de movimiento social. 

-Claro, es solo la teoría del color en escalas de grises y la iluminación ambiental. - asiente y sonríe con los brazos en la cintura. 

Crafty sonríe y baja su dibujo. 

-No tienes idea, ¿Verdad, Bubba?-

El elefante vuelve a asentir y levantar las patas con simpleza. 

-Exactamente, pero será divertido intentar hacerlo. Hace rato que no hacemos añada juntos, mi querida potranca. - 

-No me llames así. Soy un unicornio.-

Los dos se van juntos, dejando atrás al ave super amargada y a la osa distraida.

Bobby tardo un segundo de silencio en responderle alguna pregunta perdida en el universo. 

-No , ya desayune, gracias.- le sonríe bastante perdida.

Kickin se cubrió la cara ya de camino a su tumba.

-¿Y si ayudamos a DogDay con su trabajo? Creo que esta muy ocupado hoy.- apunta a la dirección de las letras.-Solo mira cuantos dibujantes necesita solo para aclarar que esta ocupado.-

Un arbusto de la nada se convirtió en un gran pulgar dándole la razón.

-..que feo.- exclamaron mirando ese arbol deforme.

-Pues vayamos y¡¡Son los créditos!! ¡Ayúdame Bobby!- 

El oso intento devolver los créditos pero estos esquivaron su martillo. 

-¡Son muy fuertes , Kickin!- giro convirtiéndose en una hermosa princesa osa de trazos súper definidos pero solo ve al pollo caído bajo el logo de Playtime co.- ¡¡Kickin!!- grita enterrando el martillo como una espada medieval a la caída de un caballero.

Los créditos terminan con el capitulo y la imagen súper realista de Hoppy con un sombrero sureño de mapache .

 

 

 

 

Después de ver ese capitulo en televisión, cada niño siguió con su día pues sabían que lo siguiente sería el video tomado a los cumpleañeros del mes en Dulce Hogar. Algo que se solía hacer en algunos capítulos de los Smiling Critters. 

 

El pastel en la mesa tiene veinticinco velas y un betún cremoso de color blanco, olía tan dulce como el azúcar y el brillo era casi mágico bajo las lámparas incandescente. 

Un trabajador con micrófono pasa con una cámara frente a los niños que habían formado en una línea frente al pastel suficientemente grande para los ciento sesenta niños de los bloques 2 y 3, presentes con la misma o mayor emoción que los niños de la fila de cumpleañeros.

-Hoy los niños de Dulce Hogar reciben como regalo de un donante anónimo el pastel de Panaderías Cherry Bomb, tan dulce como una tarde con la abuela. Festejando en conjunto y hermandad, 25 de los niños que comparten este gran mes para dar la bienvenida a un año más de sus vidas. - termina la sección comercial con un letrero digital bajo su figura, mostrando el logro de una panadería vieja. 

Camina hacia los niños, preguntando sus edades y dando n comentario especial a cada uno. 

-¿Cuántos años cumples hoy?- pregunta al décimo quinto niño de la fila. 

-¡5!- responde tras sacarse los dedos de la boca y sonriendo daba algunos saltitos solo pensando en el pastel. 

-¡Eres un niño tan grande! ¿Y tu cariño?- va por la siguiente niña. 

-Yo…cumplo nueve años. – responde con timidez la niña, sacudiendo su vestido blanco con las manos y su nerviosismo.-Y me llamo Su-

-¡Yo, yo!- interrumpe un niño a lado de la niña. - ¡Y yo ocho años, muchas gracias por el pastel!- interrumpió el siguiente niño en la fila con un trajecito bien cuidado. La niña lo empuja con el ceño fruncido. – A todos les deseo feliz cumpleaños y que sea este mejor que el anterior, ¡Vamos allá!- sin desanimarse sacude a su compañero que tímidamente desvía la mirada de la cámara. 

-Pero que linda eres.- aturdido el empleado solo respondió a la niña y paso al animado niño. - ¡¿Y tu cuantos años vas a cumplir, amiguito?!- le pregunta al niño más alto de la fila de los menores de diez y que aún tiene al niño muy ansioso pegado a su brazo. 

-Nueve años. – responde con la cara roja y medio oculta en la cobija qué traía sobre su cabeza. 

-Eres tan alto, ¿Seguro que no cumples quince?- bromea con una sonrisa. 

El niño negó con la cabeza bajando la mirada avergonzado por la atención de la cámara. 

Las preguntas continuaron para el resto de los niños, incluidos algunos cuidadores qué dieron algunas palabras cálidas para los niños. Pasaron algunos minutos más pero al fin llegó el momento de que las velas fueran soplada por los veinticinco niños, logrando una nube de humo qué cubrio sus rostros en las siguientes fotografías. 

 

 

Fue de esa forma que Theodore paso su cumpleaños el último día de enero junto a sus compañeros de festeje. Un dia que fue transmitido en el horario de los Smiling Critters como un segmento al que le incluyeron pegatinas de los personajes.

Su cara se calienta al ver su figura en pantalla abrazada por Bobby. Aunque el gritillo agudo de Gustav dejo en claro que tener a un Kickin de caricatura recargado en su espalda lo hizo mucho más que feliz. Quedaba claro cual era su preferido. 

Ya tenia nueve años, y sus pantalones le quedan más cortos otra vez. Tenía que tirar de ellos para cubrirse los tobillos y hacer a un lado el cabello qué le cubre los ojos si lo deja batirse libremente. No permitiría que un adulto lo toque con tijeras en mano , al menos en eso quedo de acuerdo con los cinco trabajadores que llegaron hace unos días y no les dejo ni acercarse.

Ademas logro hacer amistad con algunas de las niñas que seguían a Susan y le decían que ser capricornio no era tan malo, aries es el enemigo. Cosas que no entiende. Ni porque le dijeron que su virgo ya le llegó. 

Ese pastel no estaba nada mal, definitivamente era de los mejores que comió desde que llegó a la guardería. 

Le hubiera gustado dar el un poco a papá … O compartirlo con su amigo. 

Incluso febrero empezó y se sintió extraño. A la guardería llegaron nuevas prendas muy bonitas pero para su mala suerte y de muchos niños mayores de diez años, ninguna les quedaba. Habría ropa nueva muy pronto pero no en febrero. Ser alto no le fue conveniente , otra vez.

Entonces este mes pasa con festejos por los niños que pueden andar con ropa nueva y lo celebran jugando a las fiestas con comida imaginaria y música que solo ellos podían escuchar. 

Theodore había estado… bien. Ahora mismo estaba apunto de desayunar pero se había detenido a observar la fotografía en el pasillo contiguo al bloque cuatro. Aquel bloque no se presentó a la fiesta de cumpleaños pero ahora estaba abierto y los niños salían con su cuidadora hecha puras sonrisas. 

Solo puede observarlos bajar la mirada y descuidados como si estuvieran viviendo en el abandono. 

Se notaba que ya no había quienes los cuidarán de verdad ni los acarreara , como lo hacía el grupo de su amigo. Y esa mujer los cuidaba pero era más parecido a un halcón que caza pollitos fuera del grupo a ser de verdad una niñera. Los niños se veían mas descuidados cuanto mas los mirara, tan apagados y grises. 

Porqué sus hermanos mayores ya no estaban aquí y podía ver cuanto los extrañaban y necesitaban. 

Dejo de mirar la fotografía de siete niños, borrosa or su propia culpa, de la pared para seguirlos al comedor, decidiendo preguntar por ellos cuando estuvieran en la fila de la segunda ración. 

-Oye, niño. – llamo a uno de los pequeños del bloque. 

La cuidadora de lejos le da una mirada pero no es suficiente para que no intente hablar con ellos. 

Este niño lo mira curioso , parecía que no pasaba de los cinco años o talvez sea de los que se quedaron atrás al momento de crecer.

-¿Has visto a Bubba?- le pregunta mucho antes de Theo lo intentará él mismo y sobre todo esa no sería su pregunta exacta. Pudo haber respondió pero de improviso el rostro del niño se volvió cenizo volteándose para no mirarlo otra vez. Theodore volteo al mismo lugar que el niño miró antes de verse tan asustado, encontrando a la joven cuidadora del bloque 4 viniendo hacia ellos con una gran sonrisa. 

-Oye-

Lo que fuera a decir no lo pudo hacer pues su propia niñera vino por un costado casi tirando a la joven del bloque cuatro con el hombro. 

-Vamos, Theodore, ven a desayunar.- lo apura atrapando sus hombros para llevarlo a la fila del bloque dos junto a sus propios compañeros. Notandose lo adrede del choque al repetir el golpe y murmurar a de forma audible a la señorita del bloque cuatro.-No te acerques a los míos, puta. - 

Algo extraño para Theodore escuchar esa palabra de nuevo y dirigida a esa mujer pero que tuvo una explicación después de comer. 

 

 

 

Tres maestras. Los gemelos azul y rosa. Un taciturno director cargado de ojeras y mala cara. Y todos los ocho cuidadores de Dulce Hogar tomaron el centro del jardín para dar un anuncio a los niños que deberían estar en clases pronto. 

-¡Niños, hoy ya es trece de febrero! ¡¿Saben lo que significa tal fecha, amigos?!- les anuncia la cuidadora del bloque 1.- ¡¡San Valentín!!-

Con su anuncio la gigante rosa estiro un cartel del que cayo brillantina , corazones y listones como un cañon de fiesta.

Lo niños se emocionan con cualquier cosa pero este anuncio debió tener mucho que ver con ello esta vez.

-Y como a nuestra compañera le emocionan los corazones , seguro también a ustedes les emocionan los … ¡Chocolates!-

- ¡SI!- secundaron los niños. 

Incluso el bloque cuatro se vio mucho mas animado al oír el anuncio.

-Aunque mañana cupido será flojo y no habrán flechas.- apunto la encargada del bloque cuatro.

-Una lastima pues se nota que necesitabas una enterrada lo mas pronto posible.- le apunto la cuidadora del bloque 2 haciendo a los tres encargados y a los empleados tener diferentes caras por un segundo demasiado divertido para los niños que no entienden pero claramente sus caras fueron chistosas.

Incluso Huggy Wuggy dejo caer su corazón de cartón y Kissy se cubrió la cara con sus manitas amarillas.

-Estoy segura de que hablas por ti pero te doy las gracias por pensar en mi cuando eres penetrada con tanto afán y chocolate.- le respondió la del bloque 4.

Y pronto por alguna razón desconocida las cuatro señoritas abandonaron la reunión y una maestra fue quién dio las siguientes instrucciones.Su voz anuncia que era la del control de anuncios en la escuela. 

-Cada bloque recibirá 16 chocolates con diferentes envolturas y cada niño competirá por quien tiene mas chocolates de otro color y no los propios. Recuerden que deben ser entregados en publico y ambos deben estar de acuerdo. No importa de quien sean mientras sean de uno de sus muchos amigos , después de todo aquí todos somos una familia y el bien de uno es para todos.-

 

 

 

 

 

Como condena sobre desauciado , al dia siguiente en la mesa de noche de Theodore y su compañero se encontraron dos bolsitas de tela transparente con 16 chocolates morados , y un día muy largo para todos.

 

 

 

Ahora que lo recordaba …el día que lo trajeron en el auto de policía la presentadora de la radio que encendió el oficial habia hablado sobre como el amor en este día era tan palpable que las flores podrían llorar de felicidad junto a los enamorados , después reprodujo esa canción de Kiss (lo recordaba pues era el nombre de uno de los discos grandes de su madre) un poco mas de lagrimas borraron parte de sus recuerdos después de que atraves del bosque espeso viera unas columnas de humo subir y solo pudiera quedarse dormido. Ese color opaco lo hacía pensar en casa. 

Despertando en una cama de Dulce Hogar. Un lugar que no era ni cercano a casa. 

Hace mucho tiempo que deseaba irse a casa, igual que llegar se trate solo de cerrar los ojos y escapar, lo anhela tanto que era difícil superar ese sueño que terminaría cuando su hogar fuera de nuevo junto a su madre. 

Este es otro año atrapado en este lugar. 

Era obvio que era otro año pues otra vez los adornos de san Valentín relucen envidiablemente brillantes en las lámparas del jardín y solo puede quedarse observando los corazones sobre su cabeza. Los está colgando el gigante azul junto a un empleado que lleva la caja llena de adornos en brazos. Asi que a falta de una canción recibía la imagen del gigante azul. Que ahora que lo notaba , estaba diez veces mas peludo que antes de su sorpresiva retirada de casi veinte dias. 

Fue muy extra lo que se fuera un tarde junto a Kissy volviera mucho después y con pelaje nuevo. 

Es divertido verlo poner un corazón en la lámpara y hacerlo girar con esa sonrisa tan pequeña en la boca roja. 

Por algún llamado de radio el trabajador deja solo a Huggy dejándole la caja a un lado pero claro que mostrando lo inteligente que era el gigante en vez de obedecer se quedó en el lugar, tomando asiento con los brazos sobre las rodillas para observar al mismo adorno qué había colgado. 

-Feliz san Valentín, Wuggy. – saludan algunos niños que siguen a la maestra. 

El gigante les corresponde el saludo con corazón formado con sus manos. Es un festejo el de los niños cuando ven ese saludo y solo pueden verse cada vez más emocionados por la festividad. 

El romance en Dulce Hogar no existía como tal, solo se trataba de un día en el que todos los adultos estaban mucho más accesibles y por ley , palabras de cariño salían de cada boca. Un acto de amistad y por supuesto, chocolates para todos. 

Sinceramente debe aceptar que eran más cercanos a los gemelos que a los empleados. 

O a ese perro. 

Theodore, por si se preguntaban por él, disfrutaba de estar en la banca que hace varias semanas peleo por recuperar de una señora con tal de tenerla solo para sí. Un lugar privilegiado por el cual puede observar a todos los niños y adultos que se mueven por la guardería, un punto muerto cerca de la torre y sus cortinas pesadas. Un punto qué da tanto que ver solo podía ser suyo. Algo egoísta pero hace mucho admitió qué era difícil no serlo cuando en realidad nada era suyo en este lugar. 

-Feliz san Valentín. – saludo él mismo a unos niños que pasaron cerca de su siento, mostrando los cuatro chocolates, uno para cada uno, en su mano. 

-¡Feliz san Valentín, niño!- un niño corresponde y le dejo uno después de tomar el propio, mientras que los otros tres solo se lo llevaron a la boca guardando el papel en sus bolsillos. 

Theo observa el único chocolate que le devolvieron y lo guarda en su bolsillo. Lo estafaron muy feo. 

El juego era entregar chocolates y recibirlos de vuelta pero había recibido solo tres. Además de los que no pudo guardar para el juego y se atrevió a comerlos. 

Talvez recolectarlos por un premio era la forma en que la guardería quería que los niños no comieran tanto.

Su mirada va al gigante azul en el césped, ahora descansando la cabeza en las rodillas y los brazos estirados a los lados de su gran cuerpo azul. Se veía muy solitario vigilando la torre central de la guardería. 

Tanto como el bloque cuatro falto ya de los siete niños que hace tiempo descubrió que se habían ido en algún momento que dejó de mirar. 

-Lo siento… - suspira aunque es difícil, pensar en ellos, en esos siete niños y no sentirse culpable por extrañar a más que ninguno de ellos a su amigo de cabello revuelto. Un curioso malestar era eso, pensar aleatoriamente de algo y llegar de nuevo a su sonrisa toda perdida en la luz de esos ojos tan serios. Porque su amigo sonreía pero también era muy serio, era como un pequeño adulto al que se podía ir por ayuda en cualquier momento. Hubiera querido tener más tiempo con él, jugar y salir, hubiera querido que usarán el juego de memoria juntos o que les pusieran juntos en la cabina del tren. 

Ojalá pudiera darle chocolates hoy y ver las luces juntos. Los dos. 

Sería tan feliz si hubiera podido estar más tiempo juntos. Sin nadie más. 

Quisiera seguir pensando como cuando no lo conocía y creer que llorar sobre la leche derramada era una tontería, pero él no pensó nunca así y no quería que otros lo hicieran. Solo quería saber porque todo era tan doloroso siempre. Porque dolió conocerlo, dolió extrañarlo y perderlo. 

No puede seguir deprimiendose con la visión de Huggy Wuggy pues las risas de algunas niñas se acercan al gigante junto con las risueña niñas del bloque 2.

Una niña corrió hacia Huggy junto a algunos más pequeños. 

-¡Huggy Wuggy! ¿Tu sabes a donde fue DogDay? No ha vuelto a jugar hace mucho tiempo. – le pregunta mirando al gigante muy de cerca. No le tenían el respeto necesario para respetar el espacio personal del azul. 

Aquel montón de erizo pelo azul mueve la cabeza y cruza los brazos por debajo de su cabeza. 

-¿Durmiendo? ¡¿Quien duerme tanto tiempo?!- exclamó la niña incrédula. 

Ese gigante azul movió la cabeza y levanto los brazos junto con un movimiento de hombros qué mostraba claramente lo poco que él mismo sabía. 

Theodore compartía la queja de la niña.

Ese perro ya habia faltado casi treinta días a la guardería y era extraño cuando era mas que obvio que al perro le urgía hacer algo en la guardería. Porque si intentaba pensar sin el miedo que le tenia , ese perro estaba jugando algo peligroso al hacer todo lo que le prohibían.

Tocar, hablar, retar y burlarse de los empleados estaba tan prohibido que incluso los niños sabían lo mal que se portaba ese perro. 

 Ser desobediente siempre conllevo un riesgo que no apreciaba en lo mas mínimo pero lo cargo con tal de estar bien cuando ese hombre aun controlaba su vida. Ser desobediente es mejor que sufrir bajo la mano de un mandamás de porquería.

Otra vez venia su amigo a colación , recordándole que su paz actual no seria posible de no haber sido por él y su sacrificio. Era extraño pues recordaba que su amigo era responsable y obediente con adultos, controlador y atento como… un perro guardian. 

La vainilla llegó a su nariz de golpe por una brisa desconocida. Sus recuerdos lo hacen mirar a la cortina. De nuevo sentía como todo se hecha ría a perder tan solo acercándose demasiado al fuego. 

-Niño.-

Desvió la mirada encontrando a un niño del bloque cuatro , extendiéndole diez chocolates de color naranja.

-Ya no tengo.- mostro su propia unica adquisición con algo de vergüenza.

Ese niño observa ese chocolate con lastima, si, lastima. 

-DogDay te hubiera dado uno , este es uno de cada quién.- lo dice tirándolos sin cuidado sobre sus rodillas.-Y si ganas, mas te vale compartir.- lo amenaza y procede a huir. 

Theo lo sujeta por la muñeca, sosteniendo los dulces en su puño.

-¿De qué DogDay hablas?- pregunto mirando al niño con el ceño fruncido.

Ese niño lo mira como si fuera estúpido. Junto a sus compañeros muy poco intimidados.

-Pues del nuestro , ¿Acaso hay otro?- le responde antes de correr a reunirse con los niños de su bloque. -No es culpa nuestra qué le tengas miedo. - lo acusa al obligarlo a soltarlo con un tirón de su propio brazo. Retirandose con sus amigos de vuelta a Dulce Hogar. 

Ellos también lo saben. 

Con Theodore no se podía saber exactamente como es que las cosas le afectarían , ¿Seria feliz por un gesto o se volvería doblemente huraño? El saber sobre sí mismo lo que le gustaba y lo que no , era un lujo que Theodore no se puede dar.

A él este acto lo devolvió al caos de PlayHouse, el día que ese hombre mató a su amigo. 

Ahora mismo puede que a muchos el gesto les gustará y quisieran sentirse seguros de ganar o felices por recibir chocolates. Ahora mismo Theodore solo quería agarrar estos dulces y estamparlos en la cara de ese estúpido cuidador. No debería acordarse de tal cosa cuando ya pasó tanto tiempo y era libre pero, uno de los más grandes peros, no habían castigos qué supiera que ese tipo haya sufrido por lo que hizo. Solamente desapareció junto con su amigo y aunque era feliz y estaba agradecido por recuperar su vida, aun quería hacerle daño a ese tipo malvado. 

No se puede hacer algo como eso. 

Entonces solo puede comenzar a llorar de frustración mientras aprieta los puños sobre su cabeza, sintiéndose tan infeliz que solo quería arrancarse la piel y seguir como un esqueleto hasta que el tiempo lo volviera polvo y pudiera descansar. 

Por eso es que no dio ni una probada más de dulce y solamente se quedó en esa banca sintiéndose miserablemente solo. Incluso si pensó que si su amigo le hubiera dado chocolates solo recibiría uno pues seguramente le daría todos a sus amigos mas cercanos

Mejor ir a ver televisión a olvidar sus penas.

 

Al estar distraído no logra ser testigo de el gruñido de parte de Huggy, quien todo este tiempo también le vigilaba, resintiendo lo fácil que era hacer llorar a un niño al mencionar a ese perro. Lentamente esa frustración se desarrolla a un reconocimiento que hace esa cabeza girarse y ver a la espalda del niño. 

Aun había formas de controlar al perro fuera de su grupo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

El episodio de este día comenzó con todas las voces excepto DogDay , siendo eso suficiente para hacer a algunos niños sentirse demasiado curiosos. 

 

 

Comenzó con el punto de vista de un espacio cerrado y oscuro. Era silencioso pero era obvio que era también pequeño y lo que compartía el espacio con la cámara era una carta de papel blanco con una luna y estrellas como sello. 

Un respaldo los lleva a ser testigos de un vistazo a un sala real. Una habitación donde es posible ver las piernas de una persona sentada en un sofá verde con flores, un cuadro de perritos 

La oscuridad se acabó cuando la puerta, de lo que descubrimos era un buzón, se levantó y la sonrisa junto al rostro del perro naranja se mostraron en escena. 

-¡Al fin!- exclamó sacando la carta. 

 

En un flash la escena pasa a una habitación humana, se notaba por la figura larguirucha recostada de tal forma que solo eran visibles sus rodillas cruzadas una sobre otra, exudando una gran elegancia al dejar caer una pieza de sol por su muñeca delgada como una rama de álamo. 

 

Ya fuera podemos ver que el perro estaba vestido con una toalla con pantuflas de color blanco y sus orejas seguían húmedas por un reciente baño. 

-Al fin me envías una carta, amigo mío. – dice con el un tono sincero de alegría. De su oreja saco un cuchillo de caza el cual solo necesita usar la punta para abrir el sello y abrir la carta con el mismo cuchillo. 

De el interior empezaron a caer pedazos de papeles brillantes con forma de estrellas y al centro de la carta una sola nota:

“Ya te extraño” 

El perro sacudió las orejas como si estuviera hirviendo junto con la cara roja y una sonrisa mucho más animada qué antes. 

-Yo también… - leyó la siguiente parte. 

“No estoy ahí, deja de hablar solo.” 

Inclina la cabeza y dobla la carta contra su pecho. 

-¡No me digas como debe verse un loco, de amor como yo! – regaña clavando el cuchillo en el suelo ya de camino a su mueble de sala. Colgó la toalla quedando como un borrón cuadriculado , dejo las pantuflas en su lugar y volvió a ser un perro visible al ponerse su collar de sol , acomodándolo con tal pulcritud que su siguiente carrera a otra habitación a cuatro patas se ve tan fuera de lugar que dejo un ceño fruncido en el cuadro clasico de la pareja en la granja. 

En la siguiente habitación lo esperaban largos y altos pasillos llenos de herramientas, cinturones de apoyo y su casco. 

-DogDay se pondrá a trabajar~. – canturrea poniéndose al menos tres cinturones de herramientas en el torso y otros en los brazos, parecía un soldado pero de la construcción apunto de enfrentarse al código de ingeniería civil. 

Su cola se mueve de un lado a otro una vez comprobó que estaba preparado. Era un perro de caricatura bastante lindo pero su sombra al abrir la puerta se ve como la de Dolph Lundgren de Rocky. 

Llevo sus herramientas al valle donde había construido y reconstruido más de diez veces ya, la casa que se suponía era para el amigo que le enviaba correo y un letrero en rojo marcaba el intento 85° por hacer esa casa.

Seguido de una mirada al gran horizonte por construir , coloca su casco (el mismo del primer capitulo) sobre sus orejas y comienza. 

Talo con una sonrisa y un hacha al menos cuarenta árboles seguidos, llevándolo con todo y ardillas enojadas a cortar con la sierra con ojos y grandes dientes que sonríe a las ardillas. 

Una brutal cantidad de herramientas fueron usadas y todas tenían personalidades rudas, masculinas y sobre todo serias. Tan entregados al trabajo que incluso DogDay estuvo apunto de ser cortado más de una vez pero era un cartoon y solamente tenía que soltarles un puñetazo para acomodarlos y seguir trabajando con una sonrisa. 

 

En algún momento la cámara dejo de seguirlo para tomar a un espectador muy molesto a varios metros y observando fijamente , por la imagen que se reflejaba en los binoculares, el gran y cuadrado sixpack del perro naranja (sospechosamente parecía el torso de Rocky recoloreado) 

-Otra vez esta haciendo esa casa. – debe quejarse el unicornio con infantil resentimiento aunque solo se ve que agrandó el lente del binocular para ver detenidamente la espalda realista y pintada de naranja. - Desgraciado. - murmura mordiéndose el labio. 

-¿Eso es lo que vez? – pregunto Picky con su sombrero de paja sobre sus orejas, a un lado mordiendo su propia pezuña. - ¿Deberíamos llevarle algo para almorzar? – lo piensa inclinándose al lado contrario.-Hoy hará tanto calor …¡Hare caldo!- festeja su gran idea.

- ¿Porqué no mejor le prendes fuego de una vez?- le pregunta Hoppy con una ceja arriba, un bidón de gasolina en diestra y antorcha en siniestra. 

-Claro que no, se daría cuenta de que lo expiamos. – lo apunta con su pezuña bajando los binoculares. – Como quisiera una cámara. – gruñe parpadeando para recuperar la forma de su rostro después de haberlo deformado al apretar demasiado los binoculares sobre sus ojos. 

Picky choca las pezuñas encontrando un sentido muy diferente para las quejas de CraftyCorn

-¡Es cierto! ¡Si enviáramos un video a su amigo, seguramente él vendría más pronto y DogDay no estaría tan ocupado siempre! – 

-Yo lo que quiero saber es quién es ese amigo.- opina Hoppy mirando a las dos chicas.

-Obviamente no hay ningún amigo, solo esta siendo egoísta y trabajando en vez de estar con nosotros. – opina Bobby cruzando los brazos.-Ya no nos quiere por un amigo imaginario. -    

-¿Cómo dices eso? DogDay lleva mucho tiempo trabajando en esa casa como para ser una mentira.- lo acusa Picky apretando el adorno de su collar como un acto nervioso. 

-¿Entonces porque no habla de ese amigo? Mucho menos recibe regalos extras en navidad o su cumpleaños.-

-Tampoco en día de gracias. – apunta Hoppy echando leña al fuego qué hizo con la antorcha y el bidón sobre un montículo de fotografías en pose sugestivas (dibujos enviados por fanáticos de la edad no objetivo del programa) de Kickin.

Crafty mira al fuego mientras sus brazos se elevan con un palito y bombones en bolsa. 

-¿Entonces puede ser posible que su amigo no exista?- cuestiona Picky aun observando al perro llevando la pistola de clavos a su cabeza para rascarse con el cañón por debajo del casco de seguridad. - Talvez tengas razón. Esta loco.-

-¿Dan regalos en día de gracias?- interrumpió Bobby. - ¡¿Porqué nadie me dijo que debía dar regalos en día de gracias?!- 

-Él debería estar loco para eso. – incluye Crafty ya asando unos bombones en la fogata. 

De pronto todos miran con sospecha al perro. 

-¿Para los regalos en Día de gracias o para los amigos imaginarios?- interroga Bubba apenas llegando con Kickin. 

-¡¡Tenemos que ayudarlo a recuperar la cordura, chicos!!- exclamó Picky chocando las pezuñas. 

Los crédito empiezan con el último vistazo a DogDay sobre la aplanadora y sus walkman reproduciendo a tope whiplash de metallica. 

 

 

 

 

Ver televisión no funciono esta vez. Al parecer hasta esta serie puede tener capítulos malos.

Ademas a su amigo le gustaba el blues, no el rock pesado. Y no está enamorado de nadie. 

-¡Niños, es hora de el concurso, vengan afuera!-

Theodore no tuvo de otra más que salir pues la televisión fue apagada de forma remota y no quedaba de otra más que presentarse al jardin o renunciar a tu cordura en la habitación. 

Una vez afuera los niños fueron guiados a las mismas bancas frente a ese gran pilar central que aún cubrían las cortinas. Llegando incluso trabajadores que venían vestidos de traje y no como si festejarán el día del amor y la amistad. 

Otra vez ese anciano subió al podío recién instalado bajo la mirada de adultos y niños con distintas expresiones cada uno de ellos. La mayoría estaba tan aburridos que no parecían conscientes. Tiene suerte de que las moscas no vivan aquí porque las tendrían en la boca. 

Theodore observa las cortinas. A las cámaras de televisión. 

Al parecer presentaran a otro gigante, no se necesita ser demasiado inteligente para saberlo cuando el patrón es el mismo cada vez. Aunque solo había visto la presentación de DogDay, algunos niños no se ven demasiado sorprendidos por lo que estaba sucediendo, sino emocionados. 

El aroma a vainilla regresa a su olfato haciendo que su atención se reduzca con el recuerdo vivido de su amigo el día que sucedió ese accidente. Cada día lo sentía más especial ese recuerdo como si aun pudiera compartirlo con su amigo. 

-… Como cada día que pasó sobre la tierra, les aseguro niños, que todo lo que hacemos es pensando en su futuro. Incluso si es doloroso el amor que les tenemos es tan infinito como los sacrificios que estamos de acuerdo con hacer, incluso si el sol brilla más brillante que nosotros, aun tendremos el control de él y lo llevaremos a sus manos, mis niños. – 

Un escalofrío subió por su columna solo con ver por un momento esos ojos viejos en su persona, compartido el malestar por muchos niños más. No podía creer que su compañero de cuarto pensara que tendría estómago para ser adoptado por ese anciano. 

El aroma a vainilla lo hace sentirse arrinconado y debe recordar que puede esconderse bajo su cobija para no correr a esconderse, ahora no podría hacerlo. 

Alrededor hay tantos adultos de uniforme gris, sobre todo en las barandas del domo, haciéndolo sentirse atrapado en el centro de algo que no entiende. 

-¡Con ustedes, sus nuevos amigos… Smiling Critters!-  

La cortina cayó junto con el color en el rostro de Theodore y muchos más niños. 

Siete criaturas gigantes están al centro de la torre , eran tan grandes que no podrían ser reales.

La cabeza de muchos niños se lleno de bruma solo mirando estas cosas tan grandes.

No era posible que lo superará tan pronto. 

Estas se quedan quietas , no parecen ni de cerca vivas por un segundo.

-¿No quieren cantar? tal vez eso haga que se muevan.-apunto una maestra.

La mayoría de los niños solo querían irse , esconderse de estas cosas.

Lentamente algunas de las niñas que lo habían buscado con anterioridad se levantan llamando al perro.

-¡DogDay , mirame , DogDay!- lo llaman saltando.

-¡Kickin ,hola!- saluda un niño algo tímido levantando su peluche del ave amarilla. 

-¡Hola , soy Chiken Kickin!- saluda el ave girando la cabeza al ser llamado.- ¿Tu quieres ser mi amigo?-

Pregunta levantando la mano hacia ese niño. Bien pudo decir eso o incitar una guerra pues el niño respondio :

- ¡¡¡Siiiihhhh!!!- sacudiendo su peluche con vehemencia.-¡Te regalo mi almaahhh, Kickin!-

-¡¡Hopscotch!!- gritan algunos niños una vez vieron que si se movían.

El conejo verde mueve las manos saludando. En eso cada uno dio un paso a un lado presentándose los que no veían al estar tras la torre.

-¡Picky , hola , Picky!- saludan las niñas mas pequeñas mostrando sus propios juguetes de Picky.

 -¡Pero que delgados están todos!- exclama la cerdita moviendo los brazos con sorpresa.-Debemos agregar algunas recetas nuevas al menú , ¿Verdad niños?- les saluda a todos mostrando de contrabando algunos dulces.

-Hola niños.- saluda la osa tirando corazones por encima de sus cabezas.-¡Feliz san Valentín y prospero año nuevo!-

- ¡¿Y cuando me saludaran , se olvidan de mi?!- pregunta Bubba apuntando su rostro con las patas.-Por eso es que planeo acabar con Texas y sus asados.- da su queja girando al mismo tiempo que da el paso para seguir cambiando de lugar con sus compañeros.

Al fin llega DogDay al frente , levantando los brazos con una gran sonrisa como siempre.

- Hola, niños , los extrañe mucho.- baja la cabeza siguiendo la carrera de una niña a sus piernas para abrazarlo aunque solo abarca una a medias.-Hola , Josh.- saluda acariciando su cabeza.

-¡Que no soy Josh!- chilla con los ojos llenos de lagrimas. 

DogDay limpio su rostro levantándole por encima de su cabeza con un giro para hacerla reir.

-Mis amigos se habían perdido en el camino así que tardaron un poco mas que yo , por lo que hoy al fin llegamos todos juntos y estamos muy felices de vivir con ustedes , niños.-

-Eso pasa cuando un pollo lee el mapa.- da una queja al aire el unicornio.

-¡No se supone que dirías eso!- chillo el ave amarilla desde su lugar. 

-¡Pues quiero saber porque nadie me saludo!- exclamo saliendo de la rueda.-¿Tienes cien dolares? Te doy un viaje de aquí para allá.- ofreció a un niño apuntando a la PlayHouse.

Pronto los otros niños comenzaron a reir pues nadie aquí tendría nada de eso y el tono que uso era identico al de un estafador. Como lo vieron en televisión. 

-¡¡Hola , Crafty , hola!!- saludo una niña desde su asiento.

-Al fin alguien con modales , ¿Quieres que te lleve de aquí allá? Sera gratis.-

La niña parece muy emocionada levantándose con los brazos estirados. 

-¿Y porque al amigo le cobraste tanto?-cuestiona Bubba, sacando un libro de debajo su oreja. 

-Soy una princesa.-apunta su propio pecho con una pezuña.-Las princesas son buenas con las finanzas.-  

-¡Pero no pueden hacer esto! -exclamo Hoppy robando la atencion al pasar haciendo una rueda de carro justo a un lado de Crafty , pasando entre las filas de los niños aun sentados.

-Pues no , para eso tengo a Kickin.-

El ave levanta los brazos y toma impulso para

-¿Por qué te haria caso?- pregunta poniendo las manos en la cintura igual a una chica enojada.

-Porque soy una princesa. - 

-Bueno. - procedió a girar en sus cuatro extremidades como una rueda sin detenerse ni cuando se le cruzaron niños, saltando para esquivarlos sib dejar de reírse. Hasta chocar con Bubba. 

-Por eso las princesas no hacemos piruetas.-

La osa roja se puso en medio de la visión del ave estrellada y el elefante luchando por mantener el equilibrio. 

-¿Y si mejor hacemos un picnic?- pregunta Bobby girando en su lugar, hasta que Hoppy que estaba en plena rueda de carro choca con su espalda de cabeza , quedándose pegada a su espalda como mochila al acercarse a los niños.-¡Seria tan lindo tener una fiesta de té ,¿Verdad , Hoppy?!- gira buscandola. La coneja les saluda agitandose con el giro de Bobby.- ¿Hoppy?- la llama girando.

-¡Esta en tu espalda!- avisan algunos niños. 

Bobby levanto los brazos girando pero no la ve y los niños apuntan y gritan donde esta la coneja que se rie de ellos saludando.

-¿Has visto a Hoppy?- pregunta Bobby a Crafty.

-Yo no se de quién hablas.- responde acostándose en el césped.-¿Quién es Hoppy?-

 

A unos metros algunos niños ignoran la búsqueda de Bobby , hipnotizados por el elefante (ya habiendo expulsado a Kickin de su espacio) y su libro de cuentos , escuchando como describe un bosque mientras mueve con su trompa un muñeco de tela. La voz infantil de Bubba los hipnotiza dentro de una ilusión del pasado innombrable. 

-Era tan alto como tres edificios pero eso no le dio miedo, al niño-

-¿Cómo se llamaba el niño?- pregunta una niña. 

El elefante sacude la trompa y con eso el muñeco sacude los brazos como si apenas se diera cuenta de algo. 

-El niño se llamaba, Jeremy. – dice cambiando la hoja del cuento con su pata. El niño cuyo nombre fue usado oculta el rostro en las manos con una sonrisa incómodamente feliz. 

Por otro lado DogDay escucha a los niños que cuentan todo lo sucedido en su ausencia, con las manos en la espalda y una pata golpeando el suelo al ritmo de la voz del niño. 

Kickin encontró su lugar entre los niños más nerviosos qué aún no tenían el valor de moverse de las bancas o hacer cualquier cosa estando tan cerca los gigantes. 

-A mi también me asusta lo altos que son. – dijo apuntando el rostro de un niño, y al agacharse su estatura lo hace parecer tan solo un adulto y no una de las criaturas. Dicho aspecto relaja a estos niños tan suavemente que puede verlos aspirar profundo antes de discutirle. 

-No tenemos miedo. – atrapó la mano de Kickin. -¿Tus amigos te dan miedo?-

-Igual que las polillas, pero sabes… -mira a sus amigos. – A DogDay ¿Sabes que le da miedo?- pregunta. 

Los niños negaron con la cabeza. 

-La evasión fiscal y que lo atraen en sus movidas por el bajo mundo. – murmura. – Lo aterra que sepan que solo a comprado por gusto cosas raras de la repisa inferior. – 

Las risas de los niños no tardan en escucharse, algo como eso les parecía absurdo. 

-Vamos a jugar algo, ¿Qué les parece?—pregunta esta vez tomando la mano del niño para ponerlo de pie y llevarlo junto al grupo. 

La última en encontrar un lugar es Picky, sentándose en el césped para jugar con las niñas y sus muñecas. Mirando de soslayo la figura que escapa entre los adultos con sus hombros cubiertos de púrpura. 

-Bubba me conto de un reino donde las chicas cargaron a los chicos para salvarlos de los enemigos. - 

-¿En serio?-

-Los malos les dijeron que solo podían llevarse lo que pudieran cargar ¡Y ellas se llevaron a los chicos!- comparte la historia como un secreto divertido, logrando que se rieran por lo absurdo. - Creo que yo me llevaría a Bubba, ¿Y ustedes?-

-A mi hermano. - apunta una niña pensando en su hermano en las cunas de Dulce Hogar. 

 

 

 

 

 

 

 

Después de este desastre desorganizado los presentadores se dedican a grabar a las criaturas conviviendo con los niños, todo el itinerario se perdió y solo podían grabar el resto del discurso con Ludwick al frente del jardín. Ni siquiera esa cámara pudo ver a ese niño alejándose de la escena con una cobija sobre los hombros. 

Solo tomando en foco a los niños divertirse y dejando de lado San Valentín. 

 

 

 

 

 

 

Habia corrido lejos de la presentación en cuanto tuvo oportunidad. 

Theodore esa noche dejo sobre la mesa de la sala los chocolates de colores. Recordando a esos niños jurando qué esos amigos de su querido amigo le hubieran dado dulces, ¿Porqué?

No hizo nada para merecerlos. Estaba tan confundido como triste. 

¿Esperaba algo de ver al perro de vuelta? No lo sabía. 

En tenía algo que no le gustaba saber. 

A su amigo debió dolerle mucho que le hicieran lo mismo a esos niños. Él los quería mucho. 

¿Qué se supone que pase ahora? ¿A donde va toda esta culpa en su pecho? 

-¡Los nuevos son super divertidos! ¡No debiste irte!- 

Levanta tarde la mirada, viendo a su nuevo amigo tomar asiento a su lado. Traía el cabello hecho un completo desastre… Como él. Un espejismo triste por su figura pequeña. . 

-¿Porqué te ves así?- pregunto viendo su rostro agitado. 

El niño era todo lo contrario a él y eso lo hacía ser el tipo de chico que se cuida de verse mal. Tomándose la observación como una señal para ajustarse el traje que usaba para estas ocasiones y su cabello lo arreglara. Cosa que su amigo no hacía. 

-Fue Hoppy, dijo que lo rebelde se ve bien.- sacude su cabello intentando arreglarlo.-Aunque me siento más como un perdedor con el cabello asi.- su distracción termina al verse arrinconado. Lentamente voltea a ver a Theodore. 

La figura de su compañero lo hizo ver más pequeño aún. 

-Te ves bien así. - le interrumpe atrapando su muñeca. 

El niño inclino el rostro a un costado por la interrogante de ¿Porqué se vería bien si estaba todo descuidado? Solo procesando la mitad de lo que siguio una vez Theodore le llevo contra el sillón, robando algo de sus labios al unirlos tan superficial qué casi podrían estar solo imaginando el beso. 

La sorpresa lo hace empujarlo, mirando con el ceño fruncido al chico. 

-Me llaman a mi marica.- sonríe sin soltarlo.-Eso no está bien. - 

Theodore perdió bastante color una vez se da cuenta de lo que hizo y lo que significaba. 

-... - debió decir algo para defenderse pero ahora solo queria hundirse en el suelo y esconderse en su cobija. 

El pequeño francés le golpeó el echpo con los nudillos, apartandolo con algo de ligereza. 

 -¿Quieres que finjamos qué esto nunca ocurrió?- lo ofrece para si mismo, dado lo mucho que le agradaba Theodore no quería dejar de ser amigos.-Piensa rapido.-

Dicha situación se pudo tornar bastante retorcida si no fuera porque los valores de la época no fueron infunddos por adultos demasiado indiferentes hasta abstenerse de compartir sus prejuics con los niños a los que no querían ni ver a sabiendo lo que les ocurriría a más de uno cuando los experimentos decida que eran compatibles con el cambio. 

Resultando ese sin sentido en algo que no les terminaba de interesar nisiquiera al qué lo inició. 

-Lo siento.. - murmura al apartarse bastante arrepentido de sus acciones.-No se porqué …-

El ego y narcisismo del pequeño tomo el control mucho antes ue su sentido común. 

-Soy hermoso, no podías evitarlo.- interrumpe Gustavo. - Es la magia del traje, nene. - al levantarse sacudiendo el traje por el cuello.-Vere si Susan también cae. - con un movimiento de manos se despide de él. Corriendo entre trompicones para alcanzar a la niña en el jardín. 

Theodore lo siguió con la mirada mientras se retira con un andar torpe y arrogante qué no terminaba de caber en ese cuerpo delgado.

 ¿Porqué hizo eso? ¿Como pensó que esto podría ayudarlo? 

De alguna manera retorcida este compañero suyo también era de admirar pasando de largo la situación sin hacerlo sentir peor de lo que estaba ya. 

Justo cuando pensó eso subió el dorso del puño a su boca para limpiarse, mirando al frente justamente para ver los ojos plata de una criatura. Asomada por la puerta de la sala. 

Picky. 

Su rostro pierde toda señal de sangre. Llenándose de vergüenza y miedo, un miedo nuevo. 

Llevado al límite al verla levantar la pezuña para cubrirse la gran sonrisa oscura. 

 

 

                                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Guardemos este secreto entre nosotros , Theodore. - 

 

Notes:

¿Se imaginan que tan importante es lo que acaban de leer para la historia? ¿Para los personajes?
Ustedes no están leyendo relleno.
Nada es relleno.

Gracias por confiar y seguir aquí.

Chapter 13

Notes:

Theodore es complicado. Es lo que lo hace lindo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

Habían sido días bastante difíciles y agotadores. 

No había forma de escaparse de Dulce Hogar, solamente podía observar al gigante que esté de turno vigilando el espacio con esos grandes ojos plata bien abiertos. 

Un dolor de cuello qué lo hace sentir viejo y ese estúpido carro de carreras que gano el niño con dieciséis chocolates de todos los colores, un desastre, un insulto. Hace demasiado ruido. 

Una fotografía qué no entiende ahora, solo la ve y se siente estúpido. 

Ahora solo puede quedarse en su habitación mientras el ave recorre Dulce Hogar con toda la libertad que no tenía el gigantesco perro. Observa por la ventana jugando con los chocolates que ya perdieron algo de color con el pasar de los dias y sus juegos que conlleva usarlos como balones entre sus dedos.

Su compañero de cuarto fue llevado por los trabajadores hace unas horas. Al parecer lo entrevistaron para alguna posible adopción… Más mentiras. A su compañero lo han entrevistado tantas veces que sería difícil negar que era encantador para los niños pero algo siempre salía mal y se llevaban a otro niño o mejor, un bebé. 

-¡Los niños que no sean conejos verdes no pueden correr si no tienen cinco piernas!-

Ese gesto tramposo hace que los niños sean más rápidos al seguirle. 

El eco viene de su puerta cerrada. Era ese pollo recorriendo la casa como todos los días. Era exactamente cuando las luces de su ala se encienden que esta ave llega y hace que los niños lo sigan y no corran , era un niñero tan activo que pronto los daños y averías de Dulce Hogar , incluyendo la seguridad que el utilizaba para escapar fue eliminado , dejándole atrapado en la casa.

-Que caca.- murmura desviando la mirada a sus dulces.

La fecha del romance se a quedado atrás y marzo trajo con el muchas flores plásticas. Incluida ropa nueva que se siente vieja pero Bobby sabe coser y los llamó un día después de que les trajeran la ropa para remendar junto a algunos empleados. Así Theodore descubrió que la osa lo reconocía y en su remera se atrevió a tejer su nombre con hilos rojos. 

Irónicamente una de las mayores ventajas fue la comida, más deliciosa y bastante, gracias a la intervención de Picky , algo raro de hecho siendo que la carne que comían más seguido era de cerdo. 

Picky lo asustaba mucho. Era tan cambiante, tan… intensa. 

Siendo estas semanas de cambios suficientemente estresantes como para no desear ni asomarse fuera de la habitación o la escuela que cada vez está más… rara. 

Vuelve a mirar afuera descubriendo a ese perro observando la casa o solo a él. 

Puede que tenga miedo de lo que hizo pero era más interesante que este erro tuviera miedo de ser descubierto observandolo. 

Theodore golpeó con los dedos ese cristal viendo de primera como un sobresalto delata la vigía a su persona del perro que escapa directamente hacia la salida de Dulce Hogar a jugar con los niños. 

¿Era un secreto lo que hizo? ¿Al menos le interesaría al perro? 

¿Quién era él hoy?

-Cobarde. – suspira dejando la ventana, guarda los dulces en su bolsillo para ya dejar la habitación y de una vez cruzar la puerta sin mirar al ave qué estaba en el pasillo ayudando a una niña con sus zapatos. Su camino es rápido tratando de no ver a ninguna de estas criaturas, incluso al ir al comedor evito dar mas de una mirada a la cerdita qué sirve con una sonrisa eterna y platica con la cuidadora. 

-… ya se que nuestro lider es muy guapo pero me parece mejor Bubba, es enorme en todos los sentidos. – 

La niñera mira a los niños y a la cerdita con las manos sobre la boca. 

-¡No puedes decir eso aquí!- la regaña con la cara roja. 

-¿Qué me harán? ¿Estofado?- se burla riendo. – Yo de lo que quiero hablarte es de lo muy bien dotado de Bubba, es increíble en todo, arriba y abajo, es como un Da vinci cuando usa su boca. – anuncia y sirve una porción de (con mucho mejor sabor que antes) arroz con verduras en el plato de un niño. Este sonríe da la vuelta y en un segundo Theodore le quito su plato sin dejar que lo detuvieran. - Es muy bueno para contar historias de memoria y puede decir palabras difíciles sin trabarse…Vaya… - exclama Picky interrumpiendo sus halagos a Bubba. – Lo bueno es que aquí hay más para ti. – volvió a surtir al niño pero la cara de consternación no se fue de ese joven rostro.-Te decía, Bubba es increíble. La otra vez me subió en alto y-

Lo que sea que esté contando Picky, no parece que la cocinera lo esté entendiendo como ella lo quiere explcar.

 

 

Theodore no se quedó en las bancas, ya sabía que Kickin llegaría en cualquier momento a verificar que estuvieran todos en la mesa, mejor se escondió tras la televisión en la sala, escuchando como los niños seguían al ave de un lado a otro o solo veían televisión. 

Apenas tocó la comida, mirando el huevo medio cocido, ese arroz con verduras y la gelatina qué cada vez le es menos extraña. Aunque hoy que la ve en la oscuridad nota algo nuevo en esta. 

-¡Niños del bloque 2, es hora de la escuela!- los llama el ave con ese tono juguetón que siempre usaba. 

Theodore dejo la comida a un lado antes de salir del lugar.

Si hacía memoria resulta que esa fila era la del bloque cuatro, tomó la comida de un niño del bloque de su amigo. 

La cobija en sus hombros la sube sobre su cabeza al salir de Dulce Hogar, esquiva al ave yendo directamente y no en la fila qué esté preparaba cada que los sacaba de la casa. 

Ese elefante saluda desde la escuela y es al único que le puede ver que le reconoce, es claro que le afecta que Theodore se le acerque. Lo esquivaba más rápido que al resto. 

Un latido de dudas le advierte de lo que significa ahondar en las razones para esto y las múltiples consecuencias de hacerlo sin cuidado. 

Theodore vuelve a esquivar a otra criatura solo para sentirse a salvo en la burbuja que comienza a volverse tan frágil y no ese bloque ganado por el sacrificio de su amigo. Era aterrador, no podía evitar que su corazón odiara con tantas fuerzas esa posibilidad cada vez más clara. 

-Hola, Theo. – saluda la maestra de artes, inclinndose para verle de cerca y fijo. 

Su camino por los pasillos de la escuela se habia detenido al ser saludado por la maestra de arte. Su papá le había instado a evitar el contacto con esa muñeca desde lo que pasó después de clases. ¿Debería escucharlo cuando lleva tanto sin hablar con él? 

-Hola. – saluda acercándose a la maestra. En ello descubren lo cerca que estaba de alcanzar sus hombros y aun debe mirarla hacia arriba pero tan cerca.-Te ves bien, maestra.- 

La criatura rubia coloca una mano sobre su propio rostro. 

-Estaría mejor si esos amigos me permitieran salir de aquí más seguido.-

-¿Ya no te dejan salir?- pregunto mirando la espalda del elefante en la puerta. 

La maestra asiente bajando unos tonos más a su voz. 

-Han estado haciendo tantos cambios por que su tonto líder quiere remplazar a los humanos del lugar, es una locura. – suspira llevándose los brazos a la cintura. - Aunque debo admitir que están haciendo un buen trabajo con eso. - bufa mirando a una habitación cerrada. 

La dirección. 

-¿Reemplazar a los humanos? - Theodore comienza a sospechar sobre esas criaturas.-¿Ya te dijeron a quien quieren reemplazar?-

-Al director y muchas de las niñeras, el tipo cree que puede dirigir con su grupo a todas las criaturas de la guardería. Es tan molesto.- vuelve a enderezarse arreglando su faldón. – No lo lograrán pero el que nos arrastre comienza a ser una molestia. – quería seguir quejándose pero el altavoz interrumpió.

Eso delató la vigilancia sobre las hermanas y lo delicado del tema que ella le compartía. 

-Hermana de arte, dirígete a tu clase.- pide la dulce voz de una maestra en el altavoz.-Con premura, mi querida hermana. - 

Theodore siguió su propio camino una vez la ve irse apresurada. 

Sus pensamientos dan vueltas con cada cosa vivida hasta el día de hoy. Todo sobre ese niño y su comportamiento autoritario. 

Era un poco fácil de pasar de largo cuando lo conoció y todo en su amigo le gustaba pero… él era increíblemente autoritario para ser tan bajo. Era un poco mandón.

En realidad era muy controlador y no del tipo que obliga a las personas, sino del que les convence entre la respuesta más dolorosa y él …como ese perro. 

Ese estremecimiento le recuerda que no debe ir por ese camino si no quiere dejar atrás la burbuja. 

Porque en cuanto lo admita este pequeño trago de paz será absorbido por la nada. 

 

Deberá admitir que paso todo este tiempo ignorando la verdad ante sus narices. 

 

 

 

 

 

Una mañana de agosto

 

 

 

 

Los días que este lugar no son visitados por las sombras de figuras extrañas o parejas de cacería de infantes , pueden olvidar que eran un montón de niños sin un verdadero hogar. 

Incluso puede que no sepan de nada respecto a las olas de su destino en hilo hasta que de golpe un día deben cambiar. 

 

Es por eso qué los oídos de Theodore quedaron aturdidos por lo que ese pollo le anunció a su compañero con una sonrisa tan real que incluso esos par de ojos plata se llenaron de verdadera luz. 

-¿Me iré a casa?- 

No es Theodore quién acaba de recibir tal noticia. 

Es Gustavo ese compañero suyo el que no puede quedarse de pie y cae de rodillas ante la impresion. 

-No, vamos, vamos debes alistarte. – lo pura el ave levantándole. – Debes apresurarte. – lo insta llevándolo al cuarto de baño donde lo deja solo para que tome un baño. 

Theodore vio en silencio como se iban, observando a las otras criaturas sonrientes festejar. 

Desde hace algunos meses las adopciones habían aumentado y también eran tan sorpresivas y no tan tranquilas como antes. Hacían ruido y los visitantes se veían inmersos en el evento. 

Era como si las criaturas quisieran que nada sea un secreto y empujar el eco de un recuerdo al exterior de la fábrica. 

Hace un minuto había estado, por primera vez, sentado junto a los amigos de su compañero y jugando a serpientes y escaleras. Pensando en como la ficha de Gustavo se quedó en la escalera, junto a Susan qué ahora no para de golpear la puerta del baño, instando al niño dentro a que se lave bien tras las orejas a cambiar y pedirle salir. 

Los otros niños lentamente vienen a despedirse guiados por Bobby, yéndose todos después de algunos minutos al jardín para hacer la usual fanfarria. 

Aunque adentro el jaleo fue interrumpido por una petición de la niña que su compañero solía perseguir. 

Escuchando de paso la despedida de esos dos. Algo discordante por el ave que en su traducción de privacidad es dar la espalda y ya. Sin abandonar su tarea de alistar al niño. 

Susan, esa niña que tan difícil la había tenido desde que llego a Dulce Hogar, parece estar apunto de darle una paliza en vez de estar triste por ver el irse. Comenzando por insultarlo. 

-Aunque siempre me pareciste un maricon, antes de ti no me bañaba tanto y olía mal…me daba miedo verme bien. - suspira juntando los puños en la espalda. - Antes de ti los hombres me daban mucho miedo.-

-Lo recuerdo. - susurra esa respuesta igual de nervioso. -Me pateaste y me rompiste la nariz. - 

Susan sonrió acordándose de ello como un buen día. Recordando por un gesto de Kickin qué el tiempo se acababa. 

-Entonces te quiero decir que el conocerte me hizo bañarme, peinarme y cuidarme… Ni mi mamá creía que yo lo necesitará… pero tú no pensabas así de mi. - sonríe sacudiendo su falda limpia. - Por ti ahora sé que puedo ser bonita por mi misma y no está mal que quiera serlo…no soy una zorra solo por ser bonita. - suspira. -Porque soy una niña, me gusta cómo me veo y el cómo soy ahora y es un poco gracias a ti. - 

El niño no sabe cómo responderle, asustado por las emociones que se amotinaron por sus ojos. 

-... Pues es como ser tu manager, lo que significa que me debes dinero. - le acusa con un tono nervioso para ocultar cuánto quería llorar. - Entonces cuando te vea afuera te cobraré con intereses. - sonríe ansioso por esa idea. Encontrarla de nuevo. 

Susan le sonrió como otras veces. 

-No nos volveremos a ver y lo sabes. - mira al ave que sigue de espaldas.-No te voy a pagar un centavo, nunca.- asegura chasqueando los dedos al nivel de su rostro. 

La sonrisa del niño creció de inmediato. 

Interrumpido solo por el choque torpe de los labios de la niña. 

-Guárdate esa deuda en el trasero, Gustavo.-

Kickin atrás delató qué estuvo espiando al esponjarse y agarrar al niño por los hombros para llevárselo. A diferencia de con su amigo hace meses, el beso de Susan sí que lo ha dejado en otro mundo. 

Eso fue suficiente. 

Escapa su cuarto huyendo del ruido, dentro y fuera de su cabeza, pero solo puede observar cómo vienen los niños a empacar en una mochila vieja los pocos arreglos de papel que pertenecían a su compañero para que los llevará consigo. Theodore se quedó en el pasillo incluso cuando ese niño volvió ya bañado y peleó con su propia ropa para vestirse con tanta atención como siempre.

-¿Podemos ver a sus padres?- pregunta Susan alando las plumas de el ave amarilla. 

Kickin apunta con ambas manos al techo haciendo la mímica de un pensamiento lejano que lega muy lentamente su cabeza. 

-Dependerá de si ellos quieren venir o lo esperan en la puerta de la fábrica. – apunta y aplaudió. – No se, eso si se y es genial que lo sepa.-

-Oh, Kickin... – exclaman acostumbrados a sus distracciones. 

Theodore espero a que todos salieran del pasillo cuando su compañero al fin salió de su cuarto y fue cargado por el ave que puede ir de un lado de la casa a otro con un par de saltos. 

Los siguen sonriendo entre risas. Habían perdido miedo al ave, solamente exclama con asombro cuando lo veían despegarse del suelo para así volar por la sala. O eso parece por la forma gracil con la que aterriza. 

Theo fue al último, observando a cada niño qué festeja la salida de ese amigo. 

Incluso las criaturas parecen tan felices como para seguir al grupo. 

Theo se quedó en la banca de la torre, mirando como el niño se va en el teleférico, acompañado por un trabajador, Bobby y Huggy Wuggy. 

La despedida de los niños es ansiosa, incluso algunos dejaron de solo sonreír para llorar una vez pudieron verle subir al teleferico. Llorando entre sonrisas. 

-¡¡Pórtate bien, haz muchos amigos!!-grita la niña que tanto le gustaba a su compañero de cuarto, Susan, bajo el teleférico. 

No hay intensiones de Gustav de bajar ni volver, se despide con una sonrisa. 

Es entonces que Theodore se dio cuenta de que no podía despedirse. Solo se quedó mirando a esa salida por lo que restó de una ola de palabras dulces de algunas de las criaturas. 

Incluso pudo ver como Susan pasó de estar feliz a llorar a mares en un abrazo con sus amigas. 

Es una realidad. 

Lo distinta que fue su última vez cerca de su amigo. Era tan diferente y oscura qué dolía. 

Quisiera haber perdido a su amigo como Susan a Gustav. Viéndole irse a un lugar muy lejos. A salvo. 

Su cabeza se oculta dentro de la cobija. Una pisca de tierra puede reventar la burbuja en solo un segundo, tal vez esta era su propia advertencia. Una pisca de tierra en lo que creyó intocable. Necesitaba llorar y lo hizo. Apretó los puños sobre su cabeza para llorar cuando más necesitaba gritar, aspirando oxígeno como si fuera a morir de tardar un solo segundo más en ello. 

Hizo un nuevo amigo y se lo llevaron. 

No se puede conservar nada en este mundo. 

Ni siquiera Papá o Mamá. 

No hay nada que ame y sea verdaderamente suyo. Algo que pudiera proteger. 

Una burbuja es momentánea y aunque lo intentaba era imposible mantenerla y hoy otra vez algo se lo recuerda para que se retuerza y grite como un idiota. 

 

 

 

 

 

 

 

 

-… debes parar , te harás daño…- 

Escucha esa voz de sus recuerdos, intentando respirar pero solo puede sacudir la cabeza y golpear lo que sea que lo esté tocando. 

-Ahora golpeas mucho más fuerte que antes. – dice, quitándole la cobija de la cabeza, descubriendo el enrojecido rostro lleno de lágrimas.-Casi me duele.-

Theodore al fin vio de cerca esa cara sonriente y oscurecida por las sombras de las luces qué bajan lentamente con el fin de un ciclo más, dejándole solo con esos ojos de plata. Los ojos de su… 

Habia estado horas en la esquina de la torre para llorar hasta que se le acabarán las fuerzas. 

Ese perro a venido a encontrarlo. 

-Debes ir adentro. – le advierte sobando su cabeza para quitar el cabello de ese rostro rojo y mojado de lágrimas y sudor. – Es hora de dormir.- acaricia su cabello hacia atrás , haciéndole un desastroso intento de peinado. 

Theodore estiró los brazos atrapando el cuello de esa criatura, tan rápido como una serpiente podría morder. 

-Te extraño mucho, y ya no quiero seguir fingiendo qué no sé quién eres.- lo abraza sin tomar en cuenta el peso de sus palabras, solo deseando que el mundo girará a su favor y su amigo lo corresponda.-Ya no quiero fingir más. - 

Pronto es atrapado su cuerpo por ese juguete gigante, hundiéndose en el pelaje cálido y su aroma, como el gran peluche que era al esconderlo en su cuerpo. 

No le dijo nada pero el sonido hondo en ese pecho solo podían ser los restos de un sollozo ahogado, encerrado en el cuerpo de gran tamaño con esfuerzo. 

La disculpa no viene del perro. 

-Lo siento mucho, te dejé solo.- debe disculparse el niño acariciando el pelaje naranja entre sus dedos.-Te ignore… Te deje de lado… lo siento, mucho…debí acompañarte. -

Una de las verdades que debía afrontar era que no se llevaron a su amigo a ningún lado. 

No estaba muerto ni desaparecido. 

No tuvo una despedida porque no se ha ido ni se iría. Los dos estaban atrapados en el mismo lugar. 

Nunca se fue, no podía hacerlo. 

-Debiste estar muy asustado... Muy sólo...- ventilaesa culpa que se lo comía vivo. 

Aceptar que lo dejo sólo, ni siquiera fue suficientemente valiente para acompañarlo en esta tortura. Ocultandose del miedo a la realidad. 

Estaba aquí, fue solo su cobardía la que evitó que estuvieran juntos todo este tiempo, buscando consuelo que no necesitaba.

Dado que su pérdida no era real. 

Ese perro es ajeno a las tantas ideas de Theodore, suspirando sobre su cabeza. 

-Yo ya estaba muerto.- cortó el perro sin soltarlo. – No puedes abandonar lo que ya no está aquí.- 

Aquella posibilidad donde se reunirán era lejana y fantasiosa. No necesitaba más para que las mentiras se caigan en el pozo, dejando de ver la muerte y avisando de una posibilidad incluso peor para los dos.

DogDay pudo haber fingido qué todo era un malentendido y que él no era ese niño pero estaba cansado. Estaba muy cansado

Solo quería recuperarlo. 

Theodore puede aceptar que DogDay es su DogDay pero aún no estaba listo para más que eso, necesitaba ser consumido mucho más su corazón para abarcar el nivel de su dolorosa comprensión, amando la verdad sin darse cuenta del filo de estas cuchillas, pues para el niño, el hecho de recuperar lo que creyó perdido es mucho más grande que cualquier otro horror en la lista de pendientes. 

-No estas muerto, mientras estés aquí podemos estar juntos. – lo dicta apartandose del abrazo lo suficiente para ver esa cara deformada por la gran sonrisa, atreviéndose por primera vez a recorrerlo con las manos, descubriendo lo espeso del pelaje y su grosor. Descubriendo que en realidad podía ver los sentimientos en las cejas y sus ojos expresivos. 

A veces necesitas expresar algo lindo. 

-Te amo. – se atreve a decir por primera vez palabras de amor, tomando el collar de sol en sus manos. 

El perro suspira sacudiendo su cabello con el aliento, era sorprendentemente caliente y humedo, lo suficiente para hacer que pronto sus mejillas se coloreen de vuelta y su frente se perle por el calor encerrado en este rincón. 

-Gracias. – le dice el perro subiendo esas gigantes manos por su cuerpo hasta sus hombros, haciendo que el niño se vea tan pequeño y frágil, un golpe de realidad que no puede evitar ignorar y cortar con la distancia que quiso crear pero con un acto de imbecilidad tan sorpresiva se ve caer al suelo y solo hacer al niño reírse. 

Esa distancia es tonta al romperla el pequeño con sujetar su rostro decaído. 

Ahora mismo no habia forma alguna de que un beso se efectúe incluso si lo intentaban. Dejándose derretir en manos del niño que toma su sonrisa para dejar más de un beso sobre esa nariz suave como terciopelo. 

DogDay había aguantado dos años con tal de no poner en peligro a Theodore, mientras que el niño se mantuvo lejos para proteger lo que ese amigo hizo por él ese día que lo perdió. Era muy doloroso pensar en lo que perdió sin construirse pero el miedo a verle de nuevo he inalcanzable era imposible de aceptar. 

Para DogDay era obvio que debía dejar ir los lazos con ese niño aterrador y seguir adelante, más aun es un niño también y su egoísmo consciente lo único que deseaba era recuperarle. Era mucho más fácil huir qué afrontarlo, escaparse de si mismo y cuanto deseaba quedarse con él en la misma oscuridad de sus juegos preferidos. Extrañaba ser un niño pequeño que pueda esconderse con sus amigos y ver a las sombras sin miedo al estar junto a ellos. Porque Theodore le hacía latir el corazón mucho más rápido que cualquier otra tortura preparada tras las puertas de una celda de concreto. 

-¡¿DogDay?! – 

El perro claramente se vio alterado y oculto al niño al empujarlo con cuidado tras el letrero de Bobby, levantándose para rodear la torre. 

El unicornio gigante estaba a unos metros mirando con su cuello estirado las zonas oscuras tras las oficinas. DogDay se acerca desde atrás. 

-Aquí. – saluda a una distancia segura y claro que fue una buena opción pues Crafty se sobresalta y casi lo embiste con la cabeza. - ¿Qué sucedió?- pregunta mirando esos ojos nerviosos. 

Era un gran mentiroso, mientras no lo acorralen, solo necesitaba tranquilizarse pero por error usó la voz infantil delatando lo desconcertado que estaba. 

Crafty, para su suerte hoy, no le tomo importancia y ella misma le hablo con la voz adulta. 

-Debemos preparar todo en la juguetera, ¿Lo olvidaste?- pregunta empujándolo con la cabeza para hacerse paso de vuelta a su propia estación. 

-Lo lamento, ¿Por qué saliste sola? Creí que habíamos hablado sobre Bunzo. – 

-Tú sabes que odio a los enanos. Me parecen demasiado traicioneros. - 

Theo salió del escondite una vez los vio irse juntos a ese edificio. Uno verdaderamente desagradable, era a donde las visitas se retiraban y compraban juguetes que no les permitían a los niños de la guardería por su precio. Una ultima pisca del mundo fuera de los muros de la fábrica. Y no tenía mucho que hacer ahí, era aburrido. 

Aunque ahora se veía como uno de los destinos más divertidos, solo por que su amigo estaba ahí. 

-¿Tuviste una pesadilla? ¿Porqué estás afuera?-

Podría haber dado un salto del suelo al techo y puede que lo diera, pues al levantar la mirada encuentra a esa coneja verde y su gran sonrisa oscura observándolo. Ella se dedicaba a vigilar las piscinas y hacerlos correr como locos todos los días. 

-No. – negó bajando la mirada. Podía afrontar el estado de su amigo pero no él de estos niños, le daba vergüenza haberlos evitado en vez de buscar alguna forma de ayudarles. Incluso si una vez lo castigaron, no debió permitirse actuar tan egoísta. 

-Te ves tan triste. – apunta esa coneja inclinando la cabeza a un lado.-No estés triste, estamos aquí para ti amigo mio. - enuncia en alto una línea grabada. 

Theodore decidió terminar con todo de una vez. 

-¿Recuerdas quien soy?- pregunta aventurándose a crear alguna fricción innecesaria con Hoppy. 

Ese gesto juguetón se vuelve una coreografía deficiente y acartonada tan lentamente que se ve lamentable. 

-Eres Theodore, y debes volver a la cama. – lo terminan con esa voz infantil en un fallo, como si las dos líneas se chocaran en una que parece romper el altavoz.-De noche los jerbos se llevan a los niños que encuentran despiertos a esta hora. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Porfavor, deja de torturar a mi hermano. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                         ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus recuerdos estaban un poco revueltos. 

Desde el día uno que entró y cumplió su palabra con Terry. Aunque matar al director no era una opción viable había muchas más, entre ellas una idea de Kickin. 

Una que venía de lo que tuvo que vivir en el hogar donde nació con personas mucho peores que DogDay. 

Reduciendo a la acción inmediata de Bubba azotando al director sobre su escritorio, único punto sin cámaras , ayudado por tres maestras y metiéndole en la nariz a base de fuerza bruta aquel producto inmencionable para controlarlo. Con DogDay cuidándolo junto a las dos únicas maestras que seguían a Terry.

Incluso en la escuela se había formado una cadena de mando silenciosa y privada. 

Liberando a las maestras de ese tipo violento, sólo con una amenaza y advertencia. 

No había nada más que hacer sin delatar a nadie de la rebeldía de todo el grupo unido. 

 “No se te dará más dulce si vuelves a tocarlas” 

Hacer algo tan bajo tuvo mejor sabor cuando descubrieron lo que sufrían esas criaturas de aspecto semihumano a control de alguien sin supervisión. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una advertencia que con el tiempo deja de ser silenciosa y qué les estaba alcanzado como una serpiente en el camino. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las semanas que se convirtieron en meses que pesan sobre los hombros del líder de un grupo tan hermético como el suyo y habiendo quedado en malos términos con los gigantes de la superficie. Incluso Bubba tenía problemas para escucharlo cuando le pedía que cooperará con los pequeños Bunzo que la oficina entregaron como mensajeros y comunicación entre ellos. 

Aunque el mismo no se sentía cómodo viendo a esos juguetes de 60cm, correr de un lado a otro cuando estaban cumpliendo alguna orden qué Kickin les daba, como buscar niños de un bloque en otro. Solo ese pollo superó su desconfianza y les confiaba sus tareas. 

Algo de culpa lo llena cuando uno de estos se detiene para mirarlo con esos enormes ojos de cristal esperando alguna orden, pero solo puede saludarlo y negar cualquier necesidad. Odiando cuanto llegarían a despedazarlos estas personas, dejándolos en solo piezas a medida de lo que fueron. 

Ahora mismo siente culpa por ser desconfiado. 

Las oficinas querían vigilarlos pero él ya puede tener un pequeño círculo fuera de los juguetes , algo raro que no menciona ni a sus amigos por la gran consecuencia que conlleva. Si tan solo Hoppy quisiera escucharlo para unirla a ello. Necesitaba alguien que se encargara cuando lo lleven a los laboratorios. 

 El tiempo lo hizo desconfiado. Los años de trampas y violencia no pueden ser los mejores para construir a una persona y menos a uno con sus problemas, agregando los roces violentos que había tenido con su propio grupo desde hace algunas semanas. 

Theodore lo enfrentó después de pasarse años solo observando como crecía de lejos. Todo está cambiando y no sabe a dónde lo llevaría todo esto. 

¿Cómo podía usar lo que lograron hasta ahora?

 

 

 

 

 

-Estoy cansada de la cocina, quiero salir a jugar. – apunta Picky en la reunión de hoy. 

DogDay observa a la fila de Bunzos en el suelo, jugando con la pelota qué Bubba les había conseguido hace días. 

-Nuestras órdenes no conllevan cambios de rol durante días no programados. – 

-No puedo estar más tiempo encerrada. – interrumpe a Bubba la pobre Picky. -¿Solo porque soy un chica debo estar ahí? No es justo. – 

-Es por tu papel en la caricatura. – interviene Hoppy. 

-En realidad si es por tu género… aunque no se porqué Bubba no cocina si en ese programa su personaje ayuda mucho al tuyo . – lo apunto DogDay y además se atrevió usar el eco de “Pulgares oponibles” de parte de Bubba. – Mañana te cubriré y tú harás mis tareas, ¿Quieres que alguien más te cubra algún día de la semana?-

-No quiero hacer tantas cosas. – Picky de inmediato se apresuró. – Tu te encargas de la limpieza de los niños problemáticos, las visitas y el orden de los cambios de sección y los rollos de basura…- suspira conflictiva ate el ultimo punto en esa parte de las cosas que el líder hacía con tal de conseguirles una forma de descansar. - ¡Yo no quiero un cambio, solo necesito descansar!- exclama mirando a cada uno preocupado.-Se que debo… debo ayudar pero… estoy cansada, ya quiero descansar… pero si les digo algo a los humanos-

Inmediatamente la expresión de todos se retorció con pesar y un miedo al dolor ajeno qué los sacude. 

-Ellos no deben saber que no te encuentras bien. – interrumpió Kickin de inmediato. – Yo puedo hacer algo en la cocina, y Hoppy puede darte su turno para que no te ubiquen. – 

-No dispongas de mi tiempo. – 

La interrupción de Hoppy crea un silencio persistente. Cargado de insatisfacción y enojo por parte de la coneja de menta. . 

-Hoppy… - Dog piensa en qué podría decirle para convencerla o descubrir la razón de su negativa. 

Crafty interrumpió intentando distraerlo de Hoppy a ella. 

-Yo no puedo hacer nada, soy físicamente incapaz. – apunta Crafty mirando a los Bunzo. - ¿Los pequeños no pueden hacer algo?-

-Se caerían a la olla, no tienen ligamentos en las caderas. – lo advierte DogDay. 

-Yo te cubro. – se dispuso Bobby apuntando a su propio pecho. – Mi tarea no es tan pesada. – 

-Cuidas a los bebés… no creo que pueda soportarlo. -  

Hoppy llego a su límite al verla esquivar las responsabilidades de Bobby. 

-Tu solo quieres que alguien se haga cargo de tu trabajo sin nada a cambio. – 

Picky bajo la cabeza asintiendo. 

Mas de uno se sintió sinceramente utilizado, algo deprimidos. 

-Si, lo admito, estoy agotada de cocinar día y noche mientras ustedes tres juegan a lo tonto. – apunta y enojada deja salir sus quejas. - Estoy cansada de oler siempre a espagueti. - 

Quien peor se sentía por su situación responde con vehemencia incluso sin no era dirigida hacia sí la queja. 

-Te refieres a mi. – murmura Bubba apretando entre sus patas el cronograma que habia dibujado con plumón sobre una hoja de papel grande. – Yo no puedo entrar a Dulce Hogar. – le recuerda y su malestar ha roto ese cronograma. 

DogDay suspiro al ver perdido el horario de guardia que apenas había actualizado con ayuda de los corruptos. Podían moverse libremente mientras las cámaras aún los veían donde deberían dentro de los horarios que los coordinadores les impusieron pero salirse totalmente de ello sería como terminar con toda la base de una torre de naipes. 

Mientras el director dependa de ese papel malo, aun tendrán la escuela como zona segura. Terry podía apoyar desde su lugar pero solo de forma muy limitada. 

La segunda con más culpa en su interior da un paso al frente para defenderse. 

-Ya te dije que no puedo. – se defiende Crafty mostrando sus afiladas pezuñas superiores. – Mira esto, no puedo sostener un tenedor. – 

-Crees que yo solo juego y me divierto, ¿Verdad?- la acusa Hoppy molesta. - ¡Te recuerdo que no pasarias por esto si tú no hubieras decidido partirte a la mitad!-

Picky exclamó un jadeo dolido mientras el resto parecía aturdido por sus palabras. 

-¡¡Estamos como esclavos por tu culpa, tu culpa!!- grita golpeando el suelo con las patas traseras.-¡¡Trabajamos para quienes nos hicieron esto por culpa tuya!!-

El cerdito rosa aprieta las pezuñas una contra otra aguantando un sonido parecido a un sollozo. 

-Chicas… - Bubba parece estar al límite, temblando ante las crecientes asperezas y fuerte agresión en el aire. 

-¡¡Esto debe parecerte muy divertido, maldita cer-

-¡¡¡No, Hoppy, cállate!!!- ladro el perro llegando a ella con un gruñido de por medio. - ¡Lo que sucediera ese día fue decisión de todos, todos, Hoppy! ¡No hay uno de nosotros que no pague por ese día y no vamos a dejar que lo que suceda nos separe!- mueve la cabeza para verlos uno a uno. – No tenemos nada, ninguno de nosotros tiene nada más que los otros y no podemos darnos la espalda, será el fin si lo hacemos.- apunta a Picky esperando con ese mismo aspecto serio. -¡Ahora disculpate con Picky, discúlpate con tu hermana!- 

Hoppy suspiro volteandose hacía Picky, al inicio se sintió forzada y molesta pero verla en el suelo y con esa mirada dolida le trajo devuelta a la realidad. 

-Lo siento, llevo días con dolor de cabeza por las pruebas y… lo lamento, Picky.- comparte una disculpa nerviosa. Ya no entendía porque cada vez era más difícil controlar su temperamento. - Lo siento, Picky, perdóname, por favor. - 

Puede que ahora mismo se arrepienta pero sabía que ese ciclo de rabia y rencor no se detendría hoy por cuestión de magia. Estallan, cansados y heridos unos contra otros y no eran el perfecto DogDay para no dejarlo salir. No eran perfectos ni podían fingir que de pronto el vaso no se derramaba. 

Picky bufa bajando la cabeza entre las pezuñas, compartiendo con un gruñido sus dolencias por primera vez en mucho tiempo. 

-En serio, chicos, creo que no estoy bien y no sé porqué ya no quiero estar en las cocinas… a mi me gusta pero no me siento bien. – continúa mostrando su cansancio, había pensado mucho en ello y hoy decidió decir lo mal que había estado desde hace mucho tiempo. - Todo comienza a darme asco de pronto.. No estoy bien y quiero llorar.. No puedo más. - 

Bubba abre el cierre de su pecho sacando un cuaderno del interior. 

-¿Puedes decirme lo que sientes?- pregunta abriendo el manual que los trabajadores habían hecho sobre los gigantes de la fábrica para completar revisiones más rápido sin llegar a entorpecer el avance de las tareas instauradas a cada uno. Lo cambiaron por una cajetilla de cigarros y un par de encintados que consiguieron de un ingeniero. 

-Me duele la cabeza, siento mucho dolor y quiero arrancarme las tripas pero también quiero… Hacerme daño o quedarme a dormir. – 

Hacerse daño. Una forma de compartir lo agotados que estaban. Deseando herirse para recordarse qué estaban ahí, no era solo una pesadilla y sus cuerpos aún les pertenecían y al menos dolor podían decidir experimentar. Todo con tal de no perderse. 

Ninguno desconocía el sentimiento. Podría decirse que lo conocieron mucho antes de ser estos monstruos. 

Bubba revisó los síntomas por índice uno por uno. Este manual tenía a Huggy Wuggy como referencia A y a Mommy como elemento B, era bastante completo y por él evitaron bastantes revisiones en la celda durante estos años. 

-Picky podría necesitar una transfusión del compuesto 1 o… - su reacción sobresaltada hace que el grupo deje de distraerse , observando cómo leyó una hoja y paso a otra para regresar al índice. – DogDay. – le mostró la página al perro que dio una mirada a Picky, ella asiente esperando que el sepa que tenia Bubba o lo qué fuera que este pasándole a ella. 

No hay un cambio tan grande en la actitud del perro, este solo revisa cada hoja qué Bubba le muestra , mirando a Picky. 

-¿Sientes que no puedes ponerte de pie o como si estuvieras muriendo?- pregunta sin emociones pero eso no evita que los cinco que no sabían que había en ese libro se vieran perturbados.

Picky toco su propio pecho con las pezuñas. 

-No, es solo mucho cansancio y dolor. – apunta nerviosa. 

DogDay cerró el libro volviéndolo a Bubba. 

-Vamos a tener una actividad externa, Picky aprovecha para descansar mientras los demás hacemos eso.-

-¿Y los humanos? – pregunta Bubba moviendo las patas de arriba abajo.

El perro levantó las manos a los lados del cuerpo. 

-Deja que Kickin y yo nos encargamos, ¿Puedes?- le pide. 

Kickin piensa en la misteriosa forma de ocultar el resultado de la revisión de los dos, mirando a cada uno con ansiedad. 

-Nos meteremos en problemas. – 

-Lo vale. – corto el perro abandonando la habitación a cumplir su ronda junto a Bobby. 

En la habitación los cinco restantes se quedan en el centro aún pensando en lo ocurrido. 

-¿Desde hace cuanto te sientes de esa forma?- le preguntó Crafty a Picky. 

-Creo que… desde hace un año, no se porque pero de verdad necesito descansar. – 

-Bueno… - Hoppy estiró los brazos relajando el cuerpo.-Confiemos en Doggy, él sabe lo que hace. – mueve los hombros sobando su cuello. – Lamento haber sido tan grosera, Picky. – vuelve a disculparse sin mirarle. 

Kickin aplaudió haciendo que todos le miren. 

-Vamos a dormir, ya no quiero estar más tiempo despierto, chicos. – les sugiere encaminándose a su esquina llena de trapos. 

Cada uno comparte una ultima mirada antes de ir a su lugar. 

Hoppy al igual que Crafty dormían donde la sabana vieja de DogDay, mientras que Picky usaba el costado de Bubba como almohada , incluso si antes estaban algo enojados se mantuvieron cerca cuando de dormir se trataba. 

 

 

 

 

 

 

Fuera de la habitación, la cual se encontraba justo a lado de las terminaciones eléctricas de el rincón de la nada pero una recompensa para los experimentos más obedientes de la fábrica. Al otro lado de los muros que aíslan del mundo esa habitación, se encontraban algunos trabajadores configurando la primer celda independiente con un equipo aislante en manos.

-Entonces debemos colocar la batería en este espacio… - lee el instructivo guiando al trabajador con la batería en manos. 

La colocan y una puerta tras ellos se abrió para dar la bienvenida al equipo del otro lado. 

-Es perfecto. – aseguro un ingeniero anotando el éxito en la libreta de registros. 

El joven quien diseño el sistema se mantiene apartado con la mirada fija en las piezas aislantes del trabajador, recordando las manos extensibles qué deberían haber alistado desde antes pero estos decidieron retrasar la producción para dedicarle ese tiempo a las puertas semiautomáticas. 

Desviando la mirada a las rejillas de aire acondicionado con un sentimiento extraño, comparable a la sensación que ser observado podía dejarle a cualquiera. 

 

 

 

 

 

 

En la guardería el perro estaba aventurándose a una reprimenda al sacar elementos de la cocina de Dulce Hogar al jardín, seguido por Bobby tan silenciosa como se desarrolló después de algunos meses de trabajo en la Guardería. 

-¿Qué tiene Picky?- pregunta rompiendo el silencio construido por DogDay y ella misma. Su voz adulta se había desarrollado igual de profunda que las cuerdas de la citará , siendo difícil de ignorar para cualquiera por su extraño tono suplicante y a la vez demandante. 

-Podría estar rechazando su forma actual y su cuerpo estaría descomponiendose bajo el plástico. – fue sincero, a él también le preocupaba que eso estuviera pasando y no pudieran hacer nada más que mirarla morir. Debería haberse quedado en silencio y negar la respuesta que ni a Picky le dio pero necesitaba hablar de esto. 

-Oh…- Bobby exclamó sorprendida. Lentamente el peso de lo que el perro le dijo se vuelve más y más real y duele. - ¿Crees que sea eso?-

Esperaba un no rotundo. 

-No lo puedo afirmar ni negar, por eso buscaremos una forma de lograr que descanse y podamos darle tiempo a mejorar antes de ir con los humanos. 

-¿Entonces la otra opción es una de ese estilo o lo estás adivinando?- lo interroga poniéndose entre la casa y él para que la mire. 

DogDay la enfrenta al fin dándole una mirada de frente. 

-La otra opción sería exceso de trabajo y una baja de líquidos, ¿A que puedo apostar? Claro que Picky haría cualquier cosa antes que descansar si los humanos descubren que llego a su limite. – espero a que ella le diera paso para entrar de nuevo a Dulce Hogar. - Cualquier cosa es mejor que la última, última opción. - 

 

 

 

 

 

Tras horas de preparación, la orden traída por un Bunzo a cargo de Bobby fue enviar a un escondite a Picky. 

Dejándola en espera oculta entre las literas de Dulce Hogar, con la mirada perdida en el horizonte de papel en las paredes de hierro de la guaderia, preguntándose si esto era justo. 

 

 

 

 

 

 

Desde hace un tiempo solo Kissy Missy bajaba a la guardería y hoy pudo verla bajar con un par de guardias a sus flancos. Bobby se sintió en pánico pues esto no tardaron en notar lo que hacía y las cosas fuera de Dulce Hogar. 

Desvío la mirada fijándose en las rejas que DogDay había colocado cerca de la estufa qué sacó, sin permiso de nadie. 

La voz de un guardia la sobresalta y debe aguantar un gritito ante el susto. 

-¡Osa!- grita uno pero es corregido por el otro con un golpe al pecho. 

-¿Cuáles han sido tus ordenes?- pregunta el más experimentado tras regañar al novato. 

Bobby trago pesado agachándose al nivel de los guardias. 

La respuesta que debe dar le sabía estúpida pero  aun la dijo. 

-Haremos una carne asada. – responde poniendo las manos en los hombros del guardia. 

Era peligroso tocarlos pero normalmente eso lograba que se retiraran mas rápido. 

-¿Quién les dio permiso?- pregunta mirando directamente al oso. 

Al parecer usar su voz infantil fue un error pues no puede ver el miedo que solían sentir. 

-Mi líder lo ordenó. – responde con su voz adulta. 

La cara del novato cambio completamente. 

-¿No es un animatronico?- pregunta sorprendido y mira al guardia tantas veces como a Bobby. 

-No lo soy, amigo. – responde mirando al mayor. - ¿Quiere saber alguna otra cosa, señor?- le cuestiona inclinando la cabeza. 

-Hay mucho. – apunta girando para enfrentar al novato. – Quédate y sé útil a los amigos. – le ordenó quitándole el arma. 

El guardia pareció haber escuchado una sentencia de muerte y más al verse desarmado. 

-¡¿Señor?!- cuestiona asustado. 

  Bobby mueve las manos en despedida al mayor, mirando a Kissy revisar las cosas que habían sacado para mirarla con ojos curiosos. 

-Una carne asada, amiga. – festeja moviendo las manos con el símbolo de paz en cada una. 

El guardia comenzaría a reclamarle pero una gran mesa de metal se clavo justo a sus espaldas haciéndolo girarse. 

La sombra del perro gigante lo hace sudar en su lugar, observando esos ojos plata fijos en su cuerpo con esa sensación austera en sus huesos cuando una de las manos del gigante le atrapa por el hombro, y hace tantos años no se había sentido tan pequeño como para hacer que las rodillas le temblará solo con escuchar esa voz áspera sacudir su médula al llegar a su cuerpo la vibración. 

-Eres lo que deseaba tener hace mucho tiempo. – asegura apretando el agarre lo suficiente par hacerlo consciente de lo fuerte que era. – Eres perfecto para lo que necesito. – lo levanto por la cintura con la otra mano. – Justo lo que necesito para que me complazca. - 

El guardia mira a ambas criaturas buscando que lo rescaten de él perro, pero ambas mueven las manos despidiéndose. 

 

 

 

 

 

Los gigantes son demasiado fuertes. 

-Me siento estafado. – murmura sacando otra salchicha del empaque plástico, cortandola con un relieve y tirándola con las otras a un trasto. 

Lo han puesto a preparar comida al tener manos más pequeñas que estas cosas. 

Los mira de reojo sin dejar de cortar, viendo como el perro va de un lado a otro con filas de niños a los que guía a sus mesas, las cuales vio al oso rojo sacarlas mientras la criatura rosa, Kissy, ordenaba con flores. Creyó qué esto era normal pero una de las, muy guapas por cierto, niñeras viniera hasta él para preguntar:

-¿Tu sabes quién organizó esto?- mira alrededor buscando al directivo que lo haya ordenado. 

Él debe negar moviendo la cabeza y siguiendo con su tarea. Después de todo, estar aquí era mucho mejor que recorrer esta horrenda fábrica llena de fantasmas y cosas raras en los ductos de aire.

Mira a los tres gigantes, el elefante, el unicornio y al conejo mirar a la parrilla donde el pollo parece tener una crisis. 

-¿Debería decirle a DogDay que no veo colores?- pregunta a sus compañeros la unicornio. 

El elefante se llevó las patas a la cabeza. 

-¿Y si está sazonada?- apunta el conejo. 

Entonces los tres se voltearon para ver al guardia que los espiaba. 

-Me lleva… - murmura una vez la mano del conejo lo cargo por la cintura para que fuera catador. 

 

 

 

 

 

 

Ni los gigantes o los niñeros supieron cómo pero ese día se logró mantener el ritmo gracias a la colaboración de los niños. 

 

Aunque fue un gran logro crear su propia actividad con éxito. Para el guardia el día fue robado por algo que no debió ver. 

Este nuevo guardia estaba bastante sorprendido por ver lo que sucedía tras un edificio del domo. 

¿Estaba atestiguando un intercambio de contrabando?

Eso debía ser pues el perro estaba cambiando algo con su jefe, ambas cosas no las ve pero sabe lo que es una venta fraudulenta cuando la ve. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de que su día terminará y lo dejaran ir los gigantes, regreso a sus habitaciones para encontrarse con su jefe, ese que lo dejó con esas cosas. 

-Señor. – lo llama antes de entrar a la oficina de seguridad. 

El lider levantó la mirada de sus documentos con un ceño fruncido. 

-¿Porqué no estas con tus compañeros?- le interroga. 

-Pues para empezar, estoy perdido y quiero saber porqué me dejo ahí, además de… ¿Qué intercambio con esa cosa?- 

El hombre dejó la carpeta en la mesa. 

-Les tienes miedo, eso no se puede, no con tu sueldo. – le apunta el punto que debería hacer que se largara. 

-Bien, me pagan para que no me cague en los pantalones cada vez que esas cosas me miran el alma , pero aun queda algo por responder, señor ¿Qué intercambio con esa cosa?-

El hombre gruñó juntando las manos por enfrente de su rostro. 

-Te haré desaparecer antes de que puedas tan siquiera pensar en delatarme con los jefes, bastardo. – 

-No me mal entienda. – corrige la situación lo más pronto posible.-Yo no quiero delatarlo ni amenazarlo, solo quiero saber… ¿Qué podrían darle esas cosas? Apenas descubro qué trabajo con seres vivos muy grandes que huelen a rosas y vainilla. – sonríe recargando su espalda en la pared. - No esperaba que usted reaccionara como si amenazara a su amante, señor. - 

Aquel rostro pslidece ante la furia qué le recorre. 

-Estoy hartandome de tenerte aquí plantado. – 

Esa última amenaza no se sintió bien recibirla. Había tocado un nervio que no sería divertido. 

-Entiéndame, estoy confundido y no se porqué, así que responda. – 

Su jefe lo piensa. Al parecer lo que decidió lo lleva a abrir un cajón del escritorio , sacando una caja de papel doblado. Obviamente era hecho a mano y con útiles de la misma guardería. 

-Ábrelo. – le ordena. 

El joven obedeció acercándose para abrir esa caja. 

-¡Oh!- exclaman viendo el interior lleno de… Cristal rojo. 

-Prueba un poco. – lo entrego en una hoja de papel.-En una taza de agua tibia, te pegara menos. - 

 

 

 

 

 

En su habitación, con los otros guardias de seguridad se vio superado por la situación. Lo suficiente para verse tan agitado por lo que acababa de pasar. 

Exactamente el hacer un té con ese cristal, y aunque no pudo guardarlo como prueba, ese efecto seguía en su cuerpo. Era increíble. 

Un sopor de seguridad de su infancia se mezclen con el primer encuentro sexual o el día que logró dejar su país como un salto de seguridad igual a un loco que no tenga miedo de ver y tirarse al abismo. Una provada de valor que lo hace sumergirse en calma que no siente desde niño. Todo con el sabor de las flores en su boca y nariz, una experiencia alucinante comparable a consumir algo de cariño en forma de un sorbo entre los labios de una boca suave y caliente. 

Definitivamente hizo bien en llegar a trabajar a este lugar. La paga qué le darían por saber solo un tercio de todo lo que sucedía aquí dentro lo haría asquerosamente millonario. 

A él y a su familia. 

Esta noche no fue difícil esperar a que sus compañeros se durmieran, solo necesito concentrarse en las cosquillas que recorren su cuerpo durante lo que parecen solo cinco minutos. Al escuchar el silencio de la habitación se decide a tomar sus botas por debajo de las sábanas, sacando la suela lo más silenciosamente qué podía para extraer la libreta y la pequeña pluma. Comenzó de inmediato a escribir en las hojas la vertiginoso cantidad de información qué apenas logra entretejer entre las olas de angustiosa exitacion qué lo hace sonreír con ojos húmedos. 

Esta toxina no podía ser normal y por supuesto que la incluyo en la lista de elementos a investigar. 

Porqué podría ser que en este país no fuera más que un idiota de veintitantos años, desechable y sin estudios, pero solo él podía recordarse qué no se graduó de letras en su país para dejar ir la noticia de la vida.

Al menos hasta que su hermano le de la señal para salir de la fábrica con toda esta información . 

 

 

 

 

 

Muy dentro de las sombras de la fábrica un empleado observa a las rejillas de aire acondicionado , debatiendose entre pensar en lo que ha visto como una alucinación o reportar una infestación de arañas. 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                             

 

 

 

 

En los recuerdos de la fábrica hay pocas cosas buenas y muchas de ellas siempre llevan lágrimas consigo

 

Para esa mañana no creyó que tendría que dejar su habitación tan de golpe ni dejar a sus amigos atrás. 

Solo sabía que la emoción que sentía era comparable al miedo que sintió cuando su abuela lo entregó a desconocidos vestidos de blanco. Había perdido hace muy poco a su madre cuando se dio cuenta de lo poco que era apreciado, sintió mucho dolor pero el miedo era lo más potente. Podía sentir como trepaba por sus piernas, incluso ahora que toma a la osa roja de la mano y al gigante azul en la otra. 

Mira alrededor a los pasillos blancos y a las personas desconocidas que lo despiden. 

Piensa en sus amigos. En Susan, sabía que se gustaban. Los extrañaría o tal vez no, tal vez la persona que lo buscaba lo vería y diría algo como “¡Ay, este no era!” y lo devuelvan. Tenía tanto miedo que incluso se descubrió deseando volver, quizás lo suficiente para desear tener la cobija de su amigo y esconderse. 

No se despidió del llorón. Debió despedirse del grandote. 

-Señor… - llama al trabajador que los guía. 

-Habla después. – lo silencia revisando los documentos con un ceño fruncido. 

Gustavo baja la cabeza siguiendo los pasos con las piernas débiles. Esa mascota de pelaje rojo le toca la cabeza con sus felpudas garras como si quisiera consolarlo por haber sido mandado a callar por el empleado grosero. Debía ser así, Bobby era muy cariñosa. 

-No importa lo que pase, nunca vuelvas. -  

Mira sorprendido a la osa que le apretó la mano suavemente, apremiando a nunca regresar. 

-Se feliz, lindura. – lo despide soltando su mano. 

Huggy hizo lo mismo sin decir nada. Tal vez solo hizo su usual «guruguru» 

El niño mira adelante a esa señorita de ropa vistosa y gestos engreídos. 

No le intereso si no habría un padre a la vista, ni el gesto de los trabajadores. Solamente se concentro en ese rostro desagradable tan parecido a su propia madre malhumorada y quejumbrosa, con un vestido viejo que aun cuando estaba cansada, oliendo a cigarrillos y sus dedos llenos de parches la recordaba como el ser humano más hermoso. Era un poco lógico que un hombre celoso la matara cuando lo rechazó. 

-Hola, pequeño sastre. – lo saluda con esa sonrisa viperina tan parecida a su madre cuando lo saludaba al regresar de trabajar y quitándose los zapatos en la puerta. Una sonrisa hermosa que nadie más supo que pudiera ver lo tan bella que era en su rabia. 

De inmediato sus pies tomaron vida propia corriendo sinceramente a su encuentro, para aferrarse con todas sus fuerzas a esa cintura cubierta de la tela llena de brillos.

Si algo pudo enviar a un ser como este tan amargo a interesarse en alguien como él, debió ser su madre del otro lado. 

El rostro de la mujer se relajó tomando en sus manos el cabello del niño. 

-Vamos a casa. – le da la bienvenida al calor que llena su pecho. Mucho más tierno y sincero de lo que cualquier otra experiencia la hizo sentir

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para la osa presenciar ese encuentro le fue algo mágico y cruel. 

Incluso cuando estaba revisando la sangre qué Picky le mostró en un trapo su mente divago en ese recuerdo. Bobby aun piensa en esa mujer y lo mal que sentaba su actitud a los empleados. Pensando aún en cuanto hubiera querido que incluso alguien así la salvará cuando aún tenía una oportunidad. 

-¡¿Qué me está pasando?! - pregunta Picky aferrándose a Bobby con el cuerpo hecho una temblorosa hoja al viento. 

Necesitaban ayuda. 

De un adulto. 

 

Notes:

Hasta luego.

Chapter 14

Notes:

Este capitulo es conflictivo. Oscuro de una forma que podria incomodar a algunos.

Advertidos.
Sabremos más sobre los sonrientes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

                                                                                 

Lo hizo. 

Habló con el perro y aunque fue aceptado también podría decirse que no habían cambios reales, solamente una silenciosa molestia que le hace ver lo poco que le interesaba pelear por la atención del perro. Algo curioso es cuanto juraba que todo cambiaría para mal si decía o aceptaba que sabía lo que ya presentía. 

Solamente era él volviendo a dejar el peso de sus sentimientos en manos de alguien más, sin sufrir consecuencias. 

Porqué semanas afrontando la realidad junto a su amigo perruno solo le dieron más dolor de cabeza. Casi no podían hablar por culpa de la apretada agenda del can, ocupado cumpliendo horarios y órdenes qué los llevan a estar en movimiento y cerca de las visitas. Como un payaso de feria que entreteniendo a la gente esperando que lo saluden de vuelta. 

O haciendo bromas de paso a los niños del lugar. 

Por ahora su propia situación era la de picar un par de salchichas asadas y carne oscura al carbón con un tenedor, no le interesaba el sabor ni aspecto de lo que llegó a su plato, solo pensando en las costras quemadas lo hacía perder el poco apetito qué tenía. 

Los otros niños se veían tan emocionados como el día anterior y puede que sea porqué había suficiente espacio para que un grupo juegue con un bate mientras otro se queda en las bancas o fueran a clases. La escuela estaba cerrada por fuera hoy. 

Además de que el grupo al que penas lograba ajustarse con anterioridad se había dividido y ninguno estaba interesado en incluirle. 

-Otra vez te veo solo. – 

Pudo ser su propio consciente pero no, a sido alguien fuera de su cabeza quien apuntó su nula capacidad social. Pausado y sin mucho interés, Theodore giro la cabeza mirando al niño, o algo así como un niño grande que le ganaba apenas una cabeza doble de alto. 

Este ya estaba algo arriba de lo que se puede ver como un niño al tener más de doce años, era mucho más ancho que Carl, se veía enteramente distinto a los niños del lugar de los bloques con los que solía convivir.

Los horarios debieron cruzarse en la percepción de Kickin. 

Al parecer debía intentar tener un poco de, ¿Como se diría? Iniciativa para hablar de ahora en adelante. 

-Que alto eres. – anuncia lo único que se le ocurría decir sobre este chico, volviendo a mirar su comida y recargando la mejilla en el revés de su puño. – Estoy pensando en pedir un elote en vez de salchichas. – como no estaba interesado en el niño decidió mejor hacer una queja personal. 

Las salchichas de hoy estaban algo quemadas y no sabían tan bien como el día anterior. Tal vez sea porque hoy ese guardia estaba ausente y era un nervioso Bubba el que movía la comida (con una espátula atada con cinta gris a su gran pata) muy de lejos pues no podía acercarse demasiado por su gran tamaño. 

-¿Porqué? A mi me parecen buenas. – lo empuja ese niño tomando lugar a su lado. 

Theodore pudo quejarse pero rápido se dio cuenta de que este tonto a lo que vino fue a comerse todo en su plato sin importarle si le molestaba o no. 

Theo le observa comer con una mirada aburrida, no era la primera vez que esto pasaba y puede que sea un castigo divino por haber estado robando la comida de otros niños cuando se metía en la fila. Era por este comportamiento que los adolescentes eran separados del resto. Incluso cuando llegó él ya sabía que este grupo cinco, al igual que el cuatro, eran des invitados de muchas actividades al estar en una especie de crisis que los volvía insoportables bolas de quejas y rebeldía hedionda. Siempre se preguntó como sería cuando lo llevarán a ese grupo pero antes deseaba no estar en el lugar cuando sucediera su cambio. Solo imaginarse comportándose de tal forma le hacía sentir náuseas. 

El grupo cinco nunca fue de su interés y ahora no era distinto, así como el grado seis en el sótano. Una rse más le hace recordar que para tdo en la ida hay una razón. 

-Te había visto con el mariquita , ¿Porqué estás solo otra vez?- lo cuestiona empujándolo para llamar su atención, no le importo si al hacerlo la cabeza del somnolienta de Theodore se golpeaba con la mesa. -¿Será que ya no son amigos?- sonríe descubriendo esos dientes torcidos. 

Theo apretó a la cobija en sus hombros antes de hablar. Resistiendo por orgullo a sobare la frente. 

-No, el se fue a casa.- murmura mirando el palito vacío.-Debió compararlo con cierto tipo fastidioso y le pareció mejor llevarlo.- mira a su plato ya vacío. - Seguro que es porque si sabia bañarse. - 

Este adolescente frunce el ceño, pensando en ese mocoso engreído qué se creía mejor por vestir fino o usar perfumes, vaya que detestaba a los engreídos. Además de que este niño grande le parecía fácil de molestar por su personalidad relajada, su sonrisa vuelve al tragarse un pedazo de carne y alistar la mano en alto para golpear esa nuca cubierta por cabellos revueltos y largos. 

-¡Pero que hace esta mofeta en el corral de los pollitos!- 

Ni Theodore ni el adolescente pudieron evitar soltar un grito cuando este fue levantado, sujetando por el brazo que se suponía bajaría para golpear a Theodore, de improviso por el perro naranja. 

Theo lo sigue con la mirada conforme lo ve cargar al niño bajo el brazo y no contra su pecho como lo hacía con los otros más pequeños, en el giro qué da su gran mano pasó por encima del cabello de Theo dejando un nido revuelto a su paso. 

-¡Bájame pulgoso!- chilla el adolescente en su poder.-¡Las pulgas, se contagian!-

El perro ríe con la voz áspera y no la infantil. 

-No te preocupes, ya me vacune y no me pegaras nada, mofeta. - lo consuela sobando su trasero en vez de su cabeza. - Estas tres duchas perdidas de ser un zorrillo , ¿Quieres que te bañe yo? Incluso podemos usar la manguera del jardín. – le insta y finge qué va hacua ese punto. 

Es tal el nerviosismo del adolescente que ni piensa en que era una broma, tomándolo a pecho. 

-¡Vete al diablo, bájame!- patalea sin resultados por la resistencia del perro, aunque las patadas si que suenan , al parecer eso rebela el porque DogDay lo carga como saco y no como a un niño real. Nadie podría soportar tener a un gato enfurruñado en el rostro. 

-Primero confiésame tu amor, Ricky. – se burla el perro yendo a la escuela como dictaba el horario de los adolescentes.-Dí «DogDay, lo siento, solo decidí no bajarme para llamar tu atención»- canturrea y golpea ese trasero al ritmo, casi como si fuera un bongo. 

La cara del chico no podría estar más roja. 

-¡Ya quisieras, jodido Jock! ¡Bájame!- grita ya presintiendo la gran vergüenza que experimentaria una vez estuviera frente a sus confederes.-¡Que alguien haga algo!-

Aun en las bancas Theodore observa al perro llevándose al chico, casi siente lastima viendo lo mucho que se ensaño con la dignidad de este, tocando su propio cabello para ordenarlo de forma correcta. Toma la bandeja vacía y con ella las otras que vio a su paso, llevándolas en las manos de camino al espacio donde Kickin les había pedido dejarlas. 

-¿Dónde está Bobby?-  

Escucho un murmullo al pasar cerca del asador donde Bubba estaba hablando en voz baja con Hoppy. 

-Creo que regreso a cuidar de Picky, dijo algo de qué no la quería dejar sola. – responde la coneja , ella aun no lo nota por estar de espaldas y para su suerte Bubba no lo ve al estar cubierto por Hoppy.-Ya se tardó, la verdad. - 

-Kickin ya perdió el orden en las habitaciones y DogDay los a tenido que carrear todo el día, ¿No puedes ayudarle?- pregunta el elefante con esa preocupada y aspera voz.- ¿Podrías ir a verlas, porafavor?- 

-No lo creo, en cuanto terminen estos de comer, me toca llevarlos a clases y darles su hora de ejercicio. Debo juntarlos si no quiero perder el ritmo y Kickin aun debe terminar con los bebés. - 

-¿Y las puertas?- Bubba pregunta sacudiendo la espátula con un par de cebolleta enredadas. 

-Crafty no se a movido de ahí. – mueve la cabeza de lado a lado exasperada. – Con este ritmo lo único que faltaría es que algún director baje y vea lo que esta pasando. – suspira bajando la cabeza.-Ya me estoy preocupando.- 

-Al menos las hermanas están cooperando. – suspira Bubba. -¿Como crees que Dog maneje a los reebeldes? Nunca lo he visto. - 

Hoppy lo interrumpió apuntando a la brasa. 

-Se te quema el filete. – 

-¡Ay, pero no!- chilla revolviendo todo buscando el pedazo de carne qué le apuntaba.-Se supone que soy un elefante, ¿Porqué no puedo oler el humo?- 

Theo siguió su camino dejando las bandejas antes de tomar una decisión impulsada por su sentido tonto de justicia. 

Corriendo a la escuela buscó al perro. 

En la escuela un ambiente mucho más caótico lo recibió nada más cruzo las puertas metálicas. Incluso la iluminación fría se volvió tan estresante como un mal sueño. 

-¡Niños, por favor bajen de los casilleros!- pide una maestra con un tono mucho más relajado de lo que se esperaría de alguien a quién los niños no están escuchando. 

Resulta que los adolescentes salieron muy fuera de su horario y se complementaron los más grandes de Dulce Hogar. El sexto bloque, los rebeldes.

Adolescentes tan altos que incluso podían ser más grande que las maestras, salieron en manada y con los niños. Algo fuera de todo lo que podría ser tomado como una buena señal. 

Busca mirando de un lado a otro entre los gritos y risas de chicos que tal parece creen que subir a un niño de dos años a un locker era el último grito de la moda en comedia desde los chistes de retrete. 

-Ven.- ofreció ayuda a un niño en lo alto. Por suerte este lo reconoce y corresponde su gesto con un abrazo. 

Con esto decide que debe ayudar de alguna forma al grupo de su perro. 

Va por los pasillos recogiendo a los niños del bloque uno y dos, empujando a los mayores de vuelta a la refriega y avanzando con los niños que rescata a su lado. 

Hace mucho esperaba que ser alto le tuviera una ventaja aparte de alcanzar cosa por encima de otros, ahora debe usar sus hombros huesudos para empujar y abrirse paso entre el desorden. 

Cada vez es más difícil guiarlos a sus clases al estar los adolescentes jugando en los pasillos con pelotas que hicieron con un cesto de basura a patadas. Era un balón de metal qué más de una vez golpeó las paredes y las daño. 

Eran demasiado rudos. 

Incluso él se sintió algo intimidado cuando se vio observado por algunos que no paran de reír mientras pintan las paredes con las pinturas que seguramente robaron de la clase de arte. 

Sabía que DogDay estaba en el lugar pero comenzaba a frustrarle no poder verle por ningún lado. 

Abrió una puerta confundiendola con el salón correspondiente. 

A oscuras se encontraba un hombre adulto.Es el director, levantando la cabeza de su escritorio donde un polvo rojo estaba en una línea. 

-¡¿Tu que haces abriendo mi oficina?!- grita el único humano de la escuela.-¡Sal de aqui!- 

Theodore no necesito más para cerrar y hacer que los niños corrieran al salón correcto. 

La maestra de matematicas estaba sentada en el piso como si el mundo estuviera en paz y puede que todo esté tiempo la clase de matemáticas fuera el único lugar al que los adolescentes no entrarán por alguna razón. 

Esa razón es una pata de silla en sus rodillas y ya usada. 

-Hola niños, estoy feliz de que lograrán cruzar la guerra enteros. – los saluda levantándose del suelo mostrando algunas hojas de colores. – Ahora vamos a fabricar nuestra propia casita, ¡Yupi!. -celebró moviendo de lado a lado las hojas de colores. 

Theo dejo que fueran a sus lugares antes de abrir la puerta para buscar a más niños. 

-¡Tengo al chico!- grito un muchacho nada más se asomo para ser arrastrado por ese adolescente mucho más grande. 

La maestra comprobó que todas sus sillas estuvieran ocupadas antes de ir a cerrar la puerta con seguro. Su sonrisa tensa deja de lado las risas fuera del salón. 

 

 

Afuera Theodore lucha con el adolescente como si laa vida dependiera de ello, este lo lleva a un grupo de niñas. 

-¡Que bonito es!- chillan algunas agarrándole en brazos. Las risas siguen y en algún momento comenzaron a besar su cara como gallinas qué picotean el suelo. 

Lucho intentando zafarse pero además de más grandes también era más de siete chicas altas que lo empujaban de vuelta a la rueda. 

-Hay que pintar al payasito, jejeje-

La paciencia socavada hace a Theodore lanzarle un puñetazo directamente a ese chico y las niñas gritaron entre risas pues solo el impacto lo hizo caer y derramarse la lata de pintura encima. 

El ruido comenzaba a sobrepasar lo y la cara furiosa de ese chico no ayudaba a calmarlo. 

-Están siendo demasiado rudos. – 

El grupo completo dejo de reír cuando la voz áspera los interrumpe desde arriba haciendo una sombra profunda al cubrir las luces. 

-Ustedes deberían estar en clases de inglés. – les recuerda y no dejo que agarraran aire para resistirse pues los trapa como a un ramo en sus manos. Theodore esquivo el agarre solo porque logro agacharse a tiempo. 

-¡Esta lleno de pintura!- chillan al ser embarrados por su desafortunado y sangrante compañero. 

Una nueva nariz se enfila a los exitosos golpes conectados por Grambell y su tendencia a golpear primero y preguntar después. 

Admirable como un futuro boxeador.

Aunque lo ve aún asustado. 

-¡Terremoto!- exclama el perro sacudiendolos un par de veces.

-¡¡Perro baboso, bájame!!- grita una niña tras la sacudida qué la dejo viendo doble y con el cabello de otra chica en su boca. 

DogDay ríe levantándolos más alto. 

-¿Porqué no mejor me los cómo?- lo dijo sin una pisca de buen humor. 

Los chicos en cuestión se quedaron callados cuando les hablo en ese tono. 

-Les prometí que los dejaría salir de casa más seguido y ustedes me pagan así. – lo dijo serio. – ¿No puedo creer en ustedes? ¿O tiene miedo de que no lo haga?.-

-¡Tu mamá tiene miedo!-

-Incluso si quisieran creer en alguien mejor que yo, solo me tienen a mi y lo saben. ¿Creen que los dejamos salir por error? Tengo un reloj mejor que un conductor de tren y Kickin no es peor, ¿Podrían aceptar algo bueno sin arruinarlo?-

No parece que llegue a nada lo que les dice, solamente lo miran con mucho enojo. 

-Si me escuchan podemos hacer algo con esas puertas pero sino, las cosas nunca cambiaran. – lentamente os baja al suelo. – No son mascotas para estar siempre encerrados pero primero deben demostrar que estoy en lo correcto, si no lo estoy simplemente me castigarán y a ustedes los volverán a encerrar.-

Los soltó dejándolos frente a la puerta de su clase. 

Cada uno mira a la puerta y el pasillo por el que podrían huir sin problemas. 

-No puedo detenerlos sin lastimarlos. – abrió la puerta apuntandoles al interior. 

Una sonrisa de cada chico fue la respuesta antes de que decidieran ir por el pasillo. 

Theodore suspiro una vez se quedaron solos en el pasillo.

DogDay dejo la puerta cerrarse antes de sentarse en el piso, observando el suelo con la mirada oscurecida. 

Theodore no ve importancia en el bloque cinco ni en el seis, después de todo en menos de dos años esos chicos serían llevados fuera y serian problema de las calles o las familias que no los quisieron antes. Incluso siente que DogDay estaba demasiado afectado por la actitud de esos animales. 

Nótese que no le gusta que lo besen a fuerzas. 

-Creo que no eres su amigo. – murmura limpiándose la cara con el dorso de la mano, en ello da cuenta de la falta de su cobija. – No…- revisa el suelo buscándola. 

DogDay no se percata de su pequeña crisis al estar distraído en sus pensamientos o así se veía pues no habia ninguna emoción en esos ojos, solamente pensando en silencio. 

Lentamente vuelve al mundo mirando a Theodore rebuscar por el pasillo en búsqueda de su cobija. DogDay mira el charco de pintura resolviendo con una mano sobre este, rebelando la misma de entre la suciedad y la pintura roja. 

-No es justo… - se lamenta Theo viendo el estado de su única pertenencia querida. 

DogDay le hizo aun más daño a su psique al terminar de ensuciarla para limpiar el suelo. 

-Vamos a lavarla. - le dice con la voz infantil. 

Theodore debe recuperarse del shock de furia que sintió cuando lo vio limpiar el suelo con su cobija. Siguiéndolo en silencio al cuarto de lavado de Dulce Hogar. 

Ve a los adolescentes ser devueltos al sótano por una histérica Crafty entre gritos idénticos a una bruja. 

 

 

Las lavadoras son grandes y en estas puede ver más ropa aunque el perro la saco toda para meter su cobija. 

-Siento haber usado eso. – es lo primero que dice el perro una vez se dio cuenta de lo silencioso que estaba. 

Theodore tomo asiento una vez recibió una disculpa, era suficiente por ahora. 

-Lamento ser tan egoísta siempre, Theodore. – vuelve a disculparse mucho más directo.-Tu aun me ayudas, y yo use tu sabana para limpiar el suelo… - sus manos suben sobre al cabeza sonriente qué siempre llevara sobre los hombros. – Debía limpiar… pero a tu constas.. Estoy.. Estoy haciéndole daño a las personas que me importan por pensar en lo que otros harán…- 

-Te tienen aquí porque debes limpiar su desastre…- Theodore lo interrumpe. – Se que los adultos siempre están obligados a limpiar… así que no entiendo porqué tu tendrías que hacerlo. – 

-¿De que hablas?- pregunta aturdido sin levantar la cabeza. 

La lavadora de fondo a pasado el ciclo de lavado a enjuague. 

-Eres un niño igual a mi, ¿Porqué estas haciendo su trabajo?- pregunta intentando sacar esa duda de su cuerpo. 

DogDay dejo de cubrirse la cabeza y en ello vuelve a mirar sus manos, su cuerpo lleno de pelo y deforme como un monstruo que ya conoce su cuerpo mejor de lo que recuerda haber necesitado subir a una silla y un almanaque, tan solo para encender la lavadora en la que estaba sentado ahora. Haciendo memoria de las cosa que ya hizo desde que estiraron su carne por debajo del plástico y comenzó a obedecer a los que lo cortaron y empacaron como el perro de peluche qué es hoy. 

-Ya no soy un niño, Theodore. – apunta el mas importante de todos los aspectos de la situación actual.-Ya no puedo … Ser como tu. - 

Lentamente siente como la decisión correcta se cierne sobre su cabeza, era la verdad que no quería aceptar y Theodore trajo de vuelta a la vida cuando decidió confesar que lo sabía y que no había forma de negar. 

Nunguno de los dos podía refugiarse en vanas ilusiones una vez la verdad es puesta en el tablero. 

-Me gustas, Theodore. – admite con esa voz áspera que hace que sienta náuseas. Era la voz de un adulto y no el niño que deseaba volver a ser, recuperar su estatura y dejar este cuerpo satirizado por el tiempo que lo a usado para seguir vivo bajo este techo de concreto. -Siempre creí que te tenia miedo y aun lo tengo, pero me gustas tanto como te tengo miedo. – 

Theodore necesito unos segundos para poder digerir la confesión como tal. Y ya había visto muchas, en televisión, podía ver a los adultos decirse palabras de amor y darse un beso a la orilla de una playa azul o teñida de rojo por el atardecer. Bueno pues ahora no eran las olas de un océano sino la lavadora y la luz no es el solo sino un foco amarillo. Aun entendió porque esas personas sonreían tan felices en esas escenas. 

-Yo-

-Es por eso que ya no quiero que te me acerques, ni yo lo haré.- DogDay fue serio casi demasiado severo, como si estuviera molesto. -No soy un niño y no puedo jugar como uno, lo siento mucho… de verdad… no volvamos a hablar. – 

Sienpre que alguien decidía que Theodore no valía la pena y debía abandona el contacto era dejándolo de lado. Sin palabras o despedidas, sin escusas, simplemente se terminaba en silencio. Algo como esta era nuevo. No le gustaba. 

Era el fin de todo. Sin opciones ni verdades al aire qué se podrian volver a atar. 

-… eso es una gran sandez. – exclamó al fin, agarra ose de su apellido con los puños cerrados. - ¡No puedes decirme que te gustó y luego escapar!- aclara con un grito que le sale del alma. - Ni siquiera lo hemos intentado, nada. - 

-No estoy escapando, no hay donde escapar, solo mírame. – apunta su cara sonriente y aun era posible ver sus cejas fruncidas.-No hay nada que podamos compartir y no estoy seguro de si es correcto… entonces no puede serlo.- suspira. - Los niños van con los niños y yo ya no soy un niño.-

-Dejaste de hacer lo correcto desde que me cubriste en los túneles.- apunta acercándose al perro. 

-No es igual, Theodore.— le responde serio.-Eramos iguales. - 

-O cuando nos besamos. – 

Es impresionante el como el perro se eriza moviendo las manos sobre su cabeza, sacudiendo pensamientos y la vergüenza que le recorre junto con lo doloroso que era pensar en cuanto perdieron. 

-Ni siquiera te dije mi nombre. – apunta sin levantar la cabeza. – Tu no me diste un nombre o me llamaste como los demás.– mira a Theodore serio. - Tuvimos una oportunidad… Yo tengo la oportunidad de cuidarte ahora y la tomare. Creo que a eso nos reducimos.- 

El niño se ve superado por la verdad, no sabe como responder por lo que parecen horas de silencio. Era la verdad, él nunca llamó por algún nombre a su amigo ni al perro frente a él. Siempre lo condenó al anonimato en espera de un título y quizás el nombre que pudo olvidar su amigo hace mucho tiempo por los adultos que robaron la identidad que él sí pudo conservar. 

DogDay siempre fue un niño de oportunidades completamente capaz de discernir las posibilidades. Lo vio muchas veces en el tiempo que compartieron. 

Reduciendo a ser la verdad lo mucho que debían apresurarse a volver al equilibrio llevado por las mentiras de cada uno. 

Un monstruo y un niño, no debían estar juntos. 

-Nunca me dijiste tu nombre. – es instintivo en un niño decir excusas que retrasen el dolor, no era un cobarde pero tampoco quería enfrentarse tan pronto a este golpe. 

La lavadora dejo de dar vueltas pero claramente el interior seguía sucio. 

DogDay giro el control de la maquina repitiendo el ciclo. 

Este ciclo parece llevarse las fuerzas de cada uno. 

-Yo mismo intente recuperarlo… pero puede que no existiera desde antes. – murmura. – Me daba vergüenza que mi nombre fuera desafortunado, y tú tuvieras un nombre tan bonito. – 

Lo intento. De su forma mísera y desagradable. Intento ser su nombre antes de entrar a esta tumba. 

-Mi nombres es aburrido. – Theodore no encuentra como defender su postura ni lo mucho que deseaba continuar con él. 

DogDay levantó a medias las manos. 

-Tu nombre es Theodore Grambell, temo decirte mi querido amigo que ese no es un nombre aburrido.- su cabeza se inclina mirándole directamente con esos ojos plata. – Es un nombre bonito que me hacia sentir cosquillas y mucha envidia. Eres como un principito… Alguien con quería dormir y juntar nuestros sueños en uno.- suspira poniendo las manos de vuelta en la rodillas. – Siempre quise ayudarte pero no sabía cómo. Debe ser porqué nunca debí acercarme a ti.-

-Si fuera así… yo no te hubiera buscado… No puedes imaginar cuanto te necesite cuando descubrí que estabas ahí. Tuve celos de tus amigos y lo sigo sintiendo, te quiero y… ya no quiero dejar ir lo que me gusta. – 

-No mal entiendas. Theodore… Yo fui feliz al conocerte… Lamento haberme ido tan pronto pero no lamento conocerte. - el perro rompió la distancia con tal velocidad que Theodore apenas reacciono cuando lo tenía encima. 

Pudo haber sido devorado y no hacer un solo sonido en defensa. 

Hubiera sido mejor ser comido hasta los huesos qué escuchar la cruda verdad. 

-En este lugar no hay nada que sea tuyo o mío. – le advierte tomando sus brazos como un naufrago a la orilla. – Y si quieres ser dueño de ti, más vale que te vayas de aquí. – apretó el agarre suspirando ese aliento caliente sobre el niño. – Deja de esconderte de las visitas, afrontalos, habla o llama la atención lo suficiente para que te lleven a un lugar mejor o peor pero por favor, vete de aquí.-

Theodore sintió sus ojos llenarse de lágrimas muy lentamente. 

-¿Quieres que me vaya? ¿No querías que alguien allá afuera te salvara? - pregunta sintiendo el agarre estremecerse.- Si me voy no será sin ti.- 

DogDay comenzó a temblar para seguido comenzar a reír. Una emoción muy distinta a la desesperación que lo está ahogando. 

-Solo estarás sacando pedazos de lo que fui, Theodore. – 

El niño perdió el miedo, aferrándose al cuello del perro en cuanto el agarre de este se descuido.

-Eso no es importante, yo tampoco estoy completo.- asegura hundiendo el rostro en el pelaje.-Te llevare para ser uno completo…-

Quiso seguir pero la voz de el Crafty lo interrumpe desde la sala de Dulce Hogar, puede que decidiera gritar desde ahí por las prisas. 

-¡DogDay, hay una visita de la superficie bajando! ¡Y no encuentro a Bobby! -

El perro no dio ni una explicación antes de apartarlo y correr fuera del cuarto de lavado. 

Theodore observa las dos puertas de hierro sacudirse tras la salida del perro, mirando de vuelta a la lavadora. 

-No es justo. – susurra recostándose a espera de la cobija qué aun da vueltas en el interior. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                 ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como desearía poder hablar de lo que esta pasando con Theodore, al menos con Bubba. 

Quisiera saber si era lo correcto o si estaba siendo egoísta. 

Que estaba equivocado no tenían que alejarse, que podía volver a estar cerca suyo. 

 

 

 

 

 

El segundo día fue mucho más complicado de lo que fue el primero, siendo el final de este mucho más estresante por los niños que corrían de un lado a otro aún con la energía que las horas de ejercicio que Hoppy no pudo darles se acumularan después de haber creado por dos años un ritmo ininterrumpido. 

Las visitas parecieron encantadas por la actividad en la que conocieron a algunos niños fuera de sus usuales zonas de confort. 

A la vez cada uno de ellos necesito enfrentar algo del trabajo de otro en este enredo autoimpuesto. 

Definitivamente no volverían a incluir a los adolescentes a ninguna actividad así se les vaya la vida en ello.

-Son unos traicioneros de porquería. - 

-Crafty, para. - pidió sin fuerzas el perro. - Ya somos más adolescentes que niños. - 

Esa verdad les cayó como agua helada. 

Los años pasan y ya no eran los mismos. 

Ya no tenían siete ocho ni doce. 

Bubba cumpliría 14, DogDay 13 y Hoppy lo seguiría con diez. Aunque ya no se sentían como si esa fuera la verdad. 

Ya no eran niños. 

No eran nada a lo que estuvieran familiarisdos. 

Kickin siente como el anbiente se apaga, viéndose nbligado por su propia ansiedad a intentar cambiarlo. 

-Pensé que los teníamos en control, ¡Enserio!- exclama el pollito amarillo recordando cuanto le costó cuidar de los niños una vez llegaron los chicos del sótano a inquietarlos con sus bromas pesadas y peleas ruidosas.-Las hormonas… Son el enemigo, chicos. - 

Lento como el crecimiento de las hierbas es el humor mejorado de Hoppy.

-No vuelvo a meterme en las tareas de DogDay. - murmura la coneja con hombros caídos.-¿Y tu porque no mencionaste que eran así de molestos, amigo?- pregunta picando al perro con una patada suave a sus piernas. 

El perro tropieza pero se mantiene de pie al trastabillar. 

En ellos recuerda partes del día. En referencia a las dificultades crecientes de este segundo intento. 

-No suele ser tan malo. – los mira sobando su brazo ante una duda que comienza a cobrar fuerzas.-Algo debe tenerlos inquietos.- opino mirando al camino y es cuando ese sentimiento inquietante le subió por la columna.-¿Alguno de ustedes vio alguna niñera?- pregunta de golpe.

Se distrajo con Theodore y olvido totalmente qué el cuarto de lavado debería estar lleno de empleados. 

Los cinco presentes detuvieron sus pasos.

Dicho punto había pasado desapercibido al estar tan preocupados por sus propias tareas y niños a cuidar. 

-No , ni siquiera con los bebes.- responde Kickin apretando los puños sobre su cabeza.-No vi a ningun adulto fuera de las visitas , chicos.-mira a Hoppy pero la respuesta era exactamente la misma.

-No habia nadie , solo nosotros y las hermanas.- agrego Crafty tras un suspiro.-¿Se habrán muerto?-

DogDay negó moviendo la cabeza. 

Entonces Bobby con Picky resonaron en su cabeza. 

-Debemos ir con ellas.- advierte ya corriendo en dirección a la habitación que les entregaron.

Había hablado demasiado este día, incluso se atrevió a advertir a los niños mayores cuando los tuvo de frente, y con Theodore habló un tema peligroso para los dos y no recuerda haberse cerciorado de no ser escuchado. Hizo demasiadas cosas y solo estaba contando sus propios errores, no sabía nada de los otros y no habían podido hablar sobre el día.

¿Qué le harían a Theodore si descubrirán que sabía sobre ellos? ¡¿Qué pasaría con él?! 

No tardan nada en llegar y mucho menos pueden evitar ver a los científicos esperándoles en la entrada.

No hicieron ademan alguno de hablar con ellos , solamente observan en silencio a la habitación solitaria.Bobby y Picky no estaban a la vista. 

Suficiente para recorrerles el miedo. 

-DogDay, Kickin, Hoppy, Crafty y Bubba… - dicta el encargado de la lista. – Deberán ir a sus celdas personales ahora mismo. – les ordena mirándole tras dar la orden. 

Cada un tiene su propia reacción, limitandose a observar a DogDay esperando alguna señal. 

-¿A dónde se llevaron a Bobby y Picky?- pregunta sin moverse de lugar. 

El coordinador no ve razones para responderles y se limita a dar una respuesta vaga. 

-Eso lo sabrás cuan-

-Picky necesita un estudio medico de emergencia y a Bobby la llevamos a su cuarto personal, les haremos preguntas y deberán estar dentro por cuarenta y ocho horas. – les responde un médico. – Te respondemos, no porque debamos hacerlo sino porque entre ayer y hoy su comportamiento fue excepcional, tómenlo como una recompensa tras su duro trabajo. – 

Tras la explicación un grupo de guardias se adelanta para guiarles a sus celdas. 

Las cuatro criaturas lentamente siguen a su guía por el pasillo, dejando por último al líder. 

-¿Porqué decidiste qué no necesitaba a un medico?- le interroga un médico al perro.-Pudo haber sido peligrosos para tu amiga el que la retuvieras. - 

DogDay inclina la cabeza a un lado. 

-Es mejor que descanse , ustedes lo entienden mejor que yo a este punto. – responde con un tono más abatido de lo normal, al menos para los científicos y guardias que llevan ya estos dos o casi tres años trabajando con este perro y cada uno de ellos han presenciado esa personalidad obediente y melancólico verde sentido del humor que lo caracterizaba entre los otros experimentos de la fabrica. 

-¿Paso algo durante el día, DogDay?- pregunta el científico mientras da la orden de llevarlo a su lugar. 

-Recordé que no lavamos la ropa de hoy. – confiesa una vez el recuerdo de Theodore en ese cuarto se oculta tras ese error, lo último que haría era hablar sobre Theo con estas personas. 

-Eso es una lástima, ya se encargarán las niñeras. – 

Lo guían a una celda por la que no siente el aroma de ninguno de sus compañeros pero si algo distinto… ese olor pegajoso qué viene con el mal humor y desde el interior de una caja metálica. Puede sentir las emociones de esta y ella parece que también lo siente, un sentimiento de furioso reconocimiento lo hace sentirse sinceramente triste. 

-Lo lamento.- dice al aire al pasa junto a la caja. 

-¿Porqué te disculpas?- pregunta un guardia. 

-Son las dos de la mañana y ustedes siguen trabajando por mi, ¿No tienen sueño?- pregunta Deteniéndose frente a las puertas de su celda. 

Un empleado se vio relajado por el sueño y con un tono abatido dejó salir sus inquietudes. 

-Bueno, desde que comenzaron los cambios eléctricos las cosas son mucho más pesadas y no me dejan de dar basura para leer y esos manuales son muy aburridos, además de que casi se nos muere el gay de la fabrica hoy-

Un zape interrumpió al hombre. 

-Callate. – lo regaño su compañero después de notar que el perro se interesó por el sistema eléctrico.-¿Que le cuentas al experimento?-

DogDay no hizo más comentarios, simplemente entro a su celda cuando las puertas se abrieron y pudo vislumbrar que ya se habían traído la cobija qué ese viejo le dio hace años. 

Camina hacia esta para tomarla sacudiendo el pelo de colores que se revuelve al aire. En esta los hilos se había abierto y formado un desorden pero aun no se la quitaban. 

Un alivio después de todo lo que guardaban estos hilos.

Extendió la tela en una esquina y se sentó en estas deslizándose por la superficie suave hasta el suelo, mirando a las cámaras ocultas en las paredes y azulejos trasparentes. Se preguntaba como era el video tras esos cristales pero también le parecía que mientras menos supiera, mejor. 

Videos de él siendo torturado.. Bobby o Crafty… NoNo puede siquiera imaginar lo horribles que eran. 

Aunque desde hace mucho tiempo a peleado con esa tonta necesidad de fingir que todo estaba bien en vez de afrontar las problemáticas que se le cruzaban conforme llegarán… ¿Será por eso que los adolescentes le gustaban? Seguramente le parecía envidiable no interesarse en nada y correr por ahí sin tener la más mínima empatia por lo que te rodea. 

Como su hermano mayor, el único que le quedaba y permitio qué lo trajeran aquí. 

Con los borrosos y casi desaparecidos recuerdos de un chico mayor que hacía berrinches a la hora de ser responsable llegó su sueño. Tal vez seria la última vez que lo recuerde o pueda guardar más de su pasado, lo que sea, ojalá no continúe siendo un peso muerto sobre su corazón. 

Que bueno sería soñar con ser uno de esos rebeldes adolescentes junto a Theodore. 

El en realidad queria recuperar aquello que perdieron. 

 

 

 

 

 

 

-DogDay. - 

Dormir no se trata tanto de ello sino de solo desconectarse y volver. 

En este caso volvió cuando una fila de científicos lo observaba por la ventana de cristal. Una cosa de lo más inquietante pero pronto una sensación extraña le hace sentirse aun más extraño. Un olor diferente en la celda. 

Se acabó el tiempo de sueños, deba volver a la realidad. 

Entonces debe aceptar que definitivamente este sería un día del asco. 

 

 

 

 

 

 

Para los humanos lo inquietante era ver a ese gigantesco perro de peluche dormir por tanto tiempo sin moverse ni una vez. 

Habían dejado que pasaran unas dos horas antes de volver a interrumpir el descanso del perro. 

-Tenemos que preguntarte algunas cosas incómodas, ¿Entiendes?- le preguntan desde la zona segura. 

No se lo dirían pero había uno de ellos herido tras interrogar de forma demasiado directa al unicornio. Tomaron esta vez el trato amable, por ahora era lo mejor. Después de todo este perro era la atracción preferida de algunos visitantes. 

El perro en el interior se pone de pie usando las paredes.

Sabían que su mosculatura bajó el pelaje era firme pero tras años aun lo veían como un elemento torpe y lento a comparación de otros gigantes. 

-Si. – asiente moviendo la cabeza sin más. 

La científica en el altavoz le dejo unos segundos antes de hacer la siguiente pregunta. 

-¿Qué tanto sabes sobre sexualidad, DogDay?- pregunta una vez dejo al perro relajarse. 

Tras el cristal el mismo movió la cabeza después de unos minutos en silencio. 

-No quiero hablar sobre eso con usted. – 

Entre todos en la sala de interrogatorio hubo un revuelo. 

-¿Porqué no quieres hablar de ello? ¿Es porque soy una mujer o porqué te incomoda?-

El perro en el interior mueve la cabeza y su cuerpo se inquieta pareciendo ansioso. 

-Es porque no quiero hablar de eso con usted… lo siento. – 

-DogDay, ¿Podrías decirme lo que sabes? Talvez sea suficiente para que no tengamos que hablarlo. – 

El perro llevó las manos a sus brazos, doblando un poco el cuerpo con una expresión sutil de exasperación. 

-Solo los humanos lo hacen y ya, ¿No es así?- les cuestiona el mismo después de gruñir para sorpresa de sí mismo y pueden ver cuanto le costó darse cuenta de lo que hizo pues de inmediato se cubre esa sonrisa con las manos. 

-Debemos hacerte algunas preguntas sobre esto, pero antes dinos, ¿Cómo te sientes?- pregunta después de sonreírle tranquilamente. 

-Incomodo, ustedes me cortaron en pedazos hace mucho y me armaron como soy ahora, ¿Para que quieren los recuerdos de un muerto?- pregunta directamente al cristal. 

Los científicos en el interior fruncen el ceño. Escuchar a la criatura que crearon hacer esos comentarios ofensivos, como si fueran unos asesinos y no grandes mentes dando forma a las criaturas vivas más impresionantes en la historia de la ciencia fue altamente desagradable. 

DogDay no puede saber cuan retorcida puede ser la mente de un adulto qué lo ve a él y a sus compañeros recortados como proyectos. Incluso si tratara de separarse de su propia razón, aún le faltan muchos más tormentos para ver las cosa como ellos y no sentir remordimiento alguno. 

Ahora mismo debe afrontar uno de esos crueles tormentos para recordarse en el futuro que este es uno de los escalones que lo llevaron a su infierno. 

-DogDay, cuando… dices que te… reformamos… es en algo mucho mejor, algo inmortal que solo algunos afortunados como tu pueden experimentar. – le hace esa observación incluso si el perro no lo ve de esa forma. – Has trabajado muy bien durante estos años, ¿Lo entiendes? Nos pareces comprender. -

Asiente acercándose al cristal, su rostro alegre queda al nivel de la ventana llenandola del vaho de su aliento caliente. 

-La diferencia entre los otros experimentos y tu pequeña familia es una muy pequeña, una minúscula diferencia pero que traerá consecuencias conforme la desatendamos. – le explica bajando la mirada por un impulso empujado por la fijeza de esa mirada de plata. – En tu caso y el de todos Smiling Critters, su cuerpo permaneció intacto ni una sola pieza fue desecha sino que los transformamos. – 

El perro inclina la cabeza desviando la mirada a su mano. Dicho punto desagradable lo conocía. La primer noche que compartieron celda lo descubrieron por una pregunta de Crafty junto a la respuesta positiva de Bubba. 

Conservaban su sexo. Todos. 

Un elemento de terror para la muy mala situación que afrontaban. 

Una que lo hace recordar la raíz de su tendencia a las mentiras y la manipulación como medio de defensa. 

-Ustedes conservan sus cuerpos al cien por ciento y eso conlleva a un desarrollo completamente normal en ti y tus compañeros. – mostró una hoja de papel con un registro. – Tus lecturas de testosterona, lo que te hace un elemento masculino , al igual que el de los otros tres puede y es idéntico a la lectura de adolescentes de dieciocho años de edad.- cambio la hoja. –Así mismo tus compañeras han madurado y eso es lo que afecto a tu amiga Picky, ella tuvo un evento natural y no debes preocuparte-

-Nada de eso puede ser natural. – interrumpió de golpe.- ¿Cómo es eso algo natural para ustedes?- pregunta mirando a un médico. Pronto ese hombre bajo la mirada aturdido por la fuerza de esa mirada. 

-Es natural porque en ustedes no se interrumpió el desarrollo físico, se potencio y pudimos encontrar la forma de evitar que sientan tanta hambre como los otros experimentos. – 

-¿Es por eso?-observa a los científicos uno por uno , comprueba que dicen la verdad al notar que no evitan su mirada. -¿Y cree que deba hablar de esto conmigo?- pregunta y ya no puede contener su frustración ante una verdad que intento ocultar.-E s un tema para Hoppy y mis amigas. - 

La doctora en la ventana dejo caer los papeles, dándose cuenta de los secretos ocultos por ese perro. 

Una razón para dejar a Picky escondida y no presentar su estado a los trabajadores. 

-…sabias lo que le sucedia a Picky.- aseguro mirando al experimento en la ventana.-Tu sabias que Picky estaba menstruando. - 

No se trataba solo de saberlo sino de también tener un tipo estable de discernimiento en la problemática. Este perro conocía el estado de su compañera, lo entendía y procedió de la forma que creyó ser la correcta dentro de los parámetros base de las creencias de las aptitudes establecidas en el presente. El chico no tenía idea de que hacer pero actuó de manera que ella pudiera ocultarlo

Puede que funcionará y no se descubrirá el cambio del experimento femenino, de no ser por la osa que en pánico llamo por ayuda a los médicos cuando descubrió algo que no entendían. Solo se enteraron porque ese perro no sabia como proceder después de tomar la decisión de permitirle descansar. 

-Casi logras que nos perdamos algo muy importante, líder. - sonríe esa doctora arrogante. 

DogDay asintio bajando la cabeza, ya no había forma de ocultar qué lo sabe.

No se atrevió a hablar de ello… Su cobardía dejo sola a Picky. No sabía como ayudarla, solo podía escuchar a su madre en el eco. 

Dejando salir la historia que estos científicos desconocían.

-Mi mamá murio cuando la sangre de su vientre no se contuvo y no pude comprar la medicina …mi hermano robo todos los ahorros para irse a bailar con sus amigos y ya no habia forma de juntar nada… ella me dijo que era normal pero no podia serlo , incluso cuando la policía llego la sangre no dejaba de salir y me trajeron aquí.- sus ojos van al panel de control. - No se como ayudarla… SoSolo sabía que debía dejarla descansar. - 

La sorpresa no es ocultada y recorre a los más jóvenes del pequeño grupo. 

Saber que era un niño era una cosa pero.. ¿Esto? . Tales experiencias solo podían ser soñada en una pesadilla. 

Eso explicaría porque en su inexperiencia pensó que dejarla sola era lo correcto. 

Más un dato extra preocupa a la doctora. Uno con posibles consecuencias. 

-¿Tienes un hermano?- pregunta la científica aturdida. 

-El no pudo ser alcanzado por la policía cuando llegaron pero …- suspira.- Les dije que el consiguió el arma de Pedro pero fui yo… .- levanta la mirada para verlos directamente.- Cuando entre aquí ya no era bueno ni ustedes lo seran mas , entonces…¿Soy yo el loco por matar a una persona siendo humano o ustedes por dejarle órganos sexuales a unos monstruos?¿Como se atrevieron a apostar de esta forma tan enferma?-

 

 

 

 

 

 

Fuera de las celdas , justamente en la sala de vigilancia , algunos directivos parecen perturbados por cada escena en las distintas celdas.

-Se suponía que todos los del bloque cuatro eran huérfanos sin lazos fuera de las instalaciones ,¿Cómo es que uno aun tienen dos de ellos un hermano y además ese uno era un homicida? –

El encargado de los documentos trastabilla y tartamudea preparando la respuesta para su jefe. 

-Era un niño , seguramente no tenia consciencia de sus actos , además ese hermano debe ser algún adicto completamente hundido en un callejón , literalmente es un niño de Hollywood a nadie le parecerá extraño que desaparesca y no miento , ni una vez en estos diez años supimos de ninguna búsqueda por parte de cualquiera de los dos hermanos.-

-¿Dos hermanos?-

-El ejemplar elefante, tiene un hermano pero le insisto. No hay problemas. - 

-No hay nada que los espere , ni siquiera el cadáver de la madre del perro paso demasiado tiempo fuera de la sala antes de que los estudiantes lo llevaran a investigar los efectos de un embarazo ectópico de seis meses.-

Disimuladamente oculta los informe violentos sobre algunos de los menores fuera de Dulce Hogar. 

Hel interés, para su fortuna, estaba dividido entre el historial genealógico y los detalles aparte. 

-¿Ectópico? Suena interesante.- apunta un medico pensativo.

-Y los otros niños , como Hoppy , y esa (que probablemente nunca la recuerde) hermana menor suya ni vive en el país, sus padres la llevaron a suiza , vivira bien y no será un estorbo.- voltea la hoja mostrando la prueba de ello en fotografías. - Su padre era un ex combatiente, desde el principio el gobierno se desentendido de el y las niñas, no tenemos que preocuparnos, murió en un asalto y todo el papeleo está legalmente terminado. - 

-¿Son estos niños todos venidos de hogares tan conflictivos?-

-Si hablamos de la cerdita : Si , su instalación en la compañía inmediata una vez en los juzgados de custodia su madre tuvo una recaída en sustancias y su padre sigue presó , ninguno preguntara.-

-¿Y el resto?-

-El elefante esta muerto legalmente desde que sus padres dejaron el país por orden de inmigración y a su abuela hace tiempo la declararon senil , al igual que el pollo es un niño sobreviviente de una casa hogar en texas , quedándonos la osa , a ella simplemente le rescataron de un incendio sin familiares sobrevivientes.-

-Entonces deberíamos estar bien con estos resultados.-

-No me siento tranquilo con saber que todos estos proyectos usaron infantes de cuna tan baja y sin saber si estaban limpios , ¿Cómo se supone que deciden a quién darán un nuevo inicio?¡Estamos hablando de lo más cercano a la inmortalidad! -

Algo como “Niños limpios” no era una posibilidad razonable cuando se supone que solo tengan acceso a menores en orfandad. 

El empleado quisiera decirle que es imposible que un niño blanco, de padres casados, nacido bajo términos cristianos y de buena familia... No terminaría en un horfanato así como así. Aunque debe tragarse lo irrazonable y aceptar las interrogantes con paciencia. 

 -Un examen de actitud actuado.- muestra un documento. - Los siete mostraron la lista de comportamientos exigidos para cada uno de sus papeles. 

-El niño perro se mostró responsable y proactivo una vez los adultos le dejaron a su suerte, igual que el elefante siguió órdenes y actuó para el bien del grupo, la coneja encontró medios para completar las tareas impuestas por el líder, seguida por la obediencia del resto.- 

-Lo que nos concierne es saber como se desarrollara esta situación.- 

-Por ahora es ese el primer punto, más el como podríamos mejorar la siguiente línea de productos sin cortar a 1006 tras el gran susto que nos dio su inactividad de diez meses.-

-Esperen,la entrevista con el líder no termino aún. - 

Podían tener que tomar una decisión, talvez ya nada les haría cambiar de opinión pero lo escucharon. 

Observaron al televisor qué les mostraba a ese monstruo recargado en la ventana de doble vista. 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Quieres decir que nos odias?- le interroga la científica al frente.

El experimento pone ambas manos sobre el cristal, recorriendo a cada humano al otro lado del cristal con sus ojos brillantes como la plata en el lago de la muerte. 

Hundirse en la sombra parecía lo mejor cuando se es desnudo solo con una mirada. 

Porqué ahora el perro no habla con estas personas sino con sus secretos, a cada uno de sus secretos. Sus amigos. 

A ese lazo que quiere entender. 

-En este lugar encontré lo que más amo, ¿Hay algo más importante para mi?- se lo pregunta o se reta a encintar razones fuera de esas siete personas en este mismo infierno. El sabor de un nombre tras otro, un calor presente en sus manos y el anhelo cruel de sus deseos arrancado del fondo de la piel. 

-Desde que llegue mi corazón a latido para ustedes, sin excusas, siempre será en ustedes que piense cuando vuelve a doler. - suspira cortando la distancia con el cristal colocando la frente en el vidrio.-Lo que siento no es menos ardiente que el deseo de un demente por un amante, estoy tan enamorado que me estoy quemando en sus manos. - esa voz flota como un seductor enhaño dentro de las mentes de los débiles. - Entonces quíero que te quites el disfraz de angel y vengas a quemarte conmigo. - 

El vaho qué escapa de esa boca empaña los cristales, no dejándole ver más al perro, hasta que este ya se a quedado en una esquina apartada de la celda, observando al mismo cristal y su cuerpo lánguido les reta en su aparente paz. 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

Hoppy continua golpeando el cristal con las patas sabiendo que ya estaba vacía pero tenia mucho , mucho por sacar y no podría tranquilizarse de continuar tragándose lo que sentía. El asco que la obligan a sentir por lo poco que habia aprendido a soportar este cuerpo desagradable. 

Un ser vivo capaz de crecer dentro de su cuerpo era lo ultimo que deseaba saber que prepararon para su deforme prisión de carne.

-¡¡Son unos sucios enfermos , enfermos , enfermos , malditos!!- grita y ruge entre las patadas que hacen al concreto resquebrajarse bajo los impactos.

El resultado con Hopscotch no fue el mejor. 

 

 

 

 

 

 

No debió pedir ayuda. No debió decirles lo que le ocurría a Picky. 

Por otro lado Bobby se habia hecho un ovillo lo mas pequeño posible dentro de su celda , pensando en la forma en que esa mujer miro al niño que sin saber rescato de este infierno. Pensando y por primera vez incapaz de contener todo el odio que la hace sentirse sucia , pensando y repitiendo los recuerdos de su pasado o las ultimas veces que uso un peine para arreglar su espeso cabello oscuro. Extrañaba tanto haber sido una niña y extrañaba aun mas a su madre , a esas manos gentiles que nisiquiera su amigo puede imitar. Recordaba y pensaba tanto , al punto que sus negra nariz de oso se llenaba de sangre por la temperatura que su sangre toma conforme el dolor continuaba creciendo en su pecho. 

Cualquier niña soñaba, como ella, con ser una mamá igual a la suya , soñar con esa niña o niño al que algún día llevarían de la mano como las llevan a ellas y como podría jugar a las muñecas cuando sean mas que bebes. Un sueño tras otro , uno que se ve tan brillante como el amor que siente por mamá. Ahora mismo solo puede , si solo ahora , puede sentirse horrorizada , apretar su torso con los brazos para contener el fatídico horror que le hace desear morir  

Porque incluso si aun puede cumplir sus sueños , solo seria un monstruo lo que saldria de su cuerpo , nada bueno , nada limpio y con terror de que suceda. Estaba apunto de arrancarse la piel con tal de sacar esa cosa capaz de dar vida a monstruos.

Si tan solo no doliera tanto.

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la habitacion de Picky abunda el silencio.

Solo es ella pensando en el pedazo de esponja que le dirigieron a poner en ese lugar , solamente mirando al suelo sabiendo que está cada vez mas lleno de ese color rojo su pelaje mas fino dentro del cierre que tanto le daba asco.

-Si no lo colocas , solo te ensuciaras mas y va a-

El cerdo golpeo el muro partiendo el concreto mucho mas profundo que la coneja , logrando que el altavoz se quede en silencio.

-Yo no me merezco esto.- murmura mirando de nuevo al suelo. Sus cejas apenas expresivas se fruncen por la sensación que le bajo al tensarse su cuerpo.-Ya mátenme , por favor.- susurra cubriéndose la cabeza con los brazos por la gran humillación que la hace desear volver a ser capaz de llorar. Porque no comprendía que habría hecho para merecer pasar por tanto dolor , asco y vergüenza una y otra vez toda su vida. Un estado que le dicen que era natural pero la hacia sentir como un bolsa de basura que se escurre y da asco incluso a su propia existencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Y se supone que esto es mejor o peor de lo que le hicieron a Mommy?- cuestiona el unicornio mas entretenido , al menos parecía ser así , en sus pezuñas.-Al menos ella defeca por la boca, eso es más divertido.-

-A ninguna quisimos hacerles daño , lo que les dimos fue una nueva y mejor vida. Les aseguro que han ganado el mejor regalo del universo.-

-Soy un caballo inmortal que podria reglar , vaya regalo.- bufa de espaldas a la ventana.

-…pues lo es , tal vez no lo sepas pero la inmortalidad es lo que millones sueñan con tener-

-Solo millonarios con demasiadas ganas de rascarse las bolas por la eternidad podrian querer ser inmortales cuando también podrias ser una buena persona.- escupe y gira inquieta. 

-CraftyCorn , cuidado con tu lenguaje.-

Las patas del unicornio golpean al suelo. 

-Aquí a quién obedezco es a DogDay y mientras el esté yo sere buena , mientras, espero que se diviertan viéndome la cola.- claro que no obedecía a DogDay tan bien como juraba pero ahora mismo estaba demasiado molesta para interesarse en estas personas. Estaba pensando en las otras chicas , en lo mal que lo deben estar pasando estando solas. Sobre todo Hoppy que desde antes le habia dicho que le gustaba ser mas un chico. Ya sospechaba que no habian sacado eso desde antes , sobre todo cuando noto algo en cada uno de su grupo.

Como que crecian y no solo cuando estaban siendo violentos , sino cuando hacian cualquier cosa y de la nada su cuerno ya no pasaba por un espacio que antes si , ella estaba creciendo al igual que sus amigos. Todos lo parecian ignorar pero podía verlo , era un artista después de todo , y el que DogDay un dia pueda llevar tres toneladas y después seis era otra señal.

  Huggy a sido el mismo siempre pero ellos , simplemente ellos , estaban creciendo incluso cuando casi no comían. Penso que era una ventaja que podrían explotar en su punto máximo pero resulta que estas personas lo planearon.

Ese elevador vuelve a su memoria. 

Una vez mas maldice haberse quedado quieta en vez de embestir mas rápido que DogDay para obligarlos a pelear …porque ese día a quien le guardaba rencor era a ese perro tonto y esa osa chillona, podrian haber escapado. Incluso sin pedazos pero lo habrían logrado , lo habrían hecho. Si tan solo esa osa hubiera cargado y no se hubiera tirado a llorar como una estúpida niña sobre Picky en vez de levantarla en su inútil espalda como DogDay hubiera hecho si hubiera podido. ¿De que sirve proteger a un cerdo que no se come o a una chica que simplemente se dedica a llorar por horas? 

El mal humor la lleva a someter su cabeza contra el muro. 

¡¡Porque hizo lo que su cobarde cola le decia!! ¡¿Qué parte del “Picky solo necesita descansar” no escucho?!

Esa osa llorona. Esa osa llorona, esa osa llorona. 

Todo , todo ¡¡Todo esto es culpa de esa estupida , estupida , estupida osa!! 

-¡Basta , Crafty!- reclaman una vez las paredes dejaron de temblar ante el golpe que el unicornio propino al suelo con una de sus filosas pezuñas y su cabeza marcada por el rojo de su sangre. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                              ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de los niños apenas había conciliado el sueño cuando las niñeras aparecieron con mantas y una sonrisa, como si no hubieran desaparecido por el día completo. 

-Vamos a subir al segundo piso, donde todos podremos jugar a la casita con Mommy.-

-¡Y¿Saben quien más estará ahí ?!¡Daddy Longless, yupii! – festeja y carga al niño más dormido que despierto que pasaba por su costado. 

Theodore la esquivo molesto por todo lo que sucedió durante el día, incluida la pérdida del olor de esta cobija y que ahora apestaba a lavanda, ¡Lavanda! Detestaba la lavanda o lo haría desde ahora. Además de que aún tenia ganas de lo orar y le dolía la cabeza. 

-¡No dejes nada de cable en la rueda, debemos llevarlo todo!- 

Aunque muchos niños estaban en grupo esperando salir por el teleferico, aun eran superado por los cables de grosor impresionante que los trabajadores estaban bajando con grúas desde el domo. 

-¡Wow! ¡¿Qué están construyendo?!- pregunta una niña aunque fuera obviamente ignorada. 

-Arreglamos su hogar, niños. – 

No solo es que un ingeniero les responda sino también la sonrisa de este lo que hace a los niños sobre saltarse. Theo lo reconoció justo en ese segundo. 

Era el mismo que le dio los planos y los códigos… recordando que ya habían pasado los dos años desde que se los dio. Al fin el plano sería el correcto para moverse por la fábrica hasta papá. 

-Oye, tu. - lo llama sin pensar en el secretismo. 

-Cuando bajes sera hora. - 

Esa respuesta fue la despedida del ingeniero. 

Theodore le observa., notando las vendas en sus brazos descubiertos por el uniforme sin vendas. El trabajo era exacto. 

Era hora. 

Debía ir por papá. 

-¡Vamos niños, apresúrense!- los llama la niñera empujando la fila qué se había quedado embelesada con el trabajador. 

Theodore abrazo su mochila, con sus pertenencias, recordando esos planos que doblo en las suelas de sus zapatos y la voz de papá que no ha vuelto a escuchar más desde que lo perdió y a su amigo. 

Entonces lo busco en los alrededores pero claro que no puede verlo, solo ve trabajadores y personas de gris ir de un lado a otro con cables y juguetes curiosos. 

Estaba emocionado. 

Estaba feliz. 

Con papá libre… SeSería el fin de este lugar. 

Sacaría a su amigo y a todas las víctimas. 

Podrian estar juntos y a fin podría presentarle a su papá. 

Encontraría el nombre de su amigo, e todos. 

 

Dejo de lado las maquinarias, objetos y herramientas cuyo uso desconocía. 

Una de esas cosas raras y nuevas parecía una batería gigante. 

Tal vez no era importante, solo tenía que concentrarse en esos planos y escapar con papá y su amigo. Incluso podría llevar a los demás con ellos ese día. 

 

Al fin Dios los escucharía. 

 

Notes:

Lamento si alguno se asusto o incómodo.
Gracias por leer.

Chapter 15

Notes:

Científicos siendo científicos.
Niños actuando como niños.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

                                                                                      ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

Cuando pensó que seria un mal día no se equivoco. Lo han encerrado con ese olor extraño y sonidos que no le interesa comprender pero no importa cuanto apriete sus orejas no puede dejar de escuchar ese ruido de voces quebradizas y llorosas. 

-¿Qué esta pasando?- pregunta pegando la cabeza a la esquina solo para aislarse del ruido de fondo. 

-¿Sientes algo con lo que escuchas?- preguntan por el altavoz. 

Mueve la cabeza ya frustrado por el ruido y por la forma inquietante en que su cuerpo parece conocer ese sonido mucho mejor que su mente. Intenta entender pero otra vez le hace sentirse en peligro conforme lo descifra. Porque son dos voces y una es femenina mientras la otra es masculina, están haciendo algo que conlleva esfuerzo pero parece doler. 

En si lo entiende, no quiere saber más, no le gusta y se ve empujado a huir dentro de su propia cabeza. Siempre lo evitaba pero no puede, ese sonido era atrayente y malo, era un cuchillo. 

-¿Quieres ver lo que sucede en ese lugar?- preguntan por encima de su cabeza. 

Entonces puede que ver sea la forma de liberarse de esta molestia, girando la cabeza un poco para ver la pantalla en la ventana. Tal desagrado le inundó, capaz de helar su sangre y corazón. 

-… están… - vuelve a mirar la pared. – Se supone que soy una mascota de servicio infantil, ¿Para que yo debo ver eso?- pregunta molestandose visiblemente. 

Paso de un lado de el miedo a la pura rabia, odiando incluso escuchar ahora las vocinas. 

-Para que sepas a donde van tus inquietudes y a donde debes dirigir esos pensamientos. – 

Este perro le gruñe al aire, sacudiendo la cabeza. 

-No había pensado en nada de eso hasta que llegaron con estas barbaries a mi puerta. – suspiro siendo capaz de olvidar ese ruido de fondo una vez entendió lo que estaba pasando. – Ustedes son gente muy rara. – dictamina distrayendo se con los ladrillos de la pared.

Los científicos en el interior ven las marcas de lecturas cerebrales cambiar lentamente a un ritmo normal : El perro no se vio interesado ni afectado por la demostración de actividades reproductivas. 

Tacharon ese cuadro en la hoja con un aspecto abatido en todos. 

La prueba de las criaturas de género femenino se vio afectada por el mismo nulo interés o el rechazo inmediato de los elementos que les expusieron. 

Terminando con el pollito que observo a la pantalla igual que un conejo a la luz y luego se hecho a dormir completamente deprimido. Fue la marca más cercana a las lecturas de un menor sin cambiar a un producto completo. 

El último fue el elefante. 

 

 

 

 

 

 

Un policía encubierto puede tener destinos jodidos pero esto era un chiste parecido a tres coles de bruselas en una cesta de arándanos de alta gama, como dice su hermana la loca de los gatos, tal vez es cierto que ella es esquizofrenia y se trata de una alucinación que está de misión en su trabajo sino que termino más adentro de las alucinaciones de su hermana y esta en esa fábrica de arcoíris donde ella diseña el siguiente gorrito tejido para alguno de esos horribles gatos calvos que ama más que a su hermano. 

Esa es una respuesta viable y mucho más entendible que el ser un policía encubierto viendo a un gigantesco elefante de peluche tener un ataque de panico en una celda de concreto blanco y escuchando esa voz áspera mezclada con una infantil de parte del peluche, lamentandose entre sollozos por la situación y como parece sentir dolor conforme el tiempo se alarga. 

-Es enorme. – opina después de superar el shock. 

Sus compañeros le dan una mirada fría, constante y directa a su corazón “¡¿Cómo se te ocurre hablar?!” “¡¿Qué no ves que estaba intentando apagar mis funciones cerebrales para no tener que afrontar tremenda mierda?!” 

-Hijo de puta. – pareció completar ese pensamiento su compañero al dejar de mirarlo y volver a fijar la mirada en cualquier punto menos el cristal. 

O bien lo pudo haber imaginado, como sea, estaba asustado y quería tomar unos minutos fuera de este lugar. 

-Traigan al sujeto B. – ordenó un médico refiriéndose al pobre diablo que tendría que exponerse y encontrarse con la criatura bajo los efectos de las drogas y la reacción natural que acaban de presenciar. 

-Me tendrán que disparar para que entre ahí. – advierte y jura el mencionado tratando de quitarse el traje de seguridad. 

Un balazo los hace sobresaltarse. 

-¡¡Entra hijo de puta, ya te crees que va ir alguno de nosotros, entra maldito!!- lo empuja con el cañón qué aun parece bastante caliente pues esta persona salto cuando casi le rosa. 

Caminando a la puerta que se abre despiadadamente rápido para dejarlo entrar a la primer sección y Cerrandose muy lento. 

-Y si te coge, te dejas atrapar. – termina burlándose un guardia con una risa ahogada. 

-Vuelves con tus chistecitos y te mandamos denudo, idiota. – le advierte un científico desde el altavoz. 

El guardia aprieta los dientes con el rostro amarillo de coraje. 

El científico abrió el altavoz de nuevo. 

-Bubba, un chico entrará y te ayudará , deberás ser paciente para que esto termine. – 

El elefante mira a la puerta y procede a apartarse hasta la pared, cubriéndose al hacerse un ovillo tembloroso. 

Ese novato entró con el cuerpo tan tenso que incluso sus propios pasos lo sobresaltan. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de algunas horas, tal vez y seguro, muchas mas después de las cuarenta y ocho horas que les habían dicho, volvieron a una celda compartida. 

Aunque esta vez no fue el primero sino el último en ser incluido en la gran celda de control. 

Viendo a las cuatro chicas en una sola esquina, observandolo. 

DogDay espero uno minutos en la puerta, preguntándose si hoy si lo matarían sus amigos o sería otro día en el que solo siente dolor todo el día. 

Le había fallado a Picky. No encontro la forma de ayudarla y su predicamento fue descubierto por los humanos. Era una derrota para todas las veces que le prometio protegerla. 

-¿No te acercaras, Doggy?- lo llama Hoppy desde su lugar en el suelo de una esquina. 

DogDay espero un segundo más para acercarse. 

-Fue malo. – aseguro antes de girar y dejarse caer igual a un muñeco de trapo causando una ola de polvo. 

Hoppy ni reaccionó, solamente observa al suelo del centro de la habitación, pensando en cuanto había estado gritando y golpeando las paredes de su propio encierro. Aun afectada puede darse cuenta de lo tranquila que había estado Crafty pues su melena continúa inamovible al igual que su pelaje blanco brillante. No como ella, Bobby tan despeinada y a Picky con el olor de un detergente y un nuevo aditamento agregado a su cuerpo : Un overol gigantes de mezclilla con una manzana brillante bordada en su pecho.  

-Se te ve bonito. – apunta el perro sin moverse. 

La cerdita gruñó desviando la cabeza, 

-¿Puedes irte al infierno?- pregunta con un gruñido. 

-Entonces tendría que ir a esa otra esquina. – apuntó Bobby a una zona más sucia de la sala y curiosamente cerca de Bubba. 

Bubba había tomado un asiento cercano a Picky. Reaccionando de golpe a la broma. 

-¡Jah!- exclama con una risita baja el elefante qué había estado en silencio.-Es chistoso, porque ya estamos ahí, ¿Verdad chicos?- ríe liberando parte de la atención que lo hacía mantenerse encogido en su lugar junto a Picky. 

Lentamente su risa tímida contagia a Hoppy, seguida por la risa de Picky que se ve aún enojada pero no evita reírse junto a Crafty qué lentamente dejó de contenerse y sus carcajadas resonaban en la oscuridad. Regresando lentamente a una cercanía que evitaría qué cualquier otra cosa entrará en su grupo. 

-Oye Hoppy , ¿Has visto a Satámelia? Debo decirle que debo ir con Lucifernanda a que me bañe en lava y no puedo fallarle al estilista. – le pregunta Kickin causando que Hoppy comienza a palmear a DogDay en el hombro. 

-¿Fernanda?- cuestiona Crafty irónica. 

-Le veo mucho sentido. – admite Bubba mirando al techo.-¿Creen que-

Miran los siete a una dirección en concreto. 

Escuchan la puerta abrirse por una dirección distinta. 

El aroma les avisa de quien era pero se quedan en el suelo, muy cansados como para pensar en ponerse a la defensiva y ojalá este amigo comprenda que no planeaban pelear hoy. 

-Hola, Boxy, te ves bien hoy. – saluda DogDay una vez los demás hicieron silencio.

 Aun no perdonaban la pelea de hace unos años y puede que Boxy tampoco, pero DogDay necesitaba mantener la situación en esta falsa paz tan solo para evitar una pelea excesiva una vez más. 

El enorme monstruo le gruñe reconociendo su presencia y marcando una distancia muy apartada de ellos. 

Estaba seguro de que si cualquiera de su grupo o él se encontrara en solitario con este antes de que sean suficientes, seguramente serían elementos de molienda para la caja. Ese hecho era tomado con consciencia por parte de los científicos y hasta ahora se abstuvieron de permitir que los Smiling Critters se vieran en el mismo espacio que las criaturas de la superficie sin estar juntos. 

Las compuertas vuelven a abrirse para la entrada de cinco criaturas diferentes a la vez. 

Bunzo, Mommy, PJ y la pareja de azul / rosa. 

Cada uno toma su lugar silenciosamente. 

Después de éstas criaturas entraron los pequeños Huggy Wuggy.

Hoppy doblo más las piernas tanto para evitar que tan siquiera la tocarán como para saltar si era necesario, después de esa pelea había ganado un fuerte resentimiento contra los Huggy Wuggy más pequeños. 

-Eso es nuevo. – murmura muy bajito Bobby al abrirse las puertas para pequeños gatitos de hule. 

CatBee, eran muchos CatBee. 

DogDay olfateo más de lo debido y por eso logra, para su pesar, descubrir que estos estaban bajo el mando o protección de Boxy , pues corrieron de inmediato a sus pies. 

Los últimos fueron los cincuenta Bunzo qué habían enviado a la guardería y estos de inmediato, para sorpresa de Hoppy pero no de Kickin, corrieron a esconderse bajo las rodillas flexionadas de los dos. Silenciosamente cada uno creó ese mismo espacio seguro doblando parte de sus piernas o inclinándose un poco sin hacer contacto visual como ninguna de las otras criaturas. 

-Todos vayan a la pared, ahora. – 

Esa orden fue dada por un megáfono oculto, logrando que las criaturas se vean obligadas a acercarse unos a otros conforme retroceden hasta la pared. 

Crafty siente su bello erizarse por lo rápido que Mommy subió por encima de ellos para treparse al techo. 

Las paredes de los lados son más cortas y muy pronto quedaron cubiertos por las otras criaturas solo viendo entre las piernas de Huggy Wuggy al centro de la habitación iluminado por la única lámpara larga. 

-Van a presentar al nuevo. – gruñe incomoda Picky. - ¿Cómo? Estos dias no se llevaron a ningún niño bajo tierra. - pregunta frustrada. Literalmente pasaron todo este tiempo manipulando como se podía y eran capaces a las máquinas y pruebas que descubrierán cerca de los niños. 

Es más posible que su ausencia sea mucho más peligrosa para los niños que sus presencias. Razon para esforzarse en regresar. 

O esto.. ¿Es porque ni siquiera eso podían hacer bien? 

- ¿Creen que sea una Daysi?- Sorpresivamente la duda vino de por encima de sus cabezas. Era Mommy poniendo una mano sobre la cabeza de Hoppy para ver más de cerca. -Recordemos que no solo nos hicieron con todos nuestros pedazos enteros y mientras más pequeño seas de juguete más carne podrán reciclar para los grandes. Entonces puede ser que todo esté tiempo hayan estado usando la mente colmena en Daysi para nuevos juguetes. – les comparte, por aburrimiento, lo que escucho de los trabajadores. - Despues de todo, CatBee es algo estúpida. - 

La información en la guardería no era ni cercana a la que flota en pisos superiores, donde los empleados olvidan el secretismo para quejarse con compañeros o criticar al lugar. Porqué puede qué todo el sistema de guardias en el estado medio este infiltrado por los adictos qué escuchan al hombre que actua escondido tras el perro, pero hay muchos más niveles fuera de ese control superficial. El poder de seguridad se dividió entre novecientos guardias divididos por cien o veinte integrantes por sección y monstruo, empleados a rastrear o movimientos de mercancía. 

DogDay era bueno recordando eventos pero algo como 900 personas estaba muy lejos de sus capacidades. Sa parte la deja en poder de Bubba y su buena memoria. 

Dando la ventila de informacion de Mommy otro color al dejarle dicha información a tomar por Bubba, observando de soslayo a DogDay, esperando saber algo más o comprobar si esa información era desconocida. 

La respuesta viene con un suave suspiro y la caída de la cabeza del líder sobre su propio puño. Movió la cabeza esperando que alguien tomara la iniciativa de hablar con Mommy. Cualquiera que no sea él, aún no a sido perdonado el que le abriera la cabeza con los platillos de Bunzo. 

La señal es tomada por la mas descarada del grupo. 

-Es la primera vez que Mommy habla tanto. – admiro en voz baja Crafty, aparentemente ignorando lo que Bubba y DogDay comparten. – Creí que nos odiabas. – pregunta, pues si alguien puede hacerlo es la unicornio que casi fue asesinada y en venganza la entrego a los científicos.-¿Quieres que te vea de nuevo todo lo increíble que ras antes para mi?-

Esas dos tenían historia. Crafty casi muere en manos de Mommy en aquella pelea y a cambio Crafty la vendió a los médicos. 

Era una situación donde la mordida fue igual. 

No tan equilibrada como con Hoppy o DogDay pero ese resentimiento tiene forma y ojalá también consecuencias. 

Mommy si recuerda eso, lo recuerda muy bien, moviendo la cabeza como un péndulo vuelve a subir. 

-No lo crean diferente a eso, yo de verdad odio a todos y sobre todo a ustedes. – mira a DogDay directamente. – Aunque Mommy odia mucho más a los humanos. – apretó la sonrisa junto con sus ojos vueltos rendijas. – Si, eso es, niños. – retrocede liberando la cabeza de Hoppy. - Mommy odia a los perritos obedientes. - sube por la pared sin liberarlos totalmente. 

-¿Cómo sabes todo eso?- pregunto Kickin acariciando con disimulo la mano de Hoppy una vez la vio bajar la mirada.-Mommy no parece del tipo que gusta escuchar adultos. - 

Mommy mueve la mano como quien resta valor a un objetivo. 

-Un tipo me dijo que quería hacerme mamá pero no se podía, entonces debo dar por hecho que partes de mi fueron desechadas.– trepa hacia arriba una vez escucharon las primeras puertas abrirse.-Eso me dice que estoy a medias, como Daysi. A ella la formaron con un solo cerebro pero usaron partes de muchos niños diferentes, solo vean a esos pequeños Bunzo en sus pies. - deja salir una ligera risita burlesca al verles esconderse de su mirada.- Además, este lugar se torna aburrido y escuchar gente fea platicar puede ser entretenido.- su boca se abre y cierra una vez termina de hablar. 

Tenía mucho más que decir pero se reduce a callar, demasiado consciente de a que criaturas les hablaba. 

Mommy hablo y en ello dejo claro que lleva ño de ventaja en conocimientos sobre este manicomio. 

Esas primeras palabras recorren a cuatro de todas las criaturas en la celda, igual que un insecto a la piel. Recordándoles lo que sucede bajo el pelaje de sus cuerpos. 

El peso de esta realidad grotesca. 

Vulnerable y jodida.

-¿Qué sucede?- pregunto Kickin al sentir la tensión en el cuerpo de Hoppy, viéndola perder algo de pelo. 

La coneja, en vez de contestarle, le hizo bajar la cabeza a la vez que los humanos entraron con una mini grúa . Cada uno imito el movimiento comprimiendose lo más posible mientras observaban en la oscuridad a esa grúa dejar un gran muñeco de piel brillante. Más sin embargo no fue el muñeco lo que atrajo la atención de cada criatura, sin excluir a los Smiling Critters, todos tuvieron por igual un sentimiento aterrador una vez captaron el olor de esta criatura. 

Un olor deprimente, uno que se enterraba dentro de oscuridad y luz cegadora. Entre una mesa de color negro y la voz de un adulto amortiguada por el tapabocas que cubría un rostro oscurecido por la contra luz. Sombras encimadas con el olor de la sangre, un aceite viejo qué recordaba a zapatos lustrados y una risa entrecortada llevada de la mano con el filo que corta su piel y estira sus ojos. 

Era el olor de un trabajador tan conocido para cada uno de los mayores en la celda, tanto como los recuerdos de su cuerpo vuelto una bola de nervios y sangre temblando una vez es arrancado. 

La cabeza de la coneja se levantó junto con sus piernas qué se doblan solo pensando en saltar sobre esa cosa y despedazarla como un trapo sobre el suelo. El recuerdo de ese anciano burlándose de ella y sus a, igos, tan arrogante y repugnante. 

La recorre con todo lo que la esta ahogando. 

-No… - la detuvo el perro con un brazo.

Hoppy le voltea a ver con rabia en los ojos. 

-Ese es el bastardo… - lo dice tragando hiel en su interior. – Él nos cortó, DogDay no lo defiendas, no a éste. – acusa sacando el resentimiento en su boca. 

Ese hombre viejo estaba marcado a base de fuego y cuchillo en la memoria de las criaturas de la superficie. 

Un cirujano que ellos desconocian la razon por la que dejo de estar presente en las operaciones de los últimos diez años pero lo recordaban todos aquellos niños creados antes de ese tiempo. Odiando lo nada más supieron de su presencia. 

-¿Qué hace aquí?- murmura Mommy temblando por encima de sus cabezas.-¿Como ese anciano fue tomado como un proyecto?- gruñe asqueada por la nueva criatura. -¡¿Porque esta aqui?!-

Esa rabia recorre a todos los experimentos mayores. 

La anestesia antes de los cortes fue instaurada solo hace unos pocos años. No había modo de que olvidarán a ese anciano. 

No podrían olvidar. 

 

El brazo del perro no se mueve y Hoppy ya estaba furiosa, apuntó de girarse para darle un revés con las garras. 

-No puedo moverme… - esta voz suave no era de ningún gigante. 

Hoppy se giro al suelo, recordando que tenía a Bunzo debajo y casi aplastaba a más de uno en su arranque. 

Kickin también dejó salir el aire contenido en su pecho, aliviado por el retorno de Hoppy. 

Una vez toma consciencia se obliga a relajarse para alivia la presión sobre los pequeños, DogDay la soltó para tomar a los Bunzo en manos pero sin dejar de vigilar alrededor, entre sus propios compañeros y a los de los otros pisos murmurando, sollozando Mommy aterrada desde el techo. Este doctor los hacía enojar pero había algo que no cuadraba y no dejaría que Hoppy se viera arrastrada por el experimento que planearon hacer con quién le ataque ahora, más el olor de la mayor amenaza moviéndose por las sombras.

Habia una duda entre todos, ¿Porqué este hombre estaba aquí? ¿Porqué era uno de ellos ahora?

¿Habrá sido tan cobarde como para usar toda la anestesia qué les negó en su propia intervencion? 

Dudas que no necesitan responder muchos pero más era la necesidad por esa sangre y el rencor que los recorría como la primera vez. 

Esa cosa se mantiene al centro de la habitación mirando de lado a lado con esos enormes ojos apenas visibles dentro de la cabeza plástica, los olfatea a todos con una inhalación profunda y mira al lado contrario moviendo la cabeza con lo que parecía curiosidad. 

Aun asustaba a muchos y pronto , para sobresalto de algunos, este miedo es superado por el gigante de la caja musical y sus garras que lo levantan estrellandolo en el techo por la fuerza de su brazo. 

Mommy aplastó la cámara por encima de ellos junto a Huggy Wuggy qué uso un pedazo de concreto arrancado por los pasos de Boxy para destruí una lente. 

DogDay ya no detuvo a Hoppy cuando ella salto incluso por encima de la caja para atrapar a la criatura en sus garras por el cuello para azotarlo partiendo la carcaza plástica con el impacto que le propino contra el suelo. Hoppy hubiera continuado pero Boxy la empuja con todo su cuerpo y toma al dinosaurio en las fauces, sacudiendolo salvajemente logrando que carne caiga al suelo donde los pequeños gatos la pisotean entre gritillos. 

Seguro que no entienden nada pero si su grandote decide que esa cosa debe ser apalizada, ellos obedecen. 

 

Los seis observan a Hoppy observar de cerca como esa nueva criatura es mutilada y golpeada, aferrándose a sus hombros con el odio que no puede dejar dentro al escaparse en sus gritos y balbuceos llenos de odio. 

Kickin abrazo a los Bunzo subiéndolos a sus hombros sin apartar la mirada de Hoppy. No había forma de entender lo que el ave pensara pero se podía entender que lo estaba haciendo sentir confundido. 

Un punto mucho más importante que el quiebre psicológico de Hoppy cruzo la mente de Crafty. 

-Se va ensuciar. – apuntó con una pezuña Crafty. Un estado de letargo venido de un alivio extraño, la hace reaccionar muy lentamente. – DogDay… Bubba… - lo llama.-¿Ustedes saben porque es uno de nosotros ahora?-

A Bubba pregúntele sobre velocidades calculadas, pídele electricidad y dale un palo de madera. Te consigue fuego de una llave común y si te apetece interroga le sobre los movimientos sociopoliticos de los siguientes años a la guerra fria. 

Cosas como la mente de otras personas no le interesaban por lo que responderle a Crafty no le parecía posible en su estado actual. Limitandose a tocar el brazo e DogDay para informarle de su nula respuesta. 

El perro giro la cabeza para verla pensativo una vez el peso de darle la respuesta cayó en sus hombros. 

-Ellos llaman a nuestro estado Inmortalidad, debe tener algo que ver con el miedo a la muerte qué muchas personas mayores sienten… - estiro la mano, esperando alguna respuesta del unicornio. 

Ella lo pensó bastante he incluso cuando lo medito seriamente se tardó en corresponder el gesto al poner su pezuña sobre su palma. 

El perro rodeo esa extremidad con su mano, delatando lo delgada y afilada qué era. 

-Creo que él nos envidiaba. – murmura al dejarla ir. – Estoy preguntándome porque otra cosa terminaría como uno de nosotros. Se reduce a un anciano qie teme a la muerte y haría cualquier cosa por evitar ese destino.– mira a su compañera volver a ellos con la cabeza gacha. – Debe haber algo que usar en contra de estas personas y debemos encontrarlo para escapar, mientras debemos quedarnos juntos. – 

El grupo no termina de entender como se desvió su tren de pensamiento a una huida indigna. 

La osa al fin se pudo comunicar. 

-Piensas demasiado bien de nuestra situación actual. – apunta Bobby al lograr reconectarse con el presente. 

Crafty le observa sin decir nada, pérdida en sus pensamientos más sinceros sobre su compañera carmín. 

DogDay endereza la espalda al escuchar por fin de nuevo a Bobby. 

-No me importa si es fantasioso , mientras podamos salir de aquí, solo quiero que estemos pensando en la misma meta. – loes comparte su idea. 

El hecho de que siempre su tono se vea llevado adelante por la demandante forma de comunicarse qué haya desarrollado por culpa de las situaciones a las que debían adaptarse le hiciera parecer una persona orgullosa o poco comprensiva, tendría consecuencias que por ahora no le interesaban saber. 

-¿Y cual es esa meta?- interroga sin fuerzas Picky.-¿En que se supone que me distraiga?-

-Irnos de este lugar , a donde sea y no importa si es una cueva diferente, lo que importa es que ya no estemos atrapados. –

-¿Crees que podamos lograrlo?-

-Sin dejar a nadie atrás, si. – asiente haciendo a Hoppy un espacio a su lado en vez de mantenerse de pie frente a ellos.

Habia estallado contra un objetivo que no era el que les correspondía pero lo recordaba. 

Kickin suspira viéndola ahora algo alejada y además triste. 

-Siento mucho que solo hayas podido ver como lo linchaban.- la consuela estirando la mano por encima de DogDay. 

Hoppy deja salir una risita correspondiendo el agarre por encima del perro. 

El mencionado perro se pega a la pared observando a los juguetes pisotear al dinosaurio frente a ellos. Había logrado distraerles de la escena que se desarrolla entre gritos y rugidos pero su curiosidad era grande. Un sentimiento viejo que lo hace recordar que era una especie de justiciero cuando era un niño. Ese sentimiento amargo que le quedaba cuando alguien era agredido frente a él y se veía imposibilitado de ayudar. Un sentimiento muy dulce sería la recompensa de intervenir pero no la quería ahora , por lo que solo un sabor amargo queda en su boca. 

El sabor de saberse un ser malvado y egoísta, donde quizás pronto se convertiría en un adulto y sería uno malo. Era lo que menos quería , ser una mala persona capaz de ver el sufrimiento de las personas y no hacer nada, ni siquiera ver más de una vez el dolor invisible de las personas. 

-Estas muy callado. – lo susurra girando la cabeza hacia quién lo hace sentir esa sensación. - ¿Qué sucede, Bubba? – pregunta al elefante y claro que ve como el elefante se vio sacudido por su pregunta. – Dímelo cuando estés listo, amigo. – vuelve a mirar a la escena de la rabia de cada criatura. 

La araña desde el techo grito sacudiendo los muros con su voz llena de coraje. 

-¡No lo maten! ¡Déjenlo vivo para que lo rearmen!- grita golpeando la pared con sus extremidades. - ¡¡Que lo corten y lo unan una y otra vez!!- 

-Solo hay que matarlo, Mommy, piensas demasiado. – escuchan el murmullo extraño por parte de Bunzo en una esquina oscura.

No soñaba ni de broma algo piadoso. 

-¡No lo dejaré ir tan fácil!- grita la araña y acude su cuerpo astiada por el sonido de la carne.-¡Boxy, Mommy aun quiere jugar con su amiguito!- le avisa con una orden a la caja. 

No hay mas respuestas y no es porque se decidieran sino por la entrada sorpresiva de un equipo de guardias de uniformes grises. Las criaturas se apartan del dinosaurio dejándolo en el suelo bañado en su propia sangre, apartandose a donde las puertas se abrieron con un llamado a cada criatura. 

Mommy fue la primera en irse mientras que los siguientes fueron la pareja gigante. 

Los Smiling Critters observan desde su lugar como los retrasos son iguales a recibir un disparo a los tobillos, esperando su llamado mientras cargan a los pequeños Bunzo con tal de mantenerlos a salvo de los pies de las criaturas que pasan huyendo de un lado a otro. 

Su nombre como grupo fue anunciado por unas compuertas que los llevaban a una zona aparte donde, al cruzar los pasillos de concreto sin puertas los llevará directamente a una celda suficientemente grande para los siete. 

El silencio continuo en lo que cada uno tomaba un espacio propio para descansar, pensando a su propia forma lo que acababan de presenciar. 

Los pequeños Bunzo se debaten entre las dudas y el miedo, agrupándose a los pies de Kickin pues habían convivido mucho mejor con este. 

 

Después de unas horas de silencio y tranquilizarse, al fin pudieron conciliar el sueño por su lado cada uno. 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo fue muchas cosas menos piadoso con los siete y no hay como negarlo. 

Bubba lo pensaba observando a Picky a varios metros de él, normalmente ella tomaba esos descansos tras las crisis junto a él, haciendo que la experiencia de hace unos días vuelva a su mente y necesite aferrarse a su auto control para no comenzar a berrear como cada vez que las cosas se salían de su control. Pensar en lo que sucedió lo obliga a tomarse un baño, aunque por ahora no lo puede hacer, temiendo revivir el estado miserable de antes. 

Teemiendo qué ella pueda oler la suciedad en su cuerpo. Avergonzado hasta desear arrancarse esta piel plástica del cuerpo. 

Dejo de observar la espalda de Picky al escuchar un murmullo de fricción a unos centímetros. Ese líder suyo le a tirado la cobija vieja sobre la cabeza. 

-¿Qué haces?- pregunto a DogDay cuando la confusión lo cegó respecto a las acciones de este, su trompa eleva la cobija para descubrirse a medias.

Este perro dobló las rodillas viéndole desde arriba. 

-Me siento solo cuando nos dividimos. – es sincero al tomar lugar a su lado y ponerse boca arriba para dormir con las orejas estiradas de forma divertida a los lados de su cabeza.

Era divertido para Bubba pues hace tiempo aún sentía repulsión por su propio cuerpo pero ver esa sonrisa y ojos plata en otros es diferente, desde la cerdita al pollito y la osa, le comenzaron a parecer lindos. Seguramente sería mejor conforme pase el tiempo y lentamente olviden sus rostros humanos. 

Ahora mismo sabe que Kickin es tremendamente atractivo para las criaturas y era raro… CoComo sus cabezas se adpataban y comenzaba a ver al mundo muy distinto. Aun con eso extrañaba su propio rostro y extrañaba las mejillas suaves de Picky en el pasado. 

Este líder suyo interrumpe sus pensamientos. 

-El video que te hicieron ver te asustó. – asegura. No le da oportunidad de mentir ni le obliga a aclarar nada. 

Sus ojos plata no ocultan el sobresalto qué le recorrió al ser cuestionado directamente por DogDay, más puede relajarse por el sonido sordo de las patas de este chocando una contra otra al moverlas como cuando eran niños en el césped plástico. 

El perro comenzó por si mismo, esperando relajar al elefante. 

-Vi a mi hermano… te hable de él hace mucho tiempo y recuerdo que el iba a un callejon cerca de casa a hacer esas cosas con algunas personas. – suspira girando la cabeza hacia Bubba. – El me trajo un pastelito de fresa o una magdalena de vainilla una de esas veces que lo hizo y pensó en mi antes que sus gustos. – espero ver la reacción pasiva de Bubba en esos ojos entristecidos. – Era por eso que sabía lo que hacían pero no se como debía afectarme , siempre me sentí enojado cuando mi hermano lo hacia con esas personas pero no puedo decirles cuanto me molesta o será peor… pero a ti… ¿Qué te hicieron, Bubba? A ti nada te deja tan callado como hoy. – esperaba que como otras veces fuera Bubba con quién pueda hablar sin contener tanto de si, temía mucho perderlo pero necesitaba hablar de forma resuelta con alguien. 

Hoppy solo quería hacer como que nada más que el presente existe y eso era un modo de supervivencia muy parecido a patear a un perro y correr con los dientes de este en los talones.

Irónico, de verdad. 

Bubba apretó las dos patas sobre su estómago logrando que su pelaje se erizara por la fricción. Suspira mirando al suelo. DogDay tenía una visión de él tan inteligente y valiente que le era difícil controlarse para mantenerse en ese lugar intocable. Incluso era difícil admitir que no le gustaba oír del pasado de su amigo ni de su propia historia, no deseaba recordar nada. Siempre quiso hacer como las hojas de papel cuando lo escrito se borraba y podía escribir nuevamente sus nuevos recuerdos. 

-No soy tan valiente, Dog. – debe agarrar aire para calmarse, no sabía si debía mantenerse callado pero era tan difícil soportar el desagradable lodazal que se formó en su garganta desde que lo tocaron. – No pude con esto, ¿Cómo lo hiciste tú cuando te tocaron después del video?-

El perro dejó de mover las patas por un segundo. 

Es como si la arena de un reloj dejara de caer o el agua de una botella se pudriera de golpe. 

Obligando se a responder vuelve a hablar intentando no reaccionar a las palabras de Bubba. 

-Tocar. – susurra sin apartar la mirada del techo. – Es diferente a lo que pensaba que te podría suceder, ¿Hablamos de eso?- pregunta volviendo a mover las patas aunque esta vez es descoordinado y más rápido. 

Bubba negó primero con la cabeza, aceptando que la cobija le servía para cubrirse. 

-No. – inmediatamente se negó cubriendose la cabeza. – No quiero hablar de eso, solo quiero descansar. – presiona sus patas sobre las orejas. 

DogDay acaricio su cabeza desde su lugar. 

-Esta bien, lamento molestarte.- da esa disculpa tras romper el contacto. – Yo también necesito descansar, hermano. - 

Bubba suspiro una vez DogDay cerro el tema, estaba aliviado pero más necesitaba dejar de lado esto y hacer como que no había pasado nada. Hablar incluso de esta forma cortada y a medias resultó mejor para su corazón. 

No a sanado pero esta ligero. 

 

 

 

DogDay gira dando la espalda a la de Bubba, observando a Kickin y los Bunzo pequeños descansar en una bola amarilla tan comprimida y apretada como lastimera.

Las chicas los habían evitado sin decir nada. 

Eso no podía ser bueno. 

No había pensado lo suficiente sobre lo que ocurriría con él y los demás si el papel de un género se volvía demasiado importante. 

¿Intentarían hacerle algo a sus amigas? ¿Solo a Bubba le hicieron eso? ¿Que hay de Kickin? 

¿Enserio sus amigas le contaría si algo horrible les sucediera? 

Un temblor lo recorre cada vez más violento. 

Esto era malo. 

Necesitaba hablar con ellas. ¿Como se habla de algo que no se quiere decir?

 Aceptando que se siente much rabia. Solo una de ellas hablaría. 

 

 

Atreviéndose a romper el silencio con Picky, al tocar la pared donde ella estaba encogida. 

La respuesta es un murmullo, un olfateo y un cálido saludo por parte de su amiga. 

-Vete a la mierda. - gruñe en voz baja. 

-Después. - le responde acuclillandose a su lado. - Picky… Lamento lo que te secede. - 

-No lo lamentes… No, no estoy enferma, esto es normal.- murmura apretando las rodillas contra su cuerpo, aun rehuyemndo a esa misma verdad.-Se supone que es bueno… Soy mayor. - suspira por debajo de sus pezuñas. - Puedo hacer una familia solo para mi… No debería estar tan asustada… yo debería estar feliz.- su voz comienza a quebrarse. 

Estaba completamente aterrada. 

Como ser partida a la mitad o su cuerpo fuera desconocido. 

Lo odiaba. Odiaba que la hicieran odiarlo. 

Ese perro no la deja volver a sumirse en el silencio. Con una mano aferrada a su pezuña superior, tirando de su brazo para hacerla salir de su estado. 

- Picky, ¿Qué quieres hacer?- pregunta serio.-Responde ahora mismo. - 

Picky reconoce ese tono demandante. 

Es de su pasado como una niña, cuando se le dio la posibilidad de obedecer o ignorarlo, era la primera vez que alguien le preguntaba lo que deseaba y no era una promesa vacía. 

Ella le pidió en el pasado, en ese primer hogar de acojida, que golpeara a los adultos que asustaban a las niñas en la noche. Que los dejara ciegos.  

DogDay les clavo una lámpara en la cara y no dijo nunca quién le abrió la puerta del recinto de las niñas. Un secreto entre los dos. 

La primera vez que alguien hizo lo que le pidió. 

Ahora ella volvía a ser una niña a la que le mostraron cosas de adultos como si la amenazaran. 

Otra vez necesitaba ayuda. Estaba demasiado asustada y herida. 

-Los quiero a todos muertos. - pidió sinceramente. - A todos. - 

Una pesadilla dentro de otra y no sabia que iba hacer si algo como esto se repetía o se volvía parte de los daños que les harían cada vez que debieran ir a la celda de experimentos. ¿Qué es lo que pasará con todos ellos si esto empeoraba? 

Necesitaban ayuda pero ella solo tenía a sus amigos. 

No había nadie grande que los protegiera pero podía creer nuevamente en DogDay. 

Solo le quedaba creer en él. En esa promesa tan frágil como fuera su obediencia. 

Eso recorre su mente somnolienta, disfrutando del consuelo de su amigo sobre su cabeza, con las caricias que le hacen relajarse y volver al fin al sueño. 

 

 

 

 

El perro dejo el lado de Picky. Llevándose consigo las ultimas dudas en su pecho. 

Camina hacia el ovillo qué es ahora Bubba, poniendo la palma sobre su trompa para sentir su aliento. 

La respiración de Bubba llega a ese punto donde al fin se a dormido y sus pulmones se llevan las grandes bocanadas de aire que necesitaba sin ser interrumpido por la arritmia nerviosa del elefante. 

DogDay se levanta lentamente de su lugar, caminando por la celda sin dejar de mirar a cada uno de sus amigos repartidos por la celda. Preguntándose sobre las razones para hacerlo líder cuando ni siquiera había razón alguna, no podía protegerlos o ayudarles, solo era un guardián sin sentido que finge qué sabe lo que hace. Era un papel obsoleto cuando a todos sus amigos los estaban cortando, golpeando y quemando sin poder ayudarles o quedarse con el dolor el solo. 

Al parecer todo en su vida se trata de él no necesitando el lujo de ser una buena persona. 

Debe mirarlos a todos y aceptar lo solos que estaban, por que no sabe como ayudarlos. 

Nunca puede ayudar sin consecuencias a nadie. Se las termina comiendo todas. 

Lo sabe y aun se atreve a comportarse como un líder. Ese era su lugar. 

Debía hacer algo por sus amigos… incluso si lo matan haría algo por ellos. 

Aquí nadie los salvará, nadie dirá nada en su defensa ni pensara en ellos como si merecieran ser protegidos. Ya podía sentir como los condenaban.

Ya no valía la pena intentar nada por ellos.

Ya estaban muertos y cortarles un pedazo era más que lógico. 

Eran una causa perdida que debería agradecer eso que llaman inmortalidad. 

No. No. 

No. 

No ahora.

 

Definitivamente no lo permitiría. 

Mira a sus compañeros , levanta las manos chasqueando los dedos probando su reacción pero solo recibe esa silenciosa respiración acompasada. Suspira acercándose a los pequeños Bunzo. 

Tomo a uno en manos, cubriendolo para que no gritara. 

-Harás algo muy especial para mi,¿Entiendes?- le avisa caminando hacia la puerta de la celda. – Te sacare y afuera deberás poner esto en la puerta. – de su cierre saca la tarjeta vieja que guarda hace meses.

El conejo amarillo tomo la tarjeta pero se ve confundido por las grandes puertas cerradas, abraza la tarjeta y brinca un par de veces en la palma de su mano. 

-Ten cuidado afuera. – lo pidió subiéndolo en su cabeza, espero a sentirlo aferrarse al pelaje antes de trepar por la puerta hasta el aire acondicionado, coloco el antebrazo con fuerza al dar un tirón qué deshace los tornillos con mucho menos ruido gracias a la insonorización del pelaje. Bunzo es colocado en el interior y comienza a correr al otro lado, un fallo de calculo al caer directamente al otro, el golpe se amortigua por su pequeño overol que se atasca en los tornillos. 

-… 1018, esta siendo algo sencillo de controlar… – 

La voz adulta paraliza al conejo, mirando las rejillas frente a sus ojos, al parecer la celda de sus propios gigantes era tan grande que abarcaba dos pisos y trepar por el aire acondicionado donde lo metió DogDay lo llevó muy cerca de un piso de la superficie. Observa a los zapatos de las personas con curiosidad, con un salto logro librarse del tornillo pero hizo ruido y queda claro por los pasos de esas personas dando marcha atrás. Bunzo se oculta un lado de la rejilla a tiempo de esquivar la mirada de una mujer que incluso abrió la rejilla y metió el brazo cubierto de azul , una ingeniera , casi tocándolo. 

-Es una tarjeta. – exclama al tenerla en manos.

El conejo agacho las orejas una vez la tarjeta que se le había confiado fue tomada y la rejilla cerrada. Ahora el conejo pareció perder gran parte de su lindo color flan para ser un enfermizo color blanco, aunque solo lo imagino, tenía ahora que seguir adelante y quedarse como un tonto frente a una puerta que no puede abrir o volver y enfrentar al gigante naranja. 

Era uno de los amables pero…. Pero era gigante, y todos en la fábrica saben que el perro de los Smiling Critters mata otros experimentos cada vez que puede, era un asesino despreciable entre los juguetes. ¿Qué será de ella ahora? No debió obedecer, debió negarse… pero tenía miedo y ya no puede subir por el aire acondicionado con sus patas débiles. 

El miedo lo hace llorar mientras avanza abrazando sus hombros como lo único que puede hacer por lo pequeño que era. ¿A alguien le interesaría saber su nombre anterior? Pues era Angélica , y nadie la llamará nunca de la misma forma jamás. 

Detiene sus pasos al llegar a la rejilla que conecta con el frente de la celda , justamente la de paso humano y la zona del código estaba justo debajo.

La pequeña coneja se quedo ahí llorando en voz baja , apretando las manos de peluche sobre sus ojos.

-Ven.-

El conejo apenas reacciona cuando una aterradora proposide metalica le atrapa por completo sacandola por la rejilla en un puño , justo a la vez que un gran apagon sello sus debiles ojos en las penumbras. Solo interrumpida dicha oscuridad por la luz de ese panel.

 Esta cosa metalica mete una de sus delgadas garras en el lector de la tarjeta.

- Me la deben.- dice una voz masculina.-Quita eso cuando terminen , quiero los pedazos en el respirador del final.- dejo caer a la coneja justo a tiempo para que esa puerta se abra lentamente.

No fue la única .

Todas las puertas se abrieron a la vez haciendo que la falta de alarmas hiciera que las criaturas prefirieran quedarse dentro. Recordando la masacre de hace unos años. 

Excepto el perro que sale de su celda con un movimiento lento en su cabeza. Ve ese metal en la rendija.

-Bunzo…- murmura al verla en el suelo y asustada.-¿La targeta?-

-¡Hih!- apunta al control en la puerta.

DogDay la levanto en una mano para acercarla.

La coneja apunto el pedazo metalico en el lector , hizo un circulo con ambos brazos y fingio sacarlo seguido de apuntar las puertas cerrandose.

El perro le observa repetir los gestos varias veces cada vez mas apurada.

-Siento que te asustaras.- murmura limpiando con el dorso de los nudilloos las mejillas de la coneja , descubrir que aun podian llorar fue deprimente.-Lo hiciste bien , muchas gracias Bunzo.- la llevo a la celda mirando por ultima vez al interior .

En ello descubre la brillante mirada del unicornio fija en el.

Movió las manos despidiéndose antes de comenzar a correr en silencio. Bien pudo decirle algo pero estaba decidido a hacer esto solo, sin inmiscuirles y posiblemente era un error. Esa parte amargada de sí , el cual tomo forma cuando su cuerpo ya no era el yo de nueve años que pensaba en los adutos como sus heroes.

La coneja amarilla se aferra al pelaje de su cola, agarrada con la fuerza de su propio espíritu con tal de no quedarse sola. Acompañando al perro en su nueva cruzada. 

 

 

Vio la cara de Mommy por una esquina diluyendose en la oscuridad a su paso.

Seguir a sus propios amigos es sencillo por esta nariz y los aromas de cada uno. Guiandolo en la oscuridad hasta el encuentro con sus objetivos , dejando que su cuerpo se extienda por fin entre sus pasos dejando las marcas de sus pasos en las paredes de concreto.

 

 

 

 

 

 

 

Para los cientificos este dia lleno de sorpresas se convirtio lentamente en un debate moral que ya creian superado.

-Las muestras nos dicen que su marca genetica aun es humana , la reproduccion de especimenes no es viable.-

-¿Eso esperas decirles a los de arriba? Dejamos los sexos intactos he incluso los manipulamos hasta reproducir aspectos fisicos idénticos a las especies que imitamos con la manipulacion fisica , ¡Para nada!-

-No sabemos si es inutil , bien podriamos hacer algunos experimentos con muestras aparte de ambos experimentos.-

-Estamos hablando de un procedimiento demasiado ambicioso al nivel economico.-

-Eres un cientifico , no el tesorero de la clase.-

-Si hacemos que estos experimentos produzcan nuevos proyectos por si solos, dejariamos de usar productos de la guarderia.-

-Primero deberiamos probar que es posible , es diferente a solo hacer una hipotesis.-

-Yo quisiera usar los productos que tenemos a mano antes de seguir cortando nuevos niños que quizas no pasen las primeras pruebas.- les recuerda un punto agradable. - Con siete cabezas podemos producir cuatro crías distintas, ¿No es más humano proceder de esa forma?-

 

 

A unos metros el guardia de seguridad palidece bajando la mirada al los documentos colocados en esa mesa de científicos. Descubriendo los rostros de aquellos niños dentro de esas criaturas , las posibles criaturas que podrian ser usadas como productos de cría , iguales a los perros finos de un vendedor. La discusion se reducia a dar importancia a esa opcion para cortar el uso excesivo de niños de la guareria para hacer que las criaturas actuales den nuevas sepas de trabajo con la implementación de un sistema de crianza entre los monstruos actuales.

Un escalofrió lo recorre retirándose de la sala sin voltear atrás conforme avanza hacia la puerta.

El pasillo blanco fuera estaba plagado por trabajadores. 

El policia cubre su boca al momento de sufrir una arcada de nauseas , venida de la imagen de esos niños en los documentos y su actual imposibilidad de diferenciar a niños de experimentos.

No debió tomar esta misión de su hermano.

Las cosas se están retorciendo demasiado para su consciencia podrida. 

 

Encontrar un estúpido baño en este lugar es mas difícil que hallar una probada de licor.

-Cuidado.- reclamo un trabajador a su paso.

No se detuvo pues ahora mismo solo pensaba en salir de este lugar, pero no debia hacerlo , solo le quedaba un baño.

-…es una tarjeta , se ve algo vieja.- nunca una voz femenina.-De verdad es vieja, ¿Quieres ver? ahora este tipo es calvo. - 

Esquiva a la ingeniera que apenas se pone de pie con un objeto en manos, debía admitir que en este lugar habia visto a mas mujeres profesionales que en toda su vida fuera de la fabrica y lo pudo agradecer hace meses cuando creyó que podría lograr alguna conquista pero ahora entendía que el lugar tenia de todo menos hormonas, el baño no estaba tan lejos una vez cruzo el pasillo.

Entro dirigiéndose al primer cubiculo vacio que encontró y si se enfrentara a sus compañeros en la estacion lo negaría hasta dispararse en la pierna pero ahora lo descubrirían agarrándose la cabeza mientras desecha todo el contenido de su estomago en la taza mientras llora como un crio asustado. Pensaba en sus hijos atrapados en esta jaula y si este seria su destino si llegaba a morir y sus padres no pudieran permanecer con la custodia. Este lugar era un orfanato pero también una puerta al infierno , una locura mas alla de lo que habia visto en los monstruos que habia capturado en otros trabajos. 

 Ojala encontrar drogas en pañales o un ataque terrorista en funcionamiento. Ahora mismo no estaria temblando como una perra abrazada al retrete y deseando largarse a casa. 

-No dejes la puerta abierta.- 

Gruñe al escuchar a un trabajador a su espalda , cierra sin voltearse para escupir lo ultimo de porqueria atrapado en sus encías. Jala la cadena antes de bajar la tapa y tomar asiento mirando al piso.

Cierra los ojos pensando en cualquier cosa fuera de estas paredes.

Talvez en un trago de brandy con un cigarrillo , mientras su hija jugaba con ese horrendo gato gris chato que adoptaron de la calle hace unos años , o en su hijo pateando su pelota de basquetbol en vez de lanzarla como debia. Tras unos minutos una espina subio por su columna , haciendo que se doble a revisar su bota y sacar de esta una parte de ese polvo rojo, llevándolo a su boca sin esperar a nada. 

Lo penso por solo unos segundos antes de colocarla bajo su lengua y quedarse en esta taza de baño con los brazos caidos a los costados del cuerpo por varios minutos que disfruto en silencio y el buen sentimiento que esta toxina le hace sentir. Ya ni le importaba que podrian sacarlo de el trabajo si lo descubrian o que delataria al jefe de guardias en La Guarderia, solo pensaba en estar bien de una vez.

Puede que se le fuera gran parte de la noche en él baño. Al tranquilizarse abrió los ojos para mirar la hora en su reloj. Descubriendo algo nuevo.

Demasiado se a relajado. Al parecer se quedo ciego pues solo veia negro.

Entro en pánico pero lo hizo salvando su linterna de el chaleco.

-Vaya …- exclamo una vez comprobó que estaba a oscuras.

Era otro apagón. Este lugar estaba hecho de la mierda. 

Limpio su boca con el dorso antes de salir del baño.

-Hijo de puta…- exclamo nada mas se sobresalto por un trabajador de pie en la oscuridad.

-Creí que me habia quedado ciego.- dice este con la mirada perdida una vez estaba en la luz.-¿No tendras otra?- pregunta . 

-Vaya cobarde.- murmura ignorando que el mismo sintio ese miedo hace un segundo.-Ten.- entrego una linterna extra , estaba mas preocupado por como los efectos lo hacian ver colores y esta luz era un poco excitante.

Dejo al trabajador en el baño siguiendo un protocolo que le hacia ir a los lugares de mayor importancia antes que cualquier elemento humano , como en cualquier fabrica. Avanzo sin encontrar ningún otro compañero de uniforme gris.

Los colores en la luz comienzan a ser menos incordantes pero aun eran una molestia. Es con el avance que descubre que enrealidad estaba teniendo un buen viaje retrasado. Seguramente el bailar y caminar en la oscuridad en vez de en un club era parte del patron de uso. Detiene sus pasos en medio de las sombras olfateando el aire circundante. El delicioso aroma de las mantecadas de vainilla vinen a su cerebro con aspirar el aire y sonrie , era un aroma tan delicioso como el de siempre. Daba hambre solo pensar en ese pan recien horneado.

Entonces avanza buscando ese aroma dulce hacia la oficina donde lo sentia con muchas mas fuerzas.

-¿Dónde esta?- pregunta al entrar.

Dentro lo recibió ese buen aroma y el suelo lleno de documentos.

 -Hola …- saluda perdido , levanta la mirada al techo y con ello su lámpara ilumino el espacio negro enfrente.

Entonces lo vio todo.

Aquella gran criatura triturando por encima de su boca el torso de un hombre que entra por presión de las gigantescas manos que lo aplastan entre los dedos como a un trapo que escurre en el suelo grandes manchas de sangre espesa junto con los intestinos que la presión del apreton hicieron saltar a los lados de las costillas aplastadas. El hombre no tarda en desaparecer en el interior oscuro de esa gran boca de hierros abiertos y solo visible por la carne destrozada qué se queda en las fases eternamente abiertas. La fuerza del mismo cuerpo delgado termina por hacer crujir los huesos en pedazos en el interior de las fibras musculares. 

Como ser tragando por una serpiente y un depedador aun más sádico. 

Esta criatura gira la cabeza con mucha lentitud notándole en la puerta justo cuando la barata batería de su lámpara se agota dejándole solo con esta criatura y sus melancólicos ojos de estrellas. 

Dos puntos de plata lo observan desde arriba. 

El guardia dobla las rodillas en la oscuridad, observando únicamente esos ojos acercandose con esa pesada sensación sobre sus huesos y la vulnerable carne de su cuerpo se torna fría ante el terror qué le llena con solo mirarle venir tan directamente a su encuentro. Cada paso tranquilo de esta cosa lo hacía derretirse como la cera, caliente como el fuego aunque lo recorra el frío. 

Es el vaho caliente que entra por su nariz, ropa y oídos. 

El aroma dulce puede sentirlo llenar su boca cargado de violencia, ya no es dulce. Es dolorosamente pesado, lo llena y duele, no arde, duele como el metal de las balas o los cuchillos cortando su carne con violencia. Su nariz no tarda en botar un borbotón de sangre espesa sobre su pecho, mirando a ciegas a esa criatura llegar a su encuentro. El dulce es cristal en polvo que le recorre hasta los pulmones como agujas qué lo deshacen en pedazos. 

Esta criatura lo mira directamente.

-Ayúdame…- parece suplicar con esa voz áspera sobre su cabeza. Esa voz era tan parecida a los susurro de un río o la marea del océano en el cielo de los recuerdos de un día soleado. Tan bueno como un beso a oscuras o un día sin culpas divinas. 

-Necesito tu ayuda. – le ruega esa voz tan agradable.-Lamento que tenga que dolerte cuando te lo haga, pero no debiste volver.- 

Es algo hipnótica la sensación que le recorre cuando su cuerpo es levantado por los costados y la oscuridad lo traga para perderse en nada su mente con el sonido tan divertido de su pecho despedazado entre dos manos qué lo sacude como a un muñeco de tela. 

 

 

DogDay bajo las manos al terminar con el guardia. 

Siente algo de culpa pues este se lo había presentado directamente Ryan… Era un corrupto en la nomina. 

Comer humanos se siente demasiado bien… no debe hacerlo nunca más. 

Sus ojos ven tan claramente el desastre que hizo como para darse cuenta de que algunos intestinos colgaban de su boca. . 

-Lo arruine. – suspira deprimido por lo sucedido, tragando el ultimo pedazo humano. 

En realidad no sabía si comerse a todas estas personas sería de ayuda ni lo que pasaría desde ahora. Solo sabe que debe hacer que esta investigación se detenga antes de que las cosas fueran peores. Debe quemar todo lo que equivaldria a la mercancía, a ellos en este negocio. 

Eso escucho cuando estaba entre los adultos qué le encargaba sus juegos en la calle. 

Debe quemar todo, hasta el gato debe ser borrado. 

Reviso las cosas en los cajones con la mayor paciencia posible, volteando los cajones dentro de otros en busqueda de lo que necesitaba. 

Con los minutos su situación se volvía cada vez más tensa y puede escuchar a guardias en otros pisos comenzar a buscar a los trabajadores. 

-¡Hih! ¡Hih! – 

Solo el perro podría escuchar ese chillido fuera en los pasillos. Estira el brazo y deja entrar al conejo amarillo. 

Este levanta un encendedor con ambos brazos diminutos. 

Tan sucio como si hubiera rodado por el suelo. 

Cosa que paso antes. Se había soltado del perro cuando este entro a esta oficina de golpe y ella se quedó afuera, viendo a algunos empleados en la oscuridad. Robo el encendedor de uno al empujarlo y hacerlo caer. 

Trayendolo al líder con obvia sed de retroalimetacion. 

El perro no sabe nada de la aventura de la pequeña coneja pero puede ver que le costó bastante buscarlo. 

-Gracias. – exclamó más tranquilo de como se sentía realmente al ver eso. 

Levanta al conejo sobre su cabeza antes de girar la rueda del encemdedor en su boca pues el pelo en sus manos podría incendiarse. El encendedor era viejo pero se mantuvo encendido por si solo. 

El perro lo paso por el papel tras romper el detector de humo, dejando al guardia en la mesa quemo su camisa directamente. Se siente algo irreal.

El arma la coloco en sus manos para que el fuego la activará en algún momento. 

Observa al lugar encendiendose sin oportunidad alguna pues el fuego es alimentado incluso por la tinta y los plásticos repartidos por las paredes. 

Deseaba quedarse y dejarse llevar por el fuego. 

-¡Hihh!- es quién Bunzo comienza a asustarse pues el humo era demasiado. 

DogDay desvía sus pensamientos autodestructivos al escuchar a la conejita chillar. 

Dejo el encendedor en las cajonera antes de salir por la puerta que cierra tras de si. 

Observa al fuego en el interior por un segundo antes de comenzar a correr. 

No pensó en nada más que volver a la celda. Incluso si llegó a cruzarse con Mommy siguió su carrera limitandose a advertirle. 

-No vayas allá. – dice agitado y sin detenerse. 

La araña mira el camino por el que viene y su sonrisa se extiende retrocediendo escuchando al perro solo por esta vez. 

 

 

DogDay llego a su celda comprobando qué todos estén adentro y los ve, incluso están despiertos y tan nerviosos que se sobresaltaron al verle llegar tan de golpe. 

Iba quitar el metal pero el conejo lo detuvo saltando a su mano con un chillido.

La coneja no lo deja hacer preguntas sino que lo apunta y luego apunta a las rejillas al final del pasillo. Esa acción es repetida y solo es entendíble para DogDay cuando incluye un gesto a su propia boca y una arcada falsa. 

-¿De que hablas, Bunzo? – pregunta Kickin acercándose. 

DogDay lo empuja junto a la coneja de nuevo al interior de la celda encaminandose al final del pasillo. 

 

Abre el aire acondicionado. 

Puede meter la cabeza y dentro ver que no había nada más que una caída oscura, mucho más que toda la fábrica. Pensó un segundo antes de golpear su estomago con todas sus fuerzas. Regurgitando en un momento tantos pedazos de carne y huesos, siguió hasta vaciar su estómago totalmente. Este segundo cuando descubre su estómago vacío es que puede comprobar la realidad de sus acciones. 

Habia matado a un montón de personas. 

-¿Qué estas haciendo?- pregunta Bobby a su espalda. Parecía más preocupada que asqueada. 

DogDay respiro pesado antes de cerrar el aire acondicionado. Aquella pregunta fue tan profunda a su centro, llego donde estaban sus secretos. Uno de esos hechos era ir al mismo cielo que mamá, lugar al que debe aceptar nunca irá por sus frescas acciones. 

Lo que hizo quedó en evidencia cuando la electricidad regresó a los sistemas de emergencia y su cara llena de sangre fue visible para la osa en la iluminación roja. 

Los dos saben lo que hizo. 

Una mirada entre los dos se sintió como una década.

-Las cámaras… - arrastra su voz Bobby ya corriendo a su celda. 

DogDay limpia su boca con el dorso del puño, volviendo a mirar al aire, decide irse una vez superó este evento también. 

Excepto que el evento terminó con un sonido metálico y no con su partida. 

La sorpresa lo hace mirar nuevo adentro de la rendija pero solo encuentra un túnel derecho y no ese vacío oscuro. 

-Doggy, ven. – lo llama Hoppy esta vez. 

El perro dejó atrás la desagradable sensación que le dejó el recuerdo de ese vacío oscuro y la carne que escucho caer tan cerca de sí mismo. 

 

Cerraron la celda, guardando el metal Bobby, apartandose de la puerta.

Siendo otra vez las mascotas más obedientes de la fábrica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esperando el juicio pacientemente. 

 

Notes:

No todas las víctimas lo serán siempre.

La ingenuidad tiene muchas caras. Una de esas caras es la arrogancia de creer que solo esforzándote al tope, serás recompensado.
Es un niño que aun cree que el mundo es meritocratico.

Chapter 16

Notes:

Escenas desagradables.
Todo bien.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

                                                                           ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

Las puertas pasaron mucho tiempo cerradas después de volver a la celda. 

Un poco de aburrimiento les rodearía de no ser por Kickin cantando en una esquina con los pequeños conejos amarillos, entreteniendo a más de uno su ligero balanceo y esa voz tan interesante. 

-¡Más alto gallito!- anima la coneja de menta sin moverse por bastante tiempo. 

DogDay esta de espaldas al espectáculo pensando algo perdido en sus acciones y consecuencias. 

¿Harían que entre en un último experimento? Entonces queda perdido. 

¿O se atrevería a hacer a sus amigos matarlo? Eso sería demasiado cruel. 

Esperaba poder despedirse en cualquiera de las dos opciones, una vez aunque sea. 

También podría dejar de pensar en Theodore. Si llegara a delatar sus secretos cuando lo torturaran sería el fin de lo poco que había construido. ¿Qué fue lo que logró hasta ahora? 

Un esquema con la fábrica y su diseño para escapar por el tren en un lapso corto de oportunidad, más pequeña que un grano de arroz. 

-Hueles raro. – 

Otro problema al parecer. Huele mal. 

-No me había percatado de tal hecho, gracias por avisarme. – responde tocando su cara deforme. Esa gran sonrisa suya se siente suave y limpia, debía ser del interior que salía el mal olor y por ello era que no había ni una sola fuente de agua en esta celda. 

Hoppy sujeto su brazo haciendo que le mire. 

-¿Porqué no me llevaste contigo?- pregunta la coneja.-¿Cuándo podré matar humanos sin que me detengas?- le acusa mirando el mismo punto muerto qué el perro. – Responde, vamos. – exigió sacudiendo su brazo. 

La voz de Kickin aún se escucha de fondo con el coro de Bobby, cantando alguna canción alegre. 

-Eres de color verde, la sangre te salpicara y será imposible limpiarte a tiempo. – es su tono resuelto, era la única razón que tenía para detenerla y se sentía estúpida cuando la decía en voz alta. – Si te descubrieran me obligarán a matarte y si no a mi, será que te lleven con Boxy o toda la superficie. – inclina la cabeza a un lado justo cuando la coneja golpeó su costado. 

No era como ser golpeado por un niño, esto dolió. 

-¡Nada que ver!¡¿A ti qué te importa eso?!! ¡Porque soy verde! ¡¡Vaya cosa!!- grita pateándolo. 

DogDay se vio empujado y sus manos fueron necesarias clavarlas en el concreto para detenerse. El dolor ya era demasiado para estar tranquilo cando n podía aferrarse a sus planes para contenerse, reaccionando a la agresión. 

-¡¡No voy a lanzarte cuando las consecuencias sean una derrota!!- levantó su cuerpo del suelo yendo directamente a la coneja. - ¡¡¡Tampoco Kickin o Crafty pueden hacer nada!!!- apunta con la mano a los dos en su lugar.

Hoppy no se ve ni un poco interesada en su planteamiento, demasiado enojada lo enfrenta. 

-Kickin no es peleador. – contesta frustrada.-Obviaente no lo puedes comparar conmi-

DogDay estalló encarandole por fin. 

-¡¡Kickin es cien veces más rápido que tú y Crafty supera en fuerza y libertad de movimiento a Bubba!! ¡¿Crees que no lo sé?!- reta y la rodea apuntando su propia cabeza.-¡Puedo hacer que Crafty destruya las paredes hace años, y a Kickin lo puedo obligar a destrozar a los niños o a los adultos! ¡No hay uno solo de ustedes que no pueda hacer algo tan sencillo como matar! ¡Incluso tú deberías escucharme si te ordenó matar!-

La coneja intenta comprender sus gritos y la forma en la que comenzó a moverse por la celda, pisando fuerte entre todos ellos. Sus ideas la recorren con el frío de el hielo. 

Lo llevaron al límite. Estaba fuera de sí.

ahora debe escuchar las cosas que su lier habia pensado y no compartió en este tiempo. 

-Si usamos a los niños como rehenes seríamos capaces de huir , lo pensé mucho. – admite sin mirarlos. – Yo pienso en muchas formas de escapar de aquí, en vengarnos de todo y todos.– sus manos las siente sucias aun.-Yo creo que podemos usar a los bebes para obligar a los empleados a activar el tren…podemos usar a los niños para cubrirnos de los disparos y a las visitas las llevariamos arriba para evitar que nos detengan.- 

-Dog… - Bobby lo llama nerviosa por el estallido de los dos. 

Hoppy gruñe pisando el suelo con una de las patas. la sola idea de utilizar ese plan era demasiado para su corazon. 

-¡No haré ninguna de esas cosas!- grita empujándolo.-¡¿Cómo podríamos hacer eso?! ¡No puedes pensar en algo como eso, nunca! - 

El perro esta vez no soporto el ataque, atrapando sus brazos la giro en el aire, siendo cuando la coneja se preparaba para el impacto contra el concreto que se termina estrellando contra el blando cuerpo de Bubba. 

El elefante cerro los brazos atrapándola y levantando la trompa hacia el perro. 

-Paren, por favor, amigos. – pidió a DogDay al sentirse en peligro. 

-¡Ya no peleen, no!- chillo Bobby cayendo al suelo por el miedo.- Dog… - 

Este descubre que, sin ser consciente, había ido a por la coneja justo cuando se detuvo muy cerca de los dos, la sombra de su propia agresión toma forma en el pelaje de sus amigos.

 Retrocede suspirando con un ánimo decaído. Avergonzado. 

La rabia que sube por su cuerpo lo hace gruñir, demasiado enojado para enfrentarlos. 

Esta misma animosidad los recorre al ir por el resto, exactamente a los que habían estado apartados. Obligandolos sin contacto alguno a reunirse involuntariamente, igual a un rebaño de ovejas. 

El perro los rodea moviendo los puños por debajo al abrirlos y cerrarlos. 

-Hasta que me muera o me mates, seré el líder y deberás escuchar lo que te ordene. – lo dicta rodeando a los seis.-No soy el más fuerte, eso les queda claro a los seis y esta bien. – mueve la cabeza de lado a lado, empujando más adentro del círculo a Kickin. – Soy el líder porque soy el único que piensa en todos y los conozco.-miro a Bobby.-Se a quienes se los come el miedo, quien me odia y quien me secunda, incluso se quien ya no quiere escucharme… pero aun soy arrogante, porqué soy el único que puede cuidarlos… hasta que me maten.- determina al quedarse frente a la coneja y Bubba. 

-No digas eso. – interrumpe Bobby temblando, preocupada por este episodio entre sus amigos. – Nadie te matara, DogDay. – lo jura viendo a Hoppy mantenerse retadora incluso si esta atrapada por Bubba. 

El perro movió la cabeza haciendo un gesto con las manos para callarla, acercándose a Hoppy. 

-Podrás enojarte cuando las posibilidades de satisfacer tus arranques no sean ser descubiertos por algo tan estúpido como tu pelaje. – su vos áspera llega a los oídos de Hoppy tan profundo como su desesperación. – No me importa, Hoppy, cuanto quieras matar, no es de mi interés ; lo que importa es que protejas a los demás antes de pensar en ti.- con un gesto alto hace a Bubba soltarla para quedar libre frente a frente. Oportunidad para continuar la pelea o tomarlo como un acuerdo de paz. 

-Si ser libre quieres, puedes arrancarme la cabeza ahora, amiga. - le ofrece el perro inclinando aun más cerca, hasta hacer que el aire sea pesado y el aroma de la menta y la vainilla acabe con los sentidos del otro. 

Hoppy apretó los puños al verse en esta situación. Donde sus garras le pican y siente tanta desesperación como rabia, esperando a donde la llevarían sus decisiones más instintivas. 

Bobby dejo salir el aliento contenido al verle apartarse.

-Estas raro.- gruñe la coneja desviando la mirada al abandonar toda agresión, dejando sus hombros caer al relajar el cuerpo entero. Al girarse su sorpresa estalla con el pelo perdido al descubrir al ave atrapada en los brazos del elefante.-No, Kickin. - suspira ante la verdad.

Kickin estaba de su lado, no estaba sola al revelarse. 

Incluso pudo ver a Bobby tan cerca de Bubba qué solo podría significar su apoyo. 

Reebelarse a DogDay era posible. 

El perro a su espalda le murmura sobre el hombro. 

-Lo se.- debe dar espacio para asentir a Bubba y este suelte a Kickin.-Estoy seguro de que aun somos amigos. - 

La coneja sacudió los hombros para apartarlo, mirando al perro por un lapso más extenso de lo normal, volviendo su interés al pollito. 

Kickin le tomo la mano observando a esos ojos de plata en ella. 

-¿Estas bien?- ofrece nervioso. 

Por su lado el perro volvió a la misma esquina dando la espalda al grupo. 

Bubba lo apoyo. 

Era refrescante descubrir que aún su amigo lo apoyaría en esta situacion. 

Hoppy tiene a Bobby con Kickin de su lado. Eso era bueno.

Estan suficientemente cuerdos para ir en su contra pero no para matarse entre sí. 

-No estamos tan rotos. - suspira la verdad que llega a su corazón. 

Pensaba que podría morir pronto pero no en quién sería el siguiente líder. 

Seguramente sería Bubba pero eso no parecía lo mejor, al menos pensando en la personalidad del elefante y su usual nerviosismo, entonces solo les quedaba Hoppy o Bobby. Kickin quedaba fuera por su dependencia a las órdenes y la guía, igual que Crafty con su independencia y hastío a las responsabilidades que rosaba lo borde, Picky se había vuelto sospechosamente maliciosa y Bobby era tan blanda que podría hacerlos amotinarse ella misma en su contra. Quedando solo Hoppy en caso de que él mismo muriera. 

Necesitaba hablar con ella sobre esto antes de que sucediera lo inevitable, sea lo que sea, algo iba cambiar. 

Quisiera ver a Theodore, volver a hablar con él. 

 

En la esquina contraria la cerdita rosa observa al perro, tragando seco desde el inicio. Furiosa y llena de resentimiento, cansada y adolorida de su, ahora descubierto, vientre palpitante. Estaría llorando entre berridos si no fuera contraproducente el delatar sus sentimientos o pensamientos amotinados contra ese perro cobarde y la coneja qué es tan egoista, estúpida y ciega como para darse cuenta de que ese plan de huida era perfecto. Hacer lo que les hicieron, cortar en pedazos las tontas razones que los hicieron terminar como juguetes. Ser libres por fin solo seria pagado con una mísera cantidad de sangre. El problema es que esta sola , siendo incluso Crafty la que movió la cabeza resistiéndose a las ideas mas crueles del líder. 

DogDay puede sacarlos pero primero ellos deben dejar que lo haga. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para los trabajadores las cosas en las que estaban atrapados no se solucionaron con una pelea ni dialogando. 

-¿Cómo es que entró a la compañía? – cuestiona un trajeado. 

Estaban celebrando una reunión de emergencia en la sala de las oficinas de la superficie.

-Creemos que entró con los agregados de exterior. – 

-Maldición. – suspira Ludwick dejando su frente sobre las manos. - ¿Alguien puede decirme si ese infeliz logró llevar algo de nuestra planta de materia prima al exterior?-

La secretaria coloco una caja sobre la mesa, volteando el interior sobre esta, sacando de entre los pedazos de espuma y periódico una grabadora. 

-Toda la información que recolectó aún se encontraba en nuestro sistema de correo y fue recuperado por los empleados del mismo, mas la información no está en este componente.- dejo de lado la grabadora para mostrar el papel de relleno. – Informes ininterrumpidos fueron despedazados y enviados de forma que nuestros empleados le desconocieran.-

-Solamente el haber mantenido a ese infeliz en los pisos superiores de la guarderia pudo salvarnos, solo eso. – 

-Aun es demasiado sospechoso el que se prendiera fuego.-

-La desaparición de los científicos parece estar ligada con la pérdida eléctrica. – 

-Me estoy hartando de las fallas eléctricas. – murmura agotado. - ¿Cómo va nuestro ingeniero con la actualización de sistemas?-

-Señor, ese tema puede discutirse después, ahora mismo debemos concentrarnos en la brecha de seguridad. – 

-La localizamos, es lo es lo que importa. – su interés se ve desviado a la cara d su inversor.-Estoy seguro de que tu lo metiste a mi empresa.- escupe mirándole directamente.

Este hombre tardo varios segundos en procesar lo dicho por el dueño de los juguetes , carraspeando un par de veces antes de tomar el vaso de agua servido en su espacio.

-No tengo nada que ver en dicha operación , ¿Cómo es que dañar mis propias inversiones podría serme útil? Sabes que llevamos tiempo trabajando juntos y que , sobre todas las cosas ,eres un amigo muy importante para mi , ¿Qué es lo que te hace sospechar de mi?- termina sacudiendo la cabeza .

  Ludwick sonríe revolviendo su vaso cristalino.

-Es solo una corazonada , amigo.- 

 

 

 

 

 

El inversionista salió de esa fabrica en su propio transporte , manejado por un empleado de confianza. Un auto capaz de protegerlo incluso de balas y su asistente de aspecto de limpia piel aria, algo que puede relajar el ojo una vez se debe enfrentar este mundo nuevo lleno de minorías luciéndose por las calles y empresas salidas de la nada como pústulas en un sistema antes limpio. 

La guerra a este punto demostró que los poderosos debían temerle tanto como los animales que eran enviados al matadero. Incluso su empresa de calefactores estaba sufriendo con la caída económica. ¿Cómo era posible que una compañía de míseros juguetes fuera más exitosa que sus generaciones de inventores? El nuevo mundo no podía seguir tomando fuerzas, debía romperle las piernas y tirarlo a un pozo de cerdos antes de que lo alcance. 

Siendo humillado con la cola entre las patas, ahora debía salir de este lugar después de ser expuesto por ese hombre loco y sus traicioneros allegados. Esas mujeres engreídas a las que tuvo que aguantar con su olor a perro mojado y esas repugnantes pieles percudidas qué lo miraban con suficiencia. 

Un perfecto desastre. 

El asistente intento reconfortarle con un puro de sus favoritos, y si, dio una calada profunda que lleno sus pulmones en un segundo con todo ese humo. Aun se ve incapaz de controlar la ira qué rememorar se guiado a la salida como un paria le hacia sentir en las venas. 

-¡¡¿Qué tan estúpido puede ser un maldito policía?!!- cuestiona tirando al rostro de su asistente el puro, no terminando con eso comienza a golpear al hombre con sus pesadas manazas. 

Su asistente se cubre apenas con los brazos. 

-¡Esto es culpa tuya, maldito pedazo de mierda inútil! ¡Te contrate para nada, ni siquiera puedes encontrar un maldito perro útil!- grita y patea a su asistente.

Este comienza a disculparse humillado. Desviando la mirada al conductor. 

El chófer sube el espejo que los dividía, dejándolos solos y a él libre para concentrarse en el camino y esa carretera que brilla por las poderosas luces de la ciudad que rodeaba la fábrica de juguetes. El bosque y la carretera eran lo único que le importaba mientras escucha a su jefe golpear al asistente que seguramente preferiría quedar como un dálmata morado a verse arrestado por darle un empujóncito a su jefe. 

Si, el estaba bastante bien simplemente manejando. 

-¡Para ahora, maldito mulato!-

Al menos esta vez no fue tan ofensivo. Desvía el auto a la orilla del camino, estacionandose con resuelta tranquilidad. Escucha al asistente convencer al anciano que baja y con toda la elegancia de los vagabundos se baja los pantalones nada más se mete entre las hierbas, mostrándole al mundo su pálido y aguado culo millonario. 

-Mierda. – exclamó sobrecogido por la idea de que podría estar apunto de presenciar a un anciano violando al estúpido que le tiraba restos de basura cuando pasaba muy cerca de él. Déjenme decirles que sería más traumático que satisfactorio. 

Resistió la curiosidad de ver afuera y se dedico a mirar al frente del camino. 

 

 

 

 

En las yerbas el hombre berrea humillado mientras su cuerpo saca casi las tripas por el recto, gritando entre pujidos por el dolor. 

Esos malditos habían envenenado el agua. 

El asistente se mantiene a varios pasos cubriéndose la cara con las manos, los golpes y rasguños que ese anciano le hizo parecen solo un chiste. Cubre su boca asqueado y divertido, resistiendo el impulso a carcajearse. 

-¡¡Haz algo, maldito idiota!!-

El asistente va al auto. 

-Tu, ve a la fábrica y pide que envíen ayuda. – ordena al conductor. 

El chófer encenderá el auto pero recibió un grito acompañado de acuosa fanfarrea. 

-¡¡No te llevaras mi auto, corre como tu gente en sus sendas y trae a alguien útil, mono imbecil!!- ese grito termino con un gran tronido y un quejido. 

El chófer no se quedo más tiempo en el auto. 

-Cuida del jefe, campanita. – murmura lo suficientemente alto para el asistente, pero no para que el anciano lo escuche. 

-Solo lárgate. – contesta frustrado por tantas estupideces juntas. 

Observa al hombre irse por el camino, recargándose en el auto, su cabeza se inclina al frente cerrando los ojos frustrado. El abatimiento lo hace desestabilizar su cuerpo agotado y lleno de golpes. 

-Mataron a mi hermano. – suspira pensando en cuanto se esforzó por darle esa tarea al idiota que le dejó todos sus ahorros para que logrará ser el empleado de alguien con poder. Cargándose su consciencia con ese hermano tan deficiente que la vida le dio, nisiquiera su intento por ayudarle pudo usarlo de forma correcta. 

¿Pero un suicidio por fuego? Su hermano era un gran cobarde, nunca se atrevería a prenderse fuego y menos a delatarse de forma tan estúpida. Alguien dentro lo descubrió… AlAlguien necesitaba de un chivo expiatorio… 

-¡¡Por la puta de tu madre, haz algo, pobre inútil!! – chilla el anciano ya con el rostro colorado y su cuerpo debilitado por el esfuerzo. 

El asistente golpea el auto volteando a cualquier lado que no fuera este anciano repugnante. 

El maldito olor le hace cubrirse el rostro deseando dejar a este vegete morir. 

Su hermano murió. Ahora solo le queda la hippie de los gatos. 

-¡¡Por dios ¿Qué es esa cosa?!!- grita ese viejo. 

-¡Es su sucia cara de verga , maldito estúpido!- al fin su límite llegó y grita directamente al hombre con gran odio. 

No puede seguir hundido en su odio pues ese hombre estaba de pie y tuvo que esquivarlo cuando venía en su dirección con los pantalones sucios en los tobillos. Siendo un segundo después que ese anciano fue mordido por la cabeza, dejando el resto del cerebro y la boca muda caer al asfalto dejando escapar un gran torrente de sangre y excremento a la vez. 

El asistente no reacciona ni cuando la sangre le salpicó y sus pasos lo llevaron a chocar de espaldas al auto. Al menos fue sangre y no otra cosa. 

-No… - apenas puede hablar o moverse, solamente mirando al cadáver y a la sangre revuelta en la mierda. Su cuerpo no se contiene por mucho antes de doblarse sacando el interior de su estómago sobre sus zapatos. Al haber bajado de tal forma la cabeza es cuando sus ojos al fin perciben la gran sombra sobre la carretera , iluminada solo por los rayos de luz más lejanos de la fábrica al final del camino. 

-Dios… - suspira aferrándose al auto al ver a esa figura azul a contra luz. Ante esa sonrisa de payaso siente el fin encima. 

Este monstruo deja caer la cabeza a un lado del cuerpo, tirando de su boca con un escupitajo la mollera del anciano contra su pecho. 

-Ayuda… - jadea sin moverse incapaz de hacer algo más que temblar. 

El monstruo cierra la boca dentada con un gruñido, inclinando la cabeza y el cuerpo a un lado contrario. 

El asistente tiembla y su cuerpo se vuelve de piedra cuando el final del día laboral se remarca con la siguiente penumbra abismal, dada por las luces de la fabrica que se terminan sin piedad. 

Entonces solo puede sentir como sus sentidos por el miedo se potencian para su desgracia, oliendo la mierda, la sangre y la colonia del anciano muerto a sus pies. Su propia piel sudorosa, su perfume de cedro, y la mezcolanza dulce de su vómito y esa brisa de pino venida del bosque. 

El sonido que acompaña su propia respiración agitada es una suave y pesada respiración ajena. 

Esa esa cosa azul frente a él respira. Esta viva. 

Entonces su cabeza se agacha dejando salir las lágrimas del terror y su sollozo patético en un adulto. 

-No me mates, por favor, no lo hagas… - ruega temblando sin poder hacer mas que berrear.

 

 

 

 

 

 

 

Huggy observa al adulto lloriquear frente a él con indiferencia , incluso si estaba esa sonrisa que le cosieron a la cara tan grande como siempre. Ver a un adulto que no le hizo nada llorar entre berridos era excesivo y asqueroso. No habia acabado rápido con él porque la idea de poner un pie sobre ese charco de excremento y sangre lo repelía como carbón ardiente. Alargar la muerte le parecía algo cruel cuando solo tenia que cortarle de un mordisco la cabeza.

Incluso cuando lo escupió este tipo no se movió y era estresante no completar la misión que le encomendaron , gruñendo atosigado por el desagrado a esta situacion y todo lo que conllevaba ser un bote de basura en esta horrenda fabrica.

-Deja que te mate.- le habla en la oscuridad , justamente donde nadie sabría que se atrevió a abrir la boca.

Sinceramente verse en esa situación lo hacia sentir mas y mas rencor contra las criaturas de la guardería. Una rabia tan mezclada con los celos que sentía cada vez que los descubría hablando. Deseaba que llegara el día para arrancar las feas cabezas de cada uno de ellos.

Henry debía estar esperándolo .

Este humano suelta un grito sin moverse y Huggy casi se vio tentado a cruzar el gran charco de mugre.

-¡¡Ayuda , ayúdenme!!-

Su cabeza gira lentamente mientras observa al humano rubio correr a todo lo que podía por la calle con dirección a la fabrica.

Su cuerpo se inclina dejando las manos sobre el suelo limpio antes de comenzar a correr , abriendo la boca lo persigue dejando que los gruñidos que a contenido sean su compañía. Ignora los gritos conforme se acerca a ese humano.

Terminando con una mordida a la cabeza.

O debía ser así .

-¡¡Aahhh!! – grita este rubio rodando en el suelo con lo que quedaba de su brazo atrapado por el contrario.

Huggy Wuggy gruñe escupiendo el brazo ,mientras lo ve correr esta vez mucho mas lento y pausado con la percepción del sentido común tan perdida que se metió al bosque en vez de ir a la fabrica. Huggy lo siguió , quiso hacerlo , pero al pisar el brazo sintió algo metálico.

Su curiosidad lo hace levantarlo para encontrar un reloj brillante de un color bastante bonito.

Su boca le sirvió para arrancar la carne de sus huesos y soltarlo , tragándose el reloj de camino a la presa.

Esta la encontró a unos metros tirada y sin una sola seña de pulso.

Su misión fue muy clara y sencilla.

Destruir el auto y dejar los cadáveres masticados.

Bueno …esta cumplida. Y consiguió algo bonito para navidad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la recepción de la fabrica el conductor entro a esta con un andar suelto.

-Buenas noches , señorita , ¿Pueden ayudarme con algo?- pregunta a la recepcionista.

Esta sonríe algo molesta por la hora pero asiente.

-Por supuesto que si , ¿Qué es lo que se le ofrece , señor?-

-Necesito un lugar donde quedarme , acabo de renunciar y no tengo forma de irme hasta mañana con el autobús.- informa quitándose el sombreo de conductor.- ¿Sabe si podria hablar con sus jefes para permitirme quedar hasta el día de mañana?-

La recepcionista cambio su expresión de golpe.

-Claro , en PlayTime Co. nos enorgullecemos de nuestra atención al publico.- sonríe y apunto a la recepción del lado derecho.-En nuestra recepción encontrara sillas cómodas para pasar la noche y nuestros baños puede ocuparlos si le es necesario. La única cosa que debería respetar es el no cruzar al otro lado de la recepción.-

-No hablaste con tus jefes.- apunta recargándose en su brazo , viendo ahora que el lunar rojo sobre la frente de la recepcionista era bastante bonito .-¿No te meterás en problemas , amiga?-

La recepcionista frunce el ceño ante su cambio de actitud.

-Es política de la compañía el ser hospitalarios con los visitantes , además de que casi no llegan visitantes que necesiten tanta ayuda , amigo.- termina mirando su reloj.

-¿Y que tal las prestaciones?- pregunta curioso. Talvez su rostro era demasiado para esta joven, seguramente quería estar un rato con él, ¿Porqué otra razón desearía dejarlo estar sin preguntar a sus jefes? 

-Son …buenas.- mueve la cabeza incomoda. El tipo estaba buscando seducirla , era obvio como la misma noche, igualmente era obvio que ella no estaba interesada pero no parecen tener el mismo hilo. 

-Ya veo…- sonríe recargando la mandíbula en su puño.- ¿Y todos los demás empleados son tan guapas como tu o eres la joya de la corona?- mira su identificación en el pecho de su uniforme. – Ryshta… ¿Y si mejor te llamo Annie? Es mucho mejor para tu carita.- 

La recepcionista sonríe agachándose bajo la mesa.

-¿Fue demasiado directo para ti, hermosa?- pregunta esperando a verla de nuevo. 

Entonces la figura volvió pero esta vez era más alta y no era mujer. 

-¿Vas a quedarte a descansar o llamo a seguridad?- pregunta apuntandolo con unas pinzas de electricista. 

El Hombre frunce el ceño retirándose a la recepción, no sin dejar de mirar de vez en cuando de nuevo a la mesa y fulminar al electricista que lo vigila hasta verlo entrar a la zona del tren. 

-Ese tipo de idiotas son una peste. -murmura mirando a la joven recoger sus pertenencias en el bolso.-¿Te acompaño a la residencia?- pregunta mirándola mucho más frustrada. 

-Aunque fueras conmigo el ya sabría hacia donde voy.- lo dice colgándose el bolso en el hombro.- Este trabajo …este lugar es siempre tan agradable. – suspira la joven acomodando sus cosas en la bolsa. – A veces olvido como es allá afuera.- bufa acomodando su falda para caminar en esa misma pose.

-Te dolerán las rodillas.- apunta aun precupado.

-Crecí fuera de Delhi, ir de cangrejo para evitar a un pesado es mi especialidad.- es entre una broma y la frustrante verdad la que sale de su boca , despidiéndose con la mano ya de camino a la salida de empleados.-Descansa bien , compañero. – terminan antes de cerrar la puerta. 

Henry suspira recargándose en la mesa de recepción. 

La puerta se cierra automáticamente y las luces se vuelven tenues lentamente. 

Un guardia llega por la misma puerta por la que salió su compañera. 

Todo sucede con parsimoniosa indiferencia. Haciendo que piense en lo que la joven decía en la percepcion de alguien que no sabe nada puede tener de este lugar. Esa compañera era bastante abierta al mundo y su personalidad también era amable…entonces puede que de saber lo que sucede bajo tierra su actitud sea muy distinta con la verdad. 

No podía quitarles el trabajo a estas personas. Todas eran buenas , y habían sufrido dificultades que solo podía imaginarse , eran personas y no los monstruos que cada día juraba querer asesinar. Vengarse era difícil si entre los escenarios se veían estas personas que ni sospechaban que laboran sobre las puertas del infierno.

Preguntándose si el también añoraría este empleo de no saber nada o … no haber conocido a Huggy Wuggy de niños. 

Debía sacar al gigante azul algún día de este matadero.

Su visión logró ver como el guardia levanta el radio observando la zona a sus espaldas.

No es porque el este en recepción cuando debería estar en la residencia esperando a su salida del trabajo sino a lo que entro por la ventana del interior.

Con un empujón cierra la tapa eléctrica en el suelo, pasando al pasillo qué da directo al domo de la fábrica. 

-Hola. – saluda mirando al gigante azul en el centro.

Este lo ignora manteniéndose silencioso he indiferente a su presencia. Es esa indiferencia la que lo hace tomarse la libertad de tomar asiento a los pies de el gigante. Observando la comparación de su sombra y la de la criatura azul en el suelo a la luz de la luna. 

-No se como puedo acercarme a ti pero lo estoy intentando cada día que pasamos en esta jaula.- 

Un suspiro delata la respuesta ahogada del gran azul. 

-¿Quieres decirme algo?- pregunta recargando la cabeza en la pierna de felpa. – Hueles a pino. – suspira poniendo las manos en el pelaje revuelto del muñeco. 

Un estremecimiento es suficiente para saberse escuchado por Wuggy. 

-… y quiero que los sistemas de seguridad sean instalados antes de que me muera, no podemos permitir tales intrusiones cada vez que contratamos nuevo personal!-

Henry fue paciente para no alterarse pero rápido para ocultarse tras los dados de la base de Huggy Wuggy. Escuchando al hombre retar a los empleados. 

-Le aseguramos qué no volverá a pasar, nuestros ingenieros trabajan en un nuevo sistema de rastreo y vigilancia qué hará de vigilar la compañía una tarea tan fácil como voltear una taza sobre la mesa.- intenta defender la situación actual de las instalaciones qué llevaban tiempo programando para la fábrica y guardería. 

-No me importa si les parece que estoy siendo irracional, saben lo que pasará si algún infeliz entra a la compañía y abre la boca sobre cosas que no entienden. – 

-Sí señor pero a este punto el acelerar las cosas causaría una fractura en el sistema de registro en los experimentos y la guardería. – le muestra una gráfica pero el rostro de su jefe aun no mejora, siendo incluso apoyado por la estremecedora mirada de la secretaria. – Mire a Huggy Wuggy, su alimentación es dependiente de los movimientos de transportes de la línea ferroviaria externa a la fábrica. – 

-No me importa eso, Huggy acaba de completar la primer tarea que se le entregó, ¿Crees que puedo pensar mejor de tu desempeño cuando esta cosa cumple mejor con una tarea simple?-

-Con mucho respeto, no hay misión que esa cosa sin intelecto sea capaz de completar. – 

Ludwick deja salir un resoplido cargado. 

-Quiero que mañana mismo empiece la actualización de seguridad en la superficie y deja que los científicos, el psicólogo y nuestros guardias se encarguen entre sí. – tras dar la orden su atención va a ese muñeco azul en el centro de la habitación. 

El gigante no se mueve, incluso dejo de respirar al verse observado por ese humano tan peligroso para sí. 

-Nos quedaremos con este, denle algo de comer como premio. – comienza su camino a la salida. 

Henry deja salir una profunda exhalacion una vez se quedo solo con Wuggy.

Huggy aun sigue con los ojos a ese hombre, sabiendo que no hay trabajador que no le tema por alguna razón, siendo incluso el mismo quién necesitaba contenerse para no temblar. 

Mirando de soslayo a Henry a su sombra como si de nuevo lo protegiera quedando al frente de el peligro, siendo el niño matón del pasado y el mismo tonto qué lloraba cuando su amigo se fue de la mano con sus nuevos padres. 

-La nueva seguridad es contra ustedes. – le cuenta lo que escucho estos días. 

Mueve al fin la cabeza al escuchar una respuesta del joven. 

-Esta protegida de nosotros, es por eso que la necesitan.- suspira agarrándose a Huggy. -Creen que un grupo de estudio de los Smiling Critters escapó con información importante o fue asesinado por un guardia. – 

La mirada del joven subió rápidamente al rostro sonriente de Wuggy, buscando los restos de mas palabras por parte de este gigante. 

-Háblame más. – lo pidió pero su voz casi se convierte en un ronroneo solo por el placer de ser el objeto de un nuevo contacto con Wuggy. 

Esa sonrisa roja se encoge pero no desaparece, no se puede ir, solo dejando al peluche volver a su posición inicial. 

-Ve a dormir, déjame descansar de tu cara por hoy. - le pide esa voz tan Huggy. 

El humano deja salir un jadeo ofendido. 

-Esta bien, te vendré a ver mañana. – levanta su trasero del suelo con un gruñido, aferrándose a la pierna del gigante. – Me besas cuando se te pase el mal humor. – se despide palmeando más alto de lo normal. 

En consecuencia un gruñido de el gigante le advierte de lo pronto que podría perder la mano. Caminando directamente a la salida de empleados al otro lado de la recepción. 

Wuggy espero a escuchar como se retiraba para bajar de la plataforma de cuadros, encaminando se al otro lado del túnel. 

El guardia de seguridad le ve moverse y Wuggy puede olfatear el lodo del bosque en sus zapatos, siendo claro que era parte de la misión y su secuaz. 

Atravesó la sala en dirección a la habitación del tren a terminar con el trabajo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Veinte dias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bajo tierra las cosas no fueron mejores con el transcurso de los días y sus muchas peleas silenciosas. 

El ambiente entre los siete se siente cada vez más caldeado y Kickin llego a decidir apartar a los Bunzo al subirlos a la ventilación para mantenerlos a salvo y el mismo se mantuvo alerta intentando mantener a todos del mejor humor posible, o lo intento. 

Sus plumas se erizan cada vez que siente una mirada sobre el y debe mantenerse apartado. 

Esperando a que las puertas se abran o sean divididos por seguridad pero cada vez era más peligroso siquiera abrir la boca. Sus amigos se estaban desmoronando entre peleas y empujones qué no llegan a más solo por la intervención de DogDay o Bubba. 

Cada vez era más pesado el estado de sus mentes. 

-Quiero que mantengamos la calma. – pidió levantando los brazos para mantener a Picky apartada de Crafty. 

-Quizás cuando haga una sopa de cerdo. – gruñe pisando fuerte. 

La cerdita no se acobarda y ataca por su lado. 

-No me digas que quieres sopa, si se nota que lo que quieres es comer perro. - 

-Me estas cansando, cerda. – contesta empujando con la cabeza a Kickin. 

Esta ave se mantuvo clavada en su lugar con las garras en el concreto. 

-¡Nadie aquí tiene hambre, Picky, nadie quiere comerte aqui!- la detiene con un tono nervioso. 

DogDay en su esquina al fin se mueve acercándose a la discusión. 

-¡¿Ahora si te interesa?!- grito Picky empujando a Kickin en su dirección. 

-¡¡No te metas con Kickin!!- llego Hoppy furiosa al ver al ave en el suelo. 

-DogDay…. – el pollito esta mas preocupado por su líder, habían pasado estos días viéndole tan apartado. 

El perro observa a la cerdita de frente. Aspirando una gran carga que lleva a Picky cerca de un golpe ante la alta temperatura de este. 

-¿Cuánto llevas comiendo?- pregunta agachándose al nivel de su torso.- ¿Me dejas ver?-

Picky retrocede varios pasos tirando de su overol. 

-No. – responde negando. 

El perro suspira quedándose en la misma pose. 

-Si no me dices que te sientes mal , no podré ayudarte y tampoco nadie lo hará. – 

-Hablas como si se pudiera hacer ¡Como si pudieras hacer algo por ti mismo y no fueras otra de las mascotas de los humanos!-

-No soy una mascota.- corto los gritos con un murmullo cansado.-Nadie lo es , ni lo sera.- 

-¿Entonces qué es lo que somos?- pregunta Crafty.-¿Qué se supone que esta pasando?-

- ¿Como sabes que no nos encerraron para que muramos de hambre?- pregunta Picky.

-Solo tu necesitas comer.- gruñe bajando la cabeza al piso.-¿Alguien mas tiene hambre?- se levanto mirando al resto.

-No.- cada uno responde a su manera , excepto los Bunzo que desde lo alto afirman moviendo las cabezas nerviosos por su reacción. 

Bobby intervino mirando a la puerta.

-Talvez los trabajadores nos olvidaron.- opina moviendo las manos nerviosa.

El perro sigue sus movimientos sin responderle , fijándose en las garras de la osa al ir a su pecho.

-Tengo algo de comida.- les avisa abriendo el cierre de su torso.

La mirada de la mayoría se desvió sin control al pelaje rojo tan nuboso y suave del interior y su espeso estallido de pelusa hace que se sientan bastante atraídos por ello.

Bubba no estaba ni un poco interesado en eso , solo abriendo su propio cierre con ansiedad temblorosa.

-Tengo algunos bocadillos.- muestra unos paquetes de dulces.

DogDay de su propio espacio saca varias latas de comida , cigarrillos y dinero humano.Todo aplastado por la presión del cuerpo. 

-Veo que tienes tus propios gustos.- apunta Hoppy tomando la cajetilla del suelo, ahora el lider se ve más delgado de lo que era con todo lo que ocultaba.

-A los trabajadores les gusta.- responde cerrando el cierre.-Desde ahora los llevarás tu, Hoppy.- estiro los cerillo qué deberían acompañar a los cigarros en manos de la coneja y las latas las entregó a Bubba. 

La reacción de ambos involucrados fue bastante rápida. 

-¿Porqué me das esto?- pregunta Hoppy. 

Bubba por su lado comenzó a dividirlo , entregando galletas a Kickin para los Bunzo ,y caminando hasta Picky para darle una parte de la comida. 

-No tenemos mucho, lo siento.-da una disculpa a Picky en voz baja.

Después de verlos revolverse de esta forma con tal de ayudarla sus emociones se enfrían. 

-Gracias.- tomar la comida y el gesto fue como el fin de una ventisca en su interior, una vez la atención del elefante fue para ella , viéndose reducida a un sentimiento calido y sutil acompañado por su calma.-Bubba …-

El elefante suspira dejando salir el vaho de su propio cuerpo. 

-¿Desde cuando necesitas comer?- pregunta atreviéndose a estrecharla en un abrazo.- ¿Por qué ya no confías en mi , Picky?- lo pregunta muy bajito , solo para ellos dos.-¿Qué hice mal, Picky?-

Picky se quedo con la sensación del espeso pelaje azul contra su cuerpo y el aroma del peluche le hace relajarse por fin.

-Hay muchas cosas que quiero decirte ...pero tu eres leal al perro.-

Bubba no puede responder ni interrogar por esa desconfianza pues son interrumpidos. 

Kickin desde lo alto mira directamente a la zona donde el altavoz se oculta tras un capa de papel.

-Bobby BearHug , cruza la puerta izquierda.- dicta la voz en el altavoz.

La osa junto las manos apretándolas contra su estomago.

-Dog…- lo murmura asustada.

-CraftyCorn , ve por la derecha.-

-KickinChicken , deja a los Bunzo en el suelo y dirígete a la compuerta del centro.-

Kickin suspira agotado por todo lo que se avecinaba , adivinando lo malo que seria como para dividirlos de antemano. Salto con los conejos en su espalda , dejándolos en una esquina apartada del resto. Camino hasta la puerta sin mirarlos ,a este punto claro que eso solo haría mas difícil cualquier cosa.

-Kickin.- lo llama Hoppy nerviosa.

-Necesito salir de aquí …- debe ser sincero.-Ninguno de nosotros tiene la culpa de lo que nos sucede pero estamos atacándonos como si asi fuera …- voltea a verlos por fin.-No quiero que nos hagan esto , al menos no entre nosotros.-confiesa mirando a Picky.-Somos lo único nuestro y no sé si podremos sobrevivir si nos dividimos , chicos. -la puerta empezó a abrirse frente a los tres en espera.-DogDay siempre fue el líder porque era fácil cargarlo con las osas que no queríamos , no porque nos obligaran y es igual para mi o Hoppy o Bubba , él no era el líder porque esta gente así nos lo dijera sino porque nosotros lo quisimos.- 

-Kickin ...- DogDay no sabia que responder o si era algo a lo que debería hacerlo.

-Yo no estoy enojada con DogDay.- por reflejo se defendió Hoppy.

-No te lo digo a ti.- voltea saliendo de la celda.

Desde su esquina los pequeños Bunzo se despiden con un canturreo falto de palabras pero emocional. 

Crafty no tenia nada tan dramático que decir pero su mirada fue una ultima vez a la cerdita , avanzando a la oscuridad sin dejar de vigilarla.

Bobby tardo unos segundos mas antes de cruzar la puerta.

El resto en la celda se quedo en silencio una vez se cierran las puertas. Escuchando a los conejos roer un pieza de galleta cada uno.

Hoppy los observa curiosa por la forma en la que muerden y comen sin abandonar la pequeña zona segura que les dejo Kickin. Eran bonitos y amarillos , eran tan amarillos. Incluso pudo volver a escuchar las bromas de Kickin , las que solo le susurraba a ella.

Llamando a estos conejos amarillos sus bebes fuera del matrimonio.

Un chiste que la persigue mas que nunca. Ella podría tener algunos años extra pero solo era un muñeco de carne retorcida , añorando la ignorancia de hace algunos meses , casi olvidando lo hermosa que era la vida cuando era una niña de piel y pequeña. Las cosas pueden ser como les dijo Kickin , tan cobarde que solo hablo cuando ya no estaría en la misma celda se atrevió a opinar , ellos decidieron que DogDay fuera el líder siendo que bien pudieron ignorarlo siempre. Solo era el líder porque decidieron que el debía soportar a los adultos con los que hablaba con tanta tranquilidad , así como le dejaron decisiones y el peso de responsabilidades que los asustaban.

No fueron obligados antes a escucharlo ni a obedecer. 

Fue su decisión seguir a ese niño tan entrometido, ese que llegaba a donde se escondieron para hablar o que los animaba a jugar con otros niños y les ayudaba a ser mejores. Encontraron lo que les gustaba cuando creían que solo había que esperar a que el dolor se los comiera. 

 

 

 

 

DogDay era ese niño pero quienes decidieron ir con él fue la niña o el niño que fueron. 

Lo que sucediera en el camino era un evento al azar, como las piedras o la lluvia. El cómo lo sobrepasaron sería la respuesta para el futuro que deberían dejar que les caiga sobre la cabeza. 

Es una epifania que no es tomada de la mejor ni la más atenta de las formas, alimentando un rencor dentado en su interior, quizás hasta que pierdan parte de lo que les queda de su centro. 

Un enigmático desastre venido de la violencia creciente en sus corazones. 

Un deseo, un instinto por construir o el final de un camino al abismo.

-Hoppy Hopscotch y PickyPiggy quédense en la habitación. – 

Pronto sabrían a donde llevarían su futuro, solo debían dar el paso a la puerta. 

-Bubba Bubbaphant y DogDay, vayan a la puerta principal. – 

Los Bunzo se apiñan excepto uno solo, la pequeña coneja amarilla, corrió a escondidas a montar la cola de DogDay antes de que este se levantará del suelo. 

Las dos chicas observan al par salir por donde DogDay salió a matar. 

Hoppy gruñe yendo a la puerta justo cuando se cierra, golpeando con el antebrazo el metal que las une. 

-¡¿Porqué los chicos son tan fastidiosos?!- debe reclamar volteando a ver a Picky. - ¿Y tú, qué te ocurre a ti?-le pregunta a la cerdita inclinando el cuerpo a un lado. 

La cerdita cruzo los brazos, haciendo que su cuerpo resalte por la delgadez de su cintura a comparación de las fuertes piernas. Su pezuña izquierda golpea el suelo un momento antes de apuntarla. 

-¿Intentas seducirme?- pregunta Hopscotch, imita la posición al pararse frente a la puerta. 

Picky bajo la mirada, aturdida por las cosquillas qué llegaron a su cabeza al ver lo largas que eran las piernas y esas patas tan tupidas parecían de un conejo real, el aspecto de Hoppy no dejaba mucho a la imaginación. Presiona la pezuña sobre su frente para aclararse y pensar fuera de esa bruma caliente. 

-¿Te gustaría comer perro alguna vez?- le pregunta casi como si fuera una broma jocosa. 

Hoppy sintió su pelo erizarse hasta la punta del rabo. 

-Nunca. – negó perdiendo el aliento asustada por algo que no comprende . 

La cerdita baja la pezuña, su actitud divertida vuelve a ser nula y sus brazos caen a los lados del cuerpo inclinándose al frente. 

-¿Puedes imaginar mi sorpresa cuando supe que en esa caricatura el papel de la cerda es ser la cocinera y la tonta? Mientras que la osita era la tierna a la que todos quieren incluso si no hace nada, ¿Y tú?- reta. 

Hoppy bufón, ese programa la exasperaba. 

-Es un programa de televisión, solo somos copias de los dibujos de alguien allá afuera. – 

-La conejita verde es la mejor amiga de todos, incluido de los malos… todos quieren a la conejita. – suspira doblando el cuerpo hasta ocultar su cara. – Y a la cerdita le hacen chistes sobre lo gorda que está todo el tiempo… todo el tiempo la tratan como un chiste. – 

-A Kickin lo pintan como el chico mas peleonero, genial y rebelde pero tú y yo sabemos que eso es falso, solo es un chiste. – recalca el resto de lo que sabe de ese programa.-Kickin odia pelear. - 

-Igual que un aburrido perro de color naranja que se desvive para un amigo que no es amigo de sus amigos, un idiota que piensa solo en construir una vida con una persona que nuestros personajes no conocen.- esa parte era algo risible. Tan cercano a la realidad. 

Hoppy desvío su atención a la cámara. 

-Cállate, Picky. – le pidió nerviosa. 

-Antes parecías enojada con DogDay… pero ahora veo que solo era un berrinche. – murmura burlona. Eres una niña enojada porque su hermano salió a hacer algo divertido sin ella.- Puedo verlo claramente , hermanita. - 

-No puedes ver nada si no levantas la cabeza. – Hoppy sacudió los puños cansada de discutir con Picky. 

La cerdita apretó la comida en sus brazos al acercarse un par de pasos. 

-¡¡Todos ustedes me culpan por seguir en este infierno, lo sé bien, lo sé!!- comenzó a gritar. -Lo veo cada vez que hablo, solo quieren hacerme daño, y lo sientó pero ya estoy cansada de fingir que no los entiendo. – 

Esta forma de describir su propio actuar le hace recordar que Picky no era de cartón, era sensible y no solo una loca pesada. 

-No te odia nadie, Picky, tu no lo entiendes pero esto no es tu culpa. – intento aclarar lo qe sabe es su propia culpa. Había sido demasiado ruda con su hermana. 

Picky deja escapar una risotada. 

-¿Entonces es culpa de Doggy?- escupió literalmente al usar el apodo de Hoppy para el perro. - ¿Es su culpa por no salvarnos cuando lo liberaron por primera vez? el debio dejar que lo mataran a balazos…. QuQue sean solo pedazos pero debió sacarnos… ¿Es eso lo que quieres decir?- 

-Picky… - sus garras se tensan antes de que pueda responderle.

 

 

 

-Nosotros hemos notado las fluctuaciones en sus relaciones, por ello hemos decidido darles una actividad muy importante para los siete. – 

 

 

 

 

Las dos levantan la cabeza preocupadas por la voz diferente, esta vez era una muy conocida. 

 

 

 

-Doctora…es esa mujer. - suspira en la celda Kickin, mirando de soslayo a Bobby en la otra punta de la celda. El día que sus dientes se cayeron esa misma voz estaba en la sala. 

 

 

 

 

-Creo que es Laura. - apunta nervioso Bubba dirigiendole una mirada ansiosa a DogDay en la puerta de su propia celda. 

 

 

 

Crafty en soledad tomo asiento en una esquina contraria a las puertas, preparando las patas para saltar en caso de un ataque. DogDay había matado a escondidas a humanos pero ella dejaría marcas en video. Solo de esa forma creerían que fue ella y no sus amigos. 

 

 

 

-La actividad se trata de una competencia. Una en la que el primero en cortar la cabeza del otro será liberado de vuelta a cumplir sus funciones pero si se niegan serán reemplazados por nuevas criaturas. – 

 

 

 

Bobby pega la espalda contra la pared siendo lentamente qué su cuerpo se rinde al suelo, observando el aspecto esponjado de Kickin. 

 

 

 

 

 

 

-Sabemos que entre ustedes han habido asperezas qué no son útiles y también han desarrollado un ego desenfrenado. – 

 

 

 

 

 

 

 

DogDay levanto las manos atrapando su cabeza con el dolor de siempre bien presente de nuevo, mientras a unos metros Bubba comienza a golpear la puerta con las patas delanteras.

-¡¡Hicimos lo que nos pidieron, fuimos buenos!! ¡¿Porqué nos hacen esto?!- chilla mirando al perro al otro lado de la habitación, negando con la cabeza vuelve a gritar a la puerta. - ¡¡Picky!!-

 

 

 

 

 

 

-Con esta actividad esperamos que puedan ser capaces de recordar como es su vida ahora y dar a los trabajadores el respeto que merecen y se ahorren sus travesuras arrogantes. – un suspiro resuena en las bocinas. – Tienen hasta mañana para terminar, recuerden que es una orden y sepan que ninguno de ustedes es indispensable. – 

La primer hora comienza con la imagen de un conteo digital expuesto en la puerta principal de cada puerta. 

 

 

 

 

 

 

 

 

DogDay suspira tomando un lugar en el suelo para descansar, observando al elefante golpear las puertas sin resultados. Dentro de su distracción un sonido agudo lo hace mirar al espacio entre sus patas. 

-Hola. – saluda al pequeño conejo amarillo, tocando las patas delanteras qué le extiende. – No debiste salir con nosotros. – suspira acariciando las orejas de conejo. - ¿Al Menos comiste algo?- preguntó sacudiendo su pequeña cabeza. 

El conejo movió las patas quitándose de su agarre con una expresión sonriente. 

DogDay la atrapa en las manos, llevándola a sus rostro sonriente. 

-Tienes mucho de que hablarme, Angélica. – su tono es pasivo, bastante relajado y más mientras ese conejo le da en respuesta a su reconocimiento unas orejas agachadas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kickin tomo una esquina contraria a Bobby, observando esas garras con un poco de preocupación pero esa sensación de peligro es culposa pues la gran criatura con las garras monstruosas se encuentra con el rostro fijado al suelo y llorando tan fuerte sin lágrimas, solamente quejándose y gritando mientras su cuerpo se estremece de miedo en su propia soledad. Kickin quisiera consolarle pero …estaba muy asustado.

Bobby lo superaba por demasiado peso y fuerza , con esa garras tan fuertes en las cuatro patas y el solo era un pollito con un pico duro y dos garras finas. Aun mas grande es su miedo a perder a su amiga , preguntándose si Bobby lo atacaría y mas pensando en si en algún momento él lo haría. Además de preguntarse si Hoppy estaba bien o con quién estaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por su parte la coneja esta subida en el techo , cargando a los conejos amarillos en sus brazos los metió de nuevo a la rejilla con mucha menos limpieza en sus movimientos gracias a las garras de sus manos.

-Los proteges de mi.- apunta Picky desde el suelo.

Hoppy no le quiere responder, simplemente le compartio su inquietud. 

-Falta uno.- responde revisando una vez mas a los 29 conejos.

-Entonces debió ser la cerda la que lo comió.- contesta desde el suelo Picky. 

Hoppy salto desde el techo al rebotar de la pared a este para aterrizar a cuatro patas frente a la cerdita, chocando sus miradas en la oscuridad, huvo una gran oportunidad para comenzar a pelear. 

-No creo eso , debio irse con uno de los otros.- retrocede sentandose en el suelo.

Picky imita el movimiento yendo a una parte de la celda contraria al respiradero o la coneja.

-Bien podríamos pelear y al ganador lo mataría alguno de los monstruos de la suerficie.- suspira. - No quiero enfrentarme a PJ. - 

Aquel punto llama la atención de Picky. 

-Crees que puedes ganarme.- le cuestiona Picky.

La coneja levantó las garras. 

-Si , estoy segura.-

Picky inhalo profundamente. 

-¿Por qué solo hasta hoy me doy cuenta de lo mal que me caes , conejita?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la celda de Bubba y DogDay algo de paz se recupero una vez Bubba supero el miedo para acercarse al perro y hablar.

-El ejercicio no tiene sentido.- debe quejarse.-Nos han tratado como un equipo desde que fuimos reunidos , no hay razon para que nos matemos entre nosotros.-

-A menos que seamos considerados por debajo la media y decidieran que pueden hacer algo mejor.-

Bubba apreto las patas sobre su cabeza.

-No lo entiendo , somos buenos y obedientes , ¿Qué otra cosa pueden querer estos enfermos mentales?-

El perro mueve los hombros.

-Yo tengo mi fallas pero me cuide de no mostrarlas …talvez sepan lo que hice y esperan una confesion.-

-No hay microfono ni hicieron preguntas.-

-Tal vez no sea necesario.- suspira rascandose las orejas con ambas manos.-Deberas matarme , de otra forma-

En un segundo su cabeza chocó contra el suelo por el peso de la pata suave en su espalda.

-Yo no voy a matarte ,eres mi amigo y el que me quieras hacerme cometer tal cosa me hace enojar.- lo dice usando por fin la voz ronca que desarrollo en este cuerpo monstruoso.

El perro giro logrando librarse usando la fuerza de todo el cuerpo en una palanca , tirando al elefante de cara al suelo.

A diferencia de DogDay , Bubbba no era tan veloz y su fuerza era la de un tanque imparable pero con un equilibrio pobre y frágil , más la nula agresividad que disponía en su cuerpo que lo hacía reaccionar lento a las imágenes residuales del movimiento del perro. Siendo tan tarde como fue dejado en el suelo que se dio cuenta de cómo el perro fue capaz de librarse solo sacrificando algo de pelo.

Si tuviera garras que se fijaran a la carne esto no ocurriria. 

-¡¡Si te digo que hagas algo, lo haces!!-

El elefante en un momento termino clavado contra el muro, recibiendo el impacto de escombros sobre su cuerpo. 

-¡¡Levántate ahora mismo!!- continuó gritando el perro esperándolo. 

No fue como con Hoppy, con ella no fue ni un tercio de lo violento qué con Bubba. 

Vamos. Bubba era grande, era un chico y no podía ignorar su gran fuerza y peso. 

Bubba en el montón de piedras levanta la mirada. 

-Prefiero que esos idiotas entren a volvernos colador a punta de balazos antes que pelear contigo , perro pendejo. – fue serio y fuerte su tono. Demostrando su madures al mantenerse firme y sin tanta rabia en su voz. 

DogDay levantó los puños, demostrando sin querer las garras cuerdas y gruesas entre su pelaje , guardandolas al cerrar los puños. 

-¡¡¿Por qué? Solo dolerá más imbecil!!- le cuestiona directamente. 

El elefante bajo la mirada, y sus cejas se arrugan delatando lo mucho que le dolía decirlo. 

-Porque quiero al cielo, Doggy. – murmura quebrandose su voz. – Yo no quise matar a Daysi ni lastimar a PJ.- aspira profundo. - Yo no quiero volver aquí cuando muera. - 

El perro deja caer sus hombros, avolviendo lentamente la realidad. 

-Bubba…- suspira. 

El elefante en un segundo, con solo mirarle a los ojos le trajo de vuelta a Christian. 

Es un niño asustadizo que en su primer casa hogar era invisible , el cual lloraba cuando debía tomar un baño o se resistía a salir de debajo de la cama cuando el miedo se lo comía vivo en un recinto desconocido. 

Viendo al mismo niño listo que solo confío en el cuando le trajo un libro robado de los cuidadores para que él fuera quien le enseñará a leer. 

Comprobando qué la posición boca abajo era exactamente la misma. 

-Lo que nos pasó…- comienza a dejar salir sus palabras solo para el perro. 

-Esto, todo esto que nos esta pasando… - suspira ocultando el rostro en las piedras. – Esto es algo simplemente doloroso, algo malo y no me cambiará, no importa si me duele o me odian o ya no me creen humano… yo soy lo que decido y no soy un asesino ni un traidor. – suspira levantando una gran nube de polvo. -Si quieren matarme qué lo hagan, solo dolerá un momento… Pero no me harán matar a mi hermano, a ti no, Dog. -   

El perro bajo los puños arrodillándose. Cansado de discutir toma un descanso. El tampoco tenía energía para pelear con Bubba ni quería tenerla, solo deseaba descansar del dolor de cabeza. Olvidar cuánto de ese amor era pisoteando cada vez que los cortaban. 

Eran sus sentimientos lo único que podían proteger, un recuerdo y el amor que siente por Bubba, tanto como se sabia amado por primera vez por un hermano de verdad. Un hermano que lo amaba y podía amar sin miedo a ser herido. 

-Si me matan a mi… ¿Cuidarías a los que queden por mi?- pregunta mirando al suelo decaído.

El aspecto de ese niño, el recuerdo de Christian durmiendo en sus brazos y lo importante que fue aprender a leer con él. Todo lo tenía aquí. 

Se podía perder y lo haría, cuando lo mataran. 

El elefante se quedó en el mismo lugar , pensando profundamente en su petición. 

-No soy el líder que necesitan, lo siento. – admite su deficiencia y el pánico que sentía a ser el líder del que dependiera sus amigos. – Le pasaré tu mensaje a Hoppy. – sintió que debería sonreír y burlarse del drástico comportamiento de Dog. 

DogDay tembló por un segundo para comenzar a reír sin control, cada vez mas agitado y risueño. Sacudiendo sus hombros con cada carcajada salida de su boca. Bubba se ve obligado a compartir esa misma risa, temblando en el suelo donde gira y sus ojos se relajan cuando el perro llega a su costado para tomar lugar a su lado. 

Ambos estiraron las manos cubriéndose de la luz con éstas para descansar al fin. 

-Si nos mataran, seríamos libres.- suspira Bubba un último aliento antes de dormirse. 

-Me gusta un niño.-

-Puto.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kickin y Bobby estaban sentados espalda con espalda, mirándose las manos y garras. 

-Alguno se peleó. – murmura Bobby. – Creo que fue Bubba, sonó muy fuerte. – mira al muro que se sacudió dejando caer virutas de polvo gris. 

-Si… Sonó muy feo. – asiente Kickin sin mirar al muro.-No van a llegar a nada con Bubba. – 

-Bien… puede ser su ventaja ser Bubba. – doble las rodillas abrazandolas contra su pecho. – Espero que no nos mate Mommy, ella me cae bien. – 

Kickin se estremeció pensando en la araña rosa y la paliza que le había dado a Crafty. 

-Creo que come y defeca por la boca. – 

Bobby sacudió las orejas alterada. 

-¡No seas asqueroso!- lo regaño. 

El pollito deja salir algunas risitas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoppy observa a Picky comer de la lata de carne adobada con una actitud bastante relajada, moviéndose sus orejas y el resorte qué tiene por cola al ritmo de sus murmullos gustosos. Lentamente la coneja comienza a sentirse adormilada por el canturreo de Picky, sumiéndose en el recuerdo de las literas y las niñas pequeñas que jugaban con sus muñecas mientras ella intentaba dormir. 

-¿Quién crees que nos mate?- pregunto sin bajar de la pared. 

La cerdita dejó de mover la cabeza y las orejas quedaron firmes. 

-Seguramente un imbécil, DogDay le tiene terror a Boxy desde que era humano, pero él que puede con nosotros es Wuggy… Aunque solo tiene una boca de prostituta mordelona. – 

Hoppy levanto las orejas confundida. 

-¿Y eso que es?-

-Que muerde, y tiene boca roja. – responde segura de ello. – Mamá las odiaba. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

CraftyCorn esta esperando desde hace tanto que sus cuerpo ya se sentía cansado y aburrido. 

-¿Quieren enviar al alguien que me de una paliza o puedo seguir con mi día?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No salió como esperábamos. – 

Los nuevos encargados del proyecto de las criaturas sonrientes, todos dispersos pues antes tenían sus propios proyectos, observan las cámaras con rostros ansiosos. 

-Se suponía que se mataran, ¿Qué sucede con ellos?-

-Funcionó con las primeras arañas. - 

-No parecen interesados… ¿Sería mejor liquidarlos y reiniciarlos?-

-Las pruebas anteriores se han perdido pero no es posible reiniciar si siguen convida los primeros. – 

-No podemos disponer de fondos tan fácilmente. –

-Entonces olvidemos el reinicio y comencemos la nueva rama de criaturas. – 

Desechar a un experimento ajeno era bastante atractivo en lo que a ahorrar tiempo respecta y después de todo estas siete criaturas estaban incompletas a falta de la luna y liberarse de ellos experimentando con los cuerpos resultantes de un altercado, o lo que pudieran disfrazar como tal, era demasiado atractivo. El solo pensar en los avances que abrían en sus propios proyectos si pudieran ponerles las manos encima al menos a las células del magnifico elefante era demasiado estimulante. 

Eliminar números y reciclar no a salió bien, el tiempo en que seguridad no los vigilaría esta acabándose. Deberían repetir el experimento de otra forma, renunciando a capturar el trabajo de los científicos anteriores. 

-Es una lástima. – suspira la doctora observando a cada una de las pantallas. – Yo creí que podría volver a ponerles las manos encima a tan encantadores niños. – su lamento la lleva a recorrer con la punta de los dedos la figura del ave amarilla. Ese niño era tan bonito cuando era humano, tan dócil y divertido como un verdadero pollito. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las diez horas transcurrieron y cada uno se preparo o simplemente espero con los ojos cerrados a la entrada del verdugo. 

Siendo Bobby quien sorprendió a Kickin al momento de sujetarlo contra su pecho y protegerlo con la vista fija a la puerta abierta. 

Descubriendo lentamente cada uno de ellos que del otro lado estaban los otros con esa misma espera fatídica en sus rostros

La primer reacción de la coneja en las paredes fue saltar desde lo alto para encontrarse con los tres. 

-¡Chicos!- chilla una vez el abrazo se apretó con Bubba, Picky, Crafty, DogDay, y el gritito de Kickin aviso de la muy apretada bola qué lo estaba asfixiando. 

Era imposible ignorar por mas tiempo ese sentimiento. 

Siendo un poco sorprendente para el grupo el ver a Hoppy tomar el rostro del ave, levantarlo hasta que las patas de esté quedaron colgando para chocar sus rostros como si fuera un beso. 

Y lo era. Se nota cuando un ronroneo escapo de ambos.

Bubba mira en pánico la cámara pero la descubre cubierta tras su espalda al igual que del otro lado el cuerpo de Bobby los cubrió igual que ella misma a sus ojos. 

-Oh , vaya…- exclama DogDay bajando la cabeza pero no se separo, por quien sabe que tipo de camarería se quedo incluso cubriendo cuando los dos comienzan a llorar sin lágrimas. 

-No fingiré que no me repugnan.- anuncio Crafty volteando la cabeza.-Qué vivan los novios. – volteándose de frente a la cámara. Su cabeza se inclina molesta.-Que día de porquería.-

 

 

 

-Son mucho mas leales que los de la estación .- apunta un cientifico anotandolo en su libreta.

La doctora tenia su propia idea para lo que sucedía en la celda donde estas criaturas se han amontonado. La cuestión de la lealtad ciega podria ser el punto de vista correcto si estas criaturas han estado en ambientes dispersos. Aunque ya no puede ser algo tan sencillo y pasional como tal cosa. 

Aunque los pusieron unos contra otros aun quedaba otro tipo de experimento aparte del aislamiento.

La socialización y sus efectos en un grupo normalmente hermético expuesto a un elemento extraño.

-Estoy ansiosa por conocerlos mejor , niños.- sonríe mirando al líder girarse en dirección a la cámara.

Pudo alucinarlo o no , pero algo le hizo sentir que esa gran sonrisa era todo menos una buena señal.

El horario de vigía se acaba cuando quiso encender el altavoz. 

 

-Señores, retiren ce de las instalaciones hasta que se les llame.-

Los científicos no veían razones para resistirse a las órdenes del guardia qué no tuvo ni una mísera pizca de cordialidad para abrir la puerta entrando con su orgullosa arma en mano. 

Lentamente salen siendo revisados sus bolsillos por un segundo y tercero. 

-Las nuevas órdenes prohíben sacar cualquier elemento de investigación del departamento de proyectos fuera de las instalaciones.- 

Observan como arrebata los libros a un científico, los tiran sobre la mesa del interior sin cuidado. 

Pasaría bastante tiempo antes de que la seguridad dejara de tratarlos como criminales después de la desaparición de los otros tontos. 

La oficina fue abandonada y cerrada desde el exterior. 

 

 

 

Incluso la alarma de movimiento hizo del suelo y el ambiente mismo vestirse de un rojo brillante. 

Es un sonido y después una rejilla abriéndose la que delata la presencia de una pequeña criatura amarilla, que en este ambiente parece naranja. 

-¡Hih!- exclama saltando. 

Detrás de ella venía una sabana a la que estaba atada, colgando por encima de la mesa bajo muy lentamente. Levantó la mirada y desde arriba los pequeños muñecos iguales a ella la saludan. 

La conejita mueve la cabeza arrastrando cada libro cercano a la cobija, el nido funcionó como una canasta que suben los otros conejos con un coro silencioso de pujidos por el esfuerzo. 

Repitieron la operación con cada hoja y libro sin importar si era demasiado pesado. Siendo el último una carpeta sacada del cajón de la mesa, una tan pesada que casi hace a la conejita caer más de una vez. 

Subirlo y meterla al aire acondicionado llevo mucho más tiempo y esfuerzo que pasar granito a camiones. 

Por último se robaron los dulces y los sobres de azúcar y café, a ninguno le gustaba pero olían rico. 

Justo cuando una figura se paro fuera de la puerta subieron a la coneja y cerraron la reja. Huyendo en fila con su botín. 

El regreso fue guiado por mas de un explorador al ser difícil encontrar la jaula de sus 7 gigantes y no entrar al recinto de la espectacularmente aterradora Mommy. 

Llegando al fin a la celda donde los siete parecen haber recuperado el ambiente de varios días atrás. 

Golpea la conejita esperando. 

-Bubba, son tus libros. – exclama Dog mirando a lo alto. 

Hoppy recordó a los Bunzo, viendo a Kickin saltando a recogerlos pero su sorpresa al ver los papeles y cuadernos fue visible. 

-¿Qué es todo esto?- pregunto bajandolos en su espalda.. 

-Es todo sobre nosotros… - la atención de Bubba se quedo en el paquete amarillo que costaba demasiado sacar. – Kickin, ¿Me pasarías eso?- le pide guardando los otros libros en el cierre. 

El ave sube por ese foder, sacando en ello todos los cuadernos y hojas. 

-Que la cámara no lo vea. – alerta lo ma tranquilo que podía. 

Hoppy salto por encima de él atrapando cada hoja. 

Kickin en lo alto mete el brazo para alcanzar al último Bunzo y el montón de sobres de café que se robo. Su cuerpo se relaja disfrutando de lo divertido de esto.

Hasta que de soslayo justo antes de bajar sus ojos vieron una araña. 

Volteo de nuevo al interior del aire acondicionado. 

La oscuridad completa de ahora no tenía nada que ver con el reflejo metálico de antes. Cerró el aire decidido a no volver a meter a Bunzo en este nunca más. 

Al bajar entrego el folder al elefante. 

Este toma asiento dando la espalda a la cámara. 

-Son radiografías. – les avisa abriendo el papel con un tirón al lazo. 

Del interior saco un gran número de placas azules y grises. Marcadas por clips qué las dividan por cada uno de ellos. 

-Este soy yo… - jadeo Kickin mirando una miniatura de su rostro en una esquina, dicha fotografía estaba pegada a varios documentos con líneas censuradas en negro. 

-Tenias razón… - suspiro Crafty al ver su fotografía en la siguiente placa. – Esa era yo. – murmura rompiéndose su voz en un hilo. 

Las pezuñas de Picky le arrebataron el pedazo con su propia fotografía. 

-Era tan bonita… - susurra. – Era tan delgada y bonita…- se queda con ese recuerdo sin interesarse en lo que Bubba lentamente descubre de los documentos. 

-Nos prepararon desde hace mucho… desde antes que nos trajeran fuimos seleccionados. – 

-No me importa eso.- interrumpió Bobby. - ¿De que nos serviría eso ahora?-

-Podríamos estorbar a los científicos, salvar a los niños de verdad. – 

-Si lo que dices es verdad, están condenados desde que entran.-

-El plan de DogDay seguiría siendo el mejor. – 

-¿Esa es Sally?-

Todos observan la fotografía de la niña marcada de rojo. 

-Ella no tenía un nombre como el nuestro. – apuntó Crafty. - ¿Qué le ocurrió?-

 Bubba lee lo más rápido que podía entre los borrones. 

-La sangre dejó de ser buena y la mato. – 

-¿La sangre te puede matar?-

-Aquí dice que el efecto autoinmune rompió los eritrocitos y creo que esa es la sangre o el plasma… el punto es que su sangre la mató. – tiró a un lado el documento.. 

-A esta la conozco, era del bloque 2, ¿Ustedes conocían a Elena?-

DogDay levantó sin darse cuenta las orejas al escuchar el bloque de Theodore. 

-¿También sacan niños de ese bloque?- su voz se quebró nervioso. 

Bubba le mira de soslayo sin responderle. 

-Era mas pequeña y si se logró pero escapó… y mató a muchas personas. – cambia la hoja. – La eliminó 10018. – 

-¿Ese quien es?- pregunta Bobby mirando la fotografía de la niña. 

-Es Huggy Wuggy. – les dice eso mirando a los documentos. 

DogDay retrocede llevándose las manos a la cabeza. Recordando. 

Recordado su piel en una mesa y sus ojos incapaces de cerrarse, ardiendo como el infierno y escuchando cualquier cosa que no fuera el filo qué le cortaba. 

La muerte qué contaban entre risas, un monstruo muerto a manos de otro. 

-Ella era CatNap. – mira la última radiografía.-Era la octava y la primera de nosotros. - 

-Al menos los gatos son bonitos.- gruñe Picky guardando en su cierre su propia fotografía. 

 

-Esto es estúpido. – gruñe DogDay mirando a sus patas. No alucinaba, a Huggy lo enviaron a matar criaturas rebeldes y podía sin problemas contra uno él solo. 

 

 

 

 

 

Notes:

Recuerden a Angélica, ella no se acordara de su nombre si la olvidan.

Gracias por leer.

Chapter 17

Summary:

Si se preguntan porqué aun Theodore no le da nombre a DogDay... Pues pueden hacer sus conjeturas. Theodore duda mucho siempre cuando tiene que decir el nombre de las personas.
Espero que puedan darse un par de ideas de las razones para ello.
Viene siendo un rasgo muy importante de su personalidad.

Gracias por leer.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

Lamentaba mucho haber dicho algo al perro. El tiempo le advierte de la mala decisión que tomó. 

Habiendo pasado dejándole su espacio para pensar en lo que sucedió dentro del cuarto de lavado . 

 

Aunque ya era hora de dormir, algo incómodo por la forma en la que los apiñaron en bolsas de dormir en la estación del tren, los niños tardarían en lograr dormir dado la poca familiaridad que tenían con este ambiente metálico. 

Es esa la razón por la que la oscuridad sorpresiva les aterraba y sin algo a lo que aferrarse no humano. Al menos esa penumbra fue interrumpida por un resplandor cada vez mas cercano a ellos. 

Algo que los puso nerviosos muy pronto. 

-¡Todos estén tranquilos! ¡Gumball, viene a jugar!- avisa una niñera, apuntando al resplandor. 

-¿Por qué Kickin no vino también?- pregunta un niño entre el montón. 

Mas de uno compartía sus dudas y la necesidad por tener cerca a las siete criaturas. 

Hace mucho que Mommy fue llevada y se suponía que no la verían hasta el día siguiente. Haciendo que la falta de alguna de sus criaturas guardianas les siente de muy mala manera a los niños que ya acostumbraban a tener gigantes resguardado su seguridad.

Tratándolo con cariño o escuchándolo en vez de hacerlos callar como hacían los trabajadores de la superficie. 

Los niños estaban abiertamente asustados sin ningún guardián cerca. Y era por las penumbras que los rodeaban ante el corte de electricidad tan grande. Ni siquiera una de las más pequeñas luces les daba refugio en la noche, estaban atrapados en las penumbras de los juegos de la estación.

Ese gato de cuatro llantas vino hacia el grupo maullando dulcemente. 

-¡No hay que tener miedo! ¡¿Todo estará bien? ¡Claro que sabemos que así será!- consuela alegremente con su linda voz androgina. – Solo coman chicle y soñemos con el día que nos saquen de las sombras y el sol brille sobre nosotros otra vez. - 

Los niños parecen más aliviados de verlo pues su espalda brillaba y la oscuridad era menor una vez estaban a su alrededor. Al menos no era humano. 

 

 

 

Theodore miraba al grupo de niños acomodarse alrededor del gato mientras los cuidadores discuten la situación bajo el juguete de resbaladillas donde se escondió Theodore. 

-La electricidad ya se retraso demasiado. – 

-Debemos esperar, ¿Tiene sentido? – da una queja en voz alta otro trabajador de la estación de juegos.-Es como que no saben ni poner un enchufe que funcione. – gruñe cruzando los brazos. – Es por tantas mujeres, deberían estar en la cocina. – 

-Pues tu eres hombre y no te veo resolviendo el problema. – 

-Aquí ninguno de nosotros sabe una mierda de electricidad, dejemos de atacarnos. – interviene la cuidadora del ala tres. 

-Estoy harto de trabajar con mujeres, maldición. – 

-¡¡Pues ve y masca pitos, tal vez eso sirva de algo, inútil!!- estalló la niñera del ala uno.

-¡Perra!-

-¡Tu madre en cuatro, puto!- responde casi soltándose de su compañera.

Theodore se cubrió los oídos. Escuchar peleas no era para nada útil. El quería saber algo sobre este apagón, nada más. 

-Vete a la mierda loca. - 

-Vuelve a gritar y te arrancó el pené, maldito fracasado.- amenaza Grayber. 

La pelea se acabó una vez ella lo amenazó con un cuter sacado de su escote. 

Los trabajadores se dividieron tras esto, yendo los hombres de la estación a sus oficinas, mientras los de la guardería se quedaron juntos en los mismos juegos. 

Sabía que comenzó en los pisos inferiores a la guardería y qué de ahí subió mas allá de la superficie y por alguna razón escuchaba la alarma de incendios por el túnel del tren pero no olía a quemado. 

Esta noche a sido muy molesta, mucho más que las anteriores tres que los llevaban metidos en juegos y comiendo en la cafetería de los adultos. Al menos podrían llevarlos afuera pero no han hecho ni el intento de ello. 

“Con DogDay aquí si lo hubieran hecho” “Hoppy si jugaría con nosotros” “Quiero ver a Bubba” 

Escucho a algunos niños quejarse. 

No les daría la razón. La idea de meter en esa clase de problema a su amigo… 

-Eres mi amigo.- cubre su rostro con las manos, girandose a un costado. 

Bufa una vez el grupo de empleados se retira y puede volver a dormir. 

El techo del lugar era tan alto y oscuro, daba miedo. 

Aunque estaba más triste que asustado después de estos días entre los adultos qué fingen que no existían entre sus rondas laborales. Ninguna mascota de la guardería estaba presente y era como perder a un familiar, otra vez. 

Había sido rechazado por su perro. 

Lo batearon, como dicen por ahí. 

Era algo que no esperaba, debía admitir que no lo esperaba, después de todo fue su amigo el primero en continuar ese beso hace tanto tiempo. Creyó que solo necesitaba dar un paso para volver a ser recibido con tanto cariño como esa vez.

Enamorarse era de verdad una cosa demasiado complicada, tal vez debía pensar de otra forma.

-¿No entiendes que no estoy listo?- lamenta sus miedos en su cabeza. 

El miedo a crecer tan grande en sus huesos. 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja 

                                              De cristal estará bien

                                                                                            

 

 

 

 

 

 

 

-Extraño estar en casa. – exclama un niño después de ¡¡Treinta días!! 

Fue un mes entero el que pasaron atrapados en ese feo lugar. Ya la estación de juegos no les parecían tan divertidas como antes. El tren lo sentían como un regreso a casa con algunos niños que cantan en voz baja o parecen más entretenidos fingiendo una carrera con los dedos en la ventana del tren. 

Theo es uno de los niños que observan el viaje con un ceño fruncido. 

Nueve años y pronto diez.

En agosto se fue Gustav, en el mismo mes confesó la verdad al can. 

En septiembre pasó el tiempo siguiéndolo de lejos, aprendiendo sin miedo los movimientos del perro. 

Noviembre se le fue en la estación de tren. Repugnante. 

Diciembre inicia y pronto terminaría, esperaba poder pasar navidad con todos. 

Y pasó un mes de su vida en una estación de tren que olía a ratas. 

Tal vez era esa gran afrenta del destino que lo hacía temblar y más después de un mes entero sin ver a las criaturas de la guardería. 

Incluido a ese perro tonto y sus amigos. 

-Niños, cuando bajemos encontrarán que su hogar abra cambiado mucho y será mucho, mas divertido que antes. – 

Los niños se acercan a la niñera con los ojos curiosos sobre esa sonrisa. 

A este punto la casa era lo más maravilloso que podría estar esperándolos. 

O eso pensaban. 

El tren no se había detenido cuando unos niños vieron algo nuevo de alguien a quién extrañaban hasta soltar lágrimas. 

-¡Un cartón de Bubba!- grito una niña saliendo del tren nada más se detuvo. 

Algunos exclamaron asustados pues no había esperado la plataforma y su pie se atoro con la orilla de concreto y el vacio. 

Incluso Theo se descubrió corriendo para atraparla antes de que se golpeara con el suelo duro o su pie se quebrara por la caída. 

-¡Pero qué niña más audaz!- 

Los niños no dudaron de gritar emocionados por el elefante qué apareció tan de la nada para levantarla en brazos antes de que su cara se estrellara contra el suelo. 

Para emoción de los niños el elefante vestía una corbatita y un sombrero de conductor de tren. 

-Casi te lastimas, debes tener más cuidado, Lizzie.- la deja en el suelo junto a la niñera. 

-Gracias Bubba. – expresa algo seca al revisar a la niña. Treinta días cuidando a los niños la afilo. 

La niña estaba too menos fría al saludo. 

-Me recuerdas. – asegura la niña tras recobrar la compostura.-¡Bubba, me recuerdas!- 

Este sacude la trompa de lado a lado al igual que mueve su pata, haciendo reír a algunos por el gesto femenino. 

-Los elefantes siempre recordamos. – le responde con la misma alegría. - ¿Quieres saber que recuerdo sobre ti?- le pregunta moviendo las patas cerca de su boca como si fuera un secreto. 

-¿Si?- parece dudosa. Preguntándose qué podría recordar el elefante. 

-A Lizzie le gustan las mariposas. – 

-¡¡Es cierto!!- aplaudió animada tras el susto. 

Theo pasó a un lado del elefante. 

-A ti también te recuerdo. – 

Detuvo su camino, mirando al elefante de frente. 

-¿Quieres saber que recuerdo sobre ti?- pregunta inclinando el cuerpo a un lado.-Algo que empieza con… B y termina con O. - 

Un sórdido terror hizo a Theo negar, moviendo la cabeza al correr a las escaleras dejando que otros niños le pidan a Bubba que les diga lo que recuerda de ellos. Esperó, humilde como limosnero, a que el segundo trabajador lo dejara pasar para subir las escaleras automáticas, nuevas también, y ver la estación para subir al teleferico. 

Fue a la puerta pero tuvo que esperar a todos los niños que vendrían con él. Esperándolos decide observar el domo de la guardería. 

Era mucho más luminoso qué antes, incluso su rostro se iluminó viendo algo muy pero muy nuevo para él. El trabajador (nuevo) le sonríe al verlo interesado. 

-Impresionante ¿No te parece?- pregunta mirando lo mismo que el niño. 

Es entre las plataformas exteriores del domo que ven a un trabajador ir de una plataforma a otra con un dispositivo en sus brazos, igual que en un cómic, yendo a otra zona a mover controles qué no alcanza a ver. 

-Como el hombre araña. – apunta el adulto. 

Theo no estaba pensando en el hombre araña sino en Mommy. Ese aditamento parecía una imitación de las habilidades de la dulce araña rosa. 

El teleferico tardo poco en llenarse y con ello al fin comenzaron a bajar. 

Un discurso grabado suena por encima de sus cabezas. 

La guardería era mucho más grande y lo primero que los recibió fue el tamaño exponencialmente mayor de cada edificio. Incluso la casa era tres veces más alta y la torre del centro ahora estaba llena de plantas, seguramente falsas. 

Al bajar los recibe la alegre coneja de menta. 

-¡Hola niños, han pasado cien años desde que los vi!- saluda con un salto hacia atrás moviéndose de un pie a otro iguala un resorte estático. - ¡Espero que no hayas olvidado nuestro sueño!-

- ¡No, Hoppy, aun quiero ir contigo!-

- ¡¿A dónde iremos?!- les pregunta poniéndose las manos en las orejas para escucharlos. 

-¡A la luna!-

- ¡¿Y como iremos?!-

- ¡Saltando muy alto!-

Hoppy celebra su grito dando años saltitos con los niños. 

-¡Mas alto, niños, más alto, vamos a casa!- los hace saltar por el camino. 

Theo la había esquivado yendo directo a Dulce Hogar. 

-Hola, te había extrañado mucho. – 

Su camino es interrumpido por un abrazo sorpresivo, uno que huele a delicadas flores. 

-Espero que sepas cuanto te quiero. – suspira sobre su cabello. - ¡Hola, niños!- saludo a los niños que vienen por guía de Hoppy. 

Una vez los entrego la coneja, regreso a su lugar en la entrada. 

-Desde este punto Bobby BearHug cuidara de ustedes. – anuncia la osa estirando las manos para ser tomada por algunos niños que la siguen. 

Aquí Theodore se pregunta que esta pasando y porque los estaban arriando como ganado. 

Conocieron la renovada zona de juguetes de CraftyCorn, la escuela remodelada y las maestras, la Play House con unos pequeños Bunzo y los mismos cuidadores silenciosos de siempre.

Terminando con Dulce Hogar. 

En ese lo primero que noto fue los cinco carritos de juguete y los cartones de la familia LongLess en la sala, más la hermosa decoración de ahora. De verdad le gustaba. 

Era abierta y luminosa, podía ver cada puerta desde la entrada y las escaleras son más grandes. La televisión seguía en su esquina rodeada de alfombras cómodas. 

La nueva pero conocida voz los hace levantar la mirada en direccion de las escaleras. 

-Niños, estoy seguro de que se han preguntado ¿Dónde está mi cama y porque no comparto con un chico guapo de plumas superiores a cualquier otro espécimen de paraíso?- actúa como un modelo que se derrite al dejarse caer por las escaleras. 

Pronto los niños estallaron de emoción al ver al ave asomarse por igual que un miembro de la familia real lo haría (olvidando que ser seductor no era digno de la realeza) . 

El ave levanta los brazos aún en las escaleras. 

-Pues suban y se los mostraré, ¡El nuevo gallinero de Kickin Chiken!- gira y apunta sacudiendo sus espesas plumas amarillas. - ¡Mejorado por nuestros amables colaboradores!-

Theodore dejó subir a todos, mientras tomaba asiento en un sofá, encogiéndose lo suficiente para ocultarse de cualquier adulto, después de todo eran los niños del bloque tres. 

Observo a Bobby retirarse con los hombros caídos y las orejas agachadas. Si no lo mirara bien podría ser la misma de siempre pero faltaba algo… faltaba el perro. 

Observa alrededor. Descubriendo una puerta con rejas con un sol en la entrada. 

Dejo el sofá para ir a ella cargado de curiosidad. 

-¡No lo toques!- 

Su mano fue detenida sorpresivamente , siendo atraído a los brazos de esta criatura cálida. 

-Es peligroso apropósito, no lo toques, no toques nada que se vea como esto. – le advierte apretando el abrazo en su cuerpo.-Comenzarán a herir a los niños para llevarlos... - 

Theodore suspiro atrapado en el pelaje suave de su pecho, no le importaba lo que decía tanto como deberia, la sensación era mucho más dura al antes pero tan cálido como siempre, una cosa que si era maravillosa. 

Mira al perro hacia arriba. 

-Creí que ya no me querías. – acusa tocando ese rostro suavemente. 

Ese peluche suspira agitando su cabello con el aliento de la vainilla. 

-Estaremos en problemas si no ubicas tu cama antes de que lleguen los otros niños. – lo levanta por la cintura contra su pecho. 

Theo descubre cuanto se puede calentar su cara cuando estaba avergonzado, no era igual a cuando era un niño y no lo podía cargar por completo , era un acto diferente pues esta vez rompe todos los límites al llevarlo igual que a una novia, de camino a los pisos inferiores. 

Ese estupor se ve interrumpido al ser llevado al sótano y no a la planta superior como siempre. 

DogDay sintió su cambio con el apretón dado a su pelaje. 

-Estas cumpliendo años en unas semanas, por eso te agregan al piso de los mayores. – suspira. - Eres mayor, eso es bueno, Theodore. - 

Es inmediato su desagrado a la idea misma. 

-No quiero compartir con los adolescentes. – le reclama de la manera más infantil que pudo ser, avergonzados de inmediato por su arrebato, busco esa mirada de plata con el ceño fruncido. En esa mirada su atención se desvía por un momento en la cámara a sus espaldas, la puede ver por el papel que no puede ocultar tan de cerca la lente qué refleja el brillo rojo de el lente. 

Todo el lugar está lleno de cámaras ocultas. No podría usar esos respiraderos para ir con papá. 

Como siempre decide ignorar a esa estúpida cosa para concentrarse lo que tiene enfrente y puede que sea lo único que importa en el mundo. Ese perro tonto con las orejas bajas y triste como un bufón, lo que es un aspecto sentimental que ve en esa cara alegre que intenta ocultar el dolor del que los adultos se burlan ignorándolo. 

Igual a un gran perdedor que se coloca en el cuarto lugar para presumir una posición sin medallas, demasiado avergonzado para mirarle directamente. 

Es culposo saberlo y afrontarlo pero su amigo estuvo en una carrera que perdió y las consecuencias lo llevaron a portar esta piel de perro, igual que la niña atrapada en la carne de un burro en el castillo.

-Ellos ya no estarán más, Theo. – lo informa abriendo una puerta cerca de la salida.-No queda ni uno. - 

No más adolescentes, eso explicaba porque no los vieron en el campamento de la superficie. Puede que su destino sea el mismo que el de DogDay. O cuenten con suerte y sean ahora la nueva generación obrera del país. 

El perro continúa mostrándole el lugar y esta vez es la habitación el objetivo. 

 – Creo que puedes quedarte con esta, llegaste antes, ¡¿No te parece justo?!- festeja lo último entrando con él a la habitación de tres camas azules. – Junto a ti se quedarán los siguientes niños pero tus vecinos serán sin dudas unas niñas, llévate bien con todos y has muchos amigos, Theodore.- lo pide con esa voz áspera pero dulce. Era la voz de un adulto tan melodiosa como el eco de un cuento contado por quién sabe que ser en la oscuridad. 

Ojalá un día le cante algo algo que solo él pueda escuchar. 

Es ese pensamiento el que le recuerda que ese perro lo rechazo hace algún tiempo y su cuerpo se comienza a sentir ligero, irreal. Theodore observa alrededor sin soltar el pelaje de DogDay, presionando su frente contra ese pecho rudo oculto en el peluche. 

-Te amo. – anuncia en voz alta, fue sencillo decirlo, con un significado que gritaba por salir a jugar, libremente egoísta para hacerse notar incluso si era rechazado. 

El perro de peluche exhala ese aliento tan caliente y húmedo, talvez era la forma en que mostraba sus emociones y Theo no lo había notado antes. 

-Quiero que te quedes conmigo. – lo pide tratando de mirar su rostro. 

A cualquiera le sería demasiado incómodo atreverse a tener este contacto con un monstruo gigante, más para Theodore era mucho más íntimo que cualquier lazo con los niñeros o cualquier adulto fuera de su mamá y papá. Un deseo de monopolizar al perro en cuerpo y alma, tanto como para secuestrar su atención, cansado de estar solo y esperarlo. 

Este perro no comparte el sentimiento. 

-Quiero que te esfuerces en clases, que te adopten y salgas de aquí lo más pronto posible. – 

Otra vez escucha el rechazo, y ser un niño era una debilidad cuando ya era demasiado el verse superado por las emociones y el miedo a la soledad. 

-Oye-

Su intento por hablar con el perro es frustrado por la sorpresiva forma de ser alejado y sentado en la cama. Seguido el perro le atrapa por los hombros enfrentándolo directamente. 

-Necesito que te concentres como sea, Theodore este lugar no es bueno ni yo lo soy. – lo dice rápido y alterado como pocas o nunca lo vio. Porque incluso cuando ese tipo lo mató no había parecido tan alterado y mucho menos asustado. 

-Espera… - su propia mente parece girar como un péndulo entre su pequeño amigo y su parche, este perro asustado y ese primer encuentro alegre en los túneles. 

-Debes irte a donde sea, Theodore, cualquier lugar será mejor que este para ti y todos los niños. – aprieta sus hombros ansioso. – Debes dejar de huir de los adultos y escapar como sea, por favor escúchame, debes irte a como dé lugar. – 

Theodore sonrió impulsivamente. 

-No te dejaré solo. – lo prometió correspondiendo el agarre en sus hombros al inclinarse para incremente el contacto con su brazo. 

El perro se eriza moviendo la cabeza. 

-Yo… todos aquí, ya estamos muertos, no hay nada que pueda salvarnos, Theo debes irte como sea-

-Tu sabes que dios-

-¡No hay dios allá afuera para nosotros, Theodore!- grito sacudiendo sus hombros.-Debes irte como sea… o tal vez pueda sacarte con otros niños… no se como pero no debes seguir más tiempo en esta cárcel. – 

El niño afilo la mirada tras la sacudida. 

-Esto tiene que ver con los mayores , ¿Verdad?- lo asegura con el ceño fruncido. – Te… yo creo que este no es un lugar tan malo, porque te conocí aquí… yo, estoy muy feliz de haberte conocido, mi amigo. – en un susurro termina con sus palabras en un suspiro triste. 

Era su anhelo alcanzar al perro donde sea que estuviera. 

Puede saber por el salto en el corazón del mismo, cuan grande es su respuesta a sus palabras. Porque incluso si lo olvido Theodore no lo hace, el recuerda que ese niño no dudaba ni un poco en lo que pensaba era correcto y lo era, como decir un “Te amo” podía ser suficiente para quien lo recibe y necesita. Ese día se sintió por fin a salvo gracias a lo que podría ser una mentira o la verdad que no merecía escuchar. 

Amaba mucho a su amigo y esas fueron las palabras que más deseaba escuchar, el si era o no hoy, este perro y su amigo eran mucho menos importantes que recuperar esas palabras para sí. 

Ese perro suspira dejando que su agradable calor le envuelva nuevamente. 

- Te amo, Theodore. – murmura cerrando el abrpo con el niño en su pecho. – Te sacare de aquí, como sea. – 

La sorpresa tras recibir lo que ansiaba hace diluir el color violeta de sus ojos por las orillas, recorriendo su rostro. 

-¿Que estas haciendo conmigo?- pregunta dejando salir una sonrisa para el perro. - Me haces tan feliz, mi-

-DogDay. – 

Theodore se ve apartado tras un movimiento sutil, para primero sentir al perro erizarse sorprendido sin quitarle la mirada de encima por lo que se sintieron horas, volteando de golpe al reaccionar antes de Theodore para enfrentar a la osa en la puerta. 

Era la primera vez que no lo ocultaba. 

¿Entonces Bobby era más comprensiva con su cercanía al perro? 

Esta los mira fijamente sin decir nada, solamente los observaba con esos ojos de estrellas fijos en ellos. Algo se sentía incorrecto pero no era como con Hoppy o Bubba con sus amenazas impresas. 

-Bobby, olvide las luces, es cierto. – exclama el perro levantándose del suelo para salir junto a ella, cerrando la puerta al salir. 

Theodore observa esa puerta por un buen rato. 

Desde hace tiempo había sentido que su vida era el recuento de actos y pertenencias de terceros en su vida. Un cuento contado por piezas de papel roto. 

Desde que conoció a su amigo y descubrió que su amigo tenía muchos más. Una pieza de juego ajeno. 

O a esos amigos que lo miran con amabilidad aunque no lo integraban a su circulo como lo hacía su amigo. Bastones de una reja y hogar lejano. 

Esta casa de todos menos suya o las luces qué no podía controlar. 

No era porque fuera un niño, sino porque era dueño de nada. Non había ue darles a esos niños y ellos no querían nada de él. 

Es natural ser pisoteado por quienes tienen más pero él debería ser dueño de mucho más, incluso de este lugar o al menos poder controlarlo para hacerlo mejor. Deseaba proteger a sus amigos pero no eran ni de asomo sus amigos, ni siquiera ese niño o perro, nada era suyo y no podía hacer nada con ello. 

No eran suyos por culpa de su debilidad, por no tener la fuerza para robarlos. 

Estaba cansado de perder una y otra vez. 

A su mamá, a dios , al cielo, y a sus amigos junto a un papá perdido en lo desconocido. Todo terminaba perteneciendo a cualquier otra persona menos él. 

Incluso el dios del que mamá hablaba no era suyo al carecer de un padre, como dijeron las personas que terminaron por llamar a la policía y lo enviaron a este lugar. No tenía nada a lo que llamar suyo y aun así terminaba sintiendo cariño por todo y todos. 

Tal vez era hora de hacer como los ángeles y saltar desde lo alto. 

Hay que usar algo de fuerza para hacerse escuchar. 

 

 

 

 

 

 

 

El comedor siempre es el mismo lugar opaco que huele a comida y desinfectante, un poco atestado y ruidoso. 

-¡Extrañaba tanto a Picky!- 

-Esa comida enlatada estaba matándonos. – 

El recuerdo de un asqueroso spam saborizado con ketchup y mostaza le recorre la columna. Ni con mamá en sus crisis tuvo que limpiar tanta caca de rata de su comida. 

De reojo observa a los niños comer alegremente el menú caliente y fresco. Se preguntaba como el cerdito cocinaba si era de peluche y puede comprobar que le confían a Picky la comida al estar sirviendo con una actitud definitivamente divertida. 

-Ya, pero extrañaré a Gumball Cat. – suspiro una niña. – Él cantaba mucho y me podía cargar… - 

En eso reacciona al par de niños que en algún momento llegaron a su lado, a comer. 

-Antes DogDay nos cargaba pero lo regañaron. – murmura rencoroso un niño. 

-¿Quién lo regaño?- pregunto Theo al niño. 

Este par no esperaba que hablara, para nada siendo que era el niño que recordaban pelear con el primer cuidador del grupo dos y muchas veces lo vieron morder adultos o ser bastante violento con los guardias, más ellos nunca les hizo nada así que tal vez no sea malo, solo raro. 

Grambell tenía la fama de morder y golpear, sobre todo los días de corte de cabello, donde lo vieron pelear con cinco trabajadores que intentaron cortar la mata de cabellos qué caen por su cabeza hasta sus hombros…pero nunca les hizo nada a ellos y ya con eso les caía bien. 

Además de que quejarse de alguien es mejor cuando se añaden más personas. 

-Verónica. – responden en coro. 

-¿Quién?- mira por reflejo a la niña de dos años que juega con frijoles en su nariz. 

-La niñera de los bebés. – apuntó la niña. – Y yo me llamo Charlie y él es mi hermano. – se apunta el rostro sonriente y después al niño. 

-Damián.- agrega este mirando a Kickin pasar por su mesa para ir al círculo de los más jóvenes a limpiar la nariz de la niña con una servilleta. 

El pollo era el único de los Smiling Critters que podía completar una tarea tan delicada, gracias a su tamaño mucho menor al resto y sus manos suaves llenas de plumas eran súper gentiles, lo suficiente para que otros pequeños también lo llamen buscando que les limpie el rostro qué no tardará en volver a ser un desastre. 

-Ese pollo se me hace guapo. – opinó el niño recargando el rostro en su mano.-Tan… guapo, quiero verme así de grande cuando cresca. - 

A este punto a nadie le sorprendía escuchar a un niño o dos decir algo como eso de la nada y menos cuando ven la musculosa espalda del ave directamente. Sus plumas y las sombras lo hacían ver tan bien a contraluz, era magnética la vista. 

-Prefiero al perro. – opinó la niña restándole importancia pero no despegó la mirada de esa espalda.-Me gusta más. - 

Theodore no sintió la desesperada necesidad de retirarse de antes, en el grupo de su anterior compañero de cuarto, sino que se sintió en confianza para agregar un comentario solo para dejarlo salir. 

-Es mío .- lo dijo tan tranquilo que ni el se dio cuenta de que fue eso que dijo hasta que la niña bufo aburrida. 

-Es de todos, por eso esta aquí. – 

Vaya que quiso discutir pero esa espina de sentido común lo hizo contenerse. Por su propio bien. Al menos decir eso ahora hizo que se sintiera algo mejor. 

 

 

 

 

 

Descubrir que esa niña y el niño eran hermanos sanguíneos fue aún más sorpresivo y más cuando los encontró peleando con otros niños en el pasillo a la hora de dormir. 

-¡Los niños con los niños! ¡Así que dile a tu hermana que se largue!-

Ese niño no parecía de acuerdo pero los niños lo asustaban. 

- ¡Entonces yo también soy un niño!- exclamó la niña bien segura de ello. 

- ¡Eres una niña, ridícula!- chillo un chico al empujarla. 

Esta niña le pegó un manotazo en toda la cara. 

- ¡Nanny, esta niña se quiere meter a nuestro cuarto!- Chillán los otros niños viendo al compañero derrotado y humillado por la mano roja bien marcada en su cara. 

La niñera da una mirada a los niños que cubren con sus cuerpos la puerta por la que la niña quiere entrar y a ese hermano suyo de pie sin saber que hacer más que mirarla a ella en búsqueda de ayuda. 

-Antes compartíamos una litera en el bloque tres, ¿Porqué aquí no puedo estar con mi hermano?- pregunta la niña ya roja por la frustración. 

Theodore se metería a su cuarto y fingiria qué no sabe nada. 

-Hubo un error por tu nombre pero verás que estar con las niñas es muy divertido. – 

El niño rápidamente se aferro a su hermana mirando al suelo. 

-Si me separo no nos volveremos a ver, ¡Quiero estar con mi hermano! ¡Caramba! - 

-No es necesario que seas tan grosera. – la corrige cambiando de rostro muy rápido. – Iras con las niñas y el con los niños, no pasará nada, así que deja de llorar y has caso. – le ordena sería. 

-No. – dictamina la niña y el niño asiente sin soltarla. 

-Ay, no puede ser.. – la niñera suspiro frustrada. – Niño, ve a tu cuarto o tus compañeros creerán que eres una niña cobarde-

-La puerta se cierra en dos minutos. – 

Sobresaltada voltea atrás, encontrando al perro ahí. 

Este peluche apunta a los hermanos. 

-Los vi hablando con un amigo, ¿Porqué no le preguntan si pueden dormir en su cuarto?- les ofrece esa salida volteando la cabeza en dirección del mencionado. 

Theodore cerro la puerta con la cara roja al ser descubierto espiando por la rendija. 

Pronto la misma fue golpeada varias veces y por vergüenza abrió rápidamente. 

-¿Podemos quedarnos en tu cuarto?- pregunta la niña nerviosa y más roja que los tomates qué comieron en la cena. 

-Si. – asiente abriendo totalmente la puerta. 

Los dos niños corrieron por las pocas prendas que tenían y claro, los niños de ese cuarto habían tirado fuera. Entraron al cuarto corriendo, en eso Theo noto que a espaldas de la niñera el perro hizo un ligero gesto para que cerrará la puerta. Obedeció recargandose para escuchar afuera. 

-¿Y los niños de ese espacio?- pregunta la niñera una vez se cierra la puerta tras los niños.-¡¿Acaso pensaste en eso, DogDay?!- pregunta la niñera algo molesta. 

El sonido sordo avisa de la retirada del perro. 

-Son un numero reemplazable, tras la entrada al proyecto, lo deberías saber, compañera. – 

Un jadeo le avisa de la molestia de la maestra. 

Dejando pasar unos minutos, escuchan una melodía suave avisando de la noche junto a sonidos metálicos dispersos por la casa. 

-Ahora vivimos en una trampa de cangrejos. – 

-¿Que?- pregunta al escuchar eso tan raro.

-Los cangrejos entran a una jaula que solo se cierra para los del interior, afuera parece abierta pero el cangrejo ya no sale, más que para la sopa.- 

-Quiero comer cangrejo, ¿Tu mamá te preparaba cangrejo? ¡Mi mamá hacía la trampa y ella misma los traía del río! ¡Los preparaba con salsa soya y eran deliciosos! ¡¿Te gusta la salsa picante?!-

Theodore toma su cobija doblando la bajo su almohada para recostarse mientras escucha a la niña hablar por lo que pareció y puede que fuera casi dos horas seguidas. La observo ponerse de pie por encima de la cabecera de su cama y colgar, arañando el papel tapiz, un lazo de hojas secas en la pared. 

Caminar por la habitación marcando el territorio de cada uno y revisando las camas hasta por debajo para hacer que esconderse fuera mas sencillo en caso de una emergencia, como lo llamó ella.

-En casa muchas veces nos escondíamos bajo las tablas de la cama con mamá y esperábamos a que los soldados se fueran, ¿Has visto a un soldado? Huelen feo, se pintan la cara y suelen ser súper blancos, como tú pero malos. – apunta revisando incluso bajo la cama de Theodore(solo el insomnio de siempre podría dejarlo escuchar por tanto tiempo a la niña)-Los soldados son súper malos y súper gritones pero también tienen un oído increíble. Te escuchan incluso si no te das cuenta de que hiciste ruido. – saco un pedazo de alfombra de debajo de la cama. 

Theodore no pudo pasar más tiempo indiferente, así que se bajo de la cama y observo las piernas de la niña asomada mientras la descubre sacando pedazos de madera por piezas enteras. 

-Si quieres esconderte es mejor cubrirla pero también debes saber que podrás vigilarlos si están cerca, perderlos de vista puede ser muy malo. – la escucha gruñir al arrancar un pedazo de tabla. 

A este punto estaba sin palabras, creía ser el raro de Dulce Hogar pero estos dos eran excesivos. 

-La mejor forma de mantenerte escondido es siempre sabiendo donde están tus enemigos, sino los tendrás en tu nuca en un momento.- el niño comparte su punto llevándose las tablas al fondo de otra cama.-Tu ya tienes lo siniestro, solo te falta esconderte correctamente y no ser tan fácil de descubrir cuando te metes en lugares raros. - 

Theodore se pregunta si era tan siniestro como decia qué se veía. 

-Te decimos esto porque pareces un chico listo y de todos modos pareces bueno. Tu y tus amigos se desicieron de el bastado del bloque 2. -

-Ese tipo tampoco nos quería mucho. – aclara el menor. 

Mucha información, lo jugaron y además saben demasiado. 

-¿No los quería? ¿Qué hicieron?- pregunta algo nervioso, aun no necesita afrontar lo que sucedió entre ellos hace tanto y menos con estos niños que no conocía de ninguna forma. 

-No sabemos. – responde la niña saliendo de debajo de la cama ya cansada. – Nos vio y ya. – mira al Theo con el ceño fruncido. – Yo creo que solo le caímos mal. – apuntó bajo la cama.-Mira tu escondite. –

Theodore debería ser menos ingenuo pero por curiosidad obedeció, asomándose bajo la cama.el resultado de la niña escarbando la madera es encontrar la unión entre los pisos y el techo de concreto qué era helado y oscuro. Incluso podía escuchar el eco metálico de las puertas y su funcionamiento interno. 

-No parece seguro. – advierte apartandose por la desconfianza que le generaba el imaginar que lo tirarían si continuaba en ese lugar y de espaldas. 

El niño paso las tablas más grandes para cubrir el agujero. 

-Es porqué no hay un bosque al que correr, en casa lo había y era mucho mejor que estas cuevas. – 

-¿Y de donde son?-

Los dos se dan una mirada incomoda, moviendo la cabeza al unísono. 

-Te diremos después. – le avisa el niño nervioso. - ¿Puedes esperar?-

-Bien.- mira al espacio oscuro. - ¿Tienen algo para abrir eso?- apuntó al aire acondicionado sobre sus cabezas. 

Los dos niños lo piensan bastante pues del suelo al techo ni poniendo una cama sobre otra podrían alcanzar. 

-Si conseguimos cables clavos y martillos podemos hacer una escalera. – apunta el niño a las tablas residuales. 

La niña rasca su corto cabello con un gesto preocupado en sus ojos almendrados.

-¿No usas siempre los del pasillo?- le pregunta después de pensar en las dificultades de esa tarea.-Ya sabes… Como lo de volar no te resultó… - 

Ese episodio oscuro de su pasado vuelve y es tan malo como cuando sucedió. 

Theodore lentamente se coloreó de rojo al descubrir que de una u otra forma estos niños y puede que muchos más hayan sido testigos de todas sus escapadas y no fuera tan sigiloso como creía. Sobre todo el episodio del techo, ese era su recuerdo más vergonzoso. 

El día que lo descubrieron en el techo fue el mismo día que la vergüenza le vio a los ojos. 

-No pareces entender que a nosotros no nos quieren mucho aquí. – le avisa el niño.-Puede que parezca que no es así por DogDay y los otros monstruos pero… si te descubren haciendo algo raro, nos golpearan a nosotros más que a ti-

-Pero no más que nosotros a ti.- advierte la niña tal vez recordando un par de malas pasadas. 

Theodore había pasado mucho tiempo actuando y pensando solo en su propio pequeño mundo, sin poner tanta atención a otros niños de su edad, perdiéndose las malas pasadas de muchos de ellos. Un momento vergonzoso, de hecho. 

-¿Porqué los llaman así?- pregunta confundido por su propia molestia pues una cosa era pensar de esa forma de las criaturas pero decirlo… era como si el mismo estuviera siendo hipócrita.

-Ellos no deberían estar vivos pero incluso sangran. – 

-Sangrar. – suspiro sorprendido por ello. No pensó que su amigo aún pudiera sangrar, no en ese gran cuerpo. 

-¿Recuerdas que te dijimos que regañaron a DogDay? Un trabajador le disparo con algo raro que se clavo en su estómago y le dolió mucho. – 

-¡Incluso sangro pero no hizo ruido! ¡¡Nuestro abuelito dijo que un hombre no debe llorar incluso si lo golpean o creerán qué eres cobarde!! ¡Y el no hizo ruido, es genial!- sonríe delatando lo mucho que admiraba la valentía del perro. – En casa vimos a muchos soldados pegar a personas que no lloraban, incluso le pegaron a mi hermana pero ella no lloró. – mira a su hermana con ese mismo brillo en la mirada. 

La niña desvía la mirada avergonzada por esa admiración. 

-El perro sangró y las maquinas no sangran. – siguió contándole lo que vieron hace tiempo. – Regañaron a ese señor por lastimarlo pero aun le dieron la razón.-

Theodore giro cubriendo su boca con las manos, pensando en cuanto tiempo esquivo al perro al esconderse. Creyó que era un simple tonto que gustaba de obedecer… solo quiso pensar en el perro como una ofensiva copia estirada de su amigo pero después del tiempo pasado se sabe bastante equivocado.

-Dijiste que había sido la niñera. – 

-No voy a hablar de un guardia afuera de mi cuarto. – negó el Damián . – Además esa vez no sabemos que paso pero podría ser por lo mismo. - 

-Nos iría como a ti hace tiempo. – secunda la niña.-Uno debe saber obedecer. - 

Theo no puede seguir dando vueltas en el mismo tema mientras estos niños divaguen. El papel en la suela de sus zapatos era hoy más que el seguro para salir de este lugar con su amigo y todos los demás , y no sabía cómo aún pero lo lograría aunque le costara un par de dedos perdidos. 

-No me descubrirán si uso éste pero afuera hay muchas cámaras. – les comparte uno de sus predicamentos. 

-No vimos ninguna. – interrumpió el niño mirando a la puerta. 

-Las ocultan detrás de un papel muy delgado en las esquinas más altas de la casa. – 

No parecen, para nada, seguros de que diga la verdad y se nota en como se miran uno al otro. 

-Te ayudaremos pero solo si le ayudas a Picky.- apunto el niño rascándose la nuca igual a su hermana. 

Theo terminó imitando el gesto y ahora había tres niños nerviosos en la habitación. 

A Picky le guardaba bastante miedo. 

-¿Picky?- pregunta asegurándose de lo que escucho. Es que era esa cerdita que lo ponía nervioso. 

-Picky es una niña muy linda, nos da dulces que prepara a escondidas a cambio de algunas tareas y ella seguro puede conseguirnos los clavos y martillos, o al menos cables. – 

-¿No está siempre en la cocina?-

-Si pero no siempre, y tiene esa cola prensil con la que esconde cosas en su enorme y peludo trasero. – mueve las manos de lado a lado. 

-Ella te dijo que no le digas eso. – le corrige su hermano y trae esa descripción a la cerdita de vuelta al desconocimiento. 

-Lo olvide. – sonríe cubriéndose la boca con una mano, en eso al fin ve a Theo de lado al haber retrocedido risueña. – Estas llorando. – apunta sorprendida. 

Theo limpia su rostro con el dorso de la mano. 

-No es nada. – murmura volviendo a la cama. 

-Entonces…,mañana nos ayudaras con Picky. – determina el niño tirando de la mano de su hermana para ir a dormir de una vez. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obviamente no durmió nada por estar pensando en todos esos días que paso escondido en las Play House ignorando al mundo. 

Entonces no estaba alucinando ni poniéndose tontas excusas para no afrontar la pérdida de su amigo. Ese perro era su amigo y lo estaban maltratando para que les fuera un sirviente a estas personas. 

Claro que después de la vergüenza y la culpa su cabeza comenzó a llenarse de coraje solo pensando en como lo trataban cuando su amigo no tendría que hacer nada de esas cosas siendo un niño. Debería estar con él y los otros niños en la escuela o jugando, incluso ya debió recibir un nuevo hogar. 

Es con ese sentimiento de rencoroso reproche y rabia qué recibe un nuevo día y el canto del gallo qué abre las puertas metálicas. 

-¡Vamos a desayunaaaar!- grita el pollito abriendo las puertas de algunos cuartos. Entre ellos el suyo sin poner atención al sobresalto del niño que se cubre la cabeza con la almohada mientras la niña se enderezó mostrando el nido en su cabeza. 

Tomo sus zapatos y por fin después de varios días se fue a tomar un baño con otros niños. Después de ello era el desayuno y los dos hermanos le esperaban sin señas de haber tomado algún baño pero con restos de un extenso desayuno en sus bandejas. 

-Cuando termines iremos con Picky. – le aviso la niña.

-Olvidamos decirte otra cosa, niño. – le agarra el niño por el brazo hablándole al oído, dicho tirón casi lo hace tirar su vaso de leche tibia. – No le menciones a otro de los monstruos lo que hablas con Picky. – 

La duda hace que su cabeza comience a dar vueltas, no le veía sentido a que las criaturas tuvieran secretos. 

-¿Por Qué no?- pregunta después de ser incapaz de soportar una duda más en su sistema. 

-Yo no se, talvez están de rebeldes con DogDay. – 

-A mucha gente no le gusta que le digan que hacer, igual y Picky es de esas. – termina el punto girando la cabeza juntos Oobservando con detenimiento al ave qué se mueve por la casa con distintas tareas y con varios de esos pequeños Bunzo en sus hombros. 

-Qué guapo es. – suspiran a la par. El niño sonó algo envidioso pero la niña sonríe recargándose en el dorso de su mano. – Esa plumas en su cola son tan bonitas. – suspira. 

Theo aun no le encuentra ese encanto al ave. 

No puede seguir observándolo en búsqueda de tal aspecto tan irresistible como decían los hermanos pues al terminar los niños lo sujetaron (se sintió culpable por dejar platos sucios en la mesa) corriendo afuera de Dulce Hogar. 

-¿No iríamos a la cocina?- pregunta una vez estaban fuera de la casa. 

-Debe ser cuando la deje sola o nos sacaran, ahora ven. – 

Se ve arrastrado a un lado de la casa. En este la niña revisa el suelo usando el destornillador para levantar una tabla y entrar a un hueco en la pared. 

-Dulce Hogar es hueco, puedes esconderte y evitar a los adultos pasando por aquí. – cubrió la zona con la misma tabla. 

Theodore dio más de una mirada a esa herramienta. 

-Vamos. – lo empuja el niño por unas tablas. 

Pasaron entre cables y cucarachas pero por el sonido al otro lado de las paredes estaban yendo directo a la cocina. 

-A veces veíamos cosas muy raras. – murmura la niña.-Como arañas, pero más brillantes. – 

Theodore abrió los ojos mucho más sorprendido que antes por eso. 

-Aquí. – se detienen en una pared. La tabla está vez fue removida desde fuera para el susto de los tres. 

Es Picky. La cual los observa por uno segundos antes de saludar moviendo la cabeza. 

-Hola, Picky. – saludaron saltando. 

Theo apretó los labios en una línea al verlos pisar la mesa de comida con los zapatos y pudo haberse quejado pero la cerdita lo atrapó por los hombros. 

-Él quiere clavos y martillo o un cable. – le avisa la niña. – Este… ¿Cómo te llamabas?-le pregunto al haberlo olvidado.

Picky le responde sin inmutarse. 

-Se llama Theodore Grambell.- dijo con esa voz madura que ronronea como un depredar y no una presa. 

Theodore continuaba en sus manos sin poder hacer más que mover un poco los pies en un estado vulnerable. 

-Eres un chico muy escurridizo. – apunta la cerdita antes de dejarlo caer.-Un oportunista qué mi amigo no debió meter en su vida, ¿Verdad?-  

Theo casi grita pero aterriza en un montón de manteles y plásticos qué hacen de colchoneta. 

-Gracias. – dice en el suelo tras el susto. Creyó y alucino que la cerdita lo pateaba hasta volverlo papilla.

Ese hermoso peluche rosa le mira en silencio. 

-¿Qué necesitas hoy, Picky?- pegunta Charlie.-Theodore te ayudará con gusto. – 

La cerdita revisa su pecho empujando a un lado el pecho de su overol. De este saco una hoja de papel. 

-Tres cubetas de pegamento y unas brochas viejas, también la tarjeta de el director de la escuela. – les informa como si fuera un juego. – Tráiganme eso y conseguiré los camarones qué me pidieron. – 

-¿Y para Theo?- insiste mirando a Theodore sacudirse los pantalones. 

-A el le pediré otra cosa muy especial. – 

 

 

 

 

 

 

 

Después de salir de la casa por la puerta principal con cada uno su tarea los pensamientos de Theodore se encontraron perdidos en las cosas que se habría perdido estando escondido. Entre ellas esa herida en su perro. 

-¿Ese guardia está aún en la guardería?- pregunta mirando a DogDay guiar desde la puerta a una pareja adulta con folletos. 

 

Siempre le pareció interesante lo sencillo que era para los adultos ignorar que DogDay estaba vivo y parecían hablar con una persona normal , algo que siempre vio en su amigo desde que era un niño de piel suave y es en ese torrente de pensamientos que viene a su mente lo irracional que era hacerle daño. Era una buena persona y muy amable, ¿Porqué estas personas lo han hecho un juguete? 

-Ese. – 

Giro la cabeza en la dirección que la niña apunto. 

Ese guardia era borroso en su memoria, incluso si llevaba mucho tiempo en dulce hogar no podría recordar a todos los trabajadores. 

Aunque el no recordarlo para nada llega a ser una razón para no sentir rencor contra este. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Hay un nombre para todo? ¿No es un nombre la etiqueta de un elemento? Entonces ¿Puede ser el nombre de alguien, el sentimiento que ocasiona en una persona?

Chapter 18

Summary:

El mundo real no va rescatarlo pero impondrá su presencia en la fábrica.
De la peor forma.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

En la escuela comenzaron con las fracciones y a la maestra se le ocurrió usar porciones de arena y agua para hacer figuras con los cálculos de cada niño, estaba en problemas serios. 

Es ciertamente el infierno de sus constantes faltas a clase y ahora se le castigaba siendo incapaz de saber dividir 2/6 a diferenciar o entender cómo eran 3/9 en el siguiente renglón. ¿Qué se supone que significaba todo eso? ¿De qué círculo del infierno sacaron ese tipo de matemáticas? 

Antes se creía bastante listo cuando dividía cinco cifras y ahora dos números lo estaban destrozando. 

-Vamos, niños, no es difícil. – los intenta convencer la maestra con la muñeca de arena colorida. – Solo deben encontrar la porción de arena para hacer un osito de tres piezas. – los intenta animar tomando pronto un ejemplo en la clase. – Susan ya hizo la cabeza del oso, y está muy bonita. Bien hecho, guapa.– 

Susan sonríe al aire con gran sonrisa. 

Theodore suspira borrando el segundo resultado que le haría revolver lodo y no la playdoh de la muestra. Las clases de matemáticas no eran sus favoritas desde ahora. Aunque nunca le gustó, esa maestra era rara y borde. Ahora se siente un gran estúpido, se suponía que estudiará como le pidió Dog, pero ya no sabía cómo hacer esto. ¿Será que estaba condenado a arruinar sus estudios solo por ser idiota? Que gran imbécil era si no podía hacer algo tan sencillo como completar sus estudios, ¿Qué iba hacer? Si a Dog le llegara el dato de que era un gran estúpido ¿Dejaría de gustarle? ¿No le dijo antes que le gustaba su inteligencia? 

-Dios, ayúdame… - murmura con la cara ya roja por la presión que sentía crecer en sus sienes. 

La maestra, Terry, le mira confundida por sus lamentos. Sonriendo al entender que lo llevo al limite, vaya que fastidiar niños era divertido y más dando peso al hecho de que este niño era el pobre acosado de DogDay. Porqué cualquiera pudiera usar sus ojos sabrían qué este niño pasó un largo tiempo huyendo del perro controlador. 

 

 

 

 

 

En arte fue testigo de los hermanos robando una cubeta de pintura mientras la maestra hablaba con otra niña. 

Sintió algo de culpa por la maestra pero necesitaba sus propias tareas y delatarlos parecía ser incorrecto en muchas formas. 

-Hace mucho tiempo no te veía, Theo. – le saluda la maestra al tenerle cerca. 

Suspira dejando salir el malestar culposo. 

-Tu nuevo vestido es bonito. – intenta hacerle un cumplido para distraerla. 

Aunque no mentía, ese vestido era bastante lindo con sus lazos de colores, faldón bermellón y un torso blanco como la nieve. La hacía parecer parte del cuento de la Cenicienta. 

-Gracias. – está dando una vuelta lenta que delata su propio gusto por la ropa. – Es de las pocas cosas lindas de este año. – sacude los brazos para mostrar las mangas sueltas. 

-Una de ellas eres tú. – completa Theodore en un susurro lleno de nervios. 

La maestra aprieta los puños antes de cubrirse el rostro y huir con una risita. 

-Maestra, ¿Me puede ayudar?- la llama la niña , recordaba que era Charlie. 

La maestra va con ella con una exclamación. 

-¿Pero cómo hiciste eso?- preguntó sorprendida por el lodazal de pintura en su hoja. 

Theodore deja salir un gran suspiro qué demuestra cuánto le costaba soportar traicionar a la maestra que sabe ser la más solitaria de la escuela. Incluso haberla puesto nerviosa para robar las únicas tijeras de hierro en su escritorio. 

Las miradas de algunos niños lo siguieron a su paso y su mente se sintió adormecida mientras lo observaban confundidos, lo ven caminar entre las mesas hasta el escritorio y robar las tijeras de la cajonera mientras la maestra ayudaba a Charlie con un lápiz enredado en su camisa, cosa que paso enfrente de la maestra confundida, también sorprendido por ser cubierto y no delatado por ninguno de estos niños ni cuando la clase terminó. 

Una vez fuera de la clase su cabeza ya no estaba tan atiborrada de niebla, sino ardiendo como un carbón a las brasas y su ritmo cardíaco hecho un desastre conforme deja la escuela atrás y va directamente a la entrada de la guardería con la tijera oculta en su pantalón. 

Porqué no completó el oso de arena ni logró dibujar nada coherente en arte. Además de no poder leer la gran parte del libro que le pidieron dictar.  

Agrandando su lista de fracasos del día con el miedo que comenzó a sentir una vez la tarea de Hoppy dejó de ser una idea, una intención y se volvió real. 

Una acción a completar. 

Es porque llegó a la zona de muerte y dolía hasta respirar. 

Hoppy está en la puerta recibiendo una nueva visita de hombres trajeados y de aspecto taciturno, un grupo complicado que lo hace sentirse nervioso. Ese miedo lo corroe como óxido. 

Esos nervios estallaron en sudoración helada, pánico y desesperación cuando los ojos de uno de esos adultos le hace huir sobre sus pasos y sentir esa tijera tan pesada como una piedra en su bolsillo. 

Cayendo al suelo de una zona de jardín tras la PlayHouse, tirando la tijera al suelo donde no tuviera que volver a tocarla. Idiota. 

-No puedo… - suspira una vez sus piernas se rinden en el césped sintético. – No puedo hacerlo…- su rostro lentamente se llena de las lágrimas que intenta ocultar en sus manos. 

No podía hacerlo, estaba demasiado asustado para seguir adelante. 

La voz de la hermana llega por un lado. 

-¿Te da miedo? – pregunta sin tocarlo. No esperaban que un niño tan alto resultará ser del tipo sensible. 

Una bola de temblores oculto en esa camisa desgastada azul y sus cabellos revueltos como el huérfano qué era, pequeñito y frágil. Entonces esta bolita debe asentir a la falta de fuerzas para exclamar cualquier cosa más difícil en su estado. 

Los dos tomaron un lado a su manera, solo para apoyarlo. 

-No pienses mucho y hazlo. – recomendó la hermana, Charlie. - Será como sacarte una espina del dedo, solo dolerá cuando lo haces pero después solo es un recuerdo.-

El hermano toma otro rumbo. 

-Pero si no quieres hacerlo nadie te obligará. – termina el hermano, Damián. – A nosotros también nos parece una tarea demasiado difícil. – admite con un tono nervioso. – No sabía que te pediría algo tan difícil. – 

Charlie es sensible, cayendo en la piedad de su hermano. 

-Le podemos pedir tus cosas otro día… o quizás pedirle ayuda a Kickin. – ofrece otro punto aparte. 

Esa opción no era posible. No podía meter a otro de los amigos de Dog. 

El secreto de papá no debía ser expuesto a más personas… no era algo debatible ni un juego. Si bajaba la guardia tendría que suicidarse para pagar sus errores. Porque sería un error y estaría arruinando sus propios planes, traición. 

-El pollo no debe saber nada de esto. – los interrumpe molesto y más por su propia cobardía. 

Damián, después de asustarse por el rostro cambiante de Theodore, dio otra opción. 

-Entonces… ¿Se lo pedimos a alguien más?-

Charlie deja de observar a los dos chicos para dirigir su atención al único niño sin amigos, aparte de Theodore pero menos bonito, ese chico amargado qué observa a los niños pasar por enfrente sin que ninguno se molesten en darle una mirada de más. 

El huérfano entre huérfanos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hablar con un niño del mismo bloque fue algo peligroso pero les recibió bien una vez le dio a cada uno de ellos algo de los dulces qué había guardado desde hace tiempo. 

El tonto es Carl. Un chico pura fuerza bruta que se dedica a molestar a los más débiles cuando las criaturas estaban ocupadas, golpeando a algunos y más que nada Theodore lo recuerda de la vez que él mismo le partió la nariz. Era sorprendente que se librará de desaparecer como lo hicieron los adolescentes. 

Al parecer ser del bloque 3 con los hermanos fue lo único que lo salvó de desaparecer. 

Una tarea que al parecer él no podía completar pero el antiguo bullying de su compañero de cuarto si podía tomar con deportivismo. Quizás demasiado ansioso cuando al fin otros niños se le acercaron en vez de esquivarlo, una cosa interesante lo que uno es capaz de hacer cuando se está solo. 

Siendo los siguientes minutos a la comida el momento más tenso después de la pelea con ese tipo malo en PlayHouse. 

Los tres observaban a la puerta del teleférico y a las personas que bajaban con rostros iluminados por la sorprendente esencia del orfanato. Al parecer encontrar un agujero infernal coloreado con acuarelas era lo mejor que se les podía ocurrir como destino de entretenimiento para algunos millonarios.

Damián apunta esa figura lamentable entre adultos, avanzando como parte de un chiste militar. 

-Ahí va. – aviso mirando al niño en cuestión. 

Theodore sintió un gran vuelco al estómago cuando lo vio sacar la tijera, no estando tan cerca, para correr con esta en alto directamente hacia las personas que continúan distraídas por la coneja verde. 

Su tarea es referente a la puerta del teleférico… 

-¡¡Ahaaa!! – 

.. Picky les pidió mancharla con sangre de conejo. 

Hoppy cayó al suelo de rodillas por la tijera clavada en su pierna, moviendo la cabeza alterada de su pierna herida al niño y los visitantes. 

-Yo… - ese pecho lleno de pelaje se agita.-Yo soy Hoppy… So-soy.. - 

El niño parece llegar a su límite al huir solo con ver la sangre en sus manos, pues había sido tanto como solo en una pesadilla podría ser. 

Los visitantes, dos hombres y tres mujeres mayores, no saben ni como reaccionar con lo que sus cerebros apenas pueden procesar con respecto al líquido rojo qué escapa de este objeto que parecía un animatronico de última generación. 

El teleférico está activo y se escucha que bajarán más personas incluso si Hoppy no estaba lista para ello.

La coneja respira cada vez más débil tras el ataque inesperado. No es la gravedad de la herida, es el dolor de ser atacada por un niño. 

Theodore mira a los hermanos y comprueba que no esperaban que fuera tan horrible. Un corte de ese tamaño… no creyeron que lo haría tan grande ese niño, no pensaron que abriría tal herida ni que se sintiera tan doloroso causar este dolor a la conejita. 

Quedando en blanco mientras entran en pánico. 

Más niños del lugar comienzan a notar que Hoppy había caído al suelo y no se levantaba, resultando en un creciente estado de crisis en La Guardería. 

-¡Hoppy!- 

Bobby al fin parece llegar pero solo puede quedarse quieta al ver la situación tan grave y empeorar con la llegada de trabajadores que ven a Hoppy en el suelo y sangrando. 

En realidad nadie sabía qué hacer o cómo reaccionar por muy distintas razones. 

Desde los trabajadores que no habían tenido un simulacro con una situación como esta o los visitantes que no esperaban nunca presenciar algo como esto y los niños que están demasiado asustados para moverse. 

-DogDay… - 

Theodore busco al perro que nombraron los niños y lo ve llegar a paso más tranquilo de lo que cualquiera hubiera esperado. De inmediato la vergüenza comienza a ahorcarlo, causando que se vea y sienta más y más pequeño. Un pequeño cretino. 

 

Este perro se mueve y actúa como si fueran cualquier cosa esas grandes líneas de sangre que recorren la pata de la coneja. 

-Hola, Hoppy. – saluda con gran calma y usando esa voz infantil. – Tu pierna está tirando aceite, qué lástima.- exclamó arrodillándose para levantarla.-¿Cómo puedes ser tan ligera?- le apunta al tenerla contra su pecho.  

Siendo justamente cuando la levanto qué el aire se llena con el pesado aroma del aceite de las máquinas, tan pesado que cualquier otro olor queda disfrazado en esa espesa nube artificial. 

-¿Podrían llamar a limpieza?- pide a los trabajadores. –El manual dicta que debo llevar a Hoppy a reparación.- la voz infantil sonaba mucho más robótica de lo normal para cualquier niño. 

Un trabajador de corbata asiente aún aturdido por la escena. 

-Claro…lleva a Hoppy a reparación.- repite las palabras del perro con el rostro cetrino y descompuesto.

DogDay comienza la retirada lentamente bajo la mirada de los visitantes.

Theodore tira de su camisa al verlo acelerar el paso una vez pasó la torre que los cubría , corriendo directamente a la bodega de Dulce Hogar como silos persiguieron el demonio.

Theoore intenta ir allá pero Damian lo detiene por el brazo.

-No podemos ir ahí , los meteremos en problemas.- le hace recordar.-Ellos se supone que no están vivos , ¿Qué creen que les harán si son descubiertos?-

Charlie lo sigue a su manera, empujando su cuerpo de vuelta al lugar. 

-En casa el abuelo prefirió matar él mismo a un invitado antes que dejar que los soldados le descubrieran en nuestra casa.- lo sacude ansiosa. - ¿Olvidas que estás en territorio enemigo?- 

Theodore comenzó a temblar y su corazón podría estar haciéndose tiras ante la realidad de sus actos. 

-No es justo para ella , esto es mi culpa , ¡Debí pensar en otra cosa!- exclama y sacude los puños por encima de su cabeza.-El no me va perdonar, ¿Porqué tuve que hacerlo?- su voz comienza a quebrarse,, no podía ni respirar. - No es justo… No, no es justo. - 

Charlie le sacudió por el cuello de la camisa. 

-Sea injusto o no , ya lo hicimos y debemos quitarnos del camino hasta que los soldados se vayan.- lo quiere sacar de su enredo.-Si queda algo en que ayudar lo haremos pero debemos esperar a que todo acabe antes de salir.- mira a los empleados ir a la zona. - ¿Por qué te pones así? Si lo hiciste fue por algo. - 

Damián acude como apoyo. 

-Picky debe saber como arreglar estas cosas , ella no nos pediría nada malo para sus amigos , ¿No lo crees?- 

Una vez las razones y pensamientos de cada uno fue compartido el silencio los cubre y Theodore debe hacer de los pedazos de su corazón un nuevo instrumento capaz de superar la vergüenza qué lo recorre. 

Esto lo hizo su papá, debía saberlo ¿Entonces por qué se siente tan culpable? 

Se siente culpable porque lastimo a los amigos del perro, a los amigos de su amigo.

Esto lo hacía por papá, no era un acto malvado sin objetivo, no. 

No, era por maldad, él no quería herirla. 

Hoppy le dio un beso. Ella era una niña buena y piadosa, lo trataba bien. 

Lastimó a la niña que era amable con él. 

Esto lo hace por papá ¿Pero porque era tan doloroso? 

 

 

Los hermanos le observan descomponerse hasta el suelo, temblando tanto como un gato mojado, derritiéndose en su propio arrepentimiento.

 Su atención se divide ante la llegada de un grupo furioso de menores. Algunos niños pasan por un lado. Cada uno les observaba con distintas expresiones pero compartían esa duda en común. 

Resaltando de entre ellos el vestido blanco y limpio, acompañado por una larga cabellera castaña. 

-Oye, ¿Por qué le diste las tijeras a Carl?- pregunta Susan parándose frente a ellos. 

Irónico pues la historia de Susan, Carl y tijeras , tenían un contexto muy injusto para ella. 

Theo suspira y sus manos se van a sus hombros para tirar de su cobija. Ahí descubre que no la llevaba consigo. El malestar sube por su espalda. 

-Creí que harías algo mejor con ellas, ¿Qué te hizo Hoppy?- cuestiona con las manos en la cadera.-Es Hoppy, no debiste molestarte con ella. - su enojo sale lentamente conforme no recibe respuesta.-¿Que clase de basura tienes en la cabeza?- Susan sabía que no podría golpear a nadie y mucho menos a Grambel y las dos casi tres cabezas qué le sobrepasaba en altura.-¿O ustedes lo mandaron?- interroga a los hermanos.-Theodore ya er un chico que tenía problemas serios y ustedes lo van empeorando. - 

-No hicimos eso, esto…- ellos dos tampoco encontraban qué mentira decir ni cómo defender su posición sin hacer más grande este problema. Además de estar rodeados por niños muy enojados. 

-No creas que volveremos a cubrirte y a ustedes los devolveremos a patadas a la jungla de la que salieron si vuelven a molestar. – apunta otro niño. 

Fue sorprendente que no los empujaron al suelo en vez de solo amenazarlos con esas caras enojadas y plagadas de quejas. Los hermanos mantienen la boca cerrada solo por el número que los supera y algo les decía que ese niño tembloroso en el que se convirtió Theodore no les sería de apoyo en una confrontación contra cinco.

-Vamos adentro, sino los adultos nos harán preguntas. – 

Theodore pudo quedarse en ese lugar temblando y viéndose miserable por el resto del día pero los hermanos le llevan por el brazo cada uno. 

-Espero que esté bien, apenas volvimos ayer a casa. – suspira el hermano mirando a los conserjes limpiar con abundante agua la sangre y aceite que había dejado la escena. 

–Auh.. - 

Charlie voltea al escuchar a un niño pequeño quejarse cerca de ellos.

Lo ve entre una mujer y un hombre que lo cargan juntos. 

-Niño, ¿Qué pasó, te caíste?- pregunta el hombre sujetándolo por los hombros al enderezarlo. En ello nota la mirada de Charlie, sin ocultar lo mucho que la niña le desagrada y le mira con todo el odio que un adulto podría sentir por un ser humano. 

 

 

 

Miedo

Miedo en todo el sentido sacude a la niña víctima de esa mirada y todo ese odio. 

Charlie siente el brazo de Theodore como un recuerdo de que no debería quedarse ya asustada por esa mirada adulta, sigue su camino sin atreverse a mirar atrás. 

 

 

Perdiéndose como ese adulto dejo al niño y la mancha roja en su pequeña espalda. 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de Dulce Hogar reinaba un silencio estremecedor. 

Lo que sea que llegara a oídos de los niños fue mucho más poderoso que la emoción que les solía encargar cuando una pareja se detenía a jugar con los pequeños. 

Los tres se detuvieron en la entrada al sótano para escuchar a la niñera, en realidad fue Theo quien los hizo detenerse y siendo como dos cabezas más grande que ellos solo necesito poner firme, dar algunas excusas a la pareja que había estado jugando con las figuras de madera y una niña tan pequeña que apenas se veía entre los muros que había levantado con los cubos de colores. 

La percepción que los hermanos tenían sobre Grambel se iba perdiendo si este les seguía mostrando comportamientos tan sensibles y chismosos. 

-… les aseguro que no sucedió nada, ¿No recuerda que aquí hay muchos niños? A veces entre juegos suelen gritar. – la niñera intenta convencer al hombre que la interroga con un aspecto nada convencido. - Es un arranque de adrenalina, solo juegos. - 

-Ese fue el grito de dolor, ¿Es que aquí torturan a los niños entre comidas? - hace esa broma pesada con mal humor esta visita.- ¿De qué otra forma algo como eso le parece normal?- la presiona apuntando con las manos alrededor. 

La niñera aprieta sus manos nerviosa. 

-Señor, le aseguro que es solo un mal entendido. – le repite nerviosa.-Un juego muy ruidoso-

La voz de una criatura resalta y los interrumpe de fondo. 

- ¡Todos a comer! ¡¿Quién tiene hambre?!- canturrea dulce como la miel. 

Los niños estaban en un claro sopor nervioso pero aún son capaces de responder con cierta animosidad, sobre todo los más pequeños, a Picky en el comedor. 

-Vamos a comer. – murmura de camino a la cocina. 

Los hermanos lo siguen contrariados por su extremo cambio de actitud. 

En la fila de la comida fueron los primeros del lado de la trabajadora de interior. 

-¿Ustedes vieron algo, niños?- pregunta rápido la señora. 

Theodore niega con la cabeza yéndose a la primera oportunidad. En ello su mirada vaga hasta el rostro de la cerdita en la mesa, sirviendo con esa larga cuchara un caldo pálido a los niños. 

-Ve con cuidado, está tan caliente como rico. – le advierte con su voz infantil a los niños. 

En serio no parecía perturbada por lo sucedido ni por lo que ocasionó su pedido. 

Siendo más extraño para Theodore el haber sido todo esto real. 

-¿Comerás en el cuarto?- pregunta Charlie, ella dudaba que hacer enojar a los niños y luego quedarte solo sea una idea, pues lo vio seguir adelante incluso después de la última mesa. 

-Si. – corta entrando a las escaleras de su piso. 

Con cada escalón el sonido de la sala y el comedor, así como el de los niños se va quedando atrás y puede ver que su cuarto está abierto. 

Llegando a su puerta entró pateando la puerta  y listo para lanzar la comida caliente a quién lo quisiera emboscar. 

 

No había ningún grupo esperándolo. 

Esperaba ver las camas destrozadas o las sábanas rotas pero es muy diferente lo que se topa. 

Con la bandeja cruza el cuarto hasta dejarla en la mesa de noche y revisar su cama. 

No lo había imaginado. 

Encima de las cobijas estaba una mochila igual a la de los trabajadores, con varias tiras de clavos y un martillo viejo, enredado por un alambre fuerte y largo.  

-Enserio lo hice. – suspiró sintiéndose derrotado en más de una forma. 

Había causado heridas a uno de los amigos de su perro por estas cosas. 

Arriesgo a su amigo con todo esto y peor aún, el mapa en su poder podría ser descubierto si era atrapado por la confesión de ese niño. 

Sinceramente no tenía idea de lo que llegaría a pasar después de este día y no era capaz de imaginar demasiados escenarios incluso si se esforzará. 

Solamente puede esconder estas cosas hasta que todo se calme en unos días. 

La comida en su bandeja le recuerda que está ahí al caerse una pieza de pollo cortado en bolitas lo hace mirarle. Toma el agua y un pedazo de pollo frito. 

Aunque no es pollo. 

Lo revisa tras morder y comprobar que en el interior había una carne mucho más suave qué muchas de las comidas que nunca probó antes, tan rico que sus ojos se abren húmedos por el cúmulo de lágrimas qué se amontonan en las esquinas. Incluso su boca se siente demasiado húmeda. 

-¿Camarones?- murmura babeando sin darse cuenta. – No sabía que así sabían.- murmura antes de darle una última mordida con tanto gusto como para que su cuerpo se vea balanceado de lado a lado en la cama. 

 

Theodore era todavía un niño por mucho que conocer. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

   When you are down and out, 

                          No need to frown and pout!

                              ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

Empieza el capítulo con música electrónica en un escenario oscuro. 

Observando al perro naranja iluminado por luces rojas, rosas, azules y moradas en una fila de asientos donde ha estado observando de forma seria los tacones de algún personaje que baila por encima de una mesa de cristal, tirando al suelo lo que parece una tira de tela frente a su espacio. 

Al fondo del oscuro local se abrieron dos puertas de par en par, revelando la figura de una osa roja. 

-¡¡DogDay!!- rugió al reconocerlo en la fila de asientos. 

Justo cuando un chubasco de agua salpicó al escenario el perro le miró y sonrió. 

-Bobby, ven a ver, ¡Están subastando uniformes nocturnos!- 

 Al fin se ve todo el escenario. 

Eran modelos codorniz en tacones, mostrando equipo de construcción resistente a la lluvia. 

Probando la dureza de un casco de seguridad con un martillo y el impermeable su capacidad para no dejar entrar agua ni incendiarse a la cercanía con el fuego. 

-Estoy preparando todo para las tormentas de esta temporada. - apunta al modelo masculino demostrando la resistencia de la gabardina a los azotes de las ramas usadas por una linda modelo gato negro.

El sonido de los azotes es compañía para el aturdido rostro de Bobby y la relajada sonrisa de DogDay. 

-... Estoy viendo algo. - murmura Bobby perturbada. - ¡Como sea! ¡¿DogDay, olvidaste que hoy era el cumpleaños de Bubba?!-le pregunta ansiosa. 

El perro bajo la mano al recordar tal hecho, volviéndose un borrón naranja ante la impresión. 

-Vamos, Dog. - le insta ya agarrándolo por la mano. 

-Soy un pésimo amigo.- murmura en ese borrón. 

-Y también DogDay tiene un pésimo gusto en el entretenimiento. - 

-Es un fetiche. - 

 

Corte de escena. 

 

 

En casa de Bubba, ignorando la ventana rota a sus espaldas y la piedra que dejaron en la alfombra , estaban todos armando la fiesta sorpresa para su amigo elefante. 

-¡Chicos, ya preparamos la ensalada!- anuncia Hoppy mostrando las verduras al público. - Y no les voy a dar nada. - murmura burlándose de él televidente. 

Kickin la empujó fuera de foco mostrando una fresca jarra de agua con fruta en el fondo de una bebida colorida. 

-También traje el fermento de frutas favorito de Bubba, el cual es super correcto para un programa infantil. - anuncia Kickin mirando a través de el espacio de sus lentes negros al público. 

Crafty arrebató el foco de la pantalla al atrapar el cuadro en sus pezuñas. 

-¡¡SERÁ UNA FIESTA INCREÍBLE!! ¡No puedo esperar más para ella! ¡¿No están emocionados, chicos?!- pregunta al público casi metiendo la nariz al lente. 

Las pezuñas rosas de Picky arrebataron el lente. 

-Crafty, vas a marear a nuestros amigos. - la regaño. - ¡Ahora ponte a un lado de la pintura qué le hiciste a Bubba!- le pidió al tomar al unicornio de cuerpo completo. 

La princesa sonrió apartándose en una carrera que lleva a Picky a seguirla a la sala. 

En esta habitación una pintura tan grande como toda la habitación apenas cabía en su magnificencia. 

-Yo misma la hice. - anuncia la princesa parándose a un lado del retrato de Bubba, subido en un caballo blanco y portando el uniforme de frac rojo con una capa negra brillante. 

-Qué guapo.- murmura Picky ya sin tomar a Crafty qué sigue presentando a la pintura, referencias y componentes.-Se ve muy guapo. - 

El lente se distancia tomando a Picky sosteniendo una cámara mientras mira a esa pintura con el rostro sonrojado y una gran sonrisa, atrapada con sus pezuñas. 

 Otra esquina de la casa el pollito acomoda la caja de regalo que trajo, mirando el moño torcido qué le colocó cual obra de arte. 

-¿Qué le regalaste a Bubba?- cuestiona con cierta suficiencia a Hoppy. 

-Yo, un terrario. - responde poniendo un pedazo de pasto dentro de una botella. - ¿Y tu?-

-Un triciclo. - 

Seguido chocaron las palmas en victoria. 

Picky con Crafty observan el par de regalos bastante preocupadas por lo simples que eran. 

-No se donde poner el regalo de Bubba. - murmura Crafty volviendo a mirar su pintura. - Seguro que lo querrá ver todos los días. - 

-Yo querría verlo.- apunta Picky aún emocionada. - Y le traje un cañón pirata. - 

Crafty dejó de mirar su pintura. 

-¿Qué le trajiste que?- 

Bobby abrió la puerta con una patada. 

-¡Ya llegamos! ¡Traje a DogDay!- saluda y entra con el perro en su espalda. 

DogDay observa los regalos uno por uno , más la comida y la jarra, la pintura y la música preparada por Bobby. Un aspecto triste cruzó su rostro abrazando la caja en sus brazos. 

-¿Cuándo se supone que regrese Bubba?- 

Crafty revisa su reloj medieval. 

-Quince segundos.-

-¡¡Ahhhh!! ¡Apaga las luces, apaga las luces!-

Hoppy lanzó un libro para reventar el foco sobre ellos. 

Escondiéndose todos tras lo que se les ocurrió. 

-El interruptor estaba a tu derecha. - murmura Kickin bajo la mesa. 

Hoppy le lanzó un libro a él también. 

-Callate.-

Tras un segundo la puerta se abrió. 

Esta dejó entrar la luz revelando al perro parado en medio de la sala. 

El elefante con máscara de hockey y una sierra se quedó en la puerta. Viendo alerro invadiendo su casa. 

Activo la sierra.

Las luces de colores iluminan de golpe. 

-¡¡¡Sorpresa!!!- 

Salieron todos estallando en confeti y luces coloridas. 

Con ello la sierra se revela como un simple maletín y la máscara una corbata.

-¿Es mi cumpleaños?- 

-¡Claro que sí mi muy querido snob! - anuncia Kickin aventando le al rostro un huevo que estalló en harina y confeti.- ¡Anciano!- apunta bailando frente a él. 

Bobby colocó la música al ritmo de la música, logrando animar al resto. 

-Gracias.- les dice dejando de lado su disfraz de abogado.-Solo soy cinco años mayor a ti, Kickin. - 

-¡Celebra como si la muerte no te respirar en la nuca!- 

La fiesta comenzó a llenarse con los extras de diferentes capítulos, incluidos los otros juguetes de Playtime Co.

La casa cobró vida mientras Bubba prueba la comida traída a su fiesta o se horroriza con la potenciada masculinidad del retrato qué le hizo Crafty. Agradece el terrario y el triciclo. Escuchando una canción de Bobby en la sala y usando el cañón que Picky le trajo. 

-Venía con el barco pero se quemó. - dicta ella con la antorcha para encenderlo.-Si lo usas contra mi te hago caldo. - termina con esa gran sonrisa inocente y un besito en la mejilla.

El cañonazo corta la escena con muchos colores. 

Al pasar algunas imágenes sin movimiento del elefante siendo felicitado por algunos habitantes del bosque su espacio se despejó para ver a los invitados divirtiéndose con los tres Smiling Critters, excepto uno. 

Bubba observa alrededor en su sala, su cocina y el segundo piso, pasando entre todos los invitados. Personajes especiales como Daddy Long Legs, Mommy cargando Baby pasan por su lado sonriendo. 

Sale de su casa tras suspirar. 

Su búsqueda tiene frutos al encontrar al perro en el porche bajo la luz de la mosquitera. 

-DogDay. - lo llama al llegar a su lado. 

Este perro lo mira y sonríe. 

-Feliz cumpleaños. - festeja al verlo. 

-¿Qué te ocurre, amigo?- pregunta Bubba al sentarse a su lado. 

Ese amigo suyo junto las manos sobre sus rodillas flexionadas. 

-Olvide tu cumpleaños… gaste todo en las preparaciones para el tornado… Y no pensé en ti.-

Bubba levanta las patas a los lados del cuerpo. 

-¿Qué no estás aquí?-

Este perro movió la cabeza de lado a lado. 

-No.. Me refiero a tu regalo, no prepare nada bueno. - suspira tornando se tan rojo vomo la misma Bobby.-No te compre nada, amigo.- murmuró avergonzado. 

Bubba movio la cabeza de lado a lado. 

-No me importa, estás aquí, eso importa. - sonríe sacudiendo al perro. - Yo tampoco te regale nada en tu cumpleaños, DogDay. - recuerda levantando 

-Me compraste un libro sobre castillos y pilares… Me sirvió de mucho. - murmura abrazando sus rodillas.-Estoy haciendo la casa de luna mucho más rápido, gracias a tu ayuda… pero no tengo nada que sea bueno para ti, lo siento.- 

El elefante levantó las cejas al entenderlo y su rostro desanimado vuelve algo a la vida. La comprensión le golpea más pronto que al televidente. 

-No me importa si es barato, no soy tu amigo por dinero. Eres mi amigo porqué te quiero y es así para todos. - abraza al perro. -Es tu presencia más importante que cualquier otro regalo. - 

Su amigo can le corresponde el abrazo. 

-¿No te molesta?- vuelve a preguntar nervioso. -¿Esta bien si no soy ta listo como tú? ¿Aunqie no me guste la política, tus corbatas ni respete en lo más mínimo tu perfil de calabozos y dragones?- 

-No. Tú sabes que no. Además mi elfo le gana a tu nigromante.- salto de su lugar para colocarse enfrente. - Ahora vamos adentro y-

Recibe la caja en brazos. 

-Míralo. - le pidió nervioso, sonriendo más animado pero inseguro. 

Bubba abrió la caja, observando el interior con sorpresa sacó las piedras. 

-...me conseguiste fluorita… Es fluorita. - sonríe emocionado. - Me gusta, gracias.- 

Este perro sonríe animado por la sonrisa abrazando al elefante bien fuerte, su cola barre el suelo sacando el polvo al moverse mucho más rápido que las aspas de un helicóptero.Robando un muy sonoro beso a Bubba al abrazarlo.

 

En la fiesta Picky dejo de reír de golpe aunque lo que tenia enfrente era una batalla de baile entre Huggy Wuggy y CatBee. 

-Alguien hizo algo. - murmura mirando al rededor sospechado hasta de su sombra. 

El beso fue solo eso y es terminado con unmanotazo del perro al elefante. 

-Felicidades, viejo. - felicita al elefante al dejarlo libre.-¡Déjenme pollo, y no le digan a Kickin!- grita a la fiesta.

Bubba limpia su boca antes de acusar al perro. 

-Tenemos la misma edad. - le apunta enojado. 

DogDay levanta los brazos aún en la puerta y fingiendo se sordo. 

-¡Oficialmente mi amigo es un anciano!- gritó al entrar a la fiesta de nuevo.-Te prometo que conseguiré tu andadera, viejito. - 

Bubba le sigue guardando los cristales en sus orejas.Sonriendo al público. 

-No elijan a sus amigos por dinero, esos no duran , mejor elijan los de maoyor facilidad para explotarles.- les apunta con ambas patas. -Recuerden siempre ser buenos. - mira a la fiesta donde el perro ya estaba bailando con los demás. - No hay dinero en este mundo que pague por un amigo real.- entra a la fiesta pero vuelve a asomarse. - Y nunca besen a nadie sin su permiso, eso es de gente muy corriente.- 

El elefante se unió a la fiesta de nuevo. Dejando la puerta cerrada y la máscara de hockey en el pasto. 

 

El capítulo terminó con los créditos y el fondo en donde Bubba, DogDay y Crafty observaban el mismo espectáculo de subastas al inicio del capítulo. 

Más las ofertas de peluches de PLAYTIME CO. En oferta en Walmart al comprar el set completo. 

 ¡¡Festeja navidad con PLAY TIME!! 

Añadiendo una sorpresa para los ganadores de la trivia oculta en los juguetes de colección. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los niños que veían la televisión desvían la mirada una vez termina el capítulo. Observando a la pareja que sujeta disimuladamente el brazo de un niño que no llora por el miedo a la mirada del hombre. 

-Qué buen niño. - lo consuela la mujer sobando su hombro con demasiada fuerza. 

Todo para ocultar como una jeringa es clavada en este por el hombre. Sacando algunas gotas de sangre. 

Los niños eran muy pequeños para saber que hacer o reaccionar, quedándose en silencio por miedo. 

Al soltar a este niño lo dejaron ir, este en vez de ir con un adulto volvió a juntar a los niños frente a la televisión. Cerrando su entendimiento al dolor y el miedo con los colores brillantes y la sonrisa de las criaturas en la pantalla. Limpiando sus lágrimas con el antebrazo para no tener que ver borrosa la pantalla. 

 

Notes:

¿Qué son los Smiling Critters en este AU? ¿Porque los capítulos animados son tan importantes?
¿Qué le está pasando a los niños dentro de la fábrica? ¿Y qué podría esperarles en el exterior?

Pronto.

Chapter 19

Summary:

No hay razones para sentir piedad por un objeto.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez se llevó a Hoppy de la escena comenzó a correr. Sin mirar atrás huye del desastre llevándola lo más cerca de su cuerpo que podía. 

-Lo siento. - suspira entre sus pasos. 

Hoppy no responde, suspira y sigue observando al frente sin esperar algún cambio. 

Atravesar la entrada de la bodega corriendo fue demasiado violento, tuvo que arrodillarse y frenar con ello. 

-Te curarías en un segundo si lo sacas. – le asegura a Hoppy dejándola en el montón de sábanas por lavar.-Debe ser rápido. - 

Hoppy estiro la pata mirando la sangre escurriendo. 

-Esto no es como lo planeamos. – murmura bajando la pata después de perturbar lo suficiente sus pensamientos. 

DogDay atraviesa de un lado de la bodega, saltando por el borde a la zona eléctrica para traer un pedazo de alambre. 

-¿Porqué ese niño me atacó a mí?- cuestionó mirando el alambre en manos del perro, el nerviosismo la sacude hasta los huesos.-No pude reconocerlo, me asuste…- apretó los puños al ver el llegar de vuelta a su encuentro. Con el cuchillo qué ocultaba en este recinto. 

-No lo sé, Picky no habría confundido las instrucciones. – murmura al entregarle el cuchillo. 

Hoppy sintió las dudas deteniendo su mano antes de tomar el cuchillo. 

-Además de que no era ni la hermana o el hermano, ¿Quién es ese niño?- lo aprieta en su mano, soportando el nerviosismo qué la trepa como cucarachas por la espalda. 

DogDay resulta conocer a ese niño, igual que a muchos más. 

-Carl, es del bloque 3, tiene problemas de confianza pero no debía hacer algo como esto.- subió la pata herida de Hoppy sobre su rodilla.-¿Puedes escucharlo?-

Tras un incidente de este tipo las alarmas no se reproducirán por ser un experimento y no un empleado herido, por lo que era el mejor momento para encontrar el rastreador dentro de sus cuerpos. 

Solo necesitaban esperar un poco para que el sonido de funcionamiento lo delatara y… ahí estaba. Ese ligero bip en la pierna de Hoppy al igual que en el pecho de DogDay. 

Hoppy suspira sabiendo lo que dolería arrancar su propio rastreador y ni hablar del de Dog. 

Hoppy sostuvo el cuchillo en alto antes de clavarlo sobre el punto exacto, aguantando a la vez como su herida es invadida por el alambre. El dolor fue tal, tan profundo que un grito brotó al unísono. 

Llegando un ave que cierra las puertas con una gran rueda de cable a su paso sellando la entrada. Listo para coser alguna herida excesiva al traer a escondidas un paquete de sutura. .

-Chicos están tardando mucho. – les apresura pero no hay mejor forma de describir lo horrenda de la escena sino al ver como sus plumas se debilitaron y tembló.-No puede ser… - 

La coneja le da la bienvenida. 

-Duele más de lo que creí. – admitió Hoppy soltando el cuchillo para sujetar las manos del perro que la agarran por reflejo. Temió perder la pata por la fuerza excesiva. 

El perro también tenía cierto sentido de dolor y la union con la rabia era muy cercana sin haberse mentalizado para ello. 

-Kickin, usa el cuchillo… - le ordenó en toda regla al ave ese perro, enterrado el cable más profundo con un empujón. Este rasga toda la superficie ósea arrastrando los tornillos del interior. 

Hoppy escupió un líquido baboso, al parecer el dolor es tal que debe vomitar. 

Kickin mira a la coneja, el reloj y la piel de DogDay apunto de sanar. Tomar fuerzas para obedecer fue más difícil de lo que pareció. 

-¿Dónde lo escuchas?- pregunta Kickin, pues no tenía el mismo oído que un conejo o un perro. 

Ni siquiera DogDay podía escuchar algo dentro de su cuerpo. 

Hoppy mueve las orejas, agarrando al perro mientras los tornillos son arrancados. 

-Tras la costilla… no puede ser, me duele. – suspira y su pata por reflejo casi patea al perro. 

Kickin tomó el mango con un movimiento decidido, torciendo el filo en ello para sentir algo más duro que los huesos del interior. 

Esto dolió tanto que el perro perdió parte del brillo plata en su mirada. 

Era un enredo en el que casi se bañaban con la sangre, siendo casi imposible para Kickin sacar algo tan pequeño del pecho de el perro. Pronto el cuchillo rozó el hueso taladrado y el grito del perro lo sobresalta haciéndole soltar el cuchillo por la culpa que lo embarga. 

-Solo hazlo ya. – pidió la coneja golpeando el suelo con el puño. 

El cable se engancho al fin a algo, y pudo arrastrarlo fuera de un tirón. 

Kickin pierde las plumas escuchando el grito del conejo, un grito especialmente doloroso y agudo, tan alto que la bombilla explotó y las garras de esta llegan a la zona del cuchillo arrancándole con todo y un porción de carne y pelo. 

De entre los pedazos de carne y pelaje un pedazo de cristal resaltó al momento de estrellarse en el suelo. Brillando suavemente al contacto con el suelo. 

Kickin lo atrapa y también al de Hoppy, corriendo a la zona eléctrica donde ocultaba el agua para esta situación. 

Los dos gigantes se repelen con un empujón instintivo, descansando y estirando las piernas. Juntando las manos sobre sus cabezas como un reflejo gemelo, pareciendo que dos juguetes actúan sus funciones básicas. 

-Hoppy… Hopscotch… ¡Hola… - la coneja movió las manos de un lado a otro haciendo la mímica de su saludo. – Hola soy… hops… - 

La mirada de Kickin pasa del conejo al perro que se estremece y escuche líneas inentendibles entre risas distorsionadas, pareciendo un desastre de voces una sobre otra. 

El miedo y la confusión se fusionan en su mirada nerviosa. 

La grotesca escena terminó cuando dentro de sus cabezas se produjo un chasquido. 

Al fin vuelven a ser ellos mismos y pueden simplemente respirar. 

Acerca la cubeta con agua a los dos. 

Kickin tocó su propia cabeza sintiéndose algo mortificado pero las dudas y miedos las dejó de lado al encargarse de lavar la pierna de Hoppy, sacando la sangre de su pelaje con un masaje suave, evitando presionar la herida. 

A DogDay le toco lavarse el mismo, revisando el estado de su pecho y pelaje. Miro la carne que había sido arrancada de su pecho, tomándola en mano lo pensó bastante. Lo pensó y decidió llevarla a su boca, tragando con esfuerzo. 

Un inquietante sentimiento de desagrado lo recorrió una vez lo hizo, algo muy molesto. 

Hoppy no fue diferente, eliminando las pruebas al comer ella misma los pedazos que el cable le arrancó de la pierna. Escupiendo en su palma los tornillos que sacaron de su cuerpo. 

-Esos malvados… - suspira ella aplastando la cabeza en el pecho de Kickin.-Si se encargaron de hacer cual Vlad el empalador. - suspiró sacudiendo el plumaje del ave. 

Los tornillos los guardo Kickin en su pecho. 

-Los fijaron a los huesos, por eso no puedes perderlo en una de las peleas con los otros. – Kickin acaricia la cabeza de Hoppy, de frente a las orejas agachadas. – Lamento no haber ayudado más. – 

-Hiciste lo que pudiste. – suspira agotada. - Aunque te pusiste amarillo. - 

La excesiva risa de DogDay les recuerda que no estaban solos. 

Los dos pedazos de vidrio vuelven a pitar en el bote de agua. 

-Debemos llevarlo con nosotros. – el perro los saca del agua, entregando el marcado de Hoppy a ella. 

-Esta bien.- se rinde tomando su cristal, reconocible por el tonto dibujo grabado de un conejo. 

-¿Porqué el niño te ataco?- debe hacerse esa pregunta Kickin. – Picky debía enviarlo con Dog. – 

El perro sacude la cabeza dejando de lado sus heridas ya cerradas. La sensación del cierre es tan extraña como se podría imaginar, siendo que la unión era del mismo esmalte que los dientes, desarrollándose nuevas uniones cada vez que perdía uno anterior. 

Hizo un movimiento girando el cuerpo con los brazos abiertos. Comprobado su estado en el reflejo de los metales y la sangre disimulada en el pelaje. 

Ambos le observaban confundidos por su actuar. Fue algo discordante ante la pasada escena del caos qué acaba de superar su líder. 

El que DogDay lo tratara como un calentamiento antes de algún tipo de presentación en vivo les era algo incómodo. 

Tal vez habían pasado mucho tiempo distanciados de su líder, olvidando sus usuales rituales tras eventos traumáticos. Cómo tomarse como un chiste sus pesadillas una vez las superaba. 

-Yo ya puedo volver, descansa Hoppy. – les despide quitando el cable y saliendo. 

Kickin corrió a regresar la rueda de cable a su lugar. Volviendo tras esto al lado de Hoppy. 

Los dos en la bodega suspira en las sábanas sucias, aquellas que se usaron para pintar Dulce Hogar. 

-Eso se vio horrible. – murmura Kickin. 

-Lo fue. – admitió Hoppy tomando las plumas del hombro del pollito. – Te va doler mucho.- es cruelmente sincera. 

La sorpresa la devuelve al presente. 

Kickin se ha dado el lujo de tomar su cuello.

-Me dolió y dolerá más cuando eres tú quien sufre. – 

Hoppy cerro los brazos sobre el pollito, estrechándose la distancia como nada, siendo uno por lo que pueda durar este descanso. 

 

 

 

 

Afuera de Dulce Hogar el perro vuelve a su rutina, saludando y guiando a las visitas que ahora ya no se ven tan preocupados. 

El rastreador en su poder se siente tan pesado ahora que al fin lo saco de su cuerpo. 

Siempre supo que le habían implantado uno pero el sacarlo fue posible solo por sus amigos. 

Este día fue el primero de muchos en los que tendrán que repetir el acto rebelde o encontrar algo más que no este cien por ciento bajo vigilancia ni poder de los adultos. No quiso hacerlo pero entre todas las posibilidades que no puede preverse era un niño atacando a un monstruo, el primero. 

Tal vez pronto encontrarán algo que haga más difícil pedir la ayuda de un niño pero… solo por ahora seguirán con este modus operandi. Activar los rastreadores era la única forma de encontrarlos en el cuerpo. 

Quisiera hablar con Bubba sobre esto. 

-¿Puedes decirnos donde están los lavabos?-

Gira el cuerpo haciendo el exagerado ademán de apuntar con el brazo y casi todo el cuerpo hacia las diferentes construcciones. 

-Hay un servicio en la primer planta de cada una de nuestras instalaciones, todo para hacer mas cómoda su visita en nombre de Playtime co. – dicta de memoria antes de apagar el modulador de golpe. Era asi porque no tenía demasiado interés en hablar con las visitas por hoy, como la fatiga qué le advierte podría terminar siendo grosero con la persona equivocada. 

-Es un animatronico muy grande. – suspira la mujer del brazo de su pareja. 

El hombre asiente y la dirige a la juguetería, que era la construcción más cercana. 

-Cada vez estoy más sorprendida por el trabajo de esta gente. – 

-Sería mejor que hubieran apoyado a las fuerzas en vez de hacer juguetes tan grandes solo porqué si.- 

 

DogDay escuchó la conversación de la pareja hasta que los vio entrar al lugar. Girando de la misma forma que lo harían en una marcha imitando a un soldado con cada paso. Un sentimiento sordo reproduce algún murmullo en su cerebro, como una grabadora vieja. Todo por el recuerdo de un amigo del pasado. 

Uno que termina con un callejón lleno de rojo y un arma helada en manos paralizados por el frío de la muerte. ¿Qué hubiera pasado con su vida si no hubiera entregado el arma al vagabundo de una pierna? 

Una niña llega por un lado imitándolo y llevando en su pequeño rostro una expresión de curiosidad. 

El perro se gira hacia ella y vuelve a hacerlo logrando que la niña gire con él, más de tres veces hasta que termino sentada y mirando al perro agacharse para despejar su rostro de los cabellos rebeldes. 

-¿Y tu porque estabas rodando?-

- ¡DogDay primero!- grita apuntándolo, llevándose los dedos a la boca una vez se da cuenta de que fue algo grosera y su curiosidad se ve desviada por la verdadera razón que la hizo venir al perro. – Hoppy, ¿Esta bien?- lo pegunta observando ese rostro sonriente de ojos tan brillantes. 

DogDay solto su cabello, regresando sus manos a sus rodillas, pensando en lo ocurrido, los niños que debieron estar muy asustados por sus acciones. Siendo posible que el hacer algo tan egoísta como esto sea la razón por la que seguramente las señales de la locura lo comenzaron a perseguir. 

La culpa y la rabia se unen y tiene que cerrar con fuerza sus pensamientos más desastrosos. 

-Hoppy esta bien. – respondió con su voz real, esa áspera y profunda que lo hacía sentirse adulto.

La niña usa unos segundos para digerir sus palabras y su voz, tomando en su cabeza el tono en sí. Lo amable y sincero que sonaba, siendo que por primera vez su percepción de los peluches se ancla a la de no solo gigantes, sino adultos… tal vez algo mas cercano que los cuidadores. 

-Y respecto a imitarme… - lleva una mano al borde de su sonrisa perpetua. - Si ladró ¿Tú también lo harás?- pregunta riéndose. 

La niña se puso colorada y bajo la mirada. 

El perro endereza el cuerpo levantando los brazos a los costados. 

-Vamos, otra vez.- la anima dando una vuelta rápida. 

La niña usa todo el cuerpo para levantarse y seguirlo, imitando los pasos y las vueltas más separadas entre los pasos. Lentamente el movimiento va tomando forma y ritmo, volviendo las vueltas y pasos un pequeño ejercicio que se corea con las risas de algunos niños que van uniéndose de cerca o lejos. 

El no quería hacerles daño ni asustarlos, solo queria salvar a sus amigos.

A los niños. 

No podría vivir sabiendo que los abandonó a su suerte. 

Siendo un destino horrible el que les esperaba si llegaba a abandonarlos. 

Dejarlos… dejar a Theodore en manos de esta gente no era posible. 

Los sacaría a todos, incluso si debía enfrentar a los monstruos de la superficie o a los humanos, lo que sea que se ponga en enfrente. 

Incluso si debe renunciar a su propia vida. 

Entre los giros un niño se cayó agarrando su brazo con dolor. 

El perro había estado levantando a los niños una vez caían y no fue distinto con este. 

Lo que hizo de este algo distinto fue lo que encontró en su espalda al levantarlo. 

Una mancha de sangre. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre la guardería Bubba se encuentra saludando y pasando por el anden, observando lo más que podía los movimientos de los trabajadores. Las nuevas normas y esas llaves con forma de baterías le advertían de un nuevo reto solo para encender el transbordador. 

Ya no utilizaban números sino colores. Un sistema confuso para memorias mediocres. 

Para su suerte él no contaba. 

-¡Bienvenidos!- saluda a las visitas sabiéndose ignorado. 

Las tareas que les daban no eran ni de cerca empleos reales, lo ve en la nula complejidad pero también los hacia ser el centro de atención, desde el principio se trato de vigilarlos y estudiarlos. Lo sabe y debe afrontarlo, eran jarrones vacíos, y esa era la única razón por la que podían moverse libremente en los espacios que les dieron. 

Desearía poder hacer lo que DogDay o los otros : robar pequeños objetos que les sean útiles. 

Pero terminó maldecido maldito con estas patas torpes y grandes que eran vistas en cualquier momento.

Limitándose a observar y hacer como un loco anotaciones dictadas a otro de sus compañeros. 

Tomando de lo que puede aprender ventajas útiles. 

-¿Sucede algo, Bubba?- 

Salió de sus pensamientos con la pregunta del empleado que lo acompañaba. 

Bubba mueve la cabeza negando. 

-Una señora tiró su cartera. – apunta con una pata al suelo. 

El empleado comprueba con una mirada y actúa dejando a Bubba solo una vez más. 

No le gustaba estar solo. Añoraba el espacio en la escuela o estar cerca de sus amigos, no quería ni pensar en que después de pasar horas entre desconocidos y empleados del lugar , lo obligarán a estar solo otra vez en una celda. 

DogDay nunca les dijo porqué mató a los empleados. Sospechaba que tendría que ver con lo que le contó. 

Su mente se llenó de bruma oscura incluso si no quería. 

-¡Bienvenidos!- dicta con esa voz infantil a los visitantes que siguen ignorandolo. 

Deseando gritar y sacudirlos. Decirles que estaba vivo, que era un niño y que este lugar los estaba matando. Deseaba tanto pedir ayuda a gritos, llorar y rogar si era necesario. Ya ni pedirlo de rodillas le hacía sentirse humillado. 

Si tan solo alguien los pudiera ver. 

No quería apagar las esperanzas de DogDay ni de sus amigos pero él lo sabía. 

Sabía que nunca podrían escapar vivos. 

Porqué afuera no había un lugar al cual ir, ni aliados para los monstruos ni un amigo que los ayudara. 

Sabía que moriría aquí o en otro laboratorio donde los cortaran hasta descubrir como fueron hechos y repetirlo. ¿Estaba pensando de más? Allá afuera habían muchas guerras, ellos eran fuertes y sanaban muchas heridas muy rápido. 

¿Y si la verdad absoluta es que debían morir aquí con todos? Quedarse bajo tierra por la eternidad. 

¡No! 

No. No quería morir ni seguir sufriendo. Por eso a decidido escuchar a DogDay, seguirían haciendo pequeños movimientos qué logren sacarlos de este infierno y esperaría que hubiera un bosque suficientemente grande para esconderse. 

DogDay era su hermano, su único aliado leal. 

-¡¡Qué se diviertan!!- exclama con las patas en alto. 

En ese estallido robó la atención de los visitantes, ignorando la cara de uno de ello.

-Ese robot tiene la cara de triste ¿Te diste cuenta?- apunta a su compañero. 

 

 

 

 

 

 

Picky detestaba las visitas. Los despreciaba tanto como un policía al chico de cabello largo que se apropia de culturas indígenas para no ir a la guerra. 

Los ve jugar con los niños en la sala y después comer la comida de los huérfanos para juzgarla. ¿Se dan cuenta de que tiene pezuñas? No puede cortar un estupido filete de forma regular. 

Hoy es uno de los días que podría comerse a un idiota muy confiado. Un humano joven que parece haber venido con sus padres a ver a los niños. Ahora sentía que a veces los adultos trataban a los niños del lugar como perros de refugio a los que elegir y vestir a su gusto. 

-¿Entonces tu eres la que cocina?- pregunta mirando a los lados ese humano. 

Ahora mismo las cocineras estaban tomando su descanso para fumar en el exterior de hierro. 

-Si…- responde por error con su voz adulta. - ¡¿Quieres un plato distinto?! Espera a la siguiente hora de la comida para probar otro de nuestros fantásticos y balanceados menús. – junta las pezuñas y vuelve a ponerle atención a la estufa. 

-Vaya… casi no pareces un robot. – apunta mirándola de cerca. 

Lo siguiente que Picky supo, es que le dolía la columna. 

Picky apretó la cuchara metálica hasta doblarla cuando el humano tiraba de su rabo. 

-No hagas eso. – habla con su voz infantil al girarse y sujetarlo por la cabeza y sacarlo por la puerta cerrando de inmediato. Coloco el refrigerador en la puerta quedándose pegada a la pared contraria. – Necesito ayuda.- murmura temblando. 

No fue tanto el dolor sino la acción la que la hirió, sintiéndose pérdida y tan asustada qué necesitó varios minutos para liberar su pecho del peso de este nuevo trauma. 

Por ahora parece afortunada y ese humano se abstuvo de regresar. 

Aunque también la hacia miserable el tan solo pensar en sentirse afortunada por ello. 

Cargaban con la fuerza para matar pero no lo hacía, no lo hacían aunque pudieran. 

Humillante. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la juguetería el perro entró saludando a las visitas, olisqueando disimuladamente a las personas. 

-Crafty. – la llama al verla de pie en el centro del salón, mostrando esa sonrisa a las visitas con una melodía grabada saliendo de su boca. 

La unicornio le avisa que tiene su atención moviendo la cabeza. 

-Algunos niños están sangrando. – le avisa lo más bajo que podía.-Un hombre con una aguja oculta. - 

Crafty sacudió la pezuña al dar un paso atrás, saluda con la cabeza y vuelve a su lugar. 

-Si no atrapas al imbécil… ¿No lo dejaran ir los guardias? Solo necesitan un dólar para mover la cola… Sin ofender. - 

 

 

 

 

 

Picky se había quedado en la cocina, sin saber que a quién buscaba el lider la había herido. 

No puede saber que este había vuelto con sus padres mirando la sangre en sus uñas, producto de haberle arañando al girarse el peluche tan de golpe. 

-Eso es sangre. – susurra limpiándose con una servilleta. 

-Tonto, dame eso. – 

Fue de sorpresa pero su padre por debajo de la mesa le hizo poner la sangre en su mano en un tubo pequeño. 

-Solo un imbécil como tu va con las manos sucias, ya no te muevas de aquí. – guarda el tubo en su traje. 

Por ahora se quedó en silencio, después de todo venían por muestras para la operación de su hermano, solo necesitaban sangre para llevar la bolsa correcta. Es la curiosidad por saber lo que saltaría cuando estudiarán esa sangre… o aceite como dijo el perro al cargar a la coneja de la mañana. 

La curiosidad lo hace voltear a ver al pollo amarillo qué acaba de entrar saludando a quién se le cruzara, incluso a las visitas y a ellos. 

Era mucho más pequeño que la cerdita o cualquiera de las otras mascotas repartidas por este lugar. 

Respondió el saludo con una sonrisa más temblorosa de lo que esperaba. 

Observando al pollo subir a la planta superior. 

-¿Qué hay arriba?- pregunta a sus padres. 

Su madre pica la comida desinteresada pero fue la única que se dio un segundo para responderle. 

-Los bebés, pero no servirían… son pequeños y su médula seria insuficiente. – 

-Iré. – avisa dejándolos nuevamente. No les escucho cuando intentan convencerle de no irse solo y siguió adelante con su curiosidad. 

Las escaleras qué encontró estaban abiertas pero otras estaban cerradas. Seguramente el pollo subió por el camino despejado. 

-Permiso. – 

Gira la cabeza viendo la figura violeta pasar por lado con un plato en manos. Un niño del lugar, se notaba por su estado descalzo, sube confiado al siguiente piso. 

El siguió adelante observando a los alrededores. 

Si, era el piso de las cunas. 

Esquiva la mirada de una empleada qué pasa por el pasillo con una pila de sábanas dobladas. 

-Kickin, por favor cuida de este lado, debo bajar a lavar la ropa.– 

-¡Claro que si, señorita!- responde esa voz infantil desde el interior. 

Se esconde entrando a una habitación. 

Ahí descubre al chico de antes repartiendo un trozo de algo frito a otros niños mucho más pequeños. Este no lo ha notado al estar de espaldas. 

-Ya leí sus fichas, no son alérgicos así que prueben. – les dice entregando un trocito a cada uno. 

Los niños reciben la comida con curiosidad, olfateándola y llevándola a sus bocas. Sonriendo un segundo después de probarla, sin morderla sino chupando la carne suave a falta de dientes. 

El niño que les trajo la comida se queda con ellos hablando en voz baja. 

Mientras el visitante deja de mirar la escena al saber que la trabajadora bajó por las escaleras dejando al pollo solo en la habitación. 

Dejó atrás esta habitación, sacando de su bolsillo la jeringa limpia al entrar al cuarto con esta descubierta aguja.

Lo primero que recibe es esa habitación luminosa con una fila de cunas alrededor, notandose en grande lo brillantes que eran las plumas amarillas y cubiertas de cierto resplandor. 

Era la primera criatura que encontraba sola y no era gigante, las maestras siempre estaban con otra o rodeadas de niños ruidosos. Entonces era la primera vez que se atrevía a ser de verdad atrevido al actuar de frente y no a espaldas de lo que creía era una maquina. 

-Hola, pollito. – saluda en la entrada, ocultando a medias la jeringa. 

Si este era un animatronico no debería poder hacer nada de lo que hace, hablar, moverse, esquivar ni reaccionar a un arma. No debería defender a los niños. 

El ave tenía a un bebé en brazos, cargándolo en las plumas como si fuera una segunda cuna, mirando a la puerta y a él, delatando su reconocimiento a la jeringa al estrecharse las cejas sobre los ojos plata. Esa sonrisa perpetua ahora parecía ser una condena para la presión que nace y muere como si fuera un actor trabajando su escena. 

-Tú… - murmura una voz adulta aterciopelada y sorpresiva viniendo de una maquina. - ¡Las herramientas médicas y punzo cortantes no deben entrar a la sala de infantes! ¿Podrías por favor retirarte?- lo pide con una voz pregrabada infantil. Parece que puede ver y reaccionar pero no había sentido en ello. 

No hay máquina en el presente capaz de procesar tanta información y mucho menos de moverse. 

El joven humano levantó la aguja al nivel del rostro del ave. Éste como reflejo se giró lo suficiente para evitar que se acercara esa amenaza al bebé, poniendo distancia con un brazo extendido. 

Ese reflejo demostró una capacidad de discernimiento mucho más allá que una computadora. 

-Estás haciendo algo muy peligroso, colega. – advierte esa misma voz infantil. Habían nervios en esa voz. 

Emociones que la IA de este año no puede fingir. 

Más allá de sus propios instintos el adolescente toma acción al tocar esa mano extendida. Plumas suaves, cálidas, capa sobre capa y una textura firme como un verdadero ser vivo y no un animatronicos chueco bajo plástico. 

Había pulso. Había repulsión en esa mirada. 

La emoción llega a ser excitante cuando siente que puede tener control sobre la criatura. 

-Quiero saber si tú también sangraras. – se pregunta aferrándose al brazo del pollo con la mano que no lleva la aguja, apuntó de clavarla al tenerle sujetado.

Este movió el brazo evitando que la aguja entrara en su piel. Fue tan fuerte que casi lo hace caer. 

-¿Cómo que también?- pregunta. - ¿Hablas de Hoppy?- sin querer su voz vuelve a tambalearse entre ambas líneas de sonido. La rabia, la duda y el miedo con tanta adrenalina como era posible controlar. 

La sorpresa recorre al adolescente y una sonrisa llena ese rostro. 

-Deja que te saque sangre y te digo. – ofreció emocionado. El ave parecía frágil, un detalle solo de los elementos de plumas qué tiemblan ante el estrés. 

Estas cosas… estas cosas pensaban y eran obedientes. Tienen emociones y son capaces de sentir miedo. 

Lo notó con solo ver como la cabeza del ave se movía dudosa. 

-Es como otras veces, ¿No es normal para ustedes?- pregunta acercándose.

El ave mira a una esquina alta y vuelve a verlo después de escucharlo, cambiando su actitud nerviosa a una arisca. 

La cámara grabará cada segundo de lo que sucediera en este lugar. 

Saber eso ya no es suficiente para controlar a Kickin. 

Alterado por las vivencias que se amotinan una sobre otra mientras pierde plumas bajo el acelerado ritmo cardíaco qué sube bajo su plumaje, golpeando su cabeza con latidos cardíacos creados con los gritos de Hoppy, con sus propios gritos. Bobby, Bubba, Crafty, Picky y DogDay. 

Todos sufriendo de una manera que se graba en los párpados y los tímpanos del ave, gritando en su interior la rabia que lo consume en su inutilidad. 

-¿Te burlas de nosotros?- cuestiona con esa voz madura y estridente, una voz digna de algún chico dependiente del canto. - ¿Sabes tú lo que hemos pasado?- dio un paso al frente sin descubrir a los infantes.-No tienes idea de lo que puedo hacerte. - en sus brazos yacía el ancla de su cordura, mirando al ave con tierna mirada infantil. 

Es tanta su furia que sus plumas subieron dese su cuellos a la espalda, erizado como una verdadera ave de corral. 

El adolecte no toma en serio la situación que había creado al molestar a la criatura. 

-¿Qué me harás?- le reto seguro de salir bien de esta, sabía que habían cámaras pero… no había pensado si a estas cosas les interesarían, siendo su travesura más peligrosa una vez el ave dejo de encogerse y esa estatura casi normal ya no se sintió como tal. 

Kickin no podía más soportar esta amenaza, estando a punto de aplastar su cabeza con un puño. 

-¡¿Porqué tienes una aguja?!-

Los dos voltearon a la puerta pero para el joven fue tarde pues todo su costado fue golpeado por un caballito de madera lanzado con gran saña. 

Este ataque siguió con un librazo sobre su cabeza. 

-¡¡Vete de aquí, vete!!- grita el niño con una libreta como siguiente arma defensiva. 

Kickin aprovechó para bajar al bebé y cerrar la protección superior antes de volver a la afrenta. 

En ese lapso de tiempo el joven levantó el cuerpo a medias volteando a ver al niño con un rostro retorcido por la rabia. 

-Mocoso de mierda, te haré los pedazos que tu madre debió hacerte. – escupe saltando sobre el niño.

Esa línea no era exacta pero le trajo de vuelta esas vivencias oscuras con aquel cuidador. 

Kickin intervino casi atrapandole , sin contar que sería el niño quién saltará también. Cansado de tener miedo encesto un puñetazo al estómago del joven , sacándole el aire con su propio peso y fuerza. 

Seguido las alas del ave lo aplastaron. 

Babeando por un segundo al sentir los suave de su cuerpo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el piso de abajo las cosas no son mejores. 

Ese perro había entrado a Dulce Hogar saludando a todos pero dirigiéndose al encuentro con la pareja. 

-Ustedes. – los llamo apuntándolos con la cabeza inclinada. – Ustedes dos deben venir conmigo, ahora. – les dicta. 

Los otros visitantes se ven sorprendidos y contrariados pues ese robot solía ser solo un guía bromista y alegre, nunca había confrontado a nadie, era como ver una tostadora hacer de cafetera. 

El personal de inmediato intentó intervenir en el comportamiento desorganizado del perro. 

-DogDay, tú no puedes apuntar a la gente. – le advierte la niñera del bloque dos, lo sacude intentando sacarlo del lugar sin ningún tipo de éxito. 

Este perro estaba plantado como parte del suelo y las paredes. 

-Deben venir conmigo, contigo y con los guardias qué llamaras. – le interrumpe tomando la cintura de la niñera con una mano para enviarla a dar la alerta.-Ve.- le da una orden con mucho menos cariño que a sus amigos. 

-¡DogDay!- reclamo con la cara roja, era halagador saberse delgada y ligera pero no frente a tanta gente importante y menos en su trabajo. 

-Llama a seguridad. – le insta el perro con la voz real. 

La niñera dejo de resistirse, mirando a la pareja que pierde color conforme la escena se alarga. 

-No es necesario, no entorpeceremos más el trabajo de sus maquina, nos vamos. – reduce la situación lo más posible el padre dejando a un lado los platos. Seguido la mujer hizo lo mismo, demasiado ansiosa como para ocultar su oscurecida expresión de hastío. 

-No irán a ninguna parte.- los detuvo el perro empujando al padre de nuevo a la silla. 

La reacción fue muy cercana a enfurecer a un ebrio.

-¡¡Alguien debe controlar a esta cosa!!- grita levantándose solo para ser devuelto a la silla por el perro. - ¡Qué alguien haga algo, maldita sea!- grita de nuevo en la silla. 

El perro detuvo a la mujer que quiso aprovechar para escaparse. 

-¡No la toques cosa asquerosa!- rugió el hombre golpeando a DogDay. 

El sonido fue idéntico a golpear un muro, solamente un muro podría resonar de esa forma cuando los dedos de una persona se rompen y debe hacerse bolita para contener el dolor. 

El perro no volteo, solo esperando a que la niñera llamara a seguridad. 

La osa apenas salía del sótano cuando encontró la situación actual. 

-Ve arriba, Kickin esta solo con el hijo. – le ordena sin mirarle. 

Bobby asiente subiendo las escaleras. 

Esto fue suficiente para la segunda niñera, corriendo arriba, pasando a Bobby al pasar a cuatro por entre sus rodillas . 

La niñera del bloque dos al fin decidió llamar a seguridad a través del radio. 

Fue suficiente para la mujer que se había mantenido indiferente al dolor de su esposo y la ausencia de su hijo menor. 

-¡¡Alguien debería ayudarnos!! ¡¡Dejen de mirarnos y llévense a esta cosa de aquí !! ¡¿Qué tiene de malo lo que hago?!- grita la mujer sacudiendo las manos.-¡¡¿Por qué debemos esperar dos mese por respuestas?!!-

DogDay inclino la cabeza algo sorprendido por los gritos. 

-¡¡Todos aquí vienen por lo mismo, todos!! ¡¡¡ Todos vienen por las bolsas y sin importar lo mucho que se nieguen a decirlo!!!- levanto un plato de la mesa tirándolo contra la cabeza del perro.-¡¡Mi hijo se muere por pelear las guerras de esta gente, de estos millonarios!!¡¿Porqué debo esperar tanto por las pruebas?!¡¡Si las madres de estos mocosos están muertas o son basura ¿Porqué debo dejar morir a mi hijo por la comodidad de los hijos de prostitutas y delincuentes?!! ¡Miren lo que hacen! ¡Hicieron estas maquinas! ¡¡¿Porqué mi hijo se muere? No podemos pagar los estudios y debemos esperar!!- 

Son sus gritos tan fuertes que han atravesado las paredes y los niños observan a la mujer sin saber que cara hacer, solo confundidos. Preocupados por el trato que recibe el perro. 

-¡¡Mi hijo se muere, se muere antes que yo!! ¡¡¿Porqué no puedo salvarlo?!!- chilla mirando a cada persona con esos esos salados y vueltos sangre en su arranque. - ¡¡¡¿Porqué mi hijo debe esperar la muerte? Yo veo suficiente sangre aquí, suficientes donantes!!! ¡Suficientes mocosos que nadie va a extrañar!-

Es todo para muchos de los niños que pueden entenderla, es lo que podría hacerlos romperse después de insonorizar el miedo que habían guardado una vez fueron traídos a este infierno. Era exactamente lo necesario para quebrarlos y regar las lágrimas nuevas fuera de la cama donde se esconderían. 

-Esa gente hace sus estudios , esta gente decidió que estos hijos de nadie vivieran, mientras mi hijo debe morir… ¡¡Solo les interesa gastar dinero en crear estas máquinas inútiles, monstruos horrorosos!! ¡Son unos malditos monstruos!- grita lanzando al perro cada plato en la mesa. 

El perro pronto se ve cubierto de comida y bebidas qué vuelven el pelaje algo deprimente, sucio. 

-¡¡Dejalo en paz!!- chilla una niña desde las mesas. 

Ese lamento junto con otros se vuelve un coro entre los sollozosy los gritos de esta mujer. 

-¡¡Te burlas de mi!!- la mujer ve esa sonrisa como su enemigo. - ¡¡¿De que te ríes?!!- esta vez golpeó directamente al perro con un vaso de vidrio, logrando que los pedazos de este reboten a su propio cuerpo, saltando su sangre y la del perro. - ¡Deja de reír!- chillo volviendo a su asiento con todo ese desenfreno abandonandola, viéndose de golpe tan vieja y dañada como para no parecer la anterior cosa violenta, gritando y lanzando cosas. 

-Lastimó a DogDay. – murmuran los niños asustados sin poder moverse. 

El perro levantó la mano limpiando su cabeza sin éxito. 

-Entre nosotros…- suspira dirigiendo su mirada a los ojos de la mujer.-Nosotros nos extrañaremos, y nos esperamos… y si hay monstruos, esos son los que vienen aquí a cortar niños como si fuéramos sus juguetes.- apretó los vidrios qué sacó de su cabeza en su mano.-Eres un monstruo grande y fuerte, sabes mucho del mundo y decidiste que no valemos ni una mísera parte de lo que es tu hijo. Eso te vuelve para mi un monstruo mucho más que horroroso.– su mirada va al hombre que se ve más blanco que el mismo papel.-Ustedes son malos padres, malas personas y no merecen a ningún de mis hijos en sus vidas. – su mente está aturdida, perdida. 

En el pasado con su mamá, en el pasado el último día que vio a su padre, en el mundo tan grande que lo aplastaba bajo los zapatos de su padre y las manos las tendría llenas con la sangre de su mamá. 

El mundo era grande y todo lo veía hacia arriba. 

Ahora todo esta debajo, todo lo puede aplastar y puede romperlo. Ilusiones de un espejo volteado contra piso. 

Los visitantes estaban paralizados, observando al perro antropomorfo enderezarse cada vez más grande. Dejando salir un espeso vaho de su boca tan caliente y húmedo qué el sudor perla el cuerpo de la pareja. 

-… ¿Será un trabajador de lejos? ¿Cómo es que esta hablando así de fluido?- pregunta un visitante emocionado. No esperaba que acompañar a su familiar a ver a los niños sería tan divertido. 

-¿Estás sangrando?- pregunta el hombre sujetando sus dedos rotos una vez sus ojos se fijaron en la mandíbula del perro, viendo unas gotas de líquido rojo caer por el pelaje al suelo. – Esa cosa… - el cuerpo ya frío del hombre se vuelve un paralizado témpano de terror.-... Estas vivo.

Desde la cocina Picky sintió como su cuerpo se erizaba saboreando como el líder estaba en su límite, a solo un pequeño movimiento de aplastar a los humanos. Esperando actuar con una mano sobre la puerta de la cocina. 

Dicho arranque fue interrumpido por el grito de alguien. Un grito infantil. 

-¡La seguridad viene!-

El perro giro la cabeza saliendo con esa voz de su estupor. 

Por las escaleras habían bajado Kickin y la niñera con un joven atado, igual que la pequeña persona que se detiene sorprendido de verlo tan grande. 

Los ojos de Theodore. 

DogDay bajo la cabeza huyendo de esas iris violetas. 

La humillación de verse tan sucio y lastimero fue tal que lo devolvió al día que tuvo que decirle a Theodore su nombre. Lo consciente que estaba de que nadie desearía ser su familia.

La seguridad lo pasa más concentrados en la pareja, las heridas de un experimento serían de segunda prioridad mientras los secretos de la compañía estuvieran en riesgo. 

Nueve soldados entraron de golpe a dulce hogar.

Las criaturas apuntaron a la vez que niños y otras visitas a esa pareja sentada en sus lugares. 

Resonando el golpe del chico a los pies de un guardia al ser tirado de los brazos del ave por la niñera. 

-¡Ustedes dos!- gritó un guardia serio pero confundido. 

-¡Este loco atacó a los bebés con una jeringa!- le apunta furiosa. A su parecer Kickin solo era un asistente robóticos, no habia forma de que protegiera a los bebés.-Saquenlos ahora, ahora mismo. - 

Desde la puerta DogDay mira a Kickin preocupado, siendo igual para el ave al ver sus heridas y el estado de su pelaje. 

Bobby levantó las garras caminando entre los guardias para llevarlo con ella. 

No había notado cuando su cuerpo lo abandonó ni en qué momento se vio incapaz de moverse. 

-Bobby. -

-Te deberías dar un baño. -lo interrumpe llevándolo afuera. 

El perro busco en las escaleras por última vez al niño, sin resultados. 

Un sentimiento amargo lo acompaña en el camino, escuchando cómo se llevan a esa pareja y los guardias los sacan con la mayor paciencia posible a todos los visitantes. 

-Este fue el peor primer día de todos. – suspira Bobby recargándose en su hombro durante el transcurso del viaje a la PlayHouse, el único lugar donde podría tomar un verdadero baño. Viendo la gran figura de su amiga en la entrada del teleférico. 

La coneja menta los alcanzó una vez les vio, saltando desde la puerta a su encuentro. DogDay no estaba de humor para corregir su audacia. 

-¿Qué ocurrió allá dentro?- pregunta mirando a ambos.  

-No se, creo que ni DogDay sabe que esta ocurriendo y aun así lo dejaron todo mugroso. – da sus quejas sin soltarlo.-Lo trataron muy feo. - 

-Solo es el primer día, ¿Mejor hubiéramos esperado?- mueve la cabeza mirando a cada uno y a la puerta. -No nos han llamado así que seguramente aún no tenemos que volver, ¿Y si mejor vas adentro? Doggy puede bañarse solo. – 

DogDay asintió agotado. 

-Bobby, ve y tranquiliza a los niños. – le recomendó o al menos así logro que sonará su voz.

Las dos no pensaron en una razón para seguirlo ni negarse, dejándolo solo en la casa de juegos.

El perro entro observando los curiosos Bunzo en los túneles, saluda sin detenerse , atravesando el centro para ir a las regaderas. 

Nada le impedía esperar a que los trabajadores lo llevarán a la zona de lavado de siempre pero hoy no quería que le tiraran agua hirviendo encima y estar a control de si mismo por un par de horas sonaba placentero. Quedándose en la oscuridad bajo el chorro de agua tibia de la regadera, con las extremidades estiradas y sus ojos fijos en la nada. 

No esperaba recordar a su madre en esa situación. No lo quería.

Solamente recordó la última paliza que su padre les propino antes de desaparecer por la puerta. 

La sangre en sus manos, su propia sangre se mezclo con la de esa mujer y huele terrible. Huele a alcohol, a suciedad y cigarrillos. Ella olía así y no le gustaba.  

El dolor de su mano llena de cortes le recuerda cuanto dolía estar vivo y escuchar esas palabras. 

La verdad que deseaba con todas sus fuerzas ignorar.

Porqué tenía a sus amigos y a Theodore. Alguien lo esperaba, lo amaba, ¿Cierto? 

Era esperado y buscado, habían personas que lo querían. 

“DogDay siempre fue el líder porque era facil cargarlo con las osas que no queríamos.. ” 

-Esta bien. – suspira dejando salir una espesa nube de vaho por su boca. No es más que la forma en que su cuerpo parece sacar el dolor, exhalando el calor excesivo qué las ganas de llorar en seco le hacia experimentar. 

Siempre fue consciente de cuán aburrido era él mismo. Era solo un espejo y no esperaba más que eso. 

O eso desearía sentir. 

En realidad Kickin… fue muy cruel. Haciéndole recordar que solo era un faro inmóvil que se dedicaba a ver a todos ir y venir de la mano de alguien más. Fue para todos incluso para si mismo recordarles el lugar que tenían y porque no había nada que hacer. Que algún día él ya no sería necesario y lo dejarían atrás pudriendo sus huesos … porque en realidad no lo amaban, solamente era la tabla más cercana que pudieron alcanzar para no ahogarse. 

En realidad su destino es ser odiado y abandonado en la oscuridad. 

-Si así te bañas te saldrán pulgas. – 

La cabeza del perro se levanta al escuchar la voz del niño en la puerta. El agua lo recorre igual que las lágrimas por su cabeza. 

Este traía un bote con distintas cosas dentro, incluido un cepillo para el cabello. 

-Te bañare, amigo. – por el nerviosismo anunció sus intenciones, acercándose al perro gigante viendo que no por estar mojado su gran cuerpo se volvió pequeño, sino que la masa muscular debajo de la pelusa delata el tremendo potencial animal en este. 

Sus manos temblaron por un segundo antes de enfrentarse a ese rostro tranquilo. 

-Te cortaste bastante.- se encarga de hacerlo mirar ese rostro lo suficiente para encontrar las heridas cerrándose. 

El jabón lo disperso primero en sus palmas y luego sobre el pelaje, moviendo las manos por el pelo con una pequeña sonrisa. Era increíblemente suave, olía tan bien y se sentía mejor al tacto. Paso por su cuello sintiendo un pulso tan fuerte como para empujar la yema de sus dedos fuera del pelo. 

En hombros y pecho uso el cepillo sacado los restos de comida y cristales. 

Sus ojos se desvían del pelaje a la espesa cantidad de sangre y mugre que cae del perro al agua , ensuciando el azulejo blanco como si lo que se estuviera lavando fuera una alfombra vieja. 

Vuelve a mirar ese rostro encontrando una mirada devastada. 

-¿Tu me amas?- le pregunto el perro con es voz áspera. -¿Me esperarías si me perdiera?- hace su pregunta inclinándose ansioso. 

El niño dejó de cepillarlo. 

-Creo que desde que te fuiste estuve esperando a que volvieras… tenía miedo de quedarme aquí para siempre y que tu me abandonarás.– sus ojos deben fijarse en el color oscuro de esa mirada de plata.-Pensé qué Dios me odiaba y por eso tu no me llevaste o que fue mi culpa que te pasara algo malo. – sus manos aprietan el cepillo lleno de espuma que cae entre sus dedos. -¿Estas rechazándome o no? Ya te dije que te amo pero no se si me correspondes. – 

El perro quiebra su última defensa al estirarse para abrazar al niño contra su cuerpo, escondiendolo del exterior con una gran desesperación. Igual que un niño a su familia o un prófugo a la libertad. Solamente sacando el hambre de lo intangible en el calor de ese cuerpo. 

Theodore sintió como su propio ser se llenaba de dolor, calor y desesperación con la tristeza que esta criatura le compartía con el temblor de ese gran cuerpo. La soledad y el miedo, la ansiedad y la humillación que este amigo suyo a soportado por tanto tiempo. 

Sus manos apenas pueden atrapar una pequeña parte de ese pelaje mojado en sus dedos. Orillado sin quererlo a llorar con sus lágrimas como compañía al sollozo seco de su amigo. 

Sacudiéndose en las sombras el cuerpo de los dos con el llanto que no se puede guardar por mas tiempo el niño castaño en sus brazos. 

El agua no deja de correr llevándose la sangre y la espuma con los restos de cristales. 

El tiempo que pasaron en el calor del agua es indefinido, solo interrumpido por el cambio de luces qué avisaba del término de un horario. 

-Oye… debo cepillarte. - le avisa acariciando el pelaje revuelto. 

El perro apretó el abrazo resistiéndose a dejarlo ir. Suspirando un confesión. 

-Me da vergüenza que me veas ser tan patético siempre. – su mirada baja al piso. – Siempre quiero ser genial cuando estés frente a mi pero sigo viéndome como un cobarde. – lo murmura sintiendo nuevamente la vergüenza de cada vez. – Mi nombre es desafortunado, me ha dado muchas palizas frente a ti y soy el favorito de los adultos. -sus ojos se estrecharon frustrado. – Soy el perdedor y tu el chico genial que todos quieren conocer. – 

Saber qué DogDay estaba tan perdido sobre la realidad de su poco sociable naturaleza le hacía sentirse avergonzado de confesar el tremendo energúmeno sin amigos que era. Un caso a estudiar en distintas ramas de la psicología y lo que se apunta como ejemplo cuando se quiere ejemplificar lo que es ser un fracasado. 

Debe tocar la superficie de la verdad, esperando no decepcionar a su amigo con la realidad. 

-Nadie me quiere, siempre estoy solo porque solo un tipo me habla y me lleva de la mano. – interrumpe Theo solo pensando en el niño del túnel. – Tú eres increíble, eres capaz de hacer amigos de las piedras y sabes todo sobre los que te rodean, mientras yo solo quiero esconderme. – 

El perro vio que era difícil responder algo que Theo no refutara. 

-Te amo, Theodore, yo te amo y me gustas mucho, incluso si ahora solo podemos ser amigos. – su cabeza baja observando el azulejo blanco reflejar su grotesco aspecto. 

Theodore apretó el rostro contra el pecho del perro. 

-¿Y podríamos ser algo mejor?- se cuestiona y suspira. – No puedo pensar en nada mejor que esto. – 

DogDay vibro, vibro de tal forma que Theodore casi lo confunde con un sismo. Era él chico dentro del peluca agarrando valor para decir algo que era real y vergonzoso por lo sincero y profundo que lo creía. 

-Bien podrían ser los besos que me diste. – apunta con vergüenza ese recuerdo repetido en su cabeza como un manta para desconectarse de todas las horribles experiencias y torturas. Algo que ni a sus amigos les contó por lo íntimo que lo sentía, un secreto placentero que ocultar sin querer compartirlo con nadie. 

La cara del niño se colorea , estirándose para besar el borde de esa sonrisa. 

El recuerdo termina por completarse por un serio murmullo. 

-Aun podemos besarnos…yo aun quiero besarte.– 

El perro comenzó a hervir avergonzado, bajando la mirada para quedar a merced del cepillo del niño. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuera de la guardería un desastre esta sucediendo.

-¡Lo juro , maldita sea que lo juro! ¡Si ustedes no nos dan un maldito donante ahora mismo , yo le diré al mundo que en este lugar se fabrica la muerte!-

 

 

 

 

 

 

 

Ludwick observa por su computador la escena entre esa mujer y los empleados de control de daños.

-¿Dijiste que hirió a una de las criaturas?-

-Al líder.- mira a la pantalla.-Justo frente a todas las cincuenta personas de hoy.- termina con un suspiro.-Y daño 600 billetes en objetos útiles. - suspira agotada.-Señor, esta gente no se rendirá una vez que las dejé salir de la fábrica. - 

El hombre recarga la frente en sus manos , sobándose el rostro estresado.

-Dáselos a Boxy , sus marcas serán más parecidas a un oso que Wuggy.- ordena molesto por el pinchazo de dolor que lo sacudió al sentir una presión excesiva en su cabeza. 

La secretaria pico la pantalla tres veces, meditando los riesgos de advertencias pasadas.

-¿Esta seguro de que darle carne al chico rudo será bueno?-

El hombre sonríe apuntando a la pantalla, dejando que el suero conectado a su brazo se sacuda a un lado de su silla.

-Los estúpidos nos exhibieron , por un maldito cadáver más cerca del uso de razón de un brócoli que de una cucaracha.-suspira.-Al menos las cucarachas se pueden moler y hacer proteína para fisicoculturistas.- le sonríe a la secretaria.-Suelten a Boxy.- ordenó apagando la cámara ,activando el rastreo de criaturas para seguir el estado de la caja dentada.

En esa celda el monstruo estaba , como pocas veces, sentado con las extremidades fuera del cuerpo y tan relajado que no parecía real.

 

 

 

 

 

 

 

 

Boxy se dedicaba a contar las marcas en el techo. Todas eran parte de los anteriores enfrentamientos con los otros experimentos , recordando las pocas palabras que cruzo con ellos. 

Desde a Huggy Wuggy a Mommy. Preguntándose que estaría haciendo su hermana Bunzo.

Que raro que su hermana fuera convertida en un muñeco masculino.

Habia creído que podría hacer amigos pero con los años se da cuenta de que él simplemente fue hecho para estar solo. Lo que sea que le cortaran en el cerebro ahora lo hace sentirse arisco con cualquier experimento. Dejándolo con los humanos o mejor solo.

Mejor solo.

Entonces cuando las puertas se abren y ve a tres humanos solos, entrando sin batas blancas o algún arma, supo a que los trajeron. 

 

 

 

 

 

Notes:

Theodore no es un cobarde.
Nadie atrapado en la fábrica lo es.
Ningún niño o niña es cobarde.

Chapter 20

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

La jornada terminó una vez las visitas fueron expulsadas y cada criatura escuchó la alarma de retiro. 

Las cabezas de Kickin, Bobby, Hoppy y Picky, giran esperando a Crafty y DogDay. Se irían pero estaban seguros que era mejor esperarse mientras los trabajadores no los hicieran avanzar. 

Crafty fue la primera en llegar a la puerta siendo igual su curiosidad al notar la ausencia del líder. 

-¿Qué sucedió con el perro?- pregunta mirando al interior. 

En el gran espacio de hierro y conexiones los trabajadores aun continúan distraídos por sus propias funciones y tareas, haciendo que Crafty bufara por la pérdida de tiempo causada por la ausencia del líder. 

-El mundo gira en torno a ese guapo cara de estúpido . – 

Picky les hizo voltear, aún era difícil darse cuenta de cuanto DogDay le empezó a ser desagradable a Picky, algo que al ser niños no sucedía. 

Aunque si fue sorpresivamente amarga la sensación en sus cuerpos cuando identificaron a ese mismo niño despidiéndose de DogDay en la puerta de Dulce Hogar. Era igual a cuando los vieron irse más de una vez durante el tiempo que fueron todos unos niños normales. 

DogDay era tan cercano a ellos que verlo con una nueva persona les hacía sentir extraños. 

Ahora mismo vieron como ese niño le agarraba por la nariz y besaba sin pudor esa parte oscura del rostro del perro. 

-Vaya. - suspira Picky recordando algo que aún no sabe cuándo debería decirlo o si preferiría esperar más para ver que sucediera en el futuro. 

Porqué sentía que la historia de su grupo y ese niño estaba más entrelazada de lo que parecía. 

DogDay de la nada tenía un nuevo amigo del que les hablaba poco pero solo serían maravillas de una o dos horas sobre detalles sin sentido. Escucharlo hablar de ese niño con un Bubba qué solo estaba haciendo ruidos medio dormido o a Hoppy qué disociaba escuchando el eco de un monólogo centrado en la forma en la que ese niño miraba, un detalle como que se giraba y parecía un cuervo o un gato engreído pero en realidad era una persona atenta y dulce. 

Oían tanto de Theodore Grambel qué ya lo conocían antes de cruzar dos palabras con el tipo. Porque una noche sin dormir valía la pena para su amigo y gastarla hablando de un chico que acababa de conocer era lógico como ahogarse bajo el agua. 

También era el niño que les trajo a ese loco a que los golpeara a todos. Matara a DogDay y para acabar olía como un fumador. Era un chico raro por el cual todas las alarmas sonaría como señales de peligro inminente. 

Hoppy da una mirada a Kickin, descubriendo que el ave solamente suspira cuando cruzan sus miradas con el perro que parecía animado hasta que los noto.

Esa amargura que le hacía bajar los hombros u languidecer les hace sentirse mal, lo detestaba. 

-No entiendo porqué le cuesta tan poco cambiarnos por ese niño. – suspira la osa, la cual estaba mucho más profunda en sus dudas y temores, alineándose con las experiencias de su vida fuera de esta tumba. Bobby recordaba que muchas veces escucho de coyotes qué traían a los perros fuera de casa para que lo mataran donde los dueños no podrían hacer nada o quizás solo recoger al perro moribundo y hacerlo un recuerdo de taxidermia en la pared. 

Ese niño siempre le pareció un coyote al acecho. De ojos oscurecidos y comparables a la suciedad de la ciudad oscura. 

Ni Kickin o Hoppy comprendieron dicha duda, tal vez porque DogDay no significaba lo mismo para ellos como para Bobby, o la silenciosa Crafty. Ese niño era su coso raro antes y ahora era un compañero en el que confiar. 

Para Crafty era su único lazo cercano, el único al que le daría oportunidad de tocarla en su peor momento. 

Bobby no podía pensar en quien más le daría la mano cuando sus uñas se aferraban tan fuerte que cortaran. Se sabía difícil de amar pero DogDay la amaba, la amaba y eso era importante… Mucho.

 Ambas tuvieron eso con ese niño y las dos lo perdieron en su momento, preguntándose si habrían podido evitarlo o cambiar la ruta de los acontecimientos con ser más fuertes. 

Siendo para CraftyCorn el peso del recuerdo en eco de la última vez que vio a DogDay como humano, ser también la vez que se adueño de un jugo de uva qué debió ser para DogDay. Alimentando su egoísta deseo de tomar todo lo de ese niño para ella, una culpa latente. Porque DogDay odia la vainilla pero hasta el último momento se quedó con lo que detestaba para hacerla feliz. Solo quería darle ese estúpido jugo y todos los actos egoístas pagarlos, solo eso deseaba. 

-¿Porqué vienes tan triste? – le cuestiona intentando dejar de lado las voces que le dicen que es culpa suya, por el simple hecho de estar viva. 

Levanta la mirada del suelo al oír a Picky reprocharle. 

-Si quedamos en la misma celda, hablaremos. – le responde el can con la cabeza baja. 

Eso fue todo, solamente les quedaba seguirlo a las celdas y esperar que los dejaran estar juntos. 

El camino se hizo ligero cuando Bubba se les unió dando pasos algo más rapidos de lo normal : Tenían que hablar. 

 

 

La ansiedad comienza a carcomerlos al bajar por el ascensor junto a los trabajadores. 

-Tuvieron un primer día bastante movido. – 

La observación vino sin preguntas, fue solo unas palabras sueltas en el intrigado barullo de otras curiosidades venidas de este trabajador. 

Ninguna de las criaturas sonrientes respondió, simplemente terminan bajando la cabeza como costumbre. 

Era posible entrever el “Miedo” qué estas cosas sentían por los humanos. Incluso el resuelto perro alegre se veía atormentado, igual que los niños ante un adulto. 

La imagen hizo mella en la indiferencia del trabajador. 

-¿Porqué los molestas?- 

Sorpresivamente otro trabajador les reclama al asistente con un ceño fruncido. 

No miran a ninguno de los dos sino que una vez se abre la puerta al piso de celdas bajan del elevador, caminando en línea pegados a la pared. 

Los trabajadores observan la marcha silenciosa con distintas expresiones. 

-Esas máquinas son increíbles. – murmura el asistente. - ¿Se imagina que usen esa IA en armas?-

-Prefiero que se queden en juguetes, no podría soportar qué algo que pueda matarme tenga personalidad.-

Las orejas de Hoppy se sacuden escuchando a los dos hablando. Al parecer afuera de la fábrica hubo un salto tecnológico qué estaba haciendo a las personas creer que todo aquí era robótico especial. Eso se traduce a un punto que pudo empujar al exterior rescatar a los niños, ahogado. 

Los siete llegaron al pasillo donde el coordinador les permitiría estar juntos o los harían ir separados. 

El científico en el pasillo estaba cerrando la celda de alguna de las criaturas grandes más cercana a ellos, viéndole primero y después a su libreta.

-Veo que tomaste un baño. – apunta con un lapicero al perro. 

DogDay mueve la cabeza de arriba abajo estirando la mano para mostrar lo limpia de esta. 

El científico mira su guante, girando alrededor de los siete y entre ellos sin pasar un solo detalle. 

-¿Por qué Hoppy esta sucia?- apunta e una parte de sus piernas. 

La coneja mueve la cabeza negando sin hablar. 

-Hoy se quedarán juntos pero deberán pasar a otro lugar antes. – les informa apuntando a Bubba. – Quedate, todos adentro. – ordenó moviendo el lapicero. 

La mirada del elefante va por cada uno preocupado y nervioso. 

Los seis entran a la primer parte de la celda mirando a Bubba en el pasillo. Cerrándose las puertas nada más entraron. 

 En el interior Crafty piso el suelo ya conocido. La misma celda que compartieron por veinte días consecutivos, esos en los que terminaron arremetiendo unos contra otros. 

-No escucho ningún micrófono. – avisa Hoppy yendo a una esquina a descansar de una vez. Seguido un Kickin algo tímido tomo asiento a su lado. 

Caí había hecho algo contra todas las reglas que se impusieron. 

Hoppy cortó la distancia dejándose caer para poner la cabeza en sus piernas, mirando al ave hacia arriba. Esa mirada, ese contacto intimo dura y es el necesario para que agotados caigan en el sueño.

-Dog… - la osa desistió de hablar al verlo tirarse sin cuidado en un espacio aparte, rodando y dando la espalda a todos. 

Era uno de esos días de sentirnos miserables. 

Aunque ella se había mantenido estable gracias a las conversaciones que compartía con los niños y Crafty, era fácil crecer en su tristeza, deseando ser fuerte como sus compañeros pero cada vez quedaba más claro que sus amigos estaban cansados de ello ¿Entonces qué sería de Bobby? ¿Qué sería de ella si los fuertes se rompen? 

Una ola valiente la hace cruzar la habitación para poner una de sus garras sobre los hombros del perro. 

-Estoy aquí, estamos juntos… y por eso podemos hablar, porque no soy una maquina y te quiero, Dog. – 

La respuesta es un sobresalto y un encogimiento de hombros. 

-¿Puedes hacerme un favor, Bobby?- pregunta sin mirarla. 

La osa inclina el cuerpo escuchando ese murmullo o secreto. 

-SI. – lo dice con su voz adulta que le es algo desconocida. 

-Ten cuidado con Picky, no te dejes acorralar. – 

Bobby enderezó la espalda aturdida por una advertencia tan directa sobre su amiga. 

-Ella es buena, no nos haría daño. – 

DogDay suspira girándose para el sobresalto de la osa, atrapando su cintura en un abrazo que la aprieta de forma tan íntima qué su cuerpo sube la temperatura como si estuviera poniéndose roja debajo de su pelaje. 

-Si, es nuestra amiga pero esta herida y enojada, no sabe a quien culpar ni puede superar el dolor como tú o yo… ella es muy frágil y se puede romper. Ese día será un cristal y tu solo un pedazo de piel, porfavor cuidate y cuida de ella. – 

Bobby coloca las garras sobre las orejas del perro. 

-No quiero vivir así, no quiero desconfiar de mis amigos, de ti o Picky, no me gusta. – lo dice aterrada, imaginando un infierno de soledad dolorosa que solo la empujaria a una muerte en vida. Un sentimiento de abandono y sin sabor tan doloroso qué su corazón llora cada lagrima que ella no puede. 

DogDay suspira seguido de apartarse muy lentamente para encarar a la osa. 

-Debes hablar con Picky ahora. – susurra dejándola ir.

Bobby mira a la cerdita ya dormida en su esquina, cubriéndose la cabeza con los brazos. 

-Esta durmiendo. – 

-Ve con Picky, ahora. – ordenó por último sentándose con las orejas y pelaje bien erizado. 

Bobby no esperaba terminar de esta forma la conversación haciendo que su ida a Picky sea presurosa. 

DogDay recarga la cabeza en sus manos, pensando en la forma en la que este mundo se retorcía cada vez más, haciendo que sus días sean más complicados. Aunque seguramente seria peor para la chicas del grupo. 

Quedó claro cuando un chillido delató sus sospechas. 

 

 

 

 

 

-Lamento tanto que se vean obligados a trabajar, es curioso que ustedes sean a quienes más se carga trabajo cuando son los hermanos menores de Huggy Wuggy o Kissy Missy. – 

Bubba no entendía el actual interrogatorio, era como hablar con una persona normal… pero era a él. Le estaban preguntando algo que no tenía que ver con su cuerpo. 

Mueve la cabeza negándose a hablar con esta persona. 

El hombre inclina la cabeza, era un tipo maduro o lo parecía, un joven más cercano a la adultez de barbas qué a la de un mentón limpio y suave. 

-Tengo la duda de sí a tus compañeros les gustaría obtener algo a cambio de obedecer o si están de acuerdo con el trato actual. – le pregunta y anota algo en una libreta. 

El elefante inclina el cuerpo a un costado. 

-Estamos bien. – fue difícil pero al fin cobra valor para hablarle al trabajador. 

Este anota en su libreta a gran velocidad. 

Bubba desvía la mirada del tipo a la sala tras el cristal. Sabía que Hoppy y DogDay tenían una vista mucho mejor para ver a través del cristal espejo y a las paredes pero el se satisfacía solo leyendo lo que hay al otro lado de el cristal o los reflejos qué alcanzan a mostrarle los cuadernos de los médicos. Así supo que eran débiles a venenos aéreos y al óxido, igual que aprendió de sus altas concentraciones de plaquetas. 

Ahora ve como ese hombre escribe términos qué no conoce ni entiende junto a un dibujo suyo, exactamente igual a su posición actual. Acuclillado y bien pegado a una esquina.

-Estoy seguro de que es difícil trabajar cuando sientes dolor, ¿No es así, Bubba?-

El mencionado dejo de mirar a la pared, moviendo la cabeza sin abandonar ni por un centímetro su lugar seguro. Este doctor lo ponía nervioso. 

-Dejame pensar, ¿Qué podría queré alguien como tú?- se pregunta el doctor haciendo un círculo en la libreta.-Un libro sobre cohetes. – apunta al elefante. 

La respuesta es tan sincera que sintio un sabor amargo en la boca. 

Fue como ver a un niño emocionado con un nuevo juguete, abriendo sus ojos más de lo normal y su cuerpo por un segundo se vio relajado, emocionado. Seguido algo de su interior lo regresa a la misma posición, cubriéndose con los brazos. 

Era una criatura tan grande y fuerte , pretenciosa de tamaño y humilde de aptitud. Un gigante mucho menos que violento. 

No era como Huggy con sus amenazas constantes y arisco deseo por conservar su espacio personal más allá de lo físico. 

El elefante tenía un ego inferior, una personalidad tímida y miedosa. 

-Puedo conseguirlo, solo necesito que llenes un par de cuestionarios de sí, no y talvez. –

-Esta bien. – hablo con esa voz madura. Temía aceptar que era la voz masculina más atractiva que había escuchado desde que se equivoco con una línea de categoría privada en la universidad. 

-Claro. – asiente sin mostrar nada de sus pensamientos, o al menos la mayoría. 

-Quiero un libro sobre autos. – 

 

 

 

 

 

 

 

En la celda la paz era relativa entre la confusión y el silencioso aislamiento al que los chicos fueron puestos una vez el unicornio los guió a una esquina. 

Kickin observa la espalda de Hoppy temblando. 

-¿Qué sucede, Dog?- le pregunto al líder. 

DogDay aun no hablaba directamente con las chicas sobre el tema M y menos si se le permitía hablar sobre ello con los demás, aunque fueran solo dos chicos más. Entonces sus hombros se sacuden y vuelve a mirar sus guantes, un poco frustrado por la falta de garras. 

-¿Los perros tienen garras, porque yo no?- pregunta apretando el puño abierto, logrando nada más saltar nudos de tendones duros y venas marcadas como un boxeador.-¿Ya habías visto que no tengo garras?-

Kickin sintió que de alguna manera sospechosa ese gesto fue una amenaza buscando su silencio. 

El puño del perro volvió a ser una mano grande y confiable una vez Kickin dejó de mirar a las chicas. 

-Entonces le preguntaré después a Hoppy. - 

Las puertas de la celda vibraron avisando de su pronta apertura. 

-Esta bien. – aviso Hoppy antes de que DogDay se pusiera de pie arrastrando a Kickin a cubrirlas. Esta vez ellas se dispersaron tomando un lugar aparte al regreso del elefante. 

Este entro con las patas unidas sobre su pecho. 

-Hay un nuevo doctor. – 

Un sonido de dolor recorrió la celda, normalmente doctor nuevo significaba nuevo sistema, nuevas pruebas y nuevas formas de ser cortados. 

-No, este habla mucho. – 

El mismo sonido se repitió. 

Actualmente escuchar a un adulto era más difícil para cada uno. Raro pero comenzaban a ser más sensibles a la voz de un adulto. Sobre todo a uno insoportable. 

Debía ser la edad. 

-¿Quieres saber algo?- pregunto Picky. 

-¡No!- le grito Bobby a la cerdita. 

Bubba frunce el ceño. No le interesaba otro tema aparte a la razón de todo el ruido que escucho. 

-¿Qué paso en la guarderia?-

Directamente ahonda en sus dudas, ganando el silencio de los seis. 

DogDay levanta el cuerpo del suelo. 

-Hay posibilidades de que los niños que no sean convertidos en juguetes, terminen muriendo nada más salen de la guardería. – 

Bubba dejo caer los hombros. 

Bobby se derritió en desesperación, agarrada a la pata de Picky su cabeza solo le servía para mantenerse derecha tras otra horrible noticia. 

-No… - suspira y en parte siente que siempre lo supo. Una parte de si siempre lo sospecho. 

Otra parte siempre deseo equivocarse y ser solo un loco.

El golpeteo de cascos muestra el bailecito de una feliz CraftyCorn. 

-Creo que aun podemos hacer algo. – avisa Crafty bastante animada. 

Eso llamo la atención de todos. 

-Yo le cortó la cabeza a Hoppy, ella patea a Kickin y consecutivamente dejamos este plano.- ofreció Crafty sentándose de nalgas al piso. 

Consecutiva fue la caída de cada uno al suelo, excepto el perro que baja la cabeza observando a sus compañeros rendirse. 

-No vamos a suicidarnos. – palmeo la cabeza del unicornio. – Seremos asesinados, o seremos libres, lo que sea lo haremos juntos y les prometo que todo estara bien en tanto estemos juntos , chicos. – les promete con esa voz infantil pregrabada.-Solo se puede suicidar el último qué quede. - 

-Estas muy cansado, ¿Verdad?- cuestiona Hoppy. 

 -... y eso que pasaste tiempo con ese niño… - murmura Picky con mucho más que decir. 

La cabeza del perro se gira hacia Picky. 

-¿Porqué enviaste a los chicos con Hoppy?-

La cabeza de Picky fue al suelo con un gruñido de más porcino. 

-Le dije a ese tonto amiguito tuyo y no se que paso, parece que le dio miedo y envió a ese niño cobarde. – 

Los cinco restantes se cubrieron la boca o miraron al perro y la coneja en cuestión. 

-Enviaste a Theodore.- asume la verdadad oerdiendo algo de pelo. 

-Si. – suspira.-Al parecer le gustas tanto que besarse con otros y atacar a Hoppy son muestras viables de amor para él. - 

El perro apretó las manos una contra otra.

Bubba mira a Picky, DogDay yy a la sorprendida Hoppy con el resto que no esperaba oír algo como eso por parte de un “Supuesto solitario” Theodore. 

El perro levantó los hombros sorprendido por lo dicho. 

-¿Y él prefirió atacar a Hoppy?- pregunta pensativo. 

Al parecer se centró en ese punto y no en el otro. 

-Si. – asiente recargándose en las manos. 

Hoppy mira al perro bajando las orejas lentamente. 

-¿Estaría enojado conmigo?- pregunta y mira a Kickin. Era extraño pero también quería que DogDay ignorara ese otro punto de las confesiones de Picky. 

El pollo mueve los hombros negando cualquier secreto que pueda imaginar que tenga en sus manos. 

DogDay cruzó los brazos tras su espalda, caminando un tramo de algunos metros antes de regresar a un lado de su grupo, tomando una de sus maquinaciones como respuesta. 

-Entonces debió atacar a Kickin.- apunta seguro.

El pollo se apuntó sin pronunciar palabra. 

-¿Porqué a Kickin?- hablo en tercera persona. 

-Theodore es tímido, no iría por la criatura que se encuentre frente a los visitantes y menos mandaría a un niño si por rencor lo hiciera. – suspira. - Si atacaron a Hoppy.. Es porque les dijiste que así debía ser.-

El grupo estaba sorprendido y mirando de Picky a DogDay y a Hoppy qué bajo las orejas mirando al perro. 

Picky levantó los hombros restándole importancia. 

-Si lo conoces, ¿Verdad?- acuso sin dar marcha atrás.-Mucho más que a nosotros, más que a Hoppy o a Crafty qué lo golpeó varias veces cuando desapareciste. – siguió cortando cabezas con esa misma desfachatez. 

La unicornio levantó la cabeza sorprendida de verse expuesta tan de la nada y sobre todo sobre tal cosa antigua. 

DogDay la mira por un lapso corto, el suficiente para sentirse presionada pero no para saber que sentía el perro. 

-Estaba triste, no sabía que los estaba lastimando, lo siento. – dio un paso adelante temblando por las emociones increíblemente revueltas qué la sacudieron. 

-Él no me dijo nada de eso. – les comparte el pero bastante tranquilo. 

-¿Será porqué medimos dos metros?- pregunto de forma retadora. Hacer alusión al punto intimidante de cada uno era bajo pero Picky no planeaba mostrarse descubierta ahora mismo ¿Porqué? Quien sabe, solo queria hacer sentir a alguien miserable. 

-Esta bien, ya estoy bien. – interrumpe Hoppy, solo queria sanar ese tema lo más pronto posible. Podía perdonar a un niño, no a un doctor pero a un niño si.-Ya deja el tema, no es tan grande. - 

La cabeza del perro giró al escuchar a Bobby levantándose de golpe. 

-Hoppy le pidió que los enviara a ella y no a ti. - le dije eso llegando a un lado de Hoppy. 

La coneja no puede seguir en el suelo, enderezandose al ser expuesta ahora. 

Picky ya no dijo más, observando al líder que desobedecieron observarlas en silencio. 

Hoppy levantó los brazos, sacudiendo sus orejas al gritarle. 

-¡¡Debemos hacer ruido, debemos hacer ver a esas personas que estamos vivos!! ¡Si no es ahora, algún día alguien nos verá y nos ayudará!- lo enfrenta directamente.-¡¡¡No podemos hacer este tipo de cosas en silencio por siempre!!! ¡¿Porqué quieres salir herido cuando nadie vera?!- lo cuestiona sabiendo que DogDay se había mantenido en puntos ciegos para evitar que un adulto viera el ataque y solo se tratara de un asunto aislado.- ¡¿Cuál es la diferencia entre lo que sufrimos en laboratorios y lo que nos hacemos para ser libres?!-  

DogDay desvío la mirada para fijarse en Kickin. 

-¿Tuviste algo que ver?- cuestiona a Kickin. 

-¡Kickin no sabía nada!- intervino Hoppy de inmediato. 

Kickin en su lugar se mantuvo en silencio. Neutral incluso en esta situación. 

DogDay la empujó de vuelta al suelo. 

-¿Quieres pelear?- pregunta la coneja en el piso. 

-¿Acaso no pensaste en lo que le ocurriría al niño que te ataco?- le pregunta DogDay. 

-Los trabajadores no le harán nada-

-¿Y los niños?- pregunta rodeando. - ¿Has pensado en lo que le harías al hombre que lastime a Bobby, a Kickin?-

-No empieces con tus-

-Yo no dudaría en volver a Arrancarle los dedos al tipo que tocó a mi mamá. - interrumpe de nuevo a Hoppy. - Tu no dudaría en herir al hombre que disparó a tu papá y preguntale a Kickin si volvería a incendiar su casa. - 

Hoppy se levanta del suelo, siguiendo la perro que camina por la celda sin mirararla. 

-No puedes comparar la situación de ahora. - 

-Es exactamente lo mismo. - Bubba habló desde su puesto, observando a Picky nervioso.-Te hirieron frente a los niños que cuidas todos los días. - 

Hoppy gruñe advirtiéndole para que se quede de nuevo callado. 

El elefante volteo el rostro huyendo de su mirada. 

-Si salimos heridos la situación de el niño no empeorará, somos de cuidado infantil y no lo molestaran los trabajadores. - 

Este perro la sujeta por el cuello, levantando su cuerpo en alto antes de lanzarla contra Picky y Bobby. 

El ave apareció a su frente al dar un paso hacia las tres. 

Mira esos ojos plata que le vigilan agresivos. Esa pesada necesidad por protegerlos le da la fuerza para detenerse, desviando su mirada al grupo que se a quedado apartado. 

-Los trabajadores son lo de menos. - le recuerda el punto que debía haber pensado Hoppy cuando decidió enviar la situación a la estación del teleférico. - Los niños enojados porque una de sus amigas salió herida por culpa de uno de ellos no pueden pensar correctamente ni habrá nadie que intente razonar con ellos, ¿Acaso pensaste en la situación a la que empujaste a ese niño?- 

-No le harán nada los-

-Van a lastimarlo tanto como puedan, van a golpearlo y excluir pero a ti no te importa eso. - 

Hoppy negó, gruñendo molesta. 

-No pienses que no entiendo como-

-No te importa, ¿Verdad?-

-¡Claro que me importa! ¡No pensé en eso, ¿No lo entiendes?!- le grita gruñendo. 

-Debiste pensarlo… Picky debió hacerlo. - 

La coneja mira a su compañera. 

-Era lógico… ¿No se supone que ese niño era fuerte? ¿No es culpa entonces de Theodore?-

-Es culpa mía por confiar en ustedes. - gruñe el perro al ver a la coneja pensativa por fin. 

La risa crieñ de Crafty sacude los nervios de la coneja. 

-Estoy más que segura de que ya le estaran dando una paliza al chico… Yo lo haría.- murmura por último acomodándose para dormir. 

-¡Dejate de burlar, carajo!- le reclama Hoppy. 

Bubba la chito al escuchar la palabrota.

-...¿golpearan al niño?- pregunta Bobby preocupada. 

Este líder dejó en silencio la discusión al cerrarla con una orden. 

-No van a hablar más con los niños.-

Los seis dejaron caer pelo y plumas por la impresión. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Creo que si le enojó el cuerno. - 

-Picky, ahora no. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Esta enojado?

Chapter 21

Summary:

Aquí viene todo lo que se está preparando por explotar.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Cruza la puerta de la guardería pensando en cuanto tiempo desperdicio explicando las razones por las cuales cortar la comunicación con los niños era lo mejor por algunos días. Lo suficiente para que hora se encuentra preguntándose si era lo correcto, pero lo era, es necesario disminuir sus roces con los niños hasta que las aguas se calmaran y pudieran hacer un siguiente movimiento sobre el rastreador de los demás. Además de explicar que no estaba enojado por el cuento de Picky. 

Más el hecho de que todos seguían sensibles por la discusión de la noche. 

Esto debía ser pronto, lo más rápido posible, arrebatarle a Bubba el rastreador era necesario, sabiendo que su posición era la mejor y la que lograría conseguir más información sobre la salida. 

Añafiendose na orden por parte del coordinador. 

-DogDay, hoy te quedaras en la puerta, deja a Hoppy con tus tareas. – 

Sus pasos se detienen en la puerta metálica, observando al trabajador del día anterior. Este coordinador era demasiado sospechoso nuevo. 

-Si. – sigue la petición tras contestar con la voz infantil.-¡Recuerda divertirte al repartir las sonrisas, Hoppy!- exclama con esa misma voz hacia la coneja. 

El secreto en esa línea hace a Hoppy arrugar el ceño sin responder. 

El trabajador observa a las criaturas moverse con tal simpleza, como si el día de ayer no hubiera sido diferente de todos los demás. Hoppy mueve la cabeza girando de camino a Dulce Hogar. 

No había gran diferencia entre cada día que son traídos a ser los payasos y guardias del lugar , quizás la única diferencia era la cola baja del perro.  

Esa actitud hace al coordinador retirarse con su compañero sin ocultar sus sospechas. 

-Estan actuando sospechoso. – 

Su asistente mira al perro saludar a la gente del teleférico con un broma sobre corbatas y dulces exprimibles. 

-Yo los veo igual que siempre. – niega sus sospechas con una sonrisa. – Mira a la osa, siempre tan deprimente, definitivamente están bien.- apunta a Bobby de camino del brazo de la coneja. – Hasta parecen novias, amigo. – 

El trabajador le mira de soslayo. Sinceramente no tenía interés en corregir a un idiota, había trabajado mucho por conseguir la plaza de gerente con éstas criaturas, las únicas que no necesitan que las observe todo el tiempo. Dejo de ser un guardia de seguridad al que mangonear y ahora estaba definitivamente cerca de los niños, de alguna manera lograría encontrar a su hermano. 

No le importaba si estas cosas estaban haciendo un desastre tras otro, solo necesitaba tener el tiempo y libertad para moverse. En esos pensamientos se había dado su consciencia. 

Perdida su mirada sobre los niños del lugar, corriendo y saludando, un acto qué parece estar plasmados en sus huesos. 

Igual a muñequitos de feria. Esto lo hace hacerse una gran pregunta. 

¿Cómo logró su autista hermano llegar aquí? Con tantos niños sociables y extrovertidos, mentalmente capaces de llevar una conversación. No se quedarían llorando como maricas cuando alguien que no conocen se presente en sus vidas. 

Activos y sociables… Eran normales.

-¿Te ocurre algo? Pareces preocupado.- 

Su espalda se endereza una vez es interrogado por este asistente suyo. Detestaba bastante los modos de estos chicos de alta cuna… Tan absurdas sus formas de comunicación. 

Aunque podri serle útil hablar con este chico fino. 

-Quiero trabajar en La Guardería. – confesó al menos eso.-No en el servicio externo. - 

Algo que la fábrica implementada era la división de secciones laborales. Algo que dividida a los empleados por ramas incluso si compartian el espacio. Logrando que las cuidadoras y los niñeros fueran completamente agenos al trabajo del otro, igualmente eso afectaba a seguridad y coordinación de criaturas no coincidían con el departamento de desarrollo ni innovación. 

El departamento de arte tampoco tenía ninguna idea de lo que sucedía en el lugar incluso si tenían entrada a los medios de vigilancia de la guardería. 

Una división sertera de rangos, secretos y códigos solo es cruzado por algunos directores de zona que se han visto sobrecarga os pero no evitaría incluir a la exposición de productos ante las ganancias extras que traían consigo las inversiones de personas curiosas por el horfanato o solo por su desarrollo de proyectos electrónicos algo que se veía reflejado en los bolsillos de incluso el departamento de conserjería. 

Es esa misma gerarquia la que le entorpece en su búsqueda y la que tubo que superará para llegar hasta La Guardería donde se encuentra su objetivo. 

Este chico inclina la cabeza a un lado, mostrando el reflejo dorado de sus cabellos aplastados con la gomina, todo un egresado universitario de gusto para los viejos blancos en poder. Tal vez le hubieran dado su propio poder si no fuera porque el asistente sería quien tendría contacto con otros departamentos y aunque lo obedeciera sus conocimientos estarían divididos entre varios otros departamentos. Resultando en una posición mucho más importante que la propia. 

Resultando en verse obligado a soportar con una sonrisa a un tipo menor que lo mira como un ser inferior y casi con lástima. 

-Trabajar con tantos niños… no lo lograrás, los de arriba hacen esas pruebas por algo, ya no pueden contratar a cualquiera para cuidar a los niños.- mira al lugar. - ese lugar no se parece en nada a lo que hayas visto allá afuera.- esos ojos azules van al lugar donde los niños sigue en fila a los Bunzo. - Es como un safari, no te dejes engañar por como se ve.-  

Su percepción se queda clavado en una parte de todo lo que dijo. 

- ¿Cualquiera?- pregunta listo para escuchar una respuesta ambigua sobre su color. 

No lo que siguió como respuesta. 

-Hace tiempo un tipo mató a un niño, lo arrinconó junto a un grupo y a golpes lo liquidó frente al resto en PlayHouse. – empieza y termina con eso lo más pronto posible dado que ya era un tema difícil de tomar. – Ven, hay que comprobar las terminaciones eléctricas. – su natural desfachatez para hablar con un igual o inferior vuelve a presentarse sin importar que él sea su jefe. 

La cabeza del coordinador gira de nuevo a la guardería, observando a las criaturas y su forma de fundirse con la escena igual qué la niebla, un cuadro tranquilo que oculta a su hermano en algún rincón. Las dudas sobre ese evento lo empujan a seguir a este compañero. 

-¿Quieres ir a tomar unas cervezas después del trabajo?- pregunta dejando de lado las dudas. 

- ¡Claro!- recupera las energías una vez escucho algo sobre alcohol. 

 

 

 

 

 

La guardería se queda en el mismo lugar, sin perturbaciones por todo un dia.

Recorriendo sus espacios los niños y las visitas que observan los juegos y las máquinas que se mueven por el lugar con esas enormes sonrisas. 

La osa en todo el ruido de niños riendo y jugando, recoge retazos de una vieja sabana tirada en los pasillos del sótano, preguntándose algunas cosas referentes a la forma en la que los niños la esquivan y observan. Esa discusión vuelve a su cabeza y siente culpa. 

Camina por Dulce Hogar observando a los niños correr y jugar. Descubrió muchas veces que gustaban de lastimar a los más pequeños, siendo un objetivo sencillo de someter. Siendo esa una de las cosas qué DogDay le enseñó a evitar manteniéndose vigilante, y abordando a los niños antes de que las acciones tuvieran verdaderas consecuencias. 

Le recordaba demasiado a la forma que tuvo para conocerlo en el pasado. 

Ahora solo podía ver a un grupo pelearse entre ellos hasta que la vieron en el pasillo, Deteniéndose al verse descubiertos. Esperando la reprimenda con rostros enfuruñados. 

Bobby hasta ahora lo que haría sería ir a ellos y abrazarlos sin diferenciar a ninguno, hacerlos jugar juntos y ser amigos. Aplastarlos y hacer sonidos de besitos para avergonzarlos. 

Recordándoles inconscientemente qué había alguien que los quería. 

Ahora lo que hizo fue seguir su camino sin voltear ni una vez más. 

El grupo se quedó en silencio bastante confundidos por la indiferencia de la osa. 

Unue les dolió, les dolió tanro qué solo volvieron a su propio grupo sin animarse a pelear. 

Algo inverosímil tratándose de niños normales pero en los niños que el mundo dejó que la tierra se los tragara, el ser ignorados bajo tierra dolió más que ser golpeados allá afuera. 

 

 

 

 

 

 

 

Un patrón igual se repitió en los jardines con una Hoppy qué hace sus rondas exactas sin cambios pero no juega con ellos ni responde con más que un movimiento de manos. 

 

Kickin siempre se vio ocupado y ahora no lo veían ni de asomo fuera del recinto de bebés donde solo les saludaba y continuaba con sus tareas. 

 

La situación es suficiente para que los niños comiencen a desesperarse mucho más rápido de lo que se podría pensar desde el inicio. 

 

Terminando el día con la cena servida por Picky en un mutismo notable para las visitas. 

 

 

 

 

Este cambio se reflejo en las solicitudes de visitas por parte de los sujetos del día. Siendo en las oficinas de la guardería donde los adultos discuten el mal día de inversiones y donativos qué fue este tan extrañamente pacifico. 

-No entiendo, ayer fue un desastre pero hubieron cien solicitudes… ¿Qué pasó hoy?- interroga el director de distribución logística, eso se leía en la brillante placa de su camisa a rayas. 

-No hubieron fallas con la comida y las criaturas cumplieron con su trabajo, igualmente el servicio de las niñeras y cuidadores no disminuyó. – 

-Solo es un día, ¿Cree que sea un cambio normal?-

Los contadores revisan una vez más la gráfica de visitas. 

-Si es una de pocas veces, estará bien dejarlo pasar pero si se repite deberemos hacer una inspección de marketing. – 

-Háganlo ahora, no podemos dejar que los de arriba sepan de esto antes de que lo solucionemos nosotros mismos. – vuelve a mirar el gran bajón a las ppetiiiciones de visitas futuras y los donativos ciertamente nulos.- En la guardería sucede algo y debemos saber que es. – 

 

 

 

 

 

La noche para las criaturas llego y fueron retirados como siempre a la misma hora. 

Guiados por el mismo trabajador a sus celdas. 

-KickinChicken, quédate. – 

El ave junto las manos, dando una mirada a Bubba. 

El elefante no hizo ningún gesto, dejando al ave sin una respuesta. 

Entraron a la celda bajo la mirada del pollo al que dejaron atrás. 

Cerrándose las puertas una vez se quedaron solos. 

-¿Te gustó ser el portero?- Hoppy lo interrogó curiosa. 

El perro mueve la cabeza sentándose en una esquina. 

-Me aburrí a la hora y pasé el día repitiendo mi nombre. – suspira dejando los brazos sobre sus propias rodillas. - ¿Fue difícil ser como los adultos? ¿Lo repartiste? - 

Las criaturas giran la cabeza o como Picky, toman asiento sin cuidado.

-Fue mucho más tranquilo de lo normal.- admitió la cerdita. – Me sentí mejor sin tener que escucharlos por horas y si, no te preocupes… Yo no soy una coneja cobarde. – 

Hoppy siempre se defiende pero resulta ser un tema sobre el polvo… Decidió abstenerse. 

Bobby suspiró bajando la cabeza a la vez que su cuerpo se inclinó y cayó de frente al piso. Su cuerpo queda lánguido por el cansancio. 

-Unos niños estaban llorando y no los console, no me gusta hacerles esto. – Bobby confiesa sus propios pecados. 

Hoppy mueve las manos mostrando un gesto neutral. 

-No creo que nos vaya bien mañana. – opina. - Los vi enojados. - 

-Lamento no poder ayudarles. – pide disculpas Bubba en su lugar. 

-Bubba, mañana será malo para ti, no te preocupes. – le recuerda ese punto Picky. 

-Habia olvidado eso. – 

Seguramente se vería arrastrado a fungir como un payaso mucho más alegre que antes. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con Kickin las cosas son tranquilas porque el mismo estaba tranquilo. Jugando con las piernas de un juguete que no era de la compañía. 

-¿Has tenido pesadillas, Kickin?-

Las piernas del peluche era una muñeca muy bonita y regordeta de pelo rojo. 

-¿Porqué mis sueños son importantes?- pregunta sosteniendo en sus manos la cabeza de la muñeca de trapo. 

El médico detuvo su lapicero ante la respuesta del ave. 

Fue tan sorpresiva como interesante, había sido la primer pregunta que le hizo después de presentarse y guiarlo a jugar con el peluche de trapo qué le entrego.

-Es por tu bien que quiero saber sobre tus sueños, quiero saber a dónde te llevan. – 

El pollito dejó de mirar al peluche para verle a la cara. 

-¿No puedes hablarme tú sobre tus sueños primero?- pidió retirandose del espacio visible por parte del cristal, colocándose en la misma pared. - Por ejemplo, dime ¿Solo es con el guardia detrás de ti que tienes miedo? ¿O allá afuera también te asustan los hombres?- 

Decir lo que presentía qué ocurría del otro lado del cristal le parecía algo gracioso. 

El no veía a través de paredes ni podía escuchar todo lo que escucha Hoppy, solamente es muy rápido, receptivo y era aterrador, no sabe que había del otro lado del espejo o como esta vez, ver a un adulto que parece estudiarlo. En sus manos continúan en el peluche, era muy bonita y de inmediato pensó en dársela a Hoppy o a Bobby qué extrañaba sus muñecas. Sus plumas caen por su cuerpo ya estresado y pronto tiene la sensación de estar siendo recorrido por hormigas. 

Ganas de arrancarse las plumas comienzan a recorrerlo. 

El silencio que se alargó un par de minutos hace que Kickin sienta una pequeña victoria para su lado. 

-En realidad no me gustan las arañas. – 

Kickin desvía su mirada de la muñeca al cristal sobre su cabeza. 

-Cuando entre a trabajar en este lugar sentí algo de miedo… Mommy era mi pesadilla desde mucho antes de graduarme, la veo y siento que no puedo moverme. – 

El pollo asoma la cabeza por una esquina de la ventana. 

-No es inteligente trabajar en un lugar con la araña reina. – 

El hombre dirige una mirada a su dirección. Incluso a través del cristal se podia ver lo grises que esos ojos eran. Esta ave era linda. La programación de esta IA debiastar aelantadaa todo tipo de tecnología en el planeta.

Las notas del perfil psicológico que fue fabricado para crear a esta criatura era parte de sus notas. 

-Es verdad, pero creo que tu sabes mejor que yo, qué huir del miedo no te hace sanar.- cambia las hojas de su libreta. – Eres el más pequeño de tu grupo, incluso entre las hembras, ¿No has sentido miedo de ello?- pregunta un punto que en las notas era una inseguridad del sujeto de pruebas. 

Kickin movió la cabeza volviendo a su espacio. 

Sentir miedo de sus amigos era algo latente que no debía mencionarle a un humano. 

Los riesgos de exponer lo que sabe de ellos era demasiados y podía verlos claramente. 

-Las veces que sentí miedo… supe que ellos también lo sienten, incluso Bobby tiene más miedo que yo pero lo afronta porque cree que yo puedo hacerlo. – observa la muñeca en sus manos. – No quiero ser un cobarde, ni pensar que soy valiente… porque la vida es como es y solo soy yo tratando de vivirla con mis amigos sin importar cuanto duela. – sus ojos suben al techo de la celda. – No quiero hablar contigo. Eres malo. – dejo la muñeca en el suelo, volviendo a la posición inicial sin ella. 

El médico golpeo la libreta con el lapicero, observando las acciones del ave con un cierto descontento venido por las ultimas palabras que logró escribir. 

-¿Porqué dices que soy malo?- pregunta. 

La respuesta no llega. En realidad el ave pareció entrar en el mismo estado que muchas de las criaturas de este lugar. Un mutismo que se asemejaba al de un objeto inanimado sin otro error en su camuflaje qué esa suave y acompasada respiración. 

Espero y hablo por al menos una hora más, sin siquiera lograr que el ave respondiera a sus preguntas preformuladas. 

-Su tiempo se acabó, ¿Nos llevamos al experimento?- 

Su malestar sube a su rostro una vez el guardia interrumpió. 

Poner en claro y los informes que planeaba tener una conversación más larga con esta máquina no seria buena, sabiendo que seguramente el asistente llevaría todo hasta los altos mandos, delatando sus intenciones mucho más pronto de lo que sería posible completar sus planes. 

-Claro, la sesión termina ahora. – mira al ave inmutable. 

Un escalofrío lo recorre cuando esta vuelve a moverse siguiendo las órdenes de los guardias. 

Procede a dejar su asiento, saliendo de la sala para salir al pasillo. Mas fue interceptado por un guardia que gracias a que sus años de estudios se comieron su mosculatura solo necesito un brazo para detenerlo. 

-Se le prohíbe encontrarse directamente con los experimentos. – le recuerda sin parecer ni un poco interesado en dejarlo ir. 

-Creo que debo hablar de frente con él, solo por esta vez. – intenta convencerlo apuntando a la puerta. 

-No se como trabajas allá de donde vengas pero a estas cosas no se les puede hacer pensar de tal forma ni a ti¡Hijo de puta!- cae al suelo con las manos entre sus piernas. 

El psicólogo acababa de golpearlo con el dorso de la libreta. 

Pasando por su lado para alcanzar a los guardias fuera del pasillo con el ave. 

-¡Oye, Kickin!- lo llamo desde lejos. 

El pollo miró a los guardias pero estos no le hicieron señal para que se detuviera, haciendo que siga su camino sin mirar al médico. 

El camino a la celda del resto no era demasiado corto. Posiblemente fue algo exagerado decir que el hecho de que el psicólogo se quedara a medias con un episodio de tos y jadeos roncos solo por correr un par de metros fue algo risible, sería cruel.

Cruzaron un pasillo, una esquina y llegaron a la celda de los demás. 

Kickin se paró en su lugar mirando a la puerta, mejorando el estado de su piel al saber apunto de entrar de nuevo con sus amigos. 

El encargado venía con su misma tabla de notas y lapicero. 

Ese aspecto le parecía curiosos a Kickin, no le agradaba, pero ver el único mechón de pelo salido por un lado de la gorra le hacía sentir un deja vu antiguo.. Latente como la sangre. Era importante, ese cabello enredado con una tira roja era importante. 

Este hombre al fin habla. 

-Creí que ese loco te tendría más tiempo, ¿No te parece que los psicólogos son algo incordiantes?- le pregunta al ave.

La celda se abre para el ave que se mantiene en silencio. Aunque no fue bueno en su totalidad. 

Las puertas se abrieron a la par, dejando a las criaturas del interior ver fuera al igual que los trabajadores les pudieron visualizar claramente. 

Un miedo natural hace que no se muevan y solamente observen a las criaturas esperando que el mundo se mantenga en paz. 

-¿Qué hiciste?- cuestiona un guardia al encargado. 

La sonrisa nerviosa que recibió le dijo que fue un desliz y no algo intencional. 

Una mentira con una presión desconocida. 

Kickin decidió entrar sin hacer mucho ruido y las manos arriba, como en las películas lo hacían los delincuentes. Girando para verlos una vez las puertas se cierran frente a él. 

-¡Alto!-

El pollo se movió muy tarde, demasiado tarde para esquivar al doctor que entró de golpe cayendo sobre su torso a la vez que las puertas se cierran y debe tirar de él para evitar que lo hagan pedazos las puertas. 

Kickin apenas podía digerir qué algo humano mucho más grande que un bebé estaba en sus brazos cuando las manos esponjosas de Hoppy lo atraen quitándole de ese lugar. 

Fue un movimiento en sintonia el que los lleva a una esquina, donde se colocan sin poder controlar el miedo que les recorre, tras DogDay y Hoppy. 

Mirando al único humano en la celda como a una serpiente venenosa. 

Las garras de Hoppy saltan ansiosas, mirando al perro a su lado y a Bubba a su espalda. 

Bobby sujeta el brazo de Picky, sintiendo como su compañera vibra ansiosa por saltar adelante. 

-Los psicólogos son malos, te abren la cabeza, te electrocutan el cerebro y creen que Freud desentraño los secretos de la psiquis femenina. – advierte Crafty pegándose al muro.-Lo vi en una película. - 

-Hay que matarlo. – murmura Picky. 

Bubba piensa y duele su cabeza por todo lo que tomaba forma con el recuerdo del último humano que compartió celda con ellos. Algo que no resultó bien en ninguna forma, es tan vivido que en sus patas siente el frescor de los intestinos de PJ, el olor sangriento de la oreja desprendida de DogDay, a Bobby gritando con dolor y Crafty medio muerta. 

Solo porque tomo una decisión estúpida sin hablar con sus amigos desde el inicio. 

Todo toma forma y solamente logra sujetar a Hoppy. 

-No, Hoppy, quédate. – intenta controlar su tono pero solamente puede sostenerla. 

 

El hombre había caído al suelo y desde ahí observó como se comportaban. 

-Chicos.. – los llama y claro que logró que lo miraran a la vez. 

Ahora se puso de pie mirándolos. 

-Hagan como que no estoy aquí.- les pidio buscando su libreta en su bolsillo. 

-Hay cámaras para eso, no debiste entrar. – acusa alguna voz femenina. 

La cara del hombre se volvió algo pálida. 

-Si, puede que tengan razón. – lo admitió levantando los brazos por un segundo, llevando una mano a su pecho bajando un poco la cabeza.-Lamento haberlos asustado...- da una disculpa sincera. - …pero solo en su celda no hay micrófonos.- termina con una sonrisa confiada. 

Un sentimiento muy extraño lleno la habitación. 

Picky apretó sus pezuñas contra la pared sin dejar de observarlo. 

-Yo simplemente estoy avergonzado…pensé en muchas cosa que podría preguntarles a cada uno pero creo que debería hablar con todos ustedes reunidos antes.– las puertas vibran avisando de su pronta apertura.-Yo quiero ayudarlos, quiero saber que está pasando aquí y quienes podrían ser , porqué voy a sacarlos de aquí. Solo necesito que ustedes- 

Las puertas tras el doctor se abrieron, entrando cinco guardias armados a sacarlo apuntando al grupo que no se mueve de su esquina segura. 

Las puertas se cierran. 

Los siete se mantienen en ese mismo lugar.

Sin cambios todo lo que resto de la noche, durmiendo en ese pequeño espacio donde todos podían saber como estaba el otro y huir de las pesadillas tan solo con tomar el pelaje de su compañero como lo harían con las sábanas en una noche de tormenta. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                   ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

Las fiestas estaban cerca y su mejilla le duele. 

-No puedo creerlo.. - murmura Damián limpiando la sangre de su nariz. 

Charlie no les habla, está demasiado llorosa por su cabello revuelto y recortado. 

Acababan de sobrevivir a una paliza sorpresiva en los pasillos del ala ya cerrada. 

Algo de lo que se habían salvado gracias a su encierro y propio aislamiento pero hoy se les acabó la suerte añl tener que acompañar a Theodore a robar un mueble del pasillo. 

Terminando con un grupo de oportunistas que descubrieron que estaban afuera. 

Puede que ganarán al ahuyentarlos pero nadie puede recuperarse de un puñetazo en la cara cuando todo les duele. 

Theodore suspira agotado… No lograron robar el armario qué usaría como escalera hasta el respiradero en el techo. 

Además… DogDay lo estaba evitando. 

Incluso escuchó la alarma de los gallos de las puertas y Damián deja salir un quejido, no habían dormido nada por primero esperar a que todos estuvieran dormidos y luego arrastrando el mueble y la pelea. 

-¡Buenos dias!- saluda con ese tono serio el ave fuera de sus puertas. - ¿Quien tiró el armario?-

Asomandose lo ven cargar ese mueble en un brazo y caminar tranquilamente a otro pasillo para devolverlo a su lugar. 

-Somos más débiles que el estúpido pollo. - murmura con los ojos húmedos Charlie. 

 

 

El desayuno fue tan serio como otros, al igual que la actitud de Bobby y Picky. 

La escuela le pareció todo menos un interés de su parte. 

Desviandose a la PlayHouse, mientras los hermanos iban a la escuela por seguridad. 

Su mirada estaba en el suelo y eso lo llevó a terminar más allá de su objetivo, a la Juguetería.

Sus ojos se fijan en Crafty dentro, de pie al centro todo lo bonita que era. 

Su atención queda en los rostros de algunos adultos, notando algo…   

-Ese tipo…- murmura al reconocer al guardia qué los hermanos le apuntaron.    

Revisa el suelo buscando algún objeto útil, encontrando el pico de un flamenco. Sin pensarlo lo lava consigo dejando al ave plástica en el suelo. 

Ese guardia va caminando a la parte de atrás del lugar. 

Theodore entró ocultando el metal bajo su brazo. 

-No deberías ir allá. - 

Sus ojos suben al escuchar a Crafty. 

-¡¿No dicen todo qué paris el país del amor? Mejor vayan al Vaticano y limpien esos ojos pecadores!- les canta con ese humor asido. 

Alrededor había muchos visitantes mayores sin respeto por nada ni nadie que se llame santo, rasgos que el poder daba, acompañando con sus propias bromas rancias al unicornio. 

Theodore siguió adelante. Siguiendo el rastro de ese guardia por los pasillos y oficinas. 

Antes de salir por la última puerta se quedó quieto al escuchar una voz conocida. 

-... Deberías entregar todo lo que ocultaste, perro. - es lo primero que reclama. 

Salió agachándose, aprovechando lo apartado y la escalera para no ser visto ni por el perro. 

-No eres nadie para dar esas ideas, Pedro. - 

Ese tono no lo había escuchado antes en su amigo, nunca. 

 

 

-No puede adueñarte de un negocio que no te necesita y menos por lo irregular que es tu función en esto. - lo apunta. - El negocio debe ir cuesta arriba siempre, sino te hundes y tu lo has estado ahogando con tus faltas. Esa coneja tuya no sabe comerciar, ayer no repartió nada y el dinero se encuentra en amenaza. - 

El perro respondió enojado. 

-No dices eso cuando el dinero te lo tienes que meter por montones para sacarlo de la fábrica, ¿No lo crees? Hoppy debió sospechar, eso es todo. - acusa y su sombra se yergue por encima del guardia. - Si se algo de las putas de tu estilo es que no hacen nada sin ganar nada, ¿Crees que ya terminamos contigo?- 

El hombre abre la boca ofendido por el título, el insulto y la acusación venida en su contra tan de golpe. 

-Tu ni siquiera has de saber que estás diciendo. - le recuerda este guardia sin miedo, golpeando el torso del perro al acercarse. - Deja de intervenir y entrega la mercancía, se un buen juguete y deja a los adultos a cargo de todo. - lo intenta convencer. - No dejaré de darte información ni cortare el camino de los enanos.- lo asegura recordando las retas qué estas cosas habían estado preparando al conseguir planos de los ductos y las cadenas qie podrían usar para repartir en orden a los treinta Bunzo como ojos por el sistema. 

Estas clases de movimientos le parecían retorcidos. No eran cosas planeadas por supervivientes ni personas en búsqueda de su libertad. Este modo sólo podía ser usado por delincuentes con mucha experiencia. El tipo de delincuentes que solo buscan adueñarse del territorio de una organización más grande. 

Lo obligaba a preguntarse una y otra vez ¿De donde sacaron a esos niños? ¿Dónde fue que aprendieron todo eso? ¿De verdad ese perro lo planeaba todo o en su grupo había más mentes retorcidas? 

El perro grande sujetó su brazo , haciéndole despegar los pies del suelo por unos segundos. 

Esa forma de intimidar no era normal, otra cosa que notaba de estas cosas era lo retorcidos que eran y que ninguno tenía idea de como intimidar sin parecer delincuentes de callejon. 

Aun así no era placentero caer en ese juego extraño. 

-No me harás nada, necesitas que te comunique con el resto. - asegura y quizás es para si mismo que lo hace este hombre. - No dejaré de darte información, no te lo pienses y entrega la maldita mercancía.- lo sacude intentando librarse, golpea esos nudillos con un puño. -¡Ni siquiera puedes ganar nada con esto!- le grito alterado.-¡Bajame ahora mismo, maldito niño!- 

Lo siguiente es escuchar como ese hombre es llevado con violencia al suelo por este gigante escuchando como un quejido de dolor escapó de su boca sellada bajo la gran palma. 

-Si me salgo también puedo matarte y todo ese dinero será inútil una vez estés muerto.- advierte el perro al arrinconarlo boca arriba.-No soy tan estúpido como crees. - le recuerda ese perro al someterlo. - Puedo saber que ningún adulto hace nada sin ganar algo a cambio y lo que yo te consigo es dinero, no puedes dejarlo ir, no va con eso que eres. - lo observa de frente. 

La cola delata el mal humor al quedarse erizada. 

El hombre le grita y patalea, conocía a este perro y sabía que no lo mataría solo para mantener a salvo a su grupo. 

-... Es mejor que me escuches. - le advierte cuando al fin logra hablar claramente.-No puedes amenazarme, soy tu único aliado. - le recuerda ese pubto del que ambos son bien conscientes. 

Este monstruo inclina el cuerpo llevando la mano libre a su torso, abarcando gran parte de su cuerpo solo con sus manos. 

-Estás vivo porque eres útil, si me salgo ya no lo eres. - murmura el perro sobre su cabeza. - ¿O se trata de algo más retorcido?- le pregunta con ese tono suave que tiene su voz adulta.-Debes estar pensando como todo un adulto… Quieres más , quieres mucho más dinero o algo mejor.- lo murmura esa voz madura. - Eres ese tipo de zorra Insaciable qué no encuentra nada que le llene, demasiado amplio y hambriento. - 

Este hombre logró patearlo pero no por eso logró librarse. Solo hizo que este perro sujetara su rodilla y la llevara al suelo de tal forma que se encontró abierto de par en par con este monstruo al medio. 

Nadie podría culparlo si su cabeza dejó de funcionar y se quedó paralizado ante la incongruencia de los hechos. 

Él. Un hombre de mediana edad siendo acosado sexualmente por un monstruo. 

La cara de ese niño llegó a su cabeza y volvió a pelear completamente sumido en la… ¿La qué? ¿Qué lo hacía sentir esta situación? Deseperacion venida de la culpa que siente por haber participado en crear este escenario. 

Este perro no terminó con eso, haciendo un recorrido directo al centro incluso si las piernas se cierran para evitar que mueva algo más. El movimiento dejaba que cualquier forma de resistencia se vea inútil, logrando que este guardia se vea en la inherente necesidad de cerrar la boca y no volver a abrirla, esperando que ese ruido se quede en cualquier lugar menos en su mente. 

¿Qué clase de vida llevaba este mocoso en las calles? ¿Qué le pasa? ¿Que le está pasando a su propia cordura?

Porque se encuentra en un punto sin fuerzas y su cabeza está en blanco. 

-Ryan… Podemos hacer que este trato sea mucho mejor o puedes dar por hecho qué lo que mis chicos y yo haremos contigo, no te dejará piernas que cerrar el resto de tu vida. - lo dice con tanta seguridad como era posible para un monstruo. - No lo dificultes más y dame lo que te pido. - 

El monstruo lo azotó una última vez al dejarlo en el suelo, levantándose de golpe para irse. 

El hombre quedó en el piso, tragando seco y tratando de no hacer más ruido. 

Pasó algunos minutos en el suelo antes de levantarse con las rodillas tambaleantes y su cabeza aun agitada. Observa sus rodillas por un rato, arrugado el ceño al sujetarse la cabeza y sus ideas acomodándose…pero no puede, no puede porque bajo la ropa quedan las manchas de lo que sucedió y lo fácil qué ese monstruo lo morillo a este resultado. 

Levanta el cuerpo lentamente, con toda la intención de volver a las habitaciones a tomar un baño. 

Sus pasos se ven interrumpidos por una figura. 

No es muy alta. 

Ese es el problema. 

Este niño lo mira desde arriba de las escaleras de la juguetería, como quien observa una alimaña. 

-¿Qué viste?- pregunta con el tono más amenazante que podía usar. Solo pensando en lograr que este mocoso tuviera más miedo que ganas de abrir la boca. 

-Te ha gustado. - apunta sin moverse ese mocosos. - Ni siquiera te beso.- termina y su rostro está pálido. 

Este niño estaba enojado. 

Como un adulto, como un hombre adulto con casi cuarenta años el sentirse de esta forma y empujado por dos mocosos a esta miseria lo hacen sentir una gran humillación. ¿Como podía tolerar la rabia de un enano?

-Mocoso de mierda- 

VETE A LA MIERDA!- 

Eso fue lo último que le dijo al lanzarle un metal. 

Solo la experiencia lo hizo saltar hacia atrás a tiempo para esquivar el ataque y atestiguar como ese pico de hierro se había clavado en la tierra en un perfecto arco. El estupor lo recorre con sudor frío por la espalda y su corazón confundido. 

-¿De qué círculo son estos demonios?- murmura tratando de calmarse tras ambos eventos. 

 

 

 

Esa sensación de temor lo hace seguir su camino. 

Su atención se divide entre las otras criaturas y sus horrendas sonrisas. La coneja en el teleférico lo saluda al pasar, como siempre. 

-Lamento si fue muy rudo contigo. - 

¿Es que en este lugar todos los monstruos saben estas cosas? 

Incluso el elefante le saluda o eso deseo. 

Este de alguna manera logró alcanzarlo hasta la puerta del tren. 

-Espero que no se te tenga que volver a advertir de tu lugar. - 

Su cara voltea pero las puertas se cierran y no serviría de nada aún, ese rostro sonriente solo le deja sentirse como un idiota metido en una treta sin sentido. 

 

 

 

 

Bubba se queda en la estación, observado al tren irse con ese guardia. 

Algo de lastima lo recorre al pensar en lo que Bunzo le contó : 

“DogDay fue muy malo con el guardia y lo asustó tan feo que lo hizo orinarse del miedo. Y el líder se retiró avergonzado y arrepentido. No se completaron las negociaciones por el susto que se llevó el jefe y no se logró nada en la reunión.” 

Hasta qué su amigo aprende a amenazar. Porque el susto de la noche los dejó en una situación muy delicada en la que el líder debe armar una forma de medir a ese humano o sacarlo del escenario. Debían matarlo de alguna forma. 

Pero eso de asustar a alguien de forma tan cruel y humillante le parecía demasiado duro. Además de que era uno de los pocos humanos aliados. 

Tendrían que hablar sobre los límites. 

 

 

Notes:

Es una explosión con retardo.
No se distraigan

Chapter 22

Notes:

Capitulo que espero puedan digerir y no les parezca demasiado pesado ante el escenario y espero haber compartido la claustrofobia de cada escena.
No duden en decir lo que no entiendan.
El juego 1 y la persecución de Huggy Wuggy me dejó marcas.

Chapter Text

 

 

 

 

Estaba enojado. Bastante enojado con DogDay. 

Eso le cruzaba la mente mientras observaba al perro una vez regresó después de ver eso. 

Puede que estar enojado sea el impulso que necesitaba para concentrarse en su tarea. 

 

 

 

 

-Estoy pensando en que no te entiendo. – 

-¿Por qué lo dices?- pregunto desde la rejilla de aire. 

Habia pasado días enteros construyendo la escalera de alambre y hoy era cuando la terminaba por fin. Esa misma se encuentra en manos de Charlie, observando hacia arriba mientras prueba la resistencia de los nudos de alambre que prepararon entre cada espacio metálico. 

-Creí que solo querías subir a esta cosa pero cada vez la hiciste más grande y más grande, ¿Cuánto planeas extenderla?- le hace esa pregunta subiéndose a media para sentir la fuerza de la tensión. - No sé hasta dónde planeas ir. - 

-Unos cinco metros bastará. – lo apunta desde arriba. En este espacio a subido las primeras de sus cosas a llevar, incluyendo las copias del mapa a la prisión de papá. 

Damián apunta un factor que hace a Charlie bajarse de la escalera. 

-¿Si te cayeras no perderías la pierna por el efecto palanca?- lo prueba con su tramita de apio. 

El sonido al doblarla dentro del círculo de alambre aviso de cuán malo sería. Habían pensado en lo peligroso que sería mantener el alambre en su totalidad pero ahora, habiendo evitado la posibilidad de un nudo debilitado y la tensión sorpresa de toda la estructura y la pérdida de dedos eliminada, les queda el temor de un resbalón qué lleve a Theodore a perder la pierna o el pie ante la fuerza de la misma gravedad. 

Theodore bajó de la rejilla de aire sosteniéndose con una mano. 

-Quizás… pero vale el sacrificio. – admite emocionado. Estaba tan cerca de lograrlo que ya ninguna advertencia lo haría dudar ni retrasar su salida en busqueda de la liberación de su figura paterna. 

Habia terminado con la escalera, sobrevivido y escapado de un par de palizas de lo niños que no entienden porqué las criaturas sonrientes los ignoraban y pensaban que era su culpa y de Carl, pobre diablo de pies lentos. Ni Bobby lo salvo. 

Limitándose la situación a ellos saliendo a comer y luego encerrándose para escapar de un grupito cada vez más enojado. Al parecer habían aprendido de la última vez y estaba más que preparados para la siguiente afrenta y eso era todo menos divertido.

Los hermanos aun sienten curiosidad por su fuerte insistencia y decisión a meterse a esos túneles oscuros. 

Eso era algo que notaron mucho antes de él, cuando solo era el loquito del bloque 2 qué solía morder a los cuidadores y dar miedo con su aura de enfermo mental, esa insistencia a demostrar lo poco que le temía a la oscuridad metiéndose en ella como un ente de bajo astral. Un rarito total. 

Incluso sus amigos les preguntaron porque comentaron a llevarse con este chico y la respuesta era sincera solo para sus adentros :

Nos parece conveniente / es divertido. 

Este chico era raro pero estar cerca suyo les traía una sensación cercana a seguir los pasos el que conoce el camino a la salida. Algo venía en respuesta a las acciones de parte de Theodore Grambel y parece ser gigantesco. 

Esa sensación que solo los sobrevivientes de la catastrofe conocen, es la cruda certeza que los está inundando conforme lo siguen y ayudan en sus extraños actos sin sentido. 

Si algo aprendieron en su camino a este continente era a identificar esos pasos marcados en el barro. 

La curiosidad es mínima pero aún son niños que hacen preguntas sin control. 

-¿Ya nos dirás a dónde planeas ir?- le interroga el hermano después de olvidar el apio partido, retomando su anterior juego en la cama, donde juguetea con una bola de papel que debía ser un cubo (hecho en clases de matematicas) pero los días de rodar lo hicieron redondo como una bola deforme. 

Theodore revisa una hoja de papel en su bolsillo. Las dudas de los hermanos le tenían sin cuidado, incluso podría llevarlos con él. 

-Si , ¿Quieren venir?- les ofrece cerrando el papel al asomarse desde arriba. 

Ambos hermanos niegan moviendo la cabeza a la vez. 

-Eso parece dar miedo. – admitió la niña fijándose en la trampilla abierta. – Es raro lo que haces. Tu eres raro. – 

Theodore no se ofendía, admitía que normal era una palabra que no le incluía entre sus ejemplos. 

-Quiero ver a alguien importante y esto lo vale, no pueden imaginarse, cuánto vale esto. – 

Los dos parecen incrédulos de cualquier cosa que pudiera decir ahora. Aun se mantendrán en silencio y aceptaran lo que diga incluso si les parece algo estúpido. 

-Si planeas perderte, hazlo cuando se cierren las puertas y no ahora, aún no es de noche. – le recomienda Charlie observando a la rendija y el miedo que esta le hacía sentir. 

-Esta bien. – suspira mirando la escalera, tira de la cuerda que se suponía que cerraba la reja. 

Resultando en la caída de toda la escalera. 

-Oh…- exclaman a la ves en coro. 

Miran a la rejilla que no pueden cerrar ni subir ahora. Mordiéndose los labios Theodore una vez suelta la cuerda y toma asiento con las manos sobre su rostro. 

Los hermanos se quedan en silencio dejando que procese su error. 

Aquella rejilla la habían abierto junto a un niño que no se había enterado de Theodore dándole la herramienta al que lastimo a Hoppy, después este mismo dejó de acercarse a ellos y se veía tan enojado como el resto. 

-Podemos pedir ayuda. – ofreció Damián. 

Theodore sonrió bajo sus manos y era más por la desesperación que le estaba llevando al limite. 

-Nadie nos quiere. – murmura Charlie. – Ni siquiera Bobby nos hace caso y Picky ya ni nos habla.– el lamento se acompaña por un tono triste que no oculta cuánto le duele haber sido dejada de lado por las criaturas. 

-Tampoco quiero escuchar a los tontos insultarme otra vez. – niega cualquier idea sobre pedir ayuda a algún compañero de bloque. 

Theodore levanta el cuerpo una vez supera su pequeño episodio de crisis, arrastra la cama y sube. 

-Charlie sube a mis hombros y luego Damián subirá tambien. – les dúo una orden directa. 

-¿A tu espalda?- repite Damián. 

-No, a la de Charlie. – corrige esperándolos. 

El miedo los hace dudar pero allá iban. 

Ese movimiento les valió un par de sustos antes de que los hermanos decidieran qué ya era mucho tiempo junto a Theodore y lo dejaran solo en cuanto lograron abrir la reja y colgar las escaleras otra vez. 

Esa soledad le vino con una cosa imprevista. 

Tuvo al fin una oportunidad de hablar con el perro cuando este apareció sentado en su puerta una vez los hermanos se fueron juntos a cenar mientras él guardaba las cosas bajo la cama. 

Viéndose en la puerta abierta y el perro en el suelo. Algo curioso que toda su rabia se viera consumida como vela de cumpleaños a un sólido an solo con verlo de cerca. Sentir su aroma dulce y volver a presenciar lo suave y peludo que era. Un peluche en el que solo deseaba ser asfixiado y aplastado hasta perderse. 

No ayuda a su corazón que los arreglos navideños le queden perfecto a su pelaje naranja y resaltan los muérdagos del techo al chocar con esos ojos de tonos grises. El aroma de la canela y la manzana no pueden hacer más que terminar por embriagar los sentidos. 

Su voz fue mas severa de lo que imagino ser capaz de mostrar ante la sorpresa de su corazón desbocado. . 

-¿Qué haces?- pregunta por impulso al verlo en su camino. Además de que no puede ignorar que enrealidad no sabía lo que vio ni lo que significaba. Solo queriendo aferrarse a lo que DogDay pueda decirle ahora, aunque sea mentira. 

Ese peluche suspira dejando salir el vaho ardiente. 

Esos segundos de dudas son tan reales para Theodore qué sus sentidos se rebelan y lo hacen consciente de todo lo que les rodea. 

Las voces lejanas, los villancicos, las risas y los niños que pasan corriendo en los pisos superiores. 

-Yo… Te Estoy esperando. - el perro lo mira con esos ojos plata un poco apagados.-No saldré por algunos días. - le dice eso inclinando el cuerpo a un lado. - Pasaremos estos días… En otro lado… Entonces no estaré, otra vez, en navidad.- mira al suelo. 

Theodore salió por completo de la habitación para sentarse a su lado. Aunque se encontró luchando contra su deseo de pasarse al espacio entre sus brazos y pecho. 

Era compartir esa festividad con DogDay uno de sus deseos y saberlo apartado una vez masss, le dolió. 

-¿Otra vez? ¿Qué es lo que hacen cuando se van?- le pregunta frustrado por la decepción. 

Esa duda sacude al monstruo. Algo que le hace sentir culpable

El perro mueve lentamente la cabeza, guardando silencio por unos largos minutos. Su voz suena muy quebrada al salir. 

-Nos revisan. - lo limita a eso. - Solo nos revisan. - 

Theodore siente algo muy malo en ello, dejando su coraje de lado ante el malestar que le llena. 

-¿Qué puedo hacer por ti?- pregunta impulsivo, cansado de hacer esa estúpida pregunta. 

El perro parece nervioso al hacer su pregunta. 

-... ¿Porqué besaste a alguien mas?- pregunta en voz muy baja. 

Es algo que hace palidecer a Theodore pero al fin tenía una respuesta a ello, una que le costó mucho tiempo darse a sí mismo. Venida de los eventos que lo rodearon y los dolores que sufrió durante estos. 

-Te quería encontrar en él. - es eso, simplemente eso. - Creí que podría encontrarte fuera… Porque me daba miedo aceptar que no pude hacer nada por ti… - lentamente siente como su pecho se debilita dejando salir esos secretos y sus ojos se llenan de lágrimas.- Porque quería creer que no te hicieron esto, que estabas descansando ¿Porque lo hice? No lo sé, creo que no soy el chico genial que tú crees… Solo soy egoísta y cobarde. - sus ojos bajan al suelo.-Creo que sería mejor que te olvidara y fingir que de verdad moriste.. No me gusta lo que te han hecho y pensé que era… Una forma de huir de ti, de tu recuerdo.- 

Este amigo suyo suspira topando la pared con su cabeza. 

-Eres egoísta… pero no un cobarde. -lo murmura. - Eso está bien… Me gustaría ser como tú a veces y ser libre. - lo dice sin fuerzas. -Aunque se que no es verdad que lo seas.. Eres un chico genial porque todo lo bueno lo compartes con el mundo y lo malo te lo tragas sin dejar que nadie te compadezca… Eso es lo más genial y varonil que puede hacer un chico… -lo mira al fin sin darle un lugar donde esconderse. - Es eso de ti, lo que me ha seducido hasta los huesos, Theodore. - 

Seducir era una palabra demasiado fuerte incluso para un niño. Parecía un insulto, también un halago y más aún una declaración indiscreptible para su persona. Una forma de verlo tan madura como especial, algo que lo aturde y hace sentir emocionado. 

Era exactamente lo que quería escuchar y más, lo que no tiene sentido porque ninguno de los dos sabe el significado de “Seducción” pero si Catwoman le gana a Batman seduciendole, eso de verdad debía ser bueno. 

Todo eso le llena la cabeza mientras intenta regresar al suelo y dar una respuesta. 

-Oye… - suspira avergonzado.-Déjame pensar en algo también. - lo pide sintiéndose avergonzado por no pensar en algo igual de impactante. - Espera…-

DogDay no espera una respuesta ahora, solo queria terminar con este punto a discutir sin dañar esto que apenas podían mantener entre los dos. 

-No puedo decir cuanto me enoja saber que besaste a alguien más y yo creía que solo me habías besado a mi. - suspira dejando salir el espeso vaho. - Fue mi primer beso, Theodore…- la vergüenza hace que el vaho se sienta como salido directamente de una olla.-Ahora me siento tonto por recordarlo… como un perdedor aferrado. - oculto el rostro en las rodillas.-No soy divertido, lo sé. - su voz se quiebra por fin. 

Theodore frunce el ceño, pensando en ese punto que no le interesaba tanto antes. Le importaba haber besado a alguien pero no que fuera el primero, creía que alguien tan aventurero como ese chico había experimentado con más niñas o niños antes …pero siendo así.. ¿No era un recuerdo valioso para él mismo haber besado a su amigo primero que nadie? Ese placer personal era solo suyo. 

Tal vez era la primer experiencia de verdad solo suya. 

Ese hecho reconforta sus nervios y hace que sonría, recargándose en el vaporizador gigante. 

-No creo que sea tan importante… Nos besamos mucho en el túnel… creo que los primero cinco son nuestros. - lo piensa y puede asegurarlo recordando cuántas veces sucedió el mismo choque. 

El perro presiona las manos sobre sus orejas, tan avergonzado que su pelaje ya estaba apunto de hervir. Se puede ver terminando con la distancia entre ellos y diluyéndose en ese cuerpo que antes percibía como una masa más grande, cálida y suave. 

-Debes tener razón. - suspira volviendo a mirarlo directamente. - Al menos los primeros cinco. - 

-Si. - mira ese pelaje, tocandolo y recorriendo hasta su mano. 

Ese recuerdo viene y su coraje regresa. Ese guardia y lo que vio no debían ser tan importantes por ahora. 

-Tu y yo aun podemos llevarnos muchas primeras veces que podamos tener. - ese es una verdad y sus anhelos. 

DogDay pregunta en un hilo. 

-¿Como cual?- pregunto tomando su mano. 

Un deseo del pasado viene a colación. Uno que compartía con su mamá. 

-La primera vez que vayamos a un río y pesquemos algo.- ese deseo esta en sus fantasías desde hace mucho. 

Ese perro comparte las mismas visiones. 

-... Nunca he subido a un barco. - 

-No recuerdo haber probado el curry. - 

-Podemos ir a un viaje de carretera. - 

-Asustar a los conductores. - sonríe imaginando a ese perro saltando desde los arbustos para asustar a las personas. 

Esa sonrisa suya no desaparece al ser atrapado. 

-Theodore, eres malo. - murmura al arrinconar su cuerpo contra la pared.-Pero sería mejor solo sacarlos del auto y llevarnoslo. - sus fantasías son solo el atisbo de una huida por la carretera. 

Theodore se estiró seguro , besando su rostro al ser tomado en brazos. 

Aunque algo era diferente y no sabían lo que era, solo se sentía algo más pesado y necesitado entre ellos. Un tirón bajo la piel que los hace cerrar el espacio entre los dos. Deseando que no haya nada entre sus cuerpos. Un sopor lleno de calor que se vuelve hambriento como las hormigas, incomodando la piel cubierta por la ropa. Algo que agita su pecho y lo hace sentirse tan débil como desesperado por perder aún más de su calor en el otro. 

-¡Dog!-

La sorpresa los sacude por una razón que no entendían. Sintiendo un tipo de vergüenza que los hace verse directamente antes de separarse lentamente. 

La razón es amarilla y los está viendo directamente. Taro más de lo esperado en decirles algo. 

-Es hora de dormir. - le advierte el ave antes de seguir su camino. 

El perro abandonó el pasillo. 

-Te veré después, Theodore. - murmuró bajando la mirada. - Solo esperame. - 

Theodore no sabía qué decir, temblando aun en su lugar junto a la puerta. Despidiéndose con un movimiento de manos muy lento. 

-... ¿Qué fue eso? - suspira ansioso, sonriendo una vez procesa qué de todo lo que le llenó, miedo no hubo en ello. - Hay que hacerlo más. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con la llegada de la noche y las rejas cerradas no se permitió volver a perderse en esos sentimientos, no ahora. 

 Después de mucho tiempo lograría su cometido. 

Los hermanos lo despiden con miradas preocupadas y prometiéndole qué lo cubrirán en su ausencia. 

Subir por la rendija y explorar el nuevo canal de aire. 

Escuchando nuevamente a la guardería desde las sombras. 

Un estado que prefería por mucho a mantenerse atrapado en Dulce Hogar. 

El camino a la simple zona de inicio en el mapa qué lo llevaría a su papá , era tan revuelto qué se sintió muchas veces acorralado. Todo con tal de llegar a la zona marcada. 

-… el doctor dijo que deberían hacer más pruebas sobre los sonrientes. – 

-No veo porque continúan con esto de las pruebas ¿No sería mejor solo hacerlos pedazos de nuevo?-

Sus movimientos se detuvieron, atisbando por una pequeña franja de espacio a los trabajadores de pie fuera de Dulce Hogar, justamente los zapatos de estos. Unos de cuero y elegantes, delatando su función de oficina y no de guardias como las botas de los soldados qué se reparten por la guardería. 

-El viejo a estado muy débil y los hizo firmar un estúpido papel que les obliga a mantener el estado primo de las criaturas hasta que los experimentos superen al balance actual.- bufa sacidiedo sus mangas. - Creo que no quiere que nadie se atreva a cambiar nada incluso después de muerto. - 

-No veo que lo logren. – apunta el segundo moviéndose a un lado, fuera de la vista de Theodore.

-Es mas fácil usar al producto base con las muestras del prototipo y casi lo hacen a la perfección antes de usar un experimento sin pruebas. – 

-¿Entonces porque no hay nuevos proyectos? Sigo viendo a los mismos siete sonrientes. -

El trabajador tarda más de lo esperado en responder. 

-Talvez porque no quieren matar a más niños de los necesarios. – 

-¿Y quien los va extrañar? Seguramente están siendo más productivos como conejillo de indias qué allá donde serían otro fracasado más en las calles.-

No les siguió escuchando pues se fueron a paso ligero y calmo, un día de trabajo más. 

Theodore se queda unos minutos en el mismo lugar, haciendo que su mente pueda digerir y procesar. Hundido en las dudas que lo llevan a este justo momento, preguntándose si valía la pena creer que serviría de algo hablar con Papá. 

Su amigo fue cortado hace mucho tiempo. No había nada que hacer para devolverlo a la normalidad ni como protegerlo de estas personas tan enfermas. Además de que sería llevado con ellos durante mucho tiempo, otra vez. 

Estaban solos en un lugar horrendo y sin ayuda alguna. 

Aun era capaz de entender que lo que estaba pasando era incorrecto, que ningún adulto debería lastimarlo y mucho menos convertirlos en juguetes… ¿Y su amigo lo sabía? 

Ese día en los túneles su amigo no se veía impresionado porque ese hombre lo agrediera, pero cuando lo vio en peligro no dudo en protegerlo. También lo ha visto ser muy obediente y servicial con los trabajadores, incluso cuando estos no paran de tratarlo como una maquina. 

A su amigo le han quitado hasta su derecho a ser un niño pero el estaba tan tranquilo siempre. 

Siempre parecía estar seguro y saber lo que hacía. 

Enrealidad no haba querido pensar en su totalidad sobre lo que significaba lo que le sucedía a los niños dentro de esta pesadilla y aún ahora se resiste a hacerlo, tomar el escenario de su amigo cortado y unido, herido y solo en manos de éstas personas que fingen tranquilamente que esa criatura no era un humano. 

Theodore tiene hoy diez años, su cerebro no se a terminado de formar y aun así la realidad de lo que sucede le golpea sin piedad cuanto más la intenta alcanzar y deja de creer en ella. 

Una realidad en la que posiblemente en la habitación de al lado están lastimando a alguien mientras él finge no escuchar cuantas voces piden ayuda. No podía permitirse vivir por mas tiempo de esta forma. 

Volver a una jaula donde ya no queda más que hacer. 

-Quiero salir de aquí. – deja salir sus deseos con un suspiro. 

Encontrando un deseo tan grande como rescatar a papá. 

Sacar a su amigo de este lugar. 

Avanzando nuevamente por el aire acondicionado. 

Las voces de trabajadores lo hacían detenerse y seguir adelante sin ser descubierto. 

Aveces sus movimientos son peligrosos. Como cuando llega a la primer bajada de aire, una caída de tres metros a una rendija que lo llevaría al suelo de un pasillo metálico. 

-No podía ser fácil… - su malestar escapa rodando en el reducido espacio para desatar la escalera de alambre de su espalda. Usando un destornillador para aflojar algunos tornillos para fijar el alambre de inicio antes de hacer un movimiento mucho más audaz de lo que pensó. Saltando abajo con una oración en sus labios. 

Al llegar abajo apenas pudo usar sus pies para no golpear la reja y caer al aferrarse al las paredes metálicas. Siendo un ruido tan fuerte como su bajada la que sacude cada uno de los metales del aire. 

Theo sacudió el alambre trastabillando al meterse al siguiente túnel derecho, según el mapa que redibujo. 

Escuchar voces lo asusta lo suficiente para dejar de gatear y comenzar a correr aferrado a las paredes que parecen cada vez más pequeñas. 

Sin controlarlo sus pasos le llevan a deslizarse por una caída, golpeando sus brazos y piernas por la fricción , terminando con tal impacto en su espalda que lo hace sacar el aire hasta ver luces. 

El dolor que hace mucho tiempo no sentía hizo de su cuerpo un mal augurio, haciéndole difícil gritar o hacer algo más que odiar a todos en el mundo por mas de treinta segundos. Sujetandose la camisa como soporte para no gritar. 

Sus ojos en ese estado aún fueron capaces de ver una pequeña figura amarilla venir a el con pasitos cortos y rápidos. 

Si el fuera un niño normal habría gritado o empezado a llorar por ver algo que venia tan rápido hacia él. Lo que hizo fue digno de estos años atrapado bajo tierra :Atraparla y llevarla a su boca para arrancarle la cabeza. 

-¡Hih!-

Se detuvo una vez escuchó esa voz y no un chillido animal. 

Mira la cosa en sus manos y lentamente su cabeza dejo de girar y sus ojos se aclararon. 

Su rostro mismo dejó ir toda la rabia de hace una fracción de segundo. 

-Hola. – saluda sonriendo al conejito amarillo. 

El peluche perdió algo de su poco tamaño una vez comprueba que el niño ya no quería morderla. 

-¿Porqué estas aqui?- le pregunto al peluche. 

La coneja mueve los brazos apuntando con las manos a la dirección por la que vino. 

Necesito varios ademanes para entenderla pero todo hizo clic una vez esta puso sus patas sobre su propio rostro suave y estiró el felpudo de su boca formando una gran sonrisa apuntando a esa dirección. 

Theodore la dejo en el suelo pensando en su propio objetivo y esta coneja enviándole de las criaturas sonrientes en su camino. De su bolsillo vuelve a sacar el mapa, comprobando el camino. 

Si, tenía que ir por ahí pero no sabía si llegaría hasta ellos. 

-No les digas que me viste, por favor. – le pidió al conejo. 

Este bajo las orejas mostrándose nerviosa. 

Theo le sujeto por las mejillas acercándose a ella como un gato a los ratones. 

-No lo hagas, te lo pido, por favor. – lo ruega mirando esas ojitos tan pequeños y negros. Una vez más dentro de estos, incluso si eran de cristal, podía ver el alma de un niño asustado. 

Eran iguales. 

La coneja asiente apuntando a su bolsillo. 

Theodore la hubiera atado a su mochila si ese no hubiera sido su siguiente movimiento. No sabía mucho de como era fuera de la guardería pero su madre le había enseñado que se podía confiar más en alguien que te dice lo que quiere desde un inicio que en un mentiroso. 

Tal vez por eso su amigo le gustó de buenas a primeras. Él quería conocerlo por curiosidad, y si hubiera sido una decepción eso huviera sido todo para ellos , lo que sucediera después ya sería cosa de ambos. 

Cambiar el silencio del conejo por una galleta enbolsada era de mas confianza que solo dar de fe que no le delataría. 

Avanzando por sus propias notas por ese túnel más y más estrecho, al punto que volvió a estar a gatas y no agachado. Al menos sabía que ningún adulto vendría a molestarlo. 

El aroma en los túneles comenzó a cambiar, era sucio y rancio. 

La coneja incluso le instó a ir más a prisa pero… la curiosidad lo hace detenerse a mirar por una rendija cercana. 

Descubriendo el recinto de una criatura gigante. 

PJpug-a pillar

Esa oruga da giros por la habitación, pisoteando con cada una de sus patas lo que parecen restos de comida y excrementos, retorciéndose con esa cara de siempre con los ojos girando en su cabeza. Igual que un pez en una pecera demasiado pequeña para él. 

La coneja le advierte tirando de su cobija, que claro que trajo y hasta ahora es la que a evitado qué se llene de rasguños.

Theodore aprieta sus manos sobre la nariz al sentir más claramente el mal olor, continuando con el recorrido bajo su memoria como guía. 

Con el pasar de los minutos el aire se libera y puede aliviarse de ese dolor en la nariz. 

Revisa el mapa una vez más, al fin llegaría al túnel para bajar a donde su papá estaba. 

-¡Hihhih!- 

Su mirada va de la hoja a la coneja apuntando a un túnel que se dividía a una dirección aparte de la suya. 

Theodore avanza y mira en este. 

Se devuelve pálido y mirando al frente preocupado. 

Estaba seguro de que no lo vio por estar de espaldas pero aun sintió como se le caía el mundo encima solo con la figura del ave amarilla pegada a la salida. Esta sería la segunda vez que Kickin lo atraparia. 

La coneja aprovecha su sorpresa para robar un pedazo deshilado de su cobija dentro de su pequeño overol. 

Despidiéndose con un movimiento de manos corrió a la salida del aire acondicionado, aterrizando en el distraído gigante amarillo. Ese impulso logra que Kickin se vaya para atrás dejando el lugar sin lograr ver a Theo.

Theodore cruzó sin esperar a que regresara. Avanzando hasta la caída del siguiente túnel. 

Mira de nuevo a esa entrada de aire, sintiendo que debería volver y saludar… o darles el mapa de la fábrica. Seguramente los siete podrían escapar si el los ayudaba. 

¿Y si no vuelven nunca?

El se quedaría con papá y su amigo se iría… o no tendría que volver nunca más. 

-Ahora no…- mueve la cabeza agarrándose las mejillas para despejarse. 

Tenía diez años, no podía seguir pensando como un niño, ya no podía seguir haciéndose dudar. 

Saca la escalera de alambres de la mochila, repitiendo el mismo procedimiento con los tornillos, la colgó y dejó caer. 

Al parecer cinco metros quedo corto. 

Sus piernas temblaron pues su instinto le advertia de cuanto sufriría si caía desde esta altura si decidía conservar la escalera. 

Lo pensó, sinceramente se detuvo a pensar y a observar sus opciones como lo haría un verdadero aventurero. Leyendo nuevamente el mapa. 

Una escalera de cinco metros fue insuficiente y solo era la tercer bajada más grande pero podía intentar una cosa nueva. 

Vuelve a enrollar el alambre, girando la mochila a su estómago mientras baja lentamente el cuerpo estirado, presionando las palmas de su mano en el metal y sus pies descalzos contra la parte frontal, sudando apenas bajaba los primeros treinta centímetros. 

Y recordó a los hermanos con sus historias extrañas y tristes. 

Como su mamá los subió a un árbol muy alto y ella se desapareció durante mucho tiempo y como bajaron agarrándose de cada una de las marcas rugosas de los árboles tan lentamente que incluso anochecio y amaneció antes de que bajaran el último tramo con las manos llenas de sangre. 

Como un reflejo ante el recuerdo de una historia solo comprobable por las muchas cicatrices de los hermanos, sus propias manos se aferran a los relieves de tornillos y metal unido. Observando al frente, a su reflejo. 

En la oscuridad su rostro parece mucho más alargado y maduro, resultando en sus memorias borrosas sobre su mamá y las formas en las que solo ella podía sonreír cuando sus dientes amarillos por el cigarrillo parecían estar llenos de sangre.  

La gente para la que ella trabajaba eran malas, la golpeaban mucho y siempre la perseguían con gritos. 

Nunca le gustó la sangre, la sangre no era normal ni debía estar fuera del cuerpo ni en su plato. 

Tal vez por eso evitaba comer cualquier cosa en la Guardería antes de que la amiga de su perro comenzará a cocinar, recordaba que mordió en su primer comida una pierna de pollo y la carne cruda le hizo vomitar. Empezó a odiar el pollo, comer y a la Guardería. 

Pensó que si dejaba de comer lo tirarían igual que las personas tiran a un animal enfermo. 

No pensó que a nadie le importaría y solo seguiría creciendo como mala yerba. 

Se recuerda orando como ella le enseñó, pidiendo ir de vuelta a mamá en los túneles donde se podia ocultar. 

Hasta que una de esa veces su papá al fin decidió hablar con él. 

Es cuando piensa en su papá que su trasero llega al final y comprueba que bajo esos diez metros de túnel sólo con sus extremidades. 

-Gracias a dios… - exhala esa frase tan repetida por algunos adultos. 

Aunque no comprendia porque sus acciones debían ser agradecidas a algo que no estaba ahí, aún siente esa compañía cuando piensa que no estuvo solo en algo. 

Su camino continua derecho, quedándose con la mochila en el pecho conforme avanza observando al frente, comprobando que le esperaba un desesperante vacío oscuro hacia abajo. 

Esta vez reviso sus manos antes de aventurarse. 

Tenía varios rasguños y su piel ya se eencontraba demasiado sensible. 

Si caía por ahí definitivamente se moriría. 

No tenia ahora mismo demasiado claro lo que significaba morir, después de todo su amigo murió y regresó, pero morir en soledad talvez no sería lo mismo. 

En el plan original su papá lo habría ayudado en cada paso y no habría tenido que esforzarse tanto por bajar. Además de que no tenía idea de como subir de vuelta. 

Sacude la cabeza, quita de sus hombros la cobija y la coloca solo en su espalda, repitiendo el mismo método para bajar pero esta vez mucho más rápido y siendo consciente de cuántas veces su cobija se desgarró conforme bajaba y pronto sus pies también duelen y dejan manchas rojas rojas pero el miedo a caer era mucho más grande que su dolor. 

Mira arriba dejando atrás la última luz de esta caída al infierno. 

Su mente comienza a volverse caótica con cada segundo que pasa cayendo sin saber a donde seria. 

Podría haber un poso con serpientes, agua helada y tan oscura como para tragarselo, un monstruo de grandes dientes o muchas manos huesudas listas para degarrarlo en pedazos. 

El miedo lo hace temblar y su cuerpo pierde fuerzas arrepintiendose de cualquiera de sus anteriores acciones, incluso pensó que no debería haber hecho esa tonta escalera y solamente traer una linterna. Seguramente la que olvidó en la mesa de noche junto a las galletas que si trajo. 

Su espalda dejó de estar protegida por la cobija y un rasguño profundo fue suficiente para que perdiera la pocision correcta para solo caer de espaldas por las grandes y profundamente oscuros treinta centímetros que quedaban.

Su cabeza golpeó pero fue mucho menos doloroso de lo esperado. 

Soba su nuca y mira la luz que entra por la rejilla qué se encontraba algunos metros enfrente. 

Entonces se queda quieto esperando no ser discernido en la oscuridad. 

Era la cabeza de Mommy asomada por una rejilla sellada. 

Su cuerpo tiembla y necesita aguantar un grito por el repentino tirón qué sintió en el rasguño en su espalda. 

-Mommy, necesito que mires en mi dirección cuando hablamos. – 

La araña se aparta de la rendija pero Theodore no se mueve, solo cerró los ojos con fuerza esperando a que la criatura no lo encontrará. 

-Mommy creyó escuchar algo, ¿Entiendes, tontito?- defiende su distracción la araña. 

-Si, lo entiendo, pero no contesta mi pregunta ¿Porqué dices que te agrada Huggy Wuggy pero Kissy Missy no?-

Theodore avanzo por el túnel a cuatro, sin abrir los ojos en ningún momento. 

-Mommy sabe que esa Kissy ama a los humanos, los quiere mucho. – 

-¿Hablas de los niños?-

-No, claro que a Mommy le gustan mucho los niños.. Los adultos, ellos son los que Mommy odia. – 

Las voces quedan atrás una vez sale de ese tramo, Deteniéndose a descansar en un pequeño espacio entre la siguiente ventila y él. 

-… solo necesitamos que guardes la calma, lo has hecho otras veces. – 

Un grito. 

Theodore apretó los puños sin lograr moverse, solo escuchando los gritos de esa persona. 

Un elemento metálicos resuenan y los gritos continuaron con ella. 

Su cuerpo entero parece volverse de hielo con cada grito y el sonido de un cuerpo sacudiéndose de dolor, incluso con algunas risas y consuelos vagos revueltos con el espeso líquido que escucha caer al suelo. Theodore quisiera poder moverse, saltar y gritar qué se detuvieran, que lo lastimaban. Quisiera poder gritar qué eran unos monstruos pero tuvo tanto miedo que simplemente se quedo ahí escuchando los gritos ahogados y la sangre , los huesos romperse y las máquinas cortando. 

Su cabeza se llena de bruma o era él llorando como un bebé. 

Porqué el no conocía a ese niño pero nunca le hizo daño y lo escucha llorar y gritar. 

La habitación en la que pensó que estaba a salvo esta a solo un clavo de volverse nada. 

 Vuelve a moverse una vez se sintió listo y tranquilo para mirar por la orilla de la rejilla. 

Sus ojos dislumbran esa gran habitación blanca y solo, en el centro de esta lo que parecía ser un pedazo de carne sin forma sobre una mesa metálica. 

Un solo movimiento le hizo darse cuenta de que esa bola de carne era el niño que apenas tiene fuerzas para mover los ojos a su dirección o simplemente mirar en búsqueda de ayuda al cielo. 

Las manos de Theo están llenas de sangre pero no es de ningún de estas personas , solo es su propia sangre. 

-¿Porqué lo hacen?- escapa de sus labios mirando a las personas que parecen volver a donde estaba el niño. 

 

Theodore cubre sus oídos huyendo de la renovada sinfónica de metales y gritos. 

 

Ya no volvió a mirar por ninguna ventila, ya no se sentía con fuerzas para ello. 

Solamente se detuvo en la primer esquina donde no escuchaba nada de esa sala. 

Mirando sus manos sucias y sus puños se cierran conforme el llanto comienza a estremecerlo con el dolor que le recorre igual que los gusanos. 

Porqué el miedo comienza a superarlo y solo puede desear que todo sea una pesadilla de la que despertar. 

Vivir en el infierno y ser un posible siguiente juguete no podía ser todo. 

-¿Ni siquiera me dejaran dormir?- pregunta a la nada o talvez a sí mismo. Buscaba razones para que hacerle eso a alguien tuviera sentido. ¿Cómo podría seguir fingiendo que no eran monstruos estas personas? 

No podía seguir con esto ni con nada de lo que fuera a suceder después, ya no quería fingir ni soportar a estas personas. El mundo dejaría de ser fácil de ignorar, no habría nada para su futuro. Necesito bastante tiempo para sentir que puede moverse nuevamente. 

Volviendo a revisar su mapa con las manos temblorosas y sus ojos llenos de lágrimas retenidas, incluso al limpiarse con el antebrazo su cabeza giraba entorno a los gritos en esa sala blanca. 

Los símbolos y números en el espacio que eligió para descansar aparecian en el mapa pero aún debía seguir adelante por algunos pisos más. 

-Vamos… - su boca deja salir un sonido angustioso y no tan fatigado, era un chico más fuerte de lo que pensaba él mismo. 

Esta vez avanzó sobre sus rodillas apartandose de las paredes y vigilando las esquinas por las que cruzaba.

-… DogDay, ¿Te gusta ser el líder?-

Detuvo su avance, mirando a la reja junto a él. 

No escucha respuestas ni ruido de esa zona, haciendo que su curiosidad movida solo por el deseo de ver a su amigo le posea por esos segundos, asomándose por la reja con los ojos aún rojos por el llanto. 

Abajo a unos metros vio la figura de espaldas de ese perro naranja de pie con ese lomo parqueado y sus orejas caídas como de costumbre o peor de lo normal. No como cuando lo escucho sollozar ni cuando esa gente lo maltrato… era diferente. 

Sentía que DogDay era éste chico casi desagradable y aburrido, un tipo mandon qué esta escuchando la perorata de un adulto aburrido. Un poco rebelde, un poco genial. 

Igual que un adolescente en las películas. 

¿Cuántos años tendría su amigo?  

Él dijo que tenía 9 cuando lo conoció y ya habían pasado casi cuatro años… ¡Va cumplir trece! 

Y el tiene… 

-Tendre 11 años. - suspira ese número con dolor. No le parecía un número que presumir. 

En la celda el perro perdió la compostura muy de golpe. 

Las orejas del perro se sacudieron al igual que él mismo, que se giró de frente con los ojos ansiosos y su cabeza de lado a lado. 

Theo se aparta cerrando los ojos y cubriendo su boca, solamente avergonzado. 

-¿Ya me quieres ver?- pregunta ese mismo adulto en el altavoz.-¿DogDay, que sucede?-

El perro parece moverse por la habitación. 

-¿No hay un niño con ustedes?- pregunta con esa voz adulta hecha un hilo de lo más quebrado. 

-No, DogDay, aquí no hay ningún niño. – lo niega y parece que hace algo en el lugar donde este. 

Theo se tensa al escuchar electricidad subir por su lugar pero solo era fuera de los tubos de aire. 

-¿Puedes ver? Aquí no hay ningún niño. – le asegura. – Te dije que solo quiero ayudarlos, a ti y a tus amigos, no traería a ningún niño aquí. – 

Theodore quiso irse pero ahora no se atrevía a dejar solo a su amigo, regresando a la reja sin asomarse coloca las manos en esta esperando relajar sus propias emociones.

La respuesta de su amigo es de un tono mucho más ruin de lo esperado. 

-¿Cómo podría ayudarnos? ¿Nos ayudaras a morir o sacaras a todos de aquí? Como lo creo, ustedes solo son unos locos que cortan gente y fingen una y otra vez que tienen ese derecho. – lo reclama ansioso, su aliento ya no oculto cuanto aspiraba en busqueda del aroma. - ¡¿A quien tienen ahi?!- lo grita o más bien lo rugió encarando la ventana de vidrio doble. 

 Theodore en la ventila decide retirarse, había asustado a DogDay y sabia que eso solo podría ser malo para su amigo. 

-DogDay, te aseguro que estás confundido. – 

Mira por la reja al perro que estuvo caminando en círculos detenerse. 

-Tú nunca fuiste humano, eres una inteligencia artificial con recuerdos implantados y nuestro trabajo será mejor cuando dejes de pensar en ti como un ser humano.-

Entonces ese perro se derrumbó, cayendo al suelo con su orejas caídas y todo ese loco potencial se vuelve trizas. Mucho peor que cuando ese hombre lo mató siendo un niño.

Theodore abandono la reja, arrastrándose por el túnel. 

Pudo haber pateado el metal y saltado a consolarle, a decirle que eran mentiras ¿Cómo lo ayudaría eso? 

Necesitaba ayuda, necesitaba a papá. Algo patético pero si otros niños pueden pegarte y luego llorar con papá para que te metas en problemas tú, él también podía. 

 

 

 

 

Al retirarse fue ajeno a las risotadas del perro contenidas en sus manos. 

Había encontrado el punto para usar a este humano a su favor. 

 

 

 

 

El mapa lo llevó a una siguiente caída de tres metros donde si pudo usar la escalera. 

Habia tardado tanto que seguro era un nuevo día. Revisa el mapa nuevamente, mirando a los números en los códigos del túnel. 

Un sonido hace erizar los vellos de su cuerpo. 

Comprueba pero este ruido se repite a lo lejos, sacudiendo el metal. 

Parecía ser una máquina grande dentro de el mismo túnel o por fuera. 

Theodore apretó el mapa en sus manos, mirando de nuevo las indicaciones. 

La siguiente caída era un de tres dígitos, siendo la primer base de tres metros un espacio de conexiones independientes, donde tendría que cruzar un espacio despejado para entrar por otro túnel. 

No le da más vueltas, ignora el ruido mecánico y usa la escalera. 

Baja sintiendo un cambio tan claro en el ambiente y el frío anterior lo hace mirar por encima de su cabeza, viendo las luces del túnel fijamente, una pequeña advertencia sobre lo imposible que sería volver por donde vino. 

Un destino oscuro lo esperaba de quitar la escalera. Su mapa lo termina un esquema aparte sin forma de saber como ir más allá de este. 

La escalera la dejo para seguir su camino por la oscuridad. 

Después de bajar tanto incluso el aire que sacude su cabello se siente encerrado , como respirar dentro de una bolsa plástica o intentar aguantar la respiración bajo el agua. Un sentimiento seco y lodoso qué cubre el interior de sus pulmones y lo lleva por el camino a la nada. 

Llego a la esquina sobre la jaula de su papá. 

Un sentimiento ansioso hace que apriete los puños sobre su pecho, tosiendo al intentar inhalar pero el polvo fue lo único que le entró en los pulmones. 

Tose cada vez más ruidoso y sufrido, recargandose en el metal para lograr sacar esa tierra, solamente logrando llorar y babear con tanto desespero que lo hace convulsionar sacando lo que parecian sus pocas oportunidades de no ahogarse. 

-… ¿Eso no suena como un niño?-

Theo traga y escupe a fuerzas una vez esas voces se acercan por debajo de el aire en el que se encontraba. 

Avanza aguantando la respiración, entrando a una desviación sin números para controlarse. Sacando de la mochila la única botella de agua que trajo, eso se lo agradecería a los hermanos, no habia pensado en traer nada por el estilo de no ser por indicaciones respetuosamente obligadas sobre su mochila. 

Incluso una bolsa con sandwiches le hizo sentirse menos acorralado una vez les encontró en el interior con unas cuantas peras golpeadas y tan aplastadas qué comerlas le dejó la cara y manos pegajosas. 

Quedándose en esta esquina por un rato, preguntándose si las personas de este piso se darían cuenta de que usaría el baño en cuanto pueda. 

 

 

En esta corta comprobación de provisiones descubre que su cobija apenas eran un montón de hilachas de las orillas como únicas sobrevivientes a la caída directa. 

-Estamos en problemas. – suspira recargando el cuerpo en la pared. 

Los gritos escuchados, las preguntas y las verdades que a presenciado comienzan a resonar en el interior de su cabeza, reviviendo la grotesca apariencia de ese cuerpo destazado como res. 

-Hace calor. – suspira mirando sus rodillas flexionadas y heridas. 

Era particularmente alarmante el como su cuerpo aun no parece listo para seguir adelante, temblando por la fatiga de su cuerpo debilitado por el cansancio. Era una sensación tanto incómoda como dolorosa, un poco relajante también. Siendo el dolor una pauta para que dejarse guiar por el sueño le parezca mejor que seguir andando por la oscuridad. 

Después de permitirse caer por el sueño su cuerpo se dezlisa de lado aún contra la pared, recostándose en el piso como lo haría un animal abandonado. 

 

 

Un sonido metálico arrastrado por la fuerza resuena a unos metros de el niño inconsciente. 

Dentro de la oscuridad una luz sube por las sombras, iluminando las piernas rasguñadas de el niño. 

-Vaya… - exclama un trabajador, ahogada su voz por la máscara en su cara. – ¡Hay alguien! – avisa abajo, termina de subir las escaleras mostrando a las sombras el traje plastificado sobre su cuerpo. 

Apunta con la linterna al niño en la esquina eléctrica. 

-De verdad había un niño. – murmura revisando alrededor. 

Al hacer esto comprobó el rastro dejado por los pies descalzos de este niño por el espeso polvo acumulado por el tiempo. 

-El niño aspiro demasiado asbesto y basura… - reviso su pulso tocando el cuello sucio por el polvo acumulado encima.-¿Ya informaste arriba?- pregunta sacudiendo la mano para librarse de el polvo en su guante. 

La falta e una respuesta lo hace mirar a la reja abierta. 

-¡¿No me escuchaste?!- interroga yendo a la apertura. 

Su cabeza no se había asomado antes de escuchar un ruido por parte del niño a su espalda. Girando con la lámpara al frente nota una cosa delgada sobre el niño. 

-¡Mierda!.- grita y antes que ir por ese niño su cuerpo fue sincero en su miedo y lo hizo saltar por la apertura, agarrándose de las escaleras con esfuerzo para no caer ante su estado agitado. 

Mira arriba, a ese mismo respiradero abierto. Justamente para ver al niño ser tirado abajo. 

No logro esquivarlo ni aferrarse, demasiado asustado su cuerpo se soltó de las escaleras cayendo al suelo para resonar sus huesos con cada uno de sus huesos quebrándose. Siendo en la asfixia qué ve a esa cosa delgada haber atrapado al niño apenas a unos centímetros del suelo por encima de él y lo que reconoce como su compañero con la mascarilla llena de sangre. Sus últimos segundos los paso mirando a esa cosa metálica llevarse al niño por un lado. Ya ni dolor sintió al ser atravesada su pierna por una gran garra metálica, seguido de ser arrastrado a la oscuridad. 

 

 

 

 

 

Un sonido extraño hace a Theodore abrir los ojos. 

Levantar la cabeza y mirar a los lados con la vista borrosa. 

-Eres tú… - sonríe mirando una punta afilada perderse a unos metros en la oscuridad. 

Thoe ya no quería esperar más ni lo podía hacer, girándose boca abajo arrastra su cuerpo agotado por el suelo a las sombras. 

-No vengas, esperame… Theodore. – 

Su acercamiento no pará, fue más lento. 

-Creí que me habías olvidado, creí que no volvería a saber de ti. Papá, papá… por favor… - pide mirando el reflejo metálico de esa garra en la oscuridad. 

La criatura detiene el movimiento violento y ruidoso, sacando una de las afiladas uñas animales. 

-¿Tienes algo para comer?- pregunta apuntando la mochila en una esquina. 

Theodore sonríe moviéndose a la mochila, es lento y sus extremidades al igual que su espalda se marcan en la oscuridad por la sangre escapando de pequeñas heridas. 

La garra viene a su espalda cubriéndolo por completo. 

-Me los dieron unos amigos. – comparte y entrega la bolsa de papel. 

Más pronto que rápido su comida fue tomada y la garra se fue a gran velocidad. 

Theo mira a las sombras, viendo el líquido rojo salir lentamente de este. 

-Te esperaré. – suspira dejándose caer cansado para por fin dormir aliviado. 

Con su papá ya no había nada que temer, estaba a salvo . 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la celda de los sonrientes ese pedazo de tela llegó a manos de Kickin. 

Un acto de lealtad más allá de lo esperado por parte de este conejito. 

-Era un niño varón, ¿Si?- pregunta de nuevo a la conejita. 

Esta asiente y hace la figura por encima de sus hombros , marcando el bulto de una bolsa en su pecho al fingir que sacaba algo, mostrando como evidencia ese pedazo de tela y las galletas dadas por la temporada navideña. 

Kickin la levanto llevándola a su rostro. 

-Guarda el secreto, no le digas a DogDay nada. - lo ordena vigilando al resto de los que siguen en la celda. 

Eso incluía a Bobby qué colorea un árbol navideño en la pared junto a Hoppy. 

Saber algo como eso no serviría a ninguno de su grupo. 

 

 

Chapter 23

Notes:

Un paso más para todo lo bueno.

Chapter Text

 

 

Durante sus sueños podía revivir detalles tan olvidados como el color de las paredes de su hogar o lo sabores de la comida enlatada en su plato. Incluso el aroma de una avena instantánea con fruta deshidratada subía de su viejo plato de plástico azul a su nariz, observando la espalda de su madre medio acostada en la mesa. 

El sabor insípido y pegajoso de la avena llenaría sus sentidos junto con el recuerdo de ese cabello largo, rizado y negro de su madre, esparcidos sobre sus pálidos hombros y parte de la mesa. Un recuerdo tierno por la forma de su mejilla aplastada contra la mesa y su delgado vestido rojo medio transparente cubriendo apenas en el frío de las mañanas ese cuerpo de huesos expuestos. 

Su mamá era una muñequita descuidada y brillaba como la porcelana en las ruinas de un hogar roto. 

No podía recordar sus ojos pero si esas pestañas espesas, su maquillaje de parpados corrido y los labios pintados de un púrpura profundo con dientes amarillos entreabiertos en su sueño. 

Incluso puede recordarse tomar una cucharada de avena y presionarla en la boca de su mamá, sin saber si dijo algo o solo intentó hacerla comer. 

El eco de esa voz viene como una ventisca, susurrando una promesa que debería amar. 

-No hay dolor sin recompensa. - 

Su mamá nunca parecía comer. 

 

 

-Incluso si no quieres, debes quedarte conmigo… - fuera de sus recuerdos más sinceros, descubre ser la razón para despertar y girarse boca arriba. 

Actualmente sus ojos estaban fijos en el techo de concreto. Su mente al fin estaba dejando de lado el sopor doloroso de los recuerdos forzados por sus delirios. 

Mueve el cuerpo mirando a los alrededores. 

-Papá… - lo llama buscándolo. 

Era imposible que lo volviera a perder, no estaba listo para volver al silencio. Entonces va hacia las sombras sin temor alguno, avanzando con las manos adelante esperando seguir el camino marcado por los surcos de la garra. 

Camino por poco tiempo antes de ver el perfil de las garras metálicas. 

-Papá… - corrió directamente a tomar en brazos el revés de esa mano, igual que abrazar el lomo de un animal. 

Las garras dieron un golpe suave y continuó sobre el piso, repiqueteando con un ritmo lento. Dejó a ese niño reconfortarse solo con tocar el poco pelo y hueso qué le quedaba. No era más que un daño incapaz de ver, simplemente sentía como este niño lo acaricia y solloza aferrado a esta extremidad helada. 

-¿Ya sabes qué es lo que soy?- pregunta la voz distorsionada del resultado de varias líneas grabadas sobre otra, mezclados como lodo y grava. 

-Eres mi papá. – 

El índice de la garra golpeó más fuerte el piso, impaciente desea su respuesta correcta. 

-No te veo como mi hijo, ¿Lo comprendes?- le recalca sin apartarlo. – Recorriste todo el pasaje de sombras y fuiste testigo de las torturas qué los inocentes sufren a manos de monstruos reales y los demonios en los que son reducidos y se someten para cubrir mis cadenas fijadas al suelo, ¿Qué eres si serás mi voz fuera de las sombras?-

Era un claro pasaje a la verdad, a lo que hay que reconocer. 

-No lo entiendo. – suspira intentando no escucharlo. Una última resistencia a los horrores qué quisiera ignorar. 

Una defensa infantil. 

-Soy un ser sin boca pero te hablo ¿Y que soy yo si eres tu mi voz?- 

-Papá… - 

-En la luz habrán más horrores esperándote y yo estaré contigo, más allá que un padre o una madre. ¿Qué es lo que soy si ya no quedan sombras donde yo esté?-  

 Theodore observa esta gran garra, tomando lentamente consciencia de su inmensidad. Las dimensiones de una sola porción del cuerpo de la criatura al final de esta única y simple garra son tan grandes que los monstruos de afuera quedarían como juguetes solo por su toque, haciendo de esta criatura la cosa más imponente en los muros del infierno. 

-No lo sé… - murmura agotado. – No se lo que eres… solo quiero que estés conmigo, solo te quiero para siempre conmigo. – sus miedos toman forma con cada berrido de su corazón nervioso dejando salir sus anhelos con cada sílaba cargada del celo en el abandono. 

La garra marca el concreto del suelo al contraerse furiosa por la necedad del niño. 

 -No me dejes nunca más. – pidió el niño apretando el poco metal que abarcan sus manos. 

Acompañó a la garra y la garra le hizo compañía por lo que se sintió como las horas más largas de su vida. Quedándose debajo de la garra qué parece el capullo de una mariposa al cubrirlo y protegerlo de la oscuridad con el calor y el frío que sus huesos, cables y metal conformaban. 

Las horas en el cuidado del hierro vuelven un sueño aquella agradable nube de sensaciones ominosas. Un vestigio de sensaciones puras llevadas por su mente a su cuerpo. Hibernar en los brazos de su madre se sentiría tan cómodo como este suelo frío y sucio, solo con gacerlo sentir tan seguro como esas veces. 

Confiando en la voluntad de la garra de papá , en la compañía y su declarada bondad. 

 

 

 

-Theodore, debes volver. – 

-No quiero. – 

-Solo puedo confiar en ti, no me abandones ahora, niño. – 

-No lo haré, nunca lo haría.-  

-Entonces volverás y tomaras el camino correcto el día que sea indicado.-

-Lo haré… solo quiero estar más tiempo contigo. – 

-Será así cuando salga y pueda tu cabeza al fin decir quién soy. – 

El niño hecho un ovillo aprieta en sus manos los restos de hilo que fuera su cobija. Reviviendo los gritos y la sangre, las batas blancas y las agujas en sus ojos cerrados. 

-¡Papá!- grita cayendo en el miedo que intento ignorar. – Allá afuera, mis amigos… a todos los están lastimando… y tengo demasiado miedo, no sé porque estoy tan asustado. – sus ojos ya rojos por el llanto, el polvo y el deprimente estado de su interior a lo largo de los años que su padre desapareció, o su amigo estaba muerto, el dolor y el terror acumulados escapan de golpe. Un torrente de reclamos y dolor escapan por su boca con un sollozo llanto marcado por sus cuerdas vocales, por una vez de verdad su estado era el del niño que era y no ese pequeño adulto que se forzó a ser para superar la desaparición repetitiva de cada una de las personas a las que abrió su corazón. 

-¡¿Cómo puedo ayudarles?! Ellos son más grandes que yo, incluso el más pequeño es más fuerte que yo. – su mirada va de esas garras al piso. - ¿Cómo puedo ayudarte si tengo tanto miedo?- la vergüenza se permite salir al ocultar el rostro en sus manos. – No soy tan fuerte, papá. – 

Un mutismo acompaña al sollozo, consuela con un toque peligroso sobre la espalda del niño. Igual que un artista recorre el mármol para encontrar su verdadera forma, esa por ver la luz a través de sus sueños. Una vida aparte, un juego que solo dará forma y dirigirá con su voluntad. 

-Te ayudaré, ya lo hice una vez, una vez me saques,pero no debes tenerme miedo una vez eso ocurra. – 

Luces anaranjadas pasan por su espalda, delatando su posición en los túneles del ascensor a La Guardería. Un lugar seguro y cerca de su hogar, gracias a su padre que lo trajo por todo el camino en su sueño. 

Resaltando con portentoso alce en alto las garras al elevarse en alto como las arañas a la puerta de su madriguera. 

El niño sin miedo estiró las manos para tomar las puntas afiladas en un acto dócil de cercanía infantil. 

-¿Puedes salvarnos?- mira el metal brillar al reflejar la luz apagada del ascensor a su espalda. 

La garra mueve los dedos metálicos rodeando su cuello entre dos filos. 

-Puedo salvarlos, claro que puedo… solo dame mi verdadero nombre. – 

 

 

 

 

 

 

Los hermanos esperaban en su cuarto, observando el aire acondicionado abierto desde hace tres días. 

-Ya se murió. – suspira el hermano lleno del derrotismo de quién deja de esperar novedades del frente. 

-No digas tonterías. – vuelve a mirar el calendario en la pared. – Van tres días que no regresa.– presiona en sus manos un peluche de Picky, abrazándolo contra su pecho.-¿Le contamos a los sonrientes o a un adulto?- 

El hermano niega moviendo las manos frente a su cara. 

-Si no es a nosotros será a los sonrientes o a las maestras, ninguna niñera querrá admitir su culpa y… podrían regañarlo. – 

-Theo ya lleva tres días desaparecido, ¿Y si se lastimo y no puede salir?- la ansiedad la hace aplastar el juguete lo suficiente para saltarse un ojo de botón. 

-Nadie dijo que tener amigos sería tan aterrador. – gime y cae sobre su cama, observando al aire acondicionado. 

La niña suspira tomando el ejemplo. 

-Le diremos a los sonrientes, mañana cuando inicie el día. – decide tras recordar que tres días sin comida podía acabar con incluso adultos. 

Las luces de la noche comenzaban a atenuar se cuando el metal sobre sus cabezas crujio haciéndoles temblar y paralizarse con los ojos fijos en el huecos del techo. 

Seguido algo comenzó a bajar… 

Y se cayó en la cama del medio rebotando hasta caer por un lado. 

-¡Auh!-

Un segundo para procesar lo sucedido es suficiente para que los dos corran a ver al niño en el suelo. 

-¡Theo, creímos qué estabas muerto! ¡Gracias a dios estas bien!- grita y lo sacude sacándole del pelo una gran cantidad de telarañas y polvo espeso. Theodore había vuelto casi totalmente naranja y gris por el polvo que lo hace ver como un golem de tierra. 

-Hueles terrible. – apunta el niño dejándole caer encima la jarra de agua. 

Theo apenas estaba recuperándose y eso terminó por enmudecerlo. 

-¡Damian!- lo regaña limpiando la cara de Theodore con una toalla, sacándole la camisa y revisando sus brazos llenos de cortes y rasguños. -Dinos que sirvió de algo todo esto. – le insta a dejarla en paz al apartarse. 

Theodore la mira por un segundo y después suspira agotado. 

-Si. -murmura llevándose los brazos a los hombros. – Todo esta bien. – 

-¡No tienes tu cobija!- apunta el Damian como si fuera una respuesta de trivia.-¿Estas actualizando tu diseño? - 

Theodore sonríe dejando en la oscuridad de sus memorias cada una de las horribles verdades vistas, solo para poder reírse como un niño por lo que quedé de su tiempo en el mundo y con su forma humana . 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                                           ●┬├┴├ᕕ⋋⋌ᕗ┬├┴├●

 

 

 

 

 

 

 

En su celda DogDay aún observa al techo una vez volvieron a dejarlo en paz. 

Las pláticas con ese doctor preguntón fueron disminuyendo, estaban seguros de que aún los vigilaba pero ya no podían saberlo. No cuando los separaron y cada uno se quedó la noche en una celda aparte. 

DogDay es preceptivo pero no podía ver o escuchar todo, solo podía saber que alguien lo observaba todo el tiempo y escuchar el micrófono en una esquina superior de la celda dar esos saltos eléctricos cada vez que un sonido se producía en su celda. 

Mirando al techo con las manos sobre su estómago, preguntándose si el dolor de cabeza era dependiente de la luz o a este punto, era hora de pedir comida. 

No tenía hambre ni necesitaba comer, solamente debía mirar al techo y pensar hasta quedarse dormido. Aunque desde hace algunas semanas se hace difícil conciliar el sueño. 

Puede ver al vigilante al otro lado de la ventana de la celda, observandolo y anotando cosas de vez en cuando. 

Ese doctor preguntón les dijo que podría sacarlos, juraba que los sacaría. 

Podía creerle pero recordaría a su madre advirtiendole de extraños demasiado amables. 

No debe ir cuando le ofrezcan dulces. 

Ya probó una vez la traición por perte de una persona de apariencia noble. 

Seguramente su libertad era ese dulce a ofrecer para un desconocido. 

La libertad de todos sus amigos y de los niños en la Guardería. 

No se sentía como un héroe a este punto de la historia ni una víctima, solo queria seguir adelante pero necesitaba saber que no estaba solo ni sería un error. Necesitaba hablar con sus amigos y saber lo que ellos deseaban. 

Quisiera poder hablar con Huggy Wuggy o al menos con Boxy, saber porqué asesinar a otros proyectos era lo correcto y como es que sus acciones son condenables pero las de Huggy no. 

-Es hora, DogDay. – 

Levanta el cuerpo agarrando la pared a su espalda, siempre fingiendo tener un equilibrio pobre, solo para evitar que su tamaño sea una amenaza. 

Los trabajadores le guían por el pasillo, encontrando a Hoppy al igual que Kickin de camino a la misma dirección. 

-Hoy será un día normal, no se preocupen por las visitas y actúen natural. – 

-Gracias, amigo. – dicen el coro juntos al ser enviados a sus lugares asignados. 

-Tenemos que hablar sobre el loquero. – murmura Kickin en ese tono tan bajo como para ser solo un suspiro de brisa encerrada.-Hay muchas cosas pasando.-

Hoppy mira al líder de reojo. 

-DogDay. – le insta sabiendo que tomarán caminos separados. 

Ese perro se abstuvo de responder simplemente dirigiéndose a su lugar de siempre en la torre, dejando a Kickin y Hoppy solos. 

-Esta raro el tonto. – apunta Kickin cruzando los brazos.-No quiere hablar. - 

Hoppy le hizo separar los brazos de inmediato, solo para mantener el acto desenfadado de siempre. 

-No llames la atención… - lo hace lavar las manos a sus costados sujetando las muñecas del ave. -El perro debe estar cansado, y ese niño sigue sin aparecer, es mejor que no le digamos nada. – 

Kickin entrecierra los ojos. 

-¿Tu crees que lo quiera más que a nosotros?- lo dice como una duda interna, sin ver como las orejas de Hoppy se vuelven a un grado menor. – Es como lo que siento por ti y no como amigos. – mira a la coneja levantar las orejas mucho más de lo normal. 

Los ojos de los dos son de plata, son grnades y brillantes como simples cristales, solo coloreados por el reflejo de la superficie frente al otro. Es en ese reflejo que pueden verse. 

El amarillo y el verde, un sentimiento más allá de una imagen desfigurada de alguien a quién amaron y aún aman de formas extrañas, caliente y vertiginosa. Es bochornoso y aún adictivo. 

Porqué ahora mismo, para ir en contra de todo lo que debería ser en esta pesadilla de carne y plástico, Hoppy era una chica muy hermosa que puede hacer que su plumaje se vuelva ligero y su cuerpo cresca bañado en nervios. 

-Tu no crees que soy tu amiga. – dice la coneja en un murmullo dolido. 

Kickin gira sus manos, cuyas muñecas seguían atrapadas por Hoppy, tomando también una porción mayor a la esperada por la coneja, recordando que no era tan grande a comparación del ave, es tan íntima que el pelaje menta se vuelve tan fino al erizarse. 

-Eres mas qué mi amiga… no se que eres pero mi vida se acabaría si te vas. – no es confesión. Es solo compartir algo tan natural como llamar al piso suelo o a el agua H2o. Sencillo, fácil y totalmente verdadero.-Eres mi novia. - 

La coneja baja la cabeza exhalando una espesa nube de vaho caliente, un aroma igual al té golpeó el rostro del ave. 

Era la primera vez qie se enteraba de tal informacion. 

-Cuidate, Kickin. – le pide al soltarlo huyendo sin darle alguna respuesta. 

Kickin la observa ir a su lugar en la entrada saludando como siempre a las visitas. 

La envidia le llena al ver cómo los visitantes toman un segundo para saludarla. 

Quisiera que Hoppy dejará de escapar de él. 

 

 

 

 

-Puedo sacarlos, solo necesitó que me escuchen. – 

DogDay dejo de saludar a la visita que lo reconoció a unos metros. Girando levemente la cabeza a la banca más cercana, viendo al doctor preguntón en esta, simulando ser una visita más. 

Las orejas del perro caen más de lo normal con verle. 

-No puedo hablar con empleados fuera de su zona de operaciones, por su comprensión, gracias. – dicta con la voz infantil, encaminado a una zona aparte. 

-Niño, escúchame.- lo intenta seguir pero hay un problema. 

Un pequeño problema. 

-¡Oye!- 

DogDay no sabe cuando pero sus rodillas se doblaron en cuanto escuchó al niño que llegó de frente. 

-¿Estás bien, Theodore?- pregunta acariciando su rostro.-Tu cara, tu… Estás herido. - 

El niño estaba lleno de rasguños y moretones qué dijeron que su “Si, estoy bien” no sonará en lo más mínimo real. 

-Quiero hablar contigo, ¿Puedes escaparte?- le pidió al perro mirando a los alrededores. 

-No. – termina el perro.-El trabajo me persigue. - 

El niño pareció muy contrariado por su respuesta pero le bastó seguir la señal del perro para notar al psicólogo. Tomando una decisión mucho menos esperada para este profesional. Correr. 

La mirada del adulto se fija en el niño y vuelve al perro, o donde estaba el perro. Sus habilidades perceptivas no estaban ni cerca de ser alcanzadas por las de su cuerpo, sin poder saber a donde corrió una criatura tan grande. 

Toma las esquinas de su libreta con fuerza, moviéndose con la gente para buscar a la siguiente criatura sonriente. 

 

 

 

El perro escapó a la zona de oficinas, saludando a cualquiera con un movimiento de manos. 

Necesitaba hablar con Bubba o Crafty, sus propias ideas podrían lastimar a todos en cuestión de segundos si no hablaba con alguien sobre las intenciones del psicólogo. 

En oficinas no encontraría a nadie pero tampoco ese hombre lo seguiría. 

-¿Qué haces aqui?-

-Bobby. – 

Era sorprendente verla fuera de Dulce Hogar y más siendo que ella se escondía en los pasillos par evitar a todos los que pudiera. 

Los dos se miran pensativo y queda claro que algo ocultaban

Dog rompe el silencio primero. .

-El hombre de la bodega… el dice que-

Bobby asiente y se aferro a syu brazo. 

-Lo se, lleva todo el día hablándonos. – mira a las oficinas. – Me da miedo que sea una trampa. – 

La idea desconfiada de Bobby le parecía tener mucho sentido y la necesitaba, alguien que le recordará los peligros. 

-Eso pensaba… pero quería creerle. – al fin compartió sus pensamientos, llevados en su interior desde que ese hombre le dijo la sandez de ser máquinas. 

La osa le voltea a ver completamente asustada. 

-¿Con su ayuda? ¿Confías en él?- cuestiona fuera de todo lo esperado por su líder, siendo desconfianza y no una gran esperanza la que vio en esa mirada brillante. 

Otra razón para dudar. 

-Dog… bien podría ser una trampa de los adultos , podrían estar probandonos , nuestra lealtad.-

-Lo esperaba.-

-¿Qué nos harán si nos descubren? –

DogDay movió la cabeza señalando lo poco que podía prever el mismo.

-No creo que solo entre nosotros siete podamos escapar , ni ayudar a nadie.- su cola le delata moviéndose.-Solo quiero sacarnos de aquí , Bobby.- 

-Ya intentaron que nos hiciéramos daño entre todos , ¿Te das cuenta de lo que podría pasar?-

-Si , algo así.- vuelve a mirar las oficinas.-Se que si pudieran estas personas nos harían pedazos y los unirian o escupirán.- sus manos se cierran en puños.-Debemos dejar de estar a su merced , no puedo seguir obedeciendo más tiempo, Bobby.- su voz se vuelve distorsionada.-Los odio demasiado , Bobby.-

La osa junta las manos antes de atreverse a darle un abrazo.

-Yo quiero ir a casa , y si crees que ese es el camino ,lo haré. Confiare en ti.-

El perro no era ni cercano a esa posibilidad , que de todos fuera Bobby quien le apoyará en confiar en un humano. Había venido a escuchar que lo negara y le diera razones válidas para seguir solos en este camino. 

-¡¡Chicos , chicos , hola!!- 

Giran poniéndose de frente a la visita al momento de ser iluminados por el flash de una cámara .

-¿Salí bonita?- pregunta Bobby por compromiso con esa voz tierna he infantil.

- ¡Claro!¡Bobby , eres mi favorita!- 

DogDay abandonó la zona encaminándose al lugar de Crafty.

La encuentra y puede dar por hecho que odia su situación , rodeada de hombres de negocio que parecen exhalar efectivo entre sus elegantes carcajadas. 

No podía acercarse a ella por ahora…qué más da.

-Hola , niños.- saluda a los pequeños más cercanos al unicornio.

El grupo de negocios le da una mirada curiosa al ser llamados “Pequeños” .

-Temo decirles que ese perro de caricatura se a robado la atención de mi querida Margaret.-

-Ya sabes como son las mujeres , todo lo que paresca material de marido les gusta.-

Una ola de nuevas risas pretenciosas siguieron y se fueron con el grupo que va directo a la zona de coleccionables.

-Me vieron cara de palmera.- murmura Crafty con la cabeza baja.-Llevo una hora oyendo bromas de barcos y vendiendo armas en guetos …¿Qué es un gueto?- pregunta al perro.

-No se , tal vez lo sepamos despues.- no se esfuerza en fingir que lo sabe , no habia oído esa palabra antes. 

-Y que a sus esposas les gustas , a todas , vinieron aquí para tomarse fotos contigo.-

Para el perro esa clase de bromas ya era de costumbre diaria. No se interesaba en esa caricatura por más de una razón pero sabía que las niña deseaban casarse con ese perro …pero sinceramente Bubba en esa serie tenía mucha mas personalidad qué ese perro insipido.

-Crafty.- termina el tema anterior de golpe.-Voy a hablar con el doctor preguntón , ¿Qué piensas?-

El unicornio aspira una gran bocanada.

-Has lo que te plazca ..solamente abstente de detenernos la siguiente vez que decida matar a esta gente.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 S-M-I-L-E everyday!

 When you are down and out,

No need to frown and pout!

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

Un día de tormenta para los habitantes de la alegría era un poquito caótico. 

Siendo el perro amistoso quien ha subido a las escaleras para cubrir las ventanas de sus amigos para proteger de las ramas caídas las casa tan estrafalarias de sus amigos. 

-¡¡Bubba, Bubba, por favor trae las mantas!!- lo pide bajo las fuertes ventisca y su gabardina amarilla se sacude como si de un tiroteo se tratara la tormenta. 

La cabeza del elefante se asoma por la puerta de la casa temblando tanto que apenas era posible verlo de lo borroso que fue dibujado. 

-Si… - logra articular y estira la pata con la sabana. 

Es cuando la cámara se aleja y nos muestra que entre la pata estirada y DogDay en el techo hay una gran distancia. 

El perro sonríe y comienza a bajar las escaleras, agarrándose pues el viento casi lo lleva. Llega hasta su amigo y toma la sabana. 

-Gracias, Bubba. – lo dice dando un par de golpecitos a la cabeza del elefante. 

Este cierra la puerta de un portazo y lo deja solo en la tormenta. 

El líder gira para ver la ventisca y el cielo gris. Una vaca y una nave alienígena pasan frente a la casa arrastrados por el aire. 

El perrito guarda la cola entre las patas y sus ojos se abren de miedo pero sigue su camino a las escaleras. Sube y termina de lavar las lonas en el alfeizar tan rápido que sacó fuego al volver a bajar y llevar su escalera bajo el brazo. Vuelve a casa y deja el impermeable en el perchero con un suspiro. 

-Ahora solo falta mi casa. – sonríe y va a su armario a buscar las lonas. 

El teléfono suena de fondo haciendo que sus pasos se desvíen a levantarlo, sin ver el correo que la ventisca tiró al suelo de su casa. 

-Hola Kickin.- saluda al mirar el pollito en la pantalla del identificador. Su sonrisa va perdiéndose y su cola se cae. – Yo las reparo, no te preocupes. – sonríe una vez termina la llamada. 

Vuelve a por su gabardina y sale con sus herramientas en una maleta. 

Las goteras en casa de Kickin son tan graves que por la ventana lo ve pelear con un tiburón con uniforme cubano. Ni se metió, subió en las escaleras y con su mirada ubicó los agujeros de balas y flechas qué sobresalian del gallinero de Kickin. 

Terminó pero el cielo estaba más oscuro y agitado. 

Al mirar arriba la nave ya había sido desolada por la ventisca y los alienígenas la mantenían a flote pedaleando y la vaca los ayudaba sudando en su propio asiento de bicicleta. 

El perrito recoge sus cosas y huye despidiéndose del pollito , corriendo tan rápido que en un segundo ya estaba dentro de su hogar casi logrando quitarse el impermeable. 

El teléfono sonó y ni lo pensó al ver el unicornio en el identificador. Piso el correo pero solo lo hizo caer sobre las lonas. 

Ya estaba afuera de la casa de Crafty levantando el árbol que se cayó en sus brazos, mirando con las orejas bajas el cielo casi de noche y un ave le muestra lo cerca que estaba la aguja de la noche. 

Corre a casa y bajo la presión buscó las lonas para su propia casa. 

El teléfono suena y por un corte ya estaba fuera de casa de Hoppy, desalojando a una mafia de mapaches con un palo. 

 

Mordido, arañado y sucio llegó a su casa. Quitándose el impermeable y colgándolo en el perchero suspira solo pensando en un sándwich de queso y verduras. 

Sus pasos son exageradamente detenidos por un objeto en su camino que lo hace caer de cara contra el suelo. 

Casi como perro callejero se giró a cuatro para gruñir y ladrar de mal humor.

 Encontrando las lonas a medio camino. De inmediato su pelaje estalló y el sol en su cuello explotó como un foco. 

-¡Debo cubrir las ventanas!- gritó levantándose y corriendo a la percha con las lonas en brazos. 

En el justo momento que logra tocar la puerta, la noche fuera de su casa se adueño del mundo a la vez que una tormenta comenzó a llevarse ramas, hojas y agua como una guerra. 

DogDay suspira colocándose las lonas sobre la cabeza. Caminando con paso derrotado a su armario para, meterse y sentarse bajo los abrigos de peluche parecido a las cebras. Sus ojos tristes miran a sus patas sucias y su cola se enrolla en su pierna tan triste que deja caer algunas lágrimas. 

En ello el correo se cae del enrollo de lonas y su atención cae en los sellos. 

Toma la caja y lo abre rompiendo el sello. 

Las cartas caen de este con el mismo polvo de estrellas y lunas, haciendo que su mirada se ilumine. 

Las galletas, las cuales se quebraron al pisarla, parecían haber sido lunas antes de ser restos de colores. Tomando un pedazo para leer la primera carta curioso. 

“Estos días las lluvias golpean y se que ayudaste a todos, tu eres así. Tú eres bueno, eres el sol de mis días y eso me hace ser mucho más valiente, para ser como tú eres. Estas destinado a estar solo,tanto como yo pero no puedo dejar de pensar en cuando el cielo lo compartamos y me des de tu calor.”  

Esa línea lo hace sonrojar y levantarse del suelo para salir a conseguir ese sandwich. 

Tomó el pan de la alacena, el queso y las verduras en una caja. Mirando por la ventana a las casa de sus amigos. 

Sabía que los ayudó y lo demuestra al mostrar el pulgar arriba al televidente, sin arrepentimientos ni rencores. Girando de nuevo a ver a su jardín, a las flores que el viento sacude y no se las puede llevar el aire. 

-Las amapolas si son valientes. – suspira el perrito tras sonreír. – Quizás por eso resisten las tormentas, pero nosotros debemos escuchar las advertencias y resguardar nos cuando el tornado venga. – les advierte a todos tras la pantalla. – Después de todo no hay nadie que no sienta miedo una vez y no por eso estamos solos. Asi que prepara todas tus cosas más queridas para las inundaciones y ayuda a quien puedas para pasar estas tormentas sin arrepentimientos. - 

Los créditos se quedan en mostrar al perrito cenando en su armario con las cartas, el pequeño televisor y las lonas como un cómodo sofá. Ya sin miedo se despide de los televidente con un movimiento de manos y una de esas grandes sonrisas suyas. 

Y los marcianos chocaron sobre la casa de Picky. 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter 24

Notes:

Parece relleno pero es importante. Es muy importante.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

Un diverso camino de flores puede cambiar el día de todo el que lo recorre.

Siendo hoy para Picky un sendero de flores comestibles.

-¿Sabías que el brócoli es un ramo de flores? – les comparte ese dato que le contó hace tiempo Bubba. 

La cocinera humana detuvo su cuchillo, tirando su mandil a un lado y se retira visiblemente frustrada.

-No me gusta cuando esta cosa me habla, ¿A quien tengo que pedirle que la silencien?-

Picky la observa irse sin mirarla de nuevo. Sus cejas bajaron manteniendo el cuchillo especial en su pezuña un poco fuera de la mesa. De su propia cuenta deben dar por hecho que en el mundo y cuando se rebelen y todas estas personas debieran pagar por su dolor, este cuchillo sería el primer objeto que usaría contra un ser humano. 

Los abriría como pescado y les juraba que devoraria sus entrañas aún con vida. 

-Anciana repugnante.- suspira volviendo a cortar las verduras.-No es mi culpa si no terminan el kinder. Groseras. - murmura molesta y herida. Estaba cansada de no tener nadie con quien conversar durante su jornada. Fue deprimente que decidieran meterla en la cocina y no dejarla salir más que para descansar. Aunque tenía sus ventajas y se encargó de las órdenes que solo ella conoce del perro o la estúpida coneja. 

Algo que no le mencionara a nadie y era solo porque sabía cuánto les importaba sentirse relevantes todos esos idiotas desesperados por creer que sus vidas continuaban por una razón. 

DogDay les avisó de que seguirán el plan de ese doctor hablador era una razón para preferir esta posición en La Guardería y mantenerse apartada.

No queria hacerlo ,odiaba a todos los trabajadores asi que esto solo era humillante para su pesar diario.

La mayoría dijo que seguiría el plan de ese humano y el perro , pero otra cosa que le molestaba…era que el líder los excluyo. 

Lo veían de lejos hablando con ese doctor tarado ,ahora mismo podía verlo por la ventana de la cocina. Hablando con el medico y esos largos brazos en su espalda …una espalda alta , derecha y fuerte como roble a la que ni el pelaje le puede hacer disimular los músculos de esta. 

Su boca saliva dentro del metal solo con imaginar su boca enterrándose en esos hombros…algo raro para ella , no sabia porque deseaba tanto comerse a sus amigos ni porque se sentía tan avergonzada cuando estos le miraban. Como ahora que esos ojos de plata le miran de lejos y saluda con un movimiento de cabeza tan maduro como cualquier adulto en las pinturas de romances antiguos. Debe bajar la cabeza y dejar salir el caliente vaho de su boca.

-Dios , ayúdame…- pide aferrándose a la mesa. Una ola de culpa arremete con sus muchos rencores, odiando a más poder a cada una de las vidas que la arrinconan. Deseaba tanto comerlos a todos. Incluso a Bobby la deseaba tanto en su boca como a la repugnante coneja. Ese malestar arde y duele, ahogándose en la urgencia y la soledad. 

 

Las verduras ruedan al suelo y chocan con sus pezuñas inferiores tras caer.

Debe buscarlas pero su humor le haría dejarlo para las humanas que deberían volver pronto de ofod modos debían hacer su parte de una vez y no dar por hecho que ella las cubriría.

Creyo escucharlas entrar, volviendo a concentrarse en disociar mientras corta la verdura. 

-Tu eres PickyPiggy.-

Dejó el cuchillo, girándose ya con una mala premonición. Es certera, encuentra a un humano masculino de 30 a 20 años de cuclillas sosteniendo las verduras en sus manos. Esa piel le recuerda algo bueno, no era normal ue hubieran personas de su color entre los visitantes. 

No cuando la mayoría parece ser parte del mismo club elitista del exterior. 

Aun sigue su propio capricho y su deseo de conservar el territorio para sí. 

-La cocina está prohibida para las visitas.- avisa al intruso, usa esa voz infantil de siempre.

El recuerdo del rasguño a su rabo aún le hace sentirse adolorida. 

Este humano levantó las manos sonriéndole de lado. Era ese tipo de sonrisa coqueta qué le recordaba… A alguien que no se veía más así. 

-Soy un trabajador , solo estoy de civil.- le cuenta ese detalle con una sonrisa. 

Picky no tenía interés siquiera en fingir que compartiría más de tres palabras con este hombre. 

-Tenemos prohibido hablar con un trabajador fuera de su zona , por su atención , gracias.- le dicta algo olvidada de esa regla con la voz infantil.-Ahora, retirese o llamaré a seguridad. - avisa a punto de tocar la alarma sobre la alacena. 

Ese botón solo se activará dentro de Dulce Hogar pero traería a Kickin sin demora. 

El joven se levantó y bajó las manos revisando sus bolsillos.

-Mira , mira esto por favor.- le pide mostrando una hoja vieja y arrugada.-Solo míralo y me voy. - 

Picky por pura curiosidad fijo su mirada en la imagen en blanco y negro. Es automático que sus ojos de plata se iluminen y debe girarse para colocarse el cuchillo en su temblorosa pezuña.

El pánico la llene y en ello también van sus recuerdos sobre este desconocido muy conocido. 

El joven observa esa cola enrollarse incluso más que antes , temblar esas orejas y esa espalda tensa.

-Tu conoces a mi hermano.- dictamina una vez lo entiende. 

Picky apretó la alarma sin pensarlo, mirando el reflejo de ese humano en su cuchillo. 

La verdad le supo a porquería. 

-Claro que no.- negó azotando las pezuñas y el cuchillo que parte incluso la tabla de picar.-Todo personal debe avisar a las oficinas de algún lazo dentro de la fábrica con anterioridad.- exclama y mira a la ventana con la sangre corriéndole bajo la piel tan fuerte como un torrente.-¡Kickin!- grito más nerviosa conforme pasaban los segundos sin ver al perro fuera de la ventana ni a esa ave responder a la alarma que sonaba suavemente por las esquinas de la casa.

El joven sin miedo la atrapó por el brazo , eso la hace retroceder sin darle la espalda.Era un humano insignificante y ella un monstruo, debería ser el miedo de otro el que suba por los poros.

 Observando su propio reflejo en el cuchillo. 

Este humano comienza a hablar, condenando sus oídos. Lo mira desde arriba y aun así el sentimiento que este humano le trae es completamente opresivo. 

Recuerdos de murmullos y confesiones la golpean con el recuerdo de ese niño confesando sus pesadillas. 

Este joven continúa hablando aunque ella no esté de humor para escucharlo. Era mucho más emocional de lo que ese niño describió. 

-Por favor , niña , te lo ruego. Solo busco a mi hermano … no te …- ese nudo en su garganta casi lo hace rendirse a un vergonzoso sollozo. - Tu no te imaginas todo lo que hice para encontrarlo , todo …por favor , cariño , ayúdame.- le rogó moviendo las manos y escondiendo la imagen en su bolsillo.-Niña¡¡Khg!!-  

Solo un segundo bastó para ser atrapado por la espalda y su brazo estirado hacia arriba. 

-¿Qué le haces a mi hermana?- lo interroga esa voz tan agradable y sueve, aunque se sentia como una horca al cuello. 

En el suelo y bajo el control de este monstruo la cabeza del joven llego a su límite con un quejido. 

-Solo quiero a mi hermano , solo quiero saber a donde lo enviaron , por favor.- lo pide incluso si sus manos aplastadas sobre su cabeza se sienten al borde de una fractura por la fuerza de esta ave.-Ustedes deberían haberlo conocido, debieron ver con quien se ha ido. - 

El pájaro sonriente mira su rostro aligerando muy lentamente su mirada. 

-Dame la fotografía. – pidió soltandolo.-Después veremos qué hacer contigo. - advierte. 

Picky suspira en su lugar, observando al humano… deseaba tanto que Kickin lo comiera y comer con él. Aunque solo les queda buscar la solución más viable dentro de los caprichos del líder. 

Sacude la cabeza tratando de superar ese sentimiento extraño. Esperaba ver la reacción de Kickin y saber si sería un sentimiento igual… O distinto. 

Kickin mira atentamente a este humano sacar la hoja vieja, roída por el tiempo, de su bolsillo para desdoblarse y mostrárselo. 

Es inmediata su reacción. El humano comprueba que ambas criaturas lo conocen, lo recuerdan.

Las plumas del ave se sacuden por un momento, levantando la mirada hacia Picky.

Este humano comienza a soltar lo poco que sabe del paradero de su hermano. 

-Él entró con la generación del bloque 4, solo…- suspira observando a ambas criaturas entre dudas y preguntas perdidas. - Yo solo quiero que me digan como eran las personas que lo llevaron a casa. – les ruega observando la nula respuesta pero fuerte reacción del ave. 

Esa respuesta se queda entre las silenciosas criaturas, respirando a medias una respuesta para este humano… O… 

La risita de la cerdita los sacude como una señal para volver a la realidad. 

-Eres exactamente como él dijo… Siempre llegas tarde. - lo dice Picky sin ocultar su ironía y esa voz madura tan agradable como una chica de servicio telefónico. 

O quizás comprobar si lo que estaban experimentando era real o una alucinación cruel. 

Picky conoce al polo y su tendencia a esperar órdenes más que a tomar sus propias decisiones, un estorbo pero algo útil. La decisión quedaba en ella como el otro miembro útil más cercano a la escena. 

Ese silencio continuó para el humano por varios minutos u horas, lo que pudo ser siglos en los que espero la respuesta del ave. 

Después de pensarlo con detenimiento Picky tomó una decisión guiada por el patrón de los involucrados. 

Suspira dando la señal a Kickin. Haciendo que la decisión tenga forma con un firme:

-Sígueme. – le ordena poniéndose de pie. 

El joven mira por un segundo a Picky antes de seguir al ave a paso apresurado. 

Justo en ello entraron las otras cocineras esquivando al ave y a él. 

-No te retrases, humano. – lo llama el ave mucho más delante de él. 

Las trabajadoras no tomaron atención, cerrando la puerta a su salida. 

Picky en el interior continuó con su tarea. Con el rostro de ese niño en sus recuerdos hablando de este hermano Decepcionante con el anhelo por volver a verlo en sus ojos. 

 

 

 

 

Seguir al ave no era sencillo. 

-No soy tan rápido. – le recuerda o lo intenta pues el ave no lo espera y sigue subiendo. Por ahora no procesa como fue llamado ni lo que significaba ser diferenciado.-Ten algo de lástima, pollito. - 

La sala estaba tan viva como siempre gracias a los niños que jugaban o al televisor que reproducía el programa de los sonrientes. No se queda a ver nada, sube tras el ave, trastabilla en algunos escalones pero lo alcanza en la ultima planta, detenido en el pasillo. Girando apenas la cabeza para apuntarle a la pared. 

-Aquí esta tu hermano. – anuncia sin emociones, simplemente lo llevo a ver. 

El joven corta el caminó con pasos lentos y temblorosos, observando al ave y después a la fotografía. 

-Si, sé que él es mi hermano… - sus ojos al fin tienen un nuevo vistazo de ese niño. – Él era algo tonto antes de ue se lo llevaran. – suspira acariciando el marco. 

El ave le toca la cabeza por la nuca empujando su frente contra la fotografía , murmurando sobre su oído una instrucción directa. 

-Abre bien los ojos y mira a los otros, solo así lo encontrarás. – lo suelta llevando sus propios brazos tras la cabeza. – Le diré a todos de tu parentesco si te atreves a volver a molestar a Picky. – advierte con esa voz adulta y suave.-O a cualquiera de nosotros, humano. - 

Para el joven la amenaza es lo de menos pero su atención deja la fotografía de su hermano, curioso por el ave en cuestión. 

Este se va sin mirar atrás. Mostrando lo solitaria qué parecía su figura. 

Vuelve su atención a la fotografía, tentado a robarla, mira el marco ya polvoriento y a la calidad de la fotografía corroborando que era de hace unos años,… desperdicio mucho tiempo buscando en los registros del estado donde vivían. Después su tiempo se fue buscándolo entre hogares, haciendo de todo para convencer a los trabajadores de decirle a donde fue llevado su hermano. 

Pensaba en si podría convencerlo de perdonarle, y traerlo devuelta a su vida si lo encontraba afuera pero todo cambió de rumbo dentro de su cabeza cuando un marco ajeno llamó su atención. 

Era la fotografía de una niña rubia y pequeña, una gran sonrisa y rizos juguetones. Más otra niña de tez oscura tan alegre y con una nariz chata parecida a un botón de flor. 

Del otro lado un niño de aspecto rebelde, castaño y con una piel morena llena de pecas qué podría haber dejado apenas el campo. 

Brillando una fotografía gemela sobre el marco de su hermano donde un niño rubio con una niña de tez trigueña llaman la atención por sus ropas iguales. Junto a la fotografía de una niña de aspecto severo con un vestido de mezclilla y arcoíris de lana. 

El sentimiento agradable se vuelve hielo en la sangre. 

Espesa y fría como si estuviera ahogándose en aguas congeladas. 

-No. – susurra notando el parentesco con la fotografía de su hermano. 

Un marco de madera, como todos en la casa, pero con la gran diferencia de ser la boca estirada de un elefante risueño. 

Poco a poco la escena tomaba forma. 

Un perro que sostiene el marco del niño castaño. Presentado como DogDay. 

Las orejas de conejo qué daban el borde a la de la niña trigueña. Hoppy Hopscotch

El niño rubio con diseños de patas de gallo en las esquinas. KickinChicken

Y la niña rubia con las nariz de un cerdo al pie de la fotografía. PickyPiggy

Ese marco con un cuerno y arcoirisque reluce por la diamantina. CraftyCorn

El rostro de su hermano con los libros y el elefante. Bubba Bubbaphant. 

La pequeña niña de rostro angelical y corazones sobre su imagen. Bobby BearHug

Sus pies lo hacen retroceder observando a las fotografías que se vuelven cientos frente a sus ojos. Niños y niñas, todos en este muro casi tragándose la insulsa fotografía de su hermano en el nuevo mar de desapariciones. 

Porqué había hecho todo lo que podía y más para encontrarlo, y esto no podía ser eso en su destino.

Era como ver las cabezas de animales colgadas en la cabaña de un cazador. Un asesino orgulloso de sus trofeos. 

Orgulloso de colocar cuarenta imágenes de conejitos amarillos con niños sin nombre.

La caja musical, la oruga y cada criatura de la fábrica con ellos. 

Exhibiendo sus logros y juguetes. 

Su hermano era una de las exhibiciones. 

 

El pánico sube por su columna como una víbora qué lo trepa y susurra cuántos horrores vienen a por su pellejo. El inicio de ina pesadilla qué se desarrollaba en su cara y la ignoro todo este tiempo. 

Este lugar era un safari. Este lugar es un safari. 

-Hermano… - la verdad era cruel. 

 

-¡Hola visitante!– 

Su cuerpo helado se gira para mirar a la niñera. Es la famosa niñera Blaise, popular por su belleza y buena personalidad incluso si trabajaba con bebés. 

Lo pensó bastante pero no, no tenía energías para fingirse alegre. 

-Voy al baño. – murmura la primer excusa que se le ocurrió, haciéndola a un lado sin importarle ser grosero. 

La cuidadora se agarro de la pared ante el empujón, eso le trajo recuerdos de la fresca afrenta contra las visitas de hace unas semanas, más angustiada por el estado de cualquier habitación cercana corrió por el pasillo comprobando que los niños estuvieran bien. 

-¡KickinChicken! ¡¿Estas bien?!- pregunta al encontrarlo en las últimas habitaciones junto a una niñera y los bebés. 

-Qué poco te interesas por mi. – gruñe la niñera desde su silla, estaba alimentando con un biberon a un bebé, muy pequeño. – Si llegabas antes hubieras visto a DogDay, se acaba de ir. – le avisa apuntando con el mentón a la ventana. – Cada día más guapos, ¿Si sabes que estas hermoso, Kickin?-

El ave mueve la cabeza, asintiendo y muestra al bebé en sus brazos. 

-Este esta gordo. – canturrea con voz infantil. Ocultando cualquier temblor que lo sacudira por dentro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuera de Dulce Hogar las cosas para este joven no mejoran, dirigiéndose al teleférico para ir al lugar del elefante. 

Escuchando por un pequeño lapso una conversación infantil. 

-… Theo, no puedes irte otra vez, te perderás enserió. – 

-Solo estén listos, veré como sacarlos y cuando ocurra papa los conocerá por fin a todos. – 

-Tua papa - 

-No volveré a ocultar a mis amigos, todos lo conocerán y al fin podremos estar juntos, ya no volveré a arruinar nada. - 

Ignoro el eco de esos niños jugando en el suelo con pedazos de papel, llegando a la coneja que pone las manos al frente. Incluso ignoro al perro que lo saludo viniendo de la salida de la guardería. 

-Amigo, a la fila.- le detiene Hoppy con esa voz firme pero infantil. 

-No me harán esperar más. – murmura viendo al resto de los visitantes subir por orden. 

-No te puedes forzar en el camino de las personas. – 

Su reacción es mucho más alterada de lo esperado, siendo su cabeza la que gira y la mira a los ojos. 

-No puedo esperar más. – lo siente como si cortara su propia piel y carne. 

-Entonces ten paciencia y observa. – lo empuja con cuidado al final de la fila. – Todos es más lento cuando queremos correr, no por eso debemos pisar a los que no pueden seguir nuestro ritmo… Mucho menos soltar su mano cuando nos necesitan. – 

No le interesa lo que la coneja quiera decir o… eso pensó. Pues fue darse cuenta de que esta hablo con esa voz madura y no con su tonito de niña. 

Espera en la fila observando a la coneja darles el pase o deteniéndolo para permitir el avance de las personas. Necesitaba urgentemente subir, solo deseaba tirar a estos idiotas y subir , necesitaba ver a ese maldito elefante.

Su turno llego y no dudo en meterse al transporte, sin sentarse solo para ver a las criaturas afuera. 

Un miedo primitivo lo hizo ser consciente de cuántos lo miraban desde distintos puntos de la GUARDERÍA. 

La coneja, el ave, el perro y la osa, todos siguieron al teleférico sin un solo desvío. 

Él fue quien bajó la cabeza y giro para huir de esos ojos. 

Al bajar lo hizo sin cuidado, ni interesarse por las personas que tiro al suelo por error corriendo por las escaleras y hasta el tren, donde ese gran elefante saluda y se encarga de hacer a algunos ademanes para las fotografias. 

Ahí el golpe de la realidad vino como un verdadero puñetazo. 

Pensando en… ¿Cómo podría ser su hermano menor? 

Debería aceptar que estaba drogándose y no siendo un buen contrincante para la abstinencia. 

Porqué esa cosa no era su hermano. Es demasiado grande y fuerte, cuando ese niño era un completo cobarde escuálido y sin valor ni siquiera para correr cuando se lo ordenó el día que se lo llevaron los policías. Con la nariz tan metida en libros que no veía al mundo desmoronarse. 

-¡Oye, tu bastardo! ¡¿Te crees tan putas grande para empujar a mi mujer?!-

La cabeza del joven es impactada por un puñetazo dado por ese hombre furioso, al parecer a quién hizo caer fue a su pareja. 

-¡No te atrevas a tocarme , malnacido!- puede que sea su culpa pero admitirlo y dejarse golpear no eran para nada dos cosas que fueran juntas. Haciendo que sus emociones tomen forma al responder con el mismo tipo de golpe. 

El gran esposo, el que habia dejado a su pareja en el suelo para pelear, no duda en seguir en la afrenta, pateando al joven en el torso antes de saltar adelante aprovechando su tamaño para someterlo en el suelo a base de puñetazos directos al rostro. 

Este era un lugar infantil, familiar y controlado. 

En realidad nadie estaba preparado para reaccionar a la situación y el guardia no podía atravesar la muchedumbre qué se a plantado a observar entre morbo y horror esa escena. 

 

 

El elefante observa por encima de cualquier humano la pelea de ambos, a este punto solo era una paliza, rememorando su guía de respuestas a eventos inesperados. Siendo la respuesta el abstenerse a intervenir si dos visitantes pelearán. Imaginaba que era cuestión de proteger su naturaleza viva y evitar que llamaran la atención. A lo que DogDay no pareció entender el día qué lo atacó esa humana o era lo correcto para proteger a los niños… Como fuera, tal vez intervenir no le apetecía, no le interesaba ser golpeado ahora. 

Aún mira alrededor esperando la intervención de algún guardia. 

Viendo desde su lugar como la cabeza del joven colgó ante el golpe más certero en su boca dejando salir un hilo grueso de carmín. Esos ojos oscuros le miran directamente. 

-… Christian… - pronuncia con esos labios llenos de sangre.-Hermano.- 

 

El pelo del elefante estalló haciendo su sangre helar. 

De vuelta a ese hogar derrumbado con una anciana que le tiraba libros viejos como juguetes y golpeaba a su hermano con el bastón hasta llenar ese rostro de sangre. Las veces que ese mismo rostro herido le sonreía trayéndole algunos libros a su escondite bajo la cama, cuadernos y lápices robados después de desaparecer por días. 

Porqué ese humano antes le parecía el más alto del mundo, ahora es pequeño y frágil. 

Porqué era su hermano. 

Porqué estaba aquí en el infierno. 

-Basta. – ordena antes de darse cuenta con la voz adulta y no la infantil, sin ocultar cuanto le afectaba la escena. 

El hombre pareció apuntó de reclamarle pero Bubba fue rápido, ayudándolo a ponerse de pie y levantando al joven por la ropa a base de enjajarle un fuere golpe con la pata para colgarlo por su camisa. 

-La compañía lamenta su mala experiencia. – lo dicta a medias con esa misma voz adulta. 

Esta persona desearía responder pero el eco de esa voz gruesa y capaz de hacer vibrar las paredes internas de un cuerpo lo hacen retroceder con la boca bien apretada en una línea. 

-¡Bubba!- lo llama el guardia al fin logrando llegar, observa la situación envuelta en mutismo. – Señor, tenga por hecho que nuestra compañía se encargará de todo, por favor acompañenos a las oficinas para su denuncia, solo tardará una hora. – 

La cara del hombre se tuerce al escuchar que tardaría tanto algo tan sencillo en el exterior. 

Bubba se quedaría en otra situación para escuchar como se solucionaban estas clase de cosas pero el peso en su pata lo hace irse directamente a las oficinas del lugar. 

Hace tiempo, cuando aún era un humano, veía que la seguridad era una base de números pero ahora el tiempo se llevó lo que conocía y era una cerradura eléctrica qué se activaba al colocar una batería verde. Lo único bueno es que el guardia en su premura no la descoloco y pudo entrar sin problemas a la oficina, dejando al joven en el suelo al aventarlo sin cuidado contra el gran asiento de algodón que no lo soporto y dejó caer. 

El peso de la realidad cae sobre los hombros de Bubba. 

-Debes irte a casa. – ordenó una vez se cierran las puertas.- No eres bienvenido aquí. - 

El joven había estado fingiendose inconsciente, ahora se estira y limpia su boca con el dorso de la mano. 

-No. – murmura escupiendo a un lado un montón de saliva. – Tu… tu de verdad eres Chris. - sonríe mostrando los dientes rojos.-No es posible. - murmura.-Debemos estar locos. - 

Bubba lo observa fijamente, sin importar esa gran sonrisa, sus cejas se mueven sintiéndose tan… tan… tan enojado. 

Estaba furioso. 

-Este lugar no es para gente como tú, Niko. – mira a las puertas, sabe que vendrán pronto y hablar con… su hermano sería imposible. – Te van a matar, o te darán de comer a otro experimento … posiblemente yo te coma. – murmura las posibilidades sin límites. 

El rostro del joven parece llenarse de fuerza al escucharlo. Porque en el pasado ese niño solo bajaba la cabeza y lloraba , no le respondía ni se defendía. Ahora su hermano… cortado y destruido era diferente a sus recuerdos. Estaba tan horrorizado como feliz de volver a verlo porque era su hermano. Era su hermanito y no un recuerdo traído por una droga rancia en sus venas. 

Entonces solo deseaba saber de él, conocerlo y ayudarlo, deseaba traerlo a la superficie.

-¿Tú?-le apunta de arriba abajo. - ¿El pequeño marica me amenaza?- su miedo y su alegría vienen de la mano con tanto desespero como rabia. 

El elefante relaja las cejas, observando el rostro de… el humano que fue su hermano. Aunque ya no tenía fuerzas para escuchar los insultos y tomarlos con tranquilidad, ya no soportaba bien lo que los humanos decían. 

-Soy mucho mejor que tú… porque ahora sé que el cobarde siempre fuiste tú, hermano. – 

Un amargo sentimiento llena ese rostro, era verdad, era una dolorosa verdad pero también una mentira. No estaba en el mejor momento y sus excusas pasadas vuelven a la superficie más allá de su control. 

-Tu no sabias nada de lo que yo vivía– 

El elefante creció de golpe llenando gran parte de la habitación con u cuerpo y la rabia del pasado que escapa de su boca como la lava de un monte olvidado. 

-¿Qué amigos de la abuela nos tocaban? ¿Qué te golpeaban tanto como a mi? ¿O que nadie en esa casa te amaba?- reclama esos rencores y el terror que tuvo que atravesar.-¡¿Crees que solo tú sufrías?!- su voz tiembla entre las dos líneas.-¡¿Que tan estúpido creias qué era?!- 

La cara del mayor comienza a palidecer, lentamente perdiéndose en la vergüenza, observando al gigantesco monstruo agacharse apenas a su nivel por lo grande y fuerte que era su cuerpo. No había forma de refutar sus reclamos, aquellos que pensó listo para escuchar. 

-No es que no tuvieras la fuerza para llevarme contigo… Es que tu lo viste conveniente… ¡Dejaste que se divirtieran conmigo porque te convenía! ¡Si me tenían a mi no lo soportarías más, me dejaste como carnaza para los perros!- esto escapa al fin de su cuerpo. - ¡ERAS UN COBARDE QUÉ ME DEJO SOLO PARA TENER UN LUGAR DONDE COMER SIN PAGAR! ¡No eras mi hermano! -

La cara del joven va descomponiéndose, cayendo lentamente su fuerza a la nada. 

El elefante respira a fuerzas. Tragando lo que puede de nuevo a su interior. 

-Ahora sé que pudiste llevarme contigo, pero es tarde. Debes largarte de aquí antes de que te descubran. – lo amenaza y apunta a la puerta.-Ya estoy muerto y tú me seguirás de quedarte en este lugar. – lo advierte en un hilo tras intentar tranquilizarse. 

Este joven niega al tomar fuerzas ante la inverosímil idea de volver a abandonarlo. 

-… Chris… - intenta ponerse de pie y tocarlo.-Lo siento mucho, Chris, yo… Perdoname. - esos días de hablar bajo la cama, platicar de los destrozos de su hermano o de como era la madre que no conoció vuelven de golpe, viendo en esa mano al niño que lo quería alcanzar y no le sostuvo cuando la policía llegó a llevarlos a este horrible lugar. Intenta alcanzarlo como no lo hizo en el pasado. 

Levantándose a la vez que Bubba lo esquiva con un rugido ronco. 

-¡¡Solo vete antes de que lo sepan!!- su voz es firme pero su cuerpo huye del lugar dejando la oficina. 

-¡Chris!- grita viendo la puerta cerrarse otra vez.- ¡Christian, escúchame por favor!- lo ruega con un sollozo ahogado.  

Aunque se levantó y quiso correr tras su hermano esta vez no fue posible por el simple hecho de verse detenido por la entrada de un grupo de guardias. 

El elefante se retira sin parecer el mismo ser vivo agitado por el dolor de hace unos segundos. 

Los guardias lo tratan con una sonrisa al darle paso fuera de la habitación. 

-¿Estás ebrio mi amigo? ¿QUIÉN carajo es Christian?

 El joven vuelve al suelo tragando la sangre que aun escapa de su boca y no puede parar en ella. Llorando entre sus manos mientras los guardias y el director le miran algo cansinos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Varias horas después las criaturas sonrientes miraban al elefante llegar por el pasillo bajo la guía de un guardia. La expectativa los mantenía en silencio esperando que esta vez les permitieran compartir un espacio unido. 

Algo que para la alegría del grupo se permitió. 

Cada uno tomo su lugar usual, excepto el elefante que esquivo el contacto con ellos por gran parte de la noche. 

Reduciéndose a un grupo de juego entre Bobby, Hoppy y, por primera vez en meses, DogDay. 

Nada fuera del otro mundo, solamente saltaban en un pie chocando los tobillos al girar con aplausos de cada uno como ritmo.

Tras la quinta caída del perro quedo claro que ese juego era más rudo de lo que parecía. 

Kickin observa a sus amigos jugar al centro de la habitación y después a Bubba qué también los observaba con un aspecto más curioso. 

-¿Porqué no te unes, Bubba?- lo llama Hoppy con un tono dulce. 

Algo raro se movió dentro del ave, algo muy raro que lo hace esponjarse. 

-Los lastimaría. – les responde sin moverse de su lugar. 

-Siempre a sido así.- apuntó Bobby. – Es normal que seas más fuerte que nosotros, eres el mayor. – 

Bubba apretó las patas una contra otra aun nervioso y muy confundido con lo que sentía por sus amigos. Talvez porque en algunos meses Bubba cumpliría 16 y su cabeza ya se sentía extraña. 

-Ven, se están aprovechando de mí. – le pidió el perro en el círculo donde parece que es el objetivo de todos. 

-No puedo creer que te atrevas a acusarnos de lo que claramente si hacemos. – regaño descaradamente Hoppy al golpearlo en la cabeza. 

Kickin en su lugar dejo salir algunas risas al verle como antes. 

Bubba lentamente abandonó el suelo para unirse al círculo. 

Los tres prepararon las manos para aplaudir posicionando los tobillos al frente y alto. 

Bubba los imito con más esfuerzo al no tener equilibrio tan bueno como la coneja o la osa, cosa que comparte con el perro pero era aun peor que eso. 

Entonces notó la intención de aplaudir de Bobby. 

Roba el movimiento chocando las plantas de las patas delanteras y dando el salto antes que ellos. 

En consecuencia los tres cayeron al suelo como pinos de bolo uno a uno. 

-¿Están bien?- pregunta al verlos en el suelo. 

-Por algo es que siguen vivos. - 

Es Picky colgada de nuevo de su brazo, logrando que su cabeza se llene de calor. 

La risa del perro subió del piso a sus oídos junto a las carcajadas de Hoppy y Bobby, rodando para ponerse de pie.

-Eso dolió, ahora yo los voy a tirar, chicos guapos. – les amenazó Bobby a los dos. 

-Debo ser el chico más guapo en este lugar. – exclama con alegría Hoppy sin importarle empujar a Bubba para quedar junto a Bobby. 

-Entre las chicas pierdes así que tiene sentido. - le apunta Picky. 

Hoppy se colocó a su lado bien dispuesta a tirarla. 

La rueda vuelve con todos y esta vez más grande al unirse silenciosamente Kickin. 

Crafty sería imposible de tirar por sus puntos de apoyo extra pero eso le hizo atreverse a empujar con la cabeza de vez en vez, para reírse a costas del grupo que se esfuerza por no caer al suelo entre risotadas. 

Aunque Picky les gano al usar de apoyo a Bubba. 

Esos minutos de risas y violencia hacen que el grupo enfrente las pocas migajas qué lees quedaban de sus infancias. Compartienola entre ellos, ccon la ayuda de una lámpara de luz fría y sus voces reales. 

 

 

Bubba entre el desorden de empujones y sonrisas por primera vez sinceras observa a sus amigos. 

Desde la narcisista belleza de Crafty a la tonta alegría de Kickin al lograr tirar a DogDay. 

La melancolía de Picky al mezclarse siu risa con insultos y sollozos, la fuerza de sus cuerpos y el dolor en sus patas al ser pateado. 

Ya no eran niños y puede que ni siquiera el siguiente paso sea como debiera pero no estaban solos. 

Las pezuñas de Picky en su hombro o su propio nerviosismo al tenerla cerca lo hacía sentir vivo. 

 

 

La nueva caída del líder llama su atención. 

Entonces su mirada se detuvo en ese perro… en el niño que conoció hace tanto tiempo. 

El recordar que esa risa la escucho la primera vez que se levantó para jugar en el patio de otro hogar sin padres. Un lugar donde Picky se unió solo porque le leía y descubrió muchas cosas que no creyó llegar a sentir. 

El orgullo de su propia capacidad y ser reconocido por ello.

Entre Picky y DogDay, Bubba encontró la persona que deseaba ser y sería desde que logró escapar de su propia cabeza. 

Recordando como este niño siempre lo miraba y preguntaba por su estado, quien confiaba en sus palabras sin burlarse nunca y más de una vez lo protegió de los miedos que lo hacían paralizarse. Incluso recuerda cuantas veces compartieron la cama, y no bajo esta sino encima y mirando al cielo sintético. No había ausencia de monstruos, solo cambio su vida porque alguien deseaba protegerlo y ser protegida por él, por primera vez. 

Alguien que siendo más pequeño le mostró que no pesaba demasiado para merecer su ayuda. Un niño que lo acompañó a tomar un baño, sin burlarse por el miedo que lo paralizaba al ser tocado y no lo dejó solo cuando lo exigía ni le tuvo miedo cuando se tornaba violento. Alguien que le ayudó a salir del pozo oscuro que usó para esconderse dentro de su propia cabeza. 

Una niña que lo hizo sentirse capaz y completo sin dejar de empujarlo y siempre amenazando con dejarlo atrás a la primera muestra de insensatez. Era una niña que lo obliga a ser mejor porque simplemente lo era. 

Y ella era tan bonita como amargada y rara como ls flores que dan frutos que parecen venenosos pero sólo es celosa. 

Es de esa forma que decidió que su hermano era este niño mandón y controlador, porqué simplemente sabía que siempre estaría primero para él y no lo abandonaría. Era su hermano aquel que en el peor momento aún lo cuidaría.

Su boca deja salir lo que siente por quién considera su familia. 

-Te amo. – 

La cerdita desvío su mirada mientras que el perro lo voltea a ver con la cabeza inclinada. 

-Yo también, hermano. – le dice con esa voz áspera que saben es la que aun es producida por la carne de cada uno. 

Ese sentimiento cálido pudo hacerlo llorar, si no estuvieran con el resto de sus hermanos. 

Picky simplemente le soba la espalda sin decirle más que :

-No me vas a manipular, tarado.- 

-¡Sin sentimentalismo, perdedores!- exclamó la unicornio lanzando con un cabezazo al perro a varios metros.-¡Chilla, perro!- 

Este perro ríe desde el suelo, corriendo para atraparla por el estómago desde abajo. 

El griterío puso en claro cuanto aun emocionaba a Crafty el ser elevada y perder el suelo bajo sus pezuñas. 

Ahora había una nueva duda para Bubba. 

Sabía que él tenía esa costumbre desde que lo conoció pero no la entendía. 

¿Porqué DogDay fingía ser débil siempre? 

 

 

 

Aprovechando la soltura qué mostró el líder este dia, se aprovechó para hacer esa pregunta. 

Espero que todos fueran a dormir para cuetionarlo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces entendió porqué DogDay los protegía de los adultos incluso antes de ser despedazados y sus mentiras son lo mejor para aferrarse cuando ya no quedan tablas en el naufragio. 

 

Notes:

Bubba y DogDay, mis favoritos como algo cercano. Picky también me encanta.
No imagino porque otra razón Bubba sería el primero a eliminar.

Chapter 25

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

Si algo emocionaba a Theodore ese algo comenzaba con L y terminaba en A. 

Liberar a papá. Es estúpido pero nadie puede juzgar qué sabe deletrear mejor que cualquier niño de cinco años. 

No hay mucho que presumir pero aun lo intentará para mantenerse cuerdo y no aceptar que es menos inteligente de lo que se creía hace unos años. Crecer no es bueno para el señor Grambel. 

Aunque el punto no era acribillar su dignidad sino celebrar sus objetivos por cumplir. 

Estaba a solo unos días, solo unos días para que el mapa sea completado y es feliz de saber que los cálculos eran correctos, solo por ver a un trabajador cargar uno de esos módulos de energía en una caja transparente. 

El diseño de llaves qué encuentra en los gráficos que ha estado revisando le mostraban las baterías qué están trayendo como la muestra de la entrada a la celda de papá. 

Claro que casi todo lo emocionante del mundo suele ser arruinado por la intervención de un adulto. 

La voz de un hombre le sobresalta y viene desde el interior de la sala metalica. 

-¡Niño, no puedes estar aquí!- 

Mira por una fracción de segundo al ingeniero que lo descubrió asomado por la puerta metálica por la que solo las criaturas y trabajadores deberían pasar. Huye antes de que lo alcancen o puedan reconocerlo en casa, saltando las vallas de los jardines para esconderse en el lugar más cercano a la salida de la guardería. 

-Oh… - el trabajador se queda aturdido en su lugar, mirando lo rápido que ese niño con harapos púrpura saltó la reja, traspasó el jardín y desapareció. - ¡¿Viste eso?! ¡ Ese niño es una bala, debería llevarlo a casa! ¡La liga infantil de mi condado ha estado muerta desde hace años!- ríe apuntando a la vez que su compañero le mira aburrido. 

-No tienes ni la cabeza ni la capacidad de dar hogar a nada que no se muera. - le recrimina antes de volver a sus actividades en la zona de máquinas, trapear. 

El trabajador en cuestión suspira. 

-Niko, debes relajarte, ¡Ya viste que no te despidieron! Eso es bueno hasta para ti. - le recuerda el trabajador sonriéndole.  

Ese joven gruñe sin esperarlo. Fue degradado a Conserjería y puede ver de lejos a su asistente dar órdenes a otro empleado. 

Todo lo difícil puede ser peor. 

 

 

 

 

 

En otro lado y tras la carrera. 

Una vez Theodore comprobó que no lo seguían detiene su carrera en un lugar seguro. 

Hace semanas que habia ido a ver a papá, siendo difícil quedarse quieto desde entonces, ni siquiera había podido hablar con el perro sin ser interrumpido por trabajadores u otros niños. 

Aunque debía hacerlo, debía hablar con él sobre la salida de papá. 

Los hermanos estaban confundidos y asustados, no lo entendían pero al menos guardaron el secreto. 

En eso pensaba, buscando al perro en el lugar. Si volvía a encontrar lo mismo de hace un tiemó definitivamente haría un escándalo. Había descubierto que no le gustaba sentir eso y no lo quería repetir. 

-Hola, niño. – 

Siempre que tiene un objetivo, aparece un hombre como este para complicarle todo lo que debería ser sencillo. 

Su mirada sube de la salida donde la coneja continúa siendo la atracción de entrada a el hombre que lo saluda fuera del jardín de PlayHouse. Este hombre no parecía de fiar, Theo no deseaba exponerse ni llamar la atención tomando la decisión, en consecuencia, de irse sin responder al saludo. 

Este tipo raro nota su desconfianza y lo llama. 

Theodore lo ignora continuando su camino decidido a dejarle de lado. 

-Te quería decir algo, es por parte de tu amigo de orejas largas. – lo dice con esa felicidad incordiante que solo un enfermo mental cargaba (según Theodore) limpiandose los lentes con el sobrante de su saco viejo.

Grambel, aferrado a su apellido, detuvo sus pasos para mirarlo confundido pero la desconfianza desarrollada por este ambiente cerrado le hace mantener la distancia con mucha más sospecha hacia un hombre que a mujeres. 

-Él me hablaría directamente si necesitará algo. - apunta la primera razón para no confiar en el desconocido.-No me hables, o les diré que me molestas a los trabajadores. - procede a seguir su rumbo, apretando en sus hombros lo último que queda de esa cobija roida.

El hombre abre la boca sorprendido por tal amenaza y venida de un niño. Más su curiosidad por este niño sigue adelante. 

Habia notado un patrón en el perro animatronicos, esa búsqueda disimulada por la cercanía con este niño más que con cualquier otro infante de la fábrica. 

-No tienes que desconfiar de mi, él y yo somos muy buenos amigos.- vuelve a intentar convencerlo. - Te aseguro que él no confía más en nadie como lo hace conmigo. – le sonríe mostrando un papel en sus dedos. – Él y yo nos iremos muy lejos y tu-

Vaya. 

Entendió y a la vez no lo hizo. Simplemente parte de lo que escucho se deslizo por sus oídos y no le llego tan profundo como “en nadie más que conmigo” Sintiendo una emoción tan fuerte de golpe, una tan afilada y certera como un cuchillo en su estómago. 

Porqué este viejo quería robarse a su perro. 

-¡¡El no te necesita, no te quiere y no eres nada, deja de mentir!!- grita algo fuera de si.-Nadie se lo llevara, no otra vez. – sus ojos se pierden un poco entre los recuerdos de la camilla donde se llevaron al niño y el presente donde otra vez planean robarlo. – No está vez, dios no me haría esto dos veces más. – sin quererlo quiso convencerse de que todo estaría bien antes que escuchar al tipo. 

El hombre se ve sorprendido por su arranque. 

-Niño. – 

-¡Deja de llamarme niño! – grita apuntándole.-Eres una amenaza, eso eres. - su atención vaga desesperado. 

Entonces ve como la figura de Hoppy se gira mirándole con esos ojos de plata fijos en él. 

Las emociones no pueden ser apaciguadas incluso si así lo quería, viéndose reducido a un manojo de nervios apunto de explotar o quizás solo es la esquirla de una bala del pasado la que sigue cortando su interior. 

-Yo soy mucho más importante para el, y si alguien se lo llevará seré yo. – termina su arranque huyendo a todo lo que daban sus piernas. 

No sabía porque se sentía tan avergonzado ni asustado de ser escuchado por cualquiera de los sonrientes. Era como verse descubierto en una travesura. 

El hombre aprieta el papel en sus manos. 

-No incordie a los niños de la guardería, señor. - 

La cabeza del hombre subió asustado por las sombras sobre él. 

Siendo la coneja, la osa y el ave los que han llegado al escuchar a un niño gritar. 

 

 

 

 

 

 

El día paso con normalidad una vez dejó atrás esa escena vergonzosa y volvió con los hermanos. Ambos estaban en una fase extraña en la que fingían qué Theodore era un niño normal y si lo volvían a buscar las niñeras, jurarían sobre la biblia que estaban jugando a las escondidas. Escondidas qué estaban apunto de prohibir por su desaparición de tres días. 

Siendo natural que volvieran a su cuarto una vez los niños recordarán qué estaban enojados con ellos y esquivar una paliza fuera más importante que saber si en el programa de tv, Batman y Robín lograrian salvarse de la cocha gigante a la que un villano los quería meter. 

Y sus dos pequeños amigos hablaban de lo rico que estaría comerse una ostra de ese tamaño cuando ese perro estaba de la nada en el pasillo de su habitación. Los hermanos aun sentían vergüenza por lo sucedido, por la forma en que los sonrientes dejaron de jugar con los niños y las heridas que Hoppy sufrió. 

Pasaron a un lado del perro tras recibir una señal del gigante, dejando con mortificados rostros a Theodore sólo con este. 

Se quedaron solos pero el perro no hablo de inmediato, espero unos segundos antes de empezar. 

-Theodore. – lo llama moviendo un brazo en dirección a la Play House.-Necesito que lleves a todos los niños de tu bloque. – le pidió esto sin acercarse, fijado al lente de la cámara.-Hoy antes de que las puertas se cierren pero que el bloque uno esté cerrado.- suspira dejando su cuerpo inclinarse. - Perdoname, por tardar tanto en buscarte. - 

Theodore presentía la razon por la que el perro no se movía, rompiendo el mismo la distancia al acercarse a abrazarlo y hundir el rostro en su pelaje naranja. 

-No te vayas con nadie, porfavor. – lo ruega, no es un pedido, simplemente se lo rogó sin ocultar el miedo en su voz. 

DogDay le mira bajando la cabeza y dejando caer sus orejas. 

-No sin ti. – prometió tocando los cabellos revueltos del niño.

 

 

Llevar a los niños fue muy… difícil. 

Aun lo odian pero solo necesitaba prometerles qué los sonrientes volverían a quererlos si iban con él. 

Presentía qué alguno planeaba utilizar la soledad de la Play House para golpearlos sin interferencia de las niñeras. 

Cosa que no es posible gracias a la presencia de Bobby al igual que Hoppy. 

-Niños. – anuncia la osa al ver al grupo muy sorprendido de que las palabras de Theo y los hermanos fueran verdad. 

-¡Hoppy ya no estés enojada, perdona si te lastime, lo siento mucho!-

Ese pobre diablo de Carl saltó al frente con ese rostro arañado por los niños que lo alcanzaron pues compartían habitación. 

La coneja dobla las rodillas tomando su rostro con solo un par de dedos y garras expuestas. Dicha caricia fue tan suave y sincera que calentó el corazón incluso de los niños que le ocasionaron esa lesiones a Carl. 

-Te perdonaré si haces algo por mi. – lo promete chocando su nariz con la de Carl. 

Ese gesto terminó por adormecer al menor.

-¡¿De verdad?!- exclaman varios de los niños. 

Theodore no lo terminaba de entender pero podía ver cuanto los niños deseaban volver a estar cerca de la coneja y los sonrientes. 

Talvez porque entre juegos y risas eran lo más cercano a verdaderos padres para cada uno. 

¿Sería eso? Se pregunta mirando a los hermanos tan sensibles como el resto de los niños. 

Talvez no lo veía porque el recordaba a los niños que fueron y lo cerca que estaban sus edades pero para estos otros niños, cada sonriente era algo diferente a una niñera que los cuida y después ignora. Diferente a una visita que promete volver y nunca lo hace o cuando lo cumple se lleva a alguien más a casa. 

Eran grandes y piadosos, los escuchaban y era inevitable sentir que los amaban y amarlos. 

Incluso ahora puede ver lo mucho que ese niño necesitaba que la coneja le acariciara para dejar de llorar. 

Era como si Hoppy fuera su mamá. 

Porque eso eran cada uno de los sonrientes. Eran las figuras paterna de más de un niño dentro de esta jaula. 

La voz dulce de Bobby continuó explicando la situación. 

-Iremos a un campamento fuera de aquí, pero será solo nuestro secreto. – les hace un gesto para cubrir sus bocas. 

Theodore sintió como su cuerpo perdía fuerzas con solo escuchar a Bobby anunciar su cometido. 

-¿Salir?- preguntan dudosos. 

La coneja asiente levantando los brazos. 

-Si, todos los presentes nos iremos juntos en tres días. – 

Los niños claro que sintieron miedo, dudaron y buscaron respuestas en sus compañeros. 

-Así que guarden el secreto o nunca más nos volverán a ver, niños. – 

Theodore no estaba ni cerca de caer en esa artimañas, recordando al perro mucho más de lo que se intereso en los planes de la coneja y osa. 

-¿Cómo pueden decir eso? ¿Él sabe de esto?- pregunta y cuestiona dando un paso al frente. De por si el que faltara el perro ya lo hacía desconfiar de las dos criaturas, aunque fuera DogDay quien lo enviará, no podía terminar de confiar en esta interferencia. No sabiendo lo que sucedió la última vez que hizo algo a espaldas de su amigo. 

La osa se mueve a su dirección paciente y suave, acuclillandose para llegar a su encuentro.

Tener el rostro rojo y brillante de la osa de frente con esos ojos de plata que arden como pedazos de cristal… Le hace sentirse amenazado. Bobby era gigante, tanto o más que DogDay. 

-DogDay sabe y nos ayudará con el campamento. – Bobby estiró la gran garra para tocarlo justo sobre su cabeza. -Es por ti que decidimos invitar al bloque 2, solo por ti. – lo apunta con una de sus garras. - Solo por Theodore. - 

Theodore entrecierra los ojos viendo a la criatura por encima suyo, intentando ocultar el miedo que ella le daba. 

Hoppy a espaldas de Bobby termina con las instrucciones para los niños. 

-Estoy segura de que dos días serán suficientes para que ustedes armen su equipaje y nos acompañen. – 

 

 

 

 

 

 

Dos días para algo como eso no era suficiente, no se podía hacer. 

En el bloque 2 habían setenta niños, y en el tres casi 30 , no era posible moverlos en dos días y menos con los gigantes. 

Era una completa locura atreverse solo a pensarlo. 

Esa forma de pensar y ver las cosas en Theodore no hizo mella en la angustia de los hermanos que empacan poca ropa y comida bien apretada en una mochila. 

-De verdad creen que podrán salir. – les apunta desde su cama.-Hay al menos doce kilómetros de pasillos por encima nuestro, es imposible que ustedes lo recorrieran en un solo día. - 

Los hermanos son como aceite y Theodore agua tratando de dispersarlos. 

-Si lo dicen debe ser verdad.- es una defensa pobre pero cargada de muchos sentimientos por parte de Damian. 

- Debes tenerle mas fe a dios, Theodore. - le recomienda Charlie, apretando un montón de sobres de sabores en un bolsillo.-Todo es más oscuro cuando no lo escuchas.-¿Deberia llevar los suéteres o nos los ponemos para salir?- pregunta a Damián. 

El niño rasca su cabeza distraído por otro punto que había pensado al tener esta discusión con Theodore. 

-Deberías ir con tu papá el mismo día. – le apunta Damián.-Deberiamos irnos todos juntos. -

Recordarle que tenía esa misión fue como abrirle los ojos. Había quedado tan impresionado por ese aviso que lo olvido, había olvidado a papá. 

-Si. – mira a los dos niños sin terminar de entender cómo podían confiar en las criaturas… era extraño. Nunca antes vio la capacidad de extorsionar a los niños pero tampoco descubre a tiempo como era capaz de dudar de ellos y sus buenas intenciones.

 Debe concentrarse en lo que importaba. 

Debía sacar a su papá en unos días…no podía irse ahora, debía ayudarlo. 

Entonces sus acciones lo llevan a cometer una gran estupidez. 

 

 

 

 

 

 

 

                         S-M-I-L-E everyday!

                                                  When you are down and out, 

                                                        No need to frown and pout!

                                                               ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

                       S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

Hoy el episodio inició con un tren lejano a punto de estrellarse contra las montañas con tonalidades grises, tan melancólica como un sueño de cielos nublados. 

Pasando a la usual pila de herramientas del perro naranja en el jardín de su hogar. 

-Hola a todos. – saluda a la pantalla. 

Después el plano se abre con un borroso movimiento de camara y vemos a los seis restantes viéndolo con lastima. Excepto Picky, ella está más preocupada por el cartón de Crafty tamaño cuerpo real qué trajo Bobby bajo el brazo. 

-¿Dejaste la universidad para hacer una casa de gato?- apunta Bubba al gigantesco rascador. 

El perro pierde la sonrisa por una fracción de segundo por el muy repetido recuerdo de él dejando, esta vez, la facultad de medicina para ser albañil en el pueblo alegre. 

-Bubba, tu tampoco terminaste la universidad. - lo apunta ofendido. El heber abandonado la especialización de medicina, zoologia, biología, mercadotecnia y danza no era razon para que Bubba siguiera burlándose. 

-La sigo cursando, de hecho. – le corrige con un traje universitario, lentes y una pipa de burbujas. 

Hoppy chasqueo los dedos varias veces llamando la atención del grupo. 

-A lo que vinimos. – les recuerda a todos. 

Entonces Kickin y Crafty sacaron antorchas ya vestidos como pueblerinos de Salem. 

-A eso no. – les recalca volviendo a ver al perro ya interesado en su maleta de herramientas. – Vinimos a convencer a DogDay de que ese amigo imaginario no existe. – lo apunta con los brazos, viendo como coloca una cinta y moño rojo en el rascador. – Si eso del amigo imaginario pasa a ser una fantasía en la que participemos , me volveré loca. – 

-Eres niña, naciste loca y tonta. – apunta Kickin con la mano en la cadera y una sonrisa de suficiencia tan exagerada que su cara se vuelve la de J. F. k

Bobby lo empujó al suelo con un brazo haciendo al pollo convertirse en nugget tras la explosión. 

Bubba deja de estar perdido en sus pensamientos y mira a Hoppy. 

-¿Dónde está DogDay?- pregunta apuntando a la casa. 

-Se fue mientras te rascabas la panza. – le gruñe Crafty qué hasta este momento había sido un png inmóvil. 

Picky estira el cuello y apunta con sus pezuñas para comprobar si todos vimos eso. 

 

 

 

En la estación del tren el perrito esperaba con una caja de regalo y su mirada relajada fija en las vías del tren, moviendo los pies que no alcanzan el suelo en su asiento, su cabeza se inclina de un lado a otro al ritmo de la melodía del intro. Sobre la estación un árbol gigante de hojas rojas se sacude por la brisa que abre el cielo azul, un sentimiento emocionante comienza a vibrar dentro de su collar de sol y su sonrisa toma fuerzas mientras la brisa tira las hojas sobre su hocico. 

 

 

 

 

 

En otro lugar el tren es tomado por encima por las cámaras, mostrando la figura oscura de una persona en el vagón interior. En un mundo tan humano como cada uno de los pasajeros sin rostros. Aquella figura resaltaba vistiendo con un uniforme de enfermería, tan blanco y pulcro como las esquinas de las cartas escritas a mano y firmadas por una huella canina. La figura humana no se discierne ni se diferenciaba de ningún género, solamente era una persona de piel pálida y cabello castaño. 

Deja el asiento y cada una de sus pertenencias en ese lugar. 

Escuchandose el interior de esa carta en el aire y la voz del perro como un eco tranquilo. 

“… la vida es tan larga y difícil cuando las sonrisas del mundo se apagan. Entonces solo puedo rogar porque saltes a jugar conmigo, dejando todo lo que te a atado para ser mi luna. Mi compañero.” 

La figura humana mira por la ventana el giro qué dará el tren. Justamente a un solitario árbol en el desierto austero de cielos palidos. 

Aquel árbol estaba lejos pero no sería por mucho, el tren pasaría por su lado muy pronto. 

“En la luna las amapolas de tus mejillas esperan y yo quiero besarlas tanto como el sol busca la luna, te dejaría mi brillo solamente para que una vez me permitas abrazarte. Deseo tanto verte como sonreír contigo, quiero jugar contigo, estoy tan ansioso de estar unido a ti y que el cielo crea que me robe la luna. Quiero ser el malo y el bueno por ti, dormir y tenerte cada noche fuera de mis sueños. ” 

Podría ver esa hojas secas y marchitas muy de cerca, ver claramente la caja de madera bajo este y los pocos pétalos de flores solitarias creciendo a la sombra de ese delgado árbol. 

 Nadie ve a la persona de blanco, ignorando sus acciones distraídos por sus libros o la somnolencia amarga del tiempo gris sobre sus cabezas. 

La persona de blanco presiona el seguro de la puerta para abrir con el tren aún en movimiento, siendo su cabello castaño sacudido por la ventisca de la velocidad y las hojas rojas sobre su cabello se enredan. Tomando en su rostro pálido una gran sonrisa el poder decidir sin miedo. 

Saliendo del tren con un solo paso. Sin dejar rastro de su existencia más allá de las flores destrozadas del campo. 

Levantando los pétalos de la amapola el gran soplo del aire que entra al tren y la puerta cerrada por un trabajador de ropas oscuras. Siguiendo on su camino sin rostro. 

 

 

 

 

 

 

 

En la estación el perrito se puso de pie al ver al tren de colores venir por las vías a toda velocidad y su cola se mueve tan emocionado como muchas veces más en camara. 

Entonces el tren paso sin detenerse y solamente se llevó las hojas caídas sobre su hocico para estrellarse en el muro de roca. Esto conlleva a una gran y destructiva explosión  capaz de borrar medio risco. 

El pelaje del perro se sacude por la gran explosión. 

-Oh… - mira a las grandes llamas y los bomberos venir a apagar el fuego de otro tren que viene sin pasajeros y decide explotar para ahorrarse el viaje devuelta, tradición del pueblo. 

La tristeza baja por su rostro perdiendo la sonrisa lentamente, dejando que incluso su cola caiga al suelo una vez entiende que su amigo volvió a retrasarse en su viaje.

Sus grandes ojos acumulan algo de agua en las esquinas, mirando al fuego y apretando el regalo en sus brazos. 

Sin ver como las sombras son dispersas y atraída a sus patas. 

Donde el mancho oscuro a sus pies se estira tomando una forma fuera de su vista y de esta una larga y afelpada extremidad sale coqueta. 

Es una larga cola morada qué rosa la nariz del perro curiososo y lo hace girar al lado contrario de la explosion. 

Los ojos de un gato se fijan en los del perro y viceversa al chocar sus narices. 

Asomando una suave y rosa lengua por una fracción de segundo y lo suficiente para hacer que el perro reaccione por fin. 

Estallando en confeti el fondo de las orejas del lider al revivir su sonrisa y las lágrimas caer sin peso al suelo. 

-¡Guau gaua guau!- sin pensarlo dejo el regalo caer para mirar muy de cerca al gato, olfateando su nariz, su mejilla y rodeandolo mostrando como su cola casi desaparece de alegría al poder abrazarlo, morderlo y sacudirlo con tanta felicidad que parecía al borde de la histeria. 

El gato levanta los brazos para girar con el sin perder de vista al perro ni cambiar esa sonrisa cerrada y extensa. Moviendo en “S” su cola conforme es sacudido, llegando a golpear al perro con sus esponjosa patas. 

El plano se abre fuera de la estación solo dejando ver como el perro pareció terminar con la distancia al levantar al gato en brazos y abrazarlo tan cerca como para que la cola del gato se estreche con la pata del perro. 

Claro que abrir el plano fue para mostrar en grande como el conductor del tren aterrizó en su paracaídas en el techo de la estación y pedir ayuda para bajar desde hace cinco largos minutos. Mismos minutos que por alguna razón desconocida las patas del perro no se movían de lugar ni bajaba al gato fuera de foco. 

Abriéndose la escena a unos metros fuera de la estación de tren. 

Donde las seis criaturas y el auto del psiquiátrico, junto a tres loquero con equipo de perrera, observan que ese amigo imaginario si existía y era un gato. 

Kickin chasqueo los dedos y movió el cuello de izquierda a derecha. 

-Yo les dije que era real. – exclama con una gran sonrisa marca Kennedy.-Siempre lo supe, chicos. - 

Bobby lo mira contrariada y vuelve a mirar al perro y al gato en la estación del tren. 

-Pues tan bonito no es. – resopla Crafty como todo un equino. 

Los loqueros se retiran silenciosamente, incluso el auto en vez de avanzar normalmente se agarra la carrocería como los faldones de una dama para huir de pie en las ruedas traseras. 

Antes que nadie Picky sacudió su pelaje y saco una canasta de picnic de la orilla de la pantalla. 

-Saludemos a nuestro nuevo amigo, niños. – anima a la pantalla y va al encuentro de DogDay y ese gato. 

El regalo a sido abierto. 

En la estación el perro a entregado su regalo y la llegada de Picky lo hace girar tomando la mano del gato. 

La luna en el cuello del nuevo amigo brilla a los ojos de Picky. 

-Hola, Picky. – la saluda moviendo la mano frente a sí. El gato imito el movimiento cerrando los ojos al sonreir.

El aturdido interior de la cerdita se vuelve rosa como una luz. 

-Hola, mucho gusto, me llamo PickyPiggy ¡Espero que seamos amigos, gatito!- saluda estirando su pequeña pezuña. 

La cola felina se mueve en el aire haciendo un gesto positivo a la niña y su pezuña termino con una luna de cristal. 

Picky mira su regalo y luego a la pareja. 

Descubre al perro super orgulloso apuntando como presentador de circo a su amigo con luces y fuegos artificiales. 

Aunque este es muy callado se ve contento por la fanfarria. 

De lejos los cinco parecen aturdidos todavía. 

-¡Chicos, vengan aquí!- los llamo DogDay sin soltar la mano del gato. 

El grupo viene al tiro, literalmente Hoppy fue tan veloz qué fue dibujada como una flecha. 

-¡Coronel Hoppy HOPSCOTCH, para servirte!- se presenta con una mano en la frente. 

El gato le sonríe moviendo la cabeza curioso. 

-Una vez presentados-

-Solo se presentaron dos. – interrumpe Bubba con el ceño fruncido. 

-… con mucho gusto les presento a mi amigo por correspondencia. – apunta al gato sin responder a Bubba. – Él es Catnap, mi luna. – les sonríe a todos dejando la mano del gato para posicionarse junto a ellos. 

El gato guarda las manos a su espalda y se balancea de la punta de los pies al talón sin dejar de sonreír. Seguido movió las manos y apunta su rostro mirando al perro. 

-Tu casa esta por alla. Vamos. – le responde el perrito con la misma gran sonrisa. 

Los demás se quedan atrás mirándose unos a otros. 

-Habla tan bajito, que no le escuche. – murmura Crafty golpeándose el oído para recuperar la cera qué lo tape. 

-Es que no dijo nada. – apunta Bubba nervioso.-Nisiquiera saludo - 

-¿Será que no le agradamos?- pregunta Bobby preocupada visiblemente. – Talvez sabe que estuvimos tratando de loco a DogDay... O que explotaste su casa varias veces.–

-Ufff... ¿Creen que este pensando demandarnos?- apunta Crafty pensando en cada explosión, destrucción y quema qué le hicieron a ese gran rascador felino.

-Qué vergüenza me dan amigos. – lo lamenta Kickin cruzando los brazos. – Es triste lo poco que confiaban en nuestro amigo. – 

Crafty lo pateo haciéndolo explotar y aparecer como un cubo de KFC.

 

Con la música del intro empiezan los créditos. 

Los créditos comienzan dejando ver como el gato es llevado en la espalda del perro, moviendo la cola y orejas curioso por el cielo despejado y las hojas en el viento. Acompañado por el tarareo del perro y sus pasos tranquilos por el camino sobre el río. Todo para mostrar que el rascador gigante siempre fue la forma de subir a la pequeña casa de gato en alto y el lazo se lo llevara la cola del gato. 

-Bienvenido a casa, mi amapola. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comercial con el fin del capítulo. 

Compre antes qué nadie a el nuevo amigo sonriente  ¡CatNap! por solo $17. 20 , en Walmart y similares. 

Super barato ¡¡Wow!! 

 

 

 

Esto es reproducido desde la televisión de un hospital, era un canal público y accesible, reproduciendo un capítulo de navidad para los infantes de la solitaria ala médica de quemaduras. 

Frente a la camilla de un niño vendado hasta la cabeza, entre viendo a la pantalla y a la ventana que le muestra una cancha de béisbol en pleno juego. Bajo el sol de medio día y las voces alegres de los asistentes. 

La brisa del campo húmedo y la medicina se han mezclado como un todo. 

Sus pensamientos sobre los jóvenes que corren de una base a otra son interrumpidos por alguien. 

 

-Si pudieras ser un sonriente, ¿Cuál serias?- 

 

La pregunta viene de una voz suave y oculta bajo su camilla. 

 

Las vendas no lo dejaban ni podía abrir la boca totalmente al responder. 

 

-Quisiera ser DogDay... A mi madre le gustaba mucho. - lo murmura apenas en un hilo. 

 

-¿Pero a ti cual te gusta?- esa voz insiste a la orilla de su cama. 

 

El niño en la camilla levanta la mirada al techo de la habitación. 

 

-Catnap. Me gustan mucho los gatos. - lo dice algo animado con recuerdos de su hogar. 

 

La figura a la orilla de su cama sube lentamente por debajo de las sábanas. Descubriendo al enderezarse bajo estas, con las manos sobre la cama y a los  lados del rostro del  niño vendado, ese torso cubierto de quemaduras y vendas hasta los hombros donde un brazo a sido removido. 

Asimilando el aspecto de un depredador sobre la presa inmóvil esta figura infantil cubierta por la sabana lo mira directamente al arrinconarle como un buitre. 

 

-Entonces yo quiero ser Catnap y tu podrás ser ese perro tonto. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuera de la habitación los documentos médicos en la ranura de la puerta metálica han sido marcados  por el título :

 

PLAY TIME CO. 

 

 

 

 

Notes:

Me gusta que la amapola es una especie de remedio para algunas dolencias.
Es un consuelo, vaya ironía.
Lo que todos esperaban esta sucediendo, aunque sea en la animación dentro de la historia.

Chapter 26

Notes:

Aquí vamos.

Chapter Text

 

 

 

Esta mañana algo sucedió. 

Algo salió muy mal. Peor de lo que se pudo haber medido en cualquier reunión de daños. 

Los trabajadores no lo sabían claramente. 

Una mañana normal se vio destruida por tantos eventos a la vez. 

La pérdida del lote de reserva 2, 3 y cuatro , una de las criaturas sonrientes casi destruida. 

Un niño tan quemado que solo podían recuperar algunos huesos ennegrecidos con carbón donde debió haber un cuerpo. 

Más la salida de contención del prototipo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Unas horas son más que suficientes para hacer caer imperios. 

El primer lugar en perder la energía fue la recepción. 

Esta vez quien experimento el golpe de adrenalina venido de la oscuridad repentina y acompañada por el grito de voces desconocidas. Porque hoy la electricidad se ha ido de día a la hora más activa de la fábrica y la entrada de visitantes. 

-¡No hay nada de que preocuparse, todo estará bien!- la voz de la recepcionista sacude a las visitas y su linterna hace de la mesa de espera un punto de reunión para trabajadores y asustados empleados. 

-¡¿Las líneas también se han caído? Responde!- rugió un empleado mayor sacudiéndola tan de sorpresa que ella solo le empujó y apartó escondiéndose lejos de esta persona.

-Relájate amigo. – 

-¡No me pidas que me calme, maldición! ¡Deben reponer el sistema eléctrico ahora!- el empleado grita y corre de un lado a otro, intentando salir bajo las extrañadas miradas de las visitas y los empleados del nivel superior.- Si aquí no hay energía, en el abismo no queda seguridad alguna. - entre su movida en búsqueda de una salida su mirada llego a la zona de dados.

-¡Debemos salir de aquí, debemos irnos! ¡Esa cosa se movió, se ha ido!-

La recepcionista voltea a ver aquello que tanto lo asustaba. Comprobando bajo su sorpresa la falta de ese gigante azul. 

-Debió retirarse a falta de su conexión eléctrica.- apunta tranquilizando a las pocas personas que no tomaron bien la desaparición del muñeco. 

 

 

 

En los pasillos de la fábrica la figura azul avanza tan solo con usar algo de fuerza en las puertas que no alcanzaron a cerrarse ante la sorpresiva falta eléctrica. Mira a los trabajadores que en penumbra no pueden hacer nada por moverse y se han apiñado alrededor de un letrero luminiscente de Kissy. 

Huggy busca entre ellos a ese tipo que acostumbra estornudar cerca de su lugar, solamente necesitaba a ese para pasar esta semana como un ganador.

La falta de este le hace ignorar a este grupo y avanzar. 

-¡Vamos, vamos!- 

- ¡Shh! – 

No podía ignorar ese ruido en el pasillo ni olvidar a quienes pertenecían esas voces. 

Asomándose por la esquina de un pasillo su sorpresa tan solo hace que su sonrisa crezca y sus colmillos se muestren. Nada de lo que había pasado hasta ahora ni la impresión que tenia de estas cosas lo preparaba para sentir esta gran y contradictoria burla. 

Permanece oculto para ver a ese grupo tan grande de niños guiado por las criaturas, avanzando bajo las piernas de las ansiosa criaturas sonrientes. Al decir que era entre sus pies era literal, los guiaba igual que lo haría un pastor a las ovejas, cargándolos para evitar que se toparan con la pared o salieran del grupo. 

Huggy Wuggy rememora si vio entrar algún niño pero un evento sucedió justo a la vez que su memoria le negó la existencia de niños en la visita del día. 

-¿Porqué corren?- pregunta un adulto con ropa de la fábrica junto a un joven. 

El humor de Huggy empeora al ver a ese objetivo suyo caminar junto al tan maravilloso Henry, ambos guiándose por una linterna pequeña de su ingeniero tan desagradecido. 

-¡Son niños! ¿Qué hacen los productos en este piso?- exclamó al ser iluminados por Henry, al mismo tiempo algún instinto le hace girar la cabeza para ver a Huggy justo a su lado, perdiéndose como el conejo verde aplastó al hombre al aterrizar sobre él desde un punto ciego del alto techo, saltando después a dirección del ingeniero. 

Huggy era bueno protegiéndose pero el proteger a terceros tan pequeños de una cosa tan veloz lo dejo hace tanto que su cabeza solo fue capaz de moverse una vez esa criatura atrapó al humano en sus manos. En su cabeza la muerte de Henry ya había sucedido. En respuesta Wuggy levantó los brazos para aplastarla pero, fue otra vez confuso como esa coneja se apartó aplastando la linterna y dejando al humano en paz. 

La sangre y la mitad del cadáver fueron resueltos por el perro que silencioso había tragado al trabajador y limpiado la sangre con lo que reconoce una vieja cobija. Lo miran en silencio con esos ojos de plata y boca tan sonrientes como siempre, desde el suelo encogidos más parecidos a los monstruos de una pesadilla que a juguetes. 

Huggy tomo al humano llevándolo, tan paralizado como podría estar alguien que casi murió, a su espalda para protegerlo sin dejar de mirarlos. Sin problemas digirió la escena de esa coneja tragando el torso humano a la vez que retrocede junto al perro. 

Estos se retiran justo cuando el último niño, que ahora ve bien llevan los ojos cubiertos con vendas, para irse con ellos sin quitarle los ojos de encima antes de irse por la oscuridad. 

El monstruo azul baja la mirada para comprobar a su humano pálido y sudoroso. 

-Debemos seguirlos. – susurra a fuerzas y, para el fastidio de Wuggy, intento ir tras ellos. 

Lo detuvo solo sujetandolo por el hombro. 

-No, Wuggy, los niños… debemos. – 

-Deja de fingir que te importan o que alguna vez te intereso lo que nos sucediera.- el humano levantó esa desencajada mirada perdida por la oscuridad y su sorpresa sin disimular. 

-¿Dejaras que se los coman?- pregunta sin aliento. 

-Qué hagan lo que quieran, no será peor de lo que hacen tus amigos. – 

-Basta. – 

-¿Quieres saber como se siente una sierra eléctrica en las piernas? – pregunta a tocando con sus manos amarilla el cabello del humano. – Te puedo mostrar lo que yo sentí, puedo hacerlo ahora mismo. – 

 

 

 

 

Entre los niños que no saben a donde van ni que son esos sonidos húmedos, crocantes y sorpresivos, el viaje afuera a sido tan agitado qué ya sudaban. Pasando en algún momento de la diversión a la incalculable desesperación por llegar a donde sea que deban hacerlo. Terminar el recorrido que cansa sus cuerpos y llena sus nervios de miedo. 

Talvez siempre lo supieron, qué este lugar era malo, incluso si intentaban pensar diferente y seguir el juego que se hacía más fácil conforme el tiempo les daba la razón para dejar que todo pasara sin problemas. Querían dejar de correr pero no había a donde ir, no sabían lo que pasaría si se de tenían y dejaban de seguir los saltos susurrantes de Hoppy ni a donde los llevaría no seguir el consuelo de DogDay. 

Los hermanos iban de la mano, tan seguros por el lazo entre sus muñecas, de que no se perderían como para empujar a otros niños para avanzar lo más cerca posible de las piernas de Bobby, aferrándose de vez en vez a sus garras. 

La salida llego y perdieron de vista a sus juguetes pero no los perdieron ellos. 

Escucharon la guía de los tres para seguir un camino sin pensar en detenerse. 

Solo cuando más de uno se vio en el suelo se detuvieron a quitarse las vendas de los ojos. 

Observando al bosque y su tierra cubierta de hojas de pino. 

La maravilla de ver por primera vez en años el cielo azul no era comparable a nada en el mundo. 

Giran pero de la fábrica solo pueden ver un almacén y a las dos criaturas despidiéndose de lejos. 

Algunos niños no podían seguir ni lo querían : No solos. 

Los hermanos aprietan sus manos y miran alrededor. 

-¿Theodore?- lo llaman temblando en sus lugares, cortando la ya poca distancia entre ellos al pegarse y girar buscando algo conocido a su alrededor. 

-¡Chicos!-

Poco a poco miran al grupo de personas en el bosque. 

-Deben venir con nosotros , vamos. – les apuntan a un camino. 

Los niños dudan, lo piensan pero deciden por costumbre seguir a estas personas. 

Los hermanos miran a las criaturas en el almacén, no se han movido de ninguna manera, observandoles con esas grandes sonrisas en sus rostros. 

-Theodore se quedo… - murmuran moviendo las manos al despedirse de las dos criaturas. - ¡Gracias!- grita esperando que la escuchen. 

-Me hubiera gustado ver a Picky una ultima vez. – suspira en un lamento el hermano. 

Confiar para los hermanos fue demasiado difícil, aún lo hicieron y siguieron a esta personas sin soltarse las manos. 

 

 

 

 

 

 

Dentro del almacén las dos criaturas observan a los niños irse. 

-No… yo…si van solos…- Bobby aprieta las garras sobre su rostro.-¿Y si son malas personas?-

-… DogDay dijo que no era así, se lo dijo el doctor hablador. – Hoppy retrocede cerrando la cortina. – Vámonos. – le ordena empujándola. – Necesitó vomitar. - 

-DogDay dijo que esperemos. – le recuerda apuntando a la puerta.-Yo queria ver más el cielo. 

-No podemos, ya se fueron y él seguro lo sabe. – sigue su camino a los pasillos oscuros.-Además el cielo siempre se ve igual, déjalo para después.- 

Bobby la alcanza aferrándose a su brazo. 

-… ¿Porqué nos mintió?- cuestiona mirando al frente. 

Hoppy movió los hombros apartandola lentamente. 

-Se lo preguntas después… - terminan saliendo al pasillo más grande, cruzando entre la esquina apenas a salvo de algunas linternas.

Bobby la sigue agachándose pero igual de mortificada que al inicio. 

-Creí que escaparíamos todos juntos… pero solo fue ese grupo. – lo apunta y debe mantenerse cerca de Hoppy para salir del lugar sin ser alcanzadas por los guardias qué cruzan presurosos. 

Hoppy fija la mirada en las armas qué llevan en sus torsos, apretando las garras mientras intenta entender como las cosas se torcieron de tal forma. Abraza de sorpresa a Bobby preparándose al flexionar las patas un poco antes de ver las luces de linternas venir hacia ellas.  

-Bobby, estoy de mal humor, no me hagas hablar ahora. – le pidió a la osa antes de saltar en alto con su compañera en brazos. La osa rodea a la coneja por la cintura mientras cruzan silenciosamente el pasillo gracias a sus afelpadas patas de peluche. 

Aterrizando y saltando en una fracción de segundo entre los muros. Luces tocaron a veces sus cuerpos pero los humanos no les veían al encontrarse discutiendo. 

Llegando a la estación de juegos de Mommy se detiene observando al grupo reunido en el centro con algunos niños traídos de la guardería. 

Pueden sentirse tranquilas de poder cruzar los juegos gracias a sus esbeltos cuerpos tan flexibles como la goma pero no es así. 

Cruzaron los juegos bajo la mirada de Mommy, mirando entre intervalos esa araña sonreírles. 

Ellas sabían y esa araña lo sabía también. Lo que hicieron y lo grandes que serían sus consecuencias una vez se descubriera la verdad. 

No les ayudaría una vez sean descubiertos así como no les delató cuando entre los tres cruzaron su territorio con el grupo de niños. 

La cortesía de los monstruos tenía un pequeño adorno, por supuesto. 

En los túneles la electricidad permanecía presente por las luces de las paredes. 

Olfatean comprobando el rastro de DogDay en el techo, así como la forma de los ladrillos se deformo por la fuerza de sus manos. Hoppy carga a Bobby para subirla al techo y después ella mismo salto para usar los surcos dejados por el líder como la guía. 

El tren paso por debajo hacia la estación siendo vistas por Kissy en la tabla que usaban par transportarla. El reconocimiento entre las tres se siente mucho más cercano que con Mommy pero no les dejaba relajarse. 

-Oye, Hoppy. – la llama la osa, estaba agitada por cargar su propio peso en el techo por tanto tiempo.

-Te pedí que no hablaras. – remarca la coneja sacudiendo las orejas. 

-¿Qué será de nosotros si nos obligamos a callar?- le afronta Bobby en un murmullo. – Si… ¿Y si fuera la última vez que podemos hablar?-

Hoppy detiene sus movimientos, suspirando al ver al fin la estación de la guardería. 

-Entonces quédate con la mejor forma de mi, no me siento bien de que solo me recuerdes verde. – 

 

 

 

 

 

 

Bubba, en la estación, les mira en la oscuridad y sus cejas se fruncen girando para ver a los visitantes en el grupo que se armo en búsqueda de respuestas y acciones. El teleférico se había quedado trabado sobre los picos de piedra y los pasajeros llevaban una hora esperando ser sacados del lugar. 

Bubba hizo una señal a las dos al mismo tiempo que avanzaba por el grupo. 

-Bobby y Hoppy pueden ayudar. – les apunta a los trabajadores. 

Estos no eran mayores ni experimentados, siendo las radios incapaces de conectarlos con los jefes solamente vieron la idea de lo que creían animatronico como un salvavidas. 

-Pueden usar el ascensor de ingenieros para llegar más rápido , ¿No?-

Era un movimiento estúpido y poco útil, era obvio para los tres… pero lo hicieron. 

Las dos fingieron llegar con el ascensor. Tal que los trabajadores del tren no podían saber que era imposible de usar para los elementos de cuerpos grandes, ayudando a mover las cadenas del transporte con precisión y los saltos de Hoppy para sacar a los visitantes. 

Todo fue rápido y silencioso. 

Escuchando los aplausos de las visitas dirigidas a los empleados pues se supone que ellos sólo eran herramientas.

 

 Retirándose por la orilla del lugar, nunca podrían trepar por las paredes de la cueva pero bajar fue sencillo. No se veían ni un poco interesadas en hablar, talvez por lo agotador que todo había sido y el miedo en sus rodillas cada vez más lentas. 

De pronto la osa roja saltó sobre la coneja trepándola hasta los hombros para su desgracia. 

-¡¡Hoppy, una rata, una rata!!- chilla apuntando a las rocas. 

Hoppy frunce como puede las cejas y miro a esa misma dirección. 

-¡¡Que ratota!!- exclamó retrocediendo tras ver a esa rata tan grande como un cachorro. 

 Ese roedor las mira, mueve su nariz y corre hacia ellas con el cuerpo torcido en una perfecta n. Tiro sin piedad a Bobby para que se la comiera a ella. 

-¡Hoppy, no! ¡Hoppy!- grita al ser tirada al suelo y tener que seguir a la coneja a cuatro en huida. 

La risa de Hoppy sorprende a Bobby pero es por poco, solamente debe dejar salir un par de risotadas al seguir trepando lo que la coneja se salta de una sola vez. Suben las plataformas de hierro y miran por la orilla a las rocas. 

Aquella rata las observa y corre escondiéndose bajo la construcción. 

-Me tiraste. – apunta Bobby una vez superó el susto. 

-Trata de saltar por dos horas y después cargar 860 libras. – le acusa picando su oreja.-Porque querida hermana mía , no soy de metal. - 

La oreja roja se agacha cubriendo el tímpano más lleno de cosquillas que de algún tipo de dolor. 

-No peso tanto, ese esa es Crafty. – 

-CraftyCorn pesa 1000 libras. – lo apunta mirando al techo de la cueva. – Yo si quería salir de aquí.- suspira recargado la cabeza en los brazos. 

Bobby junto las garras, moviéndose levemente de lado a lado, cortando la distancia entre ellas al poner la cabeza sobre el hombro de Hoppy. 

-Te amo. – suspira dejando salir sus miedos. – Se qué los amo a todos… pero tu eres la persona más bonita y valiente que pude conocer, Hoppy, estoy tan enamorada de ti como no puedes imaginarte. – ambas garras las presiona contra su propio estómago. -Incluso me gustas, de verdad me gustas y… me da miedo que no volvamos a vernos después de esto. – al fin no puede ignorar lo tensa que su compañera se había puesto ni como se podía leer lo mucho que deseaba apartarla. 

Sola término con el contacto que ella misma inició. 

Ya libre del peso de la gran osa, Hoppy le mira por un lado, dejando la cabeza en su garra. 

-No puedo saber ahora como responderte, creo. – suspira derrotada. – Yo pienso que sería cruel decirte que te quiero de la misma forma siendo que es mentira. – sus ojos de plata se vuelven al lado contrario, inconscientemente deseaba huir de la situación y no porque Bobby le repeliera sino porque esto solo podía ser una especie de despedida. 

Bobby deja de presionar sus garras, ocultando las heridas que se hizo al apretarlas hasta cortarse. 

-No te interesa, ¿Verdad?- lo acepta pero su tono es incapaz de ocultar cuanto la herida el rechazo. Si pudiera, si tan solo fuera posible, comenzaría a llorar y retorcerse como un gusano herido. 

Hoppy no voltea, sume los hombros observando a las rocas de la cueva. 

-No pienses que no te quiero… qué no te amo, Bobby. – intenta responder lo que posiblemente jamás tenga una respuesta correcta. - También amo a Bubba, DogDay… y hasta a la miserable de Picky, a todos los amo demasiado… pero no más que a Kickin… ni siquiera a ti o a los demás les quiero tanto como a él… pero no puedo imaginar vivir más que cualquiera de ustedes. – sus orejas caen lentamente sobre sus hombros. – Me lanzó adelante, no porque sea valiente, Bobby. Yo lo hago para ser la primera en morir y no verles partir, soy una cobarde qué preferiría dejarlos a ustedes antes que ustedes a mi. – sus ojos brillan ante el frustrante recuerdo. - Ya no puedo pasar por eso. - 

Bobby mira a la coneja sin saber que hacer, donde llevar sus manos o a donde echarse a morir. Añoraba esos días con camas dobles para esconderse en las sábanas o bajo las cobijas. Cualquier lugar que la mantenga a salvo de los monstruos de un mundo podrido. 

-Chi-chicas… -  

Las orejas de Hoppy subieron de golpe a la vez que Bobby sintió como su cuerpo se helaba. Girando ambas criaturas hacia atrás, al lugar de donde venia la voz. 

Ese humano las miraba desde una plataforma aparte, con un aspecto sinceramente perturbado. 

Bobby siente que a sido testigo y lo odia tanto como se siente derrotada, mirando de soslayo a Hoppy con las garras listas para el salto. 

-No pueden estar aquí, porfavor, vuelvan. – les pide con in ligero temblor en su voz, abriendoles la puerta de con un código, uno de los pocos que quedaban en la Guardería.

La puerta de su lado se abrió y retrocede esperando que vayan a su lado. 

Primero Hoppy salto encarando de cuclillas a este joven , eso le hace ver al humano de frente, tan cerca que esos ojos plata se reflejan en los dos pedazos de chocolate en esa mirada. Uso su garra central para tirarle la gorra, revelando su cabello atado y rojo. 

Ese aspecto le trajo a Hoppy los recuerdos de Bubba en el primer hogar que compartieron. Un niño del mismo color que sus amigos en casa, jugando con una niña blanca qué le repugnaba, escuchando las órdenes de un niño engreído qué daba órdenes como si fuera el mandamás y l miraba a ella y su hermana con cariño nada más las conoció. 

Ese mocoso de verdad la hizo sentir esperanza en un día nuevo. 

Desquitando su humor con un bufido lleno de vaho ardiente qué hace al humano agarrarse de los bordes de la plataforma metálica, temblando al tener a la gigante pegada a su cuello como si fuera a comérselo a la primera oportunidad. 

-El hermano de Bubba. – suspira mirando esa cara de lado, sus ojos de plata recorren ese cuerpo imaginando su sabor, preguntando en su interior si dejaría algo de este humano al morderlo, si sería como acabar una galleta suave.-El deprimente, patético y cobarde hermano de Bubba. - cuenta las tres primeras fallas de este humano. - Esas manos tuyas se ven muy bien, ¿Qué tal si las cortamos?-

El humano pierde aún más color, volviéndose lo más cercano a un muerto solo con sentir el aliento ardiente de la criatura sonriente. 

Bobby cruzó usando todo su cuerpo para pasar como lo haría un simio, sin perder de vista al humano pasando por la espalda de Hoppy al entrar a esa puerta. 

-Gracias. – murmura desde el interior, tirando de la coneja para que entrara con ella. 

El humano les observa sin mover un solo músculo, dejando que la puerta se cierre antes de relajarse y poner la espalda en el metal de la pared. 

-Dios…- suspira agarrándose el rostro.

Pudo seguir procesando todo lo que escucho pero es sacado de su burbuja de miseria por la enorme rata que corre por la plataforma, talvez buscando la deliciosa comida que creyó sentir cruzar esta austera cueva de piedra. 

 

 

 

Dentro las dos avanzaron descubriendo que habían entrado a la escuela y las maestras en ella las miraron curiosa al verlas salir del almacén. 

-Ustedes no son de esta zona, por favor, vayanse. – 

Las dos dejan el discutir para otra ocasión. 

Fuera de la escuela les esperaba un silencio atroz. 

Las dos van directamente al encuentro con los demás. 

Picky al verlos les dio un informe rápido. 

-Todos están en la casa, decidieron cerrar todas las puertas con nosotros fuera.- apunta Picky desde el suelo.

Kickin al fin ve a Hoppy , observa como se acerca para tenderle la mano.

Hoppy pensó y recordó a Bobby sintiendo que estaba siendo una muy mala persona al corresponder el ademan y unir sus dedos con el ave.

-Se fueron , todos lo hicieron.- le informa primeramente el logro de su misión, dejando una mirada relajada pero también se hace soltar para enfrentar al perro.

-Nos hiciste creer que huiríamos todos.- le reclama al perro.-Y cuando estábamos en ello nos dices que no saldríamos nosotros, siempre exigiendo el cien de nosotros solo para uno que ni es parte de nosostros. 

DogDay mueve la cabeza aceptando sus acciones sin excusas , observando a la coneja, paciente espera sus acciones y quejas.

Estas son violentas. 

La cabeza de Bobby se elevo dejando atrás el estado encorvado al ver como la garra de Hoppy se estrella plenamente sobre la cara del perro , sacando varios hilos de sangre en ello.

El grupo no esperaba esa reacción de parte de la chica mas leal al perro, no su arrebato , siendo incluso para Picky algo perturbador lo fácil que esas garras se encargan de arrancar un pedazo de piel en las puntas de sus curveadas garras.

Pudo comenzar a gritar y reclamar con otros tantos actos violentos contra su líder pero , solo por esta vez , su voz se quedó en una sola línea para drenar todas sus malas emociones contra el perro.

-Decepcionante , tú eres verdaderamente decepcionante.- 

Chapter Text

 

 

 

En las primeras reuniones con el doctor preguntón DogDay descubrió que cada vez le costaba menos mentir pero eso no podía ser bueno.

Eso significa que el doctor se estaba desarmando y sus palabras eran reales y por tanto no eran buenas noticias para los sonrientes y menos para el líder. 

 

 

 

-¿Y a dónde nos llevarían? – pregunta por quinta vez lo mismo. Mentir y fingir ser estúpido era algo muy parecido a por poner un cebo vivo y esperar a que el bagre hambriento lo muerda , una actividad verdaderamente difícil de entender el como era tan sencilla y gratificante de usar, escuchando algunas respuestas que no están pensadas para convencerle sino que serian la verdad que este humano de poca paciencia dejaba salir sin darse cuenta.

-A un zoológico y los niños podrán estar a salvo de estas personas y sus experimentos.-escupe el humano ya ansioso.-Ya te lo he dicho muchas veces, DogDay. - 

Un zoológico no sonaba mal a comparación de ser juguetes de sádicos y parecía que de verdad le preocupaban los niños y simpatizaba con las víctimas de los horrores qué sufrían en esta cárcel. 

 

 

 

-¿A donde iremos una vez salgamos?-

 -A un zoológico mecánico y los niños irán a un verdadero hogar. – 

Un zoológico mecánico no sonaba tan mal.

 

 

 

 

-¿A dónde iremos?-

A veces sentía que en su propia cabeza las respuesta que buscaba eran aquellas que no deseaba escuchar. Era cuando su interior se sentía herido qué solo alcanzaba a gritar de dolor por dentro, pensando cómo silenciar la desesperación creciente venida de su absoluta realización, incapaz de ignorar la verdad de este humano. 

-A un zoológico, ya te dije varias veces que los niños no pueden ir al mismo lugar. – 

Entonces la desesperanza toma forma y debe mostrar los colmillos para su propio arrebato, controlandose apenas con la fuerza de todas las insignificantes metas que logró tomar como suyas en la vida. 

-¿A DONDE NOS LLEVARÁN A NOSOTROS?- esta vez su voz se quiebra y fue mucho más gruesa de lo normal. 

Este humano es indeleble al miedo que otros sienten por los juguetes de la fábrica, empujando al perro para pasar por su lado igual a un gato que se pasea bajo las fauces de la mascota del hogar. 

-Te dije que a un zoológico eléctrico donde podrán repararte y a los niños a un lugar donde no experimenten con ellos. – le respondió esa vez ya llevaba un ceño fruncido.- Debes dejar de preguntar lo mismo, me molesta que quieras ir con ellos cuando ellos son humanos. - 

Ser arreglados aún parecía bastante bueno y ser tratado con frialdad no sería peor de lo qué ya experimentó. Aunque esas no son las respuestas que deseaba para seguir adelante. 

Debía saber que confiaba el destino de quienes no podían defenderse en las manos de personas correctas. No habia forma de seguir adelante sin tener la certeza de lo que sucedería una vez los dejara salir. 

-¿Y porqué no podemos estar con los niños?- lo cuestiona su voz infantil, aquella que si es capaz de ocultar su miedo. 

-Porqué ellos y ustedes no son iguales, ustedes son IA’s demasiado avanzadas, sería peligroso que estuvieran cerca de los niños que hayan escapado. – la cara del doctor ya no es tan amable. Si, era débil y frágil por su enfermedad desconocida, pero no como al inicio. – No sabemos que tanto es capaz de rastrearlos la compañía, los niños deben ir a otro lugar apartado de ustedes. - 

Ser una inteligencia artificial no sonaba tan mal. 

 

 

 

 

 

 

-Una IA es, primero que nada, son las siglas de “Inteligencia Artificial”. Una herramienta en construcción y posible gracias a los avances de la humanidad en los sistemas operativos de computadoras capaces de tomar decisiones a base de las preferencias y parámetros de un creador. – 

Bubba le explico que eran las inteligencias artificiales. 

-¿Entonces no son como personas?- pregunto mirando sus patas estiradas junto a las de Bubba. 

El elefante en un arrebato de grata satisfacción se eriza y niega moviendo la cabeza. 

-Son una maraña de códigos creados a base de uno a mas programadores, creo que hay historias de IA conquistando el mundo pero primero deberían ser suficientemente estúpidas las personas para darle a una computadora tanto poder sin tomar en cuenta el funcionamiento de la moral. – 

-La moral… ¿Cómo los valores cívicos?-

-Mhmm…Imagina que ponemos a una IA a cargo del sistema legal. - el elefante se toca la cabeza, pensando profundamente. – Es como cuando una persona escupe y es asqueroso, lo hacemos ilegal para que eso no vuelva a suceder pero no mejoramos la educación sobre higiene o el sistema médico, entonces otra persona escupe porque necesita sacar la flema y no puede pagar el medicamento. La IA no puede saber nada de eso, esa persona simplemente seria arrestada por escupir en la calle y el sistema médico seguiría siendo igualmente deficiente y las cárceles se llenaría, empujandonos a un estado de ciclos de valores desperdiciados. Una computadora no puede ver todo lo que un human… lo que una persona y por eso no hará más que mandar una respuesta programada sin medir las carencias del sistema insensibilizado ya establecido.-

A DogDay se le ocurrió una sola respuesta. 

-Si te volvieras presidente sería genial. –

-Bubba en la mesa de la onu… jajaja… - mueve su cabeza divertido por imaginarse en esa gran reunión. – Creo que ilegalizaría la biblia y cualquier medio religioso a niños. – determinó volviendo a leer el libro de ciencia automotriz que el doctor preguntón le regaló. 

Queda claro que solo se quedo a verlo leer para silenciar el malestar que sus respuestas le hicieron sentir. 

 

 

 

 

 

 

No eran falsos. Por eso ser computadoras capaces de olvidar el dolor era tentador. 

Si tan solo no fuera porqué eran carne dolor y no cables con tuercas. 

Porque la decepción lo estaba ahogando como si fuera un chiste su fe en el futuro. 

Descubrir que los únicos adultos que estaban interesados en ayudar no los veían como seres vivos sino como máquinas funcionales, una cosa igual a cualquier computadora que juega ajedrez o regula la temperatura del cafe. 

No confiaba en que afuera les de para un mejor mundo pero para los niños todo era diferente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces le pidió esa prueba de lealtad para salirse con la suya una sola vez y sacar a sus amigos por una noche. 

Descubriendo con horror una debilidad que desconocía de sus amigos. Una que ni ellos podían aceptar y volver a la celda fue más difícil aún. 

 

 

La piedra que ha roto la ventana que resulta una pared con vista a las más falsas ilusiones ácidas de sus sueños febriles viene de la mano de sus amigos que fingen qué no fueron ellos los que tiraron al suelo todas las paredes que construyó pensando en ellos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore se había perdido por días y volvió a aparecer tan de sorpresa, herido como cuando ese cuidador estaba con ellos. Eso le dijeron sus amigos cuando logró volver al servicio y nisiquiera fueron sus amigos sino algunos de los pocos niños que aún hablan con él incluso si ya no responde. 

Lo sopeso bastante, si decirle que no iría con ellos o que debían despedirse. 

No queria ponerlo triste ni que se aferrara a este lugar. 

                                                                 No. 

Así que no lo hizo. No queria despedirse de Theodore, solo esperaba que de alguna forma el mantener el lazo les mantuviera unidos hasta cuando ese niño se vuelva tan alto como cualquier adulto y no lo olvidará. Solo quería ser recordado… y puede que nunca despedirse sea suficiente para vivir con la esperanza de verse al día siguiente. Un eterno, mañana será. 

Vaya que era cobarde y temerosos de no verse capaz de dejarlo ir cuando sea la hora. 

El día que encontró a Theodore no supo qué decirle, sólo observó sus heridas como un sinfín de ratones para hacer lo que debía, sacarlo de este infierno. Esta demencial jaula de torturas y cobardes.

 

 

 

 

 

 

 

Llamó a la criatura que podría proteger a los niños si las cosas se convirtieran en una huida presurosa y agravarán los peligros en el camino. 

 

 

-¿Solo Hoppy y yo?- Bobby se veía, y con razón, muy confundida para este punto. 

La había hecho venir al almacén de Dulce Hogar sin otra compañía justamente con un objetivo malvado. 

-Ustedes les dirán que es en dos días y que preparen sus equipajes. – suspira sintiendo ya la culpa en sus manos. Incluso deseo evitarle este episodio a Bobby pero ser realista le dice que no puede hacerlo, debía hacer esto antes de que las cosas empeorarán.

La osa comenzó a inquietarse, moviendo las orejas de arriba abajo mientras las ideas se abotinaban.  

-Esto… ¡Dos días es muy poco, no podrán alistarse!- reclama y su voz se vuelve una cacofonía. 

-Es por eso que será mañana, deben ir libres de peso. Así como los adultos no pueden tener la oportunidad de interrogarlos… - sus manos suben a su cabeza. – Son muy buenos, terminarían invitando a la cuidadora del 4 si eso parece hacerla feliz. – el peso de sus decisiones hace que necesite aspirar el oxígeno a base de un sonido hondo. 

Bobby mueve los pies pisando sus propios dedos tan nerviosa que parece perder pelo. 

-Hoppy no pero yo si tengo el rastreador. – sus miedos la hacen temblar bajo la mirada del perro.

La sospecha sube por su pelaje. 

-Es por eso que hablamos en este lugar. – le recuerda dando una mirada a la puerta cerrada. 

Bobby hizo lo mismo pero es llevada abajo tan sorprendida por la siguiente acción del perro que su cuerpo se ha precipitado al piso con un grito ahogado. 

El cuchillo atravesó justo sobre su ingle, en el muslo donde el perro rasga la carne hacia abajo para desgarrar , arrancando un pedazo de vidrio y cables. 

Bobby esta vez no grita, su cabeza se lleno de tanto dolor que solamente hecho la cabeza atrás agarrándose las orejas hasta casi arrancarlas. 

El amor que sentía por sus amigos hace retorcerse el agonizante pero no lo desaparece, Bobby sufrió hasta el último segundo con esos alambres arrastrándose fuera de su pierna y con la fuerza del perro en ello para arrancar los tornillos fijados en la médula. 

El sonido de la sangre y el alambre arrastrándose fuera de la carne podrian estar en su cabeza hasta la muerte, agitando la cabeza para contener el grito. 

La voz del líder viene una vez en su mano fue puesto el rastreador de cristal con el osito quemado en la superficie por láser. Apretando en las manos del perro las garras del oso. 

-Eres la tercer más fuerte… - quiere recordarselo, al menos que Bobby reconozca su fuerza, le deja las garras para terminar el procedimiento. – Tal parece que es Hoppy pero eres tú. – lo apunta apretando su muslo para cerrar la herida con sus manos. Las manos del perro estaban llenas de sangre.-Eres quién debe superar el miedo para ser la que proteja a Hoppy cuando sea tu turno de ser la segunda, ¿Entiendes?- 

Bobby al fin pudo hacer ruido, sollozar en seco y limpiarse las lágrimas qué no tenía. Sintiendo el depravado rastreador en su mano, llenándose de tantas emociones dolorosas como de reproches y rencores. 

Tomando a fuerzas el cristal en su mano le da una mirada afligida.  

-El doctor dijo que si estamos en nuestra zona de espera los rastreadores no se activarían a los cambios físicos. – toca el rostro de la osa aun con sangre en sus manos. -Bobby, lamento que siempre te lleves la parte mala de todo lo que nos sucede.– 

Bobby entre el dolor y la sensación helada de su carne regenerándose deja salir una suave risita sin ganas. Cansada de ser tan llorona y débil, sin poder moverse cuando esos tirones desde el interior de sus huesos le avisan de cómo se regenera. 

-Los odio… y a ti también, te odio.- lo acusa mirando esos ojos de plata verse tan apagados como la misma noche. - ¿Hay algo malo con el doctor hablador?- pregunta para distraerse. 

La respuesta viene con un desvío en esa mirada triste. 

Bobby supo de inmediato porque DogDay los mantuvo aparte de todo el procedimiento del plan. Quizás no tan claramente como lo entendería Bubba pero lo supo, entiende que no tienen amigos allá afuera y DogDay todo este tiempo les hizo creer que todos estarían bien… por los niños. 

No odiaba esa idea, la inmolación del yo, pero ya estaba cansada de sacrificarse (Bobby sabe palabras difíciles) por otras personas, quería ser egoísta. Solo por una vez. 

El perro la deja descansar, retirándose tras limpiar sus manos con un trapo de la cocina, confiando una ultima orden a la osa. La más joven de los siete. 

-Lleva a Hoppy a PlayHouse, allí deben esperar a los niños. – la guía suspirando.-Debes cuidarla, ella solo puede ver adelante pero tu eres su espalda, recuerdalo cada vez que estén atrapadas. - 

Bobby respondió a la orden con un sonido de su garganta, sin mirarle nuevamente. 

 

 

 

 

 

Es por ese medio que les pidió preparar a los niños solo un día antes de irse. 

Evita qué el doctor lo supiera hasta que volviera a preguntarle en el punto ciego fuera de la escuela. 

-¿A cuántos niños prepararon?-

DogDay dobló las rodillas en cargándose con este especialista de la salud. 

-98 niños entre tres bloques ya preparados para la intervención de los cirujanos.- 

El doctor abrió la boca horrorizado pero no por lo que mencionó sino por algo más egoísta. 

-Te dije que solo podrían ser diez. – le recalca al ver en la cara del perro, que no mentía. – El transporte no podrá llevarte a ti y a tus amigos si van tantos niños, deben ser muchos menos. – 

-Si… - el perro suspira inclinando la cabeza a un costado. – Sé que solo unos pocos saldrían si vamos todos. – lo admite. 

Quería explicarle lo importante que era para el sacar a los niños más cercanos al bisturí, salvarlos y retrasar el cambio que se había programado para este año de desgracias

El doctor abrió la boca, exhalando un murmullo tan ofensivo como podría ser cualquier escupitajo al rostro. 

-Dejarás a uno de los sonrientes. –

Porque este humano fue incapaz de entender que solo deseaba salvar a los niños o que sus amigos no tenían la capacidad de moverse … ¡No!

 ¡¡¡Este hombre es un humano más que los ve como juguetes!!! 

El perro frunce el ceño. La sola idea de dejar a uno… a cualquiera en este infierno mientras el resto se largaba, era ofensivo. 

Dios… que estúpidos son los adultos y aun así en sus manos estaban sus vidas.

 ¿Como esto era justo a ojos de un dios? 

 Acababa de apuñalar a la más pequeña del grupo, la cortó igual que estos degenerados para librarla de esa maldita cosa en su pierna. ¿Y qué hace este humano? ¡¿Enserio cree que solo es una máquina?! ¿Números y letras? ¿Cálculo y cables? 

Al menos una computadora podría encontrar mejores firmas para su proceder. 

El tormentoso enredo de furia y rabia, desesperanza y sufrimiento le sube por la sangre. 

Golpea su cerebro y grita desde el fondo de su pecho una gran cantidad de improperios. 

Con el recuerdo de su yo de cinco años peleando contra la vida que lo quería ver muerto. 

Cnra un mundo que no le tuvo nunca piedad. 

Ese niño era tan fácil de contentar, lo veían resistiendo palizas solo por un robo o cortarse las manos en búsqueda de comida en la basura de los vecinos. Siempre llevando una sonrisa estúpida solo para sobrevivir y ayudar a su familia, incluso si el pan que mordiera tuviera un pedazo de cristal él aún lo escupiría a un lado y seguiría comiendo con el sabor de su sangre sobre la lengua.

Resistió tanto afuera y después le arrebataron todo lo que prometieron. 

Le dieron una familia a la que cuidar de verdad y después lo cortaron para hacer un juguete. 

Permitieron que se enamorara. 

Permitieron que lo mataran. 

Permitieron que su asesino siga en esta jaula. 

Permiten y repiten las transgresiones porque les parece que es entretenido ver que pasa. 

¿Qué va a pasar? ¿Qué va a pasar? 

¡¿Qué va a pasar?! ¡¿Qué puede pasar ahora?! 

Su cuerpo se calienta hasta hervir, sacando el vaho espeso al usar su voz adulta tan arrastrada como él mismo se sentía. 

DogDay era un perdedor de porquería que se empecinaba en hacer lo correcto, lambisquear los restos de una vida humana que añoraba tanto como el callejero la correa del perro de pelea. 

Al menos el animal en la jaula recibe golpes antes que la nada. 

Solamente escucha a un amo, podría ser su propio instinto. 

Puede ser un animal sin valor hasta que deba morir en la apuesta arreglada. Solamente creyendo que peleaba por su familia. 

Ahora mismo el niño en la calle es ese perro de jaula y es tan patético como lo fue al comer basura. 

-Para ustedes todo es uno o nada, siempre uno o nada… - estiró de golpe las manos atrapando al doctor en su agarre. – Entonces… doc… - mira ese rostro asustado de frente al cubrirle la boca con el pulgar, acariciando esa habladora boca rosa suavemente.-¿Una o ninguna pierna?- pregunta subiendo su cuerpo sobre el humano igual que el perro callejero qué añoraba volver a ser. 

Recordando los dichos de los adultos que lo ignoraban en las calles. 

-No hay comida en la mesa para los callejeros… Si no tenemos padres, no somos humanos.- murmura sabiendo y recordando cuantas veces los trabajadores lo han dicho.-Debería estar agradecido por tu sinceridad y ser un juguete en vez de un malviviente afuera en las calles. - 

Sin premios, mentiras ni engaños. 

Se sabría despreciado y era suficiente para no enloquecer. Sabía que no hay amor allá a donde fuera y puede seguir adelante sin pesar. 

Too lo valioso de su mundo está despellejado y metido en plástico. Atrapado en la granja de carnes frescas para los pervertidos. 

El doctor negó moviendo la cabeza y entre la asfixia y la fuerza que lo comprime en esas garras sin filo, solamente la aplastante fuerza de la máquina que lo somete. 

El perro inclina la cabeza a un lado dejando que sus orejas rosen al humano tan suaves como solo este gran peluche era.

 Escucha y comprende la verborrea del humano. 

-¿Por qué hago esto? Si. Ni yo lo sé, lo siento ; solo quiero enviar un mensaje a tus compañeros. – lo aprieta haciendo que el cuerpo truene suavemente, un sonido más parecido a aplastar una pieza de madera le hace levantar las orejas al mismo tiempo que el humano grita bajo su control. – La prensa suele hacer ruidos peores cuando mi brazo es aplastado, oye… - sus ojos de plata se fijan en esa mirada aterrada. – Tal vez te duela tanto como a mí.- recordando esos ojos curiosos por encima de las mascarillas salpicadas por su sangre.-No, a ti te duele más porque no estás acostumbrado. - 

Entonces el carácter del humano se rompe en el miedo y el dolor, expulsando tantas palabras atroces como húmedas por la sangre que sube por esa garganta. 

Escuchar solo una parte es suficiente para hacer que lo último de su sentido no se continuara conteniendo. Levantándose para darle el espacio que el humano deseaba, mirando como intento moverse pero no hay respuesta de gran parte de ese cuerpo humano. 

DogDay puso la mano frente al humano observando el odio en esos ojos humedos. 

-Prueba la sangre de una máquina. – le exige sujetando con la mano libre ese rostro, abriendo su mano al cerrarla y retorcer su propio pellejo plástico con la fuerza de sus dedos y las garras ocultas. Derramando una gran cantidad de sangre sobre el humano. 

La cara ya aterrada de este se contrae y sacude sin aliento. La a probado y reconocido como sangre, ese sabor metálico y viscoso lo a llenado. 

-No, tu no estas vivo. - 

El pánico ante la verdad toma fuerza al poder decir solo esta línea y su lengua sacar el menjurge de sangre espesa de sus pulmones. 

 

Para la satisfacción del perro puede ver el reconocimiento y en ello el terror de este hombre tan valiente antes. 

-¿Cuánto te pagaron por entrar aqui? ¿Es suficiente?- le pregunta este perro divertido por su propia miseria. Matando al primer humano que le ofrece ayuda real. 

El miedo que se mezcla con lágrimas es suficiente para perder el interés, sentirse idiota por cometer tal error y alargar algo que no debía hacer desde un inicio. Sintió la necesidad de disculparse y aún así se abstuvo, terminando por cubrir ese rostro con la misma mano herida. 

- No soy una computadora, nadie lo es ni fingiré que lo soy. – murmura arrancando la cabeza al tirar del torso y el mentón en solo un movimiento.-Entiende que no dejaré que sepan allá afuera lo que pueden y están haciendo con nuestros niños, y tu ya sabes demasiado.- al tirón los dientes inferiores quedan expuestos al quedarse en el lugar mientras el resto del cráneo permanece en su poder. 

El perro observa la sangre bajo su cuerpo, dejando la pieza de hueso a un lado para sacarle la identificación del pecho de su bata. Solo puede arrancar parte de la bata, sus manos están demasiado exaltadas.

Este sonido de la tela al romperse le trae de vuelta a la realidad. 

-Hice algo horrible… - sus hombros caen mirando la sangre y la bata blanca llenándose de sangre.-El no era malo, solo quería dinero, el dinero es bueno…- no es para si el lamentarse. Es para calmar los gritos de su pasado reclamando esta injusticia, haber herido a alguien que le ofreció ayuda antes que cualquier otro humano. 

No podía confiar en alguien que ya les había puesto precio. No le haría eso a sus amigos. 

Su pelo se eriza al escuchar la puerta de la escuela abrirse, olfatea entre la sangre el perfume de una criatura. 

Es un aliado. 

Lentamente las zapatillas de una maestra se acercan a su espalda, observando al humano muerto.

-¿Y sabes como se llama este?- le cuestionó mirando al cuerpo.-Era lindo, escuálido pero lindo, aunque me gustan más las chicas para un maricon como tú está bien si es hombre, ¿No?- lo interroga burlesco. 

 DogDay le entregó el bolsillo de la bata arrancada, no tiene nada que decirle a Terry y su creciente vulgaridad , es algo que no puede porque posiblemente rompa algo dentro por su fuerza.

Al parecer Terry lo trataba cada vez menos como a un niño y aprovecha sus interacciones para ser un completo morboso. Era raro pero sonaba como un paso más para al fin ser amigos y no solo secuaces. 

La maestra le arrebata el bolsillo y revisa el interior tirando lo sobrante sobre el cadáver.

-Era un Garfield Mortain… vaya.- suspira entregando la tarjeta de códigos.-¿Puedo saber porque lo mataste?- pregunta metiéndose el cigarrillo a la boca. 

Aquel perro sacude la cabeza y bufó , mirando a la cabeza destrozada por su propia mano, cada vez más agitado.

-Porqué era mentira…él no queria salvarnos… solo somos máquinas , no nos veía como más que pertenencias de la fábrica... el nos queria vender.- sus razones toman forma al decirlas.-Nos puso un precio. - 

El patrón de respuestas las reconocía de otro lugar y experiencia fuera de cualquier hogar, en casa y como una muy mala experiencia para él. Esa situación no la llevaría a sus amigos. 

-¿Qué te hizo pensar de esa manera?- le pregunta sin parecer en realidad impresionado. Siempre supo que seguramente fuera de este lugar no había nada mejor de lo que ya conocían. Algo que este perrito no terminaba de entender y era molesto tratar de explicarle como era el mundo real. 

El perro mueve la cabeza. Había escuchado todas las cosas que el humano le juraba hacerle, desde venderlo como chatarra a crear lavavajillas con su cráneo , eran bastantes cosas salidas del miedo y la rabia, todas dirigidas a él pero no por eso las entendía o podría repetirlas.

- ¡No lo sé … solo …solo sé que no podíamos confiar en él!- exclama como última oportunidad ese punto tan importante. - Cuando te ponen precio es mejor que sepas cómo escapar. - 

- ¿Y los niños?- pregunta mientras ignora el pensamiento intrusivo que le hace querer comerse el cadáver.-¿Como los sacaras sin el intermediario?-

Ese puro era otro tema a discutir y no con Terry. Se los diría a sus amigos cuando terminara todo este movimiento. 

-Los niños estarán bien, eran buenas personas.- 

-¿Eran?-

El perro suspira llevándose las manos a la cabeza. 

 

 

 

 

 

Al volver a la celda se abstuvo de comentar nada con el grupo. 

-Y este cerdi¡Niño! Este niño se fue al mercado, este niño se fue… - 

Observa a Bobby y Crafty jugar con Picky en el centro de la celda. 

Bubba a su lado sigue leyendo el libro y girando este para ver una gran hoja unida en tres con alguna imagen que él mismo no puede ver. 

-¿Si le entiendes?- preguntó asomándose para ver a una modelo en traje de baño y un gran motor bajo sus antebrazos. - ¿Bubba?- lo vuelve a increpar pero más divertido. 

Este elefante no reaccionó en lo más mínimo a su mofa. 

-Es un motor VMW con capacidad de 5 litros y 4 velocidades con la capacidad de ir de 0 a 160 en menos de 15 segundos, y su capacidad de tracción es cercana a dos toneladas. – le cuenta esos puntos que parecían emocionarle bastante. 

-Suena bien. – asiente y vuelve a mirar a los demás jugando. 

Bubba dobló la hoja con el ceño fruncido y algo avergonzado. No era su culpa que cada tanto el libro se llene de chicas guapas en poca ropa ni que DogDay volteara justamente en ese momento, casi arruinando su imagen de chico ascético y súper serio. 

-Creo que no deberíamos ir con el doctor.- lo dijo lo más relajado que podía estar en su situación. - No… Más bien, ninguno irá con el doctor. - 

Bubba abre el libro y lo cierra, le costaba demasiado al carecer de dedos pero cualquier cosa se lograba cuando uno estaba nervioso. 

-¿Porqué lo dices?- no encontraba qué otra pregunta hacerle al líder. 

Su amigo canino mueve los hombros viéndose algo o más bien bastante derrotado. 

- Él está muerto, lo mate al descubrir que no nos creía vivos… y creo que planeaba vendernos. – 

Bubba revisa si Hoppy lo escucho pero la ve durmiendo abrazada con Kickin en una esquina bastante apartada de todos. Un sentimiento parecido a los celos le llega y debe suspirar para despejarlo. 

-Sabes que Hoppy se enojara contigo, se suponía que ella se encargará de las siguientes muertes.– 

Pudo decirle muchas mas cosas, reclamar y sacudirlo pero Bubba era más que un tipo tibio. Recibiendo una advertencia comprensiva sin alterarse. Además de ser aceptada su declaración, exactamente la que los condena a ser elementos de compare y venta. 

-Lo se… Bubba… si mañana nos descubren deberás culparme de todo, o también castigarán al resto. – 

La orden es directa y al mismo tiempo suave. Es un recordatorio. 

-¿Mañana? – debe preguntar esa parte nuevamente. 

-Deje el cuerpo en el mismo lugar , seguro lo encontrarán en el mismo al limpiar. – mira a todos jugando en el centro, guardando la calma tan solo con doblar las rodillas y abrazarlas.-Cuando sea hora solo subirán Hoppy y Bobby, me enfrentaré a los humanos y tú debes convencerlos de que fue mi culpa… Piensa en Kickin y Picky… Me encargaré de que estén enojados, no te llevarán la contraria. - Bubba dejó el libro de lado par sacudirlo por el hombro. 

No había un plan ni pasos a cometer, este era todo lo que se debía hacer y lo que no se puede negociar. 

-Dog… pendejo perro… - su boca deja salir el vaho espeso, el suficiente para mostrar lo enojado que se encontraba y lo mucho que le afectaba. -Le diré a los demás, cuando todo acabe… no dejaré que te odien. – 

El perro lo detuvo. 

-No, ellos deben seguir el plan y sacar a los niños que puedan y si eso los anima. Bien.– 

El elefante aún discute, cada vez más enojado. 

-Puedo aceptar que nos quedemos atrapados… pero no que te dejes matar. – 

-No voy a dejarme-

-Dog ¿Enserio crees que no sé de tus garras? Se que tienes y no las quieres usar, no se porqué cuando tu oportunidad ha llegado muchas veces ya. – 

-Solo cuida de todos… y Hoppy será la líder, no te preocupes. – mira a sus compañeros dispersos. - No uso las garras porque no encuentro la verdadera situación sin fondo que nos orille a mostrarlas. - 

 

No había mucho por decir. 

-Gracias a dios no me das esa responsabilidad también. - 

 

 

 

 

 

 

Llego la hora de volver afuera. 

Cada uno salió de la sala viéndose como siempre. 

-Adiós. - 

Los trabajadores no solían escuchar al elefante hablar fuera de su zona. Esto fue sorpresivo. 

Al menos el perro alegre respondió con un ademán muy común, lo suficiente para que no les interesara. 

 

Excepto el elefante. Él avanzaba dando algunas miradas a sus amigos mientras subía sin perder de vista DogDay. 

Subió a su lugar como la atracción de los boletos, esperando lo que DogDay le había advertido. 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Dulce Hogar Theodore le saludo como de costumbre desde la mesa del desayuno. 

No lo vería nunca más. Lo sabía. 

Pasando entre ellos y el resto dio su indicación. 

-Preparen lo que tengan. – les pidió a los niños de paso. 

Su mirada choca con Picky al igual que con Kickin, ambos parecían demasiado confundidos al verlo en Dulce Hogar. 

-Ustedes no irán. – les confirma saliendo del lugar. 

Afuera en las escaleras Kickin lo alcanza por el brazo. 

-Nosotros… - se apunta y a Picky qué ya a sido llamada por una trabajadora de las cocinas. 

DogDay le tomó los hombros haciéndolo volver a dentro sin dar más explicaciones al empujar de vuelta a Dulce Hogar.

Ese gesto fue suficiente para hacer al ave quedarse en blanco. No era la primera vez que era rechazado en estos días pero la forma seca a sido dolorosa, mira al perro y a Picky en la sala. 

La palabra traición toma fuerzas al ver pasar a los niños entre los dos y directo a PlayHouse. Incluido el aroma de ese niño que tanto los molestaba. 

Theodore Grambel. 

Solo por él. 

Este sentimiento sube por el pelaje y las plumas de ambos.

Una vez sabiendo que dejarlos atrás era para proteger a ese niño.. Ya lo podían creer totalmente. 

-¿A dónde van los niños?- cuestiona una visita de fondo. 

Kickin apretó los puños mirando al perro. La tentación por delatar su escape es grande. 

Hasta ver a Hoppy dirigirse al mismo lugar con Bobby. 

Esto lo golpea fuerte. 

-Se van todos… Y nos quedamos nosotros. -

El murmullo de Picky llega a sus oídos como agua. 

El también podía ser un maldito perro egoísta. 

-No… - suspira volteando. - ¡No hay nada de qué preocuparse, todos podemos tener un día de campamento de vez en cuando! - festeja con la voz infantil. - ¡¡Buenos días Picky, viniste a saludar!!- la apunta haciendo que ella retroceda.-Bubba seguro querría verte. - 

La cerdita suspira algo de vaho al tomar una decisión. 

-Lo se… ¡Hay que hacer un gran almuerzo, hola queridos visitantes!- al fin se obliga a saludar a los adultos que estaban en la sala. 

Habían decidido aceptar quedarse atrás y cubrirlos, no había de otra.

Kickin por Hoppy al igual que Picky por Bubba. 

 

 

 

 

Crafty en la juguetería observa la pequeña ola de niños ir a PlayHouse, sitiendo la crisis llenarla. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tal vez fue cruel y estaba de acuerdo con pagar ese gesto tan grosero con sus amigos. Dejarles el temor de ser abandonados no le supo bien pero… pero ya no esperaría más.

Es suficiente para hacerlo llorar. Si pudiera hacerlo. 

Se preguntaba, a veces cuando estaba de verdad solo, porqué le gustó tanto Theodore Grambell. Era raro y callado. Era un niño aterrador y muy alto para ser menor que él. Era un niño, eso era imposible ignorarlo, tenía un gran puñetazo. También era como las flores, tenía su encanto sin necesitar de nadie para brillar. Era un niño inteligente que no parecía necesitar la correa de nadie para vivir. 

Eso era lo que más le gustaba de Theodore. 

Era alguien a quien darle la correa y no lo abandonaría, era leal. Por eso debía sacarlo de este matadero. 

De verdad lo extrañaría una vez se fuera de la fábrica.

Piensa en ello mientras observa al guardia que los cubriría en la plataforma metálica al fondo de Dulce Hogar. Este le mira hacia arriba con el desdén impreso en sus pupilas. El desdén qué se siente por una herramienta sin uso. 

Lo consideraba basura inútil. 

-¿Y el resto?- le pregunta al solo haber llegado DogDay a la PlayHouse. Se suponía que las siete máquinas trajeran al doctor y algunos Bunzo, también unos cuantos niños para el rescate y demostrarle al mundo los secretos militares que oculta esta compañía en vez de compartirlos con el ejército del país. 

La sola idea de eliminar a los soldados y enviar a estas cosas a vengar la derrota era suficiente para arriesgarse en nombre del país. 

El perro termina con la distancia al acuclillarse a su nivel. 

El guardia no era del grupo de Ryan, no sabía que esta cosa solía irrespetar a los humanos una vez estuvieran solos ni nada sobre los movimientos hechos entre las esquinas.No podía enterarse que este perro había visto su rostro en los registros que un jefe de guardias le compartió al robar capturas de las cámaras de seguridad. 

Lo poco seguro que estaba con este monstruo tan cerca. 

-Mate a tu aliado. – le confiere sus pecados al atraparlo por el torso, aplastando sus huesos para llevarlo a su hocico.

De todos modos este hombre no le sería de utilidad. 

 

 

 

 

 

 

 

El movimiento inició al llevar las dos a los niños a la PlayHouse, y sacarlos por las plataformas traseras. Olfatea corroborando con ello la presencia de Theodore entre los niños que no puede distinguir pero reconoce de tres bloques distintos por el aroma. 

Seguido de subirles a un ascensor directo a la zona de construcción en la planta de agua de la superficie. 

Los tres subían con los niños, usando la identificación del guardia muerto. 

-Quiero que se pongan esto. – les pidió entregando los pedazos del uniforme del guardia a los niños. – En los ojos. – les pidió a todos. 

Se veían confundidos pero Bobby los hace verlo como un juego al hacer un moño. 

Hoppy dejo de lado esa escena, enfrentando al perro. 

-¿Porqué Kickin y Picky se tienen que quedar? ¿Incluso Bubba y Crafty?-

Tras las preguntas DogDay miro a los ojos a su compañera. Dando la verdad a las dos. 

-Nosotros nos quedaremos, Hoppy… ninguno de nosotros escapará hoy con los niños. – 

Chapter 28

Notes:

Lento. Muy lento.

Chapter Text

 

 

Bobby ataba una de las vendas en la cabeza de una niña, escuchando a sus compañeros murmurar. 

-Mentira…- logra decir Hoppy en un lamento aguado.-Nos hiciste venir hasta aqui.. Con mentiras. - 

El perro revisa los alrededores buscando a los humanos. 

-En el camino habrán varios compañeros del doctor, muchos de ellos se irían en esta escapada y otros seguirán fingiendo. – la toma por los hombros, incluso si siente como la coneja se tensa y le gruñe. 

Algunos niños sienten esa sensación y casi se quitan las vendas. 

-Los niños no pueden pagar lo que pasara si esas personas son descubiertas. – 

-Tu piensas… ¿Y si ya nunca logran entrar buenas personas?-

-Entonces más vale que hagamos las paces con las otras criaturas y algún día nosotros mismos abramos las puertas. – era una reliada desagradable pero debían unirse a las otras criaturas o perderían la vida sin lograr escapar de verdad.-Esa siempre fue la forma correcta. - 

Hoppy deja que su rabí la llene y desborde. 

-… ¿Cómo te atreves a decidir por nosotros? – cuestiona sintiéndose capaz de empezar una pelea ahora mismo.- Ellos nos ven como si fuéramos inferiores, ¿Lo olvidas? Mommy intentó matar a Crafty. - 

Su líder la enfrenta sin piedad, acariciando sus hombros. 

-Entonces todo era un desastre , Mommy y tu en ese momento solo pensában en matar.. Como ahora. - le apunta con las manos extendidas al explicarse. - Miento por que ninguno tendría la fuerza para afrontar la realidad sin tener a alguien qué culpar, y todo seguirá así mientras lo que haga sea necesario, porqué tu tampoco tienes idea alguna de que hacer, Hoppy. – 

La coneja tiembla llenándose de rabia su mirada, apartando el agarre de DogDay. 

-Crees que soy estúpida, crees que no puedo hacer nada por mi misma. – 

-Creo que Kickin es más importante para ti que cualquiera de nosotros y por eso no puedes pensar claramente en el bien de quienes no pueden ir a tu ritmo.- apuntó a los niños. – Yo prefiero que terminen en las calles de una ciudad sucia a que los hagan pedazos en este lugar. – 

-… es todo o nada. – murmura Bobby uniéndose. - ¿No odiabas esas ideas?-

Esa ideologia era algo a lo que el perro siempre le mostró desagrado. 

-Odio más tener que esperar en una celda mientras a ustedes les hacen daño… Bobby, no lo soporto más. – sus palabras tiemblan, estaba siendo tragado por la presión de lo que deberían hacer una vez se abriera el ascensor. – Se lo que le hacen a todos… huelo la sangre y sus heridas…. Puedo oler todo el miedo que sienten y cuanto desean que todo esto acabe. – sus manos tiemblan incluso si cierra los ojos. – Estoy cansado de verlos dormir y sentirme cobarde por no liberarlos de una vez. – 

-Dog… - 

-Quiero matarlos cuando duermen pero no lo hago, no puedo incluso si lo decido… solo puedo ver cómo los llevan a ser torturados por turnos y no puedo hacer nada sin pensar en todo lo que sucederá despues… no se porque, no puedo ser estupido y limitarme a saltar, estoy enloqueciendo. – suspira cubriéndose la cabeza con los puños. - Lo peor de todo es que no puedo entender cómo es que llegamos a un punto donde tengo que hacer todo esto, ¿Que les ocurre? ¿Porqué tengo que mentir para moverlos?- sus lamentos terminan cuando su propio malestar mejora y puede simplemente suspirar para dejarlo ir.-La verdad está frente a nuestros ojos pero la ignoramos, yo la ignoro y pagamos por esos errores cada vez que nos alcanzan. - 

Las dos miran al perro como si fuera todo un desconocido. 

La confianza de siempre, esa actitud mandona y su seguridad estaban desmoronándose para mostrarles un centro más oscuro. Un tipo aterrador qué podrá ser una gran amenaza y los ve como algo a lo que proteger tanto como se creía con el derecho a terminarlos. 

Lo que sea que lo detuviera, seguramente no podría hacerlo por mucho. 

-No te acerques. – murmura Hoppy alejándose lo más que la plataforma le daba opción entre los niños. 

Bobby la observa sin volver su mirada al perro que toma la dirección contraria, esperando a las puertas. 

Entonces el líder cubre esa boca tan alegre con las manos, pensativo y nervioso, tan agotado como perdido por el sopor qué lo lleva a cerrar los ojos y esperar a que llegaran a su destino. 

Los niños no habían escuchado nada pero sentían esa incomodidad nata de un hogar fracturado, un sentimiento amargo y desafortunado como el hielo roto de un lago profundo bajo sus pies. 

-Tómense de las manos. – les ordenó Hoppy con esa voz madura y suave. 

 

 

A todo esto los hermanos no habían podido hablar con las criaturas, viéndose uno al otro en la oscuridad al torcer las vendas en sus ojos. Ese sentimiento tan lleno de incertidumbre los llevaba de vuelta a ese estado de huida. 

-Hay que decirles…- murmura Damián apretando la mano de su hermana. 

Charlie muerde sus labios, revisando a los niños alrededor. 

–Cuando estemos en el piso. Ahora ellos no pueden saltar, se romperían las piernas. – lo apunta agachándose. – Igual que una vaca saltando un monte. - 

Su hermano la ve quitarle la agujeta, quizá innecesaria al ser de broche sus zapatos pero le molesta. 

-Oye. – murmura ofendido. 

-No debemos separarnos. – le interrumpe ella tomándole la mano. – Ayúdame . – susurra dando la vuelta a las agujetas en sus muñecas. 

El niño le escucha y los dos le dan vueltas apretándose su unión por la cuerda. Tiraron una vez para comprobar la fuerza en esta. 

-Vendas. – para sorpresa de ambos, esta vez fue DogDay quien les arregló las vendas y las apretó para que no la bajaran. Lo sintieron soltarlos pero algo hizo que se volviera frío el ambiente. - ¿Porqué traen la mochila de Theodore?- les pregunto, más bien a Charlie la sacudió muy suavemente. 

Esa mochila y los restos de la cobija eran los que le hicieron creer que el niño estaba entre ellos. 

- Él… él dijo que nos alcanzaría con su papá. – 

-¿Su papá está en la fábrica?- pregunto esta vez la voz infantil. - ¿Está en los pisos superiores?- 

Ese tal papá era un tema que Theodore no solía tocar cuando hablaban, lo evitaba. 

-Si, no… creo que su papá-

No había manera de decirle nada, la plataforma se había detenido en el piso correspondiente y las puertas se abrieron frente a todos. 

Las orejas de Hoppy reaccionan agachandose al ver a un guardia con arma directamente. 

-¿Doctor?- pregunta este buscando con los ojos al médico. 

Las vendas cobraron sentido para Bobby una vez escucho:

-Hoppy, no hagas ruido. – 

La coneja estaba enojada pero más allá de su propia voluntad ya había saltado a cortar la cabeza de este humano con una patada. 

La sangre salto por el aire, rebotando la cabeza contra el techo partiéndose en tantos pedazos como una sandia. 

La coneja en el movimiento gira a un lado para atrapar al segundo en sus garras, aplastandolo contra el suelo.

Bobby tiembla haciendo que los niños salgan de la plataforma junto a DogDay. 

Los guardias ni siquiera habían pidió gritar, todo fue tan rápido que Hoppy solo podía mirar el fruto de sus acciones como una ilusión. 

-Los humanos son tan suaves… - suspira observando sus garras. 

-Ahora cómelos. – 

Necesita mirar al perro para comprobar que esa orden era enserio. 

DogDay asiente sacando de su cierre la vieja cobija qué le habían dado hace años, estirándose para limpiar el techo. 

Los niños en su distractorio y, extrañamente divertido, estado de ceguera pisan el suelo limpio por el que les guía Bobby con brazos y piernas, observando a los dos limpiar la sangre a su manera. 

Las luces se apagaron y al fin pueden seguir su camino al abrirse las puertas de esta bodega. 

Avanzaron manteniendo a los niños lo más junto que se pudiera en el ajetreo de colaboradores muertos a manos de las dos criaturas. 

Bobby siente su estómago revuelto, preguntándose si el destino seguiría siendo tan rojo como la sangre. 

-Bobby. – 

Baja la cabeza cuando los hermanos le agarraron por las piernas. Es vergonzoso que descubran qué es ella al olfatearla. 

-Dile a DogDay que Theodore ya debería alcanzarnos, no sé porque no llega aún. – 

La osa lo procesa con toda la amargura que a estado conteniendo, preguntándose porque debería y a la vez sintiéndose tan preocupada por ese niño raro. 

Rememorando en un solo segundo todas las veces que ese niño pudo haberlos ayudado, decirles como esconderse y huir… pero siempre se trató de él y ese papá imaginario en las paredes. Siempre una mentira para hacer que DogDay le mirara. Un adulador con actos tibios qué se notaban tan indiferentes a lo que les sucediera. 

Porqué no estaba ciega, ella vio todo, ella noto como la vida de ese niño mejoró desde la desaparición de DogDay, parecía que le alegraba. Corría, jugaba y hablaba con muchos niños… como si a lo que le sucediera a su amigo le siguieran solo premios a ese niño raro. 

Ese niño que cuando le contó que quería una mamá este le pareciera normal sonreír y llorar… como si ella fuera un chiste y sus anhelos golpearan como un chiste a un payaso. 

-¡Bobby!- 

Escucha la advertencia del perro y debe escucharlo, llevando a los hermanos al centro con un empujón. 

Debería decir algo. 

-Dog… ese niño no viene con nosotros. – le avisa por pura lealtad. 

El perro da una mirada a Hoppy saltando por las paredes. 

-Él debe estar aquí arriba. – 

-No es posible que suba por si mismo, Dog.- continúa. 

-Les dijo que su papá– 

Bobby llegó a su límite, empujandolo para que la mire de frente. 

-¡Ese niño no tiene ningún papá! Solo es un loco que habla con las paredes, lo deberías saber. – lo sacude por el brazo. – Solo es un orate que te gusta mucho y por eso no ves todo lo malo que está flotando en su cabeza. – le recuerda y lo empuja. - Es un estúpido , no está bien pero estás tan obsesionado que no lo ves. - 

-No hables así de él. – pidió con su voz adulta procesando lentamente todos esos reclamos. 

-Pues él no está aquí. – 

Vio como la poca confianza recuperada durante el avance en la oscuridad se perdía lentamente. 

-Hoppy… - volteo mas lenta de lo que deseaba. – Hoppy. – 

Apenas por una fracción de segundo una luz llego por un costado iluminando a los niños a su cuidado. 

Bobby no se mueve siquiera, solo observa a los dos humanos en el pasillo contiguo. 

La coneja aterrizo aplastando con las garras el torso de ese humano haciendo que estallaran los intestinos igual que lo haría una cucaracha, salpicado el suelo a su alrededor. 

Aún quedaba uno y la esta iluminando directamente. 

DogDay dio un salto adelante al ver la figura de otra criatura. 

Este monstruo los mira, incluso cuando Hoppy perdió al humano, retrocediendo con ellos de nuevo. 

Una vez se alejaron del lugar el paso de DogDay se detuvo. 

-Regresaré. – les avisa agitado, más de lo esperado. 

-No, debemos quedarnos juntos. – 

-Escuchen… Yo iré por Theodore, ustedes, por favor, saquen a los niños sin detenerse . – 

-¿Sin esperarlos?-

-Si no llego sería una broma, o estaría con los adultos. – 

Lo que conlleva ambos escenarios no hacen que Hoppy ni Bobby aprecien la idea de separarse. Lo que sucediera de terminar con adultos sería desconocido pero olas de dolor en sus recuerdos hacen su sangre helarse. 

-No tienes que hacerlo, Doggy. – 

Su amigo / líder, les muestra una mirada derrotada, por ahora la peor de todas las que les da. 

-Hasta ahora las hice llegar hasta aquí… creo que la única razón está allá abajo. -confeso sus fechorías sintiéndose liberado de ese peso al desquitarse por las muchas trabas que sus amigos le han puesto con sus desobediencia y retos repetitivos. 

Las criaturas toman un tiempo indefinido para tragarse la que creen ser la verdad, estallando a su propia forma al desentrañar el significado de esas dolidas palabras. 

-Solo querías salvar su pellejo. – escupe Hoppy llevando afuera una gran herida.-¡¿Con qué mierda te ha encantado este pendejo para que lo prefieras a él antes que a tu vida?! ¡ANTES QUE A NOSOTROS, DOG! -

Sacrificarse por los niños, por mas de uno o por sus amigos era aceptable… pero que DogDay, quién se suponía veía por el bien de todos ellos, les expusiera de tal forma solo por uno. Uno de muchos, uno de tantos. Solo por una persona que nunca se vio más que reacia a conocerlos y ayudarlos cuando eran humanos… dolió. 

Un dolor diferente. Una agonía tan grande como cuando descubrió lo que le estaban haciendo a Bubba o cuando su cuidadora le cerró la puerta de castigo incluso cuando rogó por ayuda para su familia. 

Sus hermanas fueron arrastradas a la carniceriaa al otro lado de la puerta. 

Las burlas de ese calvo y los adultos que lo permitían como si ella no fuera nada más que lodo al que pisar. Humillada hasta rogar a gritos por piedad sin ser escuchada una sola de ellas. 

Todo esto cobra vida y esta vez la sonrisa de Kickin ni la amabilidad de DogDay la distraen. 

Viendo a ese perro como el mayor hipócrita de todo el mundo, que se ha esforzado por mantener esa fachada pulcra y desinteresada. 

Para Bobby las cosas no se ven distintas y a la vez comprende algo muy grande de las acciones de su líder. 

El amor puede hacerte egoísta. Puede que incluso esa confesión sea mentira y solo quiera terminar la discusión lo más rápido posible pero la herida se quedaría con ellas. 

Lo ve en Kickin y Hoppy, pero saber que por amor se sacrifica todo lo que se anhela y se tiene fue un golpe tan grande que su cerebro lo digiere muy lentamente. 

Es por esa lenta respuesta que no pueden explotar contra el perro, solo le dejaron en el pasillo para sacar a los niños. Confiando solo en el destino de quienes salven hoy para que el camino los llevara por el bien. 

Sintiendo como el enojo las hace correr y hacer que los niños vayan más rápido a donde fuera menos al manicomio. 

 

 

 

 

 

 

DogDay les ve irse por la oscuridad comprobando qué ningún humano les siga. 

Seguido se precipita en una carrera sobre sus pasos, llevándo todo lo que cargaba en su espalda. 

Era rápido, nunca les mostró a los humanos cuanto ni lo que podía hacer, por supuesto que no les permitiría ver nada de lo que podía lograr. Es así que pasar entre estos sin un solo sonido y tan rápido que no dejaría ni una estela es suficiente para volver al ascensor. Saltando por las orillas agarrado de la pared por sus garras ocultas hasta este momento, aterrizando en el suelo de la cueva para trepar el metal. 

Ni siquiera él no estaba seguro de cómo lo hizo pero volvió a la guardería, entrando por las puertas de la escuela.

 

 

Las maestras y los niños que no pudo organizar le miran sorprendidos cuando entra a los salones para agarrar papeles de los muros y olfatearlos. 

-DogDay, no puedes hacer eso. – le recuerda la maestra de arte.-DogDay… ¿Porqué tu pierna está rota?- pregunta al comprobar que el hueso se asomaba por un lado de la pierna torcida.

-¿Cuál de estos lo hizo Theodore?- pregunto a la maestra sin poner atención a esa pregunta fatal. 

Ella no pierde su sonrisa pero su humor se vuelve mezquino, delatada más por su mirada esquiva qué por su propia boca. 

Al mismo tiempo la maestra, Terry, quién guardaba los rastreadores, no hizo ruido ni señaló nada al precipitarse a tirar contra la cabeza del perro ese elemento de cristal. DogDay lo guarda por reflejo sin dejar de mirar a la pared. 

Esa maestra escapa silenciosamente por el pasillo, cubriéndose de la mirada de la M. Delight de artes. Esta se queda con la impresión de lo que había atestiguado y su silencio. 

DogDay siguió su mirada encontrando una vieja pintura de cuervo en la pared. 

Agarró la hoja sin importarle si ella gritó cuando la rompió para arrancará de las tachuelas. La llevo a su nariz para olfatearla, aspirando la renovada esencia del niño. 

Devolvió la hoja a las manos de la mortificada maestra. 

-Perdóname, por favor. – pide retirándose bajo la mirada de algunos niños confundidos al no ser saludados por él. – Lo siento, lo siento mucho, amigo. – suelta sus palabras con el nudo más pesado en su garganta. 

¿Quién era él para decidir a quiénes salvar? ¿Porqué decidió salvar al grupo 2, 4 y 3? 

 ¡¿Acaso se creía un dios o algo más estúpido?! ¿Qué sentido tendría hacer todo esto si no puede sacar a Theodore de aquí? ¿Si los experimentos no se detienen?

No ve la cara de las visitas que lo observan aterrada por su estado tras saltar por el ascensor y desgarrarse el pelaje, caminando por ahí con las manos llenas de sangre y su pierna arrastrada. La sangre se había llenado con el lodo de la cueva y las piernas qué lo hirieron al correr entre estas para volver a la guardería. 

Ajeno al espectáculo de sus heridas, sigue su camino ya hirviendo por la regeneración activa. 

Lo piensa y remarca en su corazón conforme sigue el rastro por la guardería. 

 

 Ignora a Crafty al igual que a los trabajadores que le insisten que vuelva por su camino a la guardería. 

 

Sigue el rastro por la zona de máquinas hasta el ascensor, el aroma está en los pisos inferiores. 

Tomo una de tantas escaleras de servicio en su camino, se veía como un loco enfermizo. 

-¡¿DogDay, quieres que te disparemos?!- gritan los guardias siguiéndole más preocupados por la regañiza qué obtendrán por permitir que la súper cara máquina de la compañía terminara con ese aspecto. 

DogDay ni pensó en matarlos, solo llegó al ascensor y lanzó la escalera contra los controles, incluso una bala impacto con su torso haciéndole caer a la plataforma con mucho más impacto del esperado. 

-¡Se han roto los controles!-

- ¡No lo dejen bajar!-

En el suelo observa a los guardias lanzarse a su búsqueda pero qué solo logran quedar encerrados con el perro dentro de en cuarto de acero qué baja sin importarles qué se sintieran arrinconados con el perro. 

Es DogDay el primero en romper el mutismo formado una vez quedan algo en shock por su situación. 

-Una mala tarde, ¿Verdad, señor?- les habla con ese tono cansino y extrañamente gentil de siempre. Riendo un poco una vez nota que el arma de uno está directamente sobre su cabeza entre sus cejas. 

-¿Porqué hiciste esto?- le pregunta el guardia sin perder detalle de sus movimientos.

El perro mueve la cabeza de lado a lado, parecía tan melancólico, esa aura de perdida y dolor que siempre lo acompañaba. 

-No lo se.- suspira. – Ya no se porque hago tantas cosas inútiles… y ya no se si pueda hacer más, estoy cansado. -mira el arma sobre su cabeza. – Pienso que esa bala estaría mucho mejor en mi cabeza, ¿Podría ser tan buena como ese refresco de uva?- su cuerpo se vuelve flojo y cae por completo sin dejar de mirar a los humanos.-De verdad quería beber refresco de uva. - 

-¿De qué está hablando esta cosa?- pregunta uno del grupo. 

Esto gana una mirada del resto, una que dice mucho sobre lo poco que este debía saber sobre el piso de guarderías y producción bajo tierra, era un nuevo empleado. 

-Guarda silencio. – le ordenan y su cabeza se inclina al lado contrario al ser empujado por el arma. 

-Si me disparan se derramara algo más costoso que todas sus pequeñas vidas. – advierte observando a cada uno guardando lo mejor posible la paciencia en su cuerpo.-Aunque ccomiena a importarme muy poco si así es. - 

-¿Desde cuando los animatronicos pueden amenazar? ¿Qué se supone que esta ocurriendo?-

No era solo uno. Entre los cinco únicos guardias que lo siguieron, tres son novatos y dos saben la verdad. 

El perro escucho su propia pierna sacudirse al reunirse el tejido de la pierna rotas. Rueda poniendo su peso en las rodillas y palmas, levantando la cabeza al expulsar una gran cantidad de vaho gris. 

Este espacio sube la temperatura a tal nivel que los humanos se sintieron dentro de una olla, temblando por la debilidad qué los recorre desde la piel a los huesos. 

El entrenamiento a altas temperatura aún no era una de las cosas por preocuparse para el sistema militante, aun no lo era, haciendo de cuerpos acostumbrados a temperaturas menores a 17 centigrados se vean reducidos a la subida indefinida, una que en el termómetro de los muros se marcará más allá de los 53 grados, a punto de cocinarlos tan solo por respirar el vapor caliente. 

El perro se pone de pie caminando los pocos pasos necesarios para llegar al humano mayor, ese que terminó en el suelo y asfixiándose con su propia saliva, sin perder de vista esos ojos de plata. 

-… hola, amigo mio. – apunta el perro atrapando su cuerpo por la cintura, acto vergonzoso y humillante para cualquier hombre adulto. – Tú… Ryan… - su mano libre no se esforzó demasiado en desviar esa arma y hacerlo tirarla a un lado. – Me parecías un buen hombre cuando era niño , ¿Porqué sigues aguantando mis travesuras? ¿También crees qué me merecía esto?- le pregunta acariciando su rostro para ver ese rostro vuelto un desastre ante la sangre hiriente y el mareo. 

Este hombre aspira y exhala a fuerzas, viéndose claramente como la presión sanguínea cambia de curso casi para matarlo. 

A este punto el lugar es apenas visible por culpa del vaho qué los cubre, solo siendo distinguible la figura del perro y su cola agitándose suavemente. Un juego cruel he inconsciente para hacer que esa brisa falsa sea el único consuelo para los humanos. 

Al fin la voz del hombre puede salir de esa boca seca y débil. 

-… debo…- la mirada se pierde y parece que sus ojos siguen alguna caída sanguínea. – Debo cuidar que estos idiotas no les disparen por diversión. – responde en un hilo. – Porque solo unos pocos sabemos lo qué son, niños. Solo quiero cuidarlos de esta gente. – exhala con esfuerzo ya con el cuerpo lánguido. 

El vaho no está a control del perro, es solo una reacción natural de su cuerpo ante la agitación emocional o celular, cómo acelerar sus órganos internos por una emoción cualquiera que se saliera de control o también sanar a un ritmo acelerado. Ambas cosas son suficientes para hacer que sus cuerpos ardan y expulsen vaho como trenes. No tenían la capacidad de sudar y eso los limita a expulsar el calor de esta forma. 

 Él no quería matarlos como si fueran verduras al vapor. 

Esto es suficiente. Por eso él era un perro y su estado era digno para alguien tan miserablemente hambriento de poder, de amor y pertenencia. 

Una mascota sin dueño qué simplemente hace lo que quiere para mantenerse relevante. 

El vapor se liberó una vez las puertas se abrieron y se vio rodeado por guardias del piso del sotano. 

-El está muy mareado. – les mostró al guardia en sus manos poniéndolo adelante. 

Estos se ven confundidos pero no son indiferentes, vieron a uno de los suyos y rápidamente actuaron aunque desobedecieran al director del orden. 

-¡No pueden abandonar la formación, idiotas!- les grita a los rebeldes que se molestan más por una mosca que por sus órdenes. 

DogDay pasa por entre las personas dirigiéndose a los pasillos.

-¡Alto ahí , te lo ordeno!-

Sus pasos se detienen, no por que algo lo lastimara sino por algo impresionante, volteando la cabeza al costado donde ese hombre lo golpeó con una de las mancuernas de los guardias inconscientes. La verdad es que esos palos eran para controlar a las visitas humanas, no para una criatura, siendo algo esperado que esta cosa se hiciera pedazos en un solo movimiento, logrando que los compañeros del piso se apartaran por las astillas qué saltaron por los aires. 

El silencio consecuente qué siguió a la mirada de la criatura fue tan… absurdo como risible. 

-Yo… te dije que pararas. – le recuerda como si eso fuera a salvarlo de lo que fuera a ocurrir. 

DogDay levante las manos, formando un corazón seguido por levantar ambos dedos medios al frente, sacando una sonrisa de más de uno de los presentes ante lo extraño y lo divertido que fue ver el cuadro completo. 

-Pero no por eso pongas cara de cagón, vaya que pareciera que el amigo perro te golpeó a ti. – lo humilla un guardia viendo que ni con ese gesto su cara cambió. 

-¿Vas a llorar? – se burla una compañera en bata blanca. 

Este director pierde color, lo gana y vuelve a perderlo en solo fracciones de segundo. 

Otra persona intenta dialogar con el experimento. 

-DogDay, ¿Quieres volver a tu celda? ¿No crees que es muy temprano?- pregunta una doctora. 

Tras un segundo de pensarlo sus ideas se acomodan lentamente. 

-Yo… quiero… ir… por… - mira a los guardias inconscientes. – Puedo oler a un niño aquí abajo. – decide dekaarlos para el final, cuando se calmen y pueda asesinarlos sin riesgos extras. 

La cara de algunos cambia levemente, lo suficiente para hacer que la actitud del resto cambie. 

-Aquí no hay ningún niño. – le afirma eso atreviéndose a tocar la mano del perro. 

 

En un segundo ese perro estaba en el lugar y de pronto no les quedaba nada. 

Las miradas de todos lo buscan pero solo ven su lomo perdiéndose por un pasillo. 

 

 

DogDay en serio esperaba que su carrera llegará más allá de este pasillo, de esta esquina. 

No detenerse nada más cruzar para ver algo como esto. 

 

 

 

 

 

Allá arriba sus amigos estarían enojados y puede que no lo perdonen. 

Aquí es cuando ruega por ese perdón. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Preguntando de inmediato si suicidarse cuando despertó hubiera sido mejor que llegar a este día. 

 

Chapter 29

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

Esperar a su amigo en los túneles no era tan divertido cuando había retrasos en su llegada. Por tanto había decidido salir a buscarlo para lo qués sea que pudieran hacer juntos. 

Encontrarlo peleando a golpes con un par de adolescentes no era lo esperado.

Aunque tampoco sabía si estaban peleando o si lo había malinterpreado y enrealidad solo estaban intercambiando bromas que con llevarán un para de gritos. O que pasaba era que la nariz de su amigo ya estaba sangrando y algunos de los más pequeños del bloque 4 estaban asustados en el suelo y ya se veían sacudidos por alguna afrenta. 

Tomando uno de esos flamencos de adorno en Dulce Hogar se dirige a la escena listo para golpear los con la barra de hierro. 

-En realidad no creo que ustedes entiendan lo que les estoy diciendo. - les dice el castaño mirando a los cuatro que mostraban bastante molestia a su presencia y cuanto se atrevió a intentar hablar con ellos.

Un mocoso intento hablarles como si fueran inferiores y esto no se podía perdonar. 

-Entiendo que eres un estúpido enano, ¿Quieres una paliza? Sigue hablando idiota.-

El castaño levanto los brazo apuntando a los pequeños en el suelo a su espalda. 

-Están molestando a los niños de mi bloque, no hay forma de que los deje en paz para que continuen, amigo¿Sera qué el idiota eres tú para pensar que lo haría solo porque tu quieres que lo haga?- lo interroga con esa cara tan tonta que solía hacer cuando sonreía.-Eres inocente si piensa que el mundo gira entorno a tus caprichos, no las niñas pequeñas son tan estúpidas.- siu sonrisa no desaparece y se atrevió a reírse en la cara del chico. 

Esa respuesta, su tono y expresión fueron la chispa para hacer a ese chico estallar y lanzarse delante con la cara roja antes las burlas de sus propios compañeros. 

-¡Estas muerto, mocoso!- grito al agarrarlo por el cabello. 

Theo corrió el último tramo con el metal en alto. 

Ese chico tira de ese cabello pero no por mucho. 

Su pierna fue pateada y este castaño le jala el brazo contrario para morderlo con un gruñido.

-¡Ricky!- gritaron nada más escucharon su chillido. 

Theodore se detuvo observando la escena curioso. Quería ayudar pero también ver lo que haría su amigo después de morder al chico más alto. 

El castaño logró ser soltado al morder para saltar sin que el chico pudiera defenderse a tiempo, chocando su frente con esa cabeza contraria, lo hizo caer al suelo. Los amigos de Ricky lo empujan al darse cuenta de que el niño intentó subir sobre su amigo con toda la intención de acabar con su cara a puñetazos.

Más es una escena de cuatro contra uno. 

Theodore suspira con el grito que viene de más allá. 

-¡DogDay!- 

Lo que Corea a ese grito es una silla voladora que golpea a los mayores. 

Tras la silla llego esa niña de rizos, Hoppy, saltando sobre uno para aferrarse a su cuello. 

-¡Déjenlo en paz!-

Sin decir nada ese rubio lanzó una cobija sobre el resto, sin importarle tanto que el castaño quedará bajo esta con los tres restantes, busco la silla sin pensarlo dos veces en usarla contra la primer espalda que vio. 

Theodore estaba demasiado aturdido para reaccionar mientras al fondo las dos niñas ayudaban a Hoppy con palos para tirar al chico que ahorcaba igual que un zorro qué encontró el almuerzo. 

El chico más grande del grupo del castaño estaba revisando las orillas de las conijas para sacar a DogDay. Por error descubre a uno de los mayores, asustado retrocede pero este le a alcanzado por el cuello. 

-¡No se atrevan!-

Ese grito viene del interior de las sabana acompañado por un grito. 

Entre el jaleo el chico en manos de las tres niñas huyó llorando y eso fue igual a las mismas tres uniéndose a la pelea de la cobija. 

La séptima persona del grupo de su amigo al fin está a la vista. Tomando la mano de los pequeños para llevarlos a la casa mientras continuaban peleando. 

Esto no terminó hasta que Huggy Wuggy llegó a separarlos con Kissy Missy, llevando por separado a los niños. 

Theodore tuvo que huir una vez escucho la voz del cuidador del bloque 2.

 

 

La cita con su amigo se canceló o eso creyó. 

Este apareció en la noche subido en su ventana y con un aspecto tranquilo le miraba por el cristal. 

Su compañero de cuarto dormía tan plácidamente qué ni reaccionó cuando la ventana fue abierta desde afuera. 

Theodore aún estaba conteniendo el grito que casi produce ante la figura oscura fuera de su ventana. 

-No pude llegar a jugar.- es lo primero que dice al meterse a rastras.-Lo siento. - murmura ya dentro de la habitación, avanzando de cuclillas hasta su cama. 

Todo esto le sabe a irrupción del hogar. Un movimiento qué lo eriza de mala forma. 

-Lamento no haberte ayudado. - suspira tomando fuerzas para enderezarse en su cama. 

Este niño subió a su cama lentamente sin dejar de mirarlo. Tal vez esperando que lo detuviera y es algo que no hizo, también curioso por como se sentiría compartir la cama. 

Se mueve a una esquina otorgando espacio a su lado. Arrepintiendo se de inmediato al ser olisqueado su cuello. 

-Hueles bien… al fin te bañas. - 

Esto le molesta pero también lo divierte, haciendo que lo empuje sin tirarlo de la cama. 

-Te ves demasiado sucio para acusarme. - 

-Es tu piel, es muy pálida… se si estas sucio pero creo que sabes bien, como un bombon.- 

-Estas raro otra vez. - murmura apuntandolo de arriba abajo. 

Que lo pisiera en evidencia hizo al castaño reciperar parte de su usual tranquilidad no esa ansiosa necesidad. Volviendo a ser un niño alegre al recuperar la sonrisa. 

-Cierto, estoy raro. - mira al techo al fin acomodándose con las manos en el estómago.-Tu cuarto es más bonito. - 

-Hay mejores. - 

-No huelen como tú.- 

-Basta, eso es raro. - lo corrige de nuevo, toma el ejemplo recostandose a su lado.-Dejé el monopoly en los túneles.- mira al mismo techo. 

Las sombras de la noche falsa suben por las paredes con el resplandor lejano de las lámparas de trabajadores que limpian o arreglan las instalaciones.

Theodore suspira antes de cometer un acto valiente y por fin colocar su mano sobre las de sus amigo. 

Le mira de lado soltándose de su mano para subir su brazo por los hombros del más alto, llevándolo a su pecho al cerrar el abrazo. 

–Es mejor así. - murmura contento por los brazos de Theodore aferrándose a su cuerpo.-Quiero tenerte en mi cama siempre. - declara ese deseo con soltura. 

Theodore sonreía a escondidas, empujando su rostro contra el cuello del castaño. 

-¿Quieres una platica de dormitorio? - pregunta DogDay tocando el cabello revuelto de Theodore, era muy suave y fino como el hilo, era como encontrar a un gato de verdad. 

Theodore no le encontraba sentido a esa frase. 

-¿No es normal hablar? ¿Porqué hablas tan raro tu y todos en este lugar?-  

El idioma no es distinto pero la forma en la que hablaban era muy diferente y le había causado un par de problemas.

-Creo que el raro eres tú… Seguro eso es lo que me gusta de ti. - 

-¿Porqué soy raro? 

-Porqué no hice nada por ti pero aun quieres ser mi amigo.- DogDay bajo su mano hasta su hombro.-No te sirvo para nada pero eres mi amigo, eres raro por quererme de esa forma. - 

Theodore lentamente encuentra algo que fallaba entre sus palabras. 

-¿Qué ganas tú de mi? - 

-Todo lo que quieras darme será mío… Creo que eres la primera persona que me da algo sin nada a cambio… Pedro dijo que te encontraría algún día. - 

-¿Ese Pedro te dijo que me extorsionaras o me darás algo después de admitir que eres un interesado? 

El castaño susspiraa en la somnolencia. Estaba tan cómodoque su estado era cercano a la inconsciencia, observando a medias el mismo techo que Theodore. 

-No tengo nada, ¿Quieres tenerme? ¿Quieres que sea todo tuyo?- 

 

 

 

 

 

 

Cuando todo sea tuyo no habrá nada donde lo huvo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore estaba temblando mucho esta mañana. 

Sufria de una ola de sudores fríos y extremidades temblorosas. Sin fuerzas. 

Era una sensación austera y pesada, como caer en barro y no poder levantarte. 

No sabía porque pero no durmió nada, solo empaco todo lo que le pareció necesario. Incluido el dinero que le robó hace unos meses a las visitas. Talvez los amigos de DogDy no era una buena influencia pues fue Hoppy quien le enseñó los medios para abrir cartera sin hacer ruido. 

Pensando en esos días cuando era un niño castaño y bajito lo que le hacía sentirse completamente desconocido de su propia existencia miserable. Adorando cada día con gusto, incluso si era borroso ese recuerdo por culpa del parche de su amigo. 

Aún le recorre culpa al dividir al castaño y a DogDay. Como si en algún momento volviera a tener a ese niño de frente y no al perro. 

Culpa. 

La incompatibilidad fisica lo corroe como culpa. 

Observa a los hermanos durmiendo aun en sus camas. Habían pasado la noche haciendo sus maletas y se veían bastante agotados. Una lástima que los necesite ahora y deba levantar a Charlie. 

-Oigan. – le sacude haciendo que ella abra los ojos bastante asustada, mirándolo de lado.

-¿Qué quieres?-le cuestionó, mirando a su hermano en su cama.-¡Sáquese paton! - lo empujó librándose de los pies que estaban sobre su pecho. 

-Voy a sacar a mi papá, ¿Me prestarías sus sandalias?- 

-Eres demasiado yanke, te harán correr más lento, todos los de tu color corren más lento con sandalias por eso en el pueblo les escondían las botas a los soldados.- vuelve a dormirse una vez le dijo eso. 

Theodore vuelve a sacudirla. 

-Te pedí las botas, no más información de tu casa. – no le importo eso de los yankee, él era niño, no yanke.-Porfavor, dámelas o… te contaré sobre las fiestas de mi país. - 

Charlie se levantó de la cama y revisó bajo esta buscando las mencionadas sandalias plásticas. 

-Las cuidas y… - se quedo en silencio una vez lo vio empinarles pegamento y pegarlas a unos zapatos viejos de charol. – Voy a llorar. – murmura aunque sin ganas de ello. - Mejor te hubiera dejado parlotear del día de la calabaza o cualquiera de tus insulsas tradiciones de inglés. - 

Theodore sonrió algo avergonzado pero no hizo cambio alguno en sus acciones. Ni el recuerda bien las fiestas pues para el trabajo de su madre no había días festivos en los que pudiera quedarse en casa y festejar. 

-Necesito una superficie contra la electricidad, lo siento. – se disculpa dejado los zapatos en la mesita de noche. 

-Huele al tío… - los dos escucharon a Damián enderezarse en la cama tras murmurar atontado después de sentir el olor del pegamento rancio. - Quítame tus pezuñas de la cara. - murmura molesto por los pies de Charlie en su regazo. 

-Iré con papá. – les avisa Theodore. 

Estos niños le miran preocupados pero lo siguen, haciendo la misma escalera humana un vez entienden porque los despertó. 

 

 

 

 

 

 

 

-Mi tía vive en New York, podemos buscarla y ver si nos da trabajo. – 

-No sabemos si estamos en estados unidos. – le recuerda Charlie a su hermano.- Además de que tienes 14, nadie teva contratar. - 

-Pero debemos pensar en algo, no podemos confiar en nadie una vez salgamos de aquí, ¿Verdad, Theodore?- lo llama buscando su apoyo. 

La memoria de Theodore va al pasado, a una de esas veces que su mamá hablaba de las noticias con una vecina. 

-New York… mi mamá dijo que era un lugar sucio lleno de ratas, que te robaban y posiblemente no sobrevivirías a las pandillas de no ser parte de alguna. – era una lista de quejas grabadas en su memoria por el divertido acento de la anciana vecina. Un sonido extranjero acompañado por las quejas sobre las pocas llamadas que recibía por parte de su hijo en aquella ciudad de Estados Unidos.-¿Dijiste que tienes catorce?-  

-Gracias, Theodore. – murmura la niña después de perder algo de fuerzas por ese desagradable dato de su única opción de viaje fuera de esta prisión, además de ignorar la sorpresa de Theodore. Quién los creía menores. 

Esas duda pasan a segundo plano cuando Theodore deja de mirarlos al sentir el aroma de la vainilla. 

Viendo al perro pasar cerca de ellos con ese ritmo tan marcado en sus hombros relajados, un poco de luz golpea esa parte alta de su cuerpo haciendo que si lo miras hacia arriba le veas como una montaña de músculos o tal vez una pieza de pan dorado al que comerte completo. 

Un efecto que se mezcla con la emoción de un niño que lo admiraba deseando verse así y aquellas nuevas sensaciones que comienzan a tomar forma en el estómago de algunos más grandes, un sentimiento parecido a la vergüenza le amarra los ojos a su gran y sonriente figura. Eso incluía a los adultos, los cuales apenas sobrevivían a lo increíblemente poderoso que era ese efecto en el elefante qué los recibía con ese agradable aroma y su voz alegre que era lo único que los ataba a la realidad de que este lugar era de índole infantil y no un local de parafilias antropomorfas. 

Ajeno, y no tanto, a esas maquinaciones adultas, Theodore sonrió al verse bajo la atención del perro.

-Hola, Theodore. – 

Seguramente dijo más pero se quedo con ese saludo y la fuerza en esa mirada que lo hizo sentir tan pequeño en un segundo primitivo y ardiente, talvez era su cara la que se quemaba. Y bajo la mirada mientras el perro se iba para contener el calor en sus mejillas. 

-Theo. – 

Mira a Charlie que lo había sacudido de golpe. 

-Theo, nos vamos ahora, muévete. – le apura haciéndole ponerse de pie y seguir a los hermanos a por sus mochilas. 

Algo que poco tardó en entender cuando Bobby a escondidas los comenzó a llevar directamente a la tienda de circo.

-No, no puedo… - corre a su cuarto y para su sorpresa los descubre a ambos a su lado una vez entró. 

-¡No hay tiempo, Theodore, van a dejarnos!- lo quiso apurar pero solo le ve tomar los zapatos llenos de pegamento y ponérselos.-Theo, vámonos. – 

-No. – corto de una vez con una firme negativa. – Ustedes váyanse primero. – les ordenó, básicamente fue una fuerte orden poniéndole en manos de cada uno sus mochilas preparadas durante la noche. – Llévense la mía. – su sentido común hizo que la entregará a Charlie y no a Damián a vista de su estatura superior. 

Ella no se quejó y la colocó en su pecho. 

-Deberías venir con nosotros, es lo mejor. – 

Y no pueden convencerlo pues ya esta subiendo la escalera de alambres, mejorada por supuesto. Asomándose desde arriba para verlos con esa sonrisa suya tan parecida a una mueca de adicto.

Esa debía ser la razón para sentir esa confianza y anhelo a seguir a Grambel. Era un suicida como su tío. 

 Tal vez por eso les caía tan bien, era igual a su tío el amante del pegamento de zapatos que los había ayudado a salir del pueblo y se quedó en el piso cuando los policías lo atraparon y pisaron incluso cuando ya no podían más que escuchar como se le rompían los huesos. 

La misma valentía que escucharon esa vez que les pidió que corrieran fuera de la seguridad militar y los vuelve a sacudir hasta las lágrimas. 

-No sin mi papá. – decide agarrando los alambres en una bolsa cualquiera. – Vayan y… si no los alcanzamos díganle a él que estaré bien. – se despide moviendo una vez la mano. 

Theodore daba por hecho que DogDay y los sonrientes se irían cn los niños. 

-Theo. – lo llamo Damián con un grito. 

Theodore se vio más preocupado al volver a mirarlos. 

-Me llamo An, no Damián. – tomo la mano de su hermana. – Y ella es Lan, no Charlie. – sonríe al niño en ese agujero del techo. – Y quisiera que fuéramos amigos de verdad. - 

Theodore se ve confundido. No puede saber lo importante que era para ellos decir esos nombres en voz alta. 

-Cuando nos trajeron de Francia hasta aquí, nos quitaron nuestros nombres pero te los podemos regalar. Solo porque no te dimos nada en navidad y tú cumpleaños será pronto, amigo. – 

Theodore desde el techo sonríe a los dos. 

-Lan y An…suena bonito. – sonríe volviendo a la oscuridad del aire acondicionado. 

Ambos hermanos observan ese espacio por unos segundos, sintiendo tanto miedo por esas sombras como a solo la idea de quedarse más tiempo. 

-¡No te quedes aquí, Theodore!– se despide con un último grito y Lan comenzó a correr con su hermano de la mano una vez dejo de escuchar a los niños de su bloque.-¡Y si no nos buscas, lo haremos nosotros!- promete aunque ya al estar en el pasillo o no sabe si fue escuchado. 

 

 

 

 

 

 

La carrera de los hermanos por las escaleras de Dulce Hogar queda grabada en las pupilas de una niñera. Exhalando ante la gran emoción que le embarga, sabiendo que están huyendo de esta jaula, por fin. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta vez a Theo le pareció que el recorrido lo hizo mucho más rápido y sin sentirse perdido. 

Talvez asustó a algunos trabajadores su ruido pero ya nada lo detenía de ser tan poco inteligente. Solo podía pensar en sus amigos y su perro de camino a la salida y el poco tiempo que tendría para llegar. 

Puede que se hiciera incluso más heridas que antes al saltar de un espacio a otro sin pensar en el ruido, solo se dedicó a correr cuando podía ponerse algo derecho y si no, se arrastro dejando algo de piel atrás. 

Nada. 

Solamente salir junto a su papá le era importante. 

Incluso al llegar al túnel del ascensor tiro el alambre sabiendo que esta vez ubicaba mejor que antes el túnel central y que debía bajar por este para llegar con su padre. 

Bajando con una sonrisa que en la emoción se convierte en una risotada qué sacude el hierro en su eco. 

La garra en algún punto le atrapa y lleva al túnel. 

-¡Todos están corriendo afuera, debemos irnos hoy!- le grita ansioso, sigue el rastro de su última intromisión, abriendo la reja para saltar. 

-No. – lo detuvo la garra al abrirse como la cola de un pavo real . – Theodore, eso es muy alto. – le recuerda apuntando. 

Theodore se asomo, comprobando que ni Bubba podría llegar tan alto. Entonces deja que la garra lo baje al suelo para seguir adelante. 

Este lugar era mucho más feo que toda la fábrica. 

Sus pasos comenzaron a sentirse lentos conforme avanzaba. 

-Papá… - lo llama mirando a las paredes oscuras de concreto y no blancas y limpias como los pisos superiores. - ¿Porqué te tienen aquí?- pregunta aquello que se guardo desde que lo conoció, mirando las huellas rojas por las que pasa. 

El olor a… sangre, esa sangre lo hace marearse. Dejando atrás la nula respuesta de papá. 

Camina directamente hacia el letrero con el nombre que las personas le dan a su padre. 

 

Prototipo 1006

 

Sus ojos se adaptan a la oscuridad. 

Llegando a una esquina del lugar. 

-Oh… - su cuerpo se enfrió aterrado por lo que le esperaba. 

Dos personas con el torso lleno de sangre y los documentos de estos esparcidos sobre el manchon rojizo y espeso.

En el fondo la figura de un adulto le hace sentir mejor. 

-Hola… - saluda a la última persona quieta y pegada a una pared, recibiendo de esta una mirada y vuelve a cubrirse con una sabana con el rostro de Picky en él. 

Theodore guarda en su interior el tremendo terror en esos ojos. Tratando de entenderlo, como muchas otras cosas que se cruzan por su vida por parte de los adultos. 

-Toma el equipo del que está en el suelo.- le pidió su papá desde las sombras.

 Theodore obedeció arrastrando fuera de la sangre una cosa extraña, un guante largo de color verde, arrastrando sin querer parte del charco rojo y espeso pegado al objeto verde. 

Las náuseas le sacuden pero no son lo que esperaría sentir, creyó que ya nada lo haría sentir tan débil , vomitando sin reparos el último desayuno, al lado contrario de las personas su cara pálida se oculta avergonzado en su antebrazo para no ser visto por aquel adulto escondido. 

Dobló la esquina sin mirar atrás. 

Su papá le hizo una nueva pregunta. 

-¿Saludaste porque había alguien más en ese lugar?- le pregunta Papá desde algún punto que no puede ver. 

-Si. – responde recuperándose de esa mala pasada.-Creo que estaba asustado. - 

 

 

Mas allá en el escenario de sangre el adulto observa el rastro de ese niño con el equipo de prueba , preguntándose como sabia lo que era o mas grande la duda ¿Cómo un niño llego tan abajo? 

Es cuando ve esa garra caer por el techo , aguantando un grito sin siquiera moverse.

Esta cosa no puede ver , solo escucha y siente.

Mientras él no se mueva esa cosa no lo descubriría.

Medita sus posibilidades y lo que haría al salir de aquí mientras esa cosa tamborilea las puntas de sus garras en el suelo. 

Aunque también habían probado que tenia una gran memoria a relación de su capacidad de medir profundidad y distancia.

Debió recordarlo.

Si se hubiera podido mover a tiempo, hubiera sobrevivido.

Al parecer el saludo del niño y a donde se dirigió su voz también era parte de lo que esta cosa podia procesar y usarlo para encontrarlo.

Es lo que piensa cuando su torso cayo al suelo y sus pies quedaron al nivel de su cabeza.

 

 

 

 

En los pasillos Theodore llegó a la gran puerta de hierro.

La garra regresó a su lado al iluminarse el pasillo por los sensores de movimiento. 

-No se que hacer.- murmura viendo los puntos verdes en la pared y los oscuros en la puerta.

-Toca cuatro.- le pidió. 

-¿Cuales?- pregunta mirando los puntos apagados en la puerta.-Hay muchos , no se cuales …-

La garra toca la puerta con la punta , ganandose una chispa electrica.

-No lo se…él debió darte el código.-

Theodore recuerda el mapa , sacándose un zapato lo revisa.

-Si…- mira a los puntos en verde.

Al apuntar con esa cosa verde y accionarlo su cuerpo fue disparado atrás , chocando con la pared y este guante al ser estirado y rebotado su estructura se ve inutilizada por su propia fuerza , rompiéndose en pedazos. El plástico que lo recubria aún era de prueba y no el tipo definitivo que resistiría contorsiones tan amplias y retorcidas. 

Theodore mira el guante eléctrico hecho trizas.

Aquello que necesitaba para sacar a papá del encierro y por lo que esperaron por años. 

-Lo rompí.- murmura aterrado.

La garra llega a su lado.

-Lo rompiste.- corrobora tocando los pedazos en el piso. 

-Si …papá …lo rompí .-suspira y mira a la conexión eléctrica.

Lentamente las lágrimas comienzan a correr por su rostro , llegando pronto a verse superado por el suceso. Su cuerpo no puede contener más el estrés guardado por años, contenido y tragado una y otra vez. 

Los gritos de su propio interior, gritos de desconocidos, amigos, niños, adultos, monstruos y terrores, comienzan a golpear sus tímpanos desde su propio centro. 

-Solo tenia …solo tenia que tocar eso…con esto una vez…y yo lo rompí , ¿Cómo lo rompí? ¡Dios , no queria romperlo , no queria romperlo! – su voz esta tan rota. Era el limite. 

Era su limite.

-¡Yo lo rompí , lo rompí , todo en mis manos se rompe! ¡Todo se quiebra , dios ayúdame , por favor!- agitado por el estrés, desmejorado como una pieza de hilos desgastada, comienza a deshacerse, apenas conteniendo su aliento. - ¡¿Por qué todo se rompe?! ¡¿Porqué , dios , porqué ?! – sus manos comienzan a unir los pedazos desesperadamente , logrando llenarse los dedos con sangre al cortarse con los alambres del interior , picando heridas cada vez mas abiertas.-Dios, por favor …- suplica cada vez mas falto de aliento.

Entre gritos lo intenta, varias formas y veces lo intenta. 

En los pasillos de este lugar oscuro no habia forma de ignorar a un niño que llora y ruega , solamente coreado por sus propios lamentos en eco.

Ya no habia mucho que pensar , solamente reunir el alambre.

-No quiero que me dejen , no quiero quedarme solo...-sus pensamientos escapan tan perdidos como sus ideas.-No quiero quedarme solo… - 

Pensaba en su papá y cuanto le costo llegar hasta aquí , también en sus amigos escapando con sonrientes. En lo sólo que estaría una vez se fueran en cuanto los extrañaria.

Pensó que ese niño castaño volvería a perderse y su egoísmo otra vez le haria celar la presencia de su padre con él. ¿Era eso? ¿Fue eso? 

Era tan estúpidamente egoísta que no podía soportar que su padre fuera libre junto al niño y sus amigos.

¿El era tan malo? 

Era tan mala persona.

-Lo siento …- suspira una vez sus pensamientos y su mente se tranquilizan al apagar sus emociones una vez más.-¡Perdón, perdón, perdón… - comienza a tirar de su propio cabello

Se levanto del suelo tomando los alambres que seguían enteros.

-Theodore.- lo llama la voz de su padre con un tono suave y paciente.

Aunque Theo ya no sentía aquella paciencia como algo que quiera experimentar.

Concentrándose en atar los alambres de la mano en las rendijas de el centro de la puerta ,volviendo sobre sus pasos para mirar ese espectro de luz brillante verde tan cerca de su rostro pero los cables ya no llegaban. Incluso si tiró de este un par de veces , se veía mas posible que el alambre se soltara del lado oscuro antes que llegar a su lugar.

Por un segundo el miedo volvió y su cuerpo no podía sentirse mas frio.

La verdad. 

Esa era la respuesta para todo en el mundo. 

-Papá …- lo llama sin voltear atrás , solo viendo ese brillo verde frente a su rostro.-Cuando salgas …quiero que veas las estrellas , son muy bonitas y …y prueba el helado , hay muchos sabores pero a mi me gusta la vainilla…a nadie le gusta pero a mi me encanta.- sus ojos no dejaron en ningún momento de estar cubiertos por las lágrimas. -Es el sabor que mas me gusta , y … gracias por elegirme.- suspira antes de agarrar valor.

Aunque en realidad no quería morir. 

Ese chico castaño por fin dejo de estar en su mente al pensar por última vez en DogDay. 

Era esa voz áspera. 

 

 

 

 

 

 

 

 

El monstruo en la celda no tenia idea de lo que sucedía afuera , solamente supo que un gran calor le hizo retirarse y revisar su extremidad llena de humo.

Es en ese justo momento que la puerta , y no la de científicos , se abre frente a su encadenado cuerpo hecho de metal , girones de pelo , carne y huesos expuestos. La electricidad ilumino su estancia y , para su propia sorpresa no salió hecho la furia que siempre pensó que seria.

Arrastro su cuerpo con lo que le quedaba de piernas , recargándose en las pocas extremidades superiores ,sintiendo cada parte de su cuerpo rugir de dolor como siempre al ser cortado y golpeado. Liberándose de las cadenas al romperla y llevarlas atrapadas en su carne. 

Reviviendo cada herida abierta y sanada de su cuerpo conforme avanzaba y veía como el pasillo se iluminaba a su paso y su rastro viscoso de líquidos amarillentos con infecciones mantenidas por el morbo de sus torturadores se reventaban al desgarrarse a su avance.

Ampollas y cortadas se abrían sin que soltara un solo grito , solamente observando la fogata en medio del pasillo. Esos ojos repartidos por su cierto fijan la pila en el fuego. 

Creyó que podría ser una prueba pero no.

Esa voz infantil que grita y llora entre las flamas la reconocía ,era ese niño tan especial. 

Se estaba quemando , como él mucha veces experimento en carne propia el poder del fuego.

 Eso le hace sentir…siente algo.

Preguntándose si debió matarlo una vez descubrió que habia roto la llave para su libertad.

Habia matado a mas niños que le fallaban , no podía dejar que esa gente descubriera que podía hablar con ellos.

Habia esperado durante casi treinta años por una oportunidad que muchos de estos niños arruinaron. Era su destino quedarse encerrado de por vida o …lo que fuera esto que es hoy. 

Observa con los diez ojos de su alargada cabeza a esta pequeña vida ser comida por el fuego.

Descubriendo que eran iguales en otra forma inesperada.

Theodore no puede desmayarse , solamente puede gritar y sufrir mientras la piel de su cuerpo se derrite y cae sin poder hacer nada.

Era hermoso.

Era como él.

Eran uno en el dolor.

Este pedazo de carne era su primer juguete obediente y bueno.

Si lo intentara explicar ahora a sí mismo , debería aceptar que no fue mas que un capricho profundo el que lo hace aplastar al niño , matándolo a él y el fuego. Lo cargo en sus garras para llevarlo a su boca , apretando el torso entre sus garras.

El ultimo grito salió y fue silenciado por un amasijo de carne roja y talvez con lo ultimo de sangre en ese cuerpo. La sola imagen de una vida a su merced le recuerda a sí mismo y a los médicos que se sienten fascinados por herirlo.

 Podía verlos lamerse los labios ,tocarse bajo los pantalones y reírse cuando algo de su cuerpo estalla logrando que duela. 

Amaban descubrir que aún sentía dolor y debía gritar. 

 Sabia que ellos amaban cuando sus tantos ojos dejaban que salieran las últimas lágrimas ya hechas de sangre. 

Adoraban cuando lograban qué se quedara inconsciente entre gritos y luego, como ellos lo llamaban, regresará por más . 

El tiempo era su única salvación …pero comenzaron a llegar más y más , eran turnos para cortarlo y reírse. Turnos de figuras tras un cristal qué lo miran hasta los huesos. 

Porque podía escuchar sus risas incluso ahora.

Podía imaginar cuánto se divertirán cortandolo cuando la voz de Theodore se uniera al coro. 

 

El monstruo observa los pedazos de lo que fue un niño, meditando entró de su mirada fría, los tantos caprichos que sentía debería cumplirse. Lo que le llenaba mientras imaginaba como este humano se aferraba a su garra en sus recuerdos vividos, el calor de un pequeño que solloza y lo llamaba como si fuera el último atisbo de piedad divina a la que aferrarse. 

Decidiendo con el eco de un murmullo, exactamente el murmullo suplicante de este niño, suplicando no ser abandonado. 

 

No iba a unir a Theodore a la diversión de el sótano.

Esa es su decisión. 

Lentamente lo baja mirando lo que apenas tenia pulso o forma humana.

Podría escapar ahora , no se sentía débil de ningún forma para enfrentarse a todas esa paredes de por medio. 

Pero entonces alguna de esas tontas criaturas terminaría en el sótano como reemplazo y lo cazarían para reemplazarlo, para matarlo algún día.

El debía matarlos primero.

Aunque si a aprendido algo siguiendo a cada criatura, es que no se reunirían si nadie los empujaba a su lado. 

Había líderes pero estos son estúpidos, dispersos y desobedientes. 

-Theodore.- suspira ese nombre y lo revive al presionarlo para escuchar como esa poca carne se cae al corte de sus garras.-No me dejaras aun.-

Por primera vez dejo que su cuerpo soltara ese poder explosivo de sus extremidades para variar , subiendo a los muros como un ciempiés mientras corre buscando a los humanos pisos arriba.

Su avance tan ruidoso y fuerte ha destrozado muros y techos con el suelo, entrando al siguiente piso a base de fuerza bruta.

Llegando al piso blanco solo en un suspiro. Para correr por pasillo grandes y luminosos, exponiendo a la iluminación pálida y seca su cuerpo herido. Resaltando el rastro de dolor y la carne ennegrecida de este humano pequeño entre sus garras delanteras. 

Y , para su grata sorpresa, ver de frente a ese perrito alto en el pasillo.

Nunca había visto a un perro real pero se suponía que tenían orejas grandes, patas redondas y narices oscuras con forma de botón. Si eran al menos la mitad de cercanos al aspecto de esa criatura ya le encontraba sentido a los repetidos elogios para esa mascotas leales y estúpidas. 

Nunca veía los proyectos , sólo escuchaba las descripciones y comía los que le traían una vez morían durante el procedimiento. Siendo solo el gigante azul y a ese perro colorido a los que conocía or las repetidas conversaciones donde esos dos eran traídos a colación, y vaya que era interesante. 

La fama de esta mascota naranja estaba por los suelos dentro de las cabezas de las criaturas. 

Tan por debajo como un gusano. 

Mientras los humanos juraban qué este era el ejemplar de obediencia y buena actitud qué deberían buscar producir todos en la rama de innovación. 

Era tan buena mascota qué hasta él mismo se vio beneficiado por su obediencia. 

Comió lo que este perro le dio. Al menos eso hizo por él esta patética mascota. 

No entendía el sentimiento que llenaba a Theodore por esta mascota. 

Una sonrisa pero una mirada en conflicto con esa misma, siendo tan bonito como el peluche azul… pero también mucho más humano en su contrariedad. En el silencio que vive, sin poder escuchar su gloriosa voz en su interior. 

El perro del que tanto se enorgullecen los humanos estaba sordo de nacimiento al igual que todas las criaturas de su generación. 

Este lo mira de vuelta sin moverse y es que pareciera que se quedó sin aliento. No puede hablar tampoco. 

Junto a los adultos que llegaron tras el perro para volverse bolas de pánico al verle. 

1006 dejo al niño en el suelo sonriendo a su manera. No se queda quieto , solo ve como el perro cae de rodillas viendo el estado del niño que tanto quería. Un acto divertido para él que ya estaba enterado de que este monstruo fue hecho tanto con su sangre y carne, al igual que con los pedazos del amiguito especial de Theodore. 

Ese niño despeinado qué los distrajo y le quitó de encima ese humano que se escurría de su control. 

Le recordaba al relato de un científico sobre descubrir a su hija con un conejo qué cuidaba junto a un niño del vecindario, terminando con una maldición pues ese niño creció y se llevó a su hija a tener asquerosos niños oscuros en las costas de algún lugar llamado Filipinas. Esa es una historia en la que el conejo debió ser asesinado y ese niño expulsado de la vida. 

Esta mascota estira su mano y toca apenas con la punta de sus dedos el rostro quemado. 

Es divertido saber que tal vez este perro era tanto el conejo como el niño de su Theodore. 

Un juego de lealtades qué debería jugar y lo esperaba. 

-¡¡¡Aaaahhaaaahhhhh!!!- grita esa criatura perro al comprobar el aroma de esta masa de carne calcinada. 

Dicha carrera de azar abre las apuestas con el profundo grito de horror de parte del perro. 

Gritos tan desgarradores como enloquecidos, llevándose esas garras sobre la cabeza y agitándose sin dejar de mirar el estado de aquello que amaba. Llevándose esas mismas garras al pecho al doblarse y continuar sacando esos alaridos qué helarán la sangre de quién lo atestigua. Sin palabras, solamente gritos sin ningún sentido más allá de una verborrea adolorida qué se veía arrastrada por la respiración del monstruo que podría llegar a desgarrarse del centro a la cabeza. 

Talvez era ventajoso pero no lo creyó tan perfecto el que sea tan grata la respuesta para sus aburridas maquinaciones. No le gustaba que el perro estuviera tan concentrado en Theodore, él quería ser observado antes que nada. 

Decide distraerse con los humanos que lo ven con horror , o quizás admiración. 

Al dios de este infierno.

Un ser tan grande y poderoso enjaulado y esperando por comerlos. 

Su cabeza se inclina estirando las garras hacia los humanos. 

Puede disfrutar de esas caras torcidas por el miedo y cuerpos paralizados por tantos sentimientos tatuados a en la carne de sus cuerpos rendidos. 

Llevaría a todos a su boca. 

Si tan solo su cabeza no hubiera sido pateada y su cuerpo rodara para atrás con solo ese impacto. 

No necesita voltear, sabe por uno de los ojos ocultos en su torso qué fue el estúpido perro quién se atrevió a golpearlo, parándose un sus brazos ante la forma en que el golpearlo le hizo retroceder, era fuerte pero le faltaba resistencia y experiencia con criaturas más grandes. 

Pensó en matarlo, pero Theodore se pondría triste, tal vez solo cortarlo en pedazos para que lo rearmen. 

Para cuando despierte siga estando ahí para jugar. 

Su decisión es instantánea. 

Para los humanos esa cosa gigantesca se vio como una montaña que los aplastaría sin problemas y los tragaría en esa gran boca sobre su torso largo. 

Si tan solo el perro al que todos veían como una cosa estúpida no hubiera saltado sobre esa montaña para golpearle los ojos con la fuerza de sus puños y las tantas garras les resistiera al sujetarlas sin parar de patear haciendo que los huesos y el exceso de grasa se abriera a cada impacto, ellos ya serían carne muertas sin ese perro. Al menos algunas de las garras les logró sujetar o evitar , una cuarta y quinta lo atraviesan por las costillas, sacando un grito de este. 

Escuchando una pregunta algo más calmada de lo esperada para el 1006.

 

-¿Porqué le hiciste daño?- pregunta sin soltar las dos garras del monstruo y el rencor que no expreso lo exteriorizo al pisarlo tan profundo en su cerebro que el torrente de sangre imito a una fuente. 

El prototipo sintió esa incógnita más allá de este escenario tan absurdo, ignorando el dolor que ya había experimentado con anterioridad a manos de los humanos. 

Porqué no había razón de pelear con esta cosa ni para ir contra los deseos del niño que lo ayudó a salir, era impresionante cuanto una pregunta podía sacudirlo. Solo recordando que el mismo se hizo esa pregunta muchas veces desde que comenzaron a torturarlo diariamente, castigando la sola idea de haber cobrado vida. En realidad este perro ni ninguna de estas criaturas eran sus enemigos, solamente son su propia carne.

Son carne y venas de un solo individuo. 

A traves de las gotas espesas de sangre resbalando del techo puede ver a ese perro guardián y a los humanos. 

Los verdaderos demonios estaban allá atrás y este insensato debía protegerlos porque para eso fue creado. 

-Tu debes amar mucho a los humanos. – lo deduce al verle hacia arriba. 

Esa mirada rencorosa no le da una respuesta pero si le hace ver que en sus dudas no intentaba buscar a los humanos sino a ese niño a unos metros. Había amor pero no a los que se creía al inicio. 

Entonces puede que haya malinterpretando al perro y este no fuera un guardián ni una mascota. 

No estaba feliz con la placa que se le colocó.

 Era otro tanto de los rehenes con un papel que desempeñar. 

Un personaje difícil. 

El también maldeciría a este mundo si aparte de ser un juguete alfiletero le hicieran un sirviente que debiera fingir. 

Pensar en Theodore, en esta cosa y las que seguían después de este como sus enemigos o posibles aliados le hacía sentirse contento y tan emocionado como una de esa criaturas chillona qué llaman niños. 

Al fin sentía verdadera emoción y la espera que le avecinaba después de las torturas solo podían ser un pequeño malestar momentáneo. 

Talvez era lo mejor, todo toma forma y él era bueno esperando. 

Ya espero treinta años, otra década no sería difícil. 

Estas criaturas seguirían un rumbo independiente qué ni él o Theodore o los humanos podrían manipular.

 

 

Los humanos no ven ninguna pausa, en realidad el perro no paró de golpearlo, liberándose de las garras al retirarse con un salto qué le deja con los costados abiertos, volviendo a la carga al usar las mismas garras de la criatura en su poder para desgarrar su cabeza. Escuchandose el derrame de sangre espesa en el pasillo. 

El problema no era que el perro fuera incapaz de herirle sino que esta cosa sanaba tan pronto era cortada y la sangre derramada se volvía un charco coagulado tan pronto salía. Heridas reparadas en microsegundos contra un cuerpo que se agita y hierve tardando demasiado en sanar debido a las mismas garras que lo golpean contra el suelo haciendo que sus huesos crujan para salirse de la carne acompañadas por un rugido de dolor al levantarse solo un poco antes de que esta criatura se dejara caer sobre él como una gran masa muerta. 

Aquel hombre antes mareado en el ascensor al fin puede llegar al lugar y contemplar la gran y desastrosa escena. 

Esa furia por ser humillado repetidas veces toma otro color ante la mala situación de su tonto dealer de peluche. Es estúpido que eso le cruzar la cabeza al adelantarse dandóo sus órdenes. 

-¡¿Se están rascando el culo?! ¡¡Disparen hijos de puta!!- brama y actúa disparando a la gran criatura. 

Las balas comienzan a impactar, logrando que el monstruo retroceda llevándose consigo la sangre y pedazos perdidos de la carne del perro. 

Incluso se lleva el lujo de perturbar sus mentes al comer los pedazos qué reclamo y caen de su propia cabeza. 

Los guardias avanzaron por un lado de la criatura naranja que no recibió el trato de ningún aliado y las balas le impactaron por igual. 

Las personas son muy estúpidas. 

 

 

 

 

 

 

DogDay observa el cuerpo lleno de quemaduras y heridas, dejando que el dolor le invada al hervir nuevamente. Solamente puede ver a Theodore o lo que quedaba de él. 

Ya sin pensar o saber para qué hizo tanto. 

Para pelear o mentir. 

¿Este era un castigo? ¿Se convirtió en el tipo de persona que merecía perderlo todo? 

Quizás todo este tiempo no fue más que un idiota. 

Debió acabar con su vida cuando pudo. 

Ahora solo puede ver algo que amaba por su calidez, volverse frío y cubierto de dolor. 

Sin poder hacer nada, como siempre. 

No hace nada y solo llora, como un completo inútil que se dedica a ver a las personas sufrir. 

Cansado. 

 

 

 

 

 

 

-No sabemos como vaya a responder. – 

-Tampoco podemos dejarlo así. - 

Y el grupo científico vuelve a observar a la criatura hacer algo parecido a una vela, solo quedándose a un lado del niño muerto. No había otra forma más amable de decirlo, era un niño muerto o una barbacoa.

-No creo que sobrevivamos a sedarlo. – sonríe ironico un guardia sin perder de vista al objetivo al centro del pasillo. 

Antes no dudaría en dispararle un calmante y arrastrarlo, pero al parecer este “Amigo” no era ni la mitad de lo inofensivo qué les había hecho creer. 

Un golpe de realidad que no esperaban experimentar en este día. 

Resultando en, tal vez, algo parecido a un trauma con esa cosa. 

Entre los guardias, qué algunos comparten el mismo mutismo qué el perro, ver al prototipo fue demasiado para los veintitantos novatos presentes, quedándose extrañamente cerca del perro y en el mismo pasillo. 

Una escena inesperada, talvez la más natural del ser humano ante un depredador, buscando la seguridad en lo más cercano a una protección. 

Aunque era algo poético, el guardia mayor no ve razones par permitir que sus compañeros formarán ese tipo de dependencia con la criatura. 

-Tráiganle a un amigo. – les aconseja a los científicos. 

Entre estos se dan una mirada pensando y opinando en voz baja y código. 

La orden fue dada y tras veinte minutos de discusión una de las criaturas sonrientes fue traída al pasillo por una tanda distinta de guardias. 

Estos ven con sincero horror el estado de muros, techo y suelo. Todo lleno de sangre, pedazos de carne y pelo de diferentes colores. Adornado al final por el perro confianzudo cuidando algo negro y chamuscado. 

Determinando tras unos segundos de observación qué eso era humano. 

-No, estúpido. – solo la mano del guardia en jefe detuvo al trabajador que estuvo apunto de disparar. 

 

 

 

La criatura que trajeron observa a los trabajadores y después al lugar, viéndose nerviosa pero también es directa al ir hacia el perro. 

-DogDay, ¿Qué paso aquí?- pregunta al llegar a su lado la gran unicornio, sacudiendo una pata trasera al pisar un charco espeso con su pezuña. 

El perro suspira moviendo las manos hacia el cuerpo casi irreconocible. 

-Theodore… esta muerto, Crafty… esta muerto. – esos ojos acompañados de dolor le miran hacia arriba por la posición. – Esta mañana no lo estaba.- 

Crafty bajo la cabeza colocándole en los hombros del perro. Susurrando lo único que podía decirle al líder . 

-Lo siento mucho, Dog. – suspira lo más bajo que puede, lo suficiente para que sólo DogDay la escuchara y compartir sus pensamientos.-Sé que lo amabas mucho… pero si lo sigues cuidando se interesaran en su cuerpo y no lo dejarán en paz ni muerto. – 

Drástica, sincera y realista. 

Esa era su pequeña amiga. 

Tenía razón y eso era lo que más le dolía. 

Llevando los brazos a su cuello para abrazarla y llorar sin lágrimas en su pelaje.

-Debí despedirme. – lamenta enterrando la cara en el cuerpo de la unicornio.

Crafty en esa posición debe cerrar los ojos para no ver el estado de ese cadáver ni a los humanos que se acercan a recogerlo en una bolsa. 

-Te sentirías peor. - 

Y el abrazo llegó a ser doloroso pero no le apartó, sabía lo que DogDay quería hacer y las consecuencias. Unas que repercutirian en ella y el resto. 

Era sorprendente cuanto este perro estaba de acuerdo con sacrificar. 

Su vida, la libertad de sus amigos, incontables vidas y humillaciones. Todo con tal de sacar a ese niño del infierno. 

Y el infierno se lo comió. 

Seguramente su rencor estaba estrechando su percepción pues hoy la guardería resintió la falta de dos bloques completos y estaban apunto de caer sobre ellos unos problemas bastante graves que DogDay habia decidido por si mismo que valían tanto como sus vidas. 

Salvaron a casi cien vidas pero DogDay pensaba en una sola todo este tiempo. 

Este líder suyo era muy egoísta cuando se lo proponía. 

-Debemos volver arriba. – le recuerda moviéndose para hacerlo levantarse. 

El semblante de este no es ni confiado ni melancólico, esta totalmente derrotado y su cabeza caída al caminar lo mostraba mejor que nada. 

Reduciendo su regreso a la guardería a una actitud parecida a la procesión de un condenado a la horca. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los científicos recogieron los restos del perro y el prototipo. 

Notando la forma tan antinatural en la que las piezas cortadas de ambas criaturas se fundía en los charcos de sangre coagulada. 

Excepto que no es sangre. 

Es carne recién formada en el suelo. 

 

 

Notes:

¿Opiniones? ¿Comentarios? Por cualquier cosa, aquí estoy.

Chapter Text

 

 

En la guardería las puertas fueron selladas con las visitas dentro de Dulce Hogar , algo molesto para PickyPiggy y su mandil húmedo por haber salido con este en medio de su mejor preparacion: Crema de brocoli con champiñones. 

A los niños les encantaba porque les mintió y creían que era de dinosaurios … ingenuos. 

Su atención baja para ver al ave. 

-Adorable.- murmura sabiendo que sonaría mas desagradable de lo que deseaba , o quizás si.

El ave detuvo el giro de la rama en su dedos ,mostrándole sin impacientarse una flor de cinco pétalos.

-Hace mucho no tenia tiempo para esto …- suspira el pollo guardando la flor en las plumas de su antebrazo. - No se que esta pasando… ¿Porqué DogDay nos hace esto?- se lo pregunta aunque sabe la verdad. 

Recordaba la razón por la que DogDay los dejo atrás para salvar a los niños que podían. 

El metal del teleférico se sacude pero no escuchan ninguna alerta.

-Son Hoppy y Bobby , las huelo.- le avisa Picky tras olfatear en esa dirección.-Crafty ya viene con…DogDay.-

Incluso el pollo puede sentir el olor de la sangre y no una normal.

Este olor no era como ningún otro tipo de sangre .

Era la cosa mas deliciosa que alguna vez haya podido llegar a saborear.

Kickin tiene muchas cosa que decir y una de ellas era exteriorizar su enojo y cuanto le dolió la forma tan indiferente que tuvo DogDay para decirles que no irían con ellos y hacerlos creer que serían abandonados.

Dejándolos en la guardería que no tardo en volverse un caos al ser cerradas las puertas por la electricidad cortada. No podía entender como es que tenían el control del sistema eléctrico pero no podían escapar. 

Ignorando la verdad. 

La rabia saldría por la boca de ambos nada más llegar a su encuentro este líder suyo. 

El caballo los interrumpe y no con la simplesa de quin no quiere pelear sino con la indiferencia de un espectador sin relación con lo que suele en el escenario. 

-Se le murió Theodore.- aviso sin pudor CraftyCorn al llegar a ellos.-Acaba de pasar en los pisos inferiores. - 

El ave sintió cómo se derrumbaba algo dentro de su cuerpo ,girando para ver al líder.

Ese perro no lo niega pero sus ojos se ven aún más apagados y solamente se deja caer en el suelo cerca de los tres sin molestarse en levantar la cabeza.

El pedazo de tela oculto entre las plumas de Kickin pesa como un lastre vergonzoso. Haciendo que su mente gire ante la imagen residual de Bunzo en PlayHouse. Ese secreto no debió guardarlo, ¿No?   

La cerdita es indiferente a las maquinaciones del ave. 

-¿Y la sangre de donde vino?- pregunta Picky sujetándose la cabeza por la mandíbula para contener lo mucho que le provocaba lamer el resto de esas orejas para probarla.

Crafty bufa molesta por las reguntas qué no puede contestar tan exactamente como el perro que se a quedado en el suelo. 

-Creo que suya y de otra cosa , no la vi.- rodea el espacio donde se habían acomodado para doblar las patas y descansar en su propio lugar.-No creo que este idiota este en condiciones para lo que venga.-

Kickin se agacha para comprobar el estado DogDay directamente.

Lo puede ver y se nota que estaba sufriendo , era una mirada igual a la que le vio una sola vez. Cuando llego a Dulce Hogar y parecio haber perdido todo al descubrir que estaban bajo tierra y era imposible escapar.

Es algo molesto , de hecho lo es bastante , cargado de un sentimiento desagradable llenándolo al verle de esa manera cuando aún los tenía a ellos. No había perdido tanto como para verse tan herido. 

DogDay le mira por un segundo y reconoce su enojo , desviando la mirada al otro lado.

-Debemos hablar , y lo sabes.- le recuerda Crafty a su espalda.-Esperemos al resto.- gira la cabeza a la entrada del teleférico. 

Su silencio seria mas profundo si tan slo Picky no hubiera derramado una cubeta de agua sobre DogDay , limpiando la sangre de su pelaje con el jabón de esta.

Después de sacudirle el pelo a base de frotarlo violentamente con las pezuñas , le siguió una segunda cubeta de agua sobre esa cabeza.

El perro se quedo igual de indiferente mientras Picky le sacudia el pelo con ese mandil con olor a verduras al vapor. El aroma de la vainilla no podía ocultarse pero la mezcla con el resto d verduras lo vuelve extraño. 

Los cuatro quedaron en silencio una vez el movimiento termino y solo eran ellos en la soledad de un medio día plastico.

Crafty anunció la llegada de dos de los miembros del grupo. 

-Ahí vienen las tontas.-

Eran Hoppy con Bobby las que llegan desde la escuela.

El malestar en Kickin volvió pero al mismo tiempo se sintió bastante aliviado por la presencia de Hoppy , aunque esta no les respondió al saludo sino que se dirigió al líder viéndose tan tensa como cuerda de guitarra , siendo con la misma energía que decide abofetear la cabeza del perro salpicando con la sangre que sus garras extraen al abrir surcos en su rostro siempre alegre.

Kickin sintió sus plumas caerse ante el impacto , buscando en Bobby la respuesta al arrebato en Hoppy.

La osa se ve tan sorprendida y contrariada como él y lo demuestra al verle a los ojos y negar moviendo la cabeza.

-Decepcionante.- lo dice enojada. - Eres decepcionante. - 

Esperaba que debieran estar enojados con DogDay por la forma en que decidió actuar a costas del grupo y las mentiras que contó a cada uno , prometiendo una salida que no habría. Aun su cabeza no sabe qué hacer , no deseaba arremeter, solo respuestas , solo hablar y saber cómo actuar una vez cada uno compara sus problemas.

Hablar era la forma en la que respetarían lo que les quedaba de humanidad , solo necesitaban hablar para conservarse y unirse , nadie hablaba aparte de ellos entre sí .

-Hoppy …- la llama intentando intervenir.

-Estoy cansada de que decidas sin decirnos nada. Se te subió a la cabeza la idea de ser un gran líder , piensa DogDay ¿Para que se supone que te necesitamos? Solo eres un idiota al que escuchamos porque tiene las verdaderas ordenes , no eres diferente de nosotros ni lo serás.-

El perro inclina la cabeza al lado contrario de la herida , dejando que la sangre saliera sin detenerse a parar la hemorragia.

-Esta gente puede darnos ordenes pero tu no puedes desobedecerlas , en eso somos iguales y no importa si te crees mas listo que los demás solo por hablar con ellos. Eres exactamente la misma basura que nosotros , pero peor y es porque no eres nada aparte de un perro amaestrado.-

Esas cosa podían pensarlas pero ya dichas y con tanto rencor ya no se sentían iguales. 

-Hoppy…- Kickin dio un paso adelante.

-Una mascota no es indispensable , maldito perro tonto.-termina al pisar el suelo con un grito.-Por eso nada de lo que has hecho ha servido de una mierda, ¡Nos hicieron pedazos cuando se suponía que nos salvaras! ¡Lo siguen haciendo! ¡Y aunque mentiste como poseso o idiota, ni siquiera pudiste sacar a Grambel de la maldita fábrica!- 

Cada uno de los presentes miran al perro esperando una respuesta de cualquier tipo. Talvez algo verbal o físico , como una patada , algunos gritos o una orden agresiva.

Mas el perro no hizo ninguna de estas , no hizo nada aparte de volver a bajar la cabeza y quedarse en la misma posición. 

El cuerpo de Hoppy se erizo hasta sacar los quince centímetros de garra que ocultaba con esmero , lanzándose sobre el perro para hacerlo mirarla.

-¡No puedes arreglar nada ignorándome! ¡¿Qué te pasa , DogDay?! ¡¡No puedes burlarte de mi así!!- grita y lo sacude buscando una respuesta.-¡Di algo, maldición! ¡¿Qué estás pensando?! -

-Hoppy , por favor-

-¡¡Deja de fingir que has logrado una mierda!!- sus ojos van al ave que ha intentado calmarla. - Estoy tan cansada de escucharte, siempre comportándote como si nos amaras, aunque en realidad no has hecho nada por nosotros.- 

Kickin se interpuso entre los dos con los brazos extendidos. 

-Hoppy-

Lo que sea que le fuera a decir el ave no se pudo ante el repentino murmullo de una octava criatura, una fuera de la liga sonriente.

-Contrólate, coneja. - le advierte con voz masculina.-Si lo quieres muerto solo hazlo, te lo agradecerá. - 

Esta es una de esas maestras rubias y alegres. Caminando hacia ellos con una pila de papeles.

-Aquí están sus dibujos , niñas.- extiende las hojas a Bobby. Esos ojos azules bajan hasta DogDay comprobando su mal estado con indiferencia. Pateo con la punta de sus zapatos una de las piernas pero no recibe ninguna respuesta. Esto le frustra y repite la patada esperando una respuesta por parte del perro. 

El unicornio levantó la cabeza ante su acción. 

-No hagas eso. - es simple y floja la advertencia de Crafty. 

En esto recuerdan que no habian recogido sus rastreadores de la escuela y deben verse algo perdidas. Es Bobby la que inmediatamente lo guarda en el interior de su pelaje y esconde su acción al tirar se de lado al suelo, siendo observada por sus compañeros ante lo extraño de esto. 

La razón se esclarece con la voz de un mal conocido. 

-Oigan… - 

La llegada de Bubba es parte de un escenario más extenso para los siete. No venia solo, sino que unos humanos lo seguían sin verse demasiado amables. 

Hoppy apenas alcanzó a tragarse el rastreador, esconderlo en el pelaje a ese punto sería demasiado llamativo. 

 

Esta maestra regreso sobre sus pasos sin mirar a ninguna de las otras criaturas mientras avanzaba.Le preocupaba lo que haría con ese director si se acababa el polvo antes de que devolvieran al perro a La Guardería. 

 

De suerte habia llegado antes que la electricidad de la superficie y pudieran ver al teleférico bajar con varias figuras humanas consigo. Todo comenzaría a complicarse. 

Cualquier cosa que tuvieran que discutir se debería dejar en pausa con la presencia de humanos. 

Aún era demasiado sospechoso que los trajeran a la guardería y no los llevaran a las celdas inmediatamente. 

Picky busco el contacto con el elefante una vez le tuvo cerca, abrazando su costado bajo la mirada de los humanos. 

Del teleférico las figuras que bajaron se veían conocidas, ciertamente, acomodados en una fila horizontal e irregular al seguir a la cabeza de la formación. 

-Ustedes tienen mucho que decirnos. – 

Talvez no se veía un sentido en verse abordados en la guardería, ni con las visitas presentes en Dulce Hogar entre tantos humanos ni a plena iluminación. 

Claro que lo había. 

-Respondan, ¿Porqué lo hicieron?-

Las criaturas no parecían listas para una pregunta tan directa. 

Puede que el humano deba hablar hacia arriba y levantar la cabeza para mirarle directamente pero si alguien en esta fábrica sabía con lo que estaba enfrentándose era este anciano. 

-Un montón de niños faltan y ustedes los sacaron de aquí. – 

La osa en el suelo pega la cabeza en el césped. 

El lugar iluminado y lleno de humanos pero ningún niño comienza a sentirse asfixiante. 

Bubba comienza a temblar y su cabeza se inclina buscando la respuesta del perro, más solo ve esa cabeza caída y su pelaje mojado sin un solo atisbo de la usual seguridad, aunque sea actuada. Bubba no habia alcanzado a hablar directamente con las criaturas ni sabía nada de lo que sucedió una vez se separaron por la mañana.  

¿Qué le pasa al líder? ¿Que sucedió durante la huida? 

La presión hace que su pelaje se deslice por su cuerpo y necesite aspirar profundamente. 

-Nosotros no hicimos nada. – 

Hubiera sido una defensa patética de por si pero el gran temblor en la voz de la coneja se sintió como un broma. Ella misma cubre su boca, avergonzada por el miedo que la sacudia. 

Ahora no hay nadie que le asegure que su miedo es natural y no era una cobarde. No hay nadie que lleve el peso en los hombros por cada uno de ellos. 

-¿Porqué tanto miedo?- cuestiona la mujer tras el anciano. 

Al fondo las rejas de Dulce Hogar se abren para la salida de los adultos visitantes. 

Kickin observa a las visitas seguir a las niñeras por el pasaje de piedra, mirándole a ellos con curiosidad.

Estaban acorralados de una forma distinta. 

Si había una lista de acción para remarcarles lo solos que estaban, esta era la primera de las opciones. 

Solo ellos siete rodeados de humanos, de armas y amenazas qué están a un centímetro de causarles dolor.

¿Qué estaba pasando? ¿Porqué estaban haciendo esto? 

Hoppy no sabía que planeaban estas personas ni a donde querian llevar las cosas cuando exponían los secretos a los desconocidos. 

Alguien del grupo si lo entiende y lo vive, lo siente y trata de contener la rabia y el miedo que le recorre. Solo era CraftyCorn erizándose al bajar la cabeza y esperar la intervención de alguno de sus compañeros. 

Recordaba que usaron esto en su contra en otro hogar. 

El regañarla frente a más personas para hacerla sentir pequeña y sola, sin familia ni nadie que se preocupara por ella. Humillada como basura a la que se puede pisotear a gusto y placer. 

Esta sensación la desespera y busca consuelo inconsciente y conscientemente en la figura del líder que debería estar al frente, cubriendolos de esta maloliente treta con su personalidad desenfadada. 

Más el mencionado se a quedado en el suelo con la mirada apagada y su aspecto decaído. 

El chasquido de los dedos del anciano los sobresalta, mirando al lugar que apunta por encima de ellos. 

En las plataformas había algunos guardias apostado con algún arma lista para disparar contra ellos. 

Las armas daban miedo. 

-Quiero saber ¿Cómo es que decidieron sacar a los niños?- Pregunta de nuevo.-¿Acaso creen que algo en este lugar los protegerá de lo que les podemos hacer?-

Esa amenaza hizo mella en ellos, no había pausas ni refugios. 

Eran tan altos y grandes, pero eran casi niños y el mayor apenas tenía 16, no había forma de que pudieran aguantar el interrogatorio en público. 

Atrapados por las dudas y la ansiedad, una amenaza implícita al haberles hecho ver hacia las armas del techo. Hacia las consecuencias. 

-No necesitamos mucho para reemplazarlos, tan solo sus pedazos, ¿Lo comprenden?- bajo la mirada para ver al silencioso perro. - ¿Porqué DogDay traicionaría a los niños? ¿Acaso no pensaste en lo que les sucedería si a donde van les hace daño?¿De que sirve si no podemos confiarle el bienestar de los niños-

Aquella pregunta hizo mella en su estado, logrando que su silencio se terminará al cubrirse el rostro el perro y comenzará, para sorpresa de Bobby al igual que Hopscotch y Bubba, a llorar en voz alta sin contenerse haciendo que algunos visitantes al fin volteen a verlos. 

Pareciera que no cambió nada para estos adultos, excepto para el jefe que ya había tenido contacto con el perro y lo conocía de alguna forma superficial. 

La personalidad que vio portar el perro no encajaba en el presente. 

No hizo ninguna pregunta, inclinó la cabeza al lado de su asistente. Esta susurra a su oído la posible razón para esa reacción inesperada. 

-DogDay vio a uno de los niños perdidos muerto en los pisos inferiores, después peleó con el prototipo y no le fue muy bien contra esas doce toneladas de carne. – da un suspiro molesta. – Al parecer tenemos a alguien que dividió a las criaturas y no a unas mascotas rebeldes.- 

El jefe sonríe antes de cubrirse la boca.

-¿Y dejaste que bajara hasta aquí para decirme que esa cosa está suelta?-

La secretaria se aparta y acomoda los documentos. 

-Hoppy Hopscotch igual que Bobby BearHug, subieron pero sus rastreadores mostraban qué se encontraban en la escuela ¿Cómo sucede esto?- les cuestiona a las dos, cubriendo el miedo de su jefe. 

Esta vez ninguna tuvo algo que decir, demasiado sorprendidas y fuera de lugar por el continuo sollozo del perro. Ni siquiera era con la voz infantil, era esa voz resultante después de ser recortados. El primero en caer en la presión es el ave. 

-No sabemos nada, lo prometo… - miente con todas sus fuerzas Kickin. – Dog… basta.- intenta hacerlo volver a la tierra. 

Estaba enojado pero no quería hacerlo llorar, no quería lastimarlo… ¡Nunca lo había visto llorar! Nunca lo había visto tan derrotado. 

Esas emociones dan un giro peligroso para todos. 

-Si lo miras a él ¿Es porque él sacó a los niños?-

El grupo completo guardó silencio. 

Era tan sencillo librarse de todo. Tan sencillo que daba risa. 

Solo debían abrir la boca para culpar al líder. 

Aunque ninguno lo hizo. Ese silencio los condenaria, quieran o no lo pagarían. 

Lentamente las plumas de Kickin comienzan a caerse mientras Crafty tiembla mirando al perro que debería levantarse pero seguía llorando derrotado. Ninguno deseaba abrir la boca. 

Ese líder de porquería era lo más cercano a una familia y aunque fuera tan sencillo dejarlo ahogarse las consecuencias para sus cuerpos eran grandes como el dolor que les comentaba a superar. 

Marea y mentiras. 

El elefante observa el estado de su hermano como si estuviera viéndose a sí mismo en el pasado, tomando la decisión que se le guió anteriormente. Bubba escucharía la orden del líder apuntó de hacer lo que le pidió como último acto de lealtad al verlo en ese estado lamentable. 

-DogDay-

Los sonrientes voltean de golpe a su dirección, portando la sorpresa por su decisión igual a una traición. Más no pudo completar sus mentiras. 

-No fue él. – 

Ninguna de las criaturas esperaba que la defensa para su amigo viniera de un visitante , menos cuando Bubba cumpliría con el trato y lo entregaría sin dudar.

La secretaria le responde al visitante.

-No creo que usted sepa nada de lo que estamos hablando aquí. – 

Este joven apunta al edificio de PlayHouse. 

-Es porque yo vi a ese trabajador llevándose a unos niños, ¿Sí trabaja aquí? Uno bajito, lentes y de cabello café. – les hizo la señal de una estatura fija.-Nerd. - 

La sospecha es algo repartida y para algunos es pasada de largo para esperar la respuesta de los jefes

Un guardia da algunos pasos para llegar al encuentro del hombre. 

-Si usted tiene tiempo para hablar con nosotros ¿Le parecería conversar con nuestro equipo de seguridad?-

El hombre hace una señal para atraer a su esposa que vigilaba de lejos ante los nervios. 

-¿Los niños si estarán bien?- pregunta al guardia al llegar a su lado. - De verdad que es preocupante todo lo que sucede en este lugar.- 

-Investigaremos. Limita a eso la respuesta ese guardia. 

El hombre sonríe reconfortando a su esposa. 

-Claro quee lo harán, linda… además seguro que sus trabajadores tomarán consciencia y entenderán porque me parece una sandez interrogar a unas máquinas. – 

Los trabajadores presentes se dividen para comprobar lo dicho por ese testigo. 

 

 

 

Más que una coincidencia que le resultara bien, pareció una burla condescendiente. 

Lo que siguió a la pequeña reunión fue ser retirados y llevados a celdas separadas. 

En algún punto del camino Hoppy observaba al perro continuar arrastrando los pies rodeado de guardias con expresiones perdidas por ese llanto poco esperado en el monstruo confianzudo. No pudo preguntar a ninguno de su grupo por lo sucedido ni porque estaban tan callados. 

La furia aún estaba ahí pero esa preocupación por el estado de su amigo era igual de grande. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de algunas horas de silencio la calma regresa al cuerpo de la coneja. Acompañada esa calma por la relajada y agradable loca melodía dentro de su cabeza. Moviendo sus patas contra la pared y subirlas en alto logrando que se estiren de vuelta a su cabeza al ser flexible. 

Repite el movimiento sintiendo como su cuerpo entero disfrutaba hacer la flexión y sacar todo el estrés, añadiendo al movimiento un empuje para girar y ponerse de pie con los brazos estirados a los lados de su cuerpo. 

DogDay les había pedido que no les mostrarán a los humanos lo que podían hacer y guardarán esa apariencia lenta y torpe para protegerse y poder hacer lo que quisieran cuando quisieran y tuvieran oportunidad. Aunque DogDay parecia idiota cuando daba ordenes. 

Estaba cansada de escucharlo y sentirse estúpida por ser llevada de un lado a otro como una descerebrada sin propia voluntad. 

Así que aprovechando la soledad y estos míseros cuarenta metros cuadrados comenzó a saltar de pared a techo, agarrándose con sus garras para repetir y tocar el techo con las patas traseras, disparando al suelo su cuerpo para evitar su impacto con solo impulsarse con los brazos a un lado. 

Descubrió que no podía dejar de inventar con su propio cuerpo y las olas de cansancio no llegaban, era imparable. 

Era una ballesta. 

 

 

 

 

 

En su propia celda Picky observa el suelo sin moverse, escuchando el consejo de su (por ahora) líder, absteniéndose de mostrar su fuerza o capacidad física. Solo descansado en su soledad para tranquilizar ese estado hambriento y estúpido que la hacía sentirse tan vacía. Observando a los humanos tras el cristal, porque podía verlos y olerlos, sentirlos y saborear en su boca esa buena y deliciosa carne. 

 

 

 

 

 

 

Si le preguntaran a Kickin ¿Qué odias más? No habría forma de describir cuanto odiaba estar solo. Estaba apunto de ponerse a destrozar las paredes o su propio plumaje, no lo soportaba. Ese eco de silencio era ensordecedor. 

Se mantenía distraído al poner la cabeza contra el suelo y cubrirse los oidos con los brazos para fingir que se escondía bajo cualquier tipo de huecos oscuro. 

 

 

 

 

 

 

Bobby estaba confundida. 

Nunca la habían dejado en la celda de otro de sus compañeros pero podía sentir que en este espacio Bubba había hecho muchas caminatas. Podía ver el desgaste de la habitación y las huellas qué ya hundieron el suelo limado por los pasos del elefante. Quedándose en el suelo para sentirse acompañada de esa huellas.

 

 

 

A Bubba se lo cargaba la tristeza. Sintiéndose perturbado por tantos eventos y la ceguera de información al que lo han abandonado. Mirando a los corazones que seguramente hizo Bobby por todas la paredes. Corazones y los nombres de todos uno tras otro. Incluso rodeando nombres por pareja en corazones. No le parecía divertido ver su nombre con Kickin, seguramente Hoppy lo malinterpretaría. Pero su nombre y Hoppy si que le hizo suplicar al destino que Kickin nunca lo viera. 

-¿Cuanto más dependemos de la suerte?- suspira sus lamentos entre sus patas. 

 

 

 

 

 

En el recuento de celdas nadie esperaría que Crafty fuera encerrada con el perro que al menos ya dejo de llorar y estaba solamente en una esquina sin moverse. 

-No me gusta que llores, te ves asqueroso. – lo insulto primero que cualquier consuelo. 

El perro no le responde ni parece reaccionar. 

-Y recuerdo que nunca llorabas… si, nunca. – 

Ese perro al fin tuvo una reacción pero fue algo pesima. 

-Lo hice mucho, todo el tiempo, he llorado todo mi vida pero no te deje verme… Me daba miedo asustarte pero necesito descansar…Solo déjenme en paz y estaré bien, solo ten paciencia, porfavor. – 

Fue lo último que se dijo en esa celda. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las oficinas el caos estaba apoderadose de la administración. 

-¡¿Cómo se supone que buscan nuevo personal?! ¿Acaso nuestra competencia tira un currículo y lo sacan de la basura?- 

La ofensa y burla viene acompañados de una tanda de de documentos tirados al piso. 

-¡Recojan este desastre, rápido, maldita sea!- grita y sacude lo que queda de papeles contra el pecho de los tres oficinistas. 

El jefe observa el arranque del subdirector , golpeando con el lapicero la mesa del escritorio donde atestiguaba tal escenario. Debía enviar a un empleado a hacer reconocimiento de personal pero entonces se perdería este movimiento. 

-Esta haciendo todo lo posible para culpar al personal bajo su mando. – le comparte la observación su asistente. 

-No tengo esta empresa por dejar que monos me impresionen con trucos baratos, ¿A cuantos amigos de amigos contrataron?-

-Se sospecha que al menos unos sesenta empleados de servicio entraron pagando a la compañía de reclutadores. – determinó al pasar las páginas y darle la mala noticia a su anciano jefe.-Entre ellos nuestro doctor fugitivo, las niñeras del bloque 2 y cinco, un guardia y tres conserjes de sótano. Además de los dieciséis guardias desaparecidos durante la fuga de los 97 niños. Además 2 empleados fueron encontrados muertos en el sótano.- 

Este torció el gesto cubriéndose el rostro con las manos. 

-Añadiendo a la pérdida de personal los daños a la infraestructura por parte del prototipo y DogDay, las balas de los guardias y la operación para sacarle dichas balas al experimento canino. – voltea la hoja haciendo que su jefe tense doblemente los hombros. – Una caída de ingresos confirmados para el mes siguiente y… 234, 235 quejas por el mal funcionamiento eléctrico. La entrevista con el visitante, de nombre André Hills, nos advierte de la presencia de secuaces femeninos, aunque solo desaparecieron elementos masculinos(el departamento de seguridad sospecha que dichas personas continúen en el personal) expandiendo el récord de búsquedas por el sistema para encontrar faltas de parte del personal asistente de este día. Excepto porque este día a causa de la interrupción eléctrica se encuentran con un sistema irregular con archivos que marcan la presencia de empleados ya muertos en trimestres anteriores. Resumiendo: Nos dicen que no pueden saber quién o que salió o entró de todo el segmento superior de la fábrica. – 

-Dame algo bueno, me dará un paro cardíaco. – 

-Las ganancias en latinoamericana superaron la barra establecida por los cálculos de nuestro sistema.-

-El dinero es mi único consuelo. – da un visto a los empleados recojiendo los documentos tirados en el suelo. -Deben verme como un senil… ¡Ay, de mi! ¿Debería contratar un asistente masculino? Tal vez así respetaría mis ordenes. – mira a de lado a su asistente, viendo como esa boca se tuerce y le fulmina. 

-Haga lo que quiera, total que será más cómodo tener a un hombre cerca cuando no pueda contenerse y debamos cargarlo para cambiarle los pañales. – 

Una risotada y un golpe a la mesa fueron la respuesta a ese gran insulto. 

-No me malentienda, solamente me preocupa su futura salud, señor. – su tono cambia pero no Suu rostro desafiante. 

-Ya no me importa si crees que soy viejo, el punto es que esta gente está trabajando para hundir todo lo que construimos. – suspira. – Con razón había tanta gente nueva. – 

-Ese Garfield, parece que entro buscando robar planos en nuestros avances roboticos. –  

-¿Encontraron a los niños?- 

-Lo último que se supo del transporte sospechoso fue que se dirigían a la localidad de-

La puerta se abre con un azote a la entrada de un hombre pálido. 

-¡Hay ex adictos contratados en la empresa! – 

Los dos peces gordos en el escritorio se giraron a la vez ante la entrada de un empleado. 

-¡La maldita DEA, esta afuera!-

Esa ira en el rostro del anciano se relaja, mirando al escritorio. 

-Entreguen a esos empleados, a todos los que no tengan contacto con las criaturas. – 

-Señor, el ingeniero eléctrico está en esa misma lista. – 

Lo vieron masticar o rechina los dientes mientras golpeaba la mesa con un puño. 

-… a ese no… no ahora, borrenlo del sistema pero no le digan nada, que esos idiotas crean lo que quieran.– suspira sosteniendo su rostro. -Henry no deja de ser un problema, vaya que si. – mira al empleado en la puerta, se ve perdido y tonto. - ¿Porqué no te has ido?- pregunta sacando algo de su enojo con este. 

Rápido lo ve retirarse con la cara roja. 

Su secretaria revisa los documentos, Deteniéndose en un papel. 

-Señor, firme aquí, es algo de inferior importancia pero será interesante su resultado. – 

No mira el papel, la curiosidad lo hace vigilar a esa mujer tan indiferente. 

-Tu y yo vimos a ese perro cuando fue cambiado, ¿No estoy equivocado?-

-Por supuesto, él era un elemento de diez años en la división cuatro, expuesto a los elementos base del prototipo desde su entrada a la guardería. – 

-¿Estas enojada conmigo por hacerlo llorar?-

-No creo que algo tan simple como el berrinche de un anciano causará qué esa criatura respondiera como ninguna de los experimentos más drásticos lo hizo. – su atención va de la hoja a su jefe y a ese ceño fruncido, ofendido por esa bola directa a su ego. – Estoy segura de que debe haber mucho más de por medio. Después de todo, las otras criaturas han cometido actos rebeldes contra DogDay muchas veces en el transcurso de estos meses. – 

-¿Crees que no puede controlarlas?-

-Creo que las cosas serán mejores una vez les otorguemos un golpecito de realidad a los otros sonrientes y a este perro le arranquemos algunos de sus preciados colmillos. - 

 

Chapter 31

Notes:

Porque los artistas saben cuanto se necesitan las referencias para crecer.

Chapter Text

 

 

 

Las agujas son tan agradables como una patada en el trasero. 

 

 

 

 

Esto está mucho más allá de una aguja o una patada. 

-Confirmamos la implantación del rastreador renovado. – 

La criatura en la mesa está sujeta por las correas, atravesada por las extremidades para extraer la mayor cantidad de sangre de su cuerpo. 

Las conexiones de voz habían sido desconectadas hace algunas horas para facilitar el trabajo de los científicos. 

Observando las distintas respuestas del gigante a través de un lector de ondas. 

 

 

 

Por ahora las lecturas demostraron una sensibilidad igual a efectos de elementos ácidos como a eléctricos, demostrando la adaptabilidad del cuerpo a distintas formas de daño. Agregando la alta producción de enzimas al conteo de glóbulos rojos, un interesante efecto adverso a la experimentación con la exposición del tejido vivo a los cambios de temperatura. 

Un cuerpo autosustentable más cercano a la inmortalidad se diferenciaba por su tenaz composición sinfónica en ondas cerebrales continuas, un cerebro en evolución capaz de intercambiar funciones del lóbulo ante los daños sorpresivos. 

Todo se une a una siguiente experimentación. 

El poder de este cuerpo ante los impactos, una incógnita nacida tras el enfrentamiento de uno (reunido en el aspecto canino) de estos con el prototipo. 

No había sido un enfrentamiento maravilloso ni excepcional. 

Era una singularidad inesperada y pretenciosa. 

Dicha eventualidad sucedió pero no había nadie que pudiera dar fe de cuáles eran los efectos científicos para describir los puntos que los colegas deseaban descubrir. 

Uno de ellos fue la duda sobre la fuerza que esa criatura fuera capaz de usar en cada impacto. 

El prototipo, gracias a informes pasados, podía resistir impactos de hasta 11,266 Newtons, ¿Entonces qué clase de fuerza tenían estas criaturas? Su líder había escarbado en el cráneo de lo que podrían llamar “Padre” con solo algunos golpes. 

Debían sacar respuestas a estos eventos y las posibilidades. 

Midiendo la habilidad de protegerse del más fuerte de los siete sonrientes (fabricado a base de un elefante) a base de impactos directos determinó que la capacidad debía ser dependiente de la voluntad de estas criaturas. 

Su participación nula al proyecto de avance ha causado estragos en la investigación. 

Dicho sea de caso el equipo puso en una simulación (los objetos en investigación no son animales ni humanos, cualquier desvío de la moral de nuestro colaboradores será juzgada y castigada) la opción de no golpear y esquivar, añadiendo a la contienda la inevitable eliminación de miembros en otra de las criaturas a respuesta de su negación. 

Resumiendo el éxito total del experimento al comprobar la fuerza de la criatura. El segundo elemento sonriente ya no se pudo usar para otros experimentos. Una lástima al ser el cuarto gigante femenino.  

 

Por otra parte los restantes demostraron una fuerza inferior a la del experimento 1 (3) , se sospechaba de dicha falta de capacidades para medirlo no había sido tan imperiosamente necesario para nuestros antecesores. 

Después de hacer dichas medidas de fuerza hubo un problema respecto al tan mencionado experimento 1(3) 

 Su estado saludable y óptimo se ha visto desmejorado desde el evento con 1006.

Se sospechaba de algún elemento tóxico, impactos en órganos o distintas variaciones ambientales. 

Después de pruebas de todo tipo,( incluidas las terapias electro sensoriales usadas en la variación de cuerpos grandes de la sección dos) no se consigue la estabilización del experimento. 

Este simplemente parece negarse a mejorar , limitándose a un nulo contacto con otras de las criaturas sonrientes o humanos. Los conteos amenazan con llegar a cero.

Entonces registro se le entrega esperando que usted nos permite diseccionar y armar uno en mejor estado

 

-¡¿Qué , qué carajos?! ¡¡¿Cómo creen que les voy a permitir liquidar a un experimento funcional?!! ¡A los que voy a liquidar es a ustedes , montón de zánganos infelices! –

El equipo de científicos fue expulsado y su humilde petición desechada. 

 

 

 

 

 

 

Había sido el mes más …¿Qué sigue de malo? Porque eso se quedaba corto.

Cuando al fin los devolvieron a una misma celda a la mayoría el pelo no se le había regenerado y aún cojeaban.

Hoppy de inmediato corrió a abrazar a Bobby , la última vez que la había visto estaba en la jaula con las toneladas de hierro que las golpeaban y parte de lo que eran se quedó en el piso por culpa del desangre.

Muchas cosas habían sucedido y no les hacía felices verse , solamente fue un sentimiento de victoria el que les sacudía al ver a sus compañeros vivos y enteros.

Todos tomaron un espacio aparte sin decir mucho , distraídos a su manera.

El de peor aspecto fue esa distracción

El perro.

El supuesto líder tenía las iris de plata vueltas a la oscuridad , sin ningún brillo pero estaba vivo.

Solo estaba ahí sanando sin una sola estela de vapor.

 

 

 

 

 

 

Fuera de las celdas y los experimentos.

Solo habían dejado a un sonriente en la guardería por estos treinta días.

Totalmente desconectado de lo que sucedía con sus compañeros. 

Saludando en las visitas o en la escuela. Las rondas de Kickin ya no se detuvieron en Dulce Hogar.

Experimento cada uno de los puestos junto a los Bunzo que fueron liberados de PlayHouse y podían ir a donde quisieran mientras saludaran y tocaran sus platillos para divertir a los asistentes. 

Hicieron lo posible por distraer a los visitantes y no perder esos donativos que venían con dichas entradas pagadas a la zona infantil.

-…de verdad es como un perro.-

Kickin detuvo su paseo por entre las personas al escuchar a unos trabajadores sobre las nubes de plástico.

-Se les está muriendo el perro ,¿Crees que hagan otro?- suspiró sacudiendo el cable enrollado en su muñeca. - Además de ese niño, no creí que podrían llegar tan abajo de la fábrica. - 

-No puedo imaginar cuánto les costaría hacer otra máquina de ese tipo, ni siquiera se porque hacerlos.- 

-Seguro por más dinero de lo que vale tu vida , mejor fija bien el gancho o esa luna te va tirar.-

Kickin vuelve al camino sin dejar de mover las manos para saludar a todos. 

Su estado como mascota era tan estresante como extraño.

¿Debió decirles que Theodore estaba en los túneles desde tiempo atrás? Tal Vez DogDay no estaría tan triste hoy. Aunque ese chico no era obediente, más de una vez lo vio romper las reglas y hacer lo que le daba la gana. 

No podía jugar con los niños porque debía ir a otro lado y tampoco podía hablar con las maestras porque antes no formó ese lazo que DogDay le había pedido que hiciera. 

Sin siquiera repartir el papel malo. 

Llegando a enfrentarse con una gran soledad.

Tal sentimiento lo tenía mal.

Corría y saltaba para llamar la atención , o cantaba desde la torre para sentirse observado.

Porque al terminar todo lo llevarían a una celda , donde no habría ni una sola luz y tendría que encogerse en una esquina para contener el miedo a ser apuñalado.

Ya había acostumbrado estas plumas a sentir el calor de Hoppy pero ella no estaba aquí ni la podía sentir por ningún lado.

Excepto una sola vez durante esos días.

Justamente cuando lo llevaban de vuelta a su celda noto en el zapato de unos científicos de paso, algo atrapado en sus suelas : 

Sangre y pelo. El lindo pelo verde y su sangre pisoteada como si no fuera nada. 

 

 

No pudo seguir con este acto desenfadado.

Haciendo algo que no debía y se había convencido por evitar.

Intentó arrancarle la cabeza.

El no sabia porque lo necesitaba , en realidad lo sabe , en esta cabeza estaba todo su dolor y los recuerdos.

La culpa por sus mentiras. 

Su conciencia rebelde y el odio.

Resultando en odiar antes que a todo o nada , a sí mismo.

A ese insignificante imbécil que no puede hacer nada más que intervenir en una discusión sin tomar bando porque le daba miedo estar con el perdedor.

Cortándose la laringe fue que lo encontraron los médicos y por fin lo escucharon.

-Quiero estar con Hoppy.- pidió cuando estos no supieron qué hacer al verlo con más de medio cuello desconectado de su cuerpo.

Lo llevaron a la celda donde el grupo había sido reunido y corrió a encontrarse con ella sin importarle si a este punto ya toda la fábrica sabía que no podía vivir sin ella.

Puede que para Hoppy no fuera distinto y eso solo era el pequeño paraíso para los dos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                S-M-I-L-E everyday!

                              When you are down and out, 

                                                      No need to frown and pout!

                                                                      ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

                               S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

El título ¡Feliz día del niño! brilla como un especial por debajo del nombre del programa. 

Abriéndose el foco de cámaras con la nariz negra de un conejo en primer plano. 

El escenario abre con las cortinas abiertas de una pizarra llena de fotografías de Happy, Bobby y Picky. 

La coneja aparece por un lado apuntando a la pizarra con una fusta. 

-¿Sabes por qué las chicas son mejores que los chicos?- pregunta al televidente. 

La pata de DogDay se asoma por debajo. 

-¿La resiliencia natural?- pregunta. 

-No.- negó Hoppy moviendo la cabeza.-Aunque si… Si, eso cuenta. - apunta con el pulgar arriba al perro. 

La pata de Bubba se asoma por otra esquina del escenario. 

-¿La resistencia es 20% mayor al dolor?- lo muestra con una gráfica científica. 

-No, además esos estudios necesitan más trabajo por parte de los científicos. - murmura lo último molesta con algo que no se puede ver. 

Las manos púrpura se elevaron haciendo algunas señas rápidas entre ambas. 

-¿Qué dijo?- pregunta la voz de Kickin. 

DogDay, se nota por su pata, levantó un letrero de madera con la pregunta de Catnap. 

-¿Qué huelen mejor?- lee en voz alta Hoppy. - Si, ¡Exacto!-

-No todas las niñas huelen igual, Hoppy. - la regaño Crafty. 

Hoppy respondió con un giro de ojos y un abrir y cerrar de dedos remedando al unicornio. 

El lente al fin toma a todos en el lugar. 

Mostrando que se encuentran en un lugar diferente al usual. 

Era una escuela por los letreros de no correr y no empujar con Buggy Wuggy en los letreros. Estando sentados en los asientos de un auditorio con Hoppy en el escenario junto a un tablero lleno de opciones. 

-Hoppy te arremedo. - hecha leña al fuego Kickin. 

Crafty desde los controles de luz en lo alto del auditorio mostró su pezuña de frente a la cámara. 

-¡Ajá!- exclamó el perro al ver su pezuña ya censurada con cuadrícula.- ¡¡Crafty, espera al especial del cuatro de julio!!- la regaña cubriendo los ojos de Catnap. 

El gato a su lado ríe sin ruido al ser atrapado, moviendo su cola en el aire se libra al derrumbarse en sombras. 

El elefante salta de su asiento llevando las sombras por sus tobillos. 

-Hoppy, debemos hacer que la fiesta sea para todos y no solo para las chicas. - le apunta a la tabla de opciones. - A ningún chico le será divertido festejar si todo gira entorno a las chicas-

Hoppy le lanzó la fusta, la que esquivó solo por el tirón qué Catnap le dio en el brazo para apartarlo. 

-¡¡Nunca nada es para las chicas!! ¡Machismo!- grita con los puños en alto y fuego en el fondo. Fue lo que ocasionó Kickin como parte de su gusto por echar leña. 

DogDay lo apaga con un extintor sin quejarse mientras detiene en un brazo al pollo vuelto png bajo su brazo.

Los gritos de Hoppy no fueron ignorados y queda claro cuando las puertas de entrada son atravesadas por Bobby con un tridente prendido en llamas. 

-¡Matenlo!- gritó apuntando con el arma blanca al elefante. 

Hoppy en el escenario sonríe lista para pelear.

De no ser por la entrada de Picky tras la osa. 

 -No, Bobby, no es tan grave. - la corrige colocando en sus manos un vaso lleno de raspado de colores. 

-No intervengas Picky.- le reclama la coneja.

Picky le ofreció un vaso de helado como muestra de paz. Hoppy lo Tom rindiéndo se al sabor del helado de limón. 

-Termine con el orden del banquete, ¿Qué discuten aquí?- pregunta la cerdita repartiendo los vasos con helado y frutas. - Están muy animados, hola Catnap. - saluda a las sombras desperdigadas por los asientos. Dejando su porción en su asiento mira al líder esperando la respuesta y entregando las últimas dos bebidas. 

-Hoppy quiere hacer una fiesta temática para las chicas. - le responde el perrito al volver a los asientos del auditorio. - Mira Kickin.- le mostró el vaso con una hoja de menta encima. 

Kickin regresa a su estado para comer, apuntando con la pajilla a la coneja que baja pata a pata del escenario. 

-Yo creo que si es solo para chicas será aburrido, ¿Qué se supone que hagan si ni Hoppy sabe cómo son las chicas?- les preguntó tomando asiento.-Mejor que sea normal. - 

Hoppy ya junto a ellos Observa el vasito de helado que le daba Picky. 

-Yo estudiaba aquí cuando apenas admitían chicas.- sus memorias se reproducen al fondo pintadas con crayones. - Los chicos eran muy groseros y asquerosos, mis amigas no se divertían en clases porque algunos aprovechaban para cortarles el cabello y pegarles chicle en las orejas. - lo rememora con un rostro triste. - No creo que hayan cambiado y creo que las chicas querrían qué este evento sea más para ellas.-

-Me parece difícil imaginar que te tratarán así. Eres tu, Hoppy.- apunta Bubba dudoso por ese cuento que en su cabeza aún es borroso. 

DogDay por su parte solo tienen escenarios de Hoppy en calidad de Majora Mask peleando con sus compañeros de clase hasta incluso contra los maestros en la graduación. 

-Si crees que sea lo correcto puedo traer el soldador a las niñas. - ofrece su primera idea de juego. 

Bobby dejó su tridente clavado en el suelo. 

-A las niñas no les gustan las soldadoras, DogDay. - le apunta el más importante de los problemas con su idea de entretenimiento. 

El perro inclina la cabeza a un lado dejando a sus orejas colgarse mientras piensa. 

-¿No? ¿Ninguna?- sus ojos van al suelo, chasqueando los dedos. -¡Entonces traeré una pistola de clavos!- exclama sonriendo. 

El chillido de Picky delata cuanto eso se aleja de lo correcto. 

- ¡¿En qué quieres que se convierta esta escuela?!- le reclama Bobby. 

De fondo la visión de futuros ingenieros y contratistas brillan en la imaginación de Dog Day. 

-Es que no se si tengan licencia para usar la excavadora.- le responde sonriendo aun. 

-DogDay, eso es lo de menos. - lo apunta Picky aun sorprendida.-Es una fiesta de primaria, no un retiro espiritual. - 

Kickin en su asiento interrumpe defendiendo de la peor forma al perro con un tono de niño rico. 

-Calmate, DogDay solo quiere ayudar, no es como que el paquete de la pistola de clavos fuera a traer un mesías como decoración. - 

Picky quedó sin palabras. 

-¡Demandas!- chillo Bobby atrapando el micrófono oculto para destruirlo. 

Bubba choca sus patas como si acabará de encontrar la respuesta mientras ellos peleaban con el staff. 

-Yo puedo traer fermento de frutas. - animoso sonríe pensando en esa jarra usada en su cumpleaños.-Les ponemos flores y ya. - imagina la jarra de fruta con algunas flores en el agua. 

La cara de Picky perdió la sonrisa abriendo bien los ojos al recordar esa bebida y la actitud que tuvo después de solo olerla en el cumpleaños de Bubba.

-¡¡No, no hay manera de que traigamos eso a una fiesta!!- grita roja por toda la evidencia en video que se reproduce al fondo de su cabeza. -¡Stalin debería devolver la luz a la madre patria para que yo permita tal cosa!- pisa fuerte haciendo sobresaltar a Bubba por haberla hecho enojar. 

-Lo siento. - murmura nervioso al retroceder. - Entonces podemos traer vino o quizás una destiladora-

-¡No estas entendiendo el punto, Bubba!- sus pezuñas suben alto. - ¿Porqué justamente ahora decides ser un tipo de oxford? ¡Devuelveme al Bubba de Yale!- 

DogDay a unos pasos parece tomar una decisión bien pensada. 

-Eso debe significar que no están permitidos ni aplanadoras, Taladros, pistola de clavos ni guadañas… ¡Pero puedo traer una bomba para armarla en el patio!-

 

Crafty desde la zona de luces les mira con el ceño fruncido. 

-No puedo decir cual de los dos es más estupido. -  

 

Entre la discusión a aquellas sombras vuelven a unirse lentamente apartados del grupo. 

Catnap al fin recupera su aspecto, acercándose a Hoppy que aún bebé del fondo del vaso con el rostro triste. Mostró ambas manos en movimiento, marcando su boca, sus oídos y el lugar. 

-Creo… Que tienes razón. - sonrió animada. - No les pregunte a los niños que querían para su fiesta. - se empina la bebida antes de romper el vaso bajo su pata. -¡Vamos juntos gatito!- exclama al atraparlo por la cola y saltar en alto. 

El gato gritó en mudo, mirando al perro que en vez de ayudarlo le muestra los pulgares para animarlo. De inmediato las manos de Bobby lo sacudieron. 

-¡¿Crees que porque hagas eso te dejaré traer maquinaria peligrosa a la escuela?!-

Kickin observa el lugar por el que se fueron el gato y el conejo, robando frente a la cama el helado qué debía ser para el gato. 

 

Con un corte abrupto de cámara el lugar cambió. 

 

Hoppy y Catnap se materializan en otra punta de la escuela, observando por una ventana del pasillo a los salones. Viendo a un gran número de pequeños sonrientes variados en especies y colores, con los ojos fijos en la pizarra o medio dormidos. 

CatNap saluda al interior. 

Asustándose ambos al ser mirado por una maestra en el interior. 

Esa muñequita de trapo les sonríe desde el interior, llamándole al interior del salón.

-Es bueno verles, los niños querían saber cómo serían este año las fiestas. - 

 

 

La fiesta llegó al fin después de ese cameo.  

Tres soles y dos lunas después. 

Durante el día de los niños el confeti los llena y golpea como balas por parte de un Kickin vestido como Terminator, siguiendo a los niños que gritan y ríen en el jardín de la escuela. 

El estallido de confeti y plumas corta la escena al gimnasio donde Crafty controla las luces para el baile sin parejas, solo los muy pequeños bichos sonrientes corriendo con tiras de papel de fiesta o saltando por la música. 

Bubba es tomado en cámara en una mesa de chaperón, amargado y mirando directamente a la pista de baile. 

-No comas más, te pondrás demasiado feliz.- detuvo por el rabo a un conejo azul. - Que feo. - lo deja ir aburrido. 

Su amigo naranja pasa por un lado subido en el triciclo unido a un tren de madera.

-¡Alégrate amigo! ¡Es un gran día, Bubba! - le grita saludándolo con el gorrito de conductor de tren. -¡Wooohhhh!- grita pedaleando para el deleite de los animalitos en el tren. 

Estos levantan los brazos en el interior sin importarles si algunos se caían por lo rápido que iban. 

El elefante apretó aún más la boca, mirando aún a la pista de baile. 

La cámara a gran velocidad permite ver este baile. 

Mostrando al gatito bailando un jazz con la cerdita que lleva en su oreja una flor roja, riendo mientras giran juntos y el sombrero del gato es levantado por esa cola larga como parte del espectáculo.

La temática elegida fueron las burbujas y el jazz alternativo. 

Mostrando el efecto en las gorras y collares de juguete. 

Entre animalitos y las luces cálidas producidos con la música tan alegre como la cerdita que es levantada por su cintura. 

Devuelta a la mesa el elefante saca esa jarra de fermento para empinarlo en cabeza caliente. 

Esa figura felina se ve alegre mientras es rodeado y su cola sacude su sombrero entre los giros y sus silenciosas risas llenas de alegría incluso cuando el tren los lleva en una vuelta. 

La voz de Hoppy resuena por los altavoces. 

Luces y la sacudida de la cámara llevan la vista al exterior de la escuela. 

Llamando a los pequeños animalitos al patio les saluda en el césped. 

-¡¡Cuando la luna esté en lo más alto todos debemos saltar hasta alcanzarla, lejos del suelo!!-

 

La cámara lleva al televidente a una montaña por la que puede verse el pueblo alegre y sus animales. Resaltando a contraluz las patas de pezuña y hueso de este visitante 

 

 

Bubba vuelve al foco de la cámara, vigilando a los pequeños al saltar al ritmo de la coneja. 

-¡Más alto, vamos aún estamos en el suelo!-

La risa de Picky resuena feliz con su pezuña agarrada por la mano de Bobby al saltar en alto y sus ojos fijarse en la luna del mediodía.

Con el sol por encima de todos y el calor brillando en el pelaje y las escamas de las criaturas. 

Bubba observa la algarabía y los vítores al coro de los saltos de la coneja cada vez más alto. 

Saltar es un acto de gran magia, acompañado por el sol y la luna oculta por el cielo azul. 

Lentamente esos saltos elevan a los presentes con la fuerza del rebote de los saltos del conejo. 

Bubba en la puerta observa con ceño fruncido como incluso el tren es llevado por la magia, arrastrados al aire entre las burbujas producidas entre las luces de la escuela. Escapando por la brisa rebelde. 

Sus ojos van a las sombras de los árboles donde el gato se queda a observar el espectáculo. Las sombras de su cuerpo apenas formado son atravesadas por los animales. 

Bubba relajó el rostro una vez le vio reunirse antes de esconderse, manteniéndose amargo hasta caer los créditos. 

Dichos créditos son al ritmo de las luces controladas por CraftyCorn, sonriendo al televidente. Cortándose justamente cuando mostró la pezuña de la misma forma y fue cubierta por el mosaico. 

 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

¡¡No sabe a dónde ir esta navidad!! ¿Está usted seguro de eso? ¡PLAYTIME co. Sabe qué hacer con usted!

¡¡Con un gran banquete a su disposición!! ¿Le parece aburrido? ¡Con olas de entretenimiento en vivo para toda la familia! ¡De nuestra compañía no tendrá suficiente! 

 ¡¡Visitenos a nuestras instalaciones para festejar junto a los amigos sonrientes, Huggy Wuggy, Mommy & Daddy Long Legs, y muchos más compañeros!! ¡Con guardería 24/7 incluida! 

Todo por menos de lo que se imagina. ¡Venga a festejar con nosotros! 

Las entradas se compran en puntos de venta verificados. Playtime co. No se hace responsable de estafas ni reventas. Todos los derechos reservados. 

 

 

 

 

 

 

La sala de reunión está preocupada. 

El capítulo para septiembre con temática de junio se terminó y se reprodujo el comercial grabado con la voz de un locutor poco popular pero de buena voz. 

Un inversor parece satisfecho. 

-Esta bien, suena bien.- les apunta a la pantalla. - Los retiros temáticos pueden atraer a las personas y sus gastos serán proporcionales a las ganancias. - 

-Con un buen número podemos recuperar el 70% de las perdidas después de los cateos de la DEA. - 

-Esos perros son un lastre. - 

–¿Por que lo incluyeron en un capítulo para el 8 de junio para finales de septiembre?-

-El departamento de animación tuvo algunas afrenta con el departamento de innovación y se resistió a trabajar ante la falta de referencias. - 

-¿Para qué necesitan referencias? ¿Que referencias necesitan?- 

Una mirada lo hace ver a Ludwick permitiendo compartir más detalles sobre este argumento entre departamentos. De todos modos los dos líderes estaban presentes y avergonzados. 

-Como ejemplo, tenemos esto. - coloca una diapositiva diferente frente a todos. 

Mostró la escena de Hoppy saltando al borde de las burbujas y las nubes. 

-La coneja es uno de los más fáciles de dibujar gracias a su Bigger Bodie. - la diapositiva siguiente mostró a la coneja en la celda saltando contra los muros y el suelo. - Es inquieta pero se puede guardar capturas de su movimiento con facilidad. - 

-En realidad es solo una excusa por parte de los poco profesionales miembros del grupo de animación. - 

La tercera persona apuntada lanzó un folder de capturas a la mesa. 

-¡¡Manejamos un grupo de producción infantil!! ¡No puede ser que piensen que enviarnos esta basura ayudará a la producción de contenido! ¡¿Estamos locos?!-

El inversor cometió el error de mirar una de las capturas. 

Viendo directamente a la osa despedazada por piezas ante el impacto de hierros qué la coneja no logra detener al perder la pierna. O en otra al elefante en el suelo con la columna vertebral despedazada en dos por el impacto de una bala. 

Lentamente levanta la mirada para comprobar el aspecto del líder de animación. Este hombre tenía ojeras, marcadas por el rojo y la tonalidad morada bajaba por su rostro como si fueran a caerse sus globos oculares entre párpados. 

-Nuestro departamento no puede pasar tiempo desperdiciado en saber si tu delicado trabajo puede con nuestra propia línea. - 

-¡Estas bien loco si crees que ese es el mayor de tus problemas!-

Este inversor vuelve a mirar las capturas, tomando una de ese unicornio que le gusta a su nieta. Su cabeza se siente ligera observando ese pelaje blanco cubierto de rojo y su cuerpo medio muerto en el piso de una celda. 

-No, esto no es para niños. - esclarece sus pensamientos. - En cuanto algo como esto salga en un programa me encargaría de cancelarlo. - mira a los otros hombres en la mesa. - Creo que el departamento de animación necesita más libertad para conseguir sus demandas, permitan les visitar el lugar o tener su propio canal de video funcional en la fábrica. - 

-Nosotros operamos fuera de la fábrica. - 

-Pues si quieren esos lujos deberán moverse a la fábrica. - les apunta el jefe. 

-... bien, muchas gracias. - 

-Ahora que alguien limpie la mesa. - pidió el mismo inversor tirando lejos de su lugar las capturas sangrientas. 

Ludwick sonríe en su lugar, más animado ante el silencio de empleados y participación de un inversor. Un hombre en la mesa no habla a menos que planee invertir en sus palabras. Eso conlleva que el departamento de arte recibiría un nuevo presupuesto para su labor. 

-Como sea. - suspira. -Hoy les presentaremos nuevos productos alimenticios de parte de la compañía y para que puedan disfrutarlos hemos contratado a un gran chef. - 

 

La reunión termina con risas elegantes y un filete rojo servido sobre las capturas volteadas. 

 

Chapter 32

Notes:

Es como estar en piloto automático, eso es vivir por otros.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

El dolor no es algo de lo que jactarse de superar , el dolor no tiene limites ni señales para detenerse. Ese es su gran secreto a voces. Todo siempre puede doler mas y para siempre también. Nunca sanar y siempre sentirse como lo más cercano al final del todo pero tan lejos como un abismo para la entrada. 

En la oscuridad ni la plata puede brillar. 

 

Limitándose a mostrar signos de vida con la respiración lenta qué hace al pelaje caerse en el desánimo. 

-DogDay… - susurra tocando su frente sin saber que más hacer. 

La figura del ave amarilla rompe la miserable escena al acercarse al perro para interrumpir su tranquilidad, sacudiendo su hombro con una de sus manos. El ave amarilla no estaba en el mejor estado, su cuello continuaba sanando, una desventaja silenciosa el ser más lenta su capacidad de regeneración, casi tan lenta como un humano después de tanto tiempo sin alimentarse. 

-¿No quieres que hablemos? También podemos jugar a algo ¿Te gustaria?-

No hay respuesta por parte del perro y el ave suspira quitando su mano del cuerpo de este. 

-Kickin, déjalo descansar. – le pidió ese amigo tan nervioso. 

-Bubba, ¿Se supone que se quede así?- exclama al apartarse y volver al lado del elefante, necesita levantar la cabeza para verle de frente incluso al estar ya frente a él.-No se mueve, nada. - 

-No lo se… - sus patas se unen frente a su pecho, chocandolas en un acto nervioso.-No se… Creo que esta teniendo un mal viaje o algo asi.-

Ese gesto Kickin lo conocía y era bastante bien. Era un acto tan normal como respirar para ese niño grande que podría arreglar sus problemas peleando pero solo se hacía bolita y esperaba que le tuvieran piedad. Al inicio le caía bastante mal, demasiado mal, es conociéndolo que se puede apreciar lo único y correcto que era estar de su lado. Era un hipie pero no de los enfermos qué te lastiman por ser diferente, era del tipo que te respondía a tus problemas y te acompañaba en ellos. 

Aunque ahora Kickin no quiere exactamente eso. Quería instrucciones, algo que hacer y como hacerlo. Necesita que haya alguien con respuestas más allá de una teoría construida a medias. 

-DogDay es quien menos debe quedarse así, no nos beneficia qué continúe en el suelo como un trapo. – le apunta y sacude los brazos. – Se supone que es el líder. – exasperado siu mirada va de nuevo a Bubba. 

Su amigo bajo la mirada. 

-Solo dejalo descansar, él no está bien. - apunta con una sus patas.-Hoppy será el líder ahora. – 

Dicha coneja estaba de espaldas y abrazada a sus rodillas. 

Se preguntaba si las pruebas que pasaron fueron ideas de los humanos o si fue su culpa por saltar sin pensar en las consecuencias que se le habían advertido muy claramente por su amigo. La pelea de DogDay parece ser una parte de las razones por las que les hicieron todo eso. Hacer pedazos a Bobby, a ella. Exponer a la soledad a Kickin sabiendo que no era bueno en ello. Torturar a Crafty, y golpearlos por tanto tiempo. 

¿Porqué? Sabían la verdad, seguro que si. 

No. 

Estos humanos no podían saberlo, escucho que discutían sobre el rastreador pero no le sacaron el anterior, no sintió ese tipo de dolor en la pierna… ¿Qué más se supone que deba observar? La amarraron a una maldita mesa y si no tenía demasiada sangre en las orejas y ojos, como para saber que hacían en la cabina durante las pruebas. 

¿Cómo es que DogDay junta información? El se encuentra en las mismas situaciones, lo golpean pero saca información hablando. 

¿Ella debía hablar? ¿Debía hablar con esos… animales?

-No puedo, eso no… - traga seco entre sus quejidos.-Claro que no, mierda. - suspira apretando las garras devuelta a su interior, ocultandolas. 

En este lugar lo único que le quedaba por proteger de estas personas era su voz, era ella, incluso cuando la torturaban continuaba usando esa estúpida voz de niña. 

No quería llorar, no quería gritar ni darles más de lo que le quitaban. 

Hablar… ¡¿Porqué tenía que humillarse de esa manera?! 

Puede que no fuera un buen momento para recordar a DogDay, no cuando se supone que lo reemplazaría. 

Incluso cuando lo conoció ese niño hacia cosas que no se atrevía. 

Hablaba con adultos, los insultaba y aún así conseguía algo de ellos. 

El niño se atrevía a contrabandear basura de adultos para conseguir cosas del exterior. 

Siempre dio por hecho que era simplemente bueno con adultos, pero posiblemente ese niño era algo más que eso. Algo más calculador y frío de lo que parecía cuando se reía o jugaba con las niñas. Guardaba mucha fuerza en su interior para atreverse a soportar tantas humillaciones solo para lograr conseguir algo para ellos.

Recordaba que verlo peinar por primera vez a Bobby fue sorprendente, porque ni ella sabía como ayudar con ese nido… pero el fue con un puro que se robó a donde un adulto que trajo a cambio de una botella de aceite. No lo tomo en cuenta, simplemente fue divertido verlo peinarla y quedar con las manos resbalosas. 

Y después corrieron porque quería tocarlos y Bubba se cayo y DogDay le lleno el cabello de aceite. 

-Mhm… - en sus rodillas oculta esta horrenda cabeza, aguantando las risas qué deseaban salir aunque fueran apagadas. – Bobby era muy hermosa… - suspira apretando las garras en sus piernas. 

Extrañaba tanto lo que eran. Ahora solo puede sentir que desperdicio mucho tiempo que debió pasar con todos, debió leer más, aprender a peinarse y amarse como era. No dejarse el desastre por miedo a parecer más niña de lo que era. 

No había nada de malo en querer ser bonita. Era bonita. 

No había nada de malo en desear verse mejor. Era una niña. 

No había razones para que ese niño se rompiera la cabeza buscando formas de hacerlos felices. Él también era un niño y necesitaba ser cuidado, no sacrificarse por ellos. 

No hay razones para fingir que no le importa lo que le pase ahora. Eran una familia. 

Sí Dog salía de ese enredo definitivamente hablaría más con él. Necesitaba disculparse con él . 

-Hoppy. – 

Debe dejar esta esquina y dar la cara a lo que venga. 

-Otros veinte minutos. – murmura sin girar, incluso si era Kickin. Sabía que él no la presionaria. 

Es una respuesta correcta a medias, pues lo siente recargarse de espaldas a ella. Manteniendo un silencio acompañado por su respiración. 

Dejando sus propias dudas en Kickin. Aprovechándose de su lealtad. 

-DogDay no responde ni habla, ¿Crees que se vuelva como Kissy o PJ?- mira al suelo y sus patas, llevando en su pecho el peso del miedo.– No se que se supone que hagamos si él no se mejora pronto…. No sabemos cómo quitarnos los nuevos rastreadores ni a qué humano es que le hablaba para movernos entre los guardias. – 

-¿No te dio los cigarros? Solo huele los y busca al humano que dejó su olor en ellos.- no sabía mucho de la capacidad olfativa de DogDay a comparación de Hoppy pero debía haber algo importante que los igualara como para escuchar más de una vez que esos dos compartían el rango de líderes entre ellos.-Le tendrás que hablar sobre los nuevos movimientos y registros, además de mover el papel por el lugar. - 

-Dios, no. - exclama harta tan solo de escuchar las tareas a completar.-No quiero hacer eso. - murmura mirando sus patas.-Los humanos me dan mucho asco. - 

Kickin revisa sus propias garras, encontrando las uñas llenas de su propia sangre. 

-No hay otra forma, Hoppy, solo por eso él y todos tuvimos oportunidad de hacer distintos movimientos por la guardería y la fabrica.– la mirada del ave sube a fijarse en el elefante. – Bubba sabe quienes son pero tu debes encontrarte con ellos y mover las cosas que te pidan… creo que eso hacia Dog. - 

 

 

Crafty a unos metros revisa su pezuña ya sanada y limpia, juntandolas bajo su cuerpo. 

-Si te ibas a poner así siendo líder mejor no te hubieras puesto a discutir con DogDay.- murmura esperando ser escuchada por Hoppy. 

La coneja se levanta tirando al ave. 

-¡No estoy de humor para tu basura! ¡¿Prefieres una maldita paliza?!- 

El unicornio frunce el ceño volviendo a ocultar su rostro sin respuestas para ese grito. 

Las criaturas en la celda mantienen el ánimo por el suelo incluso mientras los gritos del conejo sacuden los muros. 

Ahora mismo solo deseaban descansar y no pensar demasiado. 

 

CarftyCorn suspira una vez la coneja volvió a su esquina a ignorarlos nuevamente. Desviando su mirada al perro que continúa ajeno a las discusiones o el ruido mismo. 

-… no puede ser. – su poco ánimo muere lentamente.-¿Cuanto tiempo necesitas dormir?- 

 

 

 

 

El tiempo para superar el malestar es mínimo y interrumpido por el altavoz de la celda. 

-Vayan a los muros, separados. – 

Hoppy levanta el cuerpo al sentir al ave retirarse. 

Caminando todos a un punto aparte de la celda. 

Las puertas se abrieron lentamente frente a ellos, entrando una grúa con una gran caja en ella. Seguido los humanos hacen su aparición. 

-Chicos. – los llama el guía de la guardería. 

No parece para nada diferente de cualquier otro día y eso no ayudaba. 

-Hoy serán libres de pasear por la guardería. – les comparte sus buenas noticias y apunta a la caja con las manos. – Además las fechas son lo mejor de todo. – sonríe y se mueve frente a ellos para destapar la caja, aunque se ve que tiene problemas. - ¿Una ayudita, chicos?- les pide a ellos. 

Hubo unos segundos bastante incómodos de silencio en la celda. 

Siempre era el perro en romper la distancia con los humanos o se lo ordenaba a uno de ellos. 

Todos los guardias comprueban el lugar ante el retraso, encontrando al perro servicial en una esquina sin moverse. 

Dado la incomodidad y el rostro confundido del trabajador fue el elefante de la habitación quién se atreve a abrir la caja. 

Su fuerza hizo que al recargar la pata derecha y empujar con la izquierda la caja no resistiera y su interior cayera al suelo a los pies de las criaturas. 

La cabeza de la mayoría se inclino al ver lo que les traían. 

-¡Es Halloween!- celebra el humano aplaudiendo un par de veces, claro que antes respiro profundo para superar el susto ante la fuerza del elefante. – Bubba, se te permitirá ausentarte de tu lugar en el tren para acompañar a las visitas de la guardería. – 

Tras retroceder Bubba observa las cosas en el suelo. Buscó al líder pero este seguía desconectado. 

-Los dejaremos elegir sus disfraces, solamente no rompan nada. – les pidió apartándose junto con lo guardias. 

Esta actividad no era confiada a las criaturas, nunca jamás por los daños que las primeras cometieron en acto rebelde pero hoy se les confío a estas su propio traje para medir su estado mental y que tal tomarían una decisión por si mismos. 

Se retiran los humanos para dejar a estas cosa libres de actuar a su voluntad y a los científicos la oportunidad de observarlos. 

 

 

Picky fue la primera en moverse una vez se fueron los humanos, tomando una tiara plástica del suelo para colocarla sobre su cabeza. 

Seguido la vieron revisar el montón de cosas para buscar la falda a juego y las alas con una chalina de colores. 

-Ayuda. – le pidió a Bobby. 

La osa lentamente le ayudo a vestirse apartandose del resto con el mismo silencio. 

Bubba fue el siguiente en buscar entre las cosas, encontrando unos armazones gruesos y unas corbatas ajustables. 

Entonces ya se acercaron todos a buscar algo que les gustara. 

Hoppy metió sus patas traseras en unas medias abiertas y sus manos en guantes, sintiéndose divertida por el abrigo verde y cintas negras qué se amarró en las patas Kickin. Siguiendo a este juego de verse a un giro con manos unidas, pasando entre el resto sin soltarse al seguir una melodía que no podría ser la misma para los dos pero les llevaba juntos. 

 Crafty espero a Bobby para que su crin se llenará con las flores que rebusco con sus pezuñas, viéndose en el reflejo del concreto al sentirse por fin algo engreída. Estirando las patas y marchando frente a ese borroso reflejo como si fuera un verdadero unicornio perdido en el bosque. 

Bobby al fin encontró algo que le gustaba y no dudo en ponerse el sombrero de bruja y la insignia de gato negro en su pecho la busco para terminar con la escoba en sus hombros. 

-Talvez convierta en sapo a Hoppy. – suspira sabiendo que ella pasaba a su espalda. 

Hoppy la empuja suavemente al colgarse en sus hombros. 

-Primero deberías atraparme, bonita.- advierte sobre ese cuello afelpado. Ese pelo rojo se eriza y la osa la mira en pánico mientras esa simple coneja se aleja saltando por encima de todos. 

-¿Qué estas haciendo?- pregunto sin aliento Crafty. 

La coneja en el echo les mira fijamente. 

-Ya saben lo que podemos hacer, ¿Porqué seguir fingiendo?- 

-Porque no queremos que nos hagan hacer cosas peores. – le apunta Picky sin mirarla, moviéndose levemente para hacer que la chalina en sus hombros se eleve un poco cada vez.-Aun me duele la paliza, coneja. - 

Hoppy en el techo decidió bajar y quedarse en el suelo de cuclillas bajo la mirada de sus compañeros. 

-DogDay, faltas tu. – 

Bobby esta vez había decidido ir con el líder, o quién sabe, para intentar entablar una conversación. 

Esté una vez se fueron los humanos había vuelto al suelo y no parecía que fuera a moverse hasta nuevo aviso. 

Bobby no sabía que más decirle, quedándose a su lado en silencio. 

-Aquí, tengo algo. – le trajo un cinturón. – Puede usarlo. – 

-El ya tiene como cuatro cinturón en todo el cuerpo.– le apunta Picky a las varias piezas de cuarto en el cuerpo del perro. 

-Pues tendrá más. – agrega algo molesto Kickin. 

-Miren. – muestra la pieza que deseaba agregar al disfraz del perro. 

Después de Kickin y Bubba, siguieron Crafty con Picky más al último Hoppy con un sombrero. Resultando en un vaquero con cinturón, chaleco, cuello con corbata , guantes y un sombrero al que le quitaron el pajarito de paja para dejarle solo una pajilla en este. 

-Te ves bien. – apunta Bobby tras verlo detenidamente. 

El perro no les responde y ese traje hizo que su tristeza se compara a la de los vagabundos fuera de bares donde ya no los dejan entrar. 

-Si tan solo hubiera una botella entre las cosas. – sin vergüenza Crafty se quejó de no poder completar el chiste. 

-No es un payaso. – le regaño Bubba. – El no está bien… yo no lo estaría. – vuelve al montón de cosas para buscar algo útil entre estas. 

Sin notarlo Picky le pegó el pajarito de paja con velcro a la espalda. Convirtiendo al nerd en un príncipe de cuentos. 

Hoppy levanta las orejas confundida por las palabras de Bubba. 

 

 

 

 

 

 

En la esquina y en soledad DogDay giro la cabeza para ver la placa pegada al chaleco de vaquero. 

El nombre de Sheriff le hace volver a bajar la cabeza, regresando su mirada a la oscuridad para desconectarse nuevamente. 

 

 

 

 

 

La actividad del disfraz fue completa con un paquete de brillantina sobre las criaturas femeninas antes de permitirles volver a la guardería. Al parecer querían vender peluches nuevos, 

El lugar era exactamente igual. Nada cambiaría ni aunque se quemara. Las mismas calabazas falsas y las telarañas de plástico, arañas de colores y muñecos vampiros de Huggy Wuggy con Kissy Missy. 

-¡¡Bubba, Bubba!!-

-¡¡Crafty!!-

-¿Dónde estabas Hoppy? 

Añadiendo la gran sonrisa de los niños al salir de Dulce Hogar y verlos repartidos por los jardines. 

-¡Picky eres una princesa! ¡Una princesa!-

La criatura asiente y responde algunas palabra con su voz infantil. Aunque era un hada. 

Dando la primera buena impresión más niños corrieron a encontrarlos, incluidos a los que se colocaron dentro de la escuela o la juguetería. 

 Aunque la mayor preocupación era la reacción del perro que tardó bastante en ser notado al estar tirado a un lado de PlayHouse, no escondido sino tirado en todo el sentido de la palabra. 

Si estaba en el lugar fue por la intervención de Bubba al cargarlo y traerlo al jardín. 

 

 

 

 

Fue un día lleno de visitantes que los veían y algunos se reían por la forma en que se vistieron. 

Talvez si, algo tonta. Nadie entendía que el disfraz de Kickin era sobre un tal periquillo ni que Picky era un hada o Hoppy como Crazy Legs al bailar What feeling. 

Aunque fue decisión de ellos. Lo que no era su decisión era ver a algunos buscar al perro y no encontrarlo. 

Hoppy creyó que ya conocía el enojo pero este no dejó de crecer conforme el tiempo avanzaba y DogDay estaba cada vez más desanimado. 

Culpa y rabia continúan juntando en su corazón.

 

 

 

 

-No le pegue tan fuerte, ¿Porqué continúa comportándose así? – interroga buscando respuestas en Kickin. 

El pollito detuvo los saludos que daba al teleférico qué venía bajando. 

-¿No lo sabes?- preguntó mirándole de lado.-Picky se lo contó a Bubba y Bobby. - 

Hoppy negó moviendo la cabeza. Algo que tenia sentido pues lo que menos querían era hablar sobre ese día. Sobre todo después de tanto castigo. Tal vez Bobby aunn estaba asustada. 

-Theodore, algo allá abajo lo mató. Lo quemo hasta los huesos, Hoppy.- mira en dirección a la PlayHouse. – Se que estas enojada… pero creo que yo hubiera terminado peor si te perdiera a ti. – 

Hoppy no logra comprenderlo. 

-Todas las criaturas son de la superficie ¿Qué pudo hacerle daño allá abajo?- 

-No lo sé… DogDay vino bañado en su propia sangre y la de esa cosa, se veía más apaleado que cuando los de arriba casi nos ganan. – suspira y levanta la pata derecha aún débil por la decaída qué tuvo hace algunos días . – Lo qué sea, es más fuerte que DogDay, se sana y corre más rápido. Puede matarnos con más presión que Wuggy. - 

La coneja lentemanete procesa sus palabras dando al fin sentido a la falta de esa figura siniestra en las esquinas de su mirada rondando a DogDay. 

-Entonces…. Theo esta muerto. – sus manos suben para fingir un golpe de raqueta solo para sentirse en movimiento. – No creí que fuera eso. - suspira.-No lo creí posible, ese loco era jodidamente escurridiso.-

Kickin deja salí una risa nerviosa. Ese pedazo de tela lo había ocultado hace mucho en Dulce Hogar. Decidiendo guardar el secreto hasta la muerte. Cambiando el rumbo de las cosas. 

-Eso dijo Crafty y creo que es verdad… fue muy descriptiva al contarlo.- miro a Hoppy. – Me da más miedo perderte, se ve que duele mucho. – saluda y avanza para levantar a un visitante que había tropezado con un escalón. 

Hopscotch revisa a las otras visitas. Esa noticia ronda su cabeza por un buen rato, repitiéndose otra vez. Incluso si salta por ahí para divertirse y correr para jugar con niños que la persiguen y debe aplaudir para alegrar el silencio metido dentro de su cabeza. 

¿No significa eso que le reclamó no salvar a alguien que acababa de morir? 

Esto comienza a escoser en su consciencia. Culpa ya era una palabra corta mientras más lo entendía. ¡¿Qué clase de amiga haría eso?! Pisotear algo que ya estaba roto. 

-No, estoy bien. - suspira entre pasos. Soportar una paliza era una cosa, podía con eso fácilmente ¿Pero hacerle daño a alguien que quería?.

-No, no lo sabía… - presiona sus garras juntas al detenerse en el jardín de Play House. 

Esto comenzaba a dolerle demasiado, le dolía físicamente. Estaba enojada, estaba muy enojada y triste por sus mentiras. 

¿Cuál de todas sus mentiras? ¿No se negaron todos a lastimar a los niños? 

 ¿Cómo se supone que DogDay los salvará si solo se dedicaban a exigir?

 

La coneja qué hace unos minutos saltaba y corría por entre los visitantes ahora se detuvo en una verja, dando oportunidad a algunas personas de alcanzarla en busqueda de su lindo aspecto en camara. 

 

 

Hoppy mira al suelo aturdida por sus pensamientos revueltos. 

-No quise ser mala… Estoy asustada, solo estoy asustada.- atrapa en sus manos su cabeza intentando controlarse y no caer en la histeria frente a los guardias o las visitas. 

Frente a los niños. 

¿Dog se abría sentido así cuando no podía hacer nada por estar completamente solo? 

¿No estaba ahora en su misma posición? ¿Como podría ser si ya todo esta pavimentado a su paso? 

-¿Qué se supone que haga si no soy tú?- murmura cayendo lentamente sus manos a los costados de su cuerpo. 

-¡Encontré a DogDay! ¡Ya lo encontré, chicos!- 

Detuvo su tren al oír a las niñas que al perecer buscaron y encontraron en el césped falso al perro. 

No sabía lo que podría ocurrir ni como reaccionarian los niños por el estado de DogDay o siquiera estaría bien dejarlo cerca de ellos. Incluso si lo trajeron fue para evitar que los doctores lo llevarán de nuevo a sus pruebas. No podían saber si sería correcto exponerlo a los niños. 

Hoppy observa como las niñas con disfraces de gatito lo tocan y sacuden sus orejas esperando respuesta. 

-¡DogDay! ¿No quieres jugar?- preguntan sacudiéndolo o colgando de su brazo. Era imposible que siendo tan grande dejará de ser un modo de juego el treparlo. 

La preocupación que pensó superada sube por su columna vertebral. Apurandose a quitarlas del lugar. 

Un evento evita que salte la verja al jardín. 

-Hoppy Hopscotch, ¿Nos das un segundo?- 

Su atención es dividida por la presencia de estos adultos, mirándola con una gran cámara de color negro y lente largo sobre los hombros, esa no podía ser una cámara normal. Dobló la espalda para saludar sin decir una palabra mientras la humana se colocaba al frente de ella. 

-¡Buenos días Washington, hoy es un nuevo día y les deseamos un gran día de brujas! Yo soy Louis Harper y les dedico un gran saludo desde las instalaciones de acogida infantil de la célebre compañía de juguetes PLAYTIME CO. Un lugar de diversión que ve por el futuro de nuestros niños. – sonríe y alza el puño para levantar el ánimo y remarcar su disfraz de calabaza naranja sobre su cuerpo y cabeza. 

Hoppy sintió una cosa parecida a la vergüenza ajena solo viendo el esfuerzo de la mujer para mantenerse alegre cuando todo su cuerpo exudaba incomodidad. Más su atención se desvía y sus orejas se mueven al oír algo que no esperaba. 

La voz de su amigo después de varias semanas.

-DogDay dice : ¡Atrapa!-   

Su cabeza giró al ver la pelota de un niño volar por encima de la reja y los humanos. 

Las niñas corrieron tras esta mas divertidas por el grito del niño que se une la búsqueda de dicha pelota. 

-Esta mañana nos encontramos con una conocida celebridad residente de la compañía Play time.-apunta con una mano a la coneja distraída. - ¡Hoppy, saluda a la cámara!-

 Hoppy miro a la lente y en ese cristal se vio a sí misma. 

 

Vio de nuevo a Mercy en el reflejo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de eso se vio en un círculo de niños que la rodea y juegan con los lazos sobre su cabeza. 

-Hoppy… - Sus ojos buscan al pollo que la observa asustado y tan preocupado que perdió parte de sus plumas.-¿Qué te paso, Hoppy?- la interroga al ver esos ojos volver brillar. 

Ella mueve la cabeza intentando encontrar el norte y a sí misma. 

-No quiero grabar nada mamá… - escupe perdida al no estar totalmente de vuelta. 

 Kickin tomo sus mejillas siempre alegres para devolverla al suelo y tomar los listones. 

-¡No me atrapan, no me atrapan!- grito a los niños huyendo con lo que jugaban. 

Los niños lo siguen dejando a Hoppy recargada en la reja del jardín. Observando pérdida al césped. 

 

 

 

 

En la verja de PlayHouse las cámaras del programa de variedades invitado continuaban filmando al perro. 

Este habia apartado a la coneja y comenzado un improvisado acto de bromas qué podía distraer a las personas por la forma en que los incluía. 

-… entonces el señor Ludwick me dijo “¡Hijo mio, no podemos seguir el show sin ti! Así que no permití que mi mayor enemigo se aprovechará de mis miedos, los impuestos. ¿Por qué un perro que habla debería pagar impuestos? Para empezar no debí comenzar a hablar, por eso los bebes facturan con negocios en el extranjero antes de hablar, por suerte nadie puede entender los balbuceos de un empresario, es como el presidente pero más lindo que seductor“ después de que dijera eso me pregunte si debía seguir ladrando para seguir reelevante en esta economia.- sacude su collar como si fuera una corbata. - Al senador le funciona, ¿No?- 

Podria ser un monólogo basura si no lo acompañará con una sarta de vueltas y gestos marcados que sacuden su disfraz de vaquero y tocará al público para pulir las uñas que no tenía en el sombreo del hombre que olvidó quitárselo en un lugar cerrado, caminando bajo el lente de la cámara y aplaudiendo de vez en cuando al ponerse derecho en todo lo alto que era. 

-¿Y a ti te gusta estar en la compañía de los niños, verdad?- llama su atención la reportera para recuperar el cotrol de la entrevista. 

-Me encanta, pienso que no he tenido mayores conversaciones de nivel intelectual qué con un niño.- apunto a un niño por sorpresa. – Dime lo primero que pienses. – le pide alegre.

-Se me perdió mi patito. – 

El perro chasqueo los dedos girando de nuevo al frente para estar al foco de la cámara. 

-Desgarrador, actos de valor en la pérdida de lo más valioso son los que formaron esta gran nación. Por eso aun después de un par de siglos aún no nos actualizamos al sistema métrico.– chasqueo los dedos girando a ver a la reportera, doblando solo un poco su cintura para verle de frente al apuntar al niño a su espalda. – Y si quisieras romper esos centimetros de distancia conmigo, tu y yo podríamos hacer muchos de esos, señorita. – 

La cara de la mujer se colorea buscando de inmediato a su compañero tras las cámaras, siendo parte del asunto las risas de adultos presentes y enajenados por el entretenimiento. 

-¡Solo hace falta un sistema de lectura, estudios y guías de prácticas de sello Play Time CO. Para asegurar que nuestros y sus niños tengan un futuro asertivo, libre y profesional! ¡Recuerden que el desayuno y la escuela son las partes más importantes de nuestros dias!- aplaudió, hizo una reverencia y se acomodo el sombrero qué había dejado en la cámara. – DogDay dice : ¡Paz en toda la tierra y en tu recamara se queden las mejores batallas!- seguido se retiro mostrando esa cola tupida moverse de un lado a otro mientras avanzaba con los brazos en la espalda y tan recto como un verdadero sheriff. Incluso al estar de espaldas se pudo haber alucinado en grupo la figura de un hombre completo retirandose dignamente. 

-Es… ¡Este a sido DogDay, una de las mascotas de la compañía que nos dio entrada a las maravillosas instalaciones de PLAYTIME! Es muy simpático, ¿No te parece?-

 

 

 

 

 

 

 

 

- ¿Ustedes querían que acabará con el primer experimento capaz de expresarse?- el jefe observa la pantalla de televisión, tan extasiado qué sus arrugas se llenan al sonreír burlándose del grupo que habia llegado con una solicitud directa para deshabilitar al perro y diseccionarlo en busqueda de las respuestas que no los dejaban dormir. 

Además sus caras no podían estar más manchadas por la vergüenza tras ser abofeteados por la parálisis de la coneja en la que depositaban la confianza de mantener a flote las restantes criaturas y la imagen agradable de la compañía. 

 

 

 

 

 

 

En la misma guardería la situación con la reportera y su compañero no se repitió. 

Habían redirigido su atención a las niñeras qué no paraban de hablar maravillas de él sistema de Dulce Hogar. Añadiendo el saludo en coro de las maestras 10 maestras sonrientes en la escuela. 

 

Bubba había estado ahí y no en el jardín escuchando lo que sucedió por un Bunzo de los tantos que daban vueltas por la guarderia.

-Hoppy nunca había hecho algo como eso. – lamenta escondido entre una esquina y los armarios, algo un poco inútil pues resaltaba por arriba y por los lados por sus grandes patas y altura. 

 

Bobby había estado cuidando de las visitas en Dulce Hogar, invitándolos a probar el cartón de la pareja de Frankenstein para fotografias tomadas por un empleado(diez dólares no parecía algo muy justo) 

La noticia del acto de Hoppy no llegó a ella en todo el día. 

 

El perro que había intervenido se encuentra en la puerta saludando con una grabación vieja al azar, solamente presente mientras su mente se mantuviera distraída. 

Solo quería descansar. 

Mas salta y mueve los brazos como si entraran las personas más famosas del mundo cuando solo queria volver a fingir estar muerto y desconectarse. 

Hoppy no estaba bien, solo por eso se obligó a actuar. 

Dejando al payaso a cargo por ahora. 

 

-¡¿Se van sin niños?! ¿Porque mejor no me dejan hacerle uno yo mismo?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

El nombre de Hoppy se une a la lista de rebelados.

Chapter 33

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Es navidad y otra vez  estaban aplastados en su celda sin luces. 

 

 

Rondando en la cabeza d la osa un montón de pensamientos revueltos tras meses de incertidumbre a causa de un líder ausente y un cambio de poder que laa expone a ser la segunda y no poder esconderse.

 

 

Arrancarle los dientes a alguien tenía mucho que ver con la forma de hacerlo. 

A veces arrancar lo dientes de alguien tarda diez minutos y puede que tarde menos si se quiebran las raíces sin molestarse en sacarlos completamente. Lograr que la agonía sea tan profunda que haga de este mundo el fin de todos los caminos por recorrer. 

Bobby conoce la mirada de una persona sin dientes y la boca sangrando, la conoce y la sueña cada vez que tiene demasiado miedo. 

Deseando que el mundo sea una pintura qué pueda tirar a la basura. 

No le gustaba imaginarse loca ni rota. 

Solo soñaba con el mundo que le esperaba fuera de las pesadillas, o cuanto lo deseaba terminar tan fácilmente como tirar por la ventana a la persona sin dientes y mudarse a una nueva ciudad. 

El dolor debería parar pero solo es ella tratando de seguir el ritmo de una persona que no la ama. 

  Es sencillo. Nadie la ama pero ella ama a todos, ¿Entonces a donde van esos sentimientos sin receptor? 

Seguro que no a donde quisiera. 

Por eso debe ver a Hoppy abrazada al ave que cubre su cabeza con los brazos y la aísla con ese cuerpo más pequeño como si fuera suficiente ser amarillo para cuidarla. 

Es eso suficiente para que se gire y quede panza abajo, observando por delante al perro en esa misma esquina. 

Aquel día ese can había comenzado una rutina de actor que al parecer es un gran acto pero para ellos siempre volvió a ser un pedazo de trapo sin vida al final de cada día.

Sin darse cuenta habían pasado meses entre las pruebas de los científicos.

Al salir no mejoró nada. 

 Llevando así dos meses de sus patéticas vidas y la navidad se festejaba fuera de su celda. Entonces la cabina estaba vacía y lo único que los vigilaba era la cámara con dos puntos ciegos que usaban para hablar mientras el perro que quedaba en el foco sin moverse. 

Este año no se atrevió a preparar el mismo árbol de navidad en los muros y eran solo ellos en un fondo gris sin vida. 

 

Deseaba tanto tirar a la persona sin dientes por la ventana pero puede que esta sea ella misma. 

 

Sabía que Hoppy era una buena líder, pero le faltaba algo, no le molestaba pero su egoísmo la hace ver lo que le falta incluso si todo en ella le gustaba. 

Hoppy es abstraída y soluciona todo sencillo y sin profundizar. Por eso a quién recuerda atando su cabello era a ese niño con una mueca pensativa donde las trenzas son suaves y esa cara distraída. Con Hoppy instando le a terminar con colocarle devuelta el sombrero de tela en vez de seguir perdiendo tiempo en su cabello. 

A DogDay le gustaba escucharla pero si ella le preguntaba por su vida se ganaba una mirada pensativa y una esquiva poco identificable. Amaba a DogDay desde que eran niños pero su amor era diferente al de Hoppy, no sabía bien en que se diferenciaban pero era interesante lo mucho que deseaba entender algo de ello. 

La diferencia era que estaba lista para sacrificarse y a todos por Hoppy. 

DogDay la hizo ver eso. 

Aunque una vez entendió lo que sentía también le llegó el temor a sufrir tanto como para morirse en vida. Sabiendo que este mundo no la dejaría descansar y como a Dog, de inmediato sería torturada por miradas indiferentes y sádicas qué sonreirán cuando algo nuevo sea descubierto al golpearla. 

¿Qué queda de Bobby? ¿Que podría quedar de ella en el silencio? ¿Cuánto más se mantendría cuerda?

Amaba a todos sus amigos pero no podía seguir de esta forma, ya no podía seguir, necesitaba ser amada y escuchar que seria la primer opción incluso si el mundo se quemara. Nadie la abandonaría, ¿Verdad? 

Porque Bobby no era mala, no era mala. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la misma celda hay muchas cosas siendo pensadas y tomando poder dentro de sus cabezas. Incluida la cabeza de un chico totalmente aterrado por lo que le está pasando y quién lo hace. 

Siendo a su espalda que algo increíblemente perturbador sucedía y no sabía que más hacer aparte de bajar la cabeza y no mirar a quién le sujeta por el pecho y se frota contra su pierna. 

No hay sonido alguno aparte de esa respiración entrecortada y rota, acompañada por un quejido parecido a pequeñas campañas que le golpean los tímpanos y le aprieta el pelaje del pecho al enterrar la pezuña contra su cuerpo. Sintiendo el peso de la pierna que subió por su cuerpo para volver esa cercanía tan íntima qué siente el calor de ese cuerpo contra el suyo. Exhalando mientras piensa en cualquier cosa menos en su amiga tocándolo de esta forma. 

No sabia porque estaba pasando esto ni como debería actuar. Incluso en el pasado se quedó quieto y espero a que los amigos de su abuela lo dejaran en paz o como pocas veces su hermano lo sacara de la situación , ¿Qué se supone que haga ahora? 

-Picky, para, por favor… - lo pidió temblando en su lugar. 

Su amiga le colocó la pezuña sobre la cabeza, presionándole al hablar sobre su hombro. 

-¿De verdad no te gusto?- pregunta en un susurro tan suave como meloso. 

-… no lo se, solo… no me gusta esto. – murmura y su cuerpo está helado. 

Su amiga suspira dejando su lado con un murmullo sordo al girarse de espaldas. Entonces la siguiente cosa a suceder fue escuchar como ese cuerpo se llenaba de lamentos silenciosos. 

Bubba siente como lo embarga la culpa y ese peso triturante en su pecho, arrastrándose del lado de Picky para escapar a otra punta de la celda y refugiarse, más asustado que avergonzado, en el espacio de el cuello del perro. 

Este apenas sintió el peso su cabeza se giro para ver con esos ojos negros la cabeza del elefante. 

Habia estado tan profundamente desconectado qué fue como encender las luces cuando su amigo le rodeo los hombros y se quedó abrazado a su cuerpo mientras temblaba sin control. 

El perro levanta la mirada para ver al resto de las criaturas. 

Se preguntaba cuanto tiempo llevaría distraído y porque Bubba estaba tan delgado. Solo la oscuridad era testigo de como sus ojos vuelven a brillar tenue y presente. 

Estaba de vuelta. 

-Ya, estarás bien cuando amanezca. – lo dice al colocar una mano sobre su cabeza. – Sabe que el tiempo pasará. – recarga la cabeza en Bubba para mirar a la cerdita al fondo de la celda. Esta lo estaba mirando con mucho dolor. 

DogDay deja la cabeza caer haciendo un gesto a Picky pidiéndole que se relaje. 

Ella reaccionó mal, Girándose de espaldas. 

-Están muy descontrolados...- suspira y acaricia al elefante.

-Te fuiste mucho tiempo. – 

-Ya regrese, no te preocupes, amigo. - 

 

 

 

Primero que nada debía recuperar su lugar o saber si sería posible. 

Después hablar con Picky sobre lo sucedido. 

¿O que debería hacer? Bubba no le dijo que le hizo Picky. 

Dando a la hora de despertar de todos un sentimiento diferente cuando el primero en levantarse fue ese perro que se queda al centro de la celda para observarlos como antes en silencio. 

-¿Qué estas haciendo?- pregunto Kickin algo atontado por el peso de Hoppy sobre su pecho. 

-Los observó mientras duermen. – 

Es escucharlo responder lo que les hace abrir bien los ojos para comprobar que fue su compañero quién hablo. 

-¿DogDay?- interroga Crafty al levantarse de su lugar más apartado de la puerta. 

-Aquí estoy. – sin muchos ánimo movió las manos para marcar su presencia con ánimo apagado. 

Crafty estiro el cuello para observarlo detenidamente. 

-¿De verdad estas bien?- le pregunta aun desconfiada. 

-No, pero nadie aquí lo está. – tras responder miro a Hoppy. - ¿Qué quieres hacer?- 

Hoppy deja el suelo para encararlo y comprobar que al fin esas iris de plata estaban encendidas. 

-Dog. – dice en reconocimiento de su regreso atrasado. 

DogDay pasa su mirada por cada uno, viendo el estado agotado de más de uno a través del pelaje. 

Más el claro oscurecimiento de sus ojos plateados. 

-Veo que no siguieron con la rutina y seguramente perdimos la actualización de horarios de seguridad, ¿O puedes decir que me equivoco?- cuestiona a Hoppy. 

La coneja arrugó el ceño, apartandose de él. 

-… arrogante. – gruñe viéndolo de arriba abajo. 

-No es arrogancia, Hoppy era la líder pero no ubicó a los trabajadores enlazados y perdimos lo que construimos, ¿Quieres decirme que paso con la red?- le cuestiona nuevamente, sus cálculos parecen ser correctos. 

-Mandón. – apunta Bobby. 

DogDay se sabia atrasado con el nuevo sistema en la guardería, necesitaba ponerse al día con eso y no escuchar como se enojaban con él. 

-No necesitamos que me recuerden mis errores, debemos recuperarnos antes de que las consecuencias- 

-¡Paranoico y controlador!- 

Lo que siguió fue la embestida de Crafty, no como pensaron que seria Kickin, y no logra aplastarlo pues el perro la atrapo y levanto en el impulso, haciéndole recordar lo que era no tocar el suelo y a salvo con las manos del perro en su torso para elevará en el giro donde todo se ve aun más pequeño. 

Suficiente tiempo paso para que el control del perro se rompiera al ser tacleado amistosamente por, esta vez si, Kickin contra su espalda y abrazarlo. Seguido por Bobby al frente. 

Hoppy se quedo a unos metros sin apartar la mirada del perro. 

Picky al fondo se quedo observando al piso, sin pensar o escuchar algo más que el eco de sus sentimientos revueltos. 

 

 

 

 

 

 

 

Debía arreglar las cosas con Picky. 

El can dejo de lado esa causa, demasiado preocupado para distraerse. 

-Hoppy… - la llama mostrando la palma de la mano a la coneja. – Trabajemos juntos, por favor. – lo pidió al esperar una respuesta. 

-No es como que te importe si me niego. – gruño la coneja al cerrarse y apartarse. – Sea yo o los demás, harás lo que quieres, siempre. - 

DogDay la alcanzo sin bajar la mano al tomarle el hombro. 

-No puedo hacer nada de eso si no es por tu ayuda, porque por ti puedo salirme con la mía y sabes que no miento, cuanto te necesito a ti y a Kickin o a Bubba, Picky o Crafty y sin Bobby podría morir. – lo marca y remarca al mirarlos a cada uno al tiempo que la sacude suavemente. – Y es así para todos… porque somos lo que queremos y debemos, si lo perdemos sera el fin de lo que somos y habrán ganado… aquellos que nos dieron estas formas. – 

Después de escuchar ese sermón Hoppy exploto sacudiendo ls brazos. 

-Te… te fuiste… ¿Qué era eso? – lo afronta sacudiendo las garras. – Solo los escuchabas a ellos, nada de ti, nos dejaste con el mugroso muñeco de esa gente. – 

DogDay frunce el ceño, revisando el aspecto de el resto del grupo. 

-… ¿Cuánto tiempo me dormí?- pregunta al aire. 

-¡¿Dormir?! ¡Te portaste como un ladrillo por meses! ¡Bubba te llevaba como muerto de lado a lado!-

La mirada del perro busco al elefante bastante contrariado. 

Este asiente dos veces y luego a Hoppy. 

-No esperaba eso. – murmura un poco incrédulo. 

-Hablabas con los visitantes y vigilabas pero no con nosotros. – 

-Eras como PJ, daba miedo, hermano. – le recalco Kickin recordando como el pero se volvía nada de vuelta a la celda. 

Un peluche que respiraba y obedecia sin chistar o dudar, nada más que una alfombra. 

-… ¿En serio?- y busco a la persona que no le mentiría nunca. CraftyCorn. 

-Parecías mierda de pájaro en sotana de cura.- 

-Oh, vaya. – mira a los demás y Picky mueve la cabeza dándoles la razón.

Revisa su pelaje, comprobando que estaba en la muda de primavera y era espeso/fino. 

-Entonces debemos arreglar muchas mas cosas. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la superficie las fiestas de sembrinas se acompañan con el licor en una copa y la voz de un compañero de trabajo en el karaoke. 

Bailando a medias o en la mesa de aperitivos. 

 

Henry observa a sus compañeros disfrutar la fiesta de empleados(financiada por los altos mandos, talvez para que olviden las desapariciones y muerte extrañas) entre la música el Dj traído de quién sabe donde. 

Las luces no son tan escandalosas y aún así se siente como una disco. 

Escuchando risas y bromas entre compañeros alegres por la bebida. 

Él se dedica a observar desde alguna esquina con un pedazo de pizza medio fría y muchos macarrones con queso, mordiendo su fea creación en un rollo capaz de sellarle la boca u ofender a cualquier italiano en el planeta. 

Con el sabor que le gustaba desde niño y el recuerdo de Huggy comparándolo con esa gente del sótano. 

Un mundo de amargura mezclado con el sonido de Erasure con Always. 

Un lugar de juegos por encima de un infierno. 

Al menos podía ver a los científicos en su esquina, comiendo y bebiendo. Festejando con los peluches de Catnap entre ellos, presumiendo sus lugares privilegiados con risotadas descaradas. 

Algo grande debía estar sucediendo en los laboratorios. 

 

Ningún inocente estaba atrapado en sus manos esta noche. 

El fin estaba contado para algún día morir y esperaba no sea pronto. 

No sin arreglar las cosa con el gingante en su celda. 

La noche la da por terminada cuando nota la mirada del más homofobicos de su departamento viéndole con otras intenciones. Dejando atrás su vaso sin acabar de ponche para irse a dormir. 

Con esa insulsa canción golpeando sus tímpanos y memoria. 

Cruza entre los trabajadores, ignorando a las personas que ya han decidido perderse el asco y encontrarse calientes como el carbón en el pasillo o que está obligado a cruzar. 

Algo sorprendido de ver a la asistente de Ludwick encaramar a la rubia de laboratorios sobre un muñeco de PJ para darse un beso mucho más emocionante que toda su propia vida sexual. 

Porqué debe admitir que un par de fajes con un fumador que huele a su novia en el armario de un armario de escobas era de todo menos una experiencia memorable. 

Entonces no lo juzguen por sentir envidia de esa perra. 

Atravesando la empresa hasta su habitación con ese abatido peso de la soledad sobre su cuerpo. 

Abre su puerta y ve de frente a Huggy Wuggy. 

Exactamente. 

Ve los colmillos de Huggy Wuggy. 

Se encuentra de cuclillas, estirando los brazos a los lados de la puerta. 

Esta criatura lo mira fijamente. 

-Vines a matarme. - 

-No, aun no.- 

Ebrio o no, Henry no estaba listo para esa respuesta ni para lo que sucedería. 

-¿No me odiabas?- le pregunta al entenderlo. 

El muñeco estira esa sonrisa. 

-No, no te odio. - deja salir el vaho de su cuerpo. 

Seguido su mano derecha lo atrapó, cerrando con la contraria para dar un paso hacia atrás con el humano en su poder., girando un par de veces al sentirlo al fin algo asustado en la total oscuridad, solo interrumpida por la pobre iluminación de su lámpara de lava. 

Aterrizando en esa cama ya rota antes. 

El monstruo ve mejor que el humano y puede ver ese rostro confundido. 

A la vez el humano logra ver esa figura zul por encima de su cabeza como una aparición, dando paso al miedo instintivo al ver esos colmillos descubiertos. 

El monstruo revisó la orilla des sus colmillos, sacando de esta una pieza de colores brillantes. 

-Para ti. - le ofrece esta cosa frente a su rostro. 

El humano lo toma, revisándolo curioso.

-¿Un reloj?- exclama su duda y sorpresa al ver esa pieza de joyería. 

-Pues, no es una vaca. - 

La sonrisa con una suave risa hace al monstruo sonreir, disfrutando de ocasionar esa alegría. 

Henry podría ser frío y decirle que esta cosa, obviamente robada, no podría usarla ni debió hurtarla pero no, no está vez. 

-Gracias. - aprovecha a tocar ese rostro tan afelpado y lleno de pelusa. Tan suave como solo un peluche podía ser.-Huggy. - 

El monstruo no se quedo ahí, atreviéndose a hacer algo que tardo casi todos estos cinco años de reencuentro en atreverse, en pensarlo y actuar. 

-¿Qué tal si ahora eres tu quien me dice si algo le gusta?-

¿Resistirse?

Ni lo pensó cuando esa lengua salió de entre los grandes colmillos para recorrerlo del cuello al rostro, bajando por su piel y esa ropa qie se abre con su propias manos. 

¿Negarse?

Como resistirse cuando la lengua entra entre sus piernas y cada tramo de la piel más sensible es probada con tan vehemencia. 

 ¿Para que dudar?

Eso recorrió su mente al verse obligado a abrir la boca y esa larga lengua entró entre sus dientes para ahogarlo bajo su control. 

 ¿No ven lo bien que se lo está pasando por fin? 

Lo puede gritaro solo gemir al ser presionado y su cuerpo ceder a una lengua tan grande que entra y hace un desastre. 

 Esta navidad definitivamente sería de las mejores en su memoria. 

 

 

También en la de Francis, de fontanería. 

El tipo que pensó en su estado de ebriedad qué el chico de ingeniería eléctrica podría ser una opción esta noche y lo había seguido hasta su habitación para ver si se podía hacer algo. 

Abriendo la puerta con cuidado de no despertar al tipo,para colarse y que pasara lo que fuera a pasar. Logrando llenarse los ojos con un monstruo teniendo relaciones sexuales con el gay de la empresa. 

Su cerebro hizo ¡¡Puff!! 

Retrocediendo con cautela para ir a delatarlo sin pesar alguno y meramente divertido va corriendo a la oficina del mandamás. 

Bajo algunos pisos y llego a la zona de oficinas. Entrando a la de su jefe. 

 

Uno ebrio deja salir su verdadero ser y Francis es un imbécil con poco sentido común. 

 

-¡Señor!- grita al encontrarlo. 

Ese anciano lo mira aburrido. 

Con un suero conectado y su secretaria cortando una pechuga de pollo sin sal o aceite en su plato de tomates cherry. Un anciano en las últimas pero tan aferrado a la vida como para permitirse comer sin sazón alguno en busqueda de su salud. 

Eso no te deja de buen humor. 

No cargaba con suficiente piedad para que un hombre ebrio y con la camisa vomitada lo viniera a molestar. 

-Llama a seguridad. - ordenó más que dispuesto a ordenar qué le den una paliza a este hombre. 

Francis no dio tiempo y su chisme escapa de su boca con una gran sonrisa.

-¡¡Señor, el mono azul estaba mojando la brocha con un empleado!!-

 

Notes:

Señales de un gatito.

Chapter 34

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

  

 

Esta mañana los liberaron de vuelta a la guardería y se veían inquietos. 

No porque notarán a los sonrientes con algún comportamiento rebelde sino porque el silencio era extraño tras dos meses de un acto de comedia repetitivo qué parecía estar planeado al abrirse el telón . 

Hoy el telón se abrió pero el comediante estaba en silencio. 

-¡Buenos días, chicos! ¡¿Cómo se encuentran este día?!- saluda su coordinador con la tabla de registros en mano. 

El silencio usual fue su respuesta. 

-¿Es buen día para ti, Hoppy? ¿Cómo estás hoy, DogDay?-

La tensión después de hablarle a DogDay hizo que el perro girará la cabeza para ver a sus compañeros. 

Es un gesto de Bubba el cual le anima a responder.

-Son buenos días, gracias. – 

Un suspiro y gran alivio le siguieron a su saludo, acompañado por un gesto para que continuarán el camino a la guardería. Durante el camino esa misma sensación de persecución hace al perro resentir la mirada de trabajadores qué pasan observándolo directa o indirectamente. Su cabeza se inclina buscando respuestas en sus compañeros. 

La cabeza de Bubba se mueve un poco solo para negarse a responder. 

-¡Buenos días, DogDay!-

Ese grito le toma por sorpresa y su pelaje se eriza observando a los doctores que pasaban de camino al ascensor. 

-Buenos días. – saluda con un tono usual. 

Estos le miran confundidos pero al menos no se detuvieron a molestarlo demás. 

 

-Hagan un buen espectáculo, chicos. – 

El perro no sabía porque esta actitud de parte de los trabajadores ni porque sentía que sucedieron muchas cosas de las que sus amigos no le habían podido contar. Entre ellas la permanencia cercana de su amigo elefante. 

-Te quedas abajo ahora. – suspira al ver a Bubba no ser llevado al piso superior.-Es bueno tenerte cerca. - 

Bubba sigue inquieto y sin saber a dónde llevar sus emociones su actitud es meramente fría. 

-Llevo tiempo aquí. – mira a Hoppy buscando ayuda, algo extraño para DogDay. 

La coneja levanta las orejas acercándose para explicar en voz baja la situación. 

-Oye… te fuiste mucho tiempo y cada uno tuvo que cubrirte de alguna forma porque solo te la pasabas con los humanos y ni a los niños les hacías tanto caso.– 

-No.- su sorpresa busca a Crafty.-¿Que se supone que significa eso?-

-Ya te lo dije, significa que parecías mierda sobre cura. – 

Comenzaba a entender el punto de Crafty más allá de un cura y más como la basura hecha para adultos en la televisión, aburrida y complicada sin razón. 

Hoppy termina el tema moviendo las manos a los lados del cuerpo. 

-Por ahora adaptate por ti mismo.-le dicta su única opción n vista de la presente desconfianza del grupo a su estado mental. -El resto hará lo mismo que ayer y veamos cómo podemos arreglar las cosas cuando veas el estado de la situación.–

Kickin levanta los hombros mostrándose ajeno a esa elección. 

- Estaríamos dejándolo a su suerte, Hoppy. – le reclama el ave preocupado. 

-No creo que a DogDay le moleste. – lo mira a él esperando una respuesta.-Tiene mucho que procesar.-

La discusión podría crecer de mala manera y es eso lo que le hace retroceder por sí mismo. 

DogDay levantó las manos y restó importancia al peso sobre sus hombros. 

-Veré cómo ayudar mientras ustedes me cubren, no se ve tan mal esa idea.– 

 

 

 

 

 

El escenario era malo. 

Los niños lo miraban pero se veían más tímidos de lo normal. Algo odiosos e incómodos de verlo saludarlos. 

¿Qué pudo hacer durante este tiempo dormido? 

Ubica a sus compañeros en distintos puntos jugando con los niños y las personas que les saludan. 

-¡DogDay , hola! ¡¿Me darías una foto?!-

Dudaba pero saludó agachándose al nivel del humano. La fotografía resplandece y sus pupilas se sintieron agotadas ante el sorpresivo cambio de iluminación. 

-A mi hijo le encanta su programa, a mi me aburría pero era porque tu versión de caricatura era aburrida, ¡Sería genial que se acercara más a ti el DogDay de la televisión!- 

-Oh… gracias, ¿Te puedo ayudar con algo más?- pregunta y endereza mostrando las manos para romper con la incomodidad que dicho programa le causaba. 

-No, gracias, perrito. – se despide esa mujer yendo a encontrarse con Kickin con esa cámara en mano. 

Su curiosidad no pudo contenerse más y busco a Bubba para conseguir las respuestas. 

 

 

 

-Las cámaras se comenzaron a permitir con un pago hace unos… meses creo que antes de navidad. – le mira de lado. – En realidad fue tu culpa. – 

-¿Mi culpa?- sus ojos se ven perdidos. 

-En Halloween te entrevistaron y les caíste bien a las personas… no creo que dure por mucho más pero está pasando ahora mismo. – sus patas se unen sobre su estómago. – Cuando decimos que te fuiste es enserio, ese tú era raro y vacío. Hacías bromas y nos incluían pero no eras tú, no era nada de lo que podrías reconocer como DogDay. – su gran sonrisa forzada parece menos coincidencia con sus ojos. – Era una gran grabación de cómo se supone que fuera DogDay para los adultos. - 

-Pensé estar callado … no se que me ocurrió que podría ser tan serio, lo siento. – 

De forma poco gentil su amigo azul lo golpea con la pata derecha en el pecho. 

-Eres bueno disculpándote. – el elefante observa a los niños pasar por los pasillos. – Debes hacer que Hoppy se disculpe contigo. – repite el golpe ansioso. 

El perro estaba confundido. 

-Ella no me hizo nada.- siente que miente y no tiene sentido, él fue quien les hizo pasar por pruebas innecesarias aquel día.

Su elefante azul niega moviendo la cabeza y ya sea consciente o no, su trompa repitió el movimiento en direccion contraria. 

-Lo hizo, aunque no te guste, debes recordarle que mereces una disculpa o esta tensión sólo crecerá y no tengo tiempo para eso. – observa a los niños de lejos. -Es importante para los dos aclarar su estado.-

Dog sabe que Bubba tenía cierto gusto por ser cortante cuando estaba estresado o también por cerrarse y no abrir la boca. Ahora parece que decidió tomar el camino a la consciencia y la conversación. 

-¿Quieres que hablemos sobre lo que pasó anoche?- le preguntó girando al ver el pasillo repleto de visitantes y niños. – Aquí nadie nos escucha. – 

Era una verdad tan grande como gris, una desafortunada coincidencia entre el fin de un buen destino y la muerte de lo que fueron sus esperanzas de ser socorridos el tiempo que Bubba utilizó las notas escritas por Terry para pedir ayuda pero solo vieron esas mismas notas ser devueltas a trabajadores por las visitas cuando las descubren antes de dejar la fábrica. 

Las notas de auxilio nunca les parecieron plausibles pero lo intentaron. 

Las conversaciones al azar. 

Los rumores y las historias escritas en las paredes de la escuela. 

Nada llamaba la atención porque no era algo que los visitantes desearían encontrar en una visita al orfanato. 

Todo movimiento inteligente y suave por parte de Bubba fue repelido por los mismos receptores. 

Terminando el modus en esa línea de tráfico usual para el resto del grupo y las acciones de Bubba reducidas a un espía de buen oído y memoria para burlar focos de video, seguridad y códigos qué empezaron a ser obsoletos. Bubba no estaba bien desde mucho antes pero se veía que las cosas no fueron mejor una vez se fue a dormir y parece que Bubba cargó con él igual que un minero con peso muerto. 

Nadie querría perder su tiempo escuchando a una máquina. 

Bubba lo sabe y aún así desconfía. 

-Quisiera saberlo, no se que le ocurrió a Picky, desde hace tiempo está comportándose extraña con todos.-esta sintiéndose como un cobarde, como alguien que huye de la mentira que crece en su cabeza. Es peor que ser cobarde, eresfingirse estúpido y rechazar la gran realidad.-Picky siempre ha sido más valiente que yo, tal vez estoy huyendo de ella.- sus culpas avanzan por su nuca como el tacto de las sombras de lo que fue ser un humano. 

Esos objetivos que esperaba y algún día encontraría al pasar el tiempo. 

Estaba huyendo de una de las metas qué ya alcanzó y lo reclama.

DogDay puede sentir lo preocupado que estaba Bubba pero no saber lo que piensa si este simplemente lo oculta en el silencio de su boca, metafóricamente, cerrada. 

-¿Qué hay de Hoppy? ¿No pudieron conversar antes sobre lo que ocurría entre ustedes?- mira a unos niños que lo observaban al final del pasillo. Saluda moviendo las manos pero la mirada de estos es nerviosa y huyen.-¿Qué puede hacer para hacerlos huir?- le cuestiona a Bubba sin moverse tras el desaliento. 

Huir era mejor y si para escapar de lo cerca que estuvo de enfrentar sus mentiras conlleva empujar a DogDay contra los grandes actos de comediante desagradable que tuvo , lo haría. 

-No parecías amigo de ellos sino de los adultos, Hoppy y Crafty son algo groseras pero lo que pasó es que te volviste un adulto en muchas formas. – saluda a una visita. – Ellos te amaron pero estabas fuera de ti, no me gustaba verte. – movió las patas y retrocedió apartándose de DogDay, escapando descaradamente de sus miedos y ese comediante pesado y aburrido. – Además Hoppy ha estado en problemas, ¿Cómo se suponía que siguiéramos adelante si no sabemos dónde dejaste las cosas?-

-Se lo dije a Hoppy. – responde rápido esa parte.-Le dije como y donde están las flores, le dije hasta cuantos humanos apoyan esto. - 

Bubba golpea las patas una contra otra al descubrir una mentira por parte de Hoppy. La entendía porque él haría de todo menos aceptar esa misión ni sus complicaciones, no. No podía imaginarse hablando con humanos sobre dinero y flores o papel malo. 

-Pues Kickin no pudo con esa parte y cada vez fue más difícil seguir con todo.- ya no se quedó más tiempo con él, dejándolo para hacer la ronda entre las visitas y niños que lo saludan. No quería enfrentar su mirada una vez descubriera qué no fueron capaces de continuar con el trabajo una vez lee dejó el camino libre a los nuevos líderes. 

 

DogDay lleva las manos a su espalda para enderezarse y observar a todos por encima de sus cabezas, sin ocultar lo alto que era. Pensando en la vergüenza dentro de esos ojos de plata. 

En ello ve la fila que sigue a la maestra de arte con su mandil lleno de flores y manchas de pintura. 

Ella era la favorita de Theodore. 

Theodore Grambel estaba muerto y fue doloroso y poco digno. Su muerte fue horrible y dolorosa. 

Esa es una verdad que tuvo que comerse antes de volver a levantarse, esperando encontrar algo aparte de cuidar a sus amigos para usarlo como una balsa en su naufragio sin esperanzas. 

Regresar del sueño no dejo su dolor en las pesadillas, ni las horas que recuerda de pruebas y tortura lo arrancaron. 

En Serio creyó que podría salvarlo de este lugar. 

Imagino que Theo crecería afuera y algún día volverían a verse o serían completamente olvidados. 

A donde vaya el dolor no sería fuera de su cuerpo ni lo olvidaría, será como esos destrozados montones de trapos en una casa abandonada sin nada más que suciedad y pérdida. 

Habrá algo que cuelga sangrando en una esquina y puede que sea él mismo. 

 

El olor del pegamento lo saca de sus pensamientos una vez esa maestra cerró la puerta de su salón. 

-Terry. – saluda sin girarse. 

La maestra que había llegado a pegar arreglos de papel en el tablero no le responde, separando una gran etiqueta plástica de la protección para colocarla en la madera. 

Un afiche de no empujar con un pequeño Kickin y Picky, brillan con esos dos personajes caminando uno tras otro con los brazos extendidos para marcar la distancia conveniente entre ellos. 

DogDay no siente interés por la caricatura ni su propaganda. 

-¿No quisiste hablar con ellos?- le pregunta mirando a las luces del lugar. 

Terry golpeó el rollo de pegamento líquido contra la pared. 

-Tu y yo, el trato es conmigo y contigo, no tengo porque hablar con esos niños. – gruñe esa criatura tan bonita. No es suficiente decir solo eso, aún hay más odio por derramar. 

-Eran un desastre, la coneja daba órdenes y esa cerda con su unicornio peleaban cada vez que se cruzaban, y los otros dos chicos no podrían tener menos voz porque serían de papel. - 

Este escenario le parecía realista, dolorosamente realista por parte de sus amigos. 

- Suena mal, debo hacer algo con eso… ¿Escuchaste algo de los trabajadores?- no podía mostrar demasiadas emociones a Terry que era cobarde y convenenciero. Necesita mantenerse firme ahora más que nunca. 

Terry es fiel a esa descripción en su corazón y esta cosa rubia le ha observado de arriba abajo sin parecer demasiado dulce. 

-Esa guapa doctora rubia quería ver qué pasaba y no dijo más o los estúpidos no sabían otro chisme… estuvieron apunto de desecharte y hacer a otro pero te pusiste de payaso y los convenciste de que tu retrasado culo era normal.- mira al perro de reojo y esos ojos azules le miran resentidos. – Te diré que a mi si me hacían gracia tus perversiones. Al fin tenias personalidad, perro nerd. – 

-¡¿Mis qué?!- perdió el pelo de golpe y fue como explotar. 

Una visita que lo había estado viendo terminó con un par de pelos naranjas en la boca. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la fiesta de adultos puede verse la iluminación variante de la infantil a unos metros, jugando con las rejas de colores que les dividan. 

Aquellas mascotas de colores entreteniendo a los niños. 

Siendo solo una mascota de dos metros la que animaba el juego de los adultos sin necesidad de ningún micrófono o algo del estilo más allá de la corbata amarrada como un chiste en su cuello. 

-… vamos señorita, el poder para ganarme está entre las piernas pero si lo retrasa tal vez debería meterlo en tu esposo. – las manos del animatronico tomaron a la visitante por los hombros. – Te lo devolvería hecho un desastre pero tan lleno que los dos me probarían. – 

Las risas de los asistentes continúan mientras el animal de peluche avanza entre los jugadores que luchan por levantar el coco pintado con la cara del perro, amarrados a la muñeca de su pareja para luchar de espaldas y recoger en sus piernas el objeto. 

Los arreglos navideños se presumen por encima de los asisten qué observan desde sus mesas, aplaudiendo o con la cara roja de tanto reírse de las parejas que batallan y también se reían cargadas de nervios explotados por las sensaciones que les dejaba el toque del gran juguete sobre sus cuerpos. 

Parecia un robot demasiado inteligente para ser infantil, despues lo veian como algo controlado por algun idiota pícaro muy al fondo de la habitación o más escondido. 

-Esfuérzate un poco más, tu esposa está detrás de ti, cariño. –

La cara de este joven se vuelve pálida ante el toque sobre su pecho y que lo recorre hasta el rostro para hacerlo arrodillarse frente a la mascota. 

-¡Cariño, lo tengo!- festejó su esposa alegre. 

Aplauden pero el joven continúa mirando a la mascota que le sujeta el rostro. 

-Ahora usa tus piernas no hagas que te castigue. – 

Demasiado divertidos por la forma en que la joven feliz había cerrado las rodillas y reía mientras su esposo se doblaba para llevarla en su espalda para dejar la fruta en una cesta, no veían como este sudaba aterrado. En algún punto está cosa dejó de ser divertida, fue sugestiva y ahora mismo su tono y mirada más la presencia lo hicieron sentir arrinconado por el mismo tipo de monstruo que había en el campo de guerra. Sintió que esta cosa tenía tantas posibilidades de matarlo como los lagartos o aquellos personajes en las sombras qué ya no temían a nada.  

Avanzó sintiendo como parte de las sesiones del doctor lo hicieron mantener la calma incluso cuando la sombra de esa cosa siguió a su lado. 

Fuera de la experiencia del visitante, los asistentes disfrutaron mucho por la muestra de fuerza y las risas de la joven esposa al dejar caer la fruta y ganar el primer lugar por encima de sus insulso suegros. 

La tortura para el joven no termino pues ese perro los abrazo y sin vergüenza le recorrió a él por encima de la ropa sin respetar ni el más recóndito secreto de su cuerpo a la vez que ella disfrutaba de una simple sacudida a su cabello. 

-Un castigo se sentiría mucho mejor si no tuviera que esconderlo.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aunque lo que importaba era que este video estaba reproduciéndose frente al impactado perro y la maestra con una sonrisa mucho más grande de lo normal. 

-Debemos quemar eso… ¿Y porqué me sacaron de la fiesta de los niños?- sus manos tiemblan y las lleva sobre su cabeza. 

-Yo que sé. – corta y apunta al video. – Hasta los trabajadores se veían felices contigo. – 

-¿A mi que me importan los trabajadores? Oh, no… ¿Enserio hice todo eso?- 

- Todo. – su voz masculina acompaña esa sonrisa. 

-… ¿Porqué me dejaron con los adultos?- bajo las manos a su pecho apretándolas en un puño nervioso, doblando los dedos y girando por la pequeña habitación del conserje. – No debían dejarme ir allí. - 

-No estabas portándote normal. – detuvo el video justo cuando el perro abrazaba a otra pareja y se veía que haría lo mismo esta vez con ambos. – Te serán leales pero seguro que el precio no lo estabas cubriendo en ese estado. - 

El perro dejó de mirar para comenzar a temblar sin detenerse. 

-¿Qué es normal? ¿Solucionar sus problemas? ¿Dejar que me culpen de todo cuando algo no sale bien? – su cabeza está calentándose. - ¿Pagarles por su lealtad? - 

Terry oprime el botón, tenso por el arrebato del perro que podría lastimarlo si quisiera. 

-Perro… te molestaste al fin, ¿Verdad?- saco el VHS del reproductor. – No creí que te afectaría tanto.. Creí que te reirías.- sacude el VHS. - No te entiendo. - 

Dog sacudió sus manos mirándolas con horror. 

-Toque a un montón de humanos sin consentimiento… mis manos están sucias… - seguido salió de la oficina dejando a Terry solo, para irse a la PlayHouse.

 

 Entró sin saludar, solo pensando en el agua de las regaderas. 

En estas encendió las llaves y se colocó de espaldas para usar todo el jabón qué se le cruzó por la mirada. 

Sus pensamientos vagan de nuevo al pasado. 

Ese arranque de parte de la visita y a sus propias desgracias. 

Refregando como se pudiera su pelaje, observando la espuma blanca salir, espero sintiéndose tan sucio como al inicio. ¿De verdad era difícil cuidarlo en ese estado? 

Para empezar el líder no debería permitirse caer tan bajo frente a su grupo. 

No lo recordaba para nada y no quería entenderlo, pero podía hacerlo. Podía racionalizar lo que le sucedió pero no le gustaba pensarlo.

 Estuvo comportándose como los amigos de su hermano , esos que se llevaban a Josh y lo tocaban cuando salía de casa. Tuvo que encerrarse con mamá para alejarse tantas veces de esas personas y cuidarla con un cuchillo…

Él definitivamente sería mucho mejor que su hermano.

Al parecer era un atacante y no la víctima.

-No , no , no ,no , no , no ,no ,no ,no …- sacude su cabeza agarrándola entre sus manos.- No eres así Hobie , piensa en algo maldición…-golpeó su cabeza con los puños hasta borrar de alguna forma los pensamientos de su cabeza.

No es el dolor el que lo saca de los delirios que lo hacen ver la regadera como una gran opción para clavarse en el ojo y matarse como si fuera la bala que se metió el vagabundo con el arma que le consigue a cambio de la medicina que robó en la farmacia para su mamá.

Es la mirada de una niña al borde de la entrada.

Bajo los puños dejándolos en sus rodillas.

-Hola.- saludo sin su voz infantil.

La niña retrocede por un segundo ,regresando lentamente a su encuentro.

-Te lastimaste.-apuntó a su cabeza.

En eso DogDay vuelve a mirar el suelo donde la sangre de los golpes ha manchado el azulejo blanco.

-Si…solo...estoy distraído.- suspira doblando las rodillas y recargándose como una especie de brujo.-¿Cuál es tu excusa?- le preguntó apuntándole de arriba abajo. 

La niña tenía rasguños y su cabello parecía desaliñado.

-Eso…- sacude la coleta a su espalda.-Le di su merecido a Malena.- presume riéndose victoriosa.-Pero sus amigas se unieron y tuve que correr …- suspira mirándose las manos.-Pero la mordí.-

DogDay no era un chico tan pacifico cuando niño , si era amistoso y gustaba más de hacer amigos que enemigos y por eso la curiosidad le llegó antes que la obvia reprimenda que debía darle frente a los adultos que requerían respondiera de forma responsable .

-¿Y la pelea porque fue? ¿Estaba lastimando a alguien? ¿O se burlaba de alguien que no podía defenderse?- movió la mano contando ambas razones.-No hay otras razones para atacar a alguien , a menos que sea solo para defender a quién no puede hacerlo y para defenderte tú cuando hablar no sirvió.-

La niña bajó la cabeza , pensativa y con un rostro contrariado. 

-La maestra dijo que pelear estaba mal …por eso corrí hasta aquí.- cruzo los brazos caminando hasta su lado , sentándose en el charco donde DogDay estaba.-Me iba regañar a mi.-

-¿Cómo inicio la pelea?- 

-…se burló de DogDay.- murmura molesta y encogiendo las rodillas contra su pecho.

-¿De mi?- se apuntó al pecho. 

-No , de ti no …- y la cara de la niña se colorea de rojo al darse lentamente cuenta de que tal vez era una tontería.-Ella dijo que DogDay de la caricatura era aburrido y que Bubba debería ser el líder porque era más interesante y guapo.-

-Guapo es.- debía aceptar que incluso como monstruo Bubba era hermoso. 

-No me ayudes ,¡Pero Malena es una tonta! DogDay no es aburrido ,él es muy trabajador y siempre ṕiensa en los demás , arregla los desastres de Kickin y ayuda en el pueblo , incluso es bueno cocinando y juega póker como un estafador.- sus puntos para admirar al perrito eran variados y extraños. 

-Lo último no es bueno , no le hagas caso a ese DogDay.- aunque ser un contrabandista tampoco era buen ejemplo.-Apostar te traerá más problemas que beneficios a corto y largo plazo. -

La niña ya tiene su propia visión sobre las apuestas si que las advertencias caen como agua sobre un colador. 

-El quiere mucho a todos , y siempre es muy dulce y paciente…creo que quisiera que mi papá fuera Dog Day.-suspira hundiendo el rostro entre sus rodillas.-Quiero que mi papá me quiera …y que sea paciente para que no me pegue también.-

El perro de peluche levantó la mano , esa que antes sintió tan sucia , para acariciar la espalda y cabello enredado de la niña , bajando y subiendo.

-¡¡Pero esa tonta lo llama aburrido!!- grita sobresaltándole como lo haría un hámster qué bufa y escupe a un humano.-Si , es algo tibio pero eso es lindo. Es el líder , no tiene que ser un payaso para su grupo ,debe tener disciplina y ser serio…- sonríe mirándole.-No me gusto como fuiste estos días …ni siquiera me festejaste en nuestros cumpleaños , y hubo pastel de frutas.-

Al menos esto le ayudó a volver a tierra. 

El perro cerró las llaves de agua.

-Irás a que te regañe la niñera y después hacer las paces con Malena.-

-No quiero.-

-DogDay es paciente y serio , no hay razones para que tu no lo seas.-

 -Hmp…- giró la cabeza molesta. 

El perro se sacude salpicando sin vergüenza al hacerla reírse entre el enojo.

-Lamento haberme perdido ,Cloe ,seré mejor con ustedes desde ahora.- 

La niña apenas se estaba quitando el cabello mojado de la cara al escuchar su nombre y solo poder ver la sombra del perro riéndose. Levantándose poco después del suelo.

-Malena es tonta , DogDay es mas guapo que Bubba.-

 

 

 

 

 

-Supe que los niños creen que Bubba es el mas guapo.- 

Hoppy estaba apunto de saltar pero la interrupción la hizo quedarse a medio salto.

-Perro.- murmura sacudiéndose las rodillas al levantarse.-No , dicen que Kickin es mas guapo que Bubba y que tu. Kickin es el más guapo y tú el más aburrido para los niños.-

-Vaya tristeza.- bufa bajando la cabeza al ponerse las manos tras la espalda.-Vaya que lo es , a menos que hablemos de chicas , creo que Bobby le gana a todas ustedes.-

-Quieres que me enoje.-

-No ,solo hablar de los demás a sus espaldas.- volteó la cabeza a medias , sabe que Bobby estaba dentro de Dulce hogar escuchándolos.-Quiero decir lo bonitas que son a todas sin que me puedan callar.-

-Yo puedo callarte.-

-No si hable de Bobby o Picky , ni de Crafty.-movió la mano en un circulo.-Porque todas son tan bonitas que me dan ganas de soltar cumplidos a diestra y siniestra.-

Hoppy revisó los alrededores. 

-¿A quién esperas manipular con eso?-

-A nadie, solo trato de hacerte recordar que también eres bonita. – 

-¿Para qué?- vuelve a interrogar dejando bajar sus orejas de lado. 

-Estoy enojado y quiero saber como dejar de estarlo. – 

Hoppy bajo la cabeza con las orejas igual de caídas. 

-Tengo una idea de por qué estás enojado. – mira a las personas alrededor. – Es porque no mantuve las cosas de forma correcta, ¿Verdad?- reclina el cuerpo en un arco sobre su espalda, era como un peluche sin columna. – Estás enojado porque como líder no pude mantener esa estúpida línea de control qué lograste mantener por años. – 

DogDay también bajó la cabeza al verla.

Algo de sorpresa llena sus ojos de plata , exactamente a los movimientos de Hoppy.

-¿Me haces berrinche?- pregunta viéndola doblarse hasta caer al suelo.

-No…- gruñe la coneja en el suelo.-No es berrinche...- cubrió su cabeza con los brazos .

Ese perro dobla las rodillas para verla de cerca. 

Ni las visitas ni las voces existían por ahora .

Solo esa niña de cabello revuelto que encontró llorando junto a la cuna de un bebé que ya nunca volvería a estar con ella. Hoppy estaba asustada de cuidar a su hermana menor pero no la odiaba , podía ver cuánto quería a ese bebé pero era pequeña y no sabía nada de como cuidarla ni como se suponía que debía aprender. Resultando en la inminente separación de las hermanas.

Hoppy lloro mucho esa vez y ni Kickin la animaba. No pensaba nada en ese día , solamente la acompañé y esperé a que ella sola se levantara del suelo. 

-Debes levantarte , Hoppy.- le pide acariciando su cabeza , como esa vez hace años.-No puedes quedarte en el suelo.- 

-Ya no puedo mas…no se como ayudar a Picky ni a Crafty … no puedo ni ayudarte a ti.-

-Esta bien , Hoppy , puedes ser egoísta y ayudarte a ti primero.- 

La coneja estiró los brazos aferrándose a él con fuerza.

Con las manos la cubre con una caricia.

-Lamento haberme burlado de tu pérdida , Dog. - 

Notes:

Los nombres de algunos de los smiling critters han sido revelados.
Lo que no se a tomado hasta ahora es él porque era importante olvidarlos antes del procedimiento o porqué es posible esto.

Chapter 35

Notes:

Hola.
El ritmo va lento, lo se.
Es necesario para lo que vendrá.
Lo van a extrañar.

Chapter Text

 

 

 

 

Hoppy no estaba exagerando cuando decía que no pudo mantener la red de información ni comunicarse con los humanos para hacer algún cambio en la distribución del papel.

Hoy comprobó que la mayoría de los trabajadores que usaban el canal manipulado por él se han visto reducidos desde hace algunos meses. Exactamente desde que su plan dio fruto y los niños salieron de la compañía.

Habia sido una limpieza de corruptos casi total. Una masacre para sus redes. 

El saber los horarios de guardias ya no seria posible mientras los canales de control no le sean devueltos.

Podía oler que las mismas sustancias estaban aun en los cuerpos de algunos trabajadores pero no de donde la consiguieron. Debía recuperar la confianza del dealer. Además de hacer recapitulación de actos de su ultimo día despierto.

De Picky al igual que Crafty y descubrir lo que sucedía en ese tiempo con sus amigas.

-¿Se encontraban de alguna manera mal esta tarde?- 

La pregunta viene de un coordinador que vino a su lugar junto a la torre de estatuas.

-No señor.- observa el aspecto de este. Olfateando descaradamente en su dirección.

A este empleado no le pareció importar y además hizo algo mas interesante, rebelando el dulzor de su aliento.

-¿Y aun no recuerdas donde guardo las flores tu amigo?- le pregunta sin levantar la mirada de la tableta.

El perro agacho a medias el cuerpo.

-¿Y si así fuera?-

El humano levanto la cabeza abriendo en demasía los ojos , tarde pues el perro lo dejo solo antes de poder hacer mas preguntas.

Fue atrevido decirle que sabia donde estaban las flores dado que posiblemente ya no estuvieran en donde las habia dejado. No era el único que sabia donde estaban ni como conseguirlas. Era uno de los más bajos en el movimiento…al menos figurativamente su lugar en la cadena de entregas era bajo.

 

Las amapolas son flores muy bonitas pero peligrosas en malas manos.

Eso le dijo el vagabundo unos días antes de volarse la tapa de la cabeza en un callejón.

Era lógico que algo como el trafico que le pidieron llevar se viera envuelto por folletos de Poppy , no en dibujos o pinturas de flores.

Acabando su camino en el mismo lugar dentro de Play House con una esponja levantada y las fotografías de Poppy aplastadas dentro.

Levanta estas cosas con cuidado de no romperlos por algún exceso de fuerza.

-Hiih…- 

Mira a Bunzo en una esquina curioso.

-Ven.- lo llama mostrando las hojas.

El conejo toma una y su cuerpo se vio de cara al suelo . esta fotografía era engañosa y su interior era hinchado , no era una hoja sino un sobre lleno a tope.

-Terry te cuidara , llévale esto.- le pide al levantar al conejo y subirlo a la rendija de aire. -Terry es la maestra de matemáticas.- 

 

 

Recupero el equipaje pero no a quién dárselo ni a alguien con quien comunicarse a la superficie. Confía en Terry para hacer las divisiones de producto pero no había nada después de eso. 

Respecto a la superficie debía averiguar algo de arriba con uno de los monstruos.

Necesitaba subir o encontrar a su objetivo en las celdas.

Observo a las otras criaturas sonrientes repartirse por el lugar , ninguna estaba cerca no podía hablarles ahora mismo.

Siendo así la situación mejor se decidió a detener el camino de una pareja visitante.

-¿Cuánto falta para el fin del día?- les interroga a los dos de frente.

Estos le miran y después entre sí .

 -Nos dijeron que podíamos estar hasta las nueve de la noche y después ir al hotel de la fabrica o a casa en uno de los transportes a la ciudad.-

Las orejas del perro se sacuden.

-Les preguntaba porque perdí la hora , perdón por la confusión , amigos.- su voz infantil parece avergonzada como cualquier niño ; muy diferente a la actitud seria anterior.

-Oh…esto.- el hombre revisa su muñeca donde estaba un reloj mostrando cuatro tipos de conteos con aspas brillantes y bonitas.

Ese reloj de inmediato le hizo pensar en Bubba.

-Falta una hora con veinte para el cierre. – mira a su pareja con un aspecto nervioso.-Cariño , debemos irnos o el transporte nos dejara en la ciudad de madrugada.-

-Entonces mejor quedémonos en el hotel , será mejor no salir de noche.-

DogDay se retira silenciosamente para no interrumpir esa conversación que de alguna manera se volvió tensa.

La pareja le observa, suspirando una vez se repito. 

-Es que huele tan rico. Ya quiero volver a jugar este año. – festeja la joven sacudiendo el cuerpo. 

-Estoy aquí. – le recuerda su presencia su amado esposo.

 

 

 

 

Una hora le quedaba antes de que las personas fueran retiradas , dejándole dos horas de comprobaciones antes de que se les ordenara volver a la celda.

Entonces debía usar el tiempo antes de eso para ponerse en contacto con el monstruo de la superficie.

Resultando en el fingiendo demencia y caminando por la guardería hasta la amiga que lo preocupaba y se escondía en el almacén de Dulce Hogar.

Observa desde arriba a las nuevas instalaciones eléctricas y su extraño uso de cables entre torres para conectar circuitos.

-Cada vez esta mas claro que no quieren que aprendamos a abrir las puertas.- declara su amargura desde las escaleras.

Picky en el suelo del lugar levanta la cabeza viéndolo como a un enemigo.

Eso le dolió.

-Lamento si hice algo que te hiciera enojar.-exclama al bajar escalón por escalón.-Estos días no pude ser yo mismo, Picky. – 

Picky lo apunta con la pezuña.

-Tu no sabes que hiciste , ¿Entonces como sabes que me sirve de algo tu disculpa?-le reclama enojada. 

-De papel higiénico.-repite una respuesta muy antigua que Picky le dio una vez hace mucho.-Puedes agarrar mi disculpa y pasarlo por donde no da el sol , porque no vale nada… ¿No dijiste eso tú?-

Picky cubre su rostro con las manos , sin poder ocultar totalmente la emoción que sentía viendo a DogDay venir a ella y no ignorarla por mas tiempo.

-Yo era genial.-

-Oh, amiga, ¿De que hablas? Si tu aun lo eres , Picky , eres genial…- termino con la distancia al tomarla por el rostro. – Tu solo necesitas hablar con alguien para que no te perdamos.- la lleva a su pecho atrapándola en un abrazo íntimo, llevándola a las sombras del aislamiento donde solo su corazón y pulmones pueden darle algo que la acompañe. 

Picky correspondió al perro con un abrazo por los costados de este. 

-Tu de verdad crees que hablar lo solucionara todo…¿No te das cuenta de que deberías matarme?- advierte pues la saliva se condensa en su boca. 

-Matarte…- suspira el perro tocando la punta de una de esas orejas caídas. 

-Puedo ver como los ojos de todos se llenan de miedo por mi culpa , creen que los voy a lastimar.- Picky deja salir el miedo que la sacude desde los huesos. 

-Nadie cree eso.- 

- ¿Y Bubba?- pregunta mirando sus ojos rojos.-No se que te dijo…yo…- la vergüenza esta en sus ojos brillantes, dejando que el dolor la inunde. – Bubba ya no va quererme… - 

-No me dijo nada , eso te lo dejó a ti.- mira al techo de cemento.-No se que le hiciste pero lo imagino , ¿Por qué con Bubba? ¿Y sin preguntarle por su permiso? –

-No creí que fuera a molestarse.-admite que siente esto como una mentira porque lo que más deseaba era ser correspondida.-Creí qué era normal… Creí… - 

-¿Porqué aun te siento tan enojada?-

 Picky abandono al fin el suelo pero la razón no fue buena.

Pues se habia lanzado a golpear a DogDay con la pezuña afilada por encima de cualquier otra cosa, subiendo sobre el torso de este y colocando las rodillas a los lados de su cuerpo

-No tienes idea de lo que estoy pasando, de cuanto quiero comer carne ni cuanto es que necesito controlarme para no hacer algo estúpido. – acusa usando ambas pezuñas para presionarlo contra el suelo por los hombros. – Me doy asco. - . 

El anterior líder le observa desde abajo afilando la mirada.

-Lo entiendo. – 

La chica explota con un gran grito frustrado. 

-¡¡No entiendes nada!! ¡No hay forma de que me entiendas!¡No hay forma de que lo hagas!- ruge grita golpeando con las mismas pezuñas el cuerpo del perro.- ¡¡¿Qué podría entender un payaso egoísta como tú? No me mientas!!- golpeó su frente contra el perro remarcando su desesperación. 

-Los entiendo, a todos los entiendo. – le sujeta la cabeza apartando le. – Lo hago, por eso se que necesitamos hablar o será el fin, ¿Puedes imaginar algo mejor que hablar para unirnos?-

Picky mueve la cabeza pues tantas cosas sin nombre la golpean y sueña con encontrar nuevas respuestas pero solo es ella y el dolor de sus rodillas peleando con el mundo sobre su cabeza. 

-¡Lo que pasa es que solo amas a los humanos! ¡¿Crees que no me di cuenta?! ¿Con Theodore? ¡Tu ya no nos amas desde hace mucho tiempo! ¡¡Solo haces que sea sencillo para seguir sirviendo a los humanos!!- sus gritos se acompañan por el dolor que los pensamientos negativos le recalca con fuego. -Nosotros no te importamos más… hace mucho que ya no te importamos. – su desánimo apaga su mirada. 

La cabeza del perro cae al suelo y observa al techo. 

-Quítate, Picky. – le ordenó con la voz áspera. 

La cerdita se levantó sin pensarlo, desanimada y de vuelta a su esquina. 

El perro se levanta del suelo silencioso. Sus orejas y su cola caídas delataban con el pelo erizo su malestar. 

Es Picky quien empieza a temer el tener la razón, acertar y descubrir totalmente qué DogDay no los provenía al ser la segunda escala de su lazo con los humanos. Viéndole irse su cabeza se siente pesada y debe cubrirse los ojos para simular el sollozo qué deseaba dejar salir para ser libre de una vez de tanta hambre y calor. 

-¿Qué se supone que esta pasando?

La cabeza de Picky sube a las escaleras por las que baja el coordinador de la mañana. 

El miedo creció solo pensando en el castigo que recibiría al ser descubierta oculta de sus obligaciones y sus órdenes de entretener a los humanos. 

-Picky, levántate. – le pide el humano preparando la radio por la que comunicaría de su desacato. 

La cerdita levanta el cuerpo, observando al perro que venia por las mismas escaleras dejando la puerta cerrada. 

-Lleva a Picky a la celda. – pidió este humano mirando al perro. 

Este llega a su encuentro sujetando a Picky por el brazo. 

-Nada de lo que hice hasta hoy fue solo para mi. – gruñe al quitarla del lugar. 

El humano avanza a las escaleras mirando la tableta. 

Puede que ser sujeto y perder el brazo fuera tan sorpresivo como para no sentir nada, más sus ojos fueron bien conscientes de como este gran perro lo atrapó por la cabeza. 

Picky perdió el aliento ante la forma tan sencilla que tenía el perro para aplastar al humano, retorcerlo y aplastarlo entre sus palmas, revolverlo y tirarlo a sus pies. 

-Ningún humano es más importante que ustedes ni suficiente para que se liberen de mi.- le advierte y gira a ver el aspecto de los huesos. – No se que te hace pensar de esa forma pero más vale que te ubiques, Picky. – en un movimiento su mano atrapó el alambre de su boca haciendo que abandone el suelo y sus patas queden en el aire antes de ser tirada al suelo sobre los pedazos humanos. 

Picky levanta la cabeza para verlo de frente, agachado a su nivel para acariciar su rostro. 

-Hasta que me maten deberás saber que serás tan mía como cada uno de ustedes. – apretó el contacto haciendo que Picky gruña. – Pídele disculpas a Bubba, si quieres, pero no vuelvas a exponerte ni a dudar de mi, no en esta vida Picky. – 

Al ser libre observo el desastre a su alcance. 

Escuchando al perro salir por la puerta. 

Toma los pedazos quitándose la red de su boca con un tirón qué le deja algo de dolor pero nada fue mejor que mojar su seca garganta con este delicioso humano. Sus manos rebuscan y llevan todo lo que puede a su boca, limpiando en el interior de dientes su pelaje. 

Era cada vez mas cálido, perfecto y tan profundo como para sacudir cada terminación nerviosa de su cuerpo. 

No había lengua pero podía saborearlo, todo tan delicioso, caliente como…. No sabía qué pero era bueno. 

El sentimiento que la sacude es su cuerpo confundiendo el puro deseo con la agonía del hambre, un error irreversible de placer roto hace mucho tiempo. Un descontrol de impulsos que la hace sentirse conectada a cada terminación de placer a través de su estómago. Llenando el vacío doloroso de la soledad y tortura con cada pedazo de carne. Experimentando el placer sexual tan adentro de su cerebro como el trauma construido después de ser cortada y reconstruida en un cerdo.

 Odiaba tanto este cuerpo y odiaba más su soledad. Necesitaba ser herida. 

Odiaba verse en su reflejo y no ver a esa niña del pasado. Quería ser deseada. 

Odiaba ser obediente y caminar por sí misma a la celda. Quería seguir siendo importante. 

Odiaba a todos sus compañeros. Los deseaba con fuerzas. 

Pero odiaba más cuanto los amaba y deseaba comérselos, tocarlos y lograr lo que sea que necesitaba hasta que no quedara nada limpio en su cuerpo. 

 

 

 

 

DogDay aun no termina.

 Nota que hizo ruido sobre las flores que tenía en poder, viendo el movimiento de algunos trabajadores ansiosos. 

Siempre le parecieron un peligro los adultos que matarían por algo que solo es polvo o una dolorosa inyección. Siendo su interés esa misma debilidad loca. 

Presenciar a un delincuente asustando a los adictos qué no dudaba en arrodillarse sin temor a ser humillados por sus deseos más egoístas. 

No era un buen lugar para un niño. Sin importar qie esas personas fueran las mismas que le dieron el dinero para su hogar. 

Aprender de lógica y comercio con gente a la que el mundo dio la espalda u odia. 

¿Tal vez hacer esta clase de cosas lo trajo a La Guardería?

No lo sabe, ya es tarde para que cambie su forma de hacer las cosas o empatizar con una persona que se deshace si no le dan algo de polvo. Ojalá poder ayudarles al terminar con su sufrimiento. 

Incluso si allá afuera su hermano mayor debe ser ya un cadáver de agujas. 

Camina directamente al último de sus guardias conocidos.

A diferencia de otros, mucho más nerviosos y a los que tuvo que afrontar con disimulo, este hombre lo esperaba estoico en una esquina de La guardería. Tan descarado que fuma recargado en un cartón de Daddy Long Less. 

-Las flores, deberías entregarlas. – lo primero que le dice este hombre. – Estás corriendo un gran peligro al tenerlas contigo. – 

-Se las di a un amigo que las entregará en cuanto se diga algo sobre lo que hicimos, Pedro. – 

-Soy Ryan.- 

-Ya lo se. – inclina el cuerpo ya demasiado alterado para ocultar sus manos llenas de sangre en sus espalda, tomando a este hombre por la cintura se da el lujo de observar de cerca ese rostro maduro.-Sé quién eres Ryan. – suspira dándose el valor para usar esa palabras aprendidas en las calles para darse a entender. – Ahora a unas de tus tantas putas la partí a la mitad, debes limpiar el desastre o las flores no serán lo que te de cuando termine de follarte, maldición. – exhala y se endereza dejándolo libre para contener el nerviosismo en su pecho. 

Nunca le era sencillo ser vulgar. ¿De donde habrá salido el valor del muñeco para hacer esas cosas? 

El guardia termina el cigarro al sacarlo de su boca. 

Si DogDay no estuviera demasiado nervioso hubiera notado como la garganta del hombre le traicionó por unos segundos donde no pudo salir su voz y ese cigarro se le cayó de los dedos, no lo tiró, se le cayó y carraspea para controlarse. 

Aunque para el gigante se escuchó más como un descarado acto burlón venido de la arrogancia. 

Terminando con un pequeño rollo de papel gris entregado al perro. 

-Los horarios están dentro, también los de entregas y el dónde estará el chico de fuera. – murmura viendo cuanto tardaría en tomarlo de una vez. 

El nerviosismo no se había acabado cuando este perro lo tomó por el antebrazo sin importarle tocarle la mano en ello. Logrando que el guardia tiemble a expensas de su propio malestar. Estaba lleno de sangre humana pero aun lo estremecía como si fuera una tonta colegiala en las manos de algún malhechor. 

Esto no solo se lo limitó a un rose, el perro lo atrapó con la mano contraria, trayéndolo a su encuentro al hacerlo romper con la distancia y verlo tan cerca que ni el uniforme pudo mantener fuera el frío de este ser, porque son helados, tan helados que duele tocarlos y enloqueces cuando hierven.

Cosa qué sucedió cuando este perro bajó la cabeza para hablarle de frente, sin darle oportunidad de huirle. 

-Dime, Ryan… - lo nombra inclinando el rostro a un lado.-Sé sincero por una vez en tu vida. Por tu pellejo. - lo pide suavemente, más cercano a un ruego húmedo. 

El hombre arruga el ceño, intentando apartarse o quiso hacerlo con más ganas una vez el perro lo atrae de vuelta sujetando su cadera, si, su estúpida cadera se sintió tan pequeña y vulnerable como lo sería una chica de preparatoria con el delincuente del barrio. Reducido a un manojo de nervios resentidos y enojados. 

Esto termina con su cuerpo tan junto que bien podrían bailar o… 

La cabeza del hombre se torna roja tan pronto como su mente divaga y necesita escapar de la situación. 

-Si logrará tirar abajo este manicomio¿El dinero que has juntado nos ayudaría a vivir bien fuera de aquí?- pregunta el perro por encima de su cuello. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez el horario de visitas termina, todos deben reunirse. 

DogDay observa al grupo juntarse después del cierre, esperando al coordinador… o el reemplazo. 

-Hoy una niña se peleó tres veces con el mismo grupo y tres veces les ganó, me dio envidia. – 

 Dicho evento hizo un hincapié en la memoria de Kickin y lo compartió con el resto una vez comprobó que ningún empleado los escuchaba. 

El perro dio una rápida mirada a Kickin y volvió a vigilar el teleférico con la última tanda de visitas en retirada

El resto parece no tener nada nuevo que contar y continúan en silencio. 

La última en unirse es Picky con un aspecto húmedo y serio. 

-Hasta que te bañas. – 

-Cállate estúpida. – 

-No deben pelear aquí. – interrumpió Hoppy. 

DogDay observa a Kickin y Bubba mantenerse apartados de la discusión de las tres, acompañados por Bobby con sus nulas ganas de meterse. 

Terry le había mencionado algo como esto pero siempre lo sintió porque podía mantener el orden por si solo, ¿Cuánto pudo cambiar hasta ahora? 

La respuesta vino con una patada por parte de Picky a Crafty, tan rápido y certero qué hizo al unicornio caer de rodillas y mirar al suelo avergonzada. 

DogDay lentamente movió la cabeza esperando la respuesta de Hoppy al ataque. 

La coneja aprieta las garras acercándose directamente a Picky con el puño formado. 

-¡Crafty! – 

Sus cabezas, incluida Picky qué había ocultado el rostro bajo sus brazos, miran al perro. 

-Dog. – lo nombra en un suspiro Kickin. 

-Crafty debe disculparse con Picky, y Picky con Crafty. – 

-No voy a disculpar con la cerd-

-Si no lo haces esto solo será peor para todos. – la punta-Pronto terminaríamos matándonos si-

-Hoppy es la líder, ella decide que es lo que se hace. – 

Tras la afirmación y la voz contenida de Bobby se hizo un pesado silencio. 

Cada uno esperaba un arranque o algún reclamo de parte del anterior líder pero otra vez este perro iba a otro lado, uno que no pensaron posible. 

DogDay simplemente suspira y retrocede mirando a Hoppy en espera de su juicio sin renegar. 

Esta acción pacífica era mucho más preocupante que verle resistirse y reclamarle por su comportamiento rebelde. Cualquier líder al que se le revelara su equipo tendría alguna queja o haría un escándalo para protegerse del motín general. 

Excepto el perro asquerosamente paciente que les da espacio para pensar sin verse lo más mínimo afectado por la negativa y abandono de sus amigos. 

-¿Qué estás haciendo?- interroga Hoppy al verle retirarse.

-Te escucho.- responde mirando a Hoppy como único centro de atención.-Quiero verte arreglar la discusión , reparar los canales de información , los horarios de guardias y las relaciones con las maestras.-

-En estos días demostramos que no es necesario ese canal-

-¿Entonces porqué ninguno de ustedes tuvo tiempo para descansar hoy?-

-Nunca nos dieron-

-Hoppy, somos trabajadores sin sueldo : Esclavos. - hizo hincapié en la verdad ignorada a conciencia por parte de todo el círculo. - Nunca nos darían tiempo libre , debemos hacerlo nosotros.- apunta a Hoppy directamente.-Al menos el líder debe encontrar forma de que ninguno se vea superado-

Hoppy negó moviendo los puños en alto. 

-No fuiste líder por mucho tiempo-

DogDay no estaba dde humor para dar vueltas sin sentido. 

-Fui líder por años y tú en tres meses lo echaste todo por el suelo.-

-Por favor…- Kickin intenta detener la discusión. 

-Cuando me perdí no se quedaron solos , te tenían a ti Hoppy , a Bubba y Crafty.-apunta al unicornio en el suelo.-No estaban solos , se tenían uno al otro pero no , los veo separados y lastimándose entre ustedes … ¿De verdad no pueden cuidarse entre ustedes? ¿Para que te hablé de todo lo que hago?-

-Ya cállate.- le gruñe y cubre sus orejas con las manos.

DogDay mira a Bubba y su ceño fruncido se marca más profundamente.

- ¿Por qué no la ayudaste? Yo siempre te necesite.- le recalca su propio papel. 

Bubba suspiró rindiendose a la discusión. 

-No es lo mismo…no se podía hacer como cuando estabas.- confiesa el elefante bajando la cabeza.

DogDay chasqueo los dedos sujetándolo por la mandíbula, sin importar si era más grande le tira para hacerlo verle. 

- No huyas ahora , Bubba , debemos arreglar muchas cosas y lo harán ustedes.- le suelta mirando al grupo.-Ya no puedo con sentirlos, deben ayudarme si esperan algún día ser libres. - 

El grupo comenzaba a sentirse orillado. Se encontraban raudos a escucharlo por su falta de acción por meses. Más escucharlo advertirles fue olvidar esa pausa, una situación extrañamente inquietante. 

-Te gusta humillarme..- suspira Hoppy en su lugar avergonzada.

Dog no hizo más que negarlo.

-No. Sabes que no soy así , pero esto es decepcionante.- 

La vuelta de sus palabras hacen a la coneja y seguido a cada uno de los sonrientes erizarse aturdido y ella lista para pelear con el perro.

Algo que no es correspondido por el perro. 

-¡Chicos , vengan con nosotros!-  

Humanos.

 

 

 

 

Al fin llegaron los humanos a guiarlos a sus celdas.

Esta vez fue juntos en la misma celda de siempre con las mismas luces apagadas y los rasguños viejos del techo. Un sentimiento amargo los cubría tras haber caminado hasta aquí con los hombros caídos y varios hilos de mal humor sobre la cabeza. Escuchando el seguro de las puertas como un tiro de carreras. 

El grupo se dividió en un segundo , mucho antes de que Hoppy se pudiera dar cuenta de lo que vendría no sería una pelea como deseaba.

Fue el grupo quién atacó al decidir por su lado de la historia.

Observó para su malestar a su ave del lado del perro junto a Picky , Crafty y Bubba.

Bobby la tomó del brazo para apoyarla pero ya era una la respuesta para la situación.

Hoppy llevó las garras a su cabeza.

-¡¡No es justo!! ¡¿No estabas enojado todo este tiempo , Kickin?!- le reclama mirándolo junto al perro.

-Si …estoy enojado…pero es mejor que las cosas sean como antes.- 

Hoppy estaba tragándose sus culpas y con ellas el estrés de ser la líder y la presión de no continuar con las tareas del perro como él le había enseñado poco antes de su percance mental. Aunque nada de eso podría cubrir las muchas veces que se sintió abandonada cuando esté idiota se dedicaba a seguir a los adultos y servir como un bufón mientras ella intentaba mantener al grupo lleno de peleas en pie. 

-¡Actúan como si este idiota no se hubiera puesto lelo por un chico que ni es del grupo! ¡Nos cambio por un solo tonto!- siente asco por hacer esta escena pero estaba cansada de tragarse sus frustraciones. -¡¡Él nos hará lo mismo siempre , volverás a preferir a alguien que no seamos nosotros!!–

La respuesta viene de alguien aparte de DogDay. 

-¡¿No harías lo mismo por Kickin?!- ha sido Picky quien la interrumpe con un bramido.

Hoppy encogió el cuerpo ante el grito y la acusación que incluso al ave hace bajar la cabeza, estando en el lado contrario la realidad parecía bastante desigual.

Comer a Picky le aclaró la mente y liberó sus nervios. O tal vez solo quería desquitarse las palizas qué recibió por parte de Hoppy y Crafty durante esos meses que DogDay estuvo fuera de servicio. Claro que fue lo más directo y borde posible, firma de Picky desde la antigüedad. 

-Ya no puedes acusar a este tonto de nada , porque su niño se murió pero el tuyo esta aquí… todos estamos aquí y aunque no quieres aceptarlo , lo seguimos estando porque no pudimos salir cuando tuvimos la oportunidad.-

-Picky , basta.- lo pidió Bubba mirándola de lado.

La cabeza de Picky se inclina al lado contrario , huyendo sin poder controlarse de la mirada del elefante.Llena de el desespero y el peso que debería poder dejar salir con lágrimas. 

DogDay avanza hacia Hoppy pero no la enfrenta , sino que se ha parado frente a los seis.

Su primer línea los quema hasta el centro. 

La verdad. 

-Esa noche pudimos escapar todos.-

Ese recuerdo que intentan olvidar vuelve a golpearlos. Si esa noche no hubiera ocurrido podrian culpar al perro por mantenerlos bajo tierra pero existe y está aplastandolos. 

-Dog , por favor…- lo pidió en un hilo Crafty , demasiado avergonzada para subir su tono.

Hoppy cubre sus orejas y dobla las rodillas para huir de ese hecho.

-Tuvimos la oportunidad de irnos , todos juntos pudimos haber escapado pero ustedes fueron, como dijiste.- mira a Hoppy en el suelo.-¿Una decepción?-

El recuerdo llega a todos como un balde helado y cruel para descascarar sus heridas apenas cerradas por sangre seca. 

-Yo logre sacarlos pero ustedes fueron demasiado cobardes cuando incluso se los rogué , lo pedí y ordene que al menos sacaran una pata pero ustedes solo comenzaron a llorar , ¿Qué parte de ello fue mi culpa? – apunta a las puertas.-¿Qué se supone que haga si ni siquiera ustedes quieren irse? …si todo por lo que intenté pelear ustedes lo echaron al piso y lo desecharon , pero ahora debo escuchar como mi debilidad es repudiada … ¿Qué puedo hacer ahora?-

El elefante intento cortar la distancia al acercarse a él. 

-DogDay… solo …discúlpame.- pide mostrando las pata.-No se porqué lo hice , no lo sé pero …no quiero que te sientas así .-

Esa salida que se encargó de pedirle al doctor preguntón salió muy mal. Porque por fin podrían volver afuera pero solo se quedaron en la puerta sin atreverse a salir o siquiera intentar hacerlo. 

DogDay estaba enojado, admitía estar muy enojado por ese desaire por parte de sus amigos. 

-¿Cómo se supone que me siento , Bubba?- le pregunto relajando los brazos a los costados del cuerpo. - Si hago tantos esfuerzos pero ustedes aún no seguirán el ritmo de lo que me exigen.- 

-…herido y … traicionado.- suspira mirando al perro. 

-Ni yo sabia lo que sentía esa noche …pero Hoppy me enseño la palabra correcta para todo eso que sentí cuando se negaron a salir.- su cabeza giro de nuevo hacia la coneja. 

-Dog…- Hoppy en el suelo descubre sus orejas , observando en su desesperación al suelo.

-Estaba decepcionado de todos ustedes.- 

Si alguien te acostumbra a ser perfecto , a darte y darte sin pedir nada , cuidarte y protegerte. El día que esta persona al fin comparte los errores que ignoraste de tu personalidad , el golpe es mucho mayor a no haber recibido nunca ayuda de esta persona. 

Un espejo grato y sincero no embellece ni miente , es franco y cruel.

Entonces ver y escuchar lo que este perro sentía por ellos era demasiado doloroso para todos.

-No significa que ustedes dejaran de ser importantes para mi ni que los odiara o resintiera… es solo que entendí que nunca saldríamos juntos de este lugar … con los niños esta claro que deseaba darles la posibilidad de protegerse por si mismos en un lugar neutral y no esta jaula.- su cabeza gira para ver la cámara muda por encima de su cabeza.-Estas personas juegan en su territorio y no podríamos hacer nada por los niños … soy ganadero en el matadero y ustedes no son diferentes.-

La cabeza de sus amigos se llena de un sentimiento frustrante.

-Somos todos juguetes ,menos que herramientas y lo entendí ese día…solo podemos salvar a quienes están enteros y admito …que sacar al grupo de nuestra generación fue lo mas egoísta que pude empujarlos a hacer.-

-Nuestra generación…-

-Todos tendrían nuestra edad …o la de Bobby…solo…- suspira llevando sus manos a la espalda para enderezarse.-Hice lo mejor para nuestra cordura , sacando a todos los que nos recordaban para que afuera una parte nuestra sea libre.- 

Sonaba demasiado patético. 

-Nos olvidaran.- resiente Crafty. 

-Igual que el polvo detrás de un televisor.- lo dice sin ánimos Kickin. 

Bubba suspiro, sacando una duda llevada desde hace mucho tiempo. 

-…y Theodore , ¿Por qué te dolió tanto?- pregunta esperando una respuesta sencilla. 

-Es la primer persona que me hacía sentir libre …porque era él , solo eso.- deja en eso lo que necesitaba guardarse para ser útil.-Nunca hice nada por él pero me hacía feliz cuando no le daba nada , eso era para mi. - 

-La vida fuera de este lugar no es tan amable.- gruñe y queja Crafty.-No podemos saber como están los niños. - 

-Es mejor un escenario desgastado que una trampa para ratones.- suspira imitando a Hoppy.- Nuestra situación es la misma que la de los insectos, esa es la forma en la siempre he visto las cosas y por eso los cuidaba… PePero no puedo protegerlos por más tiempo. Deben comenzar a cooperar conmigo.-

-Me da miedo. - murmura Crafty retrocediendo. 

-Esta bien que tengas miedo, eso nos hará ser precavidos.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter Text

Las cámaras pasan entre los niños y apuntan al fuego en la mesa. 

 

-¡Feliz cumpleaños a ti! , feliz cumpleaños a nosotros, feliz cumpleaños a todos… - 

El canto de los niños acompaña a las velas en el pastel de frutas y betún barato. Podían verse las virutas de azúcar en la manteca batida y los años de las fresas en la superficie. Es suficiente para los niños que esperan ese dulce con sonrisas nerviosas. 

La celebración mensual para los niños era este día de enero. 

El mes en el que Theodore cumpliría doce años de seguir entre los niños en Dulce Hogar.

Es el primer cumpleaños común al que asiste DogDay sabiendo que habia un espacio vacío en la mesa. 

Observando a los niños agradecer a la cámara por un pastel que él mismo no podría probar. 

Aun deseando poder compartir un pedazo con el ausente Theodore. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja 

                                         Pintala con tu sangre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Les tomo bastante tiempo.

Tal vez un mes.

Recuperar el control de horarios fue agotador pero lo habían logrado al comunicarse con el ultimo chico de los residuales tras la depuración. Descubrieron que la competencia era tan grande que más de uno tuvo que encargarse y no solo DogDay. 

-Estos meses fueron horrendos , cada tanto bajaba seguridad y hacia cateos sorpresa.- 

Kickin no le responde , incluso estaba algo molesto por tener que contactarse con este humano.

Recibió el dinero y rápidamente se retiraría.

Escucha al humano divagar al guardarse el rollo de cinta canela en los pantalones.

-Antes solo DogDay se encargaba de esto , ¿Quién los programara para el negocio?- procede a palmearse el trasero y abandonar la habitación por una puerta contraria

La primer orden de DogDay fue hacerlos participes a él y Bobby , haciendo que las entregas se hicieran dentro de Dulce Hogar. Mientras que Hoppy mantendría a los niños en movimiento fuera de la casa con CraftyCorn para hacer un horario desechable , logrando librar la seguridad entre los cambios de guardia y comidas.

Cambiando la zona de Bubba a la de juguetería para entretener a los adultos con un monologo repetitivo sobre la economía. Era impresionante cuantos adultos preferirían discutir la grandeza del país con una maquina . En uso de ese espacio se incluye a un pequeño grupo de Bunzo para asaltar bolsillos.

Lo que sea que esté perro este planeando estaba a solo un paso de ser descubierto cada segundo del día.

Detiene su camino en una ventana , viendo a DogDay jugar con un grupo de niños alrededor de un guardia. Observa esperando poder ver lo que sea que quiera lograr con ello.

Tragando seco al verlo robar en un movimiento rápido una tira de balas al pasar su mano por el uniforme del guardia.

 

 

 

 

 

 

-¿Qué se supone que estas haciendo?- pregunto al instante de volver a la celda común.

Después de haber estado escuchando al perro obedientemente por todo este tiempo , ninguno esperaba que Kickin fuera el que saltara a rebelarse o hacer esta interrogante al líder que el mismo decidió seguir.

Este líder inclina la cabeza a un costado, haciendo una sola cosa en respuesta. 

-¿Tuviste miedo hoy?- le pregunta devuelta el perro sin alterarse.

-¡Eso es lo de menos!- grita y sube sus patas a la cadera del perro para encararlo en un salto, igual a cualquier ataque de gallo. - ¡¿Qué se supone que estas haciendo con balas humanas?!- le sacude buscando tantas respuestas como monedas de una alcancía. 

La cabeza de Crafty se levanto del suelo mirando al perro y al pollo. 

-¿Armas?- pregunta algo aturdida. 

Hoppy en la esquina de la celda se levanta junto a Bobby qué había estado más cercana con ella desde que… esa discusión pacífica los separó silenciosamente a Kickin y Hoppy. 

-¿Qué se supone que estas haciendo, Dog?- lo interroga Crafty, demasiados cambios la estaban estresando de tal forma que cada vez estaban más y más cerca de enloquecer. 

-Nosotros… - toma a Kickin por el rostro haciéndolo bajar devuelta al suelo sin romper el contacto visual al sujetar su mandíbula para cortar la distancia con esa actitud atrevida suya.-Vamos a hacer que las armas queden fuera de la fábrica. – 

El solo eco hizo a todos sentir el calor de la esperanza quemarlos hasta los huesos. 

-Sin armas… no tendrían forma de hacernos daño. – farfulla el pollo sin rebelarse al gesto del perro. 

Este asiente cortando aun más la distancia entre ellos. 

-Esto será lo más increíble para las otras criaturas. – suspira Bubba. - Podríamos rebelarnos… Podríamos tomar el lugar. - 

Picky llego a un lado de ellos, separandolos al empujar a un lado al ave. 

-¿Qué carpinchos harás?-

-La última vez necesitamos ayuda de los niños para cortar los rastreadores. – 

-¿Esperas que usemos a los niños otra vez?-

DogDay llevo las manos a su espalda, enderezándose y el común gesto hace que el ceño de Bubba se frunza, ya conocía ese movimiento como la sentencia de cada intento por hacerlo cambiar de opinión. 

-Es mucho peor… debo admitir que estoy pensando en utilizar la ayuda de los niños si Bubba se niega a ayudarnos. – 

Bubba junto las patas observando a sus compañeros con miedo en la piel. 

 

 

 

 

 

 

 

 

La segunda fase se completo cuando un guardia fue tragado pedazo a pedazo por Picky, engullendo por último las piernas a base de mordiscos. 

DogDay la cuida a sus espaldas, observando como el humano se reducia y quedaba solo esa arma en el suelo junto a los charcos de sangre. 

-¿Te sientes bien, Picky?- le pregunta viéndola tragarse el ultimo pedazo perteneciente a un brazo. 

Ella tarda en responder, sacando un eructo qué hace que se cubra el rostro sucio por la sangre. 

-Si. – murmura tras pasar el mal rato, voltea y su cabeza es mojada por una cubetada de agua. 

El perro la observa batallar por enjuagar su pelaje mientras observa al domo de la guardería. 

-No lo sé…- suspira llevándose sus dudas fuera del cuerpo. A este punto no debía mostrar más que este sentimiento a sus compañeros, sobre todo a Picky qué apenas esta recuperando su confianza en el grupo. 

Era ella la que más le preocupaba en este momento, porque de ella casi no quedaba nada. 

¿Entonces porque darle carne humana? Tal vez porque el hambre se iba y ella podía pensar claramente. 

No había forma de saber si estaba equivocado pero si sabia lo que se solucionaría de estar en lo correcto : Salvar los recuerdos y lazos de la niña que dormía con una muñeca por miedo a la oscuridad. 

 

 

 

 

 

 

Bubba debía cumplir con su parte del trato. 

Bubba no quería hacerlo. 

Queria volver sobre sus pasos y seguir ignorando al joven que lleva meses observando de lejos… a este traidor. Aun observa la espalda de este qué mira por la orilla del jardín sintético a los visitantes. 

-Niko. – lo llama al colocarse unos pasos detrás de este y mirarlo por encima de su cabeza. 

El joven voltea lentamente, viéndose uno al otro fijamente por lo que se sintió como horas, sin reacción. 

-Quiero tener… una relación sentimental contigo. – lo murmura después de no encontrar qué más decirle a su estúpido hermano mayor. DogDay le pidió que lo incluyera pero no había forma de hacerlo sin sentir que se le revolvía el estómago. 

Entonces usa el elefante un término incorrecto para ellos, haciendo que reconocerlo como su hermano menor sea todavía más necesario para continuar en el mundo. 

El joven gira levantando la cabeza para verlo directamente. 

-Eres tan guapo ahora, ni siquiera pareces el pequeño cobarde qué eras. – lo apunta recargándose en la reja. – Te recuerdo, desde hace mucho tiempo recuerdo a ese enclenque llorón que pasaba horas berreando porque no lo acompañaba en sus escondites. – 

Bubba levantó las patas chocandolas una contra otra sobre su estómago. 

-Eres tan grosero como siempre ¿De que sirve que cumplas 26 si en estos años te es tan difícil madurar, hermano?- pregunta y su voz infantil resuena con la voz madura que solo puede expresarse con resentimiento. 

-Cállate. – escupe bajando la mirada al piso donde ve las patas inferiores enterrarse en el césped sintético por el gran peso del monstruo. – Tu ya estas demasiado muerto para regañarme. – 

Bubba levanta las cejas como si acabará de escuchar una estupidez. 

-No estoy muerto y debes saberlo, cuanto desearía estarlo. – Bubba revisa los alrededores con una mirada. – Tu estas aquí porque buscabas lo que se supone que debimos ser-

-No. – lo corta llevando ambas manos tras su cabeza, en ello la gorra del uniforme de limpieza se cae por un lado rebelando el cabello trenzado y atado en una coleta corta en su nuca. 

Es ver el patrón de los cabellos lo que lleva a Bubba devuelta al hogar de su abuela y las pocas veces que esa mujer los procuro con gestos como peinarlo o tocar sus mejillas con esas manos ásperas de tanto haber trabajado en su vida. La verdad era que extraña desde hace años comer algo parecido a una olla de guisados o solo volver a ver las luciérnagas a través del jardín para soñar que volvía a sentir el verdadero césped o probar lo que era el sol sobre su piel. 

Observa al joven recoger la gorra y devolverla a su cabeza tan rápido y en automático como lo hacía cuando estaban allá afuera. 

-Sigues con la abuela. – le apunta poniendo la pata sobre su cabeza. –Aun insiste en poner ese color rojo en tu cabello. – 

-Es difícil de lavar sin hacer un desastre. – mira al elefante hacia arriba. – Te quedaba bien. – su sonrisa observa al monstruo azul. 

Es el mismo Bubba el que deja salir su primer queja. 

-Mi piel era muy hermosa, puedo recordar cuando lo era… y por eso necesito… - se queda en silencio mientras este joven lo rodea, en su humana capacidad, por el torso para abrazarlo y hundir el rostro en su pelaje. 

-Lo lamento… Lo siento, hermano…. Yo, yo te hice esto… yo, te deje atrás y estos… - 

Escucha como entre esas palabras cargadas de dolor escapan las lágrimas y un sollozo apenas es reprimido por su cuerpo. Ya lo sabía, igual que todas las criaturas de esta fábrica asquerosa, sus cuerpos eran perfectos para ser abrazados. Era necesario ser abrazados y tomados en cuenta. 

¿O en realidad si extraño a este tipo? Se lo pregunta aunque siente como sus ojos se cansan y se llenan del estrés que en un solozo los acompañaría, un doloroso vacío ya conocido, plagado de las larvas de los errores y torturas sufridos. Desde que despertó como un juguete la vida era una pendiente que solo empeoraba. 

Porqué podía estar con DogDay y negarse a creer que con saber los horarios eran libres de algún modo. 

Eran peces en un acuario con cables eléctricos a un segundo de alcanzarlos, nadando en el fondo y sobreviviendo al consumir su propia mierda. Tragando y tragando más dolor conforme el agua se acaba y los cables los alcanzan. 

Era realista. Moriría aquí, algún día la muerte los alcanzaría porque un futuro es lo que no puede ver. 

Entonces solo le queda confiar en una de las pocas almas que aún estaban de su lado. 

Porqué puede que este joven fuera su hermano pero no podía confiar en él. 

Después de todo solo pudo encontrarlo solo porque venía por una dosis de lo que fuera que contuviera los sobres de cinta. Su hermano aun era un adicto y él no podía confiar demasiado en alguien que iba a un agujero más profundo que ellos. 

Tiro la gorra con una pata antes de atraerlo a su cuerpo rodeándolo con sus brazos para hablar sobre su cabeza. 

-Necesito tu ayuda. – le dijo a su hermano acariciando su cabello. 

-Lo que quieras, hermanito. – 

 

 

 

 

 

En las puertas de la guardería quién era encargada de saludar a las visitas hace un amago lento para mostrar cuánto no desprecia a los humanos. 

-¡Bienvenidos, amigos! ¡Espero que se diviertan y conozcan nuevos amigos!- canturrea su voz infantil al saludar y mover un poco las patas delanteras. 

Hace mucho envidiaba a Hoppy y a DogDay cuando los veía en el jardín saludando y dando vueltas. Ahora solo quería irse a la juguetería y hacer como que estos tipos no existían para ser libre de una vez. 

Hoppy estaba en su lugar, justamente ayudando con lo de los bolsillos a vaciar.

DogDay tenía una forma de pensar algo complicada, ¿No se llenarían de armas si habían tantos robos?

 Aunque a este punto solo les quedaba confiar en las ideas del perro que los dejo tirados por meses solo porque se le murió un niño de 100… bien, no era un niño cualquiera, era ese niño que lo hacía hablar por horas de sus gestos y formas. ¿Qué era ese niño para DogDay? 

Siempre había resentimiento cada vez que lo recuerda, por su culpa el perro ya no los ponía como primera necesidad ni su primer compromiso pero ahora estaba muerto y podían ver que lo recuperaron. Era de nuevo solo ellos en los que pensaba y a quienes procuraba antes que otra cosa. 

Quería pensar así. 

Porqué ser utilizada le daba miedo y debía guardarlo muy al fondo para ser la chica ruda que siempre fue. 

La imparable arpía a la qué nada la hiere, la fuerte que no se apiada de tontos y desdeña a los cobardes. 

Amando su propio reflejo y a Bobby… 

-No. – corta ese pensamiento al dar un salto y mirar a los visitantes que la observan con sonrisas. 

Hoppy fue movida porque las cámaras que comenzaron a traer la ponían cada vez mas nerviosa. 

Otra de las cosas que descubre conforme desentraña el enredado montón de ordenes que este perro les daba. Desde hace meses había estado recibiendo visitas de personas que no parecían tan interesadas en adoptar sino en conocer las instalaciones y a los monstruos que llaman mascotas. 

-¡Una fotografía! ¡Vamos, tomémonos una fotografía! ¡¿Quieren que posemos juntas, amigas?!- pregunta directamente a las visitantes que traen las cámaras colgadas del cuello. 

 

 

 

 

Era difícil seguir un plan que solo saben a medias y no podían adivinar. 

Viendo de nuevo a DogDay ir de un lado a otro sin detenerse a más que saludar niños y visitantes antes de volver a correr y darles alguna advertencia. 

Hoppy en su lugar los mantenía vigilados con los Bunzo de Kickin y daba instrucciones con ello, este perro va de un lado a otro y viene cada vez más despeinado… bien podría ser solo una mascota imperativa. 

Parecería inofensivo pero en un segundo la osa recibió un aviso de lo más aterrador. 

-Iré al piso superior, por favor cubre mi falta con tus bailes, Bobby. – lo pide u ordena tomándola por las manos. – No permitas que los niños abandonen el jardín pero mantente tranquila, solo es una prueba. – 

-¿Y tu para que quieres subir?-

-Necesito que alguien baje pero Huggy lo detendría, porfavor confía en mi. 

-Estas estúpido … ¡Huggy nos desprecia, no vas a ir con él!-

-El no nos desprecia, solo esta tan asustado como nosotros y es mucho mayor. – dejo sus manos par tomar esta vez sus mejillas. – Las cosas que nos han hecho deben ser las mismas por las que paso y por mucho más tiempo, él solo nos ve como idiotas, no nos odia. – 

-¿Y cómo puedes asegurarlo? ¿Como?-

-Porque lo conocimos cuando éramos niños y era muy dulce, él era bueno con nosotros igual que tu con los niños. Huggy es bueno, no confiado ni tonto. Él dejo de hablar porque nadie lo quería escuchar, por eso debemos buscarlo nosotros. – 

-Él… me da miedo. – su cabeza gira nerviosa. - El te arrancó las orejas y te despello vivo en la pelea... Y... Y... Y Boxxy esta allá arriba también y es muy fuerte ¿Qué harás si los chiquitos te despedazan?- los peores escenarios se reproducen dentro de su cabeza. - No subas, es peligroso. - asegura pisado el suelo varias veces con saltitos ansiosos. 

Su amigo la abraza y sacude , un fingiendo que estaban siendo juguetes frente a las visitas. 

-Hay cosas verdaderamente horribles pero él no es una de estas. – mira a la PlayHouse tras Bobby.-No tengas miedo. - su mirada va al suelo. - Ellos no son lo peor de la fábrica. - 

El recuerdo de Theodore viene igual que un suspiro, llevándolo a las sombras donde eran uno y sin perder su humanidad el cariño se plasmo en esas esponjas y juegos. 

-Lo necesitamos para matar a esa cosa. – 

Bobby apenas había dejado que su corazón se tranquilizarla antes de escucharlo murmurar he irse sin despedirse. 

-¡¿Qué?!- exclamó una vez se vio sola.- ¿Matar?... - 

¿Esto no era por las armas? 

 

 

 

 

 

 

El perro subiría gracias a la intervención de un humano. 

Ese guardia pequeño y viejo que lo ha observado por años. 

-Gracias, Pedro. – lo dice al subir a la plataforma. 

El humano lo mira de arriba abajo y gira para oprimir el botón. 

Aún no perdonaba el maldito acto seductor de la última reunión con este perro. 

El perro dobla las rodillas y se queda encogido, observando al domo de la guardería. Lo que planeaba hablar con Huggy Wuggy sería complicado y peligroso. Algo que debía arreglar y averiguar para seguir con sus intenciones contra las armas y… esa cosa que mató a Theodore Grambell. 

El humano a notado lo silencioso que a quedado el perro de un segundo a otro, de verdad parecía regresar al estado correcto y respetuoso del pasado, dejando al comediante de humor verde en algún rincón. Actos de esta cosa durante este tiempo lo hizo creer que el niño definitivamente estaba muerto. 

No fue cercano a ese niño. Solo le parecía un chico demasiado despierto y corrupto para este lugar de niños asustadizos y obedientes, un niño crecido en las calles con una percepción sobre la responsabilidad y las personas demasiado realista. La culpa lo hace arrepentirse de haber escuchado a las voces que le dijeron que usar al niño para pasar las sustancias por la fábrica y entre los trabajadores fue una de sus peores acciones en el mundo. 

Ahora cargaba con ese crimen junto a la culpa y una cuenta bancaria llena de ceros positivos que se vienen con esa sonrisa gigantesca llena de sombras. 

-Durante el tiempo que estuviste metido en tu papel de comediante, mis hombres dejaron de desaparecer y ahora que vuelves a ser un chico bueno… el coordinador desaparece. – 

Apunta lo que ambos saben desde hace mucho tiempo. 

Este chico ha estado matando a sus compañeros no consumidores con salvaje claridad. 

El perro a su lado inclina la cabeza y lo mira con esos ojos de plata bien fijos en él, casi para quitarle la piel con esa intensidad (Mucho mejor que el comediante qué con su mirada desnudaba a hombres y mujeres sin vergüenza alguna) resaltando con esa sonrisa una ola de arrogancia tan espesa como la sangre. 

-Si estas celoso puedo comerte aquí mismo. – advierte agarrando su pierna tan fácilmente, como siempre incluso sin ser un pervertido, hiriendo el ego de cualquiera al remarcar lo pequeño que era un ser humano en su poder.-Solo acércate para que nadie te escuche gritar. – 

El hombre le soltó un manotazo directo a la cabeza. 

-Mocoso. – deja al aire todo lo que pudo decir tras el descarado insulto. 

El perro lo había soltado y cubierto la zona impactada. Un golpe como ese no fue más que una caricia de parte del humano pero venía con un regaño, suficiente para que el adolescente se sintiera repelido. 

Porqué si, DogDay ya no era un niño totalmente. 

-Me llamó Ryan, no Pedro. – le recuerda y debe cerrar los ojos porque al presentarse y mirarlo por un segundo vio a ese niño pequeño con el parche en su rostro y las sodas de sabores en sus brazos. 

El ascensor al fin se detuvo en el piso correspondiente. 

DogDay asiente y ve las puertas frente a ellos. 

El guardia abrió la puerta y salió frente a él para esperarlo en el centro del pasillo blanco. 

Esta salida nunca la había usado y el perro tuvo que acumular valor para levantarse y seguir con la espalda doblada para verse lo más pequeño que podía. 

La luz fluorescente lo baño haciendo que sus colores naranjas y dulces resaltaran como todo el peluche que era. 

-Te saco a un paseo, te lo permitió el jefe calvo. – dicta antes de hacerlo avanzar a su espalda. 

-¿Ludwick?¿Que tan loco esta el jefe ara que se crean eso? – 

Ryan gruñe estremeienddose ante el nombre del dueño de este lugar. 

- A veces olvido que sabes su nombre. – miró al pasillo frente a ellos, ese por el que pasan muchos trabajadores de corbata.-Me da escalofríos qué lo menciones. - 

Agarra su arma una vez antes de seguir adelante y girar para que el perro vaya adelante. 

Los nervios traicionan por un segundo a DogDay, era consciente de que la superficie era territorio de Mommy al igual que de Boxy, además de estar solo su compañía era un frágil humano con el que no puede jugar por su importancia para el futuro de la operación. 

Debía ser bueno en esto o sería todo para los dos y peor, para sus amigos. 

Camina y estira el cuerpo llevando los brazos a su espalda agarrando detrás sus antebrazos para empujarse adelante sin la libertad de los cobardes qué le haría retroceder. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Qué hora es… - su cabeza gira y observa a los empleados que lo miran y apuntan entre ellos. -… es hora de jugar. – murmura y se fuerza a saludar a ese grupito de adultos con la mano. 

Estos no tardan en corresponder el saludo y seguir murmurando entre ellos. 

-No llames la atención. – 

-Soy un perro gigante con una sonrisa de plástico, con el tamaño para tragarse a tres adultos, obviamente eso del secretismo está más allá de mis posibilidades. – su tono fue tranquilo pero usar la voz infantil llevo en sí una queja implícita.- Sería más fácil que se tragaran qué soy tu amante en una parafilia que fingir que no estoy vivo.-  

Levanta los brazos para saludar a un grupo de trabajadores en un salón abierto. 

Porqué no tenía idea de que es parafilia ni como se unía a la palabra amante , mi de cerca a entender lo que un adulto  dice y solo era un mocoso repitiendo las palabras de algún pervertido. Eso se dice este hombre después de tener un miniinfarto por la cara de un empleado que escucho al perro mientras pasaban por el pasillo. 

Al menos pareció pasar por una broma y puede fingir no morirse de jodida vergüenza. 

Para DogDay el paseo es diferente. 

Algunos, por no decir la mayoría, no le responden el saludo pero lo observan confundidos. 

Las criaturas sonrientes no tenían porque subir a la superficie y mucho menos a la zona encima de la guardería, mucho menos en esta ala, donde el tren no los traería. 

Un un hombre llego interrumpe el camino al abordarles por un lado. 

-Señor, hay algunos trabajadores preguntándose ¿Porqué la mascota de los niños esta aquí?-

La primer persona en enfrentarlos fue otro guardia que parece joven. 

-Es un paseo , el calvo se lo regalo. – 

-Oh… - mira al perro que lo observa y estiro l mano hacia él antes de que el guardia pudiera procesar su acción ya a respondido. – Estas cosas siempre me han dado escalofríos, ¿Porqué lo trajo por la zona de oficinas?-

-No se, creo que el jefe quería ver a algunos cobardes temblar por una botarga. – hizo que el perro bajara la mano al palmear he instarle a avanzar. – Cuidate. – se despide del guardia sin más interese. 

Aquel observa aún al perro que camina con la escala recta y ese aspecto serio sobre sus hombros. 

-De verdad que no entiendo a los que les gustan esas cosas tan horrendas.-

DogDay sin voltear le mostró el dedo corazón. Ganando una cara ofendida de parte de ese guardia y un patada por parte de Ryan al dar la vuelta en un pasillo. 

A tiempo dieron el giro. 

Perdiéndose de la aparición pacífica de la caja musical por el mismo pasillo. Traído por un grupo de trabajadores para el usual paseo del juguete para adornar los pasillos y pegatinas de la fábrica como una zona de empleo envidiable y seguro. 

 

Esta caja musical no pierde ni el mal humor o risas de los empleados, así como puede descubrir con una sola inhalación la presencia del perro en su territorio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El camino fue mucho más tranquilo una vez repelieron al guardia y los trabajadores se interesaron más en sus propios asuntos. 

 

Tardaron varios minutos en llegar a la recepción. 

 

Los trabajadores ya no eran solo eso, también habían visitas y algunos clientes esperando su turno en las sillas de espera. 

 

Lo más importante fue lo que les miro de reojo una vez atravesaron el pasillo y llegaron a los dados. 

 

El pelaje de DogDay se erizo mirando a Huggy Wuggy en su lugar designado. 

 

El dolor que su cuerpo sintió como reflejo de la pelea que tuvieron y ahora verlo de nuevo a plena iluminación, donde incluso podía ver como esa respiración se volvió más profunda al verle. Su cola baja y cae tan sincera sobre su, claramente, situación de todo menos segura , porque si se moviera mal este monstruo azul le asesinaría o intentaría y él debería pelear para sobrevivir, huir y escapar de Boxy qué se pondría siempre de lado de Huggy.

Estaba solo en esto. 

 

Sus amigos estaban muy lejos para ayudarle… 

 

El miedo abandonó su cuerpo al recordarlos, esperándolo allá abajo y creyendo en él, en su capacidad para cuidarlos. El miedo no podía ser una parte de ellos, nunca debería ser algo que lo haga ser cobarde. 

 

Su primera pregunta es presurosa. 

-¿Porqué no mataste a Hoppy?- pegunta una vez superó su cobardía y corto la distancia. 

 

Siempre hablar era difícil con humanos cerca pero ahora estaba junto al monstruo con el oido más sensible después de Hoppy. 

 

Este al fin movió la cabeza para mirarlo de lado. 

 

La respuesta no llega, solo esa mirada tranquila que no puede ocultarle, no a él, los pensamientos poco pacíficos en estos. 

 

-No te escucho. – murmura. 

 

El gigante azul suspira casi imperceptiblemente. 

 

-Ellos creen que eres perfecto pero estas tan mal hecho que no puedes escucharnos, ninguno de ustedes nos puede escuchar. – lo miran esos ojos crueles y sonríe aún más. – Estas mucho más solo de lo que crees, perro. – 

 

Saberlo y que se lo firmen es muy diferente. Él y sus amigos estaban solos hasta los huesos, estaban tan aislados en la jaula bajo tierra como siempre lo supo. No habían cambios en ello. 

 

-Voy a deshacerme de las armas , ¿Quieres ayudarme con eso?- ser directo le era mucho más sencillo que dejar que esta salida sea interrumpida por algún elemento aparte dentro de la situación en la que el mismo se metió. 

 

Ser directo era correcto en algunos negocios pero ahora, en su posición desventaja hizo ver al perro como un elemento arrogante y desabrido, sin ninguna otra idea y de alguna manera parecía estúpido. 

 

-No. – 

 

-¿Y si mato a ese humano tuyo?-

 

El peluche azul detuvo por un segundo su respiración. 

 

-No quiero meterme en eso. Se lo que sientes… y lo que sentirías, por eso quiero que nos desagamos de las armas y salgamos todos de este lugar. – 

 

-¿Salir? ¿A que circo nos mudaríamos?- su sonrisa crece y ese brazo qué mantiene arriba lo siente tensar se por su mal humor. – Mírate , eres un monstruo repugnante, con tu sonrisa y esos ojos de fantasma. Eres mas patético de lo que pareces si crees que allá afuera te espera algo mejor. – 

-No lo hago pensando en que yo salga sino en todos los demás, en los niños y en ti, en Mommy, Bunzo y Boxy… - traga seco tras superar el nudo. – Estas personas ya nos hicieron pedazos pero hay mucho por lo que luchar aún. – su cabeza gira y saluda a las visitas que exclaman al verle junto a Huggy. – Esta lo que pudiste ser… lo que yo y Theo… lo que muchos debíamos ser, ¿No vale la pena que nos maten cuando destruyamos todo lo que fabricaron con nosotros? – 

Huggy vuelve a mirarlo con el rostro serio a su manera, simplemente dejando caer su sonrisa. 

-No quiero morir, mocoso. – mira a las personas alrededor.-No animas a alguien con promesa de muerte segura.

DogDay debe aceptar que no está siendo convincente, está demasiado alterado y su normal modo de convencimiento conllevaba un estilo más relajado y no está situación en solitario. 

-Pues yo no quiero seguir siendo una rata de laboratorio ni seguir dejando que se lleven a mis amigos cuando les plazca para torturarlos y devolver los pedazos de ellos… ¿Cómo quieres seguir vivo si ya estas muerto?-

-Estas hablando de morir, no de ganar ni de rebelarnos… quieres que todos mueran para hacer libres a unos pocos. – 

Ya no esperaba llegar a nada, no sabía como arreglar ssu desastre. 

-Esta bien si no peleas, solo quiero que dejes pasar a la persona que vendrá mañana. – 

-¿Cómo que mañana?- su pelo azul rizo se volvió una esponjosa bola al erizarse. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La recepcionista escucha a medias al guardia qué sigue convenciendo de revisar la misma lista en la que no estaba la mentada salida a jugar qué seguía diciendo que debía estar agendada para este día. Distraida por lo que parece una conversación bastante curiosa entre el perro y el muñeco del moño azul. 

 

Los ve girar, saludar y sonreírse antes de dejar de mirarse y ver a otro lado para volver a reírse con el otro. 

 

-¿Es una cita?-exclama cubriéndose la boca con las manos. 

 

Su tía era una Hijra y hace muy poco había logrado una relación real con un hombre que le quería de verdad, esta clase de romance prohibido le hacia sonreír y volverse sentimental. Guardando esa sonrisa asiente y le muestra esa sonrisa al guardia mayor. 

Este había pasado este tiempo discutiendo con la recepcionista para hacerle tiempo a esa cosa con el monstruo azul. 

-Puedes sacarlos pero no salgan del primer perímetro.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bobby a este punto estaba demasiado erizada para parecer tranquila. 

-Tu pelo es muy bonito. – dice un niño hundiendo las manos en su espalda, en ello desaparece en el pelaje hasta las muñecas. 

Bobby busca al perro pero no lo ve aún y estaba demasiado nerviosa para moverse,temia qué se le doblaran las piernas y cayera al suelo o lastimara a algún niño con sus grandes garras. 

-¡A los visitantes, se les pide amablemente que abandonen las instalaciones, ya es hora de dormir!-

El pelaje de Bobby estalló y los niños comenzaron a reír antes de irse a Dulce hogar. 

 

 

El cierre de las instalaciones fue como siempre, apagan las luces , se cierran las puertas y los sonrientes debían ir a reunirse en la torre a esperar al coordinador. 

Entonces seis de ellos se miraban preocupados. 

-No lo he visto desde medio día. – murmura Hoppy. 

-Lo vi despedirse de Bobby. – apunta Crafty. 

Bobby junta las garras y los mira uno a uno con el ceño fruncido. 

-Dijo que iría a hablar con Huggy. – 

La trompa de Bubba dejó salir un sonido idéntico a un saxofón. 

Crafty apenas pudo procesar ese sonido mientras Bubba ya estaba arrancándose los pelos de la cabeza. 

-¡¿Con Huggy?!- chilla y su cabeza gira buscando al perro en los alrededores. - ¡¿Cómo que se fue solo a hablar con Huggy Wuggy?! ¡¡Perro pendejo!! -

-Eso me dijo, chicos, él-

-Ahí vienen los humanos. – apunta Picky con un tono rendido y ciertamente triste. 

El grupo gira y espera lo que sea que haya que esperar. 

Este les sonríe pero su cordialidad no dura al ver a solo seis de ellos en el lugar. 

-Chicos… - busca al perro naranja. – Les falta uno. – 

Hoppy doblo las rodillas para sentarse y dejarse morir. 

La voz de el perro salva el día a su manera. 

-La taza el baño, la rompí por error. – 

La mirada de todo ser viviente en el lugar se dirigió al perro que carga un inodoro en manos. 

-DogDay… ¿Qué estabas haciendo?- pregunta el coordinador. 

El perro primero llego hasta él para responderle. 

-Quería llevarlo al patio… creí qué sería una buena silla. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las mentiras no son buenas pero si útiles. 

El grupo lo observa a él y el retrete que se trajo a la celda. Sobretodo más curiosos al ver a Kickin sentándose sobre la tapa. 

-¿Qué se supone que fue eso?- lo interroga. 

DogDay rasca su cabeza. 

-Mañana pasaran muchas cosas… muy malas, por eso lo necesitamos. – 

Vuelven a mirar al retrete. 

-¿Para que un retrete?- pregunta su amigo cruzando las rodillas. 

El perro baja la cabeza caminando en círculos. 

-Pues… fue lo que se me cruzo… debería ser una puerta o una mesa… pero , es un retrete. – mira a Kickin en el susodicho objeto de porcelana , sintiendo algo de vergüenza por la forma en la que lo miraban sus amigos. 

-No me importa el bendito toilette-

-Retrete. – corrige Hoppy. 

-Tiene un botón para lavarte al finalizar con tus necesidades. – apunta Crafty con su pezuña. 

-No lo había visto, hace mucho que no uso uno de estos.- Bobby de verdad no recuerda la ultima vez que uso un toilette. 

-Sin contexto eso se oye mal, amiga. – se burlo de fondo Picky. 

-… jejeje, es cierto. – ríe bajito Kickin sin levantarse del asiento. 

-¡¡Eso es lo de menos!! ¡¿Porqué tú, perro pendejo subió a hablar con el maldito cancerbero?!- grita y lo sacude por los hombros. 

Las orejas del perro se mueven y parecen abanicos al igual que las del elefante. 

Haciendo que, siendo un tema serio y delicado, el evento se volviera algo cómico para el resto del grupo. 

Llevándole devuelta a esos días cuando Bubba y DogDay discutían sobre el lugar al que deberían ir a jugar o si era mejor quedarse a leer, una discusión qué una sonrisa mal intencionada de DogDay le hacía escalar a escuchar al elefante despotricar en otro idioma. 

-¡Necesitamos respuestas, Dog!-

El perro entre las sacudidas levantó los brazos mostrando su derrota. 

-Es hora de respuestas, ya lo se pero antes debemos calmarnos. – lo pidió mientras su cuerpo era sacudido y su cabeza cayó en el suelo al ser soltado y caer de espaldas al piso. No hay dolor ni arrepentimiento, solo se giro y los miro acostado de lado, como si ellos fueran los que vinieron a darle algún tipo de ofrenda. 

Suficiente para que Bubba se retire a sentarse a unos metros, la verdad era que sintió grandes ganas de patearle la cara, para poner distancia y tranquilizarse junto a Picky, algo que ni el se dio cuenta que hizo pero la cerdita no pudo evitar verle de lado. 

-Recuperaste tu lugar pero no significa que estemos felices por como te comportas. – 

El perro asiente y recarga la cabeza en su mano, viéndolos desde el suelo hasta que hizo algo aún más raro para todos ellos. 

-¿Qué haces?- pegunto Bobby alejándose al menos dos pasos de la escena. 

El perro abre el cierre de su pecho y la pelusa amarilla salta lentamente del interior. 

Kickin mira a Hoppy y su ceño se frunce. Desde que se puso de lado de DogDay ella había estado demasiado seca y lo esquivaba como si tuviera sarna, suficiente para hacer que se sienta incómodo. Desconociendo el malestar qué le recorrió cuando la coneja observó al perro abrir esa zona de su cuerpo y el enojo se mezclo con esa soledad. 

-¿Qué estas haciendo?- pregunta para que ya termine con el espectáculo. 

-¡Shh!-

-Me chuseó… - murmura impactado por el nivel de ira que lo recorrió hasta las plumas. 

De pronto del pelaje salió algo que no era un peluche. 

La cabeza de todos se elevó al ver al animal salir primero una pata y después todo de un salto. 

Largo y pequeño, peludo y rojo como la pelusa en las orejas de Bobby, pero tan bonito que los hizo erizarse. 

-Es una ardilla. – murmura Crafty pisando un par de veces el suelo. 

-Yo creí que era un flamenco. – le responde Picky por reflejo aunque ella misma estaba encantada con la pequeña criatura. 

Siguió una segunda y después la tercera. 

-Creo que me pegaron pulgas. – murmura DogDay sacudiendo su pelaje antes de sentarse y ver al grupo observar a los tres animales recorrer la celda entre brincos y ese sonido común en ellos. 

Ese mutismo y la magia se terminó cuando estas corrieron directamente hacia Crafty haciéndola gritar y correr aunque tarde, estas ya habían huido por la rendija de aire frente a ellos. 

-¡Me mordieron, me mordieron!- chilla corriendo por la celda. 

-No te mordieron, tu piel es demasiado gruesa, talvez sentiste sus dedos. – 

-¡Que asco, dedos de ardillas!- chilla y se sacude frotándose en la pared. 

La risa que empezó fue la de Bubba, después Hoppy y para su propia sorpresa Crafty se descubre riendo histérica. 

No les duró nada la adquisición del perro pero sirvió para tranquilizarlos. 

Hablar sobre lo que podría cambiar el día de mañana fue mucho más sencillo una vez los humos se tranquilizaron. 

 

 

 

-Sinceramente, no estoy seguro de que vaya a suceder pero no podemos dejar que las cosas pasen sin estar listos para ello. – mira a Bubba moviendo la cabeza. 

-¿Qué se supone que estamos esperando?- 

-Habrá… malas personas dentro de la fábrica… no vienen por nosotros ni quieren ayudar a nadie pero sus intenciones son todo lo que nos será útil para sacar las armas de la guardería y en la superficie. – 

-¿Malas personas?- Bobby deja que sus recuerdos borrosos suban por su columna. – Los niños… no estarán a salvo. – 

-No parece una buena idea. – apuntó Hoppy ya nerviosa, sus garras delatan lo mucho que ese escenario le horrorizaba. 

DogDay suspiro juntando las manos frente a su rostro. 

-Créanme, todo saldrá a nuestro favor mientras me escuchen, chicos. – mira a Hoppy. – No tengas miedo, ninguno saldrá herido mientras este vivo.-

Picky junto la cabeza con Bobby, mirándole de frente. 

-Eso solo nos avisa de cuanto te arriesgaras tu mismo. – 

-No hay razones para que no tome riesgos yo mismo. – 

-¿Y si te mueres? ¿Qué se supone que hagamos nosotros?-

-Sinceramente… pueden esperar a que hagan otro yo o seguir adelante. – 

Dentro de sus palabras venia el veneno de la realidad que les esperaba y sería como cualquier otra granada de tiro, un caos dentro y fuera de los seis monstruos. Reduciendo las opciones a un solo hilo sin final a más que la muerte. 

-Esperas que también muera… y todo ¿Después de lo que hicimos hasta hoy? – 

-Mate a más de una persona… me iré al infierno. – murmura Hoppy juntando las garras. 

Kickin le mira preocupado dejando su asiento, lo único que lo ponía al nivel de sus compañeros en el suelo, para tocar su brazo. 

-Ellos comenzaron, estarás bien. – le prometió a medias, el tampoco entendía lo que era matar o si se irían al infierno. Mucho menos cuando todas esas personas ya les habían hecho tanto daño, ni si hacerlos pedazos seria castigado para los adultos, estaban vivos y era difícil saber si de verdad no se merecían lo que les sucedía. 

-Pues nos iremos juntos, Hoppy. – le prometió DogDay.-Estoy seguro de que no será peor que este lugar y no estaremos solos. – 

-¡¿Porqué te parece tan sencillo o morirte?!-

-Estamos muertos desde que nos cortaron.-

-¿Entonces porque duele? Cuando nos cortan, nos lastiman y nos tocan… ¿Porqué debe doler tanto si estamos muertos?- Picky ahora deseaba poder llorar, sacar este miedo con algo más que solo sus orejas caídas y su voz rotas en piezas discordantes. 

Bobby junta las garras dándole la razón con un sentimiento y así mismo busco la respuesta de DogDay. 

-No lo se… tal vez por eso no me molesta morir, seguro que perder un experimento les dolerá más que perder a un empleado.- revisa sus manos encontrando las cicatrices de el pasado dentro de su pelaje. – Debemos acabar con este lugar hasta los cimientos… hasta el último de sus monstruos. – mira a su grupo nuevamente. – Ya no quiero que nos usen y si en el camino morimos tratando de acabar con ellos, entonces que así sea. – 

-¿Al menos te interesa lo que sentimos nosotros?-

-Les duele, duele cada vez que abren su cabeza o los electrocutado, los estiran y sacan sangre hasta que se desmayan para despertar en la misma habitación donde no han terminado contigo. – su cabeza baja, solo recordando y reviviendo cada una de esas intervenciones. – Prefieren que no grites sacándote la voz antes que ayudarte a dormir y siguen. Una y otra vez habrá algo más que probar o cortar y no acaba, no importa cuanto te quieras escapar, es imposible porque seguimos en sus manos. – estiro las manos para sujetar a Picky por el rostro sonriente. – No puedo permitir más esto, Picky, créeme que hay una forma pero debes ser valiente. – 

El aire acondicionado fue el único sonido que los acompañó. 

Solo pensando en nada y en todo. Temblando o intentando detener sus corazones qué su respiración no se produzca todo con tal de no caer en el terror que les respira en la nuca. 

Lamiendo las heridas de lo que quedaba de un dolor lejano y triste, sin sentido de resistencia o alguna forma de permitir que sanen. 

No había forma de sanar, solo sangrar bajo presión en las manos de lo que podría ser un aliado o un enemigo. 

-No me dejaras sola, ¿Verdad?- le interroga la voz adulta de Picky, una voz bonita y rota.-No quiero morir sola.-

Bobby dejo escapar el sollozo seguida de Bubba. Correspondiendo a la corriente de lágrimas secas el reto como un torrente. 

Aceptando el futuro inevitable al buscar el contacto entre ellos como únicos aliados en las sombras de un destino incierto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Otra vez se están riendo.- 

 

-¿Reportaste las ardillas?-

 

-No, creo que será menos laborioso dejárselo al grupo de seguridad. - 

Las cámaras les mostraban como esos siete robots se reunían en un círculo para sacudirse al ritmo de lo que parecian carcajadas sin control. Efecto de las sonrisas perpetuas, llevando consigo un sentimiento de pertenencia igual a una familia que disfruta de alguna gran broma. 

 

-Envía las diapositivas al grupo creativo. – le ordena al asistente tras hacer algunas copias impresas del video. – Ya podemos imaginar como será la nueva temporada del programa con estos chicos. 

 

Siempre enviaban copias en papel para las referencias que los dibujantes clamaban necesitar… como si dibujar fuera difícil. 

 

-No puedo creer que les paguen más que a mi, ¿Porqué? ¿Es porque hacen chistes tontos? ¡¿Es eso?! ¿No es demasiado aburrido su protagonista? ¡Su DogDay es un fracasado aburrido, Bubba es mejor!-

 

-Además, hay demasiadas chicas. – 

 

-¿Porqué dices eso?-

 

-CatNap es-

 

-CatNap ya no es niña, es mudo por culpa de los retrasos de produccion. – mira al grupo de monstruos irse a dormir en una esquina bien juntitos. – El jefe queria qué metieran romance y un triángulo con la unicornio, algo sobre sus años mozos, pero no se hizo. – 

 

-Pero se-

 

-Son escenas eliminadas, casi todo estaba grabado con un CatNap femenino. – 

 

-… te gustan las caricaturas. – 

 

El otro guardia bajo la cabeza y frunció el ceño. 

 

-Es lo único que sale en el canal de la fábrica, joder. – 

 

-Pues a mi me da curiosidad, ¿Crees que hagan otro animatronico pronto?-

 

De soslayo el guardia observa a su compañero nuevo. Este tonto qué creía que estaba cuidando a unas maquinas. 

 

-Mañana, ¿Quieres que vayamos por unos tragos?

 

-Yo no soy homosexual. – 

 

-Oye… pues yo menos, solo… - mira a las cámaras de Huggy Wuggy justo cuando este golpea su cabeza contra un muro tan fuerte que hizo a la cámara temblar. – Quiero presentarte a alguien, es del departamento de animacion. – 

 

-Las chicas parecen lindas en ese departamento… pues si. – 

 

-No. Esa cara ya me dio asco, olvídalo. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las flores en su celda son la prueba de su salida aprobada por los empleados. No pudo correr ni matar a nadie pero consiguió una piña de pino  y era suficiente para llenar su celda con ese aroma fresco y natural. 

Huggy ya salió beneficiado de estar en contacto con ese perro y ese guardia, no olvidaría a  ese humano y algún día se lo haría pedazos a DogDay sonríe todo sii en este trato el perro no cumplía con su parte.  

Se levanta del suelo de la celda, golpeando su cabeza contra la pared, logrando despertar a su vecina. 

 

Esos ojos verdes qué siente en su nuca le muestran que ya están juntos en esto. 

 

Mañana será un día ocupado. Otra vez molestaron a mi pequeño Wuggy.” 

 

-Si. – observa a la pared, sabe que del otro lado Mommy lo siente de la misma forma y están juntos. 

 

Ese perro se atrevió a molestarte en tu territorio, vaya que es un perro malo ese niño.” 

 

-Si. – su cabeza cae en la pared. - ¿Dejarías pasar a esa persona?-

 

Si mata adultos que sean bienvenidos, pero ¿Y los niños, y los niños?” 

 

-No lo se, ellos sabrán que hacer con ellos.– mira a las cámaras.– No confíes en ellos, confía en mi, Mommy.- 

 

Bueno… Mami confía en su pequeño. Confiaré en ti, mi amor. Así que Huggy debe confiar en Mami, ¿No?” 

 

-Lo haré, no te preocupes. – 

 

Así que el pequeño deberá hacerse responsable si algo sale mal y Mami debe salvar el día.” 

 

Chapter Text

 

 

El día inició con un retrete en medio de los jardines de la guardería. 

Los niños de camino a la escuela le observan entre dudas y preguntas a los cuidadores. 

-¿Porqué el baño de la escuela esta en el jardín?- 

Las criaturas sonrientes fingen y juegan alrededor sin parecer impresionadas por esta cosa fuera de lugar. 

El horario de visitas comenzó una vez se terminó el desayuno y la escuela paso a su segunda clase. 

Siendo los visitantes algunos usuales y entre ellos nuevos asistentes con expresiones novedosas y extasiadas ante lo colorido del lugar. 

 

 

 

 

 

 

La sangre comenzó a correr justamente al medio día. 

 

 

 

Antes de eso el día para Huggy fue tan aburrido como todos los demás. 

Una ola de desconocidos que lo saludan o le miran confundidos por su color y tamaño. Algunas risas por su listón y lo parecido que era a un mameluco. Ese si era un nuevo insulto. 

La persona que ese perro le pidió dejar entrar se sintió tan claramente como ver a un… un… un insecto en su pelaje. 

Cada fibra de su cuerpo le advirtió de cuán peligrosa era esta persona y su acompañante. Ambos tan bien vestidos como cualquiera de los usuales millonarios qué llegaban a ver a los niños como animales de zoológico. El instinto y el sentido común le advirtió y sintió que debería detenerlos y evitar que los niños de la guardería llegarán a estar en contacto con éstas personas… pero no lo hizo. 

Decidió confiar en ese perro y su tonto grupo de tarados, dejando que esos humanos de ojos helados le pasarán por el lado oliendo a pólvora y más veneno. 

Al menos Henery no estaba de turno en el sótano. 

Otra ves piensa en ese humano. 

¡Porque solo a su yo de ese día se le ocurre escaparse para tontear de esa forma!

Aunque no le molestaría volver a tontear de esa manera. 

Ni su locación fue suficiente para evitar que su cabeza se nuble y necesité suspirar para contener las sensaciones dentro de su cuerpo. 

Porqué siente mucha felicidad de solo haber experimentado algo tan intenso. 

-Aahh…- deja salir un poco de su voz. 

El trabajador de paso observa al muñeco después de escuchar un sonido raro de su parte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Espero por tanto tiempo, acrecentado por el nerviosismo que lo hace mirar a los guardias más tranquilos y a los asistentes con trabajadores relajados. 

Así que cuando un guardia abandono su lugar junto a la maseta de plantas plásticas para colocarse en la puerta y guió a las personas a abrir paso para la entrada del equipo que Huggy recuerda tienen armas capaces de matarlo, directamente al pasillo dirigido a la guardería, supo que lo que sea que estuviera planeando el perro estaba resultando. 

Espero por varias horas antes de ver a las visitas de la mañana ser sacadas por seguridad.

Wuggy inclino a medias el cuerpo para ver a estas personas con detenimiento y escuchar lo que decían al pasar entre ataques nerviosos. 

-… los mataron, esos tipos los mataron a todos, ¿Cómo pueden atreverse a traer armas a un recinto infantil?-

El corazón de Wuggy se acelera y trata de entenderles pero solo escucha berreos, quejas he insultos. 

-¡¿Qué carajos paso allá abajo?!- les grita un visitante que no se había ido al estar metido en el baño antes de que comenzará el caos. 

Wuggy se hacía la misma pregunta. 

¡¿Qué paso, qué paso?! ¿Qué? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter 38

Notes:

Un buen plan suele ser solo el ideal de una situación sin control real.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

Habían esperado tanto esta oportunidad, solo esperando lograr entrar a este nido de alimañas y acabar con todo lo que estas personas construyeron a sus costas. Arrancando las posibilidades para sus camaradas, dejando que se pudrieran como gusanos sin extremidades o consciencia. 

Una maldita prótesis eran costosas pero más era seguir con vida cuando la mitad de tu cerebro se quedó en un agujero en la tierra. 

Los doctores y científicos que aquí estaban deberían estar ayudando a los sobrevivientes de la guerra qué armaron esos jefes multimillonarios. 

Es ese rencor el que los hace ver la sonrisa de esa maquina y su saludo como la mayor ofensa en todo el camino a este agujero. 

 

-Muérete, bicho repugnante. – escupió una vez levanta el arma y dispara a la maquina, esquivandola para entrar más al fondo de este nido de ratas y cucarachas. 

 

 

El primer disparo se siente como un solo golpe, el segundo es el que le da la respuesta al cuerpo y este sabe lo que le sucede. El cuarto y quinto apenas los sintió. 

Esto lo descubrieron bastante tiempo antes, en los experimentos de los científicos y las pruebas sobre su resistencia. 

Es el disparo de un arma era lo suficientemente aterrador para hacer que se volviera un lugar tan ruidosos como este un cementerio. 

Esto no era tan exacto a lo que esa persona le dijo que harían al entrar. Ni eran las nueve personas esperadas. 

 

 

Eso pensó el perro con el disparo qué atravesó su mano al momento de saludar a las visitas. 

-¿Con quién fue que hable de esto?- se pregunta mirando su sangre caer al suelo. 

Con la nueva línea de consumidores, habían tres científicos que reconocía. 

Ellos estuvieron el día que Theodore murió y eran sus nuevos encargados. 

Los que les llevaron a pasar todo ese tiempo entre experimentos dolorosos buscando algo que se perdió en el camino sobre sus funciones físicas. 

-… porque mientras nuestros hijos morían en el campo o las calles, estas personas se llenaban los bolsillos fabricando máquinas y juguetes! ¡Se han burlado de los excombatientes subiendo los precios de su medicina, empujándolos a las calles como vagabundos sin apoyo de ningún tipo!-

Escucha lo que estas personas gritaban y no lo entendía, estas no eran las que debían bajar ni las que esperaba ese grupo de control qué se quería deshacer de las armas. Estos deberían estar detenidos ahora o Huggy Wuggy dejó entrar a los equivocados… 

Mierda. No le dijo cuántos debía dejar entrar al cerebro. 

-Creo qué ya se que está pasando. – murmura mirando a las visitas y la falta de otras criaturas. Había dado la señal para retirar a los niños en cuanto la pólvora fue perceptible en la estación del tren y el juego comenzo. -Abrimos la puerta y se metieron unas alimañas.-  

Aun no encuentra sentido en las acciones de esta pareja y sus armas apuntando a las personas mientras gritan sobre Dios y la guerra, no lo entendía. 

Dejar que haga su desastre era lo que planeaba desde un inicio pero esta gente no venía por el objetivo que se había discutido. Estaban haciendo un escándalo sobre cosas que no les correspondían. Busca desde su lugar a cualquier niño fuera de un espacio seguro pero estaba bien, solo habían visitas confundidas y asustadas. 

-¡Creando maquinas ridículas para jugar! ¡¿Qué nos depara si permitimos qué los poderosos nos pisoteen de esta manera?! ¡Poniendo más empeño en juguetes que en su propia especie!-

Debió darse cuenta antes lo que esta persona planeaba pero el segundo disparo le recordó que estaba en un mal lugar, cayendo al suelo más por la sorpresa que el daño. 

Pudo dejarse matar, después de todo ese era el plan. 

Traer armas y crear un fuego cruzado con suficientes víctimas para que las armas fueran sacadas de la guardería y prohibidas en la fábrica. Claro que ese grupo parecía querer algo de él piso de científicos pero eso no le correspondía averiguarlo. Una idea violenta y egoísta que lo hacía sentir una gran culpa pero no por eso se detuvo. Estaba listo para morir si era necesario, aunque también lo deseaba. 

El plan toma forma cuando el siguiente disparo no es de la pareja que se había metido al lugar sino de un guardia y una vez se hizo el primer intercambio ya no hubo tregua. 

Las visitas corrían y gritaban escondiéndose donde fuera posible, buscando las instalaciones abiertas para refugiarse. 

Entre el escándalo de gritos y sollozos adultos, los pensamientos del perro se revolvían con un recuerdo gris guardado hace demasiado tiempo. 

La primera vez que escucho un disparo no fue la noche antes de ver a ese vagabundo con la cabeza abierta. 

La primera vez que escucho un disparo fue la última vez que vio a su padre, amenazando con acabarlos si solo intentaban seguirlo o buscarlo. Él se había cansado de ellos y simplemente se fue dejándolos tirados cuando lo necesitaban. 

Era un hombre grande y tan fuerte y decidido, que no dudó en defender su libertad al apuntar directamente a su hijo mayor incluso si este le estaba suplicando que se quedara y los ayudará. Los sollozos de su mamá abrazándolo o su propia respiración como la única cosa que podía escuchar una vez un disparo habia aturdido su cerebro y fue incapaz de escuchar cualquier cosa. 

Esa noche simplemente se largo ese padre suyo pero nadie salió herido. 

Ahora es diferente. No le habían disparado desde la muerte de Theodore. 

¿Porqué Theodore tuvo que morir?  

Las balas le habían atravesado el torso y pecho, podía dejarse llevar y que la sangre se le acabará sin moverse. 

Debería dejarse llevar por el dolor que desaparece lentamente y ser libre.

Debería ser tan decidido como su padre y largarse. 

-¿DogDay? ¡No puedes quedarte así, levántate!- 

Su mirada sube al ser girado boca arriba y encontrar a Kickin sacudiendole con una mirada preocupada y aturdida. Esa sonrisa no puede ocultar por siempre sus emociones. 

-¡Son solo tres balas! ¡Debes levantarte ahora, Dog!- le grita y lo sacude. - ¡No vas a dejarnos, no vas a hacerlo!- esta vez s voz se volvió violenta. - ¡¡Aun no terminamos contigo, DogDay!!-

Su mano empuja al polo o a un lado. Levanta el cuerpo lentamente, viendo como el caos no ha terminado y parece ir a peor conforme más guardias se unen y las balas no se detenían. 

Aspira y exhala expulsando por la rejilla de la boca las balas. 

Kickin lo soba con el dorso del puño, aturdido por el gran mal humor en esa mirada llena de enojo. 

-Esos dos idiotas… no son las personas correctas. – apunta sin levantarse aún, deteniendo su gesto al sujetarlo. – No se quienes sean.- murmura y revisa su propia mano al compararla con el ave. 

Aun no sanaba, debía ser la quemadura a corto distancia. 

El eco del presente se lleva los gritos de odio de su padre y los sollozos de su hermano. Si podía ser sincero ahora, más que nunca al estar solo y sin posibilidades de ser escuchado por el elefante pudo exteriorizarlo sus sentimientos

-Kickin, la verdad es que… estoy muy celoso de Bubba. – lo deja salir mirando a Kickin. 

Esta ave al fin sonríe de verdad. 

-No creo que pensaras en matarlo por eso. – le coririge algo divertido por eso, su líder celoso era un un motivo para reírse, después de conocerlo por ser un tipo de gustos vagos y sin ambiciones más allá de comida y sueño. 

El gran líder continúa, dejando que su amigo lo escuche y conozca esas partes de sí tan poco agradables. 

-No… en realidad es porque su hermano lo buscó hasta aquí… - suspira bajando la mirada al disparo en su palma. - Me sentí lleno de envidia pero también me dio miedo que Bubba ya no quisiera ser mi hermano. – esos recuerdos más frescos le distraen de ese eco tan claro ahora en su estado.-No puedo renunciar a ustedes, a ninguno de ustedes los dejaré ir.- 

El no era su padre y no se largará. Estará plantado hasta que todos y cada uno de sus amigos se vayan. 

Debe ser el último en irse. 

Kickin observa a este perro tener esa epifanía a la vez que un torrente de vidrios roto le alerta de la caída de una placa del sol falso. 

El ave inclina la cabeza apuntando al lugar al chasquear los dedos.

-Aquí hay un tiroteo, Dog, concéntrate y dinos qué hacer ahora.- 

El lider mira al ave de nuevo.

-Ya te dije que no son los que deberían estar aquí. - 

Sieno guardias quedaba claro cuál era su papel. 

Kickin aún debe gruñir frustrado por la irreverencia de su amigo. Tira de su brazo una par de veces antes de ser liberado de golpe. 

-Seguramente no conocías a los correctos… pero Huggy tampoco podía saber si lo eran. - soba su muñeca adolorida por la presión excesiva.

-¿Hace cuánto estarían esperando entrar?- observa a los guardias perder el control, disparando por error entre sí. – Están asustados. – 

-Si… se ven mal. – empuja al perro para levantarlo.-Los niños están entre Dulce Hogar y la PlayHouse, creo que estarán bien. – 

-No creí que saldría de esta forma. – 

El ruido no se detienen ni aminoran, parecería que solo empeoraba y los guardias estaban perdiendo. 

-¿Recuerdas nuestro protocolo ante afrentas humanas?- le pregunta a Kickin sin apartar la mirada de la pareja que no duda en alcanzar a un guardia y dispararle en el hombro, seguido de su boca. 

-No debemos intervenir. – Kickin junto las manos observando al guardia morir bajo los zapatos del tirador.-Nuestra prioridad es mantener a los niños juntos y a salvo. - 

Las balas hicieron eco y los gritos aminoran. 

Escuchando con atención el canto de los niños en la bodega eléctrica de Dulce Hogar. 

No precia que hubieran problemas con ellos pero en PlayHouse no podía escuchar nada. 

-Ve con Hoppy, y pídele que venga aquí. – 

Su amigo da una ultima mirada al lugar yendo a su objetivo, una vez comprobó que el perro estaba sanando, a la carpa de circo. 

DogDay observa como la situación solo se vuelve peor con la llegada de las armas del segundo piso y a los tiradores esconderse en la torre eléctrica, incluso se atrevieron a arrastrar a algunos trabajadores y asistentes al interior. 

La guardería no era ni la mitad de lo grande que debería para usar este tipo de armas ni tener enfrentamientos así, era demasiado peligroso debido a las instalaciones eléctricas. 

Quedó más que claro cuando la bala de un guardia dejo en las sombras el lugar. 

El grito de los asistentes fue el eco de una oscuridad profunda. 

Para DogDay la oscuridad traía muy malos recuerdos y vivencias llenas de dolor humillante. 

La pérdida de su madre a media noche y la espesa sangre de sus piernas o las muchas peleas de su hermano con los amigos que lo trataban como basura. 

Las veces que buscando dinero se perdió y paso la noche en las calles. 

También cuando la oscuridad no fue tan mala y solo con la presencia de alguien se sintió completo. 

Pedro en las calles con su única pierna y humor extraño, el único adulto que se detuvo para enseñarle algo de lo que se suponía necesitaba saber para sobrevivir. 

O Theodore y su mirada tan profunda. 

En realidad daría lo que fuera por cambiar las cosas. 

Bubba tenía razón, él era arrogante. Pensaba que con dar una orden y mover un par de piezas lograría lo que se propusiera… pero también era estúpido por creer que las personas serían justas y no tendrían otras ideas para lastimar a las personas que debía proteger. 

-Lo siento.- suspira la disculpa que no sabe a cuantos les debía. 

A sus amigos y a su familia, a Pedro y a las personas que ya había borrado de la faz de la tierra. 

Sus pensamientos revueltos lo hacen ver la cercanía de los ojos de plata como un atisbo fantasmal sin forma hasta discernir a su coneja favorita encararlo con un aspecto cansino.

-¿Ahora si puedo matar humanos?- pregunta sin decoro y un movimiento de hombros. 

DogDay le tomo los hombros. Al responder con su voz natural el sentimiento ansioso y divertido hace a Hoppy levantar en alto las orejas. 

-Hay que preguntar. A ellos les gusta que preguntemos. – 

El ruido de la caída de los focos del sol artificial hacen que la risita nerviosa de Hoppy una pequeña canción para DogDay. 

 

 

 

Sangre. 

La pierna de esta persona está llena de sangre. 

-Oh, por dios, dios, Dios… mierda. – exclama apretando la herida de su muslo.- ¡Ayuda, ayudenme!- pide a quién sea pero sus compañeros no estaban en mejor forma.

Habían pasado tanto tiempo cuidando de que las criaturas no se salieran de control, entrenando y en reposos qué sus habilidades estaban oxidadas. Un problema tan grande como aflojar los músculos solo les llevaría a este escenario. 

-¡Alguien, ahora!- pide pero sus fuerzas se van acabando. 

Observa a sus compañeros irse del lugar sin mirarlo más que con una disculpa superficial con un eco de “Aguanta” detrás de ellos. 

El joven aprieta su herida con las ultimas fuerzas que le quedaban, aguantando en su boca el quejido húmedo qué se volvería un sincero llanto. 

Un sonido sobre su cabeza le hizo sentirse muerto mucho antes de cerrar los ojos asustado. 

-Hola. – 

Esa voz lo hace levantar la mirada y ver de sobre su figura a la mascota de la guardería. 

El conejo lo mira de arriba abajo al agacharse a su lado. 

Estas cosas le daban un gran terror, parecían tan vivos que solo podía ser un error quedarse a solas con una de estas. Ya se veía devorado por el gran monstruo y su horrendo destino tomó forma al ser sujetada su pierna. 

-Ahí te duele pero el agujero está arriba. – le informa cortando con tanta facilidad su uniforme, una risible servilleta ante el contacto de esta criatura. – No tiembles niño, solo harás tu agujero más sensible. – le advierte al usar esa misma tela cortada para meterlo en el hoyo de su pierna. 

-¡Mierda, mierda, mierda!- chillo agarrándose de la coneja entre berridos.-Sácalo… por favor… - 

-Me gusta que supliques pero no, esto se quedará ahí. Mira. – lo hizo ver empujando su cabeza abajo. – La sangre se a detenido y estarás mejor. – 

El guardia mira la sangre parar de salir pero el gran dolor y la presión no se iban. 

-Llévalo con los demás. – 

La segunda voz era la del perro que apenas hizo ruido para dar esa orden. 

-… ustedes, ¿Porqué no hacen nada?- pregunta el guardia refiriéndose a la pareja de tiradores. 

El conejo le levanta por las piernas y espalda, igual que a una novia. 

-No podemos, necesitamos que una persona de rango superior en la administración dé la orden, ¿Porqué ustedes no pueden detenerlos si son solo dos?-

La cara del guardia se vuelve casi de papel pero no hizo movimiento alguno para liberarse de la coneja, demasiado sorprendido por el calor de esta criatura y su respiración tranquila. 

El latir de un corazón enorme que golpea las paredes de un torso duro como la misma roca. 

La confusión que le llena junto a la menta fresca le hacen observar el pelaje qué lo rodea y no pensar en lo que le han respondido estas cosas. 

-Están vivos. – susurra apenas para si, dejando que el reconocimiento de hechos se lo trague. 

 

 

 

DogDay camina tras Hoppy. 

Estaban dirigiéndose al interior de la cabina de ingeniería, caminando en los pasillos de hierro con el guardia ya silencioso.

Al llegar a la zona del ascensor se les recibió con la presencia de muchos trabajadores peleando y discutiendo en la bajada del ascensor. 

No escuchaban de que se trataba la pelea pero se resume en ¿Quién merece bajar a un lugar seguro primero? 

DogDay aprovechó que la mayoria a estaba en la plataforma peleando a tirones y gritos, bajando la palanca de control y escuchando como comenzaron a gritar los que se quedaron mientras el ascensor se va. Sellando con los que lograrían ir a un lugar seguro. No sería tan grande la pelea si no fuera porque este nuevo ascensor tardaba quince minutos en bajar y subir. 

-Señor.- llama el perro a los trabajadores. 

Estos lo ignoran o era así hasta que la coneja les tiro encima al guardia. 

Atraparon al herido pero la caída fue suficiente para que se fijarán en el par de gigantes. 

-¡Son unos estupidos-

DogDay chasqueo los dedos llamando la atención a su dirección y no a Hopp. 

- ¿Podemos encargarnos nosotros? Los guardias estan asustando a los niños. – 

Lo pregunta sin peso, sin interés. Hizo de este preicamento una situación tan nimia como la caída de un sandwich. 

-¡¿Qué?! – gritan sin saber bien a qué. 

Este perro coloca los brazos en su espalda, apuntando a la dirección de los disparos para evidenciar el problema del que hablabay los cuestionaba. 

Hoppy al fin decidió dar de sí para comunicarse con los humanos. S suponía que dos voces hacían la tarea. 

-Sabemos que no podemos intervenir en eventos de trabajadores… pero parecen necesitar ayuda. – ofrece y opina la coneja, mirando a un lado a DogDay. 

Parecía lógico enviarlos pero cualquiera con dos dedos de frente veria los riesgos de permitir tal encuentro. El intentar poner a las criaturas en un enfrentamiento contra humanos con el mismo tipo de defensa qué los guardias de la fábrica parecia de todo menos inteligente. 

-No, ustedes no deben intervenir-

DogDay levanta las dos manos para restar peso a los disparos de fondo. 

-Solo necesitamos que bajen las armas… pero si es demasiado grosero de mi parte intervenir, me disculpo y dejaré las cosas en sus manos, amigos. – les da una disculpa dando un toque cito a su amiga en el hombro.-Es solo que el señor Ludwick a estado delicado de salud y estos incomvenientess podrían hacer que se agite. - mueve la cabeza lamentando la negativa. 

-Entonces podemos confiar en que la técnica de dispararse entre guardias dé sus grandes resultados. - celebra aplaudiendo tres veces al girarse de camino a la salida. -Me preocupa que nuestros compañeros estén tirando jugo de arándano. - la coneja los apunta con ambas manos ya con una pata de camino afuera, mirándolos de nuevo. -Recuerden que pedir ayuda es otra forma de ser amigos, ¿Verdad, DogDay?- les canta con su voz infantil. 

Las sombras de la energía eléctrica abandonándolos en este preciso momento hace que sus ojos se cieguen y solo les quede como referencia en la penumbra esos ojos de plata. Cosa qué en su desesperación pueden percibir como piadosos y amables. 

Ese perro le acompaña con su voz madura, más como un hombre confiable a un juguete indiferente. Llevando de nuevo sus brazos a la espalda. 

-Solo recuerden que los Smiling Critters somos sus amigos.- lo asegura. 

Có una señal ambos comienzan su camino de retirada. Despidiéndose la coneja con una mano en alto. 

Las manos de la coneja se ven tan suaves a pesar de sus garras. Era lo que necesitaban, lo que venia a salvarlos… solo necesitaban confiar. 

Solo era algo para confiar. 

Confiar. 

-Esperen. - los llama el coordinador de su sección. Guando junto a otros empleados para fijar sus miradas sobre el jefe de seguridad. 

Ambos quedaron a medio paso sin moverse. Esperando la respuesta. 

El coordinador , cuyo brazo ya tenia una herida atada, levanta su radio dando una orden a los guardias en la guardería. 

-Detengan el fuego y… dejen a los sonrientes el resto. – 

Los ojos de los dos parecieron brillar más que antes al exhalar el aire contenido con el vaho espeso. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las balas ya se habían consumido hasta la mitad. Eso es un detalle en las bolsas de sus sacos. 

Habían ocultado en su ropa suficientes balas para un ejército pequeño pero las fuerzas del lugar eran mucho mayores a las esperadas. 

-¿Qué crees que guarden en este lugar?- se lo pregunta y también a su compañero. 

Observa por un segundo a su compañero, el pobre tonto que se tuvo que poner la peluca para pasar por mujer. 

-La cura del cáncer, talvez. – gruñe y apunta directamente a la cabeza de un visitante que se a sobaba detrás de uno de los cartones de la muñeca rosa que vieron en la zona del tren.-O el supositorio más grueso de la tierra. - 

-Creo que hay que ir a donde fueron los trabajadores. – le apunta a la dirección que parece ir a alguna zona importante. - Debe haber gente importante en ese lugar. - 

-Si vamos allá, nos darán un tiro… - arranca la peluca de su cabeza. – Vamos a la casa. – 

-No, allá solo habrán niños. – 

-¿Y que si son niños? Estos malditos trajeron animales de nam… malditos animales hasta mi casa. – 

El segundo observa a su compañero tirar su peluca logrando que algún tirador se delate al disparar y en respuesta este sale y dispara directamente a la dirección de los disparos. 

Observa sus propias manos. Exactamente a la falta de uno de sus dedos y las quemaduras en la poca piel fuera de la manga del saco viejo. 

-¿Vienes?- lo llama su compañero. 

Dejo las dudas y siguió a su compañero a cargo, siguiéndolo bajo el fuego. 

 

En ello y su apresura por correr no los deja percibir las balas al detenerse el fuego. 

 

Avanzaron en silencio con rápidas pausas para cubrirse, siguiendo las señales que les llevaban a la casa. 

La puerta estaba cerrada pero la patada de el segundo la tira al suelo haciendo eco. 

Miran al lugar igual que un loco buscaría manchas de su pasado en una hoja de papel. 

En la tarea no pueden evitar distinguir la cabeza de un cerdo asomándose a medias por un pasillo. 

El sentimiento que les recorrió fue tan helado como cualquier otro de los encuentros que tuvieran en la ciudad que sitiaron, encontrando a un asesino qué les miraba igual que a cucarachas. 

Por reflejo la solución a esa incomodidad era disparar para librarse de ello. 

El monstruo retrocede.

Escuchando una risita femenina una vez se fue. 

-Es una maquina, no vale la pena. – le detuvo el primero, la falda se rompió al detenerle, haciendo que miren a su pierna llena de cicatrices. 

-Son unos buenos miles de billetes. – le corrigió haciéndose soltar para ir y tras la maquina.-Definitivamente les dolerá más perder estas cosas que a cualquiera de las cucarachas de uniforme. – 

El segundo lo sigue observando a las rejas metálicas qué fueron pintadas con el sol.

Reconocía el sol, había visto que en la caricatura de esta compañía le pertenecía al perro líder. Algo interesante que este lugar este marcado por el sol que nunca llegaría más que como un juguete. 

Serie qué le parece desmejoro desde la entrada del gato mudo qué ni género parecía tener. 

Salió de su letargo por un sentimiento que subió por su columna, advirtiendole por haber dejado solo a su compañero. Corre apuntando adelante, justamente para ver en una fracción de segundo lo que casi ocurría. 

Ese cerdo rosa estaba justo a espaldas de su compañero, a punto de aplastarlo con las afiladas pezuñas. Su dedo fue más rápido que su mente para darse cuenta de cuán grave era la situación. 

Esta cosa chilla y corre, las sombras de lo que fue su figura hacen al tirador paralizarse una vez se liberaron de ese monstruo. 

-¿Esa cosa quiso matarme?- pregunta sonriendo el segundo, revisando su cuerpo intacto. 

-¿En que putas te distrajiste?- le reclama al superar el susto. 

-… mira. – le apunta al muro. 

Entonces el primero observa y su cabeza se llena de dudas. 

El muro estaba pintado con salsa de tomate mostrando unas palabras algo absurdas. 

“Gracias por la comida” 

La mirada de ambos se encuentra y comparten una sonrisa incredula, cargan y avanzan de vuelta a la sala. Preparándose para no caer al destruir las tablas. 

Ambos apuntaron al suelo, por experiencia sabían que las personas se escondieron en un lugar cerrado y no hay nada mejor en ello que el sótano. 

Debe ser como pescar en un balde de agua pero a cambio es como un suspiro el verse sorprendidos, atravesaando la puerta que habían dejado abierta, rodando fuera de la casa con el arma bien agarrada en sus brazos. 

Levantan la cabeza para buscar en el interior buscando a sus atacantes. 

Lo que ven es el rojo cuerpo de un oso alegre, cerrando con ambos brazos las puertas con fuerza resonante. 

Tras digerir lo sucedido se levantan con el rifle, que habían amarrado a sus brazos en manos, observando al lugar como lo hace un tonto. Recordando en un momento que estaban al descubierto. 

Dispararon antes que averiguar su estado, tirando los últimos pedazos de un sol falso. 

Corren directamente a las oficinas. O lo harían. 

De estas surgió de golpe el gigante celeste abriendo las puertas algo que no pueden ver dentro de el lugar, esta cosa gigante aparece usando la cadena de la campana para casi aplastarlos con un latigazo. No había forma de contraatacar eso sin detenerse a regalar un impacto directo. 

Incluso si lograron dispararle y esta cosa se hizo un paso atrás agarrándose el pecho, esa cadena no la detuvo y casi los cortaba a la mitad. El sonido del aire al abrirse y las piedras del camino partiéndose no hicieron más que remontarles a las carreras detrás de las instrucciones de un coronel que no se atrevería a tocar el mismo campo de batalla, dejándoles morir uno a uno. 

La desesperación hace al primero disparar sin mirar atrás. Escuchan el grito distorsionado y la cadena se detuvo justamente cuando logran ocultarse en la entrada a la jugueteria.

-Oye… - lo llama su compañero. 

-¿Que?-pregunta Revisando el roson qué esa cadena le dio y lo muy dañado que quedo su brazo.

-Esto es divertido. – la cabeza del primero se ve relajada y no como si unos monstruos lo hubieran golpeado ya dos veces. – Te digo algo… creo que esas cosas sangran. – 

El segundo gruño mirando ahora al edificio y las puertas completamente abiertas. 

Sus ojos pueden ver la figura, la sombra, de ese caballo blanco esperándolos en el interior. 

Es muy graciosa la sola idea de que ellos entrarían a ese edificio sabiendo que esa cosa estaba dentro. 

Los dos cerraron las puertas y observaron al lugar vacío, solo les quedaba ir a la escuela o entregarse. 

Entonces irían a la escuela. 

Esta vez caminan observando el recinto con un sopor qué al fin les hace apreciar los detalles del lugar oscuro que venían a destruir. Las nubes falsas , las luces apagadas y el césped sintético. El aire encerrado y seco. La gran falta de oxígeno y el espacio reducido. 

-Este lugar parece una prisión. – apunta el segundo al procesar el único modo de salir detenido en donde no podrían usarlo.-No… creo que es más bien un ataúd. - 

-¿Quieres decirme que estamos muertos desde que entramos?-

 - Así es. – 

No fue ninguno de los dos. 

A sido la dulce voz femenina la que los sobresalta al resonar justamente sobre sus cabezas. 

Esa coneja los atrapa por el cuello para estrellarles contra el suelo y en solo un impacto les ha abierto las narices como grifos. 

El arma aún pueden dispararle y ella debe alejarse, dejándolos en el suelo con la cara llena de su propia sangre. 

Estarían un poco locos y perturbados pero eso no es suficiente para hacerlos afrontar lo sucedido con calma. 

Disparan desde el suelo a cualquier cosa que se parezca a ellos, incluida la torre donde las siete criaturas saludan al horizonte. 

Corren juntos a la escuela. Al menos uno lo hizo. 

El segundo a sido aplastado contra el suelo al ser alcanzado por las patas de la criatura amarilla, esta lo atrapa y sin pensarlo arranca la correa de cuero qué había atado al arma, para no perderla, llevándose en ello una gran parte de su piel desprendida. 

El grito alerta al primero y puede ver a esa cosa amarilla usar esa misma correa para amordazar y arrastrar a su secuaz. 

Este monstruo amarillo era mucho más pequeño y claro que podría adivinar donde estaría su cerebro, solo para volarlo en pedazos. 

Apuntó listo para descargar el cartucho entero.

Si tan solo su brazo no hubiera sido arrancado y él no fuera levantado por la cabeza, igual que a un conejo muerto lo cargaron en esa gran mano para mirarlo de frente. 

-Te ves tan cansado. – apunta el perro mirando al tirador. – Gracias por servirnos. – le susurra antes de patear el brazo desprendido y recogerlo en ese movimiento. – Kickin. – lo llama viéndolo con el segundo. 

Ambos comparten esa mirada antes de ir a la zona de empleados. 

Si, ese era el siguiente paso. 

No ver todo rojo y caer al suelo al mismo tiempo que Kickin. 

Escuchando a Hoppy caer del techo de la torre. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Nuestros guardias causaron daños por doce millones en un lapso de cuarenta y cinco minutos, perdieron el armamento base y se teme que algunos, por no decir la mayoría, de los contactos sean fuego amigo. – voltea las páginas que le mostraban la gravedad de daños. – Los sonrientes sufrieron daños considerables y muchas de las balas fueron de nuestros guardias. –

-No puede ser… - 

-Lo es, señor. – mira a los trabajadores que luchan de fondo para recolectar las responsiva firmadas por los visitantes y los contactos que deberían utilizar para mantener en silencio lo sucedido. 

-¿Algo bueno?- pregunta recargándose en su puño. 

La asistente pasa página por página, al menos doce páginas de informes negativos pasaron frente al hombre. Terminando con lo que solo se podría describir como un demo. 

-El gas rojo, es perfecto. – 

-Asombroso… ahora hagan algo útil con eso. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Podrian lograrlo? Talvez no enteros.

Chapter 39

Notes:

Gracias por leer y perseverar hasta ahora.
Hoy es 8 de agosto, el día de la alegría se efectúa.
Y ayer fue mi cumpleaños.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Era interesante estar con sus amigos cuando todos dormían. 

Los ve tan desparramados que podrían estar muertos y de alguna forma eso le parece divertido. 

Hace días fue el último gran acto de los planes de el líder interino de los Smiling Critters.

Era gracioso… ella de verdad pensó en morir ese día y lo esperaba… lo deseo con ansias, como un dulce prometido. Morir en esa afrenta sonaba como un pequeño anhelo. 

-¿Picky?- 

Gira un poco la cabeza para ver a su compañero y sus ojos cansados. 

Bubba, a diferencia de ella y sus buenos reflejos, había logrado recibir una cantidad inaudita de balas en varias partes del cuerpo, al igual que su brazo se vio pellizcado por la cadena que se atrevió a usar. 

-Te viste muy guapo cuando saliste de las oficinas con todo ese frenesí de macho indominable. – le apunta sin molestarse en usar la voz madura. 

La cabeza del elefante comenzó a hervir y esos ojos tan sinceros se llenaron de sentimientos. 

-No pensé diferente de ti… eres muy rápida, llegaste a Dulce Hogar aunque estabas en PlayHouse… porque sabias que Bobby no podría hacerles frente sola. – 

-Eso… - en sus rodillas recarga el mentón. – Yo quería hincarles el diente pero no lo hice… - 

Bubba no está atención a esa parte de la historia de Picky, no le importa nada de eso, solo le interesaba la chica frente a él. 

-No debías hacerlo y por eso tomaste la decisión correcta. – afirma seguro. – Tu eres mejor de lo que piensas y esa decisión fue la mejor, con tantos testigos a nuestro alrededor, decidiste seguir con el acto.- 

La figura rosa inclino el cuerpo en la dirección contraria. 

-No es normal en mi… decidir de forma correcta. – observa a los demás dejando a los sentimientos salir con su voz a falta de lágrimas. – Lo siento mucho, Bubba. – lo mira inclinando la cabeza. – Perdóname por tocarte sin permiso, lo siento mucho. – 

El elefante endereza la espalda. Ese evento era serio. 

-No importa, Picky, eso-

Picky sacudió la cabeza cada vez más arrepentida. 

-Si importa, sé que importa y aún así lo hice. – su pezuña rosa su propia cabeza. – Yo sé lo que se siente que te toquen y aun así lo hice…y… y… ¿Sería lo último que vivieras de mí tan horrible?- su voz se quiebra. – No quiero que me recuerdes de esa manera, no de esa forma. – bajo la cabeza volviendo a cerrarse en sus rodillas.-Seguro quisiste vomitar por mi culpa. - 

La pata del elefante rosa su espalda sobando la afelpada pelusa en su nuca y columna, era un peluche tan espeso en las zonas más interesantes. 

-No. Picky, admito que me asustaste pero no te tuve asco.- su cabeza se calienta observándola levantar la mirada. – Eres muy bonita y… oh, vamos. Siempre me has gustado pero no puedo ir tan rápido, no sé cómo ni sé si seré bueno o si en realidad haré algo que no te guste. – sus ojos bajan por ese rostro rosa, llegando a sus pezuñas.-Porque… ¿Tan siquiera podemos tomarnos de la mano?-

Picky levanto el brazo haciendo que Bubba baje el propio para juntar la gran pata plana y la pezuña, encontrando un espacio donde ambas podían fijarse igual a piezas de un rompecabezas. 

-Se puede. – afirma Picky levantando la mirada lentamente. – Solo debemos estar muy juntos. – 

 

 

A unos metros cierto perro se aprieta las orejas y cierra los ojos esperando volver a dormir para huir de lo privada que era esa conversación, además de sentirse demasiado avergonzado de escucharlos arreglar al fin ese problema. 

Había pasado mucho tiempo preguntándose si debía intervenir o si dejarlos arreglarlo por si solos era lo correcto… al parecer dejarles tomar sus propias decisiones fue lo mejor. 

-En realidad… Picky… llevo pensando mucho tiempo en que te quiero comer completa. – 

DogDay abrió los ojos y su cabeza hirvió nada más escucho eso. 

 

 

Picky abrió mucho más los ojos al sentir el calor agradable recorrerla por primera vez bajo la linda voz de Bubba. 

-¿Cómo me comerías?- pregunta temblando ante los sentimientos que la hacen hervir de emoción. No es saludable cae e n el deseo de ser valorado por el juicio de alguien más pero podía ser adictivo tomar ese aprecio para darle fuerza a su propio deseo. 

Esa misma emoción sacude al elefante pero no con más miedo, dejo salir algo guardado hace tiempo. 

-A veces no lo sé… y otras sé que quiero comerte de abajo arriba, quisiera tenerte en mi boca y saborearte, quiero que te derritas en mi boca y no logres salir. – 

Picky ansiosa estira el cuerpo para cortar la distancia entre ellos. 

-¿Entonces si te gusto? ¿No te doy asco? ¿De verdad te parezco bonita? ¿Te gustó, Bubba, te gustó?-  

Esa desesperación comienza a diluirse y caer por su boca igual que una cascada. La saliva que escapa es poca pero su calor es idéntico al hervor de una olla. 

Este es detenido por el elefante, limpiando su boca con el dorso de la pata. 

-¿Y yo?- pregunta Bubba apuntando a su propio rostro, contagiado por el calor que el vapor les cubre. - ¿Te gustó, Picky?- la atrae a su encuentro al presionar su pata en su cintura. 

Picky limpia su boca temblando ante él ansioso ataque nervioso qué amenaza con superarla. 

-Si… yo creo que eres muy bonito, me gusta tu color azul y como hueles… me recuerda muchas cosas buenas. – con la pezuña libre toco la trompa del elefante.-Eres muy guapo. – 

-Y tu eres hermosa. – 

La única forma de sacar lo que les recorría fue terminarlo con un abrazo tan grande como se pudiera y tan íntimo como sus cuerpos lo permitieran, dejando de lado cualquier otro sentimiento o vergüenza. Solo un abrazo para cerrar de una vez esa herida continua y sin fin. 

 

 

 

DogDay ya se había rendido y solo esperaba el momento menos grosero para levantarse y fingir que no había escuchado nada. 

-Ya pueden follar, cumplen quince este año. – 

No solo la pareja se sobresalto, también Dog se delató al saltar y mirar a la unicornio qué en algún momento había llegado a un lado de ellos y los miraba fijamente. 

-CraftyCorn. – la regaño DogDay. 

-¿También estabas despierto?- pregunta Bubba con la cabeza hirviendo. 

El perro volvió a acostarse. 

-En realidad yo también lo estaba. – avisa de fondo Bobby. 

-Kickin y Hoppy… - Crafty los pateo pero ambos seguían bastante dormidos. – Los dos no son tan entrometidos como cierto perro voyeur. – 

-No soy un pervertido.- se defiende cubriéndose los oídos.- Solo desperté y no podía volver a dormir.- 

-Pasaste demasiado tiempo haciéndonos chistes pesados, mejor cállate y aguanta. - 

Mientras Bubba hundía el rostro en sus patas, Picky observa cada uno de sus amigos pasando de esos rostros siempre alegres a sus ojos. 

Esas sonrisas eran reales. 

Dicha calidez mo le duró al líder. 

-¿Cómo se folla?- pregunta buscando la respuesta en el líder. 

Inmediatamente la cabeza de todos se giró en dirección a DogDay. 

Dicho perro ni se molesto en voltear, demasiado avergonzado para responder. 

 Algo que resultó ser correcto. 

Las puertas resonaron sacando a la pareja durmiente de su sueño tan pronto como los recuerdos de lo que sucedería cada vez que esta sea abierta. 

Todos retrocedieron colocándose de espaldas a la pared para afrontar lo que sea que viniera por ellos. 

Su líder es el ultimo en acercarse y ponerse al frente sin dudas en sus hombros caídos, al igual de los brazos qué deja colgar para agacharse y verse menos intimidante al cubrir a sus compañeros con su cuerpo. 

-Buenos días, chicos. – resuena el saludo de las bocinas sobre sus cabezas. 

-Buenos. – saluda Hoppy al haber pasado meses siendo ella la portavoz. 

El perro no se vio interesado en ello, solamente observa a las puertas abriéndose frente a ellos.

-Vengan con nosotros. – 

 

 

Caminar a las pruebas era algo que solían hacerles hacer. 

Así que esta no era una sesión de estudios. 

Su grupo viene a su espalda, manteniendo lo mejor posible el círculo que protegera los más débiles, un acto que usaban cuando la situación era desconocida y parecía que se presentaran a un examen muy distinto. 

Uno que venía con el aroma de las otras criaturas. Las habían transportado antes que a ellos fuera del piso de celdas. 

DogDay al igual que Hoppy se colocaron de punta a punta en silencio sin hacer ninguna señal. 

 

 

Dicha acción ya la habían visto los guardias qué los guiaban pero ahora, tras el atentado y todas las pérdidas sufridas por las armas el ver el orden de estas criaturas tan natural les hace recordar la descripción del jefe para estas cosas. 

Los había llamado guardaespaldas, les pareció hilarante imaginar que estas cosa tendrían interés en entrometerse en un enfrentamiento con lo que pensaban les daba tanto miedo como las armas, ahora esa duda era peligrosamente cercana a ser aceptada por los trabajadores como una realidad y no como un chiste lejano. 

El pensar que podrían depender de estas máquinas, para los trabajadores de la superficie, era insólito. Después de todo eran payasos y niñeras, sonrientes hasta el ridículo . 

Ni siquiera la cara de payaso de Huggy Wuggy o Kissy Missy les parecían tan patéticas. 

Pero eran cosas organizadas y listas.

Les tenían miedo pero eran obedientes. 

Es la acumulación de años de obediencia y sumisión de estas cosas las que los llevan a este escenario. 

 

 

Los estaban llevando a la superficie. 

DogDay temía lo que podrían hacer en el lugar o si los enfrentarán a las criaturas de la superficie, otra vez. 

Más al bajar el ritmo del tren un aroma faltante en el aire los hace aguantar una exhalación grupal. 

-No hay pólvora. – susurra Picky después de oler el lugar al que el tren les llevaba.

No estaban tan libres, aparte de apretarlos entre vagones , los habían atado del cuello a una cadena unidas a sus collares de hierro, dentro de los vagones pero al menos les permitieron no ir en la tabla de siempre. 

No habían armas. Eso era lo que les parecía importante. 

Hasta que el segundo elemento les hizo mirarse entre todos. 

-¿Que nos van hacer?- murmura Bobby bajando las orejas aterrada ante la gran cantidad de voces humanas y ruido que venia de ese lugar. -¡¿Para que nos llevan?! - el miedo no puede guardarse por mucho más tiempo dentro de ella. 

El perro toma la cadena en su mano. Comprueba los soles idénticos a su collar en los eslabones. 

-¿Las suyas también son de colores?- les pregunta tirando suavemente de esta sin romperla, esto le permite medir la fuerza del metal. Esta cadena no era más que un adorno de hierro incapaz de resistirlos. 

No era para retenerlos.

Kickin revisa y encuentra las figuras de su collar en los eslabones. 

-Si… - responden aparte de él algunos más, mientras otros simplemente asienten.

DogDay baja los hombros deprimido en su entendimiento. Atrapados por una cadena frágil y colorida. Solo podía significar una posibilidad la que enfrentarian.

-Hoy… será un día largo, amigos. – dice en un tono agotado.

Bobby apretó en su puño la cadena. 

-¿Será malo?-

Hoppy bajo las orejas hasta su cabeza. 

-Ellos … ¿Qué quieren hacernos?- lo cuestiona temblando ante la presión sanguínea aumentando bajo su pellejo. 

La mirada de Crafty al fin deja de parecer un reproche. 

- ¿A qué te refieres?- le habla a Hoppy. 

-Dog. - 

El lider apretó los puños apuntando los con una mano abierta. 

-No habrán armas… ¿Entonces qué quieren hacer?- mira al techo del tren y las antiguas lámparas amarillas.- ¿Qué piensan que deberíamos hacer?-  

El malestar por estas sombras lo recorre odiando cada segundo que se queda con esta cadena al cuello. 

Sus amigos comparten una mirada nerviosa. 

Picky observa sus pezuñas una vez entendió la pregunta y las consecuencias de tomar una decisión egoísta. Reconociendo con el aroma de Bubba a su lado, lo que ese día Hoppy sentía, el porqué la más fuerte de ellas no quiso pelear hacía años. 

Eran completamente capaces de pelear y matar a los humanos que se les cruzaran pero ¿Y después? ¿Qué harían con los que escaparan y pidieran ayuda afuera? ¿A dónde podrían correr? ¿Y si uno de ellos se quedará atrás y lo atraparan?  

 ¿Y si a Bubba lo atraparan y lo torturaran por culpa suya? ¿A ella?

El pensamiento es recogido por cada uno de ellos, masticado y escupido como el veneno en la comida. 

-Hoy no, Dog. – 

Sus amigos tomaron la decisión tras meditarlo. 

La cadena en su cuello se volvió más pesada que antes. 

No quería decirlo… él solo quería pelear pero no podía hacerlo solo ni dejarles desprotegidos si lo mataban. No quería ser ese tipo de cobarde. 

Tampoco les deparaba iun buen final cuando a sus amigos les daba miedo salir de la fábrica por si solos. 

Solo podía seguir resistiendo y encontrar cómo hacer algo con lo que fuera que les pusieran enfrente. 

La estación les hizo bajar la cabeza ante el grito de tantas personas a la vez. 

Gritos jubilosos al igual que aplausos. 

Crafty fue la primera en levantar la cabeza pero solo ve una gran cortina. 

Varios trabajadores llegaron a sacarlos del tren, eran más cercanos al funcionamiento de Huggy Wuggy así que ver un palo eléctrico les hizo retroceder por instinto. Ni siquiera haber hablado antes sobre cómo procederian lo ayudo a soportar ver esa cosa dirigirse directamente a ellos sin provocación, haciendo que su cuerpo se levantará listo para aplastar esa cabeza en el puño. Este empleado apenas procesaba la primer amenaza antes de ver al perro reaccionar tan pronto. 

-DogDay. - tarde Bubba intentó detenerlo.

No podían prever qué el líder estuviera tan alterado, no lo esperaban. 

Una voz adulta interrumpió cualquier escenario que fuera a suceder. 

-¡Saca esa basura de aquí!- 

El coordinador de la guardería bajo de otro vagón y su tabla golpeó al trabajador antes de llegar a ellos. 

-Chicos, lo siento. – exclama al ver su estado nervioso. 

Bubba sentó de nuevo al perro al empujarlo con la pata, simulando enderezarse sin romper el contacto visual con el perro. 

Dog no se veía mejor. No había tenido control de si mismo y casi arruinaba todo por lo que trabajaron. 

La mirada de su grupo lo pensaba de otra forma. 

Si el líder comenzaba… ellos no dudaría en ayudar… pero el miedo a comenzar por si mismos les dejo entumecidos. 

Solo deseaban que DogDay no los obligará a pelear justo ahora. 

El coordinador tenía una imagen de sus criaturas, si, ahora mismo no podía estar más orgulloso de ser el coordinador de la guardería, y mostrar a la superficie qué estar pisos abajo no era sinónimo de su capacidad. Mostrando un moviendo qué los de la superficie no tendrían con Huggy o Kissy, toma del gancho las cadenas de Bobby al igual que la de Kickin para tirar suavemente de ellos. 

-Los trajimos para que diviertan a los invitados, y demostrarán sus habilidades. – les sonríe al instarlos a salir. 

Solo por una fracción de segundo, Kickin dio una mirada a a Hoppy antes de salir del vagón. 

Ese contacto fue tan sutil, solo para ella. 

El sentimiento en ella se volvió tan pesado como lo sería el dolor de volver a ser pisoteada sin poder oponerse a la humillación al ver a Bobby bajar la mirada una vez la pusieron de pie y fue fotografiada junto a Kickin. 

 

DogDay se los dijo : Este sería un día muy largo para ellos. 

 

 

 

 

 

Los trabajadores que habían batallado con Mommy desde hace años observan a las criaturas de la guardería con algo de sorpresa por su paciencia al momento de obedecer sin rebeldía alguna. 

Lentamente cada uno se puso de pie viéndose como ganado a espera de la guía, algo imposible con Mommy a quien necesitaban corregir varias veces antes de que le trajeran niños a los que entretener. 

-Dejen la cadena, servirá para reubicarlos en caso de que se pierdan. – 

Estas criaturas tenían su propia forma de formarse y su coordinador no les interrumpió al verlos colocarse unos junto a otros. 

Entonces la cortina cayó y las cámaras brillaron sobre ellos.

Una entrevista a las víctimas del tiroteo, algunas declaraciones y palabras de parte de los trabajadores. 

-¡¡Para terminar tenemos a los héroes de la guarderia!! ¡¿Qué piensan sobre sus acciones, amigos?!-

La pregunta fue para los siete animales de peluche y es suficiente para hacerlos reírse. 

Ninguno hizo algún sonido.

-Como vieron, los Smiling Critters, son tímidos pero no son la creación de ningún cobarde, ¡¡Demostrando el valor de todo hombre de nuestra gran nación, el héroe que creo está gran compañía Elliot Ludwick nos acompaña a todos hoy!!- apunta arriba. 

La cabeza de las criaturas se movió para ver al hombre en lo alto de las barras de hierro que hoy son adornadas por papel y juguetes. 

No. 

No era papel.

 Eran las extremidades super estiradas de Mommy/Daddy Long Less , contorsionados hasta el desconocimiento para ser parte de la decoración. 

Es el hombre orgulloso de tal escenario repugnante el que saluda desde lo alto con un solo movimiento de manos. 

Exactamente el mismo saludo que Huggy hacia permanentemente en la entrada. 

El perro desvío la mirada y buscó entre los asistentes. 

No lo encontraría hasta que ese monstruo azul llega por un lado levantando la mano con algo en ella. 

La cadena. 

Ser un perro se volvió más real que nunca para DogDay al ser llevado como una mascota frente a todos los humanos. Su mirada chocó con ese monstruo, descubriéndose tan vacío como él mismo. 

Ahora que lo pensaba… Crafty tenía razón, hoy cumpliría quince años, ¿No? 

 

 

Como quisiera comer pastel. 

 

El recuerdo de algo tan importante se queda atrás junto con su capacidad para seguir presente al ver a Boxy en los pasillos y saber que la cadena en su cuello sería la nueva forma en la que serían percibidos por los otros experimentos. 

Los seis restantes sintieron como algo que creyeron muerto se retorcía y los hacía sentirse completamente desconectados de la realidad. Un eco de voces he imágenes borrosas que se movían al fondo de sus cerebros.

 

 

Su dignidad está siendo pisoteada. 

 

 

 

Puede que todos fueran llevados de la misma forma pero por trabajadores, ya no estaban presentes. 

Puede que Crafty reconozca este sentimiento como la más pura humillación y se escribiera como su momento más vulnerable. 

Quisiera llorar pero solo se dedicó a reproducir las grabaciones. 

La segunda cadena en ser tirada por un monstruo es de Hoppy viéndose guiada por Kissy fuera de este escenario al igual que el perro para ser llevados al centro donde visitantes corrieron para conocerlos y fotografiarlos. Su mirada tuvo un choque con Kissy. 

El dolor en esos ojos era solo para sentirse aún más fuera de sí, siguiendo la cadena que la llevaba por los asistentes. 

 

 

 

En realidad las personas disfrutaron mucho de esta entrevista que se suponía sería para destruir a la empresa pero se convirtió en un circo donde criaturas mecánicas eran tratadas como héroes nacionales y el ruido de música de jazz se mezcló con un baile por parte del elefante y la cerdita. 

El absurdo se carga de risas. 

 

 

 

La compañía transformó lo que debía ser el fin de sus acciones en un gran festival. 

 

 

Las risas de los asistentes no dejaban a los periodistas hacer preguntas ni lograr que su trabajo profundice en la oscuridad de este ataúd. 

 

 

 

 

 

 

En la entrada a la estación el joven que habia buscado a su hermano hasta el infierno observa el escenario creado al liberar el espacio de la estación para reunir a tantas personas y niños como fue posible. 

Sus ojos comienzan a humedecerse y necesita recargarse en el muro a su espalda para contener la rabia que lo corría mientras a su hermano lo usaban como a una mascota o incluso menos que eso. 

 

 

 

 

 

 

Las armas se fueron pero no sin probarlos por una ultima vez al exponerlos a este ambiente ruidoso y desarmado. 

Ninguno de ellos bajo a la celda sintiéndose en lo más mínimo satisfechos. 

El peso de haber sido llevados por cadenas frente a todas las otras criaturas de la fábrica era tan grande como para romperlos y quedarse en silencio en la celda, sin ánimos ni para buscar a otro. 

Solo necesitaban descansar hasta de ellos mismos. 

 

Notes:

Este capitulo sella a los sonrientes.
No esperemos ver más a los niños.

Chapter 40

Notes:

Han sido pacientes.
Gracias.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

La cocina era más pequeña ahora. 

Era una de las observaciones que podrían apuntar con seguridad que se hizo más pequeña, porque toda la guardería era gigante ahora. Era enorme. 

Igual que el dibujo de un niño en una pintura con dimensiones absurdas y poco realistas. 

La casa era mucho más grande en todo sentido. Con pasillos extensos y amplios. 

Bubba podía entrar en ella y estar con los niños. Tanto como lo hacía Picky, aunque ella les expresó repetidas veces que por sí misma no volvería a entrar a ese espacio. Así que si se morían y necesitaban ayuda lo hicieran en el patio porque Picky no estaría con ellos. 

Al menos eso de las posibilidades de morir sin ser ayudados por Picky se quedó de lado cuando notaron qué solo estaba siendo sarcástica por su nuevo y recompuesto buen humor. 

Porque Bubba y Picky al fin volvieron a acercarse y eran felices como codornices.  

Esa era otra gran noticia pues Picky nunca más sería encerrada en la cocina ni Bubba condenado a permanecer en un solo espacio como mueble. 

Esa era la primera gran noticia.

La segunda gran noticia era que se crearon carteles con ellos impresos y estaban encantados por verse libres de repetir la misma línea cada vez que los saludaba un nuevo visitante que insistiera en escuchar la misma línea diez veces.

La guardería era al fin de un tamaño funcional para los siete. 

Resultando en unas semanas cómodas, dentro de lo posible, para todos. 

 

 

 

La sombra de haber pasado su cumpleaños atados a una cadena fue dejada de lado una vez probaron algo de libertad.

 

 

 

 

 

 

Y las drogas subieron de precio así que también la información recolectada se ve mucho más prometedora. Nada como cumplir con la misión cuando lo necesitaban. 

 

 

 

 

La tranquilidad no era buena cuando la mentalidad dejó de ser infantil y ahora son siete adolescentes con traumas por resolver. 

-Creo que debes pegarte mucho al otro y luego ruedan por la cama, igual que un oso. – 

-¿Y como lo hace un oso?-

-Pues… - no fue Bobby, sino Hoppy la que dobló las rodillas abrazando sus piernas para rodar por el suelo, todo frente al grupo. 

-No entiendo como es posible algo tan serio, haciendo algo tan estúpido.-

-Te da envidia que te desinflas si lo intentas. – se burla de Crafty después de rodar. 

-¡Aha!- exclamó airada al escuchar la respuesta de Hoppy. 

Kickin la observa por un segundo antes de hacer el mismo movimiento y claro que al ser más pequeño su giro fue más rápido y no tardó en cruzar la celda hasta la ubicación de DogDay. 

El perro lo devolvió con un puntapié fuerte pero no para lastimarlo. 

Estaba observando a sus amigos jugar y hablar de algo que ya decidió no enseñarles. 

Sexo. 

Él antes no sabía demasiado pero los videos que le mostraron terminaron por unir las piezas que en el pasado eran obsoletas. Un cuerpo sobre otro retorcerse y pluff : Bebé servido. 

Algo así. Hacer chistes sobre algo que no entiende ni ha experimentado era mucho más sencillo que imaginarse metido en tal experiencia. 

Más cuando la persona con la que deseaba hacerlo no está más en el mundo. 

Sabiendo las consecuencias de hacerlo y ni una forma de evitarlo.

Podría dejarlos hablar de lo mismo y dar por su lado a cada uno… pero las consecuencias eran demasiado grandes. 

Así que cuando levantó la mirada y vio a Picky ser sujetada por el elefante los recuerdos de la advertencias y preguntas desagradables de los doctores le hicieron sentirse perdido. 

Porqué esos enfermos los hicieron capaces de hacer algo que no debían ni pensar. 

Podrían ser padres algún día. Algo que deseaba ser, si, él antes soñaba con ser algún díapadre.

Dicha ilusión no podía conservarla. No en este asqueroso lugar. 

-No creo que tu y Bubba deban intentarlo. – les interrumpe desde el suelo. 

La pareja y los otros detuvieron el juego para mirarlo contrariados.

Hce rato el perro evitaba el tema y guardaba silencio sobre lo que sabía. 

Y puede que Bubba y Picky tuvieran algunas pistas pero la sola idea de unir el pasado con el presente les hacía sentir náuseas. 

-Picky… Bubba, no sigan averiguando sobre estas cosas. – les pidió a los dos sin levantarse. Estaba listo para que se enojaran y le reclamaran por su intromisión pero fue algo diferente la respuesta de Bubba. 

-Sabemos que no debemos. – abrazo a Picky haciendo que ella abra un poco más los ojos al verse atrapada. – Solo estamos soñando despiertos. – 

Crafty comenzó a reírse y ni ella sabe porque pero fue tan fuerte su risa que la llevó a caer al suelo. 

Kickin y Hoppy en el suelo se miraron y de la misma forma prefirieron seguir rodando sin atreverse a tocar el tema. 

-Creo que la consecuencias serían demasiado grandes. – 

Lo miran algunos pero era algo que no les interesaba. 

Excepto a dos que se ven sinceramente sorprendidas. 

-¿Y qué tal entre chicas?- interrogó Bobby tan esponjosa que parte de su pelo se perdió. 

Crafty le mira de lado, curiosa por ser ella y no otra del grupo la curiosa. 

DogDay hace memoria de lo que le queda fresco de su vida fuera de la fábrica. 

-No lo sé, pero unas vecinas eran novias en el edificio de Mamá, siempre se besaban.- no lo veía tan raro solo porque esas señoritas le llegaron a ayudar bastante antes de irse juntas y nunca volver de la fiesta a la que iban con amigos. Seguramente se escaparon de la renta qué debían.-No se creo que es cosa de las personas. - 

Ese recuerdo es tan más borroso que la cara de Pedro, el vagabundo que lo enseñó a trabajar, se veía como un cuadro renacentista a comparación de todo lo demás. Como Josh, su hermano, su último recuerdo claro de su hermano mayor era tenerlo agarrado a su brazo y dibujando con pluma azul la figura del oso yogi. 

-No sabía que las chicas se podían juntar. - murmura curioso Bubba. - No lo mencionaban en los libros.-

-Entonces por eso te gustaba un ni… - a medias se quedó Bobby. 

Ese niño. 

 No les agradaba y podría ser que solo sintieran la misma responsabilidad de cuidarlo qué con otros niños y por eso lo trataban incluso cuando era un chico siniestro y sospechoso. 

Bubba sigue preguntándose quién era aquel adulto en la PlayCare o ese tal papá que lo escuchó mencionar. No quería que DogDay fuera amigo de alguien tan raro pero tampoco podría controlarlo si ni sabía que decir en su defensa. Llegando al resultado de un par de meses de DogDay quebrado psicológicamente tras la muerte de un chico. 

El perro movió la cabeza de arriba abajo, inconsciente del consenso entre sus amigos sobre lo poco que les importaba ese niño, volviendo su mirada al suelo y sus patas. Las garras inferiores estaban superando el pelaje y no podía ocultarlas por más tiempo. 

Theodore… extrañaba encontrarlo en la guardería. En Play House aún quedan los restos de sus recuerdos y lo que pudieron ser. No lo sentía superado, solo estaba aceptando haber luchado tanto solo para perderlo por culpa de un monstruo… esa clase de monstruo grotesco.

No quería decirles tantas de las cosas que lo arrinconaron al odio. 

No debía sentir algo como eso cerca de sus amigos, eso les haría mal. No lo entendía pero Pedro le dijo que el odio solo te llevaría a un lugar donde nadie diría tu nombre y serías carne de cañón. Después se voló la cabeza. Pedro era hablador como urraca. 

Hoppy lo saca de sus pensamientos con un toque a su hombro. 

-Doggy… el tiempo ya pasó… y creo que ya deberías decirnos que sucedió ahí, ¿Qué fue lo que viste?– le cuestiona observando lo directo al alma. 

Bobby la acompaña con las mismas y más grandes dudas. 

-Ese al que quieres matar, ¿Tiene la culpa de lo que pasó, Dog? – 

El grupo/Familia/equipo, tiene su propia respuesta ante tal interrogación por parte de Bobby.

Solo con ver como se interesan y cambian completamente de estar relajados a mostrarse tensos para observarlo en espera de respuestas le adelanta de lo mucho que ya había retrasado sus explicaciones. No podía seguir excluyendoles ni empujarlos a su mismo rincón de resentimiento. 

DogDay apunta su propia cabeza para hacerlos centrarse en lo que diría. 

-Esa cosa era como nosotros pero… era tan asquerosa… - mira sus garras crecidas. – Era tan grande y fuerte que pensé que me mataría… pero no lo hizo, y no porque no pudiera.– cerró los puños. – Esa cosa tiene sus propios planes y nos incluyen – 

Crafty dobló las rodillas para acomodarse y verlo de frente. 

-¿Estas hablando en serio?- cuestionó después de darle unos segundos a pensar.

No esperaban que les respondiera, para nada lo esperaban. Creyeron que les pediría más tiempo, otra vez, pero ahora estaban hablando. Tal vez para desviar su atención de la plática anterior. Pero no por eso era un tema menos importante. 

Comenzó a describir la cosa que ronda sus pesadillas. 

-Pesa diez veces más que Bubba, es más fuerte que Bobby… y es más rápido que Hoppy. – sus recuerdos regresan con mucha más fuerza a ese día. – Huele agrio, muy agrio y dulce, apesta tanto a azúcar…- sus manos se sienten húmedas con el recuerdo de la sangre de esa cosa en ellas.-No soporto pensar en esa piel llena de manchas. - el olor de las heridas de Theodore le hacen cerrar los ojos para aguantar el dolor que le recorre solo recordando sus lindos ojos vueltos sangre y carne.-…y sus muchos ojos te miran y miran a todo lugar aparte, tiene tanto pelo como una rata muerta en charca…- la carne de su niño misterioso escapando de su propio interior, saliendo por su boca como si lo hubieran tratado igual que a un insecto. – Le escurre pus y su sangre es espesa…- estuvo apunto de morir y lo deseaba, sintiendo esa misma desesperación, huyendo cobardemente para negarse a afrontar la realidad en la que sus esfuerzos fueron inútiles. - Tiene varias garras pero una es más peligrosa.- sus ojos se abren una vez recuerda su objetivo y la razón para que las armas salieran de la fábrica.-Una es grande y pesada, la mueve lento pero una vez se fija te atrapa como cuchillo de sierra. - 

El porque ser llevado de la cadena le hizo sentirse perdido. 

-Desde entonces lo pienso y recuerdo, sigue por debajo de nosotros, en la misma fábrica. -lo que les diría terminaría por sellar lo que sería sus vidas una vez les comparta sus maquinaciones y reores, ciertamente sin sentidos. - Quiero usar a todos para matar a esa cosa y borrarla de la existencia. – 

Su grupo ya pensaba que debía tener una intención como esa pero no lo habían imaginado diciéndoselos directamente. No tan pronto. 

-¿Doggy, estas-

 Un sentimiento más helado les recorrió de golpe. 

Fue tan grande el impacto que solo pudieron verse confundidos por ello. 

 

 

 

Por ahora no son capaces de saber que fueron escuchados por aquel enemigo y sus ya pocas agraciadas existencias fueron un objetivo a liquidar, catalogados como simples herejes. 

 

 

 

 

 

Solo pudieron dar por hecho que su malestar fue por el aviso de la bocina sobre las puertas. 

Con un movimiento ya todos se enfilaron como siempre, colocándose cada uno en su lugar. 

Los humanos esta vez fueron mucho más rigurosos y su coordinador les saludo con un movimiento de cabeza. 

Los hacen caminar y aunque la última vez se vieron en una situación desagradable, esta vez parecía mucho más serio que eso. 

Observando a los guardias. 

No había más armas de fuego pero los palos eléctricos eran suficientes para que se sintieran arrinconados. 

Eso dolía mucho y no sanaba como un impacto de bala sino que tensaba el cuerpo y los hacía incapaces de moverse por un rato. Ser incapacitado por segundo era igual que sellar tu final, eso lo sabe Hoppy qué fue atrapada por Mommy y casi despellejada por los pequeños Huggy Wuggy. 

El viaje era para llegar a una celda del mismo piso. 

-Esta vez sera como con Daysi, DogDay, será tu decisión. – le dice y observa como el perro le da al fin una mirada. Extrañaba qué fuera tan ruidoso en el pasado y que en este tiempo sea tan serio. 

-Daysi no era mala. – apunta esa voz sería y adulta que con el tiempo solo se volvió más profunda. 

Este coordinador sonríe atreviéndose a tocar su mano al tener solo que estirarse hacia arriba para hacerlo. 

El grupo tuvo una reacción dispersa. Los trabajadores no solían hacer eso. 

-Puede que no pero tampoco te escucho ni a nosotros. - lo apunta tras lograr tocarlo sin ser repelido por el perro.-¿Entonces no quieres llevar a tus amigos?- 

El grupo movió la cabeza a la vez para mirarlo y ver que haría en respuesta a ese toque humano.

El lider tomo control de la situación al atrapar al humano en su mano, trayéndolo a su encuentro. 

-Irán conmigo, gracias. – declara observando esos ojos humanos directamente. 

El coordinador asiente y suspira una vez lo escucho, mirando lentamente a ssu mano atrapada en esa diestra capaz de destrozarlo. Viéndose libre una vez el perro lo dejó ir al enderezarse. 

El joven gira lentamente. Descubre a los guardias viéndole con cierto desdén y una clara crítica.

Muerde el interior de sus mejillas para contener el mal humor. 

-Extraño tus bromas, eras muy divertido.– continúa dirigiéndose al perro. 

Las cejas de Crafty se movieron sin control y ese gesto lo vio DogDay haciendo que desvíe la mirada. 

-Yo no extraño a ese sujeto.- gruñe al llegar a la puerta. 

Justamente a la celda de presentaciones. 

El escalofrío les hizo erizarse y al pelo de sus cuerpos caerse por el vivido estrés. 

-Cuídense, amigos. – les despide el coordinador. 

Este humano llevaba tiempo mirándolo con un aspecto casi… cálido. 

Suficiente para que sintieran un escalofrío. 

Las puertas se abrieron y ellos entraron mirándose entre ellos una vez atravesaron y la segunda puerta la encontraron rota. 

DogDay empujó a Bubba al final llamando a Hoppy al frente con un gesto rápido. 

Enfrentarse a otros experimentos era difícil por si solos pero juntos sería mejor, lo sabían y las órdenes las siguieron igual que un creyente a los mandamientos. 

La puerta no se podía abrir y ellos debían entrar. 

Entre Hopscotcht y DogDay la patearon terminando con ella. 

El sonido en el interior les aviso de la presencia de otros experimentos y el aroma les dijo quienes eran. 

-¡Uhh! ¡Hola niños! ¡¿Y sus correas, mis lindos perritos?!- 

Mommy es la primera en mostrarse al estirar el cuello por encima de ellos. 

Hoppy la esquiva observándola pegada a la pared. Había sangre en los muros y surcos profundos repartidos por las sombras. 

Bubba avanza tras Hoppy, cuidando a Picky qué recoge algunos pedazos de la puerta y los oculta en sus brazos. Al mirar alrededor encuentra a PJ muy cerca de ellos, aunque se enoja mirando con recelo, dentro de lo que puede gesticular , a Bubba. 

Escondiendo el perro oruga a su espalda una Kissy estaba encogida y abrazándose a sí misma. 

La cabeza de Kickin se levanta observando las luces destruidas y los surcos en paredes y techo. 

-Esa cosa esta fuera de control. – 

Esa voz les era nueva, venía de PJ. 

-Suenas muy guapo. – apuntó CraftyCorn y su pezuña tocó la cabeza de PJ. 

El gusano de peluche mira esa pata fijamente. 

-El muerde. – le aviso Huggy. 

Ese gusano sobo su cabeza en la pata de Crafty. 

Suficiente para que la mirada de Mommy se afilara incrédula por el descaro de la criatura. 

Bubba camino sin mirarlos hasta el lugar donde Hoppy y DogDay observan al techo alto al final de la celda. Este lugar estaba construido en una gran L, ellos entraron por lo que sería la pata pero la cabeza era un espacio ahora tan oscuro he inquietante. 

-Dicen que los encerró… - 

Hoppy junto las manos tan inquieta como al inicio. 

-Doggy, esta cosa huele raro. – 

El aroma floral era tan espeso que dolía, era como meter la cabeza en perfume y luego enjuagarte la garganta y ojos con ello. Tan fuerte que lo saboreaban entre los dientes. 

Además de la sensación claustrofobia que los sacudía hasta los huesos. 

La última luz se vio destruida y no por algo que vieran ser lanzado. 

La oscuridad se los comió y solo sus ojos resaltaban en esta gran penumbra. 

Ver a Huggy Wuggy, Kissy Missy , PJ, BoxyBop pero no a Bunzo es la prueba de que esta cosa nueva debía ser enorme. 

Aunque no hay sonido de pasos de peluche moviéndose. 

-Debe ser como Huggy. – advierte Bubba. 

- No es como yo. – 

DogDay le mira de lado al escuchar a Huggy hablar y era la primera vez para sus amigos, escuchar lo bonita que era esa voz. Huggy Wuggy era un adulto maduro a diferencia de ellos. 

Crafty creyó que diría algo para burlarse del peluche azul pero no le nació el ánimo para ello. 

Al mismo tiempo la ultima cámara fue reventada y todos vieron entre las sombras solo la luz roja detrás de la alarma de desconexión a ese aparato eléctrico. 

Rojo le acompaña cuando baja del techo. 

Atestiguando la primera impresión de la nueva criatura. 

La gran cabeza cuelga fijándose esos ojos de plata fantasmal sobre ellos, acompañado por esa alegre sonrisa negra, sin una sola emoción en esos ojos fijos. Creada las sensaciones de peligro inminente con la mirada muerta y el suave movimiento de una cola traviesa subiendo y bajando al contonearse. 

Un gato. Esta criatura nueva en los muros era un gato púrpura qué huele a flores. 

El aliento valiente escapa de esa boca negra. 

Este gran gato los miraba con menos dignidad qué unos ratones y sus garras aferradas a la pared y el techo en una curva de su columna verebral sólo capaz por parte de un felino, se ve tan extraña como el dibujo más normal de un niño que nunca haya visto a un gato. 

Era un sonriente. Deben digerirlo ante esa gran sonrisa. 

 Percatandose por fin que no estaba tan estático sino que se estaba moviendo extremadamente lento. Era un movimiento de carga que conlleva la flexión de las patas y movimiento de equilibrio por parte de esa larga cola. 

-Mierda…- murmura esa voz tan guapa de PJ. – Odio a los gatos. – 

Esta oscuridad fue absoluta una vez la pata de este gato aplastó la alarma y lo siguiente que supieron era que estaba en el aire saltando directamente hacia ellos. 

Picky lanzó los escombros tan pronto como sintió el peso de ese aroma en movimiento pero las rocas no le dieron al retorcerse en el aire, lo escuchan y ven aterrizar solamente porque sus largas garras se arrastran y levantan chispas al derrapar y llegar frente a Hoppy. 

La coneja levanta las orejas aturdida por las chispas y el rugido de esta cosa lanzándose directamente en su contra. 

Fue muy rápida la primer herida, no había pensado que fuera tan veloz y solo con un movimiento de la garra su piel sería abierta a menos que el líder se cruzara para atrapar esas garras y tirar hacia arriba esperando lograr arrebatarle su equilibrio pero no fue capaz de detener la pata trasera recibe el corte en el torso. Ventajas de ser cuadrupedo. 

 Antes que arriesgarse a ser abierto como pescado su decisión fue girar y repelerlo con el impulso de todo su cuerpo en látigo. Enviándolo contra un muro. 

El gato retrocede rodando por el suelo con una gracia innegable, estirando la pata trasera detuvo su choque sin perderles de vista. Gruñendo inclina el cuerpo recuperando el equilibrio con una exhalación ruidosa. 

Dog bufa al verle tan relajado, retrocede viendose obligado a parar con tal de cerrar la gran cortada que apareció en su torso con las manos, calentándose mientras la carne se regenera y grita sin palabras, moviendo la cabeza dando la orden a uno de los cinco inactivos.  

La respuesta de estos tardaría un poco. Aún no sabían qué hacer. 

Por su lado la coneja uso al perro como base para saltar en alto, esquivando solo por su torso flexible la garra que debió entrar en su torso, atrapando la misma garra qué el gato lanzó con las patas, girando para tirarlo directamente al suelo, salta para impactarle una segunda vez contra la pared ya cercana.

Esta vez detuvo su choque con las patas delanteras en una posición diferente pero no menos dolorosa. 

Ese gato gritó sacudiendo hasta la médula de Hoppy. Poniéndose de pie para enfrentarla. 

Se puso de pie. Este gato se puso de pie. 

Era capaz de andar tanto en cuatro como en dos. 

Se repite en la cabeza de la coneja varias veces mientras esos ojos fríos le miran desde arriba. 

Ni la oscuridad pudo ocultar lo alto que se hizo al elevarse en las patas traseras y verla directamente a ella. 

La superó como si fuera una niña de nuevo. 

El miedo sube a sus orejas y la obliga a bajarlas, dejando salir un bramido de su sonrisa oscura. 

Este gato le ataca levantando la garra en alto. 

En ese segundo hay un impacto de toneladas que llegó contra este gato y lo hizo rodar por el suelo con tal fuerza que el piso fue resquebrajado. 

Hoppy se revisa aturdida tras el susto. Tomando como una suerte que este gato no pensara en paearla en vez de golpearla con las garras, un fallo seguro por su inexperiencia. 

Había sido Bubba quién lo hizo rodar con todo el poder en cuerpo y peso que tenía, igual a un jugador de americano que taclea bases de hierro. 

El gato se levanta en sus cuatro patas, erizado al dar un paso y ver la figura de los tres frente a él en la oscuridad. 

El perro en ningún momento se había alejado, siempre estuvo cerca de los dos. En silencio. 

El gato pareció notarlo y su avance es interrumpido por si mismo. Observando en la oscuridad la figura de ese perro. 

Al mismo tiempo su atención es robada dado que garras mucho más pequeñas se aferran a su cabeza y unas manos tiran de su gran sonrisa para hacerlo mirar arriba. 

-¡Ya no pelees! – le divierte el ave amarilla. 

El gato levantó el cuerpo en dos patas para alcanzarlo con sus garras. 

Justamente ese movimiento era el que buscaba la siguiente en golpearlo con las pezuñas y la sangre que salpica hiciera al unicornio perder ese aire pulcro y puro que poseía con anterioridad. 

-¡Vamos, levántate gatito, vamos!- grita el unicornio repitiendo los golpes, en vista que su compañero ave se apartó, trepándola para ver por encima de su lomo al gato ser pisoteado.-¡¡Quiero más de ese rojo, gato!!-  

Pudo aplastarlo y cortarlo al menos hasta que logra esquivarla y huir entre sus pezuñas. 

El perro observa como éste logra correr y subir a un muro. Contando con la ventaja de sus garras retráctiles para saltar de un muro a otro. Esquivando por algunos pelos esos pedazos de concreto lanzados por Picky a menos que segundos de diferencia. 

DogDay dejó de sujetar el corte en su torso, revisando a las otras criaturas en la celda. 

Estaban bastante bien. No había tantas heridas como podrían. Eso no es bueno. 

Dirigiéndose a ellos los cuestiona buscando respuestas. 

-Él…¿Los lastimo?- pregunta viéndoles. La sonrisa del gato era prueba de él piso al que pertenecía. No era bienvenido por el resto de las criaturas. 

Estos se miran entre sí. Ese movimiento hace al perro pensar en el lugar y las tendencias de Mommy. 

-Mami solo quiso saludarlo y él comenzó a correr y romper cosas, parecía un poco loco y Mami lo a sacudido un poquito… - levanto su brazo rasgado. – Y no le gustó. – su sonrisa crece. 

Huggy interrumpió a Mommy al levantar una de sus manos. 

-Ustedes no tienen problemas en matar a otros como nosotros, ¿Verdad?- le pregunta y no baja la mano. – Aunque tú y tus amigos ya no son humanos , aun buscan ser lo más cercano a uno, ¿Verdad, perro?- 

Eso ya era más que suficiente. 

Estos chicos los habían confundido con su actuación herida. Tomando esa tonta idea de él y su grupo como mascotas de los humanos. 

Era natural que en la presentación se sintieran asustados y no todos podían mantener la calma. Por desgracia Mommy lo había asustado y seguramente ninguno en esta sala era inocente. 

Ellos mismos no se movieron de manera correcta. Más ser uno de los suyos entre los experimentos de la superficie Esto no sería diferente a golpear a alguien que ya no quería pelear. 

Aunque parece que es del tipo que una vez se asustaba golpearia y luego preguntaría. 

Golpear y preguntar en ese orden… Lo sentía familiar. 

-Él no les hizo daño. – murmura una vez lo comprendió, recordando que Boxy estaba durmiendo y no activó como los gigantes y Mommy. Debió notarlo antes. – Boxy… - cuando lo busca no lo encuentra en la misma esquina y pronto se percata de la razón del porqué. 

Cosa que hizo incluso a las criaturas de la superficie descubrir un aspecto que había estado oculto del grupo de la superfiie desde el inicio :

Bubba era el más fuerte y no era de forma figurativa ni como una escala de los siete. Bubba es el más fuerte. 

-¡Bienvenido al mundo, hermano! – 

Bubba sin problemas había secuestrado a Boxy dormido en su caja y lo había lanzado por encima de sus cabezas contra el gato. 

En un acto llevado en conjunto con Picky lo hicieron correr a la zona perfecta donde no podría esquivar el enorme monstruo qué le impactaría. 

Seguido del impacto aquel sonido de huesos rompiéndose junto con el muro fue coreado con un grito profundo y doloroso. 

El grito no había sido de Boxy, el estaba perfectamente bien dentro de su caja y ni siquiera rebotar contra el muro y suelo le despertaron. Bubba era el más fuerte pero Box no era ni de cerca alguien que no pudiera resistirse a él. 

Resultando en un solo afectado entre una fuerza demoledora y un poderío irrompible . 

El nuevo gato de la fábrica fue superado solo por la fuerza bruta. 

Ese gato había caído al suelo y su cuerpo no se veía bien, arrastrando la pata trasera logra dar algunos pasos dolosos hacia el muro de sombras más cercano en búsqueda de su huida. 

DogDay se dirigió hacia él dejando de lado la herida. 

Y era este lugar tan grande como todo su grupo era veloz. Llegando tarde para evitar que Bobby lo pisara y esa columna tan elástica llegará a su límite y el hueso destrozado estallara hacia afuera con ese alarido arrancado de su centro. 

El pelaje púrpura se llena de su propia sangre. 

-¡¡Bobby, no!!- gritó antes de llegar, evitando que ella se moviera y que la última patada de Hoppy lo partiera a la mitad, quedando el unicornio elevado en dos patas traseras y un aspecto confundido. 

El grupo le observa contrariado por su preocupación. 

-Esta bien. – los tranquiliza levantando ambas manos pues seguían agitados. 

Picky llego tras DogDay, cargando en sus manos un pedazo de metal que antes había estado levantando como cuchillo. DogDay lo toma de sus pezuñas, guardándolo en su puño. 

Esperaron algo más de parte del líder pero este les mueve las manos para dictarles una distancia segura. 

DogDay termina por acercarse al gato. 

La preocupación en el grupo era visible, ese gato era grande y su pelaje seguro puede repeler los golpes de su líder, ese metal tal vez podría servir de algo pero no podían tranquilizarse pues este los había atacado primero. 

Escuchan al líder intentando convencer al gato. Este felino se había encogido en un ovillo, cubriendose la cabeza con las garras. 

-Te hicimos mucho daño. – apunta serio y con su voz madura, doblando las rodillas acuclillándose. Incluso si el gato estaba en el suelo este se veía gigantesco, lo suficiente para que DogDay se viera más pequeño, además del extremadamente grueso pelaje del gato lo hacía ver mucho más fuerte.-Eres una cosa muy bonita, te ves bien. – alaga aunque sabe que posiblemente la criatura aun tiene bien presente que este era un cuerpo diferente y hace muy poco solo era un niño o una niña. – Lo que nos han hecho es horrible, lo se. – dice y toco el suelo donde la cabeza del gato descansa, cubriéndose con sus garras el rostro.-No estas solo, eso es lo único que puedo decirte por ahora, es lo único que necesitas saber para que te unas a nosotros. – golpeó el piso con los dedos haciendo un eco en el silencio. – También podemos liberarte para que no sigan cortándote, porque eso continuará y debo serte sincero, será peor lo que venga, mañana. – 

Calquiera lo mandaría al demonio si les viene a decir algo tan amargo pero si no fuera así definitivamente este no sería DogDay. Tierno y brutalmente sincero. 

El gato retuerce el rostro bajo sus garras negando lo que sea que pensara. 

El movimiento tan vulnerable mueve algo en DogDay , haciéndole tocar su cabeza. 

-Lo siento , pensamos que eras un alborotador. No vimos que solo estabas asustado y no actuamos de forma correcta al no entenderte. – pide perdón y su personalidad controladora lo hace retirar una de las garras con su mano en las almohadillas. – Por favor dinos tu nombre, los humanos olvidaron compartirlo con nosotros.- le pidió acercándose al gato para ver esos ojos de luna frente a frente.

Este lo mira con esos ojos sin emociones ni algo más allá de una intensidad innegable cargada de sentimientos sin nombre. 

Comenzó a vibrar, estremeciendo los sentidos de la osa y el perro. 

El grupo a sus espaldas tampoco esperaba ese sonido. 

Era un sonido y sensación parecida a ser electrocutado sin dolor, les recorría pero no dolía. 

El más cercano de los siete era Bobby quien claramente sintió como su pelaje se erizaba al ver a ese gato arrastrarse con las patas delanteras y esas garras clavadas al suelo para subir su cabeza por el pecho del líder. 

Incluso si lo que les alborotara fuera un ronroneo tremendamente poderoso. No era comparable a lo que vino después. 

DogDay levantó a medias los brazos sintiendo como el gato se aferraba y se acomodaba agarrándose con las garras a su espalda, sin guardar las garras, eso le dolió pero la desesperación en los temblores del gato le distraen con una voz tan profunda y madura resonando desde el interior del felino. 

-Theodore… soy yo… Theodore… - susurra esa voz tormentosa y oscura como el averno. Algo a lo que el perro no pone atención, solamente se quedó con ese nombre resonando en su cabeza.-Sacame de aquí, salvame, por favor. - 

Mentiría si se atreviera a decir que pudo entenderlo desde el principio o que lo había adivinado solo porque era un gran detective, nada de eso era posible. Así como no le era posible procesar qué ese niño tan bonito era esta cosa. 

Incluso cuando sus brazos ya lo sostenían y estrechaba contra su pecho, en realidad DogDay aún no lo comprendía en el eco de lo que era su mente dispersa en la actualidad. No. 

Que Theodore muriera le rompió. 

Recordar que no se trataba solo de él mismo todo en esta vida. 

Afrontar el dolor para mantener a salvo a sus amigos. 

-¿Eres tú? – le pregunta acariciando una de las orejas del gato para encontrarlo como algo real y no una alucinación cruel. 

El gato levanta la cabeza para verlo de frente.

En ese lapso incluso si se negara a aceptarlo al inicio, la verdad era la verdad. 

Terminando sus dudas con las manos del perro atrapando ese rostro eternamente feliz. 

Este encuentro de uno a otro hace que lentamente la sangre comenzará a hervir. 

La celda resonó con el alarido del perro lentamente mezclado con el gato. 

Este sonido discordante lleno de dolor estremece las paredes y el cuerpo de las criaturas. 

Porqué se habían reconocido y era todo lo que no deseaban. 

Destrozados y dispersos. El horror de encontrar lo que perdiste hecho trizas, ahogaba sus mentes en dolor. 

El grupo observa al perro recorrer al gato con las manos, aprisionarlo y abrazarlo sin control, revisando su columna para apretar los huesos en un puño, rearmándolo como ellos mismos lo hacían. 

El grito del gato vino con un rasguño profundo a esa espalda. 

 

Lo habían hecho pedazos, lo recortaron cuando ya no tenía más que huesos, lo hicieron un monstruo. 

Entonces en su cabeza todos y cada uno de los procesos cortes y reemplazos para su cuerpo quemado. Cada experimento y carga eléctrica, el dolor y las miradas frías. 

De nuevo estuvo en esa camilla con la carne expuesta y la mirada de personas indiferentes clavadas en su cuerpo pero ya no era él quien estaba ahí. 

Era la versión más herida de Theodore, sin manos ni pies, sin ojos y sin poder gritar. Nada más que el niño atado a la voluntad de un montón de locos enfermos con gusto por el cuchillo. 

Ya no podía ver con indiferencia lo que le hicieron a él mismo ni lo que sucedió bajo las luces blancas. 

Porqué a sus amigos no pudo salvarlos y mucho menos a Theodore. 

¿Entonces a Theodore lo pasearían de la cadena? 

¿Qué se supone que haga ahora? 

Porqué él se sabía mal de la cabeza y capaz de procesarlo pero a Theodore no pudo ayudarle. Ni dejar de sentirse egoísta por estar tan feliz de recuperarlo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los seis observan sintiéndose extraños por la forma en la que el líder sujeta al gato en sus brazos. 

 

 

Puede que su líder no se diera cuenta pero su actitud era extremadamente inquietante al igual que la de este gato. 

Lo ven pasar sus manos por el cuerpo morado y acariciarlo de manera insistente, seguido por los sonidos de ese felino qué lo hiere y ya hizo que la sangre del perro creará un camino por su espalda. 

Todo entre gritos de parte de ambos, como si fueran a volverse carne y ligamento, estaban tan unidos que el pelaje de ambos se mezclaba y temblaban.

Entonces la descripción de lo que era el sexo tomo algo del sentido aterrador qué DogDay le daba al negarse a explicarles sobre este:

 

El amor puede hacer que el mundo desaparezca y seguramente jugarían con ellos como con estos dos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Volveremos al ritmo de actualización cada tres o cuatro días.

Chapter 41

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

  

 

En las sombras de un hogar lejano había un racimo marchitado de uvas.

Los mosquitos le disfrutan volando y deteniéndose sobre otra fruta ya podrida. 

Eran los ojos violetas de un pequeño niño con la mirada perdida entre los insectos y las uvas qué ya no se pueden comer, deseaba quitárselas pero seguro los insectos se morirían si se las quitaba en pleno invierno. 

Todos necesitaban comer. 

-Bebé, ¿No tienes hambre?- pregunta la voz de su madre. 

El niño levanta la mirada pero solo ve la palma de esa delgada mano y sus uñas de plásticas pegadas con pegamento barato se afianzaron en sus cabellos rasguñando su piel mientras sacude su cabello. Una de esas uvas podridas entró a su boca por la fuerza de la mano de su madre. 

-Me hiciste comprarlas para desperdiciarlas, eres un niño muy estúpido si crees que puedes verme la cara de de esa forma.- lo presiona y hace que otra de esa uvas entrará a su boca y le aprieta la mandíbula para evitar que las vomitara.

Incluso sintió alguna ala de insecto pero no podía sacarla. Solamente cerró la boca y trago hasta el agrio vomito. Al pasar unos segundos esto se repitió, todo hasta que ese cuenco quedó vacío y su madre lo dejó en la mesa, sacudiendose las manos llenas de la saliva y la fruta podrida en sus uñas. 

El niño tose y recarga la cabeza en la mesa para respirar a fuerzas. 

Agarrándose al pecho de la camisa intenta recuperar el aliento. 

Algunos golpecitos en su espalda ayudan con el proceso, terminando con sus ojos llenos de lágrimas espesas. 

-No fue tan difícil, ¿Verdad, bebé?- le dice su madre viéndolo limpiar sus lágrimas en sus mangas. 

El niño le mira pero sus ojos llenos de lágrimas no pueden verla completamente, solo distingue esos labios púrpura y los lindos aretes dorados que cuelgan a los lados de un rostro afilado, una persona muy hermosa y pálida como la muerte. Sosteniendo en su mano un cigarrillo delgado que solo hace que esos dedos largos y huesudos resaltaron como las pinzas de un juego de maquina. 

-Mira, cariño.-le muestra su bolso de lentejuelas plateadas. – Todo en esta vida es recompensado, solo debes esperar lo suficiente. – lo dice al poner en la mesa una bolsa de papel rojo con un aroma tan dulce como bueno. – De eso se trata el dolor, hijo, aprende a valorar el dolor para que puedas saber cuánto cuesta la vida. - 

Sin fuerzas por el anterior revuelo, el niño observa la bolsa y como su mamá lo abre con sus uñas afiladas, mostrando el contenedor de papel blanco y dentro un platillo que hace al niño cambiar sus lágrimas de dolor a pura alegría. Una porción pequeña de papas fritas con pescado dorado y un pequeño pay brillante le hacen sonreír. 

-¿Y el tuyo?- pregunta viendo que solo había una porción de cada cosa. 

Su madre tomó asiento y lo observa con esa hermosa sonrisa púrpura de dientes amarillos. 

-Estoy llena, me quedaré con este buen señor. – le muestra éll cigarrillo al sacudirlo antes de dar una calada profunda.-Tu debes comer, mi bebé. – 

El niño creyó sus palabras, llevándose algunas de esas papas a la boca. 

Bajo el silencio de este hogar gris y sin más compañía que los autos de la calle, iluminados por la única vela de la cocina los dos se acompañaron a su manera. Entre el hombre y la saciedad. 

El ruido de una radio lejana con la melodía de algún programa de entrevistas. 

La comida del niño se terminó. 

Una vez el papel fue llevado a un lado por su mamá, el niño bajó de la silla donde se encontraba. 

-Mamá… - la llamo mirándola en la estufa, dicha que no funcionaba hace días.

-¿Quieres salir a jugar?-

El niño sube sus manos a su cabeza esperando un regaño por arte de su mamá. 

-Mama… ya no quiero que tu amigo venga a casa. – le pidió juntando las palmas frente a su rostro.-Ya no puedo más, me duele mucho cuando me hace jugar con él . - 

Ella dejó caer la basura. 

No recuerda que expresión hizo ella. 

Recuerda que ella lo abrazo contra su cuerpo y lo apretó tan fuerte que las heridas de los días lo hicieron llorar, aferrándose a ella a sus delgados hombros y escuchar como comenzaba a llorar y hacer preguntas que lo confundían.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Porqué recordó algo como eso en esta oscuridad? 

Claro. 

Esto dolía mucho más que jugar con un adulto. 

Lo partieron y no podía gritar. Abrieron su cuerpo y no podía ver. 

Escuchando esa cierra pasar por su cuerpo o como lo que quedaba de su piel fue removida por hierro afilado qué sentía como aves comiéndoselo vivo.

Era un animal de carretera atrapado por los carroñeros que no esperan a que muera. 

El odio que sentía era tan grande como la maldita desesperación que lo empuja a suplicar y rogar piedad que pararan de una vez por todas pero no puede hacerlo y se queda ahí, sin fuerzas para ir más allá de sus pensamientos revueltos y con ello el dolor de una realidad vergonzosa y humillante. 

La verdad horrenda de como preferiría jugar con un adulto antes que esto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No puede ser. – 

-Ni con el maldito peluche de payaso nos tardamos tanto. - 

La sala de reunión se condensa con la entrada de los doctores y científicos. 

-No creo que vayamos a lograrlo.- da una queja y revisa las notas. – Ya lo reparamos diez veces. – murmura un hombre observando las radiología en la pantalla de luz blanca. – No quiere reaccionar. – 

-Es reactivo, solo debemos encontrar el modo de conectarlo a su cuerpo. – 

-Entonces ¿Qué hacemos aquí?-

-Debemos darle la noticia al jefe y conseguir las firmas para ponerlo en circulación. – 

-Pero aun no se mueve. – 

-Lo completaremos con el compuesto del prototipo. – 

-Compuesto qué no hemos probado. – 

 

Científicos discuten mientras las radiología son expuestas por el giro automático de la pantalla blanca. 

El avance de los mese muestra como el gato creció cada vez que su cuerpo sedia y era superado por los daños de la materia prima. Las medidas de un gato de 1,2, pasaron a ser 1, 90 y pronto el siguiente salto a otro lo llevo a medir 6, 50

Era el monstruo más grande después de Boxy, Daddy o Mommy. 

Un gato que no pudieron completar antes pero las consecuencias de un accidente les proporciono la materia prima con la que el compuesto del prototipo funcionaba sin problemas… por un tiempo. 

Ese gato ya había sido sacado de la muerte suficientes veces para ser más un pedazo del 1006 que un monstruo independiente. 

Ni siquiera podían saber si el humano dentro era consciente o si contaría con la capacidad de moverse en un cuerpo tan grande.

Resultando en un gato gigante qué siempre estaba en el suelo de su celda o en una mesa de operaciones. 

 

 

 

 

El mismo gato del que todos hablaban estaba luchando con su propio corazón, quería detenerlo pero el maldito seguía latiendo una y otra vez ansioso por seguir adelante, en el suelo de una celda de concreto blanco. Observando nada más que el muro.  

Preguntándose las razones por las que continuaría latiendo. En su pecho esa traicionera ancla. 

Ya había pasado por tantas crisis disfrazadas como epifanías que lo hacían consciente de cuanto comenzó a agradecer qué usarán algo para dormir cada vez que lo llevaban y traían. 

Dentro del gato de mirada apagada hay solo una duda que se abre como las raíces. 

¿Porqué a él? 

¿Fue por liberar a papá? 

¿Por ir a donde no debía? 

¿Porqué no le agradaba a los adultos? 

Deseaba llorar pero no había lágrimas, solo un sonido hondo y él mismo temblando en el suelo. 

No podía moverse pero sí podía sentir todo. 

Sentía el metal en su boca y el aparato que presiona desde adentro su pecho. 

Habia algo grande en su cuerpo, algo ocupaba todo el espacio y pesaba demasiado. Sentía como lo aplastaba desde adentro y deseaba vomitar. 

¿Sería igual para su amigo? Para toda las criaturas de la fábrica. 

Grita mientras intenta comprender la razón de tanto dolor. 

Esto no era justo. ¿Porqué le hicieron esto a todos? 

¿Para que propósito hacen esto? 

 

 

 

 

 

 

 

 

De nuevo rodeado de médicos de blanco su cuerpo inerte es revisado por los científicos y sus instrumentos clavados en su piel. 

Un chasquido suena sobre sus oídos y lo identifica como el sonido de una doctora que suele estar encima de él con un bisturí, la idea de ser vuelto a abrir lo hace temblar de miedo. 

-CatNap ¿Puedes oírnos?- pregunta esta doctora observando el muy vago movimiento de esas orejas. 

 

Claro que podía escucharlos y verlos. 

Quisiera maldecirlos y también pedir el perdón que debería para que lo dejen en paz. 

Pedía ayuda pero no podía ser salvado por nadie, solo era él y ese eco de máquinas conectadas a su cuerpo. 

 

 

 

 

 

 

Lo que ellos ven es el conteo de ondas cerebrales qué lo hacen crecer una ola de mar agitada. 

-Veo que nos escuchas. – toca su cabeza, recorriéndolo hasta la mandíbula inmóvil. 

-Las ondas muestran fluctuaciones menores, se ha desmayado una vez más. - 

-Ya veo. – su mano abandona el pelaje. – Reconectamos los nervios de la columna. – 

 

El gato en la mesa vómito un torrente de sangre ante el dolor que lo recorre al ser conectados los nervios faltantes de su cuerpo. 

 

 

 

 

 

El dolor

No sentía dolor. 

El dolor era fluctuante como el mar que se puede observar por la ventana del auto. 

Puede saborear la vainilla. 

Aunque nunca fue a la playa gris de su hogar. 

Estaba en los túneles compartiendo un beso. 

Reconocía la marea por la ventana y el eco de la voz de mamá hablando durante todo el viaje sobre gente que no conocía o sabía que existía. 

Estaba en la mesa o en ese auto. 

Solamente observando el océano y el cabello de su madre sacudirse por el viento, hasta que se pierdan detrás de los edificios de concreto. 

Estaba abrazando a su amigo en las sombras. 

En los edificios lo esperaban las garras de papá. 

Con las ruinas le espera su perro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Le gustaba la música. 

 

-¡Esta despierto!-

 

La cabeza del gato se mueve lentamente junto con todo el cuerpo para mirar la bocina sobre su cabeza. 

Eso fue todo lo que hizo por días de observación.

Disociando o viajando entre los túneles y las sonrisas de su amigo. 

Viendo con gusto como los túneles de esponja se convierten lentamente en las garras de su papá y a salvo en ellas los estrecho juntos, guardando juntos el sueño de su amigo. Soñando con un amanecer juntos los tres fuera de los muros. 

Al fin a salvo de los cortes y el dolor. 

Algún día serían libres. 

 

 

 

 

 

 

 

Ningún médico podía saber la razón por la que hizo tal cosa, solo le vieron observar la bocina y mover las orejas por días en los que la música de jazz resonaría en esa celda. 

 

 

 

 

 

 

Para el gato estos días fueron mucho mejores que muchos otros en todo el tiempo que pasó atrapado. 

Escuchando la voz de su papá en los muros o en su propio cuerpo. 

Desde las garras a la cola, lo sentía a su lado y en su pecho, 

Se sentía a salvo con papá. 

 

-No puedo imaginar como te ves ahora, Theodore. – 

-No es necesario, yo iré a ti en cuanto pueda, papá. – 

-No soy tu papá. – 

-¿Entonces qué más podríamos ser?-

-Algo mucho más grande que simples padre he hijo, recuérdalo. – 

 

 

 

Paso todos esos días sientiendo a su papá dentro de los muros, logrando por fin encontrarlo en la oscuridad. 

Lo necesitaba tanto, lo necesitaba aún más después de encontrarlo en las paredes 

 

 

 

 

 

 

Dado su tamaño y la lenta movilidad de su cuerpo se le sometió a más y más intervenciones en las que la medicina no funcionaba al filtrarse por sus heridas. 

Atadas sus cuatro extremidades a una base de metal le han estirado para tener acceso a su columna. Levantando la piel para tener una imagen real de el estado de los nervios y pulmones reconstruido. La fascinante anatomía lograda tras mese de trabajo habían logrado recrear la fisonomía de un felino al igual que completaron las piezas que la materia prima había perdido al calcinarse. 

Sería una lástima pero los nervios faciales fueron en gran parte destruidos por el fuego. El cuerpo construido y rehecho, llevado mucho más allá al mostrarle al futuro la manera correcta de guiar a la vida a una forma perfectamente moldeable a falta de piezas en la materia prima. 

La fuerza de esta criatura les parecía fascinante y la forma en la que al exponerla a pequeñas cargas eléctricas todo el sistema respondía débilmente. Al dar una carga mayor el cuerpo se sacude y las lecturas les mostraban que no había forma de negar la perfección en sus conexiones neuronales con el resto de su cuerpo. 

¿Era débil como un humano?

No. 

Esta criatura no era débil, era resistente . Su capacidad para resistir los experimentos de impacto en sus huesos les muestra un nivel idéntico al prototipo en lo que a densidad ósea se refería, al igual que las garras impuestas fueron cubiertas por una capa de queratina producida por el cuerpo. 

Cada parte del felino era perfecta pero el precio había sido grande. 

Tuvieron que recuperar sangre y carne de los Smiling Critters para completarlo con los restos del enfrentamiento en los pasillos de los laboratorios. Un cúmulo tras otro fue unido a base de conexiones fabricadas por el trabajo exhaustivo de los cirujanos y doctores que empeñaron todas sus capacidades sobre el felino. 

El resultado fue una criatura sonriente con tres metros extra a comparación del experimento más grande de las siete criaturas y una capacidad pulmonar qué explorar conforme el proyecto les muestre su productividad. 

Las voces solo pueden ser positivas conforme avanzan los experimentos y ese gato pasa de ser un proyecto en pruebas a ser un objeto de investigación. 

-¿Porqué?- 

Las palabras en la boca de cada científico a muerto al escuchar esa voz. 

Esta fue la primera vez que escucharon la voz de esa criatura y no era parecida a ninguna de las voces de las siete criaturas. 

Aquella doctora vuelve sobre sus pasos para observar la cabeza del felino fija a la mesa con ayuda de una correa qué lo hunde en la camilla metálica. Su mirada recorre el cuerpo, vagando hasta las garras relajadas.

-Desconecten la caja de voces. – ordenó sin más cambios en su voz. 

-Si… - responde y obedece el doctor más cercano, preparando las tijeras con las que desconectaría las piezas de la laringe reconstruida. 

-¿Qué pude hacerles tan malo? ¿Cómo es que merezco esto?-

La caja fue desconectada al cortar los cables que recorrían la columna vertebral. 

 

Después de dicho episodio la voz del proyecto no fue reconectado hasta dieciséis días después. 

 

 

Notes:

Por si no quedo claro, Catnap tiene tatos pedazos de los Smiling como de el 1006

Chapter Text

 

 

Un amanecer lo hizo darse cuenta de que este cuerpo era suyo. 

Estas patas esponjosas, la cola qué se mueve a su costado y la cabeza que siente sobre sus hombros. 

Sentándose en sus cuartos traseros descubrió que ya no se sentía cómodo al ponerse derecho , doblando la espalda para acomodarse, en ello la gruesa pelusa de su pecho choca con su mandíbula.

Era peludo como motociclista o hippie. 

Le daban miedo los hippies, ojalá parecer vendedor de kebab. 

Después de algunas horas su cabeza vuelve lentamente a su lugar al darse cuenta de la garra que bajaba por el techo, tocándole las orejas con las puntas afiladas y su cabeza la tomo entre sus puntiagudas cuchillas. Supo que él era un gato, no por su cola larga. 

Porqué estaba ronroneando. 

Descubrió que estaba ronroneando ante las caricias de papá. 

Frotándose contra las cuchillas sin miedo a nada más que ser dejado atrás. 

-Has aguantado mucho. – dicto la voz de su padre dese el fondo de su mente. 

Theodore asiente sin más que decir, frotándose al recargar el lomo en esas garras. 

No había dolor incluso si lo cortaba, solamente el lazo que siente más presente que nunca. 

Amando el dolor solo por la presencia de alguien a quien amaba más que al aire. 

Al menos pudo recibir dicho consuelo antes de que las puertas se abrieran. 

Su padre está vez no se despidió. Se fue sin más dejándolo solo. 

Theodore observa al respiradero durante todo el tiempo que tomaron estos humanos para rodearlo, dando una sola advertencia con esos palos eléctricos. 

El sonido eléctrico le recorre y su cuerpo se encoje al lado contrario. 

El dolor estaba tan presente como vivo en su piel. 

Avanzando en el medio con la mirada fija al suelo. 

En ello sus ojos atestiguan a una de esas criaturas viéndolo directamente desde abajo. 

Su cabeza se agitó junto con sus orejas al avanzar y esa cosa aún lo veía directamente con esa gran y tonta sonrisa… ¿Era él? ¿Era su perro?

Escucha a los humanos regañarlo pero el no los mira, solo ve esos ojos de luna viéndole directamente. 

-Deja de verte, después podrás hacerlo. – 

¿Verse? 

-Entra aquí. – 

Levantó la cabeza y vio esas puertas abrirse a un espacio pequeño. 

Entró ante el sonido eléctrico, observando lo que le rodeaba con el mismo sentimiento de duda. 

La puerta tras él se cierra y otra se abre, la atraviesa y observa al interior luminoso.

El suelo rugoso y sin el azulejo blanco, un techo sin adornos o las pinturas de las paredes. Este lugar estaba perfectamente iluminado y olía… olía a flores.

No. 

Su pata sube y la olfatea. 

Era él. 

Él olía a flores y a falta de otro olor en la instancia está se lleno de su propia esencia. 

Camina tras descubrir tal cosa de sí mismo, observando la celda curioso. 

Toma una esquina alejada de la puerta para recostarse en un ovillo, usando su larga cola para cubrirse la cabeza y observar la habitación. 

Algunos minutos pasaron para que volviera a dormir esperando que tal vez sea el saludo de su papá lo que le despertará. 

 

 

 

 

No fue eso. 

Sus orejas felinas sacudieron en su sueño para hacerlo ver los cambios que hubieron mientras dormía. 

La presencia de otras criaturas lo hizo correr a una zona apartada y perder algo de pelo ante el susto. 

Estas criaturas le miran desde sus lugares, en silencio. 

El miedo lo hace paralizarse pues se sabía observado y eso lo hacía enloquecer. 

Es el saludo de uno el que hace que su cuerpo se relaje al verlo bien. 

Recordándolo. 

Recordó a todos tan vívidamente que podría estallar de alivio. 

PJ, Kissy, Huggy con Boxy… 

Su cuerpo se levanta del suelo donde había estado encogido. 

Por primera vez en meses la felicidad lo recorre y necesita aferrarse a sus cuatro patas para no caerse al avanzar hacia ellos, temblando como única señal para sus ganas de llorar. 

Empezó a correr hacia ellos como cuando era pequeño y Kissy lo abrazaba. 

Estirando las patas al llegar a su encuentro. Kissy no se movió al verlo llegar. 

Estuvo frente a ella y después todo dolía. 

Su cuerpo había volado por encima de todo. 

Estrellándose contra el muro y su cabeza se llevó todo el impacto. 

Cae al suelo, se sacude tocandose con una pata el hombro qué alcanza y los mira asustado. 

Huggy lo había golpeado y esa araña, quien lo había lanzado, colgaba balanceadose de un lado a otro con sus cuatro extremidades estiradas sin dejar de mirarlo como un péndulo fijo en un objetivo. 

El miedo primitivo lo paraliza, desde la primera vez esa araña le aterraba, incluso causaba qué sus piernas temblaran bajo su cobija. 

¿Dónde estaba su cobija? Necesitaba esconderse, necesitaba estar a salvo. 

Incluso si busca y rebusca, aun no encontrará donde esconderse, no habia sombras donde refugiarse. 

-¡A Mommy le gustas, gatito!- exclama meciendose rápido. - Incluso si eres otro de esos horrendos sonrientes , Mommy puede darte muchos cariñitos, lindura.- 

Ese grito alegre vino acompañado por un tirón a su lomo , viéndose levantado por este y prueba en esto que duele como si fuera su piel humana. Es porque esta es su piel ahora. 

Grita y mueve las garras para librarse. Es tirado al suelo con mucha fuerza, seguido del peso y presión de algo que lo rodea. 

Era PJ, lo está aplastando entre sus patas llevándolo por el suelo igual a una serpiente una presa. 

¿Como podria saber que este sería el trato para cualquiera de los sonrientes descubiertos en solitario? 

Grita de dolor y sus patas empujan pero no logra liberarse, hasta que uso las garras para rasguñar el estómago largo y grande de la oruga. 

Lentamente se ve libre solo porqué Huggy atrapó su cola y tiró de esta. 

El dolor de esto lo llevó a el laboratorio. 

La traición, el dolor, el rencor y el miedo con su rabia estallan con un grito y su giro lo saca del control de ambos al subir al muro con sus garras. 

No quería pelear, solo queria irse. 

Queria esconderse. 

Queria ir con papá. 

¿Porqué papá seguía en la fábrica? 

Al fin lo comprende. Él no pudo hacer nada, papá se quedo atrapado aquí por su culpa. 

 

 

Las criaturas que lo seguían se detuvieron al ver como comenzaba a golpearse solo, rugir, correr y estrellarse entre gritos para seguir trepando los muros cuando su cuerpo caía del techo o sus saltos tan grandes no lograba coincidir con sus garras y estas no se clava van correctamente en las paredes. 

La paliza que solían darle a los nuevos se dejó de lado para esquivar heridas qué los llevarían a manos de los humanos. Observando con esos rostros sonrientes a ese gato correr y estrellarse con los muros, arrancando con esas gigantescas garras pedazos de muro y las puertas.

 Apagando las luces una a una. 

Vieron como las paredes se llenaban de sangre cuando esta cosa comenzó a lastimarse en su arranque. 

Llevandose una impresión muy diferente a los otros sonrientes. 

Ese gato no era una mascota obediente. 

 

 

No fueron unos minutos. 

El malestar se acrecenta conforme pasaba el tiempo y esta criatura llegó a mantenerlos en el interior por dos horas en las que le vieron seguir con sus saltos y gritos. 

Esta situación no era algo que desearían. 

A diferencia de lo que le mostraron a los monstruos bajo tierra, ellos deseaban evitar matarse entre experimentos. 

No les interesaba salvar humanos. 

No entendían como ese grupo decidió que matar a Daysi o a cualquier otro proyecto era justo. 

Dejándoles observar al gato golpear las puertas cuando se veía agotado y solo parecía actuar por instinto. 

 

 

Esto no paró hasta después de un rugido del gato a la puerta que por mas qué la rasguñaba no lograba tirarla, seguido de su carrera a la zona oscura del lugar. 

-Estamos atrapados. – 

-No lo había notado, Boxy. – 

-Propongo que PJ hable y tu te calles. –

-Pues… no tengo mucho que decir, chicos. – 

-A mami no le gusta su voz. – 

 

 

 

Este gato no podía ni escucharlos moverse sin saltar de nuevo. Asustado hasta dejarse la piel en los muros. 

 

 

 

 

Al día siguiente las criaturas del sótano entraron. 

Aquel episodio en esa fiesta era un algo bastante vergonzoso para Huggy y Kissy pero para Mommy fue pura diversión. Recordarlo para ella era lo más cómodo del mundo. 

Observar al grupo de criaturas que se deja tratar como mascotas hacer lo que mejor se les daba : Golpear a otros como ellos mismos. 

El que se organizarán tan pronto como vieron el tipo de enemigo les pareció impresionante. Eso debían reconocerlo, eran buenos matando. 

Todos lo sabían. 

Desde los CatBee a los Bunzo, todos sabían que estos siete habían borrado a tantos humanos como criaturas y salido con la suya una y otra vez. 

Sacaron a niños de la fábrica y ganaron un enfrentamiento con armas en el que juraron deshacerse de las armas de la guardería y superficie. Lo hicieron. 

Mentiría , en grande, si negara que deseaban con todas sus fuerzas escuchar que estas criaturas planeaban alguna forma de escapar todos juntos. 

Pero no confiaban en una cosa que se arrodilla a la más mínima provocación o que se codea con los humanos y se ve capaz de sacrificar a cualquiera que no sea uno de ellos. 

No los han delatado por decisión unánime pero no podían confiar en ese perro ni en sus seguidores. 

Por lo que escuchar como su líder comenzaba a gritar y llorar abrazando al gato… 

Resto bastantes puntos a la nula o poca buena imagen del idiota. 

-Las cosas se volverán divertidas.– 

Mommy lo murmura y puede que eso haga a Huggy mirarle de reojo. 

-Mami puede saber cuando los niños no quieren a un nuevo bebé, y mami lo ama.-

Huggy vuelve a mirarlos, esta vez a las criaturas y no a los dos en el suelo. 

Comprobando el malestar grabado en las pupilas de las seis criaturas que comparten un gesto desconfiado. 

 

 

 

A ese gatito no le esperaba un camino sencillo con esos niños. 

 

 

 

 

Si algo pudiera ver el interior de Theodore seguramente se quedaría ciego con toda la luz que lo quemaría hasta los huesos. 

Abrazando a la luz del sol que lo quema a él solo por existir, acariciando hasta sentirse roto. 

Sus pata en esa mano se siente arder y por primera vez su garganta lo traiciona con alguien que no es papá. Ronroneando solo con sentir ese aroma en sus fosas nasales, arrastrándose encima de sus huesos rotos para entregarse al calor que va consumirlo. 

La voz de este perro rebota en su cuerpo y lo arrastra como a una broma de mal gusto sobre amantes o los huesos de un solo cadáver, uniéndose cada vez más mientras los restos de una vida se escapan lentamente de entre sus dedos. 

-Soy Theodore… soy yo… - lo dice con lo que le resta de fuerzas, amando solo el sentir como es estrechado y tratado con tanta dulzura. 

Añorando el dolor que el amor le deja, amando cada toque y ser el rompecabezas que su perro arme con tanta necesidad. 

Ese nombre que se resistió a decir en voz alta y tan solo a compartirlo esta en la punta de sus garras, esperando a lavarse en la carne del perro.

Bautizarlo solo para sí mismo.

 

 

 

 

Chapter 43

Notes:

Espero que comprendan que conforme los protagonistas también la historia y con ello los temas en ésta.
Gracias por leer.
Preguntas o más, háganlas.

Chapter Text

 

 

 

 

 

Henry era un joven bastante guapo y él lo sabía con gran certeza. 

Aun sabe con más que certeza, lo mucho que Huggy lo era cuando eran niños. Él debió haber tenido la oportunidad de conocer el hombre tan guapo en el que pudo convertirse con el pasar de los años ; no ser cortado y dispuesto como un peluche gigante al que todos observan y se ríen al pasar por su lado. 

Henry piensa en lo que Huggy y él pudieron ser, lo sueña mucho cuando da una vuelta y prueba nuevos viajes en la ruleta del consumismo de magia personal. 

Había tenido una especie de contacto sexual con el gigante pero el resultado fue el sentirse bastante vacío. 

Amaba mucho lo que Huggy era para él, amaba mucho ser uno con sus recuerdos y lo odiaba también. 

Odiaba mucho el aspecto azul de su antiguo amigo. 

Siempre fue consciente de lo poco posible que sería ser correspondido por Huggy y mucho más era imaginar que Wuggy pensar igual. Ya ni siquiera podía llamarlo por su nombre sin recibir una amenaza cercana a la muerte. Sospechaba que el placer sexual que lo inundó fue igual al ácido para su interior. 

Buscando en la resaca de los sentimientos sobrecargado una cercanía más que profunda con este gigante. 

Solo podía quedarse a su lado y esperar que el efecto en sus pupilas se relajara antes de ir a trabajar y no lo descubrieran. 

El conserje avanzaba por delante con el trapeador y unos audífonos de los que escapaba la melodía de Rock around the clock, pasando el trapeador con ritmo mientras lo ignora y limpia esperando que sea un día tranquilo. 

Su propia cabeza se mueve con ese ritmo, recargándose en la pierna del gigante azul para relajarse en su calor, tan cómodo como un gato en el regazo de su dueño. 

Hace tiempo Huggy no le habla de nuevo. Desde que el conejo de Playcare lo miró a los ojos y lo dejó vivir. Estuvo apunto de morir pero solo podía recordar como Huggy Wuggy le trató con tanto rencor. Como si él hubiera sido parte de quienes le hicieron daño, un monstruo peor que cualquiera en el mundo. 

Más esa noche de loco sexo cuando se sintió tan vivo al despertar y volvía a restar muerto. 

Era su culpa por esperar que Huggy lo comprendiera pero también era él quién lo perdió, no era secuaz de nadie. Eso lo hacía enojar, estrechar en sus manos el pelaje del gran gigante azul y mirar al suelo húmedo como uno más de sus recuerdos revueltos con rencores sin perdonar. 

Sintiendo el reloj que este guapo monstruo le obsequió como las cadenas de un preso, pues lo colocó en su tobillo para ocultarlo y usarlo, descarado hasta los huesos. 

Igual que el mismo al irse dejándole sus propias cadenas a un niño emocionalmente inmaduro. 

El beso que le dio aprovechando su salida de Dulce Hogar, huyendo como cobarde a su nuevo hogar y dejando a ese chico con el peso de lo que siempre cargó. 

El recuerdo de Huggy despidiéndose en la puerta del orfanato y los ojos llenos de dudas, sin una sonrisa sino un gesto frustrado en esa cara llena de golpes. Le dejó muchas dudas que no irían a ningún lado, y fueron cortadas desde raíz. 

Esperando ser una opción en el futuro se convirtió en un sucio pedazo de óxido en el interior de un cuerpo herido. 

Seguramente dejaron de ser amigos ese día pero regresó persiguiendo ese recuerdo, encontrando todo en pedazos. Rencores más allá de lo imaginable y sus ojos perdidos en una sonrisa roja llena de colmillos. 

El peso de los años hizo que el amor que confesó ese día, se convirtiera en recuerdos tiernos de alguna aguja clavada en su pecho. Igualmente sano y el metal se perdió en su carne, nunca salió. 

Nunca le haría daño a Huggy ni al gigante azul en el que se convirtió su amigo. 

De nada sirvió tener sexo esa noche, menos si después el juguete finge qué no está vivo cuño el vuelve a su encuentro, buscándolo para ser ignorado. 

Eso a le había ocurrido fuera de estos muros pero no lo esperaba de Wuggy. 

-Sé que nunca me creíste pero aun te amo. – acusa y su rencor lo obliga a ser cruel con la criatura.-¿No puedes fingir que tu también me amabas?- lo pregunta agitado.-¿Para que volví? ¿No me querías de vuelta?- mira a los cubos de madera con el nombre de esta criatura. -Si no eras tú ¿Quién me llamaba todo ese tiempo?-

El gigante no responde, pareciera que no tuviera vida alguna dentro de ese pecho. Respira pero está vacío. 

No recibe respuestas de Huggy Wuggy, no recibe nada más que un doloroso recordatorio de lo peligroso que puede ser este lugar. 

-El día apenas inicia y ya tengo a uno de mis mejores empleados en mi presencia. - 

Suelta al gigante esperando no delatar nada sospechoso, pero su cara ya estaba demasiado descompuesta para fingir que estaba bien. 

Su jefe y esa asistente le observan tan interesados como para sentirse como una atracción de feria. 

-Mi turno… - agotado las mentiras no llegan completamente a su cerebro y solo puede quedarse a medias. 

Ese hombre no se ve completamente estable. Es viejo y está cansado pero su actitud no es ni en lo más mínimo como se ve. 

Aplaudiendo le sonríe tras verle derrotado. 

-Acompáñanos, Henry, te serviría ir con nosotros en el ascensor a tu trabajo. – le anima aunque una invitación del jefe siempre se verá como una amenaza y parece que esta vez no es diferente. 

Los sigue, mirando por última vez al gigante azul. 

Su cabeza se llena de dudas al verlo moverse y seguirlos. 

El hombre lo observa y sonríe falto de cualquier miedo. 

-Estoy impresionado por lo cerca que estás con Huggy Wuggy. – le aplaude continuando el camino. – Hace tiempo que se le conoce por ser indiferente con todos los trabajadores. – 

-Creo que nos sigue porque es su horario común. – 

-Mi asistente siempre me devuelve a la tierra, por eso no aprobó sus exámenes para laborar en la nasa. Una lastima que no tenga lo que falta entre sus piernas.–

-El señor tiene tanto que su cabeza debe aligerarse para seguir con vida. - 

Las risas de ese anciano hacen de este un camino aún más difícil. 

Henry no tenía energías para continuar con nada más que su silencio. 

Los empleados saludan al jefe y después sus actitudes cambiaron al ver a su gran acompañante. 

Huggy Wuggy no había limpiado totalmente su imagen pero ahora pocos pensarían en él como un problema. Eso era una ventaja que no debería abandonar tan pronto , entonces Henry sólo puede preguntarse, ¿Qué putas hacia exponiéndose ahora? Puede que ya no hayan armas, por todo el jaleo qué se había armado tras el atentado, pero aún había armas fuera de la fábrica y la puerta estaba muy cerca. Huggy no estaba a salvo, es más apenas hace unas horas lo habían devuelto a su lugar después de mantenerlo oculto por dos días enteros. 

-Cuando estabas en Dulce Hogar me parecías un niño muy divertido. – 

Mira a su jefe, presintiendo un giro demasiado grande para haber comenzado con un halago. 

-Casi no lo recuerdo de esos días, creo que estaba demasiado distraído. – intenta seguir el ritmo. 

El anciano le sonríe y levanta las manos con un bajón de hombros. 

-Pues qué mal, porque yo sí te recuerdo. – 

Esta situación es tan incómoda como podría llegar a ser caminar junto a tu jefe, el cual odias, mismo que puedes ver haciendo un gesto para que nadie se uniera a la deprimente marcha de tres humanos y un peluche sonriente. 

Henry comenzó a sentirse más afectado por lo que consumió conforme el estrés subía por su columna vertebral, un vergonzoso cambio de roles para Huggy que con pesar puso la mano amarilla en esa espalda para hacerlo avanzar. Las personas en la zona de descanso observan a los empleados y al jefe pasearse por el lugar como si fuera una excursión. 

Es como ser el ganado que sigue sin cuerdas al carnicero. 

Van por un pasillo diferente llegando al ascensor privado.

 Uno instalado en las oficinas del centro, solo para quien lleva la identificación de los de mayor rango en la fábrica. No es el transporte qué usualmente usa Henry en otra ala de la fábrica, viendo por un costado la habitación roja qué cruza con estas dos personas y a la muñeca qué corre por una esquina.

Solo ese movimiento rebelo aquellos zapatos pequeños y sus frágiles piernas de porcelana. 

El viaje que inició como una buena tanda de recuerdos, auto desprecio y reproche, cambia lentamente a un muy mal bajón. Tomándose la frente recarga el cuerpo en la pared más cercana, aunque dicha pared es solo las piernas de Huggy Wuggy. 

Huggy no dudó en apoyarlo y quedarse a su lado al subir a la plataforma del ascensor. 

Este lugar le daba miedo a Huggy, era un lugar tan oscuro y lleno de plataformas donde tiene tantos puntos ciegos donde podría haber algún tipo a punto de asesinarlo. Claro que acompañar a Henry en su camino junto a él diablo pero mucho, mucho más importante que las pesadillas qué lo comen desde adentro.

Henry es un imbécil, drogándose en su trabajo y donde cualquiera podría verlo, solo para lamentarse como un fracasado. Es como si lo único que fuera bueno fuera conectar cables y coger, carajo. 

El ascensor rodeado de hierro es activado por un código que coloca la asistente, esperando que suban todos, incluso el monstruo azul. 

Juntos lo atraviesan, empujando a Henry y colocándose tras él, era valiente pero no idiota, seguir fingiendo que solo son unos idiotas era lo mejor para lo que respecta deberían creer los trabajadores que les observan silenciosos. 

El ascensor comenzó a bajar con un estremecimiento de cables. 

Henry sujeta el pelaje de Huggy, agarrándose la frente. 

-Sé que consumes, no necesitas fingir más. – 

El que su jefe le diga eso ya lo tiene sin cuidado. 

-Señor, de por sí soy un pésimo actor. – sonríe a fuerzas, observando los zapatos finos del anciano.-Pudo ser piadoso y dejarme en la recepción. – 

-Aun no terminas las conexiones eléctricas, ¿Cómo crees que te dejaría ser despedido por consumo? Tan pronto y con el trabajo a medias. – mira al gigante azul.-No somos muy inteligentes, ¿Verdad, niños?-

Huggy baja los ojos al suelo, evitando la mirada del hombre sin poder borrar esa sonrisa. 

-Entonces debería… ¿Agradecerle?- Henry sacude la cabeza, ver luces no le ayuda a centrarse en el presente. 

Aquel anciano demostraría la razón por la que era el jefe y uno viejo, hablando de su pasado con insistencia. 

-El día que discutimos cómo debería ser uno de nuestros primeros amigos gigantes… - sonríe y junta las manos a su espalda al ver que el monstruo le pone atención. – Ese día había conocido a, no uno, sino dos pequeños habitantes de Dulce Hogar. – el anciano cierra los ojos, como si eso lo llevará a ese día. – Los vi jugar con otros niños sin importarles si eran de otro color o niñas, ni siquiera hicieron a un lado a la pequeña qué no hablaba… eran niños perfectos para mi visión del futuro.- 

Lentamente esos sin sentidos dejan de serlo, encajando lentamente en el gran escenario del todo. 

-Eran tan divertidos como un grupo de comediantes. – toma el respaldo del ascensor para recargarse al cansarse sus viejas rodillas. – Eras uno de los dos, Henry.- mira directamente los aterrados ojos verdes del joven.-Estabas con una niña, qué podría catalogar como un tonta , y ese niño grande que te golpeaba cada vez que se le antojaba. – vuelve a mirar el vacío alrededor del ascensor. – Ese niño… Roger, creo que se llamaba. – 

Henry aprieta en su mano el azul qué alcanza. Sin poder ocultar más cuanto saber que los recordaba este hombre… les daba miedo. La desfachatez y el descaro, todo relatado como si fueran anécdotas divertidas. 

Era un monstruo, un completo degenerado sin piedad ni arrepentimientos. 

Huggy traga algo de su pasado, dejando de estar tan presente en el lugar donde no podría defenderse. Recordando su niñez humana. 

-Ese niño te golpeaba y parecías de papel, ¿Será que tantas golpizas vuelven homosexuales a los niños? Agregaré más reglas para que los niños reciban más tratos gentiles de parte de los juguetes y las niñeras. – asiente satisfecho con sus pensamientos perdidos. 

Henry levantó la mirada sin encontrar la de Huggy, quedándose solo con la sensación cálida de su cercanía como la prueba para comprobar la existencia del gigante. 

-Bueno, respecto a la reunión, discutimos si debía ser azul o verde pero también cuántos, ¿Cuántas mascotas queríamos? Yo quería a ese gigante azul, una niña y un payaso.- sus hombros caen.-A nadie le gustaba ese payaso, aunque a mi me gustaba pensar en una mascota con un payaso al que golpear para que chillara, igual que un acto de los tres chiflados. – miro directamente a Henry. – La materia prima para el payaso fue sacada de la fábrica y nunca retomaron mi payaso como una opción. – suspira llevando las manos a su espalda. – Hace tiempo lo intentamos pero ese chico se rompió nada más se vio al espejo, matando a un par de trabajadores. – sonreí mirando a Henry. – Entonces enviamos a ese perrito a matarlo, después de todo aquí no hay nadie que no espere a cumplir mis órdenes cuando Huggy Wuggy no está disponible.- 

Frío, todo es tan helado que duele. 

-Este es el piso del ingeniero, señor. – le avisa la asistente al detener el ascensor. 

Las puertas se abrieron. 

Huggy Wuggy dio un empujón a Henry para bajar juntos.

Los dos restantes en el ascensor les observan detenerse en vez de seguir adelante. 

-¿Por qué hacer esto?- cuestiona el joven sin saber bien de qué hablaba él mismo. 

¿Despedazar niños? ¿Juguetes? ¿Traerlo a su piso? ¿Permitir que Huggy Wuggy los siga? 

Ese anciano dejó de sonreír falsamente, afrontándole con una mirada vacía y helada sin una pizca de piedad. 

-Pues… creo que aun me diviertes y ese payaso que pudiste ser me sigue persiguiendo.- suspira tras sonreír le. -Ten en cuenta que jugar con un juguete no es un delito pero si quiere el dueño, puede quemar eso que tanto te gusta. Siendo en este caso, el juego parte de ambos.

Los dos cuervos se retiran al bajar el ascensor y ellos se quedan en la oscuridad de un par de lámparas. 

Huggy dobla las rodillas estirando los brazos hacia adelante para atraparlo, ocasionando un sonido de arrastre al llevarlo a su pecho. 

Otra cosa para afrontar. 

Algo que para Huggy era difícil de entender de Henry era exactamente lo que este anciano recuerda. 

Todo el tiempo que compartieron juntos se divide en recuerdos de él golpeando a este chico, peleando o jugando con otros niños que le tenían miedo. A muchos los vio irse a nuevos hogares y ninguno volvería ni aunque les cortaran los dedos. 

¿Entonces porque ese chico se veía tan triste cuando al fin se lo llevaban de ese agujero? 

¿Por qué se veía tan decidido a volver? ¿Por qué lo besó al irse? 

¿Qué eran todos esos recuerdos donde se dedicó a atormentarlo y de todos modos volvía a él? 

¿Porqué Henry volvió? 

Pensó que era para burlarse y quiso fingir que esa era la razón. Otra vez culpar a Henry de todo lo que lo hacia sentir y lo mucho que odiaba sentirse como un tonto. 

Le gustaba tanto Henry. 

Le gustaba tanto y lo extrañaba aún más. 

Lo odiaba y lo quería, era un tonto y él demasiado joven para entenderse. 

Cuando desearía cambiar el pasado y entenderse. 

 

-Roger… - 

Ese nombre ya no significaba más para él, solo un seudónimo olvidado. 

-Henry… - murmura disfrutando de cada sílaba. 

-¿Quieres hacerlo de nuevo?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la ciudad. Sobre la tierra y bajo el cielo azul y el sol. 

Probando bocanadas de un aire cargado del polen de las flores del parque cercano, humo de autos de la intersección y la esencia de las donas fritas de un carrito cercano a una cabina telefónica. 

Escuchandose la melodía lejana de cathy dennis touch me y el semáforo cambiando de color incluso si algun peatón se queda en el mismo lugar leyendo el mismo pedazo de periódico, 

Esta pequeña ciudad colinda con el bosque de la fábrica de juguetes. Un lugar que muchos de los citadinos han visitado pero por alguna razón no habían locales trabajando en el lugar. 

Aunque esto a cierto hermano mayor no le interesa. Uno que decidió soportar el calor de agosto en el interior de una cabina telefónica.

El mencionado golpeó el teléfono , el cual sostenía antes contra su oído, contra el cristal de la cabina. Furiosos por lo expuesto en el interior de ese aparato. 

No pudieron entrar.  

Al fin hoy logra comunicarse con el líder del movimiento. Había hablado con el guardia de la PlayCare, logrando conseguir una forma de comunicare con el grupo que les fallo ese estúpido día. 

Los causantes de la humillación a su hermano. 

Dando oportunidad a esos idiotas de compartirte una idea tan estúpida como ofensiva. 

-¿Cómo lo volverán a intentar? ¡¡¿Son imbéciles?!!- explota al fin su mal humor. 

La llamada queda en suspenso tras su grito. 

Necesitaba la ayuda de estos tipos pero no apreciaba el secretismo. 

-Este día la policía hizo un cateo sorpresa por la carretera. Sabe de las drogas de la fábrica. - 

La voz al otro lado del teléfono suena distorsionada pero no estúpida ni joven, puede sentir que era un adulto mayor del otro lado. 

-¿No podían exigir algo más estupido?- le pregunta cansado del estrés.-El movimiento dentro de la fábrica es imposible ahora mismo. - 

La voz responde con un tono conocido. 

-Esto no es tu aldea ni nuestra carga algo que te llevaría a cazar conejos. - 

Niko levantó la mirada del suelo de la cabina a la calle concurrida por los peatones y niños de la escuela cercana. 

-Están observando. - lo aseguro buscando con el mayor disimulo que podía. 

Esa voz tardó algo más en responder. 

Niko, hermano de Bubba, observa alrededor ya cargado de la hostiga del mal humor. Sju cabello acompañado de rojo se mueve con él y logra cubrir sus ojos de los transeúntes qué no pueden evita dar mad de una mirada al hombre negro en la cabina donde se revuelve y parece bastante enojado. 

-No hay nadie ahí. - 

-Cállate racista hijo de puta, nadie usa esa palabra a menos que sea un estúpido. - sus ojos al fin se fijan en una figura en el parque cercano.-Veo que ese amigo tuyo es bastante alto. - murmura al teléfono con una sonrisa frustrada. 

Sus sospechas son correctas. Aquel sujeto detenido en el mismo semáforo tira la revista al basurero en su huida. 

-Dile que no voy a perseguirlo, no me gusta correr. - observa al número en la pantalla del teléfono.-Hablaré con los de adentro, si haces algo por mi.-

-¿Planeas utilizarnos? ¿Alguien como tú puede siquiera pensar en eso?- le reta desde la bocina del teléfono. 

Niko sacude el teléfono tirando del cable bastante frustrado. 

-Dinamita. ¿Cuánto puedes juntar antes de llegar?-

Esa persona tarda unos segundos. 

-Depende de cuanto pagues. - 

Su mirada sube y baja hasta el techo de la cabina. 

-En unos meses puedo juntar 70mil.-

-Entonces deberías mostrarlos.-

-No, ustedes consigan esa cosa para mi.-

-Escúchame, niño. El que exige el trato paga primero, demanda contra oferta.-

-Entonces busca ofertas, no quiero que de ese lugar quede una piedra completa. - 

El sol por encima de la cabina es cubierto por una nube pasajera, llevando consigo la luz del interior.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro del salón de reuniones los científicos esperan al jefe como quién espera a un demonio. 

La información que discutirán sería su fin si no lograban apaciguar ni contrarrestar su mal humor una vez se enterara de todo lo que se gastaron y lo que hicieron mientras él estaba grave de salud y no entregaron los documentos completos a los directivos. 

Amando el color de unos buenos billetes tanto como sus futuros como científicos dentro de esta compañía. 

Esperando con las miradas perdidas y esa jefa de departamento Batiendo tranquilamente el azúcar de su té mientras observa a la mesa llena de documentos. 

-Relájense, no queremos que llegue a vernos como pollos sin cabeza. – los dirige sin ánimos. 

El grupo toma lugar aún inquietos y observándola con recelo. 

De un tiempo para acá esa mujer se había vuelto arrogante y desagradable, una molestia mayor después de todo lo que estuvieron trabajando bajo presión. 

Esperaron pacientemente la llegada del jefe. 

Dando un salto en sus lugares cuando la puerta fue abierta por la asistente, entrando primero por arreglar la silla del hombre y con ello darles una mirada de suficiencia qué les recorrió hasta el centro. 

-Estoy teniendo mi peor racha desde que mi cuñado decidió embarazar a la sirvienta, ¿Algo bueno que decirle a su viejo jefe?- cuestiona al tomar asiento y mirar a todos con esos ojos afilados. 

No parecía un anciano cuando hacía eso, solo parecía un hombre calculador listo para ordenar algo simple qué acabaría con sus vidas. 

-Señor… - suspiran antes de agarrar valor y aventarse a la carga. – Terminamos con CatNap y es funcional. – informan cortantes y directos. 

-… ¿Cómo ocurrió esto sin avisarnos?-

-El día que se registró el encuentro del prototipo con DogDay se recolectaron algunas muestras variadas de 1006. Poco después hicimos los exámenes a los Smiling Critters, sacamos más muestras útiles que no se hubieran logrado armar en un experimento común. – 

La asistente hizo una pregunta para su jefe. El hombre había tenido un viaje agitado al estar con esos dos extraños pervertidos, dando una prueba a su propio cuerpo y resistencia de lo cerca que estaba para su último día en la tierra. 

-¿De donde sacaron la materia prima? Se supone que ustedes aún no logran poner en circulación aun a la tanda 5 ni 6.- les interroga, revisando las notas de su propio itinerario. – No les dimos la aprobación para ningún nuevo procedimiento de retiro en estos meses de visitas. – 

Entre los científicos se arma un complot silencioso, huyendo de dar la respuesta, dejando a la jefa del departamento a cargo de todo. 

 La doctora suspira dejando de lado su té, dando fe a sus procedimientos descarados. 

-Usamos al niño muerto en el incidente. – 

-Ustedes habían dicho que necesitaban al menos el 98 por ciento de un cuerpo apto para formar un nuevo proyecto. – revisa sus notas. – Aquí marca que ese incidente les dejó con menos de el 75 % del menor tras ser abrazado durante el incidente.-

-Es verdad, no quedaba mucho con lo que trabajar. – 

-Fue una prueba de fuego el atrevernos a implementar el cambio de una materia tan ineficiente, pero es grande lo que tenemos entre manos y este experimento nos hizo difícil dejarle ir. – 

-Tardamos casi ciento veinte horas en total para terminar cada procedimiento quirúrgico. - 

-Después del procedimiento le observamos reaccionar, moverse y caminar, esto le llevó dos meses más. – 

-Hace dos días lo pusimos a prueba con las criaturas de la superficie—

-Recuérdenme ¿De que bloque era ese niño?- pide el jefe al dar con la clave.

Entre los científicos hubo una mirada nerviosa. Conocían las quejas de su jefe. 

-Era el bloque cuatro.- murmura esperando esa respuesta por parte de los científicos la asistente. 

El jefe puede prever cuanto se molestara por lo que tengan que decir estas personas. 

-¿Bloque cuatro?- repite y mira a su asistente. – Dime qué hay en ese bloque. – le pidió esperando. 

Bajo la mortificada mirada de los presentes, la mujer voltea las hojas hasta la sección de los bloques infantiles. 

-Bloque 2 : Son niños divididos y traídos como una muestra de buena fe de la compañía con las fundaciones religiosas, a control de distintos socios comerciales, para apaciguar el ojo público. Entre estos niños se encuentran sobrevivientes de actos violentos, víctimas de violencia sexual, resultados de trata y ex adictos. – termina con la lista, observando a los científicos. – Se les prohibía utilizar a cualquiera de esos niños, explícitamente. – 

Uno de los científicos tentó el terreno. 

-¿No le parece que tener al gato es suficiente razón para ignorar dicha orden?- 

El jefe golpeó la mesa con un puño, más débil que antes por su edad, reclamándoles.

-Les prohibí utilizar hijos de prostitutas. – suspira mirando a la científica en jefe. - ¿Cuál es el historial de dicho producto?-pregunta a sus asistente. El enojarse con llevaba un esfuerzo que hacía tronar sus costillas. 

La asistente revisa una segunda parte de ese documento. 

-Theodore Grambel originario de Yeovil-inglaterra. El menor en cuestión fue traído del hogar Nazareth, su orfandad, muerte de único padre presente, resultó ser el fin de una secuencia de años de llevar una vida dirigida por la tendencia a las drogas por parte de una mujer que laboraba en la prostitución desde los trece años. El niño en cuestión fue encontrado en estado de malnutrición después de acompañar el cadáver de su madre, caída en un paro cardíaco por una sobredosis.- voltear la página sin levantar la mirada. – En las pruebas de sus calificaciones para ser parte del departamento de innovación se le hicieron exámenes y se declaró que era incapaz de describir su personalidad. El niño contaba con una un yo completo, no era compatible con la reprogramación necesaria para ser uno de nuestros experimentos. – 

Esa secretaría de aspecto ruin acompaña con un reclamo sencillo. 

-Les recuerdo que a todos los juguetes de la línea de sonrientes se les dio un tratamiento de construcción para enfilarse a sus respectivos personajes. Cosas desarrolladas como el yo serían un impedimento, ¿Nadie lee los demos?- 

La cara de los presentes parece torcerse cada vez más claro. 

Algo como la identidad del yo era un parámetro demasiado intenso para estudiarse junto a la naturaleza del compuesto físico. Aunque sabían que los experimentos eran residuos de un estudio e investigación hecha por el departamento psicológico de la empresa (hippies de mierda) no era posible medirlo exactamente una vez eran expuestos al cambio. 

-Puede que fuera así pero-

-Bubbaphant & Picky Piggy fueron rescatado del bloque 2 antes de su entrada a la compañía y su servicio es tan o más completo que el del primer cambio exitoso.-

-Bubba y Picky fueron rescatados del vertedero del bloque dos por DogDay, no por el funcionario. – interrumpió el jefe. – Quedamos en aceptar el cambio por su compatibilidad con el personaje y su estado físico, no por el capricho de un empleado rebelde. – 

-Señor… - mostró los documentos en cuestión. – Theodore Grambelll era perfecto desde el inicio, físicamente era compatible y su cuerpo recibió su primera dosis con grandes resultados. – 

-Era el hijo de una prostituta, mentalmente ese niño debía estar hecho un asco. – 

-En observaciones se corrobora que su comportamiento era pacífico y obediente. – 

-Su madre lo crió apartado de sus actividades, es un niño… era un niño sano psicológicamente. – 

-Mucho más que Daisy, o Lampus. – 

-Mi payaso no se debe mencionar aquí. – 

-El punto, señor, es que hicimos al fin lo que nos pidió y las ocho criaturas que solicitó han sido creadas con éxito. – 

-Bien… - suspira más agotado qué de acuerdo.-Enciendan la televisión. – 

Una tos muestra lo inquieto que los ponía. 

-¿Acaso ya se les murió?-cuestiono con una sonrisa la asistente. 

La cara del jefe se tuerce con una sonrisa sardónica, llevando las manos a sus rodillas para acomodarse hacia atrás, arrogante y abierto a la broma que dijeran para defenderse. 

-El experimento… resultó herido en una afrenta con los Smiling Critters. – 

-Vaya. ¿Le coqueteo a la cerdita o que?-

-Intentó retar a DogDay y el perro lo lastimó. – 

-Oh… vaya. -

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hacía unas horas. 

Unas quince horas antes de la reunión con ese hombre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa celda sigue cubierta por la sangre del gato y con luces ausentes más allá del brillo de ojos fantasmas en una parte de las sombras.Esas seis criaturas atentas. 

Con el potente ronroneo aminorando por la somnolencia del felino. 

Bajo la vigilancia de las criaturas de la superficie la liga de sonrientes cuida y marca una distancia con sus miradas fijas o esquivas, cargando el mal humor de más de uno de los presentes. 

-Dog.- 

La cabeza del líder se inclina mostrando que los escucha. 

-Podemos hablar con ellos ahora. - 

Este recordatorio lo hace mirar a la pared pero las garras en su espalda detienen sus movimientos con un pujido ansioso. Theodore aun no lo deja ir. 

Su atención baja a ese rostro oscurecido por la falta de las iris brillantes, estaba agotado. 

-Bubba, ve con Hoppy. Háblales sobre el movimiento de los guardias. - 

El elefante pierde el pelo ante la ansiedad que lo llena. 

DogDay aferra al gato en sus brazos, probando en el interior de su boca el aroma a flores y la azúcar de sus heridas. Un desastre extraño. 

Sabía que debía aprovechar esta oportunidad para hablar con todos ellos y ponerles en claro lo que debería seguir y cómo es que su ayuda en el plan sería lo más importante para lograr la salida de todos de este lugar. 

Su caída. 

Aún así en sus brazos está el mayor y más cálido peso que lo clava al suelo. Lo sujeta y lo hace sentirse rodeado por él. Añorando nada más que hundirse hasta el fondo del ardor de su piel al choque de este cuerpo. Ignorar al mundo y sus desgracias.

Bubba tampoco está muy animado por hacer tal cosa. La sola idea de reemplazar a DogDay como portavoz junto a la explosiva Hoppy lo hace temblar de miedo. 

-No, no soy el líder, no puedo hacer eso.- niega enojado esa posibilidad tan jodida. 

DogDay mira al gatito en su poder. 

-Solo esta vez. - lo pide en voz baja. 

Bubba aprieta las patas una contra otra. 

-No, Dog. Debes hacerlo tú. - 

El lomo del líder comienza a erizarse al igual que es cola se tensa moviéndose lentamente. 

-Apenas lo recupere, Bubba.-

Bobby intervino entre los dos antes de que se sintieran más enojados. 

-Yo lo cuidare. - le asegura a DogDay. -Sabes que puedo hacerlo, puedo cuidarlo por ti.- 

El líder la mira por unos segundos. Liberándose del agarre del gato de una forma casi despiadada para entregarlo a ella. 

El gato estaba dormido pero no se negó al abrazo de la osa, hundiendo el rostro en el pelaje de su estómago. 

DogDay de detuvo para pasar su mano por toda la extensión de esa espalda y sus orejas inquietas al toque. 

-Gracias.- le dice a ella en un murmullo.

Bobby respondería pero el líder se apresuró apartándose de ellos. 

Se ha puesto de pie agarrando a Bubba por el brazo para caminar directamente hacia las criaturas de la superficie. 

Ni el episodio humillante ni la última escena, ninguna le cruzó por la mente al ver las sonrisas de estas criaturas. De alguna manera su cabeza ya se siente mejor para ignorarlas y concentrarse en esos ojos. 

-Las armas se fueron. - es lo primero que dice al enfrentar a Huggy. 

Wuggy le sonríe aguantando una risotada al desviar su atención del perro al techo. 

Estas criaturas del sótano eran buenas fingiendo una y otra vez, como muñecos desde antes de ser estos juguetes. 

Con el tiempo su memoria, buscando como herirlos cuando se viera en la necesidad, hizo memoria sobre ellos y cómo los conoció. Algo que es interesante de recordar era que estos se llamaban como juguetes desde mucho antes. Corriendo por ahí mientras gritaban sin vergüenza alguna nombres estúpidos para humanos. Como Picky o Kickin, sin duda en presentarse como tal. 

Algo está mal con estos tipos. 

-¿Quieres un hueso?- pregunta burlándose del chico. 

A este punto no podrían seguir siendo niños, lo que eran era capaz de razonar y llegar a manipular las posibilidades nimias a su favor. 

-SI. - asiente y apunta al elefante. 

-Hay un humano a tu lado que sabe todos los procedimientos de apertura y conexiones.- Bubba lo dice mostrando un libro torcido por guardarlo en su cierre. 

Huggy bajo su sonrisa, no pude hacer más que eso para mostrar su mal humor. 

-Ese humano. Dile que hable con nosotros. - lo pide sin cuidar su tono. 

-No te debo nada, no puedes exigir nada a nadie. - lo apunta Huggy enojado. 

Boxy a unos metros asomó los ojos curiosos por las palabras del perro. 

Dog levantó la mano mostrando el peso al acercarse después de marcar la distancia. 

-No es una exigencia. Es más una oferta que se le hará estés enterado o no. - 

Huggy gruño al tenerlo de nuevo cerca. Es verdad que deseaba volver a arrancarle la piel a este perro. 

Mommy sonríe desde el techo, mirando a esa mascota y después al grupo en el mismo rincón. Preguntando, con esa gran sonrisa, si estas criaturas estarían de acuerdo con su líder. 

-Entonces sólo estás buscando pelea. - 

-Es cercano a ti. Cumplimos la primera vez, entonces quiero aprovechar ese mismo medio para hablar contigo.- lo apunta esperando su respuesta. 

-Si el no quiere-

-Entonces debería hablar con otro humano, no habrá algo como presión. - lo asegura estirando los brazos. - No soy el tipo que tortura por informacion. Eso se lo dejo a los científicos.- 

Esa última línea ha escapado con un tono parecido a esas bromas verdes qué pasó meses soltando como fuente. 

Algo que incluso al elefante hizo mirarlo confundido. 

-Si. - murmura Bubba dando la razón. Aunque ese tono le ponía ansioso y lo hacía dudar sobre la cordura de DogDay o su estado mental. Debía ser el retorno de Theodore, no estaba concentrado totalmente en el presente. 

-¿Entonces porque haces este trámite frente a nosotros, perro?- 

Saber si lo insultan o era su nombre el que dicen se puede diferenciar por el desprecio en sus tonos. Ahora mismo Mommy ronroneo al dirigirse a él, acercándose por encima de los presentes. Colocó una mano rosa sobre Huggy para estirar el cuello y enfrentarlo. 

DogDay frunce el ceño viéndola tan cerca. 

Mommy nunca fue su favorita y ahora solo podía sentir cuánto esta criatura ansiaba masticarlos. 

-Privado. - lo murmura esperando poder ser escuchado solo por ella. 

El hecho de que nadie reaccionara alrededor y parecieran creer que el perro se había intimidado hasta enmudecer les da una impresión ya conocida y que estaban dispuestos a creer.

La araña no ha dejado esa sonrisa aún. Retirándose con una mirada burlesca. 

Al parecer incluso las mascotas le tenían en un nivel diferente al muñeco azul. 

Decide guardar el secreto solo hasta saber qué podrían querer de ella. Volviendo al techo para solo observar a todos. 

DogDay retrocede un paso. 

Eso termina por sellar la impresión de temor del líder del sótano a la araña. 

Bubba no comprende lo que sucede ni porque ahora el líder piensa que era momento de volver a bajar la impresión de su grupo con las criaturas de la superficie. Observando al perro fingir de nuevo para retroceder con él, acompañándolo en el acto por pura lealtad. Encoge el cuerpo y sus patas las presiona contra su estómago al ponerse tras el líder. 

Dog mueve la cabeza al verlo retroceder, hace un gesto para retirarse. 

-Los humanos vienen. - anuncia el perro volviendo con su grupo.  

Las criaturas de la superficie giran para observar la puerta. 

Retrocede cuando el instinto les avisa de ello. 

 

 

 

 

 

Boxy vuelve a esconderse. 

 

Las puertas se abrieron dos minutos después. A base de una prensa hidráulica. 

 

 

 

 

 

Los sonrientes ya se habían unido. El líder observó al gatito dormido. 

-Sus heridas están mejor. - avisa Bobby después de estar tocando el lomo del gato. 

-No creo que lo dejen con nosotros.-

DogDay lo piensa y siente que no hay alguna mentira para lograr que no se lleven a Theodore nada más entraran. Podría pedirlo pero no sabía si lo escucharía al ser nuevo.

-Estara bien. - lo dice animada Crafty. - Lo sentí en mis patas, es bastante resistente. - 

Los humanos lograron entrar. 

El olor humano entró con ellos. 

Causando un despertar sobresaltado en el gatito. 

Bobby apenas logró contener un grito al ser empujada por este. DogDay lo atrapó por la cola y tiró de él de vuelta antes de que saltará por las paredes. Abrazándolo de espaldas para evitar las garras traseras, sujetando las delanteras con las manos cruzadas. 

Bobby tuvo que moverse al igual que Kickin para votar el filo de sus garras traseras. 

-¡¿Qué está ocurriendo por allá?!- un humano los interroga apuntandolos con una lámpara. 

 Como muchas otras veces el malentendido persigue al perro líder de este grupo. 

Viéndolo sujetar y ahora caido al gato que lucha por su vida en el suelo. 

-¡¡¿Qué estás haciendo con CatNap?!! ¡Déjalo ir ahora!- ordena aun apuntandolos con la lámpara. 

Dog no quiere soltarlo. Si algo quedó claro de Theodore en todo el tiempo que lo conoció era su gran rechazo y su costumbre de golpear y preguntar después. 

-Theodore, por favor, piensa. - lo murmura apretando el abrazo para detenerlo.-Vuelve en ti, porfavor. - lo pide abrazándolo con más fuerza. 

 

 

 

 

 

 

 

Las criaturas de la superficie observan divertidas el espectáculo. Sopesando lo grande que sería la caída si ese gatito le hacía lo que a las paredes a uno solo de esos guardias que confiaron en las mascotas para no llevar armas a esta celda. 

Era hilarante observar al perro batallar con el gran gato. Al borde de perder todo por lo que el y su pequeños se esforzaron por este gatito miedoso. 

 

 

 

DogDay murmura algunas palabras para soltarlo. Las garras crecen y destrozan las paredes tratando de usarlas para impulsarse y liberarse. 

-Solo golpealo. - le dice Crafty ansiosa por las lámparas que los apuntan. 

Hoppy sujeta sus orejas agachándose sin saber qué hacer. No conocía a este chico tanto como debería como para saber cómo calmarlo.

-Se acabó.- murmura Crafty levantando las dos pezuñas delanteras para patearlo. 

DogDay no pudo aceptarlo. Soltando una de las garras detuvo el impacto empujando a Crafty a unos metros.

-¡¿Qué haces?! ¡¡Yo soy el líder, ahora ya deja de pelear!!- lo ruge volviendo a agarrar las patas del gato con fuerza. 

A Crafty la caída no le dolió más que cuando jugaban en el círculo pero los gritos enojados la hacen quedarse en el suelo. 

Al igual que al resto los hace retroceder asustados por su voz. 

DogDay no quería gritarles. Su humor empeora sintiéndose culpable por gritarle aunque ella solo quería ayudar. Incluido a todos los demás y su miedo a los gritos.

Ahora mismo estaba bajo el ojo humano, nada que no esté calculado debía moverse. 

-No me grites. - 

Baja su mirada al gato que al fin dejó de pelear. 

Este lo mira con la mirada de luna brillante. 

-No me dejes con ellos, no lo hagas, porfavor. - lo pide. Lo rogó temblando al volver de alguna forma en sí. - Porfavor, porfavor, porfavor… no quiero que me toquen. Ya no, no puedo más. - lo pide hundiéndose en su abrazo. 

El grupo pudo escucharlo, incluso Crafty.

Lo entendían, el porqué estaba tan asustado. 

Los humanos alrededor no. 

DogDay exhala el vaho espeso de sus sentimientos. 

La rabia y todo el resentimiento hacen que su pelaje se oscurezca al erizarse. 

-No irás con ellos. - asegura soltando una de sus patas.-Tampoco puedo dejarte ir.- acariciaba sus orejas con un anhelo presente en su corazón. Percatandose por fin de que Theodore había vuelto.- Te amo. - suspira apretando el abrazo. El gatito reacciona de forma positiva al permitirle afianzar el abrazo pero las voces humanas aún lo agitaban. 

Theodore aún estaba reactivo, no era seguro dejarlo libre. No sería justo que lo castigará nada más ser presentado. 

DogDay llama con un gesto a Bobby. 

Todos se preguntan lo que planeaba. Otros creyeron que cometería una locura como pelear en esta gran desventaja. 

 

 

 

 

 

Los humanos con esas lámparas han cortado la distancia con el grupo de sonrientes, dando un gran salto al ver de espaldas al perro encestar un gran golpe a la cabeza del gato. Este quedó inconsciente y lo ve en por la cola qué se ha dejado de sacudir. 

Después dejó al gato en brazos de la osa roja.

Retroceden al verlo ponerse de pie y venir hacia ellos con esa sonrisa oscura y ojos brillantes. 

Este perro levantó las manos. 

-Lamento que vieran eso. - murmura. - Es un problema familiar, no se preocupen.- mira a los humanos directamente. - Es solo un correctivo. - 

 

 

 

 

 

La mentira que su padre usaba para golpearlo en la calle y solía funcionar ha servido incluso ahora. 

 

Chapter Text

 

 

A diferencia de un día más despertando en su celda, este fue distinto al no estar solo. 

Delirando con su cuerpo humano intento sobarse los ojos al despertar. 

-Bobby, bájalo.- advierten. 

El gato levanta la cabeza, descubriéndose dormido sobre el regazo de una osa roja. 

Es cuando todo su cuerpo se mueve muy lentamente, llevando todo su extensión a repetir el movimiento felino de irse estirando las patas y pegado al suelo, evitando volver a tocar a la osa al bajar de su regazo, dirigiéndose silenciosamente a una esquina de la celda. 

Bobby le observa hipnotizada por esa cola espesa moviéndose tan sauve que los cabellos rosan el suelo llevando una mota de polvo consigo. Por curiosidad la toco, levantando a cabeza por la forma en la que le esquiva elevándose en alto todo lo larga que era, sacudiendo el polvo al enrollarse. 

Las colas son bonitas. 

Ahí se giro a medias para verles. 

-¿Dónde esta?- pregunto una vez los reconoce. 

El grupo de criaturas inclina la cabeza a un lado todos al unísono. 

-Creo que habló . – apunta el unicornio al estirar la cabeza un poco de costado. 

-Yo solo escucho estática. – dice en un gruñido el ave. - ¡Intenta gesticular!- le grita moviendo las manos sobre la boca para darle una dirección de acción. 

El gato baja la cabeza. 

-¿Cómo lo hago?- pregunta y ahora si escucha lo mal que esta su voz. 

No tenía sentido lo ronca y gruesa que era, como escuchar una bocina directamente sobre el oído y fuera un rezo cantado por magos celtas de mediana edad. 

Queria llorar. 

Ahora entendía cuando todos con los que se cruzaban lo llamaban bonito. Comparado cn esto hasta una rana tenía la voz de un ángel. 

La piedad de una de las criaturas vuelve a mostrarse piadosa. 

-Échenle agua bendita. – canto Picky. 

Theodore bajo la mirada, volviendo a girarse y quedarse pegado a la pared. 

-Ya lo deprimiste, cerda.- 

-Cierra el hocico , burra flaca.-

-¡Aha!- exclama una vez fue insultada. Sin responder se giro para darle un vistazo de su cola a todos y quedarse así por lo que estará de su encierro. 

Bubba les mira de lado, dando un empujón a Picky. 

-SI. – asiente ella acercándose un poco a Theodore, él gran gato púrpura en una esquina. – Bubba, yo, y todos queremos disculparnos contigo. – le dice halando al elefante a su lado. 

-Yo no, ni te alcance. – corrige Picky en su lugar. 

Hoppy la miro feo antes de volver a mirar al gato. 

-Lamentamos que esté sea tu nuevo estado, lo sentimos mucho por ti, pero no te vamos a tratar con lastima solo por esto. – ignora la mirada ansiosa de Bubba.-Eres uno de nosotros, no hay marcha atrás. - 

El elefante depositaba en Theodore cero confianza en el pasado y menos ahora que poseía cuatro pares de garras gigantes , un gran tamaño y una velocidad semejante a Hoppy o tan fuerte como Bobby o DogDay. Este niño no le parecía de fiar. Solo por eso lo incluyo en el pasado, para mantener a salvo a Crafty en caso de alguna repercusión por parte de él niño alto que si la encontraba sola podría hacerle mucho daño. 

Aquella persona en los túneles y su voz adulta más no haber descubierto los secretos de este niño durante su pasado. Las incógnitas y sospechas sin responder han dejado de acumular polvo. 

Ahora mismo solo podía quedarse con sus dudas para sí mismo. Enojado por el modus de Hoppy, siendo directa en vez de hacerlo relajarse y descubrir su estado mental lentamente. 

-DogDay se hecho la culpa de nuestras heridas, y de ti también, solo para que ya no te llevarán con ellos. – lo informa la coneja. – No se cuanto te hayan hecho pero no será nada si llegas a traicionarnos, ¿Entiendes?-

Theodore no puede terminar de hilar sus ideas ni entender bien lo que sucedía a su alrededor. 

-No se que se supone que te diga, Hoppy. – murmura Theodore tras escuchar lo sucedido con el perro. – Eso no era necesario. – suspira descubriendo lo difícil que era respirar, le ardía la garganta.-Queria verlo al despertar. - 

Carraspera bajando aun más la cabeza contra el muro. 

Crafty movió las cabeza haciendo que su cabello se sacudiera sobre su lomo. 

-Le pediste que no te entregará cuando los humanos llegaron por nosotros. – 

Theodore golpeó su cabeza en la pared al escucharlas. 

-No le vuelvas a pedir eso a él. – le pidió más suave Bobby. – Sabemos que lo haría por cualquiera de nosotros pero no nos atrevemos a ponerlo en esa situacion , por favor no lo vuelvas a hacer, eso no está bien. – lo repite aún preocupada por el líder. 

- ¿Yo se lo pedí?-pregunta el gato en la esquina. 

- ¿Porqué otra cosa el líder estaría fuera de aquí?- lo dice retadora y sin paciencia Picky. – No puedes seguir confiando en DogDay para cuidarte, deberás afrontar nuestra situacion-

 - ¿A dónde lo llevaron?-

-¿A dónde crees tú?- le responde sin cuidado Crafty. – Fue a que lo trasquilaran o a que le revisaran las tripas por el oído sin anestesia, ¿Tienes idea de cuanto nos esforzamos por cuidarnos de los humanos? Y tú lo haces saltar a la cuchilla nada más regresas a su vida.–

-Ya casi te entendemos, sigue hablando. – le pidió Hoppy aun molesta.

El gato deja caer su cuerpo en los cuartos traseros, viéndose aun mas lamentable. Cosa que hace a la unicornio y cerdita fruncir los ceños bastante ofendida por su desfachatez. 

-Yo… yo quería verlo, queria quedarme con él… - su voz a medias comienza a tener sentido. – No quería que el hiciera eso… lo siento mucho, de verdad lo siento. – 

Bobby atravesó la celda para estrecharlo, en lo posible, en sus brazos. Aparte de descubrir que en realidad no era tan grande como su pelo esponjoso mostraba, corrobora el estado helado de su piel. 

-Estará bien, no estamos enojados. – explica acariciando sus orejas. – DogDay lo hizo porque le importas, no te preocupes. – le explica llevando su voz a un tono más suave. 

El grupo estaba dividido. 

Sin el líder no había respuestas y las ideas rebotan sin una mesa en la que discutir, dando paso a una alterada atmósfera en donde Bubba no se sienten en confianza y Hoppy no entiende porque estaba tan enojada con este nuevo integrante. 

Con DogDay culpandose de algo que no era su culpa y lo fácil que su grupo lo aceptó con tal de mantener a salvo a este chico. Después de todo ya no era humano, ya no era un niño y debería ser tratado igual que todos ellos pero lo ve ahí, llorando con el lomo caído y esa larga cola desparramada en el suelo.

Esa maldita cola era prensil, lo comprobó al cargarlo con Bubba y descubrirla rodeando su cintura. 

Garras, fuerza, velocidad, visión nocturna, tamaño y fuerza. 

Este chico era superior a más de la mitad de su grupo, ¿Con que propósito fue hecho así? 

Después de todas sus experiencias con los humanos, armas, el raro trato de su líder con los avaricioso corruptos,la sangre que los está buscando , las criaturas de la superficie y las de su propio piso. 

Ese enemigo silencioso de los laboratorios. 

Este niño y su posible desarrollo como un enemigo era lo último en lo que quería pensar o gastar su capacidad cerebral. No todos los experimentos están de su lado, así como no todos serán sinceros desde el inicio o al final. 

DogDay suele ser el tipo que tiene todo en cuenta pero ahora seguro estará completamente confundido por sus sentimientos respecto a este gato… o tal vez se le pase una vez ya no lo vea humano. 

Empezana a creer que este chico debió quedarse muerto. 

-Esto se volverá complicado. – suspira observando incluso a Kickin consolar el sollozo del gato que pasando los minutos su mejoría fue en declive y ahora podían escuchar como se deshacía en un ahogado lamento sin lágrimas. 

Las orejas de Hoppy bajaron lentamente al permitirse escuchar los lamentos y quejas ahogadas, viendo al gatito agarrarse la cabeza para llorar en seco y su cuerpo vuelto bolita tiembla demostrando lo frágil de su ser.

-No te queda el papel de la maldita insensible.- 

Hoppy voltea al sentir el empujón de Crafty en su espalda. 

-No te preocupes, yo puedo odiarlo por todos. – le asegura tras notar la incógnita de la coneja. 

Hoppy le acepta el gesto, dirigiéndose al gato para poner su mano sobre esa cabeza. 

-Déjalo salir ahora, te cuidaremos, Theo. – lo sacude un poco. – Ahora que ninguno de ellos puede verte, déjalo salir, cariño. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿De verdad hiciste eso?-

-Golpee a todos, si. – repite observando a la doctora frente a su lugar. – Lo siento, fue un mal trimestre para las inversiones del estado. - 

-¿Tú solo?- dejo ir esa mala broma. – Lo veo difícil. - 

-Use pedazos de las paredes. – miente moviendo los hombros. 

De verdad estaban tardando en electrocutarlo. Se sentía más como estar de nuevo en la comisaría con un policía que lo interroga y observa incrédulo. 

-¿Ninguno de tu grupo te detuvo?- pregunta de nuevo. 

-Lo intentaron pero… - mira a otro lado dejando a las pruebas del incidente hablar. -… no les permití detenerme. – suspira mirando el cableado que ya le debieron poner en el cuerpo. - ¿Estamos teniendo una conversación de cama? Creí que eso iba después. – 

Indiferente a los intentos del perro por salir del interrogatorio , concentra su mente en la presente situación. 

-¿Quieres que creamos que usaste escombros y tu propia fuerza para herir a 12 criaturas? ¿Tu solo?- le cuestiona sintiéndose divertida por como el perro esta sacudiendo la cola tras la silla, creado una ligera brisa con el aroma de la vainilla y la sangre esparciendo se se sus patas a el aire. 

Porqué no lo habían traído directamente a interrogar. Ya habían hecho un par de cortes para recolectar algunas piezas orgánicas de su cuerpo. 

El perro mueve la cabeza asintiendo, demostrando un gran descaro. 

-¿No es increíble lo bien hecho que le quedé a todos ustedes?- se apunta inclinando el rostro. – Además de un gran modelo , también soy bueno en artes marciales.- mueve los hombros al volver a su estado derecho. – Es obvio que alguien merece un aumento. – su mirada sube por la pantalla de cristal en el muro. – Hola. – saluda al vidrio doble vista con una mano arriba. Pareciera que estaba entre amigos y conocidos. 

Dentro de la cabina aquel doctor le observa con las manos en los bolsillos , inclinándose para observar mejor la fisonomía del perro. Adoraba a toda la línea sonriente. Eran parte de su trabajo más reconocido y que no salió tan nauseabundo como el resto de los procedimientos hechos por los compañeros que le habían condenado a la vergüenza por ser liderados po una mujer. 

Admitía qué debió hablar más con Montero, ya que su propia jefa no lo haría por orgullo , iría a verle a su departamento en cuanto las criaturas fueran reincorporadas. 

 

 

Dentro de la habitación con la asistente y el gigante más relajado como avanza el tiempo, relajandose tan pronto como el mismo ambiente que crea su actitud. 

La doctora cubre su rostro con las manos al girarse. Quería reírse y dejar esta habitación. 

-Te creería si no fuera porque tenemos los primeros veinte minutos de CatNap en la celda y nos muestra lo rápido que se desequilibrio al contacto de los otros experimentos. – sujeta un documento impreso en la mesa, mostrándole al erro la captura de el gato atacando a Missy. 

DogDay movió la cabeza dejando sus hombros caer y el descaro se vuelve un acto parecido a un animal debilitado. 

-Mommy es violenta con todos los nuevos y lo sabe. - lo intenta defender pero claro que no salió bien. Había abierto la boca cuando no debía. 

-Nunca habías hablado mal de ninguna criatura… ¿Alguna razón para proteger a este experimento en específico?-

Otro error. Uno grande.  

Dog bajo la mirada al suelo, procesando las respuestas dadas de su parte al interrogatorio de la doctora. 

-No te castigaremos por mentir, no estamos en búsqueda de ello. – 

-Oh… creo que lo agradezco. – suspira colocando la cabeza en el dorso de su puño, relajando las piernas qué caen a los lados haciéndolo ver como un vagabundo sin respeto. – Entonces deberá ser un trabajo lo que quieren de mi. – mueve la cabeza para si mismo. 

-Te deberemos poner una tarea muy importante con respecto a tu nuevo sonriente. - 

-Ya veo… ¿Debo integrarlo?- pregunta. 

-Claro, este chico es muy frágil y su cuerpo aun es débil a los cambios… aunque eso nunca detuvo las tareas de tus sonrientes antes. – observa de soslayo al perro mecer el cuerpo de lado a lado, haciendo sus orejas bambolear. Este chico no estaba tranquilo ni relajado, sus lecturas eran de todo menos un ritmo igual a cualquier otro día normal. 

El control qué el perro poseía sobre su propio cuerpo comenzaba a ser cada vez más divertido. 

-¿A alguno de tus compañeros les desagrado el gatito?- pregunta sin dejar de vigilar el lector de ondas. 

Ese perro negó con la cabeza, levantando la mirada al techo. 

-Creo que a todos les agrada. – informa después de fingir pensar profundo.-Tiene un color interesante, y huele tan bien como las flores. – su mano contraria apunta al espejo. – Estoy seguro de que ellos sabrían responderte porque es tan agradable al ojo. – 

La asistente deja salir algo mucho más directo y peligroso para ocasionar alguna respuesta extra. 

-Ese gatito era el niño al que buscaste tan desesperadamente en los laboratorios. – le informa sonriendo. 

La cabeza del perro gira al frente donde estaba esa mujer, dejando de mirar al cristal. 

Las ondas en la pantalla estallan. 

-No lo recordaba. – murmura después de superar el malestar.-Creí que nunca usarían niños del bloque dos. - 

-Tenemos imágenes de ti… hablando con ese niño en el pasado. –

Responde sin pausa. 

-También hablaba con muchos más niños y con las niñas también, ¿Quieren saber como supe que no estaba en la guardería?- mira a la maquina conectada a su cuerpo por medio de un cable pegado a su frente. – El olor, sentí el olor de un niño y ese día estaban muy extraños… así que lo seguí porque el no iba con el doctor que ustedes trajeron, creí que encontraría a los demás. – 

-Ya veo. – suspira dejando parte de su papeleo en una mesa metálica. – Te veo mentir en el escáner. – 

-Les mentí sobre hablar con los niños, en realidad hablo más con adultos. – piensa en cuanto le a costado recuperar su lazo con los niños. 

La verdad resalta en la pantalla. 

-Ya veo, sabes de las políticas de la empresa. – sus notas le dictaba que hacer a continuación.-Ese gatito no fue aprobado por el jefe, así que debes integrarlo antes de una semana o será eliminado. – 

La respuesta del líder fue mucho menos positiva o alegre de lo esperado. 

-… no harían algo así, ese cuerpo debió costar mucho dinero. – su puño golpea su pierna. - Como si el dinero se diera en los árboles, ¿De verdad el señor Ludwick aprobó esto?- 

La curiosidad llega a cada trabajador presente. Que incluso una mascota les riñera ni era bueno para sus egos. 

-Creí que intentarías defenderlo a garras y dientes. – apunta esta asistente después de escribir el reclamo de esta mascota leal y capa de dictar el manual de empleados de memoria. 

Ese perro mueve los hombros relajándose lentamente. Al menos eso les quería hacer creer. 

-No se si debería hacerlo, después de todo es costoso hacernos pedazos después de criarnos como ganado y en la compañía atesora cada juguete, ¿No es así? Creo que puedo hacer lo que me piden junto con mis compañeros pero si lo deciden de antemano… no veo razones para presidir yo mismo de ese gatito. – 

El conteo estaba inquieto. Marcaba la verdad y la mentira pero era difícil saber que podría ser qué entre toda sus palabras revueltas. 

El mal humor de DogDay no le estaba jugando a su favor. Agitandose y cayendo en la agresividad qué le llena conforme intenta contenerse y no explotar de verdad. Cubriendo sus garras al cerrar los puños o agitarse para no volverse más grandeen un arrebato. 

¿Como se atrevía a amenazar a Theodore?

No sabia si podría seguir adelante con este juego estúpido. 

Porqué ya con todos juntos ¿Que lo detenía de huir con sus amigos y Theodore? Solo ayudar a los niños o la persecución de las otras criaturas. 

Dependiendo de lo que le digan sus decisiones se inclinarian a cometer una locura o soportar solo un poco más. 

La doctora le apuntó un problema que también le respondia si Theodore estaría protegido de otras criaturas. 

-Estarías dañando propiedad de la fábrica y te castigarímos seriamente. – 

El alivio lo llena. Incluso si era mentira el creer que Theodore sería protegido en una enfrenta le hacia sentirse mejor. Recuperando algo de su tranquilidad falsa. 

-Entonces más vale que tomen en cuenta cuanto se esfuerce para servirles, igual que yo, necesitará paciencia… ustedes fueron los que lo trajeron de nuevo en vez de permitirle descansar. – su reclam escapa entre palabras. 

Esa asistente médica anota sus palabras rápido en la página. Remarcado la muerte con rojo. 

-DogDay, ¿Tu consideras la muerte un descanso?- le hace esa cuestión interesada por su mentalidad. 

Este perro cerró de nuevo los puños. 

-Oye, cuando nuestros lugares sean contrarios lo comprenderás, hermosa. – 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo devolvieron a la celda común una vez terminaron con las pruebas al pasar un par de horas. 

Viéndose incapaz de levantarse después de tantos cortes le llevan con una grúa. 

Desanimado por la nueva y fatidica información que debería entregarle a su grupo. 

Tirado al suelo en cuanto abrieron la puerta y las puertas se cierran. 

Suspira pensando en todo lo que debería recordar y olvidando lo que le estorbaba, meditando las razones por las que continuaba vivo en este punto de su retorcida forma de vida. Saboreando la victoria momentánea y su derrota.

Una nueva culpa le ahoga hasta los centros. 

-DogDay. – 

Mira arriba pero su cabeza es aplastada, no por una pezuña como solía ser por parte de Crafty, sino por un afelpado y agradable montón de pelusa caliente. Gira la cabeza logrando caer la pata y las garras a un costado de su rostro. El color plata de unos ojos tristes le observan ansiosos, demostrando antes que nada la pertenencia al gatito gigante. 

Estira a fuerzas el brazo fuera del montículo de pelaje, levantando la mano hasta sentir como ese gato pone su mandíbula sobre su palma. 

-Hola. – saluda una vez siente como el gato vibra, ronroneando sobre él.-Estas pesado. – murmura sin esconder cuanto lo extraño en su ambigüedad.- Eres de nuevo como te recuerdo.-  

Ya una vez superados los gritos de su reencuentro, renuevan esa necesidad de solo querer estar así con Theodore. Descansar juntos una vez más. Sin interrupciones, solo uno y el otro por fin juntos.

Por ahora Theodore se mantiene en silencio, permaneciendo sobre la espalda del perro y su cuerpo al fin se relaja sintiendo como suspira bajo su cuerpo. Parecía que estaban condenados a ser diferentes en muchas formas incompatibles. 

Desde sus colores de piel o pelo o sus contrarias dimensiones. 

Todo era tan diferente siempre. 

El gato puede al fin dejar de sentirse solo y aterrado. 

Disfruta de estar juntos por primera vez en mucho tiempo , sintiendo como la vainilla llega a su centro y puede derretirse por fin. Dejando que sus miedos caigan al borde para derrumbarse totalmente en un sueño profundo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bubba estuvo observando todo en silencio, manteniendo un aspecto taciturno durante estas dos horas de su amigo aplastado por el gato y su cuerpo morado. 

-Deja de verlos, es grosero. – 

-También los has estado mirando. – 

-Porque creí que tu me regañarías, mi perfecto y educado, Bubba. – acusa y recarga el cuerpo en el costado del elefante. Habían unido sus patas de esa forma especial que encajaba y podían sentirse aún más cerca. 

-Picky… cuidate de ese chico. – 

Picky levanta las orejas confundida por la advertencia de Bubba. 

Puede que Bubba y DogDay tuvieran ese modo de comunicarse a medias y entenderse, Picky no lo compartía ante su sed de cercanía donde solo la presencia podía aplacar la necesidad y sus silencios no fueran bienvenidos. Esa advertencia cae a medias y ella solo puede entender que debía vigilar el comportamiento del gato. 

Por su parte Bobby se encuentra ansiosa. No pudo acercarse a DogDay, no pudo calmar ese dolor angustioso qué le recorría cuando se llevaban a alguien, sanando con un abrazo que ahora no se dio. Observa al perro y al gato relajándose en el piso de la celda. 

-Bastardos. – murmura resentida con ambos. Aunque solo esta muy triste por ser, indirectamente, excluida. 

Crafty a su lado coloca la cabeza sobre la osa, murmurando ruin. 

-¿A quién le apuestas?- pregunta. 

-¿Apostar? – 

-¿Quiénes cojeran primero? ¿Tú quién crees, amiga?-

Bobby podría gritarle y comenzar a despotricar por lo grosero, pervertidos y malo que era meterse en dicho tema y más cuando el líder, aparte de estar involucrado en la apuesta, era quien les prohibió explorar más sobre eso. 

-Obviamente Hoppy, ya saben lo que dicen sobre los conejos. – 

Crafty aguanto una carcajada ante la forma de explotar qué tuvo el pelaje de Bobby, junto a la misma coneja. 

-Claro que no. – murmura mirando a cualquier lado menos el ave que a estado en silencio todo este tiempo. 

-Yo creo que Crafty. – apuntó Bobby molesta por la desfachatez de sus amigos,

La unicornio le puso una pezuña en la espalda. 

-¿Con que? ¿El aire?-

Picky comenzó a reírse en voz muy baja. 

-Intenta con Bobby, su autoestima y el aire son equivalentes. – apunta a la osa. 

Hoppy sintió una fea espina al ver a la osa bajar la cabeza en vez de defenderse. 

-Basta. – interrumpió Bubba al notar que esto se estaba tornado demasiado peligroso. – Nadie hará nada de eso, nadie.- rectifica y apunta a todos. – No comencemos una pelea, por favor. – 

El grupo divide su atención una vez la reprimenda les hace retroceder en sus acciones. 

Bobby levanta el cuerpo y va a otra arte de la celda. 

-No pueden tratar así a Bobby, Picky, discúlpate. – le pidió Bubba dejando ir su pezuña. 

-… Bien..- murmura siguiendo a la osa. 

Hoppy les da una última mirada antes de cerrar como se pudiera los ojos y recostarse en la pared. 

Esa confesión rondaba su cabeza de vez en cuando, preguntándose si Bobby lo había superado y si había alguna forma de consolarla. Aunque parecía mejor dejarla en paz, Bobby se había quedado con ella en cada una de sus afrenta con DogDay o Bubba, igual que Kickin. 

-¿Por qué no vas con Bobby?-

Gira la cabeza y ve, tiene que ver directamente a Kickin interrogando la. 

-Deberías ir con Bobby, esta muy nerviosa. – 

-¿Alguna vez has tenido celos?-

-No, solo soy un pollo por fuera, no tengo poca de apareamiento. – 

Hoppy le pego en el hombro. 

-No hablo de eso. – 

-Perdón… fue un reflejo. – suspira después de escupir la respuesta para muchos indiscreto niños y visitas. – Si, me dan celos cuando DogDay te toca, o Bobby… o Bubba. – 

-… No creí que serías tan sincero. – 

-Si no soy sincero contigo, ¿Con quién?- mira a Bobby hablar con Picky. – A Bobby le gustas… lo se. – 

-Eso… - quería preguntarle como se sentía pero algo la detenía, tal vez el miedo a una respuesta ruin. 

-Soy más pequeño que tú o ella… pero es conmigo que te quedas, creo que eso me hace feliz. – limita su respuesta a eso, buscando proteger un poco su ego. – Eres tan bonita y… guapa… - cubrió su cabeza con las manos, aprovechando las plumas para aislar la vergüenza. 

Hoppy sintió como el calor subió por su cuerpo hasta salir como vapor por su boca, dejando que el calor la embrague coloca el cuerpo sobre el ave. Disfrutando ese aroma cítrico bajo su plumaje. 

-Tu eres genial, Kickin.-

El ave deja de cubrirse el rostro buscando tomar esa cintura en brazos. 

 

 

Crafty torció el gesto asqueada por la pareja de cursis qué en vez de tener un acercamiento súper o algo con sentido para la forma en la que hierve, se durmieron. 

-Nadie va coger a este ritmo. – murmura recostándose por fin. 

Todos estaban juntos y en paz, incluso Bobby encontró su lugar algo más cerca de lo permitido a la pareja de gato y perro. 

Solo ella disfrutaba de su soledad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                        S-M-I-L-E everyday!

     

When you are down and out,

   

        no need to frown and pout!

 

                       'Cuz Smiling Critters' here to say...

 

                          S-M-I-L-E everyday!

   

 

 

 

 

 

Especial de primavera. Habiendo actualizado el intro con la aparición del felino púrpura. 

 

 

 

 

 

 

 

El escenario se abre en el jardín de flores del hogar de Picky. Flores qué se dividen entre esos matices de petalos coloridos y las calabazas qué está recolectando junto a Crafty. 

La flor de calabaza es tomada por la unicornio y puesta en su cabello con una sonrisa. 

Bobby llega por un costado de la pantalla, trayendo con ella un globo con cintas de colores amarrado a un cesta vacía. 

-Los capítulos de nuestras vidas que inician con globos son los mejores.- anuncia mostrando la cesta a las chicas y su sonrisa es gigante, emocionada por la cosecha. 

-Y los que se saltan los globitos son los que tendrán un bebé en camino~. - canturrea la unicornio acercándose con un giro de pies imitando un cierto vals.-Una berenjena y dos calabazas jugosas para mi hambrienta amiga. - coloca las tres verduras en la cesta. 

Bobby desvío la berenjena qué parece apuntarla. Crafty le sonríe descarada incluso si recibe una muy mala cara. 

-Hoy no caeré en tus probocaviones, cariño, hoy es un dia importante para Picky.- lo anincia dejando la cesta en el suelo.-Hoy planeo comportarme hasta con nuestros enemigos. - sus ojos se desvían al letrero de esa caricatura de tres hermanos, censurada por un bloque negro, suspira derrotada. 

La mencionada Picky no entiende y sus cejas han caído confundida. Mirando a la zanahoria que acaba de sacar de la tierra y aera tan corta como gruesa. 

-¿Que tenia que ver el bebé con el globo?- pregunta confundida al devolverla a la tierra. 

Crafty aplaude repitiendo el giro en retroceso, llevando consigo una cesta diferente. 

-¡Oh, es una mariposa!- exclama escapandose descaradament de vuelta al jardín de Picky.-¡Yo comienzo con las uvas!- 

Bobby levantó una ceja. 

Picky se asoma el otro lado del huerto, trayendo las zanahorias perfectas , con su sombrero de paja y un rostro acalorado por el clima de primavera. 

-Esta vez casi no florecieron las berenjenas. - sus orejas caen deprimida por sus berenjenas tamaño garbanzo. - ¡Pero mis calabazas arrasaran en el concurso!- lo demuestra levantando de golpe una calabaza mucho más grande que ella misma. - ¡¡Arrodillense ante su dios!! ¡Alabad a la calabaza!-

Bobby entrecierra los ojos cubriendose el rostro del gran aló de luz con la canasta. Sus ojos conectan con una línea de puntos directos a una berenjena púrpura y grande en el arbusto cercano. 

-¡Picky, aquí hay una berenjena!- le avisa sonriendo. 

Picky dejo de brillar para acercarse emocionada. 

Bobby atrapa la berenjena y tira de esta para arrancarla del arbusto. 

Sacando de paso a todo el gato morado por su rabo y colgando de su cola la mira asustado con la cesta de fresas abrazada contra su pecho. 

La escena de golpe eran dos versiones gigantes con un invernadero real pegado como fondo y un gato de caricatura chueca con una gran fresa dibujada entre sus patitas. 

Picky sonrió al verlo, ya recuperando su aspecto de caricatura. 

-Catnap, disculpa. - lo toma por los hombros, recuperandolo del poder de la osa.-Bobby te confundió.- lo ayuda a ponerse de pie.

CatNap sacude su cabeza y orejas, mostrándole la cesta de frutos en sus brazos con una sonrisa. 

Picky aplaude con sus pezuñas. Catnap estira una resa en su pata y Picky la comió con una sonrísa. 

-Gracias, siempre me cuesta la parte de las fresas sin aplastarlas.-,mira sus pezuñas con unas tijeras de podar a sus pies y algo de misterio.-Puedes darle unas a Bobby, ¡Crafty, hay que apurarnos!- le llama a la unicornio que a lo lejos a estado devorando las uvas en vez de meterlas en la cesta. 

-Si, si, si.. Trabajo, ayudo… - comienza a meter algunos racimos a la cesta de su brazo. 

-¡Crafty, te prometí que comeriamos al terminar el concurso!- la regaña triste. 

-Es que las de tu cosecha son muy dulces.- mira a la cerdita con lágrimas marca cocodrilo en sus ojos y el tubo que las guarda es anunciadofrente al espectador con una imagen de Kickin vestido de traje y ofertas en sus manos. 

De fondo a las dos chicas puede ver, el televidente, a CatNap ofrecer una fresa roja a Bobby. También pueden atestiguar como lo deja de lado al atravesarlo como la bruma qué sigue siendo, con el fruto en el aire para acercarse sonriendo a las dos. 

-¿También competirás con las uvas?-

-Si CraftyCorn lo permite.- apunta poniendo después las pezuñas en su cintura. 

-Lo que pasa es que tus frutas son unas incitadoras. - contesta Crafty con un aspecto más masculino. Algo que es contestado por las uvas con una exclamacion extremadamente ofendida y un bofeton de sus enredaderas. 

La cesta vuela de sus pezuñas a Bobby qué sonríe divertida al verla retirarse. 

-¡¿Crafty, estas bien?!- pregunta Picky al superar el sobresalto.

Crafty se retira moviendo la pezuña para restarle valor a lo sucedido. Una vez de espaldas a la cerdita sorbe los mocos y las lágrimas reales las limpia avergonzada. Llega con el gato recuperando su actitud arrogante. 

-¿Y tu que cuentas, gato?- pregunta amargada por el golpe y arrebatado la frutilla qué el gatito había estado mirando confundido.-¡CatNap y yo nos vamos!- avisas a las dos en el jardin.

-¿Podrías llevar las frutas, CatNap? Yo llegare pronto. Porfavor. - lo asegura y pide juntando las pezuñas. 

El gato sonríe asintiendo y mostrando la cesta para remarcar su compromiso con un pulgar arriba. 

Es llevar las frutas el ir a la cercana carreta con todas las frutas y verduras ya subidas. Ajustada a un tractor mediano.

CatNap acomoda las fresas en un espacio y cierra con una lona, moviendo la larga cola para estirar la completamente. 

-Vamos, gatito. - lo llama Crafty en el único asiento. 

El gato se vuelve humo. Reagrupandose una vez llega esa nube púrpura al asiento, empujando a la unicornio a la orilla. 

El tractor lo conduce el gato con la unicornio aplastada sobre su cabeza y aburrida a morir juega con su oreja. 

-Llevamos horas aquí arriba, ¿Cuanto falta?- pregunta fastidiada. 

Catnap la mira contrariado y luego apunta a un lado. 

Seguían en el jardín de Picky. No habían arrancado. 

Picky saluda desde el vivero. 

Crafty se hundió en el asiento escondiéndose de la cerdita. 

El gato saluda a la cerdita, al menos hasta que ella mira al suelo al caerse de sus pezuñas las tijeras con las que cortaba los racimos. Bobby quedo a la vista y ella le miró con esa sonrisa de siempre pero no correspondió el saludo. 

-Ya vámonos, me siento humillada. - murmura CraftyCorn , robándose las palabras de Catnap, colocándose unas gafas de sol y una gabardina para ocultar su apariencia

El gatito arranca el tractor dejando una estela de polvo parecido al galope de los caballos de guerra. 

Crafty en el asiento rebota una y otra vez igual que el gato pero no se ven preocupados por el camino. Al fin Catnap mira a la palanca de cambios. 

-Picky concursar cada año y cada año le ganan, ¿Crees que quiera demostrarle a su familia que no solo es una cocinera?- su cabeza cae a un lado aburrida. -Porque creo que ganaría más si fuera a los concursos de cocina y no a esos de cosechas. - observa sus pezuñas. 

Las palancas de cambio. CatNap no sabe que palanca mover. 

-Aunque también a de ser porqué es su sueño tener una cadena de restaurantes y también debe apreder a administrar su cosecha. - Crafty rueda colocando los pies en los hombros del gatito. 

Las muchas palancas. Si toca una por error saldrá una pala delantera con ganchos qué casi destruyen el camino. 

-Qué difícil ser tan linda como Picky, todos te pisan. - lo dice pisando al gato que batalla ára devolver la palanca a su lugar. - Aunque también debe ser divertido ser bonita y empujar a tus enemigos con dulzura… o ese delicioso jamón.- sonríe maliciosa en el fondo de la cabina. 

Palancas y muchas. Logro devolver la herramienta metálica pero se quedo sin posibilidades para dar el giro. Su cola delata el miedo al esponjarse el triple de su tamaño y rodear lo como un cinturón de seguridad en el asiento. 

Crafty se mantiene tranquila y ralalajada o al menos lo estaba antes de que el gato le tocara el hombro y se apuntara al rostro al ser mirado por la unicornio, seguido de apuntar al volante y las palancas. 

-¡¡¿Como es que hasta ahora te acuerdas de que no sabes manejar un tractor?!!- grita entenderle y giar en el asiento para volver a estar derecha ante el susto.

Muy tarde para evitarlo dan con su primer colision. 

El tractor atravesó la casa de Kickin. Del interior saltaron los trofeos, productos para el brillo del copete y el mismo pollo que se estrella en la tierra tras muchas luces y colores. 

Este pollito ahí se quedo. 

El gritó poco estético y lleno de terror del unicornio se interrumpe de golpe con un puchero al distinguir una figura muy adelante del camino. 

Más adelante Crafty cambia sus lentes de sol y gabardina por un vestido bonito. 

Todo al ver al perro con audífonos arreglando el camino que conectaba sus hogares con piedras y una pala. Recuperándose de la última explosión de Kickin. 

-¡DogDay, se que estas obsesionado conmigo pero es mejor que renuncias a tu gran amor y te muevas!- le grita cubriendose, y a la vez no, los ojos mientras más cerca estaban del perro. 

Catnap le grita sin voz pero el perro apenas siente el peligro por una vibración en el suelo. Deteniéndose para quitarse un auricular y mirar al lado contrario del que le llegó el impacto del tractor qué lo lleva a lo alto.  

Los auriculares de DogDay se estrellan en el parabrisas sonando la canción U cant touch this. 

-¡¡¡AAAAHHHHHH!!! - el grito en letras de Crafty atraviesa el techo del tractor. -¡El copyrigth!- 

Un letrero cae por un lado del mudo CatNap con las letras “¡Aaaahhhhugh!” escritas en rojo. 

Letrero que bajó por la mano del perro que se aferra con los dientes y la parte grande del letrero al techo de tractor. Sus orejas csi lo llevan atrás a contra viento. 

El gatito mueve el volante a un lado logrando salir de la zona residencial llevándose consigo su propio buzón. Las revistas de manualidades explotaron en purpurina y una colección de pupurri. 

Crafty le miro con una ceja arriba al ver el almanaque de perritos bomberos del año. 

El gatito vuelto carbón ardiente desvío la mirada. Pasando ambos más de un segundo con esa tención atrapada en el espacio de la cabina. 

El hecho de que estaban en una máquina en peligro de muerte regreso a ellos con el ruido de una verja destrozada. 

-¡¡Chetos!!- chillo Crafty agarrándose al gato.-¡Sagrados cheetos!- grita sobre sus sensibles orejas. Catnap la abraza renunciando al volante al ver el peñasco al que se dirigen. 

Desde arriba el perro dejó de aferrarse a su vida al notar lo que venia en camino, arrastrándose por el techo. El perro logra bajar agarrado de la cola del gato. Toma el volante.

 Acaricia a los dos en la cabeza.

 Frena y sigue conduciendo por la calle que debían pasar en curva lo que resta del viaje hasta la feria al pie del peñasco. 

Estacionandose al final de la gran cola de autos y otros tractores. 

-Todo esta bien chicos. - los tranquiliza sacudiendolos con una sonrisa antes de dejar el tractor.-Creo que mejor me quedaré en la feria y terminaré el camino mañana.- su sonrisa flaqueo al ver el miedo en la unicornio. - Ya no tengas miedo Crafty, ten, dinero. - sonríe entregandole unos billetes. 

Crafty estaba asustada pero aun pudo agarrar el dinero, contarlo y guardarlo sin abrir los ojos. 

-Creo que buscaré algo para comer, ¡Te comprare algo Catnap!- lo avisa sin dar opción a negarse. 

Ambos, el gato y el unicornio, abren los ojos sin soltarse incluso si ya no se sentían en movimiento. 

DogDay se fue al oler algo a lo lejos en la feria dejándolos solos.

 A unos metros frente al tractor el gigante Huggy Wuggy los saluda abrazando su gran champiñon premiado número 1 como “La honga mas cabezona del pueblo”

-No quiero saber quién tendrá los cocos más llenos. - murmura CraftyCorn con una pezuña en la boca sonriente y dejando ir al gato. 

Catnap a su lado sacude sus orejas sacándose de encima los restos de césped y escombros de la casa de Kickin. Sobresaltandose al hacer memoria sobre la carga, bajando y corriendo a cerciorarse del estado de su encomienda. 

Crafty revisaba sus pezuñas antes de bajar y ver al gatito metido en la lona que cubría las verduras. 

-¿Están bien?- pregunta mirando al gatito revolverse bajo la cubierta.-¿Todo esta bien ahí, CatNap?- 

Este desde el interior mira a las fresas un rojas y las berenjenas qué lograron traer tan grandes como su brazo, se asoma levantando la garrita qué era su pulgar, sonriendo aliviado al tener todo bien tras ese viaje. 

CraftyCorn deja eso suspirando. 

-Entonces iré a terminar con su escenario, ¿Quieres ayudarme o iras con DogDay?- 

El gatito lo piensa por un segundo antes de apuntarse y a ella con una sonrisa. 

-¡Entonces vamos! ¡¿Creen haber visto un escenario de feria?! ¡Yo les enseñaré como se ve un puesto de feria a todos estos viles pueblerinos!-

Al decir pueblerinos la camara se dirige a Bunzo Bunny con su banda de un solo hombre, dando la vida en la interpretación de una melodía alegre para el pueblo que baila a su alrededor. 

-Son tan felices con tan poco. - admira con una lagrimita cayendo de sus ojos Crafty.

Catnap inclina la cabeza a un lado al seguirla sin entender sus pensamientos revueltos. 

El tractor se quedó solo en la entrada al feria. 

 

Cortando la escena a un cameo rápido con DogDay en una fila de setenta personas para conseguir lo que sea que oliera bien en esa parrilla a manos de CatBee.

 

 

De nuevo con Picky y su motocicleta sujetada a una carreta con la gigantesca calabaza qué pesa tanto que la carreta se hunde y la moto va solo en una rueda con ambas chicas en el asiento elevado.

Bajándose junto al tractor qué reconocen como suyo. Bajan quitándose los cascos. 

-Espero qué Crafty halla terminado con el puesto. - suspira Picky mirando al tractor lleno de escombros. 

Bobby sacude las orejas de Picky como un juego para relajarla. 

-Seguro que lo hizo. Hay que llevar al ganador a su podio. - le anima sonriendo. 

Picky sonríe tornandose roja al recibir el halago. 

-Gracias. Aunque no se si gane. Este año la sequia- 

Bobby corto su excusa humilde con un gesto de mano en cierre. 

-Lo llamaste nuevo dios y ordenaste su adoración. - 

Picky estalló de rojo al recordar su reciénte episodio de emoción. 

-¡Seguro que se corona entre los tres primeros!- grita y carga ella misma esa calabaza capaz de aplastarla si daba un paso en falso. Corriendo a toda velocidad a su puesto más al fondo de la competencia. 

Bobby deja el casco en la motocicleta, saludando a Mommy Long Less en su puesto de pasteles. 

Toma los guantes antes de ir a descargar las canastas con las frutas y verduras. 

 

En el puesto CatNap termina de amarrar el ultimo pedazo de un listón blanco, rojo y azul. Bajando con un salto de gato a un lado de Crafty qué ya se encuentra admirando su trabajo. 

-Es hermoso. Yo soy hermosa pero esto está un poco cerca a la belleza de mis imperfecciones.- lo admira con un beso en direccion de ese puesto tan bien arreglado.-Si es que puedo tener algo como una imperfeccion. - 

Catnap movió la pata en un más o menos con disimulo. 

-¡El premio a los mejores melones es para Hoppy Hopscotch!- 

La cara de Crafty se amarga de golpe y llena de sombras al oír el anuncio distante. 

Al fin pueden ver a la coneja recibir ese listón en esas frutas qué presenta sobre una cesta decorada para pascua en enero. 

-Gracias. Lo merezco, lo se, gracias. - sonríe feliz ella con su listón y su premio. Desviando su atención a la dirección de CraftyCorn y ya con una sonrisa arrogante. 

La unicornio soltó chispas por el cuerno ante la gran afrenta. 

-Otra vez esa desgraciada se cree mejor porque es más alta, más rápida, bonita, talentosa y creativa … Maldita. - gruñe y corre a cargar con más adornos el puesto. 

Difícil ganar. Piensa Catnap al ver que para gusto de los jueces el puesto de Hoppy deja salir pólvora de colores y un par de fuegos artificiales. 

Aunque también parecía peligroso.

-¡Ya vine chicos!- 

Esquiva a la cerdita qe deja su calabaza en su lugar. 

-Tarde mucho, mucho. - lloriquea al ver a los jueces casi en su lugar.-Debi esforzarme más, vamos, vamos. - corre por su escenario preparando los últimos toques. 

-Hoppy ganó el premio por los melones. Uno pensaría que ganaría por zanahorias. - lo dice borrando con un manoteo la censurada imagen de un conejo ajeno a su estudio independiente. 

-Los conejos se lastiman si comen demasiadas zanahorias. - Picky mira a ese puesto tan bonito. 

Crafty abrió la boca inspirada por la nueva norma acción a anotar en sus venganzas. 

Al estar mirando al bonito puesto de Hoppy la coneja le vio y su sonrisa cambia de arrogante a una mucho más dulce solo para ella al saludarla. 

Picky la saluda de nuevo avergonzzada por querer ganar este año. Más contra la siguiente en la fila. 

-Este año Kissy Missy presenta otra gran cosecha de fresas. - 

La gigante saluda a los jueces con una sonrisa y su dulce voz cantaría ganó simpatía. 

-¡Este año quería que todas mis frutas evocaran un amor de primavera y sus besos fueran el aderezo!- lanzo un beso a los jueces.

Picky suspira perdiendo algo de valor ante su propio retraso y las inseguridades que la sacuden

A no, no son su inseguridades. 

Es CraftyCorn.  

Crafty la sacudió sacándola de su estupor de dudas. 

-Te ayudaremos a traer el resto. - le ofrece Crafty.-Este año será el tuyo, amiga. - 

-¿Lo harian? ¡Muchas gracias amigos!- sonríe al poder bajar y correr con ellos devuelta al tractor. 

 

 

DogDay sigue en la fila. Ya de solo de cincuenta personas. 

-Debí traer mis audífonos. - sonríe mirando a la fila que le esperaba. Donde una familia con dos padres conejo sostienen una carrreola con ocho niños que no paran de llorar al ritmo de la reina de la noche discutiendo con su hija. Aunque son sus oídos los que sufren. 

 

 

 

De vuelta con el tractor y la cosecha. 

Cosecha qué ahora era solo un montón de verduras despedazados y fruta aplastada. 

Bobby sostiene la lona frente a la carreta. 

-Picky… - la mira mostrando una expresión deprimida.-Ya revise pero no… No queda nada, Picky. - lo informa ya con los ojos húmedos. 

Crafty junto las pezuñas, mirando a la carga y después el tractor lleno de restos. 

Picky en sus patitas sostiene una única fresa completa qué se había caído del tractor. Mirando con un rostro pacífico los restos de su trabajo arruinado. 

No pudo contener por más tiempo las lágrimas bajando su cabeza al cubrirse el rostro con las pezuñas. Tan triste que apenas puede contener las lágrimas en silencio. 

Bobby suelta la lona para abrazarla. 

CraftyCorn volte a ver al gato de pie un poco más atrás que ellas. 

-Dijiste que todo estaba bien. - le recuerda ese momento. 

Catnap asiente apuntando a la carga y después sus ojos, su boca y al tractor. Muy rápido intento explicarse. 

-Si te daba miedo podías decirme, se qué es también mi culpa por dejarte manejar sin saber si podías. - 

Catnap detuvo sus movimientos por un segundo antes de volver a apuntar a la carga, a sus ojos y su boca. insistiendo con un aspecto nervioso en el bienestar de la carga. 

-¿Y lo que estamos viendo?- lo pregunta sin esperar su respuesta. 

CatNap deja de mover las manos. Mirando a la osa sin querer. 

Ni para la osa ni para Crafty paso por alto esa mirada.

-¿Crees que yo lo hice?- pregunta la osa soltando a Picky. Su rostro se lleno de gran insertidumbre y tristeza. 

Catnap negó moviendo las manos. Sus ojos bajan a las patas limpias y secas de la osa. Contrario a lo que parecían huellas de pisadas y no solo eso. Eran huellas de pezuñas. 

Intenta decirlo con sus manos pero Picky interrumpe. 

-Dejemos lo roto atrás. - suspira.-Aun tengo las uvas y las zanahorias. - determinada va al la motocicleta para llevar ella misma las cestas de las ultimas verduras qué le quedaban. 

CatNap mira a la carga y a Bobby, juntando sus manos lleno de insertidumbre. 

-¡CatNap, ven, aun necesito tu ayuda!-

El llamado de Picky se escucha mucho más animado de lo esperado. 

El gatito corrió una vez supera el malestar. 

Bobby cruza los brazos recargándose en la carreta. 

-Qué desastre. - murmura agobiada. 

Crafty asiente, pintando un cartel con su plumón de brillantina preferido. 

-Una lástima, de verdad. Lamentable. - suspira colocando el letrero. 

“Ensalada surtida a 1 dolar” 

Bobby abre la boca cubriendola con sus manos sorprendida por el descaro y arrastrada por la muchedumbre, en la que cabras y ovejas abundan, qué se junto para llevar su porción. 

Crafty se eleva como la gran princesa comerciante que era. 

 

 

 

DogDay sigue en la fila y esta vez solo faltan treinta personas. 

-Me perderé los fuegos artificiales. - suspira con una lagrimita al estar ahora entre las piernas de Huggy Wuggy y un payaso siniestro de grandes colmillos con un globo rojo que no deja de verlo como si le debiera dinero. 

 

 

 

 

Ya con el atardecer rojo sobre los puestos de feria el primer lugar del último concurso fue entregado. 

-Felicidades, PickyPiggy. - le felicita la cabra cenil y temblorosa que entrega los listones. 

En el puesto de Picky el premio del segundo lugar se lo llevan sus zanahorias y su calabaza gana el primer puesto con un listón dorado.

Picky toma el listón con esa placa brillante. Saltando en un círculo alegre. 

-¡Al fin gane, al fin!- celebra feliz con sus premios.- ¡Yo gane, amigos!- muestra su premio a la pantalla para celebrar con los tteleviddentes. 

Catnap levantó las dos varillas de chispitas para celebrar con ella. 

Aun sintiendo como los espacios vacíos donde deberían estar las otras cestas le hacen sentirse derrotado. 

Las uvas a lo mucho fueron regaladas a uno de los jueces. 

Juez qué regresa a su puesto. 

Picky, que ya había salido de cualquier otro concurso, se da la libertad de molestarlo. 

-No puedo creer que seas mi amigo, me juzgaste como si yo te hubiera hecho ese traje. - lo pica con su pezuña en el costado. 

Bubba, juez de todas las categorías junto a algunos otros personajes , le sonríe poniéndose rojo. Mira su traje nervioso por un segundo. Recuperando su seriedad al notar al gato a un lado de Picky. 

Frunce el ceño y se recomponer. 

-No quiero que piensen que te regale el premio.- mira a las pocas cosas en el puesto de Picky. - ¿Qué paso con el resto?- pregunta. 

CatNap trago pesado nervioso.

Picky le reta importancia con un movimiento de pezuñas. 

-Un accidente en el camino. Nada grave. - lo dice sin pesar alguno.-Despues de todo, seguro que de todos modos Kissy Missy me ganaria con su propio trabajo. - suspira rindiendose a lo que pudo ser. 

-Picky, eres buena, incluso si ahora no te presentas o ganas. Todo tu trabajo es bueno. - se lo asegura llevándose las uvas consigo.-Por eso no te regale ningún premio, lo que ganaste lo merecías tú y tu trabajo. - 

Picky deja caer su sonrisa antes de volver a animarse vuelta una cereza. 

-Gracias, amigo.-sonríe abrazando su listón contra el pecho. 

El elefante azul huye de inmediato para completar su labor con el ultimo concurso. 

Camisetas mojadas en mostaza. Donde Boxy Boo va ganando por su espectacular figura a cuadros. 

Al irse el elefante Catnap lentamente va hacia Picky. Dejando en la punta de su cola esa última varilla de luces. 

La cerdita le observa hacer el mismo movimiento de inicio. 

-No estoy enojada. Debí preguntarte si sabias manejar, disculpa si te asuste. - 

El gato dejo sus manos quietas. 

-Te pago ahora. Seguro que la parte de cosechar debió dejarte cansado. - sonríe haciendo que le siga al puesto. 

El gato deja caer su cola y orejas desanimado al no poder defender su punto. 

Aceptando la culpa ante la imposibilidad de probar lo que sucedió. 

 

De vuelta con el unicornio avaricioso y la osa indecisa. 

 

Crafty en la carreta ya la vacío y sus pezuñas pasan billete por billete. 

-Definitivamente Picky es una gran agricultora.- su sonrisa se carga con la ambición de un hombre de negocios avaro. 

Bobby cerró los puños sacudiendo los. 

-Dale ese dinero a Picky, lo necesita más que tú. - lo exige bastante frustrada. 

Crafty le sonríe pasando la pezuña por los billetes una ultima vez. 

-¿Tu le hiciste esto a la cosecha?- pregunto a la osa sin levantar los ojos de los billetes. . 

Bobby dejo de mover los puños. Fijándose en Crafty ya con el ceño bien fruncido. 

Su collar de corazón brilla por un solo segundo. 

-Tu sabes que no le haría eso a una amiga.- le recuerda algo muy importante de si misma.-Bobby BearHug nunca traiciona a nadie. - 

 

 

En el siguiente giro la cámara toma a CatNap sentado en la orilla de su hogar. Colgando su cola y patas por la orilla de la plataforma. Observando a la feria que aun a oscuras y bajo las etrellas continúa brillando en el valle. 

Su sombrero de agricultor se encuentra a un costado de su cuerpo. 

-¡Lo logre! ¡Lo hice!-

El gato se sobresalta dejando la orilla de la plataforma al ver un bulto sudado y decadente subir por el poste de rascar. 

-¡Amigo, lo logre!- celebra este perrito agitado. 

CatNap vuelve a su encuentro con una sonrisa dietida por su estado. 

-¡¡No solo sobreviví a un payaso malhumorado!! ¡También aguante hasta el final y conseguí mi comida! ¡Te traje a ti tambien!- le muestra una bandeja que habia cargado en el interior de sus orejas. 

Catnap no pone atención a que lo saco de sus orejas, si no que lo toma sonriendo. 

-Tu y yo somos los únicos carnívoros, creo que debemos comer juntos más seguido. - 

La bandeja de fritos y algunos otros agregados resaltan por el aderezo caliente. 

DogDay saca su propia bandeja sentándose a su lado. Come con el hambre que se le juntó al estar esperando por horas en esa fila. 

El gato lleva algo de esto a su boca. Sonriendo por el sabor para seguido entristecer con los ojos humedos. 

Mirar al perro por un segundo antes de volver a comer animado. 

Los fuegos artificiales comienzan. 

La cola del gato cubre los oídos del pero que casi tira su comida por el primer gran estallido. 

Con los oídos tapados puede mirar a los colores que de noche brillan más que nunca. 

-Eres una luna muy bonita, Catnap.-

El gatito sonríe al perro. Apuntandose después al horizonte y al camino. 

-No. Nunca me olvidaré de ti, amigo. - contesta el perro moviendo la cola animado.-Mientras tenga mis piernas estaré contigo. - 

Los fuegos artificiales eran grandes y bonitos. 

Algo que pueden ver juntos o comenzar a comer a mordidas escandalosas las costillas de res que trajo DogDay. 

 

 

 

 

 

-¡¡No me toquen, policias escarba trufas!!-  

En la feria la policía esta arrestado a Hoppy por incendiar su puesto y muchos más con la pirotecnia ilegal. 

Picky fue multada por vender ensalada de higiene dudosa junto a las ultimas dos sonrientes. 

Las cuatro comparten una patrulla. 

Picky sigue feliz por su premio y también esta muy enojada por ser arrestada. 

 

Bubba cambia su corbata de juez a una de abogado. 

 

 

Kickin sigue enterrado en la tierra y su casa destruida. 

 

Feliz primavera a todos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

 

¡¿Estas aburrido?! ¿Seguro? ¡¡Pues no eséres más por cambiar tu vida!! ¿Como? !!Ayuda a un huérfano. El mundo será mejor con cada granito de arena¡¡ ¡Poppy Play Time co. Te presenta el programa de insercion! ¡Doña y apoya al niño de tu preferencia! 

¡¡Que el juego continúe para todos!! ¡¿Qué hora es?! ¡Es hora de jugar! 

Seguido de las palabras al azar es un listado de números los que se mostraban para comunicarse y saber más sobre los niños del catálogo. 

 

 

 

Aquel capitulo fue reproducido por el departamento de animación para darle el visto bueno. 

Dando por último la señal de apagar el televisor a un joven. 

Aquel se pone de pie mostrando la esquina de su rostro a los presentes al ser iluminado por el reflector. 

Marcando se una boca suave por un curioso lunar en la barbilla  demasiado suave para ser de un adulto de casi 30.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                               ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquel niño levanta su mano contra la luz sobre sus ojos. 

-Hola, cariño. – 

Esos ojos grises van a la dirección de la voz. 

-¿Dónde estoy?- cuestiona revisando su alrededor, incluida la correa en su brazo.-¿Por qué me han atado?-

Esta persona sacude su rubio cabello por encima de su espalda, confiada y segura hizo una pregunta más. 

-¿Quieres decirnos tu nombre?-

Este niño sacude la correa. 

-Yo… - mira a la mujer rubia frente a él. – Quiero que me suelten ahora mismo. – 

-Debes decirme tu nombre primero. – le recuerda apuntando lo con un lapicero. 

-Soy Harom… - su cabeza esta confundida, porque sintió que su nombre no era ese sino… - DogDay. - 

Esta doctora sonríe aliviada por otro éxito en su procedimiento. 

El niño en la camilla aun estaba demasiado confundido, mirando su brazo atado y después al otro lado de su cuerpo. 

-¿Qué me está pasando?- pregunta cubriéndose el rostro con una mano. 

El resto de su rostro queda descubierto a la falta de otra extremidad. 

 

 

 

Fuera de esta habitación los guardias pasan de observar al pasillo a fijarse en el perro de peluche que cargaban en una grúa. A paso muy lento por el gran peso de esta criatura. 

La doctora los llamo al interior con una señal de radio. Entran dejando atrás la escena. 

La doctora les recibe ya con el niño de pie. Mirándole confundido al desconocer todo lo que le estaba sucediendo. La doctor dio una orden con el usual tono dulce que e carecterizaba. 

-Lleven a DogDay a su bloque, chicos. - 

Uno de ellos lo insta con un giro medio, abriendo le paso a la salida. 

Este niño obedece lentamente. Deteniéndose al estar en la puerta algo que no esperaba ver. 

No había sido tan lento como para perderse la grúa qué lleva al perro gigante. 

Un personaje de caricatura traído al mundo real que le hace exhalar ante la sorprendente mirada de esos ojos fijos en él. 

No lo dejaron verle por mucho. 

Escuchando un murmullo por parte de esa cosa una vez lo pasan de largo. 

 

 

 

 

 

-Siento que me conocieras así , amigo.-

 

Chapter 45

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 Amaba al destino y sus respuestas para el dolor. 

Para saber cuanto más tendría que pagar para ser libre de toda esta tortura. 

Amando cada segundo de lo que significa estar vivo en manos de estos humanos. 

En manos de estas personas. 

Al mismo tiempo que su mayor esperanza…

 

 

Está haciendo un berrinche. 

1006 es paciente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-NO SOY UN MONSTRUO. – 

Dicta su verdad desde el fondo de su corazón, golpeando con sus garras el suelo. Antes de darse cuenta ya hizo este berrinche y parece que los sorprendió. 

La mirada de DogDay le sube por el cuerpo y lo recorre hasta abajo, empujando su percepción personal a la nada donde no es más que el recuerdo de lo que fue antes de ser cortado en pedazos por un capricho sin sentido, preguntándose si debería estar enojado con este perro o estar feliz porque por fin están cerca. 

El perro decide aceptar su pataleo como un efecto de su estrés. 

 

-Por favor, no pelees conmigo. – lo pidió DogDay en un tono firme, amable pero directo. 

Theodore en su lugar siente que debería estar intimidado pero ese tono lo lleva a lugares oscuros donde ese niño le abrazaba pidiendo su atención de forma dulce. Escuchando la petición tan paciente y amable por parte de ese perro, su arranque lo hace sentirse ridículo. 

-No soy un monstruo. – lo repite para sí. 

El aspecto de Dog decayó bastante, haciendo un gesto a Hoppy con la cabeza. 

-Disculpa si Bubba te ofendió. – interviene tras la señal Hoppy. – Así es como incluso tú nos describes, entonces es una forma común de reconocernos desde el inicio. – suspira agotada. – Entre nosotros no es un insulto, solo un recordatorio. – lo apunta. – La guía… solo estoy leyendo la como fue escrita. - 

-No sabía que te haría daño al decirlo. – Se disculpa Bubba juntando las patas al frente. – Lo lamento, mucho, Theodore. - 

Theodore baja la mirada al piso, guardando una queja para sí. 

Sabía que él mismo los trató como monstruos durante gran parte del tiempo antes de reconocer la verdad, empujándolos a reconocerse como tal. Lo sabía. Lo entendía muy bien.

Él tenía la culpa de la forma que tomó su karma. 

Mas escuchar como Bubba lo llamaba “Monstruo, CatNap” pudo llevarse su fortaleza en tan solo un segundo, odiando a todo lo que le rodeaba como si fuera el fin de su propio estado como ser vivo, reduciéndose a ser solo un juguete. 

La vergüenza mezclada con la rabia y la humillación le atormentan una vez tomó el lugar de estos chicos, odiando cada segundo de esta misión directa a la muerte o algo peor. 

DogDay le mostró las manos interrumpiendo sus pensamientos en una seña de pausa tanto para sí como para el grupo. 

-A diferencia de nosotros, chicos, Theodore tenía un nombre que recordar. – les hace recordar el nombre de Theodore. – Él fue alguien con un nombre antes de esto, igual que nosotros. – le toma por una parte de su rostro. – El solo es diferente porque carga con lo que perdió hace muy poco, por favor, intenten ser piadosos. - 

-Todos teníamos nombres. – interviene Picky. 

-Lo se, Ángela, pero no tenemos permitido decirlo. – mira al gato después de sacudir la percepción del presente y toda historia como un ser olvidado llevado a una ilusión desinformada para Picky. - Theodore lo perdió hace muy poco, es solo tener paciencia y que entre nosotros, Theodore sea aún Theodore. Solo entre nosotros y si recordamos nuestros nombres, tú serás el primero en respetarlos, ¿Qué te parece?- mueve los brazos para crear una conexión entre todos. – Así como se el nombre de Ángela, también sabremos algún día el del otro y cuando salgamos de aquí, seremos de nuevo… - ese ideal que ocultaba como una de sus metas a futuro, dejando que la fe que guardaba para sí sea escuchada por sus amigos. -… seremos otra vez quienes deberíamos. – su mirada vuelve a Theodore. – Solo debemos esperar, es todo. – 

-¿Qué es lo que esperas?- pregunta el gato con esa portentosa voz. 

-A nadie, aquí no hay héroes , solo nosotros encontraremos una forma. – responde firme. – No esperamos a nadie, chicos, solo nosotros podremos hacer de nuestro futuro una realidad, así que continuemos adelante con este absurdo acto para los… adultos. – 

El tono firme del perro se marchitó lentamente. 

-Perro… no sonaste tan inspirador como deberías. – murmura Crafty aburrida. 

-Me di cuenta de que Picky está enojada. – apunta a la mencionada. 

Dicha cerdita estalló en gritos, logrando que el gato retrocediera asustado al esquivar por muy poco el manotazo que lanzó para quitarlo de su camino. 

-¡¡¿Hace cuánto sabes mi nombre?!! ¡Responde!- gritó acercándose. 

Theodore en su lugar se encoge asustado por el arranque de la chica. 

-Desde que nos conocemos, creí que lo sabías. – 

-¡¿Cómo voy a saberlo?! ¿Alguien aquí dijo alguna vez mi estúpido nombre? ¡¿Porqué piensas qe todos son tan locos como tú , Dog?! – 

- Lo siento, es que de niña te gustó mucho cuando te dieron ese nombre y pensé que-

-¿Pensaste? ¡¿Tu pensaste?! ¿Bubba también lo sabía? ¡¿Bubba, lo sabías?!-

-Si… yo también creí que te gustaba más tu nombre nuevo, yo-

-¡Claro que me gusta! ¡¿Cómo no va gustarme?! ¿Cómo lo supieron?- 

El líder parece avergonzado. Pasando su mirada por el grupo y después a la cerdita. 

-Tu… ropa interior tenía bordado tu nombre. –

El dictamen fue dicho y los involucrados parecen perder la vida por un lapso de silencio. 

Es mucho más rápida la reacción del unicornio. 

-¡Lo tenía en los calzones!- procedió a burlarse Crafty tan alto que su cuerpo se fue de lado.-¡Los calzones!- pisa varias veces ante la diversión qué la sacude. 

Picky retrocede cubriéndose el rostro con un grito frustrado. 

Bubba quiso tocar su hombro pero ella huyó a una esquina a dejar salir el vapor de su rabia en privado. 

Theodore los mira dividirse para calmarse. 

Eran como antes y a la vez eran algo que no reconocía. 

Después de todo casi no convivió con ellos, ni les hablo. Puede que no terminara de conocerlos y solo viera lo que le permitieron. 

Por qué Picky siempre pareció ser solo seria y tímida, no parecía el tipo de niña que arrancaba con un grito ni que pudiera enojarse tanto en un segundo. 

DogDay fue hasta la esquina de Picky para sanar la discusión. 

-Una noche le pediste a Hoppy que te acompañara pero ella estaba muy dormida, tú aún no caminabas bien, necesitabas ayuda para ir al baño. – cuenta la historia en voz baja. 

Theodore descubre que tienen un gran oído. 

-Sabes que siempre me costó dormir y… te lleve yo al baño, estabas muy dormida para darte cuenta de que no era Hoppy, así que… te subí yo a la taza. – 

Picky sacudió la cabeza. 

-Basta, basta, basta, basta… - murmura tan avergonzada que su boca dejaba salir el vaho nervioso. – Qué vergüenza… ¿Y Bubba?-

Este elefante queda en silencio demasiado avergonzado para responder su pregunta. 

-El lavaba la ropa, Picky. – lo delata el perro. 

La chica inclina el cuerpo haciendo su frente recargarse en el muro helado. 

-Solo quiero decir que… yo no… - 

La pezuña de Picky lo golpeó en el brazo. 

-Se que no me harías nada malo, eso no lo dudo. – suspira mirándole de lado. – Eres mi hermano mayor. – 

DogDay al fin se dejó caer en el suelo. 

-Creí… qué…. odiarias esto.– 

Picky trae el mal humor ya convertido en un bochornoso episodio de su vida. 

-Claro que lo odio. – vuelve a esconder el rostro. – Es solo que me da vergüenza… ¿Cómo puedo seguir tratándome de la mierda si se que sabes tanto de mi?-

-Eso es ser hermanos.- tocó tímidamente la espalda de Picky. – Ángela, eres mi hermana. – 

Picky lo empujó volteandose. 

-Vete, quiero pensar. Sola.- mira de nuevo al muro. - Y me llamo PickyPiggy, idiota. - 

DogDay suspira al levantarse dejándola estar tranquila de una vez. Ahora su humor mejoró y con ello recupera las energías para afrontar a CatNap. 

Theodore se sobresalta al ver como venía directamente hacia él. Con un nuevo sentimiento encima y mucho más asertivo. 

Comienza enumerando los fallos de su personalidad. 

-No puedes cantar ni hacer bromas.- cuenta con los dedos sus errores al rodearlo.- Nos queda usar tu cuerpo como entretenimiento. – chasqueo los dedos decidido. 

Algo en esa forma de expresarse le ponía los pelos (literalmente) de punta. 

DogDay no se quedó solo con decirlo, le obligó a ponerse de pie al tirar de su costado bajo el brazo. Bien podría ser un cirquero con los tigres del espectáculo o un secuestrador arrastrándote. 

-Veamos. – le da espacio.-Eres grande y bonito , hueles bien y eres suavecito.- inclina la cabeza a un lado al rodear lo comprobando lo alto y que es su cuerpo nuevo.-Puedes seducir , ahora , hazlo.-

La respuesta fue tan grande como pedirle a un árbol de manzanas que dé uvas.

Nada.

El gato solo se quedó ahí mirándole con esos ojos bien abiertos y las cejas muy ligeramente levantadas.

Theodore le estaba dando su cara de mayor y más puro pánico. Con el lomo erizado y sus patas más abiertas de lo necesario.

-¡Buuu! ¡Bájenlo , por piedad!-

- ¡Crafty!- le gritó Hoppy.  

Su amigo le mira nervioso , asustado y avergonzado. Todo lo que siempre quiso ocultar bajo la cobija estaba al desnudo frente a quien menos quería mostrárselo. 

-…tus besos me elevan más alto~-

La cabeza del gato se levanta observando al perro apuntarlo con la mano extendida.

-Oh , no…- exclamó de fondo Crafty.

Incluso Picky dejó de esconderse para mirar a esta dirección.

-¡Como la dulce canción de un coro! – canta rodeando al gato con un ligero baile.

-¡¡Ñañaras, ñañaras, ñañaras!!- ruge de fondo Picky. 

Theodore no entendía nada pero reconocía la canción.

-¡Iluminas mi cielo matutino! – lo gritó dando un giro frente a Theodore , aprovechando su estatura para llegar a su rostro.-¡Con amor ardiente~! – lo canta desentonado y alegre en su descaro.

Theodore se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.

DogDay le estaba cantando a él .

Frente a todos .

Su cabeza no podía estar más caliente.

-¡¡Aquí viene!!- chilló Picky cubriéndose los oídos. 

-La peor parte siempre son los coros. - murmura Bubba volteando se con las orejas cubiertas. 

-¡¡Ooh, ooh!!- ese coro fue tan desafinado que se quedó a medias. 

Theodore gira siguiéndolo al estar dando vueltas a su alrededor.

-¡Siento mi temperatura subiendo!- canta y lo lleva por el mentón a verle directamente aunque sea algo lamentable. 

La osa rompe el equilibrio deprimente para la tortura que estaba sufriendo esa canción. Coreando de fondo el grito de DogDay.

-¡Ayúdame, estoy en llamas! – lo dicen juntos y la voz de Bobby es un aliciente para los oídos.

Theodore seguía observando al perro moviéndose frente a él porque lo que no canta lo muestra con su cuerpo al moverse con gracia.

Le gustaba.

-¡Debo estar a cuarenta grados~! – lo atrae a su encuentro al tomarle por las mejillas.-Debe encantarte como haces arder a este perro.- lo susurra solo para él .

Theodore se quedó en el mismo lugar al ser liberado.

-¡Ardiendo, ardiendo, ardiendo! – canta frente a él sin parar de moverse de la misma forma.

¿Dónde se supone que ese baile era decente? 

-¡Y nada me puede enfriar! – apuntó Bobby.-¡Vamos ,arriba!-

Hoppy podría seguir cubriéndose el rostro para no ver al líder o a su amiga haciendo el ridículo pero las desgracias nunca vienen solas.

-¡¡¡Puede que me convierta en humo!!! – 

Ahora son tres voces y una es Kickin agarrado del brazo de Bobby , acompañando la canción con sus voces…lo que salva mucho la escena por sus lindas entonaciones a comparación del perro cuyo único buen acto es el baile.

Hoppy no puede mantenerse indiferente por más tiempo , dejando salir su risa junto a Bubba y una Crafty superando la vergüenza ajena para disfrutar la ocasión.

Theodore siente como el dolor se vuelve sordo, viendo como lentamente la oscuridad aminora gracias a sus compañeros. A su amigo.

Esto era amar.

DogDay amaba a sus amigos porque amaba esta sensación que rompe con todo el terror cuando las voces de sus amigos se unen para festejar en las sombras. 

-¡Pero me siento bien!- gritan juntos aunque ya se queden solo Kickin y Bobby en la canción.

DogDay viene hacia él con los brazos extendidos.

Deseaba tanto dejarse caer en ese pecho ahora mismo y ser abrazado hasta dormirse.

 -No importa cuánto te de miedo o vergüenza , Theodore , estaré ahí incluso si es en la oscuridad. No te dejare sólo y podremos ver el fin de todo esto.- le abrazo por el cuello.-Todo el dolor se termina algún día , solo debemos aguantar hasta entonces.-

“No hay dolor que no sea recompensado” 

Por fin puede corresponder el abrazo , ronroneando con placer a la fuerza que lo protege. Cuando su propia convicción y la de su amigo se unen de una vez.

-Cuando te presenten serás lo que sabes que los niños necesitan …si alguien lo sabe es solo uno de ellos quien pueda decirlo , Theodore.- observa la cola larga del gato enrollarse en sí misma ante la inseguridad que aún lo embargaba.-No hagas lo que te digan los adultos al presentarte ,ellos solo quieren que te veas bien para las cámaras , no para los niños.-

Pedirle a Theodore que desobedezca le parecía estúpido a sabiendas de que posiblemente los hicieran enojar , más …lo que de verdad le hacia enojar era que le dieran a el poder para controlar a Theodore. Como si quisieran que viniera corriendo la celda para asustarlo …¿Qué haría un mal líder? 

Excluir a CatNap. Eso haría que su presentación fracasara y pudieran matarlo para recuperar las piezas.

Así que tomó la decisión más arriesgada para proteger a Theodore y a su grupo.

 Mentir y mantenerlos unidos incluso si durante la presentación se veía obligado a usar a cada persona para protegerlos a la hora de la hora. Hacerlos conocerse , ellos y el nuevo Theodore , en caso de que deban iniciar la huida.

 Como sea, confiaba en Theodore. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ya no hay muchos niños del pasado entre estas sillas. 

Incluso algunos de ellos apenas van a conocer este lugar. Llegaron cuando los gigantes no estaban presentes y hoy esperaban conocerlos. 

Nuevos niños crecen en el estanque bajo la vigilancia de un gato hambriento. 

Algunos aún tienen heridas de sus rotos hogares en la piel. Observando a las personas que arreglan el escenario curiosos por las sonrisas enigmáticas de las hermosas maestras de plástico. 

Viendo a la maestra de matemáticas, resaltando por su mandil con sumas y restas al frente, pararse a un lado de la gran cortina. Parecía estar riéndose al cubrirse la boca. 

-¿No huele rico?- preguntó un niño de fondo. 

-Huele bien, si. – responde otro más distraído en las nubes falsas. 

Aunque le dio la razón al primer niño no recibió más que una mirada austera y seguido una patada a su silla para dejarle en claro que cualquiera menos él hubieran sido bienvenidos a responder. 

No hizo más que sujetarse a la silla para evitar caer, mirando al niño que pateó su silla y después al mismo techo falso. Este niño era tan castaño como cualquier otro, la única razón por la que resaltaba fue por la falta de algo muy importante, su brazo. Rodeado su cuello por vendas frescas. Vuelve a mirar al frente donde la cortina se mece por la brisa falsa, bajando hasta ver algo en el suelo… algo curioso. 

Su curiosidad lo hace levantarse. Reconocía el objeto como algo más fino que un plumero. 

-¡Niños, es hora! ¡Tomen sus asientos ahora!- 

 Vuelve a su lugar sin parar de observar el objeto púrpura en el escenario. 

Como eso se mueve un poco entre los discursos de los adultos. Cada vez más cercano a un vegetal. 

-… resaltando la naturaleza bondadosa de nuestro fundador, Eliiot Ludwick, con la inserción del sistema de víctimas de pérdidas dolosas, damos la bienvenida a los pequeños traídos desde el servicio de menores de ST. Louis. – apunta con un brazo a las sillas más cercanas al escenario. 

Por un empujón de su niñera se levanta junto con los niños del lado contrario al pequeño cretino. 

-Nuestros niños del bloque cuatro recibirán en La Guardería, el hogar que siempre han merecido nuestros pequeños angelitos. – aplaudió. 

El lugar se llenó de aplausos pero no para los niños confundidos, sino para el hombre sentado en una silla de ruedas en el escenario. 

Este levanta la mano como saludo y señal para detener la fanfarria. 

-Continuando con el motivo de nuestra reunión… - 

Los niños volvieron a sentarse. 

El pequeño con las heridas más graves siente como de su brazo restante se cae algo. 

Mira entre sus rodillas pero no lo encuentra cerca. 

Estaba bajo los pies del pequeño cretino. 

Su voz no sale, observando la pulsera de cristal en el suelo, temerosos de pedir ayuda y está fuera decomisada al igual que las pocas piezas que le quedaban de su familia. Apretando el puño mientras espera su oportunidad. Esperando que a esa pulsera no le rompan al percatarse los otros niños que tenía una última cosa que despedazar.

Especialmente ese cretino con suéter de color púrpura. 

¿Cómo fue posible que deseara ser su amigo antes? 

Distraído por su predicamento. No vio ni puso atención al anuncio en el escenario. 

-¡… es su amigo CatNap! - 

Su mirada está fija en ese objeto delicado apunto de ser quebrado. Ese niño había corrido de la nada en una especie de huida. 

La emoción del niño en la silla hace que la pieza se astille bajo la pata de la silla de metal. 

Los ojos del niño herido no habían visto que esa pieza se rompiera pero ya sentía los ojos llenos de lágrimas. 

-¡Aha!- exclama ese niño levantándose de la silla con ese grito. 

Más de un niño huye con un grito de miedo o lágrimas de miedo en sus ojos. 

El niño herido levanta la mirada indiferente al terror de más de un niño a su alrededor, encontrando un par de gigantescos ojos de plata frente a su lugar. 

La sorpresa le aturde, quedando impávido ante la cercanía de esta criatura que respira y lo hace sentir la calidez de ese aliento que le hace sentir pétalos contra su rostro. 

Esa sorpresa cambia al ver ese objeto curioso elevarse frente a su rostro. 

Resulta ser una cola larga y tupida, sosteniendo su pulsera entre los cabellos. 

Levanta su mano para tomarla, viendo esos ojos aturdidos. 

Este gato terminó con la distancia al chocar su rostro con el del niño, ronroneando suavemente al contacto. 

Ese acto es suficiente para hacerlo aferrarse al espeso pelaje colorido, sintiéndose embargado por el calor del felino. 

Una niña vino desde el fondo de las sillas para saludarlo con su peluche de gatito morado en alto como muestra de amistad. 

-Hola, CatNap.- exclama esta pequeña en un murmullo. 

Ese rabo, en respuesta a su saludo, parecido a un plumero por su espesor le sacude el cabello dejándola despeinada al paso. 

Una sonrisa de parte de la niña se convierte en el avance de más niños curiosos por el gran gato. 

Curiosos por la tristeza en sus ojos de luna llena. 

 

 

DogDay en el escenario deja caer sus hombros aliviado, agradecido y al fin su cuerpo dejó de estar adolorido a la espera de lo peor. 

Un niño tira de su mano llamándolo. 

-¿DogDay, porque CatNap tardó tanto?-

-¿Se perdio en el camino?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa fue la presentación de CatNap.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

El fin del día es llevado por los gigantes de una sonrisa a una advertencia dulce. 

Los niños del bloque cuatro fueron movidos al sótano donde no les queda más que ir a sus habitaciones bajo la guía del pollito. 

-… verán que mañana será un día mucho más tranquilo! – les asegura la criatura al llevar la silla de uno de los niños por la parte de atrás. – Me gusta esto, ¿Me regalas tu silla?-

-La necesito. – murmura la respuesta la niña en ella. 

-Pues entonces te la dejo. – abrió la habitación para ayudarla a entrar.-Tal vez podamos ponerle sonó de motor después. - 

-No es una bicicleta. - 

-Cierto, cierto ¡Entonces unos retrovisores!-

-Tampoco es un auto.-  

Esto es observado por el niño en la puerta de inicio en el pasillo. Recargado en el marco le vigila notando como el ave ayuda a los niños y trepa las paredes para llegar más rápido entre todos los que son lentos por las distintas lesiones en sus cuerpos. 

Este pollo no parecía en lo más mínimo preocupado por el estado de todos los niños del bloque 4. Una sensación igual a sus días antes del accidente. Es normal. 

Algo diferente a la lástima y el esquive de ojos que solían recibir de parte de los adultos. O esa mirada insistente de otros niños. 

Era normal. 

-Oye. – 

Su cabeza gira nerviosa por el llamado de esa voz infantil.

Es ese mismo chico de la asamblea. 

-No… no. – murmura dispuesto a volver a su habitación. 

Este chico saltó al verle huir. 

-¡Que no!- gritó al alcanzarlo antes de que cerrará. 

Dentro sus dos compañeros ya estaban en la cama y no podían, ni querían, intervenir en el jaleo. Simplemente observan a este chico tirarle del cabello y su brazo restante lo mordió cuando intentó apartarlo. Esto se volvió más violento tras sacudirse y lograr patearlo, más ese niño si tenía todas sus extremidades y pudo golpear su rostro varias veces, evitando que logrará defenderse al revolverle la ropa. Buscando entre los pliegues y bolsillos. 

-¡Basta! ¡No puedes hacerle esto a tu compañero! ¿Estamos locos o qué?- le reclama el ave al separarlos y levantar al niño en alto para evitar sus patadas. 

-¡Bájame! ¡Come mierda de porquería, maldito pollo! ¡¿No ves que debo darle una lección al manco, mierda?! ¡Bájame bastardo de mierda, mierda, mierda!- sus pies luchan tanto como sus puños.- ¡¿Porque no me defiendes, DogDay?!-

Kickin no entiende cómo este niño piensa para creer que DogDay vendría hasta aquí para ayudarlo a golpear a otro chico. 

-Vaya boquita. – exclamó el ave tras la sarta de gritos. Mira al niño en el suelo. – Sígueme, te llevaré a la enfermería. – 

-No. – murmura al cerrar la puerta y dejar al ave afuera. 

Kickin se quedó en shock por algunos segundos. Al parecer el nuevo lote o era bastante apagado o demasiado grosero. 

DogDay debió sentir lo mismo que él cuando comenzaron a ser amigos. 

-¡Te dije que necesitaba una paliza! ¡Sal de ahí, cobarde! ¡¿Quieres dejar de ser un gusano patético? Sal, DogDay!-

Kickin le abrazó en su costado, tapándole la boca para dejar este ala en paz. 

Aturdido por lo que escuchó de parte de este niño. 

¿Enserio creía que DogDay le ayudaría a golpear a un niño? O ¿Llamar así a ese otro niño? 

Las luces se apagan después de unos minutos. 

 

 

 

 

 

 

 

Pasaron un par de decenas de minutos antes de que esa puerta se abriera y ese niño sin brazo saliera para abrir la cajonera del pasillo, sacando del interior aquella pieza de cristal. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                              S-M-I-L-E everyday!

                              

                                 When you are down and out,

 

                                                no need to frown and pout!

 

                                                       Cuz Smiling Critters' here to say...

 

                              S-M-I-L-E everyday

 

 

 

 

 

 

 

 

Detective Catnap. Divorcios, infidelidades y desapariciones. Todo lo que el detective descubra será compartido a quién quiera escuchar asi qué no nos demande. 

 

 

 

El inicio junto al gatito esta vez fue a blanco y negro, acompañado por la lupa de un detective de cola larga. Caminando por el resto de aquella feria y el fin de esta se denota por los trabajadores de overol caminando por el lugar con piezas de juegos mecánicos. 

Este gatito de gabardina brillante toma muestras de la zona de aparcamientos. El viento del este lleva las nubes de llovizna consigo, descubriendo un sol lejano que con su luz marca las huellas del lodazal. 

Exactamento un cabello rulo de color oscuro encomtrado con su lupa sostenida por su cola y la hueca en C le hace fruncir el ceño al tomar una fotografía con sus manos. 

Su mirada estaba clavada en esta pieza de evidencia en el lodo. 

-¡¿Estás jugando a los detectives?! -  

El gatito se esponja al ser sobresaltado por la negra nariz del perrito que metió sin respeto alguno su rostro en el cuello de su gabardina. Por este susto su ropa casi cae al suelo al volverse una bruma oscura otra vez. 

-Oh, casi. - sonríe el perro atrapando su ropa antes de caer al lodo.

Catnap le da un zape como todo un felino recuperando su figura material, vistiéndose rápido con la ropa recuperada. Su mirada molesta es retada de nuevo por el perro y el collar de luna que había olvidado colocarse. 

-¿Puedo jugar contigo?- pregunta poniéndole el mismo el collar al gato.-El sol y la luna deberían estar juntos, ¿No es así?- sonríe chocando sus narices. 

Catnap vuelve a fruncir el ceño al tener su nariz aplastada y ese perro tan pegado qué casi se volvían uno. Mueve su mano marcando una distancia, volviendo a sacar la cámara del bolsillo para tomarle una fotografía al perro como reprimenda. 

Este ante el flash retrocede con un grito y gruñido igual a un lobo rabioso. Algo divertido pues sigue siendo el mismo perrito naranja el que escapa a cuatro directamente al bosque. 

CatNap suspira al estar de nuevo solo. Vuelve a fijarse en el lodo pero ya las huellas fueron borradas por el jugueteo del perro. Sus hombros caen y su sonrisa se retira con un rostro decaído , guardando la cámara en el bolsillo. Caminando al interior de los puestos de feria. 

El puesto de Picky ya fue retirado pero el de Hoppy sigue en su lugar. Marcado como evidencia por la policía del alegre pueblo. Cruza la cinta amarilla revisando los restos de carbón y huevos de pascuas rotos. Su cámara la usa de nuevo al notar entre los restos de madera y lodo unas huellas de pezuñas. 

Las mismas huellas que en el estacionamiento de Picky. Su fotografía brilla. No puede tomar muchas fotografías al escuchar la maquinaria venir en su dirección. 

Debe huir y ver cómo los trabajadores zorros se llevan la basura en un camión. 

Los zorros no gustan de los gatos. 

Con un corte rápido de escena se encuentra el estado del perro naranja. 

DogDay perdido en el bosque en una zona desconocida. Aullando a la luna del medio día. 

Un zapatazo lo estrella contra el suelo. 

-¡No se aulla a estas horas! ¡¿Qué, estamos locos?!- lo regaña un anciano lobo. 

Al fin el televidente puede ver que bajo la colina qué subió DogDay había una casa con una chimenea ardiendo y algunos miembros de la familia afuera ya sea jugando o cortando leña como el papá lobo. La abuela lobo cuidando la olla de guisos llena de huesos y mamá lobo colgando la ropa limpia cerca del abuelo que arregla el camino de la casa con piedras y grava. 

-Ya tengo mucho que aguantar con cabras dañando mis tierras como para escuchar a un perro citadino balbuceando canciones de amor a la luna ¡¡A las 12 del día, que falta de respeto!!- rebuzna y su pala continua rellenando baches del suelo.-En mis tiempos las tradiciones se respetan y a la luna se le cantaba en su horario y no estas tonterías hippies. ¡Un corte de pelo no le haría falta a esos papanatas comunistas!- 

DogDay saca la cabeza de la tierra, sacudiéndo se hasta el lomo para sacarse la tierra de las orejas. Volteando a verlos con la cola moviéndose feliz al descubrir donde estaba.  

-¡Herreros, hola a todos!- saluda bajando la montaña a cuatro patas.- ¡Soy DogDay, soy su vecino y primo lejano!-  

La abuela lobo , junto a la fogata y la olla, se coloca los lentes de botella y saca el libro de recetas para que a este invitado no sea requerido compararlo con otros ingredientes aceptados por su pacífica familia. 

Es Venado=si. Oso=no. Conejo=si. Perro=no/Si hace hambre si. Elefante= si, en cuanto se pueda.  

Los lobos se miran, después a la cocina repleta y deciden esconder la olla grande solo por esta vez. 

Este perro llega al frente del abuelo sacándose las orejas como si fuera sombrero para inclinarse en un saludo. 

-Buenos días, ¿Usted mencionó huellas de cabras?- pregunta al reacomodar sus orejas junto al abuelo lobo. 

Era más pequeño y rechoncho, parecía un peluche a un lado de sus familiares caninos de colores naturales y larguiruchos. 

Este anciano le miró desdeñosa por un momento. 

-Si. - escupe, literalmente, el abuelo recargándose en su pala.-Hace tiempo anda por aquí una cabra o algo así. - su nariz se mueve curiosa al ver al perro tomar la otra pala para ayudar a llenar los huecos del camino. 

-¿Ayer en la feria la vio pasar por aquí?- pregunta sonriendo al echar la primera pala de grava.-¿La vieron?- deja la pala y en brazos levanta una roca para llenar el chueco siguiente. 

La abuela hace una señal al papá lobo para que dejara la leña. 

El papá lobo viene a ayudar. 

-Esa cabra no es de por aquí primo.- lo aclara sacándose la pajita de trigo del hocico para ponerse una nueva.-Nunca antes habíamos notado su presencia por estos lares.- lo sigue con el saco de grava. 

Esta vez entre los dos el camino comienza a recuperarse más rápido. 

El abuelo golpeó la tierra sentándose mientras DogDay continuaba con el trabajo. 

-Nadie la ha visto directamente pero ayer nos dejó el camino hecho un desastre. - la queja del abuelo es bastante sincera ante el cansancio. 

La abuela no sonó tan relajada y su grito hizo volar a las aves del bosque. 

-¡Se robó nuestras canastas de avena y además ensució el porche con sobras de ensalada!- gruñe y tira otra tanda de picante a la olla.

-Esta sopa mañana nos acercará a nuestro creador. - ríe el abuelo con el uso extendido de la fogata. 

DogDay sonríe a la abuela orgullosa de su receta y sigue llevando la grava y piedras a los hoyos de tierra. 

-¿Ustedes podrían decir de qué tamaño era la cabra?-

La abuela se carcajea ante la pregunta, palmeando su pierna derecha antes de contestar con una gran sonrisa chimuela. 

-¿De qué tamaño? ¡¡Tamaño familiar, perfecto para un verdadero guiso de bodas!!-

 

Por allá en otro lugar y tras un corte rápido. 

En una habitación de iluminación roja, Catnap perdió bastante ánimo en el escenario de la feria, extrañamente llena de fotografías de Hoppy, Catnap revela esas diapositivas. Con él trajo un libro de huellas del pueblo, exactamente unos libros de la escuela que dio clases a todos los habitantes y por tanto tendría la coincidencia de pezuñas con la fotografía que tomó. 

Todo eso se lo explicó a Kickin al pedirle prestada su habitación de revelado. 

-No sabía que se podían identificar las pezuñas. Con los gallos es su cresta, la cresta nos define y como las huellas digitales sólo cuando se cortan o queman se pierden como seña de identificación.- lo apunta sonriéndole al gato distraído en su trabajo. 

Este hace algunas señas de manos respondiendo. 

-¿Tu nariz? No lo sabía, creí que era con sus colas. - mira al libro. - Los gatos usan sus narices como huellas digitales ¿Quién podría imaginarlo?- vuelve a revisar el libro. - Aquí está Hoppy, tan bonita. - 

Al televidente le permiten ver un conejito verde con una falda de colores arcoiris y un listón blanco en sus orejas. 

Después ese mismo conejo verde vestido como Morticia Adams. Luego una conejita verde punk y al final una graduada con un vestido blanco de algún concurso de belleza. 

Una unicornio a su lado desfila con un vestido rojo y una mirada agria con su segundo lugar

-De verdad es bonita. - murmura abrazando el almanaque con un rostro perdido.-Bueno, bonita... Como para ganarle en todo y así... - murmura la excusa para halagarla. 

CatNap, ignorando las ñañaras qué le subieron por la columna, sacó una fotografía con pinzas. Mirando alrededor sin tener donde colgarla. 

Kickin lo nota y en ello recuerda que no limpio antes de dejarlo entrar, corriendo a super velocidad retiro algunas de esas fotografías al ver al gato enfrente del tendedero de estas para colocar su propio trabajo en algún lugar de este atiborrado estudio. 

-Sa-sa-sabes, yo no sé de dónde habrá salido todo esto. Es un misterio. - tartamudea al quitar varias y cubrir con su cuerpo otras cientos más de muestras de cinta en otro muro vuelto verde por el sin fin de fotografías. Y una de DogDay vestido con el impermeable de capítulos anteriores a la llegada de Catnap.

Catnap asiente con una ceja levantada. Rindiendose a colocar su evidencia junto a cientos más de piezas de Kickin sonríe a sí mismo. 

-Estas las tomé en el concurso de surf, y estos otros en el encuentro interestatal de carreras en caminata.- sonríe relatado sus victorias, en esta fotografía Kickin se ve compitiendo contra un vaquero en minishorts.-Esta es en Hawai. Le gane a todos los locales en el concurso de quién se ahoga primero. - mostró esa fotografía con el de color morado y el salvavidas (muy parecido a Israel Kaʻanoʻi Kamakawiwoʻole) reviviendolo con esfuerzo pero el premio ya estaba en sus manos así que el gano. 

El gatito sonríe escuchando su historia. Desviando su atención al conteo de minutos para su fotografía. 

-Esta fotografía es de mi viaje a México, ¡Es un premio por la chalupa más grande comida en un minuto!- anuncia mostrando su fotografía con sombrero charro en un burro.-Y esta es de chile donde los locales me premiaron para que me fuera. Nade a recibido ese tipo de premio.- canta y le muestra al gato la secuencia de fotografías e el ave llegando al aeropuerto, la gente recibiendo, dándole un premio y devolviendolo al avión de vuelta a casa 

CatNap tuerce la boca mirándole confuso por si su orgullo por ser expulsado de una nación por su gentilicio de verdad le parecía bueno. 

-Ahora que lo pienso no tenemos fotografías juntos, vamos amigos. - canta y lo abraza levantando la cámara sobre sus cabezas, poniéndose de puntas para verse más alto de lo que era y dejar chiquito a CatNap con un beso en la mejilla de paso. 

El gato es loto cubriéndose los ojos una vez el ave logra cegarlo por el flash. 

El ave sacude la cabeza ante la luz, ama acostumbrado a las fotografías gira animado. 

-Ya imagino la tremenda obra de arte que será esta fotografía. - lo anunció imaginando la enmarcada y colgada en la casa de gato elefante. 

Catnap abre y cierra los ojos intentando recuperarse. 

La voz de Crafty llega desde afuera de la casa. 

–¡Hoppy, vamos a la playa! ¡En Holywood es tradición ir después de estar presos!- 

-No se vayan sin mí.- las sigue la voz feliz de Picky.

Kickin comenzó a juntar cámaras y rollos a montones en una mochila. 

-Cierras al salir, adiós. - se despide dejándolo solo al salir de la casa más rápido de lo que CatNap pudo despedirse. 

Salió de la casa siguiendo al grupo que ni se había quitado los uniformes de presidiarias. 

-¡No vayan a dejar el alma de la fiesta, chicas!- abraza a Bubba qué más ojeroso no podría estar.

Hoppy lo alabanza tomando su mano y girando divertida. 

 -¡¡Por el club de los cargos penales!!- cantan el conejo y el pollo.- ¡¡Ahuaaa!!- 

Bubba afila los ojos murmurando quejas sobre el sistema de cárcel y pagos a la sociedad. Arrastrado por la corbata en las pezuñas de Picky. 

 En la casa Catnap recuperó la vista y sus ojos van a ese tendedero. Su rostro se contrae aturdido por el desate de pintura borrada, matizada y corrida de la fotografía. 

Sus patitas saltan varias veces en un mismo lugar como muestra de la frustración que le llenó al ver el estado de su evidencia destruida. Debió ser el flash. 

Dejó la habitación con la cola entre las patas y su mirada entristecida. 

Fuera de la casa (a medio reparar por DogDay) la osa pasa por el camino, viéndole de reojo al volver a su hogar sin saludarlo. Vestida de naranja presa. 

Catnap después de ser mirado de es forma lleva sus manos a sus orejas tirando de estas al seguir su camino a casa.

Subir el rascador es cuestión de poner una mano y ser una bruma que sube o lo sería. 

Otra vez su cuello es olfateando por ese perro y su nariz fría le ocasiona un escalofrío por toda la espina dorsal. Congelándose completamente porque de verdad estaba fría. 

-¿Ya no juegas a los detectives?- le pregunta el perro haciéndolo girar como a una puerta giratoria. 

En ello su cuerpo cubierto de tierra y lodo brilla de lo sucio que se encuentra. 

Catnap esta vez detuvo el giro volviéndose un bruma intangible, parándose a unos metros del perro. 

-¿Qué pasa, CatNap?- pregunta DogDay al verlo tan esquivo. 

El gatito piso varias veces el suelo y sus manos se movieron de su pecho a sus oídos, ojos y boca. Los movimientos no se pierden al ser su modo de comunicación pero tras él se incluyó un recuento de sucesos. 

La cosecha destruida, la pirotecnia estallando fuera del control de la piromana de Hoppy, las huellas qué se borraron y el sobre con cabello que perdió. 

Crafty y Picky perdonandolo por algo que no hizo. Bobby enojada porque casi la acusaba por error. 

Todo lo revolvió en una equis sobre su pecho y sus manos subieron a sus orejas tirando de estas al doblar las rodillas cansado por la gran presión que todo le ocasiona por su propia ineptitud marcada por la nula voz de su boca. 

Sus manos las levantó frente a su rostro cerrando los puños uno sobre otro. 

-No. - 

El perro le atrapó por las manos haciéndolo levantarse con un jalón decidido. 

Movió sus manos muy rápido pero aún el movimiento se capturó y se puede ver como toca su nariz y abre la mano para apuntarlo con tres dedos separados y su lengua sale descarada para lamerlo de la mejilla a la oreja. 

-Tu no eres una persona despreciable, solo eres alguien con mucho que decir y lo hará con acciones. De eso se trata ser la luna que mueve las mareas y me seduce todas las noches. - 

El gato lo aparta usando la cola para levantarlo por una pata. Su mejilla la limpia con un lenguetazo rápido en su pata. 

DogDay le muestra una grabadora sacada de su oreja y de cabeza reprodujo una pequeña parte de este. 

-... entonces le sacamos el juanete a la tía Rosa con una pulidora industrial y trece kilos de mayonesa.-

Detuvo la grabación sin mostrar vergüenza por lo escuchado. 

-Tengo información de algunos testigos, Catnap, tu sospechoso es una cabra y dejó un rastro directo a la zona este de pueblo alegre.- lo anuncia y mueve la cola esperando ser halagado por sus habilidades detectivescas. - Puedo ayudarte, te lo prometo, amigo.-

El gato deja de acicalarse para mirarlo de lado. Apunta su pecho con esas manos púrpuras repitiendo la forma de apuntar con tres dedos. 

El perro recibió el gesto con una gran sonrisa. 

-¡Eso, Catnap no está vencido!- celebra el perro en el aire. 

El gato lo deja ir y su cola se repliega agotada por cargarlo. 

Suspira una vez deja al perro en el suelo. 

El color vuelve a retirarse al recuperar su disfraz de detective de nuevo. Esta vez aceptando tenér al perro a su espalda con la cámara, un traje de chaleco y camisa como su asistente. 

La misión continúa con la información recaudada por el perro. 

 

 

 

En la playa todo era paz. 

No. 

-¡Están en la arena! ¡Están en la arena!- grita vestida con una camisa igual a Ripley de Alien. 

Los gritos de Crafty se corean por los disparos de su arma directamente a la playa, seguida por Bobby con su casco cubierto de abolladuras.

Picky las supera corriendo directamente al océano con una espada en sus pezuñas. 

-¡¡Bubbaaahhhh!!- ruge a las olas que se elevan con una explosión. 

Terminando el capítulo con el cuadro de Bubba secuestrado por una hermosa sirena transformada en Marie Curie y a las chicas rescatandole en una reproducción exacta de la odisea. 

Las letras de los créditos no se detienen pero quedan en silencio deteniendo la música épica. 

Kickin se asoma por un lado mirando al cuadro detenido en el tiempo. Levantando una carta real en sus manos de caricatura

-“Sinceramente espero que los capítulos del programa mejoren y se encaminen de nuevo a los pies de nuestro señor“- Lee la carta y mira al televidente. - Aja, si, claro. El programa de television publica va cambiar su formato. - tira la carta por la orilla de la pantalla y su gran copete lo sacude.-Señora, no haré nada de lo que personas que gustan de comer galletas desabridas y vino rancio para emular el sabor del páncreas de su salvador me ordenen, gracias.- gira volviendo a la orilla de la pantalla. - Ah, sí.- vuelve asomándose a medias. - Compren nuestra colección, es para ayudar a los huérfanos. Chicken Kickin, fuera.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

 

¿Su hijo tiene problemas para dormir? ¡¿No puede hacerlo reconciliar el sueño aunque ya intento de todo?! ¡Tenemos la solución para todos sus problemas! ¡¡Jarabe para dormir de Poppy!! ¡Una toma y mándelo a dormir, garantizado! 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-El capítulo está listo. - firman tachando la tarea de completar la continuación de los capítulos más extensos de la serie. 

-¿No les parece que se ha vuelto demasiado serio el programa?-

-Es Catnap, integrarlo es complicado cuando el humor anterior era de tipo stand, ahora debemos apuntar a algo práctico.-

-Necesito que incluyan el humor anterior y a CatNap, no importa si comienzan a dejarlo de lado. Solo es un gato. - les recuerda esa parte del contrato. 

-Si, señor. - miran entre todos el trabajo. - Pero rehacer las doce horas de programa costaría unos cuarenta u ochenta mil tan solo en diálogos. - 

El jefe frunce el ceño. 

-Entonces déjenlo como está. Será en la septima temporada que lo cambien. - 

El grupo de animación sonríe aliviados al ser liberados de esa pesadilla. 

-Por otra parte. En La Guardería hay algo que quiero que algunos de ustedes artistas, hagan por mi. - 

Esa petición se une con una sonrisa siniestra. 

Una que prometía horas extras y una pizza como recompensa. 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Si se lo preguntan DogDay baila como Butchy, de ahí el estupor de Theodore.

Este capitulo fue un paso sobre cristal disfrazado de un paseo por las flores.

Chapter 46

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

Los movimientos de un cuerpo grande son distintivos al intentar ir con el ritmo pasado. 

Posando cuatro patas a los costados de su cuerpo hasta encontrar el lugar correcto en su centro. 

-Eres muy bonito. –

-¡Gatito, gatito!- 

Siempre escucho a las personas decirle lo bonito o alto que era al ser un niño pequeño pero no se podía sentir como ahora que le duelen los oídos con sonidos fuertes o las máquinas dejadas encendidas en el techo del domo de La Guardería. 

Se ve en la imposibilidad de responder, todo por su aterradora voz, por lo que da su respuesta a esos halagos sacudiendo la espesa cola sobre la cabeza de los niños, igual que un plumero. 

Los niños de paso no pueden contener las cosquillas ni las rísas, siguiendolo cuando aceleró el paso para colocarse en un espacio abierto, evitando que puedan meterse entre sus patas. Recomendación de Crafty, una criatura que sabe de sustos y errores que solo la oportuna intervención de DogDay evito que se convirtieran en circos donde deverían reprenderla. 

Colocar las cuatro patas suavemente, siendo consciente de lo que se pone en su camino, cuidando la larga cola unida a su columna, olfateando en caso de que haya algún herido o pelea. 

Lo que sea, lo haría para mantenerse a salvo.

Caminando por el lugar con los niños que lo saludan o tomaron gusto por obligarlo a moverlos de su camino con un empujón de cabeza. 

-Niños, ¿Qué hacen molestando a Catnap? ¡Vamos a jugar!-

Algunos siguen a Hoppy solo por como los llamo y no tanto por su llamado. Parada en sus manos les muestra como rebota una pelota en sus patas flexionadas por encima de su cabeza, en un arco de luna que se roba el aliento de más de uno al mostrarles lo flexible de su cuerpo. 

Theodore se había quedado en trance una vez volvió a oír a uno de los Smiling llamarlo por ese título de mascota. Siendo abandonado por más de uno cuando se van tras ella, sin dudar en que ella les enseñaría a hacer ese mismo movimiento. 

Hoppy era increíble. 

Lo sabía como un dato curioso desde antes de ser este gato pero toma forma al verla más pequeña ahora. 

Era veloz, saltaba, brincaba y corría, todo sin siquiera rosar a los niños. Demostrando una habilidad envidiable para reconocer su entorno con gran observación y predicción. Era increíble. 

Tanto o más que Bubba qué con ser de gran tamaño y torpe aun es capaz de moverse sin lastimar a nadie, respondiendo a cualquier pregunta sin olvidar continuar con el cuento para los más pequeños que lo rodean buscando su atención. El era envidiable. 

Picky puede escuchar a todos y aunque él sabia que ella entre sus amigos era grosera he impaciente, ese rasgo era imposible de ver cuando jugaba con los niños que solo quieren tenerla ahí para verlos. Era impresionante lo paciente que era. La nula posibilidad o eventos donde esas enormes pezuñas hayan lastimado a alguien. 

A Kickin no lo había visto tanto en acción por estar en casa cuando el se escondía en PlayHouse o en su habitación pero ahora podía verlo pasar como manchón amarillo de ventana en ventana, sin perder detalles de su hogar, cuidando y vigilando. 

El daba miedo. 

DogDay… Ahora sabe que si lo veía antes era porque el mismo perro lo buscaba a donde fuera para verlo en la escuela o la casa. Era un acosador bastante controlador. 

Porqué ahora mismo ha visto más a Crafty, y eso que a ella no le agrada, qué al perro que solo es un atisbo repetitivo en la esquina de sus ojos. Bien podría estar aquí o imaginarlo, escuchar el delirio de su risa o sus bromas sin chiste. Al menos para él un chiste verde no le parecía tan bueno cuando debe fingir que no quiere reírse. 

Lleva un mes siguiendo el horario que le pidieron tener y llevar con los niños, observando que todo este tiempo estas criaturas marcaron un ritmo para los niños que siempre ignoró. 

Los cuidaban pero también los mandaban de lado a lado, los cansaban de una u otra forma pero era difícil que alguno fuera tan… desvergonzado como él mismo para escaparse y hacer lo que le plazca entre horarios. 

De verdad que el grupo de amigos de DogDay fue bastante indulgente con él. 

Ahora pasa por su primera prueba de paciencia con un pequeño humano latoso y pegajoso. 

Una prueba es el niño herido qué no se despega de su lado desde que llego a La Guardería. 

Revisa y si, lo siente abrazado a su pata derecha. La eleva y mira hacia atrás para verlo en su tobillo trasero, mirando alrededor como si sintiera que lo vendrían a despegar con palanca. 

Otra vez este mismo mes. 

Vuelve a caminar, observando a los sonrientes mover las actividades cuando el reloj de la torre marcó una hora más, haciendo que todos se despidan y vayan a otra zona bien planeada por el anterior. Rotando a los niños como un sistema de ganado. 

Suena mal pero así lo podía describir. 

… ¿Cómo es que eran tan organizados? 

No lo aprecio como un niño, ya ahora les intenta seguir el ritmo al completar lo que le llamaron “Adáptate a tu ritmo, te cubrimos. ” 

 Pues su rimo no lo lleva a entender porque era tan difícil mezclarse cuando era lo que menos deseaba. 

Ya no había ninguno de sus antiguos compañeros y puede ver que muchos niños son un reto para algunos de ese grupo experimentado de chicos más maduros de lo que parecían. 

Al menos odia disfrutar de saber que sus amigos,Lan y An, Susan y Carl, salieron de este lugar a salvo. 

Con respecto a los niños maduros de nuevo ingreso y entre ellos éste en su pata. 

-¿Estas cansado? Colgarte debe ser agotador. – 

La cabeza de Theodore se gira de golpe, erizándose ante la sorpresiva aparición de DogDay al nivel de sus patas traseras, dando con su voz avisó de su intervención y esa mano descarada posada sobre su posadera, recargado y asomando al fondo para ver al niño en su pata. 

Pero no había forma de que Theodore aceptara esta invasión a su espacio personal tan descarada. 

Es natural he instintivo que su pata delantera golpee al perro, sin garras ni violencia, fue solo un impacto de almohadillas qué le advierten de que tanto se ha pasado al tocarlo sin aviso y en esa zona. 

Después de tanto tiempo DogDay aun tiene esa rara insistencia por tocarle las piernas y ahora patas. 

-Disculpa. – le dice con un tono infantil el perro y no se apartó sin antes darle una nalgada delicadal.-Por favor, ¿Podrías dejar ir a Theodore? – 

El niño levantó la mirada confundido. 

El gato exhala intentando no hacer como caballo y hacerlo volar con una patada. Dándose cuenta de un problema gigante por este niño no tan distraído como parecería estar. 

-¿Quien es Theodore?- pregunta. 

DogDay entendió su error al ver ese rostro contrariado y la pata volvió a golpearlo más fuerte. Girando el gato para advertirle de su equivocación. 

El mismo no deseaba ese nombre pero un niño definitivamente debería conocerlo por ese título fatal. 

-Lo siento.- corrige de inmediato DogDay intimidado por el coraje de Theodore. – Harom , debes dejar ir a CatNap para ir a clases, es tu deber. – le intenta convencer directamente sin tanto tacto como al inicio.Tal vez algo le decía que a este chico tratarle con demasiada dulzura le hace ser mucho más arisco y rebelde. 

Buscaba su autonomía y validación, por supuesto que ser tratado de esa forma crearía, de su parte, una afrenta repetitiva. 

Ahora a Theodore no le supo bien ser llamado CatNap, le desagrada no ser Theodore en boca de DogDay y era un conflicto en su interior cada vez que escuchaba ese nombre para su persona. 

El niño, por su parte, dejó de mirarlo para volver a pegarse a ese pelaje. 

Theodore no dudaría en sacudírselo o extender su pata para entregarlo a DogDay, si tan solo no se sintiera tan mal por despreciar el toque de un niño herido. Por pensar en quitárselo de encima cuando apenas lo sentía agarrado con su único brazo entero. Sentía mucha culpa y no se atrevía a hacerlo sabiendo que su situación con los otros niños no era buena. 

Cualquiera sabe que ser diferente entre los niños equivocados era una pesadilla. 

-CatNap necesita su pata, no puede cargarte por siempre…. A menos que tu plan sea seguirlo al baño.– 

-Si. – 

No puede pegarle a ese niño descarado pero su cola puede darle un revés a DogDay por tremenda tontería. Al parecer avergonzarlo sigue siendo su forma de pasar su tiempo juntos. 

-No quiero ir con los demás… - les dice eso enterrando el rostro en el pelaje purpura. 

Theodore sacudió su pata suavemente, solo para hacerlo soltar lo suficiente para ver a DogDay de frente. Este abrazo le hacía sentirse extraño y que la discusión se diera en sus piernas era más molesto. 

-Es difícil seguir adelante cuando nuestro cuerpo ya no es igual, es doloroso y estás triste porque ya no te reconoces ni sabes quién está en ese espejo. – lo sujeta por la cintura, tirando delicadamente de su cuerpo. – Eres un niño muy bueno , Harom, y eso no cambiará aunque te hagan pedazos.-lo levanta en brazos, llevándolo a su pecho como si fuera un infante, colocándole al nivel del rostro del gran gato. – Catnap querrá jugar contigo cuando termines, no te olvides de eso. – 

Este niño no tenía la energía para hacer un berrinche ni para resistirse cuando el abrazo le sentaba de maravilla, estirando la mano para tocar la negra nariz del gato suave que huele a flores. Porque entre el gato y el perro, Catnap era su favorito. 

Con esos ojos tristes de siempre. Una mirada tan herida y vulnerable lo hacía sentirse comprendido por este. 

-Cuando estoy con Catnap, no me duele. – les comparte su necesidad. – No quiero que me duela. – 

DogDay suspiro colocando una mano en el lomo de Theodore, acariciándolo para relajar el nerviosismo qué le recorre al felino. 

Theodore siempre quiso ayudar a los que le rodeaban pero no sabía cómo y siempre pudo ver cuanto lo lastimaba sentirse inútil. Theodore cargaba con mucha culpa que no le correspondía, era muy sensible y nervioso. Explosivo y capaz pero también un chico sin un sentido desarrollado de responsabilidad. 

Bajo lo más posible su tono para usar la voz adulta. 

-Catnap quiere ayudarte, no lo dudes… pero hay cosas dolorosas que solo nosotros mismos podemos enfrentar. – murmuró bajando lentamente. – Catnap solo puede hacerte sentir mejor ahora pero si te aferras a él siempre, tus huesos no sanarán de la manera correcta ni podrás recuperar fuerza en tus piernas. Fingir que no tienes porqué sanar solo te hará sentir peor después, así que por favor, perdónanos por no hacer más por ti. - no hay esa delicadeza común en su voz. 

-…¿De verdad debe seguir doliendo?- interroga frustrado este niño.

Cruel como alguien qué ya pasó por ello es su respuesta. 

-Dolerá hasta que todos los que te rodean te busquen para saber que hacer con su propio dolor. Después descubrirás que no duele tanto y mucho más tiempo después habrán cosas que duelan más pero ya estarás listo para lo que llegue.- su memoria se llena de algunas pérdidas. - Si no es por ti haz que sea por quién te necesita.- deja al niño en el suelo. 

Tal vez usar de ejemplo a Bubba o a sí mismo no era tan lindo o elegante como decirle que algún día dejaría de doler y todo saldría viento a popa. Mentir resultaría ser más apegado a su personaje de caricatura… pero él no era una caricatura y este niño tampoco. 

Por lo que podía ver a este niño le esperaba una vida muy triste sin un brazo. 

Pedro, aquel vagabundo tan parlanchin, no tenía una pierna y siempre dijo que le dolía aun sin tenerla pero todavía era capaz de muchas cosas como correr con un pie y un palo … hasta de volarse la cabeza. De verdad que no terminaba de entender esa parte de sus acciones. 

No deseaba excederse. Intentó no hacerlo pero algo debió salir mal en sus palabras porque el niño lo miró muy feo. De verdad que le miró mal. 

-Convenciendo eres un fracaso…eres malo y un entrometido que no sabe nada de la gente y aun así crees que puedes hablarles como si te entendieran solo porque sí. – acusa al irse con hombros caídos y paso lento, arrastrando a medias una pierna.-Perro engreído, perro estupido.-

Las orejas de Theodore cayeron a medias al escuchar esos insultos para DogDay. 

Para DogDay fue algo divertido escucharlo, este niño le vio herido hace algún tiempo. Posiblemente por eso no lo respetaba tanto como los otros niños en La Guarderia. 

-Tal vez. – suspiro al verle irse tan desanimado… pero el pequeño se fue a la escuela. Esa victoria hace que su cola se mueva y cree esas olas de polvo antes de levantarse del suelo. 

Theodore interrumpe su ánimo. 

-No debiste decirle que seguiría doliendo. ¿Porqué crees que decirle eso servirá de algo?– lo pregunta sinceramente perturbado por ese lado drástico del perro. 

Pensó, antes cuando se conocieron, qué DogDa era un chico raro y sincero pero este poco tacto. 

DogDay recordó a quien lo observaba. Levantando la mirada con Theodore de frente. Esa sensación en su corazón es muy insistente cuando lo tiene tan cerca. 

-Solo quise ser sincero. – al tenerlo a su alcance tocó con cuidado su mandíbula. – Me duelen aun los ojos, ¿Cómo estas tú?- lo admite y su deseo por unir su boca con Theodore le hace juntar sus narices por unos segundos. 

Theodore corresponde derritiéndose en la calidez de sus caricias. 

-Si, aun… me duele. – dobló las patas acomodándose en una pieza comprimida. – Me duele respirar, me duele estar de pie, me duele incluso hablar… me duele estar aquí. Me duele ser llamado Catnap cuando siempre fui Theodore.- 

El perro a su vez mueve la cabeza de lado a lado comprobando qué estaba viendo esa mítica pose de pan de caja hecha por su lindo Theodore. Dobla las rodillas a su nivel solo para no perder esos ojos de vista. 

Era hermoso. 

-Eres tan bonito. – suspira tocando su costado al moverse con una mano en el piso y otra sobre ese cuerpo. – Incluso estando tan asustado no has lastimado a nadie, eres tan hermoso como las flores, Theodore. – 

Los halagos aún le hacen sentirse contradictorio, aun molesto y grosero. 

-Soy un montón de pelo sintético. – murmura resentido.-Y tu eres estúpido. - mira al suelo huyendo de esos ojos sinceros en los que esas palabras de amor eran la verdad. 

-…lo siento. – tomó asiento a su lado, recargando la cabeza en el costado del gato.-Suelo estar acostumbrado a recibir un mejor trato de tu parte… ¿Estas eno-

Theodore no quería que sus palabras fueran tan crueles, interrumpiendo con sus propios pensamientos al perro. 

-Tu también eres bonito. – apunta el felino mirándole de lado. – Tus orejas son lindas. – 

DogDay rompe con la separación básica al llegar a pasar el brazo por su espalda. 

-Suelen decirme que soy guapo. - apunta tocando la nariz del felino.-Bonito no me queda, Theodore. Mi color y mi persona, nada es bonito cuando me conocen.- 

La cabeza de Theodore se giro de vuelta al frente. 

-Narcisista. – gruñe. – Siempre lo has sido, debí verlo antes de casarnos.- imitó el tono de una mujer resentida.-Solo eres un cretino infiel. - acusa en juego, cubriéndose parte del rostro con la garra. 

Incluso con esa gran y ronca voz, podía saber que estaba celoso y el tono burlesco no pasa por alto. 

-Y tú un buscafortunas, seguro solo me quieres por mi oro. - 

Theodore tosió riéndose por la acusación y recordando bien que en la celda solo había una cobija vieja de ese mismo color. Sacudiendo su pecho su risa suena muda como el tintineo entrecortado de un gato. 

DogDay no puede evitar reírse junto a él después de entender mucho mejor el absurdo de su acusación. 

La situación lentamente se vuelve más relajada una vez Theodore deja de reírse. Atreviéndose a decir algo que podría ser vergonzoso pero también lo deseaba con fuerza. 

-Mi amigo, deja de soñar, tú no tienes nada que yo quiera. - su voz susurra arrastrándose como los ratos de un minero. Era un tramo del abismo fuera de la bruma, el dolor y su alegría eran agridulce. 

El perro tiene algo que decir para hacerlo callar y volver a encojerse en su timidez. 

-Sigue así, dime que soy solo tuyo, Theodore. – lo pide directo sobre esa oreja de felpa. 

El gato bajó las orejas y su cola se enrollo en su costado, atormentado por la sensación que le llena al oírlo. Pasando de la mofa a la vergüenza nuevamente. 

-Eso.- murmura sin mirarlo. 

El perro aun no lo deja en paz , tocando su pelaje por todo el lomo. 

-Si…me gusta eso… me hace sentir querido… - suspira observando las garras de Theodore. – Te gusta que yo te vea guapo pero yo solo puedo existir para ti, ¿Verdad?- 

Otra vez parece ser parte del juego narcisista del perro. 

-No es eso. - murmura. – No juegues conmigo. – 

Su amigo inclina el cuerpo, buscando su mirada. 

-Pues yo si estaba algo celoso de ese niño … debería ser mi cara la que esté metida entre tus piernas, creo. – lo suspiró bajando la mirada.-Quiero estar siempre contigo. Así que, ¿Qué tal si soy yo quien te decida que seas solo mío? - 

Theodore ya no le responde, sus orejas no podrían tar más pegadas a su cabeza, demasiado nervioso su rostro se deja caer en sus patas delanteras. 

-No quieres perder una discusión. – su mirada va por el césped.-No te gusta perder. - 

El perro deja salir alguna carcajada al sacudirlo. Todo sin parar de acariciarlo. 

-Quiero escucharte. Casi no podíamos hablar antes por culpa de las cámaras y los trabajadores. – 

Ese punto era delicado para Theodore. 

-¿Aunque suene así?- le recuerda su voz actual y lo mal que sonaba.-¿Cómo puedo seguir gustandote cuando ahora me veo de esta forma?-

Porqué una parte de si extraña su cuerpo y temía ser repudiado en este presente de plástico. 

DogDay fue sincero. 

-En realidad,me gusta. Desde antes los ruidos agudos me hacen sentir dolor de ccabeza y casi no puedo pasar días sin jaqueca. Es tu voz, algo que me hace sentir bien, creo que eres exactamente lo que siempre quise para mi. – suspira. – Me gusta tu voz. Pero no se si debo decirlo, estoy preocupado por ti. – 

Atreverse a agradecer su regreso parecía una ofensa para las pesadillas y torturas, vivencia que conoce en carne propia, experimentadas por Theodore. Añoraba estar feliz de tenerlo de vuelta. Un sentimiento que ya tuvo que pasar seis veces. 

Estaba desesperado por seguir adelante. 

Theodore no es telepata y no puede, seguramente nunca podría, leer los pensamientos de DogDay. Esto hacía de palabras mudas un problema para el futuro de su relación. 

-Crees que no puedo con esto, tú y todos. – no lo podía asegurar pero el comportamiento de los miembros del grupo de DogDay parecía estar apuntando a su inutilidad. 

Su perro tiene una respuesta para esto. 

-Creo que ser fuerte es difícil cuando estás solo… y tu siempre has sufrido de la soledad donde aprendiste que nadie podría lastimarte.- sostiene un mechón de color púrpura entre los dedos.-Eres bastante consciente del amor que deseas pero no sabes llegar a él ni a las personas bajo presión. Por eso golpeas cuando ya no puedes afrontar lo que te sucede. Todos te dieron espacio porque eso necesitas para reunir tus piezas. - 

Theodore movió las orejas al voltear a verlo sobresaltandose por haber estado al desnudo con DogDay desde antes de poder prepararse para afrontar esta vergüenza. 

Dog puede ver esos ojos y todas las preguntas atrapadas en su brillante mezcla de gestos. Es su propio pasado el que intenta llegar a esas sombras con tocar ese rostro. 

-No se si puedo ayudarte con esto pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, Theodore. Estoy aquí porque te amo y si es en silencio aún estaré si tu también lo estás para mi. Porque yo estoy en esa misma oscuridad y me come como a ti.–

Theodore deja que su cuerpo se relaje y el dolor de todo este cae en brazos del perro. 

-…gracias.-

 

Solo las flores de plástico acompañaron a perro y gato en ese césped olvidado junto a PlayHouse. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de Dulce Hogar. 

Aquel pequeño cretino observa la televisión mientras invade el horario de los niños del bloque 3. 

Bajo la mirada de la niñera del bloque dos, sintiendo un triste recuerdo golpearle la espalda con ese niño y su camiseta de color azul, tan parecida a ese niño taciturno perdido en la fábrica. Un pequeño dsvergonzado qué se escapa de su horario por un capricho. 

Un sentimiento melancólico le hace observar y ser consciente de lo diferente que era este niño a ese tan triste jovencito melancolico de aspecto grande como una rama al viento. 

Este chico lleva consigo un sentimiento muy diferente. 

Una cargada arrogancia qué lo hace mover los pies en alto, más parecido a un gato malicioso que a un niño deprimido. Aun así los recuerdos son engañosos y lo ve y recuerda que era tan parecido a Theodore Grambell. Un nombre olvidado por la pérdida de los niños de su bloque y muchos otros por los que no hizo ruido alguno y por primera vez sintió que hizo lo correcto al cerrar la boca cuando los vio ir tras las criaturas. 

Ojalá Theodore hubiera ido con ellos. 

 

 

Este pequeño cretino ignora los pensamientos de la niñera y de cualquier otro adulto. Distanciado tanto como podía de todo lo que le rodeara para ver la caricatura en televisión. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

                                                       No need to frown and pout!

 

                                                                        ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

                                                                                                                                                               S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

Aquel gato morado abrió el capítulo con abrir la ventana de casa. Observando los hogares de sus vecinos con una taza de té en mano. Rodeado por las viejas cartas de DogDay y sus soles recortados con cientos de colores. 

El aire sopló sacudiendo sus orejas con el gran amanecer llevándose las hermosas brumas de rocío lejano. 

De pronto la calma se acabó con un azotón de puerta y tres granadas explotando una tras otra. 

Su cola y orejas se esponjan escuchando esa pelea a gritos y los ataques militares qué tuvo que esquivar el vecino en huida. 

La atacante saltó de su puerta al porche sacudiendo otra granada en sus manos. 

-¡Vuelve, kickin ven para que te apachurre ese pico de tucán!! – lo amenaza y lanza la granada como si fuera una pelota de béisbol. Era la conejita gritando desde su porche al pollito que salía corriendo de su propiedad, usando un bate la devolvió varió metres por encima el techo de Hoppy. 

CatNap apenas mantiene algo e color al perderlo por lo cerca que esa explosión estuvo de su propia casa. 

Kickin apunta a la coneja con el bate como lo haría un jedi con su sable de luz. 

Hoppy respira profundamente al sacar otra granada de sus orejas. 

Kickin huye esta vez usando sus altas para cortar distancia. Esperando a estar en su casa ara voltearse y gritarle. 

-¡Mejor báñate, estás verde de tanto que te arrastras, coneja desagradable!- se detiene al defenderse y contraatacar con gritos agudos el ave.

Hoppy en su casa lo mira con las orejas bien derechas y su cara roja de coraje. Rostro que por el termómetro de fondo subió a más de 200 f. 

Kickin exhala mirándola aún enojado pero su cola estaba agachada como muestra de su miedo a tener otra bomba en casa. La piro manía de Hoppy era bien conocida. 

Catnap, como bien testigo silencioso, apretó entre sus manos la pelusa de su larga cola. Preocupado por la mala interacción de sus vecinos. 

Hoppy no se queda callada y lo acompaño con un grito agudo. 

-¡Desagradable vivir en ese gallinero!- la conejita se defendió apuntando al hogar del ave, literalmente un gallinero, moviendo los puños. 

El rostro de Kickin se colorea mucho más rápido y su pecho se infló ofendido. 

- ¡¡Al menos este gallinero si es mío y no rentado!!- fue tan clasista que le mostró el título de propiedad. 

Hoppy sonrió levantando las manos como respuesta. 

- ¡¡¿Tu crees que no sé qué te lo compró tu papa?!! ¡Devuélvete a la universidad, hijo de papi!- lo apunta burlándose de esa espina. 

Kickin abrió los ojos bien ofendido y su pico lo aprieta junto a sus puños. Cocinando se en su vergüenza. 

 

DogDay en su casa dejó de amasar la masa de pan. Mirando alrededor con sospecha por el ambiente extraño. Se quita los audífonos y I bout a girl llena la escena por unos segundos pero no escucha nada al fondo. Sus hombros los mueve y vuelve a cubrirse los oídos. 

Perdiéndose la respuesta del ave a la vez que golpea contra la mesa la bola de masa. 

 

 

-¡Al menos yo si tengo papá!-

CatNap dejó ir su cola. Su impresión se marca al sacudirse sus orejas caídas. 

En su puerta la coneja tardó un poco en reaccionar a lo dicho por el conejo. Sus orejas se caen a los lados de su cabeza antes de llenarse sus furiosos ojos de lágrimas y encerrarse sin responder. La puerta se azotó y el adorno de pascua cayó al suelo. 

En su propia casa el ave aún se ve esponjada y enojada, bajando lentamente sus plumas al darse cuenta de lo que dijo. Más el coraje anterior lo hace internarse a su hogar con el mismo afán furioso. 

Con ello hasta las flores, Daisy que iba pasando, por el jardín se ponen a chismear venenosas y burlonas. 

Catnap en su hogar mira a una casa y la otra bastante nervioso. Cerró su ventana dejando su casa por la puerta, saltando por la orilla para bajar como todo un gato con ayuda de sus garras para no dezlisarse demasiado rápido. Aterriza en el césped y camino hacia ambas casas. 

Deteniéndose al llegar a la intersección. La decisión de a donde ir se ve bien reflejada en sus orejas caídas y su cola meciéndose de un lado a otro en una ola. Observa de nuevo el camino y después voltea directamente a la pantalla, preguntando con un ademán silencioso que hacer. 

La respuesta es representada por un movimiento del viento. 

El gato en la pantalla sonríe al espectador comenzando su carrera a casa de un amigo de estos dos :

Bobby. 

La casa de miel le recibe con abejas y flores esparccidas como el camino a una puerta que golpea un par de veces y espera recargado en sus talones, después sus dedos, esperando a que abriera. Repitiendo varias veces ese balanceo. 

Tras esperar un poco su ánimo decae. Verifica el lugar asomándose por la ventana pero no ve a nadie. 

La casa esta vacía y debe rendirse. Sacudiendo la cola de lado a lado. 

Dirigiéndose a otra casa. 

A la de Bubba por ser el único que hablaba con Kickin sin fundirse en su locura y Hoppy no le intimidaba tanto. Tocando también a la puerta.

Esa misma espera se repite. 

El mismo resultado lo lleva a la casa de Picky pero en su puerta ve la nota sobre su viaje a conseguir chocolate suizo en Suiza. Dejándolo con la última opción y el letrero de Crafty dictando qué fue a visitar a su familia (con un retrato de unicornios hiperrealistas) al bosque mágico. 

Eso lo deja con su última opción en la puerta de DogDay. Tocando la puerta con el rostro entristeció. 

Ese perro abrió quitándose los walkman y su música de CurtCobain se reprodujo por muy poco tiempo. 

-Catnap, hola amigo. – saluda abrazándolo con una vuelta. - ¿Se está filtrando el agua de lluvia? ¿Te gusta el pan? Hice algo de pan.- presume la bandeja con la masa quemada y tiesa como un horroroso y deforme Xenomorfo recién nacido. 

El gatito negó moviendo la cabeza. 

El perrito deja al alienigena irse corriendo de la bandeja.  

-¿Qué sucede?- pregunta dejando lanzando la bandeja a un lado al ver como mueve sus manos triste. 

«Kickin y Hoppy se pelearon. » 

A lo lejos un vecino, antes disimulando al barrer la entrada de su hogar con un palo sin cepillo, grita. 

-¡Al fin! ¡Subtítulos!- escuchan la voz de Huggy Wuggy muy a lo lejos.-¡Se tardaron mucho!- 

DogDay lo ignora, cerrando con una patada la puerta. 

 

-Ooohh… - exclamó el gigante azul triste por perderse el chisme.

De vuelta a la casa. DogDay conduce al gato a la sala donde lo sienta en el sillón. CatNap estaba tan distraído qué no voltea al muro a su espalda donde su figura y el resto de los sonrientes se repiten con fotografías y recortes. Cubriendo el muro completo con la presencia de los siete amigos de DogDay. Las paredes gritaban ¡Obsesión! Con los corazones pintados con una gran cantidad de pintura roja que escurre y mancha el rostro sonriente del gatito en la pared y a todos en el muro los recorren las cintas qué miden el tiempo que transcurre en sus vida diaria con la ubicación de cada uno en el presente. 

DogDay sonríe antes e

Tomar asiento al lado del gato que condujo directamente al sillon. Cubriendo con sus brazos extendídos y su mano al otro lado del rostro del gatito esa pared. 

Continúa hablando al gato para mantenerlo distraído de su casa. 

CatNap abraza su cola aún Sumido en la confusión que le hacían sentir aquellos dos amigos del perro. 

-Kickin y Hoppy suelen pelear, pasa cada año sin falta. Siempre en estas fechas de concursos ¿Te asustaste?- pregunto acariciando sus orejas, con ello evit qué vea la mesa llena de sus fotografías de incognito. – Podemos ir a hablar con ellos ahora, ¿Ya hablaste con los demás? ¿Qué sucede con ellos?- 

Catnap bajo la cabeza rehuyendo su contacto al sacudir las manos, explicando con gestos y la pantalla lo reciéntemente sucedido. 

«Lo intente, fui primero por ellos pero se escondieron de mi.» 

La pantalla lleva al espectador a ver como cada uno, Bubba y Bobby, se escondieron. Pudiendo verlos por el reflejo de un retrato o un adorno de sus hogares. 

«¿Porqué hacen eso? ¿Habré hecho algo para no agradarles? ¿No arregle ya todo?» 

Pregunta y espera una respuesta bajando la mirada al piso. 

El perrito le observa pero no parece cambiar tanto su expresión al abrazarlo. Quitando de su espalda el recorte de más de este gatito y comerlo para ocultarlo.

Traga pesado y lo convence. 

-Solo debemos ser pacientes, los amigos no siempre son sencillos de tener y eso es lo mejor de ellos. – lo deja ir. Aun sonriente le atrapa las muñecas al atraerlo tan cerca que sus narices se juntan y sus ojos casi son uno. - ¡Así que vayamos a tirarles la puerta y ver que rayos les pasa!- le sacude y lo sube a su espalda para correr directo a la casa de alguno de los dos. 

Cosa que casi le vuela la cabeza al gato en la puerta pero el ser una bruma lo salva y puede recuperar su ccabeza.

Dejando en los créditos una imagen de un vaquero Catnap subido en su HorseDay, compitiendo con Clint Eastwood por la cabeza del xenomorfo de pan. 

 

 

 

 

 

El capitulo termino y los niños suspiran frustrados por lo cortos que eran cuando no eran especiales. 

Ese pequeño cretino rueda y mira aun la pantalla, esperando a que siga el siguiente. O también podría irse a dormir si empezaba otra ola de infomerciales de la compañía. 

Como siempre no es un capítulo lineal con el anterior pero sí con la temporada. 

O eso parecía. 

 

 

 

 

 

 

En el sagrado sistema de justicia los crímenes de índole no amistosos se consideran especialmente perversos. Es por ello que el departamento de“ A quién le importe” existe un departamento especial para castigar las faltas al sagrado manual de amigos. 

 

Esta vez el intro paso pero ya tenían reunidos a Hoppy con Kickin en una corte donde Bubba era el juez y DogDay el abogado. 

Abriendo escena DogDay acomodándose el nudo de una corbata elegante.

Bubba golpeó con su martillo desde el asiento de juez. Dando una corta explicación sobre el juicio. 

-Nos encontramos aquí para determinar quién de los dos amigos, en este caso, ha ocasionado la afrenta y quien debería disculparse. - pasó una hoja a otra. - Esta mañana Chiken Kickin salió de casa de Hoppy Hopscotch tras una afrenta qué dice no haber ocasionado. Así mismo la igualmente acusada y ya mencionada señorita Hopscotch dice y cito “Ese pollo malnutrido falto de calcio, clase, educación, higiene, sentido común, puntualidad, compromiso… - 

DogDay mira a Hoppy preguntándose si ella dijo todo eso. 

Hoppy movió los hombros sin saber de que hablaba Bubba. 

Kickin comienza a sospechar que este juicio sería parcial hacia la coneja. 

Bubba ya se levantó a apuntando con una pata y muy enojado. 

-... que me debe dinero, rompió mi juego de tazas favorito, destruyo mis gardenias, envenenó con refresco a mis peces koi, mato mi planta de aguacate con más refresco de cola, quemo mi limonero, hizo popis en mi patio… - 

La sala completa mira al ave. Kickin desvío la mirada al techo y golpeando la punta de sus dedos ansioso. 

-¿Seguro que eres amigo de Bubba?- pregunta Crafty con una ceja arriba. 

-Nada de eso fue intencional, lo juro. - aclara avergonzado su copete lo jala para cubrirse de los ojos de Hoppy. 

Bubba enojado tiro a un lado el libro de testimonios. 

-¡Pagame mis trescientos dólares, pagame!- grita Bubba furioso al apuntarlo. 

-Señor juez,este no es el lugar para los problemas que tenga con el acusado.- esto se lo recordó DogDay. 

-Bien. - vuelve a sentarse para terminar de leer la declaración de Hoppy. -... falto de materia gris, don juan y engreído sabe bien lo que pasó” - deja de leer. 

-Eso sí lo dijo Hoppy. - sonríe Bobby. 

Bubba apunta al perro del salón. 

-Señor, Day, comparta su testimonio.- lo señala esperando. 

DogDay suspira caminando y recargándose en el estrado como todo un galán. Sonreí al jurado , compuesto por el unicornio, la cerdita y el gato. La unicornio se cubrió el medio rostro encantada por el guiño, Catnap movió la cola molesto por su desfachatez, Picky lo responde con el mismo gesto alegre, y al televidente le saluda con gran confianza antes de abrir la boca. 

-¡SI, ES CIERTO YO LO MATE! ¡Y lo haría de nuevo!-

La cara de todos, menos Bubba, se convirtió en un poema. 

-¡Si, es cierto, lo hice yo!- comenzó a gritar corriendo por un lado al encuentro con el juez con un puño arriba que choca contra la mesa. -¡Sii, todo es cierto! ¡Es cierto, yo lo hice!- agarró el martillo del juez para golpearse el pecho. - ¡¿Cómo iba a saber que no tenían agallas?!- aferra sus garras de perro en la zona de testigos donde Catnap le observa enojado. -Ellos viven en el agua ¡¡Creí que respiraban bajo el agua!! – chilla al correr, atrapar y sacudir el cuello del juez apuntando a su pecho y rompiendo el traje de corbata roja qué le habían puesto. - ¡Merezco todo el peso de la ley sobre mis crímenes!- 

Bubba cubrió su rostro con las patas, llamándolo con tono cansino. 

-DogDay-

-¡Juez, usted no estuvo ahí así que cállese!- apunta a Bubba con el martillo qué robo de su pata. 

Catnap interrumpió quitándole el martillo y lo regreso a Bubba con su larga cola. 

-Señor DogDay, debo recordarle que usted es el abogado de Hoppy Hopscotch. – le recuerda Bubba acomodando su martillo de Boxy de vuelta a la base. 

La realidad resuena como una ventana que se quiebra de fondo. 

DogDay sonrió de golpe bastante nervioso. Retrocede rearmando su traje con cinta gris. 

-Lo siento su señoría, fue un reflejo.- da una disculpa avergonzado. Rehuyendo a la mirada de Hoppy. 

Crafty interrumpe poniéndose de pie a un lado de Catnap. 

-El perro es guapo así que su cliente debe ser inocente. – 

El gato la mira sorprendido.

-Puede que tenga razón. Admite una sonriente Picky. 

-¡Crafty!- la regañaron todos en la corte. 

-¿Picky porque apoyas a la loca?-

-Estoy pensando en, hic, en tatuarme una barra de chocolate, jejeje… - responde una muy aturdida Picky.

-Aun no se le baja el chocolate. - apunta la voz de Bobby. 

-Jijiji… - sonríe entre sus pezuñas. - Hola señor justicia.- saluda con un pañuelo a Bubba. 

El elefante carraspea antes de recuperar la compostura. 

-El jurado, digo, el jurado debe abstenerse y ser inparcial con el caso. - les recuerda recuperándose del vergonzoso episodio. 

El unicornio en el espacio del jurado gruño recargándose en Catnap de nuevo aburrida.

CatNap suspira con las dos chicas subidas en su pelaje como si fuera una especie de sillón, su ceño se frunce al ser tirada su cola por Picky como una bufanda. 

-Yo ordeno qué el juez se case conmigo. - ordena apretando el pelaje espeso contra su pecho como lo haría una reina al dar una orden. 

Bubba miro al cielo con la cara más roja que el mismo marte. 

En la mesa del acusado, Bobby cruza los brazos con sospecha o medio perdida. 

-Creo que escuchamos algo sospechoso. – murmura Bobby sin darse cuenta de un letrero a su espalda con el archivo de una nutria desaparecida y censurada con una línea negra sobre los ojos. 

DogDay lo arrancó sin mirar a la cámara más que para sonreír una vez regresa a su lugar como defensa de Hoppy.

Bubba continuó con el caso, golpeando el martillo y sin siquiera mirar los actos cuestionables del perro naranja ante la vergüenza que intenta superar. 

-Doy la noción al abogado de Kickin Chiken, viendo que la defensa de Hoppy Hopscotcht debe revisarse y terminar la universidad de leyes que abandonó antes del tercer trimestre.–  

DogDay lanzó la silla directo al estrado. 

-¡Creí qué ya habíamos sanado lo de la universidad, Bubba!- gritó el perro sacudiendo ese letrero del desaparecido. Sin vergüenza. 

Bubba volteo enojado por haber tenido que esquivar la silla y caer de la mesa y las cuatro agendas telefónicas en las que tenía que subirse para quedar al nivel de la mesa. 

-Catnap, anota leyes en la lista de fracasos de DogDay. - ordena apuntando al gato. 

Sin piedad el gatito anotó esto en su libreta. En esta medicina, arte, ejercito, mercadotecnia, teología, biología, filosofía y ciencia automotriz son marcadas en rojo. 

-¡No, tu no me traiciones, CatNap!- pidió el perro sujetándose el pecho herido. 

El gato marcó con rojo la palabra Leyes. 

-¡Aha!- exploto. 

Lo suficiente para que fuera del edificio la humareda escape y medio techo se destroce. 

Hoppy ahora tiene medio cuerpo lleno de pelo de perro, cenizas y restos de madera. 

Bubba los mira aburridos. 

Hoppy voltea, tan pesada como una roca sobre grava, hacia la marca de explosión mirando muy feo las patas qué quedaron de pie sin el resto del perro.

 Palabras de tipo sentai estallan en un DEFEAT. 

Desvían la mirada en espera de Bobby qué seguro ya tenía el caso en sus manos y con este abogado derrotado sería mejor, Hoppy debería perder sin posibilidades de defenderse

Excepto que Bobby sigue sentada y jugando con las canicas qué si mueve una la del final también lo haría y eso la hace sonreír.

-Bobby. - la llama Kickin triste ante su desinterés. 

Bobby levantó la mano para no ser interrumpido su juego. 

-Este caso promete. - dice Crafty pegándole en el hombro a CatNap. Este gatito se cubre el rostro para no seguir viendo esta masacre a la representación del sistema judicial. 

-¡Bobby, Bobby BearHug!- grita Bubba. 

La osita levantó los ojos sorprendida ante el grito del elefante. 

-Eres tu, Bobby. – le recordó Bubba. -Tu eres la abogada de Kickin. - le apunta al ave sentada a su lado. 

Bobby miro a Kickin y luego a Hoppy. 

-Kickin es culpable. – dictamina sería. 

Kickin chillo perdiendo plumas. 

-¡Se supone que me defiendas!- le recuerda apuntandose al pecho desinflado por la traición. 

Bobby cubrió su boca ante la sorpresa. 

-Ay, no…lo siento.- suspiró llevándose las patas a la espalda, se puso de pie haciendo un movimiento legal al fin. – En vista de lo ocurrido, dispongo condena de veinte en vez de cuarenta a mi cliente. – 

Kickin vio el martillo de Bubba elevarse y las puertas a sus espaldas se abrieron. 

-¡Su señoría, exijo otro abogado!- chillo Kickin viendo a los matones de Crafty apunto de llevárselo. 

Bubba suspiro recargándose en su pata, apunta con el martillo a la sala. 

-Lo admito. – 

La osa dio un salto cambiando de lugar con DogDay. Que ya estaba entero de nuevo y con nuevo traje. 

-¡Siii! – saluda Bobby a Hoppy. 

Hoppy estaba de todo menos feliz. 

Una vez tomaron sus lugares el semblante de ambos cambió totalmente. 

Empezando DogDay con el ataque. 

-¡Señor, le suplico encarecidamente que disponga de Hoppy Hopscotch! – 

Bobby responde apuntando al perro con un letrero de Kickin tachado en rojo. 

-¡Su señoría, KickinChicken es un elemento peligroso para la nación y debería ser censurado!-  

El perro de pronto estaba vestido como abogado francés de los 1800, gritando a viva voz. 

-¡Mi cliente está en peligro, no sobrevivira la noche ante la salvajes de esa peligrosa coneja!- la apuntarecargandose en Kickin como lo haría un padre preocupado. - ¡Tan solo mírela arder de furia!- 

-Esta quemada porque explotaste como estúpido Zorg. - interrumpe la voz de Crafty. 

Bobby arrancó el estrado de Hoppy, tirándolo a los pies del lugar del juez. 

-¡Su señoría, mi compañero abogado esta siendo irracional!- ruge y sus ojos se han coloreando de carmín. 

Bubba observa el desastre con aburrimiento. 

-Al lugar. – ordena sin reaccionar al jaleo. 

-¡Tu mama va al lugar!- Bobby lo apunta y grito.- ¡Tu mama y tu abuela y tu hermana y tu tía van al lugar!- enumera a gritos y mostrando los colmillos. 

DogDay le grito a ella. 

-No le grites a Bubba. ¡Será y se verá y olera como tal pero no puedes tratarlo como a un simple tonto!– 

Bubba en la mesa del juez se encuentra más concentrado en inflar una bomba de chicle. 

Bobby se defiende apuntando al perro. 

-No seas tan feo. – 

DogDay mando a volar a Kickin y comenzó a ladrar ya llenó de baba, subido a la mesa. 

-¡¡Guau, guaua, guau, guau!!- muestra los colmillos de una caricatura. 

Bobby creció de golpe a ser un oso enorme, tirando a un lado a Hoppy para enfrentar al perro y roja llega rugiendo a la cara del perro. 

- ¡¡GRARARARGGGRARGARAR!!-amenaza con sus garras estiradas a los costados de su gran cuerpo.- ¡Tu mamá!- le ruge a la cara. 

DogDay no retrocede, volviéndose una figura realista pero naranja de un Cocker Spaniel bretón y la escena se vuelve parte de una pintura medieval, con la princesa Crafty y la duquesa (más perdida que camarón en nave espacial ) Picky viendo el encuentro de dos bestias desde lo alto de una torre de granito con las puertas que se cierran sobre ella. 

Habían sido Hoppy, Kickin y Catnap saliendo de la corte. 

Ya afuera la tensión es grande. Escuchando al fondo como los ladridos y rugios se convierten en la una guerra. 

Junto con los matones de Crafty qué apunto uno y el otro a un lado para retirarse de escena sin involucrarse. 

Desanimada Hoppy soba su hombro con las orejas agachadas. 

Kickin junto las manos sobre su pecho, nervioso la observa pero no logra decir nada. 

Catnap le dio un empujón a Hoppy con su cola. 

La coneja suspira al romper el hielo por fin. 

-Lamento haberte hecho trampa.-

Kickin dejo caer unas plumas al oírla. 

-Tu… - 

-Yo te hice trampa en la competencia de comelones… hice que tu porción fuera más picante. – suspira ella avergonzada. – Lamento haber dejado que pensaras que fue tu culpa no terminar el juego y haberme burlado de ti. – 

-¿Por eso estabas enojada conmigo?- pregunta sin entender porque ella debería estar enojada.-¿Querías disculparte?- 

-No estuve enojada contigo… antes. – el coneja estiro su mano.-Yo quería disculparme pero solo comenzamos a pelear y fue mi culpa, porque no se ser buena. - 

El ave vio el gesto con una mirada brillante. 

Catnap sin respeto alguno se quedo a ver completamente inmerso en la reconciliación. 

-No me retire por el picante. – le dice el ave al tomar su mano. – En realidad no me gustan los frijoles y el picante me gusta. – sonríe jalando su mano. – Solo lo use de excusa para salirme del juego. - 

Hoppy choco con el, mirándole de frente hacia arriba. Porque Kickin se había puesto sobre un banco en algún momento para hacer esto. 

-¿Porqué entraste si no te gustaba? –su curiosidad hace que esa largas orejas se sacudan. 

El ave responde seguro y coqueto. 

Hoppy enrojece sonriendo por reflejo nervioso. 

-Por ti, para jugar contigo. – su sonrisa baja de nuevo. - Lamento haber dicho… Eso. Por favor, perdóname, por favor, Hoppy.- lo pide avergonzado. 

Catnap de fondo aplaudió al verlos tan juntitos. Viendo como la distancia entre el pico y el hocico del conejo se va cortando por el avance valiente del ave. Sonriendo cada vez más emocionado. 

De pronto Hoppy se volteó terminando con el abrazo. 

-Ja… eres un tarado. – Hoppy lo tiro del banco. Cubriéndose el rostro una vez se volteo. – Creí que te había hecho daño. – murmura ocultando su sonrojo. 

Kickin quedo bien clavado en el suelo. 

-Ahora si lo hiciste. – responde en el suelo el ave.-Mi pico vuelve a ser chato. - suspira sobando su picó aún en el suelo. 

Hoppy lo mira metiendo un dedo en su propia boca sonriente, volviendo a su lado al arrodillarse y mirarlo de frente. 

-¿Aun eres mi amigo, pollito?- le cuestiona picando su oído con un dedo ensalivado.-No vuelvas a mencionar el tema de papá, Kickin. - lo advierte sin verse su rostro a cámara. 

Kickin se esponja por el repentino maltrato. Reclamaría como todo el chico delicado que era pero al fin el televidente puede ver lo que él. 

Lo tan roja que estaba esa coneja y como era casi capaz de derretirse en un jarabe.

El ave olvidando que el dedo de la coneja sigue en su oído, recarga el mentón en el dorso de sus manos, moviendo las patas en alto como una chica creída. 

Hoppy ya tuvo suficiente y retiraba su mano. 

-Tu no sabes ser linda, ¿Verdad, Hopscotch?- le pregunta sonriendo y con ese mismo impulso se atreve a atacar, abrazándola desde abajo, logrando levantarse con el impulso de Hoppy en huida. 

Girando juntos en un abrazo qué hace brillar el rayo y la estrella juntos

Catnap, de fondo, limpia esa lagrima indiscreta. Volviendo a la sala donde Bobby ya evolucionó a Jedi oscuro y DogDay a un asteroide que solo él sabrá como le ganará a la fuerza. 

Bubba en su estrado los mira y suspira. 

Los problemas de amistad con los amigos de DogDay aun no se solucionaban para CatNap. 

El capítulo terminó con Hoppy y Kickin saltando como astronautas sobre la luna. 

Una qué fue marcada por el incendio de la base lunar. 

 

 

 

 

 

 

 

Lo niños están tan risueño por todo el absurdo de fondo. Puede que ni notarán la situación de Catnap. 

Una niña comenzó a llorar en un berrinche inmediato al fin del capitulo. 

-¡Ya se iban a besar! ¿Porqué no se besaron? ¡¿Cuanto van a tardar en casarse?!- chillo frustrada y roja por el enojo que la hace llorar.-¡No es justo! ¡Ya se iban a besar, maldita sea!- correr directamente a su cuarto. 

Las visitas ríen al verla irse tan enojada. 

Solo el pequeño cretino observa la televisión, pensando en como ese gato no tenía amigos más allá del perro que pasa más con otras personas. 

Sin saber el porqué… era como él. 

Todo por culpa de ese lisiado mentiroso que también lo abandonó. 

 

 

Notes:

Gracias por leer y comentarios bienvenidos.
Escribir de DogDay y Catnap es lindo por estos momentos.

Chapter 47

Notes:

CatNap se encuentra en un estado de letargo. Aun no sabe cial es su objetivo pero lo acompañaremos en su camino.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

                                                                                                                        ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo se encargó del mundo una vez se vieron envueltos en vendas. 

-DogDay, tu bracito está sanando muy bien. – 

El niño mira a fuerzas su brazo cortado, viendo esos puntos apretados sobre piel suave y roja, casi como la misma carne que vio cuando este brazo suyo fue cortado. Sin nada más que pedazos de lo que fue. 

-No por eso me crecerá otro. – murmura agotado. – Es estúpido que siga sanando después de tanto tiempo. - 

La doctora no le toma interés al lamento del proyecto nuevo. 

-Ahora debo revisar tu otro brazo-

Salta fuera de la camilla cubriéndose. 

-No. – determinó evitando que tocara su brazo restante. 

La doctora suspiró al dejarlo ir. 

-Entonces no lo haré, pero debes cuidar mucho tus heridas… si tienes problemas para bañarte-

-Yo puedo solo. – corto al mirar a otro lado. 

-Entonces ya no te molestaré más, mi DogDay. – lo despide. - Pero solo quería decirte que puedes pedir ayuda a las mascotas si no puedes cuidar de ti mismo en este estado tan lamentable. - 

Esa última frase lo deja de malas. El sabía que nadie aquí lo quería ni tenia interés por acercarse mas a su persona, solamente era un tonto más al que trajeron a un lugar horrible al quedarse sin nadie que lo cuidara fuera de esta cueva. 

Sabía que era una cueva por los murciélagos qué solían entrar y escuchar por encima del domo. 

La doctora le volvió a vendar y por fin pudo retirarse sin tener que mirarla por más tiempo. 

-Qué tengas un buen día, DogDay. - 

-Me llamo Harom, mujer. - murmuró retirándose sin mirarla. 

Esta doctora coloca el dorso de su mano en su mejilla. 

-Siempre los perritos son tan curiosos. - sonríe divirtiéndose por el tono seco de ese niño. 

No era como el DogDay grande, no era bromista ni dulce, era más bien un pequeño cínico con gusto por la crueldad. Un niño de campo y nada más. 

 

Volver a Dulce Hogar fue aburrido, caminando tras dos guardias. Levanta la mirada observando esos uniformes. 

-¿Porqué sus uniformes les marcan tanto el trasero?- preguntó a los dos hombres. – Se ven demasiado nalgones. – murmura y claro que lo hizo para molestarlos. 

Ambos adultos se miran tardando unos segundos en pensar en que responder. 

-Mocoso pervertido.- gruñe el primero en salir del vergonzoso estupor. 

-Estás viendo cosas que no debes. – le advierte el segundo al detenerse para hacerlo caminar al frente. – Aunque sí donde se te quedó el brazo está tu trasero ya tiene sentido porque no lo dejas de buscar. - 

Eso fue cruel pero no evita que el primero se ría del niño que les mira enojado. 

-Maricones. – acusa cubriéndose al tirar de su abrigo para cubrirse. 

Otra vez los hace callar ante la rabia que sintieron. 

 

 

Lo regresaron a Dulce Hogar y con una patada de por medio al dejarle esos guardias que se iban riendo entre ellos, quedándose en el suelo hasta cuando las patas de una de las criaturas llegaron a su lugar. 

-A veces son amables, ¿Por qué tratarte así?- murmura con una voz muy suave esa coneja. 

Había abandonado su lugar en la puerta para revisarlo, levantandole con cuidado. 

Pudo ser todo lo grosero que quería pero ella le puso en la mano un dulce. 

-Ve a la escuela, no te atrevas a encerrarte. – le dictó en todo lo que es una orden.-No eres hongo para regenerarte en la oscuridad. - 

No un ruego o petición, ella le dio una orden. 

Cualquier otro niño se pondría a llorar o le tiraría el dulce a la cara con tal de demostrarle cuánto le molestaba ser tratado con esa frialdad pero, solo él, solo él sintió un tintineo de recuerdos al ser tratado de esta forma. 

El recuerdo de su madre empujándolo en casa fuera de la cama para que empezarán el día y fuera el mayor de sus hermanos sin acobardarse ante el trabajo que había en su casa y sus hermanos menores con darle a escondidas los mejores postres. Ella sabía que era difícil ser el mayor pero lo empujaba. 

Quizás ahora ni siquiera podría hablar si su familia hubiera sido más amable con él. 

Entendía al perro, entendía a Catnap, entendía a Hoppy. 

Los entendía bastante bien. 

Por eso su actitud era distinta con ellos. 

-Si. – asiente encaminado a la escuela. 

-Esfuérzate en clases. – fue lo último que le pidió la coneja.-No seas un cobarde. - 

 

 

 

 

Quería aferrarse a la fortaleza que su familia le enseñó a tener ante la vida y las dificultades, pero se encontraba solo. 

Esta soledad sin objetivos era dolorosa he inútil. 

Un juego de piezas sin ningún tablero al que aferrarse. 

Es esa realidad la que se lleva su fuerza conforme avanza y lo devuelve al estado humillado y sin ánimos de todos los días. Más el dolor que recorre su extremidad faltante, una cosa extraña que le hace mirar el vacío a su costado y recordar que no hay nada en ese lugar. 

 

 

 

 

 

 

 

La maestra de arte es rara. 

-Bienvenido a clases, toma asiento y ya veras que haces. – a la salida, apunta a un asiento vacío y le deja unas hojas blancas para volver a su asiento a ignorarlos. 

Los niños alrededor estaban haciendo cada uno sus propios diseños de lo que se les ocurriera y tirando en esas hojas los trazos sin sentido que se les antojaba. 

El mismo revisa la hoja y fuerza su mano a dejar algunos trazos en el papel. Escribiendo a fuerzas lo que sea. Este brazo no era su dominante antes del accidente, era torpe y sus dibujos deformes. Al igual que sus letras se veían estúpidas. 

Ese caso se repite y siente la desesperación subir por su columna. Ya no sabía cómo escribir su nombre. 

Viendo como ese nombre sin sentido vuelve a ser escrito por él en vez de Harom. 

Con lo mucho que le gustaba a su familia decir su nombre. 

-Manco, tú no te llamas Harom. – 

Otra vez ese chico. 

Levanta la mirada y lo tiene que ver de frente. 

Este chico raro que se le pegó como garrapata en el hospital y desde entonces lo ha soportado molestándote. Nunca debió prometer nada a este enfermo mental. 

-No, yo soy Harom.- murmuró volviendo a mirar sus hojas para seguir escribiendo a fuerzas.- Y tú no eres CatNap. – lo dice viendo ese suéter púrpura que le dieron una vez entraron. 

Dicho suéter llego también a su poder pero era de DogDay haciéndolo sentir estúpido pues se atrevieron a coserle un brazo falso con la forma de una pata de perro. No lo usaba, seguía bajo su cama y no cambiaría de parecer. No como este niño que comenzó a usarlo descaradamente una vez se acostumbró a esta cueva horrenda. 

Tan descarado es el raro que lo único que dijo en respuesta a su nombre fue una crítica. 

-Esta horrible tu letra. – le apunta a las formas desprolijas de la A y la D más parecidas a un tonto chiste. 

Es ese el punto de ebullición para su cabeza y que le advertía qué necesitaba paciencia para levantarse y salir de la clase. Era normal que su letra fuera horrenda, su mano dominante se había quedado en el hospital. 

Detrás suyo se queda ese chico, guardando las notas del niño incompleto en sus bolsillos y un rostro molesto. 

 

 

 

 

Harom camino decidido, entrando al primer salón que se le cruzó. 

-Bienvenido estudiante, toma asiento y anota lo que está en la pizarra. – le dicta una maestra. 

Se metió a la clase de matemáticas de los mayores. 

Al menos eran simples cálculos de área y no algo más difícil. 

 

 

 

 

 

La escuela no dura para siempre y debe salir para ir a casa. 

Mirando alrededor en búsqueda del gato. Todo con tal de dormir el ardiente dolor que le recorre el hueso qué no debería sentir. 

Su aroma floral era perfecto para calmar el dolor. 

Ese ejemplar púrpura está sobre un techo, moviendo la cola mientras observa algo en el otro lado. 

Su curiosidad se centra en tocar ese rabo antes que ir a ver lo que le interesaba. 

El gato se sobresaltó y lo miró de soslayo, bajando lentamente para saludarlo de frente. Estira su pata delantera pero no es correspondido. 

Harom le abrazo por lo que abarca de su pecho felino, hundiendo el rostro en su pelaje para sentir en sus pulmones el calor agradable de su aroma a flores. Ese dolor al fin se adormece y puede relajarse en cercanía del felino. Eso lo hace notar algo en el pecho del gato, algo interesante que lo empuja a poner su mano en ello. 

-No sabía que tenías un cierre. – murmura curioso al tirar de este hacia abajo.- ¿Qué es lo que voy a encontrar si me meto dentro de ti?- pregunta impulsado por la curiosidad. 

La espesa pelusa que se rebelo es mucho más clara y sorprendentemente nubosa, nada que hubiera visto en seres vivos. Incluso los conejos qué despellejo en el pasado no eran tan suaves y cálidos. 

Interno su mano curiosa por la sensación y el palpitar del corazón mucho más cerca que antes. 

Este gato agacha las orejas al sentir al niño tocar algo que no sabía que podía ser tocado. 

-Nhm… - exclama en un murmullo ronco qué hace vibrar la piel de Haro. - Mnm.. - empuja con su pata al niño. 

Sus manos se detuvo en ello, sorprendido por el sonido del gato y su renuencia.

Este gato parece bastante nervioso y su cuerpo comienza a temblar. 

Esta situación pareció no sentirse tan normal y trae consigo una sensación peligrosa, extraña. 

Lo hace retroceder y gruñir ansioso. 

-¿Qué le haces a Theodore? – Exclama una voz femenina. -Marrano. – lo regaña al levantarlo por la cintura. 

Es Bobby, que también usa una garra para volver a cubrir a Catnap. 

-Cuídate más. – le ordena con ese tono infantil al dejar al gato solo.-Lo llevaré a casa. - 

 Harom sigue aturdido por lo que sucedió y la bonita sensación en su palma aún atrapada en el fuerte calor de ese cuerpo suave. 

-Eso.. Es lo que… - aún intenta conjugar un sentido a lo que había descubierto en el cuerpo de ese gato.-Son como marsupiales pero más suaves.-  

Había creído, como todos en esta nueva horda de huérfanos, que los sonrientes eran máquinas ¿Qué fue lo que sintió bajo ese pelaje? 

Sintió el corazón más grande que nunca antes pudo conocer. 

Bobby lo baja, regañando con un tope de su nariz y el sonido de un beso en la mejilla. Algo que a cualquiera podría aturdir. 

-No puedes tocar a las personas sin permiso, ahora asustaste a Theodore¡Catnap!- lo agitó suavemente en el suelo. – Ve a jugar, por favor. – le pidió al abrazarlo por última vez. 

El niño se quedó solo al ser abandonado en la puerta de Dulce Hogar. Sus ideas apenas estaban ordenandose cuando esa voz suave e infantil interrumpió por un lado. 

Exactamente al nivel de su cuello llegó el aliento de esa boca rosa como el resto de una probada de fresa en el helado más suave. Esa sensación acaba con su poca paciencia. 

-Te regaño la lesbiana. – apunta al recargarse en su costado este muchacho que acostumbra lamerse los labios o morderlos antes de decir cualquier estupidez que le cruzara por la mente.-No debiste hacer enojar a la rojita, mejor al pollito que te sacude como trapo viejo , es divertido meterse con él. - 

Ese mismo chico, otra vez. La mayor muestra de que su estupidez era solo su propia culpa alcanzandolo. 

Sus hombros caen frustrados al iniciar su camino al comedor. 

Este chico no lo deja solo, alcanzando lo con una sonrisa ladina. 

-Imbécil, ¿Crees que haya buena comida hoy?- lo pregunta empujándolo a la fila. 

Sus cejas casi se unen al ser seguido por este todo el camino y escucharlo hablar como eco mientras hace fila. Escuchan a algunos niños quejarse sobre la comida de ahora cuando antes era mucho mejor por Picky. Algo extraño es imaginar a una cerdita cocinando cuando ahora la ven correr por el reducido patio junto a su grupo de ejercicio lleno de niños mucho más pequeños que los de Hoppy. 

Las cocineras sirven con rostros serios, aburridos y hastiados como si esta fuera la cafetería de la escuela. Los niños son muchos y esa actitud no ayudaba a mantener el orden cuando la comida es Spam y arroz aguado sin sabor y con kétchup y mostaza. 

Ni sus padres con cuatro hijos les hicieron comer algo tan feo. 

Logrando que todo el estrés por mantener la paz cayera en manos del ave que los cuida y revisa conversando con tantos de ellos que apenas se podía entender lo que decían pero el ave parece capaz de responder a cualquiera. 

Tomó su comida y fue a un espacio vacío, mirando a las niñeras platicando apartadas del desastre. 

-Otra vez es Spam con cebolla. – murmura el niño fastidioso al sentarse a su lado.- Qué asco… qué gran asco. – lo reduce a una pasta que revuelve entre sus manos hasta hacer una bola. - ¿Se te antoja?- le pregunta viéndolo. -Pues que mal. – murmura al morderlo y tragarse con una sonrisa. 

El fastidio que siente por no solo haber sido burlado una vez sino dos le trepa y decide mejor comer, algo que se dificulta porque le tiembla la mano. Ese chico ni atención le pone, demasiado preocupado por el reflujo que le subió y batallando con el asco ha bajado la cabeza para respirar. 

Harom observa esa nuca suave y su cuello tan delgado marcado por las cicatrices qué le recorren hasta los hombros. Recordando su estadía en el hospital y el color de estas cuando estaban frescas y rojas con un morado tan profundo como la sangre bajo sus propias heridas. 

Eso lo hace amargarse y bajar la cuchara frustrado. 

Esto llama la atención de la criatura amarilla, preocupado por el niño sin un brazo llega a su lado a ofrecer su ayuda como lo haría a cualquier otro niño con problemas para alimentarse por sí mismo. 

-Si necesitas ayuda-

Ese ofrecimiento es el punto final para el conteo de vivencias que esté dispuesto a escribir sobre este día. 

-No. - termina molesto al intento del ave por ayudarle. No tenía cuatro años para necesitar ser asistido, había cumplido catorce años y era suficiente para considerarse un hombre que no debe necesitar ayuda en nada más allá de… Nada, no debe necesitar nada de nadie y hacer por sí solo todo aquello que llegue a necesitar completar. 

El ave suspira retirándose para continuar cuidando del resto de los niños. Entendía que, como Hoppy, habían niños que necesitaban cuidarse solos antes de pedir ayuda para entender lo que sea que esté por cortarles las piernas. 

Aunque eso no es igual para el chico entrometido y poco considerado que no acepta la actitud de Harom. 

-Vaya que eres tonto, ni siquiera has logrado comer algo. – le apunta el niño sin haber probado bocado al estarlo vigilando.-Manco, no puedes hacerlo solo pero puedes pedir ayuda, él está aquí para ayudar a los chicos tan inútiles como tu. – lo apunta y mira al ave que se ha vuelto a girar algo sorprendido por la forma en la que llamó al niño herido. 

Este mismo niño incompleto ha suspirado agotado. Harom se levanta dejando la comida para irse a su cuarto. 

La reacción del chico de suéter es mucho más altiva de lo que esperaba hasta Kickin qué ha estado cerca de muchos niños tragados por el estrés de esta jaula. 

Levantándose tan violento que la silla ha rodado y golpeado a otra silla y la niña en este ha gritado asustada. 

Indiferente al ruido que ha ocasionado lo sigue con un grito. 

-¿A dónde vas? ¡Aún no comes nada!- le grita el niño al verlo irse sin mirar ni por curiosidad a la razón del ruido a su espalda. -¡VEN A COMER!- gritó agarrando un puñado de esa bandeja para seguirlo.-Si no quieres que él te ayude, puedo hacerlo yo. - 

Harom apenas estaba dándose cuenta de que le seguía y menos pudo prever qué ese niño lo asaltaba haciéndole caer al suelo para encestar el puñado de comida contra la boca con fuerza, incluso algo de sangre escapó de sus labios al partirse por la fuerza. 

-¡No has comido! ¡NO HAS COMIDO NADA! ¿No tienes hambre? ¡Entonces come por compromiso!- le grita y presiona la comida sobre su boca. 

Kickin corrió a separarlos levantándose y llevándolo a su pecho para evitar que pelearan. 

-Por favor, llévalo a limpiar. – le pidió a la niñera del bloque 4 pues esta seguía sin moverse de su silla cómoda al final del comedor.

Esta joven sonríe apuntó de decirle que podría ir solo. 

-Las visitas vendrán pronto. – le apunta el ave llevando al niño revoltoso al salón de castigos. 

La niñera no esperó a que Harom se pusiera de pie para arrastrarlo por la espalda del abrigo. 

En los brazos del ave este niño lo golpea sin éxito. 

-El aun no come nada, se va a encerrar sin comer. – le dice y está furioso. -¿Acaso no hay un cerebro en esa gran cabeza tuya?- le reclama al ave entre sus pataleo. 

-Si yo no quiero escucharte, menos ese niño. – le regaña al dejarlo en la habitación. – Cuando salgas deberás pensar en cómo comunicarte, porqué te estarás quedando solo a este ritmo. – le advierte con la voz madura antes de cerrar y dejarlo solo. 

Este niño aprieta los puños , revolviéndose el cabello mientras comienza a dar vueltas por la habitación. 

No había nada en sus gritos, solamente comenzó a gritar y golpear las paredes con las únicas sillas. Observando a la puerta cerrada qué no se abrió por un largo rato, cargando su pecho con rabia y pánico. 

Su cabeza estaba hervida y eran las lágrimas en sus ojos las que le hacían ver todo muy borroso. 

-… él no come… no come nunca… - murmura al rendirse en el suelo, miró su mano sucia por la comida que en barro en el rostro de ese niño. – El no va comer si no lo obligan.- 

Esa sensación desesperante disminuye al llevarla a su boca y probar los restos. 

La oscuridad lo empieza a llenar y puede descansar en esa esquina. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                               

                               ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

La celda es nueva. Al menos lo era hace unas semanas. 

Ahora pueden disfrutar mucho mejor al ser movidos a la celda L y hacer uso del gran espacio donde pueden correr o jugar. 

 

Theodore nota que les gustaba cuando cinco de los siete están jugando en una rueda donde chocan sus tobillos y giran al ritmo de los aplausos, golpeándose al caer o al perder con el ganador qué logró hacerlos probar el suelo al obligar a la rueda ir al lado contrario del esperado. 

Se escuchaba muy doloroso caerse pero estos seguían riéndose. 

Lo piensa y lo comprueba conforme los jugadores disminuyen y los ve retirarse cojeando. 

-¿Porqué juegan eso si duele?- preguntó a su compañero. 

DogDay descansaba recargado en su costado, no se quejaba, le gustaba tenerlo así de cerca. 

-Es divertido. – responde aún en ese lugar cómodo. – Se siente bien cuando estamos jugando y puedo empujar a mis amigos sin lastimarlos.- 

-Pero les duele. – 

-Si… creo que es parte del juego ese dolor que no duele por dentro. – 

-No parece tan divertido. – murmura ese gatito con su voz cavernosa. – No imagino que el dolor sea divertido. – suspira avergonzado, había compartido una parte aburrida de su personalidad.-No se como ese dolor trae recompensa. - 

-Lo siento, creo que no se a que más jugar. – mira al techo. – Tenemos suerte.. No, este espacio lo consiguió cada miembro de nuestro grupo comportándose como mascotas obedientes… no estoy orgulloso de ello pero estamos cómodos y eso es lo que importa… Este es otro tipo de recompensa. – 

Theodore mueve la cabeza curioso por las luces sobre sus cabezas. 

-¿De ser obediente? – pregunta dejando su cabeza sobre sus garras.-Siempre te parecía ser tan sencillo escuchar a las personas.. - 

-Si. Soy bueno pareciendo un miserable Igor.- hacer un reventó rápido de su propia humillación le hece sentirse estúpido.- Hice todo lo que nos era conveniente sin importarme nada… – asiente para verlo a los ojos. – Las criaturas de arriba nos odian porque no pude crear una relación correcta al inicio de todo ni sigo el trato que ellos tienen entre sí. – 

-¿Hay un trato?- pregunta sorprendido por su respuesta. 

-Si.- suspira recordando. –“Humano sólo , humano muerto”- 

Theodore levantó la cabeza incrédulo y a la vez sorprendido por tal regla y como es que ningún niño fue víctima de este rato antes de saberlo

Aunque en el pasado Mommy les ayudó a pedido de Kickin. No podía olvidar que ella fue quien detuvo al cuidador qué asesinó al niño frente a él en el pasado. La recuerda ayudarlos. Cuerda el miedo que ommy sentía a los científicos. Creyó qué era inofensiva y tierna como una niña real. Aunque el mundo trajo otra imagen de esa criatura. Algo que giró la realidad 360 grados. 

Había recibido una paliza por la que creyó ser la tierna Mommy qué conoció en su estado humano. 

-No sabía sobre ese trato.- murmura buscando señales en sus recuerdos pero era imposible que tuviera alguna almacenada en su mente. Mommy solo convivió con niños y muy poco con otros juguetes. Tal vez esa era la señal que pasó por alto. 

Mommy o los sonrientes. Ninguno estuvo cerca en todo lo que fue un niño. 

Incluso Huggy Wuggy dejó de pasar bastante tiempo en La Guardería. Entonces siempre estuvo ahí. 

Solo debía abrir los ojos para su… Algo, aun no podía darle un nombre a las garras detrás de los muros. 

Escapa de sus pensamientos al poner atención a DogDay y sus palabras seguidas a un suspiro. 

-Ellos llevan mucho más tiempo que nosotros soportando este mundo… creo que están demasiado cansados para seguir siendo piadosos… yo no supe cómo acercarme a ellos, debo intentar otra forma.– murmura cansado de recordarse sus errores como líder y saber que no pudo poner de su lado a ningún gigante de la superficie. 

Catnap, no Theodore, fue algo que ni el mismo Theodore supo porqué. Deseaba esa respuesta, necesitaba saber qué debía hacer para poner a todos de su lado. 

-De verdad había una forma de hacerlo. – pregunta de nuevo, mirando al suelo donde la espalda de Hoppy ha caído al ser sacada del círculo por la pata de Bobby. - ¿Lo has pensado?- pregunta aquello que deseaba gritarle. 

DogDay piensa en ello, imaginando lo que debería haber hecho para romper el hielo correctamente con todos ellos. Huggy o Mommy. 

-Si pudiera cambiar algo… Sería mi comportamiento. No actúe de la manera correcta. Debí poner mis cartas sobre la mesa y decirles cual era mi objetivo desde un inicio y lo que podíamos lograr juntos. - mira a sus amigos jugando. Inconsciente de la ambición en la mirada de Catnap.-No sabía que mis amigos tenían el mismo destino y actúe como lo haría estando solo. Es un acto qué se que solo se podría percibir como una traición una vez conseguí a mi grupo completo y no seguí con mi actitud anterior. - esa presentación fue un completo horror, lo revive con un estómago revuelto.-Todo pudo salir bien pero no pude empujar las cosas al rumbo correcto. - 

Theodore siente como esas palabras podrían servirle incluso a papá. O… lo que sean las garras.Al mismo tiempo DogDay estaba apunto de compartirle sobre su odio a esa cosa en los laboratorios.

DogDay rememorar el horror de carbón y sangre. La última vez que vio Theodore. Exactamente a esa cosa sobre la figura del niño. 

-Quiero acabar con la vida de esa cosa. - sus puños se cierran decidido. 

Theodore movió las orejas ante el cambio abrupto de arrepentimiento y pesar a una rabia que hace erizar su pelaje espeso. 

-Hoy un niño tocó a Theodore, ¿Porqué mejor no hablan sobre eso?-

La cabeza del gato se eriza asustada por la intervención del murmullo de Bobby. 

DogDay tardó un segundo en responder y lo hizo tocando al gato en las orejas. 

-¿Te toco?- pregunta Dog aturdido por la sorpresiva intervención de Bobby. - ¿Te ha dolido?- busca con sus ojos alguna herida o marca de sangre en el pelaje del gato. 

Theodore cambia de actitud al ser instado por este perro a un estado más nervioso. Niega moviendo su cabeza. 

-Si… no dolió, eso no. - ese recuerdo vergonzoso lo hace regresar a ese evento. Llevando su garra a su pecho, ese lugar con el cierre unido y raro. – El justo me abrió aquí. – murmura con su voz hecha un suspiro ronco. – Me asuste mucho… creí que se saldrían mis órganos. No fue divertido descubrir que me puedo abrir. – lo murmura bajando la cabeza y sus orejas agachadas. 

Ese punto no lo habían discutido antes, no había una razón para esa exploración. 

DogDay tocó por debajo del collar metálico, la hebilla estaba torcida y tan solo un poco de pelusa mucho más clara escapaba por esta al estar atrapada por los dientes del cierre. 

Lo bajó un poco. Esto hace al gato levantar el cuerpo y sus orejas. Observa al perro arreglarlo con una caricia paciente. 

-Estarás bien. - le promete con un tono suave. 

La osa se inclinó por una verdad que ignoraron el gato y el perro en ese gesto aparentemente amable de parte del líder. 

-Aún… no sabes nada de nuestra situación. – suspiro Bobby al entenderlo.-Me retiro.- avisa al volver al juego. 

Theodore le siguió curioso y bajando las orejas al verla empujar a Kickin al suelo tan solo para posicionarse a un lado de Hoppy. Su curiosidad por la reacción de Kickin es interrumpida por DogDay. Con un gesto se levantó para que lo siguiera. 

El gato da una mirada al grupo antes de ir lentamente tras el perro. DogDay lo llevó a la zona separada dentro de la celda, esa donde se escondió cuando fue integrado a los sonrientes. La zona L. 

 

 

El grupo los ignoró al inicio pero se sobresaltaron muy claramente cuando a los minutos lo escucharon gritar con esa ronca voz. 

-¡¿Sigue ahí?!- es un chillido que en esa voz se escucha igual de lamentable. 

Esa vergüenza y miedo lo pasaron cada uno de ellos en el pasado. Algo que evocaba algunos miedos o vivencias más allá de sus estados como monstruos. Un estado en el que era mejor al chico superar su crisis sin proyectar la de cada uno en él. 

Crafty, más inclinada a siempre burlarse de lo que le incomodaba y de ese respeto hacer una broma sin importarle si en realidad estaba más asustada de lo que quería aceptar, deja salir una risita burlona mientras sacude la cabeza. 

-Debe ser raro creer que te quitaron los cocos y luego encontrarlos.- murmura mirando a los chicos sin vergüenza. 

Kickin bajo la mirada huyendo le al igual que Bubba. 

-No seas vulgar. – le regaño Bobby avergonzada.-Estas estás siendo grosera con los chicos, no es justo. - 

Picky no tuvo piedad ni aunque le daba lastima la vergüenza de Bubba y dio su propio granito de arena a la burla pero es ganado su turno por Hoppy. 

-Yo tuve gatos y debo decir que sus costas eran más bonitas y limpias qué las de los perros, entonces me hace tener una duda : ¿Se verán como a los gatos?- se lo pregunta más concentrada en esa incógnita qué la risa contenida de Kickin.-Así como peluches de taxista. – movió los dedos simulando apretar algo en la palma. 

Kickin ya no puede contenerse y de su boca escapan risitas nerviosas. 

Bubba la miró feo mientras Picky comienza a reírse a carcajadas. 

“Peluches de taxista” era la descripción que a todos se les guardó de su pasado fuera de la fábrica. Ya sea por una patrulla con dos dados peludos colgando del espejo retrovisor o unas caritas felices que rebotaban una contra otra en un auto. 

Sus risas hacen eco. 

 

 

 

Llegan esas burlas hasta los oídos del gato que baja las orejas muy avergonzado. Enojado y tan frustrado que sus garras suben a su rostro con tal de contener su enojo. 

El perro le soba las mejillas antes de permitir que se lastimara con el filo de sus propias garras. Choca sus narices por un segundo antes de retirarse y dejarlo solo para tranquilizarse. 

-¡Ninguno de nosotros es un chiste, Crafty!- le regaña volviendo al grupo.- ¿Crees que es muy divertido, Kickin? ¿Porqué no hablamos de la anatomía de las aves?-

-No, no te atreverías. - reclama y acusa el ave parando de reír. 

-Claro que puedo.-

Crafty fue vencida pero Picky no, atacó con algo muy directo al perro. Una lanza sería comparable. 

-Igual y a Theodore le da curiosidad saber como se ve el tuyo. – 

-¡Picky!- regaño más enojado.-¡Mejor vayan a dormir, ahora!-

-Perro aguafiestas.- 

-Yo creo que está celoso de que hablemos de las partecitas de su gatito. - 

-¿Crafty, tú quieres que me enoje?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese gato apartado observa al suelo, recordando algunos eventos del pasado. Uno que lo hacía enojar de sobremanera, uno que ahora rueda por su cabeza como si fuera nieve sintética atrapada en su cabeza. Algo que le hace tocar con las garras el interior de sus patas. 

Ese toque, sea su propia garra o no, lo hace estremecerse con un fuerte repelús. 

Rehuyendo de ello con una sacudida de cabeza y con un bufido de por medio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquel día la comía olía bien. Estaba caliente y parecía deliciosa. 

No puede probarla ni sentarse en la mesa donde la sirven. Las manos de una mujer mayor lo llevan a una mesa aparte contra la esquina de la habitación. 

-Vamos, ven aquí. Come. - ordena sentándose en esa pequeña silla vieja y rota. Mira a la mujer colocar un plato con sardinas frías y unas rodajas de pan sin cuidado sobre la mesa. 

-No vayas con los otros niños. Tu vas aquí. - lo recuerda presionando le el hombro con sus fuertes dedos. 

El niño encoge el cuerpo rehuyendo al contacto que lo lástima con saña. Mirando al suelo asustado. 

La mujer al fin se retira, limpiándose las manos con un paño. Dejando al niño en la esquina del lugar y lejos del resto. 

En esta esquina Theodore mira a la mesa donde los niños desayunan algo cubierto por una salsa caliente y un puré que no identifica pero huele mejor que las sardinas. Decir que termine con estos pescaditos y el pan es poco, las comió rápido y hasta la mio el plato, temblando por el hambre que siente a cada mordisco. 

Incluso si comió aún se siente hambriento. Frío y vacío. 

Mirando a esos niños en la mesa comer y hablar entre ellos. Les observa curioso por esos rostros pálidos qué difieren tanto de su propia cara. Esos ojos son incluso más azules que los suyos y aún así brillan más que el sol. Cálidos al sonreír entre ellos o jugar con la comida que desearía poder probar. 

Preguntando si mirándolos y aprendiendo podría imitarlos algún día. Podría ser amado por las personas que lo desprecian y aíslan. 

Tomando una decisión esta mañana. Una mala y también impulsada por el hambre. 

dirigirse a la oficina de estas personas. Pasando por los pasillos del edificio viejo. Pasando debajo de más de una cruz y sus compañías comunes como las velas y los santos qué desconoce y recuerda como borrones sin importancia. 

Una oficina es su destino y lo sigue al abrir sin cerrar, caminando al escritorio donde una casa de dulces era destinada para las visitas. Sin pensar demasiado en lo que hacía ni sus consecuencias, como el niño que era, lo abrió sacando los dulces del interior. 

Comiendo los dulces y sus papeles guardando los en su bolsillo como su único acto consciente por esconder sus acciones. 

-¡¿Pero que estas haciendo?!- 

Nada pudo cruzar su mente después del susto que le recorre por el gran y pesado chillido de la mujer. Sintiendo antes que nada los primeros golpes de esta mujer sobre su cuerpo. Era imposible que siendo tan pequeño pudiera hacer algo más que encogerse por el dolor más esta mujer no terminó con un par de golpes, sin parar de gritar lo atrapa por el brazo evitando que su cubra. Logrando encestar la mayoría de golpes sobre el rostro del niño una y otra vez.

Sin sentirse satisfecha ni cuando la sangre ya caí por es nariz ni sus lágrimas se acompañarán por gritos de dolor. 

La paliza fue interrumpida por un hombre de negro. 

Lo que discutieron era confuso para el niño que se sujeta el rostro en el suelo, llorando entre hipidos qué tapan su nariz con la sangre. 

Un par de gritos y su cara limpiada con un trapo mojado lo hacen salir del lugar al frío del jardín de la iglesia como castigo por robar. Algo que fue aliviane para su rostro ardiente pero no para su cuerpo apenas cubierto por las prendas puestas esa mañana. Cuando se suponía qué estaría en la guardería y no afuera. Mirando a las flores del patio marchitarse para acompañarlo en el día helado. 

Como una victoria vacía llevó algunos de los dulces robados a su boca herida por las bofetadas. 

Temblando en espera. Esperando que llegue con una exclamación de terror. 

Las flores sacudidas por la brisa de invierno llenan su mente con el vuelo de algunos cisnes del parque cercano. El canto y los niños de lejos. 

Esos brazos delgados en sus hombros y tal vez diez veces más fríos que él mismo. Fue un alivio que vuelve a hacerlo llorar contento por ser rescatado del frío. 

Ignorando las heridas que esas uñas largas le dejan al pasarse por su espalda. Su mamá adoraba las uñas largas y era normal salir herido. Esa era la razón por la que debería 

-Mamá, mamá… - Sus hipidos los acompaña el dolor que le recorre al hablar.- Quiero ir a casa, mamá.- lo pide temblando en sus brazos. 

Lo más importante para su mamá se resbala con un reclamo. 

-¿Quién te hizo esto? ¿Cómo terminaste así?- le pregunta su mamá. 

El recuerdo de esos labios pálidos fruncirse furiosa y preocupada o esas pestañas caídas por el llanto contenido. Ojos rojos. 

El miedo que esa mujer dos veces más grande y vieja que su mamá le hacía sentir y como temía qué lastimara a su mamá lo hace mentir. 

-Fue el niño.- lo dice asustado.-El hijo de la señora. - miente esperando irse a casa. Ya no recordaba el nombre de aquella familia. 

Su mamá le revisa el rostro. Toma una decisión que brilla en esos ojos cansados con una sensación ardiente. 

-Vamos. - lo levanta por el brazo. Mismo que le dolía y tuvo que dar algunos saltos entre su carrera para seguirla. 

¿Cuántos años tendría? ¿Tres o cuatro? 

La sigue a trompicones al jardín delantero de la iglesia. Es donde el viento no golpea por las verjas y el calor de los autos mantiene el clima equilibrado. 

Ahí mismo estaba esa mujer que no tarda en verlo y voltearse como si fueran aire, aunque no se olvidó de mirar a los ojos del niño con todo el odio que un adulto podía mostrar sin pena. Esa mirada se acompaña con muchos ojos adultos que también les miran con ese mismo desdén. 

-Quiero ir a casa. - murmura asustado y quisiera rogar. 

Su mama giro tomándole por el rostro, apretando sus cachetes hasta formar un besito. Vergonzoso. 

-Ve con el niño y pegale. - le ordenó acariciando sus mejillas. - Vas a pegarle como te pegó o yo te daré una verdadera paliza. - le advierte enojada. 

-No quiero… Me da miedo. - confiesa y acepta que esa vez estaba casi muerto de frío y más de miedo. 

-No importa, ve y defiéndete.- lo dictamina fría. - Eres un niño. No un juguete, no eres el juguete de nadie, así que puedes y debes defenderte. - lo sacude ansiosa. - Ahora ve y pegale a él, a sus amigos. A quien sea que crea que no tienes a un dios de tu lado cuando somos sus favoritos. - 

Dios y su significado laten a su espalda. Añorando entenderlo. 

-Ay, dios.- suspira asustado. El miedo y Dios siempre estaban de la mano. 

-Hazlo, si me quieres hazlo. - se lo ordenó fría.-Eres grande para protegerme, para cuidarte. Dios no te odia, hijo. Te hizo fuerte y alto, eres bonito. Ellos lo saben y por eso te lastiman, no lo olvides.- golpeo con la punta de sus dedos los delgados hombros del niño. - Tú también puedes defenderte.- 

Ese rostro al fin puede verlo. 

Lo hermosa y joven que era su mamá. 

-Yo te defenderé, confía en mí.- lo asegura sonriéndole al fin. 

Con labios delgados y cabello liso oscuro amarrado en un nudo alto y ojeras qué adornaban los ojos. Los más bonitos del mundo. Tan pequeño que ahora él parecía mucho más grande que un niño de tres años. 

Su mamá no le da otra oportunidad para negarse. Dejándole solo al hacerse un lado y abandonarlo para ir con los adultos. 

Se quedó solo mirando a los niños del lugar jugando juntos. Suspira metiendo las manos en sus bolsillos. Ya no tenía más que un dulce. 

Mentir salió mal. 

-Hola. - saluda a los niños al acercarse a su objetivo. Aún dudaba y se resistía a pelear. 

Estos niños le miran. Eran mayores, no tanto como para asustarse. Tal vez tendrían seis años pero la diferencia a este punto de su crecimiento era una diferencia apenas de unos tres cinco centímetros para desventaja de Theodore. 

Escucho algunas burlas pero no las entendió al estar tan asustado por sus propias intenciones. 

Este niño al fin hizo algo que lo hiciera decidirse. 

Golpear a Theodore con una sonrisa burlona. No sabe porque siempre lo tratan con tanto odio. 

Lo que le hizo enojar no fue ser humillado sino ser golpeado en una herida anterior que le hizo revivir la paliza. Dando el primer puñetazo de su vida directamente al rostro de ese niño. 

El resto de los amigos de este se asustan y corren pero él no los deja, girándose para lanzar piedras o nieve qué alcanzará. Pateando al niño en el suelo o jalando el cabello de quien se le acercara. 

Ni él sabía de dónde salió pero sus uñas se llenaron de sangre ajena al librarse de un hombre adulto que intentó sujetarlo. Este se apartó y no por su poca fuerza sino por la maceta pequeña que voló directamente contra esa cabeza. 

Mirando confundido y entre sus propios gritos a su mamá golpeando a esa mujer con una rama del suelo antes de empujar a alguien que trató de detenerla y correr a tomarlo por la mano. 

Ella también había decidido pelear. 

Escuchando los gritos, de entre muchos de los pocos presentes, de esa mujer enloquecida desde el suelo. 

-¡¡Maldita, mil veces maldita zorra!!- chilla cubriéndose la cara roja por arañazos.-¡Que Dios te reprenda, sucia golfa!- 

Sus mamá apretó su mano sin detenerse ni cuando dejaron esa calle atrás. Corren y tropiezan sin caer en su huida. Su mama aun no le mira pero puede verla soltar vaho entre jadeos pesados por la presión de correr en el frío. 

Unas viejitas saltaron asustadas al casi chocar con ellos en una esquina. Volando las bolsas hasta e suelo. Se sokto de mama solo para robarse un paquete de papas fritas y una bolsa pequeña. 

-¡Ladrones!- gritan las ancianas al verse robadas. 

Algo que se tuvo que callar al empujarla su mamá y sin vergüenza les sacó de los brazos les arrancó los bolsos. Volviendo a tomarle la mano para correr. 

No se detuvieron ni cuando llegaron a la estación. Metiéndose en un autobús sin mirar a donde iba. 

Sentarse juntos y respirar como si fueran a morir de un segundo a otro. 

La noche del otro lado del cristal les avisa del fin del día. 

Su mamá revisa los bolsos sacando algunos billetes con un suspiro. 

-Mamá. - le llama. 

Ella mira en su dirección con un rostro tranquilo. 

-Mira , tiene cacahuate.- le mostró el último. 

La sonrisa y ella metiendo de inmediato ese dulce a su boca fue algo mágico. 

-Qué rico. - suspira ella.-Me encantaban cuando era niña.- mira la ventana y la carretera. - No podremos volver a casa, ¿Lo entiendes?- 

Ese miedo a volver a ese lugar se queda atrás. Él empezó a reírse y puede mover los pies feliz.  

Aunque sentía que su mamá no podía parar de llorar la escucho reírse por lapsos.

Incluso si al bajar de ese autobús subieron al taxi. Ese último viaje los llevó a la ciudad gris. 

Lo llevó a la fábrica. 

Lo guía a lo que soñaban.

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese recuerdo llegó tan de golpe al despertar en la celda. Haciéndolo abrir los ojos de un sueño que antes era cómodo. 

Observando a los seis a su alrededor. 

Al perro que duerme con casi todo el torso atrapado bajo su cuerpo. 

El malestar por el frío queda como un espejismo para su cuerpo ahora cubierto de pelaje púrpura. 

-Dios me ama. - murmura en soledad. 

Pensando en su mamá, tratando de recuperar ese rostro que hace un segundo había vuelto a ver en sus recuerdos. Sin éxito, ese rostro que lo hacía sentirse en paz vuelve a perderse. 

Sus orejas caen junto con su cabeza. Derrumbándose de la misma forma sobre su perro. 

 

 

 

 

Con solo esas palabras repitiendo en su cabeza. 

Cuánto dios lo amaba por hacerlo grande y fuerte. Cuánto lo quería por hacerlo bonito.

Porque él no era un juguete. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La noche para Kickin suele ser larga gracias al cuerpo cálido de Hoppy. 

Solo era interrumpido cuando los humanos arribaran a la celda. 

Entonces. Si la celda está cerrada… ¿Porqué siente tanto terror? 

Su cabeza se levanta del pecho de Hoppy al frente. Viendo el resto de la celda. 

Sus plumas caen ante la impresión. 

Él como su cuerpo se siente caer ante el más grande y terrorífico abismo. 

No había forma de describirlo. Horroroso, asfixiante y con un peso que hace que su cuerpo se torne tan pesado e imposible de mover qué solo puede seguir viendo aquello que no desea ver. 

Ese gran gato. Ese que se supone que su amigo toma como algo a lo que proteger y amar. Ese mismo gato está de pie. 

En una esquina de la celda se ha puesto de pie en dos patas y sus delanteras las levanta en alto en una cruz aterradora y oscura. Moviendo esa cola suavemente por el suelo. 

Lo observa doblar los brazos a su centro y volver a levantarlos. 

Murmurando. 

Estaba hablando. Estaba orando algo. 

Kickin aferra en sus manos el pelaje de Hoppy para sentirse seguro. 

Un sonido aparte, uno conocido para Kickin, parece interrumpir al gato. 

Kickin se aplasta de nuevo en el pecho de Hoppy, apretando sus puños con ese espeso pelaje en sus dedos. 

Escucha ese mismo sonido. Es la risa de DogDay, como siempre se reía dormido. No había forma de describir ese sonido más que como una risa. 

Parece ser suficiente para que el enorme gato deje de lado su desvarío y retorne a su lugar sobre el pecho del perro. 

Ickin lo sabe porque, para su mala fortuna, CatNap debe pasar por encima de ellos al volver con DogDay. 

Lo escucha respirar y caminar rozando el suelo con sus garras afiladas. 

-Ya, Kickin… - 

El ave desea callara pero escuchar a Hoppy hablar medio dormida le hace muy feliz. 

-No tengas miedo, estoy aquí. - susurra la coneja aferrándose a él con todo su cuerpo. 

El miedo escapa con un suave suspiro, aceptando el abrazo con el alivio y desesperación de un niño. 

-No tengo miedo… No vi nada. - farfulla aplastado en ese pelo. 

Repitiéndolo hasta creerlo. 

 

 

No vio nada. 

Definitivamente no vio nada. 

Él no vio nada. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No viste nada. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al día siguiente la rutina se repetía para todos. 

Incluidos los pequeños Bunzo qué corren por sus patas cuando entran a PlayHouse.

Le gustaba mucho este espacio. Deseaba quedarse más tiempo. 

Se salió de su horario para verlos y regresar a PlayHouse. 

-¡Hola, catnap!-

Saluda moviendo la cola por un costado para corresponder el saludo de la niña subida en un juego alto. Esta niña sonríe para ser correspondida, aventándose hacia abajo en las colchonetas. 

No usó las garras sino su cola para atraparla y llevarla a salvo al suelo esponjoso. 

Los niños comenzaron a rodearlo, jugando con su cola y las patas.

Ya no podía esconderse pero era divertido estar con ellos. 

 

 

 

 

-No puedes estacionarte en una casa que no sea tuya. – 

Su cabeza baja algo herida por el regaño. 

-DogDay siempre te deja hacer lo que quieres pero eso no significa que no haya consecuencias para el resto. – le apunta Crafty, quien llegó hace unos minutos a sacarlo de PLAYHOUSE. – Tu lugar es caminar por el lugar, sube al techo o lo que quieras pero no te metas a las casas por más de cuarenta minutos o te llamarán la atención y a DogDay le preguntaran muchas cosas estúpidas. – 

-Tú pasas el día en la juguetería. – 

Crafty levantó las orejas y su cola se erizo. Una reacción que en la celda le habría sido coreada por una patada directa al gato. 

-Porqué esa es mi estación… no intentes discutir conmigo, no soy tu fanática, Grambel. – le recuerda enojada. – Haz tu parte y deja de comportarte como un consentido. – gira Dirigiéndose a su plaza, golpeando su larga cola el rostro del gato al voltearse tan de golpe. – Nosotros también éramos humanos. - 

Theodore deja caer su peso en sus cuartos traseros, enojado y triste. 

Llevaba mucho tiempo haciendo lo que le plazca y ser retenido por primera vez por una sonriente no le supo nada bien. Suspirando agotado por lo mucho que había luchado por mantenerse estable con tantos cambios. 

-Te ves muy triste. – 

Bajo la cabeza observando a la criatura que le hablo. 

Bunzo. 

-No te había escuchado antes. – murmura viéndola. 

Este conejo levantó las patas delanteras. 

-¿De verdad me escuchas, grandote?-

 

Hace rato no lo llamaban así. 

No había escuchado antes a las criaturas pequeñas hablar. Ninguno de los sonrientes lo había mencionado en ninguna de sus conversaciones. 

Como si no fuera algo que mencionar. 

-Hola, me llamoTheodore.- saluda al conejito con su nombre real. 

 

 

 

 

 

Catnap si puede escuchar a las criaturas. 

 

Notes:

Se preguntaran porque el otro par de la misma ship.
DogDay x CatNap, un poco menos elegante.

En realidad Harom lo cambie por Hobie qué es mentiroso, despiadado y controlador.

Harom como el protagonista sería ese chico muy enojon, grosero y manipulador.

Theodore tendría una personalidad mucho menos taciturna y miedosa ni amable, sino más exigente, cretina y autoritaria.

Un poco enemigos y un poco amantes.

Cuando se planea una revolución se necesitan muchas cabezas y si han puesto atención ya sabran o imaginarán los errores que cada uno hubiera tenido.

No les diré nada porque eso arruina las sorpresas.

Chapter 48

Notes:

Quiero hacer el baile de la lluvia, talvez eso me anime y reviva mi limonero bebé. Se me está secando y no se que hacer.

Chapter Text

 

 

 

 

Integrar a una nueva persona siempre es difícil al inicio. 

Las quejas que esperaba recibir sobre un nuevo integrante siempre llegaban pero hasta ahora no se habían repetido. No desde que solo eran siete sobreviviendo. 

-Le expliqué sobre las casas y los horarios pero no escuchó y quiso discutir conmigo. -Las quejas de Crafty estaban bien fundadas y debía aceptar que era un problema real. -Debes aplacarlo y razonar con él o se va poner feo. – lo exigió pisando fuerte con su pezuña delantera. 

DogDay conoce sus gestos, sabe que ella solo está teniendo un berrinche entre el estrés que le hace sentir la indiferencia de Theodore por su queja.

Levantó las manos tocando sus hombros caídos. 

-Esta bien, Crafty, gracias por hablar conmigo. – lo recalca con unas palmadas qué solo hacen a la pony gruñir. 

-Nada de gracias, ese tonto es peligroso para nosotros. - se le advierte rehuyendo de su toque al agacharse y dar un paso atrás. - Dog, debes hacer algo con él o solo se pondrá peor mientras más lo dejes hacer lo que le dé la gana. – 

El líder en cuestión asiente. 

-Hablaré con él y esto se solucionará, confía por favor. – esta vez lo prometió sin buscar el contacto físico.-Crafty-

Crafty suspira pisando fuerte al irse sin dejarlo hablar.

Su amiga estaba más que dispuesta a echarle la bronca si intentaba defender la rebeldía de Theodore. Aun cuando ninguno de sus compañeros permitió ese tipo de comportamiento en todo lo que ha transcurrido de su tiempo como mascotas. 

El único que fallo, de alguna forma porque el capitalismo no lo dejó esconderse en un hoyo, fue el mismo al estar medio muerto durante su episodio como un fracasado de humor verde y digno de una restricción por acoso. 

No podía permitir que Theodore supiera que era ese tipo de payaso aburrido. 

Grambel sigue siendo un punto difícil dentro de todo lo que significa tenerlos de vuelta. 

No solo recuperó a un niño que le gustaba. También recuperó al chico que intimida a otros niños con esa habilidad para mirar el alma con esos ojos penetrantes, rebelde, necio y tímido. Una persona desobediente y tímida. Suena extraño pero Theodore es exactamente eso. Es peligroso para sí mismo y para el resto de los involucrados también. 

Ensimismado, retraído y raro. Todo en conjunto con una persona dulce, amable y considerada con los que no pueden seguir su paso. Tan alto como delicado. 

Nada en el mismo era mejor que un chico lindo como Grambel. 

-Theodore. – suspira llevándose las manos sobre los ojos. Estaba inquieto sobre cómo podría acercarse y decirle que su comportamiento era incorrecto.-¿Que se supone que haga contigo, cariño?- bufa y debe seguir adelante. 

Era un tema difícil hablar sobre las posiciones y horarios con alguien que estaba acostumbrado a perderse por días sin control. En eso Theodore siempre fue un gato sin dueño y casa.

Grambel golpea cuando algo lo sobrepasa y huye si lo atosiga. No es bueno afrontar la presión. Si llegara a equivocarse, y lo hace mucho, en la fuerza que debería sobre su gatito este podría terminar lastimandose solo. 

-Ya veré como hacerlo. - decide revisando su cierre comprobando qué había completado las ventas del día.- ¿Qué puede pasar? ¿Me dirá que ahora le gusta más Kissy o Huggy?- camina. 

Se detiene. 

Queda claro que sí se hizo daño con esa premonición sin sentido fue solo su propia culpa y esa imaginación fatídica qué podría volverlo loco. Dejó escondido el dinero en el lugar de siempre, bajo las losetas de hierro en los alrededores de la escuela , para después buscar al gatito. Preguntando a los que sabían todo. 

 

-¿CatNap? ¡Está en los túneles, es increíble que siendo tan poton quepa ahí dentro!- responde un niño muy feliz por darle la respuesta al perro al perro.

DogDay siente algo raro cuando los niños son vulgares, algo que lo hace sentir viejo, la responsabilidad por ser el mayor empujándolo a corregirlos. 

-Gracias pero no deberías referirte de esa forma a-

El niño seguía efusivo y antes de permitirle acabar con su reprimenda tuvo una ocurrencia qué exteriorizar inmediatamente o explotara dentro de sus pantaloncitos de Bobby. 

- ¡Creo que si se sienta sobre Mark lo hace papilla!- apunta a su amigo más cercano, su mejor amigo seguro. 

-¡Vete al diablo Ernie!- le grita este que había estado mirando al perro en silencio.-¡Que se te siente encima a ti y te deje todo el culo mercado en la cara!-lo grita rojo y huyendo. 

-¡Ernie!- lo sigue el Nilo riéndose. - ¡También me puedo sentar en tu cara!-

– ¡No, alejate!-

-¡Dame un beso Ernie!-

-¡No!- chilla al ser abrazado por el niño.- ¡No quiero besos, sacate!- grita y grita pero ese niño ya casi le pegaba el picó en el rostro. Chillando y pataleando. 

DogDay los dejó ahí, demasiado preocupado por Theodore como para meterse en el juego de ambos. 

 

 

Encontrar a Theodore está vez fue difícil y hacerlo algo frustrante. Remarcado los errores que debería recalcarle al felino

Seguía en PlayHouse, eso fue lo que decidió guardar de la información recopilada por ese niño , habiendo ignorado la advertencia de Crafty, escondido en uno de los espacios abiertos de los túneles más al fondo del lugar. Esto era un problema y lo podía sentir claramente. 

Había tenido que recorrer el lugar en las cuatro extremidades para ir por los túneles de esponja. 

Justo al borde de una zona peligrosa. Tal vez el inicio de un fin. 

Ese espacio donde citaron a los niños para dar aviso a la huida de la fábrica, el día antes de la muerte de Theodore.

Ese mismo objeto de dolor y alegría parecía estar esperando en esta zona oscura. 

Acotado sobre su flanco y estirando las patas por encima de la alfombra plástica. El enorme peluche observa al suelo un poco antes de su llegada. 

-Theodore. – lo llama viéndolo detenido en la alfombra de espuma de colores. 

El gato al fin lo mira y lo observa salir del túnel extremidad por extremidad hasta que se enderezó de nuevo a su estado natural de pie y encorvado. 

Ese gato recargo la cabeza en sus patas delanteras, exhalando un suspiro nervioso. Uno que se quiebra a medio camino fuera de su cuerpo lánguido. 

-Das miedo cuando no estás derecho. – apunta con su grave voz.-No me gusta verte en el suelo.-

Estaba rendido. Sabía que él no vendía con buenas noticias. 

Theodore es consciente de su mal comportamiento y las consecuencias de este. 

DogDay suspira llegando a su encuentro. Sintiéndose como un soldado que habla con el tigre de un reino vecino o atrapado en un cuento con dragones a los que pedirle consejo. 

Por curiosidad, tal vez porque él mismo lo requería, intentó tocar esa pata con garras salteadas y oscuras. 

-Crafty te hizo una advertencia y no la escuchaste. – lo dijo directamente la impresión inteligente que Theodore le había dado todos estos años, una mezclada con todos esos errores que le parecían encantadores. – Sigues plantado cuando no es tu horario. - logra tocar su pata. 

Para Theodore la situación era igualmente tensa pero aun es diferente para su fuego interno. Saber qué DogDay no fue suave al decirle porque lo buscaba. 

La asertiva voz de DogDay lo arrastra a la realidad de sus mentiras. Las consecuencias de fingir ser algo. 

Eso es algo que Theodore lamentaba con creces. Haber fingido tanto tiempo que no lo lastimaba lo que sucedía a su alrededor o que era bueno escuchando… Cuando se sabía caprichoso, mentiroso, miedoso y nervioso. Amaba su soledad porque nadie lo podía descubrir cómo esa maraña nerviosa ni manipulable. Amo mucho a DogDay. Una razón para estar avergonzado por su comportamiento y necedad repetitiva ante el estrés. Porque no quería volver afuera, solo deseaba descansar y dormir, nada más estar aquí tranquilo y solo… solo con él. 

Deseaba demasiado descansar al fin. 

Necesitaba relajarse en soledad. 

-No quiero salir. – murmura en voz baja.-No me siento bien. - admite con gran vergüenza. 

¿Cómo se atrevía a quejarse por un mes de servicio cuando ellos llevan años soportando? Incluso la más pequeña era obediente y lista, preparada para el estrés y lo afrontaba. 

Era vergonzoso dejar caer la impresión de DogDay sobre sí, sobre quién era Theodore Grambel en realidad. 

La siguiente acción lo sacó de la alfombra y obligó a su pelaje a erizarse cargado de miedo. 

Ser tirado por una extremidad nunca era bueno, ni antes ni ahora. Aunque este es DogDay, esta a salvo. 

 

DogDay le tomó las mejillas haciéndolo enderezarse con un tanto de fuerza, no terminando con eso lo suelta de golpe para sujetar su cuerpo por el torso. Levantándole para tenerle en brazos y de una forma muy íntima. 

Esto hace su cuerpo temblar ante la sorpresa y su emoción es grande al ser abrazado. Incluso si puede verlo hacia abajo era un sentimiento sin igual aquel que le llena hasta el fondo. 

-Lo siento mucho se que estas asustado y que esto es demasiado para ti pero si no logro que te aclimates te llevaran a cortarte, por favor escúchame. – lo confiesa después de pensar en lo que podría decirle a Theodore. – Solo quiero cuidarte, solo eso. Por favor cree en mí y sal a dar las vueltas que te indique antes, no te pediré nada más.– pide y suspira. - Cuando te sientas de esa forma solo debes decirlo, encontraré cómo mantenerte seguro sin ponerte en peligro. - 

Theodore movió la cabeza de lado a lado. Sus garras atrapan la espalda del perro. 

-Me estas amenazando- 

DogDay deja salir una suave risa, una que hace que todo su cuerpo se sienta vibrar desde adentro. 

-Tomaría los castigos que fueran necesarios por ti, no necesito amenazarte… solo quiero cuidarte, Theodore.-aprieta el brazo. - Todos nos sentimos así en algún momento, todos lo hacemos y está bien. Podemos superarlo juntos. - 

Theodore lleva sus ideas de un lado de la marea a otro. 

-…¿Enserio me castigarían por sentirme mal?¿Son tan mezquinos?- murmura con esa voz oscura su reclamo. 

DogDay no lo niega ya no había cómo proteger a Theodore de la verdad. 

-Si… lo siento mucho pero esa es nuestra situación.-siente que abrazar a Theodore ya no era algo que tuviera permitido dentro de toda su ineptitud para protegerlo. - Debemos movernos dentro de sus parámetros y ahí están las oportunidades que explotar.– 

Una situación de porquería si se lo dicen a Theodore. Trabajar con este pesar, escuchar, obedecer y no hacer nada si que antes se anuncia el resto por miedo a ser descubiertos. Todo era una gran porquería. 

-Lo haré… saldré afuera. – suspira mirando al suelo al apartarlo con fuerza. – Si tú haces algo por mi. – le pide en un susurro. 

No podía rebelarse a DogDay pero tal vez podría hacerlo creer que no podía controlarlo y decidiera dejarlo de lado. Theodore no veía porque podría salir mal. 

DogDay sin quererlo fue ingenuo, moviendo la cola al escucharlo aceptar su pedido. 

-Lo que sea, Theodore. – le prometió estirando la mano para tocar su rostro. 

Theodore no huyó a su toque, a este punto era lo que más añoraba, poniendo su pecho en vez de su cabeza al encuentro de su toque. Choca su cabeza con el hombro del perro. 

-Enséñame lo que ocultas. – le pidió en un murmullo bajo y con aquel movimiento dejó en claro a qué se refería. 

El perro levanta las orejas lentamente, soltando una gran ola de vapor por la boca conforme comprende a donde iba el pedido. Era sorprendente lo fácil que era decidirse. 

Puede que él mismo lo ansiara tanto como le temía. 

-Bien por hoy, ahora con cámaras no. - aspira profundo ante la vergüenza y las sensaciones que suben por su columna vertebral, instándole a saltar a cualquier lado. – Seamos equitativos, después de todo también quiero ver cómo son tus propios secretos. – 

 

 

 

 

Y dentro de Theodore sonó un fuerte ¡Mierda! 

El vapor de ambas criaturas empaña la lente de la cámara sobre sus cabezas, la promesa ha sido vista por un guardia y un director de arte encargado de la animación de distintos programas de Playtime Co.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore volvió a su recorrido, observando a los niños que lo rodean y corriendo siguiendo a Picky.

Ahora al fin mostraba su capacidad de movimiento y saltaba sobre sus pezuñas delanteras sin dejar de reir seguida por los niños pequeños. Quizás ella deseaba que él también estuviera afuera y disfrutará esta absurda libertad. 

Paso el día entre los juegos de Picky o Hoppy, esforzándose por no tener una recaída en su ansiedad. 

Arrepintiéndose de muchas cosas conforme pasa el tiempo… como haber pedido justamente eso. 

En realidad creyó que podría extorsionar a DogDay cuando se negara y quedarse una hora más en PlayHouse, ¿Porque ahora tenían una cita tan vergonzosa en el itinerario? 

Los niños dejaron de patear la pelota curiosos por la acción repentina de ese gato tan grande :

Acostándose panza abajo con las patas sobre su cabeza y soltando bastante vapor al mover su cola de un lado a otro en el suelo. 

-¿Estás bien, gatito?- pregunta un niño más pequeño acariciando su costado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al ser encerrados el descanso le supo a gloria y el tema con DogDay quedó en segundo plano. 

Un alivio para ambos ante el miedo que comenzaron a sentir una vez se dieron cuenta de lo mucho que les asustaba aquella exploración o siquiera romper los límites con el otro. 

Resultando en Catnap apartado de la bola de pelos qué solía armarse cuando todos dormían juntos. 

 

 

 

Las cámaras de seguridad captan su comportamiento y como parece estar siendo excluido por las otras criaturas. 

No podrían adivinar que algo sin expresiones sufría de ansiedad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un nuevo día y el sol falso está medio fundido. 

Lo pueden ver siendo reparado por algunos técnicos colgados de cables encima de sus cabezas. 

Esperando las órdenes del coordinador qué conversa ávidamente con ese joven qué los ronda y ninguno quiere mencionar. Sabía que lo conocen por cómo se comportan cuando se acerca al grupo. 

Era un humano que sabe la verdad pero no parece estar incluido en los juegos que se llevan a cabo las criaturas. Un joven de piel oscura y sospechosamente obsesionado con Bubba. 

Dando al ojo la maravillosa escena de un unicornio y un gato acostados de lado en el césped sintético mientras el resto los rodea de pie o acuclilla a un lado con la cabeza entre las garras, esa era Bobby, observando la cola inquieta de Theodore y como se agita observando a cada uno. 

-Qué sistema tan de la mierda. – 

Theodore observa a un lado a Crafty quejándose. 

-O se va la luz o es demasiado potente, deberían pensar mejor en lo que están haciendo. – lo murmura dejando su cabeza recargarse contra las piernas de Picky. 

La cerdita hoy decidió hablar. 

-Creo que están creando una zona distinta con juguetes nuevos. – 

Theodore pudo sentir cómo el ambiente cambió tan de golpe que los desconoció por un segundo. 

Rodeado de adultos por unos segundos. 

-Es porque cortamos algunos cables,parece que se botaron los circuitos. - apunta orgullosa Picky. 

Ese dato no le sabía bien. Habían encontrado las máquinas que usaban para revisar el sueño de los niños y los habían dañado o manipularon esperando que no pudieran completar sus tareas. El cómo actuaron los sonrientes fue lo que no supo hasta ahora. 

-¿Crees que estén en otra ala esos niños? ¿Cómo es que no hemos podido detener la producción si no faltan niños de La guardería?-

Entre ellos está esa duda y debe ser solucionada por el elefante del lugar. 

Hoppy mueve las orejas tomando una opción de su interior como posible respuesta al elefante. 

-Igual que el nuevo bloque 4, los traen de fuera a una intervención directa. – 

Kickin al fin encuentra el momento para mencionar el evento de hace algunas semanas. 

-Un niño llama DogDay a uno del bloque cuatro aunque pertenece al bloque 2.- lo relata ansioso. 

DogDay suspira enfrentando la situación que parece tener un patrón y no era un juego de algunos pocos niños. Kickin continuó con lo que presenció más de una vez. 

-Hay algunos niños que han olvidado sus nombres y se llaman así mismos como nosotros. – 

Theodore levantó lentamente la cabeza, preocupado por ese punto y no haberlo notado antes. 

Este líder chasqueó los dedos pensando en lo dicho por el ave. 

-¿Cómo sabes que los olvidaron?- pregunta Bubba. 

-Nadie allá afuera se llamaría Kickin o Catnap. – lo contesta acuclillándose el líder.-Kickin y yo empezamos a notarlo hace unos días pero hasta ahora podemos comprobarlo.- inclinó el cuerpo creando una sombra sobre su rostro. 

Lo imitan de inmediato para escuchar esa orden nueva. 

Theodore se eriza al sentirse rodeado y aturdido por la pata de Bubba en su espalda. Claro que entendía que el grande necesitaba puntos de balance y equilibrio pero la sorpresa nadie se la quitará. Sobre todo por lo fácil que este elefante le hizo pedazos en esa celda de presentación. 

Sintiéndose algo renuente a ser tocado. 

-Quiero que hagan actividades con los nombres reales, como sea debemos hacer que recuerden sus nombres. – 

Crafty gruñe molesta por lo que se podría considerar una pérdida de tiempo. 

-¿Y eso de que serviría? Si no los sacamos no habrán cambios, los van a filetear. – 

DogDay golpeó con los nudillos el césped al ritmo de los puntos a tomar en cuenta. 

-Aún no logramos hablar con las criaturas de la superficie y Pedro aún está intentando encontrar agentes del piso 1, debemos atrofiar lo más posible lo que se haya avanzado. El tiempo es lo que no tenemos para ahorrar.- su mirada sube al rostro de Bubba. - Es ese día del mes, tenemos que aprovecharnos de ellos ahora. - 

El elefante mira a Picky a su lado. 

-Puedo manipular las luces de la escuela pero necesito que me ayude esa maestra. – 

El líder parece satisfecho con su idea. 

-Terry te ayudará, ¿Puedes hacer algo con tu tiempo?-pregunta a Kickin. 

El ave deja salir su voz adulta con su malestar. 

-Las cunas han sido cambiadas, creo que se los llevarán pronto.- 

Bobby asiente corroborando ese mal silencioso.

-Entonces debemos hacer que los visitantes estorben lo más posible… ¿Quisieras ayudar, Picky?-

-Lo que sea. - 

-Canta más y que los adultos te sigan a Dulce Hogar, solo necesitamos que quieran ir al piso de los menores.– 

-Ugh… - cruzó los brazos poniéndose de pie.-Detesto jugar al flautista. - 

-Averiguar los nombres de los que se puedan es lo siguiente. – lo sugiere Crafty. 

DogDay al fin se dirigió a él. 

-Theodore, tu cuida a Bunzo, él te dirá cuándo y a dónde ir. – 

Las orejas del gato se agitaron al mismo tiempo que su pelaje se esponja.

-No sé qué hacer. - confiesa su miedo. 

Picky suspira mirándolo como si fuera estúpido. Es algo que comparten y Theodore oculta qué lo ha descubierto al dirigir su mirada únicamente a DogDay. 

El líder movió la mano restándole peso a su malestar, usando la voz madura lo convence tocando su oreja. 

-No te preocupes. Bunzo se encargará de los papeles en la oficina y tú de cuidarlos, solo observa bien lo que suceda por el día.– 

Este contacto se torna en más que un consuelo conforme sus miradas se encuentran. 

DogDay quisiera no meterlo en esto pero debía incluirlo y enseñarle a moverse o los humanos le podrían hacer daño. Necesitaba que Theodore dejará de sentirse tan ansioso y comenzará a salir de su escondite. 

-No te atrevas a cagarla. - apuntó Crafty enojada por la jodida dulzura que ese perro usaba con el gato. 

Incluso si antes recibieron el mismo trato, verlo hacia terceros sigue siendo incómodo. 

 

-¡Chicos, ya vine!-

Las criaturas abandonan el círculo con un acto flojo qué podría dar a entender lo lentos que eran en realidad. Colocándose en una línea dispersa frente al coordinador. 

Theodore solamente observa aturdido a lo que sucede a su alrededor.

-Hoy DogDay estará en la escuela, Picky con Hoppy siguen en el jardín. Bubba irá a la estación de tren y Catnap acompañará a Chiken y Bobby en Dulce Hogar. – 

-¡Si, será divertido tener a Catnap en casa!- festeja con unos saltitos Bobby. 

Kickin mueve la cabeza y vuelve a estar en silencio. 

-Entonces, vayan y hagan un buen trabajo. – les hace la señal para que se retiraran. 

 

 

Las tareas fueron repartidas y era todo lo que tendrían por hoy. 

Theodore pasó diez minutos más en el suelo tratando de entender lo que acababa de suceder y lo que tendrían que hacer. Las órdenes del coordinador y las de DogDay se torcían como un reloj del este en el norte pero no sintió que se molestaran con él. 

Lentamente se puso de pie temblando por los tendones que solían adormecerse cuando se quedaba quieto. Lo sentía y le molestaba, cuanto deseaba este cuerpo correr y saltar, pero era estúpido. 

Solo por ese impulso corrió en un par de zancadas a la casa. Esperando que las exclamaciones de algunos niños no delataran qué volvió a desobedecer otra orden. 

No debía mostrar su fuerza ni velocidad, debía fingir ser débil lo más posible. 

Entrar a casa con un salto le costó un golpe contra el cuerpo de la osa. 

El sonido fue fuerte, y su cuerpo lo sufrió como pocas veces. 

Bobby era muy dura, era una pared de músculos qué lo hacía sentirse débil al chocar y sentirse frágil ante el nulo movimiento de la osa. 

-¡Se están peleando! ¡¿Por qué pelean?!-

Una niña tomó ese impacto como una agresión al asustarse por el ruido. 

-¡Oh, Catnap, pobrecito! ¡Vas a estar bien, vas a estar bien! ¡¡Niñas y niños , traigan el equipo médico!! ¡Hay un gato herido,y no es simulacro! – lo grita con su voz infantil al levantarlo sin esfuerzo alguno en sus brazos. - ¡WEEEEEEEEEEEEEOOOOOOOOOOOOOOOO! – 

Vergüenza. 

Los niños pasaron de un susto, incluso las pocas visitas presentes, a un estado serio donde cada juguete médico y una ambulancia de madera fueron traídos a la sala donde Bobby lo hizo acostarse. 

De algún lado salió una niña de cinco años con una camisa blanca y un estetoscopio rosa. Colocando sobre su cabeza en vez de su pecho. 

– Está hueco. Aparte de estar tonto , ¿Qué le paso al paciente, señorita Beer?-

El decir por error mal el nombre de la osa ocasiona algunas risas por parte de los asistentes. 

-Gato de doce años, sus lesiones vienen por su choque directo contra una guapa y linda osa. – lo dicta la osa ciertamente entregada al juego. 

Los niños no han parado de ponerle curitas de colores por todo el cuerpo. 

-Temo que esto es serio, el paciente está morado. – apunta un niño con mascarilla. 

-¡Oh, no! ¿Estará bien doctora?- le pregunta Kickin de paso. 

Theodore suspira observando a los niños exclamar ante el dictamen.

-No, se va a morir. – le coloco un trapo blanco sobre la cabeza. – Oremos por su alma pecadora. - 

Theodore levantó la cabeza ocasionando un arrebato de carcajadas por parte de los adultos y algunos niños, parecía haber gritado “¡Estoy vivo!” 

-Yo opino, doctora, que podemos revivirlo rodeando sus heridas con vendas sobre el moretón. – 

-Pero todo él es morado. – exclaman algunos niños en crisis.

-Entonces no nos queda de otra, doctora Trixie. – 

Theodore mira directamente a la osa que levantó en sus garras una cobija blanca.

-El paciente deberá ser cooperador.-

 

 

 

 

 

 

Bobby era cruel.

Lo tuvo atrapado en los juegos de los niños del bloque dos , de 4 a 7 años , hasta medio día.

Caminando por los pasillos mientras se quita con las garras algunas curitas y pegatinas , incluso una paleta de su pata trasera y la tira a la basura , arrepintiéndose de inmediato.

Un niño pequeño pasó corriendo y frente a su nariz la robo metiéndosela en la boca para correr.

-Ah…- su voz se quedó en ese suspiro ronco. No se atrevía a hablar por temor a asustar a los niños.

Estos parecen aprovecharlo para ser unos duendes de calcetas. 

-Catnap , yo te ayudare.-

Esa voz le llama la atención , buscando al niño que hablo.

-Aquí abajo.- 

Mira al suelo , encontrando tras el bote de basura un Bunzo amarillo con un uniforme oficial.

-Vaya , nos escuchas.- lo exclama al acercarse.

-Si.- responde con su voz ronca.

El conejo mueve las orejas al acercarse a sus pies.

-Me llamo Jean , DogDay me dijo que tu me ayudarías con el robo , vamos.- sin esperar más comenzó a trepar.

El estremecimiento que le recorrió conforme lo subía ese conejito para nada era placentero , fue como sentir una cucaracha en su brazo.

Ayudar a Bunzo a entrar a la oficina se trato de seguir sus instrucciones para ir al edificio.

En el camino puede ver cómo las personas están dispersas bajo el control de una actividad ruidosa por parte de Hoppy.

-…y si te llamas Anna son cuatro vueltas , ¡Cuenten , vamos!- grita la coneja en el centro.

Por un segundo se quedó a ver como distraía a las personas.

Saltando alto dio una , dos , tres y cuatro vueltas antes de aterrizar.

Los aplausos responden a su acción y su reverencia lo agradece.

-¡¿Alguien más tiene un nombre? Vamos , vamos ,vamos! ¡Hopscotch está ardiendo! – los anima aplaudiendo frente a los niños.

Fotografías son tomadas entre los suspiros de las visitas.

-¿Qué tal tu niño?-

Pregunta a un chico de pie al frente.

-Debemos irnos .- lo insta el Bunzo sobre su cabeza.

Thodore obedece girándose.

-Soy CatNap.-

Su atención vuelve al círculo.

-No , me refiero a tu nombre , vamos dime tu nombre.-

El niño no responde , apretando los labios en una línea mientras ese suéter le cubre la cabeza.

El sentimiento en su pecho fue lentamente tragado por el recuerdo de su propia existencia entre estos niños.

-Se llama Jason.-

Las personas miran al niño que no tiene más que un brazo.

El niño del sueter tambien lo mira sorprendido volviéndose de color rojo al descubrir que ese niño sabia su nombre.

-¡Cinco letras! ¡¿Será que Jason me gane?!- lo canturrea retrocediendo con un par de saltos.-No me retes Jason , estamos juntos en esto y juntos a la luna .- lo corea con el movimiento de su cintura haciendo que el sonido de su voz sea una melodía para su salto en alto

Las visitas habían enmudecido por el baile de la coneja y más al verla casi flotar en el aire y alto , girando con las patas pegadas en el techo igual que una danza.

-Ella es increíble.- 

Los aplausos una vez ella vuelve a inclinarse para agradecer al público estallan con algunos chiflidos y las risas de los niños.

Bunzo se roba sus propias palabras viendo a la coneja aterrizar sin esfuerzo tras burlarse de los efectos de la gravedad en los mortales. 

 

 

 

 

 

 

El robo de cuadernos se completó una vez Bunzo salió del aire acondicionado más alto gracias a la larga cola del gato.

-¿No los guardaras en la pechuga?-

Esa pregunta es del conejo que esperaba a que los escondiera y no que los pisara bajo sus patas.

 Algo en esa interrogante le parecía extraña pero no encontraba como discutirla , abriendo el cierre con su garra abrió ese espacio lleno de pelusa para meter los cuadernos. La sensación de presión lo hace estremecer, dentro de ese espacio de pelo estos cuadernos han sido aplastados hasta doblarse el metal de los bordes. 

-Intentamos esconder un Bunzo en la pechuga de otro gigante pero ese espacio es capaz de comprimirse hasta morir.- apunta el conejo subiendo por su espalda.-Me asusta lo que pueden hacer ustedes los grandes.-

-¿Por qué ayudas a los grandes?- pregunto al cerrar el saco de pelusa en su pecho.

-Al inicio fue porque no quería que DogDay me matara como a Daysi o Lampus pero ahora es por que quiero ayudarlos , ellos ya lograron sacar a muchos niños.-

Esto era demasiada información.

-Ya volvamos , nos queda poco para el cambio de guardias y estos no están en la nómina.-

-¿Qué es la nómina?- pregunta esa otra cosa que le hacía curiosidad desde que Picky mencionó que algunos estaban fuera de ella.-¿Quién es Daisy o Lampus?- 

-No se que es la nómina, creo que es nuestro lado .- 

La parte de la matanza de Daisy y Lampus se queda para después, después de todo no sabía si estaba permitido hablar sobre ello con este gato. 

 

 

 

 

 

Volviendo a Dulce Hogar sus ojos pueden captar la figura de DogDay de camino a PlayHouse , corriendo como siempre. Era extraño decir que corría cuando solo caminaba rápido pero un humano a esa velocidad de avance definitivamente estaría corriendo.

-No vayas , los clientes están nerviosos.- le recomienda Bunzo sujetando su oreja.

Theodore suspira siguiendo su camino. No había forma de que no tuviera curiosidad pero tampoco deseaba volver a meterse en problemas con DogDay o los demás sonrientes.

Entrando se encontró con una vieja conocida.

-¡CatNap ! ¡Qué bueno que te veo! ¡¿Podrías ir a buscar a los niños del bloque 4?!- le pide esta niñera desorganizada con una sonrisa.

El gato asiente avanzando por la escalera.

Bunzo salto de su espalda a un mueble alto.

-Te veo luego ,Catnap.- lo despide bajando por la parte trasera del mueble.

Theodore entró a una habitación de literas. En ella unos niños estaban jugando con una caja de piezas.

-Bloque 4.- los nombró. Recordando tarde su voz. 

Estos sobresaltados por su voz huyeron entre gritos.  

-¡Ella te pego la paleta!- grita un niño al huir por delante del resto.

- ¡No es cierto!- gritó esta niña asustada por lo rápido que el gato la miró.

Theodore bufa recordando esa dichosa paleta y su pata pegajosa desde hace un rato.

Tocando con las garras ese juguete de dados de madera.

Toma uno entre sus dedos levantándose para colocarlo en la rendija correspondiente.

Es lento por lo difícil que resulta el tomar algo con sus garras.

-Oh…- suspira al lograrlo por primera vez.

Un sonido lo sobresalta haciéndole mirar a su espalda.

Su sorpresa ante el conejo rosa de piedra en el centro de la habitación lo hace enderezarse y su lomo erizarse.

-Es solo un fastidioso adorno.-

Su mirada va hacia la puerta.

Esa ave amarilla le mira desde la puerta.

-No debiste chocar con Bobby.-

-Eso ya lo arreglamos.- murmura a fuerzas , no quería discutir.

-Le rompí el brazo a una niña los días que solo yo estuve aquí.-

El mueble de piedra gira cuando el ave entra acercándose al gato que claramente era mucho más grande. Eso demostró que CatNap no era tomado en cuenta por los sensores de la estatua. 

Theodore levantó la cabeza sorprendido por sus palabras, varias cosas bailan en su consciencia. 

-No paso nada.- lo apunta.-A ningún trabajador le importo , solo le dieron una paleta para que no molestara.-

Theodore no sabía tal cosa y menos podría imaginarlo por parte del ave que siempre había estado entre los niños.

-Le hice daño a una niña y no tuve consecuencias…- murmura molesto.-DogDay nunca lastimó a ningún niño pero es más grande y fuerte que yo ,no creí que podría herir a alguien.- mira a ese conejo de piedra.-No hubo consecuencias porque en realidad no les importan los niños ni si están bien. Solo a nosotros nos importa si los lastimamos y cuidamos que no sea así.-

Esto giraba y se dirigía a su error en la mañana. 

-Kickin , yo no quería lastimar a nadie.- explica arrepentido. 

-Yo tampoco , ella se iba caer de las escaleras y la detuve.- cubre su boca con las manos.-Hoy Bobby estaba ahí solo por suerte , detrás de Bobby venían los niños , Theodore pudiste lastimar a alguien pero nadie te haría nada.-

-No , seguramente me castigan-

-Por hacerlo frente a los visitantes pero no por los niños.- apunta al suelo donde estaban los dados de madera.-Nadie aquí nos quiere y eso es para todos , desde ti a los bebés o los adolescentes…nadie nos ama , nadie se preocupa por nosotros ni nos tiene piedad.-

-Lo siento.-

Kickin pateó el juguete de madera abriendo y tirando las piezas a los pies de Catnap.

-No quiero disculpas , quiero que lo comprendas y puedas entender que no estamos siendo malos contigo porque sí , eres grande y fuerte , y por eso debes tener mucho más cuidado .- sus brazos tiemblan al traerle de vuelta la visión de este gato orando. - Nosotros somos tu familia, incluso si no lo crees. - 

-Kickin…no se como cambiar.- su mente gira sobre los dados en el suelo y el que apenas logró meter en el juguete. 

-No necesitas cambiar. Necesitas saber si en realidad estas con nosotros , eso te dará fuerzas. Saber dónde y con quién estás. - 

Kickin lo observa esperando alguna respuesta o gesto que le delatara como un loco. Un tipo peligroso. 

Aunque no sucede nada y su fechoría abusiva parece ser excesiva y solamente cruel. Suspira rearmando el cuadro de juguete, sellando las piezas de unión. 

-Ahora puedes jugar. Sin pulgares es difícil abrir los seguros y solo te quedaban tres piezas. - dejó el juguete en el piso y a sus pies. - No te preocupes , solo intenta ser mas precavido , por favor.- 

Thoedore le observa retirarse con otro de los juguetes para morder a los bebés. 

Su atención baja al juguete. 

Mando entre sus garras el triángulo le hace caer dentro de su hendidura correspondiente. 

-¿Con quién estoy?- murmura mirando las figuras de madera. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Tú sabes con quien te conviene estar?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                 ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

El humo gris y negro sube por el ambiente, llevándose parte de la visibilidad del lugar. 

 

Jugar con fuego es peligroso, duele pero es bonito. 

Lo prueba al sujetar entre sus dedos la bonita flama naciente de un pedazo de cartón cada vez más cerca de su manga. Añorando ser alcanzado. 

Dicho fuego es apagado por una gran mano que lo cubre extinguiendo la flama sin esfuerzo. 

-¿Me podrías decir porque estás haciendo esto?- pregunta quitándole los cerillos de la mano contraria. 

-Quería quemarme, hasta que no quede nada.- lo dice sin emociones extras.-Me gusta quemar cosas, es bueno. - 

DogDay, quién le había apagado su cartón, sacude las cenizas mostrando su mano sucia. 

-No hay forma de borrarse ni con el fuego, aún quedarían tus cenizas. - como castigo le manchó la punta de la nariz. - Eres un gatito muy peligroso, Jason. - lo levanta en brazos. 

Este niño frunce el ceño aferrándose a sus hombros. 

Algo curioso, preocupante para DogDay, es ver ese suéter tematizado de CatNap del mismo color que las sábanas de Dulce Hogar y por consiguiente igual a la cobija de Theodore. Un sentimiento ambiguo como la frustración y la tristeza, le embargan mientras lo lleva fuera de este lugar.

Por la salida pueden ver la entrada a la cocina. Un objeto les llama la atención. 

La cola de CatNap apenas estaba entrando a la cocina, algo que ambos notan al cerrar esa cola prensil la puerta. 

DogDay le descubre observando con ceño fruncido el lugar. 

-¿Qué piensas de CatNap?- pregunta de camino a dejarlo en su cuarto, en el primer piso de Dulce Hogar. - No parece que te hayas presentado con él. - 

Este niño gruñó apretando su pelaje en las manos. 

-Quiero ser Catnap.- murmura acostándose en su hombro.-No ser su amigo. - 

La habitación estaba cerca de la salida al ser de los mayores, teniendo la oportunidad de recostarlo en su habitación. 

El niño continuó con sus quejas. 

-A Harom le gusta Catnap. - 

DogDay tiene algo que decir sobre eso. 

-Entonces debe tener buen gusto.- gira haciendo que el niño lo abrace con fuerza. 

El niño sonríe frustrado, mirando al perro que lo deja en la cama con menos delicadeza de lo esperado al soltarlo como saco de papas, para cubrirlo hasta la cabeza. 

Lucharía por descubrirse pero el perro le devuelve a la cama con el solo peso de su mano. 

-Dile a Három que mientras sea el Catnap grande es solo para DogDay. - 

Le dejo libre levantándose ya con un objetivo. 

Este niño se descubre una vez el perro lo deja ir. 

-¿Les dirás que robe cerillos?- pregunto desde la cama. 

DogDay le mostró la palma hacia arriba. 

-Tómalo como un trato, Jason.- giro la mano mostrando el pulgar. - La próxima vez juega con arena del jardín de la escuela y un imán, es más productivo. - 

-¿No vas a regañarme?-

DogDay sube y baja los hombros restándole importancia. 

-No es como que me obedecieras a la primera, tan solo cuídate.- le recomienda al retirarse. 

Este niño se quedó solo en la habitación, girando sobre su costado cubre su cabeza para dormir al fin. 

 

Afuera de la habitación DogDay tiene un encuentro de lo más curioso. 

Era ese tal Harom con todo y su falta de brazo, lo vigila con los ojos vueltos hielo. 

Un sentimiento tan helado como cargado de algo parecido al odio. 

DogDay tiene una visión del mundo trastocada por el tiempo y sus vivencias retorcidas tras años, por lo que no podía decirle nada normal a este pobre niño. Agachándose a su nivel lo atrapa por el rostro con un deje de molestia. 

-Escucha esto, Hrom. - le ordena mirando esos ojos oscuros.-No estoy interesado en robar a tu gatito, no te preocupes. - lo asegura dejándolo ir. 

-¿Que?- abre los ojos pasmado, Harom perdió el color y su expresión cambió totalmente una vez descubre lo transparente que era para este perro. 

 

┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

Chapter 49: 49R

Chapter Text

 

 

 

Allá afuera debe haber alguien montando una bicicleta por primera vez o aprendiendo otro idioma en un país nuevo. Disfrutando su vida encerrado en su cuarto mientras sus padres pelean o su tarea se acumula en una mochila sucia donde también guarda los objetos robados a la persona de su interés. 

Allá afuera hay un mundo libre. Un lugar de opciones y horrores por igual. 

Un lugar con el sol y la luna al alcance de una mirada. 

Pues Theodore estaba exento de todas maravillas y se reduce a estar hecho una bolita austera y lavándose las patas en el fregadero de la cocina. Tan doblado qué su cola le tapa los ojos al intentar ver la suciedad de su pata trasera. Esto conlleva descubrir lo grande y también impresionante qué era su elasticidad. 

Aprovechándose de la ausencia de las cocineras ha limpiado sus patas una por una y eso incluye al final su cola llena de tierra al haberla arrastrado por un rato. La seca con un trapo de la cocina, dicha tela quedo llena de pelos sueltos de color púrpura. 

Este día se siente demasiado largo.

Pasarlo en Dulce Hogar en vez del jardín, era sofocante.

Ahora entendía el mal humor de Picky, cuanto se volvió una chica cruel pero bajo control.

Observándola, por la ventana de la cocina, jugando con los niños en el jardín y con muñecas de por medio en lo que parecía una gran pelea familiar contada por un par de niñas que han llevado a la muñeca de Poppy a divorciarse de Ken después de encontrarlo con Barbie y Wuggy en una cita triple en su propia casa(la que consistía de una caja de cartón pintada con crayolas) todo rente a algunas visitas. 

Distraído Theodore no pudo ponerse al día con la siguiente pequeña tribulación sorpresiva. 

La señal de arribo es que el sonido de la puerta al abrirse había sido demasiado suave para que Grambel lo notará a tiempo. Recibiendo el ataque de tajo sin oportunidad de defenderse. 

-¡Sal de aquí gato! ¡Mira como dejaste el piso, ¿Porqué hasta el gato de plástico bota tanto pelo?!-

El irrespeto de los trabajadores de cocina es otra prueba de que el mal humor de Picky estaba completamente justificado. Porque lo primero que hizo la trabajadora al verlo en el lugar fue darle un trapazo en la espalda que lo hace correr fuera de la cocina , mirando atrás a la cocinera frustrada que le cierra la puerta una vez salió por completo.

Eso fue emocionalmente doloroso. Aunque también es su culpa. Dejó esa habitación encharcada y llena de sus huellas hasta en el techo. 

Ahora no solo huele a flores, también a la deliciosa esencia de limón y naranja de marca Poppy playtime y tematizado con el dibujo (excesivamente machista por parte del departamento de marketing) de Kissy Missy lavando los platos mientras Huggy Wuggy lee el periódico en el fondo. 

Olía muy bien, un poco retrógrada para el equilibrio con la dulzura del limón. 

-Catnap , debes dirigirte a la bodega de forma inmediata, por favor.- 

Apenas salía del susto que le dio esa señora sufriendo un gran sobresalto al escuchar a una conejita llamarlo, saltando unos centímetros por encima del suelo.

Tal reacción no cambió la actitud liviana y tierna de la coneja, permaneciendo impasible. 

-Me llamo Ángela , un gusto.- saluda la conejita.-Te repito que DogDay te espera en la bodega.- lo marca con un movimiento de brazos. 

Theodore suspira, levantando la pata para cargarla. 

-Yo no iré, dijo que me quedaría aquí por si algo sucede. Yo los mantendré al tanto, no lo duden amigos. – lo avisa dando unos pasitos atrás y corre como solo un conejo lo haría. Perdiéndose en las sombras de los muebles de la sala. 

Theodore corrobora la facilidad de esta conejita para perderse antes de ir a su destino. 

Otra vez siente lo diferente que eran un Bunzo de otro. 

Con respecto a reunirse con DogDay ¿Lo volverían a regañar? Esa posibilidad le hace sentir el estómago revuelto, caminando hacia la bodega con el malestar venido de sus recientes fallas una tras otra.  

Esquivo a algunos niños y a las niñeras, moviendo las orejas conforme se acerca a la bodega. 

Entrando por la puerta que empuja con la pata delantera pasa por el umbral erizandose por la gran carga húmeda de las tuberías que recorren el techo y paredes, cierra con un empujón de la pata trasera.

Mirar al interior lo hace detenerse a medio paso y levantar las orejas. 

DogDay lo había esperando sentado sobre una pila de lonas dobladas. 

-Es difícil saber si eres tú , esas patitas de algodón logran que no emitas sonido alguno. – lo apunta desde ese lugar.-Es un encanto que te queda bien.- 

Otra vez tiene ese aspecto desenfadado qué se ve en películas de delincuentes. Sentado con los codos en sus rodillas y su espalda encorvada, un aspecto que seria de un idiota si con ello no se acompañará esa mirada tan pesada y su voz profunda. 

Toma la delantera aceptando sus errores en vez de jugar al ignorante. No deseaba pelear con él. 

-Empuje a Bobby, lo siento. – murmura acercándose a su encuentro.-Lamento haberme confiado, no quería causar más problemas.-

El líder asiente colocando la mandíbula sobre sus puños unidos. Esa sonrisa plástica y deformada no puede disimular el peso de esa mirada penetrante. 

-Hiciste bien en seguir el juego y no resistirte. – lo halaga en un murmullo profundo.-Con tu torpeza en contra has logrado ser un buen chico, Theodore.-  

Esta sensación pesada sube por su pelaje. Intenta ignorarla, bajando su tono al hablar. 

-Lo se… Kickin hablo conmigo-

DogDay dejo caer la cabeza a un lado. 

-Se que has tenido un día largo. Es por la prueba de sueño. – lo interrumpió moviendo los hombros con una resta al evento.-Kickin no maneja bien el insomnio extendido de estos días de prueba. De antemano te pido una disculpa si fue muy pesado contigo. - 

Theodore vuelve a distraerse en una parte de todo lo que escucho. 

-¿Prueba de sueño?- su cabeza sube observando el techo como si pudiera ver directamente los relojes de la sala. - Todo parecía ir bien, ¿Como sabes que es una prueba de sueño?- 

Este perro se siente aún abstraído, pensando en varias cosas preocupantes. 

-A nosotros no nos dicen nada pero cada tanto extienden el día al doble y ralentizan los relojes, esperan probar los efectos del compuesto en los niños preparados para el cirujano. – 

Theodore no había pensado en ello pero sabía que a veces se iba a dormir cuando sentía que el tiempo era aburrido, cuando el día duraba demasiado para su desinterés, muchas veces esa sensación lo hacía irse a esconder. ¿Fue un día de experimentos? Es aterrador hacerse consciente de todo lo que solía ignorar en aquella posición segura. 

-Las visitas dejan de entrar por un par de horas pero el sol no se apaga, así mismo nosotros permanecemos por todo ese mismo tiempo con los niños. – observa al gato fijamente.-Hay una hora para que el ritmo de los trabajadores vuelva a ser distribuidos por el cambio de personal, estamos entrando en esa hora sin trabajadores activos en Dulce Hogar.– 

-¿Les harán daño a los niños? – pregunta pensando en salir y averiguar si podría hacer algo para evitarlo, sabía que los niños estaban arriba con las niñeras pero ellas serían más de sujetarlos qué de ayudarlos en cualquier predicamento superior a unas agujetas por atar. 

El líder puede responder con certeza, solo esta vez. 

-No, a nuestros niños no. – admite la verdad.-No están usando a los niños de la guardería desde hace algún tiempo , lo que sea que estén haciendo con los bloques actuales resulta ser cuestión de un largo tiempo de observación. - 

Esto no tranquiliza al gato y mucho menos lo hace creer que fuera una suerte. Sólo parecía una burla para todos los niños que serían llevados sin siquiera poder descansar una noche en Dulce Hogar. 

El sonido de la sierra y los gritos que no pudo dejar salir lo sacuden como si estuviera hasta ese momento aturdido. Sacude las orejas volviéndo a guardarse esa horrenda persecución de metales y voces. Ignorando lo más que puede como una parte de su interior le grita y exige que despierte y deje de escapar de la realidad donde solo es un objeto sin valor. 

Reclamando inconscientemente al perro que fue testigo y víctima por igual. 

-¿Cómo es que estas tan tranquilo?- cuestiona enojandose lentamente. Esa voz en su cabeza le exige gritar, patalear y arañar. Deseaba con fuerzas encontrar respuestas para todo lo que se han obligado a soportar y también a ignorar. 

DogDay cerró los ojos enfrentando con calma su siguiente confesión. 

-Estoy pensando en ti. – lo dice severo. - Estoy pensando en si aún quieres hacer aquello.- 

Theodore al fin terminó con la distancia mirando esos ojos plata de frente. Sin responder exhala sacando el vaho de su cuerpo. 

Porqué antes estuvo apunto de estallar todas esas malas sensaciones de su ser contra el perro que de por si no tenía forma de intervenir, solo desquitando su enojo con alguien. Más si lo hacen decidir entre pelear o gritar sobre algo que no controlaban ni podrían hacerlo, se ponía a elegir entre esto o encontrarse de nuevo con su amigo definitivamente se inclinaría al lado de esta promesa. 

Acepta el destino que sus propias decisiones le empujaron a tomar por encima de un gesto sincero. 

El perro le tomó las mejillas una vez la propuesta fue aceptada.

Dog se pone de pie llevando sus mejillas arriba. 

-Siéntate. – lo pide al apartarse y llevarlo al suelo.

Theodore hoy tiene algunas quejas y no lo oculta al ser de nuevo su problema común. 

-¿Porqué yo primero?- pregunta pensando en resistirse aunque lo único que hizo fue sacudir las orejas frustrado por lo que parece una estafa. - ¿No deberías ser tú?- insiste al seguir con la mirada al perro y atestiguar cómo doblar las rodillas al meterse entre sus patas.  

Con esta posición vuelve de sus recuerdos sobre la petición que le hizo al perro son borrosos.

-Theodore, ¿Quien ofreció el trato?-

-No importa si lo hice yo. Tú sales más beneficiado del trato, ¿Porqué debo ir yo primero?- cuestionó mirando al perro acariciar su nariz con un par de dedos. 

-Theodore. Escuchate. - le pide suave, en un murmullo quebradizo por el dulzor de su tono. Uno pesado y pegajoso, algo que le hace pensar en esa costumbre que tenía DogDay por lamerlo.-En la demanda y la compra hay pasos. No puedes obtener nada sin ofrecer nada a cambio, tú me pediste algo y lo cobraste con esta extorsión, ¿Como es que el deudor debe pagar antes que el prestamista?-

Theodore intenta seguir el ritmo pero es un enredo. Entender lo que dice y como lo hizo. Sin parar de acariciar su rostro y sonrisa que delineó los bordes de la reja metálica. Una sensación parecida a ser tocado en los labios le hace callar, bajando las orejas intimidado por la cercanía cada vez más presente. 

-¿Tienes miedo?- preguntó DogDay al sentir como su ritmo cardíaco se acelera y esas orejas se agachan ansiosas. –Aún podemos dejarlo para otro día. – lo ofrece rompiendo el contacto con cuidado. 

Theodore no tiene ánimos de hablar y su respuesta es mover la cabeza de lado a lado. Más actuando como un chico valiente que alguien que sí lo es. 

-Bien. – Dog suspira tomando su cadera le da un tirón para hacerlo acomodarse como nunca lo hizo con alguien, observando al perro de frente y sus piernas encogiéndose pero atrapadas en la espalda del perro. 

Podría decirse que Dog estaba atrapado y bien podría ser hecho pedazos por las garras superiores pero esa sensación de control solo se volvía tibia lluvia sin fuerzas cuando lo siente en el interior de sus muslos. Algo que lo remonta al último abrazo que compartieron en los pasillos y casi lo derretía fuera de su cuerpo. 

Este perro estiró las manos frente a él. Oscureciendo el mundo tan solo por un momento. 

-Dame tus manos. – le pidió mostrando sus palmas como si le rogara algo de agua. – Quiero saber en todo momento que estás presente en lo que te haré. – lo pide en un susurro gentil. 

Esas palabras juegan con su cerebro, están escurriendo por partes que no conocía de sí. Como el interior de sus orejas ya ardientes por la sangre que se acumula por sus emociones. 

Corresponde el gesto poniendo sus garras en las manos. El instinto lo hace erizarse al ser llevadas sus garras a esa boca, lo resiste confiando en sus intenciones. Ganando como recompensa un toque de esa nariz helada. Esto es suave, es un apretón y el choque de esa nariz en sus nudillos lo llevan a sentirse ensoñado. 

DogDay extrañaba los besos y muchas veces pensó en cómo sustituirlos. 

-Hay muchas primeras veces por reclamar de ti, ¿No lo crees, Theodore?- lo recuerda como una de las ilusiones que Theodore le hizo esperar hace mucho tiempo.-Theodore, Theodore… - siente ese nombre como capas de un solo caramelo a desenvolver. 

El mencionado experimenta un tipo de vergüenza muy nueva al ser llamado con tal vehemencia. 

-Lo dije. Si. - suspira cerrando los ojos, algo avergonzado por lo que se atrevía a decir antes. Ese calor nace de esa mirada y cuánto le gustaba encontrar esos ojos al volver al mundo fuera de su cabeza. Las cosquillas vergonzosas se mezclan con el calor que sube por su estómago. -Tu amas mi nombre más que yo. – murmura su voz un tanto molesta. 

Dog se acercó a él terminando con la distancia. 

Eso conlleva un choque sorpresivo contra el trasero del gato al ser empujado por la pelvis del perro. 

No había nada extra que significara ese movimiento, no ahora, solo es un gusto para ambos estar tan juntos y pegados como para que el pelaje naranja y el púrpura se volvieran una pieza. 

-Te amo por completo , tu nombre es solo la cima de todo lo que me gusta de ti.- lo promete llevando las garras de Theodore al pecho del gato. – Bajemos esto juntos, estarás bien. – lo asegura aunque él mismo estaba muy nervioso. 

Es raro pero Theodore fue capaz de seguirlo, bajando esa pieza de hueso y dientes. Liberando bastante del calor escondido en la pelusa más clara del interior. Los cuadernos saltaron como piezas de confeti de su pecho al suelto después de golpear al perro y obligarlos a soltarse. 

Mirándose uno al otro después de tal salto de serpentina sorpresa. 

Esto los hace reír por un minuto, mismo que gastaron en empujarlos bajo las lonas. 

Sin mencionar lo tan estúpido que se sintieron por ese corto lapso. Volviendo el toque algo mucho menos íntimo y más llevadero. 

DogDay decidió tomar la situación de una manera más técnica para superar la vergüenza. 

-Aquí hay una pieza de hueso, no pueden hacerte daño de la cintura para arriba. – le toca esa zona presionando la extensión del hueso.-Nos formaron con piezas extras para la resistencia. - 

Esa descripción lo hizo mirar su pecho, lugar donde las manos del perro lo recorren hundiéndose en el pelaje. Esta imagen lo hace hundirse en bruma mental. 

-Cuando te defiendas debes ponerte derecho para que golpeen aquí y no tu estómago, ahí eres como antes, vulnerable.- toco esa zona suave. Hundiendo un poco su mano en la tierna carne. 

Esto, a Theodore, lo hace sentir algunas cosquillas nada amistosas. Solo una maraña de pensamientos sin palabras donde esa mano debería llegar más abajo. Mucho más abajo. 

-En tu cadera pareciera que no hay mucho dolor.- lo corrobora haciendo presión en el hueco del costado, un espacio de piel y tendones suaves por el poco ejercicio hecho por el juguete.

Ese niño llamando nalgon a CatNap vuelve a su mente, debe resistirse a mencionarlo. En realidad Kickin o cualquiera que no sean Picky o Bubba, carecía de un trasero que no se pueda presumir como humilde. Esto parece no ser el caso de Theodore. Aguanta una risita sobando el pelaje. 

Theodore no se siente tan divertido. Los recuerdos llegan cuando siente ese toque pasar por su piel.

-Me quebraron los otros. – lo recuerdo muy claro. Como Bobby lo aplastó con su pata.-Cuando peleamos , tus amigos me quebraron en dos. - 

Ese día queda como una mancha entre todos, algo que la cabeza de Theodore le pide con un movimiento qué ignore. Y desvía la atención para evitar que se hagan más asperezas entre ellos. Bien podría pasarse e estúpido y culpar a Boxy por dejarse usar como proyectil pero, vamos, no es tan estúpido. 

Es mejor ser técnico. Otro de sus rasgos poco gustados por las personas que lo conocen más allá de su amabilidad. Lo despiadado y su poco tacto. Su mayor error. 

-No… lo siento, esa fue tu columna. – lo guía metiendo la mano en la pelusa, Theodore dio un salto al descubrir que se puede meter las manos por debajo de su piel externa. – Eres muy delgado. – murmura al rodear su cintura con la mano, esos dedos tocan la columna en su espalda. 

La sensación de esa caricia es muy diferente a la provocada por una coneja de un cuarto de tonelada pateando pero fue igual de intensa a un nivel que no esperaba sentir justo ahora. 

-¡Que… !- exclama aturdido por la sensación que subió hasta su cerebro cuando la presión activó un nervio en su estómago. ¿Cómo podrían, cualquiera de los dos, saber que la columna baja de un gato es un punto erógeno? Por eso ese gran impacto le hizo perder la pelea, la sensibilidad era tal qué ninguna parte de su cuerpo fue capaz o tuvo la fuerza para seguir peleando. 

Dog bajo su mano por fuera de la pelusa. Esto no trae dolor, no causa nada negativo y ser él, simplemente ese chico de colores cálidos en el corazón de Theodore, hace caer la resistencia más pequeña por la borda de un barco que no puede más que hundirse el capitán de ese crucero fallido se queda a morir entre la niebla qué le adormece y le hace ronronear en un arrullo aburrido con gusto. 

-Aquí está el inicio de tu cola, no debes preocuparte por perderla, crece de nuevo. – le asegura eso recordando como un pedazo de su cola y orejas fueron arrancadas en esa antigua pelea. Decidiendo que en un futuro cercano le hablara sobre los otros y lo poco que sabe para defenderse de ellos. 

Ya sea golpear y correr, o no correr y mantenerse muy cerca. Había formas variadas de protegerse.  

A Theodore eso no le preocupaba, de verdad que no le interesaba justo ahora, lo que le concierne aquella sensación que lo ha agitado y necesita cerrar sus patas para protegerse, más fue demasiado disimulado y este perro no lo toma en cuenta.

-Te quiero así. - ordenó empujando de vuelta afuera su pata para mantenerlo abierto, causando que ese tirón en su estómago suba hasta su cerebro como si la poca distancia entre un centímetro y otro se viera cerrada. Sus patas delanteras las clava en el suelo. Preguntándose porque le tiene que gustar ese lado demandante del perro. Incluso cuando era un niño deseaba ser llevado así, sin más opción que obedecer. 

El sentirse necesitado, seguro y vulnerable ante ese toque bajo en su columna, hacen que la bruma se vuelva caliente tras su frente. Dejando salir el vaho suavemente. 

El presenté y la demanda hacen que su cuerpo sienta cosquillas nerviosas. Mando esa demanda y reflejando la con su propia malicia al cerrar las garras tres eras de tal forma que si este perro se retirara perdería gran parte de su piel. 

Por su parte el líder no lo pasa tan bien. Preocupado, sus emociones van a otra dirección muy lejana al gusto que derrite al gatito. DogDay acaba de descubrir algo inquietante en Catnap. Algo que lo mantiene fuera de todo el jaleo de expresiones o acciones celosas del gato ante cada toque y tirón. 

-En tu vientre hay espacio… - detuvo ahí sus manos. Ese espacio no estaba en ninguno de los sonrientes masculino o femenino. Ni siquiera los diagramas de Huggy Wuggy o Mommy contenían tal espacio. 

Subió sus manos por el torso, por la espalda y el estómago , comprobando el vacío que se extiende por todo lo que sería el sistema gástrico y como es muy reducido a comparación de sus compañeros. Ni siquiera Kickin tenía un estómago tan pequeño. No puede sentirlo pero sus pulmones parecen abarcar casi toda su caja torácica, con un corazón de la misma talla que Picky. 

Picky, una gigante con la materia prima más pequeña aparte de Bobby, una que fue completada con piezas de experimentos apartados de los siete originales. 

Estas personas no esperaban que Catnap fuera demasiado activo ni que se alimentara alguna vez. Diseñado como una criatura de espacios cerrados pero un cuerpo grande. No por hacerlo un atacante sino por un carguero. 

Sus ojos van a esas garras aferradas a las lonas con los tendones saltando por la fuerza que usaba para mantenerse estable al temblar. 

¿Por qué tienes garras grandes pero no un sistema cardíaco completo? ¿Para qué darle tantas armas a algo que no puede correr por mucho tiempo pero si respirar grandes cantidades de oxígeno. 

Catnap había sido preparado para cargar algo en su interior. No era un peleador, eran armas de defensa para la carga y no para el proyecto. 

Este descubrimiento no le gusta ni parece una buena señal para Theodore. Pues si había algo en todo lo que lleva vivo después de ser cortado es un silencioso agradecimiento, miserable pero lo agradece con creces : No le hicieron a sus amigos ni a él mismo lo que a Gumball Cat . 

No lo convirtieron en un torso abierto, no le pusieron máquinas dentro de sus entrañas ni una tapa donde debería estar su columna vertebral para volverlo un carrito incapaz de huir o siquiera hacer algo más que llorar sin lágrimas cuando lo aplastan o lastiman. 

Si alguien en esta fábrica le daba una verdadera sensación de culpa y horror era ese gatito. 

Solo ese gatito. Porque incluso Boxy con extremidades retorcidas puede defenderse y moverse, puede protegerse tras su coraza. 

Un chico de la misma especie que Theodore carga en el fondo de su mente como una advertencia de lo pervertidos qué pueden ser los humanos del laboratorio. Lamentando con creces no haberlo sacado ese día. No ser capaz de proteger a alguien que amaba, otra vez. 

El gato lo saca de sus pensamientos al tocar su hombro con una temblorosa garra. 

No es otra cosa la que le dio fuerzas para moverse qué la sensación de pausa, incertidumbre y pesar ante la falta momentánea de estímulos. 

-Esto es raro. – lo murmura.-Me siento raro. - no se atreve a ser sincero, avergonzado. 

DogDay tomó una decisión impulsiva. Quería tocar más ese cuerpo, esperando encontrar su rastreador y arrancarlo. Aprovechando estar en la zona sin señal. Con Bobby se pudo, con Catnap debería ser igual. 

-Te lo ruego, Theodore, separa bien las piernas para mi. No puedo estar si te cierras. – le pidió sin dejar de observar sus ojos fijamente. Pasando sus manos por ese pelaje tan suave, logrando dejar surcos donde la piel es expuesta al aire y lo agita el calor. 

El gato obedece mirando al perro curioso, tomando con una lógica ingenua ese pedido, aguantando esa ola que sube por su estómago. Muy desconectado de lo que el perro planeaba hacerle. 

El aire se siente pesado y su boca no deja de sacar vaho. 

El perro terminó de descubrir lo que ocultaba esa pieza de dientes. 

Claro que algo fue muy diferente a lo que hizo con sus amigos. Ni con Kickin fue tan raro encontrar su rastreador en la nalgada, esto fue un gran y buen descubrimiento. 

-Aha. - exclama a la par cada uno con un sentimiento distinto. 

La sorpresa por su propio cuerpo se vuelve aún más vergonzosa conforme va entendiendo lo que hay ahí. ¡Lo que hay ahí! 

-Tú … - DogDay pasó unos segundos digiriendo lo que veía. – Es muy bonito. – lo halago. 

Esa garra le cubrió los ojos. Ocultando como toda la valentía y el atrevimiento mutó en cuanto se lo tragó la vergüenza. Convirtiéndose en un estupor loco que lo hace vibrar. 

-¡No es normal!- chilla incluso con esa voz tan ronca hecha un doloroso lamento.- ¿Porqué se ve así? ¡No mires!- lo chilla, no lo pidió, chillo y su voz ronca casi se vuelve un lamento. 

El perro lo toma de una forma más relajada. 

-Y no has visto a Bubba, eso si da miedo. Esto es único, esto es muy lindo de tu parte.– murmura Dog algo alegre. – No te preocupes, es bonito , se ve limpio y también elegante.- no encuentra que otra descripción darle.- De verdad es como de gatito. – le intento relajar. 

Logrando lo contrario. 

-Ya basta… - gruñe cubriéndose sus propios ojos.- ¡¿Cómo es que no me hicieron más expresivo pero si me armaron el pené de esa forma?!- reclama tan enojado qué podría sangrar los oídos por el calor. 

El perro nota su malestar, haciendo lo que le pareció correcto. 

-¿Quieres que paremos?- le pregunta.-Podemos dejarlo hasta aquí. - 

No hay respuesta por parte del gato que se ha hundido en su miseria bajo sus garras. 

El perro suspira presionando sobre el gato para alcanzar su rostro. 

Esto antes de estar descubierto fue normal pero al estar expuesto al calor contrario, el pelaje y fuerza rozaron directamente esa zona sin piedad, además del rebote también la ligera pelea por descubrir los ojos del gato lograron que esta parte fuera estimulada. 

Theodore descubre lo mucho que se le dificulta mantenerse oculto y a la vez no responder con su voz a las sensaciones que suben como electricidad por su ingle. No ayudándole cuánto le gustaba el olor del perro. Era extraño, culposo y vergonzoso cuanto las cosquillas subían y se encontró cerrando fuerte las piernas para atraparlo, aunque a este punto de su vida serían patas, chocando ambos en esa posición. 

-Vamos.- el perro lo había logrado, descubrir sus ojos pero con un costó mojado y cálido en su torso, algo que se acompaña con un dolorcillo. -¿Qué fue eso?- cuestiona salido de su zona. 

La sorpresa lo hace observar esos ojos culpables y avergonzados antes de separarse y comprobar lo sucedido debajo. Si, tiene una parte del torso humedecida por un líquido pálido, uno que al tocarlo es espeso y caliente. El lugar del que salió esta sustancia está ahí, aún mojada y colorada de un delicado rosa. 

Su sorpresa salió antes que cualquier otra idea. 

-Tienes espinas en el pené. – lo anuncia con el insólito en su voz.-Wow. - exclama emocionado por algo tan raro y diferente a cualquier cosa diferente a esto.

Theodore ya no cabía más en tal shock, tal inclasificable tormento a su autoestima. El Calor tras sus ojos no le ayudaba a enfrentarse a la verdad. 

Orino a DogDay. ¿Cómo es posible que Ho de todos los días de su vida le pase esto? 

-No mires, no…mires. - murmuró avergonzado hasta casi sentirse cercano a la muerte.-Ya, no quiero más. - lamenta esta gran humillación frente a alguien que le gustaba tanto.-Dios… - pide ayuda por impulso para no morirse o mejor aún, hacerlo. Morirse de una vez y no seguir aguantando este episodio de su vida. El gato se cubrió la cabeza con las garras, manteniéndose ahí sin decir nada después de lamentarse.

DogDay toma esta situación con algo más de fascinación. No estaba seguro de lo que estaba pasando pero esto no parecía ser un accidente del tipo que Grambel pensaba. Era ese algo del que no se debería hablar en voz alta. 

-Tan mojado, estás muy mojado ahora.- murmura el perro al tocarlo hacia abajo logrando que las espinas se contraigan – Es muy suave… - su curiosidad lo hace subir y bajar obligando a las espinas a subir.-Al menos lo parece.- no es esto algo que esperara pero es efectivo tocarlo de esta forma. El líquido vuelve a subir y mojar sus dedos con esa cosa cálida. 

No escucha como esa respiración sube a su toque. O tal vez era su propio egoísmo lo que le hacía continuar. Demasiado entusiasmado lo presiona llevando abajo las espinas y subiendo con ellas. El color también le era curioso cuanto este se hinchaba en la base roja, presionando por arriba entre sus dedos, bajo aplastando las espinas, por curiosidad las subió de golpe ya no tan delicado y con ello logra que ese mismo líquido salga con menos fuerza. 

El gato entre sus garras ahogó un suspiro, rindiéndose sin salir de su escondite. 

No cuando la larga cola morada delató sus emociones al enrollarse en los tobillos del perro arrodillado entre sus patas. La tortura para su mente regresa cuando ese movimiento curioso se repite. 

DogDay observa hipnotizado el líquido blanco en su mano y continúa, tratando la situación con toda la impertinencia que le hacía sentir, llevando la siniestra a tomar el par de bolitas de felpa, porque no encontraba de qué otra forma llamarlos por lo bonitos que le parecían, llevando las cosas tan lejos como Theodore lo permitiera.

Si le preguntaran en qué pensaba al hacer esto no tendría respuesta, estaba sumido en solo esa sensación agradable que le llena al tocarlo. Como si este fuera parte de sus rituales para sentirse mejor a partir de ahora. 

Para Theodore esto era como el infierno a fuego lento. 

Llevando sus garras a los hombros del perro observa esos ojos de plata y vuelve a perderse con esa sensación que sube y lo golpea por dentro y fuera, gritando desde el fondo de su cuerpo cuánto le estaba gustando. 

La cercanía entre ambos comienza a flaquear cuando ese sentimiento sacude al gato y este se siente tan débil que cae en las lonas, apretando entre sus garras el suelo sin poder cerrar siquiera las patas , su atención se queda en ese toque y como su pelaje está manchando. Al menos es la pelusa interna. 

DogDay desvió su atención a una parte más baja de este gato, bajando su mano por la pelusa con un objetivo borroso en su cabeza. 

-Ya… estoy… basta. – 

Esa voz ronca lo llama lentamente a la realidad. 

-Me canse …basta.- le pide el gato sin fuerzas para resistirse en realidad.-Estoy cansado, paremos. - pide usando una débil garra para empujarlo. 

Una voz muy extraña le insta a continuar aprovechando esa misma debilidad. Negándose a tal cosa, escucho a Theodore. El perro nunca aprovecharía algo como eso y su curiosidad murió una vez entiende lo débil que estaba el gato. 

-Perdón…-murmura liberando esa zona ya roja como la sangre y flácida , era un poco triste.-¿Estas bien?- preguntó mirando su torso y pecho agitados , apenas podía decirse que fuera una arritmia cuando el gato apenas podía conservar el aire en su interior.

 El perro lo dejó en el lugar para buscar algo útil en la situación.

Este gato intenta enderezarse pero su cuerpo sigue agotado como si acabara de tener el peor maratón de su vida. Su mirada observa volver al perro con una cubeta y un par de paños.

La vergüenza por ser limpiado se ve apagada conforme comprueba que esas manchas blancas estaban hasta en el perro. Siendo una tarea para ambos el borrarlas entre el agua y la botella de jabón líquido.

Puede que esta sea la primera vez que se bañaban juntos. 

La vergüenza sigue instalada en la habitación con ellos como compañeros. 

-Esto era normal, estabas eyaculando. - Dog intenta salir de este pesar hablando con Theodore. 

-¿Qué?- salió a medias de su estupor.-¿De qué diablos hablas?- después de tanto estrés solo le quedaba reaccionar de forma pesada contra DogDay, deseando recuperar el silencio. 

DogDay levantó las manos llenas de espuma. 

-¿Has oído de la educación sexual? Es sobre el cuerpo y su desarrollo, sobre cómo cambias y-

-No, cállate. - lo ordenó de inmediato.-No quiero saber nada de eso.-

-...pues te lo diré porque es mi obligación. - 

-No, cállate. - insiste cubriéndose los oídos pero no es suficiente. 

Escucho el monólogo sobre la pubertad y los cambios que estaría pasando. 

-... entonces es muy diferente a las flores que llegan cada mes para las chicas. No se si en algún momento lo notes pero debes tomarlo como algo normal, igual que el dolor de cabeza que sentirás de vez en cuando al crecer. No te preocupes si estas asustado, puedes hablar con nosotros.- 

-Estoy seguro de que cualquiera de las chicas me golpearía si les hago ese tipo de preguntas. - 

Dog termina dándole la razón al reírse, abrazándolo de nuevo. 

El aroma a jabón y sus esencias se han mezclado en este espacio cerrado, compartiendo este secreto con las paredes. 

 

 

 

 

 

Al pasar el tiempo lo ocurrido aún era una bruma agradable que lo hacía mirar al techo y al suelo como si volviera a estar en esa misma situación.

Talvez no fuera igual pero ahora entendía mejor porque DogDay extrañaba la capacidad de besar.

Hubiera sido increíble poder besarse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la estación de tren

Dentro de la oficina los dos planearon un encuentro con la excusa de perder las baterías de la habitación en el exterior. Encerrándose para poder hablar, aprovechando que en esta zona solo hay video y no audio. 

 

Una situación muy diferente a la de el líder y el gato. 

 

Coronada por la incómoda presencia de su hermano mayor. 

-¿No te parece un gran plan? No habría puerta que los detenga. - 

Bubba levanta la trompa pensativo, observando al techo que los cubre. En esa idea excesivamente destructiva de su hermano. 

-No sé cómo podría afectar los planes de Dog-

Niko no oculta cuánto le molestaba sacar al perro de su repetitivo repertorio. 

-¿De qué mierda hablas? ¡No puedes tomar en serio lo que ese idiota te ordena!- lo reclama y golpea el felpudo pecho de Bubba. - Negro no importa como te veas: Naciste , creciste y hasta los huesos tienes oscuros ¿Porqué escuchas a ese perro blanco?- le reclama. -¿Algo de lo que ha hecho a salido bien para ti?-

Ubba lo atrapa entre las patas delanteras. 

-No soporto esa forma de pensar. ¿Por qué te sientes tan mal con DogDay? El es un buen líder y- 

-Si fuera tan bueno no hablamos de esto a sus espaldas. - lo detuvo serio. - Algo debe estar mal entre ustedes. - 

-Pues no es porque sea blanco, además ni era blanco. Eso de las razas no tiene nada que ver con nosotros y menos en nuestra situación. - lo deja ir cansado de discutir ese tema pesado que era un problema fuera de la fábrica.-No quiero que pienses que DogDay es un mal líder, esto no es su culpa. - 

-¿Entonces qué estás haciendo? ¿Por qué armamos un plan a escondidas con tu verdadero hermano? -

 - Hasta ahora todo lo que hacemos es escucharlo y no hay errores en eso… él hace todo pensando en nosotros, en cuidarnos y eso es lo que me dio la capacidad de hablar contigo. - Escucha los pasillos de la estación de tren.- Nadie nos quita su cuidado ni su cariño pero él no usa toda su fuerza, nunca lo hace y creo que le da miedo perdernos… El Nos ve como unos cobardes qué no lo pueden seguir.. - 

-¿Incluso el perro te cree un cobarde?-

-Es la verdad pero no puedo hacer nada. Nos hicieron sentir terror por la salida, no se que parte de mi cerebro está atada a esa cobardía. - sus sospechas decide sacarlas al menos con este hermano suyo.-El nuevo integrante es preocupante y tiene sus propios contactos fuera de nosotros, está de un lado aparte del nuestro. - 

-¿El gato, el morado?- pregunta y sonríe burlón.-¿Te preocupa ese gato cobarde?-

-Theodore es muchas cosas pero no un cobarde. - lo murmura recordando lo decidido que estaba ese niño a meterse al aire acondicionado cuando a cualquiera la idea sería un gran no.-Hay alguien de su lado incluso cuando era niño y ahora que es tan grande seguramente algo planean. - 

-¿Por eso es esta tontería?- le sonríe moviendo la mochila en su espalda.-¿Te da miedo enojar al perro que sigue alegre a ese gaturro?- mira a la puerta brillando como aviso a la entrada de un trabajador.

Bubba camino a la puerta, despidiéndose de su hermano humano. 

-No sé qué quiere hacer Theodore pero al menos contigo puedo cuidar a los demás, así que gracias hermano. - lo agradece inclinándose un poco. 

Niko perdió el mal humor, sonriendo aunque tenía cada vez más rojos los ojos al contener las lágrimas

Los trabajadores entran y reclaman el descuido de Niko. Ignorando al elefante que se retira tranquilo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de varias horas al fin volvieron a la celda

Durmiendo de inmediato más de uno después de pasar tanto tiempo activos. 

 

En la celda esa bruma vuelve. Nunca se fue. 

Observando al perro que no concilia el sueño y se ha apartado del grupo que duerme tranquilo después de esas diecisiete horas de servicio ininterrumpida. Un peso tras otro.

El calor de lo sucedido sube por su cabeza y lo hace levantarse de su esquina para buscarlo , encontrarlo y llevarlo a la otra punta de la celda.

Temblando ante las sensaciones que los llenan y eran peligrosas.

Son tan pesadas que duelen.

-¿Qué quieres que hagamos?-

Esa pregunta es de ambos.

Incluso cuando el calor les lleva al suelo más esquinado y ahoga sus voces.

Repitiendo ese toque entre la pelusa descubierta del gato.

 Esta sensación es ardiente , es mala y entrometida.

Es valiente .

-Quiero verte.- pide el gato al empujar el toque del perro fuera de su cuerpo.

Este suspira el vaho de su propia vergüenza pero actúa como si no la sintiera en realidad.

Enderezandose frente al gato para abrir ese espacio en su pecho , separando las uniones de dientes con un tiron ,afrontando la verguena que siente por la mirada del gato que baja por ese pelaje amarillo como si se hubiera roto la capa de caramelo de un dulce.

La sensación justiciera de su ego va tomando fuerzas al ver el tramo de pelaje más fino y ese miembro a medias con un par de compañías poco agraciadas que lo hacen sentirse mejor ante su propio aspecto.

Lo toca con las almohadillas .

-Ahg…-

Ese sonido debió haber sido una señal de victoria pero fue como ser atacado directamente.

Sus oídos han sido penetrados y su propia despierta anatomía responde ansiosa , mojándose lentamente.

Le gustaba mucho la voz de DogDay , le gustaba escucharlo y le gustaba que lo mirara pero ahora estaba sintiéndose acorralado. Incluso si es él quien está al control.

Entonces la desgracia toma forma y es rosa. Quita su pata asustado al juntarla con su propia pata para protegerse. 

-No hagas eso.- murmura al ver como esa cosa crece a su toque.

Eso es suficiente para acobardar al perro. 

-No es aproposito , lo siento , lo siento…-

Este perro se ha cubierto el rostro y está temblando sin parar .

Theodore recuerda claramente cuántas veces este perro lo acorraló siendo humano y se abrazaron. Si fuera humano aún , estaría completamente aterrado por lo que está viendo. Las palabras de DogDay, esas que le advertían de lo poco compatibles que eran por ser un monstruo y un niño, cobran sentido. 

-No puedo esperar más.- murmura ese perro llevándose sus manos de vuelta a torturarlo.

Theodore volvió a la pared , temblando y buscando su contacto que enteramente se desvía de ser sus manos a ser sus cuerpos los que chocan.

 

En esta posición pueden sentirse por completo , mojando el pelaje y ensuciándose.

Buscándose uno al otro con el calor que sube .

Esta sensación es increíble.Aunque las espinas duelen al arañar la piel del perro. 

No había secretos ni nada oculto por la falta de expresión de ambos , sintiendo en sus cuerpos como el placer era la verdad. Cada rose, murmullo y jadeo o ese hilo de voz que se rompe sin sentido acaricia sus oídos. 

Dog hizo una petición suave en algún momento. 

-Dime si te molesta.- en realidad no sabía si era buena idea pero si la persona del video de los humanos lo recibió bien, puede que Theodore pueda reaccionar igual. Aunque anatómicamente no sea igual un trasero y una vagina. 

En algo deberían parecerse, ¿No? 

Esa duda es la que le hace ocultar el rostro en vez de mirar al rostro del gato, huyendo de una posible reprimenda. Atreviéndose solo porque esa persona parecía sentirlo a gusto. 

Theodore sigue en otro mundo. Uno donde el saber qué podría pasar para molestarle era parte de la sorpresa. 

Llenándose de confusión y un calor nuevo. 

Porqué no había cómo describir esto, solamente sentirlo y avergonzarse o aceptarlo. 

Tomar los dedos qué han entrado en alguna parte de su zona baja y se mueven de afuera adentro, con otra agarrada a su miembro ya débil por los minutos donde no han parado de rosarse. No ha dejado de mancharse de lo que escapa de su propio cuerpo a cada minuto ni esas espinas han dejado de herir la mano del perro. Es como un cactus más suave, extraño. 

Y algo en su cabeza lo hace recordar una palabra que dijo una vez uno de los amigos de sus compañeros de orfanato. 

“¡Carl,ve y chúpate un pitó con espinas!”

Seguido gritó para que lo ayudarán porque a Carl no le pareció tan gracioso pero ese no era el punto. 

El punto es que le pareció divertido y lo distrajo por unos segundos cuando esa cosa rosa fue la que sustituyó a los dedos y no fue nada igual que hubiera experimentado antes. 

Cubrió sus ojos y cerró las patas al fin en torno al perro sintiendo como este se movía en su contra sin estarlo en verdad , logrando que esa sensación fuera cien veces mejor. Estar tranquilo y curioso, esperando y confiando, es la mejor forma de explorar sus propios deseos. 

Sus garras subieron a la pared, mirando al fin al perro y el perro lo correspondió recuperando el valor al no ser rechazado su travesura.

DogDay no detiene el movimiento y no rompe el contacto visual. Este gato aspira intentando no perderse pero sabe lo que ocurre y cómo lo siente, tan nuevo aunque sea demasiado inesperado. Experimentando otro tipo de sopor, uno que le hace dirigir la atención al torso entre sus patas y como se pierde y las olas de placer subiendo con ese movimiento que sabe se repetirá y cada vez será mejor. 

-Me gusta. – es todo lo que puede decir tras pensarlo.-Esto me está gustando. - admite y puede disfrutarlo sinceramente. 

Aquella mirada fija en su rostro se vuelve tan ardiente qué le hace sentir otra ola del fondo de su cuerpo al exterior. 

-A mí también, me gusta.- murmura moviéndose lento. 

La sensación entre los dos no puede ser contenida ni controlada.

Obligándose a no hacer ruido pero es demasiado difícil. 

Las orejas caen o la cola prensil se sujeta al torso del perro, esas garras arañan la pared o ese rabo se agita lleno de alegría al apretar entre las manos la cadera del gato. 

No había forma de contener algo tan placentero como ese choque o la fuerte sensación de placer que sube y golpea hasta el fondo. 

Borrando la tortura, el dolor y el asco por sus cuerpos. 

Olvidando cuanto estos pedazos de plástico y huesos eran asquerosas piltrafas de lo que fueron. 

Un asesino traicionero o un cobarde sin objetivos, ambos sin una meta real o sueños personales. 

Encontrando en el choque y el calor su lugar en el cuerpo del otro. 

Atrapado entre las patas de esta persona o lleno a reventar con la carne de un amigo en sus entrañas. 

Algo en cada uno encuentra su lugar. 

Porqué no podían haber besos pero si mirarse cuando el placer golpea sus arterias reconstruidas. 

Disfrutando cuanto se necesitaban uno al toro para llegar a esa sima desconocida que está cada vez más cerca de sus cuerpos y los hace perderse el respeto y la vergüenza se olvida. 

Porqué la visión de un cuerpo unido a otro es magnética como saberse expuesto, disfrutando por primera vez de saberse vulnerable de verdad. 

Sin miedo al dolor de una traición cuando toma fuerzas para aferrarse a esos hombros y mirar aquellos ojos de plata de frente. 

-Te amo. – murmura ese perro chocando sus narices al sentirse terminar dentro de este cuerpo. Atormentando se por la mirada indiferente del gato. 

Era hora, eso queda claro cuando decide al fin llamarlo por el nombre que le guardaba. 

-... Cariño. - murmura apenas con fuerzas por cuanto lo avergonzaba decirlo en voz alta y por primera vez sinceramente. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bubba recuerda que DogDay los escuchó tener una conversación romántica con él y Picky. 

Ahora sabe lo que es no poder dormir y no poder huir de tu situación. 

Porqué no escuchaba voces pero había otro tipo de sonidos que se pueden reconocer y tuvo que escucharlos todos con los ojos pegados al techo y sus patas sobre sus oídos.

Al menos la condena es compartida y Bobby parece mucho más amargada que asustada. 

Carajo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el exterior de Dulce Hogar. 

Este humano de cabello revuelto arrastra la tierra con una máquina grande. Una grúa qué le confiaron para limpiar el resultado de las construcciones de la extensión de las plataformas y el circuito eléctrico del costado contrario a su lugar. El domo tiene lugares terraformados y esta vez lo utiliza a favor de su hermano. 

Observa la bolsa plástica con una capa de un abrigo ignífugo qué se robó de los armarios de guardias. Enterrando la bolsa bajo la plataforma eléctrica. 

No se detuvo, siguió adelante. Limpiando los residuos del lugar y con ellos dejando la mayor cantidad posible de cables escondidos. 

Al menos con esto deseaba cubrir el daño que le hizo a su hermano en el pasado. Plantando una forma de defenderse en el futuro que ese chico vea que sucederá algún día. 

 

Chapter 50

Notes:

La historia y la percepción del entorno crece con Theodore.
Él es el buque de guerra y Hobie su cadena al fondo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

  

 

 

 

En este baño viejo con el aroma de la mariguana atrapado en las cortinas de viejo encaje rojo desteñido. Escuchando la puerta ser sacudida a sus espaldas. 

Otra vez estaba en ese baño apunto de perder lo poco que le quedaba de su niñez. 

Donde murió algo y se quedó en estos cristales. 

Hoy no hay ojos de almendra en el reflejo. Son las lunas de plata las que encuentra en el espejo. 

Ese gigante que solo tiene que estirar a medias el brazo para asesinar lo que le hará daño del otro lado de la puerta que es vapuleada a punta de patadas y puñetazos. Gritos furiosos del otro lado. 

Sangre bajo la puerta. 

Su atención no está en el miedo que ya no siente por este recuerdo. Un recuerdo que ya no le importa más que un atisbo de su pasado. Una pieza para entender a las personas que lo rodean. 

Observa esos ojos de almendra en el espejo. Su reflejo, su pasado y su presente atrapado en esta pequeña habitación. Lambiendo la esquina de sus labios con el sabor de un dulce de uva muy viejo. Le encanta la uva, sobre todo las moradas. 

-¿Será que tengo que olvidarte?- pregiinta tocando el reflejo en el cristal. 

No hay resistencia. Como en el pasado, ese vidrio es muy frágil. 

-¿Entonces qué será de nosotros?- la pregunta es el reflejo. 

No. 

Él es el reflejo de un chico mayor. Era él con un aspecto mucho más grande. Alguien que si creció. 

Su sueño de ser humano y un hombre al fin, capaz de defenderse y a todos. 

Esta habitación tan pequeña puede guardar a todos pero no están a salvo. No hay forma de estar bien dentro de un espacio tan pequeño. 

Debía ser más fuerte y ser capaz. Lo anhelaba con cada gota de sangre en su cuerpo. Recuperar su libertad y regalarla en manos de sus amigos. 

En las manos del niño que espera en una esquina de la habitación sin mirarlo. 

Esa voz adulta lo retiene con el flujo ininterrumpido del agua de este fregadero. 

-Ya no somos ese Hobie. - advierte ese reflejo humano al perro de caricatura en la habitación.-Enrealidad nunca lo seremos, amigo.- lo remarca quebrando con las manos las visagras del fregadero. 

El perro. El niño. El joven. El hombre. 

Las cuatro formas detienen la puerta de cristal, evitando su apertura a lo qué sea que esté empujando del otro lado. 

-¿Quien soy, eres tú o soy yo?- cuestiona esa calmada voz detrás del espejo. 

¿Quién está detrás del cristal? 

¿Porqué quiere saberlo y aun así lo aterra ver del otro lado de este espejo?

Ese chico amargado y amante del control, ese perro tan fuerte mentalmente o el joven que aún debe crecer. 

 ¿Podría ser Hobie quién del otro lado estaba esperando? ¿No es él Hobie? 

-Yo soy DogDay. - exclama sacudiendo la cabeza. Ese perro, ese niño y un joven. 

Bien podría estar esa caricatura tan feliz que nunca siente dolor y puede seguir adelante aunque le rompan el corazón una y otra vez. ¿Es DogDay quién espera tras el cristal? 

-¿Por qué me da tanto miedo abrir esta puerta?- le pregunta a la nada y a todo el niño que no ha intentado resistirse a la apertura de la puerta de espejo. 

Curioso entorpece la lucha de los mayores, decidido a conocer lo que hay del otro lado. 

Deseando con creces saber quién es el hombre en él que se volveria.

 

 

 

 

 

 

-¿Porqué? , ¿Quién soy ahora?-

 

 Las orejas púrpura se sacuden curiosas por el murmullo del perro dormido. Recuesta la cabeza en ese pecho aun seguro de querer dormir por mucho más tiempo, buscando su aroma y su calor. Avergonzado de separarse, temiendo de ese miedo naciente de las consecuencias imaginarias de sus actos. 

De verdad. De verdad. 

Enserio. 

No quería salir de la celda. No quería ir a servir, no hoy. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

         

                                                                                                                                Plantala sobre nuestros restos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un día más en La guardería. 

Excepto porque hoy no era un día normal. Era diferente de una forma que no terminaba de comprender. Una sensación aturdida lo recorre hasta la punta de las orejas. Pisando el suelo y el césped con claros estímulos. 

La luz artificial golpea sus ojos pero solo tiene en mente lo sucedido y como se siente ahora. 

-Te tiemblan las patas. – 

Su cabeza baja y coloca bien sus extremidades para recuperar el equilibrio. 

No era mentira. Su pelaje se estremece y sus huellas quedan torcidas en el césped, moviendo la cabeza logra recostarse y mirar al niño que lo observa desde el suelo. El recuerdo de ese mismo niño cruzando la línea lo hace retroceder sin tardar en subirse de espaldas al techo de porche de Dulce Hogar. 

-¡Wow!- exclama el niño al lograr entender que el gato hizo eso y sin perderlo de vista.-Tu, ¿Te alejas de mi?-

Fue difícil pero asintió para reconocer sus acciones, apuntando con la cola al pecho del chico, y a sí mismo y luego marco una línea al centro. 

Esperaba que eso lo dejara claro. No sabia como acercarse ahora a los niños, sentía bastante vergüenza después de lo sucedido. 

Como si estuviera sucio o estuviera incompleto de alguna forma. 

No lo entendía pero una vergüenza profunda lo embargo una vez salieron de la celda y ese delirio de compañía fue pisoteado por el presente lleno de heridas y locos. Sin darle la oportunidad de aclimatarse a la nueva fase de su estado mental. 

-No sabía que estaba haciendo algo malo, perdóname. – pide el chico cortando la distancia con el gato incluso si no puede acercarse por estar en el suelo y el gato encima de la casa.-Catnap, no te alejes. – lo pide observándola con una mirada bastante pesada.-Lamento haberte molestado. - 

Theodore tenía sus límites, ahora mismo estaba en uno y necesitaba tiempo para recomponerse tras lo sucedido y encontrar sus piezas. 

No es una situación en la que haya sufrido dolor o haya sido herido de alguna forma. Todo puede recordarlo con lujo de detalle y eso mismo lo estaba ahogando como a los caracoles la sal los derretía. La vergüenza lo cocina a fuego lento. 

Temía desaparecer. Temía haberse equivocado. Haber dañado su relación con DogDay con un acto que no debieron llevar adelante. 

Estaba comprendiendo lo que sucedió entre ellos, lo que cambió y seguirá cambiando. 

Era una forma de crecer que no sabía que podría experimentar. Crecer de forma tan íntima. 

Era muy personal y necesitaba su espacio. Algo que sería difícil conseguir en este ambiente cargado he inquieto. Lleno de mosntruos ruidosos y mandones qué lo guían a zonas de vigilancia podía aceptar que haber dado tal paso con DogDay lo asustaba. Era a un salto de fe qué no sabía que tendría que dar. 

-No estoy enojado. – lo apunta para tranquilizar al niño. Olvidando por todo su pesar anterior que no debería hablar con los niños. 

La cara del chico dejó en claro cuanto le sorprendio escucharlo hablar. 

No todos pueden ser DogDay y amar ese tono de voz tan ronco. No todo lo aman como lo hace él. Ese pensamiento lo lleva a ese segundo vergonzoso y el claro gusto hasta el corazón que sentía al ser atrapado por las mejillas y chocar sus narices cuando lo presionaba y esas olas lo llevaban arriba, mucho más arriba entre las olas de empujes y su pecho casi explotaba. 

Sacude la cabeza intentando sacar ese recuerdo de su cabeza. La vergüenza por pensar en estas cosas frente a los niños lo hace encojerse frustrado. 

 

Este niño no rueda en su misma dirección, qué gran fortuna, perdido en un objetivo a esclarecer. 

-Esa es tu voz. – murmura aturdido, subiendo su mano hasta su garganta. – Suenas como un fumador.-

Theodore quería responderle “Deja que te quemes vivo, haber como te queda la garganta” pero se contuvo. 

-Estoy cansado. – confesó esa parte de sus molestias.-Las cosas van muy rápido y no me quejo, es como quiero pero no se si puedo ir al ritmo. - deja salir sus quejas una a una. - Estoy arrastrandome pero quiero correr, quiero estar con todos pero no los alcanzo. - no podía sentirse al ritmo de los amigos de DogDay. No los podía tocar.  

Esta gran pena empezó desde que recordó que en esa celda estaban todos y la vergüenza se mexclo con el miedo a esos ojos. A la mirada rencorosa de la osa que siempre era amable. Los secretos que no tendrían pero existían. 

Su ineptitud para seguir órdenes o su rebeldía natural. 

También estaba enojado. No se atrevió a mirar a nadie a la cara, incluso a DogDay no se atrevió a enfrentarlo yha pasado el día evitándose lo más posible. 

El chico tarda unos segundos en responderle. 

-Lo siento… no crei que ustedes podrían sentirse… De esa esa forma– 

Theodore le apunta a su propio pecho con un movimiento de la larga cola prensil. 

-Sentiste mi corazón, sabes la verdad más grande de este lugar. – 

Es lento como la verdad a medias llega a la mente del chico y su mirada se vuelve nerviosa. No parece que fuera totalmente consciente pero algo le afecta saber ese secreto a voces. 

-Es igual para todos, incluso los más pequeños tienen sangre y carne.- murmura esa realidad que incluso él mismo en su momento deseaba ignorar. – No persistas más en seguirme, es peligroso. – su advverenci es directa y puede admitir que la hizo deseando que lo escuche. Que logre salvarse. 

Este chico ya no le responde, temblando en su lugar. 

Theodore siguió su camino por encima del techo de Dulce Hogar. 

Desde arriba observa a los sonrientes jugar y correr con los niños o las visitas. 

Desde arriba puede comprobar que la división era mucho más clara conforme lo memoriza. 

Son interesantes. 

También es confuso no ver a DogDay en el lugar. 

Su cabeza gira buscándolo por los edificios o donde le dictaron que seria su día, en Dulce Hogar. 

Salta desde el techo al suelo, asomándose rápidamente por las ventanas. Algo sencillo por su tamaño. 

Puede encontrar a Kickin en el segundo piso cargando a un bebé mientras una pareja le observa curiosos por su presencia. El aroma del ave era lo más cercano a un verdadero estado de paz a diferenecia de la elegancia del aroma de la osa qué va por la casa con paso ligero y sus garras son parte de una pintura rococo. En otra ventana al fin pudo ver a Bobby cargando las literas para remodelar el lugar. Esa elegancia era tan fluctuante como la masa muscular oculta tras ese pelaje y su vocecita dulce. 

Ella sintió su mirada y correspondió con un rostro tranquilo. Esos ojos relajados brillan suavemente. 

-Entra Catnap. – lo pidió acercándose a la ventana. 

Theodore mira una vez afuera antes de cruzar la ventana una pata a la vez. Tendría que haber una razón para que ella lo quiera cerca de nuevo. 

Fuera de la casa podrían ver como esa larga cola púrpura se agita al darle equilibrio y el gato se metió por la ventana apretando se en esa ventana rectangular. 

Bobby le sacudió la cabeza que se llenó de las telarañas del alfeizar de la ventana. 

-Tu estadía en Dulce Hogar durará dos días más, ¿Qué haces afuera?-le pregunta limpiando la pelusa de sus orejas.

Parece que algo qué está en todos los sonrientes es el contacto físico, buscándolo de forma disimulada o como Bobby o DogDay, simplemente cortan la distancia con un único aviso con la forma de un movimiento de hombros decaído. Fingiendo que son más pequeños de lo que eran en realidad.

Theodore suspira recargando la espalda contra una litera., aun nervioso por el contacto físico incluso si era con ella. Esa incomodidad y el desconocimiento a su propio cuerpo lo lleva a sentirse indispuesto. 

Bobby no ayudo con sus siguientes palabras y seguramente no deseaba causarle tanto malestar, era sincera pero no podía aceptarlo en su actual estado mental. 

-Oye… ¿Ustedes no se lastimaron?- lo pregunta la osa acariciando directamente sus mejillas.-Si sienten dolor puedo conseguir el analgésico que escondimos. - lo ofrece bajando sus garras por esas mejillas al cuello, directas y suaves a ese pecho tan delgado.  

Los ojos blancos de Theodore se dirigen a ese rostro rojo y alegre. 

Comprendiendo a donde iba la pregunta de la osa una vez ella se quedó en silencio. 

La vergüenza sube por su cuerpo hasta la cabeza. Esto definitivamente corta con toda esperanza de no haber sido escuchados. 

Esta osa nota su incomodidad. Retirando las garras de su cuerpo, suspirando ese vaho cargado de las rosas espesas qué marcan esta zona con su presencia.

Bobby retira su cuerpo con un bamboleo flojo. Apuntando a su cara con una de esas largas garras de hierro negro. No eran mucho peores que sus propias garras, podría decir que son para arrancar las suyas para cortar, lo sabe muy bien. Su espalda revive claramente la sensación de esa osa pisando lo y esas garras aplastando su piel antes de levantarse con esta atrapada. Ser despellejado dolió y solo fue un par de veces. 

Estar de nuevo a merced de esas garras le parecía aterrador. 

Aunque ella no se encuentra pensando en ese episodio de su vida. 

-No vuelvan a hacer eso con nosotros cerca, fue grosero. - lo dice mirando a otro lado.-Dog y tu son bastante egoístas. - acusa y bufa. - Son unos groseros y vulgares. - 

Esas palabras exactas resuenan en su interior. 

-Lo siento. - murmuró temblando levemente.-No era esa la intención-

Bobby sacude la cabeza retirandose. 

-No lo sientes, solo estas avergonzado.- mueve la garra en despedida para seguir con sus rondas.-Yo creo que esta bien, tienen su ventaja. Ninguno de ustedes puede embarazarse.-

Theodore debe respirar profundo y colocar su cabeza contra la pared al avanzar fuera de la habitación. Si algo era verdad era que no se arrepentía de nada, solo estaba pensando en cómo seguir adelante una vez procesara lo que hicieron y cómo debían comportarse, ¿Ahora eran algo diferente a amigos?

¿Que pasaría si descubren que ya no quieren esto? ¿Qué hay después de los amigos? 

-Catnap. - 

Sus pensamientos lentamente dejan de estar perdidos al mirar a un costado. Una humana adulta. 

Grayber. Estaba parada en el pasillo. 

Esa señorita con nombre de comida para bebés. Su niñera. 

La había estado ignorando, algo que decidió por si solo, tomando este encuentro directo como una tarea. Esta era la primera vez que estaban solos desde que regreso con este cuerpo. 

Levanta la pata para saludarla a medias. 

-Catnap… - murmura de nuevo esta joven apartándose de su pata. Aplastando en sus manos una bola de cobijas infantiles. 

Theodore bajo la garra volviendo a colocar las cuatro extremidades en el suelo. Esperando lo que fuera que hiciera esta mujer, paciente observa como ese cuerpo tiembla intentando atrapar algo de aire en sus pulmones. 

-Catnap… Grambel. - pronuncia quedo ese apellido. Estos ojos humanos tan horrorizados están apunto de sangrar, abiertos como dos puntos de luz en la carretera. 

Theodore sintió como su sangre se enfrió de golpe. Esa mirada de reconocimiento y horror, rabia tan potente como para hacer que el mundo duela una y otra vez. 

-Eres tu, niño. - apunta y asegura lo que parece no desear aceptar. 

Las orejas de Catnap responden con una sacudida hacia atras. Asintiendo con un paso adelante. 

Grayber cubre su boca con las manos horrorizada por esa respuesta. Retrocede sin mirar las cobijas qué dejó caer de sus brazos. 

-¿Theodore Grambel?- repite su incógnita bajo sus manos. 

El gato inclina la cabeza asintiendo. 

-Hola, Grayber. -la saluda con esa gran voz rasposa. 

Grayber se cubre los oídos corriendo sin escuchar al felino ni mirarte por segunda vez. Golpeando su hombro con la esquina del pasillo en su huida. 

Theodore le siguió con la mirada. Observando el espacio vacío en el pasillo sin moverse. Derrotado. 

No esperaba que ella se asustara hasta tal punto ni pareciera que perdería parte de su vida solo por escucharle. Otra prueba de que no debía hablar con ella. No debió hacerlo. 

Sobretodo en la casa pulgada de ojos. 

Un sonido tintineante le sobresaltó haciéndole mirar a la parte superior de las paredes. 

Unos ojos de vidrio le miran directamente. Un lindo oso color crema. 

-No se supone que hablemos con los trabajadores.- le recuerda esa regla al gran gigante.-¿No escuchas al lider?- esta voz es de un pequeño peluche pero también se llenaba de fuerza como si fuera un chico mayor. 

Un Bunzo diferente a Jean o Angela. 

-¿Cómo te llamas?- pregunta sin mostrarse intimidado. 

El conejo mueve las orejas, al fin saliendo de detrás del jarrón con flores plásticas. Estas flores las ocultaba al ser amapolas amarillas y no las rojas de siempre. 

-Daniel, un gusto hablar con Catnap.- saluda moviendo las patas juntas. 

La actitud de este conejo cambio muy de golpe. No era confiable. 

-En realidad no hable con ella, ¿O me escuchaste decirle alguna frase completa?- pregunta esperando saber que pensaba este conejo. 

El muñeco amarillo inclina la cabeza y sus orejas con ello. Sas orejas largas rosa el suelo al doblarse ese regordete y suave torso. 

-Tienes razón… Creo que le hablaste tanto como yo. - bromea sabiéndose mudo.-¿Necesitas que haga algo por ti, Catnap?- ofrece sonriendo y se nota por la forma en la que sus ojos se achinan pareciendo una mueca adormilada. 

Theodore siente que algo estaba mal con este juguete… Este chico tiene una personalidad extraña. 

-¿Podrías enviarme a Jean? El Bunzo qué viste de policía. - pidió esto esperando su respuesta. 

Daniel asiente sin decir más, retrocediendo or su escondite. 

Ni con sus buenos oídos pudo seguirle el paso. 

Camina por el pasillo, preguntandose lo que podría ocurrir si alguno de los sonrientes se enteraba de lo sucedido con Grayber. 

Fue su error responderle aunque tenían prohibido hablar con los trabajadores. 

¿Entonces porque DogDay hablaba con ellos a escondidas?

Esto trae al presente aquello que vio hace tiempo tras la Juguetería. Ese incidente fie la razon por la que deseaba tocar a DogDay y saber porque esto era tan extraño. Saber más sobre ese evento y porque tocaba a un adulto. 

¿No estaba ese humano reclamando algo de las manos de Dog?  

Un sobresalto le hace salir de sus cavilaciones. 

Un pedazo de la alfombra se había levantado justo debajo de sus patas. 

-¡Aquí estoy!- saluda ese Bunzo pequeño. Traia purpurina y restos de confeti consigo. - Estaba jugando con los niños del bloque 1, ¿Qué necesitas CatNap?- pregunta ya frente a él. 

Theodore lo atrapó en la garra, no para lastimarlo sino para llevarlo consigo al saltar por la ventana más cercana y subir con las tres patas restantes al techo a base de algunos saltos. 

Este conejo cerró los ojos durante el trayecto, mareado y asustado le observa con una mirada desencajada una vez el gigante lo dejó en el suelo, que consiste de las tejas de Dulce Hogar. 

-¿Estas enojado?- lo cuestiona temblando en las alturas. Una cosa era moverse por si solos y otra en poder de un gigante con el que no habían formado el lazo necesario. 

Kickin era el único que no los asustaba cuando saltaba con más de uno de ellos en hombros o en su mano. Todo por el equilibrio del ave y su capacidad de mantenerlos derechos incluso cuando giran a o saltaba de cabeza, un juego que solo el ave podía jugar. 

Catnap le observa pensando en cómo hacer sus preguntas. 

Mirando por un corto lapso alrededor. Comprobando qué todos los sonrientes estaban en sus lugares designados. Todos menos DogDay que debería estar cerca de la puerta de Dulce Hogar. Desobedeciendo las órdenes por las que se le llamó la atención hace muy poco tiempo. 

-Responde. - ordenó sin tomar atención a su voz.-¿Que es la nomina? ¿Que es lo que vende DogDay?-

Este conejo mueve las orejas pensando en silencio por un minuto entero. 

Esto eriza a Theodore. Preguntándose si este chico estaba pensando en mentir o si estaba arreglando sus ideas de manera coherente. Nunca había interrogado a nadie que no se intmidara solo por su estatura. 

El tiempo que este conejo paso en silencio pareció tomar sentido cuando este decidió al fin hablar. 

-DogDay utiliza a los trabajadores para conseguir dulces, tiempo y comida rica, además de que lo hace a cambio de trabajar como mensajero. - responde por fin. - Los adultos también usan a Kickin y a Bobby, por eso nos guían a llevar a los niños a PlayHouse o la Juguetería, es el único lugar donde los clientes no son llevados. - confesó toda la verdad que le parece conveniente. 

No quería traicionar a los gigantes pero este gato le daba miedo. Era mucho más grande que Kickin o Bobby. Era aterrador. 

No se atrevía a desobedecer pero tampoco diría las cosas más importantes, era como dar la cola de una lagartija y huir con el cuerpo. También ganar su favor era conveniente. Tuvo suerte de ser él, quien necesitaba subir de nivel entre los conejos. 

Un truco para distraer al gatito. Seguir siendo libre de tomar un lado sin arriesgarse con otro. 

Esa es la cola y su huida fue pedir ayuda. No sabía qué más podría decir sin tener consecuencias. 

-Creo que la nómina es la liga de clientes .- miró al gato directamente al despegar sus platillos de su espalda para golpearlo varias veces en un segundo. 

Theodore levanta las orejas curioso por ese movimiento. Descubre la razón de este con el sonido bajo sus patas. Como si un ciempiés corriera bajo sus almohadillas. Observando al suelo conforme ese sonido se mueve hasta la orilla del tejado. 

Tras un lapso de silencio de esa misma zona a la orilla del tejado, se asomo la cabeza amarilla del ave. 

Este le observa por unos segundos mientras espera a que el mismo conejo corra y ruede torpemente a su encuentro. 

-¡Jefe!- chilla una vez lo alcanza y puede aferrarse a las espesas plumas de la cabeza del ave. 

Kickin no puede escucharlo pero Catnap sí, entendiendo que estos animalillos preferían al ave por mucho más que el miedo. Ni Siquiera poder hablar con ellos era suficiente para hacer mella en la lealtad que desarrollaron con Kickin sobre cualquier sonriente. 

-¿Porqué traerías a Bunzo aquí?- pregunta Kickin sin subir ni bajar del techo. 

Theodore mira esos ojos blancos, presintiendo el desfavor del ave. Esto pareció un error. 

De verdad eran mejores con él cuando eran niños o cuando él mismo era humano y ellos no. 

Podría pensar detenidamente en las razones para ello pero su malestar supera su lógica. 

-Preguntas. - 

-Entonces pregúntame a mi, a Bobby o incluso a DogDay. - lo reprende molesto.-No vuelvas a llevarte a Bunzo. Ellos no pueden defenderse como tú o yo, ni pedir ayuda es algo que puedan hacer. - sus plumas parecen más sinceras que sus palabras y se llenaban de su enojo.-A menos que eso sea lo que te parezca conveniente. - murmura esa acusación cargado de resentimiento. 

Theodore erizo su lomo ante eso. 

-No quería a hacerle daño. - aclara mirando al conejo escondido. 

-Entonces deja de ser tan raro. Si quieres saber algo pregunta y no hagas esto. - terminó con eso, sin quedarse por más tiempo se retira llevándose a Bunzo consigo.

Theodore se quedo solo y su cabeza esta llena de reproches. 

Su cola es sincera y se sacude inquieta sobre las tejas. Entre estos movimientos la traba por error con una pieza de cerámica. 

Otro error le desclava y ni sus reflejos lo ayudaron a evitar la caída del pedazo de techo. 

Salta pero su pata solo a rosado la esquina de la piedra, atestiguando con terror como ese pedazo cae directamente sobre un grupo de niñas sentadas en el camino de ladrillos con su juego de comida falsa. 

-No. - exclamó palideciendo y su corazón deteniéndose. Desviando la mirada y como un cobarde encoge la pata temblando. 

Un grito agudo hace que su sangre se vuelva hielo. 

Porqué en realidad a nadie le importa ni un poco ninguno de estos niños ni niñas, solo a ellos. Solo ellos eran su única protección. 

¿Cuál es propósito de su vida si no puede protegerlos de su propia estupidez? 

-¡CatNap!-

Su mirada baja lentamente ante el grito. 

-¿Por qué no bajas a jugar con nosotras?-

Todo está bien. 

La teja de cerámica está en la pezuña de Picky. La cerdita le mira desde abajo y lo llama. 

Las niñas, con algo de polvo en los sombreros de fiesta, también lo llaman. El grito habrá sido por la sprpresa de ser cubiertas por polvo. 

Un gato siempre será bienvenido a una fiesta de té. 

-Baja ya, gatito. - le llama de nuevo Picky. 

Theodore dejo salir el aliento que se trago. Bajando lentamente por el borde de la casa. Usando las ventas y alfeizares para detenerse y hacerlo lo más suave posible. 

Las niñas lo saludan y su bienvenida es un delantal de colibris que apenas le cubre el pecho al sentarse junto a la, ahora, diminuta mesa de té. 

Lo que jugaron y chismearon fue un conjunto de invenciones y discusiones de una realeza imaginaria. Una que apenas entró en su cabeza aún aturdida por lo que casi sucedía por su culpa.

Su pata no puede sostener ninguna pieza de porcelana, solo la empuja y vuelve a observar el mantel. 

-Catnap, ¿Porqué estas triste?-

Levanta la mirada encontrando los curiosos ojos de esta niña. 

Al parecer era de el antiguo grupo 1. Una de las niñas que no fueron llevadas afuera el mismo día que se quemo. 

Seguía aquí con ellos en la fabrica. 

-¿Porqué estas triste?- vuelve a preguntarle ella al ver sus ojos cada vez más espesos por las emociones. Ella misma comenzó a llorar como reflejo. 

Theodore usa una de sus patas para cubrir su rostro, cubriendo lo que creía que la estaba obligando a llorar. Avergonzado por su propia desgracia. 

 

Picky en la misma mesa dejo de observar a la segunda niña al verse también afectada. 

 Observa al gato sobarse la cara con el ddorso de las garras, cubriendo ese rostro indiferente. 

-Los niños saben como nos sentimos mucho mejor que un adulto.- lo dice molesta. - Si no estas bien puedes descansar, para eso es que nos esforzamos en tanto en esta mierda, Theodore. - 

El gato dejó de limpiarse el rostro seco, mirando a la cerdita asustado. 

-Ve a descansar.- mira a la casa.-Yo te cubro, gato apestoso. - movio la pata despidiendole. 

Theodore toma la palabra retirándose lentamente. 

-¿A dónde va Catnap?- 

-¿No se siente bien?- 

-Nuestro gatito estaba triste porque Kickin le rompió su caja de arena. - 

Una risa es suficiente para hacer a Theodore acelerar el paso directamente a PlayHouse. 

Llevando consigo todo ese pesar. 

Los niños lo saludarian pero solo le observan una vez le vieron, para sorpresa por su tamaño, saltar al interior de un túnel arrastrándose sin molestarse en no rasgar el plástico de las esponjas. Llegando a la zona más pequeña y estrecha, donde aun continúa la misma rejilla por la que su papá solia hablarle. 

Sus patas delanteras se aferran al metal sin poder hacer más que estirarse para frotarse en el metal. 

-Porfavor… Por favor… - ruega temblando contra el metal. - Escúchame, estoy aquí. Sigo aquí. - 

Sus garras abren el metal por su fuerza excesiva. 

-Porfavor, papá…- lo llama esperándolo ya sin fuerzas.-No me abandones, por favor, escúchame. Seré bueno. - ruega aterrado por todos sus errores, cada segundo de esta vida aplastando lo poco de alegría que puso guardar en su interior.-¿Que se supone que haga si no estas conmigo?- 

El silencio dolía cada vez más a cada segundo. 

-¿Quieres hablar con Dios ?-

Esa voz es infantil y no una grabadora. Lo hace mirar por encima de su cabeza. 

A los juegos de esponja más altos donde un niño le observa inclinando la cabeza. 

Había roto con su cuerpo el túnel y ahora estaba abierto por arriba. 

Vuelve a mirar a la rejilla. 

-Solo Dios podría escucharte si le gritas a una ventila de aire. - lo apunta con el ceño fruncido. - No puedo creer que le gustes a DogDay cuando eres tan estúpido. - mira al gato de arriba abajo. - Sería mejor yo, si. - murmura de nuevo. 

Theodore se enderezó, terminando con lo que quedaba del tunel. 

-¿DogDay tuyo?- pregunta. Casi alcanzando a ese niño con si nariz oscura. 

El niño levantó las cejas al ser respondida su burla tan sinceramente. 

-¿Si no, de quién?- pregunta de vuelta.-¿De un tarado que habla con las paredes?- lo apunta con cuidado, temiendo por instinto ser mordido. 

Este gran gato estiró el cuello mirándolo. 

-Tu hablas con juguetes. - le recuerda ese punto vergonzoso.- Debes estar loco o muy solo para algo tan raro. - 

El niño le gruñe. Esas pupilas dilatadass mezcladas con esa gran cantidad de adrenalina en las venas le muestra a Theodore qué este niño era un problema. Parecía ser del bloque dos, del mimo bloque qué le refugio al llegar a este lugar. 

El bloque de los enfermos y no los proyectos. Esa enfermedad podría ser algo grave o solo demostrar lo estúpido que era este niño. 

-No es como si no estuvieras vivo. - enfrentándose a 2 cuartos de tonelada de peluche y garras como si fuera un matón cualquiera. 

-¿Lo sabes?- pregunta inclinando la cabeza a un costado.-Entonces deberías entender que no son compatibles. No cuando eres humano.- 

Este niño retrocede al sentir como ese gato se eriza, un sentimiento muy preocupante tener esos ojos de luna pegados a su cuerpo con tantas emociones indescriptible. 

-Si… También sé a lo que nos trajeron. - le sonrió este niño, un reflejo contrario al miedo que comenzaba a embargar su cuerpo. - Si los matan tal vez yo sea Catnap… y DogDay sería mejor que el actual. - se siente satisfecho con sus ideas. 

Theodore vuelve a mirar a la rejilla. Esas palabras venidas por parte de un niño, algo que se supondría debería proteger y no sentirse amenazado por estos, lo confunden y enojan. 

-Estarías loco. - murmura recordando lo que vivió, lo que siguen viviendo.-Estarías completamente loco para querer algo como esto, para hacerle a tu DogDay algo como esto. -

Este niño movió los hombros relajado. 

-O tú eres un cobarde qué sigue hablándole a la pared como si dios fuera a escucharte. - 

-Yo soy quien no quiere escucharte. - 

-Dios tampoco te quiere escuchar a ti.- 

 

 

Theodore no sabe qué hacer ahora, temblando frustrado por este niño. 

Este niño con un suéter idéntico a su propio diseño de mascota. 

¿Era otro de esos niños que creían ser los sonrientes? Se suponía que no usarían a los del bloque 2 ¿Su causa rompió ese rito? 

Observa a este niño buscando en sus recuerdos alguna señal de quién era. No, debía ser nuevo en La guardería. 

Este le sonríe al ver como le observa, levantándose para cubrir los lados de la boca. Algo que parece innecesario por la entrada repentina de un sonriente ansioso. 

-¡¡Catnap está destruyendo los juegos, ayuda!!- 

Theodore giró la cabeza en esa misma dirección. 

Algunos empleados habían llegado por su primer arranque y por delante de ellos DogDay. 

Sus miradas se encuentran. 

El punto final de sus errores este día es la caída de la zona donde descansaba sus patas ante su peso demasiado concentrado, destrozando el suelo y rompiendo las redes bajo sus garras. 

Ese perro se adelantó a levantarlo. Abrazado al gato por un impulso. 

Algo levao por un murmullo en su corazón. 

-Lo lamento, Theodore, lo siento. - murmura pegandolo a su cuerpo. 

 

Este felino necesita aferrarse a su espalda, temblando. 

Temblando hasta la médula. 

-Estoy muy asustado, no se que estoy haciendo. No se donde estoy, no lo entiendo.- 

 

 

 

 

Notes:

Closer de Nine Inch Nails, espero que recuerden que esa es la canción de los trabajadores para los Smiling Critters. Sin importar cuanto pase.

Gracias por leer.

Chapter 51

Notes:

Hola a todos.

El amor para algunos es muy complicado.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

El túnel tardaría un mes en ser reconstruido. 

No castigaron a CatNap con más que una mirada solo por una razón muy estúpida. 

Propaganda planeada desde hace algunos meses. 

Dinero. 

Pasaron algunos días entre cámaras de televisión y algunas visitas “Prodigosas”

Esto los lleva al presente y fin de toda esa algarabía. 

 

 

 

-¡Vamos amiga, estoy aquí!– grita y mueve la mano para que la coneja deje de mirar al techo en vez de la cámara. 

Fotografías con periodistas. Solo por eso no los encerraron nada más terminarlo esas fiestas de anuncios y ventas. 

No solo Hoppy. Todos estaban tratando de seguir el ritmo de los camarógrafos qué se metieron a La Guardería. A tomarles estas tontas fotografías junto a algunos niños seleccionados por su aspecto tierno. Bastante cansados al haber sido sacados de la cama en medio de la noche para estasesion de fotos. 

Catnap sostiene en su pata una pieza de madera con forma de dado, aprendiendo a manipular objetos con sus patas regordetas y sin todos los huesos de una mano humana, observando a los trabajadores de lejos discutir sobre sus uniformes y como se veían en foco. 

-Son un montón de come mierda. – escupe Picky bastante enojada por llevar dos horas parada en el mismo lugar. 

Theodore la voltea a ver desconcertado por el repentino y nuevo insulto soltado por la cerdita. 

Picky descubre su mirada y decide darle algunas respuestas. 

-Digo… tu y yo ni nos hablamos pero ahora debo posar a tu lado, ¿Sería divertido esto en otra situación?- gruñe apretando en sus manos el borde del mandil qué le dieron para posar. – Sería divertido si a mi novio no lo estuvieran besando en mi puta cara. – 

Theodore supera tantos insultos seguidos, y aunque no eran para él aún se sintió herido, volviendo a mirar a la carpa donde tienen a Kickin y Bubba desde hace algún tiempo. 

Los trataban como si fueran trabajadores, no otra cosa y el secretismo es compartido por los trabajadores que acompaña a ese mal entendido. 

-Por favor, hermano. ¿Sabes lo que es un beso? Solo garra al pollo y dale un beso.– 

Ambos chicos se miran y parecen bastante incómodos. Esas sonrisas no ayudan a su incomodidad. 

Theodore mira los juguetes a su alrededor, apretando en su garra ese dado. 

-Quiero que esto termine pero no dejan de pedir estupideces. – 

Ese murmullo por parte de Picky lo comparte. Y su incomodidad pasa a hacerle mirar al perro a su lado. 

DogDay observa al par en la carpa con el fondo de esa caricatura insípida y bastante incómodos. 

Bobby se acerca al pequeño grupo, abrazando con más fuerza las flores de plástico en sus brazos. 

-No nos dejaran en paz hasta que hagan las fotos que quieren.– le apunta a DogDay. 

-¿Y a ti porque no te han tomado tantas fotos como a nosotros?- pregunta Crafty al perro.-Llevas toda la tarde aquí aplastado y es un tanto molesto. ¿No se pelean por tu atención los niños de Dulce Hogar?- acusa y lo golpea con la punta de su pezuña. 

Este perro mueve los hombros una vez agarró su pata en el aire. 

-No soy tan popular como Kickin o Bubba. – mira a sus amigos en ese lugar aún muy tensos y casi suficientemente estresados como para tirar pelo y plumas.-Deben ser muy queridos por los niños fuera de aquí. - sacudió la pata de Crafty como si la saludara. 

Crafty trastabilla doblando las patas para no caer, siendo atrapada por el perro en un abrazo.

-Asco, suéltame cursi perro cojonudo. - se revuelve en el abrazo. 

Dog acaricia su cabeza un poco antes de dejarla ir. 

Picky ignora el intercambio del para a su lado. También a Theodore fijándose en ellos con un interés indisimulado. 

-Entonces deberían dejarnos ir. – Picky está más enojada conforme pasan los minutos y su mal humor se mezcla con la impotencia de solo poder observar como es presionado Bubba por estas personas.-Si nos amarán nos ayudarían a salir de aquí.-

-No puedes ayudar a alguien que no te dice que lo necesita. - 

No solo lo dijo. Su mirada había llegado como un reflejo al gato. 

Theodore desvío el rostro a un lado. Sus orejas se agacharon aturdido por esos ojos pesados como rocas. El mensaje llego, era para más de uno pero llegó. 

 

Hoppy en la segunda carpa intenta no ver al lente pero cada vez es más difícil, saltando o parada sobre sus manos le insta a mirar al cristal. Cada vez es más difícil no hundirse en el miedo que le empieza a ocasionar verse una y otra vez en ese reflejo. Temía ver a Misery de nuevo. 

Afrontar a la niña que fue antes de este infierno. Dar la cara a su fracaso. A esa cara llena de furia por sus errores. Insatisfecha con su presente y como a caído, dejado a todos solos porque ya no es capaz de hablar con las personas como cuando era niña. 

En su propio predicamento Kickin cada vez está más alterado y sus ojos buscan una forma de salir de este problema, esquivando el toque más nervioso del elefante. No odia a Bubba pero el contacto físico con él no era cómodo, no le gustaba en ningún sentido. Ese mismo malestar estaba creciendo exponencialmente y era doloroso. 

Bubba puede sentir cuánto a Kickin le molesta ser tocado y él tampoco lo deseaba. Temblando conforme sus ojos se llenan de bruma. Buscando por impulso y error a Picky. 

La cerdita descubre el pedido de ayuda de su pareja y su pelaje se eriza furiosa. 

Theodore alcanzó a quitar su cola antes de que ella la pisara al adelantarse. 

-No, idiota. – la detuvo Crafty subiendo sobre ella al notar como estaba dispuesta a montar una muy roja escena.-No llames la atención, joder. – gruñe sobre su cabeza. 

Picky lucha intentando sacarla de encima a base de fuerza. 

-Vas a llamar la atención. – la regaña Bobby. 

-Solo es un beso, no les pasará nada. – Crafty por su parte, veía esa resistencia como una estupidez.-CatNap y tu bailaron muy bien. – lo apunta sabiendo que en realidad fue solo sentar al gato y chocar sus patas con las pezuñas. 

-No es lo mismo, este pulgoso me da tanto miedo como una mierda. – murmura aiun intentando levantarse. 

El gato en cuestión suspira volteando el rostro , aun le dolía el corte de sus almohadillas. Mirando al fin al perro.  

DogDay lo ha estado observando, no se había detenido y era exigente.

Dicho descubrimiento lo hace sobresaltarse y mirar de nuevo al césped. 

Con este ya serían cinco días en los que no se acerca a hablar con DogDay ni le dirige más que un par de miradas, ocultándose y evitandolo gracias a la recién construida amistad con Picky. 

Amistad más demandante que cualquier otra que experimentar con anterioridad, Picky era difícil de entender pero servía como compañía. No era como Gustav y su usual queja de todo, ni como los hermanos con cuentos turbios de una guerra y soldados. Hasta Susan, y casi no era amistosa con Theodore, era mucho más amable y pudorosa cuando le hablaba de cualquier cosa. 

Picky era Carl, era grosera pero mucho más lista. 

Sin mirarlo aún escucha al perro responder a las chicas. 

-Dejen de pelear, llamaran la atencion. – apunta DogDay.-No es conveniente ahora mismo. - 

-Pues Bubba y Kickin no son mejores que una piedra para el contacto físico y eso sí llama la atecion. – 

Tenía que ser Picky la que completará la queja de Crafty. 

-Son mierda, son un par de mierditas tímidas.- acusa desde el suelo Picky. 

No hay como negarlo. 

 

Más allá un camarógrafos oculta a medias la cámara qué dirige al grupo apiñado en una bola que parece chismear y reírse de los dos en el escenario. Incluso Catnap parece estar riéndose al mirar al escenario, a sus compañeros y al pasto. 

Eran lindos. Aterradores pero bonitos. 

 

 

Picky está ansiosa por cuanto podría molestarle a los humanos que la reticencia de Bubba retrasara las tomas y los lastimara como un llamado de atención al volver a la celda.

- Por Favor, ve a ayudarles. – lo pidió deteniendo su lucha. 

DogDay suspira. Sabía que debía intervenir pero esperaba no tener que hacerlo frente a Theodore. Aunque Theodore lleva días evitándolo.

No podían arreglar algo que Theodore no le permite ni saber que fue.

Atuar como un payaso ahora que su relación con Theodore era tan extraña lo hacía sentir tan molesto como cuando decidió no decirle su nombre cuando se conocieron. Lo avergonzaba tanto que su cola lo delata cayendo sin ánimos. 

Humillante. 

– No soy popular allá afuera. – suspiró levantándose del suelo. – Esto será vergonzoso. – sacude los brazos al decidirse. 

Las tres le miran ir de nuevo a la carpeta, donde antes lo mandaron lejos por su poca demanda, poniéndose a un lado del camarógrafo. Comunicándose con este al acuclillarse a medias para murmurar algo al oído del fotógrafo. 

Este parece escuchar algo que lo hace mirar al perro con un rostro anonadado. Cubriendose el oído qué fue víctima del susurro. 

Theodore sintió sus garras tensarse y no solo fue un sentimiento, Crafty dejó de mirar al lugar ante el montón de césped cintetico ue esas garras hicieron volar de un momento a otro, ante la espina que le llegó al pecho. Preguntándose Theodore si eso que vio fue un sonrojo o si solo estaba asustado. 

Crafty guardo la burla para su propia diversión. 

-¿Qué le dijo?- Pregunta Bobby al no poder escuchar. 

Crafty deja salir algunas risitas y no duda en molestar más al gatito. 

-Seguro algo cochino. – murmuró moviendo la pezuña como cola de serpiente.-Algo sobre sus piernas, ya sabemos que a Dog le encanta coquetear con las personas de piernas largas. - 

-Como las tuyas. - apunta Picky queriendo que se calle. 

Crafty bajo la pezuña y su humor decayó después de ser avergonzada.

Bobby cubre sus ojos a medias sin dejar de mirar aún curiosa. Eso no ayudó a la imagen del perro. 

Son ajenas a cómo afecta al cuarto en el grupo. THEODORE. Es el gato quién mira a las tres, que ya no pelean, y al perro en el escenario. Moviendo nervioso sus orejas y cola. Confuso con su presente y su pasado, con ese niño que insistía en tocarlo de los tobillos a las pantorrillas o acariciarlo a cada oportunidad. ¿Qué carajos estaban haciendo? ¿Porqque no se sintió raro en ese tiempo?

 Bueno. Si era raro y se recordaba evitando a veces esas caricias o empujándolo pero después él mismo lo enredaba dentro de su cobija para esconderse dentro y ahí… 

Jugaban con un gameboy que apenas se veía fuera de las sombras. Chocando sus frentes o mejillas entre las partidas y esa n

-¡Oh! … - exclamó dejando caer pelo de su lomo. ¡¿Estuvieron coqueteando todo ese tiempo?! ¿Eso es coquetear?  

 

Ese perro, ignorante de la crisis que el gatito estaba teniendo, se subió al escenario. DogDay una vez más muestra lo desvergonzado y seguro que era sin importarle si nadie lo quería en el lugar. 

-No creo que vaya a bailar. – apunta Picky.

Theodore hubiera querido que bailará. 

No. 

Lo que paso fue más como una escena de teatro donde DogDay de golpe levantó en brazos a Kickin para girar con él y darle algo que parecía un beso por la posición donde lo obligó a doblar la espalda hacia abajo. Dejándolo ir con un giro para ir por Hoppy, repitiendo el giro justo cuando ella estaba poniéndose de pie. 

El gato se eriza poniéndose de pie en sus cuatro patas. 

Ese perro a levantado por la cadera al conejo para girar y lanzarla arriba. 

-¡Tómalo, tómalo, no lo dejes ir!- grita el jefe de cámaras tratando de seguir a la coneja con la cámara. 

Hoppy en alto giro antes de volver a caer con gracia, llevándo al ave en brazos frente a la cámara. Ambos giran contentos por estar juntos de nuevo. 

Bubba en el lugar mira alrededor buscando algo o una señal de que hacer. La señal es sutil como un un camión que destroza una motocicleta muy delicadamente contra el asfalto de la carretera. 

Es ser golpeado por el abrazo de Picky y su rostro chocar con el rosa, imitando un beso por la posición. 

-A que te quedas con hambre de mas. – murmura aferrada a Bubba. 

El elefante suavemente la rodea por la cintura. Murmurando entre el estrés y la alegría de tenerla cerca de nuevo. 

-Sabes que estoy muriendo por tu sabor.– 

Picky corresponde sus palabras con un abrazo tan junto como para perderse. 

Ambos giran al unísono sin mirar ni importarles tirar el escenario por el gran tamaño de ambos.

Crafty decidió unirse empujando a Bobby al escenario. 

En un segundo los siete hicieron un desastre en el set. Saltando juntos o rodando frente al lente. 

Reproduciendo el audio grabado de sus presentaciones en vez de sus voces. 

El perro se quedó en el frente levantando los brazos para la cámara, igual a un maestro de ceremonias. Logrando que el camarógrafo lo tome les muestra esa sonrisa falsa al cristal. Rompiendo con la última regla que había que romper respecto a trabajadores venidos del exterior. 

-¿Qué es lo que somos? ¿No somos juguetes, no somos hechos para jugar? ¡Hay que jugar!-  

Este humano grita al ser atrapado en brazos y subido a hombros del gigante para recorrer una pequeña distancia. 

Podrían reconocerlo como alguien sin instintos de supervivencia o muy estúpido, lo que sea tendría sentido sobre este camarografo. Se ha decidido a tomar las fotografías necesarias desde arriba. Capturando mejor a las criaturas que antes. Desde sus expresiones faciales a sus movimientos calculados en esa travesura más fiel al caos de las primeras temporadas de su serie. 

 

Theodore no sabe que hacer. Caminando hacia el lugar en el que se quedó la carpa desairada se acuesta mirando a la cámara que es llevada por el empleado en poder de DogDay.

 Estaba nervioso. 

Aunque hoy aprende algo nuevo. 

Solo Hoppy con Kickin saben protegerse de las caídas. El ave calcula cuando ella salta donde aterriza y se mueve o la recibe sin importarle su peso. Eso, al menos para Theodore, responde la incógnita de la razon para ese tamaño inferior al resto del grupo sonriente:

Chiken Kickin fue armado pensando en ser la base de aterrizaje de Hoppy Hopscotch. Igual que un cohete con su tren, era de acero comprimido para su resistencia independientemente de su posición actual. Sin importar si está de lado en un muro o desde arriba. Las garras de Kickin lo ayudarán a mantener al cohete en movimiento y su velocidad unida a su estatura inferior le da una ventana de movimiento mucho mayor a la coneja. 

-¿No es perfecto para matar a Mommy?- murmura esa posibilidad.

Los humanos estaban creando enemigos naturales para otros experimentos. Como Boxy y la imposibilidad de Huggy para matarlo a causa de sus extremidades elásticas qué podrían comprimirse y destruir su dentadura.

DogDay era el líder pero cualquiera de estos miembros de su equipo podrían matarlo si se descuidara.

-No.- sacude la cabeza sacando esas ideas de su cabeza.

¿No era más posible que lo mataran a él? Desde hace tiempo le quedó claro que a ellos no les agradaba. Además… Dentro de esta idea suya existía una guinarla que lo empujaba a sentirse mal consigo mismo. 

¿No era él capaz de matarlos también? ¿No significa que fue hecho para lastimar a los sonrientes? 

Para acabar con otros experimentos se crean experimentos y es divertido para estas personas hacerles esto. 

-Saluda Catnap.– 

El pedido es escuchado y volvió a mirar en dirección del humano. 

Encontrando esos ojos de plata directamente. 

La fotografía se llevó sus emociones. Su miedo, sus celos, su culpa, sus anhelos, sus temores y toda esa desesperación que lo estaba matando. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

                                                                           

              Esa que guardas en tus sueños de amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No siento las patas. – 

Esa queja es de Crafty. Criatura que tuvo que enfrentarse a los saltos qué ella misma deseaba dar durante las fotos. 

-La belleza suele doler. –

-Con razón a Hoppy nunca le duele nada útil . – 

La coneja , la cual siente las patas arder después de tantos días saltando para divertir a desconocidos, levanta la mirada desde el suelo bastante ofendida. 

-No estoy de humor para ti, Crafty. – le advierte ese hecho bastante molesta por su burla. 

Bubba en su esquina deja salir vaho, había sido agotador en muchas formas. 

Esas fotografías habían costado su noche de descanso y ni hablar de dejarlos descansar al terminar. Los habían dejado continuar en servicio como si todo eso hubiera sido una noche de sueño. Obligándolos a pasar esas 39 horas activos sin un descanso más allá de las tres horas repartidas que podían usar cada uno para descansar. 

Benditas flores de papel. 

Deberían estar más muertos pero la costumbre les da fuerzas para decidir descansar en vez de pelearse como deseaban sus nervios alterados. 

-Solo vayan a dormir. – les ordena Bubba al acomodarse de costado. 

Picky lo quiere mucho pero no podía imaginarse dormir a su lado después de verle la cara todo el día, tomando la decisión de dormir en el grupo conformado por las chicas en una esquina apartada de la zona de Bubba, DogDay y Kickin. 

Catnap no se sentía a gusta cerca de ninguno, no con tantas cosas rodando por su cabeza, decide tomar un lugar apartado pero en la misma pared que las chicas, doblando su cuerpo en un ovillo. 

Habían pasado tantas cosas en este tiempo. 

Estaba agotado, ya no quería seguir adelante. 

Solo deseaba desconectarse y fingir que en realidad si murió. 

Lograr conciliar el sueño. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Dios es el creador de todo pero también lo destruye, por eso ocasionó el diluvio cuando los malos eran más y los buenos casi morían. – 

El niño mira a los dibujos de ese libro. Delineado con su dedo el contorno de las ovejas caminando a los pies de los leones en esa barca. Más su atención fue llamada por los ruegos de un mujer con su bebé ya con el agua en la cintura y empujada hacia abajo por un hombre que golpeaba al barco de madera con rostro de terror dibujado a color. Podía sentir cuanto estaban sufriendo esas personas con el agua en sus cuerpos. 

Su duda es exteriorizada para preguntar a la anciana que le muestra el libro que nombró biblia. 

-Los malos… Si Dios es tan grande, ¿Porqué no podía enseñarles a ser buenos de nuevo?- pregunta apuntando a las personas que estaban apunto de morir ahogados por las olas.-Si es tan grande debería poder ayudarlos. - 

La anciana deja de sonreír, mirándole directamente con esos ojos empañado por las cataratas y el tiempo. 

-Porque son como tu mamá y tú. – le apunta. – Son malos y sucios. Eran prostitutas y homosexuales, pecadores y herejes.- apunta el libro. – La biblia dice que los niños como tú , con madres sucias, deberían arder en el infierno al que pertenecen. – 

El niño siente, más que escuchar, esas palabras. El gran odio de la mujer por el y su mamá. Aferrándose a lo que entendía como un dios en la boca de su madre intentó defenderse. 

-Si dios es tan grande debería querernos.- murmura herido por lo difícil que es darse a entender. 

Esta anciana le quita el libro de las manos, limpiandolo con su chal. 

-Pues este es mi dios.- murmura tras sacudir su prenda. - Este Dios aborrece el pecado. Te aborrece a ti y a tu mamá.- dictamina su verdad dejándolo en la sala para ir a la cocina con el libro. 

El niño se queda en el suelo observando de nuevo a la pantalla en blanco negro. Si una persona a la que su mamá pagó por cuidarlo le hablaba así… Talvez tenía razón. 

No eran amados por dios. No sabía que era eso que tanto hacía enojara a las personas de su mamá, no lo entendía. No podía comprender Porqque a donde fueran eran odiados y porque insistía en ue era un niño sucio. 

No podía entenderlo. No habia forma que tuviera sentido, o si. Era solo eso. 

-No hay un Dios para nosotros. – suspira esa verdad recién descubierta. Con su mirada fija en la pantalla gris. 

Sin un dios que los amara serían odiados y heridos yna y otra vez. Porque no había dios, no habia amor en la vida para ellos. 

 De la radio en la cocina escapa la melodía de una canción antigua. Algo de ese jaz americano qué le gustaba. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos recuerdos son interrumpidos por un toque sobre su nariz. Uno suave que lo hace buscarlo antes de abrir los ojos. 

Levantando la mirada sin moverse una vez entiende que ha vuelto al presente de carne y plástico. Su sueño es un eco al ver esa figura naranja frente a él. ¿Y si su amigo y tampoco tenía un dios que lo amara y por eso estaban juntos ahora?

Todos en este lugar buscaban a dios o… Dios los trajo a su encuentro. 

¿No significaría qué un acto e amor de Dios fue ponerle a su amigo en el camino? ¿Es amor su primer acto de presencia? 

 ¿Fue buscar a papá lo que lo hizo llegar a él?

-Dios  estuvo aquí todo el tiempo. - susurra esa verdad explotando dentro de su mente. 

-¿Dios?- responde su perro.-Puede ser. - acaricia el pelaje púrpura pesaroso. 

-El siempre estuvo aquí. - repite su nueva realidad airoso, feliz. 

El perro le observa de vuelta, apartando su mano con un aspecto decaído.  No deseaba hacerle esto a Theodore, desearía compartir su alegría pero debía avisarle. Prepararlo. 

-Theodore, debes levantarte. - le informa avergonzado por la situación, derrotado por no poder hacer más que prepararlo. - Nos harán algo malo. – murmura avisándole a Theodore. Tomó en su mano esa mandíbula para llevarlo a un espacio apartado. 

Theodore levantó el cuerpo siguiéndolo. Mira a su espalda. Bubba ya estaba de pie y nervioso en un espacio apartado.

No se trataba de algo como saber de antemano lo que sería el siguiente experimento. Se trata de ese instinto creado y perfeccionado por el tiempo dentro de estos muros. A merced de los científicos y trabajadores que toman cada cierto tiempo una semana o mes para atormentarlos. 

DogDay aspira la rabia, toda la furiosa impotencia que le llena al tener que seguir más tiempo y llegar con Theodore a esta situación. Estaba cansado de permitir que esto suceda, que puedan torturarlos con tal desfachatez.

Era incapaz de hacer algo, atrapados pero aun existiendo esa voz en su cabeza que le insiste en hacer algo en esforzarse y mandar todo al diablo. 

Proteger a Bobby, a Bubba y a Theodore ahora. Cansado de no poder hacer nada contra estos muros y sus dueños. Contra los enfermos al poder. Las cosas que han preparado aún no están completas y no puede hacer nada hasta convencer a las otras criaturas y sacar a los niños. Todo era desastre. 

Sin atreverse a hablar más con Theodore. Sintiéndose hipócrita por todo el amor que le profesa al gatito y no puede ser menos inútil para protegerlo. 

Theodore puede sentir su pesar pero no sabe que hacer más que obedecer y quedarse donde le pidió. Pensando en las coincidencias que lo trajeron a este día. 

A la voluntad de Dios. 

 

 

 

 

Guardando juntos unos minutos de silencio qué fue regalado al resto como descanso antes de la tormenta. 

 

 

 

 

Suficiente tiempo para que la alarma de un nuevo día resuene y obligue al grupo entero a despertar de su sueño poco reparador. 

El problema comenzó después de unos minutos sin que se apagará o entrara algún humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este ruido se extendió por horas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Días. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡¡Los quiero a todos separados!!! – 

La orden fue acompañada por un empujón violento por parte del perro. 

Incluso Theodore fue llevado de nuevo a un espacio aparte. 

Lo que haya dicho el líder quedó por partes por culpa de la distancia y el ruido. 

-… nadie busque pelea… cerca… escuchen…no se miren. – 

Les marco círculos a cada uno, colocándolos a una distancia considerable del otro. 

Por solo un segundo la mirada de DogDay choca con Theodore. 

El gato no podía ocultar el miedo que lo invade conforme este dolor de cabeza lo superaba. No de la mirada del perro. 

-Lo siento. Lo siento mucho.– 

No pudieron decirse nada después de eso. 

El perro se retiró al último espacio en la gran celda. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este tiempo fue tragado por esa alarma. 

Sonido que los atormenta sin permitirles ni hablar ni dormir. 

 

 

 

 

 

Lentamente el estrés acaba con los más susceptibles. 

 

 

 

 

-Kickin, basta, vamos. – 

Theodore cubre sus orejas en el suelo, mirando a la coneja pelear con el ave que esta apunto de arrancarse los tímpanos o las plumas, lo que fuera que pareciera que le ayudaría a dejar de escuchar ese ruido. La misma coneja ya cometió la locura de destrozarse las orejas y cubrirse con su propia sangre. 

Theodore se vuelve un ovillo apretando cada extremidad sobre su estómago. El ruido ya estaba hasta en sus huesos. Busca al perro pero hace rato que lo perdió. 

Podría moverse pero la adrenalina y las ganas de llorar se han mezclado y la última orden del mismo líder fue mantenerse separados y no tocarse a menos que fuera necesario. 

No lo entendía al inicio. Entonces rompió la orden de DogDay, buscando al resto con su mirada perdida. 

Hace dos días Bubba soltó un golpe capaz de destrozar el concreto justo a un lado de su propia cabeza. 

Picky a comenzado a gritar y golpear al suelo con las pezuñas al igual que Bobby para escapar del ruido ha destrozado el suelo de sus espacio a base de arañazos para llevarse la tierra mezclada con sangre a los oídos. 

Lloraban o gritaban, arrancándoselo el pelo con las garras o a mordidas como Crafty qué escupió el metal de su boca y los dientes deformes del interior usa para morderse.

Repartidos por la celda intentando no salir de los círculos marcados por el líder para protegerse y a los otros en un último acto de cordura. 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore de alguna forma se unió al coro de gritos, descubriéndolo cuando su garganta dejó salir el sabor de la sangre y al fin sus garras dejaron de cortar solo los costados de su cabeza y el dolor llegó a sus ojos. Mira al techo entre la sangre acumulada y las rendija de luz dejadas por la sangre que las marcas de sangre salpicada por las sacudidas de Crafty llegaran a las lámparas.

Buscando respuesta para lo que estaba sucediendo. Una razón. 

El ruido no paraba y cada vez era más doloroso. 

Tomando una decisión arrastra su cuerpo con las cuatro patas pegadas al piso. 

Busca al perro en la zona L. 

No le gusta para nada encontrarlo. 

Habia olvidado que DogDay era eso, un perro. 

Incluso sus oídos eran como los de un perro. 

Ocasionando que esté haya dejado pedazos de su cabeza en los muros donde ha golpeado su cabeza intentando callar el sonido. 

No pueden hablar. No cuando el perro se arrancó parte del cráneo a base de golpes de sus propios puños. 

Solo sube a sus piernas, esperando quedarse con él lo que durará de esta locura. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al parecer en algún momento la alarma se detuvo. 

Sin hablar reaccionan entre pasmos a ese silencio. 

Theodore al fin levanta la cabeza de el pecho del perro, donde se habia refugiado, escuchando el corazón acelerado dentro de ese cuerpo. 

No hay nada que decirse. Comparten una mirada juntos en esa media luz.

El descanso logra relajar a los sonrientes repartidos por la celda y recuperar su compostura lo mejor posible. 

No podían hacer más que acomodarse de otra manera. Revisando sus heridas con el dolor contenido en su interior. 

-Me duele. – suspira sollozando en seco. - Me duele mucho. Mamá, me duele mucho.- 

El eco de la voz de Bobby los llena. 

La celda de concreto blanco estaba cubierta de sangre seca y pedazos destrozados por parte de más de uno. 

Theodore comprueba su propio estado al mirar sus patas sucias por la sangre que piso para llegar con DogDay, entre ello estaba el pelo del perro y más de uno de los presentes. 

Suspira volviendo a su lugar recostado sobre el perro. 

 

DogDay observa a las paredes buscando esas bocinas para destrozarlas. 

No hay ninguna. 

No hay bocinas sobre su cabezas, no enteras. Alguno debio destrozarlas. No sabe si fue él o cualquier otro. 

-¿De dónde viene ese ruido?- pregunta tocando las ucias orejas de Theodore. El gato estaba encima suyo, acostado en sus piernas y con las garras enterradas en su espalda. Duele, un gatito de uñas largas era lindo pero también dolia. 

También le sirvió para distraerse y pensar un poco en lo que sucedía. 

Todos lo escuchaban claramente. Desde Hoppy a Crafty, la de peor oído… 

-Debo hacer algo. – avisa a Theodore para levantarse. 

Este gato negó sin moverse, reteniendolo en su abrazo ansioso. 

DogDay acarició su cuello. 

-No puedo quedarme aquí.- lo advierte suavemente. – Soy el líder, debo encontrar la forma de ayudarnos. – 

-No puedes hacer nada, nada.- murmura sin moverse. – Solo descansa, solo déjalos. Solo hasta que estés bien. – 

DogDay tomó su oreja entre los dedos.

-No, levántate. No hay tiempo. – fue severo y firme. 

-Por favor, quédate conmigo. – lo suplico en toda la palabras, deseando tenerlo para él.-Descansa conmigo, porfavor. - 

-No puedo, no está en mis capacidades ignorar a mis amigos, Catnap.– 

Theodore ya no sintió enojo por ese nombre. Era a pura tristeza la que sintió atravesar lo cuando DogDay lo llamo con ese nombre de mascota. 

-Theodore…yo tampoco quiero dejarte. – admite su propio egoismo.-Quiero estar contigo, lo juro. Solo quiero estar contigo.-

Esto era confuso pero más al sentirlo levantarse. 

-Quiero quedarme contigo, solo quiero estar contigo pero no podemos, debo hacer mi trabajo y tú también. - sacudio su lomo púrpura quitándole el polvo que podía. - Si no fuera así no te gustaría, ¿Verdad?- 

Theodore no lo sabe. Cuál era su trabajo, no lo sabe. Solo sabe que sa era la verdad. 

Amaba esa valentía, esa loca decisión. Le daba fuerzas. 

También la odiaba, lo celaba resentido, cuanto DogDay procuraba a sus amigos y no solo a él. Theodore es amado pero no llegó primero y no es lo único que DogDay ame de su vida. 

Como la verdad que no debe ignorar aprieta en sus puños la rabia por saberse egoísta. Débil. 

Necesita su compañía, su presencia. 

Su mirada sigue al perro caminando por la celda tocando la pared, lo sigue con el torso pegado al suelo y esquivando a sus compañeros que tiemblan en el suelo apenas sanando las heridas autoinfligidas. 

-Bubba. – llama severo al elefante. Sin darle oportunidad de resistirse a la orden. 

Theodore le busca en el polvo que lo cubre al intentar librarse, con esas piedras, del ruido. 

-¿Que?- responde mucho menos amable de lo normal y más importante, con su voz adulta que sacude los huesos. 

-¿Quién fue el primero en enloquecer?- pregunta apuntando a los círculos en el suelo. 

Bubba mira al grupo aun desconectado. 

-Tú. – 

DogDay toco su cabeza con ambas manos. Pensando su cabeza se mueve y asiente. 

-Rompe mi cráneo y revisa. – 

Theodore esperaba que Bubba se negara pero en cambio lo ve a caminar hacia el perro con la pata levantada listo para aplastarlo.

El miedo respondió antes que cualquier atisbo de sentido común. 

-¡No!- grita empujando al elefante al suelo con las patas delanteras. 

DogDay lo atrapó por el cuello tirándolo a un lado con el uso de todo su cuerpo en un látigo, eso dolió. 

También debió doler cuando la cerdita salto desde el suelo para golpear al perro con las pezuñas. 

Ahora Theodore puede entender que su objetivo era él mismo y no el perro por la forma en la que forcejean y esa chica intenta alcanzarlo y soltarse del perro. 

-¡¡Siempre es por ti que todo empeora !! ¡¡¿De que infierno te escapaste?!! ¡¡Maldito demonio mal agüero!!- 

-Eso no es verdad, Picky. – lo niega en un murmullo DogDay.-No trates así a Theodore-

Picky al fin dejo de pelear para dar un paso atrás con sus gritos. 

-¡Se llama CatNap! ¡Es el maldito CatNap! ¡¡Ese mocoso se murió, igual que todos nosotros!!- lo apuntó con un rugido. - ¡Theodore esta muerto, idiota!- 

DogDay la sujeto está vez por los hombros de teniéndola le hace mirale directamente. 

-Ve a la esquina hasta que te des cuenta de lo que estas diciendo. – ordena soltandola tras decirle eso con voz ronca. 

Picky sacudió la cabeza, retirandose tras mirar por última vez al gato.

Ese gatito le mira una vez para poner atención al perro que lo ha tomado por las mejillas. 

-Theodore, debemos saber lo que ocurre. No tengas miedo. – lo murmura acariciándolo. – No temas. Todo lo que hacemos tiene una razón, incluso si es confusa debes esperar a ver las consecuencias de lo que haremos. - 

-¿Qué tiene que ver eso con abrirte la cabeza?- reta cansado de todo lo que significa que sea el líder este perro.

DogDay apunta a su cabeza apenas cerrada. 

-Debe ser algo en nuestros cuerpos, no hay ningúna bocina en las paredes. – 

Intenta duscutirle y evitar que se haga más daño. 

-También podría ser el suelo. – razona y mira al piso sucio. 

El perro toca sus orejas. La opción no la había puesto antes en sus posibilidades, daba por hecho que estaba en su cabeza por la intervención más antigua. 

El segundo interrumpe. 

-Se escuchaba por encima de nuestros pies y no vibraban las paredes. – 

Bubba al fin se puso de pie, cansado se acercó a los dos. Sin quejarse por los rasgos de Theodore más se interpuso a medias entre perro y gato. 

El perro levantó las cejas confundido por la pata del elefante puesta entre Theodore y él. 

-No busques respuestas en Theodore, el no lleva casi nada con ese cuerpo. – lo remarca mirando al gato. 

El mismo gatito retrocede observandolos. 

-Tiene un punto.- murmura el felino suspirando. Sus ojos caen al suelo donde las manchas de sangre y pelo son pisadas por ellos. 

-No había vibraciones más allá de nosotros mismos, escúchame. No lo estoy atacando. – Bubba se puso entre los dos.-Mira alrededor, es un desastre. Si quieres arreglarlo antes de que lo repitan, debemos saber que ocurre ahí arriba. – 

A parecer Dog no estaba tan perdido como parecía y lo demuestra al reprimir el malestar anterior. 

-Bien. – junto las manos tras la espalda.-Theodore, vuelve a tu lugar. – 

El gato los miro por unos segundos antes de dirigirse a ese espacio apartado. Ese lugar de DogDay, donde su mirada los sigue y lo espera silenciosamente.

Kickin remplaza su presencia, arrastrando una pierna y su brazo ya sin plumas. 

-Sigue siendo un chico extraño. - murmura frente a los dos. – Abre mi cabeza, será mejor que sacar a DogDay de circulación. Necesitamos que los dos piensen en algo si esto no sale bien.– 

-Te dolerá mucho. – le apunta Bubba. – No se si sea tan controlado como con DogDay. – 

-Es porque soy bajo, ¿Verdad?- gruñe mirando al elefante y luego al perro. – No vas a reemplazarte por las chicas ni por Catnap, así que solo hagamoslo. – 

-¿Hoppy esta de acuerdo?- lo pregunta el perro intentando tocar sus mejillas como un reflejo cálido para el ave pequeña. 

-Hoppy no puede decidir por mi. – busca a la coneja que sigue en el suelo. – Solo háganlo. – esquivo ese toque en su rostro con un ademán. 

DogDay asintió dejando caer los brazos a los costados al ser rechazado por el ave. Apuntó al elefante. 

-Tus reflejos serán un problema. – murmura mirando a Bubba. 

Kickin siguió su mirada y su mano extendida. Cosa que hizo que el perro alcanzará a atraparlo por los brazos, tirando de estos hacia atrás, levantándolo para quitar del suelo sus patas. 

Theodore sacudió las orejas inquieto, viendo como un solo golpe del elefante abrió esa cabeza y cayó al suelo la mitad de la sonrisa y ojos negros. 

Hoppy gateo hasta la escena para tomar el medio rostro y mirar al ave inerte. 

 

 

Theodore sintió algo esclarecer en el interior de su cabeza. Una epifania, una verdad. La respuesta. 

Aunque Hoppy con Kickin están hechos exactamente para la pelea no significa que sean capaces de llenar el lugar que se les entregó. Ellos, estas siete personas, definitivamente tenían el mundo más pequeño y dulce. Tan confiados que no había restricciones. Eran uno, un solo ser que se ama y está completo con el otro. 

Todo ser vivo puede ser asesinado o partido a la mitad. 

       A estos seres debe romperlos desde adentro. 

 

 

-¿Algo raro?- pregunta DogDay. 

Theodore no puede ver que habia en esa cabeza por la posición y la espalda de DogDay impidiendolo. 

Bubba saco de su pelaje una gran hoja de color azul. 

-Veo algunos cables nuevos… pero los han conectado a algo tras su lobulo.- 

-¿Y si los arrancamos?- pregunta Hoppy nerviosa. – Puedo cortarlos con mis garras. – 

-Podría servir. – Bubba parece satisfecho por su cooperación. 

La voz de Bobby intervino desde atrás. 

-¿No son sus conexiones visuales?- pregunta nerviosa. - Si Hoppy los corta dejara ciego a Kickin y no sabemos si los humanos lo ayudarán o se aprovecharán de él.-

Algo como dejar ciego a su ave pudo, más en boca de una amiga, con la poca fuerza que Hoppy había juntado para moverse y cooperar. Demasiado agotada hasta el alma para poder seguir adelante con la posibilidad de cegar su propia mano a Kickin. 

DogDay toma la opción como un riesgo, algo que podrían superar pero no en ese mismo momento. 

-No podemos saberlo pero creo que con su oído podría mantenerse-

La coneja se aparta negando con la cabeza. 

-No vamos a cegar a Kickin. – interrumpió a los dos Hoppy. –No quiero hacerle eso a él. – 

-Esta bien. –acepto su negativa DogDay. – Ven Bobby. – lo pidió a la segunda persona con garras. 

Ghoppy se interpuso aun asustada. 

-¿Qué? ¡Ella tampoco lo hará!-

Una vez la coneja se negó, la osa también se resistió. 

Les quedaban las pezuñas de Picky o Crafty pero eso era riesgoso. El filo de esas extremidades era a contra peso y no era posible arriesgarse. 

La reticencia presiona a DogDay, su ya acalambrada capacidad mental estaba al borde. 

La coneja intenta recuperar a Kickin. 

-No le abrimos la cabeza parra acobardarnos ahora, ¿No se trata de la voluntad de Kickin?- su voz suena más alterada de lo que deseaba, al borde del enojo y la rabia. Sangrando su propia cabeza sobre el ave. 

Hoppy negó acercándose al perro. 

-Solo no lo corten. – pidió Hoppy. 

O lo haría. 

Ese gato volvió a ellos estirando la pata temblorosa para ofrecer sus garras. Entre el conejo y los dos que atrapan aún al ave. 

Bubba sintió el alivio al verse apoyados por el gato. Estos episodios de rebeldía lo hacían sentirse demasiado vulnerable siempre. Es suficiente. Su visión desconfiada se relaja una vez las acciones del gato se muestran leales al líder. 

Cambiando su actitud a una más sutil. Ese gato tenía el rostro ladeado sin dar la cara al estado de Kickin. 

Dog suspira aliviado por el apoyo de Theodore. 

-Usa sus patas. - le pidió a Bubba.-Gracias, Theodore. - 

Theodore aun no da la cara a la escena. 

-No quieres ver. Está bien. – le asegura tomando su garra con ambas patas. 

Theodore se sobresalto una vez le sintió tocarle, mirando al perro y no al ave o al elefante. 

Este líder correspondió su mirada con un sentimiento extraño. Algo helado pero confortable.

Es esa mirada de líder satisfecho. 

-Por favor, contrae tus uñas cuando te diga. – le habla Bubba llevando su pata a esa cabeza abierta. 

Antes de poder tomar el valor de mirar, esa alarma vuelve a sonar por encima de sus oídos. 

La calma en DogDay y Bubba duro tan poco que la pata de Theodore fue usada sin cuidado y al apartarse llevo consigo una gran cantidad de sangre. El ave fue arrebatada de DogDay. 

Mira su pata por un segundo aun si siente que se le estallan los tímpanos. Terror, es lo único que llego a su cabeza. 

Hoppy pasó a su lado llevando al ave en brazos para reponerlo con un grito ante su propia desesperación.

Fue tan sorpresivo el regreso del sonido que solo les ocasionó un gran pánico. 

El rugido del elefante y su pisoteo sorpresivo lo hace retroceder a la vez que salta por las paredes buscando su lugar aunque solo logra lastimarse con los pedazos sueltos por golpes de más de uno de los sonrientes. Bubba camina a su montículo de concreto para hundirse y golpear sus oídos. 

El perro en el centro de la celda sujeta su cabeza con un gran rugido. Doblando las rodillas su cabeza la lleva contra el suelo con fuerza intentando llevarse el ruido con ello. La sangre de su cabeza pareció sacudirse con el interior por la fuerza del impacto. Lo que sea que logrará ha hecho que ese sonido fuera apaciguado apenas lo suficiente para poder concentrarse en el lugar. No puede pararlo pero este golpe le hace sentir mejor por la presión sanguínea qué sube a sus oídos y cerebro. Mirando a sus amigos pelear con ese ruido a base de las lesiones o como Hoppy, abrazando a Kickin contra su pecho y quedarse con él. 

El dolor que logra sentir lo hace ensordecer, recuperar el juicio y ponerse de pie. 

Observando a Kickin tranquilo incluso si le dolía la cabeza y apenas despertaba volvía a dormirse. Sin moverse, queda claro que ese corte funcionó. 

Busca a Theodore pero ese gatito ha decidido sobrepasar el dolor saltando entre los muros de un lado a otro. 

De verdad era un gato. 

Lo hace pensar en los gatos callejeros qué corren y bufan a ciegas cuando se asustaba en el basurero. 

Algunos son tan estúpidos que saltan sobre vidrio quebrado o podían hasta perder las patas por culpa de las latas de comida que la gente tiraba. Algunos los encontraron con las cabezas dentro de botes de conserva y sus cuellos habían sido atrapados, muriendo de asfixia dentro del bote de vidrio. 

También conoció a un gatito en esos túneles, corriendo a un punto muerto y a un trabajador esperándolo en el final del túnel. Un gatito qué araña cuando se asusta y llora cuando las consecuencias lo alcanzan. 

Una de esas nuevas travesuras es asustarse tanto que más de una vez sus patas casi rozan a Crafty. 

No puede dejar a Theodore saltar de un lado a otro. 

El ruido empieza a volver y siente el estrés regresar a su mente. 

Detener a Theodore era una cuestión de primera prioridad. No debía chocar con los demás ni herirse demasiado. Bubba no contendría su fuerza si lo sintiera demasiado cerca. Ni Picky con su miedo al toque desconocido, en realidad ninguno debía ser tacado en su estado actual. 

Ya estaban condenados a la intervención humana una vez terminara este ejercicio pero aun habían posibilidades de no hacerlo más grande. O salir de aquí con fuerzas para rebelarse si algo más sucedía. 

Tomando una decisión sencilla avanza por la celda para atrapar la pata trasera del gato, halándole al suelo con un tirón. 

Theodore no tarda en gritar y soltar más de un rasguño. Esa cola prensil también fue un gran problema. 

Mentir sería decir que estaba preparado para pelear con el chico. 

Verlo venir hacia él con las garras por delante. Es bueno que siempre use ese lado de su cuerpo, DogDay lo recibe por ese lado. Tira de esa pata haciéndolo girar para sujetar la pata trasera del mismo costado para caminar al final de la celda y dejarlo en el suelo al sujetar en alto sus extremidades. Aguantando la cola prensil que en su cuello tira de esta para arrancarle el equilibrio. Al menos ahora ese collar de hierro sirvió de algo y evitó la asfixia a medias. 

No fue ni la mitad de lo fácil que sonaba. Un gato alterado y de costado podría ser lo más cercano a usar un saco de vidrios para defenderse. Cosa que es acompañada por alaridos comparables a chillidos de averno o un duende asado sobre restos de cantantes de heavy metal. 

Entre las patadas y rasguños, DogDay perdió bastante pelo y sangre, llevando a Theodore a su lugar designado. Lo empuja y toma su control al sujetarlo subido a horcajadas por su espalda agarrándole por el pellejo del cuello, atrapando su cola para someterlo contra el piso. Algo bueno de saber de los gatos era lo mal que les iba al ser agarrados así de forma exitosa. 

Esperaba que fuera igual para el gatito. Girando para llevarlo al rincón donde antes habían intentado descansar. 

La luz fría y sucia es una carga mental aún más pesada. 

Hay una fuerte batalla por varios minutos en los cuales Theodore de verdad intento pelear y desgarrarle con las garras superiores pero la posición le salva solo a medias. 

Al tener que pisar el suelo para aferrarse con las garras de sus propias patas, el gato logró arañar más de una vez sus piernas al tenerlo bien ubicado. 

Al perder por un segundo el control del cuello de Theodore con la consecuencia de este logrando ponerse derecho por unos segundos. Suficiente para arrastrarlo por un tramo corto.

Un rodeo vuelve de sus recuerdos con el choque de su costado contra la pared donde el gato intenta sacárselo de encima. 

El ruido no los deja escucharse ni lograría darse a entender al solo estar gritando o en silencio. ¿Como podrían saber si en realidad no pueden escucharse? 

El ligero tintineo del metal en su propio cuerpol trajo a la cabeza del perro una idea empujada por sus propias heridas. 

Esta vez DogDay le paso el brazo por debajo del cuello, tirando de su cabeza para hacerlo caer al fin. Desatando el cinturón de su brazo con un jalón, lo sacude rodeando las patas delanteras con un tirón. Quitando de su cintura el más grande lo pasa por su cabeza solo para cubrirle los ojos. 

Lo imaginó o no, lo puede escuchar sobre sus orejas. 

-Estarás bien, solo es ruido.- le tranquiliza el perro.-Puedes con esto, Theodore. - 

Acompañado por una caricia sobre su pelaje. 

La pelea de su parte no ha terminado. El gatito aún quiere pelear. 

Ya no puede más que mover las patas traseras ciego pero no sordo. Mucho menos perdió el tacto. 

Lo puede sentir. Puede oler la vainilla sobre su cuerpo y las flores agitarse. 

La alarma sigue pero ya no les afecta igual. No importa tanto. 

Esta pelea comienza a tornarse un gusto para los dos. Algo suave en donde dejan caer el dolor. 

Lucha comprometido con el calor de esa respiración sobre su cabeza. 

El forcejeo lleva la sangre a los cerebros, los distrae. 

Relaja. Es buena. 

Theodore siente al perro a un costado de su cabeza, sujetando sus patas con el cuero de los cinturones y respirando agitado tan ronco por el esfuerzo como por ese mal humor. 

Su propia voz comienza a quebrarse y añorar el final. Ocultándose en la oscuridad ni el ruido pudo mantenerlo consciente cuando su cuerpose precipita al fin, dejándose llevar por el sueño. 

 

DogDay sostiene el cinturón aún firme cuando este gatito suyo dejó de pelear, nada relajado espera poder caer en el sueño pero aún está bastante presente. Quedándose solo al lograr dormir a Theodore. 

Le sacó el cinturón del cuello, devolviéndolo a su brazo con un giro. Dirigiéndose al grupo que sigue gritando. 

-¡¡Ven aquí, Bubba!!- lo llama sin guardar el mismo tono afable de siempre. 

Este elefante desde el suelo le da una mirada cargada de frustración. Furioso y cansado. 

Para el líder no hay forma de permitir un segundo más de esta farsa donde sumisamente se dedicarían a soportar una tortura construida de forma cobarde por los humanos. 

Este perro ya estaba hasta el borde de sus límites, gritando a las ultimas cámaras activas.

-¡¡¿Quieren torturarnos?!!- sus gritos no pueden ser escuchados pero aún sus movimientos son grabados por la lente. 

-¡¡¡Entonces hazlo de frente!!! ¡¡Arriésguense a ser atrapados y que esta locura tenga sentido para los dos!!!- 

Bubba logra ponerse de pie, burlándose un poco del arranque del muy arañado perro, caminando hacia el líder. 

-¿Qué?- pregunta más enojado conforme procesa el estar de pie.- ¿Qué están haciendo ahora?- lo teme. 

El ruido sobre ellos no es aminorado ni cambiado. 

Es acompañado por el revuelo de luces y oscuridad. 

Ambos miran al techo. 

-No hay cambios en las lámparas. – murmura el elefante. 

El calor de las lámparas no cambia pero las luces cambian tan de golpe qué apenas puede ver al frente. 

Retrocede sujetando su cabeza. 

-Debieron incluirlo cuando nos hicimos pedazos. – mira al líder. 

Descubriendo un problema nuevo en esas luces. 

Parece que rebelarse no es algo que se quede en el pasado sino que lo guardan. 

Pocas cosas en este mundo son más obsesiva y crueles qué un científico resentido. 

 

 

 

 

 

 

Algo metálico ha caído de alto. Eso lo hizo despertar del sueño donde solo era él y algunos sollozos. 

Lo que DogDay con Bubba lograrán hacerle al abrirle la cabeza ha funcionado. 

No hay ruido incluso cuando Hoppy no para de llorar y abrazarlo. No puede dejar de llorar. 

Kickin, en brazos de Hoppy, observaba a los dos cabecilla del grupo conversar. 

O algo así. 

Hasta que de la nada a su conejita la siente levantarse y dejarlo ir. Caminando hacia Bubba. 

Los observa parecer compartir algo en silencio. 

Solo tuvo que parpadear para perderse el inicio de un gran problema. 

DogDay le dio un puñetazo al elefante. Uno tan fuerte que esa boca sonriente dejó caer la rejilla de hierro con sangre y la hace rodar hasta su lugar. 

Hoppy reaccionó pateando al perro. 

Pareció ser una defensa pero no puede saberlo. Picky ha saltado por encima de él con tal de alcanzar a Bobby con sus pezuñas. Esto fue lo único que lo hizo consciente lo cerca que tenía a esa osa a su espalda. 

Kickin apenas entiende lo que sucede, solo una sombra pudo avisarle de saltar a un lado, esquivando las pezuñas de Crafty. 

Salta hasta lo más alto de la celda, agarrándose con las garras y las manos para no volver al estar al nivel de Crafty, incluso si la ve ponerse en dos patas para alcanzarlo. 

Nisiquiera podía escuchar alguna razón para este ataque. No hablan. 

Bubba al fin volvió a arriba, sin la eja esa gran sonrisa puede moverse y es monstruoso observar como intenta morder al aire, pero solo fue para atrapar bajo sus patas a Picky aplastandola al pasarla y llevar en su camino a Bobby. Esa boca sin restricción casi logra aplastar la cara de la osa pero esta pone las patas contra el elefante con un rugido monstruoso. 

DogDay de golpe le soltó encima golpeándolo varias veces con los puños. La cabeza azul comienza a deformarse al ser desprendido el peluche a base de el impacto con un fuerte giro de nudillos.

-¡¡Es tu hermano!!¡Dejalo!¡¡Dog, ya, detente!!- lo grita moviéndose por el muro. 

El recordar su tamaño fue cosa de ser superado sin piedad por Hoppy, quien paso por un lado usando sus cuatro extremidades afiladas en la pared solo para alcanzar las patas de Crafty para patearla hacia abajo, ocasionando una fractura tan escandalosa como el grito del unicornio. 

-¡¿Qué carajos les pasa?! – grita desde arriba.-¿Porqué carajos pelean, qué está pasando?- 

Incluso gritar sacude su cabeza apenas reunida. Mirando a sus compañeros pelearse a golpes o mordidas. 

Ese ruido los estaba enloqueciendo lo que sea que les esté sucediendo.

 ¿Es esto porque hace años se resistieron a matarse unos a otros?

- ¿Por qué quieren hacernos esto?- cuestiona pensando a base de rencor. 

Debía hacer de líder. 

Esa es la única manera de darle la cara a esta situación. 

No sabia si podría solo. No puede él solo. 

Cosa que lo hace buscar al gato, presintiendo su locura, el que podría alcanzarlo sin problemas. 

Mas solo encuentra a ese felino en un ovillo, descansando como si la peor de las peleas familiares no estuviera ocurriendo a su espalda. Con los cinturones del perro repartidos por el cuerpo como si fuera un bebé al que en una fiesta cubren con prendas para seguir en la pista, acostado en esa esquina L de la celda y con una reja de aire acondicionado tirada a un lado de sus patas. No le puso atención a eso. La preocupación base eran sus amigos. 

 

Si tan solo hubiera mirado arriba hubiera sido testigo de esa garra retirándose muy suavemente por la ventila. 

 

 

Salta, aprovechando la distracción de los seis, aterrizando a su lado. Al menos descubre que no lo han atacado por estar en la zona L de la celda, no lo han visto aún. 

La pelea continua del otro lado de la celda y suena tan mal como para hacer que su cabeza se vuelva ligera. 

-Theodore. – lo llama tocando su cabeza. Su mano se lleno de sangre, muy tibia y fresca. Lo atribuye a algún choque o pelea. 

Es sorpresiva la reacción inmediata de este gato al levantar la cabeza. Incluso si se ve ese cinturón como una venda, aún le dio miedo verlo despierto y tan pronto. 

-¿Qué está pasando?- pregunta volteando la cabeza hacia el ruido de golpes y gritos. -¿Dónde está él?- pregunta temblando. Había olvidado que a este chico le daban miedo las peleas. 

Kickin suspira dejando salir el aliento contenido por el miedo que sentía por este nuevo compañero. 

-No te quites eso de los ojos. – lo pide tocando su nariz. 

Esto Theodore lo evitó una ves siente el toque. 

-No. Tú no me toques. – murmura. Levanto la garra rápido como si espantar a un mosquito. 

Kickin apartó su mano, mirando al techo para contener su malestar. 

-Tienes como… 13 , ¿Verdad?- pregunta para distraerlo. 

-Si. – 

-Yo cumplí este agosto 14 y DogDay 15. Si estuviéramos afuera llamaría a la policía ¿No pareces muy pequeño para Dog?-

Dentro de todo ese comentario hace al gato bajar la cabeza, procesando la situación con tanto absurdo como pesar. 

-Soy más alto que él y son dos años.– ese número no era tan malo. ¿No?-Si quiero puedo ganar una pelea contra él. - 

-No importa nuestra estatura ni si eres fuerte.- lo murmura escuchando el grito distorsionado de Bubba, nisiquiera podía saber si era dolor o rabia.-Somos mucho más grandes que estos científicos pero aun les tememos como a ese hombre que te daba una paliza, ¿No fue estúpido que unos niños lo enfrentaran?- ese recuerd es vivido hasta ahora. 

-Lo siento. – culpa. La gran culpa sigue comiéndoselo. 

-No lo sientas. DogDay hizo una estupidez pero lo entiendo. Tu eres quién no lo entiende, ¿Porqué saltó o adelante en vez de pedir ayuda?- sus pensamientos van del pasado al presente. A una habitación llena de niñas amontonadas entre sí y a él en los brazos de la niña que fue su madre, a su presente sin cambio alguno hasta hoy. – Vamos adelante porque nadie más lo hará, estamos solos pero no somos los unicos. – saco ese cinturón de los ojos del gato. Lo empujó abajo dejándolo como su collar. – Ven, solo tú y yo podemos quitarles esa cosa. –

Theodore suspiro decayendo su humor en la vergüenza. 

-No se como… no miré lo que hacían. – lo confiesa nervioso. 

Kickin tampoco así que no esperaba demasiado de este chico. 

-No importa. Traeré a uno y lo haremos pedazos. – 

-No… no quiero hacerles daño. – 

-Tienes garras grandes, escúchame y vamos a sacarles a todos esa basura. – lo decide poniéndose de pie.-Es algo normal cuidar de los que no pueden hacerlo por sí solos,¿No te parece justo?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

No escuchen a cualquier ave cucu.
Algunas piezas están bastante huecas.
Y gracias por leer.

Chapter 52

Notes:

Hola.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

Cortar los cables. 

 

Dicha misión fue lenta y caótica. Sacarles del delirio. 

Primero atrajo a Bobby, ya con más de la mitad de la cabeza rota por las pezuñas de Crafty. Fue una ventaja que no pudiera verlos bien con esas garras crecidas como dagas. 

Theodore le sujetó por la espalda y Kickin le sacó la cara con las patas, seguido cortando Theodore el cable con sus garras.

Poco a poco fue más sencillo participar pero no superar el hacerlo. 

Sus patas púrpura poco a poco se llenaron de sangre por culpa de su torpeza. Y el ave a cargo dejó parte de sus plumas en las pezuñas de la cerdita que sí alcanzó a darle algunas cariñosas caricias. 

 

 

Al terminar con Hoppy y Theodore dejará de sobarse el ojo herido pudieron volver a recomponerse y pensar en el pronto final de esta misión. 

 

-Me duele. - susurra pasando el dorso de la pata por su rostro. Hoppy había logrado herirlo a base de patadas directas a su cara. No paraba de sangrar y le picaba. 

El ave le mira con algo de culpa. No pensó que el gato saldría tan herido. 

Para ser tan fuerte también era muy lento este felino. Dejó esto para después con el sonido de la pelea revivida detrás de la esquina de la celda. 

-Los últimos son DogDay… y Bubba. – avisa Kickin asomándose por la orilla del muro.

Aquellas dos miles rompían el suelo a puñetazos o esas patas lo abren el suelo tan solo con impactar al perro, sacando una ola de sangre de esa boca negra que es recompensada por un lanzamiento de arte de ese perro. Rodando juntos por el suelo con un rugido compartido por el crecimiento exponencial de ambos. No tener más contrincantes les deja la oportunidad de concentrarse en liquidar al otro. 

No es bueno. 

Kickin asiente y vuelve a mirar al gato que tiembla estresado a su espalda. 

-No es posible que los separemos sin pelear. – limita a eso la descripción de lo que les esperaba. 

Kickin había tomado como órdenes y modo de acción el arrancar los cables pero llegado a este punto ya estaba cansado. 

Más pequeño y rápido pero no resistente. Soporta esa vergüenza, observando a sus líderes pelear a base de embiste y puñetazos que ya los despellejo o en caso de Bubba, se quedó sin una boca funcional. DogDay no se veía tan mal, a menos que revisen esas costillas tan quebradas qué ya se asoman como espinas en su espalda. El cableado de su columna salta a cada movimiento como un muñeco hecho de cobre. 

-Yo voy, tú agarra al que se quede solo y córtale el cable.- lo guía apuntando fuera del escondite. 

Theodore bajo los hombros. Dejando que esa desgraciada espina infantil salga de nuevo. Aunque la justificación está plasmada en su ojo herido y sus patas, las que sacudió en el suelo al patalear, ya carecen de una garra (cortesía de una dulce Picky) . 

-¡No quiero seguir peleando, me duele la cara!- su voz se rompió en un chillido parecido a un gruñido. 

Kickin apretó los puños suspirando. Debía recordar que Theodore era menor que él. Evitando reclamar. 

-Eres fuerte, ahora levántate y vamos. – ordena saltando afuera sin darle oportunidad de replicar. 

El gato duda por un segundo pero lo sigue a fuerzas. 

Llamarles la atención fue como meterse en la pelea de dos animales,, debe golpear a uno para hacerlo seguirle enojado, logrando lo siga pero el otro aún no terminaba con el problema. 

Corre directamente hacia el gato ara dejarlo con el segundo. 

Theodore esquivó al ave y al perro al pegarse al suelo con pecho y estómago ensuciándose con la mugre del suelo. Observando como este crece para trepar a base de la fuerza de sus manos, por los muros. Con una gran y clara intención de agarrar al ave. 

Esto le hace notar algo. 

Algo tonto. 

Esa cola. 

Esa cola de perro es exactamente como debería ser el apéndice canina. Recordando en un segundo una vivencia de su pasado. Una de las tantas cosas que más le hacían sentir envidia por los niños co mejor vida que él. 

Amaba a los perros y sus colas alegres. Son tan dulces y divertidos. Tienen hocico suaves pero dientes grandes y sus colas siempre se mueven. Incluso cuando muerden a un niño y sus fauces se llenan de rojo. La cola se mueve tan bonita. 

Es un recuerdo turbio por las lágrimas pero aún puede sentir esa satisfacción y el miedo que le estremece tener ese recuerdo de vuelta. Tan vivido como hace años fue vivirlo. 

Era seguido por un niño que lo solía golpearlo cuando aún no decidía encerrarse en casa y nunca salir. Hasta que el perro del parque, aquel al que le daba algunos pedazos de pan, saltó de un matorral para encestar una mordida a ese niño. Llenándose el hocico de sangre pero siu cola se movía. 

Era tan bonito. 

Era de un color muy bonito. 

-No puede ser que por eso me gustaras. - murmura aturdido por tener tan presente de golpe el color de ese perro almendrado.

El elefante no le da tiempo para observar como la cola del perro se mueve como si esto lo divirtiera. Esto por desgracia lo hace sentir que DogDay era bonito en su peor momento. 

Estúpido. 

Apenas logrando saltar a un lado para evitar ese embiste, salta sobre su rostro golpeando con su garra y todas sus fuerzas a la cara del elefante. Este golpe suyo logra impactar pero no es limpio. 

No lo ha partido a la primera y Bubba no queda inconsciente. Era demasiado grande para que su zarpa logrará noquearlo. 

Al contrario, haberse trabado sus garras le costó un segundo de oportunidad para el elefante, recibiendo de lleno esa pata directamente en su costado. Algo que le dolió de tal forma qué hasta su cola lo sintió metiéndose entre sus patas. 

El elefante casi logra estrellarlo contra un muro con ese golpe. Theodore giro a medias el torso colocando las patas en el brazo del elefante y escurriéndose del control del gigante con la flexibilidad del gran gato que era ahora. Logrando hablar con el enloquecido gigante qué apenas puede entender como el gato se le escapó. 

-No lo harás otra vez. – retrocede, viendo de primera como el elefante se estrella solo al no lograr llevarlo al muro a él en ese ataque. Chocando con todo el cuerpo contra la pared. 

Theodore le saltó a la espalda aprovechando la posición para arrancar una parte de su rostro desde atrás.

Podría cortarle toda la cabeza. Es posible matarlo ahora. 

No. 

Lo siguiente es cortar ese cable ignorando ese impulso violento en su interior. 

No. Su pata logra cortar el cable pero no así apartarse en su totalidad de esa criatura. 

Un movimiento en el rabillo del ojo sano le da aviso pero no puede reaccionar a tiempo. Este elefante no es tan rígido como parece. Llevándose como regalo a su excesiva confianza su primera pata rota a base de un aplastamiento entre dos patas de elefante. 

Bubba había dado su último movimiento al levantar los brazos en una torcida posición de gancho sobre su cabeza. 

 Con un tirón aparte del aplastamiento de esas patas su hueso queda solo unido por la piel plástica. 

Ruge apartándose con la pata contraída contra su pecho. Mirando al elefante caer en el suelo al fin inerte. Su resentimiento llenó de dolor lo hace pensar de nuevo en matarlo, aprovechar la situación de una vez por todas. 

De un momento a otro todo fue demasiado rápido fue cómo quedar dentro del gancho de una ratonera. Ahora le dolía aún más todo el cuerpo. 

-¡¡Dog!!-

Theodore mira atrás, respondería al sobresalto con un golpe pero su pata rota no se mueve a tiempo. Solo logrando trastabillar sin alcanzar ni a saltar fuera del alcance del perro que lo ha volteado con una mano en su cabeza apuntó de golpearlo con ese puño en alto. 

Espero el golpe listo para tirarlo una vez lo conectara, más esto no ocurrió. 

El perro se detuvo sin darle el golpe. Tan solo mirándolo con esos ojos bien abiertos y llenos de luz fría. 

Atrapando su mejilla con una mano llena de su sangre y ajena. Moviendo el pulgar en un círculo conciliador sobre su pelaje. 

Theodore fue ungenuo y creyó tenerlo de vuelta pero no. Esta mirada era muy diferente a su perro. 

Esa delicadeza y su violenta mirada no iban bien. No combinan. 

No cuando este da un paso adelante y lo hace tropezar con sus tres patas cayendo sus rodillas traseras al suelo sin poder mantenerse derecho con la última sin terminar cayendo varios centímetros hacia abajo. Sin detenerse dio otro paso y el gato sólo puede retroceder asustado más allá de poder bufar, bajando las orejas hasta pegarlas con su cabeza. 

Lo estaba arrinconando descaradamente. Sin para de acariciar su mejilla. 

Theodore pierde la cabeza ante el miedo instintivo que esa caricia y su mirada le provocaron de golpe. Haciendo que su pecho se llene de calor sin gusto. 

-¿Qué estás haciendo?- pregunta en un hilo. 

Este perro baja su mano por ese rostro, sin cambiar sus ojos de temperatura, llegando a su cuello aprieta el control al tirar del collar en su dirección. 

Chocando sus miradas otra vez. Del otro lado el toque se repitió desde su mejilla, bajando suavemente sin dejar de mirarlo de esa manera tan fria. 

Algo no le estaba gustando. Lo asustaba demasiado. 

Desconocía esta sensación. Desconocía esta actitud. 

El seguro de su cierre es tomado. 

Instintivamente su pecho reacciona con un salto de latidos. 

Dejando salir una espesa nube de vaho caliente. Una que no es como las otras. Una sacada del temor y no la usual vergüenza o emoción positiva. Algo que llegó hasta su raíz. 

Porqué esta actitud en otro momento lo hubiera hecho sentir muy feliz en otro momento pero ahora solo era un gran terror el que responde a estas movidas extrañas. 

Al fin el perro detiene sus movimientos pero no se mueve ni cambia de posición, respirando con esfuerzo conforme pasan los segundos. No ha dejado de ser agresivo, aún lo mira con esa aspereza desagradable. Dejando ir el seguro al fin. 

El perro estira su cuello logrando que Theodore mire a un lado y no a él al cerrar la distancia un poco más. 

-Catnap. - lo nombre con esa voz madura.-Vamos a jugar. - 

Theodore pierde gran parte de la poca resistencia que le quedaba al ser llamado por ese nombre. 

Otra vez su pasado es sacado de la caja por una palabra del perro. 

Una dolorosa. Una que no le quería dar. Decepcionado pero no sabe ni de qué. 

Mirando a la sombra del perro y esa sensación crece conforme la respiración del perro llega a su cuello. 

Una gran piedra le golpeó por detrás al perro, justamente sobre las heridas que se hizo durante la fase de ruido.Este gran impacto lo hace caer de lado.

Una vez dejó de sentir esa desagradable sensación no tarada nada en volver a sentirse aferrado al perro que va directo al suelo.Theodore lo atrapa con la pata sana ,lo que resulta un tonto error y los dos caen al suelo por la falta de sus dos soportes delanteros y el peso del gran perro.

Con una carrera desde el techo esta ave hace acto de presencia. 

-Al fin.- Kickin llegó hasta ellos.-Debemos quitarle esa cosa.-

 

 

 

A Theodore no le ha gustado estar a cargo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Yo me mordí? ¿Por qué esa Crafty es tan estupida?- 

-Creo que estarás bien…yo me arranqué el pelo.- lo comparte Bobby , revisando sus garras llenas de su propio pelaje.-Creo que me pateo Hoppy. - 

-Ohh… DeDebes sentirte extremadamente exitada por eso mi querida lesbiana. - 

-Cállate. - gruñó Bobby simplemente levantando la garra llena de pelo blanco. 

Crafty levantó las orejas y miró a su cuarto trasero derecho. Ahí una gran marca, casi solo de mugre, de cinco puntos rojos le hace consciente de lo sucedido y la razon por la que estaba pelona esa zona.

-¡Maldita pervertida! ¡Tu puta nalgada casi me deja sin culo!- chilla pisandola con la pezuña sin fuerza más allá de sus gritos. 

Bobby por fin deja salir una risita nerviosa. Un poco satisfecha por la justicia qué no fue intencionada pero le sirve ahora. Cubre sus orejas y su mal humor baja por el chillido de Crafty. 

 

 

 

 

Las quejas de Crafty se escuchan desde su lugar junto a un murmullo arrepentido de Bobby.

Al parecer esa prueba debía durar mucho más tiempo. Ahora deberían estar de vuelta en La Guardería , pero aún son mantenidos en este desastre de celda sucia después de aguantar unas horas , descansar otras tantas y volver a la normalidad por fin.

Bubba mantiene a la cerdita en sus brazos, arrepentido por haberla pisado, puede saberlo por la muy clara huella de sangre con la forma de su pata en la espalda rosa.

Picky en el abrazo no se resiste , simplemente lo aprovecha para aspirar el lindo aroma del elefante y hundir el rostro en ese pecho firme y caliente. Mucho más cómodo que un muro pero tan duro como uno. Perfecto para descansar. 

Hoppy al fin ronca después de pasar por todo , colocando su frente en las plumas de su regazo.

Una posición que hace al ave sentirse nerviosa pero alegre .

Había logrado su cometido. Pudo por fin ayudar a sus amigos.

 

 

 

 

DogDay al fin abre los ojos , disfrutando del silencio y el peso de ese gato en su estómago.

Habían destrozado esos cables pero el experimento debería continuar. Lo que sea debería estar pasando algo y esa pelea no era lo más importante.

Algo peor los esperaba después de esa pelea. 

Debe gruñir ante la verdad de lo que vendría.

-Será peor la próxima vez.- admite la realidad. 

Mira al techo sucio. Lleno de manchas de sangre y arañazos. Reconoce sus propias marcas, las de Kickin y Hoppy. 

Dentro de todo el pesar el dulce y rico aliciente de la voz de su gatito rompe con este malestar. Su mano busca esas orejas de algodón para rodear las y acariciar de una vez este gran felino. 

-No me importa.- murmura con las orejas abajo por la frustración y no por miedo. La sensación horrenda de hace rato ya la olvido, la olvido y se siente de nuevo seguro junto a su perrito. Theodore estaba demasiado cansado para pensar en el futuro , solo deseaba quedarse en paz.

No más sangre ni dolor , ni miedo. Solo dormir y caricias.

Nada más que dormir y ser mimado por fin.

El líder coloca una mano sobre su cabeza pero algo llega desde el fondo de sus recuerdos.Dejando de acariciarlo. 

-Esta bien , no tienes que obligarte.- suspira agotado por todo lo que rueda en su cabeza. 

Las orejas del gato se sacuden frustrado por la falta de caricias. 

-¿De qué hablas?- pregunta Theodore, mira desde su lugar al perro. . 

DogDay lo analiza tocando su rostro y orejas, seguido de cortar la distancia al atraerlo a su rostro. No hay forma alguna de besarse pero llegar a estar así de cerca es placentero, da una gran felicidad tenerle tan cerca como para saborear su aroma. 

-Estas enojado. – apunta DogDay. 

El gato rodó los ojos y sus orejas terminan por caer. 

-No contigo. – le mira de nuevo. - Estoy cansado. - 

DogDay acarició sus mejillas. Es el mismo movimiento de antes. 

Theodore lo reconoce y deja que continúe satisfecho, sin el miedo de antes. 

-¿Entonces por qué me evitaste todo este tiempo?- 

Las orejas del gato subieron de golpe y su cola, antes inerte, se encogió entre sus patas traseras.Esa cuestión es complicada. Theodore no puede ocultar que es consciente de su cobardía , debería aceptar sus consecuencias. 

Aunque no escucha algo que parezca un reclamo por parte del perro. 

-No sabía que te estaba obligando, lo siento, de verdad no volveré a lastimarte.– lo dice arrepentido. Avergonzado y sus orejas heridas caen sin fuerzas. -No debí llevar las cosas tan lejos tan pronto, lo siento. Perdón, por favor perdóname.- lo pide en un murmullo roto. 

Esa disculpa no le sabe bien, no encontraba porque de los dos debería ser el perro el que se disculpara con él. No cuando fue él mismo quien escapó del otro cuando ya sabía que los dos estaban bastante inmiscuidos en lo sucedido. En lo que hicieron y a donde llegaron. 

Aun sus temores lo hacen sentirse sobrecargado con sus acciones. Con lo que no termina de entender es cuanto sus propias decisiones afectaba a DogDay, tomando ahora esa mirada de culpa como una probada de su propio karma.

-No se porqué estás tan triste. – niega lo que puede entender y sabe que hizo, cinico. – No pasó nada malo. – mira al suelo esperando perderse las varias olas de dolor por parte de su culpa y esa reciente trifulca.-No huí de ti. – murmura esa mentira descarada. 

DogDay no es el tipo que deja ir a un mentiroso no a uno de su misma especie , atrapandolo con sus manos a los lados del rostro evita que huya de su mirada. 

-Te alejaste, me dejaste atrás y no quisiste hablar conmigo por días. – lo apunta uno por uno. – No es algo que ignorar, Theodore, debes decirme qué está pasando y a dónde quieres llevarnos. – 

Theodore apenas puede procesar contadas cosas a la vez, su intelecto es alto pero no así el emocional. Aturdiendo su mente por más de un segundo. Su boca deja salir ese vaho espeso ante el estrés. Este es el normal, es muy diferente al otro vaho seco. 

-No quiero hablar de esto, por favor.- su instinto aun le empuja a huir de su contacto. De todos estos sentimientos revueltos. DogDay lo abrazó de nuevo, llevándolo a su cuerpo con fuerza. 

-No huyas, no sabes a donde ir y no quiero perderte. – lo pide con una mirada perdida sobre el mundo revuelto. – Te amo, mucho es lo que yo te amo. Solo quiero estar contigo, sin importar a donde quieras llevarnos. – su voz cambia entrecortada con el tono infantil del pasado como el presente.-No se si viviremos más que unos meses o unos días. Cuántas horas podríamos tener, no quiero dejarlas perderse por una pelea, solo dime que quieres ahora. Que puedo tener de ti. - su propia deseperacion lo traiciona. - No me pidas terminar ahora con estp, no puedo dejarte ir. No ahora. - 

El gatito mueve la cola devuelta a su cuerpo, abrazando al perro. Su voz está perdida en su pecho, buscando salir a gritar de verdad. 

En el calor y las vivencias. El miedo. 

En la garra que lo espera en las paredes. Su anhelo. 

En lo que está esperando su ayuda. Justicia. 

En DogDay. En su paz. 

-Quiero estar contigo pero estoy asustado.- mira ese suelo lleno de sangre, sangre que también está en sus garras. –Necesito estar solo por algún tiempo porque nunca fui bueno con las personas, y tú eres agotador. – sus pensamientos se revuelven.-Si eres algo es una luz que no puedo mirar directamente sin quemarme, ten piedad y espérame. No quiero que termine, no quiero que me olvides.-

DogDay suspiró bajando la mirada al suelo. No entendía lo que decía Theodore. Era extraño. 

Hablo con muchas personas antes de llegar aquí pero ninguna le conto de algo como esto. Esto de cansarte pero no irte porque quieres estar ahí. Era raro. 

No lo entendía. 

¿Qué es lo que quiere decir Theodore? ¿Cómo podía cansarse de él pero decir que aún lo quiere?

Era un juego algo cruel. 

-No sabía que te sentías de esa forma conmigo.- murmura buscando entender a Theodore y sus palabras al decirlo en voz alta. 

Theodore puede estar confundido, creyendo que esas palabras significaba que DogDay lo entendía. Al fin podía hacerse entender. 

-No odio a las personas, solo quiero estar solo a veces… lo que hicimos me dejo muy cansado por dentro pero no quiero que sea la última vez. – lo susurró avergonzado.-Deberíamos repetirlo, una y otra vez. - 

Es difícil encontrar alguna explicación entre las voces de su pasado. DogDay lo intenta pero solo encuentra voces promulgando lo grande que era la necesidad de estar juntos. Siempre juntos, nadie se va ni abandona la misión que llevan. 

El amor no tiene adonde ir porque se tiene a sí mismo. 

Theodore no debería querer ir a ningún lado donde él no vaya. ¿Dónde tiene sentido alejarte de lo que amas? ¿Era un acto sádico o loco? 

-¿Eso es lo que sientes?- le pregunta apretando el abrazo. 

Theodore le responde ansioso. 

-Si.- asiente relajando su pesar en los brazos de DogDay. 

Lo amaba. Amaba esos ojos y esa voz, lo amaba. 

DogDay no lo comprende. No lo termina de entender. 

¿Una luz que cansa? ¿No estás sólo encadenado a algo que no quieres? 

Su mirada sube del suelo a su grupo. 

En cada uno puede recordar sus rasgos distintos. 

La soledad llena de espinas de Picky, la amargura cargada por el resentimiento de Crafty y los lloriqueos llenos de reproche de Bobby. 

Esa angustia que ahoga a Hoppy cuando siente que todo se sale de control. 

Bubba siendo un cobarde sin fuerza interior que huye de las responsabilidades de sus deseos cumplidos y a Kickin no siendo mejor que una rata que abandona el barco que siente perdido a la primera oportunidad.

Ninguno de sus amigos es puramente bueno ni malo, pero los ama igual. 

-Creo que no le agradecí a Kickin por quitarte el cable. – murmura pensando en la claridad del gatito. 

En su nuevo pilar. Incluso si era odiado por el cariño de Theodore podría quedarse con él. 

A todos los ama y enloquecería si los perdiera. Deseaba tenerlos siempre. 

Amaba a Theodore y estaría ahí, no encontraba razones para irse. 

Theodore encuentra esa línea extraña. Kickin no le quitó nada pero se pudo mantener estable al despertar. No había pensado en eso. 

-Esta bien. – murmura sobre Theodore. – Te daré tu espacio. – lo promete consciente de cuánto su propio deseo se resiste a dar un payaso atrás. – No te obligare a soportar demás, ni voy a presionar mi presencia en tu vida. – no va más allá su mente ya agotada.

Theodore movió las orejas al ser dejado en el suelo. Dog giro mirándolo desde arriba, a ese gatito acostado y bonito. 

Esa mirada suya es correspondida. Con algo de luz en esas lunas perdidas de Theodore. Mirando al perro hacia arriba sorprendido por esos detalles pasados por alto hacía algún tiempo. 

Esa cicatrices al desnudo de sus cintura, las patas largas y esa cola espesa, la espalda siempre tensa y esa mirada tranquila y fría. Con ese porte inteligente y desgarbado. Oliendo tan dulce como no lo era o podía serlo. Ese niño en sus recuerdos estaba bien presente en sus recuerdos. 

Esa sensación nueva. No es ese terro loco que venia de su pasado al presente a intentar manchar la imagen del perrito en su presente. 

Es mucho más agradable. 

-Levántate, vienen los humanos. -- avisa el perro al fin de aquello que lo hizo abandonar su lado. Dejando de esperarlo. 

El grupo lo ve caminar y ponerse al frente de las puertas, tomándolo como una señal para ponerse de pie y dirigirse a la pared. 

Theodore observa sus acciones confundido por la parsimonia y aburrimiento de todos. Más cuando le sacudía esa emoción. Perdido. 

Picky nota su confusión, haciéndole una señal para que fuera con ellos a base de una sacudida de pezuña. 

Obedece observando al perro levantar las manos en alto antes de ver las luces de la puerta abrirse lentamente. 

Una línea de guardias es la primera en entrar con esas cosas eléctricas en mano. 

Seguido entra un grupo de científicos que los siguen curiosos. 

-Los veo bastante bien. – apunta una científica. 

-Hola, DogDay. – saluda un científico.

DogDay no le responde. Le observa pero no hace ningún amago por responder o corresponder a ese saludo. 

-DogDay, saluda. – ordenó un científico aparte, anotando en su libreta. 

El perro no responde ni se mueve. 

Igualmente las otras criaturas no cambian de actitud ni emoción. Solo quietos en la pared. 

Se veían terribles. Sucios y heridos y, en el caso del ave, su piel plástica al descubierto. 

Bubba incluso ha tenido que sujetar la reja de su boca con la trompa por la muy torcida que le quedó la boca por los puñetazos del perro. 

La radio de un médico suena. 

-Apaga el dispositivo. – ordenó al gin la científica en jefe desde afuera de la celda. 

Un chasquido suena desde algún bolsillo. Un sonido que ningún humano podría percibir es el que ellos escuchan como la señal de un fin.  

Dog dobló las rodillas colocando las manos en el suelo. Fingiendo o tal vez mostrando lo cansado que se encontraba. 

Los puños los cierra, conteniendo la hambrienta rabia que lo hace desear enterrar a los humanos contra el concreto, despedazaron y darlos de comer a su grupo. Enloquecido dentro de su cabeza, decidido a acabar con este encierro. 

-Buenos días. – saluda sin levantar la mirada. 

Si el líder finge, todos lo hacen al sentarse de golpe. 

 

Theodore los sigue lentamente. Pensando en el sentido de fingir que estaban tensos por esa cosa en sus cabezas. No esperaba ver a DogDay fingir tan comprometido, debía aprender más de este grupo. 

-Parece que tuvieron un descanso agitado. – apunta el guardia más cercano. 

Theodore levantó las orejas al ver a un científico tocar al perro por una oreja. Acariciandolo en el proceso. Cosa que le hizo sentir tal revoltijo que casi los mataba. 

DogDay hizo algo que lo hace sentir su estomago revuelto como un pedazo de papel en agua. Correspondió el toque al repetirlo en el rostro de ese humano. 

Dog no lo hace como un gesto cariño, habiendo tenido las manos en el suelo estas se llenaron de sangre , era más bien un acto rebelde qué lleva a la suciedad del mal que les causaron a la piel de estas personas vestidas de ese impecable blanco. Demostrando lo sucios que estaban, los malditos qué serían. Como un condenado que llena de su sangre al verdugo. 

El científico limpia su rostro lleno de sangre tras el toque, solo logrando llevarlo a más partes de su cuerpo imposibilitando su limpieza, caminando devuelta al exterior de la celda. 

El objetivo estaba hecho. 

-Pasaron bien el experimento de ondas radiales, eso es lo que importa. – apunta y da una orden a los guardias. -Llevenlos al médico, debemos reconstruirlos. - 

Ese grupo de guardias apunta a las criaturas. Llevando a Bubba consigo. 

No había cómo negar qué el elefante de verdad debía ser procurado para reconstruir su boca y cara torcida por esos golpes. 

El segundo es Crafty, sus propias mordidas son superficiales pero daban mala espina. 

Lentamente uno a uno fue dividido y llevado por un grupo distinto. 

Theodore descubre qué le daba pánico ser llevado. 

Avanza hasta DogDay, mirándolo nervioso. 

-Deben ayudarte. – le apunta el perro tocando su nariz.-No mires pero tu culto está todo herido. - 

Quería reclamar con fuerza esa tontería suya, esa de tocar a un humano pero solo le mira sintiéndose revuelto. Este perro termina con la distancia entre ellos al chocar sus narices después de decirle tremenda sandes casi miro su espalda para comprobar pero ese gesto lo detiene.

-Te amo. Te amo demasiado. – lo dice acariciando su mejilla.-Si te hacen algo malo no te preocupes por nada y corre , encontraré como ir contigo.- lo advierte dispuesto, igual que con todos. 

Si algo era excesivo revelarse era una opción. 

Vaya. 

DogDay enserio soltaba palabras fuera de lugar y vergonzosas. 

-No lo voy arruinar, idiota. - murmura molesto. Esa condescendencia lo molestaba. 

-No intentes jugar conmigo. - lo pide dejándolo.-No puedes decir que me quieres y después escaparte, Theodore.- 

-No me iré a ningún lado. - gruñón bajo.-No te dejaré atrás. - 

-Entonces, di que eres mío. - exigió por primera vez esto. 

-¡CatNap!- 

Theodore fue llamado en ese momento. 

Temiendo por unos segundos que su cobardía le hiciera resistirse da pasos rápidos para irse con los guardias. Dejando al perro solo. 

Pensando en aquello que no respondió. Temblando una vena de su interior. 

DogDay mira la celda ya vacía. Esperando ser llamado. 

Los guardias hacen un ademán para seguirles. 

 

 

 

 

 

 

No había nada que hacer. 

Le devolvieron las partes de pelo que perdió. Las mordidas qué no se dio cuenta que recibió y acomodaron sus huesos. Además de que si algo fue extraño fue que le sacaran los cinturones de las patas y el cuello con tanto cuidado y con una máquina para cargarlos. 

Al parecer el material era demasiado pesado y poco maleable para manos humanas. Preocupante lo que este perro suyo hace en la cara de la gente sin chistar. 

Lo que él mismo podía soportar. 

-Sigo preguntándome cómo lograron seguir órdenes en ese estado. – 

-Los tipos que usaron en los departamentos del gobierno se volvieron violentos después de un par de horas pero estas cosas lograron mantenerse estables. – 

Theodore observa a los médicos rodear su cuerpo, uno de menor rango llevando el carrito de instrumentos usados en su cuerpo. 

-Creo que no me interesa. – responde con mofa el médico al frente.-Estas cosas son demasiado complicadas, empiezo a creer que deberíamos trabajar con los de psiquiatría también. - 

-Ni loco, jodete. No dejaré que esa gente se acerque a mi. - 

Salieron al fin de la habitación. Dejando a Theodore solo con la habitación blanca y las cadenas ceñidas a su collar de hierro. 

-No les importamos.- murmura Theodore ya en soledad. 

Un golpe. Uno muy pequeño. 

Uno que pudo ser su imaginación lo hace mirar al respiradero sobre la mesa de operaciones. 

Su cola se mueve lentamente como la muestra de su creciente felicidad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En otra sala médica el perro ha sido sentado y su espalda reparada por un martillo. 

Sus ojos se cierran y abren gruñendo bajo sin notarlo. Sintiendo como es golpeado en su torso otra capa de clavos para unir sus huesos. Observando al médico que le cose la oreja. Era interesante. 

Estos doctores eran unos enfermos mentales pero como cualquier médico su toque es delicado y como un suspiro de la nada pasan por el cuerpo. 

Exceptuando al especialista que ya está jadeando agotado por estar usando el martillo por veinte minutos.

-Ya está aquí, ya lo hice. – avisa al médico al terminar de coser la oreja del perro. 

El hombre en su espalda deja el martillo en la mesa de instrumentos. 

-Entonces te dejo el último clavo, ya no siento las manos. – levanta las manos, retirándose sin esperar la queja o reclamo del médico. 

El protocolo marca con sangre sobre las I que llevan las reglas el no dejar sólo a un médico con ninguna criatura pero este era el costo de confiar en estas mascotas obedientes. Se relajan y rebelan neciamente, llevándose la precaución entre los pies al ignorar las leyes básicas de supervivencia. 

DogDay se siente tentado a despedazar a este médico. 

Si no fuera porque era el tipo amante de las flores de Poppy. Aquel que se atrevió a preguntarle por ellas al volver de su sueño. Uno poco controlado pero con esta gran posición entre los científicos y no en la guardia como otros tantos. 

-Veo que no son tan suaves entre ustedes como parece. – le dice el médico dejando la aguja y el hilo para cambiar de tarea.-Bubba te ha golpeado tan fuerte como Crafty, estoy sorprendido por tu aguante, perrito. – 

Dog por costumbre le responde con un comentario fuera de lugar. 

-Si, pueden ser mucho más extensos los rounds pero no deberíamos hablar de eso sino de la pelea.- mira al suelo distraído.-No soporto perder contra Bubba, ¿Y que si es más grande? Aún me muevo mejor entre las piernas. Quizás por eso no me va bien fuera del soccer. - suspira la primera estupidez que se borre. 

No toma atención ni nota como este doctor mueve la cabeza con una negativa. El humano, más joven, usó tres golpes sobre su clavícula para unir de nuevo sus omoplatos de vuelta a los brazos. 

Su fisonomía era igual y distinta a los humanos, careciendo de algunos huesos humanos pero reemplazados por algunos de tipo canino. Es una de esas singularidades las que hacen que sea metal el que reemplace cada tanto algunos huesos de hombros o columna. 

Era imposible matarlo al destrozar los huesos superiores pero el resto era como cualquier otro ser vivo. 

Estaba condenado a descubrir de una forma muy violenta lo que podría matarlo en un futuro.

Seguramente sería esa criatura en el sótano. 

Este médico terminó al cerrar la piel de su espalda con aguja e hilo. Devolviendo el cinturón, recientemente traído desde la intervención de Catnap, a la cintura para cubrir esas cicatrices qué no se llenan de pelo desde hace años. 

Operar al perro era como despellejar a un animal en vida, tirando de su pellejo para descubrir su carne o igualmente para cerrarlo. 

-Oye, DogDay. – llama caminando al frente.

-¿Problema?- pregunta sin mirarlo. Agotado. 

-Veremos.- murmuró bajando su mascarilla.-Las flores están disponibles , ese no es un problema.-

-Las flores no son tan importantes.- lo murmura levantando la mirada.-Los adictos como tú no pueden pasar demasiado sin que le tiemblan las piernas por lo que necesitas tener adentro tan desesperadamente, ¿No es así?- el desdén carga esa voz severa con el peso de su malicia. Estaba demasiado enojado para colocar el candado en la boca. 

El humano pierde ese control necesario en la vida en ese movimiento. Acercándose para agarrar su rostro entre las manos.

La comparación de sus dimensiones resulta indignante. El perro era tan grande como un animal salvaje , un gigante tranquilo. Apaciguado por sus propios principios.

Este doctor lo golpeó tan sorpresivamente que el perro no reaccionó. Fue un sorpresivo revés que solo causa un rose y ese pelaje se aplasta sin más efecto que este.

Su mirada vuelve a fijarse en ese humano sin sentir dolor por un golpe que no significa nada. Preguntando la razón para ese arrebato. Tal vez fue lo que dijo pero no veía razón para enojarse cuando siempre los trata igual. 

Aquel doctor le observa esperando alguna respuesta por parte del perro pero este solo le vigila , exhalando una ola de vaho ante su propia regeneración.

Agarra la esquina de su mascarilla arrancándole de su rostro y toma un respiro antes de aferrarse a su rostro tomando la inconsciente decisión de aventurarse a lamer esa boca. Probando de punta a base esa reja. A sabiendas de lo sensibles que eran los sonrientes con respecto a sus bocas.

Repitió la acción las veces que pudo mantenerse hundido en su ilusión. Presionando su cuerpo cada vez más cerca del gran juguete.

A DogDay podrían preguntarle cuanto esto lo está sacando de sus casillas como cuanto le asusta.

Un humano es extraño. De verdad son extraños.

-¿Le han hecho esto a mis compañeros?- pregunta mirando al humano que ya se aferra a su cabeza completamente extasiado por su nulo rechazo.

En realidad DogDay quería y podía hacerlo pedazos.

Si la respuesta era un sí o una mentira.

El ya no quería pasar más tiempo aguantando estas ridiculeces. 

El humano no responde y parece que solo está cada vez más distraído. Dog Day frunce el ceño al verlo casi llevarse las manos a los pantalones.

Se levanta tirándolo para acorralarlo sin tocar más allá de su cuello al apretarlo y mirarle desde arriba.

El humano tiembla y lo observa asustado , aun rojo pero muy asustado.

- ¿Le han hecho algo como esto a mis amigos?- pregunta directamente sin usar la voz infantil.

Este humano se niega nervioso.

-No , nadie tiene permitido cruzar la línea… son juguetes para niños.- aspira y exhala con esfuerzo.-Pero ustedes pueden hacerlo , si quieren.-

Dog lo suelta retrocediendo con el ceño fruncido.

- ¿Por qué querríamos tal cosa?- cuestiona pasando su atención de la cabina solitaria por encima de la sala a la puerta. Esto no parecía un ejercicio extraño pero tampoco parecía ser el mejor de los días para enfrentarse a un humano raro.

Este doctor le cuenta algo que sí parece ser un cuento de fantasía.

-Huggy , él arriba lo hizo con un empleado.- lo dice girándose para ponerse de pie con piernas temblorosas.

Ni en sus más grandes delirios imagino que algo como eso podría ocurrir.

No estaba de humor para saber tal cosa de una de las criaturas de la superficie.

-Quiero volver a la guardería.-

El doctor , recargado en la silla del consultorio , le mira nervioso.

-Te enviaran a la celda hasta mañana.- 

 -Entonces que así sea.- murmuró bajando su atención a la puerta.

El doctor camina hasta la mesa , tocando el botón de retiro. Lo toca pero no lo presiona. Aferrandose a una oportunidad más.

-DogDay , podemos intentarlo …si llegaras a interesarte.-lo murmura sin mirarlo , nervioso hasta la punta de los dedos.-Sera mas facil con un hombre que con una mujer humana.- lo agrega sintiéndose estúpido.

El perro endereza los hombros completamente horrorizado por esa idea.

Guardando sus respuestas más cargadas con rabia se mantiene en silencio. Buscando en la mes de instrumentos el alcohol para limpiarse la saliva de la reja. 

El malestar era demasiado inmediato. Acababa de tener una especie de discusión con Theodore , sus amigos estaban heridos y el mismo no tenía muchas más fuerzas para contener toda la rabia que le inunda al pensar en la posibilidad de estar en la misma situación sus amigos. Refregando con fuerza el agua que saca con violencia e la botella oxigenada para limpiarse antes de regresar. 

El doctor que le observa pelear con las marcas de su toque suspira ajeno a cualquier modo de empata, negandose a sentir arrepentimiento por algo que posiblemente sea algo sin importancia o que posiblemente le traería cierta clase de satisfacción placentera a futuro. 

Cuando Dog ya no podía dejar de lado las malas emociones y la rabia lo superaba estrelló la última botella contra el suelo con un gruñido. 

 El doctor no sabe que tan cerca estuvo de ser atrapado y estrujado hasta explotar en viseras al tocar el botón que al fin abre las puertas y los guardias entraron para llevar de vuelta a la celda a este monstruo.

Aun toca los nervios de la criatura con una sonrisa nerviosa. 

-No olvides que hablaremos después , DogDay. Puede ser mejor de lo piensas.-

Los guardias se miran pero no comentan nada por el fuerte olor a químicos del perro. No era posible que lo integrarán oliendo así. 

-Creo que te llevaremos a lavar. - le apunta un guardia. 

-Gracias. - escupe la respuesta aún intentando limpiar la reja con el dorso del puño. Ahora esas fuentes de agua hirviendo parecen lo mejor de todo lo que vendrá. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la celda. 

Bubba vuelve a revisar su boca recién construida.

-¿Está igual? – pregunta a Crafty.

El unicornio , ya recompuesta y lavada , lo mira por unos segundos.

-Estas igual de feo , si.- asiente y vuelve a mirar a la celda. 

Estaba limpia pero aun podían ver los escombros y el concreto roto por sus peleas. Además de oler a un fuerte limpiador marca PlayTime co. Cargada con esencia de naranja y melón, comprala ya. 

Bubba suspira bajando las patas.

-Creo que fue una prueba de tipo-

-De tipo “Cierra el hocico o te lo rajo” – interrumpió Crafty deseando silencio. 

Bubba deja de revisarse. Mirando al unicornio decide caminar para estirarse. 

DogDay le pegó fuerte, esperaba que fuera equivalente el daño o se resentirá con estas tonterias. 

Las puertas se abren por un lado dejando entrar al fin a Picky. 

La cerdita avanza segura, buscándolo antes de caminar directamente a su dirección. 

El elefante retrocedió unos pasos al ver que la velocidad no aminora y para peor la chica lo abofeteó. 

Al menos fue con suavidad. 

-Me atropellaste, idiota. – le reclama enojada. Al fin proceso lo sucedido y sus recuerdos se unen al presente. Enojandose de sobremanera con su elefante. 

Bubba vuelve a suspirar culpable. 

-No fue apropósito. Perdóname.– 

-Ya se eso, idiota. – apuntó a Crafty. – A ella le va bien embistiendo porque su cuello es largo y su cabeza queda lejos del alcance del enemigo pero tú no, idiota, tu cuello es corto al igual que tu capacidad visual. – lo hace voltear con un empujón. – Si vas hacia adelante y golpeas a algo que sea grande pero se aferra te cortara la carótida al abrazarse a ti. – 

Esa descripción lo hace sentirse diferente. Era algo que le resultaba familiar. 

-Si es más grande que tú seguro podrá abrirte el cuello y por la posición abrirá heridas en lugares peligrosos.- 

-No lo pensé. – 

-Crees que ser grande es todo lo que necesitas pero no, aun debes ser más ágil para protegerte.-

-Tu…¿Qué tan consciente estabas?- pregunta tocándose el cuello y las nulas heridas en este. 

Picky suspira tocando su trompa de la base a la apertura nasal.

-No se, seguro estoy viendo cosas que sentí. – sus ojos siguen esa mirada de plata.-Bubba.- lo llama por un instinto aparte de su mal humor. 

Las puertas de la celda se abrieron a la entrada de más de uno de los faltantes. 

Entre ellos Bobby con el gato. 

Las puertas se cierran pero no hay ningún saludo de parte de los presentes. 

Siguen al gato que no tarda en apartarse y recostarse ignorándolos. 

El malestar del grupo vuelve a presentarse solo por ver ese cuerpo tan grande parecer inofensivo. 

Preguntándose si fueron suertudos cuando este no participó en la pelea. 

El último en llegar no fue el líder. 

Este llegó después de un rato. 

-Aún falta Kickin. – le avisa Bubba al verlo buscar a todos uno por uno. 

El líder le mira por un momento. Algo que se carga con una sensación de incógnita preocupante. 

Camina hasta Theodore para abrazarlo sin importarle si este sigue de espaldas. 

El gato lo ignora al inicio pero no puede seguir con eso. 

-¿No te hicieron nada malo?-pregunta acariciando su pelaje, olfateando su boca directamente. 

Theodore rememora todos y cada uno de sus tormentos pasados. Incluso esos en la mesa del quirófano y anteriores. Llegando hasta su niñez. En realidad algo de diversión lo hace preguntar al perro con sorna:

-¿De qué periodo traumatico de mi vida estamos hablando?- pregunta al fin tratando de entender por qué debería importarle.-Se más específico, cari…- callo esa palabra que casi escapaba de su boca tan naturalmente. 

DogDay estaba demasiado distraído en el pesar y la frustración para poder disfrutar ese casi mote cariñoso como en otro momento hubiera deseado. 

-Eso debe ser un no. – suspira el perro soltandolo aliviado. – Dime si algo ocurre, será lo último que permita que te hagan, Theodore. – 

Pudo reclamarle y lo intento al querer tocar su cara como de costumbre entre ellos pero algo raro pasó antes de poder tocar su nariz. 

Este perro suyo rehuyó a su contacto volteando el rostro antes de dejarlo y caminar directamente hacia Hoppy.Theodore lentamente recupera su pata, mirándola confundido por ese ademán. 

Dando la espalda a la crisis creciente del gato uno a uno de los sonriente comparten algo en susurros.

Llegando a Picky y Bubba qué no tardan en ponerse ansiosos y no tan indiferentes como Hoppy o Crafty. 

El reclamo de Picky rompe con la armonía de murmullos. 

-No me habías dicho de esto.– 

-No es algo de lo que quiera hablar. – termina Bubba.-No me gusta. - 

Hoppy llego a su límite de un momento a otro, sadudiendolos por su grito ansioso. 

-¡¿Porqué aun no traen a Kickin?!- grita agarrándose las orejas por los lados de su cabeza. 

El arranque de Hoppy les sobresalta y buscan al líder esperando respuestas. 

-Por eso quería esperarlo pero debemos adelantar las cosas y usar nuestro tiempo lo mejor posible – les señala una distancia segura para dejar a Hoppy controlarse por sí misma. 

-¿Y si le están haciendo algo? Dios… - Hoppy parece perder el pelo que apenas le habían repuesto. 

DogDay la lleva a una pared. Colocando sus manos en esas mejillas. 

-Piensa en como ayudar, no te dejes confundir. – le ordenó. – Debemos estar listos para lo que sea. – 

-¡Nisiquiera podemos escapar! ¿Qué será de nosotros si no podemos huir de aquí?- le pregunta cansada de tener miedo.-¡¿Nos van hacer ese tipo de cosas?!- chilla demasiado asustada. 

-¿De que esta hablando?- pregunto Theodore desde las sombras. 

El grupo no lo estaba ignorando. Solamente estaba demasiado afectado para responderle con algo que no deseaban enfrentar. 

La vergüenza de DogDay no le permite hablar. Mirando al suelo donde Hoppy cae doblando sus rodillas y sus brazos suben a su cabeza. Temblando como única muestra del sollozo qué le estaba asfixiando sin lágrimas. 

Entre Bobby, Catnap y Hoppy. La más capaz de matar era Hoppy. Tanto por su experiencia como por el aturdimiento qué sufrieron durante todo ese experimento. 

Pudieron haber muerto pero estaban aquí. 

Hoppy resistió tanto o más que ellos para no cortar cuellos con esas grandes garras qué ahora parecen ser inútiles para defenderse de un gran miedo silenciado en un eco desde hace mucho tiempo. Desde que eran unos niños sin fuerza en los brazos qué los salvará de algo que no podían detener. 

Si hace tiempo evitaron matarse entre ellos parece que esto fue para averiguar si podrían repetir el ejercicio de manera exitosa. Aumentando el peligro venidero. 

 

Picky recarga el cuerpo en el costado del elefante. 

-No se si pueda mantenerme entera aquí si ellos me hacen algo. - murmura en un hilo la chica. 

-Dog. - lo llama el elefante pidiendo ayuda en su gran miedo. 

El líder junta las manos en la espalda. Tragándose la cobardía deja que su voz escape con mayor coraje. Les apunta a la puerta. 

-Esperemos a Kickin. - los hace esperar. Mirandoles de lado. - Hay que estar todos para saber que hacer juntos. - 

 

En realidad ninguno de los siete sabía si podrían contra ese tipo de tormento.

No ahora que apenas podían soportar sus propios cuerpos. 

Solo uno de ellos sabía que no podía dejarse tragar por este.

 

 

 

 

 

Theodore escucha y los observa uno a uno. Al fin comprendiendo, a medias, la forma en la que actuaban fuera de esta celda y todo lo que no podía ver cuando era un niño y ellos monstruos. 

Están cada segundo de su vida atrapados por los humanos y son lo que son. 

Juguetes. 

Eran juguetes. 

Estaban jugando siempre con ellos. 

Tal vez lo único que no era un juego para ellos era cuidar a los niños de La Guardería. Talvez era lo único que los mantenía cuerdos en la demencia de esta jaula. 

Planear un escape como el que lograron el día que se incineró debió ser pesado y lento. Muy peligroso. 

No lo aprecio como debería. No dimensión que tanto debieron trabajar y exponerse para lograr algo tan grande como eso. 

-Necesitas paciencia, solo paciencia. – murmura esperando ser escuchado por al menos uno.

O tal ve se lo estaba recordando a si mismo. 

 

 

Instandose a ser paciente. 

Debía aprender de esta paciencia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre la celda son escuchados. 

Por algo que no es humano. 

Aquella criatura testigo de la crisis tamborilea sobre el metal de los túneles de aire. 

El gatito aún no reconoce que su lugar es exactamente el mismo que el de sus compañeros. 

Algo frustrante y divertido para esta criatura. Un monstruo que suda y sangra la verdadera paciencia. 

Tan solo esperando como el televidente que observa al actor ir directamente a la trampa de lodo. Porque de todos sus juguetes dispersos este felino era el más estúpidamente denso de todos. 

-Ya quiero ver como te ensuciaras, gatito. - 

 

 

 

 

 

Notes:

Hay mucho por venir.
Gracias por leer y comentar.

¿Qué pasa con ese miedo en todos? ¿Porqué incluso Bubba no puede superarlo para tranquilizar a Picky?

Porfavor, no etiqueten de cobarde a ninguno de los sonrientes.

Es algo que no dejan de ignorar y no fue más que revivido más y más fuerte con cada intervención científica sobre ellos.
Ningun proyecto en la fábrica está exento de este gran miedo. Mommy en el capítulo 11 lo demostró.
Siendo la más fuerte de todos la sola idea de ser llevada por los médicos en su estado paralizado la destruyó sin importarle nada más que no ser llevada.

Chapter 53

Notes:

Nuevo problema.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

Normalmente su entendimiento sobre el mundo y su propio ser, era que DogDay y Bubba eran los chicos lindos del grupo. Aquellos que llaman aún a los humanos y hacen a los niños sentirse seguros. Todo porque él era el encargado de las cosas que a los niños no les gustan. Raro. 

Ahora se unía un gato, que da más miedo que ternura, pero aún era mejor que él. Sobre todo su trasero, era muy bonito con esa cola tupida y no el desempolvador qué tiene en su propia cola de pollo. No hay puerta que no se abra para un felino pero pocos pensarían en invitar a un pollo a su cama. 

Llegar a un día donde le dirían algo como esto. Le ofrecierán algo como esto. 

-¿Porqué haría eso con una humana? – pregunta pasando su atención de la human rubia a la puerta. 

Esta doctora le sonríe. Como lo hizo hace años, cuando le prometió sanar su dentadura antes de convertirlo en un juguete. 

Es peligrosamente descarada y malvada. 

-¿No crees que te sentirías bien?- le interroga esta mujer tocando la reja de su boca. 

Kickin se voltea cubriendo su boca con las manos. 

-Sabes lo que hay aquí pero no parece importarte. – murmuró tirando de su pierna.

Hace un rato estaba satisfecho y contento por haber logrado ayudar. No veía cómo las cosas llegaron a un punto en el que su cuerpo sería tocado por esta doctora tan rara. La cadena en su pierna le recuerda que no debió huir de procedimientos en el pasado. Podría irse de la habitación si estuviera libre. O al menos no estaría sujetado por una cadena capaz de entorpecer a Bubba. 

La doctora sujeta su brazo, convencida de su inofensiva naturaleza y poco peligro por su estatura similar a un humano. 

El ave pierde un par de plumas ante el estrés, cerrando las manos evitando qué logrará hacerlo tocarla. 

-Te daré lo que tu quieras. – le ofrece pasando su mirada por esos ojos cargados de miedo. 

Mueve la cabeza esperando que se aleje. Empujarla era buena y mala idea. Puede que logre apartarla pero ¿Y si tiene consecuencias? 

Mira al techo deseando encontrar respuestas en las luces. 

-Si no fuera para ti… ¿Qué quisieras darle a tus amigos?-

Kickin suspira tras escucharla. 

-Eres una maldita bruja muy inteligente.- 

 Esta doctora pierde la sonrisa suave, tornando esos ojos de un tono más oscuro. 

-Eres un pajarillo que no sabe cantar, ¿O es que en realidad tu conejita no te importa tanto?-

El ave exhala una bocanada espesa de vaho. 

-Yo no soy DogDay, yo no les tengo lastima. - advierte con una mentira.-No puedes jugar conmigo, sin él cerca no tengo que escucharlos. Y si tengo que comerte será hasta los zapatos y comenzaré abriendote en dos desde las piernas a la cabeza.- 

Una donde el líder era piadoso con estos humanos cuando hace tiempo quedó claro lo fácil que ese líder disponía de una vida fuera de su grupo cercano. Mientras esa mentira les sea útil la utilizará 

Esta doctora recupera su sonrisa como un gesto ansioso cargado de ese sentimiento de temor oculto en su interior. 

-¿Es un encanto oculto el expresarte de tal manera?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El grupo espera alrededor de la celda. 

Theodore sigue, por puro impulso, los pasos de DogDay, caminando a su lado por toda la celda. Al menos lo hace sentirse tranquilo poder moverse a su lado. Aun esperando descubrir porque lo evito antes, que estaba pasando con el perro que no habla de se que les dijo que habría que esperar a Kickin. 

El perro gira y se detiene mirando a la puerta.

Todos lo imitan. No porque compartiera su percepción sino por la costumbre a hacer lo que él líder les ordenará. 

Esperaron por al menos cinco minutos antes de que la puerta se abriera por fin, entrando Kickin. 

-¿Estás bien?- pregunta Hoppy nada más lo vio entrar sin moverse aún insegura. 

El ave le observa de arriba abajo, pareciendo nervioso estiro los brazos tras su espalda. 

-¿Cómo les fue con los humanos?- hace su propia indagación, vigilando sus reacciones y a donde iban sus ojos una vez les hacía esta pregunta. 

Cada uno pasa su atención hasta el líder. 

-¿Qué es eso en tu pierna?- apunta DogDay a su extremidad. 

Kickin ya estaba esponjándose horrorizado sin ver nada aun en su brazo. Salta directo en huida. 

-En tu pierna. – le corrige el perro atrapándolo por el cuello cuando casi le pasa por encima en una huida a ciegas tras el susto. – Déjame ver. – pide soltándole el cuello. Sujetando su pierna lo deja colgar y saca de entre sus plumas el objeto escondido torpemente. 

 Es un cubo, no, es un rectángulo raro, muy raro. Lo mueve y suelta a Kickin, el cual apenas logra evitar darse de cara contra el suelo con los antebrazos, a este rectángulo le olfatea y sacude con dureza. 

Hasta lograr algo increíble. 

Una cosa larga y delgada se salió por un lado. 

-Ohhh… - exclaman en coro, incluso el perro al ver esa cosa saliéndose. 

Theodore se acerca también mirándolo con sospecha. 

El siempre confiable los hace saltar cuando Bubba gritó levantando las patas al ver esa pieza de metal saliéndose por un lado. Empujó a Hoppy y Kickin para llegar al perro. Salta para arrebatarlo de manos del líder y correr directamente con Bobby, buscando sus garras mucho más delicadas y suaves. 

-Tratalo bien. – le pide al entregarlo a ella. 

Bobby toma el objeto, que es grande y pesado como ladrillo, mirándolo aturdida. 

-Es un teléfono. – anuncia al reconocerlo.-Celular, es un teléfono celular. – 

DogDay y el resto exclamó sorprendidos al ver a la osa abrir una tapa al tirar hacia arriba con la yema del pulgar. Descubre los ocho agujeros inferiores y los mismos ocho de arriba. Además del teclado lleno de números. 

-Esta es una antena y se estira para alcanzar la señal. – les muestra como saca por completo la antena y lo levanta. – Estamos bajo tierra así que¡Ahaa!- lo soltó al sentirlo vibrar. 

Kickin lo atrapó antes de que cayera al suelo.

-¿No eras de ciudad? ¿Porqué no sabias lo que era?- pregunta Crafty a DogDay. 

El perro movió los hombros. 

-Los que vi eran de pared o cabinas en la calle. – le responde y sigue curioso.-No me acerque lo suficiente para ver este tipo de cosas. - 

Desde el suelo el ave levanta las plumas de su cuerpo. 

-Lo encendiste. – le avisa Kickin al resto. -No se que dice. – lo muestra a Bubba. 

El elefante golpea sus cabeza intentando leer lo que decía el logo.

-No lo se, es diferente. – 

-Es de los militares. – 

Los siete miran a la osa. Ella les apunta al celular. 

-Lo vi en manos de un hombre cuando me encontraron. – 

-Entonces no necesita dinero para funcionar. – Bubba vuelve a chocar sus patas.-Solo tenemos que descubrir las líneas de comunicación de este territorio. - 

-Creo que uno de los clientes del exterior es militar.- dice esto el ave, podía recordardando el tatuaje de un hombre que solía llegar por flores.-Si le ofrecemos algo podría abrir la boca. - 

-Podríamos pedir ayuda. – lo exclama Hoppy deseando comunicarse con el exterior. 

-No recuerdo el número de nadie. – lamenta Bobby. 

DogDay levanta las orejas rememorando un número en su memoria. Uno muy importante. Más ese mismo número y su dueño lo hacen volver a pisar tierra. 

Si alguien no se confiaría en un objeto tan oportuno y valioso llegado de la nada este sería esa persona. 

El resto sigue revisando la situación y saltando emocionados. 

-Es posible llamar a la policía. – interrumpe Kickin abrazando el teléfono. 

-También al ejército. - apoya Hoppy llevándose las manos al pecho. 

Picky cae en la histeria y una esperanza escapa de su boca. 

-Ellos entran, detienen a todos. Nos hacemos los estúpidos y cuando nos saquen escapamos de ellos. Seremos libres. – 

- Podría funcionar, solo debemos quedarnos quietos y dejar que a todos se los lleve el demonio. – lo sigue como un plan Crafty. 

Theodore siente como esa idea dañaría el rescate de su… ¿Su qué? ¿Aun era su papá? 

Theodore baja la mirada confundido por sus propias cavilaciones. Entre intentar descubrir que era la garra y cuál era su propio lugar. 

Entonces DogDay dijo algo que lo hizo salir de su cabeza al darse cuenta de que otra vez no estaba viendo todo el escenario como debería. 

-¿Porqué tenías eso?- DogDay los interrumpe al levantar los brazos.- ¿Como llego a tu poder lago tan bueno, Kickin?- 

La interrogante del líder los hace volver a un estado más nervioso que emocionado. 

Kickin en el suelo mira al celular. Al fin esa parte vuelve a su cabeza. 

-No lo se. – traga pesado. El peso de este ladrillo eléctrico es procesado por su mente. 

Crafty piso el suelo con las dos pezuñas. 

-¿Te lo dio un humano?- 

Kickin negó moviendo las manos y su cabeza. Dejó el aparato en el suelo en su nerviosismo.

-No pero debió ser uno, alguno. - pierde el hilo pensando en este objeto.

-Te lo dio un humano. - apuntó de nuevo el unicornio. 

Theodore sintió la urgencia de pisarlo, romperlo. Mirando al grupo distraída camina a un costado mirándolo silenciosamente. 

-No, Crafty, nadie me dio esto. – Kickin aun intenta explicarlo. 

Hoppy dobló las rodillas para estar a su nivel, agarrando sus manos extendidas. 

-¿Te lo ofrecieron a cambio de algo?- le cuestiona preocupada.

Kickin recuerda de golpe a esa doctora. Esto ocasiona un cambio en su mirada y cejas bastante claro para todos. Kickin los ve cambiar de actitud de golpe. 

Estaban horrorizados. Como si les dijera que trago aceite de motor o tuviera una enfermedad terminal. 

-No… ¡No! ¿No pueden creerme? !!No hice nada, ella quería pero no hice nada!!- lo asegura mirando a Hoppy al igual que al resto. 

La coneja dejó caer sus orejas. 

-¿Cómo que ella?- susurra sin aliento en un solo hilo de voz.- ¿Kickin, que te hicieron?- 

-No hice nada. Hoppy, lo juro, no hice nada. - lo dice temblando y lleno de un nuevo tipo de desesperación. 

No es suficiente que lo niegue. La cerdita piso el suelo llamando la atención. 

-¿Por qué tienes esto?- pregunta Picky. - ¿Te dijo que hicieras o te dejaras hacer algo por esto?- pregunta sin soñar sería.- ¿O te pidió que le hicieras daño a uno de nosotros?- 

Descubren el porqué no la escucharon decir nada hasta ahora. Lo había estado observando con una mirada bastante complicada. Desconfiada. 

Bubba dejo de resistirse al pesar en el eco de esa posibilidad. 

Kickin movió la cabeza negándolo. 

-No, no hice nada… no me pasó nada. – asegura temblando.-Yo no los vendería, chicos.-

Hoppy lo atrapa en brazos. Estaba llorando asustada por él. 

Kickin no sabe como tranquilizarla, correspondiendo por reflejo el abrazo. 

-Estoy bien, Hoppy, estoy bien. – lo repite en sus hombros.-No los traicionare nunca, lo prometo. - 

-¿Entonces no te amenazaron? ¿No te hicieron nada malo?-

-No, Hoppy.Estoy bien.- 

 

El celular estaba al alcance de Theodore, solo necesitaba pisarlo. 

Si tan solo Bobby no lo hubiera recogido del suelo. 

-Kickin creyó que era un insecto. – apunta ella mirando al celular. 

El resto mira al líder tomar de manos de la osa ese aparato. 

-No solo creyó que era un insecto.- lo continúa asintiendo.-No sabía lo que era ni para que servía.- mira al grupo relajando los hombros. – Esto se lo entregaron pero no está ligado a la persona que menciona. – 

-¿Cómo lo sabes?- interroga Crafty. 

-Huele a hombre humano, y él menciona una mujer.- suspira. – Las personas que hacen esto ofrecen algo al azar pero si pasara, Kickin pedirá a algo que necesitará. Solo podrían ser cosas que nosotros también reconozcamos.-su atención cae en el ave. – Kickin pediría un arma. – 

Este pollo levanta los hombros contrariados por esa percepción. Era correcto. O no tanto, DogDay se equivocó en algo pero lo mejor era no mencionarlo… No, no con ese gato rondando el celular.

-Kickin elegiría algo sería un arma que lo ayudará a igualar las cosas con los otros gigantes. Algo que lo ayudará a estar al nivel de Hoppy.- murmura el líder observando el celular. - No algo que no sabe utilizar. - miro a Hoppy tranquilizando la con un ademán relajado. 

Ahora que ella está cada vez más atrás en sus ánimos y solo la veía caer lentamente en la tristeza y el enojo. No podía intentar meterse cuando posiblemente sea algo que ella necesite sobrepasar por sí sola. Después de todo ella era una chica y si necesitará algo lo diría, tendría que hacerlo. 

-Lo que tienes de marica también lo guardas como detective. – la burla de Picky relaja a medias al grupo. 

El perro suspira mirando al celular. Extendiéndolo hacia Theodore. 

Ese gesto no solo le sorprende al felino. La mitad de los presentes tuvo un salto involuntario por su movimiento. 

-Quieres verlo. – lo muestra esperando que lo tomara. Lo había notado mirando al aparato desde que supo lo que era.-Ten, Theodore. - 

El gato retrocede negando con su cabeza. Esa movida le hizo sentir extraño. En peligro. 

-No. – niega retirándose a una distancia media. Ya estaba inquieto por el rechazo del perro, esto fue demasiado.  

DogDay lo devuelve a Kickin. No dijo nada sobre la negativa del gato y tampoco fue algo que resonara para el resto una vez el gatito fue quien se negó a sostener el celular. 

Kickin suspira dejando atrás sus sospechas, talvez debía superar su prejuicio. Theodore no podía ser tan malo como pensaba. 

Solo Bubba intenta disimular su atención sobre los movimientos del gato y su negativa acompañada por el ceño fruncido. 

Más para Kickin pensar en proteger este aparato del gato le parecía complicado, las garras de Theodore eran capaces de abrirlo con un rose. No podía confiar en su propia capacidad. 

-Soy muy bajo, se notará o lo romperé.- era tanto eso que ya no lo quería cerca de sí. Kickin se negó a recuperarlo. Esperaba que lo guardará alguna de las chicas que no solían permitir el contacto físico. 

Viendo la situación DogDay lo entrega a Bobby. Una suerte a ojos de Kickin.

-No dejes que nadie te lo quite ni lo entregues si no estamos los ocho reunidos. – lo ordenó Dog sin soñar demasiado interesado. - Si un humano te interroga no lo entregues a menos que sea con todos reunidos, niegalo todo hasta entonces. - 

-¿Todos?- remarca Bobby ansiosa. 

-Todos debemos estar presentes o muertos para que lo entregues. – 

 

El eco de las últimas palabras atraviesa al gatito. 

No era posible que Dog sospechara. No era posible tal cosa, no lo podía creerlo. 

Algo más estaba pasando. ¿Porqué cambió su actitud tan de golpe? ¿Qué fue lo que hizo para hacer que reaccionará de esta forma? 

Theodore observa a la osa guardarlo en la pelusa de su cierre. Sus garras acumulan tensión bajo el pelo, bajando la mirada al suelo. No podía pensar en alguna forma de recuperar ese aparato y romperlo. Más ese perro sin acercarse a él incluso si pasa por su lado. Porque después de pasar todo este tiempo recibiendo esporádicas caricias al paso del perro el perder de golpe esto fue algo imposible de ignorar. Doloroso. 

El malestar crece mucho más rápido de lo que puede tragarlo. 

-¿Quieres eso o algo mejor?-

Sus orejas felinas caen abajo ante la voz. Levanta la cabeza, revisando las paredes.

-Solo espera a que todos duerman. - 

 

 

 

El líder tomó distancia pensativo. Moviendo esa cola a un lado que no mostraba alegría sino su malestar latente. Las cosas estaban evolucionando de una manera inesperada y peligrosa, no podía confiarse. 

No hay paz que pueda fabricarse mientras los humanos tengan ese tipo de visión sobre sus amigos. 

-¿Cómo lo estarán pasando los de la superficie?- murmura esa duda observando el techo de la celda. En esa zona de la fábrica las criaturas estaban desprotegidas. Estaban solas con cientos y casi miles de cabezas humanas. 

El grupo lo observa comenzar de nuevo un camino alrededor de ellos. 

-Otra vez. - susurra la voz rota de Bobby. 

Theodore fija sus ojos en esa caminata y sus brazos moviéndose sin hacer un solo sonido más que chasquear los dedos al rodearlos. Fijándose en ellos de vez en cuando.

Ya había visto algo parecido a esto. Cuando discutieron en el cuarto de lavado y este perro movía las manos en sus rodillas mientras le decía que no podrían estar más juntos o esperar a llegar a más. ¿Era esta su forma de ponerse en orden cuando algo difícil se le presentaba? 

Dog por su parte continúa caminando y sacudiendo el puño que abre, chasquea, apunta y lo lleva a su espalda. El asco a su propio cuerpo eesyta presente, tanto como las voces de cada humano con el que ha tenido contacto o conoció incluso antes de entrar a este manicomio de peluches. 

El escenario qué se le presenta es complicado. 

Si en este piso lleno de seguridad ese doctor se atrevió a algo y aquella mujer también lo pensará con Kickin, el más débil de los cuatro, deben tenerlo calculado o eran inconscientes del otro. Además de la tercera cabeza entregando algo como eso al ave, justamente ahora. 

No. Hay mucho más aún por desentrañar. Como cual seria la siguiente fase de lo que sucedería de continuar el experimento de los cables en su cabeza. 

A donde podrían escapar de empeorar las cosas. 

¿El humano que mencionaron con Huggy sería ese ingeniero? ¿Que tan malo sería utilizarlo contra el gigante azul? 

 

Theodore siente un escalofrío por todo el cuerpo cuando ese perro lo miró de la nada con un ceño fruncido. 

 

-No.- suspira volviendo a su caminata. No iba hacer algo tan bajo. No cuando puede imaginarse cuanto dolería estar en esa situación con Theodore. 

No bajaría tanto en sus movimientos. 

¿Entonces por qué aún siente esta inquietud? Esta sensación desagradable está creciendo tras sus orejas. Un peligro que no identifica. Hay alguien allá afuera. 

Algo los está cazando. 

Puede sentirlo hasta en la sangre que corre bajo el plástico. Comer carne o no, era difícil imaginarse en esa situación. Esta obra los tiene como la comida de un plato buffet. 

Esta situación la vio demasiado en las calles o en el primer hogar del que lo expulsaron antes de conocer a Bubba y Picky. Las personas con poder pueden ofrecer o coaccionar a los niños a cambio de algo o con una amenaza. La culpa era la favorita de las malas personas.

Incluso los adultos caen en la manipulación de la culpa y son débiles cuando alguien con poder ofrece una migaja con el sabor correcto para sus bocas heridas por la comida dura de siempre. 

El pan envenenado fresco es el favorito de los perros. 

-Si.- detuvo sus pasos en la punta de la celda. - Es con pan. - suspira esa verdad como una decisión. 

No era seguro seguir dando largas a esta situación. 

Estaban retrocediendo otra vez en su posición. Están al borde del desfiladero. 

Esto solo le hace tener claro cuánto daño le harían a sus amigas y amigos si algún adulto logrará encontrar la espina de cada uno. Si descubrierán el hambre de Picky o la ansiedad por ayudar de Bubba, sobre todo la posibilidad de manipular a Bobby con alguna excusa de ayuda al grupo. 

Hoppy cada vez está más triste y no logra animarla. Kickin es callado pero algo grande debe estar guardándose dentro de esa boca cerrada. 

¿De que les sirve ser grandes si estaban encerrados y en desventaja?

Está perdiendo el control de su grupo o ellos se alejan de la vena. 

Debe regresarlos de alguna forma al centro. 

El pan solo debe venir de sus manos y no de los humanos. 

-Dog, ¿Ya pensaste en algo?- Bubba lo interrumpió con un toque en el hombro. 

No podía dejar que se acercaran a ellos. Necesitaba mantenerlos a salvo incluso de ellos mismos. 

Vuelve con ellos arrastrando con fuerza al Bubba por la trompa. 

El gato y unicornio lo esquivaban solo por un pelo cuando lo tiró al suelo donde el grupo se reunió arrastrando al gato con ellos. 

Theodore no había estado en este tipo de reunión nunca. Experimentando por primera vez este lado severo del perro que solía manejar las cosas con un solo pedido apasible. 

Es otra cara de la moneda del liderazgo qué no terminaba de conocer. 

Sacudiendo las orejas al ver al perro tirar de ellos sin esfuerzo, guiandolos contra una esquina con un tirón o un empuje. Podrían ser ovejas devueltas al corral por el perro o víctimas pero son tan libres como cualquier pieza de imanes. 

Terminando cuando no hay a donde correr y solo pueden pegarse a la pared para evitar chocar con el perro que los guió a este espacio. 

El silencio que le siguió los hace parecer piezas de un carrusel sin energía. Solo ahí, esperando a que hablara. 

Theodore exhala e inhala pesado, aspirando la vainilla y esa sensación. Aprendiendo del perro. 

-Chicos. – el llamado del perro fue serio. Algo que interrumpe el mutismlo del grupo. 

Todos , en caso de Kickin qué estaba en brazos de Hoppy que no lo ha dejado ir desde que entro, le miran ansiosos. 

Aunque había algo que no podían negar incluso los más amargos de los siete. 

Lo que él líder les estuviera por decir lo tomarían incluso si fuera envenenado. Esperando una respuesta para este problema creciente. Esperando que el líder siga con su trabajo y les de una rama que sostener en el naufragio. 

-No piensen tan siquiera hacer algo tan estupido como intercambiar algo con los humanos. Solo las flores son seguras. – les advierte lo más sencillo que podía para evitar ser demasiado grosero con algunos. -Solo las flores pueden ponerles un alto, no lo olviden. - 

Las flores. 

Casi o más bien las habían olvidado entre todo el miedo que les embargaba. 

Las flores eran lo que el líder les consiguió para protegerse. Era lo que tenían y debían apreciarlas. 

-No lo haremos.- murmura solo concentrados en esos objetos. 

Dog vuelve a advertirles sin ver como un “No lo haremos” tendría que ser la forma de asegurarse de que lo escucharan y pudieran mantenerse estables con lo que podría suscitar en el futuro. Agregando un par de escenarios fatídicos qué podrían acontecer en un descuido. Según su paranoia. 

Sus brazos pasaron entre todos creciendo de golpe frente a ellos. 

Theodore mira de arriba abajo pensando en que antes no pudo verlo bien y de verdad era sorprendente como ese aroma y su calor aumentaron. Definitivamente este perro suyo hubiera reducido a nada a Kickin de alcanzarlo hace un rato. 

 

-Escuchalo. - 

La mirada de Theodore se baja y no por estar siendo intimidado, en realidad quería seguir escuchándolo , sino por el murmullo de la garra. Llamando su atención un sonido. 

Un corazón está latiendo desbocado. 

Delatandondo a su dueño. 

Su emoción lo hizo perder la oportunidad para preguntar por las flores. 

 

 

Dog no tiene nada de eso en mente.  

-Incluso si torturan a otro ni si están desesperados. No lo hagan.– lo recalca moviendo las manos con cada sílaba. -Nada, no les darán nada. Si algo pasa cierren la boca, todos son de piedra ese día.- 

Los dejo ir dando algunos pasos atrás. 

El grupo lentamente regresa a un estado más parecido a la calma. 

Crafty le gruño mirando molesta al perro. 

-Hablas como si tuvieras experiencia.– acusa burlona. 

Dog tiene esa respuesta única para todos sus traumas y vivencias. Aunque algunos sean mentiras. 

-Mi hermano. – reduce a esa palabra la indagación de Crafty. 

Theodore quedo muy lejos a la indiferencia del resto. ¿Hermano? ¿DogDay tenía un hermano, lo dijo antes?

Bubba puso de su parte. 

-El mío también. No nos irá bien de tomar como opción este tipo de tratos.– 

Dog vuelve lentamente a dejar caer los hombros en su usual andar desinteresado. 

-Solo cuídense. Se que no puedo obligarlos a negarse pero no se permitan llegar a eso. – 

 

 

Kickin lleva la cabeza a los hombros de la coneja para relajarse por fin.

Sin notar los ojos del gato fijos en su figura. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Volvieron a La Guardería doce horas después. 

Otra vez los tratan como si lo sucedido hubiera sido nada. 

 

 

 

 

 

DogDay, Bobby con Kickin aumentaron el movimiento de las flores. Recuperando el tiempo perdido. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De vuelta a la bodega de Dulce Hogar Theodore recuperó los documentos que robó con Bunzo. 

Si, había nombres. Era el conteo de cada niño en las instalaciones. No habia un solo nombre faltante. Solo descubriendo lo por su propio nombre. 

Las fracciones nunca las pudo manejar y volverlas de su gusto pero las restas le encantaban. Son sencillas, son muy fáciles de hacer. 

Tomar un número impar y reducirlo. Dividirlo y sumarlo. 

Es esa la razón por la que su lectura pasada fue de poco interés. Hasta hoy. 

Cuando su perro decidió que dormiría separado de todos en una esquina apartada y él sufriendo de insomnio nuevamente ante lgo ue le lleno la cabeza por culpa de ese corazón y gracias a esa garra que sigue sin acercarse a él. Esperaba su nombre y Theodore estaba listo para decirlo pero no sin avanzar en su misión. 

Volviendo a repasar lo que leyó hace tiempo dentro de esos documentos en las oficinas. 

Si en cada periodo de entrada se suman 700 o 400, y cada nuevo lote consta de 14 o 20 nuevos proyectos. Solo necesitaba sumarel número base de lo que eran después de la huida de 97 y su muerte. Sumar a los siete qué nunca se fueron, los cincuenta qué siguen aquí y el resultado es el número presente de la guardería. 

Ningún niño a sido cambiado a monstruo es descontado de las filas de La Guarderia. Mucho menos han sido removidos de los números de consumo alimenticio diario. 

La fachada de la fábrica continúa porque las personas aun creen que los primeros niños están bien en una zona aparte. Esto no lo podría notar de no seer por el registro menos 97 de hace un año. 

Entonces el registro de ias y vueltas no es donde debe averiguar de donde sacan a los proyectos. No. 

Esa información no estaba en esa fila de documentos. 

Theodore hoy cuenta algo, resta y suma, solo hay que verlos registros y el interesante detalle oculto a plena vista que solo su obsesiva necesidad de distraerse podría notar. Con la entrada de un nuevo Bunzo a la fila de 50. Y la inserción de castigo de un niño que no está presente en la sala de encierro de Dulce Hogar. 

En realidad la garra estaba más atenta de lo que parece. 

El número de nuevos experimentos es acorde a la disposición de la disciplina de Dulce Hogar. 

Cuantos castigos. Cuántos juguetes. Porque Dog los tenía en el corral pero siempre debería haber una oveja perdida.

 

Una pequeña rebelde perdida. Tal vez esa sería su primer compañera. 

 

 

Notes:

Nada como los amigos.

Chapter 54

Notes:

Que bonito es cuando llueve... A menos que seas como yo y unas gotas de agua te quiten el Internet y el transporte público se llena de lodo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando era pequeño no recibio el tipo de miradas que experimenta ahora que era un gran gato. 

No había ese miedo pero sí conocía los ojos de un adulto que te desprecia con creces. El asco de una persona a la que tu presencia ofende. Eres el enemigo de todo lo que cree y no puedes hacer nada para cambiarlo. Porque no eres más que un niño de pie entre monstruos poderosos qué simplemente necesitan levantar una mano para doblar tu coraje. 

 Theodore siempre habitó ese mundo de vergüenza. Solo porque no habia un dios para él o su mamá. Nadie les amaba y solo eran dos contra un mundo que cada segundo los llenaba de reproches. La maravilla de estos científicos o la alegría de los niños que comienzan a aceptarlo como su guardián y amigo, o esas miradas sospechosas de las otras criaturas. 

El amor de esos ojos brillantes o la presencia de esta gran garra. 

El mundo comenzó a degradarse en ojos ajenos. Todos los ojos de un mundo qué apenas puede entender como su hogar. 

En el toque de esas manos sobre sus mejillas al despertar. 

Experimentando una mirada cargada de un gran cariño, un gran amor del que no puede escapar y es todo lo que no desea. Tan solo esperando derretirse en esa mirada al amanecer. 

-Buenos días, Theodore.- 

El saludo viene de la mano con esas caricias profundas a su pelaje  y peinado al pasar esos dedos por entre los mechones revueltos para rearmar su aspecto felino. 

La magia de su despertar se rompe al rehuir el perro su intento por corresponderle tocando su rostro como lo hacía el mismo can. Apartándose una vez termina de peinarlo para el regreso a esta realidad de agujas y bisturí. 

La amargura se queda en sus ojos. Admirando al líder pasar por cada uno para despertarlos con una sutil caricia, o como a Bubba y Kickin a patadas, llamándolos arriba suavemente. 

Fue su despertar el más tierno pero aún no era suficiente. No para alguien tan sediento como Theodore. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

                                     Una cortada de nuestro pasado 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No puede arrebatarle ese celular a la osa. 

Es una verdad innegable. 

Solo puede observar a la osa en Dulce Hogar dado que fue movido a la Juguetería y Crafty ahora pasea en los jardines junto a los niños que corren y le saludan felices por verla para jugar por fin juntos. 

-… esas chicas de plásticos pueden ir a mi casa cuando quieran. – 

Sus orejas bajan molesto ante la plática que se socita en un grupo de hombres demasiado cerca suyo. Los escucha reírse y burlarse de vulgaridades qué no quería saber ni entender. 

-No puedo negar cuanto me emocionaría si el paquete completo del huerfano también viniera con una maestra incluida. – 

-Una sirvienta, niñera y compañía para cuando a mi mujer le duela esa hueca cabeza suya. – 

Con razón DogDay era tan paciente con el unicornio. La chica ha estado expuesta a estas conversaciones de mal gusto tanto tiempo que su personalidad se ha torcido en demasía. Ella que ya era voluble y explosiva, debe tener su carácter bajo más control de lo que pensaba todo este tiempo. El ahora mismo no estaba de humor para escucharlos. 

Theodore no soporta esas risas. Decidiendo moverse. 

-¡Wow, este es grande!- exclama el hombre más cercano con  

-¿Es una broma?- 

Sus risas se quedan atrás conforme avanza por las escaleras al segundo piso. Lugar donde la alta Crafty no subía pero él, gracias a su fisonomía, no tenía problemas para llegar hasta alli. Observando las paredes y sus pinturas. 

Nunca había entrado a este lugar que se llena de adultos. Algo que parece tener sentido al subir y encontrar a algunos pintores en el pasillo. Separados por una cinta amarilla y ese pasillo solitario. 

Estos trabajadores estaban distraídos pero no pueden ignorar el escalofrío que les llenó la espalda con la nueva presencia. Lo observan y él también a ellos, distraído por el equipo de pintura que los rodeaba. 

Ambas son en realidad dos trabajadoras con el uniforme manchado y sucio por el trabajo que desempeñaban. Mirándose una a la otra, pensando en cómo reaccionar a la presencia del gran felino. 

-Buenos días, Catnap. – saludan después de no encontrar nada mejor para hacerse notar o imponer algo que no sea el nerviosismo qué les llena mientras lo miran de lado.

Theodore no había visto estos pasillos ni cuando aún era un humano. 

Era esta su primera vez en un lugar separado de su usual caminata de siempre. 

Solo si es que toma como un error haberse alejado de este edificio todo este tiempo. 

Sus ojos siguen una pintura mucho peor que las fotografías de todos los niños en los pasillos de Dulce Hogar. Cuadros descarados sobre la perversión de este lugar. 

Un retrato pintado con el gran cuidado que se tiene por los cuadros de un libro de texto. Mejillas brillantes y ojos alegres. 

Todo en el jardín de La Guardería. Donde algún hombre de traje es retratado rodeado de niños y niñas alegres por llegar a su encuentro. 

Sabe que esta pintura es diabólica por reconocer a ese niño castaño en una esquina apartada del cuadro. En realidad reconoce a siete de los cientos retratados en esa lista de carnes.

-¿Te causa curiosidad?- pregunta una de ellas.-Debe parecerte interesante. - 

La segunda pierde color pero sus temblorosas manos aún pueden continuar trazando las líneas de su nuevo dibujo en el retrato. 

Theodore cruza la cinta amarilla levantando con cuidado cada pata. Observando al nuevo dibujo. 

Mirándose en la pintura.

Descubriendo que al fin contarán su cabeza como otros de los perdidos en el juego. 

Mira a las trabajadoras exhalando el vaho de su boca. Las flores escapan de su cuerpo. 

-Esta haciendo calor. – murmura una estirando el cuello de su uniforme tortuga, muy nerviosa mira al gato gigante y a las garras deslizarse a su avance.-Un poco sexy. – 

Su compañera le voltea a ver muy pero muy lentamente. Casi como para romperse el cuello de lo tensa qué lo hizo. 

-Cállate. – ordena abriendo muy grandes los ojos. 

Este gato paso por encima de las dos. Llevándola al límite con esa respiración felina ronroneando por encima de sus cuerpos encogidos en bolitas de nervios. 

Ambas tiemblan y sonríen mirando de nuevo a su trabajo. 

Tragando pesado al ver a ese gato meter sus garras en la pintura roja y levantarla. No se atreven ni a respirar al verlo concentrado en hacer un corazón sobre uno de los personajes de la pintura. 

Luego estrelló su pata completa en el fresco trabajo de una de ellas. 

-Oh… vaya. – suspira bajando su moral. Debería hacer una reclamación y alertar del mal comportamiento de las criaturas… 

-Por favor, ponganme a su lado. – su voz truena haciendo de cualquier otro sonido algo inexistente.-Quiero estar a su lado, por favor.- 

Las dos miran al gato de gran voz enjuagar sus patas en la cubeta y lavarse entre las garras como lo haría una persona, secándose en un trapo de los tantos que trajeron para mantener el suelo limpio. Retirándose al terminar con su limpieza sin volver a mirarlas. 

Las dos mujeres tardaron algunos minutos en poder moverse. Tomando los pinceles una a cambio la segunda usar un rodillo para cubrir el nuevo personaje y toda la mancha con ello. 

El pacto entre las dos es silencioso y las lleva a empezar el nuevo dibujo de forma solemne. 

Algo que les llevó bastantes horas más de los esperado incluso si entre las dos lo adelantan y no paran ni para comer. 

La noche llegó. Las criaturas fueron llevadas y ellas continuaban pintando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A las horas en pisos superiores. Cerca de la ventisca y el aroma de los árboles cubiertos por el rocío de la madrugada de un nuevo día helado. 

 

 

La cabeza de más de uno de los empleados ha sido secuestrada por la imperiosa necesidad de respuestas. 

Una respuesta sobre el evento que se rumorea entre varios sobre el gigante de la entrada a unos metros. Respuestas a una incógnita traída por el tiempo y los chismes. 

-¿Crees que sea cierto?- cuestiona una mujer observando al gigante azul al otro lado del pasillo. 

-No puedo imaginar algo como eso. – opina su compañero de corbata y traje. 

-¿Pero cómo sería?- pregunta ella cubriendose la boca. - ¿Y con que?- 

-Debe ser doloroso.- su respuesta a esto.-Puff. - 

-No creo que se atrevan a tanto estas personas. – agregó la segunda mujer de traje con falda. 

-Francis dice que los vio. – le recuerda la primer mujer. 

-Francis puede comerme los huevos y además es un estúpido.– interrumpe su compañero bastante enojado. 

Las dos mujeres no pueden evitar reírse por lo muy rencoroso que se escuchó su compañero. 

-Y yo solo me pregunto si será bueno…¿Por qué otra razón lo harías con un monstruo?-

Esta conversación es bastante incómoda. 

Más estar condenado a la conserjería le obliga a mantenerse cerca mientras pasea la estúpida pulidora en la que se ha subido para limpiar. Observando al sol por encima de las ventanas. 

Si. Lo habían movido, de la nada, a los pisos superiores. 

Pudo estar ahí en la llegada del gato salido del averno pero no pasó mucho antes de ser colocado en el horario nocturno. Este lugar estaba desesperado por mostrar lo bien que se maneja. A excepción de cuando un trabajador desaparece. Ahí cada quien ve por su propio culo. 

Pasa al siguiente pasillo a la velocidad que está máquina puede tener y los oficinistas lo pasan por un lado. Con el último eco de ese grupo de oficinistas. 

-¿Después del trabajo quieres ir a beber?- 

Si. Él quería ir a embriagarse pero aquí, en este departamento, no conoce a nadie y solo se puede salir de dos a cinco a la vez. Explotacion laboral y control. 

Murmullos. 

Su atención sube del manubrio a la presencia de un grupo de dos hombres y una mujer, de aspecto sucio y poco conservador. Con cejas caídas y ojos rojos llenos de cansancio y unas bolsas bajo estos capaces de cargar a un chihuahua. Hasta su lugar le llegaba el aroma de personas que solo se bañan cuando deberían salir y no salen nunca. 

Estos lo ven y parecen nerviosos. Murmurando entre ellos. 

Detuvo la máquina y los miró directamente al recargarse en los antebrazos. 

-¿Algún jodido problema?- pregunta al grupo. Mira de soslayo las cámaras de seguridad apuntandolos directamente pero al colocarse de esa forma su boca queda cubierta. Protegiéndose de alguna evidencia que lo empuje aún más abajo en la cadena alimenticia. 

Los tres parecen molestos pero avanzan, ella se quedó, después el segundo y sólo uno llegó a su encuentro. 

-Valientes. No hay blancos más valientes. – le apunta al que llegó. 

Este hombre frunce el ceño y sus puños se cierran enojados. 

Eso llama su atención. Este tipo portaba las manos más suaves y limpias de callos o imperfecciones con las uñas más sucias qué había visto fuera de sus compañeros y los ingenieros de máquinas. Eso delata su trabajo de escritorio pero también era contradictorio con su aspecto desafiante. 

-No soy blanco. – fue lo primero que le dice al hablar por fin. 

La mujer desde atrás lo regaña. 

-Emmet, dile a qué vinimos y ya.- le miro de reojo con desagrado. - Te hablamos por una razón así que no seas tan arrogante. - lo acusa sin acercarse o como si él fuera el que fuera a dejar su agradable asiento para ir tras ellos. - Tan solo pensamos que serías algo útil, alguien mejor seguro. - 

Niko inclina el cuerpo burlándose de esa condescendencia vacía. 

-Perdón, la luz. A veces a mi me confunden con Heller de contaduría. –

La burla fue claramente entendida y se puede ver en el mal humor de ese rostro pálido. 

Heller de contaduría era albino. Nadie confuniria a Niko con tal hombre pero la mofa debía ser respondida. 

-No. – murmura aguantando el mal humor para lograr hablar con este hombre de limpieza.- Nuestras compañeras no han vuelto de La Guarderia y sabemos que los de limpieza saben subir y bajar por el ascensor de servicio directo. Para sacar la basura y eso. -

Subir y bajar era una destreza desde que ese ingeniero creó ese enredo de enchufes y guantes estirables. Maldita perra, ¿Desde cuándo un enchufe debe ser tan complicado?  

-Si. Claro que puedo bajar y subir, pero díganme ¿Que ganó arriesgando mi empleo por fracasados como ustedes tres?- 

 Al fondo la mujer abrió la boca bastante ofendida. 

-Te damos cinco dólares. – ofrece el segundo. 

Niko activa la maquina dispuesto a seguir puliendo el suelo. 

-Son cinco dólares, deberías agradecerle. – le reclama la mujer. 

-Ganó 120 la hora. – interrumpe sin mirarlos. 

La cara de los tres se torna roja ante la vergüenza. 

-¿El sabe como bajar?- 

Ese cuarto miembro de este grupo apenas llega, caminando con soltura y aún más descuidado que los otros tres. 

Algo discordante por el uniforme azul, limpio y planchado qué usaba Niko por su propio orden. Algo para compensar las malas miradas a su siempre presente gorra o peinado llamativo. 

Estos cuatro vestían como si acabarán de escaparse de una marcha hippie o de la ala de filosofía de alguna universidad muy chunga. 

- No quiere ayudarnos.- apuntan temblando de coraje y vergüenza. 

-Te damos cuarenta dolares. – ofrece los billetes directamente. 

Niko recuerda en ese gesto las veces que abandono por menos de cinco a Christian en esa casa. 

-No. - murmura su respuesta ya dispuesto a colocarse los audífonos. 

-La oficina nos dijo que no se permite correo de la Guardería al exterior ni viceversa, y ella necesita su insulina. Solo podemos entregársela de frente, por favor.– se lo pide mostrando la botella de vidrio en su bolsa.-No somos unos vagos. Pertenecemos al departamento de animación y arte, mi compañera bajo para un trabajo pero ya se extendió su estadía más allá del tiempo que su medicación le permite. – 

Su atención vuelve a ese joven. Exactamente a esos ojos de color muy diferente a lo normal. Animación, ¿A qué clase de privilegios se acercan los animadores?

Televisión y medios. 

-Bien. – esta es una oportunidad bastante buena. 

Detuvo la maquina bajándose de esta y robando esos billetes de la mano del hombre. 

Este frunce el ceño. 

-Solo uno. – les avisa dejando sus guantes en la maquina. 

El grupo tampoco pelea por el lujo de acompañarles. 

 

 

Usaron primero el ascensor de servicio. Uno solo para la limpieza qué conectaba el almacén superior con el piso de la estación, claro que con varios pisos por los que pasar antes de eso. Compartiendo por algunos lapsos el viaje con otros conserjes. 

Además de tener un repulsivo código contrario al de la puerta , siendo la paleta de colores del grupo menor de los Huggy Wuggy. 

-Hermano. – saluda alguno pero no llega a más al ver al desconocido. 

Niko tampoco sigue el cuento. 

Este joven comienza a amargarse por la actitud de los trabajadores. 

Hasta que al fin llega uno ,mayor y que hablaba otro idioma. 

-Tio, hay un chisme enorme en los pisos de abajo. – 

-¿Lo de Huggy?- pregunta en el mismo español. 

-No, tio, es peor que ese. – mira al joven. – El blanquito este no entiende, ¿Verdad?–

Una cosa es que hablen en otro idioma pero otra es saberse en la conversación sin entender de que va. 

-¿Qué sucede?- interroga a los dos. 

-Nada tío, que a los loquitos de abajo se les ocurrió compartir qué los empleados pueden tener un polvo con los juguetes mientras éstos lo inicien.-

Niko perdió color una vez esa noticia le llegó bien a la cabeza. 

-¿Verdad que no tiene sentido?- apunta con molestia. – Esos juguetes son como los de mis h ¿Sera qué los 2000 hará de este mundo un lugar donde las personas sueñan con tener relaciones sexuales con Elmo?-

-Eso no llegó a mi departamento. – murmura este joven aturdido por esa extrañeza. 

Al parecer un par de pisos cambiaron completamente a las personas que laboran en el lugar. 

-¿Pues cuánto llevas trabajando aquí?- lo mira de arriba abajo. – Parece que en serio necesitas el trabajo. – 

-Llevo cinco años en la compañía. Soy de animación. – 

El hombre asiente y después chasquea los dedos. 

-Caricaturas. –lo apunta.-Pues busca algo mejor, no te ves bien. – su despedida es rápida al bajar en un piso. 

Por un solo segundo pudieron ver las paredes de un pasillo cubierto de sangre y a Boxy sometido por Mommy a orden de más de una docena de guardias. 

Sobresaltarse ante el alarido de la caja musical. 

-¡¡¡Sofía!!!- gritó con gran dolor hacia su dirección. 

No. Más a la derecha. En el suelo. 

Sus ojos bajan a un lado. 

En el suelo el conejo amarillo a perdido sus piernas y cabeza, dando al mundo una visión completa de su cuerpo destrozado en girones. 

La gran araña ríe apretando su cuerpo como sogas, de una forma guiada por los trabajadores para empujar las aleaciones de la caja. Logrando abrir la caja por las esquinas y la criatura ruge al ser abierto su caparazón.

Las puertas se cierran antes de escuchar el grito de dolor de la caja musical. 

 

Las puertas del ascensor se cierran y este sigue bajando con la suave melodía de jazz. 

Las piernas del joven se rinden en el suelo, abrazando la bolsa de tela con fuerza.

– Bueno. Al menos el piso de tu compañera no está aquí.- sonríe divertido por la cara de este tipo. 

Desviando de su atención a los números del conteo. 

El siguiente piso se muestra con la entrada de dos ingenierías de uniformes oscuros. 

-Buenas noches, Niko. – saludan al verlo. 

-Hola chicas, ¿Terminaron con todo?-

- ¿Y tú? ¿Quieres ir a comer el viernes? Abrirán un restaurante en la ciudad. – 

-Claro, nos ponemos en contacto. – 

Las puertas se abrieron y tiro al chico en el suelo. Despidiéndose con un movimiento de manos. 

-Bienvenido a tú verdadero trabajo.-  

Este joven lo mira enojado, confundido y cansado. 

Caminar a la estación es más tranquilo. Mommy por obvias razones estaba ausente. 

Llega a la mesa de control colocando el patrón de memoria. 

-¿No te preocupa que te metas en problemas por esto?- pregunta al chico.-Por lo que me dejaste ver... - 

-No. – murmura entrando al tren.-Seguro que mueres antes que de que puedas decirle a alguien algo sobre este lugar. - 

Subió al tren sin parecer demasiado interesado por lo que podían ver en el techo de ladrillos rojos una vez comenzó el avance. 

Seguramente se meterían en problemas. 

Para Niko es interesante observar las marcas del techo, notar que el viaje de los sonrientes dejo sus huellas. 

Mira a este chico. Observando de lado a este rodear la medicina con una capa de papel y un pedazo de trapo. 

-Es una chica importante para ti.- apunta sus manos. 

El joven detuvo sus manos. 

-Ella me recomendó a este lugar. –

-¿Seguro qué no es tu enemiga?- lo reto ccon una sonrisa. 

-Es una chica de Utah, no sabe como mierda se vive un embudo y menos tiene idea de lo que pasa en este lugar. – da una mirada al vagón.-No es más que una estúpida que me trajo a este lugar porque soy bueno copiando el arte de otros dibujantes. – 

-Cierto. Habías dicho que trabajas en animación.- mira al carril.-¿Has tenido algo que ver con los chistes políticos o los religiosos?-

El joven gruñe y sacude sus manos dormidas por el frío del viaje. 

-No. Todo lo hacen los guionistas. – miro a Niko. – Yo dibujo los fondos… y puse los tacones de las modelos de un capitulo. – 

-¿Fuiste tú? Fantástico, me encanta ese episodio. – su mirada vuelve al joven.-Bubba fue agradable. – 

Ese nombre le parece extraño. Era Christian pero solo podía llamarlo Bubba. A su hermano. 

-No tuve que ver con sus escenas, mi trabajo es el fondo que sigue a la osa.- apunta al techo en su renovado humor. – Es de un color conflictivo para muchos escenarios, mi trabajo es mantenerla acorde al fondo y que su cabeza no se pierda cuando las placas tengan que cambiar o su boca deba moverse no aparezca un árbol dentro. – 

Niko lo piensa y revuelve lo poco que sabe de ese tema. 

Llevándolo a un pasado lejano. 

Al interior del escondite de su hermano pequeño. Donde ese niño le mostraría a un perrito en una página y pasaría hoja por hoja para mostrarles una secuencia casi mágica en su momento. 

 

Ese perrito corriendo, cambiando de color al acabarse uno , todo hasta la salida de una puerta abierta. 

Debió llevar afuera a su hermano. ¿Como pudo ignorar su suplica? 

 

-¿Ya no usan eso de usar un dibujo y otro seguido?-

El joven no se da cuenta de cómo su humor decae volviendo a observar al carril. 

-Es básicamente lo mismo pero con fondos móviles. Las computadoras lo hacen más fácil pero no hay tantos avances. Aún es un trabajo difícil.-

No hubo nada que decir después de esto. 

El viaje se apaga con su silencio. 

Admirando las paredes qué pasan rápidamente por fuera del tren. 

Llegar costó unos veinte minutos más. 

Suficiente para recomponer el humor de Niko. 

En la estación los trabajadores, dos guardias, se acercaron al ver llegar un tren fuera de tiempo. 

-¿Niko, qué rayos haces?-

El mencionado salió de la cabina con una sonrisa. 

-Este chico viene a traerle su medicina a su novia, solo le ayude. – 

Este joven los mira enojado. 

Los dos guardias lo observan por un segundo. Levantando las macanas eléctricas en menos de un parpadeo. 

-Este tipo no trabaja aquí. – 

-Mira como se viste, es patético. – 

-No es patético. Es un artista. – 

-No hay diferencia, Niko. – 

El joven levantó al fin su identificación, antes escondida en su ropa. 

-Soy del departamento de arte y animación, no me pueden faltar el respeto. – 

Ambos guardias se dan una mirada y devuelven esas macanas a sus cinturones. Procediendo a reírse a carcajadas. 

-El hippie quiere respeto. – 

-También ha de querer seguro dental.-

-No le digas eso, podría ofender a la madre naturaleza. – 

-¿La pachamama te dice que debes amar a la tierra y el sol?- 

El joven mira a Niko pero él está sacando, completamente tranquilo, su identificación del bolsillo. 

-Esto querido hippie… - el guardia mayor se atreve a agarrarle el cabello, largo hasta los hombros pero amarrado, para tirar de este divertido. -¿Mami te hizo esta coletita?- 

El rostro del joven se torno blanco ante la gran rabia que lo lleno con esas palabras. 

Niko lo empujo a un lado al notar, solo atraído por el cambio en la tensión del aire, como estaba apunto de soltar un puñetazo. 

-Esta es mi identificación, pásenla. – les pide arrebatado la del joven. 

-Tranquilo, Niko. Pasa en paz, dile a los de abajo que nos vemos el viernes donde siempre. – 

-Claro. – 

Agarra al joven por el hombro al llevarlo a las escaleras eléctricas, ahora desactivadas, cruzar la segunda seguridad y bajar por el teleférico. 

-No sabes hacer amigos. – 

El joven lo mira enojado. Hasta ver esos billetes frente a su nariz. 

-Guardalos. Toma esto como un favor. – 

Quedar en deuda era una forma e crear un lazo. 

Este joven lo piensa. Imaginado lo bien que iria su vida si evitará recuperar ese dinero y cortara comunicación con este tipo. Más el mundo no es el tipo de cuento donde todo puedes lograrlo por ti mismo. 

Decide recuperar los cuarenta billetes y mirar a la nueva persona en su repertorio de conocidos. 

-¿Cuál es tu nombre?- pregunta Niko. 

-Joshua Black. – 

La sonrisa de Niko creció de golpe al escucharlo. Burlándose al reírse de ese milisegundo de incomodidad. 

Esta vez el mencionado, Joshua, debe aguantar una sonrisa por la gran ironía. 

-Yo soy Niko Crawford.- termina sonriendo.-Es como si el mundo se equivocara con nosotros. – 

El teleférico al fin llegó al suelo. 

Un único guardia camina hacia ellos , lo hizo desde que vio el control del aparato activarse hace dos minutos. Encontrandolos una vez abrieron las puertas. 

-Tú , no deberías estar aquí. – apunta este guardia. 

Era mucho mayor a los jóvenes del piso superior. Talvez unos cincuenta o sesenta. Incluso si estaba conservado aún tenía sus años encima algo como un silverfox. 

Un criminal qué Niko conoce por las flores que él mismo estuvo sacando de la fábrica. 

-Ryan, este Romeo necesita llevar su insulina a una chica, ¿Sabes donde podría estar?-

Joshua dio un paso y el mundo lo humilló haciendo tropezar con el borde de la salida del teleférico. 

-¿Será que en otra vida fuiste un criminal de guerra?- cuestiona Noko sin ayudarlo al contener una gran burla por la desgracia de este chico. Ya le asustó un monstruo, lo tuvo que arrastrar, le debe un favor y ahora su nariz está sangrando. 

Este se levantó cubriendose con el dorso de la mano la nariz. Su mal humor fluctúa al ver el rollo de papel que le ofreció este guardia. Limpiando la sangre y manteniendo el papel en su lugar. 

-Ella… - suspira aguantando un insulto al casi volver a caer al ponerse de pie y ser atrapado de nuevo por la misma orilla entre el teleférico y la planta. - Ella bajó a pintar un retrato para el jefe. – dice Joshua.-Esto ya parece cuento de nunca acabar. - murmura frustrado por las veces que ya explico lo mismo. 

El guardia da un aviso por radio no dijo ni expresa nada después de esa doble humillación. Apuntandoles a un camino va por delante para vigilar al empleado muy lejos de su zona designada en el primer piso. 

 

Para Joshua todo este viaje ha sido un desastre. Humillado, herido y con dolor.

Al parecer su gran karma volvió a la vida por alguna estúpida razón. 

Caminar sobre plástico y mirar este opaco y desagradable agujero de colores lo hace sentir un nauseabundo peso en su estómago. 

Si tan solo esta mujer no tuviera su cuenta retenida en su poder podría haber evitado todo este viaje. 

El camino a seguir por el guardia que los guía es directamente a ese edificio alto y portentoso como dibujo de preescolar. 

-¿Porqué sigues aquí?- pregunta al tal Niko. 

-Quiero ver si tu novia es guapa. – 

Es un lastre extraño. Uno molesto. 

Deja el papel en un basurero de camino al interior del edificio. 

Niko quería saber si estos dibujantes podrían ser de ayuda. Útiles. 

Subieron por las escaleras del edificio. 

El aroma de la pintura los recibe en el segundo piso. 

Joshua no se detiene una vez lo huele. Avanzando entre los dos para llegar lo más rápido posible con ellas. 

-Amelia. – exclama al verlas. 

Esas dos le miran por un segundo pero vuelven a trabajar en el cuadro. 

-Tu maldita insulina. – avisa a la mujer sobre está.

Guardia y conserje intercambian una mirada rápida al escuchar la poca amable forma de dirigirse a su compañera. Eso dejaba en cero las posibilidades de ser su pareja. Observando como se desarrollará la escena con el par. 

Ella mira al frasco, lo mira y toma una decisión. Le arrebata el medicamento para sentarse en otra esquina a suministrarselo. Al mismo tiempo le apunta. 

-Quédate, agarra unos pinceles y ayuda a reconstruir el fondo. – le ordena ignorando la medicina. 

-¿Que?-

- ¿Puedes o no, mediocre?-

Después de procesar el inmerecido, o quizás si, insulto decide acatar la orden. 

 

 

 

 

 

Sobre los empleados esa garra pasea entre las ventilas, paseando lentamente uña a uña. Escuchando a medias cada conversación. Arrastra ese papel lleno de sangre en el índice. 

Probando, después de lograr llevarla a una de sus bocas esparcidas por el domo, la sangre coincidente con uno de estos juguetes. 

Una nueva coincidencia… 

Un nuevo tipo de juego. 

Como el juguete que se cree humano en la superficie.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

             

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                     ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

Este día de otros, tan aburrido como muchos más. Acompañado por la visita de personas del exterior y sus ojos juzgones presentes al fondo de las habitaciones o en los jardines donde discuten por el aspecto de los niños que definitivamente no llevarían a casa. 

Querían un nuevo miembro para la familia o quizás un perro. Lo que sea que algún día ayudará con las cuentas o al menos saque la basura cuando la artritis los tumbara en sus camas de retiro. Seguramente no querían uno que llegara haciendo un escándalo. Agitando un aerosol de pintura y cerillos como si fuera lo más divertido del mundo. 

Esto lo descubren por la nueva experiencia desarrollándose frente a todos. Sin pudor o interés por nadie.

 

Viendo de buenas a primeras como este chico se pasea en el techo de una de las construcciones del orfanato con mejor calificación según varios expertos en psicología infantil. 

-¡¡I'm on the highway to hell, highway to hell!!- lo canta o lo grita este chico con un bailecito adornado por el fuego qué encendió en su manga amarrada.- ¡Canta conmigo, vieja estirada!- le grita a una de las visitantes del jardín. 

Los trabajadores han quedado en un nuevo tipo de shock. Uno que sería comparable al sobresalto de ser sacudido por la broma pesada dirigida por mtv en su localidad. 

El punto no era lo alto que cantará o que esté en el techo de Dulce Hogar. El caso es que este niño no estaba cantando para sí mismo. Y lo dejó claro al aventar su zapato llamando la atención de un chico en específico. 

-¡I'm on the highway to HELL! - loanta lanzando el trapo en llamas directamente al jardín. -¡Highway to hell! ¡Vamos, DogDay, ven!- lo llama agachándose en la orilla del techo. Ignorando los gritos de visitas qué temían qué se cayera de cabeza desde lo alto. 

El chico al que lanzó el zapato le da una mirada antes de irse a paso firme y enojado. 

-¡No puedes irte, no puedes dejarme asi! ¡Es una serenata, te estoy haciendo una serenata!- le reclama corriendo de un lado a otro en el techo para seguirlo.

-¡Las serenatas son con canciones de amor, acdc con camino al infierno no es romántico!- lo regaña desde el suelo y devolvió el zapato al regresar al inicio con una carrera y el rostro rojo.- ¡¡Ni Siquiera te la sabes!!- lo termina al apagar el fuego de trapo al poner encima su propio abrigo sin hacer más escándalo que una nube de humo. Todo con solo un brazo, mágico. 

Si. Algunos adultos y niños no se movían solo por la gran curiosidad que les provocaba ver esta afrenta sin sentido. 

El chico en el techo apunta al chico en el jardín. 

-¡Don't stop me!- respondió apuntando a su figura.- ¡Talvez sabría más canciones de amor si me cantaras alguna!- lo dijo serio y enojado. 

El chico dejó caer los hombros antes de gritarle con el puño arriba. 

-¡No voy a cantar nada para ti! ¡Bájate o saldrás herido!- le advierte al verlo inclinarse en la orilla. - Loco. - 

Jason, en el techo, le muestra los colmillos en esa gran sonrisa felina. Tomando de muy mala manera la advertencia de Harom. 

- ¡Canta o salto!- le exigió girando para sacar las piernas del techo. 

Dulce Hogar y ese techo tenían al menos 12 o hasta 15 metros. Definitivamente podría fracturar se más que las piernas. 

Harom aun no quería dejarse manipular y puso resistencia con un gruñido.

-¡No voy a cantarte nada!- lanzó su abrigo para terminar la discusión.- ¡¡Nisiquiera me sé alguna canción romantica!!- 

Jason no soportó esa negativa y puso manos a la obra. 

- ¡Canta o salto! ¡Canta!- le exige al saltar sin miedo hacia la orilla y solo haber puesto los pies detuvo su cuerpo en la más pequeña orilla. Tanto a la orilla qué si el material se doblara el chico hasta ahí llegaría en su carrera por la vida. Dejó de ser divertido para los testigos cuando de verdad intentó lanzarse por la negativa del chico. 

-¡No, niño no saltes!-

Harom se guro dispuesto a escapar de esta locura. 

Jason no soporto el rechazo, decidiendose al instante. 

-¡Pues salto! - 

- ¡Let me put my love into you, baby! ¡Let me put my love on the line! - 

Los visitantes tenían claro que conocían esa canción y su significado. Nada romántico y más podrá llamarse intimo. 

Harom y su cara eran ya de un color comparable a la osa que viene por detrás de Jsson muy, muy lentamente para sujetarlo por la espalda. 

Harom cerró los ojos al gritar la letra, la letra de la única canción romántica que conocía por sus propios gustos musicales. Parecía karma por burlarse de las baladas favoritas de su papá. 

-¡Let me put my love into you, baby!- míra arriba. Ganando una mirada muy diferente a la esperada por parte del chico escandaloso de hace un momento. 

Bobby casi llegaba a atraparlo, solo necesitaba que no volteara atrás. 

-¿Quieres verme volar? ¿Porqué dejas de cantar?- el reclamo Jason sonó como un niño consentido. 

Harom terminó la canción esperando que la osa lo atrapara. 

-¡Let me cut your cake with my knife! ¡Let me give it all to you!- 

Jason sonríe o lo haría de no ser por el abrazo que recibió desde atrás. 

-¡¡Sueltame osa hija de-

Bobby le curó la boca al pegarlo a su pecho. 

-¡Gracias, amiguito, este minino puede ser algo escandaloso! ¡Y no se preocupen solo vamos a castigarlo vendiéndolo a un camaronera de canada!- avisa a las visitas antes de irse por el techo. Salta por un avientan entrando a una habitación con ese osos de piedra al centro. 

-¿Porqué hiciste eso?- le pregunto BearHug una vez lo separa de su pecho. - Me babeaste.- limpio su pecho con la espalda del mismo chico. 

Jason comenzó a patalear bastante enojado. 

-No van a venderme-

-Claro que no pero tampoco puedo simplemente traerte adentro después de tu broma de mal gusto.- aun no lo deja ir, pasándolo bajo su brazo. -¿Porque hiciste eso? ¿Querías llamar la atención de ese chico?-

-El me esta ignorando. - murmura ya sin pelear con la osa. Golpear, con su fuerza de 14 años, no era más que pelearse con una cobija rellena de plumas y seguro se veía más patético tratando de pelear con alguien que lo mira como si fuera un bebé en pleno berrinche. 

Esto lentamente lo hace dejar de pelear y ocultar su vergüenza bajando la cabeza. 

-En mis tiempos le prendimos fuego a las cosas para tratar con enemigos, no con un amigo.- tomo asiento en el suelo, poniéndolo en su rodilla como si fuera Santa Claus. - Y él no tiene la barba reglamentaria para un entierro vikingo, así que ¿Qué tal si me hablas de tus problemas?- 

Jason sonrió solo pensando en un Harom barbudo y con cuernos. Suficiente para que su mal humor cayera a la alegría que lo llenaba un segundo antes de ser atrapado por la osa. 

-Nunca me habían cantado algo romántico. - 

-Peorcn esa canción tan horrible, hablaba de cuchillos y pasteles. -

-Es una alegoría sexual, amiga. - 

-Oh, Dios mio. - exclamó avergonzada.-Guarro. - 

El chico comienza a reír ante el escándalo de la osa. 

-Es divertida. - sonríe al fin recargándose en el pecho de la osa.-Lamento haberte mordido. - 

-Eso te lo perdono pero… ¿De verdad te parece romántica esa cancion?- mira a la ventana por la que entro. - Pudo haberte cantado algo más bonito. 

-No , seguro que esa es la más mejor que se sabe. - 

Bobby asiente mirando al piso. 

-El es DogDay, ¿Verdad?-

-Si. - piensa y mueve las piernas. - El me prometió estar conmigo y cuidarme. - 

Bobby movió la cabeza a un lado. 

-¿Entonces por qué lo atacaste?-

-No lo ataque… Sin que lo mereciera. - bfa golpeando su cabeza con la osa. - El comenzó a ignorarme y ya no quiere pasar tiempo conmigo ni come ni hace nuevos amigos. - 

-¿DogDay?-

-Si. - hizo el intento de bajarse de su pierna y sorpresivamente lo logró.

-Si es DogDay y dejo de comer o hablar con las personas… Deberías cuidarlo tú. - 

-¿Y cómo puedo hacerlo si siempre huye de mí?-

-Deja de perseguirlo y quédate lejos, no te acerques cuando lo note. - 

Un adulto o una persona con mejor juicio hubiera podido detenerla y decirle a este chico que ese consejo convertiría inmediatamente en un acosador pero no hay nadie aquí. Solo ella y su propio amor frustrado están hablando ahora. 

-Cuidalo mucho. - lo recomendó con una mano arriba. - Vigila a los que le rodean y consentirte en crecer tú mismo por fuera. Si eres más grande y fuerte, aunque seas lento, podrás seguirlo y él algún día dejará de huír.- 

-No quiero alejarme de él. - 

-Hazlo, dale su espacio. - miro a la puerta. - Ahora vete y no vuelvas a hacer eso o se te castigará.- apunto a la ventana para que escapará. 

Jason, ahora, da por hecho que su nuevo sonriente favorito es Bobby. 

La osa se puso de pie una vez el chico se fue en una carrera rápida. Camino a la puerta recibiendo la llegada de este sudado chico. 

-¡¿Donde… - sus ojos sube al rostro de la osa roja.-¿A dónde se fue?-

La sonrisa negra le hace temblar y retroceder un solo paso. 

-Ese chico se ha ido corriendo por allá. - apunta al pasillo. - Y tú deberías replantear tu visión del amor.- 

Harom levanto las manos sobre su cabeza apuntando al pasillo,a la osa y sacude los puños. 

-Osa…Tu eres mayor ¿Tú lo entiendes? ¿Puedes decirme que pasa con este tonto? - murmura aún más rojo en su gran fatiga.- ¡¿Porqué tiene que ser tan raro? ¿Porqué todo lo hace con los pies y lo destruye a cabezazos?! ¡¿Es que de verdad debería yo, debería cuidar siempre de él?!-

Bobby lo interrumpió en su arranque con un tono divertido. 

-Si lo piensas seguro que es así.- 

Los hombros del chico cayeron junto con un jadeo desalentador. 

Había corrido desde el jardín y entre todo el desastroso laberinto que era este lugar solo para encontrar a ese tarado y hablar de verdad. Uno nunca sabe que tan difícil es mantener el equilibrio una vez se pierde una extremidad hasta que lo vive. Una faena a respetar qué le está coastando lograr por culpa de su propio derrotismo. 

-Solo tengo un brazo… Me quitaron un riñón, mis ojos ya no sirven como antes y perdí gran parte de mi peso. - su línea de fallos comienzan a salir de su boca. - Mis padres y hermanos están muertos, mi hogar ha sido llevado por el banco y mi familia lejana preferiría darle cobijo a un caimán antes que a mí… - su boca se estira en una mueca desesperada. -¿Qué clase de hogar puedo darle a alguien en este estado?-

Bobby suspiro agachándose a su nival. 

-Mi amigo me enseñó que en el mundo no tienes nada, solo tienes a esas personas que puedas traer contigo y no necesitan un techo ni un hogar de madera cuando se tienen uno al otro. Las cosas materiales y familiares lejanos no valen nada cuando sabes que alguien más fuerte puede quitartelas en un segundo.- inclinó la cabeza a un lado. - Se supone que eres un DogDay, entonces debes construir tu mismo ese hogar y meter dentro a quien tu quieras proteger, no necesitas un techo, solo tu cabeza. - 

Harom movió la cabeza alejándose de ella y de todo lo que escucho. 

-Bajo esa mentalidad hasta los vagabundos deberían ser padres.- comenzó a quejarse. - Hay que tener bebés en un pesebre de cupones de leche caducada al dos por uno.¡Los hará fuertes! - anuncia lo último con el tono que lo haría un comentarista en algún partido de fútbol. 

Bobby dejó salir una risita al verlo tan frustrado y cansado. DogDay, su Dog, nunca se permitía caer tan bajo al alterarse o encontrar un problema que lo pudiera en aprietos. 

-Si te preocupa los pasos que debas dar para eso, puedes aprender de DogDay, el es muy bueno en lo que hace. - lo aconseja pensando en las veces que a medias DogDay les contó que fue un adulto y sus amigos los que le enseñaron como manejar las flores y como controlar a los clientes.-Solo necesitas observar lo que hace y no abrir nunca la boca. - 

Harom dejo de quejarse al entender ese tono serio al final. 

No solo había sido carente del tono dulzón sino también cargó con una amenaza directa con una voz madura y coqueta. La voz de una mujer. 

Observa a la osa que solo le observa silenciosa. 

-¿De que estas hablando?-

-Habló de lo único que podemos hacer los más débiles contra los malos al poder. - vuelve a usar ese tono y voz con algo más de ánimo. -Si vives bajo el control tu puedes usar ese control en su contra cuando quieras y para eso necesitas aprender de quien erro y atino antes que tú. DogDay esta ahí, y si quieres saber como proteger a allguien cuando no tienes nada de tu lado debes aprender de él. - 

-... Suena como un criminal.- 

-Talvez porque lo somos. - 

-Pues ese es su problema… pero veré si me interesa. - 

 

 

 

En el jardín el gatito sin pelaje, habiendo saltado del techo al porche y después sobre los matorrales falsos, sigue su camino directo a la escuela. Tal vez con un plan malicimo para todo aquel al que se lo contará. 

Deteniéndose por unos murmullos, de esos murmullos qué revuelven el estómago de cualquiera que esté involucrado. 

-¿Fue ese chico?-

-Dicen que esta loco, que cuando lo trajeron aun traía la camisa de fuerza. - 

-Eso es cierto, yo lo vi cuando lo trajeron amarrado a una silla de ruedas. Escuché que lo llevaron al hospital por quemar a su papá y que el fuego lo alcanzó. - 

Sus ojos suben a la ventana de la casa. 

Es su mirada descubierta por los niños de su propio bloque asomado por la ventana. 

Lo miran de vuelta repartiendo una emoción separada cada uno. Desde el idiota clásico que encoge el cuello como una gallina, el que se queda en blanco y el mágico bastardo que le sonríe al verlo.

-¡¿Qué? ¿Vas a llorar?!-

Frunce el ceño tratando de recordar a ese chico y porque sabía de su estadía en el hospital. Mira a la puerta apuntandolos paso unos segundos contando en voz alta. 

-¿De verdad va llorar?-preguntan burlándose al sentir que no parecía poder respinderles. 

-¿Extrañas a tu papi?- grita el mismo chico viéndolo ahí con un aspecto decaído. 

-¡¿No sería más tu novio?! - sigue la mofa aquel chico que se había encohjido hace un momento por miedo. 

Jason bajó el brazo y con ello también su rostro baja, dirigiéndose lentamente a la puerta de la casa. 

El chico del que se reían escapó tan tristemente pero solo podían tomarlo como una victoria rotunda. Haciendo entre algunos más de uno de esos comentarios perdidos. 

Algunos miembros más del bloque dos apoyan esa broma tan solo por el hecho de ser el chico solitario el que los acarreaba con su personalidad retorcida. No tenían la mejor imagen de un chico que golpea minusválidos con comida y mucho menos que suele escabullirse a prender fuego a la primera oportunidad. 

-¿Porqué dijiste lo de su papá?-

-Cloe, no les hables a estos mocosos. - 

-Solo quiero saber de que hablan. - apunta al chico del chiste.-¿Porque hablaste de su papá?- le pregunta la chica con una mano en la cadera.

Los nuevos integrantes del bloque dos no esperaban la pregunta que viene de una chica del mismo bloque pero que reconocían como una de las mayores por haber estado en el orfanato antes que ellos y ser más alta. La chica de la mala fama. 

Incluso el abrigo de perro naranja que la cubre se había quedado corto y sus manos con uñas llenas de pintura y parte de los antebrazos sobresalen de unas mangas apretadas de una prenda tematizada del líder de los sonrientes. 

El chico ve como una oportunidad para compartir la historia con alguien más. Llamar la atención y hacer a los mayores fijarse en él como un posible amigo. 

-El tipo llegó al hospital antes que yo pero las enfermeras decían que cuando lo hizo trajo mucha policía consigo porque había prendido fuego a su propia casa pero después se llevaron a su papá directo a la prisión. Dijeron que su ma-

-¡Cloe!-

Solo el grito y tirón de su compañera le evitó salir inmiscuida en el impacto de esa cuna robada del cercano bloque 1. Mirando como ese chico sin un brazo siguió su propio proyectil para comenzar a pelearse con el grupo de niños de su misma edad.

-¿Quien eres?- su reclamo lo acompaña con sujetar el cuello del chico hablador.-¡¡¿Quien eres?!!- repitió su pregunta con un grito-¡¿Quien te crees que eres para hablar de las personas como si fuera de tu puta incumbencia?!-al gritarle pudo ver como volteaba atras de el y también pudo girarse pero el problema de ver el impacto desde antes sin tener la posibilidad de detenerlo solo le hizo sentir al doble el golpe de un florero sobre su cabeza. 

Este no se rompió por ser de plástico pero no dejó de ser doloroso. Logrando que suelte al chico, se impulso con las rodillas arrastrando al que le golpeó con ese jarrón. Cayendo al suelo con más de uno estira el cuerpo mordiendo directamente a uno en el hombro sin olvidarse de sujetar la mandíbula del tercero metiendo los dedos en su boca para tirar de la cabeza he impactar la con la de su segunda víctima. 

-¡¿Que diablos te pasa?!- grita la compañera de Cloe. 

Las dos chicas pasan su atención del manco al chico que sigue en el suelo por el susto. Era difícil intervenir si el atacante no tiene un brazo, uno de los involucrados no tiene la pierna y otro más dejó caer su muleta. 

Entonces Cloe encontró las palabras exactas para describir lo que estaban presenciando. 

-Pelea de inválidos. - 

-¡Cloe! Hay que llamar a alguien. - 

-¿Para que? Yo los veo bien. - apunta viéndolos rodar intentando sujetar al chico sin un brazo entre los dos. La boca de uno tenía algo de sangre conectada a la mano mordida del manco. Este los patea y logra sacarse a uno sin olvidarse de usar el codo para golpear al que intento llevarle por un lado ciego. 

 

A unos metros ese gato sin pelaje regresa por sus pasos dejando caer la sartén qué se robó de la cocina de camino a este lugar , doblando las rodillas en un ovillo sin interferir aunque escucha toda la pelea sin falta. A sus rodillas las abrazo comprimiendose en esa bolita púrpura por su abrigo. Observando sus uñas llenas del aceite de cocina que usó para encender el fuego. 

Su expresión apesadumbrada pasaba entre quiebre de mal humor a la vergüenza y la felicidad. Quedándose con una expresión compungida por sentimientos revueltos con su queja. Su confusión. 

Una niña corrió por su lado sin mirarlo. 

-¡Ahí viene Kickin!- avisa al pasillo antes de correr a la dirección contraria. 

Los orgullosos guerreros del pasillo huyeron como cucarachas dispersandose junto con los testigos.

Mira arriba a tiempo de cruzar sus ojos con el rostro golpeado de Harom. 

Esto no fue sutil. Es un encuentro directo por el estado confuso de ese chico golpeado. 

Jason levantó la mano saludándolo. 

Harom casi sonríe al verlo y su humor baja, decidiendo se a ir a su encuentro. Pisando el sartén por error. 

Lo mira dejando de sonreír. 

-Gracias. - lo canta esa voz temblorosa del chico. 

Harom abrió la boca confundido y un tanto incrédulo por su reacción tranquila. 

-Debia hacerlo… El no debería burlarse de esa forma ni hablar sobre eso.. - intenta justificarse con un susurro nervioso. - Era lo correcto… pero no necesitabas que lo hiciera.- 

-Lo correcto y lo que necesito es que seas coherente. - lo interrumpió Jason sin moverse del suelo. - ¿Soy el pastel que quieres comerte o alguien a quién no quieres cerca?-

Harom retrocedió huyendo de sus dudas. De las preguntas del chico que aún le espera. 

-No eres nada. - murmura huyendo tanto por dentro como literalmente ante la llegada de la figura amarilla. 

Eso le dolió, no podía negar que le dolió ser llamado “Nada” 

Jason volteo pegándose más al pasillo. 

-¿Ahora me delatan?- reclama el ave a su llegada.-No veo a nadie. - sus ojos de plata bajaron directamente hacia Jason. 

El chico le saludo con un movimiento de cabeza bastante relajado. 

Kickin bufo inclinándose al lado contrario. 

-Deberías estar en clases, bloque 2.- 

-Y tú en un caldo. - gruño sin moverse. -¿Tú entiendes porque los hombres somos tan complicados?-

El ave movió los hombros. 

-Si lo supiera te lo diría, amigo. - 

-¿Entonces puedes decirme porque alguien actúa como si me quisiera pero aun me aleja?-

Kickin movió los hombros dando una vuelta libre sobre sus propias patas. 

-No lo se, creo que deben hablar directamente. - lo corto en eso. 

-... Mejor vete a ser caldo, inútil. - 

-No es mi culpa que si pueda hablar con la persona que me gusta. - 

Jason con presteza le voltea a ver con un rostro cargado de muy mal humor. 

-Eres un presumido miserable y puto. - 

El pajar dobló la espalda de tal manera que solo con eso fue suficiente para llegar a su cara. 

-No, amigo, puto no.- toco ese rostro lleno de coraje. - Solo espera y hablen en cuanto se les pase el coraje. No dejes nada en el aire, aquí no puedes dejar nada para después. - 

-¿Algo malo les está pasando?-

Ese cuestionamiento fue tan de golpe que fue difícil responderle al rarito.

- ¿Porque preguntas eso?- 

El muchacho en el sielo estiro las piernas pisando el muro del otro lado del pasillo. 

-Huelo tanto miedo en ti como en la osa. - Jason apunta a su brazo sin bajar la mirada.-Los dos se ven tan asustados como bebés. - 

-Creo que.. Eres perceptivo pero también eres estúpido.- 

-¿Porqué piensas que soy estupido?-

Kickin lo hizo levantarse del suelo con un tirón rápido. 

Jason trastabilla recuperando el equilibrio con esfuerzo, mirando sus dedos enrojecidos por la fricción rápida por parte de esas plumas. 

-Porque a tu paso no durarás más de dos meses más en este lugar.- se pone derecho apuntando a su rostro.-Y para acabar con tus groseras ilusiones… -movió los pies dando una vuelta para seguir su camino.- ¿Cuánto más seguirás fingiendo?-

-¿De que mierda hablas?-

-Digo que esa boca tan grosera se lleva el premio por también ser la mayor mentirosa de la casa. - su voz bajó a un punto serio, esa voz adulta aterciopelada fue sacada a la luz con arrogancia.-Tu no eres el CatNap del perrito, solo eres bueno mintiendo.-

Jason dio un salto poniéndose derecho, dejando salir un murmullo de maldiciones. 

El ave lo deja en el pasillo sin responder a sus insultos. 

-¡Yo soy CatNap! ¿No me puedes ver acaso? ¡¿Qué parte de mi no es CatNap?!- interroga pisando fuerte el suelo. - ¡Yo soy CatNap!- su cabeza se mueve con su propia negativa a la verdad. Ñisando la alfombra a sus pies con un nudo cda vez mas cruel en su garganta.-Yo debo ser CatNap… - 

El ave lo dejo batallando con su propio conflicto. 

Con no ser el gato que ese idiota quería que fuera. 

 

 

 

 

 

 

 

                                              ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

Notes:

Gracias por leer, ¿Dudas?
Los humanos que conocieron hasta ahora en la historia serán de importancia. Hasta el último de ellos tendrá su papel en todo lo que sucederá pero no serán más que lo qué han sido hasta ahora.
Respecto a la ship clon,estoy esperando con ansias.

Chapter 55

Notes:

Capitulo incomodo. De verdad puede incomodar a algunos.
Por otra a parte estoy feliz de llegar a este punto de la historia de una vez.
Si. Al fin.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Ryan Daniels, aquel desperdicio de ser humano que no encontró mejor lugar para pasar veinte años de su vida laborando bajo la mano de los locos más cercanos a su condado. Divorciado y con un mal historial en el amor. Conocido en su universidad por dormir con la mamá de un profesor. Hoy toma otra serie de malas decisiones que lo llevan a ser el panal de abejas carmín de su futuro. 

Analizando a conciencia esa muestra de arte usualmente no es de su agrado como si resolverla fuera a conseguir la llave para todas y cada una de sus desgraciadas consecuencias.  

El cuadro siniestro con tantos niños de camino a ese anciano más allá de ser un paciente psicópata, dejan un sentimiento extraño en cualquiera que lo vea sin sufrir del agradable velo de la ignorancia. 

Ryan no porta entre sus medallas ese gran lujo llamado, con poca de la elegancia y gran valor para continuar cuerdo en un mundo donde lo bueno es malo y lo malo se recompensa, desconocimiento. Está condenado a saber todo lo que ocurre en este lindo matadero de plástico y felpa. 

Puede reconocer más rostros de los que quisiera así como encontrar las señas que delatan el destino de cada niño y niña en el papel. 

Fijando su atención en ese niño castaño en la pintura y esa sonrisa mal dibujada. Si, ese dibujo le parecía pésimo y más su composición total. 

Esa cara alegre nunca se vio tan inocente. En realidad cargaba con un chispa de ingenio manipulador, oscuro y mentiroso. Malvado hasta parecer un criminal en crecimiento. 

Esa actitud valiente llena de sombras, unos ojos profundamente oscurecidos por la ambicion perversa de los asesinos.Una mirada que seguía creciendo en la actualidad. Un niño que solo le despertó ese sentimiento de piedad al ser el único de su misma ascendencia entre muchas y muy variadas razas. Un acto de egoísmo utilizarlo en vez de ignorarlo o tan solo ser amable sin hacerlo llevar esa carga. 

Ahora en ese dibujo es su piel esclarecida y sus rasgos nativos borrados para ayudar a la hegemonia de una tendencia artística guiada por la estética blanca. Lo Atestiguando inmortalizado con la faceta que ese niño tanto se esforzaba por fingir día a día para agradar a un mundo que naturalmente lo despreciaba por su aspecto. 

Si tan solo no hubiera sido tan maldito pudo haber tenido el simple gesto de tratarlo con humanidad en vez de utilizarlo. Condenandose a un trato presente lleno de trabas y dinero que seguramente esté chico le cobrará con sus extremidades arrancadas. 

-Están bastante enfermos. – suspira esa verdad. Una grande. Tanto como sus errores. 

Aunque no fue Ryan quien dejo salir estas palabras. 

Su mente trabaja y reacciona mucho más rápido que su cabeza, girando para observar al coordinador desplazado a conserje. Hay forma de descubrir cuanto sabe una persona sobre los incidentes de un lugar, entre esas formas estaba el simplemente observarles o como ahora : Sentirlo. 

Poder sentir como ese rostro palidece ante el gran shock, la rabia y la gran impotencia llenando esos puños crujientes ante la fuerza con la que los cierra. Era un cliente usual del polvo, de las flores, pero no había dado indicios de saber la verdad. 

Creyó que era otro de esos depravados qie solían perseguir al elefante. 

-Hijos de puta. – balbucea ese joven de color con los ojos pegados a una figura. 

Ryan le sigue para ver lo que él vea, buscando la respuesta. 

Ese niño que acompañaba al castaño a todos lados… hasta la llegada de ese inglés hijo de puta. 

Ese que están colocando a un lado del castaño en la pintura. Un loquito qué reconoce. 

Aunque en la pintura le faltan esos ojos de perdido y su varilla de hierro, además de esa expresión furiosa y ofendida. Toda una joya de la corona era ese niño extraño. 

-¿Quién les pidió diseñarlo de tal forma?- pregunta a las dos pintoras. No veía sentido a que colocarán al chico ahí cuando su cambio fue después de varios niños Bunzo y Huggy Wuggy pequeños. 

Ellas le ignoran por un corto lapso de tiempo. 

-El gatito vino a pedirlo. – 

El chico al que el conserje trajo detuvo el pincel sobre la zona que habían manchado con píntura blanca. 

-¿Quien?- cuestiona deteniendo la mezcla de colores.-¿Qué gato?- 

La más cercana a él apuntó a la pared contraria. 

-CatNap. – dice con simpleza. 

Los tres voltean para ver a ese otro mural . Uno que habían ignorado por la pintura de los niños. 

Criaturas de tamaño completo o menor habían sido pintadas unas tras otras. El más viejo de los diseños era Mommy, seguida de Huggy… 

Era un esquema temporal de los niños y su transformación. 

Niko vuelve a mirar la pintura de los niños. Su hermano como el reflejo de ese elefante. 

-Me largo. – murmura Niko agotado de golpe. 

No importa cuanto tiempo pase. Una y otra vez descubrirá el descaro de esta gente y su gran orgullo por cortar a los niños en su poder. 

Sin ver la mirada sospechosa de ese guardia de seguridad. 

Apesadumbrado por su arrepentimiento las culpas vuelven arriba, a su cabeza y pecho. 

-¿Porqué carajo no te lleve conmigo?- arrastra su lamento al bajar las escaleras con su gorra bien sujeta por su manos. 

Por un lado el pecho del felino casi le rosa al pasar muy cerca de este en su llegada. 

Salir del edificio se acompañó con el resplandor de las luces falsas. Algo que es irónicamente agradable y jodido. 

Suspira observando la iluminación de esta gran jaula. 

Marcando un nuevo día el canto de un gallo falso a lo lejos. 

-¡Buenos días!- la suave esencia de las rosas pasan con ella. Con el saludo de parte de la osa de camino a Dulce Hogar, mostrando esa sonrisa gigante y sus manos como un baile coreografiado.  

Aun las visitas no llegan pero ellos ya están tomando sus posiciones. Al fin miro a sus espaldas encontrando a ese gato gigante que lo mira desde atras antes de entrar a La Jugueteria. No pude ocultar el susto que le recorre al darse cuenta de que estuvo tan cerca de este monstruo. 

Era tan grande y diferente. Con una presencia pesada y fría, asqueroso como un gato roñoso qué aun espera caricias en su nauseabundo estado. 

Niko busca al elefante pero no lo puede encontrar de primero. Toma la decisión de buscarlo en la escuela. 

CraftyCorn pasa por su lado. Parecía tan alegre como siempre al moverse por el camino de piedra. 

Al menos en su camino comprobó que ese perro había corrido por el techo de la Play House saludando a los niños que se asoman por las ventanas. Dejando de lado este acto amistoso tan común en ese can. Seguramente ese perro estaba comprobando algo en el lugar, algo en su territorio debió cambiar. 

De verdad que ser un perro le quedaba bien a aquel tipo raro. Aunque parece que este idiota fue mucho mejor hermano para Christian aún le quedaba demasiado. 

Estaba inquieto. Este perro estaba inquieto. 

Debería haber pasado por su lado pero ha hecho esto. Saltar entre tejados con una actitud fria.

Al menos la escuela no lo decepciona. Busca las respuestas. Busca a ese hermano suyo. 

Bubba esta entrando al edificio con ese paso tranquilo que lo hace ver más pequeño de lo que era. Sintiendo algo de inquietud al sentir el paso rápido del perro a su espalda. Llego muy rápido hasta su posición. 

Esa criatura era el líder pero pocas veces lo veía estar de verdad con Bubba o algún otro de los chicos en sus días de servicio. Algo raro. No lo había pensado antes. ¿Quien crea estas ideas desenfrenadas en este grupo de juguetes? Esta idealización de ser capaces de seguir siendo capaces de controlar sus propios destinos con algo tan retorcido como un negocio. Y más importante aún, lo logrará. 

Su hermano insistía qué DogDay era un gran líder y parecía seguirlo ciegamente. Llamándolo hermano. A ese perro salido de alguna alcantarilla o algo más peligroso.  

Su incertidumbre lo hace buscar con más ahínco a su hermano. Buscando respuestas para todo este retraso. Para esa incomodidad en el aire y la apertura de las ventas fuera de la fábrica. ¿Porqué el perro y el ave estaban vendiendo tantas dosis? ¿No querían guardar el secreto? 

A este paso de distribución la comercialización exterior comenzaría a considerar a ese polvo salido de la nada como un verdadero competidor. Llamaría la atención equivocada. 

Dentro de la escuela algunas maestras lo saludan una vez comprueban su uniforme. 

Siguiendo la espalda azul lo alcanza al correr y gritar. 

-Christian. – lo llama tocando su espalda.

Este elefante voltea a verlo con el ceño fruncido. Reclamándole de una forma parecida a un matón. 

-Te dije que no me hablaras en publico.- 

Niko debe burlarse, es su primer deseo el burlarse de el temor de su hermano menor. 

-A mi no me importa si nos ven , dire que te estaba molestando.- golpea ese pecho tan fuerte. 

-No seria una mentira .- soba la zona de pelo donde quedo la marca, cosa que es curiosa por a espesura de su pelaje recién lavado. Su mirada va a la puerta de un salon.-Abre y entra.- le pide apuntando con la trompa a esa habitación.

Niko lo escucha entrando a ese salón seguido por Bubba en su espalda.

La puerta se cierra y el elefante se recarga en esta con una pata.

-¿Qué lograste de ese grupo?- prgunta de inmediato a Niko.

Su hermano toma asiento en el escritorio.

-Volverán a intentarlo en navidad. Planean usar esas fiestas como medio de entrada para algunos de los equipos extras.-

-¿Navidad?- el elefante mueve la cabeza confuso.-¿Por qué fueron tan vagos? ¿Qué impresión tuvieron de ti-

Niko frunce el ceño chasqueando los dedos.

-No los vi de frente como para que quieras decir que me vieron cara de estupido. El plan es para ese mes y los días de fiesta.-

Bubba choca las plantas en su estómago. 

 -Bien…¿Y sobre la otra cosa?- pregunta mas serio.

-Eso… ¿Te parece que otros 70 sean suficientes?-

-Debe ser suficiente para abrir el camino al infierno.- su mirada baja de su hermano al suelo.-DogDay tiene su propio plan , ese es el que seguiras pero esto se queda con nosotros dos.-

-Christian-

-Bubba , soy Bubba.-lo remarca serio.

-Bubba. Mi hermano … ¿Sabes que no habrá forma de esconderte si hacemos esto? Todo quedará al descubierto y no tardarán en encontrarlos.-

Este hermano suyo mueve los ojos de un lado a otro, sacando pensamientos revueltos de su boca como lo haría un delirante cretino de universidad. 

-No planeo esconderme pero tampoco quiero complicar aún más nuestra situación.- mira a la puerrta que sostiene. Puede escuchar a una maestra del otro lado espiando.-Ese dia deben haber mas de una salida. Y la tomaremos aunque sea la más difícil. -lo mira de nuevo ,apuntando a la otra puerta con un movimiento de cabeza.

Niko no puede quedarse. Escucha su orden y escapa llevándose algunos libros en blancos en el camino.

Afuera su primer encuentro es un humano.

Este le mira de arriba abajo.

-¿Vienes a lavar el baño , negro?- lo apunta con ese rostro comúnmente desagradable de algunas personas y ese gesto común en racistas, arrugado la cara como si él fuera una mierda pegada a sus zapatos. 

Niko, quien afuera en el mundo real le daría un puñetazo, le sonríe mostrando los cuadernos.

-Artículos de oficina , nunca tienes suficientes.- imita esa misma mirada logrando que el hombre retroceda al incluir un movimiento que invade su espacio personal , sacudiendo un poco ese cabello rojo escapando de bajo su gorra.-Eres lindo , como para manchar un poco ¿No te parecería llenarte con algo de sabor para endulzar esa amarga boca tuya, anciano? – lo pregunta atrapando esa mandíbula.-Imbécil.- 

El suficiente tiempo para que Bubba del otro lado de ese salón lograra salir gracias a la maestra.

Todo para evitar que los descubran. También porque los tipos de esta índole siempre eran los mejores cuando se les empuja a cuatro.

Este hombre lo aparta ofendido y hastiado por el descaro. 

-Malditos… sucios depravados. - huye asqueado.-Si no es el maldito elefante o ese perro es el maldito conserje , nadie me respeta. Puta mierda…- 

Niko lo observa perderse por los pasillos.

-¿Christian?- sonríe imaginando a su hermanito amenazando con esa carita de susto que hacia cada vez que debía subir la voz.-¿Christian haciendo cagar a un tipo?- 

Su diversión duró hasta que la puerta por la que habia salido fue abierta por una de esas muñecas rubias.

El mandil con numeros y manzanas le delata como la maestra de matemáticas.

Terry , el famoso Terry. Esa muñequita qué siguió con el negocio a escondidas de los sonrientes. Dopando con sus existencias a algunos humanos y a ese grosero director. 

El icono de rebeldía que mantuvo a flote lo que el perro había hecho crecer de la nada con ayuda de esas tontas flores. Con el guardia de seguridad tan conocido por su estadía extendida por décadas en esta empresa. MA ahora la muñeca no es del tipo divertido. 

Bubba le había advertido de ocultar sus secretos de esta muñeca. Maestra que solo a DogDay le ponía atención y hasta le habia mostrado lealtad en su punto mas bajo. Más no por eso estaba del lado del resto de los sonrientes. Los parece considerar inferiores incluso a ella misma, menos que basura. 

No era aliado de Bubba y no habia nada que evitara que lo entregara al tan sonado perro del sótano.

-Hola , un gusto verle.- saluda esa muñeca con esa voz dulce de siempre y todas.-¿Hay alguna razón para llevar nuestros materiales consigo?- cuestiona y esa boca se abre saliendo solo la punta de una gran lengua. 

Estas cosas eran bonitas pero su forma más humana los hacía doblemente inquietantes para quien supiera lo que hay dentro, oya haya desarrollado un parámetro para lo que es normal y lo que no. A diferencia de los niños que siguen adelante con ideas caricaturizadas de lo que es un ser humano. 

Niko le sonríe, gira y se retira corriendo. Como un ladrón. 

La muñeca se quedo en el pasillo , observando como ese humano se va con sus cuadernos. Esa sonrisa en su boca no llega a sus ojos. Cerrando las manos en puños vuelve a la habitación para salir por la otra puerta.

En el otro pasillo el elefante y se habia esfumado. Caminando a paso rapido a la salida trasera de la escuela. Sus sospechas no pueden ser equivocadas la mayoria del tiempo.

-Disculpa , hermana , debes ir a tu clase.- 

Su mal humor llega a sus ojos al interponerse la voz de una maestra por la bocina de los pasillos. Terry gruñe volteándose directo al lente. Su lengua se asoma mirando a la camara por la que sabe que es vigilado.

Desviando su camino a ese salón lleno de niños.

-Hola niños, hoy aprenderán a cortar a una persona en seis partes. – bromea al entrar. 

Los niños ríen y otros dan una mirada a los del bloque cuatro. 

-Veo que algunos se adelantaron, debería darles una felicitación por su decisión. – 

Molestar a los débiles era ciertamente adictivo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore, en la juguetería , observa a los trabajadores terminar de armar la pirámide construida con cartón colorido y peluches de los sonrientes y otros juguetes de la fabrica . Coronando con una hilera de cinco muñecas Poppy.

Al retirarse los empleados se coloco cerca para comprobar que estos no se movieran. Ninguno de estos se mueve, o está vivo, pero aún no se relaja. Ya nada es algo en lo que pueda confiar. 

-¿Tú no tienes flores?- 

Su ceño se tensa . Moviendo la cabeza para mirar a ese humano a sus pies.

Su gesto parece haber sido demasiado inmediato, causando un miedo instintivo al hombre. Este humano lentamente se aparta sin perderlo de vista.

CatNap solo era lindo para los niños. Los adultos le temían demasiado y sobre todo en soledad. 

El gato lo siguió haciendo un movimiento rápido con la cola para evitar que se fuera por otro lado.

Este humano pierde fuerzas y sus piernas se vuelven contenedores de requesón.

-Gatito.. – intenta hablar pero su voz se ahoga. 

-Ve a donde te dieron las flores mis compañeros, ahora.- ordena al humano. – Seguro que te pueden ayudar. – lo deja ir una vez dio su instrucción. 

El humano es bastante rápido para huir sin detenerse a mirarle por segunda vez. Corriendo directamente a la salída. 

Theodore no lo sigue. Mira al segundo piso y con solo un salto llego a este, trepando al tercero con las patas largas qué le dieron. Metiéndose a una habitación llena de juguetes de madera de un salón con un empleado descansando en un escritorio viejo. 

Theodore lo mira más de un segundo sin perder su verdadero interés en la ventana. Observando por esta al jardín. 

Ese humano asustado había corrido directamente al teleférico, esperando al siguiente viaje. Al menos así era. 

Hoppy lo ha saludado y se acercó a hablar con él tan solo por un corto lapso, este fue acompañado por una mirada a La Jugueteria, apuntando con los brazos arriba a sus orejas que caen a un costado y aplaude volviendo a su lugar para esperar a las prontas visitas. 

El humano parece relajarse y tomar la decisión de ir a Dulce Hogar. 

-¡¡CatNAP!!- gritó al fondo el empleado que despertó de su sueño por alguna inquietud instintiva.-Dios santo, ¿DogDay o los otros sonrientes no te enseño a saludar cuando entras a una habitación?- le reclama con una mano en el pecho. 

Theodore se retira mirando al humano. Mostró su pata como una despedida. Cerrando con la ccla prensil la puerta.

-¡Hola guapo!- 

Una voz aparte hace al gato saltar en su camino. Karma. Uno de esos conejos ha aparecido por encima de su cabeza. Asomándose por un candelabro del techo. Este conejito aplaudió sin sus latas. 

-Escuche que tú interrogantes a un hermano mío. Aunque no entiendo para que, si tienes curiosidad¿Tu no deberías simplemente preguntarles lo que quieres saber? No creo que se enojen por tu interes. - 

Theodore busca otra respuesta entre las preguntas de ese Bunzo. 

-¿Eres Jean, Angela o Daniel?- pregunta moviendo las orejas molesto por lo sucedido en el techo hace algún tiempo. Una parte de sí lo hacía pensar que el estrés ocasionado por esos dos chicos fue lo que lo hizo destruir PlayHouse. 

La criatura sacude la cabeza haciendo a sus largas y espesas orejas de conejo moverse de lado a lado. 

-No, ellos son de la sección de Bobby y Kickin, yo soy Tamie. Suelo trabajar con Crafty o Picky pero desde hoy te seguiré a ti, CatNap.– 

Definitivamente, sin tomar en cuenta su voz igual en más de una forma a los otros Bunzo, este era una niña. O solo quería serlo

El humor de Theodore mejoró al trepar los pilares para subir a los bordes de hierro del tejado cóncavo del edificio. Llega casi a encontrarse con la coneja. 

Esta le saluda sin miedo alguno. 

No lo habia desarrollado al laborar con Crafty y ser ignorada como una pieza más del edificio o como la trataba Picky qué era una persona severa y no les hablaba más que para enviar noticias a Bubba o DogDay. Ninguna de las dos criaturas alguna vez tuvo algún mal acto con ella o sus compañeros. Volviéndose mucho más relajados e ingenuos qué los compañeros de DogDay o Kickin. Aquellos eran casos que reflejaban el estrés y la gran severidad de sus jefes por el mundo que habitan. 

En realidad iba más allá de esto. Iban más allá de una actitud. 

-Los gigantes son buenos y tú eres uno de ellos. Ellos no se enojaran contigo solo porqué quieres saber sobre lo que hacen. – levantó las manos instándolo a elevarla. 

Theodore estiró la garra para dejarla saltar por si sola. La coneja se sujeta al candelabro, girando para bajarse primero una piernita y luego la otra. Agarrándose de su uña afilada se sube a las almohadillas. Acomodándose con las patas estiradas y las manos entre estas esperando a que la lleve a su encuentro. 

-Hola. – saluda al ver sus ojos de cerca. 

Dentro de la realidad de los sesenta Bunzo el lugar de cada uno era muy importante. Algo que no pueden decir por el problema de incomunicación con los gigantes pero comían mucho más de lo que los humanos sabían. Guardando ese secreto entre ellos, fortaleciéndose según lo que consumieran, la carne o cualquier comida. 

Entonces los más cercanos a PickyPiggy o CraftyCorn tienen la desventaja del poco consumo pero una vida activa y la indiferencia de ambas criaturas. Eran muy débiles. 

Más arriba estaban los de Hoppy Hopscotch y Bubba Bubbaphant, alimentados con regalos de niños y visitas de fuera de sus hogares. Sin más que correr por ahí con niños a su alrededor y cuidando a las visitas. Eran rápidos y su masa muscular mucho mejor que otros. 

Después los de BobbyBearHug. Quien engordo a sus Bunzo pero no les daba tareas más allá de vigilar y avisar de movimientos extraños de parte de los adultos. No se podia decir que fueran feos pero estaban gordos y no podían correr muy rápido. 

Coronando los Bunzo de DogDay y Kickin que van más arriba de estos. Gordos y fuertes, con unas personalidades dominantes al estar al tanto de cosas que no deberían saber. Estar viviendo con tal ventaja les daba pase a la delantera incluso cuando los humanos los alimentaban con las enormes masas de carne hervida y grasosa o verduras crudas qué les esperaba en la celda cada semana.  

Pelear por comida quedaba muy lejos de las posibilidades de la sección de Crafty o Picky.  

Ahora está conejita, empujada a la recientemente formada sección del gato intenta encontrar algo de su favor o al menos alguna forma de utilizarlo para su futuro. Algo qué pueda explotar para sí y sus hermanos. 

Haber entrado tarde al corral tuvo sus consecuencias y sus posibles ventanas de posibilidad. 

Como lo sucedido entre el gato y el perro. Esa noticia fue resguardada entre los Bunzo de DogDay pero hubo un problema. El susurro llegó a los débiles qué no parecían un problema y de esta se armó la reciente sección de CatNap y en esta no se ha suscitado el cálculo de calidad. Despertando la curiosidad por varios de los conejitos qué buscaban subir en la cadena. 

Y si el mundo sigue girando como recordaba Tamie : CatNap es el novio de DogDay y seguro podía darle de comer a ella y sus hermanos, podría procurarlos como lo hacía el líder de los sonrientes. 

Podría ser tan buena posición o incluso mejor si CatNap lograba someter el juicio del perro o tomar el liderazgo en un descuido. 

Escuchar una pregunta de este gato, su posible mina de oro, le anima. 

-¿Tú podrías decirme qué hacen ellos?- pregunta con menos esperanzas de recibir respuestas qie con el Bunzo de Dulce Hogar. 

La conejita se lo piensa y mira al lugar buscando la respuesta. Sus ojitos se fijan en un jarrón del pasillo. Lo pensó bastante, incluso si era buena idea seguir adelante con esto. Este gato no estaba bien posicionado, todos notaban la desconfianza del resto de gigantes en ese gato, y puede que su cercanía al líder fuera positiva pero aún estaba el claro desagrado del resto. Incluido KickinChiken y su advertencia para mantenerse lejos de este gato. 

Deseaba trepar pero no dejar la rama sólida en la que se encontraba. Dejando que solo la mitad de lo que debía decir escapará de su boca. 

-Venden flores inmortales. – anuncia la verdad más conveniente en su papel ignorante. Uno donde ella solo sabía la superficie y no todo. 

Protegida pero expuesta para convencer al gatito. 

Theodore baja lentamente las orejas. 

-¿Que?- 

La conejita levanta las patas delanteras y su sonrisa crece feliz por esa reacción interesada. 

-Las flores inmortales son de papel o plástico y ellos venden flores de papel. – anuncia y gira e su pata sin levantarse. - Son muchas flores y las guardan por toda La Guardería.- apuntó al jarrón. - Esa podría ser una de ellas. - 

Theodore mira al candelabro pensando en cómo se había sentido conforme ha pasado el tiempo y no puede entender las cosas que le suceden o siente. 

Entonces pensar que este miedo sin razón que lo embargaba cada vez que DogDay se perdía era por una cosa tan estúpida lo hacía relajarse de golpe. Llevando a la coneja de vuelta al candelabro. 

-Gracias por decírmelo.- suspira acercandola a su rostro.-¿Quieres un dulce?- ofrece uno sacado de su cierre en la punta de la tupida cola púrpura. 

La conejita sonríe grandemente. 

-Me encantaría. - agradece al tener esa barra de chocolate en sus patitas. Lo caliente que estaba y su suavidad le avisa de lo grasoso qué sería y bueno para su estado físico. - Gracias, Catnap. - podría pelear por la comida por fin. 

 

 

 

 

En otro piso un trabajador ha estado observando al gato sostener a ese conejito por bastante tiempo. Incluso si no le hacía daño aún veía extraño que tuviera que sostenerla en un lugar tan peligroso. Preguntándose si ese gato no tenía un deje de sadismo para tener a la pequeña criatura en su poder. 

 

 

El gran felino, después de liberar a la pequeña conejita, decide bajar a la plataforma desde el techo al primer piso. Al parecer este edificio fue una buena elección para colocarlo. No era relajante pero no habría mejor lugar para usar sus patas y cuerpo tan libremente. 

Tiene que tomar su lugar en la base de madera del centro. Quedándose quieto a la espera de las visitas. 

Crafty debía sufrir mucho al estar aquí. En un lugar de madera que no soportaría su peso ni sus pezuñas. Atrapada en esta única base resistente. 

Una queja toma forma en su interior, mirando a los jarrones del lugar. Las flores de plástico puestas como adornos en más de una esquina. Una idea que lo hace estar un tanto enojado. 

-¿Porqué vendes flores en vez de pensar en cómo escapar? Ese no eres tu.- se lo pregunta intentando entender esa parte de las maquinaciones del perro.-¿Qué es lo que me ocultas, cariño?-

No podía entender como algo cómo vender papel podría ayudarles a futuro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las horas de este día fueron acompañadas por un número menor de visitas. 

Algo que repercute en el movimiento de las mascotas y las flores de papel malo. 

DogDay lo nota y su tranquilidad, poca como las posibilidades de lograr que le crezca el bigote algún día, se vuelven una molestia. Rompiendo su ley de silencio con los humanos. 

-¿Hay un problema afuera de la fabrica?- 

El humano al que interrogó le mira curioso por su interés. Después de todo, hasta ahora ninguno de los consumidores de fuera les consideraban nada más allá de máquinas manejadas a control remoto. 

-La policía del exterior está haciendo cateos serios en las carreteras y el viaje se volvió un poco peligroso para todos. – 

DogDay mueve la cabeza y lo atrae por el brazo. Lo que diría lo diría recordando las pláticas de las personas que llegaban de la frontera y contaban sus desgracias. Tal vez admirada por lo fácil que era para un niño entrar y salir de algunos locales con dinero o esos sobres en su poder. Los 80’s estaban jodidos pero no tanto como las siguientes décadas y sospechar de un niño era inverosímil. 

-Escóndelo dentro de tu cuerpo. Nadie te revisará mientras vistas tan bien. – lo apunta tocando su boca con solo un roce fantasma. Si se tragara algunos podría llevarse más de los de siempre. 

El humano abrió la boca ofendido, molesto y a la vez imperiosamente tentado. 

-Me da miedo. – murmura riéndose nervioso. 

DogDay recuerda una frase muy vieja en su memoria. 

-¿Porqué? ¿Te da miedo no ser capaz de parar una vez lo pruebes?- Golpea esa nariz sin fuerza para hacerlo temblar.-Solo piensa en el dinero, solo eso debería ser suficiente para ti. - 

Lo suelta a la vez que esté humano le gruñe apartándose. Mirándole con los ojos completamente abiertos. 

-Perro mañoso. – murmura el humano retirándose con un porte engreído. 

El perro bufa una vez esté humano se fue con la mitad de lo esperado. Podría quejarse de la baja en ventas. 

Si no fuera por que después de una hora este humano se llevó el triple. 

Y caminaba chistoso. Algo raro de verdad. 

La mirada del líder se carga con algo muy contrario a la mofa qué debería y podría sentir. Lástima. 

Era una frustración pesada llena de un asco rezagado por los años. El asco que un sentimiento más adulto de lo que debería permitirse le hace sentir hacia estas personas que debería respetar por su ayuda inconsciente. Era un mal tipo. 

Se estaba convirtiendo en una mala persona ¿O es él en realidad? ¿Porque tuvo que tomar este papel? 

Aun siente demasiado ese odio que su hermano le hizo aprender a sentir por estos personajes de espíritus perdidos en el suelo. Desvalorizados por ellos mismos. 

El mal humor lo hace irse de esa zona. Con toda la intención de ir a ver a Theodore. Aunque sea de lejos. O quizás era hora de hablar de lo sucedido. Intentar ser honesto. 

¡PARA! 

Deteniéndose con un escalofrío cargado de rabia recorriendole la espalda y esa cola se eleva erizandose hasta el lomo. Algo muy malo estaba sucediendo bajo su nariz. Alguien estaba saliendo del ruedo, rompiendo su equilibrio. 

-¿Qué mierda está pasando?- gruñe levantando las manos alteradas como dos garras de puro tendón hecho nudo uno a uno. Estaba alerta, cansado, molesto y tan furioso que no podía encontrar a donde llevarlo o de dónde venía. Decide entrar a la escuela, buscando entre las visitas del interior el peligro que lo mantiene alterado.

O volver con Catnap. 

Lo que sea que lo hiciera decidir su mente agotada. Buscando un lugar, un objetivo al que pueda hacer pedazos. Algo que tenga sentido. 

Porqué algo muy malo entro a su jaula y debe hacerlo pedazos antes de que anide. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el edificio el gatito vigila una pareja interesante. 

  Una pareja que se descarta del resto gracias a esa plática diferente al resto. 

-… el peso de las barras es superior al nivel de la perforación. – apunta al echo del edificio. 

-Se puede mejorar el nivel de las balas con abrir el cañón, aumentarán las esquirlas y romperá las aleaciones del componente de la puerta. Podremos entrar a la bodega del sótano y llevar las joyas.– 

No sabía de qué hablaban y tampoco deseaba quedarse a escucharles. Bajando de la plataforma sube las escaleras en vez de saltar ante las visitas presentes. 

En el segundo piso la pintura aún olía fresca y podía ver a más empleados que antes trabajando en ese cuadro. Incluso un guardia observaba cómo pintaban, sentado en una silla traída desde alguna oficina les vigila en silencio y bebiendo de una botella. 

Observar el sabor de la leche con vainilla en sus manos lo hizo al fin ver bien a ese guardia. 

Una ola le hace erizarse y estirar las orejas hacia atrás con un bufido ahogado al verle bien a él y su cara bien grabada entre sus malos recuerdos. 

Este humano era el de esa vez en el callejón de este mismo edificio. Aquel que terminó debajo de su perro y no pudo sacarle los ojos. 

Su cuerpo se adelanta, a cualquiera de sus otras más lógicas acciones a tomar ante el arranque de adrenalina que le golpeó la cabeza : Directamente a desfigurar a ese humano de porquería. 

-Catnap. – 

No es otro conejo. Es una visita a mitad de las escaleras. 

Sus orejas bajan viendo a esa mujer con su pareja a su lado. Sonriendole muestran una cámara fotográfica. 

-¿Puedes venir? Queremos algunas fotos contigo y DogDay. – 

Seguido la cabeza del perro se asomo por la orilla del piso. 

-Baja, por favor. – le pidió con esa voz infantil. 

Theodore movió las orejas relajando su pelaje antes de saltar por encima de DogDay al suelo. 

En la plataforma sus patas no hacen ruido alguno al aterrizar. Logrando ver como el perro vuelve a encoger sus hombros para ir a su lado. 

La pareja corre a colocarse en medio de ellos con una sonrisa cada uno. 

La fotografía fue tomada por un empleado. 

 

Theodore pasa su mirada del lente al perro, mirándolo saludar a la cámara. Imita el gesto al poner las dos patas al nivel de su pecho en vez de como DogDay estirarla. Su interior se siente avergonzado al sentirse parecido a los gatos de porcelana que saludan en las puertas de algunos restaurantes de comida china. Guardando el saludo para cuando este muriendo.

El perro vio a la pareja darse un beso rápido y su propio impulso lo hace atrapar la pata de Theodore a escondidas tras la pareja. Deseaba tanto tener a Theodore solo para él desde ahora, pasar el tiempo a su lado, disfrutar lo que se pueda y hacerlo feliz. 

Comparte una mirada con el gato confundido, saludándolo para relajarlo. Sin decirlo ha decidido dejar esa vergüenza de una vez. Tan solo para superar ese episodio junto a su gatito. 

Esta pareja se gastó tres rollos de veinte fotografías solo en ellos. Y posiblemente también en capturar la estructura del edificio. 

Despidiéndose con grandes sonrisas. El empleado siguió con su ronda intentando vender algunos juguetes a los visitantes. 

El gato les sigue con la mirada por lo rápido que huyeron una vez se tomaron las fotografías. Dog le sujetó la mandíbula haciéndole mirar su rostro. Adoraba ese gesto tan resuelto que le caracterizaba desde que era un niño pequeño. 

-Vamos afuera.- lo ordenó con ese tono maduro, sincero al ser su voz de carne. 

Theodore siguió al perro una vez le pidió eso, ciego hasta un incendio podría ver en el camino ya un seguiría a su perro. 

Las personas están distraídas en sus propias conversaciones, dejando de lado al par de gigantes que pasan para salir por la parte de atrás del edificio. 

Sigue siendo una puerta en alto y una escalera hacia abajo. Theodore frunce el ceño viendo ese mismo pedazo de suelo cubierto por las figuras de piedra y cartón recién agregado. Tal vez el mayor cambio es la falta de la barra de hierro que usó para amedrentar a ese guardia de pacotilla. 

Ese hombre no debería continuar respirando. 

-Theodore. – lo llama el perro ya en ese tramo de concreto.-Ven. – le pide levantando la mano en su dirección. 

Bien era este llamado firme o una invitación a algún baile de salón. Lo que fuera no pudo ni quería resistirse a corresponderle. Si este perro en este segundo le pusiera un abismo a los pies y le invita a caer juntos se rendiría sin dudar. 

Theodore baja a su nivel, aun viéndole desde arriba por su altura. Exhalando una ola de vaho sobre el pelaje del perro. 

El monstruo naranja le toma las mejillas. Admirandole por lo que pareció durar una eternidad. 

-Oye, ¿Eres consciente de lo bonito que eres? Cuanto me gustas o cuanto te amo. De verdad que moriré el día que me faltes.- lo jura entornando la mirada sobre el par de iris de luna.-La cosa más bonita del mundo.- lo dice convencido tan solo por el color de esas pupilas brillantes.-Mi gatito es como un ángel.- 

El gatito mueve la cola ansioso por la fila de halagos venidos de la nada. Preocupado por esa sensación fría dentro de su mirada cariñosa. 

-¿Te pasó algo?- pregunta resistiéndose al calor de su pecho enternecido.-Estas raro. - pinta algo que sentía desde que lo vio salir de la celda muy tenso.-Me confundes, pareces enojado conmigo.- 

La prueba de ruido fue hace tiempo pero el perro seguía alerta y cada vez más alterado aunque se lo ocultara a sus amigos. Algo le pasaba a Dog. 

El perro piensa. Medita unos segundos antes de tomar el camino sincero. 

-Estaba de mal humor. – admite.-No es tu culpa, no estoy enojado contigo.- su decisión de al fin informar de sus planes de escape a su gatito lo hace cerrar la distancia con un tirón qué sin querer hace al gato derretirse. Claro que no era la primera vez que era sujetado por la fuerza de su perrito pero cada vez era un golpe de realidad que hace a su cuerpo estremecerse como si fuera a pasar a estado líquido de un momento a otro. -Eres la última persona con la que me podría enojar.-

Aunque aquella vez le diera mucho miedo. Ahora lo disfruta, disfruta de ser llevado sin tener que pensar. Confiar en su toque, dejar derretir sus extremidades en el calor y amarlo como ser libre de verdad al ser sometido a la voluntad de quién lo ama. 

Como el títere que espera al amo y descansa cuando su actuacion termina y vuelven a jugar como si ese escenario fuera solo únicamente de los dos. Con esa mano tan fuerte en su cuello, retrocediendo su mente hasta esa experiencia húmeda y esas manos sujetando su cuerpo solo para llenarlo de placer, un gran placer sin igual a otro en su vida. 

¿Estaría mal que le interrumpa y le diga que quiere volver a hacer eso? Sentirse tan bien y conectados, sin asco a este cuerpo de pelo sintético o dientes extraños. 

-Algo pasó y yo no sabía si podía hablar sobre esto, estaba demasiado avergonzado y me daba miedo darte asco.- el perro confiesa lentamente lo sucedido. Dejando su propia renuencia para no seguir huyendo de sus vivencias. - No sabía cómo decirlo y eso me hacía enojar, Theodore.- 

Escuchando a medias sus palabras y tratando de encontrar cómo compartir su deseo a Dog y que esa vergüenza estorbosa se haga a un lado de una vez. Tan concentrado en el calor de sus anhelos no puede ver completamente el escenario y su importancia ni cuánta era su importancia.  

-Theodore, estoy tratando de sacarnos y las cosas están yendo a-

No pudo continuar. 

Una presencia llegó de golpe por la puerta. Sin mirarlos se revuelve para sacar de su bolsillo un cigarrillo y encenderlo en sus labios , temblando al aspirar una gran y roja calada.

El gato y el perro, juntos, observan al humano tragarse ese humo una y otra vez al exhalar una bocanada tan espesa que su rostro desaparece dentro de la nube. 

Suelta a Theodore a regañadientes por la sacudida nerviosa del gato. 

Comparten un rápido vistazo a sus secretos compartidos. 

Al fin DogDay reacciona y va hacia el humano con un reclamo normal para sus instrucciones de servicio en La Guardería. Este no era parte de la nómina ni lo reconocía como conocido de Ryan o cualquier otro guardia. Mucho menos parecía ser un trabajador dispuesto al negocio. 

Era un elemento a eliminar antes de volverse un problema para el movimiento de las flores. 

-Señor , aquí no se fuma.- le avisa usando la voz infantil. Al acercarse la esencia humana sube hasta su nariz. 

Paralizado una parte de su cerebro y otra al contrario comenzó a reproducir recuerdos unos tras otros frente a este hombre. 

Recuerdos cubiertos de rojo y blanco. 

El aroma de este humano le hace sentirse de golpe bastante alterado. Lo guarda lo mejor posible pero aún no puede ocultar cuánto le ha afectado esa esencia ambigua a jabón y una identidad que punza hasta el fondo de su cerebro. 

El humano le suelta directamente al rostro una calada de humo gris.

-Vete al carajo , monstruo de mierda.- lo ordena cansino y sin levantar el rostro una vez vuelve a tomar el cigarro en sus labios. 

Theodore siente esa misma rabia de antes al escuchar cómo se dirige al perro. No es necesaria su intervención. 

DogDay ha decidido sujetar al humano arrancándole de la boca el cigarro para apagarlo en el metal de su propia boca. Ahí el calor ardiente hace saltar un par de chispas. 

Algo que a DogDay le asqueó mucho menos que el incidente con ese doctor.

También algo que hizo al gato revivir ese delirio casi superado. Uno donde el perro le exhalara más de ese vaho sobre zu cuerpo cuando… cuando… 

-No debo pensar en eso ahora. - murmura para si, protegiéndose de esa locura. 

Dog continua sin escucharlo. 

-Seguridad se encargará de usted , señor.- lo baja de la plataforma agarrándolo esta vez por la camisa.- Llevalo.- le pide a Theodore y con el humano también le entregó el cigarrillo apagado.

Theodore los mira muy reticente a tocarlos. Tanto al humano como al cigarro qué traía este mismo. 

DogDay sabe que Catnap debía mostrar que trabajaba en su zona y no solo estaba de adorno. Debía valer lo mismo que sus compañeros para no ser apuntado por los humanos. Debía seguir el acto de las mascotas, así sea vergonzoso y difícil. Mentir era necesario para moverte entre las cuchillas de tu cuello. 

Las mentiras son lo único que los separaba de la muerte interna. 

-Es tu sección , debes entregarlo tú.- lo recuerda para él.-Debes trabajar, porfavor, mi amor. - 

Theodore mueve las garras en el suelo aun indispuesto a tocar a un humano… ¡¡¡Le llamo “Mi amor”!!! 

-¡¿Qué?! - deja salir la sorpresa que le recorre al procesar las palabras de amor. Temblando sus rodillas al instante. 

No. Esto era demasiado para su corazón. Le explotara la cabeza sí DogDay comienza a llamarlo por ese tipo de motes cariñosos así como así y ahora que apenas puede ordenar su cabeza. 

Este humano hizo ruido antes de que Theodore pudiera decidirse o superar el dulce cariño. 

-¡¡Trabajo aquí, miserable!! ¡¿Cómo rayos van a castigarme?!- lo grita intentando librarse. 

La música de fondo resuena con la pista enjoy the silence. Un conjunto mezclado con las luces y su soltura. Llevando lentamente al ya estresado perro a la orilla del caos. 

-Entonces deberías conocer el código de La Guardería. – mira a este humano directamente. -¿Y su identificación, señor?- pregunta de nuevo. 

Este humano estira la mano con la credencial. 

Theodore, superando ese vergonzoso episodio de pánico, se acercó sólo un poco por su perpetua curiosidad a los nombres de desconocidos pero es suficiente para recibir una patada directa a la nariz. Pudo quejarse y mejor irse para no seguir con esta tontería pero su reacción rápida fue la única que salvó al humano al ser lanzado con excesiva fuerza contra el suelo. Atrapandolo con su cola en vez de permitir que su cara se bautizara con el suelo. 

Fue muy rápido todo. 

El humano había dejado que este gato se acercara para patearlo con toda la suela contra esa nariz negra y su boca también fue impactada. Sin poder hacer ruido alguno cuando el perro lo elevó para verlo a la cara antes de lanzarlo con fuerza contra el suelo. Claramente la intención era hacerlo pedazos pues seguía un pisoton. 

Estuvo apunto de morir como lo haría una serpiente o una cucaracha. 

Salvandose solo por que ese gato fue suficientemente rápido para evitar que se estrellara contra el suelo y cubriendolo del perro. Cosa que sirvió para que esa pata dejará marcada la losa pero no lo tocara. 

Theodore lo aparta sujetándolo al ver al perro dispuesto a recogerlo de su cola sin haberse calmado. 

-No dolió.- murmura estirando una pata y al empleado lo cubrió tras su cuerpo.-Todo está bien, cariño.- si, se ha sentido bastante estúpido al hacer esta clásica escena. Tragándose el “Mirame, mirame, tu no eres así” para la tumba de todos los casi gestos estúpidos qué tuvo o estuvo cerca de tener frente al perro. Como cuando quiso mostrarle que le gustaba el té con poca azúcar y leche tibia sin más sabor que la nata y no pudo ni pasarlo por lo feo que sabía esa bebida sin sabor pero amarilla y ahora ¡Lo vuelve a recordar! ¡No, no debió recordar eso!  

El gatito golpeó el suelo con su pata trasera para sacar esa gran vergüenza de su cabeza y tener que afrontar qué eso lo hizo para lucirse mostrándole a Dog como tener una hora del té decente como le enseñó su mamá. Su país estaría avergonzado de él. Un inglés que no pasa el té con leche. Habrase visto tal cosa. 

DogDay al fin reacciona. Sin tener ni la mitad de todas las crisis del gato ni de cerca a ese recuerdo que guarda con mucho más cariño que Theodore.

 Tocándose el rostro al procesar sus reacciones excesivas sin aparente razón. A Theodore una patada humana no podría hacerle daño nunca. 

Una patada humana no lastimaría en lo más mínimo a Theodore en este cuerpo nuevo. Fue el shock de no lograr protegerlo lo que le hace desear exterminar la amenaza. 

-Lo siento, se resbaló de mis manos. – miente al humano. No habia sentido tanto desagrado por un empleado en bastante tiempo. 

Este lo mira a la cara por fin. Lo había estado evitando al estar reticente a tener contacto con estas cosas. A estas criaturas vivas qué le daban asco tan solo de tener que respirar el mismo aire. Atrapado en esta fábrica llena de gente jodida y monstruos aún peores. 

Comprueba que son exactamente como las fotografías que había tenido que observar por meses para esa caricatura. Ojos de plata brillante con una nariz fría y esa deforme boca oscura cubierta por el metal. Puede ver la bocina del interior y más aún esa cosa respirando. 

-Te ves asqueroso. – murmura viéndolo directamente.-Completamente nauseabundo.- 

Esta cosa responde con una voz infantil que le hace torcer el rostro asqueado por la presión que le trepa. Esa voz infantil era horrible, le martillaba los nervios, el cerebro y los huesos cada vez que lo tenía que escuchar. 

Esa voz infantil tan cargada de vida, alegre y feliz como una lombriz de tierra. 

Asqueroso. Completamente exasperante. 

-Debo decir lo mismo, hippie. - el perro le acerca el rostro por alguna razón después de insultar su aspecto igual que todos los trabajadores de esta insulsa empresa, tan de golpe qué esas orejas se sacudieron flanqueado una mirada cargada de emociones sin nombre tocando su cara con esas gigantes manos de felpa. 

-¡No me toques!- gritó de inmediato pero su cara ya fe estirada y hecho mirar hacia arriba. 

Ha quedado claro. Con el lunar revelado bajo el labio y sobre el mentón de este humano. La cara de un viejo conocido ya habiendo pasado el tiempo. Un rostro pálido con cabello largo en una coleta baja y una mandíbula lampiña. El aroma de la pintura y la pérdida de la carne de las mejillas perfilan un rostro ánguloso.

DogDay deja de tocarlo. Se enderezó haciendo un gesto a Theodore para que se fuera de una vez. 

Ese gesto lo acompañó con una cantidad considerable de vaho. 

El gatito gira apartándose del perro sin dejar al empleado libre. Del suelo se llevó ese cigarrillo, retirándose en un presuroso acto de huida. Sin olvidar volver su mirada a la espalda decaída del perro. 

El sentimiento en esa mirada lo ha dejado aturdido y sin saber a donde llevar sus pensamientos. 

Camina por la parte escondida de cada edificio hasta las oficinas. 

El guardia del lugar lo avista a unos metros a él y con ese empleado. 

-Se nos metió un yonky. – exclama burlesco al ver a ese joven. – Gracias CatNap.-lo recibe con una sonrisa a medias.-Ya era hora de que te pusieras a trabajar. - 

No había hablado con ningún guardia que no le dejará un sentimiento desagradable. Parecido a encontrar a un delincuente en las calles. 

Deja en el suelo el cigarro y al empleado lo deja caer en el piso. Apunta a su rostro manchado por la patada.

Retirándose sin explicar nada. 

-¿Qué demonios les pasa a estas cosas?- pregunta en el suelo ese humano. 

El guardia lo sujeta por el hombro para llevarlo al interior. 

-Son muy buenos cuidando, tú no debiste fumar en este lugar. – lo fastidia al caminar sabiendo que no se había podido poner de pie.-Además lo pateas… ¿Como pateaste la nariz del gato? ¿No es cosa de hippies ser pacíficos?-

 

 

 

En ese mismo lugar de concreto el gato regresa pero el perro se había ido. Solo dejando esa huella de rabia en la losa del suelo. 

Su preocupación lo hace revolver la cola y a sus orejas sacudirse de arriba abajo. Cubrió el daño hecho con una maceta plástica antes de volver al interior para seguir con la farsa. 

Estar juntos era muy difícil. Entenderse también pero no quererse. Deseaba poder estar más tiempo juntos. 

Algo estaba pasando y DogDay necesitaba hablar con alguien. 

Es triste que no fuera con él. 

-Quiero que hables más conmigo, también quiero hablarte con amor.-

Talvez deba coserle la boca a todos y ser el único con quien DogDay pueda hablar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DogDay había ido a la escuela. Saludando con una pre grabación a algunos niños. 

Sus ojos pueden ver al fin a Bubba en un pasillo. 

Lo alcanza sujetando su hombro mucho más rápido de lo que él mismo se dio cuenta. 

El elefante abrió bien los ojos al ser abordado por ese tipo de arranque. 

-Bubba , Josh está aquí. – lo comparte ansioso y enojado. 

El elefante hace memoria antes de reaccionar y su mirada se llenó de sorpresa. 

-¿No estaba muerto?-

Dog aún está alterado y sus manos suben a su cabeza. 

-Está aquí, de verdad está aquí. – 

-… de verdad este es el infierno. – la boca de Bubba deja salir una carcajada nerviosa. Algo como esto lo hacía sentirse perdido. Sin saber bien que responder a una noticia tan sorpresiva por parte de su amigo perro. 

DogDay al fin puede entender lo que estaba sintiendo al escuchar su risa. Estab muy enojado. 

-Bubba, ese tipo es un pájaro de mal agüero. Debo deshacerme de él. – 

-Puedes dejárselo a Picky. – 

-No. Antes debo saber si es útil. – mueve la cabeza. – Qué mierda, Dog. – murmura enojado. – Carajos, Hobie, debemos encontrarle utilidad a todo.. - sacudió la cabeza sujetandola con sus manos.-Podría ser útil.. Puede sernos útil. - intenta hacer algo con su cabeza revuelta. 

El acto del perrito estaba en riesgo. No estaba de acuerdo consigo mismo.

La marioneta comienza a romperse. 

Bubba le deja de mirar ya notando a algunos niños curiosos por la actitud del perro. 

-¡Estudien niños, solo miren como se quiebran cuando no saben sumar más de tres dígitos!- lo abrazo bajo su brazo, haciéndolo caminar fuera de esta zona. – DogDay, tranquilo. – 

El perro se libra al levantarle el brazo y ponerse al frente. 

-Bubba, él es peligroso, puede arruinarlo todo. – lo dice sacudiendo los puños. Resistiéndose a la idea de usarlo.-Si averigua algo lo usará, todo será un desastre si no lo mato ahora. - 

El peligro de Josh era latente, un trauma y su mala suerte arrastrada desde que nació después de ese hermano suyo. Haciéndolo tener muy claro lo rápido que deseaba liquidarlo. 

Bubba asiente pero su atención sigue dividida entre los pasillos, los niños y los adultos visitantes. 

-Estaremos bien, ya no eres un niño. Puedes manejarlo, DogDay.- lo dice más que seguro de las capacidades de su líder. - Ya no eres ese niño. - 

DogDay suspira bajando los brazos. 

-¿Porqué él está aquí?- lo cuestiona al aire más que a Bubba. 

El elefante junta las patas sobre su pecho. 

-Debe tener una razón personal. No lo pienses y sigamos adelante. – 

DogDay vuelve a bajar la mirada. 

Si alguien le hacía enojar era su hermano. Ese hermano mayor adicto, ladrón, manipulador y sobre todo egoísta. Era un peligro y un desastre de tipo divino su presencia. 

-Esta bien… recuerda lo que te dije. No le hables. – le recuerda al retirarse esperando que Bubba recordará su aspecto de las veces que lo describió. 

-Un lunar en el labio inferior, lo sé. – lo despide con un movimiento de pata bastante calmado. 

Comprueba que el perro se retira al verlo salir por la puerta principal. 

Sus ojos bajan de nuevo al suelo. 

-Así que tu hermano… - sus recuerdos vagan a ese niño castaño y su forma tan rencorosa y triste que tenia para describir a su hermano. Lo muy picado que se quedó por el robo del dinero para la medicina de su mamá y esas adicciones qué describe hasta desconocer su rostro comúnmente relajado. 

De alguna manera DogDay pensaba en ese hermano como un asesino incluso si no lo reconocía en voz alta. Puede que sí lo sea.

Uede que DogDay terminará en este lugar por culpa de ese hermano. 

Su propio hermano era un cobarde pero después de todo este tiempo estaba aquí para buscarlo… no podía negar que sentía qué era querido de nuevo. Algo nuevo para él sentir que su hermano lo apoyaba y de verdad lo acompañaba en sus propios planes. 

Más sin embargo la situación de DogDay no perece en lo más mínimo estar cerca siquiera de tener algo de esa suerte con renovado hermano mayor. Incluso ahora lo ve entrar lentamente en el desenfreno. Estaba sintiéndose sinceramente amenazado por la llegada de ese familiar. 

 

 

 

Tras la puerta más cercana al elefante la figura de una maestra se ha quedado estática para escuchar cualquier cosa posible entre los dos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoppy es una chica linda. 

Eso corre por su mente al ver su reflejo en el cristal del teleférico. 

Sus ideas van de su reflejo a sus garras inferiores. 

Saluda a los nuevos visitantes y vuelve a mirar su reflejo. 

Algo estaba mal con las miradas de los empleados. 

Su pelaje se siente vulnerable al confrontar algunos de esos ojos. 

Comenzaba a sentirse sola. 

Buscando a Picky en el jardín y rodeada de niños. Su tentación a dejar esta zona para unirse a ella comienza a ser más fuerte que el recelo a verse como una cobarde al buscar su compañía. 

Algo se comienza a sentir muy mal y da miedo. Un miedo que no sentía hace tiempo.

Un miedo que llega al fondo de su cabeza y amarra sus extremidades con cuerdas de cañamo. Temblando bajo su pelaje a espera de algún cambio. 

-¿Cuánto falta para el siguiente viaje?-

Su atención va a un humano. Uno de aspecto descuidado. 

-Diez minutos. – responde abriendo y cerrando la garra derecha. 

Este humano bufa con la respuesta, caminando a la banca más cercana para esperar su salida. 

Le han prohibido bajar sin una orden superior. Al menos logró entregar la medicina y con ello recupero la clave de su cuenta. Observando al lugar desde esa banca. 

-Ustedes son un dolor en el culo. – lo dice sin mirar a la coneja. 

Esta mueve la cabeza y sus orejas se movieron. 

-Al menos no es mi trasero el adolorido, chico travieso.-

La respuesta le vino de muy mala forma, mirando a la coneja qué se retira dejándole solo en la estación. 

La ve ir con la cerdita y las niñas del jardín. 

En eso tiene que ve de nuevo a ese tipo llegar a esta misma estación. Esta vez con algunos libros bajo el brazo y una lata de spam en la otea mano. 

-¿Robando comida a huérfanos?- pregunta sonriendo. 

Este conserje le sonríe de vuelta. 

-Yo también soy huérfano. – lo dice tomando asiento a su lado.-¿No ibas a ayudar a tus compañeras?-

Su rostro se llena de mal humor al recordar ese problema. 

-Ese maldito perro me vio fumando y el estúpido gato me llevó a los guardias. – 

Niko comienza a reírse al escucharlo. 

-Solo un imbécil se porta mal en la guardería. Ahora si queda claro lo poco que sabes de este lugar. – sus ojos se desvían al cielo falso.- Este lugar está a cargo de esas mascotas… y todas son muy protectoras con los niños. – 

-Se lo que paso hace unos meses. – 

-Yo me lo perdí, estaba de descanso ese día. – 

-¿Estas familiarizado con las… - dejo de hablar al verlo dejar los cuadernos y ponerse de pie con la mirada fija en una plataforma al nivel de las nubes. Además de lanzar esa lata vacía, con el tenedor adentro, directamente a unos ingenieros subidos en una plataforma. 

En estas tres hombres son impactados por las sobras, el tenedor y la lata. Mirando abajo con quejas de por medio. 

Niko les grita desde abajo bastante enojado. 

-¡¡Están una puta guardería, dejen de molestar a las niñas , animales!!- les grita a esos empleados. 

Joshua levanta la mirada y al fin entiende de que estaba hablando. 

Su propio humor decayó al verlos acomodarse los pantalones, mirando al mismo lugar que ellos. 

El sentimiento nauseabundo que lo lleno al ver a las niñas ser llevadas lejos por las mascotas le hace perder algo de fuerzas. 

-Me joden por un cigarro pero estos tipos pueden hacerse una paja aerea en paz. - 

Piensa que era a las niñas. 

Niko sabe que estaban fijándose en las mascotas. 

Por culpa de ese rumor jodido que lleva meses en los pasillos. Las líneas entre Los juguetes y las criaturas se retuercen de manera peligrosa. 

 

 

 

 

 

En Dulce Hogar llegaron algo de lo sucedido en pisos superiores. No aun lo del jardín. 

-La caja de música destrozó en pedazos a Bunzo. – 

La mirada del ave amarilla se giro al escuchar a la niñera del bloque tres en el pasillo. 

-¿Cómo puedes saber eso?- la niñera del bloque 1 le interroga incrédula. 

Kickin abraza más fuerte al bebé en sus brazos, mirando al conejito amarillo en el suelo escondiéndose. Escuchando para llevar la información al resto lo más pronto posible. 

-Un guardia de pisos superiores me lo dijo hace un momento. Dice que no vayamos al piso de oficinas 45, todo el caos esta en ese lugar.– 

-No puede ser. – 

-Al parecer Mommy fue llamada a detenerlo. – 

-¿Pero porque rompió a Bunzo? Ese conejito era una ternura. – 

-Es por ese rumor… - el secretismo aumenta al bajar el tono y acercarse a su compañera con un susurro.

Kickin tuvo que acercarse a la puerta y afinar el oido.

A diferencia de Bobby al otro lado del pasillo. Que su oído superior la hace escuchar claramente lo que sucedió.

-Un hombre se divirtió con ese conejo en su oficina y el monstruo tortuga lo hizo pedazos.-

Tras la puerta de una habitación la osa deja caer la pila de almohadas limpias. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la estación la araña vuelve a su lugar. Recostandose en las piezas de juegos en la estación de tren. Su cuerpo estaba cansado pero no más que su mente. Con lo sucedido tan fresco que lo revive en su interior. No estaba de ninguna forma cerca de los sonrientes pero haber eliminado las armas era importante. Si le dio esa paliza a Boxy fue por haber puesto en riesgo ese equilibrio conveniente. 

Sea como sea o gracias a quien sea. Vivir sin un cañón en la nuca era una sensación que deseaba conservar y apreciar. Lamentaba lo de Bunzo pero el mundo sigue. No se detendría por un conejo. 

Uno de muchos. No cuando ella misma lleva todo este tiempo aguantandose para no explotar y matar. Tan solo esperando ver a donde los llevaran los planes de las criaturas del sótano. 

-Aun así me siento mal por él. - suspira sin poder borrar en su totalidad su gran sonrisa, haciendo una mueca incómoda qué cubre con su mano. Su enojo queda al fondo como todo lo que guarda para algún día sacarlo.-Boxy hizo tanto ruido que no pude ver al estúpido humano… Maldición.- su lamento se queda en la nada. No podía hacer nada pero que sea de esta forma le era frustrante. 

Nisiquiera tuvo la oportunidad de reconocer el rostro del agresor. Ni siquiera puede hacer eso. 

Si tan solo no hubiera dejado que se llevará a Bunzo de su estacion. Debió notarlo. Nisiquiera era un científico y lo tomó de la mano. 

-Debí notarlo… Debí… - la frustración se acumula en sus ojos sin poder hacer más que hacerla temblar. Enojada. No tan indiferente como deseaba sentirse. 

-¡¡Mommy, hola, Mommy!!-

Esas vocecitas alivian de una forma casi mágica su rabia. Le instan a bajar con ellos. A fingir estar bien. 

-Hola niños. - saluda al pequeño grupo que subió y de inmediato corrió a buscarla en los juegos.- ¿Hoy se quedarán con Mommy o jugarán?- 

Notando de nuevo a más de uno de los rotos entre estos. Talvez porque uno de estos gritó algo que le llamó la atención. 

-¡Bubba puede jugar en la memoria, el es muy inteligente!-

Sin moverse busca a ese gigante pero solo ve a un niño entre otros recibir el cumplido con una sonrisa. 

-Debe ser porque no tiene piernas que lo peguen al suelo y su mente vuela.- 

-Eso es muy cruel, Hoppy. - 

Mommy se eleva acercándose a ellos para jugar.

-Entonces vamos a jugar con su memoria. - los anima sonriendo al empujar con cuidado la silla de ruedas de la niña a la que llamaron Bubba.-Y yo iré con ustedes ya que Bunzo hoy se escapó a su orquesta. - 

Estando cerca comprueba el olor de los experimentos en construcción. 

No solo estaban en uno. Cada niño aquí olía a proyecto. El pesar la llena, sabiendo a donde irá su destino. 

Pronto dejaría de verlos. Estira sus extremidades para abrazarlos a todos. 

-Mommy no quiere dejarlos ir, mis niños. - su cabeza llega a uno de los mayores, al más cercano a su torso.-Mommy quisiera cuidarlos en su estómago.-

Este no corresponde ni se niega. Dejando que su única mano descanse sobre ese cabello gomoso. 

-Gracias, Mommy. - le da ese agradecimiento con una caricia. 

-Pero qué niño más coqueto. - murmura divirtiéndose con ellos. 

-DogDay siempre es así de descarado. - 

La araña mira de lado al chico que continúa acariciando su cabeza. Delirando arrancarle la cabeza o conocerlo mejor. Saber que hay ahí dentro. 

Dentro de los ojos fríos de un chico calculador. Y si su existencia traería el mismo caos que su igual en las profundidades del infierno. 

Algo que rompa con el descenso. Que detenga esta creciente locura de una vez. 

 

 

 

 

Notes:

Humanos siendo humanos.
Razones, las hay. También agradezco las lecturas.

Chapter 56

Notes:

Palabrotas. Lo siento. El capítulo inicia exactamente donde acabo el anterior.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

Arroz con spam.

Otra vez arroz con spam frito.

Otra vez los platos de los niños son adornos por spam frito y arroz cocinado con las nalgas. 

-Definitivamente. Las sociedades mejor desarrolladas dependen de la esclavitud y explotación de las minorías para su avance social.- suspira llena de lastima.-Bubba no deja de tener razón en sus tonterías de nerd conspirativo.-

Picky lo asegura observando la comida que otra vez sirven a los niños del orfanato.

Cuando ella era obligada a picar , cortar y encargarse de todo lo técnico en la cocina todas e stas mesas eran la envidia de los empleados de pisos superiores. Ahora hasta las visitas comenzaron a traer su propia comida en vez de sentarse con los niños como antes.

La comida era un puente importante para las conexiones sociales pero esto los rompía. 

El trato con los niños estaba decayendo y las adopciones se han ralentizado en menos de dos meses. El control que DogDay perdió al ponerse lelo y sacar a los niños de esos bloques han hecho que con el tiempo las cosas empeoren para los que no pueden defenderse por si mismos. Ahora mismo intenta procesar lo que sucedió en el jardín. Habiendose escondido en Dulce Hogar con los niños que decidieron recuperar y traer a un lugar seguro hasta que ese problema se solucionara afuera.

Antes podían matarlos pero el cambio que los ahoga esta volviendo el ambiente de La Guardería algo más pesado. Además de que fue un incidente excesivamente público. 

Mirando a la coneja distraerse al jugar con una muñeca y las niñas. Pareciera que ni le afecto. 

Habia olvidado cuanto miedo daban los adultos. Sus ojos sucios.

Esa miradas que hacen la piel sentirse pegajosa y asquerosa, como si esos ojos fueran una cubetada de aguas negras y las dejara sucias. 

Hace tiempo no sentía este asco. No lo extrañaba. 

La asustó y no encontraba qué más hacer para recuperarse qué fingir que no le afectaba. Otro grito para mantenerla alerta y fuera de sí, como una herramienta que solo respira y come cuando tiene hambre. 

Hoppy está bastante decaída desde hace algunos días. Tal vez desde la llegada de ese gato y ahora esto la golpeó fuerte. No tener la oportunidad de usar esos grandes músculos para defenderse correctamente. 

Esta clase de frustración podría volver loco a cualquiera. Todo a tan solo un dedo de distancia. 

Solo un dedo los separa. Solo un pequeño y minero espacio. 

Al menos en eso tenían algo de similitud las dos. 

Seguiría observando pero algo grande bajó corriendo por las escaleras del segundo piso.

-¿Bobby?- la llama pero esa osa no se detuvo mas que un segundo para dejarla aun confundida. Huyendo con dirección a la Play House.

No la persigue. Está demasiado nerviosa para hacerlo y podria estorbar en lo que sea que vaya a hacer esa osa taruga.

Su distracción no dura mucho al llegar por una esquina un pequeño conejo amarillo con un aspecto ansioso al tropezar mientras corre hacia ella. Kickin debía estar comunicándose con urgencia con el resto a través de estos conejos de piernas cortas. 

Algo que no debía ser notado por humanos. Esperaba que fiera qué agarraron a ese par de asquerosos ingenieros. 

 

 

 

 

 

Bobby encuentra al líder de su grupo despidiéndose de un comprador de flores.

-DogDay.- le llama sin detenerse. Sus pasos presurosos casi aplastan al conejo que esperaba en el suelo. 

El líder levanto los brazos recibiéndola en un abrazo sin preguntarle nada al verla tan asustada.

Cubre con su cuerpo a la osa , acariciando su cabeza y espalda al apretarla como si fuera una bebé en su cuerpo.

-Estas bien , tú ahora estás bien.- intenta tranquilizarla pero la osa niega moviendo la cabeza.

Esa sonrisa oscura no puede ocultar el dolor en sus ojos ni cuanto tiembla por un miedo que la embarga hasta el centro. Un miedo lleno de impotencia frustrante. 

El mal humor del líder ante todas las noticias apiñadas sobre su cabeza y la inquietud por la llegada de su hermano a su infierno queda en el olvido con la urgencia de la más pequeña del grupo.

-¿Qué sucede , Bobby?- lo pregunta usando la voz madura para llevar a ella.

La osa pisa el suelo para recuperarse del mutismo. 

-Ellos.- tartamudea tragando seco. - Allá arriba ellos están sufriendo mucho.-

-¿Le paso algo a los niños?- busca algún sonido lejano. Algún científico en la casa se salió de control. 

-No …los chicos de la superficie, Dog. Les están haciendo daño.-

DogDay mira a la osa dejando caer sus hombros pero no la deja ir, bajando sus manos e manera inconsciente a su cintura.

-No tenemos jurisdicción allá arriba.- lo recuerda frustrado. Además debía encargarse de los humanos que agredieron a sus compañeras. No podía distraerse ni permitir que salieran bien después de esa afrenta. Había mucho que hacer. Entregarlos a las garras de Picky o Hoppy. Romper la seguridad y cazarlos era su prioridad. 

Si les permitían permanecer este evento solo sería el inicio de una fila de demonios echando carbón al fuego. 

Si algo hay que le gusten a las personas es quemar a alguien que no pueda defenderse. 

Bobby aun ve las cosas diferente. Talvez por no saber como reaccionar a dos eventos desagradables uno tras otro. 

-No importa si no es así , Dog. Les están haciendo mucho daño y solo empeorara , estas cosas siempre empeoran cuando suceden una vez.- El tono y su miedo tan fuertemente presente le avisa del gran desastre que Bobby le anunciaría ahora. Justamente cuando ese pájaro de mal agüero estaba en su territorio… 

Intenta sacarlo de su cabeza pero Bobby le comparte información aún más deprimente. Por su propia petición al ser el líder y estar obligado a ello. A enterarse de lo que no quisieran otros. 

-Bobby , ¿Qué escuchaste?-

 -Allá arriba … Boxy mató a Bunzo.- su voz se quiebra como una señal para su tristeza.-No podemos dejar que sigan por su lado sin orden, nadie allá arriba sabe como hacer lo que tú.-

El líder entiende mejor lo que llevaría en consecuencia la exigencia de Bobby.  

Lo peligroso y autodestructivo que resultaría saltar al fuego por su propio pie. 

-Bobby, ese es el territorio de Mommy o Huggy, no tenemos ninguno de nosotros control fuera de La Guardería.- cierra el abrazo más cerca de si mismo.-Hacer algo arriba solo nos expondrá a nosotros en un terreno ajeno al que no podemos llegar de ninguna forma. No tenemos nada que ver con los incidentes del exterior.– 

Bobby movió la cabeza negando esa realidad con todos los arañazos que su moral infantil podía hacer sobre su sentido común. Ese que ya fue dañado por este mundo lleno de locos. 

-Tu dijiste que Pedro podía comunicarse con los del siguiente piso ¿No podemos usar eso a nuestro favor? Piso a piso, avanzaremos y podremos cuidarlos como a las maestras y a los pequeños. – 

Alguien controlador y sobre todo arrogante como Dog no dudaría en extenderse cuando una oportunidad lo ameritaba pero no cuando todo estaba destinado al fracaso. 

Hay cosas que estaban destinadas a terminar mal y una de esas era llevar mercancía a un terreno sin aliados ni voces. Sobre todo si son humanos los únicos que tendrían allá arriba como representantes y transportistas. Bien su propio grupo podría ser descubierto o ser atrapado por otra facción que comenzará a robar sus propias ganancias en chantajes. 

Aquella persona y Pedro, su querido vagabundo suicida exitoso, se lo mostraron. Lo que sucede con los tontos que confían demasiado en sus propias ambición es sin fundamentos. Lo despedazados qué terminan aquellos que no tienen amigos en el negocio o sean capaces de entender las simples palabras “Lealtad y Obediencia”.

Porqué el líder recibe obediencia su responsabilidad es entregar la lealtad que merecen. Cuidarlos mientras obedescan. 

Nadie allá arriba lo obedecer a y el contra no se completará. 

Un solo giro de la carretera los llevaría a la muerte inminente. 

No hay forma de que arriesgue a nadie de su lado a ese fin. 

Bobby no podría entender todo lo que podría salir mal después de haber pasado por el movimiento desde afuera y sin inmiscuirse más de lo que DogDay pensó sería proporcionalmente seguro para ella al ser la más pequeña del grupo. Más de lo que su amiga quiso saber. 

Su abrazo lo libera. Bobby lo había soltado. Decepcionada. 

-Bobby, no podemos ayudar a alguien que no nos lo permite. – su voz madura la baja intentando hacerse escuchar sin ponerla más nerviosa.-Es como cuando eras pequeña y querías ayudar a las niñas con su cabello. No se puede arreglar algo que no se te permite tocar, esa es la regla que seguí contigo y con todos ustedes. – 

-DogDay… ellos están solos allá arriba.– lo sacude por los hombros.-No saben como cuidarse. – 

-Ellos no son nuestros amigos. Ni Boxy o Bunzo, ninguno de ellos son aliados y es por su propia decisión.– llevo una mano a su propia cabeza aun aguantando qué ella lo sujete con esas garras.-No estoy en posición de hacer nada, Bobby. - 

La osa inmediatamente se negó a escucharlo. Aferrándose a su pasado con delirios de justiciero. 

-Tu no eres así. ¡Tú no los dejarías solos! ¡¿Qué pasa contigo ahora?!- lo reclama. -¡¡Tu siempre peleas por los que no pueden defenderse por sí solos!!- lo grito asustada por esta nueva realidad.-¡¡Tu eres bueno, tú eres valiente y muy bueno!!¡Eres un héroe, no eres así, no!- su voz comenzó a quebrarse con un sollozo ahogado. - Tu no me hubieras dejado a mi ni a Picky, nunca nos harías eso.-

El niño de sus recuerdos recibió muchas palizas en el primer hogar donde se conocieron. Lo golpearon mucho y aún así seguía defendiendo a los niños que no podían ponerse de pie por el miedo. DogDay era ese niño, era ese chico valiente y bueno. 

No podía entender como podría desaparecer ese chico cuando lo tenia enfrente ahora mismo. 

Este líder la sujeta por las muñecas liberándose de sus garras. Manteniéndolos en su control con una mirada entristecida. 

-Hermanita… Entre ellos y ustedes, definitivamente los voy a elegir tan solo a ustedes. Lamento no ser un héroe todopoderoso, Bobby.- su humor empeora. – No podemos, no sin aliados de nuestro tipo allá arriba. - la dejo ir observandola.-No creas que no quiero ayudar pero si hacerlo las expone a ustedes o a los otros, definitivamente no lo haré.- 

La osa mira al líder con esos ojos deprimidos por la desesperanza. 

-Dog, ellos están solos. – lo remarca sin aliento. - Nadie les enseñó como defenderse. - 

DogDay movió las manos golpeando el dorso con la palma. 

-Bobby, reacciona. Observa a tu alrededor y toma en cuenta que nosotros no estamos mejor, no te dejes llevar por lo que crees.- su atención baja al suelo. - Ve con Hoppy y Picky, ellas están asustadas todavía. – 

Bobby movió la cabeza al escuchar de Hoppy.

-Estamos mejor que ellos, no es mucho, Dog pero es mejor. - sus garras alas unió sobre su estómago.-Yo no estaba mejor que tú pero ni tu mejor que yo pero lo estabas.- su voz bajo a un susurro doloso. - Estabas mejor por muy poco y pudiste perderlo pero te arriesgate porqué lo decidiste así.- su cabeza cayó lentamente. - Se que no soy la mejor ni te he ayudado como los demás pero si.. Si se que no podrás quedarte mucho tiempo sin hacer nada por ellos. -

Dog exhala el vaho contenido. 

-Cuando decidas ayudar, yo estaré contigo.- afirma cerrando los puños. - ¡Yo también haré algo, al fin voy a ayudarlos! ¡Cuando tu dejes de hacerte el desalmado yo estaré a tu lado y todos tambien! Porque o amo qe seas así, amo que seas bueno incluso cuando solo eres tu contra todo el mundo.- sus emociones efervescen con su ánimo repuesto. Retirándose en una carrera sin hacer más preguntas tan solo para llegar junto a la coneja. 

DogDay le sigue con la mirada. 

Los pasos de Bobby llevan consigo lo poco que le quedaba de tranquilidad. Levantando los puños sobre su cabeza. 

-¿Qué debo hacer?- murmura sujetándose el pelo entre los dedos. 

Lo sucedido con Boxy y su compañero roedor le llegó tan solo un minuto antes de que Bobby apareciera. Bunzo seguía en una esquina esperando la respuesta que debería enviar a Kickin. Preguntándose él mismo que debería hacer por su grupo con respecto a lo sucedido en el jardín con las dos sonrientes y las niñas. 

Ahora resulta que la línea se cruzó en la superficie con Bunzo. Ese pobre conejo que siempre estaba solo en el juego de música. Siempre sólo en esa habitación oscura. 

Era tan bonito y tranquilo. No debieron hacerle daño. 

Estar solo no era una razón universal para ser un objetivo y tampoco ser tan fuerte como el conejito lo pudo proteger de la coerción de los humanos. 

Mantener a los sonrientes en el foco de cámara parecía ser un buen paso para encargarse de esos trabajadores en el jardín. 

Más lo de Bunzo parecía ser mucho más complicado, mucho más doloroso. 

Esta compañía tenía la costumbre de mover a los empleados antes que de despedirlos. Muy posiblemente el empleado que ocasionara la muerte de Bunzo sería movido a otro piso… sencillamente a La Guardería o los laboratorios. 

Tal pensamiento le revuelve el estómago qué comienza a sentir como una bolsa de fuego. 

Entonces los trabajadores del incidente en el jardín serán subidos a la superficie o llevados más al fondo. 

Eso sería mucho peor. 

Cuando fueran divididos o drogados en la mesa no podrían protegerse. O en la celda. 

-Debo matarlos. – suspira relajando el cuerpo una vez todos los caminos llevan al mismo resultado. 

Una opción era matar a esos dos ingenieros para no permitirles seguir cerca de nadie de su piso o de algún niño pero necesitaba saber como era el humano que atacó a Bunzo. 

No puede hacerlo hoy. Su mal humor lo lleva a golpear su puño contra la palma antes que hacer alguna otra estupidez.

-Con un carajo. – escupe su voz madura al avanzar arrastrando el mal humor al escuchar las alarmas del fin del día.-Ve a dormir, amigo. - despide al Bunzo qué esperaba en el piso. 

Se quedó sin tiempo. Serían encerrados y a esos humanos no les podrá conocer ni por su olor. Serían protegidos por los empleados. 

 

 

 

 

 

 

1006

Las paredes escuchan. Sienten y aprenden.

Tienen garras y dientes. 

Esperando saber lo que haría ese perro ante el nuevo escenario.

Que haría su Theodore ante las acciones del perro.

Tan solo queria saber cuanto aprendería Theodore de lo que sucedería y a donde lo llevaría conocer todo aquello que su mascota coqueta escondía tras esa bondad selectiva. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Silencio. 

Eso puede describir su regreso a la celda y como iban los ocho sonrientes mucho menos susurrantes de lo normal en esos ocho chicos grandes. Tendrían mucho por discutir, incluido lo sucedido y como corresponder la gran experiencia con esos humanos. 

Hoy tendrían mucho que discutir. 

Entrando a su celda primero la osa, unicornio, pollo, gato (el cual fue instado con una nalgada por la coneja) la cerdita, el elefante y la coneja. Todo en ese orden pausado. 

DogDay fue al último como siempre, girando para mostrar las manos en alto como costumbre a los guardias.

-Buenas noches, chicos. – 

La despedida va por parte de ese doctor raro. Uno que hace a DogDay suspirar frustrado por volver a verle. Entra a su celda sin perderlo de vista. 

La puerta se cierra como siempre. 

Excepto por algo muy nuevo para todos los sonrientes. 

Aparte de gritos sorprendidos y un correteo ruidoso. 

Una gran garra se llevó al perro y ojalá fuera limpiamente como una caricatura. Que dejara solo una bruma de humo con su forma como señal de que estuvo aquí. 

No. Esto no era una caricatura divertida llena de heridas falsas. 

La celda estaba en proceso de cerrar la primera puerta y esta no se retrasaría por ningún imprevisto. Cerrándose incluso si el brazo del perro se queda atrás y su sangre salpica la puerta y el suelo. Cerrándose la segunda puerta terminando por aplastar más de la mitad de ese brazo. 

Los siete en la celda tardaron más de quince segundos en poder procesar lo sucedido. 

-No. – lo único que puede decir Bubba antes de ver al gato lanzarse a las puertas golpeando con sus garras.

No fue el único en correr a la puerta.

Crafty también lo hace arrastrando entre sus patas el brazo cortado lo cubre con su cuerpo sin pensar en como su pelaje se vuelve rojo y sucio. Solo ahogándose con el rojo que mantiene bajo su cuerpo para protegerlo del arranque de este gato histérico. 

-Bubba, ¿Qué se llevó a DogDay?- pregunta Bobby asustada. 

Picky ríe ansiosa dejándose caer en el suelo. 

-Dios, ¿Cuándo te acordaras de nosotros?- murmura cubriéndose los oídos entre risitas.

-¡El ya esta aqui! ¡Solo debo liberarlo, debo salir!-

No ponen atención al grito del gato que rasca la puerta con sus grandes garras. 

Bubba busca la mirada de Hoppy para hablar pero ella no estaba mejor que Picky. Perder al líder ahora era lo que menos necesitaban las asustadas criaturas del sótano. No cuando ya no les quedaba suficiente fuerza mental para mantenerse estables sin un ancla psicológica. 

El mismo necesito de unos minutos para retorcer su miedo a una emoción útil. 

-Theodore, necesitamos que te apartes. Los humanos no abrirán si sigues así. – se lo recuerda sin acercarse o subir el tono.-Confía en Dog, el estará bien. Solo confía en él. - 

Este gato aspira y exhala con las garras llenas de sangre. 

Ese no era papá o lo que pudiera ser aquel. Era algo mucho más pequeño pero aún así era peligroso.

Quedándose con la frente recargada en la puerta se detuvo a esperar lo que sucediera. 

El miedo lo hace perder el pelo y llenarse de miedo hasta temblar incluso sus patas. 

-Regresa, debes regresar… dios, no me lo quites, porfavor.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

Afuera. 

DogDay fue sacado con lujo de violencia. Perdiendo un brazo, como si los regalaran en comprar de una caja de cereal parece , solo pudo usar uno para detener su impacto contra el muro.  

Ahora si estaba enojado, de verdad enojado. 

-¡¡Tienen mierda en el puto cerebro o que reverenda puta cagada has inhalado para crear qué esto de humor para tu grandisima putada, malnacido hijo de perra!!- rugió esto salido de de lo más profundo y oscuro de todo lo que le llenaba la cabeza diariamente en estas jaulas. 

Les costó demasiado deshacerse de las armas y este chico solo parecía querer retrasarlos aún más en su misión de desarme. Ocasionando un gran ruido por parte de este gran pez. 

Abriendo en grande los ojos al ver a los humanos atrapados bajo su cuerpo al haber sido arrastrados consigo en el tirón. Al menos estaban vivos y no eran números negativos para su cuenta. 

Sustados solo puede hablar el guardia qué dejó caer su palo eléctrico tras el rugido del perro que lo sacudió hasta la médula por lo cerca y fuerte que resonó sobre ellos. 

-¡Debes detenerlo!-

DogDay entiende ese grito por parte de un trabajador.

-Creí que querrían qué le hiciera una fiesta de navidad. - murmura sarcásticamente por un segundo. 

Obligándose a girar con todo el cuerpo para encarar a la criatura que le sacó de su celda. La puerta de su celda escurre su sangre, adentro deba estar mucho peor. 

Su grupo debe estar asustado. Ojalá puedan tranquilizarse por sí solos. 

Esta distracción le cuesta una mordida directa al hombro, cosa que lo hace retroceder agarrándolo por el cuello con la mano restante, usa con mucho dolor el hueso expuesto de su brazo arrancado para atravesarlo, recupera su hombro una vez esas fauces se abrieron por el dolor. Patea haciendo una de esas rodillas torcidas perder el equilibrio. 

Lanza en esa posición al gran rojo por encima de su cabeza, logrando apartarlo de los humanos. No le falta fuerza pero si equilibrio, sus piernas eran cortas a comparación de sus brazos y hasta ahora su balance dependía de la posición de sus brazos, haciéndolo trastabillar en cada paso. 

Esto lo lleva a perseguirlo inclinado al lado sin un brazo. 

-¡Abran una celda vacía!- ordenó a los humanos al correr dispuesto a taclearlo. 

La caja de Boxy resuena pero logra tirarlo de nuevo. 

Algo estaba mal. Lo da por seguro al lograr subir sobre su cuerpo con un rugido. 

El dientón le sujeta una oreja casi arrancándole de la raíz. Al parecer era algo que les gustaba hacer a las criaturas de la superficie. Talvez un reflejo de traumas o algo que no le interesa por ahora. 

-¿Cómo se supone que controlas a los humanos? ¿Cómo cuidas a tus amigos?- pregunta ese gigante rojo con pesar en la voz rota.-¿Si hubiéramos sido amigos habría podido proteger a mi hermana?- 

La respuesta de DogDay se queda ahora en el mutismo pero no la inacción. 

Tomando como señal el sonido de las puertas más cercanas abriéndose. 

Del interior el grito de unos Huggy Wuggy lo hacen mirar por un solo segundo. 

-No me sueltes. – pide al girar pisando el suelo para llevarlo arrastrado. 

Boxy lo patea confundiendo su orden con una huida, haciéndolo estrellar con el interior de la celda. 

Los pequeños Wuggy apenas logran esquivarlo. Saltando por la celda.

La puerta se cierra con los dos dentro. 

DogDay saca la cabeza del concreto escupiendo la tierra que se tragó en el impacto. 

Gira observando al gigante rojo en la puerta. 

-Aquí no escucho micrófonos pero hay varias cámaras. – murmura caminando a un lado. 

Boxy lo imita andando a su ritmo por las orillas del lugar. 

El espacio era mucho menor al que acostumbraba experimentar DogDay, eso incluía lo poco que se puede mover sin pisar a alguna de estas criaturas. En esta celda construida con una estructura de túneles colgadizos y cuerdas qué se mecen a su contacto. 

Por el rabillo del ojo puede ver a más de uno de estos monos coloridos beber la sangre que ha dejado a su paso. No era bueno estar herido en este lugar, no con una herida abierta. 

Ni siquiera para Boxy que es rondado al dejar caer la misma cantidad de sangre por la herida que logró hacerle bajo la cabeza. 

Estaban entre los caníbales retirados del juego de sonido. Sus mentes hace tiempo se rompieron y ya no tenían salvación entre los experimentos que pararan hasta que los decidieran despedazar para otro experimento o simplemente logran morir por si solos. Aunque puede que no tengan la capacidad mental para deprimirse hasta la muerte. Estos los siguen conforme rondan la celda caminando sin decirse nada. 

Algo solo interrumpido por parte de Boxy. 

Escuchando algo que otra vez no puede distinguir DogDay. 

La caja gira la cabeza a una pared, gruñendo ante algo que le molesta de ese lado. 

-Tú, tú cumpliste con lo que le garantizaste a Huggy Wuggy. Te encargaste de las armas. – 

Este momento no era el mejor para recibir el reconocimiento del gigante rojo. 

-Todos lo hicimos, todos los sonrientes.- mira a la pared. – Hicimos todo juntos, mis amigos y yo. – su memoria es amarga. – Le dispararon veinte veces a Bubba, pudo haber muerto y tu hoy haces todo este estúpido ruido– 

Boxy no dejo que continuará su reclamo justificado. 

-Están aquí, a diferencia de mi hermana. – apunta a la celda. - Tu estas aquí. - 

-Lamento mucho lo sucedido, su muerte, se que te lo pidió– 

-No, ella no lo pidió pero ahora será reconstruida. No hice bien mi trabajo y ahora la van a traer de nuevo. – 

El perro mueve la cabeza molesto, llevando esa idea al camino de sus compañeras o a los chicos. 

-Lamento mucho que siga viva en este infierno, la pelea no ha terminado y mucho menos la tuya dentro de su odisea tus sentimientos son solo un estorbo para su desarrollo. Debes hacer lo que ella pida y si no pidió la muerte no le obligues.- 

- Esa respuesta es muy jodidamente nerd. – escupe molesto.- Por esto Huggy no está orgulloso de hablar contigo, perro. - 

Dog siente ese insulto. No es su nombre, es un insulto. Reduciendose toda esta locura a un monstruo de su mismo tipo insultando lo después de arrancarle un brazo y obligarlo a dejar en una celda aterrado a sus amigos y su novio. 

 Estallando por fin todo su mal humor y ese rencor sin control qué se desgarró durante el día ante lo sucedido con sus hermanas y esos humanos. Con los trabajadores, las ventas. La tortura, el dolor de cabeza, obligarse a actuar como pendejo frente a Theodore, su hermano, las flores, los clientes, el dinero, los niños, las niñas, los bebés, las maestras, ese director, las visitas, todo apilado por fin se salió de su control con alguien que no era parte de su grupo. Alguien a quién no le tenía porque seguir mostrando un aspecto pacífico ante todas las malas pasadas ocasionados por esos compañeros suyos. 

-Huggy empezó todo esto metiéndose con un humano…- su voz no pudo seguir arrastrándose en ese tono calmo tan difícil de controlar. -¡¡Cómo se metió con un humano y además dejó que los descubrieran!!¡¡¿Piensan con el ano o no le dejaron suficiente masa gris para pensar en lo que putas hacia?!!- sus gritos alejan a los Huggy pequeños. - ¡¡Ya estamos expuestos a tanta porquería humana!! ¡Vaya que si lo estamos! ¡¡¡No necesitábamos que un idiota les mostrará que hay interés de nuestra parte!!! ¡¿Qué putas mierda pensaba?!-

Boxy relajo lentamente sus hombros tensos.

Podría ser todo esto la caída del disfraz del perro y era agradable saber que no era ese personaje tan pacífico, arrogante he imbecil de su programa de televisión. Al final también estaba enojado y era normal, no un estúpido falso. 

Si, le ofendió qué le gritara como si fuera él quien deba responder a los actos del mono sin pija de Huggy Wuggy pero era mejor saber que le interesaba lo suficiente como para exasperar. 

-No se, creo que es como su amor de infancia o algo así. - resume su conocimiento en eso. 

Roger , Huggy antes de ser Huggy, solia perseguir a un chico de un lado a otro y tirarle sus cosa, comerse su comida y golpearlo bastante pero siempre andaban junto a la chica muda. Siempre jugaban y se peleaban. Incluso cuando ese chico se salvo y fue llevado Roger siguio orando a la puerta del orfanato esperando su regreso. Nadie cree realmente en Dios pero fue a quien varias veces le pidieron piedad. 

En realidad se merecía ser el portero. Nadie podía sacarlo del lugar sin importar cuanto lo llamaran a comer. Después los hicieron pedazos y eran diferentes. 

El que ese humano regresara y con Huggy Wuggy hicieran lo que hicieron fue inesperado pero no insólito. 

Ojalá Mommy pensara así. Ya le había dado una paliza a Wuggy. Asqueada. 

-Puede que no lo entiendas pero ese idiota y el humano tenían una historia muy larga. Aburrida y marica. -detuvo el giro para acomodarse la caja. Algo como acomodarse unos pantalones sueltos. 

DogDay sacude su cabeza frustrado. Lo entendía bien. Muy bien. 

No sabía si era posible pero bien pudo ser la misma historia para él y Theodore. 

Estaba enojado con Huggy por delatar algo tan importante como las tendencias de los proyectos. Talvez no era así con todos los experimentos pero con él y puede que con más de uno de sus amigos la realidad era esa. Aun sentían atracción por los humanos. 

Les gustaban a Picky, a Kickin o Bubba. Todos aun sentían algo por su especie. 

Lo sabía porque al experimentar lo que sucedió con Theodore descubrió que esa necesidad que lo hacía temblar era ese deseo. Era esa atracción al cuerpo humano y eso lo asustaba. Conforme el tiempo le da algo de posibilidades para entenderse a si mismo. 

Más ese experimento en la celda. Ese ruido, esas luces y lo que estuvo apunto de pasar y fingió que nunca fue. A estos científicos les divertía la idea de hacerlos pedazos pero también saber hasta que punto entre ellos podrían destrozarse y eso lo pueden lograr tan solo con qué se rompa el equilibrio entre unos y otros.  

Un solo nudo bien colocado acabaría con todos. 

-Trate de matar a mi hermana pero a ti solo te importa el gran monstruo oculto en su propio glande. - 

Dog negó moviendo la cabeza mucho más tranquilo ya habiendo sacado ese mal humor. 

-Solo ella decide sobre su vida, tú no. – termina observando a la criatura llegar a su encuentro. – Bunzo y tú, ¿Traicionarían a Mommy y Huggy por venganza?- le pregunta directamente. 

Boxy se burla pateando a su paso a un Huggy qué intentará morderlo. Este cae a un lado de DogDay agarrándose el estómago desecho por la fuerza del gigante rojo. 

-¿No eras un amigo de todos?- le acusa burlándose de su gran actuación perdida por el anterior arranque.-¿Que hay de estas asquerosas cosas? ¿Te consideras mejor que ellos o solo mejor que yo?- el monstruo fue bastante directo con su desagrado a la actuación de DogDay a su arrogancia. 

DogDay dejo salir un resoplido más cercano a la misma burla. 

-Tú no eres mi amigo, no quisiste mi amistad cuando la ofrecí ni permitiste qué Bunzo tomará su decisión antes de atacarnos. – sin miedo va hacia adelante, dejando atrás al pequeño Huggy. – Por ser más grande decides por los pequeños que pueden hacernos pedazos al unirse.-  

-¿Qué?- 

 Dog murmura recordando algo de su pasado.

– No tenemos a nadie más que a nuestros aliados en un mundo construido para estar por encima nuestro desde que nacemos.- su mirada sube a los ojos de la caja musical. – Debemos entender que no somos nada para encontrar el camino para lo que deseamos. Sin vergüenza a la humillación ni miedo a pasarla mal, no hay nada en este mundo que no deba ser lo que elijamos, incluso si estamos bajo las manos de un loco. - su propia mentalidad escapa. - No me importa usar las heridas que me dejaron para ganar tiempo ni me molestaría usarlo en su contra cuando llegue el momento. - su voz al fin toma un tono divertido. - La vida es un negocio y nuestra libertad es la moneda. - 

Boxy no llega tan lejos. No puede entender un pensamiento miserable construido fuera de estos muros. 

-Estas hablando basura que no me interesa-

La voz adulta del perro interrumpió a la caja. 

-Ahora yo tengo esa mano sobre ti. Estoy donde necesitas, ¿No? amigo. – 

Boxy gruñó tragando sus palabras. 

-El ayudarte es un negocio y estamos bajo la mirada del poder. ¿Entiendes que solo soy uno como tú pero no tanto?- lo remarca ansioso. - Estoy tan cerca de la muerte como tu pero solo un poco más lejos que tú.- inclinó el cuerpo manchando con su sangre el suelo y alguna de estas criaturas no tardan en resbalarse con tal de beber las gotas del suelo, incluido el mono herido qué se arrastra por la sangre y su hambré presente. - No soy mejor que estos pequeños pero aún soy más grande. Puedo hacer como tu y aplastarlos uno a uno pero algúno decidirá defenderse y con él se levantaría muchos más, siendo cuestión de tiempo que yo termine muerto.- 

Esta mezcla de actos no hace lo mejor para su imagen con Boxy. Este perro ya desequilibrado le pareció un completo loco. Alguien que habla de esa forma aún en este estado. En este entorno no puede estar en sus cabales. 

¿Pero quién está en sus cabales en este manicomio? 

-Perro imbécil. Haces que sienta que esto fue un error. – lo vuelve a insultar al no tener idea de como afrontar su actitud relajada y retorcida. 

DogDay corta la distancia entre ellos sin tener problemas para no pisar a las criaturas sin mirarlas. 

-No ser mi amigo cuando tuviste la oportunidad en el peor momento, cuando pude haber sido más que agradecido fue tu propio error.- lo apunta con el brazo sano. -Ahora mismo la historia sería diferente si me hubieras escuchado antes.- lo recuerda.-Ya tendrías los pies fuera de la jaula hace años. - 

Boxy no estaba de acuerdo en seguir escuchándolo, no cuando lo sentía tan arrogante. 

-También puedo abrir la boca sobre lo que tú y los humanos del sótano hacen. – 

Dog no mostró miedo y hasta derribó con el brazo unas cuerdas para verle de frente. 

-¡¿Qué les dirás?! ¿Al menos te has permitido desarrollar el habla lo suficiente para poder acusarnos?- empuja con el brazo su cuerpo, logrando hacerlo caer al suelo al unir una patada al movimiento.-¿Te puedo ser sincero Boxy? No quiero ayudarte. – lo confiesa al fin o se convence de esa mentira tan grrande. – Bobby quiere ayudarles y enseñarles lo que ni ella se ha molestado en aprender, pero están en problemas. – mira esos ojos negros llenarse de rabia. – Estas en tu peor y más solitario momento. Como yo hace años. - su voz por fin pareció animarse con ese recuerdo.-Viniste porque arriba nadie te ayudará, a nadie le interesa arriesgarse por Bunzo, ¿Verdad?- 

Dentro de las reglas de Mommy, es Mommy quien decide todo. Quien gana, quien pierde, quien importa y quien es una alfombra sin valor. Por lo que sabía Bunzo estaba bastante arriba y aun así Boxy tuvo que bajar, bajar hasta el sótano por ayuda. 

Boxy muerde su propia lengua dejando salir la sangre de su boca lentamente. 

-Estas llorando pero a nadie le importa.- murmura Dog. – No le importas a nadie, otra vez. No importa que tan grande seas. Sólo eres un niño que no puede defenderse por si mismo y mucho menos puedes proteger lo único que te queda por llamar tuyo.– su atención va a esas garras. – Bunzo no estaba en mejor posición, sin garras ni una cadera para correr o un cuerpo que le permita huir… él y tu no son diferentes y eso te asusta.-

El tiempo, ese mundo, que han recorrido es muy distinto para los dos. 

-No quiero que te creas mejor que yo por una mierda, perro. - 

-No soy mejor que tu porque lo crea. - interrumpió al instante el perro.-¡Soy mejor que tu porque te ayudare cuando tu nunca lo hubieras hecho!- 

Boxy abrió las fauces aturdido. ¿Lo ayudaría?  

-Yo no era un buen niño antes de esto, de todo esto. – mueve los hombros relajando los músculos qué apenas estan sanando la mordida de Boxy.-Deje de ser un buen niño pero fingí serlo para poder estar bien, pero eso no cambió nada. Sigo siendo solo un idiota con algo de experiencia pero es útil… por eso a ti te va tan mal, Boxy. – apunta al gran monstruo. – Tú y Bunzo eran buenos niños, son buenos. Es esa la razón por la que sufren de esta forma… Boxy, deberás ser malo para hacer lo que yo pero no es el fin del mundo. – su voz se relajo lentamente. – Es bueno proteger lo que amas, esa es la verdadera bondad y si para eso debes trabajar a espaldas de tus amigos, hazlo sin dudar. – 

-No eres bueno convenciendo a las personas-

-Convencer es mentir, ponerte de vuelta en la tierra es lo que hago. Un líder es aquel que carga con tanto odio como rabia y lo vuelve una herramienta.- su voz rompe la calma de los monos. - Si yo solo dijera palabras llenas de amor sería menos que un pervertido embaucando niños pequeños.- su ansiedad lo hace mirar a la puerta tras el gigante rojo. - Boxy, necesito toda esa rabia para hacer que esos humanos que los lastimaron a ti y a Bunzo, paguen. - suspiro.-Por primera vez podrás usar esas garras y dientes para ti. - 

El gran monstruo gruñe bajando los ojos. 

-Este es tu cuerpo, y lo vas a recuperar , André. Volverás a ser solo tu quién sea dueño de ese cuerpo.- 

Los ojos del monstruo suben llenos de más sorpresa que nunca. 

No solo descubrir que recuerda su nombre sino escucharlo de alguien más. 

Recordando que fue alguien antes de ser una criatura condenada a una caja y la soledad. 

-Te cuidare, estarás bien, amigo. Mientras esté vivo te ayudaré con lo que necesites.- su voz al fin es suave. - Y no porque sea una tonta misericordia sino porque creo en ti y en tu capacidad. Creo que aun puedes ser increíble por ti mismo y seguro que tu hermana también lo cree así. - 

 

Dijo que este perro era malo convenciendo pero no puede mantenerlo. 

Este chico era bueno, increíblemente bueno para romper a las personas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1006 tamborilea en los canales de aire emocionado. 

El conocer tantas formas de llegar a las criaturas lo hacia muy feliz. Muy , muy feliz. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El grupo esperaba con el sentido de la realidad perdido en la música de la celda. 

Una burla para más de uno oyendo True colors de cindy lauper mientras Crafty se revuelca, bastante ida, sobre la sangre que dejó DogDay al ser herido. 

Algo qué se quedaba en sus mentes por siempre. 

Ninguno había podido dormir al estar pendientes de la puerta. Bubba lleva en sus patas un buen rato de choques y quejas internas. 

-Deberemos cambiar de formación. Esta deja demasiado expuesto a DogDay. – 

-Es el líder, ese es su lugar. – lo murmura Hoppy en el suelo. 

Kickin nota su desánimo deprimido. 

-Debemos olvidarnos de las formaciones cobardes… ya no quiero empujarnos de esta forma.- su interés en Hoppy flaquea con el sonido de Crafty rodando sobre el suelo sucio.

Picky aclara algo que no olvida de su líder. 

-No. Las formaciones no son solo para proteger a los débiles ,DogDay las planeo para evitar que nos pasemos por encima en caso de tener que cambiar de rumbo en una huida. Kickin esta en una posición central que le permite subir sobre nosotros sea quien sea que este cerca. – 

Theodore mueve las orejas interesado en ello. Repasando el paso de cada uno al ser dirigidos por el camino del perro. O la coneja qué lo envió al frente. 

No parecía tan descabellado. DogDay los hacía caminar con los más nerviosos al centro, no los débiles. Cuando los siete lo golpearon recuerda como se turnaron. 

Tan rápido que era difícil saber de donde venía el siguiente golpe. Dolió mucho y dio más miedo aún no poder protegerse del mas pequeño pero… también lastimó a DogDay. Ese recuerdo lo hace volver a mirar sus garras llenas de sangre y el dolor de su cuerpo después de no tener la fuerza para tirar las puertas. 

DogDay siempre sería el primero tan solo para que el resto pueda aprender de lo que le pase. Dog siempre los ponía en la mejor posición y los protegía como le fuera posible. Incluso a costas de su propio pellejo. 

-Todos a la pared. – 

Bubba vino a llevarse a Crafty, mirándole de paso para que también se retirara de la puerta. 

Las puertas se abrieron pero no para devolver a DogDay sino para recuperar su brazo. 

-No se preocupen, DogDay se reunirá con ustedes después de algunas pruebas.-

-CraftyCorn, ven para que te demos un baño. - 

El humor no mejoró aunque esa fuera la intención. 

O tal vez no. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                       

 

Notes:

Nada como hartar al guapo ascetico del grupo.
El chico rudo puede ser un buen amigo. Alguien que antes le daba miedo al chico listo.

Chapter 57

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El primer paso para vengarse es descubrir ¿De quién? ¿A quién queremos cortarle la cabeza?

Deben encontrar a los atacantes y disponer de ellos pero también debía hacer que Boxy le entregará los planos de los siguientes pisos. Todo un término de trabajo a manos del otro como dos enemigos obligados a encontrar un camino en el mismo terreno infestado. 

Algo que conlleva sacrificios y sorpresas. 

Como ver cómo implementan nuevos clavos de acero a su brazo cercenado y lo unieron con una aleación de metal extra en la médula. Cosiendo su piel con un hilo desagradable de nuevo. Añadiendo un nuevo cinturón y mucho más grande para cubrirlo en su brazo. 

Los clavos fueron la única cosa que le superó y dolió obligándolos a dejar ir un grito para no obedecer el impulso de aplastar al humano a su alcance. Lo empalagoso que se sintió en un segundo lo hace gruñir. 

-Estarás bien, no temas perrito. - lo consuela este doctor fastidioso. 

Tiene suerte de tener el rostro paralizado o se le notaría el gran hastío qué le recorrió al ser “consolado” por este humano.

Su humor no mejora al ser tocado por este doctor raro que parecía haber tomado de forma equivocada su rechazo y ahora lo veía con unos ojos enternecidos como de corderito a morir. Esto debían sentir sus compañeros cuando él mismo se pasaba de dulce hace algunos años… Ya no era así de empalagoso ¿Verdad? 

Sus ojos chocan con esa mirada. Una parte de sus intenciones le hacen preguntarse si debería aprovechar esto pero otro murmullo mucho más malicioso de su interior le hace recordar que este hombre bien podría ser su enemigo más peligroso. Limitándose a corresponder el toque con un golpecito sobre la nariz de este humano. 

-No rompa los protocolos, señor. – advierte tras lograr que el humano lo suelte.-No ahora que no puedo comerte. - su amenaza sale y es estúpida como su propio ser. 

Alrededor los otros asistentes parecen más concentrados en su propia sección o colocar los clavos en ese brazo para fijar la piel medio desprendida con las grapas. Agregando un nuevo cinturón a su brazo. 

Este doctor se retira sin dejar de mirarle de reojo al buscar sus notas.

Un asistente decide romper el protocolo silencioso con el perro. Haciendo una observación al mismo can. 

-Eres bastante resistente, me haces sentir como un tatuador.- apunta esa observación personal con una media sonrisa bajo la mascarilla. 

DogDay deja salir vaho espeso. 

-Gracias, creo. – murmura buscando algo en que fijar su mirada y que no sean estos humanos.-Ustedes no parecen tanto unos científicos locos. - 

De verdad que subir en la cadena era como tener un letrero para que los humanos crean que les gustaba conversar con ellos. La risa que le responde a su comentario deja en claro cuán relajados estaban a su alrededor. 

-¿Boxy te dijo algo extraño cuando estuvieron en la misma celda?- pregunta una voz por alguna bocina. 

Si estos asistentes, los cuales se vieron asustados al recordar que estaban siendo vigilados, tomarán en cuenta que los líderes de equipo no entraban con él sin importar cuán dócil pareciera al estar desencadenado, tal vez podrían tener una mayor certeza del peligro al que se exponían. 

-No. El solo me gruñía y traté de hablar con él pero no me escuchó. – levantó la cabeza fijándose en el cristal superior. – Él estaba muy triste. – 

 

 

 

Tras el doble espejo la mujer rubia sonríe cubriendo en el cristal con su libreta ese rostro alegre. Viendo solo en esos ojos el gran rechazo, es claro como el mismo día o las toneladas de tierra sobre sus cabezas. Este perro estaba enojado. Sabía lo que sucedió, Boxy debió decirle algo. ¿Pero de qué sirve tal cosa cuando este perrito prefería seguir en su lugar privilegiado? 

Eso se los dejo en claro al sujetar a Boxy para ser sedado por los humanos y entregarse sin resistencia a los doctores. El perrito apreciaba más el trato con los humanos y sus sonrientes qué con cualquier otra criatura. Debía ser el acto más obediente el permanecer sumiso a sus verdaderos dueños. Un escenario qué la hace sonreír satisfecha y contenta por el desarrollo de sus proyectos más personales. 

El escalón corporativo qué sube cada vez que estas criaturas lo hacen como herramientas de su autoría y su rostro como científica es reconocido dentro de la compañía. 

Ya ni recordar esos rostros infantiles le hacía sentir culpa cuando sus proyectos son tan exitosos. 

Es ese mismo ego en crecimiento y ojos cerrados constantemente los que evitan que pueda visualizar las grietas de una fachada fabricada bajo sus pestañas de un rostro alegre. 

 

 

 

 

 

 

 Tras unas horas DogDay fue devuelto a la celda con los sonrientes. Excepto que estos estaban ausentes y solo era él en esta habitación de concreto blanco. 

Tenía sentido que lo dejaran encerrado para sanar y el resto de los sonrientes tomara su lugar.

-Espero que Kickin me cubra … quién sea. – suspira pensando en las flores de papel malo. 

Toma asiento en el fondo de la celda, acostándose con una mirada directa al foco gris sobre su cabeza. Un dolor de cuello por culpa de las fauces de Boxy y su mal humor por el silencio extenso alrededor de su cuerpo solitario. Con el zumbido de la electricidad de las cámaras sus ojos llegan a fijarse en las bombillas limpias y los nuevos surcos de concreto recién aplicados. 

Hace tiempo no lo dejaban solo. 

-¿Cómo cambian el foco si está tan alto?- le pregunta al aire. 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor 

                                                   Una con tu nombre en sus pétalos 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En La Guardería el estrés continúa extendiéndose por el lugar. O solo sobre los encargados de la zona. 

Hoy que su líder no vino ni cubrió su usual terreno con toda la seriedad de siempre. Reduciendo la situación a las dos criaturas de la casa. Tomando su papel por hoy. 

-¿Quién debería ir?- 

- Ya es el quinto qué pregunta. – 

Bobby al igual que Kickin han sido abordados por más de un cliente y estos han llevado una cantidad muy superior a lo normal y esto les hacía sentir una muy mala espina. 

Un malestar les hace dudar si seguir adelante a sabiendas de cuanto había caído antes la compra del exterior. DogDay se había estado viendo más y más preocupado , como si el mundo fuera a colapsar si no llegaba a juntar cierta cantidad obscena y no algo que pudieran leer en papel.

Su líder era mucho más ambicioso de lo que parecía o es parte de algo mucho más grande lo que deseaba conseguir para su grupo a través de ese dinero. Algo que ellos mismos no podían utilizar pero allá afuera era la llave de toda puerta.

Entonces le dieron el dado de sí y no a un bebe en brazos de Kickin y su respuesta es aquella que aparece al tirar el bebe el dado al suelo.

-Ire yo.- murmura Kickin al ver ese gran Si amarillo.

Bobby recupera al bebe en brazos.

Talvez lo peor de ser descubiertos ahora era que no dudarán en delatar a todo humano posible para evitar la reprimenda a su grupo y mucho más con el corazón de Kickin apunto de explotar fuera de su pecho tan lleno de ansiedad que podría ponerse a temblar en cualquier momento.

Bobby le observa salir por la ventana y llevarse las flores que ocultaban en las tejas del porche para ir con ese humano a las habitaciones del sótano. Habitaciones que mantenían lo más solitarias posibles al llevar a los niños a juegos y actividades lideradas por Hoppy en el patio.

 

En el sótano este humano espera recargado en el espacio entre dos muebles con una muñeca Poppy , una dirección repetida por algunos de los otros valientes idiotas que deciden meterse a una fábrica de juguetes por drogas. Tan al fondo que sentía el infierno bajo las suelas. 

Su rostro se retuerce después de esperar por veinte minutos sin recibir nada. Algo que allá afuera no sería ni de cerca algo que se arriesgara a sufrir. Retirándose tras golpear la pared.

-Vuelve ahí.-

Esta orden se acompañó con un fuerte empujón por parte de esa máquina amarilla que huele mejor que ninguna tarta de limón o vaso de limonada fresca. Una ola de buen olor que le aturde y hace que el dolor por ser arrinconado por esta cosa más pequeña y perturbadora le haga temblar y su cabeza baja viendo esos ojos de plata directamente.

Dos puntos de luz profunda como el fin de un mundo sin sentido. 

-¿Cuánto?- preguntó el ave con esa voz madura tan interesante a diferencia de su tono infantil del programa.

Es como si el que vendiera su piel fuera el humano y no sean drogas lo que ofrece esta ave. Incluso así este pollo sería un cliente grosero. Aunque eso podría ser emocionante en otra situación. 

Este humano saca , con manos temblorosas , el fajo a pagar.

El ave frunce el ceño ante la idea de tener que contarlo.

-¿Cuánto?-vuelve a preguntar sujetando ese cuello y su brazo lo levanta despegándolo del suelo.

El humano sonríe cargado de una nueva sensación más cercana a la diversión que al miedo.

Este pájaro le recordaba a esos muchachos de las escuelas que intentan seguir haciéndose los rudos en las esquinas. Algo estúpidos y tiernos como perros a patear de vuelta a casa. 

-Son seis mil , quiero eso ahora.- afilo su tono para recordar su lugar. 

La culpa por ignorar al nerd y al líder que le instan diariamente a continuar estudiando golpeó su nuca como lo haría el mismo DogDay si lo descubriera acorralado por esta situación. Con el eco de Bubba en su hombro diciendo “Por burro te pasan estas cosas” 

Kickin siente bastante presión al no saber contar tanto ni haber puesto atención a Bubba en las pocas clases que les había logrado dar en la celda. Soltando al humano para revisar el fajo temblando ante el reto frente a su necedad pasada. 

-¿No sabes contar?- pregunta riéndose del ave al verle pasar los dedos por el mismo billete varias veces.-¿No puedes contar, niño?- sonríe acercándose haciendo al ave erizarse incómoda. 

-Callate , metiche.- murmura ese insulto más por su propia incompetencia que contra el humano. Normalmente solo tenía que contar hasta doscientos , esto era demasiado.

El humano le agarra las manos haciéndolo levantar el billete y contarla sorpresa por sentir lo suaves que eran sus plumas y lo cálido, eso lo dejó para su fuero interno. 

-Son de cien , puedes contar sesenta de cien.- lo hace pasar los dedos billete por billete.

Kickin arruga el ceño conforme cuenta y lo guarda al terminar.

-Es lo mismo con la mercancía , cuenta el número de lo que sueles dar por una sola unidad y entrega el mismo número de lo que te di sin pensar tanto en toda la movida.-

Por doscientos daba uno entonces debía dar la mitad de lo que le entregó este humano. Eso si fue fácil de calcular. Kickin entregó treinta flores, guardadas antes en su pecho, y el peso de toda la operación terminada lo hace sentirse mucho más libre.

Este humano cuenta lo entregado. Lo guardó entre sus bolsillos. 

-Si te digo que me debes una te enojaras.- apunta burlándose del ave al atreverse a golpear con los nudillos su picó alegre.  

Kickin le gruñó dejando salir el vaho caliente, ya largandose para volver con sus tareas.

Este humano se quedó solo con la esencia de los cítricos pegado a sus ropas. 

 

Al cruzar un pasillo otro humano llegó por sorpresa haciéndolo esquivar con un salto que lo lleva al techo.} 

El humano estaba más, mucho más preocupado por sus ventas y las flores. 

-Oye , ave ¿Dónde está el perro?- pregunta este hombre tembloroso. 

-¿Tú también quieres flores?- pregunta Kickin mirando a este hombre.

Este asiente.

Kickin lo olfatea , y no es tan bueno como DogDay o Bobby , pero en ese humano descubre el aroma de las flores bien metido en su cuerpo. Las cámaras están en el siguiente pasillo.

-¿Cuánto quieres?- pregunta sin bajar del techo.

Este humano sacó tres veces más billetes con unas manos temblorosas.

-Lo que alcance. El perro dijo que me daría lo que pudiera pagar si lo metía y se pudo, solo dame las flores rápido.- 

Kickin vuelve a sentirse angustiado al ver que eran billetes de denominación irregular y no de cien. Ignorando esa línea tan extraña. 

-Detesto contar. – murmura tomando el dinero. -¿Y de qué rayos hablas? ¿Que te tragaste?- su fastidio lo hace pasar billete por billete. 

-¿Era tragado?-

Kickin dejó de pasar los billetes al escuchar tal tono derrotado. Levantando una ceja al no entender por donde más pensaba este humano que se metían las cosas. 

-Pues que yo sepa solo por la boca deberían entrar las cosas. - termina su murmullo volviendo los ojos al fajo de billetes. 

Este humano bajo la mirada recargándose en la pared con un rostro capaz de competir con cualquier viudo cuya pérdida acabará de devastar todo aquello que amó alguna vez. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En La Jugueteria Theodore camina por los pasillos del segundo piso, buscando ese cuadro al fin terminado. 

Oh, no. No aun. 

Lo encuentra al final de la primera pintura y su rostro más cerca que nunca a ese castaño, en un medio abrazo. Como si fuera él quien guiará el camino de los dos hacia ese anciano. 

Nunca abrazo a DogDay de esa forma, conocía bien lo mucho que tocar al castaño le intimidaba por la vergüenza y la descarada personalidad y la picardía detrás de esas almendras de sus ojos peligrosos. Cómo aceptaría cualquiera de sus avances más mínimos para tener la oportunidad de romper con más decisión el último límite que le hubiera impuesto al chico. 

Besando la esquina de sus labios cuando él mismo se atreviera a tocar sus hombros o abrazarlo cuando solo le llamaba la atención. O decirle algo como “¿Puedo morderte los cachetes? ¿Y también tus mejillas?”

-Guarro… - murmura sentándose a medio camino al acordarse de tal cosa y sentir que su sonrisa era real por un momento. 

De verdad que era divertido sacárselo de encima y jugar juntos. DogDay era divertido. Era activo y lo llevaba de la mano, lo guiaba a vivir de verdad y no solo a observar a los demás viviendo sus vidas sin él.  

Dog veía en él muchas cosas que por sí mismo olvidaría que eran buenas. Olvidaría qué era un buen chico y que no era un hongo que mereciera nacer y pudrirse en la sombra. Dog era hermoso. 

Nunca fue él quien lo abrazara por los hombros y lo llevara a su paso con esa clase de sonrisa confiada pero por alguna razón estas artistas decidieron que el debería guiar el camino hacia la muerte de su amigo. 

La dirección de sus pasos en la pintura no cambiaba, aun iban directamente a encontrarse con ese anciano de aspecto bonachón pero ahora podía decirse que su destino era estar juntos hasta el final. 

El diablo los esperaba y terminarían en sus garras juntos. 

-¿Te está gustando, Gatito?-

La pregunta es por parte de una de las pintoras en el pasillo. 

Catnap les mira en un lapso de algunos veinte segundos antes de retirarse tranquilamente. 

-Creo que le encanta. – 

-¿Cómo puedes saberlo?-

-Su cola está casi derecha, es como un gatito recién alimentado. – 

 

Aquel gato volvió al primer piso a recuperar su lugar de algunos visitantes que se habían detenido a platicar. Observando a estos humanos como si fueran ellos el espectáculo. 

-… en unos pocos años Nokia dominara el negocio de la telefonía. – 

-Aunque su competencia es Microsoft. – 

-Deberían apostar a otra compañía. Las computadoras no son un elemento necesario en la vida diaria, su venta terminará siendo algo pasajero. – 

Theodore no sabe de qué rayos hablaban pero sí entendió lo siguiente. 

-Se puede decir que aparte de la carga obsoleta de los teléfonos celulares hay pocas cosas que vayan a retrasar su llegada a los mercados más familiares. – 

- ¿Cuanto suele durar la carga celular?- 

-De cinco a seis horas, tal vez. A menos que lo acerquen a un imán, eso lo arruina todo.-

Necesitaba un imán. Y ya sabía dónde encontrarlo. 

-Ven a verme. - 

La orden podría ser una alucinación para muchos pero para Theodore fue un llamado piadoso. 

Corriendo por las escaleras para encontrarlo. 

Entrando a una habitación de los pisos superiores se enfrenta a esa criatura. 

Con el gato se encontraba el monstruo de las paredes. Aquel que le vigila a través de los muros esperando aprender algo nuevo de él y todas estas criaturas perdidas en la fábrica. Todo solamente para saber mejor cuál era su deseo, la razón por la que debería quedarse en este mundo un segundo más. Otro trago de hielo para el cuerpo que arde para no explotar hoy. 

Más allá de recuperar sus piezas. Un objetivo para su vida sin sentido más allá de vengarse de todos estos humanos. 

¿Cuál es el valor que encuentra en su propia existencia? Es aquel que Theodore no puede pensar pero juntos podían descubrir que podría ser lo que el gran monstruo en los muros de esta prisión podría descubrir que puede desear. 

Encontrar algo que le de ese calor que tanto protegen los humanos cuando gritan de dolor buscado conservar esas vidas obsoletas. 

-Dime qué piensas... CatNap. - 

Solo puede mirar por fin esa garra bajar por una rendija oscura. Odiando ese nombre de juguete. 

-No me llames asi por favor. - ruega levantando la cabeza, recibiendo el toque afilado en su frente. Bajando esas garras por su rostro, acariciandolo hasta la base de su cuello. Sacudiendo esa luna en su collar. 

-Theodore. - lo llama esa voz cargada de estática.-¿Cuando será que descubras quién soy?- 

El gatito deja caer lentamente su cuerpo en el suelo. Escuchando las garras de esa figura golpeando el hierro de su collar esclavista. 

-Ya lo hice, ya sé quién eres. - suspira reconociendo sus sombras.-Ya se cual es tu papel hasta el día de hoy. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la escuela Bubba tiene por fin una reunión real con su hermano. Gracias a la costumbre de Terry a esconderse de los otros sonrientes cuando DogDay no estaba presente por tanto no tenían qué temer el ser descubiertos por el perro.

-No pude hablar con muchas personas pero hay suficiente dinero para al menos quince de ellos. – 

Bubba suspira escuchando el camino sin trabajas de su propio plan. 

-Esta bien, quiero saber como se desarrollará todo fuera. – 

DogDay no debía enterarse de lo que le haría a sus vidas en el futuro. No cuando las sospechas por el comportamiento del gato se hacen cada vez más grandes en vez de hacerlo sentir más cercano a Theodore. 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de PlayHouse las patas de Crafty se hunden en la espuma y salta aunque sea en un solo espacio para sentirse ligera sobre los resortes. Hundida en el calor de esa sangre fresca atrapada en su memoria. 

El rojo que la hace querer bailar como cuando era una niña pequeña. 

Ignorando si el recorrido del perro no está siendo completado, demasiado sumida en su propio juego para pensar en salir a comprobar el comportamiento de los niños.

Olvidando qué los chicos del bloque 5 no eran conocidos por ser los más amistosos de la historia. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                     ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

Colgar de cabeza de un columpio. 

¿Nuevo? No. 

¿Es agradable? No. 

¿Divertido? Si colgar de cabeza mientras se burlan porque no tienes un brazo para lograr soltarte es una actividad que disfrutar, si. 

-¡Gira, gira, gira! ¡Hooo!- coreana riéndose de él. 

Harom intenta golpear a los más cercanos pero su alcance se queda corto. 

-¡¡No me giren, mierda!! ¡¡Coman verga!! – grita nada más un niño se le acercó para empujarlo por un punto ciego y con ello hacerlo girar y balancearse. 

Duele tanto como es humillante. 

Lo habían atrapado al estar distraído cerca de los juegos al intentar leer fuera de la casa o la escuela y ahora debía pagar el precio. ¿Porqué el estúpido perro no estaba cuidando los jardines? ¿Porqué nadie venía a ayudarle? 

-Mierda…- murmuró apretando los dientes para no vomitar en el mareo que lo aturde y hace ver borroso. 

Maldito spam, maldito jamón y esas agruras también. 

El siguiente empuje fue doloroso, fue una patada directa a su espalda. 

-¡Aletea el pollito! ¡Mueve esa alita!-

La tercera patada a su costado y sus cicatrices qué acompañan a la falta de un brazo son revividas. 

Las risas lo hacen sentirse perdido. Reviviendo el giro del auto en la carretera donde murieron sus padres hace un año. Donde la sangre le llenaba la boca y no sabía si estaba de cabeza o si la pierna de su hermano era lo único que fue atravesado por las varillas de hierro qué se soltaron del camión que se alejó de escena. 

De su pecho la desesperación comienza a convertirse en ese dolor y terror. 

-¿Porqué?- se pregunta al ser empujado de nuevo por otro desconocido y lo poco que lograba verle hacía volver a estar perdido. Gritando alguna basura sin sentido. 

Vomitando en algún momento. Es asqueroso. 

La humillación sube por su columna al igual que la vergüenza y sus miedos. 

La verdad es que sus padres y hermanos están muertos y él ahora está solo como un pedazo de basura arrastrado fuera de la bolsa. Prometió un hogar pero no tenía uno. 

Llegando lentamente a este resultado. Enterrado en vida dentro de un zoológico y tragándose sus promesas pasadas cada día con más frustrante vergüenza. 

¿Cómo se atrevió a decepcionar a quien creía en él? 

¿Cuándo pasó todo eso? Nunca. Nunca. 

Nunca nada dolió ni perdió nada. 

Él era DogDay, no tendría que sentir vergüenza alguna por nada de lo que le rodea porque todo es divertido y todo se puede solucionar. SI ALGO SUCEDIÓ ES PARA PODER APRENDER Y NO DEBE DOLER. 

No duele nada. A DogDay nunca le duele nada, nunca le pasa nada que no pueda arreglar con trabajo duro. Todo puede solucionarse, él puede solucionarlo. 

Si no hay una casa, la levantará del suelo. Si no hay pilares, escarbara por una madriguera. 

Todo se puede solucionar, todo tiene un futuro.

Él está bien. Todo estará bien y solo debe seguir sonriendo al mundo. No necesitas nada más para ser feliz. No hay nada que perder porque todo está aquí. 

Para ser amado solo debe sonreír y ser bueno. 

Todo está bien porque DogDay está bien y el es valiente, el es trabajador y nunca se rinde. 

-¡Otra vez, chicos! ¡Vamos!- pide alegre tan de golpe que su sonrisa aún cargaba con las lágrimas del dolor. - Jugaremos, vamos a jugar.- su voz carga una gran alegría. 

Los niños que antes reían son perturbados por la mezcla de emociones en ese rostro. Retirándose lentamente ante el escalofrío que sube por sus cuerpos. 

Este chico estaba loco. Es lo que piensan incluso los que aprovecharon para amarrarlo con la cuerda. 

-Vamos, hay que seguir. - los llama de vuelta con esa sonrisa dulce. 

Es todo. Estos chicos mayores pierden el ánimo y lo dejan atrás. 

En la cuerda Harom cuelga girando aún con esa gran sonrisa en los labios. 

Colgando sobre su vómito y el libro pisoteado. 

La histeria en sus ojos fluctúa lentamente de vuelta a la tristeza de antes. Mirando al mundo de cabeza. 

Su brazo cae colgando inerte en su sopor aburrido. 

Volviendo lentamente el recuerdo de sus padres y ese accidente. 

El calor en su cabeza sube y con ello toda la desesperación que vuelve a sentir al tener de nuevo en cuenta que estaba atrapado en esta cuerda.

Intenta alcanzar sus tobillos pero el dolor lo hace volver a caer. 

Dolor. Impotencia y miedo. 

-¿Porqué tengo que pasar por esto?- pregunta al aire y a su interior. 

DogDay no está asustado, él es valiente y se divierte en las peores situaciones. 

Sobre todo cuando esto era algo tan divertido. 

La desesperación qué sentía comienza a transformarse lentamente en la misma alegría anterior. 

Riendo animado al lograr girar por sí mismo, lento y pausado.

 

Al fin alguien vio su predicamento y no fue ningún trabajador. 

Es ese pequeño cretino, Jason. Mirándole desde el camino de piedra con un par de tijeras robadas de la clase de arte, preparadas para cortar el cabello de una niñera pesada del bloque de Harom, camina hacia el chico colgado de cabeza. 

Ser rechazado, regañado y menospreciado por culpa de este chico lo hacía estar bastante de acuerdo con dejarlo colgado hasta que alguna de las criaturas decidiera hacer el recorrido del perro ausente. Talvez hasta el día siguiente. 

-¿Quieres que te baje?-pregunta desanimado por cuantas veces este manco le rechazó todo este tiempo. 

El chico colgado gira hasta verlo. En esos ojos un reconocimiento brilla con una gran sonrisa. 

-Hola, gatito. - saluda al verlo. -¿Es hoy un gran día de suerte o es que al fin puedo ver a mi luna?-

Jason abrió la boca conmocionado por tal saludo cálido y su sonrisa igual al pasado antes de comportarse como un gran cretino.  

-¿Qué?- pregunta aún perdida por su calidez.-¿Estás tan desesperado por bajar como para fingir qué no me odias?- le pregunta esto con un rostro resentido. 

Harom negó moviendo la cabeza y su mano intentó alcanzarlo pero se quedó a medias. 

-No puedo odiarte, nadie puede odiarte cuando eres una persona tan hermosa, eres alguien que amo demasiado, amigo. - le sonríe con tanta ternura como en el pasado o incluso más que eso. 

Jason juntó sus manos y la tijera de metal cayó al suelo haciéndolo perderse en esa mirada y sus palabras como si acabara de recuperar la pajita qué lo mantendría a flote en su naufragio. 

-Está bien.- murmura buscando el nudo de la cuerda en la barda. Esquiva el vómito tirando algunos de los flamencos de goma para detener su caída.-Ten cuidado al bajar. - lo advirtió recuperando la tijera del suelo corriendo a cortar la cuerda de saltar qué usaron. 

Pudo haberse resistido a obedecer y ayudar al chico pero ese cariño era lo que más deseaba recibir, ya fuera ahora o antes. Esperaba recuperar ese trato amable qué el chico sin piezas completas le mostró antes de cambiar de golpe ese día en el hospital. Ese cariño que tomó como su refugio. 

Obedeciendo con una sonrisa ansiosa a cualquier petición hecha por DogDay como CatNap haría. 

Harom cae sobre los flamencos qué lo hacen rebotar, rodar y solo por eso no se ensucio, cayendo de lado por la colina. Su cuerpo llega a los matorrales del final del juego. 

Harom en el suelo respira con esfuerzo ante el dolor y estos problemas se juntan con la voz de Jason. Lo conoce como Jason pero al verlo solo puede sentir que este era CatNap y su mejor amigo. 

Algo que debía mantener en sus brazos. 

Tomando la delantera cuando este chico llegó preguntando por su bienestar pero es atrapado en su medio abrazo, aspirando el limpio aroma del shampoo qué usaban en Dulce Hogar. 

-Te amo. - murmura haciéndolo girar. 

Olía mal. Jason lo sabe pero aún espera no perderlo. 

Llevándolo entre sonrisas incómodas a Dulce Hogar para lavarse la boca. 

Dentro la voz de Bobby los saluda pasando rápido por la sala con montones de sábanas por lavar. Esa osa siempre estaba lavando. 

Harom le observa perderse por los pasillos. 

-¿Dónde estará Bobby?- se lo pregunta buscando entre los niños. No buscaba a la osa… Bobby se debería ver como una niña. 

-Eso no importa, debes limpiarte.- le recuerda Jason llevándolo al baño. 

Cruzando el pasillo del primer piso el baño los recibe con su usual iluminación oscura. Harom se lavó la cara y boca mirando al final su reflejo. 

Sintiéndose extraño con el fuerte sabor del dentífrico en su boca y la espuma deslizándose por su barbilla. Igual que su madre convulsionando en la camilla con la espuma escurriendo por su barbilla al ser movido su cuerpo del asiento de pasajero. 

Dejando atrás los restos de su cabeza abierta. 

Contrario al recuerdo sangriento el espejo le sonríe. 

En el reflejo se encuentra DogDay de caricatura pero no por eso deja de ser Harom. Era un reflejo doble en su propia mente, sonriendo ese perro de mirada ensoñada con un reflejo humano. 

Ese es Harom dejando a cargo a DogDay como su protección y su armadura en el acto donde él era una persona valiente capaz de superar las peores de las pesadillas tan solo con decidirse a trabajar en una solución. 

Incapaz de quedarse quieto. Sin necesidad de descansar. 

Incapaz de pensar que la pérdida de su brazo y familia eran el fin de su vida. Demasiado ocupado para esa pérdida de tiempo. 

Era fuerte y alegre, era alguien a quién confiarle tus inseguridades. Eso era DogDay en el espejo, aquel que no tiene miedo. 

-Soy DogDay. -sonríe dejando atrás el terror que sentía cada vez que ese brazo faltante lo hacía temer al futuro que no le tendría piedad. 

Jason mira al reflejo de siempre. Porque él mentía y CatNap no le gustaba, el solo quería estar cerca de Harom. Si ser Catnap lo hace estar ahí entonces sería ese gato morado con gusto. 

-Ya se que eres DogDay. - lo hace voltear para limpiar su rostro con la toalla limpia. 

Una de las pocas cosas que seguían adelante era la higiene del hogar gracias a las vueltas y la decisión de Bobby a mantener todo en su lugar de la mejor forma posible. 

Algo que se ve llevado de lado al caer al suelo por el arrebato del llamado DogDay qué arrincona a su Catnap contra el lavabo, robando de sus labios más que un beso hambriento. 

Algo qué hace exclamar desde el pecho con un sentimiento de éxtasis. 

Tomándole por la cintura al traerlo más cerca de lo posible, metiéndose entre sus rodillas cuando la distancia es una molestia y el aliento es buscado por el gato de papel, huyendo al levantar el rostro fuera del beso tan demandante. 

Su cuello asaltado al estar al alcance. 

La puerta abierta y una niñera soltando tremendo grito al presenciar tal escena al acudir curiosa por el ruido extraño en el baño. 

-¡Mocosos!- grita en otro idioma, está apartándose de la puerta al verlos correr hacia ella. 

Ambos van de la mano al huir. Riendo juntos por los pasillos. Perdiéndose entre las vueltas y el escenario de este orfanato se queda muy atrás al ser tragada su consciencia por la ilusión. 

Esa mano deja de ser humana, él deja de serlo y también su compañero deja atrás esa piel que se considera falsa en la ilusión. 

Dando forma al mundo de caricaturas donde la muerte ni el dolor los alcanza. 

Dos dibujos animados de la mano con el sonido de la música de este lugar. 

Resonando en el brillo de un sol real en su imaginación. 

Sumido Harom en la ilusión del color. De la felicidad. Como un espíritu que solo vive a través de los ojos de su muñeco. Harom deja el mundo para este DogDay. 

Uniéndose en un vals lento con el gato púrpura tan perdido como él mismo.  

 

 

 

Las cámaras de seguridad siguen al par de proyectos danzar por los pasillos. Y con esa lente los ojos de los vigilantes los atraviesan marcando el primero de los cuatro puntos a completar para el cambio según el modo de la doctora. 

–Díganle a la mascota que el trescientos quince está listo. - avisa por radio al científico en vigía.-Que lo disponga en el siguiente cambio de guardia. - 

 

 

 

 

 

                                                                                      ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la fábrica hay muchos niveles jerárquicos entre empleados. Incluso el más bajo de los rangos todavía puede ser mejor que el de su compañero de misma planta. 

Algo que funciona para el control de las masas qué suelen ser estúpidas cuando el privilegio se pelea. 

-Dime cariño, ¿Qué piensas sobre DogDay? El té entrego, y aunque es lo correcto… Pudiste haberte sentido muy triste.- 

Boxy levanta los ojos que había fijado en el suelo, pensativo mantiene la boca cerrada. 

¿Qué le dijo ese perro de porquería? ¿Que fuera complaciente? 

Era como hablar con un alcahuete anciano o un engreído amante del control. 

Ambas orillas de una imagen de ese perro se presenta al recordar el plan de mierda qué el perro le instó a completar por su lado con tal de entregarle a ese humano. 

Humano que de otra manera no podría descubrir quién fue ni a donde lo moverían.

Debía ser… Complaciente y dejar que se confiaran para conseguir los planos de este piso. Porque él mismo no había tenido la libertad de recorrerlo por sí solo y mucho menos sabía que clase de nuevas cerraduras estarían esperando al final de cada piso. 

Mira los documentos con su propia fisiología marcada en azul. Los resortes de sus entrañas y los gruesos cuadros de hueso bajo la caja de metal. Una estructura física comparada con los insectos o las tortugas. 

Algo asqueroso, si se lo permiten reconocer. 

Lo que ese perro llamó complacencia era, a su parecer, una sarta de manipulaciones más cercanas al coqueteo… ¿Pero quién es él para juzgar el proceder qué ya demostró su valía en el pasado? 

-Estoy destinado a estar solo, como tú.- 

Esta doctora salto en su lugar y con ellos sus rodillas se doblan cayendo de costado al suelo. Asustada se arrastra hasta una esquina. 

Boxy cerró los ojos al recordar que no había hablado con humanos desde hace dos años y estas pláticas eran más un monólogo humano. 

Está humana le observa agitada y temblorosa. 

-Hablaste. - apunta a su cara. 

Boxy decide volver a dormir y esperar a que lo llevaran a la sala de exhibición para hacer el movimiento. 

Cualquiera a quién su voz se le reciba con tanto horror se vería inmediatamente renuente a volver a expresar una palabra más. 

 

Aunque el cebo fue lanzado y el pez que lo tragara está aquí con él incluso si no lo puede ver. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la celda este perro ha hecho ya tres repeticiones de cien vueltas corriendo por la celda. 

Los humanos ya saben que puede correr, no le queda de otra, ya zarpó ese barco. 

Aunque también lo hace porque ya estas quince horas de soledad le han puesto de los nervios. Con tantas tareas por completar y poner al tanto a sus amigos. 

También estuvo en una encrucijada. Preguntándose si debería decirles sobre Boxy o dejarlo entre ellos dos. ¿Qué tanto tendría que arriesgarse para cumplir con el favor que Boxy le había pedido? 

La lealtad o al menos el favor del monstruo inamovible de la superficie era cuanto menos, excitante. Un aliado capaz de resistirse a Mommy o Huggy, al nivel de los grandes de la superficie y con su ola de pequeños consigo. Porque si Boxy tiene el cerebro que le había mostrado en el pasado no tardaría más que unos dos días o menos en conseguir los gráficos de la superficie. 

Una muestra de esta podría hacer que los pequeños Bunzo pierdan la cadena del suelo. 

Que Kickin siendo pequeño pueda ir incluso a la salida a cambiar el rumbo del tren con los códigos que Ryan le entregó o al menos probar si eran reales, creando el transporte para los niños que siempre deseó conseguir. 

Todo tomará su rumbo conforme logren enredarse. 

Los humanos detrás del polvo obtendrán el dinero de esta empresa y ellos su libertad al matar a los que sepan de ellos. Solo necesita convencer a los gigantes de la superficie para que se arriesgue con ellos. 

Nadie apostaría al perdedor. Debía conseguir las piezas reales para que confíen al fin en ellos y no sigan siendo elementos neutrales. 

La ilusión es grande, sus deseos fatídicos hacen latir el corazón y sus venas llenarse. Haciéndolo correr más rápido en su carrera.

 

Al fin vuelven. 

Las puertas suenan en uno de sus pasos, se abriría para la entrada de sus amigos. 

La entrada nerviosa de todos fue la respuesta. 

 Con la carrera de Theodore a su encuentro. 

 

Este gran gato le salto encima pasando esas grandes garras por su espalda y su voz rompe todo esquema con un ronroneo ansioso.

-Los extrañe, chicos. - sus brazos atrapan al gato y su ronroneo sella el destino. 

 

 

No les diría nada de Boxy. 

 

 

Protegería la ilusión hasta donde pudiera. Incluidas las posibles desilusiones del futuro. 

No les diría nada sobre algo que aún no puede confirmarles. 

 

 

 

 

 

 

 Hasta que la ilusión lo mate a él esta opcion seguiría siendo solo su pequeña desgracia. 

 

Notes:

Gracias por leer. Hice una lista de eventos en la historia y no puedo creer que sean 57 capítulos hasta ahora.

Chapter 58

Notes:

Hola. No se que pensaran de este capitulo.

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

Hace calor. 

Lo sabe. Lo sabe muy bien. 

Hace mucho calor y es bueno. 

Arde hasta las venas pero no es como estar muriendo al fuego. 

Es un calor muy distinto a ese que trae dolor. Este fuego es casi de sabor dulce y húmedo. 

La garganta de Bubba esta seca y húmeda al mismo tiempo. Sujetandose el cuello al despertar en el suelo de una celda helada pero ardiendo hasta las venas. 

No es doloroso. Es placentero. 

Demasiado placentero. 

No era bueno sentirse asi en la celda con todos dormidos.

- Todos vivimos en la guardería, todos diferentes como podemos ser~… - su memoria trabaja buscando la letra de esa canción para calmarse. - Algunos gorditos, otros delgados, algunos tristes y otros siempre sonrientes~… - respira relajando el cuerpo lo mejor posible. 

Su humor va aligerándose conforme superar este episodio termina con sus fuerzas.

-Todos aquí para darte la bienvenida Y todo lo que quiero decir es realmente simple, claro y verdadero , soy solo un muñeco de trapo, feliz y sonriente todo el día…- suspira bajando las patas de sus ojos a los costados de su cuerpo cansado.-Una pequeña muñeca de trapo, deseando alejar tus preocupaciones.- sus ojos deben encontrar a la carita rosa que lo hace suspirar.-Me detengo y digo : Vaya, esto es demasiado bueno para ser verdad.- 

Picky termina con la distancia con subirse sobre sus rodillas. Algo totalmente equivocado para que Bubba pueda calmar de manera racional sus nervios y olvidar esa vergonzosa erección de media noche.

Picky murmura sobre su cuello aferrandose a su cuerpo con las cuatro extremiddades.

-Una pequeña muñeca de trapo …- su cuerpsencillao se junta tanto al elefante que apenas podia hber forma de diferenciarlos en la oscuridad. -¿Cómo puede ser, que sea tan encantador chico como tú?- le pregunta Picky bajando las pezuñas por el torso del gran gigante azul.

Esta chica es muy directa y Bubba demasiado nervioso.

-No , los demás …Picky.- murmura sintiendo como el vaho escapa por su boca y la vergüenza le trepa.

-Al carajo con ellos.- murmura Picky sujetándolo para llevar su pata a ese lugar secreto.-Ahora es nuestro turno, mi niño.- lo marca bajando el cierre del elefante con el propio entre sus pezuñas.

La valentía y el descaro son algo suyo, es algo de Picky. 

También lo asertivo es una cosa que comparten. 

Una actitud en respuesta a la decisión de Picky es un giro qué la deja sin aliento. Observando esos ojos de color tan brillante mezclandose con la oscuridad de su mirada entonada. 

Picky subió las pezuñas a esos hombros tan anchos. 

-Mirame más, mírame así.- murmura dejando el vaho escapar de su boca.-No dejes de mirarme. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

                                                                  Que nos pertenezca solo a nosotros.

 

 

 

 

 

Esta mañana se siente rara.

-Algo paso.- murmura DogDay medio enterrado entre pelo morado y rojo. Habia dormido con Theodore en su cabeza y Bobby en su pecho , incapacitado hasta para moverse.

Apenas puede salir por la suavidad de su pelaje pero lo logra levantando a las dos criaturas una a una.

Camina por la celda contándolos y ubicándolos por sus colores .

Verde con amarillo , rosa con azul , blanco , morado y rojo y naranja.

Si , estaban todos. No deberia sentirse tan raro.

Excepto porque al fin noto la posición de unos.

Camina un ppoco para verlos.

-Hoppy , estas ahorcando a Kickin.- la mueve para que las piernas de la coneja lo suelten. Estaban en lo que parecía una llave de cuello detenida para dormir.

-Entrometido , me gusta dormir así.- murmura quejoso Kickin moviendo el brazo para que los dejara en paz.

 DogDay se aparta levantando los brazos al verles rodar y esa llave se vuelve un abraso por parte de la coneja que lo atrapa con los brazos en un ovillo donde bien podria ser una linda conejita abrazando una cobijita o una guerrera apunto de hacerse una bufanda cuando decidiera arrancarle la cabeza con toda la columna vertebral.

Deja la escena caminando hacia Crafty , revisando su estado y su humor al tocar sus orejas cálidas y su cuerno en buen estado para comprobar que no sufría estrés excesivo. Era diferente para ella , a Crafty el terciopelo de su cuerno se le caía cuando sus emociones superan su control.

-Crafty …- acaricia su cabeza una vez le encuentra en buen estado y puede dejarla dormir.

La siguiente revision fue para Picky.

Debía serlo.

Al parecer su vision estaba atrofiada o no habia tomado verdadera atención al par que duermen abrazados. 

-Bubba, por favor , muévete.-le pide sacudiéndolo.

Al hacerlo el abrazo se cierra con mas fuerza y Picky se pierde en el azul.

Esta acción le parece normal y no piensa demasiado al dejarlos ser.

El tiempo transcurrido debería ser suficiente para que los sacaran pero parece que lo retrasaran por un tiempo. 

Las posibilidades de volver a estar atrapados por otro experimento lo hace colocarse en el centro. Observándolos dormir o descubrir si el mundo estaría bien una vez esa sensación rara se relaje.

Algunas horas pasaron antes de escuchar a Crafty patalear como cada vez al despertar.

-Malos dias a todos , y que sea el ultimo.-anuncia ella sacudiendose.-Dog.- murmura al verlo de pie.

-¿Dormiste bien?- pregunto por cortesia.

-Mejor que en el laboratorio mi querido lider.- levanta el cuerpo buscando al resto.

-Déjales dormir-

- ¡¡Todos , arriba!! ¡Es hora de chismear o envenenar el aire con nuestro aliento!- les llama a gritos.

 El grito afecta de diferentes formas a todos.

Theodore salto al techo clavando las garras en el concreto.

Bobby simplemente se sienta y se queda medio dormida en esa posición.

-Buenos días.- saluda Kickin tan fresco como cualquier otro día.

Hoppy levanta el brazo y vuelve a cerrar los ojos aturdida por el sueño.Solo se movió por el susto que le provocó el aterrizaje de Theodore por un costado de su lugar.

-Buenos dias.- saluda el gato caminando a su dirección. Pasando esa larga cola por su brazo al pasarlo y colocarse medio recostado en la sombra de una pared cercana.

Los ultimos son Bubba y Picky que vienen hacia ellos con un gran sueño sobre sus cabezas.

Al resto el sueño se les quito al verlos y Kickin hizo abrir los ojos a Hoppy con un golpecito de plumas en su pierna.

Crafty perdió el aliento y Theodore decidió que mejor no debía hacer movimiento alguno.

-¿Por qué tienen las tetas de fuera?- pregunto Crafty.

No. Los sonrientes hembra o macho , no tienen esa zona desarrollada. 

Lo qué ven es el puffy de sus cierres abiertos de par en par.

Picky lo subió temblando con el vaho subiendo por su boca al igual que sus patas temblaban. 

Bubba fue más serio y firme, arreglandolo con una mirada calmada. 

Podría decirse que no le interesaba lo más mínimo. 

Si no fuera porque el vaho que escapó de su boca lo hace desaparecer por unos segundos. 

-Hijos de perra. – murmuró Crafty al entender lo que sucedía.-

Seguido busca al líder esperando saber que diría. 

Esperaron tanto como para que los dos implicados al fin lo miraran esperando una respuesta o algún reclamo. 

DogDay parece estar bastante tranquilo. 

-Diles algo. – exige una muy inquieta Crafty.- Dog. – 

-Tú no puedes decir nada. – murmura Picky enojada por la mirada de los presentes. 

Estos voltean buscando la respuesta del líder, al menos saber que acciones será la respuesta para algo tan serio. Algo que habían discutido antes y sabían que DogDay había advertido sobre ello. 

Los dos esperan mucho más preocupados de lo que podían mostrar al inicio. 

Pasando los segundos y el silencio que se extiende hasta unos minutos. 

Llevando la mente de todos a un estado ansioso qué no va a ningún lado 

DogDay al fin hizo algo. 

Algo que hace a todos verlo saltar sobre el elefante a punta de puñetazos para acomodarle las ideas. 

No. 

No hizo eso. 

Sus acciones fueron más inclinadas a su usual actitud meditativa. Apartándose del grupo a otra esquina de la celda para pensar y alejarse de la mirada acusadora de Picky o Bubba. 

Ahogandose con las cosas que deseaba gritarles. De manera hipócrita y olvidando intencionalmente qué Theodore y el cruzaron esa línea prohibida de manera consciente y mucho antes que la pareja que siempre estuvo presente en la esquina del escenario. 

Sin tomar en cuenta la edad de Bubba y Picky, a este punto era lo de menos cuando siempre Bubba estuvo un escalón más abajo en habilidades sociales qué Picky poseía por talento y desarrollo más explotado por una niña inteligente. No. Donde ambos estaban en el mismo peligro y apuntó de ser atrapados por estos humanos en experimentos mucho más crueles y enfermos a futuro. 

Picky tenía razón. El no tenía nada que decirles cuando ambos sabían de sus errores y como se equivoco con los pasos a dar y su ritmo con el camino que deberían recorrer Theodore y él. ¿Entonces todo esto en su cabeza era lo que ignoro al cruzar la linea? 

Tan perdido estuvo que olvido lo que les pudo suceder, lo que pudo pasar. 

A cuanto se expusieron. El peligro al que expuso a Theodore. A todos. 

También puede entenderlos. Entender cuanto podia ser hipnótico caer. 

Cuanta felicidad se siente al caer en un pozo qué no es de dolor y puede unirse con la oscuridad de otro corazón. ¿Pero como se supone que responda? ¿Si no es enojo qué debe sentir? 

-No sé que hacer.¿Como debería reaccionar? – suspira sujetando su cabeza. 

El peso de la cabeza de Theodore cayó sobre su hombro. 

-Si alguien como tu no tiene la respuesta, tal vez sea porque no debes tener ninguna. – Lo murmura preguntándose si era útil meterse en lo que DogDay debía resolver sin la intervención del resto.-No necesitan un sermón, quizás solo necesitan que estés presente para ellos. – 

Algo que les vio tener como respuesta del resto del grupo a la discusión por tener, una intención clara fue esto. Dejar a DogDay tomar una posición y decisión por si solo, sin tomar un lugar cada uno en espera de su juicio. 

Algo extraño. Dejar solo a DogDay en cuanto necesito alguna voz comapañera.

Es una pisca de las migajas de la voz de esas garras tras los muros lo hace adelantarse hacia ese lomo solitario para tomar el lugar junto a sus oídos para susurrar. Inseguro y perdido pero lo hizo, lo intento. 

Esperando la respuesta, con su larga cola inquieta en el suelo y meciendose levemente en s, saboreando la incertidumbre en el silencio. 

Para aprender a ser un líder o al menos a convencer y manejar a las personas se tienen que tener habilidades que se consiguen observando a otros, aprendiendo de sus acciones y las consecuencias. Aprendiendo a ser mas que un observador , debía ser una pieza del juego.

-Theodore.- murmura el perro pensativo.

-¿No te lo parece?- reto a su manera al perro.

-No , lo entiendo.- levantó la mirada y de costado le obsequió una mirada oscurecida por las sombras.-Eres bastante relajado cuando te lo propones.-

-Nadie depende de mí como lo hacen de ti. Talvez por eso puedo saber que regañarlos haría de todo menos ayudarles.- escupe una parte de sus ideas junto con lo que le parece convenient para mantenerse separado de la situación pero cerca de DogDay.

 -¡Dog!- 

El grito habia salido agitado y quebradizo como una simple hoja que se desmorona en nada en menos de un segundo. Bubba habia llamado al perro ante las grandes olas de malestar que le lleno al verlo junto al gato,

Esa cola bailando como una serpiente acompañada por la sensación diabólica que le recorrió al voltear y presenciar a su amigo acompañado por este gato. Esta maliciosa figura pareció volverse tan monstruosa como una pesadilla , un desastre de colores púrpuras y oscuros.

Este gato lo mira de soslayo antes de apartarse de camino a una esquina apartada.

El sentimiento de terror que lo habia embargado fue tal que Picky , quién había estado a su lado todo este tiempo , se siente contagiada por esas emociones. Sujeatndose el pecho con dudas bien marcadas en su interior y dolorosa como una niña perdida.

DogDay vuelve a ponerse de pie. Caminando hacia los dos.

-Todo esta bien.- señala al llegar con ellos.-No voy a meterme en lo que hagan o no , Picky.- hablo directamente hacia ella. Sabiendo que ella era en parte la que saldría más afectada de ser descubiertos por los humanos.-Picky , deben tener mucho cuidado. Lo que han hecho en su caso puede tener consecuencias que no se como ayudarles a evitar , ¿Les parecería bien tomar las cosas con calma?-

Picky sube las pezuñas a sus oídos , cubriéndose enojada y bastante avergonzada.

-¿Es porque soy una chica? ¿Por qué crees que solo a mi me debes regañar?-

-No es regaño recordarte que el que podría salir embarazado no es Bubba.-

Lo dijo.

Al decirlo todo alrededor se sintió mil veces más real. Más grotesco y peligroso.

Bubba vuelve al suelo pensando y avergonzado . Era tan inteligente pero olvido algo tan importante. 

  -No , con esto.- murmura Picky mas perdida en su vergüenza.-No creo que se logre eso. - 

Dog le hizo callar con un gesto. 

-No me entrometere, no va por ahí esto. No voy a detenerlos ni pelear por algo que no me debería importar...pero tampoco quiero que pasemos por algo así ,Picky. Eres muy pequeña y Bubba tú no eres mejor que yo.- su atención viajó a la segunda pareja que lleva años sin disimular sobre ellos.-Kickin y Hoppy , o ustedes. Les prometo que cuando escapemos ya no tendrán que esperar pero por ahora traten de cuidarse.-

-Pero tú estás bien , ¿Verdad?- murmur resentida Picky.

-No discutire sobre eso con ustedes.- choco las manos.

Ese aplauso sobresalta a cada criatura presente.

Incluso los muros se vieron sacudidos.Hoppy lo escucho pero estaba demasiado distraida con su vergüenza para tomarle atencion. 

-Si encontraron una forma guardensela , no quiero saberlo.- les pide más relajado.

Bubba levanto las patas exasperado y ya agotado de toda esta tensión. 

-¡No es como que fuéramos a ir corriendo a contarte cualquier cosa que hagamos!-  

 DogDay ya se desconecto de la situación, caminando hacia su esquina para volver a dormir otro tanto. 

Picky sujeta su rostro con las pezuñas. Suspirando al sentarse junto a Bubba. 

-Esto es estúpido. – 

-¿DogDay sería tu papá o el mío?- pregunta Bubba sobre su oído. 

Picky deja salir una carcajada. 

-Seguro que es tuyo. – suspira relajandose. 

-¿Y cómo lo hicieron? ¿Osea, como?- 

Ambos miran a Crafty que al fin perdió contra su curiosidad y se acercó a hacer esa pregunta que lleva rato en su cabeza. 

 

 

 

 

En los muros la garra pasea el filo de su falange central sobre el concreto. Meditando lo que llegó a sus oídos. 

-No entiendo que son estos raritos. - murmura su voz distorsionada. 

No entendía a qué se referían ni como esto era importante. ¿Qué estaba sucediendo fuera para que no los dejaran salir aún a los sonrientes? 

Esa duda lo hace dejar los canales de aire de la celda con gran velocidad, usando esas garras para moverse como una araña. Sacudiendo cables y metal a su paso. 

Deseando averiguar qué es lo que estaba mal en este día tan tranquilo. 

No podía dejarlos más tiempo en el poder. 

 

 

 

 

 

 

                                                        ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La sangre es linda. 

Jason ama la sangre y el fuego, lo adora muchísimo. El fuego es bueno en sus manos. 

Ama como la llama sube y los gritos de las personas se unen a los brillos del fuego. 

Descansando recargado en la pared de un pasillo cercano a la habitación de las niñeras. Lugar del que escapa el fuego qué él mismo incendió para vengarse de cierta mujer engreída y poco agradable. 

-¡¡¿Porqué se está quemando mi bote de basura?!!-  

-¡Grayber! ¡Haz algo, Grayber!-

- ¡¡Claro, díganle a la gitana que apague un incendio!!-

- ¡¡Cierra el culo y pasa el maldito extintor!! ¿Quién encendió esta mierda? ¡¿Porqué siento que fue tu reventado culo Vitaly?!- 

-¡¡Solo apagalo, maldita sea, Grayber!!- 

 Jason no puede seguir conteniendo y su risa escapa de entre sus labios, sonriendo al sacudirse con gran alegría. Retrocede agarrando su esto, algo entre carcajadas. 

Había planeado este golpe desde hace días. Solo necesitaba que las puertas estuvieran abiertas y las criaturas indispuestas para aprovecharse de estas niñeras. 

-¡Oye, tu, niño!- 

Con un sobresalto mirra al cuidador qué logró salir entre el humo y su cara cubierta por un trapo mojado. 

-Rayos. - corrió por el pasillo. 

Sin lograrlo. Lo atraparon. Esta vez no tuvo tanta suerte y es un trabajador muy enojado. 

Recibiendo, después de un año, el primer golpe directo a su rostro con la forma de una bofetada. 

-¡Eres un estúpido,DogDay no me hubiera golpeado, empleado de pacotilla! ¡Marica!-  

No se conocía a Jason por ser demasiado inteligente ni por ser bueno cerrando la boca. Entonces lo que hizo en este predicamento no fue llorar, pedir ayuda o arrepentirse, sino reclamar. Hacer un gran y ruidoso berrinche mezclado con arañazos y mordidas. 

-¡Carajo, carajo, no me muerdas!- gritó soltandolo para revisar su brazo. 

Jason corrió por las escaleras. Dispuesto a esconderse por días. 

O solo ir a desayunar. 

Cambiando su suéter por el abrigo de Catnap espera en una mesa a la llegada de Harom. 

Observa a los cuidadores buscando a un chico peligroso pero él ya se disfrazó como un pequeño nerd de caricaturas. 

Perfecto. No como el desayuno de SPAM con azúcar dorada y un pan de centeno. Ya se propondría el canibalismo si esto continuaba y le servían una vez más jamón enlatado. Repulsivo. 

Mira a los niños rodeando la televisión y su tranquilo descaro le empujaba a unirse a ellos en vez de seguir esperando a Harom en las mesas. 

La entrada fue abierta de golpe por esa osa y el ave. 

Los niños saludan con la boca llena o desde la sala. 

-¡Niños, ¿Porqué huele a quemado?!- les interroga Bobby, la gran osa que huele a flores, revisando a los niños que llegaron corriendo a recibirla. El ave había saltado por las escaleras y subido sin hacer preguntas. 

-Un niño quemó a las niñeras y ellas hicieron ¡Pum!-

-Ojalá.- bufa al escuchar la descripción más vaga de una niña pequeña. 

Levanta su plato dispuesto a ir a la sala de televisión a ver algún programa. 

Esto por desgracia lo hace pasar por un lado de Bobby. 

La osa no parecía ponerle atención al estar de espaldas. Hasta que paso por un lado y ella se giro de golpe. Fijándose en su figura intensamente. 

La osa lo miró a los ojos sin parpadear, exactamente como lo haría un adulto. 

Lo sabe. 

Sus manos temblaron desviando su mirada a las manos qué usa para sostener su bandeja. Descubriendo las manchas de ceniza y cerilla en sus uñas. 

No volvió a mirarla. Pasa de largo sin voltear atrás. 

La sonrisa de su boca creció una vez logra alejarse de ella. Impune. 

La osa nunca castiga a nadie. Tuvo suerte de que sea ella y no el aburrido de DogDay o ese pájaro fastidioso. Logrando ir a la sala a ver caricaturas como merecía como premio tras desquitarse con la niñera del bloque 4.

El programa esta vez era la reproducción de caricaturas muy aparte de la compañía. Algo que se extendió hasta la hora de ir a la escuela. 

Esto no le sentó bien.

Harom debió salir de su bloque hace un rato. 

Esa idea lo lleva a buscar en ese piso. Comprobar que estaba abierto y los niños habían salido sin falta. 

Su personalidad no era la mejor ni estaba muy bien en este juego de ser importante para alguien y al siguiente no ser relevante. No podía controlar el humor que le sube como lava y lo hace tener otro episodio ansioso y muy mal manejado. 

Pateando el mueble más cercano directo al suelo. 

Los pocos niños cerca lograron esquivar esa masa de madera y metal con una carrera. 

-¿Dónde estás?- murmura sin quedarse a ver las conseciencias de romper un mueble de vidrio lleno de fotografías y adornos. 

Los niños alrededor lo esquivan. Tomando una decisión natural después de años a manos de los monstruos de la Guardería. Recoger ellos mismos el desastre sin importar si no fueran ellos los causantes. Algo natural después de convivir con Bobby y Kickin. 

Mas que pronto la osa llegó a ayudar y reemplazarlos con esa dulce voz conciliadora. 

 

 

 

Fuera de la casa este chico comienza a buscar de nuevo a su DogDay. 

Escuchando cómo saludan al grande o juegan con él de lejos. Ese tipo que siempre actúa como si estuviera ocupado y no fuera una mascota sin valor. 

No lo encontraba, ni en la escuela o Play House. 

Camino dentro de las oficinas sin importarle que lo regañaron pero aun no lo encontraba. 

Comenzaba a temblar a cada paso. Y sin darse cuenta sus gritos comenzaron a resonar al llamarlo. 

Corriendo por cada zona sin detenerse. Sin encontrarlo. 

Esta sensación llegó a su pecho como un cuchillo. Un conocido cuchillo. 

Entrando a La juguetería intenta alcanzarlo. Ver a dónde se fue o haya alguna señal de a donde pudo haber ido. No pone atención a la ausencia del gato. 

Camina por los pasillos de este edificio poco recorrido por niños. Saltando los escalones de dos en dos hasta el último piso, caminando recargado en la pared en su camino. El aroma del ligar ya no era tan neutral y las flores lo hacen perderse. 

-... te has preguntado porqué te elegí, Theodore. Lo haces y deberías saber que es porque te amo, mi pequeño.- 

Su malestar lo hizo detenerse a respirar, escuchando por error aquella voz extraña desde una habitacion. 

-Tu ya te imaginarás lo que debes hacer.. - 

Su ansiedad persiste pero es curioso , es una curiosidad peligrosa. Empujándolo a aventurarse a mirar por la orilla de la puerta al interior de una oficina. 

-Debo liberarnos. - 

No solo le sorprendió escuchar a ese gato y mucho más ver lo muy cerca que estaba de su cola prensil. Fatidicamente cerca, si hubiera intentado meter un poco la nariz esta hubiera rosado su rostro y CatNap lo habria descubierto. Algo que le atemoriza ante la segunda presencia en este lugar. Una que si tuviera ojos le vería directamente por su gran tamaño y posición alta en el techo. 

-Si. Debes hacerlo. Debes salvar a todos.- esa voz es profunda, es infantil y femenina. Era un caos. 

Era un monstruo araña, metálico y oscuro como un montón de cuchillos fijados unos con otros, con pelo y huesos con tiras de carne contrayéndose a cada segundo. 

Jason contiene la respiración dentro de su boca. Aguantando una sonrisa nerviosa por su usual arranque de risas nerviosas ante el miedo. Sujeta su boca con la palma. 

-Yo no sé si podré hacerlo.- murmura ese gato estirando el cuello hacia esas cuchillas. 

Aquel elemento metálico se posa sobre ese cuello, acariciando el hierro del collar que lo rodea. 

-Theodore, dime , ¿Quien soy yo?- 

Jason lentamente se intenta alejar poniendo una mano en el suelo como apoyo. 

-Eres Dios, eres mi Dios. - 

 Un escalofrío le insta a huir y dejar salir el aire contenido con un jadeo temeroso. No sabe como ese gato pasó de inspirarle un estado competitivo a un terror comparable a la misma muerte en tan solo unas pocas palabras. Corre dejando atrás más tiempo de su vida de ka qué deho en el gran incendio de su casa. 

Su huida es interrumpida por la salida de un empleado de una de las habitaciones, interponiéndose en el pasillo su camino con su gran cuerpo y la puerta abierta. 

-¿Qué haces aquí, niño?- le pregunta mirándolo con una sonrisa. 

Jason intenta encontrar un pase entre el hombre, la barda del pasillo y la puerta que estúpidamente se abre hacia afuera. 

-Cállese.- le gruñó apretando los puños en alto.-Solo déjeme pasar-

-¿Estaba jugando contigo, CatNap?- pregunta a su espalda .

Esto es acompañado por un bufido caliente sobre su nuca. Las flores que percibe podrian ser las de su futura tumba. 

Su boca llena de miedo se estira en una sonrisa nerviosa, dejando salir su risa asustada. Usa toda la fuerza de su cuerpo tan solo para dar un paso al frente. 

-Estaba buscando a mi amigo. - lo dice acercándose al adulto. -¿Puede llamar a DogDay?- pide aferrándose a ese brazo adulto. 

Aún no se atreve a mirar al gato a su espalda. No cuando lo escuchó ronronear.

-Claro, solo quédate aquí con Catnap. - lo hace soltarlo. Con lo sucedido hace unos días con los trabajadores del tejado la vigilancia sobre el tipo de contacto con los niños se ha vuelto peligroso y no estaba de acuerdo en arriesgarse a ser despedido por un error. 

Jason pudo haber sido dejado solo con Catnap como planeaba hacer este adulto pero no. 

-¿En que trabaja?- pregunta nada interesado en su trabajo y metiéndose a esa oficina. 

Las piezas de madera lo reciben y el gato se queda afuera cuando cierra y corre a la ventana. 

-Oye, creo que deberías volver con tus amigos. - le repite este trabajador aturdido por su estallido. 

Jason mira a la puerta cerrada pero aun siente esa inquietud aterradora esperándolo bajo la puerta. 

Este adulto no le ayudará y claro que no le creería nada. 

-Si… - giro agarrándose de la ventana para gritar por esta. - ¡¡DogDay, ven, porfavor!!- grita cubriendo su boca con las manos.-¡Soy CatNap!- su voz se quebró una vez la puerta fue abierta desde afuera.

Ese grito llama la atención de algunos trabajadores y niños dispersos or el patio. Las visitas le apuntan y ríen al verlo con su abrigo púrpura. 

Es dispararse en el pie esta situación. Nadie le tomaría enserio. 

-No debes gritar, es contra las reglas. - le recuerda el empleado mucho menos amable después de sus gritos y escándalo. 

Jason sonríe aún temblando y mirando a ese gato acercándose para llevarlo con su cola prensil. 

El trabajador se encarga de no estorbar al felino. 

-Porfavor, Catnap, llévalo con su niñera. - pide a la mascota. 

Este gato asiente sacándolo de la oficina. 

La puerta se cierra y es un cambio inmediato en el ambiente lo que lo hace no pelear. Tan solo mirar al gatito directamente. 

Este lo acerca en alto a su rostro, bien podría tragarselo completo, la fuerza de esa cola prensil era demasiado grande y dolía hasta la médula tan solo sentir el movimiento de la masa muscular bajo ese pelo espeso. 

-No.. Puedes hacerme nada. - sonríe sudando profusamente.-Te harán tapete, gato. - 

El gato ronronea. No parecía enojado. Aunque sus palabras advirtieron de todo lo contrario. 

-No abras la boca o te haré pedazos la cabeza.- lo movió rápido una sola vez. 

Esto lo llevó a casi chocar con el suelo y el techo uno tras otro pero sin impactar. Solo era su sangre helando bajo la piel conforme más miedo lo llenaba.

-No me agradas, no tú. - le advierte el gato sin bajarlo y manteniéndolo muy cerca del techo. 

-¡CatNaap!-

El gato y él mismo miran a las escaleras. 

El grito no estaba tan cerca pero fue agudo e infantil, era un niño pequeño. 

Catnap lo dejó caer desde alto. 

Choca con el suelo y lo mira desde ahí caminando hacia las escaleras. 

Él decide pasar a su lado, incluso si le dolía el hombro con el que cayó al suelo, corriendo directamente hacia las escaleras.

Su rostro no puede ocultar cuanto le sorprendió lo que venía por la escalera. 

No uno sino más de treinta niños. 

-¡Catnap, hola CatNap!- saludan algunos al gato a su espalda. 

Este retrocede aturdido por la ola de abrazos que le llegaron por todos los flancos. Incluso algunos fueron más listos y habían usado el ascensor para llegar por su espalda. 

Jason deja salir una carcajada satisfecho. Bajando de dos en dos las escaleras. 

El DogDay grande estaba en la sala de pie entre algunos de los más pequeños que aún solo pueden dar un paso a la vez. 

-¿No es lindo?- saluda al perro. 

Este le mira directamente. Frio. 

Esa mirada no era la usual. 

Su sonrisa decae lentamente al ver como esos ojos se oscurecen sin dejar de verlo. 

-¿Cómo les hiciste esto?- pregunto en un hilo este perro. 

Un niño tropieza a su lado sin soltar su biberon sigue adelante a gatas. 

-Nos encargamos de que no respondieran a ese nombre. - murmura el perro sin seguirlo. -¿Como pudiste utilizarlos de esta forma?- 

Jason juntó las manos en su estómago avanzando por un lado del gigante sin dejar de verlo al esquivarlo dando un gran rodeo para mantenerse alejado del perro. 

Esta vez ese sentimiento que lo recorre no fue miedo sino uno más profundo. 

Uno que lo persigue en sus pesadillas. La culpa. 

Algo había hecho. Algo muy malo. 

Algo muy, muy pero muy malo.  

-¿Qué hice?- lo pregunta para sí y para el perro que antes fue tan amable con él.-¿Por qué tienes que mirarme así?- pregunta sujetando su cabello entre los dedos. 

El terror lo persigue en su huida. 

Una carrera que es cortada al vislumbrar en la entrada de Dulce Hogar a su chico. 

-¡DogDay!- exclama al ver a Harom. 

Este chico le mira de soslayo sin detenerse y más dispuesto a entrar a la casa. 

Jason no le da oportunidad de huir y sin parar lo alcanza aferrándose a su hombro con una sonrisa aliviada. 

-¡Te encontré!- grita al atraparlo por fin. Cortando la distancia con un beso rápido sobre esos labios conocidos. 

La respuesta es grande pero no una que le guste. 

Es un empujón directo al suelo. Desde ahí apenas logra cubrirse del puñetazo qué casi conecta con su rostro pero se detuvo al impactar con saña sobre sus brazos. Dolió bastante. 

-¡Estoy harto de ti, harto de todo esto! ¡¿Porqué demonios no buscas a alguien más para joder con tu locura?!- lo reclama enojado. 

Jason le mira entre sus brazos. Viendo al fin el estado de su rostro. 

La gran mancha de sangre en su ojo apenas cubierto por un tipo de parche quirúrgico. 

-¿Qué te hicieron?- pregunta bajando los brazos.

El chico tensa todo su cuerpo cubriéndose el rostro sobre esa marca roja. 

-Ya no importa… Ya no quiero estar aquí. - su voz queda a medias. - ¿Por qué me llamaste? ¿Te pasó algo? - pregunta cerrando los ojos, incluso si uno está cubierto su rostro reacciona y deja al descubierto su gran desesperación. - ¿Porque me sigues llamando cuando ya es obvio que no puedo cuidarte?-

Jason gateó rápido a su encuentro, tomando esa camisa desde abajo. 

-Porque eres todo lo que tengo… No me importa si puedes protegerme, solo quiero que estés conmigo. Solo te quiero y lo prometiste, en el hospital-

-¡Eso fue cuando aún tenía a mi familia!¿No te das cuenta de cómo estamos? ¡No puedo cuidarte, no puedo seguir tu ritmo!-

-Estas diciendo puras tonterías. - su boca demuestra esa sonrisa de nuevo. - ¿Para qué quiero que corras si yo no iré a ningún lado sin ti?- sus brazos suben agarrándose de su ropa. 

La desesperante soledad lo hace temer a este silencio más que su rabia. Nada comparable al odioso griterío violento de un familiar enloquecido por el alcohol. Los gritos de Harom eran como medicina dentro de todos los ecos del dolor que ha sufrido allá afuera, en su jaula familiar. 

Odiando a todo y a todos excepto al chico que le prometió un hogar. 

-Si quieres puedes atarme a tu cama o sacarme los ojos. Clava las puertas. No me iré, no quiero irme. Así que tú tampoco me abandones.- súplica temblando en el suelo.

 

 

La visita, una pareja joven sentada en la sala cerca de la puerta con una niña que les estaba hablando del divorcio de su muñeca barbie con el batman sin una pierna , pasan la mirada de los chicos que peleaban en la puerta de Dulce Hogar y decía uno de ellos algo tan loco con tanta desesperación. 

 

 

Harom debe afrontar esa mirada directamente y con ello su rostro se vuelve pálido a morir. 

-Estas loco. - murmura tratando de salir del estupor. 

Esa declaración es respondida por un movimiento de cabeza positivo. Recargando el rostro en su estómago sin cortar el contacto visual. 

Y a dónde podría llevarlos discutir algo como esto en este lugar y posición complicada frente a tantas miradas fue un misterio. 

Uno creado por la intervención del ave de Dulce Hogar. 

-Chicos, nada de novelas turcas en la casa. - les llama la atención llegando por un lado. -Arriba, amigo. - toma por la espalda al chico de púrpura para levantarlo del suelo. 

Ni él pudo prever la reacción del miembro del bloque 4.

-No lo toques. - 

Ese murmullo fue acompañado por un puñetazo al ave. 

Si un niño pudiera hacerles daño estaría claro que no eran más que juguetes de cartón. Por eso la cara del ave se llenó de sorpresa al sentir dolor, no uno importante, un dolor sorpresivo qué no creyó que vendría de un niño. 

Su primer reaccion fue atraparlos a los dos. 

-Se irán al salón de castigo y por supuesto que separados. - les anuncia caminando a esa zona de la casa.-Tú por ser agresivo y tú por quemar basura en casa, otra vez.- 

-El próximo bote de basura te tendrá a ti. - amenaza Jason enojado por ser descubierto frente a Harom. 

-Y eso te dejará dentro hasta mañana y no veinte minutos. - 

Jason al fin está en silencio. Había evitado caer en el castigo de su verdadero crimen mañanero pero ahora lo regañan por otra cosa y es este pájaro tan molesto he imposible de dejar atrás. Siendo cargados bajo el brazo como sacos y con sus pies colgando sin poder tocar el suelo. Deja que lo lleve a un lugar mucho más seguro que a un lado de Catnap y su dios raro. 

-Oye, polla. - lo llama burlándose de paso. 

-Jason, basta. - le reclama en esa misma posición humillante Harom.  

-No se como se supone que seas Catnap con esa lengua tan vulgar. - 

-Como dice DogDay, hay que entrenar la lengua para el trabajo sucio para el que existe. - 

Harom gruñó deprimido por su vulgaridad. 

Kickin se detuvo frunciendo el ceño. 

-Mentiroso, DogDay nunca dijo eso. - lo corrige sacudiendo a ese niño. 

-¡No hagas eso!- chilla pataleando.

El ave estaba cansada de tener que lidiar con el actual bloque dos y cuatro y ni hablar del 5 y sus nuevos adolescentes. 

-No se como es que los niños son cada vez más mordaces, ¿No te educaron en casa?-  

Jason dejo de reírse. 

Harom interrumpio pateando al ave. 

-Eso no te incumbe, pajarraco. - 

-Claro que me incumbe. - lo lanzo por los aires. 

Jason perdió color por un segundo pero solo fue hasta verlo caer en la cama del cuarto de castigo. 

-Si los cuido también merezco saber porque están aquí. - lo deja en el suelo.-¿Te mataría portarte bien? Porfavor, ya es mucho que andes prendiendo fuego cada vez que se te da la oportunidad. - 

Jason le sonríe cubriéndose con las manos el rostro. 

-No lo tomes como un halago. - fue su Harom. 

-Como sea. - Kickin le cerró la puerta a Harom y abrió la segunda. - Te sacare mañana.- le asegura empujándolo dentro. 

Jason evitó que cerrará la puerta poniéndose entre esta y la pared. 

-¿Te han tocado?- pregunta en busqueda de alguna ola de lástima.-Talvez soy así por eso. - 

Harom en siu habitación trago seco ante esas palabras extrañas. 

El ave le mira a los ojos a Jason. Moviéndose, sorpresivamente, ese rabo de polo en su espalda de un centro a algo más bajo. 

-¿Hay alguien a quién no?- le responde con simpleza. Lo empujo con esa pata con grandes garras y cerró la puerta. 

Jason pateó a esta misma antes de ir a la cama. 

Sus pasos van de la puerta a la cama, de la cama a la puerta y de estas dos al centro donde una pila de rompecabezas le espera con la cara de Huggy Wuggy al frente. 

Toma la caja, la abre. La tira y comienza a romperla entre sus dedos. Repite la rutina con cada una de las cajas de juegos de papel y las piezas de plástico las piso o pateo hasta deformarlas. 

Sonriendo de vez en cuando al lastimarse. Salto sobre la cama y se movió con música que no está ahí. 

Se quito los zapatos y piso los juguetes hasta llenarse de cortadas. Caminando por la habitación con los pies heridos dejó la sangre y su mal humor en cada huella. Quitandose de encima el abrigo morado y su cabello lo tira arrancando algunos mechones. 

Descubre el baño y que puede usar el papel de baño para llenar el techo con montones de este mojado. 

Rondando su habitación entre murmullos inquietos. 

La noche llegó cuando ya no le quedaba nada más que descoser el colchón. Apagándose las luces de su habitación. 

Sube a la cama observando el suelo que llenó de sangre y sus pies adoloridos. 

-¿Porqué hice todo esto?- se lo pregunta mirando sus heridas y todo lo que destruyó a su alrededor.-¿Porque hago estas cosas?- lo pregunta sujetando su cabeza con un gran malestar. 

Al fin decide recostarse y dejar que el día siguiente se encargue de él. 

O eso debería pasar. Después de algunos minutos la situación cambia. 

La puerta de su habitación se abrió en algún punto de la noche y su cabeza se elevó solo lo suficiente para mirar a quien entrara. 

Son cinco hombres adultos, entre ellos un tipo de blanco. Un doctor. 

Jason volvió a acomodarse, apretando sus manos en los puños un juguete como apoyo, esperando a que se fueran sin hacerle daño. 

No lo hacen. No se retirarán sin él. Atreviéndose a tocarlo aunque estaba cubierto por la cobija. 

Agarrando su pierna para hacerlo levantarse. 

Suficiente y demasiado. 

Esto sello lo poco de estabilidad que conservaba el chico. 

Parece que no habían pasado por el gran desastre qué era un niño del tipo de Jason desde hace mucho tiempo. Solo eso respondería la razón por la que este chico pudo sacarle el ojo a uno de ellos con una pieza de ajedrez. Exactamente al médico que debería sedarlo y pierde esa jeringa qué por error es pisada por otro guardia. 

Todo fue muy rápido. Sabían que era inquieto y por eso venían cuatro guardias y el científico encargado de este chico y su lote completo. 

No pudieron prever cuanto este chico estaba dispuesto a dejarse la piel tan solo para evitar que lo tocarán. 

Lo escucharon gritar, patear y gruñir al morder o levantar la reina del tablero como un cuchillo sin punta. Uno que ya despedazo un globo ocular. 

El último episodio con un niño tan loco fue hace mucho tiempo. 

Fue Hopppy Hopscotch, antes Misery , con su violento y victorioso conteo de un doctor en coma por el químico qué le inyectó además de dejarle ciego , ocho heridos, cuatro mordeduras infectadas, una columna fracturada , cinco personas con doce o quince puntos por sus uñas.

Un historial que le costó ser conducida amordazada al cambio y recibir el trato duro una vez se completo el experimento y su inserción al grupo de los sonrientes.

Ahora estaban combatiendo con un chico igual o más peligroso. Uno que no se termina de defender antes de atacar de nuevo. 

Sus gritos despiertan a los otros niños y cuidadores. Incluida la niñera del bloque dos. 

Ella mira apesadumbrada la situación del niño en el cuarto. Sin moverse al ser parte de su trabajo el permitir que estas cosas sucedieran.

El médico sale del cuarto recargándose en la pared contraria esperando que logren someterlo. Sosteniendo su rostro con el dolor presente. Intenta pedir ayuda por radio, algo que no resulta al caerse de sus manos este aparato. 

Mira a la puerta donde se recargó. Donde el movimiento se repite. 

Retrocede mirando a la puerta que solo él podría abrir por fuera. Sobresaltado por la forma en la que esos golpes aumentan de velocidad y son cada vez más fuertes. Haciendo a la puerta estremecer y los tornillos sacudirse violentamente. No es posible que la tire. 

Lo repite incómodo con cada golpe del otro lado. 

-¿A quién tienen en este cuarto?- pregunta apartándose. 

La niñera mira, con rostro pálido, ese cuarto intentando leer la nota que dejó el ave. 

-Es un chico del bloque 4, se portó mal. - 

-¿Porqué no está con su grupo base? ¿Y la niñera no está haciendo su trabajo?-

Dentro de ese cuarto la violencia crece con los gritos del niño que ya no puede moverse al ser atrapado por piernas y brazos, arrastrado afuera entre los cuatro que lo llevan con esfuerzo. 

Ojalá en ese estado pudiera seguir siendo soez, grosero y altivo pero él era un niño. Problemático o con muchas espinas. Su naturaleza aun no cambia y ser sometido pudo con su rabia. 

Acabó con su resistencia. 

-¡No dejen que me lleven! ¿A dónde me llevan? ¡¡Ayúdame, por favor, que no me lleven!!-

 Grayber encoge los hombros conforme lo escucha gritar y comienza a llorar al fin. 

La puerta se sacude pero no puede ser tirada por causa de los materiales. 

Algunos de los niños que fueron despertados por todo el ruido le observan asustados como lo llevan. 

-¡DogDay, Dog!- grita ya algunos metros de la puerta. Sus gritos comienzan a quebrarse. 

La voz de la cuarta niñera se escucha cerca del médico herido. 

-Porfavor, ¿Enserio no vas a dormirlo?- lo apunta frustrada por tener que dormir a los otros niños otra vez. 

-En cuanto salgamos veremos si sigue sin callarse. - farfulla siguiendo al grupo. 

-¡¡Harom, Harom, ayúdame!!- 

Entre sus forcejeos el chico mira borroso a su alrededor. Buscando ayuda en donde sabe que no la hay. No supo hacer amigos. No hizo más que pelear y aislarse. Ahora estaba asustado y no podía ponerse al día con todas sus maquinaciones anteriores. 

La niñera del bloque cuatro va hacia la puerta que es golpeada desde el interior. 

-Niño, deja de hacer esto. No cambiaras nada.-

La puerta recibió un gran golpe y ella retrocede sonriendo tranquila. 

-El chico de nueve se veía bien pero en uno de trece se ve mucho más sexy el efecto. - mira a los niños volver a sus habitaciones. - Niño, pórtate bien. No querrás terminar como el 315 . - 

Los golpes no aminoran hasta pasadas unas horas

 

 

 

En ese camino Jason no dejo de pelear y gritar por ayuda o alguna blasfemia. 

Cosa que no para hasta que lo llevaron fuera de La guardería y fue soltado. 

Antes de poder pensar en correr su torso fue pateado, seguido de otro y otro de los guardias. Haciendose a fuerzas una bolita entre gritos ahogados por las patadas directas a su cabeza. 

En realidad puede que lo golpearan más de lo debido y no pudieran hacerlo caminar por sí mismo. Cargándolo uno de ellos en el hombro al final de la golpiza. 

El camino fue tenso. Observados por algunos trabajadores. Llenos de arañazos, mordidas y moretanos. 

Bajan por el ascensor a las instalaciones científicas. 

El médico fue retirado para intervenir su ojo. Terminando el trabajo lo llevan a la puerta de procedimientos. 

En su sala esta doctora les recibe con una sonrisa. 

-Gracias por traerlo y… - vio su estado. El rostro alegre vuelve a enfriarse. - Me lo dañaron. - 

-Así lo encontramos. - juran en coro. 

La doctora rubia suspira apuntando a la mesa de cuero negro. 

-Acuestenlo ahí. - les da la orden tranquila. 

 Llevarlo a la camilla y amarrarlo fue rápido, algo que los deja libres de volver a batallar con este chico. Retirandose al fin de este lugar. 

Jason entre el dolor el exceso de luz y sus ataduras despierta mirando al techo blanco, recibiendo sobre su rostro una máscara de plástico transparente. 

Su mirada sube al rostro del médico. No. 

Su atención subió hasta el techo de nuevo. 

Donde esa ventila brilla por la presencia de esa garra metálica. 

-¡No!- logra gritar pero no pelear, estar atado y arrastrado al sueño no le ayudo. 

 

 

 

Despertando cuando los cortes dolían lo suficiente y esa anestesia no llegaba a tiempo.

Siempre con esa garra sobre su cabeza. 

Testigo de cómo su cuerpo fue despedazado pieza por pieza. 

 

Arrepintiéndose de no haberse despedido de Harom antes de ser encerrados. ¿Y porque tuvo que decir eso? ¿Qué pensaría Harom? 

 

¿Le tendría tanto asco como todos? 

 

 

 

 

 

                                                    ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

El murmullo de la pesadilla nocturna se queda en el olvido. Dulce Hogar suele olvidar. 

Mas no los ojos de los niños que observan al mundo con fatiga. Confundidos con lo que no entienden. 

Acompañando ese cansancio el camino de esas largas patas y su cola meciéndose a cada paso que daba. 

Ese miedo es el eco de la verdad que se comprobó en una noche. Con un sacrificio. 

A cuatro patas ese gato grande avanza directamente a su objetivo. 

El tamborilero de las garras crujen en el interior de su cabeza. Subiendo las escaleras entre los niños llega a ese bloque lleno de cunas. Mirando a algunos de los más pequeños aún durmiendo en el interior con lindos peluches de conejos amarillos cuidándolos. 

-Pollo. - lo llama. Al entrar a la habitación donde el aroma de los cítricos llena el aire con fuerza.

El terreno del ave del grupo. 

Con el sol falso sobre sus cabezas y uno de los bebés en brazos de Kickin. Con ese biberon cargado con una fórmula tibia. Sin girarse aún. Cuidando a un bebé en el suelo con su garra. 

Ser jóvenes no les exenta de ese deseo loco por una familia. Por tener un hogar al que llamar propio. 

Porqué DogDay llegaba a los corazones de los niños que buscan a un hermano mayor o un papá que los cuide y los haga sentir a salvo o tranquilos. Alguien que les grite o los consienta y los premie. 

Kickin estuvo junto a los bebés que solo desean consuelo y atención. Una mirada y la atención de un toque cariñoso y una sonrisa pegajosa qué los haga moverse. Algo que brilla por sí solo. 

En el enredo de la percepción y los sentimientos desarrollados por los lazos y deseos o emociones. KickinChicken es el papá de los bebés que fueron traídos y cumplirán estos mismos cinco años de su servicio en La Guardería al ser tomados por esos brazos llenos de plumas. 

CatNap le observa de frente. Como un mal espíritu entrometiendose en un hogar. Una mentira construida sobre naipes desgastados. 

Kickin voltea mirándole a los ojos sin moverse ante la sorpresiva llegada del gato que debería estar en La Juguetería. 

La voz del gato trono sobre las ruinas. 

-Tu le mientes a Dog. - exhalo el vaho espeso. - Le mientes a todos. - 

Esa voz portentosa sacude las ventanas y los huesos. El bebé en brazos del ave berrea y debe quitarle el biberón de la boca para evitar que se ahogue. 

Esa línea llega a su cabeza aun si está lejos de ser cercana. 

-Todo este tiempo has sido tú, eres tú quien hizo que los números no correspondieran. - no lo acusa, le informa de su conocimiento. De haberlo descubierto. - Tú eres quién les entrega los niños a los doctores.- rompe con la distancia al llegar a su lado, exhalando sobre su cabeza. 

El ave soba la mejilla del agitado bebé. Limpiando la pequeña y regordeta carita del bebé con sus plumas. Su mirada oscurece lentamente. Dejando solo esas rendija negra como sus ojos. 

-Si. - admite al enfrentarse con el gato sin miedo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter 59

Notes:

Hola. Lean con calma.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

1006 

1006 se ha cansado de esperar. 

Hay un conteo de fracasos a rellenar dentro del tiempo que se le puede regalar a las criaturas en espera de su obediencia. Esperando la entrada de los nuevos amigos hechos con los pedazos de los pequeños humanos bajo las narices de sus primeras mascotas. 

Uno de estos conteos es la pésima cantidad de aliados reunidos por parte de CatNap. 

Solo enanos. Solo débiles. 

También sus grandes promesas consiguiendo descubrir las debilidades del sistema de los juguetes que ya han tenido sus ventajas,más que admirables a comparación de las pesadillas sin salida que experimentaron los nacidos en la fábrica. 

Los bebés y sus manitas incapaces más que de rogar con berridos algo de la piedad de sus captores.

 

Hoy romperá con este equilibrio y hará de este reino su pista de aterrizaje. 

Golpeando hasta la muerte al perro que guarda la entrada al cielo.

El cielo qie Dios reclamará con sus ángeles y sacerdotes. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                     ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

El castigo duro solo una noche. Eso se suponía. 

Harom salió de su cuarto de castigo con la mano llena de sangre y sus nudillos abiertos. Mirando a la otra habitación en plena limpieza por algunos trabajadores. Mira a los conserjes batallar con bolas de papel de baño pegadas al techo. Como lo hieron en el hospital los trabajadores que no esperaban ttenr qué limpiar lo que un aburrido Jason hizo con una cubeta de agua y papeles. 

Todo solo ara molestar a la enfermera que le rasgo con la aguja al ponerle anestesia. 

Era común ser tratado de esa forma por las personas. Su piel no era el mejor escudo cuando gente blanca se le ponía enfrente a él y su familia.

Ahora dolía de verdad porque no tenía a nadie y ser defendido, a su rara manera, por Jason lo hacía tremendamente feliz. Tanto lo divertía no ser dejado de lado por este niño inquieto que va de un lado de la habitación a otro y no le parecía raro que le faltara el brazo. Siendo pesado, bromista y juguetón cuando todos los que se suponía ser sus amigos de la escuela no soportaron ni verlo. 

De pronto era un extraterrestre y nadie lo quería cerca. 

Lo odiaban demasiado. Lo odiaban mucho. 

Jason no. El aparecía y no se iba. 

No como ahora que no lo encuentra aunque recorra la casa a paso lento. 

Nisiquiera en su habitación quedaban marcas del chico ruidoso y conflictivo. 

No hay recortes hechos con las uñas o un abrigo de gatito sin dueño. 

No había nada. 

No le quedó nada de Jason. 

No dañaron nada de él porque simplemente dejó de existir.  

No dejaron ni una marca de la existencia de su amigo. 

Exhalando el aroma de la osa que había dejado su esencia al entrar a limpiar hace algunas horas. 

Necesitaba la ayuda de estas cosas grandes. Necesitaba la ayuda de ellos para recuperarlo. 

 

 

 

 

 

 

 

                                                  

 

 

 

                                                  ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Dios me hizo darme cuenta de tu comportamiento, pollo. - 

Dentro de esa habitación las voces apenas desarrollandose de estos pequeños suenan con una verborrea ininterrumpida por lo que parecen horas. 

Theodore dejó su cuerpo descansar en la alfombra. Admirando la capacidad del ave para mantenerse tranquilo al ser acorralado por él. 

Se preguntaba si Dios estaba presente en este momento. 

-Si dios está viendo, creo que debe ser lo único que puede hacer. - 

Theodore frunció el ceño. 

-Piénsalo, ¿Porqué otra razón llegamos a esto?- murmura dejando al bebé en el suelo junto a otro para que jugarán. - ¿Porque solo observa mientras nos hacen pedazos?- mira al niño gatear directamente hacia las patas de Theodore. - Solo se queda viendo mientras nos hacen lo que quieren y no podemos defendernos porque Dios seguro no lo querría así. ¿De que diablos hablas, dios, aqui?- sus emociones crecen aún en el suelo. - Dios no ayudó a mi mama, ni a mi o siquiera a Hoppy.-

Theodore tomó su paciencia para poder escucharlo en vez de solo enojarse con él. 

-No te enojes gatito, continua adelante.- 

La guía viene desde su espalda y hace a Theodore recomponerse de su rabia. 

-Kickin,¿Porque traicionas a Dog?- pregunta interrumpiendo su creciente arranque.-A Hoppy, ella cree que están protegiendo a los niños con tanto amor. Que tú lo haces.- 

La cara del ave se contorsionó lo suficiente para que esa sonrisa se rompiera por solo un segundo. 

-Nunca traicione a Hoppy o a DogDay, no lo digas así. - lo niega moviendo la cabeza. - No mientas, Theo.- esas plumas caen por el costado de su rostro. 

Theodore asiente reconociendo su nombre. 

-Aprovechas lo ocupadas que se mantienen las dos cabezas de tu grupo y les dices que todos los niños están bien y los escondes para que crean él y Bubba que están castigados en cada conteo, ¿Crees que eso no es una traición? Incluso a Bobby la mantienes moviendo muebles y limpiando. La has convertido en cómplice, solo porque ella confía en ustedes como si fueran su propia carne.-

Kickin movió la cabeza negándolo de inmediato. 

-Mi tarea es llevarlos al cuarto de castigo… No… - lentamente su ánimo decae y con ello sus rodillas lo devuelven al suelo.-Y no quiero traicionar a nadie ni utilizar a Bobby. - 

Theodore puede sentir como retomo el control de sus propias emociones y esta conversación, relajando sus nervios más no su estado psicológico. Aun cerca del quiebre y el reclamo. 

-¿Entonces qué te hizo tomar el papel de los buitres? O tal vez, del ganadero qué los conduce al matadero. -

El ave de rodillas podría ser comparada con el niño que era por fin al estar a tan solo unos pocos centímetros de la esfinge helada. Exhalando un vaho oscurecido por el estrés y su posición. 

-Mommy dijo que usan a los grandes porque sobra material y a los bebés para cuerpos pequeños. No puedo dejar que se lleven a los pequeños, no puedo hacerlo. - niega observando a los bebés gateando.-Cuando se suponía que escaparíamos, incluido tú, ninguno de mis bebés sería llevado. - sus plumas caen lentamente. - Pensé en Hoppy y lo feliz que me sentía por ella y también pensé en ellos. En los bebés que DogDay no puede salvar , porque no pueden correr ni caminar. - su mirada sube para ver al gato jugar con el bebé en sus garras sin lastimarlo.-Dog quiere ayudarlos pero no puede salvar a todos ni yo puedo llevarlos. Porque tendremos que pelear y los bebés no soportan esas sacudidas. Hice la prueba con Hoppy y la muñeca no soportó ni uno de sus giros. No podrían hacerla llevar a un niño si se que la volverá lenta ni que posiblemente muera en sus manos cuando ella intente pelear. - movió los brazos mostrando su punto con la firmeza de las plumas.-Dog no lo intentará, sería simplemente molerlos desde adentro. - sus brazos tiemblan ante el terror que significa cargar con tal culpa.-La nuca de un bebé no soporta más sacudidas qué un abrazo o la presión de una vuelta en juego.- 

Theodore escucha con paciencia, dando su parte de lo que entiende con sus propias palabras. 

-Entonces tendrías que dejarlos con estas personas. - murmura Theodore, mirando al ave sin emociones.-Para salvar a los niños tendrían que dejar a estos pequeños, que seguramente serían eliminados para borrar la evidencia o usados en otro tipo de experimento.- sus orejas se movieron terminando un análisis de lo que seguramente estaba sucediendo dentro de la cabeza del ave.-Ellos eran un doloso sacrificio para algo más grande ... Pero eso a ti no te gusta. - 

Kickin sacudió la cabeza dejando que el vaho escape con un jadeo. 

-Creí que si los ayudaba a crecer podrían seguir nuestro ritmo el día cero… pero cada vez son más y más , crecen y van a otro bloque pero aún hay más. - junta las manos sobre sus rodillas. -No puedo dejarlos, con ello en juego yo simplemente atrase las cosas. - toma a la niña que gateaba cerca de él, acariciando su rostro lleno de saliva por morder su juguete.-No todos los niños son capaces de seguir órdenes pero sí merecen vivir. -

Theodore corto la pauta del ave usando una verdad en su contra. 

Hace rato había notado que ningun Bunzo se había movido de lugar. Demostrando la lealtad de estos al ave. No dudan en guardar sus secretos, asís mismo el ave los confía sin dudar. 

Deja salir una verdad. 

-Tu ordenas a Bunzo qué vuelva a conectar las máquinas que Bubba guió con anterioridad a intervenir con tanto esfuerzo dejas que se lleven a los mayores que consideras.- inclinó la cabeza al ver como el ave rechino el picó bajo la reja de su gran sonrisa. - ¿Entonces cómo lo decides?-

Kickin mostró los cuatro dedos. 

-Solo a los problemáticos, a los violentos, los peligrosos y a los obedientes. - aclara a medias. - Solo a los que no serían capaces de seguir órdenes cuando estemos en la crisis y su voluntad no esté con nosotros sino con los empleados.- 

La vista parecía ser bastante coherente con la personalidad del ave. 

-Pollo, ellos también son niños. - lo resalta picando el suelo con una garra.

Theodore recuerda que él mismo fue castigado en un momento. El imaginar que estas personas llegarán en esa situación tan vulnerable a llevarlo a esa mesa. Tomarlo enmedio de la noche como a un cerdo de matadero, le producía náuseas. 

Su propio sentimiento sale afuera para castigar al ave. 

-Ninguno de esos niños te perdonará nunca. Sean nuevos juguetes o no, te recordarán como un traidor.- 

Kickin levanta los hombros derrotado. Rememorando el pasado, la realidad de lo que intentaba ignorar algo separado del odio de la siguiente generación, ya sea que conecten el patrón de encierro y colecta o no.  

-Recuerdo que estuviste ahí. Cuando esa jeringa me amenazó a mi y a ese niño. - mira al gato directamente.-Me salvaste de ese humano, de lo que estuve apunto de hacer ese día. - suspira.-Me ayudaste cuando no sabía que hacer. - 

Theodore movió las orejas desconcertado por aquel recuerdo medio olvidado. 

-Estuve apunto de matarlo frente a las camaras. - mira al bebé en sus brazos. - Estuve a un segundo de arruinar todo por lo que mis amigos y yo mismo habíamos trabajado tanto. - sacude los hombros y su cuello lo estira conteniendo el desagrado grabado en su carne. - Theodore tú me caes bien pero también me desagradas mucho pero creo que mereces saber que el niño que yo cargaba ese dia fue llevado a casa. Lo amo alguien, lo sacaron de este lugar.-  

El gato sacudió la cola. Bajando sus ojos a la alfombra. 

1006 no dijo nada. Esperando saber la reacción del gato a la mención de la salida, de lo que podría hacer. Solo descubriendo que sus acciones abrieron las puertas para una sola persona. 

Aprovechando este lazo para comunicar sus dudas. 

-No entiendo porque no puedo agradarte.- su propio dolor escapa. - No entiendo que hice para que ustedes me odiaran tanto. - 

Kickin inclino el cuerpo a un lado. 

-A DogDay no es el único que le gustan las piernas largas. A mi me gustaban tus piernas y también te envidie bastante. - su picó trono por su mal humor. - Aunque solo él no te ve como la amena qué eres. - 

Incómodo. El gato sacudió la cola y sus orejas bajaron, guardando un sentimiento inquieto que lo empuja a la puerta. Recordando que este chico fue el primero de los amigos de DogDay en hablarle, independientemente de que los presentará el castaño en ese momento. 

Kickin decidió hablarle y jugar con él por si mismo y no porque su amigo lo trajera al grupo. El agrado por si mismo a ese chico y no por estar con DogDay. Parecía ser su mayor lazo con el grupo aparte de Hoppy. 

-Hoppy sabe la envidia que sentí y también ella lo entiende, nos entendemos. - su cabeza cae a un lado. Solo tiene a esa osa en mente, na pieza que le hace sentir extraño.- Nos gustas pero tu le gustas a quién solo deberíamos gustarle nosotros.-su mirada sube de las patas a ese rostro extrañamente capaz de avergonzarse.-Le gustabas a la persona que me hacía sentir tan valiente como para atreverme a hablar con la niña más bonita del mundo.-su mirada oscurece. - También te lo llevaste y tus demonios se lo comieron.- aquel mal recuerdo resuena con los golpes de ese hombre sobre su amigo. Algo que no deseaba recordar, cómo suena la carne de un niño al ser golpeado por algo más fuerte. Solo era un motivo de pesadillas.- Incluso si era imposible salvarnos, me hubiera gustado irnos juntos y no uno por uno.-  

Theodore exhala una ola de vaho. 

El ave aun tiene más que decir. 

-El día que me consolaste, cuando me regalaste a ese peluche de DogDay fue la última vez que pude hacer reír a mis amigos antes de que me llevaran.- Es difícil admitir cuánto necesitaba de ese abrazo y se arrepintió de responder con esa agresión. -Gracias por acercarte ese dia. - 

La verborrea infantil continúa con algunas risitas infantiles y su conversación llena de exclamaciones emocionadas por tener al par de gigantes cerca. 

Los acompaño por un nimuto de silencio. Solo como un consuelo para el tiempo dejado atrás. 

-El mismo día que me ayudaste con ese humano, también Dog hizo algo increíble. - su boca no puede ocultar la tristeza de su voz ni la forma en la que sus ojos parecen humedecer. - El aguanto esa tonta paliza y llamó a los niños hijos… Él dijo que todos eran sus hijos. - 

Theodore lo recuerda pero no haciendo énfasis en esa parte. Lo que recordaba era la dolorosa desesperacion qué le llenaba al ver al perro pasando por ese feo episodio humillante. 

-El llamo hijos a los niños y tiene razón… - mira a los bebés en el suelo. - ¿Sabes cuantas veces me han llamado papá o mamá ellos?- trago pesado. - Y estas personas se ríen, se ríen de ellos y de mí porque saben que es una estupidez. - mira al gato. - No puedo ser padre de algo que no soy capaz de proteger.- sacudió la cabeza. - Eso dicen pero tu y yo sabemos que es mentira.- lentamente corta la distancia con el gato. 

Este mantiene su posición silenciosamente. 

-Cuando fui un bebé mi madre me protegió aunque ella era una niña de trece años cuando me tuvo, nadie la protegió pero ella no me abandonó aunque ella, yo y el mundo sabemos que mi nacimiento fue lo peor que pudo sucederle a una niña.- asiente recordando esa parte oscura de su forna de ver el mundo, su propio valor. - Ellos no son mejores que yo en ese momento pero no son una carga ni una condena. Merecen vivir, merecen crecer y saber como es el mundo allá afuera. Están vivos y no importa que, deben sobrevivir y ser libres.- dejo sus manos sobre su cabeza. - Pero no puedo ayudarlos, no puedo llevarlos ni cargarlos sin matarlos. Es tan difícil el solo tocarlos sin que se hagan pedazos y cuando me muevo siento sus huesos en mis plumas como si fueran a deshacerse en un momento. - gruño hastiado. - No puedes ayudar algo que no lo permite… Sus cuerpos son demasiado frágiles y tenemos demasiados enemigos para cargarlos. - mueve la cabeza de lado a lado, una vez más saca las voces del interior con la sacudida.- Solo quiero ser un buen papá, quiero protegerlos de los monstruos. Quiero ser como mi mamá, quiero salvarlos y que vivan aunque sea por poco tiempo. Quiero que tengan amigos y se enamoren o jueguen hasta no poder caminar. Quiero que mis niños puedan saber lo que es la vida. - 

-¿Arrebatando esas mismas alegrías a otros niños quieres regalarlas a estos hijos tuyos?-

CatNap entiende a Kickin. Por eso no puede perdonarlo. 

Oorque el fue en su momento el niño que fue hecho a un lado por los hijos de alguien que si tenia la fuerza para protegerlo. Porque su madre era pequeña y estaba sola, sabe lo que es ser el niño indeseado. Ese niño que será sacrificado por los que son amados por los fuertes. 

No puede perdonarlo. 

No. 

Kickin dejo salir un jadeo. Topando con la realidad de sus actos. 

Theodore ya no quiere estar aquí. Lo está haciendo sentir mal, extraño. 

Theodore levanta el cuerpo del suelo, antes de que el ave pueda digerir el horror de sus acciones, rompiendo la distancia con Kickin.  

-Dios no juzga lo que hiciste, lo comprende y te perdona. Porque puede ver cuánto amas a tus pequeños y también a tu familia. - su garra cae sobre esas plumas amarillas.-Dios le dará un escondite donde ningún monstruo los alcance cuando los dientes de la alegría devore a los demonios.-

El ave observa arriba al gato azorado por la sensación pesada de esa mirada. 

Está loco. Theodore no estaba bien. Es peligroso. 

Este chico se encuentra completa y totalmente loco. Puede que lo estuviera desde antes de ser este gato. 

Más no lo suficientemente orate como para olvidarse de advertirle sobre su silencio en un murmullo. 

-Guardaremos el secreto entre Dios y yo, no tengas miedo, pajarito.- ronronea sobre su cabeza. -Dios y yo te cuidaremos. - 

Kickin deseaba advertirle al resto de la locura de CatNap pero este secreto era todo. No podría soportar la decepción de Hoppy ni del resto. No podía siquiera soportar la sola idea de ser descubierto habiendo hecho este trabajo para los humanos. 

Habiendo dañado los esfuerzos de sus amigos por salvar a los niños. 

Lo que aprendió de DogDay sale fuera de su boca. Theodore no era bueno en fracciones pero si era bueno aprendiendo. Como ahora, usando lo que aprendió de su perrito. La fatalidad de la sinceridad. 

-Y a menos que tu mismo les confieses tus crímenes... Ni tu novia o amigos sabrán por mi voz que con tus acciones conscientes mataste a sus niños. Mataste lo que les costó sangre y lágrimas, dolor y tormentos proteger.- 

Kickin perdió la voz con esa amenaza. La crudeza corta toda posibilidad de defenderse. Tragando seco. 

El gato termina con un movimiento de cola esta reunión. Dando media vuelta para irse de la habitación. 

-En realidad el niño de ayer lo envié por ti, debí poner en esa habitación al otro pero por haberte delatado lo puse ahí. - lo confesó desde el suelo, sin importar si un niño le tira de una pluma. Dejó que una de sus espinas qué atraviesan su propia consciencia llegaran al felino. 

Theodore movió las orejas al mirarle de soslayo sin volver sobre sus pasos. 

-El es un CatNap igual a ti. - 

-Nadie es Catnap. - siguió su camino dejando al ave en su trabajo.-Catnap es un maldita caricatura. - 

–Puede que eso creas pero si tu y yo somos iguales ese chico es uno como tú. - su voz llego a estar en suntonia con esa gran sonrisa. -Tú, el y yo, somos lo peor que le pudo suceder a mamá.  Y tambien te escondes tras una máscara par que no vean lo paralizado y aterrorizado que te encuentras bajo esa piel.- 

Ese último llamado queda en el aire. Con ese gato frustrado por más de una razón. Escuchado esa condena dentro de su cabeza. 

-¿Te ha hecho feliz saber que te protege el amigo de tu perro?-

El gato mueve las orejas un segundo. Negando. 

-No. - murmura mirando al camino.-No creo que lo hiciera por mi. Dios, creo que lo hizo porque ese niño era peligrosamente desequilibrado.- lo recuerda claramente. 

Ese chico le sonreía aunque estuviera aterrado. Incluso tuvo que amenazar físicamente para superar el miedo que sintió al ver esos ojos descarados. 

Ojalá no le den un cuerpo grande a ese chico. 

Un niño que gusta del fuego como de un peluche para dormir no puede ser bueno para los bebés incapaces de huir de una llamarada. Obviamente el ave solo quería volverlo cómplice. 

No hay quien jugué con más dureza a un loco que otro mas perdido. 

En su camino deja paso al chico que camina descalzo y su rostro cansado es cubierto por un parche. Uno como el que hace años Dog usó en sus últimos días en Dulce Hogar. Theodore le mira parecer perdido con ese rostro decaido. Como si acabará de perder algo mucho más valioso que su brazo. 

La voz de 1006 interrumpe su estupor. 

-Debes conocer más sobre las flores. Debes saber para que te servirían a ti. - 

-Si. - sigue su camino con un sentimiento triste en sus pasos. 

Recordaba que él mismo hizo ese recorrido buscando a su amigo hace mucho tiempo. 

Excepto por algo distinto a su gran dolor y pérdida de ese día. 

Este chico no camina solo para llevarse el dolor. No. Aún hay mucho más. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las afueras de la escuela este perro mueve otra bolsa de billetes a manos del humano que le queda como confidente. 

Confiando en sus amigos para seguir con sus maquinaciones y planes malvados. 

-Pedro, hola, te ves bien. - 

El humano le mira desde las rendijas de ojos entrecerrados por el desagrado a esa desfachatez. Más el insomnio que debe pagar por su edad. 

-No le pongas largas, dame el dinero. - 

Dog le sacude la cabeza con la palma de la mano antes de darle la bolsa. Esta actitud lleva consigo una advertencia. 

Lo fácil que puede hacerlo pedazos. 

Ryan revisa la bolsa una vez fue dejado libre. 

-¿Porqué aun me amenazas después de todo lo que hemos pasado? - le pregunta frustrado. 

El perro dobló a medias la espalda para llegar a su nivel. 

-Porque a menos que admitas qué me amas no creeré en esa boca tan grande tuya. - apunta su cara tocando su nariz por solo un segundo. 

-¿Y si así fuera?- cuestiona mirándole directamente. 

El perro enderezo la espalda con las manos atrás. 

-No trates de jugar con eso, amigo. - 

-Es broma, pulgoso. - cerró la bolsa. -La dosis debes reducirla al cortarla. Subiremos el precio para evitar su extensión fuera del condado. - 

-Claro. - su cabeza se inclinó a un costado. - Revisa si ahora o mañana tienes tiempo , necesito que me lleves a la superficie. - lo informó como quien cuenta cuantas veces se cortó el cabello en un año. 

 Ryan arrugó el ceño y su enojo borro las marcas del tiempo en su piel. 

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué mierda quieres volver a subir, perro hijo de puta?! -

-Dinero. - corta cerrando el puño. 

-Pues muy bien. - bufo. - Sígueme.-

-¿Ahora?¿Justo ahora?¡Vaya que eres una esposa bastante dispuesta!-

Ryan lo pateó sin causar daño alguno incluso si la pierna le quedó adolorida. 

DogDay lo siguio a las plataformas. 

Perdiendo la llegada del gato al lugar. Esa cola ansiosa golpea el suelo con el mal humor. 

 

 

 

 

Seguir a Ryan lo lleva a usar ese viejo ascensor. Recargándose en la pared de hierro oxidado. 

-No creo que sea seguro para un viejito como tu. - 

El hombre le gruñe. Dejando ese mal humor en su estómago toma la decisión de ser adulto. 

-¿Estás bien? - pregunta solo eso. 

El perro mece la cabeza los hombros y su cuerpo de un lado a otro. Deteniéndose lentamente hasta ya no hacer ese movimiento despreocupado y quedarse quieto. 

-Me lamio un doctor y no se como decírselo a mi gatito. - 

Ryan le mira tragando pesado no esperaba eso, no algo como eso ni la sinceridad. 

-¿Alguna vez te paso algo malo? Y si fue así ¿Como se lo dijo a su pareja?-

El hombre, con tres relaciones jodidas en su historial y un divorcio sin hijos. No tiene idea de que decirle a este chico. 

-Allá afuera no solemos hablar de eso con ninguna novia. - su cara pierde color ante la incomodidad.-A las mujeres… A las personas no les gusta saber esa clase de cosas de sus parejas. - 

-¿No debo decírselo?-

- No creo que sea lo mejor. - su entendimiento es solo aquel que había experimentado.-A las personas no les gusta mantener una relación con alguien que no puede protegerlas o que las hagan a un lado en las crisis. No, enrealidad esta jodido jalar de algo como eso. - 

Dog veía diferente las cosas. Su poca experiencia y haber escuchado las enseñanzas de un hombre como Pedro lo hacen encontrar esa posibilidad como algo imposible de ser correcto. 

-¿No cree que podría ser bueno ser sinceros? Porque… Si no es para estar ahí incluso en la tristeza,¿Para que tener una pareja si no podemos confiar en el otro?- su cabeza se inclinó a un lado. Dudando. - Amo a mi gatito pero no se si el pueda sentirse a salvo si sabe que también me asusta este mundo. - su cabeza cae al frente y con él sus orejas. Comenzando a sentirse arrinconado con la verdad.- A mis amigos no les gusta que les muestre mi miedo, no puedo temblar ni acobardarme y ¡Yo no quiero hacerlo, no soy un cobarde!- su voz sacude el metal del ascensor. - Solo quiero saber que están ahí. Cuando yo mismo esté asustado quiero sentirme bien y creo que mi gatito está ahí para mi pero comienzo a dudar de lo que significó para él. - su mirada va a la puerta por la que saldrán.-Creo que el tiene algo más importante que yo esperándolo.- la reja comienza a desbloquearse. 

Se puso de pie a un lado del guardia. 

-¿Solo iras a los primeros pasillos?-

-Si, solo necesito encontrar al pequeño del piso. - 

Las puertas se abrieron. Mostrando un lugar muy distinto al pasillo de hace un año. 

No es ese espacio abierto por el que llevaron a los niños sino una bodega llena de juguetes rotos. 

No hay sangre. Excepto por uno. 

Esa cosa guardada en su recuerdos. 

-Aquí lo trajeron. - murmura viendo al dinosaurio rojo al centro de la habitación. 

Este lo siente, girando la cabeza en su dirección. Bron, el doctor. 

DogDay ese día no arremetió contra esta criatura y eso logra que hoy esté no le muestre miedo alguno, solamente mueve el cuello siguiéndolo al pasar por el lugar junto a Ryan sin hacer más que una exhalación al verlo perderse por la puerta. 

-A esa cosa le han reconstruido 26 veces en lo que va del año. Mommy lo busca, de alguna manera lo encuentra siempre y lo hace trizas o se come una parte de su cuerpo con algún otro experimento. - mira al pasillo antes de darle la señal para que salga a su espalda, evitando a los pocos trabajadores cercanos. 

-Ese hombre tuvo mucho qué ver con las transformaciones anteriores a nosotros.- sigue paso a paso a Ryan, dando una zancada por cada diez pasos del guardia. - Creo que debió ser especialmente desagradable para que incluso Bunzo lo odiara. - 

Ryan dejó de mirar por la esquina, observando al perro. 

-Sabes lo que ocurrió con ese conejito. - aclara para si ese secreto que no había compartido con el perro. No esperaba que tan pronto esté lo supiera. Menos que le interesara en vista de lo ocurrido con sus compañeras en esa celda llena de sangre. 

-Si, Ryan, lo sabemos. - apunto al camino para hacerlo avanzar

Ryan decide seguir con pasos rápidos. Aun curioso. 

-¿Entonces porque sigues exponiéndote a esto? A todo tu equipo.-

DogDay le apuntó al rostro al detenerse los dos en una esquina. Este gesto trae algunos recuerdos extraños al hombre. Cosas sobre esas amenazas retorcidas por parte del perro. Al parecer ya sabe que estuvo haciendo todo este tiempo y dejo de hacerlo. Parece querer ignorarlo. 

-Tu y yo somos de una mala raiz para este país.- lo murmura más para recordarse lo.-¿Cómo puedes preguntarme algo como eso cuando sabes lo que sucede cuando alguien se queda demasiado abajo? Lo sabes y por eso comenzaste este negocio.- 

-No es posible estar más abajo que tú. - decide defenderse con la mofa. 

Dog no lo toma como una broma. Dejando salir esos pensamientos que le rondan y evito compartir con cualquiera en el sótano. 

-Viste a esa cosa. - apunta lo más sencillo primero. - A eso que está allá abajo, tus compañeros de blanco lo han usado como juguete por mucho más tiempo que a mí o cualquiera. Eso es estar abajo. Eso es lo que no puedo permitir para mi familia.- 

Ryan encontró algo que usar en su contra. Tomándolo desesperadamente con tal de no seguir escuchando a este loco. 

-¿Y si lo sabes porque lo quieres matar? Es una víctima como tú.-

Es difícil usar la palabra con V, pero no ignorarla una vez se anotan los crímenes de el susodicho. 

-Porque mató a Theodore, empujándolo a este resultado injusto para un niño que no estaba en la lista de experimentos. - una espina más profunda le advierte de otra gran razón.- Y hay otra cosa pero es personal. - termina bajando la mirada al suelo donde encuentra su reflejo desagradable. 

Ryan no termina de creer sus desvaríos. Avanzando da otra queja para el perro. 

-¿Más personal que matar a tu amiguito?-

-Si. - detuvo sus pasos frente a una esquina. 

Ambos lo hicieron. Porqué han sido vistos por unos ojos enteramente negros. 

Profundos y sin emociones,pero tan vivos como todos los jugiuetes de carne. 

Al otro lado del pasillo y entre cuatro caminos se encuentra un pequeño felino. 

No es ninguno de los CatBee qué buscaba.

Ryan mira al perro agacharse con una mano extendida en un saludo bajo. Decide retroceder dejando que se encargará de convencer al experimento qué los ha descubierto. 

-Hola. - saluda al chico azul. 

No es ni la mitad de lo grande que lo recordaba. Ahora era tan pequeño como un perro pero no sería uno tan fuerte. Sus rueditas suenan suavemente al moverse con el impulso de sus regordetas y cortas patitas de felpa. 

El chicle de mora azul huele delicioso y este gatito azul trae consigo la esencia al cruzar el pasillo para verlo de frente. 

-Hola. - saluda esa voz tan suave de parte del gatito. - Eres DogDay, ¿Verdad?- pregunta y suena amable-Es un gusto conocerte, cachorrito. - 

Dog se aventuró a tocar sus bigotes de algodón, curiosos por la capacidad de moverlos. 

-Si, soy yo. - lleva más arriba su toque, sintiendo bajo sus dedos la suavidad de un cuerpo frágil. El sentimiento de pesar al ver a esta criatura condenada al suelo y su vulnerabilidad lo hacen bajar la guardia. Tocándolo por un impulso de su personalidad terca. 

El gato no huye de su toque y lo mira directamente. 

-No se que trato tengas con Boxy o el malnacido de Bunzo pero a mi me debes. Claro que eso si quieres que no haga el mayor escándalo del mundo y te den una paliza todos estos infelices malditos. - 

Ryan en el pasillo detuvo sus pasos ante esa voz suave tan llena de resentimiento y rabia en un cuerpo tan pequeño. 

Dog dejó de acariciarlo. 

-Si que eres un gato. - suspira esperando lo que tuviera que suceder con esta criatura aparentemente sumisa. 

 

 

 

 

 

 

 

En el mismo lugar sin haber pasado mucho de la retirada del perro Theodore revisa el lugar comprobando qué la esencia de la vainilla seguía en el lugar. Era un hecho que Dog estuvo aquí. 

-¿A dónde fuiste?- suspira su reclamo en voz baja. 

Su distracción le es arrebatada ante un sonido metálico por siu costado. 

Mueve la cabeza buscando la raíz de ese ruido. La puerta abierta a medias. 

La entrada metálica solo se puede abrir por dentro a menos que los seguros electrónicos estén activos y no puedan abrir las puertas por algun código. Eso le contó Dog para que no se quedara encerrado algundia qué lo movieran a este edificio. 

-Hola, gatito. - saluda cerrando tras su espalda esa puerta metálica. 

Esa voz trémula y nerviosa, acompaña por una mirada intensa por parte de esta muñeca rubia. 

-Hola. - corresponde el saludo al reconocer esos ojos azules. No diferentes a ninguna. 

Lo único que la diferenciaba era esa lengua medio asomada, un gesto que lo lleva al pasado. A esa maestra haciendo cosas extrañas con él. 

-Dime gatito… - mira al suelo y a su rostro conforme rompe la distancia el felino con ella.-¿Theodore Grambel es un nombre familiar para ti?-

 El gran felino mueve la cola al frente de sí, moviendo el cabello de la muñeca tras su oreja. 

Sin responderle mantiene esa posición inclinada. 

La muñeca abre la boca dejando salir la lengua. Emocionada la saliva cae por su mentón al sentir el aroma a flores del gato. 

 

 

-Oye, chica. - 

-Hermana, deberíamos abstenernos de hablar fuera de nuestras posiciones. - 

La muñeca rubia y su compañera observan las cámaras de seguridad. No pueden ver lo que sucede en el punto ciego pero si saben que una de ellas está ahí. 

-No, escucha esto. - le insiste la otra muñeca. -¿No sientes que te observan todo el tiempo?-

La muñeca en la computadora le mira de lado y esa gran sonrisa es incapaz de ocultar el decaimiento de su humor amargo. 

-Nos miran siempre, no hables de eso. - 

-Me refiero a todo el tiempo, todo el tiempo.- mueve las manos preocupada.-¡Todo el tiempo!- le repite más preocupada. - Desde que ese gato se unió me siento extraña. - 

-Ese gato no nos ha hecho daño y deberíamos ser amables con él. - 

-Pues a mi me agrada más Bubba.- 

Las dos miran a la nueva muñeca que entra a las cámaras. 

-Terry, ¿No eras amigo del perro?- 

Esta muñeca bufa dejando en la mesa una cesta de colores. 

-No. Yo soy amigo del dinero y de quien me ayude a controlar este lugar. - mira a las cámaras. -¿Cuál de todas saco las patas del corral?-pregunta viendo las cámaras con ese sentimiento conocido y el aviso de estar esa congénere en el exterior. 

-Si no es de artes puede ser la chica de inglés. - 

-Bien. ¿Quien de ustedes irá a darle sus dulces al cerdito?- les pregunta a las dos sentadas. 

Ninguna parece contenta con la posibilidad de ser las elegidas. 

-Entonces iré yo. - murmura recuperando la cesta de colores. - Tú, ve y averigua con quien se encontraron. Sea quien sea, no es el perro y debe ser algo peligroso.- 

-Dices…- 

Detuvo su salida con la interrupción de una de ellas. 

-¿Qué quieres decir? Escupelo. - 

–Dices que no eres su amigo pero no te veo intentar traicionarlo ni permitir el crecimiento de otro gigante. - 

-Amiga, solo un descerebrado deja que enemigos crezcan bajo tus narices y si puedo evitarlo eso es lo que haré.- sacude la cesta de colores. - Además ese perro es leal y si se necesita de algo para salir de este matadero es la lealtad de los otros. - 

-Mirate, Tarrant, ahora de verdad suenas como todo un soñador. - 

La muñeca retiene un gruñido al salir por fin de esa oficina oscura. 

Observa a los niños pasar por su lado con rostros alegres , estresados o nerviosos, normal en una escuela. Más algunos que hablan del chico llevado durante la noche. Debía decirle esto al perro. Si los niños hablan en susurros en la escuela es porque en Dulce Hogar no se les permite abrir la boca. 

Camina por la escuela, mirando de soslayo al elefante y conversando nuevamente con ese humano guapo. Su destino es la oficina del director. Toca cinco veces una tras otra con lentos golpes de nudillos. 

La señal es un permiso áspero. 

Abre y cierra a su espalda. Mirando al hombre en el escritorio

-Buenos días, cerdito. - saluda al hombre al poner seguro a la puerta. 

El director le gruñe desde sus asiento, demasiado débil por la abstinencia. 

Terry camina hacia el con la cesta de lápices colgando de su brazo. 

-Veo que comienza a estar un poco enfermo. - su sonrisa crece y vuelve al inicio. - Toma. - tira el interior de la cesta contra el escritorio.-Déjame ver como inhalas tu mierda favorita, cerdo asqueroso.- 

Su mal humor continúa ahí conforme observa cómo el hombre lucha con el papel para conseguir el polvo del interior de los rollos qué disfrazaron como colores carmín para distribuirlos dentro de la escuela. Los observa pensando en todo lo que había estado sucediendo. 

 

 

En las criaturas de la superficie, en el presente y la seguridad cada vez más sumida en el control de quién está tras el perro. No podía ser ese guardia pero también tendría sentido si fuera asi. DogDay confía en sus tontos amigos, chicos que no tenían ni la seña de su vena de control, sin la capacidad de hacer lo que él hizo en todos estos años. 

Preguntando a su fuero interno si estas reuniones sospechosas del elefante con ese humano serían algo como un movimiento para robar todo lo que el líder creó.. O algo más grande. O incluso solo un acto rebelde. ¿Porqué ese elefante está llenando de maquinaciones este lugar peligroso por sí solo? ¿Cuánto más podría retrasar el decirle lo que sospecha a ese perro tan ingenuo? 

¿Porqué se siente tan observado todo el tiempo?  

 Aunque sinceramente no le molestaría acabar con la vida del perro si el elefante decidiera adueñarse de este territorio de una vez por todas. Después de todo era mucho más inteligente que el perro. 

Lo que sea que lo ayude a vengarse de todas estas personas de esta fabrica y le permita aplastar a los niños en carne molida de una vez por todas. 

 

 

 

 

 

                                            ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

 

Harom descubrió algo. 

No pensó que de verdad lo haría. 

Su intuición le recomendó que escuché a los mas grandes y descubrío las mentiras de los gigantes. 

Descubrió que no tiene amigos. 

La hipocresía de los más fuertes. 

Incluso su sonriente favorito era un miserable traidor. 

 

 

 

 

 

 

 

                                      ┬├┴☀️🌙├┴├

 

 

 

 

 

Notes:

Creo que escribí muchos diálogos.
Si no entendieron algo me lo preguntan.
Nada como estirar las piernas fuera de lo común.

Chapter 60

Notes:

Hola, guapas y guapos. Preciosas y admirables criaturas sin figura física palpable, se les agradece su visita.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Lo que sucedió con CandyCat, antes GumBallCat pero derechos de autor le dieron un giro a su nombre, dejaría marcas para su futuro. Esto fue interesante, el convenio, lo ocultaría de todos hasta encontrar el momento para hacerlos conscientes de este. 

Seguro que Bubba estaría muy feliz de saberlo. Su siguiente paso y la razón por la que se expuso a subir a el territorio enemigo, es ir con lo CatBee. Los lacayos de Boxy. 

Caminando con un Ryan muy callado a su espalda sus saludos a algunos trabajadores causan sonrisa o miradas extrañadas por su presencia. 

Ryan no puede seguir callado. Sabiendo lo que este perro negocio con ese gato azul. 

-¿Enserio confiaras en una cosa que no puede ni ponerse de pie?-

Dog le acaricia la cabeza con una sacudida. 

-Confió en un tipo de piernas sueltas como tú, un gato soez no es un riesgo.- detiene sus pasos para señalar al frente.-Necesito entrar ahí. - apuntó a la sala de juegos. 

Ryan exhalo pesado pero no puede ocultar cuánto de su problema de presión le hizo perder fuerzas. 

-La araña puede verte, idiota. - 

-Ella no está ahora. La huelo muy lejos, vamos antes de que regrese. - 

El guardia se rindió y siguió adelante. Mirando al frente con ese porte responsable de un buen empleado en medio de una misión. 

Los trabajadores de la zona son mucho más sensibles a los gigantes. Saludando o apuntandolos nada más se acercó demasiado a la sala de ruido. 

La estación de juego no estaba nada cerca de La Guardería, no veían como el que estuviera aquí fuera un error y algunos simplemente lo ignoraban. El humano que lo guía camina sin saludar. Serio va con toda regla, sin distracción. Llevándolo a la zona de reuniones. La curiosidad de algunos se quedó en eso, dando por hecho que lo llevaba por algún excéntrico pedido de los más altos. Tal vez lo presumirá contra el anciano con un perro kangal. 

 

 

Pasar esa ola de empleados les hizo perder algo de pelo y años de vida. 

Ryan se detuvo en una esquina, agarrándose el pecho como un reflejo y no porque le diera un paro cardíaco. Aún no llegaba tan lejos su decadencia. 

-Ryan. - Dog no lo aprecia como a sus amigos pero este humano era importante. El único al que le tendría piedad.-Cálmate, no tengas miedo. - lo consuela con un golpe suave sobre su espalda y no las caricias que le daría a sus amigos.

Ryan le rechaza con un manotazo al aire. La forma de apartarse y rodear hizo al hombre terminar de entender la epifanía qué de golpe le llegó a la mente. 

-Acabo de caer en cuenta de que solo eres un puto mocoso de quince años al que le estoy poniendo mi vida en sus manos. - 

DogDay dejo salir una risa sin ganas. 

-Disculpa… Pero si quieres un consuelo puedo decirte que mi conteo de hormonas es de uno de 18 a 25 y si hace frío llegó a 30.-

-¿Cómo va a consolarme? Carajo. - suspira mirando al suelo frente a ellos.- ¿Ademas cual es el sentido del frío?-

Dog recarga el cuerpo en la pared junto al humano, esperándolo con los brazos cruzados en el estómago. Espero a que este humano se recompusiera. Espero suficiente tiempo para sentirse apurado con el sonido de los minutos del reloj sobre el pasillo. 

Dobló las rodillas acuclillado a su nivel, tocando la frente perlada por el sudor frío del humano. Revuelve el cabello o suave antes de llevarlo atrás en un peinado agradable a sus ojos. 

-Vamos, señor, muévase ahora o creerán qué maltrató a mi esposa embarazada. - lo insta con un tono suave de parte de su voz madura.

Ryan dejó salir un gran bufido por esa burla pesada. 

-Ya cambia esos chistes, me están enervando, mocoso. - 

Dog volvería a burlarse ya preocupado por su inmovilidad. Al tocarlo puede sentir su corazón desbocado y a la vez roto. 

-Ryan, ¿Estás muriendo?- cuestiona.

El guardia tragó seco ante tal pregunta sin filtro. Este perro casi logra tocar su pecho. 

-¡Señor, hola!-

La cara del perro fue incapaz de ocultar cuanto le molestó ver a este humano de nuevo. Levanta el cuerpo retirándose. 

-Me adelantare, señor. - 

El chico y Ryan se quedaron en el lugar. Dirigiéndose Dog a la sala donde debería estar la caja con los pequeños CatBee entre los juegos de adivinanzas y números. 

-Hola, gatito.- saluda frente a la pila de cajas recubierta por fieltro y adornos de peluche. La zona de Boxy Boo era bastante amplia a comparación de los pasajes de entrada de Huggy Wuggy. 

Hay más de un CatBee pero el líder fue fácilmente percibido al ser el que salió del escondite al verlo. 

-Eres naranja,un perro y grande. Eres ese DogDay, ¿No?- le recibe moviendo sus patitas a la vez. 

Ese cuerpo era mucho más pequeño y sus alitas se movían entre sus pasos como un acto reflejo. No parecían útiles más que para entorpecer su paso. 

El atisbo de los susurros qué le recuerdan que esta criatura es una persona hecha pedazos lo hace agacharse para respetarla. 

-Boxy dijo que…- suspira a pesar de la señal que le dio para CatBee. - Que Huggy solo es un mono azul metido en su propio prepucio. - 

CatBee pasó de estar serio a escupir una carcajada y sus alitas sacudirse. 

-Es cierto, jejeje… - Giro mirando al humano que lo acompañó.-Si Boxy te envío, debes tener una forma de ayudarnos, ¿Verdad?-

El perro no tiene más tiempo. Además de ser consciente de estar en un punto peligroso. Arrogante llegó hasta aquí pero no estaba de acuerdo con arriesgarse más que esto. Recortando la discusión qué sabía debería tomar horas y no solo estos veinte minutos disponibles. 

-Si, la tengo pero antes debo saber que ustedes están conmigo.- 

-Oh, ya veo. - el gatito mueve las orejas sonriendo.- Y dime, ¿Qué querrías de nosotros?- 

Fue refrescante ver que al menos estos pequeños pueden sonreír. 

-Quiero a uno de ustedes para mi.- 

El gatito dejó de sonreír de golpe. Mirando de inmediato a sus amigos nerviosos y dispersos. 

-No creo que entiendas lo que nos estas pidiendo. Lo que estás haciendo. - le marca el gatito. - No somos tan estúpidos como podrías creer, grandote. - piso con su patita el suelo de peluche.-No juegues con nosotros. - 

El perro apuntó al líder, justamente a sus antenas y orejas. 

-CatBee tiene un sistema de radio. - apunta a sus antenitas. -Es justo y útil que yo me lleve a uno de ustedes.- sus acciones llevan la amenaza implícita en el acto de tocar sus bigotes de forma coqueta.-Y además ustedes son algo demasiado bonito para no tener el mío. - 

El gato casi lo muerde pero quito la mano a tiempo. 

-Cretino. - murmura girándose. 

Dog levantó la mirada al descubrir que el pelaje de CatBee era anatómicamente correcto y por un segundo vio algo que no debía. Perdió el hilo de la razón por la que discutían estos gatos por unos segundos. 

Fue un error.

Los gatitos discuten y de vez en cuando le sisean y vuelven a discutir. 

Cuando creyó que sería rechazado estos gatitos vuelven sobre sus pasos.

-Te llevarás a Norman,la que es coja y ciega. - 

DogDay mira a la gatita acercándose desde el fondo de los juegos. 

-Me la das porque la van a eliminar, ¿Verdad?-

-Si pero lo que no sirve aquí será útil en ese vertedero. - 

Dog vuelve a mirar a la gatita qué le observa asustada. 

-Ella era la anterior líder. - susurra al notar la medalla de CatBee rota en su pelaje. Él no tenía ninguna marca pero Bunzo y los Huggy si con Bunzo es una pequeña cinta en sus platillos y en Wuggy es un color de labios distinto. Entonces esta gatita desplazada debió ser la líder inicial de este grupo y esa medalla de rol de su caricatura debía marcarla como la mejor voladora/líder.

La líder actual le interrumpe chasqueando los colmillos. 

-Quien sea no te incumbe. ¿Aceptas el trato o no?- 

El estado de cada uno es deficiente. No hay un valor real por ahora. 

Toma el trato agarrando a la gatita para meterla a su boca frente a los felinos. 

Estos se quedaron de piedra al verlo tragarse al gatito. Sin dejar ni una huella de esa estúpida compañera. 

-Mañana terminaremos el trato. - les deja en el lugar.-O cuando me reúna con tu jefe. - 

El perro se fue con el humano que lo trajo. 

 

 

 

 

 

 

 

Ryan apenas pudo devolverlo a la Guardería antes de que la alarma les advirtiera del fin del día. Dejar a CatBee con Terry fue de pasada algo difícil. 

Sacando al gatito de su garganta. Con faltas de pelo por los cientos de dientes que casi la masticaban. DogDay tosió dejando salir motas de pelo amarillo. 

-¡Que asco, la babeaste, pobre estúpida!- exclamó Terry apenas tocándola para quitarle restos de baba con una toalla. - Asco. - 

La gatita levanta los ojos y temblorosa dice :

-Ayuda ... casi me digieren viva.- murmura con los ojos bien abiertos. 

No había disculpas suficientes para la pobrecita y menos le quedaba tiempo para explicar nada. 

-Cuidala, que nadie más que tú sepa de ella. - pidió saliendo de esa habitación. 

-Claro, perro horroroso. - asegura levantando una cubeta de agua con jabón. -Te sacaremos esa peste, no importa cuanto jabon tenga que desperdiciar.-

 

 

 

 

 

El grupo ya estaba reunido cuando llegó al punto de encuentro. Lo vieron aparecer y sintió que era un mal día para tener que explicarles cosas demasiado complicadas. 

Claro que lo recibieron algunos reclamos bastante resentidos por parte de más de uno. 

Escuchando incluso a Theodore interrogarlo pero empujado por la unicornio no pudo seguir adelante con sus preguntas que iniciaron por “¡En nombre de dios¿Donde se supone que te metiste?!” 

-Dog, ¿Dónde estabas?- le pregunta Crafty pisando el césped con fuerza. 

Picky también tenía que reclamarle muy enojada. 

-Si, ¿Porqué no te encontramos hace rato?- 

-¿Qué estás planeando ahora, Dog?- le pregunta el elefante. 

Dog intentó hablar evitando las pezuñas de la unicornio que lo sigue enojada. 

¿Si no llenará las expectativas también lo matarían sus amigos? ¿Theodore dejará de confiar en él si le dijera algo sobre lo sucedido? 

Detuvo su voz por un momento tan solo para reordenar su mente y sacar esas dudas de su cabeza. 

-Estuve-

Hay un problema y es uno del tipo humano. 

-¡Chicos, vengan con nosotros!- 

Es el coordinador con otros tantos guardias que vienen en su dirección. 

El grupo restablece el ánimo a uno más complicado. Divididos por órdenes de más de uno de camino a la celda. 

La presión aumenta conforme los guían por distintas celdas más a lo profundo de las contenciones. Muy mala señal. 

No era posible seguir adelante en este estado. 

-¿Estamos apunto de hacer algún examen?- les preguntó el perro al coordinador. 

Este lo mira por unos segundos antes de decidirse a responder. 

-Es algo sencillo. No comiences a molestar a los empleados, perro.- 

El humor de su grupo decae y sus cuerpos se encogen intimidado por las palabras de este humano.

DogDay tenía muchos planes pero no uno que los llevará a experimentar el final de aquel experimento pasado. No ese. 

-¿Sencillo como cuando intentas salir con la señorita de sistemas eléctricos? ¿O sencillo como cuando te rechazo porque ya estaba en una relación con tu compañero?- 

El coordinador mordió su labio inferior al recibir un par de miradas por parte de los guardias de seguridad. 

-Como si te tuviera que responder. - lo rechazó levantando la nariz con arrogancia ante el lugar de la mascota. 

DogDay siguió adelante y todo su grupo se mantuvo en silencio. 

-Eso dijo ella. - terminó con lo que había escuchado decir a Crafty en un murmullo. El grupo contiene una risa al bajar las cabezas en un acto de falso temor a represalias

Theodore no es tan bueno actuando con el cuerpo y sus orejas delataron su diversión al sacudirse burlón. Un poco de humor agrio puede sacar algo de ese mal humor. 

No ayudó que los guardias dejaran escapar una risita dispersa. 

El empleado se giró bastante enojado por ser burlado por el perro. 

-Señor, mejor no discuta con el experimento. - 

La intervención fue por parte de ese médico, otra vez. 

DogDay hizo un gesto tan inconsciente como inesperado para sí mismo. Cubriendo a Theodore con un brazo para alejarlo de este humano. 

-Solo sigan las órdenes. - les apuntó al camino este médico. 

El avance sigue con el líder a la cabeza. Empujando levemente más de uno al otro. 

Llegando a una celda apartada. Los guiaron a entrar y otra vez esa incomodidad les llena a cada paso. 

Entrando juntos a ese espacio oscuro. 

Dog olfatea desde la entrada y sus hombros al fin caen relajándose. 

Se quedó en el puerto o lo haría si la cola del gato no lo hubiera arrastrado al interior y a su lado. 

-Theodore. - murmura al sentirlo tan tenso al cerrarse la celda en una penumbra total. 

El gatito a su lado solo es visible entre ellos. Pueden ver sus ojos y el pelaje de Crafty brillar por su color acuoso. Juntándose todos lo más posible. 

-No se separen. - les pidió Dog acariciando al gato en una nalga al tener eso al alcance. 

El gatito lo empujó junto con la llegada de la luz por encima de sus cabezas. 

Exclamando todos a la vez al ver al interior de la celda. 

-¡Oooaah!- exclaman en coro todos a la vez. 

Con tanta elegancia como un montículo de pienso de perro sobre periódico, se encuentran unas tablas de carga cubiertas por algunas bandejas enormes con distintos alimentos desde un montón de pollo frito a una montaña de pizza. Incluido el alimento de carne, huesos y verduras hervidas qué les solían dar. Unos cuantos montones de dulces coloridos y agua de colores en trastos de doce litros repartidos entre la comida. 

Coronando toda la amalgama de colores una gran, gran tarta de color blanco puro. 

-No coman nada. - les ordenó el perro deteniendo a los más cercanos. 

-Eso es Kentucky. - apuntó Kickin. - Dios, no he comido eso desde que la policía me sacó de la casa. - murmura juntando las manos en su estómago. 

Dog aun no podía confiarse. Recordando las pruebas más recientes y solo con sonido. Una tina en la comida podría acabarlos en un solo parpadeo. 

-También desde ese tiempo nos han usado de alfiletero. - le recuerda la realidad y a sí mismo se lo hace tragar para evitar caer en la tentación de la maldita pizza con champiñones qué no para de seducirlo. - Esto debe ser una prueba. - suspira el malestar.-Bubba,¿Aún tienes la cuchara? ¡Picky!-

Ella sin esperar al sermón ni la prueba que harían con ese cubierto, corrió a robar una gran probada del pastel blanco. Lo sacó con la pezuña y lo llevó a su boca antes de que Dog la detuviera. 

-¡¡Picky, esto puede tener veneno!!- intenta detenerla desde atrás pero no puede hacerlo sin lastimarla y era lo último que deseaba. -¡Puede matarte!- 

Picky trago el primer bocado casi sin saborearlo por su ansiedad. 

-¡¡Pues si me lo preguntas es ganar o ganar!! - grita haciéndose bolita para que no le quitara el pastel.

Dog la entiende, morir por algo que te gusta a ese te pinto era incluso poético pero no podía permitir que sus amigos se suicidaran en su cara. 

-¡La muerte por veneno para nada es tan bonita como nos la pintan en Romeo y Julieta! ¡Vomitas, duele y te arrastras! ¡Te vas a ensuciar!- se aferró a la última razón para que la chica se resistiera a sus deseos. 

Picky lo piensa y su fuerza disminuye una vez imagina su pelaje lleno de vómito y sucio. 

Se descontrola todo cuando los siguientes en acercarse y comer son la pareja verde y amarillo. Al parecer la idea de morir rodeados de su propio vómito por comer alitas de pollo o pizza no les parecía tan mala. Ahora siendo tres el humor de Picky volvió al picó de todo lo posible. 

-¡No!- reclama sin lograr detener a Picky sino al contrario al intentar detener a los dos dejó que la pata de Picky entrara a su boca y lo hiciera tragar a él ese montón de pan con betún. 

¡Tenía durazno y kiwi! ¡Estaba delicioso! 

Dog retrocede limpiando su boca , al no haberse quitado la reja el pan quedó en el exterior. Ya se estaba enojando y claro que sus puños saltaron listo para darle un justo coscorrón a Picky. Aunque no quería lastimarla y eso es lo que lo hace dejar el enojo para tranquilizarse volviendo sobre sus pasos. 

Al girarse al fin miro a la pared de la puerta. 

Observando las hojas de papel una sobre otra con una gran oración creada por estas hojas. 

“FELIZ CUMPLEAÑOS” 

 

Dog deja caer los hombros al ver esas palabras de colores. 

Theodore llegó a su lado topando con su cabeza el hombro del perro. Usa el dorso de su garra para limpiarle la comisura de la boca. 

-Theodore, gracias.- lo suspiró sintiendo que por fin podía decir que su sonrisa era real.-Es bueno saber que sigues aquí. - 

Al fin pasará un cumpleaños junto a Theodore, aunque ya no será como pensaba. 

-Dog. Ya lo probé, la cuchara no cambia de color.- murmura. 

El llamado es de Bubba qué como buen amigo se detuvo como ordenó aun si temblaba ansioso por la tentación. Esa cuchara estaba cubierta por una mezcla de salsa de chuletas agridulce y puré de papa. Bobby no temblaba, vibraba ansiosa y con los puños hechos uno al centro de su torso. 

Crafty, para ser la rebelde, se ha mantenido en su lugar con los ojos bien abiertos. 

-Pueden comer. - les dio la señal dando un paso a un lado para darles camino. 

Bobby corrió a tomar uno de esos galones coloridos para verterlo en su boca como si hubiera muerto de sed hasta este día. Lo derramó sobre su pelaje suspirando. 

Bubba tuvo que limpiarse la boca antes de acercarse con la baba escapando por la comisura de la boca con toda la intención de pelear con Hoppy para conseguir los pedazos de un montón de chuletas ahumadas. 

Crafty apenas fue visible antes de hundir la cabeza en los dulces. 

-¿Seguro que estarán bien?- le preguntó Theodore.-No entiendo por qué hacer esto. - 

-Mira arriba. - le hizo mirar al tomar su mandíbula y empujarlo hacia arriba con una caricia. 

El gato movió la cola por el suelo, perdiendo el pelo lentamente. 

-Es tu cumpleaños. - exclama en un lamento. 

-No. - contó con los dedos. - Es mayo, es el aniversario de esa serie.-,mira a las paredes. Escuchando las cargas eléctricas tras los puros ocultos donde las cámaras graban a la celda. 

Theodore no tenía definidas esas fechas en su memoria. Demasiado sumido en la pérdida para darse cuenta de los números en el calendario. En ese momento él simplemente se encontraba desecho. 

-Qué estúpidos. - murmuró sentándose. 

Dog acarició la pelusa bajo su mandíbula. 

-Tu cumpleaños fue en enero, lamento que no hayamos hecho nada para festejar. - 

-No importa, no creo que ser carne picada cuente cómo un cumpleaños. - mira al perro. - Viejo.-

Dog dejó salir una risa rota por el calor detrás de su voz. Quedando en silencio al chocar sus miradas por varios segundos. Algo que se extendió y lo lleva a acortar la distancia para chocar sus narices. Dejando que el tiempo muera con ellos juntos. 

-No te dejarán pastel.- Recuerda Theodore al sentirse atosigado por los sentimientos en la comisura de sus ojos. 

Dog suspira volviendo a ponerse el papel de líder con sus amigos. Deja el lado de Theodore para ir con ellos. 

-Chicos, niñas. - les llama pateando a Kickin al pasar por su espalda y tocar con cuidado el hombro de Bobby. - Miren atrás. - les pide uno a uno. 

Más de uno de ellos se quedó con un boca o en la boca y otro en mano o en caso de Crafty entre sus pezuñas.

Los hace ver esas palabras esperando a que cada uno pueda procesarlo. 

-Picky, debes mirar. - le pidió a la chica. 

Ella se resistió al inicio pero decidió girarse al sentir al elefante llamándola. Viendo, al igual que el resto, esas palabras alegres en la pared de la celda de concreto. 

Esta comida dejó de ser una tentación peligrosa. 

Dejando de inclinarse sobre éstas tablas el grupo se giró de frente a esas letras. 

Eran los colores de los ocho entre cada palabra y los símbolos que les han colgado al cuello también los acompañaban. Revisan el espacio con un mordisco nuevo a la comida o un trago a esas bebidas con gas. 

-Chicos, esto es bueno. No pudieron con ustedes por otro año. - 

-O festejan qué no pudimos suicidarnos por otro estúpido año. - 

-También podría ser por lo sucedido estos días. - 

-Nos quieren dormir otra vez. - 

Habían sobrevivido un año más en esta locura. Un año nuevo y sus cuerpos cortados aún recuerdan quienes eran y cuánto valían para el otro. 

Un año más para que Bobby esté enamorada de las piernas largas de Hoppy o Bubba de esa actitud altanera de parte de Picky, otro año con las cuatro extremidades en el suelo o sin manos. 

Un año más que pueden ser ellos mismos y no juguetes sin alma. 

-Nos lo merecemos. - murmura Crafty mordiendo el borde de un elote amarillo con todo y tronco.-Este año será el último, definitivamente. - 

-Ya quiero que lo hagamos, estoy lista. - anuncia Bobby levantando el refresco en alto.

-En cuanto pase le hincara el diente a muchos de estos miserables idiotas. - Picky limpio su boca con el dorso del puño.-Ya quiero que esto termine y volver a subirme a una noria. - 

Algo innecesario anunciar sus deseos pero también era su anhelo. Su sueño es volver a subir a una noria y tener una de esas citas de película. Idiota pero lo deseaba. 

-No sabia que eso era lo que querías. - Bubba dejó de comer al escucharla. 

-No son cosas que diga en voz alta. Es estúpido. - gruño al darse cuenta de lo que dijo. 

Bubba movió la cabeza. 

-Yo quiero una olla de jambalaya, eso es estúpido. - su voz al fin escapa afinada con esa gran sonrisa.-El que quieras ir a jugar es lindo, no estúpido. - 

Picky tuvo oportunidad de responderle algo grosero pero su voz se quedó en el interior y solo le miraba, sintiéndose tremendamente feliz. Tomando como una promesa salir juntos por esa olla y la noria. 

Hoppy tuvo un arranque animoso al recordar sus propios deseos. Sacudiendo a Kickin en sus brazos. 

-No olvidemos que lo primero que hagamos será ir a un río, les enseñaré a pescar, chicos, será muy divertido. - 

-¡Y yo quiero asaltar gente, siempre quise asaltar gente!- festeja Crafty sus propias metas. 

-Yo quiero que vayamos a un lugar con nieve. - Bobby tiene sus propios sueños. - Cuando sea navidad al fin vamos a tener un árbol de verdad. - 

Theodore tuvo que agarrar algo de calor para sacar su propio deseo entre los demás. - 

-Helado. - 

-¿Quieres helado?-

-Si, helado de vainilla y gelatina con… Jamón.-

-¿Jamón?-

-¿Enserio dijiste jamón?-

-Si, en casa mamá la preparaba cuando podía y era muy buena. - 

-Deberemos prepararnos. - Kickin agita una pierna de pollo desde su lugar entre las piernas de Hoppy ya emocionada al exprimirlo el abrazo de la coneja - Estos días no serán tan tranquilos si todo sale bien. - 

 

Esta no era una tentación 

Era una especie de recompensa y un acto adulador para adormecer sus sentidos de conservación. 

 

Es solo un soborno para silenciar sus quejas o algo aún peor. 

 

Su modo de comer mejoró bastante una vez entendieron el porqué era este el escenario que experimentaron hoy. 

Dog decidió adelantarse y servir en una sola bandeja la comida para Theodore qué siempre tuvo problemas para comer junto a otros. 

Silenciosamente se quedó con él. Compartiendo la comida de cumpleaños que no tuvieron en el pasado. El gato no huye de la familiaridad, lo aprovecha para colocarse en la espalda del perro como el tigre de un sultán a su espalda. 

El grupo se dividió o se juntó, pasaron de competir a jugar y esas bebidas terminaron sobre el pelo blanco de Crafty. Jugando la osa y la unicornio por la celda. 

El ruido de las verdaderas risas llena el eco y sus pasos ya no son una tortura. Empujándose al correr. 

Theodore recibía una pieza de fruta en la boca de parte del perro cuando su cabeza fue golpeada, no con violencia, y lo hizo mirar al atacante. 

Bobby lo mira por un segundo corto antes de correr. 

-Ve a jugar. - le anima DogDay emocionado. 

Era la primera vez que Bobby lo tocaba por decisión propia. Lentamente se puso de pie y movió las patas para seguirla. 

La osa soltó un gritito al verlo ir y casi alcanzarla, saltando a un muro para esquivarlo cuando él puso las patas en el muro. Corriendo tras ella a paso constante. La cola del gato se puede ver al pasar, levantada y meciéndose esponjada a más no poder conforme la sigue y ella lo esquiva riéndose. 

La alcanza pero eso sólo lo hizo ser perseguido. Uniéndose al unicornio al tocarla Bobby. 

Los tres corren por la celda, tropezando o trepando a medias para huir del otro.

DogDay los observa desde el suelo recargando la cabeza en los nudillos. 

-Me encantan esas piernas. - suspira ese pesar constante. Lo poco que Theodore podía disfrutar de ser libre por su estatura o en sí por todo lo que significa estar en este lugar. Al verlos correr su mirada choca con unos contenedores distintos en una esquina aparte. Olfatea comprobando lo que era. 

Espero verlos correr a una esquina contraria para ir por estos. Abriéndose en cuanto los tuvo en manos. El aroma amargo le llenó los pulmones. Sin esperar lo vertió en su boca, tragando hasta la última gota sin dejar nada para el resto en un acto egoísta qué no pudo controlar. 

Lentamente su cabeza se llenó de calor y amargura, muy diferente a cuando de pequeño lo trago y pudo haber muerto de la risa incontenida que lo hacía sentir esta bebida. 

-Dog. - 

Levanta la cabeza y ese elefante le pegó en la cabeza con lo que restaba de una mazorca mordisqueada. 

-Ya se que te tomaste, ¿Porqué no dejaste nada para el resto?-

-Porque les gustara y no es posible comerciar por esto en la fábrica.- admite una verdad y su voz se vuelve ronca. - También porque llevo mucho tiempo queriendo una cerveza para mí solo. - 

-Es asquerosa, es horrible. - murmura revisando los dos barriles qué su líder asalto.-Nada, egoísta. - 

-Pasa un día en mi cuerpo. Solo así sabrás que de todo en el mundo, egoísta no es lo que soy. - 

Bubba lo miró una vez lo escuchó decir eso seriamente. Aunque solo le encuentra sacudiendo sus orejas. Suspira limpiando su boca por un lado. 

-Llevamos diez horas encerrados. - murmura Bubba mirando el fondo de este bote vacío. 

Dog levanta la mirada del rostro de su amigo al lugar. Observando al grupo jugar y correr, pasar entre risas o solo comiendo o conversando en voz baja. Pasado esta extraña pausa con la mayor calma posible. 

-No sé qué está sucediendo allá afuera. - murmuró apretando los puños. - No me siento bien.- su malestar cae con peso sobre sus hombros. - No puedo hacer nada si estoy aquí… No quiero asustar a los demás. - su humor cae en picada. 

Habiendo dejado a la pequeña CatBee con Terry, firmado el trato con Boxy al tener contacto con sus protegidas y dejar solas a las muñecas de la escuela. 

Habían pasado tantas horas sin ningún experimento sobre sus cuerpos. Sin cambios más que agradables respecto a la comida. Ni siquiera están siendo observados por esos ojos pesados y desagradables. 

-Lo sabemos. - murmura Bubba intentando huir nuevamente del malestar.-Nunca es bueno que no nos hagan nada a nosotros… - su cabeza gira observando a Picky por fin en paz junto a Kickin y Hoppy. - Las muñecas, ellas deben ser el objetivo esta vez. - 

El silencio entre los dos no puede ser peor. Incluso aislandolos de las risas de sus compañeras. 

Bubba levantó las orejas. 

-Dog, ¿Estás ocultando algo?- pregunta observando sus patas llenas de tierra roja. Señal de haber estado en las ruinas exteriores del domo. 

Dog asintió. 

-Quiero oír música. - se queja poniéndose de pie. A medias al irse de lado por un momento. 

Bubba lo siguió asegurándose de que no se cayera al verlo ir con tanto equilibrio como un mono de cuerda sobre hilos. 

-¡Picky, cantame algo!- le pidió gritando al acercarse a la chica que casi se dormía con una bandeja de rollos de canela en brazos, ya cansada de convivir con la parejita de ascéticos. 

-Canta tu mismo, idiota. - gruñe girándose para no escucharlo y seguir contando algo a la pareja que le atentos. 

-¡Bien!- asiente el perro. Gira levantando los brazos para animarse. - En mi vida ha habido dolor de corazón y sufrimiento ~... - canto en voz alta y sin vergüenza. - No lo sé, No sé si puedo enfrentarlo otra vez~- sus brazos caen y grita. - No puedo parar ahora, he viajado tan lejos, para cambiar esta vida solitaria… - 

-Dog, deberías sentarte. - le aconseja Bubba más preocupado por verlo caminar perdido qué por su voz desafinada qué casi le revienta los oídos. 

-Quiero saber lo que es el amor, quiero que me enseñes, quiero sentir lo que es el amor. - esta vez su camino perdido lo lleva con el trío que dejó de correr al verlo cantar tan desafinado.-¡ Sé que puedes mostrarme!¡¡¡Aaaaah woah-oh-ooh!!! - 

Hoppy se cubrió los oídos con una risita. Ella y Kickin habían decidido acampar junto a la bandeja de pollo y cerdo como un acto avaricioso. 

Theodore camino a su encuentro. Esquivando sus brazos al girar a su dirección. 

-¿Te ocurre algo?- pregunto al perro al alcanzarlo. 

Dog apenas está derecho por balance muerto y su propio sistema óseo. 

Theodore lo sostuvo por el hombro. 

-Si tienes sueño deberías descansar. - 

Dog movió la cabeza agarrando su pata para tirar de él. 

-Veo cielos tan azules y nubes tan blancas, los días benditamente brillantes, también veo las noches sagradamente oscuras cuando me digo a mí mismo: ¡Qué el mundo es maravilloso!- lo murmura haciéndolo girar con él.- Tu eres maravilloso, gatito.-

Theodore tuvo qué ponerse casi en dos patas para seguir su ritmo en los giros. 

-Los colores del arco iris, tan bonito en el cielo y también veo a mis amigos dándose la mano, diciendo: ¿Aún vivos?- su rostro choca con el pecho del gato. - ¿Están realmente diciendo, Te quiero? - pregunta pegado a su cuerpo por un momento sin aparente consciencia. 

Theodore mira alrededor buscando una respuesta pero solo consigue miradas burlonas o la vergüenza de Bubba. 

-Debí cantar yo. - gruñe Picky de vuelta a escena. 

No le ayudó y menos cuando el perro continuó con su verborrea. 

-Somos tan felices juntos, no puedo verme amando a nadie más que a ti, para toda mi vida… - vuelve a instar un giro y hace a Theodore seguirlo.-Cuando estás conmigo, amor, los cielos serán azul, para toda mi vida. Tú y yo, y yo y tú y tu y tu y mil veces tu. - su tono se vuelve algo más lento. - No importa cómo tiran los dados esos hijos de puta, tenías que ser el único para mí y tú para mí. Tan felices juntos y después de todo no puedo verme amando a nadie más que a ti. - arrastra al gato por la celda con ese paso lento. 

Al menos hasta que casi se cae al tropezar. Trastabillando hacia atrás. 

Theodore esta vez aprovechó para subir sobre el perro, para que dejara de hacerlo girar por la celda frente a todos, aplastandolo con su cuerpo en el suelo. Colocar las patas en su cuello. 

-¿Qué te pasa? ¿Porqué te portas asi?- pregunta tocado su cabeza. Repitiendo las caricias que este perro le enseñó sobre su propio cuerpo. 

Esto fue recibido con un suspiro aliviado o no, solamente fue triste. 

Es como si esa acción desencadenará algo en su amigo, algo muy profundo dentro de su cuerpo. 

-Theodore…- murmura el perro mirándolo desde abajo.-¿Me quieres?- pregunta tocando su pregunta sujetando sus costillas. 

El gato movió la cola ansioso, esas manos eran fuertes pero no traían malicia qué quisiera herirlo sino sujetarlo. Anclarlo. 

-Si, te quiero. - repite lo que ya sabe de sus propios sentimientos, de cuanto significaba su amigo. 

Este no espero a escuchar más de lo que el gato intentaba decir con valor. 

-¿Por qué me quieres?- le cuestiona. 

Theodore busca cómo responderle. 

-Yo creo… -   

-¿Qué hice para que me quieras? ¿Qué hice? ¿Vas a olvidarte de que me quieres si no lo descubro?-

-No, yo no voy a -

Dog al fin fue incapaz de aguantar más de sus temores. Rogando en toda la palabra a Theodore por encima de todas sus heridas. Talvez patético, miserable y sucio como se sabía por dentro. 

Aventajado por el peso del tiempo y sus esfuerzos por ir contra corriente cuando todo lo llevaba detrás, sólo dejar de pelear y no lo hizo. Continuó adelante y sin poder defenderse dejó sus pedazos en el borde de una carretera. 

Llevado por su propia necedad a cargar con todo, a ser el hombre de la casa sin pedir más ayuda de la necesaria. Como le enseñaron que debía ser. 

-Porfavor, no me dejes. No me dejes, tú no me dejes.- su voz se quebró entre la infantil y la madura, rompiendo el equilibrio entre ambas. Sujetando al gato con la desesperación de un náufrago a su única tabla. 

Theodore dejó su cabeza caer en el pecho del perro. Refugiándose del sentimiento que comenzó a invadirlo al escuchar como la voz de su perrito se rompía conforme el llanto lo inundaba. 

No había escuchado a su perro llorar de esta forma tan rota. Nunca, ni cuando era un niño normal. Sintiendo como lo afirma y lo aprieta en un abrazo qué siendo humano lo habría convertido en papilla. 

-Te seré útil, soy bueno en muchas cosas, Theodore no me dejes, porfavor. Trabajaré, trabajaré te serviré tan solo no me dejes, tu no, te lo suplico. Theodore, no me dejes, porfavor. - 

El gato buscó ayuda pero solo los ve apartarse disgustados. No tomaron ni un solo paso para venir a ayudar al perro o a él. 

Bajo la cabeza chocando su nariz con el perro. 

-No me iré a ningún lado.- frotó como pudo su cabeza en el cuerpo del perro. 

Esto lo hizo mirarle de frente. Subiendo sus manos por ese cuello a su boca. 

-¿Te parezco sucio, Theodore?-

-No. - 

-Theodore… Un humano me pasó la maldita lengua por la boca. Fue asqueroso y no puedo dejarlo ir.- su mal humor sobre ese evento sale a flote. - Quisiera cortarle la cabeza pero no puedo, Theodore. ¿Seguirás queriéndome así?- su mirada sube a esos ojos de luna. - Alguien me dijo que las personas no quieren estar con alguien que no les haga sentir seguras y tienen razón. - 

Theodore puso la cabeza en ese hombro, escuchando en silencio. 

-Nadie nunca me quiso sin que les fuera útil. - sus recuerdos siguen en su cabeza. - Theodore, cuando digo que me gustas porque me quieres… Como si yo estuviera seguro de eso es porque siento que te soy útil y mientras siga siendo así me dejaras estar a tu lado. - 

La culpa sube por la columna de Theodore. 

–Te amo… ¿Pero como se supone que te sea útil si no me quieres cerca?-

-Yo no quise decir eso-

-¿Que utilidad tiene algo que no quieres cerca?-

-Dog, yo no me refería a no quererte cerca de mi y lo del humano no es tu culpa, no me interesa- 

-A mi me interesa… Cuanto tocarte me hace sentir mejor pero no debo hacerlo. - 

Estaría bien quedarse así. Tan solo juntos en silencio. 

Aprobando las caricias que este perro reparte sobre su pelaje hasta dormirse. 

La celda está en silencio. Más de uno tomó esta pauta para dormir ante el golpe de azúcar que más de uno sufrió al haber tragado demasiados dulces a la vez. 

Theodore vigila el sueño del perro con un aspecto deprimido.

Lleno de ese malestar recubierto por las espinas de su resentimiento. 

Los adultos tenían una forma distinta de pensar pero no deja de ser un tanto inquietante intentar entenderlos. Buscar respuestas para el comportamiento de estos y la razón para que DogDay debiera pasar por esto y llevarlo a experimentar esta desagradable sensación llena del malestar de la pérdida de un lazo con Dog. 

Esa confianza había flaqueado por culpa de un humano. Otro humano que se atreve a dañarlos de una forma nueva. 

No. Ya no estaba de buen humor y no puede llevar a nada ese dolor, solo reírse de su propia estupidez para golpear su interior rememorando las veces que ya tuvo que tragarse esta humillación. Su incapacidad de protegerse él mismo o a otros. 

-No creo que pueda seguir tu ritmo. - se lamenta pensando en el acto inofensivo de Dog y el resto. Entendía que todo era un acto para conseguir lo que querían pero no por eso dejaba de ser difícil seguir el ritmo. 

Odiaba tanto a los adultos. Odiaba que Dog sea quien tenga que dar la cara cuando estaba claro que su amigo estaba al límite cada segundo de su vida. 

Tan solo para que no lo quisieran cerca cuando no actuaba como ese descarado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nueve horas después ya estaban reconstruidos y despiertos. 

Todos excepto el líder de quince años que gusta del alcohol. Bailó y lloró después de taladrarles los oídos con algunas canciones cuyos intérpretes lo demandarían por tal destrucción a sus obras con esa voz tan desastrosa. 

-Te lo mereces, no nos diste ni una gota. - 

Dog tiene resaca. Lo saben porque se hizo bola en una esquina con un montón de pan para no escucharlos. Riéndose de vez en vez. 

El resultado es Crafty pasando por enfrente y golpeando el piso con sus pezuñas. 

-Lo volvería a hacer. - murmura aún recargado en la pared. - Ni una gota para ti, niña. - le recuerda victorioso. Crafty le responde pisoteando como caballo de feria hasta crear polvo con sus pezuñas. 

Theodore recuperó su libertad, aunque quien retuvo al otro fue el gatito , jugando con las cartas de memoria de Bunzo en el suelo con Hoppy y Bubba. Sus patas voltean una tarjeta entre las dos garras y otra vez logró encontrar al par. 

-Pago. - murmura Hoppy tirando entre sus patas otra bolita de pan y queso. 

Theodore lo guarda emocionado por ganar de nuevo. No parecía ni la mitad de lo enojado que estaba realmente. 

Dog en su esquina lo observa, muerde y traga una barra de pan de un mordisco, mirando al chico entre sus amigos, recordando la vergüenza que se auto provocó. Llorando de esa forma patética frente a Theodore, interrumpiendo su juego con las chicas y tambaleandose como un idiota por la celda. 

-DogDay, eres un estúpido Hobie. - murmura en un suspiro. - No te canses de avergonzarnos. - 

Bobby usa a fuerzas un montón de servilletas para limpiar su pelaje lleno del azúcar de los refrescos qué se derramó encima durante la histeria. 

-Tengo algunas toallas de bebé. - 

El ave la rescata sacando un paquete de toallas para la osa. 

Este despertar fue calmado, un suspiro para sus abatidas mentes pero no parecía ser todo. 

La comida fue repuesta mientras dormían y eso solo significa qué se quedarán mucho más tiempo. 

Incluso la bebida que él no les permitió beber, y seguiría siendo así, fue repuesta. 

 Entonces deberían tener un mayor cuidado en su consumo. Resultando en Hoppy y otros tomándolo como un juego aunque intentará mantenerlo de la forma más seria posible. No debió llorar frente a todos. Podía sentir cómo le costó el poco respeto que le tenían. 

Decide ponerse de pie y unirse al juego de cartas para matar el tiempo. 

El juego tuvo que ser igualado del lado de Hoppy y Bobby al traer a Bubba como su representante. Podría jactarse de ser un esfuerzo de pareja el ir ganando pero no, Theodore no tuvo piedad cuando le tocó a él ordenar las cartas y le hizo todas las parejas en cuestión de minutos. 

No saben jugar poker pero se sintió como tal al juntar sesenta parejas de cartas. Cada uno tuvo su turno para ser el dueño del mazo y ordenarlo de forma que el contrincante no pueda recordarlo aunque se hiciera en su cara el orden. Ahora mismo llegó el turno de Theodore de manipular el orden de las cartas y su primer contrincante es Bubba. 

Logrando algo inesperado para el grupo. 

-Ya, Bubba, deja de jugar y ganale. - le exige una animada Picky agarrada de su cabeza. 

La risa del perro y el gato se escuchan entre los quejidos del elefante al ser tirado de un lado a otro por los brazos de la linda chica. 

-Pues deja de sacudirle las ideas, es un chico no una conserva de duraznos. - le acusa Hoppy. 

-Cállate, mejor tapate la boca con tu afeminado. - 

-¡Yo si soy una chica!- Chillo Bobby desde los refrescos, ofendida al ser insultada sin estar siquiera en la escena del conflicto. 

Kickin comenzó a reírse en el suelo junto a DogDay. 

-¿Cómo es posible que te gane un gato?- lamenta Crafty mirando el tiempo que ya tardó Bubba.

-No se, se supone que aquí está la carta rosa. - murmura sin tocar la carta. 

-Pues votala. - le apura Picky con simpleza. 

-Hace rato lo hice pero era azul. - 

-¿Entonces no deberías buscar la azul?- le pregunta Kickin. 

Bubba asintió cambiando su búsqueda. Con esa ayuda tan insulsa había salido de un gran nudo mental. 

Theodore movió las orejas al verlo encontrar a la pareja azul. Esto comprueba una cosa que sospechaba por las palabras de Dog pero tomar notas con una prueba era mucho mejor que solo dar por hecho algo que podría estar errado.

Bubba tiene una gran memoria pero eso mismo le hace fallar al momento de tomar decisiones que cambian el orden de sus recuerdos. El estrés era su enemigo más peligroso. 

Había cambiado las cartas de lugar aprovechando el tamaño de su pata y la impresión del grupo sobre la aparente torpeza de sus dedos cortados. Cambiando los lugares al ordenarlos una vez debían reiniciar. 

Así mismo descubrió que Hoppy no tenía una memoria de largo plazo tan impresionante como su discernimiento del espacio y DogDay podía encontrar las cartas con algo que no era la memoria. El olfato. Oliendo su aroma en las cartas qué tocó más tiempo al voltearlas y contando cuantos segundos su pata estaba encima de cada color. El olfato y los cálculos. 

DogDay tiene un gran olfato unido a sus cálculos y Picky simplemente hacía lo que quería en sus intentos y luego aceptaba la derrota pero el desastre que hizo lo dejó para que otro lo arreglara. Bobby ni lo intento. No pudo medirla a ella. 

-Creo que le toca a Kickin. - apunta Bubba a terminar su turno con una victoria poco disfrutable. 

Theodore ordenó las cartas de nuevo. 

No sabía nada de Kickin. Más allá de esos secretos malvados o su gusto por el soccer y la conejita. 

-No. - 

El grupo, sobre todo el tramposo de Theodore, se detuvo al sentir la tensión del perro que dejó de estar relajado y con las orejas caídas. Saltando al verlo adelantarse a un punto de la celda. 

-Dog, ya no hagas eso. - le pidió Bubba asustado por la posibilidad de otro incidente como la última vez. 

Las cartas las guardo a prisas Bobby. 

-Ve a tu lugar. - le ordenó Dog sin importarle qué comenzarán a pelechar por el estrés repentino. 

El grupo obedece colocándose en una formación segura. 

Theodore la observa ubicando mejor a todos. Desde la coneja capaz de cambiar de dirección con un solo salto a Bobby en una esquina apartada cubriendo los puntos ciegos del elefante. 

De verdad parecían cobardes pero no lo eran. Solo no eran estúpidos. Nunca lo fueron. 

La celda se abre antes de que ellos puedan pensar en lo que sucedería o como CatNap lograran dejar de confabular. 

Entrando lentamente la figura más grande frente a otras tantas. 

Eran las criaturas de la superficie. 

Incluso los pequeños como CatBee o Huggys Wuggy medios, caminando entre las patas de los altos gemelos. 

La cabeza de más de uno de esos gigantes se inclina al verlos reunidos a los ocho en esa celda. 

Bobby pasó entre todos, empujando incluso a Theodore a un lado, todo para llegar a su lado con un paso presuroso. 

-Dog, no debemos pelear, no podemos ser malos con ellos.-

La situación se vuelve más inquieta al pasar entre las patas de esos gigantes, y de los más pequeños, la horda de pequeños conejos amarillos en busqueda del refugio de los ocho gigantes. Aferrándose a cada uno de sus más cercanos desde las patas, o como los cercanos a Kickin lo trepan para ocultarse en sus plumas listos para cualquier giro loco que se presentará. 

La división se hizo más clara con ese movimiento por parte de lo que pudo ser solo una alfombra de terciopelo móvil. 

La caja musical estaba presente y su figura fue resaltada por un chillido venido de su mano. 

-Dog. - lo llama preocupado Kickin al ver al Bunzo en su poder. 

No lo entienden, claro que no lo entienden, pero saben que estaba aterrado ese conejo.

-Dog. - lo insta Bobby. 

DogDay colocó las manos a los lados con un sentimiento extraño en el pecho. Ese conejo era como Bunzo Bunny pero no por eso era lo que ese conejo era. No era ese hermano para Boxy. 

Aún debió ser muy frustrante para Boxy tener a ese chico cerca de su persona nada más lo sacaban de su celda. Debió ser doloroso. 

Estas criaturas de superficie acaban de sufrir una gran herida en su moral, de una forma que no podia imaginar sufrir con sus amigos. Por ahora lo que suceda no puede ser ni de cerca algo que pueda permitirse tomar a la ligera. 

Algo que se volvió un grito al sentir como el círculo seguro era roto por un gatito grande y necio que no parece importarle adelantarse para ir hacia el grupo de moral sospechosa. 

Dog lo detuvo por el collar haciéndole girar de vuelta. 

-¿Qué haces? ¿En que piensas Theodore?- 

-La está asustando. - murmura enojado.-Voy a pegarle. - informa de sus intenciones solo por ser Dog. 

Era su conejita, la más lenta, Tamie. No poseia la capacidad de quedarse quieto cuando le amenazaba de esa forma tan descarada.

Dog levantó la mirada más allá de Theodore, acariciando sus orejas bajo los ojos de más de un juguete. 

-No vas a pelearte con nadie que no te golpee primero y si lo piensas, de siempre actuar así yo no te habría conocido. - lo deja ir tranquilo. -Voy a intentar algo. - le hablo con un tono tranquilo. 

Theodore retrocedió temblando sin saber porque lo hacía. Observando al perro mover los hombros y caminar hacia el grupo entrante. Fue devuelto a su lugar por las garras de Hoppy y un regaño en forma de zape lo hace bajar la cabeza. 

Solo pudiendo ver las patas del perro adelantarse a paso ligero. 

A DogDay la situación y la resaca lo tienen al límite. Detuvo a Theodore solo para evitar que la muy preparada Mommy lo atrapara de primero. Pelear era una gran opción si Boxy ahora intentará echarse atrás. Lo mataría, aunque deba perder más que un brazo. 

Lo que hizo en un solo día era suficiente para acabar con todos sus planes y Boxy era importante, invaluable pero no imprescindible.

-Llevamos 12 horas encerrados, nos restituyeron la comida hace tres horas. - lo informa a todos. - No planeamos pelear por comida pero el espacio deberá ser separado. - miro a Mommy. - ¿Tienes alguna idea de cuánto podrían encerrarnos?-

La araña frunce el ceño bajando la mirada al suelo donde la observan los monstruos de la superficie. 

-¿Quieres jugar a los líderes conmigo?-

-No es un juego si es la verdad y si no eres tu, ¿A quien debería dirigirme?- su humor no es bueno. Desde hace días no puede ser amable libremente.-Además de que quiero a mi amigo de vuelta. - apuntó a Boxy, exactamente su mano.

-Si.- la araña bajo del techo sin soltarse, solo estirando el cuello para verlo de frente.-¿Como se supone que calcule el tiempo, niño?-

Dog inclinó la cabeza descubriendo el cuello. 

-Los guardias esconden comida cuando la vigilia será de más de doce horas, ¿Pudiste percibir dulces en sus uniformes?-

Mommy levantó las cejas con tonteando el cuello de vuelta al techo. Pensativa intentó discernir entre las olas de odio si pudo percibir tal cosa. 

-Guardaban granola y pan en sus chalecos. - 

Fue una pequeña CatBee la que habló escondida tras los pies de Boxy. 

Dog la reconoce como la nueva líder. Aquella que entregó a la anterior líder. Dio su opinión esperando que no decidieron demasiado pronto mandarlo al demonio. 

-Significa que estaremos aquí hasta la siguiente ronda y puede que vaya a más tiempo. - apuntó a la comida. - Mi grupo no peleará por comida pero no nos quedaremos sin nada, entonces lo único que puedo recomendarte a ti y a tus amigos es que no la termine demasiado pronto. Solo en caso de que nos intenten obligar a cometer canibalismo. - lo apuntó y retrocedió sin darles la espalda. 

Más tarde , la osa y la coneja llevaron cinco y cuatro tablas con sus respectivos trastos de líquido. Un tanto humilde al dejar más de dos veces de lo mismo en disposición de los grandes.

-¿Acaso está envenenada?- preguntó Mommy desde lo alto. 

-No pero no podemos arriesgarnos. - hizo una señal a su grupo para retirarse a otra zona de la celda. 

Estos quinientos metros eran suficientes para que pareciera un gran jardín pero ahora solo era un salón donde se empujaban. 

-Tamie. - recordó Theodore no dejándose arrastrar al lugar dividido. 

DogDay apuntó a Boxy. 

-Entregala. - pidió con firmeza. 

La conejita chillo al ser llevada cerca de la boca de Boxy. 

-¿Y si me la como?-

-Entonces debería dejar de ser amistoso. - respondió mucho antes de que la voz de Boxy se apagará. 

Boxy frunce el ceño. No entendía porque ese perro se comportaba tan frío de la nada. O tal vez si. 

El tener a Huggy tan meditativo o a Mommy sin dejar de observar a todos y cada uno de los juguetes con esa mirada penetrante por encima de sus cabezas como si fuera a saltar encima de ellos en cualquier momento. 

-Esa no es tu hermana. Déjala ir a casa. - 

PJ interrumpió sus dudas con esa simple declaración. 

Dog gruño al verle por encima de su cabeza. Desde un inicio tuvo que detener a Theodore de recibir a ese perro de tantas patas sobre su cuerpo. 

Estas criaturas siempre ponían a ese cien pies al frente con Mommy a su flanco. 

Theodore debió olvidar lo que le sucedía al que no vigila el techo. 

Boxy dejó ir a Bunzo al bajarla al suelo suavemente. 

Esta coneja no tardó en corre a trompicones y resbalando, directamente a las patas del gran gato, sin poner en sus ojos al perro se unió a sus hermanos bajo el felino. 

-Catnap. - saluda al gigante de su sección. 

Theodore no gustaba de ese nombre pero lo aceptó tan solo por ser por parte de los pequeños. Acariciando las orejas del conejo amarillo ya distraído. 

Dog hizo un movimiento de cabeza y sus hombros caen a medias inclinándose con brazos extendidos. 

-Gracias, les dejo su lugar. - camina ahora directamente a llevar a un espacio seguro a su grupo. 

 

Los gigantes de la superficie no soportan aquella, considerada estúpida, cortesía por parte del perro y desearían poder responderle con los insultos qué pensaban merecía un actor de método tan nauseabundo. 

De todo en este mundo los falsos gestos de educación de un asesino son los más asquerosos. 

Porqué no pueden olvidar que este perro mató a Daisy, la perra lo merecía pero no por eso perdonaría ni a su grupo que tomó el mismo camino hasta con el payaso hecho de otros pedazos. 

Podrían seguir maldiciendo en su interior pero la recatada Kissy fue derrotada por sus deseos más profundos. Corriendo antes de que Mommy lo permitiera, directamente hacia la tabla con pastel y refresco de cola. Lo tragó como si fuera a morir de dejar una gota en ese bote. 

Después de ella los Monitos no lo resistieron y la siguieron. 

Boxy piso a más de uno para adueñarse de la gran pila de res asada en el centro. 

Huggy jugueteo entre sus manos una manzana acaramelada antes de llevarse más de quince a la boca. 

Mommy se perdió en las frutas y el dulce chocolate. Empujando al pequeño CatBee qué intentó tomar un racimo de uvas desde abajo.

 

 

Bobby los observa preocupada por lo rápido que sucumbieron a la violencia. 

Theodore sacude las orejas y de su propio montón de dulces dejó a los conejos comer. 

Kickin observa al gato decidir y actuar sin la orden del líder. Buscando la orden de este con respecto a la comida y los conejos. 

DogDay lo medita. Desde la actuación sin pensar del gato a las posibilidades de ser encerrados por los humanos con los gigantes que devoran por sí solos grandes toneladas de alimento en menos de unos días. Si los dejara sin comer los pequeños serían devorados de una u otra forma en cualquier trifulca. 

Aunque también podría usarlos para alimentar a su grupo. Esa es la línea que decide seguir. 

-Los pequeños deberán estar fuertes, todos deben comer. - apunta a la comida que podrían perder. La tonta bandeja de pan con ajo qué decidió Hoppy qué sería bueno para los ocho gigantes. 

Los conejos aceptan de buena gana y comen, peleando al inicio. 

Kickin los golpeó con una barra de pan antes de repartir el pan de forma ordenada. 

Theodore se vio obligado a recuperar lo que les dio, por un gesto de Bubba,y los dejó unirse a sus compañeros. 

DogDay vuelve a mirar a los gigantes de la superficie. 

-No se alejen. - le ordenó a su grupo antes de sentarse en la orilla de su propio terreno. 

Theodore tentó el terreno antes de ir a su lado. 

DogDay lo recibió levantando el brazo para que colocará la cabeza en su regazo. Theodore acató con ánimo a su posición devuelta. 

Pasaron bastantes horas. 

No fue algo agradable. 

Los grandes de la superficie son mucho menos rescatados. No dudaron en pelear por la posición más cercana a la puerta. Terminando con varias mordidas. 

Mommy era la líder pero no interferiría si no le parecía importante. Dejando que los pequeños se vieran reducidos a la voluntad del gigante que les correspondiera. 

Al parecer el desánimo de Boxy lo hizo ser expulsado hasta el borde más cercano con los sonrientes y sus gatitos vinieron con él. Vigilando a las ocho criaturas mientras también se protegían de las bravuconadas de los Huggy más pequeños. 

La celda sigue siendo espaciosa y varios ya tomaron su lugar. 

El sueño los sigue y más de uno, incluida Mommy con PJ en el techo, comenzaron a cabecear por el aburrimiento. 

El cartel de letras coloridas hace rato fue ensuciado por las huellas de los monos y fue ignorado, al menos hasta que un gatito amarillo se dirigió al líder qué cuidaba el frente junto a su dormido monstruo purpura. 

-¿De verdad es su cumpleaños?- pregunta sin acercarse a la orilla pero si se había aventurado lejos de su grupo y el gigante rojo. 

Dog le da un extenso vistazo antes de levantar la mirada hacia Boxy. 

Esta criatura también le espera y sus ojos apenas asomados le esperan con una sonrisa socarrona. 

-No. Nuestro cumpleaños se festejaba en agosto. - lo compartió sin encontrar algún riesgo en información sobre niños que ya no estaban vivos. 

El gatito movió los bigotes pensativo, sus ojos rodaron antes de morderse la patita. 

-Entonces éramos del mismo bloque, ¿Cuatro?-

Dog asintió esperando saber su nombre. 

-Yo no recuerdo tu nombre, ¿Siempre fuiste DogDay?-

-No recuerdo, ¿Cuál era tu nombre?-

-Malinda, del bloque 4.- 

Bobby al fondo de su grupo tuvo un impulso frustrado por Hoppy. 

Nori fue un de sus amiguitas antes de ser |hecha pedazos. Su última compañía. 

-Creí que se había ido con los niños. - 

-Recuerda que CatBee entró en producción antes de sacar a los niños. - murmura Hoppy abrazando sus hombros. - No la presiones. - 

Kickin bajo los ojos al suelo. Sin saber si intervenir o quedarse callado. 

 

-Es bueno que sigas recordando tu nombre. - apunta Dog acariciando al gatito en sus piernas. 

-Es lo único que tenemos. - apunta la gata en el suelo. - Por eso tengo la duda de porque no hablas con Boxy. - 

Dog siente al gato en su poder sacudir las orejas impresionado por esa línea. Delatando su estado consciente y no esa somnolencia qué estuvo fabricando por horas. 

Dog exhala sin vaho, atrapando una de esas orejas entrometidas entre los dedos. 

-Hace mucho tiempo tuvimos una pelea. - lo resume. - No se si aun podemos ser amigos cuando parece que no deberías hablarme ahora. - su voz se dirige directamente hacia la caja roja. 

Boxy medita molesto la señal tan directa y sutil de este perro. 

Estaba cien por ciento seguro de que los planes que tenía con este perro eran contra las reglas de Mommy, contra el orgullo único de las criaturas qué comparten su territorio con él. 

Planes con un tipo como este a sabiendas de lo poco que le agradaba a Mommy era peligroso. Aún era justo. Por Sofía , todo.

Por él. 

-Entonces vete al demonio, perro. - dictamina Boxy en voz baja. Tomó su caja dispuesto a cambiar de lugar. 

CatBee vio a su gigante retirarse y por supuesto lo siguió de inmediato. Sin mirar de nuevo a ninguna de las criaturas. 

DogDay no hizo nada por detenerlos. Satisfecho por ocultar por un corto plazo más este trato tan peligroso. Theodore vuelve a fingir dormir. 

 

Bobby en brazos de Hoppy suspiro derrotada. Tragándose el dolor de perder otro lazo nuevamente. 

La coneja palmeó su cabeza con un tono suave. 

-Aun me tienes a mi, amiga. - 

Bobby aspira y exhala el vaho profundo. Poniéndose de pie decidida. 

-Esta se supone que es nuestra fiesta de cumpleaños, ¿No es así, Dog?- apunta levantando los puños. 

-No pelearé por la pizza pisoteada. - murmura Picky pensando que la osa quería recuperar el poder sobre el resto de comida. 

-No. Yo hablo de que esta es una fiesta y deberíamos seguir festejando.-

-No creo que sea buena idea. - lo apunta Bubba a un lado de Picky. 

Bobby apretó las garras en los puños. Gira llamando a DogDay. 

-¡Tu eres el líder, ¿Qué dices Dog?!-

El líder en cuestión le sonríe desde su lugar con el gatito. 

-No puedo imaginar un peor escenario que el de la última vez. - 

-¡Eso! .- festejo al escucharlo. 

-No era un permiso-

-All the school kids so sick of books, they like the punk and the metal band, when the buzzer rings… oh, uh-ey, oh… -

Los sonrientes conocen a Bobby hace años. Sabían que era amorosa y tímida como flor en botón. No esperaban que justo ahora decidiera hacer algo como esto. Frente a estas criaturas. 

Theodore no podía fingirse dormido cuando algo como esto sucedía. Admirando a la osa saltar de un pie a otro en una crea grafía nerviosa entre sus líneas apenas capaces de seguir el ritmo de la melodía que no puede fabricar por sí sola pero su voz los hace escucharla. 

-They're walking like an Egyptian. - levanta los brazos frente a sus amigos. - All the kids in the marketplace say, ay, oh, uh-eee, oh, ay, oh. ¡Walk like an Egyptian! - 

Picky la observa con ojos helados, pensando en cuánto maltrato sufriría una niña tan rara fuera de este mundo de sangre. 

-Slide your feet up, the street bend your back, shift your arm then you pull it back, life is hard you know oh, uh-ey, oh. So strike a pose on a Cadillac. - 

-¿Pero que mierda le pasa a los del sotano?-

Ese murmullo no es de ninguno de los aturdidos gigantes de la superficie. Había sido un murmullo por parte de las gatitas bajo Boxy. Demasiadas hastiadas para poder procesar los actos de Bobby de buena manera. 

Demasiadas cansadas para dejarse llevar. Demasiado enojadas y tristes. 

Bobby estaba segura de lo que hacía pero también de para quién lo hacía. Ser rechazada le dolió más de lo que creyó pero no la hace detenerse. Recibiendo el apoyo de alguien de su grupo. 

El más descarado, por supuesto. 

-¿No te parece que tu ritmo es demasiado brusco?- apunta Dog al unirse. -¡Puedes unirte, Theodore!-

El gato, antes abandonado, levantó y bajó las orejas al ser mirado por cada par de ojos presentes en esta celda. Como si le dijeran en coro “Ve, haber que pasa y nos reímos” 

No. No va a ir. 

-Estoy intentando algo. - se defendió Bobby dejando de lado la incomodidad de Theodore. 

-Estas en buen camino pero nuestros invitados no han tenido una fiesta en mucho tiempo y son tímidos. - lo murmura tomando con cuidado sus garras.-Debes ser buena y paciente, incluso para hacer el bien debes adaptarte al ritmo de los otros.-la hace girar suavemente. 

-Oh, vaya… - su sonrisa fue sincera al sentirse de nuevo pequeña y no porque la presión parara sino por el ritmo suave que marca ese paso que la hace sentir cómoda pero también llevada de la mano a la corriente. 

Theodore bajó las orejas sintiéndose extraño al ver al perro tomar la cintura de la osa en un giro. 

El perro susurra la letra para ella. 

-Open your eyes I see, Your eyes are open, Wear no disguise for me… - 

Bobby lo canta más alto al seguir el baile entre sus amigos. Un extraño vals donde se juntan o separan con el coro. 

Hoppy supera su vergüenza con Kickin, uniéndose de la mano al intento de baile. 

-Come into the open, when it's cold outside ¿Am I here in vain?- 

Kickin canta con ellos por su voz, haciendo a la coneja relajar los hombros al girar con él. 

-Hold on to the night, there will be no shame… - 

 

 

El gato levanta el cuerpo del suelo acercándose al grupo. Superando su vergüenza busca al perro. 

Para las criaturas de la superficie no era la primera vez que veían a ese grupo humillarse por alguna razón de gran peso. ¿Qué estaban haciendo ahora?

-¿Nos están haciendo un espectáculo?- apunta PJ bastante perdido. 

¿En qué momento esos locos comenzaron a bailar? ¿Por qué? 

-Están locos, no lo pienses demasiado. - murmura Mommy sin apartar la mirada. 

Era divertido. ¿Cuántos años cumpliría? ¿21? Ella ya debió haber tenido todos esos bailes de despedida para su niñez. 

Debió ir a un baile y competir por ser reina, debió tener la oportunidad de salir con un chico que no le triplique la edad o tenga cuarenta patas. 

-Desearía haber ido a la preparatoria. - suspira ese deseo ya imposible. 

Observando al grupo cada vez mayor balancearse con un coro. 

 

Si. Eran grandes pero no por eso ruidosos y verlos bailar y cantar en un ritmo tan lento puede adormecer los sentidos. Calmarlos. 

 

En ese dichoso grupo hasta Picky se vio arrastrada a la locura para compartir algunos pasos de verdad con Bubba. Siguiendo apenas el ritmo de Hoppy, que como siempre saca otro talento de debajo de su esponjoso rabo, parece que su nuevo talento es bailar. 

-Estas bailando conmigo, Picky, mírame a mí.- 

La chica suspira aceptando esa presión delicada en su cintura. Correspondiendo con un abrazo aún más cerrado entre ellos. 

Theodore no sabía cómo hacerlo pero intentó unirse, atrapando con una garra al perro al ponerse de pie. Otra vez mira hacia abajo al perro. 

Este can exhala una nube espesa desde su boca. 

-Vaya que el menú es bueno esta vez. - murmura atrapando entre las manos la cadera del gato. Al no alcanzar sus hombros, claro. 

Hacer acto de presencia no es tan sencillo como pensó ni verse llevado a un baile cuando sus piernas cortadas aún no se acostumbran a ir de pie. Recargándose en el perro a cada paso. Bien se podría ver torpe toda la pista o cerrar los ojos para no ver al zoológico masacrando toda etiqueta de salón con cuatro o dos patas. 

Los primeros en unirse fueron los pequeños Bunzo. 

Seguidos por unos temerosos CatBee pero no hubo más. 

Solo fueron observados por los primeros minutos. 

Dog pensó en traerlos al lugar pero no lo decide de esa manera por la espina qué le advierte de lo poco listos que estaban todos para ser afrontados por algo tan activo como un baile. 

La superficie consume luz solar más regularmente que las criaturas del sótano pero no por eso estaban en su mejor estado. En contacto humano y sin el extraño sentido de responsabilidad que se consume los huesos de un líder como el perro, las cosas no se desarrollaron de buena manera. 

Hostigados, amenazados y solos hasta sangrar. 

El solo intento podría romper la calma que se obligaban a mostrar cuando sufrían de un gran miedo a este mundo desagradecido.  

A contrarrestar con el sótano. La ilusión que se construyó se refleja en los actos de la osa que no es tan desconfiada y ambigua como esa pequeña gata amarilla. Aunque vengan del mismo lugar. 

El distinto modo de liderazgo. La recompensa de llevar el mal en unos hombros resistentes. 

Y vaya que el perro era resistente. Para matarlo habría que hacerlo pedazos, pieza a pieza para evitar que se vuelva a poner de pie. 

Hasta que ese día llegará el trabajo del líder logro, inegablemente, les proteger de la realidad más asquerosa a ese equilibrio tan frágil. 

Muy pequeño y delgado como un hilo suelto que se puede arrancar de un tirón. 

DogDay temía qué esa ilusión se convirtiera en una burbuja fácil de reventar. Protegiéndola como podía. Cuidando de los niños a su cargo y de lo que queda de su propia personalidad… de ese niño. 

-¿Quién soy justo ahora?- pregunta en un hilo perdido de su mente. 

Theodore, aun en sus hombros, sacude las orejas. 

-Eres DogDay, ¿No?- pregunta mirándolo desde arriba.-Eres mio. - 

El perro parpadea un par de veces. Theodore tuvo un sobresalto al ver esos ojos de plata apagarse por un segundo.

-Cariño, no te vayas sin mi.- lo llama en voz baja y trémula ante el brillo que regresó de un momento a otro. 

-Hola, mi amor. - saluda colocando la cabeza en su estómago.-Aquí estoy, Theodore. - 

El gato dejó de mantenerse de pie para aplastarlo sin piedad.

Algunos Bunzo tuvieron que correr a cuatro para no ser aplastados

-Concéntrate.- ordena desde arriba al perro. Levantándose sólo para verlo bajo su cuerpo. 

Este líder asiente y lo mira serio. 

-Lo lamento , estoy cansado.- rodeo esa cintura a su alcance, sus cejas se fruncen al sentir como sus dedos se unieron al poder tomarlo sin esfuerzo alguno. - Theodore, creo que debes comer más que nosotros, no estás bien de peso. - 

-Estoy perfecto. - gruñe acostándose en el pecho del perro, donde puede verlo hacia arriba y dejarse acariciar sin tener que hacer nada para ser mimado.-Puedes sujetarme, cargarme y tocarme cuando gustes. Eso me gusta.-

El calor continúa ahí. Con el amor que se encuentra en el fondo de sus cabezas como un pez que ya encontró su arrecife. Solo sobreviviendo como el unico atisbo de color en todo ese océano de dolor. 

Theodore decide hacer algo valiente sin pensarlo. 

-¿Oh, si?- murmura el perro al sentirlo subir por su cuerpo para buscar su rostro.-Gracias. - murmura tomando esas mejillas más que feliz por ese contacto. - No puedo creer que aún te guste después de anoche. Te avergoncé mucho.- 

-Me has hecho cosas peores, eso no fue nada. - murmura chocando sus narices.-Como usar de trapeador mi cobija. - 

DogDay comenzó a reírse al recordar ese incidente. El culpable aprieta el abrazo con ese felino en su pecho. 

-Te amo, gatito, te amo demasiado. - 

 

 

 

 

En su lugar, junto a las pizzas viejas, Kissy golpeó con el codo el costado de Huggy para hacer ver a ese grupo de nuevo. 

No fue ver a la unicornio en dos patas la sorpresa. La sorpresa viene por dos. 

Siendo ese elefante y la cerdita compartiendo algo parecido a un beso y no eran los únicos.

Ese líder y el gato tenían en el suelo el mismo tipo de contacto. Juntando los rostros de espaldas a ellos. Chocando sus narices tan de cerca que apenas les quedaba espacio entre ellos. 

-Vaya que saben llamar la atención. - 

El murmullo de PJ, más hablador que nunca, hace a Kissy farfullar una risita 

Huggy no, él está bastante enojado.No sabía porque pero lo estaba. 

-Talvez te hace falta ese dichoso humano,¿Qué a donde fue? ¿Hace cuanto no vuelve a visitarte? - 

Los ojos del experimento azul se abren al escuchar la voz de Mommy por encima de su cabeza. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la oscuridad. 

En la sangre rociada por los muros. 

 

 

Las rejas se abren por encima de las cabezas amarillas. 

La voz nerviosa de una de las muñecas suena entre los murmullos ahogados. 

Tocando la puerta por la que los humanos observan por el cristal al interior de la celda. Su rostro sonriente aún es iluminado en blanco por la luz del laboratorio al otro lado de esa celda de concreto. 

Los dedos de la muñeca golpean tratando de llamarlos entre sus palabras rotas. 

-No piensen que me resisto, solo quiero decir que quisiera, si no es mucha molestia por supuesto ; qué pudieran permitirme despedirme de un amigo.- lo pide y sonríe intentando, esforzándose por ser escuchada. 

Las caras de los científicos le ignoran, vigilando a las muñecas que dan vueltas juntas de la mano o se quedan estáticas una vez fueron dejadas en el interior de la celda cubierta de rojo, una podredumbre arrastrada al interior de las sombras. 

-Escuchen, fui buena, les serví, solo quiero ver a alguien. - pide la muñeca insistiendo esta vez golpeando con el dorso del puño. - Por favor, solo quiero verlo. - pidió de nuevo. 

Dentro los humanos dieron una señal al control. Liberandolo. 

La muñeca en el interior no detuvo sus golpes ansiosos. 

-¿Hermanita? ¿Hermana, que es esa cosa?-

-¿No es como nosotros?-

La muñeca no volteo. 

-Les pido, sinceramente se los ruego, solo permitan que me despida.- 

Gritos. Sus hermanas estaban gritando a su espalda. 

-Porfavor, no es mucho. Lo saben. - golpeó con ambos puños al cristal.¡¡¿Que no me ven?!! ¡¡Vean lo que me hicieron, vean me malditos cerdos!!- sus gritos se volvieron agudos. 

Los científicos en el interior le dan una mirada helada. 

-¡¡¿Qué más quieren hacer con nosotros?!! ¿Qué más pueden hacer con nosotros? ¡¡Vean lo que han hecho, lo que me hicieron a mi y a él!! ¡¿Cuándo tendrán suficiente?!- sus ojos se abren ante los gritos detrás de su espalda. 

-Escucha 1-0-0-6.-

La maestra mira a la bocina sobre el cristal. 

-Trata de hacerlas pedazos más lentamente, necesitamos contar las ondas. Si no quieres que sea a ti, claro. - 

La muñeca abrió la boca en un grito mudo. Los gritos en la oscuridad la acompañan.

-¡¡Lo siento, lo siento!! ¡Están enojados! ¿Es porque los llame cerdos? ¡Perdón, perdón, perdón!- 

Lentamente los gritos aumentaron, disminuyeron pero no pararon aunque ella misma se quedó afónica gritando al cristal. Sus rodillas se han debilitado al quedarse en el suelo. 

-¿Es tan difícil? ¿Podría ser tan difícil? ¡Solo quiero despedirme, por favor!-

Un científico decidió acercarse. Ignorando las miradas de sus compañeros. 

Haber estado en contacto con los sonrientes les hacía sentir que estas cosas no eran tan solo juguetes. No se había cortado el lazo entre humano y experimento. No ahora que su interés era personal. 

-Habla, esto guardará tu mensaje. - le mostró una grabadora con notas del mismo experimento. 

La muñeca tembló. No sabía si el mensaje sería entregado, si esta oferta era real. 

Aun sus ojos se abren y cierran esperanzada. 

-Gracias.- suspira aferrándose al cristal. - Yo, yo soy Molly, me recuerdas de artes. - sonríe animada al ver los segundos contados. - Theodore tú me hablaste antes que ningún humano y me trataste con mucho cariño. Eso me hacía muy feliz y me hacía amar mi trabajo.-

Los gritos al fondo al fin se detuvieron. Escuchandose ese arrastre gigante y lento en su dirección. 

-Theodore, tienes un lindo nombre. Debí violarte cuando tuve la oportunidad. - su sonrisa creció al abrir de nuevo la boca. -Me hubiera gustado tener tiempo para desgarrarte el trasero con mis colores, abrirte la barriga y comerte. Hacerte pedazos y tocarme con tus restos encima de esa cobija tan bonita, te deseaba, te deseaba tanto mi lindo niño. De verdad que me siento mal por no haber podido jugar contigo como deseaba.- su saliva cae por las orillas de su boca. - Como me hubiera gustado tanto tenerte solo para mi sola, Theodore. - su boca comenzó a temblar al reír animada. Retorciéndose cada vez más feliz por sacar ese deseo del fondo de su cuerpo. Sacando la lengua reclame sus dientes frente a los científicos. - No me devuelvan, no soy un buen monstruo. Soy como ustedes mis ángeles. - 

Los científicos no salían de su estupor. Sin poder detener la grabación o poder entender como la voz de esa muñeca se volvió la de un hombre en tan solo un segundo. Solo viendo como la muñeca fue arrastrada por la gran garra a lo alto. 

Esta gran criatura la levantó ignorando

-Una lástima, niño… - murmura ese monstruo - No era ese tu juguete. - 

Los científicos en el interior no pueden cambiar de expresión por más de un minuto. 

Pausando la grabadora el trabajador se había apiadado de esa muñeca. 

-No borres eso. Solo guárdalo con el archivo de hoy. - 

Lento. Muy lento se recompusieron para guardar el archivo. 

Hoy las muñecas disminuyen a 9.

Además de que se dará la orden de no descuidar a las muñecas y colocar a un gigante siempre sin excepción en el recinto escolar. 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.
Sip, a DogDay le gusta la cerveza.
Una cosa curiosa qué de verdad es importante.
Pueden dar por hecho que a Hobie le está costando cuidar su propia personalidad a salvo de todo lo que les ocurre.

Chapter 61

Notes:

Hola

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquella afrenta fue un gran susto para la pequeña coneja. Aterrador. Fue atrapada por las garras de ese gigante deforme y su aliento le llenó los pulmones. La vida es tan rara como su primera experiencia excretando o descubrir que podía sacarse el ojo sin dolor. 

Experiencias inolvidables. Tamie las sobrepasa y más emocionada al haber sido reconocida por su gigante seleccionado. 

Cómo terminó bailando después de eso con los otros conejos y entre las patas de los otros gigantes era un misterio por desentrañar. Preguntándose si un día podría entender a los grandes del juego de terror. Pasando de la mano con sus amigos entre las patas de un gigante azul, tocando esos pelaje espesos de pasada. Esquivando las pezuñas rosas y riendo de los que se quedan atrás en la fila apunto de ser aplastados por las gruesas patas de más de un gigante.

Asomándose entre los pasos de la gran osa roja para ver al gato y al perro compartir un tipo de beso frente a todos, sin miedo alguno a los ojos de los presentes o el futuro. 

Uno de los conejos de la sección del gato inclina la cabeza colgando sus orejas a un lado. 

-¿No eran chicos los dos?- interroga a sus compañeros.-Es raro. 

-¿A quién le importa lo que sean? Mientras nos alimenten todo estará bien. - apunta un tercero empujandolos para volver a jugar.- ¡Cómo va a estallar tu burbuja, cuando conozcas a otra enfermera y conduzca en un coche fúnebre!-

La línea de conejos continúa coreando a su manera el canto de Bobby. 

 

 

 

 

 Dejando en el recuerdo el contacto entre el perro muerto y su gato. 

 

 

 

 

 

El perro detuvo las caricias sobre el gatito. No podía seguir ignorando lo que sucedía afuera de la celda. 

-Theodore… - lo nombra para traerlo de vuelta al mundo y fuera de ese sopor que pasaba al relajarse el gato.

-¿Mhm?- responde recargado sobre su pecho firme. Ronroneando con gusto después de ser mimado a profundidad. 

-No importa cuánto cambien las cosas, siempre estarás bien. Mientras esté vivo estaré para ti, no temas a los cambios, mi amor.- 

Theodore ignoró su advertencia pero recibió el cariño con un movimiento de orejas aturdido por el calor bajó su rostro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor roja

                                                    Una de tus propias manos

 

 

 

 

 

05/13/1991

 

Faltan tres años para la hora de la alegría. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Guardería no cambió mucho en esas horas que los aislaron. 

Habiendolos liberado unas diez horas después de tener ese episodio con las criaturas del exterior. Retomando sus labores silenciosamente. 

Tal vez con muchos puntos menos en fama y seguramente eso tendría consecuencias. 

En las instalaciones solo cambió algo que el líder noto al salir como siempre delante de su grupo, trabándose sus pasos con algo nuevo en el suelo. No cayó al piso por su equilibrio constante pero sí dio unos pasos evitando volver sobre el mismo objetivo. 

 Una fila de rejas más pequeñas pero más grandes que las necesarias para los Bunzo Bunny. 

El grupo observa ese cable por más tiempo de lo que podrían darse cuenta que hicieron. Era estúpido. 

No. Este cambio era extremadamente escandaloso a su manera. 

-¿Qué es esto, Bubba?- le preguntó el líder confundido por lo que no puede discernir. 

Apenas entraban de nuevo a este espacio y lo primero que descubren era esta cosa extraña, no era una buena señal. 

Bubba rasca su nuca agachándose para verlo de cerca y detenidamente lo revisa midiendo con precisión el interior del cable. 

Esta cosa debió romperse por la fuerza de Dog al tropezarse, no debió quedar entera después de tal fuerza de tiro. 

-Son cables.- murmuró levantándose. 

-Oh, dios mío. - cubre su boca sonriente con las pezuñas. - ¿Cómo supiste que son cables?- 

Bubba cerró los ojos ante el sarcasmo de Picky.

-Ahí dice cable. - apunta Theodore al plástico que lo recubre.

La mirada de todos los presentes fue a él. 

-¿Qué?- pregunta preocupado por esos ojos extraños. 

-Lo bueno es que es bonito. - murmura a Crafty con un suspiro. 

Theodore estaba confundido por esa actitud. 

-¿Puedes saber para qué sirve si descubrimos a que se conecta?- le pregunta Dog desviando la atención de molestar al gato al tema principal. - Dejen a Theodore. Solo quiere ayudar. - 

-Bien… Creo qué este lado se alimenta de ese lado. - apuntó al centro del domo. - Y creo que eso protegerá los circuitos.-

Dog dejó caer los hombros. 

-Ya no podrás manipular las maquinas. - 

Bubba junto las patas asustado. 

Esa opción fue demasiado inmediata por parte del perro. No lo dijo como una posibilidad austera sino como la realidad a la que deberían adaptarse. 

Kickin al fondo exhala una bocanada de vaho. Habiendo pasado todo este tiempo retrasando la colecta de los menores, protegiendolos pero eso era gracias a las desconexiones trabajadas por Bubba. 

Sin la intervención que él mismo controlaba, esta situación de sacrificios no sería sostenible por mucho más tiempo.

-Los niños serán monitoreados totalmente. - murmura Bobby dejando caer el pelaje. - ¿Es eso lo que quieres decir? ¿Es eso?- pregunta a Bobby nuevamente.

Bubba levantó las patas listo para intentar explicar sus sospechas a todos. 

-¡Buenos días chicos! ¡¿Descansaron bien?! ¡Escuchen el nuevo orden y pórtense bien!-

El coordinador llegó a dividirlos

 

 

 

 

 -¿Son carritos?-apuntan algunos niños felices al ver nuevos adornos en el jardín fuera de la escuela. 

-Yo creo que van a incluir un tren como en la estación. - 

-¡Eso sería genial!-

Super chido!-

Los tres niños voltearon al escuchar al último que exclama emocionado. 

-¿Alguien le entiende?-cuestionan. 

-No pero no sean malos, es bueno el amigo aquí. - 

-¡El que no hablen mi idioma no significa que no los entienda!- reclama agitando los puños al ser nombrado con tanta lástima.

-Tranquilo taquito, te entendemos. - apunta una de las niñas. 

El niño apretó los labios en una línea al ser llamado de esa forma, más su reclamo se quedó en nada al ver lo que venía hacia ellos. Apartándose el grupo para abrirle paso a ese gran gato púrpura.

Lo siguen con los ojos llenos de admiración por su gran tamaño y su olor les deja calmarse al saludarlos de paso con una sacudida de esa cola sobre sus cabezas. 

No era como cuando el perro los saludaba y aconsejaba y pasaba sus grandes palmas por sus cabezas con un tono paternal, este contacto con el gato era como ser acariciados por un amigo mucho más serio y correcto. Dejándoles con un sentimiento de respeto muy distinto al cariño del perro. 

Una distancia cortés muy interesante. 

Ajeno a la percepción de los niños sobre él, este abstraído Theodore sacude la espalda ante el estremecimiento que le recorrió al ver los grandes cambios ocultos. Los canales de audio repartidos por el lugar. 

Hay un exceso de electricidad por todo este edificio. 

Muchos teléfonos de pared. Más carteles de colores y las maestras han sido reducidas. 

Hay muchas menos maestras. 

Esto lo hizo estremecer al buscar a su favorita de artes. 

Ahora que al fin lo colocaban en La Escuela. Habiendo podido intercambiar palabras con ella de nuevo, no deseaba perder una amiga ahora. 

Toca las paredes buscando los rastros de una persona que no estaba más, su reflejo ya no era el taciturno rostro de un niño perdido.

 Solo le queda un río de recuerdos que lo lleva a ese salón. 

Siendo por un segundo el mismo niño que en el pasado buscaba esta aula como su refugio lejos de ese cuidador.

Ella no podía protegerlo pero le daba un escondite qué muchas veces era descubierto por ese hombre cuando se quedaban solos. Un recuerdo amargo pero era la verdad. Ella fue su amiga. 

Perderla era un tanto doloroso. Un resquicio de quién fue se va con ella. 

Dentro los pocos niños presentes le miraban curiosos por su llegada sorpresiva. 

Saluda con una pata al dirigirse hacia la maestra en el escritorio, donde con plastilina qué usarían este día para la clase se distrae haciendo un osito rojo. 

-Hola, Catnap, es un gusto verte en mi clase. - saluda esta maestra con esa gran sonrisa presente en su boca grande. Una actitud más despierta qué otras maestras. 

Theodore bajo las orejas al desconocer esa voz tan diferente a la de siempre. 

-¿Dónde está?- preguntó en voz baja.- La chica de artes. - pregunta lo más bajo que podía. 

La maestra sonríe aún más grande, levantando la mirada al techo y luego esos ojos bajaron a su figura deforme en la mesa. Su osito deforme rueda bajo su palma. 

-Las muñecas rotas las re ensamblan o las desechan. - suspira apuntando a la clase. - Puedes quedarte, Catnap, supe que te gusta mucho dibujar.- le dijo suavemente. Dejándole unos segundos para que lo procesara.

Theodore bajó el cuerpo al suelo, estirando las patas delanteras. 

-¿Por eso nos encierran?- preguntó sacudiendo la cola erguida. 

La maestra le sonríe y es notable por la forma en la que esos ojos se entrecierran. diferente a la lengua asomada de la maestra de artes en el pasado. 

-No es como que ustedes no lo sospechen, después de todo, el que ustedes se esfuercen no significa que todos puedan seguir el ritmo y ella no era buena obedeciendo. - la muñeca suspira aplastando lentamente ese muñeco de plastilina. - Lamento que tu amiga se fuera de esta forma, gatito. - mira a los niños curiosos de la presencia del gato.-Toma lo que quieras para unirte. - 

Theodore estiró la pata robando de la maestra esa bola de plastilina roja. Los niños lo observan revolverla entre las patas, aplastando la y retorciendo el excedente entre las almohadillas. Haciendo una larga línea de color rojo, la une en el suelo creando una sencilla flor de tres pétalos. 

La muñeca dejó su lugar, acercándose a su oreja con esa sonrisa. 

-Debe ser lindo estar en ese grupo de grandes, entre los asesinos y los traidores. Theodore Grambel, puede que ese sea tu lugar desde que naciste.- la muñeca saluda a los niños más cercanos. - Siempre me pareciste el tipo de mocoso engreído qué más detestaba. - 

Theodore se enderezo girando para ver a la muñeca de frente. 

Está ya llevaba tiempo cerca de Bubba y DogDay, creyó que no sería intimidada. Más su corazón saltó al verse enfrentadas con esos ojos fijos sin una sola emoción presente en esa mirada penetrante. 

-Me dirás más sobre eso.- cerró la poca distancia chocando su nariz con ese cuello. -No voy a olvidarte.-

La muñeca se ve derretirse de miedo en el piso. Mirando esas garras agitada. 

Estaba enojada. Muy enojada. Muchas de sus amigas fueron llevadas junto con la chica de artes. No podía soportar saber que se les asesinaba mientras estos idiotas no hacían nada. Completamente desconectados de lo que significa no estar en ese grupo de suertudos. 

¿Cómo demonios pudieron construir estas mentiras? ¿Por qué se veían en la necesidad de escucharlos? 

Theodore suspira ya decidido a dejar este salón. 

Los niños en los asientos habían observado esto, confundidos por lo que parecía una pelea o para los de mentes más alucinantes fue un coqueteo con la maestra. 

El gato la deja en el suelo. Retirándose con una sacudida de orejas y cola. 

A su paso tira los arreglos florales de papel de la pared. 

Y fuera el gato deja que su cuerpo tenso se relaje. 

Entonces… Esa era la razón por la que Dog no dudaba en hacer el ridículo o hacerlos jugar. El sabe que cuando regresen nada será como antes otra vez. Dog todo este tiempo supo lo que sucedería con su amiga. Dog todo este tiempo le había ocultado cuanto sabía en realidad sobre este lugar. 

Sobre las personas que lo hacían con tanta calma cuando ellos deben confrontar cada tremulacion qué ha atravesado juntos o separados. Este dolor de huesos y sus pérdidas sin precedente o piedad. Soportando todo este dolor sin piedad que pareciera merecer por parte de ningún adulto. 

Le había ocultado mucho más de lo que siquiera era visible a través de la superficie del agua. 

-Catnap. - 

Visitas. 

Paso esos cinco minutos quieto mientras estas personas se divierten tomándose fotos en vez de conocer a los niños. 

Retirándose sin hacer más algarabía. 

La escuela tiene una iluminación muy desagradable. Gris, azul y amarilla. 

Su mente estaba asfixiándose después de tan solo unos minutos rondando estos pasillos. 

No deseaba estar aquí. Lo detestaba. Lo odiaba. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La juguetería tiene un ambiente totalmente acogedor. Con una iluminación cálida y el aroma de la madera. 

Bubba ya había estado aquí pero solo por cortos lapsos qué lo llevaban a pasar por muy malos ratos. 

Ahora disfruta de un suelo suave y una ambientación suave por la alfombra. Observando por primera vez en años los juguetes de madera. 

Exactamente la noria. 

Sus ojos se fijan en el motor que mueve los asientos pequeños. 

El juguetero contratado se encuentra en su estudio. Un anciano que nadie veía más que para algunas fotos pero nunca los maltrato. Talvez ni siquiera los puso en sus ojos. 

Bubba apretó las plantas de las patas una contra otra acercándose nervioso hacia ese hombre.

-Buenos días, señor. - saludo inclinando la espalda lo suficiente para no golpearse con el techo al entrar a ese cuarto lleno de piezas de madera. 

Este anciano le mira de reojo. 

-Buenos días, Bubbafhant. - saluda de forma cortés. - Mira ese muñeco. - le apuntó a una pieza nueva en la mesa. 

Bubba se gira para verlo curioso por saber que sería lo que según un anciano debería llamar su atención. 

Viendo algo espectacularmente bonito. 

Una pequeña Picky de madera dando vueltas con un movimiento muy ligero por parte de su orejas curiosas. Sonriendo al girar. Con ojos coquetos y crueles. 

La mirada de Picky. 

Sus patas las lleva a tocar esas orejas animado por el calor. 

-Es difícil tridimensionar a uno de los sonrientes. Muy difícil. Sus formas no son concordantes con sus sonrisas. - agita la navaja larga que usaba para darle detalles a las figuras. - Es como armar a Taz y a uno de los hermanos Warner en una sola figura. - 

Bubba rememorar quiénes eran esos personajes. Llegando a las veces que vio televisión desde que llegó a este lugar. 

-No lo había pensado. - 

-¿Qué fue lo que te llamó la atención?- pregunta viéndolo. 

Bubba apuntó a la noria. 

-Porfavor, enseñenme como hacer eso.- pidió acercándose a la mesa del hombre. 

Este suspira cruzando los brazos. 

La verdad. Este hombre no era nada feliz en su posición. Con un pago ridículo por lo bueno que era y las pesadillas que le ocasiona no recibir luz solar durante tanto tiempo. Completamente excluido de las festividades por sus pocos o casi ningún compañero. 

Un anciano que por la falta de un seguro correcto no puede retirarse incluso si a este lugar ya le dio su juventud. Regalando aún más tiempo de su vida al hacer estos juguetes para estas personas. 

-Te enseñaré si me consigues algo que no sea Spam para almorzar. - le ofrece un trato a la mascota o más bien, a quien maneje esta máquina desde lejos. 

Bubba mueve la cabeza sacando de su cierre una bolsa con frutas. 

Las cejas del hombre se elevan ante la sorpresa de este chico preparado de antemano pero las uvas llaman más a sus encías sin dientes que cualquier otra duda. 

Bubba está satisfecho por este trato. Sin tener que acercarse a DogDay para saber que sería bueno para intercambiar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En una sopa hay Spam con cebolla. 

En un arroz y en un postre también. Con leche y agua, en una ensalada con frutas brilla de gala. 

El spam está en todos lados. Desde hace un año solo spam. 

Esa es la verdad y la condena de los niños en el orfanato con cocineras desdichadas qué solo quieren irse a casa y ver de nuevo al sol. Era nutritivo pero como todo en el mundo, demasiado es doloroso. 

Bobby lo teme. Cuanto la moral sigue decayendo y la salud de los niños no es mejor.

Trayendo bajo su brazo las porciones que deberían ser para ellos. Llamando a algunos niños a escondidas de Kickin. En el cuarto de literas. 

-Miren, tengo fruta. - les enseña el botín. - Solo no le digan a la cocinera. - 

Las caras cetrinas de los niños se iluminan uno a uno con el regalo de la gran osa roja. 

 

 

 

Detrás de la pared la espalda de la niñera choca con la madera. pensando entre sus manos lo que descubre de las criaturas. De este lugar una y otra vez. 

-Ya no quiero trabajar aquí. Me volveré loca. - sus fuerzas la abandonaron junto con su peso corporal. 

Montando en sus recuerdos ese escenario donde se negaba a la posibilidad de recibir un buen pago solo para trabajar con niños a nombre de esta compañía. 

Maldiciendo su estupidez. Su malicia para ignorar durante tanto tiempo el daño que les hizo a todos esos niños. Los que luchan cuando no caen en la mentira y se defienden o solo son llevados a su destino.

 

 

 

 

 

 

 

Kickin recoge los juguetes de los pequeños que corren por la casa dejando sus huellas con estos peluches y legos. Caminando con un niño subido en su espalda, tirando de sus plumas superiores. Meciéndose cuando Kickin da una vuelta lenta para ir al siguiente pasillo. 

Bajando por las escaleras sin dejar de recoger los juguetes y al niño que se encontraba dormido en el suelo donde simplemente se durmió después de correr y cansarse entre los juegos con sus amigos. 

Entrando al piso del sótano para buscar a los que siguen curiosos a los niños con muletas o como algunos agarraron gusto, seguir al chico en silla de ruedas para colgarse de su silla. 

Llegando a un piso vacío. 

Sus oídos no son tan buenos pero no era suficiente para asumirlo en el tal silencio que le recibió en ese pasillo. 

Sin voces infantiles o al menos las risas ahogadas de conversaciones infantiles. 

-Dios… - suspiró abrazando al niño entre sus brazos, retrocediendo sus pasos uno a uno. 

No quedaba ni uno solo de los chicos del bloque 4.

Su cabeza se siente ligera al volver a su piso común con el bloque 1.

Golpeó de paso la pared de la escalera, saludando a algunas visitas en la sala. Bueno responde con uno de sus chillidos usuales desde atrás de la pared. 

Dio una orden sin girar a ver el muro. 

-Diganle a Bobby qué debe llevar a la centrifugadora los muebles del bloque cinco. - 

El chillido le responde en afirmación. 

Debía mantener tranquila a Bobby. Ella no dudaría en dar un grito si descubre la pérdida del bloque cuatro. No podría seguir mintiendo. 

-Todo estará bien.- suspira deteniéndose ante un malestar interno en medio de las escaleras. Doblando las rodillas sin dejar ir al bebé en sus brazos.- Estarás bien, lo estarás. - 

No quería determinar si lo decía al bebé o a sí mismo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gato observa desde una esquina las cámaras. Suspirando ansioso en su primera misión real. 

Este no era un Bunzo. No era algo pequeño ni débil, esta criatura podía pelear y gritar.

Estaba asustado. No quería herirla. 

La voz de Dios golpea sus neuronas con una emoción cálida. Animandolo a saltar más allá de sus posibilidades. 

-Sacale la verdad, debes saber que está ocurriendo con esas flores, con tu perro y lo que harás desde ahora.- lo hace soñar con las caricias del filo sobre ese pelaje. Consolando sus miedos crecientes. - Es por tu Dios, Theodore, acciona. Reacciona antes de pensar, solo hazlo.-

El gato endereza el lomo. Exhalando el vaho mucho más espeso que el de el resto de los sonrientes. 

-Arriba no hay foco de cámara, tú puedes, Gatito. - 

El gato estira las patas trepando poco a poco por el techo, agarrado de las orillas metálicas del aire acondicionado. Siempre usando ese canal como su aliado. Avanza pegándose al techo paso a paso. Evitando las cámaras llega a la zona de las maestras. A su zona de descanso junto a la oficina del director. 

Espera observando a las maestras que pasan. Esperando a la maestra marcada por las flores de su clase de arte. 

Al fin, casi cuando su tiempo límite se terminaba, esa chica viene a ocultarse ansiosa. 

Theodore estiró la cola atrapando su cuello. Casi. 

Esta criatura lo vio tan solo por un segundo de suerte. Levantando la mirada lo identificó en el techo. 

Esa maestra de inmediato intentó ocultarse pero la cola del gato fue más rápida que su huida a la oficina. Esta vez logra atrapar su cabeza completa. Levantándola en el pequeño foco ciego de las cámaras. 

Retrocede aún pegado al techo, entrando una habitación de tuberías la lanzó contra el piso. Apenas logró reaccionar antes de estrellarse contra el suelo, rodando al hacerse bolita. 

-Perdón… No debí ser grosera contigo, por favor, perdóname. CatNap. - 

-Arrancarle las manos. - 

-No, Dios, no. - murmura asustado por lo dicho por Dios. - No puedo hacer eso. - retrocede superado tan solo por el pensamiento de hacer algo tan horrible. 

-Bien, no lo hagas. Hazlo a tu manera. - dejo ir esta vez tan solo para no perder el control del gato. 

Este felino interrumpe la sorpresiva carrera de la criatura a la puerta. 

-No te iras. - advierte subiendo el tono. 

La maestra retrocede corriendo al fondo de la habitación. En la puerta de ese lado tampoco encontró forma de escapar al estar cubierta por una placa de hierro arrancada del suelo. 

Silenciosamente la fuerza de este gato se presenta con este acto. 

-No intentes correr. Dios apenas puede perdonarte, así que por favor escúchame.- pidió agachándose. 

La muñeca observa el cambio de actitud en el felino con el ceño fruncido. Sólo notando en sus pupilas como este se acostó sobre su estómago para mirarla. 

-¿Qué quieres de mí?- preguntó ella, guardando el temblor de sus rodillas al sentarse en el suelo. 

-Quiero que me cuentes porque DogDay es odiado por todos. ¿Porqué los sonrientes son repudiados por los juguetes pero atesorados por los humanos?-

-Entonces ¿Tú si puedes verlo?- interroga ella levantando las defensas a medias. 

-Nosotros caminamos a nuestra celda. El líder habla con los humanos, tenemos bajo nuestro poder a los pequeños Bunzo. Mis compañeros hablan entre si pero los de arriba gruñen y pelean por comida mientras que a nosotros nos dan premios.- esas señales obvias debía tomarlas o aceptar que era menos que un estúpido para no darse cuenta de la enorme diferencia del trato con Mommy Hoppy. Era más fuerte Hoppy pero la trataban con más paciencia.-A ustedes las redujeron a la mitad pero nosotros tuvimos una fiesta con las criaturas de la superficie.-

La muñeca apretó los dientes ofendida por ese hecho. 

-Debe ser confuso para ti descubrir que esos amigos tuyos son unos malditos… Mascotas de los dueños y de los corruptos. Manejando algo que desconoces pero seguramente es lo único qué podrías tomar como tu pequeño aterrizaje sobre plumas. - 

Theodore bajo los ojos a sus garras. 

DogDay decía qué mientras estuviera vivo, no tendría que temer. Él lo cuidaría. 

Aunque no podía soportar esta situación. Todo lo que DogDay debe sacrificar para cuidarlos. 

Ser descrito de esta forma tan desagradable por una criatura en sus mismas condiciones. Solo siendo una y sin saber que más habrás allá afuera. ¿Cuántas voces más maldicen a su perro? 

Esa muñeca no termina con sus quejas ni lamentos. Dando, por pura coincidencia, directamente al punto más sensible de CatNap un aliento. 

-Si alguien tiene suerte es el parásito que se una a esos grandotes. Cuando ese estúpido perro se enfermo por la muerte de su mocoso preferido. Ninguno mantuvo ese equilibrio y todos lo pagamos, esos estúpidos solo son parásitos. Solo ellos, y nosotras tuvimos que mantenernos a salvo a duras penas con las sobras que nos quedaban. - sus puños suben y bajan contra el suelo. - ¿Antes de ser un juguete te tocaron? ¿Sabes que tan sucios quedamos? ¡¿Cómo se supone que me mantenga viva cuando sigue ocurriendo?! ¡¿Viéndome así?! ¿Tan horrible? ¡¿Qué más debo pasar en este asqueroso lugar antes de que me dejen en paz?!-

El gato se quedó en silencio. Observando a la muñeca deshacerse del lindo peinado sobre su cabeza. Tirando de su cabello entre berridos.

-¡¡¿Cómo es posible que esto continúe?!!- sacudió la cabeza mirando al gato que solo le mira en silencio. -Ese maldito perro no sabía nada de lo que sucedía aquí dentro… solo necesito ver como le tiraban algo a una de nosotros para decidir moverse, para decidir que merecíamos su ayuda. - su boca se abre sonriendo. - Y lo hizo… Él nos ayudó más que nadie desde que entramos a este manicomio.-

Theodore debería seguir preguntando algo. Debía abrir la boca y seguir pero estaba asustado. Esto le daba miedo en muchas formas. 

-Ese imfeliz ha matado a muchos experimentos. Más de lo que podemos contar o nos podemos enterar solo con rumores. El y su grupo, pero solo el piensa en nosotras.-miró al gato ya agotada.-Entonces un día ese niño, por uno de cien, uno de cien qué si salvo. Solo por ese idiota se enfermo y dejo a todos sus compañeros a cargo.-

Este gato mueve la cabeza inquieto. 

-No puedo creerlo.. - la risa de esta criatura escapa como las campanillas al viento. - Una mierda hubiera sido más útil. Pasamos meses atrapadas con ese humano asqueroso… Tenía tanto miedo a lo que podía suceder cuando se acabarán las flores. - cerró los brazos en torno a sus piernas flexionadas. - Al menos el idiota regresó pero ya es diferente. No se que planean pero si ese perro después de tanto sigue adelante… Creo que es lo más cercano a la voluntad divina, o lo que sea que pueda ser. - 

Theodore levanta el cuerpo del suelo. Camino apartándose del camino. 

-Gracias. Puedes irte. - le señala a la puerta. 

La maestra dejó el suelo. 

-No se porque no hablas con tus compañeros en vez de buscar respuestas fuera de tu círculo.-

-No soy del grupo, solo me toleran. - respondió algo que puede tomar como la verdad hasta ahora. 

La muñeca no esperó más para irse. Sujetándose en un abrazo personal. 

-No debes pensar así. Nada en la fábrica los quiere, a ninguno de ustedes. - le avisa.-No tienes a nadie, así que se agradecido de ser uno de ellos. - 

-¿No quieres siquiera a DogDay? ¿Aunque él sea quien se supone que más te ayudo a ti y tus hermanas?-

 La muñeca detiene sus pasos frente a la puerta. Sonriendo con la punta de la lengua fuera de la boca. 

-Ese perro me puede dar de su carne y aun lo despreciaría como la basura amante de los humanos qué es. Después de todo, son humanos los que le han dado esas flores y porque el maldito se puede mover con ustedes con tanta tranquilidad. Obviamente a él también lo están usando. - dejó la habitación. 

Theodore se quedó solo en esta oscuridad. - 

No carga ahora con nada más que un zumbido sordo en el fondo de su cabeza. 

-No pensé qué la situación de tu amiguito fuera tan mala. - miente esperando una respuesta por parte de CatNap. 

El gato levanta la cabeza al techo. Aunque lo que buscaba era respuesta. 

Coloca los cuartos traseros sobre el piso, elevando los brazos esperando mostrar su adoración. 

Buscando respuestas para todo, todo lo que se acumula en su corazón desdichado. 

 

 

 

-CatNap.-

 

-Ya se como salvarlos. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                     S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

                                                                          No need to frown and pout!

 

            ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

                                                            S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VHS/VIP

🕸️Especial de halloween 🕸️ pt 1 

 

 

 

 

 

El escenario inicial es la linda casa de Picky, cubierta de una gran masa de nieve brumosa y blanca como plumas. En el interior la chimenea la llena de calidez de un hogar lleno de cuadros de comidas y frutas, más fotografías de sus amigos más amados y cercanos en los pasillos de camino a la habitación. 

Todo es destruido en cuestión de un suspiro y es por un hacha. 

-¡¿Dónde está?!- gritó desclavando el hacha con una patada. - ¡¿Dónde estás?!- grita enloqueciendo como un loco de ojos saltones y sudando cascadas hasta por las axilas. 

Las frutas en los cuadros se esconden a su paso. Las pezuñas se clavan a cada paso que da. 

-¡¿Dónde te escondes pecador?!- grita cortando con el hacha la pared.-¿Crees que te escondes bien?- pregunta por la rendija de la pared destruida. -¡Puedo olerte! ¡Puedo oler tu falsedad! ¡Tu miedo y tu cobardía me llaman, hereje! - bramó al ver a su objetivo escabullirse por las paredes. - ¡¡Te encontraré papá podrida y te destruiré!!- grita destrozando la pared con su pezuña. 

La papa descompuesta corre con sus patitas de champiñón huyendo de ella, su hacha y su desinfectante. 

 

 

El escenario deja atrás a Picky y su recreación del resplandor para verla acostada en su cama con fiebre alta y un termómetro en la boca. Dicho termómetro arde tan alto que Kickin pudo asar un bombón sobre este. 

Bubba sentado a un lado se lo robó y tiró su palito a la basura. 

Kickin abrió la boca ofendido y sacó otro apuntando silenciosamente a Bubba con un revólver. 

-Eres imposible. - gruñe el elefante enojado por la amenaza. 

-Imposible es esquivar las balas de este 3´45.- responde Kickin con todo el acento de un vaquero presente. -Le haría un agujero del tamaño de una sandía a cualquier elephantidae maximus. - 

-Hay una papa en mi pared. - murmura entre dientes, apretando la cobija en sus pezuñas. - No quiero una papa en mi pared, uuhh… - 

Los dos miran a la cerdita revolverse llorosa por la fiebre y esa pesadilla. 

La puerta de la habitación se abrió para DogDay y Huggy Wuggy vestido de sotana. 

-Traje al cura.- les informa. 

-Soy el cura. - asiente Huggy con un manual de fontanero en vez de una biblia en manos. 

Más rápido que lo rápido Bubba los sacó a punta de patadas a los dos de la casa. 

Kickin saca el termómetro de la boca de Picky. 

-Tiene 783, no pasará la noche. - murmura derrotado.-Era tan joven. - suspira quitándose el sombrero que no traía hace un rato. 

Bubba le quitó el termómetro con la trompa y le pegó con este mismo en la cabeza. 

-Son 38,7. - suspiró sentándose de nuevo a un lado de Picky.-Su fiebre está estancada. - 

Kickin cruza los brazos sentándose de nuevo. 

Bubba tuvo que empujar sus patas al casi ponerlas sobre Picky al ponerse cómoda. 

-Ya.- cruzó los brazos, frustrado rueda los ojos.-Gran día para que Hoppy y Bobby fueran a esquiar con la tonta de CraftyCorn.- 

 

En las montañas. Junto a un campamento adornado con flores de papel. 

Yace una una camioneta en llamas y tres chicas subidas en el fuego defienden sus vidas armadas con pedazos de lanzas. 

Hoppy lanza una botella de perfume directamente a las sombras. Revelando el colosal tamaño del gran simio blanco que ruge iluminado por las llamas, golpeando la montaña con impresionantes nudillos de hierro. 

-¡¡AAHHHA, PARA TI!!- grita en respuesta Crafty cubierta por el lodo. 

-¡Aléjate de nosotras! ¡¡La sopa de conejo no está en el menú esta noche!!- 

-¡¿Porqué siempre que salimos juntas debemos terminar peleando por nuestras vidas?!- chilla Bobby cargando al frente con la lanza en alto, directamente a las fauces del simio.- ¡¡Yo solo quiero ser como las otras chicas y pintarme las uñas, hablar mal de chicos y hacerme peinados bonitos!! ¡¿Es mucho pedir?!- 

 

Kickin terminó de picarse los oídos y limpiarse los dedos en las cortinas de la ventana más cercana.

-Digo, solo van a juntar flores.- gruño Kickin rascándose las plumas de la cabeza y mirando al techo cubierto de adornos de frutas y colores.- ¿Si la llevamos al hospital se pondrá mejor?-

Bubba comenzó a reírse de golpe junto a una fotografía censurada de cierto político responsable del funcionamiento del sistema de salud estadounidense de los ochenta a mediados de los 90. 

Volviendo al estado lúgubre al superar esa mofa. 

-Mejor debería adelantarme y tirarla al río.- suspira deprimido. 

Entonces la voz en off de Mommy LongLess resonó pasando por la escena. 

-Ni smiling critters o Playtime. co se hacen responsables de cualquier mal entendido y/o reclamo por ofensas a instituciones qué de hecho respetamos con mucho aprecio y sincero agradecimiento. -

Terminó su discurso tan pronto como inicio. 

-Hablando de amantes de la mamadera, ¿Porqué no le traigo una botellita de leche fresca? Podría relajar su estómago si se la servimos tibia.- opinó Kickin sin más que aportar. 

Bubba ya estaba listo para negarse. 

-No vamos a… - miró bien a Kickin. Comprobando qué era su amigo emplumado y no un reemplazo. - De hecho es una buena idea. - se siente satisfecho. - Ve y consigue algo de leche para Picky.- le dio una misión al ave. 

-¡Si, señor!- mostró un saludo perfecto antes de irse marchando con el pecho hinchado y la colita bien levantada. 

Bubbba se quedó solo con Picky. Decayendo el color del escenario una vez el ave lo dejó solo. Toma su libro de sugerencias para tratar a un familiar con un resfriado. 

El reloj sobre su cabeza resuena segundo a segundo. 

Picky tiene fiebre y el trapo en su frente cayó a un lado al revolverse y toser. 

-Ay, no… - exclamó dejando caer el libro, levantándose para recoger el paño del suelo y enjuagarlo en el traste donde estaba el agua helada.-Te pondrás bien, te lo prometo, Picky. - 

La puerta a su espalda se abrió dejando entrar una sombra oscura sin hacer un solo mísero ruido. Acercándose lentamente esa figura sin forma a su espalda. 

Bubba doblo el paño colocándolo en la frente de Picky con cuidado de no mojarla demás. 

-Picky… - suspira preocupado al verla en ese estado. 

“Hola”

El letrero apareció a su costado y con ello su cabeza se giró viendo de frente el peluche de gato morado. 

-¡¡AHHH!!-

 

Con Kickin. 

Aquella ave amarilla llegó al centro comercial montado en su motocicleta. Dejándola en el estacionamiento junto al contador. 

Entrando por las puertas automáticas animado. 

-Leche caliente , leche tibia, leche buena para las chicas que arden en la cama. - canturrea entrando al centro comercial. - Necesito leche para mi amiga, mi amiga la cerdita que en su cama arde esperándome. - anuncia al caminar directamente a la zona de lácteos. 

Casi. Una voz interrumpió su canto. 

-¡Aha! ¡Que tipo más vulgar!- 

Kickin se quedó a medio paso al escuchar a una transeúnte, una maestra del colegio, exclamando al escucharlo. Denunciando lo a la velocidad de la luz para que el guardia lo sacara de una patada. 

El ave en el suelo levanta el cuerpo del suelo sacudiendo el polvo de sus plumas frontales. 

-¡¡¿Pues que dije?!!- reclama una vez procesa qué lo sacaron del centro comercial.- ¡Solo dije que a las chicas les encanta la leche tibia!- 

-¡Oficial, sigue allí!- chillo la maestra sosteniendo a un bebé llorón. 

Kickin arrancó la moto solo un segundo antes de que la macana del guardia de seguridad, Boxy Boo, se lavara como aron en el lugar exacto donde antes estaba su cabeza.

-Se ha ido, señorita. - afirma el guardia de seguridad recuperando su macana. 

-Es un alivio, señor. - lo dice la maestra suspirando aliviada. 

Al Menos hasta que el ave regresó dando un quemón de llanta al derrapar alrededor del guardia de seguridad en el estacionamiento. 

-¡Di lo que quieras pero yo te recuerdo tragando la leche de Bubba como si fueras becerro hambriento, amigo!- le grito apuntandolo con los lentes negros que se coloca dispuesto a ir aún más lejos.

-¡No es cierto!- gritó el guardia pintándose de un rojo más profundo.-¡Cretino!- 

Kickin se río acelerando en huida. 

El guardia se cuadro poniendo los brazos en jarra y después comenzó a llorar poniendo la cara entre las manos.

-¡No creí que me faltaría el respeto de esa forma, estoy con el uniforme!- 

 La maestra se acercó a consolarlo con una sobada en los hombros. 

-Podrás superar esto. - 

 

En la casa de Picky. 

Ese peluche siniestro era CatNap qué ahora sirve una sopa caliente en un termo. 

-No creo que pueda comer.- Opina Bubba con un ceño fruncido. 

“Es un caldo de verduras ligero” informa el gato ayudando a la somnolienta Picky a sentarse y beber con cuidado sorbos de la sopa. La chica recupera algo de color al calentarse el estómago con esa sopa. “Y tú eres quien no debería estar aquí.” 

-Hay una papa podrida en las paredes… - murmura la cerdita agarrando el collar de CatNap para casi juntar los ojos abiertos de ambos.- No quiero esa papa podrida en mi casa, CatNap. - 

El gatito asiente sonriendo. 

-Tranquila, estarás mejor en un momento. - le aseguró Bubba devolviendola a su lugar. - Deberías irte.-

“Picky necesita compañía” 

-Para eso estoy yo. - apuntó su propia cara. - Aquí, yo que sigo en la universidad. - 

Este gatito le mira de arriba abajo con una ceja levantada. 

“Esta bien, por eso estoy aquí. Sé que es difícil no haberte graduado después de tantos años.”

Bubba recibió de la peor forma el comentario de CatNap. 

-¡Yo no estoy atorado!-

 “¿Entonces porque aun sigues estudiando? ” apuntó a su persona, no solo su cara. Movió la mano de arriba abajo con un claro gesto desdeñoso.

Bubba levantó las patas después de leer el subtítulo en la pantalla. 

-Eres un idiota y no te quiero en mi casa.- le reclama. 

CatNap apuntó a la chica con fiebre. 

-“Es la casa de Picky”-

Bubba infló el pecho ya decidido. 

 - ¡Ella está inconsciente así que puedo regular la entrada a su casa! ¡Para sacar a intrusos indeseados si es necesario!-

CatNap cruza la cola por su espalda, mostrando el recogedor lleno de astillas de madera. 

-“La huella de tu pata quedó sobre el picaporte qué rompiste para entrar”-

Bubba se volvió de color rojo. 

 -¡Era una emergencia, no contestaba al teléfono! ¡El daño a la propiedad privada nunca será más importante que salvar a una persona en predicamentos! - 

Catnap levantó algo de su bolsillo. 

-“Tú tuviste que romper la puerta pero yo tengo llaves.”- sacudió el llavero mirando al elefante a los ojos. 

La cara del elefante se puso blanca del coraje. Bajando las patas como puños muy enojado al ver como el gato sacude con su larga cola esas llaves rositas. 

-“Eso reduce la situación a que yo soy quien debería regular la entrada y no tú. Porque fue en mi que Picky confío su seguridad de manera consciente.”- el gato esconde la llave en sus orejas. Retirándose al llevarse el trasto con agua y el segundo paño. 

Bubba levantó las patas al nivel del cuello del gato al tenerlo de espaldas. 

-Condenado gato de Schrödinger. - murmura agarrándose la cabeza y su trompa hecha un puño.-Te partiré la pitagora entre los parámetros de oscilación perpetua. ¡¿Y dónde está Kickin con esa leche?!- 

 

En un centro comercial en Cuba. Resaltado por los tanques estacionados junto a una venta de cocos y un solado perico verde. 

Kickin pasa junto al soldado, resaltando por su color amarillo y lentes negros. Entrando a una tienda común. Va con la cajera a preguntar por el producto que tuvo que buscar fuera del país.

-¿Y aquí producen su propia leche?- preguntó a la vendedora vaca. 

La mujer bajó a su becerrito de la vitrina. 

-¡Oficial, este hombre me está acosando!- 

-¡No otra vez! ¡¿Qué les pasa?!- grita al ser rodeado por soldados.-¿Acaso no les encanta la leche tibia a los de su gobierno?-

Los soldados comparten una mirada fría antes de saltar sobre el pollo. Huyendo al esquivarlos y trepar por encima de sus espaldas, saltando y corriendo fuera de la tienda. 

Afuera los tanques le apuntan y apenas puede correr entre los misiles. 

Esta escapada se tornó peligrosa con la llegada de un helicóptero desde lo alto. 

-¡¡Yo solo quiero leche caliente para mi amiga!!- gritó alzando un vuelo torpe con las balas qué casi le dan a su espalda. 

 

 

Bubba mira al escenario ser cambiado al levantarse el barato telón, trayéndolo de vuelta a la casa de Picky. 

-En el estado actual de las relaciones internacionales del país debo decir que si eso no nos cancela, no se que lo hará.- murmuró moviendo la cabeza.-Ya vete. - ordenó de nuevo al gato que entrara con una bandeja. 

Este felino le mira de arriba abajo, juzgándolo cien veces más crítico que un profesional de la comida a un hotdog de carreta. 

-Te daré un puñetazo. - amenazó Bubba. 

-“No sería un puñetazo si no tienes puños”- 

-Gato. - advierte la caricatura qué se ha degradado a ser una maraña de rayas azules. 

El gato mueve la cadera al inclinarse sobre un pie con la bandeja en una sola mano, presume su equilibrio y su elegancia natural con solo ese gesto. Tal acto solo podía estar siendo una gran burla al elefante.

-“Sería un pisotón, además de un raro acto para alguien que lleva diez años estudiando la mismas tres carreras en las que no ha logrado nada que lo saque de ser un simple juez de lechugas”-

Esta línea si llego muy al fondo de la autoestima del elefante. 

-No se porque continuas molestando cuando al menos yo sí puedo hablar y también me hablan y no por lastima. - 

El gato dejó la bandeja en la mesa con cuidado. 

-“Repitelo”-

 

 

En otro lugar las orejas naranjas se levantaron de golpe. Quitándose la venda negra de los ojos. 

El perro estaba acostado en el aire, suspendido en alto por una fuerza invisible en el centro de un pentagrama invertido. 

-Creo que amigos se van a pelear. - exclama mirando a los lados con sospecha.

Un hurón le acomodo la venda con una sonrisa amable. 

-Nuhh-uhh, seguro te lo imaginas. - apunta Huggy en la fila de encapuchados qué rodea el pentagrama y el manual de fontanero los acompaña encendido en llamas rojas.-Todos se llevan muy bien, son muy amigos.-

-Bueno. - vuelve a quedarse en paz mientras lo sacrifican a una deidad incomprensible para el ojo humano. 

 

 

 

El elefante y el gato continúan mirándose. Solo mirándose. 

Con una larga cola púrpura qué se sacude una y otra vez junto a esa mirada fija del elefante qué aprieta los dientes. 

-Tu en realidad no tienes ni un amigo que no sea por lastima.-

-“Yo tengo muchos amigos y a ninguno los trato como inferiores mentales para no sentirme inutil”-

Acusó directamente al elefante con algo que se había guardado desde mucho tiempo atrás. 

-Si, claro que son muchos y todos por lastima , ¿No significa que no hay nadie que te ame, CatNap?- 

El gato bajo la cola hasta el suelo. 

-“Discúlpate”- exigió moviendo lentamente las manos. 

-¿Por qué? Yo solo me disculpo cuando miento, y ahora mismo estoy siendo lo más sincero que he sido en toda mi vida, gato.- dio un golpecito en el pecho del gato. 

En respuesta CatNap salto adelante dándole un puñetazo.

Un golpe crea otro y Bubba lo agarró por las orejas lanzándolo contra el muro. 

En un segundo eran dos marionetas de calcetín peleando frente a un escenario pintado de acrílico. Volando los hilos de color púrpura y azul al enfrentarse con sacudidas las manos dentro de las marionetas qué ruedan por una escalera. Explotan en confeti y terminan en la sala. 

-¡Vete a casa, solo lárgate de una vez!- grita el elefante sacudiendo al gato al atraparlo contra el suelo. 

El gato movió la boca diciendo algo sin voz, lanzándolo con la cola. 

Bubba se estrelló contra la pared, sonando como un juguete chillón al estrellarse en el muro y el suelo.

 -“¡DogDay es mi amigo! ¡Picky es mi amiga! ¡Hoppy es mi amiga! ¡También Crafty y Kickin son mis amigos!”

Bubba levantó las patas riéndose en su cara

-¡Por lastima! ¡Todos te hablan porque te ves solo! ¡Eres aburrido y fastidioso!-

-“No es cierto”- reclama CatNap sacudiendo las orejas y cola. 

-¡¡¿Entonces de verdad has creído todo este tiempo que les caes bien?!!- la sonrisa del elefante creció aplaudiendo. -¡¿Tú?! ¡El tipo que no puede hablar, no hace nada divertido más allá de leer y recortar basura para cartas de poesía barata! ¡¿Enserio creías que a alguien le podría agradar un tonto tan aburrido como tú?- su risa se detuvo cerrando los brazos en jarra. - Debe ser lindo vivir siendo tan ignorante.-

El gato bajó las manos mirando al elefante con un ceño fruncido lleno de rabia. 

Algo que se vio roto con las gotas de agua cayendo de sus ojos, cosa que no puede contener incluso si intento limpiarlas antes de correr a la puerta sin levantar más la mirada en su camino. 

Bubba sonrió al verlo irse. Dejando caer los brazos a los lados del cuerpo una vez se supo solo de nuevo. 

Volviendo ese estado gris a su alrededor. Llevándose el color la huida del gato. 

Su sonrisa cae una vez comprende lo que dijo. Cubriéndose la boca con las patas. 

 

Sobre una lancha de cocotera y llevando sobre su hombro un palito con sus pertenencias vuelve a casa el ave amarilla. Más fuerte y lista y sabia y, y, y

-Un dólar el cartón de leche. - una vendedora se acercó al ave que alucinaba esposado a una silla metálica de la embajada de Estados unidos. 

-¡Dame cien!- rugió liberándose de la cadena. 

 

 

De vuelta a casa de Picky. 

La chica ahora puede sentarse y escuchar la radio con una taza de té entre sus pezuñas.

-Gracias por cuidarme. - su sonrisa nace al sentir al elefante cubriendo sus hombros con una sábana limpia.-No debí hacer un iglú en mi patio. - 

-Es lo de menos. Que bueno que ya estás mejor. - suspira dejando caer los hombros. 

-Si… Pero tú no deberías estar aquí. - 

-Tu no me digas eso. - lamenta cubriendo sus ojos. 

-No, no, no es por no quererte, Bubba. - corrige lo más rápido que puede.-Yo me refiero a tu trabajo. - 

-¿Mi trabajo?-

-Si. ¿No sería hoy que fueras juez en la corte?-

 

 

En el juzgado todos los múltiples animales antropomorfos esperan mirando a la silla del juez. Una tos incómoda sonó de fondo. 

-Disculpen, yo soy el juez. - anuncia con un tono nasal cargado y aún con las vestimentas de sacrificio puestas. 

Miran juntos al perro con una trompa falsa pegada a la nariz subiendo a la silla. Los ve a todos y asiente con esa gran sonrisa abstraída de todo lo que le rodea. 

-Los de la izquierda son inocentes y los de la derecha le deben setecientos dólares a los de la izquierda. - golpeó con el martillo el escritorio.-Ahora es el siguiente caso. - 

-¡Señor juez ¿Cómo decide tal cosa sin haber escuchado ningún alegato?!- reclama una pequeña oveja negra. 

DogDay inclinó la cabeza golpeando su palma con el martillo. 

-El de la derecha me debe dinero. - apuntó al acusado. - Y si va a prisión no me pagará.Me debes bastante, monamour. - punto al acusado. 

A un muy confundido Bunzo Bunny. 

-A quien le debo es a DogDay no a ti, juez Bubbafhant. - responde con un tono intenso y serio. 

-No puede ser, se lo están tragando. - murmura Mommy Long Legs en una esquina del lugar. 

Confirmando la incredulidad de Mommy, un abogado aclara otro punto importante. 

-Señor , es una multa por ruido. - le recuerda el crimen del acusado. 

-Oh… Entonces… - mira al techo y sonríe, jugando con la trompa falsa como si fuera un mechón de cabello. - Por mi poder sobre todo el sagrado pueblo alegre y su gente , ordenó retirarle cualquier derecho humano y animal al acusado. - golpeó la mesa con el martillo. 

Todos vitorean. Incluido Bunzo. 

–Son unos idiotas. - murmura la misma Mommy con ojos bien abiertos. 

-Me encanta ayudar a todos. - sonríe DogDay meciéndose en la silla. 

 

Bubba no sabe nada de eso. 

-Creo que dejaran los casos para otro día. - suspira tranquilo.- Tu eres más importante que mi trabajo, Picky. - 

-Díselo a tu cartera de universitario.- 

-¿Que?- 

-Que no era necesario que te molestaras. - sacudió las pezuñas.-Bubba, le pedí a CatNap que me ayudara, ¿No te dijo qué estaría bien con él? De verdad que no quería estorbar en tu trabajo, Bubba. - 

Bubba abrió la boca nervioso. 

-Pero veo que si vino a verme. - Picky se estiró levantando la tapa sobre la bandeja que el gato había dejado hace un rato cubierta. 

Bubba abrió en grande los ojos y su rostro decayó bastante. 

-Incluso nos preparó a los tres el almuerzo. - suspira tomado entre sus patitas un sandwich de frutos rojos.-¿Te dijo cuando volvería?-

-No. - su mirada se quedó en ese plato y los tres emparedados de diferente relleno. -Creo que estaba ocupado. - 

-Oh, y-

La pared fue destrozada por un cañonazo, cargado con cien cartones de leche y Kickin. 

-¡Toma tu leche! ¡Uuuuhhhh!- grita levantando los brazos al aterrizar sobre los escombros llenos de leche. 

Un objeto cayó sobre su cabeza explotando en una sustancia blanca y pegajosa. 

Picky a medias y tan solo con la punta de su pezuña lo apuntó. 

-¡Sabía que había una papa en mi pared!- 

 

 

Las chicas volvieron vivas a casa.

Cubiertas de barro y arrastradas sus patas llenas de hojas secas. 

-No fue tan malo como el viaje a la playa. - 

-Al menos en ese viaje ganamos unas perlas. Creo que en este perdí las mías. - apunta Crafty a su dentadura hiperrealista de caballo con algunos huecos por la pelea con los yeti.

-Yo te veo igual de mula. - 

–Hoppy, ahora no estoy para ti. - murmura Crafty agotada. 

Bobby levanta la mirada del suelo al camino. Observando al gato corre de lejos con los ojos llenos de lágrimas directo a su casa. Su ceño fruncido y ojo morado los bajo de nuevo al camino. 

-Deberíamos tomar un baño en casa de Crafty, ella tiene el baño más grande de todas. - 

-Y también su bañera es grande. - 

-¡Que te lo advierto, Hoppy Hopscotch!- le grita, más se rinde una vez el cansancio la obliga a volver a doblar la espalda.-Bien, pero no toquen mi shampoo. - 

–Que nos lo podemos llevar, dice. - 

-Hoppy. - 

Las tres en el camino contrario, alejándose del rascador gigante y la casa de perro. 

 

Cuando ese día acababa y la noche estaba a solo un suspiro antes de tragarse el crepúsculo carmín la decisión del felino dentro de la casa sobre el rascador toma forma. 

Este gato sacude las sábanas de su cama tirándolas al suelo. Comenzando a poner sus cosas en esta para anudarlas listo para irse. 

Empaco todo. Hasta el sillón y la televisión, todo lo puso en el montón de cosas. 

Sin importar si se rompían los vasos de vidrio que lanzaba al mismo montón. 

De pronto le recorrió un húmedo escalofrío desde el cuello. 

-¿Qué se supone que haces?-

El gatito saltó del suelo al techo al ser sorprendido tan de golpe por este perro. 

-“Me voy”- apunta al bajar y amarrar ese equipaje. 

-No, no puedes irte. Apenas llegaste. - reclama el perro poniéndose en la puerta. 

El gato abrió la ventana y saltó sin importarle qué cubra su salida. 

-¡CatNap!- grita el error desde arriba antes de lanzarse. 

El gato no se quedó a verlo aterrizar sin problemas gracias a su orejas tan grandes. 

-¡CatNap, no te vayas, somos amigos!-

-“No importa”-

El perro sacudió la cabeza. 

-¡Importa, me importa mucho a mi y a todos! ¡Son tus amigos, no puedes irte así!-

 “¿De qué me sirve ser tu amigo? Nisiquiera se si te quiero cerca ahora.”-

El perro dejó de perseguirlo. Quedándose en el camino. 

-¿Pero porque estas tan enojado?- pregunta sin detenerlo. 

El gato lo hizo por sí mismo. Girando con los ojos húmedos. 

-“No eres mi amigo, por eso me voy.” -

El perro le observa irse por el camino. 

-Porfavor, quedate. Podemos solucionarlo, CatNap.- 

El gato dejó atrás su collar ya sin girar a verle. 

DogDay se quedó en el lugar, dejando de lado el traje de sacrificio o esa máscara tonta. 

Observando esa luna de cristal dejada en el suelo. Avanzó tomándola del piso. 

Mirando como este cristal brilla en sus manos. 

-No. - su sonrisa volvió arriba al exhalar tranquilo. - Tú no te vas, Catnap. - vuelve a ponerse de pie dando el primer paso para perseguirlo.-No te vas con la cola completa, amigo. - 

Al menos antes de ser aplastado por un tronco. Haciéndolo sonar como un pollo gritón. 

-¡Si!- celebra la figura de negro al verlo inconsciente. Agarrando sus patas lo arrastra como saco directamente hacia el bosque. Dejando atrás las huellas de cabra de sus patas sucias. 

La luna de vidrio se quedó en el suelo al igual que su collar entre las ramas del árbol caído. 

La luna seguía subiendo y muy poco tiempo después su luz iluminó el camino y el árbol. Siendo testigo del regreso de ese gato indeciso, a trompicones y cayendo entre pasos presurosos de vuelta al valle que lo lleva a ver el árbol. Descubriendo tan solo por curiosidad ese collar colgando de una rama. 

Sus orejas caen pegadas a su cabeza una vez lo entiende.

Gritando sin voz alrededor al buscarlo con maullidos ahogados. 

Tomando la cámara de lejos, recoge el collar entre sus manos y corre alrededor del árbol. Sin ver el rastro de arrastre por la oscuridad. 

 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

 

¡¡¿Te encanta nuestra línea de juguetes?!! ¿No puedes esperar por la nueva línea especial? ¡¿Quieres apoyar?! Dona al número en pantalla y ayuda a niños huérfanos, además de conseguir descuentos en juguetes de nuestra gran compañía Playtime co. 

 

 

Chapter 62

Notes:

Tengo frío, diría que me emociona halloween pero ya huele a ponche y escucho villancicos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

La vida es una rueda de piedra a punto de aplastarla cuesta abajo. 

Cosas que le hacen observar al techo con los sentidos atrofiados al fondo de las sombras de su celda sucia. 

Bajo su cuerpo se encuentra la cobija amarilla qué le dieron de premio hace muchos años. La primera vez que fue felicitada por ser una buena mascota para la compañía. 

Era su cobija. La única pertenencia que se le permitió tener y más llevar de un lado para otro al cambiar de celda o ser llevada de piso en piso para terminar siendo el colgante del juego de memoria. 

-Tengo hambre. - Supira entre sus dientes. Sin más que el presente y el frío en su pelaje delgado.

Las olas de dolor hace tiempo se detuvieron. Solo le quedaba el malestar de un recuerdo que necesita sellar con el resto de locuras que ya superó por sí sola. Esperando volver a ver a Boxy. 

-Tu aun recuerdas mi nombre. - sus ojos de cristal suben por los muros, temblando como una hoja perdida en la nada. - Arnold… No.- mira al piso junto a su pata unida con hilos de colores. - Amber, no, eso es de niña. - observa ese hilo blanco. 

En in segundo la camisa de color blanca al fondo de su memoria la sobresalta, haciéndola rodar de su lugar en huida de sus propios recuerdos. 

Lleva consigo esta cobija amarilla, cubriéndose la cabeza. 

Cuidando sus pasos evitando pisarla en su carrera. 

No hay a donde ir dentro de su encierro. Es ella abandonada en la nada en manos de estas personas desagradables. Corriendo en su desesperación. 

Cae de bruces al tropezar con sus propios pies. Chocando su rostro con el suelo. 

Uno de sus ojos escapó de la cuenca, cayendo por un lado de su rostro. 

En este piso sus sollozos regresan bajo su cobija. Volviéndose un ovillo para esconderse, para continuar en esta miseria. 

Debería ser así. 

La compuerta de su celda fue abierta de golpe. 

Ella salió de su escondite mirando a esa entrada con el corazón en la boca. 

Por la entrada la presencia de una criatura tan pequeña como su pata hizo aparición. Acercándose con seguridad a su escondite de tela. 

-¿Tú puedes escucharme?- pregunta sin mover la boca este pequeño. 

Bunzo asiente. Más inclinada a comerlo vivo para sentirse mejor. 

-No lo hagas. - le advierte esta criatura con las patas levantadas. - DogDay me ordenó cumplir con mi parte del trato. Así que me necesitas y debo salir ileso de esto. - le advierte apuntando afuera. 

Bunzo gatea a su encuentro.

Bunzo no es ni la mitad de lo grande que los gigantes del sótano pero aún intimidaba a un pequeño de su misma línea. 

El conejo más pequeño apunta fuera de la celda. Dirigiendo el camino. 

-Cuida tus pasos, Bunzo.-le advierte este conejito una vez la celda se cierra con ellos fuera. 

Bunzo lleva su mirada al final del pasillo. Notando la retirada de un humano de espaldas a ellos. 

-No lo mires, no debes saber como se ve. - le advierte sin detener sus pasos. 

Bunzo sigue al conejo paso a paso. Escuchando como este debe agarrarse del suelo o la pared para no caerse debido a su equilibrio aún más pobre. Andando por los pasillos hasta un aire acondicionado abierto. 

Ahí cinco pequeños les esperaban con herramientas. 

Bunzo les observa desornillar entre los seis desde adentro con un imán viejo. 

-Vamos. - lo apuran nada más terminan. 

De seis sólo cuatro fueron por el mismo túnel. Dejando a dos dividirse por el aire a paso rápido. 

-Aquí deberemos esperar hasta que suceda la señal.- advierte el guía Deteniéndose frente a una rejilla. 

Los tres restantes destornillan de la misma forma la rejilla, sosteniendo la puerta esperan ocultos en la oscuridad. 

No había más palabras para dar explicaciones entre ellos. 

Estaban haciendo algo que Bunzo no entendía. 

-¿Me ocultaré aquí hasta que muera?- les interroga mirando a la reja. 

-No es ese el plan de DogDay. - suspira el conejo guía. - El cree que la verdadera libertad es el decidir qué hacemos con nuestra vida y nuestro cuerpo. - su cabeza se inclina. - El dice que podemos ser pequeños y débiles pero aún podemos hacer pedazos a todo lo que nos propongamos al decidir actuar juntos.- tira de sus orejas. 

Sus compañeros no agregan ni lo corrigen. Concordando de forma tácita a sus palabras o el recuerdo de tales palabras por parte de un tipo, que en su propia percepción, tan desagradable y retorcido. No le agradaba este tipo de chico manipulador que pasa sus días actuando. 

-El también dijo que el qué hacemos con lo que aprendemos o si preferimos rendirnos es también solo nuestra responsabilidad. Solo debemos estar seguros de que nada de lo que se quede atrás sea algo que en realidad deseamos compartir por mucho más tiempo. - 

Bunzo movió las orejas arreglando por fin su ojo fuera de la cuenca, colocando en su lugar con fuerza. 

El dolor la lleva a ese mismo lugar blanco. Otra vez. 

Los conejos se apartan al verle tensarse y gruñir harta de su propia estancia. 

Pudo haber intentado correr nuevamente o morder a los pequeños pero ese no era el plan para ella. 

Escuchando los cinco como algo al otro lado de la reja revienta. 

-Esa es la señal. - avisa el guía. - Lo que debes hacer es bajar y hacer lo que te toca. - le abren entre los cuatro la puerta.

Bunzo duda, observando esa sala de máquinas en luz roja, sus orejas temblaron.

-¿Ese perro líder no les dijo qué debía hacer? ¿Que se supone que haga?- les pregunta sin animarse a bajar. 

Los cuatro le miran fijamente. 

-Tu parte es simplemente decidir qué hacer y hacerlo por ti sola. - le apuntan afuera. 

Este conejo suspira sacando primero las patas traseras, pisando el borde de una tubería helada de metal. Deja el interior del aire acondicionado, saltando sobre una conexión de tuberías y luego otra. Deja de lado el sonido de la reja cerrando. 

-¡Maldición!-

Bunzo se quedó a medio paso al escuchar esa voz. 

La camisa blanca vuelve a su presente. Vuelve a doler y recorre hasta la médula con el retortijón de tripas acompañado por el frío en sus venas. 

Bajando muy lentamente de esta zona. 

Camina escondido entre las máquinas, buscando a esta persona entre las ranuras de hierro y la luz roja. 

Entonces pudo verlo de nuevo. 

Era un hombre cualquiera. 

No era un monstruo ni solo una masa de dolor. 

Es solo un tipo humano de estatura media con un aspecto nauseabundo por esa piel pálida. Como la leche cortada al secarse, blanco y amarillo. Aceitoso y sucio. 

Asqueroso. 

Patético. 

Insignificante. 

Solo un tornillo en una gran máquina de metal qué puede simplemente desmontarlo sin efectos adversos. 

Nada más que un tipo corriente. 

¿Entonces porque la hacía temblar? 

Desde las puntas de los pies a sus orejas alargadas. Sus rodillas débiles por el terror y ese escalofrío que trepa por su columna. El gran dolor en su cuerpo reparado, plagado de toques fantasmas. 

No había nada de diferente entre este hombre y el resto de los humanos qué le cortan y electrocutan esperando respuestas nuevas a las mismas preguntas. 

Una y otra vez. Otra vez y una más. 

No paran aunque ya no quede nada. 

Quizás, y solo quizás, este nuevo miedo llega desde más al fondo de su ser. 

Ese que creyó estar a salvo. 

-Qué débil se ve. - murmura una vez lo ve batallar para levantar una sola herramienta de hierro. 

Le sigue mientras repara una pieza de tuberías desajustadas en la pared. 

Lo observa detenidamente. Preguntándose porque estaba tan fascinada de golpe por este humano. ¿Qué le recorre al temblar a cada paso? 

No. No es felicidad. 

No. Tampoco está más asustada. 

No. 

Esto era un sentimiento más allá de cualquier otra cosa. 

Esto era satisfacción. 

Satisfecha de tenerlo a su alcance. De igual a igual. 

Con la capacidad de defenderse una vez más. 

¿Y si el tipo lo volvía hacer? Ese miedo hace que su sangre arder. Decidida.

Simplemente extasiada por su elección. Porque no era una cobarde. 

No es un juguete indefenso. 

Este hombre termina de atornillar la tubería. Dejando salir un gruño frustrado una vez esa tarea es descontada de su proceder. 

Da una mirada alrededor. Limpiando con el dorso de la mano la mucosidad resultante de laborar en una zona tan cerrada como las máquinas de ventilación. Mueve los hombros caminando de nuevo al exterior de la habitación. 

No. 

No puede hacerlo. 

Sus ojos fijos caen en una figura de pie en la puerta de salida, por la escalera qué debería usar para salir. 

Esta forma indefinida baja un escalón sin dejar de mirarlo.

Definiéndose su identidad al caer por encima de su pelaje esa luz roja. 

El humano retrocede un paso al descubrirlo. Ese conejo bajando pacientemente los escalones de hierro. Pisando con esas lindas patitas descalzas el suelo sucio. 

Todo sin despegar esos ojos fríos de su persona. Todo tan natural como apagado. 

El humano retrocede un paso lento una vez puede procesar qué esta criatura ya llegó a los últimos dos escalones. 

Correr. Eso es lo que le insta el instinto. 

El conejo saltó los últimos escalones persiguiendole torpe por su paso a saltitos. Maas no era lindo, sus acciones denotan una gran ira al caer en una vuelta por estos pasillos enredados, levantándose solo con la intención de seguirlo. 

Este hombre dio la vuelta a las instalaciones de tubos y cables, devolviendose a la salida una vez se encargó de quitar al conejo del camino. 

Al conejo descubrir que fue un juego esta persecución no le sentó bien. 

Saltando un último tramo tan seguro de lograr su cometido qué el sabor a sangre y carne le fue lo de menos una vez sus colmillos entraron por las cuatro direcciones de su mandíbula insectoide. Masticando, desgarrado y tragando una vez le robó un pedazo. 

La sensación de ser devuelta una pieza de su cuerpo con este acto la hace desear tener lagrimales. 

Aunque no los tiene, no los hay. 

Solo hay dientes. 

Solo existe la lucha de este hombre. Pateando y no contento la sujeta por las orejas esperando poder encestar un par de puñetazos en castigo por el mordisco a su pierna. 

Bunzo no le permitió ni uno solo. Mordiendo con fuerza, arrancando los dientes a medias. 

Este hombre grita y esta vez tira de su brazo tratando de librarse de la criatura que le comienza a comer vivo. Sin dejar de mirarle a la cara en su arrebato. 

Alcanza una de las pocas piezas de madera en el lugar tan solo para colocarlo en esa mandíbula. 

Inútil. Este conejo tiró de su mano arrancando la piel y descubriendo el nervio al aire. 

La sangre es basta, es tan rebelde que vuela y respira la carne temblorosa en las corrientes de aire. 

Este hombre grita saltando atrás con su mano contra el pecho. Llora de dolor. 

Bunzo exhala helado. Sacando con la lengua esas piezas de hueso y piel. 

 

Gatea tras este humano. 

Los gritos de advertencia son un eco olvidado. Peleando por acercarse al ser pateada varias veces. 

El reflejo de su propio miedo queda en el fondo. 

Trepando a ese humano hasta su cara, muerde ese rostro. Descubriendo la carne de ese cráneo. Este humano aún pelea y grita. La empuja como puede al proferir berridos angustiados, húmedos por sus lágrimas. 

Sus manos carecen de garras prominentes pero es fuerte. Golpea lo que muerde. 

Muerde lo que golpea. 

Extendiendo la muerte de este humano a gusto de su propia capacidad. 

Gritando entre sus arrebatados nervios carcomidos por una rabia obscena. 

Este humano es huesos. Es sangre y venas. 

No la muerte. Solo es dolor. 

Es asqueroso como un animal en la carretera sin terminar de morirse de una reverenda vez. 

Aferrándose como un parásito a la vida. 

Como todo lo que debería estar muerto en este lugar. 

Bunzo lo deja temblar en el piso. Caminando hacia una pieza de metal para descansar. 

Observando como este respira con un chorro de sangre escapando de su tímpano mordido. 

Esa zona duele mucho al ser tocada. 

Más los humanos aún se encargará de meter agujas en sus orejas para medir sus respuestas al dolor. 

Como si fuera a doler menos solo por repetirlo una vez más. 

Solo le observa. Preguntándose si sería tan horrible para este humano que ella hoy lo mire sin pestañear como lo fue para ella pasar su existencia siendo observada por los humanos. 

La agonía de este humano es tan lenta e inútilmente frustrante como su propia existencia. 

Vuelve aburrida la espera de su muerte. 

Bunzo deja su asiento. Levantando las orejas al verle moverse. 

Aún podía verla. Le tiene miedo. 

Bunzo carga en una carrera, escuchando un grito de más puro pánico. 

Esas manos sin fuerzas intentaron retenerla pero solo debe agacharse para morderlo con tanto desenfreno como al inicio. Arrancando sin arrancar, masticando sin arrebatar. 

Deja el cuerpo unido pero no la piel intacta. Escucha la música de huesos fracturados.

Este dejó de moverse al morir pero ella no tenía suficiente. 

Los despedaza y divide. Arranca los ojos con las manos a base de golpes. 

Los destroza y abre esa boca, desgarrado las mejillas en una sonrisa destrozada a base de pellizcar y tirar de pedazos a medias. 

Lo odiaba. 

Lo odiaba.

Lo odiaba. 

 

 

Los pasos de lo que viene a esta habitación solo son lentos. Habiendo atravesado la puerta con esfuerzo. Baja de un solo salto las escaleras. 

Busca su objetivo pero solo encuentra suciedad. 

Esa bola de carne y huesos, atrapados entre los dientes de ese lindo conejo sucio. 

No lo piensa antes de ir a su encuentro. 

-Sofía. - clama en un jadeo. Llama el nombre de su hermana. 

Ese desenfreno sucio se detiene. 

Levantando el conejo la mirada de esa masa de carne revuelta a ese gran montículo de pelaje carmín. 

-Hola. - saluda esta caja. 

El conejo observa a este gigante. Levantándose del suelo. 

-Boxy. - saluda de vuelta. Adelantándose a su encuentro. 

Boxy dobló las rodillas, resortes, arrodillándose en búsqueda de la cercanía con su hermana. 

-Lamento llegar tarde. - suspira una vez Bunzo le abrazó a su disposición. 

No hay respuesta. 

Debilitando las emociones de Boxy a un menjurje de lamentos. 

Bunzo retrocede. Limpia su boca llena de sangre . 

-No, tenemos mucho tiempo. - murmura colocándose en el centro de la habitación. 

-Tenemos otros 20 minutos. - le avisa. -Aún puedes volver a tu celda a tiempo. - 

-¿Cómo hiciste que ese perro decidiera ayudarnos?- pregunta Bunzo. Sabía que ese chico no arriesgaría a su grupo ni a sus compañeros por ellos que a la primera oportunidad destrozan a cualquiera de ellos. 

Boxy mueve las manos. 

-Le di el mapa de este piso.-

Bunzo sacudió las orejas no tan interesado. Sus cabeza gira observando a las patas del gigante rojo. 

-Entonces ese tipo tiene toda la información de este terreno, de las puertas y sus códigos. - Boxy puede ser consciente o no de cuán grande sería su desventaja en un terreno conocido para un enemigo. Puede que sean ahora los únicos en el piso pero el conflicto era posible en un futuro y Boxy vendió información a un sector que él mismo desconoce. Sus orejas se sacuden pensativa. - Hazte amigo suyo. - determina la mejor opción para su hermano. 

Boxy dejó caer los brazos. 

-Hay muchos problemas sobre eso y más de uno es verdaderamente imposible de superar. - niega la posibilidad, observando a su hermana y lo pequeña que era. 

Esta coneja. 

Aunque ya ni importa ser ella o él cuando su género hace rato fue arrebatado para ser un juguete más apegado a su diseño en papel. 

En esos días la coincidencia celular era lo único que tomaban en cuenta. Tomando como ventaja la posibilidad de esterilizar a las niñas y niños. Creyendo fielmente que detener el desarrollo sexual podría convertirlos en elementos mucho más obedientes. 

Bunzo, Sofía, no sabía si era más obediente o no, de lo que tenía certeza es que a sus 20 había un gran vacío dentro de su cerebro. 

Algo no estaba bien. 

Estaba vacía. Algo que debería crecer no lo hizo. Era una muñeca incompleta mucho más adentro de lo que solo eran sus ligamentos entrecortados. 

No le interesaba el rumor de que los sonrientes estaban completos y por eso ellos y la nueva línea eran especialmente cercanos a los humanos. Solo le interesaba ser libre. 

Sacarse esta piel, estos huesos y esta carne. 

Asqueada por tanto tiempo que ahora era imposible no desear arrancarse el pecho con sus regordetes dedos de felpa. Tirando de sus orejas por la noche. 

Ya no deseaba pasar un minuto más en esa cuerda. No podía soportar la retorcida personalidad de Mommy. No más. 

-No importa. Ese tipo te puede ser muy útil en el futuro. - le advierte fijando su mirada en Boxy. 

Este nota la intensidad de sus ojos. 

-¿Qué?- interroga falto de gracia y sentido. 

-Estoy cansada. - le confiesa en un hilo. 

Boxy mueve la cabeza.

-Puedo esconderte o podemos volver a la celda y fingir que nada ocurrió. - 

Bunzo, cubierta de rojo y suciedad hasta las orejas, niega. 

-Estoy agotada. No puedo más. - esos ojos van a los contrarios. - Necesito tu ayuda. - 

-Te cargaré, no tienes que pensar más. Podemos esconderte.-

-Estoy cansada. Ya no quiero más, por favor, hermanito. Matame. - 

Boxy negó dejando salir una risa nerviosa. 

No fue así como siguió. El silencio de esta sala y la sangre apestosa los acompaña flotando en el aire a sus costas. Enterrando las uñas la premura en sus pies clavados al suelo. 

-No puedo hacerlo sola. Sabes que no puedo. - lo remarca sin cambiar de actitud. 

Era la petición más sutil y paciente que podía exigirle con su dulce voz. 

Boxy movió la cabeza. Negándose, gruñendo con el pesar en su cerebro. 

-No, Sofía. Puedes recuperarte y salir de esto, tú y yo. Todo saldrá bien- 

-Ya no quiero saber como será ese “Bien”. - toca sus manos. - Por favor. Esto ya no lo quiero. - 

Niega intentando huir de esto, de todo lo que significa ayudarla ahora. 

-Puedo hacer más. Puedo hacer que descanses. Puedo-

Bunzo abrió la boca gritando con los ojos entornados. 

-¡¡Ayudame, porfavor!!¡¡Te lo ruego, te lo suplico!!¡¿No puedes ayudarme ahora?!-

-No. No voy hacerlo.- intentó huir. 

Bunzo se colocó en su camino. 

-¡Por Favor, Boxy, estoy muy cansada! ¡Por favor, ayúdame! ¿Porqué no quieres entender que ya no puedo mas?-

La evita que tiemblen.

A este punto ya no se podía percibir como un gigante ni como un monstruo. 

Era tan pequeño y estaba tan asustado como un bebé. Intentando dejar fuera el terror con un berrido. 

-Eres todo lo que tengo. Ya no me queda nada.- 

-Yo solo te tengo a ti pero es inútil. - levantó sus manos llenas de sangre. - No puedo protegerme ni defenderme, no he podido hacer nada de verdad desde que me hicieron esto y aun no terminan. Aún me quieren para más, no me dejaran ir. - 

-No, no me hagas hacer esto. Por favor. Ya no. - 

-Ayudame. - 

-No. - 

-¡¡Ayudame!!-

-¡No!-

- ¡¡André, por favor. Ayúdame hermano!!-

Entre sus gritos ese eco repite recuerdos antiguos. El dolor de días rotos. 

Este gigante azul la observa con esas gigantescas fauces cerradas entre jadeos profundos. 

-No me dejes solo. - rogó en un hilo. 

Este conejito lo busco de nuevo. Tocando sus garras sin miedo a su gran figura. 

-Yo no puedo hacerlo por ti pero tú sí. - sin pensarlo dos veces dejo un beso en sus garras. - Te amaré siempre, hermano. - sacudió las manos. - Pero esto se trata de mi. De mi decisión, de mi. - sus orejas suben enojadas. - No se trata de que tu sufras o de que seas una víctima cuya hermana no tuvo fuerzas para acompañar hasta el final.-

-Solo quiero que vivas, que no te rindas. - Intentó detenerla. 

-No. Boxy. Esto lo has vuelto parte de tu cobardía. El miedo que sientes a quedarte totalmente solo. - 

Todos sentían el mismo miedo. Muchas veces pensar en su hermana era la forma que usaba para quedarse en el mundo cuando su cuerpo era desinstalado de la caja y sus órganos terminaban como una masa con la que jugar en una mesa. 

Esperando pinchazos de dolor, distraído al imaginar a dónde podrían ir su hermana y él después de esta locura. 

Dejar ir esa pajita entre las olas qué se lo tragaron, requiriendo todas y cada una de sus fuerzas. 

Este monstruo cierra los ojos, cubriéndose el rostro cómo podía. 

-No se trata de ti, ni de mi o de estas personas.- Bunzo apuntó su delgado pecho. - Esta es mi decisión, es mi vida. Es lo que quiero y eres el único en quien puedo confiar para que no te aproveches de mi.-

Boxy inhala y exhala dejando que su cuerpo se estremezca. 

-Porfavor, solo porfavor. Sálvame de seguir en este lugar otro segundo.-

El peso es grande. Hace a esta criatura temblar. Escuchando la respiración de la conejita. 

Este monstruo rojo bajo el cuerpo guardando las piernas para llegar lo más cerca posible al nivel de su hermana. Tomando en sus garras esas orejas tan suaves. 

Recorrió de forma lenta su pelaje. Tan suave y cálido. Incluso si estaba sucia era la cosa más bonita y tonta del mundo. Tan estúpida en su delgadez y su insignificante poder. 

Bunzo subió por su caja. Encontrándose con él de igual a igual en un último segundo. 

-Tus ojos son muy negros.- le toca el rostro.-Eres el chico más guapo de la fábrica. Ser tu hermana me ha hecho muy feliz, André. - cerró los ojos esperando paciente.-Te esperare, hermanito. - 

Boxy abrió las fauces. 

El sabor de lo que se va tan simplemente como cerrar las fauces puede ser descrito como la sangre más dulce de todas. 

Lo mastico. Lo trago. 

Quedando en silencio. 

No. 

En realidad este silencio solo está en su cabeza llena de un sopor frío. 

Solo el vacío lo distanciada de sus propios gritos. Del dolor destructivo en su cerebro. 

Rugiendo lleno de rabia. 

 

Vuelve a su zona de vigilancia aturdido. Preguntándose por qué seguir adelante o tal vez no esté pensando en nada y solo le de asco haberse tragado a ese humano.

Colocándose en el pasillo donde se le indicó. 

-Jefe. - 

Aprieta los párpados antes de asomarse a ver a ese pequeño gato amarillo. 

CatBee camina hacia él con un rostro tranquilo o aparentaba tal. 

-Debe escuchar algo. - le advierte levantando las patas delanteras. 

Boxy lo toma en manos y lo sube a su caja. Escucha a este gato sintonizar esa onda de radio. 

-Hola, giganton. - 

Esa voz no era conocida. 

Esta persona parece burlarse del gruñido qué respondió. 

-Estoy seguro de que debes estar feliz de ser el nuevo jefe. - 

El gatito movió las orejas confundido por esas palabras. Buscando respuestas en Boxy Boo. 

La cara de este monstruo no revelara nada más allá de una amargura. 

-Si quieres que algunos de los humanos que corren rápido se queden sin pies que usar, debería escuchar lo que tengo que decir. - 

El eco de esa voz queda de lado ante el peso de la verdad. 

Su hermana ya no estaba con él. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 S-M-I-L-E everyday

 

                                                        When you are down and out, 

 

No need to frown and pout

 

                                                                                                    ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday

 

 

 

 VHS/VIP

 

 

🕸️Especial de halloween 🕸️ pt 2 

 

 

 

 

 

La plaza del pueblo está adornada con los racimos de flores coloridas.

Flores que hoy atrapan a las personas con largas hojas y roban a las ancianas sus bolsos. 

-¡La yerba se apodera de nuestras calles y no es una metáfora de propaganda política!- gritan los ciudadanos huyendo en sus carros. Chocando contra un letrero de leggins masculinos. 

Una maestra corre con los niños en sus hombros. 

-¡Que alguien haga algo!- pide ayuda golpeando con su bolso a las plantas qué la siguen. 

Una abuela persigue una hoja que roba descaradamente su dentadura. La patrulla que apenas llegaba choca contra la única tienda entera hasta este punto, destrozando los cristales y atrapados los oficiales del interior por las hojas mucho antes de poder hacer algo con sus macanas. 

Mommy pasó corriendo detrás de las ramas. 

-¡Policía, se llevan a mis hijos al camino de la yerba!- grita desesperada. 

Baby en poder de las hojas se quitó el cupón gritando. 

-¡Mamá , te juro que se la guardo a un amigo!- lo dijo con la voz de un adolescente cercano a la madurez. 

-¡Oh, no, mi bebé se convirtió en un adolescente inseguro y sin sentido común!- grita perdiendo las fuerzas. 

Daddy la atrapó antes de que tocará el suelo , llevándola a su pecho. 

-¿Mi dulcecito de calabaza y anís? ¡¡No, debí ser yo!! ¡¿Porqueehhhh?! -- grita cubierto por la lluvia gris y los truenos. 

Indiferentes a la desesperación de ambos padres, los policías atrapados entre las ramas gritando entre lágrimas . Ambos eran pequeños pollos de colores. 

-¡¿Cómo se supone que use fuerza excesiva si no puedo alcanzar a ese niño, arrastrado por las circunstancias, con exceso de violencia en primer lugar?!- rebuzna pataleando aunque solo se enredan más. 

Las ramas se tragan el pueblo. Llegando a las oficinas del gobierno. 

-¡¡¿Dónde está el jardinero?!!- grita el alcalde pavo real cubierto de hojas en su oficina oficial. 

-¡¡¡DogDay ¿Donde piñatas y cantinfloras te encuentras?!!!-

 

 

El jardinero no está en su casa. Eso se nota al estar volteada literalmente de cabeza por el gatito. Apretando en sus manos el sol de ese collar, mordiéndose entre pasos nerviosos sin saber a dónde más buscar al perro. No puede dejar de dar vuelta en el jardín del perro. Mirando a los alrededores. 

Preguntando al público qué hacer con una mirada asustada entre sudores fríos. 

Su desesperación es desenfocada por la llegada de la coneja verde con una toalla de ejercicio en su cuello y un café en mano. Vestida con unas medias altas de algodón suelto y unas sandalias más grandes que sus pies, mira tranquila y somnolienta a la casa, bebé de su café y observa al gato que ya se abrazó a sus rodillas y se balancea con mirada desencajada. 

-DogDay hoy hizo un gran cambio en su decoración. - apunta tranquila. - Bastante valiente de su parte.- sus ojos van a la pala en el patio y al gato que escarbo un hueco ya cubierto por tierra suelta.

La mira fijamente. Bebé de su café. 

La pala la mira sudando profusamente. Apuntando al gran montículo de tierra. 

Bebé de su café otro sorbito sin dejar de mirar a la pala. 

La pala señala con los ojos al gato en el suelo. 

Hoppy salió de su disociado estado y se rasca el trasero volviendo por sus pasos de vuelta a casa. 

La pala sin boca solo puede rodar los ojos desesperada al ser ignorada. 

Hoppy se metió a su casa y cerró la puerta. 

Catnap cayó de costado en la misma posición hecha ovillo. Pasaron algunas mariposas volando y también al fondo la pipa de combustible del pueblo explotó creando una ola expansiva qué tira la pala al suelo. Quedándose en el piso junto a la cabeza de CatNap. 

Los segundos pasaron y la ola expansiva terminó dejando que las plantas volvieran a enderezarse. 

La realidad es rota desde el centro de la pantalla por el desgarro del interior de arcoiris televisivo, saliendo una criatura blanca con un grito y su cuerno prendido en rojo emergencia. 

-¡Por todas las ascuas y mandrágoras del bosque, DogDay desapareció!- grita viendo la casa al revés. La pala tirada, las plantas sin regar, la maleza crecida y las cartas sin abrir en los buzones.-DogDay no dejaría nuestro correo sin husmear. Esto es grave. - exclama leyendo ella misma el correo de Bobby. Roba sus muestras de dulces gratis bajo el brazo. 

Corrió hacia CatNap, agarrándolo por debajo de las axilas para levantarlo. 

.-¡CatNap, reacciona! ¡Deja de llorar y vamos a buscarlo! ¡¿Donde lo viste por última vez?!- le pregunta sacudiendo lo como a una maraca.-¡¿Eres un gato o no?!-

El gato la mira con las pupilas grandes y lleno de lágrimas , moqueando y tembloroso como un gato abandonado en la lluvia. 

-Te ves patético. - lo soltó dejándolo caer al suelo, limpia sus cascos en sus enormes pantalones de hip hop.-Arriba, Catnap. - le ordena apuntando al lugar. - DogDay ha funcionado como la base de todas las operaciones menores de este pueblo desde que se mudo hace años. Este lugar no sobreviviría una semana sin su ayuda como el eslabón de fondo de la escala social. Tu no quieres saber lo que le sucede a una sociedad cuando pierde sus elementos de menor importancia. - chasqueo las pezuñas.-Rápido, ¿En donde lo viste por última vez?- 

Catnap se puso de pie mostrando el collar. 

-“Anoche me despedí de él en el jardín pero al volver me encontré su collar bajo un árbol y desde entonces no lo he visto”- apuntó al camino que lo sacaría del valle donde vivían todos. 

Crafty frunció el ceño sujetándose la mandíbula. 

-DogDay no sale de noche, a él le da terror la oscuridad.- miro al camino, sin notar como el gato trago pesado con el sol entre sus manos. -¿Qué rayos hacía él fuera de casa a esa hora?-

CatNap bajo la mirada al suelo. La culpa por haber peleado con el perro le llega a las orejas qué agacha avergonzado. CraftyCorn ignora ese gesto. 

-Vamos por Kickin, su casa está llena de cámaras con las que acosa a Hoppy, seguro algo habrá en ellas. - arrastra al gato por la cola. Este se deja llevar con la cara pegada al suelo. 

 

 

En otro lugar la escena es oscura. Plagada de las pequeñas velas de colores dorados y naranjas. Iluminando al reciente perro secuestrado, colgando de sus brazos contra un muro de piedra oscuro. 

La figura oscura llega por el frente. Observando el estado del perro en la pared. 

-¿Ya no te sientes tan valiente?- pregunta burlándose de su estado. 

El perro exhalo profundo. 

-¡Enrealidad no, creo que estoy muy asustado!- exclama con un exagerado tono de miedo mal actuado. Además de mirar descaradamente las anotaciones en un letrero de papel. 

Con su actuación vuelve el color y la luz del lugar. Delatando las flores coloridas alrededor junto con las velas de colores y ese perro colgando mueve los pies como si fuera un columpio en lo que lo encadenaron. 

-¡¡No, no!! ¡No se supone que sea así! ¡¿No deberías estar aterrado?!- le reclama la cabra meciéndose en un berrinche-¡¡¿Que tienes en la cabeza?!!¡¡Sé supone que estés asustado!!-

El perro sonrió asintiendo. 

-Bien, bien… Haber… ¡¡No, no viene el fiscal!! ¡¡¡Descubrirá que no le pago a Conchita desde el 76 y me hará pagar su fondo de retiro!!! ¡¡¡Nooo!!!-

- ¡No, idiota! ¡Ese tipo de miedo no! ¿Eres estupido?- sacudió las orejas. - Pobre conchita.-

-No creo que tengas en cuenta las importantes dimensiones de lo que puede ser la demanda por pagos no completados a una persona que labore en la rama de servicio. Para un tipo rico esa experiencia es simplemente sobrecogedora. Además de cómo repercute en su historial crediticio a futuro y sobre las generaciones futuras. Además de que se volverá la burla de su círculo social. -

La cabra arrugó la nariz. 

-No me hables de esas tonterías.- gruñe girándose de espaldas.- Además no hay sistema que pueda aplacar las acciones de una sanguijuela millonaria. - 

-En algunos años si. - sonríe meciéndose. - ¿Has escuchado de la propuesta SAT? - 

La cabra lo miró horrorizado. Palideciendo con un temblor en manos y labios. 

-¡¿Qué clase de enfermedad diabólica te has atrevido a mencionar frente a mi?!- reclamo acercándose al perro encadenado a la pared. 

Este sonríe entrecerrando los ojos aún estando somnoliento al sacar la lengua, saboreando cada letra entre sus colmillos. 

-Sistema de administración tributaria. - lo dijo mirando directamente a la cabra a la cara. 

Este le mira de abajo arriba, cuidando las esquinas de su capa al apartarla de este perro. 

-Es enfermo, perro. - 

Este le sonríe recuperando su buen humor. 

-Ahora tu dime papi. - le pidió moviendo la cola animado. 

La cabra retrocedió horrorizada. 

-¡No! ¿Porqué te llamaría así? ¡¿Qué rayos te pasa perro?!-

La cola del perro dejó de moverse. 

-Pero estamos jugando, ¿No actúe ya como tu querías? ¿No me toca a mi decidir el juego?- su humor cayó a la tristeza en un segundo donde hasta sus orejas caen

 -¡¿De qué hablas?! ¿No ves que estás encadenado a una pared? ¡¿En qué clase de juego debería llamarte papi?!- le reclama enojado el animal. 

El perro dio una mirada rápida al televidente. 

-Pues.. Siendo así…- su sonrisa crece de golpe.-Dime.. ¡¡ Papi, di que soy una niña buena!!-

La cabra mostró los colmillos de lobo en amenaza. 

-Vete al diablo, pulgoso. - lo insulta harto hasta temblar. - No hay condena en el infierno que me haga decir tal cosa en vida.- le muestra los colmillos asqueada. 

El perro inclinó la cabeza a un lado. 

-Dilo, vamos. “Papi, di que soy una niña buena” ¡Dilo!- lo pidió de nuevo el perro, sonriéndole impaciente. - Repara tu alma. - 

-No, no voy a decir esa tontería. - negó caminando a la puerta de salida.- Y no soy una buena chica. - 

El perro se esponjó al verla salir. 

-No vayas apagar la luz. - pidió antes de que cerrará la puerta. 

La cabra lo mira, sonríe y baja el switch de la pared dejándolo en la oscuridad antes de irse. 

El perro bajó las orejas al quedarse en penumbras. Su cola se agita nervioso. 

-Espero que corten mis plantas…por lo que resta de mi vida.- 

Las sombras y las velas vuelven a acompañarlo en silencio. La oscuridad lo asusta demasiado. 

Temblando en la oscuridad su código de color lo hace sacudirse como el formato corrompido de una computadora. Rodando sus extremidades igual a un modelo 3D, cambiando la localización de sus extremidades. 

 

 

Con los sonrientes el grupo se había reunido. 

Bubba revisa los libros de la casa de DogDay, ya revueltos por el escrutinio que les hizo el gato hace un rato. 

Bobby alzó la voz preocupada al no encontrar nada en ninguna parte del jardín. 

-¿Seguros de que no se fue a visitar a sus padres?-

Crafty negó moviendo la cabeza. 

-Sabes que sus padres lo odian desde que dejó la carrera de finanzas industriales. - rememora el gran griterío qué solía escuchar cada vez que DogDay llamaba en fiestas para saludar y le respondían con gritos qué dejarían sordo a cualquiera, al punto que un perro amarillo saliera acompañado por una señora naranja y le apuntara la cara al perro reclamándole por su fracaso universitario. 

-Lo había olvidado. - suspira Bobby. - Es difícil pensar en alguien que odie a DogDay. - 

Kickin intervino desde su asiento.

-Si alguien no te odia es porque no eres una persona real. - 

El grupo revisa al pollo sentado en el sofá. 

Todos daban la espalda a la pared con las miles y miles de fotografías de todos ellos. 

-Kickin, ahora no es momento para que pongas en funcionamiento esas erráticas neuronas tuyas. - le recomendó Hoppy trayendo una pizarra verde. 

El ave asiente y saca de su cabeza el hámster qué debería hacer correr la rueda qué haga funcionar su vieja computadora cerebral. 

-Lo siento, temo que deberé dejarte ir, Panchito. - lo despide con una sonrisa lastimera. 

Este roedor le mira a los ojos con el par de perlas azabache de sus cuencas, brillando como estrellas. 

-Estos gringos son todos unos groseros. - procede a ponerse su sombrero charro y dejar la escena montado en una camioneta de su talla.-Firmamos un contrato y luego me despide, pobre pinche pendejo y wey para terminar de chingar. - 

Kickin se despide moviendo un trapo blanco. Talvez nunca sepa que fue aquello que dijo su pequeño empleado. 

-Adiós amigo. - lleva el pañuelo a su pecho. 

Bubba frunce el ceño después de ver esto. 

-Eso explica demasiado de tu personalidad.- 

-¡¿Que tiene mi personalidad?! - pregunta el ave apuntando a la cabeza con un arma.

El elefante mira feo esa amenaza, gruñendo grita. 

-¡¿Y todavía preguntas?!- gritó Bubba sacudiendo las patas. 

-¡Dejen de pelear!-la osa llegó por un lado, sujetando el arma de Kickin la arrancó de sus manos haciéndola una bola de metal entre sus manos.-¡¡DogDay sigue perdido y ustedes no ayudan poniéndose así!!- tiró la bola de metal por la ventana. Escuchando el grito de un cierto vecino azul y entrometido.-¿Qué vamos hacer, Hoppy? - le pregunta a la coneja. 

Esta linda coneja ya se colocó su uniforme de soldado. 

-Escuchen bien. En vista de la desaparición de nuestro amigo y sin encontrar señales de su paradero en su casa, solo nos queda una respuesta para ello. - golpeó la pizarra haciéndola girar. - ¡Uno de los presentes lo secuestró!-

Miran a la pizarra. Estallando uno de ellos. 

- ¡Ey! ¿Porqué es mi cara la del dibujo? ¡¿No era privado?!- reclama Crafty viendo el dibujo del perro en una jaula transportadora y a Crafty con ella bajo el brazo, solo censurada por una línea negra sobre los ojos. 

-Yo creo que podría ser cualquiera. - apunta Picky, aun con una bufanda y su nariz roja por el frío y su reciente recuperación. 

-¿Quién es esa cualquiera?- pregunto Crafty enojada.-Voy a darle una fiestecita a la muy.-

El grupo le mira silencioso. 

-Tss…- vuelve a sentarse con la cara roja. 

-Debemos pensar en el mayor sospechosos ¿Donde lo escondiste Kickin?-

El ave dejó de mirar a la mosca del foco. 

-¿Qué?... ¡Yo no le robe ninguna cartera a CatNap!- gritó enojado por la indagación del grupo.-¡Me están vilipen, villi… Vilpendiado... Vil!- gritó al olvidar la palabra que buscaba. - 

-Es vilipendiar, te están vilipendiando. - 

-¡Y lo admites! ¿Lo vieron? !!El hijo de elefanta lo admite¡¡- le dio un puñetazo a Bubba directo a la cara.-¡Obviamente el tiene a DogDay!- 

-¡Despellejen al elefante! ¡Crafty quiere un sillón nuevo!- 

-¿Por qué se pelean?- pregunta Picky medio dormida. - No peleen.- sonríe durmiendo en el hombro del gato. CatNap se cubrió el rostro con las manos entre el griterío de Crafty y Bobby sujetando a Bubba. Nadie nota que el gato viste como viuda. 

-¡Pero si el me pego, agarralo a él!- gritó Bubba escandalizado con el ojo morado. 

Kickin va hacia él entre saltitos con guantes de box con la misma animación de un street fighter.

Hoppy desde su lugar se quitó la gorra militar, sacando un cohete y encendiéndolo contra sus dientes frontales. Lanzando esa bengala logra separar al reino animal con ruidos realistas entre chillidos, ruidos y maullidos con el cocleo mezclado con esos grititos asustados. 

-¡Revisaremos todas las casa, sin excepción!- le apuntó uno a uno.-¡Bubba, tú irás al último!-

-Eso.- festejo regresando tras haber dejado la casa en estampida. 

-¿Porqué te alegras? ¡Obviamente tiene algo que esconder!-

–No te emociones, Kickin, tú irás primero. 

-¿Porqué yo?-

-Porque en el primer episodio planeaste dejar a DogDay en las nubes y hacerte con el programa. - apunta Hoppy. 

Crafty levantó las orejas. 

-Pero tú también lo quisiste hacer.- 

Hoppy tosió falsamente antes de responder con una mirada engreída. 

-Por eso seré la segunda y luego tu, Picky qué intentó venderlo por kilo a Vietnam y Bobby qué le debe dinero, Bubba y por último CatNap. - 

-Creo que los problemas financieros de DogDay tienen mucho que ver con el hecho de que todos sus deudores se niegan a pagar. - apunta Kickin. 

Bobby le pegó una patada. Distrayendo a todos con una pregunta a Hoppy. 

-¿Por qué el gato al final?-

-Porque me cae bien. - fue sincera. Imparcial y descarada, como solo ella era. 

-Si, estoy a favor. - murmura Picky medio dormida.-Compremos el chicharrón mañana. - medio dormía mordió el hombro de CatNap. 

-¡Picky está de acuerdo! ¡Así que allá vamos! ¡Oooohhh!- celebró Hoppy la gran incursión. 

Kickin la secunda con un canto igual de animado. Hasta que recordó a donde iban a ir y que Hoppy iba de primero. Abriendo los ojos más grandes de lo que se supone debería poder. 

-Ay, no… - se deshidrata en sudor siguiéndola nervioso.

El gato no les siguió de inmediato, deteniéndose a mirar a Picky babear su hombro. Se levantó del sofá cargándola en brazos para seguir al grupo que marcha directamente a la casa de Kickin. 

Bubba camino a su espalda con el ceño fruncido y las patas juntas. 

Picky medio dormida señaló algo. 

-¿No es raro que nuestro amigo desapareciera? Y en vez de llamar a la policía ¿Vayamos a catear la casa de nuestros otros amigos porque es mucho más posible que uno de ellos lo tenga secuestrado?-

 

 

La casa de Kickin es un gallinero. 

Está lleno de sus plumas y muchas fotografías de sí mismo. Y espejos. 

El grupo se quedó en la sala. Sin ánimos de ir más allá. 

-En realidad deberíamos seguir hasta el fondo. - apuntó Bobby, muy renuente a seguir adelante. 

-Pueden ir a donde quieran.- apunta Kickin tapando la puerta de un cuarto con su cuerpo.- KickinChicken, no tiene nada que ocultar. - les sonríe seguro. 

Hoppy lo mira de arriba abajo antes de tirarlo al suelo y entrar por ese cuarto. 

Kickin en el piso pierde vida al ver las patas de los seis entrar uno por uno. 

Dentro del cuarto rojo más de uno pasea la mirada por las distintas fotografías por revelar y en el agua, todas de la misma coneja frente a ellos. 

La miran esperando alguna reacción de parte de ella. 

Esta coneja revisa una a una sin cambiar de expresión. Abriendo las otras puertas sin importarle nada de lo que encontraba. Bobby y Crafty se unieron a la búsqueda. 

Bubba revisa los pocos libros llenos de fotografías del pollo, algunas las cubre antes de tomar un respiro y volver a revisar. 

CatNap y Picky revisaron la cocina. Picky dijo:

-No huele a guiso de perro.- con una sonrisa a CatNap y su rostro ya decaído empeora. 

-“¿Estamos buscando fritanga de perro?”- preguntó. 

-Normalmente es un guiso para contrarrestar la grasa, además de que necesita bastantes hierbas aromáticas. Es como el gato, no puedes servirlo frito con papas y ya, todo lleva su procedimiento. Lo abres, lo drenas y lo limpias sin romper las entrañas. Se cose tanto tiempo como el conejo pero no esperes un sabor tan dulce como el de una liebre, es mucho más agreste y rugoso. Después pones a secar las tripas y puedes hacer un lindo violín. Le regale uno en navidad a DogDay, aunque casi no lo toca.- le señaló y revisó el refrigerador.-¡Uhhh, tiene manzanas!- celebró comiéndose una. - No le digas a Kickin. - le pidió como un secreto entre ambos. Robándose una para después. 

Catnap asiente pálido y sudando después de escuchar como lo cocinaría una profesional. Y lo haría un violín. 

No es tan malo como cuando juró que haría un tambor con la piel de un policía de tránsito. 

 

Después de finalizar la búsqueda los siete se reunieron en el patio. También revisado por si acaso. 

-No tiene a Dog. - finaliza con eso Hoppy, recargada en la pala que usó para escarbar la tierra. 

Los seis aplauden. 

-Ahora es la casa de Hoppy. - anuncia Crafty sonriendo.

El grupo camina hacia esa casita tan curiosa. 

Kickin recuperó su humor al pensar en volver a esa casa. 

En cuanto entraron recordaron porque odiaban ir a casa de Hoppy. 

Bubba, Kickin, Crafty y Picky, los cuatro entrecierran los ojos ante el brillo de los premios y diplomas repartidos por la casa como cabezas de caza. El ánimo murió en cuanto sus propios fracasos son sombreados por la luz implacable de los grandes talentos de Hoppy Hopscotch. 

Reina del baile, deletreo avanzado, dibujo, canto, baile, ciencias políticas,un novel, la bata del papa y una patineta premiada. 

Todo por encima de sus cabezas. Solo siendo la punta de los logros de su amiga. 

Catnap no había vuelto en un rato y verlo de nuevo lo hizo perder el pelo. 

Los sillones de Hoppy eran suaves, perfectos para un felino estresado. Escapando para posarse en uno, hecho un tembloroso ovillo. 

Hoppy los mira a todos impávidos en la sala. Recargándose en una pared les apunta sonriendo arrogante. 

-¿No iban a buscar? ¿Qué pasa chicos? Pareciera que nunca habían visto un premio a la grandeza. - 

Los cuatro se esponjan. Corriendo a dar vuelta a todo lo que encontraban. 

-¡Ey, si lo rompes lo pagas!- grita siguiendo a Crafty con su microondas sobre la cabeza. 

Picky tomó asiento junto a CatNap. 

-Hoppy solo tiene comida chatarra, que lastima. - suspira recargando la mandíbula en sus pezuñas. Sus mejillas saltan regordetas con un brillo especial. Observando al gato hecho bolita sobre un cojín.-CatNap.-lo llama sonriendo. 

-Prrr… - responde con el sonido felino. 

Picky afilo la mirada con sospecha. Levanta la mandíbula sonriendo en su somnolencia. 

-¡Aquí no está Dog, ya vamonos!-

- ¡Pero podría estar en algún cuarto oculto o en el sótano ! ¿No van a buscar más?-

- ¿Hoppy, que hay en tu sótano?- pregunta Bubba con un tono tranquilo. 

Hoppy sonrió tímida. 

-Mis premios por la mejor debatista por hablar otros idiomas¡Chicos, no se vayan!- los sigue una vez todos salieron.  

Afuera directamente va a casa de Crafty.

Dejando que la coneja suspire aliviada. Sonriendo una vez todos abandonaron su casa. 

Salvando del descubrimiento aquella figura de tamaño real de Kickin en el sótano con un vestido de novia puesto en un altar improvisado. 

Hoppy Hopscotch ha vuelto a ganar y otra vez es delicioso. 

 

En casa de CraftyCorn todos recordaron qué solo son un montón de pobres diablos actuando de fondo en la historia de la chica rica con dotes de arte inconmensurable.

Como el fondo fiduciario de su familia. 

-¡Y este doblón de oro lo conseguí sonriendo en un concurso contra unas pusilánimes pegasos sin gracia , fue un lindo día de fiesta!- muestra su colección de monedas. - Te hace volar cuando le das un beso y recarga la magia como si fuera agua. - 

Buscar en casa de Crafty es encontrarse con oro y plata, gemas preciosas y muchas piezas de juguetes de aspecto pulcro. Fino como la seda y perfumado como una prenda divina. 

El ave salió de un cuarto con un collar de perlas y una bata emplumada. 

-No se porque pero me siento bonita. - suspira recargándose en el hombro de CatNap. Luciendo aquella prenda caída por sus hombros. 

Crafty le mira arrancando un grito agudo desde el fondo de su corazón. 

-¡Kickin!- gritó Crafty al verlo llegar.- ¡¿Que te dije de agarrar mis cosas?!- chillo ofendida. 

Catnap bajo la mirada al igual que todos.

Encontrando las piernas del ave metidas en unas medias finas de color blanco qué marcaban sus piernas y pies descalzos con tanta gracia como una actris del cine antiguo. 

-No son tan incómodas como parecen. - sonríe Hoppy llegando con una armadura de hierro sobre el cuerpo. 

El grito de Crafty destroza las ventanas. 

-¡¡Dejen de verse mejor que yo en mis cosas!!-

 

 

La casa de Picky sigue siendo bonita. O lo era. 

-!No, chicos, mi alfombra¡-chilla en la puerta al verlos enlodar todo a su paso.-Acababa de comprarla. - 

 

La casa de Bubba. 

La miraron. Y se fueron. 

-¡¡¿Qué, no iban a revisar?!!-

-DogDay te daría una paliza, Nerd. - lo apuntó Crafty burlándose. 

Bubba levantó los brazos ofendido. 

-Si eso piensan no debieron ponerse en mi contra desde un inicio. - 

-Pegarte no se trata de bandos, es por placer amigo. - declaran el conejo y el pollo, chocando las manos en un acuerdo nada disimulado.

Bubba dio un trompetazo ya bastante hastiado. 

 

Caminan a la casa del gato. Demasiado divertidos para estar buscando a un desaparecido. 

Este felino los mira uno a uno. Entre sus manos aferra el sol, pensando en la culpa que siente por ser él la razón por la que su amigo saliera de casa a oscuras. 

-¿Porqué tienes el collar de DogDay?- 

Catnap mira a Picky a su lado. Respondiendo con gestos de mano y su rostro entristecido. 

-“Lo encontré en el árbol donde lo vi por última vez”-

Picky le detuvo poniendo una pezuña frente a su rostro. 

-¿Y qué hacía DogDay contigo afuera en la noche? - lo pregunta aun sonriendo. CatNap miro rápido al grupo. Pidiendo con un movimiento tímido qué esperara. Ella responde anclado sus pies en el suelo. 

Los dos se detuvieron dejando al resto seguir su camino. 

Bubba no se dio cuenta de sus ausencias al ir bastante adelante dispuesto a pisotear las cosas del gato. 

Catnap mostró a Picky el collar. 

-“Discutimos porque me quería ir del pueblo”-

 - ¿Irte?- Picky levantó las orejas y su cola se crespo. -¿Porque querrías tal cosa? ¿Y durante la noche? Como un vil ladrón, tú no eres así. -

El gato movió las orejas hacia abajo. 

-“Porque ustedes no son mis amigos, solo fingen por lastima.”-murmura apretando el sol en su pecho. 

Bofetón. El gato cayó al suelo. 

Fue tan de sorpresa que la animación de golpe llegó después de la caída del gato. 

-¡¿Crees que soy tan mala como para fingir ser tu amiga?! ¡Creí que de verdad querías ser mi amigo, que deseabas conocerme!-

En el suelo el gato se abrazó asustado. 

-“No se trata de desconfiar de ti, Picky, yo solo pensé que sentían lástima y por eso me hablaban”-

-Claro que siento lastima por ti. - apunta Picky enojada. -Eso es lo que acerca a las personas. Los sentimientos son así. Son eso, Catnap. La lástima o la curiosidad y otras cosas más, eso es lo que nos une y puede hacernos conocer personas buenas o muy malas, pero es lo que nos da la oportunidad de hacer amigos. - su sonrisa crece.-Tu sientes lastima porque crees que me siento tonta junto a mis amigos pero no es así, no soy tonta y tu no eres solo un mudo. - estiró las pezuñas esperando que las tomara para ayudarlo a levantarse. - Lo que sintieras seguro no siguió siendo lo mismo una vez me conociste y si nos hicimos amigos es porque decidimos serlo, no porque estemos obligados a nada. - 

Catnap dudo, dudo en que se colgó el collar de DogDay en el cuello y se puso de pie con ayuda de la chica. 

-No eres solo un gato mudo. Eres divertido y trabajador, te gusta conocer a las personas y jugar con todos. Eres bueno coqueteando y también un cleptómano. Eso es lo que descubrí cuando decidiste hablar conmigo y ser mi amigo. Aunque solo me hablaste porque te hable primero.- suspiró sonriendo relajando el cuerpo. - Sonreír y ser amables, hicimos lo correcto con el otro y por eso somos amigos. - 

Catnap se hizo soltar con una sonrisa. 

-“Tu eres mucho más linda que rara y más valiente que solo una repostera siniestra, eso me gusta de ti.”-

 Picky sonrió y CatNap a ella también. 

Entonces dieron un paso atrás en guardia de box Picky y CatNap en karate. 

-Solo amigos. - dictaminaron con sospecha. 

Pasaron unos segundos en ello antes de relajarse de nuevo. 

-Vamos con los ¡Ahhaa!-

Catnap la siguió al verle tropezar y deslizarse por un camino de lodo. Saltando de cuatro en cuatro entre los montículos de tierra para alcanzarla. 

Picky aterrizó con más pezuñas en un derrape a cuatro de costado cual Akira. 

-Ya me ensucie. - se quejó mirando sus rodillas llenas de lodo. Procede limpiarse con una toalla húmeda, y tan a profundidad que parecía recién bañada al terminar. Aún continuaba en el suelo pero eso no evitó que el comercial de toallitas para bebé de PlayTime co. Se mostró con el gran estado de su pelaje pulcro y brillante.-Gracias.- sonrió al ser ayudada a incorporarse por el gato confundido por las letras en el lugar. - ¿Será que arrastraron un refrigerador por aquí?- mira alrededor. 

CatNap también lo hace, observando el camino de lodo. 

Picky salto apuntando a un costado de la escena. Sus orejas y cola se mueven ante la sorpresa. 

-No puede ser…¿No dijiste que encontraste su collar en un árbol?-

CatNap miro a esa dirección. 

La cámara se mueve con sus ojos. Mostrando el árbol caído pero con la ventaja del sol de la mañana el camino de barro donde están les muestra el arrastre de un objeto. 

-Esto… ¡Esto definitivamente debe ser por arrastrar al perro gordo de DogDay!- festejo Picky emocionada. 

 

DogDay en las cadenas gruñó a la oscuridad. 

-¡No estoy gordo! ¡Es el pelo!-

 

 

 

 El gato y la cerdita ríen tomándose de las manos, corriendo en la dirección del arrastre. Adentrandose al oscuro bosque fuera del territorio del pueblo. 

En la casa de CatNap. 

Al menos en la entrada los cinco observan a la puerta en alto. 

-No se como entrar. - murmura Bobby agarrando sus orejas. -¿Como entramos, Cat…-

Los cinco buscan al gato pero solo hay una figura de puntos vacía en el lugar. 

-¡Lo sabía, lo sabía! ¿Como no lo vimos antes? ¡¿Quién dijo que los perros y los gatos pueden ser amigos?! Ese gato se comió a DogDay. - 

-¡Y se llevó a Picky con él!- gritó Crafty al notar la ausencia de la cerdita. 

-Hay que buscarlos antes de que la haga tocino. - 

Bubba los observa correr por el lugar en un arranque nervioso. Interrumpido por el puñetazo de Hoppy en la cara de Crafty. Iniciando por alguna razón una gran pelea entre los cuatro. 

Suspira tomando otro camino. La vergüenza lo hace ir con el ceño bastante fruncido. 

Atravesando a Kickin siendo aplastado por la llave de Bobby en su cuello. 

Directamente a la casa de DogDay. 

 

En las cadenas el perro ahora juega con una bola de papel entre sus patas. Pateando hacia arriba y devolviéndole al suelo con una mirada tranquila. Segundos después la puerta se abrió desde afuera, entrando esa desaliñada cabra. 

-Hola.- saluda DogDay. -¿Ya jugaremos?-

La cabra sacudió la cabeza. 

-¿Vez lo que tengo aquí? ¿Lo ves?- le mostró un libro. 

-Es un libro. - apunta Dog sonriendo. 

-Si, perrito, es un libro ¿Sabes de qué es el libro?-

-Seguramente de una mescla de virutas de álamo por su color medio amarillo o una pieza hecha con hohas de reciclaje. Muy bueno para el planeta. - movió la cola contento. - Eres una chica muy buena. - 

-Si, ya se. - sonrió encogiéndose con el libro entre los brazos. 

DogDay comenzó a animarlo con una gran sonrisa. 

-¡Si, eres una chica buena! ¡Una chica muy buena! ¿Quién es una chica buena?- le canta paso a paso. 

-Yo soy una buena chica.- sonríe cubriéndose el rostro con la capa rosa de su espalda. 

-Ahora dime papi.-

La cabra le pegó con el libro. Enojado retrocede sacudiendo el lomo del libro. 

DogDay asiente y sacude la cabeza para recuperar la forma de su rostro aplanado por el golpe. 

-Si, me lo merecía. Aún no llegábamos a esa parte del juego.- suspiro. - Bien, volvamos al inicio.-

La cabra negó volver a su encuentro. 

-Admito que eres bueno pero tus caninos encantos no podrán domar mi odio por ti y esos insulsos amigos tuyos.- sacudió la capa al girarse. 

-Es un fetiche. No un encanto. - 

-¡No me importa lo que sean esas retorcidas costumbres tuyas, perro, yo aquí vine con un propósito! ¡¡ Y este no es otro más que inflingirte un gran dolor y sufrimiento hasta los huesos!!-

El perro movió las orejas curioso. 

-¿Qué tipo de dolor?- sonríe moviendo la cola animado. 

La cabra sonrió mostrando todos sus dientes amarillos. 

-Psicológico. - 

La cola del perro se cayó del mismo, quedando en el suelo seca como una hoja vieja y arrugada. 

-No. - suspiro pálido. 

-¡Si, si hijo de tu schnauzer madre! ¡Te marcare psicológicamente!-

El perro reaccionó con el gran temor que deseaba la cabra. Gritando en ruegos. 

-Mejor electrocutame, podemos iniciar por cien y subir hasta mil, me gusta pero si quieres podemos llegar a diez mil cuando me tires una cubetada de agua helada encima. - 

La cabra lo mira de abajo arriba. 

-Ew… - hizo una mueca esquivando al perro que da opciones. - No te haré nada de eso, cochino. - 

-Eso es ofensivo para mi amiga. Ella es mucho mejor que esto.- 

La cabra asiente poniéndose sus lentes de pasta gruesa y dorados. 

-De tus amigos se tratara esta reunión. - le avisa tomando asiento en el sillón traído por ella misma hace un rato. 

-No, una sesión de terapia no. -suplico el perro en un hilo. 

-Dime… - abrió una libreta con una pluma en las manos. - ¿Cómo estás, DogDay? O… Debería decir… Hobart Black. - 

El perro sonrió nervioso. 

-Necesito ayuda, ¿He?- indaga al azar. 

-Eso me lo dirás tú, perrito. - 

 

 Fuera de esa escena. 

En la casa del perro. Ese elefante azul mira con mandíbula desencajada el muro lleno de fotografías de todos los sonrientes. 

Todos y cada uno de ellos sin repetirse una sola. 

Bubba trago seco. Girándose hacia la pantalla. 

-Amiguito, lo que ven en el programa es ficción. Si ustedes llegarán a ver algo como esto deberían ir con la persona en la que más confían para compartir esta clase de descubrimientos y no quedarse en el lugar. ¿Bien?- espero un segundo, recibiendo la respuesta con un movimiento de cámara. - Esos amigos, que listos son. - festejo volviendo a mirar al muro. -¡Que diablos le pasa a DogDay!- gritó acercándose a arrancar las fotografías.-Nisiquiera las ordenó por letra, que desastre. - comenzó a ordenar a su parecer. 

Cambiando a un estado más entendible para él y para el televidente el sentido de las fotografías. 

Notando en un momento algo que se repetía.

Mira de nuevo las fotografías. 

-Oh.. - tomó varias acomodándose. 

Al fin puede ver lo que hay en cada una. 

-¿Esta persona te llevo?- preguntó mirando al personaje oscuro entre varias fotografías. 

DogDay estuvo siguiendo a un extraño que los acosaba. 

Podía verlo en las flores de su casa, bajo las tablas de la casa de Picky y Kickin, y revisando el buzón de Bobby. En cada propiedad estuvo esta persona. 

Incluso se atrevió a comerse las flores del patio de CraftyCorn. 

La fotografía más clara era en la ventana de DogDay, asomándose por una rendija. 

-Vaya.- ignoro el agudo grito de Bubba y el trompetazo que hizo al saltar hasta el techo al asustarse por su sorpresiva llegada por su espalda.-¿Recuerdas cuánto se burlaron de nuestro último especial de haloween? Seguro que este será más interesante.-

Hoppy tomó las fotografías en manos. 

-DogDay debió decirnos de esto. Aunque ahora solo debemos buscarlo a él y a este tipo. - 

-No creo que sea difícil.- Crafty robo de su mano una de las fotografías, arrancándo el cuerno de la cabeza lo sacude. Cambiando su tono de siempre a uno diez veces más dulce y chillón.-Papi, hay un tipo raro que me está molestando a mi y mis amigos, ¿Podría usar tu escala de dragón para rastrear su paradero?-

Los cuatro le observan reclamar por su teléfono mágico, su cuerno desclavado de su rostro, a su papá por ayuda. 

Esa chica mágica los asustaba. 

 

 

De nuevo con DogDay y la cabra.

-Entonces ser una decepción para tus padres no fue la gota que derramó el vaso, sino que también llegaste a decepcionar a tus amigos. - suspira anotando en esa libreta. - Entonces cada día de tu vida luchas con esa desesperación que te suplica qué dejes de ser el líder pero también estas aterrado de lo que pasará contigo una vez dejes de ser útil, ¿Podrías describir en una palabra eso que te esta ahorcando?-

El perro observa la gran hoja llena con ese listado de señales de daño psicológico que está cabra viborosa le adjudicaba cada vez que abría la boca. 

-Esto es muy personal, niña. - le advierte el perro con el rostro amargado.-No me gusta tu juego, es molesto.- su cola se mueve de forma lenta. 

La cabrita le sonríe debajo de esa calavera sucia. 

-Pues a mi si… o puede que a tus amigos no les guste tanto ya jugar contigo.-

El perro dejó de ser tan feliz como al inicio. 

-No te metas con mis amigos. - 

Esta chica le apunta con la pluma. 

-¿Cuales amigos? ¿Hablas de las personas que solo te soportan porque les eres útil?-

El perro negó moviendo la cabeza. 

-No es cierto. - 

La cabra voltea las hojas, encontrando un punto que explotar. Anotaciones resultados de acosarlo de lejos desde hace meses. 

-Bubba no necesita a un tío que no puede graduarse de ninguna carrera, ni Hoppy a alguien que no sea tan exitoso como ella y menos CraftyCorn necesitaría de un perdedor que no es capaz de conservar un empleo por más de una semana. - 

-¡Yo soy mi propio jefe!- gritó entre un gruñido.-La autosustentabilidad es el futuro.-

-Puede que lo creas así pero no estás ni cerca del nivel empresarial de PickyPiggy o Bobby BearHug con su carrera de cantante donde un perro mestizo solo arruina la escena. - 

El perro bajó las orejas sin decirle nada. 

-Incluso el nuevo habitante tiene un gran habilidad médica, entonces ¿De verdad crees que son tus amigos o solo personas a las que te les pegas como chicle y no se pueden deshacer de ti?-

 El perro movió la cola sonriendo. 

-Si, ellos son mis amigos. - sonrió a la cabra sin peso en el interior de su corazón.-Ellos son mis amigos y vendrán por mi. - 

La cabra cerró el libro entre sus pezuñas. Caminando a la pared al fin subió el switch y con este otros más. 

-Eso, que tus tontos amigos vengan por ti, es lo que quiero. - 

DogDay siguió la luz que se esparce por la celda. 

-Oh, no.- murmuró al ver otras siete parejas de cadenas reveladas una a una.-Lo retiro. - miro a la cabra enojado. - Eres una chica mala y papi debe darte un castigo. Tienes suerte de que no tenga un periódico o una piedra invisible conmigo.-le reclamó. 

-Aunque ya se tardaron. - murmura la cabra. Su humor decayó.-No creí que tardarían tanto. - 

DogDay recuperó su buen humor. 

-A ellos les cuesta organizarse. Por eso yo soy el líder.- 

-Ya veo… Debí traer a una de las chicas.-

-Seguro, si sobrevivieras. - movió los hombros. Su cabeza la agitó tirando una caja pequeña a los pies de la cabra. - Juguemos poker, bonita, esto de estar atado es aburrido. - 

-Tienes las manos atrapadas. - apunta la cabra molesta. 

-Cierto, espera. - miro al infinito. 

De golpe se puso borroso y giro parte por parte. Pasando los tobillos a las cadenas colgó de cabeza estirando los brazos para barajar las cartas. 

-Comienza tu… ¿Cuál era tu nombre?- barajo las cartas entre las manos.

La cabra tomó su parte de las cartas. Respondiendo indiferente. 

-Dios de la discordia y el fin de todo lo bueno. - 

El perro ni pestañeó al escuchar ese nombre. 

-Ya veo, ¿Es tu nombre artistico?- pregunta revolviendo las 

-Si. - puso una carta al centro. 

El perro continúa con una de sus anécdotas. 

-El mio era Pedro cuando deje la secundaria pero me lo cambié y dejé ese trabajo cuando los divorcios iniciaron. La verdad es que esa oferta de trabajo fue mucho menos elegante que el anuncio del periódico.- 

-Asqueroso. - murmura la cabra. 

Los dos se quedaron jugando poker. 

DogDay entre movimientos mira a la puerta y sonríe. Ocultando su preocupación al mantener la cola arriba aunque más de una vez esta casi se oculta entre sus patas. 

-¿Cómo que en secundaria?- pregunta la cabra una vez proceso las palabras del perro. 

 

 

 

En el bosque CatNap y Picky llegaron a lo alto de un monte. 

-¿Es eso un edificio abandonado?- apunta Picky. 

-“Esto seguro de que es ahí, no veo más arrastre desde aquí”-

-Entonces DogDay debe estar en ese lugar.- 

Los dos se ponen de pie. Observando a ese edificio antiguo perdido entre los pinos y las hiedra qué lo cubren en el bosque. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

¡¡Te gustan los Smiling Critters pero no sabes si es tu color el verde menta o el rosa chillón!! ¡¡¿No crees que esos amigos coloridos sean para ti?!! ¡Pues incluso para los inadaptados como tú, Playtime co. ¡Ha fabricado amigos especiales! ¿Quieres conocernos antes que nadie más? ¡Entonces inscríbete, con un precio moderado, a la lotería de visitas a PlayCare! ¡Todo lo que siempre soñaste, punk! 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El programa grabado incluye ahora un video aparte. 

Una de las incursiones a la fábrica. 

Con la fecha de 06/01/91

Vhs promocional del canal _______ con los presentadores ________ voces

 

Una joven sonríe a la cámara junto a sus compañeros. 

-Hola a todos, es un gusto saludarlos a todos en el canal y en sus hogares. Hoy nos encontramos… ¿Qué?- mira a un lado de la pantalla. - Claro, olvidaba decirles que no me encuentro sola hoy. - sonríe animada ante la cámara.-Hoy nos acompañan unos tiernos amigos. ¡Hoy nos acompañan los Smiling Critters! - 

Por los lados del video aparecen las ocho criaturas saludando. 

-¡¡Hola amigos!!- saludan las siete criaturas de caricatura puestas alrededor de la presentadora.

-Amigos, hoy vamos a recorrer la mágica fábrica de Playtime Co. Con nuestros amigos. - anuncia Picky. 

La presentadora tardó muy poco en seguir el diálogo. Gracias, al parecer, porque la actriz de voz se encuentra cerca y pudo escucharla. 

-Hoy recorreremos la fábrica y veremos de cerca cómo se hacen nuestros juguetes favoritos. - 

La cámara parece pasearse por el lugar. Distintas tomas grabadas en ese reportaje. 

Tomando en su foco la espalda de un gran muñeco púrpura. 

 

El VHS se detiene al corromperse los colores en rojo carmín. 

 

 

 

 

 

 

 

 

La figura que los observaba suspira en la oscuridad. Sacando la cinta del reproductor lo gira sonriendo. 

Entre sus manos esta cinta es pequeña y frágil. Lo suficiente para simplemente aplastarla pero la deja con el resto amontonados entre las latas de cerveza y la carne cruda en descomposición. 

 De su boca escapa el humo de un cigarrillo, brillando en rojo. 

Frustrado por la radio de un vecino produciendo por décima quinta vez Wannabe de Spice Girls. 

Todo a las 12 de la noche. 

Como un adicto rebusca entre las cajas viejas una contá nueva, aunque fue quemada en una cinta que fue antes la película de Bambi. La coloca en la entrada del reproductor del televisor. 

Brillando sus ojos con el intro de esa serie cancelada hace años. 

Aspirando a profundidad el humo gris. 

-Solo me quedan 19 cintas. - murmura frustrado este hombre.-Más vale que esta tenga lo que necesito.-

 

 

 

 

Notes:

Preguntas o avisos, los escucho.
Hace muy poco alguien me aviso de que mi traductor le dio una arrastrada a varias palabras y algunas sin sentido.
Gracias, por leer y por los comentarios.

Chapter 63

Notes:

Buenas. Un gusto otra vez.

Chapter Text

 

S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

No need to frown and pout!

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday!

 

VHS/VIP

🕸️Especial de halloween 🕸️ pt 3

 

 

 

 

 

 

Las enredaderas del lugar casi ahogan a Picky al meterse en su nariz. 

-Ay, qué sucio está aquí.- suspira la cerdita sacudiendo sus orejas y la pequeña melena sobre su cabeza las limpia con sus pezuñas. -¿Como estas tu, CatNap?- lo busca y encuentra jugando con las telarañas. Rodando sobre su espalda para perseguir mariposas entre sus patas. - Al menos tu te diviertes. - suspira sentándose agotada después de caminar hasta el lugar. 

Piso unas hojas en el piso. 

El suelo explotó. 

Los dos miran al lugar con rostros sorprendidos ante el humo, las luces y el fuego. En un segundo hubo tal algarabía qué bien estaban en estas ruinas o en un concierto de Kiss. 

Terminando con el nombre de una persona cubierto por el exceso de polvo levantado por las explosiones. 

Los dos esperaron pero esto se detuvo tan pronto como inicio. Mirándose uno al otro antes de moverse. 

-Creo que era la gran entrada de alguien. - apunta Picky. 

-“Seguro que si”- camina al espacio bajo la explosión. Entre los dos escarbaron descubriendo una puerta de metal. CatNap como buen detective saco un alambre listo para abrir la cerradura -“ Yo la abrire-

Picky simplemente la arranco y la lanzo en alto, perdiéndola en el bosque. Explicandose con una linda sonrisa. 

-Sin puerta no podrán encerrarnos para que muriéramos de hambre o sed. - sonríe contenta por evitar tal escenario, aplaudiendo con un giro en saltitos.  

Catnap la acompaño aplaudiendo y festejando su acierto. Algo sorprendido aun. 

Los dos entraron juntos aun de la mano a la oscuridad. 

Las visagras sin puertas se cierran tras ellos con un chillido lamentable ante la falta de una puerta que azotar. 

CatNap abrió la boca sorprendido por cumplirse la sospecha de Picky. 

-Te lo dije. Eso solían hacer en casa cuando intentaban escapar del sótano. - sonríe bajando a saltitos por la escalera de caracol. 

CatNap la sigue agarrándose de la baranda y da pasos temblorosos entre los escalones de colores. Sin atreverse a preguntar que escapaba del sótano.

 Toma la delantera al notar los dos que el sol y la luna en el cuello del gato brilla más que la manzana sola. Liderando el gato el camino con su amiga sujeta de su espalda. 

Yendo directo hacia las sombras del abismo. 

 

 

Con los cinco. Caminando entre los árboles han seguido el mismo rastro de arrastre. ¿Como?

Magia.

Fue un mago. 

-Gracias a Huggy Wuggy pudimos llegar hasta aquí. - apunto Kickin a la copa de los árboles. Mostrando el icono de Huggy con una barba blanca qué no le encajaba y ese libro de fontanería en manos. 

-Todos gracias a él sacrificio de un amigo. - canta Huggy. 

-¿Y con quien hablas?- le reclama Crafty mirándolo con el ceño fruncido por culpa de la mugre atorada en sus pezuñas y manos llenas de suciedad por culpa del bosque profundo. 

-No se. A veces me siento acosado. - miro a la pantalla. 

Dicha mirada fue interrumpida por Hoppy con un empujón. 

-No se detengan, necesitamos aprovechar la luz solar y el que ustedes no se muevan no será de utilidad. Vamos, ahora es más importante que nunca que de una vez lleguemos a nuestro destino. - 

-Casi pareciera que sabe a donde vamos. - apunta Crafty frustrada. 

-Hoppy no sabe a donde vamos pero podemos saber que quedarnos quieto no nos ayudará a llegar.- Bobby levanto troncos del suelo para abrirles paso. 

Muy atrás , pero muy por detrás, Bubba les sigue con una mochila y jadeando ante el cansancio. No esperaba que fuera tan pesado el viaje y había traído bastantes libros por si se necesitaban. 

Sigue el rastro con ellos pero su humor no es mejor que el de sus amigos. 

Sus ojos culpables están cada vez más oscurecidos. 

Esa falta de luz lo llevó a tropezar por un tramo de barro. 

-¡Cuidado!- alcanzó a gritar al no poder detenerse. 

Sus amigos apenas lograron esquivarlo con un salto. 

-Comienzo a preguntarme porque no llamamos a la policía. - apunta una temblorosa Bobby. 

Hoppy no la miró al lanzar su cuerda para atrapar la pata de Bubba.

 - Ven aquí. - tomo la cintura de Kickin. 

Esta ave se cubrió el rostro con una sonrisa y la cara muy roja de golpe. 

Cosa que le supo agria a Crafty pero no por eso se salvó de ser sujetada por Bobby y ser llevada por la veloz caída de Bubba. 

Ahorrando varios pasos hasta ese edificio. 

 

 

En la celda la cabra ya se durmió con una tanda de cartas en su pezuña y otras tantas en el suelo. 

DogDay suspira repitiendo el truco de la figura 3D antes de soltarse por sí solo de las cadenas. Observa a la cabra fijamente, estirando esa capa por encima de sus hombros para cubrirla del frío. 

Salió de esa celda por su propio pie al haber dejado abierto la cabra. Un erro de villana novata. No parecía tener ningún secuaz malvado. 

Este lugar era solitario. 

-Qué triste es ser un villano sin aliados. - suspira antes de correr a cuatro hacia la salida, ubicandola por el olor del río fuera del bosque oscuro. 

Saltando entre pisos entre movimientos caninos y a dos pies, llegó a la superficie por el costado destruido de este gran edificio tragado por el bosque. Mirando al mundo cubierto por las hojas salvajes. 

-¡¡Auuuhhhh!!- dejo salir ese sonido con la cola moviéndose a su espalda una ves vuelve a sentir el sol sobre su pelaje. Corriendo cuesta abajo para ir a casa y avisar del problema a sus amigos.

Sin ver que del otro lado de estas ruinas los cinco entran uno por uno. Y los primeros dos ya están en el fondo. 

 

Dentro de la oscuridad el gato y la cerdita llegaron a el piso iluminado por los focos. Tomándose la mano sin siquiera pensar en separarse van juntos, mirando al camino con rostros nerviosos. 

-Hace frío y estamos muy abajo. - apunta Picky temerosa de seguir adelante.- Esta muy oscuro, Catnap… Creo que me esta dando mucho miedo seguir. - confesó su miedo creciente, avergonzada por parecer una cobarde. 

CatNap le sonrió apuntando adelante. La luna y el sol en su cuello brillan una ultima vez al acabarse la carga de luz solar en su interior. 

-“Entonces a DogDay debe estar mucho más asustado de estar aquí solo, ya sabes que siempre es un poco cobarde durante la noche ”-

Solo les quedaba esa manzana en el collar de Picky, apenas capaz de mostrarles lo que pisaban en la oscuridad. 

Picky suspiro agarrando valor nuevamente. Caminando pegada al brazo del gato. El pasillo largo y blanco los recibe cargado con losas de colores repartidas entre sus pasos. 

-Creo que el mundo está dando vueltas. - murmura Picky. 

CatNap tropieza agarrando la pared o lo intento. Solo lograron caer dentro de una habitación oscura. 

-Catnap.. - le llama Picky entrando tras el. 

El gato mostró su buen estado moviendo la cola y orejas con una sonrisa. Mira al interior al ponerse derecho. Picky le sonrió ayudándolo tomando su hombro. Se pusieron derechos y vieron. 

Entonces perdieron el color con ojos desorbitados ante lo que les recibia. 

Aquella oscuridad acompañada por sombras rojas y cálidas, era el rebote de luz de las velas. 

Con ese amigo suyo colgado de los brazos con la cabeza baja. Cubierto de rojo. 

Ambos bajaron la mirada descubriendo la falta de piernas, toda su parte baja cercenado y sus entrañas repartidas por el piso. 

Picky dejó salir un grito pero el gato corrió a encontrarlo. Sus patas aferran ese rostro haciéndole levantar la mirada con las lágrimas acumulandose en sus ojos.

Los ojos de botón lo hacen cambiar de expresión lentamente. Mira a Picky qué ya no tenía su alma dentro y era un papel blanco apenas con su forma. 

Busca en la oscuridad el apagador. Oprimiendo con la punta de la cola ese botón. 

La luz los cubrió y pueden discernir lo que les rodeaba al fin. Teniendo la oportunidad de observar con detenimiento este peluche tejido a mano y con ojos de botones. Acompañado por los siete restantes en el mismo muro. La luz roja de la manzana los había asustado en vano. 

Colgando cada peluche de sus amigos uno por uno. 

Una gran habitación llena de juguetes y una cama de paja al fondo con varios libros de brujería marca bruja Increíble en los muebles. Varios, muchos rollos de hilo de lana negra se acumulan en las esquinas. 

Picky vuelve a su cuerpo al casi irse su alma de vacaciones al cielo. 

-Pero qué loco está este tipo. - deja salir su queja una muy sudada Picky. - Catnap.. ¿Crees que se de cuenta si me llevo este otro muñeco?- pregunto mirando la copia del elefante ya terminado de tejer. 

Catnap la miró con el ceño fruncido y ojos llenos de lágrimas. Apenas superando el gran terror de antes. 

-“No”- redujo a eso su respuesta.-“No, no vamos a llevarnos el muñeco siniestro de cuerpo completo qué encontramos en la guarida de quién seguro secuestro a nuestro amigo y parece estar peligrosamente obsesionado con nosotros”- 

Picky superó el susto sonriéndole animada por su reticencia. 

-Se escapa uno pero dos llegan por su propio pie, no puedo quejarme de que el destino sea injusto. - 

Los dos se giraron encarando a la cabra en la puerta. Esta cabra se encuentra sucia y su cuerpo cubierto por la capa de color rosa resalta con la sacudida del aire al cerrar con la pata la puerta tras ella. 

-Hola. - saludo a los dos con una sonrisa ruin. 

Picky reconoció su figura por lo sucedido capítulos anteriores. 

-Tu, fuiste tú quien aplastó mi cosecha. Te voy a empanizar.- 

-“Y me inculpaste”- apunta CatNap enojado.-“Criminal”-

Esta cabra sonríe sacudiendo su lana al reírse a carcajadas por un momento. 

-De todos modos nunca le ganarías a Hoppy, perdedora. - le responde a Picky. Eso logro herir a la chica. -Si , fue divertido hacerte llorar, gatito. Eres tan patético que solo tengo que aplastar unas verduras para que te pongas a wuuwuu como un bebé miserable.- se mofa sacudiendo las orejas y sus aretes brillan en ello.-Debió darte mucho miedo ser odiado por personas que ni se interesan de corazón por ti. - le apunta con la pezuña. - Eres tan tonto. - 

CatNap levantó la cabeza ofendido pero Picky no espero señal alguna y salto adelante dispuesta a golpearlo. 

-No te burles de mis amigos, no seas grosera con ellos. - gritó casi logrando impactar su pezuña en esa cara sonriente. 

Catnap apenas siguió su ritmo, viendo como la cabra se libró de ella al tirarle encima la capa. Picky se estrelló en la pared sacudiendo las paredes por su gran fuerza. Dirigiendo su atención directamente al gato, dejó a la chica cubierta al saltar sobre el gato. 

Catnap uso la cola para ahorcarla, sacándosela de encima con un tirón. 

 

 

Mommy en su casa dejo la taza de té en su mesita de lectura. 

-¿Pueden creer que los animadores prefieren animar una pelea entre tres personajes antes que animarme a mi?- sonríe recargándose en su sofá. - Qué bonito esta el día. - escucha su música tranquilamente. Sin poner atención y mucho menos interesarse en la crisis del pueblo afuera de su ventana.-Baby ya se pone de pie, enséñales. - apunto al bebé de largas extremidades en su tapete. 

Este rodó mostrando su habilidad para hacerse bolita. 

-¡Ay, mi niño, mami esta orgullosa de su bebe grande!- festeja Mommy levantándola en brazos.-Tu mami preparará tu formula , mi querido bebé. - Dejando la habitación directamente a la cocina. 

El comercial sobre el nuevo bebé y las fórmulas de Playtime Co. Se muestran al quedarse sola la habitación. 

La habitación y la propaganda se quedaron con el televidente mirando a la ventana de esta sala. 

Por esta misma ventana el perro naranja cruza con unas tijeras de poda, peleando con las ramas que se rebelaron a la policía.

-¡Sé supone que este con mis amigos! ¡¿Porqué estas haciendo esto?!- reclama a la planta loca.

Esta planta se sacude impactando con lo edificios. Sacando al alcalde de su habitación segura los cadiude como sonaja antes de lanzarse lo al perro. 

El alcalde es un puercoespín gordo. Cosa que el perro tuvo que esquivar saltando a un lado. 

El alcalde y sus púas explotaron en miles de direcciones. 

DogDay se cubrió tras un auto. Escuchando a la planta reírse después de cometer su fechoría.

-Yo no debería estar aquí. - murmura preocupado. Las tijeras en sus manos ya no parecen ser suficientes. 

-¡¡No irás a ningún lado, DogDay, debes acabar con esto antes de pensar en dejarnos!! ¡¿Porfavor?!- le grita la policía atrapada entre las ramas. 

DogDay suspira cambiando la tijera por un machete sacado de sus orejas. Se colocó con cuidado el equipo de jardinería. 

-Recuerden niños, siempre lleven equipo de seguridad. Incluso los caballeros llevan armadura así que no escuchen a quien se quiera burlar de ustedes. - les sonríe a los niños a través de la televisión. - Al final del día tú habrás aprendido a andar en patineta y ellos descubrirán cuánto arde de una rodilla raspada y claro que no podrán seguir tu ritmo. Tampoco utilices esta información para ganar injustamente. - mostró el signo de la paz con ambas manos antes de saltar fuera de su escondite. 

Corriendo entre las espinas clavadas en el suelo, va por la planta qué lo espera con la gran boca abierta. 

–Espero que sigan en casa discutiendo quién es el nuevo líder.- corrió directamente hacia el núcleo de las enredaderas ignorando las grandes fauces a las que parecía estar lanzándose en búsqueda de la muerte. 

 

 

De vuelta con los tres en batalla. La cabra ya detuvo a la chica con una cadena en su tobillo.

-¡Agarralo y traelo aqui! ¡Traelo aquí!- grita intentando librarse del metal, incluso lo muerde pero no logra zafarse.- ¡¡Tu puedes, CatNap!!- 

El gato usa sus uñas pero no logra más que sacarle pelo a la cabra qué lo patea cada vez qie se acerca demasiado. 

Esta le sonríe de vez en vez aunque también estaba bastante enojada. Aprovechando el arañazo del gato para sujetarlo por el brazo, tirando de este para darle un gran cabezazo. 

CatNap rebota por el impacto y es un segundo el que lo saca del juego. Cayendo al suelo frente a la cabra. 

-¡CatNap!- gritó asustada al verle inconsciente. -¡¡Te haré guiso y sin sal!!- gritó directamente a la cabra. 

Esta camina hacia ella arrastrando al gato por la cola. 

-Se que lo harías, no te preocupes, guapa. - 

Picky cerró la boca asustada al verle levantar un mazo sacado de su manga. 

Fuera de la habitación el sonido del impacto se escucha, seguido de su salida y la cabra presume su victoria con la cola de ambos en cada mano. 

 Es sorprendente que se los lleve al ser del mismo tamaño que ellos. 

Camina por el pasillo , entrando por una puerta. Esta vez si cerró a su paso. 

Perdiéndose la entrada del grupo de cinco al final del pasillo. Sus collares apenas los iluminan lo suficiente para notar sus figuras. 

Kickin se adelantó mirando el suelo sin polvo. Saco el lodo de sus oídos antes de avisarle al resto. 

-Alguien paso por aquí. - 

Los cinco apenas se estaban sacando de encima el fango. 

-Parece que si. - apunta Hoppy. - Lame el suelo Kickin. - ordenó al ave. 

-Esta bien.- bajo la cabeza listo para pasar la lengua. - Espera… ¿Porqué iba lamer el suelo? ¿No ves lo sucio que esta?- le reclama enojado. 

-Se movió muy rápido y la rueda de hámster dio vuelta. - Crafty usa una lupa para mirar el suelo.-Veo polvo. - 

Bobby paso por su lado escurriendo lodo por sus orejas, su corazón en el collar le ilumina una puerta que dicta «Bañera». 

-No quiero estar toda sucia, ¿Si habrá agua por aquí?- abrió la puerta curiosa. 

Dentro una criatura de plastilina roja sin dientes y encorvada roja le rugio desde la oscuridad. 

Bobby cerró la puerta sin decir nada al volver a su grupo. Dejando un letrero de «No Abrir»

-Deberíamos separarnos.- apunto Bubba. 

-No amigo, no llegamos aquí en ninguna van y ninguno es un hippie desnutrido como para que también quieras separarnos. - reclamo Kickin. 

-Bien, el cobarde con su soledad y el resto sepárense. - ordenó Bubba. 

El grupo se esfumó en una ola de polvo. 

Kickin mira alrededor asustado y este pasillo dejo de ser tan luminoso como al inicio. Su pequeña estrella apenas ilumina su rostro asustado. 

-Por supuesto, dejen a la guapa rubia sola. - lamenta caminando con el cuerpo encogió en una abrazo personal. - Eso nunca ha salido mal. - 

-Kickin. - 

El ave escupió el riñón en vez de gritar. 

Bobby lo tomo haciéndolo tragarlo de nuevo. 

-Vamos juntos. - le ofrece uniendo sus manos. El corazón y la estrella iluminan con más fuerza al estar juntos. 

Ambos sonrieron ignorando el letrero de «Si algo me persigue le empujo» del techo. 

 

Hoppy. Sola llego a una puerta de madera. Abriendola con una patada. Entra al cuarto con una linterna. Al parecer la única de todo el pueblo. 

Camina entre montículos de trapo y jabón. Mucho jabón en polvo. 

Cubre su nariz mirando la escarcha de colores sobre una lavadora en funcionamiento. 

-Oh, no.. - mira al frente. - Le robaron la secadora. - apunta a la zona más clara del espacio donde debería estar la otra máquina de lavado. Sus orejas se acudieron al escuchar la lavadora detenerse. 

Hoppy trago pesado al verlo detenerse. 

-Si no la sacan se pondrá fea. - murmura mirando a la puerta.-La ropa… La…- sus ojos se abren llenándose de presión.- ¡La ropa no saldrá perfecta!- gritó a tirando la linterna para sacar la ropa limpia. 

Con presura saca las sábanas y corre con ellas en alto, en círculos el agua salpica a su carrera. Secándose la sabana la dobla y va por la siguiente. 

Dentro cada vez hay más sábanas y todas las saca de la misma forma. Agotandose conforme más crece la pila de ropa doblada. 

Su humor mejoro conforme termina. 

Guardando la más grande y pesada al final. 

-Que bonito cubre cama, relleno de plumas de ganso joven y tejido con fino algodón, a manos de grandes artesanos de la más fina cultura y hecho con el pelaje de un animal tan mágico como la alpaca de los altiplanos de los andes, es tan bonita. - su mejilla la frota con el cubrecama, meciendo su cuerpo antes de acomodarlo en la pila de cobijas limpias.-¿Y de quién serán estas cosas?- preguntó mirando alrededor. A las muchas prendas que al fin reconoce como tela de confección. 

-Son míos. - 

Hoppy levantó las orejas sobresaltada por la voz a su espalda. Más está figura accióno primero, logrando golpear su cabeza, sonriendo enfrente de la coneja. 

Hoppy cayo hacia atrás, dejando que su linterna ruede por el suelo. 

La cabra tomó sus orejas al arrastrarla. 

-Esta loca coneja estaba oliendo mis cobijas. - murmura con un escalofrío. 

 

 

En otro pasillo Crafty revisa las puertas por su estado. Ya en su poder tenía una pista de la presencia del perro. Un mechón qué encontró en el suelo. 

 Su flor de colores comenzaba a apagarse en su collar. 

Revisando el polvo en estas puertas antes de entrar en la primera habitacion que le pareció no tener las mismas virutas antiguas de polvo terroso qué otras acumularon al no ser abiertas normalmente. 

Al abrir la recibió el aroma de… 

-Huele a calcetas sudadas. - gruño cubriendose la nariz. Mira el apagador pero este no está funcionando. -Maldición. Esto solo le debería pasar a gente pobre. - suspira su lamento. Toma su cuerno entre las pezuñas, lo dobla un poco haciéndolo brillar antes de devolverlo a su cabeza. 

Caminando con la ayuda de la cambiante luz arcoiris. Su flor apenas le mostraba sus propios pasos pero ahora puede ver a su alrededor. 

Era una cocina vieja y roída por el tiempo. Entonces presenció el horror. 

-Oh, dios que no sea, no…¡No puede ser! - exclama bajando las orejas al ver el contenido de una mesa.-Es Spam. - cubre su boca saliendo de la habitación con el estómago revuelto corrió a vomitar en el lavadero.-Dios, es asqueroso ¿Porqué? ¡¿Porque?! ¿Porqué alguien comería esto por elección propia? - su terror la paraliza. - Debemos estar en la guarida de un psicópata. - limpia su boca corriendo a la salida. 

Al abrir se topo con esta cabra y peor aun. Esta comiendo un pan con Spam. 

-¡Ahhaa! - gritó retrocediendo horrorizada. - ¡Saca eso de tu boca, es asqueroso!- grita mirándolo. 

La cabra frunció el ceño. 

-En realidad el spam es nutritivo y apoyó a las tropas cuando todas las provisiones ya habían sido contaminadas y destruidas por ataques enemigos. Además los soldados lo disfrutaban como un manjar entre las desdichas del campo de batalla.-

Crafty sujeta su estómago enfermo. 

-Es peor de lo que creí…- suspira debilitando se como una flor en el fin. -Eres una chica sesgada por el juicio del gobierno… Oh, oh… pobre alma.- su cuerpo cae lentamente al suelo. Con la delicadeza de un pétalo de rosa, derramando se una lagrima por la comisura de sus ojos y su cuerno perdió el brillo con la misma sutileza que tiene una flor al marchita. Silenciosa y agonizante en su belleza profunda en el fuero de un mundo enegrecido por la pérdida de un rayo de luz. 

La cabra terminó su sándwich. 

-Ni tuve que hacer nada. - celebró agarrandola en brazos. 

El cabello azul cae por un costado, con la belleza de un torrente de estrellas derramándose desde el centro de la vena de un sueño de

-¡Para ya, narrador alucinado de cuarta!- gritó al aire la cabra. Azoto la puerta al salir con la unicornio en brazos. 

Grosera. 

 

 

En otra habitación Bubba encontró un mural preocupante. 

-Hoy no es mi día. - suspira apuntando a la pared. - Nos ha estado vigilando. - Revisa las fotografías y recortes repartidos por la habitacion. Donde hay muchas pequeñas pertenencias de cada uno. 

Incluido un recuerdo de Bubba. Esa fiesta , su último cumpleaños. 

Una foto de el con el brazo de DogDay sobre sus hombros incluso si el perro debía ponerse de puntillas para alcanzarlo en la fiesta, rodeados por sus amigos entre el baile y con los invitados a su alrededor. 

Seguido sus ojos suben por la pared hasta una festividad más reciente. 

La celebración en la escuela de Hoppy. 

Viéndose en ese árbol solo y todos juntos en las burbujas. 

Y ese gato de la mano con Picky. 

Una foto más en la feria y esos dos aun juntos en los premios de la cosecha. 

DogDay comenzó a aparecer en esas fotografías junto al gato y Picky también. 

Los dos se alejaron de él para pasar cada vez más tiempo con ese felino. 

Dejo de mirar las fotografías. Sujetando sus patas juntas muestra su ceño fruncido. 

-Esa cosa que sientes es envidia y yo puedo ayudarte con ella. - 

Antes de que tan siquiera pudiera gritar la cabra le pego con el mazo. 

-No pensé que sería tan sencillo. - suspira una vez lo ve caer al suelo.Observa a la pared donde sus recortes resaltan con el color del perro. - No me rueguen.- sujeto la trompa del elefante para arrastrarlo. 

 

 

Allá en la oculta esquina del pasillo los dos observan a la cabra salir de una habitación con el elefante inconsciente. Habían regresado al asustarse demasiado con un trapeador.

Bobby golpea la espalda de Kickin tan ansiosa que no se da cuenta de que su fuerza ya le saco el esqueleto por la boca al ave. 

Esa cabra camino en su dirección y ambos se arrastraron a esconderse en un cuarto. Mirando tan solo por una rendija como lo lleva pero no logran ver a qué cuarto entró. Esperaron un poco antes de cerrar y mejor esperar un poco más. 

-Podría estar planeando vender pianos y nosotros solo nos quedamos aquí como tontos. - apunta Kickin abrazando sus rodillas contra el pecho. 

Bobby lo limitó aun más asustada. 

-No se quien sea, ¿Porqué está haciendo esto?- se lo pregunta mirando al techo. En eso nota algo. 

Estaban rodeados de peluches de ellos mismos. 

Ambos se miran con los ojos bien abiertos. 

-¿Crees que solo este enamorada y esta sea su forma de catarsis?- pegunta Bobby. 

Kickin negó. 

Al menos eso hizo antes de escuchar cómo la perilla giraba. 

En menos de lo que tarda una partícula de luz ambos saltaron a colgarse tras un muñeco de ellos mismos. 

Esta cabra entro sacudiendo su capa. Sin mirar alrededor fue a un ropero a cambiarse. 

Entre las muchas capas su decisión se debate entre la otra cpa ros y una también rosa. 

Kickin suda profusamente. Mirando a través de las plumas tejidas de a ese chico posar frente a un espejo de cuerpo completo. 

-Ay, no… - 

 Kickin mira a la osa a su lado. 

-No. - le pidió con desesperación. 

-No puede decidirse pero no es.. Uhg… - apunta tan sudada como él. - El rosa palido no es lo mismo que el melón, el melón es naranja y no irá bien con sus aretes. - 

-Al diablo con sus aretes. - le gruñe Kickin temblando. 

La cabra en el espejo revisa la joyería carmín y violeta, comparándola con la capa salmón y la melón. Levantó la tercera de un tono rosa pálido o la fiusha. Poso por un momento sin decidirse. 

-Cariño, ponte la capa magenta pastel, irá muy bien con tus joyas. - apunta Bobby aún escondida. 

La cabra sonrió cambiando su elección a ese color. 

-Gracias, ahora sé que tengo que llevar para sus funerales. - 

-De nada, para servir¡¿Que?!-

Bobby fue arrastrada por esa cabra. 

Kickin se quedó escondido. Mirando a la pared con el picó bien apretado en una línea. 

Bobby no lo delató pero si gritó mucho al ser llevada por la cabra por la puerta. Kickin bajo de su escondite. Corriendo detrás siguió los berridos de la osa a una puerta de metal. Esta se cierra desde adentro y Bobby ya no puede ser escuchada. Kickin tembló frente a la puerta. 

Dudando decidió irse. Correr fuera del lugar para pedir ayuda.

Corriendo por las ruinas que usaron para entrar escapa dejando atrás la situación que lo superó. 

 

 

En el pueblo ese perro ha terminado con el corazón de la planta. Salpicando se su rostro con el jugo de la fruta carmín. 

-Descansa junto a los restos de tus amados hijos, amiga mía. - despide el alma de esta criatura con una despedida al ólen que sube llevado por la brisa. 

-¡Ganamos!- celebran los policías. 

-Yo hice todo. - murmura DogDay aunque fue ignorado y el festejo levantó a los policías que solo se escondieron durante todo el incidente. 

El perro dejó el machete en el interior de sus orejas. Caminado con el cuerpo lleno de mugre de plantas. Se sacudió poniéndose a cuatro patas.

-¡Señor DogDay, ¿De donde usted saco esas flores?! ¡Tiene que dar una explicación a todos ahora mismo!-

-Problemas legales. - exclama el perro horrorizado antes de correr fuera del lugar. 

Su carrera es directa al monte donde las casa de sus amigos le esperaban. Subiendo por la colina a pasos rápidos. En su carrera una figura amarilla choco con el en un salto. 

Las plumas y la tierra estallan manchando hasta la pantalla. 

-¿Kickin?- gritó al verlo bajo su cuerpo. 

El ave inhala y exhala casi muriendo en la fatiga qué le hace estremecer sudado hasta escurrir. 

-¿No estabas secuestrado?- pregunta sin aliento. 

El perro asiente sonriendo. 

-Si pero jugamos por un rato y escape cuando se durmió.- mira al pollo que aún lucha solo para respirar, decidiendo hacer lo más lógico y sano para ayudarlo a respirar. 

Tomarle la cara y besarlo en la boca. 

El ave grito abriendo grandes los ojos un segundo antes de que el perro soplara hasta inflarlo como un globo. Dejándolo flotar por encima suyo sin dejar de sonreír al inflado pollo. Dejándolo ir. 

-Eso. Ahora ya no te falta el aire. - celebró el perro al verlo volar nada más lo soltó. 

-Eres un hijo de-

-No hay de que. - sonríe dirigiéndose a la casa de CatNap. 

Kickin dejo de volar estrellandose en el suelo del patio lleno de flores de Hoppy. 

-¡¿A dónde vas?!- le reclama apenas logrando ponerse de pie gracias a una margarita.

-Debo hablar con Catnap anoche escapó del pueblo. Necesito saber a dónde fue y su dirección humana debe estar entre sus cosas. -sigue su camino colgandose de la cola del edificio para trepar. 

Kickin lo llamó apurado. Agarrando su pata trasera lo sacudió. 

-Él te esta buscando, igual que todos esta en ese lugar ¡Están con la loca cabra esa, Dog!- le avisa apuntando al bosque.-No se cuanto más puedan resistir en sus garras o cascos… Creo que no tenía dedos. - 

DogDay se detuvo pero la cámara no le toma al rostro al bajar de un salto de la cuerda. Kickin termino cayendo a sus pies con el cuerpo agotado. 

-¿Si fueron por mí?- murmura sorprendido en su tono.- ¿Me buscaron, chicos?-

El ave levantó los brazos alterado hasta casi hervir del coraje. 

-¡¿Lo dudas?! ¡Allá dentro un loco los atrapó a todos! Debemos ir por ellos, Dog. - 

El perro mira al ave y al bosque. Al fin muestran su rostro incrédulo cambiando lentamente a una extrema felicidad. 

-Ellos fueron por mi. - su sonrisa creció emocionado. - ¡¡Mis amigos si me quieren!! ¡Uhhh!- festejo con los puños arriba con un par de saltitos felices. -¡Mis amigos me quieren y me buscaron!-

Kickin gruño viéndolo tan feliz por algo tan obvio.

-Tarado. -

DogDay ignora el insulto al abrazarlo por los hombros y contra su pecho. 

-¡¡Vamos, Kickin, hay que salvar a nuestros amigos!! ¡Allá vamos!- corre con Kickin bajo su hombro. 

 

Los créditos del segundo especial son la escena estática del perro besando al ave con música romántica tocada por una desafinada liga de goma

 

 

 

 

 

El VHS no termina. Pasa a la segunda parte del reportaje que fue consumido por la cinta descuidada del anterior. 

La presentadora se encuentra asomada sobre una gran piscina de agua azul y tan limpia que casi era invisible para la lente de la cámara vieja. 

-Esto señores se llama Planta de tratamiento de agua.- apunta al lugar. 

La cámara se detiene en una plataforma, dando la oportunidad a los dibujos animados para mirar hacia abajo al agua clara. 

-A mi me parece un drenaje cualquiera. - apunta Crafty. 

Sin que lo vean DogDay se lanzó al agua en un perfecto clavado. 

De inmediato comenzó a electrocutarse. El gato morado corre de un lado a otro buscando como sacarlo

Hoppy los ignora apuntando a a otra zona del agua. 

-Se ve bien para nadar. - apunta. 

Bubba frunce el ceño pensando muy obviamente en lo que significa aguas tratadas. 

CatNap decidió aventarse con su cola aferrada a la plataforma para sacar al perro. 

-¡Kickin tirate al agua!- le ordenó la unicornio de caricatura. 

-Vas. - respondió subiéndose a la barda. - ¿Porque saltaria? Nisiquiera sabemos que son estas aguas ¡¡Aahahhh!!-

Los siete brillaron cuando el gato logró tocar a DogDay aun en el agua. 

Bubba, fuera de la tragedia, mostró al público una gráfica con dibujos. 

-Chicos, las aguas tratadas de PlayTime co. son el modo de fincionamiento de una presa autosustentable. Esta planta logra sustentar toda la fábrica o al menos a este piso como una presa lo hace con algunas ciudades y pueblos en los que tu mismo vives. - miro a sus amigos electrocutado. - En realidad no deberían estar en ese predicamento. Creo que DogDay lleva su radio y al entrar se hizo un cortocircuito, seguramente CatNap lo empeoró al conectarlo con el metal de la plataforma. - sonrie al público. - Recuerden chicos, la electricidad y las cosas eléctricas no se llevan con el contacto al agua. Si ven algo de este estilo, será mejor que se pongan guantes. - 

-¡¡Bubba, deja de dar tu clase y ayudanos!!- lo llamo furiosa Crafty. 

Con un corte la presentadora reaparece junto a la estación del tren. 

-Esto es amigos, la zona donde la magia de verdad comienza. - 

-Si, magia. - gruñe enojada la uniciornio pintada de negro por la electricidad. 

DogDay les sonríe tan quemado como ellos. 

Todos con la presentadora fueron dibujados en el interior del tren. Observando una ventana animada y no el pasaje de ladrillos qué la persona que observa este video conoce. 

Llegando a la zona de desbordaje la presencia de un personaje azul resaltó al saludar desde las puertas abiertas. 

El testigo de este video suspira. 

Dentro del video la presentadora saludo con gran ánimo a esta mascota de peluche azul. 

-¡¡Chicos, el es Bubba Bubbaphant!!- apunta con una gran sonrisa al elefante con un gorrito de conductor. 

-Mira Bubba, aquí si eres útil para la sociedad.-

-¡Soy el juez del pueblo!-

-No escucho que des la contraria a mis palabras, mi amigo amado y azul.- 

-No empieces de romántico, Dog.- reclama al escuchar a su compañero. 

-“El romance y la verdad brillan de la mano y entristece en la mantira. Siendo claro amigo que tu belleza no será superada por las flores marchitas al tiempo”- declara apuntando doble con una reverencia marcada por su elegancia. 

 - ¡No lo alientes CatNap!-

El gato y el perro le lanzan un beso bien tronado al unísono. Seguido de chocar los puños orgullosos por molestarlo. 

Bubba arruga y amarga la cara al recibir el par de corazones directo a su Gran frente. 

La presentadora toma el foco de la cámara. 

-Hola, Bubba ¿Como estas hoy?-

Esta enorme mascota tardó unos segundos en responder, poniendo las patas en su pecho al inclinarse. 

-“Hola, mi nombre es Bubba Bubbaphant y te recuerdo”-

La ŕesentadora sonrió aplaudiendo. 

-¿Enserio me recuerdas? ¿Me podrías decir que recuerdas sobre mi, Bubba?- pregunta actuando aún su papel. 

La mascota movió la cabeza acercándose a ella. El tamaño del gigante resalta tanto como su gran y espesa superficie de pelaje esponjoso y suave. 

-“Recuerdo qué tu mascota se llamaba Dango”-

La presentadora se congelo al igual que su sonrisa. Cortándose la escena a otra interacción entre los sonrientes. 

-No puedo creer que aquí Bubba sea tan guapo. - expresa la cerdita moviendo su cita de lado al lado mirando al gigante saludando desde un costado.-Me dan ganas de hornearlo y comerlo con leche. - sonríe babeando entre sus pezuñas. 

Crafty mira a su amiga y a ese elefante. Frunce la boca incredula. 

-Te digo que deberías conocer más chicos. - le recomienda moviendo las pezuñas en un más o menos. 

-No me molestara mientras todos se vean como ese guapo. - anuncia contenta entre saltitos. 

La cámara gira mostrando al elefante mirando con hastío a su versión grande. 

-Ni a de saber cuántos es cuatro por dos. - se queja a un lado de DogDay qué apunta con las manos a elefante y se mide los labios junto a los dos últimos chicos. 

CatNap levantó su brazo y este se desinfló aún más. Aunque no fue tan malo como el brazo que se le volvió polvo a Kickin con la brisa del brazo desinflado de CatNap. 

-Al menos tienes salud, mi luna. - le consuela DogDay. 

-“Yo no quiero salud, quiero esos musculos”- 

 

La cámara volvió a moverse directo al rostro de la mascota. 

-¿Bubba, cual es la capital de Hong Kong?-

-Por, movimientos sociopolíticos mi respuesta no puede ser pública pero sí puedo decirte que el estado al que llamas capital es posiblemente algo que aún debe ser mediado y no por un país extranjero. - procedió a alejarse de la cámara. 

De nuevo con la cerdita. 

-El es tan misterioso. - suspira cubriendose el pecho flechado, cayendo en los brazos de Bobby. 

Bubba frunció el ceño fastidiado. 

La presentadora subió al teleférico mirando por la ventana qué también fue intervenida por dibujos animados y los sonrientes saludan a los mircielagos y estalactitas o estalagmitas con rostro. 

-De verdad que exageran chicas. Es solo un Bubba gordo y más grande. - suelta la mofa el ave mirando por la ventana al ddomo qué fue coloreado y cubierto por flores y pasto de caricatura. - No hay nada tan impresionante en una versión alta de noso… - 

Catnap le paso la mano por los ojos al verlo quedarse en banco. 

-¡¡Ahhhhhhhhh!! ¡¡Que bonita, que bonita!! ¡¡¡Ahhhhha, que bonita es!!!-

El gato salto tan alto por el susto que su figura deformó el metal del teleférico. 

Los gritos del ave son lo único que se escucha conforme bajan rodeando esta bonita versión real de su pueblo. El parque y la escuela con la alcaldía y la mansión del este. Aunque los gritos son del ave por estar cada vez más cerca de la mascota que les recibirá en la puerta. 

Rebelandose una vez las compuertas se abren y la cámara toma de frente a la gigante esmeralda. 

Aquella conejita de gran pelaje esponjoso y un aspecto dulce por su saludo.

 

Kickin salto por un lado mientras la coneja observa a ese lado en vez de la camara, coincidiendo con la aparición del pollito. 

-Hola, yo soy Hoppy Hopscotch. - canta al verles. 

-¡¡Oh, pero que hermosa eres!!- grita el ave en el suelo. 

La coneja movió las orejas. 

-Muchas gracias y bienvenidos a La Guardería. - saluda al ave en el suelo sin mirar a la cámara. 

La presentadora se recupera y toma kugar donde estaba el pollito. 

-Hola, Hoppy ¿Quieres enviar un saludo a los niños que verán tu saludo por television?-

La coneja cubrió sus ojos con las manos antes de voltearse y saludar en esa posición. 

-Hola, niños. Espero que nunca se olviden de mi, allá afuera quienes ya llegaron a la luna. - 

La presentadora asiente aun sonriendo. 

La escena es tomada por los sonrientes. 

-Ustedes son tan estúpidos, ¿No es la misma Hoppy de siempre? ¿Porqué tanto escándalo?-se burlo Crafty recargada en su Hoppy pequeña. Pequeña que ya estaba midiendo una ballesta mata gigantes. 

Todos ellos eran tan pequeños como para solo llegar a las rodillas de la gigante. 

-Por eso es increíble, Hoppy es la misma en grande o pequeña. Solo use esta oportunidad para decir lo que pienso.- le apunta más que orgulloso de haber hasta lo llorado mientras le gritaba a la belleza de esa conejita. 

-¿Ya vieron que bonito esta el pasto?- pregunta la coneja con las orejas amarradas. 

La presentadora recupera la escena y su protagonismo.  

-En PlayTime co. La gran prioridad siempre han sido los niños y su seguridad. Así como su felicidad, por eso en este gran hogar creado para los niños por el Gran Eliot Ludwig, la mayor prioridad siempre ha sido la educación y la diversión. Instalando una hermosa escuela y una gran casa de juegos para los niños.-

-Eso suena interesante. - comenta la voz del perro de caricatura. 

-Así es DogDay, y esa no es la última de las instalaciones qué recorreremos. - 

CraftyCorn de caricatura comenzó a gritar. 

-¡¡¿Pero que es eso?!! ¡¿Qué?! ¡¡¡Aaaahhhhhhhhh!!!-

La cara desenfoca a la presentadora confundida por el arrebato señalado por parte del equipo. 

La unicornio ha apuntado al frente a una mascota aparte. 

A ese perro de dos patas caminando a lo lejos. 

-¡Ese es DogDay! ¿Quieren saludarlo, niños?- les pregunta antes de caminar directo hacia el líder de los sonrientes en el camino a la escuela. 

Este gran gigante se detuvo antes de que llegaran. Girando con los brazos arriba saludo a las cámaras. 

-¡¡Hola amigos, hola a todos!! ¡¿Es esta una visita de parte de todos ustedes?! ¡Estoy contento de verlos!- saluda con gran ánimo. 

La presentadora fie contagiada por esa alegría. 

-Hola, DogDay, ¿Haz tenido mucho trabajo últimamente? ¿Que tal te va en tu día a día?-

Este perro coloca la man sobre bajo su mentón, llevando el brazo contrario tars su espalda. 

-Creo que podría ser mejor. Siempre he querido tener más libertad de explotar a los niños.-

-No es un impostor, si es DogDay. - apunta la voz de Bubba de caricatura. 

-Yo no explotaría niños yo-

-Claro que les pagaría, un hueso seguro es suficiente. - terminan el perro grande. 

-Admiro su disponibilidad laboral. - halaga el perro de caricatura. 

-No se si tu o CatNap y Crafty, no se cual de los tres esta babeando más por ese tipo. - gruñe resentido Kickin. 

-DogDay, no puedes decir eso. - bromea la presentadora riéndose. 

El perro cerró el puño antes de llevar la mano a su espalda con la otra. 

-No sería lo peor que les suceda. - admite mirando a la cámara. - Aún les debe llegar el cobro de impuestos por atreverse a estar vivos, de eso los papás saben mucho. - 

La presentadora rio por un lapso corto. Deteniéndose al mirar esos ojos de plata fijos. 

Los sonrientes vuelven a tomar la escena. 

-¿Crafty, que haces con ese arpon?-

-Y con ese vestido de novia. - 

La unicornio sonríe mostrando el vestido blanco. 

-Este por si me lo pide él mismo y esto por si intenta escapar. - 

-Creo que te confundiste de orden. - apunta Bobby. 

-Nah haa. - 

La presentadora vuelve al foco con un rostro pálido y una zona diferente del lugar. 

-Ahora, niños. Nos encontramos en Dulce Hogar. - saluda a las visitas en la sala.-Estoy segura de que todos deseaban conocer a los amigos de él lugar. - 

La voz del perro de caricatura interrumpió a la presentadora. 

-¿Es eso lo que creo que es?-

-¿Qué, DogDay?-

-Señorita, vamos adelante. - 

La presentadora recibió la señal y sus pasos fueron por los pasillos. 

Llegando a una habitación de literas. Encontrando a la figura púrpura en el centro de la habitación. 

 

 

 

 

 

La cinta se detuvo. Mostrando la pantalla una imagen azul. 

Habia terminado ahí. Justo cuando la mitad del gato púrpura se pudo ver pero no su rostro. 

La figura saca la cinta del reproductor. Observando el color de esta. 

-No puedo creer que nadie tenga este programa completo. - murmura toirandolo a un lado. 

En donde lo tiró un periódico es iluminado por la luz azul de la pantalla. 

Mostrando el anuncio de un artistas. 

No Doubt, confirma su futura presentación en el Anfiteatro Universal este próximo 5 de diciembre. Compre sus boletos en las estaciones indicadas. 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter 64

Notes:

Hola.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

S-M-I-L-E everyday!

 

                          When you are down and out, 

 

 

No need to frown and pout!

 

 

                                             ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

VHS/VIP

🕸️Especial de halloween 🕸️ pt 4

 

 

 

Los ojos de la luna se abrieron de golpe. Agitado el gato mira a los lados. observando su entorno con preocupación. Estaba atrapado dentro de un frasco de su tamaño. 

Todo este tiempo se mantuvo hecho una bruma sin fuerzas más allá de mostrar su rostro. Materializa su cuerpo pero no puede romper el frasco, incluso si patea la tapa hacia arriba. Era imposible. 

Su cansancio lo hace detenerse y mirar alrededor en búsqueda de una solución externa.

A unos metros Bubba cuelga de sus patas traseras inconsciente. 

Del otro lado Hoppy se mece dormida y colgando de sus brazos con las patas fuertes pegadas a la pared, parecía King Kong en el teatro de New York . Más allá Crafty fue contenida como cierto muy famjmoso caníbal gourmet, junto a ella Bobby está de cabeza y con una camisa de fuerza blanca sujetando su cuerpo en un abrazo. 

No había nadie lo suficientemente cerca para ayudarlo en la vitrina donde fue dejado. 

Suspira mirando sus garras. Comienza a rascar como todo un gato haría para salir. Arañando las orillas de la tapa del frasco. 

Rueda y maúlla rasgado con un desespero capaz de atraer a cuatrocientas mujeres solteras de entre 25 y 788 años. O talvez 789, el amor no tiene edad. 

A medio gran y ruidoso miau fue interrumpido. 

-No hagas eso. - 

Catnap bufo erizandose al escuchar a la cabra que sin pesar alguno se rebelo desde las sombras. 

-Geez, para ti. - apunta la cabra caminando hasta su lugar.-No creí que serías tu quién despertara primero. - miro a todos dormidos. - Esa de ahí juro comerme, da miedo.- 

-“Te serviría en guarnición solo para que te desechen con los brocolis” 

-Que gato tan rudo. - apuntó sonriendo. - Estoy seguro de que eso quisieras, gato baboso. - camino hacia otro del grupo. 

CatNap se intenta enderezar preocupado pero su cabeza golpea con la tapa antes de poder ponerse derecho en su aprisionamiento. 

-Cuando los ocho esten reunidos les contaré mi plan, por ahora solo quedate con el dato de que el ave los traicionó. - 

-“No es cierto”-

-Mira, esta Bobby pero no el pollo ¿No queda claro qué tanto ese chico los dejó morir para salvarse?- apunto o a CatNap. - Nisiquiera la lástima pudo mantener su amistad, ¿Te das cuenta de cuan frágiles son las mentiras como esto de los “amigos”?-

CatNap negó moviendo la cabeza. 

-“Cuando DogDay, Picky y todos estemos libres te haremos sueter”-

Esta cabra apuntó a un lado de Bubba. 

-El perro es un idiota pero uno del tipo que se libera solo y que hace horas logró escapar.- sonríe frustrada, ese perro escapó porque ella lo subestimo.-Y si escapó por su propio pie fue porque no confío en que vendrían.- mostró la burla más profunda hacia el gato. - Porque, como dijiste, él no es tu amigo. - 

CatNap dejo caer las orejas. Mirando a la cabra y las cadenas que había ignorado al final del muro. Aun habían unos pocos cabellos naranjas y las huellas de perro en el suelo reafirmaron las palabras de la cabra. 

DogDay no creyó que vendrían por él. 

-Dicen ser amigos pero se abandonan o simplemente ni siquiera pueden confiar en que serán rescatados por los otros. Estoy segura de que la amistad no es eso, según ustedes, no es esto de hacer a uno un sirviente y darle la impresión de que es desechable.-

Catnap mostró las garras ofendido por esa acusación. 

-“Yo no hice a DogDay eso. No te atrevas a hablar de mis amigos”-

-Si no es así.. - apunto la nariz del gato a través de cristal, atravesandolo con la misma fluidez que él. 

CatNap retrocedió chocando con el otro lado del cristal. 

-“Eres como yo”- su rostro lo dijo tanto como sus gestos. 

Esta cabra le apartó las manos con un revés violento. 

-¡¡Él no confía en ustedes, no por mi, sino porque son pésimos amigos!! ¡¿ Es que yo uso su ayuda y después los ignoro?! ¡¿Yo hablo de temas que se que mis amigos no entienden para hacerlos creer que soy mejor de lo que enrealidad soy capaz?! ¡Yo no tengo envidia de mis amigas y las excluyo en cuanto tengo la más mínima oportunidad! ¡Ni me paso mirando con odio a alguien simplemente porque es mejor que yo! ¡Y mucho menos persigo las metas de mis amigos para no sentirme pequeña e insignificante! -

-“¿De qué estás hablando?”- pregunta el gato confundido. 

La cabra sonríe corriendo a la salida sin responderle. 

El gato encogió los hombros por el fuerte azotón de puerta. 

Sus ojos vagan por el espacio buscando una forma de escapar o descubrir porque esa cabra si puede volverse humo y salir del frasco. 

Escuchando algo a unos metros. 

Mira preocupado a los demás. 

Notando las grandes lagrimas da más de una de las chicas. O de Bubba muy avergonzado. 

Cada palabra toma peso al notar el estado de cada una y del elefante. 

Incluido Bubba qué ahora mira al suelo con ojos húmedos. 

Intenta comunicarse pero no puede por el punto en el que le dejaron. Solamente viendo como cada uno pierde bastante de su brillo. 

-Soy una persona horrible… - lamenta en un murmullo Hoppy. 

CatNap se derrumba sentándose con las rodillas pegadas al pecho. 

Su aliento deja salir un murmullo felino.

 

 

Arriba de las ruinas los dos chicos miran a la entrada. A esa escalera qué se desaparece en ausensia de la luz. 

-¿Y porque no bajamos ya?- apunta Kickin. 

DogDay saco una hoja de personaje. 

-Me acorde de que no soy violento. - apunta a la ficha de personaje de DogDay. - No va con mi diseño de personaje kawaii. - movió la mano haciendo un gesto. - Debería llorar y dejarte a ti todo el trabajo. - 

Kickin dejo de mirar al fondo de la entrada oscura a las ruinas de este edificio viejo. 

-Le arrancaste el corazón a una planta que hablaba, cometiste fraude fiscal por cinco años, acabaste con una sociedad, furryficaste a cientos de personas y ahora me vas a decir que no eres violento. - apunta Kickin algunos de sus crímenes con los dedos. 

-Si, pero no fue intencional así que no cuenta.-

-Quemaste un edificio con tus enemigos dentro, lavaste dinero en el lomo de un caimán, sacaste documentación falsa para entrar a un lugar exclusivo, fuiste a un centro de festividades nocturnas dos veces y además trabajas en negocios ilícitos con la construcción de hogares fuera de las reformas establecidas por el estado.- término con nueve dedos en una sola mano. 

-No empieces a exponer que yo también tengo algunos de tus secretos, amigo. - 

-¡¿Cuál secreto? Todos aquí sabemos que eres el harasser de el pueblo!-

-Mhhmm… - tomo su propia mandíbula con rostro pensativo.-Creo que escucho cantar un pollo. - murmura mirando al bosque. - Quizás esta semana coma algo de caldo de pollo tierno. - 

Kickin apretó el picó muy enojado. 

El perro lo miró con una sonrisa, seguido lo aventó al hoyo sin tardar en seguirlo. Ahorrandose los escalones, mirando al pollo estirar sus plumas para caer lento. Uno sonriendo y el otro amargado. 

-Si yo fuera tan malo, no me hubieras buscado. - 

El ave vuelve a mirarlo pero este perro ya estaba riéndose y usando sus orejas como paracaídas. 

Kickin extendió las pumas,de la espalda para dirigir su caída en círculos, ralentizando su caída los dos a un ritmo más seguro. 

Dog aterrizó de cara contra el suelo y Kickin de pie. 

Kickin sacude el cuerpo recomponiendo su plumaje. 

-Al menos no tuve que buscarlos hasta allá. .-

Kickin mira a un lado, a las sombras por las que sale esa cabra. Solo para ser golpeado con ese mazo lanzado desde lejos, directo a su cabeza. Cerró los ojos esperando el impacto. 

-Ve por los demás. - ese perro lo había empujado con el hombro y con ello usó un palo para desviar el mazo. 

La cabra le salto encima dándole un puñetazo. 

El perro cayó al suelo pero no sin sujetar a la cabra para evitar que fuera por el ave. Aunque eso no la detiene he intenta seguir a Kickin arrastrando al perro. 

-¡Largate y salvalos, Kickin!-le pidió DogDay tomando otro medio de ataque contra la cabra, usando ahora sus dientes sobre la cabra. Lamiendo al notar que eso no la hacía cambiar su impulso. 

Esta se colorea de verde al sentir la lengua del perro en su pelaje. 

-¡Ay, noo! ¡Que asco, baba de perro!- grita este bovido al ser lamido. 

-¡Lo siento! ¡Es un reflejo! ¡¿Me perdonas si lo sigo haciendo?!- pregunta el perro volviendo a lamer la pata de la cabra. La mordió saboreandola, quizás ya no tanto por que sea necesario. 

Lo malo de tener cierto porcentaje de ovejero. 

Ovejero… ovejero de ovejas… 

Ese hilo de pensamiento se quedó a medias por la patada qué le clavó la chica antes de correr. Siendo seguida por el perro a cuatro y gruñendo con una cola sacudiendo. Cuidando que no se dirija al mismo lugar que Kickin. 

-¡No, idiota, no me persigas de esa forma! ¡Ponte de pie qué me das asco!- grita subiéndose a un montículo de escombros para evitar que el perro le mordiera los tobillos.-¡Perro malo!- 

DogDay le ladra sudando nervioso. 

No sabía cuanto tardaría esa cabra en superar la cinofobia natural. Esperaba que Kickin los encontrara antes. Ladrando como si se le fuera el alma en ello. 

La cara de loco de este solo saca más y más de quicio a la cabra en el montículo de escombros. 

 

Kickin corre por los pasillos abriendo puertas y pasando rápido entre cada una, buscando a sus amigos. 

Bubba le miro abrir y azotar la puerta. 

Todos en esta habitación fijan los ojos en esa puerta. 

Después de unos minutos el ave volvió. 

-¡¡Chicos debieron decirme que estaban aqui!!-

Los amordazados, la silenciada y el mudo aspiran el mantra de este mes con calma. 

-Voy a sacarlos y vamos a ayudar a DogDay con el resto, vamos chicos. - 

Lo que dijo no fue al hilo con sus acciones al ir directamente por Hoppy a soltarla, ojo que solo la saco de la pared y corrió con ella sobre la cabeza. 

El grupo ahora sí mostró su descontento. Gritando Bubba enojado, incluso su boca fue capaz de sacarse la mordaza de una mordida. 

-¡Chiken Kickin!- rugio usando de enfasis el sonido de su trompa. 

Los dos vuelven a soltarlos. 

Hoppy paso por cada uno liberando los grilletes al morderlos con su dientes de conejo. Abriendo uno a uno hasta llegar a CatNap. Subiendo a la tapa llama con un gesto a Bobby. 

-¡Eso chicas!- les anima Kickin en el suelo sin más que sentarse y mirarlas desencajar la mandíbula ante la gran fuerza que usan para girar entre las dos la apretada tapa de metal. 

CatNap en el interior empuja con las patas traseras entre resoplidos y maullidos ahogados. 

-¡¿Porqué no se abre?!- grita Hoppy sudando a chorros. 

-Ya vamos. - grita Bubba apurándose a ayudar con sus dos patas y trompa. 

Crafty se unió pateando con los patas traseras la tapa. 

Kickin se colgó con un lazo intentando girarlo. 

Gritando todos a coro conforme la tapa cruje. Resultando en un estallido qué los manda bastante lejos a un lado contrario. 

La tapa continúa impacible y hasta brilla engreída. 

-¡No puede ser! ¡CatNap ¿Seguro de que no puedes salir por ti mismo?! ¡Hazte humo!- le aconseja Crafty entre gritos. - Mis cascos se astillaron. - murmura limpiando sus patas con un pañuelo de seda blanco. 

Desde el interior el gato comienza a batir en una batalla, vuelto ese humo intenta salir pero solo rebota de un lado a otro. 

Kickin no encontró otra forma para abrir aparte de morderlo como si fuera frasco de mermelada y trepó al bote dispuesto a meterle una gran mordida. Es eso lo que le hace darse cuenta de lo que dice la etiqueta doblada. 

-¡Chicos, hay una etiqueta! ¡Hay que leerlo! - les avisa desdoblando la arrugada etiqueta. 

-¡Kickin ! ¿Qué dice?-

El ave mira letra por letra. 

-“El frasco del suspiro. Usted puede guardar todo lo que le hace suspirar frustrado y seguir con su día sin temer que esto escape pero tenga cuidado, el Frasco del suspiro, tiene una forma de abrirse”-

- ¡¿Cual es, Kickin, cual?!- exige Picky ya cansada. 

-¡Deja el drama, causa y responde!- le pidió enojada Crafty. 

-“Qué el suspiro delate el porque suspiras”-miró a todos. - Tremenda estafa, cero estrellas.- 

Piensan en voz alta.

-No podemos sacarlo así. ¿Porqué suspira un villano?-

-Yo que sé…¿El alza en los precios de los lácteos?- apunta erizada Bobby. 

-No podemos dejar a CatNap ahí dentro. No tiene su cajita de arena. - Picky estaba muy preocupada por su amigo. 

El gato en el interior suspiro sentándose. 

Tal acción hizo al frasco volverse más seguro con un par de patas metálicas unidas del frasco a la tapa. 

El gato bajó las orejas preocupado. 

El grupo observa a su compañero en el interior ya palidenciendo en el desespero. 

CraftyCorn recupera sus colores de golpe. 

-Bueno. Lo intentamos. Podemos conseguir un gato de la tienda de mascotas, lo pintamos y ya no se notará su desaparición. - ofrece un plan B Crafty. 

-“No me hagan perseguirlos en sueños”- les advierte el gato aún en su bolita depresiva. 

El grupo se tapa la boca para no suspirar. Aun intentan pensar en algo lógico para la situación. 

Bubba de golpe estalló corriendo hacia el frasco. 

-¡Bubba, no , la violencia va contra tu ficha de personaje!- le advierte Bobby al verlo correr con las patas arriba. - ¡¡Es demasiado OC!!-

Este elefante llegó al frasco, usando todas sus fuerzas lo tiró sin mirar al gato. Rodando directamente a la puerta con el canto de su trompeta demostrando lo decidido que estaba. 

Las chicas y Kickin, aplauden con ojos brillantes. 

-¡¡Eso Bubba, eso!! ¡Eres genial amigo!- festejan siguiéndolos una vez la puerta y el muro fueron destrozados al paso del frasco y el elefante. Hoppy saltó sobre el frasco ayudando con su paso a ir cien veces más rápido. 

Dentro del bote de cristal, CatNap bota y rebota , mirando al camino tardó un poco en ponerse de pie y correr dentro de este frasco al ritmo del giro del frasco. 

Con el perro la situación a empeorado por mucho. 

Este ya no intimida ladrando a la cabra. Viéndose obligado a usar un martillo para desviar los golpes del mazo. Usando ambos estas herramientas como las espadas de un encuentro de esgrima sin igual. 

Subiendo por las escaleras tras el perro que retrocede llevándole afuera con tal de darle tiempo al ave de encontrarlos y liberarlos. 

El mazo, en un descuido por parte del preocupado perro, logró golpear la cabeza del perro. Haciéndolo soltar el martillo la cabra le salto encima sujetando sus mofletes. 

-Eres un chico fastidioso. - levanta la cabeza listo para darle un cabezazo. 

DogDay interpuso las manos, agarrando a la cabra por los cuernos. 

-¡¡¿Qué te hice para que hagas todo esto?!!- 

La cabra detuvo el impacto. Mirando con esos grandes ojos llenos de odio al perro. 

-¿Que , qué hiciste? ¿Tú?- pregunta mirando al perro bajo sus patas. Resopla sacando una nube de vapor por su nariz. -Tu eres un idiota si crees que necesito una razón para odiarte a ti y tus estúpidos amigos, perro. - 

DogDay le observa, brillando sus ojos al ver como estos cuerno no eran parte de ella. Estos estaban pegados a la cabeza de cabra pero no al interior. 

Era una farsa. Una que llega más allá de una simple acosadora. 

-No puedes hacer tanto de esto sin una razón. Es demasiado trabajo. - apunta el perro relajando su aspecto preocupado de antes. - Si poner una puerta nueva gasta 30 minutos, lo que tu has preparado debe ser mucho más que eso y tu máscara debió ser lo más difícil de preparar.-

La cabra se sacudió haciendo que suelte sus cuernos.

-No me busque respuestas, no soy el tipo de discursos. ¡¡Además de que no hay puerta en este mundo que se tarde 30 minutos en ser colocada, lo intente!!- 

Los brazos del perro caen a los lados de su cuerpo. 

-Solo digo, si no tienes razones para odiarnos mucho menos deberías tener razones para no ser nuestra amiga. - le ofrece con una sonrisa al apuntarla y chasquear los dientes, coqueto. Aunque no es demasiado convincente. 

La cabra abrió la boca llena de estupor. 

-Te lo aseguro, hacer amigos es-

La chica le piso el estómago, sacándole el aire y escuchando un ligero quejido canino en ello, lo deja en silencio lo suficiente para gritarle. 

-¡Una pérdida de tiempo! ¡¿Crees que no lo veo?! ¡La amistad apesta, los amigos apestan! ¿No lo quieres ver? ¡Te lo haré ver!- golpeó la cara del perro con un fuerte sonido de juguete chillón.

Las escenas repartidas de disti btos capítulos comenzaron a reproducirse con los diálogos. 

¡Yo seré el nuevo lider! ¡No quiero que tus patas de conserje ensucien mi casa! ¡¿No puedes ser menos problematico?! ¡¡Si no sabes leer esto, debe ser porque no tienes los dos ojos puestos en su lugar!! ¿Esta falda me hace ver gordo? ¡No necesito que un tipo sin universidad me de ordenes! ¡Aun no reparas la gotera!

El perro exhalo una vez las escenas rápidas terminaron y puede ver a la cabra con el ceño fruncido. 

-No es difícil ver que te fuiste por tu propio pie porque sabías que no vendrían a salvar a un conserje que se cree el amigo de todos. - su sonrisa vuelve en grande. - Porque tú no tienes amigos, solo tienes conocidos a los que les eres útil. - 

DogDay aprieta los labios en una línea antes de negar con la cabeza. 

Sobresaltando a la cabra al librarse de ella con una patada. 

-¡Mis amigos me quieren! ¡¿No los viste acaso? Ellos vinieron por mi!- salta a un lado esquivando el martillo que la cabra le lanzó en última instancia. - ¡¡Escape porque cualquiera con sentido común lo haria!!- 

La cabra logró evitar su caída por las escaleras al agarrarse con las cuatro extremidades al borde de las mismas. 

-Eres un fastidio. - gruñe arrastrándose para subir.-Un tipo desagradable de hecho. - 

-Si soy tan malo, ¿Porqué jugaste poker conmigo?- el perro aun busca una opción fuera de la violencia para arreglar la situación con una sonrisa.-Podemos ser amigos y jugar mucho más. - 

La cabra niega moviendo la cabeza. 

-No entiendes lo que digo… Eres solo un tonto. - su boca vuelve a estirarse en una gran sonrisa.-Eres muy tierno pero si no te da miedo que te abandonen, entonces tu debes temer a fallarle a tus amigos y lo has hecho.. - 

El pero frunció el ceño. 

-Basta. - pidió bajando un escalón con los puños cerrados. Ese paso se volvió aún más problemático al sacudirse la gran escalera caracol desde abajo. -¡Deja de decir que nos odias, yo se que no es eso lo que sientes!- lo grito trastabillando al acercarse a ella. 

La abre por fin retrocedió un paso con las orejas abajo. 

-¡¡Tu estas así de enojada con nosotros porque estas demasiado sola!!- lo grita cerrando la distancia hasta casi tocarla. 

Esta cabra llego de nuevo a la orilla. Mirando con los ojos bien abiertos al perro. 

-Puede que yo no sepa por lo que has tenido que pasar para tener que vivir aquí, tan sola en las sombras ¿No ves que incluso las gemas más brillantes en las cuevas son acompañadas por los susurros y los murciélagos?- atrapó sus hombros al fin. 

La cabra le agarró la cara con una amenaza directa en sus grandes ojos llenos de resentimiento. 

-Ya callate. - 

-No mereces estar sola. Tu también puedes ser amada, incluso si te quedas en las sombras.- la empuja a la orilla sin soltarla. - Solo debes permitir que te amen. - 

La cabra negó sacando de su capa una espada. 

DogDay apenas logró apartarse antes de ser partido en dos su estómago. 

-No necesito que nadie me ame, ¡Yo estoy bien sola, estoy bien!- su voz se quiebra junto con su equilibrio al caer de rodillas por una sacudida. 

DogDay miro por la orilla de las escaleras. Comprobando lo que sucedía al fondo de este lugar. 

 Bubba por error había estrellado el frasco contra esta escalera haciéndo caer sin tardanza los pilares. 

-¡Chicos el suelo! ¡Aaahhhhhh!-

No solo las escaleras. Todo el lugar se vino abajo, tragandolos directamente a la oscuridad a todos.

El frasco aguanta y todos se aferran a este gritando al caer al fondo. 

Desde arriba el perro tomo una decisión y se lanzó sin dudarlo. 

Aunque no solo. 

-¡¡Vamos dar un paseo, bonita!!- gritó al agarrar la capa de la cabra. 

Esta grito resaltando entre los escombros y los gritos de todos cayendo directamente al vacío.

-¡¡CRAFTY, ERES UNA UNICORNIA, HAZ ALGO!! ¡¡UNICORNIA, UNICORNEA!! ¡¡¡Unicornia!!!-

Los gritos de Picky atraviesan con sus letras mayúsculas varios de los escombros qué casi los golpeaban. 

-¡¿Pues qué hago o que?!- gritó abrazada a la espalda de Bobby qué ya se dezmayo del susto pero sigue aferrada. - ¡Es un cuerno, es tarjeta de crédito, identificación en aduana y mi linterna! ¡No hace nada más!- miro a Kickin sentado en la tapa y escribiendo su testamento. -¡Eres un pollo, vuela!- 

Kickin tiro el papel, aferro el frasco con sus patas y aleteo. Aleteo y aleteo. Movió sus alas hasta volverse borrosas, incluso comenzó a encenderse y aun así solo siguieron cayendo directo al oscuro abismo. 

 

Entre los escombros y la escalera qué continúa cayendo el perro pelea con la cabra, esta vez a punta de empujones y patadas donde el perro se lleva la mayoría de golpes por parte de la chica. 

-¡Dejalos morir, es más facil!- lo pateo haciendolo retroceder y chocar con una piedra. 

El perro en esta se pone de pie saltando hacia abajo. 

- ¡Volver la comida accesible un derecho humano sería aún más sencillo pero aún pagamos por unas papas fritas!-

La cabra lo impacta con ambas patas desde un costado. 

– ¡La gente debe trabajar y aplastar monetariamente a otros para conservar el equilibrio social!- le apunta evitando que volviera agarrar su capa.- ¡¡Es lógica, demonios!!- 

DogDay le ladró frustrado por aun no poder con sus amigos. 

-¡Si piensas así será mejor que no pienses que te invitaré a mi cumpleaños!- amenazó a la cabra. 

-¡¡Pues fijate que ni me interesa, iba hacer algo importante ese dia!!- gritó con los ojos húmedos de golpe. 

-No tienes que llorar, si te disculpas y me dices papi, te perdono. - ofreció abriendo los brazos. 

-¡¡Deja de molestar con eso!!- la cabra lo golpeó con el mazo en la cabeza.- ¡¡Eres un raro!!- 

Los dientes del perro volaron al quebrarse unos contra otros. 

 

 

Bubba aun en la superficie del frasco golpea su frente contra la superficie de este buscando respuestas. Entre los impactos. 

Al abrir los ojos ve al gato arañar y patear la tapa sin dejar de correr por la superficie entre maullidos. 

-Lo siento, lo siento CatNap. - 

El gato dejó de moverse al escucharlo. Al igual que el resto ante el chisme. 

-Yo fui malo contigo, lo siento mucho. De verdad lo siento. - se disculpa llorando a moco tendido. 

El gato corrió a su lado poniendo las patas en la superficie de vidrio. 

-“¿Porqué lo hiciste? ¿Que te hice? ”- pregunto desde el interior. 

-Te hiciste amigo de DogDay y Picky. - respondió avergonzado.-¡¡DogDay ya no pasa tiempo conmigo y Picky ya no me invita a su casa ni a ayudarle en su granja ni cocinamos juntos!! ¡DogDay empezó a faltar a nuestras lecturas para estar contigo y me dio miedo! ¡Incluso Hoppy y Kickin pasan tiempo contigo y ya no me visitan! - sus quejas salen una por una. - ¡Crafty comenzó a jugar contigo cuando conmigo nunca quiso pasar el rato! ¡Me hacia sentir solo! ¡¡Me daba miedo que por ti se dieran cuenta de lo aburrido que soy, que ya no me quisieran porque solo leo y hablo de libros!!- sus ojos se fijaron en el gato. - Me asustaba quedarme solo. - 

La a cara del gato se suaviso, sonriendole. 

-“Yo tambien soy tu amigo y eso significa que no importa donde estemos o vayas, siempre estaré a tu lado , Bubba”- lo prometió colocando las patas en donde estaban las de Bubba.

El elefante sonrió lentamente. 

Del otro lado de la tapa del frasco la cerdita los mira pensativa entre el miedo que siente. 

-Hoppy lamento no haberte invitado a cocinar en meses. - 

La coneja levantó la cabeza. Había pasado todo ese tiempo mordiendo la tapa del frasco. 

-¿No estabas enojada porque gané en la feria?-

-No, no fue por eso. - la chica cubrió su cara roja como cereza. - Estaba celosa porque ganabas en todo y yo solo en cocina pero no puedo subir a una patineta ni hablar con las personas con tanta confianza como tu y… Y me daban celos porque las personas a donde vas te miran pero a mi solo me ven como una mesa de postres que pueden dejar de lado cuando se acaban los aperitivos.- 

-Nadie te ve así Picky, todos te queremos mucho. - 

Bobby abrió la boca. Ya asustada de antemano por las consecuencias de su confesión. 

-Detesto que CatNap se volviera tu mejor amigo nada más llegar y me dejaras de lado tan pronto lo conociste. - 

El gato y los demás voltearon a ver a la osa en brazos de Crafty. Rodando para estar todos en la parte baja del frasco y poder verse unos a otros. 

-Siempre éramos tu y yo pero de pronto te hiciste amiga de él y me dejaste de lado.- su vergüenza la hace rehuir de la mirada de sus amigos, hundiendo el rostro entre las patas. 

Picky se estiro tocando con sus pezuñas esas orejas peludas. 

-Bobby, eres mi amiga. Nunca te dejaría de lado. - le asegura triste por sus palabras. 

Bobby levantó la cara, cuestionando aquellas quejas que la estaban ahogando desde mucho tiempo atrás. 

-¿Entonces porque ya no me acompañas a practicar el canto ni a mis conciertos? ¿Porqué ahora solo estas con él? Ya ni vamos a bailar juntas.-

Picky bajo los ojos y sus orejas. Avergonzada de ese punto innegable entre ellas. 

-Porque CatNap es nuevo y necesita amigos.- el sentir que esta era una mentira la hizo ser sincera con su amiga.-Además creo que no me veo bien en tu trabajo, no es bueno que yo vaya al estudio.-sus ojos los desvía de la mirada de Bobby. 

La osa dejó de ocultarse en la superficie del frasco. Ahora que confesarse hizo que al fin este dejara de caer. Permitiéndole conservar el equilibrio.

Puede ella misma gatear y llegar hasta el rostro de Picky, tomándolo entre las manos. 

- ¿Pero por qué piensas eso?- pregunta buscando sus ojos.-¿Qué te hizo creer eso?- lo pregunta con un rostro más decidido. 

Crafty mareada deja salir su alma. Ajena al drama su estómago estaba revuelto después de esa sacudida. 

Picky dejo salir las lágrimas acompañadas a su vergüenza. 

- ¡¡Porque soy un cerdo y tú una osa!! ¡Me daba vergüenza que te juzgarán por estar conmigo! ¡Porque tu productor dijo que no soy lo suficientemente bonita para ser tu amiga! Que si te vieran conmigo, serias el hazmerreir para el resto de artistas por juntarte con gente como yo.- mira a cualquier lado menos Bobby. - Yo no quería que se burlaran de ti por mi culpa.-

La osa comenzó a llorar al escucharla. Junto con la cara triste de Hoppy con Crafty más recompuesta.

Bobby negó moviendo la cabeza antes de al fin dejar salir sus palabras. 

-¡Pues no es cierto, Picky Piggy, eres una chica hermosa y dulce! ¡Eres mi amiga antes que cualquier productor! Y yo me siento muy sola sin ti, porque saber que te gusta lo que hago me da fuerzas para dejar de tener miedo escénico. ¡Toda mi música es para ti y para mis amigos! ¡Que los citadinos escuchen estropajos escurriendo si les parece suficiente para sus oídos taladrados! ¡Yo estaré contigo, siempre!- 

Kickin observa de un lado a otro entre los gritos de las chicas. Mostrando un letrero de «Estoy bien» con una sonrisa entrometida y ese tarro de palomitas en las rodillas, compartiendo con Hoppy ya sensible por la reconciliación de las dos chicas. 

-La verdad es que siempre he estado celosa de Hoppy. - el grupo, algunos entre sorbidos de mocos, miran a CraftyCorn en su propio espacio. -Me da mucha envidia que seas tan perfecta y bonita y que tengas un trasero con ese botón de algodón tan esponjoso.- gruño.-Me da coraje. - 

Las cejas de Kickin se elevaron de un lado mirando a Bobby que comparte la misma expresion. Notando algo a su alrededor. Sus plumas se esponjan corriendo a ver el fondo del abismo aún sin decirles nada.

Hoppy también le dijo algo lindo a ella. 

-Me encanta tu cabello largo y como siempre encuentras cómo ayudar a las personas haciéndolas más fuertes, eres una chica muy especial. Me gustas.- 

Crafty lentamente se volvió del color de las granadas cubriendose la cara con las pezuñas. 

-Gracias pelona. - 

La pelona frunció el ceño. 

-La verdad es que Catnap y Bobby son mis amigos pero contigo, Bobby, soy de verdad feliz desde hace mucho más tiempo y por eso eres mi mejor amiga.- 

Las dos compartieron ese abrazo. Casi chocando su hocico y nariz con una sonrisa dolorosa cada una. 

Kickin interrumpió la escena poniéndose entre la pantalla y las chicas con las plumas saltadas y ojos rodando. Apunta a todos lados menos a lo que sucede a su espalda. 

-¡Chicos miren alrededor! ¡¿Ya vieron alrededor?! ¡Miren a nuestro alrededor!- les grita a todos. 

El grupo gira la mirada. Notando lo que estuvo pasando todo ese tiempo.

Estaban suspendidos en el aire, iluminados por el frasco que contiene a CatNap. El gato comprobó qué está ya había perdido las patillas metálicas. 

Bubba levantó las orejas haciendo girar el frasco. Todos gritaron pegándose como podían. 

El elefante revisa la etiqueta limpiando con la pata. 

-Es secretos, no suspiros. - sonrió mirando al grupo. - ¡¡El frasco se abre cuando los secretos son liberados!!-

El gato dentro celebró moviendo los puños. 

-¿Entonces porque no se abre?- pregunta Bobby mirando la tapa aun puesta. 

 El gato en el interior bajo los puños nervioso. 

 

 

Arriba de ellos el perro y la cabra siguen peleando. 

-¡¿Porqué no puedes dejarme salvar a mis amigos?!- pregunta el perro sujetando a la cabra bajo su cuerpo.- ¡¿Acaso quieres que suelte a mis abogados?!- 

Esta le mira enojada, mostrando sus dientes frontales con rabia. 

-¡Porque los odio, los odio a todos!- lo pateo en el estómago.-Y tú abogado también esta cayendo en picada, idiota. - 

Esta vez el perro voló pero como no esperaba la cabra, este está vez evito aterrizar en ninguna otra piedra y se precipitó abajo. 

-¡Rayos, rayos, rayos! - gritó mirándolo ir como torpedo con sus amigos. La cabra mira alrededor, salta por una piedra y otra bajando directamente hacia el grupo. 

-¡Allá voy chicas!- anuncia listo para aterrizar con un pico sacado de sus orejas. 

Todos sonrieron al ver al líder. 

El perro aterrizó de cara contra una piedra justo cuando se preparaba para llegar con ellos. 

Al mismo tiempo la luz del frasco disminuyó dejándolos caer a más velocidad pero sin perderlo de vista. 

-¡Griten más secretos! ¡¿Alguno de ustedes tiene secretos?!- les insta Bubba. 

-¡¡Estoy enamorado de Hoppy!! ¡Y siempre he querido decirselo!- 

El grupo dejó de gritar para ver al pollo después de gritar esto con un megáfono. 

Voltean buscando la reacción de la coneja. 

-Disculpa, no te escuche. - apunta a sus orejas amarradas en un nudo sobre su cabeza. 

Kickin se quedó en blanco ya sin volver a hablar. 

-Yo le pongo queso al puré de papa. - 

-Asi es la receta.- apunta Bubba. 

-No, si tiene queso ya no es puré es… ¡La otra vez me ganaste por mejor puré en la escuela, tramposa!- gritó Crafty pegándole en la espalda. 

Picky se cubre riéndose avergonzada. 

-Le robó el shampoo a Crafty. - 

-¿También tú?- le cuestiona la afrenta a Bubba. 

-Es que tu pelo también es azul y se ve muy bonito. - 

-Yo suelo comerme las galletas con maní pero solo la galleta y le doy mis sobras a DogDay. - confesó Hoppy con la cara roja. 

-Perro suertudo. - murmura Kickin enojado. 

-Yo me robo los mandiles de Picky y los uso de cortina en mi oficina. - 

Todos. Hasta la cabra qué planeaba cortar la cabeza del perro con un sable de luz rojo. Todos miraron al elefante como si fuera un perturbado loco. 

Bubba se tornó de un color rojo. 

-¡¿Porqué me juzgan?! ¡Ella acaba de confesar que le da galletas babeadas a DogDay! ¿Como soy yo el raro? ¡Es un trato injusto!- les reclama furioso. 

Picky levantó la pezuña. 

-Yo suelo robar las corbatas de Bubba, los gorritos de CatNap, las sudaderas de DogDay y la ropa de Hoppy para dormir. - 

 

 

Kickin pasa los ojos por todos. 

-¿Porqué de pronto todos tienen ropa que robar? Si siempre andamos desnudos.- les cuestiona. 

La cabra arrugó el ceño mirándolos. 

-¿De que rayos hablas? Aquí el único desnudo eres tu. - apunto Crafty. 

De pronto todo se ve distinto. 

Todos visten de forma distinta. Desde Hoppy con la ropa de Ripley, Bubba como el primer doctor Who, Crafty con la vestimenta de Cindy louper, DogDay como un personaje de vaselina, Bobby con un lindo vestido rojo, Picky de faldita y medias altas con un suéter ancho, más CatNap usa el conjunto gemelo con DogDay. 

Incluso la cabra viste un viejo frac azabache en su totalidad bajo esa gran capa roja. 

Kickin resalta en su desnudez tierna y amarilla. 

-¡¿Porqué nadie me dijo?!- gritó tapándose entre las piernas y haciéndose bolita en una sola pierna. 

La cabra tuvo suficientes juegos, tomando la delantera pateó al perro directo al vacío. 

La ropa fue vuelta a ignorar por los animadores. No son masoquistas. 

Incluso si reaccionó rápido Hoppy no alcanzó a tomarle la mano y todos solo pudieron verlo caer. 

-¡CatNap! ¡Tú eres el unico que no ha contado ningún secreto!- le grita Bubba golpeando el frasco. 

CatNap en el interior movió la cola y patas asustado. 

-¡Un secreto, vamos, nadie puede caer más bajo que Kickin!- le apura Picky golpeando el cristal. 

-No voy a quedarme aquí.- anuncia Crafty antes de saltar tras el perro. 

Todos dejaron salir un jadeo al verla cometer tal locura sola. 

DogDay apenas colgaba de una piedra al fondo de la gran caída. 

-¡¡¿Pero porque vivimos tan cerca de este abismo?!!- gritó apenas agarrándose por unos pelos. 

El recuerdo rápido de ese guapo vendedor de bienes raíces, muy parecido a Bubba , vendiéndolo el valle con descuento volvió por un pestañeo. 

-¡Mis actos, mis consecuencias!- 

Crafty cayó a su lado, agarrándose con fuerza a la piedra. 

-DogDay. - lo llamo asustada. 

El perro la miró de frente por fin. Sonriendo tranquilo. 

-Qué valiente eres, Crafty. - la halago aferrado a la piedra. 

Crafty una vez lo tuvo cerca y a su alcance, cerró los ojos comenzando a llorar. 

-Esta aventura da mucho miedo, DogDay, quiero ir a casa. - lamenta volviéndose un ovillo. 

DogDay miro arriba. 

-Catnap esta en uno de esos frascos de efervescencia explosiva, si lo abre seguro podremos salir de aquí. - 

-Pero no tiene secretos.- lo murmura tomando su mano para ayudarlo a subir. 

-Los frascos no se abren con secretos ¿Porqué crees eso?- le pregunto subiendo gracias a la ayuda de Crafty. 

Crafty limpio su nariz roja. 

-Empezamos a confesar y esa cosa brillo y dejamos de caer tan rápido. Creimos qué se trataba de secretos. - 

-No, es con suspiros. Se trata de frustración o amor. No suspiramos por cosas normales sino por aquello que sentimos y no podemos contener pero no queremos que sepan.-

-Oh…- Crafty rememora sus palabras, juntandolas con todas las veces que suspiro por esas mismas emociones envidiosas y pesadas. 

Iluminando su cuerno cual foco. 

DogDay seguía describiendo con ejemplos extraños eso que era según él los suspiros. 

-Los suspiros son los gemidos incontenidos del alma, son olas de placer y sufrimiento en el mismo canal con los-

Crafty le tapó la boca con una pezuña. 

-Ca-lla-te. Ya lo volviste raro, cállate. - le gruño arrancándose el cuerno. - Bien.- coloco el cuerno sobre su boca.-¡¡CatNap, confiesa tu amor o porque estas enojado!! ¡Hazlo para que podamos salir de aquí!- lo grito y el cuerno lo amplio como altavoz.- ¡¡Es ahora cuando nadie apartará sus ojos de ti, te veo!!- 

La cabra en lo más alto frunce el ceño comenzando a bajar entre saltos y carreras entre escombros. 

Dentro del jarrón CatNap movió la cola y orejas dudando sobre que confesar. Con los ojos de todos fijos en él. 

Sus ojos van hacia Bubba. 

-“Tus corbatas parecen platos de cereal con pintura”- movió las manos creando las palabras que no podía compartir ni debía. 

La tapa estalló elevándose con una ola de colores. 

La cabra tropezado arrastrada por estas olas, alejándose de Kickin qué casi pierde la cabeza por la navaja jamonera qué está sostenía en alto. 

-Huele a té. - le apuntó a Bobby qué es la única qué alcanzó a agarrarse. 

Abajo en las piedras esa ola les hizo volar a las orillas del precipicio. Entre el perro y el unicornio corrieron a cuatro patas hacia arriba entre rocas y la pared. 

-¡Eso CatNap, tu puedes! ¡Saca ese veneno amigo!- festeja y anima a desde abajo DogDay 

CatNap salta y tropieza dentro del frasco. 

-“No me gusta el arte contemporáneo, prefiero el barroco y rococo”-

-¡En realidad a mi tambien me gusta más el romanticismo!- lo grito Crafty reconociendo el secreto para ella. 

Esta vez el brillo los llevó más arriba y podían ver la luz del día sobre ellos. 

-¡Ahora yo, dime que me ocultas a mi, amigo!- le pide Hoppy golpeando el cristal con una sonrisa. 

-“En realidad no me gustan los deportes, soy un gato de interiores muy flojo.”-

La coneja comenzó a reír con la nueva ola de colores. 

-¡Ahora yo, me toca a mi!- le llama emocionado Kickin. 

El gato lo miró sonriendo. 

-“Mi secreto sobre Kickin es que no tengo secretos, me agradas mucho.”-

-Osea que te importo un comino. - murmura el ave deprimida. 

-“No me gusta que dejes tu basura en mi patio”-

-Púes te seguirá sin gustar. - 

-¡¡CatNap, ahora yo!!- lo llamo Bobby nerviosa.-¡Dime que piensas sobre mi! - le pidió nerviosa. 

El gato dudo. Mirando a la osa con el ceño fruncido. 

-“A ti te he ocultado cuanto me enoja que nunca me dieras la oportunidad de llevarme bien contigo y simplemente decidieras que no querías ser mí amiga.”-

La luz resultante de esa confesión es teñida de rojo, elevandolos muy lento casi Deteniéndose a medias. 

-Aun falta. Di todo, Catnap. - 

La osa sacudió la cabeza golpeando el vidrio. 

-¡Di que te parezco tonta o mala, dilo! ¡Di cuánto me odias por como te trate!- 

Entre en las rocas el perro frunce el ceño intentando llegar antes de que algo malo fuera dicho entre toda la confusión. 

-¡Habla, CatNap!- 

-“La verdad es que no me gusta tu mermelada de rosas, no sabe más que a miel”-

La luz los eleva con la alegría de pétalos consigo. 

-¡Amigos, el frasco se está abriendo!- avisa Kickin emocionado de nuevo. 

Bobby observa al gato en el interior. 

-Creí que me odiarías. - 

El gato negó moviendo la cabeza con una sonrisa. 

Al fin los ojos de Bobby brillaron como el dia qué Picky conoció al felino. Botando de su visión las nubes grises que no la dejaban verlo completamente. Logrando darse cuenta de que este era púrpura como el reflejo de las alas de una libélula y no esa grava gris. 

–Que bonito eres. - halago feliz de conocerlo. 

A Bobby la movió Picky. 

-¡Dímelo de una vez,¿El vestido que me medí me hacía ver gorda?!-

Bubba abrió grande los ojos. 

-¿Fueron de compras los dos sin mi?-

-“No, pero tu trasero si”-

Picky sonrió sacudiendo sus rodillas al alejarse satisfecha. 

-¡CatNap, falto yo!- llamo DogDay desde el fondo. 

El gato recordó ese secreto. Negandose de inmediato a decirlo. 

El frasco lentamente vuelve a cerrarse. 

-¡No tengas miedo! ¡No me enojare ni me resentire! ¡¿No es Hoppy quien confesó que me da sus sobras?!- le aseguro. - ¡Algo que definitivamente no me hará lavarme la boca por dos horas con desinfectante!-

-Eso fue muy sincero. - apunta Crafty saltando a su lado. 

En el frasco el gato niega preocupado. 

Mas se detiene al ver a la cabra aterrizar sobre el frasco. 

Todos se apartaron asustados por su cuchillo jamonero. 

-No va abrir la boca. Y no solo porque sea mudo.- les advierte dirigiéndose a ellos con el cuchillo por delante. 

-¡Sé supone que somos pg-12! ¡¿Como es que ella tiene un cuchillo?!- gritó Kickin esquivando al tirarse al suelo. 

-Esto fue animado en 1990 pero el guión fue escrito en 1987, ¡Manténgase en foco o moriremos víctimas de la censura!- les advierte Hoppy. 

Catnap dentro solo puede golpear sin poder salir. Viéndolos correr de un lado a otro asustados. 

-¡¡Quédense quietos para que pueda hacer un lindo zoológico con sus pieles!!- les grita la cabra riéndose. 

-¡¡CatNap, solo dilo, vamos!!- 

DogDay y Crafty intentan llegar pero incluso se devuelven el frasco cae demasiado rápido y no pueden saltar a su dirección. 

CatNap comienza a temblar juntando las manos rápido. 

-“¡Te odio!” -

El frasco dejó de caer. Subiendo. 

Eso era bueno. 

No lo que significaba. 

Haciendo que el perro se detuviera en dos patas. 

Crafty siguió adelante pero se detuvo al sentirse sola. 

-DogDay… Oh, no. - miro al gato en el frasco. 

DogDay no sabía como reaccionar. Su cola simplemente se quedó en el suelo desanimado en su totalidad. Incluso su pelo perdió color y brillo. 

-Me odias.- murmura llenándose de lágrimas sus ojos. 

El gato dentro del frasco mueve las manos pero la persecución de la cabra no los deja ver lo que intenta comunicar. 

Tomando la oportunidad la cabra para abrir la boca con crudeza.

-¿Cómo no odiarte? ¡¿Cómo no odiarte, DogDay?! ¡Si solo eres un fracasado que no vale más que los tornillos de tus construcciones de cuarta!- sonríe burlándose del perro palidecido. - ¿No eres una decepción hasta para tus amigos?-

Crafty regresa buscándolo. 

-¡No escuches a esa chica, ella no te conoce!-

-Pero ustedes si… ustedes si saben que soy un fracasado. - 

Bubba abrazo por la espalda a la cabra. 

-¡¿Quien eres para llamarlo fracasado?DogDay pago su propia casa y tu vives en las ruinas de una fábrica abandonada!-

Hoppy intenta patearla pero ella gira y estos golpes le dan al elefante. 

-¡¿Y que si es incapaz de graduarse de alguna universidad?!¿Que tiene de malo ser intitulado? ¡Es un país libre!-

Bobby delata más errores de su amigo. 

-¡¡DogDay solo peca por su torpe incapacidad de convivir con otras figuras de autoridad!!- 

-Y tus aretes no combinan. - apunta Crafty desde abajo. 

La cabra apretó la boca muy ofendida. Blandiendo el arma blanca en su dirección. 

CatNap encontró como ser visible. Terminando con los reveses de sus secretos. 

-“Te odio por ser la razón de llegar a hasta aquí pero nunca estas conmigo”- 

La confesión los eleva con los colores de un crepúsculo. Elevandose el naranja y el púrpura con todas las piedras de por medio. 

DogDay puso verlo de frente incluso si el estaba en la orilla del abismo y el gato en el frasco qué lo encierra con sus lamentos y quejas. 

-“Te odio porque aunque soy tu luna, nunca pasas el tiempo conmigo tanto como prometimos que lo haríamos en las cartas”- el gato lo mira con el ceño fruncido, avergonzado y triste.-“No digo nada porque tus amigos me agradan pero también quiero que podamos pasar tiempo juntos”-

El pero persigue el frasco recuperándose del shock. 

-¡¡Yo siempre, en mis cartas o en persona, deseaba tenerte solo para mi día y noche!! ¡¿No eres mi luna?! ¡¿Día y noche solo mia?! ¡Es lo que más quiero, tenerte cerca, aullar tu nombre y amarte hasta que venga el amanecer!-

La cabra y el resto compartieron una misma expresion sospechosa. 

El gato en el interior poco a poco se colorea de carmín. 

-“Esta bien, ya no hables.”- rogó con señas. 

El perro para nada le tuvo piedad después de ser herido antes por sus palabras revueltas. 

-¡¡Porque te amo es que quiero que seas feliz, quiero que tengas amigos y todos te conozcan!! ¡Eres la luna, no puedo celarte cuando eres alguien que todos merecen conocer! ¡¡Porqué antes que mía eres tuyo y por eso quiero que brilles más allá de tu soledad!!- su sonrisa crece feliz por lograr decir todas las cosasvergonzosas que el gato le pide con los ojos que no diga. - ¡¡Porque te admiro, eres una persona muy hermosa, CatNap!!- 

Crafty lo sigue con un rostro condundido. Sobre todo al lograr salir con esa carrera del abismo. Llegando a ese valle abierto del bosque. 

-¡¡Porque no solo tú eres increible!! ¡También mis amigos lo son! ¡¡Todos son increíbles y las personas increíbles merecen salir a la luz del sol!!-

El frasco por ni se abrió justo en lo más alto sobre el bosque. Dejándolos caer al desaparecer el cristal en las mismas luces revueltas. 

 Bubba, morado después de todos los golpes qué le aguanto a la cabra, suelta un grito feliz al caer VIVO en las hierbas. 

Bobby aterrizó de puntillas con gracia. A su lado Kickin se estrelló de cara a su lado y Hoppy sobre su trasero. 

Picky cae lentamente gracias a un mandil guardado en su bolsillo. 

-Eso fue aterrador. - exclama ya en el suelo.-No lo volvamos a hacer. - lo aconseja sacando una manzana del mandil.-Picky Piggy no saldrá de la cocina por un mes. - 

La bruma CatNap cae muy lentamente.

DogDay corrió a su encuentro elevando los brazos. 

El gato al fin se materializa pero solo es para aterrizar sobre sus hombros y saltar al suelo de pie. 

El perro no le dio oportunidad antes de abrazarlo con fuerza. 

El grupo lo tomó como señal para reunirse en una bola de pelo. 

A unos metros la cabra aterriza de cuclillas. Enojada los mira a ellos y su casa destruida. 

-Casi te olvidamos. - la llamo DogDay. 

Las patas del gato aterrizaron sobre ella fijandola al suelo de sorpresa. 

-¡¡No me toquen, voy a hacer guantes de conejo y gato!! ¡Los empalare a todos y haré rostizados con ustedes! ¡¡NO ME TOQUEN!!-

El grupo la escucha con rostros diferentes entre su griterío. 

-Hay que trasquilarla. - amenaza Kickin, sacando una gran rasuradora oxidada de la nada. 

-¡Ven, para que seas mi gallinita personal!- amenazó con boca de preso condenado. 

Picky se cubrió la boca ante tal vulgaridad. 

-No. - le regaña Hoppy tirándole la trasquiladora. - ¿Han escuchado de la receta árabe con cabra inflada?- comenzó a acercarse a la cabra. 

-¡¡No es mejor que un sombrero de conejo!!- 

DogDay les detuvo interponiendo el brazo. 

-Como líder debería decirles que debemos acabarla pero esta es una caricatura para niños orgullosamente portador de la cortesía gratamente mostrada por todos los estadounidenses y debo ser amable. - camino hacia ella. - Barbacoa texana o gumbo. - pregunto sonriendo. 

CatNap lo empujo con la cola. Usando esta misma para detener a la cabra. 

-“¿Porqué hacernos esto?”- pregunto pacientemente.

La cabra bufo desviando los ojos a un lado. 

-¡Responde!- 

CatNap también mandó a volar a Hoppy qué había tirado una cubetada de agua sobre la cabra. 

-Ni que se fuera a derretir… uy…- Kickin retrocedió al ver a la cabra después de ser enjuagada. 

Bobby también se acercó a quitarle las plataformas de las patas, quitándole esos centímetros extra que la hacían más alta. Rebelandose lo pequeña que era en realidad. 

-¡Que no me toquen-! 

Picky fue la valiente que le quitó la máscara del rostro. 

-¡Son unos hijos de… - con una carita gris y una lana libre de las ramas atrapadas al igual que la mugre. Una pequeña oveja negra entrecerró los ojos tímida.  

-Chica… Eres linda cuando te bañas. - le apunta Kickin con un movimiento de cuello y cabeza. 

Picky por error le dejó caer de vuelta la máscara. 

-¡Cállate pajarraco horrendo! - 

Picky recuperó la máscara. 

-Sigue teniendo esa boca mala.- murmura preocupada. 

-Espera. - DogDay tomó la mascara devolviendole al rostro de la oveja. 

-¡Voy a matarlos a todos!- le quito la máscara. La devuelve. - ¡¡Todos ustedes son unos jodi- dejo de hablar al perder la máscara de nuevo. 

Bobby junto a Picky aplaudieron al entender lo que sucedía. 

-¡Es una introvertida!- 

-Hay que adoptarla. - apunta Hoppy feliz. 

La oveja no está feliz y menos lo está Crafty. 

-¡No me importa como se ve ni si es introvertida! ¡¿Qué te traes con nosotros?!-

Le devuelven la máscara para escucharla. 

La oveja apretó la boca antes de gritarles. 

-Todos ustedes son unos hipócritas, malos amigos pero aún insisten en ser llamados amigos cuando en realidad solo son un montón de tontos sin idea alguna de que hacer con sus vidas.-

-Eso. - asiente Hoppy. 

-Además de que no pueden dejar de presumir lo resuelta qué están sus vidas por ser amigos. Como si, como si hacer amigos ayudara en algo a lo sola que estoy… y ustedes se burlaran porque yo misma no tengo amigos. Solo porque mis problemas no desaparecen.-

El grupo se mira entre sí. Decidiendo hablar de todos la más introvertida. 

-Eso es estar vivos. Los amigos son nuestra compañía, niña. Debes entender que los amigos no solucionan tu vida pero la hacen más fácil de pasar. - le explica Picky con una sonrisa nerviosa. - Mis problemas no se solucionaron solo porque me reconcilie con Hoppy. Aun tengo una pila de platos por lavar y DogDay debe trabajar mañana. - 

-Puede que vivir sea difícil pero con amigos contigo cualquier cosa es más llevadera. - le repite el perro sonriendo al verla ser liberada por CatNap.-Los amigos no son herramientas, son la compañía y la fortaleza para el camino. - 

Este le mira con una sonrisa. Ofreciendo su mano. 

-Podemos ser tus amigos, ovejita. - le ofreció Hoppy contenta. 

La oveja estiró la pezuña hacia CatNap. 

Pegandole en la pata con el dorso de la pezuña al apartarlo. 

Paso entre ellos como una bolita de lana muy enojada. 

-Amigos, haré amigos pero no ustedes. Perdedores, con su edad y aun querieno mandarme como si fueran mis papás, tarados, tontos.. - 

Todos la observan ir con dirección al pueblo. 

-Le vamos a poner una orden de restricción, ¿Verdad?-pregunto Bobby. 

En coro. 

-Si/Sin duda/En cuanto vuelva a la oficina/Tengo que deshacerme del productor.- 

El grupo suspira caminado a casa de la mano algunos. 

-No me habían querido matar en mucho tiempo, jejeje, ya me parece un poco alucinante. - apunta Picky con timidez. 

Bubba y su ojo morado le sonríen. 

-Me voy a bañar. - 

-“Tengo sueño”-

 

 

 

 

 

 

 

Esa oveja negra camina con hombros caídos por las calles de ese pueblo. Esta muy enojada.

Se quedó sin casa. Esos tontos decidieron explotar y destruir los simientos. 

 Chocando con alguien al estar mirando al suelo. 

-Fijate. - 

-Debes ser una admiradora. - 

La oveja mira esa fotografia puesta en sus pezuñas por un chico raro. 

-Hola, tu ya debes saber mi nombre, guapa.- saluda estirando los brazos tras su cabeza con una sonrisa coqueta. 

La oveja lo miró con una cara tan contrariada como torcida. Porque lo que acababa de escuchar la superó en mil formas. Tan grandemente estúpido que su caminata se tuvo que detener para no ahogar sus neuronas tratado de procesar la profundidad de esta.  

Aunque a este chico, a esa mirada de vergüenza ajena le pasó por filtro y esta chica se veía tan tierna, tímida y cohibida como una pequeña pieza de porcelana en el frío. Tan bonita como figurita de abuela. 

La oveja hizo bola esa fotografía y la tiró contra su cara. Seguido le hizo agacharse a su nivel al halar su pellejo para verlo a la cara. 

-No vuelvas a molestarme, guapo. - le amenaza antes de dejarlo atrás. Buscando donde vivir hasta su muerte en alguna casa del valle contrario al de esos tontos coloridos. 

El chico se quedó atrás, levantando su fotografía arrugada. Entre las arrugas pedazos de su ego flotan con corazones de ojos locos.

-Oye… ¡Oye, no me ganaste, solo te deje ganar por ser una chica! ¡Una chica linda!-

-No puedes perder una pelea que no comenzó. - le corrige sin detener su camino. 

-Por eso deje que me ganarás. - responde sonriendo engreído. 

La oveja se regresó mirándolo fijamente. 

-¡Ayuda, esta loca!- 

La rana amarilla retrocede corriendo asustado aunque ella va simplemente lento. 

A su paso una pequeña chica de pelaje rosa cuelga en un poste de «Se renta, solo a gente sin cortinas» 

 

 

 

 

 

 

Comerciales. 

¡¡Gran fiesta de día de 5 de mayo!! ¡¿Quieres venir por tacos?! ¡Compra tus entradas qué incluyen visitas a nuestras nuevas instalaciones y muchas mas sorpesas!

Ventas limitadas hasta abril 29 de 1991

 

 

 

 

Esta cinta no le mostró nada de lo que sucedió durante esos seis años con Huggy Wuggy. 

Henry tuvo que aguantar el impulso de tirarlas a la basura. 

 

 

 

 

Notes:

Todo bien.

Chapter 65

Notes:

Hola, gracias por leer.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

Agosto de 1991 

 

 

 

 

 

Los niños pasaron un día tranquilo. 

Independientemente del estado de la comida o alguna de las otras precariedades esperadas para sus estados de vida. Reducido a menos que eso para los mas pequeños de la jerarquía. 

Relajandose en grupo dentro de una caja de cartón hasta que alguno de los gigantes les haga un llamado a través de otro de los conejos.

Disfrutando de un lujo de su colonia. Gracias a ese loco sistema de descansos impuesto por el líder de los sonrientes, Angela relaja el cuerpo lleno de nudos musculares junto a otros de sus compañeros. 

-¿A que creen que sepa el pulpo?- pregunta después de beberse una cucharada de jarabe de maíz.-Yo creo que debe ser bueno. - 

-No se como se te ocurrió preguntarte eso. - apunta otro conejo. Vestido con un sombrero de vaquero hecho con fomi y silicon por manos de algunos niños. 

-No creo que sepa tan diferente al camarón. - murmura otro conejo.

El primer conejo junto sus tres dedos haciendo una figura en las sombras. 

-Digo… Tiene pico allá abajo y eso también lo tienen los pajaros. Me da curiosidad. - 

-Raro. - le acusa un conejo. 

-Nunca lo hemos comido. - se defiende gruñendo. - No me imagino porque otra razón lo comería una persona. Debe saber bien, como pollo . - 

Dicha discusión viene de algo que vieron y tal vez no debía ser así. Algunas personas del exterior estaban almorzando en La Jugueteria alimentos mucho mejor preparados que los dispuestos a los niños. Una reunión qué parecía sospechosa. 

Ademas de injusto. 

Por las reglas de fingir se juguetes no podían mendigar comida, cosa que algunos ni se lo pensaron por sus pequeñas dignidades en agonía, limitandose a informar se estos banquetes a CraftyCorn. 

-No hablen más de eso, me da asco. - les regaña otro conejo.-Esas cosas tienen los ojos muy feos. - 

Sus voces no eran lo suficientemente diferentes entre sí. Solo les quedaba distinguirse por el tono en el que hablaban y sus gestos. 

-Hablemos de otra cosa. - les insta un quinto conejo. 

Angela apuntó algo que le rondaba la cabeza hace tiempo. 

-Creo que incluirán más pequeños a la línea. - 

-No, apenas logramos comer algo ayer. - murmura el primer conejo en un lamento amargo.-Los gordos esos, no dejan de acaparar la comida. - 

Las peleas por comida se volvieron más violentas desde qué CatNap empezó a sobrealimentar a su sección. Resultando en esos engreídos creyéndose con el derecho de inmiscuirse en la sección de DogDay. 

Eran un problema. Habían estado en lo más bajo y en menos de un mes ya estaban peleando por el control de toda la colonia. Tan exaltado que no pensaban claramente en lo que estaban haciendo y la comida fue más una víctima de la batalla qué algo que disfrutar por su culpa.

No sabían manejar el poder. 

Esa queja se quedó en el aire al sonar el reloj que habían instalado como su guía en la esquina de la caja. “Instalar” era una palabra demasiado elegante para el relog de muñeca pegado con silicona en la pared de cartón. 

-Bueno, chicos, disfrute de nuestra gran conversación sobre los picos inferiores de un pesado raro. - con una despedida relajada salta fuera de la caja. Esta se revela bajo una de las placas huecas del techo de Dulce Hogar. 

Saltando, Angela/Bunzo desde lo alto, usa los cables para deslizarse por encima de los visitantes. 

Su camino a vigilar es dejado por uno de sus compañeros trepando a cuatro este mismo cable. 

-Al menos 12 humanos están en la sección de juegos, son conocidos de tres visitas anteriores. - le avisa sin detenerse. 

Cada segundo dentro del cambio seria parte de sus descansos. 

Esto no serviría de no ser aplicados y el retraso de uno era imperdonable. 

Puede que un gigante no debiera tener poder sobre ellos pero no era posible aplicar ese deseo de libertad sin pagar por este. 

Si deseaban esos 20 minutos a solas debían proteger los veinte de su compañero con esa misma decisión. 

Un descanso a solas era, cuando menos, el respiro más necesitado para sus pequeños cuerpos. Reponiendose de humillaciones conscientes o no de su entorno. 

La presión de ser pequeños o en sí mismo este infierno. 

Angela adoraba acostarse panza abajo en esa caja pegada al aire acondicionado y comer tranquila lo que sea que su líder le entregará por un buen trabajo. Entonces, por su propia decisión y la influencia de su líder, entregaría esa misma libertad en las manos de sus compañeros. 

Como un acto de cariño. 

Ahora sus pasos la llevan, tras correr como condenada por los techos, a PlayHouse. 

Aterrizando con sus pequeñas y afelpadas patas en la punta de la carpa. 

-Ya me voy~ - canturreo su compañero al pasarla. 

Angela mueve la pata despidiéndose de ella. 

Observa al jardín. Puede ver a DogDay caminar hacia esta zona, PlayHouse, saludándola. 

Ella saltó a la orilla más cercana. Mismo lugar donde otros humanos, incluidos niños, se apiñaron para saludarlo o tomarse una foto con él. 

DogDay les saludo. Algunos niños alrededor incluso lo siguieron agarrando parte de su pelaje. 

El gigante los repele sobando sus cabezas rápido, cubriendo su boca al saludarles. 

-Vayan adentro, comeremos en un momento. - se los recuerda empujando a uno con los nudillos. 

Los niños tropiezan, ríen y lo empujan de vuelta antes de correr a la casa. 

Dog mira a estos irse en una clara competencia. Sigue el camino inicial hacia PlayHouse una vez algunos niños más se retiraron. 

De fondo una luz roja salto en alto.Venida de las puertas y linternas de Dulce Hogar. 

Habia un ataque. Algo estaba mal otra vez. 

Bunzo movió la cabeza, abriendo sus pequeños ojos de cristal, buscando a los otros sonrientes. 

Su sorpresa es grande al comprobar la ausencia de todos. Ni Hoppy estaba en su puesto. 

Mira de vuelta a este gigante. Ya lo tenia de frente. 

Este le atrapó dentro del puño. 

Llevándola a su boca. Bunzo gritó por impulso al entrar. 

Dentro hay pedazos de un humano. 

Con miedo se aferró a los dientes interiores al resistir el empuje de estos pedazos al exterior. Manchando se con la sangre que escapa con esto también. 

DogDay acaba de tirar un medio torso frente a todos los visitantes.

Los pocos niños que no corrieron antes aunque les pidiera que se fueran han sido testigos. Decidiendo escapar directamente a la casa. 

Enmudecidos como si de pronto su padre entrara borracho por la puerta , huyen a esconderse bajo la cama. 

El perro necesita que todos los niños se vayan. Decidiendo asustarlos. 

Bunzo en el interior cubrió sus oídos ante el rugido de este monstruo. 

Antes de sentirse volar. 

El gigante estaba corriendo. 

Mira con esfuerzo hacia afuera, cerrando como podía los ojos entre las salpicaduras de sangre y saliva. Sorprendida por la cantidad de sangre esparcida fuera de esta boca.

Dog estaba matando a los trabajadores uno por uno a punta de golpes y lanzarlos contra los muros altos. Sujetando maquinas y muros de hierro para lanzarlos directamente contra otros humanos más. 

El cielo azul de papel se llenó de rojo. 

Angela sujeta los dientes asustada. 

Dejo de ver esas partes conocidas de La Guardería. 

Pronto estaban dentro de las secciones de maquinaria. 

Los ruidos afuera. Los gritos de las visitas. 

El miedo de los niños y los trabajadores gritando se quedan atrás al entrar en esta zona controlada.

Un humano engenuo se planto en un pasillo. 

-¡¡¿Porqué mierda estas haciendo esto, perro imbecil?!!- 

-¡¡Deja de gritar y corre!!- 

La voz es conocida. Es ese humano que DogDay solía frecuentar a la hora de reponer o mover las flores por el lugar. 

Bunzo no esperaba que a este también lo agarrara y lo lanzará contra un muro. Escuchandose como los huesos de más de una parte de su cuerpo revientan contra el muro. 

Seguido a más de estos guardias los agarró destrozandolos con solo agarrarlos entre sus manos y aplastarlos como ramas secas antes de lanzarlos contra las paredes. Contra las cámaras. 

Bunzo tiembla. Incluso cuando la sacó de su boca. 

-Niña. - la llama mirándola de frente. - Mírame. - le pido tocando sus orejas. - Angela. - le insta. 

Ella asiente mostrando su atención con una mirada fija. 

-Te vas a ir de este lugar con Ryan… - suspiro mirando a este agarrarse las piernas rotas sin tener las fuerzas para renegar aunque lo deseaba claramente. - Hagas lo que hagas, no vuelvas Ryan. Ya no podré protegerte. - 

El humano sonreía un segundo antes de volver a palidecer. No logra ni burlarse de la supuesta protección de este perro. Protección qué es equivalente a quebrarle las piernas y unas costillas. 

-Mocoso... - logra decir pero solo eso sale de su boca antes de doblarse de nuevo. 

Una masa de carne molida cae por las paredes, recordandole cual era la otra opción y su torso ya no duele tanto. 

Con otros pensamientos, aunque la conejita no los pueda entender, DogDay acaricio a Bunzo por su cabeza y cuello. Mirándola con esas pupilas de plata casi apagadas. 

-Te dolerá mucho, lo siento. - murmura tomando con cuidado su espalda.-Si hubiera otra manera lo haría. Así que intenta perdonarme. Por favor, perdoname.-  

Bunzo cubrió su boca un momento antes de sentir como su piel fue desprendida de un tirón. 

El perro en un mismo movimiento arrancó una esquina de su hombro, colocándole en la misma porción que la herida de Bunzo. 

La herida en DogDay empezó a sangrar pero el conejo ya estaba completamente bañado en su sangre y ajena. Mirando al perro entre temblores. 

-El numero en este papel es de el celular que oculta Bobby. Nunca llames, se te llamara algún día o nunca, así que ni pienses en comunicarte con nosotros. - bajo agarrando al humano por el cuello entre los dedos. Este le mira tan pálido como enojado, temblando de dolor.. 

-Cuida de ella, por favor. - lo pidió dejándolo en el suelo.-Y muchas gracias por los dulces que nos regalaste en su momento, Ryan. - 

Este hombre lo observa dejando su boca abrirse sorprendido por esta sensación desesperanzadora. 

Como si un episodio de su vida estuviera acabándose al despedirse de este perro. 

Este chico raro se queda en el infierno. 

El último gesto que tuvo con Bunzo fue darle un pedazo de metal afilado suficientemente pequeño para sus manos pero tan grande como para cortar alguna carotida. 

Dejándolos solos al comenzar a correr. 

Ryan desvía los ojos de ese pasillo oxidado a la pequeña coneja a su costado. Encuentra esos mismos ojos fijos en él. Intimidado arruga el ceño. Ella actualmente era más que suficiente para matarlo. 

Bunzo corrió a esconderse a su espalda. 

Ryan perdió el poco color que le quedaba al sentirla subir por su espalda desnuda, quedando como una bolita en su cintura. Pisadas tan pesadas como ladrillos venían por un lado. 

Ryan se pegó al suelo pero el miedo no lo dejó cerrar los ojos sino apretar la boca en una línea. 

De sorpresa y no tanto, ese monstruo rojo de la superficie pasó por enfrente de su posición. Desapareciendo tan de golpe como apareció. 

Espero unos minutos. 

Los cuales de fondo fueron acompañados por un silencio incómodo. 

No un desastre o algo como una bala perdida sino un gran eco de silencio. 

Esa sensación era tremendamente desagradable para el. La inseridumbre de aquello que podría o no podría estar sucediendo. 

Aunque por fin fue interrumpida por la llegada de un grupo médico. 

Estos lo vieron y rápido lo subieron a una camilla. 

Ryan, gracias a sus años tiernos fingiendo ahogarse para no pagar en restaurantes, fingió estar mucho peor. Aunque tal vez exagero. Aunque así es el sistema médico de este gran país. 

-No podemos llevarlo abajo, el perro rompió las puertas del ascensor. - 

-Entonces ¿A dónde lo llevamos?-

-No se si debamos sacarlo, podrían molestarse si abrimos las puertas. - 

El conejito le picó con sus bigotes de seda. 

Ryan sus pitó antes de hacer algo estúpido. 

Comenzar a temblar y sacudirse sacando saliva como babosa en sal. 

-¡¡Convulsiona, convulsiona!! 

-¡¡Lo llevaremos a un hospital cercano, rapido!!-

A veces ser un cretino tiene sus ventajas. 

Este grupo se llevo al herido, el único vivo en toda la sección, sin miramientos en su propio temor. 

Perdiendo de vista ese pasillo y al grupo de niños que paso de la mano, con rostros preocupados de camino a encontrarse con el perro. 

 

 

 

La puerta de atrás de esta fábrica y de guardia Kissy Missy  en esta entrada les dio un susto pero ese experimento no abrió la boca incluso si pudo oler a Bunzo escapando con Ryan. 

Después de todo el código de barras en su lomo no activó las alarmas, y ella no delataria a ningun experimento. 

 

En la ambulancia los paramédicos le acomodaron los huesos. Primero le inyectaron anestesia pero las costillas y otras heridas les complicaba atenderlas con este hombre despierto. 

Uno de ellos decide dar la señal y colocarle la mascarilla. 

Ryan interpuso las manos. 

-No, no me duerman. - ordenó al notar como le intentaban sedar. 

El paramédico aún piensa en los problemas que se desarrollarán si este hombre se movía durante el tratamiento. 

-Señor, será mejor que nos permita sedarlo, esto le dolerá mucho.- 

Negó tirándole de las manos esa mascarilla. 

-No me dormiré.- lo determina con el pulso agitado. 

No. No les daría la oportunidad a los de la fábrica de llevarlo devuelta. 

La coneja se oculto en las patas de la camilla. Observando con ese filo en manos a los humanos que revisan al guardia del infierno. 

 

Ryan no espero a nada. Una vez estacionaron la ambulancia golpeó a ambos trabajadores con el desfibrilador más cercano. El hueso de su pierna hizo un feo chasquido al ponerse de pie pero la anestesia le salvó de sentirlo en su totalidad, logró ponerse de pie. Recuperó su camisa blanca. Observando la chaqueta de la empresa por más tiempo del que se dio cuenta. 

La toma volteandola con el forro hacia afuera. Junto con uno de los abrigos de los paramédicos. Por pura cortesía les tiro un billete de veinte a cada uno. 

-Vamos. - llamó a la conejita al abrir la ambulancia. 

Esta corrió subiendo a su espalda, bajo la ropa que está vez de verdad la escondía por su grosor. 

Ryan bajo de esta ambulancia temblando de frío. Un helado frío que viene del interior de su mente. 

Ojalá ser el protagonista de una gran película al nivel de Bruce Willis y andar como si nada con esa pierna rota pero no, el solo era un hombre de 50 años con una pierna quebrada y varias costillas fracturadas. 

Con mucho miedo, drogas y adrenalina en sus venas. 

Por el camino levantó algunas hierbas de los matorrales para untarse la ropa . 

El miedo no , terror a ser perseguido por Huggy Wuggy o peor aún Mommy, lo hacía cojear desesperado hasta la parada de autobús. 

Espero junto con una pareja y unos ancianos y una pequeña familia. Los cuales se le apartaron al ver el estado de su ropa y rostro herido. 

-Me asaltaron. - esclarecio apuntando su cara. 

Esto no les relajo. Aun lo miran como si acabará de escaparse de un zoológico o de algún set dde películas de vaqueros contra indios. 

Es lo malo de estar en esta zona y ser de su color. Al menos nadie le ha pedido que lea los huesos o

-Señor, ¿Eres un apache?- 

Es un niño. 

Mira de reojo a ese niño subido en las piernas de su madre más dormida que la bella durmiente con la cabeza del padre recargada en sus rodillas como si hubiera caído abatido por el cansancio hace rato, la única que cabía en el asiento de esta parada de autobuses muy mal adaptada era la madre con si hijo en brazos, llena de baba y el maquillaje que se esperaría en una madre demasiado ocupada para cuidarse. 

Movió la cabeza evitando hablar con este niño. 

-¿Te corrieron de tu tribu y por eso tu cabello es corto y no como el de los indios de la tele?-

 Ryan asintió volteando la cara a la carretera

El niño se distrajo al fin con sus juguetes. Claro que solo fue una vez lo dejo con esa desagradable sensación de soledad sobre los hombros. 

Este niño no era como los de La Guardería. No tenía ese aspecto apesadumbrado ni una tez amarilla por la falta de vitamina D. Tampoco había esa tristeza desgarradora qué todos en ese lugar cargaban. 

Este niño se quedará con sus padres y aquellos en el infierno continuarán en el infierno. 

Preguntándose qué pudo suceder para que este perro echara al suelo todos y cada uno de sus sacrificios. 

Cada una de sus metas y planes, esa desesperación por sacar a sus amigos y a todos de esa asquerosa jaula. 

¿Que diablos lo hizo tirar todo por la borda? 

-¿Qué diablos le van hacer a ese estupido?- murmura cubriéndose la cabeza con las manos. 

Se recargó en la única pared rompe vientos de la mísera parada, colocandose la capucha de la chaqueta en su cabeza y sacando un cigarrillo de la prenda que robó a los paramedicos. El humo sale de su boca y nariz, cubriendo su rostro esa nube gris. 

Solo este acto que se supondría hacerlo relajar fue su defensa. 

Defensa para no ser reconocido por los trabajadores que pasaron subidos en diez autos negros uno por uno con el destino contrario al suyo. Pasando tan rápido como esa calle lo permitiera. 

La nube de humo se fue con la brisa causada por la velocidad de estos autos con PLAYTIME co. en cada puerta. 

Ryan hundió el cuerpo contra esa pared. Sintiendo cómo el mundo volvía a girar cuando ese camión apareció al dar la curva al final de la calle. Cubriendo a esos vehículos con su enorme carroceria 

Bunzo en su pecho escucha como ese corazón casi se sale de las costillas y no paro incluso cuando logró tomar un asiento en el centro. 

El autobus los recogió en esa ciudad y el no bajó hasta el fin de la línea. 

Seguido subió al siguiente. 

Bunzo en su espalda observa por una esquina del cuello de su chaqueta al exterior por la ventana. 

En una estación de autobuses se comieron una hamburguesa de carretera. Angela devoró las papas fritas y los aros de cebolla sin olvidarse de robarse una de las dos carnes de esta doble con queso.

Ryan compró una chaqueta de la estación. Guardando el uniforme en una bolsa plástica. 

Los analgésicos qué compro no cumplieron con lo prometido y para su desgracia cayó rendido en el viaje. Volviendo al camino que este autobús recorre sin ser consciente. 

Bunzo decidió asomarse, cuidar del humano que la lleva. 

Fijando de nuevo esos ojos de cristal en el horizonte fuera de la ventana. . 

Sus ojos reflejan el bosque. 

Reflejo la tundra. 

Las nubes grises. 

La noche. 

Las estrellas. 

El amanecer. 

Al medio día. 

La tarde. 

Una noche llena de luces lejanas de colores. 

El océano. 

Angela nunca había visto el océano. 

 

 

 

Ryan llegó a casa después de dormir en el viaje de tres dias. 

Este miedo profundo al fin lo hizo regresar a casa. 

A esta reserva qué de joven juró no volver a pisar.

Lo cumplió por años. Muchos años, incluso si su padre murió. 

Llegando a evitarlo cuando su madre se despidió de este mundo. 

El no había vuelto a este lugar nunca en estos cuarenta años. 

Humillado y perseguido por el espíritu de la muerte, volvió a la frontera canadiense. A esa reserva fría pero que al pasar el tiempo en lo peores lugares posibles… La encuentra cálida. 

Ryan odia su antiguo hogar. Todo lo que vivió y experimento. 

Camino por el pueblo. 

Mucho más avanzado de lo que esperaba. Aunque aún olía a la sal del pescado conservado, a la medicina de algunos viejos y los perros mojados qué van por los basureros helados bajo el azote de una brisa húmeda. 

Viendo el camino al lago qué a unos kilómetros puede visitar después para conseguir peces. 

El poco calor en sus mejillas le abandonan conforme avanza. Observando al camino y el cielo plagado por las nubes grises. 

Al menos hasta que el sol le cayó de frente. Amanecía por fin. 

El sol estaba brillando hasta quemar. 

-Mierda. - suspira al bajar los ojos. 

El camino lo lleva a esa casa vieja. Su hogar de infancia. 

Es una casa jodida pero ahora su único refugio también. 

No podía entrar. Dejó la llave vieja entre sus cosas en la fábrica. 

Uso el codo para romper la ventana y abrir desde adentro con un brazo. 

Una vez esa casa estuvo abierta los recuerdos le golpean el rostro. Quedándose de pie frente a esta entrada. 

Como lo hizo el último día que su padre le permitió pisar esta propiedad hace tanto. 

Bunzo le sacó de sus pensamientos cuando saltó de su abrigo al interior de la casa. 

Ryan le siguió con la mirada. 

Esta conejita de 30cm, corrió por la sala vieja. Saltó sobre un sillón mirando a la tele apagada , lo miró y huyó sin gran esfuerzo por esas cortinas qué siempre se usan en su hogar , directo a perderse en esta casa llena de adornos antiguos. 

-Volteate, hijo de puta. - 

La muerte le susurra en la espalda antes de girarse y ver… 

A su tía. 

Ella le mira a los ojos, con ese rostro arrastrado por los años y las arrugas en su rostro dorado. 

-Rino. - murmura mirando ese rosto. Cariñosa como toda su familia, le empujó el labio con el cañón del arma. 

Si. Tenía la cicatriz de hace años bajo el labio. 

Las cicatrices de ser reconstruida su mandíbula después de recibir una patada certera en la boca que se tuvo que reconstruir. 

Una de las razones por las que dejó este lugar en primer lugar. 

-Hijo de tu puta madre, volviste. - estiró los brazos rodeandolo con esfuerzo por lo peque la que era esta anciana.-Mi hermana te debería dar una paliza. - 

Ryan le correspondió. Observando al vacío. 

Habia vuelto a casa. A esconderse como un cobarde o alguien con cerebro. 

Como sea. 

Abandonó el infierno y a sus habitantes. 

O… Solo fue salvado con dureza. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa conejita se esconde en su casa. Entre los animales de algodón o las muñecas de ramitas. 

Come algo y corre. Se adueña de las viejas esquinas llenas de figuritas de madera. 

Lo mira a escondidas o en las madrugadas la escucha encender la televisión y ver algunos programas infantiles. Jugaba mucho con los carritos. 

 

En este estado los smiling critters no son transmitidos. No son ni conocidos. 

No llegaron a ser populares entre los niños de una comunidad que con suerte disponía de señal telefónica.

Juraba que creía que ya habían dejado de retar se a saltar de un árbol pero aun puede escuchar a algunas mujeres perseguirlos muy enojadas. 

Los niños son naturalmente inquietos. Merecían poder serlo. 

 Entonces la coneja solo tiene las caricaturas de siempre a disposición una vez se aburre de espiar a los vecinos. La escucha reírse por algunos chistes de Bugs Bunny o Dafffy. Correr y esconderse cuando lo escucha. 

 

Comenzó a hacer algo por demás raro para su edad. 

Compro ropa para muñecas. 

La dependiente ue acomoda una fila de muñecas le mirara y juzgará por llevar ropa de muñecas sin una niña o puede que la presencia de una niña solo lo empeorara. El no encontró mejor forma de distraerla qué inventar una tontería. 

-¿Cree que si le agrado a la hija de una mujer soltera, ella me haga caso? - le pregunta a la trabajadora. 

Esta no esperaba tal cuestión. 

-Si quieres puedes llevarle comida y leche en polvo. - 

No esperaba que esa mentira le hiciera llenar el carrito con un montón de cosas que las mujeres que iban de paso le hicieran llevar para su intento de conquista. 

-¡Aunque seguro que también le encantaría algo para ella!-

Lleva sopa, arroz, harinas, verduras enlatadas y una caja de chocolates. 

Darle estas prendas a la coneja se trató simplemente de dejarlas en la misma bolsa en una esquina y no aparecer en la sala por el resto del día. 

La pudo ver vistiendo el suéter de motociclista , el único abrigo de su talla, una mañana que se detuvo a observar el jardín. 

Esta conejita al fin salió al patio a conocer el lugar y recoger flores en una bolita de tela que debió pertenecer a su madre.

Pudo haberse hundido en recuerdos sobre esa bolsa pero a la conejita la ve correr de pronto y tuvo que salir al descubrir que un ave rapaz casi le da caza. 

 

 

 

A los meses la conejita se acercó con una hoja de papel. 

Creyó que seria una demanda. 

Tomando la hoja la lee, aunque esa letra torcida apenas lo dejaba y tuvo que usar esos lentes nuevos que se obligó a comprar al volver a trabajar en una tienda de comida. Otra vez. 

Esta nota decía :

-“Paga por señal satelital”-leyó en voz alta. La mira y ella movió la cabeza demandante.-“Los vecinos te están robando la electricidad” - 

 

Al llegar los instaladores estos observaban de vez en cuando al conejo de peluche al filo de las escaleras. 

-¿No son de esa compañía del este?-

-Si. Me lo dio un compañero de trabajo, se supone que era para una chica. - 

-¿Y que paso?-

-Perdimos el contacto.- observa la computadora que trajeron en el camión. 

 

La coneja paso horas pegada al manual. 

Y más horas pegadas al teclado. 

 

No tenía idea si así era la cosa. 

Pero al parecer tenia una hija. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1994

 

 

 

 

Años después esa fábrica dejó de funcionar. 

-... Representantes de Playtime Co. No han hecho una declaración exacta para detener las funciones de su fábrica base en el país. - 

Ryan apenas acomodaba las nuevas latas de comida para perro de la tienda en línea que abrió para esta coneja fastidiosa.

Los dos detuvieron sus acciones, ella habiendo parado de reclamarle por pagarle demasiado al ciego que contrataron para mover cajas, y él harto de explicarle que no tenían que descontarle solo por ser producto dañado. Lo sabía al leer los garabatos revueltos qué esta chica escribía en un celular de horrorosa pantalla verde. 

Escuchando juntos la noticia que apenas fue una pasada entre las tantas de este estado alejado de cualquier empresa. 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996

 

 

Angela cumple, talvez, 18 años. 

Con 32cm de altura, menos orejas, y ochocientos gramos extras. 

Estos mismos rasgos de ella le hacen ir más rápido pero también es más ruidosa al correr de una habitación a otra. 

Lanzó una piedra, de las tantas que oculta para emergencias en esta casa, contra la pierna de Ryan. 

Este hombre mayor dormía en el porche con una manta de abuela y una biblia, la cual oculta alcohol, tirada en el piso. 

-¡Ya te dije que no me lances estas cosas!- reclamo con un grito. Esa pierna aun le dolía después de mucho tiempo. 

Angela mostró su celular horroroso, de los noventa, y una pantalla de color verde. 

Ryan vuelve a ponerse los lentes antes de leer esas letras borrosas. 

-“La fábrica Playtime co. Le invita a entregar juguetes ESPECIALES de la fábrica a cambio de una recompensa”-

Angela bajo el lector mostrando sus propias palabras. 

-“Ellos quieren repetir el experimento en el exterior”- 

 Bunzo coloco una mano en su propio pecho. Esta sensación canina le hacia temblar.

La fábrica debió llevar a muchos niños fuera y esto era la prueba. 

-No te llevarán. - aclara Ryan sacudiendole la cabeza.-Te pintaremos de gris y serás un conejo warner gordo. - 

Angela lo pateo antes de correr al interior de la casa. 

La risa de Ryan comienza una vez la vio encerrarse en su cuarto especial. 

Esa niña, tardó pero la reconoció como tal, era seria y distante pero muy divertida.

Casi como si no lo odiara. Como si no fuera alguien a quién aborrecer. 

-¡Señor, buenas tardes!- 

Ryan retoma su actitud relajada al escuchar a alguien gritando en el patio delantero. 

-Ya voy. - avisa haciendo la voz de viejo de siempre.-Debes venir por las latas de mostaza japonesa, te aseguro que son los 700 dólares mejor… Gastados.- detuvo sus pasos al ver a la persona al otro lado de la verja. 

Esta exhala al reconocerlo. 

Reconocerse los dos de frente. 

-Tu. - murmura Ryan, buscando el arma oculta en la pernera de su pantalón. 

Este hombre levantó las manos. 

-Señor, lo recuerdo. - exclameste hombre. - Tú trabajabas en el mismo lugar que yo... No, tu eras un guardia. - le mira de arriba abajo  fijando los ojos en su pecho. Donde debería estar el símbolo de la compañía. -De verdad es usted, señor.- murmura temblando de emoción al verlo.-Señor… Yo, Yo soy-

sacudió la cabeza antes de gritar. 

-Me importa un carajo. ¡¡Largo de mi propiedad marica!!-

Este hombre sonrió retrocediendo. 

-Señor… necesito su ayuda. Necesito saber que paso en ese lugar…- intenta explicarse.-Lo que paso con todos allá abajo. - 

Ryan escucha el eco de esas pisadas en el jardín. 

-Quiero que te largues, ahora mismo. - le ordena nuevamente. 

-No puede solo ignorar lo que sucede. No puede hacerlo. - exige agarrando la verja. 

Ryan tembló al verlo, al escucharlo. 

-No se que sucedió. No importa cuanto rebusque en mi cerebro.-sus lamentos los acompaña con una mirada agotada. - Ellos están juntando juguetes fuera de la fábrica pero no responden el porque, y las cintas que encontré están censuradas. - 

-Basta, no necesito que traigas mierda de Pandora hasta mi maldita casa. - 

-Tu eras amigo de alguien allá dentro.- recuerda. - Yo te vi hablando con él... Era grande. - 

Ryan sintió el frío caerle sobre los hombros. 

-Lo que tienes ahora es por ese amigo… Aunque yo no se quién era tu amigo.- miro al suelo de este jardín descuidado y lleno de males a alta con flores silvestres de color amarillo. Fijando sus ojos en la única pequeña flor azul.- Allá dentro está mi amigo y debo buscarlo. - 

Ryan aprieta el gatillo sin disparar gracias al seguro. Deseaba silenciar a este imbécil.

Seguir en esta ilusión. 

-Quiero ir con ese amigo mío, quiero encontrarlo y saber quién es. - 

Y aun así. Con las ilusiones que formó en este presente son tan frágiles que incluso uno de sus sentidos lo hace despertar. 

El aroma de el pan de un hogar cercano le llevó la vainilla al pecho. 

Dejándolo desarmado de nuevo bajo esa sombra helada y caliente. 

 

La conejita les observa entrar a la casa desde el segundo piso. 

Este chico era conocido. Era a un ingeniero que solía tirarles dulces cuando se acercaban. 

Era un tipo raro. 

Era algo que no debía estar aquí pero sus palabras le hacen recordar la vainilla qué incluso Angela extrañaba, pero el regresar le daba terror. 

Porqué DogDay le dio todas las señales para nunca volver a ese infierno. 

Un número de teléfono para recordarle que era una orden suya. 

Sin poder comunicarse para darle la señal de que tan pocas oportunidades le quedaban en ese lugar. 

La orden sin sentido de esperar una llamada cuando ellos no tendrían idea alguna de a qué número llamar. Dejándole claro a Angela que estaban perdidos. 

DogDay no la envío a nada más que cuidar de este humano. 

Y a ser libre. 

En ese momento mantuvo su promesa y sacó a quién pudo cuando la puerta estuvo abierta. 

Fue ella pero bien pudo ser su compañero. Si ella se hubiera retrasado en el cambio de guardia o si no fuera su turno. 

Estar ahora libre. 

En el césped real o bajo el verdadero sol

Solo fue un capricho del destino. 

Ella no quería regresar pero deseaba ayudar. 

Deseaba saber la verdad. 

Lo que sucedió con todos sus amigos una vez se quedaron atrás. 

 

 

Notes:

Multiplayer mod

Chapter 66

Notes:

Hola.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El callejón reluce ante el reflejo de una linterna policial. 

Resaltando en ese segundo, congelado en el tiempo y sus recuerdos, aquella mancha de sangre espesa en las paredes de cemento. Donde el cielo estrellado apenas era un matiz de acuarela por ser diluvio dentro de todas sus vivencias posteriores a este día. 

Solo la sangre y el cuerpo de Pedro en el suelo son claros como el primer segundo. 

DogDay, el gran monstruo, observa el cuerpo que ahora le parece pequeño y frágil. Porque este hombre no tenía una pierna, no comía y era adicto a cosas que lo estaban matando cada segundo de su vida. 

Al mismo tiempo, aquel niño de esa noche, Hobie, observa al mismo cadáver de más cerca. Tocando sin decoro lo que queda de ese rostro frío y destrozado.. 

-Recuerdo que pensé en comerme su cadáver. - admite el monstruo. 

Ese delirio llegado de la soledad y el hambre. 

Su madre tuvo que quedarse dormida y simplemente dejar de respirar tan solo unas horas antes que Pedro. 

Se quedó solo. Era un perro callejero. 

Hasta que estos policías entraron al callejón y lo arrastraron a la primera casa hogar. 

Este niño, el recuerdo de quién fue, observa el cadáver y lo mira, como si se dividieran los reflejos en una ola a la vez. 

-¿Crees que nos hemos divertido?- le interroga cerrando los ojos. 

DogDay pierde la vista en ese parpadeo.

-No tanto como quisiera.- lo apunta insatisfecho de tantas carencias y esfuerzos tan solo para comer una galleta. 

Al volver su vista debe presenciar algo que no era tan sangriento ni desagradable. Fue más un descubrimiento extraño para el pasado y el ahora. 

Es ese chico de tez oscura sentado en una bañera con el rostro oculto en sus manos. Dejando que su mente se llenará con esos sollozos ahogados. 

Bubba olía extremadamente mal. No era como el olor de otros niños. Él estaba muchos niveles por debajo de un humano cuando lo conoció. Asustado de respirar, aterrado por ser solo mirado y tan paralizado que solo se encogía en su propia orina al ser obligado a dormir en el suelo de una habitación aparte por sus problemas de sueño e incontinencia. 

Ningún niño se le acercaba ni para molestarlo. Solo lo ignoraban. 

Este niño grande estaba más muerto que vivo incluso si aún comía rápidamente, desperdiciando todo al vomitar un momento después.

DogDay no tiene el recuerdo de porque lo decidió ayudar pero podía ver esta experiencia. 

Cómo logró darle un baño y que ese niño comenzará a hablar. 

Escuchando el eco de un monólogo sobre las muchas fases de evolución de los dinosaurios. 

-Creo que solo quería que me enseñara a leer.- toca el mismo el rostro de ese recuerdo. 

Bubba era un chico muy lindo. 

El Hobie qué refriega el cabello enredado de ese niño lo mira a los ojos al estar cerca. 

-¿Si lo hubiéramos dejado en paz él se hubiera salvado de este lugar?- le pregunta a la vez que ese niño al fin le miró de lado. 

DogDay puede escuchar los gritos de este mismo niños años después. Entre las pruebas y la desesperación. 

-Desearía haberlo dejado en paz.- 

Hobie cerró los ojos cegado de nuevo a Dog. 

-¿Incluso si lograste muchas de tus metas con su ayuda?-

Lo piensa un poco, en Bubba y sus amigos. 

-Todos nos ayudaron.- lo declaró al volver a ver.-Bubba no es diferente de Hoppy. - 

El salto de una impresión a otra es tal que ya estaban los siete reunidos en el primer hogar que compartieron fuera de esta fábrica. 

Hoppy no era tan cercana a ellos al tener a su hermana menor consigo y Bobby los miraba desconfiada. 

-Fue difícil hacernos amigos. - su humor cae en picada a la melancolía. - No podría haber adivinado qué nos dieron esos nombres para esto… Yo solo estaba feliz de ya no ser tú.- 

Hobie dentro de su cabeza existe y no lo hace. Hobie es el original es quien es DogDay, es un reflejo con la máscara puesta. El disfraz hablando con la persona del otro lado. 

-Yo no quería seguir existiendo y me hice pasar por esa caricatura. - 

-Es difícil seguir el guión cuando nada a tu alrededor apoya tu interpretación.- 

-Como ir a un standup a contar chistes sobre interesarte en rebotar en la cama con la insatisfecha esposa de tu vecino de mesa en un privado donde todos se bajaron de camionetas sin placas.-

Dicha situación sucedió en realidad en el exterior y junto a las peores personas posibles. 

Esa vez recibió una paliza pero también consiguió dinero al robarlo de los bolsillos de uno de esos criminales. 

Ambos comenzaron a reírse. Esos veinte dólares no lo valieron. 

Oscuro. Desagradable. 

Humor contagiado por el cadáver de pie a un costado de DogDay. Riendo con esa boca sin dientes ni la parte superior de la cabeza. Recargado en su vieja muleta aplaude animando al niño. Animando al perro en cada broma de mal gusto proferida desde que lo conoció hasta su presente. Los ojos de Hobie se cierran entre sus risas para llevarlo de un escenario a otro. 

Siempre haciendo reír a más de una persona. Aunque él mismo no entendiera lo que significaban sus tonterías. 

Hobie al reírse cerró los ojos por mucho tiempo. 

-Sinceramente… quisiera estar muerto hace mucho tiempo.- 

Es difícil mantener los ojos cerrados ahora que al abrirlos solo sean una y otra de las peores experiencias que tuvo que sufrir desde niño, a ser un conejillo de indias y un monstruo. 

Por qué desecha lo que no le sirve ¿Pero quien lo guarda? No es Hobie. 

Son los dos. Reviviendo cada segundo de sus vidas el cómo han sido abiertos y desangrados. Humillados y transgredidas su entrañas por el metal de un bisturí.

Por la curiosidad de desconocidos. 

-¿Será qué en realidad somos unos cobardes por no acabar con nuestras vidas? Morir a este punto da más miedo. - 

-Tengo miedo de morir.-

Puede verse junto a Bubba en esa celda ya como esos monstruos. Ignorando las maquinaciones de los humanos. 

La posibilidad de asesinar a su pequeño Bubba, no le gustaba pero estaba listo para morir para salvarlo. Puede que fuera un cobarde desesperado por ser libre como fuera. 

Demasiado dependiente del resto. A la vez tan obsesivo que deseaba llevarlos consigo.

-No quieres morir solo y por eso tenemos a nuestros amigos.-

-Aunque ahora ellos no quieren vernos morir. - 

-Ninguno de ellos te lo permitirá. - 

Esos ojos cierran la luz fuera. 

-Talvez Theodore lo haga. - 

-¿Dejarte morir?-

Los túneles de esponja y cuerina los rodea en ese pequeño espacio. Donde puede revivir la sensación de esos labios o solo su risa nerviosa. Saliendo de una boca que huele a rayos pero es bonita. 

DogDay no puede más que arrastrarse pero sus manos llegan a tocar al niño de sus recuerdos. 

-O vivir.. Ya no se si quiero morir, no si vivir me ayudo a conocerlo.- suspira al ser mirado por ese recuerdo.-Vivir me llevara a estar en su vida hasta que todo acabe. - 

El niño suspira. Con ese perro reflejando sus delirantes sueños. 

-Quiero vivir. - acepta su anhelo sobre su futuro. - Quiero vivir junto a ti. - declara recargando la cabeza en el suelo. - Quiero que nos quedemos juntos hasta cien años. - 

Ese recuerdo es tomado en brazos por su propio ser del pasado. En un abrazo celoso cargado con sus más indecentes pensamientos. 

Porqué en un segundo vuelven a la celda donde perdió el asco a su cuerpo al encontrar el placer en esas pupilas. En el cuerpo del otro y su vergüenza sube por su cabeza. Lo obliga a mirar al suelo, a donde no encuentren su vergüenza y su alegría contenida. 

-¿Porqué puedo saber qué el se arrepiente pero aún recordarlo con tanta felicidad?- su voz delata cuánto quiere reírse. Satisfecho con el presente. Con estas acciones y cómo van hacia adelante. 

-Debe ser porque somos unos cretinos y tal vez también un mal novio. - apuntó este recuerdo a las posibles razones para ser rechazados.-Si el supiera lo que pensamos seguramente no volvería a dejar que le pongamos una mano encima nunca más. - 

Aunque adora esa voz quebrándose y resonando en su cerebro como si un desfiladero estuviera cayendo desde lo alto. Le encanta, Theodore le encanta.

-Si ahora somos de plástico podremos pasar más que cien años juntos. - ese recuerdo sonríe. - Podríamos nunca morir si salimos de este lugar y logramos escondernos. - 

Esa voz tan cavernosa y su personalidad taciturna. La forma única en la que se esfuerza cada día para lograr encajar a pesar de su gran estatura y hacer felices a las personas en su torpeza. Una persona que nació fuerte pero no por dentro. 

Lo hacía sentirse tan emocionado por verlo crecer y cambiar. 

Arrepentirse por no haber sido capaz de proteger su humanidad. 

-Creo que solo puedo arrepentirme de no haber podido salvarlos. - 

-Aunque hiciste todo lo posible por recompensar tus errores.-

-Aún no es suficiente.- en su sopor mira sus manos. Descubriendo la gran cantidad de sangre en estas. Desde las garras qué no debería tener a las grandes manchas de sangre a su alrededor. Sangre de cada una de las víctimas qué cayeron a su alrededor. 

Al mirar más abajo su cuerpo lo encuentra a la mitad.

-¿Cuantos pecados cometí en mi anterior vida para llegar hasta aquí?- Esa duda sube por su columna. Observando la sangre moverse hacia su torso abierto, tomando lentamente la forma de las manos que recuerda y otras que no.-Mate a muchas personas y dejé que más fueran llevadas al infierno qué compartimos los monstruos. - 

Sus manos son agarradas por ese recuerdo suyo. 

No. 

Al mirar arriba es DogDay quién lo sujeta por las muñecas, evitando que pueda detener o huir del avance de esas manos hacia su torso infantil. 

-Yo también me lo pregunto ….-este recuerdo de su propia vida gira, observando al perro en la misma situación por ese niño que fue, que era y no dejaría de ser después de estar atrapado en este montón de plástico y carne .-¿Cómo me dijiste que nos llamamos?- preguntó. 

Crucificado él. Su reflejo. 

Su pasado y el presente. 

Este niño. 

Este perro pequeño le mira directamente. Al fin el niño y el perro se ven como iguales.  

-Creo que nuestro nombre pronto ya no importará, amigo. -  

Las manos entraron por su torso abierto

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No había más que flores de colores en las esquinas de recuerdos rotos por acciones propias. 

Dolor y rencor acumulados bajo los puños de su pasado, resintiendo el presente. 

Estos pensamientos le recorren al despertar en su celda. 

Este sueño fue agitado. 

Con su gatito sobre el estómago y su amiga roja abrazada a su costado.    

Tiene tortícolis otra vez y lo estaban ahogando con el peso de sus lindos cuerpecitos. 

-Va ser un mal día. - suspira frotando su rostro con la palma abierta. - Un muy mal día.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre todas las flores que me has dado , esta tú veneno

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus amigos y él salieron de la celda silenciosos. 

Algo no se terminaba de sentir bien. 

Estaba en problemas. 

Es una sensación tan asquerosa como esa vez con las chicas y los trabajadores. 

Sus orejas grandes las mueve inconscientemente al mirar alrededor. Busca esa presencia pero están en todos. 

Camina por los jardines observando las vistas. 

Escuchando los murmullos de los trabajadores. 

Se llevaron a Picky. 

Se llevaron a Bobby. 

Kickin fue el siguiente en desaparecer. 

Hoppy lo siguió. 

Debe dar por hecho que a Bubba y Theodore también al no encontrarlos en sus secciones. 

Se cansa la vista con los ojos fijos sobre las figuras de piedra de sus amigos. Las frías piedras. 

Su propia estatua. 

Esa sonrisa estúpidamente inocente. 

Esos ojos vacíos lo miran de vuelta, su reflejo. Deja caer los hombros con un suspiro. 

-Voy a morir. - suspira ese pensamiento pegado a la inquietud de su espíritu cándido. 

Puede sentir esa falta de peso y el frío en los huesos.

Como ese día en la guardería. Cuando ese hombre lo mató. 

Vuelve a sentirlo. La soledad. 

Lo acompaña el mismo espíritu indiferente. El dolor en su espalda y ojos. 

Era hoy el día cuando todo acabaría. 

Debía sacar hoy a sus amigos. 

No podía esperar. Fuera como fuera, los sacaría . 

-DogDay. - 

Sus ojos bajan a un costado. En donde un par de guardias le llamaban. 

Los observa y ellos también a su figura. Ahondando este silencio por un minuto fijo donde solo eran figuras entre muchas otras. 

Ese espíritu inquieto lo acorralado. Estas tres figuras. 

Alguien morirá hoy. 

- Debes venir con nosotros.- logra decir el mayor sin dejarse amedrentar por más tiempo. 

DogDay miira a los niños aún presentes.

No deseaba dejarlos atrás. 

Sigue a los guardias sin ningún sonido extra. No saludó ni intentó hacer indagaciones. 

Hoy no era uno de esos días donde se crea intocable. 

Caminando junto a ellos escucha los murmullos. 

Escucha lo que sea que lo lleve hoy a su muerte. 

Camina con la cabeza baja. 

Ahora mismo media cada paso y a donde iban, a donde debía correr y cuántos trabajadores podía llevar consigo para hacerlos abrir las puertas. 

-DogDay, es bueno verte aquí. - 

Levanta la mirada al llegar a esta zona de metal sobre el ascensor. 

Los ocho fueron reunidos. 

La araña, la tortuga y los monos les acompañan. 

Con una buena cantidad de empleados incluidos. 

DogDay revisa la habitación. Los humanos se ocultan sobre su cabeza, al otro lado de un gran cristal alto. 

Sería una pérdida de tiempo buscarlos. 

No nació el interés por saludarles. Simplemente bajó y subió la cabeza al reconocer la voz de aquel al que todos los empleados llamaban jefe. 

-Tan educado. Siempre eres muy caballeroso. - le felicita esa voz con falsa algarabía. 

Mantuvo el silencio de su parte. 

-Amigo, aquí tus compañeros tienen algo que decir. Tal vez sería bueno que lo esclarezcas. - 

Los sonrientes pasan los ojos de uno a otro. Tan confundidos como las criaturas de la superficie traídas a esta extraña reunión. 

Afuera las visitas continuaban y los niños estaban presentes. 

Era imposible que esto no fuera una amenaza para los sonrientes y su abnegación hacia esos pequeños.

DogDay movió la cabeza, aceptando escuchar. 

Un empleado delata al primero en hablar al darle una palmada. 

Esto se repitió con un segundo. 

-DogDay se confabulo con empleados de seguridad y administración para dispensar algo extraño a visitas.-

Lo que le impresionó para nada, de ninguna forma, fue que supieran sobre sus crímenes. 

Fueron quienes hablaron. 

-¿Porqué ustedes?- pregunta sin poder contener sus dudas crecientes. Su voz tembló junto con sus manos apretadas en puños. 

Esta sensación lenta y dolorosa era conocida. 

Ya la había experimentado hace muchos años. 

Cuando despertó y el dinero para la medicina de su madre desapareció junto con su hermano. 

La traición es como cortarse y derramar ácido helado sobre la herida. 

DogDay la conoce. 

No le gustaba. 

-El nos guía a intercambiarlas por dinero, más de uno de los trabajadores presentes son consumidores.-

El director de la escuela estaba presente y su mal estado era visible pero el resto no pudo ocultar su miedo. 

-Lo hace desde hace años. - 

Sus ojos se fijan en ese rostro frío y el que no se atreve a mirarlo por mucho cuando sus ojos se encuentran. 

En Theodore y Kickin. 

En ellos dos juntos hablando en su contra. 

DogDay bajo la mirada al suelo. Oscureciendo sus pupilas plata a puro negro. 

-¿Es eso cierto, DogDay?- interroga el mismo hombre. 

El silencio continúa. 

 

Mommy abrió la boca sonriendo al entender lo que estaba ocurriendo. Lo que en sus narices estaba pasando no tenía precio. Sus ojos buscan a sus compañeros con esa gran sonrisa y sus ojos abiertos al límite apenas se mantienen dentro de su cabeza. 

Huggy retrocedió. Retirándose sin esperar ver más de esto. 

Los guardias qué lo trajeron no escucharon qué se le deseara retener así que lo siguieron con rostros nerviosos. 

Boxy permaneció indiferente. 

Ocultando sus nervios al mantener las garras en el interior de su caja. 

 

 

Kickin apuntó al resto con la mirada baja. 

-Como el líder nos ordenaba participar y más de uno de nosotros fue obligado por él. - declara con los ojos pegados al suelo. - No podíamos hablar, no sería bueno para nosotros. - 

Dejó de moverse al cruzar sus ojos con DogDay. Bajando la cabeza una vez terminado. 

-Si hay dudas aún hay más empleados coludidos con el hecho. - añade CatNap.-Ese de ahí, es malo. - apuntó al director. - Estos sacan todo y hay más en el exterior.-

El grupo mira a ambos con los ojos abiertos y temblando. Vigilan a los monstruos de la superficie y a los trabajadores. 

DogDay esta vez levantó la mirada. Fijando los ojos en ese gato. 

Ese que apenas hace unas horas estaba recostado en su torso y pasó la noche ronroneando a su oído. 

-Di más. - ordenó chasqueando los dedos.-Sigue hablando. - ordenó esta vez a Kickin. 

El ave se agarró la boca sin levantar el rostro. 

CatNap movió las orejas, agachándose un poco ante su actitud fría. Cubriendo al ave con su cuerpo. 

Aquel adulto en el compartimento seguro hizo una pregunta. 

-¿Alguno de ustedes quiere defender a su líder? ¿No es mentira lo que dice su compañero?-

 DogDay espero sin apartar los ojos del par que abrió la boca. 

Esa sonrisa no ayudaba a entender lo que había en sus ojos. No podían saber que estaba pensando o sintiendo. 

Ninguno habló. Manteniéndose en silencio y sin moverse. 

Hoppy bajó la cabeza y Bobby no hizo más que seguirla. 

Bubba levantó la pata. 

-Es verdad. DogDay nos obligaba a servir y seguir las órdenes de un humano aparte. - apunta mirando al perro.-No sabemos quién era pero habían muchos trabajadores de la estación en esto. - 

Los empleados comenzaron a batallar con sus ganas de huir. 

Las criaturas de la superficie lo están pasando interesante. 

-CraftyCorn, Picky Piggy, Hoppy Hopscotch y tú Bobby BearHug… ¿Es verdad todo de lo que acusan a su líder ?-

La interrogante fue dejada caer. 

En realidad pudieron haberlos encerrado he interrogado por separado pero esto era interesante. 

Es necesario. 

El jefe sabe algo de las personas. 

Sabe algo de estas mascotas. 

Exactamente, sabe algo del perro en la habitación. Algo que necesitaba echar en cara a estos empleados. 

 

Catnap levantó la cabeza al escuchar el tartamudeo de la osa. 

-El nos obliga a llevar esas cosas y no deja de amenazarnos. - 

-A veces peleamos pero Bubba lo defiende. - 

-No queremos hacerlo pero él nos amenaza. - 

-Dijo que nos mataría si llegábamos a desobedecer. - 

Una tras otra hablo mirando al perro fijamente. 

El recinto se llenó de silencio. 

Seguido de la risa de este gran jefe desde el segundo piso y por la radio. 

Los empleados tiemblan aferrándose a su fe para no comenzar a llorar. 

Esa risa resuena por encima de sus cabezas, dentro de sus cuerpos como la personificación del horror profundo. 

Ese perro levantó una mano. 

-Debo ausentarme un momento. - avisa volteandose de camino a la salida. 

Esa risa se detuvo mientras el perro se retiraba a paso firme. 

-¿Está escapando?- pregunta la asistente a la espalda de Ludwig. 

Este anciano afila esos ojos viejos en dirección a ese pasillo. Recordando que por eso podían llegar a su ubicación segura. 

-Cierra las compuertas. - le ordenó sin moverse de su silla de ruedas a su linda asistente. 

Ella corrió a poner el código de las compuertas antes abiertas. 

El anciano hizo la señal para que el controlador cambiará las pantallas a las cámaras de La Guardería. 

Observando como ese perro tranquilamente se dirigió de vuelta a esta. 

Otra persona habría pegado el grito al cielo tan solo al verle dar un paso fuera de esta sala de control pero él, sí él con sus años de vida, siente la curiosidad de todo anciano en búsqueda de algo nuevo y divertido. Dejando que este perro se pasara un poco más por este lugar, para tortura del resto de empleados . Tan solo para saber qué haría ahora. 

Un empleado fue necio y trato de hacerlo regresar, sin orden de ningún superior, antes de llegar a salir de la zona de máquinas. El resultado fue ser sujetado por la cabeza y mordido por el centro del torso, exactamente por las costillas. 

Dejando a este en el suelo terminó con su agonía al pisarlo sin detenerse. 

Bien era una persona o una lata de cerveza vacía. 

Como si la sangre de ese humano fuera su última bebida. 

Este perro caminó por La Guardería hacia PlayHouse, no a Dulce Hogar o mas seguro aun La escuela donde podría conseguir como defenderse, este perro fue a ese espacio de algodón y cuerina a saludar a algunos niños. 

Comiéndose a un pequeño Bunzo. 

La asistente se muestra sorprendida por la tanta naturalidad que tuvo para llevarse a uno de sus compañeros a la boca. 

Ignorando la muerte de ese trabajador descuidado. 

Seguido lo observaron comenzar a matar a los empleados más cercanos. 

El horror que cruzó su rostro bajo el frío brillo gris de la pantalla solo se acompañó con el eco de los gritos de adultos y niños.

-Llamaré a los guardias de la sucursal exterior. - avisa corriendo a tomar el teléfono de la pared. 

Entre su apresura escucha algo dentro de la cabina, a su jefe. Con el coro de los aplausos.

-¡¡No puede ser!!- comenzó a reírse este anciano entre temblores. -¡¡El maldito está borrando la EVIDENCIA!! ¿Puedes creerlo? ¡No ha tocado a ningún visitante!- su risa acompaña el sonido de la respuesta al otro lado del teléfono.- ¿No es esto demasiado para este animal?- 

La asistente aspira antes de hablar. 

-Envíen a seguridad a La Guardería, un experimento se rebelo. - 

El anciano continuaba riéndose a carcajadas a su espalda. Sin importarle si enfrente de él ese monstruo hacía pedazos a golpes a sus empleados. 

 

 

 

 

DogDay dejo a Bunzo con Ryan. 

Ese hombre sería el único al que le tenía piedad y no pudo equivocarse tanto. 

El estúpido hermano de Bubba se tuvo que encontrar con él en toda esta basura de situación. 

Este hombre viste de conserje, claro que sí, observandolo lleno de sangre y caminando hacia él. 

A su compañero las piernas no le fallaron y corrió dejándolo atrás. 

Niko dobló las rodillas mirándolo aterrado, este monstruo no tan grande como su hermano pero no por eso era pequeño. Arrancó de paso un letrero de la pared, lanzándolo con una mala puntería pues solo logra partirle medio torso y dejarlo caer al suelo con los intestinos cayendo de ese torso abierto. 

Los gritos de ese hombre suenan y Niko comienza a temblar fuera de sí ante el pánico. Cubrió su cabeza con los brazos. No ayudó en nada cuando este perro lo pateó contra una pared. 

Entre las estrellas que ve y la sangre que comenzó a caer de su cabeza al romperse el casco y cortarlo, puede verlo seguir adelante. tomando la barredora del suelo con las manos. 

-No vuelvas nunca a este lugar. - le ordena antes de lanzarla directamente contra la compuerta del ascensor.

El eco del hierro y el acero chocando lo hace temblar en su lugar. Respirando con esfuerzo mientras el monstruo lo observa una última vez. 

-Bubba no necesitará tu carga pero si lo quieres ayudar hazlo desde afuera. Solo debes esperar.- 

Niko aprieta la boca doblándose en una bola ante el dolor de su torso y falta de aire. Preguntándose porque incluso en esta situación este perro se preocupaba por su hermano. 

Definitivamente era un mejor hermano que él mismo. 

Lo último que vio de él fue como sigue por encima de su compañero aplastándole la cabeza de paso. 

 

 

DogDay tiene un tiempo limitado. 

Debe borrar a los empleados que sepan cualquier cosa de las flores y quienes las sacaban de Dulce Hogar.

No podía permitir que este negocio acabará. 

Si lo matan debía quedar en manos de alguna de las criaturas. Necesitaban este naufragio.

Aunque Theodore no lo comprenda o Kickin decidiera seguirlo. 

 

Sus pasos se detienen en el centro de los pasillos del sector de máquinas. 

Observando al gato al fondo de esta. 

A todo su grupo acercándose lentamente por esa dirección. 

Triste. 

No podía dejar de sentirse triste. 

Un sopor lejano. 

Como flotar en el agua aunque esté ardiendo de dolor o su mente deseara irse de nuevo a ese limbo oscuro donde estaría a salvo de la realidad. 

No. No. 

Definitivamente desea demasiado seguir adelante con sus últimas acciones a favor de sus amigos. 

Kickin fue el primero en ir por él, intentando arrancarle los ojos como un gallo lo haría. 

DogDay lo agarró en el aire lanzándolo en un giro contra las máquinas. Resultando en el estallido de vidrios junto a la más cercana. 

Crafty. 

Ella mira al vidrio solo un segundo antes de ser pateada por el perro. Clavándose en el metal. 

Sus gritos de dolor fueron el detonante para Hoppy. Saltando para patearlo desde abajo. 

El perro recibió la colisión directo en la espalda, cayendo al suelo saltó a fuerzas agarrando las piernas de Bobby para tirarla y ponerla frente a la siguiente patada. 

Estas dos cayeron al suelo al escapar el perro. 

Dog aún no se ponía de pie al recibir el golpe de las dos patas delanteras del elefante sobre la espalda. 

En respuesta, para el miedo de Picky qué se había mantenido apartada, del suelo levantó los vidrios golpeando con estos en su puño a Bubba directo al rostro en un corte desordenado sobre la boca y ojos. 

Lo empuja pasando por un lado de Picky. Ella gritó agachándose para evitarlo sin tener ni una mera pizca de interés en pelear. 

CatNap lo siguió. Después de haberse paralizado durante toda la afrenta. 

Paso a paso lo siguió sin llegar a correr. 

-¡Espera!- lo llamó tratando de alcanzarlo. 

Picky desde atrás lo tiró al suelo sujetando sus patas traseras de improviso. 

-¡No vayas!- le pide con la voz rota y llena de lamentos. 

CatNap mueve las patas pero ella continúa sujetándolo, arrastrándolo de vuelta con el grupo. 

-¡¡Lo hago por Dios, es por Dios!!- la voz del gato resuena. 

Picky no lo deja seguir a DogDay. 

-Deja de pelear,puto pedazo de mierda. - le advierte en un murmullo o enojado al tenerlo lejos de la puerta. 

 

 

El último de los empleados es uno de los fontaneros de la sección. 

Lo observa aplastado entre sus manos. Lo que fue un humano. 

-Con este son 112…- suspira bajando la mirada al piso. 

Era un número tan grande y aun sentía que faltaban. 

Faltaban demasiados. 

Faltan los científicos. 

Los médicos. 

Los policías que lo trajeron a este lugar. 

Las niñeras duermen tranquilamente mientras los cortan en pedazos. 

Las visitas que vienen a reírse de ellos y jugar con los sueños de los niños. 

Las pequeñas cosas que nunca pudo hacer allá afuera. 

Había muchas deudas por cobrar. 

-Oye. - 

Sorpresivamente relajado este monstruo rojo fue el primero en llegar a su encuentro en esta zona. 

Le mira hacia arriba al haber tenido que correr varios pisos abajo en la zona oscura de La Guardería. 

-Mommy también te busca. - le avisas solo eso. 

-Entonces es un gran tiro de suerte que llegues tú. - camina hacia el paso a paso por esa escalera. De cinco en cinco. - Debes llevarme tú. - 

-Suenas como una reinita engreída. - murmura enojado. 

Enojado porque este estúpido 

-Mañana habrá un desperfecto en la zona de agua de tu sección. Ese hombre llegará ahí solo. - 

Boxy deja salir un gruñido ahogado. Uno que iba a ser el reclamo por incumplir su trato. 

-Bunzo llegará también. - 

El monstruo rojo abrió las fauces. 

-No, ese imbécil-

-Tu hermana es como nosotros, solo necesita tener la oportunidad de hacer justicia o vengarse, y tu no puedes quitarle eso.-

-¿Cómo puedes saberlo? ¡¿Como mierda te atreves a decidir por mi hermana?!-

-Le pregunté a mis amigas y ellas piensan que eso sería lo mejor. - observa al exterior. - Lamento si no es acorde a tus necesidades pero no me queda mucho tiempo. - 

La presión de la situación les llega al escuchar el correteo conocido en el piso superior a ellos. 

Mommy no tardaría en llegar a ellos. 

-Cuando muera, ¿Podrías tener piedad de mis amigos?- 

Boxy gruño abriendo y cerrando las garras. No lo comprendía. 

A este perro lo estaban traicionando, lo entregaron a manos de los humanos y las otras criaturas. Lo que le pasaría sería doloroso. 

Seguramente humillante. 

-No te mataran. A lo mucho se te harán pedazos y te lisiaron. - le resta valor a la situación.

DogDay no tiene ninguna respuesta para ese tipo de consuelo nervioso de Boxy a su persona. 

Un consuelo igual que hace años en la celda. Tan seco como temía sentirse. 

-Siempre me has dado miedo. - murmura cortando la distancia con esta caja. 

Boxy levantó los brazos al ser atrapado por la caja, sintiéndose terriblemente extraño al ser tirado hacia adelante en un abrazo comparable al hombre alambre abrazando a la mujer musculosa de algún circo de fenómenos. Horrible y deformes. 

Observa esos ojos de frente. 

-Lo lamento. - suspira mirando ese rostro más desdeñosa que cualquier otra cosa presente en esa cara.-Creo que el problema siempre fui yo, ¿Fueron mis acciones las que no permitieron que fuéramos amigos?-

-Basta con eso, estás siendo demasiado raro. - 

-Tengo miedo.-

Boxy no mira esos ojos una vez lo oye, esa sinceridad. 

-Tengo más miedo de morir que de tocarte, creo que es bueno … En realidad Bunzo decía la verdad cuando dijo que eras el más guapo después de mi. - lo dejo ir retrocediendo un paso. 

Boxy frunce el ceño. 

-Estoy seguro de que el guapo, mas guapo soy yo.- 

Dog no puede contener un par de carcajadas al ser descubierta su mentira. 

Terminando como inicio. 

Dejaron un momento de silencio para cambiar su estado de ánimo.

Seguido por una gran mordida del perro al monstruo rojo en su cuello. El cobró por su propia mordida. 

 

 

 

 

Entregar al perro fue traerlo con una pierna faltante a causa de la pelea qué tuvieron. 

Este imbécil, con certeza para Boxy, llevaba las mentiras al límite una y otra vez. 

Escupió la pierna en el suelo y tiró al perro después de haberlo arrastrado. Hasta ahí. 

 

No se sentía tan mal como se veía. Los experimentos lo habían dejado peor pero estaba cansado. 

Aburrido en muchas formas. Además de que seguro ahora vendrá la parte difícil. 

Tal vez ese rasgo malo de su carácter descarado le estaba pasando factura y solo le daba fuerzas para mirar a todos desde el suelo con un rostro aburrido incluso si le faltaba un pedazo de oreja y la pierna. 

Todos reunidos. Incluso su grupo con esas heridas frescas en el cuerpo. 

Mommy cayó desde arriba sujetándolo con sus extremidades en la espalda. Observando la cara rosa a un lado de su rostro. 

-Nunca quise decirlo, pero hueles muy bien, perrito. - le murmura con una gran sonrisa. - Lastima que no sea suficiente para que tus amigos no te traicionaran… Uhum.- su risita suena sobre sus tímpanos. Burlona y verdaderamente altanera. - Tanto que te gustaba jugar al líder todopoderoso, al intocable que tiene todo calculado… - 

Dog dejó salir un gruñido y un grito al ser mordido su cuello, no sin consecuencias. Perdiendo un pedazo de pelo y carne , la araña le dio este mordisco tragando rápido. 

-No sabes a lo que hueles… Solo sabes a carne cruda.- suspiro sin molestarse por la sangre en su boca.-Es como cualquier otro idiota. - 

La mordida se repitió. 

Ni Dog sabía cuantas veces pero la araña se llevó un pedazo a la vez. 

No paró de gritar.. No podía dejar de hacerlo. 

Callando las voces dentro de su cabeza. Esas que lo llenan de resentimiento. 

Las que entran en pánico desde el fondo. Furiosa. 

Este no era el final, esto no acabaría solo porque ella le arranque la carne ni le mastique los huesos. 

 

 

 

¿Porqué Theodore le hizo esto? ¿Porqué sus amigos pensaron en traicionarlo ahora? 

¿Qué fue lo que hizo que decidiera Kickin hacer esto? 

 ¿Como Theodore pudo dormir a su lado mientras pensaba en traicionarlo? 

 

 

-Sinceramente estoy sorprendido por lo que has hecho.-

Mommy dejó de comerlo tan solo porque esa voz la asustaba y la hizo esconder la cabeza tras la suya. No lo suelta, aprieta sus extremidades. Observando las armas qué llegaron hace muy poco. 

Doblando las rodillas como un preso de guerra, su cabeza cae directo contra el suelo, seguido Mommy lo endereza asustada al ser mirada directamente por esos viejos ojos vacíos. 

Todo fue rápido. Pareciendo una simple reverencia lo que fue este revoltijo de contradicciones. 

La cola del perro se mueve a su espalda levantando el polvo. Olfateando entre la sangre de su propio cuerpo esta pequeña muestra de fuego amargo. 

La nube de humo de algo que conoce llegó a su rostro. Seguido de esa colilla pegada a su nariz. 

Duele. No como cuando era pequeño y le quemaron el rostro. No. 

Esto fue muy superficial. O puede que la costumbre dentro de los laboratorios le quitará la sensibilidad necesaria para sentir tal cosa.

Analiza al humano de frente. Entre el humo restante y esa marca de quemadura qué le quedó en el rostro. 

Un anciano bastante frágil y viejo. 

Tan acabado qué la silla de ruedas lo reclama y sus piernas tiemblan aunque intente mantenerse imponente en dos viejas extremidades. 

Solamente cuando otro monstruo lo sostiene es que se atrevió a acortar la distancia con el gran adefesio que se sabía ser. 

Este hombre le apunta a la cara y a las personas alrededor. 

-Mis trabajadores quieren hacerte cosas, de aquí a allá, cosas de degenerados cualquiera. - le cuenta como si fuera a cortar el pasto del jardín. Bastante relajado. - Mis trabajadores se dividen entre estúpidos, pervertidos e imbéciles y tarados. - miró a su asistente. - Algunos son brillantes pero aún tienen defectos como mi asistente siendo una mujer o ese gran director de seguridad que hiciste pedazos y su ascendencia polaca. - apuntó al perro sin tocarlo.-Hoy veo que también son unos ingenuos. - 

Dog no deja de mirarlo. Directamente sin hablar. 

-Porque hoy los vi tan sorprendidos y asustados de un experimento salido de control pero más estúpido aún es cuanto se sorprendieron porque fueras tú el traidor. - 

Alrededor los guardias sobrevivientes y empleados que apenas lograron salir ilesos le observan contrariados, ofendidos en muchas formas

DogDay bajo las cejas al escuchar su título “Traidor”

Porqué aunque no fuera por su decisión o su voluntad, estas personas viven convencidas de que lo que le han hecho es lo más increíble del mundo. 

Lo han hecho casi inmortal. Lo hicieron curar, le dieron a oportunidad de sanar cuanta herida y tortura se le inflingiera. 

Él simplemente les debía todo esto a ellos. Y debería hasta besarles los zapatos en agradecimiento. 

Como si fueran sus padres. Debería estar agradecido. 

Una relación retorcida qué sabe que es falsa y aun así es demasiado difícil mantenerse en silencio. 

-Estos…- miró a todos los trabajadores. - Estas cosas son estúpidas, son juguetes sin el intelecto suficiente para rebelarse.- su coraje sube al fin a su rostro. - Se repiten esto porque son tan estúpidos como para hacer muñecos pero no para tener la misera materia gris para notar algo tan sencillo en estas cosas.- agarro la cara del trabajador más cercano, sin importarle si apretarle el rostro a un adulto era demasiado humillante y más frente a sus compañeros de trabajo.-¡¿Qué no tienen ojos?! ¿Qué ven ahí?- les punto al monstruo sujetando por otro. 

-Yo-

-¡¿Qué ves, hijo de puta?! ¡¿Qué hay ahí?!- les exige a todos y a este con el último de sus fuerzas lo hizo caer. 

DogDay y Mommy solo le vieron chillar al caer muy cerca de ellos, arrastrándose de vuelta a un lugar seguro con tanta dignidad como una rata. 

-¡¿Es que no tienen ojos?!- les reclama otra vez. 

-Es un monstruo. - murmura un empleado. 

El anciano asintió apuntando y después al mismo. 

-Si, es un monstruo. - llegó a su encuentro. - Y dime, ¿Qué más es?- pregunta más calmado. 

Este trabajador era un simple secretario de zona. No sabía nada. Nada. 

Solo sabía que esto era algo. 

-Era un niño. - 

La respuesta fue un revés que le tiró los lentes del rostro. 

El personal está vez se quedó impávido. 

-Recogelos, lo último que necesito es un topo. - le ordenó con un gesto. 

Este empleado se retira con el rostro oculto al bajar la cabeza avergonzado y herido. 

El anciano les apunta al experimento. 

-Esto, excrementos de carretera, es un maldito perro. - 

No hay más respuesta . Solo se quedaron ahí con rostros de caídos y compungidos. 

-Es un perro. - le apunta directamente. - Orejas, nariz, y… - apuntó a un empleado en el grupo más apartado. 

-Cola, tiene cola. - responde rápido. 

-Exacto. - asintió levantando las manos. - Este es un perro con orejas, nariz y cola… Y verga pero eso es otro cuento.- 

Mommy abrió los ojos asomándose por impulso a esa zona desde el hombro del perro. 

Este suspiro bajando el rostro frustrado. Regresa a mirar al frente al escucharlo acercarse. 

-Mírenlo bien, porque yo ya no les daré las respuestas. - les advierte una vez termina. 

Cada par de ojos se fijó en él. En su figura. 

No es agradable. 

Debe mirar a ese mismo anciano para no ver el asco o el horror, o esa perversión directa a su cuerpo. 

-A este perro se le ha electrocutado, se le negó la comida, lo despedazaron, le quitaron sangre, la piel en vida y le han hecho más pedazos de los que se usaron al inicio para armarlo. Lo hemos vuelto un payaso, una broma y un chiste solo para reírnos.- al fin su rostro dejó de parecer humano al enfriarse. Sin mostrar ni una sonrisa o una mueca de burla. Su naturaleza indiferente fue expuesta para el experimento qué lo observa silencioso.-Este perro conoce el infierno de frente, al igual que sus compañeros. - incluso si menciono a los demás, ni siquiera los miro. Solo fijando los ojos en la mirada de este experimento.-Vi al elefante orinarse de miedo cuando despertó y a ese pollo arrancarse las plumas. - rememoro cada despertar que vio en los videos. - Y en todos estos años ni una sola vez lo he visto ocultar la cola entre las patas. - 

Murmullos. Exclamando ante la sorpresa. 

DogDay ya no pudo contener una risa irónica al ser descubierto. 

-Véanlo. Esos ojos. Son perfectos. - les apunta para que lo observen. - Es un perfecto actor con solo un error. Un error que nos dice a la cara cuanto nos odia.-

El perro bajó al fin la cabeza. 

Mommy también lo siente temblar pero reírse ríe de ello. 

-Este tiṕo les vio la cara a todos ustedes, ¿Como demonios voy a respetarlos si esta cosa los maneja con tanta facilidad? Están estúpidos.- lo último lo dijo fingiendo cierta lástima.-Vieron a un perro con la cola lista para pelear y morder por tantos años pero aún se confiaron. Son patéticos. - 

Mommy se está divirtiendo. 

Vuelve la atención del viejo al mismo perro. 

-Porque te resistes y confábulas, calculas y mientes, te disfrazas como un cachorro pero eres un lobo.- sonríe burlándose de como era tan parecido a sí mismo este experimento.-Le dimos un cuerpo inmortal a un criminal en potencia , que desastre. - 

Jugando de niño, aprendiendo y llegando a su presente. 

DogDay está muy lejos de ese efecto de espejo. 

Hundiéndose en la gratificante sensación de irrealidad subiendo por su cerebro. 

El perro no puede dejar de reírse entre dientes. Forzandose en recordar el dolor pero no puede dejar de reírse. Porqué esta gente tardó seis años en descubrirlo. Definitivamente eran esos pedazos de mierda en la carretera qué su jefe dice. 

Pasaron seis años y logró mucho. 

Incluso si le costó su dignidad o la imagen frente a otros experimentos. 

Logró bastante y ahora podía verlo. 

Su risa dejó de contenerse al ver a uno sacudirse al verlo mover la cola feliz.

Algo que incluso el anciano recibe con un rostro descontento. 

Afrontar a los trabajadores con sus errores llega a ser lo correcto respecto a estos empleados pero no para esta mascota rebelde. 

Era libre. 

Lo sabían. 

Ya lo sabían. 

Cuanto él los despreciaba a todos. Lo asqueaba solo verlos y los deseaba muertos. 

Ya no tenía que fingir. Ya no tendría que ser el payaso de nadie. 

Podía sentirse libre de reaccionar o sentirse como quisiera. 

 

La risa de ambas voces. Esa risa infantil y la adulta, ambas por fin se unieron. Escuchandose como un coro de alegría liberada. 

DogDay los odiaba y ya no tenía que fingir. 

Ya no tendría que actuar. 

Era libre. 

Por primera vez en años la libertad vuelve a ser parte de su vida. 

Ludwig suspiro apuntando a su dirección para continuar la reprimenda. 

En todos sus años nunca tocó ninguno de estos experimentos. 

Hasta ahora. 

Este perro hizo algo que Mommy no pudo detener ante lo inesperado de este. 

Llenó de sangre esa mano al chocar su nariz con esos dedos. 

-Así es como te ves y así será como te irás. - murmuró una vez logró llenarlo de sangre.-Perdedor.- 

Cada persona. No experimento sino persona. No pudieron contener la sorpresa en sus caras. 

Porqué de todas las palabras que pudo haber usado en este mundo tuvo que usar esa para el dueño de la empresa que lo tenía cautivo. No solo de la empresa. 

Este monstruo era una pertenencia. Cada objeto y criatura alrededor es suyo. Incluso más de un trabajador estaba tan condenado qué no podrían salir de este lugar si no es por voluntad de este hombre. 

Llamarlo “Perdedor” ahora que su estado era tan bajo. Era muy estúpido o muy valiente. 

Puede que sea lo primero en muchas personas pero para este animal solo era valentía. 

No había otra cosa en esos ojos. Dirigida esa fuerza a la peor persona posible pero también a quién más debería despreciar. 

Porqué el dinero para llegar a este punto era de este hombre. 

El dinero es lo que mueve al mundo. Lo entierra y eleva. 

Poético en su fatalidad. Llenando esas manos aparentemente limpias, con la sangre que hizo caer descuidadamente. 

De la sangre de los trabajadores que mató.

De su propia sangre. 

Sangre de sus amigos. 

De Boxy

De la pequeña Bunzo.  

De todo aquel a quién hirió hasta llegar a este momento. 

Esa camisa blanca tan impecable, esa piel pálida y ese reloj caro. 

Todo se arruinó. 

 

Este hombre mira su mano en silencio. 

Cada persona y criatura quedó muda. Viéndolo revolver los dedos por un lapso donde solo observaba esas manchas en su piel y ropa. 

La falta de respeto es idéntica a ser escupido al rostro por un adolescente. 

Mira esos ojos y sabe que fue apropósito. 

Este perro ni los sonrientes en general tenían la habilidad física para escupir, pueden vomitar pero no escupir. Entonces solo les quedaba este gesto para insultar.

Este perro con tanta soltura acababa de faltarle el respeto de la peor forma posible frente a otras criaturas y trabajadores. Irrespeto todo lo que era, quién era y lo que significaba. 

Mantuvo la compostura como el adulto que era. Otro podría ponerse a patalear y gritar como un bebé poseso y deforme pero él, solo alguien tan experimentado como su persona sabría que debía cerrar este canal rebelde de forma fría. 

-Mátalo.- ordenó a la araña. 

DogDay volteo directo a su grupo. Viendo solo unos ojos de plata abiertos en demasía. Negó moviendo la cabeza al notar como esa figura azul se movía. 

Y no se podía hacer nada. 

Aunque ahora que los veía con detenimiento… 

De verdad que eran bonitos sus amigos. Y Theodore es el más bonito de todos. 

Murmurando solo para ellos. No para los humanos ni para la superficie. 

-Los amo. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mommy dio una mirada victoriosa al grupo de sonrientes antes de estirarse de golpe. 

La tensión hizo al cuerpo despedazarse sin una sola oportunidad de gritar o hacer algún amago de lucha. 

El perro quedó por partes irregulares. 

Rodando esa cabeza hasta los pies de los sonrientes. 

Bajo las patas de CatNap. 

Mommy salta hacia arriba, huyendo de este humano se balancea pasando por encima de las siete criaturas paralizadas. 

Chocando sus ojos en un diagonal con cada uno. Mostrando la lengua roja con esa sangre. 

-Mis niños , creo que se volvieron a quedar sin líder. - murmura poniendo la mano sobre la cabeza del elefante para impulsarse. 

No profirieron exclamación o queja, ni un solo lamento por su líder o por ser burlados. 

Aunque si hay gritos. Agudos gritos de miedo. 

Los trabajadores y criaturas miran sorprendidos a la entrada de este lugar. 

A esos niños que se delataron al gritar de miedo ante lo que no debieron ver. 

Cinco niños. Todos se ven amarillos de lo pálida que se tornaron sus pieles. Sobre todo al darse cuenta de los ojos de estas personas y de los monstruos a su dirección. 

-¡Mataron a DogDay! ¡¡Lo mataron!! ¡Mataron a DogDay!- los gritos repetidos de una niña caída de rodillas sacan a uno de los sonrientes de ese sopor. 

Bubba intentó acercarse pero ella y los niños no lo recibieron bien. Corriendo a la primera oportunidad. 

Si tan solo de verdad hubiera un lugar al que escapar. La asistente del anciano dio una orden a la criatura llena de sangre. 

-¡Mommy, traelos!- 

Los sonrientes no pueden ir a buscar a los niños ni moverse. Aun en la misma posición observan el cuerpo dividido por partes. 

-Recojan todo. - les ordenó a los mismos este anciano. 

Tan mecánicos como lo haría una herramienta automática, cada uno levantó una parte con la boca o manos. 

Por orden de un empleado el pollo trajo el carrito con el nombre de Barry en el frente. 

Depositando uno a uno cada parte del perro en fila entre ambos carritos. 

Crafty dejó con la boca un brazo. Tragando seco al pasar la sangre. 

CatNap dejó la cabeza con una garra. Observando esos ojos completamente negros por mas de un segundo. Giro volviendo a su lugar designado. 

Dejando al perro de dos toneladas dentro de estas carretas. 

Lejos de ellos. De todo lo que significaba. 

 

 

 

El anciano dio las últimas directrices antes de retirarse junto a su asistente y séquito de empleados buscando el perdón con nuevos planes a futuro o sus opciones de ejecución a nuevas ramificaciones del servicio en la empresa. 

Ignorando a los trabajadores batallando con los 5 niños que deben arrastrar de brazos o pies para llevarlos al laboratorio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al pasar una semana el conteo de cuerpos y renuncias se detuvo. 

Tal vez porque la empresa ofreció un bono médico o porque llegó el aviso de pago por renuncia sin aviso de 6 meses que firmaron sin darse cuenta. 

Las bajas de empleados fueron bastante altas. Respecto a muertes.Y las desapariciones por culpa de los cuerpos qué ese perro hizo pedazos hasta ser imposible reconocerlos. 

Los tres números brillaron en rojo para su computadora, junto a fotografías de empleados y asistentes variados. 

-Será difícil demostrar que todas estas personas nunca fueron parte de nuestra compañía. - 

-El plan de hacerlos tener un viaje que salió mal no será mejor. - 

-Entonces hay que incluir un nuevo plan, señor. Las desapariciones por robo de información pueden servir para unos doce muertos.- 

-Pues... drogas. Eran adictos y en un viaje de compras ¡Bang! No más Carlitos. - determina riéndose en su silla. -Joder, me duele la cadera después de pasar tanto tiempo en esta maldita silla. - murmura frustrado por pasar ya días en el mismo predicamento. - Salome, averigua si hay un niño al que le sobre una cadera talla 58.-

-No hay problema… Aunque seguramente será una chica. - 

-Entonces aborta la misión. - observa el techo con ojos rojos tras pasar la noche entera haciendo el papeleo. - Salome… Ya casi no me da asco tu nombre indígena. - 

Su asistente y la secretaria le miran a la vez. 

-Que bueno señor. - agradeció la misma asistente. -¿Está usted cómodo o debería llamar a su enfermera para que le cambie el pañal?-

 Ese anciano ríe pesado. 

-No, aun no necesito ese tipo de enseres. - reviso el estado de las paredes. 

Su asistente retoma las tareas al recibir nuevos archivos. 

Por el rabillo del ojo puede ver a esa muñeca moverse en su vitrina. 

Recordando qué existían los experimentos. Otra molestia más aparte de todo el papeleo de empleados y departamento de marketing. Detestaba al director de esa área intragable. 

-Valeria , dime…- toma otra pila de documentos. -¿Qué pasó con nuestras mascotas?-  

La secretaria deja el asiento, parándose al frente del escritorio a dar el informe que pasó días siendo ignorado por el viejo. 

-Los siete fueron ubicados en celdas aparte por recomendación de una psiquiatra. - informa pasando hojas. - Mommy volvió a cumplir sus labores sin contratiempos, al igual que Huggy Wuggy o Boxy Boo.- paso la hoja. - Los CatBee se comieron a otra compañera durante la trifulca. - 

-Parecen franceses, no les puede dar hambre sin que se les antoje un noble. - 

-Bunzo Bunny desapareció, al parecer escapó y fue molido por las máquinas eléctricas. - 

El anciano junto las cejas. 

-No tiene sentido. - 

-Tampoco el salario a los vigilantes de la zona del incidente.- otra hoja y fue acompañada por un gruñido.-El 1006 cometió auto canibalismo, otra vez. El lote de sonriente v3, está listo y la nueva variedad de personajes se encuentra en fase semifinal. - 

Asiente, satisfecho como para dar un sorbo al café sin cafeína qué debía obligarse a conducir para no mezclar cafeína con sus medicamentos. 

-Dime, ¿Cómo tomó su despertar el perro?- pregunta sonriendo ante esa sorpresa para el can. 

La secretaría paso la hoja. Luego otra. 

Otra y otra. 

Detuvo el movimiento de sus dedos al final de las hojas. Observando su dibujo de su jefe en silla de ruedas y una nariz del tamaño de un edificio.

 

 

 

Hace seis días. Un día después del incidente canino. 

La orden de rearmar al experimento se dio con una cierta ansiedad por parte de los jefes del departamento logístico. 

Preocupados por el daño a las muchas nuevas visitas que vendrían y encontrarían al grupo incompleto aunque pagaron exactamente por los ocho. 

Una locura que pensaran en dinero justo ahora. 

Es por eso que hoy el doctor Daryl encabezaba el equipo de recuperación de cuerpos. 

Algo extraño que llegara aquí cuando debería estar en el departamento de innovación, pero parece que ese día el orden fue un desastre.

Buscando el cadáver de ese perro para armarlo de nuevo. 

Una oportunidad que anhelaba con fuerzas. 

Ese perro sería condenado al ostracismo por su grupo y posiblemente esto se extienda hasta los niños y empleados. Estaría tan solo que dejaría de rehuir a sus avances. 

Era emocionante saber hasta dónde podría llegar una vez el proyecto sea recuperado. Incluso había comprado una nueva máquina de rastreo personal. Sería imposible perderlo si lo colocaba en su cuerpo durante la construcción. 

Llegaron con la cesta de productos de 1006 a la cola, entrando a la zona de desechos donde fueron enviados los cajones con los restos. 

-Venimos por los pedazos del experimento. - anuncia mostrando el permiso a los encargados del horno. 

Uno de ellos, el jefe de planta, vino corriendo. 

El doctor apenas logró soltar la tabla antes de que este empleado se la arrebatara con lujo de violencia. 

-¡Oigan!- llama a sus compañeros. 

Entre todos llegan a su encuentro ,murmurando hubo una especie de acalorada discusión. 

-¿Qué sucede? ¿Se lo llevó a otro departamento? ¿Que departamento fue?- les pregunta mirándolos pasarse la tabla de orden entre todos. A su parecer lo peor que podría suceder es que el departamento de prototipos v3 se robara el cuerpo para armar más de sus juguetes. 

Uno podría recuperarlo mientras tenga la cabeza. Solo necesitaba la cabeza. 

Al final uno de ellos, el más antiguo, dio la respuesta. 

-Lo que busca se volvió cenizas hace horas.-

-¿Qué?- sus labios temblaron perdiendo el color. 

Este hombre le apunta a las puertas de un horno. 

-¿Qué no escucha? Se quemó, hace horas que apagamos el horno y puede que aún hayan huesos pero no se puede rescatar nada. - 

- ¡No!- 

El grito fue idéntico al escuchado en novelas cuando un ser querido moría. 

Lo observan correr al horno apagado. 

Abrir y meterse sin dudarlo para sacar esas cenizas con sus manos desnudas. 

La prueba de lo dicho por los empleados fue ese gran fémur en su poder. 

Los dedos y la cola. 

-¡¡Noo, mi perro no!!- gritó agarrando los huesos contra el pecho. 

 

 

 

Es así que seis días después la noticia llegó pues de todos los giros que se intentaron para no tener que dar la cara al jefe. 

-Señor… - suspira derrotada, volviendo a ocultar su dibujo con las hojas. - Los trabajadores de desechos quemaron el cuerpo. - 

El anciano sintió como su cartera sangraba herida. 

No fue una herida como si se cortara con papel o sufriera una caída. No, no es como perder quince mil billetes en la demanda de un empleado miserable al que una amenaza callara. 

A su cartera le toco enlistarse a combatir contra Japón y su herida fue hecha por un chico idiota de 14 años que nunca ha tocado a una mujer ; que paso la primera parte de la guerra pelando pescado y sacándose los mocos. Matando a su cartera en los últimos cinco minutos de la guerra antes de que su líder se rindiera y esta hermosa cartera regresará en bolsa. 

Racista, si. Mucho. El anciano crecido en los años treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta y ochenta no puede ser más que eso. 

Resultando en sentir algo frío el rostro y un dolor raro en el brazo izquierdo. 

Y no ayudaba que el empleado de desechos fuera asiático y estuviera en el sindicato.

Sindicato. 

Agarró su pecho, mirando a la Daysi de metal en su escritorio. 

-Dárselos de comer a Boxy es de primera importancia si no quieres que te devuelva a tu país. - ordenó después de lograr que ese chasquido de pecho se relajará.-Y saca todo lo que tengas para recuperar el dinero que costaba ese cuerpo.-

-Si, señor. - 

-En un mes es la siguiente fiesta. Se logró mantener el silencio de las visitas del incidente así que no se cancelará. Ahora más que nunca debemos recuperar ese dinero. - 

-Señor… - 

 

Los dos buscan a la asistente que acaba de recibir una noticia. 

Una mala. 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 67

Notes:

Hola, gracias por volver.
Advertencia de menciones racistas.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Dentro de la gran habitación el calor aumenta. Algo que viene solo de su interior. 

Estaba en peligro. Lo estaba pasando bien. 

DogDay estaba en peligro. No podía seguir fingiendo que no estaba emocionado. 

Llevando esas insinuaciones de su interior al exterior con la pereza de un felino al sol. 

Estremeciéndose las puntas de sus orejas con el aliento sobre su pelaje. 

-¿Qué te inquieta?- 

Levanta las orejas observando a DogDay bajo su cuerpo.

Solo recostarse y dejarse llevar por el sueño era suficiente para hacerlo temblar al ser recorrido su cuello por esas manos tan certeras sobre cada rincón que haga a su pulso alterarse.

Usando su cola para recompensar esas caricias con un apretón en la cintura del perro. 

DogDay tiene problemas serios con el dolor de espalda. No lo dice pero puede sentir como ser presionado le hace relajarse. Theodore no sabe como masajear a alguien con dolor pero puede preesentir que la forma de mantenerse tenso todo el tiempo le cobra factura al perro. 

Este le hace acercarse aún más a su cuerpo una vez lo presiona. 

-Theodore. - suspira su nombre con ese cariño tan claro de siempre.-No bajes la espalda. - 

No hay duda de cuanto le gustaba a DogDay. Esa verdad es respaldada por las caricias en sus patas, algo qué lo hace erizarse y temer ser observado por Dios. 

Esa vergüenza casi se ahoga al sentir como lo presiona y sobre su músculo la presion de esa mano. Tan a salvo como expuesto incluso si lo tiene bajo su cuerpo. Enterrando el rostro en ese pecho conforme las caricias abandonan el exterior internándose en el centro de su cuerpo. Buscando aquella zona prohibida aunque solo sea por el exterior. 

Frotandose contra esa búsqueda indiscreta. Sus garras suben enterrándose en el suelo. 

-¿Puedo decirte algo?- pregunta Dog a su oido al tenerlo al alcance. 

Exhala asintiendo ya rendido a lo que sucedíera. Olvidando que se encontraban en el almacén de Dulce Hogar. En el peor lugar y más posible para ser descubiertos. 

-Quiero ensuciarte, ya no quiero que estes limpio. - 

Theodore mecio las orejas un momento antes de exclamar acompañado por un ronroneo. 

-Justo así. - el perro subió sus manos por ese torso delgado. - Quiero que no quede nada de tu cuerpo sin mi, sin nada que no sea mio. - 

Las palabras que le saben tan bien también lo hacen temblar asustado. 

Habiendose entregado a la voluntad de Dios, a sus planes y su visión. 

Es difícil no presentir su cercanía con DogDay como algo que no debería ser. Algo que lo estaba ahogando hasta sentir, como dijo Dog, sucio. 

No sabía lo que estaba sintiendo ni porque era así. Porque ahora deseaba tanto sentirse querido por su perro pero también lo temía con creces. Estremeciéndose con cada alucinación creciente desde su pecho resquebrajado por el tiempo. Tan mal como bien. Más que listo para entregarse cuantas veces fueran necesarias para saciarse y aun se maldecía una y otra vez por atreverse a sentir esta sed. 

Sus rodillas temblarian y sería el primero en ir a cualquier esquina donde este cuerpo pueda ser tocado por alguien que lo ama y dejarse llevar hasta que las voces y la vergüenza que lo atacara se viera reducida a un murmullo. 

Limitándose a reducir el toque a solo los avances que sienta que debería corresponder de alguna forma. Ni pasivo ni activo, solo era parte de la marea ir hacia adelante cuando las olas empujan. 

-¡Se nos acabó el pan, saca más harina de la bodega! 

Ambos reaccionan al instante al escuchar a esa humana venir hacia el almacén. 

DogDay corrió a colocarse tras la puerta y CatNap trepó el techo. 

-No creo que podamos bañarnos juntos hoy. - murmura elo perro con las orejas bajas. 

El gato sacudió la cola molesto por esa desverguenza. Al menos logró subir su cola justo cuando esa trabajadora entró. 

DogDay le miró con un pulgar arriba antes de salir. 

CatNap fue el siguiente aun en el techo. 

 

Aquella cocinera sintió un escalofrío, mirando por encima del hombro a la puerta abierta. 

No había nada en esta y aun así el miedo instintivo le hace estremecerse por un nervio alterado. 

-Este lugar es horrible.- suspira eligiendo un saco de harina grande, subiendolo a sus hombros siguió su camino. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame una flor 

                                          La que arrancaste de tu corazon

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agosto llegó. 

Era el cumpleaños de los ocho sonrientes en unos días. 

El mes inicia con el estreno de una nueva ola de flores en los jardines plásticos. 

Theodore les observa al igual que fija sus ojos en el papel tapiz de las paredes alrededor de estas construcciones. Suspirando al ver a los humanos llevar esas flores malas bajo la ropa. 

Entendía mejor lo que eran. Lo que significa lo que DogDay hacía con los sonrientes y el resto de criaturas de este lugar desde hace años. 

El calor que sentían gracias a estas actividades. 

Actividades que benefician antes que a nadie a esa persona que utiliza a DogDay y al resto. 

Ese dinero no les servía a ninguno de ellos aquí adentro pero los humanos lo utilizan y guardan a costas de sus compañeros. 

A cambio de información miserable, comida y descanso. 

Les mantenían con menos del mínimo tan solo por ese dinero que ninguno de ellos tenía. Los disfrutaría nunca. Siendo usados. Despechados a la primera oportunidad. 

No. 

Le era imposible permitir tal cosa. 

Permitir que DogDay o cualquiera de esos amigos sigan siendo juzgados por las otras criaturas por hacer lo más necesario para sobrevivir. 

De ver a DogDay rodeado de humanos que llegan incluso a tocarlo al acercarse por estas flores de porquería. 

De saber que a su… Cariño, lo odiaban todos. 

Le querían hacer daño aunque todo lo que había hecho fue porque lo necesitaban sus amigos. 

Amigos que lo dejan de lado cuando no es ese gran sinvergüenza y pueden ver cuánto necesita su ayuda. Amigos que lo condenan a ser ignorado cuando no es lo que quieren ver eso que tienen enfrente. 

No. Y ya no podía seguir observando cómo el mundo seguía empujándolo a la nada.

Aunque tampoco sabía que debía hacer. 

Dios le dio una respuesta mucho tiempo atrás. 

-Deshazte de las flores. No son útiles para nosotros. - 

La orden de Dios fue directa pero no le dio todas las respuestas. 

Theodore pasó este tiempo buscando esa respuesta. 

El cómo salvarlos. 

Resultando en necesitar la ayuda de un traidor para lograr salvar a todas las criaturas de La Guardería. 

Saltando al frente solo para salvarlos de sí mismos. 

 

Entre sus pasos a completar estaba llegar a este pequeño traidor. 

-Hola. - saluda al ave en la sección infantil. Aquella con tantos bebés, las razones para traicionar la confianza de sus amigos. 

Esta ave le mira de soslayo. Cambiando el biberón vacío de un bebé por un juguete mordelón. 

-Se llevaron a todo el grupo 4.-murmura dejando al bebé en su cuna.-Ponto ellos lo sabrán y no habrá razón para que ocultes nada. - 

Theodore llegó a su lado, sin llegar a tocarlo, le rodeó el cuello con la cola. 

Esta ave le miró curioso por este gesto, sin ocultar lo extraño le pareció. 

-¿Qué estás haciendo?- interroga mirando el costado de su rostro. 

-Podemos hacer que eso no esté unido a ti a lo que hiciste ni a tus mentiras.- murmura fijando los ojos en Kickin, en sus iris o plata. 

-¿De qué rayos hablas?- pregunta observando al gato entre estallido de nervios expuestos desde el fondo de su corazón inquieto. 

Sabía que sus amigos lo descubrirían algún día. Tarde o temprano sucedería y no podría hacer nada por ellos, por nadie que esté cerca de él. Por todos sus mentiras y desde hace años acumuladas bajo su piel y su boca rota por las sonrisas que finge incluso con su voz. Mintiendo incluso a Hoppy a todos. 

A cada niño que le cree cuando les promete sacarlos en la mañana. 

-No podrás usar esto en mi contra. - le amenaza intentando librarse de su insidia. 

Theodore lo detuvo cerrando el nudo de la cola en su cuello. 

-No pienses en escaparte de lo que has hecho. - toca su pico con una garra. - A menos que de verdad estés listo para confesarle a tus amigos, a Hoppy, que las razones por las que se han permitido ser humillados y maltratados. Cortados y llevados al límite no eran más que un chiste. - 

Kickin deseaba discutir. Lo anhelaba, defenderse pero no podía. 

No porque esa cola lo estuviera ahorcando sino porque estaba siendo consolado por esas caricias al nivel de su carótida. 

-No se trata de que yo te amenace sino de que decirles todo lo que has hecho sea mejor para ti o que me vuelvas a ayudar a hacer otro sacrificio. - 

Kickin aprieta los puños uniendo los en su pecho, temblando observa al gato de frente. 

-¿Qué quieres hacer?- pregunta esperando juzgar sus acciones o encontrar cómo utilizarlas. 

-Quiero que este mercado de flores se detenga. - lo dice en un murmullo. - No quiero más de esas flores en mi casa, en la casa de Dios. - 

Kickin no tarda en responder. 

-No. CatNap, esas flores son lo único qué no podemos perder. - 

-Ustedes sobrevivieron bastante bien sin ellas en el periodo de inconexión de líder, entonces no son necesarias para ustedes. - sacudió el cuello del ave. - Es u n negocio del que no quieres participar pero lo haces por tu amigo, no porque quieras. - 

-Lo necesitamos… Necesitamos ese dinero, necesitamos a DogDay. - deja que el desespero le trepe al descuidarse después de ser advertido. 

El gato le gruñe cerrando la distancia. El solo podía escuchar como se refería a las flores en unión a DogDay, como si su perro fuera una de las herramientas de estas, gruñendo en cuanto pudo. 

-El no necesita las flores ni tu las necesitas, no necesitan pasar por esto solo por los humanos y ese dinero que ni pueden usar ustedes mismos. -

Kickin rehuye a sus ojos, cerrando esos párpados oscuros por un momento de inherente desesperación. Buscando las razones por las que esas flores eran necesarias.

Enmudeciendo. 

Theodore no puede permitir que se componga tan pronto. 

Lo hace gruñir y atraerlo hasta cerrar la distancia entre ellos. 

-Esas flores solo sirven para el ego de tu líder, para el ego de los humanos qué los atormentan con promesas vacías. Escucha a Dios y reacciona, suelta esa ambición profana y recuerda lo que de verdad tiene valor en tu pequeña vida.- le hace mirarlo con un tirón a su pico con sus grandes garras llenas de resentimiento. - Eres responsable de , no estos humanos, eres responsable de proteger a tu novia,de todo lo que le amenaza y la hiere. Por ella deberías sacrificar hasta tus huesos como ella lo hace diariamente parándose como un payaso incluso si el dolor se la está comiendo mientras tú simplemente estás tirando a la basura todo su trabajo. - 

El ave deja salir un murmullo. Huyendo de sus acciones. De como son repetidas por este gato. 

-No continúes ignorando el peso de tus acciones y enfrentalas, enfrenta tus acciones, de una vez por todas deja de escapar y sé un maldito hombre. - lo dejo ir al tirarlo al suelo. 

Los bebés en las cunas se despertaron ante el ruido del impacto del ave contra el piso y algunas cunas las golpeó con su cuerpo. Estos bebés comienzan a llorar a coro, asustados por este despertar y por el llanto de más de ellos. 

Kickin observa el suelo con el ritmo cardíaco a cien. Paralizado por culpa de esa garra en su espalda. 

-No me importan estos humanos tanto como a ti pero a Hoppy si. Sobre todo los que si pueden correr y no la ancla al suelo como te gusta que se mantenga para no sentirte como un gran inútil. - 

Esa espina llego muy al fondo de su cabeza. 

-Basta. Ya es suficiente. - advierte el ave observando a los pequeños empezar a manotear intentando sacarse el miedo o el sueño que les arrastra.-Dejame en paz, ya vete. - murmura intentando ponerse de pie. 

El gato pone el peso de su cuerpo sobre el ave. 

-Solo tienes hasta mañana para decidir. Si quieres. - esta vez usó un tono más suave incluso si su voz es tan rasposa y ronca. - Hoy confiesa lo que hiciste y acepta lo que todos ellos sentirán por tu traición no deja que yo hable. - le presiono las garras sobre la cabeza una última vez antes de retirarse con ese mismo giro de cola. -Dios contigo y conmigo. - murmura por último. 

Saliendo por la puerta que cerró antes.

Kickin tardo algunos minutos antes de poder moverse. 

Debería abrir la boca. Admitir frente a todos que pisoteo sus sacrificios. 

Sacrifico todo ese trabajo, esas risas falsas y la tortura que sufren diariamente para salvar a los que no pueden correr. Confesar que les dio vida a las anclas mientras les obligaba a correr. 

-No puedo.. - murmura agarrando la alfombra bajo sus manos. - No puedo hacer esto…- su voz se quebró. 

Hoppy solo puede correr y saltar pero él le quitó esto. Le arrebata la libertad para defenderse, para huir con los que pueden moverse. 

El llanto de estos bebés lo hace temblar. Observando al destino de frente. 

Cuanto lo odiaría por culpa de estas acciones. 

 

 

 

 

Theodore volvió a su zona designada del mes. A este jardín donde observa a DogDay ir de un lado a otro con esos gestos alegres y sus maquinaciones dispersas. 

-Catnap, dice DogDay que es tu turno de cubrir a Hoppy. - 

Baja los ojos al jardín donde este conejo amarillo se asoma saludando. 

-¿Cubrirla?-

-Es bueno, CatNap, al fin te están confiando la seguridad de otro sonriente. - le anima este conejito. 

Theodore voltea a ver a loa coneja en la entrada del teleférico. 

Era una posición difícil de digerir cuando él detestaba ser observado por las personas. Un reto. 

-Ahora ve, nunca me acerco pero si vas seguro que será más divertido. - 

Este conejo tien una visión de l9o qué es ser un gigante bastante diferente a su propia percepción. 

Debe avanzar hacia el lugar. 

-Nosotros también hacemos esto, mi turno es cubierto cada tanto para que pueda descansar. - apunto a una zona de La Jugueteria. - Ahí esta nuestro escondite, en una caja recubierta para evitar ser vistos por los humanos. - 

Theodore asiente escuchándolo sin detenerse. 

El conejo corrió a subirse a su pata. 

Theodore le llevo a su cabeza para cuidarlo al ir a donde las personas se apiñan para tomarse fotos con la coneja. 

Ella saluda al verlo. Lo presento. 

Fue interesante el cambio en las visitas y como ella logró escaparse al distraerse estos con el cambio del rollo de la cámara. 

Theodore estuvo atento y aun así el verla despegar sin esfuerzo con tan solo un salto para cruzar más de la mitad del resintió con solo un salto. Escondiéndose en la zona de PlayHouse. 

Las personas lo saludan pero no por mucho tiempo. Retirandose lentamente una vez se ven más interesadas por el elefante en los jardines. 

-Seguro es el descanso de Picky también. - apunta el conejito en su cabeza. 

Theodore siempre hace lo que quiere cuando le da la gana. Escuchar de un horario le era extraño. 

No importa cuanto tiempo pasará, aún veía extraño que DogDay se esforzara tanto tan solo por unos cuantos minutos libres cuando era normal tenerlos. 

Sus saludos son mudos y solo es el usando la cola como un plumero cada vez que la puerta se abre frente a sí. 

Pasó un rato, tal vez 30 minutos, estacionado en esta zona y más de una vez fue ignorado por las visitas. 

Este lugar era extremadamente concurrido. Trabajadores y visitas del exterior qué aún dejan algo de césped en sus pasos. 

Hace tiempo no veía una sola hoja real. 

Sus atención cayó sobre ese pedazo de planta en el suelo. 

-Ya volví. - 

Hoppy le saca de su sopor con una caricia a su cuarto y trasero. A ella le gusta demasiado eso. 

-No había visto plantas hace tiempo. - apunta ese montículo de tierra. 

Hoppy lo miro fujamente. 

-Ven conmigo. - le pide haciéndolo caminar a su lado con un tirón a su cola. 

Theodore se ve arrastrado con un aspecto confundido. 

-La puerta se quedará sola. - le recuerda nervioso. 

Ella movió la mano restandoles importancia. 

-Ven conmigo y manda al diablo a esta gente por un momento. - le aconseja sin detenerse. 

Lo lleva por las instalaciones hasta la PlayHouse, sin detenerse lo hace ir por los pasillos hasta los túneles por los que la observa entrar con soltura. Era un conejo en su ambiente, avanzando delante de él con las rodillas y las manos. 

-No me vayas a ver el trasero. - le advierte mirándolo de soslayo. 

Theodore bajo la cabeza. 

-No. - mirmura avergonzado. 

Ella ríe con esa voz madura. Impulsandose adelante con una pata. 

Theodore le siguió usando todo el cuerpo para moverse.

Algunos niños en el interior saltaron al ser sorprendidos por la presencia de los dos gigantes. 

Llegaron a una puerta al final de estos túneles. 

Hoppy abrió sin esfuerzos la puerta, mostrando una oficina. 

Perdió algo de pelo al ver este lugar. 

-Los empleados de esta sección vienen cada tres meses. Son del exterior. - le avisa atravesando la entrada.-Vamos, gatito. - le anima. 

-Nunca había salido de este lugar. - murmura Bunzo en el interior de las oreja de Theodore. 

Lentamente la siguió fuera de este despacho. Caminando por la plataforma de hierro helado. 

Hoppy salto de improviso a pegarse al muro de piedra de la cueva. 

-Ven, se que puedes. - lo llama caminando por los bordes de la pared. 

Este gato preparó las patas antes de saltar en alto, usando sus garras para deslizarse lentamente por las rocas. Aterriuixzando a su lado. 

Hoppy le acarició la cabeza una vez llego a su lado. 

Iniciando el camino nuevamente. 

Theodore le siguió con un ánimo renivado tras poder sacar algo de energía con ese salto. 

Hoppy le apunta adelante. 

Theodore levantó las orejas al ver esa zona solo iluminada por una luz naranja por parte de una máquina excavadora estacionada en la zona baja. 

-Esta es Marina, una planta que nadie sabe de donde llego pero es la única en toda nuestra sección. - le apunta a ese gran arbusto verde.-Como envidio a Huggy, allá arriba tienen una zona con palmeras reales. - suspira frustrada. 

 Lo vio de pasada hace años pero recordaba una zona con plantas de interior, eran reales porque al tocarlas sus uñas se llenaron de savia. Estaban vivas, solo los humanos y las criaturas del exterior podían disfrutarlas. 

Theodore la olfatea. Descubriendo que no le entiende a este. Huele fresco, huele bien y raro.

-¿Te da asco tu cuerpo?- pregunta Hoppy en un susurro. 

Theodore fijo los ojos en las raíces de esa planta. 

-Aveces. - murmura tratando de no escucharse nie le mismo.-Aunque a el.. A él no le da asco y me hace sentir bien. - la vergüenza se acumula leve bajo sus mejillas. Llegando hasta su cola, la que sacude y enrolla en sus patas. 

-Nunca dejas que te toquen a menos que sea Dog o alguien en quien confies. Eso lo hace… Mil veces peor.- apunta Hoppy.-No se si sea igual para ti pero intenta tocar a los niños en la cabeza con tus patas, lentamente… Muy lentamente dejarás de temblar. - lo recomendó sin subir la voz.-Se nota demasiado que te da miedo. - 

Theodore le mira sorprendido. 

No. Esto era diferente a estar sorprendido. 

No esperaba que ella lo supiera. Si incluso a DogDay se lo oculto. Cuanto, desde antes de ser esta cosa, le alteraba la idea de ser tocado por alguna persona. 

Aunque también era discordante y lo deseaba. Deseaba tener contacto físico. 

Otra culpa que no podía ni imaginar que Dios la descubriera

-No me siento bien cuando te presiono pero si no intentas mejorar, esto se volverá un problema que los humanos usarán en tu contra. - le advierte. 

-¿Como lo descubriste?-

-Porque todos tenemos ese mismo miedo. - reviso sus garras llenas de la tierra de la cueva las limpia sacudiendo las manos. - Este lugar es sucio y nosotros no podemos ir a otro lado, eso nos obliga a adaptarnos o a simplemente perdernos. - le advierte mirando a la planta. - Algunos desaparecen, otros enloquecen y se vuelven monstruos reales.-

-Aunque todos están completos. - 

-Ya hemos visto la locura a los ojos. - los recuerdos de Hoppy vuelven a ella al mirar el rostro indiferente del gato. - El vacío al otro lado del monte es infinito.- rememora los ojos que vio en aquellas flores de colores. - En ese momento yo no pensaba claramente, Theodore, la locura es posiblemente el daño al alma que más fácilmente podemos ignorar.-

El loco frente a ella era la prueba de que tanto puede crecer y continuar oculta. 

-En ese momento no puse atención. - esas imágenes eran dispersas. 

Theodore se distrajo al sentir curiosidad por este arbusto , una planta diferente pero bonita con sus hojas de estrellas, llena de frutos de algodón espeso de color verde oscuro y bonita por esas tonalidades tan contrarias a la tierra, las sombras y la única luz que la ayuda a crecer en la oscuridad de esta gran cueva. 

Hoppy reconoce que fue ignorada. Cambiando su actitud pensativa a una más relajada. -No sabemos lo que es pero es divertido cuando la comen algunas ratas. - 

Theodore tiene su propia línea de pensamientos. Aferrándose a un punto que casi deja de lado. 

-¿Como descubrieron esto?- pregunto. No le veía sentido, ellos no deberían poder salir y menos explorar tan libremente el exterior del domo. Porque salir casualmente y encontrar esto no tenía sentido. Solo podría ser algo que otra persona descubriera.

-Bubba nos dijo y uno por uno vinimos a conocerla, aún falta Crafty pero no sabemos como sacarla. - 

-¿Cómo Bubba pudo saber de esto?- les pregunta mirando arriba, a la nula cercanía del teleférico a esta zona roja. 

Hoppy mueve las orejas. 

-Ni idea, es Bubba. - redujo a esas palabras y una inclinación de hombros la respuesta.-Ya deberíamos volver. - murmura sacando de su cierre una botella de agua. 

Theodore le observa dejar caer el líquido en las raíces de esta planta. 

-Espero que no se marchite en invierno. - suspira. - Bobby estuvo guardando listones para adornarla en las fechas de sembrinas. - tiro la botella al suelo. 

-¿No deberías llevarlo?- pregunta mirando la botella rodar por la tierra. 

-No, DogDay dijo que debemos dejar señales que un humano dejaría. - cpmeno el camino de vuelta a casa. -Ya, vamos. - le insta.

Theodore vuelve a mirar este lugar alto iluminado y suave. 

-Aquí podría hacer un altar. - murmura. 

-Deberías estar muy loco para hacer eso aquí, es horrible. - 

Theodore no le respondio. La sigue dejando atrás a esta planta solitaria. 

Rodeada por sus hojas caídas y las sombras oscuras. 

 

Volvieron saliendo por la misma PlayHouse. 

Hoppy despide con un movimiento de manos. 

-Gracias por cubrirme y¡Ehe!- mira abajo a su costado. 

El gato también lo hizo al verla sobresaltarse. 

Kickin. 

Esa ave le llegó por un lado. 

-¿Pasa algo?- pregunta Hoppy al verlo tan asustado. 

Kickin mueve la cabeza. Reconociendo su tono afable, es la voz de siempre tan dulce para él. 

Hace tan solo un segundo sintió como el mundo se le hacia trizas. Tan solo imaginando como ese gato abriría la boca. Cuanto lo odiaría Hoppy, todos sus amigos lo odiarian. 

Lo perdería todo por culpa de este loco. 

Theodore dejo el lugar sin mostrar interés. Caminando a su propia sección. 

Pensando en cuánto podían moverse sin que el perro los descubriera. Demasiado confiado a pesar de que algunos de ellos lo traicionaría pronto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día llega a su fin con la alarma de salida. Dirigiéndose todos a la zona de reunión tranquilos. 

Como siempre el último en llegar es ese perro. 

En la serie era el más puntual pero este gigante era por demás lo contrario en su totalidad. Observando a todos con un aspecto relajado aunque no debería ser así. 

-¿Esta vez que estabas haciendo?- le pregunta CraftyCorn, acostada en el césped falso. 

Junto a ella la silenciosa, por ahora, Picky le observa con un rostro tranquilo. 

-Algo bueno. - les asegura moviendo las manos a su espalda. - Mañana les diré lo que hice. - asegura. 

El grupo reparte el sentimiento de estar esperando por algo de todo menos bueno. Seguramente les esperaba un gran problema por parte de su líder. 

-Chicos, es hora de irse. - 

El coordinador de área llego al fin. 

La señal de lo mucho que tardo este perro siempre sería estar csi a la par con el empleado en llegada. 

Fueron a la celda. 

Hoy todos decidieron que no deseaban jugar. Durmiendo lo más rápido que pudieron una vez se cierra la puerta. Repartiendose por grupo alrededor de la celda. 

DogDay una vez más recibe en brazos a ese gato que se hace una bola para ser abrazado, sacudiendo la cola agusto al poner la cabeza encima de las orejas del perro. Recostandose tranquilamente mientras sus orejas son atendidas. 

Dormir es difícil para Dog. Siempre alerta tarda bastante en dormirse. 

Además de que en algún momento de la noche esa osa llegó a acaparar el único brazo libre del perro bajo el gato. 

Los pensamientos de Theodore giran entorno a las figuras de estos humanos y los amigos de su perro. A cada una de sus vivencias dentro de la fábrica al ser un niño sin fuerzas. 

En Dios dentro de los muros. 

Lo cerca que estaban para hacerlo libre por fin. 

El amor de todos los que ha conocido, incluso si no era para el. 

Como sacaría de esta rutina destructiva a Dog. 

 

 

 

Estas ideas le rodeaban por la cabeza al despertar al día siguiente con la manos de ese perro sobre sus ojos. 

-Es un nuevo día. - lo murmura chocando sus narices en ese estado a ciegas. 

Esta vez no pudo ver sus ojos al dejar juntos la celda. 

El ave en el camino mantuvo la cabeza baja aunque aún siguiera junto a Hoppy. 

Este día no hubieron cambios en el orden de las secciones y Theodore pudo volver a Dulce Hogar mientras DogDay iba a su sección designada. 

Encontrando a Kiccckin sentado en la alfombra de una habitación conocida para ambos. 

La habitación del segundo piso qué fue antes la sección 4. El hogar de los siete amigos. 

-Cuando conocí a DogDay… No me agrado, me parecía insoportable y mandon. - Es lo primero que dice al cruzar miradas con Theodore.-El me enseñó a pedir ayuda porque mi color de piel y cabello hacia a la gente sentir lastima por mi pero no era así con Hoppy o Bubba. - 

Theodore recordaba que la piel de su amigo era de un tono saludable. Dorado y especial, hasta el día que lo conoció no había visto ese color en ninguna persona antes de llegar aquí. Era especial. No terminaba de entender porque DogDay tenía este complejo con su aspecto y su nombre. 

-El no estaba equivocado, a Bobby todos los cuidadores la ignoraban y su ropa estaba sucia siempre. Nadie quería a las niñas de su color al igual que no importaba canto Bubba demostrará ser incluso mejor que otros niños… el aun sería de su mismo color a ojos de todos. - 

-¿Porqué me dices eso ahora?-

-Es porque lo que sucederá cuando te haga caso será exactamente lo que ya vivimos afuera y dentro de este lugar al ser humanos pero todo será un millón de veces peor. - su mirada baja al suelo donde se quedan los juguetes y ropa de los niños del bloque 2 qué fueron traídos a esta sección hace tiempo al bajar a los niños del 4 al sótano.-Me asusta no poder soportarlo, que Hoppy o DogDay no me perdonen. - 

Theodore le agarro el hombro. 

-No les digas que fue por tu decisión. Yo hablaré con él y aceptaré la culpa, diré que te convencí y estarás bien cuando hablemos todos de lo que quiero hacer con Dios una vez esto termine. - 

Lo hizo seguirlo. Después de prometer que no les diría nada de lo que hizo ni porque lo acompaño. 

Caminando juntos a las oficinas de la zona de construcción. 

Los empleados no tardaron en anotarlos. 

Uno morado y grande junto al otro amarillo contra el hierro qué los rodea. 

Theodore camino hasta el encuentro con un empleado. El cual era el jefe de zona, resaltando por la mejor calidad en su equipo de seguridad. 

-Llama a tus jefes y entrega a los corruptos de tu compañía, hazlo si querés recibir un aumento. - murmura por encima de su cabeza al acorralarlo. 

No hubo violencia de por medio, simplemente le hizo caer a una esquina. 

Los empleados comienzan a susurrar. 

Kickin se quedó cerca. Pensando aún en lo que estaban haciendo. 

En cómo las cosas comenzaron a suceder una tras otra , mientras más intenta quedarse en blanco. 

Caminando. Siguiendo al gato, temblando y mirando al suelo. 

Resultando en un presente donde las patas de Hoppy a su lado le advierten de estar hundido hasta la coronilla en sus propios errores. 

Uniéndose cada vez más criaturas y trabajadores a su alrededor. 

Observando al gato mover la cola suavemente al quedarse en un solo lugar sin parecer ni en lo más mínimo preocupado por lo que habían hecho. 

-Kickin, ¿Qué está pasando?- le pregunta ella tocando a escondidas su espalda. 

Kickin le miró directamente a los ojos. Tan desesperado qué sus pupilas brillaban energicas. 

-Smiling Critters. - 

Miran hacia arriba. A ese cristal. 

Bubba dio un paso atrás asustado por las figuras al otro lado del vidrio. 

-Es el mismo anciano. - murmura Picky juntando las pezuñas sobre su estómago. 

Si. 

Es ese viejo que los amenazo hace años en la huida de los niños. 

En la muerte de Theodore. 

Bubba recuerda esto con fuerzas. Llenándose de la misma desesperación busca las respuestas para este presente. Para saber que hacer a diferencia de lo que tontamente hicieron en el pasado. 

Quedarse callados parecía ser la mejor opción. 

El último en llegar fue su líder. 

Aunque no se veía tan mal como esperaban. 

Estaba bastante tranquilo. Esa cola se mueve suavemente a cada paso. 

 

Theodore fue el primero en hablar. Lo hizo dos veces. 

Ni él sabe lo que dijo. Solamente dejó salir su voz sin poder mirar nada más que al vacío. Sintiendo esos ojos pegados a su cuerpo. 

-Habla más. - 

Esta orden le hace sobresaltar. Saliendo del estupor de su sorpresa. 

Mirando al perro en el lugar con un sentimiento creciente en su nuca. 

Este era muy claro. Tan pesado como la respiración de un enemigo sobre la espalda. 

Esos ojos llenos de… ¿Dolor? 

Un respiro escapa de su boca al verlo de frente. El efecto real de sus acciones forma en la que sus piernas tiemblan. 

La situación solo empeoraba. Con la horrible secuencia de sucesos uno por uno. 

Su cabeza apenas la pudo mantener quieta al escuchar a cada sonriente abrir la boca y culparlo incluso de mentiras. De cosas que él no quería decir. 

Pasando sus ojos uno por uno. 

Llegando a ese elefante que tanto desconfía de él. Incluso ese chico traicionó a su perro. 

Uno a uno lo dejaron con esta carga.

Y esos ojos de plata llegaron a chocar con sus propios ojos. 

Chocando de frente con el peso de sus planes. 

No la hipotética reacción de DogDay ni un escenario imaginario en el que simplemente hablaría , le quitarían las flores como lo haría una niñera que arrebata las tijeras de las manos de un niño. 

No. 

Esta sensación era destructiva. El final de lo que fue este desagradable episodio. 

No. Lo que será desde ahora. 

Desde que DogDay simplemente les asiente y se retira con un porte cortes. 

Guapo aunque la ilusión de oportunidades que trabajo por años para entregar a sus amigos fuera destruido por él. Solo por él. 

Espero junto a los otros alguna orden. Sin moverse. 

Esperaron incluso hasta escuchar los gritos que resonaron a lo lejos. 

Miro a cada sonriente y a las otras criaturas. A los humanos. 

Buscando respuestas. Busca a como proceder. 

Estaba totalmente perdido. 

-Dios… - lo llama intentando no ponerse a temblar.

Sobrecogido por las consecuencias de atreverse a actuar sin poner el escenario totalmente en sus ojos. Clama en un murmullo, buscando su ayuda.

Su guía. 

Los humanos alrededor son ajenos a lo que pensaba. La situación los supera con creces. 

No tenían armas y esta cosa comenzó a matar a trabajadores uno por uno, de formas demasiado violentas y sin darles un solo bocado no tenían un segundo para recomponer se como lo harían en el ataque de Mommy o Huggy que por instinto siempre se detienen a comer pedazo a pedazos a algunos trabajadores. 

Este simplemente los mata incluso lanzando objetos que sinceramente eran absurdamente pesados. Este guardia a cargo no desea continuar con una misión suicida, dirigiéndose a los sonrientes y a las otras criaturas, dándoles una orden después de recibir la señal por radio de un guardia qué apenas logró delatar la ubicación del perro antes de vomitar o al menos esperaba que fuera eso lo que sucediera del otro lado. 

-Ustedes, ese perro entró a la zona este. Vayan por el. - les ordena. 

Estos se mueven incluso antes que Theodore, moviéndose decididos aúna dirección. 

Theodore va por detrás.

-No tengas miedo de sacrificar lo que te importa por tu dios.-

Theodore mira al techo de metal. 

Esa voz no era de su Dios ni de alguna de las amalgama de voces que eran la sinfónica de su Dios. 

esta era la voz de la maestra de artes. 

Lo hace detenerse un momento antes de correr. 

Lo encontraron en la sala donde una gran computadora les esperaba en solitario. Al menos lo está ahora que los dos trabajadores ya no eran más que masas de carne estrellada en el techo. 

Esperaba que intentarán hablar pero todos se lanzaron adelante. 

Theodore solo observo como los hacía sangrar sin parecer interesado en el quién eran. 

Como si ya no los amara. 

Deteniéndose observa como termina con ellos dispuesto a irse sin hacerle más que mirarlo una vez. 

Theodore siente el miedo sobre su cuerpo caer como agua helada. 

-¡Espera!- lo llama. Solo desea, lo necesitaba. Pedirle perdón. 

Decirle porque lo hacía. Lo importante que era hacer salir a Dios. 

Lo mucho que desea quitarle estas cargas. 

 Cuanto de su futiro comenzaría a mejorar una vez Dios fuera libre. 

Mas Picky lo detuvo por las patas. Diciendo algo que no escucha. 

Intenta ir tras el perro pero solo puede verlo irse sin él. 

-Si amas a Dios debes darle aquello que más amas. - 

Nego. Movió la cabeza sin atreverse a abrir la boca. 

Amaba a Dios. 

Amaba a DogDay. 

No podía pensar en el porque no podía compartir el futuro con los dos. 

Las órdenes caen una tras otra. 

Este día es tan largo. 

Es doloroso. 

El arrepentimiento lo estaba ahogando en silencio. 

Esperando en este mismo lugar observa la entrada al ascensor completamente destrozada por la gran maquina de limpieza. 

Mirando al resto de criaturas y trabajadores bajo esta horrible luz blanca enfermiza. 

Trajeron a DogDay. 

Lo trajeron hecho pedazos. 

Haciendo que todo dentro de su cerebro comenzará a pudrirse. 

Solo mirando como lo trataban uno tras otro. 

A esa araña comiendolo vivo o a los humanos más que mirando con libretas en manos. 

A estas criaturas fijando los ojos al suelo. 

Su interior lleno de los gritos. Pidiendo ayuda a Dios. 

Llamándolo para ser salvados. 

DogDay lo miro a los ojos. 

Theodore bajo la mirada por fin. Como un cobarde se oculto de su mirada. 

Pidiéndole a Dios piedad para que esto no sea real. 

Los humanos tienen mucho que decir. 

Escucho cada palabra. 

La escucho sin falta.

Las recordaría todas y cada una. 

Añorando pedirle perdón lo más pronto posible a DogDay. 

Esperando que todo esto acabará de una vez. 

Que ya los dejaran ir a la celda.

Estaban tan cansados. 

 

Entonces DogDay mostró algo nuevo. 

Ese descaro aún presente en él. Una estupidez. 

Pudo verlo ser estúpidamente rebelde y valiente. Tal vez como él era en verdad y no ese títere obediente qué siempre muestra a las personas. 

Ensuciando con sangre a ese humano. 

Redujo esa pulcra figura al mismo nivel que él. 

Con solo una acción compartió lo peor de lo que era su figura con esta persona. En un acto rebelde justo cuando debería estar más acobardado, sin retroceder. 

Sin acobardarse de las consecuencias de sus actos incluso cuando ya no le quedaba nada. 

-Mátalo. - 

-... amo. - 

Sus orejas caen al mismo tiempo que esa araña lo hizo pedazos. 

No hubo un último grito. Solo se hizo pedazos. 

Aunque si se escuchó un gran alarido y no fue el de ninguno de los monstruos presentes. 

Theodore no volteo en ningún momento hacia esa voz. 

Solo observa esa cabeza rodar a su encuentro. 

Tan lindas esas orejas sucias, como siempre. 

Escucha el zumbido de sus propios tímpanos, el sonido de su propio corazón destrozandose en piezas. No le quedó más que obedecer la orden de recoger su cuerpo. Abrazando esa cabeza contra su pecho al recogerla con sus garras y ponerse de pie para llevarlo a esa caja. 

Miro por última vez esos vacíos ojos sin color. Sin nada.

Dejando que su cuerpo vuelva a ponerse sobre las cuatro patas. 

Espero junto a los otros hasta que las compuertas fueron reparadas varias horas después. 

Las que paso en silencio junto al grupo. 

Ese mutismo en su interior continúa al subir al ascensor y bajar rodeados por las armas. 

Las armas seguramente volverían. 

Divididos uno por uno en distintas celdas. 

Su celda es una con un cristal superior donde puede ver a un vigilante pasar notas. 

Va paso a paso hasta una esquina a colocarse en una bola. Mirando el suelo durante un tiempo determinado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Horas después despierta por el frío. Un fuerte frío sobre su columna. 

Busca alrededor. Rodando por la celda. 

Recorriendola nuevamente y con el cuerpo helado busca cómo escapar de su cabeza. 

-Dios…- lo llama rascando las paredes. 

Araño cada muro. Salto, pateo y comenzó a gritar. 

Ya no sabe qué fue lo que grito. 

Solo podía saber que lo hacía por la sangre corriendo fuera de su boca al reventarse el torrente sanguíneo. Tosiendo, arrastrándose, gritando y sollozando. 

Golpea con su espalda las compuertas. 

Salto contra el cristal chocando su cabeza contra este. 

-¡¡Quiero ver a Dios!!- exige clavando las garras en el vidrio. 

Las paredes de esta celda comenzaron a ser irreconocibles por culpa de sus acciones revueltas. 

 

Una vez la garra de su pata delantera izquierda se desprendió, escucho una voz por el comunicador. 

-CatNap, debes controlarte o te controlaremos nosotros. - 

Corrió al cristal. 

-¡¡Llevenme con Dios!! ¡¡¡Quiero ver a Dios!!! 

-Cat-

-¡Porfavor! ¡Porfavor! ¡Porfavor!- no espera, golpea su cabeza contra el cristal.-¡Quiero ver a Dios!-

 -Dios no está aquí, CatNap. - 

-¡¡No me mientan!! ¡Quiero ver a Dios! ¡¡Llevenme con Dios!!-

 El empleado al otro lado del cristal da señales de extrañeza. Revisando las notas de este experimento. 

 

En el interior CatNap piensa. Tanto piensa que sus ojos se llenan de sangre al hervir. 

-Llevenme con 1006 o voy a suicidarme. - les pidió apartándose del cristal. 

La sorpresa de los encargados al otro lado del cristal es clara. 

 

Theodore esperó por varias horas. Sin moverse en espera de la respuesta, de la salida. 

Finalmente algo llego. 

-Se te llevara pero deberás ser obediente. - 

Su actitud regresó a esa tan silenciosa. 

Las compuertas se abrieron frente a él y del otro lado le esperaba un grupo armado. 

Los sigue. 

A un ascensor incluso más bajo. En la oscuridad los puede ver y ellos a el, preguntandose porque esto tenía que suceder. 

El recorrido fue mucho más extenso de lo esperado. Paso por zonas muy distintas a las que recorrió de humano. O puede que lo estén llevando por el camino largo apropósito. Como fuera. 

El aroma de la garra le esperaba. 

La sorpresa por haber sido escuchado fue tan grande como inesperada. 

En esta sección de la fábrica la seguridad es extensa y usaron esos cables para dejarlo entrar a varias secciones. 

Dejándolo en una zona abierta se retiraron. 

Theodore espero. Observando el suelo tan lleno de sangre. 

Sucio. 

Una compuerta al final de esta zona se abrió. Corrió hacia esta deteniéndose al casi chocar con la reja eléctrica. Mirando al otro lado esa oscuridad húmeda. 

Plagado por gusanos y restos de carne podrida. 

Espera mirando esa figura acercarse. 

Retrocede bajando la cabeza al suelo con las patas adelante. 

Esta gran criatura le observa con esos tantos ojos.

La gran garra de hueso y carne expuestos tomo la delantera, tocando con cuidado la reja. La elerctricidad ocasiona un estremecimiento por el poco pelaje qué le quedaba. 

-Viniste a mi, gatito. - saluda después de comprobar que no podría cruzar. 

Theodore levanto la cabeza, la sangre de sus ojos cae más rápido al mirarlo.

-Dios… - lo llama, mirándo a este monstruo con esa abnegacion innegable. - ¿Porque mi cariño tuvo que morir?- pregunta aferrándose al suelo con sus garras. 

El monstruo al otro lado de la reja le mira fijamente. 

Preguntandose como salir de este problema. 

No se suponía que mataran al perro y si lo hicieron, al menos debieron darle los pedazos. Así que se queda mirando al gato tener este Berrinche.

-¡HICE LO QUE ME PEDISTE!¡¡HICE LO QUE ME PEDISTE, SEÑOR , LO HICE!!¡¡¡¿Porqué debo perder a mi cariño?!!!- su cabeza cae agotado.-¡¡Y YO LO HICE!! ¡¡YO LO MATE!! ¡OTRA VEZ!- de todo su cuerpo cae gtarn parte de su pelaje , dejando qie se deñice lentamente. - Yo lo hice… Por ti.. Pero tu camino es muy cruel, Dios mio.- sus temblores lo hace sentirse pequeño. 

Esta criatura revisa las distintas opciones a elegir. 

Porqué en su naturaleza el comprender cosas como la pérdida, la culpa o el dolor de traicionar a un ser amado le era por demás absurdo. 

 Busca entre todo lo que aprendio.

Tomando la decision, otra vez aprendida de observar a ese perro y a los humanos como el anciano que le hace esta existencia un infierno. 

-CatNap. - lo llama por ese nombre de juguete. Ya no le da la oportunidad de ocultarse tras ese nombre de muertos. - Eres mi amado hijo, mi pequeño más preciado. - 

Theodore levanta la cabeza. Observando a esta criatura con un cuerpo debilitado. 

Añorando su consuelo. Su perdón. 

-Y tu cariñolo que eres para mi… - 

Logro imitar esa voz y el resultado es mucho mejor de lo esperado. 

Este gato se quemo al buscar su contacto a través de la reja metálica. 

-Perdón, perdón, perdón, perdón, perdon, perdón, perdón, perdón, perdón…-

El coro de disculpas resuena al revolverse el gato una vez esa voz se dirigió a él. 

-Eres mi hijo más amado y como tu Dios puedo saber que soy amado por ti porque lo que amabas lo entregaste por mi. - escupe lo mejor que se le ocurre. - Porque ahora que incluso aquello que más amaste y a lo que te entregaste es mío por tu propia mano, eres lo más cercano a mi voz y mi voluntad.- traspaso una sola de sus garras, viendo al gato frotándose contra esta incluso cuando se vio cortada su piel.-Llegaste tan lejos, sin retorno. Sin el perdon, con un futuro imparable para llevar nuestro futuro más allá de este infierno. - 

Theodore no tiene palabras para responderle. Añorando este consuelo. . 

Temiendo al silencio. 

-Porfavor… devuelvelo. - suplico deteniéndose. - Porfavor, devuélvelo. - 

-No. Es mío … - Escarba rápido en sus recuerdos. - Es libre de este infierno, ¿Porqué querrías tenerlo devuelta cuando ya lo salvaste?-

Theodore dejo caer los hombros. 

-Dios, te lo ruego, porfavor, perdóname. Perdoname, porfavor, solo… Solo le quiero devuelta.-

Era difícil ser un Dios. Este chico le pedía cosas que no podía hacer. 

-No te cobardes ahora. No me pidas una ofrenda de vuelta. No cuando ya le hiciste esto a alguien que amabas. - golpeó esa frente al retirar su garra.-Ya llegaste más lejos qué nadie para tu dios… ¿O es que solo lo hacías para ser el lider?-

Theodore negó moviendo la cabeza. 

-No yo no lo hice por eso-

-¿Entonces porque lo hiciste?-

-Lo hice por ti, Dios. - 

-¿Entonces qué debería hacer CatNap desde ahora?-

-Debo seguir adelante… por lo que hice.- 

-Porque si no soy tu Dios y no fue una ofrenda para salvarlo de este infierno… - Inclinó el cuerpo cubriendo al gato con su sombra. - Solo serias un traidor qué mata por nada a la única persona que te amaba.- sonrió dejando salir la mofa incluso con la voz de ese perro. - Porque si no es para Dios, ¿Porqué lo hiciste? Y si por dios lo hiciste, ¿Qué podría detenerte ahora? - 

Theodore exhala ese vaho ardiente. Dejando que la sangre de sus ojos recorra su rostro. 

-Yo lo hice por ti, salve a DogDay por ti. Él está bien ahora.- sus palabras eran la verdad. 

Eran la verdad porque Dios es real. 

Negarlo ahora sería volver la muerte de Dog solo una traición de su parte. 

-Salvaste a tu cariño. - uso esa voz. - Salvaste lo que era para ti. - 

 

 

Porqué una vez llego tan lejos no podía echarse atrás. No podía ni sería necesario. 

Mientras Dios esté aquí y lo reconozca, esta sería la verdad. 

Solo así lo que hizo tendría sentido. 

 

 

 

 

 

Notes:

Lento. Lo se.
Aquí vamos con los demás.

Chapter 68

Notes:

Capitulo emocional.
No romántico, emocional.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Bubba hoy despertó con dolor de cabeza y una fuerte ola de problemas lumbares. 

El tiempo sobre los restos de un sueño de amenazas dispersas por el futuro que le espera al abrir los ojos y dar la cara a este momento. 

Ayer hicieron pedazos a DogDay. 

-No, no, no, no, no…. -murmura pataleando con las patas pegadas a sus orejas. 

Tardo algunas horas den levantarse del suelo y rodar a otra esquina de la celda. 

DogDay y él no eran cobardes… Bueno, él sí lo era mucho. 

Le temía demasiado al dolor y a los gritos. 

Aún así le parecía que debía empezar a planear el siguiente paso a dar. 

-¿Cuánto tardarán en traerte de regreso?- murmura. 

Sabían que los científicos podían devolver a DogDay, solo necesitan su cuerpo para traerlo devuelta. 

El precio del cuerpo de su amigo era exponencialmente superior a cualquiera de las otras pertenencias de esta compañía. Nunca lo matarían. Era una verdad a la que hace tiempo se acostumbraron. 

No importa cuanta cosa les hicieran, no los dejarían ir tan fácilmente como matándolos.

No porque fueran villanos clásicos de alguna novela extraña sino porque ningún esclavista regalaría con tanta soltura algo como la libertad de forma tan resuelta… a su pertenencia. 

Aunque lo sucedido definitivamente le dejo un sentimiento horrible. No eran ese tipo de personas aquellas que se adueñaron de sus vidas y les atraparon como juguetes en esta locura de plástico y sangre las que llegarán a matar a alguien como DogDay. 

Entregaron a DogDay. 

Lo traicionaron de la peor forma posible. 

Lo dejaron en manos de las criaturas de la superficie. 

Bubba cubre sus ojos con las patas intentando sacar la imagen de Mommy mordiendo a su hermano. 

-¿Porqué tuvo que ser así?- lamenta este horror. 

Se supone que hay un plan como este entre las posibilidades futuras donde los atraparan con las manos en la masa. El problema era que para este debían ser descubiertos y no traicionar de forma intencional a nadie. 

Esperaban conservar al grupo protegiendo a la mayoría que se debería hacer responsable. 

No debía suceder esto. No a su hermano. 

No ahora. 

Su cuerpo se sacude al escuchar las puertas de su celda abrirse. Rueda sobre su espalda , poniéndose de pie con esfuerzo. 

Por esta puerta abierta puede ver a los guardias nuevos. 

Era impresionante cuanto hizo su hermano en tan solo una hora él solo en esta sección de la fábrica. Le hacía pensar que podrían repetirlo, todos juntos podrían adueñarse de esta zona. 

-Debes seguirnos. -

Escucha y obedece con la espalda encorvada. 

Lo llevaron a una celda distinta. La de siempre. 

Donde a su entrada más de uno le espera. 

Picky corrió a tomarle en brazos una vez la puerta tras ellos se cerró. Bubba mira por encima de ella a Crafty y Bobby reunirse con él. 

-¿Cuanto más tardarán en traer a Dog?- le interroga Crafty con un tono frustrado. - Ya casi estamos todos. - 

-¿Ustedes saben porque Kickin y Theodore hablaron?-

-No lo se, no se porque habrán abierto la boca. - suspira la verdad. - DogDay debe estar en reconstrucción o puede que se reúna con nosotros pronto. - decide alejarse de la puerta antes de que entrara algún otro del grupo. 

-¿Qué le pasa a Mommy?-

Los tres llevan los ojos a Bobby.

-¡¿Porqué le hizo eso a Dog?! ¡Todo este tiempo hemos intentado llevarnos bien con ellos pero una y otra vez nos lastiman, no es justo!-

-Si, ella es una maldita. - se cunda Crafty - Entonces que es Kickin o Theodore ¿No es culpa de ellos todo esto? ¿Se supone que hagamos borrón y cuenta nueva? ¡Nisiquiera sabemos si DogDay nos perdonara!-

-Lo hará… ¿No?- su miedo le hace buscar las respuestas en Bobby. 

Ella aprieta los puños sobre su pecho, temblando tanto como para hacer su collar sacudirse. 

-Ella lo mordió… se lo comió frente a nosotros…- sus manos subieron hasta su cabeza. - ¡¡¿No les hice bailar frente a esa cosa?!!- su desesperación y la culpa la hacen doblarse, dejando que sus rodillas caigan al suelo. - ¡¡Se supone que podíamos ser sus amigos!! ¡¡Como es que les parece justo hacerle esto a Dog!! ¡¿Qué se supone que les debemos?!-

-Deja de gritar. - le advierte Picky. Suelta a Bubba, ya frustrada por el berreo de Bobby. 

-¡¡Se supone que somos iguales!! ¡¡¿No estamos juntos en esto?!! ¡No es justo, son demasiado malos con nosotros!- su voz se quiebra entre la infantil y la adulta. - ¡¡¿Como se supone que le de la cara a Dog después de esto?!! ¡¿Porqué todo lo hacen tan dificil?!-

Picky se adelantó a Bubba que apenas puede armar alguna línea entre el descontento qué se forma en su corazón y la presión de Bobby cargando esa rabia en su cuerpo aletargado. Estiro la pata encestando una patada directa al rostro de Bobby al tenerle al alcance. 

-¡¡Mierda!!- exclama Crafty apartándose de las dos. 

Picky va con Bobby, agarrando su propio pecho para gritarle. 

-¡¡Deje de llorar como una perra y levántate del suelo, deja de llenarme la cabeza con malditos lloriqueos!! ¡¡Tienes 12, ya no puedes seguir comportandote como una puta niña mimada!! ¡La gente es mierda, superalo y sigue! ¡No quiero gastar mi tiempo consolandote!-

Bubba levanta las orejas preocupado. Pasando sus ojos por Picky a Bobby. 

Ella los mira agarrando esa zona impactada. 

-Estoy asustada. - murmura desde el piso. 

-Yo también… - Picky se atraganto con todo lo que deseaba decirle. - Solo deja de comportarte así, no ayudas a nadie cuando te tiras al suelo y mucho menos me hace sentir bien tener que consolarte cuando yo también estoy asustada.-

-¿Porqué estas asustada? ¿Será por lo mismo que yo?- 

Picky junto a Crafty frncen el ceño, fijando la mirada en esa osa. 

-Me da miedo que DogDay no nos perdone… Más que los de arriba o las personas.- su humor cae de nuevo, aferrándose al dolor de su rostro. - Me asusta mucho perderlo, me asusta mucho que no nos quiera. - 

Bubba abrió la boca con algo que decir. 

-Dog-

Las puertas interrumpen sus palabras al abrirse tras ellos. 

Observando a Hoppy entrar con el rostro decaído. 

-Hola.- saluda una vez se cierran las compuertas. 

Bobby corrió a su encuentro rodeándola con sus brazos. 

Hoppy observa la situación a la que se enfrenta. A sus amigos al parecer discutiendo hace tan solo un momento y el pelaje de Bobby humedo por los rasguños. 

-¿Como es que pelear les pareció la mejor forma de esperar?- les pregunta uniéndose al círculo. 

-¿Porqué te ves tan fresca?- interroga Crafty. -¿Te hace feliz que Dog no esté aquí?- le acusa apuntando con la pata. - ¡¿Sabias que ese pollo iba abrir la boca?!-

Hoppy negó moviendo la cabeza. 

-Debemos hablar. - murmura acariciando las orejas de Bobby. - Esperaremos a DogDay para discutir sobre lo sucedido. - 

-¿También crees que regresara?-

-No hay forma en la tierra de que a DogDay lo maten… No de esa forma, el… Podrá regresar y podre disculparme…- Hoppy comenzó a temblar bajando las orejas sobre sus hombros. - Necesito pedirle perdón. - 

Entre los cinco se guardo silencio en espera del resto. 

Algo que tardo un par de minutos. 

Observando al ave entrar lentamente. 

Lo siguiente es una incomodidad que no esperaban llegar a sentir con él, no con el más pequeño del grupo. Descnocociendo su presencia. 

Lo observan quedarse en la puerta sin hacer ningún movimiento. Observandolos de vuelta con una mirada nerviosa. 

Intentaron no reaccionar. Ya que Hoppy era la líder en ausensia de DogDay le escuchan y esperan con el ritmo cardíaco hecho un solo zumbido. 

Pasaron lo que se sintieron como horas tan solo mirándolo antes de abrirse la puerta tras el ave. 

Esta mira atrás y su picó y cuerpo chocaron con el gato que entra con la cabeza baja. 

Dirigiéndose a una esquina sin mirarlos. 

Kickin después del empujón se quedo en ese mismo lugar. Mirando al gato y a sus amigos. 

Hoppy no lo llama ni hace gesto alguna hacia él, dejándolo en suspenso. 

Kickin comienza a temblar víctima de la presion creciente respecto a su ansiedad. Las plumas se deslizan por su cuerpo lentamente. Temblando y estremeciéndose con el ritmo cardíaco agitado. El calor sube por su cuerpo como agua, lo estaba agitando tanto que tuvo que cubrirse la boca para no vomitar. 

Respirando con esfuerzo bajo los ojos de sus amigos fijos en su cuerpo. 

-Ven. - 

Esa voz rasposa que lo sobresalta ha sido el gato, quién lo llamó desde esa esquina. 

Kickin regresa la mirada a su grupo. Bajando la cabeza al ir junto al gato. 

No se atreve a cortar demasiado la distancia entre ellos, quedándose a unos dos metros del gato tan solo para sentirse acompañado. 

 

 

Hoppy lo siguió con los ojos. 

-Cuando DogDay regrese, esos dos deberán dar muchas respuestas. - murmura Picky tomando una esquina para descansar.-No voy a dejar que ese idiota gane. - 

No entendían las razones para que ese gato hablara y mucho menos Kickin. No hay nada que ganar al perder las flores o el acto de DogDay. 

DogDay ya no seria el representante de su grupo con los humanos. 

-Quizás Theodore creía que estaba haciendo algo bueno. - 

El pensamiento expuesto en voz alta por la osa, ocasiona un fuerte sentimiento de rabia dentro de la unicornio. 

-Chicos. - 

Miran arriba, a las bocinas de la celda, al oír a ese humano desde el techo. 

-Volverán a sus tareas pero deben demostrar que son obedientes. - 

Miran a la compuerta abrirse tan solo por una rendija en el centro. Por est entro un cuaderno grueso y pesado qué resuena en la celda al caer contra el piso. 

-En ese libro están todos los empleados de la compañía, al igual que las visitas. - espero a que Bubba lo tomara entre sus patas. - También de los niños de la guardería. Ustedes deben compartir con nosotros todos aquellos rostros que se mezclaran o fueran partícipes del intercambio de sustancias con su líder y los humanos que ya fueron encontrados. - 

Bubba abrió el cuaderno. 

De inmediato la primer página le mostró un rostro conocido. 

Niko. 

Sus orejas se movieron tocando las caras de todos menos su hermano. 

-Ahora mismo responderán juntos pero saben que de mentirnos se les castigará, ¿Lo entienden?-

El grupo revisa el cuaderno en poder de Bubba.

-¿Que se supone que hagamos?- pregunta Crafty pegando la cara a la espalda de Bubba. 

Picky tomó el cuaderno, incluso si casi se cae de sus pezuñas, 

-Ese día DogDay olía a varios humanos y la mayoría deben estar muertos. - les apunta a varios. -No quieren nombres, solo sus caras. -

-Yo no participaba como ustedes. - recuerda Crafty su casi nula posibilidad de incluirse en los negocios de DogDay. 

-¿Creen que DogDay les respondiera y solo quieren comprobar si no mentía?-

-Para lo enojados que deben estar, DogDay debe estar pasándola muy mal. - 

El ceño de Bubba cae aún más. Presionando las patas juntas sobre su cabeza. Retorciendose su piel y cuerpo tan claro como para hacerles apartarse. Bubba piensa incluso si estaba convulsionando lleno de este estrés. A sabiendas de que los dos bocones también estaban en esta celda y tendrían una participación que seguramente iría a la contraria de las maquinaciones de su grupo. Con ese plan que no comparte ninguno todavía y seguro, muy seguramente era contrario. 

No era el lider, solo podía ser el segundo y era su decisión apartarse de las grandes decisiones pero Hoppy tampoco era demasiado buena cuando se trataba de decidir con la cabeza fría.

Estaba seguro de que Hoppy solo desea pelear con los dos restantes. 

-¿Que hacemos?- les pregunta Bobby de nuevo.-Bubba… - 

-No lo molestes, debemos pensar nosotras. - 

-Hagamos lo que Dog querría. - apunta Crafty. -Marca a todos y a más, los que sean mientras los podamos reconocer.- 

-Excepto a los útiles.- 

-¿Cómo podemos saber si uno es útil? DogDay estuvo matando a todos y no sabemos a quienes, no tiene sentido.-

Bubba aun se estremece pero logra responderles. 

-Si es de arriba debe estar vivo y si es una visita debe haber llegado dentro de los últimos tres días antes del incidente, el dinero aumenta cada siete días y esos siete apenas habían transcurrido a la mitad. - 

Hoppy le vanto las orejas conforme la luz llegó a su mente. 

-Entonces Dog solo debió querer a los del sector.- levantó las manos cubriendo su boca.-A los trabajadores. - 

Bobby les mira uno a uno buscando respuestas completas y no solo murmullos cada vez mas bajos. 

-Los que saben quienes vienen de afuera.- 

-Pero no a los consumidores. - 

Bubba detuvo sus temblores. 

Picky abrazo el cuaderno contra su pecho. 

Lo lanzó directamente hacia los dos en la esquina. 

-¡Termina con lo que iniciaste!- les exige a ambos. 

Bobby agarra el brazo de Hoppy más relajada. 

Con ese sosiego sobrecogedor en su interior. Compartido por sus tres compañeros. 

Retomando una actitud más tranquila tan de golpe como podría ser posible. 

Porqué DogDay hasta el último segundo lo que hizo fue proteger esta única oportunidad. 

Los protegió. Los cuido incluso al traicionarlo. 

Llenando estos corazones con la esperanza de ser perdonados. De ser tomados devuelta. 

 

 

Kickin en la esquina tiembla sin lograr entender las acciones de Picky o porque de la nada la agresión del grupo se redujo. 

Toma ese cuaderno del suelo, levantando el gran crayón qué venía atado a este. 

-Constesta de manera fiel.-

La orden viene por un costado. 

Para Theodore esa acción fue más como desechar el libro y a quién respondiera. 

Podría ser solo ellos resistiendose a contestar más preguntas. 

Los entendía. 

Aún exige a Kickin qué hable de una vez. Ya no soportaba que esto continuará. 

-Puede que DogDay no quiera que yo conteste esto. - 

Levanto las orejas al escuchar eso. 

-¿Puede que el no quiera qué?-

Kickin mira las fotografías. Reconocía a muchos. Él era el encargado de muchas ventas junto a Bobby pero ella tampoco marco casilla alguna. ¿Que significa? ¿Estaban dándole la zoportunicda de echarse atrás o era su última oportunidad para ser perdonado?

Lo que fuera, lo tomaría. 

-No voy a responder nada de esto. - 

-Entonces deberías dar por terminada nuestra mutua empresa.-

-Que raro estás hablando.- apunta Kickin coloreando tres caras de las hojas. 

Theodore inclinó la cabeza. Las acciones del ave fueron contrarias a las que dijo. 

-¿No dijiste que te abstendrias?-

-Lo haría pero alguien debe responder si no queremos que nos castiguen a todos juntos. -mira al gato de lado. - Tú también deberás apuntar, así que elige algo y ya. - sus dedos se detuvieron al ver una visita conocida. 

Ese tipo joven que lo ayudo a contar hace algun tiempo. 

Lo reconoce al ser de los más recurrentes junto al tipo de las cosas metidas en lados raros del cuerpo. 

-Constesta con sinceridad. Ahora qué te dieron la oportunidad, tomalo. - 

Esa orden se repite. Levanta la cabeza encontrándose esos ojos fijos en su cuerpo. Exhala una bocanada de vaho. 

-Bi.. Bien. - responde marcando rápido la cara contraria a sus conocidos. 

No lo pensó, simplemente vio caras que no se le acercaron para apuntarlo con ese gato en su hombro. 

 Si atino por no conocer a todos aún no lo sabe, simplemente siguió adelante cnn las marcas. 

Ninguno de los sonrientes hizo alguna marca y tampoco le dio señales de que hacer. Viéndose limitado a responder tardíamente a los delirios de su mente perdida en estas caras desconocidas y en cualquier atisbo que pudiera hacerlo caer en un error le es difícil encontrarlo con la presión creciente el acoso de este felino tan cerca de su persona. 

Aspira y es el aroma de esas flores las que siente llenar sus pulmones. 

No lo soporta tan cerca. Desea su espacio, ya no quiere sentirse acorralado. 

-Si me viera tan cerca de ti Dog se hará una idea equivocada. - inventa y escupe la estupidez más cercana a un invento sobre la, no tan falsa y puede que no lo sea, celosa naturaleza del perro. 

Theodore levanto la cabeza contrariados por esa frase. Sus orejas se mueven varias veces antes de retirarse lentamente a un lado. Sus pensamientos regresan del fondo donde eran solo su misión en funcionamiento. Mirando al perro dentro de lo que fue alguna vez el fin de esta larga y destroza hazaña a nombre de Dios. 

-Tu… ¿Crees que regresará?- pregunta retomando su tono habitual. Ese que no es agresivo pero hace que su voz truene en un murmullo. 

Kickin maca en x la cara de un hombre. 

-No llevas ni un año con nosotros así que no tienes idea de lo que podemos soportar. - miro a Bubba de espaldas a ellos. - Ese anciano lo dijo. Todos los experimentos podemos ser torturados hasta lo inhumano pero aun no moriremos, talvez tu también lo experimentes pronto y… Lo entenderás. Estas personas saben mucho de nosotros pero no saben porque no morimos.- sacudio ese crayón en sus dedos. - No se que quieren averiguar de nosotros o de Huggy o Mommy, pero debe ser algo importante para qué le hagan esto a todos los niños. - miro al fin al gato. - DogDay siempre estuvo suelto en las pruebas y las resistió, creo que estas personas ya saben como matarnos pero en el caso de Huggy, el experimento les llevo mucho tiempo de recuperación y con nosotros se trata del dinero invertido en nuestra experimentación y seguimiento. - 

-¿Puede volver?- Theodore se quedo con esa parte.

Kickin asiente. 

-No veo como esa araña podría matarlo de esa forma. - miro a su grupo.-No se que esta pasando pero DogDay regresará y es lo único que necesito saber. - cerró el libro. -Ya no quiero hacerles más daño a mis amigos. - dejo el libro en sus patas. 

Theodore observa el cuaderno. No lo abre. 

Se queda inerte. Con el corazón más agitado que hace un segundo y después de este aun latía más rápido. Llorando por dentro esa felicidad creciente. 

Talvez Dios se equivocaria y como dijo este pájaro, Dog regresara. 

Podrían hablar y retomarlo. Podría decirle porque lo hizo y seguir adelante con lo que eran. 

O talvez DogDay no lo perdone y vuelvan a ser simples amigos y seria olvidado al fondo. 

O quizás simplemente lo odie desde ahora y no vuelva a dirigirle la palabra. 

También podría no ser ninguna de estas y sea desde ahora solo otro experimento en el mismo espacio que DogDay, solo una de las manchas que pasan por un lado del ojo. 

Cada vez más lejos. 

 

 

Ese cuaderno fue devuelto a los humanos. 

 

 

 

 

 

 

Un día después fueron reintegrados a La Guardería. 

 

Por un impulso se movieron por el lugar en grupo. Observando los cambios en el ambiente bajo la mirada de varios guardias de seguridad. 

Los trabajadores que quedan son solo algunas niñeras y un conserje qué se escondió en el recinto más escondido. Incluso el director fue cambiado. 

Todo el personal fue asesinado. 

La sorpresa que les recorre el cuerpo al no reconocer a ningún empleado, ni siquiera de cocina, les hace temblar. Tanto o más que ver las nuevas verjas de hierro en las puertas y no las de aluminio de antes. 

DogDay los cazo muy rápido al conocer cada mísero segundo de sus rutinas. Una de las ventajas de conocer los horarios y rondas de los empleados. 

-Él estaba muy enojado. - 

Theodore observa a cada nueva cara y seguridad en las plataformas superiores. 

El papel tapiz de las paredes completamente renovado y cada una de las figuras limpias por las maquinas que aún son posibles de ver a lo lejos en algunas esquinas. 

DogDay destrozó este lugar en menos de dos horas el solo. 

Theodore siente su corazón acelerarse. 

-Esto es lo que siempre pudiste hacer.- suspira la verdad que entiende con este cambio en las acciones de él perro. La furia qué debió llenarlo al matar a estas personas con tanta decisión. 

El solo espejismo de su potencial en solitario. 

Como si al igual que su existencia siu fuerza yy capacidades fueran la muestra de la piedad de su Dios. 

Entonces… 

-Esta es la capacidad de tu rabia, Dios. - su maravilla crece con la renovada esperanza plantada por el ave, por la posibilidad de recuperar por mano de los humanos a su perro. Su cariño solo está a un paso de regresar. 

Porqué lo dijo. Lo prometió. Porqué lo que le hace temblar ahora, siempre fueron las posibilidades de ese perro de aliarse con otras criaturas y ser libres. Completa y totalmente libres. 

Ese perro deseaba hacer lo que él mismo quería ayudar a Dios a lograr. Como si sin conocer a Dios aún fungiera sus acciones a la voluntad de Dios. Mucho más allá de todo lo que fue este infierno para las mascotas. 

Sus pasos se adelantan al grupo, rebelándose primero a los habitantes de Dulce Hogar. 

-¡CatNap!- 

Baja los ojos del techo a la figura de una niña pequeña llegando entre tropiezos a su encuentro desde el interior de la casa. Abrazando su pata delantera con esos pequeños brazos. 

-¡DogDay no hizo nada malo! ¿Verdad que no hizo nada malo?- le pregunta llorando con el rostro enrojecido. 

Theodore agacha la cabeza. 

-¿Tu lo viste hacer algo malo?-pregunta. 

Esa voz siempre aturdia a los niños pero ahora, ante su seriedad se siente protegida. 

-No pero unos niños lo culpan, dicen que… que… que… - sus voz se quiebra llorando sobre su pelaje. 

Los sonrientes miran a esta niña y al gato, pensando en lo que diría ahora. Tras su responsabilidad en lo sucedido. 

Theodore dobló las patas llegando a su encuentro de frente. 

-DogDay solo se deshizo de los monstruos que no deberían estar cerca de ustedes. - con las garras toca esa pequeña cabeza. - Ahora ve y dile a tus amigos que pueden salir a jugar sin miedo. - 

Esta niña se refriega en su pelaje antes de correr de vuelta a la casa. 

Picky y Crafty no pudieron contenerse, adelantandose Crafty a reclamar llena de frustración. 

-Eres un hipócrita de mier-

-Ustedes llamaron monstruos a los dos guardias que las asustaron. - mira a Picky y a Hoppy de soslayo. - Los vi entre los pedazos de la zona de máquinas, DogDay los hizo pedazos.- sus cabeza se inclinó. - Incluso los pisaron, ¿No pudieron reconcerlos?- 

Hoppy gruñó acercándose directamente a él. Theodore tenso el cuerpo erizandose esperando lo que fuera a suceder. 

Un humano llego corriendo por un lado de la

-¡Hola chicos, hola! ¡Hoy yo seré su coordinador, este, soy Louis!- se presento mostrando su libreta de horarios. 

Las orejas de Hoppy se acudieron al ver un sticker de Mommy y otro de Poppy. 

Debia ser un nuevo empleado. Sería difícil conocer su carácter sin saber en que departamento sirvió con anterioridad. 

Limitaron su respuesta a un sentimiento en ola por parte de todos. 

-Bien… Esto… - lee las hojas rápido. - Bubba estará en la PlayHouse, Hoppy en Dulce Hogar con Bobby, CraftyCorn en la escuela y tu CatNap te encargarás del jardín. Kickin, se supone que mantendrás tu lugar en Dulce Hogar. Picky, subirás a la estación de tren. - 

El sentido de esta lista era absurdo. 

Bubba tendría que pasar su día sentado o a gatas y Hoppy con las patas encogidas para no destruir el suelo. 

Picky fue la mas afectada. Temblando al pensar en estar sola en la estación de tren. 

Bubba a sus espalda le dio algunas caricias con fuerza. 

-Si se portan mal, patealos a las vías.-

Picky se grio a medias al escuchar el consuelo de su elefante. Us animo mejora al sentir su apoyo. 

Este coordinador dio cuenta de los sucedido frente a él. 

Como reflejo CatNap se interpuso cubriendolos con su cuerpo. 

-¿Donde esta DogDay?- la pregunta no viene de CatNap sino de él muy nervioso Kickin. 

No sabía si podría soportar estar cerca de Hoppy después de esto. Demasiado arrepentido de todo. No sin hablar con todos juntos con DogDay.

 -¿DogDay?- cuestiona curioso por la intervención de esta mascota. Revisa el itinerario.-No, DogDay no se unirá a nosotros este día. - les deja solo eso como repuesta. - Vamos Picky, te llevare a tu lugar. - 

Ella teme pero lo sigue. Mirando por última vez a su grupo. Sus pezuñas tiemblan a cada paso. 

El ave los alcanzo junto con el grupo en un acto necio por parte de cada uno. 

-Pero él está bien, ¿Verdad?- le pregunta de nuevo el ave. -¿El volverá con nosotros pronto?- lo pregunta levantando las manos entre nervios y sus voz quebrandose. 

Este humano les sonríe riendo suavemente. 

-Ustedes ya conocen a DogDay, siempre se pierde y regresa, no se preocupen. - Mira el itinerario.-Ya, Picky. Vámonos. - 

Al menos antes de ser rodeada por los brazos de todas. 

-Estarás bien. - murmura Crafty recargada en su espalda.-De todas, tu eres la más maldita y la más fuerte, Picky.- 

-Te esperaremos con todos los dulces que logremos conseguir, no te preocupes si te da hambre. - 

Picky sacudió la cabeza acariciando una única vez la cabeza de cada una. Incluso toco el centro entre las orejas de Hoppy

-Ya, ya me dieron asco.- murmura burlándose de ellas al cubrirse la nariz. 

Las tres la dejaron ir. Viéndola seguir al humano sin voltear una segunda vez. 

Puede que esta fuera una de las últimas veces que Picky fuera su Picky y no un monstruo. 

 

El resto se dividió en sus tareas. 

 

 

Lo sucedido con DogDay dejó sus marcas. 

Pasaron un día escuchando los murmullos de algunos niños asustados. 

Hoppy tuvo que esperar casi hasta el mediodía para que los niños dejaran de darles miedo y la buscarán. 

-¡DogDay apachurro así, así, a uno!- muestra su ejemplo agarrando entre sus manos una bola de Spam. -Así. - mostró en sus palmas el jamon aplastado. 

Hoppy le tomó las manos. 

-¿Y se lo comió o lo hizo más papilla?- preguntó con un tono alegre. No sabe de otra forma para hacerlos olvidar lo que vieron. Talvez si no los reprimia ellos terminarían de sacar sus palabras y el tema se quedaría hasta ahí. -¿DogDay te asustó?- pregunta sacando una servilleta del dispensador sobre uno de los muebles de la casa. Limpia las manos del niño suavemente. 

Este le mira limpiarlo, lentamente sus ojos se humedecen. Con una mano ya limpia se soba el ojo, temblando un poco al asentir mirando a la coneja. 

-Si. - asiente sobandose el párpado. - Estaba lleno de rojo. - . 

Hoppy le tomo el rostro dejando caer la servilleta en el suelo. 

-DogDay nunca haría eso apropósito y mucho menos lastimaría a alguien bueno. - llevo las manos del niño a su rostro. - ¿Puedes entenderlo?-

El niño asiente. Analizando a la coneja de frente a su rostro. 

-¿Le van a pegar por lo que hizo?- sus dudas infantiles salen a flote. -No quiero que le peguen, el no es malo. Nos quiere mucho. - 

Hoppy deja caer los hombros derritiéndose su coraza con la voz del niño. 

Este observo aturdido como la criatura se vuelve más oscura y opaca su colorido pelaje. 

-Ve a jugar con todos y diles que es un secreto lo que pasó. No deben saberlo las visitas. - 

-Eso ya lo dijo la señora. - 

-Pues ella tiene razón. - dejo el suelo mirando al niño. -Regresa con tus amigos. - 

Sigue con la ronda que Bobby solía tener normalmente cuando se encargaba sola de este espacio. 

Excepto por algo que Kickin olvidó. Junto con Bobby. 

Avisarle de no bajar a la zona del bloque 4, porque se suponía que solo bajaran humanos. 

Así que Hoppy bajo buscando los problemas que debería reparar como la ropa sucia y las sábanas sucias. Encontrando camas impecables y frías. 

Una tras otra. Otra y otra sin problemas. 

Sus dudas la llevan a temer lo peor. 

Saliendo de este sótano se dirige a uno de los niños del bloque 3, el más cercano a este, llamándoles con un tono alegre. 

-Hola, Niños. - saluda de primero. - ¿Alguno sabe lo que pasó con el bloque 4?-

Estos niños, eñ grupo que usualmente se encontraba en las escaleras. 

-Hace meses que fueron llevados. - apunta una niña.-Se los llevaron de noche. - 

Otra del grupo levantó la cabeza como recordando algo de golpe. 

-¿Ustedes no vieron a Taquito?- pregunta.-Es chiquito y así de delgado. - 

Hoppy sigue las manos de la niña. Viendo la figura infantil

-¿Taquito?- cuestiona distraída por la crisis de su interior aunque solo les habla con un tono nervioso. 

-Taquito no habla como nosotros y muchos no le entendemos. - 

-Taquito siguió a Cloe y a sus amigos, fueron tras DogDay y-

El grupo observa como la coneja se retira de golpe. Saltando por las paredes para irse al exterior de la casa. No pueden seguirla y la incomodidad los hace unirse en un viaje a la escuela. 

Hoppy en el techo sujeta su cabeza con un aspecto decaído. 

Observa de lejos a Bubba batallar por salir de PlayHouse. 

Y a CatNap dirigirse a su encuentro. 

Hoppy no lo dejaría solo con ese gato así perdiera una pata en el proceso. 

Salto del techo para buscarlos. 

Atravesando el jardín y las rejas qué dividian los espacios de cada zona. 

 

Bubba salía por aire después de atosigarse en el interior y perder algo de fuerzas por las luces blancas. Acostandose panza abajo en el patio. Su cuerpo deja salir vapor por sus orejas. 

-No puedo hacer esto.- murmura agotado de solo pasar estas horas en el encierro. 

-No debes salir, te meterás en problemas. - 

El elefante gira panza arriba, cubriendo el estómago con los brazos. 

-Antes hacías demasiados berrinches pero ahora quieres imponer orden. - lo acusa. 

Este gato inclino el cuerpo buscando su rostro. 

-DogDay no me negaba qué hiciera mal con mi rebeldía pero tu insistes en acusarme. - 

Bubba levanta el cuerpo lentamente. Enfrentando al final a este gato de igual a igual por su gran tamaño. 

CatNap estiró el cuello obligandolo a mirarlo hacia arriba. 

Bubba frunce el ceño. 

Hoppy llego por un lado apuntó de gritarles. 

-... es increíble que lo quemaran, creí que es perro volvería a este lugar.-

-No deberías alegrarte. Los trabajadores que cometieron el error han sido despedidos y, muchos tendrán que pagar el precio de ese monton de carne.-

-¿Crees que las otras cosas lo sepan?-

-No creo que puedan entenderlo. - 

La figura de los tres se queda en pausa. Sin moverse ni cuando los niños pasan por sus patas. 

Hoppy hizo una señal a Bubba al retirarse de vuelta a la casa. 

CatNap les mira uno y a otro, dejando atrás este lugar con un andar relajado.

Bubba regresa al interior de la construcción. Dejando atrás este silencio. 

 

Bobby escucho la misma noticia por la boca de una niñera aliviada. Cargando las sábanas limpias y su humor decaido. Dejó este sentimiento en el suelo al seguir adelante. 

Crafty se entero por la boca de una niña asustadiza. 

Kickin fue igual que Bobby. Enterándose de la noticia por las mismas niñeras. 

Quemaron a DogDay. 

Una vez quemado el cuerpo no se puede reconstruir con aquella cosa rara que usan. 

No hay forma de esperar algo por parte de los humanos. 

Gritando. 

Gritando por dentro y con el cuerpo hecho una tiza sin fuerzas ante el impacto. 

Kickin sujeta su cabeza entre las manos. Arrodillandose en el espacio entre dos cunas. 

Las manos de un bebé toman las plumas de su cabeza, tirando sin causarle dolor. Solo le recuerda n donde esta y lo que hizo. 

Lo que tendría que hacer desde ahora. Preguntándose si de verdad deseaba a terminar su amistad con sus amigos o si prefería recuperarlos. 

Puede ser malo en matemáticas pero no tomando decisiones. 

 

 

Pasaron el resto del día en una paz aparente. Moviéndose y atendiendo las órdenes de algunos trabajadores o escuchando a los niños contarles sobre los días que no estuvieron presentes. 

El grupo escucha la alarma de La Guardería antes de reunirse en la zona designada. 

Bubba espero primero que todos a que se reunirán. Escuchando a algunos trabajadores de las plataformas hablar sobre el mismo incidente. 

A todo esto se debería decir que no están siendo exactamente escandalosos sino que simplemente no pensaban que estas criaturas tenían tímpanos bastantes sensibles. 

Es eso lo que le lleva a revivir el sonido de la carne de su hermano siendo arrancada. 

Bubba cubre sus oídos fuerte. Tratando de callar algo que se encuentra dentro de su cabeza y no en el exterior, llevándose más de esa amargura a su cuerpo cansado. 

La llegada de uno a uno aun le mantiene en el interior de este delirio. Manteniéndose firme mientras las ideas golpean su cabeza. 

Su memoria siempre fue muy buena, condenadamente buena, trayendole las señales para lo ocurrido una tras otra. 

Las mentiras, las miradas extrañas de fondo entre esa ave y el gato, los humanos alejándose de ellos, las criaturas riéndose de ellos cuando ese gato se unió. Las muchas veces que este rondo a DogDay en vez de acercarse como algo más natural. 

¿Como demonios no pudo darse cuenta de los planes de este gato?

Quizás los veía pero le daba miedo molestarlos. Como siempre intentando evitar los conflictos. 

-Chicos, vamos a descansar. - 

Los siete ya reunidos han sido abordados por este trabajador. 

Bubba busca la mirada de Picky. 

Esta se ve relajada. Observando al gato entre pasos. 

No es la única. 

Bobby observa al gato con el brazo de Hoppy entre sus garras. No parecía estar deteniendola sino aferrándose a lo que eran. 

Busca a Kickin y puede verlo en el camino, a la cabeza del grupo. Su cabeza baja adelantaba el peso que ya lo tenía al límite. 

Al caminar por esta zona los empleados les miran curiosos. 

De verdad no eran para nada los de antes. 

DogDay les daba la oportunidad de reiniciar o dejarse arrastrar por el peso de los prejuicios que se comenzarían a cocinar a más tardar unos días. Pronto estas personas se armaría un juicio sobre ellos. Sobre cada uno según los rumores que se hayan exparcido hasta ahora. 

Al parecer era claro que el perro líder era despreciado. 

DogDay es despreciado incluso muerto. 

¿Con quien debería hablar sobre las flores? ¿A quien DogDay le dejo la informacio sobre su ubicación y las personas a las que contactar? 

Bubba no sabía nada porque el mismo no deseaba saberlo. ¿Entonces a quien pudo decirle a quién buscar? ¿Cuál de sus amigos sabe dónde está la cabeza de la bestia? 

La celda a la que los llevaron es la conocida. Esa donde ya los ocho derramaron su sangre varias veces y perdieron el control una y otra vez. 

-Espero que duerman bien. - los despide este humano una vez los siete entran a es celda. - 

Catnap mueve las orejas en la orilla de la salida. 

-Quiero-

Lo que quisiera fue algo que no pudo saber este humano al cerrarse las compuertas mucho más rápido que antes. 

Observando por solo un atisbo como ese elefante atravesó la habitación y tiro a sus compañeros para alcanzarlo con una pata, salpicado con la sangre de este gato las puertas y a los trabajadores. 

Dentro de loa celda se cierran los sonidos pero estos empleados pueden imaginarse lo que ocurría. 

-¡¡Llamen a control de producción , rápido!!- ordenó limpiandose el rostro. 

 

 

Dentro las cosa se calentaron rápido. 

Theodore recibió el primer golpe pero corrió sobre los muros anres de dejar que este elefante lo alcanzará con las patas. Observandolo seguirle desde el suelo con un aspecto cada vez más perdido. Sube por este muro usando las garras, al menos era así antes de que Picky aterrizara a su lado enterrando las patas en el suelo arrancando pedazos de concreto entre los golpes qué intenta darle. Puede apartarse al ser más lenta pero no de la patada de la coneja en su lomo. Cayendo los dos contra el piso.

El puede poner las patas al tener el cuerpo necesario pero Hoppy solo puede aferrarse a la pared para evitar la caída qué le quebraria las patas mucho menos resistentes qué rapidas. 

No logra ver completamente a la coneja antes de ser embestdo por este unicornio, que no dudo en clavar ese cuerno en su costado al levantarlo en el empuje. 

El gato sisea y golpea con las garras lo que qué alcanza almenos antes de ser sujetada una de sus patas por esa osa por un lado. 

La unicornio lo patea con las patas delanteras clavandolo contra el suelo. 

Theodore patea y arrastra con las patas traseras el cuerpo intentando librarse de ambas. 

El vapor de su boca comenzó a salir en torrente, espeso y frío al contacto. Humedeciendo con su gran contención de agua el pelaje de las criaturas. Ni el sabia porque deseaba exhalar con tanta fuerza, pateando a la unicornio fuera de si a la primer oportunidad al perderlo de vista por culpa de esta nube de vapor. 

Bobby le atrapa una de las orejas manteniendolo sujeto sin importarle si el gato le alcanza la sonrisa con esas garras y arranca parte de su rostro. Gritando de dolor sin soltarlo. 

Desde arriba llego el impacto conocido sobre su estómago. 

Esa pata azul impacta sobre su barriga expuesta por la mala posicion, perdiendo el aire y un gran torrente de sangre consigo. 

El elefante no se detuvo, aplastando su cabeza con una pata comenzó a golpearlo varias veces. 

Bobby mordió el hombro, tirando de su piel hasta sacar los puntos de las extremidades. 

Las patas de Theodore no se quedan quietas, pateando a ambos y logrando que cada vez menos piel les quede intacta incluso si lo estaban sosteniendo. 

Esa coneja llegó por un lado tirando de una de estas, evitando que logrará por fin sacarse a Bobby de encima. Pateao el hueso escuchando como se quiebra en dos desde el interior. 

El grito del gato suena cavernoso y áspero, retorciendose de dolor entre los golpes del elefante. 

Su zarpa delantera agarra la cara de ese elefante al levantar esas patas para golpearlo, arañando a profundidad esa piel azul. Su cara fue pisada por la pata de Crafty, comenzando a pisarlo con esas afiladas pezuñas, le deja indefenso al dañarle los ojos con sus pezuñas. 

De alguna forma sus posibilidades para defenderse comienzan a disminuirse bajó el control de los cuatro. Solo logrando cubrirse de algunos de los golpes y cortes al interponer una de sus patas por delante. 

 

Más allá de la contienda reducida a una paliza el ave observa con el cuerpo pegado a la pared, retrocediendo conforme Picky va por el. 

-Espera un segundo… - la llama asustado. Claro que puede esquivar y esconderse pero ella no lo olvidará. Debía hacer algo ahora o ella no lo dejaría ir incluso después de esto. 

-Solo no corras. - le exige ella atravesando con una zancada el espacio que con esfuerzo logro poner entre ellos. Usando una de esas pezuñas superiores para atravesarle el pecho.

Eso deseaba. 

Esta ave salto contra el muro y sobre su cabeza usando ese delgado y pequeño cuerpo para superarla. 

-¡¡¡Kickin!!!- rugio una vez esa huida le quedo grabada en la cabeza. 

El ave aterrizó sobre la cabeza de Bubba , empujandolo con esfuerzo al aterrizar con impacto. 

-¡¿Qué mierda haces?!- le reclama con un rugido Crafty al recibir un arañazo de esas patas afiladas. 

El ave no tiene tanta fuerza pero puede usar las garras para deshacerse de Bobby, agarrando al gato para apartarlo de ellos. 

-¡Paren, paren con esto!- se los pidio temblando con la cabeza del gato abrazada su cuerpo. 

Bubba les mira desde el suelo. Dejando salir un vaho caliente causado por el estrés. 

-No debes hacer eso, Kickin. - advierte Bubba en el suelo. - No estas del lado correcto.-

Theodre respira y exhala, descubriendo sus vías respiratorias llenas de agua. Esta escapa de su boca como la saliva. Temblando una vez poco a poco comprendía lo que estaba pasando. 

-Solo diles la verdad. - recomendó al ave. 

Kickin lo mira horrorizado.

-No. - sus ojos se pegaron al gato, preguntándose si debería hacerlo. 

Un error al ser alcanzados por Picky. 

Kickin gritó al tenerla encima pero Theodore apenas puede dar un respiro antes de recibir una mordida directa sobre su cara. 

Ella tiró de la piel y la carne, masticando en el acto. 

Esa pezuña no se quedó en nada, clavandola en el pecho de Kickin evita incluso que pueda levantarse por su peso. 

-¡Picky, porfavor, para! ¡¡Dog no querría que le hiciéramos daño a su novio!!- le grito sujetando la pata enterrada en su estómago. El miedo al dolor y la situación lo hace ser sincero con todo lo que le embarga. - ¡¡Hoppy, porfavor!!- la llamo con la voz rota. 

Hoppy escuchó el grito de Kickin, sintiendo como el miedo la trepa. Intentó sacarla de encima agarrando sus hombros. 

Escuchando tanto las razones del ave como solo sentirse desesperada por protegerlo. 

-No, eso-

Crafty defendió la ofensiva de Picky empujando con el pecho a Hoppy. Evitó que ella volviera levantándose en dos patas y soltando golpes con éstas pezuñas en alto. 

-¿Que demonios dices?¡Ese pollo nos traicionó! ¡No te pongas de su lado ahora!- la repele. 

Hoppy levantó las garras pero debe cubrirse con el antebrazo. 

-¡¡Es Kickin, no es igual a ese gato!!- sus voz arde. 

Entre su pelea el gato comienza a gritar. El dolor toco nervios de su cuerpo que lo recorren por dentro. Gritando antes de clavar las garras en la cara de Picky. Gritando lo que le llena a él mismo. 

-¡¡Ustedes fueron los que decidieron culpar a DogDay!! ¡¡¡Solo tenían que compartir la maldita culpa pero no fue asi!!! ¡¡DogDay fue un idiota al proteger a unos parasitos traicioneros como ustedes!!- su voz escapa rencorosa. 

Kickin atrapado junto a él sintió como un grito escapa de su boca respondiendo a las palabras del gato junto con la conciencia de todos los presentes. Incluso su estómago libre de la pezuña tuvo que sujetarlo evitando que el interior se derramara.

-¡Debieron compartir la culpa! ¡Fue por ustedes que Dog hizo lo que hizo!- empujó con las ciatro patas a Picky. -¡¡Yo solo quería deshacerme de las flores!! ¡¿Cómo podía saber que eran tan cobardes?!-

Bubba la atrapa evitando que caiga al suelo. Miran al gato con esa culpa creciendo dentro de su pecho. Habían huido hasta ahora de esa parte de lo que eran bien conscientes. 

Sabiendo que Catnap tenía razón. 

Debieron compartir la culpa. Debió quedarse con él. 

… 

¿Entonces Bubba le hizo lo mismo que su hermano a él? 

El elefante cae al suelo de rodillas. Sujetándose el estómago con las patas. 

Picky estaba furiosa pero aún lo sintió caer a su lado. 

-Bubba… Bubba… - lolo llama agachandose a su lado. Siente en sus pezuñas como este se encoge y tiembla cerrandose completamente. - Bubba… - lo llama asustada. 

Bubba no responde. Derrumbado en el interior de su cabeza. 

Picky paso de esa rabia incontrolada a un miedo profundo. Abrazándolo contra su cuerpo. 

-Eres un imbécil con una gran boca. - acusa aún enojada, sin soltar al elefante que la acepta y la abraza por la cintura. 

CatNap se puso de pie con esfuerzo. Levantando la pata trasera qué le quebraron contra el torso, como un apaleado gato callejero se mueve en las tres patas restantes. Ignorando si Kickin lo sigue o si lo que le pesa en el costado oculto es ese pájaro escondido. 

Habia logrado detener con sus palabras las agresiones físicas. 

-DogDay no fue un sacrificio en vano. - murmura para si.-Dios lo protegera, Dios lo sacara de este lugar. - 

Esto no queda escondido para las grandes orejas de Hoppy o Bobby. Incluso Crafty pudo escucharlo. 

-¡¡No puede ser que metas una estupidez tan grande como Dios en este momento!!-

Catnap detuvo sus pasos. Mirándole directamente. 

-Son unos idiotas… Son ignorantes.- acusa cansado de pelear con ellos. - Son… tan estúpidos. - 

Picky no soporto más de esas palabras. Respondiéndole.

-Y tu un miserable pende-

-Y tu eres una puta.- 

Picky miro a la unicornio superarla con solo una palabra. 

Una que no se atrevia ella misma a decir en voz baja. Era demasiado pesada para ella. 

Más esta chica la escupió sin pesar. 

El gato se quedó en un paso. Bajando las orejas lentamente conforme sus fuerzas escapaba de su cuerpo. 

-¿Qué es eso?- cuestiona en un hilo. Temblando con cada vez que su madre fue llamada así reviviendo en el interior de su cuerpo.- ¿Qué quieres decir con eso?- pregunta perdido. 

Crafty se adelantó pisando fuerte conforme llega a su encuentro. 

-Eres una puta que se mete con hombres solo para sentirse bien, porque eres tan fácil y tan ramera que no te interesa venderte para conseguir lo que sea que quieras.- lo acusa de frente. - ¿De verdad eres un hombre? ¿Como no lo pudo ver DogDay?- cuestiona apuntandolo con un movimiento de cabeza. - Eres una puta asquerosa y sucia. - 

-No hables así. - desde el fondo la segada Bobby intento intervenir al sentir que las palabras de Crafty se saltan todos los límites. Las garras del gato le habían dejado con la piel colgando y la sangre llenaba su rostro. 

Crafty comenzó a burlarse dejando salir toda su frustración. 

-¿Porque? ¿Dog va regañarme? ¡El maldito esta muerto!- mira de nuevo al gato. - Y es tu culpa, puta. - sus ojos van hacia el ave en el costado del gato. - ¿Acaso no te gustaba que Hoppy no se la dejara meter o solo queria qué otro te la metiera? ¡¿Qué haces con ese puto gato de mierda?! Malditos cerdos, malagradecidos de porquería. - escupe el veneno de su propia alma decaída. 

Sus heridas dejan salir la sangre por sus ojos, reemplazando las lágrimas de su reproche doloso. 

-¡Kickin, esto es hilarante! ¡¿Ser un gusano enano te acomplejada tanto que re tenias que meter con el novio de tu amigo?! ¡Debiste reírte mucho cuando DogDay murió, bastardo!- 

El ave mira horrorizado al unicornio y después busca desesperado a Hoppy. 

La coneja les mira asustada por todo lo que escucha y significa. 

-No es así. - dice en un hilo. - No fue por eso, nunca. No haría algo así nunca.- 

El gato mueve las orejas y la cabeza pasando su, mirada del unicornio al suelo. 

-Ahora dime… Si pasaste de DogDay a este pajarraco… - esta chica corto la distancia hasta llegar a su oído.-El hombre que mató a Dog ¿Era tu primer novio?-

El gato la empujó con una garra. Tan ofendido que su pelo se cae con un paso atrás. 

-Vete al demonio. - murmuró retrocediendo en huida. Más para protegerse de este ataque no fisico. 

Kickin perdió el balance al quedarse atrás, cayendo de cara contra el piso. Crafty lo piso al seguir al gato después de casi caer al suelo por ese empujón pero se detuvo por lo largas de sus patas. Siguiendo al gato por la celda una vez encontró la vena correcta para abusar de este. 

-¡Lo era! ¿Lo era? ¡¿Estaba celoso de DogDay?! ¿O es que no la chupaste lo suficiente?- su olor escapa con un bramido. - ¡¡¡¿Cuántas veces más vas a matar a mi hermano por otro idiota? Maldita puta!!!- su odio reluce bajo esta iluminación fría, esstresando aun más al grupo lleno de estas emociones trgadas hasta este minuto. - ¡¿No dijo Picky que te besaste con otro mocoso?! ¡Claro que lo hiciste, eres el tipo de gusano que necesita mucha atención, se te notaba y no lo vimos venir! - 

El gato se cubre los oídos. 

-No fue así… Basta.- 

No solo él. 

Kickin busca ayuda pero Hoppy esta demasiado asustada, cubriéndose los oídos y con los ojos cerrados. 

Esto asusta a dos más en la habitación. Esta vena era sensible en más de uno, muy profundamente vulnerable. Demasiado enraizada en sus cuerpos y mentes como para ignorar cuanto dolía escuchar a su amiga gritando esta clase de cosas. 

Bubba no puede escucharla sin vomitar ante el recuerdo más doloroso de su pasado antes sellado por esta máscara de plástico y pelo sintético. 

-Crafty. - la llama Bobby intentando encontrarlos incluso si parte de su visión está entorpecida. - No. Con eso no, Crafty. - la llama tropezando con sus propias piernas.- ¡¡Crafty, eso no lo uses!!- 

-¡Callate perra chillona! ¡¡Ponte en mi lugar!! - Crafty incluso gritó a Bobby, pisando fuerte. - ¡¿Cuántas veces mató a mi hermano?! ¡Con esta van dos! - mira al gato con los la mirada entornada.-Tu debes sentirte tan bien ahora… ¿Estabas muerto de la risa cuando lo atraparon? - 

El gato se estremece. Escuchando cada palabra revuelta entre el pasado en el presente y esta situación cada vez más tormentosa. Temblando conforme pierde el control y su cabeza se llena de voces. 

-¡¡¿Por eso te fue fácil vender a Dog?!! ¡¡Seguro que como una gran puta te será fácil encontrar a otro al que sacarle sangre y su estúpida vida!!- su pata delantera empujó al gato haciéndolo descubrirse los oídos al verse obligado a poner las cuatro patas en el suelo para no caer.-Este pajarraco debió dejarse coger bastante bien para que lo llevaras contigo ¿Te cogías a Dog un día y a este otro?- 

-No, no hice eso. - Kickin en el suelo aun busca a Hoppy. - Yo no haría eso, Hoppy. - la llama temblando entre la vergüenza que lo llena y todo el asco. 

Hoppy sacude la cabeza dejando que sus piernas se doblen para volverse un ovillo. 

Kickin la ve y comienza a acarcarse al verla tan asustada. 

CatNap aun pelea contra todas las emociones que lo llenan con los reproches de esta chica. 

-Basta. - pidió mirando al unicornio de frente. 

Esta criatura corta la poca distancia, picando su pecho con la pezuña. 

-Tuviste suerte de que Dog fuera un perro estúpido y entre todos los olores que conocía no estuviera el de la especie de puta qué eres pero, ¿Dios?- su voz llena de rabia se convierte en una burla. - ¿Como Dios tendría que ver con una puta como tú?-

El gato se quedó impávido. 

Temblando mientras estas palabras llegan al fondo de su cerebro. 

Dentro de las muchas cosas que pasó estos años ignorando. 

Hasta esa mañana helada. 

Hasta encontrar el brazo de su madre cubierto de agujeros y la jeringa en el suelo. 

Ese estúpido he inútil simbolo en cruz en el suelo, caído de las manos de su madre. 

Rechazada hasta la muerte por un dios bondadoso. 

Porqué ella era una puta y el su hijo sin un padre , sin amor más que del otro. 

Solos en un mundo donde nadie les amaba.

Donde bien podria ser mejor estar muertos. 

… 

No. 

Él ya encontró a Dios. Y Dios le dio algo que amar y sentirse amado. 

Dios le ama y ama a su cariño. Su cariño también lo amaba, y era su cordero. 

Su cariño era la oveja y él quien llevaría la palabra de Dios a todos. 

Salvaría a todos. 

Encontró a Dios. Encontró a alguien que lo amaba y Dios lo cuidaría desde ahora en donde nunca más lo lastiman. Donde no tendría que fingir o dejarse herir para proteger a nadie. 

Donde nadie lo cargaría de dolor egoístamente. 

Esta verdad, su verdad, lo hace estallar contra la chica. 

Mordiendo antes de darse cuenta esas patas. Usó las garras para abrir su pecho descubierto. 

La sangre estalla y este costillar fue arrancado entre gritos de dolor. 

Hoppy saltó adelante, enmudecida por como las cosa se desarrollaron en menos de cinco minutos. 

Sin mirar al ave en el suelo apunto de alcanzarla. 

Las garras del gato y sus mordidas destrozaron todo lo que alcanzaba, tirando de la carne y los huesos, sin soltarla incluso cuando esas patas dejaron de moverse. 

Hoppy lo patea y logró romperle alguna pata pero no puede quitarlo, gritando mientras más le cuesta arrastrarlo. 

-¡¡Dejala, ayudenme!!- gritó al aire intentando sacar al gato pero incluso arrancarle la cola no funcionó.-Ya, paren. ¡¿Porqué nos estamos haciendo esto?! - 

No debieron atacar a Theodore. 

No debieron pelear. 

No debió permitir que las cosas escalaran hasta este punto. 

 

 

Las compuertas se abrieron con una ola de balas tranquilizantes. 

Ninguno pudo reaccionar antes de caer al suelo inconscientes. Incluso el gato terminó cayendo de costado en el piso. 

Picky pudo sentirse ridículamente alegre al ver a uno de esos estúpidos caerse de sentón por el vómito de Bubba. 

 

 

 

 

 

 

El audio que los guardias escucharon esta vez fue demasiado intenso. 

Dejando de escuchar al dejar los audífonos en la consola. 

-No necesitaba saber todo esto. - murmura el primero en salír del shock. 

Olvidaron revisar si esa celda carecía de micrófonos. 

 

 

A los sonrientes los llevaron a las celdas médicas. A ser intervenidos por los médicos uno por uno aunque entre éstas citas les da tiempo para despertar a los que no son Crafty, sus heridas sean como sean no son tan graves como las de CatNap y la unicornio, resultando en cinco de ellos separados heridos con las cadenas ya puestas en el cuerpo al despertar. 

Hoppy lo primero que hizo fue golpear con estas las compuertas. Sin decir nada comenzó a pelear con su reflejo. Gritando conforme el estrés se la tragaba desde las terminaciones nerviosas a las garras qué saltan de sus dedos llenos de nudos. 

Bubba pudo salir de su sopor gracias a la luz sobre su cabeza. 

Una luz cálida solo para su celda. Amarilla y caliente. Diferente al resto de la habitación de concreto. 

Suspira sujetandose el rostro herido. 

Parecieran indestructibles pero necesitaba la misma intervención médica que cualquier humano. Sin un punto correcto o la medicina necesaria las heridas se infectar Ian en estos espacios tan llenos de sangre vieja y seca. Siendo ahora que su mal humor lo hace levantarse del suelo decidido a superar este mal episodio con lo más lógico y poco loco que haría:

Va suicidarse. 

Decidido busca en su cierre algún objeto que pueda usar para escapar y activar las bombas ocultas del lugar. Seguramente no podrían resconstruirlo si ardía en llamas una vez se hiciera pedazos. 

-Buenos días, Bubba. - 

Levanta los ojos, volviendo a cerrar su pelaje antes de buscar las cámaras o esa bocina. 

Se supone que DogDay debería hablar pero ahora él no estaba, ¿Quién debería ser el vocero de los sonrientes ahora que DogDay estaba muerto? 

-Buenos días. - saluda a fuerzas. 

Esta persona tardo bastante en responder y fue una interrogante la que llegó una vez se reconecta con el. 

-Bubba ¿Porqué atacaste a tu amigo, CatNap?- le interroga esta persona a través de él comunicador. 

Bubba siente la ironía subir por su cuerpo. Preguntándose porque hacerlo. Cuando sabía que los dos, los siete ocasionaron el final de DogDay al acusarlo en vez de aceptar la culpa…pero DogDay les ordenó hablar. Lo escucho muy claro. El dijo “Habla más”, piensa y mira al frente . DogDay quería este resultado pero quizás no morir. 

DogDay no debía morir, el tenía planes para después de todo esto. 

Su hermano siempre está planeando algo, el loco controlador siempre está calculando y seguramente habría algo al otro lado el camino que les dejo.

¿Bubba se sentía con la capacidad de proceder con las maquinaciones de su hermano? No lo sabía pero debí intentarlo. 

-No quiero que él sea el líder. - miente o confiesa el punto que más le molestaba desde que los dividieron. DogDay era movido de un lado a otro pero sus rondas de servicio eran en su mayoría en el jardín, siguiendo órdenes o llevando carga de un lado a otro. DogDay siempre estaba en contacto humano, sea con respecto a las flores o no. 

DogDay siempre fue bastante proactivo y su zona no era solo la edificación a la que lo empujaran sino también a todo lugar donde el sintiera que era necesitado por los trabajadores y visitantes. 

A comparación Bubba se siente flojo y decepcionante para todo lo quedeberia poder hacer habiendo sido la mano derecha de DogDay. 

-¿Porqué dices eso? CatNap no es el líder.-

-Lo posicionaron donde DogDay solía servir. - apunta. - No quiero escucharlo, él no es el líder. - su queja escapa y la repite esperando no sonar demasiado desesperado, no ocasionar el efecto contrario y animar a estos humanos a disponer el mando a CatNap. 

-Bubba, no tiene sentído tu queja.-

El elefante corrió hacia la cámara oculta. 

-¡No quiero escuchar nadie más que a DogDay! ¡Solo a DogDay! ¡Solo a DogDay! ¡Solo a DogDay!- grita pisando el suelo con las patas, sus extremidades superiores golpean el muro. - ¡¡Solo a DogDay, yo solo lo escuchare a el!! ¡Yo solo quiero a Dog!-

 Con cada criatura el clamor era claro y directo, cargado con emociones vivas. 

-¡Solo escucharé a DogDay!- los gritos de Picky en su propia celda los acompaña con sus pezuñas clavadas en la pared. 

-¡Quiero a DogDay, solo a DogDay!- la voz de el ave golpea con sus berridos los microfonos. 

-¡No escucharé a nadie más que a Dog! ¡¡Solo a DogDay!!- Bobby golpea su propia cabeza con las patas. 

-¡¿Enserio creen que alguien como yo va a desperdiciar su tiempo con fracasados?! ¡¿Tan difícil es entender que Hopscotch solo escucha a DogDay?!- Hoppy patea los muros agarrando el cristal de su celda. Mira a los humanos del otro lado. 

El gato en su intervención recién acabada aún está en el suelo sin poder moverse entre los humanos qué lo trajeron. 

-Si pueden devolverlo, porfavor, traigan a DogDay. - pidio en un susurro. 

 

Los empleados tardaron en responder a cada uno con un tono hosco o burlón, dependiendo de cada una de las criaturas. 

Bubba escucha a este calmo empleado decir tranquilamente :

-¿Qué les hace portarse tan mal? DogDay esta bien y pronto se unira con ustedes. 

Cada uno detuvo su lucha. 

Dejando que el calor les inundadara. 

Esperanza. 

-¿De verdad?-pregunta Bubba arrodillandose entre el alivio y la sospecha natural en su persona. 

-Claro. Pronto será natural que le reintegremos. Solo se perdió un poco, ustedes ya saben que él suele desaparecer. -

 Bubba asintió aferrándose a sus oropio hombros. 

-Si, él hace eso. - suspira pegándose al muro. - Pero, escuche que se quemó… Que lo habían quemado. - 

-Si. Sucedió tal error pero DogDay es fuerte y pudimos recuperar sus huesos. - 

Bubba cubrió su rostro con las patas, temblando al sollozar lleno de alivio. Tanto alivio que su rabia se consumió en nada otra vez. Observando el muro de concreto. 

-Ahora, Bubba. Deberías acompañar a los médicos. - 

Mira a las compueas abrirse a nos metros. 

-Después de todo fueron niños muy malos y deberíamos curarlos.- 

Bubba asintió al seguirlos. 

 

Seguiría actuando. Seguiría este plan. 

Lo que sea que quedara de los planes de DogDay. De su hermano. 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Y ahí esta.
Todo descontrolado.

Chapter 69

Notes:

Veran un par de cosas extrañas , y no hablo de las fallas ortográficas, tan solo mantengan la mente abierta

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Como dice el refrán “No puedes hacer un omelette sin romper algunos huevos” 

Se les pasaron los huevos rotos. Puede que fracturaran su amistad de forma irreparable. 

Theodore descansa con las orejas caídas sobre su cabeza, con los ojos fijos en sus garras. Perdido dentro de su mente disminuye su ritmo cardíaco sin darse cuenta. Adormeciendose hasta perderse dentro de su cuerpo. Desconectado. 

Entrando en recuerdos plagados de falsas ilusiones. 

 

 

 

 

 

El rompimiento de sus lazos es lo que le reduce el estado de ánimo a un corazón roto. 

Es lo que le ronda la mente a cada uno de los sonrientes divididos por esa pelea y sus consecuencias han sido horas de operaciones reconstructivas que dolieron mucho. Mucho. 

El castigo por herirse unos a otros fue esa intervención dolorosa por parte de los médicos. Temblando ahora que la regeneración se encargó de cerrar los puntos y unir la carne donde se supone que debía ir. Al menos ahora. 

Sus plaquetas y células reconstructivas debían estar como locas dentro de su cuerpo. 

Peleando con los esquemás sin sentido que deberían seguir. 

 Ahora sus patas se quedan estiradas a los lados de su cuerpo, languido y aburrido. 

Temiendo que el mundo cpmenzara a girar de nuevo cuando termine su tiempo en esta celda. 

-Dog… - suspira observando el techo. 

Lo sucedido lo estaba matando. 

Crafty no debía llegar a ese punto con ese gato. 

Kickin tenía razón. Él también era amado por DogDay, debía comprenderlo y quedarse juntos ya que lo hicieron juntos. 

-Traicione a mi hermano. - sus cabeza cae por un lado. 

Los científicos les dijeron que DogDay se les uniría en poco tiempo. Por tanto solo les quedaba esperar a que regresara. 

Debía pedirle perdón, ser sincero. 

Buscar su perdón y como compensarlo. 

-Le contaré todo. - suspira esperanzado. Observando a su reflejo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dónde dejaste las raíces 

                                                   Te velaré amor 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Canta y rueda. 

Rueda y canta. 

Salta y sacude los brazos. 

Espera y gira. 

Muestra esa cara deforme tan sonriente y repite. 

 

-Estoy impresionado. Estas maquinas pueden repetir muy fácilmente la coreografía que se les muestre.-sonríe el coordinador. 

Las pruebas para medir el estado de ánimo de las criaturas fue ponerlos uno a uno juntos con una tarea sencilla. 

Esta vez bailaron juntos, al menos las criaturas femeninas, con una pantalla reproduciendo el video de una antigua obra de teatro. Resaltando el ánimo de la gran criatura rosa por encima de las dos restantes. 

 

 

Observando como sigue los pasos y salta más que contenta con la música. 

Les grabaron por unos veinte minutos antes de dejarlas solas con la comida que les tocaba consumir como cada semana. 

-Es tan horrible como siempre. - muestra su desagrado inclinando el rostro al lado contrario de la comida que ella misma debe llevar a su boca. 

-Solo tragatela, debes tener fuerzas.- le reclama Picky empujando la comida a la boca. 

Bobby ya había pasado por un par de malos episodios donde estos gestos la terminan ensuciando al resistirse. Hoy tomo la decisión más difícil al comer lo que le empuja a la boca. Tragando sin pensar esta masa de verduras crudas y carne hervida sin sal alguna.

La alta cantidad de fibra grasa le hace tener una gran arcada, cubriéndose la boca para tragar con esfuerzo. 

Hoppy estuvo observándola durante todo el proceso. 

-Estoy preocupada por Crafty. - lleva un poco de esa comida a su boca. Tragarla es difícil, habían perdido sus sobres de aderezos, ocultos por cada una como un acto reflejo, en la última limpieza. Haciéndolas consumir esto al natural. 

La grasa excesiva le ocasiona regurgitaciones entre bocados. 

-Antes no era tan malo.-

-Es porque DogDay la dividía para nosotros y nos ayudaba con esta basura. - murmura Picky entre bocados. Su paladar es menos exigente pero su humanidad aún le hacía resistirse a tragarse cada vez que entre los bocados, qué miraba por error al llevarlos a su boca, la grasa le recordaba que venía de un cerdo por culpa de una trompa o unos pezones perdidos entre los pelos sin eliminar correctamente. Haciéndole parar solo para replantearse cuanto lo necesitaba en realidad.

Comer. 

Comer. 

Picky mira los hombros anchos de Bobby y los brazos de Hoppy. Desviando los ojos de nuevo al montón de carne y verduras. Descubre a Hoppy separando la grasa de las verduras con las garras tan solo para llevar a su boca los brotes de apio y brócoli crudo a su boca. 

Bobby lo intenta pero sus garras la hacen estremecer al llenarse de aceite hasta su muñeca en el estallido de jugo viscoso del caldo qué alteró al cortar un pedazo de carne. Retrocede cubriéndose la nariz. 

-Creo que sería más fácil con un pan. - suspira asqueada. 

Hoppy siente como el animo de ambas cae.

-Oigan…- Hoppy dejo salir una risita. -¿Recuerdan cuando hicimos esa carne asada?-

-Fue un mal día para mi. - Picky lo recuerda claramente.

Hoppy busca sacarlas de ese evento con un recuerdo que le divertía. 

-Eso es porque te perdiste a Bubba volteando la carne con una espátula pegada con cinta adhesiva a su pata. - recuerda mirando al techo. - Se veía tan asustado. - 

-¿Cuando Bubba no está asustado?- cuestiona Bobby lo suficientemente distraída para llevarse un montón de comida a la boca. 

-Cuando nos manoseamos se pone muy serio. - 

Hoppy escupió en su propia mano por la sorpresa, al igual que Bobby tuvo que taparse la boca. 

-En realidad se pone bastante serio y me mira muy bonito, es bastante bueno.- recargar el cuerpo en su brazo. - A este punto me da miedo que Bubba se suicide.-

Las dos dejaron de comer. Esperando entender lo que sucedía. 

-El no haría eso. - 

-Él y DogDay son iguales a su manera. La muerte no se les dará fácil.- 

-Dog no es tan cobarde-

-¡Bubba no es un cobarde!- la regaña tomando más comida del gran cuenco. - Él es inteligente, la gente lista suele tener más dificultades para decidirse… Es por eso que debo cuidarlo.- su mirada cae sobre esa masa horrenda de comida. 

Hoppy continúa tratando de sacarlas de ese episodio deprimido. 

-Recuerdo qué ese día Kickin dejó salir a los adolescentes y Crafty tuvo que arrearlos como si fueran ganado. - 

Bobby comenzó a reír, sacudiendo los hombros al acordarse de golpe de como los vio entrar igual que perros sedientos a su bloque. 

Picky tenía ese recuerdo revuelto con su infelicidad pero si podía ver algo de ese día. 

A un adolescente derrapar y chocar contra la pared antes de correr a cuatro. 

Sus hombros se mueven en respuesta, apenas dejando salir algo parecido a la risa. 

Hoppy suspiró al verlas relajadas. 

Bobby al fin pudo comer algo sin atragantarse y Picky dejó de temblar. 

Solo faltaba CraftyCorn. 

Ella es la única que falta del grupo. 

DogDay seguro hubiera logrado algo más que solo hacerles reír. 

Hoppy durante mucho tiempo discutió con el líder pero no tomó en cuenta todas sus responsabilidades. Llegando a este día con dolor de cabeza y las muchas mentiras que se creyó. 

Cómo creer que podría ser mejor líder al hacer más abrasivos a todos. 

Ahora las relaciones con los pisos superiores estaban rotas en muchas formas por culpa de su ineficiencia. Debió poner atención a los canales de información qué DogDay le pidió que se aprendiera. 

-No, él ya se reunirá con nosotros. - suspira dispuesta a comer más. 

-Oigan… ¿Alguna de ustedes ha cagado este mes?-

Hoppy no pudo con la arcada y su bocado cayó devuelta en el trasto. 

El par mira esto con las cejas juntas. 

-Bien hecho guapa. - 

-¡El si cagamos o no, no es tema para la mesa!-

-Estamos comiendo en el suelo. - 

-¡Ese no es el punto y¡¡Bobby, no te lo comas!!-

 

 

 

 

 

-Tus besos me elevan más alto… Con amor ardiente… - la letra de esa canción lo hace marearse. 

No pensó lo suficiente en ella, no tanto como debía. 

Podía revivir el recuerdo de DogDay bailandole y rodeándolo tan galante como un cretino de bar , tocandolo de vez en vez entre miradas demasiado sugestivas y cariñosas. 

¿Ese chico lindo iba a pensar lo mismo que su amiga al volver? 

Casi mata a la amiga de DogDay. Casi la mata. 

Theodore cubre sus oídos rayando de sacarla de su cabeza. Sacar todos esos reproches y cuanto le asustaba qué esa rabia fuera compartida por Dog Day. 

-¿Vas a odiarme?- se lo pregunta observando al suelo.-¿Mi cariño va odiarme?- pregunta temblando. 

¿Que se supone que haría si DogDay lo odiaba? La misión seguía aún, debía poner a todos al ritmo de Dios para hacerlos obedecer y atacar el mismo día. 

Necesitaba que lo escucharan. 

-Dios… Porfavor, escúchame. - pide en ese ovillo. 

La respuesta es tan sutil como un murmullo. 

-¿Dudas de tu misión?-

Usa esa voz. De todas las voces usa la de el perro para interrogarlo. 

-Yo aun te espero, te escucho. - promete desde las paredes. - Dios quiere tu compañía, gatito. - 

CatNap deja que el temor se resuelva al fondo de su mente. Observando el mundo a su alrededor. En este mundo lleno de problemas por resolver. 

-Dios. - le llama enderezandose. 

En el fondo de esta celda resuena la voz de un humano, a través de cables eléctricos esa voz parece mucho más relajada. CatNap deja de mirar al suelo. 

-Ven con nosotros, CatNap. - 

No hubo resistencia de su parte a ese nombre. Ya no. 

Nisiquiera volvió a forsarse a caminar como lo haría un humano, dejando que su pata delantera y trasera fueran al ritmo, una tras otra por el mismo costado. Rindiéndose a su físico animal. 

Lo llevaron por el camino a un lugar que es conocido para sus recuerdos pero no le importaba. Sus ojos se mantenían en el suelo, dispersos. 

Al menos hasta que en las orillas de su visión esas patas conocidas le hicieron levantar la cabeza. 

Encontrándose con los seis amigos de su cariño. 

Incluida esa figura fantasmal en dos patas. 

CraftyCorn ahora era bípeda. 

Ella lo mira con ese rostro alegre y un porte serio, juntando las pezuñas una con otra sobre su pecho. 

No tenían nada por cecirse. Limitandose a coexistir. 

Las compuertas fueron abiertas antes de que su estado estuviera estable. Ordenando les los humanos entrar. 

Las criaturas se juntan antes de dar el paso uno por uno, de la mano. 

CatNap los sigue por detrás, observando el entorno a través de las cabezas de cada uno. Sus sorpresa lo hace mirar a un lado , a esa ave en su costado mirando hacia arriba. Theodore sigue su mirada, discerniendo en la oscuridad la figura de PJ en el techo. Observandolos por encima. 

Dentro les esperaban muchas presencias aparte de ese gusano grande. 

No solo las criaturas de la superficie sino también un montón de Bunzo nuevos y los conocidos.

Y un nuevo conejo amarillo de 1,35 de pie en el fondo. 

El grupo le reconoce como uno nuevo al tener esa estatura y no la de 1,20 del anterior. 

-¿Qué pudo haber sucedido?- se pregunta Kickin. 

Boxy los vigila desde el fondo. Fijando sus ojos en el gigante azul. 

Bubba lo siente pero su reflejo nervioso lo hace mirar al suelo en vez de como haría Dog, indagar en la razón de esa vigilancia. 

El grupo, a regañadientes, se comprime en una pared apartada. 

Incluso el gato fue parte de este muro seguro. Observando como una ola de conejitos les buscan escondiéndose entre sus patas. 

CatNap siente extraño que ninguno vaya con él. 

-Tamie… - la llama esperando su llegada. 

Algunos conejos le miran antes de esconderse silenciosamente. 

Como si el agua helada volviera a recorrerlo, Theodore entendió lo que sucedió con ellos. 

Con el grupo que le entregó su lealtad y lo ayudó a reunir las identidades de los trabajadores que delató en la misma reunión. Con todos ellos en su ausencia. 

Aunque les prometió presentarles a Dios al volver. 

Lentamente el malestar sube por su cuerpo haciéndolo temblar frustrado. 

Kickin le pegó con los nudillos al verle dejar salir vapor helado. 

-No, aquí no. - le recuerda su situación y lo rodeados qué estaban.-Reacciona, vamos a morir.- 

Theodore contiene este aliento. Más consciente por esta rabia que le embargaba y necesita agarrar su Fé con fuerzas para no morir de coraje. 

Mataron a sus conejos. 

Esperaron en silencio. Observando las compuertas de presentación. 

Esperan por un tiempo indefinido al escuchar el murmullo de Bobby. 

-Te ves bonita, Crafty. - 

El unicornio soba su estómago. 

-No me siento totalmente bien, ya me había acostumbrado a tener el estómago a salvo bajo mi espalda. Es raro volver a estar de pie.- mira a Hoppy. - Ya soy de tu tamaño, pelona.-

Hoppy estiró la mano agarrando de sorpresa su cabeza. 

-Estas hermosa, hermana.- 

Crafty cubrió sus boca volviendo a mirar al suelo. 

-Yo la veo igual de bruta.- murmura Picky Picandole la costilla sin fuerza. 

La unicornio le repele con una risa nerviosa. 

Vuelven a quedarse quietas tras murmurar todo esto. 

Bubba se cubrió los ojos comenzando a sollozar aliviado por su regreso. 

 

Kickin observa a su grupo consolarse mientras él se queda fuera. Bajando la mirada al piso. 

Se equivocó. 

Estaba muy equivocado al hacer su balance. 

DogDay no valía lo mismo que sus mentiras, no debió acusar ni ocultar la enfermedad del gato. 

Hizo todo tan mal que no le queda nada. 

La culpa es tan grande como el dolor y la vergüenza. 

Porqué… ¿Qué rayos hacía con este gato? ¿Porqué dejo que las cosas se salieran tan de control? 

-Hoppy. - la llama dejando el lado del felino. Listo para confesar todo. 

Ese dios, sus mentiras, sus arrebatos y sus errores. Todo con tal de recuperarlos, volver a su lado y ser un grupo de nuevo. Estar juntos una vez más. 

La coneja levanta las orejas contrariada y asustada por la voz del ave. Sintiendo a Bobb pegada a su brazo, dispuesta a retenerla y evitar que vaya con el pájaro. 

No hay manera de utilizar este momento para ellos. 

Las compuertas se abrieron. 

Entrando con esto, la vainilla. 

El cuerpo de cada uno se vio sacudido hasta los huesos ante el aroma conocido. 

Theodore empujó a los sonrientes para ver a la compuerta abierta. 

Si. 

Su cuerpo siente… No, esto llegó incluso a su cerebro. 

La paz y toda la bendita esperanza que lo hacía esperar llena sus ojos con calor. 

Derrumbándose sus patas traseras y delanteras cae al suelo. Enterrando las garras al verlo de vuelta. 

Cada sonrisa se llenó de una ola de calidez capaz de derretirlos.

Avanzando un paso tembloroso más de uno. 

 

Este perro avanza mirando a todos con los brazos pegados al cuerpo, sin la mayoría de sus cinturones ajenos a su torso. Cuidando sus paso les mira, observa a cada par de ojos con las orejas agachadas sobre la cabeza y su cola se encoge pegada a su pata derecha. 

Deteniéndose al comprender que no había ningún espacio libre aparte del centro de esta habitación. Su cabeza sube fijándose en las muchas patas del ciempiés sobre su cabeza. 

Olfatea suavemente al mirar al techo. 

Avanzando aún con los ojos fijos en esa criatura. 

Llegando al lugar donde las siete criaturas de ojos brillantes le esperaban con gran incertidumbre. 

Bubba fue el primero, contrario a los esperado por todos los vigilantes monstruos de la si¿uoerfiie, en intentar acercarse. 

-DogDay… - Lo llama nervioso al cerrar la distancia con el intento de abrazo. 

El perro no había dejado de vigilar al cien pies al propinarle un puñetazo, esto lo hace caer al suelo al elefante. Recibiendo más de tres patadas en ese mismo lugar sobre su cabeza. 

El grupo se volvió temeroso de golpe. 

Este perro empuja a un lado a la coneja y la osa, caminando directamente hacia el ave al fondo. 

El golpe sonó tan fuerte y salpicó las paredes al volarse el picó y gran parte de la cara con este. 

Agarrando al ave propia más de estos golpes. 

Bubba en el suelo le mira asustado. 

Ninguno se movía pero Hoppy aún intenta detenerlo. 

-Dog, basta. Perdón, perdón solo…solo escúchanos, por favor.- sus manos tiemblan demasiado. 

Este perro le encesta un revés a sus manos al sentir su tacto. Dispuesto a seguir golpeando al ave que solo se agarra a su brazo. Esto no continuo sólo porque sus ojos fueron conscientes de un movimiento a su costado. 

Esa cola larga. Deja caer al ave antes de pisar la cola. 

El gato dejó salir un ronco jadeo de dolor, temblando al ser mirado por esa ira tan grande. 

Demasiado. Tal vez poca. Es mucha. 

-¡¡Ustedes dos son unos hijos de perra, traidores!! ¡¡¡Malditas perras traidoras!!!- 

Esta mirada no era de enojo. 

Era puro odio. 

Theodore se paraliza incluso cuando este no tardó en atraparlo en el suelo para golpearlo directo al rostro. 

No solo lo golpeó, también lo mordió y tiró de su piel sin parar de golpear con el dorso del puño o con los nudillos. 

El grupo observa confundido. 

Una cosa era pelear con este gato y recibir sus arañazos pero otra era solo verlo recibir sin defenderse. 

-Dog, déjalo. - pidió Bubba una vez esta situación le supo mal. 

Esos dos eran… Los novios no deberían hacerse daño. No estaba bien

De ninguna manera esto estaba bien entre ellos. 

DogDay no debería tratarlo así. No había forma de que Dog lo tratara así. 

Incluso a Kickin o a él. 

No cuando el gato no hace nada por defenderse y se queda ahí solo aguantando. 

-Deben ser los cables.- encuentra una razón. Aquella que los hizo pelear tiempo atrás.- ¡¡LOS CABLES, LOS CABLES!!- insiste tal vez porque era más sencillo pensar en eso. 

-¡¡Ya basta, Dog!!- 

Una de las chicas fue la que reaccionó y accionó, atrapando al perro por el cuello. 

Esto la hace sentirse rara por un momento. Tan solo por un momento este cuerpo le pareció desconocido. 

-Dog… ¡Agh!- un sonido tan ligero fue su respuesta al codo qué la hizo soltarse y caer contra el suelo. Sujetándose el vientre herido. 

Hoppy con Picky lo atraparon una vez cruzó el límite al lastimar a Crafty. 

Bobby la cuida llevándola en brazos a la pared segura con Kickin que aún está sangrando y sujetando el picó que perdió. Un Bunzo se lo había traído de vuelta. 

-¡¡DogDay, basta, es tu novio, no puedes tratarlo así!!- el ave grita dejando salir sangre por su boca destrozada. 

Este perro lo escucho quedando a medio golpe. Observa esos ojos de luna fijamente. 

-¡¡Este maldito no es nada mío, ni tu ni nadie aquí!! ¡¿Cómo carajos lo sería?! ¡¡Mataron a Jason por ustedes, malnacidos hijos de puta!!- le encesto ese esperado puñetazo al gato sobre un ojo. 

Lento esas palabras llegan al centro de Theodore justo cuando vuelve al suelo por una patada de este perro. Viéndolo creer devuelta a por el ave. 

Sujetando por las otras criaturas. 

-¿Quién es Jason?- pregunta en un hilo. 

Los recuerdos vagos regresan. 

A las zonas de espuma y ese niño engreído burlándose de él. 

Ese pirómano sonriente. Un chico… el chico que Kickin dijo entregar en su nombre. 

Theodore enderezó la espalda viendo como los sonrientes peleaban por detenerlo entre todos.

-Al parecer consiguieron a otro perro para el sótano. - 

-Bueno. Al menos el otro idiota se escapó de este lugar. - 

-Aunque esté muriendo, lo logró. - 

La voz es de más de una de las criaturas de la superficie. 

Su cuerpo está débil y lánguido. 

Derrotado. 

Hasta la última de sus células fue derrotada y su voz no puede contenerse ni alzarse. 

Bajando las orejas y el cuerpo, oculta las lágrimas de sangre pegando el rostro contra el suelo. 

-Mi novio… Mi novio… Mi cariño. Mate a mi cariño….-

La pelea de los sonrientes o las risas de los presentes. 

Todo es un eco para el gato que se echa a dormir huyendo del presente. 

 

 

 

 

 

 

 

La reunión fue un fracaso.

-No pensé que habría tanta diferencia entre los sonrientes. - apunta el primer científico. 

-No mostró agresión por más que esos dos… ¿Están seguros de que es otro?-

El asistente revisa dos hojas. En estas se encuentra el perfil de dos niños. Uno mayor al otro. 

-Hobart Black, actualmente cumpliría 16 años y sus restos pasaron la prueba de adn y carbono de los laboratorios. - pasa a la siguiente página. - Harom Smith, 15 años. Su cambio fue sustituido de un v3 a un Bigger Bodie ante la muerte del primer experimento. - miran a la pantalla. 

Como tuvieron que interceder, por orden de los trabajadores, otras criaturas para llevar a ese perro a su celda en solitario. 

-CatNap tuvo que ser remolcado nuevamente para darle asistencia médica. - 

-KickinChicken recibe primeros auxilios ahora mismo. - 

-Veo que deberemos apuntar a una presentación más humilde para que este proyecto tome la vía correcta. - 

Las cosas no estaban resultando como los científicos esperaban.

Como la jefa del departamento científico deseaba.

El nuevo DogDay no reaccionó bien al contacto con las criaturas sonrientes. 

-¿Qué debería hacer?- pregunta tapándose la nariz frustrada por su propio olor. 

Llevaban semanas atrapados en el laboratorio. Armando al nuevo perro y a los v3, los cuales no pudieron incluir en la presentación al volverse esa batalla campal. 

Su anterior perrito resultó ser un estafador malagradecido. Un bastardo qué no dudó en hacerla quedar como estúpida frente a su jefe y colegas. Maldito sea el momento en el que le comenzó a creer esa actuación de santo, mierda. 

Le cobraron daños. 

No solo a ella. 

Todos sus compañeros y subordinados creían en el acto de esa mascota y las consecuencias son el desdén y la burla de todos los departamentos que antes mantenían la boca cerrada por miedo a ser comparados como el fracaso. 

-¡Pero qué maldito perro!-su queja escapa debajo de sus manos al cubrirse para no ser visto su malestar. 

Subes y caes el doble. Como siempre.

Uno de los científicos apoya la queja con otra a agregar a la lista de inconvenientes. 

-¿Que pasa con este perro? El otro al menos servía para mantener a los jefes tranquilos pero este no deja de pelear, hasta con todos los experimentos de su sección .- 

La doctora revisa el historial del chico dentro de esa masa de carne y huesos. 

-Creo que tiene una historia con los dos. - murmura una asistente ocupada releyendo las heridas delos sonrientes después de esta pelea.-Algo paso antes de que se hiciera la intervención. - 

CatNap destrozó la columna de CraftyCorn, esto los obligó a manipular sus huesos y tendones. La criatura aún posee los mismos órganos de cuadrupedo pero un físico bípedo le ocasionó este problema al ser agredida tan pronto al salir de su recuperación. 

-El otro también tenía sus historias y era perfecto.- gruñe el mismo científico, Daryl. 

Otro en la misma sala le responde enojado. 

-Era un mentiroso, de nada sirvió que le tratáramos bien.-

Daryl le mira con fuerte recelo. Volviendo a revisar las notas de los primeros científicos en tratar a los sonrientes.

-Nos era útil y eso es lo que de verdad importa.- corrige otro científico. - ¿Deberíamos pacificar su carácter con químicos?-

Es una opción que no rechazan totalmente. 

-Hay algunos medicamentos útiles pero lo haría lento y aún se necesita que tenga cierto estado de servicio activo para los trabajos dentro de La Guardería.-

El grupo de batas blancas se mueve por la habitación. Pensando en las posibilidades químicas para hacer al perro encajar con el grupo al que debía unirse. No era ni de broma viable la opción de cambiarlo habiendo dejado tanto presupuesto sacado de sus sueldos para armarlo. 

La percepción de las personas se degrada cuando su propio estado financiero es el rehén. 

Cayendo en un espejo de su propia situación el perro en la celda los está acorralado sin saberlo. 

La doctora no puede pensar en bajar todos los escalones que subió durante estos años. 

No ahora que al fin era reconocida. No lo permitiría.

Incluso si llegan a a perder a estas criaturas aún prefería que mueran en un par de mes que caer ahora. Puede hacer más, puede repetirlos. Son solo carne. 

Son solo un proyecto y la repetición es la clave del éxito. 

Ya no le importa si se mueren. 

-Llamen a Montero. - le dio la orden al asistente a su lado. 

Esta persona asiente. Curioso por la forma en la que más de uno de los presentes dejó de dar vueltas ante la mención de esa persona. 

Vuelven a observar el estado del perro protagonista de su conversación. 

 

Dentro de esa celda este perro da vueltas paso por paso. Agarrando estas largas orejas entre sus manos. 

Es su cuerpo mucho más delgado y este cinturón le cae por la cintura deteniéndose sobre su estúpido rabo y cadera, sacudiendose el metal que tintinea a sus pasos.

Lo estúpido que se sentía mientras va de un lado a otro con esta cosa sonando como las cadenas de un preso, le hacen gruñir entre pasos. Gritando al detenerse en una puerta. 

Sus puños impactan varias veces dañando la unión de ambas piezas de hierro hasta saltar las chispas. 

-¡¡Son unos malditos, todos son unos malditos!!- su voz se desgarra entre la infantil casi desaparecida por el timbre adulto. Su cabeza la impacta contra las puertas antes de volver a caminar en círculos. 

Tanta rabia lo corroe como para dejarlo hecho un desastre de nervios alterados y tics nerviosos qué lo hacen rugir y patear el suelo. Arrancando partes de su pelo entre pasos. 

 

Cada científico frunce el ceño al verlo tan alterado. 

Desviando su atención al perro en el video ya desgastado por el tiempo. 

La forma en la que despertó y pasó unas horas simplemente mirando su reflejo en el mismo cristal en el que se encontraban. 

Preguntándose si él grupo científico que estuvo presente en ese despertar habría hecho algo diferente, algo que hiciera a ese perro tomar su despertar con tanta tranquilidad. 

Era enigmático verlo practicar ponerse de pie con sus extremidades y aprender a balancearse con sus brazos. Era un bebé paseando con una mirada complicada y penetrante. 

Era un chico lindo que solo saludaba al escuchar una voz humana. Moviendo su cabeza y manos nervioso como un niño de primaria en alguna presentación escolar. 

Nada violento, no como este perro nuevo que les grita y ruge en cuanto bajan las armas. 

Daryl aún siente esas cosquillas al verle en la pantalla. 

La asistente regresa con la respuesta de la psiquiatra. Pasando entre los otros científicos comparando ese video y el presente. 

-La señorita Montero dice que esperaba su llamada. Vendrá en quince minutos. - 

Laura aprieta los puños. Lo que menos deseaba era esa respuesta. 

Montero había sido expulsada del tratamiento a las criaturas sonrientes o a cualquiera después de su fiasco tratando a Daisy o el bendito payaso. Los llevó demasiado lejos y las consecuencias fueron bastante peores que las primeras visualizaciones. 

Esperaron. Pasando la vigilancia de esta cela a la de otras criaturas, comprobando que estas mantienen un estado mucho más depresivo al quedarse en el suelo o sentadas. 

CatNap no se había movido de su ovillo desde que lo devolvieron a su espacio. 

Bubba parece no estar bien al rodar y caminar al caerse por sus pasos nerviosos. 

Las cosas no apuntaban en ningún sentido a que vayan a salir bien. 

 

Esos quince minutos pasaron y al fin el perfume caro de las flores entró por la puerta. 

Los presentes toman asiento, observando a esta mujer. 

Una persona mayor con un aspecto recto, apretada en un traje de dos piezas de gruesa lana. No sería diferente a una directora de secundaria y aun así su aspecto los ponía de los nervios. 

-Buenos días. - saluda de paso. Empujando a una persona con la punta de la uña se adueñó del asiento junto a la líder de científicos. - Déjenme ver a mi paciente.- les pide mirando a la pantalla. 

Los asistentes produjeron el video en vivo. 

Siendo testigos de este perro ya en el suelo, sujetándose las orejas hasta casi arrancarlas entre gritos. 

Hizo un ademán para que le mostrarán los videos anteriores. 

Pasaron una hora viendo a este perro tener este largo y pausado delirio de enojo y rabia. Escuchando como los gritos de este perro fueron en aumento conforme algo sucedía. 

-¿Tienen informes de su comportamiento completo o solo de las intervenciones médicas?- pregunta. 

-No les llevaras nada a los malditos de tu departamento.-

Montero sonrió picando la nariz de Laura. 

Este acto hace al resto alertarse al conocer el carácter de esta científica. 

-Eres tan lista. Entonces, ¿Debo adivinar qué quieren que se comporte como el primero o que simplemente deje de comportarse de esta forma?-

 -¿Usted puede hacer que se comporte?- preguntaron los presentes, bastante animados por su pregunta. 

La mujer negó moviendo la cabeza. 

-Soy psiquiatra, no una maga. - observa la pantalla. - Pero puedo encontrar como este amigo… - Apunta el video del anterior cachorro el mismo día que descubrieron que estuvo desencadenado por horas de pruebas sin reaccionar de forma violenta. - Nos puede enseñar a someter el carácter de su hermanito menor. - apunta al perro que parece volver al mismo estado inquieto al correr y golpear, ahora mismo y frente a ellos, el cristal por el que lo vigilan. Donde sintió las miradas de todos en el interior. 

El cristal exterior se quiebra pero no el inferior. 

Los ojos de los presentes esperan ver esto, aprender de esto y descubrir qué pudo hacer que el perro fuera tan bueno en su trabajo. A sabiendas de la desaparición del primer grupo científico en ese incendio.

-Tráiganme el informe personal de ambos, ahora mismo. Tenemos mucho por leer. - 

El informe personal de ambos chicos fue puesto en la mesa. Rebotando las doce carpetas de trescientas páginas contra las carpetas de información del primer perro, cuarenta de hecho. 

Uno no sabe cuánto papeleo se acumula en la oficina hasta que toca releer. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La situación de otras criaturas no es mucho mejor. 

Exactamente la de una que no habla ni lee inglés en un lugar puramente angloparlante. 

Sacudiendo la cabeza camina por esta habitación intentando entender lo que sucedió después de ser llevados por los científicos. 

Sus pasos tiemblan al caer contra una pared en un tropiezo. Su hombro y mano aterrizan sobre la pared al detenerse. 

Su humor empeora al verse lleno de suciedad plástica, igual al material de un asiento caro. Como si sudado hubiera caído en un montón de plásticos recortados, mirando el resultado en su piel. Usa su mano contraria para sacarse ese plástico del brazo. 

-Ahg… - el dolor lo hizo detener el ademán. - ¿Qué mierda es esto?- pregunta en voz alta. 

Una voz lo hace mirar por encima de su cabeza al techo de la habitación. 

Sacude la cabeza mostrando la falta de orejas. A la vez se encendió la luz de esta habitación. Frente a él se rebelaron ventanas variadas. Más lo que le hace reaccionar es ver a muchas criaturas al otro lado. 

-No… - suspira al verles a su nivel y no como a los gigantes.-Uta’la wea… - 

Mataron a DogDay frente a ellos. 

Le pasó como a los rancheros de su casa, como en su pueblo, vio algo que no debía ver y lo desaparecieron. 

Todo tiene consecuencias y hoy estas son las suyas. 

Del otro lado una criatura observa al gran cocodrilo detenido en el centro de la habitación. Sujetándose el estómago camina hasta la ventana. Se siente muy cansada. 

-Hola. - saluda. De inmediato se sujeta la cara. Esto le hace descubrir lo que había en su rostro. 

Esa gran sonrisa llena de dientes. 

El cocodrilo saluda como reflejo desde el suelo. 

Su horror, algo que lastima un poco al cocodrilo, le hace mirar a un lado. A las otras criaturas en las ventanas. 

Esa bonita rana amarilla se agarra la cara y revisa su pecho. Seguido hace algo tan vulgar como presionar las manos contra el interior de sus piernas. 

-¡¿Porqué soy una chica?!- chilló esta criatura revisandose el pecho. 

El miedo o curiosidad de otros les hace moverse rápido. 

La boca dentada de esta criatura se estira aún más aunque es miedo lo que la embarga, abriendo, como recordaba hacer a su favorito, su pecho por el centro. El resto la vio y buscó imitarla. 

 En la pelusa descubre que aún es una chica. ¡No tenía una fea cosa de carne colgando! ¡Que bonito! 

El alivio la hace reírse entre la desesperación creciente de su vecino. Mirando a las otras criaturas busca como salir de esta habitación. 

-¡No está, me cortaron a la mitad! ¡¿Porqué estoy a la mitad?!- chilla esta criatura haciéndose bolita. Y tan asustado como quien se encuentra en una bañera con hielos y sin el riñón. 

El cocodrilo al otro lado del cristal está aún más asustado al encontrar nada más ni menos que nada. 

-Soy un Ken. - murmuró sentándose. - ¡¡No debí ver eso y me castraron, me quitaron todo!!- abrazó sus rodillas llorando.-No… - 

Agua real cae por su rostro. Está llorando a diferencia de los Smiling Critters. Pueden llorar. 

La criatura dentada sacude la cabeza. 

-¡No se te van a salir las tripas! ¡No seas dramático!- le grita enojada. 

-¡Cómo no eres tú el que se va morir!- se defendió mirando de nuevo.-¡Me quitaron a mis amigos, mis amigos!-

-Esperen. - los llama una pequeña criatura rosa.-Hay un problema. - les dice seria. 

-¡¿Qué puede ser más grave que el que yo tenga un hoyo entre las piernas?!-

-Las chicas tenemos más de dos. - 

Todos miraron a la criatura de pelaje oscuro. Una oveja. Ella bajó la cabeza un momento. 

Después vuelve y con saliva de su boca comenzó a explicarlo con un dibujo. 

-Esta es la vulva y - 

-No, bonita. Porfavor no sigas. - pidió una criatura de color rojo. - No me hables más de esas cosas, por favor. - 

La criatura de pelaje negro suspiro bajando la cabeza desanimada. 

-Yo sí quería saber. - interrumpe otro de también color negro.-Bueno, a mi si me gustan las chicas. - 

La criatura roja afilo la mirada desde su habitación.

-No seas guarro.- le regaño la criatura dentada. 

-No sé quienes son pero deberíamos presentarnos. - 

Voltean a ver una cosa gris y chiquita, pasando una mirada entre todos.

-Ese nos va a asaltar. - apunta el cocodrilo. 

No lo entienden pero asienten. 

Esta criatura gris levanta las orejas. 

-¿Taquito?- llama al cocodrilo. 

Este suspiro frustrado. Al menos hasta entender lo que significaba ser llamado por el seudónimo que le otorgaron los niños del orfanato. 

Eran sus amigos. 

-¿Ese es Taquito?- pregunta la rana pegándose al vidrio por no poder verlo desde su lugar. 

-Mi nombre nunca fue taquito.- 

-¡¡Taquito!! ¡Hermano, hola, Taquito!-lo llama muy feliz la rana.-¡Taquitooo!- 

La criatura de dientes nota como la muy pequeña cola de esa rana se mueve de lado a lado. 

-El dice que no se llama Taquito.- les interrumpe la segunda criatura de negro. Un ave por su picó. 

-Si, me llamo-

-Tengo cuatro años, ¿Y ustedes? Yo puedo contar hasta veinte. - anuncia la criatura gris entre risas. 

-Que bueno, ¿Qué tal si cuentas tus dedos y nos dices cuantos son?- le pide la criatura dentada. Temblando al ocultar como el miedo crece al escuchar la edad del pequeño. 

-¡Si!- movió las manos antes de mirarlas perdido.-¿Como cuento mis dedos si debo usar mis dedos para contar?- pregunta desviando la mirada de sus manos al horizonte oscuro. 

La oveja está concentrada en otra cosa, ajena a la crisis del pequeño. 

-¿Apoco tenía nombre?- se pregunta la criatura de pelaje negro y rostro blanco. -Creí que llego sin nombre, pobrecito. - murmura mirando al cocodrilo. 

Este hizo un berrinche inconsciente al pisar fuerte el suelo. 

-¡¡Yo sí les dije mi nombre , se los dije!! ¡No es mi culpa que sean incapaces de decirlo! ¡Tengo nombre!-

Debajo de ellos una base de hierro rebota contando la fuerza del impacto. Determinando la capacidad de este cocodrilo.

La criatura dentada intenta entender pero solo oye gritos que suenan tenochtitlan. Y era una palabra que recuerda de una serie animada. 

-Me llamo Iñaki Rosales, nací en Chile en el pueblo de Temuco dentro del hospital, creo pudo ser en el patio porque mis papás vivían lejos de la ciudad, y mi mama se llama Alicia. Llegamos por la ruta marítima, con una parada en michoacán, colima y Nayarit por algunas provisiones y seguimos derecho desde ahí. Y cuando el viaje terminó en Baja California nos asaltaron y tuvimos que seguir adelante a pie. En la maldita frontera un guardia fronterizo asesinó a quemarropa a mi papá y a mi mama, no le importo que de las armas huíamos. Terminé aquí porque no tenía los huevos para acabar conmigo y juro por dios y todo en esta tierra que saldré de aquí y le reventaré las tripas a punta de tiros a ese maldito gringo. - 

 La cara, ya de por sí sin sentido de los presentes se quedó en blanco. 

Resultando en una sola cosa que podrían imaginar que fue toda esa torrente de palabras desconocidas y letras revueltas. 

-Taquito nos echó un hechizo. - aplaude la criatura rosa desde su celda de vidrio entre saltitos alegres. Por un segundo sus brazos la elevaron del suelo. Cayendo de sentón comenzó a reírse después del susto. 

Ninguno aparte de la rana y el cuervo entendió ni una palabra. Incluso la rata se quedó en shock intentando entender la parte inicial. 

-¿Qué dijo Taquito?-

-Que se comerá al guardia con todo y zapatos. - informa la rana. 

El cocodrilo se deslizó por la pared de vidrio. Abrazando sus rodillas sus ojos van al suelo. 

-¿Como se supone que sobrevivamos en este estado?- 

La rana pregunta algo. 

-¿Temuco en que parte de México se encuentra?-

-Dios, dame fuerzas.- suspira agarrándose la cara. 

La criatura dentada pasa sus ojos por cada uno antes de sentarse. Revisando sus manos, la unión entre éstas y lo suave qué era su piel de durazno. 

-Esto es malo. - su humor cae hasta el suelo por el sentimiento que la llena de golpe. 

Este era su cuerpo. 

Los hicieron o iguales pero diferentes a los sonrientes. 

Si este era el grupo que la siguió ese día… Significa que ella era la mayor. 

Cloe era la mayor y era la responsable. Cómo les enseñaba el líder de los sonrientes. 

Cloe cumplía 15 y puede que el mayor sea esa rana con sus doce… y los menores son la rata y el murciélago de cuatro y cinco. 

Taquito debía tener unos nueve. 

-Papá… DogDay ¿Qué se supone que haga?- pregunta derrumbándose sobre sus rodillas. 

Temblando sus ojos se llenan de lágrimas. 

Ni siquiera sabía quienes eran ahora. 

 

Estas deformidades eran ellos. 

Era el cuerpo de todos ellos. 

-¿Has peleado con momias?- pregunta de la nada la rata. 

-En Chile no hay momias.. No, si hay momias…- el cocodrilo comenzó a patalear en el suelo.-¡Habian momias en mi país y vine a parar a este manicomio! - Iñaki pateó el suelo. 

La rata comenzó a aplaudir al divertirle su mal humor. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la cabina el humor de los científicos se balancea entre la frustración y la incertidumbre a espera de las supuestas soluciones que esa mujer prometía al escucharla y pasar estas cinco horas leyendo sobre el trabajo de sus antecesores y sus años vigilando a las criaturas hasta el presente. 

-Veo el primer paso a tomar. - 

Todos levantaron las narices de los documentos. 

-¿Con tan poco tiempo?- le pregunta la jefa del departamento. 

Esta mujer asiente. 

-No es la solución que buscas pero sí una que nos hará más fácil todo este trabajo. - 

-¿Y cual es su solución?- pregunta un asistente listo para comenzar una rabieta, una profesional. 

La mujer toma el comunicador. 

 

 

En el interior de la celda el perro ya cansado se quedó en la puerta esperando cualquier oportunidad para atacar al frente. Saltando sus orejas al escuchar la voz de una mujer. 

-Hola, DogDay. - saluda con un tono condescendiente. 

Harom en un segundo salto sobre el cristal listo para hacerlo pedazos o volver a perder el brazo. 

-Veo que estas enérgico, ¿Acaso no extrañas a CatNap?-

El perro quedó a medias. 

-Váyase al demonio, vieja zorra. A ese maldito lo mataré yo mismo.- 

-Vaya lenguaje, mi niño. - ríe sobre sus tímpanos. 

Harom respondió con un golpe tan fuerte como para resquebrajar el concreto. 

-Porque sería una lástima tener que castigar a Jason Anderson por tu comportamiento. - 

El perro se detuvo. Mirando al cristal. 

Su reflejo deformado por el impacto de sus golpes. Cada pieza resquebrajada le muestra su nuevo rostro desde puntos diferentes y torcidos. Sin sentido. 

-No se atreva… A Manipularme. - murmuró retrocediendo por un reflejo nervioso. 

Esta voz regresa por encima de su cabeza. 

-Tu gatito… Es un poco peligroso. - 

Harom revive cada problema del que saco a ese chico tan solo en el hospital. Tragando se las disculpas vacías que repetía para protegerlo. 

Porqué en el fondo no le interesaba que desastre hiciera Jason, el solo quería que se saliera con la suya. Sabiéndose tan patético, como dijo su madre cuando vio su tendencia a malcriar a sus hermanos, un alcahuete. 

-El es nervioso.- murmura la primer excusa que se le ocurrió. 

-Pues podemos comprenderlo tan bien como tu una instrucción tan sencilla como volver a tu lugar. - 

 

Dentro de la cabina los científicos observan a este perro apartarse y volver a la zona designada para su interrogación. Obediente. 

-Cualquiera podría pensar en un chantaje-

La mujer le mostró un dedo al mandarlo callar.

-DogDay, en realidad no estamos tan enojados contigo. Tu reacción ha sido algo qué podemos perdonar pero Jason… Ese gatito es muy malo, DogDay. - le apunta con un tono dulzón y culpable.-¿Sabes a cuántos ya hizo daño en estos meses?-

-Una razón-

Cierra la boca antes de decir algo equivocado. 

Harom está cansado. Paso demasiado tiempo en el quirófano, demasiado tiempo entre los huesos y el delirio doloroso de la primera intervención. Lo sacaron de ese cuerpo para martillar nuevamente su columna para conectarlo a esta cosa. 

No podía pensar claramente. 

-Jason… Él se asusta pero es una buena persona. - miente. Inmediatamente comenzó a mentir. 

Sabía cómo era Jason. Como era cuando quería y como era normalmente. 

-Este gatito se porta muy mal, Harom. Escúchame. Debes ayudarnos a entenderlo, a cuidarlo. - 

Lo grosero y peligroso, lo atravieso y vengativo. Era un delincuente pero también un gran chico con mucho que ofrecer. 

-Podemos arreglarlo, lo que hizo puedo arreglarlo. - lo asegura nervioso. 

Su agresión disminuyó inmediatamente. 

-Claro que tu comportamiento tendrá mucho que ver con cómo se desenvuelva la suerte de este gatito.- 

Harom tenía un límite para soportar las amenazas o las retorcidas manipulaciones de los adultos. 

Siendo un compañero de labores para su padre desde los cinco, aprendió algo muy seguro para entender a todo adulto:

“Nadie hace nada por nada” 

Hasta el capricho más pequeño y estúpido tiene su razón de ser dentro de las acciones de un adulto. 

-Esta bien. - suspira. 

-Empecemos por presentarte de nuevo con tus compañeros.- le adelanta una tarea al perro. 

Harom en la celda cubre sus oídos sintiendo un gran odio solo contra la voz de esta persona. 

Negó moviendo la cabeza enojado.

-¿Qué suele hacer Jason?-les pregunta. -Si de verdad lo tienen, ¿Qué suele hacer cuando se aburre?- 

La psiquiatra levantó una ceja ante la interrogante del perro. Deja el comunicador a un lado. 

-El otro debió tener el mismo tipo de personalidad para encajar con el perfil del personaje…¿Cuál es el rasgo coincidencia entre este chico y el difunto?-

Los asistentes descubren que les está haciendo la pregunta a ellos. 

Rebuscando entre todos el perfil personal de la mascota. 

-DogDay en las primeras temporadas era un chico alegre y trabajador con insomnio-

-No hablo del personaje. - les corrige moviendo la mano al restarle importancia. - Habló del chico, ese niño.¿Cuál fue su rasgo en coincidencia con este chico?- 

Los científicos leen los documentos enlazados al ser una única copia de cada uno las que tuvieran en poder. Peleando incluso al encontrar el rasgo definitivo. Solo queriendo ser los primeros en hablar. 

-El primer y segundo DogDay coinciden en los rasgos Metódico, Calculador y Territorial. - 

-Sus rasgos se dividen en manipulador contrario a indiferente y su proactividad en el primer proyecto es contrario a la repetida actitud despreocupada del segundo.-

-¿Elegimos al más flojo?-exclama sus dudas este científico con el rostro pálido. 

-No. - lo llama la doctora psiquiatra. - No es flojo. - observa al perro aun esperando la respuesta que le debían.-Nuestro nuevo perro es un chico hogareño por eso es indiferente , no es proactivo porque es introvertido, su indiferencia es el resultado de una crianza llena de exigencias para su crecimiento.- golpeó la mesa y las fotografía de ambos niños. - El primero pasó los primeros años de su vida en compañía de desconocidos en constante comunicación con terceros ; pero este otro creció en un entorno controlado por su familia donde fungió como el sostén de sus padres dentro de la dinámica familiar pero no significa que sea seguro. - inclina la cabeza midiendo algo que solo ella comprende. Quizás podría estar calculando los riesgos de presionar demasiado al chico y repetir el rompimiento psicológico de Daisy. No necesitaba tal fracaso repetido en su presente. 

-¿Y los reportes de ese chico, Jason?- pregunta esperando que los entregarán a sus manos. 

Los presentes entregan las fotografías del proyecto mencionado. 

Laura observa con amargura cómo esta mujer mete las narices en varios de los archivos correspondientes a su trabajo de años. 

-Veo que es un chico problemático…Mucho más de lo esperado. - rasca su mejilla volteando a ver la ventana. Toma el comunicador. - Harom, este chico tuyo es bastante vulgar. Hace señas obscenas y ofende a todo el que se acerque a él - 

El perro en el interior levanta los hombros Comprendiendo lo que significaba que estas personas le dijeran tal cosa sobre Jason. Lo claro que quedaba era que lo tenían en su poder. 

-Hemos pensado en castigarlo pero-

-¡No le harán nada a Jason!- exclamó levantando los brazos mucho más feriado que al inicio. 

Harom no piensa en cómo expone sus emociones o cuanto le afectaba mencionar a Jason. No puede ser consciente de cuántas armas les entrega , no ahora que ya estaba al límite después de todas las operaciones sufridas y las veces que ya despertó con el cuerpo destrozado o como ahora. Diferente. 

Exponiendolo a los traidores y otras criaturas por mero capricho. 

Enojado hasta estremecerse sus huesos desde el interior. 

Esta doctora sonríe al verlo caer en el juego. 

-Claro que no le haríamos nada a Jason, después de todo es parte de nuestra familia, igual que tú.-

-¿Qué es lo que quieren de mi?-

-Nada. Tu antecesor no dejo nada, asi como tu tampoco lo harás , espera, ¿Qué tal si lo que podemos querer de ti es lo dejarás atrás cuando te eliminemos a consecuencia de todo el desastre que has hecho?-

Harom da una rápida mirada a las puertas que destrozó , así como a los daños que hizo a los traidores y a las instalaciones hasta ahora. 

Para él no valían nada, lo volvería a hacer. Una y mil veces. 

-¿Qué te parecería si castigamos a Jason por lo que hiciste tú? Y no le decimos nada.-

Harom levantó las manos uniendolas frente a su cabeza. Inclinó la cabeza silenciosamente.

-¿Qué es eso? ¿Que estas haciendo?- 

-Porfavor, no le hagan daño. - pidió contenido la rabia dentro de su pecho. Algo que no le sale bien por culpa de las dos frecuencias de sonido. 

-Ya veo, pareciera que has malentendido algo. DogDay, nosotros no le haremos nada a tu gatito, tú lo harás. Cada vez que te rebeles le ocasionarás dolor a él. - 

-¿Por qué hacen esto?- interroga enojado. 

Dentro de la celda el ánimo decae pronto, llenó de la rabia que le ocasiona toda esta humillación. Odiando tanto a estas personas como para escurrir su boca un liquido caliente de color rojo. 

-Lo hacemos por algo mucho más grande, espera y lo sabrás, pequeño. - 

 

La doctora dejó el micrófono a un lado. 

-No le hablen por un par de horas. Hasta que se calme deberán atreverse a darle atención. - 

Pasan sus ojos por la ventana. 

-¿Usted cree que esta sea la forma correcta? Un rehén a largo plazo le ocasionará más estrés y podría hartarse de todo muy pronto. - 

Esta mujer asintió mirando a los documentos del cachorro anterior. Al que no le permitieron manejar en su momento. Algo emocionada por ser incluida justo ahora. 

Con tantas nuevas mentes en cambio y la eliminación de un proyecto anterior. 

En su interior las preguntas sobre la forma en la que se desenvolverian los proyectos una vez estos fueron liberados del líder anterior. 

Uno que no tenía rasgos agresivos en ningún estudio pero en su despedida cometió tantos asesinatos de forma metódica. Como un criminal. Uno que se desarrolló bajo los ojos de todos los trabajadores. 

El perfil del objeto a implementar en las psiquis infantiles como un reflejo era ese perro alegre, pacifico, trabajador, juguetón y cobarde…¿Como es que se mantiene la máscara por tantos años y a la vez cometer tantos crímenes de un momento a otro?

¿Qué es lo que se desarrolla dentro de esas sonrisas tan grandes? 

No solo le interesaba este nuevo perro. 

Desea estudiarlos a todos. Esperaba recuperar a Kissy Missy o a Huggy Wuggy si lograba responder las preguntas que los jefes tenían sobre estas criaturas. 

Sobre las niñas dentro de esos cuerpos que ya cruzaron por la pubertad y deberían estar en esta etapa de descubrimiento sexual o sobre los chicos que seguramente sufren de esos mismos cambios desde el interior. 

¿Hasta dónde pueden llegar a cubrir estas máscaras el desastre qué eran los niños bajo sus manos? 

-Le debemos hacer estudios cada tres días. - dictamina esperando lograr mantenerse en contacto con los proyectos. Llegar a estos a través de los estudios a este perro nuevo.-Esto seguramente repercutir en los otros proyectos, así que llevenme a ver a cada uno. Sera útil que fuera de inmediato.- 

Laura puede leer esos pensamientos y saber lo que planeaba hacerle a su trabajo esta mujer a. 

-Se te permitirá solo por menos de 60 minutos, así que úsalos bien. - 

No puede detenerla pero puede limitarla.

 Haría lo que fuera para proteger su futuro en la compañía. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegó octubre. 

 

Fueron reunidos nuevamente. 

Al parecer marketing sigue presionando a los del departamento científico a consecuencia de las demandas por incumplimiento de contrato después de vender entradas para reunirse varias visitas que pagaron los voletos para las fiestas de halloween en La Guardería. 

Incluyendo un político que se encargaría de aplastar a la fábrica de hacerlo quedar mal después de haber ofrecido sus juguetes como propaganda. APUNTO DE SER ALCANZADOS POR LAS CONSECUENCIAS DE ROMPER LAS MALDITAS NORMAS SOBRE ALEJARSE DE LA POLÍTICA. 

Ludwig observa los documentos acumulados sobre su escritorio, algunos tan altos que no los alcanza desde su silla de ruedas. 

Golpea la superficie con los puños varias veces a antes de tirarlas al piso. 

Los empleados frente al escritorio bajan la cabeza juntando los dedos nerviosos por como las cosas se desarrollaban. Marketing aprieta los puños mirando al suelo enojado. 

El departamento científico he innovación no pueden contener las miradas llenas de resentimiento que dirigen a este idiota de marketing. El cual egoístamente hizo todas esas funciones sin pensar en las complicaciones que sus departamentos sufrían desde hace semanas.

-¡¡Pongan a trabajar al maldito perro de una maldita vez!! ¿QUÉ NO SOY EL JEFE? ¡Hagan lo que les ordenó o les daré de comer a Boxy!-

La caja bufa, como si lo firmará, desde el fondo de la habitación. Pensando a su pripio ritmo sobre lo que observa y escucha desde hace meses de la muerte de ese perro tonto. 

Este viejo agonizante y podrido comenzó a temer por su vida. 

Llevando a Boxy, su nuevo preferido por atrapar al perro traicionero, a su zona para usarlo como perro de amenaza con una palanca qué le soltaría una cadena atrapada a su caja. Solo para eliminar a toda amenaza con mas libertad y seguridad de hacerse el trabajo en su cara. 

Boxy pensó que el perro exageraba pero… Tenía razón. Ser él quien lo trajera fue incluso más recompensado y más después de que Mommy no pudo contenerlo y evitar que se burlara del anciano. ¿Como es que ese perro podía pensar en todo? 

Él le dijo que ya no era un buen niño cuando entró a la fábrica pero puede ser que lo malo fuera el mundo de donde salió ese chico. Ese niño debió tener una vida de mierda para saber tanto de los adultos y cómo se comportan las personas con distintos empujones. 

Puede que en este lugar se junten las historias más frustrantes y sin justicia posibles. 

Al menos su hermana pudo vengarse y él… El pronto lo haría también. 

Los monstruos del sótano la tendrán difícil con la falta de su líder. 

-Señor, el problema esta en el nuevo proyecto y su nula complicidad con nuestras funciones. 

-El dinero para estas cosas viene de nosotros, solo denle un palazo y que trabaje. - les interrumpe marketing. - Este es un negocio, no podemos permitir que esto continúe por más tiempo. Señor, sabe que la compañía a perdido unos millones por culpa de la competencia y sus películas. Además ese maldito idiota insiste en que hagamos la actividad que nos hizo prometer en un contrato.- habla directamente con el jefe. 

No le importa si al hacerlo sus manos golpean el sostén del suero conectado al brazo del anciano. 

-Señor, simplemente deben poner a trabajar al proyecto.-

Marketing no sabe lo que son los proyectos. Esta en el grupo que los creia robots o botargas grandes. 

El anciano es paciente con este solo por esa ignorancia. 

-Sal y espera afuera. - le ordena.

Hizo una muy mala cara pero lograron sacarlo de la reunión. 

-¿Qué les está ocurriendo? Esto debió haber terminado hace semanas. - 

-Los experimentos no se llevan bien con el nuevo DogDay. 

Ya uso la vara. Las consecuencias son su perro muerto y carbonizado. Un cuenta de millones perdidos por los estudios que ya no tendrán sentido sin este perro para probarlos o completarlos. Además de todas las actividades por las que cobraron por adelantado para conseguir un lugar divertido y funcional. 

-Bien. - observa a la caja al fondo. Solo respirando. 

Este monstruo siempre fue extremadamente violento. Necio y peligroso. 

¿Qué hace en su despacho como si fuera el sabueso de un viejo cazador? Quizás darle este gran ascenso y un tragaluz por el que entra la rebotada luz del sol lo han hecho cambiar de actitud. 

Si. Ahora esta criatura observa de vez en cuando el sol. Una recompensa sencilla y obscenamente estúpida pero tan grande en su situacion que su humor mejoró una vez se le permitió la luz del sol. Ver estrellas reales y la luna. 

Le gusta el sol. A este monstruo le gusta bañarse con el sol. 

Esta verdad resuena en la mente del anciano. Llegando a un solo resultado posible para serle útil. Acabaría con el tiempo de la vara sobre los proyectos y permitiría que prueben la zanahoria. 

- Denles algo a cambio, pronto no podrán dejarlo ir así que sean generosos. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Se les llevara a servir. así que sean amables con las visitas y los niños. - 

Las orejas de CatNap se sacuden observando el suelo de esta celda iluminada tan horrible en azul y verde frío dentro de las lámparas blancas. 

Cargado y encerrado en el concreto. 

Una celda llena de recuerdos en esa esquina L. 

Esa que ahora no quiere ni ver. 

-Deberán obedecer.-sigue la voz de un adulto. - Lamento si es difícil para ti pero DogDay, sabes que esto es para lo que fuiste hecho. - la voz cambia su tono a uno más animado. - Anímense, este será un gran día. - 

Termino con el mensaje al apagarse la bocina. 

 

Las ocho criaturas se observan en una gran celda. 

Detenidos en el tiempo o quizás solo paralizados cuando deberian hacer algo más. 

Las cosas estaban muy rotas. 

La mente del elefante rebota entre este perro presente y el chico que lo salvó de la soledad, en el perro que le dijo que mientras estuviera vivo no tendría que temer o en el qué sus palabras empujaron a una muerte grotesca. 

Con el calor de la última vez que lo abrazo al levantara entre sus patas esas costillas destrozadas y órganos qué se arrastraba a su paso solo para ser tirado al interior de un carrito de las vías como si fuera basura. 

El mismo tiro a la basura a su hermano.

Entre todos se deshicieron de él único que les cuido y procuro antes que a nadie. 

Incluso si estaban demasiado heridos para aceptarlo, lo hicieron. 

-Si no quieres asustar a los niños puedes contarles un chiste o bailar. - 

-No se bailar. - 

Hoy su DogDay no está presente y solo les queda este chico malhumorado sin interés por hablar o bailar. 

-¿Entonces te gusta el arte?-

El perro levanta la mirada del suelo al entender la pregunta de la osa. 

Le observa por un momento antes de negar y volver a mirar al suelo. 

Harom no deseaba convivir con ellos, solo queria recuperar a Jason y largarse de este lugar. No dejaría que los manipularan un segundo más. 

Definitivamente se largarián , serían libres por fin. 

-Si no te gusta bailar ni hacer manualidades ¿Para que servias allá afuera?-

Harom levanta la cabeza al escuchar el insulto. 

-Tu-

-Ninguno de nosotros está aquí porque así lo queramos. ¿Puedes entenderlo?- le cuestiona Hoppy desde su lugar, cruzando los brazos sobre su pecho. - Somos como tú, sólo que llevamos seis años en esto y tú solo unas semanas. - 

-Nos debes respeto. - añade Crafty. 

Harom les gruñó bajando la cabeza frustrado.

-Debemos hablar sobre lo que nos gusta o nos volveremos locos-

Harom no soporta la voz de Bubba, gritándole en cuanto le oyó. 

-¡¡Vete al diablo, no tengo que escuchar a ningún puto enfermo!!-

Las cuatro chicas suspiran al ver a Bubba agachar la cabeza ofendido. 

-No lo entiendes. - apunta Picky. - No duraras ni un mes si no hablas. Necesitas hablar o terminaras como Kissy o Huggy. - 

-¿Flacos?- se mofa en voz baja. 

-Rotos. - responde Hoppy. - Los experimentos que no cooperan son llevados a bodegas donde se les da un uso como alfileteros por un tiempo y luego alguno de los proyectos funcionales los matan y devoran. -

Harom afila la mirada observando a las criaturas de reojo. 

-Ninguno de nosotros comió a otro experimento.-

-Al menos no de esa forma. - murmura Picky mirando burlna con el cuello estirado a CatNap. 

Este vuelve a mirar al suelo. 

-Lo que si hemos hecho es matar humanos. - 

Harom esta vez si les miro. 

-Picky. - le advierte Bubba. 

-Cállate. - apunta al nuevo perro. - Debes saberlo, idiota. - apunto a Bubba. - El es muy fuerte y puede hacer pedazos a cualquiera con solo sus patas. - 

CatNap asiente desde su lugar. Eso lo hace ganarse una mala mirada del perro pero no verlo le hace pasarla sin efecto más allá del pelo erizado. 

-DogDay te dejo la vara muy por encima. - la voz de Kickin lo murmura junto al gato.-El era un líder increíble.- 

El grupo les mira por un segundo. Saben que la rabia de este perro no a aminorado pero algo lo hace comportarse de forma más tranquila. algo debió pasar al salir de la celda.

Harom revisa sus manos por un momento. Algo que aún le hace sentirse fuera de la realidad a consecuencia de la mano que volvió a su cuerpo. 

Recuperó su brazo. 

Ser este perro le dio esta recompensa extraña pero aún lo deja preguntándose en las razones para llegar a este punto. ¿Porqué le sucedió esto a él? 

-¿Qué le ocurrió al perro?- les pregunta. - Vi por la ventana como revisaban los documentos de Hobart pero no dijeron nada sobre lo que sucedió.- apretó los puños. - Estas personas nos compararon y buscan respuestas pero… - los mira buscando respuestas. 

Más la sorpresa que se llevó al verlos caer lentamente al suelo. 

Incluido el gato doblando las piernas y sus garras cubriendole los ojos entre hipidos ahogados. 

La actitud de cada uno fue tragada por esta ola de… ¿Que estaban sintiendo?

 ¿Alegría? ¿Epifania? ¿DESESPERACION? ¿Dolor? 

¿Que les estaba pasando a estas cosas? 

Las pezuñas del unicornio comenzaron a chocar. Aplaudiendo. 

-¡Yo gano, yo gano!- celebra contenta, dejando que su voz se quiebre feliz triste hasta deshacerse en pedazos. -¡Descubri tu nombre primero!- celebra la victoria vacía. La más vacía de todas las victorias qué ganó contra su hermano. 

Bubba comenzó a reírse. Sujetándose el pecho. 

-Su nombre es como de un abuelito. - suspira cerrando los brazos alrededor de sus rodillas. 

-De alguna forma suena más elegante de lo que me imaginaba su nombre.- Hoppy recarga el cuerpo en la pared.-¿Deberiamos hacer algo para Dog… Hobie?- pregunta mirando a Bobby. 

Bobby lo piensa juntando las manos sobre su pecho. 

-Deberíamos preparar un funeral. - 

-¿No sabían el nombre de su amigo?- les pregunta mirando al grupo con la incredulidad recorriendo le. 

-En cuanto pude dejar de ser Misery me convertí en Hoppy. - 

-Polly no es un nombre demasiado masculino. - bromea Kickin.

Bubba relaja sus hombros al sentirse mejor solo por el nombre que no conocía rebelado por fin. 

-Así como Christian solo me recordaba cosa que no me gustaban. - murmura Bubba. - Renunciamos a nuestros nombres con tal de dejar todo atrás, todo lo que nos hicieron y lo que vivimos se quedó atrás cuando dejamos de ser esos niños. - 

-Hobie debió sufrir mucho antes de ser DogDay.- suspira Hoppy cubriendose la boca. - Es un nombre muy bonito para que lo olvidara.-

-Así como Misericordia. - suspira Kickin. 

-Enrealidad debía ser Mercedes pero a mi papá le gustaba más en inglés, él dijo que sonaba como una canción de rock si lo decías correctamente.-

 Kickin la mira dejando caer los hombros al recibir la respuesta de la coneja, incluso si no lo miraba aún. 

-Dentro de todo… Al menos podremos recordarlo bien. - 

Harom los interrumpe con un pisotón. Frustrado por ser ignorado. 

-¿Entonces qué le ocurrió al primer perro?- les pregunta ya temblando ante la desagradable sensación de ser excluido entre sus planes. 

Bubba se puso de pie, mirando a cada uno antes de responder en nombre de los presentes. Cambiando completamente su voz a la madura. 

-Todos nosotros, Hoppy, Bobby, CatNap, Kickin, Crafty. Picky y yo Bubba le asesinamos.- sus palabras recorren a cada uno tan rápido como el veneno de una serpiente. - Todos lo entregamos a los humanos, se lo comieron vivo frente a nosotros , lo mataron y nosotros mismos lo metimos en el bote de basura.- miro a cada uno. -DogDay murió por nuestra mano, así como lo harás tu si llegas a traicionar nos. - 

-Eres el líder, como tal tu trabajo es pensar y actuar. Te escucharemos y si es por el bien de todos, hasta perderemos la vida pero debemos cuidarnos. A todos nosotros y a los niños. - 

-Debes ser como DogDay era o te matamos. - 

-No estas aquí para los humanos ni para ti. - 

-Vives para ser el líder que sigue adelante a pesar del odio o el dolor y lo vuelve una herramienta. - 

-Sal de ahí y conocerás la muerte en vida, cachorrito. - 

-No te atrevas a ensuciar el nombre de DogDay.- 

No podían seguir adelante con un líder novato si todos siguen peleados ni podía permitir que este nuevo miembro del equipo les ponga las cosas difíciles con su personalidad impredecible. 

Solo les queda unirse y guiarlo ellos mismos, advertirle. 

-Lo mataron. - murmura mirando a cada uno. 

Harom siente esas palabras como el fuerte impacto del agua helada contra su cara. El peso de esta situación toma forma conforme los define en la oscuridad.

Si estos tipos lo mataran, Jason se quedaría solo. 

Las compuertas se abrieron antes de que pudieran recomponer su ánimo. 

Las puertas dejaron salir la atención haciendo a los guardias apuntarles con armas eléctricas. 

Nuevas pero dolorosas. 

Escucharon las órdenes sin apartar los ojos del perro. 

Siendo guiados por varios guardias armados al exterior. 

El lider camina al frente. 

Lo descubre al ver como ninguno se mueve hasta que el mismo salga de la celda. 

Su humor se vuelve complicado al verlos darle su lugar sin resistirse. Lo han amenazado pero lo obedecen. 

Porqué una cosa es pelear por el puesto pero obtenerlo de golpe y cargado or esa miradas espectantes lo hizo cambiar de golpe sus propias emociones. Temiendo seguir adelante dio un paso. 

Seguido escucho como venían detrás a su ritmo. 

¿Que estaba pasando? ¿No estaban hace un segundo llorando la muerte de su amigo? 

Harom comienza a temer por lo que sucedera desde ahora. 

Él solo tenía 14 ¿Qué rayos hacía como líder de estos locos? 

Los empleados saludan y Harom debe sujetarse las manos una con otra para no tirar de sus orejas. 

El ruido viene acercándose. No. 

Ellos van al ruido. 

Pasando las puertas de metal les reciben los festejos de halloween. 

Encontrando visitas disfrazadas de cosas diferentes. Puede ver a muchos niños de mameluco correr de un lado a otro con un ritmo torpe al tropezarse. 

La música y los muchos niños corriendo de una estación a otra en busqueda de sus dulces. 

Las criaturas esperan las órdenes del coordinador. 

El ruido lo aturde al tener estos nuevos sentidos caninos. 

-Deben entretener a los niños y las visitas. Así que estarán libres.-

-Esta vez deben comportarse. - advierte un guardia. 

La advertencia es directa al apretar frente a ellos esa arma en sus manos. 

Bubba pasa los ojos del perro nuevo a los humanos. 

Estos los dejaron ir al fin. 

Se dividieron sin palabras de por medio.

Harom se quedó en la puerta. Perdido, su cabeza gira por dentro tan fuera de sí que cada paso lo da lento. 

Observando a las personas a su alrededor. 

Harom vivía en un pueblo apartado. Con una granja semi destruida a su cuidado junto a su padre donde sus días fuera de la escuela eran ocupados por el campo y sus manos estaban llenas de tierra y sus oídos llenos por los cantos de las aves y las muchas plagas que comió de pequeño para saber su sabor. Esas eran sus excentricidades. 

Un ambiente tan alegre y ruidoso lo experimento en las fiestas del pueblo y solo cuando tenían unos pocos centavos extras para comerse un algodón de azúcar y mirar a otros niños subir a los juegos. 

Esta energía de luces y electricidad con tanta música esta muy fuera de sus vivencias en el pasado. 

No era un chico de ciudad que haya experimentado esta clase de estrés para acostumbrarse en este justo momento. 

Quedándose en el centro de este lugar con las manos a los lados del cuerpo y su humor cayendo por el suelo como pedazos de la nada. 

-¿Mama, que se supone que debo hacer?- pregunta al doblar las rodillas y sujetarse la cabeza.-No se que hacer, no se que debo hacer… - 

De sus ojos comenzaron a caer las gotas de agua. Añadiendo a su deseperacion las amenazas de estas siete cosas. 

-Estas llorando… DogDay no debe llorar. - 

Su mirada sube por el césped a la mano en su hombro. 

De puntillas un niño le toca consolándole con un murmullo suave. 

El eco de un presentador subido sobre las plataformas de las nubes. Sonriendo con su disfraz de Huggy Wuggy vampiro. Apuntando con sus manos enguantadas a los jardines. 

Los asistentes, entre ellos periodistas, festejan saludando al empleado bajo los reflectores. 

Las criaturas dispersas por el lugar dejaron de saludar, también curiosas por el nuevo anuncio. 

-¡¡Play Time co. Hoy es orgullosamente responsable de presentar ante sus ojos la nueva fila a unirse a nuestra gran familia!!- apunta a las grandes calabazas en los jardines. 

El perro mira a ese mismo lugar. 

Notando muchos, entre risas, qué una ya estaba rota y del interior algo se asomaba y escondía. 

El empleado tardó un segundo en procesar el inconveniente. 

-¡¡CatNap y Hoppy, serian mis amigos si tiraran de los listones por mi!!- 

Por reflejo las dos criaturas fueron a encontrar ambas calabazas. CatNap cubrió con su cuerpo la calabaza más grande y con el agujero al costado. 

A escondidas sus orejas se movieron al ver el interior. Y las marcas en el cuero usado para cerrar la calabaza. 

-¡DogDay, tu voltea la última calabaza!- le pide al líder. 

Harom camina al centro agarrando la calabaza del suelo la levanta con algo de fuerza. Dentro algo se mueve y debe contenerse para no tirarla. 

-¡¡Para deleite de nuestros niños y nuestros distinguidos visitantes, hoy les presentamos nuestras nueva línea V3!! ¡¡Treevariety!!- chasqueo los dedos en alto. 

Esto parece disparar un mecanismo en cada calabaza. Las hace explotar en confeti. 

CatNap levantó las orejas al ver lo que salía del interior. 

Harom tuvo que cerrar los ojos. Antes de recibir en el rostro algo nuevo. 

Algo muy pequeño que corre por su rostro. 

Un pequeño Bubba de menos de 25cm. Es tan pequeño que apenas pesaba un poco. 

Este le ríe en el rostro antes de rodar por su nariz al suelo. Rebotando y rodando para seguir la carrera junto a su grupo. Si, son muchos. 

Son muchos pequeños de este tipo y todos corren directamente a la PlayHouse, divirtiendo a los asistentes al dejar el confeti a su paso. 

Busca a las otras criaturas, descubriendo lo que salía de la calabaza de Hoppy. 

Muchos de ellos mismos de al menos 50cm, tomados de la mano pasan entre las personas. Riendo con sonidos pregrabados. Todos van a Dulce Hogar. 

CatNap observa como pequeños de entre 1,30 y 1,10, pasan por sus patas. Corriendo a la Jugueteria y la escuela. 

-¡Si es grande es bueno! ¡En pequeño la diversión se multiplica! ¡¿Qué hora es?!-

Las luces apuntan a los gigantes esperando la respuesta. 

Cada uno cruzó miradas. 

Gritando con esas voces infantiles. 

-¡¡Es hora de jugar!!-

Harom retrocede después de gritar tal cosa con su voz real. 

Esto hace a algunos niños del lugar mirarlo más de una vez. 

No. No puede con esto. 

Sus pasos lo llevan a donde no lo vean caer. Trastabillando entre las verjas y los asistentes que juegan con los nuevos juguetes. 

Escondiéndose tras Dulce Hogar, lleva las manos a su cabeza. Conteniendo un grito entre espasmos sinsentido. 

-¡Papa!-

Deja de estremecerse. Mirando al niño que lo siguió. 

Este le mira a los ojos por un momento. Corriendo a sus piernas para aferrarse. 

-Papá.- lo llama refregandose contra su pelaje. 

Harom baja solo para verle. Conocerlo. 

No sabe quien es pero lo llama así. Debía ser uno de los niños del orfanato. 

Confundiendolo con el perro. 

-Hola… - Saluda al niño. 

Este retrocedió de un salto. 

Algo no le gustó. 

-¿Te moriste?- pregunta este niño con el rostro pálido. 

Mueve la cabeza. Él no era un mentiroso. 

-El otro se murió. - admitió. 

El niño mira su figura de abajo arriba. 

-Por eso eres más delgado. - apunta. - Papá no se enoja… Tú estás muy enojado. - 

 

 

 

 

 

Dentro de la casa hay un infierno. 

Solo y personalmente preparado para el ave. 

Atestiguando en la soledad la forma en la que su cuerpo comienza a temblar dejando caer las plumas y su calor salta fuera afectado por el estrés creciente. Avanzando por la habitación sus manos voltean una a una las cunas. 

Todas vacias. Hasta la última esta vacía. 

El bloque 1 fue limpiado a profundidad. 

El ave sujeta sus brazos contra el pecho cayendo al suelo lentamente. 

No puede quedarse solo quieto. 

Su estómago se revuelve sacando todo su contenido en el alfombrado. Pronto no es bilis lo que escapa por su boca. 

Gritando. Gritó. 

Gritó. 

Gritó por el dolor. 

Por las mentiras. 

Gritó por la pérdida y gritó por todo lo que le estaba partiendo en pedazos desde el interior. 

Comenzando a reírse entre los gritos. 

O talvez solo debía seguir gritando. 

-¿Para que hice todo esto?- se lo pregunta cayendo sin consciencia en su propio vómito. 

Los Bunzo lo rodean. Limpiando con una pequeña toalla el vomito de su pico.

Acompañandolo. 

 

 

 

 

Fuera CatNap a entrado a PlayHouse, observando a los pequeños gatear y reírse al jugar juntos. Su pata los presiona y ellos ríen abrazando sin miedo sus garras. 

-Hola. - los saluda levantando al pequeño DogDay en su palma. 

Este le toca la nariz depositando una caricia con su pequeña nariz. 

Theodore deja salir un sollozo hpogdo al llevarlo a su pecho. 

-Bebé, no tendrás que tener miedo. Dios nos cuidara a todos. - 

Poco a poco estos lo rodean abrazándolo en este cúmulo de toques suaves. 

 

 

-No te imaginas quién maneja las flores ahora, taradito. - 

Bubba debe aguantar una exclamacion al sentir la mano de esa muñeca pegada a su ingle. Esta le mira a los ojos al arribconarlo a pesar de ser solo un alambre a comparación con el gran elefante. 

Este sale de su estupor al entender lo que dijo esta maestra. 

Siendo más consciente del paquete que está le puso contra el cuerpo. 

-¿Y bien? ¿Quieres trabajar o eres demasiado refinado para esto?-

Bubba siente la adrenalina crecer dentro de su cuerpo. 

-Las flores aun están aquí. - 

 

 

 

 

 

Harom observa a los niños jugar alrededor de las criaturas más pequeñas. 

-Creo que te ves un poco mejor que antes. -

Sus ojos pasan al mismo niño… No, no es un niño. 

Ya ahora puede ver que era uno de los juguetes de 1,30. Un gato morado. 

-Ve a jugar. - le ordenó empujandolo. 

Este cayó al suelo sobre sus cuartos traseros. Mirándolo enojado al golpearse el trasero con el césped sintetico. 

-Eres un cretino. - murmura con esa voz suave. 

-¿Te parezco un cretino?-

-Mucho. - mira al perro de arriba abajo.-Un cretino sexy. - 

Este perro levantó las orejas. 

-No es cierto. - gruñe dispuesto a levantarse. 

-¿Cuánto tienpo seguirás fingiendo que no me reconoces? - lo cuestiona al seguirlo entre saltitos por culpa de sus cortas piernas. -¿A donde vas?-

-A buscar algo que hacer. - responde caminando directo por las verjas. 

El gatito le agarro la cola con un grito. 

-¡No puede irte! ¡Debes quedarte conmigo! ¡¿No lo prometiste?!-

Harom detuvo su avance. 

-¡¡Incluso si me convierto en un gusano de manzana o una gallina!! ¡Si me pierdo me buscaras! ¡ Y si me meto en problemas me ayudaras!- la vox del gatito sube con sus lágrimas espesas.-¿No lo prometiste, Harom?-

Este perro le mira desde arriba, inclinando el cuerpo o a un lado. Dejando que el peso de las preocupaciones caiga de su cuerpo al suelo. 

-¿Eres Jason?-

El gatito dejó de gritar o pelear, tan solo le mira a los ojos. Levantando los brazos a su dirección. 

Es un solo parpadeo. 

Solo parpadear sería suficiente para perderse cuán rápido este perro lo levantó del suelo para abrazarlo contra su cuello. Girando en el impulso, solo entre sus risas. 

No lo recibe en silencio ni con humildad. 

Su alegría es la felicidad de un niño de campo. 

Saltando y girando con el rostro de su gatito frente al suyo. 

Gritando de felicidad y llorando con él. 

Amando cada segundo que este gato le permite escuchar de vuelta su risa. 

Porqué no estaba solo. 

Porqué aqui estaban. 

Incluso de esta forma desigual podían estar juntos. 

DogDay y CatNap están juntos incluso si la luna es más realista y su figura es pequeña. 

 

Ese encuentro queda grabado en las pupilas de Bobby, observando a ese perro tan feliz moverse entre los caminos de piedra con ese gatito en brazos. 

La alegría de los dos contagia al exterior. 

Como lo hizo la felicidad en aquella celda. 

La osa suspira. 

Admirando la valentía de este perro para amar algo tan pequeño en el infierno que se avecina. 

El infierno qué se los come con luces y brillantina. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Son 12 mil palabras. Sip, sip.
Gracias por leer y a quienes comentaron también.

Chapter 70

Notes:

Relájese y déjense ir con la corriente.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las cortinas de las puertas son mecidas por la brisa de la casa, causando algo de frío en su cuerpo. No habia necesitado quitarse la sudadera al entrar a la casa. Cubriendose del ambiente con un escondido tirón de mangas para tapar los nudillos de sus dedos. 

Cenando en la mesa de la cocina de color caoba, parecía cara para alguien de su tipo pero una antigüedad sin valor para alguien que supiera de madera. Quizás debería dejar de divagar y afrontar lo que se mueve frente a su asiento. 

Observando a la conejita caminar por la mesa con una taza de té. Un acto valiente para una persona que delirio estar bajo el efecto de los hongos qué probó en la universidad 

Lo mira levantando el mentón rápido al mostrarle la azúcar en un trasto de cristal. 

Henry asiente. 

Ella vuelve a mover la cabeza con la cuchara en alto. 

Henry mira a la puerta por la que la figura de Ryan es visible de cuclillas frente al horno qué vio en el porche. Incomodo. 

-Dos. - responde al volver a mirarla. 

Esta conejita le pone dos cucharadas, lo bate y se lo empuja con la misma cuchara. Guardando la cuchara en su espalda, como si de descuidarse este invitado se la fuera a robar, vigilando al cerrar el pequeño arreglo de vidrio y la azúcar devuelta a su lugar.

Lo observa esperando a que lo beba. Nervioso lo lleva a su labios. El té sabia a jengibre pero temía qué no fuera gengibre. 

-¿Qué estoy tomando?- pregunta apuntando con un dedo la taza de la que acaba de tomar un sorbo. 

La conejita deja a un lado la tetera qué apenas estaba bajando después de servir otra taza, escribiendo rápido en una libreta oculta en la ropa sobre su cuerpo amarillo. . 

Henry observa lo que le muestra : “Cagada”

Después de superar el shock esta situación llegó a su cabeza con una gran cercanía a la ironía y la estupidez. Escupiendo el trago qué guardaba en las mejillas, cubre su boca. 

Henry lo tomó bien al verla tan ofendida por su torpeza.

Guardó su libreta en el bolsillo del pequeño mandil antes de dejarlo y saltar de la mesa al suelo. 

-Es muy linda. - sonríe revolviendo el té. 

El hombre observa las manchas de agua en la mesa y a la coneja regresar con una toallita limpia para sus patas delanteras. 

-No importa lo que te haya dicho, te lo mereces. - le responde el hombre. Aunque sus ojos si indagan en el comportamiento de la conejita al mirarla preocupado.

Ella desvío el rostro culpable. Delatando su grosería sola. 

Ryan volvía del exterior con una bandeja llena de verduras y carne horneadas. Todo producto del horno de hierro del exterior. 

Dejó que ella se saliera con la suya solo por esta vez. Sirviendo la comida de los tres. 

Le sirvió en un plato con unas pinzas y mucho mal humor. 

-Come, dime lo que tengas que decir y te largas. - 

Henry bufo tomando una papa listo para quejarse por su actitud. 

-Entre las descripciones de tu rama tribal se suponía que estaba la hospitalidad. - 

El paso fue malo por ambos bandos. 

-No para las malas hierbas. - le responde comiendo con un pan y sin cubiertos.- Y hace tiempo que me expulsaron de la tribu. - 

La conejita, sentada con ellos, tiene su propia porción y come imitando la forma del ex guardia. Tomando algo de pan en la mano elige algo del plato para tomarlo y llevarlo a su boca. Mirándolo como si fuera estúpido por quedarse viendoles. 

Esto fue tanto por su descostumbre a alguien comiendo con las manos como a verlos hacer esto al mismo tiempo. La coneja, en su propia mesa hecha de libros, inclina el cuerpo y recarga el cuerpo en su codo como lo hacía Ryan. Un completo reflejo del mayor. 

Henry suspira al llevarse la papa a la boca. 

Ya habia comido con esa compañera de trabajo de Delhi, recordaba su comida pero el temor de parecer estúpido… Mas recordar de golpe el rostro de esa dulce mujer lo hace temblar. 

Hace tiempo no lograba ver un rostro tan claramente como hoy. 

-Cuando entró en contacto con objetos de la fábrica mi memoria vuelve. - sus ojos van devuelta hacia la conejita. - No se porque verte me hace sentir cualquier cosa pero no miedo. - 

Angela suspiro apuntando su plato y haciéndole gestos para que coma de una vez. Ofendida por ser catalogada como “cosa” otra vez. 

Esto no pasa desapercibido por Ryan. Encendiendose su desagrado por este tipo una vez más. 

-No la incordies. - le reclama Ryan.-Te damos de comer porque nos diste lastima dezmayandote en la entrada, no porque nos sintamos obligados. - Angela asiente apoyándolo. 

Henry al fin saborea la comida al divertirle verlos actuar juntos. 

-Oye… - mira la comida. Tocando con un pedazo de pan una papa. 

Ryan aún sigue de mal humor. 

-¿Demasiado sazonada para el cara palida?-

Henry sonrió negando entre cortas risas. 

-Cocinas demasiado bien, debes ser de los míos. - apunta al fin atreviéndose a usar las manos. 

Angela movió las manos en un gesto de más o menos. Recibiendo un zape con la fuerza de un pedazo de miga de pan. 

La comida paso en silencio una vez dejaron de hablar. 

Dejando que, talvez groseramente, el invitado lavara los platos antes de volver a retomar el tema que les concernia. 

Lo esperaron en la sala, sentados en el sofá grande y dejándole tomar el sillón viejo con la cabeza de un alce de astas coloradas por tiza qué le supera por encima de la cabeza. 

-¿Ya nos dirás como nos encontraste?-

 Henry mira una vez más a ese alce con un claro balazo en la frente. 

-No fue más que una coincidencia. - admite mirando a la mesa. La sorpresa por esa ardilla disecada con el traje de Madonna lo hace cerrar los ojos para no reírse. Estar cerca de esta conejita lo hacía muy feliz. 

Lo acercaba al alivio que deseaba sentir después de no recordar nada de esos años en la fábrica. 

Solo números, códigos, colores y cables sin sentido. Todo se repite como el berreo de un bebé sin capacidades del habla desarrolladas más allá de estos sonidos perdidos. 

-Un vecino les compró una tanda de carne de venado y en la fotografía que le enviaron ella sale sosteniendo una libreta de cuentas.- es claro que se refiere a la conejita. 

Ryan la mira con el ceño fruncido. 

Cerrando los ojos al comprender lo que vendría. 

Exactamente eso sucedió. 

La coneja lanzó la ampara cercana al suelo. Esto solo la hace rebotar al ser el juguete de Taz de goma el que la recubria. Sacudiendo sus bracitos muy enojada. 

-El no tiene la culpa, tu no debías estar en el almacén.-

-¿Hay muchos problemas con ello?-

-Nuestro trabajador es ciego, debío tomarle la foto por error. - 

-¿Contrataron a un ciego?-

- ¿Una coneja puede balancear las cuentas de una empresa de envíos internacionales?-

Ambos quedan en ceros ante la ironía de ambas problemáticas. 

-Supe que trabajaban aquí y vine esperando descubrir algo nuevo… algo de lo que sucedió durante mi ausencia. - 

-Deje ese trabajo años antes de que la fábrica cerrará. Dos años antes. - 

Henry aprieta los puños sobre las rodillas. 

-Yo se qué es difícil entenderlo pero… debo regresar aunque la vigilancia mantiene la zona sellada. - 

-¿Como creíste que nosotros podríamos ayudarte?-

-Ustedes manejan un negocio de compra y venta por Internet… Y yo no puedo investigar nada sin llamar la atención. ¿Podrian ustedes ayudarme a recolectar las cintas del programa de los smiling critters y los otros chicos?

Angela hace su pregunta “¿Porqué ellos?”

-Es por los segmentos comerciales y los interactivos. La fábrica sale de fondo y puedo verlos… Puedo ver a los del interior y recordarlos, así como las maquinas de fondo. - 

Angela suspiro bajando del sillon de un salto. 

Ryan le observa ir a la computadora. 

Comportarse como lo hicieron puede ser el último intento para escapar de la responsabilidad y no inmiscuirse, huir correctamente de la responsabilidad que cargan por haber estado en ese lugar y escapado pero no se trata de esto su historia. 

No la de ellos tres. 

-Te ayudaremos pero después al demonio. - 

Angela volvió más rápido de lo esperado. Mostrándole una hoja imprimída. 

Aún la sintieron tibia al obtener ambos una copia. 

La venta de cuarenta cintas de seguridad del interior de la fábrica. 

La cara de los dos era un poema. 

Mirándola de nuevo. 

Ella les hizo algunas señas antes de volver sobre sus pasos. 

-Angela es muy buena en las ventas de Internet. - murmura doblando la hoja. - Hace un tiempo tuve que ordenar nueve kilos de carne de alpaca pero el comprador llego por ella antes de que le quitara el sello de viaje. - 

-Bueno.. Creo que es cosa de… - sus emociones caen. 

Observa estos vhs en la fotografía con el cuerpo helandose. 

-¿Serán ya siete años los que pase fuera de ese lugar?- se lo pregunta en voz baja. 

-No lo se. -su atención va al papel que sostiene Henry. Notando un elemento extra en la colección de vhs.

Un peluche naranja tirado al fondo de la habitación. Era pequeño y se veía que no fue tratado con amabilidad en años… Y aun así era el primero que veía desde hace años. 

-Iré contigo. - dictamino.

Henry oculta el alivio por ser acompañado con una sonrisa nervios. Poniéndole en compacto con el vendedor a través del teléfono celular. 

Quizás no lo ocultó tan bien. 

 

Angela los mira desde el cuarto de computadoras. 

Espero a que se fueran para cambiar de página. 

Reflejando sus ojos negros el inicio de una página de MySpace. 

Añadiendo una entrada rápida junto a una fotografía conseguida de Internet de esa fábrica. 

“Estos tipos de verdad dejaron mucho dinero en las instalaciones pero el derrumbe cubrió las entradas. Hermano, lo que daría por conseguir esos billetes B-)” 

Eliminó la cuenta de inmediato. 

Repitiendo el procedimiento por varios foros uno tras otro. 

Elimninando la cuenta una vez y abriendo una nueva con distintos aspectos. 

Recibiendo por fin un “¿Eres un troll?”

Angela responde: “Soy pobre y quiero el dinero que mi hermano dijo que habia en ese lugar. De cuando las drogas aun salían del lugar” 

Eliminó esta cuenta en cuanto recibió las reacciones esperadas. 

Pronto sa captura fue tomada por varios usuarios en foros dispersos por el Internet. 

Porque a donde vaya la raza humana de las primeras cosas que hará, entre el poder y el asesinato, será buscar como drogarse. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una camioneta de color rojo resalta en el patio. Detenidos por una falla mecánica qué tuvieron Ryan y Henry, que arreglarla antes de dar marcha a su viaje. 

Al lograr que arrancará Henry bajo el capo y subió de copiloto. 

-Esta cosa funciona peor que el autobús en el que llegue.-

Ryan da un profundo vistazo a los vecinos que le observan alrededor. Desconocía al blanco y lo conocían por las cosas que ocasionaron que su padre lo sacara de la casa hace años. 

Supira mirando al hombre a su lado. 

-No pensaste que tendrias qué compartir el auto con un viejo, ¿Verdad?- le pregunta burlon. 

Henry le mira de soslayo. 

-Siento qué no eras un buen empleado.-

Ryan le miró por solo un segundo antes de reírse a carcajadas, golpeando el volvante varias veces con fuerza. 

-¿Como no iba ser un desastre de trabajador? ¡Era una loba enjauladaaa! ¡AAAUUUHHHH! - 

La canción de Neja Restless, suena sacudiendo la camioneta en pleno arranque. 

Los transeúntes voltean confundidos por sonar tal canción en la zona. 

Henry esta fuera de pero no estaba listo para que su armario fuera expuesto de esta forma. Mirando feo al conductor que se burla de él pisando el acelerador. 

Aquella anciana solo se decepciona más pero se despide al verlo irse en su auto. 

 El viaje de la levanta tiesos , como dicta la placa trasera, fue bastante relajado una vez dejaron la reservación. 

 

 

 

 

 

 

 

 

La banda de un baile cercano a la parada de carretera. Las luces del interior llegan a superar el resplandor del sol de atardecer. 

-¿Con pollo agridulce?- pregunta el hombre en la barra. 

-Papas y cebolla, también carne y … Queso también, queso. - añade mirando la lista de ingredientes. 

El mesero le sonríe al verlo tan concentrado. Demasiado para darse cuenta de que lo estaban mirando mucho los comensales, sorprendidos por ver a alguien como él en esa comunidad. 

-¿Escapando de su esposa?-

-No, de mi hija. Me mide el colesterol más que un buitre los latidos de una vaca vieja. - 

La risa de algunos comensales cercanos hacen a Henry mirar dos veces al hombre. Algo en él debía estar mal. Como si estuviera… Siendo alguien más. 

-Entonces le restringiremos el tocino pero no el queso. No quiero quitarle su padre a una niña. - 

-¡Vamos cariño, harémos cardio despues!- para molestar apunta a una señora mayor que lo veía feo al fondo del lugar. 

Logrando sonrojarle. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 En unas horas llegaron a la dirección de venta. Mala suerte, es casi media noche. 

Observando ambos a la calle tan normal de este distrito urbano. 

Calles limpias. Obviamente plagado de cristianos blancos y una cerca impecable de lado a lado. 

Con esa bandera poco amigable para cualquiera fuera del código de color aceptado en una fiesta de quesos. 

-Siento que si bajo me dispararian doce veces como advertencia. - gruñe Ryan mirando a las personas que por sus ventanas y a través de las cortinas ya vigilan a la camioneta cuatro por cuatro qué llego a su zona. 

-Ofreceles una lectura de huesos para la riqueza. - le aconseja o puede que fuera una burla después de pasar el viaje oyendo el repertorio de música homosexual de la decada. 

Ryan suspiro, había permitido al fin que su cabello creciera y ahora tuvo que hacerlo chonguito para meterlo bajo la gorra, saliendo de la camioneta con el cuello de la chaqueta arriba. 

Henry le da una mirada rápida. 

-¿El señor también trae dulces para los niños o solo decidió vestirse como robachicos ?- lo cuestiona incluso cubriéndose la boca en un secreto. 

-Cállate, idiota. - gruñe. Al ver a una persona ya asomada por una puerta abierta y esos grandes lentes de botella llenos por unos ojos de color azul juzgon.

La puerta la toco Henry. Esperando los dos lo que sea que fuera a pasar. 

Esta puerta se abre desde el interior. Solo asomándose la orilla de un rostro pálido, marcados sus huesos cual calavera y ese lunar en la barbilla. 

-Vinimos por las cintas. - le apunta Henry antes de que esos ojos se fijaran en Ryan. 

El hombre lo mira de arriba abajo. 

-Son diezmil dólares. - 

Ryan bufo al escuchar tal estafa. 

-Esta bien, dejame verlas. - 

Ryan intervino al ver la ambición en esos ojos. 

-No traes diez mil dolares. - 

Henry, demasiado desesperado para darse cuenta de lo mal que podría resultar admitir cargar con tal cantidad en un lugar como este. 

-Los traigo. - intento sacar dicho fajo de su mochila. 

Ryan le presiono las manos para evitar que lo sacara. 

-No, no los traes. - 

Henry comenzó a enojarse. 

-Que si los traigo. Mira. - 

Ryan lucha con el tratando de hacerlo esconder de nuevo el dinero. 

-No. Idiota, hasta un niño sabría que estas haciendo una estupidez.- 

Henry lo miró enojado. 

Al hacerlo un recuerdo paso de golpe. Como si la cara de furia y desespero de este hombre fuera su naturaleza o en sí, lo que conoció de él. 

Recordando por alguna razón un gran tapete descolorido cerca de este hombre. 

-¿Tu dormías con un tapete naranja?-

Ryan solto sus manos sacudido por el shock. 

-No. - murmura una respuesta ahogada. 

El hombre al otro lado de la puerta les chito. 

-¿Tienes los diezmil o no?- pregunta este desconocido. 

-Los tengo. - asegura Henry, aprovechando el descuido de Ryan para sacar el dinero. 

El hombre abrió la puerta. 

-Vengan. - les pide internándose en la casa. 

Los dos lo siguen. Ryan se aseguró de robar las llaves de la puerta al cerrar.

Este hombre los hace caminar entre cajas apiladas. Llenas de formulas en polvo y un par de equipos médicos que se adueñaron del espacio, reduciendo a un pequeño pedazo de suelo su via. Pasan frente a la puerta del sótano, donde la ropa se escucha lavándose en el fondo. 

Viendo solo por un segundo a la cocina, ya que este hombre les cerró la puerta para que no vieran al interior, a una chica pequeña en su silla alta y a una mujer colocando su sonda alimenticia. 

-Vengan. - les hace seguirlo a la última habitación. 

-Aquí huele a culo. - 

La mano de Henry le golpeó para evitar qué volviera a decir algo como eso. 

Al final de este cuarto el hombre les muestra una caja llena de películas VHS. 

-Esto es… - al fin miro a Ryan de frente. 

Henry se puso en medio de nuevo. 

-Son los noventa, porfavor. - le recuerda. - Y solo queremos esas cintas. - 

-Y el peluche que mostraba la fotografía. - 

Ambos lo miran pero este hombre parece más serio ahora. 

-El peluche cuesta - 

-Solo traigo treinta. - 

-30. -

-25.-

-27.-

-25, tomalos.- gruñe ya aburrido. 

Este le entrega el peluche, antes tirado en una esquina. 

 

 

 

Diez mil y un dolar. 

Henry pago cada centavo con tal de ver esas películas. 

No pueden regresar tan pronto a casa. 

Tanto Henry por la falta de un transporte como Ryan por la hora y sus problemas de la vista nocturna. 

Quedando los dos en un motel. Esperando a que amanezca. 

Ryan encuentra su lugar observando el peluche en su mano. 

Pequeño y roído por el tiempo. Su ojo ya se saltó y no queda mucho de sus piernas masticadas por las polillas. Al intentar acomodar su ojo el segundo se cae a medias. 

Demasiado sucio para ver donde están las roturaso donde debería encajar. 

-No puedo creer que la gente pagará hasta cien dólares por ustedes. - suspira levantándose de la cama. 

Henry observa las cámaras de seguridad. 

Todas son grabaciones de la recepción y zonas comunes de la zona superior. Nada que le haga sentir que algo estaba mal o que hiciera a su memoria moverse como loca. 

No como al ver las flores rojas y azules. 

Pasa cinta por cinta. 

Logrando algo. 

Reconocerse y reconocer al hombre en la otra habitación. 

Con ese uniforme tan serio y su cabello recortado al ras. Con ese rostro tan amargo. 

La mofa lo hace levantarse para hacerlo ver esto. 

Saliendo de la habitación lo busca. 

Es fácil hallarlo. No grato también. 

Ojalá fuera del tipo desagradable que pasa poco tiempo sin decepcionarte. Pervertido o sucio. Quizás el tipo del que te burlas por su vulgaridad. 

No el tipo de persona que llora al lavar la cara de un peluche viejo. Tallandolo con una tela con tanta delicadeza como se haría con un bebé. 

Henry decide regresar sin interrumpirlo, con un rostro suavisado por el entendimiento vago. 

No sabía la historia de este hombre pero algo le sabía mal de preguntarle ahora. 

Vuelve a la habitación para terminar las cintas. 

Este hombre y él mismo nunca están juntos en ninguna grabación. Simplemente pasan de largo, eran de otros departamentos y sectores. 

Lo que si era repetitivo era esa figura azul en la esquina de la cámara. 

Siempre estaba en la recepción, tras los cuadros. La cámara de esa zona no le tomaba correctamente. 

Resultando en solo ver un esquina azul o un guante amarillo. 

Paso esas cuarenta cintas, esas 320 horas reducidas a ocho horas de vela para él. 

Escuchando a Ryan lavar y secar con una secadora y una toalla del Baño ese peluche. 

Paso incluso más trabajo que él al incluir la tarea de coserlo y completar con pedazos de su propia chaqueta de cuero partes del juguete. 

El sol dio los buenos días con rayos que atraviesan la persiana. 

Ninguno tenía ánimos de salir ahora. 

Henry aun no terminaba la última cinta al acercarse Ryan con ese peluche metido en el pecho de su camisa. 

-Ya me voy, parate o te vas solo. - advierte con gran amabilidad.

-Aun no la termino. - le gruñe pues aun no termnba con las últimas cincuenta horas de una grabacion. 

Deteniéndose al ver un rostro conocido para ambos.

Uno que vieron en este viaje. 

 

Subieron a la camioneta antes de desayunar. Dirigiéndose al camino lo más rápido que una camioneta con los frenos desgastados podía. 

 

En ese comedor de carretera les esperaban otros empleados. 

Mas el mismo lugar de fiesta resuena al fondo de esta zona. 

Pasan por un lado del lugar. Directo a la música de fondo. 

Por el horario parece que aun no abren pero pueden entrar y conocer el interior. 

Cuatro chicos de entre quince y 17 años los llamaron con las escobas bien si jetas entre sus manos. 

-¡Ancianos, se paga para entrar!-

Henry y sus 29 años se sintieron abandonados por lo divino. 

Ryan les miró y a sus caras lanzó unos billetes de cincuenta a cada uno. Las caras de estos pasaron por varias emociones antes de sonreír con el dinero en sus manos. 

-¿Porqué entraron asi?- pregunta el mayor con un rostro animado por el dinero. 

-¿Podrías llamar al mesero del restaurante del frente?- les pregunta Ryan. 

Uno de los niños corrió escondiendo el billete. 

La espera no fue por mucho. Ese joven llego después de unos minutos. limpiando sus manos en una toalla vieja. Les extiende la mano confiado. 

-Hola, ¿Sucedió algo?- pregunta al estrechar uno aúno sus manos. 

Lo hizo de una forma dominante. Algo que les hace preguntarse si este joven ya sospechaba. 

-Es sobre un lugar. - indica Henry. - Es un lugar que planeo visitar pronto. Aunque no lo recuerdo bien. - 

Este joven espera escuchar algo más pero no ese nombre. 

-Es la fábrica Playtime. - 

Este joven baja la mirada al suelo. 

-Quiero que se larguen ahora mismo. - les ordena volviendo por sus pasos. 

-Así que si sabes algo. - murmura Ryan, 

Esa reacción definitivamente era la de alguien que sabe lo que es mejor no hacer y una de esas cosas es hablar sobre ese lugar asqueroso. Sobre las personas dentro. 

-Escucha, no necesito tu ayuda para llegar pero si lo que sepas. Lo que recuerdes. - 

-No. Larguense. - les ordenó de nuevo. El buen humor que vieron el día anterior se vuelve una ola de agresividad. - Ahora mismo, ¡Largo de mi propiedad!-

-An. - 

Ambos voltean a la puerta del local. Viendo a una mujer bastante joven acercarse con una niña de la mano. 

-¿Qué está ocurriendo?- miro a los dos.-Los recuerdo. - suspira. 

-Lan, no. - le pide en un susurro su retirada.-No es bueno. - 

Ella le niega moviendo la cabeza.

-No. Necesito esto. - los mira de nuevo. - Vengan. - 

Ambos miran al joven al seguirla. Al pasar cerca de él pueden comprobar ue sus rostros eran iguales. Eran familia pero la niña era de ojos grises. 

-Te ves muy joven para ser madre. - murmura Ryan observando su aspecto. 

Su edad no seria diferente a la de Angela, talvez menos de 25.

-Es porque soy joven. - los hace seguirla hasta la cocina. Ofreciéndoles asiento en la mesa del interior. Pueden ver a los ciĺientes esperando en el exterior, atendidos por una mesera bastante joven. Algo que pasó desapercibido anteriormente al no ver que tras la barra había un banquillo para la joven. 

Algo que marco el conocimiento o talvez solo la instancia de cualquiera en ese lugar fue el siguiente gesto de la joven. 

Sirviendoles sin preguntar nada un tazón de comida a cada uno. 

Un gesto que hizo a Henry quedarse en blanco. Más a Ryan un sentimiento pesado le subió por la columna. 

Esta costumbre, alimentar antes de preguntar, se contagia en Dulce Hogar. 

Consecuencia del cuidado escondido de las mascotas. 

Los dulces qué ese perro y las mascotas se esforzaban por conseguir para consolar a los niños nuevos. Desde leche de mejor calidad a frutas. 

Henry toma los palillos sin hacer preguntas al comerlo a ciegas. 

-Tu dices conocernos. - es lo primero que dice. 

Esta joven toma una silla para sentarse al otro lado de la mesa. 

-Ustedes trabajaban en ese lugar. - suspira. Para ella también era difícil hablar de ese lugar pero en más de una forma les era necesario. - Tú… - apunto a Henry.-Eras un ingeniero, de esos que se cuelgan de alto y arreglan cables. - apunta a Ryan. - Tú eras un guardia, te recuerdo… - le mira más fijo que antes. - Eras bueno. - 

Ryan bajo los hombros, y sus ojos cayeron sobre la comida. 

-No lo era niña. - suspira el ṕesar.-Yo soy exactamente la misma basura que cualquiera de esos idiotas.-

-No…tú no nos veías con el odio que otros trabajadores y… Aunque eras un cobarde, no te aprovechaste de ninguno de nosotros y ayudabas a… Esas cosas. - 

An entro por la puerta. Corriendo a la estufa a destapar una olla. 

El vapor subió con fuego pero ninguno de los tres le volte al estar inmersos en sus recuerdos. Buscando las palabras para expresarse o ser capaces de exteriorizar sus dudas. 

-Cuando dices cosas ¿A que te refieres?-

Lan y An pausaron tan solo por un latidó su respiración. 

-Nada. - responden en coro los tres que recuerdan bin lo que hay en ese lugar. 

Henry sujeta su mentón. 

-Veo que no puedo hacer muchas preguntas. - 

-Planeas ir allá, entonces las respuestas deben estar esperándote. - Lan mira a su hermano por un segundo. - ¿Quieren saber que paso con los niños que escaparon?-

Ryan no esperaba escuchar esa pregunta. 

-No-

-¿Como están todos ustedes?- pregunta Ryan. 

La joven inclina la cabeza. 

-Muchos de los chicos se perdieron en la vida de las calles una vez salimos de esa fábrica y otros simplemente nos encargamos de arruinar nuestras vidas. - mira a la niña caminar por la cocina. - Algunas de las niñas cayeron en mentiras de amor como yo y algunas otras ahora trabajan y viven juntas.- sus hombros cae.-Yo creo que… Valió la pena todo lo que ellos hicieron por nosotros. - su sonrisa crece con ojos entristecidos. - Ahora mismo imagino a mi hija en la misma situación y mi cuerpo se paraliza de miedo. Temo tanto a ese lugar.- sus ojos van a su dirección. - Ellos no hubieran logrado lo que hicieron sin la ayuda de la serpiente que envenenó el sistema. - 

Henry lleva su mirada al ex guardia. No parecia ser la serpiente sino el colmillo. 

Ahora la niña que les observó con ojos fríos había crecido y las dudas infantiles son las increpaciones del presente. Una mujer que no entiende sus acciones. 

Ryan baja la mirada sin poder sostenerse bajo esos ojos helados por el desprecio. 

-Lo que allá dentro nos hacían no tenía nombre. - declara ella cuando los brazos bajo su mentón.-No se como podían hacer tal cosa con tanta maldad… - sus recuerdos vagan. -¿Estas seguro de que deseas regresar a ese lugar?- le pregunta esto mirándolo. 

Henry lo debe pensar. Saboreando esta frustración ante la ignorancia de lo que fue su pasado. 

-Una mañana desperte en un hospital… Me golpearon tanto que apenas podía ponerme de pie. Fui sacado como un animal con piernas y brazos quebrados… estoy seguro de que debió ser difícil sacarme.- revisa el estado de sus cicatrices bajo las mangas. Revelando las marcas dejadas por las piezas de hierro usados para hacer sus huesos una pieza. - Si tuvieron que hacerme esto es porque allá dentro me espera algo mucho más que valioso. Debo regresar… Debo saber como carajos he sobrevivido a lo que me hicieron. - su boca se estira en una sonrisa.-¿Es porque soy un marica o porque ellos enrealidad esperaban que volviera? ¿Porqué estoy vivo aun?-

Lan levantó una ceja. 

-Estás vivo porque debes estarlo o porque alguien te quiere de vuelta. No deberías pensarlo tanto. - carga a la niña en sus rodillas. - Ella debió esperarme desde el otro lado por mucho tiempo. - pellizca sus mejillas con una sonrisa. - ¿Verdad que siempre quisiste que fuera tu mamá?-

La niña asiente mirando curiosa a Ryan. Su piel diferente a cualquier otra que viera antes.

Ryan mira al plato. Levantando el peluche de su bolsa. 

-¿Lo quieres? Podría costar mucho dentro de cincuenta años. - 

La joven analiza el peluche. 

Lo que vivio vuelve a reproducirse en sus pupílas. 

Sudor en su espalda, la mano de su hermano, las piernas adoloridas por correr y el olor que ahora reconoce como sangre fresca.

La menta, las rosas y esa vainilla. 

Un batido que la hizo correr más rápido. 

Esas criaturas mataron para sacarlos. Sus vidas fueron valorizadas por fin. 

Esas cosas se llenaron de sangre. Los eligieron por encima de todos los que ese día fueron asesinados por sus propias manos. 

Lo recuerda al revivir su despedida. Tomando en cuenta la sangre en las manos de la coneja verde. 

El miedo que ahora la recorre le hace mirar a este peluche como a un mal presagio y a la vez su cultura real y no está dichosa cristiandad contagiada por este continente, le hace recordar los espíritus protectores. 

Estas criaturas protegen a los justos y a los inocentes. Sin temor a ese prejuicio qué la acusa de retrasada o estúpida por no orar a un símbolo de iglesia cercana a la contienda romana. 

Su mano llega a tomar el peluche entre sus manos. 

“El perro es mío” 

Lan deja salir una sonrisa con ese recuerdo divertido. 

Ese niño que en su momento le parecía tan misterioso, raro y guapo, ahora solo le parecía un simple niño raro y muy triste. 

Sin amigos y asustado pero celoso. 

Lo recuerda mirando con unos ojos de animalito moribundo a esa cosa. 

-No. Esto es suyo, señor. - lo rechaza comprometiéndose con ese recuerdo. Solo un abrazo le dio como agradecimiento sin aferrarse a mas. 

Porqué si fuera de Picky no dudaría en arrebatarlo de sus manos , esa linda Picky. La criatura que los cuido y alimento cuando las trabajadoras solo les miraban con asco por su aspecto. Reduciendo sus raciones hasta lo risible. Por ser de dónde eran y aunque no quisieran estar en ese lugar. Aún cargaban con las culpas de una guerra qué sucedió años antes de su nacimiento y les arrebató su futuro. Su familia y su vida. 

Su hogar y todo lo que pudo ser suyo. O quizás nada lo era. 

Eran medio franceses… ¿A donde se supone que vayan niños que ninguna nación reclama ni protege? 

Ellos fueron, como muchos niños en el sistema, desechados en el vertedero más oscuro para que se los comieran las ratas o los hombres los desaparecerán con tiempo o presteza. 

No tuvieron amigos en ningún hogar ni un adulto que no les guardará ese odio por su rostro y piel. Los odiaban por ser lo que era. 

Solo recibieron piedad de los monstruos y ese rarito. Entonces nada le costaba cumplir con su deseo. 

Con lo que ese niño deseaba. Solo guarda para él todo el afecto de ese perro. 

-Cuando nos fuimos un niño se quedó atrás. - comienza con sus dudas, mirando a Ryan directamente. 

Este hombre fue quien protegió al perro de aquel guardia que lo atacó solo por diversión con la pistola eléctrica. Era un corrupto y un cobarde pero también el único guardia al que vio sentir verdadera piedad por los monstruos. Por ellos. 

-Ese niño se llamaba Theodore Grambel y era muy alto. - 

Ryan la mira a los ojos. Solo recuerda lo sucedido y como afectó al innombrable. 

-Él murio.- sincero deja en eso sus palabras. 

La joven suspira dejando que su cuerpo se vuelva lánguido. 

-Eso es triste. Deseaba darle trabajo, seguramente ahora sería muy alto y sería fácil hacerlo levantar cosas pesadas. - sonrió acariciando el cabello de la niña.

Henry sospecha que hay un gran chueco de contexto que se está perdiendo por no tener más de una de las respuestas para esta situación. 

-Ya deberían irse. - les advierte An levantando los platos. 

Los dos aceptan que la reunión llego a su límite al verla asentir. 

-La compañía aún mantiene el secretismo y hemos visto que sospechaba de nosotros.-

-¿Que hicieron para evitar que los descubrieran?-

Lan comienza a reírse. 

-Comenzamos a hablar chino y colocamos una bandera china.-

El prejuicio de las personas debía ser usado correctamente. 

Esta vez les resultó utilizarlo contra los malditos y lo volverían a hacer. 

Porqué estas personas buscaban a dos niños de Vietnam pero eran demasiado prejuiciosos para darse cuenta de que la verborrea qué escupen solo era un delirio a consecuencia de leer a medias un libro de recetas chino. Dejándolos ir solo por su ignorancia y necedad para tomar la molestia de tratar de entenderlos. 

Esa fue la forma que optaron para deshacerse del auto negro que paso estacionado fuera de su trabajo, los primeros meses de funcionamiento de su comedor. 

Henry y Ryan los dejan en paz de una vez. Retirandose con una despedida rápida. 

 

 

 

Esta vez el viaje a la estación de autobús fue mucho más que silenciosa. 

Los dos observan al camino con el ánimo por los suelos. En consecuencia de la desesperación de los dos. 

Henry sin terminar de comprender lo que sucedía y Ryan con un nudo en la garganta. Lleno de pesar y culpa.

 

Detienen el auto en la estación de autobuses. 

-¿Iras con esa poca información?-

Henry sonríe frustrado. 

-No hay mucho que hacer. Y ustedes tampoco me responden de qué hablan. - acusa sin cuidado. Después de todo estas dos personas insistía en mantenerlo a ciegas. 

-No es algo que deba decirse en voz alta. - su humor empeora sabiendo que sonaba como propaganda religiosa.-No debes decir algo como eso. - 

Henry mira su reflejo en el espejo retrovisor. Sus ojeras y su rostro casi deshecho por el cansancio.

-Tiene que ver con la coneja. - 

-Ella tiene un nombre. - lo interrumpió. - Ella es Angela. - 

El sol de este día acabando les hace gruñir por el frío. 

-Lo siento. - abrió la puerta. - Cuando vuelvas a casa dile que me gusto su té. - bajo del auto cerrando la puerta. 

Ryan sonrió en cuanto lo menciono. 

-Sus tés son horribles, no la engañaras. - 

Henry movió la mano en despedida ya apunto de cruzar la calle. 

Excepto por una llamada. 

Se detiene. 

Así como lo hizo Ryan al repetirse el problema con el arranque del auto. Carro viejo, problemas usuales. 

Henry le mira de reojo, levanta el teléfono contestando. 

-¿Te diste cuenta de que no debiste cobrarme tanto?-

El hombre del otro lado de la línea jadea agotado. Henry estuvo apunto de colgar.

-Si juntaste diezmil, ¿Puedes traer treinta?-

-¿Treinta?- cuestiona arrugando la nariz.-Eso es demasiado. - 

-No para lo que tengo… No para las cosas que veras en estos videos. - 

-Suenas como un pervertido - 

-No, esto que veras esta mucho más allá de lo que esperas. Es lo que buscabas… Ingeniero.-

Henry miró la pantalla una vez este hombre le colgó. En esta aparece el mensaje con la dirección escrita. 

Mira a Ryan cerrar el capó del auto. 

-Prestame, veinte mil. - 

Ryan le mira de lado. 

-Me las tendrás que pagar con intereses del %15.- 

-Pues ya que. - vuelve al auto. 

Los dos comienzan el viaje. A la velocidad de dos idiotas con un auto que clama por el descanso eterno. 

 

 

 

 

Llegaron y no parecía un buen lugar para los negocios. 

Un cementerio. En la oscuridad del anochecer y una sensación austera de dudas y frío. 

Bajan del auto y Ryan lo hace con una palanca en mano. 

- ¿Para que la palanca si ya llevas un arma? - cuestiona Henry. 

-Para que crean que no llevo un arma… Idiota. - 

Caminan por el sendero. 

Desviándose al ver a ese hombre en un socavón. 

-¿Qué haces ahí abajo?- le preguntan al verlo esperando con un cigarrillo en mano. 

Este les mira fijamente. Sonriendo al reconocerlos entre el lodo ue cubre sus lentes. 

-Vengan. - los llama. 

Ryan va de segundo. Vigilando los alrededores antes de saltar detrás de Henry. 

-Tengo el dinero pero no aquí. - es lo primero que dice Henry. - Además de que no veo ninguna cinta. - 

Este hombre les sonríe mostrando una bonita flor de su bolsillo. De papel. 

-Esta es la flor inmortal qué estuvieron sacando de esa fábrica. - miro a Ryan. - Se que la conoces, porque tu la distribuias junto con esas cosas. - 

Ryan contiene un suspiro al ver esa pieza de papel. 

Son flores de amapola, impresas y pegadas entre dos para darle dos caras. Se ve como una simple flor de cartón pero en su interior se encuentra la sustancia limpia y pura de ese gas. 

El gas que acabo con el futuro de la serie animada de los smiling critters muy poco tiempo antes del cierre de esa fábrica. La razon por la que se vio arrastrado a ayudar a los niños y no porque fuera una buena persona. 

Su cobardía y maldad en esa flor. 

-¿Flores?- pregunta Henry. 

-Actualmente está cosa se valora en 2 mil pero puedo dárselos ahora… Acambio de que me den esos treinta mil. - les exige guardandola de nuevo. 

Si hubiera un buen momento para que comenzará a llover, es este. 

Rodeando los el susurro del viento y la fuerte esencia de las plantas a su alrededor. 

Tierra cargada de salinidad y el sonido de una lejana iglesia clamando por sus seguidores con las campanadas de la misa. 

-Eso no vale treinta mil. - murmura agarrando a Henry. - No le des un centavo, es imposible que la compañía no sepa de esto. - 

El hombre los mira enojado al verlo arruinar su negocio. 

-No vengo de parte de esa compañía. - les reclama. - Yo tengo mis razones… - piensa y sus ojos bajan al suelo, a la tierr qué ya ha escarvado. - Mi hija es por mi hija, necesitamos ese dinero o más.- 

-¿Te parece que vamos a caer en una mentira de ese tipo?-

-No es mentira. Mi hija necesita este dinero, sus médicos pueden ayudarle pero no hemos podido ni juntar mil… Mi esposa y yo somos caricaturistas, no hay manera de que logremos algo solo nosotros. - 

Henry medita, tanto por esas flores como por lo que aún le falta por descubrir y lo que podría perder de quedarse en ceros por una simple flor de papel con algo que llamara la atención de las personas equivocadas.

-No podemos ayudarte. - lo decide. - Aun necesito más, no puedo quedarme sin nada solo por tu familia. - 

El egoísmo es algo natural. Es esperado y no puede ser condenado cuando se trata de lo más lógico y correcto. El quiere volver y necesitará su dinero para entrar.

No hay razones ni lazos para darle esto a este desconocido. 

Ryan lo sigue cuidando sus espaldas. 

Este hombre les observa irse por la orilla del socavon. 

Aferra la pala en sus manos, tentado a golpearlo y llevarse todo lo que cargaran. 

Matarlos era tentador pero… 

Sus ojos se giran seguido por su cuerpo. 

Girando con fuerza arrancó la última capa de tierra. 

-¡¡Entonces esto si lo vale,¿No?!!-

Los dos se detienen y miran a donde apunta. 

Usa la lámpara qué le estaba iluminando para mostrarles el montículo qué se encuentra bajo el lodo. De entre plástico roto y restos de podredumbre. 

La gran sonrisa y ojos negros bajo el lodo. 

-Este bastardo debe valerlo para ustedes.- 

 

 

 

 

Notes:

Vayan con la corriente y todo tendrá sentido cuando pase el bajón.

Chapter 71

Notes:

Hola. Buenas y gracias por leer.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

La gran sonrisa esta en su camioneta, cubriendola con una lona. 

El precio a pagar fue de 70 mil. 

Ese fue el precio que le dio a esta cosa. Apesta a podrido y sus extremidades hacen a la camioneta ir con las llantas traseras aplastadas.

-Tú sabes quién era pero no quién soy yo. - 

-No tiene sentido.- 

-Lo tiene. Cuando lo piensas de verdad. - 

Henry, bastante mareado por el mal olor, terrible olor a podrido. Les mira discutir desde un tronco lejano. Tomando agua y unas pastillas para el malestar que le quedó en la cabeza. 

-¿Porqué tienes sus restos?- mira esa lona. - ¿Qué fue lo que le ocurrió?- el peso llega sobre su cabeza. Solo con el último vistazo que tuvo de ese perro al verlo irse directo a lo desconocido. Tan decidido como siempre actuó. 

Este hombre cruza los brazos. La respuesta es tan sencilla como aburrida para él. 

-Lo mataron por ofender a quién no debía. - 

Ryan siente que tal cosa tenía sentido. Ese chico estúpido era valiente y estúpido, sobre todo incalculablemente altivo. Solo una persona dispuesta a luchar hasta la última gota consciencia podría lograr lo que este tipo en ese lugar. También al aceptar todos esos puntos le quedaba un mal sabor de boca porque este chico era de todo menos un idiota. Él se esforzaba por actuar acorde a lo que convenía para todos bajo su liderazgo. 

Algo debió suceder. ¿Porqué ese día lo decidió llenar de sangre? 

-Les compre los restos a los de desechos y ellos quemaron algunas cosas viejas que guardaban… me arrepiento mucho de cuanto pague por este idiota. - su mirada va de nuevo a este.-Ya estaba muerto, debí dejarlo ahí. No debí meterme en esto.-

Ryan lo analiza de una vez por todas. Buscando el quien seria este hombre y a donde lo llevaría recordarlo. 

-Tu dijiste que eras caricaturista. - Ryan regresa poco a poco al sentido. 

Esta cara lentamente vuelve a su memoria. 

Su aspecto no estaba tan demacrado en ese momento y por eso no lo reconocía. 

-Eres el artista… El de la novia diabetica. - al fin recuerda al fracasado que se llamaba a si mismo artista. 

El hombre lleva los brazos a su espalda. 

-No me gusta ese título.-

Tal gesto, su solo movimiento, lo hace revivir el comportamiento de ese perro. 

Actuando coqueto y severo en un solo acto cargado de su inherente arrogancia. 

Aunque siempre supo que ese perro era solo un niño aparentando para los adultos. 

Disfrazado su inocencia con arrogancia y el miedo con alytaneria. 

Y Ryan ignoro cuanto ese disfraz lo entendía, solo para darle un uso a ese niño tan desesperado por encontrar un sentido en un mundo que no entendía. 

Aparentando tan bien que no se lo estaba comiendo vivo todo ese estrés. 

Aunque debe aceptar que un gesto sencillo cambia demasiado dependiendo de la persona y que en ese perro se Lucía el gesto como un coqueteo, en este hombre es un gesto desdeñoso y cargado de resentimiento. 

-¿Entonces por qué lo sacaste?- necesita entender porque alguien que despreciable a ese perro se decidió a exponerse a tal punto. -¿Porqué lo vendes hasta ahora?- pregunta esperando la respuesta. 

El hombre cruza los brazos sobre el pecho, dejando la arrogancia anterior en la nada. 

-El era mi hermano y ella es mi hija. Si lo valoramos, mi hija vale más que el descanso eterno de esta cosa.- 

Ryan y Henry comparten una duda. 

-¿Qué nombre tendria su tumba?- 

 

 

 

 

 

Dejaron que ese hombre volviera a su nueva vida y ellos iniciaron el viaje de regreso. 

Escuchando de vez en vez la cola de la camioneta rosar el suelo y soltar chispas. El peso de la cosa en el cajón es excesivo. 

Henry ya esta harto de saltar entre baches y el olor. 

-Si estas en una situación tan buena como para cargar esa cantidad tan tranquilamente ¿Qué haces con esta cosa?- se lo pregunta apretando un trapo húmedo con desinfectante de lavanda sobre su nariz. 

Ryan tamborilea el volante. Sonriendo aunque fuera solo por fuera. 

-Mi padre, el día que me escapé de casa, me dijo que moriría en una zanja. Después me fui pero no paraba de comunicarme como sería que no me dejaría nada, ni esta camioneta.-

Henry espera antes de hacer su siguiente observación, tal vez porque la idea de tener padres biológicos qué te odie no le era algo conocido. Ser un huérfano le hace ver las cosas diferentes. 

-¿En tu cultura no le temen al resentimiento de los muertos y esas cosas que si asustan?-

Ryan sintió como el peso de todos esos años trabajando en es lugar le alcanzaba. 

-Ya tengo mis demonios personales, el resentimiento de mi padre seguramente me haría más bien que mal. - 

 

 

 

Henry pudo haberse bajado antes, al pasar la parada de autobuses, pero no lo hizo. Demasiado curioso por lo que haría Ryan con este cadáver desde ahora. 

Caminando juntos directo a esas calles llenas del rocío de la mañana. En el frias y las preguntas sin resolver. 

Pasaron a la casa para recoger a Angela y algunas palas. 

Henry se siente bastante curioso al verla utilizar la hierba alta para correr y subir al auto con una mochila muy pequeña en la espalda. Dentro las orillas de un celular y una libreta le hacen observarla esconderse en una zona de los asientos. 

Este conejita estornudo ante el mal olor. 

Ryan volvió al auto, llevando este cadáver hasta sus tierras. Las cuales había mantenido casi en el abandono después de negarse a cultivar en ellas. 

-Voy a tener que construir algo encima de este lugar. - mira al lugar antes de bajarse con las palas. 

Henry no fue consultado sobre su disponibilidad, simplemente le dio una pala y lo condujo a una zona plagada de árboles a altos. 

-¿No deberías hacer esto durante la noche?-

-El movimiento durante la noche llamara la atención de los perros y algunos curiosos podrían querer averiguar lo que les ocasiona tanta curiosidad.-

Angela atravesó la ventana de la camioneta, saltando sobre las lonas. Sus patas levantan esta tela gruesa. 

El horrible olor a podrido la hace acobardarse pero aun se asoma curiosa por lo que sea que Ryan trajera de su viaje. 

Ver ese rostro conocido lleno de lodo y gusanos la hace sentirse completamente aterrada. 

Baja la lona sentándose sobre esta. Su mirada oscura sigue la sangre que se esparce por los canales del cajón de la camioneta. Mirando como los gusanos se mueven dentro de la sangre espesa y el lodazal. El mal olor y su cabeza mareada. 

-No te quedes ahí. - 

Las manos de Ryan la tomaron por los costados. Llevándola a una rama alta. 

-Avisa si alguien viene. - le pide volviendo a acabar. Junto l citadino qué ya esta sudando a chorros. 

Angela vuelve a mirar a la lona. 

La sangre que sigue cayendo por las orillas con esos insectos. 

Sube por el tronco. Quedándose en alto para cuidar los alrededores. 

Saca su celular. Abriendo los mensajes. 

Dentro la bandeja debe ser borrada por la gran respuesta de parte de muchas personas alrededor del país. Todo porque supo enviar a un verdadero tesoro de polo rojo muchas personas. 

Ryan había hablado de esconder flores con el líder hace años en una reunión. Se suponía que las utilizarían para lo que el perro planeaba hacer contra la fábrica. Ocultandolas Ryan en el interior de una cueva medio secreta bajo un río cercano a la ciudad de la fábrica. 

Los escucho hablar de ese plan tan complicado muchas veces. Así como escuchó sobre otras criaturas dejadas salir para matar a humanos del exterior. 

No sabía si lo que estaba haciendo resultaría como lo deseaba pero parecía ser una forma de invitar enemigos a destrozar ese lugar. 

El secretismo qué se manejaba resulta en ser un golpe de ánimo para las personas que creen en el dinero fácil y las conspiraciones. 

Angela debe destruir esta sim, una más. 

Observando a los dos trabajar. 

Por el bolsillo de la chaqueta de Ryan puede ver una de esa dichosas flores. 

 

Escabar les llevó casi medio día. 

Tomando un descanso antes de tirar este gran cuerpo pieza por pieza. 

Angela bajo del árbol haciendo señas a Ryan. 

-Eso sería complicado. - le responde ya agotado. 

-¿Qué dice?-

-Que lo acomodemos correctamente. - 

Tras un murmullo de queja los dos cambiaron de tareas.

Henry comenzó a extender a lo largo el hoyo de tierra.

Ryan trajo el pino y hierbas, cambiando las bolsas de basura que uso ese hombre por las plantas. 

Primero coloco la cabeza, seguido de las costillas con mucho esfuerzo al estar separada en dos partes. Los brazos y las piernas. 

Angela viene con la pistola de clavos y la grapadora. 

Pasando otros diez minutos uniendo los huesos con alambre, cinta gris y estas dos piezas de metal. 

El aspecto ya desagradable del cuerpo empeora pero ahora estaba completo. 

No era agradable en ningún sentido. 

Las manos de los dos, incluso de Henry qué casi no lo toco, están cubiertas de sangre. 

La sangre no dejan de escurrir sobre la tierra. 

Observan los tres a esta criatura muerta en el suelo. 

-No se que decir sobre este chico. - 

-Pues… Era alto.- es lo unoco que pued pensar Henry. 

La coneja se adelantó. Comenzando con sus palabras. 

Cosa que ellos no entienden pero la pueden ver hablar y mover las manos. 

Abriendo y tirando ese polvo rojo sobre la criatura una vez terminó. 

Ryan revisa su bolsillo por impulso pero es claro que ella le robó la flor y la devolvió. 

Toman las palas comenzando la tarea de cubrirlo con itierra no fue menos agotador. 

Henry al terminar camino hacia la camioneta ya dispuesto a irse. 

-¿A donde vas?- le pregunta Ryan aun en el lugar. 

Henry perdió más color al ser detenido. 

-¿Como que a donde?-

Ryan apuntó al montón de tierra. 

-Aun falta cubrirlo bien, o los osos se lo comerán. - 

-¿Hay osos en esta zona?- pregunta buscando alrededor. 

-¿Hay un bosque a nuestro alrededor?- pregunta de vuelta Ryan. 

Un zorro a lo lejos grita en celo. 

Henry horrorizado busca de donde salio ese grito. 

Ryan le apuntó una piedra por sus pies sin interesarse en ese garrapiento. 

-Carga eso y traela aquí.-

Dentro de la camioneta Angela los llama mostrando las bebidas qué ocultaba Ryan en una nevera de viaje. 

-Tenias algo para beber desde el inicio. - 

Mira enojado a Angela pero ella lo ignoro bebiéndose una botella de yogur. 

-Es que ... Son muy caras. - murmura molesto por tener que compartir su cerveza de importación.

Henry levantó la roca, grande como su cabeza, llevándola al montículo recién hecho. 

-No sabes recibir a los visitantes y eres grosero. - 

Ryan no está de humor en ningún sentido para responder bien a las acusaciones con muchos fundamentos válidos y respetables en contra de su clara y descarada poca hospitalidad con las visitas. 

-Disculpa por no darle la bienvenida a un blanco como se lo merece.-

El mencionado chico color arroz con leche muestra su desagrado con un gruñido. 

-¿Porqué sacas mi color otra vez?- lo cuestiona llevando esa podrá a su pecho por sui peso. 

Ryan le resta importanci, reduciendose otra vez su actitud a la de un joven a pesar de su edad. 

- ¿Será porque no te conozco otro error?-

-¿Qué? ¿Dices que ser blanco es un error?-

-Para nada, no quise ser grosero. Disculpa si te di otra impresión. - da una sincera y muy suave disculpa inclinando la cabeza. Henry se relajo bajando lento la piedra. 

-Yo respeto a los discapacitados.- termina Ryan moviendo la mano. 

-Suficiente. - tiro la piedra al montículo sin cuidado. - ¡Tu y yo vamos a dejar esto y a buscar algo para comer¡¡¡Ahhhh!!!

No fue porque la piedra le rodara al pie al no calcular qué está al estar en la cima volvería abajo. 

No. 

Ryan también gritó. 

Angela se cayó al suelo paralizada y su your se regó por las hierbas.

Porque de la tierra esa cosa se levantó. 

No en silencio o calmado. Nada parecido a su personalidad común allá en la fábrica. 

Sino rugiendo con restos de tierra y gusanos cayendo de su cuerpo al salir arrastrándose. Doblando huesos rotos, hirviendo hasta estallar los vaso sanguíneos de sus ojos y orejas. 

Los clavos crujen y las grapas saltan, con los cables apretandose al moverse, abriendo la piel como piezas del peluche muy mal tejido. 

Con las cuatro extremidades salió de ese agujero avanzando hacia ellos desde el suelo.

Tan grande no tardó en alcanzarlos, rugiendo por encima de ellos 

Los ojos de Ryan observan esas rendijas negras sobre él. Sin moverse una vez este monstruo los pasa y se va por entre los árboles. 

Ambos se quedan en el suelo respirando con esfuerzo. 

Ryan lleva las manos a su pecho. Respirando apenas por instinto entre el frío que le llega a los brazos. 

Angela corrió, al fin reaccionando, no detrás del perro sino a rebuscar la ropa de Ryan. Sacando de un bolsillo interno unas aspirinas. Lo hace abrir la boca y meter esas pastillas bajo su lengua. Revisandolo preocupada, las esquinas de sus ojos se humedecen llena de confusión. 

Henry los mira. Tarda más de lo que desearía en reaccionar al gran predicamento de los dos. 

-Oye… - lo llama nervioso y con razón. Este hombre tan borde y grosero de hace un segundo estaba al borde de un paro cardíaco.

Lo levanta poniendo su chaqueta en sus pies para levantarlos. 

-Esa cosa no debería poder moverse. - murmura Henry comprobando qué lo sucedido fuera real. 

Ryan dentro de su malestar recuerda los experimentos que todas esas criaturas sufrieron. 

Lo que les hicieron. Lo que pueden llegar a soportar y sobrevivir. 

Angela pasa su mirada del montículo a las manchas de sangre creciendo bajo la camioneta. 

Debió darse cuenta antes. 

Nada muerto sangra, en cuanto la muerte se confirma el sangrado se detiene.

 

Ryan tardó veinte minutos en poder moverse. Caminando sin mirar a Henry, usando sus pocos conocimientos en rastreo para encontrar a este monstruo. 

Escucha el eco de Henry hablándole pero solo es un mosquito molesto a su espalda, nada de que preocuparse. Angela cuelga del hombro de Hanry evitando pesar en el cuerpo debilitado de Ryan. 

Lo siguiente es verlo tocar troncos y la tierra. Detrás de un rastro cada vez más visible de helechos aplastados y plantas llenas de lodo sangriento.

Un grito los sobresalta. Escondiéndose apenas los dos antes de ser vistos por el grupo de niños en traje de baño natural y mojados hasta la cabeza. 

Escuchando el reclamo de uno de ellos bastante chillón. 

-¡Los wendingo no existen, los wendigos son un invento de los papás, no existen! ¡Tu papá no existe Jack!- 

-¡Ya callate!-

Esperan a perderlos de vista antes de acelerar el paso en la dirección por la que venían esos niños. 

El lago comienza a ser visible al verle por el horizonte, bajando la empinada con las manos y trasero raspado de paso por la grava y piedras. 

-¡Ahí esta!- gritó Henry apuntando a una orilla algo profunda. 

Los tres lo observan flotar como cuero de vaca en la superficie del lago. Soltando lodo, suciedad, aceite, gusanos y una gran cantidad de sangre. 

Los peces no tardan en reunirse en busqueda de los gusanos. 

Tal visión los hace sentirse bastante perdidos. 

-¿Acaso esa cosa no se movió hace un momento?- pregunta Henry. Lo vio. 

Lo recuerda. 

Recuerda a esta mascota obediente. La más obediente y carismática de las mascotas de servicio. No es azul ni algo con lo que tuviera gran contacto pero lo conocía. Lo vio de frente. 

Lo vio matar. 

Esta cosa es un asesino. 

Henry vuelve a sentarse al verlo sacudirse al sacar la cabeza del agua. Llevándose el pelo revuelto y las orejas caídas hacia atrás en su cabeza. Usando sus manos para sacarse la suciedad del pelo por unos minutos. 

Al finalizar refriega su rostro sonriente, levantando la mirada por un reflejo común. 

El resultado en sus ojos fijandose por fin en el cielo azul. 

Las nubes y el color de las nubes grises. El sol a lo lejos en el punto más alto para la tarde. 

Golpeando su pelo sucio con su luz y su cuerpo de plástico recupera el calor.

La sensación del sol contra su helada figura hace caer algo de pelo, dejándolo con la suciedad en el agua. Sus ojos bajan a su alrededor. 

Observando por primera vez al mundo. 

Esta clase de mundo colorido. 

Un bosque lleno de aves. Lleno de vida real. 

Sus ojos bajan más y pueden ver a los peces comer los gusanos y brillar bajo el agua sus escamas. 

En un movimiento atrapó uno en su mano, llevándolo a su boca pero no lo hizo. Lo dejo ir metiéndose al agua por completo. 

La cabeza de Henry se llena de horror al verlo sacar una tortuga, comiendo sin esfuerzo al morderla en dos y luego simplemente tragarla. Camina sintiendo el fango pegajoso de color verde en las rocas bajo sus pies, levantando el agua al moverse demasiado rápido. Llega más profundo, llega a tener el agua hasta el cuello y baja más. 

Esto le permite descubrir el mundo bajo el agua. 

Los peces qué lo siguen. Una nutria qué escapa al verlo desde lejos. 

Sus manos las lleva al frente de su rostro. Donde puede ver las algas atrapadas entre sus dedos. 

El aire le falta pero espera. Espera hasta que es doloroso no respirar. 

Saliendo del agua al ir a la orilla. 

Dejando que a cada paso se queden los alambres y los clavos que lo unian. Cayendo al sacarlos la misma carne supurando al unirse. 

No tarda en reconocer un rostro. El único que le es conocido. 

Entre el verde de un bosque y el agua de este lago. Un humano con un rostro desencajado, plidecido por el frío y el temor. 

-Estoy vivo. - declara como un gran idiota. Cansado busca respuestas.-¿Qué se supone que haga ahora?- lo pregunta a Ryan. 

Talvez dentro de su mente hablo. 

Afuera simplemente se detuvo observando al humano fijamente. 

El ex guardia del infierno vuelve a estar de frente con uno de sus tantos rehenes.

Exhala y siente cómo su cuerpo se debilita y sus hombros caen. No había olvidado como se presentó este niño ni como sus interacciones eran escuchando a este perro imponiéndose. 

Esta sería la primera vez que este perro le pide ayuda y guía después de tantos años. 

Aunque no lo hace y parece solo decidir quedarse ahí. Dándole la oportunidad de irse o de responder a sus actos. Pagar sus crímenes. 

O quizás no puede hablar aún. 

Doce años conociéndolo y hoy lo puede ver ahí, tan perdido como pareció solo el primer día de su llegada al infierno.

Esta vez es sincero. No se oculta tras la máscara de un adulto seguro y hosco. Plagado por dudas crecientes y el temor a cada día despertar vivo para afrontar la realidad a la que sus propias decisiones lo llevaron. 

-¿Qué es lo quieres hacer?- le interroga sin saber que expresión hacer.-Hobart. - 

Este perro, Hobie, levanta las orejas sorprendido por escuchar ahora su nombre. Justo ahora cuando no lo esperaba de ninguna manera así como no esperaba despertar del sueño. 

Las dudas crecen. Baja sus ojos a su cuerpo deformado por las heridas por sanar y este montón de clavos y alambres. Entumecido pr el frío el dolor aun no le llega pero ya se veía lo mal que estaría cuando reaccionaran sus nervios dormidos. 

Al fin algo sale de esa gran sonrisa negra. 

Murmuró algo que solo fue estática, inclinando el cuerpo a un costado, como una vara de madera rendida. Sosteniendo en sus manos los restos de lodo atrapado en su cuerpo lo tira en el agua. 

Angela rompe con la tensión al correr hacia él con una botella de jabón para autos. 

 

Ese perro volvió al centro del lago a lavarse entre árboles, oculto. 

Henry lo observa refregarse con ramas el pelo de las orejas, como si lavara ropa vieja y no algo conectado a su cabeza, pasando su atención a Ryan llevando cubetas de agua a la camioneta. 

-¿Qué haces?- lo sigue pensando en el casi paro qué sufrió hace unos minutos. Siguiendolo todo el camino hasta el lugar. 

Ryan no responde al inicio. Tirando el agua al cajón de la camioneta. 

No había otra forma más que con una rama para sacar los restos de lodo y sangre engusanada del cajón. 

Algo que an los afecta y causa fuerte náuseas. 

-¿Qué vas hacer con esa cosa? Es peligroso. - le apunta un problema en voz baja. 

Ryan le sonrie a medias al apartarse los dos de la camioneta. Los había superado el olor. 

-Este chico siempre fue peligros… No te imaginas lo corta qué le ponía la correa a sus compañeros… A Todas las criaturas de su territorio. - 

Henry apuntó al montículo de tierra. 

-El maldito estaba vivo , ¿Como-

Quedo a medias su queja por el piquete recibido en su costado por la rama que Ryan sostenía. 

-Ya no lo insultes. No necesitó escuchar más de eso en su dirección.- su cuerpo ya esta demasiado fatigado. Sentándose en la piedra más cercana, irónicamente la misma que Henry le había lanzado a la supuesta tumba qué prepararían. 

Henry pasa los ojos por ese montículo de tierra, Ryan y la camioneta. Repercutiendo en su interior una ola de pensamientos revueltos por culpa de los acontecimientos y sus recuerdos adversos a los muchos escenarios desbloqueados de su mente. 

Podía recordar a ese perro, no tanto a las figuras que lo acompañaban, sino a muchas personas alrededor de este mismo can. A las pocas veces que lo vio de frente. 

Como hizo pedazos un cuerpo y se lo trago a medias sin siquiera masticar. No dejo nada he incluso limpio… No puede entender lo que le ocurrió ese día.

El pánico y el frío, la culpa… 

-¿Porqué pareces culpable?- cuestiona después de no encontrar razones para ocultar sus sospechas así como la excusa para hacerse esta pregunta en voz alta. 

Ryan aun se concentraba en la tierra revuelta y no tanto en el hombre a su lado. 

-Porque yo lo encamine a este destino. - sus manos las une pensando en el pasado.-Yo lo vi tan perdido y era un niño bastante inteligente… Permití que supiera de cosas que no debía y hasta lo utilice por mucho tiempo… Tan solo por dinero. - sube por su garganta la bilis causada por el estrés de saber las consecuencias de sus propias acciones. - Yo.. En vez de intentar salvarlos, les explote… fui un cobarde.-  

Henry baja los hombros. Guardandose algo para si. Quizás las preguntas que lo inundaban al pensar en como esas palabras lo hacían sentirse expuesto. 

¿Que paso en ese lugar para que algo que no recuerda le persiga? 

Lo piensa y decide tomar asiento a un lado de Ryan. 

Después de unos diez minutos Angela llegó a su encuentro. Seguida por el sonido de las hojas secas y las ramas al moverse. 

Lo esperaba pero aún el ver a esa cosa de pie y moviéndose le ocasiona un repelús visible. 

Este perro puede verlo y sus ojos se fijan en su figura. Ignorandolo despues para observar con detenimiento al otro hombre con un interés casi capaz de tocarlo. 

Lo hizo. Dobló esas grandes rodillas para tocar al hombre en el hombro. 

No hizo preguntas solo se presentó. Retrayendo su mano con un gesto suave. 

Ryan le apuntó a la camioneta. 

-Debemos limpiarla antes de ir a ningún lado.- le informa algo un poco obvio por el pésimo estado del cajón. 

Esta cosa, a ojos de Henry, parece entender y dirigirse a esta. Con solo mirarla puede ver que no hay una protección entre el metal del cajón y el exterior. Bajando su mirada al suelo donde estaba el montículo donde estuvo enterrado. 

Las orejas se mueven observando esta tierra removida y su profundidad. 

Angela aplaudió un poco antes de que Henry entendiera lo que hacía al agacharse y sacar algo de ese montículo. 

La lona que colocaron al fondo entre las ramas y la tierra. 

La ata on un movimiento del brazo. Volviendo por sus pasos al lago. 

Ryan lo palmeo instandolo a moverse del lugar. 

Pronto el perro vuelve con la lona cargada de agua como una cantinflora de cuero. Desarmando a medias el nudo para lavar el cajón de la camioneta. 

Esto no tardó más de veinte minutos y este lugar se volvió un pantano por culpa del exceso de agua. 

Pasando a un silencio incómodo al terminar de limpiar esa cosa y quedarse a la orilla del claro con un aspecto perdido. 

Henry le tenía una fuerte desconfianza pero no pudo evitar sentir que este le hacía sentir extraño. Como si un niño estuviera perdido en la calle, tan solo esperando la ayuda de alguien en silencio. 

-Sube. - ordenó Ryan al terminar de arreglar el último desperfecto del motor. 

La criatura avanza y sube al cajón. Esto hace que se hunda mucho más que al inicio la parte trasera de la “Levanta Muertos” , parece ser una advertencia para no colocar cualquier tipo de etiqueta en tu coche, sacudiendose el frente al acomodarse al centro. 

Ryan le entrega de vuelta la lona. No le dijo nada al dejarlo. 

La misma cosa decide cubrirse con esta lona. Ocultandose a medias al seguir observando afuera por algunos agujeros. 

Henry sube y la camioneta, al arrancar, soltó un grito estridente antes de avanzar por la tierra. Volviendo al camino. 

En la parte trasera el perro pasa los ojos por los alrededores. La tierra, los árboles y el cielo ahora mostrando algunas pocas salpicaduras de azul entre las nubes teñidas por el sol. 

Su cuerpo tiembla ansioso por lo que puede presenciar tan de sorpresa. 

Llegando al tope cuando una vaca se queda en el camino que pasaron. 

La emoción extraña sube por su cuerpo pero no puede salir tan solo se acumula y la lleva a sus ojos mirando a ese cielo sin cansancio. 

Lo hermoso que era el viento y los árboles. 

La tierra y las nubes. 

El estar vivo es bueno. 

 

 

 

 

Traerlo a casa fue complicado. La rapidez con la que abrió la cochera y entró la camioneta fue demasiado sospechosa. Atrajo la atención de vecinos curiosos. 

Dentro el perro salió del cajón mirando al lugar curioso. 

Angela lo llama desde el suelo, guiando a una dirección dentro de la casa. 

La falta de una puerta lo hace detenerse por un momento. Momento que se lleno con el espejismo de esas celdas cerrando y abriendo. Pasa por las cortinas al escucharla llamarlo. 

Ryan abrió la cochera encuanto el salio de esta. 

El peligro de escuchar a personas desconocidas en el jardín, lo hacen detenerse más altivo de lo qué podía controlar. 

Angela lo llama una vez más. Tirando de su pierna. 

La sigue al fin. Pasando por otra puerta con solo una cortina gruesa y tejida. 

Sube las escaleras siguiendo a la coneja a una habitación. La única con puerta de madera. 

Angela le negó que fuera ese su destino sino la siguiente. Una cortina más. 

Su humor se complica pero entra a esta habitación. Pensando en lo que le esperaba. 

Una habitación normal. 

Una cama grande y algunos muebles. 

Angela le apunta la cama. Palmeando las sábanas. 

El perro decide escucharla y recargarse en esta sin subirse. 

Angela insiste. 

El perro se rinde y sube a la cama. Moviendo las orejas al escuchar un crujido. Solo eso. Esta cama tenía patas de acero y el colchón no era de alambres sino una gran capa sobre capa de tela condensada. 

Era cómoda y suave. 

Angela camino a la salida. 

El perro intentó seguirla pero ella le hizo una señal de regreso. Señalando el cierre de su boca antes de salir por debajo de las cortinas. 

Quedándose solo en este lugar con solo una ventana cubierta por un plástico de doble cara. 

El color le decía que del otro lado no era posible ver al interior pero podía ver afuera con solo enderezarse. En este cuarto lleno de olores interesantes. 

Aún mira afuera. Entre los techos de otras casa y árboles. 

A algunas personas alrededor de la camioneta de Ryan y al mismo revisando las piezas del motor. 

Ese otro humano… El humano de Huggy Wuggy, se encuentra entre estos pero algo apartado. 

Levantando la mirada al sentirlo. 

El perro no desvío los ojos. Aun intentando comprender como este humano estaba cerca de Ryan y Angela.

Sus dudas se quedan a medias al ver a la coneja regresar con una bolsa llena de comida. 

Le dice muchas cosas con ese sonido suave y chillón de siempre. Solo que ahora el ánimo era real. 

Mostrándole lata sobre lata, y una gran pieza de pan llena de cosas. 

Algo al fin le hizo reaccionar al verla comenzar a servir lo que abrió con el abre latas. 

-…- a medias de nada se queda ¿Le quería decir que no desperdiciara? ¿O que no quería hacerla servirle ahora? 

Lo que sea se quedo en nada con el rápido letrero que ella preparó de antemano en la bandeja. 

“Déjame agradecerte por esto y come.” 

Fue directa y no lo dejo pensarlo al continuar adelante. 

El perro bajo el cuerpo mostrándole las manos antes de ayudarla a voltear el contenido de cada lata en un plato plastico diferente. 

Angela apunta al microondas, olocado en el suelo y no en un mueble como sería convencional. 

El perro comienza a entender cuanto este lugar estaba preparado para la movilidad y conveniencia de la conejita. 

Siente una alegría extraña. Un gran alivio por saberla a salvo. 

Al terminar con cada plato servido en el suelo. Ella se queda con él, mirándolo comer entre pausas para revisar su celular verde. 

Mostrándole algo escrito en la pantalla. 

“Come, duerme y hablamos en la mañana” 

Lo dejo solo una vez dio su mensaje. 

El perro la siguió para verla meterse a ese cuarto con puerta. Uno con una puerta para gatos atornillado de costado. 

Vuelve a este mismo cuarto. 

Observando la comida caliente antes de tomar el primer plato. 

Angela y Ryan manejaban una venta de productos en línea bastante surtida y variada. 

Dándole ahora la oportunidad de servirle latas de diferentes comidas. No pensó en si al perro le haría daño. Distraída por su ansiedad por mostrarle lo que había fuera de la fábrica. 

Así que DogDay probó por primera vez una mezcla de chimichurri y carne guisada. 

Un sabor perfecto para hacerlo despertar del letargo. 

En la fábrica la comida picante no era usual, por no decir nula presencia. 

Paso la noche probando esta comida. 

Durmiendo cuando la casa y muchas más se quedaron en silencio. 

 

Esto le hace perderse la visita del humano. Este que le observa tirado en el piso con el colchón encima del cuerpo (quizás extrañando el peso y compañía de sus amigos) y no al revés. Observado por una hora antes de que el humano se retirara silencioso como al inicio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Estoy segura de que ustedes perderán el ritmo por culpa de mis decisiones pero espero que puedan recordar que Hobie si esta muerto.
Para todos en la fábrica esos cinco años no fueron ese sueño corto.

Chapter 72

Notes:

Hola, que bueno tenerles de vuelta.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

-Yo soy Theodore. - 

-Te amo. - le dijo ese niño y años después lo volvió a decir. - Te amo. - cuando su voz era diferente y solo era el recuerdo de aquel chico. Atrapado en ese gato. 

-¡Cuando duermes puedes ver a los que perdiste!-lo dijo esta niña pequeña.- ¡La verdad es que eres el mismo tipo de basura que todos nosotros!- esa voz había cambiado junto con ella. 

-No se si mi cabello es bonito, no se si alguien podría amarme. - decía ella con restos de sus rizos quebrados por la resequedad. - DogDay nos amenazaba y nos hacía servir. - 

-¡Te crees mucho por ser mayor pero cuando tu crezcas yo seguiré joven!- esa burla no tenía sentido, solo eran dos años de diferencia. - DogDay cooperaba con los trabajadores. - 

-Me gustan las flores, son bonitas y huelen bien. Por eso las pongo en mi cabello. - lo contaba levantando las flores de la maleza cercana al orfanato. - ¡A ti solo te importan los humanos, nosotros ya no te importamos!-

-Oye… Si me casara, ¿Me llevarías del brazo? Aunque seguro se asustaría si te ven tan joven, deberás dejarte la barba. - lo acusa esa niña con una cobija como vestido, haciéndole esperar el día a que su rostro se llenará de vello. - ¡No me importa, solo dejame en paz!-

-Quiero que me dejes en paz, solo dejame en paz.-

 

-Creí…que estabas dejándome.- confiesa Theodore.-No … no quiero irme con nadie , quiero ir con mi mamá … y yo te esperaba a ti. -

-Eres una luz que no puedo ver por mucho tiempo. - 

-Esto me gusta, me gusta mucho. - 

-Lo siento. Lo siento, lo hago por dios. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las raices

                                      Descansan tus anhelos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Despertar con todas esas voces gritando al fondo de su cabeza lo hace levantarse del suelo. Mirando al lugar con el corazón en la boca. 

Escucha por la ventana algunas voces revueltas por el viento y el tiempo. 

Desviandose sus ojos a la presencia de una pequeña criatura en el suelo. 

Amarilla. Lo llama con un movimiento de manos. Muy suave. 

El perro sujeta su pecho tomando una profunda inhalación antes de seguirla. 

El lugar al que lo trajeron es esta casa de dos pisos y una gran cantidad de cortinas. Bajando junto a ella para ver el primer piso con cada mueble arrastrado hasta las paredes, descubriendo el paso que le permite avanzar algo agachado al doblar la espalda. 

Ese humano. Ese hombre a pasado por los años. 

Debe ser por su estatura pero ya no se veía tan intimidante como en antaño. Cuando lo conoció y su 1,90 le hacía retroceder al hacerle bromas de mal gusto. Siempre esperando un golpe como reprimenda. 

Aunque tal impacto nunca llegó. Ryan, al menos cuando era un niño, nunca le golpeo de ninguna forma. 

Toma el asiento qué le indican y parece que le prepararon con anterioridad, una pila de tres tapetes estirados a un costado de la mesa. Dobla las rodillas y mira al humano. 

Estar tan encogido le hace parecer un peluche rescatado. 

Ryan no le dijo nada al retirarse. 

Lo siguió con la mirada. 

Angela le llamo la atención apuntando a la mesa con una cuchara de cocina.

Exactamente a una jarra de té caliente con varios litros dentro. 

El perro levantó tres dedos. Observando con atención a la conejita servir cada gran cucharada. 

Intervino al momento de revolverlo, pidiendo la cuchara con un toque sobre esa espalda. 

Angela se lo piensa pero su cuerpo no podía revolver esa jarra sin verse arrastrada por la fuerza del líquido en el interior. 

Eran cinco litros y el peso la superaba con creces al haber incluido frutas. 

Ansiosa por continuar mostrándole los alcances de su capacidad y desempeño, esta bebida contiene frutos secos y flores compradas de tiendas de té de diferentes líneas de comercio. 

Esperaba verlo beber pero el perro revolvía con más paciencia de la esperada. 

Angela lo apremiaría pero al mirar arriba solo puede ver que esos ojos brillantes se apagaban un poco más a cada segundo. Su humor vuelve a ser más suave al recordar su situación. Volviendo a su lugar en la mesa personal. 

Ryan volvio al pasar unos minutos del perro revolviendo el té. 

Aún mantuvo el silencio al poner frente a éste una bandeja llena a tope de comida horneada. 

Otra la divido o entre los dos y dejó el resto en esa misma bandeja. 

Tensos tomaron sus lugares. 

Observando al perro aun revolver esa bebida.

La tensión es pesada. 

Ryan lo interrumpió lanzandole una papa horneada a la cara. Aunque parte de si le dijo que talvez eso no era buena idea muy tarde, exactamente cuando esa papales golpeó el pelaje. 

El perro tardó unos segundos en reaccionar, mirando la papa en la mesa después de rebotar de su cara. 

-Gracias. - murmuró antes de comenzar a comer. 

El aturdimiento le duró solo ae primer bocado. 

Al probar la primer zanahoria dulce y suave con jugo de res su cabeza se llenó de ese sabor, comenzando a degustar cada ingrediente uno a uno. 

Comió hasta acabarse esa bandeja y la jarra la volteo dentro de su boca degustando hasta el fondo. 

Angela intentó hablarle pero el perro se levantó del lugar, retirandose a otra zona de la casa. 

En la sala donde no había nadie. 

Angela se queda con un cierto atisbo de molestia al no recibir un agradecimiento por parte de este chico. 

Ryan le tomó las orejas acariciándola suavemente. Hizo un gesto para señalar el no interrumpirle, abstenerse de presionarlo. Ryan tiene bien presente que ese perro era grande y lo que le sucediera podría ser una bomba de tiempo para ellos. 

En un segundo podria atacarlos en algún arranque mental o algo por el estilo y convertirlos en la misma pasta que hizo a sus compañeros aquel día. 

El miedo que lo recorría al pensar en ser alcanzados por esas grandes manos y ser hechos pedazos en un solo segundo era suficiente para hacerlo pensarla dos veces. 

¿Entonces porque lo trajo a comer a la mesa? 

Quizás porque nunca lo hizo. Siempre se mantuvo alejado de ellos y sobre todo del chico al que guió a entregar la droga. No debía romper la distancia entre ellos y después era un guardia y un monstruo. Nunca habían posibilidades de compartir la mesa. 

Angela lo trae a la realidad recordándole el negocio que debían ir a procurar sin importar nada más. 

Le da la razón levantándose de la mesa con los platos sucios y esa bandeja de hierro vacía. 

Fue la rutina de cambiarse de ropa, habiéndose duchado con desde temprano, y cargar a Angela en una mochila para irse juntos. 

Toca algo nuevo. Despedirse y decirle a dónde irían al perro. 

-Nos vamos a trabajar, tú cuida la casa y no te dejes ver.- es lo que se le ocurrió decirle al perro. 

Este le mira de reojo. Moviendo la cabeza acepto su orden. 

Aunque Ryan no quería decirlo con ese tono de mando, aun lo tenía bien pegado en la lengua.

-Puedes salir y lo que quieras hacer, hazlo pero no te expongas… Porfavor. - murmura lo último ya de camino a la salida. Al girarse Angela se asomo de la mochila despidiéndose con una mano arriba. Vestía un suéter de peluche grueso. 

El perro también la despidió mirándola con un sentimiento menos pesado. 

Ryan dejó la casa. 

Este perro pudo ser como un clásico monstruo del cine de los 70s y levantarse a destruir torpemente la casa. Más el si convivió con humanos y con tareas que requerían de su fuerza y control, vaya que lo hizo, tomando el control de la mesa de la sala y encendió el televisor. 

Observando unos minutos cada canal. 

Desde las noticias plagadas de marchas y quejas por los movimientos políticos en países del oriente medio. Las caricaturas con ese mismo humor pesado. Disney aún con actores jóvenes que parecían cursar la universidad y no la secundaria. La vaca y el pollito. 

Noticias. Más y más noticias. 

Los medicamentos en alza. 

La guerra actual contra las pandillas. 

La relación de la nación con China y el tratado de libre comercio en planeación con México. 

La alza en ventas de drogas. 

La corrupción. 

El calentamiento global. 

Las modas vegetarianas están tomando fuerza. 

Mujeres luchando por sus derechos. 

La comida sigue sin ser un derecho universal. 

Sacerdotes abusando de niños. 

La iglesia y sus condenas a todo el sistema apartado de sus ordenanzas. 

PlayTime co. Ahora solo fábrica juguetes de otras compañías. 

El perro dejó el canal de música con el video musical de una rubia bonita. Llevando sus ojos al suelo y no apreciar la coreografía en pantalla. 

-Ellos no saben de nosotros.-

Ellos. Es el mundo. 

Sus familias o el gobierno. 

Nadie sabia lo que les sucedió y las medicinas seguían siendo costosas. 

No los han descubierto y no los están explotando en busqueda de esos órganos que podían reproducirse al retirarlos. Hasta ahora parece que el plan de la compañía sufrió un gran tropiezo. 

Estaba a salvo en el sentido de no ser buscado como un elemento de uso común. 

Más seguramente aún la compañía debería estar… 

-Me traicionaron. - 

De golpe esto llega a su cabeza. 

Estaba vivo. Estaba entero… Casi, le faltaban algunos dedos y la cola estaba un poco corta a comparación de como debería verse, lo que le falta es ese pedazo que le cortaron al traicionarlo. 

Sintiendo su pecho herido y atorado con las espinas incrustada en el interior de su mente. 

Sus amigos lo traicionaron. 

Theodore lo traicionó. 

Lo vendieron a los humanos. 

Mommy lo comió vivo frente a ellos y ninguno pensó en confesar que mentían.

Ninguno pensó en acompañarlo. Lo abandonaron en ese momento. 

No les importo lo que le hicieran. 

-¿Qué fue lo que hice?- se lo pregunta esperando encontrar alguna razón en sus memoria. 

En todas las vivencias que compartieron. 

¿Porque Theodore lo traicionó? ¿Porqué Kickin lo acompañaba en su hazaña? 

Habia qué responder muchas preguntas y varias de estas son repetidas por mas de un sentimiento en su cabeza. 

La rabia, el dolor, la tristeza se mezclan pero ninguna llega a su cerebro. 

Aturdido solamente observa al suelo y escucha la canción de otro artista que desconoce pero grita y es agradable. 

Las muchas veces que quiso morir dentro de la fábrica las resistió porque pensaba que sus amigos, que su novio, lo extrañarían y lo necesitarían una vez no estuviera. 

Se quedó en el mundo pensando en ellos. En cuanto los amaba y deseaba ser amado por ellos que eran como su familia. Su única familia real. 

Creyo que podría seguir con ellos. Que no había forma de que lo dejaran cuando lo necesitaban, qué lo amarían como quien ama el aire si lograba mostrarles cuánto podía servirles. Podría protegerlos y cuidarlos. 

Que podría ganarse el amor de Theodore si peleaba con esa distancia extraña. 

¿Entonces todo este tiempo Theodore solo lo soportaba hasta que llegara el momento de librarse de él?

Eso resumiria la situación de Theodore a alguien que incluso fue tocado por alguien que le daba asco. 

-No lo entiendo… - lo pregunta sujetandose la cabeza.-¿Porque no puedo entenderlo?- 

No puede terminar de comprender lo que sucede con Theodore. 

Con sus amigos. 

¿Que fue lo que les hizo cambiarlo?

El plan siempre fue cortar el cuello de quién fuera descubierto pero no por traición. 

El sacrifico de uno para salvar a todos. Sobre todo lo que es malo el saber que algo les hizo decidir que se merecía morir era la que le ocasiona más dolor. 

Tanto tiempo invertido en poder lograr sus metas. El derrumbar los muros y sacarlos del infierno. 

¿Qué es lo que les ocurre a las personas que son desechadas? 

DogDay no puede entenderlo. 

Hobart lo sabe. Lo que sucede con aquellos que ya no son gratos en las vidas de las personas que les rodean. 

Lo que sucede cuando tu existencia es un mero estorbo y debe ser despachada fuera de la vida de las personas que ya no le requieren. El ya fue desechado al igual que su familia. Su madre y hermano fueron despachados al ser ya un estorbo en vez de algo a lo que amar. 

Esta no era la primera vez que lo traicionan. 

Es la cuarta vez que lo dejan de lado por intereses personales. 

Pesaron su valor y el de algo nuevo y enigmático. Definitivamente su peso es inferior a cualquier cosa. 

No importa cuando lo intente, siempre será la persona que no eligirian. 

Hobart llego a pensar que siendo DogDay las cosas cambiarían pero sigue siendo el mismo desecho reciclable de siempre. Nunca sería la persona por la que las personas se detuvieran un segundo a esperarlo. 

O vas adelante o mejor quítate del camino. La vida se reduce a esto cada vez más claramente. 

-¿No lo estaba haciendo bien?- lo cuestiona buscando sus errores. 

Habia hecho todo lo posible para lograr que sus amigos tuvieran una vida pasable. Redujo los puntos ciegos para protegerlos de los humanos oportunistas. Se encargó de darles un rol que mantuviera a otros a raya y les dio algo que hacer para evitar que se volvieran locos. 

Hizo todo lo posible para protegerlos pero aun seria un idiota que algún día dejaran. 

Kickin, quien se lo advirtió hace años, fue quien se alió a la persona que esperó por demasiado tiempo. Espero y espero pero aun no era lo que esa persona esperaba. 

-¿Porqué me hicieron esto?- lo pregunta y no encuentra respuestas. 

No hay razones para traicionarlo. 

¿Fue por un problema de comunicacion? Hizo algo malo.Debería ser algo como eso. 

¿Pero que pudo ser? ¿Que fue lo que le hizo a Kickin para que decidiera matarlo de la noche a la mañana? 

 ¿Que se supone que haga ahora si no sabe lo que debe sentir por su traicion? 

-Amo a todos, lo juro, los amo.- su cuerpo cae lentamente por el peso de la desesperación. Gritando dentro de sus manos.

Entre las dos voces y la estática. 

Comienza a gritar tratando de contener en esto la adrenalina venida de toda la furia que lo estaba ahogando. Golpeando su cabeza con los puños comienza a babear el odio creciente. 

 No sabe porque de la nada estaba tan enojado. 

o si lo sabe. 

Estaba tremendamente enojado con sus amigos y Theodore. 

Tan enojado qué necesita desquitarse o quedarse como esta. 

En el suelo en silencio al apagar la televisión. 

Respirando con esfuerzo después de morderse las manos como reprimenda por éstas emociones poco productivas. 

No debía enojarse. Aunque lo amerita. 

No era útil enojarse. Aunque lo necesita. 

No es algo que deba sentir. No sabe más. 

Aún cuando enderezó el cuerpo su interior lo hace rugir hacia afuera. 

Agarrando sus orejas ruge hacia el techo o el cielo. Odiando cada molécula de lo que le rodea. 

Tanto como para que su saliva se coloree con la sangre de sus vasos sanguíneos sobrepasados por el ritmo cardíaco de toda esta rabia. 

Escapando la sangre por sus ojos. 

Contiene la rabia dentro de su cuerpo. Evitando tocar algún objeto en su interior y aun así los espasmos lo hacen revolverse entre gritos. 

Al fin algo de todo lo ue deseaba su rabia sacar por su boca como palabras toma forma con una promesa. 

-¡¡¡Te voy a sacar los ojos y dárselos de comer a los gusanos!!! ¡¡Eso si te va encantar!!- 

Toma aire al moverse por la casa, abriendo una cortina por error sus atención cae en el interior de esta habitación. 

Su rabia cae lentamente al ver el interior. 

Las paredes y los recortes en los muros. 

El cuarto de la computadora y los muros llenos de esos dibujos animados. Entrando con curiosidad toma algunos de estos dibujos entre las manos. 

Las hojas se ven pequeñas pero puede verlos de frente. 

Los trazos sin cuidado pero muchos detalles por la presión cambiante. 

Eran dibujos a lápiz y crayón a manos de la pequeña Bunzo. 

Miro a la computadora temiendo el no saber como utilizarla ni poder hacerlo por sus manos. 

Hace memoria con esfuerzo de las pocas veces que vio a un científico o doctor usar una de estas para sus tareas. Moviendo el ratón desbloqueo la pantalla en espera. 

Los colores del fondo y los iconos le confunden. Le parecía interesante que todas las computadoras tuvieron el mismo fondo de un prado verde y bonito. 

Sus ojos van de los iconos a la hora. 

Al parecer pasó unas siete horas viendo televisión. Definitivamente debía abstenerse a ello desde ahora. 

Planeaba dejar la habitación y esos dibujos en la mesa del escritorio, qué sabe es de uso de Bunzo por la mesita en el asiento. Es solo que sus ojos son vagos y tuvieron qué fijarse en la fecha en una esquina de la pantalla. 

15 de Diciembre de 1997

Han pasado cinco años desde ese incidente. 

 

Lleva cinco años muerto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A las horas el par regresa en la misma camioneta. 

Angela salta dentro de la mochila. Apenas habían podido mantenerse tranquila en todo el día por mantenerse preocupada por el perro en su casa. Preguntándose si estaría bien o si destruyó la casa y se escapó a causar terror como Godzilla peludo o algo asi

O si volverían y habrían agentes de policía y autos de la compañía en el lugar. 

Solo encuentran esa misma casa con las luces apagadas. 

Y esa viejita acercándose por la acera al ver su auto. 

-Rino, dejaste la televisión encendida y todo el día hemos estado escuchando ruido. ¿Cómo es que no piensas en el consumo electrico? ¿Que pasa si a alguien le importara una mierda y llamara a la policía?-

Ryan suspira antes de hablar. Dentro de su corazón la casa ya era un tema perdido. 

-Al menos a nadie le importo, y claro. Gracias por no llamar a la policía. - 

-Cállate, pude haberlo hecho… Si tan solo esos idiotas sirvieran de algo. - 

Angela, aun oculta en la mochila de Ryan, observa por un agujero como esa mujer se retiraba después de dar su queja del día. 

Este hombre bajo del auto tras estacionarlo a medias en la entrada del porche. Apresurandose a entrar a la casa por la entrada delantera, cerrando de portazo al estar en el interior. 

Lo busca y claro que ahí estaba DogDay. 

Sentado en el mismo lugar, le mira con los hombros caídos. 

-Hola. - saluda mirandolos fijamente. Ese mal hábito no cambiaba en el gigante. 

Angela saltó de la mochila, corriendo a encontrarlo. 

El perro la recibe con una mano arriba, cosa que ella corresponde con dos. Colocando sus palmas en la mano del perro. 

-Gracias por cuidarme. - le dice a la conejita. 

Ella levanta los hombros, asintiendo con ánimos renovados. 

Ryan paso de la escena. 

-Gracias por ayudarme, Ryan. - 

No pude solo irse cuando este perro le habla con ese tono de galán avergonzado. O quizás no era un acto y esa era su personalidad. Girando le mira de nuevo. 

-De nada, perro.- movió la cabeza restandole importancia. 

Aunque esto no es algo a lo que restarle valor ni para pasar por encima como si fuera un tema a olvidar. Una ayuda común como recoger algo caído o sujetar la correa de un bolso apunto de caer por la orilla de una mesa. 

Ambas son dignas de agradecimientos pero lo que Ryan y Ángela han hecho por él definitivamente estaba varios, demasiados, pisos por encima de lo que fue hasta ahora la lista de ayudas qué recibió de alguien. 

Dejo a Angela acercándose a Ryan con los hombros caídos. Haciendo algo que ya no era posible corregir de su comportamiento común. 

El romper el simple derecho a conservar el espacio personal de su interlocutor. 

Tomando a Ryan primero por los hombros, cosa que aún hace ver al humano como algo pequeño y frágil, recorriendo la muy poca distancia hasta su rostro con un tamborilero delicado. 

Apenas hizo presión alguna al verlo a los ojos. 

-No podré pagarte nunca lo que has hecho por mi.- suspira dejando que su aliento escape en vaho ardiente. - Muchas gracias por cuidar de Angela , y por ayudarme cuando no tenias porque hacerlo , Ryan. Gracias.- 

Las acciones del perro no son para nada algo de lo que escandalizarse pero este gesto aún le parece al humano algo que puede hacerlo sobresaltarse y mirar con ojos bien abiertos al perro. 

Un choque de esa nariz sobre su propia nariz y la cercanía qué lo hace sentir tremendamente pequeño en el abrazo cálido y demoledor. 

El perro termina con el contacto dejando una caricia sobre su boca. 

-Estas más frágil y pequeño que antes. - murmura mirándolo de nuevo cumpliendo con la distancia mínima entre un humano y una criatura. 

Ryan espero comenzar a burlarse pero no lo hace. Decide ir a la cocina por una cerveza. 

Angela vuelve a llamar la atención del perro. Que ya estaba algo preocupado al verlo abrir el refrigerador y mirarlo. Culpable vuelve a escapar de su mirada. 

Al menos doce de las 18 latas han sido robadas misteriosamente. 

Ryan pidió pizza. Si. Porque no le va cocinar nada a ese perro ladrón. 

Mucha pizza. 

Suficiente piza para una fiesta de cuarenta personas pero pidio que fueran traídas dentro de una sola caja la mayor cantidad posible.

Los tres comieron en la sala en silencio. 

No uno incómodo sino uno donde los tres pasan cada segundo pensando. 

El perro fue quien rompió el equilibrio del silencio y la paz. 

-¿Como fue que me encontraste?- pregunta a Ryan.- ¿Que te hizo llegar a mi?-

El mismo hombre suspira. Dejando la cerveza a un lado, le apunta a la conejita.  

Ella levantó las manos y comenzó a explicarse. 

Las señales para las criaturas, cuando aún estaba dentro, eran diferenetes a las que aprendió a usar en compañía del humano, resultando en varios minutos de repeticiones para explicar todo lo que estaba pasando respecto a la compañía buscando y comprando viejos peluches desde hacía unos meses. 

Por ello la venta de algunos productos diferentes empezaron a crecer. 

-¿Me estaban vendiendo?- pregunta con el ceño fruncido. 

Esta situación implicaba demasiados problemas. Desde quién lo tuviera… a lo que pudo llegar a suceder en su venta. 

Ese científico perverso le viene a la mente y necesita apretar los puños para no mostrar esta inconformidad con ellos dos. La idea de haber estado en manos de alguien de ese tipo durante tanto tiempo lo llena de frustración. 

Ryan inclina el cuerpo sobre la mesa. Observando al perro, picando con los dedos una bola de carne en la pizza antes de dársela a Angela. 

-Paso por aquí un ingeniero, uno que busca respuestas de la fábrica. - le limpia la boca una vez ella terminó con esa última albondiga y muestra el rostro para ser limpiada con esa toalla húmeda. -El bastardo era blanco, no se si te suene. - 

-La mayoria de las personas en ese lugar eran blancas… Sería más fácil descubrir quién podría ser si fuera de otro color. - murmura el perro ya enojado. Por supuesto que Dog no pensó en ningún momento que este mencionado fuera alguien conocido ni con un valor que le valiera ser guardado en su memoria aparte de su nombre y horario laboral en caso de ser perteneciente al segmento de La Guardería.

Ryan tomo la caja de cartón vacia. Comenzó a romperla dentro de otra. 

-Nos hizo preguntas pero lo que deseaba era información del después de…ese día. - pidio a Angela su cooperación con un gesto. La coneja comenzó a morder el cartón y escupirlo en seco en la caja.-Nosotros no podemos responderle por obvias razones. - Ryan toma una rebanada de pizza de la las últimas del perro. -¿Nos dirás lo que sucedió ese día?- su frustración es visible al ser arrebatada la rebanada de sus manos y devueltas a la caja frente al perro por Angela. 

Delatando su salud con un gesto sobre su propio pecho. 

El perro medita observando al humano y la coneja, obedeciendo a la preocupación de la coneja quito del alcance las mayonesas. Ya perturbado por saber que este hombre era del grupo raro qué le echaba mayonesa a la pizza. Un malestar crece dentro de su cabeza y no por el irreverente gusto en alimentos de Ryan. 

-Les diré todo pero ... para decirlo necesito saber porque estaba fuera de la fábrica…- sus dudas puede sacarlas lentamente. -¿Cómo llegue a sus manos?- 

Ryan hace memoria. Recordando a ese hombre en el cementerio. Hablando de su hija enferma y los problemas de salud que debía cubrir. 

Lo qué vio en esa cocina y lo que pudo suceder con este perro de llegar tarde cuando este decidió venderlo. Además de haber llamado a este chico “Hermano” de todas las palabras en el mundo tuvo que usar esta para describir su relación con el cachorro. 

-Te compre a un hombre que trabajaba en la fábrica.- mira a Angela correr a revisar el bolsillo de su chaqueta colgada. 

La conejita aún tiene el problema móvil de todos los de su tipo, cayendo en pleno camino y levantándose para alcanzar el perchero. Trayendo el anuncio a sus manos. 

Esta impresión le mostraba las cintas apiladas y ese peluche viejo y roido. Mismo que, si mira a un costado de la cocina, puede ver acomodado dentro de una repisa de cristal con varios parches nuevos que en la fotografía no figuraban dentro del objeto. 

Ryan debió comprar dos de esos peluches. 

Dog le apunta a la boca, observando esa impresión. 

-Llevame allá.-

Angela asiente también decidida a ir a ese lugar. Poniendo las manos en la pierna del perro. 

Al mirarla, ella le pide que no lo trate con tanta fuerza. Que sea amable.

-Lo siento. - suspiró acomodándose, más al mirar adelante y para frustración de la misma coneja, Ryan mastica tragando la rebanada a medias qué se robó. 

-Los viejitos son necios como niños. - suspira el perro. - Es por eso que se que necesitas algo de leche antes de dormir. - 

Angela le dio un golpe al escuchar el comentario. 

El perro se erizo mirándola confundido por la agresión. 

-Pero es verdad, lo escuche de unos doctores. - 

Angela voltea pero Ryan ya se retiro… Con otra rebanada. 

 

 

 

El viaje en la poderosa “Levanta muertos” se puede describir como frustrante por culpa del peso del perro en el cajón. 

Resultando en Ryan rentando una furgoneta de gran tamaño y del peor color del mundo “Verde neón” se veían como el escupitajo de un fantasma de los Caza Fantasmas en esa gris carretera. O en… 

-Bien, nadie sospechara de nosotros, solo somos una parodia a medias de la máquina del misterio con un scooby qué ya se ha cenado a Vilma, Fred y Daphne, conduciendo un Shaggy quemado al sol más radioactivo y un Scrapy víctima de difteria. - murmura un perro muy encogió en la parte de atrás de la Ban. 

La cara de Ángela se estira en una sonrisa y chillidos. Encendiendo la radio para el viaje. 

La canción southern Nights para acompañarlos. 

Los lala de Angela pronto son la única compañía de los dos restantes en el auto. 

Manejando por las mismas seis horas hasta ese lugar. A ese barrio y llegando bastante tarde. 

Ryan se detuvo en una zona apartada. Apuntando a la casa. 

-Te diré que en este lugar la gente de mi tipo no es bienvenido… Tal vez si te arriesgas crean que eres un perro blaco bajo el pelo. - 

-No, mi pellejo es negro. - murmura el perro estirando el brazo fuera de la camioneta por la ventana de Ryan. 

El guardia habia olvidado que estas criaturas tenian dicho truco, estirarse a voluntad, en su arsenal quedando en blanco cuando este perro lo hizo. Solo para destrozar la caja de conexiones telefónicas del poste. 

-Conduce a cien metros de este lugar, puedo llegar en menos de dos segundos así que será más seguro para ustedes quedarse a esa distancia. - lo dijo y como siempre su tono es demandante. No era una pregunta ni una petición, era la instrucción a seguir y no había que discutir. 

-No necesitas escondernos. - 

-Por supuesto que un hombre de tu tipo no será acusado por el destrozo de una conexión eléctrica. - el perro bajó del auto en cuanto pasaron por un árbol.-Eso sería prejuicio. - 

Angela se colgó por la ventana buscándolo preocupada. 

Este lugar no era la fábrica y no estaba segura de como este perro podría moverse en un ambiente abierto sin ser descubierto.

Observa con detenimiento y pudo verlo meterse por una ventana y no en la casa que le habían apuntado. 

Ryan frenó en el límite de los cien metros y su cara estaba más que pálida al ver al otro lado de la cuadra una patrulla estacionada. Aun no los veían por estar dormidos con una caja de KFC bajo el brazo de cada uno. 

La situación no era demasiado favorable para regresar. 

Solo les quedaba confiar en el perro y lo que haría. 

 

Este mismo perro paso por el siguiente jardín arrancando los cables de teléfono y cable en su camino. 

La noche es joven y puede usar las ventanas de los segundos pisos para pasar de casa en casa. 

No conocía la lógica de estos lugares de índole derechista pero algo debía ir al revés en sus cerebros para vivir con armas en cada habitación. 

Las cuales se llevó bajo el brazo y dentro de su cierre. Era una mala costumbre y parte de sus víctimas fueron las latas de conserva. Un peluche de Raggedy Ann y algunas piezas de ajedrez y unas partes de un rompecabezas que vio por terminar en la mesa de un cuarto. 

Una calceta qué uso para mantener callado al perro de la siguiente casa. 

Algo extraño es ver por primera vez en años a otro perro. 

Uno de verdad. 

Sus manos se pasean por esa cabeza tonta y sus orejas peludas. 

-Eres un pésimo guardián. - suspira al lograr poner al perro panza abajo. 

La sutil opción de aun oler a humano le hizo dejar este patio antes de entrar en una crisis solo por preguntarse la razon real para que este perro decidiera que no era un riesgo para la familia en la casa. 

La casa que Ryan le indico es la última que visita. Lleno de objetos su cierre, por si le disparan. Trepa por el techo para meterse en esa casa. El espacio es mínimo y puede ver que apenas hay algunos pocos espacios para caminar. 

Obligado a usar las cuatro extremidades, entra pisando el techo y agarrado de las paredes como una araña deforme. Internándose por la casa una vez atraviesa la puerta de esa habitación. 

Su mala costumbre lo hace dejar una de las latas de conservas en un mueble lleno de enseres médicos. La casa parecía vacía pero no es así. 

Al bajar por las escaleras del segundo piso su atención es llamada por un fuerte golpe. 

Ryan le mencionó que había una mujer y una niña en este lugar. Saberlo le hizo ir más rápido a esa ubicación. Siempre esperando lo peor. 

Poco a poco ese ruido se convierte en un fuerte forcejeo. 

Nada que malpensar. Esos resoplidos son acompañados por un griterío y algunos objetos caídos por el arrastre. Era un pelea en toda las letras. 

No debía ser imbécil y descubrirse sin saber cuales serian sus consecuencias y aun con eso no significaba que pudiera ignorar algo como una agresión. 

El malestar contagiado por su pasado y la alerta qué mantuvo por años evitando que ningún adulto tuviera contacto sin vigilancia con alguno de los niños, le llegan de golpe y no piensa nada en lo que sucedería al rebelarse. 

Arruinando todo el plan al agarrar la espalda de un desconocido para mirar al otro humano. 

La situación que encontró, antes de intervenir, es la de un desconocido sobre otro y ahorcandolo con una pala llena de tierra y lodo. Las cosas estaban tam mal que incluso descubrió más de una mancha de sangre en el cierpo del humano en el suelo, ya su fuerza está en declive y puede que no vaya a levantarse del suelo por un buen rato. 

El perro apagó la luz tocando la pared solo de un toque. 

Los dos aun estaban metidos en su contienda y no fueron conscientes de la oscuridad hasta que el atacante vio algo que le hizo sentir extraño. 

Miro arriba, buscando lo que sea que lo hiciera sentir de esta forma. Recibe en su cara un apretón, agarrado por la cabeza y levantando su cuerpo se estrella contra la pared. 

El tipo en el suelo tose y se arrastra buscando recuperar el aliento. No logra más que tener que esquivar la pata del perro que entra en el lugar aun sujetándose al humano que grita y patea pero no puede ser escuchado. 

Sigue al perro, todo directo al sótano de esta casa. 

-¡No lo mates! ¡No lo hagas, DogDay!-

Al fin alguien lo llamo por ese nombre. 

El perro se detuvo, sin importarle qué el humano en su poder siga peleando y gritando agresivo. 

-No lo haré… - lo asegura. Olfatea el aire. - La familia está ausente así que podemos hacer algo…- miro al humano en su poder. - Pequeño, sé un buen chico y prepara algo para papá. - pide al humano al filo de las escaleras. 

El humano, Henry, levantó la cabeza al ser llamado de esa forma tan de la nada por esa cosa. 

Algo en ese tono de voz le hizo recordar las pocas cosas que podía de este perro. 

Rodeado de niños y siempre tan felices. Llamándolo por ese nombre o los más pequeños lo confundian con su padre. 

-Esta bien si es sencillo.- el perro continúa usando ese tono condescendiente y suave, atreviéndose a tomarle el rostro en una mano. Muy contrario a la brutalidad con la que sostiene al otro humano su toque llega a encender algunos nervios conectados con un sentimiento antiguo. Ese grado de calma que aterraba. - Solo no bajes hasta que te llame. - le pide al volver a su camino. Cerrando el sótano con él dentro. 

Henry retrocede agarrándose el pecho. 

Conocía a esta mascota. Esta actitud era la que recuerda. 

Recuerda el cuidado y la condescendencia tan insoportable de este. 

Siempre mirando hacia abajo incluso si era su situacion de todo menos una en la que se debería permitir sentir lastima por los humanos que le rodeaban. Aunque no era así. 

Si lo que recuerda en su gentileza es real, entonces su brutalidad también lo era. Los asesinatos y las muertes. Es real la sangre en ese hocico y su agresividad. 

Va a la cocina. Antes de darse cuenta ya había puesto a calentar agua para un té que no había en la casa. Esta situación lo hace sentir estúpido y dirigirse a la puerta para ir a la tienda por algo de té… Vaya que era estúpido. 

Aunque no tanto como el par que descubre agachado en la puerta de entrada y tratando de abrir con un gancho. 

Ryan y Angela lo mira fijamente antes de ponerse ella roja a la orilla de las orejas y Ryan ocultar el cable. 

-¿Qué se supone que haces aqui?- le preguntan haciendo otra vez esa cara de indiferente. 

 

 

Henry suspiro. 

-¿Traen algo de té con ustedes?- les pregunta rendido. 

 

 

 

 

 

-De todos tenias que ser tú, hermano. - 

Dentro del sótano las cosas fueron mucho menos tranquilas. Con ese perro lanzando al humano contra la pared del fondo. Baja las escaleras por las que debe agacharse hasta tocar sus manos el suelo. 

La lavadora la activo de paso, escuchando como se llena de agua la ropa que debería salir desde antes. Dando ordenes a este humano. Ensordeciendo los ruidos de este con el motor. 

-No te atrevas a gritar, no me gusta cuando gritan. - advierte observando al humano levantarse del suelo. Sacudiendose la ropa mira al perro directamente. 

-Estas vivo… - exclama casi sin aliento al verle. 

El perro estira la mano tomando la correa del bombillo, encendiendo la luz y las sombras colorea mejor que nunca la infelicidad oculta en esa gran cara alegre. Observando con esas piezas de plata al humano. 

El collar de hierro estaba ausente al fin. 

El reconocimiento tácito de ambos congéneres queda en el aire. 

En el ceño fruncido del perro. 

En el miedo oculto tras el odio de esos ojos adultos. 

Con el dolor de los años del pasado acumulandose con la crueldad guardada en el gran y basto resentimiento de ambos. 

-Tu, eres un infeliz mal agradecido.-

-Gracias por meterme en varias bolsas de basura y dejar que los hongos y los gusanos me llenen las entrañas. - 

Su hermano aprieta los puños, ya sangrados por pelear con el otro humano, apuntando con una mano llena de odio. 

-Deberías dar gracias que te saque de ese agujero. - 

-No. - el perro corta la distancia apuntandolo directo a la cara. -¡Tú hiciste esto, tú nos hiciste llegar a esto!- 

-No, idiota. Si alguien aquí es responsable es la perra de nuestra madre. - 

-¡No la llames asi! ¡De todos tú eres quien menos puede hacerlo!-

- ¡La puta se quedo ahí tirada por una maldita depresion! ¡Mientras a su hijo lo violaban y al otro lo llevan a las drogas, se quedo echada sin hacer nada! ¡¡Si alguien te hizo terminar así, a sido ella!!- 

-¡Mama no estaba bien!-

-Mi esposa se rompió el brazo ayudando a sus padres con la casa y aun así pudo cargar a nuestra hija cuando se tropezó en su andadera… - el malestar de este hombre estalla. - ¡Debiste dejar morir a esa fracasada! ¡No estarías en esta situación de haberme escuchado!-

-No podía dejar a mamá sola, no era posible y lo sabes, lo sabes porque la única razón para que pudieras largarte es porque sabias que yo cuidaria de ella.-

- ¡Yo creí que haría el favor de morirse mucho antes! ¡¿Como demonios la mantuviste viva?! ¡Hata ella sabía que estaba mejor muerta!-

-Ella era mi mamá , no podía dejarme solo… - este perro pasa sus ojos por la habitación.-Yo no estaba listo para dejarla ir, así como tu no estás listo para morir ahora. -

-Eres un pequeño infeliz que no sabe hacer nada aparte de arrastrarte por el amor de cualquiera que pienses que tiene migajas para ti, ¿Porqué mierda sigues pensando que las cosa eran tan convenientes para que esa mujer no fuera la peor de todas tus cargas?-

-Era mi mamá. - 

-Era una puta qué arruinó mi familia trayendo al mundo a un hijo bastardo de quién sabe que puto productor de porquería…¡¡Tu no debías nacer, maldito!! ¡Desde que naciste mi vida se fue a la puta mierda! ¡¡Tenía a papá y mamá pero tenías que nacer, tu y tú maldita cara de indio!!!-

Claro que conocía esos reclamos. Los recuerda claramente desde que era muy pequeño. Cuanto su hermano lo odiaba y se lo dejo claro conforme crecían. 

-Hablas como si quién te llevara a meterte con viejos hubiera sido yo. - 

Su hermano queda enmudecido por un corto lapso. 

-Lo fuiste… Para darte de comer a ti y a esa perra… - sus ojos bajan al suelo. Rememora todo lo sucedido como una bruma borrosa. - Cuando esos tipos entraron ella solo se encerró y dejó que todo ocurriera. Escondida como una cucaracha cobarde. - 

-La puerta estaba trancada por fuera, ¿No recuerdas que papá nos encerraba cuando se enojaba?- el perro le apuntó al rostro. - Si se cierra por fuera, solo por fuera se puede abrir. - 

Lentamente esta verdad deja de ser ignorada. No habia sido olvidada, solo la ignoraba. 

Una espina dolorosa que podía cargarle a esa mujer y no a sus propias acciones. 

-Recuerdo todo.- el monstruo apunta a su propia cabeza. - Recuerdo como me sujetan la cara y me hacen ver como se turnan sobre ti. - 

Su hermano retrocede con la mirada fija en ese perro. 

Escuchar tales palabras causan un sobrecojimiento en su pecho ya lleno de espinas, este odio no era como esa mata de desiertos a olvidar. 

Es un creciente cáncer comiéndose lo poco o nada que dejaron los años, de lo que pudo ser su lazo como hermanos. Sin poder mostrar más que desprecio. 

-Los escucho y siento como el hombre que me agarra piensa en continuar conmigo pero simplemente dio la casualidad de que los buscaba alguien afuera. Solo eso nos salvó de morir ese día. - su memoria lo hace llegar a ese segundo. 

Rodeado de suciedad y miradas asquerosas. El peso de un cuerpo más grande sobre su espalda y un sonido nauseabundo producido por el acto horrendo sucediendo frente a sus ojos. 

Sin la posibilidad de hacer más que revolverse y recibir algunos golpes con su cara sujeta para ver como abusan de su hermano mayor. 

Se suponía que su hermano lo protegeria del mundo pero solo le vio ser sometido a vejaciones repulsivas y todo lo que llegó a creer como irrompible volverse nada. Un atisbo de la humillación sufrida esa noche lo hace revolver el estómago de nuevo. 

Revive la situación y su sangre hierve. 

Ya puede defenderse y defender a quién estaba en peligro. No. 

El solo es el testigo que se deja de lado cuando ya no hay nada de que reírse. 

Esto lo experimentó y lo sobrevivió. 

Hobart no era un niño bueno desde mucho antes de llegar a ese lugar. 

Así como sobrevivo aprendió. 

Descubrió qué era lo peor que le podría pasar a una persona y aprendió de ello. 

Fue abandonado por su hermano la mañana siguiente y claro que comenzó su camino fuera de casa cuando el dinero fue robado.

-Hermano, tienes razón con eso de que soy un maldito. Después de todo mi suerte se trata de casualidades qué solo traen la desgracia a donde voy. - esta es su propia verdad. 

A donde fuera la desgracia le seguía. 

Habían víctimas, habían máquinas destrozadas y personas rotas e incompletas. 

Conoce de primera mano la verdadera y más cruda impotencia, conoce su sabor y lo a hasta vomitado. 

Esta sensación sube por su pellejo. Acercándose a su hermano. 

Hoy es altivo, grosero y pedante. No era un niño que llora y ruega lleno de sangre y moretones. 

Su hermano pega la espalda a la pared al esquivar su toque. 

El perro no se detuvo solo por ser rechazado, tomando esa cara en una mano lo hizo mirarle sin el cuidado o gentileza que mostró a los dos últimos humanos con los que estuvo en contacto. Levantandolo del piso le obligó a colgar de su mandíbula. 

Corta la poca distancia entre ellos. Exhalando sobre su cuerpo. 

-Estuve en el infierno más tiempo que tú y he conocido el dolor de ser devoradas en vida mis entrañas por los gusanos ¿Cuánto de lo que recuerdas de tu hermano crees que aún es lo que soy?- lo pregunta tanto para este tipo como para sí. - Ya hice todo en mis manos pero sigo siendo a quién abandonan, una y otra vez dejan de lado. Dime, ¿Porqué yo debería tener piedad por ti hoy?- esta pregunta es para todos.-Ahora que te pongo en claro que no eres víctima de nadie que más que tu propia estupidez, deja ya de gruir y aceptalo. - 

Para cada persona a la que asesinó desde antes de ser un monstruo o ser siquiera esa caricatura. 

No era un buen niño desde antes de entrar a ese lugar. 

Desesperado por encajar busco un lugar que forzar. Con las personas más rotas o las más necesitadas. Hizo todo lo posible por ser parte de ellos, parte de un mundo que no estuviera atrapado por esas sombras sucias. 

Su hermano le sujeta la muñeca entre las dos manos y aun así no puede abarcar el grosor de su extremidad. Remarcando con la sangre de sus manos la ya grande diferencia entre ellos. 

-Vete al infierno. - le exigió en un gruñido.

El perro lo levantó. Toirandolo contra la lavadora cargada de agua. Observa como luchaba dentro del agua. 

-Temo decirte que tus palabras son por demás, estúpidas. ¿No me sacaste de ahí tu mismo?- lo cuestiona viéndolo pelear. - Así como no puedes negar que no esperabas que esos tipos me vieran como algo mucho menos apetecible qué tú. - 

Levanto su cabeza mirándolo jadear y toser el jabón por su boca y nariz. 

-Negaras qué tu mismo nos dijiste que vendrían visitas. - lo vuelve a hundir, contando por doce segundos antes de sacarlo.-Tú los trajiste, tu cerraste la puerta con mamá en el baño. - lo hunde de nuevo, contó cada segundo sin tener que hacer esfuerzo para mantenerlo en el agua. - Tú me traicionaste pero mi suerte de mierda te hizo ser el plato fuerte en esa basura que planeabas en mi contra.- le mira toser y mover los brazos para no seguir bajo su control. - Me vendiste pero las cosa no salieron como esperabas, ¿No, hermanito?-

El hombre lo mira de directamente con un gran odio en los ojos. 

-Solo quiero saber… ¿Es solo por papá? ¿Solo por los caprichos de ese tipo me odias tanto?- sus pensamientos giran fuera del presente, atrapado en dos pasados. - Es tu padre tan importante… como para traicionarme de esa forma…- 

-¡CALLATE, SOLO CALLATE!-

-Solo quiero entender… - Su humor decae así como su rabia sufre un enfriamiento bastan sorpresivo. -¿Porque nadie piensa que valgo la pena? ¿Cuantos de mis huesos debo arrancarme para ser digno de ser elegido?-

Esto, torturar a su hermano mayor, no podría llevarlo a nada. A nada que pueda servirle de algo. 

Incluso si intenta sacarle respuestas para todo lo que le rodeaba. Aun no puede hacer nada. 

No con sucesos que ya fueron escritos con sangre en su pasado. 

En lo que fue lo que era ese mundo lleno de mentira y amor irreal. 

Vaciado de sentido todo aquello que fueron sus órganos, sin reten ni piedad. 

Sin un corazón que fuera correspondido en todo este largo camino. 

-Oye. - 

El pero lentamente escapa de la oscuridad de su mente al escuchar el llamado. 

No fue exactamente la voz del humano. 

Fue el espejismo de la voz de su hermanito menor y esos murmullos del pasado. 

Esa voz cavernosa y las que tintineaban en su niñez como el péndulo qué lo dirigía a la realidad. 

-Hola.- saluda al humano en las escaleras.

Ryan. 

Este pasa los ojos por el lugar. La sangre en esas manos y lo mojado qué estaba el hombre. 

Habia escuchado todo junto a los otros dos. Como buenos faltos de modales se habían colado abriendo la puerta para saber de qué hablarían.. No fue nada cómodo. 

El perro comienza a entender que todo fue filtrado al exterior. Dejando al humano caer para rascarse las orejas.

Ryan no lo dejo en el piso. 

-Si eso no te aflojo entonces usaremos un par de pinzas. - le advierte arrastrandolo por el cuello afuera del sótano.-No te quedes aquí, ven. - dio una orden al monstruo. 

El reflejo condicionado en esos años lo hace seguir al, que aún reconoce como un guardia, hombre fuera de este sotano. 

 

 

En la sala hay espacio, algo así, entre las cajas a de medicamentos y otras necesidades encartonadas. 

-¿Qué sucedió ese día?- pregunta Henry sin ocultar bien su enojo después de casi ser asesinado por este hombre. 

El cual le había asegurado que tenia en su poder algunas cintas más pero solo lo había atraído para matarlo en su maldito sótano. 

-Lo mataron. - escupe en un papel la sangre ue los golpes anteriores le harían acumular en la garganta y cuerpo.-El tarado hizo enojar al verde equivocado y lo hicieron pedazos. Después hubieron excesivos despidos y muchos más muertos. - bufo mirando al conejo amarillo en una silla apartada. Un delirio extraño le hizo sentirse inquieto al verlo solo ahí. 

Quizas porque su hija no tenía ese tipo de juguete entre sus pertenencias. 

-¿Hay algo que si sepas? ¿Porqué tenías esas cintas?-

-Cuando fue ese incidente, la compañía mandó a quemar las pruebas de los empleados que laboraban en ese lugar… Todos o casi todos, murieron en ese incidente. Fue un desastre pero sucedió.- 

El perro dejó salir un sonido extraño. Parecía un estornudó. 

-¿Como lo sacaste de ese lugar?- 

Esta pregunta la tenían todos. Sobre todo el perro. 

Preguntandose como su hermano lo sacó de ese lugar. 

-Se lo… lo negocie con uno de los trabajadores de la rama de desechos.- sonrió burlándose de ella expresión a medias de ese perro. - Te metí en bolsas de basura y deje la compañía. El lugar donde te enterré fue una ubicación que de pura casualidad encontré en el viaje.- 

Las casualidades no existen. 

Esto llega a la cabeza del perro. 

-¿Ya terminaron con esto?- cuestiono a los dos humanos.

Henry no se lo pensó al asentir. 

Recordando lo que acababan de escuchar de estos dos hermanos. 

-No…- su voz queda a medias al ser sujetado por Ryan. 

Él le hizo una señal de silencio. Permaneciendo como simples testigos de lo que fuera a suceder. 

El perro corto la distancia. 

-¿La ropa de niña es de tu hija?- pregunta. 

Su hermano se queda en silencio. 

-Responde Joshua.-le advierte. 

-Si. - gruñe bajando la cabeza. 

-Vaya.- lo murmura. 

La sala se queda hundida en el mismo mutismo que el perro. 

Pensando tan descaradamente en matar a este hermano suyo y como hacerlo. 

Al mismo tiempo esos juguetes y la medicina a su alrededor lo hacen volver al presente. 

-Me hubiera gustado conocerla. - 

El hombre al fin levantó la mirada lleno de advertencia pero no llega al perro. 

Él y el grupo va de salida. 

Si, grupo. 

Ese conejo saltó a los hombros del ex guardia. Sin mirarlo ni una vez. 

 

 

Así es como cuatro subieron al auto que se aplastaba sobre el camino. Dando vueltas la llanta con esfuerzo desmedido. 

-Quiero que me lleves al lugar donde me tenía. - 

Ryan debe girar el volante. 

Angela observa al perro al dirigirse al camino bajo la mirada de más de uno de estos chicos tontos. La situación que alcanza a entender no apuntaba a nada bueno, ¿Para que querría regresar el perro a ese lugar? 

Henry junta las manos sobre las rodillas. Más inquieto que al inicio. Por el espacio debe compartir con el perro el espacio de la fugoneta, mirándolo de frente por culpa del espacio reducido. Y este auto es pesado, haciendo de las curvas una tortura al chocar más de una vez su espalda con esa rodilla tan grande como su columna vertebral unida al cerebro. 

El viaje a dicho lugar es largo. La incomodidad lo hace sentir que eran días pero solo son unas tres horas. Al menos estas horas también los acercaban a la reserva. 

Bajaron y ese perro se adelantó tanto por su tamaño como por su presura. 

Piensan unos segundos pero lo siguen de cerca. 

-No puedo creer que estemos aquí a esta hora, es horrible. - murmura Ryan sosteniendo una palanca. 

-Dime que otra vez es para fingir. - 

-No, esta vez deje el arma en casa. - 

El camino o hasta la ubicación del perro los hace dudar seriamente de la cordura de este. 

Encontrandolo revisando todo lo que rodea el socavón. 

La búsqueda parece dar frutos antes de que ellos puedan indagar en esta. 

-Esperen aquí. - les pide ya corriendo a la iglesia. 

Hace tiempo no lo veía moverse Ryan, mucho menos correr y dicha experiencia le hizo recordar porque no le gustaba ser testigo de tal cosa. 

-Ya se que esta haciendo. - 

La coneja sigue los pasos del segundo humano presente. 

Fijando su atención en el árbol que cubria el lugar donde el perro estuvo enterrado. Leyendo en ese tronco unas marcas antiguas y ya hechas parte del árbol por el tiempo y su regeneración. 

El nombre de una persona con números de fechas en el pie de las letras. 

El nombre de una mujer. 

Ese hombre a su manera intento mantenerlos juntos aunque fueran solo mentiras. 

Este hecho los hace retroceder y observar a este árbol como lo haría un intruso arrepentido de su entrada a una vela ajena. 

Puede que eso fuera. 

Al ver al perro regresar con una cubeta, una fuente de piedra con agua, cargándola entre los brazos la trajo hasta el lugar junto con algunas piezas de la iglesia. 

Cosa que definitivamente no podrían ser movidas a menos que usarán maquinaria o varias personas. 

No les pidio ayuda. Los ignoró al limpiar el lugar con un ánimo renovado. 

En realidad no sabían lo que este pensaba al cortar ramas podridas o limpiar la tierra con ramas del suelo. Llevándose la acumulacion de hierbas al fondo del socavon. El árbol estaba inclinado pero las piezas de cemento y hierro comenzaron a nivelarlo. 

Logrando que esta zona se volviera otra plaza. 

No hicieron nada más que observar como el perro traía tierra y restos de plantas de los alrededores para llenar el hoyo de tierra. Sin saber si resultaría, solo se quedaron viéndole arreglar a como se dio a entender él mismo. 

Llegando a dormitar mientras otro le cuidaba. Comprobando el paso de las horas. 

 

 

 

 

 

El cielo ya teñido de rosa al amanecer. 

Un profundo sonrojo celestial consume la vegetación. Causando el contraste del mundo contra la realidad comun, cantando las aves al amanecer y el nuevo destrozado paisaje. 

Un hoyo de tierra lleno de tierra y esas piezas de la iglesia robadas hasta este lugar. 

 

Añadiendo la necia necesidad del perro de dejar sus huellas en el lodo. 

Asustando a cualquiera que tuviera ojos estas marcas. 

Este perro admira el resultado, bajando al cabeza al ver como ese mundo se volvía lentamente de un color conocido gracias al viento y la brisa inquieta. 

Ryan corta su silencio con una duda. 

-¿Es así como querías que quedara?-

El perro lo mira y niega. 

-No soy bueno decorando. - 

Era un árbol con una cruz de piedra a unos metros, cubriendo con sus ramas una banca de piedra frente a la cruz. 

El escenario era de por sí extraño en un cementerio. 

Podrían llegar personas a orar o simplemente una pareja demasiado desesperada para darse algunos arrumacos en esta banca. Todo dependería de si la iglesia no decidía destruirla.

-No se si hice bien. - revisa al humano a su lado. Cargándolo de sorpresa por la cintura. 

Este abrió la boca sorprendido pero más rápido fue llevado a tomar asiento en la banca. 

Angela lo acompaña con un salto. 

Mirando al mismo lugar posible por la posición de la banca. 

Esa cruz y de fondo la torre de esa iglesia, como si desesperadamente el horizonte quisiera dejar de lado la muerte en el suelo de este terreno. Solo debería mirar un poco abajo para fijar los ojos en el cielo rosa. 

Ryan pasa de mirar el cielo a comprobar sus alrededores. 

A ese perro sujetando suavemente una rama alta del árbol y a esta conejita tan pequeña observando directamente al cielo rosa, lleno de esas nubes idénticas a pedazos de una crema batida. 

En realidad Ryan no comenzó a apreciar el cielo hasta que se le negó por tanto tiempo. 

Puede que para él no signifique algo tan grande como para estos dos. 

Para la mutilada Angela y para este perro abatido. 

-No se que hacer con mi vida. - 

Ese murmullo lo sabe perteneciente al perro. Tan significativo como para sentirse identificado.

Es conejita debe sentirse muy cercana a esa misma indignante cuestión. 

La búsqueda de un objetivo en sus vidas ya sin sentido. 

En como ya no podían ser salvados en esos cuerpos ya destrozados. 

Henry les llama desde un lado. Incómodo por ese mutismo extendido por los tres. 

-¿Ya deberíamos irnos? Encendieron el incienso en la iglesia. - 

No hay nada porque quedarse. 

Retirandose los tres de nuevo en camino al auto. 

 

Dejando atras esa banca. 

Dejando atrás al cielo que volverá a ser azul con una brisa fresca. 

 

En la furgoneta el silencio es doblemente incómodo por culpa de la radio qué no funciona de la nada y no saben cómo repararla. 

Henry suspira, ahora por suerte en el asiento de copiloto, decide hablar. 

-¿Porqué tan serio?- le pregunta sonriendo.

Ryan le miró de tal forma qué parecía apunto de tirarlo de una patada del auto. Cosa que le supo bastante bien, tomando en cuenta que pasó dos días aguantando su mofa. 

Espero a que volviera a concentrarse en el camino. 

-Creí que habías dicho que ahora eras una loba en libertad. - termino aguantando una risotada. 

La coneja mira a Ryan. 

Ryan lo miro muy enojado. 

Escuchando al perro sobresaltarsecon un risa curiosa. 

-¡Callate!- le advierte Ryan. 

Henry levantó las manos esperando no empeorar la situación. 

Más cierto amigo no opinaba lo mismo. 

-¿Eres una loba a desatada, Ryan?- 

-No digan estupideces. - murmura acelerando. 

Quedó claro que era una advertencia al casi volcar la camioneta en una curva. 

 

 

 

 

 

 

En el camino se compraron algunas patas de res. Las cuales tuvieron que amarrar en el techo de la furgoneta. El perro acariciaba la cabeza de la res rodeada de papel de carnicería, observando esta cosa casi hipnotizado.

Henry compró en ese mismo centro comercial una gran cantidad de ambientador. Colocandolos alrededor del asiento de copiloto. 

-Oye… DogDay, ¿Tu si me dirás lo que necesito escuchar?-

El perro dejo de mirar a la cabeza tirándola al suelo con un deje culpabilidad en su sorpresivo acto. 

-Humm… Si. Si. - asiente mirando a la ventana cubierta de plástico verde. 

Ninguno menciono nada sobre su extraña actuación. 

No solo porque la respuesta les inquietaba sino por la presencia desconocida fuera de la casa de Ryan. 

Una figura masculina sentado en el porche de su casa. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Mucho que hacer.
Hay que seguir adelante.

Chapter 73

Notes:

Continuación inmediata. Ni un segundo de demora.
Hora de ser otra persona.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

En este pueblo se venden muchas peras con miel. 

Es el primer olor que se puede sentir al aspirar profundamente. Ese y el de los habitantes, sus hogares donde se usa la leña y los animales de distintas casas. 

Hoy el olor que intento grabar es perturbado por una esencia nueva. 

Colonia cara de hombre. Un olor que no se usa en un lugar donde muchas personas respetan a la naturaleza y no consumen productos a sobreprecio solo porque lo anunció un tetón en televisión, además del riesgo de atraer animales salvajes. 

Si. En televisión Dog notó una alza significativa en artistas de grandes pectorales y cuerpos definidos. 

Aunque en ese momento no estaba pensando en eso. Solo le vino a la mente el puffy en el pecho felino de Theodore. Aguantando ahora un enredo de pensamientos poco positivos sobre sus experiencias y como ahora solo puede anhela sentir ese aroma a flores una vez más. 

Detestando ese aroma a colonia. 

Cruza los brazos al ver a Henry, a ese humano bajar para abrir la cochera como si se le fuera la vida en elllo. Algo sobre ese humano le inquietaba, lo hacía sentir que era conocido pero del tipo que le quedara sin resolver en la lista de muertes. 

Un poco vago este sentimiento lo hace mirar al humano bajar y abrir la cochera pasando al visitante entre tropiezos. 

Ryan condujo al interior, baja al cerrar por fuera el humano. Abrió las puertas de la furgoneta y con más de un gesto le ordenó largarse del primer piso. 

Angela lo acompañó subida en su espalda, llevándose tambien una de las patas de res por un impulso enteramente ambicioso. 

Ryan ya no le dijo nada aunque le frustrara verlo tan decidido a comerse su dinero. 

Dejó la furgoneta abierta antes de salir por la puerta del costado de la cochera. 

-¿Quién eres?- le cuestionó mirando a este hombre hacia arriba. 

Algo frustrante para los 1,90 de Ryan verlo de frente, significa que es un tipo más joven con la fuerza y el tamaño para ganarle en una pelea. Esto no es mejor para Henry tener que mirar a este tipo hacia arriba, una molestia para sus 1,80. 

Este tipo les analiza por algunos segundos antes de responder. 

-Conozco a este viejo.- su boca se abre en una sonrisa.-Eres el tipo de las florecitas. - 

Más de un vecino, antes metidos en sus asuntos, giró la cabeza en su dirección. 

Ryan no quiere dejarlo entrar pero sería mejor llevar esta discusión a otro lado… Como a cualquier lado que los pudiera llevar la poderosa levanta tiesos… Si no la hubiera olvidado en la agencia de autos. 

-¿Porqué no me recordaste del auto?- reclamo a Henry. 

El tipo lo miró sorprendido. 

-Amigo, yo ni sabía que esto no era tuyo.-

-¿Cuándo en tu vida has visto a un nativo usar esta clase de cosas? Esta basura es para blancos en efectos de los hongos. - 

-Otra vez con lo de los blancos. - 

-Seguramente pensabas que era un color para atraer espíritus protectores y salvajes o cualquier idea fumada qué se te metiera en la cabeza después de varias horas de películas de vaqueros. - 

-Se te hizo una pregunta, ¿Quién eres?-

 El tipo, que todo esté tiempo les ignoró mientras discutían, sacó de su chaqueta una identificación laminada de hace mucho tiempo. Las manchas de sangre no podían ser ignoradas. 

-Niko Samir, trabajaba en conserjería dentro de tú ya sabes donde. - 

Ryan no está de humor para estas indirectas que se saborean como piezas de una novela sin chiste o un albur incomodo. 

-¿El culo?- pregunta intentando deshacerse de este tipo ofendiendolo con una excusa de estupidez. 

El hombre suspiró guardando la identificación. 

-Tal vez el de satán.- admiro la casa. Notando un movimiento en la esquina de una ventana del segundo piso. -¿La conejita de la foto está aquí?-

Ryan comienza a pensar que Angela tenía razón y su empleado si era problemático. 

-No sé de qué conejita hablas… - movió la mano restando importancia. - Solo vete a casa, ya tengo mis problemas reales. - procede a ir a casa. Fingiendo lo mejor que podía estar tranquilo. 

El hombre detuvo a Henry por el cuello, no tenía problemas para sostenerlo y robar su capacidad respiratoria tan solo con este movimiento. 

-Las conejitas de ese tipo tienen un gran precio y no necesito ser el dueño para venderlas.- 

La amenaza fue servida. 

-Basta idiota. - le reclama Henry intentando librarse de lo que de lejos parece un abrazo amistoso. 

La navaja en su estómago lo hace mirar a Ryan. 

Este no se detuvo ni cuando vio ese filo.

-Discutamos dentro. - le pide abriendo la puerta.-No sigas amenazando al queso sin sal.-

Henry abrió la boca tan ofendido como para perder de vista el hecho de que lo habían amenazado. Caminando al ritmo de este hombre al interior de la casa. 

Ryan pasó por la puerta y los dejó por su lado al ir a sentarse en el sillón de la sala. 

-No se lo que quieres pero no tenemos nada que ver con la fábrica desde hace años. - 

Este tipo vigila las escaleras y cada cortina con detenimiento. 

-Puede que no mientas pero no es razón para dejar de lado las posibles respuestas que podría sacarte. Después de todo, eres el tipo que pasó casi veinte años dentro de esa fábrica como uno de los jefes de guardia.- busca alrededor las señales de esa coneja. 

Encuentra algunos libros apilados en las mesas y la televisión en un punto más bajo de lo normal. Tomó asiento agarrando a Henry por el cuello y esa navaja en el costado aún la presiona casi abriendo la sudadera. 

-¿La cuidaste bien?- pregunta pensando en el ambiente cálido en esta casa llena de pistas tan pequeñas como un juego de cubiertos muy pequeño secándose en la escurridera de la cocina.-Tal parece que te sientes como una señora con su nieta. - la burla llega y lo ve al notar como ese hombre desvía los ojos con el ceño fruncido. 

-Lo hizo mejor que nadie. Mejor de lo que alguien como tú hubiera podido.- 

Esa voz le impacta como un cuchillo a la sien. Mirando de soslayo como esa gran mano llega por detrás a cubrirle la boca 

Agarrándolo de esta forma es su cabeza solo un material anti estrés apunto de estallar con los ojos fuera de las cuencas. El perro lo olfatea descaradamente sobre la cabeza. 

-El hermano de Bubba, el mal hermano de Bubba. - murmura analizando el estado de este y su aroma cambiado por las toxinas fuera de su torrente sanguíneo.-El adorable hermano de Bubba. - 

Las drogas dejarían un aroma agreste y pesado al consumirla, ahora solo siente a un humano con una dieta dirigida al autosabotaje y demasiada salsa soya. 

Ryan no dice nada. Solo les observa pensando en lo que les estaba pasando por culpa de esa fotografía. 

Solo era cuestión de tiempo. Ya no podrían seguir en este lugar, no podía permitir que las cosas escalaran. 

-¿Cómo era esa fotografía?- pregunta después de pensarlo. Ya la habían retirado, no encontraba razón para que siguiera en circulación dicha prueba. 

El perro le descubrió la boca sin dejar ir su cuello, aumentando el estrés al taparle los ojos. 

-¡¡Mierda!! ¡¿Tienes idea de cómo se siente eso?! ¡No lo hagas!-

-¿Es tu switch o algo así?- cuestiona el perro sin soltarlo. 

Ryan no esperó ni un segundo para lanzarle esa ardilla disecada a la cabeza. 

-¡Ya deja esas malditas bromas, guarro!- apuntó al hombre. - Y tú , responde o me ahorrare setenta kilos de carne contigo.- 

El hombre gruñe aun con los ojos cubiertos. 

-Esta cosa es molesta… - más lo que sentía no era nada de lo que emocionarse. Este acto, el someterlo, solo le hace ver más claro que nunca la forma en la que está cosa casi licua a su compañero ese día. El último día que laboró en la fábrica. 

-¿Para que venias a esta casa? ¿Que esperabas encontrar?-

-Para empezar.. No a tu amigo, si, no esperaba ver a este tipo. - sus manos las lleva a tomar esos nudillos tan gruesos como su muñeca. Algo preocupante. - Quiero que me des cada maldito código de seguridad, cada uno de los que sepas. Incluyendo esos malditos… puzles que usaron para sellar las secciones de la fábrica.- su mal humor vuelve. - Odio esa mierda, ¿A que maldita perra se le ocurrieron?-

Henry sonrió cubriéndose la boca. La culpa y la mofa por esas palabras lo hacen sentir extraño. 

El perro lo miró al escuchar su risa. Una risa que conocía y al mismo tiempo era muy diferente. 

La risa de Huggy Wuggy. 

Una risa entrecortada de una voz tonta y suave. 

El perro oculta su reconocimiento al bajar la mirada y solo fijarse en la figura de los tipos alrededor de su ubicación. 

Ese humano recién descubierto como la mascota de Huggy y este hermano tan desgraciado junto con el recuerdo de escuchar sus palabras una por una. 

Las cosas se complicaban. 

-Te advertí de no volver.-

El hombre lo mira apretando los puños antes de agarrar coraje de alguno de sus otros órganos porque los testículos ya no los sentía de lo encogidos qué los tenía.

-Eso fue hace cinco años. Tu no se donde habrás estado metido pero cinco años para mi fueron demasiados , necesito llegar a ese lugar, ¿No eras aliado de Christian? ¿Porqué estás aquí en vez de ir a ver qué les pasa? ¿Cómo es que en años no haya escapado ninguno de ese lugar?- 

El perro lleva los ojos a ese cabello enredado pero sin el rojo. Ya no tenía el tinte rojo de antes, ese que parecía arcilla. 

-¿Ella ya murió? - le pregunto refiriéndose directamente a esa anciana proxeneta. No había otra forma de llamar a alguien que cometa esa clase de crímenes uno a uno sin sentido solo por dinero. 

El tipo mira a Ryan, no deseaba que esos dos estuvieran al tanto de problemas que solo él y Christian debían resolver. Dejando una sola respuesta para este monstruo. 

-Aparte de mi, Christian no tiene más familia. - 

El perro desea dar la contraria, más el hecho de haber sido traicionado le hace quedarse en silencio. Dejando al humano libre apunta a la mesa del comedor. 

-Prepara un gumbo. - ordenó. 

Los presentes no entendían en que momento esté monstruo tomó el liderazgo ni porque tenía órdenes tan absurdas. 

-No le des órdenes, aun no responde nada.- le reclama Henry, aunque no terminaba de sentirse cómodo hablándole a esa cosa. 

-Incluso si no habla aún, debe ser útil de alguna forma. Además te amenazó a ti, a Ryan y a Angela. - 

Tomándolo de esa forma la situación donde lo ponían a cocinar como reprimenda… Seguía sin tener sentido. Era estúpido. 

Angela llegó por un lado con un recetario y lo tiró a los pies del tipo. Mucho más confiada en las razones y órdenes del perro, lo escucha y da por hecho que esto debía ser lo mejor. 

Ryan suspiró al verla decidida a explotar al hombre. Algo bueno, un rasgo qué ella llevaba en su persona era esta necesidad por explotar a los que la rodean. 

Un síntoma del lugar donde vivió demasiado tiempo. 

-Bien. - busca la cara del mencionado y esa expresión de disgusto fue definitivamente lo que deseaba ver. Era perfectamente equilibrada entre la rabia definida y el ego herido. Cuando llena una sonrisa burlona para este hombre. -Entonces, a cocinar. - 

Henry aún se pregunta cómo ponerlo a cocinar era un castigo. 

 

 

 

 

 

 

Es un interrogatorio. 

Su expresión estaba perdida. Además de haber sido obligado a pelar verduras y mirar del otro lado como la carne es sacada de la cabeza hervida de la res.

El perro mueve la cola y lo sabe porque la escucha golpear el suelo a sus espaldas. 

-... entonces me llevaron al ala médica. Tuve que esperar con las putas piernas rotas por unas horas antes de que al fin decidieron qué era mejor dejarme salir a una consulta. - rememora lo sucedido con las manos ocupadas revolviendo la primer mezcla de verduras y aderezo en la olla. 

- ¿Viste alguna cosa más antes de que te sacaran?- cuestiona Henry. 

Cada maquinaria que este tipo le describía era conocida pero más sorprendente aún era la facilidad con la cual les habla de cosas que no deberían. Debía estar más que eufórico en su interior. 

-Los doctores recogieron pedazos de humanos como si fuera su navidad. Estoy seguro de que deseaban mis órganos pero me escapé antes de eso.- toma las piezas de pollo crudo tirándolo al interior de la olla. -El dolor de cabeza que significó intentar escapar de la fábrica no es comparable con nada que yo haya experimentado antes.- sus ojos van hacia el perro. - Usaron a uno de los grandes. - 

El perro dejó de mover la cola. 

-¿A uno de los grandes? ¿De verdad le permitían salir de la fábrica?- 

-Es al rojo. Por lo que supe, de uno de mis últimos contactos, el anciano pasó sus últimos días consintiéndolo.- recuerda que ese tipo también fue borrado.-Incluso algunos ex trabajadores que vivían en el estado cercano a la fabrica fueron descuartizados y encontrados tras el ataque de un oso en distintas partes del país. - 

Ryan hizo su pregunta. 

-¿Sabes algo sobre el cierre de la fábrica?- era lo más importante a explorar. 

Más el tipo no tenía mucho que decir y su cara llena de molestia lo muestra bien. 

-Hermano… No sé nada. Nada. - su enojo sube por esos ojos y rostro indiferente por parte del antiguo guardia del infierno.-Me inventé que habia dormido con algunos tipos grandes y me expulsaron. - 

-¿Como?-

-Pues no todos eran mentira y tenía un par de fotos con unas bolas que-

-No, idiota. Habló de ¿Cómo te expulsaron? Nunca expulsan a nadie con vida. - 

Henry busca el rostro de Ryan, descubriendo con esta línea lo que este no le había compartido el día que lo conoció. 

Ryan desconfía de él por el simple hecho de estar vivo. 

-No a todos los de esa generación los mataron, usaron a algunos como tapadera … A mi me aseguraron que si admitía haber ido a México a consumir hongos o nopales alucinógenos me dejarían ir sin ser el juguete del mordelon.- 

-¿Y aceptaste?-

-No creo que entiendas que era aceptar o morir masticado vivo.- mira al conejo trayendo una caja con especias, al parecer ella definitivamente creía que cualquiera era un ladrón, permitiéndole usarlas con un gesto vigilante. 

Ángela se quedó ahí observando al humano. 

Busca encontrarlo en su memoria. 

Un poco fácil al ser el único trabajador de ese color en la sección. Tal vez la falta de esas greñas rojas entorpece la tarea pero lo reconoce muy bien una vez se esfuerza de verdad. Afilando los ojos su memoria desbloquea los chismes contados entre las secciones de las colonias de Bunzo. 

La figura de este humano había sido descubierta junto al elefante más de una vez en las ausencias del líder, siempre a escondidas se reunían y algunas veces más era por orden del perro que ese humano y Bubba debían comunicarse de muchas formas ocultas. 

Gritaban cuando algo parecía ser importante y los veían bajar la voz. 

Muchas veces pensó en espiar pero la escuela era un lugar demasiado inquietante para que fueran a internarse sin idea alguna de los peligros que correría al estar en el territorio de esas muñecas. Muñecas aterradoras en más de una forma. 

Eran inquietantes y malintencionadas. Los pisaban cuando tenían la oportunidad y más de una vez las descubrió hablando de matar a más de uno de los sonrientes. Murmurando y planeado cosas que se suponía un juego pero a Angela, dependiente de este grupo de gigantes, no le parecía divertido que conspiraran incluso si era de juego. 

Preguntando si debió abrir la boca y no seguir escuchando la orden de Kickin para mantenerse en silencio, ocultando los crímenes dentro de Dulce Hogar. Angela comienza a dudar si debería contarle todo o guardarlo para no ser despreciada por el resultado que su silencio le ocasionó a DogDay. 

Sus ojos de cristal observan al mundo en el exterior de la ventana de la cocina, también intervenida por ese mismo tipo de plástico que oscurece los colores, comprobando una vez más que se encintraban en el exterior con el paso de una ave de color tierra en el exterior. .

-¿Piensas en algo?-

Angela siente un escalofrío y a la vez un deja vu al escuchar ese tono suave nuevamente después de tantos años. 

Fueron cinco años. No un mes ni una semana. Para Ángela fueron cinco años fuera de ese lugar. 

Un lugar que la destrozó y la convirtió en menos que un juguete. 

Volver a escuchar el sonido de una voz susurrando más bajo que ningún otro ser vivo, algo que no es posible que un humano haga o escuche, llamándola en ese susurro personal que solo dominaban los monstruos de la fabrica. 

Decirle ahora al perro que en realidad todo su grupo era sordo y deberían poder escuchar incluso por dentro de sus cabezas sus voces, parece ser otra de las cosas a hacer en su lista de confesiones y aún así se queda en silencio. Negando con la cabeza le apunta a su propia boca y mira a la cocina. 

El perro tuvo un reflejo tan natural que algo en ella se removió como en el pasado. 

Ahora. Con las grapas y ese tiempo muerto, el cierre estaba vacío he incluso si pensó en darle algo en cuanto le vio hambrienta, no podía hacerlo. 

No tenía nada para ella ni para nadie. 

Esto de verdad dio en el blanco de sus inseguridades. 

El perro suspira retrocediendo sin dejar de vigilar al humano en la cocina. 

No poseía nada actualmente. 

Era otra cosa a enlistar entre todas las problemáticas qué le sacuden desde que volvió a la vida. Dándose cuenta de que no tenía nada, no era nada y no podría hacer nada en este mundo. 

Su cuerpo y su alma ya no eran compatibles con esta vida. 

Fijando los ojos en los humanos a su alrededor. Los adultos que le parecen superar ya eran independientes en muchas formas. 

Nunca sabría qué clase de hombre pudo haber sido o si al menos hubiera podido hacer algo con su vida. En nada se quedó su historia fuera de la fábrica y seguiría siendo así. 

No era nada ni lo sería a este paso y con este lastre de plástico como piel.

-Cuando terminemos les enseñaré algunas cintas qué recopile durante algunos años. - 

Esta declaración es de ese hombre. Tan centrado en lo que acaba de decirles como en cuanta sal le faltaba al guiso. Derramando una cucharada junto con las especias traídas por la coneja. 

-¿De que son las cintas?-

-Son de un tour en la fábrica, una guía como en el especial de halloween, navidad y año nuevo. - 

-¿Hubo un especial navideño?- su cabeza se inclina a un costado mirando a Ryan a los ojos. 

-Nunca vi ninguno de esos. - 

-Fue de los últimos en ser sacados al aire… Creo que de la última temporada antes de la película que solo salió en VHS. - 

Demasiada información. 

Ninguno de los presentes había visto alguno de los capítulos salidos después de ese incidente. Admitían que esto les parecía preocupante. 

El hombre, Niko, les tira a la mesa las llaves amarradas a un sencillo cuero viejo de vaca.

-No te dejaremos solo con este chico. - murmura el perro. 

Ryan puede ver como algo lo inquietaba, algo más allá de solo este incidente y su despertar. 

-Ángela, ve arriba. Tu…-sin vergüenza sacó el arma de su pantalón. 

-Así que estabas armado. - apunta el cocinero, sosteniendo un cucharón con algo de guisado.-Amenazar a la leche deslactosada no parece haber sido mi mejor decisión.- vuelve a revolver el guiso. -Pueden ir a recogerlo a la habitación del hotel donde me alojé. -

El perro espera a ver la decisión de Ryan. Sus pensamientos revueltos lo hacen dudar pero lo sigue al ver un gesto de mano en su dirección. Henry siente como la presión crece en cuanto estos dos salen de la casa. Caminando hasta el fondo de la habitación, con esa arma en manos como un gran idiota sin sentido de la realidad. Sus manos tiemblan al encontrar el seguro. 

La conejita le toca la rodilla ordenando claramente qué debía tranquilizarse con un movimiento de cabeza. 

Henry inhala y exhala, volviendo a mirar a este hombre cocinando. 

-Aha, mierda… Ahora que el compañero se fue, no me siento tan cómodo con un blanco armado en la misma casa.- suspira el tipo en la estufa, mirándole de lado. - Si me disparas te las verás conmigo. - 

 

En la furgoneta el perro inclina el cuerpo intentando mirar por la ventana y la parte delantera del cristal. Admirando las aves elevarse al paso del auto por la calle. 

Las personas caminan con un aspecto más tranquilo, cargando sus pertenencias. 

Llenándose sus ojos con la maravilla de un puesto de arreglos de madera en una esquina donde esperaría el alto. La cola del perro golpea las paredes del auto, ganando este transporte la atención de algunos transeúntes. 

-Es tan grande aquí afuera. - suspira el perro recargándose en los asientos. 

Ryan ha encorvado la espalda por el peso en su hombro. Peso venido de la mandíbula del perro y su mano sobre el respaldo del asiento. 

Era demasiado grande ya aun así parecía creerse tan pequeño como cuando era niño. 

El perro actual y ese espejismo ya en en su mente, superponiendose el presente y los episodios que compartieron y su mal manejo de emociones le hicieron sentir miserable. 

Muy pronto su naturaleza le hizo ver a este chico como alguien diferente, lo hizo percibirlo como un igual cuando no era más que un mocoso esforzándose por sobrevivir en un ambiente que él no habría podido soportar. 

Y estaban planeando regresar ese par al infierno del que este chico apenas por casualidad pudo escapar. 

Conduce a un espacio vacío en un terreno baldío qué solían usar las personas para comer. 

El perro se tensó de inmediato al sentir el arranque y el freno. 

La calma aparente en su cuerpo se ve terminada con el resplandor peligroso de esos ojos de plata. Apunto de asesinar al traidor que se atreviera a hacer una broma justo ahora. 

-Quiero unas donas, ¿Te sigue gustando la uva?- pregunta Ryan, consciente de cómo su acción puso al perro de los nervios tan solo con sentir como el espacio se calienta y su piel deja de estar solo helada para perlarse con sudor frío. 

El perro mira a la llave, la puerta y al humano. Tan confundido como perdido. 

El sentimiento ominoso fue una ilusión pero el cómo te afecta no lo era. 

Estaba tan enojado hace un segundo pero ahora solo sentía un gran alivio y no por perder esa rabia :

Es el alivio que te queda cuando el miedo te abandona. 

El perro no responde. Se quedó ahí en silencio incluso cuando el humano salió de la furgoneta, dejándole la ventana abajo para que viera el lago al horizonte. 

Sus sentimientos comienzan a revolverse entre la gran rabia y este confuso alivio. 

-¿Por qué sentí tanto miedo?- se lo pregunta intentando comer con los ojos ese horizonte tan tierno y lleno de vida. Del sol y la brisa de la helada superficie de un lago bastó y más que nada… Vivo. 

-Soy tan afortunado de ver esto. - 

La culpa y el dolor. La vergüenza y el alivio. 

La felicidad y la tristeza. 

Esperaba volver a ver este tipo de escenarios junto a sus amigos, aunque fuera en otra vida. ¿Qué hacía aqui sin ellos? Sin sus amigos y su novio. 

¿Qué fue lo que hizo para decepcionarlos? ¿En que les fallo? 

El solo quería tenerlos de vuelta y al mismo tiempo no lo deseaba.

Quizás por eso sintió tanto miedo a ser abandonado, traicionado por este último conocido ahora que no tenía nadie más. 

Ya no le quedaba nada.

 No podía trabajar viéndose así, no podía hacer amigos ni crecer. 

No había nada para él más que los recuerdos de lo que fue y los amigos que desearía tener ahora de vuelta. 

Desde sus amigos a su hermano y puede que de una vez conocer a la familia de Theodore. 

-Quiero verte, quiero verte tanto… tanto… estúpida gatita traidora. - sus manos le cubren las orejas intentando no escuchar el murmullo de esa disculpa patética. 

¿Que tendría que ver Dios con traicionarlo? 

Fuera del auto Ryan espero a dejar de escuchar esos resueltos y sus gruñidos para hacer el mayor ruido posible y entrar con esas cajas de donas en brazos. 

-Traje de uva, nueces, tocino y jamón. - sonríe tirando la caja al asiento del copiloto. 

Esta caja resiste y dentro nada se revuelve al ser algo calculado su movimiento. 

-¿Te gusta el café amargo? Es lo que traje. - dejó el litro de café en el reposabrazos y comenzó a comer con la mirada fija en el lago. 

Algunos botes se mueven al fondo y más allá algunos turistas flotan sobre una pequeña embarcación. Mostrando sus feas curvas de piel tan blanca como su racista forma de tirar basura de cheetos al maldito lago de la reservación.

-Espero que se caiga ese gordo. - murmura mirando al tipo de cuerpo que tendría si no hubiera sido el adolescente del tipo que deja de comer haber si se lo llevaba el viento o la muerte primero. 

El turista se cayó y lo hizo cómo lo haría una bolla de arrecife, dando unas vueltas por culpa del chaleco salvavidas antes de hundirse. 

Comienza a reírse con el bocado en la boca. A un lado siente como ese perro al fin toma la confianza para agarrar la caja y la jarra de café. 

La cola qué golpea la pared de la furgoneta avisa de lo feliz que le hacían los sabores de cada pedazo de pan frito y relleno. 

 

 

 

Algunos peatones observan con ojos bien abiertos a la furgoneta de la que escapan esos sonidos repetitivos de choque y donde saben que se subió el único homosexual del lugar.Mismo qué había recibido dos visitas de unos tipos nuevos. 

Huyen de las maquinaciones de sus mentes desbocadas, desviándose a la siguiente acera. 

 

 

 

Dentro del auto ese perro terminó demasiado rápido con la comida. 

Mirando la caja a la mitad del humano con un poco de tentación. 

-¿Entiendes que esos dos quieren regresar a ese lugar?- le pregunta Ryan de golpe. 

El perro dejó de mirar la caja, pasando su atención a ese medio rostro. Con las comisuras de los labios llenas de un turrón suave y brillante. 

Mismo qué está sobre otra dona en la caja. 

-Si, lo entiendo.- suspira pasando sus ojos por ese horizonte.

-No. Lo que quiero que entiendas es que el volver es algo qué ellos quieren. - golpeó su rodilla buscando como decir lo que le ronda la cabeza. - Es su decisión, no tiene nada que ver contigo ni estás obligado a volver solo porque ese sea el mundo que conoces. - es tal vez esto lo que le quería decir. 

Lo que deseaba decirle a este cachorro. 

-No tienes que vivir con nosotros, ni irte lejos. No necesitas hacer más cosas que no deseas ni estás obligado a escuchar las demandas de personas a las que no les importas un carajo. - 

El perro es solo un mudo ahora. Meditando y digiriendo las palabras de Ryan. 

-En cuanto lograste salir ya no estás obligado a regresar. No lo estás, no lo necesitas. - 

-¿Parecía estar obligándome a regresar?- le pregunta atreviéndose a robar esa dona.

Ryan no lo nota al estar mirando al exterior del auto. En ese lago. 

Lo bueno de que fuera extendido en varias partes le parece un alivio al pensar en lo fácil que este perro pudo haber sido descubierto al lavarse en el agua. 

-Dices que entiendes ¿Pero que es lo que entendemos?-

Este perro le agarra los hombros desde atrás con solo una mano. 

Subiendo su tacto por el cuello y bajando sobre su pecho. Creando un remolino sobre la ropa que se abre a medias antes sus caricias. 

El humano entrecerró los ojos y sus cejas casi se juntan en la frustración que le llena. 

-Ryan… No es porque no entienda lo qué me dices pero es mi obligación decirte algo. - el perro detiene su toque y sonríe ese corazón. - Este órgano tuyo pronto se detendrá, dejará de latir y serás solo un cadáver… ¿Entonces por qué te quedas con Angela en vez de salir y vivir?-

-Allá afuera no hay nada para mí. - gruñó levantando la mano. Más no logra tocarlo sintiéndose extraño con la idea de tomar al perro justo ahora. Se rinde a escucharlo y espera a saber si sería una pérdida de tiempo. 

-Estas con Ángela porque decidiste pagar tus crímenes cuidándola y encontrando un medio para que ella pueda vivir bien incluso cuando ya no estés.- el perro habla con su voz madura, ya habiendo dañado demasiado su cuerpo para usar su antigua voz.- No fue porque comenzarás a amarla de inmediato sino porque el cuidarla te hace sentir mejor y sanas, esa es la base de la piedad y la lástima.- 

Estas palabras no son vacías ni estúpidas. Son algo que no quería escuchar. La nobleza de sus acciones y decisiones. 

-Pero bien pudiste limitarte a darle una caja y comida enlatada pero al contrario la cuidas porque tú lastima te ayudo a abrir los ojos y amarla por la niña que es y la persona que es grata y te llena de felicidad cuando lo que sientes es solo una gran soledad. - su tono decae lentamente. - Conozco esta historia porque fui el Ángel de alguien y así mismo busque mis ángeles. - 

Ryan gruño, no sabe ni porqué pero la frustración lo llena.

-Una persona sin nada me dio todo lo que podía rascar de dicha nada y yo aprendí de él. Incluso si lo humillaron y lo maltrataron, el me ayudo a aprender algo que nadie más se molestaría por enseñarle a ningún desconocido. Angela aprenderá de ti y puede que esa sea la razón por la que es ahora tan directa y no tan miedosa. La ayudaste a crecer, eres importante… y por el amor en sus ojos has sido perdonado, aunque no lo merezcas o no lo quieras. - 

-Un mocoso demasiado sabelotodo, siempre lo has sido. - 

-Yo no era un buen niño ni antes de esta tontería. Pedro, mi hermano, mi madre y muchas personas lo saben. - el perro lo deja ir. - No hice lo que hice por estar obligado o sentirme arrinconado… No cuando se trataba de las personas que elegí. Desde cuidar a mis amigos, el que me gustara alguien tan sombrío o tocarte. - 

Ryan cubrió su rostro con las manos. Hundiéndose en el asiento. 

-De mis amigos los quería a ellos, quería que me amarán y me necesitarán hasta no pensar en abandonarme como lo hizo mi familia. Sobre mi gatita traidora, de ella sólo quería ser algo importante. Creo que me pase de humilde.-su voz sube divirtiéndose a costa de su propia dignidad. 

Ryan revisa el horizonte. 

-Lo que hice, lo hice porque quería. Nunca me sacrifique por alguien a quien despreciara o me expuse a algo de lo que no quisiera proteger a las personas… Porque llegué a pensar en ellos como mi pertenencias. - sus ojos vagan por la furgoneta. - Naces sin nada y lo único tuyo es aquello que ganas… Creí que si los ganaba, serían solo míos. - su voz se llena de burla.-No soy ni la mitad de lo noble que les quiero hacer creer ni dejó de ser una persona tremendamente patética. Lo siento. Es lo que soy, es lo que más deseo. - 

-¿Entonces regresarás a ese maldito matadero?- lo cuestiona enojado. Escuchar todo eso, todo lo que este mocoso creía que era una confesión y puede que lo fuera pero solo criminal. 

-Es en ese lugar que están todos mis amigos y mi gatito… Incluso si es en huesos, debo reclamarlos.-

-¿Es esa la forma en la que admites qué estás enojado?-

 - No lo sé… Tal vez solo estoy pensando en mi propio ego y no en ellos. - 

-¿Qué fue lo que te pasó?- su curiosidad llega a tope al fin. -No se que es. O que te hizo tirar todo a la basura cuando se supone que los querías tanto. - aún llama “Querer” a lo que este perro describe, tan solo para no pensar detenidamente en qué tan dañada estaba esa palabra dentro de la psiquis de una criatura que ya sufrió tanto. 

El perro vuelve a esconderse en la oscuridad de la furgoneta. Encogiendo las rodillas para no golpearse con sus propias rodillas. 

Lo piensa antes de responder. 

-Me traicionaron y todo el negocio se fue cuesta abajo… Y mate a todos tus amigos y conocidos. - de soslayo busca la reacción de este hombre. 

Este lentamente gira para verlo. 

-¿Los sonrientes te traicionaron? ¿Los que te seguían desde antes?-hacer esa pregunta es obligatorio. Después de todo conocía la situación del chico y ese grupo tan unido desde mucho tiempo antes de ser estas criaturas. 

Los veia siempre juntos y si no, estarán en el mismo cuadro. 

Eran los brazos de una sola criatura pegajosa qué jugaba con los niños más pequeños y hacían al mundo sentirse como un elemento externo en una aventura. 

Eran unidos y celosos. Eran muchas cosas para ser apenas unos niños. 

¿Cómo llegan a un escenario donde traicionar al líder era posible? 

Mencionar lo fácil que ese grupo colapsaría, como cuando el perro tuvo esa extraña caída y se volvió un vegetal y luego un comediante de 9 a 12 en su ausencia le parecía contraproducente. Guardando esa parte de sus dudas en el centro de la mente. 

El perro aun no recuerda este episodio. 

-Creo que mi gatito lo planeo y los convenció en el tiempo que me ocupe con el asunto de Bunzo y Boxy. - sus maquinaciones comienzan, después de todo era paranoico.-No se que habré hecho pero algo en ese tiempo y puede que desde antes hiciera a mi novio decidirse a traicionarme.-

 Ryan sabe quién es ese gato. 

Quién era y lo que era para este perro.

Pensar en el hecho le es extraño. Rememorando las veces que ese gato se sentó sin gracia a un lado del perro, mostrando la panza o dándole la espalda y durmiendo bajo sus caricias en plena Guardería. no se podía imaginar, de ninguna forma, que este gato tuviera ese tipo de pensamientos extraños contra el perro. 

-¿Estás seguro de eso?- pregunta por un impulso tan humano como necio. 

El perro le mira a los ojos y asiente. 

-Lo vi, lo viví, lo sentí y terminé aquí. - cuenta cada cosa lo más resumido que podía.-Me confrontaron con mentiras, delataron el negocio de las flores y me persiguieron.- cae a un lado su cabeza en el desánimo. - Es la vida difícil, demasiado difícil pero no tanto como para no darse cuenta de que simplemente se es traicionado cuando está la verdad en tu estúpida cara.- el enojo regresa de golpe. 

Una gran rabia. 

-¿Él alcanzó a decirte porque lo hizo?- pregunta Ryan. Un presentimiento austero lo hace temblar conforme procesa lo que dice este perro. 

-No, no lo… - su voz se queda a medias. Atrapado por ese grito hosco y desesperado de Theodore. - El solo dijo que lo hacía por Dios. - 

Ryan no puede detener una sonrisa. 

-Es lo que pasa cada tanto en una pareja… De dos tipos.-

El perro espera lo que sea que debería seguir a esa declaración frustrante. 

-A veces simplemente… Haces cosas de las que te arrepientes para recuperar lo que perdiste. - 

-¿Qué tiene eso que ver con nosotros?-

-Escucha.. Hace mucho tiempo me divorcié… De alguien que apreciaba pero no la amaba. - no quiere ver cómo lo miraría este perro tan emocional. - Solo deseaba recuperar a mi padre y mi madre y creí que casarme sería la respuesta… Pero no termine con mi… Compañero. - 

El título de compañero se quedaba corto con la descripción qué merecía esa persona en sus recuerdos. 

-No le dije nada, simplemente aparecí con ella y lo dejé de lado. Él se hizo a un lado después de que lo dejara solo con tal de seguir a mi padre. - esos recuerdos son frustrantes. - Tenía yo unos veinte, al igual que tú ahora. - 

-Vaya que haces cosas estúpidas. - 

-Y no te digo lo peor…- revisa el exterior. - El comenzó a extorsionar con dinero para mantener la boca cerrada y yo hice lo que quería. Le pagué para que no le dijera nada a mis padres ni a ella.. Pero él quería más y me encantaba…-

El perro levantó las orejas y su cabeza bajó al comprender el bufido. 

-Es solo que.. Lo que yo pensé que era un equilibrio para que él siguiera en mi vida solo era una venganza y llegó a drogarme y meter a otros cuando iba con él. - 

Aquí el perro joven siente que la platica llegó demasiado lejos. Intentando no sentirse demasiado nervioso busca el suelo para refugiarse en este. 

-Yo lo lastimé primero y el se vengó humillandome de esa forma … Me lo merecía y al mismo tiempo creo que no fue justo… Él me quitó la oportunidad de recordarlo con cariño y él se volvió el malo de nuestra historia… Todo para que mi padre simplemente quisiera mi aval en un préstamo que llegó a mi esposa y simplemente, todo se hundió. Se descubrieron las mentiras y ella se fue cuando yo no era más que la basura más sucia.- esté peso comienza a perderse al hablarlo. - Nunca le dije a nadie lo que me pasó y aún así sentía que todos podían saberlo y lo notaban. Por eso encontré un trabajo bajo tierra y me uní a esa porquería aún peor. - 

-Ryan. - 

-Lo que quiero no es que perdones nada ni que pienses tanto en otros cuando tú también eres importante y nadie más que tú debería hacerte fuerte. Te lo digo, todo esto, para que lo que sea que hagas o pienses hacer lo hagas sin dudar, sin sadismo desmedido para lo que deberías apreciar en el pasado. - deseaba fumar pero no había un solo cigarrillo en este auto. - El si lo matas, lo perdonas o lo dejas seguir adelante aquello que pienses hacer. Solo debe ser tu decisión y proteger lo que sabes que debes valorar… Como las únicas partes buenas de tu historia dentro del infierno.-

El perro mantiene el mutismo. Observando en la oscuridad el peso que no es algo material sino algo en el interior de su pecho. 

Estas dudas crecen pero, de una manera brutal y desagradable, encuentran un camino al sentido correcto. A su interior tan revuelto. 

-Matar a Theodore… O a mis amigos… - lo suspira guardando el peso de tales ideas en su cabeza. 

Pues a Mommy si la quería muerta o arrancarle esos pedazos que perdió. 

El hombre vuelve al camino, cerrando la ventana. 

 

 

El viaje al hotel fue sencillo.

El tipo los estafó y tuvieron, bueno Ryan, tuvo que pagar la habitación. 

De vuelta a la casa el humano ahora estaba preparando pan con mantequilla en el horno exterior.

-No me digas que se te antojo algo de pollo. - se burla de paso Ryan. 

El tipo levantó una ceja con los brazos cruzados. 

-Piensas que alguien con cara de manejar una casa de apuestas va ofenderme.- 

-Yo siempre quise armar una casa de apuestas pero las cosas escalaban y algunos terminan heridos. - 

El cuento del perro que se mueve dentro de la casa los deja pensando. Ese chico tendría entre nueve y siete años al entrar a ese lugar. ¿Cómo es que siempre tenía algo raro qué decir? Y si no es raro es demasiado maduro para su edad. 

-Eso le pasará factura a su cordura al ser un adulto. - 

-Ya no hay como cobrar algo que no se tiene. - Ryan roba esa hogaza de pan con ajo y mantequilla. 

Cosa que no sale bien al estar Ángela del otro lado con un olfato enojado. 

Ryan apunta al perro y sin una pizca de respeto le lanzó el pan. 

Este, contrario a lo esperado, ni reaccionó al chocar ese pan con su cabeza. Regando se la mija por la alfombra y los muebles. 

-¿Porqué no lo agarraste?- le grito enojado al ver la navidad de migajas esparcidas por su sala. 

El perro apenas comienza a salir de su cabeza. Mirando a Ryan perdido. 

-¿Me habéis lanzado un pan?- pregunta. 

Ryan le apunta al suelo. Ahí lo que queda del pan aún espera a ser limpiado. 

-Gracias. - dice y antes de que lo pudieran detener lo levanta del suelo y lo come. - Alguien, ¿Podria ayudarme con esto?- pidió apuntando al reproductor de video. 

Ryan recordó que ya no usaban el vhs solo para que Angela pudiera guardar con más ahínco las grabaciones de las armas de seguridad en menor espacio. 

-Traeré el reproductor. - giro a medias. Henry lo mira con el rostro pálido. Haber pasado una hora solo con ese tipo, la cocina, la coneja y el arma le hacían sentirse perturbado por culpa de todo el miedo a ser atacado por la espalda le hacía sentir la situación. 

Ryan lo envió a la bodega, cuarto de computadora, por ese reproductor. 

Esperaron, se sirvió la comida y comieron observando a Henry conectar los cables y calibrar después de mover algunas piezas en el mal lugar donde lo habían guardado de manera incorrecta. 

Henry sólo pudo comer cuando colocó una cinta de prueba, tan solo para comprobar que este reproductor no dañaría las películas que trajeron los dos de su viaje a ese hotel. 

-¿Porqué traería algo tan importante con él?-

La voz de esa cosa llega por la espalda de Henry. Comprueba que fue real y claro, que tenía sentido su duda. 

Mirando al tipo sentado en el sillón con la cerveza cara en manos. 

Mirándolos de lado. 

La comida en manos de Henry se siente pesada. 

-No está drogada, no tengas miedo. - le asegura el perro. Adueñandose, en su desfachatez,el resto de la olla con el cucharón para llevarse grandes porciones a la boca. 

-Este perro lleva días comiendo sin parar. - murmura volviendo a mirar a la pantalla. 

Donde un video de ejercicios masculinos se reproduce y debe mejor bajar la cabeza al verlo trabajar el bajo vientre. 

-Lo peor de todo es que este tipo fue mi primer amor a los 10.-

Henry casi escupe al reírse de forma ahogada. 

-De niño se gusta de cosas extrañas. - 

-Mi primer amor fue un vagabundo sin una pierna y se voló la cabeza después de besarnos una vez. Debe ser mi encanto.- 

Esta vez ni lo voltean a ver. 

Hasta Niko tuvo que contener algunas palabras simplemente asintiendo con las cejas arriba. 

-Queda claro que el reproductor funciona. - anuncia Henry sacando la cinta de ejercicio. 

La cinta a colocar era azul. 

Con una etiqueta de colores. Con los Smiling Critters en la portada y el anuncio “Tour Navideño” 

El grupo espera. 

Angela se coló entre Ryan y Henry en el sofá, con su plato y una servilleta para su pecho. 

Se pegaron ambos a los costados permitiéndole sentarse tranquila. 

Escuchan el usual saludo de la misma reportera especial de la compañía. 

Más algo que no esperaban ver entre las decoraciones navideñas del lugar. 

Las criaturas de cada piso uno por uno en la cinemática inicial, reluciendo bajo las animaciones de nieve y la caída de bastoncillos de azúcar. 

Con Mommy y su gorrito navideño colgando desde el techo al suelo. Daddy con una barba falsa y meciéndose lado a lado. 

Huggy Wuggy con los cuernos de reno junto a la duendecilla Kissy Missy O Boxy Boo disfrazado como el trineo navideño. 

Si, ahí estaban los sonrientes en fila con algunos adornos navideños repartidos por el cuerpo pero lo que les hizo mantener los ojos pegados a la pantalla fue la figura naranja en la pantalla. 

Ese perro naranja saludando desde los jardines de La Guardería. 

Tocando al gato sobre una de sus mejillas para hacerlo mirar a la cámara y saludar. 

Esa mano se mantuvo por cada uno de los diez segundos que duró esa corta presentación por parte de la reportera. 

 

El perro que observa la pantalla deja de comer al vaciar la olla. 

Su cola se mueve al lado contrario, arrastrando polvo y alisando la alfombra. 

El color de sus ojos se condensa en la plata espesa. 

-Creo que si quiero volver. - suspira el malestar sacando ese vaho espeso en el frío de la noche.-Quiero conocer a ese tipo. - 

Henry no tenía interés en el capítulo animado y lo paso sin interesarse por las figuras nuevas en la animación. 

-Hombres, todos piensan con el-

Quedando a medias su queja burlona al ver como ese perro agarró al gato por el trasero y lo nalgueo varias veces, sin que este lo detuviera, para hablar con la periodista en el segmento final del tour en la fábrica.  

Angela tosió ante la tensión en la sala. 

Más el perro no se encuentra en silencio porque esto le causara el tipo de celos que se esperaría de su parte sino por algo más serio. Algo que lo hace pensar en todo lo que sucede dentro de esa fábrica.Preguntandose porque su gatito bajo las orejas tan lamentablemente o el estado de todos sus amigos era tan opaco. 

Como si hasta sus cuerpos desearan diluirse con la nada. 

Mas qué los celos o la rabia, su estúpida naturaleza protectora le hace ver esto de nuevo y enojar de muchas formas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nadie más que él debería tocarlos. 

Notes:

Aun es Hobart y DogDay.

Chapter 74

Notes:

Continuación inmediata

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Lo que vieron se reduce a nuevas preguntas más molestas y una escuela más llena de rejas eléctricas. 

No pudieron ver el lugar así como no miraron el capítulo animado. 

-Creo que no se trata de cables para la seguridad de la escuela. - 

-¿Qué otra mierda habrán inventado?-

El rostro de Henry pasa del descontento a la sorpresa al escuchar a ese tipo aun quejándose de la seguridad. 

Seguridad en la que trabajo pero no por eso sabe como pasarla toda tan fácilmente. Llegan a un punto donde más cosas le son desconocidas y más aún le frustran sabiendo que las cintas solo llegan a mostrar algunas zonas repetitivas y de tipo comercial. Sin asomarse al resto de la fábrica. Hoy les toca simplemente anotar lo que saben y estudiar los colores que podrían tener que codificar conforme avance por la fábrica. 

El perro escucha la alarma a las doce de la noche. Esta alarma la unía con su hora de encierro. Aunque ahora no estaba en la fábrica y puede que en realidad no escuchara nada por el estilo. 

Mirando la luna a través de la ventana. 

Preguntandose si lo que dejo atrás les sirvió a sus amigos 

Si Boxy les tuvo piedad y los ayudó o si en el camino a este día se perdieron. 

Ojalá encontrarlos en una pieza… volver a verlos y darles una paliza qué sacara sus demonios y puedan ser como los recordaba. 

-¿Qué habrá sido de ellos?- se lo pregunta dejando la sala. 

La voz de ese hombre interrumpe los pensamientos del perro. 

-Creo que deberíamos entrar armados. - opina. 

El ingeniero no piensa demasiado en esta propuesta, tirándola por el suelo en vez de meditar las razones por las que este tipo pensara en algo tan agresivo sin tener idea de cómo estaban las cosas dentro. 

-En la fábrica se prohibieron las armas por el problema de la electricidad.- le recuerdo Henry.

Niko comienza a entender que este tipo no tenía bien acomodados los cables del cerebro. 

-Si llegáramos a dañar un cable y liberar puertas con toxinas o electrificar los muros los unocos jodido serían… - quedó a medias sin terminar lo qie fuera decir. 

Ryan vigila al perro subir por las escaleras y no solo, Angela iba con él. 

La curiosidad por saber lo que esos dos tendrían por hablar le pica y al mismo tiempo su atención baja al papel donde Henry les dibuja el patrón en la pantalla. 

La caja verde y los símbolos corresponden a las paredes. 

 

 

Angela alcanza al perro en su cuarto. 

-¿Angela?- la llamo nervioso al tomar asiento en el piso, esta situación podría llegar a nada. 

Ella le sonríe estirando esa boca suave. También curiosa por lo que fuera a hacer el perro. 

-¿Tu celular es nacional?-

Angelaa le muestra una hoja donde escribe “El celular es chino pero la sim es del país, ¿Quieres hacer una llamada? ” pregunta ella con un rostro relajado.  

El perro no responde más que con una acción extraña. Metiendo la mano en su propia boca. Baja por esos dientes que hacen pensar en una lamprea sin importar cuántos años pasen. El tejido entre los dientes no es diferente a una boca normal, exceptuando por la excesiva cantidad de dientes, arranca el tejido de entre dos dientes, rompiendo uno de los dientes del interior para liberar un pedazo plástico. 

El tiempo le hizo mal al sobre pero no al interior. 

Un billete de cien dólares y un papel con una letra deforme. 

Sacando ese papel tan viejo del rollo de plástico su memoria viaja hasta la figura de quin le ayudo a copiarlo al perder el primer papel en la presentación.  

Las orejas del perro se bajan al ver la letra de Terry en el papel. 

El número de celular que le pidió ocultar. El número era la mayor prueba del cariño que le tenía Pedro a su yo de 7 años. Una versión de sí mismo que le hacía sentir extraño. 

Quisiera volver a hablar con ese niño y saber que tanto había cambiado. Porqué recuerda muchas cosas y olvidó aún más. Incluso había olvidado este número de teléfono. Solo rescatado por esta nota vieja. 

Terry seguramente siguió con las flores sin él. 

Niega y a la vez asiente. Apuntando al celular de Ángela. 

-Marca por mí, por favor. - le pide juntando las manos una con la otra. Cosa que hace tiempo no hacía. 

Angela se siente decidida y toma este aparato entre sus manos. Espera el dictado con paciencia. 

Cada número dicho fue un tanto extraño. 

Angela siente que está repitiendo los versos de un salmo en vez de un número de siete dígitos. Esperando con un rostro nervioso que algo saliera bien de una vez por todas. 

Estira el teléfono hacia el perro al escuchar el tono de espera. 

Este sonido se repitió cinco veces antes de caer en el buzón. - 

-Hazlo otra vez. - le pide el perro sin cambiar de emociones. 

Angela hace el marcador rápido. Escuchando otra vez el sonido de espera llegar al buzón. 

-Hazlo de nuevo, por favor.- 

Escucha el pedido algo confundida por ser este número desconocido para ella y no el que guardo con esmero por cinco años. 

Esta vez el sonido llego a repetirse hasta tres antes de que el perro le diera la señal de parar. 

-Ahora, no tardes. - la anima. 

Marca y observa como el conteo fue inmediatamente cambiado al ser respondida la llamada. 

El perro tomó el celular. 

Escuchando :

-¿Quien rayos tiene este número?-

El perro deja salir una risa aliviada por esa voz desagradable y rasposas. 

 -¿Quien mantiene la misma línea telefónica por tantos años?- le responde el perro , burlándose de lo aterrador qué le era escuchar esta voz adulta. 

Esa voz no era algo que una persona acostumbrara escuchar en un lugar como la fábrica, donde la voz era modulada por órdenes y temores a ser despedidos por mal comportamiento. Por fin escuchaba a un humano hablar como si lo fuera también. 

-¿Porqué rayos tienes este número?- le pregunta ese hombre en el teléfono. 

El perro acaricia por impulso la cabeza de Ángela. 

-Lo tengo porque me lo dieron… Me dieron este número el día que me prometiste un trabajo.- rememorar con amargura ese día. 

La muerte de Pedro fue demasiado repentina e injusta y debía respetarlo… PePero por mucho tiempo odio que Pedro decidió matarse antes que continuar en su vida. Seguramente tuvo sus razones, si ahora más que nunca entiende lo fácil que es decidir suicidarse, más desearía que Pedro hubiera elegido quedarse con él y no a la muerte como su destino. 

-Cabron. Le ofrezco trabajo a cientos de personas. La mitad de esta puta ciudad me pertenece.- ríe desde el otro lado. -¡Cuelga perro bastardo, ya! - le ordena mucho menos amable, Escuchando se un golpe del otro lado. 

Hobie suspira recordando porque no le asustaba las personas como Mommy o Boxy, explosivos y violentos, los conocía bien. 

-Me lo diste cuando Pedro murió.- ese día , porque tuvo que ser una mañana helada y gris, fue cuando conoció el color del cerebro de un ser humano. - Me lo diste cuando te acercaste al auto de tus chóferes predilectos. A los hombrecitos de azul que nos encantan tanto.- 

Detrás de esta línea telefónica el interlocutor guardó silencio por varios minutos. 

Los cuales el perro esperó pacientemente. 

Angela. Aún bajo su mano y las caricias, teme y suda pensando en la cuenta telefónica que les cobrarían por esos diez minutos. 

-¿En serio puedes ser tú, hediondo de mierda?-

El perro dejó caer los hombros, sorprendido por ser recordado y a la vez muy contento por serlo.  

-Sueno como si acabará de recitar el abecedario entre las piernas de tu esposa la fumadora compulsiva qué vive con un cigarrillo por cada estupidez que debe soportar por el impotente que tiene por esposo ¿No es así?-

El silencio fue roto por una risa amarga y un golpe nuevo. 

–Si eres tu. - suspira esa voz mayor. - Chamaco, ¿Dónde rayos te metiste? Se suponía que volvieras al puerto cuando salieras de esa casa hogar hace como cinco años. ¿Te pusieron la correa en una casa o que?- 

El perro levanta la cabeza pasando sus ojos por el techo. Recordaba que ese era el plan. 

La razón por a que se hizo amigo de alguien alto y decidió llevarlo con él… Después se unieron más y más, haciendo que su meta creciera a llevarse a sus amigos a ese puerto en cuanto lograran saltar la seguridad de la primera casa hogar. 

No este gran poema a la ironía y la estupidez del sistema de un país tan estúpido como indiferente. 

-Solo se que necesito algo… Lamento no poder trabajar para ti pero puedo ser ascendido y ser uno de tus clientes más cariñosos. Quizás un par de besos puedan pagar la falta monetaria por el servicio.- siempre acompaña sus palabras por esa burla sardónica qué le recorre cuando habla con personas mayores. 

Burlándose de la supuesta virilidad qué les caracterizaba y que gustaban de usar en contra de los niños.

Porque asustar a un tipo grande al obligarlos a abrir las piernas era diez veces más divertido que molestar a un chico con un gusano. Llegando a un punto de su vida que era ya natural molestar a las personas que le superará en tamaño con esto o en poder. Tal vez buscando una paliza donde pueda seguir burlándose incluso si pierde un par de huesos en las fracturas qué se extienden después de estas arrastradas qué claro que se ganaba. 

Esta mala costumbre es lo que sella su identidad para este hombre. 

-Enserio, ¿Dónde te metiste?- le pregunta de nuevo en un tono severo. Sin risas ni mofa. 

Fue un cambio total en su tono. 

El perro siente cada parte de su cuerpo de golpe. 

Como si de sorpresa volviera a entender su mente que esta cosa de plástico era su ser y no algo aparte. Era él. 

Volviendo a la realidad con un sentimiento despreciable sobre sus cejas. 

-Me encuentro en la peor de las situaciones posibles y mis enemigos me encontrarían más rápido de lo que puedo esconderme… Nunca podré regresar a casa, lo siento si te molesto ahora, señor.-

 Es tardada pero llega la respuesta. 

-La vida es una perra. - 

-Y yo un perro detrás de ella. - 

El hombre no había terminado. 

-Niño… Pedro murió hace un chingo de tiempo y no puedo pensar en razones para echarte paro ahora que no me eres útil.-  

El perro busca la única respuesta viable. 

-Solo dime en que lugar cerca de la reserva de canada se venden armas sin posibilidad de atraer a la policia.-

El hombre del otro lado queda en silencio. 

-¿Y cuando carga la primera tarjeta que puedes enviarme?-

El perro busca a Angela y ella le sonríe. 

-Ciento veinte mil. - mira la tarjeta qué entre Ángela y él consiguieron del tipo en el primer piso.-Oye… Sería conveniente para mi que me reduzcas el precio, solo envia a tu peso muerto. - 

La coneja la sacude de lado a lado como señal de avión. Animada por el arranque del perro. Más cercano a lo que ya presenció de los gigantes. 

 

 

 

 

 

 

El trío de humanos continuaba discutiendo. 

Perdiéndose la forma en la que el conejo y el perro dejaron la casa. 

 

Esto fue desconocido para Ryan hasta el desayuno. 

Descubriendo su ausensia al revisar la habitación donde se suponía que durmiera el perro. 

La preocupación lo hace buscarlos. 

Pasando de largo al par que ya encontró su lugar en la alfombra o en el sofá. 

Llegando a encontrar ese rostro estúpido en la maleza de su casa. 

Cargando una caja de madera sobre los hombros. 

Oliendo a sangre y con Angela euforica sobre su cabeza. 

-Conseguí algo que no dañara las paredes. - le aseguro. 

Entonces Ryan hace la clásica escena de abofetearle y reclamar el ser tan estúpido y exponerse a él y la pequeña a ese peligro, entre lágrimas y gritos… 

No. 

Lo que hizo fue regresar a la casa sin volver a mirarlos. 

Angela se vio afectada de inmediato mientras que él perro es embargado por un sentimiento de pérdida inesperado. No se deja la caja en el patio. 

Entró sin esperar a más luz de día. Entra y cierra a su paso dejando la caja en la sala. 

Esto hizo tronar las tablas y saltar el sofá con el durmiente en este.

El perro subió las escaleras buscando al hombre que le sacó de la tierra. 

-Lamento no haberte avisado.- da una disculpa rápida al encontrarlo en esa habitación. 

Este observaba el fondo del mundo a través de la ventana cubierta de ese plástico gris. 

Su atención esta dividida en su interior y en las orejas de Angela. Acariciando su cabeza entre nervios. 

-Decides bajar. - murmura Ryan.-De todas las opciones… Tomás la que es peor para ti. - 

El perro asiente. Doblando las rodillas a los costados del cuerpo, como un delincuente o un niñero convenciendo al niño que encuentra solo en su camino. Un rol que le era ya natural. 

Serio estira la mano tocando la punta de los cabellos largos de este hombre. 

El único que era parecido a él dentro de ese lugar. Eran de la misma raza y aparte de su madre, no había convivido con otra persona igual a él. 

Hubiera querido saber más de su cultura. Saber porque su madre le pintaba las esquinas de los ojos con rojo cuando era pequeño, cuanto es que ella lo quería para pasar parte de su poco tiempo despierta dibujandole peces en la ropa o si era ella expresando su cariño en garabatos. 

Nunca lo entendió. Nunca la entendió pero la amaba. 

Amaba mucho a su madre y hubiera deseado tanto llegar a llevarla a algún hospital donde no la rechazaran por culpa de su piel. Encontrar alguien que tuviera la capacidad de ayudarla de verdad. 

Era la verdad. Su vida se reduce a ser el elemento extraño en el mundo que le rodea y no cambiará, no importa a donde vaya. 

Hobart Black no combina como la vida de nadie ni es algo más que un estorbo de fondo. 

Es el perro callejero qué pasa al final de la calle donde los protagonistas siguen su destino. 

-Cuando les juraba a mis amigos que lograríamos salir, era yo diciendo una mentira una y otra vez.-

Ryan enarca el entrecejo, entendiendo lentamente lo que el perro confiesa. 

-Es difícil de aceptar porque yo simplemente deseaba que no fuera de esa forma pero no había como mentirnos.-levanto la mano contraria, mostrando nuevamente al humano su estado. - Esto esta completamente perdido, ninguno de los que hemos sido intervenidos por los humanos tendremos un futuro fuera de la fábrica. Les prometí un futuro y es una mentira. Yo debo responsabilizarme por esas mentiras, por todo lo que les hice pasar con esa promesa. - 

-Mocoso, no hay forma de que tú pudieras cumplir con tal cosa. En el fondo ellos deben saberlo , si hay algo por lo que no deberían odart sería eso. - 

-La esperanza es una mentira que solo por casualidad se logra cumplir, mientras tantos es solo la esclavitud que nos imponemos… Que nos impuse para que al pasar el tiempo sus personalidades no se perdieran.- sus ojos bajan a su mano llena de pelo y esas cicatrices. - La fábrica es lo único que tenemos. Su extensión y todos sus secretos, es todo o nada.-

- ¿De que mierda hablas?- Ryan le analiza. Había perdido el hilo. Algo en todo lo que dijo carecía del sentido que le permitiera entender al perro ahora. 

-Habló de como mi plan era adueñarnos del lugar y dividirlo por secciones pero solo a control de las criaturas.- lo dijo al fin.

Después de años su plan es tan fácil de resumir como de entender. 

-¿Y con los trabajadores que planeabas hacer?- le pregunta sospechando. Algo que ya le hacía sentir extraño. 

El perro bajo los ojos al suelo, volviendo a mirarlo una vez puede superar el pesar de sus palabras. 

-Cambio de roles o tener una gran cena, una carnicería o una fiesta. No se como llamarlo pero necesitaba a todos los grandes y pequeños.- 

-... planeabas matarme… Maldito. - suspira algo que ya se imaginaba después de pasar tanto tiempo con este perro. 

Reviviendo cada uno de los segundos que compartieron. Cuanto este perro lo aborrecía y con justa razón. 

-Si aceptabas renunciar antes, no. - el perro le atrapó por los hombros con ambas manos. 

Esto reduce su cuerpo a nada, como sostener un palo o apuro de escurrir una gran cobija. Espera lo qie fuera a ocurrir. 

-Te avisaría de forma que decidas largarte o te haría pedazos las costillas para que te sacaran, Ryan… Eres el único humano adulto al que salvaría… el único que me importa.- termina con la poca distancia con un movimiento. 

A donde se supondría que los llevará hacer algo como eso es un misterio por el sorpresivo griterío de Angela. 

Seguramente esto era lo mejor. 

Ese movimiento la asustó haciendola revivir el asesinato cometido por el líder frente a ella. Defendiendo al humano que la cuido con unos golpecitos en esa gran pierna y su voz alzada. 

-Lo siento.- rapido el perro retrocedió. 

El humano recarga el cuerpo en la pared cercana. 

-Solo salgan de aquí. - les pidió a los dos. - Angela, revisa los envíos… - les apunta afuera. 

Los dos, a un ritmo independiente, salieron de ese cuarto. Escuchando como Ryan colocaba la infalible tachuela para mantener la cortina cerrada. Seguido lo escuchan irse a dormir. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras un mes. 

Ese par comenzó a llevarse mejor. 

Si. Los humanos. Ese que le puso un cuchillo al otro y que en respuesta le apuntó con un arma por casi un día entero. 

Decididos a volver, y plantados en la casa de Ryan, comenzaron a repetir los muchos procedimientos que lograba recordar el ex ingeniero. 

Añadiendo los planos qué el ex conserje podía reproducir de memoria en el papel.

Esta fabrica era tremendamente gigante. No les quedaba de otra más que aguantar y gritar cuando nada más era posible. No encontraban como unir algunos pisos del esquema y eso se repetía.Demostrando que la fábrica estaba diseñada como el interior de un nido de hormigas o algún delirante sueño tematizado de la divina comedia. 

No fueron dos ni tres. 

Pasaron 32 días recopilando información qué no paraban de expandirse conforme veían las grabaciones de las cintas. 

El perro les mira por un costado. Eran las dos de la mañana, la única oportunidad para salir afuera era esta y no la desaprovechó ni una vez.

Había qué aprovechar que los turistas estaban totalmente lavados del cerebro y si lo veían solo necesitaba levantar un palo sobre su cabeza y hacer como venado para que corrieran orinandose de miedo. 

Ni idea de que era un wendingo pero si le sirve mejor… Ojalá que ninguno se entere que los estuvo usando como tapadera.Tal parece que eran territoriales. 

Observando recostado, dentro de la maleza, el cielo nocturno de un lugar con pocas luces fuertes y donde todos se iban a dormir temprano. 

Un rayo de luz sintética es constante a lo lejos pero no le arruina la experiencia. Debería ser el único salón de apuestas de la zona. 

Logrando observar este cielo nocturno y todo lo que había en este mundo nocturno. 

Le juraba a sus amigos que los sacaría pero siempre fue una mentira. 

Sacarlos… Sacarlos a un mundo que ya no les vería como humanos aunque lo fueran por dentro, no era algo que le parecía inteligente hacer. Solo que dándole la resolución a encontrarles un hogar. 

Prometiendo una salida cuando la respuesta correcta es escuchar a todos las voces dentro de su cabeza y simplemente prenderse fuego y morir de una vez. 

Pero la siguiente opción la pensó al escuchar a su amigo Bubba.

Un gobierno donde pudieran pelear y mantenerse vivos a través de su esfuerzo y capacidad de lucha. 

Tomando a los humanos como rehenes o matándolos si eran solo carne. 

Después de todo un científico seguramente no sabría cómo mantener a flote las máquinas de filtrado de agua de la fábrica, así como seguramente un fontanero no sabría reproducir antibióticos o el director de arte sabría algo sobre el sistema indoor para conseguir comida dentro de la fábrica… o quizás ese si lo sabría un artista. Con esto de la siembra de mariguana en casa. 

Todo debía tener un equilibrio. 

Sacrificar la venganza por motivos personales era lo primero para conseguir un ambiente capaz de refugiar a todos a salvo en un medio que les protegiera de toda la locura que podría suceder de resistirse con esas emociones poco productivas. 

La mala costumbre de DogDay era esta arrogancia. 

Esta ingenuidad que le hacía creer que todo lo que se propondría saldría bien si se esforzaba. 

Olvidando que no era el único con una agenda por cumplir. 

El aun no sabia si esta mala costumbre podría superarla o volvería tropezar con ella. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los preparativos son pocos cuando primero debían ir a reconocer el terreno. 

Cosa para la cual el perro no fue requerido en un intento por mantenerse lo más ocultos qué se pudiera. 

Era una desgracia que fuera una criatura naranja y resaltara de una forma tan estúpida como una naranja en taller mecánico. Al menos de noche sería mejor.

Esperando en esa casa por algunos días. 

Pensando en el silencio del humano que le ayudó y la actitud taciturna de Ángela. 

Lamentaba qué ella tuviera que descubrir la verdad sobre sus planes. 

Ella definitivamente es el tipo de persona que le creía y lo veía como alguien capaz. Una tristeza pero necesitaba bajar esta exigencia a su persona. O quizás deseaba acercarse a ella, no parece haber sido la decisión correcta. 

O eso parecía. 

Ryan recibio un nuevo medicamento para sus problemas cardíacos, cosa que lo hace parecer bastante perdido por culpa de la grasa qué ya le prohibieron los médicos y ni hablar de la cafeína y algunas bebidas azucaradas. Toda bebida azucarada. 

Hobie siente que algo salió bien al ser llamado por Angela. Para batir una mezcla de claras de huevo entre los dos. Esta mezcla fue horneada con solo algo de agua y poca sal. 

La cara de Ryan al bajar en la mañana y ver esa masa de huevo sin yemas en un plato. Una nube sin sabor más allá de la canela esparcida por encima.

Ryan no es un cobarde ni un tipo quisquilloso, aventurarse a tocar esa masa con una cuchara fue la prueba de ello. Esta cosa estalló desinflandose esparciendo la canela como un pedo de color rojo. 

-¿Están enojados?- pregunta a los dos después de esta escena. 

Angela comienza a reírse con ese sonido chillón de su voz. Saltando un poco en su lugar. Le sonríe en su asiento. 

-Lo peor de todo es que no lo comerán ustedes… oye.-

Antes de que Angela o Ryan lo procesen ese perro ya se había comido esa masa. Sujetándose la boca al pasarlo. 

-Es insípido… Y baboso, no me gusta, creo que está crudo. - gruñe ante el desagrado. 

En la fábrica les daban bastantes huesos crudos en esa masa de carne hervida y verdura cruda, algo que le repugnaba pero lo comía cuando era necesario. Solo para no probar algo que podría ser peor… Como los mordiscos qué alucinaba con robarle al brazo de Bubba o Kickin, que ya era un pollito amarillo. 

O a Theodore. Comerlo, morder ese cuello o ese pecho…

-No.- murmura agarrándose las orejas. 

Bastante alejados de lo que sea que pensara ese perro los dos restantes en la habitación tiene sus propias ideas. 

-Haré algo yo. - determina Ryan. 

Es decirlo contrario a hacerlo. Viendo a los tres con una tarea distinta. 

El perro otra vez sostiene una batidora y la mueve observando al techo por un dicho que escucho en un restaurante de Los Ángeles. 

-No mires la mezcla o se cortara… - suspira rememorando lo mucho que le gustó la comida que le regalaron en ese lugar. Un platillo de huevos, verduras y crema de leche.-No la mires o no se hará grande. - 

Lo recuerda porque sabía que eran restos de ollas y botes qué debían ser despechadas y era algo desagradable pero aun espero a que esa anciana batiera un par de huevos y se los sirviera con esa comida.

No entendería porque solo las personas más odiadas por el resto del mundo fueron amables con él. 

Desde personas que fueron removidas de sus negocios por la policía a esas personas que vendían cosas que no deben mencionarse en términos legales. 

Nadie qué fuera aprobado por el público general se detuvo a preguntarle por su estado o si tenía hambre. 

Ryan era el jefe de guardias pero oía más de una vez a otros trabajadores menospreciarlo por ser un indio, la palabra que usaron en su contra muchas veces antes de ser una cosa o un monstruo, algo estaba mal con el mundo o de verdad nacer de su color era un error. 

No lo sabía. Solo entendía que esa abuela cocinaba de forma deliciosa hasta lo que obviamente despreciaba y le enseñó algo de este mundo. 

No importa cuánto te esfuerces. Sólo cuando encuentres como hacer a las personas temer a tu talento este podrá ser reconocido. 

Esto lo aprendió del hombre del teléfono. 

No importa cuanto hagas reír a las personas si no les adviertes del precio por no reírse contigo. 

-Cuando ese día sucedió… Fue porque mis amigos me traicionaron. - 

Ryan y Angela lo miran de lado. 

Tanto Ryan cocinando unas piezas de pollo como Angela revolviendo una mezcla de miel y nueces en un sartén sobre la mesa de la estufa. 

-Ellos decidieron venderme a cambio… De nada. No se que pudo haberlos hecho decidirse a traicionarme.- lo necesita digerir y decirlo es reconocerlo. - No entiendo que les pudo ofrecer esa persona que yo no lo pudiera hacer ¿Qué fue lo que hice mal? - pregunta. - Puede que sea demasiado estúpido para entenderlos o simplemente algo salio mal. No lo se, no lo se y lo que más quiero es saberlo.-

-Entonces deberás preguntarles cuando los  veas. - 

El perro asiente pasando los ojos por la mezcla en sus manos. 

La sorpresa por ver la mezcla ya hecha un bizcocho lo hace levantarla y entregarla.

-Esa mano es… - el comentario de Ryan se quedó a medias. Había estado a solo un segundo de equivocarse y decir un comentario que no era para nada algo que este chico deba escuchar sin empezar de nuevo a usar su humor verde y que lo ponía de los nervios. 

Angela les observa de lado a lado, sonriendo al verlos tan concentrados en sus propias ideas. 

Esa mezcla se convierte en el ingrediente final para unos panqueques salados. Brillando dentro del horno estos panes resultan bastantes agradables a la vista. 

Esperando el perro y la coneja en el suelo frente al horno interior. 

Horno que consumiría una cantidad obscena de gas por hacer esta clase tonterías pero Ryan lo eligió solo para que ese perro se distrajera mientras revisaba el estado de la tienda. 

 

Ese pan estuvo listo a la hora. 

Llegando justo , cuando al fin los probarían, los dos humanos. 

El perro y la coneja les vigilan al llegar con un aspecto arañado y moreteado. 

-¿Qué rayos les paso?- interroga con un falso interés Ryan. 

Ambos caminan a la sala, robando cada uno un solo panqueque , sentándose pesados como sacos de arena sobre los sillones. 

-La fábrica…. - el aliento de Niko se agota. El peso de haber viajado de un estado a otro en esa furgoneta rentada, porque era lo más seguro para todos, los deja en ceros de sangre y fuerzas para hablar. 

-La fábrica está sellada de adentro hacia afuera. - murmura Henry. - No pudimos ver nada dentro de los 600mt. Están rodeados de guardias pero no pueden entrar ni acercarse más qué eso. - 

-Además de las restricciones, colocaron cámaras y demasiadas minas externas. - 

-¿Minas?-

-No son explosivas. Son trampas de oso pero más grandes y eléctricas. - de su mochila sacó las fotografías que lograron tomar. 

No eran exactamente buenas pero ver una rana electrocutada en dentro de una de esas minas, parecidas a las piezas de hierro qué dentro de la fábrica se usaban como bases de salto para el graypck. Oculta en hojas secas y tierra. 

Ryan deja que su risa escape. Esta situación pintaba algo muy malo para quién sea que piense en internarse en un lugar que obviamente no debía ser invadido. 

El perro, escuchando todo desde el cuarto de computadora (Donde antes Angela le mostraba una serie de animación japonesa) mueve las orejas al escuchar esto. 

Las minas eran posibles de usar en su contra, al igual que contra más de uno de los gigantes. Entre ellos sus amigos pero lo más seguro es que pensaran en uno de los que no podría esquivar esas minas en un espacio abierto. 

Pj. Pj se podía mover y lo debieron ver en el exterior. 

-Los puestos de vigilancia parecen ser más una red de cazadores.- Niko apunta a Henry. - Este tipo casi cae tres veces en las minas. - 

-Fue por esto. - mostró una pieza extraña metida dentro de una bolsa de basura. 

Antes de abrirlo ese perro llego robarlo de sus manos. 

La sorpresa los hace mirarle confundido por su prisa. 

Sacando una pieza de pelo y carne tan fresca como consumida por el aire. 

El perro no pudo ocultar su estupor al reconocer, no solo el olor, sino también el color del pelaje. 

-Esto es mío. - murmura. 

Era la pieza completa de los dedos meñique y anular. Cercenado desde la base. 

La coneja pasa los ojos por esa pieza y por el perro presente. 

Definitivamente no eran sus dedos. El perro hace tiempo los había perdido en una pelea contra algunas criaturas y los científicos los cambiaron, no había manera de que sean de hueso y no hierro. 

Estos huesos eran del perro actual de la fábrica. 

Ya ven esta evidencia como la llave para todo lo malo del mundo. 

Desde la muerte muy posible del otro perro así como su desmembramiento. Más aún empeorando al estar bastante lejos de La Guardería. Lleno de dudas sus cejas se fruncen, busca entender la cara del perro pero esa sonrisa sigue ahí como siempre. 

-Escuchamos del cambio y el horario de guardias de esta semana. - 

La palabra semana y esta, no eran agradables juntas. 

 Logrando que el mayor en la habitación escuche un zumbido al fondo de su mente. 

-Deberíamos entrar el sábado. - 

-¿En San patricio?- Henry no planeaba decir eso. 

Niko le sonríe. Cosa ya normal por su mal humor, tirando la cabeza atrás al estar cansado. 

-Santo para ti, para mi es un día para comer colorante verde y cerveza irlandesa a sobre precio.- al hacer eso sus ojos suben y analiza a ese perro. 

Él color de su pelo mejoró pero ese olor tan agradable a vainilla ya no le resulta tan fuerte. 

-¿Iras o no, DogDay?- pregunta directamente al can. 

Ese monstruo asiente antes de hablar. 

-Necesitaré que hagan algo por mí, humanos.-

Ese algo no se reveló hasta qué trajo la misma lona donde lo envolvieron antes, para enterrarlo, Ryan y Henry. 

Coser entre los tres una bolsa funcional como mochila. Usando esa lona gruesa y alambres. 

Cosa pesada que les hizo preguntarse si debían tomar clases de tejido en la primaria. 

El ingeniero, el conserje o el guardia de seguridad. 

Ninguno estuvo exento de necesitar ayuda de la coneja para entender lo que estaban haciendo. 

Escuchando a Ryan burlándose en voz baja. 

-Tanto puto bajo mi techo y ninguno salió diseñador, vaya mierda. - 

Pasando sus ojos al perro que mueve cosas dentro de esa caja con una palanca para romperla y cinta adhesiva para unirlas. Se veía super fea su manualidad. 

 

 

 

 

 

 

 

Esa bolsa pesaba tanto con la carga del perro como para hacer la madera crujir. 

Entre los tres, disimuladamente, la intentaron mover pero solo era como querer mover el suelo mismo. 

-¿Cuando vamos a preguntarle qué lleva en esta cosa?-

-Hazlo, está en el segundo piso. - 

-No… Hazlo tú. - le exige a Ryan. - Le caes bien. - apunta Niko para animarlo a ir a indagar sobre el contenido de la bolsa. 

Podrían abrirla y ver el interior pero, ya habiendolo hecho, al hacerlo solo veían un montón de metal sin forma. No tenía nada de sentido el enredo. 

-Serán herramientas para el camino. - 

Los tres buscan al perro. Bajando las escaleras de una forma mucho menos intimidante de lo esperado. 

Como un niño baja primero sus pies y luego recargado en sus manos pasa de escalón en escalón. 

Esto los hace mirar rápido al techo en ese tramo. 

Ahí notan las astillas de este. 

Al parecer lleva todos estos días chocando su cabeza con el borde superior de las escaleras. 

-Las pueden ver pero no creo que en ustedes tengan la misma utilidad-

-En el fondo eres engreído. 

-Si no lo fuera me hubiera suicidado antes de los diez. - les muestra una sola de las cosas del interior de la bolsa. - Esta es una caja completa de latas de gelatina dulce con frutas. - 

Tal cosa resto varios puntos a su curiosidad. 

Al parecer el perro solo quería llevar recuerdos del mundo exterior a sus amigos. 

Ryan solo aguantó un par de muestras. 

Es de las gelatinas a las conservas de fruta seca para la cerdita. 

En realidad no esperaban que llevara algo como eso después de escucharlo y no poder darle una respuesta segura para sus dudas.

-Esta es una lata de gumbo.-les mostró una tan grande como el cuerpo completo de Ángela. 

Niko levanta la cabeza al escuchar el nombre de ese producto. 

-¿De verdad quieres verlos de nuevo?-

El perro sacude la lata. 

-No lo se…- el sentimiento que le recorre pensando en ellos era una contrariedad sobre otra. 

Los deseaba de vuelta. Los necesitaba con creces y quería recuperarlos.

También deseaba castigarlos y olvidarlos. Deseaba lastimarlos. 

Deseaba entenderlos. 

Deseaba que le pidieran perdón de rodillas o algo así. 

Al mismo tiempo solo esperaba que pudieran estar juntos nuevamente. Perdonarlos.

Y saber porqué estaba tan asustados y desechos en ese video. 

¿Porqué Theodore no esquivo a ese perro si a él le da miedo que lo toquen en público? ¿Porqué Hoppy se veía tan delgada? ¿Porqué Crafty esta en dos patas? ¿Qué le pasa a la apagada mirada de Picky? ¿Bubba perdió peso? ¿Porqué las plumas de Kickin están tan descuidadas? ¿Bobby está engordando o tiene fiebre? 

 ¿Cómo fue que tan solo verlos en ese estado le fue tan doloroso? Es como si ellos no lo hubieran traicionado y aún fueran sus queridos amigos. 

Su familia lo necesitaba.. Y él no estuvo ahí para ellos. 

Algo les estaba sucediendo y estaban solos. 

Responderle a este humano justo ahora no era posible. 

Porqué no los odiaba como a su hermano de sangre pero tampoco les tenía ese mismo cariño ciego. 

Algo definitivamente no podía ser igual pero no deseaba verlo. 

Solo quería seguir adelante. 

Entender. 

Entenderse y actuar de una manera egoísta. 

Tenerlos de vuelta en su poder y hacer y deshacer sobre ellos a voluntad. 

-Puede que sí. Puede que les encierre y coma esto en sus caras sin darles nada a ellos. - mira la lata en su poder. - Crafty siempre se comía mis cosas. - regresa la lata a la bolsa. 

Con esto ya esperaba haber logrado que este humano sospechoso le deje de vigilar y recuperar algo del secretismo para su ventaja. 

Nada en esa bolsa debía caer en manos de ese humano. Por eso dejo lo que era desechable sobre todo lo importante. 

Su sospecha sigue en el aire. Dejando la sala en búsqueda de Ryan. 

Necesitaba despedirse de él. 

Talvez pueda hacer algo por él… Como matar a alguien. Ya que en realidad no tenía nada para agradecerle por todo lo que había hecho por él hasta este día. 

Este humano se encuentra en la arboleda de un lugar apenas con algo de luz tan solo por una lejana lámpara de luz opaca y gris. 

 

 

Revisa con el oído, el derecho pues el daño causado por el tiempo bajo tierra es más claro en el izquierdo, caminando a su búsqueda al comprobar la ausencia de algún humano cerca del jardín. 

Ryan escucha qué algo viene por las hierbas y el crujir de las hojas secas. 

-¿Te das cuenta de que no podrás volver a salir? ¿Que podría ser una trampa de la fábrica y solo estar atrayendo a los juguetes?-

Esa cuestión no le había pasado por la cabeza antes. 

-Tengo algo para eso. - no era para un escenario tan malo pero si algo que podría serle útil.-Era para los guardias del exterior pero serviría de tener que huir de humanos. - 

-Vaya. - Ruan debe gruñir para darle alguna respuesta al perro. 

-Imagino que esta será la despedida. - el perro juntó las manos nervioso de una manera decepcionante.-Puedo matar a alguien o destruir el negocio de quién desees, ya que no tengo dinero puedo hacer lo que quieras para pagarte. - 

Ryan levanta las cejas. Sonriendo ante el absurdo, aunque claramente sincero, ofrecimiento del perro cruzando los brazos sobre el pecho le apunta con pocos ánimos. 

-Si en ese lugar no hay nada para ti, vuelve a mis tierras. Te daré un hogar a ti y al monstruo que te traigas contigo.- 

-No podemos vivir en un campo de maíz. - 

-No es un campo de-

-Es estacionario y se - 

-... Lo pensaste. - sonríe burlándose de ese plan. 

-Es porque me gusta como huelen esos campos. - 

-No. Hobart… - apuntó al horizonte. - Después de esa montaña hay una reserva y para protegerla hace algunos años la dividieron entre los tatarabuelos para evitar que los blancos se los adueñaran por mano de un traidor. - mira al perro. - Son quince kilómetros qué no puedo usar para nada pero que ustedes pueden usar… Eran de mi padre pero con el dinero de las flores lo conseguí. - 

-Oh… - 

-Solo piensa… Que ese es el lugar que prometiste. - el peso continúa.-Se que lo mencionaste en nuestra reunión. - hablar de estas reuniones habían quedado explícitamente prohibidas desde que el perro entendió lo que hacía y le horrorizada esto. 

Para Ryan no era más que una situación similar a cualquier relación no exclusiva que ya haya vivido, lo frustraba, lo emocionaba y lo hacía sentir humillado. Era un castigo que odiaba y aun así lo aceptaba por su propia satisfacción. 

Atrapado por culpa de su cerebro confundido. 

Viendo en ese perro a una persona inteligente cuya juventud era uno de sus rasgos y la clave para su confusión. Hoy se siente satisfecho. Contento con esta situación. 

No porque esté haciendo lo correcto. 

Sino porque la enfermedad en su corazón debió ser el aviso de lo poco que viviría y que ese dinero podrido volvería a sus dueños. 

Su alma sería liberada cuando entregará esa tierra a quienes necesitaban un refugio. 

-Tomalo como si nunca les hubieras mentido. - termina sintiéndose más ligero. 

Espero alguna respuesta. 

Escucha y mantiene su mirada fija en ese horizonte. Uno que sería imposible de destruir mientras más y más personas se aferraban a sus raíces. 

Escucha como ese perro se lleva una mano a la boca. Conteniendo el sollozo en algunos pocos sonidos perdidos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día de la borrachare¡San Patricio! Llegó y algunas localidades se llenaron de verde y fiesta. 

El auto conducido por Henry, bien consciente de que esta situación era un abuso, entre las personas que salieron a pasear. 

Esta furgoneta tan pesada aplasta a su paso el confeti y deja sus huellas con fuerza. 

-Se supone que ustedes tienen huevos y coño, ¿Llegaste a coger?-

Henry abrió los ojos en demasía al escuchar la pregunta de Niko. 

-Vamos … Supe de uno que si. - le sigue aún curioso. 

El perro, en la parte trasera de la sufrida furgoneta, suspira aburrido. 

-Es complicado. No debía pasar pero fue así.-

Los tres pasaron un segundo pensando en lo que este perro respondiera y vaya que les sorprendía. Esperaban algo más puro y tierno como se esperaría de una mascota infantil. 

Mas escuchan como gruñe. 

-Eso me trajo problemas con mi gatito… Fue bueno pero luego me quedo ahí y no puedo salir porque, porque quién sabe y pasas cinco minutos esperando a que acabe de una vez y te mira y pone esa cara de ¿Eso es normal? - el perro gruñó acordándose de algo más molesto, algo que definitivamente debió ser la razón para que Theodore no le hablara por dias. - Y él ya se quería mover y estaba asustado pero ahí estaba yo atrapado… ¿Como lo sacan normalmente sin quedarse pegados?- su pregunta se queda sin respuesta. Esto al ver que no tenían tal. 

Lentamente la verdad viene. 

-Es que no… - Henry se quedó así. Mejor callado. 

El perro vuelve a mirar a la pared de la furgoneta. Cubriéndose el rostro con las manos y un gruñido enojado. 

Definitivamente estaba confiando demasiado en estos humanos. 

En el asiento de copiloto, Niko mira a los fiesteros pasar por el camino con cerveza en una mano y una mascota, novia o bebés en el otro brazo. Mejor distraerse a hacer in comentario sobre lo correctamente hechos que estaban las mascotas de La Guardería. 

Una persona con un par de tarros y muy borracha choca con la furgoneta en el semáforo en rojo. 

-¡¡Cerveza, mira cerveza!! ¡¿El hermano quiere un trago?!- ofrece a Niko. 

El mismo mueve una ceja y voltea a ver a Henry. 

-¿No se te antoja una cerveza?- pregunta a Henry. 

Este lo mira enojado. 

Entre ellos salió la mano del perro abriéndose y cerrándose, ambicioso. 

Esta persona, muy ebria para darse cuenta de que esa mano era demasiado y excesivamente grande para ser de un humano, les ofrece el barril sobre su hombro. 

-¡Buenas fiestas, y feliz navidad!-les sonríe retirándose. 

Henry pasa los ojos de esa mano volviendo a ocultarse en las sombras de la furgoneta y a Niko. 

-Sabiendo a dónde vamos, te embriagas. - 

-Como si allá abajo fuera a haber algo mejor.- esa fue la descarada respuesta del perro para Niko. 

-¿Y si se queda ciego por las levaduras?-

Niko voltea atrás. 

-¿Te importa quedarte ciego?- le cuestiona. 

-Puedo escuchar a doscientos metros. - le responde. 

En su lugar abre ese barril y bebe, escuchandose claramente su sed y con Ryan tenso al estar sentado de espaldas. Su nuca choca con el pecho qué sube y baja al tragar de forma tan ruidosa. 

-Mi cordura no seguirá entera después de esto. - suspira pesaroso.

El perro le coloca la mandíbula sobre la cabeza. 

-Estoy sobrio. - 

-Aja. - 

-No llevo para mis amigos. - 

-No deberías llevar nada de ese tipo a ese lugar. - 

-No. Es una palabra tan vacía de sentido. - miro la venta de la furgoneta. - Muchas veces les pedí que detuvieran los experimentos pero solo decían que debería aguantar un poco más. - su humor decae lentamente. - Es una palabra muy importante pero si no lo aceptan, tus nos… son solo nada. - 

Ryan traga seco. 

Ese perro se durmió abrazándolo. 

Niko dejo de aguantar la respiración. 

-Creo que si estaba ebrio. - 

-Aja… - responde Henry bajando los ojos al camino. 

La ciudad cercana a la fábrica les trae algunos recuerdos. 

Sobre todo por algunos callejones olvidados. 

Con la flor dibujada en los lugares donde ésta era vendida. 

Niko recuerda una duda que tenía desde hace varios años. Algo que deseaba saber antes de morir. 

-Ryan, ¿Quién era tu jefe?- le cuestiona.-¿Quien manejaba las flores?- 

Al mismo tiempo dejaron la ciudad. 

Ryan en los brazos del monstruo revisa el lugar. Aplastado por esa bolsa enorme y el perro. 

-Enrealidad el negocio no empezó con ese polvo de basura.-

 

 

 

El bosque los recibe y deben dejar el vehículo en un sendero aún bastante apartado de la fábrica. A tres mil metros. 

Toman el camino difícil para no cruzarse con nadie en este viaje. 

-¿Porqué te estas poniendo esa mochila?- pregunta el perro. 

Ryan, ya con la chaqueta contra cuchillos puesta, lo mira de arriba abajo como si fuera estúpido. 

-Iré abajo.- 

-No… Angela te debe estar esperando. - 

-Ella ya se fue a ese lugar, te lo dije. - 

El perro bajó las orejas. Sus ojos buscan a los otros dos pero estos siguen con sus propios preparativos. No parecían ni remotamente interesados en discutir con el hombre de la insuficiencia cardíaca. 

El plan era entrar a los primeros pisos, robar algo y sacarle información a los guardias exteriores. 

No necesitaban tantos preparativos pero el perro era extremadamente paranoico y cada preparativo lo escuchaba como una sentencia de muerte. 

-Hoy solo vamos a buscar cintas de la recepción y sala de empleados. - le asegura Henry. - Mira, no necesitas entrar y Ryan puede quedarse contigo. - 

El perro comienza a pensar a velocidad pero aún queda en blanco. 

Confundido por las decisiones del humano. Más la frustración, sabiendo que este era responsable de Ángela y como el ponerse en peligro dejaría desprotegida a la conejita, todo esto le frustra y avanza mirando al camino oscuro. 

-Vamos. - el perro le robó la mochila a Ryan de la espalda. 

Los dos miran al ex guardia. 

-Ay, hermana, no se como es que te puedes dejar mangonear por tu marido.- se burla Niko. 

Henry no ayuda a su ego al reírse por la repulsivas y exagerada imitación de Niko al mover el cuello y chasquear los dedos. 

-Cierren el hocico. - murmura tirando la última rama sobre el auto. 

El camino es lento al recordarle al perro que no tenían sus piernas con una bellota lanzada a su cabeza. Logrando que vaya de nuevo al ritmo de los tres. 

La noche de este bosque es de todo menos agradable al comerse el follaje de los árboles y el brillo de la luna. Este perro definitivamente de día molestaba a los ojos pero en las sombras su cuerpo parecía definitivamente parte de los alrededores y no un ser vivo. 

Caminan y parecen algo perdidos en este pasaje. 

El mal humor comenzaría a hacerlos escupir comentarios sarcásticos. 

Si un guardia no hubiera aparecido a unos metros y los cuatro se hubieran ocultado tras un árbol distinto. 

Suena estúpido. Como una mala caricatura, de no ser una época de pinos llenos a de ramas resagadas por la estación qué les hace cambiar de color y hojas. Acumulandose faldones gruesos de vegetación muerta, en parte la razón por la que el perro no llamaba la atención al ser anaranjados tambien. 

Este guardia no estaba de vigía. Lo que venía a hacer era a marcar territorio. 

El asco en la cara de Ryan es claro al ser el pobre idiota más cercano al árbol que este guardia decidió usar para sus necesidades. 

Henry hace una señal para que lo dejen ir. Junta los dedos y los levanta al aire, formando un símbolo de corte. 

Niko asiente pero no sale bien. 

Ese perro actuó primero y lo hizo lanzando una rama desde arriba como si fuera del mismo árbol en curva. 

Esto hizo al guardia caer de cara a su mismo charco. 

Los tres voltean a verlo enojados. 

-¿No era eso?- pregunta al ver el rostro de los tres. 

-Eso no estuvo bien. - lo regaña Niko. 

Aún ninguno lo toco. Menos lo piso Ryan para que no se ahogara. 

El perro apuntó al guardia. 

-Robale algo.- 

-No, en estas condiciones no servirá fingir un asalto. - gruñe Ryan. 

Siguen adelante en silencio. 

Ese guardia definitivamente estaba varios metros adelante del perímetro que habían marcado con anterioridad. 

El terreno seguro para humanos se hizo más pequeño, en coincidencia... Debían ser al menos mil metros de peligro alrededor de la fábrica. 

Un sentimiento diferente llega hasta la columna del perro al ver esas torres de humo. Apagadas pero existían. 

No llegan por delante sino por un costado. 

El perro detuvo su avance por una señal de Ryan. 

-Mira al suelo. - le ordena enojado. 

El perro lo escucha y agacha, analizando el suelo de tierra. 

Debajo de las hojas y la tierra le esperan placas de hierro. Esperando un toque para estallar. 

-Debemos interrogar a un guardia. - les recuerda Niko. Su atención ya estaba en el paisaje. 

Fingiendo que el anterior no existía por el asco que les daba tocarlo en su lamentable estado. Tomando la otra opción. En la cual un auto a unos cien metros es iluminado por una linterna tripode. Con dos guardias diferentes en el interior.

-¿Cómo haremos esto?-

No esperaban que el perro estuviera dispuesto a escucharlos pero lo aprovecharían hasta donde se pudiera. 

Henry dejó la bolsa en el piso. En esta guardaba algunos equipos electrónicos para hacer una copia de todos los archivos. Siendo estos los que toma de la bolsa para llevarlos en los bolsillos. 

-Yo iré adentro. Ustedes se encargan de esta parte. - 

Los tres lo dejan ir a la fábrica, observando lo perderse en la oscuridad.

Quedándose en estar bosque silencioso. 

-No, si te pasaste. - le recalca Niko recordando el reciente acontecimiento. 

El perro está vez responde de manera diferente. 

Se ríe caminando hacia esos otros guardias. 

-No. No, no…. aún hay mucho de lo que llaman sobrepasarse de mi parte para estas personas, humanos. - 

Los dos lo siguen. 

Preparando una cuerda Ryan. Esperando ver algo diferente a lo que resuena dentro de esas palabras que podrían ser demasiado atrevidas. 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 75

Notes:

Hola.

Capitulo fuerte, creo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 When you are down and out,

 no need to frown and pout!

 'Cuz Smiling Critters' here to say…

 S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

-Odio esa maldita canción de mierda.–  

La cerdita cubre sus orejas acostada en el suelo, juntando sus rodillas contra el cuerpo.Entre los villancicos y la fiesta de navidad por venir en el exterior de la bodega donde se refugia.  

-Malditos cólicos,solo mátenme, ahhgggg… - 

Entre los espasmos existe un tirón, una palpitaciones creciente desde el fondo de su vientre a su columna, destrozándola hasta delirar. 

-Picky… Muñeca ¿Estás bien?- 

Mira entre la bruma la sombra sobre su cuerpo. El dolor crece y necesita dejarlo salir. 

-Dog, me duele mucho, me duele… - comparte su dolencia con quien delira es su amigo. Dejando que el sueño se la lleve en vez de afrontar la situación. 

La figura humana a contraluz toma el radio de su cinturón.

-Ya ubique a Picky Piggy, y no se encuentra bien. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1992

A dos años de La hora de la alegria. 

 

 

 

 

 

 

En las raíces 

                                 Añorando cumplir tus sueños 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llevaban un tiempo trabajando diariamente y esto conllevaba pasar horas sin dormir. Nada. 

Un atentado contra sus nervios machacados por la sorpresiva entrada de nuevos miembros a la unidad de La Guardería. Ahora sin saber bien qué hacer con los pequeños y los medianos que se encargaban de hacer el día mucho más complicado por causa de su tendencia a salir heridos. 

Fueron diseñados para correr, jugar y resistir un par de golpes pero no era suficiente para decir que eran como los CatBee o como los Wuggy de la superficie. 

Se podría decir que eran diez veces más frágiles por culpa de su anatomía poco conveniente para el terreno que les rodeaba. Se puede describir la situación igual a estar atrapados en bolsas de carne sin dedos. Esa es la situación de los medios. 

Los más pequeños cargan un intelecto muy bajo. Estremadamente bajo y extrañamente sumergido en la voluntad de la colmena. 

Después los grandes. Unos chicos de menos de 1,50. Llenos de articulaciones y capaces de moverse, correr y defenderse. Auun serían demasiado pequeños para poder hacer algo en contra de cualquier gigante. 

Reducidos como los primeros dos a una posición de labor en filas de siete por siete. 

Excepto uno solo de los grandes. 

Un gatito morado qué pasa los días en los hombros de un gigante y deja de lado su grupo. 

El gatito saluda con el gran perro a las personas y se ríe cuando estos responden. 

-Te digo que deberíamos seguir adelante. Ya, el muerto al pozo y el vivo al gozo.- le anima el gatito al perro. Siente como este le sujeta las patas traseras. - No necesitas pensar tanto en ellos, solo haz lo que los humanos dicten. - 

-No lo entiendes… Jason, ellos son fuertes. - 

-Son cobardes qué mataron a su amigo por nada y después se pusieron a llorar sobre su tumba… son solo parásitos, no puedes dejar que te manipulen.- el gatito busca a algún gigante por la redonda, tanto por su frustración como por el hecho de estar hablando mal de ellos.-No es bueno que quieran llenar el lugar vacío de uno con otro, eso es… raro. Yo nunca te olvidaría y preferiría morir qué cambiarte. - hay uno. 

Claro que lo encuentra. 

Es esa ave observandoles desde una ventana de esa casa horrorosa. 

Jason analiza la mirada de esa ave. Su propio entendimiento no llegaba muy lejos y aún así logro tener una idea de lo que fuera que pensara este chico. Lo que pensaba de él. 

Les molestaba que estuviera en contacto con DogDay, con Harom, los llenaba de pensamientos que Jason no puede terminar de hilar. Limitándose a las palabras que conoce hasta ahora : Estaban celosos. 

No parecía un tipo de celos normales. Después de todo, no los conocían ya antes de la situación actual Harom pasaba desapercibidos a menos que estuviera fuera de su horario. 

Definitivamente celaban al gigante y no a la persona. 

-Debes cuidarte mucho, Harom. - suspira mordiendo su cabeza, no como si de verdad pudiera abarcar su cráneo sino cómo lo que era. Un chico sin más que hacer que babear el cabello de su amigo super alto. Agitandose su cola a cada pensamiento que lo rodeaba. 

El ala cuatro fue totalmente saqueada y los niños fueron tomados como experimentos. 

Hoy escucha murmullos y los miran sin interés. 

Algo estaba mal dentro de lo que se refería a su estado en esa ala. A los grandes mno les gusta que conviva con un gigante. 

Agarra las espesas orejas del perro, balanceandose como quien agarra las correas de un caballo. 

-¿Puedes conseguirme dulces?- le pregunta usando un tono meloso y femenino.

Harom se estremece sacudiendo la cabeza. 

-No me hables así, me da escalofríos. - le reclama Harom entre gruñidos.-Fue demasiado loca.- 

Jason sacude esa larga cola. Ahora si le daba vergüenza escuchar eso. 

-Bien, aburrido. - suspiro recargándose en su cabeza. - Necesito unos dulces o lo qué sea de comida.. Cualquier cosa menos esa masa qué nos dan siempre.- 

Harom comienza el camino a la escuela. Algo que preocupa a Jason. 

En realidad estaba aterrado. Al anterior lo mataron no sabía si a Három le harían lo mismo si descubrían que era desobediente. 

-No puedes robar, te castigaran.- le recuerda eso abrazando su cabeza de nuevo.

El perro le responde tranquilo. 

-Ya se que no puedo hacerlo pero hay algo diferente que puedo hacer por ti. - le asegura agachandose en la puerta. Dentro de la casa los niños lo saludan. 

Algo extraño era lo nerviosos que se ponían en vez de mostrarse tan animados como siempre los veía rodeando al perro. 

Apartados y negandose a saludar de cerca. 

Algo deben saber.

-Bobby me dijo que aprendiera del otro DogDay y debo decir que tenia razón. - 

Jason le vigila desde arriba. 

Cada paso y pasillo que recorrieron lo grabó en su memoria. 

Llegando al primer piso. Donde lonas eran dejadas en un montón en la oscuridad. 

Aunque no fue eso lo que les llamó la atención al entrar sino el gan bulto sobre las lonas. 

Harom bajo el switch para ver lo que fuera que les estuviera esperando. 

Era Picky Piggy. 

Aparentemente dormida sobre ese montón de lonas. 

-Harom… - lo llama nervioso Jason. 

El perro le hizo una señal, apagando la luz. Avanza por la bodega a una esquina apartada. 

Jason cubrió su boca al ver como levantaba una loza de la pared, de la esquina más alta y oscura, sacando una bolsa enrollada. Vuelve a colocar la loza. 

Retirándose sin hacer ruido alguno. Esta mascota durmiente continúa fuera de servicio aunque se supondría que debería estar en el centro del jardín, ya que hoy a la estación se llevaron a Bubba nuevamente. 

El perro la mira por unos segundos, cerrando con cuidado la puerta. 

Antes de salir de Dulce Hogar le entregó esa bolsa a Jason, curioso lo mira abrir y cerrar el cierre de su propio cuerpo. La pelusa del interior estalla y se esconde, pareciendo solo un vistazo a nubes de la noche. Baja la mirada, escapando del sentimiento extraño que le dejo el ver esto tan de la nada. 

El cuerpo de Jason, al igual que el suyo, ya no era como antes y cada segundo que pasa deben aceptarlo y seguir adelante. Odiando a todos o concentrándose en seguir adelante. 

Harom decide ahora traer esa situación a la nada y dejarse llevar. 

Lo que se resume a aguantar. 

Va aguantar hasta donde pueda y actuar cando ya conozca la situación general fuera de este grupo de gigantes. 

Vuelve a cargar a Jason, regresando a su rutina. Caminar, vigilar y saludar a las visitas. 

 

 

 

 

 

Para Bubba la situación es algo más caótica. 

Habían aceptado ponerse en contacto con el humano que dirigirá todo en la superficie. Esto le dejó claro que el centro de control ya no era La Guardería, aunque fuera en esta sección que se conseguía el producto, cosa que no sabia como arreglar cuando ya todo estaba en marcha. 

Solo le quedaba traer el producto y pasarlo a empleados o, para su curiosidad, a uno o dos CadyCat dentro del tren. Ellos podían llevar hasta treinta kilos dentro de sus espaldas, y lo asustaba lastimarlo pero más le asustaba qué ellos no lo vieran como un punto importante. 

Perdió el lugar que su hermano había creado y mantenido por años. 

Logró mantenerse a flote en el sistema de flores pero no logró recuperar la posición dominante de su hermano en el movimiento ni distribución.  

Ahora el pago por su parte es el itinerario exterior. 

-¿Ya nos podremos ir?- 

Escucha a los empleados quejarse.

-Ya llegará el relevo, de verdad necesito irme a descansar. - la recepcionista tras el nuevo punto de seguridad, algo que hace a la estación menos espaciosa pero el punto de seguridad se armó en respuesta a las entradas de visitantes sospechosos.

Esta recepcionista mira al reloj dando una orden por el comunicador de la computadora. 

-Bubbaphant, ve a tu lugar cero.- le ordena fria. 

El elefante asiente moviendo la cabeza y el cuerpo en una inclinación. Dirigiéndose a la bodega de tres cerraduras. 

Al entrar él a su espacio, un empleado saca la batería exterior de la cerradura encerrandolo. 

Bubba se dirige a una esquina. Dobla las rodillas y sin gracia cae sobre el suelo. 

Aquí hay cámaras pero no microfonos. Puede escuchar la estática del cableado de video tras los muros, era bueno que fueran el tipo de seguridad analógica. Seguramente las cámaras digitales serían más difíciles de escuchar o saber si existían. 

Dobla el cuerpo en un ovillo. Ocultando como saca una radio con la trompa. Buscando igualmente los números que debería cambiar. 

-Hola, Terry. - saluda al otro lado. 

Esta muñeca tarda un segundo en responder. 

-¿Qué es lo que quieres?-

Bubba no se puede imaginar como esta muñeca hablaba con su hermano. ¿Porqué la escucha tan resentida siempre? 

-Avisa a Do… Hoppy, van camarógrafos al piso inferior. Debe prepararse.- 

-Sabes que esta línea es solo para el negocio. - 

-Puede que lo sea pero necesito que hagas esto, ahora comunicalo con Bunzo. - dejo así la línea, guardando el radio de nuevo en la pelusa de su pecho. 

Este mes era difícil para todos. 

 

 

 

 

 

 

Dentro de Dulce Hogar el ave camina entre las nuevas cunas llenas de niños tan pequeños como los anteriores. 

Tomando los juguetes mordelones qué son lanzados para tirarla a un bote de agua limpia. 

El tiempo comienza a pasar sobre sus tímpanos. 

Volviendo a la rutina que es acompañada por la niñera del bloque infantil en su mayoría. Saltando entre el peso y la nada. Recuerda y vuelve a doler. 

Ya no encuentro esa felicidad en cuidarlos. Escuchando los taladrantes sollozos por primera vez. 

El estrés lo alcanza, lo está comiendo vivo. 

Sus acciones le persiguen y debe aguantar, seguir aguantando aunque lo único que desea es acabar con esto. 

-¿Para que hice todo lo que hice?- se lo pregunta al aire y a su propio ser. Odiando más que nunca el rostro en el reflejo de algunos objetos de cristal. Odiaba tanto a todos los que le rodeaban.-¿Al menos ustedes llegarán a recordar todo lo que hice por ustedes?- 

Odiaba tanto al mundo, a todos y cada vez mas a las razones que tuvo para llegar a este punto. 

 

 

 

 

 

Bobby pasea entre los pasillos con la misma cesta de sabanas. 

Fingiendo estar ocupada aunque solo quiere estar sola. Evita a los trabajadores y sigue caminando. 

Sin dejar de observar el suelo lleno de juguetes que no levanta ni hace el amago por ordenar. Como lo haria antes. 

Ya no podía aguantar más. Estaba muriendo de sueño. 

Caminando sus pies la sacan de la casa. Dirigiéndose a un lugar sin rumbo pero si un final. Aquí no hay recorrido sin final. 

Llegando a la zona común de su líder anterior. 

Esa zona entre la escuela y el jardín donde siempre lo veía aunque fuera casi una coincidencia por ser el perro tan inquieto. Esperando a verlo, solo presencia la lejana caminata del perro nuevo y su gatito. 

Este sentimiento de abandono la lleva a regresar al camino, sin parar hasta chocar con un muro. 

El muro de hierro y papel que les rodeaba. 

-Nadie… Nadie me quiere. - suspira recargándose en la pared. Sus ojos bajan y comprueba que ese mismo estúpido cargo de consciencia sigue en este cesto de sabanas. 

Lo odiaba demasiado. Todo esto le parecía peligroso. 

Recostandose contra el suelo, patea por reflejo esa cesta deshaciéndose de ella. Su cuerpo languido se queda ahí, sin pensar más allá de lo que le quedaba. Dormir. 

 

 

 

 

Dentro de este sentimiento pesado. Estresante y lleno de rencores. 

Este gran gato observa al mundo atrás de su mirada borrosa en su distorsión. Dentro de unos ojos que resaltan por culpa de todo el ardor que le recorre y debe aceptar que los odia a todos. Al mismo tiempo la soledad lo estaba consumiendo. 

Dios volvió a quedarse en silencio nuevamente. Dejándolo solo en esta situación. 

Debia ser una prueba pero ya no sabia que deberia probar, ¿Qué le debería probar a Dios ahora? 

Ya no tenía nada que darle ni nadie que lo amara más allá de Dios, Porque Dios lo ama ¿No es asi? 

Era amado por Dios. Eso debería ser suficiente. 

Debe ser suficiente. 

Era la verdad, era lo que debía ser. 

Amando al mundo y a todos los que le rodean. 

Debería amar su situación, lo cerca que estaba de Dios. De todo lo que él era. 

Aún así el cuerpo le dolía y sentía tan grande tristeza como peso sobre la espalda. Gruñendo al mundo que le rodea cuando la luz golpea su cabeza y necesita rugir. 

Necesita correr, necesita tanto dejar de sentirse tan confundido. 

Tan solo. 

Confundido por ese perro nuevo tan parecido y a la vez tan innegablemente diferente a su cariño. 

Paseando con ese gatito idéntico a él en pequeño. Observa como pasean y asaludan. 

Como un par de veces lo hizo junto a él. Riéndose de lo que les rodeaba y amando la presencia del otro. 

Mató a su cariño… También lo salvó pero se quedó atrás y era lo justo. Era esto lo que debía ser. 

Lo que sucedería en el futuro no lo sufriría su cariño. Estaba seguro, donde Dios le permita esperarlo. 

Solo es momentáneo, algún día él también se iría y volverían a estar juntos. 

Solo debe seguir adelante. Seguir ahora que ya se encontraba en el fondo. 

 

 

 

 

 

 

Al fin. La hora de regresar a la celda hace a las orejas verdes sacudirse. 

Voltea al techo del lugar, donde brillan esos focos horrendos y no les queda mucho de lo qué pensar. 

El malestar venido del insomnio la hace gruñir y sonreír al mundo que le rodeaba. Esta es una contrariedad qué la estaba haciendo temblar. Y no encontraba donde estaba su cabeza ni su corazón. 

Era difícil ubicarse cando el faro se había perdido. 

Deja la entrada del teleférico, caminando directamente a la zona de encuentro. 

La tensión que le recibe es tan palpable que dejó de sentirse aliviada por el descanso. 

Recordando que posiblemente no les esperara un descanso después de la alarma de salida. 

Estos empleados estaban con la primer en llegar, CraftyCorn, con un aspecto relajado y un rostro más que agotado incluso si lo ocultaba al mantenerse de pie. 

Ser Bípeda no le había caído bien después de pasar años en cuatro patas. 

Crafty no soportaba que nadie la molestara pero no parecía que tuviera la suerte suficiente para librarse de ese problema justo ahora. 

El elefante fue traído por los trabajadores. 

Lentamente llegó Bobby con el pelo despeinado y el ave con unos hombros caídos se mantuvo varios pasos separado de ellos. 

Hoppy le mira, comprobando qué el ave mantiene la mirada fija en el césped. Cansado hasta notarse en la caída de sus hombros. 

El siguiente en llegar a sido ese gato púrpura, mirándolos como quién espera no tener que hacerlo por mucho. 

El problema fue el esperar otros veinte minutos sin ver a Picky. 

-No creo que piensen correctamente en lo que vendrá a futuro.- les advierte un empleado. Encaminado a un costado para hablar por radio. 

Hoppy estaba nerviosa. Juntando sus manos sobre la cabeza, casi tira de sus orejas pero se detiene. Observando al perro llegar con ella y sin el gatito pequeño. 

No vienen exactamente juntos pero el hecho era que ella no se veía bien al ser quién va a la cabeza con los brazos pegados al torso. 

El perro se coloca en la zona de espera sin decir nada. 

Esta secuencia de eventos hace a ese trabajador volver a reunirse con ellos. 

-No importa como, ustedes deben estar aquí unidos, cuando la alarma suena. - les reclama a los dos. 

El perro mueve la cabeza. Manteniéndose en silencio. 

El empleado no encuentra nada más que decirles. Inicia el camino a las celdas sin dejar de vigilarlos este grupo de guardias. 

Las armas no volvieron como tal pero estas sistolas eléctricas no eran mejor que ser simplemente conectados a cables de pared. Dolía tanto como para vomitar, si no fuera porque sus cuerpos se tensionaron de tal forma que resultaría mejor simplemente morir ahogados por su propio vómito.

Esto les hace mirar esas armas con mucho menos desinterés. 

O tal vez sea porque ahora nadie les dirá que todo saldrá bien al final. 

Los llevan a una celda diferente otra vez. 

Al menos algo cambió. 

Las chicas fueron dejadas en una y los demás a otra. 

El perro definitivamente se alerta al ser encerrado en esa habitación con dos grandes desconocidos y esa ave deprimida. 

Tomando cada uno una esquina como su lugar. 

Bubba recuerda a Bobby y Crafty jugando frente a ellos muchas veces. Saltando y riéndo. Uniéndose muchas veces el ave y la conejita. 

El tiempo no había sido bueno con su familia, definitivamente no lo había sido. 

Bubba lamenta de nuevo todo. Tan fresco e irreal. 

Como una pesadilla despierto. 

Con el rostro de su hermano al fondo de su corazón y los recuerdos de apenas hace unos mese planeando este día. 

Navidad. 

Lentamente su mente le recuerda de lo que sucedería esos días. 

Esto lo hace buscar a su alrededor pero esta solo. 

Ese perro nuevo, y el gato traidor con el ave. 

No había nadie a quién mencionarle lo que sucedería en esos días. Dejándole aguantar la ansiedad. 

Habia olvidado avisar al resto de lo que debían esperar. 

Escucha un murmullo extraño, mira curioso y es esa ave caminando hacia el gato. 

Deja de mirar al sentir como por un segundo le busco en su camino. 

 

 

El ave dejo de observar al elefante. Tocando la cola del gato para llamar su atención. 

-Oye. - lo llama directamente una vez comprueba que no fue enviado lejos por atreverse a tocarlo. 

El gato deja de dormir para verlo directamente de forma repentina e inmediata. De verdad parecía un gato. Esto hace al ave suspirar incómodo, después de todo creció observando a las aves del hogar oscuro matar aves y comer ratas o solo torturarlas hasta la muerte. 

Aún el desespero por conciliar el sueño lo hace intentar lo que deseaba. 

-¿Puedo dormir contigo?- le pregunta nervioso. 

El gato mueve las orejas, levantándose le da un espacio ya cálido por su propio cuerpo. Mirándolo una última vez antes de volver a dormitar.

Kickin toma el lugar, acostandose de costado con los brazos sobre la cabeza y bajo esta. 

Extrañaba demasiado el calor de Hoppy, al igual que a su linda compañía. 

La extrañaba tanto. Demasiado. 

Deja que el sueño se lo lleve al recargar tan solo la frente en el flufy del costado de ese gran gato. 

El gato suspira. 

Esta sensación frágil y pequeña no lo llevaba en ningún sentido. 

El suelo era incómodo y frío. Era plano y sus articulaciones se acomodan a fuerzas en nada. 

Su cuerpo extraña mucho el calor ajeno, su abrazo y su presencia. 

Es el dormir ahora una tortura. Intentando no soñar con algo que no debería. Con esos reclamos o sus caricias entre las piernas, patas sería más claro de usar para definir lo que era ahora esta parte de su cuerpo, resintiendo la soledad con el gruñido del pasado. 

Pasando cada segundo acostado en sus propias patas en una bola. 

Pasa de estar forzandose a dormir a un estado letárgico más parecido a la disociación que al descanso. 

 

El perro en la habitación hace rato que duerme. Con las manos sobre el estómago y estirado como ebrio con el cuello estirado hacia arriba. Debería estar alerta pero el sueño lo venció. 

Bubba los vigila a los tres. Dejando al fin que el sueño se lo lleve a otro lado. 

Quedando los cuatro en ese estado tan relajado del sueño profundo. 

Inconscientes de la entrada repentina y suave de esa nube roja. Profundamente carmín a través de las ventilaciones. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este gas carmín no fue ignorado por las chicas. 

Habiendo pasado esos mismos veinte minutos hablando sobre el estado de Picky. Ahora reaccionan cada una a su manera. 

Bobby corrió a donde Crafty, arrancando de sus patas esa manta. - 

-Rápido, rápido, rápido… - sus manos tiemblan pero logra mojarla con el único jugo que guardaba en su cierre. 

La carrera de Hoppy por darle uno se quedo en eso al caer de bruses por culpa de un estallido de parte de esa nube. 

Picky sacude la cabeza. Gritando al caer sin alcanzar a Bobby o Crafty. 

-No te quites esto. - le guía Bobby a Crafty, colocando esa manta mojada sobre la cabeza. La abraza ocultándola con su propio pelaje. 

Crafty corresponde el abrazo pero no puede mantenerlo al caer Bobby en el efecto. 

El miedo que le recorre al sentirla ponerse floja, sin fuerzas, la hace temblar bajo esa sabana. 

–Chicas…- las llama desde el interior de esta sabana vieja. 

Huele a vainilla aun, huele a su hermano mayor pero no puede ganar ese recuerdo a las rosas presentes y mucho menos a su propio aroma. El pelo de Bobby más la humedad atrapan ese gas fuera de su asfixiante refugio. 

Escucha ese corazon agitado conforme pasan los segundos de esta tribulación. 

Entonces el corazón de Bobby dejó de latir. 

La unicornio grita debajo del refugio. Abrazándolo a aterrada entre el sobresalto y el dolor. 

Usando su cuerpo la atrapa pero es nada, no hay pulso ni luz. Solo ella en esta oscuridad. - 

-¡Hoppy! ¡Picky! ¡Bobby! ¡¡Respondan montón de putas!! ¡¿Ya están muertas?!- sus humor no puede ir al ritmo de todo el terror, gritando debajo de las sombras. - No me dejen sola… - su propio interior se rebela y lo hace gritar llena de miedo. 

Tanto es su malestar qué comienza a respirar cada vez más perdida. 

 

“Tranquila, sabes que estás bien” 

 

Lentamente su respiración vuelve al inicio. Sacando el pecho inhala el aroma de Bobby. 

Aguanta la respiración antes de sacar una parte de su rostro de la cobija. 

Afuera el rojo invadió la celda. Por encima de su cabeza y toda esquina. 

Seguramente abría algo que hacer pero no se le ocurría ahora nada contra esta situación. Sus ojos bajan al cuerpo de Picky a unos metros. 

La baba escapa de esa boca sonriente aunque no como siempre. 

Habia algo diferente… había algo en la expresión de su rostro. 

-Lo estás gozando, perra. - gruño volviendo a su escondite. 

Siente que esa cosa se pego a su pelaje pero no la afecta tan solo por estar algo separado de su piel. Inhala y vuelve a asomarse. Busca el rostro de Bobby. 

Claro que la osa también estaba relajada y tan solo por esta cosa roja. 

Es tarde talvez un minuto entero el que pasa pensando en el interior de su escondite el que tarda en darse cuenta que esto significaba tan sólo que era esa cosa. 

-Las flores… Las están usando en nuestra contra. - su emoción por entender al fin esto cambia rápidamente a preocupación. No recordaba lo que le dijo su hermano sobre estas cosas ni como le dijo el humano que se evitaba caer demasiado profundo en el efecto. 

¿Era con comida? ¿Era controlando la cantidad ingerida o el tiempo que se pasa en contacto con ellas? 

No sabía si era igual pero si era por el tiempo y como escucho más de una vez de terceros. Las drogas son adictivas porqué se necesita cada vez más para mantener la necesidad del adicto en control. 

-¿Será esto karma? - se lo pregunta levantando la cabeza. Esto le hace ver algo que no había pensado antes, algo que no era bueno en su situación pero que abría el mundo que la rodeaba en grande. 

Entre espacios de la cobija estaban divididos los hilos y no como si fuera una cosa de niños destructivos. 

Era un mapa que brilla y puede leer tan solo por mirarlo ahora a contraluz. 

Los diseños de cerraduras y las curvas de cada pasillo, las habitaciones y tiempos marcados. 

La zona de reunión con el humano que les abastecía es una flor mal hecha. 

Crafty levantó una pezuña, tocando ese dibujo. 

Ella adoraba dibujar pero le quitaron sus manos y aun así era una artista. 

Puede ver lo que su hermano le diseño. Puede ver lo que debía hacer para recuperar el contacto con el humano de las flores. 

Más no puede seguir peleando con su presente. Toma un gran trago de aire antes de salir de su escondite. 

Levanta la sabana y la enrolla. 

Dejando a Bobby en el suelo. Camina hasta la puerta tocando la cerradura con ambas patas. 

Da un paso atrás y salta con las pezuñas adelante. 

Repiriedo el golpe. 

Varias veces antes de detenerse con la entrada de una brisa de aire.

Más no era de la puerta. 

Sus pulmones ya estaban al límite al buscar esa brisa extraña a su espalda. 

-Aha… - sus ojos se abren sin poder detenerse ante la sorpresa. 

Encontrando a tan solo unos centímetros esa gran cuchilla apauntandole al rostro. 

Grande y metálica. 

“...tiene una garra de metal, tiene pelo y huesos… ” 

Esas palabras caen al fondo de su mente, haciendo algo que ni ella comprende al dar un paso adelante. Estirando la pezuña intenta tocarlo. 

La garra se precipita a su rostro, entrando dentro de su boca deja caer algo dentro de su garganta, para su horror esto sabe a carne.

Pura carne cruda roja y jugosa. Es tan fresca que arde el estómago con su calidez. 

-Eres una niña inteligente, de verdad que lo eres, así que búscame. -

Esto lo escucha a medias al ya estar de rodillas, cayendo con esa garra sobre su espalda. 

Paseándose por su cabello, su cuerno. 

Bajando por su cuerpo cada filo con apenas algo del contacto necesario para levantar algunos de los mechones de su tupido pelaje blanco. Tocando curioso la anatomía distintiva de las hembras a través del pelaje, conociendo algo nuevo aunque la criatura esté completamente perdida en el sueño. 

Si. Le gustaría ser una mujer, son tan suaves. 

Tan limpias. Tan embriagante la adicción al toque. 

Llega a usar fuerza para sentir hasta los órganos dentro de su caja torácica, es difícil por el metal pero lo siente. Cómo es diferente y aun así son iguales. 

Retirándose en un parpadeo. 

Un minuto después las puertas son abiertas desde afuera. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un momento estaba en el césped real de un parque. 

Al siguiente dentro de la celda. 

Le gustaba el césped así que ahí fue a donde volvió. 

Tocando el pasto bajo sus manos y rodillas. Rodando con la espalda pegada a las hierbas y sus ojos caen en el cielo roto en azul y gris. 

Le gustaba el azul y ahí regresó. 

La realidad es risible dentro de la mente. 

Estaba alucinando y lo sabía. Estaba perdida. 

-¿Hace cuanto debí comenzar a usar maquillaje?- se lo pregunta tocando su rostro. 

El rostro de una chica de 15 años. 

Su piel cálida y su boca suave. Puede sentir sus manos de piel y sus uñas pequeñas, redondeadas y sin filo. Levantarse y mirar sus rodillas manchadas por el césped. 

Deseaba tanto ser una chica de verdad. Deseaba un cabello largo y enredado en las mañanas. Deseaba tener que peinarse y mirar su reflejo. 

¿Se vería bien si usará algo de rubor o sería demasiado para su piel morena? ¿Podría ir a la escuela con unos labios colorados de rosa o debería usar algo más llamativo para molestar a las personas que la rodeaban?

 ¿Y si comenzará a ir a un club de lectura con minifalda? Sería como romper la regla qué se supone que te dice que ser bonita es igual a ser tonta. Deseaba ser todo. 

Deseaba ser una chica lista con ropa bonita. Con sus amigos ir a pasear. Conocer el mundo fuera de las rejas. 

Deseaba conocer el mundo que debería tener a su alcance. 

-Desearía ser libre.- suspira ella de nuevo en el césped. Añorando el mundo donde sus rodillas son rectas y puede salir a caminar. 

Deseaba conocer la vida. Deseaba y suplicaba, por un lado y por otra parte también añoraba ser una persona real y no tenerlo todo. Su cabello seguro sería un desastre como cuando niña y sería un problema lograr graduarse de secundaria o quizás no estudiaría y ya trabajaría en algún comedor. 

Tal vez sería infeliz allá afuera. Quizás su vida sería difícil. 

-Quizás no nos hubiéramos conocido. - lamenta aferrándose a sus rodillas en el suelo de la celda. 

No dejaba de sentirse y soñar con ser esa joven humana. 

Tan solo vuelve a esta cárcel a odiarlos a todos y añorar un mundo sin estas celdas, era confuso. 

En esta celda estaban las personas que la querían y quería. 

-¿Por qué abriste la boca? ¿Porqué te seguí la corriente? - su cabeza sube y vuelve a estar de pie como esta coneja verde. 

Lo hizo por esa ave. 

 Porqué si acusaba a alguien y resultaba estar mintiendo el castigo para los bocones por parte de los humanos sería demasiado grande. No podía pensar en permitir que castigaran a Kickin y decidio que era lo mejor seguir adelante. 

A la hora de la hora DogDay tenía razón y ella siguió actuando a favor de Kickin. 

No era una buena líder por ser tan parcial. Siempre inclinándose por el bien de Kickin y no el de los demás… El de DogDay. No creyó que las cosas resultaría tan mal. 

Decidió que debía proteger a su novio y no al líder. A su amigo. 

El egoísmo la hace sentir mal, enojada y avergonzada. 

El valor de Kickin superó a su amigo por mucho pero no era lo correcto.

No tenían idea y mucho menos pusieron de su parte para seguir el ritmo de lo que el líder les pedía. 

Puede que, en otro mundo, de llegar a ser esa mujer… No sería una buena persona. 

Hoppy debe contener el miedo, lo que le empuja a saber esta verdad. 

Saber lo que significa ser esta criatura es decepcionante. 

Significa que en su presente lo merecía. Estar en esta situación y vivir dentro de las celdas. 

Gritando de dolor con la verdad.

No. No es una alucinación. 

 

 

Algo de verdad le duele. 

Duele desde su vientre a su columna, duele hasta su cabeza y su cuerpo entero. 

Ya abriendo los ojos fuera de la alucinación puede ver las luces blancas sobre su cabeza y su cuello atrapado por la cadena fija al collar de hierro que siempre usaban. 

Mira como puede lo que le rodea, los muros altos y el dolor vuelve. 

-Hoppy Hopscotch, relájate. Tranquila.- 

La coneja respira agitada, revolviéndose mueve las patas pero están atrapadas. 

Mira a la humana a su nivel. Con una mascarilla médica y guantes altos. 

-¿Qué está pasando?- Hoppy logra hablar. Vuelve a tirar de sus brazos, descubriendolos atornillados a bases de hierro a los lados del cuerpo.

-Hoppy, esto es una intervención médica. No hay de que temer. - le asegura la doctora.-Es solo una revisión médica, estarás bien. - 

La misma de siempre. La misma rubia de siempre, esa que los convirtió. 

Hoppy la reconoce y grita. 

Esta mujer era traducción de malas noticias. 

-No debes preocuparte, Hoppy. Esto es por el bien tuyo y de tus hermanas - le toca la frente, enredando sus dedos con ese espeso pelaje. 

Esto hace a la coneja respirar y exhalar una gran cantidad de vaho, cargada de estrés. 

A un lado un asistente mueve la mesa con ruedas. 

Hoppy pido ver la mesa y al asistente. Contar a los cuatro presentes. 

-¡Detengan esto, detenganse! ¡¡Basta!!- les exige intentando librarse, más esos tornillos la fijan a la mesa y su cuello no puede moverse y permitirle conseguir el impulso necesario para pelear. 

La situación empeora con el movimiento de la mesa. 

-Hoppy, revisamos el estado médico de todas ustedes porque descubrimos que tu hermana menor tiene un problema muy serio que debemos atender. - lo cuenta la doctora sin quitar la mano de su frente. 

Era una comparación impresionante lo pequeña que era la mano de la humana sobre la cabeza de la criatura y aun así está se encontraba completamente imposibilitada para defenderse. 

Esto vuelve a golpear el autoestima de la chica, gritando conforme comprende lo que sucede y de lo que trata el estudio. Cuando una de las batas blancas procede a abrir el cierre. 

-No… No no no no no no no no… - su voz infantil comienza a desgarrarse junto a la adulta. 

Su lucha empeora. Tan aterrada como para desgarrarse la piel de los brazos y piernas. 

-Es por tu propio bien. A tu hermana le hemos descubierto un problema médico muy serio y debemos revisar si tú también lo sufres o si hay algo más difícil que tratar.- 

La coneja escucha y a la vez no, peleando con este sufrimiento como lo haría un pez apuntó de ahogarse. No puede tranquilizarse, no puede hacerlo y no sabe como hacerlo. 

Su cuerpo comienza a calentarse por cilpa del estrés. Dejando que los vasos sanguíneos estalle en sus garras y ojos, sus oídos se llenan de sangre. Gritando cada vez más aterrada. 

-No quiero, no quiero, no quiero esto… - intenta pedir clemencia y aun así el odio le hace enloquecer humillada por todo este dolor. 

-Solo será un estudio, no te preocupes.-

Hoppy niega y patea o lo intenta. 

-Tu hermana tiene endometriosis, es algo muy peligroso que podría causarle un gran daño irreversible, es una enfermedad muy dolorosa y debemos cuidar de ustedes tamnbien…- 

– ¡No me toquen! ¡¿Cómo puedes hacernos esto?! ¡Detente!- su muñeca se quiebra en su lucha. - Al menos saca a los hombres, no quiero esto, porfavor.. - 

La doctora acaricia su cabeza inlinandose sibre su oído con un atisbo de piedad en sus actos. 

-N se irán, es más… Allá arriba hay más. Están aquí para verte y saber más de ti.- 

Hoppy la mira directamente. Llena de incredulidad, llena de decepción, más allá de lo experimentado hasta ahora. Sintiendo como algo dentro de su cuerpo o su corazon deja de estar completo. Gritando en una lucha diferente. 

Esta vez su cuerpo mismo comienza a retorcerse, rugiendo furiosa. Herida hasta lo más profundo su cuerpo hierve y pelea hasta destrabarse sus articulaciones. 

Una inyección de mano de esta misma mujer le hace caer lánguida, abandonando su consciencia en la oscuridad. 

Solo pensando en qué equivocada estaba. 

No había manera de que merecerían, ninguno de ellos, toda esta humillación. 

Simplemente estaban rodeados de malas personas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gato despierta rodeado de médicos. 

De nuevo. 

De nuevo. 

Esta vez su cuerpo abierto hasta lo imposible. Su consciencia es vaga. 

Puede verse sobre la mesa y aún más puede saber como lo estaban tocando. 

Es desagradable. 

No puede hacer más que mirar como abren el cierre y se encargan de inspeccionar todo lo que debería poder ocultar, su vergüenza. Moviéndose esa cola en el suelo conforme los estudios van más allá y empeoran. 

Con un sin pudor para tocarlo y estudiar. Sin dejar de anotar lo que estuvieran haciendo. 

Es como ver algo que no sucede exactamente a él pero conoce este cuerpo y como le era familiar el desagrado. El asco que siente crecer en sus entrañas. Deseando simplemente que se murieran todos. 

Cierra los ojos y espera a que todo acabe, aunque solo le hace más daño. 

Lentamente solo pedir a Dios su ayuda lo distrae, lo hace salir y mantenerse afuera. 

Rogando por ayuda, porque algo los detenga y se vayan. 

Deseaba esconderse bajo la cobija y simplemente escapar. 

Cada minuto y segundo, las horas y la electricidad. 

Solo quería dormir pero su cerebro le negaba el descanso. 

Atrapado en esta sala llena de luz y su cuerpo atrapado en las cadenas. 

Claro que duele que algo entre y produzca electricidad , solo para escucharlos exclama curiosos por como se ven gráficas de un cerebro en gris. 

El medicamento vuelve a ser efectivo y puede irse, dejando atrás el eco de algunas rísas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Despertar en su celda es esperado. Lo inesperado es ver a su alrededor a todos. 

Aún en silencio. 

No se mueven ni hacen amago por hablar. Tan solo miran al suelo con los brazos alrededor de sus cuerpos o esas rodillas dobladas en un ovillo. 

El gato siente el mismo desespero por cubrirse conforme vuelve a su cuerpo y no puede seguir desconectado. Gritando en el fondo de su cuerpo, escondiéndose de esta nueva vergüenza. 

Humillacion, solo eso lo llena y el desesperante deseo por llorar hasta secarse y no saber nada del mundo. Arrancarse la piel y dejar el mundo. Cubriéndose la cabeza con las garras su sollozo parecido a la caída de las ruedas de hierro lo hacen temblar. 

Incluso sus lágrimas lo hacen sentir imbécil.

Cada uno pasa por un tipo de crisis. Resultando en una estado cada vez más perdidos dentro de sus cabezas. 

 

 

 

 

El nuevo miembro del grupo comienza a reírse en algún momento. Desde el fondo de su pecho escapa esta risotada. Pensando en nada y en la ironía. 

En cuanto le preocupaba lo que sucediera en el futuro y proteger a Jason, tratando de entender al loquito que decidió meter a su vida. 

Esta experiencia es una de las que más le han dado asco, más también le hace entender lo que le sucedía a Jason, lo que pudo sentir y quizás no sea nada igual lo que su loquito paso

Aún así no entendía aún más cosas,¿Porqué hacerles esto?

Debió ser a todos, porque ninguno se ve bien de ninguna forma. 

Incluso la siempre áspera y desagradable Picky se mantiene en un espacio aparte, mirando al piso con el cuerpo acabado. Llena de vendas, puede olerlas, bajo ese gran overol qué le colocaron antes de traerla. 

Exhala y vuelve al silencio. 

Nadie estaba de humor ni para enojarse. 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 76

Notes:

Hola.
Cosas políticas del pasado mencionadas. Mucho diálogo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus dos patas van una a una. Mirando al mundo que la rodeaba desde el fondo de su cabeza. Nadando dentro de su propio cuerpo. 

Abstraida ante el gran rojo de su vestido. 

-Oye. - 

Mira al suelo donde una voz la llama. 

Es ese gatito morado. 

-¿Qué piensas de las velas?- le interroga este gatito, jugando con su falda navideña. -¿Alguna vez pensaste en derramarla sobre la cara de alguien mientras dormía?-

-... He pensado en la sangre. En su color. En sí el soñador derramará sus ilusiones cuando lo abra. - 

-Entonces te parecería divertido cuando el fuego simplemente sevuelva rojo en su mayor punto de calor.- levanta las manos con un salto. - En las llama puedes verte en otro mundo, puedes ver lo que es más bonito derretirse y dejar de existir, así ya nadie te amenazara con arrebatar te a tu perrito nunca más.-

-Oh…es como protegerlo de todos.-

-No es como. Es protegerlo y vengarme.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las raíces enfermas 

                                                    Consumen a otras para continuar en tu espera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El eco de su voz rasposa golpea los muros de algodón y cuero sintético. 

-Tus besos me elevan más alto, como la dulce canción de un coro… - la mirada del gato cae en el pequeño Kickin de algodón pegado a su pierna. - Iluminas mi cielo matutino, con amor ardiente… - lo toma en sus garras. Revisa el estado del juguete antes de dejarlo volver a correr junto a sus hermanos. 

Deben estar muy confundidos estos pequeños, después de tantos cambios en sus cortas y austeras vidas. Seguramente es por eso que no sabían caminar y se limitaba a gatear. 

No pueden cambiar ahora que ni sus cuerpos lo pueden procesar. Atrapados en sus infancias de por vida. 

Usa la cola para divertirlos. A ellos y a algunos niños en la PlayHouse, jugando como si fueran ellos los gatos. Eleva la punta de la cola y la vuelve a bajar, suspirando al mirarlos reír y correr. 

La línea entre los juguetes y estos bebés era tan pequeña como frágil. 

Theodore les observa preguntándose si dentro de algún tiempo podría conocer algo como este sentimiento. El más cercano que se pudiera sería el mejor para él. 

Dejar de crecer y perderse. 

Ya no quería crecer, ya en este punto el estirar los huesos y mirar al cielo nuevo por el cambio de papel tapiz. 

Ya no quería vivir. 

Aunque Dios le prometió un mundo nuevo y debía creer en él, si deseaba llegar a donde su cariño lo esperaba. Debía seguir y crecer, ser mejor cada día. Hasta que dejara de doler. Cuando su interior sea tan grande como el exterior y el dolor fuera mucho menos que nada. 

Ando no duela más el estar vivo. 

Hay un mundo afuera pero debía renunciar a él. Debía conocer su propio interior y desechar lo inútil. 

El miedo y la vergüenza. El sentimiento persistente de ser insuficiente para todo el que le rodeaba. 

Solo quisiera que ni Dios o su cariño sepan de esto. No de esto. 

Estos pensamientos le inundan el primer día de navidad. 

El primero en el que todas las criaturas estarán fuera de las celdas y pasarían este 24 y 25 junto a los niños de La Guardería. 

Si tan solo su cariño hubiera estado hoy… No. 

Es mejor así, por primera vez comprende cuanto era necesario el sacrificio. 

Theodore se quedó quieto frente a la lámpara de dinosaurio. Procesando lentamente como este mundo era cada vez más asqueroso. O tal vez ya puede verlo como lo veía su cariño y a donde es que no quería llegar. 

Admirando entre el desdén yla rabia a esos humanos festejando con los niños o a sus costas. 

Sus ojos vigilan y lo detestan. 

Conocer el estado de sus compañeros y no poder hacer nada, porque el que los visitantes toquen y jueguen con los muñecos más pequeños era algo que no tenía permitido detener. 

Observar como un adulto levanta a un pequeño DogDay, de todos tenía que ser uno de ellos, por las axilas y se fotografía con el. Ese juguete se esfuerza por parecer divertirse pero sus pies delatan lo mucho que le asustaba ser despegado del piso por el humano. 

El recuerdo de su cariño luchando con el dolor de espalda, el estrés y los demonios que solo pudo conocer de vistazo en el interior de su mente, todo para que nunca, en seis años, notarán cuanto los despreciaba a todos. 

Su cariño era un gran actor. Como han dicho los ecos de la superficie. 

Ese perro era un cabrón desvergonzado. 

La cosa en el presente empeoró cuando este visitante decide hacer una pose “Novedosa” y hacer, en una decisión irónica, el clásico acto de fingir que se le resbaló al lanzarlo por encima de su cabeza entre risas. 

Theodore corre tras este juguete. Lo atrapa entre las garras protegiéndolo por muy poco antes de que se golpeara contra la reja metálica. El pesar de la ira se consume y se asfixia al fondo de su corazón. 

-Vuelve adentro, ahí no podrán hacerte nada. - le recomendó dejándolo en el suelo. 

El pequeño sacude las patas antes de tocar el suelo. Aterrizando con el ritmo cardíaco acelerado. 

-Gracias. - dice al gran gato. Retirándose rápido con esas patas cortas.

Theodore mueve las orejas al verlo correr directo a por una pequeña Hoppy y un CatNap para llevarlos consigo. Sin dejarles ir por detrás, los pone al frente resguardandose. 

El reflejo de sus recuerdos lo lleva a recordar como su cariño se encargaba de cuidar a sus amigos diariamente. Desde los más pequeños a los mayores, sonriendo cuando era humano y acariciándolos cuando era ya un monstruo. 

Las caricias para una persona tan física como su cariño seguramente era la única forma que abría para curar la ansiedad al no no tener otra forma comunicar el amor que le llena. De cuántas veces esa sonrisa era sincera, y cuánto quería hacerles saber lo importantes que eran.

Su cariño debía amarlo mucho. 

Llenándose de un escalofrío al sentir a un visitante pasando por un lado sin desaprovechar la oportunidad de tocarle por un costado. 

Llenándolo con ese horrendo sentimiento vulnerable en solo un segundo. 

Reviviendo las veces que ese sentimiento lo lleno pero sus orejas serían tomadas junto con sus rostro. Viendo de frente esos ojos de plata, la luz de estos consolando sus miedos con una piedad y comprensión llenas de calidez. 

Lo sentía, cuanto era comprendido, y esto lo hacía desear superarlo. Dejar de temer, alejar esta timidez y ser algo,mejor tanto para Dios como para su cariño. 

Ser más que solo esa criatura frágil a los ojos de su cariño. 

Era grande y podía corresponder esa calidez. 

Se supondría qué debería poder hacerlo. 

Ahora el fantasma de su toque lo acosa al nivel de su pelaje y necesita recostarse para no perder el control de nuevo. Estaba furioso, estaba agotado, lleno de odio y más frustración conforme pasa el tiempo y no logra nada más que hacerse más daño. 

Debería estar ahondando en su tarea y conseguir nuevos seguidores para Dios. Hacerlos verle como tal y transmitir sus promesas de libertad. Más solo se queda aquí llorando cuando debería hacer su parte y anunciarles que la salvación estaba en Dios y en seguirlo. 

Hablar era demasiado difícil.

Aunque su cariño lo hacía ver tan sencillo, no sabía cómo hacerlo él mismo. 

Correr o morir. Hacerlo o no hacerlo. 

Hoy definitivamente lo haría. 

Decide esto al ir caminando a Dulce Hogar para hablar con los pequeños y hacerlos parte de su movimiento. 

 

 

Entre los pasos del gran gato van algunos Bunzo en carrera. Mirando de paso a CatNap. 

Los cables estaban llenos de adornos y cosas brillantes, negándoles en muchas formas la ventaja de ir por encima de todo. Corren entre las personas y los niños, esquivando la nieve falsa y los cables de estas sobre consumidas luces navideñas. 

En la juguetería, a donde se dirigían, la gran gigante CraftyCorn viste un disfraz de Santa Claus y una barba falsa, saludando en silencio a las visitas. Más Bunzo no va por ella, al menos tres de ellos no. Solo uno se queda y trepa por la pared para hablarle en susurros. 

Arriba en los pisos superiores el elefante observa a la puerta cerrada frente a él. 

Piensa y sacude la trompa intentando aligerar su mal humor. 

Había estado estudiando motores y correas con el anciano, pensando en cuanto estuvo esperando lograr cumplir el deseo de Picky. 

Ahora sus estudios quedaron a medias y necesita saber más. Mirando a esta puerta de madera como quien espera encontrar un cadáver al final del rostro de sangre seguido por varios metros. 

Abre la puerta y entra agachado. 

-Tardaste bastante tiempo en venir a verme, eres como cualquier muchacho poco comprometido con lo que empieza. - 

El elefante detiene su paso al ser llamado por esa voz adulta. Sonriendo este anciano desde su asiento. 

Bubba recarga la pata delantera en el techo. Cubriendo su figura la mitad de la iluminación. 

-Está vivo, señor. - suspira una vez le descubre aún en su mismo asiento y con las mismas herramientas en manos.-Qué gusto verlo. - 

-Si.- vuelve a mirar la misma pieza de madera en su poder, a través de esos lentes de un solo ojo.-Tu amigo me tuvo bastante piedad cuando decidió qué solo yo en ese edificio debía vivir. 

-¿No se escondió?-cuestiona al entender que el anciano sobrevivió por esconderse y no por haberse escondido como el conserje o las niñeras. 

-No, niño… - 

El título le impresiona pero no tanto como verlo levantarse de la silla. Mostrando la falta de la pierna derecha.

-Es tu amigo bastante bueno con la puntería… Me lanzó desde lejos una pica de hierro , una sola para dejar a este anciano acabado.- suspira devuelta a su asiento. - El seguro quería que me quedara aquí. - 

-Señor-

-Lo sé porque este chico hizo lo mismo con un compañero incluso más cercano que yo y tuvieron que cambiar el papel tapiz. - pasa su mirada por la pared, bajando hasta las bonitas piezas de madera. - No debo quedarme más tiempo contigo, debo salir de aquí y morir en algún otro lugar.- sus lentes le restan algo del pesar por la graciosa disparidad entre el lente izquierdo con un papel negro y el derecho lleno de lentillas sobre lentillas.-Aunque lo haré después de cumplir con lo que me pediste. - revisa el cajón de su mesa de trabajo. - Dentro se encuentran las últimas piezas que deberás memorizar. - 

Bunzo, los tres, entran por debajo de Bubba. 

-Te enseñaré a ponerlas en marcha pero tu deberás mantenerme atento a cuando sea la siguiente masacre… Quizás decida tomar un día libre cuando suceda. - 

Bubba asiente, estirando la pierna para los dos conejos. 

Los tres delgados conejos a comparación de cualquier otro Bunzo pero tan gordos como se supondría qué no lo fueran. Suben por el cuerpo, tenso como la madera, de Bubba para leer esas instrucciones. 

Eran solo estos tres los únicos que decidieron dejar el mando de Kickin y seguir a Bubba, solo por una razón. Solo una entre muchas que los otros ignoraron. 

Seguir la voluntad de sí mismos. 

Matar. Solo eso. Llenos de una decisión que seguramente no llegaría a nada pero la seguirán para lograr asesinar a estas criaturas y a todo lo que representaran los gigantes como Kickin o CatNap, incluso si eso los ayudará a matar a Bubba. Es darle armas al enemigo pero la conveniencia era lo que les protegía. Sus manos les convienen a Bubba y a ellos la fuerza de Bubba. 

Entonces se usarán unos a otros hasta donde se pueda. 

Saltando el mundo de un piso a otro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Donde se ocultan las voces de las otras piezas de ajedrez. 

Esperando que el día llegará aunque fuera falso. Lamentándose debajo de las sombras y el vidrio. 

-Ya me orine dos veces en el mismo rincón.- murmura la rana amarilla. 

La murciélago, a su lado, lo mira asqueada. 

-Sabes que vives al lado de una señorita y haces eso. - le reclama enojada. 

La rana gruñó desde el suelo. 

-Perdón Taquito, no lo vuelvo a hacer. - 

El cocodrilo, dormido o no, les gruñe al ser ofendido. 

-¡Yo soy la señorita, no puedes hacer eso conmigo aquí!-

-¿Qué se supone que haga? ¡¿Será que hay un baño invisible del que no me he enterado?!-  

La pelea continua como un eco para la rata. Esta observa la puerta más lejana a su encierro abrirse y entrar un grupo de personas de blanco.

- ¡Duendes, son duendes!- celebró feliz al verlos. 

Las otras criaturas miran a los humanos fijamente. 

El cocodrilo gatea hasta el muro de vidrio. 

Reconociendo a más de uno. 

A diferencia de la rata, que parece haber sido elegida del bloque cuatro, ellos eran del bloque dos y no sabían nada sobre esta situación ni de quienes eran. 

-Hola. - saluda el tiburón con un movimiento de cabeza y manos. 

Esto hace algo en los científicos. No entendían qué fue pero parece hacerlos bajar los hombros. 

Los niños no pueden ver el tipo de alivio mecánico que estas personas sintieron al ver que eran mucho menos agresivos y se comportan tan bien con ellos. Manteniéndose tranquilos incluso cuando todo apuntaba a que las cosas salieran mal después del escenario en el que recogieron a más de uno. 

Cloe sabe que estas personas no eran buenas, después de todo solo debía ver sus rostros destruidos para entenderlo. Que tan jodido estaban y lo poco que podrían desarrollarse sus vida fuera de este lugar. Ojalá sacarse la piel y gritar llena de rabia pero su papá le enseñó algo muy importante : Sé paciente. 

Debe esperar y tomar la oportunidad qué necesitaba para conseguir el resultado deseado. 

Pelear por quién no puede y defenderse cuando las cosas la sobrepasen. 

-Bien, niños y chicas, seguramente se preguntaron qué eran y que se supone que deberían ser todos ustedes.- 

-Nunca en mi vida me he preguntado eso. - 

La cara de las criaturas se volteó tratando de dar una señal a la rata. 

Este chico los ve y cubre su boca con las manos. Moviéndose ese látigo qué tenía como cola hasta el centro de sus dos patas. Les sonríe, cosa que muestra con afilar los ojos y los dientes saltando fuera de las encías. 

Los humanos anotan lo sucedido, murmurando entre ellos. 

Cloe decide llamar la atención con tal de que no se fijaran en el más joven. 

-Me llamo Cloe . - se presenta como única idea. 

Los científicos niegan y le apuntan. 

-Maggie Mako, tu nombre es Maggie. - le señalan y esperan su respuesta. 

Obedece. 

Esa voz la guía pero… 

-Maggie es un nombre estúpido. - murmura llena de toda la frustración que no puede contener. - 

Anotan y pasan al siguiente. Al cocodrilo. 

-Tu eres-

-¡Cuando salga de aquí voy a sacarte la chucha!  ¡¡Vieja conchesumare!!-

La cara de más de uno de los presentes quedó en blanco. 

-¿Este habla español?- apunta un científico.

-Ese será un problema a largo plazo.- suspiran perdidos por culpa de esta situación nada esperada para todos ellos. 

La criatura azul le hace señales para que se tranquilice de una vez. 

-¡A mi NO me hagas caras, weona!- 

Cloe golpeó la pared de cristal. 

-¡Estoy tratando de que no nos follen a todos, idiota! ¡Dile a este mexicano que no haga una escena!-

- ¡CALMATE MEXICANO!- le ordena apuntándole con ambas manos. 

-¡Que soy de Chile, Chile, Chile! ¡Mi país se independizó antes! ¡Nuestro sistema social está bastante cerca del avance de españa!-

- ¿Y si es así qué haces aquí?-

El cocodrilo se quedó en silencio tras la pregunta de la criatura de lana oscura. 

-Tu país está influenciado al igual México y su relación con el narcotrafico empujado por el mismo gobierno de los Estados Unidos. Creo que las cosas no son tan buenas si terminaste aquí, con nosotros. -

Los científicos pasan de mirar a la oveja al cocodrilo. 

-... ¿Por eso dejamos mi casa?- sus hombros caen y la furia se apaga con la posible realidad revelada por fin. 

Porqué sus padres en todo ese viaje no le querían decir que los perseguía, no porque dejaron su casa y familia atrás. Cuando se suponía que vivían bien y en su país habían cosas increíbles como las momias o esas ruinas que nunca pudo ir a visitar por el poco tiempo libre de su padre. Y sus abuelos y primos, todos se quedaron sin responder a ninguna llamada.

Quizas no sea así, talvez es diferente la razón pero ahora tiene una respuesta, ¿Porqué tuvieron que renunciar a su país para huir? ¿De que estaban escapando? 

Ya  no quería escapar, ya no seria la presa. 

La criatura azul suspira completamente aturdida por el sorpresivo sollozo del cocodrilo.

Las otras criaturas procesan por separado y sin entender más de la mitad de lo que escucharon. 

-A ti te creó el canal de noticias. - apunta la rana. 

La oveja negra niega y asiente. 

-La radio, escuchaba la radio en mi casa y mi abuela se pudrió demasiado cerca de la televisión y no había nada de comer así que le prendí fuego y me encontraron. - 

La cabeza del cocodrilo volvió arriba. Con el pulso acelerado al entender a la oveja.

La rana movió las manos asqueada, no comprendía ni le interesó totalmente lo que escuchó. 

-Que asco, a veces los viejitos hacen eso pero no puede ser que lo hiciera en la tele.- mira a la murciélago. - Y dices que yo soy el sucio.-

-Pues… Uhg…- la chica rosa mueve la cabeza y gira dándole la espalda. 

El cuervo por fin decide hablar.

-Estamos quedando como un montón de idiotas. - 

-Habla por ti amigo, yo estaba dormido y… Oh…-exclama al ver a los humanos. Esconde la cabeza de nuevo entre sus manos y vuelve a dormir. 

Voltean comprobando que quién habló fue la cosa roja al final de todas las celdas. 

-Está vivo. - anuncia la criatura rosa más animada al verle moverse. 

Los científicos dan una señal de radio al verse ignorados. 

Esta es anotada por la criatura rosa y la azul. Esperando que fuera a entrar. Más lo que sucedió fue un latigazo desde las plantas de los pies a la cabeza. 

El grito de todos hace temblar los cristales. 

No fue una o dos. Esto duró tanto como un minuto puede extenderse en el dolor. 

Diciendo el científico. 

–Rabie Baby. - le mira deja de convulsionar por la electricidad, encogiéndose en una esquina de la celda, cubriéndose el rostro lleno de lágrimas.-Poe. - ella a la ave. esta no hace más que abrazarse el cuerpo entre temblores, aturdido sus ojos viajan a buscar a los demás como apoyo.-Maggie Mako. - la mira y comprueba que se coloque en el suelo con las manos sobre la cabeza, temblando con el rostro oculto contra el suelo. 

Esta vez les dejo más tiempo y los ya libres solo pueden temblar asustados al escuchar a los demás gritar de dolor sin parar por otro minuto. 

-Simon Smoke. - le llama y espera que responda, observando como este deja de gritar y acomoda el cuerpo abrazándose a sí mismo entre temblores. - Allister Gator.-

Este lagarto se encoge una vez es libre. Busca a su alrededor lo que sea que le haya hecho daño más solo puede ver la celda de vidrio y nada más. 

-Icky Licky.- 

La rana mira al techo una vez cae al suelo. Sin hacer ni un movimiento en lo que espera a que todo le deje de doler.

-Baba Chops.- 

Esta niña corre una vez es libre pero sigue en la celda, golpeándose con la pared de vidrio, cae contra el suelo, abrazando sus rodillas. 

La criatura azul siente que algo va mal al comparar los gritos de la celda de la rata. 

-Paren.- pidió mirando al chico encogerse y gritar, rogando. - Es el menor, déjenlo en paz. - les pide a ellos. 

El científico le apunta con un dedo. 

-No.-le advierte esta mujer. - No hasta que digas de quién hablas. - 

-Se llama Tony, es del bloque cuatro. - 

-Ese no es su nombre, Mako. - 

Cloe intenta controlarse y responderle , más su voz falla en un sollozo al reconocer la falta de su verdadero nombre en esa línea. 

-Se llama Tony… No.- tiembla y sus rodillas se doblan devuelta al suelo. 

No podía hablar, estaba demasiado asustada. 

Del otro lado el cocodrilo los mira a los dos, incluso a la rana batallar por hablar aunque sólo puede balbucear. 

-Es Toullie, Toullie. - les dice y golpea el cristal. -¡Se llama Toullie!- 

La rata deja de estremecerse pero no de gritar y llorar, volviendo un ovillo hasta atrapar su cola entre las piernas.

La criatura rosa tiembla y busca ayuda pero solo ve esos mismos humanos. 

-Ahora… - va al frenar de la celda de esta rata.-¿Cuál es tu nombre?-

Esperaban que el chico recordará su nombre, al menos que intentará mentir para que lo dejaran en paz. No que sus lamentos fueran descontrolados. 

-Son malos, ya no quiero estar aquí, quiero ir a casa, quiero ir a casa, a casa. - lamento en esa bolita temblorosa que se volvió al buscar refugio en su propio cuerpo. 

La electricidad regresó a su jaula seguida de todos. 

La criatura azul rueda buscando el lugar del que viniera más no lo puede ver en el techo ni en las paredes. Despega la espalda del suelo pero no puede ponerse de pie por el dolor trepando desde los talones a la cabeza. Grita intentando contenerse pero solo logra sentir más dolor aún, gritando cuando debería poder contenerse pero esto no le ayudaba. 

El lagarto comienza a golpear el suelo en un instinto de lucha primario, gritando entre el miedo y la furia al golpear con los puños. Cambia las garras y estas dejan una marca por cada punta. 

Los científicos dieron la señal una vez esto sí cedió. 

Dejándolos en el suelo de nuevo. 

-Ahora, quiero que respondan a su nombre como “Presente” ¿Entendido?- se los ordena. 

Cada uno asiente. 

Cada nombre fue repetido y ellos respondieron de inmediato. 

Escuchandose el sollozo de la rata y el lagarto rojo. 

-Ahora que ya entienden quiénes son, debemos hablar de las reglas. - volteo la hoja. - Ustedes cometieron doce crímenes, esa es la razón por las que se les castigará.- 

Esperan. 

-Uno fue hablar del exterior. - apuntó a la oveja. - El exterior no existe, solo existe aquello que los niños deberían saber. - apunta a la rata. - Miraste fijo a los trabajadores, no tienes permitido esto y lo sabes. - apunta al lagarto rojo. -No respondiste y te mantuviste indiferente a la presencia de los empleadores y eso es un insulto que no se te perdonará. - ahora su mano va hacia la criatura rosa. - Pasaste toda la reunión haciendo muecas, esto es una grosería que no se te perdonará fácilmente. - paso a la jaula de la criatura azul. - Te revelaste a nosotros y negaste tu nombre, te negaste a reconocerte como Maggie Mako, esto es imperdonable. - sus ojos van hacia el cocodrilo.-Si no sabes como comunicarte de manera correcta mejor cierra la boca, además de que sabemos claramente cuánto nos has ofendido y como has decidió rebelarse y amenazar al personal desde el inicio. - apunta al techo. - Los hemos vigilado.-mira por último al cuervo.-Poe, intenta ser más animoso. Se supone que lo seas. - 

Asienten bajando la mirada al suelo. 

-Desde hoy deberán dirigirse entre ustedes con sus nombres reales y se les castigará de escuchar una sola vez esos nombres de muertos. - 

La palabra usada les hace temblar. ocultando la rabia bajo el miedo. 

-Ustedes son los Smiling Nigthmires, no piensen en nada más que en quienes son.- camina hacia la salida. - Ustedes son los malos, ustedes son los que deben ser castigados porque nada de lo que hagan está bien. - 

Las criaturas dentro de las celdas de vidrio se quedan solas nuevamente. 

Buscándose unos a otros. 

-Chicos… - los llama la murciélago.-Quiero a mi mamá… Ya no quiero estar aquí.-

La rana comenzó a reírse, sujetándose el estómago. Las lágrimas no paran aunque se ría a carcajadas. 

-¡Nos van a matar, nos van a matar a este paso!- 

Mako, Cloe, toma una esquina para observar el suelo de su celda. Esperando encontrar alguna forma de detener esa tortura. 

Puede ver cables pero la conexión no, y menos alcanza de ninguna forma a romper esta celda. 

Desgastandose muy rápido su fuerza mental, quedando en esta esquina con los ojos llenos de lágrimas. 

-No se que hacer… necesito ayuda, por favor, solo ayúdenme. - pide cubriéndose el rostro. 

Del otro lado ese cocodrilo suspira. Presionando las garras sobre las marcas que dejó. 

Pensado en las consecuencias de lo que significa romper su jaula. 

Un sonido hace a la rata gritar asustada. 

Los restantes sienten la razón de su grito al ser recorridos por la electricidad. 

La saliva de más de uno escapa con la bilis sobre los cristales.

Llenándose los cristales llenos antes con marcas de juegos de azar, con la sangre de sus tímpanos reventados. 

Bajando el gas rojo sobre sus cuerpos.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la fiesta de navidad el calor disminuye para las fotografías. Recorriendo los pasajes de piedra esta periodista acompañada por los mismos actores de voz que daban a los personajes el calor de los niños que grabaron una vez en el pasado de la guardería. Son solo dos actores qué pueden fingir esas voces de antes, incluyendo el eco de la risa alegre de la coneja. 

Grabando líneas al azar para convivir, con un guión , con la reportera. 

Esta les mira entre pasos saltando para llamar la atención con su traje de duende navideño. 

Llega al encuentro de la unicornio. Saludando aunque esta se mantenga en silencio o se limitará a presentarse. Recorren la casa antes de salir a saludar a visitantes y a otras mascotas. Como los pequeños de 1,40 o los más pequeños de menos de un metro. 

Llegando a enfrentarse con el segundo gigante que se cruza en su camino. 

Ese gato.

Saludan.

-¡Hola, CatNap! ¡Es lindo verte! ¡¿Cómo fue tu año?!-

El gato, que antes les saludaba con una pata arriba, se queda en blanco. 

Observando a estos humanos frente a él y como a la vez que le analizan, tras la cámara preparan un guión. 

-¡La luna debe ser lo segundo más bonito cuando mi gatito existe! - dicta con un gran ánimo el joven que imita la voz del anterior DogDay. 

Esto recorre el cuerpo del gato con un sentimiento simplemente horroroso. 

Como si miles de voces rieran y lo apuntaron, burlándose de él. Burlándose de lo que hizo y lo que significaba estar en este camino en soledad. 

Deseo de golpe hacerlos pedazos.. O mejor morir. 

Deseaba tanto morir y volver con su cariño… Aunque ahora se sintiera más que sucio y solo quisiera esconderse. 

Llegar a cualquier lado que no fuera este. 

-¿Ya te vas?- pregunta la reportera al moverse el gato antes de que la pauta de 45 segundos se cumpliera.-No puedes dejarnos, vuelve gatito. - 

El gato no se la pensó al girarse dispuesto a irse muy lejos de estas personas. 

Excepto porque algo diferente a su voluntad sucede. 

Es una cosa increíble que le llena la mente con recuerdos y extrañas sensaciones traicioneras. 

Una fatídica nalgada qué le hace sentir que su cuerpo se partía a la mitad. 

Doliendo en demasía. Tal acto. Voltea con el corazón herido y ese rostro confundido con orejas caídas. 

El perro naranja le sujeta por el trasero y lo hace caer de cara al abrazarlo y repetir el golpe algunas veces más aunque más ligeros. 

-¡Felices fiestas a todos y prospero año nuevo!- celebra dejándolo ir tras ese acto.-¿Quieres saber cuantos regalos recibió este perro?- les pregunta apuntando se con los pulgares.-¡Cero, así que vayan revisando esas carteras para enviar un par de regalos para este pobre perro!- cubre su rostro por un lado. - De preferencia en forma de billetes de cien. - ríe retirándose después de esto.-Mentira, no soy de celebrar el janucá. - 

El gato recoge su dignidad del suelo, dirigiéndose a cualquier punto ciego de la cámara. 

Ahora el departamento de imagen deberá encargarse de este problema. 

El perro regresa a un punto fuera de toda convivencia humana. Revisa la lista de problemas en los que vio a ese perro intervenir. 

Eran las entrevistas con CatNap y Hoppy las que más se repetían en su memoria, por lo que les estaba vigilando a esos dos desde que esas cámaras entraron a La Guardería. 

Ahora, después de lo sucedido seguramente el estado de Hopscotch era peor que antes respecto a las cámaras. 

Esto, pensar en eso, lo hace decaer bastante. 

Sus bromas no eran demasiado buenas. Solo era un humor barato para burlarse de minorías qué aprendió de gente vieja en el hospital y en el campo. Algo que no debería hacer. 

Aún así era lo único que se le ocurría dentro de todo lo que le llena la cabeza. 

Sin ver como ese gato llegaba corriendo a saludar al verlo solo. Esa cola juguetona se detenía una vez lo veía, presintiendo el malestar de Harom. 

-¿Te ocurre algo?- 

Esta pregunta viene de un gatito de menos de treinta libras. 

-Estas raro, Harom. - lo dice tocando su pierna. La preocupación le hace romper la distancia. - Harom, ¿Qué te pasó? ¿Que tienes?- 

El perro siente un escalofrío subir por su cuerpo. Decidiendo agacharse a tomarlo en brazos.

El gato no rehuye y acepta su abrazo, apretando en sus manos regordetas ese pelaje tan espeso. 

No le dice nada. Solo se queda ahí, buscando ese refugio en el cuerpo del felino tan pequeño. 

-Estarás bien, Harom…Estarás bien. No tengas miedo. - el gatito le acaricia, suspirando lleno de pesar. La situación no es la que esperaba. Solo Harom pudo reemplazar al perro y él se quedó atrás como uno de los bajos, solo puede ver como esos gigantes y los humanos ahogan a Harom con exigencias estúpidas qué todos requerían de su persona. 

Siguiendo los pasos de un personaje que de por sí nunca, sin importar cuánto se esforzara, llegó a ser suficiente para quienes le rodeaban. 

Harom no debía cubrir ese lugar. 

-No tengas miedo, las cosas deberán encarrilarse a la vía correcta… - repite las palabras que este chico uso con el en el hospital. - Incluso si algo sale mal, yo iré contigo al fin del mundo y me quedaré si te quedas y volveré si así lo deseas. - 

El perro suspira. Aun perdido en sus recuerdos. Preguntándose si debería hablar sobre lo sucedido con Jason.

Esto lo hace buscar sus ojos tan llenos de luz y color, como espejos sin fondo. Mirándolo directamente. 

Este gatito no esperaba esa mirada tan intensa sobre su cuerpo. 

Horrorizando su mente ante la realidad qué lo golpea de improviso. 

Era asqueroso. Un muñeco deforme, nada más que un peluche mal hecho con manos gruesas y piernas aún más regordetas, casi incapaz de correr aunque así lo quiera. Cubre su rostro con las manos, temiendo seguir bajo esos ojos. 

El perro busca su mirada, usando la nariz para descubrirlo. 

Descubriendo ambos cuanto era de cálido esta caricia. Quedándose así por el tiempo que durará este silencio. El sentimiento nuevo sube por el estómago, llega a su pecho y desea tanto llegar a más. Lo que sea. 

Mas algo le hace detenerse. 

-Para… Duele.-

Sus brazos pierden fuerza al ser llamado por el gatito. Este respira agitado tras ser aplastado en ese abrazo más que fuerte. Su cuerpo tiembla y mueve la cabeza intentando volver a tierra. 

Como cuando hace algún tiempo se quedaba observando al chico sin un brazo y soñaba con pasar su lengua por ese cuello, por su boca y probarlo más allá. 

Este deseo no se termina y la saliva escapa. 

Mas, ahora, el siguiente impedimento no es la vergüenza demoledora qué le llena al ser mirado por esos ojos tan inteligentes , sino la fuerza del perro y su cuerpo naturalmente peligroso en sus dimensiones. 

Respira y sabe que su miedo inesperado arruinó algo. 

Aunque para Harom no era así. 

Esto para él fue un llamado de atención bastante cerca a la muerte.

Como si acabará de ser tan estúpido como de niño y dejara demasiado cerca de la cuna de sus hermanos esa hoz qué usaban para cortar la cebada. 

Estuvo apunto de lastimarlo.

Esto lo hace tomar una decisión solo por amor. 

Volver a unir sus narices. Un poco más suave antes de bajarlo al suelo. 

-Debo hacer mi trabajo. - 

Jason muchas veces soñó con experimentar aquello que debería sentir cuando lo tocaban otras personas. 

Saber porque jadeaban de gusto al destrozarle el interior o hacerlo llorar. Necesitaban tanto que se hiciera pedazos para sentirse bien a su costas. Y cuando se suponía que lo salvaron aún seguía atrapado. 

Viendo los videos qué le tomaron frente a un juez y cuarenta personas sentadas en unas bancas feas o escuchando como esas personas decían una y otra vez que no lo obligaron porque en los videos claramente escuchaba y obedecía lo que le pedían. 

¿Que mierda se suponía que hiciera si no tenía a donde ir? ¿Desobedecer a lo estúpido para que lo mataran a golpes? 

No les gustó esa respuesta y más de tres de esas personas salieron libres. 

Resultando en una situación donde su padre ahora si lo mataría a golpes cuando saliera del hospital sin importar a donde lo llevara el estado, tan solo por el par de miles que tuvo que pagar de fianza, porque él debería estar al tanto de su destino al ser su único familiar vivo. 

No le quedaba nada más que esperar a que lo mataran o lo llevaran a un lugar peor. 

Por Qué simplemente estaba atrapado y no sabía a donde ir ni si habría un refugio donde esconderse realmente. Sin que resulte peor o mejor. Más la incertidumbre lo hacía vomitar cada vez que despertaba en esas cortas siestas de hospital. 

“Mi familia tiene una granja fuera del estado, podrías venir con nosotros si prometes ayudar con las cosechas”

Vamos. Era una engañosa oferta de trabajo y aun así la siente como un refugio contra todo en este mundo. Amando solo esta oferta. Busco sellar esas palabras y quedarse con el chico más allá de todo lo que podría ser solo una mentira de su parte. 

Exigiendo y peleando. Aferrándose incluso al programa de la compañía que misteriosamente llegó a llevarse a todos los niños que carecieran de algún familiar inmediato vivo. 

Escuchó y mintió. Lo volvería a hacer. 

Es solo que aquello que vivio nunca fue placentero pero desearía sentirlo alguna vez , tan solo conocer lo que se supone que es el placer que se dijo que él sentía al ser agarrado por esa personas, más esto era real. Miro arriba al perro que se despide, negándose a dejarlo ir creyendo que lo había rechazado. 

-Dolía rico. - grita antes de que lo deje.-Me estaba gustando, me asuste. - 

El perro se voltea con las orejas bien levantadas ante esas palabras tan inesperadas. 

El gatito estira esa sonrisa. 

-Después podemos intentar algo más loco.- levanta los pulgares seguro de ir más allá de esta reciente nada. 

Ahora más que nunca Jason decide vivir por sus propios deseos. Las palabras de lo que no llegará a ser no serán lo que defina su futuro ni a donde iría. 

El perro sacude la cabeza y sigue su camino, dejando salir algo de vapor por la boca. Avergonzado. 

Hoy le prohibieron llevar al gatito con él, al menos en hombros, y su horario no le permitía cuidar de las visitas y de su felino. 

Jason debe volver a la casa. Esquivando con cuidado a ese gran gato acostado en la puerta de la casa, va a un lado para entrar por una ventana. Rodando por el alféizar. Cae sobre un montón de cobijas preparadas de antemano por Kickin y los Bunzo.

Estos seguramente tenían su misma edad y aun así actuaban como lo haría un anciano. Dándoles órdenes y guiandolos… y cuidándolos con cariño. Esto último los hace ser obedientes o rebeldes como el grupo que ahora arma su imitación de una pelea de gallos de bajo presupuesto. 

Dentro de esta habitación estaban más de estas criaturas de menos de 1,50. Y unos pocos de menos del metro. 

Rodeando una bola de cinta adhesiva con dos arañas peleando en el centro.

La araña más clara gana al rodear a la araña más oscura con su seda. Más la ven caer al piso afectada por el veneno de la araña negra. 

Jason pasa por un lado, dejando que ese grupo se siga divirtiendo con las arañas. 

Algo que podían hacer al ser de felpa y tener dos capas de piel bajo el grueso pelaje. 

Toma un lugar en el pasillo. Las dudas sobre el estado de Harom no las cibrira el mismo chico, debería investigar por su propio lado. 

Observando a la osa pasar por los pasillos. 

Ella ya no brillaba como antes. Estaba tan opaca y callada. 

Nisiquiera se esforzaba por limpiar como antes hacia. 

Dejándole esta tarea a los humanos que de por sí deberían hacerse responsables.

Jason presiente qué algo increíblemente malo había sucedido en el grupo de gigantes. 

Algo que pudo apagar esa luz en sus ojos. En una soñadora como Bobby. 

Camina hacia la osa con una mano estirada y en esta una pieza de dulce de leche qué Harom le consiguió. 

La osa siguió su camino, ensimismada en la nada. Sólo logra llamar su atención al lanzarle una pieza de lego a la espada. 

La osa se gira con un pie por delante, como si estuviera lista para pelear, bajando su mirada al escucharle llamarla. 

-Mira. - le muestra el dulce enrollado en su plástico protector. - Es de leche. - le anuncia estirandola a su dirección. - Tomalo, grandota.- 

La osa deja la cesta en el suelo. Agachándose a su nivel. 

Las dimensiones le hacen sentirse de nuevo pequeño. 

Esta osa es enorme. 

-¿Dónde los conseguiste?-le pregunta. 

Jason lo piensa y decide mentir. 

-No se, me lo dio un niño del bloque dos. - 

Espera a que ella se decida y eso pasa. La osa le toma el dulce y lo desenvuelve con las garras. 

-Gracias… Hace tiempo no comía nada así. - su cuerpo, vestido con una sábana que se supone la hiciera ver como un angelito de navidad, cae de sentón en el suelo haciendo mucho menos ruido del esperado.

La osa disfruto cada pizca del dulce. Mirando al techo conforme deja caer migaja a migaja el bloque de leche reducida con exceso de azúcar. 

Recostandose en el suelo al cansarse de estar sentada. 

El gato camina y se coloca en la pared contraria. La observa encojerse y cuidar sus movimientos con más precaución que él mismo al ser más pequeño. 

-Debió ser duro.- dice al estar en su visión. 

La osa lo mira por varios segundos. Aumentando a minutos en menos de lo esperado. 

-Mira… - Jason juega con sus manos.-No importa lo que te digan, si tu no querías. Nada de lo que pase es tu responsabilidad ni lo merecías… así qué puedes sufrir más esperando vengarte que pensando en todo lo que pudiste hacer diferente.- revisa dentro de sus recuerdos lo que algunas personas le habían dicho. 

En realidad no sabía si esto le serviría a la osa, sabiendo que ella llevaba mucho más tiempo atrapada en ese montón de carne y trabajando duro hasta hace algunas semanas. Si lo resumía… Perdieron a su líder hace menos de dos meses y ahora tenían a uno nuevo. 

Jason quería reemplazar a CatNap matándolo y también al otro perro. Talvez ese gato grande tenía razón y debió pensar mejor en lo que quería para Harom y para sí mismo. 

La osa comienza a llorar.

Jason quedó en blanco al escucharla llorar tan de golpe. Como si esto fuera el límite para contenerse. 

-Me siento tan sola, ya no quiero sentirme así… Ya no quiero que me odien pero no se como hacerlo , ¿Como se supone que haga que me quieran si ellos simplemente decidieron odiarme?-

-Oh…- sus ojos bajan. Ni él sabía cómo se suponía que se lograría algo como “Ser amado” cuando el amor al que se aferró posiblemente no era real al principio y sólo fueran palabras de consuelo vacío. 

Bobby sacude las garras, enojada hasta mostrar la fuerza de sus hombros al saltar los tendones. 

-Lo intenté todo pero ellos aún no querían ser nuestros amigos, lo intenté de verdad que me esforcé. Intente ser un payaso, intenta ser seria, fui servicial y solo logré que nos vieran como una broma. Yo lo intente pero al final solo conseguí humillar y hacer sufrir a mis amigos.-

El gatito inclina la cabeza. 

-A veces no valemos nada para los que nos rodean y no es lo mismo ser irrelevante en la vida de otros como serlo realmente. Creo que hay personas que son buenas para algunas y la pesadilla para otras, seguramente estabas buscando en el lugar equivocado. Quizás estas bien con lo qué tienes. -

Revisa el cierre de su cuerpo, ya distraído saca un pan con spam y ketchup, observando al pasillo.Le gustaba el spam, aunque a muchos no les gustara. Era mejor que nada. 

La osa terminó el dulce, tras quedarse en silencio con la explicación del gatito. La forma en la que este se rendía a diferencia de cómo la educaron para ser ambiciosa, era muy diferente a ellos.Este felino era conformista… pero si en verdad lo fuera, no habría delatado a CatNap ese día. 

-¿Sabes lo pequeño que eres?- le pregunta sin mirarlo. 

El gatito asiente. 

-Podrías matarme y comerme y tardarían meses en notar mi falta o quizás te descubran y den un jalón de oreja.- mueve los pies tranquilo. - Allá afuera tampoco valía demasiado mi vida, así que no gano ni pierdo… - suspiro recargando la cabeza en sus manos. - Estoy seguro de que algún día me matarán en este lugar pero no planeo vivir con miedo. Asi como no me dejaré matar tampoco.- mueve la cabeza animandose.-No si Harom se queda solo. - 

-Harom es… DogDay. Eres amigo de DogDay.- 

-Si. Aunque y tal parece que a ustedes no les gusta que él tenga algo fuera de ustedes.- su frustración la acusa y mira enojado. - Ustedes son muy celosos. - 

-No creas eso, no es así. Lo digo…Porque tú no le agradas a CatNap. Lo hiciste pasar un mal rato.-

Ese mal humor en el gigante lo causó él mismo cuando le hizo pasar una mala experiencia y ahora.. . No se arrepiente. Ese gato no le agradaba en lo más mínimo y aún desearía matarlo. 

Este pensamiento sube por su cabeza a sus orejas, como si encendieran un fósforo desde el fondo de su consciencia. Un fósforo qué deseaba tener en manos pronto. 

Así como librarse de los cálculos sucediendo dentro de la osa. A diferencia del perro muerto o Bubba y Picky. Bobby en sus ojos tiene tatuadas sus emociones, sus pensamientos y sus anhelos. Ahora mismo ella siente una gran curiosidad por él. No podría ser bueno a largo plazo recibir eso de la osa. 

-Quiero coger al menos una vez antes de morir, ¿Y tú qué quisieras hacer?- le distrae con una pregunta que sabe que a las chicas no les gusta escuchar. Necesitaba deshacerse del interés de la osa. Solo quería saber sobre el estado de Harom, no escuchar advertencias vacías de alguien que definitivamente se pondría en su contra a la primera oportunidad. 

La osa siente el calor subir por su columna superada con creces por este gato. 

-Digo… ¿En qué otra cosa puedo decidir usar este cuerpo? Seguro que sería increíble por bueno o doloroso, pero lo habré experimentado y será porque yo lo quise así . Ya es hora de ser mi propio dueño. - 

La osa ya no le responde pensando hasta hervir.

Planeaba advertir a este gatito sobre el problema que se estaba cocinando entre el gato grande y los otros. Theodore no manejaba bien el que hubieran más como él en La Guardería. 

Aunque quiera ocultarlo era imposible no ver cuanto este chico gato no deja de rondar a las criaturas de una forma insistente pero no sabía el porqué ni a dónde llevaría su comportamiento extraño. Además de tener un problema para comunicarse con los pequeños de menos de 1,m. La dejan en un predicamento de seguir mudos cuando solo quería hablar con ellos. 

Ahora este gato la abandona y se va sin pesar ni vergüenza. 

Moviendo esa cola de lado a lado a cada paso. Lleno de una nueva determinación. 

 

Harom era fuerte pero un gran simplón en lo que a relaciones interpersonales se refiere, lo necesitaba. 

Necesitaba su ayuda. Si no se lo comerían vivos estos tipos. 

Con solo en mente los guantes de un ingeniero. Capaces de protegerlo del fuego. 

Y algo de queroseno, siempre es bienvenido. 

 

 

 

 

 

 

En los jardines el trabajo del perro comienza a rendir frutos aunque le cuesta su propia energía. 

Logrando robar de nuevo la cámara para permitir que Hopscotch escapará del lente. 

No le estaba gustando esta situación. Como si su trabajo fuera simplemente seguirlos y estar detrás de sus patas cada segundo de su vida. ¿Qué clase de enfermo mental puede estar tan al tanto de más de cuarenta cosas?

Los niños, las cámaras, los trabajadores ordenándole mover escenografía, las visitas saludándolo he insistiendo en que debería ser como antes, el malestar de espalda por estar siempre tenso y este repetitivo cansancio. 

Lo sucedido golpeando su subconsciente una y otra vez para hacerlo consciente de lo que le pasó como si fuera crimen olvidar lo miserable y sucio que se sentía con esta vivencia pegada a su cuerpo. 

Y no tenía un solo amigo aparte de Jason. 

No podía sentirse unido a este grupo, incluso si se esforzaba por ayudarlos. 

Era todo tan superficial y cortes e incluso menos que eso. 

Esto comienza a pesar sumado al ruido y las luces llenándolo de estímulos ajenos a su presente. 

-No puedo con esto… - murmura rindiéndose tras el edificio de La Juguetería. 

Todos estos chicos eran de todo menos sus amigos o familia. No le era posible imitar la abnegada personalidad del perro anterior, no podía simplemente seguir haciendo lo mismo una y otra vez. 

-Oye. - 

Mira a un costado. Es un gato grande y era obvio por esa portentosa voz. 

-¿En que se supone que te ayude?- le interroga observando al gato de arriba abajo. 

Este felino lo apunta con la nariz. Esa gran sonrisa le advierte con esta iluminación, lo poco que le gustaría escucharlo desde ese mismo segundo. 

-Tú, no vuelvas a tocarme, sucio. - le advierte. 

Aunque fuera por un reflejo condicionado por su léxico, esa palabra final cayó al fondo de la mente del perro nuevo. Llegó bastante profundo, lejos de todo lo que hasta ahora había contenido fuera de su mente y su centro. Ofendido hasta gruñir. 

Haciendo algo que el gato no esperaba al precipitarse al frente. 

-¡No!- grita por reflejo. 

El perro lo abrazó por el cuello. El aroma a vainilla lo llena. 

Es como antes y a la vez no lo era. 

El aroma de DogDay, de todos en esta horrible fiesta de locos, era por perfumes obligados a usar diariamente. 

Este chico por supuesto que los usaba pero no por eso era igual… Pero lo era. Era el mismo perfume. 

Como si otra vez estuviera presente su cariño. Incluso el mismo pelaje espeso y esos hombros tensos. 

El aliento que humedece su pelaje. 

-Si estoy tan sucio, ¿Porqué tiemblas? ¿Es acaso que te gusta la suciedad?-

El gato lentamente lucha por librarse del abrazo. 

-También podría ser tan simple como que extrañas al idiota que mataste. - 

El gato logra retroceder. Escuchando música de fondo y el desastre del interior de su cabeza. 

Los gritos del perro al ser comido vivo o la sangre que le salpicaba, y el peso de su cabeza en su garra. 

-No sabes nada. - 

-Lo que sé, es lo que veo. - atrapa la nariz del gato acercándose sin dudarlo. Era más pequeño pero no sirve de nada esa ventaja si el gato no se mantiene firme y huye. -Lo que veo es que te gustó tanto como te gustaba el otro. Incluso si estoy sucio, te gustó demasiado, CatNap. - 

El gato movió la cabeza lentamente, negando. 

-Estás temblando tanto… - su mano baja sin romper el contacto, deslizándose por ese pelaje hasta su mandíbula, mirando esos ojos llenos de temor. - Tal vez no sea yo, tal vez es ese elefante o cualquiera de los otros… ¿Lo mataste porque te estorbaba?-

Si. 

Antes de poder negarse esa respuesta llega desde el fondo del corazón del gato a su mente. Gritando desde su alma cuanto le desgarraba escuchar los hechos de lo sucedido. 

Porqué DogDay le estorbaba a Dios. 

Sacude la cabeza apartándose. 

-No, no… - 

-¿No qué? ¿No te estorbaba? ¿No me observas porque te gustaría que también desperdiciara mi vida pensando en ti como lo hizo el imbécil o anterior?-

-Ya cállate… No vuelvas a tocarme. - mueve la cabeza retirándose lo más rápido posible. 

-No sigas mirándome, me enerva que incomodes a Jason.- 

El gato no se detuvo incluso si ese nombre le molestaba. 

Sus patas tiemblan al alejarse. Cayendo de lado en la nieve falsa. Su cabeza llena de pensamientos vuelve a un mutismo profundo. 

-No es cierto, no es cierto, no lo es… - sus patas suben a su cabeza apretando sus oídos con fuerza. 

Dejando que la nieve falsa lo cubra por la máquina que a unos metros la produce. 

 

 

 

La Navidad estaba resultando ser mejor pasarla en el interior de sus celdas. 

Bubba lo decide al ver al gato rendirse aguado en el jardín y a Hoppy subida en un techo para huir de las cámaras. 

Los observa desde el quinto piso de la juguetería. Suspirando al comprobar el mal estado de todos. 

-Podría uno enloquecer. - revisa la hora sobre su cabeza, en el reloj tematizado a Mommy, suspira sabiendo que pronto sería la hora. 

Lo que estaba planeando a espaldas de DogDay. 

Cargando con esta culpa entre muchas más.

-Bubbaphant. - 

Sobresaltado voltea y mira a los trabajadores en el pasillo. Estos vienen con rostros agitados. 

-Ven con nosotros, ahora mismo. - le ordenan. 

Bubba sacude las orejas al obedecer. Un escalofrío lo llena al verlos agitados. 

Preguntándose si el evento ya sucedió o si salió mal… ¿Será que lo descubrieron? 

Su hermano le mostró que hacer de ser descubierto y también a estos humanos se les enseñó lo frágil que era el equilibrio entre ellos y las criaturas a las que someten. 

¿Podría hacer todo lo qué Dog… ¿Lo qué hizo Hobart? 

Estas dudas lo llenaban pero también se esfumaban al ver a todos ser reunidos silenciosamente por los trabajadores. Esto lo acompañan con gran preocupación. 

Incluso Picky, quién estaba más callada que nunca, camina en el grupo con ese gran vestido que le dieron para verse como un duende navideño, mirando a cualquier lugar menos a los presentes. 

Bubba toca su hombro. 

Lo intento. 

Ella sacudió su toque como si fuera un insecto, adelantándose al frente del grupo con Hoppy y Bobby. 

Bubba guarda este dolor bastante profundo, lamentando el estado de Picky, todo lo que ella sufre, ahora que no saben cómo protegerse sin las conexiones de las flores entre los científicos. Contactos que solo pueden tener los que administran las flores y no los mensajeros. 

La enfermedad de Picky y su consumo de narcóticos desde ahora y hasta un tiempo impredecible. 

No entendía que debía hacer para ayudarlos o salvarse a sí mismo. 

La fiesta navideña se queda atrás al ingresar a la zona mecanizada. 

Viendo con sorpresa las muchas luces rojas brillar en paredes y techo. 

-Abajo un grupo experimental se salió de control, necesitamos que vayan y los sometan o encuentren como devolverlos a sus celdas. - 

Tal instrucción suena preocupante con el tono de este nuevo guardia. 

Los científicos debían estar en los pisos de abajo, atrapados con los experimentos fugitivos. 

Este escenario lo sienten un dejavu, más ahora no eran ellos discutiendo con DogDay si deberían hacer un acto o simplemente llevar a quien pudieran a la muerte, sino buscando reivindicar sus nombres con estos humanos. Que busquen cualquier otra cosa que investigar. 

Miran algunos al perro para que haga las preguntas concernientes pero solo le ven de pie, con la mirada fija en el piso. 

-¿Qué hacemos si intentan matarnos? ¿Podemos defendernos?- la voz es de Picky, mostrando su descontento con un gesto de sus pezuñas. 

-Hagan lo que sea necesario sin matarlos ni salir dañados. - termina la orden al abrirse el ascensor.-Van a encontrar difícil la tarea pero más les vale completarla de alguna forma. A menos que quieran ser castigados.- 

El elefante suspira en el ascensor. Pasando sus ojos por sus compañeros. 

La puerta de hierro se cierra pero aún están siendo vigilados por un grupo de cuatro guardias. 

Haciendo difícil que puedan hacer algo más que mirarse. 

El ascensor pasó esos quince minutos bajando. 

Llevándolos hasta el laboratorio donde le esperaban los experimentos fugitivos. 

La compuerta abre y pueden bajar de la plataforma. Los guardas qué los guiaron vuelven al interior, subiendo a La Guardería nuevamente. 

Deben quedarse solos atestiguando el baño de sangre en las paredes. 

Tensos miran alrededor a cada camino preocupados. 

-No creo que debamos separarnos. - apunta el gato nervioso por el susurro de las máquinas sobre sus cabezas. 

-¡Puta mierda! ¡Avisa que vas a hablar, jodido pulgoso!-

El perro y todos gritaron más por el susto que les lleno por el grito de Picky, la cual se había asustado por la voz del gato. 

-¡Mierda!- levanta las pezuñas.-Ni Siquiera nos dijeron que son o cuantos hay, solo sabemos que hay más de uno. Coño. - gruñe bajando de la plataforma. - Este puto vestido no me deja caminar bien, carajo con todos estos hijos de perra fetichistas de mierda. - sus quejas las acompaña con el levantar de la falda para bajar de cuatro en cuatro los escalones. 

Bobby, con la misma indumentaria, baja de la misma forma. 

Seguida Hoppy quitándose la barba falsa y el abrigo lo deja en los escalones. 

Kickin lo lleva al seguirla. 

-No debes ensuciarte. - le habla estirándolo a su dirección. 

El perro usa los bordes de hierro para saltar la plataforma, aterrizando de pie del otro lado. Sus nariz se mueve al olfatear el ambiente cargado del olor de una carnicería. 

Talvez ser de campo tenía sus desventajas pero ahora es una ventaja. Habiendo despellejado y limpiado a tanto pollos como cerdos y vacas. Puede fingir que los cadáveres estrellados en los muros eran restos de conejos muertos o algo así. 

Camina esperando no pisar nada. 

De fondo los dos, el ave y la coneja comenzaron a discutir en las escaleras. 

Dejando al gato bajar por el mismo lado que el perro. 

Encontrándose de nuevo. 

La cabeza del felino se ladea al cambiar su rumbo. 

No sabía a donde ir y puede que ninguno de ellos tampoco, decidiendo que el quedarse como chismosos observando a la coneja y el ave pelear les viene como una actividad más que agradable a comparación de la hiel qué deberían tragar en poco tiempo. 

-¡Ya deja de molestarme, no lo voy a llevar conmigo! ¡¿No entiendes que me estorba?!-

- ¡Puede que te estorbe pero aún te es útil! ¿No es tu pelaje demasiado vistoso? ¡Debes usarlo!-

-¡Que no lo quiero!- grita bajando de una vez con un salto. 

El ave le sigue el ritmo. 

-¡Hoppy, debes protegerte! ¡¿Porqué peleas ahora?!- le cuestiona al alcanzarla. 

Hoppy tuvo un estallido, tirando pelo y el vaho qué estuvo acumulando se en su interior. 

-¡¡Porque no quiero usar esa basura, no quiero esto, no lo usare!! ¡¡¡Me importa un carajo si terminó bañada en sangre, es mejor que vestir lo que esos estúpidos me pusieron encima!!! ¡Después de lo que nos hicieron, aún intentan vestirnos como payasos! ¡Ya no quiero esto, no lo quiero!-

Kickin intenta hablar pero su boca se queda sellada. Temblando al inhalar y exhalar. Hoppy nunca le había gritado de esta forma, incluso cuando eran humanos o cuando peleaban por el liderazgo. Hoppy siempre fue tremendamente paciente con él. 

-Lo siento-

-¡Oh, claro que no lo sientes perra! ¡¡Esta mierda sucedió por culpa tuya, tú y este maldito gato!!- mira a Theodore al filo de la habitación. - ¡¡¿Por Qué mierda hablaron, porqué nos hicieron esto?!! ¡¡¿Qué se supone que ganabas matando a Dog Day?!! - sus gritos terminan cuando vuelve a mirarlo, encontrándose con la realidad donde estaba gritándole de esta forma tan horrible a su novio. Cayendo su humor hasta el suelo junto con ella, doblando las rodillas cubre su rostro sollozando cansada de todo. 

De saber que habrán más videos de ella y ahora con este cuerpo también. Llorando en mares secos, su voz se quiebra agotada, temblando y estremeciéndose hasta babear. 

Puede que lo que les estaba sucediendo fuera totalmente ajeno a lo sucedido con el líder pero ya no hay nada para protegerse, solo culpas y reclamos vacíos para todos en sus destino lleno de horrores para todos en el mundo que les estaba aplastando.

Ya no les queda nada que proteger, ni siquiera estos cuerpos deformes estaban limpios. 

Desmotivando en muchas formas el espíritu de más de uno. Entre ellos Hoppy, ya atormentada por la inutilidad de su fuerza en un lugar que no la necesitaba. 

Kickin tiembla abrazando ese abrigo estúpido, intentando hablar y no ahogarse en la asfixia de su hiperventilacion. Llorando antes de poder responder. Paralizado en su propia pesadilla. 

-Es mi culpa… - murmura apenas logrando mantenerse de pie.-Yo lo siento. Perdón. - 

Picky suspira al verlos atrapados en su drama.Asegurándose de colocar esa desagradable máscara de la gran maldita decide ayudarlos. 

-Si alguien tiene la culpa es este lugar.- intercede sin ánimos. - Vamos, matemos algo mientras podamos.- le llama iniciando el camino. 

Crafty la sigue con un aspecto desmejorado. Esta semana ha sido mala en muchas formas. 

El perro, apartado del grupo, les observa uno a uno. 

-Es navidad, a todos les pone mal estas fechas. - gruñe al acercarse a uno de ellos.-Iremos de cuatro, de otra forma se esconden y nos rodearán.-

La cerdita le apuntó. 

-Ahora si hablas, perro. - 

El perro gruñó en respuesta. 

-Estuve leyendo las notas del imbécil. - apuntó a los dos pasillos. - Allá dentro hay ocho de ellos, de entre siete y dos metros.- 

El número siete no le sonaba bien ni a CatNap. 

No habían enfrentado algo de esa estatura desde los gigantes de la superficie. 

-Bubba irá con Kickin, Crafty y Bobby. Tienen al grande y las garras.- miró al grupo que formó, esperando ver alguna queja antes de continuar.-Hoppy, Picky, CatNap y yo iremos por el otro. - 

-DogDay nos diría que deberíamos ir juntos…- 

La queja viene de Bobby, en voz baja y tensa. 

El perro levantó las manos y la apuntó. 

-¡Pesas 700 kilos, no puedes seguir escondiéndote detrás de otros! ¿Ya vieron sus fichas? Hasta el enano pesa 200, no son fáciles de despachar así que dejen de ser tan cobardes y maduren.- agarro al conejo por la mano haciéndola levantarse del suelo. 

Kickin observa con un sentimiento más que horrible en la garganta al ver a la coneja seguirlo con la cabeza baja. 

CatNap lo miro una vez antes de seguir a su grupo. Como si con esto se lo repitiera, “Diles la verdad” 

Kickin puede hacerlo y a este punto sería increíble hacerlo y culpar al gato de todo pero no era tan sencillo porque… Si ellos descubrieran cuánto tiempo hizo lo que hizo, su confianza en él se iría al caño más allá de lo que podía imaginarse. 

Bubba suspira descubriéndose los oídos antes de poder moverse hacia ese pasillo. 

Esto no sale tan bien como se supondría y los otros tres de su grupo, quienes ni se habían movido aún, exclaman al verlo cubierto de sangre. 

Cosa causada por el cadáver desparramado que le cayó del techo. Pareciendo una broma de mal gusto. 

El inicio de su primera misión sin su hermano como estratega, da comienzo. 

 

Notes:

Aquí vamos.

Chapter 77

Notes:

Hola y buen día.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

-Cuando la reunión termine todos menos Ronald , saldrán vivos de esta oficina.- la orden rompe con el mutismo.-Si desean pueden quedarse, no los detendré de acompañarle.- 

El aliento del hombre mencionado escapa dejando que el miedo le trepe hasta los ojos enrojecidos ante el terror. 

Los presentes bajan la mirada a la mesa, entre los documentos afianzan sus vidas. Mostrando fría indiferencia al condenado tan solo con voltear el rostro o ignorar su presencia desde ese segundo. 

La sala de reunión está cubierta por la luz de las lámparas sobre sus cabezas. En estas habitaciones de terciopelo y adornos de madera fina, invaden las sombras de los rostros presentes con el reflejo de los metales preciosos. 

La electricidad fue disminuida en búsqueda del disfraz necesario para ocultar a todos las cabezas de la manticora en el centro de funciones. 

Sumiéndose en la oscuridad interrumpida por esas lámparas amarillentas y un par de iris al fondo. 

No es la primera reunión que está abarcada por un tema exterior ni sería la última. Tal vez para algunos en la mesa. 

Ese anciano vuelve a estar conectado a un suero y su silla de ruedas se come el espacio con su peso. Intimida a todos en el lugar incluso si pueden verlo hacia abajo. Un hombre que parecía un depredador sin importar cuanto la muerte le esté reclamando de los pies a la cabeza. 

-La situación en el piso de oficinas no se ha podido controlar. - les informa un secretario al fondo de la sala. 

Un directivo en la mesa lamenta la situación llevándose las manos a la cabeza. 

-A este punto la compañía ya ha perdido más de un 10% de nuestra información financiera. - 

Las miradas de los presentes suben a las pantallas frente a la mesa. 

En ese cristal pueden ver a la fuerza armada desconocida robar entre varios la información y a un par de empleados secuestrados a punto de violencia. 

No sería diferente a ver una película mala con efectos deficientes el interés de los altos mandos refugiados en la zona segura dentro de los recovecos enredados de la oficina del dueño de la empresa. Observan como sus trabajadores son asesinados como lo hace un contador con los ceros desaparecido en un vistazo. Inconscientes de cuán cercanos son a esos números descontados de forma indiferente por cada uno de ellos. 

Todo más fríamente calculado pieza a pieza por rearmar conforme siguen decayendo los números, todo por el jefe presente entre ellos.  

Dicho hombre parece en muchas formas, menos que interesado en los empleados sustraídos a base de violencia desmedida y esas tantas máquinas y computadores robados por éstas personas que ya asesinaron a más de la mitad de los guardias. 

Las criaturas fueron retraídas, tras las múltiples heridas sufridas por el monstruo azul, por orden del jefe. Protegiendo las del fuego enemigo y una cámara en manos de uno de los asaltantes. 

El monstruo rojo continúa a su flanco. Inerte como los buitres junto al ganado de camino al matero. Respirando sobre la nuca del líder de inteligencia en la mesa. A orden 

La tecnología no era tan espectacular en esta época. No para el presente. 

Esa cámara era inalámbrica , sí, pero no era la única. 

Estas personas venían con más que un objetivo físico. 

Venían a robar los secretos de la compañía. 

-Los hemos visto acercarse a las puertas de bajada pero no dan un paso adelante. Incluso cuando ya les quitamos las cerraduras de varias puertas.- informó el encargado de las criaturas.-Los wackie son desechables y podrían con esto, pero no será así a menos que bajen a la zona designada para liberarlos. - espera alguna respuesta o incógnita pero el jefe sigue indiferente. Causándole una ola de miedo. Temor a ser deseado como sería en muy poco tiempo el líder de inteligencia de la fábrica. -No tiene sentido que se queden en la superficie, nuestras funciones solo llegan a las cerraduras de los primeros setenta pisos.- 

-No parece que su plan los lleve a internarse más al fondo. Aunque venían preparados para ello.- la mirada del hombre a cargo de las cámaras da un informe con solo darse cuenta de cómo empezaban a replegarse uno por uno como lo haría la avanzada de un hormiguero en cámara rápida.-Se retiran. - 

El jefe de laboratorios se encontraba en los pisos inferiores, atrapado en la sección de La Guardería. Siendo su representante una pasante. Demasiado valiente o ingenua para pensar en quedarse callada. 

-Es como si el plan que armaron no fuera bajar o… - al revisar las notas e informes en la mesa su atención se concentra en lo que considera un cálculo aparte y no un punto a discutir donde no era bienvenida la voz de un titere como ella. Acostumbrada a una mesa científica donde todos deben participar por obligación y no donde sería censurada. -Es como si las piezas que necesitaban para dar rienda a su siguiente paso no estuviera en su lugar.- raya con un plumón el mapa de la fábrica. - Ellos evitaron exactamente las puertas abiertas pero lo más importante es que estaban cerca de las entradas de código cerrado. Como la entrada al departamento de innovación y no a las oficinas de inteligencia donde las cerraduras son comunes y tan solo con un empujón pueden abrirse. - les muestra su resultado. - Ellos venían al laboratorio. - espera la respuesta. 

Ahora puede ver los ojos de cada cabeza fijándose en su dirección. Es lenta pero el mensaje en su contra llega, devolviéndole al silencio, a tomar las notas de la reunión. 

Toman la información que les completo en un momento,sin responder o hacer una observación por lo que parecieron varias horas. 

Aunque solo fueron dos minutos de silencio. 

-Señor. - el encargado de las criaturas no tarda en aferrarse a esa información para proteger su propia ineptitud. - La única pieza que se necesita para abrir esas cerraduras es un empleado del interior. - 

La asistente de Ludwig al fin habla. 

-Uno con el conocimiento suficiente para guiarlos de fuera al interior. Un traidor aún deja sus huellas hasta ahora.- 

El nuevo director de inteligencia se acerca desde el fondo, colocando los informes antiguos sobre la mesa. 

-Aún no nos deshacemos de todos los topos, significa que la administración anterior debió esconder algunos de ellos a nosotros.- 

El amenazado mudo mantiene la boca cerrada. Protegiendo la última pizca de dignidad qué le quedaba. Los secretos que protegió al ocultar a los tantos que sacó de la nómina serían lo que le quedará. Esperando que algún día hicieran algo útil y jodieran a toda esta empresa. Aunque tal vez estaba soñando cuando uno de ellos era un simple conserje. 

El jefe da una orden, después de guardar silencio por toda la reunión. 

-Asegurense de que la información perdida sea de fuera del departamento de innovación, suelten los secretos que robaran como adelantos. Salgan ahora mismo.- 

El hombre, que hace tan solo un segundo se había llenado de valiente resentimiento, aprieta el cuerpo en una vara. Por instinto intentó aferrarse a uno o más de los presentes pero estos se sacuden sin siquiera darle una mirada al salir de la oficina. 

Mira en el terror que lo embriaga a esa cosa levantarse a espaldas de Ludwig y caminar a su dirección. 

-Señor… - lo llama temblando en esa silla tan cómoda y cara. 

Llevaba años sentándose en esta misma mesa, comiendo y bebiendo al discutir sobre los negocios. 

Hace muy poco recibío la oferta de ver algunos videos sorprendentes sobre las criaturas del interior. No podía imaginar que de alguna forma el negociar con estos a cambio de los horarios de desconexión con el exterior se viera atrapado. Tanto por haber colaborado desde hace años en la venta de información como la manipulación de videos de seguridad. 

-Puedo decirle quienes hablaron conmigo, quienes están conmigo. Lo juro, señor.-

-No importa si hablas ahora, yo lo descubriré más rápido de lo que hablas. - mira a sus asistentes a su lado. -¿Los tienes?- pregunta. 

Esta muestra los vhs de los ocho colores. 

-La forma en la que actúas me enferma. - dicta Ludwig. - Vendiendo videos de los niños de mi fábrica, como si fueran de tu propiedad. Eres un miserable gusano. - 

-Señor, usted mismo ha visto esa clase de videos-

-No como lo haces tu ni con tu mórbida curiosidad. Lo que propuso el departamento científico es en base a las criaturas, no a ustedes y… -pierde el interés en cuanto comenzó a emocionarse. - Boxy. - lo nombra y da la señal. 

Esta criatura no tarda en atraparlo con sus brazos estirables, subiéndolo sobre su cabeza lo abre en dos, derramando se las entrañas dentro de sus boca, lo muerde y traga en un segundo. Volviendo a su lugar en el mismo mutismo. Pareciendo de nuevo un mueble al fondo. 

El hombre en la silla no sufrió reacción alguna. A diferencia de la secretaría conteniendo las náuseas. 

-Los sonrientes fueron llevados al interior.- le informa la asistente tomando ella misma el fax en la máquina. - No se verán inmiscuidas en el incidente de la superficie al incluirlos en el experimento.- 

-Esta bien. - responde, toca el control de la silla, avanza observando las gotas de sangre en el piso. - No debimos permitir que los trabajadores se enteraran de detalles personales sobre las criaturas. - 

-Aunque antes le pareció emocionante. - 

-Es emocionante, más no algo que deseara sucediera de esta forma en mi fábrica. - sube su atención a la criatura roja.-No sabemos a dónde van las cosas pero permitir que una espina adulta como esa entre a este lugar, solo causará una caída sin precedentes. Eliminen esos registros, todos. - 

La asistente y el jefe dejan la habitación. Dejando a la secretaria recomponerse en silencio. 

La mujer limpia su cara con una toalla húmeda, mirando a la criatura roja. 

-Comete esto. - le ordenó al monstruo al lanzarle las cintas. 

La boca de este se abre y las traga sin tardar. 

La secretaria suspira tomando su maletín, ya decidida a salir del lugar. Lo abandona en la oscuridad. 

La criatura roja espera unos minutos para escupir las cintas en el suelo. 

Había destruido a cuatro de estas. La blanca, la roja, la azul y la amarilla. Dejando el verde, la morada, la naranja y la rosa intactas.

-Llevenselas. - ordenó. 

Un pequeño CatBee pasa por un costado junto con un Bunzo, llevándose esas cintas. 

-De verdad que sin ese idiota las cosas se están yendo a la mierda.- suspira riéndose de la ironía. 

Ni muerto ese perro dejó de causar problemas o quizás no fue él… Los planes de ese tipo continúan siendo completados incluso muerto. 

No debía tener nada que ver con el perro. 

Estas cintas con lo que sea que tuvieran dentro, debían ser importantes. Eran su premio del día. 

Un elemento que Boxy no esperaba conseguir justo ahora. 

Vuelve a tragarse el resto y dejar que en un futuro le encuentren solo estas si lo revisaban. 

Guardando esas llaves para el futuro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las raíces que rodean el núcleo

                                                               Se pudren

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es difícil no odiar tu reflejo cuando es una puta horrenda la que está del otro lado. 

Esto lo está aprendiendo lentamente la mente de Picky. Recordando las palabras de Crafty, como dolían. 

Preguntando si lo que es esta vida aún tiene sentido. Ser una chica estaba siendo demasiado para su cordura. Ni siquiera podía serlo de forma normal. 

Tuvo el periodo antes que sus amigas mayores y ahora una masa de carne crece rodeando su maldito y poco apreciado útero, al menos eso le explicó la doctora… Metida entre sus piernas encadenadas. 

-Mierda…- el asco la hace regurgitar. Sujetándose la cara con una pezuña contra su frente. 

El grupo se detuvo al verla sujetarse la cabeza. 

-Picky. - la llama Hoppy.

La cerdita suspira al escucharla. Puede que por culpa de su enfermedad es que los médicos decidieron hacer ese proceso en las otras chicas… Esto la hace sentir aún peor. 

Porqué ya no estaba el niño que sacaría los ojos de una persona, que le daría una asegurada paliza, solo por protegerla. Dejándola ser consciente de sí misma y su debilidad. 

Estaba tan asustada. 

-Picky, concéntrate. - 

Mira a sus compañeras. Tratando de volver al presente. 

Donde esté pasillo de cemento y pinturas extrañas era donde estaba atrapada en una tarea que no pidió ni deseaba. 

Hoppy le toma el rostro entre las manos y le sacude aprovechando que estaba tan distraída. 

-Ya encontramos a uno. - le avisa volviendo adelante. 

La cerdita reacciona al escuchar eso, pasando por un lado del gato. Más es detenida por esa larga cola. 

-Es raro lo que está haciendo.- le avisa.-No parece estar muy cuerdo. - 

El perro, al frente del grupo, recarga el peso en la baranda de hierro. Mirando al fondo de lo que parece un parque en un tipo nuevo de cárcel. 

-¿Cómo llegamos hasta aquí?- pregunta perdida por el lugar. 

-De verdad que no estabas con nosotros. - suspira Hoppy. -Llevamos diez minutos caminando y aun así no nos encontramos con los otros. - mira a la criatura. - Este es pequeño y lindo. - murmura. 

Es una criatura igual a ellos. Caminando por este espacio con una pelota en manos. Una cola de tetera se mueve a su espalda, con su buen humor presente. Juega con esta pelota pateandola entre pasos y la sigue al rodearse lejos de su lugar. 

-No se como vamos detenerlo. - 

-Lo veo tranquilo. - apunta Hoppy. 

-Puede que estés desde el inicio pero no estás viendo todo. - le avisa el gato. 

Hoppy frunce el ceño al escucharlo más Picky también le da una señal con un golpecito a la nuca. Decide volver a mirar con detenimiento. 

Encontrando la razón de la preocupación del perro y el gato. 

Esa pelota es un torso embolsado.

Un tronco humano dentro de una bolsa plástica. Rodando ya destrozadas las costillas y los órganos hechos una masa viscosa qué suena como el fango al pisarla y patearla. Ahora existe la duda de cuántos impactos más aguanta esa bolsa sin romperse. 

Hoppy sacude la cabeza. 

Ella ya mató y lo volvería a hacer. Es suficiente o se supone que lo sea. 

Necesita un segundo para procesar lo que vio. 

-Vamos a matarlo. - 

Los tres miran al perro con rostros desencajados. 

-No, esto… Deberíamos hablar con él y ver si puede arreglarse.-

-Niña, no. - le reprime enojado. - El tipo esta jugando con una bolsa llena de tripas, no vamos a - 

El sonido viscoso les avisa que esa bolsa dio la última y su interior se derramó. 

CatNap, quién no dejó de observar aunque fuera solo por el horror, fue testigo del saltito qué dio esta criatura al romperse su juguete. Algo le hace mover las orejas al verlo asustado, retrocediendo con las manos sobre la boca. 

Esperaría que como un loco se apresurara a comer las tripas pero al contrario, va a una mesa y la arranca del suelo para cubrir su desastre. Aplaude y vuelve a otra zona de la gran sala. 

-Debe ser estúpido, matemoslo. - ordena y el mismo salto desde lo alto, aterrizando con las rodillas flexionadas sobre una mesa. 

Esta se revienta por su peso, con esto los otros tres también bajaron al verlo tomar uno de los hierros como arma. 

-Solo piensa que es un cerdo… - murmura para sí al pensar solo en cumplir la tarea y regresar con Jason. 

CatNap se interpuso poniéndose de costado. 

El perro deja de avanzar, mirándolo con el ceño fruncido. 

-Espera. - le pide avanzando él mismo con el cuerpo encogido al agazaparse.-No es necesario. - actúa como lo haría Dog, su cariño, tratando de hablarle primero. 

Esta criatura desde el principio, como no con tanto ruido, les observaba con un aspecto temeroso. Retrocediendo cada paso que él mismo daba. Chocando con la pared, su voz escapa tan ligera y suave como solo era la voz de un niño muy pequeño. 

-No. - le pide levantando las manos en defensa. 

Era una criatura de 2 metros, era grande para un humano pero pequeña para CatNap. 

El gato se detuvo y suspira, retrocede un paso y gira. Como lo hace un gato antes de acostarse, rueda tres veces, antes de acostarse mirándolo. La criatura pega la espalda a la pared, suspirando al verlo acostado. 

CatNap pone la cabeza en las patas y espera, estirando la cola hacia este sin parecer hacerlo apropósito. 

La criatura tarda pero es imposible que su mente deje de ignorar esa larga y tupida cola en el piso. Moviéndose suavemente, atrayendo. 

Dobla las rodillas y muy lentamente intenta tocarla. Esto pronto le es imposible a esa distancia, acercándose un poco más pero esa cola se mueve un poco más y apenas puede alcanzarla al escurrirse entre sus dedos. 

Lo intenta y por un segundo lo logra pero se escapa. 

En un momento ya estaba a un lado del gato. Mirando sus ojos abiertos pero esa cola jugandole una broma al pasearse burlona por su rostro. 

Comienza a reír al entender que era un amigo este gato. 

CatNap mira a su grupo. Satisfecho por lograrlo sus orejas se mueven emocionado. 

El perro deja ese metal sobre su hombro, observandolo con un rostro aburrido. 

-Engreído.- gruñe. 

Picky suspira. Esto le recordó demasiado y a la vez muy poco a su amigo. 

Distraída en otro objetivo, Hoppy revisa esa bolsa. Notando algo que a simple vista no se ve y es algo preocupante , aparte de lo asqueroso que era, que la bolsa estaba sellada con calor y no por un nudo. 

-¿Un humano le dio esto?- se pregunta sin tocarla, tocándola con una cuchara de este comedor..-Es un sello al vacío.- vuelve a enderezarse, olfateando el ambiente. 

Si. Huele a humanos … y a algo quemado que viene hacia aquí. 

-Mierda… - corrió por los otros. - Vámonos. - insta en un murmullo al gato. 

Este mira a la criatura, preocupado lo atrapa por la cintura con la cola. Caminando con este elevado haciéndolo reír esa posición parecida al vuelo. 

El perro y la cerdita van por detrás al saltar devuelta por esa baranda alta con un salto la coneja y trepando a su manera los últimos tres. Siguen hacia adelante mirando a ese espacio, bajando las orejas la cerdita al ver una llamarada elevarse desde el fondo que no pueden ver ahora qué han salido de esa sala. 

-¡¡¿Too… - 

Comienzan a correr por donde llegaron sin escuchar más de ese lamento extraño. 

Al menos la criatura lo toma bien y ríe en el vuelo. Tal vez sea solo por el equilibrio definitivamente superior del gato a comparación con cualquiera de los otros tres. 

El resultado es el regreso de este grupo hasta el ascensor. Las puertas se abren. 

Fue claro como el humor de la criatura cae en picada al ver humanos. Gritando y tratando de librarse entre berridos. 

CatNap… Theodore reacciona a la realidad, al ver como le maltratan con electricidad, lo sedan y arrastran de su control al suelo. Rodeándolo en un segundo con una cinta metálica. 

-Traigan al resto, solo necesitan estar vivos. - les informa el guardia, ya están cerrando el ascensor.

El peso de lo que hicieron les hace quedarse en el mismo lugar. 

-El actuaba como un bebé. - murmura Hoppy. - No creo que sea tan grande como Bobby cuando nos hicieron esto.- su mente navega al pasado. Sus garras tiemblan, cerrando las en puños.-¿Que tan niños los comenzarán a lastimar? - 

Theodore puede recordar a los pequeños de la PlayHouse, a todos los bebés que Kickin intentó proteger ya destrozados. Baja la cabeza sin atreverse a romper la promesa con el ave, callando ese secreto hasta que el ave misma hablara. 

El perro le sacude la espalda en otro mundo. 

-No importa eso, si nos detenemos… Enviaran armas y como este tipo mostró que aún podemos hablar y convencerlos, hay que hacerlo. - decide escucharlos. Apunta a la mesa de control. - Traigan las puertas. Haremos una cruzada medieval. - 

Los tres hacen una expresión diferente al escucharlo. 

DogDay decía que un buen líder escucha y una vez su grupo decide, actúa. Ya sea que les guste o no. 

Tal vez este perro fue puesto de líder por una razón que deberían conocer después. 

Vuelven adelante. Con una misión más que decididos a completar. 

Lograr atraparlo con la menor violencia posible. 

 

 

 

 

 

La situación del segundo grupo es mucho menos positiva. 

Los tres estaban atrapados dentro de una sala grande. Con un dragón. 

-¿Cuales siete metros? ¿No mide como diez esa cosa?- murmura Crafty, temblando por el fuego qué esa cosa expulsa. 

Solo habían venido a esta sala por el aroma de los otros, al haber pasado ese tiempo sin encontrar nada en su recorrido. 

El fuego se estrella apenas a unos centímetros de ellos. 

Crafty ahoga un grito agarrando el brazo antes de que se encendiera más que unos pelitos sueltos. 

-Bubba. - le llama asustada. 

El elefante piensa y tiene que aguantar un grito por lo caliente del muro. 

-No se que hacer, somos unos cerillos contra el encendedor. - Bobby se lamenta con la cara entre las rodillas. 

Kickin estiró el cuerpo, oculto bajo una mesa, para apagar el mechón encendido de su cabeza. Vuelve a esconderse, vigilando al dragón que camina en dos patas y con la cabeza agachada. Escupiendo fuego al chasquear de sus dientes. 

-En Zelda les ponen enfriamiento a los enemigos, ¿Porqué este tipo no tiene qué enfriar su habilidad?- sus molestias salen a flote desde su escondite. 

-¿De qué puta verga parada hablas?- le pregunta Crafty. 

El ave la mira enojado antes de responderle. 

-En los juegos… - 

 

El sonido de una arcada los hace sobresaltar. Asomándose a ver al dragón. 

Este ha caído al suelo de rodillas, vomitando una cantidad preocupante de sangre hirviendo desde su boca, cayendo los dientes de su sonrisa y la carne cocinada. Era como un soplete con la llama naciente demasiado cerca de la boquilla. Autolesionandose hasta llegar a este punto sin retorno. 

Era un prototipo inseguro para sí mismo. 

Bubba decide tomar la oportunidad, recogiendo una mesa del suelo para golpearlo en la cabeza varias veces… Bobby, porque él no tiene manos para sostener esa mesa. 

La osa hizo esto repetidas veces. Logrando la quinceava vez que esta criatura caiga al suelo languida. 

-Arriba, llevemoslo arriba. - les ordena Bubba tomando entre las patas la cabeza del dragón. 

Corren con una extremidad en su poder cada uno. 

Tal vez solo dos minutos después ese otro grupo llegó y desde arriba aterrizan listos, para nada. 

Miran alrededor y gruñen, Picky gruño al descubrir que se prepararon para reverentemente nada. 

-Eso no es bueno.-

-Creo que podemos tomarlo como una competencia.-

Buscan aquello que llama la atención del perro a la cabeza. 

Un par de plumas grandes. 

-¿En serio crees que eso es de Kickin?- le apunta Picky. - Miralas tarado. - 

-Son verdes. - 

Cada uno se quedó en pausa. 

-¿Tu ves esto verde?-

El pero frunce el ceño. 

-Claro que no, estoy bromeando. - cruza los brazos molesto por la poca aceptación para su gran y oportuna broma. 

-No creo que entiendas que este no es momento para bromear. - 

-Entendido. - levanta los brazos, girando con dirección a la siguiente habitación.

Uno esperaría que lo atacaran en cuanto entrara a esta sala pero no ha sido así. 

La espalda de Theodore sufrió un rasguño tan profundo como para destapar su columna, tan solo en un segundo cayó al suelo con los ojos desorbitados. Viendo como esa cosa se traga el pedazo de su carne y pelaje de un solo bocado. 

Picky corrió hacia él. 

Theodore se encogió cubriéndose la cabeza con las patas en defensa contra la gran patada que presentía. 

Pero Picky se quedó encima de él, rugiendo al techo con los brazos arriba en jarras. 

 Theodore intenta moverse pero ese rasguño hizo algo, no puede levantar la cabeza ni enderezar las patas traseras, quedándose en el suelo hasta que el dolor aminorara al sanar por fin. 

-Lo siento. - espera disculparse con ella ahora antes de causar más problemas. 

La cerdita lo patea metiéndolo bajo una base de cemento. Esto resulta ser una defensa épica contra esas garras oportunas más ella se quedó al descubierto, dejando al gato solo como testigo de cómo esta misma criatura oscura aterrizó sobre ella. Mordiendo hasta arrancar una oreja en menos de lo que podía creerlo. 

Esto no fue ignorado por los dos restantes. 

Cada uno lucha con su propio predicamento. Saltando sobre Hoppy, quien había intentado auxiliar a la cerdita, una cosa rosa y más grande que ella. Recibiendo una mordida directa al cuello. 

El perro pasó un segundo entero tratando de entender lo que sucedía a su alrededor. 

Un pájaro negro y un murciélago rosa. Ese es el problema. 

La solución es prenderle fuego al árbol donde los cuervos duerman, disfrazado de espantapájaros o con los murciélagos, un gato. 

El gato está fuera de servicio y no tienen fuego ahora. 

Le queda mojar al murciélago y matar al ave. 

Corre adelante, tomando la puerta que soltó por error Hoppy, encestando un golpe a las alas para desgarrarlas con las orillas afiladas. 

Este murciélago era más grande que él. Diablos. 

Lo descubre al enderezarse está en un rugido tras desgarrarse su piel tan frágil y sensible. 

El perro salta hacia atrás, sujetando una de las sillas de hierro la lanza contra el ave negra. 

Está por fin suelta a la agotada Picky, dejando al descubierto el deterioro de ese rostro llena de sangre espesa. Aún despierta logra mantenerse de pie, respirando con dificultad entre los jirones de piel. 

-Gato, ya levántate. - le exige cubriéndolo aun. 

El felino en el suelo vuelve a batallar pero el daño era muy malo. Escucha a uno de los huesos tronar, causándole tal dolor indescriptible más si conocido. El mismo que sintió en la experimentación al despertar como este gato. Le ha desconectado la columna inferior y la superior. 

-¡¡Aaaaaa!!-el grito al fin salió de su boca. Sollozando al intentar ponerse de pie y solo recibir más dolor. 

Theodore no puede ayudarla ahora. Esa es la resolución de Picky, dirigiendo su atención a otro punto en lo que esa ave se recupera del golpe qué le dio el perro con la silla de metal. 

 Buscar a Hoppy al estar libre de la criatura rosa. La puede encontrar en el suelo. 

Al tocarla puede sentir lo fría de su piel. Helada. 

-¡Coneja!-la llama asustada por su estado. 

Hoppy puede mover los ojos pero su cuerpo estaba tan frío y quieto, estaba casi muerta.

Picky la arrastra al mismo escondite de CatNap. El cansancio y el dolor por culpa de estos rasguños la hacen tambalearse hacia atrás. 

El perro continúa batallando con la criatura rosa, logrando evitar esos dientes solo por muy poco al estar esta en el suelo o saltando a sus costas entre las mesas y la pared. Era un murciélago en toda la extensión de la palabra. Grita cuando el perro le logra dar un puñetazo, tirándole los dientes de la sonrisa. 

-¡Su mordida te paraliza!- le avisa Picky, usa una silla para darle espacio y evitar a la criatura.-De dos a tres metros, un carajo.- La frustración no evita que note algo atrás de su nuca. Gira lanzando un golpe con su pezuña. 

Este golpe suyo es esquivado tan solo por la delgada figura del ave negra. Atrapada nuevamente por esas garras, mucho más grandes que las de Kickin, enterrándose en su costado hasta el fondo. 

Picky siente como sus órganos son revueltos y heridos, gritando al perder el control en la desesperación. Empeorando su estado el peso de esas garras superiores sobre sus pezuñas.. 

El reflejo de lo sucedido le hace perder toda estabilidad. Gritando hasta desgarrarse las dos voces entre los cabezazos de esta criatura con pico. Estos golpes la marean, sacando las poca fuerzas que aún poseía con este dolor repetitivo. 

El perro por su lado ha logrado meter a esta criatura en la cocina más reducida. Usando este espacio para moverse mejor aunque le cueste un par de arañazos al ser reducido el espacio. Con esa silla en mano la levanta con las patas adelante pero no para alejarla, usa cada extremidad para ir hacia adelante. Atravesándola con las cuatro patas de la silla. Sujeta su cabeza tirando de esta al tenerla clavada en la pared. 

La sangre salpica por encima de su cabeza. 

 

Para Theodore al fin algo de su movilidad regresa, ahora que ya no podía seguir tragándose el trato que la chica de su propio grupo estaba soportando. Theodore comienza a acercarse desde el suelo, usando las garras superiores para avanzar, tira cada objeto a su alrededor. Estaba bien no poder levantarse, desde el suelo haría lo que pudiera. 

El eco de esa voz llega desde la cocina. Donde el fuego inició con el pelaje rosa. 

-¡Solo matenlos de una vez!-

La orden es clara por parte del líder. Cosa que hace al gato perderse en su interior. 

¿Esto es lo que hubiera querido su cariño? ¿Matar a todo el que le dificulte sus objetivos? 

“DogDay es un asesino, ha matado más experimentos y humanos de lo que podría decirse” 

Su cariño pudo haberse equivocado. 

“La locura es algo que da mucho miedo” 

Locura. Locura es ir contra lo que está bien. 

Su cariño era bueno, deseaba ayudar a las criaturas a cumplir con la voluntad de Dios, incluso si no se conocían. Lo amaba y cumplía con sus anhelos antes incluso de él mismo. 

Dios era quien estaba detrás de DogDay, Dios lo aprobaba y Dios lo cuidaba. 

Dios querría que estos enemigos pagarán esta gran afrenta. 

Pero su cariño querría que fueran útiles. 

 

Antes de poder terminar de pensar y decidirse ya ha llegado al encuentro con la criatura, arrancándole de tajo una pata con la fuerza de su mandíbula. 

Los gritos de esta criatura llegan al nivel de los alaridos de Picky, rodando por el suelo al ser pateada por la cerdita. 

Ella aún no puede levantarse, mirando el techo gris con gran odio. Tan agotada. En muchas formas su cuerpo y mente están al límite. 

-Estarás bien, Dios te salvará, Dios te cuidara, Dios te librará de este dolor. - 

Ese murmullo y el temblor sobre su torso la hacen girar la cabeza. Esto la deja sentir como trozos de su cara caen al piso. La carne de su cráneo respira y sufre, contrayéndose al ser expuesta al aire, terminando con su poca resistencia. 

-¡Me duele, duele, DUELE! ¡SOLO PAREN, POR FAVOR, PAREN! ¡¡YA NO, YA NO, YA NO!! ¡POR FAVOR, PAREN!-

Ni ella sabe a que le grita. A su presente, al pasado, a sus padres gritando, a los cuidadores de ese lugar escurriendo las manos bajo su ropa, a los que le dispararon en el estómago, a estos científicos entre sus piernas o a las criaturas con las que pelea sin quererlo. Nadie quiere llenarse de odio ni dolor, y aun así la obligan a enojarse, a odiar, a detestar tanto su propio cuerpo como a las vidas que la rodeaban. 

Era una niña mala y nunca sería perdonada por sentirse como lo hacía, así como nunca la escucharon. 

 

El gato tiembla ante su desesperación. Rodeándola con los brazos le oculta en su pecho. 

Aún no sabía que querría su cariño en esta situación ni si era correcto matar a los hijos sabiendo que su pecado es la ignorancia que es tan fácil de curar como compartirles del amor de Dios. 

-Dios está aquí. Dios está aquí, cierra los ojos, Dios está aquí. Dios está con nosotros. - lo murmura, orando por aliviarla. El dolor que atestigua lo carcome, lo estaba matando. 

Exhalando el vaho espeso coloreado por el frío con el gris del agua condensada.

Esta brisa helada llena de alivio el dolor en Picky. Correspondiendo este acto con un abrazo, dejando que el aliento húmedo llene sus heridas y se encargará de sacarle el fuego de la carne viva. 

Theodore recita sus propias palabras de apoyo, lo que se repetía una y otra vez lo compartió con ella. Aun así el miedo lo hace voltear al escuchar el correteo de esa ave por el suelo. A cuatro viene hacia él torciendo el cuerpo. 

Por supuesto que no era demasiado grande pero su situación era de todo menos favorable. Cubre sin dudarlo a Picky, repitiendo esta oración para sí y para ella. 

Sin parar incluso cuando esta criatura comenzó a morderle el costado y buscaba a la cerdita en sus brazos. Debía ser una criatura muy rencorosa. 

Patea pero no puede sacarlo de encima sin descuidar las heridas de Picky. 

El verdadero fuego escapa de la cocina con un estallido suficientemente fuerte para hacer las mesas volar por encima de las paredes. 

El gato mira de reojo sin dejar al descubierto el cuerpo de la chica entre la nube de vaho. 

Es el perro saliendo con esa criatura quemada en su poder. Lanza un objeto grande hacia el ave.

Esta lo esquiva, cosa equivocada. 

Estallando a su espalda ese objeto. Un tanque grande de gas. 

-Cuando era pequeño y estaba en la granja de mi abuelo , unos tipos entraron al granero y mataron a nuestro único cerdo. A estos tipos el abuelo los atrapó y los apuntó con un arma para que se fueran. Mi abuelo creía que un cerdo no valía la vida de un ser humano. - esto en realidad deseaba decirlo al caminar con la criatura rosa amarrada con las cadenas que usaban para mover las grandes ollas de carne hervida qué le servían a las criaturas.

Estaban en la cocina para las mascotas.

-Cuando estos volvieron y mataron a traición a mí abuelo y le prendieron fuego, entendimos qué algunas personas simplemente no merecen la vida. - el perro pasó por un lado del gato, tirando sobre él un botiquín de primeros auxilios. El gato lo abre sin dejar de vigilarlos, buscando medicina para el dolor. -Así esa vez que mis padres subieron a una camioneta y fueron hasta la casa de esos dos. Mataron a los perros, a su madre le rompieron la columna, a ellos les dispararon doce veces en cada pierna y a sus hijos los dejaron irreconocibles.- piso al ave. - No creo que los que estemos aquí merezcamos un mejor trato cuando nos pasamos un tanto de la raya. - hizo presión sobre la criatura, tronando todos los huesos de su torso. - Y ustedes ni siquiera dejaron rastro de nuestros límites. - usó esa cadena para golpearlo, reventando el picó ese gran impacto. 

 

 

 

 

 

El otro grupo llegó a ver esto. Sobresaltarse al verlos en tal estado a todos y cada uno de ellos. 

-¡Hoppy!- el ave siempre corre a buscarla, quitando los pedazos de las mesas destruidas tras el estallido, la saca de debajo de esa pieza de concreto. Abrazándola contra su cuerpo. 

Hoppy no estaba exactamente inconsciente. Aquella toxina solamente la hacía incapaz de moverse. 

Mirando con la cabeza caída a todo el lugar y el fuego extendiéndose por las paredes. 

Después de no poder defender a nadie, ni a sí misma. 

El perro levantó la cadena y pateó al ave quemada. 

-Tres llévense a estos y a la herida.- les ordenó sentándose sobre una mesa volcada.-Antes de que el ruido atraiga al resto, apúrense. - les ordenó. 

-Los mataron-

-No, solo están inconscientes. - apunta el perro, recargándose en su mano en un reflejo de sueño intenso.- Ya, llevenlos… Huele a Anís.- miro a los pasillos. 

El gato comienza a reincorporarse. Esto ocasiona otro brote nervioso en la chica. 

-Bubba, Bubba… Bubba. - lo llama al reconocer su aroma. 

El elefante viene en su dirección. 

La chica levanta la pezuña esperando su contacto con anhelo. 

Theodore movió las orejas al verlos. 

Porque este elefante pasó de ella para ir por esos dos y cargarlos bajo el brazo lado a lado. 

Picky no puede ver por sus heridas pero lo siente. Como la presencia llegó y se fue, ignorándola. Esta vez no puede mantener su máscara de odio, derramándose el dolor al ser ignorada tan fácilmente como perder la vida entre los dedos. 

El gato no tarda en consolarla, murmurando un ruego para ella. 

-Dios está aquí, no estás sola cuando él siempre nos observa con amor. - 

El vaho helado la relaja, cayendo en el sueño inducido por el cansancio. 

Aquel felino la carga en brazos, levantándose en dos patas. Algo que normalmente no podía hacer. 

El perro lo mira en dos patas, frunciendo el ceño al ver esas costillas marcadas. 

El felino era delgado como un siamés o estaba desnutrido de forma alarmante. Lo que sea, no se metería en eso. 

Limitándose a vigilar al pasillo por el que entra ese olor pesado a té de abuela.

Bobby siente el mismo olor, acercándose al pasillo por curiosidad. 

-Si eso no viene, no vamos. - 

La advertencia es cortante por parte del perro. 

Bobby siente algo diferente en este al estar en una situación muy diferente a la convivencia con humanos. Como si para este chico el conflicto fuera tan natural como para su amigo lo era comunicarse con las personas. 

¿Sería que hay un patrón para armar a cada uno de ellos? El estudio de ondas que Bubba estuvo interviniendo leía esas cosas cerebrales pero ella no sabía qué era eso. Con el tiempo entiende que se trata de la vibración o frecuencia eléctrica del cerebro. Entonces definitivamente el perfil para ser “Bobby” debía ser una base que ella llenó sin darse cuenta.

Así mismo ahora este perro debió llenar un patrón de ondas parecido a Hobart. 

Siendo así… No sabía qué hacer para detener el estudio cuando solo es testigo de cómo se llevan a los niños. Al menos los estudios se vieron dañados por los esfuerzos de Bubba y los niños venían de fuera. 

-No se que son, no había visto a ningún dragón en el programa. - le comparte esto al perro, esperando lograr tener una conversación con este. 

El perro le observa de lado. 

-Son Nightmares. Creo que los hicieron hace algunos años y solo tienen cómics. - 

Bobby juntó las manos sorprendida. 

-No sabía eso. - 

-En el exterior las ventas se reducen a algunos estados a la redonda de esta fábrica pero no es suficiente para olvidar que no son las caricaturas más populares. Compiten con mlp, llj, Batman…Nadie le gana a Batman. - el fuego estalla marcando las paredes.-Necesitan variedad en el comercio. Un par de migajas qué rascar.- 

Debía aceptar que como a Bobby le recorrió un escalofrío con la visión de las llamas cercanas, de verdad que le hizo saltar por dentro, pero este mismo fuego era un refugio para lo que se ocultaba en el pasillo qué no han atravesado aún. 

Esa gran puerta y su recepción les advertía del peligro por venir. 

-No iremos allá. - decide tras pensarlo detenidamente. 

Bobby tiembla estremeciéndose hasta los huesos. 

-Pero se enojaran con nosotros. - 

-No me importa, Picky está muy herida y CatNap está rezando, no es buena señal. Nunca. Nunca sigues adelante cuando el creyente se pone a orar.- se levantó de la mesa. Aparte de Bobby también Crafty se encontraba en este espacio junto a Kickin y Hoppy aun en el suelo, solo capaz de mover un poco los brazos.-Los guardias deberán encargarse de esta mierda. - 

Solo se preguntaba dónde estaban los malditos guardias. 

-Debemos obedecer, o nos tratarán aún peor. - le insta Crafty poniéndose en el camino. 

-Nuestro druida esta paralizado, el mago esta sufriendo una desviacion mágica , la bruja no puede moverse, el sabio está aún más estúpido y somos el bardo, la elfa de las flores que no le gusta pelear y el enano con un límite de poder menor a uno. - apunta al pasillo. - Y ese pasillo es un Mimic. No lo vale y no voy a exponernos a algo tan estúpido por esos imbéciles. - sujeto el collar de hierro de Bobby. - Ahora vamos al ascensor y larguémonos. - 

Crafty mueve las orejas al seguirlo. 

-Eres más nerd que Hobart. -

-Pero el que está vivo soy soy, o tal vez mi padre si pasaba tiempo conmigo. - 

Eso fue bajo. La cara de las dos, Crafty y Bobby, se tuerce de camino a Hoppy. 

-Seguro que por eso se tomó esas largas vacaciones tu papá. - 

El perro les mira fijo. 

-Lo último que me dijo es que me amaba, ¿Qué es lo último que les dijo a ustedes?-

-Muerete.- responde Crafty. 

-Corre.- gruñe Bobby desconectada del presente. 

El perro apunta a la coneja, ayudándola los tres. 

Caminando el perro al final sin dejar de vigilar sus espaldas.

Kickin suspira, sospecha que el enano era él. Fijando su atención en las heridas de la coneja. 

 

 

 

El salón se queda solo con las llamas y el humo. 

Coloreando su luz roja la sombra de la criatura en la entrada del pasillo. 

Moviéndose a cuatro patas tras el rastro de la sangre. Y el salto de lago en los muros. 

 

 

 

 

En la zona del ascensor Bubba entrega a las dos criaturas. 

Esto se ve un poco problemático por el estado de las dos criaturas heridas del grupo de los sonrientes. 

Más el sacudón qué les estremeció al ver al gran gato de pie con la otra criatura rosa en sus brazos. 

El perro pasó por su lado sin importarle qué estos no recibieron bien su actuación. 

-Nos largamos.- 

Esta declaración fue del perro. 

Los guardias iban a dar una orden de retirada, apuntandolos con las armas al verles rebelarse. 

-No intenten hacernos parecer imbéciles, miserables monstruos-

-Recuerda a los de arriba. - advierte otro mirando al perro directamente.-Recuerda que están allá arriba.- 

Harom siente el mal humor crecer al ser amenazado nuevamente con Jason, más es verdad, ellos tienen a su gatito. Está allá arriba lo que le queda, todo lo que tiene es ese gatito.

 Más… Si ahora permitiera que lo amenazaran, solo empeorará.  

Lo que fuera a decir el cuarto guardia se queda en nada ante su vuelo y no porque el perro decidiera rebelarse, lo que planeaba, si no porqué se murió. 

Cosa causada por una larga probóscide viscosa, derritiéndose la piel al contacto con el líquido de las manos de la criatura dueña de esa larga lengua. Habiendo agarrado al humano con dos manos antes de tragarlo, el líquido en su piel lo hace partirse a la mitad. De donde le sujeta. 

Los tres guardias restantes gritan en el ascensor. Cerrando la puerta. 

El perro apenas alcanza a meter la mano, con el riesgo de perder el brazo, y robar una de esas armas. 

La criatura rana saltó por las paredes, quedando prendado solo con su tacto a un muro alto. Donde les vigila con esos ojos bien abiertos en su dirección. 

Esos ojos siguen el arma en poder del perro, el que no puede usarla por culpa de su mano excesivamente grande, pasándola al ave que apenas logra sostenerla sin tirarle al suelo al desagradarle tanto esta cosa metálica. 

-Dispara solo si se mueve.-

-No tengo buena puntería… no se si pueda hacerlo.- 

-Cállate y hazlo. - le ordenó al estar más frustrado por el cierre del ascensor. - Mierda hombre, parece que necesitas un beso cada vez que se te da una tarea.- 

Puede que los trabajadores no tarden en volver, después de todo esta gente vale menos que los experimentos, dejandoles estos veinte minutos de espera en proceso de descubrir si esta criatura va a cooperar o a frustrar a todos. No tenía sentido que fueran solo cuatro guardias. 

Esta criatura continúa en el muro, saltando de un lado de la sala del ascensor a otro. 

Aterrizando frente a la criatura púrpura. 

El gato afila los ojos. Protegiendo a la chica en sus brazos. 

Esta rana la mira directamente. 

Saltando de vuelta al techo de concreto. 

Saca la lengua sin atacarlos. Saludando. 

La situación se vuelve tensa al estallar el calor dentro de sus cuerpos con un torrente de sangre golpeando sus tímpanos. 

Observando como la razón es la gran mordida en la cintura de Bobby. 

Es un monstruo gigante, ni CatNap era tan grande. 

Pasándolo por mucho, mucho con esas escamas verdes brillando en el durazno de su material tierno jade. 

-Te tengo. - murmura esta cosa al tirar de la piel de Bobby. 

El grito de la osa sacude las paredes, retrocediendo sin un pedazo de la piel de su cintura. Avanzando desde el suelo a cuatro patas, deja que esa piel y pelaje rojo se deslice por su boca, caminando sobre este siguiendo a la osa. 

Bobby tropieza buscando apoyo del grupo paralizado. 

Antes de que este atacara a Bobby nuevamente la rana cayó al suelo sobre el lagarto. 

Buscan a Kickin y este les mira de vuelta. 

-Lo hice… - suspira mirando el hueco qué un disparo le dejó en el torso de la rana. 

No eran balas comunes. Esto no era para nada normal. 

El agujero dejado por el impacto era comparable a un cráter en ese torso abierto en dos. 

Aquella criatura toca con la cabeza a la rana, escuchándola temblar y gemir en el suelo. 

Este silencio se esparce sobre sus cuerpos, presintiendo algo que no deberían. 

Dejando un sentimiento más que extraño para los sonrientes carentes de la posibilidad de ello.

El descubrir a otra criatura capaz de llorar y hacerlo al hacerse una bola protectora sobre su compañero. 

Kickin tiró el arma de sus manos, temblando con lo que había hecho frente a sus ojos. 

El daño que le hizo a estas criaturas y cómo puede sentirlo. 

Saborear la sangre en el aire.

Eran iguales, no habían razones para hacerse daño. 

Seguramente estos chicos eran unos de sus niños en La Guardería. 

El perro le empuja recuperando el arma. 

-No seas malditamente idiota. - le reclama empujándolo al suelo. Corre y salta frente a todos. 

Sin dudar en clavar la culata del arma en el sentido del gran monstruo. 

Este no grita, solo cae desparramado. 

-Idiotas, grandísimos idiotas. - su humor cae volteando a ver a las criaturas de su propio grupo.- ¿Que?- les cuestiona. 

El gato, hasta ahora en silencio, decide expresarse. 

-El estaba llorando. - 

Los hombros del líder caen de golpe, sintiéndose atrapado en una escena de comedia absurda de televisión pública. Apunta a Bobby. 

-También le arrancó un pedazo a tu compañera.- se le recuerda resuelto, cansado y más ahora que antes. 

La misma osa aprieta su herida con el ceño fruncido. 

-Escucha…creo que estamos haciendo algo malo. - lo murmura Bobby más que nerviosa con lo sucedido.-El estaba llorando. - 

Entre el jaleo la coneja comienza a moverse por fin, pateando para despertar sus músculos inferiores. Lista para pelear con el líder. 

El perro siente una ola de risible furia llenarle los pulmones. Debía cuidar a un montón de patos suicidas o a personas. Lo que sea. Lo estaban cansando. 

-No me putas jodas. - el perro la apuntó con el arma.-¡¿Que mierda tienes en la cabeza?! ¿No te arrancó la carne? ¡No es posible que seas tan estúpida!- le reclama a ella y a todos los que puede ver se inclinan en su contra ahora. 

Bobby los defiende, solo fijándose en las lágrimas del lagarto. 

-Las personas asustadas pueden hacer cosas malas pero no por eso son nuestros enemigos, yo creo que podemos hablar con ellos, DogDay nos decía que no juzgaramos a alguien asustado. - 

Bubba al fin encuentra su voz, apoyándola. 

-En los laboratorios a veces nos hacen-

Harom no pudo escuchar sobre esos lugares sin volver a lo sucedido. Lanzando el arma a los pies del elefante. 

–¡¿Quieren que simplemente les de la razón en todo?! ¿Qué cambié de plan cada vez que ustedes simplemente se acobardan? ¡¡No soy un maldito titere, decidanse sin pincharme las pelotas!!- va directamente hacia el elefante. Ya sea que fuera un cobarde, como aparentaba este, o un tipo con el rasgo de arrastrarse fingiendo que lo era. Era esta situación el límite. - ¡¡¡Obedecer y volver a su lugar intocable o hacer este episodio ya jodido un maldito chiste!!! ¡¿Qué quieren hacer?!-

Bubba Exhala el vaho contenido en su estrés, temblando al ser confrontado tan directamente por el perro. No es tan alto como lo era el anterior líder ni era tan significativo para él, es el saber que ni él tenía la respuesta para lo que este tipo preguntaba. 

Su hermano era un líder flexible qué no tenía problemas para retorcer los planes conforme la situación cambiará y los mediaba a una dirección hasta un punto satisfactorio con solo saber un poco de lo que su equipo quería. Este tipo de interrogatorio no era lo que estaban acostumbrados a recibir. 

-Debes calmarte. - lo pide al fondo Crafty. 

El perro la mira y asiente. 

-Entonces la señorita que se escondió mientras se comían viva a su compañera ¿Qué quieres hacer?- 

Crafty llevó las pezuñas a su estómago, el tener sus órganos expuestos aún la asustaba por instinto, exhalando al ser observada por todos. Rindiéndose al fin a la situación. 

-Quiero a mi hermano. - su voz se quiera lentamente, doblando las rodillas con un sollozo seco. Cayendo al suelo entre sus lamentos. 

El perro baja el brazo , llevando una mano a su nuca. Calmandose al sentir como la tensión decae tan de golpe por parte de todos los presentes. 

El gato ha caído de sentón, abrazando a la chica contra su pecho en esa posición, observa al suelo con el cuerpo del cocodrilo inconsciente y la rana en peor estado. 

Eran hijos de Dios… Y los estaban lastimando por orden de los humanos pero no había cómo negar que él mismo estaba pasando por una prueba de dolor por su culpa. 

Theodore vuelve al presente, después de vivir cada una de estas experiencias por fuera de su cuerpo, suspirando de dolor cuando el sollozo de Crafty le llega por un lado. Entendiendo un poco más de la situación que había creado él mismo. Dejó todo a medias, no les dijo donde estaba su cariño ni porque lo hizo. Era como un adulto que no habla con la verdad y te deja con migajas sin sentido alguno. 

El perro, muy apartado de las maquinaciones de ese gato, decide muy a su pesar dar un paso atrás. 

Su padre y mamá le educaron con cortesía… 

Y ahora que lo pensaba bien, no la uso en todo este tiempo. 

Retrocede levantando las manos frente al grupo. 

-Escuchen, por favor. - les pide a todos. 

Cada mirada sube o viaja a su dirección. Confundidos o tristes, enojados y perdidos. 

-Yo no soy su hermano o el amigo que seguramente no hubieran querido perder.- piensa en lo siguiente que debía decir. - Yo soy Harom Smith, y aunque el nombre lo parezca no soy un ladrón, cumplí quince años este 12 de noviembre y me gustan las manzanas. No me gusta el alcohol pero sí solía robar un par de cigarrillos a mis padres. Tenía dos hermanos menores y ahora están muertos.- esto era de una forma un tanto liberadora. -Me gustan las chicas pero creo que estoy saliendo con un chico y creo que es raro. - apunta a las dos criaturas heridas en el suelo. - No creo que puedan presentarse por ahora así que, ¿Me dirían ustedes sus nombres?-

Crafty bufo recuperándose lentamente. 

-CraftyCorn, me gustan las peras con miel y las sopas de letras. Cumplí 14 hace muy poco. - 

Bobby presiona su herida con fuerza antes de hablar. 

-Bobby BearHug, me gustan las plantas y los dulces. Tengo 13 años.- espero a ver si alguien más hablaría. 

Hoppy levantó la mano desde el suelo. 

-Misery Giménez… Mi color favorito es el rojo y me gusta el baile. Cumplí 16 este año.- 

Bubba decide cooperar, dejando caer sus tensos hombros. 

–Christian Crawford, me gusta la mecánica y los elotes. Tengo 18 años. - 

El gato en el lugar se presenta

-Theodore Grambel, me gusta Dios, mi cariño , el jazz y dormir. Tengo 14 años.- su larga cola se enrolla sobre su hombro y cabeza, cubriéndose de las miradas. 

Kickin apoyó la presentación con su propia identidad. 

-Soy Paul pero me decían Polly, tengo 15.- suspira al sentir la mirada de Hoppy sobre su cuerpo. 

Bobby presentó a la inconsciente Picky. 

-Ella es Angela y este año cumplió 15 años. Le gusta la comida y las luces de neón.- 

Una vez se dio hasta el último nombre posible el perro suspira frustrado. 

-Nisiquiera somos adultos. - su queja sube con sus manos pegada al cuello.-Chicos, yo no soy un líder como lo fue su amigo… No tenía problemas con él y menos espero reemplazarlo pero deben entender que no quiero que nos hagan más cosas como esas… Lamento si mi actitud no fue la correcta pero debemos hacer esto.- mira a las dos criaturas en el suelo. - No creo que ellos sean diferentes de nosotros pero… - busca algo que pueda servirle con ellos. - Estamos atrapados desde antes que ellos, al menos ustedes lo han estado, saben que enloquecer y matar empleados frente a cámaras no es lo más inteligente que podemos hacer. - apunta a la cámara que sigue cada movimiento en el lugar. Apareciendo el reflejo de toda la sala en el lente. - No estamos en buen lugar, no somos adultos y no tenemos a nadie de afuera buscándonos. ¿Entonces porque debemos pelear entre nosotros?-

-No tienes forma de ayudarnos, no veo cómo seguir con las órdenes humanas nos hará bien… Ya estoy muy cansada de esperar una salida. - el lamento de Hoppy apenas es audible pero si es algo que comparten. 

Una opción nació dentro de la mente de Harom, una tan rápida como malvada. Sonriendo por primera vez de forma sincera. Más el murmullo de su madre recordando qué era su hijo, que debía ser bueno, le golpea el rostro. 

-Nisiquiera podemos defendernos de las otras criaturas ni de los humanos. - 

-Estamos aún más abajo que todos… - lamenta Crafty dentro de su corazón. - Extraño a mi hermano, él sabría qué hacer en esta situación. - 

Este recuerdo de su moral y cuánto debería proteger ese lado de sí, hace que su sonrisa común crezca en su rostro afilandose en las esquinas. La rabia que siente acalla el susurro de su madre con los gritos de su padre, un hombre que creía en el ojo por ojo y fue quién le enseñó a vivir entre las maldiciones de una familia que hasta el último momento fue traicionera y lo abandonó en orfandad. 

Hacer lo que le hicieron, sin importarle hasta donde llegarían las cosas, tan solo para controlarlos a ellos y al ambiente que lo estaba llenando. 

Esperando algún día lograr matar a quienes lo cortaron en pedazos, deformaron a él y a Jason y lo violaron en tantas formas en tan solo un año. 

Para este objetivo.. Tal vez sea aceptable dejar algo de sí mismo en el pasado. 

Muerto en el hospital o en ese accidente. 

Exhalando un vaho profundo camina hacia ellos, levantando a medias los brazos, apunta al más manipulable de todos ellos. 

-Tampoco desobedecer y sabiéndolo ustedes ¿Cómo es posible que estas criaturas no lo sepan?- llega a la figura de la criatura. - ¿No estás cansada de que los caprichos de terceros se aprovechen de ti? ¿De tu cuerpo y de cómo te sientes cada vez más destrozada?-

La criatura a la que se refirió es la coneja. 

Ella levantó las orejas al ser dirigidas las palabras del perro. Temiendo al espejismo de su amigo muerto dentro de este. 

-No necesitamos pensar en lo que son o eran o serán. Debemos actuar y encontrar como escalar devuelta a donde no estábamos sucios. - 

Hoppy tembló bajando la mirada lentamente al suelo. 

-Incluso si pisas a otros, ¿No le hiciste algo por a alguien que te amaba? ¿Qué tanto más puedes caer si dejas que aquellos a los que no les debes te pisoteen?- vuelve a dirigirse a ellos. - En este momento no se trata de uno solo de nosotros sino de quienes seremos en conjunto, en cuanto es que valemos juntos cuando por sus vidas ya sacrificaron el amor ¿Ese sacrificio era tan obsoleto como para que ahora permitan que le arrastren y los destrocen en ustedes? ¿Porqué ahora sus vidas y cuerpos valen tan poco? ¿El sacrificio de Hobart valía tan poco como para que ahora se permitan abusar hasta por insignificantes ceros en la larga lista de enemigos que deberían aborrecer por empujarlos a este?-

La mente de más de uno estaba fresca. Podrían entender lo mal que estaban por seguir esta línea de pensamiento y a dónde les llevaría. Eso les llevaría a reconocer, aunque fuera doloroso, que en realidad el sacrificio de alguien que les amaba no era razón para seguir esta ideología. 

Más no es posible. 

No ahora que estaban cansados y les dolía hasta la más pequeñas de sus células físicas y mentales. 

Esas conexiones estaban rotas. Sucias y heridas. 

-Porque no lo conocí tanto como ustedes, ¿Su hermano, amigo o… - pasó los ojos por el abstraído felino, aventurandose a una palabra que no sabía si sería útil. -...amante… ¿Él estaría feliz de ver cómo los están tratando?-

La primera en responder es CraftyCorn, comenzando a llorar y reírse agarrando su cara con las pezuñas. 

Bobby la sigue con una risa perdida. 

Hoppy agarra su rostro terminando por acostarse en el suelo. 

-El mataría a todos, incluso si lo mataran por segunda vez. - suspira el elefante, recordando al líder matando a todos los científicos que planeaba seguir con estos estudios hace años.-El nos protegeria, de todo. - 

 “Será lo último que permita que te hagan” 

Theodore ahora lo entiende. Su cariño siempre tuvo en mente este escenario… Lo que podría sucederle a cada uno de ellos de seguir adelante los experimentos, ¿Por eso era que usaba las flores?

El pelo de Theodore cayó lentamente al suelo. 

-¿Era para eso que las usabas?- murmura para sí. Entendiendo por fin porque su cariño usaba las flores en una situación donde no parecían nada útiles.-No podías protegernos pero podías hacer que no permitieran que nos tocarán.- 

¿Cómo es que se detuvieron todos esos avances qué tratan de una exploración superficial? Las flores eran objetos que guardaban en los cuerpos de los que participaban y no por eso el humano detrás de estas podría saber quién las llevaba. Protegiendo sus cuerpos de la exploración superficial con la ambición humana pero sin ellas, claro, a quién esté detrás de estas ya no le interesaba si los exploraban físicamente. 

¿Por qué Dios le pidió deshacerse de las flores? ¿Sería que Dios no lo sabía?

-Entonces, queda claro lo que deben hacer. - 

La atención de todos vuelve a ese perro. 

-Recuperaremos nuestro lugar, regalando este puesto a los del nuevo sótano. - 

Tal plan, tal idea, era algo que no habían pensado nunca. 

No al menos Hoppy o Bobby y mucho menos Bubba. Quienes creían en la nobleza de sí mismos y de su líder o hermano. 

Pero para el resto era mucho más que posible. 

Siendo alguien entre ellos quién decidió responder por todos los que se quedaron en blanco ante tal propuesta cruel. 

-Por mí está bien, de todos modos ya perdimos mucho. No creo que podamos seguir adelante si lo que hicieron se repite tanto como las pruebas de siempre. - 

Picky dio su respuesta, golpeando suavemente el pecho del gato, poniéndose de pie con el rostro aún lleno de heridas. 

-Primero que nada, necesito sanar. - esquiva al perro, no lo apartó ni lo empujó como haría cualquier otro día, caminando hacia las criaturas heridas. 

El resto se sobresalta al verla saltar y morder la carne del cocodrilo, justo sobre el mismo lugar que este mordió a Bobby. Masticando y tragando en un segundo más de la mitad de la piel de esa zona. 

No es inmediato, su situación no era tan buena ni milagrosa como lo sería en un cuento a ilusiones de un mundo lleno de magia, solamente su cuerpo dejó de estar tan agotado y deshidratado. 

Levantándose una vez terminó. Voltea limpiando su rostro lleno de sangre ajena y propia. 

-Vamos, idiotas. - ordenó.-Ya puedo oler algo dulce esperándonos. - inició el camino. 

El perro la alcanza en un par de zancadas. La cola de este se mueve de un lado a otro. 

Una vez dos fueron adelante el grupo les siguió como piezas de un imán. 

Dejando en las sombras lo sucedido bajo las órdenes del nuevo líder. 

La nueva dinámica en donde ya no se verían como personas a las que sacrificar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al bajar los humanos no lo hicieron desarmados, ahora no. 

Armados hasta cargarse de más esperan reunidos cuarenta guardias con el cuerpo tenso y mirando al frente. 

-No disparen sin movimiento. Esperen a que los objetivos se muevan. - ordena el jefe con la radio en mano. 

Era una orden difícil siendo que eran los pocos que quedaban después de enfrentar la invasión de la superficie. 

Las instrucciones ordenaban traerlos, lo más enteros que se pudiera. 

Cosa que es difícil de hacer. 

Algo que les quedó claro al abrir las puertas y encontrar el escenario sangriento frente a ellos. 

 

Decir que el tiempo les fue una ventaja junto con el trabajo en equipo sería una nimiedad romántica. 

No. 

Lo que encuentran es un mar de carmín a sus pies. 

Fue extremadamente difícil, pueden verlo en las extensas heridas de los sonrientes. 

Desde el gato lleno de impactos de algo dentado al unicornio coloreado de rojo hasta las orejas. 

Esperando de pie en silencio junto a los desmembrados cuerpos de dos de las criaturas del nuevo grupo. 

Aquella oveja cubierta de su propia sangre y carente de extremidades o el monstruo azul sin las mandíbulas, esforzándose por respirar al sollozar cubierta por la sangre del cuerpo de la oveja sobre su espalda. 

Las entregaron juntas. 

Los guardias dan la orden de retirarlos junto a l lagarto y la rana. Tan solo para que terminaran con el trabajo de cargarlos. Quedando solos con las dos criaturas desarmadas. 

-Papá…. Papá… - 

El murmullo viene de la criatura azul. 

Un guardia levantó el arma golpeando la gran cabeza de esta logrando callarla con el impacto. 

-Díganle al departamento científico que el gas funcionó. - revisa el lugar. - Las criaturas no son afectadas cuando otras lo están, es un producto de no dispersión física. - 

-El escenario “Primer mal encuentro funcionó” . - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo no era bueno y mucho menos piadoso pero les hizo el favor de ayudarlos a sanar las heridas. 

Esto vino con algo nuevo por parte de las criaturas. Las ocho. 

Hicieron una petición. 

-¿Nos permitiría ver a Dios?-

-¿Podríamos conocer al 1006?- 

Científicos esperan respuestas pero estos solamente repetían la petición.

 

-Si pudimos dejar a CatNap solo, ocho seguramente se podrían defender si esa cosa intenta comérselos.- 

 

Llevarlos fue un enredo aún peor que cuando solo era CatNap. 

Tensos los guardias qué los guiaban a pie con esas armas en mano. 

Las criaturas siguen un ritmo marcado por el líder y el gato al frente.

Llegaron a esa celda maloliente. 

Escuchandose el estornudó del unicornio más no una queja. 

Los humanos los dejaron dentro del recinto, retirándose al exterior y estaba celda fue cerrada desde afuera. 

 

-...este no parece un recinto correcto para un Dios. - murmura Crafty pegándose a la espalda de Bobby. 

En fila los demás se juntaron. 

Excepto el perro y el gato. 

CatNap corrió al frente, tan emocionado que se podía sentir su ronroneo. 

-Aquí yace la criatura más hermosa de la tierra, nuestro padre y la luz en las sombras. - mira a la oscuridad.-La divinidad capaz de amarnos y protegernos. Quién nos salvará, está aquí, con nosotros. - les sonríe y cree de vuelta a ellos para empujarlo hacia la oscuridad. 

Hoy no hay ni una sola red eléctrica. 

Cosa que logra revelar a todos ellos las dimensiones de la criatura que surge de la oscuridad. 

Lo que ven golpea lo que escuchan en el pasado. 

Crafty, Bobby, Hoppy al igual que Picky caen de rodillas. Escuchando aquello bien grabado en sus recuerdos. 

Aquello qué les gritaba. 

““Pesa diez veces más que Bubba, es más fuerte que Bobby… y es más rápido que Hoppy.” 

Era grande y pesado. Bubba puede ver muchas patas moverse, entre ellas algunas piernas de Mis Delight y Huggy, o incluso humanas. 

 “Sus muchos ojos te miran y miran a todo lugar aparte, tiene tanto pelo como una rata muerta en charca…”  

Por quemaduras y heridas era calvo. Además de portar tantos ojos ocultos he infectados como pocos eran sus cabellos. 

“Tiene varias garras pero una es más peligrosa… Una es grande y pesada, la mueve lento pero una vez se fija te atrapa como cuchillo de sierra… ” 

Más de la mitad de su físico es metálico. 

-El es Dios. - Theodore le presentó arrodillándose con las manos puestas al frente, con palmas expuestas al dejarse llevar por la felicidad. Le ronronea contento de presentarle a sus nuevos amigos. 

La criatura se endereza, empeorando la oscuridad con su figura capaz de tragarse cada rayo mísero de luz con tan solo su presencia. 

El líder decide arrodillarse poniendo las manos al frente. Su humor cae al mirar al suelo lleno de sangre y pelo rubio, restos de pequeños juguetes y huesos humanos. 

Bubba siente sus ojos encima.  

Recordando a su hermano. 

“Esa cosa era como nosotros pero… era tan asquerosa… Era tan grande y fuerte que pensé que me mataría… pero no lo hizo, y no porque no pudiera. ”

Dobla las rodillas pegando la frente al piso. 

“Esa cosa tiene sus propios planes y nos incluye” 

Kickin es el último en hacer un movimiento, caminando con fuertes temblores en las rodillas al ponerse entre la visión de esa cosa y Hoppy, levantó los brazos en alto al arrodillarse. 

Cerrando los ojos cada uno al sentir el aire revolverse. 

Causado por esas grandes garras levantándose al mismo tiempo. 

Imitando, sin quererlo o premeditado, el aló de un santo tan solo con escurrir de sus garras el líquido rojo que inundaba el suelo. 

El gato sonríe feliz al ser cubierto por este líquido sanguinolento. 

Esta misma sustancia les mancha, llenandolos con la sangre podrida de muchas criaturas y seres vivos o muertos qué este Dios de muerte haya devorado anteriormente. 

Bubba traga las emociones al ser llenado con el pelaje de un pequeño DogDay su cuerpo. 

Quién en el pasado les dijo qué está criatura era el enemigo. 

Quién se enamoró de este chico tan fiel a este mismo monstruo. 

Al parecer el traicionar a DogDay se reduce a… Qué le hicieron el trabajo sucio a esta cosa. 

 

Notes:

Gracias por leer, me emocionan mucho sus lecturas.

Chapter 78

Notes:

Hola, buenas.
Advertencia de abuso.

Sip, advertencia y no es nada que no hayan visto en las etiquetas.
Gracias por llegar a este capitulo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 ¿Cuánto tiempo lleva muerto su hermano? 

 ¿Quizás un par de meses?

 ¿Porqué el tiempo les arrebató sus libertades una vez esa cosa entró a sus vidas? 

 

 

 

 

Hay un gato en el corazón de un enemigo en las sombras y también es algo más parecido a un demonio lo que se oculta en esas penumbras.

O ya que el tipo alucina con ello… con ser su voz en la tierra. 

Un sacerdote entregado en cuerpo y alma a un solo Dios. 

Sucio en el pecado y la traición en nombre de su Dios. 

Aquel cuerpo felino qué se contonea coqueteando al amenazar con sus creencias cubiertas de sangre a los herejes de su religión sin alma. 

Moviéndose en las sombras y aún así estas no existían. Siempre fue claro como la iluminación verdosa de esta fábrica. Su lealtad solo era para su Dios y ni el amor podría retenerlo cuerdo, fuera del poder de su profana divinidad. 

Su ídolo era todo lo que deseaba. Lo que le importaba complacer con ese cuerpo sucio lleno de marcas de asesinos y monstruos por llegar a su interior

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando las raíces se pudran aún estarán ahí 

                                                                          Estarán desintegrándose y aun esperando tu rescate 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez Christian leyó el poema del cuervo de Edgar A. Poe. 

Una historia llena de palabras que no entendía pero era posible que el Cuervo fuera su personaje favorita de literatura por mucho tiempo. 

Nunca Más. 

También frase usada para llegar a pensar en la isla donde Peter Pan se llevaría a los niños. 

Mucho tiempo pensó en ir a esa isla. 

A donde lo llevarán, lo rescatarán de su tormento. 

De un hombre encima de su cuerpo y quemandole el hombro con un cigarrillo solo porque le excitaba que luchará por escapar de su control. 

Nunca Más. 

Es lo que deseaba decir y que tuviera un significado real cada vez que decía no dejarse tocar y aun así eran más fuertes y grandes. Lo sometieron muy fácilmente cuando le gritaban lo suficiente. 

Y el escenario se repetía quitándole peso a Nunca Mas.

El tiempo lo sacó de ese lugar, donde la costumbre era estar desnudo o herido de muchas formas humillantes pero no por eso estaba libre. 

Soñaba con ellos. Soñaba con su abuela cerrando la puerta para qué no escapará de la habitación. 

Soñaba una y otra vez, todo por culpa de su memoria. 

La maldita jaula interna donde el sonido, el sabor, el dolor y el tacto son vividos incluso en el presente. 

Puede revivir estos recuerdos si no los encierra bien bajo la máscara del elefante. 

Era una debilidad quitarla del cañon. Liberar los demonios dentro de sus pesadillas. 

El miedo a revivirlo y ser de nuevo una víctima. 

Estar de nuevo sucio, apagado y marchito. 

Si ese día su hermano no le hubiera buscado bajo la cama del refugio… Si ese niño niño no hubiera tenido el control para no alejarse por culpa de su peste. Apestar ayuda a alejarlos pero también alejaba a personas que posiblemente no le harían daño… O posiblemente si. 

Ese niño sabía lo que le ocurría. Lo que le había ocurrido y era claro que lo entendía y lo quería ayudar. 

Pasando por todas sus pruebas hasta esa bañera. 

Ese montón de agua caliente que el chico robó de la cocina para bañarlo. 

El miedo que le llenó ese día fue tanto que quizás estuvo cerca de morir por un paro cardíaco. 

Más él siguió ahí hablando de las calles de Los Ángeles. De personas y esquinas, le habló de muchas cosas. De personas que no conocía. 

Y él le contó sobre los muchos dinamismos para las tuercas en una máquina. 

Le hablo de las teorías evolutivas y de las variedades de aves. 

Ese niño le encontró un nombre qué no le llevará devuelta a la casa de la abuela, así como le ayudó a encontrar nuevos amigos. 

Aún así, las pesadillas seguían ahí pero no estaba solo. 

Tan solo necesitaba que ese chico despertara para contarle sus quejas y vivencias del día. 

Ahora el niño no estaba, ya no había nadie con quién él pudiera hablar de lo que le estaba pasando por la cabeza.

Entre ellas sacarse de encima la responsabilidad por sesinarlo. 

Tomando decisivamente la opción de apuntar como el verdadero enemigo a esa cosa asquerosa en las celdas del fondo. Como si todo lo que les sucedió hasta ahora fuera culpa de esta y no de sus acciones o de este lugar. 

Comenzando la discusión, oculta en cuanto el gato hizo su usual acto de encerrarse en PlayHouse y el perro se escondió con su gatito, para reunirse sin riesgos de levantar sospechas. 

-Esa cosa sabía que Dog la quería muerta. - la voz de Hoppy carga el resentimiento.-De otra forma no habría hecho a Theodore matarlo.- 

-¿Quién de nosotros abrió la boca?- Picky aún no comprende cómo pudo saberlo habiendo sido un secreto de solo los siete. 

Kickin recuerda un comportamiento repetitivo de Theodore cuando era un chico humano. 

-Theodore se movía por las ventilas, incluso se perdió en una los días antes de su muerte. Y esa cosa seguramente también debe poder hacer algo como eso o tiene un sirviente.-  

Picky aun sigue resentida con el ave. A este punto ya no era por la muerte del líder qué definitivamente estaba mejor muerto sino por haber violado el pacto de silencio de todos ellos. 

Nadie nunca traicionaría al otro. Se suponía que nunca lo harían. 

-El bocón debió ser el hijo de perra de Kickin. - 

El ave de inmediato se defiende. 

-No fui yo, lo juro, él solo me había hablado de su Dios y no se nada. - 

Crafty golpea una pezuña contra otra. 

-¿Sería esa cosa su dichoso padre?-

El entendimiento tácito queda entre ellos. Nadando esa posibilidad entre las muy pocas opciones aparte de esta. 

Bubba bajo la voz haciéndoles un gesto suave. 

-Entonces significa que no debemos hablar de esto en voz alta. - 

-Estamos susurrando.- apunta Bobby perdida. 

-Me refiero a comunicarlo de forma verbal. - 

Hoppy gruñe pero su queja a expresa Picky. 

-Pues no somos telepatas, maldita sea. - 

Bubba por fin habla, después de muchos años. 

-No se que hacer… Esa cosa estaba con Theo el día que ese cuidador mato a golpes a DogDay. - 

El grupo busca entender lo que Bubba les dice tan de sorpresa. 

Crafty le soltó una patada a una pierna. 

-¿Como pudiste guardarte algo tan importante por tantos años?- le interroga Hoppy apartando a Crafty al estar dispuesta la unicornio a continuar con el ataque. 

Bubba limpia su rostro de las lágrimas psicológicas. 

-Creí que alucinaba… Pero es real… Esa cosa siempre estuvo ahí, vigilandonos.- su pesar hace que su sangra arda. - Debi decirle a Dog, seguramente el hubiera-

Hoppy lo interrumpe golpeando su pecho. 

-Hermano, reacciona. Él quería a esa cosa muerta. - apunta al suelo donde se reunieron. - Con eso se nos dice cuán mala es la situación y lo que nos sucederá si llegamos a hablar sobre esto con Theodore.- 

Crafty suspira apoyándola en esa línea. 

-Conociendo a Dog… Él seguramente interrogaria a CatNap y al sentirse expuesto el gato, todo empeorariá.- 

Kickin ríe juntando las manos. 

-Esto solo significa que estamos bastante jodidos entre un marchista y un sacerdote fanatico. - 

Dichas opciones les repelian. Dado que cada lado les obligaba a ir contra algún punto de sus propia percepción del mundo. Era extraño y les desagradable seguir cualquiera de las dos mentalidades. 

Una por segregarse del resto de las criaturas y la segunda por incluir su sometimiento a un monstruo desconocido. 

No había forma de que se dejaran caer en cualquiera de las dos facciones… No sin resistirse. 

Bubba piensa y espera a escuchar la primera idea de Hoppy, al ser la más cercana a una líder para el reducido grupo que quedaba de los originales, pensando en lo o ayudar a lo que decidiera hacer la coneja. 

Hoppy suspira llevando las manos a su cabeza. Las ideas van por su mente como los peces de un río sin fondo. Tratando de agarrar la correcta dentro de ese pozo traicionero. 

Refugiandose en una presa conocida en vez de ese pozo negro. 

-Vamos a hacer lo que Dog nos enseñó.- decide ir por la segura. 

La risa del ave continúa tintineando al margen. 

-¿Seducir gente mayor? ¿O hacer bromas sexuales?- pregunta frustrado Kickin. Las chicas se estremecen en repelús. 

La coneja lo mira fijo por un segundo. 

El ave abrió los ojos en demasía antes de esconder su mirada en el piso. 

-No. Eso no. Ahora no es lo que haremos. - sacudió las manos para concentrarse.-Vamos a fingir hasta que encontremos una oportunidad para matarlo nosotros mismos. - 

Picky suspira al escuchar esa línea de actuación para todos.

-El plan sigue siendo eso, ya veo. - observa el techo de La Guardería.-DogDay seguro tenía un plan contra esa cosa…-

-No veo como sería de otra forma… -Aunque aún me pregunto porque… ¿Porqué esa cosa no uso a Theodore para que DogDay lo obedeciera en vez de simplemente matar a.. Hobart?-

Esta duda por parte de Picky les detiene. Analizando, incluso si solo pueden hacerlo de modo superficial, los elementos base para responder a medias sus dudas. 

Hobart tenía un talento natural para las comunicaciones y la negociación , así como su capacidad de discernimiento del ambiente y lugar.no era un idiota, solo arrogante. 

-Dog nos protegía y daba poder sobre los humanos, ¿No era mejor aprovecharlo? No, claro que no lo era según ellos y debe saber esa cosa que nada de lo que hicimos fue bajo amenaza. - lo pregunta Bobby sin ver la expresión cambiante de Bubba.-Servirle a esa cosa… - 

-Resultaría en ser usados y desechados en cuanto perdamos valor al completar la misión que nos tenga esa cosa.-

Picky tiene su propia percepción de esa criatura y su relación con el gato. 

-Así como lo hará con Theodore cuando él ya no le sea útil.- 

Bobby le da la contraria esta vez. 

-Yo vi que lo quería mucho.- 

La coneja va por otro camino para su propia percepción sobre el gato y esa criatura. 

-Theodore es estúpido. Nos bañó en mugre.- reclama Hoppy. - Mi pelo aún se siente pegajoso.- toca sus orejas, mayores víctimas de la suciedad junto a su espalada. 

-Eso es cierto. - Crafty revisa su propia melena cubierta por una fea sensación pegajosa.-No nos tiene un solo miramiento. - 

Guardan silencio por un minuto. Pensando cada uno en un paso a dar, esperando que otro decida compartir primero el suyo. 

-Es porque él no quería a DogDay, quería su cuerpo… Algo de Dog es lo qué necesitaba cuando lo desecharon. - 

-¿De que estas hablando?- 

-¿No vieron las piernas que usaba?-

Lento esa horrenda visión regresa a ellos. 

-Eran de las maestras y otros Huggy y Kissy desechados.-

Crafty mira sus pezuñas levantando las cejas. 

-Esa cosa quiere nuestros cuerpos.- 

-DogDay fue cremado, no hay cadáver pero nosotros seguimos aquí. - 

-No tiene sentido, DogDay ni siquiera era la mitad de alto que esa cosa ¿Porqué querría su cadáver?- 

-¿Para qué querría las piernas de las maestras? Más de una ya estaba quebrada por su peso.- 

Picky apunta algo que le parece preocupante dentro de las palabras de Bubba. 

-Entonces no solo desearía a CatNap sino también debería tener deseo de adueñarse de tu cadáver, Bubba. - 

El elefante mira esos ojos fríos de siempre tan fuertes como un muro. 

Puede que Picky tena razon. Los cuerpos grandes deben ser el objetivo de esa criatura y no el de DogDay… O.O puede que vaya más allá de solo la utilidad. 

Crafty afila los ojos observando al par mirándose con tal fuerza. 

-Ustedes-

Un Bunzo avisa desde el techo de la escuela de la pronta salida del gato. 

El grupo piensa y pasa por varias nerviosas fases antes de tomar la decisión de separarse. Con la señal de Bunzo dividen sus caminos cada uno a un punto diferente al ordenado por los humanos. Disfrazando su reunión con un acto rebelde independiente de los otros. 

Picky hoy quería conocer más de La Jugueteria y las razones para que Bubba estuviera tan apasionado con ese lugar. Tratando de hacer algo importante para los dos. 

Cosa interrumpida por el agarre a su brazo, algo tan sorpresivo como las cosquillas que le trepan al rosal el pecho de Hoppy contra su espalda. 

Tan suave y cálido, tierno y esponjoso. Una cosa que le hacía recordar su género y cosas más extrañas sucedían dentro de su inconsciente respecto a sus pensamientos más personales sobre sus amigas. Sobre las chicas que la rodeaban y eran tan parecidas a las cosquillas que le llenan al tocar a Bubba. 

Odiando a Hoppy, a todas por hacerla sentir de esta forma sin pensar en ella cuando la provocan y la asustaban. 

La voz adulta de Hoppy no le ayudó. Susurrando con un aliento tan sutil como delicado sobre su oído. 

-Picky, haste amiga de CatNap.- le pide apretando sus manos sobre ese brazo.-Sé su amiga y escuchalo.-

-Podría matarme si sabe que lo estoy usando. - murmura es confiando de esa peticionnyb sus riesgos latentes.-Hazlo tú. - 

-Me porté muy mal con él en la celda pero tu no lo hiciste tan mal.-

-Casi me lo como vivo. - remarca riéndose por ese recuerdo y el sabor que puede revivir dentro de su boca. El gato sabía delicioso. 

Hoppy resta importancia al hecho con un movimiento de manos. 

-El está acostumbrado a ser golpeado, no tardará en perdonarte si lo tratas bien pero yo me salte la parte donde podría perdonarme cuando le hable feo.-

Picky coloca la pezuña sobre su propia cintura, recargando el peso en su pierna al apartarse tan solo ese pequeño espacio de la coneja. Le apunta a la nariz. 

-También podemos arrancarnos la piel y cambiar de lugar. - 

La coneja niega sujetando una de sus orejas largas. 

-Ojalá, pero no. Así que ve con el, Bobby le confesaría que la envié y Crafty no es ni legible. Bubba le tiene miedo y Kickin ya no es confiable. - 

-... Vaya que usaste las neuronas esta vez.-suspira bajando su mirada al suelo lleno de juguetes pequeños corriendo junto a los niños más pequeños de la casa. 

El peso por la situación cada vez más atestada de obvios experimentos completos le hace cerrar los ojos, agotada de estar rodeada siempre de tanta crueldad. Dicha crueldad tratándola como si la despiadado fuera ella. 

-Además… eres la única capaz de decidir correctamente cuando será momento de volver a hablar con nosotros de lo que descubras. - aprieta el toque sobre el pelaje de la criatura rosa. 

Picky toca la mano de Hoppy, suspirando al ver de nuevo una mano y ella aun ser una criatura con pezuñas y nada más. 

-Esta bien, eso haré. - acepta su petición rindiéndose a la primera orden que recibe por parte de la coneja después de tantos años inactiva como líder. 

La chica toma su mejilla directamente. 

-Vuelve con nosotros gorrión. - 

Picky no la retiene al verla irse en huida de un solo salto en grande. 

Picky busca al felino a unos cien metros. 

CatNap había salido de la PlayHouse. Moviéndose a paso lento con esa sonrisa afilada. 

Delatando qué tuvo una conversación con esa cosa horrorosa al mover sus orejas con alegría. 

Picky la odia. Odia esa cosa. Era sucia y apestaba a podrido. 

-No quiero hacer esto. - suspira al decidirse a ir con el gato. 

Dentro de su cabeza comienzan a revolverse las cosas que podría usar en esta situación, cómo hacer que el gato confíe en ella, en lo que se necesitaba para conseguir que las cosas salieran bien para el futuro. 

Observa al gato detenerse en un tramo de los pasajes de piedra y mirar a su dirección con un rostro nervioso. Si, sigue muy nervioso este chico. Tal cual cuando era un mocoso humano. En resultado, también perceptivo. Con esa mirada vacía y a la vez bastante enferma. Como un chico con alma de ratón envenenado por pan dulce. 

Solo un raro como Hobart vería ese tipo de mirada como una cosa coqueta. 

-Te veo algo deprimente, mocoso. - le apunta lo único que pudo usar por ahora para romper el hielo. 

Fingir que no puede ver como esa cola se sacude feliz, cual gato recién comido. 

El gato, claro y como no en su soledad, recibe su curiosidad con ánimos renovados. Orgulloso de lo que tenía para compartir con ella. 

-Dios dijo que podríamos hacer algo por él esta semana. Debo decirle a los otros sobre esto. -mira al suelo. - Estaba buscando a un Bunzo para llamarlos. - 

Picky afila la mirada, cubriéndose los ojos al desviar el rostro al suelo. 

-¿Qué debería ser?- pregunta sonando lo más tranquila que podía. Igual que usar un tono agrio para referirse a esa cosa. Sentándose a un metro del gato. 

Este sacude la cola al sentirla tan amigable con él. Hasta ahora no desconfiaba de ellos, estaban enojados y resentidos pero no eran en sí peligrosos para él. Esa era su única resolución sobre los sonrientes. 

-Dios quiere que castiguemos a las criaturas del sótano por transgredir el terreno designado. -

Conforme se bajan los niveles de la fábrica y nuevas criaturas toman un espacio, a orden de los humanos, estas se vuelven “Habitantes del sótano” 

Ahora los sonrientes ya no eran la cola y más criaturas tomarán un territorio aún más abajo, más lejos de los recursos del exterior. Del sol y las puertas, por consiguiente su nivel es inferior. 

Los sonrientes no lo habían entendido he incluso cuando lo hicieron su anterior líder les dictaba el proteger sus relaciones con las criaturas ajenas a La Guardería. Jugaban en la liga de los apartados qué nadie quiere cerca pero no pueden deshacerse de ellos tampoco. 

 Cosa que con la nueva administración ya no es necesaria. 

Reduciéndose la situación a ser parte, al fin, del sistema prolongado por Mommy, al fin dejaron de ser parias. Tan solo al cortar el camino de los nuevos y unirse a esa ola que su líder les guiaba a resistirse con fuerza. 

Hobart estaría tremendamente decepcionado de que cayeran ese resultado. En unirse a la costumbre de exclusión que él mismo odiaba con creces. 

Picky ignora ese eco. Ocultando la culpa dentro de sus tantos secretos. 

Él, Hobart, ya estaba muerto, ya no importa ser buenos cuando ya no hay una razón real ni alguien que les protegiera de tomar decisiones difíciles por si solos. 

Cuando ya no hay nada que proteger. 

Ni sus cuerpos ni sus mentes… Entonces ¿Por qué seguir protegiendo a otras criaturas solo porque sí? 

Picky hoy entiende mejor que nunca a Mommy. 

Entiende a todos… Excepto a este idiota frente a ella. 

CatNap… Theodore Grambel. El niño que cree en Dios en medio del infierno y tomó a la primera mierda ciempiés para adorar.  

-Theodore. - lo llama por su nombre, quizás muerto, solo esperando conocer cuál sería su reacción. 

El gato dejó la perorata sobre Dios y sus enseñanzas, quedándose en silencio por algunos segundos extensos donde solo estaba él, mirando al suelo. 

-Ya no me llames así, por favor. - le pide ya en un tono serio, bajando las orejas.

Picky suspira colocando la cabeza sobre la mandíbula. Le mira aburrida. 

-Me llamo Angela. - le punta y luego a sí mismo a. - Llámame Angela. - le ordenó. 

El gato parece entrar en una crisis. 

-Yo… Creo… Que debes quedarte con tu nombre.- su cuerpo se tensa decidido a irse. 

-Hobart es un nombre de abuelito muy interesante.- Picky continuó adelante. - Yo pensé que se llamaría Toro… porque era un indio o por los cuernos que le pusiste. - golpeó el exterior de sus orejas, riéndose de ese recuerdo que la hace estremecer de coraje. 

El gato abrió grandes los ojos ante la mención de uno de los recuerdos menospreciados de su pasado como humano. Ya no quería continuar hablando con Picky. 

-Siempre me dio curiosidad… ¿Porqué hiciste eso?- lo pregunta curiosa. - Cuando yo bese a Hobart hace años lo hice porque quería hacer sentir celoso a Bubba… pero él era un tonto y solo siguió hablando de lampreas. - mira al césped.-Bubba tenía una boca muy bonita y su sonrisa era mucho mejor. - 

CatNap sigue su mirada. Descubriendo una sanguijuela surgiendo de la humedad inferior del césped sintético. 

-Tú lo besaste. - murmuró bajando las orejas, volviendo a sentarse junto a ella. 

En realidad debería estar tremendamente enojado, algo le decía que debería estar celoso y hacer algún berrinche pero solo siente algo muy profundo golpearle el corazón. Aunque el mismo tuvo algo parecido y era hipócrita. 

-Creí que yo era su primer beso. - 

-Pues en la frente no. - murmura orgullosa.-Yo fui primero. - suspira recargándose en sus pezuñas.-¿Y bien?- lo llama una vez más.-¿Porqué lo hiciste?- esta vez su tono es frío. Refiriéndose exactamente a lo sucedido hace unos meses.-No creo que seas ese tipo de persona, incluso si me burlo de algo como un beso al francés de la casa.- mira al gato llena de preguntas. - Cuando le permitiste tocarte tantas veces cuando en realidad le tienes terror a que lo hagan o cuanto te gustaba que lo hiciera.-

El gato la mira con las orejas arriba en su incongruencia de objetivos a traer a colación uno tras otro. 

-¿Cómo pudiste traicionarlo cuando lo amabas tanto?- la pregunta de la chica viene con verdadera curiosidad. - ¿Cómo es que puedes seguir vivo después de hacerte a ti mismo tanto daño?- 

El gato mueve las orejas y vuelve a bajarlas. El peso por fin escapa de su control. 

-Yo… No entendía que tan mal iría todo… Picky, yo no creí que fueran a hacerle todo eso.- su mente vaga a ese mismo día, a las consecuencias de sus acciones.-Las flores eran el objetivo, no él. - 

Picky traga seco, guardando sus reclamos y los gritos que deseaba expulsar en su contra. 

-Ya se que no lo querías así, ya lo se. - lo dice guardando la frustración en su pecho. - Es solo que era lo mejor… DogDay moría ese día o lo hacía después.-

Theodore no deseaba escuchar eso, no quería saber nada sobre la muerte de su cariño. Aun lo cuestiona y la respuesta llega. 

-¿Porque…- llega el entendimiento al recordar todo lo que vivieron hasta este día. 

Picky asiente al verlo caer en la verdad. 

-DogDay odiaba las cosas sexuales… Y se que el loco hacía bromas y se pasaba de mano larga con los adultos y contigo… Pero aunque él mismo lo odiaba… a los adultos les gustan ese tipo de bromas y él sabía que una forma de acercarse es hacerlos pensar que los admiras.- sus memorias van al pasado.-El nos protegía de eso y creo que lo hacía porque no pudo proteger a alguien más y aún se seguía culpando.-su memoria la lleva a recordar las veces que Dog tuvo pláticas muy deprimentes con Bubba, todo en las noches que Bubba lo despertaba por las pesadillas qué nunca contó.Toca el hombro del gato con la pezuña, dejando que su peso lo marque.-Es difícil estar cerca de ti pero no significa que te odie … solo estoy muy cansada. - 

Robó cada palabra que el gato usó con el perro aquella vez que hablaron en la celda. 

Él resultado cae en esos oídos perdidos por la soledad.

El gato, exceptuando cuando les convenció de conocer a su Dios, había vivido meses de autodestierro, no tanto decidido por él mismo , y no les hablaba a menos que fuera necesario. 

Limitándose a murmurar de vez en cuando con el ave o compartir algo importante con todos. 

Más el gato hizo algo que no esperaba. 

-Has estado más sola de lo normal… ¿Es porque Bubba te decepciono?-

La chica levanta los hombros.

Al parecer el gato entraba al juego. 

Posiblemente no era un juego para él pero el paso que dio fue un strike que le vino muy bien a la situación. 

Picky asiente dejando que salga su frustración. Sin decirle nada. 

-¿Como se siente?-

Así que se trataba de eso… Lo que sea. 

Picky no puede llegar a más en su entendimiento, tratar de hacerlo le hace doler la cabeza. 

-¿Qué cosa guapo?- cuestiona buscando cómo seguir adelante aunque ya se está quedando en ceros su cuenta.-¿Cual de todas las desgracias de ser yo te dan curiosidad?-

El gato movió las orejas, mirando al piso. 

-Decepcionarte. - 

-¿No uso Hobart esa cobija tuya para limpiar el suelo?-

-No es lo mismo, no era tan malo y la lavo después. - 

-Lo perdonas. Es una cosa inmediata.- 

-Oh… - 

-Lo perdonas todo, sin importar si te sientes humillado o solo, lo perdonas porque no tienes nada más que su amor. - suspira. - Es difícil pero en realidad el no perdonar es más difícil cuando estás enamorado, de pronto… Alguien tiene la oportunidad de hacerte pedazos sin consecuencias y es aterrador. Necesitas de los demás para recordar que a veces no puedes perdonar, aunque todo tu cuerpo te grite qué lo hagas.- 

Theodore suspira. 

-Aunque él no estaba solo, nos tenía a nosotros, así como tu tienes a… Dios. - a últimas logró evitar decir “Tu Dios” lo que hubiera hecho que este gato la sintiera apartada de su propio estado. -Dios es lo que tienes y él nos tenía… Y aun así prefería ir a tu lado a la hora de comer y dejar de jugar con nosotros para estar contigo. Aunque fueras desobediente y más de una vez los trabajadores le reclamarán por tu culpa, él te amaba más de lo que le interesaba cuanto le podías decepcionar. - apunta al gato de arriba abajo. - Antes parecías un chico callado y muy inteligente, pero ni fracciones basicas sabes. - 

El gato y su realidad vuelven. Theodore vuelve a conectarse con su cuerpo. 

-Esto se siente mal. - suspira tomándose el rostro entre las manos.-Estoy tan cansado de estar cansado… Quiero dormir con él.- su peso es grande, viene de la culpa por sentirse de esta forma cuando todo estaba justificado para el bien de Dios. - Quiero que me toque, quiero que me abrace. Ya no quiero tenerme tanto asco, Dios… solo quiero sentirme bien. Ya no quiero estar tan sucio siempre.- 

Picky traga seco. Ignorando la espina que le advierte de estar cruzando una línea, tocando la herida qué siente que comparten y debería respetar en ambos. 

Aferrándose al pasaje que encontró. 

-Es porque lo extrañas… Y espero que siga siendo así. El de verdad querría volver con nosotros y se le rompería el corazón si descubriera que lo olvidaste y aun así le toca esperarnos allá donde… Dios lo guarda.- el odio lo traga con fuerza. Dejando que el gato escuche lo que quiere escuchar. 

El gato lento, suave como la cera al calor, comienza a temblar. Llorando en seco. 

En realidad solo Dios lo había consolando hasta ahora.

Ni el ave o alguna de las criaturas más pequeñas. Ninguna le parecía tener en cuenta. 

Era su culpa, era totalmente su culpa pero también deseaba escuchar esto. 

Una historia donde su cariño regresaría algún día con él. Que algún día sería amado de nuevo. 

O que sería perdonado al menos. 

Picky suspira al verlo dejarse caer en el césped. Cada vez más sumido en el sollozo seco, en ese temblor y su desesperación. El gato cayó y estaba rearmando desde adentro su compostura. 

Al menos aun podía alcanzarlo. Aun podía sacar algo de sangre. 

Aunque también le afectaba. 

 

 

 

Esa conversación no era privada. 

Una vez más fue escuchada por esta criatura y su curiosidad busca un nuevo conocimiento algo que le fuera útil. Lo hay. 

De la cerdita puede conseguir algo increíble. 

Algo que desea de la manera más personal.  

Viendo la calamidad de su gato como algo pasajero, algo que tan solo con una caricia se podría corregir sin problemas. 

 

 

El gato entre los sollozos recuerda lo que debía decirle a las criaturas. 

-Debemos juntar a todos. - 

 

 

 

 

-¿A que te refieres con castigarlos?-

-A que ellos vendrán aquí, para invadirnos y dañar todo lo que protegemos.- 

-¿Cómo puedes saberlo?- le pregunta Bubba. 

El perro le hizo callar con un gesto de mano. 

Esto hace al azul volverse mucho más grande ante la frustración por ser dejado de lado nuevamente por parte de este perro. El nuevo líder era molesto. 

-Ellos vendrán mañana, cuando sea hora de encerrarnos, pasarán por el lugar. - 

-¿Qué se supone que hagamos cuando eso suceda?-

-Vamos a recuperar lo que Dog logro, con el trabajo que será recuperar el orden. - 

-Catnap , esos tipos son tantos como nosotros y tienen de su lado al escupe fuego y la rana venenosa.-

-Y el murciélago que debería solo comer fruta pero paraliza con su mordedura. - 

-No paraliza, duerme las extremidades. - corrige Hoppy. 

-No podías moverte, resumamoslo en eso. - le insta el perro.-¿Deberiamos advertir de esto a los de La Guardería?- le pregunta al gato, preocupado por Jason y los medios y pequeños que definitivamente no podrían contra la llamarada o el gran tamaño del cocodrilo. 

Además de la oveja… La oveja y su metodismo. 

No podía imaginar que algo saliera bien como esas cosas en su piso. 

El tiburón era otro cuento con su mandíbula retráctil. 

-Si, la lucha será en La Escuela al medio día con todos los niños dentro. - 

El grupo comienza a temer al resultado. 

-No quiero hacer esto.-

El gato no planeaba discutir sobre esta misión, no importando si lo apoyaban o no. Lo deseaba pero no se detendría sólo porque no quisieran ayudarlo. 

La criatura rebelde exhala al ver su indisposición al cambio.

El nuevo líder no se ve tampoco interesado en escucharla. Regresando lentamente a su timidez, lista para replegar sus emociones en nada una vez más. 

No puede solo ser cobarde, esta vez no se lo tiene permitido. 

La última pizca de voluntad del líder muerto hace a la osa salir de sus temores, aferrándose dde sorpresa a los mofletes del gato. 

Este felino para nada esperaba que la osa le invadiera de tal forma y menos esperaba que esas manos le tocaran con tanta desesperación. 

-Catnap. Escuchame. - lo insta dando varios pasos adelante para arrnconarlo, pasando sus manos por ese pelaje hasta sujetarle los hombros con las garras.-Esas criaturas hace muy poco eran niños, eran de nuestra casa y no merece que los aislemos tan cruelmente. - sacudió al gato terminado con el avance contra un muro. 

El gato se ve empujado a ponerse derecho, mirando a la osa directamente a los ojos. 

-Por ti daría la vida, porque te amo y te protegeré como lo hizo mi hermano. - sus garras apuntan a su propio pecho. -Aun así, necesito que pienses en si puedes traerlos a nuestro lado… O que al menos escuchen de Dios, que quieran a Dios y lo escuchen. ¿No podrías traerlos a casa con eso?-

 El grupo mantiene la vigía sobre el gato que solo mueve los ojos de un punto del rostro de la osa al suelo y el techo. 

-Tus nos presentaste a Dios. Compartiste su amor con nosotros, así que intenta ser un buen hijo y llévalo a ellos también.- 

-Hablarles… - mira al techo de la sala. - No se si pueda hacerlo. - 

La osa le toma las mejillas, mirándolo hacia arriba corta la distancia hasta chocar sus cuerpos, para ella era un acto de confianza comparable a mostrar la yugular. 

-Hobart lo hubiera logrado. - 

El gato baja las orejas de golpe.

-Tu llamaste a mi hermano “La voluntad de Dios” entonces ¿No crees que lo correcto es llevar su amor a todos sus hijos? ¿No crees que Dog lo hubiera hecho de estar aquí?-

-El… El y Dios… -

-El era tu novio, ¿No crees que si él fuera malo Dios te hubiera alejado de él ? ¿De lo que él hacía?- 

Picky al fondo de la reunión de los ocho oculta su emoción al bajar los ojos al suelo. Al parecer subestimaron a Bobby. La menor del grupo sabía cómo acercarse a las personas muy claramente. 

-CatNap, sé que podrías fallar y no lograr comunicarles sobre el amor de Dios pero también sé que eres más que capaz de compartirles sobre este amor. - toco su pecho con las dos palmas. - Si DogDay y tú deciden que debemos pelear cuando ellos se nieguen a escuchar no me negaré pero no quiero verlos como enemigos tan solo porque no saben de Dios… no saben que en realidad hay otro camino junto a nosotros.-

El gato mira al suelo. Suspirando nervioso. 

-Lo intentaré. - 

-No lo intentaras, lo harás. - dictamina la osa abrazándolo. - Se que puedes con esto, amas a Dios más que nadie y eso no podrán ignorarlo. - 

La reunión termina con la intervención humana. 

Olvidando o más bien perdiendo la oportunidad de hacer cierta indagación respecto a la invasión. 

Una duda que es la primera de las preguntas para Terry. 

La muñeca que escucha la advertencia de Bunzo para prepararse para el día siguiente. 

 

Esta advertencia llega a los pequeños y los medios. Los que tienen la capacidad para hablar y responder. 

Incluyendo a Jason al fondo de la casa. 

Ocultando en su cierre aquello que preparó de antemano para loa primer oportunidad que tuviera a mano. 

Con ojos fijos al felino en el jardín de La Guardería. 

Un punto ciego para el gigante. 

Llevados a sus recintos bajo la guía de los mismos guardias. 

Incluso recuerda entrar y acostarse a dormir junto a las chicas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces despierta encadenada a un muro fue extraño. 

La chica mira arriba como puede al no poseer la capacidad de más. Viendo al elefante y su collar de hierro unido a una cadena. 

-¿Es un sueño?- se lo pregunta intentando despejar la vista, más solo logra marearse al sacudir la cabeza. 

-PickyPiggy , Bubba Bubbaphant. - 

No puede mirar arriba pero si escuchar, moviendo levemente las orejas. 

-Ahora mismo se les permite ciertas actividades, a si qué sean cooperativos. - 

El humor de Picky sube con el color de las luces dentro de sus ojos. 

-¿Qué?- exclama revolviéndose en las cadenas. 

Esto hace al elefante caer, casi sobre sí. 

Viéndose uno al otro sin oportunidad de escapar. 

Saltándose un latido del corazón o tan solo viéndose totalmente clara su precaria situación. 

-No lo hagas. - murmura Picky más allá del miedo. 

La expresión del chico le avisa de no haber ocultado su miedo. Delatando el terror que le compartió esa mirada directa a sus ojos. 

-No lo haría. - esclarece apartándose. 

Quedando uno frente al otro con esa cadena fija entre sus cuellos. 

-Cariño, tengo miedo. - admite la chica bajando los ojos al suelo. 

El elefante se aparta hasta donde puede éro solo es esa misma distancia entre ellos. 

-Yo también lo tengo.- 

-... ¿Estarán bien los demas?- pregunta, intenta escapar pensando en el resto. 

Aunque ahora desearía que los ayudarán. 

-No lo se.- observa al suelo, a cualquier lado que no sea el terror en los ojos de Picky. - Lo siento, lamento tanto no poder protegerte… Ser tan cobarde siempre. - 

-Eres listo, no un cobarde… - las luces en los ojos de ambos comienzan a tener una coincidencia en sus recuerdos. 

Esa prueba fue hace meses. La prueba de la celda y las luces. 

Los cables en sus cabezas. 

Lo que sea que debería suceder no lo hizo aquel día gracias a las garras de sus compañeros. 

Más hoy no hay garras, no hay amigos ni hay fuerza. 

Con las pezuñas afiladas de Picky debilitadas y la imposibilidad de lograr sacarse ese cable él mismo o al revés. Su pata mataría a Picky mucho antes de ayudarla. 

Mirandose asustados conforme esta cosa comienza a presionarlos.

El elefante coloca la cabeza sobre las patas. 

-No lo entiendo… ¿Que esperan estudiar ahora?-

El calor sube a costas de ambos. 

Picky siente como su cuerpo cae mas y más en la debilidad. Observando al elefante de frente. 

Sabiendo que los doctores observan. 

Que grabaran lo que sea que llegue a suceder. 

Ya sea que la mate a golpes al estar paralizada o algo peor. 

Mucho peor. 

Peor, por mucho. Demasiado horrible, demasiado doloroso. 

Dañando algo que apreciaba demasiado entre ellos, tan solo para un estudio extraño que no entendían. 

El calor sucede. Podría dejar que la marea se la lleve. 

Observa a Bubba agarrándose la cabeza con las patas, más cerca de reventarse el cráneo a cada segundo. Seguramente el efecto era más que fuerte al estar entero. 

-Oye.- lo llama. 

Puede ver la tormenta en sus ojos, la gran herida y su corazón despedazado. 

-Esta bien si eres tu. - miente esperando que esto terminara. 

Talvez porque simplemente deseaba pensar que no ser tan horrible de no resistirse. 

La respuesta es un acercamiento rápido. 

Picky gritp por impulso, dejando atrás esa fachada sin miedo que la caracterizaba. 

¿Cómo se siente decepcionarte? 

Es increíblemente indoloro. Es agua helada vertida en las venas. 

Más no es ahora lo que puede sentir ahora mismo. 

Es solo una sorpresa que conoce. 

Siempre poniendo la vara baja para Bubba y esté saltandola varios metros por encima. 

Por Bubba sentía una fuerte admiración a su inteligencia y la frialdad con la que podía actuar cuando ameritaba. Ser tan cortante como cuchillo y tan salvaje como un perro acorralado después de haber estado sentado con un libro sobre insectos y parecer un caracol muerto. 

Como el día que Hobart la protegió de dos cuidadores y a este le dieron una paliza. Apareciendo ese chico alto con los puños arriba, sin parecer más un cobarde o un miedoso bulto oscuro en una esquina. Era lindo, era valiente y los protegió, golpeando más fuerte y sin gritar ni una vez fue preciso. Los dos pelearon, ella lo hizo. 

Perdió el miedo cuando ese niño asustado le mostró que ella valía tanto como una paliza con tal de protegerla. 

Picky ejo a Angela, esa cobarde atrás, para ser la despreciable perra qué necesitarán para cuando las heridas fueran donde no hay piel. Picky era una orgullosa insensible, era valiente y rápida. 

Picky no necesita ser perdonada, solo estar con sus amigos y ganar las peleas qué se cruzaran. 

 Ahora pierde el miedo otra vez al verlo destrozar las cadenas qué se suponía capaces de detenerla con la boca, reventándose la mandíbula en el proceso. Admirando una vez más su irreverencia , aunque liberarla no tenía sentido dentro de la celda. 

No ve razones para ello cuando no podía ponerse de pie. 

Más este hace algo nuevo. Sacándola del delirio qué la había consolado en su miedo.

-Chris ¿Qué estás haciendo?- pregunta la chica tras la máscara de la cerdita insensible. 

 

 

Para Bubba la vida era una mezcolanza de mierda y flores con premios de vez en cuando. 

Viviendo con recuerdos repulsivos qué se reproducen en su inconsciente y a la vez vive el presente donde puede estar con sus amigos o ir más atrás y ver exactamente el día que haya disfrutado más en su pasado acompañado por su hermano de sangre. 

Puede vivirlo, puede sufrirlo. 

Ahora esa cosa qué les hayan hecho al fin los alcanza y es horrible. 

Es asqueroso. 

Es difícil de resistir. 

Pues de todas las flores en su mundo , Picky es la mas bonita. 

Pero era aún más asqueroso como los recuerdos se mezclan en su cabeza con el presente. 

Puede rememorar como peleó hasta destrozar las costillas de Dog a punta de golpes. Odiaba tanto a su hermano en ese momento, odianbaverlo respirar aunque no fuera verdad. 

Puede verlo muerto y ser comido vivo. Paralizado en su miedo más primario. 

Puede ir más atrás y sentir a un anciano presionandolo contra el suelo y las risa de otros esperando su turno a los lados, tan solo mirándolo pelear o rendirse con el cinturón agarrando sus muñecas en la espalda. 

Como han atado a Picky. 

Tan fragil… ¿Como pueden tratarla así? ¿Cómo pueden hacerles esto? ¿Cómo pudieron hacerle esto a él? 

Solo era un niño. No podía defenderse. 

Él solo era un niño. Estaba tan asustado. 

Picky es una niña. Ella no es más que una niña. 

 

Y de pronto él se convierte en uno de esos hombres. 

 

El horror qué llena su cuerpo es el que le hizo romper las cadenas. Repulsivo. 

Fijando cada segundo de lo que estaba viviendo en sus huesos.

Ignorando las instrucciones de los humanos. 

-Bubbaphant, para ahora. Deben coperar con el experimento. - 

El elefante niega moviendo la cabeza. 

Tan asqueado. Tan lleno de odio. 

Tan aterrado como furico de verse obligado a convertirse en uno de esos sujetos.

-No soy un animal. - murmura abriendo el cierre de su pecho.-Los únicos monstruos son ustedes. - 

Esto confunde a los científicos que piensan que por fin cooperaría. 

-No… ¡¿Qué es eso?! ¡¡Mierda, abran la celda!!-

 

Dentro de la celda Picky apenas puede despegar el rostro del suelo. 

-No puedes moverte así que… Deberá ser muy cerca. - 

Intenta mirar al girar el rostro con esfuerzo. 

Sus ojos pronto se llenan de azul. Solo ese gran azul. 

-Lamento mucho esto, Picky. - 

Ella abre los ojos hasta el límite. Atragantándose con sus palabras. 

Tan risible como un tenedor para comer una sopa, es chocante verlo sostener esa arma. 

La misma que usó Kickin contra la rana hace meses. 

La había robado y hoy la usaría. 

-Lo lamento… Pero no van a convertirme en una de esas cosas. - murmura colocándola contra el suelo entre sus patas. Con el cañón pegado a su cabeza. 

Aquellos monstruos en sí memoria soempre serían peores que cualquiera de las criaturas de esta fábrica, tan malvados como estos científicos enfermos. 

-Bubba… - 

-No dejes ni una pizca, porfavor. - 

Como un cobarde la dejo con la palabra en la boca. 

Estallando el disparo con un tirón al gatillo. 

Esto no fue divertido. No hubo un torrente de placer húmedo ni una gran carcajada en su mente. 

No hay ni un solo atisbo de placer de parte de su interior hacia esta sangre. 

Picky no se siente como esperaba cada vez que imaginaba llenarse con la sangre de Bubba el cuerpo. 

No era eso lo que deseaba… Después de todo no era esto su sueño ni fantasia. 

En realidad esta no era la forma en la que deseaba comerse a Bubba. 

El grito que escapó de su boca fue tan profundo como ensordecedor. 

Arrastrándose a su encuentro lo sujeta y puede ver que ya no estaba entera su linda cara alegre. 

El arma lo reventó hasta quedar irreconocible. 

La chica llora, de verdad llora al sangrar por los vasos sanguíneos de sus ojos destrozándose en el estrés, grita tratando de unir las piezas desechas. 

Recordando lo que le pidió al sentir como las puertas dan ese conteo para abrirse. 

Bubba no quería volver, no deseaba volver.  

Debia evitar que lo trajeran de vuelta. 

Picky comienza a comer, tragando a fuerzas la carne que puede, regurgitando de inmediato. 

-Come… come… - intenta llevarlo a su boca pero no puede ni intentarlo, sintiendo su estómago revuelto.-Come cerda, come, come, come… - lo intenta y se presiona metiendo la carne a su boca. 

Mas lo devuelve. Temblando llena de horror. 

Las cadenas tintinean al estar cerca. 

Devolviendola al presente donde es una cosa fea comiéndose a alguien que amaba. 

Revuelve sus pezuñas sobre su cabeza, llenándo de sangre su cuerpo ya sucio. 

-¡Oye tu! ¡Cosa asquerosa! - ruge al aire. -¡¡Dios del gato!! ¡¿Puedes devolverlo?- lo pide azotando las pezuñas contra el suelo. 

-¡Si eres Dios deberías poder hacerlo! ¡¡Trae a Bubba devuelta!! ¡Devuelvemelo! ¡Devuelvelo, si eres Dios!-

No rrecibe respuesta. Respirando con esfuerzo levanta las pezuñas al techo, rogando al cielo por fin. 

Ahora y no antes. Solo hasta este momento su deseperacion la hace rogar a un Dios, al que sea que le escuchara ahora. 

-¡¡¡Haré lo que me pidas!!! ¡Lo que quieras, lo hare! ¡Solo devuelvemelo, porfavor, porfavor!-

No hay respuesta y ella comienza a perderse. 

-¡¡Te los daré!! ¡Te daré a todos! ¡Solo ayúdame, porfavor!- 

La respuesta es una ventila abierta. 

Observando con la mirada llena de sorpresa como esa garra deja caer algo de líquido carmín sobre el cuerpo de Bubba. 

Retirándose como llego. 

Dejándola sola con el cuerpo de Bubba los humano que entran con rostros severos. 

La petición debe tener respuesta y Picky atrapa su boca horrorizada por lo que prometió. 

También muy feliz de recuperarlo. 

 

 

Arrepintiéndose en cuanto procesa lo que prometió. 

La condena qué debería pagar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Despertar para el resto fue sorprendentemente agitado. 

Más de uno se encuentra a medio camino de la puerta. Como los objetos que se caen de una bolsa dejada a prisas. 

Al parecer planeaban sacarlos pero algo debió salir mal. 

 Volviendo al interior con tal de alejarse de las puertas, preguntandose porque quedaron a medio viaje. 

-¿Picky? ¿Bubba?- les llama buscándole al notar su fal en el grupo visible. 

Bobby camina hasta la zona L. Negó al resto al comprobar su ausencia. 

-Justo hoy se los tienen que llevar estos idiotas.- gruñe el nuevo líder. 

Hoppy comienza a temblar al entender la situación. 

-Hoy llegarán los otros…- murmura Hoppy.-Y solo seremos seis contra los ocho juntos. - 

La fuerza del equipo se verá reducida hasta un tercio por la ausencia de los dos. Tomando en cuenta que las habilidades de la mitad era de huida y movimiento y no combate como Picky o Bubba con su gran fuerza y tamaño a conciencia. 

-Solo pelearemos si CatNap no logra ponerlos de su lado. - les recuerda Bobby. 

El gato siente la presión al sentir la posibilidad de fallarle a Dios en su primer orden directa en meses.

-Se supone que debemos ganar. - suspira buscando el apoyo del resto.-Yo.. De verdad lo intentaré. - asegura a Bobby. 

La osa le muestra ambos pulgares arriba. 

Kickin no comparte esa alegría. Levanta las manos y esto no fue bueno, descubre que estaba temblando. 

-Sera un mal día, será muy mal día para todos. - les avisa a todos cerrando los puños. - Nos van a hacer pedazos. - 

Ese desánimo de su parte contagia muy pronto a la osa, dejándola fuera de su optimismo inicial. 

-Picky no está y … estas pruebas… Las pruebas que nos están haciendo…- Bobby no oculta cuanto miedo le daba imaginar a Picky en una situación desagradable.-Y Bubba… - 

Cuál sea el medio que Bobby decidió usar con las criaturas del exterior o que decidio hacer con esa relación extraña ue desarrolla lentamente con CatNap. Por ahora ninguno del grupo inicial puede indagar sin meterla en problemas. 

Solo saben y pueden limitarse a entender que Bobby debe tener su propio plan. 

 El perro levanta las manos llamándoles. Sin saber de nada de lo que estaban planeando los otros sonrientes. 

-No importa si no están esos dos, debemos encontrar un medio para mantenernos a salvo y a las criaturas. Y cumplir con lo que este gato y Dios le pide.- suspira dejando que el ridículo se quede en eso.-Te encargo esto, CatNap.- 

El felino cambia su estado muy levemente al ser apoyado por ese perro, de todos este perro. Mueve las orejas y mira al suelo, pensando en cómo se supondría qué debería empezar con esa reunión. 

-¿Qué hay de los niños?- la interrogante es por parte de Kickin, demasiado preocupado por los niños que no podrían sobrevivir una sola de las quemaduras qué ese dragón podría dar y ni hablar de los bebés. 

El perro les apunta al gato. 

-Tengamos fe en él. - decide.- Y si se resisten a escuchar, vamos a usar este terreno a nuestro favor. - no era exactamente positiva la opción pero no había mucho más por hacer en esta situación. -No permitan que les asusten, la casa es nuestra. Debemos hacer del partido un seguro. - 

-Tenías que ser hombre. Detesto las metáforas deportivas. - gruñe Crafty chocando las pezuñas. 

Bobby observa como la reunión se concentra en la situación por encarar. Al mismo tiempo que Bobby no puede dejar de observar a las cámaras. Preguntándose por el estado de su amiga/acosadora. Por Bubba. Siguiendo a la coneja a la puerta a esperar la apertura de esta.

El gato suspira dispuesto a seguir adelante. 

Mas ese perro lo detiene sujetando su collar sin respeto alguno al hablar a su oído. 

-CatNap. - lo nombra en voz baja. -¿Estas seguro de que podrás con esto?- 

-¿De qué estas hablando? - le pregunta de vuelta tan solo pensando en cuanto deseaba cumplir con su misión. 

-Si, se supone que eres la voz de Dios, ¿Pero serás capaz de compartirlo?- 

El gato la mira de arriba abajo, confundido. 

-Si no lo hago yo, nadie lo hará. - lo debe decir en voz alta para hacerse a sí mismo más que seguro de ello. 

-¿Entonces estás seguro de esto?- pregunta mirándolo a los ojos. 

El gato le mantuvo la mirada decidido. 

-Ya hice lo impensable a nombre de Dios. Arrepentirme no es posible. - murmura y mueve las orejas ansioso. - El seguir adelante es mi responsabilidad, es mi sueño seguir con el camino que yo mismo empece.-

 El perro asiente relajando los hombros. 

-Está bien, confiaremos en ti.- suspira dejándolo ir. - Sinceramente espero que lo logres, no quiero pelear con ellos.- mira al grupo reunido al frente. - Estoy seguro de que estaran más asustados qué yo, así que… NtIntentemos que todo salga bien, CatNap.-

El gato queda en blanco al ser acariciando su lomo. 

No es cariñoso ni familiar. Fue un toque de paso que le dejó resonando en el interior la fuerza del perro. 

Recordándole con esa nula reacción de su interior qué ese perro no era su cariño. 

Theodore no deseaba pelear, no deseaba volver a lastimar a otra criatura. 

Su cariño no era pacifista ni un tapete pero era piadoso. 

Era valiente y decidido. Era un chico que estaba dispuesto a sacrificar su cuerpo y seguridad para proteger lo que amaba pero no significaba que fuera una persona patética. Al contrario, era un depredador dispuesto a ser envenenado para comerse a la presa. 

Theodore no conocía el tipo de valentía que su cariño poseía y puede que no lo hiciera de seguir vivo. Ahora solo puede tomarlo de ejemplo para sacar a relucir a Dios. 

Lo sacaría de las sombras así tuviera que salir herido. 

Así como hace años su cariño corrió detrás de él con la nariz rota. 

 

La celda está por fin. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos meses han sido una tortura. 

Han estado llenos de dolor, de vergüenza. 

De agujas clavadas en su piel y de la fuerza de un mundo de metal y roca sobre sus cuerpos. 

Más… No todo parecía perdido. 

Esto pasaba por la mente de las ocho criaturas con el cuerpo herido. 

Ya sin saber si eran reales o si fueron humanas. 

Llevando en sus cuerpos las marcas del asedio de pruebas despreciables. 

La pequeña criatura gris limpia su rostro con el antebrazo. Ya las lagañas eran naturalesen su rostro oscurecido por el tiempo. 

Cloe, Mako o lo que sea a este punto. Esperaba seguir adelante sin necesitarlo. Observando a los dos grandes que se encogen lo más posible para caber con ellos en el ascensor. 

El humano que usaron para abrir la puerta ya se encuentra inconsciente en manos de la criatura rosa. 

-No vamos a detenernos, solo vamos a la salida.- dicta el dragón sacudiendo la cabeza de lado a lado. 

-¿Y los sonrientes?-

-Ya hablamos de eso. Que se muevan. - mira a la puerta.-No deberían pelear si nosotros no atacamos primero y los humanos deberían estar demasiado ocupados corriendo. - 

Salir afuera fue sencillo una vez la puerta se abrió. 

Claro . 

Lo primero que sucedió fue la reacción aterrorizada de los empleados de esta zona. 

Dichos empleados la gran cola del cocodrilo les lanzó contra el techo en un giro. 

Corriendo juntos a la salida que recuerdan por ese día desgraciado. 

Los empleados gritan y corren. 

No se detuvieron en esto, dejando que los guardias fueran entorpecidos por el pánico de los trabajadores que corren de un lado otro. 

La seguridad era imposible de manejar al estar en una situación tan sorpresiva para empleados traídos apenas hace pocos meses. 

Saltandose la seguridad de la puerta de hierro corren a donde saben se encuentra la escuela. 

Moverse por el recinto que fue su hogar unos meses o años para Cloe, es extrañamente desconcertante. 

Los hace bajar el ritmo al ver los cambios que han habido. 

Lo que es ver los adornos del dia de independencia sobre sus cabezas y en los juguetes tan pequeños qué no habían podido conocer antes. 

Muchos de estos les miran y se esconden. 

No es Cloe, sino el cocodrilo, Iñaki, quien se detiene al notar algo preocupante. 

-Oigan. - los llama deteniendo del brazo al tiburón. 

Mako le mira sorprendida por el tirón. El cocodrilo no le da tiempo a recomponerse. 

-No están los sonrientes ni los niños. - 

Mako frunce el entrecejo. El resto se detuvo en cuento los dos lo hicieron. 

-De verdad, amigo, no sé español. Ayúdame. - sacude el brazo tratando de librarse. 

El cocodrilo gruñe buscando la respuesta ahora. Algo para decirle lo que estaba pasando. 

-No se aceptan niños. - es lo primero que puede decirle. 

La tiburón enarca de nuevo las cejas, paseando sus ojos por el lugar. 

Si, hay visitas y trabajadores pero no niños y esas criaturas pequeñas rondan las esquinas. 

Bunzo pasea entre los techos. Como siempre. 

-Allister... Incluso si es una trampa, no tenemos otra forma de seguir adelante. - lo suspira. 

L oveja da una opción al fondo. 

-A menos que usemos a los niños de escudo. - 

-No. De todo, eso es lo último.- 

La situación apuntaba a mal pero no les quedaba de otra. 

Mako reconoce el patrón. 

Es como cuando esa gente mala entró con armas y disparaban a lo que se moviera, así que DogDay y el resto enviaron a los niños al fondo de todos los edificios, a salvo. 

Eso los empujó a entrar en contacto con los niños que estuvieran en el paso a la salida que debian cruzar.  

No puede seguir pensando. Los hace seguirle decidida. 

Bubbaphant solía estar en esa zona, debia estar lista para encargarse de él. 

Entran a la escuela. 

Es difícil para los más grandes pero lo hicieron. 

Esto es preocupantemente sencillo. 

Esa inquietud empeora conforme más de ellos se internan. 

Quedándose el dragón a la cola con los ojos fijos en él jardín. 

Esto es fructífero. 

CatNap viene hacia él desde la PlayHouse. 

-Ustedes no deberían estar aquí.- le señala. Esa voz solo una vez la había escuchado, era tan ronca como el mismo abismo que les rodeaba en las catacumbas.-Están rompiendo las reglas. - 

El dragón no tarda en responderle. 

-No queremos pelear. - le avisa de inmediato. 

El felino mueve la cola de lado a lado, inquieto. 

-Entonces no deberían hacer ruido en casa ajena.- mueve las orejas al ver movimiento tras el dragón en el interior de la escuela.  

-¡Simon, ven!-

Lo han llamado sus amigos. 

El dragón les da aviso encogiendose asustado por la presión creciente. 

-¡CatNap está aqui!- les avisa pegándose a la puerta. - Dejalos ir, porfavor. - pide nervioso. 

El gato movió las orejas. 

-No puedo.- dictamina sin asperezas en su tono, pero su voz es aterradora. 

-Se que estas tan mal como nosotros pero por favor , por Dios, ten piedad. - le ruega el dragón encogiéndose.-Solo queremos salir de aquí. - 

No era la actitud cruel y déspota que se esperarían de un enemigo. 

CatNap no tenía experiencia más allá de un par de peleas en este cuerpo y algunas no llegaron a nada y los perdono aunque lo lastimaron. 

-¿Puedo hablar contigo sobre algo?- intenta detenerlo al hablar sobre Dios. 

Su fe lo hace dudar pero también el escucharlo rogar le hace sentirse mal. 

Como si estuviera haciendo algo malo. 

-No queremos pelear, lo prometemos. Solo déjanos seguir adelante. - 

El gato niega bajando los ojos al césped, donde puede ver un peluche de algodón de DogDay. Recordando su lugar y presente. 

-Si hiciera eso, nos castigarían a nosotros.- el peluche se lo recuerda, su responsabilidad para con su grupo y Dios.-Podrian escucharme, escuchar lo que tengo que decir.- suspira nervioso. - Puedo decirte sobre alguien que te cuidara. - 

El dragón se ha desconectado, casi solo escuchando su propia respiración descompasada. 

Negarlo es imposible. Los sonrientes seguramente conocían mejor lo que sucede una vez son puestos en labores fuera de las jaulas. Que nuevo tormento lees traerá ser ahora el juguete de los trabajadores fuera de sus celdas. 

El dragón baja la cabeza asustado, cansado de pelear y de todas las pruebas. Del dolor de muelas qué le inflama la boca llena del sabor de su propia sangre. De un científico raspando sus encías una y otra vez sin importarle cuánto le dolía. Tan solo para darle unos dientes que no servirían más que para la estética al ser encendidos en llamas. 

-Puedo salvarte, si me escuchas. - promete el gato acercándose un paso a la vez.-Hay una foma. - 

Cuanto duele quemarse de adentro afuera. Sin que su pedido de no obligarlo a escupir fuego sea escuchado. Podría escucharlo y creerle. 

Podría creer en CatNap. Dejar que uno de los mayores los ayuden. 

Sus pensamientos no pueden seguir ese camino que lo llevaría a rendirse a escuchar al gato. 

No. 

Algo acaba de explotar. 

Ahora solo puede mirar adelante a ese gato gritando con el cuerpo prendido en llamas. Llenando el aire con sus gritos, con el aroma de su pelaje y carne quemándose. 

-¡Simon!- el grito dentro de la escuela es para él. Indagando tan solo con ese grito a razón de su actuar. 

-¡No, no fui yo, Mako! ... Yo no he sido. - suspira huyendo de la escena. 

Esto lo hace ver como de uno de los salones esa coneja verde salta entre ellos sin mirarlos. Derrama llegando a su encuentro, ese arrastre hace que sus garras retuerzan el césped sintetico y líber la tierra bajo este. 

-¡CatNap!- grita llegando a él para comenzar a cubrirlo de la tierra que arranca de debajo del césped de plástico.-¡¡Estarás bien, estarás bien!!- lo promete tratando de apagar el fuego. 

Entre su presura sus ojos van a la escuela. 

-¡¡¿Que rayos esperan?!!-

Dentro su grito fue la señal. 

Abriéndose las puertas de varios salones con más de uno de los sonrientes dentro de cada una. 

La tiburón es pateada por Crafty separando la al igual a que las dos chicas.

Con las garras y empujes Bobby lanza lejos a otros. 

Las baterías so sacadas por un par de maestras que se esconden en un salón 

 En un parpadeo el ojo del dragón fue herido. Obligandolo a retroceder contra una pared. 

La escuela es reducida y reforzada. 

Estaban atrapados. Eran demasiado grandes dos de ellos. 

Esto lo pagan siendo incapaces de librarse de las garras del ave asomada por el techo. Saltando entre ellos para entrar a un salón. Cerrandose las rejas de hierro con todos ellos separados dentro del terreno ajeno. 

-¡¡Simon no lo hizo!!- gritó Mako buscando el lugar por el que saldría el siguiente. 

El murciélago busca un punto seguro contra un muro, observando los pasillos a los lados de su ubicación. Sobresaltandose al sentir a la oveja a su lado.

-No vienen por nosotras. - le avisa la oveja, moviendo las orejas lado a lado. 

La murciélago recuerda por fin esa parte de sí. Escuchando atentamente alrededor. 

El sonido de las garras del ave van por el techo, sin importar si esta entre las rejas o el muro. 

-¡Arriba, Mako!- avisa al tiburón. 

Ella rapido golpea el techo, arrancando el interior con todos los cables. 

Esto le muestra algo diferente a un ave amarilla. 

Es un peluche pequeño, muerto. 

Las tres exclaman. 

El oído del murciélago era demasiado sensible y no experimentado, acababa de guiarla a un sonido que para ella era fuerte pero solo era uno de los juguetes de 1,40. Matándolo el golpe del tiburón al ser calculado para la criatura amarilla. 

-No… Lo siento… - retrocede al verlo caer al suelo desde su puño. 

El pequeño juguete de Hoppy solo queda así en el suelo sin más de la mitad de cuerpo intacto. 

Nunca habían lastimado a otra criatura. No porque ellos quisieran. Necesito entender porque resultó de esta manera la guía de sus compññeras. 

Las busca y encuentra en una situación peligrosa. 

-¡¡No, chicas corran!!-

Las dos estaban concentradas en el error de las tres , perdiéndose el segundo de chance para evitar el gran impacto a sus costillas por parte de una mesa de hierro moviéndose a gran velocidad y fuerza por parte de la osa roja. 

-¡¡Se supone que no peleariamos!! ¡¿Porqué tuvieron que atacar a CatNap?!-

Ninguna de las dos tiene respuesta y menos cuando está osa repite el impacto varias veces con un grito áspero. Exasperada de todo. 

De que todos prefieran herirlos a llevarse bien con ellos. 

Desde el pasado con las criaturas de la superficie a los humanos, y estas criaturas no parecían ser la diferencia. 

-Dog tenía razón…- los recuerdos de la osa viajan al pasado. Cuan ingenua fue siempre, cuánto se preocupa por todos y nadie lo hizo por ellos.-¡¡Entre ustedes y nosotros!! ¡¡Entre todos ellos y nosotros!! ¡¡¡Nosotros vamos primero!!!-su cuerpo por fin rompe con su límite. 

Creciendo como lo hizo el líder en esa celda. usa toda su fuersa para partirlas con el hierro de la mesa. 

Mako gritó agarrando las rejas. 

-¡¡Para, para, por favor!! ¡¿No nos amabas?! ¡¡Bobby!!- intenta salir pero solo su brazo no llega más allá de solo rozar la mesa de hierro que las estaba cortando a base de pura fuerza bruta.-¡Tu dijiste que nos amabas!-

La osa llena con recuerdos su mente. 

Atrapada por las humillantes escenas de ella haciendo a su amigos bailar y cantar para esas criaturas. Para la hipócrita de Mommy. 

Para los humanos. 

Cuántas veces con sus lloriqueos les lastimó a todos por igual. 

Sacrificando a toda su familia por terceros, por cualquiera. 

-¡Yo los amaba, claro que los amaba! ¡Pero ya no son niños, no son más que monstruos!- su voz escapa llena de sus resentimientos pasados. - Ahora son mis enemigos. - 

Cloe cae de rodillas, escuchando como los huesos de sus compañeras se rinden quebrándose al choque con esa pieza de hiero. 

-No. Yo estoy aquí … yo sigo aquí. - lamenta en voz baja la tiburón, dejando salir las lágrimas por sus ojos. 

El pasaje del otro lado de Bobby es surcado por una figura oscura. 

Bobby giró apenas lo suficiente para cubrirse con los brazos. 

Esta criatura de plumas la empuja liberando el pasaje, sujetando en mano una caja verde. 

La coloca en la rendija , incluso si las garras de la osa ya lo sujetaron y lanzaron contra las compuertas de metal. Viendo tarde como el tiburón será liberada. 

La reja sube y con ella la osa corre por el pasillo, dejándolos en el suelo. 

-Bobby pega fuerte. - murmura el cuervo sujetándose el ala herida por esas garras. Su tamaño era superior al de Kickin, ventaja y desgracia, limitandolo bastante al momento de ir de un lado a otro. 

Mako piensa en seguirla pero se queda a levantar a sus compañeras. Descubriéndolas tan heridas como era posible. Carga a ambas sobre la espalda. 

Su compañero apenas logra ponerse de pie por sí mismo. 

-No fue Simon, él no le prendió fuego a CatNap. - le asegura el ave a ella, mucho antes de que le dirigiera la palabra. 

Mako niega buscando al resto. No había nada que explicar en esta situación exacta.

Ya no. 

Puede escucharlos peleando. Eran unos tramposos. 

-Vamos. - 

 

 

En otra rama de la de la escuela esa rana intenta salir de las rejas pateandolas con la rata del otro lado de la misma sala . 

-¡Taquito! - le llama al verlo pelear, o más bien soportar, las patadas del ave y el unicornio. 

Entre los dos lo han arrinconado usando el tamaño del cocodrilo para hacerlo chocar con las rejas eléctricas de la zona contraria entre los golpes. Golpea las rejas no electrificadas de su propia seccion por los lados, buscando los seguros en esta, pero aún no logra liberarse. 

La rata a su espalda busca una salida entre las paredes. Descubriendo una en el techo. 

No le avisa, solo sube de un salto usando las garras para alcanzarla. 

-Aquí hay… - enmudece. 

Su voz se quedó en nada al ser agarrado del otro lado por una larga mano naranja estirada desde otra rendija. Arrastrado al otro lado sus brazos se golpearon con el metal sin poder defenderse, al caer al suelo del otro lado de la pared su cara fue pisada varias veces. 

Rebotando la sangre por las paredes. 

De nuevo en la sala anterior la rana presiente algo, buscándolo puede ver esa rendija y al perro saliendo por esta con un bolsa negra sobre la cabeza. Algo que fue demasiado inquietante al abrirse las rejas a sus espaldas, atrapado entre dos y ese perro. 

Las bolsas de plástico no estaban solo sobre su cabeza sino en cada extremidad.

La rana levantó los brazos temblando ante lo que parecía una pelea. 

Lo que sucedió hace meses no era algo en sus memorias, no de buena forma. 

Su cuerpo tardó días en recuperarse y más al repetir el daño los humanos para ver lo que le sucedería una segunda vez. 

El perro le pasa por un lado, caminando directamente hacia el ruido. 

La rana sigue temblando entre las dudas y el miedo. 

-¡¡Nosotros no queríamos pelear!! ¡No queríamos esto!-

El perro no le responde, concentrado en la siguiente fase de acción. 

El par le mira de lado, esquivando a la rana al pasar por su lado, escapando por la misma reja abierta. 

La rana le observa y corre con el cocodrilo. Sujetándolo contra el pecho. 

-Taquito…- lo llama sacudiendolo. Suspira al verlo despierto.

El cocodrilo fija la mirada en el perro. 

Este les observa fijamente sin moverse. 

Esto no parecía bueno. El grito del unicornio en otra celda lo hace buscarla. Sobresaltado por el líquido caído sobre sus cuerpos. 

-¡¿Les parece divertido quemar a la gente?!- 

Voltean al tiempo que el perro les deja en la celda. 

Tirando algo a su dirección. 

La cabeza de la rana gira buscando una respuesta entre todo el ruido acumulado sobre su cerebro. 

El cocodrilo, entre la sangre de su nariz reventada, olfatea. 

Rugiendo. Coloca a la rana bajo su cuerpo. 

El objeto que el perro lanzó es un encendedor. 

El líquido es combustible. 

-No es justo… - 

El perro los deja quemarse. Dejando a los dos restantes preparando los rociadores en silencio. Esperando a que dejaran de gritar para entrar y apagarlos. 

Este perro saca la bolsa de su cabeza, cosa que usó para ocultar el malestar qué sentía. 

Las cosas no debían desarrollarse en este camino. Así como los invasores no debieron quemar a uno de ellos. 

Dirigiéndose al último escenario. 

Donde se encuentra el dragón arrinconado en una habitación. Mirándolos asustado. 

Su personalidad era extraña. Nadie se quedaría tan tranquilo mientras sus amigos eran apaleados uno por uno, pero ahí estaba. Acostado sobre sus barriga y mirándolos sin moverse. 

Este mira al perro, afilando la mirada con resentimiento muy claro por un segundo. Escupiendo un murmullo bajo:

-Impostor.-

El perro levanta las orejas por un momento, bastante sorprendido por la acusación. 

La coneja es indiferente a lo que toma como un insulto y nada más. 

-No sé qué personalidad debería tener un dragón ni cual sea tu lugar en la caricatura, ¿Porqué no te levantas?- le llama Hoppy de pie al final del pasillo.-Levántate para quedarte una paliza sea una pelea justa, lagartija.- 

El dragón la mira y baja la cabeza. 

-¡¡Simon, escupelos ahora!!- le grita la voz del tiburón al fondo del pasillo.  

El ave negra ruge al verlos a los dos otra vez. Como en sus pesadillas estaba ese perro oliendo a plástico quemado y el fuego al fondo con los gritos de sus amigos.

-¡¡Muérete impostor!!- grita frustrado hasta llorar entre sus gruñidos. 

El perro aprieta los puños aún confundido por esa palabra. 

La coneja no siente que tengan el tiempo para detenerse a escuchar los berridos de quienes ya demostraron no tener interés en escucharlos ni aliarse a ellos. 

-¡Vamos pajarito! ¡¡¡Canta algo para mi!!!- 

Su objetivo es claramente el ave al ser un escurridizo con garras, más esa chica se puso enfrente sin alcanzar a soltar a sus compañeras. Hoppy pasó por un lado del perro golpeando con una patada al tiburón en vez del ave que abre los ojos sorprendido por la defensa de la criatura azul. 

Esta patada hace caer a Cloe junto con sus dos amigas. No se queda en eso la reacción de la tiburón. Ella la sujeta por la pierna y no con las manos, la ha mordido. 

Arrancando su pierna con un tirón. 

Hoppy cayó al suelo pero no se detuvo. Demasiado enojada corre a cuatro pasando al ave de vuelta a un lado del perro, lo usa para ponerse de pie al trepar lo por un costado. Dejando el rastro de sangre a su paso. 

Igual que un ave de rapiña coloca las garras sobre sus hombros y cabeza sin dejar de observar l par frente a ella. 

Era una costumbre desarrollada en conjunto con el líder muerto pero ahora es vuelta a usar. 

Fue tan rápido que el mismo perro pasó un segundo procesando lo sucedido. Pasando sus ojos por la criatura tragando la pierna de la coneja sin masticar, mostrándose como una gran carnívora en tan solo un movimiento tan sencillo como este. 

-Aprendiste a comer sola muy rápido.- gruñe Hoppy fastidiada por perder un pedazo tan pronto. 

-Bueno… - suspira limpiando su boca con el dorso, pateando al ave para quitarlo de su camino al rodar y ponerse de pie. -Antes Papá me dijo que debía pelear solo cuando me obligarán los cretinos o cuando alguien que no puede defenderse por sí mismo lo necesita. - piso fuerte el suelo, lanzándose adelante con las cuatro extremidades.

El perro clava los brazos en el techo, subiendo el cuerpo en una flexión rápida. La coneja aprovechó este movimiento oportuno para subir a la espalda del tiburón. 

Esto lo usa para dejar a Hoppy con esta cosa, saltando directamente hacia el ave negra que venía tras el tiburón. 

El cuervo evita su puñetazo con agacharse, moviéndose por el suelo le gruñe intentando morderlo. 

El perro lo patea abriendo su rostro con las fuerza del puntapié, más el picó es duro y no es sencillo de dañar como lo era el de Kickin. Resistiendo y clavándose en su pata, imitando a la tiburón, más al tener muchos menos dientes y peso de su lado, el ave no puede retenerlo. 

Ruge y le grita, pisando fuerte al adelantarse y atraparlo por las plumas de la cabeza. No lo hace soltarlo, esto lo hizo para mantenerlo en control al encestar contra el suelo. 

Detrás de ellos la coneja, sin la pata, pelea con la tiburón. Agarrándose de su espalda le muerde y arranca un trozo de su aleta dorsal. Clavando las garras de la pata restante y las dos manos en su cuello, abriendo las branquias con su fuerza. 

La sangre salpica el suelo con el rugido de la dentada criatura. 

Escuchando se por primera vez la risa de la coneja, mezckamndose con el grito tan furioso como adolorido de la criatura azul. 

–Cloe… - exclama asustado el gran lagarto rojo. 

El dragón observa cada vez más agitado, su boca arde con las encías inflamadas. Exhala la primera llamarada dentro de su boca alegre y dentada. 

El perro logró al fin dejar inconsciente al ave, dejándole en el suelo, dirigiéndose directamente hacia las dos chicas en contienda. 

Lo haría. 

Desde el suelo esa oveja le ha saltado encima desde atrás, mordiendo su cuello con fuerza. Usa las pezuñas para clavarse a su pecho en un abrazo feroz por parte de las cuatro extremidades. 

El color de la sangre salpica al aire y la bolsa oculta su grito, más es útil solo por algo que no había tomado en cuenta la oveja. El perro voltea la bolsa cubriéndole los ojos, saltando contra las paredes para librarse de ella. 

No es nada como una pelea infantil en el patio escolar o unos matones de secundaria queriendo robarle los billetes del almuerzo. 

Esto era diferente y muy parecido también. 

Debe pelear hasta la última consecuencia, así se haga daño debería sacarsela de encima él mismo o esta criatura y el resto lo verían como menos, siendo el líder esto no era opción. 

Debía salvarse solo, así vaya contra una de las enseñanzas de sus padres. 

No debía golpear a las chicas. 

Usa esa bolsa para quitarle la posibilidad de respirar. Descubriendo su propio rostro lleno de heridas. 

Camina por el pasillo con la criatura en su espalda. 

La sangre de su cuello ha subido por su boca y la vomita. Alcanzando por fin su objetivo. 

Una regla de aluminio.

La usa sobre el rostro de la oveja, arrancándole un grito al atravesarlo el ojo. 

Agarra la lana de su cabeza doblando las rodillas para impulsarla adelante.

Harom la mira sujetarse el rostro y llorar con sus ojos llenos de lágrimas. 

El malestar por hacer esto sigue ahí. Más esta cosa lo miro con odio profundo intentando seguir adelante con la pelea.

No es una cobarde ni una chica desprotegida. Nadie en su estado seguía suficientemente cuerdo para ser inofensivo. 

Es una persona tan enojada y rota como ellos mismos. Sedienta de sangre como ellos. 

Duda. Preguntándose… ¿Qué tan cerca estaban de ser Jason esta chica? ¿Y él mismo? 

-¡¿Porqué atacaron primero?! ¡Nosotros no queríamos pelear!- 

-Yo no estoy aquí para pelear, ¡Estoy aquí para matarlos!-

-¡No tenían porque atacarnos!- la desesperación rebelándose ante lo que tendría que hacer ara sacarla de la pelea lo hace dudar. 

-¡Te voy a matar a ti ya todos tus malditos amigos, impostor!- grita al lograr golpearlo con la pezuña. 

Aún en esa posición ella logró herirlo y Harom la puede sujetar por el cuello sin ser alcanzado por sus pezuñas más que para recibir algunos cortes dolorosos. Clava la regla en el otro ojo , varias veces. 

Dejándola en el suelo entre sus gritos, agarrándose el rostro. Tiembla volviéndose una nerviosa bola de sollozos. No significa que deje de pelear, lo busca rugiendo desde el suelo.

El perro la patea en la cabeza dejándola inconsciente o al menos fuera de combate. 

-¡¡¿Porqué atacar a CatNap?!! ¡Solo tenían que escuchar!- tira esa regla contra un muro clavando la hasta la mitad. 

Harom vuelve a la primera sala. Cosa que casi le gana unas quemaduras de cuarto grado de no ser por la coneja sujetandolo por el brazo en una huida rápida por el suelo. 

El fuego casi los alcanza a ellos y las poco oportunas chicas sonrientes. 

 

 

Entre los cuatro solo queda un refugio dentro del salón de maestros. 

Respiran con esfuerzo. 

-¿Y tu apoyo emocional?- pregunta Bobby mirando su cabeza descubierta. 

El perro mueve la cabeza aceptando haberlo perdido y también que ya se rindió. No se los dijo pero una parte de su interior deseaba aún ser Harom, proteger la buena persona que fue para sus hermanos y padres. Ocultarse fue cobarde y estúpido. 

-Solo queda un extintor. - avisa Kickin mostrando el cilindro rojo. 

-Mejor que nada. - el perro suspira, sacándose el cinturón del brazo va hacia Hoppy. 

Al hacerlo el ave nota por fin la razón por la que esta se mantiene en el suelo. 

Ella esperaba negarse a recibir el cinturón pero el perro no le dio la oportunidad, colocándolo en su muñón con un apretón que le recordó que era una extremidad perdida y duele. 

Bobby corrió a apoyarle con unas vendas sacadas de su cierre. 

El ave les observa con el rostro cansado. 

Triste. 

Algo les avisa de que ya no tendrán que seguir con la tarea. 

Es un balazo. 

Seguido de más. 

Toman un lugar contra la pared, ayudando a Hoppy a ponerse de pie en espera de los humanos. 

Esperaron por alguna decena de minutos, nada relajados. 

Las criaturas no tardaron en descubrir que fueron atrapados de nuevo. 

Escuchando los sonrientes del nuevo sótano, como gritan al ser llevados. Estos gritos les hacen bajar los ojos al suelo. 

 

La culpa y la frustración les llenaba. 

Crafty alcanzó a llegar con ellos al correr por el pasillo, aferrándose a Bobby qué la recibió en brazos. 

quedándose los seis juntos en la sala de maestros. 

Los humanos llegaron por ellos después de llevarse a las otras criaturas. 

Siguieron las instrucciones con las a espaldas encorvadas o cargando a la coneja. 

Esta vez la llevaba el perro y no Bobby. Viendo a CatNap en la mesa transportadora de los médicos fuera de la escuela. Las quemaduras lo llenaban sobre el lomo. 

Crafty lo mira tan solo de reojo sin detenerse ni por un segundo. 

Algo que el ave nota a diferencia del resto. Una duda y la verdad a descubrir. 

Si el dragón estaba de frente y obviamente dispara su llamarada por la boca… 

-¿Porqué su espalda está más herida que su cara?- lo pregunta en un murmullo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gato vuelve a la vida una vez fue dejado en la celda personal.

Levantándose apenas lo suficiente para mirar al rededor. 

-No… no, no cumplí… - su desesperación crece al intentar ponerse de pie. 

Había fallado con la orden de Dios. Esto lo lena de miedo. 

No sabía por qué, pero estaba aterrado. 

Su cuerpo lleno de miedo a ser abandonado se estremece y no puede dejar de temblar y buscar un apoyo en lo que le rodea. 

-¡Yo quería obedecer, quería obedecer! Lo siento , lo siento, lo siento. - sus disculpas van al hilo. Intentando disculparse con más vehemencia que la depositada en el esfuerzo por levantarse del suelo. 

-Esta bien, no es que esperara mucho de ti. CatNap. - 

El gato no recibe esa respuesta como un perdón sino como un castigo. 

Golpeando su cabeza contra el suelo. Pide perdón una vez más y muchas mas. 

Dejó la primera tarea depositada en sus manos, en nada. 

Dejo todo a los otros. No cumplió con su misión. 

-No peleas y no me llevas a sus corazones. Y si no puedes hacer nada de lo que necesito ¿Porqué debería tenerte como mi hijo?- 

La voz de su Dios llega de nuevo por las rendija. 

-Deberás pedir perdón una y otra vez por cien años para que te de algo que no mereces. Me ha herido tu desobediencia, tu falta de compromiso me ha hecho mucho daño.- una sola de las garras traspasa el aire, apuntando directamente.-¿Es que acaso ya no soy el Dios al que le diste lo más preciado? ¿Debo dar por hecho que en realidad nunca significó nada tu ofrenda?-

-No, Dios. Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento…- ruega tratando de alcnazrlo aunque fuera solo con su temblorosa voz. -Porfavor perdóname, Dios, no me dejes porfavor. - 

-Descansa,y espera a que te perdone. mientras tanto, haz realidad todas esas obscenas fantasías herejes que ese tan débil de puertas corazón te de las alas para experimentar. Si me quedara en tu estado, hasta el alma de ese supuesto amado cordero tuyo se vería ensuciado.- 

-No, Dios… - 

El silencio. 

El gato deja caer pelo y orejas al quedarse solo. 

Otra vez tremendamente solo. 

-¡¡¡Dios, perdoname, por favor!!!- el silencio. Un gran y pesado silencio. 

El gato corre por la extensión de su celda. Aferrándose con las garras a la pared. 

-¡¡No me abandones, no me dejes solo!!! ¡Dios! ¡Dios, vuelve, por favor vuelve!- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las criaturas vuelven a sus celdas. 

Con heridas por sanar y muchas más cicatrices a su historial. 

Mirandose entre ellos. Con el cuerpo cansado por todo el dolor que habían experimentado. 

-Esas cosas… - la voz de la murciélago hace eco en el recinto de roca.

La única ave golpea las paredes de su celda. 

-¡NOS TRAICIONARON! … ¡NO LES HICIMOS NADA!- el grito es del ave enojada. 

-¿Porqué nos golpean tanto?- pregunta la rata con el rostro lleno de lágrimas. - Ya no quiero que me lastimen… ¿Porqué hasta DogDay nos trata así? ¿No nos amaba Bobby?-

 El tiburón camina por su celda. Llena de vendas con cinta gris uniendo su nueva aleta dorsal llena de grapas. 

-Nosotros no lo quemamos. - 

Una voz interrumpe sus quejas. 

-Hola, mis queridos amigos. - 

La sorpresa en ellos es palpable. 

Esa voz no era la actual de la criatura, del usurpador. Era una voz conocida y para la mayor del grupo era un consuelo. 

Era la voz de quién más de uno de los crecidos en La Guardería reconocía como su padre. Como el único padre que los amaba, y que no los hirió cuando todo parecía perdido.

De los sonrientes el único que de verdad les amaba. 

-Papá…papá. - lo llama levantando las garras hacia el techo de su celda. 

Por donde entra esa gran garra metálica. Llegando a tocar su rostro. 

-Esas criaturas los lastimaron mucho, amigos. - lo murmura acariciando esas vendas, consolándola con su cariñoso toque. - Eres una niña tan valiente, Cloe, Mako. Buena niña, eres una chica muy buena y valiente. - sacude el cabello de su piel durazno. Como lo hacía el perro muerto. 

Como lo hacía DogDay. 

La criatura no tarda en llorar al reconocer el gesto. Cansada de pelear, de estar alerta y tratar de ser valiente. 

-No nos dejaron ir… Aunque nos ayudaste a salir, aunque no quisimos pelear con ellos-

-Prometo que no hice nada, no lo hice. Papá, yo no lo hice. - 

El lamento del dragón le llega entre sollozos. 

La garra deja a la chica para llegar en menos de un segundo a su encuentro. 

-Yo se que no lo harías, el pequeño es demasiado genial para jugar tan sucio como esos chicos malos.- le acaricia la mandíbula, dejando una gota de sangre sobre los rasguños.-Hiciste bien en defender a tus amigos, lo hiciste muy bien Simón. - 

Paso jaula por jaula. 

Recibiendo un abrazo o la búsqueda de consuelo de cada uno. 

-Han sido tan valientes, tan buenos y obedientes… no como esos niños, tan egoístas y desobedientes , mis hijos. Todos ustedes estarán bien, no lo duden. - 

-Papá… - lo llama la tiburón. 

-Mientras yo esté vivo, ustedes estarán bien. Y es porque sé que pueden hacerlo, pequeños.- 

-Porque mientras se tengan uno al otro, nada podrá contra ustedes. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Esto me recuerda a la frase “No todas las batallas están destinadas a ganarse”

 

Terminaron de leer. Que bueno.
Les agradezco su tiempo de lectura invertido.
¿Saben por que estoy feliz?
Le atine al apellido de un nuevo personaje secundario femenino y muerta, claro que si siendo una trabajadora de la empresa.
Grayber. Estoy feliz 💕. No es nada lo mismo pero le atine.
Solo le había puesto ese nombre por la comida para bebés. 🥂

 

Actualizando la nota

Lectores, pase esta vergüenza por un efecto mándela extremadamente fuerte.
Recordaba a Estella Grayber como Estella Grayson, si.
¡Llevo años confundida! 🫠

Ahora me frustra pero no puedo dejar de reírme de tal estupidez. 😆 💕

Chapter 79

Notes:

Hola, buen día o noche.
Menciones disfrazadas.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Lord Almighty, I feel my temperature risin', mmm

 

Higher, higher, it's burning through to my soul

 

Girl, girl, girl, girl, you're gonna set me on fire

 

My brain is flamin', I don't know which way to go, yeah

 

Your kisses lift me higher

 

Like a sweet song of a choir

 

You light my morning' sky with burning love, mmm

 

 

Entre dos guardias el sonido de la radio navega en la oscuridad de la noche. Llenando el canto de los grillos con la vieja voz de un cantante muerto. 

-Me gusta esa canción.- murmura uno distraído.-Me pone romántico.- 

El otro lo mira de lado, mostrando un obvio rechazo. 

-No me coquetees. - le amenaza. 

Este chasquea los dientes, pateando algunas hojas a su dirección. 

-Ya quisieras. - gruñe antes de reírse, mirando al bosque. 

La noche es su compañera en la oscuridad superficial gracias al salvaje brillo de la luna sobre este bosque. Aunque esta luna no es suficiente para ocultarle la falta de un miembro de su grupo. 

-Jerry ya se tardó.- murmura revisando el horario en su reloj. - Ya no podemos esperarlo más. - 

-Déjale una nota y que nos alcance en la motocicleta.- va a la furgoneta militar qué conducían. Abriendo la puerta la canción suena más fuerte y los dos están en su propio plan. 

-¡¡Quiten esa mierda!! ¡Carajo!-

El grito de los guardias resuena en la noche un poco antes de ser aplastados por la rama uno por uno.

Ryan llegó a ver su gran hazaña. 

-Miserable perro… ¡¿Como se supone que los interroguemos si los dejas inconscientes?!- 

El perro levanta la rama que usó para golpear a los dos guardias.

-Me miraron feo… Y no me hables así, soy sensible. - retrocede a un rincón del claro. 

Su canción… De todas en el planeta debía ser esa la que sonará en su regreso a la fábrica. Sintiéndose tan avergonzado de golpe, habiendo cantado esa misma canción varias veces a Theodore. Llegando al escenario donde era un simple chiste para él. Avergonzado hasta la médula. 

Temía tanto a otras emociones violentas de su interior que hasta ahora tuvo esta nueva sensación. 

La gran y aplastante humillación. Una ingrata nueva parte de todo el enredo de emociones en su pecho. 

Habiéndose avergonzado de tantas formas para hacerlo feliz. 

Bailando y cantando aunque le daba vergüenza. Hizo muchas cosas que ahora despierta de su estado profundamente enamorado para darse cuenta de lo estúpido que siempre fue. ¿Cuántas veces su estúpidos reafirmó la decisión de Theodore para traicionarlo? 

¿Al menos algo de lo que hizo sirvió de verdad para animarlo? ¿Theodore fingía ser feliz cerca suyo? Esas preguntas se acumulan y hacen a Hobie sujetar su cabeza. Guardando de nuevo la maraña de sentimientos y la vergüenza con el odio que despierta en su corazón conforme desentraña los sucesos dentro de sus recuerdos. 

Ajeno a sus pensamientos o simple crisis de realidad; el segundo portador de camuflaje natural de su pequeño grupo llega por un costado. 

–Creo que ni verte habrán podido. - apunta Niko, más divertido que preocupado por estos dos hombres, mirando al ex guardia preparando la cuerda amarrada a los tobillos de uno de los guardias. 

Lanza la cuerda sobre una rama, atando al segundo con este otro lado.

No parecía buena idea. 

-Hobart, toma esto y vete a los arbustos. - le ordena Ryan extendiendo la cuerda restante. 

El perro la toma en manos. Alejándose con dirección al bosque. 

La cuerda sube y estos guardias también. Impar y desordenados cuelgan de cabeza. 

Ryan amarró en la boca de uno la cuerda. Preparando el arma de su bolsillo, golpea el rostro del segundo con un esperando a que despierte. 

Niko espera a su lado. Observando al guardia revolverse antes de abrir la boca. 

Ryan le colocó el arma contra los dientes, sujetando el cabello de esa nuca. 

-Grita alto, lo suficiente para que el disparo no se escuche. - le pidió sonriendo. 

Hace tiempo que no hacía esto. En su juventud usó su ascendencia para farolear en el instituto paseándose con la navaja que usaba para tallar madera y la blandía con orgullo… hasta que alguien le robó la navaja. 

Lo bueno es que tenía trece, lo malo es que tenía trece y era una memoria humillante qué no tendría que salir a la luz justo ahora. 

-Mira… No se nada, me pagaron trescientos dólares por vigilar y llevar juguetes perdidos a la otra fábrica. - 

-¿Juguetes?-

El hombre malentendió su indagación. Estaba completamente convencido de que la fábrica era parte del territorio de algún cultivador de opio. Claro que era por su color esa sospecha. 

-No es nada importante,en este lugar a veces aparecen muñecos raros y me pagan por recolectarlos. - 

-¿Qué hacen en esta zona? ¿No estaban más cerca antes?-

-Sí, pero algo sucedió. Creo que el otro grupo se robó la camioneta y las armas, porque no los han visto en días y tampoco nos han dicho nada a nosotros.- 

Ryan mira a Niko, este mueve la mano plana por su cuello. 

-¿Qué se supone que tienen de especial esos muñecos?-

-No se. Nosotros solo les disparamos, el otro equipo es de quienes lo recolectan. - 

Niko levanta una ceja, pateando la espalda de ese guardia. 

-¿Dispararle a juguetes? ¿Crees que somos estúpidos, hermano? ¡¿Te parezco estúpido?!- le interroga empujandolo. Esto hace al hombre girar colgado. Niko contiene una risa antes de que este vuelva a mirarle al girar. 

-Miren, no sé qué más decirles. El trabajo es raro pero me pagan trescientos la hora, no haré preguntas. - su voz se vuelve un hilo al tener el cañón de un arma de nuevo sobre su nariz. - Ahora parece que no era tan buena idea no hacer preguntas. - 

Ambos comparten una mirada. 

-¿Donde se encuentra el equipo de recolección?-

-En la zona contraria, hace unas horas encontramos un gato raro por las cámaras y ellos fueron allá.-

-... Además de que algunas personas insisten en acercarse y debemos agrandar la zona neutra con nuestra vigilancia. - 

Esa voz es del segundo lugar. El cual es girado por Niko para verlo a los ojos. 

-Si, no hagas eso… Quiero vomitar.- lamenta aguantando una arcada. 

-¿Pueden traer al segundo equipo aquí?-  

-Claro… - busca a quién le haya preguntado pero no puede ver más que a esos dos y por la fuerza en esa voz debería estar justo a un lado.-Carajo. - tiembla recordando los rumores sobre voces y espíritus en los bosques cercanos a este cerro. 

-Entonces llámalos. - le ordena Ryan. 

Niko no ve de buena manera que el perro y Ryan planteen traer a más personas en su situación, sabiendo que estaban más cerca de perder la oportunidad que de lograr algo en serio. 

-¿Para que los quieren?-

Ryan mostró la mano sin más que ese gesto como señal. 

-Si tienen eso, será útil. - responde Ryan preparando el arma. Contra el ojo del segundo. - Si este amigo tuyo les dice algo, te mueres. - advierte entregando el radio que robó al inicio. 

Ambos se miran, más pálidos que antes. 

Claro que iban a hablar más cuando les pagaban trescientos dólares la hora, no era posible que perdieran este trabajo así como no darían la vida por el mismo. Tomando la radio enciende la línea de los compañeros más cercanos. 

-Chicos, un… Cosa, una cosa está en nuestra ubicación. - avisa tragando seco. 

-¿Qué dices?- preguntó del otro lado de la red. - ¿Qué cosa?-

-Un 1001, hay un 1001.- advierte bajando la mirada al suelo. 

-Vamos para allá, no intenten acercarse. ¿Lo dispensaron?-

-Claro, está entre los arbustos de la puerta este. - les avisa. 

La comunicación se corta y los dos esperan lo qué el par vaya hacer. 

Claro que no fueron los humanos. 

La cuerda subió y no podía contener el grito al ver esa cara alegre de frente. 

Era como los muchos que salieron antes y a la vez no era nada parecido. 

Solo esa gran sonrisa les decía lo que podría ser de cada uno. 

-¿A cuantos despacharon? ¿Podrían decirmelo?-

La respuesta es el desmayo de uno y el vómito de otro. 

 

 

 

 

La camioneta qué llegaba a las puertas de cristal eran idénticas a cualquier otro transporte de campo. 

Sucia por las ruedas y camuflada de colores naturales. Llevando a siete personas sobre esta. 

Siete hombres de uniformes muy diferentes a los de los guardias del perímetro exterior. Cubiertos completamente, con unas mascarillas de gas de gran filtro. Bajando de la camioneta cuatro de ellos, con dos manteniendo la vigilancia sobre la cabina y el conductor revisando el espejo. 

No relajan el cuerpo, arrastran los pies sin bajar las armas al vigilar a cada movimiento entre las hojas de los árboles o la misma brisa. 

-Dijo que estaba entre los matorrales. - les recuerda el encargado de la radio. 

Uno de ellos avanza bajando el arma para mover las ramas. 

-Este debe ser pequeño. - gruñe al no encontrarla en primeras instancias.

Un tercero en el suelo nota algo en un matorral cercano a sus pies, avanza con el cañón apuntando a este punto. 

Donde una mota de color vivo no puede confundirse entre las hojas. Patea de una vez la zona y dispara en cuanto esa cosa salió volando por su patada. 

-No debería venir solo. - recuerda en alto una vez logró darle. Más algo no le pareció correcto. -¿Porqué este no sangra?- pregunta confundido por la nula salpicadura. 

-Aquí hay uno que sí. - 

Esto le da la oportunidad de ver una cadena golpear las cabezas de todos y cada uno de estos, quebrándose como sandías al estallar. 

La cadena en una ola no lo deja ir, aplastando contra su espalda antes de que logrará disparar. 

 

En el auto el conductor y el encargado de la radio reaccionan rápido, tanto uno tomando la radio como el otro encendiendo el motor. 

Con un movimiento inesperado la cabeza de uno es disparada. 

El conductor quedó en shock al ser salpicado. 

-¡¿Están locos?¡ ¿No ven esa cosa allá afuera? ¡No pueden hacer esto!- gritó buscando su propia arma. 

Del otro lado, por la ventana , el brazo de un hombre lo atrapa y lo asfixia mirando de su cuello hacia afuera. 

-Creo que ya no estamos de incógnito. - sonríe Niko sacando al hombre por la ventana. 

El perro en el claro enrolla la cadena con paciencia, mirándolos de lado. 

-No se como se les ocurre hacer tanto ruido.- les reclama guardando en su deforme mochila esa cadena. 

Ryan pasa por el frente de la camioneta, sosteniendo el arma en mano. La bala ya la repuso. 

-¿Hace cuanto tienes este trabajo?- le pregunta al guardia sometido. 

Este les mira con resentimiento, gruñendo al no poder respirar correctamente. 

-Mejor dejarlo hoy mismo… Quédate callado y muere. - 

-Miren, no, escuchen.- mira de lado al perro. - Esa cosa… - inhala con el cuerpo tenso. -¿Cómo llegó este hasta aquí?- pregunta con la mirada desorbitada. 

El perro se queda en ese lugar, solo observando. 

-Yo hice mi pregunta, solo porque te doy la oportunidad de hablar es que estás vivo. - 

-Yo…nunca había visto a uno grande… - tiembla. 

-Entró en shock. - apunta el perro. Revisa las lonas de la camioneta. 

No es un basto número de mil o seiscientos, son muchos menos. 

Son solo dos. 

Dos pequeños Bunzo Bunny y un CatBee. 

Acostados o más bien tirados en el suelo del cajón de la camioneta. 

El perro tarda más de lo que quisiera en tocar a uno. 

A Bunzo. 

Acariciandolo, comprobando su peso y el frío rigor mortis de su cuerpo apenas entero. 

Su peso era incluso menor al de las barras de pan. 

Tan delgado y huesudo, sus órganos fríos no tienen la fuerza para sentirse ni aunque ya deberían ser solo bolsas de carne fría. Nada, solo sangre helada y un cuerpo sin vida. 

Un niño muerto. 

Dos niños en estado de severa desnutrición, muertos en el cajón de la camioneta de los empleados de esta misma fábrica. 

Al revisarlo claro que cambiará la gravedad y el interior de los bolsillos de ese pequeño overol se verá fuera de ellos. Cayendo en el cajón de metal una bellota y pasto masticado. 

El niño estaba comiendo hierba y ramas. 

Es una situación tan normal para él… Ya lo había experimentado. 

Estaba en las calles comiendo basura y hierbas que parecían jugosas. 

Es solo porque esa misma situación no debería repetirse nunca más. 

-¿A cuántos más han asesinado?- interroga sin voltear, observando a estos dos.-Responde. - ordena. 

Estos dos debían ir juntos, se olía en sus ropas llenas del mismo lodo seco y las hierbas en sus ropas. Los atraparon porque de a dos no les fue bien escondiéndose. Es impresionante como su cerebro busca respuestas lógicas para lo que debe presenciar una vez más. 

El asesinato de niños expuestos por el hambre a un terreno plagado de peligros. 

-No los suficientes… Esas cosas no dejan de salir. - el guardia se lamenta mirando a sus compañeros muertos. 

Su visión solo está llena de un monstruo de horrible naranja y sangre a sus pies. 

Un asesino qué en menos de un segundo acabó con la vida de sus compañeros. Un monstruo, una blasfemia hipócrita de gran sonrisa llena de esa oscuridad asquerosa. 

Esos ojos brillan al mirarlo directamente. 

El perro gira dejando los cuerpos en ese cajón. Ya no había nada que hacer. 

-Debemos interrogarlo.- interviene Ryan apartado. 

Buena decisión. 

El perro tuvo un arranque rápido, creciendo como un árbol alto antes de regresar a la tranquilidad con un bufido. 

-Si tarda, lo mató. - vuelve a la camioneta a llevarse los cuerpos en brazos. 

Niiko le vigila al perderse por el bosque. 

-No te hizo caso porque tuvieras razón ¿Lo sabes?- interroga a Ryan. 

-Ya lo sé, no tenemos mucho tiempo. - dirige su atención al guardia del suelo. - Estuve en tu lugar, sé que solo quieres tu cheque y largarte, así que habla o será todo.

-¿Por qué trabajan con esa cosa? ¿No ven que ni siquiera es humano?¿Están completamente locos?-

-No se como te atreves a indagar. Obviamente que es por dinero. - mofa Niko buscando al perro en los alrededores. Gruñendo bajo en dirección de Ryan.- Tú sabes que él tarado no debía dejarse ver. - le recuerda en un murmullo enojado. 

Saben ahora a qué punto están comprometidos por igual. Al derramar ambos sangre con sus propias manos, han ensuciado esta misión de rescate con su rabia. Niko reconoce su decisión como pura rabia y desleal rencor hacia toda esta empresa y sus representantes. 

El hombre en cuestión le mira de lado. Levantando una ceja por alguna razón que Niko no entiende, tomándolo como un gesto fastidioso. No muy lejos de la realidad. 

Ryan tiene su propia versión de los hechos respecto al desarrollo hasta este momento. 

-Fue un error decirle que vendrían hoy. - gruño buscando al perro. - Está muy nervioso por volver , y no es del tipo que tantea el terreno, sino del que se ahoga a la primera oportunidad.- 

Niko debe rendirse. Por años Christian no le compartió nada sobre el perro. Muchas veces le decía maravillas sobre lo inteligente y decidido, o lo intuitivo del perro. Eran elogios mezclados con un fuerte estado de alerta. Ese tal Hobart era un punto que a su hermano menor le hacía parecer más que encariñado : Dependiente. 

Si este hombre tenía una mejor visión sobre este o podía dejarle algo de su conocimiento para entender la situación y cómo este perro llegaría a afectarles durante esta misión. Lo escucharía y dejaría de lado cualquier preocupación sobre el rumbo de su rescate. . 

-Bueno, tu lo conoces mejor. - lo suelta casi aburrido. 

Ryan sonríe y muerde la sonrisa tan rápido como la forma. 

-No, en eso te equivocas. - suspira Ryan volviendo a mirar al guardia. - No tengo idea de quién es este tipo, nadie lo sabe y por eso se ha salido con la suya tantas veces.- sus ojos vuelven a mirar al trabajador en el suelo. Un resplandor de sospecha crece en su mirada. 

-Bueno…- lo ojos de Niko van a esas puertas eléctricas completamente funcionales.-Espero que nadie allí dentro lo conozca tampoco.- 

Ryan sufrió un espasmo al escuchar su tontería supuestamente espiritual

-¿De qué putas hablas? ¿No ves qué si nadie lo recuerda nos darán por el culo? ¡Vaya estupidez!-

La risa del trabajador hace que al ya ofendido Niko le salte una vena. Lo atrapa e interroga. 

-¿Te reíste?- cuestiona apretando el agarre. 

Este gime por el dolor en su rostro pero le sonríe. 

-No… Es solo que un indio y un negro… Esta como que divertido.-

Niko levanta la comisura con una sonrisa ladeada. 

-Eso, usa tu camuflaje caza tacos para el bien. - 

El hombre abrió la boca mostrando un rostro molesto. Hasta ver esa figura acercarse por detrás de Niko. 

El perro regresa con una rama delgada en manos. 

-Encontré un árbol de duraznos. - mostró la fruta en el árbol. 

Ryan le hace quitar la rama de su cara. 

–Vamos a entrar, todos. - 

-¿Cómo lo decidiste?- interroga Niko. Aun con el hombre en su poder. 

Esta decisión vino totalmente de la nada por parte de Ryan y su inicial falta de voluntad. 

-Es por las señales que este tipo envío al resto.- le apunta. 

Este levanta las cejas sorprendido. 

-Tiene un sistema GrabPack en el cinturón, por eso se ha calmado.-

El perro se muestra curioso por dicho objeto. Arrebató al humano del control de Niko, para voltearlo y mirar ese cinturón qué podría pasar desapercibido, y lo hizo, de no ser por la experiencia de Ryan como guardia. 

El sistema GrabPack contaba con una señal telefónica, una que se podía desconectar con algunos cables de la zona de la cadera. No había objeto para conectar la llamada a audio pero si se sabría si se desconectaba uno de los usuarios.

Los otros murieron dejando el GrabPack intacto. 

Este hombre acababa de dar la señal a su equipo al desconectar el cable de la cintura.

Esa es la razón para su cambio de actitud. Ya los creía atrapados. 

El perro lo levanta en alto sin despegar los ojos de esa mirada aterrada. 

-Nos sería útil dentro. - decide en voz alta. 

Los dos ven esa opción como una tontería, más este trabajador opina algo ligeramente diferente. 

-¡¡No, yo no voy a entrar a ese lugar!! ¡Mejor mátenme ahora mismo! ¡¡No les serviría de nada en ese lugar!! ¡¿Para qué llevarme?!- comienza a gritar con el cuerpo vuelto hielo ante el terror que le embargaba tan solo con imaginarse entrando a ese lugar. 

El perro lo atrae a su rostro. 

-Como pudiste disparales ¿Sabiendo qué huían de algo que te da tanto miedo?- la voz del perro es arrastrada por el cansancio que le embarga. 

Una forma nueva de sentirse abatido, la extrema somnolencia.

Este guardia abre los ojos, completamente enajenado al presente. Lleno de experiencias que el perro desconocía, y sus pensamientos muy diferentes a los del can. Resintiendo y más claro que nunca para Dog, a las criaturas de la fábrica. 

-Asesinos, monstruos horribles. Todas las cosas asquerosas como tu deberían morir. Monstruo.- 

Ryan abrió la boca enojado y sorprendido por lo hecho por este humano. 

Había gritado y escupido al perro. 

Este no tardó ni un segundo en llevarlo contra el suelo, aplastando contra el piso. 

Lo levanta sin importarle si la columna se queda en partes en el suelo. 

Niko cubre su boca y nariz por el asco que le llena. 

El perro lo lanza por encima de la fábrica. 

Los dos observan cómo se estrella contra una de las chimeneas. 

El perro limpia su cara con el antebrazo. Ryan estira una toalla húmeda. 

Cosa que cargaba por haberse acostumbrado a cuidar de Angela. 

Niko regurgitar sacando una gran cantidad de bilis al escupir. 

-Asqueroso. Mierda.- apretó entre sus dedos el puente de la nariz. 

El perro y Ryan le observan aclimatarse. 

-Será mejor que te tomes algo, allá dentro no huele mejor. - 

Niko suspira revisando sus bolsillos. 

-Tengo pastillas para 72 horas.. Hagamos lo que podamos antes de eso. - Ryan levanta las cejas. 

Admirando los tres una luz lejana a la fábrica. La luz de una patrulla policiaca. 

No había vuelta atrás para ellos. 

-Bueno… Gracias por la toallita.- agradece el perro tomando la delantera a la puerta. 

Deteniéndose bajo su propia sorpresa. 

Los dos le miran revisar sus manos. 

Viéndolo temblar. 

-No soy un cobarde.- gruñe mirando al cielo. 

No es el techo de concreto o metal ni las nubes de plástico, 

Es ese gran cielo estrellado lo que hay sobre su cabeza. 

Sus manos suben, guardando en sus memorias cada una de las estrellas. 

Escuchando a lo lejos las llantas de varios autos viniendo directamente a la fábrica. 

Los dos compañeros humanos de su lado no les escuchan pero el puede hasta saber cuántas personas vienen sobre dichos autos. Haciéndole gruñir. 

No podría obligar a Ryan a volver con Angela. Debería llevarlo y traerlo para devolverlo a ella. 

-No se atrevan a morir. - les advierte a los dos humanos.-No hagan que los maten, sean más inteligentes.

Estos fruncen el ceño. Ryan se adelanta pateando su pierna. 

-Vamos.- sigue adelante.

Las luces del bosque se quedan atrás al cerrarse las puertas eléctricas a su paso. 

Dejando que la noche se trague nuevamente la fábrica. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

   When you are down and out, 

 

                                                     No need to frown and pout!

 

                     ‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

Especial de navidad.

 

 

 

Inicia el capítulo con un vistazo a la casa de DogDay,

Abriéndose la puerta con una ola de polvo y huesos viejos ya oídos. 

-¡Y ANTES DE QUE ME DE CUENTA YA ME HABRÉ DIVORCIADO DIEZ VECES!- canta navegando sobre su basurero. -¡EN EL SILLÓN DE MI AMIGO HABRÉ DORMIDO DIEZ AÑOS!- su cola se mueve al girar aferrado al mástil de su barca. - ¡EN ESTE MUNDO DE VIDA ADULTA IDEAL!- deja la barca aterrizando sobre las rodillas, deslizándose directamente hacia la casa de CatNap. -¡Y DE VUELTA CAERÉ A LOS PIES DE MI PRIMER ESPOSA!- espera a que siga su canción el gato en esa casa. Más no parece estar o escucharlo. 

El ánimo del perro se queda a medias al no ser respondida su canción de desamor muy madura y seria. Su cola pierde impulso y deja de moverse al caer hasta sus orejas entristecidas.

-¡Y CUANDO LLEGUES LLAMARÉ A LA POLICÍA!- canta una voz nueva desde fuera de cámara. 

El perro mueve la cola emocionado por esta nueva presencia. 

-¡Y yo preguntare! ¡¿Porqué llamas a la policía si te quiero?!-

-¡¡Porqué no te conozco!!

 - ¡¡¡PORQUE ME/TE EQUIVOCASTE DE CASA Y NO ERA MI/TU EX ESPOSA SINO LA VECINA!!!-

 Aquella voz se rebelaron con un movimiento de látigo, subiendo por esa cola como seria al cameo de Godzilla, revelando a un gran ratón cito más pequeño que DogDay y una gran sonrisa. 

-Es un gusto conocerte, perro. - saluda acercándose a él. 

-Me encanta tu cola, es tan delgada y bonita.- lo halaga mirando esa larga cola moverse en el aire mucho más inquieta qué la de sus amigos. Incluso la cola de CatNap era más estática que la de esta rata. 

Esta rata frunce el ceño y su sonrisa cae por un solo segundo al recibir ese comentario. 

-Y la tuya sería mejor si no pareciera escoba. - apunta rodeando al perro. Es más bajo pero su nariz lo alcanza al ponerse de puntillas. Vuelve a sonreír agarrando su collar de sol.- Hueles como un chico grande con buenos gustos, ¿Quisieras meterte en mi ratonera y pasar un buen rato?-

El perro sonríe abriendo grandes los ojos. Mirando al espectador, sonríe feliz. 

-Un chico del tipo rebelde quiere ser mi amigo, no creí que esto pasaría un domingo de lavar ropa y sacar la basura.- mueve la cola atrapando al ratón por las mejillas. -Claro, me encantan los buenos ratos. - sonríe el perro moviendo la cola, cosa que había dejado de hacer al recibir el mal comentario anterior, más la emoción por ser invitado le ganó. 

-Entonces te espero, mi tarjeta. - entrego en los dientes del perro, que por reflejo la mordió, una identificación de papel a blanco y negro. - Te espero, ven bañado. - 

-Claro. - se siente feliz por el nuevo amigo.-Gracias por invitarme, amigo. - 

El ratón le agarra la nariz. 

-Hablo enserio, se que que ustedes, los perros , no son muy respetuosos con la casa de sus amigos y se creen dueños de todo lugar al que los invitan.- 

-Tienen razón. - asiente restándole importancia. - Iré y te trataré bien, nuevo amigo. - 

La cola de la rata se sacude sacando polvo al suelo. 

-Vaya. - reclama el perro con una sonrisa enorme y la nariz roja. 

-No te tardes, cachorrito. - deja ir su despedida. Retirándose escurriendo se su figura por los mismos arbustos. 

DogDay coloca los puños en la cintura. Aspira profundamente. 

-Tengo un nuevo amigo.- anuncia satisfecho con el pecho hinchado.-Y es del tipo especial. - 

Un solo segundo después abre los brazos atrapando al gato. Este viene en toalla y escurre al haberse salido corriendo de la bañera para seguir con su canción. 

Bailando juntos el estribillo mudo. 

-¡¡Y aunque me equivoque, aun era mi destino verte de nuevo!! ¡¿Querida, no era el destino que tú vinieras arrestarme?!- la canción es acompañada por el giro de los dos. Terminando con un beso del gato sobre el rostro del perro. 

Este perro casi hace de las suyas al aferrarse a su rostro dispuesto a robarle un beso en la boca como lo hizo con Bubba o Kickin. 

Excepto por la inesperada reacción del gato al olfatear el nuevo olor. Estallando una bola de polvo con sus bufidos. 

La araña, patea, lo muerde y salta yéndose tan rápido como llegó. 

El perro queda en el suelo y con una banderita blanca en mano. 

El siguiente cameo es a Bubba en su casa. Bebiendo una jarra de cuatro litros de esa bebida fermentada y tantos documentos como para cubrirlo casi en totalidad. 

Sus ojos exageradamente ojerosos van a su ventana al escuchar el tarareo del perro. 

Se asoma curioso por una alegría que no deseaba tener cerca. Observando al perro que va por el bosque en un sendero nuevo. 

El elefante le resta importancia al volver con el papeleo y beberse esa jarra de jalón pasando a la siguiente con el triple de bebida en su interior. 

Así a Bubba se le hizo de noche y las jarras se convierten en un camión estacionado fuera de su casa con una manguera dispuesta sobre su cabeza. Jala una cadena y un torrente cae directo a su boca bien abierta. 

Al dejar caer su cabeza como tapa de bote de basura nota al perro regresar al filo de la noche, cargando una bolsa extraña en brazos. 

Bubba deja de beber y observa al perro intensamente. 

El papeleo le llama con un grito de ayuda parecido a una urraca o almas del inframundo clamando de piedad a hades. 

-Ya voy. - vuelve a ponerse en acción convirtiéndose inmediatamente en un camarón. 

La situación con el perro escabulléndose a casa desde un punto desconocido cada tarde se repite entre puntos de cámara distintos. 

Desde Hoppy practicando sus saltos bungee viéndole de lejos desde la plataforma construida sobre un edificio a Picky recogiendo sus mandarinas del huerto , también Kickin barriendo su porche, Bobby practicando el baile en su jardín, Crafty pintando el atardecer se dio cuenta del problema al descubrir que diariamente el perro pasaba por el mismo lugar y dejó su impresión en la pintura en la que trabajaba en los atardeceres. 

CatNap fue la última gota en el vaso a derramar. 

Notando qué DogDay dejó de regar sus plantas y sus amapolas se ven tan secas como arena. 

La reunión a celebrar entre los siete es iniciada por Picky. 

-Estamos aquí porque.. Si, también creo que es raro. Dog lleva días comportándose como un delincuente sin razón aparente. - 

Crafty inicia con las pruebas en 

-Creo que algo malo le pasa, a él le encanta regar su arbolito.-

-¡Ay pero que sucio!-

-Hablo de manera literal. Boba. - reclama Kickin aburrido. 

Bubba extiende sus propias dudas sobre esta situación y es dando una mirada al televidente. 

Picky tiene su propia queja. 

-Yo estoy desesperada porque nos cancelen. Ya no soporta esto de las cámaras en mi casa. - 

El camarógrafo se voltea directo al resto del equipo de staff apretado en la casa de Picky. El director les regaña moviendo las dos manos al dirigirse a continuar con la discusión. 

CatNap empuja el equipo de sonido fuera de foco antes de mover las manos compartiendo sus propias molestias. 

-Hace días actuaba normal pero hizo limpieza en su casa y de pronto ya no lo era, además de que olía terrible. - 

-El siempre huele mal, debería dejar de usar ese perfume de pan dulce. - lamenta Picky posando a un lado de CatNap. 

-Ahora recuerdo que el morado y el rosa son compañeros en la paleta de color. Con razón Picky se la vive pegada a CatNap.-Kickin busca a los presentes. -Enviamos a Hoppy detrás de él, seguro que puedes seguirle el paso se desaparexca otra vez. - 

-Bobby debería rastrearlo. - 

-Bubba tiene la culpa de que nunca nos salgan bien los planes malvados. - apunta el ave con las patitas al elefante, cruzando las piernas al tirar hacia atrás el cuerpo en su asiento. 

-¡No soy yo, pajaro de mal aguero!- 

-Disculpa, no escucho cetaceo. - 

-¿Te parezco una ballena?-

Kickin, devuelta as us lentes, baja las lentillas viéndolo de arriba abajo. 

- Tú lo has dicho, reinita. - 

Bubba le dio un puñetazo. 

Esto lo tira de su asiento y con el todo el cableado de las cámaras es arrastrado. 

El formato cambia de golpe a un capítulo de drama familiar. Con CatNap vestido como guardia de seguridad intentando separarlos y Picky lanzando sus zapatos contra la cabeza de Bubba. Hoppy grita el abecedario como si fueran grandes insultos al apuntarlo subida en el sofá y Bobby llora aferrada a la pierna de Bubba. Crafty los sigue con un micrófono de cable y un corte de hongo. 

Devuelta con el perro. La cámara lo graba caminando por el sendero y nervioso ajusta el cuello de su ya suelto collar de hilo. 

Dando por un solo segundo un cameo a una figura de pelaje naranja real con un collar de hierro apretado sobre la garganta. 

Llega al fin al lugar. De nuevo en caricatura. 

-Hola. - saluda al tocar la puerta a la que lo lleva ese sendero. 

Un lugar lindo que definitivamente era la casa de una rata. 

Esta puerta se abre y esa rata asoma la nariz. 

–Hola. - saluda al perro. 

De golpe la animación cambia con el simple “Ya vine”

Estallando en colores y flores de papel.

Esos dos bailan bajo las lámparas de colores en una casa donde solo dos están divirtiéndose. Con la música golpeando las paredes y sus oídos aturdidos entre las risas. Billetes bailan al viento con un abrazo de la rata a los hombros del perro, girando juntos con la canción. 

Cayendo sobre la mesa una bolsa de basura. Donde los dos comen a puños. 

Babeando entre los bocados. 

El queso sobre una pizza mohosa la comparten mitad y mitad , delirando un gran viaje juntos. 

Esta fiesta de colores y escenas de basura devorada se repite en bucle por un par de minutos frente a la lente. Llenando el escenario con las risas de la rata y su cola meciéndose entre las burbujas qué rodean la cabeza del perro. 

Terminando la fiesta con el perro vomitando arcoiris en el baño. 

La rata lo acompaña sentado de piernas cruzadas sobre el cajón del baño. 

-Eso amigo, saca lo que no sirve.- celebra bajando la palanca por el perro con su larga cola de látigo. 

El perro eructa una última burbuja de jabón. Mirándola irse volando. 

-No debería comer jabón. - ríe recargándose en la pared al ponerse de pie. 

La rata salta por el suelo a su encuentro por enfrente. 

-Ese aliento definitivamente dice que aún podemos divertirnos más.- apunta jugando con sus uñas largas en los hombros del perro. 

-Ahmm…- mira a la jora del reloj en la pared pero la rata lo hace mirarlo.

-Vamos, solo un poquito más.-  

La cara del perro duda por un segundo. 

Más el escenario de luces vuelve a estallar y comen basura bajo las luces neón. 

Con un corte de cámara el foco lleva al televidente con el perro de camino a casa con una fuerte migraña y varias mentas en el puño, tragándo todas y masticandolas entre los dientes. 

-Bleh… -deja salir un aliento espeso y frío, lo suficientemente espeso para que dejaran otra vez al modelo real y no a la caricatura. 

-Hola, Dog.- 

El perro dejó caer las mentas, mirando al elefante. Curioso que tenga un ojo morado. 

-Hola, Bubba… ¿Qué le pasó a tu cara?- pregunta escondiendo las mentas en su espalda. 

El elefante cubre el golpe, tosiendo falsamente para concentrarse. 

-Nada, nada. - sus ojos buscan al televidente. - Yo, tenía la duda si.. Mañana querrías quedarte en mi casa y ver algunas películas y cosas, como… De machos. - mira ese collar de sol. Sus orejas se levantan sorprendido al verlo coloreado de gris. 

El perro se emociona más por la posible reunión con el elefante. 

-¡¿Compraste otra tanda de té?!- festeja de inmediato. - Claro que… - Su alegría muere de golpe. - Creo que puedo ir mañana temprano… No, creo que estaré trabajando. - rasca sus orejas y sus ojos bajan al suelo. 

Apagándose hasta el color de su pelaje. 

-¿Conseguiste trabajo?- cuestiona Bubba sin despegar los ojos del collar descolorido. 

-Si, en la tienda de… Tiendas. - mira al cielo. - Ya es tarde, adiós. - cree a cuatro dejando al elefante solo. 

Bubba frunce los labios y ojos con sospecha. Mira al cielo. 

-Ay si, ya es tarde. - se sobresalta al ver que el cielo oscureció. - Casa,casa, a casa. Debo ir a casa. - 

El corte tras la despedida de ambos lleva al televidente a varios días después. 

Devuelta en la reunión y esta vez en casa de Crafty donde no se atrevería a pelear por el riesgo de romper algo caro. 

Así que los seis toman asiento en el sofá de oro. Mala idea para Kickin al perder el trasero por la dureza del oro. 

-La cosa se puso fea. - apunta sin una pizca de preocupación Crafty. 

-DogDay está totalmente desconectado. - 

-Sus orejas parecen ser solo un montón de wicks enredadas. - reclama Bubba con un gorro regué y varias rastras cayendo por debajo del gorro. Añadiendo la evidencia con una fotografía sobre la mesa. 

El perro naranja estaba ojeroso, encorvado y llenas de nudos sus orejas. Al menos tenía estilo. 

-Además estaba revisando la basura de Crafty. - añade Kickin poniendo la evidencia con la fotografía del perro metido hasta los tobillos en el bote de basura. 

-Ay, no… ¿Lo habrás visto lamiendo el cepillo de dientes que tire?- pregunta Crafty sudada y con la cara teñida de rojo y ojos desorbitados. 

-¿Qué?- pregunta Kickin. 

-¡¡Que aquí está la siguiente evidencia!!- grita Bobby colocando la fotografía con la misma violencia que lo haría un militar con su cajón de pistolas. 

La fotografía toma al perro escondiendo un montón de cajas de colores en una caja grande, dentro de sus abrigos grueso y oscuro. 

CatNap colocó la siguiente fotografía con delicadeza. Bajando las orejas confundido. 

El grupo saca los ojos de las órbitas para hacer zoom al contenido de la fotografía. Viendo al perro caminando por las calles oscuras del pueblo con un desconocido colgado de su brazo. 

-¿Qué es eso?- cuestiona Crafty retorciéndose pegada a la fotografía. - ¿Quién es? ¡¿Quién es ese?! ¡¡¿Quién es?!!- grita y cuestionó mirando a todos y de nuevo a la fotografía. - No siento quien es. - olfatea la fotografía. - No huelo quien es… ¡¡¡¿Quien ranchos campesinos de cosecha básica es este tipo?!!!- ruge sacudiendo la fotografía en sus dientes. 

CatNap comienza a explicar lo que vio con las manos. 

-Lo vi por el mirador de mi casa. Ayer pasaban juntos en el atardecer y no volvieron a casa. Aun ahora creo que no han vuelto.- la preocupación del gato empeora al escuchar al equipo staff hacer “Tsss” entre ellos. 

-Tsss… - repite Bubba con una pata sobre su boca. 

-¿Qué? ¿Qué significa?- pregunta el gato moviendo cola y orejas preocupado por las caras de los presentes. 

Crafty vuelve a su asiento haciendo :

-Tsss… - muestra los dientes preocupada. 

El gato los ve a todos hacer el mismo ruido. 

-¡¿Qué significa?!- les reclama al ser el único que no entiende el contexto de sus reacciones.

Bubba se levanta y hace su magia. 

-Recordarás qué DogDay no tiene su diploma de preparatoria y es por ese incidente. - Baja la cinta del techo. 

Cayendo a una escena caótica del pasado en vez de sus explicaciones o mapas conceptuales. 

Mostrando al gato un perro más pequeño y peludo pero más que nada : solitario. 

-Antes de conocernos bien, DogDay era un chico muy solitario. El no se llevaba muy bien con sus padres y tampoco con su hermano. - rápido muestra con dibujos la situación donde su hermano mayor era mucho más querido por sus padres. - Tiene muchos hermanos y entre ellos muchos son bastante exitosos (no tanto como yo pero se defienden) y Dog no era tan bueno como hoy para hacer amigos. - 

El gato sigue al perro más pequeño en su camino solitario por la escuela. Viendo de reojo al resto del grupo repartido en la biblioteca o los salones de arte y teatro. Algunos como Bobby y Picky ya eran amigos, o como Kickin y Bubba, no se llevaban bien. 

Puede ver a Hoppy rodeada de amigos que la dejan sola en cuanto la campana suena y ella regresa a casa sin nadie. Pasando por un lado perro que va a una dirección contraria a todos los que van a casa. 

-El no era bueno haciendo amigos pero no por eso no quería hacerlos y los consiguió con quienes no debía. - el elefante le muestra cómo seguía a perros mayores a basureros y lugares caóticos de la ciudad. Perdiéndose en acuarela el fondo de grandes colores vibrantes a un gris sucio. - El no pudo graduarse pero nos conocimos cuando consiguió trabajo de conserje en la universidad.- claro que muestra cómo fue él su primer amigo. 

-Oye, yo le hablaba antes que tú. - 

-Solo porque querías que pagará tu almuerzo. - 

-Pues si. -acepta Kickin. 

El gato junta las manos tras las orejas. Preguntándole preocupado. 

-¿Y no le hace daño?-

-Mucho, seguramente se vuelva republicano. - responde Hoppy. - La basura es mala, no importa como la consumas. - 

Bobby apunta a las fotografías con un palito de paleta. 

-Se supone que DogDay había superado esa etapa de perro callejero.-

-Pues este tipo lo está llevando de vuelta a ese mismo camino, otra vez. - gruñe muy enojada Crafty. 

El gato revisa las fotografías. 

-Hay que ayudarlo. - decide moviendo las manos. 

-Claro que lo haremos. - 

-Aunque primero debemos encontrarlo. - 

Su decisión es acompañada por un giro de cámara licuadora. 

La cámara llega a la ubicación del perro. Donde la rata y él juegan soccer en un callejón, usando una lata de comida vieja para pasarla de un lado a otro.  

Saltando al lograr dar un gol por parte de la rata. Salta y celebra levantando los brazos. 

El perro lo atrapa en un abrazo. 

La rata recibe el abrazo y sus orejas se sacuden, brillando más que antes sus ojos. Un atisbo de duda llega a esos ojos por solo un segundo logrando que su cola se retraiga. Con ello su cola se enrolla a medias en la pata del perro que lo carga en un giro. 

-¿Ya te sientes mejor?- pregunta el perro mirándolo a los ojos. 

La suciedad en sus patas naranjas resalta mucho más que en la rata gris ṕero no es imposible ver la suciedad en ambos dibujos. La rata lo mira directamente desde su abrazo, logrando que su duda tome más fuerza al juntarse sus cejas. 

Lo que era más preocupante era su collar de sol tornándose tan oscuro como la tierra. 

-Si. - admite correspondiendo el abrazo. - Podrías ser de verdad mi amigo. - murmura con los ojos colorados de rosa.-Solo mírame a mí, a nadie más. - 

El perro sonríe y lo sacude, riendo al ser tan fácil seguir adelante. Lo lanza arriba en el aire. 

-Eres tan bonito como los susurros de las sombras. - lo halaga al verlo contra la luz del sol al caer contra las bolsas negras qué hacen su pelo gris saltar lleno de nubes de luz dorada.-Eres la compañía de la oscuridad y su consuelo. - 

Podría ser una ofensa para la rata ser lanzado pero fue cómo rebotar sobre los colchones. Riéndose al rebotar y caer por un hueco entre la pared y el basurero. 

En las sombras su sonrisa no desaparece, escuchando al perro buscarlo. Rueda listo para correr por esta basura para seguir jugando a las atrapadas. 

una figura oscura corta la distancia con su espalda en menos de un segundo. 

-Tss, tsss, tsss...-

La rata levantó las orejas al tener de golpe a esa oveja pegada a su oído. 

-Hola, Baba. - saluda por reflejo, sonriendo con cada uno de sus dientes expuestos.-No creí que una criatura de tu tipo querría estar en este lugar tan refinado.-

La oveja lo mira feo y le da una probada de perfume directo al rostro. 

-Hombre, dijiste que podrías separarlos desde adentro pero solo te veo coquetear con el mismo pulgoso.-

La rata le puso el dedo en la boca. 

-Te corrijo, guapa. No estamos coqueteando, es amistad de hombres y algo demasiado maduro, profundo y físico como para que una simple chica lo entienda.- 

La oveja lo aparta y levanta de lado la trompa mirándolo de arriba abajo. 

-Pues en mi pueblo les decimos de otra forma. - 

-Amigo ¿Estás ahí abajo?- la voz del perro lo llama. 

La rata le sonríe a la oveja.

-No hay cosa que las personas odien más que ser desplazadas con mentiras. Los amigos no sobreviven a una nueva amistad que acapara el tiempo de sus amigos. - 

-Ya… Te creeré pero más te vale no caer en eso tú mismo. - sacude sus pezuñas sacando de estas algunos restos de plátano aplastado.-Tu basura puede que no sea tan tentadora como la amistad con esos engendros horrorosos. - 

Esta rata le pica la nariz sin importarle qué le haga gestos de asco. 

-Bueno, ya sabes. “Touille la rata sin amigos” no caeré en esa tontería de la amistad. Lo sabes.- asegura trepando la basura.-Yo no tengo amigos. - canturrea orgulloso al trepar las bolsas para salir del agujero de basura.

Su sonrisa engreída se congela al chocar su nariz con la del perro y el sol golpeando ese pelaje naranja le aturde pareciendo ser el mismo sol a su encuentro. Notando su consciencia que estuvo a punto de encontrarlo con el olfato. 

Sonriendo el descarado perro al tenerlo de nuevo a su alcance. Lamiendo la nariz de la rata. 

La rata exhala y le encesta un montón de basura de comida china y pollo frito en la boca. 

El perro lo traga sin esfuerzo y lo atrapa en brazos, lanzándolo una vez más por el aire con una gran carcajada. La rata por un segundo al, igual que Catnap, pierde su forma en una nube de humo. 

-Qué bonito eres. - le dice al elevarlo alto. 

La rata baja las orejas al escucharlo y cae de nuevo en sus brazos. Sonríe a fuerzas tras abrazarlo, pateandole la cara huye a cuatro, sintiendo como el perro lo sigue y ruedan por las bolsas de basura. 

El cameo al par tan divertido se corta para ver el horror y asco de la contorsionada y muy amarga cara de Mommy que llena el foco con su gran rostro en toda la cámara. Escuchando a una rata realista chillar y a un perro ladrando al romper las bolsas de basura de su edificio. 

Cierra la cortina llena de un gran repelús. 

Través de un lente negro se hace el corte de escena. 

Una rata real y un perro pintado de naranja saltan sobre una bolsa de basura negra real. 

Esto es lo que ve a través de los binoculares el gato. Mueve las manos bastante enojado. Ya consciente de cuánto daño le hacía al perro esa basura y lo irónicamente feliz que se encontraba entre ese montón de basura. 

-Está en la calle este. - avisa bajando de su banquito para correr en esa dirección. 

-Que enojado se veía. - apunta Crafty. 

El gato va a cuatro, saltando entre árboles y edificios. Aterrizando en dos patas por momentos para hacer la mímica de un reclamo y volver a correr un segundo después. 

El grupo apenas le sigue el ritmo pero van a su paso. 

Llegando al callejón con un arma al frente por parte de Crafty. 

Excepto qué el perro y la rata no están. 

El gato y el unicornio comenzaron a pisar fuerte el suelo con gruñidos y patadas. 

-¡¡CARAMBOLAS!! ¡! ¡¡¡Gazpacho y codornices!!! ¡Gorilas y nenúfares! ¡Calabazas! ¡Camarones!- 

Los oídos de Bobby los tuvo que cubrir Picky y los de Picky los cubrió Bubba. 

Kickin y Hoppy se unieron gritando sus propias palabrotas, aunque no dejaban de reírse. 

En el siguiente cameo volvemos a la ventana del departamento más cercano a la escena. 

Arriba en su casa Mommy aún mira al callejón con la misma cara de horror. Llamando a la policía Daddy de fondo. 

 

El perro. De nuevo en foco, regreso a casa esa noche. Con el pelo tan oscuro y sucio que una lata de basura colgaba de su cola como carro de bodas. Tararea Creep de camino a su puerta

Abre la puerta y CatNap lo mira feo. Cierra. 

Vuelve sobre sus pasos tarareando Lemon Tree. 

La cola de CatNap lo regresa atrapandolo por las orejas. 

El griterío de más de uno de sus amigos comienza. 

Le reclaman uno sobre otro. Por las plantas, por su nueva amistad, por comer basura, por seguirlo, por ser idiota. 

Porque se acabó el azúcar y porque no querían tan simple el té . 

DogDay cubre sus oídos mirándolos cada vez más asustado por el ruido. La vergüenza y el enojo por esto. Corriendo, para sorpresa de todos y sobre todo del gato, a su escondite dentro del armario. 

El grupo se mira uno a otro, preocupados bajan la voz. 

-DogDay, no queríamos lastimarte. - le dice Bobby tocando la puerta. 

Fuera de la casa esa misma rata va llegando con paso alegre, trayendo consigo una caja cubierta de papel metálico. Escuchando con sus grandes orejas redondas la discusión del interior de la casa, acercándose a la puerta cerrada. 

Parado tras la espalda del elefante los observa curioso.

-No debimos gritarte, sabemos que eres un perro y nos escuchas demasiado bien.-

-DogDay, ese amigo no es bueno.- le remarca Hoppy.

La rata aprieta el hocico mostrando algo de los colmillos en su interior, 

–Te lleva a lugares sucios y te saca dinero, no es bueno para ti tener ese tipo de amistades. - le hace un recuento de hechos el pollo recargado en la puerta. - Mi amigo, eres una chequera. No el amigo de ese gótico sin futuro.- 

La rata sonríe enojada al evidenciarse sus fechorías muy claramente adrede. Mirando de nuevo su caja con papel aluminio como cobertura. Ríe sin hacer más que un chillido suave, listo para reventar la caja sobre la cabeza del elefante. 

-Toullie es mi amigo, y aunque ustedes no lo conozcan ahora mismo. Les aseguro que les agradaría mucho si lo hicieran. No es gótico, es silver punk. Es una moda regida por la rebeldía contra el gobierno derechista y las funciones corruptas de las empresas sobre el libre pensamiento. -

La rata recupera su caja y mira a esa puerta con las orejas pegadas a la cabeza.

-Si me escuchabas… - suspira meciéndose su cola más que aturdido, sus ojos de roedor brillan húmedos. 

Picky al fondo del pasillo frunce el ceño tapándose la boca, no habiendo notado a la rata por estar en medio la figura de Bubba, ya es complicado su gesto al estar encerrada dentro del traje protector qué le aleja del olor a basura del perro. 

-No creo que pueda ni mirarlo sin vomitar.-

La rata deja de sonreír. 

El gato movió las orejas al no escuchar una respuesta por parte del perro. 

Igualmente la rata afilo la mirada ya herido. 

-Exacto. - apunta Kickin con una sonrisa burlona.-Seguramente solo un tonto como tu tiene el estómago para acercarse a alguien tan sucio. - 

-Sería divertido creer que ese chico podría tener más amigos que tú cuando su cualidad es oler a drenaje. - la risa de Hoppy sigue al comentario del ave

Bubba continúa más que preocupado. 

-Dog, eres mejor que todo eso. Tienes que reaccionar y dejar de juntarte con él. - 

En el armario el perro al fin habla. 

-El huele a lluvia. - asoma la cabeza buscando el olor. 

La rata lo mira directamente al haberse movido Bubba. 

La cara del pollo y la coneja se colorean de rojo después de haber estado hablando mal de la rata. 

-Touille… - 

La rata parpadeo deshaciéndose de esa lagrimita con sobarse la esquina de los ojos sin más interés. 

-Vale, que apesto. Quedó claro lo que piensas, perro.- le acusa y tira la caja en el suelo. - Ojalá tengas una buena vida, pulgoso. - se despide con un movimiento de manos. 

El perro lo sigue pero es interrumpido por Bubba poniéndose entre los dos con los brazos arriba. 

-¡Vaya que eres bueno manipulando a los desinteresados como mi amigo!- se estira como pared para que el perro no le pase entre las piernas.- ¡¿Crees que no puedo ver a través de tus artimañas, rata?!- con la trompa lo devuelve cuando lo siente treparlo para salir. - ¡¡Eres mala influencia, sabes que la basura es difícil de dejar cuando las personas se vuelven adictas y aun así la traes con la excusa de hacer amigos!!- reclama y patea con mucho amor al perro devuelta a la casa. 

-¡¡SI, VETE RATA!!- le ahuyenta Bobby con una escoba en alto.

-¡No es culpa nuestra si te sientes incapaz de coincidir con otra persona sin usar basura para meterlas a tu inseguro, poco higiénico y mal combinada vida! ¡¡Largo, largo!!- le grita Crafty usando agua para sacarlo de la propiedad. 

La rata salta esquivando el agua, deteniéndose en el sendero. 

-¡Todos son#&$&$3#$*4$3 ! ¡¡’&_&-&5’_/(!!-

La cara de Bubba se colorea de verde al ser insultado de tal forma que hasta algunos de esos símbolos fueron censurados en la pantalla. 

-¡Touille, aún quiero ser tu amigo!- le grita el perro desde la espalda de Bubba. 

La rata levanta el puño lo que hizo que solo para saberse por la cara de sorpresa de los ocho sonrientes. 

-No me importa, vete a bañar. Perro de azotea, mimado y feo.- lo apunta. - No te atrevas a volver a mi casa nunca en toda tu $&$& vida.- corre sobre sus cuatro patas. 

El perro se queda triste, mirando a la rata perderse en el bosque. 

Bubba no le da tiempo para pensar en lo que acababa de suceder, incluso si su cola y orejas cayeron deprimidas con esa fea despedida. 

-Ahora Dog, vamos a ponerte esto y a desintoxicarte. - le advierte con tono resuelto. 

El perro mira la correa en su poder al igual que el bozal.

 -No.- 

Kickin lo agarra por atrás poniéndole el cono de la vergüenza. 

-¡NO, YO NO QUIERO IR AL VETERINARIO¡!! ¡¡CATNAP, NO QUIERO IR AL VETERINARIO!!-

sus amigos luchan por agarrarlo y colocarle ese bozal y correas. 

Viéndose a CatNap seguirlos con el rostro azul. 

Entre todos lo llevaron a la casa de Crafty, a una celda de piedra. Metiéndolo con la correa atada a la pared. 

-¡Perro malo!- le apuntan todos antes de irse. 

El perro se queda en esa celda iluminada por los cristales mágicos de las paredes. 

Sus mirada triste pasea por el lugar. comenzando a aullar. 

Pasó algún tiempo ladrando y aullando, dando vueltas en el mismo espacio. 

Le trajeron comida sin color ni sabor. Solo un montón de croquetas qué pasó con esfuerzo o tiró por la ventana al igual que el agua. 

Al televidente lo llevaron a observar el hogar de CatNap. Las cosechas de Picky crecen hasta ser las flores ahora calabazas. 

Las flores fuera del jardín de CatNap crecieron y se marchitaron, pasó una temporada para que al perro por fin lo viera el sol nuevamente. 

Viéndose como al principio del capítulo. Mueve la cola al ver el sol completo y su collar deja de verse gris. Inhala el aire fresco. 

-Creo que si me pase…. Jejeje- ríe al verlos en el patio. 

La mezcla de alegría y enojo en varios de sus amigos le hace sonreír avergonzado. 

La cerdita viene hacia él con el mismo plato que le dio al iniciar su desintoxicación.

El perro mira el plato de postres y galletas de avena con un rostro entristecido. 

-Picky… - 

-Esta bien, no estabas en tus cabales. - le sonríe relajada. 

-Te pasaste amigo. - le reclama Kickin acercándose a olerlo. - Ahora si que hueles bien.- lo festeja sacudiendo las orejas del perro. 

Un solo cameo de colores revueltos muestra la verdadera batalla que se armó para llevar al perro a esa celda. Demostrando que más de uno recibió algunas mordidas coloradas con sutiles pétalos de rosa. 

-... ¿Aún serán mis amigos después de esto?- pregunta con el rostro agachado. 

La mano de Hoppy le golpea la nariz haciéndolo levantar la mirada. 

-Claro, baboso. - le sonríe. - Eres el único que entiende mis juegos de azar. - 

-Y también eres mi amigo, así que no te abandonaré solo porque a veces la chaveta se te pierda.-

 El perro mueve la cola contento por sus palabras. Aún busca al gato al fondo del grupo. 

-Catnap… - Lo llama nervioso. 

El felino lo mira con el ceño fruncido antes de correr a su encuentro, abrazándolo por los hombros. Los bigotes del gato causan cosquillas al perro. 

-No vuelvas a perderte, tonto. - 

El perro niega al abrazarlo de vuelta con fuerza suficiente para levantarlo del suelo. 

-Gracias a todos por ser mis amigos. - 

 

Los créditos son el jardín de CatNap y las estrellas brillando sobre su hogar. 

 

Rompiendo con los créditos la escena de esa rata acostada en su nido. Bajo las luces de neón abraza sus rodillas, con los ojos fijos en la pared. Ignorando la música y las luces en su soledad. 

Hasta que tocan a la puerta. 

La rata de inmediato se levanta corriendo a cuatro hasta la puerta, sacudiendo su cola y copete antes de abrir. 

-Perro… - queda en el aire lo que diría con ese tono falso.

Es el gato quien está en la puerta y con él una caja que podía recordar al ser la misma que llevó a la casa del perro. 

-¿Me lo traes de vuelta?- pregunta con el ceño fruncido. 

El gato abre la caja frente a él. Mostrándole un pay de queso y fresas. 

La rata trago seco al verlo. 

-Hola, Touille. - saluda al perro tras el gato. 

La rata retrocede mirándolos confundido por la llegada de ambos. 

-CatNap también gusta del electro y quería ver tus luces, le dije que era muy divertido venir a bailar contigo. - 

La rata mira a su casa sucia y al par en la puerta. 

-¿De qué se trata esto?- les pregunta apartándose de la puerta. 

El gato y el perro se quedan en la entrada. 

-Ya no puedo comer basura como tu pero no significa que dejemos de ser amigos. - mostró unas sodas en sus manos.-Además de que sería bueno que probaras cosas nuevas.-

-No-

-Y gratis. - 

La rata se lo piensa y sus ojos bajan al suelo. 

-Además de que aún quiero ser tu amigo, Touille.- 

El gato le sonreía junto con el perro. Mostrando una piedad garabateada en su rostro tranquilo. 

La rata suspira apuntandolos al interior de la casa. Sonríe dejando de mostrar sus nervios con una sonrisa retorcida. 

-Pues vamos. La noche es larga y Toullie tiene que devorar a todos.- la cola de la rata se mueve por el suelo para encender el reproductor. 

El perro y el gato entran sacando algunas de las sombras de esa casa con su presencia. 

La fiesta pasó de ser un baile a una noche de apuestas con juegos de azar y juegos de colores. Acompañados por el canto de dos. 

La rata comienza a reír más relajado, dejando esa actitud altiva y coqueta para mecer su peso de un pie a otro en el baile qué comparte con los dos en una rueda de empujones. 

Rodando por el suelo al ser empujado con más fuerza. 

Riendo al ver al perro caerse de la mesa sobre una pila de periódicos viejos.

Al apartarse mira de reojo su teléfono brillar en una pared. 

Corre a contestar dejando una señal para los dos. 

-¡Hola!- saludo al otro lado sonriendo. 

-¿Qué pasó con el perro? ¿Pudiste separarlo del grupo?-

La rata se congela por un segundo, mirando al par en la sala preparando los tres gorros de tortilla frita con salsa. 

-No. - mienten con un exagerado tono triste. - Lo desintoxican y ya no habla conmigo. - escucha el gran berrinche del otro lado.-Lamento que no puedas vengarte porque explotaran tu cuchitril. Bueno, adiós. Adiós, adiós. - cuelga dejando a medias el griterío de la oveja. 

Regresando entre saltitos a reunirse con los dos, recibiendo el sombrero mexicano con una sonrisa digna. 

Las estrellas en los créditos brillan con fuerza al anochecer sobre esa casa llena de luces y risas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Dejando solo una inscripción entre los créditos. 

 

 

No me abandones. Sigo aquí. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.
Sip, empezamos a presentar a los chicos y seguir adentrandonos a la fábrica.

Chapter 80

Summary:

Holaaa, un gusto verles por aquí.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Cuando el tiempo dentro de la celda era extenso y ese gatito deseaba dormir era como ser aplastado por un cómodo montón de cálidas cobijas. Un cuerpo tan pesado como ligero, su aroma. 

Su sabor. 

Su sola respiración embriagaba sus sentidos y deseaba quedarse así. Sintiendo esa risa profunda estremece sus sentidos al despertar.

-¿Estás bien hoy?- el eco de esa voz ronca y profunda llega a su corazón como el mismo ronroneo de ese gatito. Alentandolo inconsciente a escurrir sus groseras intenciones sobre ese pelaje púrpura con sus manos enredándose con su suavidad con el murmullo timido expuesto al tocar uno de los nervios sensibles del gatito. 

-¿No quieres que te toque?- le pregunto en ese momento, Deteniéndose al sentorlo sobresaltarse. 

El gatito ronronea escondiendo el rostro en su cuello. 

-Solo estoy nervioso. - suspira con esa voz tan profunda.-No quería hacer ruido.- confiesa avergonzado por reaccionar tan ruidoso a sus caricias. 

El perro toma esa garra para llevarla a su hombro. 

-Entierra tus uñas y marcame, así no harás ruido.- le recomienda una vez esa pata se quedo en el lugar. El gato exhala profundo al verse expuesto por la intromisión del perro entre sus patas. Hace exactamente eso, rodeándolo con sus extremidades como lo haria un gato doméstico a sus juguetes. Exponiendo su estómago a las caricias repartidas dentro del cierre oculto. 

Suspirando entre dientes al ser tocado en secreto.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las raíces son los restos vivos en la tierra por sembrar 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Porque tengo que pensar en ti antes que en cualquiera de mis amigos?- lo pregunta al salir de esa memoria. Tan solo por exponerse al olor de esta fábrica sus recuerdos lo llevaron a ese lugar y a ese momento específico. 

El olor no ha cambiado. 

Después de tantos años no cambió nada. 

Este lugar siempre huele a encerrado. Las huellas del tiempo no se llevan las marcas de la rabia que siente conforme su corona comienza a estremecerse con el llamado de los latidos de las venas al final del infierno. 

A donde su carne pertenece y le grita por su regreso. 

Lo llama y grita al fondo de su cabeza apretando los puños y la dentadura para no rugir. 

-Henry ya pasó por aquí. - avisa Ryan. 

El perro mira las huellas humanas repartidas por el suelo. Aspirando para tranquilizarse. 

Enojado por ese recuerdo y las posibilidades de ser menos que un trago de amarga hiel para Theodore. El peso de ser un posible mal episodio en la vida de quien creía ser un amor profundo en su vida. 

Escapa de esos pensamientos centrándose en los humanos. 

-Debió encontrar una forma de abrir. - Niko camina por la sala. -No puede ser. - gruño al ver la zona sobre la puerta. 

Los dos restantes miran y pueden hacer la misma cara de fastidio al ver esa mano azul brillante sobre sus cabezas, al menos sobre dos de ellos, burlándose de los tres. 

-Abran.- les ordena el perro apuntando a la puerta. Después de todo el no podía desbloquear esa cerradura. 

Los dos se miran y mueven la cabeza. 

-No se abrir esto. - 

-¿No eras guardia de seguridad?-

-¡No de este nivel y menos cuando colocaron esta basura! ¡¿Quien demonios lo habrá hecho?! ¡Mierda!-

-¿Porque diablos traemos a uno de los grandes y a un viejo guardia si no pueden ni abrir una puerta?-

-Tú tampoco estás ayudando. - 

-Solo conozco el sistema interior, no habían puesto esta parte cuando era conserje. - mira la puerta horrorizado.-Detesto esta clase de basura complicada.-

Los tres vuelven a mirar esa mano azul en la puerta. 

Ryan salta la seguridad de recepción, revisando el suelo y los alrededores. Gruñendo al comprobar que no hay modo de romper la seguridad. 

-Debemos buscar entre las cosas del lugar. No todos los empleados deberían tener un GrabPack. Deben haber señales para obtener uno- 

-Debe haber otra puerta. - murmura Niko dirigiéndose a la zona de espera. 

El perro mira a la puerta. Pued escuchar como autos se juntan y con ellos muchas personas con el olor de la pólvora sobre e cuerpo. 

-No tenemos tiempo. - gruñe yendo a la puerta de metal. 

Ryan sintió su intención antes que saber lo que haría. 

-¡Si haces eso podrías atraer lo que sea!- le advierte levantando los brazos al ver dispuesto a romper la puerta con una patada.-¡Deja que hagamos esto!- le pide mirándolo directamente. 

El perro baja la pierna y su espalda se dobla hacia adelante pareciendo un adicto cayendo de cara contra la pared. 

-Los humanos del exterior vienen. - avisa dejando salir el aliento húmedo de su estrés.-No creo que vengan de buenas después de la estrella navideña que deje en la cima. - 

Ryan sacude la mano frente a su rostro, temiendo por un segundo perderla por un mordisco. 

-No les tengas miedo. - 

El perro levantó las orejas contrariado por esa respuesta. 

En ningún momento quiso decir que sintiera miedo ni nada por el estilo. Que Ryan le consolara no le sabe bien ni era algo que esperar justo en ese momento. Enderezandose para pensar correctamente en su comportamiento y arranque. 

Ahora mismo sus hombros no dejan de temblar y su boca expulsa vaho ardiente. Con esa cola moviéndose del lado negativo, levanta el polvo de una pared. 

La sujeta y quiebra aunque le duela. No debía mostrar sus emociones de ninguna manera. 

Los hombros los relaja inhalando y exhalando. Odiaba tanto cuando no podía controlarse. 

¿Theodore todo ese tiempo le habría tenido asco?

-Controla esa basura, DogDay. - murmura agarrándose las orejas. 

Ryan debía tener razón. Debió esperar un poco más para prepararse. No estaría en esta situación de haber decidido esperar a que su mente se despejara un poco más. 

No debió seguir el ritmo de los humanos. 

No quería ver aun a sus amigos y menos a Theodore. No estaba listo, estaba demasiado enojado. 

El humano lo ha observado tener esta crisis de unos segundos. 

-Confiaré en ti. - suspiró rindiéndose a esta situación. Aferrándose a la posibilidad donde esconder su presencia fuera la mejor decisión. No era un cobarde, se lo repetía y esperaba que estas emociones no pasarán de esta gran y aberrante furia. 

Escuchó cada conversación sobre las puertas y sellos de seguridad.

El GrabPack era una herramienta que él no podría usar. Su pelo, al igual que muchas criaturas de su generación, era conductivo. Las imágenes de Huggy usándolo eran muestra de lo hipócrita que era este lugar. 

Aunque sería interesante saber si podría usarlas. 

Espera recargado en la puerta a que esos dos humanos se encarguen de la puerta. 

El estado de ambos es complicado. 

Niko sobre todo está molesto. 

-¿No se supone que eres indio? Adivina. Sacate la rodilla y lee qué se supone que hagamos para abrir esa maldita puerta.-

-No funciona así la lectura de huesos. - revisa los estantes de la sala de espera. Tirando al suelo más de una de esas cajas con juguetes dentro.-Mierda. Mejor sé un buen negro y hasle voodoo a la puerta, cretino.- gruñe tirando los papeles de un documento sobre la mesa.

-No aprendí eso. - Niko termina de destruir una encimera al patearla frustrado. Al quedarse pensando en cómo seguir después de su arranque sus oídos toman el exterior y debe volver a mirar a la puerta. 

Ryan recoge unas notas del suelo. Notando algo entre las cajas de juguetes. 

-Escuchó a la policía.- le avisa Niko sacudiendole el hombro. 

No solo la escucharon. También la vieron con sus luces a través del cristal de la puerta y Niko ya sentía el arma en la nuca. 

-Debemos abrir esa maldita puerta. - mira al lugar entre la frustración y la rabia. 

Tan solo pensando en su hermano atrapado en aquella estación mientras a él y esa misma cosa los llevan a cualquier otro laboratorio a… un tren. 

-Debe ser el tren. - apunta Niko. 

Ryan pierde de vista esa caja de juguete al seguirlo. 

Niko corre a la puerta de la segunda sala. 

-Bien… Es de colores… - tocaatoca a el código que el recordaba pero no logra nada. - Colores… El tren… - apunta a la sala de espera. - ¡Dime los colores del tren de la cabeza al a cola!-

El perro observa a la puerta. Esperando a ver si debería pelear. No interfiere tan solo confiando en ellos. 

No es fácil. Confiar no es sencillo ahora para él, temblando llenándose de coraje conforme el tiempo pasa y esos humanos en el exterior vienen acercándose. 

Los puños los siente estallar con la fuerza con la que los aprieta entre gruñidos. 

Toma la decisión de sellar la puerta. Arrancando la recepción. 

Más Niko salto la seguridad con esa cosa en la espalda. 

Habían comseguido un GrabPack de la sala. 

Las puertas frente a ellos son abiertas al mismo tiempo que atraviesan las poco abierta compuertas de la entrada. 

La puerta se cierra frente a los policías que muy poco o nada lograron ver del perro naranja bajo la luz de la luna entrante por el techo destrozado del domo. 

-¿Qué diablos era esa cosa?- exclama la vvo de una de las oficiales presentes. 

 

Dentro del domo los tres avanzan por las puertas que dejo abiertas Henry. Alejándose de la entrada y el riesgo de ser seguidos por los trabajadores que serían informados del avistamiento de uno grande en el exterior. 

-Me siento estúpido. - 

-Entonces dáselo a Ryan. - 

-Claro que no.- les sonríe decidido a llevarse esta mochila consigo. 

Por muy poco. Solo muy poco los libro de ser atrapados. 

Ahora caminan por los pasillos blancos y los colores de las paredes llenas de manchas de sangre. 

Deben detenerse a comprobar lo que vieron. 

Lo que era ese fluido en la pared. 

Algo encabezado por el preocupado perro. 

Tocando la sangre con las yemas de los dedos, la olfatea y mira su forma de arriba abajo. 

-Esto es de un juguete. - lo busca pero solo puede ver el pasillo sin rastros más que las manchas. 

-¿Creías qué solo habría sangre humana después de tres años encerrados en este manicomio?-

El perro mira a Niko, dejando salir su preocupación al estar cada vez más contrariado por estas señales de violencia desmedida. 

-Si… Se supone que había suficiente comida para todos… ¿Porqué están muriendo cuando no hay humanos?- mira la sangre por las paredes y el suelo. -¿Quien es el maldito líder qué permite que se hagan esto?- 

-Así que tu problema es que otro tipo tome tu lugar y-

-Claro que me molesta. ¿De qué sirve que me mataran si no podían hacer mi maldito trabajo? No tiene sentido ser el jefe si solo eres un zángano.- gruñe buscando algo de sentido en las manchas.-No es posible apoyar esto.- 

Ryan le da un golpe de realidad con una línea. 

-Entonces puede ser que la contienda entre lideres sea exactamente la razón por la que este lugar dejó de ser habitable para el resto de los juguetes.- 

Hobie levanta las orejas lentamente. Bajando los ojos al suelo donde veía todas las huellas mortuorias dirigirse a la puerta. Sin excepción. Todas las huellas y criaturas muertas huían del interior. 

Ryan da un paso atrás y le pica la pantorrilla con un palo qué trajo de los restos de la recepción. 

-No comiences a pensar en lo que no tienes como cambiar. - le recomienda al notar su mutismo. 

El perro mueve la cabeza de lado a lado y arriba abajo. Mirando la sangre y desde donde esta el rastro en las paredes y techo. Deja que las injusticias iniciales anden más al fondo de su cabeza. Concentrándose una vez más en el presente. 

Guarda lo que sirve, tira lo que no. Insta y repite a su interior. 

Encontrando la señal más obvia para todo lo que le rodeaba. 

Uno de los grandes era el responsable de las muertes de la recepción. 

Con una señal para dejar atrás esa incomodidad puede volver a ser DogDay, digerir el escenario presente y encontrar algo que hacer para mantenerse estable. Al fin tomando consciencia de la ausencia del gigante de la recepción. 

Rápido Angela esperando al humano frente a él llego a su mente. 

-Ryan, las cosas no apuntan a nada bueno. Necesitas el GrabPack.- lo determina al pensar en las muy pocas y más que nulas posibilidades de sobrevivir para Ryan sin esa herramienta especial. 

Sin que le dijeran nada Niko se aparta de los dos. Con el botón de la desconfianza encendido. 

-No me van a matar. Malditos.- le advierte firme. 

El perro apunta al suelo bajo sus pies. Dejando salir un suspiro aburrido. 

-No, no vamos hacer eso. Hay más en la bodega de staff en el piso de Mommy.- apunta varias veces al suelo. 

Ryan lo apoya moviendo los hombros

-Podemos tomar un desvío a esa zona al bajar por el ascensor de Ludwig.-

Los hombros de Niko se relajan muy claramente. 

-Ah…- Niko asiente comprendiendo qué no lo planean matar para robar su equipo. 

Ryan no deja ir esa oportunidad y sin sonrisa o burla apostó. 

-A que te cagaste. - la mofa de Ryan viene con una sonrisa. 

-Cállate, idiota. - pasa los ojos por las paredes. - La puerta de staff esta abierta. - 

-Pues es la única. - 

-Yo puedo tirarlas. - ofrece el perro. 

Niko mueve la cabeza. Siguiendo el rastro de polvo disperso por las huellas de Henry. Sus ojos van a las grandes huellas paralelas a esas más pequeñas. Exhala he inhala. 

-No, yo abriré las puertas.- 

Ryan revisa el lugar, buscando algún detalle útil entre los cuadros cubiertos de algodón. 

El perro debe quedarse en el centro, moviendo la cabeza en búsqueda de algún sonido extraño. 

Algo que le ayuda a descubrir que el número de oficiales fuera de la puerta ha crecido. 

-Debemos movernos. - los apura tomando algunos de los dados para cubrir la entrada. 

Niko tardó al menos tres minutos en abrir la puerta, suficiente para escuchar como las puertas comienzan a ser cortados por una herramienta. 

-¿Qué rayos les pico?- cuestiona Ryan corriendo a la puerta. - Ustedes habían dicho que la policía no se metía con este lugar. - 

-Se supone que no lo hacen.- mira de lado al perro que es consciente de que era su culpa. 

Las puertas se cierran una vez que los tres pasan. Dejando atrás la imagen de las chispas de una sierra eléctrica partiendo el centro de las puertas. 

El camino que siguen es dirigido por las huellas de Henry a una puerta. Más su rastro pueden verlo regresando a la sala que ya no era segura. 

-Usemos la escalera de servicio. - Niko empuja hacia estas a Ryan. Cosa de ser el más viejo. 

Este no abre esa puerta de inmediato. Queda un momento observando las letras en esta. 

-La escalera al infierno. - gruñe Ryan observando las letras en los bordes de la puerta. 

El ruido tras la puerta cerrada avisa al perro de la entrada de algunos sujetos. 

-Ya estamos dentro. - les interrumpe arrancando la perilla. 

Una descarga le entumece el brazo, unido a la fuerte alarma que se enciende por encima de sus cabezas. Brillante de rojo cada pasillo cada y esquína de la superficie. 

 

Trayendo de vuelta a la vida los ojos de un ser durmiente. 

 

Los tres entran por esa escalera, saltando por esta varios pisos al fondo. 

No parece tener fondo pero lo encuentran en una sala negra. 

La luz de seguridad les muestra las manchas de sangre alrededor de ellos. Sumada una puerta al final de la sala. Ryan tropieza con un objeto, mirando ese montón que lo hizo caer. 

Su boca se estira en una sonrisa al ver los huesos cubiertos de alimañas, la carne seca y verdosa como el lodo bajo sus manos. 

El perro no le pregunta si quiere ayuda, solamente lo levanta y sigue adelante, vigilando a Niko que se adelantó a abrir aquella puerta , cayendo al otro lado al estar sin seguro alguno. 

-¡Diablos!- gritó al ver el abismo del otro lado. 

El perro tan solo por el largo de su brazo lo atrapa por la pierna. Observando a ese vacío oscuro con sorpresa. 

-Aquí debería estar el ascensor. - gruñe fastidiado por el cúmulo de desgracias sobre otra. 

-Lo habrán sellado desde algún punto. - Ryan hace que lo suelte con un par de golpes a su brazo. 

El perro lo deja caer en el suelo seguro. Mirando a la sala oscura. 

-Esta debe ser la alacena de alguien. - apunta Niko y con el mismo dedo lo apunta a él.- Te llenaste de porquería. - apunta la ropa de Ryan. 

-Ya lo se. - gruñe sacudiendose para sacarse los ciempiés de la ropa. 

Niko termina estremeciéndose al verlo actuar tan tranquilo con tantas alimañas encima. 

-Talvez debimos ir por la puerta de la izquierda. - junta las manos retrocediendo con cuidado de no caer por el abismo. 

-Talvez.- el perro olfatea esa oscuridad esperando descubrir a dónde llevaba. Puede oler cosas conocidas, como sangre y lodo de la cueva. Aunque seguramente esa gran distancia no era algo que pudiera saltar o fuera correcto pensar en ello como una opción. 

Estaba pensando y a la vez intentando encontrar un patrón útil en su memoria. 

Algo interrumpido por un eco. 

Un grito. 

Mira hacia arriba junto con los otros dos. 

No es nada cerca pero pueden ver plataformas de hierro en lo más alto. Y la luz de una puerta roja. 

-Agarrense de mi espalda, o estorbaran. - les recomienda agachándose para que subieran. 

El par se lo piensa más de lo que el perro tiene paciencia para esperar. Agarró a Ryan lanzandolo hacía arriba. 

Niko se agarra de su espalda sin dar una queja una vez el perro salta por la orilla, usando la fuerza de sus manos para apretar el agarre de sus zarpas y trepar paso a paso. 

Ryan cae por un lado atrapado por una mano del perro. 

-Debiste hacer caso a la primera. - toma la oportunidad para burlarse de Ryan. 

El humano sujeta su pecho por un segundo. 

-No dejes tus huellas. - le advierte después de superar el susto. 

Ese perro de verdad no era ni la mitad de suave de lo que aparentaba. Lanzandolo como si fuera bolsa de basura. Miserable. 

El subir de esta forma les muestra que no era el primero en el lugar, viendo a su paso algunas huellas de garras, por mucho, más pequeñas que las suyas. 

Talvez de CatBee o Bunzo. 

Subir los lleva a los puentes de hierro. 

El perro se detiene en uno sacudiendo el hierro del barandal para descubrir su fuerza. 

El hierro aguanta por un lado pero por otro se cae directo al abismo. No era donde bajar. 

-Estás haciendo demasiado ruido. - le advierte Ryan golpeando su cabeza con la palma. 

El perro no siente dolor alguno, solo la molestia del acto. Obligandose a subir más arriba. Donde las luces de las bombillas era más clara y veían al techo de concreto. 

Niko, quien siendo de limpieza recorrió cada piso posible, recuerda el lugar donde estaban al ver la gran flor pintada en la pared. 

-Ya subamos al puente, hay una entrada al despacho de Ludwig en ese lugar. - les apunta y aprieta más que con fuerza y el corazón en la boca una vez el perro se atreve a saltar como maldita rana directo al otro muro, terminando de trepar con la fuerza de sus dedos. 

Las marcas que deja no son por mucho al caerse los pedazos de concreto a su paso. 

Al fin llegan a la plataforma de esa puerta roja. Bajando los dos de su espalda y el perro subiendo a la parte de cemento y no al hierro, preocupado por su peso sobre esas barras de hierro. 

El par revisa el muro por fin. Notando las escrituras de crayola y plumón en toda la superficie del lugar. Todo parecía ser negativo, una mala idea meterse en ese espacio. 

-Esperen.. - Niko les apunta al techo.-¿Reconocerias el olor de la caja?-

-Boxy, debes llamarlos por sus nombres o Hobart no entenderá. - le recuerda Ryan. 

El perro comprende a lo que se referían. Una vez escucha el nombre de la criatura roja. 

-Boxy…- murmura, recarga la cabeza en la puerta. Olfateando frente a los dos, pudieron sentir la corriente de aire atraída por sus pulmones. 

Exhalando un espeso vaho caliente. 

-Boxy no se encuentra pero-

Es interrumpido por un grito de miedo sobre ellos. 

Miran sorprendidos al tercer humano salir por esos túneles de hierro. 

Usando el GrabPack para tirar un objeto de otra plataforma superior. 

El perro sintió antes que nada el olor que venía acercándose. Lanzándose al frente saca de su bolsa, vaya que era estorbosa y la plataforma se sacude por su excesivo peso como ya imaginaba que pasaría, una pieza de metal. 

El resultado de lo que sucedió en un segundo solo era un espejismo para todos. 

Esa criatura salió del túnel con un rugido y dientes expuestos, la caja de madera lo golpeó en la cabeza, tirándolo de la plataforma, se golpea una vez la cabeza contra el metal. 

El perro aparece por abajo clavando ese metal en su estómago. 

Es un arpón.

Dejándolo colgar inconsciente desde su torso atravesado.

 

 

 

 

 

La sangre del gigante cae por la oscuridad. 

Derramando tan a lo profundo su espesor, separándose por la inercia. 

Dejando que ese borbotón sea lluvia carmín sobre el pelaje colorido de una criatura curiosa por la caída de hierros y concreto.

Lamiendo su larga lengua ese sabor sospechosamente conocido. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

   When you are down and out, 

 

 

No need to frown and pout!

 

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

Especial Día de la marmota

 

 

Es un nuevo día en pueblo alegre. Cantan las aves, las flores demandan por derechos de producción a las empresas de perfume y cosmeteria. Bubba esta atrapado con el tercer divrvcio de la parejita más cariñosa de demonios de tazmania en su despacho. 

-¡LOS NIÑOS SON MIOS! ¡La cueva es mia!- grita el esposo. Aunque ni hijos tenían. 

- ¡¡PUES ENTONCES QUIERO LA MITAD DE TUS TRIPAS!!- ruge la exesposa. 

Bubba apenas logra esconderse al saltar la esposa con la silla en manos.

DogDay se encuentra lavando las ventanas de la iglesia vestido como scarface y CatNap juega cartas en un callejón oscuro con nueve perros mafiosos y Picky como su compañera sonríe al lobo feroz. 

-Buenos días señores. - saluda al cura horrorizado junto a las monjas. 

Bobby en su camerino lucha por mantener la puerta del staff cerrada con sus fanáticos rompiendo emocionados por conocerla. Igual que una invasión zombie arrastran a la bailarina más cercana por los pies. 

-¡¡Que alguien me traiga un soplete y tres toneladas de cereal!!- ordena la osa al staff presente. 

Crafty exprime de forma ilegal a duendes criminales en la cárcel de Pueblo Alegre y Kickin, el ex soldado, disfruta de unas galletas de mantequilla en su casa y café caliente. 

-¡¿Pero quién se roba mi lavadora cada vez?!-

El pollo aprieta el picó, mirando la mencionada lavadora en su sala. Guarda silencio y vuelve a concentrarse en su desayuno. 

En la casa de la coneja la canasta de ropa sucia ya la lavo contra el muro. Sacudiendo las orejas toma su bolso de la pared y mira los bolsillos. Incluso había puesto su programa de deportes para escuchar mientras lavaba. 

Mira de reojo al programa donde el ganador de la medalla por giros triples brillaba de amarillo. Esperaba encontrar restos dlo premio por ganar ese mismo concurso en su propia región. 

-Aquí no hay nada. - le informa su polilla contadora en el interior. - Estas en rojo amiga.- 

Hoppy lanza la cartera contra la pared. El homerun queda marcado por uno de los letreros brillantes en su pared. 

La rabia en la coneja la colorea de rojo y azul. Apretando los puños al aire. Baja las manos y orejas de golpe, suspirando un fuerte vaho de colores arcoiris, 

-Tendré que ir a la lavandería. - suspira recogiendo su ropa del suelo. 

Sin más la cámara la coloca en un corte dentro de la lavandería. 

-Lavar, debo lavar ropa. - murmura caminando hacia el muro lleno de lavadoras. 

Tan sencillo como abrir una lavadora y meter su ropa. Sería esta tarea tan sencilla. 

Si alguien no hubiera llegado antes que ella al muro y llenado cada una de las maquinas disponibles con ropa en tan solo un parpadeo amarillo. 

Hoppy voltea sorprendida de un lado a otro, encontrando a ese nuevo personaje recargado en una pared. Mirándola a través de unos lentes negros. 

-Hola. - la saluda sonriendo coqueto. 

La coneja mira alrededor y se apunta. 

-Si. ¿Como estas?-

-Con ganas de lavar mi ropa, ¿Podrías dejarme usar esa máquina , porfavor?- punta a la que estatras su espalda.

-Yo tengo un récord de victorias muy grande, conejita.-

Hoppy entre cierra los ojos aturdida. 

-Este... Creo que no te entiendo. - responde por esa respuesta.-Yo queria-

-Se que eres de las más defendibles chicas de este pueblo, al menos eso se supone. - 

Hoppy asiente. 

-Si, creo que … ¿Como que supones?-frunce el ceño poniendo la mano en la cadera. - Soy la mejor. - 

-Bueno, no puedo hacer nada si crees que todas las chicas del pueblo son unas fracasada a tu comparación. - 

Una chica a unos metros bufo mirando a Hoppy. 

La conek a levantó las orejas. 

-No, eso no es lo que quise decir. - 

-No te preocupes, te entiendo. También creo que soy demasiado bueno para los perdedores con los que suelen compararme. - 

Hoppy niega levantando las manos. 

-¡¿Yo cuando dije eso?! ¡No me creo mejor que los demás! Yo solo quiero lavar mi ropa. - 

-Entonces eres de las que dice algo pero no quiere afrontarlo. Debe ser divertido ser una de tus amigas. -

-Yo no soy así. Puede que yo sea capaz de ganar muchas competencias pero no para compararme con mis amigas. Yo no creo que sea mejor que los demás ni que mis amigas. - 

-Vaya. - sube los lentes a su cabeza. - Debe ser aburrido ser amiga de chicas que no pueden competir con tu genialidad. - 

Hoppy queda confundida. 

-¿Cuando dije eso?- mira a la chica de fondo, sintiéndose juzgada sus orejas caen sobre sus hombros.-Yo no lo dije. - 

-Hace un momento lo hiciste.- apunta la rana cn los brazos cruzados y na gran sonrisa. - Dijiste que no eras ni comparable a tus fracasadas amigas. - 

-No…- sus orejas suben y bajan confundida. 

-Como sea , ahí esta una lavadora para ti. - se mueve dejándole al fin esa maquina. 

La coneja mira a la rana con el ceño fruncido.

-No dije nada de eso, yo quiero mucho a mis amigas como para compararnos.- 

La rana multicolor mueve una mano restando con una sacudida la importancia de este encuentro. 

-Sabía que no te comparabas, después de todo tu eres mejor y todos lo saben.-

Hoppy tira la cesta de ropa al suelo. 

-¡Eres un grosero desconsiderado y… - su enojo se queda en ese grito. 

Sorprendida por la falta de ese chico raro y todas las máquinas libres. 

Ignorando la bruma de humo saliendo por la puerta. 

Toma sus ropas del suelo decidiendo meter todo a lavar. Viendo a esa misma chica mirándola con el ceño fruncido. 

Se esconde mirando a la lavadora trabajar. 

-¿Estaré cansada?- se lo pregunta con los ojos vueltos un vórtice nervioso. 

Con un corte rápido acompaña el televidente el regreso de Hoppy a casa. Observandola llevar sus cosas en brazos y un nerviosismo creciente conforme avanzaba. 

Escuchando murmullos y mirando esos rostros enojados a donde mirara. 

Las orejas de los conejos son grandes y puede escuchar sus murmullos enojados. 

-La chica se cree mejor que nosotros. - 

-Aunque es de este mismo pueblo…-

-Incluso siendo tan gorda. - 

-¡Dos por uno en alcachofas!- 

-Y sin casarse a su edad, vaya que es una engreída…-

-Talvez esas medallas sean bonitas pero no cubren la fea persona que es. - 

La coneja comenzó a saltar de vuelta a casa. 

-Seguro que incluso esos amigos suyos deben estar hartos de su engreída forma de ser. - 

La coneja llega a casa. Cerrando con fuerza la puerta a su espalda. Coloca la espalda contra esta como si fuera a cubrir la entrada de los murmullos. 

Nadando los murmullos de esas personas sobre su cabeza. 

Con las alcachofas y las miradas enojadas. 

La coneja se queda en su casa llorando. 

 

Dejando al televidente ver regresar al perro con ese disfraz de scarface y el llanto de algunos niños a su paso. Llegando a la puerta de la coneja golpea con la sierra la puerta. 

-¡Hoppy, me volvieron a despedir! ¡¿Me acompañas y ahogamos nuestras penas en leche batida y churros?!- pregunta en voz alta, esperando a que saliera la coneja.-Hoppy, tengo cien dólares y mucha tristeza reprimida que sacar!! - la llama. 

Desde adentro la coneja se asoma tan solo un poco. Rebelando su cara hinchada y roja por llorar con un aspecto taciturno y oscurecido por el mal humor. 

-Woaw… Que guapa amaneciste. - sonríe mostrando el pulgar. 

La coneja le cierra la puerta en la cara. Sacude la cabeza recuperando su forma normal y no ese panqueque plano. 

-Ya veo…- asiente apretando los labios.-¿Te espero aquí o en el restaurante?- vuelve a sonreír. 

-¡No voy a salir!-

El perro bajo las orejas al ser regañado. 

-Oh… Pero no me gusta fiestear con Kickin, sus desórdenes post traumáticos lo vuelven violento y ya nos betaron de casi todos los buenos lugares. - 

-Pues yo qué , no quiero salir. - responde Hoppy sentada en el suelo, abrazada a sus rodillas. 

El perro olfatea la puerta. Hoppy pudo ver su nariz entrar por debajo de la puerta y olfateando tan fuerte que hizo que sus orejas se sacudieran por la corriente de aire. 

-¡Perro malo!- le pego en la nariz con una pantufla cercana. 

Un ladrio y chillido de perro avisa que le dolió. 

Hoppy vuelve a hacerse una bolita con una expresión culpable. 

-Deja de portarte raro, no me gusta. - le reclama creando los ojos con fuerza. 

-Hoppy… Si estas triste puedes hablar con CatNap, el tiene mucho que decir y también te escuchara. - 

-No estoy triste. - 

-Entonces me iré y llevare a Kickin conmigo. Talvez te llame desde la cárcel así que no te alejes del teléfono.- 

-No tengo dinero para ninguna fianza. - 

-Entonces que sea fianza por combate, creo en ti Hoppy. 

La coneja sonríe engreída al escuchar sobre un combate. Volviendo rápido esas voces a su cabeza, baja los ojos de nuevo al suelo. 

Del otro lado el perro tarda unos minutos en retirarse. Mirando varias veces a esa casa antes de ir a la de Kickin. 

-¡Kickin!- lo llama antes de llegar a la puerta. 

El pollo sale de su casa con una falda y suéter grueso de moda ochentera. 

-Ya era hora de que llegaras, eres una pésima cita. - le reclama poniéndose labial rojo

- ¿Ehe?- la cabeza de DogDay de golpe carecía de su disfraz, convirtiéndose este en un traje de cóctel. Mueve la cabeza y toma del brazo al pollo. Dirigiéndose los dos al pueblo. 

CatNap y Picky pasaron por su lado. Saludando y mirando ambos al par del brazo. 

-Volvió a quedarse sin trabajo. - suspira Picky mirando al perro llevarse al pollo. 

-A media noche nos llamaran de la prisión. - señala CatNap con el movimiento de manos correspondiente y los subtitulos. 

Picky sonríe sacudiendo la falda de siu vestido roto. 

-Voy a mi casa, te veo luego. - lo despide dirigiéndose a su casa. 

El gato mueve las dos manos despidiéndose de ella.

Una vez solo toma el camino a su casa. 

Deteniéndose a escuchar algo algo o eso mostró al moverse sus orejas de arriba abajo. Mira al paisaje de todas las casas en el valle. 

Comienza a caminar por el sendero que las unia, observando las puertas con las orejas bien levantadas. Llegando a la gran zanahoria naranja.

Escucha al interior. El sollozo dentro lo hace retroceder sorprendido, la incomodidad le llena el rostro. 

Busca ayuda en el televidente, decidiendo escuchar a alguien toca la puerta y espera. 

-¡Ya te dije que no quiero ir a ningún lado!-

Catnap perdió algo de pelo y su valentía flaqueo, volviendo a tocar la puerta espera a que Hoppy venga. 

Lo hizo. Ella si salió y lo hizo tirando por delante un plato de espagueti. 

CatNap lo esquivo solo por un pelo, mirando a la coneja tan sorprendida como el. 

-Catnap…- vuelve a la casa. - Si Dog te envío, dile que estoy bien. - 

-No me envió DogDay. - le sonríe entrando sin permiso a su casa. Muestra sus manos y con ello algo más por decir.-El se fue en una cita con Kickin. - 

-¿Cita?-

-Si, Kickin usaba falda. - informa con el ceño fruncido. 

-... Kickin no se pone falda cuando salimos juntos. - murmura enojada. 

Los celos son tan claros que hacen que su rabo y orejas vuelvan a estar en alto. 

CatNap sonrió al verla recompuesta. 

-¿Quieres ir a espiarlos?- pregunta moviendo varias veces las manos emov¿cionado. 

Hoppy lo piensa y toma un sombrero. 

-Vamos. - decide ya disfrazada con una bufanda y el sombrero. 

El corte lleva al televidente a ese restaurante. 

-¿Ya decidiste qué comer?- pregunta Dog con el menú en mano. 

Kickin revisa la carta y suspira. 

-No se, ¿Tu que que crees que deba pedir, dulcesito de leche?- 

El perro bajo las orejas de golpe al verlo tan distraído. 

-Oh, no… - suspira asustado. -Esta personaje. - 

Los ojos de Kickin siguen una línea imaginaria de la mirada de Dog a una mesera. 

-¿Qué le ves a esa?- pregunta apuntandolo con un arma. 

El perro coloca las manos en el rostro. 

-Nada, me perdí en tus ojos. - 

-Aha… Que lindo. - exclamó sacudiendo los hombros. 

-Debi quedarme en casa.- toma la carta. - Pidamos algo con leche batida y churros. - 

-No puedo creerlo. - exclama el pollo con airado tono ofendido. - Me sacas de mi casa para comer solo unos churros y leche sacudida.- agarras pecho con gran defensa. - Mi papá tenía razón, tu no me valoras. - 

El perro sacude las orejas intentando no enojarse. 

-Kickin, a ti te gustan los churros con leche. - 

-¡Guarro!- exclama abofeteandolo. 

Unas mesas atrás CatNap dejo de mirar completamente sorprendido. 

Hoppy observa la escena enojada. 

-Creo que Kickin está exagerando pero teniendo en cuenta que Dog lo invito, enrealidad si deberian comer algo mejor que churros en este local fino.- 

El gato mira los cubiertos de plástico pintado de plata. 

-Talvez. - 

Hoppy definitivamente era parcial. 

-Hola coneja, ¿El es otro de tus amigos?- 

Hoppy se sobresalta mirando hacia arriba al chico de amarillo. 

La rana le mira sonriendo. 

-No.. Si, esto… - Hoppy tiembla sudando a mares. - ¿Porque estoy tan nerviosa?- lo pregunta para si. 

La rana apunta a CatNap. 

-Veo que este debe disfrazarse para salir contigo, ¿Tanto te avergüenza qué sea tu amigo este pulgoso?-

La coneja niega en demacia. 

El gato apunta a la rana. 

-¿Quién eres?- cuestionó preocupado por el estado de la coneja. 

Ignoran que Kickin ya le está armando una escena de celos a DogDay. 

-Soy Icky Licky, con poco gusto para ti. - le sonríe tocando rápido su nariz. - Que lindo gato, me hace preguntarme si lo que dijo Hoppy era una mentira. - 

-Yo no te dije nada de CatNap. - 

-Vamos. Dijiste que tus amigos no se te comparaban, que eras la mejor y que el gato era un cobarde al que le hablabas por lastima.- inicio y termino esa declaración con un tono triste y burlon. 

Hoppy comenzó a hiperventilar. 

-Nunca dije eso, yo no dije eso. - busca al gato pero este continua con la mirada en la mesa. - Oh, no… yo no… - Tiembla mirando sus manos incapaces de moverse.Esto la hace buscar la ayuda del felino y sus amigos presentes . 

Más los ve irse por la puerta sin voltear a verla. La cara de la coneja pronto se llena de tristeza. 

La rana la hace mirarla tomando sus rostro con las dos manos. 

-Es una lástima la lindura que tienes que desperdiciar entre personas inferiores a ti. - sonríe acercándose a ella, dejando que el humo amarillo caiga por su figura, Rodeando a la coneja.-Sobre todo cuando eres una chica tan genial, tan llena de victorias… - sususpira mostrando todos los dientes en su gran sonrisa. - y tan hueca como una pintura sin alma . - la rana tomó una de sus orejas caídas para llevarla a su boca. - Una princesa abandonada a la que nadie puede llegar y terminan mejor olvidando a esta amiga de vitrina.- la deja ir sin cuidado. 

-Cállate. - 

-La amiga que es cortada porque estorba en todas las fotos. La que brilla y debe ser borrada o la que simplemente nadie ve como algo más allá de un mueble bonito.- 

-No es cierto. - 

-la gente dice que te admira pero después de un rato les aburres porque no eres tan genial como parecías de lejos. Casi pareciera que la de la piel venenosa eres tú, Hopscotch. - 

Hoppy tomó su oreja con el rostro volviéndose gris y sus ojos humedeciendose rapidamente. Algo interrumpido por el toque sobre su nariz. 

Un “Phrr” le sigue a ese toque con la sonrisa del gato. 

Ni el gato ni sus dos amigos teniendo una pelea de pareja al fondo se habían ido sin ella. 

-Catnap… - sonríe al verlo. 

El gato dejó ir su rostro. Girando sus ojos y después su cuerpo hacia la rana. 

-Grosero. - dicta con un movimiento de manos. 

La rana lleva las manos a la boca. 

-Hubieras visto tu cara. - ríe entre sus manos. Eres una perdedora, ¿Como puedes ponerte a llorar con solo eso?- ríe mirando a Hoppy. 

La coneja mira a la mesa con el rostro rojo. 

CatNap levantó las manos, sacando un silbato con una sacudida. 

-¿Eso que?- pregunta, mirándolo burlón. 

CatNap lo sopla sin mas fanfarrias. 

El resultado es visto por el televidente desde el exterior. 

Una horda de comensales y empleados caninos en el restaurante corrieron detras de la rana entre ladridos muy enojados. 

Dentro del restaurante el pollo sostiene por el collar al enardecido perro que ladra y se revuelca sacando espuma por la boca.  

Hoppy sonríe mirando por la ventana como la rana recibió más de una mordida en el trasero. 

CatNap guarda el silbato. Camina hacia el pollo recuperando el collar del perro.

-Hasta luego. - se despide de los dos, llevando a DogDay con él. 

Hoppy suspira mirando al pollo aun vestido de chica. 

Este la mira y comprueba su ropa. 

-Vaya. - suspira tornando se rojo. 

Hoppy estira la mano sobre su propio disfraz y la ropa de Kickin, cambiandolos como juegos de papel sobre trabajo escolar. 

-¿Te parece bien?- le pregunta mirándolo hacia abajo por los tacones. 

Kickin sonríe nervioso y baja los ojos. 

Al salir del restaurante lo hicieron con Kickin usando los tacones para ir a su mismo nivel. 

El televidente es secuestrado por un griterío furioso. 

-¡¡¿No dijiste que podrías con ellos?!!- le reclama la oveja sacudiendo la cama donde la rana descansa cola arriba. 

-Pues ese gato me estorbo, es su culpa. - gruñe sin inmutarse.-Reclamale a él. - 

La mangosta continúa masajeando su espalda, haciendo que la oveja se tome una bebida de pepino y miel en el asiento del spa.

Un gran cambio a comparación de la guarida de la rata en el bosque. 

Rata presente y flotando en un charco de lodo demasiado espeso para él. 

-¿Porqué no me hundo?- gruñe rascando la superficie. 

-Eres demasiado ligero.- le apunta la oveja, ya distraída por el rico sabor de su bebida. Meciendose de un lado a otro en su asiento. 

La rata frunce el ceño al escucharla. 

-Soy un hombre, no soy ligero. - gruñe sentándose sobre la superficie sin hundirse ni un poco. 

-O tu mugre es demasiado espesa y contraresta el agua. - le añade la rana.

La rata asiente sonriendo divertido. 

-Puede que sea eso. - dibuja en el lodo. Lo hacía hasta que una escama se eleva desde el fondo empujando su dedo, empujado todo su cuerpo por la ola del interior del lodo. - ¡Ahahaa!- escapa del pozo de barro con el rostro pálido. -¡¡Tienes a Nessi en tu charco!!- le grita metiéndose bajo la mesa. 

La rana levanta la cabeza y mira las escamas asomarse por la superficie. 

-Es Allister. - les informa y toma asiento despidiendo a la masajista.-Crei qué ya te habías muerto y descompuesto al fondo del baño de barro. - le habla directamente a la criatura. 

La oveja sacó la pajilla del vaso al levantar la mirada y ver salir a esa figura. 

Tan alto y fornido como Apolo o Zeus, arrastrando una barba masculina de dos metros y una espalda capaz de llevar al mundo. 

La rata sonrió corriendo desde su escondite a un costado de la oveja. 

-Me sentiría tan seguro en sus brazos. - exclama parpadeando varias veces a un lado de la oveja. 

Esta lo empujó con la cara roja. 

Esa gran y atractiva figura camina a la regadera del lugar. 

La rata y la oveja gritaron al ver caer el lodo. Cubriendose los ojos y no tanto para no ver y ver. 

Decepcionandose cada vez mas. 

Hasta quedar un cocodrilo flaco y encorvado bajo el agua y con una flojera tan marcada en su rostro qué apenas parecía querer dar un respiro más. 

-Buenos días.- saluda. 

La rana bufa. 

-No te duermas, este año si hay algo que hacer. - 

-¿Lleva un año en ese charco?- pregunta con un chiflido la rata. 

-Los cocodrilos invernamos por meses y con orgullo. - responde bostezando. - Quiero dormir. No debía despertar hasta el dos mil cinco. - 

-Pues no.- Icky le trae al frente de la oveja.-Que él haga el resto. - 

La oveja rebuzna. 

-Es tan flojo que no hará el trabajo, el pago sería desperdiciado en él. - 

La sorpresa la hace acabarse el jugo de pepino de un trago. 

-¡¡Los lagartos de mi familia somos orgullosamente flojos pero más que nada somos oportunistas!! ¡Asi que si hay una oportunidad de ganar, lo hacemos y ya! ¡Así que, señorita!-Exhala una gran capa de vaho caliente sobre la oveja, dejando que sus grandes colmillos vean la luz.-¡¿Cómo puedo complacerte y recibir mi pago?!-

La oveja parpadea varias veces con el vaso bien abrazado al pecho y los ojos perdidos. 

-Ella quiere que separemos al grupito de viejos de la montaña. Desde adentro, ya sabes. Golpe de estado. - 

El lagarto la deja ir y va por otro asiento. 

-Entonces estoy en eso. - declara acostandose en una silla. 

-No estas haciendo nada.- apunta la rata. La cual había huido a otra esquina del lugar y escondido dentro de un jarrón de flores. 

 - Espero a la oportunidad de hacerlo. - suspira cubriendose con una revista los ojos. - Los lagartos somos flojos, sobre todo, flojos.- comienza a roncar más pronto de lo que la revista se cae de su cara. 

 La oveja al fin sale de su estupor. 

-Vaya… - mira al lagarto. - Estoy rodeada de idiotas. - 

Licky mueve la mano en un gesto aburrido al volver a su mesa de masaje. 

Un mayordomo lagartija entra en todo su alto ser, mostrándole a Licky una carta. 

La rana la toma y lee con sus lentes. 

-La coneja me desafía a una competencia de patinaje extremo.- les visa tirando la carte por los aires. 

-¿Que?- la oveja corre a tomar la carta y leerla. 

La rata asoma la cabeza por entre sus brazos. 

La voz en Off de Hoppy comienza a leer la carta en voz alta. 

-Hola, ¿Como esta tu cola? Espero que bien para que sientas la paliza que te daré. Mañana, día de la primavera, te espero en el parque de skate. Más vale que llegues y estés listo para que te venza. El ganador puede pedirle cualquier cosa al perdedor, mientras no se trate de sus órganos vitales, te espero. Sapito cobarde. - 

La oveja revisa la carta varias veces. 

-Iras. - 

-Claro que iré, debo ganarle.- determina burlon. 

-Ella es una chica, te va ganar en skate. - le recuerda con ojos cerrados el cocodrilo. 

La rana se vuelve carmín al bajarse a patear su larga cola. 

-Cierra el hocico, nunca me apoyas.- reclama enojado. 

El cocodrilo le sonríe burlándose de él en su cara. 

-Licky,mi linda niña llorona. No grites, tengo sueño.- 

La rana repite la patada enojado. 

-Lagarto convenenciero. - escupe volviendo a su cama. 

El lagarto le hizo la zancadilla con la cola. Mirándolo caer de cara al suelo con una gran sonrisa sentada. 

-Con mucho orgullo, mi amor. - mira a la oveja amargada. - Háblame de nuestro objetivo, Baba. - pide a ella con esa misma sonrisa coqueta. 

 

 

 

 

 

 

En el parque los ocho se han reunido con rostros diferentes al pensar distinto sobre el evento. 

Hoppy espera en lo más alto de las más grandes subidas del parque. Con casco, rodilleras y un rostro determinado. 

-Estoy tan orgullosa. - canta Bobby feliz. - Ya todos tenemos la edad para que nos truenen las rodillas pero mi amiga se sube hasta allá.- 

Bubba iba a reclamar pero su rodilla tronó al ńerse firme, silenciandose solo. 

-¡Eso mi niña, tú puedes! ¡Gana Hoppy!- grita descontrolada Crafty. 

CatNap levanta el letrero de colores con una sonrisa emocionada. Acompañados por el ladrido del perro. 

-¿A quién le va a ganar? Nadie ha llegado… Ohh.. - 

Los siete miran al cielo cubrirse de aviones caza. 

La gran pancarta de colores muestra al contrincante con luces y explosivos. 

Una horda de periodistas llegó de golpe a empujarlos al fondo del parque. 

Hoppy levanta las orejas confundida por la llegada de tanta gente. 

Arrastrando una ola de trabajados toros fisicoculturistas de dos metros un caballo de troya encendido en llamas. Tal caballo trae detrás a un Hades de hierro de ocho metros y sobre su casco hay una camioneta cuatro por cuatro con una modelo gacela desfilando con el letrero y el nombre de Icky Licky. Apuntando al avión sobre ellos, del que sale un helicóptero privado y … 

-Oh, vaya. - murmuran los siete con los cuerpos vueltos ceniza. CatNap guardó el letrero escrito con crayones a velocidad luz.

- ¡¡Tu puedes Hoppy!!- la anima Bobby desde el suelo. 

El eco de su voz apenas llega pero al fin llega a oídos de la coneja. Haciéndola sonreír en su nerviosismo. 

Al fin la rana en cuestión baja del helicóptero con una sonrisa engreída. 

-Hola conejita! ¿Me extrañaste?-

La coneja asiente sonriéndole. 

-Me preocupaba tu colita, ¿Como está después de esas mordidas, amigo?- 

La rana apretó los labios enojado. Suspira volviendo a sonreír. 

-No te confundas, no soy tu amigo.- suspira recargando el rostro en su mano. - Tu no tienes amigos. - 

La coneja sonríe apuntando al parque. 

-Mis amigos están allá abajo, apoyándome. - le sonríe y mira al lugar. 

-Yo no veo a nadie que viniera por ti.- 

Hoppy levanta las orejas sorprendida y perdida al no encontrar a nadie que no llevara una camiseta de ese chico rana. Los periodistas la aturden con el flash de varias fotografías de golpe. 

-Ellos vienen por mí, no por la conejita de aparador. - 

-No soy una conejita de aparador. - 

-Si no fueras eso, entonces no serías nada. Después de todo solo eres alguien que gana y hace infelices a todos. - 

-No es así.-

-Eres igual que yo. Te gusta ser la ganadora y mirar a todos hacia abajo. - 

Hoppy suspira agarrándose el pecho. Saltó antes a la pista. 

-Comienza a rodar renacuajo. - le ordena riéndose de él. 

La rana toma su patineta. Sin dudar salta dejándose caer sobre la tabla. 

La coneja le observa ir a su lado y quedarse en la zona contraria. Ella regresa arriba y espera al referí. 

Más lejos. En una esquina muy apartada del parque el grupo observa con binoculares a la competencia.

El gato levanta un letrero nuevo y brillante. 

-No tengo idea de que estén haciendo pero se ven bien. - apunta Crafty. - Diablos, el rabo de Hoppy se ve muy bonito desde aquí. - 

Bobby la tira de la espalda de DogDay y se sube ella con los binoculares. 

-¿Hoppy se ve bien?- pregunta DogDay mirando a la espalda de un periodista que no lo deja pasar. 

Bubba a su lado levanta con las patas a Picky como porrista. 

-Hoppy acaba de hacer una ronda libre con un Ollie, se levanta con un Slides, usa el Flip 180 para regresar por sus pasos y hace un hellflip doble… loca, podría quebrarse una pata.-

-¿Que? ¡No puede ser, Hoppy lo reto! ¡¡No podrá demandar por daños físicos después de eso!!-

- ¡Bubba, una pata rota es lo de menos! ¡¡Mi amiga esta defendiendo su dignidad!! ¡¡Eso campeona!!-

-Una pata rota no es lo de menos. - murmura Bubba con el rostro lleno de preocupación.-Y con el abasto financiero de este chico…- su corbata de abogado aparece como lengua de serpiente al fijar su mirada en el helicóptero.-Podría llegar a ser una apuesta bastantante jugosa.- imagina su comisión por ganar dicho caso hipotético. 

-¡No puede ser! ¡Hoppy se cayo!-

El perro se eriza comenzando a ladrar al camino para avanzar asustando a los peridodistas. 

Lo siguen en fila. 

-¡¡Tu puedes Hoppy!!- gritan animándola los ocho. 

Kickin usa la cola del gato para subir sobre la espalda de este. 

Infla el pecho con una gran inhalación. 

Expulsando el aire tan solo para hacer:

-¡¡¡Kikirikiriki!!!- canta con su voz inmadura de pollo joven. 

El canto llama la atención al sonar sufrido y chillón pero no había como negar que abrió el camino para el grupo. Llegando a encontrar los ojos de Hoppy a los siete cuando en el suelo de la pista estaba apunto de rendirse. 

Kickin se torna rojo como botón de cereza, escondiendo la cabeza en la espalda del gato. 

Este felino gira sacandolo a la luz. Sonríe a Hoppy junto con Kickin, celebrando los pasos de Hoppy regresando a la competencia. 

Lo que ven es desconocido. Al menos para la mayoría del grupo el skate era extraño y no por eso dejaron de animarla entre las voces de muchos más fanáticos de la rana. 

Añadiendose el animo de más voces. 

Voces especiales de los niños de la escuela donde hicieron la fiesta capítulos antes. 

La coneja entre sus saltos no puede dejar de sonreír feliz por la llegada de todos. 

Los fanáticos de sus juegos y los amigos que formó hasta este día entre sus vecinos. 

La rana comienza a temblar al no escuchar su nombre. Incluso si hay cientos de camisetas con su rostro, nadie grita su nombre. Sintiéndose cada vez mas solo en la ola de voces. 

Este malestar lo hace caer de la patineta en un giro, cayendo de cara desde lo más alto. Se cubre el rostro con los brazos ya sintiendo el dolor por adelantado. 

-Te tengo, preciosura.-

Es en los brazos de la delicada coneja que abre los ojos. Mirando de frente ese rostro suave como algodón, casi llegando a robarle un beso con esa sonrisa dulce. Brillando entre el sol y el verde de su pelaje, como una muestra de la naturaleza. Un horizonte visible solo en sus ojos brillantes. 

La rana comienza a colorearse de azul en vez de rojo, agrandando sus ojos llenos de sorpresa. 

Despierta del letargo al perder. 

Con el listón del segundo lugar y los vitores para la coneja. 

-¿Porque perdi?- pregunta a su compañía. 

El cocodrilo, vestido con una poco sospechosa botarga de caimán, le responde aburrido. 

-Te quedaste pasmado los últimos tres minutos de vueltas. - 

La rana vuelve a tornarse azul. 

-No puede ser… ¡Fue el sol! ¡El sol me había cegado y por eso perdi!-

Los amigos de la coneja frunce el ceño, en caso de Bubba casi saca el documento de demanda por daños emocionales, más Hoppy tuvo una sonrisa en labios todo el tiempo. 

Hoppy al otro lado de la mesa de ganadores le sonríe. 

-Podemos volver a competir cuando quieras. - apunta al cielo. Ahora mismo comenzó a nublarse. - 

La rana mira rápido al cielo nublandose. 

-Pues… Mi brazo, si mi brazo… ¡La próxima vez ganaré, Hopscotch!- le apunta enojado al huir.

Los periodistas lo siguen, al igual que la botarga de caimán. 

Quedándose atrás una persona con una sudadera de capucha. 

El grupo vuelve a reunirse. Emocionados abrazan a la coneja. 

La figura tensa los hombros llena de resentimiento. 

Sobresaltada al ser mirada por el perro y el gato. Escapa sin voltear ni una vez. 

El gato y el perro la siguen sin hacer ruido. 

Cruzando una esquina la ven perderse a lo lejos al correr. 

El gato mueve la cola inquieto. Sujeta al perro por el brazo. 

-Creo que esto es extraño también. - murmura el perro. 

-Los están cazando, chicos. - 

Voltean con las orejas arriba. 

La rata los mira desde un basurero, oculta bajo un par de cáscaras de huevo y plátano. 

-Ella, Baba. Ella quiere que se hagan daño entre ustedes.-

CatNap tiene sus preguntas. Más la rata mueve las orejas volteando a la dirección por la que huyo la oveja. 

-No puedo decirles mucho y si nos volvemos a ver con gente o no, intenten no ser demasiado amigables. - sonríe burlón. - Ellos me agradan. - escapa antes de que las patas de CatNap lo atraparan, perdiéndose entre las bolsas. - Me encantaría ser amigo de ustedes si logran sobrevivir y si no, aun será de esa forma, chicos. - 

El par se mira preocupado.

-Catnap, no se si podré cuidar a mis amigos.-

CatNap le sonríe volviendo a su lado. 

-Nuestros amigos estarán bien. - lo asegura abrazándolo. 

El perro sonríe animado por su ronroneo

Del otro lado la cara de CatNap es un poema muy asustado y nervioso.

 

Los créditos comienzan con el ritmo de Crescendolls de Daft Punk. Dejando a los ocho en una fiesta de sodas en el club de subastas preferido de DogDay con Hoppy subida en el escenario con Kickin. 

Dejando entre líneas el agradecimiento a La Guardería por el apoyo de todos los niños para las voces de los pequeños en el capítulo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Bueno, me gustan estos capítulos con los cartoon, me ayudan a ordenar la historia y son catarticos.
Icky Licky y Allister Gator en el mismo plato para ahorrar.
El lagarto me gusta, es verde.

Como ya dije, gracias por leer.

Chapter 81

Notes:

Hola, estoy en una relacion con la gripe.
Relación que espero se ahorren y tomen vitamina c para estas fechas.
Cuídense.
Notas de abajo no necesarias, solo un comentario.
Las preguntas, háganlas con confianza.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

Otra vez despierta parado sobre sus rodillas. 

Mirando al mismo tragaluz roto y las aves sobrevolando este infierno. Burlándose de su encarcelamiento demostrándole lo fácil que podían entrar y salir, eran libres. 

Aunque aún prefieren las bases de hierro del domo para hacer su nido. 

El gigante azul exhala pesado. La sangre dentro de su boca es de el ultimo CatBee de su piso. 

Devoró al último niño de esa generación. 

El pesar amargo en su corazón ya es una espina enterrada, es culpa y carne. Es él mismo. 

No hay más que un fuerte deseo por vengarse o morir. Vivir. 

No comería si no deseara estar vivo. ¿Porqué quiere vivir con tanta desesperación?  

¿Para qué sigue con vida si ni siquiera está verdaderamente vivo? Desea tanto ser libre de desear. 

Desea tanto y de tantas formas escapar de este infierno. 

-Bajen, quiero verlos. - 

Esa voz interrumpe su desesperación. Inhala bajando el brazo del letrero. 

Espera un poco antes de moverse, ensaño en las posibilidades de haber sido descubierto por 1006 al pensar sin cuidado esta vez. 

No hay ningún sonido cerca. No lo escucho. 

Esa cosa llevaba mucho matando a los medios desde que admitió escuchar sus mentes. 

Otras veces simplemente les ordenaba ir a por ellos de la nada, tan fácilmente como solo estar cerca de un amigo de la fábrica. 

Los traidores no alcanzaban ni a gritar por piedad. 

El gran azul avanza por la fábrica, usando el aire acondicionado o los túneles de las paredes. 

En su camino esa gemela suya llega a su encuentra. Guardando las distancias más allá de lo que en el pasado hicieron. 

Arrebatados de la tranquilidad que les embargaba al estar juntos en el pasado. 

Los túneles excavados son intrincados. Cruzan por un segundo con Boxy, tan solo el tiempo suficiente para saber que esa caja estaba herida. 

Llegando a la zona de Mommy bajan más allá por el túnel de tierra en la pared. 

PJ baja con ellos sin mirarlos al deslizarse con sus varias patas por la superficie. 

Llegando al final en esa gran bodega oscura sin más que oscuridad. 

Huggy camina por la pared, observando a Kissy seguirlo a unos metros con el cuerpo encogido en sí misma. Ella tenía más miedo a lo que la rodea qué a él. Huggy se pregunta si podría ser correcto pensar en él como su aliado. A este punto de la caída de la cordura de cada uno de los grandes.

Mommy llega por el techo riéndose al verlos a todos reunidos. Guarda por ahora sus palabras resguardadas en una esquina. 

PJ llega a esconderse en una esquina apartada. 

Este gran salón es iluminado por fin desde el centro. 

Descubriendo el gigante azul el cuerpo de un Bunzo a sus pies. Sin mordeduras o heridas, solo estaba muy sucio. Debió morir por el hambre al estar en este salón carente de salidas para los pequeños. 

Huggy no pierde más tiempo mirándole, pasando su atención a la llegada de Boxy. 

Esta criatura cojea de una pierna pero no es débil, sólo está más enfurruñado. Presumiendo un objeto atrapado en su dentadura :

Una oreja naranja. 

Kissy hace un ruido nervioso, apenas un suspiro. 

-Llego el fanático. - murmura Mommy burlona. 

No tan escondida su burla como el gruñido llegado por unas sombras en el techo. Aterrizando ese gato por las plataformas superiores. Como siempre más que nervioso muestra su desconfianza al exhalar una ligera capa de humo. 

Fijando los ojos en Boxy. 

El grande rojo le sonríe terminando por tragarse esa pieza del grande muerto. 

-No se suponía que te metieras en problemas de La Guardería. - 

No es el gato. Es esa pulga pegada a este desde el día uno. Hablando con ellos en vez del gato. 

-Comida es comida. - declara gruñendo el rojo. - Ven aquí, para el postre. - llama al gato sacando la lengua.-Puedo darte algo de lo que todos sabemos que te encanta, gatito. - 

Este alza el pelaje del lomo mostrando su descontento sin hablar. 

La llegada de uno más hace al resto volver a ponerse alerta. 

Esta criatura no hace más qué mirar desde las sombras de un rincón dentro de las paredes. Brillando sus ojos en la oscuridad. 

-Carne es carne, no importa de donde venga.- murmura esta criatura apenas en un hilo.- Ni a quién se supone que pertenece.- suspira dejando salir el vaho. - También es triste que aún quedan seis de esos tentempiés. - 

El gato no puede ignorar la amenaza tan directa por parte de esa criatura. Avanzando lentamente hacia esta con esa pulga en su espalda. Dejando que ese humo escape de su boca en advertencia. 

Este color carmín hace que la diversión muera para todos. 

Habían tocado el nervio. 

Un sonido en los muros hace al gran azul olvidar esa posible pelea para sujetar a la criatura rosa de su lado. Llevándola a otra zona más segura de la gran sala. En el camino pisan más de un cráneo antiguo y restos de juguetes muertos. 

Escuchando pronto como esa gran criatura llega arrastrándose por el techo. 

Más grande, más gorda y fuerte que antes. 

Cubierta por el pelo de más de mil juguetes medios. 

El miedo que embarga a cada criatura presente hace que se encojan en sus propios cuerpos. 

Mommy se vuelve una pequeña arañita que esconde el cuerpo y tiembla cerrando los ojos. 

El gran rojo entra en su caja. 

Kissy olvida que le tenía miedo solo para esconderse en su espalda. 

Quedando de pie con las manos sobre la cabeza. 

El gato en el tejado ha decidido bajar y mostrarse con las patas estiradas al presentarse como un creyente humilde. Acompañado por ese otro sonriente de rodillas y frente pegada al suelo. 

 

 

Ese monstruo pasa por su lado sin siquiera mirarlos. No los hiere ni toma en cuenta. Bien podrían ser solo estorbos qué esquivar en su camino. 

-Todos se ven muy hermosos. - les dice como primer saludo al mirarlos uno por uno. 

Kissy tiembla tan claramente como para estremecerse su pelaje. No era la única. 

Cada criatura en el lugar tiembla de forma lamentable, apenas capaces de mantenerse conscientes. 

PJ puede contener algunos lloriqueos leves al ser mirado. 

Los varios ojos de esta criatura vagan observándolos uno por uno, llegando a su objetivo. 

Boxy. 

El rojo tiembla dentro de su caja, mirando a esta cosa con miedo claro en los ojos. 

-Logre cumplir sus órdenes, lo hice, señor.- le dice esto de forma humilde. Como un enamorado comparte flores su voz se quiebra. 

Esta criatura no toma en cuenta su voz, dando una orden al gigante. 

-Dámelo. - ordena al llegar a su encuentro. 

Boxy no duda en regurgitar . Sacando de su estómago la pata y esa oreja. La criatura esperaba pero no había más por sacar. Dejando a Boxy nervioso al fallar en su entrega. 

-¿Es que no me respetas o te comiste hasta las migajas de este chico?- le pregunta colocando una garra sobre su cabeza. 

El rojo negó moviendo la cabeza. 

-No, yo… Yo se los di a comer a los pequeños y me quede con el resto. - 

-¿También del gatito?-

Boxy abriría la boca para aceptar haber devorado al gato que iba con ese sonriente herido. Más esa cosa llega a conectar una vez más con su cabeza. Ordenandole :

Miente. 

El gigante negó tragando seco. 

-No, el gato no estaba con él. - niega bajando la cabeza.-Huyó durante la pelea. - 

Este monstruo retrocede más rápido de lo que pueden aguantar, habiendo girado de tal forma su cola termina por quebrar la pierna de Boxy y haciéndolo caer al suelo , dejando que todos en el lugar sintieran en carne propia el seguido gran impacto de esas garras en el costado del gato. 

-No estaba el gato que me hizo daño con ellos, ¿Cómo vas a disculparte cuando no puedes controlar tu propio territorio?- le cuestionó en voz alta. - ¿Cómo se supone que acepte el amor tan vago que ofreces a Dios? Cuando ni siquiera puedes agradecer por el hogar que se te dio.-  

El gato expulsa por ese gran corte una gran cantidad de sangre más no se queda en el suelo como debería. Arrastrando el cuerpo y sujetándose la piel con una pata. El impacto es superior al estar tan cerca de ser solo piel y huesos, sin parecer más vivo qué un trapo. 

De las sombras llegan esas pequeñas criaturas a recolectar su sangre en trastos, llevándola por el mismo camino por el que entró este monstruo

El gato aparta al más descarado que intenta arrancarle un pedazo de piel. 

-Dios, por favor… lo arreglaré.- asegura tratando de ponerse de pie. -Fue un error y le prometo arreglarlo, porfavor, Dios. - 

No pareció ser la mejor decisión el rogar. 

Esta cosa repite el impacto dejándolo en el suelo. 

Gira a fijar los muchos ojos en él sonriente acompañante del gato. 

-Lléva a CatNap a casa. - ordena dejándolo ir.-Descansa, hijo. - le ordena con ese tono sutil de tierna preocupación.-Después podrás demostrarme que ese amor era real. - 

El gato intenta levantarse para despedirse más ese gigante lo arrastra por las patas a la salida que usó esa criatura. Pateando a las criaturas pequeñas que intentan robar la carne del gato. 

-Espera. - le llama levantando una sola garra. 

El gigante es inmediato en obedecer. Paralizados casi de forma grotesca al recibir la orden. 

Atrás habían quedado los demás. Incluida la criatura en los muros qué ríe desde el inicio. Burlándose de las criaturas en el salón. 

-Boxy lo hizo bien. Puedo perdonar tus errores pasados… Pero a tus compañeros no les tengo la misma historia. - 

Huggy aprieta las manos sobre su cabeza, escuchando como esa cosa se mueve por el suelo, acercándose a su cuerpo como un caracol lo hace con una hoja temblorosa. Tocándolo con las puntas de sus grandes garras. 

Tamborileando su toque por ese pecho delgado y su estómago lo soba con el dorso sin filo. 

Huggy aparta a Kissy tirándola a unos metros muy poco antes de mirar a esta cosa al pecho, intentando no mirar los ojos que en esa zona lo miran fijo. 

-¿A cuantos juguetes dejaste salir?-le pregunta. - ¿Cuántos juguetes pasaron la vigilancia de Mommy?-

La araña exclama asustada. 

La garra no esperó a la respuesta para atravesar su estómago con una de sus cuchillas. Esto no es sólo para herirlo. Al retraer la garra, igual que con el gato, su cuchilla arrastra un montón de carne de su torso, dejando salir la sangre de su cuerpo. 

Esto hace llegar a los pequeños qué recolectan la sangre y la carne en esos trastos. Más esta vez la criatura la robó de los pequeños para lanzarla directamente hacia él sonriente y el gato. 

Regalando su carne recién arrancada a ese gato. El sonriente la recogió del suelo metiéndola a la boca del gato sin detenerse desde ese momento. 

La risa anterior se acaba al ser consolando el felino. 

Huggy aguanta el gruñido qué deseaba sacar al ser utilizado de forma tan humillante, cayendo de rodillas frente a esta criatura. Sabiendo que hay un ojo cubierto de infección amarillenta fijo en su cabeza tan solo con quedarse ahí tirado. 

-Mommy baja. Sigues tú . - la llama al dejarlo en paz. 

Está chilla pegándose a la pared. 

-No, por favor. Señor yo ¡No!- gritó al ser golpeada por las garras de la criatura antes oculta en los muros. Cae de frente al suelo, gritando al ser llevada por la coleta hasta el Dios de muerte. 

Huggy en el suelo cierra los ojos escuchando como uno a uno fueron castigados los habitantes de la superficie. Mirando en un último arranque de rebeldía el lomo quemado de esa criatura. 

Las profundas heridas que le hicieron los traidores muertos. 

Las marcas de un gran incendio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al volver en sí se encuentra de pie en la recepción de la fábrica. 

Mira arriba a las aves. El nido formado en algún momento de la inconsciencia de su mente perdida. 

¿Habrá sido real todo eso? Revisa su estómago sano. 

Encontrando la sangre en su boca como la prueba de haberse alimentado de algún juguete o animal. 

Vuelve a su posición inicial. 

-¿Cuánto tiempo más podré continuar con esto?- lo pregunta mirando a esas aves y su pequeño nido florecer con el nacimiento de los polluelos pelones

Sus ojos se quedan pegados en ese nido como único entretenimiento por meses. 

Subía por el domo de vez en cuando para recolectar comida y volver a su posición antes de que alguno de los espías lo descubriera fuera de la fábrica. 

Estaba atestiguando el esfuerzo de los padres pájaro para hacer crecer a sus polluelos. 

Viéndolos por fin irse volando. 

Los rumores del desastre en el sótano y La Guardería prefiere ignorarlos. Solamente observando a las criaturas del mundo a su alrededor fuera del domo.

Las aves y los mapaches. Un siervo y su canto de apareamiento a lo lejos. 

Los disparos de los humanos a los juguetes que escapan por alguna de las ventanas escondidas de él. 

 

 

Entonces la puerta se abre. 

Pensó que era una alucinación más. 

A veces volvía a estar en los días más ajetreados de la fábrica y los humanos lo rodeaban con esos rostros severos o sonrisas despreocupadas. 

Ahora puede ver a un humano descuidado ir a su encuentro con una mirada perdida. 

-¿Quien eres?- 

La pregunta le hace pensar si esta era una alucinación o estaba siendo estúpido. 

Esa mano azul le choca en el rostro por unos segundos. Seguido le golpea el pecho y la barriga. 

Hasta la ingle y ahí sintió algo extraño llegarle al rostro. 

Este humano lo mira una vez más antes de irse. 

-¿Quién eres?- pregunta mirándolo de lado.-No puede ser. - suelta una queja al no poder abrir la primera puerta. 

Huggy saca la llave de su pelaje. Pensando en porque le estaba ayudando a este humano. ¿De verdad esta era una alucinación? 

No lo es. 

Determina al sentir cómo se lleva la llave. 

-Eres Roger. - apunta el humano perdido al observar su figura una vez consigue la llave. 

Debía matarlo. 

Huggy sujeta su pecho una vez ese humano entró a la habitación de hierro. Camina a la escalera de la bodega. Observando su camino con ese sentimiento extraño en su pecho. 

La sensación de esta fea perdida. Las muchas espinas en su naturaleza le hacen recordar imágenes de su pasado. 

En ese quirófano blanco lleno de instrumentos y esos doctores cortándolo. 

Llegando más lejos de ese día puede verse en un lugar tan diferente a esta fábrica. 

Rodeado de otros humanos de su edad, lejos de los ojos de los muertos. 

Cerca de esa mirada triste que lo seguía de aquí para allá, llamándolo cuando quería estar solo. 

Un chico flaco que lo perseguía y le sonreía incluso cuando lo golpeaba para librarse de él. 

¿Ese él en sus recuerdos era real?

 ¿Eso en sus recuerdos es un beso? 

Espera a que ese humano se abstenga de seguirlo pero puede sentirlo tras sus pasos. 

-¡Huggy!- lo llama el humano al seguirlo. 

El gigante azul no se detiene, metiéndose en los ductos antes de que el humano llegara. 

Piensa. Escuchándolo ir de un lado a otro para conseguir la mano roja. 

Observando al techo a su propio reflejo en el metal. 

¿Cuánto tardaría ese monstruo en descubrir que dejó entrar a un humano?

Lo mataría o solo lo entregaría herido a los otros para que lo coman vivo. 

El miedo actual en este manicomio no era morir sino cuánto tardarían en ello. ¿Cuánto tendría que esperar para que este cuerpo maldito deje de sanar y le permita morir en vez de ser torturado durante meses?

CandyCat fue la última en caer en esa desgracia. La experimentó y fue cómplice en torturarla, quisiera o no. El mismo lleno su pequeño cuerpo con vidrios y agua a orden del monstruo. 

-¿Que estoy haciendo?- le pregunta pensando en lo que ya sabía que le sucedería de permitir que Mommy viera vivo a ese humano. Como si no hubiera consecuencias a su necedad.

Esos recuerdos no podían ser reales. 

Nunca lo serían. 

Decidido sale de su escondite saltando del techo en búsqueda del humano. 

Este pasa por la fábrica como cualquier trabajador. Entonces debería ser uno. 

El gigante azul le observa entrar por la cinta transportadora. Decidiendo esperar en la puerta para atraparlo sin tanto esfuerzo. 

Esto es lento. Escucha las máquinas activarse como lo hacían antes. 

Presintiendo la alerta de Mommy al escuchar la maquinaria encenderse desde su piso. 

La puerta por fin se abre. 

Puede verlo de frente. 

Este humano le sonríe al verlo. Muriendo esa sonrisa pasó a paso, al mostrar sus colmillos listos para comerlo. Debía ser como con todos los que no le desagradan. Debía ser rápido, solo le arrancará la cabeza de un mordisco. 

En cuanto lo atrape. 

-Antes no corrías de mi.- deja salir esa queja al seguirlo por esos túneles. 

En estos pasajes sus dientes ya mataron a humanos y juguetes, no había podido evitar derramar la sangre de ambos lados en este tiempo atrapado dentro del verdadero infierno. 

Rugiendo, gritando lleno de esa rabia. 

La desesperación naciente de ese humano alejándose de él. 

Las posibilidades de ser castigado. 

Ese miedo naciente a ser otro de estos monstruos sádicos el que lo atrapara. 

La confusión. 

El hambre que lo estaba haciendo hervir. 

Gruñe y lo intenta agarrar. Chocando con las rejas qué se interponen en algunas partes del túnel. El humano lo mira del otro lado con el rostro palidecido, sudando frío con esos lindos ojos abiertos en el terror. 

Quedando solo por un segundo frente a su cara esos ojos llenos de desesperación. 

Llenos de preguntas y piedad. 

Piedad entre la traición. 

-¡¡¿Por qué haces esto, Roger?!! ¡¡Detente, Huggy!! - le grita antes de correr. 

Huggy solo necesita tirar de esta reja para seguirlo con un rugido. 

Matame. 

Matame. 

Matame. 

Esta necesidad de morir en manos de quién lo mira con ese dolor era tan grande como dolorosa. Buscando su figura en la oscuridad. 

De comer esa piedad dentro de sus pupilas. 

Delirando la dulzura de esos iris en su boca. 

La piedad. La libertad y su amor. 

Babea deseando llenarse hasta derramar esa dulzura. 

El humano mismo se acorrala en el abismo. 

Correr deseando comerlo. 

Besarlo. 

El impacto sobre su cabeza lo tira de la plataforma, mirando hacia arriba a ese humano. Recibiendo un segundo impacto por la espalda. 

Antes de poder quedar inconsciente un gran dolor lo atraviesa por el estómago. 

¿Porqué puede sentir el sabor del humano si no logro comerlo? 

 

 

 

 

 

 

 

La sangre mancha el pelaje de esta criatura. Mirando hacia arriba juega con las gotas en las puntas de los pelos coloridos de su cuerpo. 

-¿Quien de todos los niños habrá muerto?- se lo pregunta volviendo todos y cada uno de sus ojos arriba. 

Al lugar del que viene la única fuente de luz. 

1006 decide apartarse de la zona, llevando consigo al pequeño muñeco de Hoppy qué llora y patalea. 

Para comerlo de las piernas hacia abajo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

No need to frown and pout!

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday!

 

Séptimo Especial de san valentín

 

 

Bubba despierta en su oficina. Levanta la cabeza y el caso continuaba. 

-En retrospectiva, no es posible que yo como hiena no pueda exigir un retiro de cuarenta días por maternidad como lo hacen las hienas hembras. - 

-Eres macho. - recalca Bubba cansado. 

-¡¡Le digo que tenemos lo mismo, juez!! ¡ Solo tengo que bajarme los pantalones para que vea la magia!-

- ¡SEÑOR COMPORTESE! -ruge Bubba cubriéndose los ojos.-¡Se le niega el retiro por no estar embarazado, no por su gene ¡¡Desacato en la corte, desacato en la corte!!- 

El corte de escena lleva al televidente al camino de regreso a casa junto a Bubba. Paso a paso por el sendero y tan cansado que su espalda se dobla y hace que su trompa y cara se arrastre de camino a casa. 

Cierto protagonista aterriza en su camino. 

-¡Bubba! ¡Necesito tu ayuda, accidentalmente cause una guerra santa en el pueblo!-

Bubba mira a donde apunta. Donde una fila de camaleones pelean con otra en nombre de un calcetín teñido. 

-¡Nuestro Dios era rosa!-

-¡Dios nunca sería rosa, obviamente era verde!-

Bubba suspira sacando un libro sobre tejido y las cruzadas en medio oriente. 

Después de solucionar ese problema puede llegar a su cama y dormir con la cara aplastada en la almohada. 

El teléfono suena y deja que se pierda la llamada para seguir durmiendo. La contestadora da un saludo y el mensaje es dejado. 

-¡Señor juez, se le requiere en la corte inmediatamente! ¡NO TARDE MUCHO!-

Bubba comienza a patalear y hacer berrinche revolviéndose en su cama como niño pequeño. 

Después de solucionar otra tanda de problemas ajenos puede volver a casa. Desviándose por el antojo de una pizza de queso en un escaparate. 

Esto llamó la atención de un grupo en esa fila. 

-¡Él fue quien me mandó a la cárcel por tirar basura! ¡Matemoslo!-

Bubba logra escapar antes de que el grupo de mangostas lo alcanzará. 

El televidente lo acompaña en su aparatosa huida. 

De vuelta a su casa esta vez si logra dormir abrazado a su almohada y con una bolsa de hielo sobre el ojo morado. 

Despertando en cuanto sonó su alarma en la mañana. Tan solo diez segundos después de acostarse. 

Inhala y exhala con esfuerzo. 

Bajando de la cama con gran peso sobre los hombros. 

Su desayuno es un pan seco, dos cucharadas de avena y una jarra de fruta destilada. 

Saliendo de casa para ir a la corte una vez más. Atrapado por un par de manos. 

-Feliz san valentin amigo. - 

Eso es lo que escucha un momento antes de recibir un tronado beso sobre los labios por parte de Kickin 

-¡Ya te dije que no hicieras eso!- le gritó sacándoselo de encima.- Te voy a demandar, maldito. - le amenaza limpiándose con la pata. 

El perro llega por un lado abrazándolo con fuerza. 

-¡Hola mi preciosa luz en la oscuridad de mi ignorancia!- canta al besarlo de la misma forma.-¡¿Han visto a CatNap?! Se anda escondiendo de mi. - reclama y se va dejando una bolsa de chocolates en la cabeza de un muy amargado Bubba.-Hoy le debo dar amor hasta para llevar. - declara olfateando el suelo en búsqueda del rastro del gato. 

Este mira el chocolate que le dejó DogDay y la bolsa de alpiste de Kickin. Tirando ambas bolsas al bote de basura más cercano. 

-Bubba-

-¡¿Qué?!- grita enojado al girarse. 

La cerdita lo mira sorprendida por el grito y su claro mal humor. 

-Hola. - saluda entristecida por el grito. 

Bubba se cubre la boca avergonzado. 

-Lo siento, creí que eras alguien más. - da su primera disculpa con el rostro rojo. - Picky, no quería gritarte. -

Picky sonríe más animada. 

-Esta bien, ayer te vi muy ocupado. - mostró una cesta con dulces. - Elige, no sabía que darte así que por favor, elige el que más te guste. - le pide con una sonrisa y un furioso sonrojo. 

El elefante tiembla y suda cual cascada del niágara mirando esas bolitas de chocolates. 

Puede ver la bolsa de huesos de galleta qué seguro eran para DogDay y las semillas sobre algunos más. Las zanahorias y muchos corazones. 

Encontrando el que era indudablemente para él :

Un martillo de la corte. 

Toma esa bolsa y sonríe. 

-Gracias Picky. - sonríe al tenerlo en sus manos. 

Ella asiente y no logra hablar. Dejándolo con una sonrisa como despedida.

Bubba la llama una última vez. 

-Picky, lamento haberte gritado. No era mi intención. - se disculpa con la cara roja. 

La cerdita le sonríe, corriendo torpemente a la casa de Hoppy. 

Bubba vuelve a mirar el regalo de Picky. Dirigiéndose a la corte

Regresa corriendo a recuperar los chocolates que el perro y el pollo le dieron. 

Al retirarse es posible ver de lejos a CatNap luchando por librarse del perro que no para de besarlo una y otra vez, arrancándole hasta el alma entre las lámidas qué le da sobre las orejas y la cara. 

Viéndose por encima de ellos un castillo volador llega al pueblo como nuevo edificio. 

Inconsciente Bubba, de camino a la corte, de cuánto cambiarían las cosas con la llegada de ese gran mausoleo lejano

Llevando al televidente a ver al alcalde asustado con la figura roja frente a su asiento.

-¿Y bien, señor?¿Se retira ahora?- le cuestiona jugando con las plumas del escritorio. 

-Es que tienen que entender que no es tan sencillo-

-Cien mil más seguro que si lo hacen sencillo. - interrumpe. 

El alcalde abandona su lugar y deja atrás al secretario. 

Daddy Long Legs exhala ofendido al ser abandonado por su jefe con este chico engreído. 

-Señorito, no creo que usted entienda que esto es un error. Ser alcalde no es un juego. La vida de muchas personas así como-

El dragón rojo llega a su encuentro colocando una de sus garras sobre su hombro. 

-No logrará nada amenazandome ni-

-Señor, usted lleva años siendo un elemento indispensable he innegablemente clave para el gobierno de este pequeño pueblo.- comienza con una sonrisa firme.-Admiro su trabajo digno y cuanto a invertido por el bien, no solo de su empleo, de todo los ciudadanos y le aseguro que es un secretario cuyos esfuerzo a serán admirados y dejarán marca de los que es un gran hombre. - 

Daddy aprieta el corazón. 

-Acaso esto es… Retroalimentación. - murmura aturdido por tal reconocimiento.-Creí que era un mito.-

-Ningún mito, usted es un elemento valioso , irreemplazable he importante para todos en esta empresa.-

-Uh…pero tengo esposa. - 

-Ella también es valiosa para nosotros, como individuo es tan importante como usted mismo. - 

-Ahaa… - cae de costado al suelo. Ahogándose en el cálido reconocimiento de un jefe. 

El dragón se gira sacudiendo sus escamas con una sonrisa engreída. Al foco se rebela aquella oveja de lana negra rostro blanco, mirando al dragón con una ceja arriba. 

-Te dije que para mi adueñarme de este lugar y su patética gente sería pan tostado.- le presume a la oveja de pie al fondo de la sala.-Después de todo, soy yo. - 

-Iugh… - mira al techo con un ceño fruncido.-Qué salamero. - 

El dragón responde al insulto con un chasquido de dientes cubierto por el fuego de su garganta, rondando a la oveja al rodearla con una sonrisa. 

-Pero ahora los controlo y por eso soy increíble, eso es ser yo.- apunta a su propio pecho. - Yo que sé mejor que el mismo mundo que ya me admira qué nada de lo que hago es mediocre.- gira poniendo las manos en la cadera. - Ahora, ¿LongLess? ¿Podrías traerme el registro personal del juez Bubbaphant?-

-Claro, señor. - asiente corriendo a conseguir los archivos. 

La oveja bufa al verlo tan engreído y de golpe vestido con un traje fino.

Daddy abre la puerta para irse, dejando un pequeño espacio para la entrada de un chico nuevo. 

-La basura de este lugar es más que mediocre. - entró la rata con un beagle seco en manos y bajo el otro brazo un bote de basura de la sala de empleados.-Todo está rancio. Sabe desesperación , negligencia y culpa administrativa. - muerde el pan. 

El dragón, bien consciente de dónde venía ese pan, corre a vomitar a un bote de basura. 

La rata bufa al verlo arruinar un bote sin revisar. Observa el registro traído apenas bajo el brazo de Long Legs. No dice nada, solo observa como el recompuesto dragón lee esos documentos con esfuerzo junto a la oveja. 

-Si necesitas lentes deberías usarlos. - 

-Solo los perdedores usan lentes. - interrumpe a la oveja y vuelve a mirar con esfuerzo la hoja de papel. 

La rata al fondo de la habitación retrocede sacudiendo la larga cola. 

-Espero que logren salir de esta. - murmura tomando asiento en una esquina. - Así que es en muebles que se van nuestros impuestos. - exclama al sentirse tan cómodo en ese sofá.-Qué estafa. - 

Para el televidente el escenario cambia de vuelta al valle de los sonrientes. Viéndose al unicornio pintando a un CatNap que posa recostado en una cama de hierbas y flores. 

Crafty lo mira con el lápiz en su pezuña antes de hacer un trazo sobre la figura en el caballete. 

La pared se sacude ante un fuerte impacto. La cabeza del ave y su casco contra impactos se asoman por la ventana. 

-¡¡Chicos, vamos a comer al pueblo!!- entra por la ventana y grita el ave amarilla. 

Crafty cubre su pintura y CatNap rueda ocultándose detrás de la base de plantas. 

-¡¡¿Cuando será que tu aprendas a tocar antes de meterte a la casa de la gente?!! ¡¿Porqué entras así?! ¡Grosero!- le reclama buscando los pinceles que cayeron del caballete. 

Kickin ríe bajando de la ventana, directo a encontrarse con el gato escondido. Sacude las plumas llenas con el polvo de su impacto contra la gran torre. 

-Ya ni lo intentes ocultar, ya te vi todo, CatNap. ¿Qué tal si vamos por unas albondigas? Creo que están vendiendo pizza con albóndigas por las fechas. - le hace levantarse del suelo tirando de su cola. 

El gato bufa tornándose rojo a la vez que Bobby grita al apenas entrar a la habitación con la misma intención que Kickin. 

-¡¡Estas cosas no pasarían si aprendieran a tocar antes de entrar!!-

-Los sonrientes no tocan. - apunta Kickin tomándole una fotografía a CatNap. El gato le hizo añicos la cámara con un garrazo. 

Los cuatro están de golpe en una pizzería del pueblo. 

El gato observa el espectáculo en la calle. Protagonizado por DogDay acompañado por Picky, actuando en un segmento de la novela Orgullo y Prejuicio. Escuchando a Picky decir las líneas del señor D. 

-... A pesar de mi buen juicio y su baja cuna...-

 CatNap baja las orejas levantando una ceja como cada vez que escucha esa fracasada declaración de amor. Estar mirando afuera lo hizo capaz de ver a ese castillo flotando sobre el pueblo, nunblandolo por segundos. 

-Entonces le dije que creo que deberíamos invadir Polonia. - 

-No necesitamos invadir Polonia. - 

-No se trata de que lo necesitemos sino de hacerlo por tradición. - 

-Tradición es entrar a la casa de un japonés sin zapatos. 

-No atacar la soberanía de una nación. - 

-Pero te deje pintarme las uñas, ¿Porqué no podrían hacer esto por mi?

-Tu comparación es desproporcionada. - 

-Desproporcionadas las albóndigas.- gruñe cruzando los brazos al ser rechazada su actividad de amigos. Mira al gato inclinado de espaldas y concentrado en lo que fuera que hubiera tan interesante allá afuera. Sacude juntas las manos yendo directo a por sus albóndigas. 

-¡CatNap, te roban las albóndigas!- aviso Crafty. 

El gato se cubrió el trasero pateando a Bobby fuera de la mesa. 

Kickin comienza a reírse al verlo tan rojo y nervioso. La patada se repite sacándolo del local. 

Afuera el ave tiró por error a Dog Day y su vestido de campesina. 

Dentro del restaurante el gato hace algunas señales avisando de su indisposición, huyendo frente a las dos directamente al baño del local. 

Bobby apenas recupera el aliento tras ser pateada, levantándose del suelo. Mira la cola del gato desaparecer dentro de ese baño. 

-Catnap lleva días actuando muy raro. - murmura sobándose el estómago. 

-Debe ser su corazón roto. - 

-¿Corazón roto?-

-Ya sabes, a los gatos el amor los pone lentos.- los ojos de Crafty se cargan con frustración. Mirando al perro afuera del lugar, jugando ahora con Kickin y Picky. - El amor para los artistas y los gatos es veneno alucinógeno. - roba la pizza de Kickin.

Bobby también se queda mirando al exterior. 

Sobre ellos ese castillo los paso devolviendo el sol, llegando a un valle contrario a la zona de los sonrientes. Desplegando un mapa de tormentos y muerte. Literalmente. El mayordomo es un esqueleto vestido como el guardaespaldas de Celine Dion. 

Tal esqueleto sigue al dragón qué observa su nuevo hogar. 

-Bien…- sonríe poniendo las manos en su cadera. -¡Que comience!-

Con bajar la gran puerta está la entrada al castillo. 

Al gran y mejorado fraccionamiento de lujo. El castillo del dragón. 

Añadiendo una ley para este pueblo. 

El juez que lo aprueba es el elefante medio dormido. Sorprendido al leerlo de verdad. 

-... Las personas con un nivel económico superior a la media debería dejar las zonas de residencia común para proteger el medio de las persona con menos de la media…-

El resultado es inmediato. Más de lo que lo hubiera sido hecha un conjuro. 

La torre de Crafty apareció junto al castillo. Así como la casa de CatNap desapareció para ser parte de ese castillo. Igualmente Bubba y Bobby. 

Kickin qué sujetaba la pezuña de Picky la ve esfumarse en brillantina.

 -La mate. - exhala cubriéndose los ojos.-¡¡Mis poderes láser despertaron!! ¡¡Mis súper poderes despertaron y mate a mi amiga!! ¡¿Habrase visto un resultado más triste para el gran Chicken Kickin?!- grita cayendo de lado en la calle. 

El perro se arranca el vestido y corre al restaurante. 

Como la arena uno por uno los ciudadanos desaparecen de golpe a su paso, busca y puede ver solo por un segundo a Bobby y Crafty. Más no las alcanza al desaparecer como polvo de estrellas. 

Busca y encuentra al gato saliendo del baño con un aspecto asustado.

-¡¡Luna!!- grita intentando alcanzarlo. 

CatNap corrió hacia él agarrando por un segundo sus manos. 

Él también desaparece en polvo de luna. 

El perro se queda solo, cayendo sobre sus patas, queda como perro abandonado en el suelo. Comenzando con un aullido sus lamentos. Ladrando y aullando triste.

El dueño del local comienza a lanzar cosas. 

El restaurante mismo desapareció, convirtiéndose en un puesto de trapo y metales. 

El lugar alrededor del perro y el pollo comienzan a desaparecer. Convirtiéndose en un pueblo de tierra y casas de madera y ladrillos. 

Los se desdibujan asustados.

La voz chillona de alguien viene desde muy el fondo. 

Es Hoppy con un traje de mucama. 

-¡Ay , no! ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Nos convertimos en latinoamérica?!- les pregunta agarrando a cada uno. 

-No se, ellos simplemente desaparecieron. - apunta Kickin con los ojos cubiertos. 

Hoppy le agarró las manos-

-No tienes poderes, deja de cubrirte. - gira la cabeza perdiéndose un torrente de rayos gamma saliendo de los ojos del pollo. - DogDay, ¿No viste nada?-

 - No, Hoppy, y estoy muy asustado. - confiesa llegando a su encuentro.-CatNap desapareció de golpe y las chicas explotaron en brillantina. - 

-Es lunes, todos explotan. - 

Los tres miran al gigante azul pasando sobre su coche de tiro llevado por tres bueyes fornidos. 

-Los altos se adaptan rápido. - apunta Kickin. 

-¿A dónde irás?- le pregunta DogDay siguiendo al coche con los otros dos a su lado. 

-Al castillo, seguramente podremos comerciar o venderme a un hacendado como sirviente. - 

Los tres se quedan en el camino al ver a qué lugar se dirigía Huggy. 

-Oh, no… - 

Lo que ven es ese gran castillo al final del pueblo. Rodeado por los hogares de muchos de los ciudadanos y un centro comercial masivo. No había nada más que lujo en ese lugar. 

-La casa de Picky. - apunta Hoppy. 

El lugar donde la casita de Picky brillaba era el centro de un partenon repleto de otras casitas apretadas en un solo pilar del castillo. 

Resaltando en lo más alto la casa de Bubba, rodeado de más casas y el lujo de una zona comercial.

Sobre todos esos comerciales estaba la casa de Crafty y Bobby, brillando bajo los reflectores. 

-Creo que ya se que está pasando.- anuncia el perro con los ojos bien abiertos. Aunque lo que él ve es la casa de CatNap atrapada entre muchas en una esquina alta y lejana de su alcance en una torre. 

La coneja sacudió las orejas sobre su cabeza. 

-¿Será esto la mítica escala social?- le pregunta el ave sonriendo nervioso. 

Hoppy apunta a esa gran y gigantesca ciudad sobre otra. 

-La diferencia de clase y su aislamiento de la realidad en pequeñas burbujas de enajenado lujo. - dicta y jira. - Aquella escalera invisible que separa a las personas como una celda o una jaula de oro donde todo arde y no se puede ver más allá de tus narices.- 

El pollo gira con ella haciendo el mismo saltito de adelante atrás. 

El perro corrió a la zona más cercana comenzando a ladrar directamente a la persona más cercana. 

Esta persona mira en su dirección pero no ve nada más que el reflejo de este lujo. Acariciandose las orejas de conejo antes de volver a su camino. 

-No pueden vernos. - exclama el perro con las orejas caídas y su rostro desmejorado.-No somos algo que la gente quiera ver en una ciudad.- sus lamentos se acompañan con un lloriqueo de perro.

La coneja le sacude las orejas desde atrás para animarlo. 

-Claro que no, esa burbuja los aleja de todo lo que no encaje con ellos.- mira al lugar. - Yo dejé los estudios al mismo tiempo que DogDay pero soy una chica con reconocimientos qué no son bien vistos en las mujeres.- sacude las orejas fastidiada. - Y Kickin es un ex militar qué no le llame las patas al gobierno. - 

Kickin llega a un lado de ellos, juntando sus manos tras su espalda. 

-El mundo en esa burbuja no nos necesita y…¿Amiga, tenias que decir patas?- reclama recordando que varios capítulos atrás le lamió las patas a un ñu. 

-No hay nada que nos quiera de ese lado. - declara Hoppy, ignorando descaradamente lo que pasó hace algunas temporadas. 

Dejando al televidente con la imagen de los tres mirando a su dirección con rostros tristes. Por al menos un minuto completo. 

Interrumpiendo la voz del director del staff al aplaudir resuelto. 

-Pues es verdad, lo siento chicos pero iremos al otro lado. - 

La cara de los tres fue un poema por más de un segundo. 

-Rastreros.- acusa Kickin con el rostro rojo.

-Lo siento amigo, la pobreza no vende.- 

-Llámenos cuando tengan problemas maritales o demasiados hijos para un foco en primer plano. - 

La cara del pollo se pone roja al recibir la tarjeta del director. 

Las cámaras del staff son las últimas en irse con los micrófonos. Dejando escuchar el último ánimo que tiene ese perro para sus amigos. 

-No tengan miedo chicos, tengo un plan para que nuestros amigos nos vean-

Queda en nada esa parte de su plan al cruzar y la música llenar los micrófonos. 

El lugar brilla con los comerciales de relojes y vestidos finos. Recorriendo el camino de escaleras automáticas. 

La risa de la oveja llega por encima, apagando la televisión qué transmitía este programa. 

 Esta oveja sacude las pezuñas contenta al lograr dividirlos y acabar con la amistad del grupo. Tomando sin respeto al dragón por la cadera lo arrastra para bailar con él . 

El dragón girá recuperando el control al levantarla por la cintura en un salto. 

Detrás de ellos la rata observa a la pantalla apagada. Bailando su mirada del televisor al cocodrilo dormido en un sillón y la rana festejando con los otros dos. Su larga cola se sacude y mira a la ventana fuera del castillo. 

-La basura de esta burbuja debería ser mejor.- 

El staff encontró a la primera criatura sonriente en la gran torre de piedra.

Es CatNap. 

Corriendo de un lado a otro atendiendo a personas con lesiones menores pero exigentes. 

-¡Enfermero, me raspe la rodilla!- 

-¡Enfermero, me duele el diente!- 

-¡Enfermero ¿Es usted estupido?!- 

-¡Enfermero, quiero que me atienda en falda!-

-¡Enfermero , quiero que me crezca el pelo!-

El gato va de un lado a otro intentando seguir las peticiones y demandas cada vez más sin sentido. 

Tropieza entre sus pasos, mirando confundido lo que lo hizo caer. 

Su collar se ha roto.

La luna ya no brilla ni parece tan bonita. 

 Debe levantarlo y volver a escuchar las voces que lo llaman. 

Como enfermero el felino ya no siente satisfacción por ayudar a las personas. Es solo uno más de los que pasan por su consultorio. 

En la torre el unicornio pinta con el cuerno y la boca y ambas pezuñas cuadro por cuadro. Tropezando y cayendo en la cintura al intentar ir al ritmo de la demanda de los críticos fuera de su casa. 

-Esta pintura es aburrida. - 

-Esta otra es fea. - 

-Que mal gusto tiene la artista. - 

-Tal vez sería mejor si dejara de ser tan lenta.-

-Alguien debería decirle a esta pintora que debería dejar de hacer tanto arte feo que a nadie le gusta. - 

Crafty turra el cuadro contra la cabeza de ese crítico. Gritando tan estresada como para llenar de su rabia las pinturas en un arranque. 

Los críticos ven esas pinturas y ríen. - Eso es señorita, haga más de estas pinturas. - 

El arte dolorido y feliz de Crafty es explotado con sentimientos que ella no quiere presentar. Como artista no es reconocida. 

Dentro de la casa de Bobb ya no hay privacidad. Canta por un pasillo y debe firmar autógrafos en su cocina. Con cámaras sobre su cabeza y nariz. 

-Creo que se le ve un pelo en la nariz. - 

-La veo más gorda que hace diez segundos. - 

-En otras noticias Bobby BearHug es descubierta con varios kilos extras después de su rompimiento amoroso. - 

-Bobb BearHug, ¿Ser cuerno o no serlo? Lo descubriremos después de estos comerciales. - 

La osa se contiene tras escuchar tantas mentiras sobre ella. 

Sirve un plato de cereal y lleva la cuchara a su boca. Escuchando sus orejas y luego sus ojos siendo testigo de ser ella la cantante con la más pobre dieta entre las muchas otras artistas. Busca de donde sacaron esa fotografía.

Era una cámara dentro de su tarro de miel. 

La osa no tarda en comenzar a llorar con las cámaras sobre su figura y su cara hundida en el cereal. . 

Bobby ya no disfruta de compartir su talento con las personas ni de ser reconocida por ello. 

Picky vive rodeada de estudios. De gráficas marcando con rojo su peso y la calidad de sus productos. Pasando a segundo plano la nutrición, esforzándose por hacer estos productos más bonitos. 

Renunciando a poner una fresa de mejor sabor al ser menos roja que la fresa bonita que estaba agria. Viendo como sus postres son tirados a la basura en vez de disfrutados. Picky cierra su local acostándose bajo una mesa. 

Preguntando igual que la unicornio, el gato y la osa :

-Si hago lo que me gusta¿Porque me siento tan triste?-

 

Bubba es el último en ser encontrado por el staff del programa. Dando como siempre su tiempo a la ley. 

-Por tanto deberían compartir la custodia de su mazorca. - lo decide y corta con el juicio golpeando una vez con el martillo. 

En su mesa hay una gráfica de papel pasando los números uno por uno, marcando con la finalización de este caso con el número 43. El caso 44 entra por las puertas. 

Volviendo con el dragón este explica con dibujos su hechizo, marcando en rojo la paraba con C. 

-No hay forma de escapar del ciclo. - 

Con el dragón la respuesta es su gran sonrisa. 

-Mis padres son dueños de un par de ciudades.- presume mostrando un cartel medieval con dos dragones sobrevolando un reino. - Nosotros nos enorgullecemos de ser dueños de más de un lugar con el poder de la civilización.- esos carteles pasaron a ser hojas de fax. - Traemos la civilización a pueblos atrasados y mejoramos sus vidas… además de adueñarnos de sus vidas ¡Pero eso es lo de menos amigos! ¡Porque hay pocas cosas más amadas por las personas que trabajar por doce horas para no morir! - sacude sus escamas brillando como un rubí. - Es el encanto del dragón.-

-Parecías más un fraude qué la rana. - la risa de la oveja interrumpe.

-Si no son las mentiras, entonces será la vida la que los separe.- ríe y muestra las gráficas de cada en las interacciones de adultos con otros, las nulas amistades fuera del trabajo y la sanidad mental decayendo tan rápido como el cabello en la coronilla de cualquier oficial de tránsito aéreo. 

No era posible salir de la rueda, de la burbuja de la ciudad construida alrededor del castillo todo giraba devuelta a sus casas.

Trabajo a casa, trabajo a casa. Trabajo y casa. 

Con el transcurso del tiempo las plantas de Picky mueren y son reemplazadas por plástico pintado. Sus conservas a mano son reemplazadas por máquinas de hierro. 

Pasando, por su lado, el gato de ser un buen enfermero a saltarse las vigas y mirar al lugar con ojos taciturnos con una sardina en sus manos y el humo de este pescado asado mezclandose con el de los autos de lujo qué golpean el camino. 

La osa pasa de practicar diariamente para el espectáculo a dormir, actuar, dormir, comer miel y gruñir a todos. Su música deja de brillar y su pelaje también. 

Crafty llega a su límite al ver esa línea roja en medio de un lienzo en blanco. Algo que ella pintó y no significaba nada, ser alabado por los críticos mientras su última pintura de colores vivos iba a la basura. 

El unicornio toma un caballete y lo clava en su cuerno.

Los periodistas le tomaron fotografías, llenando con la ciudad su desesperación, llena de ojeras y mucho cansancio. Burlándose los programas y las personas de su tristeza. 

La ciudad se la comienza a comer de los pies a la cabeza con los largos tentáculos de arcoíris. Apuro de eliminar algo que no era bueno para el escenario dentro de la burbuja. 

Esta escena de colores es interrumpida por el estallido de la burbuja por encima de la ciudad. 

La superficie cristalina ha sido explotada por un detonante arcoiris. 

La unicornio quita el caballete de su cabeza mirando sorprendida esas luces de colores. 

Llenándose el mundo con un gran globo de Zeppelin naranja. 

Saltando la coneja verde sobre el globo sujeta en sus manos una guitarra eléctrica. 

-¡Ahora si nos ven! ¡Vean cómo sus vidas no son solo el boleto del metro para mañana!- rasga las cuerdas con su mano, esparciendo ese sonido sobre todos. Despejando sus ojos de la cotidianidad con una risa por parte del pollo. 

Gritando sobre un micrófono canta fuera de sí grita y con rabia. 

-And i've asked myself , how much do you… - Exhala riéndose al ser mirado por tantas personas, sin timidez alguna sonríe a todas las personas. - Commit yourself.-

-Oh, it 's my life, don't forget.- grita Hoppy tocando la guitarra con mucha rabia. 

-It´s, my life.- 

 La burbuja no podía mantener afuera el caos ni sus voces. Logran pasar ese globo por encima del castillo. 

El perro deja la cabina de su Zeppelin saltando con una cuerda amarrada a su cintura sobre el gato que miraba curioso a ese espectáculo. 

-¡Mi luna!- grita al atraparlo en brazos . 

El gato se lanza a sus brazos y comienza a besarlo y llora agradecido tiernamente por su galante rescate. 

No. 

Lo que hizo fue bufar y arañarlo entre gruñidos y mucha pelea. El encanto de la burbuja continuaba nublando su juicio. 

El perro lo sube al Zeppelin y vuelve abajo huyendo de sus garras. Lo bueno del encanto de la burbuja era el fuerte miedo a tomar riesgos y este gato que no dudaría antes en lanzarse al vacío para no ser secuestrado, ahora prefiere sentarse y mortificarse en el Zeppelin. 

Abajo, entre las personas asomadas de sus casas estaba esa osa. No fue difícil subirla. 

Fue peor que difícil. Al volver a bajar el perro a por Crafty y solo era tiras y no el perro completo. 

La logra subir solo porque los artistas no solían luchar mucho con la idea de morir, después de todo su arte los hace más famosos cuando están muertos. 

Así que subirla fue abrazarla al tener ella los brazos abiertos en espera de la esperada despedida de este mundo. 

Picky le tiró encima una olla de frijoles hirviendo. 

El perro ya era un monigote rojo al bajar a por el juez. 

-¡Vamos, Bubba!- lo llama más cocido y rojo qué camarón al ajillo. 

El elefante sigue pegado a los documentos sin mirarlo ni una vez. 

-Bubba, vámonos. - le insta de nuevo. 

El juez lo mira y niega. 

-Mi descanso terminará en 45 segundo, no debo tardar más en atender el siguiente caso.-

-Al rancho con el siguiente caso. - exclama el perro corriendo a tomarle por el brazo. -Vámonos, Bubba. A ti no te gusta este lugar. - 

-Me gusta. - 

El perro dejó de tirar de su brazo. 

-Bubba, este lugar es aburrido, te explota y te trata como si no fueras más que una herramienta. - le hace un conteo de razones para irse juntos. 

-No importa… DogDay… Mamá y papá dijeron que estaban orgullosos de mí por llegar a este puesto. - mira su almuerzo hecho con un sandwich reseco y jugo.-Ellos nunca me habían dicho eso. - 

El perro bate la cola al lado contrario a la felicidad. 

-Bubba, no eres feliz aquí. - le recuerda. Mira el reloj en el escritorio, tirándolo fuera de la oficina.-No eres lo que ellos quieren, eres lo que tu quieres ser, amigo. - 

Bubba lo mira directamente con esos ojos tristes. 

-Quiero que mi padres me quieran y me traten como a su hijo. - 

DogDay suspira dejando caer los hombros. 

-No puedo obligarte amigo… - De espaldas comienza a retroceder al ser tirada la cuerda por el avance del Zeppelin. Agarra la silla del elefante llevándolo lentamente consigo. - Se que no soy tan importante como ellos pero puedo decir que ya eres increíble sin tener que esclavizarte en este escritorio.- la cuerda lo eleva y debe soltar la silla de Bubba. - Date prisa, te esperamos allá afuera. Amigo. - le tira a la cara los dulces que guardaba en su bolsillo. La cuerda lo saca del lugar. 

Bubba recoge esos dulces mirando a la ventana.

El Zeppelin dejó la burbuja tan solo un segundo antes de cerrarse de nuevo. 

Las personas de inmediato vuelven a sus vidas. 

El elefante en la oficina al fin deja su asiento, su trasero más cuadrado qué nunca vuelve a la normalidad al bajar de esta. 

-DogDay. - murmura. Al tener esos dulces consigo. Los mira y tira a la basura. 

Lo haría. 

Si esas piezas de chocolate no estuvieran marcadas por la nariz de un cerdito. 

-Picky. - exclama recuperandolos. 

 

El corazón en su collar de bombillo vuelve a brillar al ver ese dibujo y recordar a la cerdita y a sus amigos. 

Al tiempo que compartían acostados en la misma alfombra y las fiestas que solo ellos compartían. 

Su cumpleaños con todos. 

Al fin el encanto de la burbuja deja sus pupilas. Mirando este lugar no como esa burbuja de agradables colores arcoiris sino como lo que era. 

Una masa de concreto sobre concreto. Gris como el mismo cemento con una paleta de color azul. 

Apagado hasta casi parecer muerto. Su propio entorno es apagado y verduzco. 

Sus mirada perdida va al televidente. Sonriendo a todos del otro lado de la pantalla. 

-¡¡Seré participe más no tu esclavo, capitalismo!!- declara con un grito rebelde. 

El elefante toma su suéter y corre fuera de la oficina. 

Sin detenerse ni cuando le llamaron. 

Pasa entre calles, locales y casas. 

Interrumpe un funeral gritando :

-Voy a vivir, chicos. ¡¡Voy a vivir!! ¡Voy a vivir!- grita saltando el féretro. 

Las personas en el funeral le aplauden y el muerto se levanta del ataúd para chiflar animando. 

El salir de la ciudad fue como dejar de estar vestido. Saliendo del encanto para ver ese campo verde y al Zeppelin estrellado en el valle donde sus casas son ahora un montón de tablas y trapos parecidos al campamento de un aventurero en el mediterráneo. 

Al parecer los tres se resistieron a dejar el encanto pero algo los liberó. 

Tal vez a CatNap lo liberó atender las heridas que él mismo hizo a DogDay o a Bobby el abrazo de Hoppy. 

Crafty parece haberse liberado al mirar el paisaje colorido. 

-¡Chicos, chicos ya vine! ¡Ya vine!- les llama alcanzandolos. 

-Esto aun no acaba. - le detiene Hoppy del brazo. - Debemos sacar a todos de esa jaula. - 

Los ocho miran ese lugar. 

Era mucho más grande que las montañas y su control sobre las personas era insuperable. 

-Algo deberíamos poder hacer.- murmura el perro. 

Él gato mueve la cola mirando al castillo. Esos ojos de gato lo ayudan a ver una ventana en lo más alto y escondido de la torre más alta. 

Esa ventana con una rata levantando un papel con un dibujo. 

CatNap sube sobre Bubba para ver bien. 

La rata apunta al dibujo y lo esconde tragando. 

CatNap levantó las orejas al ver a la oveja asomándose muy enojada. 

No puede verlos al ser una oveja pero no tarda en cerrar la ventana. 

-Hay una forma.- les informa a todos con señas, bajando de la espalda de Bubba. 

-¡Dinos como CatNap!-

-¡Compartenos tu sabiduría felina, mi luna!-

 -¡Ya, CatNap, apurate!-

-¡¡Que hables gato roñoso!!-

 El gato le dio un bofetón a Kickin. Ese golpe hizo a la ave perder algunas plumas y una la usa CatNap para dibujar en la tierra lo que vio en esa hoja de papel. 

-Es-

CatNap es un chico como Kickin por lo tanto el ave no se quedó con el golpe y le dio un puñetazo también. Rodando los dos por el suelo entre gritos y bufidos. 

El perro los sigue ladrando a cuatro patas. Dando mordidas a cada uno.

Bobby roba la escena tornándose super sombría. 

-Crafty, tu sabes algo.- le apunta sería. 

Crafty aparece en foco tan solo como su cabeza sobre el cuerpo de un humano musculoso. Sacando un libro de debajo de su melena celeste. 

-Estoy asustada. - le dice con el rostro pálido. 

Bobby niega ahora como la misma cabeza flotante. 

-Nah, tu no le tienes miedo a nada.-

Crafty mira al televidente. 

-Hay algo en esa ciudad, y no es uno de nosotros. - 

Bubba se interpone en escena con su letrero : “Playtime co. No se hace responsable de derechos de autor infringidos ni otras contrariedades ”

El perro arrastra al gato por la cola al morderlo. CatNap grita arañando el suelo al ser llevado pero no sin soltar zarpazos al pollo que le sigue intentando picotear su cabeza. 

El unicornio ignora totalmente lo que hacían esos tres, mirando ese dibujo con las pezuñas en la boca. 

-El alcalde no debería poder hacer este tipo de cosas.- les dice a todos. - La ciudad es una lamprea mágica. - 

El pellejo del gato se sacude al igual que su cara y orejas, lleno de asco al escuchar la palabra con P. 

-¿Cómo lo sabes?- cuestiona usando las manos al librarse del perro y el gato al subir a un árbol alto. 

-El cómo nuestras casas fueron llevadas y después nosotros. Creo que es un rapto mágico… Pero no tiene sentido. Solo los dragones deberían poder hacer eso. - gruñe revisando el libro hoja por hoja.-Y ya, voy a llamar a mi papá. - determina sacándose el cuerno de la cabeza. 

Los presentes se retuercen como imágenes en el agua, solo mirando como se quitó el cuerno. 

-Hola mi princesa y gran artista. - escuchan la voz del padre de Crafty a través de su cuerno. 

Crafty le había marcado y comienza a quejarse con ese mismo tono de bebé. 

Esperan muy incómodos mientras ella habla con un adulto más adulto y sobre todo era un adulto capaz.

 Al fin regresa con ellos y los mira sonriendo. 

-Dice que estamos solos. - junto las pezuñas pegándose a la espalda del perro con el rostro rojo. 

El perro la consuela con un par de palmaditas. 

-Estamos acabados. - suspira Hoppy rindiéndose. 

-Al menos ya estamos juntos todos. - sonríe Bobby. - Aunque sigo enojada por las presentaciones que no me pagarán.-

El gato también lamenta las horas de planta que no le pagarán al ser secuestrado por el perro. 

Él líder los mira entristecido. Vuelven sus ojos a la ciudad. Al televidente también lo mira fijamente. 

Sonriendo un segundo después. 

-Buena idea amigos. - les halaga al escucharlos. 

Apunta a Bubba y como si fuera bestia de caza determina con tono salvaje. 

-Bubba, demandalos. - ordenó DogDay. 

Bubba levanta las cejas pero ese instinto de abogado le llega como una tendencia salvaje de parte de sus genes. Rebelandose con salvajes al encierro la desvergüenza. 

Ardiendo, su traje de oficina regresa a él como el uniforme de La antorcha humana. 

En el castillo esa oveja lanza la televisión qué le muestra al grupo reunido. 

El dragón apenas esquivó el televisor al acostarse en el suelo. 

La rata recoge algunas piezas del televisor. 

La rana al fondo observa a la oveja lanzar cosas, incluido al dormido cocodrilo. 

La demanda llegó desde el lado mágico de la situación y al dragón le quitaron la alcaldía. Dejando a Daddy a cargo. 

La ciudad fue devuelta y el pueblo vuelve a ser como lo era antes. Con todos mezclados de nuevo en igualdad. 

-A mí me gustaba más la ciudad. - murmuran algunos. 

El grupo de amigos pasa los ojos por esos armiños albinos y sonríen entre ellos. 

El pueblo y su valle están de vuelta. 

No sabían por cuánto tiempo pero lo lograron… Bubba lo logró, si. 

Todo parecía que sería feliz otra vez al finalizar el capítulo excepto por algo. 

El regreso de CatNap a su casa fue tranquilo al anochecer. Entrando a su sala tiene que detenerse al ver un espejo en la sala. 

Un reflejo en este lo hace levantar las orejas. Con el humo rojo que lo rodea de pies a cabeza. 

En este aquella figura que fue antes de saltar del tren. Ese pasado dejado atrás. 

El humano que ya no era desde que llegó a pueblo alegre. 

Ese humano pálido y castaño que fue, lo mira al otro lado del reflejo. 

Con la nota escrita por esa oveja. 

“Deja de fingir que tienes amigos, villano.” 

El gato toma esa nota y el espejo para esconderlo bajo su cama. Quedándose en la oscuridad una vez se deshizo de ellos. 

-Soy bueno, tengo amigos y no me quedaré solo aquí también.- 

Los subtítulos se quedan en los créditos donde la ciudad brilla. 

 

Agradeciendo a la compañía Playtime co. por la participación de Ludwig para la voz del padre de CraftyCorn. 

 

Notes:

Gracias por leer.
El primer capítulo de los smiling critters cartoon qué incluí dentro de la historia fue sobre el cumpleaños de Picky y lo grandotas que las tiene DogDay, las orejas.
Ahora este es sobre el daño que el capitalismo le ocasiona a las personas dentro de la rueda de la explotación en el sistema de salud ya sea médico o alimenticio.
O desde el entretenimiento , con el arte vanal qué se produce en masa dañando a los artistas y el amarillismo qué destroza internamente a las personas en este medio.

Jejeje
Algo inspirado en mlp con esos capítulos sobre el comunismo.
De verdad que me encantan estas mini historias, son bastante demandantes.

Chapter 82

Notes:

Capitulo corto y con señales a esperar.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

La criatura exhala e inhala al abrir los ojos en un entorno desconocido. 

El gigante azul ha sido atado a una barra de hierro. Colgando con todas las extremidades atadas a esta por su espalda. 

Era un cordero a las brasas. Sin fuego. Solo la amenaza de caer directo al vacío. 

Mira arriba a los tres humanos en una de las plataforma de hierro. 

Tres manos a contraluz le dice que por sus estatura y fisonomía le esperaba conseguir algo así como 70 a 196 kilos de carne fresca. Con suerte algo más que eso. 

-Tenemos preguntas, Huggy. - le dice uno de estos.-Aunque no te guste, necesitamos tu ayuda. Porfavor.- 

-Si haces un movimiento en falso te dejaremos caer atado, no podrás defenderte de lo que haya abajo de nosotros. - le avisa el segundo humano de aspecto severo. 

-Roger, por favor, habla con nosotros. - le ruega el último recargándose en la baranda. 

El gigante azul mira al vacío bajo él. Mueve el cuerpo con disimulo, la cuerda no se siente floja. Debería poder librarse de un salto y matarlos evitando caer al aferrarse a alguna plataforma cercana o quizás a la pared si logra enterrar las garras en el concreto. 

No pensó en ningún momento en escucharlos. No a este punto y cuando todos sus celadores ya son comida o restos podridos. 

Escucha a los humanos hacer sus preguntas.

-¿Cuantos grandes continúan vivos?- cuestiona el mayor. 

- ¿Como se dividió el control de la fabrica?- pregunta el segundo. 

-¿Puedes recordarme, Huggy?- le pregunta el humano más joven. 

Huggy continúa fingiendo no escucharlos. Pensando en cuando dar el paso para comerlos. 

-Huggy ¿Qué sucedió con La Guarderia?-

El gigante azul está vez no pudo quedarse en silencio ni quieto al escuchar el vibrato profundo de esa voz y de donde venía. Puede rastrearla al temblar las cadenas por la profundidad de esta. Mira arriba sin dejar de sonreír, como siempre, más su boca se abre al ver esa figura a contraluz con las bombillas del lugar. 

Es ese perro, quien debería estar muerto, en la plataforma sobre él. Mirándolo con un aspecto taciturno. 

Huggy no va a ignorar esta gran treta ni sus consecuencias. 

-¡¡¿Qué rayos haces aqui?!! ¡Carajo, perro imbecil! ¡¿No deberías estar muerto, maldito?!- grita sacudiendo el cuerpo.- ¡¡Se supone que te mataron. Malfdito!!- rugio mostrando los grandes colmillos. 

El perro no dudó en dejar caer la cadena. 

El gigante azul quedo blanco al casi ser dejado caer al fondo del abismo, sabiendo bien lo que hay allá abajo no puede recuperarse de inmediato. Respira con esfuerzo sin despegar los ojos de esa figura en las plataformas de hierro. 

El perro levanta una mano apuntando a los humanos. 

Huggy los mira con un rostro tan relajado como siempre. 

-Soy yo, soy Henry. - lo llama un humano. 

Huggy lo mira directamente. 

Ese nombre le sonaba. Era una espina qué hace a su cuerpo sacudirse extrañamente.

 Mira a los otros humanos. 

Reconoce a cada cara presente. 

Al conserje. 

Al guardia. 

Y a ese ingeniero. 

Los puede ver de nuevo en el día a día de la fábrica. Cuando la sangre solo corría dentro de celdas yeran todos los projectos uno… No como ahora. Comida o enemigos. 

Sus ojos quedan pegados a ese humano pálido y mal trecho por lo que parece el hambre. 

Un aspecto demasiado deprimente para un humano. 

Un humano llamado Henry. 

Sus recuerdos como humano ya eran solo un borrón en las hojas vueltas amarillas por el tiempo. Perdiéndose las letras y palabras. 

Dejándolo con un recuerdo hueco, con nada. 

Con solo el suspiro de un humano aferrado a su cuerpo. 

Esta memoria golpea como un impacto por parte de las garras de Boxy. 

Fue demoledor. 

Ese recuerdo no es como los otros donde humanos lo sometieron a torturas lentas ni a electricidad. 

El humano frente a él estuvo encima de su cuerpo y también debajo. 

Él mismo se puso encima para sacar su lengua y lamerlo. Por su propio deseo. 

Él mismo atraveso la fábrica buscando ese resultado. Esa experiencia. 

Ese humano era el mismo que en su historia humana estuvo a su lado. Era parte de su pasado. 

Era un humano importante porque se suponía que serían mucho más que solo un humano y un monstruo. Fueron más que un monstruo y un humano.

Era su primer y unico amor. 

 

La respuesta de su parte a dicha información arrancada de su cerebro pasó varios minutos desentrañandose en una sarta de rugidos y gritos inentendibles. 

Reclamando entre gruñidos sin forma y el rencor. 

-¡¡¿Para que diablos volviste?!!- reclama al humano sin tardar en mostrar la maldita rabia uee le embarga hasta los huesos. 

El humano suspira al ser reconocido. Esa rabia atemorizaba todos sus instintos de conservación más la anhelaba. 

-Volví por ti, Roger. - lo anuncio preocupado. - Podemos irnos, vámonos. Allá afuera encontraremos un lugar seguro.- 

La respuesta llega mucho más rápido de lo que lo hizo el reconocimiento por parte del gigante. 

-No creeré en un traidor rastrero qué se larga en cuanto llega el sol.-

Esas palabras no eran algo que cualquiera de los presentes pensara que Huggy diría ni que fuera con tanto rencor. 

El perro en la plataforma superior sube la cadana y con ello al gigante. No esperaba verse obligado a presenciar una discusión marital. Más debía dar la oportunidad para que el par discutiera antes de intentar convencer él mismo al gigante azul. 

Por su parte Niko a un lado del humano en cuestión, abre la boca al entender quién era Henry por fin. Sus ojos abiertos por la sorpresa buscan a Ryan como si él fuera a corroborar que escucharon lo mismo. Que lo entienden y lo confirman con el mismo resultado. 

Es claro que sí. 

Ryan abrió los ojos y apretó la boca mirándolo de vuelta. 

-Eres ese hijo de perra, desgraciado. - murmura al comprender la desgracia que trajeron estos dos a los experimentos con su jueguito monsterfucker. 

Todos los eventos desencadenados sobre las criaturas después de ese rumor sólo fue una desgracia sobre otra para todos los experimentos. No sabía que sucedió con todos una vez fue sacado de la fábrica pero no podría ser bueno sabiendo que los experimentos de impacto comenzaron a ser detenidos. 

Se siente tentado a patearlo al fondo de este abismo. 

Entonces nota algo en los monstruos presentes. En las orejas del perro y el inesperado mutismo del gran azul. El aliento activo en los dos. 

-Ro-

Ryan detiene a Henry agarrando su hombro. 

-Están hablando, no interrumpas. - le advierte si perder de vista los gestos de cada uno. 

Henry bufa cansado con las manos sobre su rostro, vuelve a fijar los ojos en el gigante.

Huggy inicio como otras veces la conversación. 

-No debiste aliarte con humanos, ellos deben venir con un objetivo lejano a rescatar a tu estúpido gato.- le advierte mirando a los tres presentes. 

Desde arriba el perro levanta las orejas al escuchar el murmullo del gigante azul. 

-¿Que has dicho?- pregunta.  

Huggy gruñe una vez más, cansado de hablar y pelear con este perro. 

-Ellos deben venir por los secretos de la fábrica, te dejarán de lado en cuanto consigan lo que necesitan.- la voz de Huggy no habia mejorado en tantos años, seguía tan áspera como siempre.-No debiste confiar en ellos, perro. Mommy los matara antes de que tan solo lleguen a encontrarse con la cola del gato.- sonríe mostrando los colmillos sin miedo. - Incluso si me matas aun te queda ella y Pj, ¿Crees que fuera de casa te irá mejor, señor lider?- mofa rencoroso.-CatNap, el aun te quiere más muerto que antes. - 

El aliarse con un humano era menos que rebajarse a comer los desechos de una letrina a este punto de la historia dentro de estos muros. Las acciones de este perro eran repulsivas a un punto nauseabundo. 

Para el perro una vez este gigante mencionó el nombre de ese felino las cosas ya no eran tan llevadera como para que pudiera aferrarse a ser DogDay, bajando de la plataforma sin soltar la cadena para verlo de frente. 

Cuelga de esa cadena agarrando el cuello del gigante. 

Ryan en la plataforma de la flor sintio el mundo caerse al verlo actuar tan estúpidamente, sin pensar en la estabilidad mental de ese gigante ni si podrían caer por culpa del peso de ambos. 

El perro tiene sus propias conjeturas sobre las palabras de Huggy. 

-Si estas tan seguro de eso, debes tener más información de la que creí. - apunta al apretarle el cuello con esa mano. La gran boca dentada se abre frente a su rostro sin miedo alguno a la caída o la advertencia del perro. 

A este punto Huggy estaba más que seguro de que morir como lo haria al caer sería mejor si se lleva al perro traicionero consigo.

Este necesita decir una basura, tal vez una de esas grotescas amenazas qué lo caracterizaba desde que inició esta locura. 

-Tienes la oportunidad de dejar este lugar con tu amante, ¿Porqué tienes tanto miedo a salir de la fábrica?-

Como siempre este perro dice algo tan repulsivo como era capaz en su rastrera cotidianidad… Excepto que esto no era algo que el perro hiciera. 

Aún fue tan sencillo tomarlo como algo que diría y al mismo tiempo algo parecía estar mal. 

El perro con el que convivió tan poco desde hace cinco años era un parásito manipulador, decía lo que la gente necesitaba o quería escuchar. No era un tipo franco. 

Lentamente su cabeza lo lleva más atrás. 

Lo lleva a la recepción donde ese perro le ofrecía un trato y lo cumplió sin tener ni una pizca de encanto antes o despues. 

El mismo que le miraba de soslayo cuando lo hicieron pasearlo de la cadena. 

Ese collar de hierro no estaba en el cuello pero si había marcas y cicatrices qué hacen de este una cosa bastante fea. Pelo sintético destrozado por el tiempo y marcado por la humedad. 

Esos ojos brillantes no eran los mismos del presente.

Una respuesta natural escapa antes que cualquier palabra al descubrir quién era este chico. Riéndose de la ironía catastrófica. 

-¿Esto se puede poner más loco?- pregunta por reflejo al verlo vivo.

El perro asiente. 

-Ya sabes quién soy.- mira a los humanos de soslayo. - No vienen a nada que no sea ayudar, incluso si debo matarte a ti para sacar a los que tengan la fuerza para salir del infierno. Lo haré. - 

El gigante azul le gruñe, bajando los ojos al abismo bajo ellos. 

-No debiste regresar a este manicomio, estúpido.- declara con pesar. - Ya nada es como recuerdas. - 

-Incluso si debo matarlos, los sacaré de aquí. Huggy, eso sigue siendo como antes.-

El gigante mira al fin al humano, con esos ojos sin emociones y sus dientes expuestos. 

-No te ayudaré, no hablaré de ese lugar de locos… No traicionaré a los míos. - decide ser directo. - No por humanos ni por ti.- 

El perro exhala vaho espeso. 

-Entonces… ¿Al menos aceptarías acompañarnos? No tienes que intervenir, solo escapar con nosotros cuando lleguemos a la segunda salida.- le ofrece. - De otra manera te dejaré caer. - 

-Podría decir que sí, que te escuchare, y matar a los humanos cuando me dejes ir y escapar. - 

El perro tiene una respuesta ahora. 

-Cierto. - mira a los tres mencionados. -Entonces deberíamos pelear, atraer a Mommy o a quién sea que llegue. Me mataran entre los dos o más , tal vez me coman vivo o muerto y cuando mi carne se acabe todo seguirá como hasta ahora, no habrá cambio alguno.- suspiro.-Tu territorio seguirá siendo el lugar donde siempre estuviste encadenado y olerá cada vez a mierda conforme el tiempo se acumule y debas soportar esa peste hasta que no sea más que tu propio olor el qué sientas.- sacude frustrado la cola. - Viéndolo de esa manera, no veo como la opción de acompañarnos le gane a tan tentadora oportunidad de comer perro crudo.- 

Wuggy bufa sacando vaho de esa gran boca. 

La discusión debe detenerse al escuchar pasos más abajo en el abismo. 

Huggy mira de lado, perdiendo la compostura al oler humanos, muchos humanos, entrando con linternas a la bodega de alimentos. 

-¿Humanos? ¿Porqué diablos trajiste más humanos?-

El perro mira a ese mismo lugar, saltando de vuelta a la plataforma. 

-No los traje, ellos vinieron solos.- sujeta la cadena. - Ahora dime que decides, Huggy. - 

-¿Que?-

- ¿Eres neutral o nuestro enemigo? ¿Qué decides, Wuggy?- le pregunta de nuevo. 

Huggy mira al humano en la plataforma. Tan preocupado como los otros dos por esas luces entrantes y a la vez buscándolo. 

Huggy hace mucho tiempo ya no pensaba en él, en Henry. No lo recordaba ni veía razones para ello. 

Para extrañar algo que no podía ser posible por más de una razón. 

Aún lo hace preguntarse si valdría la pena seguir con vida más tiempo. ¿A dónde se dirigía todo lo que estaba haciendo 1006? ¿Qué pasaría con él y los otros chicos cuando ya no hubiera más carne qué la de los grandes?

Él que está solo en este piso , ¿Cuánto tardaría en ser comido por los otros experimentos? ¿Cuánto más tardaría Kissy en suicidarse? 

-Ya no quiero estar en este lugar… Y no quiero ayudar a unos tipos que morirán en menos de una hora.-  

El perro mueve las orejas. 

-Hablas de como Mommy nos matará.- 

-Si no es Mommy, será otro. - mira a las luces en el abismo. Un humano había caído al no ver el borde del agujero oscuro por un descuido. - No estarán desprevenidos después de esto. - le advierte. 

-Aun sigue siendo tú decisión el acompañarnos o morir aquí mismo.- le recuerda el perro sin apartar los ojos de él. - No entiendo nada de lo que sucede, Huggy.- mira a esos humanos en el abismo.-Al menos muéstrame que matar a todos los humanos fue por ti, para vengar tu propia vida y no porque simplemente cambiaras de amos. - 

El gigante azul muestra los colmillos. 

El perro no muestra ni una sola duda en su mirada o voz. Decidido a recibir una respuesta por parte del gigante azul. 

-Muéstrame que ese odio era tuyo, que eras tú clamando por tu libertad y no la obediencia a un nuevo esclavista. Que eres libre de decidir a donde pertenece tu cuerpo y voluntad.- 

-Hobart, debemos movernos. - le llama un humano. 

Huggy levanta la comisura de la boca con una gran sonrisa. Agarra la oportunidad para burlarse del perro sin dudarlo 

-¿Hobart? ¿Ese es tu nombre?- se mofa sacando la lengua y ríe con un gorjeo.-Suena peor que un nerd.- 

El perro no le responde. Espera a su respuesta sin soltar la cadena 

Huggy mira a los humanos en esa puerta y alerta al apuntar con las luces al fondo.

 

 La cabeza de uno de los policías sube al sentir un estremecimiento en su columna. 

Puede ver a tiempo como una columna de hierro cae directamente al abismo. 

-¡Hernandez!- gritan mirando al abismo por el que cayó su compañero. 

Vuelven a mirar arriba pero solo ven plataformas de hierro vacías. 

Rápidamente revisan la radio para comprobar el estado de su compañero.

-Señor, estoy bien. - 

Alrededor suspiran al lograr comunicarse con el oficial que cayó por el abismo. 

-¿En que diablos aterrizaste?- le cuestionan preocupados. 

 

Justo a un lado de esa barra de hierro el hombre respira a fuerzas al apartarse de la cosa que por muy poco casi lo mataba aplastandolo. En la gran oscuridad ese oficial enciende su linterna apuntando a su alrededor. Mirando lo que le rodea, viendo como las sombras toman forma al apuntar arriba. 

Baja esa luz a la ubicación de sus piernas estiradas. Su pie derecho está torcido, completamente al revés de lo que debería estar. 

-Señor, me lesioné pero estoy entero. - informa arrastrándose por el montículo en el que estaba. - He caído en lo que parece… - revisa el primer objeto cercano a su rostro. 

Una oveja de tres metros acostada sobre un montículo de peluches. Mira cada juguete lleno de un líquido oscuro y sucio. 

-Creo que en un montón de peluches. - toma una de las cintas de un conejo amarillo, ammarando su pie observa al lugar con el ritmo cardíaco al límite. - Creo que este lugar debía ser un almacén. - apunta a un espacio apartado de su propia ubicación. Donde puede ver a algunas piezas de juguetes destrozados. 

-No te preocupes Henandez, ya iremos por ti. - le recalca por radio. 

El oficial vuelve a el primer punto. Observando hacia arriba su gran caída. 

Un sonido. Un arrastre. 

Este oficial no cree en monstruos ni fantasmas el cree n animales salvajes., cocodrilos en drenajes y osos en edificios abandonados. 

Obligando su miedo a apuntar al lugar del que siente vino ese ruido extraño. 

Más de la mitad de su pierna se siente fracturada, truena al moverse y su pie ya no respondía. El estremecimiento lo hace sacar su arma y apuntar a la oscuridad junto con su linterna. 

Al hacer esto puede ser algo que pasó por alto hace muy poco. 

El reflejo de una tubería por encima de su cabeza. Un tubo vacío que transporta aire, solo aire. 

Vuelve a mirar al suelo con el rostro pálido.

-No creo estar solo.- avisa apuntando a la oscuridad. 

En esta un sonido de arrastre viene acercándose por un montículo aparte. 

-No hagas nada estúpido. - 

La advertencia viene del radio. 

El hombre exhala ignorando esas palabras para disparar dos veces hacia ese montículo y una al suelo frente al montículo donde cayó. Gritando con voz ronca y un tono amenazante. Todo lo que aprendió a usar para intimidar a los animales salvajes del bosque cercano a su hogar. 

Lo que sea que viniera se detuvo y huye con un chillido. 

El hombre vuelve a arastrarse al único punto de luz. Descubriendo la falta del gran peluche de oveja negra.

Podría hacer un gran escándalo más su orgullo lo hizo pegarse a los metales y esperar en silencio. 

Solo en esa única fuente de luz dentro de la cueva con fuerte olor a podredumbre y hierro. 

-Apresurense. - les pide por radio. 

 

 

 

 

En otra zona de la fábrica a ese grupo recientemente unido conserva un mutismo profundo. Observando a Niko frente a esa caja de vidrio. 

-Nunca hable con esta criatura. - les advierte el perro. 

Huggy al fondo observa, sentado al estar tremendamente herido en el pecho, como se la piensan antes de atreverse a liberar a la muñeca. Puede sentir como las voces de todos los juguetes a los que mato por orden de 1006 comienzan a gritarle. Reclaman este resultado. Cuántos de ellos murieron haciendo exactamente lo que permite que suceda ahora. 

Sujeta el pelo de su pecho para cerrar la herida con un gruñido. 

Sacudiendo la cabeza al ser tocada su mejilla por esa mano humana. 

Mira al frente al tipo pálido que lo mira con esos ojos de borrego moribundo y un rostro decaído. Una barba de algunos días y ese cabello revuelto, sus percing y le olor de sus ojos profundos. 

Era exactamente como hace años. 

-Roger. - le llama sobando su mejilla.

Huggy aparta la cabeza, mostrando los dientes como advertencia. 

El humano debería ser inteligente y apartarse para conservar sus miembros pegados al cuerpo. Más no lo hace, sube a sus piernas para mirarlo de frente. 

-Te sacare de aquí, así debamos derrumbar todo este lugar en ello. - le promete abrazándolo por el cuello. 

El monstruo azul mira al techo lleno de luces. 

Estos años fueron agotadores. Fueron el infierno en vida, una probada de libertad y el fuego como postre. 

La necedad castigada y su fe pisoteada. Un mundo sin forma, un atisbo de dolor y quince años de sufrimiento desmedido. 

Solo esperando encontrar un hilo de cordura qué le recordará como era ser humano. 

Probando ese sabor con algo que no se repetirá. 

-Déjame en paz. - le advierte empujándolo fuera de su cuerpo. 

El humano cae y desde el suelo le observa comprimirse cubriéndose la cabeza. 

 

Por su lado Niko frente a la muñeca se decidió a liberarla usando el GrabPack. 

Esa puerta se abrió apagando las luces. Dejándoles ver solo un momento esos ojos. 

El perro sacudió las orejas al ver a Ryan y Niko caer al suelo al impactar con sus rostros un gas rojo. 

Esta muñeca mira hacia arriba al perro una vez ese gas se esparcio.

El olor a flores advierte al gigante azul. 

Henry abre demas los ojos al ser sujetando por Huggy y llevado a una esquina cubriéndolo de lo que parecía esperar entrara por alguna puertas. 

DogDay sujeta su cara al sentirse de golpe bastante cansado. Recarga el cuerpo en la caja, cerrándola una vez la muñeca saltó de esta. 

Espera a que las sombras en sus ojos dejen de bailar para enderezarse. 

Mirando a esa muñeca revisar el rostro de los dos en el suelo. 

-Este es el mayorde los guardias … Y este era conserje. - apunta a cada uno. - Y ese era ingeniero. - observa a Henry escondido tras Huggy. - Es bueno verlos. - sus ojos suben por las piernas y el torso del perro, hasta su cabeza. - Y tu eres DogDay. - declara al reconocerlo por fotografías y registros.

-Si.- dobla las rodillas encontrandola lo más cerca que podía por la diferencia de tamaños. - Te ves muy linda para estar tan enojada, amiga.- declara una vez puede ver esos ojos. 

La muñeca sonríe cerrando los ojos.

-Touche. - mira a Huggy de reojo. - Sabes que ese es leal a 1006.-

El gigante le muestra los colmillos. 

-Lo se. - murmura mirando al mismo gigante. - Ahora mismo es neutral.-

-Todos en la fábrica eran neutrales hasta que se les dio la oportunidad de atacar. - responde ella. Sin temor agarra el pelo del perro. - Llévame, porfavor. - pide mirándolo a los ojos. 

El perro la levanta con una mano subiendola a su hombro. 

Ella mira esa mochila y sonríe. 

-Vienes preparado… Oh… - su sonrisa flaquea cayendo lo posible al descubrir el estado de su pelaje viejo, el pelaje de un juguete de más de diez años y enterrado bajo tierra. No era tan suave ni brillante como el actual perro. 

Mira a Huggy buscando en ese enemigo la respuesta para lo que estaba rondando su cabeza roja. 

-Si, es él otro. - le corrobora con un gruñido.-El maldito está vivo. - 

Poppy lo vuelve a mirar. En esos ojos de plata puede comprobar algo de ello. 

-Los humanos lo decían pero ahora lo compruebo: Eres una maquina de sorpresas, DogDay. - declara perdida. 

Esos cinco años eran algo. Ese perro se suponía muerto pero regresó al infierno. 

-No debiste volver. - murmura Poppy. - No saldrás vivo de aquí. - 

DogDay suspira. Respondiendo tan bajo como podía, tan solo para ella. 

-No lo hubiera hecho si lo que quiero matar no estuviera aquí. - 

Poppy levanta las cejas sonriendo con labios apretados. 

Huggy no lo era pero ahora tenían un aliado en el otro. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

No need to frown and pout!

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

Último especial navideño pt1

 

 

 

 

El mundo de los sonrientes brilla gracias a un sol lleno de calor. 

Esta vez ese sol esta engripado y tiene frío. 

-Creo que no debí vender mis cobijas por espejos. - declara el pollo encogido en la sala del elefante. Este le da una taza de té y mira la televisión. 

-Este mes el invierno viene con tal fuerza que ha removido las posibilidades de hacer los concursos deportivos.-

El triste grito de Hoppy suena al fondo. 

-Así que no salgan de sus casa y manténganse abrigados.- 

La televisión se convierte en un cubo de hielo. 

-No puede ser, la señal se congelo. - reclama Bubba con un guante en su trompa. 

En la casa del perro el frío es inferior y es por el calor de una fogata en su sala y un gato dormido en el suelo. 

-Este clima es divertido. - sonríe el perro sentándose a su lado con una bandeja de té y galletas. -¿Hay algo que queras hacer, CatNap?- le pregunta dándole una taza. 

El gato mueve las manos. 

-Tengo una idea. - le dice con señas y sonriendo entre el ronroneo y un movimiento de cola. 

De golpe los dos estaban arreglando una silla como buenos muchachos, clavando el perro las patas de la base y CatNap raspando las asperezas de las tablas con una lija. 

En casa del pollo las chicas han invadido la casa para pasar el invierno dentro de la casa de paja. 

-¡En este sueño estoy bailando a tu lado!- canta a grito la unicornio con una bufanda en cuello. 

- ¡Y parecía que todos se estaban divirtiendo!- Hoppy salta por el techo robando el micrófono llena de lágrimas de frustración, le pasa a la osa el microfono. 

-¡Este tipo de sentimiento lo he esperado por tanto!- canta sacudiendo lso hombros al ritmo de las luces. Entrega el micrófono a Picky mirándola saltar del asiento para gritar su parte de la canción.

- ¡¡No pares, acércate un poco más!!- chilla sacudiendo los brazos.- ¡¡Bubba, desgraciado confiesate de una vez!!- reclama a gritos. 

La canción de las cuatro es acompañada por la tormenta de nieve en el exterior. Completamente enajenadas al desastre que se lleva la casa de Crafty ladrillo por ladrillo en el viento. Cantando más alto conforme el desastre casi lo escuchaban. 

 

En la casa de Bubba el pollo mira al elefante tras escuchar ese grito. 

El mencionado mira a la televisión sin señal con los ojos perdidos. 

-Bubba-

-Vamos a arruinarle el día a CatNap y DogDay. - decide tomando un suéter. 

-Si don Bubba,no puede, nadie podrá. - ríe Kickin siguiendolo entre risas. 

Risas qué murieron al salir al frío. Congelandose su sonrisa al caminar por el sendero. 

Bubba aprieta los dientes rechinando bastante decidido a ir a esa casa de perro a molestar. 

Escuchando el fuerte ruido de carpintería y serruchos. 

Golpea la puerta al llegar, dejando de lado que Kickin apenas era un cubo de hielo de pies para arriba. 

Dentro el martillo se detuvo y cada objeto de carpintería pareció rodar entre ollas de cocina y los gritos del perro bajando las escaleras junto con las ollas y herramientas. 

Al fin después de varios gritos y bufidos el perro abre con el rostro sonriente y tembloroso. 

-Hola chicos. - levantó las orejas al meterse el elefante y correr el pollo a descongelarse en la fogata sin pedir permiso antes de entrar.-Pues pasen. - suspira bajando las orejas. 

CatNap super sudado los mira meterse y adueñarse del sofa el elefante. Voltea a ver al perro con ojos fijos. 

-Chicos… ¿No iban a pasar la tormenta en casa de Bubba? - pregunta sonriendo con esos ojos vacíos.-Crei qué era esa la razón por la que me hicieron arreglar tu techo, Bubba.-

El gato abre más los ojos apuntando al pollo comiéndose las galletas de los dos. 

-Bueno, chicos. No seré malo, pueden quedarse. CatNap y yo estaremos arriba si nos necesitan.- suspira agarrando al gato en brazos, como el criador de un loro el gato lo trepa aferrándose a sus hombros. - Los veo en primavera. - se despide caminando a las escaleras del segundo piso con el gato en hombros. 

CatNap se despediría con una sonrisa si no fuera por un inconveniente. 

La entrada de una ventisca helada y las cuatro chicas con la bocina y las botanas. 

-Chicos, el techo de la casa de Kickin se voló y vinimos a pasar la tormenta con ustedes.- anuncia CraftyCorn bastante emocionada. 

-¿Estaban en mi casa?- 

El gato suspiró bajando de los hombros del perro para saludarlas. 

Así de abandonado el frío caló en el perro y les sigue a la sala. 

Escuchando pronto por fuera de la casa la música de las chicas y sus luces brillan por las ventanas. 

Sin percatarse del movimiento en el exterior y sobre su techo. 

Paso el día con todos jugando y riendo en el karaoke. Llegando al noche donde todos se repartieron por la casa sin diferenciar camas de lugares sin sentido. 

DogDay descubrió a Picky durmiendo en la bañera con tres de sus cobijas y a CatNap en su closet colgado como murciélago. 

Quedándose solo en la noche vuelve a su cuarto , acostandose en un sofá de su cuarto y no la cama donde duerme Bobby con Crafty. 

Mira al techo ya con un ojo cerrado antes de dormirse. 

-Ey. - 

Abre los ojos mirando al techo. 

Donde un ave negra le mira desde este con un rostro sonriente. 

-¡¿Quién eres?! - pregunta el perro de pronto vestido con una bata carmín y una pipa en la boca. 

El cuervo lo mira sonriendo. 

-Nunca más. - declara sin moverse. 

El perro levanta orejas y cola bastante enojado de golpe. 

-No me gradué de secundaria y menos voy a recitar a Poe. - le reclama con la cara roja por el coraje. 

El cuervo abrió el picó saltando del techo a su encuentro. 

Era más pequeño, claro. Un ave debe serlo. 

-¿Cómo supiste mi nombre, truan?- le reclama empujandolo de vuelta al sillón. 

El perro cae de sentón y lo mira subirse a sus piernas con el ceño fruncido. 

-¿Te llamas Poe?- pregunta con un ceño fruncido. 

-Si, tú lo dijiste y… - Piensa y su pico se aprieta afilando los ojos.-No sabías mi nombre ¿Verdad?- reclama volviéndose rojo. 

El perro sonríe coqueto como siempre. 

-Ahora si¡¡Pluhgg!!- escupió la lengua al ser abofeteado. 

Del closet el gato salto atrapando al ave. 

Al menos debería poder hacerlo pero el ave lo esquivo dejando que sus patas delanteras aplastaran a perro en el estómago. 

Este chillo rodando al suelo al quitarse el gato, cazando al ccuervo por la habitación. 

El bufido del gato y los subtitulos esclarecen la razon de la rabia en CatNap. 

-¡¡Este es mi territorio!! ¡¡No hay espacio para una rata voladora!!- lo sigue tratando de morderlo. Llegando a arrancar algunas plumas de su cola.- ¡¡Fuera de mi casa!!-

-Es mi casa-aclara desde el suelo DogDay. 

El ave chilla y patea al gato sacando algunos pétalos de su rostro. 

El perro observa esta confrontación al fin poniéndose en movimiento entre ladridos, los sigue por la casa con la preocupación tatuada en el rostro.

-¡CatNap, ya basta! ¡Te estas lastimando!- le grita siguiendolo por la casa. 

Entre la carrera del ave y el gato más de uno de los durmientes son aplastados por las patas de más de uno. 

Bubba despertó por la patada del pájaro en su frente y seguido el impacto de las cuatro extremidades del gato, cayendo de nuevo en el sofá con la cara azul por la falta de aire. 

-Bubba, lo siento… - el perro apenas lo ayuda a levantarse antes de lanzarlo a un lado al escuchar vidrios rotos en la cocina. 

Corre encontrando al gato atrapado en la ventana con la cabeza y torso afuera pero su cadera y patas adentro. Pisando y bufando enojado al ave que aun no se aleja al notarlo atrapado en la ventana. 

-Si que eres tonto, gato. - urla pisado le el rostro. - Tan tonto, casi ni pareces en verdad el malo. ¿Seguro que no eres un perro en el fondo?-

El gato le bufa ofendido. 

-Si, creo que solo ese perro es tan tonto para ser tu amigo cuando eres claramente el malo. - ríe alejándose al levantar el vuelo gracias a una ventisca alta. - Que frío. - chilla en el aire. 

Dentro de la casa el gato es tirado al interior por el perro. 

Mirando a todos con el ceño fruncido. 

Esto le ganó una mirada de reproche por parte de todos los que podían presumir esos arañazos por todo el cuerpo. 

CatNap dejó de verse tan enojado al verlos bien. Descubriendo que sus heridas eran por su culpa. 

-¿Como que eres el malo?- pregunta Picky con el ceño fruncido. 

El gato muerde sus labios sacando esos colmillos fuera de la boca. 

-Catnap, ¿Qué está pasando?-pregunta el perro. 

CatNap mueve las orejas y miente poniéndose verde. 

-Le debo dinero. - oculta la vergüenza al evitar mirarlos a los ojos. 

Pasa un minuto de silencio. 

-¡Eso tiene sentido!- declara Hoppy. - Aunque deberías pagar tus deudas. - saca de su bolsillo unas monedas. 

CatNap se cubre con los brazos de la lluvia de monedas que le cae por parte de sus amigos. 

DogDay le tira una moneda antes de irse aprovechando que estaban distraídos. Robando los suéteres de Bubba y el de Kickin como bufanda. Sale de su casa corriendo detrás del rastro de esa ave en la tormenta. La noche no ha llegado. Es el medio día de una tormenta gris.

En la casa Bubba volteo una caja llena de forro sobre el gato. Para nada fue para aplastarlo dolorosamente. 

El perro va por el bosqué siguiendo las plumas del ave. 

Llegando a un árbol en el bosque. Trepa con un par de picos de escalador, mirando al interior del árbol y al ave hecha bolita junto a una fogata apagada por el aire frio. 

El perro sube y entra corriendo a encender la fogata con las dos herramientas de escalada, agarra al ave trayendola al fuego. Revisa su estado y la fiebre le hace levantar las orejas. 

Deja al ave en el calor de la fogata antes de cubrirlo con uno de los abrigos. 

–Vamos chicos, seamos buenos. - anuncia el perro sonriendo al televidente. 

Salta devuelta al bosque. 

-Estamos buscando una flor blanca y sus ramas son amarillentas, pueden ayudarme a buscarla. - les avisa Revisando la nieve cercana. 

La camara comienza a moverse de un lado a otro. Tomando al perro que escarba la nieve desde arriba, de lejos y al bosque coloreado de blanco y gris. 

Al fin las plantas brillan al fondo con el ruido de un montón de nieve cayendo sobre esta. 

El perro es tomado de lejos al acercarse a sacarla de la nieve. Arranca las plantas y corre devuelta a ese árbol. Subiendo con la nariz congelada a preparar un té con una taza de hierro sobre el fuego. 

-Recuerden, niños. No importa la situación, nadie debe ser dejado solo cuando no se encuentra bien.- aclara al televidente. - Aunque de verdad hace frío. - suspira sacudiendo el hielo en su nariz negra. 

El té tarda un poco pero al fin está listo para beber, al tornarse verde la bebida. 

Toma al ave como a una bolsa de mujer al abrirle el picó y sacarle la lengua por un lado. Derramando el líquido dentro de su garganta lo gira de lado. 

-Recuerden siempre poner de lado a una persona inconsciente. - les apunta sonriendo. 

Al fin el ave despierta y su primer acción es sorber por la nariz. 

-Ya me enferme. - suspira con el rostro rojo.-No creí que sería tan inmediato y… Y…- al fin miro al perro. 

Este le cerro una cadena en el cuello. 

-Y recuerden niños, aveces el doctor debe ser rudo.- 

-Eso ya no suena bien. - lamenta el ave con el pico lleno de moco. 

DogDay le abrió el picó obligandolo a beber el resto de la medicina. 

La tormenta tardó unas horas más en parar. 

Dejando que este cuervo terminara a cubierto por un suéter y tres cobijas cálidas encima del cuerpo. Parecía Santa Claus. 

El perro le trae la última capa de sábanas. 

-Ya te ves mejor. - declara con las manos en la cintura. Mira a la entrada del árbol.- Creo que debo irme ahora.-

El ave levanta las cejas mirando el tazón con medicina y la comida en su plato. 

-¿No me preguntaras porque me metí a tu casa? - 

-No.- declara soltando le la cadena del pie.-Te veo después, amigo. - 

-No. - el ave le apunta con el tazón de té. - Te lo diré. - 

-¿Me dirás porque deseabas recitar a un poeta con problemas serios de bebidas en mi casa? ¿Lo harás, lindura?-

-¿Como que lindura?- gruñe molesto por ese halago innecesario.-Soy un chico. - 

-Eres un cuervo, me parecen muy hermosos. - 

-Me tienes. - declara como el ave narcicista qué era. - Esa oveja planea acabar con ustedes y descubrió que puede hacerlo desde adentro. - 

-¿Y como se supone que lo hara?-

-Con ese gatito. - sonríe mirando a la comida que le dejó. - Seguro qué debes preguntarte muy en el fondo, la razón por la que ese gato es humo igual que nosotros.- ríe al verlo dejar salir el vaho de la boca. 

-¿Qué quieres decir?-

-¿Te has preguntado porque a veces se vuelve humo pero tu nunca pudiste hacerlo?- 

El perro mueve la cola colocándose el gorro sobre las orejas. 

-Dile a mi amiga Baba que no necesita preocuparse por eso. CatNap me lo dirá él mismo cuando esté listo. - 

El cuervo levanta una ala y lo apunta. 

-Eres demasiado tonto. - 

-Y tu eres demasiado delgado, come más y mejor, mi querido amigo. - se despide inclinando el cuerpo como un maestro de ceremonias antes de saltar por el árbol. 

Las orejas del perro se lo llevan al abrirse como carpas ante la brisa del viento. 

El cuervo se queda solo en silencio por un rato. 

-Esas orejas son tremendamente grandes. - exclama abriendo los ojos como platos de hotel. 

 

Los créditos son el regreso del perro a una casa repleta de investigadores y otros ciudadanos sabuesos apunto de ir a buscarlo. Abrazado por sus amigos y después abofeteado por todos al desaparecer en una tormenta. 

 

 

 

 

Notes:

Quiero llevar esto lo más pronto posible al reencuentro pero no sin constuirlo.

Chapter 83

Summary:

Es el momento en el que las acciones del pasado comenzarán a tener consecuencias en el presente y tan solo con la mención de su nombre CatNap ya devoro la mente de DogDay.

Notes:

Hola, buen día y espero que iniciarán bien este mes.
Si no, ya somos dos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El despertar de los dos fue desagradable. Dolor de cabeza y un fuerte mareo los mantiene con los ojos fijos en ell suelo por unos segundos. 

Hay cucarachas canadienses en el suelo. 

Asco. 

-Ryan y desperfecto, arriba. - los llama el perro al final del pasillo, fuer de la habitación de la muñeca. 

Ambos tardan un poco en incorporarse y mirar a esa misma muñeca cubierta por una de esas largas orejas del perro. Oreja qué ella decide levantar para mirarlos despiertos. 

La nueva en el grupo decide presentarse con los humanos. 

-Este… Hola chicos. - saluda esa muñeca con una sonrisa suave. 

Primero que nada se tomaron unos segundos para digerir que una muñeca les hablo. Segundos donde terminan dando permiso a cada criatura que habían conocido hasta este segundo para adueñarse de sus mentes. 

-Oh… Eres Poppy. - murmura Ryan como única respuesta para el saludo. 

Poppy siente un ánimo renovado al ser reconocida. 

-Si, es agradable volver a verles. - mira al guardia de seguridad, lo ve débil a comparación de los otros dos. Más si sus ojos bajan puede discernir entre los pliegues de su ropa el mango de un arma. - Ya que ustedes me sacaron de la jaula, les quería agradecer llevándolos a la salida.- les mostro los códigos en sus manos. 

El perro les hace una seña y asiente. 

-Cuando vayamos a la estación, Poppy nos dará la forma de salir.- mira al gigante mantenerse apartado y callado. De espaldas a los presentes. 

El verdadero objetivo era bajar, no irse… ¿Porqué fingir otra cosa? Se lo pregunta Huggy más nota algo en los tres humanos. 

Deciden seguir ese plan sin pensarlo. 

-Solo deben seguirme… Bueno, yo guiaré a DogDay. - les sonríe acariciando al perro. Este asiente y sigue su primer gesto para salir de este espacio tan parecido a la casa de una abuela. 

Los tres y el gigante van por detrás. 

El gran azul observa a los humanos y la desconfianza en los ojos del antiguo conserje. 

-¿Porqué confías en esa chica?- cuestiona en un murmullo solo para el perro y sin importarle si la muñeca se tensa mirándolo de soslayo. 

-No tenemos más aliados, y ella huele a tu gemela. - 

Dicha información vuelve a Huggy a un estado de alerta. Perdiendo el sentido del presente. 

-Ella… - 

Poppy decide rendirse a la verdad. 

-Kissy me mantuvo viva mientras dormía. Debo darle las gracias. - murmura Poppy sin mirarlo. 

Esperaba encontrar a Kissy antes que los otros monstruos, siendo ella quién le alimentó con dulces y galletas viejas de La Guardería y… El Sótano. 

Dichos lugares le daban escalofríos qué no terminaba de entender su razón. Era Kissy con ese rostro lleno de miedo al volver de esos lugares antes de devolverla al sueño en un acto de pura supervivencia al saber que en cualquier momento Huggy vendría a comprobar que las órdenes de 1006 se cumplían.

Llegando a temer por la seguridad de Kissy al seguir en contacto con este gigante. 

El perro no puede ignorar el estado de sus dudas. Las peguntas qué le rondan en la cabeza escapan y debe mirar sacar alguna para no volverse un problema el guardarlas y convertirse en un amasijo insoportable. 

-Poppy, ¿Podrías decirme tu qué paso con La Guardería?-

Dicho cuestionamiento la tomó por sorpresa y debe pensar fríamente en si era buena idea compartir lo poco o nada que sabía. Resultado. La muñeca no quería responder y por ahora no tenía como hacerlo. Mira al perro y a esos perturbadores ojos brillantes dirigidos a ella. 

-No lo se. - admite bajando la mirada al suelo.-Nunca pude conocerlos antes y aún ahora es un poco imposible para mi hacerlo. - 

La molestia en el perro solo es visible por un segundo antes de recomponerse y exhalar cansado. 

Poppy lamenta esta situación pero no dda brazo a torcer. 

Sorpresivamente el perro es sacado de ese episodio amargo por un tirón, es Ryan quien lo llama apuntando a una oficina. 

-Debo revisar algunas cosas, espera. - le pide tras tirar de su gran bolsa.-Algo util debería haber. - 

El gigante azul arruga la cara al verlo escuchar y quedarse a medio paso para esperar a ese humano y a los otros dos revisando o saqueando esa oficina. 

-¿Qué se supone que haces escuchándolos?- reclama-¿No dijiste un montón de basura sobre la libertad y como deberíamos actuar? Eres un completo hipócrita.-

El perro mueve la cabeza a su dirección. Podría decir tantas cosas sobre sus razones para creer en este humano. 

Como la ayuda de Ryan, el estado de cada uno en este montón de coincidencias. 

Cuánto necesitaba sacar a Ryan vivo para llevarlo de vuelta con Angela. 

Decide ser cortante con la información que solo pondría en peligro a los involucrados. 

No podía confiar tan ciegamente en Huggy sin sentir que sería traicionado antes de llegar a su objetivo. 

-Claro que soy hipócrita ¿Crees que es sencillo sobrevivir siendo un imbécil sincero? ¿Crees que hago lo que hago por gusto? Estás perdido si crees que voy a ir por la vida con el pecho descubierto para que me apuñalen. No, otra ves no. - mira al grupo y como guardan algunos documentos en sus bolsillos.

-Entonces no eres de confianza. Engreído arrogante.-

El perro ya no quería seguir con ese juego. Con su farsa ni las mentiras que dijo y presentó para sobrevivir en el pasado. 

-Tienes razón, soy arrogante y engreído, como todos ustedes. - apunto al pecho del gran azul.-Si estas conmigo seré de fiar, si eres mi enemigo será mejor que me mates. Exactamente como tu, Huggy Wuggy. - busca alguna respuesta por parte del gigante. - Estuviste ahi cuando fui humano, cuando me convirtieron en esto y en el fondo sabes que llegué a donde llegué gracias a ustedes. Y a todos los cielos qué movieron de alguna manera la situación para que entre mis enemigos hubieran verdaderos engreídos y estúpidos . Porque no sobreviví por ser un chico listo.-

-Pasa el tiempo y sigues siendo el idiota que no sabe convencer.- Huggy recuerda bien que este perro nunca fue bueno hablando con ellos. Demasiado arrogante, demasiado franco. 

-No necesito convencer a las personas con flores y miel cuando ellos pueden ver claramente a donde debemos ir. Soy DogDay porque mi trabajo era cuidar de todos nosotros, no de hacerles más fácil esta mierda qué vivimos. ¡Soluciones y metas! ¡Nuestra cordura! - sacude la canela harto de todo lo que se revuelve en su cerebro con la sangre de otros juguetes y la amargura. -Solo dime una cosa… - pide mirándolo los ojos.-¿Tiene este 1006 la boquita tan dulce que deseaban escuchar?- su tono es irónico. 

El gigante azul saca los colmillos al sentirse ridiculizado. Esta ofensa de parte del perro iba mucho más allá de lo que podría manejar, sea quién sea el que la reciba. Incluso si era verdad ad y cayeron a un agujero que era difícil dejar sin sentirse acorralado. 

Devolviendo esta humillación con algo que piensa, podría ser equivalente o peor a ese insulto. 

-Vamos, perro, si de todos el que más se pegó al 1006 es ese gatito qué creías tan tuyo. - ríe sacando esa lengua entre los dientes. - Se arrastra de culo y lame el suelo por donde pasa. Es peor que una babosa con la mierda del fondo de los charcos. Si lo vieras te reiriras sin dudarlo.- 

El perro baja los hombros. Esta vez tardo bastante en dar alguna respuesta a este tipo azul. 

Ese tiempo perdido lo hace perder la discusión y al gigante reírse. 

Suspira al mover un poco los hombros antes de hablar. 

-Theodore no tiene lengua externa. - murmura regresando a su estado inicial. Esa rabia se acumula con toda la demás al fondo de los gritos y la violencia arrinconada entre sus voces internas.-Es imposible que haga eso. - 

Talvez estaba huyendo de esa parte de la historia. Donde Theodore ama al enemigo. Donde el destino de sus acciones los llevara a matar... 

Niega cubriendo su boca en un gesto que debe detener. 

Huggy gruñe al verlo de golpe tan calmado. Ignorando lo que piensa enrealidad el perro. No hay sentido, nunca había sentido en todo el desastre de acciones al azar por parte de este tipo tan arrogante. 

Ahora añade una espina más a las razones por las que le odia profusamente. Es raro como se controla tan rápido y evitaba reaccionar como desearía para poder pelear de una vez. 

Este mismo can sigue molestando. 

-Bueno, Huggy, al menos abriste la boca.- deja salir una risa honda. 

El gigante azul cierra las fauces al descubrirse burlado una vez más. Aprieta los dientes y ataca de nuevo. Buscando razones para seguir con este grupo de humanos y el perro. 

-¿Y tus aliados siguen siendo los estúpidos qué te mataron antes? Es difícil entender lo que quieres cuando no se cuales son tus intenciones una vez lleguemos a tu objetivo. -

DogDay levanta los hombros. Mueve la cabeza notando su malestar latente. 

-Claro que no lo se, talvez piense ahora en perdonarlos y sacarlos de este lugar o quizás los mate.- sus atención pasa a los humanos.-No lo sabré hasta que suceda , así que no hagas preguntas si no eres aun del grupo. - 

El gigante azul abre un poco la boca al ser ofendido otra vez. Es como si perder para este perro fuera un aliento a su estupidez.

Poppy siente esta asperezas y como se vuelve más pesada cada vez, contrario a relajarse. El ataque de ambos lados le hacia pensar que a algo estaba mal pero no había forma de intervenir sin saber nada de ambos lados. Además de estar inclinada al lado del perro que le ayudará a matar a 1006. Añadiendo se el problema de este mismo pensando en personas que seguramente no eran ya sus amigos. 

Todo era muy complicado y ella solo quiere ue dejen de discutir. 

Al fin los tres humanos salieron de esa oficina y Poppy siente que es ahí donde debería quedarse.

El perro la hacía sentir muy conflictuada. Mismo que da un aviso al grupo. 

-No hay paso. - apunta el perro mirando las puertas de metal abajo. 

Al hacer esto los humanos fijan los ojos en ese gran azul. 

-Será mejor que no intervengas. - Niko da una mirada al gigante azul. 

Este siente esa desconfianza y sonríe. Estaba dispuesto a matarlos en cualquier momento. 

-Porfavor, esperen un poco.-

La muñeca tira de la oreja del perro para que la baje. 

Este acata dejándola en el suelo. 

-Yo puedo ayudarles, acompañeme quien use el GrabPack. - les pide apuntando a un metal en la pared. 

Niko usa esas manos para tirar ese pedazo de metal. siguiendo a la muñeca qué corre, mucho más rápido de lo esperado, al interior del aire acondicionado. 

-Vamos, debemos ser rápidos. - lo llama dentro del aire acondicionado. 

Henry mira una ultima vez al gigante azul antes de correr tras la muñeca. 

Niko espera en el mismo lugar sin moverse. 

Ese silencio es extremadamente incómodo. 

La sola sinfonía del vacío parece estar atenta para desaparecer. 

El perro escucha con atención a su alrededor. 

La electricidad no tarda en vibrar en las paredes. Y las rejas se abren a unos metros de ellos. 

-Es rápido tu novio. - apunta el perro. 

Bien pudo haberle dicho que era verde en vez de azul o que le olía la boca a mierda, ambas declaraciones ocasionarian el mismo disgusto en el rostro de Huggy, lleno con su hastío visible. 

Ryan les mira a uno y al otro con el ceño fruncido. 

-Salieron por otro lado. - les avisa al no verlos salir pero escuchar a Henry murmurar del otro lado de la pared. 

Ryan tarda más en salir al esperarlos. Temía que ese gigante y el perro llegarán a un punto donde fuera imposible no pelear, esa confrontación no era útil ni favorable. 

Niko se les adelanta al no esperarlos. Demasiado concentrado en su misión sigue a Henry por el pasillo tras Poppy. 

Dejando atrás al trío. 

Estos caminan al fin tras esos dos una vez la incomodidad fue superable. 

El gigante azul escucha el tarareo de esa muñeca preguntándose si estaria más loca que él para ponerse a cantar. Escuchando algo por sus traumas antes que el mismo perro de orejas gigantes. 

Al ser un sonido tan suave como hueco.

-¿Sabes que sería muy bueno que no vayas allá?- le advierte deteniéndose antes de llegar a la habitación donde los dos encuentran a Poppy. 

Dentro Poppy levanta la mirada curiosa por la falta del grupo, mirando el solo a estos humanos frente a ella. 

-Escuchen¡¡¡Aaahhh!!! - 

El perro escucha deteniendo a Ryan. Este le mira sorprendido por su inacción. 

-¡¡Puta mierda!!- el grito de Niko al ver a esa mano llevarse a la asustada muñeca es la respuesta para este desastre. 

Al mismo tiempo que un rugido les advierte de la pronta llegada de cierto gigante rojo. 

DogDay debe decidirse ahora mismo. 

Seguir a Mommy o quedarse a enfrentar y tratar de convencer a Boxy. 

-Se llevó a la muñeca. - Ryan muestra su descontento al correr a esa dirección. Es un poco desesperado su intento de saltar por ese túnel. 

El perro lo detiene por la espalda. 

-No tienes un GrabPack, sería como servirte de brocheta. - le advierte. 

El perro mira sus propias manos temblando incluso si sujeta a Ryan. 

Huggy mira a las rejas sacudirse en anuncio de la pronta llegada de Boxy. Sus ojos van a Henry, a quién intenta ignorar hasta este momento, puede ver el miedo en su paralizado cuerpo. 

-No tienes tiempo para tener miedo. ¿Quieres que les ayude? Mata a uno de ellos, es todo.- voltea a ver al perro que no decide aún a donde ir ni que hacer. - No iré contra ellos si no tienes la fuerza para matarlos tú o cualquiera de estos humanos.-  

-¡Roger!- lo llama Henry a la orilla del túnel. 

Huggy niega moviendo la cabeza al volver sobre sus pasos. 

-Yo no sigo suicidas, idiotas. - les deja con eso. Perdiéndose en una carrera de huida.-Si pierden, seré el primero en comer sus cadáveres. - los deja una vez habló para los humanos y no solo para el monstruo naranja. 

El perro mira a Ryan y a los otros dos. Levantando las orejas al escuchar la llegada de Boxy cada vez más cercana. 

-Ryan tú y Henry vengan conmigo. - mira a Niko. - Te dejaremos a Mommy a ti, hasta que regresemos.- 

Niko abrió la boca riéndose. No habia razones para negarse, en realidad por más de una razón visible el guardia de seguridad no contaba como un aliado seguro. Así es como esconder al perro un poco más resulta tener sentido. 

Aún lo toma de la manera más grosera que puede. 

-Claro, que el negro les haga todo el trabajo sucio.- bufa aferrándose al GrabPack. - Necesitamos ese tren, eso es todo lo que importa.- murmura. 

El perro fue a la reja por la que llegaría Boxy, levantando esta con una palanca, cubierta de plástico de burbujas como aislante, para Henry y Ryan. 

Niko salta sin despedirse de los tres. 

En su llegada al lugar más de una maldición cruzó su mente. Incluida:

-No puedo creer que tenga que hacer esto yo solo. - 

Sigue el rastro de polvo removido, llegando a una gran compuerta. Sin pensárselo activo la mano. 

-Oh, hola-

-¡¡Jesus, maría y jose!! ¡¡¡Dios, aaahhhaaa!!!- rita con voz aguada al ser sorprendido.- ¡¡PERRA, ME ASUSTASTE!!- 

Mommy levantó una ceja al escucharlo. Sonriendo llena de la gran ofensa dicha a ella. 

-Así que eres… - 

Niko la mira con una ceja arriba. 

-Cobarde. - 

-Si, el que una chica larguirucha de seis metros y gran trasero aparezca por encima mío sin invitarme un café me asusta, hermana. ¿No estas abusando de mi , perra?-

La criatura rosa comienza a reírse a carcajadas. Limpiando una lagrima imaginaria con la misma Poppy paralizada en la esquina de sus ojos. 

-Que gracioso, vaya que si. - declara esforzándose para no parecer enojada. - Haces a mami reír, tanto como lo haría un juego.-

Niko nunca fue bueno resistiendo el miedo. 

 -Tengo un par de juegos que te encantarán-

La criatura llega muy cerca de su límite con eso, casi chocando su cara con Niko al estirarse en su dirección con esa gran sonrisa. 

-Escúchame muy bien, humano.- advierte al verlo enmudecer. - Mami te dará la oportunidad de escapar solo si le ganas en algunos juegos, así que vas a escucharme y a jugar el juego de Mommy.- levanta a Poppy pasándola por la cara de Niko.-Poppy dice que esto será divertido, ya lo veras. - le sonríe levantando la con un gesto que parecería estar apunto de estrellarla contra el suelo. 

Niko por impulso intentó alcanzarla. 

Esta criatura rosa descubre esa debilidad, repitiendo el acto un par de veces sin importarle el malestar de la muñeca ni como sus ojos enrojecen por la presión del aire contra su pequeño cuerpo de porcelana. 

Niko no puede quedarse callado al verla pasar por ese maltrato. 

-Basta, ella es como tu, perra. - le recuerda lleno de resentimiento. 

-Y yo era como ustedes. - responde casi chocando su rostro con Niko. - Pero mami ahora es mami y eso es todo lo que importa, mi niño. - toca con la otra mano su nariz de botón.

Niko asiente sonriendo nervioso, como lo haría una ardilla al tirarse un pedo o un presentador probando un producto que sabe igual que el trasero de un inversor del programa. 

-Así que sigue las reglas o Mami se encargará de quemarte vivo y comerte de los pies a la cabeza aún con vida.-advierte cerrando los ojos por un segundo. - JEJE… JaJajaja… - sube riéndose a carcajadas por el techo. 

Niko siente un grave malestar en la espalda y el pecho al irse esa cosa. 

-Debo hacer esto rápido. - murmura recuperándose a medias para buscar otra mano roja en el lugar. 

 

 

 

 

 

 

Con el perro las cosas estaban preocupantemente tranquilas.

Boxy no llegó a ellos y sus pasó los llevaron a esa zona desconocida para DogDay. 

Donde Boxy habitaba más allá de las zonas que recorrió con Ryan hace cinco años. Su atencion es llamada por el olor metálico en el aire.

Descubre algo en el fondo de este lugar. Aparte de las vías del tren, puede ver algo más preocupante en el mismo lugar. 

-Esta zona es peligrosa. - murmura Ryan. Su atención ha sido robada por las manchas de sangre en el suelo y algunas de las estaciones de juegp. 

-Veo un GrabPack. - avisa DogDay. Sbia que esto se complicaría para los dos humanos. 

Los dos humanos miran a donde apunta. 

Exactamente a un humano moribundo en una pared. 

Esta trabajadora sangra profusamente por su torso cortado por las cuatro largas garras de Boxy. Mirándolos con ojos desencajados desde el suelo. 

Ryan sujeta a Henry evitando que se dirija hacia este. 

Retroceden escondiéndose tras un pilar de luces extrañas. Henry lo revisa intentando entender su funcionamiento. Huyendo del presente. 

El pero no se mueve, sol deja de respirar para fingir ser inexistente. 

-Esta es una base de producción rápida. - murmura para ellos Henry. 

Estos no le responden al estar atentos a una escena que no esperaba ver Henry. 

Otro trabajador en mucho mejor estado llegó hasta esta otra empleada herida, arrancando de sus débiles manos un pedazo de muñeco de Huggy Wuggy. 

Ryan no puede seguir solo como espectador al ver a esa joven acabada y abandonada romperse en lágrimas amargas por el miedo que lo embarga al escuchar un tren irse a los lejos. 

Camina hacia esta, con las manos al frente.  

-Deberías tranquilizarte. - aclara tomándole el rostro al atraerla. Solo la deja recostarse en su pecho, puede ver que las herida no eran trtables en este lugar. 

Era imposible en muchas formas el salvarla en medio de un bosque y mucho peor, dentro de esta fábrica. 

Esta joven cierra los ojos dejando caer las lágrimas. 

-El cartel no decía nada sobre ellos…- intenta hablar y la sangre escapa por su boca al hablar.-No quiero morir aquí. - llora temblando tal vez por el miedo o por la pérdida de sangre masiva.

Ryan le abraza ocultando su rostro en el cuello de su chaqueta. 

-Estarás bien, no tengas miedo, niña. - murmura cubriendo esos asustados ojos con gentileza. 

El perro observa en silencio como esa joven deja de moverse o esforzarse por respirar tan lento como rápido. Apagándose su vida con un solo parpadeo. 

El peso de la chica desaparece de los brazos de Ryan con un suspiro, presintiendo la carrera de esa alma hacia la salida. 

Es tan clara esta sensación. Era la huida qué tanto detestaba sentir al tocar a una vida apagandose.

Guarda estos sentimientos conflictivos y suspira mirando a DogDay. 

-Debes pensar si ese chico te escuchara. - le advierte dejándola en ese mismo espacio. El pesar por abandonarla en la oscuridad es doloroso. Debe mirar ese aparato en su cintura más de una vez para convencerse de tomarlo.-Estoy seguro de que no extrañaras esta cosa. - le asegura en un susurro al llevarlo consigo. 

Sus palabras son contrarias a la frialdad de sus acciones. Congelándose al ponerse de pie. 

El espejismo del posible aspecto de Ángela y esta joven lo hacen quedarse en blanco. Apretando entre sus manos esa pieza pesada que seguramente hizo a esta chica ir más lento que sus compañeros. Lo pesa y lleva a colocarlo sobre su espalda.

-Estarás bien, Ryan. - le asegura el perro. 

-Ya lo se, mocoso. - activa las manos. - Me siento estúpido. - declara al ver esas manos de colores al frente. 

La pesadez lo ha desarmado visiblemente. Las cosas comenzaban a oscurecerse muy rápido, demasiado para seguir el ritmo. 

Quizas para DogDay era esto más preocupante al ser él quien tuvo que enfrentarse a sus iguales muertos ni bien habían entrado a la fábrica. 

-Vámonos, será lo mejor. - les insta Henry. 

DogDay ya estuvo atrapado en esta dinámica de testigo inútil. Sabe lo que se siente tocar a alguien muriendo.

Ya sintió en carne propia la carrera de las almas fuera de sus prisiones. 

No puede detenerse a pensar en las razones para que una chica de menos de veinte años estuviera trabajando en este lugar supuestamente abandonado. Retorna en sus pasos mentales, recordando lo que había en esta fábrica por parte de los humanos. 

-La policía debería estar atorada en el territorio de Huggy pero no durará demasiado. - el perro vuelve a mirar a este edificio con curiosidad. - Cuando vinimos este lugar no era de esta forma.- intenta sacar a Ryan de ese estado. 

El humano en cuestión regresa a tierra una vez escuchó su apreciación. 

-Te lleve por los caminos de empleados, esta es la zona especial donde solo los invitados reconocidos tienen permitido moverse. - Ryan decide ir primero a la misma entrada que cruzaron para llegar a este lugar. - Si miras bien, aun puedes ver el trasero de algún ricachon blanco en las sillas del lugar. - 

Por un reflejo condicionado los dos miran la silla qué apuntó Ryan. Descubriendo que era verdad. 

En uno de los sofás podían ver los relieves de un gran durazno. 

-Vaya… - exclama Henry levantando las cejas. 

El perro reconecta con esa vena de su personalidad descarada. 

-Si así se ve en la carne, no me lo puedo imaginar relleno.-

 Los dos humanos dejan salir afuera una sonrisa incómoda. Logrando reírse después de no quedarse en eso conforme la brutalidad de la imagen en sus cabezas empeoró. 

El perro no lo ve pero su cola sana se mueve al lograr animarlos.

 Volviendo a mirar ese cuerpo en la pared. Lamentando este resultado. 

Poniendo en claro que la fábrica aún deseaba continuar con los experimentos y que algún día estos empleados tan débiles se convertirían en personas armadas. 

Recolectarán lo que quede, vivo o muerto. 

No les importa mandar a morir a cuantas personas deban para ese resultado tan ansiado por los inversores que solo piensan en dinero. 

No pensaran en las personas, en los niños que quedaron ni en las familias dejadas atrás.

Porque puede que esa chica deseara ver a su familia tanto como los  niños en La Guardería en su último momento pero en cambio solo recibe la piedad de un desconocido enmedio del infierno. 

Las cosas solo van a empeorar. 

Su humor vuelve a caer incluso si sus acompañantes continúan riendo bajo.

-Vamonos.- ordena apuntandoles el retorno, dejando la idea de incluir a Boxy de una vez. La mente de ese gigante debia estar más que rota en este punto de la historia. Era mucho mejor dejarlo seguir. 

Más el monstruo rojo no piensa de la misma forma. 

Siendo tan solo por la rápida reacción de un gato viejo, que ese humano logra esquivar las fuertes garras del gran rojo. Tan solo impulsándose con ambas manos a tiempo para evitar el impacto con su cuerpo. 

Una mala idea al estar completamente vulnerable en el aire. Con los ojos del gigante fijos en su cuerpo y esa rabia llena de colmillos sin ningún otro objetivo más que robarle su vida. Estira el cuello apunto de morderlo por torso y piernas. 

El perro intervino empujándolo con el hombro. Rodando los dos por el suelo. El arpón qué usó con Huggy cae a un lado de los dos humanos. Observando como el perro usa solo su velocidad para evitar esos colmillos. 

Hay algo que puede detenerlo y volver esa velocidad y fuerza o tiempo de reacción menos que inútiles. Vaya que hay un arma que puede hacer esto fácilmente. Más en este piso no lo contienen. Permitiendo que el perro logre usar su habilidad ciertamente oxidada por el tiempo enterrado. 

El gigante rojo ruge en su dirección, gritando al ser esquivada una vez más su mordida. 

-¡Boxy habla conmigo! ¡Habla conmigo!- logra patearlo al subir a un pilar de los tantos en esta zona elegante.-¿Es que este tiempo lejos te ha secado las neuronas y ya no puedes hablar?- pregunta pateando lo directamente sobre la cabeza.-¡¿Boxy, sigues ahí o estoy hablando con un verdadero juguete mordelon?!- lo llama trepando con la fuerza de sus manos de espaldas por la pared.-¡Boxy!-

- ¡¡¡Ya deja de hablar, Harom!!!- le reclama Boxy levantando las garras harto de escucharlo. 

Lanza con esa garra una de las viejas sillas pegadas al suelo. 

DogDay lo esquiva apenas al saltar sobre el candelabro. La luz por su culpa se sacude y Ryan con Henry logran esconderse con ese arpón en su poder. 

-No puedo levantar esta basura. - debe quejarse Ryan al verse incapaz de despegar del suelo las varillas unidas qué hizo ese maldito perro para usar como arpones. 

Henry siente sus brazos casi despegarse de sus hombros al llevar la ballesta. 

-¡Solo cargala!- le apura. 

-...¿Y si usamos el GrabPack?- cuestiona Ryan de un segundo a otro. 

Henry abre la boca sorprendido por esa opción viable ignorada por ambos hace un segundo. 

 

En el espacio más cercano a las paredes logra llevar a Boxy a un punto cerrado. O tal vez solo fue porque al retroceder, su espalda choca con los cristales de las paredes adornadas para el deleite de las visitas. Esperando que el par pudiera usar el arpón en algún momento que les pareciera conveniente. Tal vez estaba sobrestimando la fuerza de un hombre de cincuenta años y un desequilibrado de 30 pero eso él no lo tenía en cuenta al estar frente al monstruo que le asustaba de niño. 

Golpea esa cabeza dentada con el puño fallando al deslizarse por culpa de la sangre bajo sus patas. Si no fuera porque ya no los tenía, ese gigante hubiera logrado arrancarle los dedos al estar bastante lento a comparación del pasado. 

-¡¡Te dije que nunca más volvieran!! ¡¿Tienes mierda en el cerebro, Harom?!- sus gritos son interrumpidos por una tira grande de papel tapiz sobre su cabeza. 

El perro logró darle esta vez mas de un par de puñetazos seguidos.

 Cosa lograda solo por cambiar el ritmo en un salto rápido hacia atrás y adelante. Deleitándose por un segundo por el sonido de los dientes al estrellarse contra el suelo. 

Si, estaba actuando como un cobarde o mejor dicho : Un boxeador de calle. 

-¡Harom, bastardo infeliz!- reclama al perder esos colmillos con un chorro de saliva y sangre. 

-¡¡Yo no soy Harom!!- responde el perro repitiendo el golpe. Esto hace caer al gigante. 

Esa pierna fracturada no ha sanado bien por lo que su peso desbalanceado la hace doblarse y obligarlo a probar el suelo. 

El gigante rojo al fin abre bien los ojos una vez queda en el piso. Mira hacia arriba a ese perro. 

Notando las dos orejas, la pierna completa y esas manos presentes. 

Abre los ojos en grandes al entender lo que estaba pasando, más la confusión por esta misma razón. Exhalando al descubrir que esta no era una alucinación. 

-DogDay.- exclama entre los colmillos. 

El perro lo mira fijamente. 

Escuchando de fondo la llegada de un nuevo grupo de empleados en tren. 

Estos no los ven de inmediato al estar concentrados en correr a cumplir con sus tareas. Pasando lo que creen es parte de los muebles. 

Esa gran caja musical y el perro se miran uno al otro con el rostro frustrado. 

La voz del gigante rojo escapa rota, fatigada, herida y molesta. Tantas emociones a la vez escapan

-¿Para que mierda vuelves a este lugar?- 

El arpón sin fuerzas se disparó rebotando como pelota por la superficie de la estación hasta sus pies.

Ambos miran al lugar de donde salio esa cosa. 

Ryan y Henry retrocede de vuelta al escondite con los rostros rojos a estallar. 

Dog recoge esa arma devolviendola a su mochila. 

-Así es como están las cosas. - suspira. -¿Podrías ayudarnos, Boxy?-

El gigante rojo levanta la mandíbula. Escuchando con esa sonrisa torcida como los humanos gritan y corren asustados al verlos moverse.

Esta caja deja salir esta misma pregunta para el perro. 

Una que al ser él quien la hizo, resuena. 

Es la primera vez que de verdad le afectó escucharla. 

Procesando cada detalle de esas fauces dentadas, su aliento húmedo y la sangre en sus heridas y boca. 

-¿Para qué diablos volviste?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday!

 

   When you are down and out, 

 

No need to frown and pout!

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

 

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

 

 

El calor después de la tormenta. Es húmedo y las mazorcas no tardan en estallar en los campos de Picky. 

La cerdita pelea con ese nuevo cuervo del barrio más que dispuesto a robarse las mazorcas. Hasta que Picky se harta y pone un espantapájaros con una tabla de reclutamiento militar. 

El ave huye fingiendo tener pie plano. 

En la casa del gato el calor era tan insoportable que su pelo estaba húmedo y su cara en blanco frente al ventilador. Mirando la televisión, misma donde una nota brilla por el sol dibujado en ella. 

La despedida del perro antes de irse a casa de sus padres:

“CatNap, ya me fui. Si ves esta nota es porque fui a la visita familiar de diez días a la que debo asistir mientras conserve el pulso en mis venas. Así que mi hermosa luna deberá hacerme un favor, haz más amigos mientras yo no esté. No le tengas miedo a las personas, eres importante y las personas aprenderán a apreciarte cuando te conozcan. En caso de que logre pasar estos diez días sin acabar con lo que los gametos y cigotos iniciaron en el estómago de mamá hace 26 años, llegaré al cabo de los diez días exactos. Así que si tardó más te aviso que prefiero las flores de lavanda qué las rosas y cuando las coloques en mi tumba quiero un beso también. Muchas gracias. 

Psdt : Aleja a Kickin de mi casa y no entres al sótano si no planeas quedarte de por vida en él. Gracias y cuidate mucho en mi ausencia. Hasta pronto mi amada luna.”

Dicha nota terminaba con letras escritas con lo que parecía salsa de tomate. Y un corazón de grasa de hamburguesa. 

El gato rueda, mira la hora y la fecha.Quedaban tres días para el regreso de DogDay. 

Y no hizo ningún nuevo amigo en ese tiempo. 

Las marcas de su sedentarismo son las muchas latas de atún esparcidas por su sala junto a los palitos de paleta hechos edificios. 

El reloj no es piadoso y le recuerda que estuvo procrastinando todo este tiempo. 

Era exactamente la hora de hacer nuevos amigos. Marcado por un sol entre los números. 

CatNap aprieta las orejas contra su cabeza, mirando al televisor. 

-¿Cuenta una pantalla como un nuevo amigo?- pregunta con sus gestos al televidente. 

Este parece responderle y hacerlo suspirar. 

-Puede que para ustedes sea así pero DogDay no querría que me encerrara…- aprieta la alfombra bajo su cuerpo.-¡¿Porque los extrovertido lo hacen ver tan fácil?!- patalea haciendo berrinche. 

Lo siguiente es seguirlo al salir de su casa con un sombrero de paja y sus lentes de sol. 

Decidido a hacer amigos o iniciar una guerra, lo que sucediera primero. 

-Hacer amigos. - dictamina saltando de su casa. 

En esto aterriza frente al gigante azul. 

Este lo mira y CatNap lo mira también. 

Pasa el lente del gigante curioso por el sombrero del gato y la viuda negra en este, a él mismo gato con un fuerte acercamiento a su rostro sudado y nervioso.

Huggy decide avisarle de la araña. 

-Amigo-

-Buenas tardes. - se despide con un gesto huyendo directo al pueblo. 

Huggy tuerce el cuello tronando como sopa cruda. 

-Vaya que los gatos son raros. - murmura sujetándose la boca. - Quiropráctico. - pide caminando con el cuello torcido. - Ayuda, un guapo soltero de 2,80 necesita una sobadita.- canturrea con esa sonrisa alegre. 

En el pueblo el gato camina por el parque. Mirando a las personas con las piernas temblando en espera de algún nuevo amigo, osea alguien que se siente en el mismo banco e inicie una conversación con él. Sacudiendo las orejas al sentir como pasan cerca. 

Mira al cielo y la hora de hacer amigos con el sol a tope. 

Despertando en el hospital por insolación. 

-¡Rábanos!- exclama una vez logra salir del hospital.-Creo que no me queda de otra más que volver a casa. - finge una gran frustración pisando el suelo con una pata. - Rayos. - declara y se va a casa con falso pesar. 

La historia se repite al día siguiente.Llega al parque y observa a todos con el rostro nervioso.

En un segundo recibió un pelotazo por parte de los jugadores de fútbol en el parque.

Sus pasos de vuelta a casa esta vez van con ritmo contento. 

El último día antes del regreso del perro CatNap despierta dándose cuenta que desperdicio sus últimos dos días de chance en esconderse en casa. 

Patalea y chilla como todo un gato, revolviéndose en su cama patalea y escapa de casa. 

De lejos el grupo lo observa desayunando en la banca del valle. 

-¿No le avisaron?-pregunta Picky. 

-Lleva días encerrado pero estoy segura de haberlo invitado. - les aclara la coneja. - Iré a por su cola, lleva días raro ese gato. - 

-Catnap es raro desde que llego. - señala Kickin revolviendo una parte de huevos fritos con betún para comerlo con una sonrisa. 

La cara de horror y confusión de Bubba es un poema. 

Hoppy corre tras el gato. Encontrandolo en el mismo parque mirando a un niño fijamente. 

-Hola, niño. - saluda moviendo las manos. 

Este niño atrapado bajo la sombra del gato más alto que el comienza a llorar al desconocerlo. 

Hoppy llego a tiempo metiéndole una zanahoria en la boca al niño y saltando con CatNap en el hombro. 

-Lo que hiciste es ilegal en los 52 y tantos estados del país. - le advierte una ves estaban en otra parte del parque. 

CatNap suspira cubriendose el rostro. 

-DogDay dijo que hiciera nuevos amigos. - 

-Estoy segura de que era una de las opciones pero no por eso vas a secuestrar niños para que sean tus amigos. Además de que no cuenta, es como ser amiga de tu hermana. - cruzó los brazos. Este gesto la hace mirar a unas bancas del parque.

-Oh… - lamenta el gato con un gesto, bajando las orejas.-No sabía que no contaba. - 

La coneja lo mira con los labios fruncidos, mirando de nuevo esas mesas. 

-Ya se. - anuncia emocionada. Chasquea los dedos emocionada.- Tú eres un gato y los gatos se llevan con los viejos. Entonces es lógico que vayas y barras el suelo con el implante de cadera de esos vegetales en un sangriento partido de ajedrez. - 

La cara del gato dice mucho de como se escuchaba eso en voz alta. 

La coneja lo ignora agarrando al gato por la muñeca para llevarlo a jugar ajedrez con los abuelos. 

En una mesa vacía lo deja con las piezas del parque. 

-Espera aquí, traeré un matusalén en un santiamén. - le asegura al irse saltando. 

CatNap mira alrededor con el rostro rojo. Hasta ahora sus nuevas amistades eran presentadas por sus amigos y DogDay. No habia hecho amigos propios hasta ahora. 

Suspira inflando el pecho decidido a cambiar las cosas…Aunque sea con un abuelo esperando por alguien lo escuche. 

CatNap se estaba preparando para escuchar horas y horas de quejas sobre su generación cuando el asiento delantero fue tomado. 

-¿Te gustaría jugar con las fichas blancas?- le pregunta esta persona nueva. 

CatNap sonríe al ver a una chica sentada al frente. Gira él mismo la tabla permitiéndole usar las fichas negras. 

-Gracias. - observa el gesto que le animaba a comenzar ella misma. - Uy, nunca había jugado ajedrez fuera de mi computadora. - sonríe y mueve un peon. 

CatNap mira esa pieza pensando en cual mover ahora. 

-¿Sabias que la vecina del 105f esta casada con dos chicos diferentes?-

CatNap levantó las orejas sorprendido. 

-Sip, es con un caimán y un jaguar. Es raro porque ella es una capibara pero eso no es lo más sorprendente. Lo más divertido es que eta planeando su nueva boda con el sabueso de la calle oeste. - 

El gato se queda en blanco escuchando el chisme y su torrente de palabras y exclamaciones.

La chica sacude esas grandes orejas al contarle cada detalle jugoso, sacudiendo los hombros al emocionarse y contarle más. 

De lejos Hoppy llega con Bubba vestido de abuelo. Observando al gato junto a la chica. 

-Vaya, no fuiste necesario. - ríe al sentirse más que satisfecha por la buena suerte de CatNap encontrando una nueva amiga.- 

-Ya lo imaginaba. - gruñe Bubba recargado en su bastón y doblado en n. 

Na enfermera llega por un lado llevándolo al asilo. 

-Abuelo, usted no debe salir solo. Vayamos adentro y descansemos. - 

Hoppy mueve las orejas sorprendida. 

-No, el es mi amigo. - los sigue. 

Al parecer a Bubba le gustó ser viejo. 

Con un corte llevan al televidente a la estación de tren. 

Al día siguiente el perro regreso de la reunión familiar. Como siempre aterriza sobre el techo de la estación de tren, dejando de lado que este vuelve a estrellarse en vez de dar la vuelta como haria un tren normal. 

Mira a sus amigos esperándolo en el lugar. Salta del techo para abrazarlos, riendo al volver a verlos. 

Aunque siente algo. 

Un vacío que es remarcado por líneas de corte al centro del grupo en sus brazos. 

La falta de cierto gato. 

-¿Y CatNap?- les pregunta a ellos. Aló parecido a un criminal qué cuestiona por la mercancía prohibida. 

-Si, estoy bien. Gracias por preguntar. - gruñe Kickin ofendido por el interés del perro en el gato y no en ellos. 

El perro le toma el rostro dejándole un beso en el picó. 

-Ahora si. - mira alrededor dejándolo tirado en el piso como lo haría con una envoltura de Dulce desechada.- ¿Y CatNap?- les pregunta de nuevo. 

-Hizo una amiga y está con ella en el parque. - 

-Oh… y no vino a recibirme.- cruza los brazos y mira al tren estrellado con ese mismo ceño fruncido.-¡Es fantástico, siempre supe que podría hacer amigos por el mismo!- sonríe feliz. 

Hoppy hace memoria de todo lo que supo de los intentos del gato por socializar. 

-Si, el es bueno. - 

Con un corte se lleva al televidente a ver una repetitiva cinemática de CatNap escuchando a esa chica hablar por dias en la misma banca. Pasando el conteo de rumores y chismes inventados uno tras otro. 

La primavera cruo el cielo, el otoño y el invierno. 

Aunque solo era un gran mural moviéndose a eslaplads de CatNap, aun se sintió el tiempo. 

Intenta dar una señal de hambre pero la chica le pone en manos un sandwich de atún y sigue hablando.

La murciélago se ueddo en la puerta del baño público aun hablando y él tuvo que sostenerlo el bllso fuera mientras aun la escuchaba hablar. 

Siguiendola a su casa. A su trabajo en el spa donde tuvo que unirse a dar masajes y esscuhar múltiples líneas temporales del mismo chisme sobre el matrimonio intercambiado de unos vecinos que al parecer siguen viviendo en el pueblo. 

-Creo que debo ir a casa. - logro decirle a la murciélago al llegar la noche y ella sale del trabajo. 

-Cierto, ya es aloggo tarde y-

Lo llevo a su casa a cenar con su familia. Sentado entre doce murciélagos colgados en el techo y pasándose un plato uno a uno. 

CatNap n tenía alma en este punto de la historia. Con ojos vacíos lleva a su boca un pedazo de atún sin mirar a los murciélagos pasando por encima. 

Terminando el día durmiendo en una hamaca en el cuarto de la chica murciélago. 

-¿Será grosero decirle que quiero ir a casa?- pregunta nervioso al televidente. 

La noche se pasa lento, rápido llego el siguiente día y lo llevo a su escuela. 

Escucha como habla con el sobre nuevos chismes.

Notando lo sola que estaba ella misma en la escuela. 

Una universidad del pueblo donde nadie se sentaba con ella ni le miraba aunque ella saludaba a todos. 

Mueve la cola curioso por esa soledad. Pasando de la mortificación a la curiosidad. 

Lento comienza a participar con una que otra pregunta al seguirla. 

En algún momento decidio hablar el mismo, moviendo sus manos le interrumpe un cuento sobre el abuelo de alguien. 

-¿Sabes porque estaba en el parque?-

-No, ¿Me lo contaras? - pregunta esperando un gran chisme.- ¿Es algo interesante amigo?- sonrie frotando las manos. 

-Mi amigo quería que hiciera nuevos amigos pero no sabía cómo hacerlo, creo que es porque antes de mudarme aquí era un chico muy solitario. - 

-¿En serio? No lo parecías. - apunta sorprendida por esa parte de la historia. 

-Es un poco obvio porque soy mudo. Desde niño fui mudo, y no solemos hacer muchos amigos. - 

La chica asiente mirando su collar de luna. Sonriendo un momento después de verlo directamente. Puede ver el nudo en la cuerda. Muy diferente a la falta de tal parte en las cuerdas de otros collares. 

Un collar hecho a mano a diferencia de el de todas las criaturas de este pueblo. 

-¿Y ese collar como se te fue dado?- pregunta curiosa. - El mio es una gotita de sangre y es porque sere doctora.- le muestra su collar.

El gato mueve las orejas bajando los ojos a la mesa. 

-Este collar no es mio.. Totalmente. - comienza moviendo las manos. - Mi amigo lo hizo con piedras y su propio collar.- toca la luna de cristal en su collar. - El paso meses preparándolo para que yo pueda estar en este mundo. - 

La murciélago mueve las orejas, cerrando los ojos al sonreír con la boca echa agua. 

-Es muy lindo. Creo que por eso puedo ser tu amiga, gatito. - celebra moviendo las orejas de un lado a otro al mecerse de adelante atrás.

El gato le sonríe animado. 

-Creo que podrías hacer muchos amigos si hacemos algo divertido.-

La chica asiente. 

-Planeo cobrarles el doble a todos estos chicos cuando me vuelva doctora así que estoy contenta de que no me hablen ahora. - los billetes brillan en sus ojos. - Ellos creerán qué me están estafando pero solo seré yo inflando precios médicos para vengarme de todos ellos. - 

El gato se quedó en blanco por un momento. 

-Bueno, CatNap. Te veo después. - se despide levantándose de la mesa de ajedrez. - Fue divertido pasar el tiempo contigo. - 

El gatito la mira sorprendido al irse volando por el bosque del parque. 

-¡CatNap, ya volví de mi casa familiar! ¡Ya no tendrás que preparar mis flores fúnebres!- 

Ese perro y sus amigos vienen por un lado. 

-Oh, no fui a recibirte. - la vergüenza y el arrepentimiento cubren su rostro. 

-No te preocupes, acabo de llegar. - abraza al gato con fuerza. -¿Y tu amiga se tuvo que ir?- pregunta al verlo solo. 

-Si, estuve unos días en su casa y-

-Catnap, la conociste ayer. - interrumpe Hoppy. 

El gato mueve las orejas confundido. Mira al perro y su gorrito de viaje. Pasando sus ojos a la fecha en el periódico del abuelo más cercano. 

Era el dia el regreso de DogDay. 

Lo que no tenía sentido al haber pasado tres días con su amiga murciélago. 

-Talvez estaba ocupada, ¿Vamos a casa? Te traje algunos regalos. - le llama el perro tomando su mano. 

-¡MUÉVETE RÁPIDO, GATO! ¡Este cretino no nos dará nada si no estamos todos!- le reclama el pollo MS qué ambicioso por el regalo con la marca de su collar en la superficie. 

El gato lo sigue por reflejo. Mirando a esa banca de ajedrez con una mirada perdida. 

El corte lleva al televidente al castillo del dragón. Tan castigado que sus padres le pusieron un bozal y debe cumplir el castigo más cruel del mundo para un chico de su nivel. 

Doblar ropa. 

-189 camisetas… - coloca la prenda en una esquina de la cama y regresa a otra camisa. 

La rana salta desde el techo a la cama destrozando su avance y riendo al escapar de la humareda furiosa. 

-¡Ya no eres tan intimidante sin tu modalidad de encendedor! - ríe desde el techo esta rana alegre. 

-¡¡Baja para que te intimide de verdad, mi linda ranita!!- grita frustrado por no alcanzarlo. 

-Si, baja. - secunda Allister acostado en el suelo. 

La rana se indigna tanto que su pecho se hincha un par de veces croando. 

-¡Allister! ¿No ves que si bajo me dará una paliza? ¡¿De qué lado estás?!- le reclama lanzandole una vela. 

El cocodrilo no se inmuta al recibir el impacto sobre su lomo. 

-Estoy de mi lado. - 

-¿Y qué lado es? ¿El de dormir y esperar a ver si el sol explota y morimos todos o nos lo perdemos?-

-Exactamente. - admite cerrando de nuevo los ojos. 

La rana distraída y enojada se cae. 

El dragón sonrió a punto de agarrarlo. 

La rata lo salva poniéndole cual cruz de ajo una bolsa de basura adelante al dragon. 

El dragón bufa alejándose entre contorsiones causadas por el asco. 

-¡¡NO ESCUCHO ROPA DOBLÁNDOSE, SIMON!! ¡¡¡AAAHHHHHHH!!!-

Rapido entre la rana y el dragón comenzaron a doblar la ropa en la cama tras el rugido del muy enojado padre dragon. 

Baba entra corriendo por la puerta. Traía consigo un montón de comida rápida y dulces. 

-Siendo tan consentido creí que te perdonarían más rápido. - señala una vez se recomponer y apaga el humito en su lana. 

-Al parecer tuvo que hablar con unicornios y hadas para que no me arrestaran por uso indebido de magia comercial fuera de nuestra jurisdicción. - murmura con la cara roja. - Nunca se había enojado tanto conmigo… hmp…¡No es justo, el capitalismo es lo mejor del mundo!-

La rata a su espalda mueve la mano de lado a lado y sigue comiendo el tronco de un brócoli viejo. El peligro que corrió tratando de deshacerse del capitalismo aún le molestaba.

La ventana se abre entrando esa bala de cañón rosa. 

-¡¡Amiga, amiga, amiga!! ¡¡Ya vine, ya sé su secreto, amiga!!- canta y la mira a los ojos feliz. -¡¡Ya sé cómo arruinar a los sonrientes que tanto odias!!- le sonríe y agita histérica.-¡¿Si te lo digo te casaras conmigo, amiga mía?!- le canta y muerde su lana abrazándola con sus alas. 

La oveja la abraza de vuelta. 

-Claro, yo te querré mucho si me lo dices. - sonríe mirando a esa ventana abierta. 

El dragón y la rana sonríen. 

La rata sacude las orejas mirándola curiosa. 

Dejando al fondo al cocodrilo que abre los ojos fijándose en la rata con sospecha. 

 

 

Los créditos se presentan con el escenario inicial de la temporada. Aquella llegada del gato y su collar en la caja de regalo del perro. 

 

 

 

 

Notes:

Estoy preguntandome en cuanto cambiaran las cosas para todos y cuanto de ello pueden prever.

Chapter 84

Notes:

Hola .
Capitulo corto .

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

Las cosas para Niko van de maravilla. 

 

La maravilla que trae a la luz el golpeteo de dos metales a punto de aplastarte el cráneo desde arriba. 

 

Tiene que ver ese signo de alerta y a tiempo tocarlo para evitar morir en manos de Bunzo Bunny. 

 

Este conejo lo mira directamente por un momento. 

 

Niko aguanta esa mirada y sus sentidos le dicen cuán aterrado estaba ese conejo. Idéntico a la conejita de esa casa, tan enojado como asustado. 

 

Tanto o más que él mismo. 

 

-Oh, has ganado… Eso fue divertido. - 

 

Mommy continúa con ese tono condescendiente sonriéndole desde la cabina. 

 

Niko busca el código que le ofrece. 

 

-Esto es malo. - suspira calculando la distancia entre el cuerpo y la mano. Sería difícil escapar de ella tan solo corriendo. 

 

Toma la hoja de esa mano. Buscando una salida de este espacio. 

 

Puede ir por una ventila. En las escaleras solo necesita ir de cinco en cinco. Talvez podría usar el GrabPack, eso le cruza la mente al sentir el esfuerzo de sus piernas. Apunta con las manos y estas lo suben sacudiendolo. 

 

La sensación fue fuerte y sorpresiva para alguien de su estatura y la imposibilidad de ser levantado una vez creció a este punto de su estatura. 

 

Recordando en un segundo a Christian. 

 

La última vez que lo saco a caminar fuera de la casa de esa mujer. 

 

Aterriza en un peldaño. Con el recuerdo vivido de su hermano empujándolo en el columpio y no al revés por cuanto su hermano deseaba mostrarle que era fuerte. 

 

El peso es grande. Es insoportable. 

 

Haberlo abandonado en ese lugar fue difícil, fue fatídico. 

 

¿Cómo se supone que supiera que las cosas se tornaron tan malas para su hermano? Ahora debe sentirse estúpido pero antes era un ingenuo que pensó que era mejor dejarlo con la abuela en vez de sacarlo a dormir en las calles con él. 

 

-Definitivamente la carretera hubiera sido más un hogar para ti. - declara ese resultado que se repite en su cabeza una y otra vez. No debió confiar en los adultos en ese momento, no debió dejarlo solo. 

 

Debió llevarlo consigo así les dieran una paliza a cada uno. Debió sacarlo de ese lugar. 

 

No cometería el mismo error dos veces. 

 

Sin importar nada lo sacaría, así tenga que ser en pedazos. Lo sacaría de este matadero. 

 

Estos pensamientos le cruzan la mente al dirigirse por el camino a la siguiente zona a sobrevivir. 

 

Los malditos monos de colores. 

 

Llega a esa zona una vez terminó de colocar el código inicial en el tren. Esto lo resiente al no llegar esos tres bastardos todavía. 

 

-Si muero el código se perderá… - Las dudas le hacen observar la entrada a esa zona oscura. 

 

A si mismo el retirarse de forma cobarde condenaría a Christian a continuar en este lugar. 

 

Al fin se rinde y saca de su abrigo esa caja de madera con sus lentes. Odiaba los lentes. 

 

La cuerda de las patas estorban y es incómoda, aún la ata para no perderlos en alguna sacudida. 

 

Entra a ese lugar pisando fuerte. 

 

A este punto no tenía nada que decirle a Mommy, demasiado frustrado tras todas las trampas de esta criatura. 

 

-¡Oh, vaya! ¡Ahora pareces uno de los científicos!- halaga con gran alegría en su tono tan dulzón.-Que bueno. - termina amarga entre los gruñidos de su garganta. - ¡¡Jugaras con nuestros pequeños, da tu mejor esfuerzo!! ¡Mami estará apoyándote desde aquí!-

 

 El sonido del gorjeo le advierte por un lado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuera del juego el perro observa a la caja temblar de rabia al verse tan humillado nuevamente. 

 

Otra vez son humanos los que le ayudan con sus extremidades. 

 

No dicen nada ni Ryan ni Henry qué se esfuerzan en vendarlo una vez terminaron de dispersar en sus heridas el desinfectante morado. 

 

El gran rojo pasa los ojos por el perro. 

 

-¿Porqué regresaste? Estabas bien ella afuera, asalvo con un doble que cargaría con tu mierda. - le cuestiona enojado.-Ibas ganando y ni competían.- 

 

El perro mira al lugar una vez los humanos se llevaron ese juguete con ellos. 

 

-No hay modo de que allá afuera sobrevivir solo, sin nadie conmigo y sabiendo que podía llevarlos a un lugar mejor que este. - mueve los hombros. - No pensé que matarme fuera el primer paso a dirigirse a un resultado tan asqueroso. - 

 

-Matamos a todos los humanos que nos hicieron esto, ¿Eso es lo que te molesta? ¿Te molesta que mataramos a tus queridos humanos?-

 

El perro inhala profundo, más esta vez no puede contenerse. Así como en el pasado es Boxy quien escucha sus pensamientos menos nobles. 

 

-¡Ya basta con eso! ¿Tanto les picaba en la cola cuando hacía mi maldito trabajo? ¡¡¿Qué se supone que hiciera?!!- cuestiona y sacude los puños.-¿Ustedes tienen idea de lo difícil que fue seguir todas esas órdenes? ¡¡No lo hice porque quisiera!!- mira al gigante rojo a los ojos.- ¡Ninguno de ustedes quiso ser mi amigo! ¡No tenía nada a lo que aferrarme ni darme un objetivo!- apuntó al lugar tan enojado como podía sentirse después de todos esos años siendo interpretado como un perro fiel a la peor basura.-¡¡¡Tenía miedo, me daba miedo lo que le harían a mi amigos y a mi si no obedecía!!! ¡Y aun así nunca les hice daño a ustedes, tienen que dejar de ignorar que nunca les hice daño!- 

 

-Tienes razón, definitivamente moverle la cola debió ser lo mejor del mundo para ti en ese momento. - 

 

-Igual qué ustedes ahora con 100, hipócritas.-

 

El rojo abre los ojos al escuchar ese número. 

 

-No lo menciones. - 

 

El perro de mal humor le agarra la cara sin importarle las posibilidades de morir mordido. 

 

-Esa cosa los hizo comerse entre ustedes en vez de ayudarlos a encontrar una salida y un sustento suficiente para todos.- esta parte era la que más le hacía rabiar. Una cosa es que lo mataran por un mejor líder y más fuerte, podía entenderlo y hasta podría perdonarlos por buscar protección de alguien que si pudiera defenderlos. Pero estas criaturas prefirieron llegar a este resultado.- ¿Cómo es posible que se volvieran tan locos como para escucharlo?- lo deja ir.- ¿Que le paso a la inteligencia de todos?- 

 

El par humano se había apartado desde el inicio de la discusión, guardando el equipo médico de nuevo en la mochila de Henry. Observando esa discusión de murmullos, balbuceos y gritos, como dos codornices en su nido. 

 

Boxy agarra su propia mandíbula, sonriendo una vez procesa esta situación como la desgracia que era. 

 

-Perro… No lo entiendes… - apunta al lugar. - Esto no fue cosa de unos días. Todo fue tan lento y a la vez tan rápido… - respira con esfuerzo al recordar apenas vistazos de todo lo sucedido durante estos cinco años. - El de pronto existía y nos resguardo a todos. Todo lo que decía tenía sentido y era justo.-

 

El perro deja salir algo más del agrio rencor absurdo que crece en su pecho. Sabiendo que los gigantes siempre se negaban a tener cualquier tipo de relación con él y sus amigos. Solo para terminar matándose entre ellos por esa cosa. 

 

-Debió sentirse tan contento como cura en kinder. - murmura el perro riéndose amargado por su propia comparación. Claro que debía ser para él cuánto debieron aferrarse a esa cosa de buena boca. 

 

El gigante rojo no agradece esas palabras ni como las ubicaba a todas las personas involucradas en la palma de la mano de un obvio desastre. 

 

-Cállate.- gruñó , más recuerda todo lo que ha sucedido en tres años escuchando esa cosa.-Bueno, si. - sacude la cabeza. 

 

Recuerda cada palabra dicha por esa cosa. Puede que la comparación del perro no sea tan desentonada con la realidad. 

 

-Él parecía amarnos. - reduce todo a esa línea.-Parecía que vino solo para rescatarnos cuando todo estaba más que podrido.- suspira.-Le dijo a todos las palabras exactas para que confiaramos… Para que lo amaramos. - 

 

El perro suspira tomándose el rostro. Esto era más una locura.

 

¿Amor? ¿Los hizo llegar a este punto haciendo que lo amaran?

 

El rojo le golpea el estómago aprovechando que estaba distraído. Dolió. 

 

-No todo está perdido. - le interrumpe burlon.-Si tus flores no hubieran hecho más sencilla mi vida una vez te largaste, tal vez estaría tan loco como el resto. - sonríe sabiendo que esto le ocasionará un impacto al perro. 

 

Claro que lo hizo. No el que deseaba. 

 

DogDay levantó las orejas al entenderlo tan rápido como lo dijo. 

 

-Tu lograste quedarte con el negocio. - su tono es alegre. 

 

Vaya. 

 

No era la decepción ni la furia qué esperaba recibir. 

 

-No pude contactar con tus amigos.-

 

Esa misma calma seguía incluso cuando confesó no haber seguido lo que le prometió.

 

-No hubiera cambiado nada.- coloca las manos en la cadera. - Estoy feliz de que pudieras lograrlo, Boxy.- 

 

El rojo sonríe moviendo los brazos hacia una dirección del lugar. 

 

Los humanos siguen mirándose uno al otro después de escuchar apenas un poco de todo lo discutido. 

 

-No te entendía, puede que fuera porque nunca fui responsable de algo como eso de las flores. - aclara Boxy en el camino. - Las cosas cambiaron… Conseguí el medicamento para mantenerme presente y también para los CatBee. - 

 

El perro mueve la cola sin notarlo, animado por esas palabras poco positivas. 

 

Encontrar medicina útil es como atarte, es una unión de doble filo. 

 

-No puedo creer cuánto te cambia ser responsable de otros. Conocer mi propio valor. - gruñe el rojo llevándolo a una zona muy diferente a esta. - Huggy no está aquí así que doy por hecho que algo hicieron. - 

 

Este punto había que aclararlo. 

 

-No está muerto, se encuentra escondido y esperando a que nos maten. - 

 

-Hace bien.- movió una pared apuntandoles al interior.-Estaría más que muerto si dejara que lo vieran con ustedes. - 

 

Los humanos se lo pensaron al ver la gran cantidad de juguetes dentro. Quedándose fuera una vez el perro entra. 

 

Boxy no cerró. 

 

-No creo que dure mucho pero logre cuidar de ellos. - apunta Boxy a los Bunzo y CatBee. Junto a los últimos CandyCat. - En cuanto yo muera, ellos estarán solos. - 

 

Estos vienen curiosos. 

 

-Recuperaste tu pierna, puto. -

 

DogDay levanta las orejas al reconocer a ese gato. 

 

-A ese lo tengo para cuando se acaben las galletas. - apunta Boxy aburrido de su soez forma de hablar. 

 

-No es como que tengas nada mejor, gordo.- responde el gato.-En realidad le parezco erotico. - 

 

-¿Te parece que estoy ciego?-

 

El gato ríe mirando al gran rojo entre la burla. 

 

El perro arruinó su alegría al abrir la boca. 

 

-No soy Harom. - 

 

El gato lo mira de arriba abajo. Lento sus orejas caen abajo. El reconocimiento brilla en esas grandes pupilas. Exhala y comienza a reclamarle. 

 

-¡¡HIJO DE LA GRAN PUTA, PERRO IDIOTA, ESTÚPIDO Y PENDEJO!! ¡¡¡ERES UN MIERDA MISERABLE Y TRAGA PITOS, IMBECIL!!! ¡¡¿COMO PUTAS VERGAS SE TE OCURRE REGRESAR A ESTE HORRENDO LUGAR? YA ESTABAS AFUERA!! ¡¡¿Qué tan imbécil se tiene que ser para que volvieras, estupido?!!- termina su griterío corriendo a esconderse enojado. 

 

El perro y el gigante quedaron un minuto en silencio. 

 

-CandyCat tiene razón, si estabas afuera debiste quedarte afuera.- apunta un CatBee de paso. 

 

DogDay no tiene nada que decirles. Ya lo insultaron mucho y puede que nada de lo que diga les haga pensar distinto. 

 

Boxy lo hace caminar a una pared. 

 

-Este es el mapa de la fábrica, al menos en la zona superficial. - le apunta algunas manchas de tinta y crayones. - En esas partes los pasillos fueron derrumbados o están invadidos por los wacka. - 

 

-Aquí hay un mapa de la guardería, puto. - 

 

Boxy levantó una ceja al ver al gato entregando ese papel grande a DogDay. 

 

El perro lo toma. Reconoce cada esquina y pasillo. Más las notas marcan muchos cambios que no parecían ser por parte de los humanos. 

 

El foco de Bubba cubierto de rojo en la estación de tren. Hace caer un ladrillo sobre su espalda. 

 

El gato le vuelve a hablar con tono más frío. 

 

-Ahora mismo ha habido mucho ruido en ese lugar, así que deben estar peleando de nuevo. Debes llegar antes de mañana o habrá una nueva cosecha. - 

 

El perro suspira mirando al gato. Enrolla el mapa guardando su malestar para después. 

 

-Gracias. - le dice seco.

 

El gato vuelve a animarse al escucharlo. 

 

-¿Qué gracias? Mejor respondeme algo. - 

 

-Gato. - le advierte Boxy. 

 

-¿Es cierto que tu y CatNap mojaron la brocha?-

 

-¿Que?-

 

-Ya, eso.- insiste y esa curiosidad estaba en más de uno de los juguetes presentes. 

 

Hasta Boxy con una mirada indagatoria. 

 

-¿De qué hablan?- comenzaba a entender pero esperaba que no siguieran con las preguntas. 

 

-Se comieron la torta, saludaron a san pedro, cogieron o follaron, ¿Es cierto?-

 

El perro le golpeó con el mapa la cabeza. 

 

-Gracias por esto. - decide retirarse de una vez. 

 

-Muerde almohadas. - se burla el gato. 

 

El éxtasis de burlarse de ese gato venía de algo que ese perro descubrirá más adelante. 

 

Lo que ese perro le hizo a CatNap y a su propio grupo para salvar al gatito. 

 

El perro no le responde. Sin saber nada de lo que cruza la mente de ese pequeño. Dirigiéndose a Boxy. 

 

-No creo que vayas a unirte. - debe decirlo en espera de su negativa. 

 

-No. A menos que logres poner a otros de tu lado o al menos que sean capaces de matarlos. - 

 

DogDay mueve el mapa en su hombro. 

 

-Esta bien, muchas gracias por esto. - sus orejas se mueven al escuchar el tren. - Los humanos están demasiado cerca de tu escondite. - sus palabras las dijo con cuidado. 

 

A medias deja la información sobre la intervención humana en el piso de Huggy Wuggy. Era mejor que Boxy lo descubriera por sí mismo y sobre todo, cuando no estén cerca para verlo enojar. 

 

El mismo gigante tiene sus propias conclusiones sobre la señal del perro, confundiendo esto con la entrada de tren a sus espaldas. 

 

-Puede que el día que se decidan lleguen con armas y se lleven todo lo que no alcance a correr.- mira a los juguetes.-Es por eso que es el único lugar que esa cosa no visita, y nuestro último escondite. - 

 

DogDay pasa los ojos por el dorso de ese mapa.Mirando la luna en el centro. Impoluta. 

 

-La Guardería está bajo su control, ¿Verdad?- pregunta rendido a lo que cada vez era más claro. - Y la cosecha es-

 

Boxy le mostró los colmillos. 

 

-No hablaré de eso contigo. Debes ir y verlo por ti mismo, así que ya vete. - le ordena al empujarlo fuera antes de cerrar esa zona con los juguetes a salvo.-Ya no hueles a vainilla, puede que por eso no te puedan rastrear pero no te quedes quieto. También siente vibraciones.- 

 

Boxy no le permitió indagar más respecto a esto. Yendo directo a por los humanos. 

 

Ryan y Henry escuchan los gritos de miedo pero el perro no les da oportunidad de pensar en intervenir al tomarlos por la cintura bajo cada brazo en una carrera directa a la salida del lugar. 

 

Boxy no era un aliado pero tampoco era un enemigo. 

 

No mientras no se dejen atrapar. 

 

¡¿Porqué los juguetes sabían de algo tan privado sobre ellos?! ¿Y muerde almohadas? Si tan solo tenían una cobija roñosa, que chiste el de las almohadas. 

 

-El va matar a todas esas personas. - reclama Henry en su control. Cayendo en el suelo al ser dejado en el suelo. 

 

DogDay había llegado a la zona de la reja, levantándose con la mano libre, una corriente eléctrica volvió a darle pero logra sacarlos. Quedándose del otro lado por un momento para recomponerse de la descarga. 

 

Aprovecha para mirar ese mapa con detenimiento. La estrella en los jardines ,la manzana borrosa en las puertas y el corazón tachado de la escuela. 

 

Su pesar crece por un momento. 

 

Interrumpido por la discusión del par del otro lado de la reja. 

 

-Ese monstruo va a seguir matando personas inocentes. - Henry da vueltas agarrándose el cabello. 

 

Ryan responde Revisando el arma en su cinta de pecho. 

 

-Los envía la fábrica. - coloca las dos balas que hasta este momento había olvidado recargar. 

 

Henry le sacudió por el hombro, demasiado afectado por lo que intento ignorar. 

 

-Tú la escuchaste, ella no sabía nada. Es imposible que con su edad fuera parte de la compañía. - 

 

Ryan guarda el arma, demasiado preocupado por el estado de Henry, olvida dejarle la correa sellada en el compartimiento. 

 

-Escucha, ellos - 

 

Henry se aparta de él, empujándolo. Su desesperación ante lo que va cobrando fuerza en su percepción y memorias rebelándose lentamente desde el fondo de su mente dispersa, saliéndose de control. 

 

La voz de alguien en su pasado susurrando y el peso de una verdad golpeando su columna. 

 

El pasado y el presente escapan de su boca con algunas palabras necias. 

 

-No, esto debe estar demasiado podrido para permitir que un montón de niños vengan a este lugar a morir en manos de un monstruo tan solo por un maldito juguete- 

 

El perro al otro lado de la reja mueve las orejas. Los mira dejando de observar el dibujo de la flor de colores en el ascensor de La Guardería. 

 

Ryan le había soltado un puñetazo directo al rostro a Henry. Lo agarra antes de que caiga al suelo

 

-No hables. En cuanto recuerdes todo, esas palabras desearás haberlas tragado. - le advierte sacudiendolo al dejarlos ir sin importarle si se caía o no.

 

Henry solo era delicado de piel, su cara estaba tan trabajada por los golpes como cualquier loco callejero. 

 

Henry sujeta su mandíbula, tan pensativo como al inicio. 

 

Presentía qué Ryan tenía razón. 

 

El viejo debía saber porque sentía este malestar tan grande ahora mismo. 

 

La interrupción de todo pensamiento llegó por parte del perro que decidió intervenir en la discusion. Claro que a su manera. 

 

-Si vuelven a pelear les arrancó los calzones con todo y bolas. - les amenaza el perro. 

 

La cara del par de verdad se salió de control. Demasiado confundidos como para seguir enojados o entender de dónde sacaba este animal tremenda estupidez para amenazarlos.

 

Aunque si asustaba la parte de las bolas. 

 

DogDay deja de lado la cara de los dos y usa la palanca cubierta de plastico para abrir la reja y reunirse con ellos. 

 

-Lean esto. - muestra y entrega a ambos el mapa.-Memoricen ahora, no debe ser descubierto por ninguno de los otros. - 

 

Vuelve su atención al agujero en el centro de la habitación. 

 

En ese momento Ryan puede ver las marcas dispersas en el papel. 

 

Reconocía los garabatos tan solo por saber que Ángela hacía el mismo tipo de dibujos inconscientemente. 

 

Eran los símbolos de cada sonriente y más de una de las criaturas. 

 

Brillando en grande la luna dibujada en Dulce Hogar y el foco medio borrado en la estación de tren. 

 

Todo apuntaba a la muerte de Bubba Bubbaphant. 

 

-Niko debe estar con Mommy ahora mismo. - interrumpe la voz del perro a Ryan. 

 

Ryan guarda el mapa en su chaqueta. 

 

Henry no protesta al tener la memoria suficiente para repetir lo que vio en el mapa. Saltando los tres al interior del túnel de tierra. 

 

Una vez se retiran esa figura azul sale de la puerta a unos metros. Observando el túnel. 

 

Mira a la zona de Boxy y ve la nula presencia de sangre de ningún juguete en esa dirección. 

 

-Lograron convencerte. Miserable. - murmura sujetándose la cabeza. 

 

Mommy no los escucharía… matara a los humanos, a todos. 

 

Huggy mira al lugar por el que llegó aquí. 

 

Sabiendo que los humanos se han juntado y usan armas. Pronto encontraría el camino a esta zona. 

 

Suspira bajando lento con las cuatro extremidades en la superficie del túnel.

 

La muerte a manos de Mommy era agónica y lenta. No podía pensar en cómo permitiría que ella se comiera a Henry. 

 

Definitivamente esto era culpa de Boxy. Ahora estaban cada vez más arrinconados a cooperar con ese perro y con los humanos. 

 

Con Henry. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez el perro se fue y él volvió a sus propias tareas. Recolecta los cuerpos dispersos por la zona.

 

Aquel gigante rojo tira un cuerpo a esos compartimentos en el suelo. Mirando por un momento a este humano moribundo ser agarrado por los Huggy, arrastrado entre todos hasta volverse una masa de huesos y nervios en menos de lo que la puerta se cierra. 

 

El olor de la sangre le llega y necesita un momento para relajar el cuerpo y no saltar a conseguir un pedazo de carne. 

 

La medicina es buena. Su estómago no lo es tanto. 

 

Necesita comer.  

 

Regresa al zona de descarga de este tren a esperar a la siguiente llegada de humanos. 

 

Sorprendido por unos gritos en las vías. Decide acercarse a estas. 

 

Mirando a unos Bunzo de una zona aparte. Estos no tardaron en verlo y correr asustados.

 

Boxy protegió a los suyos y estos no eran suyos. 

 

Salta de la estación a las vías para atrapar el almuerzo. 

 

Uno de los tantos Bunzo se detuvo levantando las manos. Este traía algo consigo.

 

-¡¡Hay humanos!! ¡¡Hay humanos!! ¡¡No nos mates, por favor!!- lo ruega sacudiendo la prueba de lo que vio. 

 

Un pedazo de cinta de color amarillo. 

 

Boxy las reconoce por su pasado. Deteniéndose de matarlos ahora. 

 

-Vieron humanos. - 

 

-¡¡HAY MUCHOS HUMANOS!! ¡No podíamos quedarnos en nuestro sitio, porque Huggy no está y estos humanos vienen con armas!- llora al estar asustado y saber que seguro moriría, más su grupo sobre viviría escondiéndose a tiempo en las vías del tren. 

 

Boxy mira a las vías y a la cinta. 

 

De pronto todo tiene sentido. Desde la presencia de dos humanos y el olor de un tercero. 

 

La bolsa grande y la tranquilidad del perro. 

 

“Hay mucho humanos cerca de tu zona”

 

-¡¡Perro hijo de puta!!- ruge girando de vuelta a escondite. 

 

Este Bunzo levanta las orejas feliz al verse libre. 

 

Este gigante rojo lo alcanza al tirar el resorte de sus garras. 

 

-¡¡Si van abajo el 1006 los comerá o los entregará a los otros para que tengan fuerzas para lo que va pasar!! - le advierte tirándolo al suelo de nuevo. 

 

Debía organizar a los suyos. Debían moverse.

 

-¡Sea uno o el otro!¡Sea uno u otro! ¡¡Los dos perros son unos pedazos de tramposos hijos de perra!!- sacude las garras arrastrando restos del suelo en su arranque. 

Este perro le a jugado una grande. Lo arrincono por completo.

O avanza con él o muere y es capturado por los humanos.

-¡¡¡Maldito seas DogDay!!!-

 

Ese rugido y su furia recorren las paredes. 

 

Los túneles de hierro y el cableado. 

 

Alertando de su rabia a todos los presentes en la superficie. 

 

Desde los Huggy bajo el suelo a Bunzo Bunny arrinconado bajo el cuerpo de Mommy. 

 

Subiendo por la piel de esta araña el nervio de su propia rabia. 

 

Diluyéndose el reclamo del gigante en la nada. 

 

En las risas de Huggy Wuggy. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los Bunzo en su camino de huida encuentran un rastro de sangre en las vías del tren a la estación. Deteniéndose entre todos. 

 

Se miran unos a otros y su propio estado hambriento. Deciden seguirlo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la brisa y rocío de la mañana atrapados en el pelaje de un perro en las ruinas de una mansión antigua, brillan rayos de un cálido sol lleno de oro. Recostado en restos de madera podrida y ese gato pequeño observando con binoculares la fábrica a varios kilómetros llenándose de policías a través de los bordes de una pared de ladrillos. 

 

Gira mirando con su último ojo al gran perro naranja en el montículo. Esa pierna faltante está cubierta de cables atados y una base de metal entrelazados. Apenas queda parte de la última mano del perro o de su oreja izquierda. 

 

Aún respira. Acompañado por la polilla sobre su nariz. 

 

Este felino suspira. 

 

-Aún no estamos a salvo. - suspira saltando de este montículo, corriendo a preparar otra botella de vidrio. Lo voltea dentro de su propia garganta, tragando este líquido por completo. 

 

Escucha las aves del techo viejo y las ratas corriendo entre los muros. 

 

El aroma del musgo y la esencia de los pinos. 

 

Una vez rago todo esta botella, rueda en vez de caminar. llegando a su propio bolso pequeño. Saca del interior una revista de senderismo. 

 

Las marcas le dicen a donde viajó el empleado y donde encontraron zonas peligrosas. 

 

La mansión aparece con una marca vieja y aunque no está en el mapa puede única la fábrica y la ciudad a unas horas en auto. 

 

Dejándole este bosque para escapar al oeste. 

 

-¿De verdad deberemos dejarlo a todos atrás?-

 

El gato mira al perro despierto al final. 

 

-Por mi todos pueden seguir pudriéndose en su maldito territorio. - murmura sus ojos van a los alambres qué forman esa pierna falsa en su perro. - No podemos perdonarlos y si tanto querían ese lugar para ellos, lo tienen.-

 

Harom lo toma por la cintura con lo que le queda de la mano. llevándolo a su pecho. 

 

-No quiero que mueras. - susurra aspirando su aroma. 

 

El gato le acaricia el rostro. 

 

-Debemos movernos.- su advertencia los empuja más no recibe la misma respuesta por parte del perro. 

 

-Debemos regresar.- 

 

Este gato mira a esos ojos brillantes. Recuesta la cabeza en su pecho. 

 

-Preferiría morir en un charco a volver a ese lugar. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con los policías la situación parece complicada. 

 

Ya trajeron la cuerda para sacar a su compañero de aquel abismo. Tirándola al fondo con más de cinco de ellos listos para tirar de él. 

 

-Hernández, ya sabes que hacer. - le insta el jefe del regimiento. Espera la respuesta más no llega. El ceño de este hombre empeora al no recibir respuesta. - Hernández… ¡¡Hernández, responda ahora!!-

 

-Lo siento capitán, hay algo aquí que no puedo descuidar. - 

 

Alrededor suspiran al escucharlo vivo y bien. Era preocupante lo que decía pero ya lo sacarían, sería todo y después enviaron a él equipo a investigar ese lugar con el equipo pertinente. 

 

Equipo que se prepara al fondo de la habitación junto al forense qué recoge los huesos y las huellas a investigar en techo y paredes. 

 

Las lámparas traídas han revelado las grandes manos marcadas en las puertas. Como si el basquetbolista más grande del mundo hubiera luchado por entrar a la casa de Frodo. 

 

Pasando entre ellos una mujer observa algunos cráneos con interés. Exactamente uno que brilla por un hijab con adornos de flores de cristal. 

 

-Esta chica… - murmura sacando una libreta de su bolso. En las primeras páginas hay varios rostros masculinos y femeninos del tipo ario. Notando qué la joyería en esas fotografías, ya sean anillos de boda o collares se encuentran en la caja preparada por el forense en una esquina. 

 

Un médico se acerca con otra bolsa para recoger con pinzas las joyas sobre ese cráneo destrozado por lo que parecen ser dientes de oso. 

 

La sangre seca y descompuesta se aferra como si parte de la misma persona se resistiera a dejarlas ir. 

 

-Volverás con tus padres, no tengas miedo Krishna.- avisa en voz alta. 

 

El forense suspira al sentir como la resistencia de la sangre seca y la carne se termina suavemente. 

 

-Los cuerpos tienen memoria de quienes eran y adónde deseaban ir antes de morir. - murmura al guardarlo.-¿Cree usted que estas personas sean… - No termina su duda al mirar el cráneo más pequeño de todos ser llevado en una caja transparente por una compañera.

 

-Los trabajadores de Playtime y los niños del orfanato qué manejaban en el interior. - mira al techo lleno de advertencias. Conteos cortos en algunas esquinas.-Todos continúan en este lugar.- revisa el perfil de la única chica de India en esta lista.-Krishna era una estudiante recién graduada de la universidad de Reino Unido y la recepcionista de la fábrica.- el perfil es interesante al ser una persona sonriente en la fotografía. Esta chica debería estar muy orgullosa de trabajar en esta Juguetería.

 

Seguramente hasta su muerte ella ignorará las actividades de los otros trabajadores. 

 

-¿Cómo es posible que no supiéramos nada de ellos hasta hoy?- lo pregunta mirando las muchas cabezas en este lugar.-Y la compañía ya comenzó a quejarse porque la policía está aquí… - 

 

-Lo que sea que encontremos más adelante. Seguramente no será mucho mejor que esto.- sus tranquilidad se acaba al ver una cámara que no pertenecía al grupo médico.-Los dueños de este lugar ya no pueden detener a la policía con todo lo que se está descubriendo.- apunta a estas personas sospechosas. 

 

-¡Hey, ustedes!- los llama sin amago alguno de seguirles en verdad.

 

Estas personas corren esquivando a los policías. 

 

Esta mujer sonríe al saber que los secretos de la fábrica serían revelados mucho antes de que pudieran los dueños detener el avance de la ley. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el abismo ese policía herido observa a la oscuridad ya no tan seguro de lo que era real y lo que no. 

 

Su linterna se apagó hace mucho. Dejándolo solo con esa única fuente de luz por encima y su arma en manos. Vigilando lo que sea que se atreviera a asomarse y estorbar los dos únicos puntos de luz en la oscuridad. Esperando a que bajaran de una vez el cable qué lo subiera. 

 

Observa a la oscuridad y los juguetes esperando a que el oso o puma qué lo estuviera vigilando con tanta hambre cometiera el error de presentarse desde las sombras. 

 

-Hernández, allá va el rescate. - le hablan por radio. El mismo radio ya parecía cercano a descargarse, sonando muy débil la voz de su capitán. 

 

Este oficial fija la mirada en los puntos de luz esperando algún movimiento por parte de algo a su alrededor.

 

Los cables bajaron y con ellos una tarima de rescate con dos paramédicos. Estos le saludan subiendolo a la tabla de rescate. Lo atan por las piernas y para su pesar también de los brazos. 

 

-Ya estará a salvo, oficial. - le aseguran tirando de los cables para ser subidos. 

 

El oficial en la tabla suspira al estar a salvo. 

 

-Esperen. - les llama a ambos. - Apunten allá, quisiera saber que eran esas luces. - 

 

-¿Luces?- repite este paramédico mirando al lugar que apunta. - Allá no hay luces, señor. - 

 

El oficial prefiere averiguar por sí mismo antes que cuestionarlos. Mirando a ese mismo lugar. 

 

La oscuridad continua. No hay nada en la ubicación de las dos luces. Solo una pared de peluches sucios. 

 

-Les digo que había luz. - mira a los paramédicos de nuevo. 

 

Descubriendo esos mismos puntos de luz en el techo al que se acercan con los cables que los subirán. 

 

El miedo nace en sus ojos. Sin poder controlarse abre la boca gritando por reflejo. 

 

Los paramédicos miran a ese mismo lugar, apuntando con las linternas.

 

El miedo creado por la sorpresa termina tan pronto como lo sintieron. 

 

-Señor, solo es un juguete. - le intenta calmar uno de los dos paramédicos. 

 

Habían iluminado un gran peluche acostado en esos tubos vacíos. 

 

El oficial niega cada vez más asustado al saber que pasarían por un lado al entrar al túnel por el que cayó. Tiembla y busca su arma pero los dos hombres se la habían guardado en una bolsa amarrada a la tabla de rescate. 

 

Al fin pasan por un lado de ese muñeco. 

 

Nisiquiera era el mismo peluche que vio al inicio. Este portaba un pico y no el rostro blanco de antes. 

 

Viendo de frente ese rostro de ave vigilandolos. 

 

-Creo que los trabajadores la habrán dejado así hace años.- dice uno tras pasarlo y entra al túnel de concreto. 

 

El oficial deja de revolverse y mira hacia arriba al salir vivo de ese lugar. 

 

-¿Estoy enloqueciendo?- se lo pregunta temblando. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las sombras ese juguete mueve la cabeza. Busca a su compañero entre las montañas de cadáveres.  

 

-¿Porqué los dejamos ir?-

 

La figura apartada se eleva de un montículo tirando los muñecos muertos de su espalda. 

 

-Papá dijo que lo hiciéramos así.- exhala hambrienta.-Ya bajará el banquete para todos nosotros. - 

 

El ave mira de nuevo al túnel, bajando su atención a los metales sobre los cuerpos. El olor de Huggy Wuggy le hace mantenerse atento a este. A su sangre tan fresca. 

 

Sobre todo ese detalle que llama su atención en ese montón de hierro. 

 

Es el nudo de alambres en el metal. 

 

Era especial. 

 

Lo recuerda. 

 

Lo hace pensar en su vida dentro de los muros de La Guardería. 

 

Es un nudo horrendo qué muchas veces le duraba en los zapatos por días. Lo usaba y entonces solo tendría que desplazar su pie por el zapato cada mañana, la gran razón por la que no aprendió a atarse las agujetas. 

 

Era estúpido el detalle pero también importante. Era un acto amable qué no solían tener con él ni sus propios familiares de sangre. Lo puede recordar, lo puede ver. 

 

Puede ver al gran perro forzando los ojos para atarle las agujetas a pesar de su torpeza empeorado por su dimensión y él subido en su cabeza. Llenándose la nariz con la vainilla. 

 

Volviendo tan vívidamente a ese recuerdo como para ver de frente una vez más a ese perro de humor tan absurdo. Viendo en sus ojos esa ambigüedad piadosa. Y que hace muchos años no volvió a ver.

 

El calor de esa gran mano sacudiendole el cabello y su risa madura. 

 

Aunque Baba revisó el mismo nudo ella no reaccionó a este. 

 

Ella no usaba tenis de cinta sino zapatos de broche y velcro. No podría recordar algo sobre los nudos de ese perro. 

 

Aunque papá era quien estaba en las paredes y no quien hiciera estos nudos. 

 

El recuerdo tan cálido y contradictorio lo hace regresar al presente. Lo hace preguntarse porque estaba en ese metal aquel nudo tan feo y hecho con materiales que solo los gigantes con pulgares podrían hacer con un material tan poco maleable.

 

Porqué Huggy sangro pero su cosecha no ha sido anunciada por los más pequeño y estos humanos se movían con tanta libertad qué era preocupante.

 

Mommy no ha dado aviso alguno desde hace un rato. Se había encerrado. 

 

Algo estaba pasando allá arriba. 

 

-Si papá lo dijo entonces confiaré.- oculta su descubrimiento de la oveja y la criatura que corre bajo los tubos. Aquel al que tuvieron que vigilar para que no arruinara el plan de papá. 

 

La oveja le observa a él. No al metal sino a él. 

 

Ella sospecha de su tardía respuesta. 

 

-Sigue mirándome así y te arrancaré la cara. - advierte saltando por los muros. Perdiéndose entre los picos de la cueva. 

 

Esa oveja mueve la cabeza volviendo a mirar al túnel y ese metal. 

 

Las sospechas le hacen sonreír más grande. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre las flores de plástico de La Guardería, caen gotas de sangre espesa desde el arco del kiosko de entrada. . 

 

No es de una criatura presente. Es un rastro. 

 

Es una mancha de sangre al alcance de la pata del gato grande. Evitando pisarla, levanta la mirada al teleférico.

 

Su presa no pudo salir, el cable eléctrico le ha lastimado. 

 

Aún esta atrapada en su territorio. 

 

Avanza dejando que pequeños juguetes beban esa sangre estancada. 

 

Seguido por una criatura a su costado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Estoy emocionada por el adelanto del cuarto juego.
Gracias por leer.

Chapter 85

Notes:

Hola , buenas tardes.
Creo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

En el piso de Mommy la carrera de Niko es un desastre. 

Huyendo de Mommy muy enojada. Tal vez enojada se quede corto con lo que debería ser la descripción para el estado de la gran araña rosa. 

Enojada. Enojada es sólo un milesima de las palabras necesarias para describir su estado mental y como explota en pedazos su mente al huir. 

-No hay quién atrape a este hombre, no me atraparan, no me van agarrar. - corre asegurándose de darse ánimos al dar vuelta en una esquina por la que choca al no poder frenar a tiempo.-Me escapó y te golpeó en la esquina. - puede verla con los ojos negros de ira y esa sonrisa gigante al perseguirlos haciendo ese horrendo ruido horrendo. Logra volver a correr, usar el GrabPack y elevarse en ese mísero espacio seguro. Pega las piernas a la pared al quedar gran parte de si fuera por culpa de su estatura. 

Bendición poco requerida en la situación actual. 

La escucha y la siente pasar por debajo. 

Niko aprieta la boca en una línea al escucharla irse después de rodear dos veces el suelo. 

Lo piensa bastante antes de bajar con el eco perdido a lo lejos. Aterrizando con las piernas dobladas. 

Suspira dando la vuelta. 

-Desperfecto. - 

El puñetazo que soltó sería capaz de romper una mandíbula,mas al perro solo le dolió como dolería el piquete de unos nudillos en la barriga. 

-Vaya. - soba el impacto en su estómago. Fue más una molestia que dolor real. 

La molestia no era bienvenida en ese momento. 

Ryan revisa a Niko y sus moretones variados. 

El hombre de 29 años siente que podría llorar al volver a verlos y comprobar que no estaba solo en esta locura.

Podrían los pasillos de esta fábrica enloquecer a cualquiera que los recorriera. 

-Te fue mal. - apunta el indio y el esto rápido de revisar su mochila lo hace parecer apunto de darle un menjurge mágico pero solo es una bebida con azúcar y limón. El prejuicio vuelto espectativa puede ser decepcionante. 

La limonada es la mejor limonada de la vida entera. Eso debía reconocerlo. 

Niko suspira tras estar corriendo todo este tiempo, bebé esa botella y guarda el último trago en su mochila. 

-Flacos… , se tardaron.- gruñe dejando su peso en las rodillas al doblar la espalda para respirar por fin. 

Henry no le da ese tiempo que desearía para relajar el cuerpo. 

-Debemos seguir adelante. Tenemos el mapa de La Guardería y la ubicación de los sonrientes. - le avisa. El tenía sus dudas sobre la posibilidad de sacar algo bueno de ir por esos chicos que, por lo que escuchó y entendió, traicionaron al único monstruo de su lado hace mucho. Puede que estén yendo directo a manos de los peores prospectos para aliados. 

 Niko recibe esa información con un rostro incrédulo. 

-¿De todos?- mira al perro directamente. -¿Eso incluye a Christian?- le interroga enderezandose. 

DogDay mueve la cabeza. 

-No hay-

Quedan a medias al escuchar el rugido de Mommy. 

-No deben dejarse ver por ahora, esa tipa cree que vengo solo y será mejor que continúe de esa forma.- decide Niko en voz alta. - Si otro de los suyos te descubre seguramente tendrían tiempo de prepararse antes de que lleguemos. - 

-¿Tienes idea de qué hacer con ella?- le pregunta Ryan. Observa las paredes de esta zona tan llenas de marcas y rasguños.-Esta cosa hacía temblar a todos hace años y no creo que esta etapa de su vida sea mejor. - 

-Creo que hay forma de matarla pero debo llevarla a otro lugar.- aprieta los controles del GrabPack. - Como sea, allá se ven. - los deja con eso y corre a su objetivo. 

-Espera. - 

Deben mirar al perro. Este pensá por un solo segundo al decidirse a tomar una decisión peligrosa.

-¿Podríamos intentar atraparla?- le pregunta a Niko. 

El mismo suspira cansado. 

-En unos pasajes por este camino hay una zona de presión. Podemos usar tu arpón para detenerla si la llevamos a espacio abierto. - 

-¿En serio crees que va a cooperar?- le cuestiona Henry. 

Ryan no siente que sea buena idea. 

Niko mueve los hombros. Los mira y corre, otra vez, sin despedirse. 

El perro pasa de observar a su espalda a mirar al par humano. 

-Te tengo que decir algo malo, perro. - le advierte Ryan. 

El gigante naranja asiente dejando que siga adelante.

-Yo esperaba algo más emotivo. - admite Henry una vez el compañero desaparece por un pasillo. Interrumpió a Ryan pero no dijo más. 

Ryan bufa ya caminando por ese mismo pasillo. 

El perro tiene algo en mente y lo comparte al estar confundido con sus posibilidades. 

-Si logrará ponerla de nuestro lado-

Henry le pegó en la pierna al tenerlo al alcance. 

-Creeme, a ella este régimen le gusta demasiado.- lo toma y comparte como un hecho tras pasar los tres por cada escenario de muerte buscando a Niko.-Solo estamos pensando demasiado bien de ella. - 

Habían pasado por encima de PJ y visto el cadáver de Bunzo. Estaba más que claro que esa chica no planeaba tener una relación amistosa con nadie y menos con ellos. 

Puede que este régimen de muerte sea lo mejor de lo mejor para ella. No habia posibilidades de cambiar la percepción de alguien que ya probó vivir bajo sus términos y conveniencia. 

Boxy aun no caía en esta realidad gracias a la mentalidad creada por el negocio de las flores. Perdió algo que le es conveniente, Mommy ganó a su conveniencia. 

La balanza se arma y quién vaya perdiendo debería ser quien desea rebelarse.

No es un caso de justicia sino de voluntades en juego. 

Es eso lo que les pasa por la cabeza al seguir los ruidos de Mommy en clara señal de haber encontrado a Niko en algún piso superior. 

El perro comienza a sentirse alterado por esos ruidos. Pensando en cosas extrañas en su recuerdos. 

-Aún podríamos intentar algo, aunque sea convencerla de hacerse a un lado y huir. - 

Corren aferrándose con brazos y piernas , al menos el perro al ganarles por su tamaño, tratando de afianzar su futuro a un resultado que no fuera este tan amargo.Una realidad donde Mommy fuera su aliada y los acompañará a levantarse por su bien. Por su libertad y un destino fuera de este infierno. 

Incluso si solo es un pedazo de ella. 

 

Por su parte Niko corre pensando en la zona del tren. Los juegos y meterse entre los hierros. Quizás pudiera sobrevivir y llevarla con ellos. 

Ebontrar otro aliado en ella si lograban detenerla. 

El problema número uno es la entrada a la zona de juegos internos, obstruida por tablas y clavos.

-¡Joida suerte de mierda!- grita buscando otra salida. La puede ver correr en su dirección. 

Mira a esta habitación. El absurda mente grande boton azul y la palanca para salir de este lugar. Corre y tira de esta.

-No puede ser. - murmura al sentirla entrar y a puerta aun no se movía. Volteando esperando morir más la ve pelear y estirarse, gritando. 

 

Por el pasillo el perro se detuvo en el al verla ser atrapada por esa trituradora. 

El espejismo de su propio cuerpo atrapado en esa cosa lo hace palidecer y mirar a esa araña gritar y rogar tan enojada. 

Solo por un segundo, justo cuando esos ojos se apagan ella lo puede ver. 

Solo recuerda el primer vistazo de ella cuando era niño y era la criatura más gentil que pudo conocer hasta ese día, con sus manos tan suaves como un bombón. Abrazándolo al llegar a la fábrica, cuando estaba más asustado y enojado, cuando esa criatura dejó de seguir a un guardia para saludarlos, habiéndose aterrado al inicio por su figura y estatura, en el pasillo de camino a La Guarderia. 

El último beso, antes del robado a Theodore, que recibió fue de ella. De Mommy cuando solo deseaba llorar frustrado al verse arrastrado aún más lejos de casa con sus amigos. 

Puede escuchar lo dulce que ella fue al abrazarlo, al consolarlo :

“Sé valiente para Mami.” 

Ella puede que no pensara ni recordará lo mucho que le ayudó ese gesto de su parte ni cuan valioso para Hobie, ni siquiera debería ser algo digno de guardar en sus recuerdos. 

Aún así Hobie siente que ella lo recordó por fin. O que a diferencia de cualquier otro experimento, ella no tarda nada en darse cuenta de que era Hobart y no Harom. 

Riéndose por último al vaciarse esos ojos de cualquier atisbo de vida al caer pesada y muerta contra el piso. 

El perro aguanta el aliento al escuchar algo metálico en la pared. 

Una sensación helada trepa por sus huesos. 

Henry y Ryan llegan desde atrás detenidos por un gesto rápido del perro.

 Paralizandose los tres al ver esa garra salir de la pared. Afilada y cruel. 

El perro les sujeta dejando de respirar por un momento o lo que se siente como siglo . 

Esa garra era mucho más grande que la primera que conoció el día de muerte de Theodore. 

Esperan y ven cómo se lleva los pedazos de Mommy. 

Niko en esa esquina inhala y exhala, mirando a su espalda esa estúpida puerta abrirse por fin. 

Esperan por lo que parece ser un siglo para moverse. 

-No debe saber que estas aquí. - murmura Ryan mirando ese paso con desconfianza. 

Avanza superado por el perro que camina hasta esa trituradora, tomando la última pieza de Mommy de entre los metales. El desgarre de la carne se escucha al sacarla de entre las tuercas. 

Observa esta pieza cerca de su rostro. Los recuerdos de esta criatura comiendolo vivo llenan su memoria, su dolor de cabeza. La mirada de sus amigos acobardados por el resultado de sus acciones. 

Recuerda a Theodore sin dejar de mirarlo incluso cuando su carne era desgarrado fuera del plástico. 

Sus propios gritos llegan a sus oídos. Sabiendo que todo eso le ocurrió frente a Theodore sin que este hiciera una sola mueca o reaccionara. Despierto ante su propia nula acción a favor de la vida de Mommy. 

La epifannoa qué le hace despertar de las ilusiones necias y estúpidas. 

La dejo morir en vez de ayudarla. Le dejó morir en el triturador porque era una enemiga, está loca, es peligrosa y nunca se pondrá de su lado. 

Era su enemiga. 

Era su enemiga y debía morir por ese mismo hecho. 

Procesando una cuestión ignorada por su propia estupidez. 

-¿Qué estabas dispuesto a hacer conmigo por esa cosa?- lo murmura entrando a una nueva parte de todas las posibilidades dentro de su mente.-¿Hasta que punto estabas dispuesto a lastimarme por él?- 

Habia apenas rosado la idea de ser un elemento estorboso y sin valor en la vida de Theodore. Ahora con esta nueva información visual sobre su propia capacidad de discernimiento entre amigos y enemigos, su mundo da vueltas, llevándolo a varios caminos. A donde apuntaba todo lo que se desarrolla al paso de sus pies. 

Huggy diciendo que Theodore era obediente a esa garra y está, haciendo tan fácilmente algo como llevarse el cuerpo de Mommy. Como lo haría cualquiera con un llavero encontrado en la calle. 

Todo apunta a que las cosas deben ser mucho peores de lo que dimensionó anteriormente. 

Theodore no solo lo mataría. Theodore estaba del lado de alguien tan cruel como para recoger los pedazos de su propio lado y no buscar justicia por ellos. 

De perder en esta pelea, ese chico no dudaría en entregarlo a esa cosa. 

Theodore no solo no lo amaba. Puede que hasta lo odiara. 

Estorbar era una descripción más que correcta para su existencia en el escenario de Theodore y ese monstruo en las paredes. 

No como imaginaba antes, sino de manera más tórrida. 

Porqué Theodore desde antes de esta locura amaba a esta cosa y todo lo que estaba pasando sucedía por la misma ayuda de quién creía era su amado gatito. 

Theodore era una mala persona. Theodore nunca lo iba proteger de este infierno.

-No te importaba lo que me sucediera, porque nunca me amaste más que a él. - 

 

Apartados de todo lo que se revela en la cabeza del perro los tres humanos lo observan tan solo respirar al sujetar los restos de Mommy. Con su usual gentileza el can sostiene ese zapato de plástico en manos. 

Como quién ve su propio reflejo. 

Niko no le tiene la misma paciencia que Ryan, y lo llama apurado. 

-¿Te llevarás eso contigo?-

El perro escapa,muy lento de su cabeza. Mirándolos por un segundo aún más pesado que el anterior silencio. 

-Si. - decide guardándolo en su mochila tan horrible. Les hace una señal para ordenar su desastre dentro de esa gran bolsa de lona. - Deberían mostrarle el mapa a Niko. - 

Las cejas del mencionado se elevan al haber sido referenciado por su nombre.

Podria burlarse pero algo muy recóndito le recordó que este perro solo tiene de él la impresión de lo sucedido con su hermano y lo poco que hizo en la fábrica. 

Era una molestia pero su imagen parece ser la de un cretino asqueroso a ojos de este animal.

 El mapa fue mostrado por Henry. 

La memoria de Niko es mala, obligándolo a hacer un garabato en una hoja de papel que guarda en el bolsillo. 

Tras unos minutos el perro exhala una vez terminó con su desastre. 

Lo observan volver a enrollar esas piezas de varillas en el arpón. Acabando un par de rollos de cinta transparente en más varillas una tras otra. 

-Lamento que mi presencia hasta ahora no les sea de ayuda. - murmura con la mirada baja. 

El trío de humanos tarda en responderle. 

-Almenos sirves de compañía. - es lo único que tiene que decir Niko después de pasar todas las pruebas de Mommy él solo. 

Henry y Ryan no tenían nada que decirle. Puede que la reunión con Boxy hubiera terminado con cierta mezcla de carne picada y mantequilla. 

Al fin siguen adelante. 

Caminan por ese corto pasillo. Entrando a una zona de escaleras. 

Otra vez lleno de marcas de lucha. 

La cabeza de DogDay se llena de imágenes revueltas al ver el estado del metal. El óxido no era mucho, apenas un mes. Este lugar no llevaba mucho de ser destruido. 

-Oye… - lo llama Ryan al verlo detenerse. 

El perro baja los ojos para mirarlo al fin. 

-Concéntrate en lo que puedes hacer, no en lo que está claro que no se encuentra en tu poder.- 

El perro bufa moviendo la cabeza. 

De alguna manera Ryan tenía razón. Theodore no lo amaría solo porque él corriera a ponerse de rodillas y se lo rogara de forma patética, puede que nada de eso fuera real desde un inicio. 

Los observa usar el GrabPack para subir. Usando sus brazos y piernas para trepar entre las plataformas y el muro. 

-Eres ruidoso. - 

Mira abajo a Huggy siguiéndolos. 

-¿Enserio te uniras?- le cuestiona interponiendose entre él y los humanos. 

Huggy detiene su avance al llegar a su encuentro. 

-No es por ti ni por… - 

Los dos se sobresaltaron al pasar por un lado Kissy, tan delgada y fina, su pelaje se escurre por debajo del brazo del perro con solo un salto. 

El perro mira a Huggy y este mueve los hombros. 

Kissy olía a un gran y tremendo miedo. Tan agrio y fuerte como para detener los pasos de los humanos qué tuvieron que darle paso. 

Niko recuerda claramente que la criatura le ayudo hace muy poco. 

Kissy no se mostraría de otro modo pero ahora. Ahora que Huggy se une a ellos junto a otro gigante, decide arriesgarlo todo. Por fin salir de su escondite y por una vez ser ella quien golpee primero. 

Los sobrepasa dirigiéndose a la cabina de control donde Poppy esperaba atada en una ventila. 

La muñeca la mira de vuelta con el rostro desmejorado. 

Las dos saben lo mismo. 

Saben lo que estaba ocurriendo en la fábrica y con todos los pequeños y los grandes. 

Kissy la abraza subiendola a su hombro. Saben ambas que solo hay algo por hacer para ellas dos. 

-Debemos matar a esa cosa.- a decidido Poppy. Mirando a los humanos llegar primero.-Ustedes mataron a Mommy-

-Lo hice yo. - interrumpe Niko. - Niña, solo danos los códigos de salida. - le pide. 

Ella les extiende el código en papel. 

 

Al último el perro y el gigante azul van al mismo paso, bajando de estas plataformas con un salto sobre los juegos de la estación. 

-Ella pudo morir si la descubrierán. - murmura enojado al ver a Kissy ir con los humanos. 

-Solo podías descubrirla tu. - 

Lo que quedaba en el aire eran las posibilidades de venderla él mismo al resto de monstruos. 

Sinceramente Huggy deseaba que la decisión de protegerla durará tanto como fuera posible. Odiando el murmullo al fondo de su mente que le insta a traicionarla.

Mintiendo tan solo para no darle fuerzas a esas voces cobardes al fondo de su cabeza. 

-No, perro. Los pequeños pudieron delatarla. - 

-Ya veo. - el tren le trae recuerdos incómodos. Contagiando a Huggy al mirarlo a su lado. DogDay puede revivir la sensación de su cuello tirado por la cadena y la algarabía alrededor de él. Los pasos del gigante azul paseandolo por este lugar. 

Fue humillado él y sus amigos, tratados como verdaderos perros y monos. 

Sin dignidad alguna frente a otros experimentos. Haciendo partícipes de esta tortura a los proyectos de la superficie. DogDay puede pensar en cuanto le alegraba en el fondo que Theodore nunca lo viera en esa situación. 

Ahora se pregunta si las cosas pudieron ser incluso peores que eso de no haber terminado en esas bolsas de basura. Oh si está viviendo el peor escenario. 

El gigante azul huye de esos recuerdos al meterse de un salto en el tren. 

kissy llego a un lado del perro una vez su gemelo se retira. 

-Tus amigos podrían estar muertos ahora, Doggy. - le dice en un susurro. 

El perro la mira de lado. 

En realidad los años pasaron y ella no les hizo daño. Ni a él ni a sus amigos. 

-Hola, Kissy. - saluda relajando el cuerpo al tenerla cerca.-Lamento haber tardado tanto en volver por ustedes. - 

Ella abre los ojos y mueve los hombros, su pesar es claro. 

-No nos disculpamos nunca en esta fábrica. - murmura.-Ni los humanos que me hicieron esto cuando murieron ni otro de nosotros. - suspira cerrando a medias los ojos. - ¿De donde sacabas la fuerza para disculparte?-

Esa pregunta se la hizo el mismo muchas veces. Cuando debía continuar con los experimentos sin la cadena y conteniendo la rabia que le embargaba por permitirse caer tan bajo. 

-Creo que salía del miedo que me daba dejar de sentir culpa por lastimar a otros.- era una parte de ello.-O porque simplemente deseaba recordar que nos la merecíamos también nosotros. - 

Kissy suspira. 

Poppy en el hombro de la gigante rosa hace su pregunta. 

-¿Ellos saben que los llevaremos a La Guarderia?- le cuestiona. 

-Si. - el perro sacude los hombros quitándose la mochila de los hombros. - Aquí tengo algo para mi hogar. - estaba dispuesto a mostrarles uno de los obsequios que trajo para este lugar. 

Poppy le hace una señal para que cierre la boca y la escuche. Algo aliviada de no tener que secuestrarlos. 

-Amigo, no tienes idea de cómo están las cosas allá abajo. - mira a los humanos preparar el código entre los tres y una discusión. - Tus amigos ya no son como antes.-

Antes de darse cuenta el mismo, ya le tenía una respuesta a Poppy. 

-No los conociste así que no creo que puedas saber si es verdad lo que creas o no.-

La muñeca no busca pelear, manteniendo su voz baja y tono cortés.

-Puede que sea así y no los haya conocido como tú. - junta sus manos en el pelaje de Kissy. - Ellos pasaron cinco años en este lugar y tú esos años no los viviste, ellos ya no serán los mismos así te ausentes uno o dos días. Ahora 5 años son una vida, un tiempo que no compartieron contigo pero sabian que estabas muerto. Te lloraron o no, lo que queda claro es que de ti seguramente ya no esperan ni quieren nada. - 

De alguna manera Poppy parecía haber vivido más que el y puede que sea así. 

Ella ya existía cuando él llegó a este lugar. Ella debía ser mayor, incluso si era así de pequeña y fuera frágil en su cuerpo de porcelana. Era una persona más experimentada que él. 

-Poppy, yo no quiero dejarlos ir tan fácilmente. - 

-¿De que hablas?-

El perro agarra su propio pecho, sabiendo lo que ocultaba dentró de este cierre viejo. 

-Allá fuera mi hermano mayor hizo una familia. - murmura. - El tiene una esposa he hija.- la cabeza le hierve por un segundo. - Ese tipo de mierda tiene todo lo que siempre quise y no es justo.- traga pesado todo ese veneno acumulado.-Crei qué tenía eso en mis amigos y mi gatito… En Theodore pero solo me ganó ser traicionado. - gruñe dejando que esa rabia al fin sea reconocida por sus pensamientos como tal y no ese enojo superficial y casi ingenuo qué había estado experimentando antes de llegar a este lugar y ver solo la superficie de algo que definitivamente es más que malo al fondo del infierno perpetuo. - Yo trabaje mucho por el bien de estos siete malagradecidos, y vengo a cobrarles cada favor que les hice - 

Ya no estaba tranquilo. 

Lleno de resentimiento puro. Ese rencor hablaba al estar agotado mentalmente en menos de lo que esperaba. Atrapado por el dolor de columna que no había sentido hasta que el olor de la estación de tren llenó sus pulmones con espinas llenas de venenosos recuerdos. 

-Entonces debo hablarte sobre lo que nos espera. - dictamina Poppy satisfecha.-Consigue uno de esos teléfonos de pared antes de que bajemos.-

 

Entre los humanos el control del tren fue tomado. 

Henry analiza el rostro relajado de Ryan en la cabina, esperando al perro y a Niko qué ahora se encontraba en el suelo inyectando una dosis de insulina en su brazo. 

-Si no has comido nad-

Queda a medias al verlo sacar un sandwich de crema de maní y plátano de su mochila. Mirándolo con burla le ofrece uno de estos.

-Te debo decepcionar, Quesito y decirte que no me gusta el pollo frito ni la sandía. - 

Henry levantó las cejas al oler claramente algo que si se antojo. Aunque antes de negarse por orgullo tras otra broma racista, notó los ojos de Niko viajando a su espalda. 

Mira y puede sentirse tan sorprendido como aburrido por esos ojos asomados por el borde de otro vagón. 

-Roger. - lo llama. 

El gran azul se esconde sin responderle. 

Niko en el suelo suspira estirando otro sándwich igual. 

Henry queda por un segundo en blanco. Tomándolo para ir con el gigante azul. 

Este queda tieso al acercarse el humano. Pensando en negarse de inmediato a cualquier gesto de lástima. 

-Si te doy esto ¿Me dirigirias la palabra?- 

Lo que llega con este humano es una extorsión por alimento. 

El gigante siente, más que el ridículo en su alma, un deje de diversión culposa. 

Como si esa fuera la forma en la que deberían desarrollarse las cosas. 

La extorsión y la cobardía de ambos lados. 

La cobardía es suya al tomar esa excusa de extorsión para romper la distancia, aunque fuera con solo palabras. 

-No me gust-

Queda a medias al entrar el pan con dulce y fruta a su boca. 

Demonios.

Casi podría echarse a llorar. 

Hace años no comía fruta. No probaba algo que no fuera sangre y carne cruda qué pataleaba. El pan era a un recuerdo viejo y un aturdido sabor olvidado. 

El tenerlo de nuevo en su boca ha roto su capacidad de control. 

Saboreando la fruta y su textura con anhelo. 

En su distracción es ajeno a la mano depositada en su pecho. Algo que era extremadamente peligroso para el humano. Más le traia recuerdos lejanos. 

Recuerdos de un chico satirico y desleal, un muchacho egoísta que lo vigilaba y rompía los juguetes de cualquiera que se atreviera a ser su amigo y aun huía cuando él mismo se le acercaba.

Un chico solitario qué no deseaba serlo realmente. 

Haciéndolo romper la distancia al pegar la frente con su mandíbula. 

-Te amo. - murmura en ese lugar. 

El gigante responde inconsciente agarrándolo por el torso en un abrazo a medias. 

A unos vagones la amarga medicina de la contraria cae en la boca del perro. 

Recordando las veces que abrazo a Theodore frente a otros. Entendiendo el coraje en algunas miradas. 

La mezcla de extraña burla, desdén y enojo qué le llenaba debían ser esos celos que envinagran a los solteros que no soportan ver actos de amor sencillos como un abrazo sin sentirse desechos en su propio interior. 

Aunque no estaba seguro de estar soltero en una situación complicada. 

¿Si te matan es como terminar la relación? 

-¿Ya nos dirás para que trajiste el pie de Mommy?- pregunta Poppy sin notar ese abrazo vagones adelante. 

Ryan viene hacia él junto con Niko. Dejando que el tren se tome su tiempo con la dirección directa a La Guardería. 

-Actualmente no se quién es Theodore ni lo que piensa hacer. - comienza con eso, sabiendo que podría sonar inútil.-Solo se que algo que no podemos cambiar mientras crecemos es la forma en la que reaccionamos al mundo y él siempre fue especial para mi. Eso incluye una de las cosas que me gustaban de él. - 

El grupo no esperaba que iniciará con una sarta de apreciaciones al enemigo. 

-Me encanta rememorar su amplio récord de narices rotas.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de Dulce Hogar. Los pedazos de lo que fue el lobby resaltan en las llamas rezagadas. La pesadez sobre el cadáver de un pequeño CatNap. 

El gato grande lo agarra por la cola, levantandolo para mirar su cara. 

Los dos ojos están apagados y no hay miedo. 

-Duró bastante tiempo escondido. - murmura su compañero, poniendo las dos manos bajo el gato. 

CatNap lo suelta dejando que lo lleve al recibidor. A colgarlo por la cola sin escuchar, ya acostumbrado, a el sonido de los pequeños huesos despedazandose en el nudo. 

El fuego en la casa resalta sobre su pelaje oscureció por la suciedad y su falta intermitente.

El ave apenas amarilla no mira al gato al apartarse de su trabajo. Observando al gato colgado por la cola junto a un pequeño DogDay ahorcado por sus mismos nudos.

-Deberías recargarte. - advierte sin dejar de mirar a las ocho criaturas al fin reunidas en el cementerio colgante en la sala. 

Este felino ruñe al escuchar la recomendación de esta criatura. 

El ave le advierte una última vez. 

-No querrás que ella te atrape sin tu humo. - 

 

Fuera de Dulce Hogar estas palabras son captadas por los restos de una oreja levantada. Cubriendo con sus garras la sangre descontrolada de su pierna desgarrada. 

El escondite en el interior de una plataforma hueca apenas podía mantenerla a salvo. 

Puede observar cada alambre restante luchar a punto de ceder a su peso y abandonarla a la caída libre sobre ese jardín. 

Justo a las doce del día la alarma de almuerzo suena con siu nueva melodía personalizada. 

Escuchando como las bocinas del lugar son vueltas a interrumpir por la voz de un humano. 

Un audio viejo que puede aprovechar para seguir cosiendo su herida sin que la escuche quejarse por el dolor de esta brutal cosedura. 

Ignorando en su apuro cómo ese gato corre por debajo de las plataformas a interrumpir el ruido de su propia voz desgarrada. 

-Dime, CatNap ¿Cuál es la razón por la que a diferencia de tus compañeros, esto no te de miedo?- murmura con esa voz humana. 

Los gritos antiguos son callados y devuelta la melodía del conocido jazz. 

Esos diez minutos fueron provechosos.

La pata de la coneja está otra vez unida a su cuerpo.

Podrá moverse de su escondite al fin. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer .

Chapter 86

Notes:

Hola, buenas.

Capitulo largo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1984

 En la primer casa hogar, diez años antes de La Hora de la alegría 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En esos días todos solían tener mucha hambre. 

Desde los bebés a los adolescentes. En realidad puede que no fuera hombre física pero no había otra forma de percibir. De entender lo que les hacía temblar en las noches y llorar por horas.

Paul no lo sabía. Solo sabía que necesitaba los dulces qué este hombre le ofrecía. 

-¿Son de frutas o sólo de azúcar?-

-De carne. - ríe ese hombre al frente del camino. 

El niño inclina la cabeza confundido. 

-No sabía que hubiera dulces de carne. - 

Este hombre se ríe y asiente. 

-Solo sigue para que los conozcas. - le dice tan alegre como al inicio del camino. 

Este niño pequeño y rubio no duda en seguirlo entre los pasillos de esta institución. Llegando a la parte trasera del edificio y a las puertas de la salida. El cielo del mediodía golpea en sus recuerdos, apenas es visible. 

Lo único grabado en su memoria es el sol golpeando desde arriba, el olor del único árbol cercano y el aceite de motor. 

-¿Ustedes no viven en el tercer piso?- pregunta confundido por tener que salir de la casa hogar para conseguir dulces. 

Este adulto sonríe y apunta al estacionamiento. 

-Lo siento, niño. Creo que debemos ir a comprarlos, ¿Crees poder ir conmigo?-

El niño mira al interior del edificio y a la camioneta en el estacionamiento. 

-No lo sé. - murmura. Antes de pensar más en esto, una cosa fea pasa y lo empuja dentro del edificio. 

Es ese Niño raro, peleonero y sucio de la zona fea del edificio. Esa piel quemada y roja parece más sucia cada día que pasa y los moretones repartidos por su cuerpo y rostro hacen que resalte como un pedazo de pan lleno de moho. Era un chico raro y extraño. 

Este le mira de lado un momento. Con una mueca tan preocupada como desdeñosa. 

-El tarado este no quiere tus malditos dulces. - le advierte al adulto que podría ser dos o tres veces él. 

Este lo mira de arriba abajo. 

-Quítate del camino indio. - le advierte empujándolo. Es fácil por su tamaño y más fácil agarrar a Paul por el cuello de la camisa. 

-No debes pegarle. - este niño mira al chico que cayó al suelo y vuelve a la carga con una carrera llena de furia desmedida y para la poca percepción de su situación a Paul le parece exagerada. 

Mordiendo a este hombre y pateandolo desde el brazo. No son golpes dispersos, todas las apartadas rápidas son a su hígado, agarrándose con brazos y diente para que no lo pudiera volver a tirar contra el suelo. 

-¡No te llevarás a nadie!- grita llena de saliva y la sangre del hombre, sin soltarlo incluso cuando este adulto ya lo está golpeando su cara.

De verdad era como un perro necio. 

Algo más grande y feo llega y es un puñetazo acompañado por el gran salto de otro chico. No es tan defensiva su ayuda, llegando a ser una carga al usar la espalda del moreno para llegar a tirar del hombre y obligarlo a agacharse y alcanzar su cara entre los dos. 

Callado golpea a este hombre directo en los ojos, solo apoyado en el chico moreno hasta obligarlo a retirarse al ser los dos. Rebuscando en su pantalón, saca algo del cinturón. 

Paul, apartado de la confrontación al ser tan espontáneo y violento como para pensar tan siquiera en acercarse, abre grande los ojos grandes al ver un arma en la mano del hombre. Los dos apenas reaccionan antes de poder apartarse antes de ver ese cañón sobre la cara del más alto. 

Llegando algo que no es feo y además es todo lo contrario. 

Una chica desde un pitó ciego con una vara de hierro a golpear a ese hombre directo entre las piernas. Repite el golpe en esa mano, haciéndolo tirar el arma. 

El moreno la pisa rompiéndola. 

-¡¡¡Asusta a tu madre con juguetes, viejo asqueroso!!!- le grita pateando los restos contra el hombre hecho una bola con sus manos cuidando sus joyas familiares. 

-¡Ya vámonos!- gritó la niña al verlo en el suelo. - Vuelve y te castramos, maldito. - le advierte esta chica dejándole la vara sobre la cabeza. 

El par lo deja en el suelo. Corriendo de vuelta al edificio. 

Ella lo levantó del suelo donde cayó presa del susto. 

-No te quedes atrás. - le insta esa niña con esos grandes ojos de color oscuro y bonita piel llena de pecas y un rostro valiente. 

Esta sensación en su pecho lo hace seguirla sin dudar. Enmudecido y tornándose del color de los cangrejos hervidos. Sudando como uno y temblando como una gelatina en plato de viejito. 

Su mano es un maldito queso aguado y siente que está muriendo de vergüenza al ser más lento que ella. 

El par de feos le sonríen. Una vez vuelven al interior del edificio. No lo dejan ir a su propia ala, llevándolo con ellos a la rama vieja del gran edificio. 

El cambio es claro. 

Desde los niños de piel distinta a los empleados que fuman en una ventana sin hacer más que platicar entre ellos. La niña lo cubre al pasar por un lado y hacerlo internarse más en este lugar. 

Huele mal. La comida podrida y la basura acumulada en los pasillos apesta. 

Paul tuvo que esquivar algunas cucarachas al seguirlos. 

 Riéndose ese moreno al ver una paloma volar del pasillo lleno de basura a la ventana abierta. Al final del último piso y más falto de ventanas funcionales. Era plástico pegado con cinta adhesiva lo que cubría del viento y la brisa fría del exterior. 

El cuarto a donde lo han traído es grande, lleno de cajas apiladas. De estas una niña se asoma al verlos llegar. Corriendo a saludar a la chica. 

Ese moreno lo sacude por los hombros al pasar por su lado. 

-Te quedarás con la curiosidad de lo que es un dulce de carne. - la burla es de ese chico. 

El más alto le pega en la nuca, apático murmura algo que Paul no escucha a tiempo y vuelve a sentarse en una esquina con un libro feo y aburrido en manos. 

Esa niña pequeña es llevada por el moreno a una caja, donde le muestra una botella medio vacía. 

-Me tengo que ir. - les dice la chica antes de que Paul tome valor para preguntarle su nombre. 

Esa niña lo miró al seguir en el camino. 

-No salgas de aquí o ese tipo te hará daño. - le advierte seria. Tanto como puede ser una niña. 

Paul asiente, moviéndose para darle paso. Ella lo deja de lado una vez no puede salir. 

Queda solo con estos tres chicos. 

Debe conformarse con observar al otro chico peinando a una de las niñas del ala femenina. Era extraño ver a una de las pequeñas fuera de esa sala llena de niñas. Ningún trabajador las dejaba ni asomarse afuera una vez llegaban

-¿Porqué estabas escondida?-le pregunta a ella acercándose a tocar su cabello tan raro. 

Ella le mira y vuelve a esconderse en la toalla.

Esa otra mano le aparta con un empuje suave. 

-No toques a nadie sin permiso. - es una advertencia seria.-¿No querías dulces? Ahí hay, escarba. - le apunta a una caja. 

Paul aún no supera ese empujón ni que fuera tan serio. Era como ser regañado por un adulto. 

Más esa caja le hace sentir curiosidad. Caminando hacia esta dispuesto a revisar. 

-¡No es justo que le des dulces!- sorpresivamente de otro montón de cajas salta una niña más alta y enojada.-Ni lo conocemos. - 

-¡Aha!- grita por el susto y con ello cae sobre la caja. 

La maravilla de encontrar hasta galletas debajo de lo que parecía un montón de trapos viejos lo hace reír. 

A la niña no le ocasiona gracia. 

- ¡¿No nos costó demasiado conseguirlos?! ¡Bubba, di algo!- reclama al más alto. 

Este chico esconde el rostro en el libro. Esas orejas oscuras se colorean de un profundo rojo. 

-Deberíamos advertirle de no abrir la boca. - lo dice entre tartamudeos y temblores qué lo hacen sudar profusamente. 

-Eso. - apunta el niño moreno. -Rubio, nos debes silencio y no decirle a ningún adulto nada de lo que veas o hagamos. - le advierte y vuelve a concentrarse en el cabello de la niña. 

-Vaya. - la chica rubia gruñe frustrada al verlo tan tranquilo y al otro escondido en su libro. 

-¿Por qué hay tantas niñas entre ustedes?- pregunta nervioso. 

–Y falta Monik. Fue a conseguir crayolas.- murmura la niña, agarra de paso una galleta. - Mira, esta es más rica. - con un cambio extremo de le ofrece este paquete de galletas.-Son de nueces y son caros.- le deja las galletas y va a sentirse junto al más grande, recargándose en su hombro. 

Paul decide probar estas galletas y comprobar que era verdad. Eran galletas muy buenas. 

Su atención va a la niña con la toalla en el cuello. 

Esta niña es pequeña y lo mira de soslayo. Igual que un ave de corral le observa con el cuello encogido dentro de la toalla que ese chico le puso para no manchar su ropa vieja con aceite. 

-Ojalá alguien me leyera el instructivo en voz alta. - suelta la indirecta mirando al chico atrapado en su propio libro. -Nunca había usado un peine caliente… wow… - se nota más al verlo preguntarse si debía usar un encendedor o un cerillo en el peine que consiguieron. - Tal vez si me alejo y soplo el fuego… - 

Paul toma la revista y lee sin decirle nada aunque el niño ya retrocedió y la niña, como buena niña, coopera escondiendo la cara en la toalla. 

-Si le enredamos el cabello, podemos hacer algo diferente. - apunta el niño en el suelo. 

-Yo no quiero wicks. - le reclama la niña sin salir de su escondite en la toalla. 

El chico aprieta los labios y vuelve a leer. 

-Ni sabes lo que son. - 

-Tu las tienes, son como las de mi papá.- la niña vuelve a quedarse callada y tristes sus ojos se van humedeciendo. 

-El peine caliente debe ser eléctrico y de metal. No de plástico. - interrumpe Paul. 

El niño vuelve a su lado con los cerillos y la gasolina en manos. 

-¿No es de plástico?- mira la peineta en su mano. - Ok , no valía diez dólares.- suspira dejando caer la gasolina dentro de esa botella al interior de una cesta de ropa sucia. 

Paul continúa leyendo la corta guía de peinado esponjoso y grande como una nube en la corta publicación con apenas una esquina del rostro de una mujer de piel oscura. 

-Aquí dice que hay que alisar su cabello, llenarlo de producto y luego peinarlo hacia atrás con la peineta para separar los mechones. -mira a la niña. - No se que hacer. - dictamina al decir algo que no entendía pero podía repetir. 

El niño moreno lo piensa y tras un minuto de consideración decide peinarla con eñ mismo aceite de coco. 

Primero alisa su cabello. Tardó poco al estar mojado. 

Lo sacude y comienza a poner ese aceite en su cabello, hasta humedecerlo. 

-No alcanza a la raíz… Espero que no sea como sembrar papas. - suspira preocupado al no alcanzar la botella que compraron a una chica mayor. 

-Soy una papa. - ríe la niña. Sacude su cabeza y ese peinado crece por el movimiento. 

-¡Eso, vamos Mary , arriba y a bailar! ¡Arriba y vamos a sacudirnos!- la anima ese niño poniéndola de pie. 

Le muestra cómo sacudir la cabeza al hacerlo el mismo. El chico parece más una rata arrastrada qué un chico al levantar la cabeza y mostrar el resultado de su sacudida. 

Ella lo imita riéndose. Poco a poco y entre las risas y el mareo su cabello toma vida al secarse. Volviéndose lentamente una nube y sus pasos mareados la llevan a sentarse entre risas. 

El fin de este enredado intento de peinado es el chico amarrando un lazo rojo en su cabeza. 

-Que bonito, se nota que yo lo hice. - sonríe al verla ya arreglada.-Qué bonita eres, amiga. - le toca una última vez su cabello. Llevándola a verse en el reflejo de un pedazo de vidrio recargado en la esquina. 

La niña sonríe comenzando a girar al ver su cabello. 

-Aunque tú terminaste todo asqueroso. - se burla esa niña morena de regreso al cuarto. 

Paul vuelve a convertirse en un nervioso cúmulo de cangrejo hervido y callado. Aunque ahora puede ver algo en los brazos de la niña. 

Un bulto entre sábanas. Es un bebé y parece dormido. 

Esta visita llama la atención de todos. Acercándose a saludar al bebé y en caso del más grande. Arregla una de las cajas con trapos para acostarlo.  

El moreno espera a que suelte al bebé, levanta las manos y corre hacia esta chica para llenarla con el aceite en sus manos. Ella corre y ríe al esquivar. Saltando entre las cajas y las bolsas del suelo. 

La chica logra tirarlo y subir a la litera lejos de su alcance. 

Las otras niñas y el chico aún observan al bebé dormido. Con sus manos llenas de los ingredientes secos de lo que sería formula para un biberón. 

Las risas del pequeño grupo llegan a quedarse clavadas en su carne. En su centro como el primer día que se sintió de verdad vivo. 

Aunque en ese momento Paul hizo algo muy diferente a quedarse con ellos. 

Saliendo del cuarto y con un par de dulces ocultos bajo el brazo. Como un ladrón con un destino fijo. 

La oficina del director del lugar. A compartir el escondite de las niñas que se creían habían escapado del edificio. 

Más seguro que nunca al ver a ese bebé. 

Su camino es lento al no conocer esta ala. Mirando por la ventana los edificios lejanos a esta construcción apartada de la ciudad. El sol estaba inclinado y su calor apenas era perceptible a causa de la brisa helada fuera de las paredes y ventanas destrozadas. 

Paul no pertenecía a esta ala. Su zona era con los otros niños de su color. 

Con ese trabajador amable y más personas que solían llevarlos a jugar. Solo debía regresar y estaría en un mejor lugar que esa habitación sin camas y solo un armazón de hierro y trapos. 

-¿Vas a decirles que ellas están con nosotros?-

Su sobresalto lo hace mirar al chico a su espalda. Aún huele a ese aceite dulce y sus manos brillan. Es extraño verlo a él y ese cabello revuelto y largo. No se sentía seguro estar con él y sus ojos brillando al sol, como piezas de lava. 

No era seguro estar cerca de alguien que lo miraba tan fríamente de la nada. 

-Si. - admite intimidado por su apariencia.Era más pequeño, y no conocía el lugar. 

La disparidad entre ellos era muy grande. Desde su solo aspecto y color a su ropa vieja y roída. 

No eran iguales. Paul era mejor, lo trataban mejor que a este grupo y puede que esto sea por algo. 

Este chico le apunta. 

-Mira. - le ordenó enojado. 

Paul no puede contener una sonrisa nerviosa y sus ojos bajan asustado. 

-¿Tu dedo?-

-No. - niega enojandose muy claramente. - Mira lo que apunto. - le ordena otra vez. 

Paul levanta la mirada y lo ve, sigue ese dedo y su cara vuelve a ponerse roja al darse cuenta de lo que apuntaba este chico. Gira y se tapa la entrepierna. 

-¿Qué rayos haces?- le cuestiona enojado. 

Este chico le apunta a la cara. 

-Eso que tienes ahí, lo tienen los adultos y el eso de ese tipo estaría ahí. - le apunta a la boca acercándose. - Eso era lo que te daría en ese carro. - lo mira serio. 

-Asco. - exclamó cubriéndose la boca. - ¿Por qué?- cuestiona limpiándose algo que no pasó pero el reflejo de la mención le hace sentirse asqueado. 

-Porque les gusta, no se porque, solo les gusta y si te agarran… - los ojos de ese chico van a la ventana. Llenándose su rostro de la luz del sol. - No te dejarán ir.- sigue el vuelo de una paloma fuera del edificio. - Te haré como esa paloma si decides decirles que mis amigas están aquí. - le advierte. 

Paul mira a esa ave aterrizar en las ramas del árbol. 

-¿Me harás volar?- pregunta confundido. 

-Si. - 

Volar es diferente para ambos. 

Ese chico piensa en tirarlo para mantener a sus amigas a salvo pero el rubio va más allá. Imaginando algo más divertido en su inocencia. 

-¿Cómo sabes que él quería eso? Me trata muy bien a mi y a los otros. - 

El chico entrecierra los ojos y lo hace acercarse a la ventana. 

Paul, de estar despierto y darse cuenta que antes se le amenazó con tirarlo por la ventana se asustaría por este movimiento, ahora solo mira lo que le apunta. 

Eso en el patio lo hace regresar atrás cubriéndose la boca asqueado. 

No era un niño ni una niña pero ver que alguien de verdad podía meter eso en la boca le hizo sentir náuseas. 

Fuera del edificio una pareja de años mayores hacían exactamente eso. 

-Eso es lo que le hacen a los que se llevan. - le advierte el chico. - Y eso es lo que te pasara si regresas. - 

Paul sujeta su cabello. Asustado sin saber que hacer y esto lo hace tirar lo que apenas se robó de estos niños. Su vergüenza y el miedo a ser golpeado lo hace retroceder al verlo acercarse. 

-Te los dimos, es tuyo. - los devuelve a sus brazos. - No hables de mis amigas. - es todo lo que le dice al decidir regresar a su cuarto.-Nadie debe saber que están con nosotros. - 

Paul lo sigue como un reflejo. 

-¿Que haces?- pregunta al verse perseguido por este niño. 

El rubio tiembla al ser increpado, mirando al suelo. 

-No quiero volver… Ustedes le pegaron y seguro estará enojado conmigo. - 

El chico le sonríe estirando su mano. 

Paul intentó tomar su mano. El chico apartó la mano y le miró sospechoso. 

-Pago por entrada. - le exige abriendo y cerrando la mano. 

Paul frunce el ceño al entregar el dulce en sus brazos. 

El chico comienza a reírse al recibir ese paquete de galletas. Cerrando la distancia entre ellos le rodea los hombros con el brazo. 

-¡Bienvenido, amigo!- lo celebra ya de camino de regreso a la habitación abandonada. 

Paul suspira al recuperar ese paquete y deja de sentir el viento frío al ser cubierto por este chico. 

-Y ya que te llevabas bien con ese tipo, ¿Tu viste donde guardaba las llaves del portón del estacionamiento?- le pregunta al tenerlo bajo el brazo. 

-En un cajón sobre la medicina en el cuarto de enfermería. - recuerda eso al haberlo visto peleando con un trabajador aparte. - Por Cierto, ¿Cuál es tu nombre, amigo?-

Hobie le pellizca la nariz. 

-En la vida se presenta primero el curioso.- le corrige al soltar su nariz.-No abres la puerta a desconocidos, ¿Verdad?-

Paul piensa y decide decir por primera vez en meses el nombre que su mamá le dio y no el escrito por el funcionario. 

-Polly. - 

El niño acerca el rostro a su cara, busca la mentira pero no la hay. Solo la pregunta para saber la razón para que este chico lo estuviera mirando tan insistente. Por sus malas costumbres le muerde la mejilla rápido. 

El rubio apenas reacciona pero el moreno ya estaba presentándose y fingiendo que nada había pasado. 

-Me parece bien , yo soy Hobie Black, puedes decirme Hobie o Cariño mío.- sonreí apretando y soltando el abrazo.-Hasta puedes besarme.-             

El rubio limpia su mejilla de los restos de saliva. 

-Vete al diablo, marica, no te llamaré cariño. - ríe Polly al tomarlo como una broma. Olvidando esa mordida. 

Hobie ríe y lo empuja corriendo adelante. Polly tropieza pero logra seguirlo hasta volver a quedar bajo su brazo. 

El chico castaño le sonríe una vez lo tiene en su poder. 

-Gracias por quedarte con nosotros, Polly. - 

 

 

 

Fuera del edificio es posible ver esas grandes rejas de metal. Cubiertas por la maleza y la suciedad acumulada sobre óxido. 

Rejas qué detienen el avance del auto con la inscripción PlayTime co.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las raíces se han descompuesto

                                                                                             El plástico es perecedero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997 

Tres años después de La hora de la alegría. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos saben lo que harán a partir de ahora. 

No chocar el tren era lo mejor a tomar en cuenta al momento de ir a ese lugar tan peligroso en palabras de los propios monstruos. 

DogDay quien es Hobie. No sabe mucho sobre relaciones. 

¿Quién puede explicarle qué hacer al salir herido de un encuentro emocional tan turbulento?

 En realidad no se sabe cuánto ni qué tan fuerte se enamora una persona hasta que ya cae en el abismo de esos sentimientos. Atrapado. 

Pensar por un segundo en lo peor que podría hacerte la persona que amas y sabrás que perdonarías el doble que eso. El mundo. 

Una herida a alguien de la familia podría ser el límite inicial y cambiar a una infidelidad cuando ya se cruzó lo que no se debía cruzar. Nada de terceros en una pieza de dos. 

Así mismo otros tendrán de límite la infidelidad y perdonarán las heridas a familiares. Desprovistos de lealtad. 

Aún más, perdonarán la humillación pero no un daño monetario. Ambiciosos. 

Ahora mismo el perro piensa en si en algún momento le puso un límite a Theodore. Nunca. 

No se puede perdonar algo que no se hizo. Aunque es obvio. 

No se puede perdonar algo que está más allá de los límites si no los había en un inicio. No hay límites. 

Porqué en realidad nadie se hace esa pregunta al enamorarse, simplemente caen y dejan a la suerte y la voluntad de a quién aman su propia seguridad. La seguridad es una moneda mirando en el aire. 

No pensó en ponerle límites a Theodore porque él no planeaba herirlo y así mismo no pensó en ningún momento que Theodore lo lastimaría a él o a sus amigos. Sincero y puro. 

Simplemente fue estúpido, ingenuo y arrogante. 

Entonces… Después de que el primer gran daño que sufrió era el ser traicionado, es cruzada otra frontera por algo más allá de los límites establecidos. 

¿Qué tan lejos estaba este cuerpo de los límites?

Cuando la familia, el valor físico y la dignidad son pisoteados. ¿Hay un límite más para plantearse después de esto?

Correr fuera del tren a ver este cadáver en las vías es casi tan desesperado como su mente buscando ese nuevo límite inexistente. 

-¡¡Christian!!-

El grito de ese humano viene desde atrás. 

El tren se detuvo en medio de las vías. Tan solo para no chocar con el cuerpo azul en estas. 

Atrapado en las vías el cuerpo de su amigo azul yace atado por cadenas. 

Algo estuvo arrastrándolo. Ahora no lo estaba y más de uno de los pequeños Bunzo de la fábrica arrancaba su carne desde la pierna cercenada y sus heridas repartidas.

El perro usa la graba para alejarlos con esta al lanzar esta tierra. 

No lo quiere así pero más de uno es herido y corren. Otros fueron devorados por Huggy antes de que pudiera detenerlo. 

El perro toma al elefante por los hombros arrastrándolo al tren. 

-No lo subas, no sabes lo que hará. - le advierte Poppy. 

DogDay tiene mucho que decir. 

-¿Quieres matar a esa cosa con tu tamaño? Mejor no intervengas ahora. - le advierte agarrando al elefante por los brazos al subir al tren con un empuje qué termina por arrancar esas cadenas y la piel sintética cae al trabarse en las vías. 

–¡Maldita sea!- Niko sube al tren sin saber qué hacer en realidad. No puede con el peso de las cadenas y mucho menos sabe como ayudar con las heridas de su hermano. 

El perro va a la cabina. 

-Dirigelo a la zona contraria, no importa si hay humanos. - le ordenó a Ryan. 

-Meteras en problemas a Boxy. - 

El perro mueve los hombros pensando cómo podía actuar ahora, en todo lo que se podía hacer en esta situación. 

Afuera el gigante azul destrabar las cadenas y liberar las vías. 

-No he visto a ese tipo en años , si vas a tomar una decisión hazlo después de interrogarlo. - le aconseja juntando todas las cadenas consigo. 

Dog Day piensa y apunta a Henry. 

-El mapa, guíanos a una de las bodegas de descarga. - le ordena. 

El mencionado revisa el mapa lo más rápido posible. 

-En el desvío, hay una bodega al centro. No hay agua ni servicios.-

-Ninguno de nosotros debería estar en ese lugar. - apunta Huggy. 

Lo único que necesitaban los grandes era agua hasta cierto punto. 

En esta zona no debería haber nada de agua ni yeso siquiera para consumir calcio. 

El tren fue puesto en marcha. Dejando atrás esa zona oscura. 

La sangre fue olvidada. Así como el rastro de arrastre desde el frente de las vías. 

 

El viaje a dicha zona de descarga fue más rápido de lo que podría ser bueno. Pueden encontrarlos rápido. Llegando a este lugar bajan al elefante arrastrándolo. 

La sangre deja rastro y no había cómo borrarlo. 

El perro lo llevó a una bodega oscura. Tirándolo al interior, entra con él. 

-No abrán hasta que les de la señal. - ordena a Ryan. 

El mismo levanta las manos antes de disponerse a cerrar. 

-¿Qué diablos planeas? ¡No puedes encerrarte con mi hermano!- le reclama Niko bastante enojado. 

El perro mueve las orejas mirando al cuerpo tan sólo por un segundo. 

-No entren. - ordena cerrando él mismo. 

Niko levanta la cabeza al ser dejado fuera. 

-¿Qué?- cuestiona apretando los puños. 

-Si ese chico no es útil, deberá matarlo. - le avisa Ryan. 

-No, no vine hasta aquí para que lo maten ahora. - declara perdiendo la compostura. 

Ryan lo sujetó por el cuello. 

-A ese tipo no le importa nada más que tu hermano y los otros, no creas que si lo mata es porque es un idiota. - no es bueno para convencerlo decirle esto exactamente. - Si ese elefante ya no es tu hermano, será mejor dejarlo ir. - le dice esto decidido.-Si este lugar lo mato antes que a su cuerpo, ya no quedará nada más que evitar que le hagan más daño.-

Niko mira a la bodega y su cuerpo se tensa. 

-No. - decide tomar asiento. 

Ryan pierde algo de color al ver el arma en sus manos. Lo revisa pero es definitivo, Niko le quitó el arma. 

-No pienses demasiado. Si esto sale como quiero te la devolveré. - lo promete esperando. 

Henry en el tren continúa pensando en lo que vio en las vías. Sin ver lo que sucede a sus espaldas. 

No le veía sentido a lo que vieron. 

Los grandes de cada piso estaban en su posición. 

No había razón alguna para que el elefante estuviera siendo llevado a la zona de Mommy… O de Boxy Boo. No cuando las cadenas apuntaban al lado contrario. 

-No lo estaban llevando como alimento… - esa sospecha le llega lentamente desde el fondo. 

Revisa este mapa una vez más. 

La bombilla fue marcada con rojo pero este seguía vivo y en caso de las construcciones de La Guardería. Más de una estaban libres de rojo. 

-Si no es muerte… ¿Qué hay en esos lugares?- lo pregunta confundido por este color repartido en tantas ubicaciones. 

-Es el territorio de CatNap. - 

La respuesta es de Poppy en la mesa de funciones. Ella puede ver a los humanos discutir pero no quiere intervenir. 

Henry mira esa bombilla pintada con rojo. 

-El elefante perdió la pelea territorial. -  

Poppy levanta la cabeza lentamente. 

-El elefante no estaba siendo arrastrado por nadie. - 

-Era él mismo huyendo. - 

Escuchan el fuerte impacto desde el interior de esa bodega. 

 

 

 

Desde hace unos minutos. 

Cuando el perro cerró esa puerta con fuerza y encendió una linterna de inmediato, esta fue sacada de su roto cierre, miro al elefante casi destruido por cortes en la espalda. Sus primeras acciones fueron correr a rodear al elefante con las mismas cadenas, desde el cuello a las piernas y entre estas, uniendolas con el cuello en equis. Hizo cada enredo esperando lograr que este terminara quedándose quieto por sí solo al despertar. 

Aún deseando que sea el mismo de antes, y tomó una decisión tan estúpida esperando qué como en el pasado su amigo tome la decisión más difícil para el mejor resultado. 

Escuchar y esperar. 

Apaga la lámpara observando sus propias manos por unos segundos que por dentro fueron horas para su corazón. 

Cómo saludar a su hermano es preocupante. Solo actúa. 

El chico que decidió debía ser su hermano en la siguiente vida. Era difícil hacer algo. 

Decidió actuar al escuchar una inhalación profunda por parte de este elefante. 

Lo patea directo en el estómago. Repitió el impacto un par de veces, logrando que este comience a quejarse antes de despertar. 

La reacción fue inmediata una vez lo lastimó tras la tercera patada directa al rostro. 

Eran cuatro metros de músculos, sea que esté herido o no, aún era peligroso.

 No duda en clavar una de esas varillas en su espalda. 

El grito de este es contenido entre dientes. 

-Puta madre… - gruñe el elefante al toser sangre. -¡Solo matame, maldito!- gritó sacudiendose. Esto hace las cadenas apretarse y su cuerpo salta al sentir la presión donde no debería sentirla. Un par de cosas que Hobie no debió ver pero ahora las puso en práctica. Como siempre en su inmadurez, creyendo que las personas hacían esto para intimidar a otros. Pues en caso de este elefante, considerenlo intimidado. -Mierda… escalaste. - murmura exhalando. 

Dog lo giró boca arriba, apuntandolo con esa linterna. 

Bubba cerró los ojos por un momento antes de gritarle y mirar ese rayo con mucha rabia. En este se puede ver su figura , esas orejas grandes y la coloración amarillenta. 

-Hijo de puta, traidor. - apunta enojado. 

DogDay inclinó la cabeza a un lado. Encestando una patada directa a la cara de Bubba. 

-No quería tratarte tan mal. - murmura después de verlo escupir sangre. 

No es para nada el bonito reencuentro que desearía tener con su amigo. 

-Vete al carajo, imbécil. - murmura Bubba apenas consciente. Entre la pérdida de sangre y el dolor, todo lo estaba llevando de nuevo al sueño.

El perro en cuestión comenzó a hacer algo aun más molesto. Intento abrir su cierre. 

-¡¡No me toques, no me toques, no me toques!! ¡¡¡No te atrevas a tocarme, come mierda!!!- ruge pateando como podía, ya ni pensaba en la cadena en su cuello ni como amenazaba con arrancarse él mismo la cabeza. Comenzó a luchar, esperando esto mismo. 

Igual que un perro atrapado, intentó suicidarse antes que dejar que esto escalara más allá. 

La cadena en su pecho fue tirada hacia arriba con ese tipo encima, pisando junto a su cabeza, respira exhalando apenas algo de vaho. Mostrándole una botella de medicina cutánea de color morado. 

Exhausto hasta casi morir, mira a este perro fijamente al estar la linterna tirada en un costado de la bodega. 

Su espalda encorvada termina por rendirse y su cabeza toca el suelo al dejarse ir. Ya estaba al límite. 

No había más fuerzas que arrancar de su centro. Estaba agotado, más allá de todo lo posible. 

Cansado respira mirando a la pared de la bodega. 

El perro lo regresó al suelo. Revisando el cierre unido apenas con alambres y tachuelas dolorosas. 

Las desclava sin poner atención a sus gruñidos. Lo abre sin importarle lo que llegaba a ver, ya sean las cicatrices o las mordidas y las muchas piezas de papel de libros ya casi borradas. 

Lanza sin cuidado el libro de la rueda de la fortuna a una esquina. 

Los ojos del elefante siguen ese libro y se quedan este mientras el perro lo cateaba y comenzaba a limpiarlo. 

Esto lo hizo regresar a verlo. 

No era con agua, eso sería bueno de ver. 

Es con un montón de toallas húmedas y alcohol, eso usa para limpiar las heridas infectadas y su pelaje. 

El elefante frunce el ceño y vuelve a mirar a ese cuaderno. 

-¿Cómo escapaste, Harom?- pregunta en un momento. 

El perro le limpia la esquina del ojo con una toalla. 

-No lo sé, no soy Harom. - responde sacando un vidrio de esa zona. 

El elefante lo mira de lado. Decide agredir lo con un fuerte golpe de parte de sus patas heridas. 

La patada lo hace impactar contra la pared de la bodega. 

El elefante inhala y Exhala. 

-No intentes jugar…. - advierte aún más cansado después de eso. Ya no puede moverse, respira apenas. Logrando que ni lo parezca y su voz no sea audible más que para el perro. 

Él perro vuelve con un rostro tranquilo. 

-No vuelvas a hacer eso. Estoy sensible. - le advierte sentándose a su lado. 

El elefante cierra los ojos, su mal humor no supera lo casado que se encontraba. 

Esas palabras solo le hacían enojar. No le daban fuerzas, solo era cansancio sobre cansancio. 

-Bubba… - 

Levanta la mirada fastidiado por este interrogatorio extendido. 

-¿Qué te han hecho todas estas personas?- le pregunta sonando sinceramente derrotado. 

El elefante lo observa fijamente, confundido por eso tan extraño a mencionar

-Harom, vete al carajo. - le dice en un hilo.-Todo esto es tu maldita culpa, perro traicionero. - 

El perro lo mira acercándose. 

Esto fue muy diferente. 

El elefante siente cada fibra de su cuerpo saltar lleno de una sensación de pánico sin igual. 

-No-

-Lo siento, lo siento y tanto, hermanito. - 

El abrazo lo aprieta en un cuerpo más delgado que el propio. Definitivamente no llegaban a ser iguales. 

Pero la sensación fue sobrecogedora. 

Necesita más de un minuto para darse cuenta de algo. 

Este perro tiene las dos piernas completas y su oreja también estaba en su lugar. 

La cabeza de Bubba comienza a sentirse ligera en la incredulidad. 

-No hagas esto. - murmura inclinándose para verlo como otra maldita broma. 

El perro le sujeta el rostro uniendo su nariz y la base de su herida trompa. 

-Te sacaré así sea en pedazos, así que reacciona de una vez. - le ordena suavemente.

-No. No es así. - lo niega de inmediato. 

El perro suspira. 

-Bubba, deja de darle vueltas y reacciona. - 

-No, no… - sus ojos bajan sin creerlo aun. - No puedes ser tú, no tú. - murmuró perdiendo aún más fuerzas. 

El corazón del elefante amenaza con detenerse de lo lento que to qué late. 

-Bubba… - suspira apartándose de él. No había pensado bien en cómo acercarse a ellos.-Bubba, ustedes… - El decirle que lo traicionaron seguramente no causaría una buena impresión. Lo piensa y decide otra forma de hacer este acercamiento. 

Uno más pesado. 

-Solo vete al carajo. - le amenaza el elefante agitado. 

-Cuando te di ese baño tenias una herida en el cuello…-

El elefante queda en cero al escucharlo. Recordando muy claramente ese día. 

-Todos los niños creían que eras un peleonero sucio y que por eso estabas lleno de golpes…- mira sus propias manos evitando sumergirse en ese recuerdo, es difícil porque era a donde debían ir. - Yo sabía que lo que tenías era un chupete porque a mi me hicieron eso también… y cuando te dije que sabía lo que era , te rascaste tan fuerte que casi te arrancas la piel. - miro al fin al elefante. - Te di ese baño para que no hicieras eso y aunque no lo recuerdes, tú también tallaste mi cuello, me ayudaste a limpiar esa suciedad. - rasca esa zona de su cuello. - Ya no estaba ahí, era algo sanado hace mucho tiempo pero tu sabias que yo aún la sentía y me ayudaste.- es algo molesto ese pesar en su pecho.-Sabes que me gustan los cuellos altos por eso, me conoces y yo a ti. Sé que te gustan los muslos gruesos y la gente ruda. Y sabes que solo cuando me ayudaste, pude sentirme mejor, esa es la razón por la que siempre piensas en ese día. Era la primera vez que ayudabas a alguien. - la sensación de la traición esa cala por su columna.  

Lento.

Muy lento. 

Es como ver un cubo de hielo derritiéndose. 

Esa mirada rencorosa cambia a la certeza, a una mirada cargada de inherente reconocimiento. 

No es como esa mirada superficial y fría por parte de Mommy sino unos ojos vagos sin apenas algo de interés convirtiéndose lentamente en las mismas gotas cristalinas del pasado.

Bubba mira al perro y a las cadenas atadas de forma tan descarada sobre su cuerpo. La mochila burda y fea en una esquina y las toallas húmedas usadas en su pelaje. 

Era claro. 

Objetos que no deberían haber en la fábrica y el estado de ese pelaje descuidado por los años. 

-DogDay… - suspira. 

El perro no responde. Espera a que lo procese. 

El elefante pasa más tiempo pensando. Observandolo fijo. 

Engulle los detalles de su pelaje. 

Los cortes qué vio en ese cuerpo el último día que estuvieron presentes. 

Desde los cortes de las mordidas de Mommy a la piel sin pelo, las cicatrices y el pelo destruido por la humedad y el tiempo. Lleno de manchas de humedad y suciedad que no se podían reparar. 

-¿Dónde?- pregunta seco después de diez minutos. 

-En bolsas de basura bajo tierra. - le informa sonriendo. 

-¿Como?-

-No tengo idea, solo estaba ahí mientras los gusanos me comían y el hongo crecía. - 

-¿ENSERIO QUIERES QUE CREA ESO?-

El perro mueve los hombros nada interesado en pelear. 

-Bubba, lo que te acabo de decir es lo que sé. De ti es que esperaba las respuestas. - 

Bubba lo mira de arriba abajo. Piensa. 

-¿Que fué lo último que comimos?-

- Es carne hervida, siempre era lo mismo.-

- ¿Que guardabas en tu cierre?-

-Pan, dulces y cigarros. - 

Bubba piensa pero rápido el presente le trae de regreso. 

-Ustedes me traicionaron. - 

Bubba nueve las orejas. Había olvidado esa parte. 

Dicha cuestión la había dejado de lado después algún tiempo concentrado en la pérdida mucho más allá de otro pensamiento hacia su hermano muerto. 

-DogDay.-

-No creo que esté listo aún para escuchar lo que vayas a decir, Bubba. - voltea a ver las heridas en su pierna destrozada. - No creo que puedas sanar sin comer algo. - murmura revisando la bolsa. 

De esta la pata de Mommy cae y Bubba abrió mucho los ojos. 

-La mataste. - 

-No fui yo. - saca una caja del fondo, resonando el metal de esta bolsa. - Vengo con gente, con humanos. - sacó al fin lo que traía en la bolsa. 

Los ojos de Bubba viajan a sus manos. Notando la tremenda lata de guiso en su poder. 

Leyendo, como todo buen adicto, el nombre del alimento en el interior. 

Brillando el nombre Gumbo en dorado y fondo rojo. 

La saliva de Bubba comienza a caer por las comisuras de su boca. 

Hasta que esa lata fue abierta y el olor de la carne y los embutidos con salsa llenaron el espacio de esta bodega. 

Su interior se quiebra al ver a DogDay comerse esa comida enfrente suyo. 

Dentro de sí esto fue demoledor. 

No esperaba recibir tal escena justo ahora. 

Había pensado que alucinaba y estaba listo para matarlo cuando lo soltara, quizás para salir de la alucinación. Quedando en blanco por lo que parece un castigo muy infantil. 

Si, sería infantil si fuera algo sin intención de herirlo per DogDay no era así. 

No era alguien de acciones a medias. 

Lo que hizo es premeditado y consciente. Castigándolo al robar algo que mucho tiempo atrás le confesó que deseaba volver a comer aunque fuera antes de morir. 

Hasta cierto punto, era muy cruel. 

Mira al suelo sintiendo como su estómago se rebela y debe aguantar la vergüenza. 

Es como tantas veces ver a otras personas a través de las ventanas de un local o un hogar. Comiendo un plato suculento en familia sin más que ignorarlo. Esta sensación es dolorosa. No le gustaba sentirse así, a este punto de toda la historia que arrastran estas mismas cadenas y las cosas que ya experimentó. 

Solo su conciencia le recuerda que DogDay no estuvo ahí. No sabe ni puede imaginarse lo que estuvo viviendo, estos eventos eran muy aparte de lo que su hermano sabía o podía tomar como su castigo personal. Era esto el castigo de este perro a su traición. 

-¿Porqué no me acompañaste?- pregunta el perro en algún momento, sosteniendo esa lata en sus manos una vez terminó con la mitad. 

Bubba intenta hablar pero un sonido hambriento le interrumpe. Suspira. No sabía ni podía pensar en que responderle. Esa pregunta era diferente, complicada a comparación del reclamo qué esperaba. 

-Cuando me traicionaron estaba asustado. - murmura el perro.-Me delataron y también me abandonaron, no me defendieron ni los vi reaccionar con todo lo que me estaba ocurriendo.- bate la lata en su mano. - Te quedaste ahí, solo mirando como me hacían pedazos. - 

Bubba cierra los ojos. Esas imágenes eran vividas, tortuosamente lentas en detalle y color. El aroma de la sangre y el rojo color de su carne. Tirones de nervios respirando al aire seco de esa habitación y sus gritos de dolor. 

-Lo siento.-

-Cuando todo eso ocurría intente pensar en otra cosa… En ustedes pero era extraño, normalmente cuando escapas a un lugar seguro es porque están lejos, pero ustedes estaban ahí. - sus orejas caen por sus hombros al inclinar la cabeza a un lado.-Me sentí tan confundido y aún lo estoy. - voltea esa lata dentro de su boca antes de tirarla con toda malicia contra la cabeza de Bubba.

Esta rebota contra el suelo, rodando estúpidamente devuelta a sus pies. 

-¿Porqué no estabas conmigo, Bubba?- le cuestiona ignorando ese ruido metálico. -Se suponía que te quedaras conmigo pero te hiciste a un lado y me dejaste a mi con toda la culpa. Se suponía que eras mi maldito hermano, Bubba.- 

El elefante tiembla aguantando un gruñido. 

-DogDay, lo siento. Yo… Solo pensaba en… - aguanta un respiro.-Pensaba que era lo mejor porque no medí las consecuencias ni lo que te harían. - su enojo crece al llenarse de reclamos.-Dog Day, yo creí que te perdonarían. Pensé en cuanto les agradabas y olvidé nuestra situación, lo siento tanto. - 

El perro bufa mirando a la bolsa. 

-Tu siempre tomaste la mejor decisión, incluso si te hacía quedar como un maldito.- revisa la bolsa sacando otra lata de Gumbo.-Todos decían que yo era un miserable pero eso era lo que creían porque tú te escondías de ellos en mi espalda. - 

El elefante tiembla esperando a que se repitiera la tortura. 

Más su amigo se acerca abriendo la lata. 

-La verdad es que tenías razón. No había razones para culparte cuando yo ya estaba perdido y necesitaban mantenerse a flote. - voltea la lata en su boca.-Lo hiciste bien, Bubba. yo no hubiera podido ser tan bueno como tú en esa situación.-

Este elefante se resiste por un momento pero el sabor era suficiente para hacerlo caer. 

Esa marca era barata, puede que tuviera los peores ingredientes para rendir al ser un producto extremadamente completo en ingredientes. Esto mismo es un torrente de sabores que Bubba no sentía hace bastantes años. Más de cinco años, puede que desde que entró al manicomio. 

-Lo hiciste bien. No podías saber todo lo que sucedería, no te sientas mal por eso.- murmura el perro sujetándolo para no derramar la comida fuera de su boca. - No te juzgo por tus decisiones, como segundo hiciste muy bien tu parte de continuar con mis órdenes hasta el último segundo. - espera a que volviera a recuperar el aliento para darle otro trago. - Te odio porque como mi hermano, dejas mucho que desear. - lo observa temblar.-Te odio porque eres perfecto. Eres el hermano que soñé tener siempre.- 

Bubba vuelve a llorar. Esta vez de una manera calmada y suave, mirándolo entre estos temblores. 

-Yo estoy enojado porque mi hermano me dejó a mi suerte en vez de acompañarme hasta el final. - 

Esa lata queda vacía y dejada de lado. 

Bubba siente que de tener lengua la pasaría por esa lata aunque la perdiera por culpa del filo. 

Más es otra cosa a la que renunciar. 

-No se como disculparme. Dog. - intenta decirle algo pero solo es él balbuceando. - Te amo, te amo tanto. Tanto te amo como te extrañe, hermano. - comienza a sollozar. 

Dog sintió algo extraño al ver como esos ojos negros se llenaban con gotas de agua. 

Acercándose a tomarle el rostro. 

-Me sentía tan solo, me sentía derrotado antes de intentarlo. Me odiaba y aunque logré suicidarme, aun me trayeron devuelta y solo quería acabar con todo.- el peso de estos años cae por sus hombros sin liberarse, haciéndolo consciente de este con más fuera. - Dog, ya no quiero vivir más pero estoy atrapado, estoy aquí. Aunque ya no está Picky o tú. - su voz comienza a quebrarse entre las lágrimas espesas. - Dog, estoy tan feliz de verte de nuevo. Incluso si eres falso, incluso si estás enojado o me odias. Estoy muy feliz de verte nuevamente.- 

El perro deja ir su rostro. Mirando a las pierna destrozadas y las heridas hechas por los pequeños que robaron su carne y la piel la destrozaron para alcanzar más. Debieron pasar un rato cortando pedazos y mordiendo en su desesperación. 

Esto debía doler tanto. Ser comido vivo duele. 

Duele tanto que es preferible morir. 

Pero todos somos carne y nacimos para ser devorados. 

El cuerpo existe para ser consumido. 

No muere a menos qué el cerebro se rinda y puede que aún después continúes vivo. 

Lo experimento en esas bolsas de basura. Dónde ciego los gusanos y las alimañas lo comían en pequeños mordiscos, pudriéndose lentamente antes de llenarse de más gusanos su carne. Siempre muriendo lento, siempre lento. 

Hasta que por fin dejará de estar presente. 

-No hay como pagar afrentas qué cometimos por estupidez o ingenuidad. - murmura el perro algo que escuchó en algún lado. - Ante la pérdida de sus piernas solamente le queda al Hombre seguir adelante desplazándose con la fuerza de sus manos. - 

-Es la tenacidad o la simple necedad del humano a resistirse al orden natural. - Bubba pasa los ojos por el techo de la bodega.-Lamento haberte dejado solo, Dog. - 

Aquel perro mueve la cabeza, sacudiendo las orejas. 

-Tengo algo en mente. - murmura tocando su hombro. Lo sujeta con fuerza. 

El elefante no deja de mirarlo al esperar alguna cosa extraña por parte del perro. 

Esto se lo piensa antes de al fin hablar. 

-¿Quieres tener sexo conmigo?- le pregunta de form directa. 

Estas palabras eran en muchas formas algo que en ningún modo Bubba pensó escuchar y menos, sobre todo nunca, por parte del perro a su persona. 

Lo piensa y lo calcula como quien hace fracciones de varios números, golpeando su cabeza con la imposibilidad de esta opción. 

-Yo… - suspira bajando la mirada al suelo junto a su cabeza. - Lamento mucho declinar de la gran oferta que se me ofrece pero no me encuentro en la posibilidad de aceptar dicha oportunidad de cópula con usted, señor. - murmura la negativa y su humor decae con esto. Algo muy feo estaba moviéndose en su cabeza. 

-Que bueno. - 

El perro suspira aliviado. Al fin puede liberarse del peso.De la sospecha del rompimiento de Bubba. 

Ninguno de los dos había perdido el suelo. Aún eran hermanos. 

El elefante siente algo ridícula esta prueba. 

-¿Por qué me haces esto?- cuestiona frustrado. 

-No puedes confiar en una persona que intercambie su cuerpo y menos a los inteligentes de tu tipo. Ellos siempre tiran a ganar.- revisa sus manos llenas de la suciedad que limpio en el cuerpo de Bubba. - Y quería saber si aun eras tu.-

-Pudiste hacer una pregunta que solo yo respondiera.- 

-Lo hice. - analiza sus ojos nuevamente. 

Había visto de frente como la decepción y una herida se volvía presente en sus ojos al hacerle esa oferta. Bubba no quería pasar por eso ni intentarlo, él tampoco lo deseaba y la situación los llevaba a estar completamente arrinconados a la verdad. 

Él era su hermano y esta idea era asquerosa y decepcionante en muchas formas. 

-Te debo advertir de muchas cosas. - le avisa el perro acercándose a soltarlo de las cadenas. 

Bubba siente cómo se va liberando y estas cadenas pasan a unirse a la basura dentro de esa bolsa de lona tan fea. 

-Afuera hay tres humanos y tres de nosotros. - le advierte al darle espacio para que se enderezara en lo posible. 

Bubba estira los brazos recargándose en la pared. 

-Humanos. - farfulla recargando la cabeza en sus patas delanteras. - Trajiste contigo humanos. - 

-Ellos ya planeaba entrar, mi encuentro con su camino es una coincidencia que resultó bastante productiva. - apunta a la mochila.- Uno de ellos logró matar a Mommy él solo.-  

Bubba guarda silencio. Pensando en cosa que Dog desconocía y por el aspecto de Bubba, serían complicadas de procesar una vez fueran compartidas consigo.

-No puedo imaginarlo. - lo dice aun si enfrente de él estaba la pata de Mommy. - Te quedaste con el trofeo de otra persona. - 

-Lo que me sea útil es mío. - cortada en eso la situación para haber recogido los restos de Mommy. 

-¿Sentiste algo cuando la mataron?- lo cuestiona aún concentrado en esa pata rosa. 

El perro mira a la bolsa. 

-Recordé el día que llegamos y ella nos saludó. Ella parecía ser.. Un ángel.- 

-Parecías enamorado. - burla el elefante al chico, tan solo recordándole turdido ante el beso de una criatura extraña como esa araña dulzona. Su hermano había quedado en blanco al ser abrazado por ella, incluso lo vio poner los ojos de borrego a medio morir antes de recomponerse y sonreírle después de haber estado deprimido. 

DogDay siempre mantenía esa tonta sonrisa por ellos. 

-Creo que extraño ese momento. Extraño no saber nada. - suspiro agarrándose el rostro con ambas manos. -Bubba ¿Queda algún niño con vida?- le pregunta volviendo a mirarlo. 

Bubba levanta las orejas un momento. Bajando la cabeza en un movimiento suave, decido hasta parecer deshacerse en el piso. Sus pensamientos vagan en estos tres años de hambruna y muerte. En las peleas por recursos. 

En esa cosa rondando La Guardería con el gato siempre arrodillado. 

Obediente. Traicionero.

Sumiso. Feliz de cometer cada pecado posible en nombre de su Dios. 

-Catnap se los dio de comer a 1006, uno por uno.- responde serio.-El último de ellos era un niño llamado Miguel , sobrevivió dos años una vez acabó La Hora de la Alegría. Se había mantenido oculto en los muros , murió atravesado por esa garra en una de sus visitas. Quién con su infinita bondad le prefirió repartir entre sus seguidores.- lo rememora como quien está leyendo una bitácora, aunque dicha secuencia de datos solo estaba guardada en su mente y no en una libreta militar. - Su carne fue dada a los más pequeños. - ese recuerdo es vivido.-Comieron sus entrañas, las piernas, la cabeza y los brazos. No quedó nada para recordarlo, solo el nombre en mi memoria y ahora en la tuya.- 

Lento. 

Siempre todo lo que se graba en piedra se hace lento. 

Ahora puede ver cómo de forma pausada el perro procesa sus palabras. Gravándose cada sílaba en su mente.Con sangre de por medio. 

-Ya no hay nada que salvar, todos están perdidos.- 

El perro deja caer los hombros. 

El silencio compartido por el olor de la lata de guiso, la poca luz de la lámpara y sus ojos brillantes, llega a ser parte de esta reunión. Ayudando a digerir esta historia llena de injusticia.

El malestar de DogDay crece en un segundo. Golpeando su cabeza con ambas palmas, llenándose su cabeza con los recuerdos de cada niño y niña. Theodore entre ellos. Jugando con los niños y su cola de plumero al pasar entre ellos o solo acostado como gato y un par de niñas pasándole un cepillo por la espalda. Todo tan natural como enigmático. 

Una escena que brillaba en su memoria comienza a ensangrentar con la presencia más vivida de esas garras teñidas con ese líquido carmín. 

Cambiando lentamente su impresión de ese gatito tímido y nervioso al tipo pegado a las paredes y lleno de sangre. 

A ese mismo gatito entregando a niños que de ninguna manera podrían defenderse. 

No había cómo perdonar algo tan cruel y horrible. 

A CatNap cometiendo el mismo pecado que todos los científicos en este lugar. 

La decepción comienza a llenarlo. 

La verdadera y más amarga decepción. 

No se que sintió tan divertida cuando lo vio usar sus dedos para contar cuanto eran tres cuartos entre dos medios, no , esto era de verdad grande. 

Doloroso. 

El elefante lo observa decaer y su cabeza agacharse rendido. Tanto como para apagarse el brillo de esas piezas de plata en sus ojos. 

Bubba comienza a llorar por reflejo. Acabando su resistencia al verlo caer a él. Rindiéndose al dolor. Al chico que siempre parecía esperar a que algo peor pasara para demostrar que estaba herido. 

Theodore permitió tantas cosas, permitió todo lo que no debía permitirse.

Mató y torturó. 

-Uno por uno… durante tres años.- 

Era imposible que los niños no lo notarán. Que sus amigos no fueran partícipes. 

Que todo por lo que lucho y pensó qué tenía un valor, fuera echado por el suelo. 

Es más claro que todo hasta ahora, esto estaba perdido. 

Sus sueños no podrían ser. 

No podía salvar a Theodore si él no quería ser salvado. 

Levanta el cuerpo del suelo. Acercándose al elefante sin pensar en el peligro. 

Bubba levanta las orejas al sentirlo en su cuello. Sobresaltandose al sentir la mordida en su hombro y esas manos apretadas en sus brazos. 

Es indolora la mordida pero claro es como se llena de saliva. 

-Siempre te gustó ensuciar a las personas. - murmura recargándose en el perro. 

Hobart siempre mordía a sus amigos y sabia que también a sus enemigos. Era un pervertido o en el fondo creía que ensuciar a alguien era una de las formas de cerrar las distancias, ya fueran malas o buenas. 

El perdía el asco am las personas que amaba y deseaba recibir lo mismo. 

Dejar de ser esquivando y evitado por las personas. 

Babearlos la morderlos era intencional porque el deseaba que alguien lo amara igual. 

Sin asco. 

Bubba abre la boca pero no puede hacerlo. 

No corresponde este gesto y espera que lo deje ir. 

El perro se aparta mirándolo a los ojos por un momento. Exactamente el mismo tiempo que tardan esos ojos en brillar de nuevo. Cerrando la distancia al unir sus frentes. 

-De verdad quería verte otra vez, hermano. - 

Bubba no responde. Tragando seco baja la mirada. El perro deja este espacio. 

-Quédate un momento adentro. - le pide levantando la mochila nuevamente sobre sus hombros.-Ya veremos que hacer. - - 

Toca la puerta y espera. 

Desde afuera se abre y lo mira un humano.

Era conocido. 

Bubba abrió los ojos de más al reconocer a ese humano mayor. Coincidencias mágicas. 

La razón para que este apareciera en la lista de ese libro hace tantos años. 

Era el tan mencionado Pedro. Quién les entregaba antes las flores. 

No dice nada al quedarse dentro con la puerta medio abierta. Una ola de emoción vuelve a su centro. 

-El par de malditos siempre hacen trampa. - suspira tocándose la frente. 

Otra artimaña de su hermano resulta favorable después de tanto tiempo. Como el otro perro traicionero, siempre logran hacer mierda lo que debería ser la realidad. 

Al menos este si está de su lado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Afuera el perro observa el arma en la sien de Ryan y a Niko sosteniéndola. 

Su sentido del humor lo traiciona una vez más aunque estaba de muchas formas menos contento o relajado. 

-Deja de agarrar la pistola de Ryan. - le advierte. -Si quieres hablar con Bubba, debes estar tranquilo. - 

Va hacia la muñeca de porcelana. 

Niko mira al contenedor y el hartazgo inicial se vuelve cenizas al pensar en quién estaba del otro lado de esas puertas. Asustado de confrontar nuevamente a su hermano y todas sus deudas. 

Ryan le arrebata el arma de un jalón. 

-Siéntate y piensa en lo que harás. Tranquilo y sin hacer más estupideces. - le recomienda entre dientes. - No vuelvas a hacer eso, pude haberte disparado.- le advierte devolviendo el arma a su funda. 

Niko entiende dos puntos dentro de esa advertencia. 

A Ryan no le hizo gracia su arranque y también portaba más de un arma. 

Lo puede creer. Ese tío no dejaría a la vista un arma si no llevara más de un arma consigo. Posiblemente también sus balas sean bastantes. 

Entre la preocupación por su capacidad para enfrentar a su hermano y saber cómo seguirían adelante la situación se volvería más preocupante. Además de las extremas heridas en las patas de Christian. No sabía si podría pelear o desplazarse por sí mismo. 

Debían tener una discusión seria sobre lo que harían desde ese momento. Adonde se suponía qué fueran todas su intenciones y con qué sentido. 

Más quedarse como un cobarde en la puerta, no era lo mejor a hacer. 

¿Y si su hermano lo asesinara al verlo? 

Este pensamiento le llena al girarse de nuevo de frente a la bodega. 

-Christian. - lo llama desde afuera. 

Dentro no escucha nada. Espera un poco para moverse. Como si se tratara de acercarse a una batería de auto en llamas. Toca la puerta con la mano desnuda, siente un escalofrío al estar cerca de él. 

Abre la puerta apartándose lo suficiente para mirar al interior. 

A ese gran elefante recargado al fondo y con esa mirada brillante fija en la puerta. 

El olor de las vías oxidadas, el aceite de motor viejo y la sangre con su podrido sentido a podrido. 

El dulzor de las heridas destrozadas irregulares y el sudor acumulado en el cuerpo humano que hace muy poco estuvo corriendo por su vida hasta llegar a apestar. 

La decreciente cantidad de alimañas y moho en las paredes de ladrillo. 

Todo es tan vivido como la nula iluminación dentro de esa bodega y la lámpara apenas interrumpiendo esas sombras desde el interior de un para de patas dobladas. 

Bien podría ser Christian o un mausoleo a un decadente dios elefante en una cueva llena de su sangre. 

Niko suspira dejando salir el vaho de su boca seca de nuevo. 

Saca la botella con la limonada y la rueda a su dirección. 

El elefante no reacciona hasta que esta botella le choca en una rodilla. 

La toma con uno de los metales fijados a las correas de sus patas delanteras. El hierro entra en esta botella plástica, levantándola sobre su cabeza deja que el líquido entre en su boca. 

La reacción al limón y el azúcar ocasionan un estallido de tos, más lo traga y tira la botella a un lado con gran violencia. 

-¿Tienen más?- pregunta con esa rota vo tronador. Sacudiendo el metal de nuevo. 

Niko busca con la mirada a Ryan. 

Este levantó los hombros antes de lanzarle desde su mochila una botella más. 

Niko la rueda también gracia Christian. 

Esto es como ese tiempo que pasó en la correccional. Estudiando y ganándose a los grandes del lugar con estos detalles que debían ser hechos con cuidado a menos que desearás ser la reina de más de uno de los sujetos en el encierro. 

Era extraño tratar con esta vigilancia a su hermano pero también seguro. Estaba mejor quedándose a distancia hasta que este decidiera acercarse solo. 

Esta botella le llega y al igual que con la primera, la rompe para beberla suspendida sobre su gran boca. 

No estaba seguro de lo que harían si su hermano decidía estar en contra de ellos. 

Espera a que termine con esa bebida. Observandolo por más de una razón. 

Puede ver sus heridas, la sangre y cuántas ya sanaron sin recuperar el pelo. 

-¿Sabes quién soy?- pregunta al verlo dejar la botella vacía. 

El elefante coloca las patas delanteras sobre las rodillas, inclinándose hacia adelante. 

-Niko.- 

Ese reconocimiento le llegó de muchas formas. Lo agradece. Lo odiaba y lo esperaba. 

Lamenta no haber sido más amable con Christian al ser niños. Ahora estaba preguntándose si los años le darían el mismo significado a su nombre que Christian para él mismo. 

-¿Por qué estás aquí?- cuestionó con esa voz rota. 

-Para sacarte de este lugar.- no dudo ni tardo en responder. Esas eran sus intenciones. Sacarlo de aquí. 

¿A sus 24 años Christian aún lo quería reconocer como su hermano? Después de tanto sufrimiento retorcido y su salida y entrada en su vida. 

Desapareciendo cuando más lo necesitaba y volviendo cuando ya no le quedaba nada. Otra vez. 

El elefante lo observa tratando de salir de los recuerdos derramados sobre su mente revuelta por los acontecimientos presentes y vividos en torno a estos diez años como un monstruo de aparador. 

Era una mascota. Era un juguete. 

Era un monstruo. 

Era un pésimo novio. 

Un peor amigo. 

Y mucho peor persona. 

No era ya nada ni alguien capaz de poner algo de sí para juzgar a Niko. Ya a este punto probó los dos lados. 

Lo difícil que es resistirse al sufrimiento de terceros o pensar en sacrificarse. En continuar adelante con una moral que solo parece hacerle daño a él. 

Aún así prevalece. 

Está aquí y está vivo. 

Están los dos juntos nuevamente y otra vez debe correr o se quedará atrás. 

Otra vez tiene las piernas heridas y le duele moverse. 

Aunque esta vez ya conoce el dolor y no permitirá que vuelvan a atraparlo. 

Niko estaba aquí para ayudarlo. Ahora Bubba comprende algo que antes no podía entender y era injusto pero no era culpa de Niko. 

No era justo ser arrastrado por la debilidad de otro. Así mismo no es justo abandonar a alguien que no tiene las fuerzas para correr. 

El pecado no estaba en Niko al seguir corriendo cuando la policía obviamente le dispararian por su aspecto y color, ni era su culpa estar demasiado débil y herido para correr. 

La culpa es de los hombres que lo agredieron hasta casi matarlo y de los policías que simplemente lo tiraron como basura a una casa hogar sin más que algunas vendas. 

Todo esto era culpa de las personas que los lastimaron y obligaron a sobrevivir. 

No va a ningún lado y todos somos responsables de nuestras propias acciones. 

Bubba decidió hace mucho tiempo ser responsable de sí mismo y su odio. 

Niko vino por él una vez más y esta vez no se detendría. 

-Gracias. - murmuró bajando los ojos al suelo. Demasiado cansado para hacer más que esto. - No te acerques, no es seguro. - le advierte recargándose en la pared nuevamente.-No soy seguro por ahora.-

Necesitaba descansar. Si había que correr, necesitaba descansar. 

-Estas vivo.. Porque Dog no te mato, ¿Verdad?-

-Si, el maldito solo me partió un par de huesos. - 

La risa de Bubba le hace entender que él mismo lo esperaba. Algo enojado. 

Niko exhala recargándose en la pared de la bodega. Mirando a su hermano cabecear al dormirse de una vez. 

 

 

 

 

 

Por otro lado el perro escucha a Poppy y ese teléfono sonando al fin. 

-Hola. - saluda esa voz por el teléfono. 

Los dos humanos y los dos gigantes parecen tener su propia percepción de esa voz. 

-Poppy me dijo qué ustedes iban a acabar con CatNap y el prototipo. - 

El perro escucha con las orejas caídas. Observando a la bodega con su amigo dentro. 

-¿Bubba término así por CatNap?- pregunta mirando al teléfono. 

Este tardó un poco en responder. 

-Si. - suspira claro por la bocina. - El y los seguidores de 1006, han matado a mucha gente. Todos ellos, han caído o están por caer.- 

-Si mis amigos están muertos o ya no lo son ¿Entonces para que hacer algo?- pregunta. 

Poppy levantó las cejas al escucharlo y más al ver al azul parecer tentado por ese lado de la situación. 

-No puedes irte sin matar al prototipo. - le reclama y mira a los humanos. - Si no hacen nada , esto solo continuará. - les grita a los humanos también. 

El perro frunce el ceño. 

Kissy pasa sus ojos por todos, lamentándose al sujetar a Poppy para que fuera paciente. Algo que solo piensa al estar rodeadas. 

El perro no le responde, espera la respuesta del chico en el teléfono. 

-Yo te recuerdo. - escuchan su voz de nuevo. - Eres DogDay. - 

-Si, soy yo. - 

-Me refiero a que eres él DogDay qué recuerdo. - insiste. Dejando que el perro lo procese por un momento. - Yo crecí contigo, pasé seis años contigo en Dulce Hogar. - 

El perro mantiene su estado tranquilo. 

-Eras alguien que nos cuidaba y nos hacías muy felices siempre.- lo dije con emoción, era bastante emocional esta voz infantil.-Te creía mi padre y a veces Kickin lo era. Casi no me sentía como un huérfano cuando tu estabas con nosotros, DogDay. Hacías que nos sintieramos amados y que no éramos un estorbo o algo que no mereciera ser mirado a los ojos.- 

Poppy mira al perro y se da cuenta que estas palabras no las recibía con emoción. Solamente observa al teléfono sin reacción alguna. 

-No entiendo como ir a un lugar con todos muertos podría hacerle justicia a los que ya no pude proteger. No cuando todos ya están muertos. -

El sentido apuntado por el perro era serio. Es la inutilidad de llegar a un lugar donde ya no hay nada que hacer. Era una tarea inútil que no debía llevarse su tiempo. Aunque Poppy no entiende porque antes se veía tan decidido y ahora aparecía con estas preguntas tan difíciles para ellos. 

-¿Acaso te has acobardado?- le pregunta cerrando sus puños con fuerza. 

El perro la miró directamente. 

-¿Me culparias?-

Poppy relaja el cuerpo bajando la cabeza. 

-DogDay, esos humanos vienen contigo pero debo recordarte que aquí abajo estamos esperándote todos. Por Favor, hazte responsable de nosotros, de los niños y de tus amigos. Ayúdanos una vez más.- 

El perro mira al tren. Pensando en lo que vieron hasta este punto. 

En las huellas de muerte 

-No puedo decirte que sea tu culpa nada de lo que sucedió, esa sería una mentira. Lo que tengo que avisarte es que tu responsabilidad vuelve a ser tuya cuando decidiste entrar de nuevo.- el suspiro de esa voz corroe el interior del perro.- A los humanos solo puedo decirles que la policía llegó a la zona de Boxy, no podrán volver y por cierto, yo soy Ollie. - se presenta ocasionando un movimiento en las orejas del perro. 

Tal cosa le dice a Ryan que DogDay sabía ahora quien estaba al teléfono. 

-Le diré o intentaré decirle a Boxy a donde ir para reunirse con ustedes.- parece moverse del otro,lado de la línea.-Será un gusto nuevamente trabajar contigo, papá.- 

La transmisión terminó con un corte abrupto. 

El perro observa ese teléfono durante más tiempo del debido. 

-¿Enserio planeas dejar toda la misión de lado?¿Que estás planeando?- le pregunta Poppy. 

El perro tardó un segundo en responderle. 

-No haré eso.-sacude las manos llenas de sangre seca ahora.-Henry seguirá bajando y yo también, es solo que no soy tan ingenuo como para escuchar a una persona al teléfono y confiar sin intentar averiguar cuáles eran sus intenciones. - 

-Te dije que era un amigo. - 

-Tu amigo, no mío. - deja este espacio. - Ryan debe sobrevivir, no seguiré instrucciones de las que sospecho.- revisa el estado de todos. - Vámonos. - ordena. 

El gigante azul lo alcanza con un par de zancadas. 

-No puedes comenzar a dar órdenes. - 

El perro ya no deseaba discutir. Dejando esto para que Huggy se piense ganador y que no lo estaba obedeciendo. Cambia sus palabras de forma conveniente. 

-Bien, seguiremos como Ollie dice. - 

-¡¿POR QUÉ DISCUTEN SOLO USTEDES? Aqui estamos, joder!- 

Es el humano Ryan con Henry acercándose. 

-Debemos hablar todos sobre lo que haremos. - 

-Y sobre todo, en él cómo será hecho. - 

El perro asiente. Demasiado acostumbrado a ser el líder olvidaba que no estaba en ese tipo de grupo. En realidad ni sabia cual era su rol en esta avanzada. Empezaba a temer que fuera un mensajero. 

 

Bubba en la bodega escucha a medias. 

Aquí y allá. Espera poder recuperarse antes de incluirse en ese grupo. 

Tan solo deseando acabar con ese gato de una vez por todas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por encima de todo. 

Esa caja musical corre por los pasillos. 

Los CatBee rezagados describieron el avance humano como una ola de guardias de negro armados. 

Debía apresurarse y reunirse con ese grupo de fracasados. 

-Mommy está muerta. - 

La caja detiene su carrera al escuchar el murmullo de un pequeño Bunzo. 

-1006 tiene su cuerpo. - le completa otro conejo. 

Boxy movió la cabeza asqueado. 

-Ese maldito idiota… - el nombre de Mommy brilla sobre su cabeza como un recuerdo vertiginoso. - Ese imbécil, no sabe la mierda qué está haciendo. - vuelve a correr. 

Las criaturas sobrevivientes lo siguen. 

Incluso los que no eran de su piso. 

Por primera vez en años. Confían en uno de los grandes y es Boxy Boo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las notas de la alarma de vuelta a las celdas tocan las campanas.

Era hora de apagar las luces automáticas. 

Esto conlleva atrapar los restos de los edificios en las sombras. El fuego es el único rastro de luz para este lugar. 

Golpeando el plumaje de la criatura arrodillada en el jardín. Esperando al gato en su sitio observa al fuego sin moverse incluso al pasar las horas. Interrumpió este sopor a causa de la llegada de una figura a su espalda. 

-Debes irte. - murmura sin voltear. 

La figura verde a su espalda le pisa la cabeza recargando su peso sobre su cuerpo. 

-Si no lo hago ¿Me matará el fanatico?- pregunta doblando el cuerpo para llegar a susurrar sobre su cabeza. 

El ave mira al fuego y las criaturas muertas colgando de los muros. 

-Esto no tendría que haber salido así, Hoppy. - murmura, y sus ojos se entornan al ver la tierra acumulada bajo las patas de la coneja. Mucha tierra y no solo algo de polvo. 

Al parecer estuvo en la zona de la cueva antes de llegar a él. 

-Pues saldrá aún peor. - aclara la coneja pateandolo directo contra el fuego. 

El ave intentó detenerse pero pronto fue tragada por el fuego. 

Al menos por solo un segundo. 

Ese gato saltó desde las nubes falsas sacándolo del lugar atrapado en sus fauces. 

Busca a la conejita pero esta no es visible nuevamente. Escondiéndose en las sombras que se suponía el gato manejaba. 

Este deja en el suelo al gato. Inhala profundamente. 

Exhalando con fuerza una ola de humo rojo a su paso en una carrera entre las esquinas del lugar. 

Tiñeron de carmín el lugar y el fuego a su espalda es revivido. 

El ave no logra salir de la nube y es tragada por esta. 

 

Dentro de las plataformas de las nubes esa coneja cubre su rostro con las garras. 

Observando la pieza de plástico y arena a sus pies. 

Una pieza de los secretos de Bubba. 

Solo necesitaba tomar el valor de acercarse… Morir y llevarse al gato con ella. 

Volarán y conocerán el cielo gracias a ella. 

Esto piensa anhelando este resultado pero como todo en esta situación, sale mal. 

Siendo distraída por un murmullo extraño al fondo de su percepción. 

-Caminas como un ángel… - 

La distracción por un murmullo lejano y tan cerca y tan lejano la hace distraerse. 

Perdiéndose de algo importante en su escondite. 

Esos alambres solo hacen un sonido que sus orejas apenas logran sentir antes de caerse sobre el techo de la escuela. 

La escuela quedó abierta por culpa de Hoppy y su peso. 

-Eres el diablo, si, lo eres… - 

Mira arriba m abajo y no encuentra de dónde viene ese sonido. 

Un grito del interior y el rompimiento del sello son tan escandalosos como la coneja aferrándose a los cables tan cerca de caer qué sus brazos se desgarran por el tirón. Grita al cortarse su palma por este alambre oxidado y su propio peso. 

Desde abajo ese gato deja de correr. Acercándose desde abajo lleno de paciencia al verla en aprietos por sí sola. 

La mira paciente, esperando a su caída como el gato que era.

-Pareces un ángel… - 

Hoppy ignora esa voz tan extraña para su corazón, más preocupada por no morir. 

La coneja en el aire intenta trepar pero sus brazos están cansados. El alambre débil vuelve a tronar. 

- No, no, no… - ella llega a llorar aterrada. Confundiéndose su sollozo con su gran rabia. - No estoy lista, no quiero… - Logra soltar el alambre y agarrarse de su propio brazo para empujar se a costas del desgarro en los músculos. - Más alto… - puede ver como salir del domo en lo alto. 

–Hablas como un ángel… - 

El gato al fondo puede verla saltar a la siguiente nube. Este cable se resiente por su peso magnificado por el golpe de su aterrizaje. Debe pasar al siguiente. Uno por uno, buscando el muro. 

-Más alto… ¡Más alto!- gritó estirando las manos con las garras saltadas fuera de sí. 

Más tarde, su cuerpo es impactado por una tabla. Lavándose en su pierna en medio del aire, antes de poder aferrarse al siguiente cable.

-Mas ahora puedo verlo, eres el diablo… - 

El gato le había lanzado esa tabla al ponerse en dos patas por un segundo. 

El cuerpo de la coneja golpea con el tapiz, aquel cielo falso le rompe la nariz. 

Entierra las garras y mira hacia arriba. Solo debía trepar, más su cuerpo se queda estático, cayendo sin poder moverse, su cuerpo se desliza sin poder hacer nada más que patalear intentando agarrarse. 

Cayendo definitivamente hacia la nube de humo rojo y ese gato entre la estela. 

Su garganta no puede ni gritar al estrellarse contra el suelo. 

No. 

Lo que sucedió fue peor que eso. 

Hoppy fue empalada por el torso y su boca expulsó una ola de sangre espesa, dejando que solo queden las marcas de sus garras en ese tapiz, colgando cabeza abajo inconsciente. Esos ojos brillantes se apagan lentamente bajo la mirada del gato y el ave en el suelo. 

Es real. Quedó claro al caer sobre ellos la caliente sangre de la coneja y nada más que ese recuerdo antiguo. 

Causando un sobresalto sobre la espalda del felino. 

Busca y puede ver algo entre los metales del domo. 

Escuchando esa voz profunda cantar con descaro al verlo desde arriba. 

-Caminas como un ángel- canta recargándose en la superficie del hierro. - Y te ves como un ángel~… - golpea el suelo con esa pata. - Pero eres el diablo~ - termina con un largo suspiro. 

La cadena está unida a las varas de hierro enterradas en el estómago de Hoppy. Siendo tirada arriba con fuerza la coneja queda en manos de esa figura. Iluminada desde atrás por una linterna. 

El color y su forma. Todo en él era ese traidor. 

El hereje. 

Antes que la voz del gato, es su lomo arqueado en una perfecta n y su cola sacudiendo de lado a lado la primera muestra de furia es física y su voz es segunda, escapando de la boca de felino con su voz tronadora y profunda. 

-¡¡DogDay!! ¡¡¡Voy a matarte!!!- ruge lleno de todo el resentimiento cargado por las acciones de ese tipo mentiroso y manipulador. 

Ese grito hace a la figura tensarse y hacer algo que hace arder la sangre del gato. 

Reírse. El condenado infeliz comienza a reírse. 

Mirando a ese gatito erizo y flaco como un muñeco de alambre y trapos o un tendedero viejo. 

Hundiéndose en un sentimiento que lo hace decir las palabras más cercanas a todo el odio y derroche de rabia qué sentía desde el fondo de su pecho. 

Se ríe y dobla el cuerpo recargándose en sus rodillas. 

-¡¿En serio vas a matarme?! ¡¡¿Otra vez, mi amor?!!- ríe, cargando en hombros a esa conejita, deja de reír de golpe. Al darse cuenta de lo que dijo, de lo que le rodeaba y el estado de su amiga. Mirando al gato hacia abajo y a ese pollo junto a él, habían cazado ambos a la conejita en su poder. - Estás muy delgado, los tres están demasiado delgados. - suspira girándose en una carrera una vez tiene a la coneja consigo. 

Este gato queda en blanco. 

Algo le hizo paralizarse. Solo con escucharlo. 

Escuchar su voz sin ese canturreo ni baja. 

Esa voz. Esa voz profunda. 

Su voz. 

Sus palabras. 

Esa cola a medias y sacudiendo felizmente a espaldas del perro.

Reaccionando tarde al objeto que cae desde arriba. 

Una cosa que explota con un gas diferente al suyo. 

Esto le afecta. Afecta a todo alrededor.

Duele en los ojos y huele terriblemente mal. Desgarrado el superior sentido del olfato de ambas criaturas. 

Aquella cosa salida de la escuela debe huir, esconderse para no ser alcanzada por este gas espeso. 

Obligándolos a huir y al gato a llevar al pollo consigo. 

Ni los que se fueron ni el gato o el pollo. 

Ninguno vio esa pieza caer desde los últimos restos de la plataforma de hierro. 

Un objeto más ligero qué cae sobre el techo de Dulce Hogar. 

Tan pequeño rueda por las tablas. Por los agujeros de lucha y el interior del suelo destrozado. 

Cae por el derrumbe.

Aterrizando ese pequeño objeto en el fuego. La humedad escapa lentamente en un hilo de vapor. 

 

 

El gato apenas lograba sacarse del pelo ese malestar causado por el químico de esa granada extraña. Su mente vaga entre el dolor en su cuerpo y el calor de las heridas quemándose. 

-Se llevaron a Hoppy. - gruñe tallandose los ojos Kickin.-No se como es que sigue vivo, Boxy nos mostró sus pedazos. - lo dice entre los resueltos por el dolor en su cara y picó. Las heridas quedaron impregnadas por estos químicos. 

CatNap no responde. Kickin puede estar convencido de que a quién vieron era Harom por su menor capacidad visual y poco sentido auditivo. Pero él no tiene este problema. Solo necesita mirar al mismo espacio en el domo. 

Estos sentimientos son preocupantes. Confusos. 

Su cola cae al suelo al superar el ardor en los ojos. 

-¿De verdad eras tú ,cariño?- lo cuestiona para sí. Solo para encontrar una respuesta para su interior. 

Para entender porqué decido quedarse en vez de correr detrás de él y usar el humo rojo. 

Esta momentánea paz ocasionada por el ave tallandose el picó es cuando lo que quedaba de Dulce Hogar se vuelve una simple explosión de luz. 

No es solo luz. Es fuego y electricidad. 

Es un ruido ensordecedor y el metal rebotando lleno de violencia. Quemándose la madera al volar unida a los cadáveres de pieles plásticas. 

Una ola de carne podrida y vísceras pequeñas exĺotando por culpa de los gases acumulados en su interior. Una pequeña explosión tras otra levanta las paredes y los materiales inflamables solo son combustible alzando las llamas con el rugido del doloroso pasado revelando se a la silenciosa quietud. 

A las sombras el fuego las consume y deja en la nada. 

Esta estela hace calor y arde. Es vidrio estallando y su filo atravesando la carne de los cuerpos apuntó a estrellarse contra toda superficie a la redonda. Es el rugido del hierro doblándose sobre sí mismo hasta reventar. 

El dolor atrapado en las paredes y el chirrido de las tuberías abriéndose tornillo a tornillo. 

El llanto en el tapiz alcanzado por el fuego al caer sobre las construcciones. 

Este gato procesa cada uno de estos pequeños desastres como el mismo infierno. 

No. 

Esto es el sol aplastando con solo uno de sus rayos estas sombras. 

-Catnap. - lo saca de su ensimismamiento esta ave con un tembloroso llamado. 

Al fin ese gato reacciona al fuego acercándose. Obligándolos a correr atrapa en el hocico el cuello del pollo, saltando por encima de las rejas y los juguetes en su camino los deja en el suelo.

Grita al ser casi alcanzado por la ola de fuego su cola. 

Mira arriba, esquivando el fuego del papel tapiz y su lluvia torrencial. 

Derrumbándose el domo de aquel extremo cercano a Dulce Hogar y este lugar expuesto a la cueva. 

Siempre escucho que este lugar se vendría abajo. No podía imaginar que fuera esto lo que se necesitará para destruirlo. 

Cayendo sobre los restos de su último hogar esos picos de la cueva al ser sacudida con tanta violencia. Destrozando todo su territorio por un costado. 

Si. 

Su territorio ha sido disminuido hasta ser solo un charco de luz en este infierno. Este lugar es idéntico a la boca de un lobo y él está atrapado en este refugio miserable. 

El murmullo lejano en sus recuerdos llega de nuevo. Con su nombre y sus consecuencias. 

Con el rostro de ese niño borroso ya un así presente. 

“Te hice salir. Te hice salir de tu cueva , Theodore. ”

La voz de ese niño y sus manos sobre su piel. 

En la oscuridad del refugio que antes invadió tan desconsiderado y hoy lo destruyó. 

Porqué esta explosión destrozó el lugar de sus recuerdos y su prisión. Los lazos con Dios y con él. 

Esta sensación de pánico es creciente. Es profunda y húmeda como las lágrimas que no puede hacer salir hace años. 

Es como el primer beso o la sensación de tenerlo atrapado entre sus rodillas y garras. O permitiéndole compartir la oscuridad dentro de la cobija qué usaba para protegerse del mundo. Del toque de Dios y sus garras afiladas. 

Como ese día. Su patético refugio está siendo invadido y puesto como la frágil mentira de algodón qué era. 

El sonido de esa criatura acercándose a las espaldas de ambos lo trae de vuelta al presente. 

-¿Qué es esto, CatNap?-esa voz revuelta. 

Kickin no duda en arrodillarse al ver a esta criatura. 

CatNap regresa a la tierra. A su realidad bajo la mano de Dios. 

Recordando qué no se puede caer en mentiras ni en la locura. 

No. No podía permitirlo. 

Dios está viendo. Dios estaba aquí. 

El gato ruge desde la zona de máquinas al ver su zona más querida ser arrastrada a las sombras y el fuego consumirlos. Consume el plástico de los cadáveres y las colchonetas son vueltas bolas de fuego rojo. 

Llenando el espacio con su humareda. 

El desastre se come la mitad del domo y solo es el gato y el pollo los que pueden ver el resultado. Acompañados por la muerte y sus garras. 

PlayHouse, quedó destruido y tragado por la oscuridad de la incertidumbre. 

Ahora más que nunca. Su rugido es áspero y ronco al golpear las paredes. 

Su altar. 

Las sombras y el fuego. Desea saltar al fuego y desaparecer sin ese refugio. 

Tan lleno de rabia como de esperanzas. Rendido a la muerte. 

Deseando que lo llenen de plomo y lo maten. Descansar del dolor. 

De una vez por todas. Al fin. 

Déjenlo ir, por favor. Que vengan de una vez los ángeles. 

 

 

 

Una vez más.

Ese chico destroza por completo el mundo de Theodore. 

Aunque esa no fue la intención. Era su papel. 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y hasta luego.

Chapter 87

Notes:

Hola y buenas ¿Noches? Si , buenas noches .

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1993 

A un año de La Hora de la Alegría 

 

 

 

 

 

 

En el fondo la situacion en la que los dos están involucrados es el sin sentido en el idilio de sus sentimientos. Un sebundo o solo una buena probada del oaraiso derritiéndose en sus horrendas sonrisas. 

Jugando con sus cuerpos igual que dos tontos que sin una mísera migaja de instinto de conservación meten en sus bocas los pétalos tóxicos de una flor bonita. 

Por una vez esas garras tienen sentido, puede dejar sus huellas en la piel de alguien a quién ama demasiado. Exhalando el calor de su pecho en esas orejas coloridas.

Esa voz llega a sus orejas, obligándolo a bajarlas para contener su sensación más pura por dentro de sus tímpanos. 

-¿Acaso quieres que vean tus marcas?- suspira esa voz profunda en su mandíbula, tomando su cuello al acercarlo aún más. Sus oídos se llenan de esa voz rota por el placer bajo su cuerpo.

Esta vez la timidez la olvida, confesando la más fea de su inseguridades como la verdad de su alma. 

-Si.- esclarecer sus intenciones con sus celos al presionar sus garras en esa espalda. Escuchando el placer en esa voz y su propio ser ahogado en el deseo que golpea su interior. Empuja y lo siente temblar bajo su cuerpo, mirándolo hacia arriba al sujetarse como si fuera a perderse en las profundidades de un pozo oscuro. 

Perdidos en las olas del gusto, en esos movimientos vergonzoso, en su deseo y la forma en la que puede hacerlo temblar tan solo con su toque. 

-Eres tan bonito. - suspira esa voz rota en su cuello, era cosa de ser más grande el gusto que se lleva de mirarlo hacia abajo.-Eres lo que más quiero. - tiembla al estar bajo su control, oculto del mundo bajo su cuerpo. 

El anhelo le hace cerrar el poco espacio entre ellos, disfrutando del placer creciente y su mente desperdiciada en los recovecos de un deseo cada segundo más demandante. Tomando cada vez con más fuerza ese cuerpo, añorando atraparlo, llenarlo y ser lo único que pueda tocarlo. 

-Nadie te va a lastimar. - murmura esa voz atrayendo a su encuentro sus rostro, sin importarle si causa un trono de dolor en su columna al obligarlo a bajar el cuello y cabeza.-No mientras este vivo. - 

El dolor es adictivo, sentir como su collar de hierro era usado como tal y podía dejarse herir en manos tan gentiles. Derritiéndose en ese gesto, sus garras escapan para enterarse más profundo en esa espalda cerrando cualquier separación entre ellos. 

-Te amo, te amo tanto… - suspira al estar en el límite y su cuerpo no puede hacer más que derrumbarse en sus brazos. 

Esa voz quebrada llega a su oreja caída por el agotamiento. Suspirando al quedar lánguido, coloca su cabeza en ese hombro. Aspirando la vainilla dulce y su temperatura calentando su cuerpo cansado de todo. 

-Me amas… - murmura esa misma voz.-Se nota. - 

El gato mira adelante temiendo la realidad. 

Puede ver al perro de frente y su mirada cansada. 

Tan cansada como siempre se veía. 

Su voz queda en nada al querer exteriorizar sus temores. 

Interrumpido por la llegada sorpresiva de la araña rosa por su propia espalda. 

-Se nota que nos amamos. - cnturrea, aferrándose a su cuello.  

Esta vez intenta protegerlo al cubrirlo con su cuerpo y aun así no puede evitar que muerda al perro ni que le sea arrebatado entre los gritos de dolor y las risas. 

Quedadn solo esa cabeza entre sus garras. La lleva a su pecho, busca la luz. A Dios como su refugio. 

Entre su carrera y súplicas mudas puede verlo. 

Esta ahí otra vez. Magnífico y piadoso. 

Presentándose con su extremidad metalica por delante, ofreciendo su refugio. 

Avanza entregando la cabeza de su amigo, su amor su cariño. Atestiguando la sutileza de estas garras para llevarlo consigo. 

Abandonando. Esta soledad golpea con oscuridad. 

Nada más que esta sensación de vacío. La pérdida y la melancolía. 

Era esperar a no estar perdido y encontrar a su guía en el camino junto a todas las personas que deseaba volver a ver. 

No quería estar solo. Necesita encontrarlos. Los quería de vuelta. 

 ¿Cuándo sería su turno de ir allá? De ir al lugar donde mantiene a salvo a su cariño. 

El fondo oscuro bajo sus patas hierve al contacto de la sangre de perro. Derrumbando el suelo bajo sus patas. El rastro de su cariño es más corrosivo que el mismo ácido. 

Cayendo de frente contra el vacío oscuro. 

 

 

 

 

Lo que lo sacó de sus pesadillas es esa mano sobre sus orejas. Frotandolo con cuidado en el revés. 

-Ya llegaron los humanos. - avisa el pollo una vez lo nota despierto. Suelta sus orejas levantándose del suelo donde compartían el descanso mutuo. 

Abre esos ojos de luna una vez procesa su ubicación y el llamado del ave. 

Mira a la puerta a unos metros y a los humanos en esta esperando a que todos vayan con ellos. 

El calor en su sueño desaparece tan de golpe. Es falso. 

Levantándose del suelo con un suspiro. Algo que le avisa del estado de su pelaje. 

Suspira antes de seguir las órdenes de los humanos. 

La división fue hecha. 

Tan fríamente como empezaron a ser las cosas desde hace algún tiempo, se dividen en la zona. 

Theodore camina más allá de su zona, metiéndose a Dulce Hogar para darse una acicalada.

Sus pasos cruzan con Bobby, viéndola pasar por su lado con un rostro cansino. Mucho menos brillante qué en el pasado se dedicaba a rondar el desmejorado lugar. Saltando entre cuartos y niños para mantener la vigilancia sin hacer ya ninguna tarea. 

No como antes. 

Incluso su pelaje comenzó a requerir cuidado de los humanos al volverse áspero y opaco. 

Los amigos de su cariño estaban raros. Solo ella era el punto más normal entre todos los problemas a revisar. El perro nunca fue demasiado avispado respecto al grupo pero empeoraron. 

Están muy callados desde que Picky y Bubba regresaron al grupo hace meses.  

También podría ser algo sucedido durante su internacion por las quemaduras. 

Recordarlas hace que su lomo se erice lleno de dolor. 

El agua que encuentra en la bodega es suficiente para lavarse sin ser descubierto por los humanos. 

Es cruel este olor a lavanda en el jabón. Esta espuma suave y el mismo sonido en los purificadores de aire. El espejismo de la presencia en su costado lo hace mirar dos veces a este lugar. 

Habiendo alucinando muy claramente la presencia de DogDay. 

De su cariño. 

Usa el agua y se coloca bajo la onda de aire caliente del termostato. Esperando que su pelo vuelva a secarse ya limpio. Llenándose su mente con el sonido de las gotas de agua, las máquinas y las cucarachas infestando las paredes por algun error de los trabajadores al momento de empacar los productos para la casa. Descansa acostandose en la brisa caliente y sobre los sacos de harina. 

No es igual. Es parecido al contener su calor, puede sentir su propia temperatura pero disfrutar de una descanso lo más parecido que se podía a la presencia de DogDay era imposible cuando siente que podría morir justo hoy. 

A estar sobre su pecho y escucharlo murmurar alguna historia sobre el exterior. 

Su cariño hablaba mucho de cosas muy dispersas, desde personas a cosas parecidas a crímenes extraños. Lo haría hablar y escucharía como él tendría un vergonzoso monólogo sobre las habichuelas y porque no les gustaban.

-¿Porqué siempre actuaste como si yo fuera tan interesante?- suspira sus dolencias. La vergüenza de tener bien grabada esa tarde desperdiciada en hablarle a su cariño sobre los frijoles que no le gustaban. 

¿Porqué sus pláticas eran tan absurdas?

Entonces puede reírse al recordar que este le interrumpió preguntándole si no le gustaba porque lo hacían tener gases. 

Fue tan vergonzoso hablar de eso y a la vez divertido. 

Puede escucharlo reírse y sentir como le intentaba picar el estómago. 

Su cuerpo lánguido encima de los sacos se encoge abrazándose hecho un ovillo. Tan solo aferrándose a esa risa en su memoria, esas descaradas palabras que lo hacían enojar y reírse. 

Que lo hacían sentir tan acompañado y seguro. Vivo. 

-¿Porqué no puedo hacer lo que tu hacias?- lo pregunta perdido.-¿Porque no puedo hacer felices a las personas?- 

No logra acercarse ni traer a ningún experimento al camino de Dios ni volver a hablar con él. 

Dios parece haberlo olvidado en este lugar, alejado de todo y todos. 

Lo castigo por su ineptitud .

Incluso Picky qué se había acercado tanto antes, ahora esta tan callada y fría como el témpano.

No sabe hacer amigos. 

No sabe comunicarse. 

No recuerda cómo hacer amigos, otra vez está solo. 

Otra vez siente que el mundo gira y se queda atrás. Sin valor. 

-Deberías subir, hay humanos buscándonos a todos. - 

El sorpresivo llamado es por parte de Bobby en la puerta de la bodega. 

Theodore por fin levanta el cuerpo, siguiéndola por reflejo. 

El camino por lso pasillos de Dulce Hogar pueden sentirse como un laberinto de perderse un detalle, subiendo con ella para encontrar a algunos trabajadores. 

-Catnap, acompañanos. - 

No parecía ser buena noticia esta vez. 

Piensa por un segundo antes de seguirlos. 

De lejos Hoppy lo mira con una mirada preocupada, alentandolo con un gesto de manos. 

Los pasos de los trabajadores son cada vez más presurosos. 

Escuchando a los niños que corren a despedirse de él, sonriéndole al pasar por su lado. 

Intenta ser amable pero está agotado y apático. Solo mueve la cola sacudiendo algunos cabellos en su camino. 

Lo llevan a los laboratorios y su cuerpo ya estaba temblando lleno de la fría expectativa al dolor que debería afrontar por estos nuevos estudios qué tanto los emociona. El ascensor fue aún más estresante y su conciencia tuvo que aferrarse a las armas qué sabe que llevan consigo los guardias. 

-Catnap, bienvenido amigo. - lo saludan al entrar a un laboratorio. 

Observa la manta en el centro. 

La manta qué DogDay. 

Por un impulso que muy tarde se dio cuenta que debió evitar, corrió a recostarse sobre esta de forma celosa. Sabiendo que esta normalmente era prisionera en manos de CraftyCorn. Baja las orejas al darse cuenta de lo que hizo y frente a quienes. 

Un temor natural crece en su pecho al notar el ánimo de estos científicos al verlo.

-Catnap, hace muy poco se hizo una junta y descubrimos algo muy importante para ti. - le anuncian contentos. 

Mantiene el silencio. Moviendo las garras sobre esta cobija vieja. 

-Antes hicimos muchos intentos para que fueras CatNap en su totalidad pero las cosas no salían bien.-

Theodore sabe muy bien a que clase de pruebas se referían. 

-Pero hace muy poco encontramos la fórmula correcta para que puedas ser CatNap por completo.- se lo aseguran mostrándole una imagen de la serie.-Ya no serás un experimento incompleto.- esa imagen es su objetivo .

Ese gato de caricatura en su casa con una humareda de carmín escapando de su sonrisa. 

-Que bueno. - murmura total y completamente alejado de cualquier interés por dicha serie y sus personajes. 

Al menos no fue escuchado al hablar en el tono que solo escuchaban entre os experimentos. 

La doctora rubia. 

Esta presencia le hizo reconsiderar su nulo interés por esta imagen ya retirada de su campo visual. 

-Deberás quedarte un tiempo acostado, por eso trajimos esa cobija que parece ser importante para tus amigos y para ti. - 

Esta persona era del grupo que parece creer que las personas que piensan en otras personas como zombies que disfrutan de escuchar a otros hablar y hablar y hablar, sobretodo si esa perorata es parte de su propio ego. 

-Además de que tenemos algunas preguntas para ti, CatNap. - 

Theodore mira al suelo por un momento. Baja aun más sus ojos la sabana entre sus garras. 

Pensamientos vagos lo hacen caer algo fuera del presente. Hundido en la sensación de esta cobija sobre sus cabeza y su cariño hablándole en voz baja. Susurrando cosas que no debería haber escuchado. 

Extraña mucho ese tiempo en el que alguien le hablaba y después lo escuchaba. 

-Deberás responder las preguntas y te aseguro que llevarán consigo una recompensa. - le asegura la mujer con una sonrisa confiada.-Como visitar a tu amigo de los laboratorios. Igualmente deberás dar por hecho que no lo veras si te atreves a desobedecer - 

Theodore asiente y escucha sin mirarla. Hundido en esos hilos y los recuerdos entre sus garras. 

Lo que sea que le distraiga de las cadenas qué comienand a repartir por su cuerpo los medicos.

“Me van a torturar”

Es clara esa realidad. 

“Me va a doler. Volverán a hacerme daño”

Aprieta esa cobija entre sus patas he inhala profundo. 

-Comencemos con algo sencillo, CatNap. - le avisa y toma un lugar de pei frente a él. Lo irá hacia abajo al estar completamente tirado sobre la cobija. -¿Que tanto sabes sobre la sexualidad? ¿Te es un tema conocido?- cuestiona. 

El gato agita las orejas, dejando demasiado oculto cualquier pensamiento en ese rostro inexpresivo de siempre. 

-Ya veo. No te da miedo. - 

El gato está vez levantó las orejas sin querer. Confundido por las palabras de esa humana. 

No entendió esa parte. 

-A tus amigos les da mucho miedo ese tema y fingen ignorancia pero tu no tienes miedo aunque no te sea desconocido el tema. - 

El gato vuelve a mirar la cobija. 

-A todos les asusta pero a ti no. Al igual que la oscuridad, DogDay le tiene mucho miedo a la oscuridad pero ti no te molesta.-

Si. A su cariño, antes de ser destrozado por estas personas, los túneles le ponían nervioso si las baterías de su lámpara se acababan. Era tierno y sentía una gran sensación al poder ayudarlo con ese miedo. A veces pensó que era bueno que se asustara, lo hacía parecer un poco genial el ser quien le diga que no hay razón para temer a la oscuridad. 

-Hay muchos miedos en los corazones de los sonrientes, miedos que tú no posees.- mira al gato no mostrar reacción más allá del movimiento de sus orejas inquietas.-Te vamos a dar algo para que puedas ayudarles con todo ese miedo que no les ayuda y los lastima, a ellos y a los niños.- le sonríe golpeando la tabla de notas con sus uñas. 

CatNap pega el cuerpo al suelo una vez ve llegar esa inyección en la bandeja de una asistente. 

Ahora puede ver que no hay ni un solo hombre entre el personal y cada asistente y hasta los guardias son femeninos. Esto era sospechoso. 

-Vas a sentir un poco de dolor pero todo valdrá la pena una vez terminemos. - suspira cansada de convencerlo. - Lamento que el otro perro se terminara comportando tan mal. ¿Sabes que? El que tú nos compartieras la verdad sobre su mal comportamiento fue lo único que pudo hacernos ver sus tretas.- sonríe tocando esa nariz húmeda.-Nunca hubieramos descubierto qué el chico bueno que nos participaba en los experimentos donde lo hacía pedazos o lo electrocutabamos sin cadenas, tambien era quién nos veía la cara con tanto descaro siempre.-

-Basta…-

-Gracias por entregarnos al perro malo, CatNap. Sin ti nunca lo hubiéramos descubierto a tiempo.-

Theodore abraza la cobija al ser inyectado. Pronto debe acostarse de lado para mantenerse estable en el frío. 

Lo han drogado. 

Ve dos colores en el techo, tres más en su pelaje y había muchos zumbidos sobre sus oídos atiborrados por la presión creciente. No escucha más que agua y esas voces humanas. 

Entre el delirio y el presente, puede ver como una sierra pasa entre las manos de las personas alrededor de él. Esconde la cara en la cobija al llenarse el aire con el sonido de la carne cortándose y su cuerpo apenas es capaz de bloquear el dolor con la pobre cantidad de anestesia más dirigida a imposibilitar su lucha que a mitigar el dolor. 

Piensa en visitar a Dios después de esto. Necesita escuchar que sus acciones no fueron esta ayuda para estos humanos, sino el rescate para su cariño. 

Él lo salvó de esta gente. 

Él lo sacó de aquí. 

Él lo salvó. Lo deseaba a salvo. 

Es su torrente sanguíneo inflamándose ante la apertura de su espalda que hace sangrar el interior de sus orejas, derramando la sangre por sus tímpanos al exterior. 

Una asistente limpia la sangre con una venda y coloca un algodón para recolectar la sangre. Tirándola al mismo cubo que todas las compresas utilizadas. 

-Te hicimos algunas preguntas porque vimos algo extraño en algunas cámaras de seguridad, CatNap.-

Mira a la doctora sin soltar la cobija de entre sus patas. Negandose a escuchar lo que sea que tuviera que decir sobre nada.

-Tenemos algunas preguntas sobre tu relación DogDay y tú. - 

Podría decir algo pero lograron hacerlo gritar al tirar de un nervio. 

-Tengo la duda del porque no te da miedo algo que a todos los de tu grupo les ocasiona terror. - 

Theodore la mira al fin. 

-¿Porque no te da miedo verme de cerca? ¿Será porque tu dios te permite verme atado y herido? ¡¿Cuánto tiempo más, crees que mi Dios permitirá que continúes impune?!- la rabia habla y su fe le da forma de sacarla. - ¡¡Dios nos salvará de ustedes, los locos!!- 

La mujer levantó una ceja curiosa por esa respuesta tan furiosa. 

El gato apenas puede mover la cabeza antes de gritar de nuevo. Esto lo hace al ver lo que viene por el techo. Sacude el cuerpo intentando huir. 

Es la misma máquina que usaban hace años para armarlo. 

Dolorosa en demasía. 

-Vamos Theodore, no querrás que mi dios te mantenga más tiempo aquí, ¿Verdad?- le cuestiona la mujer sujetando su oreja entre las uñas.-Solo copera de una vez. - 

Lo está lastimando muy claramente, puede sentir como sus uñas entran y rasgan con su filo y crueldad, aún es difícil sentir ese dolor cuando compite contra su columna descubierta y las piezas sosteniendo su carne. 

El horror en el gato crece al ver como conectan una manguera a la maquina. 

-¿Qué está pasando?-

-¿Quieres saber porque tus amigos le tienen miedo a los temas sobre sexualidad?-

Niega aterrada por esa manguera y el líquido fluyendo dentro de la máquina. 

-Es porque a ellos, a más de uno. Alguien los toco de formas muy extrañas.- golpetea con ese lapicero la tabla. - Quisimos saber que ocurriría si entre ustedes llegará a ocurrir algo parecido pero no salió bien.- suspiró pensando en el fallido intento de cruce entre los dos especímenes de la línea grande. 

El gato sacude la cabeza, pero no hay como escapar ni dejar de escucharla. 

-Cállate.- las verdades nadando en su conciencia están manchadas con la sangre inocente.Tan ofendido como rencoroso por las burlas de esta mujer. - ¿Te crees mejor por tu posición? ¡¡Eres exactamente como nosotros, muñeca!!-

La rubia no aparta la mano aun si CatNap le gruñe. 

-Tu forma de reaccionar es curiosa. Porque pareciera que no tienes miedo pero conoces algo de ello. Pareciera que tienes una buena experiencia.- 

Eso no le gusto escucharlo. Iba a un mal camino y aun no puede salir de la realidad, no lo dejan irse.

-Cuando vayas afuera con esto que te daremos no queremos que tu mente se distraiga y ocasione problemas necesarios. - 

Esa manguera la toman entre dos asistentes para llevarla a su espalda. 

Patalea sin lograr nada, sacudiendo el cuerpo como podía. 

Intenta huir y aún así logran conectar la manguera con sus costillas. Donde una entrada de hierro brilla al centro de su caja toraxica. 

-Esta no será la única vez que hagamos este procedimiento. - le advierte. 

El gato está a otro punto del horror sintiendo claramente el vacío y todo empeora al sentir como van a sus piernas. 

-Lo que en tus costillas se guarda es una máquina vaporizadora. Hay que llenarla.-

Theodore recuerda el vapor frío qué usó en las heridas de Picky. Logrando ayudarla con su dolor en ese momento le pareció beneficioso, ahora es un rasgo qué no espera ser tan malvado por parte de los humanos. 

-Ahora mismo le estamos suministrando una carga completa de líquido, cosa que será natural producir dentro en ti mismo después de este procedimiento pero al inicio deberemos llenarlo. - le muestra la gráfica. 

El gato gritó al sentir algo peor en su zona baja. Intenta mirar y no hacerlo. 

Habían abierto una parte de su vientre. En una zona que solo le traía sentimientos confusos. 

Recordaba de forma fugaz el toque cálido de DogDay detenerse en esta zona más de una vez.Su cariño murmurando alguna palabra de amor al consolarle con una caricia sobre las orejas y su propio cuerpo temblando agusto en ese toque lleno de calidez. 

Recordaba lo que Dog le decía entre esos susurro. 

-No tengas miedo.- 

Ahora no hay esa delicadeza ni amor para no sentirse ultrajado al ser cortado con un bisturí el pelaje de la zona. 

-Eres como un gatito de felpa con un dispensador de burbujas. - le enseña un muñeco de esa línea.-Así que ya deja de lloriquear.- le muestra como hala de la cola de uno de los gatos sonrientes , para sacar algo rojo por la boca. 

-Sería tremendamente estúpido pensar que el medio de entrada es el mismo que el de salida. - le muestra cómo se rellenaba el muñeco.-No te asustes, esto es rutinario. En poco tiempo ya no lo sentirás. - mostró cómo sacar el contenedor de ese humo por la parte baja. 

Repetido por un asistente al cortar con un bisturí su piel y carne para descubrir el interior de su zona baja. Las piezas de hierro dentro, entre la carne y bajo los intestinos deben ser sujetados para no dejarlos caer. 

Theodore no puede encontrar como describir el dolor. Solo puede sentirse tan vulnerable como herido. Paralizando su reacción por un lapso de tiempo. 

Una segunda manguera es metida en la cortada en su vientre dentro del cierre. Girando parece conectarse con algo dentro de su torso. 

La maquina enciende. 

Es cuando todo de verdad comienza a ser malo. 

No recordaba hace cuanto comió por última vez. Aun devolvió un torrente de bilis al ser sacudido por esta sensación. 

La doctora lo mira revolverse, patear, quedarse quieto y llorar. 

La sensación estallante del fuego entrando y su incapacidad para sacarse estos objetos comenzaba a enloquecerlo. 

Era fuego. Eran cuchillos. 

Era el peor dolor hasta ahora. 

Esas cadenas truenan y se sacuden. 

Agarrando esa cobija para esconderse en ella.

-Lo probamos muchas veces con las primeras CatNap. Parecía bien la idea de incluirlo desde su inicio pero la primera terminó muriendo por estrés en las pruebas y la segunda escapó en el simulacro.- la doctora sigue a su alrededor. Observando atenta como cada músculo se contrae y grita o llora y pide ayuda entre gruñidos.-Creemos que el trauma por la máquina de inserción inferior se compaginó con eventos de su pasado fuera de la fábrica y sus cerebros y cuerpos completos no soportaron el nivel de estrés y miedo disparados en ese momento. Algo que no sufriste tu, Theodore Grambel. - 

El felino sigue sin responderle. 

-Aunque a los jefes no les agradaba tu origen, debo decir que en las pruebas tú eras de los mejores en reacción al ser expuestos al gas rojo. Será interesante verte usarlo, a donde irá tu futuro. - 

El vómito vuelve a caer de su boca , perdiendo toda posibilidad de lucha. 

-Estas sufriendo pero no es tan malo. Ya te acostumbraras. - toco esa cabeza llena de sangre.-Siempre lo supe niño, tú desde el inicio estuviste destinado a ser algo muy grande. - 

 

 

 

 

 

 

En la Jugueteria ese elefante revisa el nuevo equipo en la oficina de ese anciano. Guiando a los dos Bunzo a colocar las piezas entre ambos. 

-Deben encajar las tuercas exactas, si te faltara una sola ; la máquina no girariá. - 

Asienten los tres contando las ruedas de metal en la unión de las tres piezas grandes. 

El elefante espera a que se aparten para oprimir el botón de inicio. 

Esta maquina levanta el brazo muy lentamente, extremadamente lento, estirandose en lo posible sin la fuerza suficiente para arrastrar ningún objeto de la mesa pero capaz de volver a su lugar. 

-Vas mejor de lo que esperaba. - les alienta el anciano. 

Los tres comparten nna mirada sorprendida. No esperaban que tan siquiera fuera capaz de moverse un poco. Este resultado era satisfactorio en muchas formas. 

-Medí las conexiones y su fricción. - susurra el elefante tocando a un Bunzo para que lo anote en la libreta. 

Este corre y comienza a dibujar lo que es capaz de acercarse a las anotaciones dispuestas para su avance. 

El segundo Bunzo decide activarlo de nuevo. Esta vez pueden verlo ir más rápido al ir hacia adelante pero más lento al regresar. 

-Tenemos que encontrar mejores materiales para el retroceso. - 

El anciano en la oficina les observa hundido en sus pensamientos. Viendo como estos chicos logran en unos meses crear esta maquina, Imitando los movimientos de las construcciones repartidas por la fábrica. 

No era un brazo retráctil sino algo más ambicioso lo que deseaban construir. Podía verlo tomar forma con las notas sobre las baterías y las cerraduras de cables, acumulandose con más y más notas en el libro de ese elefante. Además de esos dos conejos aprendiendo con un aire más entregado qué cualquier estudiante allá afuera. 

Lo piensa pero lo guarda en un acto de sabiduría logrado al ser consciente de cuán negativo sería mencionarlo. 

Cuán talentoso pudo ser este chico y sus dos compañeros , allá en el mundo real. 

Lo guarda dispuesto a morir sin decirle algo tan cruel al chico. Sobre todo viendo que algo debió suceder para que ahora este tan apagado. 

-Se llevaron a CatNap, lo vi por la ventana. ¿No seria momento de reunirte con tus amigos?- le hace esa observación disimulando la presión que siente en su frente. 

El elefante deja de revisar el cuaderno. 

-¿Hace cuanto se lo llevaron?-

-Una hora.- 

El elefante hace un gesto a los dos para que se fueran. 

-Gracias por su ayuda, señor. - despide inclinando la cabeza al salir de la habitación. Dejando la libreta en el borde superior de la puerta, oculto detrás de el papel tapiz levantado hace tiempo. 

Aquel anciano se queda solo con su trabajo y esa maquina no es ocultada, solo dejan un par de piezas de aserrín sobre esta para fingir la parte de su trabajo. 

Bubba deja este piso con los hombros derechos. 

-Vamos. - llama a Crafty al pasar por un lado. 

El unicornio bufa al bajar de la zona segura para seguirlo con los brazos alrededor de su estómago. 

Una vez van ellos dos juntos es cuestión de menos de un minuto para reunirse el resto de su grupo en la zona trasera de La Juguetería , mirándose unos a otros en espera de lo que fuera a suceder en la reunión. 

El último en llegar es Kickin. 

-¿Qué hay por decirnos?- pregunta el pollo observando la cara de Bubba llena de peso. 

Este observa a Picky por un segundo antes de iniciar. 

-Catnap fue llevado así que hay que ponernos al día. - 

-Su Dios suele estar sobre nosotros pero no lo he escuchado hace semanas. - inicia Hoppy. - No lo escucho ni a Theodore le responde cuando va a PlayHouse a hablar con él. - mira a la cerdita esperando alguna actualización de su parte. 

-Esa cosa esta castigandolo por fallar en su misión. Eso es lo que pude sacarle. - informa Picky con los ojos fijos en la figura del elefante por mas tiempo de lo debido. - Creo que es todo por ese lado. - 

-Los humanos se llevaron a tres niños en la noche. - les avisa Kickin. 

Bobby agarra su cara ya desesperada, contiene este arrebato al arañar su propio rostro. 

-Los trabajadores hablan sobre nuevos programas y juguetes.- 

Bubba suspira dejando que eso ya no sea parte de la discusión. 

-Debemos ponernos en contacto con la superficie antes que Theodore o esa cosa, ¿Alguno recibió algo de los humanos?-

-Sabes que ya todos dejaron de bajar, ya no les interesa este lugar sin las flores. - le recuerda Crafty. 

La ironía de recibir un recordatorio por parte de la chica con peor memoria era risible. 

-Hay una forma. - añade Kickin. 

-¿Y cual seria esa?- pregunta Picky sin cuidar su tono despectivo a su dirección. 

El ave cierra las manos una contra otra, pensando en lo que diría y como los afectaría. 

-Podemos intentar hacer lo que Dog. - 

Dudan analizando cual de todas las acciones descontrolada podría ser la que este pollo deseaba que imitaran. Eran demasiadas. 

-Hay que forzarlos a llevarnos, aun quedan tres de la generación anterior y deberían sernos útiles si les amenazados. - 

-Para sacarnos se necesita una ruta bien planeada, ellos preferían vendernos antes que ayudarnos. - 

-Hablar con Terry no suele funcionar. - murmura Bubba. 

-Aunque nunca hemos sido nosotras las que intentamos hablar con él. - 

-¿Enserio crees que cambiara algo si tu hablas con él?- le cuestiona Crafty rascándose el cuello en el estrés. 

-Soy una chica, algo deberá ser diferente si lo intento. - añade Hoppy. - Antes resultaba. - 

Picky ríe cubriendose la boca on las patas. 

-Pues ve, yo debo regresar antes de que noten qué me largue. - 

-¿Porque quieres subir?-

Los seis miran al perro de pie en las escaleras de la puerta de la Jugueteria. Mirándolos hacia abajo como otras veces. 

-Así que al fin hablas. - apunta Picky. 

-No entiendo como pueden escucharlo hablar de subir, ¿Qué hay allá arriba? Es mas… - Baja las escaleras sin dejar de mirar a Bubba. - ¿Como sabes que no joderian al resto por culpa del que suba?-

No importa si al estar de frente debe mirarlo hacia arriba, aun se mantiene firme frente al elefante. 

Este no hace ese movimiento tan común de agacharse y fingirse pequeño para escapar de la confrontacion. Se mantiene derecho mirandolo con el ceño fruncido. 

-Estoy pensando en el bien de todos, no solo de una pulga. - le advierte. 

El perro tan parecido a su hermano muerto gruñe juntando las manos al frente para liberar algo de este mal humor al dejar su posición en un retroceso lento. 

-No voy a meterme. - decide em voz alta. - Si esto se sale de control, será tu culpa.- pasa su mirada por cada uno.-Buena suerte.- murmura al retirarse. 

Kickin decide irse también. Cayendo sus hombros al ver a Hoppy ya en camino a los jardines. 

Picky no tarda en hacer como ellas. 

Crafty es la última en irse. Mirando a Bubba. 

-Estas raro, Bubba. - farfulla juntando las pezuñas sobre su pecho. - Me haces sentir que Dog de verdad murio.-

-Dog esta muerto. - lo remarca sacudiendo las patas. 

Crafty no le da una respuesta. Dejándolo solo una vez ya no le ve sentido a quedarse. 

El elefante deja este lugar de una ve. Volviendo a su zon en la escuela. 

 

En el espacio tras la casa ese perro deja caer el cuerpo en el césped sintetico. 

Más que rápido llega por un lado ese gatito, corriendo a abrazarse a su costado. 

-Lo hiciste bien. - se lo asegura tomando un gran respiro. - Ellos creen que eres un estúpido. - 

El perro mueve la cabeza algo perdió por todo ño que viene a ser este desastre. 

-Las cosas apuntan a mal, Jason. - entre sus manos juega juntando los dedos al calcular las consecuencias de haberse mostrado tan desagradable con ellos. - No se que está pasando, Bubba esta mas desconfiado y Picky… Esa chica no se siente igual su presencia. - 

El gato correr a meterse entre sus manos y sujetarse a sus muñecas. Mirándolo directamente. 

-Bubba cumple diecinueve este mes. Es mucho mayor que tu y Picky siempre fue más inteligente que las otras chicas.-

-¿Con quién has estado hablando? Lo que sabes de ellos es-

-Habló con alguien de fuera y otro dentro de su grupo. - 

-¿Estas hablando con uno de ellos? - mueve la cabeza. -¿Es Kickin?-

-Kickin es aun de su grupo pero seguro ya notaste que no es bienvenido por el resto de los primeros, no, el no es. - sube por su cuerpo sentándose en su estómago. - Lo que importa es que tu te acerques a los medios y pequeños. Evita a los enanos de PlayHouse, ellos ven a CatNap con mucho amor. - 

-Jason, ellos son grandes. No hay como competir con ellos cuando solo tenemos de aliados a los pequeños. - 

-Es porque no sabes lo que piensan los medios.- su ánimo crece al estar tan cera de llevar a Harom aal camino correcto. - Los chicos del zotano están recibiendo los mismos amigos que este piso. - 

Harom puede aceptar el hecho. 

Las perdidas de niños en Dulce Hogar eran el inicio del aumento en criaturas para el nuevo sótano y las monstruosidades en dicho piso esperaban aumentar su número por mano de los humanos. 

Lo que sucedería de seguir adelante era solo una afrenta entre las criaturas. 

-Jason, ¿De verdad crees que podríamos sobrevivir sin aliados?- lo pregunta sujetando al gato por la cintura. 

Este sonrie afilando las comisura de su boca. 

-Si, Harom. Podemos hacerlo si te encargas de escucharme. - 

-Jason, no puedo enemistarme con los demás. Debes dejar de buscar un resultado donde solo quedamos tú y yo, eso solo nos mataría. - 

-Harom, no seas pesimista, podemos lograrlo.- no se resiste a su control. - Tu y yo, no necesitamos a nadie más. - 

-Tan solo quisiera no haber peleado con las criaturas del sótano. Ellos deban ser como nosotros antes de esto.- 

Jason siente como la culpa y la vergüenza le llena y necesita estirarse de puntillas desde el estómago de Harom para tomarle las mejillas. 

-No tengas arrepentimientos ahora, todo irá bien mientras logres hacerte de aliados en tu propio territorio. - 

-Los aliados se consiguen con la oferta a una demanda constante…- mueve las orejas preocupado por el presente. - Si pudiera entregarles a quién quemó a CatNap, todo estaría bien con ese gato.-

Jason parpadea varias veces al dejarlo ir. Moviendo su cola de lado a lado. No hay dudas en su voz, confesando su crimen. 

-Harom, eso lo hice-

-¿Podemos hablar, DogDay?-

Esta sorpresiva intervención los hace mirar a esta criatura pequeña acercándose. 

Es un, es irónico en muchas formas, un grupo de pequeños y medianos DogDay. Un par de Hoppy con solo ds Bubba al final. 

Era en muchas formas algo extraño. 

-Si. - responde. 

-Que se vaya CatNap. - pide uno de los pequeños. 

-Yo no tengo que-

-No confiamos en ningún CatNap. - le apunta una de las conejitas.

Harom lo piensa agarrando a Jason, para no grata sorpresa del mencionado, lo levanta en alto metiéndolo a la casa por una ventana que cierra de una vez. 

El gato del otro lado le muestra el dedo de enmedio antes de correr para salir de nuevo. 

-Hablemos. - lo determina girando para escucharlos. 

Estos parecen hablar entre ellos con esa conexión que los otros sonrientes no tiene pero él si. Escucha como discuten si pueden confiar en él. 

-El otro se comió a Bunzo… - Murmura un Bubba con una libreta pequeña en manos. 

-Es por eso que debemos hablar con este. - 

Harom espera fingiendo que no los escuchaba. Hasta ahora era su única posibilidad de descubrir lo que querían de él.

-Queremos formar una alianza contigo antes de que suceda el gran día. - 

Por dentro la curiosidad sobre ese tal gran dia le recorre, por afuera solo mueve la cabeza. La mención de un gran día le era sorpresiva, no sabía de donde venía eso. 

Necesitaba saber más de esto. 

-¿Están seguros de que es conmigo que quieren esto?-

-Eres el único que no sigue al gato ni a su Dios. - 

-¿Como saben de eso?-

La mención del Dios del gato hace de esta reunión algo más complicado. 

-Esa cosa se comió a uno de nosotros hace tiempo. - apunta un perro. -Lo secuestro de nuestra celda. Una garra horrible. -

Esta descripción es suficiente. Además de poner en juego un punto demasiado complicado a la hora de meditarlo. No hay lugar seguro ni en las celdas. 

No podía confiar en dejar solo a Jason. 

Una Hoppy da un paso adelante. 

-No podemos dejar que nos coman tan fácilmente. Aunque seamos de este tamaño, no somos solo comida para los grandes. - 

-Si es cierto lo que dijo ese CatNap, tú y él, tienen planeado dejar este lugar sin ninguno de los gigantes. Entonces haremos lo posible para completar esa posibilidad. Y que nos saquen de aquí.- 

-¿Qué piensas de esto?-le preguntan. 

 

 

 

 

 

 

Las patitas de Picky dejan de moverse frente al pasillo dentro de la zona de hierro.

Habiendo burlado la seguridad entró a la zona humana. Observando a las paredes. 

-Creo que es aquí. - susurra mirando hacia arriba. 

Hay una cámara justamente sobre su cuerpo. 

No la mira , su lente apunta a todo lo que se encuentra alrededor. 

La chica espera inclinando el cuerpo a un costado. 

Pronto su presencia llama la atención de un trabajador. 

-¡Picky Piggy! ¡No puedes estar aqui! ¿Porqué estas fuera de La Guarderia?- le reclama acercándose con su tabla de notas en manos. 

Picky espera justamente a tenerla en la marca del suelo para morderla. Tragandola por completo. Dentro de sus costillas escucha los huesos volverse trizas chasquido por chasquido. Derramandose el sabor de la sangre por las orillas de su boca. 

Lo que sintió fue igual a tragarse algo áspero y seco que desgarra la garganta a su paso. 

-Eso dolió. - murmura regresando sobre sus pasos. Esta vez directo a la PlayHouse. 

Pasa por un lado de algunos niños que la saludan y ríen al tocarla por unos segundos. 

Les hace a un lado con una pezuña, riendo con esa grabación al seguir su camino. 

Esto lo acompaña con un paso más rápido. No sabía si CatNap sería traído devuelta o no, el tiempo que tenia para rondar la zona que ese gato se adueño , no era demasiado extenso y debe apurarse.

Entrar y recorrer los túneles pegando el cuerpo al suelo al moverse. Llegando a ese cubo de alfombras plásticas por el que entrarían los trabajadores del trimestre. Toma el ascensor mirando al único Nilo que la vio entrar por este. 

-Guarda este secreto, cariño. - se lo pidió con un ton dulzon. Siempre juguetón. 

El niño sonríe volviendo al túnel con un último gesto de cierre en su boca. 

Las rejas se cierran y deja de verlo. Su rostro está en el reflejo. 

El ridículo que siente al verse la hace bajar las pezuñas he inclinarse hastiada. 

Las puertas se abren y puede bajar en el pasillo de empleados, saliendo por estas oficinas al romper la puerta con una patada. 

Del otro lado la espera esa garra. 

A la cual saluda doblandose con un fuerte impacto a su propio estómago por parte de sus pezuñas. 

Tirando ese cadáver frente al filo de la garra. 

-Ella es Edward Blair, trabaja en comunicaciones y su tabla tiene el conteo de horarios confirmados para este mes. Sus notas tienen lo que quieres. - patea el cuerpo para que choqie con la garra sin consentimiento ni respeto. 

Esta criatura tamborilero el suelo. 

-No me guardas respeto alguno. - lo señala y esa garra pasa por encima del cadáver para sujetarla por las piernas.-Olvidas cual es tu lugar, niña. - 

Picky observa ese filo acercarse a ella, levantando la pierna la pisa atrayendola a su torso, aspirando el calor de su aliento sobre el hueso descubierto. Logra discernir un nervio retorcerse. 

No sabe si es una chica o un chico lo que hay del otro lado de esa garra. Lo que sabe es que ess fuerte al dolor, como ella.

Débil a la calidez. 

Silenciosamente la garra se repliega a juguetear con el cadáver. 

-No soy una niña, así que pensá bien en cómo te diriges a mi. - pasa sus ojos por el lugar.-No soy estúpida. - 

-Eres demasiado desagradecida conmigo. - parece soñar algo inocente. 

Picky siente un retortijones con ese tono. Sabiendo que esa cosa era mil adjetivos distintos y ninguno era cercano a “Inocente” 

-Yo no soy el chico miserable y falto de autoestima que suele manejar, señor. - suspira esa burla tratando de tragarla. - No planeo fingir que usted es un Dios, pero si se que esa garra no tiene ojos. -dobla el cuerpo sentándose en el escritorio más cercano.-Es la garra de un monstruo más grande y fuerte, tanto como para que decida que lo escucharé antes que a cualquiera en esta fábrica.-

Esta criatura no le responde  

-Ellos aún le tienen mucho miedo, señor. - le recuerda esto. - No creo que mantenerse lejos de CatNap sea bueno para sus planes. - 

-No puedes ni imaginar la profundidad de la visión que tengo para este lugar.-

-Tengo en claro que desea ser libre.- su humor decae. -No planea salvar a nadie, eso lo doy por hecho.-

Esta criatura no le responde. Llevándose el cadaver. 

-Al final, solo sobreviviran los que le esquiven cuando corte a todos y creo que tambien los que no le molesten.- 

-Tienes razón en muchas formas y te equivocas en muchas más. Como una mujer inteligente, deberás aprender a cerrar la boca para escuchar lo que debes.- 

Picky relaja el cuerpo una vez deja de escuchar ese metal moverse en los túneles de ventilación. 

Deja este lugar con un sentimiento extraño. 

Esta criatura era extraña. La escuchaba y no la ha lastimado en todo este tiempo de convivencia. Incluso si se comporta como una grosera adolescente, no recibe más que ese reconocimiento vago. 

Esto era preocupante. 

No sabía que tan en riesgo estaba de perderse en sus mentiras. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de las vueltas de carreras y canturreos de parte de la coneja. Se han juntado los reflejos y las historias de varios niños hablando de los mismos susurros extraños en Dulce Hogar. 

Hay un ruido raro en los muros, a veces puedes escucharlos de día y aveces solo en las noches. - 

Ese cuento lo puede ignorar Hoppy dos o tres veces pero no diez o quince. 

Moviendo las orejas al escuchar a más niños murmurar sobre este ruido.

La alarma de sueño avisa a las visitas para que se retiren y a los sonrientes les recuerda que es hora de ir a sus celdas. 

-La próxima vez que escuchen ese ruido, llamen a la niñera o a Kickin. - 

El niño que le trajo este cuento le mira nervioso. 

-Kickin se la pasa durmiendo desde hace mucho tiempo y Bobby nos está ignorando, por eso te decimos a ti. - 

Hoppy le toca la cabeza con las dos manos, sacudiendo lo suavemente.

-Seguramente Bobby tiene los oídos llenos de cera, ella nunca te ignorariá. Ahora ve adentro. - lo despide empujandolo para hacerlo correr. - Aun te veo. - le recuerda al voltear se a verla nuevamente. 

Este niño comenzó a correr una vez ella muev la mano en despedida. 

Lo ve correr y tropezar con otros al empujarlos.. Comienzan una carrera al interior de la casa. 

Casa de la que sale esa ave desmotivada. 

-Creo que es nuestro cumpleaños. - le recuerda al ave al tenerle cerca. 

-Es el cumpleaños de Crafty, 17 de agosto. El tuyo es mañana, y el de Bubba ya paso.- le recuerda al pasar por si lado. 

Hoppy lo acompaña sin acercarse demasiado. 

Un año está tensión se mantuvo. Donde ninguno de los dos puede acercarse sin sentir que estaba mal hacerlo. Mismo año que pasaron en silencio. 

-Y tu cumpleaños fue ayer. - le recuerda Hoppy. 

Kickin mueve los hombros desinteresado. 

Hoppy lo agarró por el hombro deteniendolo. 

-Feliz cumpleaños, atrasado.- lo felicita hablando en susurros sobre su oído. - Espero que esta si puedas clavarla. - 

El ave levantó las cejas sorprendido por el acto rápido de Hoppy y lo que termina encontrando en su poder una vez esta se aleja a su propio ritmo. 

Es un cuchillo grande, muy grande. 

No es de cocina, es de sierra. Debe ocultarlo, algo apurado por lo peligroso de este y más estando en este espacio. 

Llegan a encontrarse con el elefante en la zona de reunion. 

Este les mira de lado y vuelve a perderse en el suelo. 

Parece encontrar el cúmulo de césped sintetico muhp más valioso para su vida que la presencia de los dos. 

Hoppy no acepta este gesto. Acerandose al elefante le habla. 

-Los niños están contando algo extraño otra vez. - es un tema que le preocupaba.

El elefante la vuelve a mirarla y responde. 

-No se nada de eso. En la escuela no están hablando nada por el estilo.- es mentira o puede que no lo sea. 

Estar con el anciano se lleva gran parte de su tiempo y el resto lo dedica a recorrer la escuela y cubrir las insulsas tareas que le pedían los humanos. Contacto con los niños no lo habia tenído hace tiempo. 

Kickin escucha estas oalabras. Descubre esos ojos fijos en él otra vez. 

-Los niños dicen que escuchan ruidos extraños en el ala 2.- le señala sin mencionar el detalle de también saber que solía dormir en el trabajo. 

Kickin parece darse cuenta de lo que estaba en juego. 

-No escuche nada de eso… ¿Bobby?- la llama al verla llegar. 

Esta osa mueve la cabeza, aferrándose a su propio estómago. 

-No, estuve ocupada. - miente. 

Miente con todos los dientes al saberse distraída con la parte de su vida que trata sobre vagar de lado a lado y no hablar con nadie. Amargada y cansada, su mente vaga en el pasado y la nada. Una completa nada que se la traga u el tiempo puede seguir corriendo mientras no le interrumpieron he incluso logra seguir órdenes en ese estado abstraída. 

-Entonces han descuidado a los niños. - apunta Hoppy. 

-No es como que a este punto haya algún negocio que proteger al ponernos a cuidarlos. - 

-No se trata de que protejamos algo personal, sino de cuidarlos de todo lo que podría sucederles sin nosotros. - 

-Ya les hacen daño con nosotros aquí, ¿Quieres que nos matemos cuidando algo que no vivirá más que un frijol?- le cuestiona Crafty harta de pasar tanto tiempo en este lugar. - Por años los hemos estado cuidando y de nada sirve, de todos modos los matan o al rato se vuelven compañeros de trabajo. - 

-Crafty, tu sabes que-

-Si por Dog lo dices, hay que preguntarle. - apunta a un lado. 

En este espacio no hay nadie, no hay nada más que el lugar por el que pueden ver el horizonte de La Guardería. 

Bobby dejó salir su queja una vez comprende la burla. 

-Dog no estaría contento con nosotros. - 

-Quizás por eso es que esta mejor muerto.-

Crafty levanta las orejas bastante ofendida por culpa de Picky 

Podrían pelear pero los humanos vienen atrás de ella, alejados lo suficiente para no escucharla pero si para ocasionar problemas de pelearse las dos. 

Los presentes esperan a la último miembro del grupo. 

Ese perro corriendo desde Dulce Hogar. Uniéndose silencioso una vez llego con ellos. 

Llevados a las celdas. 

Dentro de un mutismo de parte de las criaturas y el malestar de algunos humanos. 

La llegada a su celda no es más alegre. Quedandose en el interior una vez las puertas son cerradas. 

Crafty revisa el interior de la celda, levantando las orejas al ver al gato acostado sobre la cobija qué se suponía fuera solo suya. 

-No. - exclama corriendo a recuperarla. 

Para su desagrado el pollo se interpuso con las manos al frente. 

-Espera, solo espera. - le pidió esto retrocediendo. Claro, Crafty era mucho o más grande que él. 

-Quiero mi maldita cobija, ahora. - le ordena enojada. 

El ave le hace un par de señales antes de ir con el gato acostado a lo largo de su cuerpo. 

Al cortar la distancia puede escucharlo. 

Estaba llorando. 

No solo en seco, sus ojos estaban cubiertos por gotas espesas de rojo. 

-Theodore. - lo llama al llegar a su lado. 

Este gato encoge el cuerpo inhalando de forma quebradiza. 

El dolor era visible. Haciendo temblar hasta su lomo con el estremecimiento en sus entrañas. Sin compartirlo y ocultando el dolor al esconder el rostro en la cobija qué Crafty deseaba recuperar. Solo por el consuelo vacío de esta prenda. 

-Solo quitásela. - apura Crafty dispuesta a ser ella misma la que arrebate esta cobija de una vez por todas. 

Kickin se interpone. 

-Solo espera a que te la entregue él mismo. - 

-Como a mi hermano.- 

La cabeza del gato duele. 

Siente la presión de la sangre golpeando sus tímpanos hacia afuera. Puede escuchar de la peor forma posible, sintiendo esos reclamos en la carne. 

Grita y quiere sacarse la piel del cuerpo. Al mismo tiemmpi solo quiere dormir, pero no puede. 

Lo dejaron en esta celda y no puede dormir. 

No puede alejarse. No puede abandonar su cuerpo. 

Kickin continúa cubriéndolo aunque no sabe porque lo hace, ¿Es tan malo aquello que hizo? ¿Porqué el amigo de su cariño continua protegiendolo?

-¿Porqué te da tanto miedo decirles la verdad?-

Puede que ninguno lo escuchara. Puede que nisiquiera haya hablado enrealidad y este sufriendo un fuerte delirio al intentar preguntarle esto aal pollo. 

También podría ser él mismo preguntándoselo a su yo de esos días tan absurdos ahora. 

Planeando romper el control de DogDay sobre las flores. Pensando que todo sería como al inicio una vez lo delatara. ¿Sería que Kickin puede ver en su situación el reflejo de lo que sucedería con sus lazos una vez compartiera la razón de su apoyo aquel día?

El ave que ahora lo cuida, también en ese día le hizo la advertencia de cuanto las cosas saldrían mal.

No lo escucho porque era necesario. Quiere volver atrás. 

Mejor así. Ojalá lo hubiera escuchado. 

Ahora Dog no puede verlo tan abatido y sucio en su propia sangre. Desearía que su cariño viniera y lo abrazara como siempre. 

No quería que lo viera en este estado. Necesitaba tanto hundirse en sus brazos y sentir el temblor de su voz , el estremecimiento de su garganta y la fuerza que estaba dispuesta a protegerle al ser su refugio ese cuerpo. 

Ya no quería estar solo. Lo necesitaba. 

-¡¡Quiero mi maldita cobija, idiota!!- 

Crafty golpeó al pollo con una pezuña sobre la cabeza. 

Esta vez no es el impacto dado con la fuerza de Bubba y su picó no fue destrozado con solo ese golpe. Es solo el desgarre del rostro y un grito la respuesta para ese impacto. Reaccionando al verla ir por un lado a por el gato. 

-¡Theo no está bien, solo déjalo descansar! ¡Solo ten piedad, solo ten algo de piedad!- le pide aún en medio para dde tenerla. - ¡¡Dog nos enseñó eso, Crafty!!-

Esta mención justo ahora no mejoró el humor de la unicornio. 

No lo ha compartido más que con ese gato estúpido de La guarderia, el mapa que su hermano le dejó entre los hilos. Lo ve como un regalo solo para ella, solo suyo y para sus deseos. Lo último de su hermano es el arma para protegerse de todos los traidores. 

Un arma que no puede dejarle a ese gato. 

No lo permitiría. Lo decidió hace mucho. 

Esta era su arma y defensa. Era solo suya. 

Reaccionando a estas palabras aún peor que al inicio. 

Golpeando a Kickin una vez más al no apartarse de su camino. 

-¡Piedad es lo que se me acabó hace mucho tiempo!-  

Hoppy desde atrás corrió a detener a Crafty por la cintura. 

-¡Es solo una cobija, deja de pelear!-

El gato en el suelo logra mirarles pelear. 

Ellos se llevaban tan bien cuando él estaba lejos. Eran una pequeña familia llena de sonrisas

Cuando DogDay no lo había traído a su vida. Cuando no estaban atrapados. 

-No peleen. - les pide levantándose a medias sobre sus patas delanteras. 

Bubba apenas estaba acercándose al ver algo extraño en el gato. 

Ese líquido escapar por su boca hasta el suelo, como la sangre o algo que hierve al levantarse desde el piso una columna de humo. Una columna roja. 

El gato los llama sin lograr hacer más que un sonido hondo y ronco. 

Tosiendo.

Esta toz queda ignorada para los que pelean y gritan. 

Solo es observada por Picky con Bubba y Bobby. 

Levantando sus orejas de golpe al verlo escupir una ola de humo rojo desde el suelo, subiendo tan cerca de los tres involucrados. 

El perro que ya estaba apartado de la discusión toma el doble de distancia al ver ese humo. Cubre su rostro corriendo a la zona L. 

-¡Chicos!- grita Bubba acercándose para apartarlos de esta nube carmin. 

Más los ve caer uno por uno. Seguido por sus propias piernas doblandose contra el suelo. 

 Picky intenta retroceder pero con Bobby tropiezan con la pared a sus espaldas, pronto tragadas por esta misma nube carmín. 

CatNap los mira en el suelo. Al fin en silencio todos. 

Decidiendo esforzarse por ponerse de pie. 

Va por las chicas más lejanas para traerlas al grupo. 

Acomodandolos con cuidado. 

Devuelve esa cobija a Crafty, cubriendo los hombros de la chica con esta. 

Tomando un costado para observarlos. 

El humo continúa subiendo desde el suelo, desde el lugar donde lo expulsó al inicio. 

Una ola de este sube y el gato solo relaja el cuerpo depositando la cabeza en sus patas. 

En la zona L, ese perro aguanta la respiración. Observando como esta nube viene a su dirección impulsada por la ventilación. 

-Mierda… Mierda… - su cabeza lo lleva a Jason entre este predicamento y la nula posibilidad de escapar. 

Seguramente esto era parte de los experimentos. 

-No van a matarme. - murmura para tranquilizar esa vena cobarde en su interior. - No van a lastimar a Jason. No va pasar nada que no pueda superar al final. - el humo ya lo alcanzó. Comienza a subir. 

No hay salida. Ese humo va acabar con él. 

Lamenta no haber puesto más atención a los hippies qué en el pueblo pasaban y presumían de saber como hacer remedios contra las bombas lacrimogenas. 

Retrocede a la última esquina para estar a salvo o al menos tener la oportunidad de despertá primero cuando el humo fuera limpiado del aire. Espera a caer dormido una vez ya no puede contener el aliento. 

Esta celda queda completamente cubierta de carmín. 

Bien podría ser un baño de sangre o el interior de un rubí a contraluz. 

Dejando a las criaturas expuestas a este químico. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la superficie esa caja al fin pasa un día fuera de la oficina de ese hombre. 

Aunque la forma no fue nada positiva. 

Aún escucha el ruido de ese hombre cayendo de cara sobre sus documentos.

A las dos mujeres de la oficina y la enfermera correr de un lado a otro dando órdenes de sacarlo de la fábrica en esa camilla. 

El viejo estaba en las últimas. 

Boxy no veía con gran interés este evento más podía saber que era extremadamente emocionante para los humanos que trabajan en este lugar. 

Lo suficiente para hacer a los trabajadores correr de un lado a otro y chismosear entre varios de ellos. 

-Boxy, hoy irás a tu celda. No te preocupes, habrá comida. - 

Esas palabras por parte de los guardias y su coordinador siempre significaba algo bueno. 

Los sigue. Difícil. 

No tanto a la vez. 

Esa medicina era buena. La esconde en su caja para conservarla lejos de sus manos. 

No sabe que es ni de donde sale. Solo es de su conocimiento que esta le ayuda a concentrarse y puede ver las cosas claramente. 

Sus pensamientos no son inundados por esa hambre enloqueedora ni es doloroso recordar. 

Lo que sea estaba ayudando. 

Abría su capacidad de hablar con los otros chicos de su piso. 

Incluido el CatBee qué corre y con disimulo sube por su pierna de resorte para esconderse en su caja y quedarse con él en la celda que antes seriá imposible compartir. 

-Come y descansa hasta que te saquemos.- le aconseja el humano al dejarlo dentro. 

Boxy camina a una pared, ignorando la gran pila de carne cruda en el centro y a ese hombre atado aa una silla en el centro de la celda. 

Seguramente otro jerbo demasiado ruidoso.

Se coloca contra una esquina de espaldas a la cámara y la silla del hombre. 

-Hola, amigo. - saluda al salir el gato de su cuello. 

Este le mira por un momento para comprobar que estaba a salvo. 

-Conseguimos más de tu medicina. Esta debajo del anfiteatro. - mira por encima de su cabeza a ee humano atado. - Ese hombre se revelo y - 

Ya sea el gato o Boxy. Los dos reaccionan con un sobresalto al escichar como la ventila es tocada desde el interior por un metal. 

-¿Quien?- cuestiona Boxy apenas moviéndose. 

Esta presencia golpetea con metal esa ventila. Ocasionando un fuerte estremecimiento al gato. 

-Huele a La Guardería. - avisa. 

Antes de que Boxy volviera a indagar sobre su identidad, esta criatura le dirige la palabra. 

-Yo soy alguien que quiere salvarlos. - dicta con un tono suave. - Alguien que desea rescatarlo y ayudarlos a cobrar todas las afrenta a las que han sido sometidos por manos de los humanos. - 

Boxy pasa los ojos por las paredes, intente ubicarlo. 

-Soy quien les escucho rogar y sollozar. Soy quien sabe como deberá ser cobrado el pecado cometido por estos humanos contra ti, contra tu amada hermana y cada una de sus humillaciones les haré lamentarlas con mil veces más sangre que la derramada por ustedes. 

-Mi salvador. - 

-No, yo no soy tu salvador. - 

Boxy siente el movimiento de esa garra pero no puede ubicarla entre las paredes. 

Todo lo lleva a ver como las chispas saltan por el aire al cortarse la electricidad de su celda. 

Oculta a CatBee en su caja al ponerse de pie. 

Aquel humano atado comienza a gritar al verlo moverse. 

Boxy la deja de lado, mirando al techo. 

Digiriendo de primera mano la forma con la que esta criatura rompe la ventila superior, entrando con esos largos dedos de metal estirados hacia él. 

Abriéndose esa palma su figura contra la luz roja del techo, se vuelve el mismo reflejo de algún ángel de averno. 

-Yo seré quien abra las puertas para tu furia. - 

Esperaba, Boxy, que esto no fuera efecto de la medicina. 

-Yo seré quien te ayude a cobrar las afrentas, quien vengue a tu hermana a través de tus actos. - 

El humano en la silla no pudo contener el miedo. Derramando se de esta misma silla. 

Grita pidiendo ayuda sin poder quitarse la mordaza de la boca. 

Boxy no planea morder eso ahora. 

Le empuja la silla a la garra. 

-Llévatelo.- pide retrocediendo al comprobar que esa garra era más grande que su cabeza.-Como agradecimiento por visitarme. - 

Talvez esta criatura estaba desactualizada o algo en esta medicina le ayudaba demasiado. 

Podía ver cuanto interés tenía esta cosa por él y como deseaba manipularlo. 

No habría problema en pelear, pero tiene a CatBee. 

Lento el recuerdo de ese perro llega a su presente. Al como de golpe descubre que esta atado. 

No porque lo obligarán sino por su propia decisión. 

Mira a CatBee oculta en su cuello. Preguntándose porque no tendría que asir de sus antenas al felino y lanzarlo a esa garra para matarla como haría hace tiempo. 

Descubriendo lo poco que lo deseaba. 

Sabe que la necesita, que sería incorrecto traicionarlo. 

-¿Como podrías ayudarme? ¿Cómo puedo yo ayudarte?-indaga sorprendido por sus propios pensamientos enredados. 

¿De verdad un medicamento puede hacerte más inteligente? 

No debería ser así. 

Entonces… ¿Él era así?

¿André era un chico inteligente antes de ser un monstruo? 

-Puedo sanarte, si me escuchas puedo ayudarte a salir de aquí y recuperar tu dignidad.- 

Boxy vuelve a pensar en su propio ser. En quién era antes de ser subido a esa mesa de carnicería. 

En los juegos de palabras, las cajas numéricas qué completo de memoria y las figuras que podía rearmar. 

André era un chico listo al igual que Sofía lo era. 

Puede ver por solo un segundo su reflejo en el cristal. 

Esto no es el medicamento dándole una nueva personalidad. 

Es él saliendo de la prisión de carne y rabia a la que fue condenado. 

Limpios pensamientos de cristalinas aguas, el peso de un sentimiento que puede controlar y su personalidad libre del hambre y la soledad. 

No era un monstruo carnicero, era André enojado con el mundo. 

Arrancando la carne cuando sintió que era su propio trato en manos de los humanos. 

Ahora podía recuperar su propia persona. Necesita proteger esta humanidad. Debia proteger a André. Debía cuidarse como nadie lo había hecho antes.

Como Sofía quería y no podía hacerlo. 

-Te escucharé. - promete con falsedad a esta criatura.-Si me ayudas, te ayudaré. - 

Talvez fue demasiado pronto el aceptar esta ayuda. Esa debería ser la razón por la que esta criatura ahora se queda en silencio. 

Espera hasta que esta toma al humano y lo lleva consigo. 

Más rápido que él mismo. 

-Te estaré cuidando, Boxy. - 

Esta vez debe aceptar que no deseaba escucharlo. No en el interior de su cabeza. 

Un idiota le dijo una vez que él no decía mentiras, que solo diría la verdad y la verdad no suele ser tan buena como las mentiras.

Ser protegido por alguien que no dice de a primeras el precio por ser protegido, debía ser una mentira bien trabajada. 

Boxy no aprecia que su inteligencia recién rescatada de las sombras, sea ofendida por esta criatura repulsiva. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer. ¡Y a los kudos los agradezco profundamente! ¡Gracias!

Chapter 88

Notes:

Buenas noches
Lento .
Las etiquetas.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Con el amanecer rojizo se levantan las aves. 

Cantando sobre los árboles, sonando sus picos contra las ramas. 

Las ruedas de un auto en la calle. 

El color amarillo a vivo en las florecillas del piso. 

El sabor de una paleta de cereza en su boca y el murmullo de una conversación qué no entiende. 

Mira a estas personas. 

Ve al inicio a las seis criaturas acostadas en el césped. 

Al cerrar y abrir los ojos en su presente puede ver a esos seis niños conversando con sus mochilas a los costados o en hombros. Parece que se detuvieron en el camino a la escuela. 

Mira sus manos. Aun son de ese tono conocido y suave en las palmas. Sus ojos suven por su brazo, hasta ver el uniforme escolar sobre su cuerpo. 

No entiende lo que dice la persona más cercana a su hombro. Mirando a esta para poder comprender sus palabras. 

Esta le sonríe al recibir su atención. Es esa niña tan linda de mejillas llenas y ojos azules. 

No la entiende aunque vuelve a hablarle. 

Aunque puede que ya no sea esa niña. 

Este detalle cobra fuerzas al volver a mirarla, mirar al resto y descubrir que ya no eran niños. 

Eran, mayores y esos uniformes ahora es una ropa casual. Aun con esos libros presentes. 

En un jardín lleno de césped y el edificio escolar de lejos. 

No puede verlos claramente.

Discierne el cabello rizo de su amiga y el rubio de ese chico ruidoso y cobarde.

El largo cabello de la chica rubia pegada a su costado y su risa. 

La risa del chico que no le mira pero esta a su lado con ese cabello largo y rebelde. 

Conoce esos esponjosos ríos batiendose abrazada a la chica que sacude su libreta de colores sin formas claras.

Puede saber quienes son más no puede discernir como se verían. 

Solo puede soñar con una vida donde cada uno pueda madurar y conocerse. 

Cumpliendo egoístamente su sueño de ir a la escuela con ellos. 

Siempre quiso ir a la escuela. Ir a un salón y aprender con ellos. 

Siempre con ellos.

Escuchar a Picky quejarse de los maestros y portar esos lápices en sus manos. Verla leer y dibujar junto a Crafty.

Deseaba tanto vivir en ese mundo. 

-No creo que esto sea real. - suspira librandse del tacto de esa ilusión.

Claro que su renuncia a la más bellas de las mentiras lo hace romper este sueño. 

Las cosas alrededor de un sueño suelen ser confusas. 

Un derroche de tiempo sin tiempo en los relojes y las mañanas de esos sueños no eran posibles de sentirse en la piel. 

 Ahora puede estar despierto. 

No está soñando. 

No está despierto.

Esta alucinando. 

Eso debe ser lo que esta sucediendo. 

Esa es la razón para ver a su hermano de nuevo de pie a su lado. 

Murmurandole una y otra vez esas tonterías de siempre. 

-No dejes de fingir estar bien. Incluso si estás muerto por dentro , debes verte bien.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El despertar después de horas fue sorpresivo incluso si en su alucinación ya sabía que estaba durmiendo. 

Busca y claro que encuentra a todos. 

Lo preocupante era la forma en al que despertaron. 

Todos enfilados de lado a lado. 

Las chicas juntas de un lado y los chicos en otro. 

Excepto el perro qe apenas viene hacia el grupo dese el fondo de la celda. 

Parece que quiere decir algo , más una presencia le hace mirar a un lado de la celda. 

CatNap. 

Acostado en el suelo les observa con esos ojos de siempre. 

Crafty mira la cobija y la levanta. 

Los hilos fueron revueltos y muchas de las destrozadas por esas garras. Suspira sabiendo que sería difícil saber si ya habían copiado esta parte antes de este momento. 

-Nos drogaste. - acusa Hoppy. 

El gato mueve la cola. 

-No deben pelear entre ustedes. - les recuerda. 

-No es necesario que nos drogues. - le apunta Hoppy. 

CatNap baja la mirada al suelo. 

-No puedo creer que te dieran algo como eso. ¿Porqué tienes tu el somnifero?-

Kickin hace un gesto para que Crafty deje de quejarse. 

El perro se mantiene a distancia. Observando al gato, tratando de entender como hio eso si en la mañana estaba normal. 

-Ustedes no peleaban tanto antes. - les recuerda. 

Deberían estar tranquilos viendo la situación. 

No es posible. 

Después e todas las cosas que se ahn acumulado Crafty y ya no puede pensar claramente. 

-¡Tú y ese pollo mataron a Dog! ¡¡¿Cómo demonios se supone que me mantenga en paz cuando literalmente debo verle la cara al par de asesinos todos los dias?!! ¡Debo saber que mi amiga es una perra que decide proteger al malnacido qué mató a mi hermano y escuchar al maldito idiota que nos trajo toda esta desgracia directamente!- su reclamos vienen dese muy atrás en su memoria.-Desde el dia uno este tipo llego a robar a Dog. No solo su tiempo y su salud, también te robaste sus sentimientos solo para al final venderlo por nada. - lo reclama levantándose del suelo.

El gato se mantiene acostado, solo mirando al piso al escucharla. 

En esa otra zona de la celda el perro rebisa su cierre buscando en este algo útil. 

Algo que pueda evitar que inhalar a más de este gas. Sacassndo las bolsas de plástico, las baterías y las tijeras qué robo. 

Empieza a desesperarse al no encontrar más que un encendedor. Podría causar un incendio. 

Lo piensa más las posibilidades de ser alcanzado, como paso con la harina y los estupidos en la panadería del pueblo, le hacen repensar ese plan. Le queda un jugo de uva y tres de Naranja.

Decide aceptar su destino y guardar todo de nuevo. Vuelve con el resto sol para no perderse de nada. Lo primero que ve en este grupo le adelanta que tan, mal se tornriantodo a continuación. 

-¡¡El no tomo las flores para si!! ¡¡El no reclamo el liderazgo!! ¡¿Entonces para que lo mataron?!! ¡¿Qué ganaste al matar a mi hermano?!- lo grita cansada. - ¡¡¡¿Qué es lo que querías robar de él?!!!-

El gato no responde. Observando su reflejo en el suelo. 

El color rojo prevaleciendo sobre la superficie del concreto. 

Era algo real lo que le cuestiona esta chica. Lo que debía responder. 

¿Que se supone que ganaría al desaserse de Dog?

Llevarlo a un lugar seguro, si, ¿Pero que ocurrirá y de que lo protege?

Lento. 

La respuesta llega al ampliar su mirada en el suelo. 

Al ver a todos los que se reflejan en el rojo. 

La verdad. 

Su verdad. 

Los sufrimientos de los que fue testigo cobran vida y puede entender lo que ha hecho. 

De lo que salvó a DogDay. E lo que rescato a su cariño y no volvería a sufrir nunca por ello. 

Dándole fuerzas para levantarse del suelo. 

-¡¡¡Ya dimelo ¿Porqué mataste a mi hermano?!!!-

El gato puede responder y su voz se rompe desgarrandose mucho más ronca y profunda qué antes. Llena de las ampollas causadas por el maltrato del ácido en el gas que expulsó de forma líquida antes que humificada. 

-Los robe a ustedes. - exhala una gran ola de ese gas. 

Apenas reaccionan antes de caer de nuevo. 

-También lo salve de ustedes. Lo aleje de todo el sufrimiento que ustedes le han hecho experimentar por sus caprichos. Sus mentiras y su egoísmo.- lo declara acercándose a ellos. - ¡Ustedes no amaban a DogDay, solo amaban lo que hacía por ustedes! ¡¡Es por eso que hasta el último segundo lo dieron por sentado y no dudaron en culparlo en vez de cargar con todo, junto a él!!- sus gritos resuenan. 

La frustración por esta verdad lo hace caminar arrastrando en muchas formas partes de su cuerpo, como las rodillas y la cola qué apenas puede llevar en alto. 

Grita. Desgarrando su garganta. 

Cansado de ser él quien cargará con todo. 

Con la culpa y las mentiras de este grupo de sanguijuelas.

Esta caminata lo hace ver al perro al final de la celda. Tomándose un jugo de uva y su cara cubierta por esa cobija como mascarilla. 

-¿Vas a meterme en tus problemas?-le pregunta sin moverse.

Claro que habia miedo pero esto es como ver a una familia pelear. No debería llegar a afectarle cuando no tenía nada que ver con ellos. 

-Tu deberías dormir. - apunta el gato. 

El perro suspira una vez entiende que este gato no lo dejara en paz. 

-Catnap… - Lo nonbra su avisando el tono. 

El gato mueve las noreajs al escucharlo. 

-No te diré que soy un gran conversador ni nada por el estilo. - mira el humo dispersar se gracias al tiempo que retraso al hablar con él. -Me conociste y creo que te falte el respeto varias veces. - 

Esa parte hace desbloquear algunas memorias y sus resultados. 

A donde le llevo el susto que ese niño le hizo pasar. 

-No hables de eso. - 

-Catnap… ¿Quieres hablar sobre esto?-

-Hablar.-

-Hablar sobre ese tipo. La persona que murió. - 

-No quiero. - 

-Me asusta un poco que termines violandome dormido o algo así. - admite y acusa antes de que las cosas avancen más. 

El gato retrocede una vez entiende lo que quiso decir el perro. 

-No, nunca. No soy así. - niega retirando horrorizado.-Eso es asqueroso, es… No, No. - 

Harom podría sentirse vencedor al lograr que se aleje pero roma no se construyo en un día ni mucho menos se puede sacar agua de las piedras sin esperar. 

-No debes tener miedo pero también debes dormir. - le advierte al exhalar una humareda profunda. 

El perro cayó al suelo una vez ese hum le golpeó el rostro. 

Queda claro que es mucho más ligero que el verdadero humo o el gas mostaza. 

No lo detiene el agua en un trapo, así sea azuarada.

Oro detalle que alcanza a ver es el relieve entre los hilos y es el conocer el método de bordado de su madre el que le ayuda a ver por último ese camino de luz. 

El mapa en esta tela. 

Crafty no estaba haciendo una escena por nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de las celda de Mommy siempre hay cosas con las que jugar. 

Pelotas y dados grandes que lanzar de un lado a otro. 

O un pequeño Brown al que pudiera golpear y azotar sujetando su cuello. 

Este patea por un momento cada vez que lo ahorca pero deja de hacerlo cuanto más se acercaba a terminarlo. Llegando a odiarlo. Amarlo. Mimarlo y mirarlo comer. 

Puede entretenerse ahogandolo en el tazón de agua. Pisarlo y tirarlo contra el cristal de los científicos. 

Parecería que es el único que le han dado. 

Pero este sabe que antes habían más. 

Habia un Huggy muerto en una esquina. Una Kissy rota sobre un cubo. 

Un CatNap, un DogDay y una versión pequeña de ella misma en otra esquina. 

Cada uno fie su juguete por algun tiempo. 

Brown se pregunta cuantos días más lo dejarían estar en estas condiciones o si lo matarían antes de que estar personas lo rescataran. 

Queria volver a casa. 

Mommy lo deja en el suelo para subir al techo. Esperando a que se recupere para volver a jugar con él. 

-Así que esa araña que competía conmigo eres tu. - murmura al sentir la llegada de algo a través de los muros por los que ella misma camina. 

Dentro del muro esta criatura le habla. 

-Yo seré quién te libere, Mommy. - 

La araña toca el respirdero cercano a su lugar. 

-Si dices que puedes hacerlo debe ser verdad. - sonríe recordando a algunas de las cosas extrañas que vio al estar más cerca de La Guardería y esas criaturas. 

La carrera del perro muerto esa noche. 

En el primer juego real de ese can. 

Lleno de sangre. Apestando como el monstruo que era y no a la vainilla de siempre. El sonido en las paredes qie lo seguía en su camino. 

-Te conozco, monstruo.- suspira tocando el único borde de esas garras asomadas. 

Estas vuelven nal interior. 

-Ya viene la hora. El momento de cobrar todas las humillaciones y cortes. - le asegura esa voz. 

Mommy ríe ansiosa por esa fiesta. 

Bajando de golpe al frente del pequeño Brown qué intentó esconderse. 

-¡¡Porfavor, porfavor ayúdame!! ¡Porfavor, ayuda!- ruega intentando correr de ella. 

La criatura golpetea la superficie del metal. 

-Cree en mi, Mommy… Lo que le hagas a este chico será exactamente lo que pidas hacer con libertad una vez me escuches y festejes a mi ritmo. - 

El dinosaurio no alcanza a decir nada ante de gritar lleno de dolor. 

Esta araña lo sujeto por las dos parte del cuerpo para elevarlo y morderlo al centro de su torso. 

Mastica y muerde , muerde y arranca. 

No es grande. 

son mordiscos peque los para no matarlo. 

Le mantiene vivo sin parar de comerlo. Disfrutando esos gritos y súplicas. 

El sollozo y el sabor de su agonía tan dulce. 

La criatura en lso muros se retira dejando atrás el susurro del filo de su garra. 

 

 

 

 

 

 

 

El murmullo de un doloroso sollozo llena su mente. 

Debe abrir los ojos y ver su reflejo. 

Es Bubba. 

Es un cartoon. Puede verse en el reflejo de caricatura. 

Asi como puede ver el diploma de leyes en su pared. 

Girar y mirar al grupo jugando en la mesa con unas damas chinas.

Puede ver a Picky reír alegre con una bandeja de dulces en sus pezuñas y las orejas de Hoppy sacudirse de un lado a otro al pasar por su lado para poner una canción en la radio. 

Es la voz de Bobby. 

-No debes abrir las puertas. - 

Bubba voltea. 

En el suelo tras uno de los muebles de la casa el niño se encuentra encojido. 

Es de carne y hueso. Es real a diferencia de todo en esta habitación. 

No lo escucha. 

Es claro que ese chico es él mismo. Va a la primer puerta y la abrió mirando al interior. 

El escenario es ese mismo cuarto con la misma pesadilla cumpliendose. 

La cierra menos afectado qué antes. 

Camina a la siguiente puerta. 

El niño en el suelo suspira frustrado por su necedad o tal vez aliviado de ya no sentir tanto terror ni pánico al ver sus peores recuerdos de nuevo. 

Bubba abre esta puerta sin dudarlo

Es verse de nuevo en esa sala de experimentos. La primera vez que despertó como un monstruo. 

Decide dejarlo atrás. 

La última puerta es la salida de la casa. 

Camina por esta sala ignorando el canturreo del grupo que festeja y ríe alegre. 

Abre la puerta decidido. 

Afuera de la casa hay un lugar hermoso en sus colores y su escenario de caricatura. 

-Podrías hacer como que no hay que pensar en nada y morir. - 

El ofrecimiento de su yo niño es tentador. Es exactamente lo que siempre quiso. 

-No puedo hacer eso. - le responde recargado en esta puerta. 

-¿Y porque no? Ya hicimos demasiado por todos. - 

-Si me voy, no se que es lo que me reemplazará.- mira este escenario. 

Al fondo de este puede ver a esa cosa. 

El cuerpo grande enojado y herido. Marcado con todo lo que había vivido. 

Cargando las ansias por causar el dolor que sufrió. 

Era él. No es una versión mala ni una tomteria oscura qué eliminar. 

Eran sus propias emociones y vivencias. Sus amigas ocultas y sus enemigas rebelándose a la luz. 

Su compañía. 

-No le haré a otros lo que me hicieron. - su fuera cae agrado por lo que significa esta resolución y a donde lo llevaría.-Es lo que no soy. - 

–Ya no podemos guardar más odio. - le recuerda el niño en ese escondite.-Necesita sanar, o sino salga de nosotros. Nos convertiremos en eso. - 

-Es cierto. Tienes razón. - mira a ese yo más cerca y grande. Es solo él, es su propio ser, era su carne y alma sobreviviente. - Algo debemos hacer con este amigo. - toca esa frente y puede saber que estaba muy asustado. 

Estas emociones llenas de dolor y sus caricias a expensas del orgullo de cualquier víctima de ego pisoteado.el mismo valor personal y la defensa de este para no caer en la muerte de perderse.

Bubba era Christian. Christian se escondía tras alguien para no morir y la forma en la qe tomó la máscara de Bubba fue a medias. Solo escuchando al líder que él mismo empuja a la muerte. 

-Tú no amabas a DogDay, solo amabas lo que hacía por ti.-

Esa voz viene de arriba. Del segundo piso de esta casa. 

De ese gato bajando para unirse a ellos. Una caricatura tierna que no lleva más que la sombra de ese rostro indiferente. 

La maldad de un traidor. 

La oscuridad de un monstruo en su voluntad. 

En su cabeza parece que ya nada tiene sentido. Sus amigos recibieron felizmente a ese gato. 

Analiza como otras veces la forma en la que su hermano recibe al gato con un abrazo y una lamida a esas mejillas. 

Para los perros los besos son importantes, dejan al descubierto un órgano que a su falta moriría de sed. Era una confianza pura la que se depositaban al acercar la lengua a las fauces de otra criatura. 

Claro que puede entender porque su mente le deja ver como ese lazo entre su hermano y ese gato era así de grande. 

Aunque sabía que el mismo recibió la misma confianza. Todos. 

Todos lo traicionaron aunque era el único que de verdad los quería. 

-Yo creo podemos seguir adelante si nos permitimos odiar aunque sea a ese gato. - ese murmullo es del niño en el rincón. 

-Odiar a su Dios. - es el gran elefante a su espalda. 

-Podemos seguir adelante mientras tengamos un objetivo. - lo acepta. 

-Mientras podamos mantenernos cuerdos.- añade la voz del gigante azul. 

Cierra esta puerta. Mirando ahora a ese gato en su sala. 

Toma de la mesa uno de los marcos de fotografia de la caricatura.

Anda a paso rápido apartando a sus amigos. 

Ese gato lo mira con ojos negros un momento antes de ser aplastada su cara con la pieza de hierro. 

Lo golpea sin importarle nada. 

Es esa caricatura matando al gato. 

Es ese niño matando a otro niño. 

Es el elefante matando al gato. 

 

Son los tres con un objetivo hecho. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Tuve un buen sueño. - 

No es Bubba, él se queda pensando una vez despierta. 

Es Kickin sentándose con los ojos aún cerrados por el sueño. Mira al gato acostado frente a ellos. Esta somnolencia se refresca y lo llena una tensión extraña. Mira a Hoppy a unos metros. 

Esta coneja mira al gato y piensa. 

-No lo hagas. - 

Ese tono es extraño pata Kickin. 

Hoppy parecía extremadamente agotada. 

-No peleen. - le ordena el gato. 

Hoppy gruñe. 

A su lado Picky levanta el cierpo del suelo. On}observando amenazan al gato. 

-No estamos durmiendo, estamos dopados. - le advierte enojada. 

-Mientras no sigan peleando, estaran bien. - les responde. 

Crafty siba su cabeza al enderezarse. Suspirando sujeta su cabeza con fuerza. 

Esto hace a Bobby resaltar al gritar de sorpresa una vez despierta. 

La ven revisarse el pecho y su cuello. 

-No lo vuelvas hacer, no lo hagas. - le pide asustada. 

CatNap suspira. 

Exhala una ola de rojo justo a tiempo, evitando que Crafty llegará a golpearlo al lanzarse justamente cuando creía que él no la vería. 

Esta ola vuelve a tragarlos. 

Kickin cae de nuevo en el suelo. 

Se pregunta que se supone que hay de malo en los sueños de Hoppy o Bobby. 

 

 

 

 

 

Lentamente esto dejo de ser solo tenso. 

Las veces que despertaron y CatNap les durmió fueron aumentando una a una. 

 Tres veces sería algo fácil de olvidar. 

Diez. 

Veinte. 

Treinta o cincuenta. 

No era posible seguir seguros de si estaban despiertos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Dulce Hogar los medios y pequeños reemplazan como pueden a los gigantes. Tomando las tareas pesadas entre varios. 

Mueven escenarios y traen máquinas y cajas. 

Festejan las visitas en grupo o corren de un lado a otro para saludar a las personas. 

Jason corre de un punto de la casa compuerta de la salida de Dulce Hogar a la bodega. Llevando con otros juguetes algunas cajas de alimentos a la bodega. 

Las tareas de los gigantes eran difíciles y se acumulan rápido. 

Añadiendose un miedo creciente en Jason. 

La falta de Harom ya excede el mes. 

Un mes completo estaba muy lejos de lo que podía manejar sin saber nada de Harom. 

Comenzando a perder la compostura. 

-Debo saber algo, CatNap.-

-Soy Jason. - interrumpe al perro de su misma línea. Estaba juntos en esta terea y lo reconoce como uno de los qué solía perder el tiempo con las apuestas de arañas y como parte del comité armado para hablar de algo que no pudo escuchar con Harom ese último día que lo vio. 

No estaba de humor para que estos tipos se desquitaran con él. 

-Ya, Jason ¿Porqué te la pasas con ese gigante siempre?-

Jason se lo piensa y decide ser sincero. 

-Me debe dinero. - ríe agarrando otra caja del montón sobre su cabeza. 

El pequeño perro mira las cajas y toma una más grande para seguirlo corriendo.

-Te vi besarlo muchas veces. - 

-Es mi puta. - responde amargado por la intromisión del perrito. 

Este piensa y pregunta. 

-¿Qué es eso?- 

-Que me debe dinero. - le recalca al bajar las escaleras junto a otros que suben al mismo ritmo. 

-Ya veo. - mira a uno de los que pasan por su lado. -¡Ya pagame, puta!- le reclama a la Bobby que se cruzó por su camino. 

-Vete a la mierda. - le grita sin detenerse. 

Jason quisiera reírse pero aún no puede olvidar a Harom. Deja la cacha de latas en el montón dentro de la bodega. 

-Los Bunzo dicen que el otro perro y CatNap eran novios y que se hacían cosas aquí. - 

Ese dato le llega por parte de una pequeña Crafty. 

-No saben que cosas pero tampoco creo que fueran muy santas, jeje… - ríe entre sus pezuñas.-Igual y fue por eso que ese gato hizo matar al otro perro. - 

-También fue Kickin. - les recuerda una Hoppy. 

Miran a Jason de la. Como si cargará alguna enfermedad corren juntas. 

-Ese es el que cree que DogDay es su amigo.-

-Pobre tonto. - 

Jason observa las cajas apiladas. 

No eran ni la mitad de todo lo que Harom podía llevar bajo un solo brazo. Eran, en muchas formas, mano de obra barata e ineficiente. No eran nada a comparación de los gigantes. 

-Harom me quiere. - murmura aferrándose a sus brazos. 

El perro que lo acompañó y fue testigo le observa por más de un minuto quedándose así de quieto. 

-A veces creo que nos hicieron para enamorarnos y chantajearnos unos a otros. - 

Jason le mira de lado al escucharlo. 

-No se porque quiero tanto ayudar a las personas, me vuelvo loco y quiero llorar cuando no encuentro a nadie y aun así me odian. Nunca me trataron tan mal como cuando me volví DogDay. - mira a las cajas. - No quiero ser responsable de nadie pero siempre regreso aunque me traten como basura. - sacude la cola al llenarse de pensamientos dispersos.-Todos tenemos pares pero a mi me falta un CatNap.-toco su mejilla, logrando que el gatito lleve la cola al interior de sus piernas.-Necesito tu cuerpo.-

Jason retrocede al verlo acercarse aún más, sobresaltandose al ser tocado su cuello por un pedazo de vidrio.

-¿Crees que seas el CatNap de ese grandote o solo esta sieno bueno contigo y enamorandose del que si es para él?- lo cuestiona al llegar al rañpar con el filo una parte de su cuello. 

Ignorando a los otros juguetes pasando por su lado y estos tampoco parecen interesados en la situación del gato. 

Jason no sabía que responder a algo que tiene tanto sentido como deseaba negarlo, temiendo ese filo tan peligroso pegado a su cuello. 

Al menos algo interrumpió el incordiante interrogatorio de ese perro. Un Kickin qué lo toma de la mano y lo arrastra.

-No hagas eso, no está bien. - le reclama o al menos eso escucho que hizo al irse junro con el perro. 

Jason revisa el alrededor. Ya había pasado por este tipo de indiferencia pero ahora esta fue muy mala experiencia después de un mes sin Harom. Sin su consuelo. 

Más claro que nunca lo solo y poco valor que tenía en este lugar. 

Y es sencillo decir que sabe y está acostumbrado a no tener valor alguno como persona. Aun era tremendamente doloroso revivir este conocimiento cada vez que volvía a estar expuesto a dicha tortura. 

Saber que nadie lo amaba ni pensaría en salvarlo. 

Corre al fondo de la bodega para esconderse bajo una caja de legumbres. 

En este mismo escondite guarda el aceite de motor qué uso para quemar a CatNap y los encendedores qué había robado por meses. Suspira acostándose sobre los guantes. 

El aroma de los cerillos cercanos a su cabeza y el queroseno le llenan de sentimientos. De recuerdos. 

Antes de conocer a alguien a quién aferrarse, de conocer la calidez de Harom, el fuego era su amigo. Su defensa y compañero. 

Un pedazo de vela y el dolor en sus dedos al tocar la superficie intangible del fuego. 

El dolor es su forma de amar. Creía que el dolor era amor.

Aprendio qué el dolor es dolor y el amor no lo conocía. 

Lo prueba en manos de alguien que lo cuida. 

En el aroma del alcohol y la dolorosa cierta de saberse al borde del olvido. 

Harom no lo necesita. Jason si. 

Solo le queda aferrarse a él. 

Tocar la superficie de algo que es físico y no lo lastima de ninguna manera. 

 

Dormir en su escondite es mejor que en la celda. 

Lo decide al despertar y poder estirarse sin que su cara choque con las patas de otra criatura. 

Mirando distraído algo rosa fuera de su escondite. 

Rosa. 

Son patas. Pezuñas. 

La cabeza de Jason estaba lenta por apenas despertar y aun así pudo cubrirse la boca en vez de gritar una vez comprendió que esas patas son de Picky. 

 

 

-Catnap ahora tiene un somnifero aéreo y es una molestia. - suspira la chica recargándose en la caja de legumbres. Esta gran caja cruje y casi se revienta. - Mira, no sé si seguiré siéndote útil. - mira a esa garra sobre su cabeza. Colgando tranquila esta maldita cosa.

Esta criatura tiene sus propias ideas. 

-¿Les hablo de mi?-

Picky tarda un momento en responder. 

-Estuvimos dormidos casi todo el tiempo pero no, ni una sola vez. - bajo los ojos al suelo. - Creo que comienza a confundirse entre este y el otro. Señor, será mejor que encuentre nuevas formas de convencerlo de que es Dios o el perro podría aprovecharse de Theodore. - 

La garra sacude el filo sobre las cajas. Cerrando la distancia con la chica. Sosteniendole por la cintura. 

-Me gusta como te dirijes a mi. Me hace sentir bien. - 

Picky suspira. Guardando el asco y el miedo en su fuero interno al evitar apartarlo. 

-Creo que es bueno, señor. - mira al techo. A ese hueso expuesto. 

Para 1006 el tono de Picky no es provocativo ni seductor. Dichos adjetivos le son indiferentes. 

Lo que le llena cuando escucha su voz y el frío tono con el que decía el título “Señor” tenía un encanto más allá de solo causar placer por su voz tan linda. 

Lo que le llena es el agrado por su sumisión y sus frias emociones. 

Era una muñequita. 

Era como las dos mujeres que siguen al dueño de este infierno. 

Lo llena de un sentimiento solo y únicamente dirigido a llenar su ego. Las heridas de la humillacion constante son acariciadas al sentir su posición tan altiva como la del dueño del infierno. 

El anciano que le metió a esa jaula camina junto a dos humanas de voces frías. 

Su poder es representado por esas figuras que todos odian pero deben agachar la cabeza por el poder tras ellas. 

Ser un Dios es pragmático. Lo alimenta pero esto qué siente ahora es lo más cercano al placer. 

Ahora que una muñeca habla con ese tono igual al de un demonio. 

Es un espejo qué le agrada. Sentirse en el poder ahora mismo. 

-Regresa. - le ordena al dejarla ir. Subiendo por la rejilla para desaparecer. 

Picky suspira al seguir con su día. 

La garra regresan justo al salir ella de la bodega. Estirandose como un solo montón de cables por la superficie del suelo. 

Habia sentido la esencia de la sangre. Algo fue herido hace un momento. 

Lo busca bajo las cajas.

Esto le lleva a encontrar nada más que un ratón aplastado. Lo lleva para si. 

Dentro de la bodega el silencio reina por varios minutos antes de la llegada de una humana de la cocina. 

-Creo que… - queda enmudecida al escuchar un arrastre por las paredes. - Dios, las máquinas están cada vez más oxidadas.- exclama al asustarse por ese ruido.

Ella enciende la luz y va a la pila de cajas de latas. 

Tras ella la pequeña figura del gato púrpura corre desde una vitrina al exterior de la bodega.

Jason arrastra por un momento la pierna, amarrandola en un tramo del camino antes de volver a la carrera. 

Ya sabía algo sobre el supuesto Dios de CatNap al aparecer de vez en cuando a quererlos convencer de seguirle. Ahora esto era tangible y no agradable. Así como nada de lo que escucho. 

Antes inciso se burlo del gato por hablar con las paredes. Demasiado estúpido. 

Las palabras de la gigante o las acciones de esa criatura horrible. 

Intenta no quejarse pero su pierna duele y termina en el suelo. 

Sus fuerzas acaban en esta caída. Aferrándose a sus orejas dobla el cuerpo rodando bajo un mueble para llorar escondido. La caja le partió la pierna, no puede moverse sin que los huesos friccionen y le llenen el cuerpo de dolor. Grita entre sus manos intentando callarse. 

-¿Porqué estas sangrando?-

Mira entre las lágrimas a esta figura pequeña. Un Bunzo. 

-Me lastime. - murmura. 

Este saca de su pequeño uniforme de vaquero una venda y tres pastillas.

-Comete una ahora y las otras serán cuando apaguen la luz y la enciendan. No intentes comerlas todas ni de a dos. Esta será toda la medicina que te daremos. - mira al pasillo.-Si te sientes demasiado mal después de ese tiempo, da por hecho que los humanos son tu única opción.-

Jason bufa. Los Bunzo se vieron afectados por la actitud amarga de los grandes y su anterior paz y bondad se fue volviendo este agrio apoyo y solo por parte de los que siguen al pollo y a Hoppy. 

Talvez era mejor que nada pero era muy diferente al pasado. 

Las pastillas le llenaron de amargura la boca al tragar una sola en seco. Fue difícil por su tamaño. 

La pierna la desata y mira el peluche de su piel sintética llenarse de sangre desde el interior. Suspira antes de morder el trapo y comenzar a vendarse. 

Tan solo un chillido no lo pudo contener. 

 

 

Chillido escuchado por la figura roja en otro piso. 

Bobby no estaba mejor que hace un mes. 

Este tiempo atrapada por la droga de el humo rojo, fue pesado. 

Paso de sueños lindos a pesadillas y después a revivir el incendio con sus padres. 

Ahora busca ese chillido preguntándose porque hacerlo cuando ya no encontraba más razones para cuidar de los niños. 

Ya no soportaba estar en este lugar ni vivir entre ellos. 

No podían salvarlos, no podían quererlos. 

No hay nada porque esforzarse. 

Ese ruido lo escucha una vez más en su paseo. 

Mira al techo encontrando las marcas del piso dos. Ese donde Hoppy dijo que los niños escuchaban ruidos. 

Kickin no tenía nada que decir sobre este al estar dormido en los pisos del ala 1. Escindiendose. 

Abre una puerta buscando el ruido. 

Pronto recuerda una de las advertencia de DogDay. 

“No importa si es difícil estar cerca de ellos , no dejen a ningún adulto cerca de los niños”

 

 

 

 

 

 

-¡Te extrañe muchísimo,Crafty!- 

La unicornio mira a los niños rodeandola. No les importó que este lugar fuera tan molesto al ser de nuevo su lugar la Jugueteria. La vinieron a buscar y saludar. 

Son pequeñas fanáticas y un par de nilos raros qué gustan de su personaje. 

De ella. 

-Hola desperdicios de carbono. - les saluda de vuelta. 

-Estuviste mucho tiempo fuera y mi acolita creció. - le muesrtee dando vueltas una de las niñas. Estaban pensado en imitar su cabello rizo y largo con esas coletas largas y las orejas de papel en sus diademas. 

El niño entre ellos es más tímido y solo le muestra los dibujos de ella. 

-Gracias , mocosos. - toca a cada uno como si fueron botones de consola, imitando el sonido electrónico de algunas piezas entre las celdas. 

Es difícil estar entre ellos. Es difícil no entender porque los adultos con los que convivió hasta este día no pudieron hacer como ella y tener la paciencia de escucharla decir sus tonterías infantiles. Talvez sería una chica más dulce si en su crecimiento la hubieran tratado con más tacto. 

-No entiendo como pueden hacernos esto. - murmura tomando la realidad de lo pequeños que son los niños que tenían su edad al ser cortada en pedazos. 

Taalve DogDay era bajo pero ella debió serlo más. 

¿CatNap tendría razon? ¿Ella no amaba a su hermano sino lo que él hacía por ella?

Talvez era ciertamente una de las razones por las que lo quería tanto. Nadie hizo tanto por ella ni la soportaba sin golpearla. 

Nadie soportaba enteramente su encidia ni sus groserías sin terminar lastimandola.

Nadie le tenía una pisca de paciencia ni pensaba en cómo hacerla feliz. 

Ni sus padres fueron esos adultos que necesito. El único adulto que la protegió incluso de ella misma, fue un niño mas. Era tan joven como ella y tan tonto que nunca la lastimo aunque más de una vez se lo merecía. 

Más allá de ser DogDay y la razón por la que el nuevo no la trata igual ni le tiene ese amor tan lleno de piedad y paciencia era algo que no debería olvidar. 

Era Hobart, no DogDay, Hobart. 

Hobart era quién le amaba. Hobart era el niño tras esa máscara y quien era tan siniestro como para sacarle los ojos a alguien, mucho antes de ser un monstruo, ya era un chico violento. 

Ese es su hermano. No la máscara y menos el personaje en la pantalla.

Hobart mato por ella. 

Ella mato a Hobart. 

Entonces debe seguir su camino. 

Llenar de rojo el mundo. 

Un rojo qué CatNap no puede imaginar. 

Podría seguir hundida en sus pensamientos y observando a los niños mientras finge escucharlos entre asentimientos, si no hubiera escuchado el rugido más profundo hasta ahora. 

Deja a los niños y corre fuera de la Jugueteria cerrando la puerta para mantener a todos dentro y a salvo. 

Es Dulce Hogar. 

Apenas las primeras horas de su regreso y ya estaba volando en pedazos los edificios.

-¿Que demonio esta pasando?- grita a Hoppy qué usa su espada como soporte al aterrizar. 

-No lo se . Estaba ayudan a unos imbéciles con sus cajas. - le responde antes de saltar más alto para ver desde las plataformas cercanas a las nubes. 

Claro que descubre lo que estaba pasando. 

Al mismo tiempo que ese gato al fin sale de PlayHouse. 

 

En el interior de la casa el ave va de pasillo en pasillo sacando a los niños en brazos. Evitando que el techo del tercer piso les cayera encima. 

Entre sus pasos puede ver a un gato de los pequeños herido en el piso bajo el derrumbe. 

-Ven aqui. - lo atrapa por el estómago y sigue afuera. Sacando a más y más niños y a las niñeras. 

Puede subir al unirse el gato desde afuera del derrumbe. Levantando con sus garras el techo y paredes. 

Busca al resto y puede ver a Hoppy en las plataformas. Sin moverse. 

No tiene nada que decir. Continúa con el ave moviendo los pedazos del techo. 

Al hacer esto avanzan a donde todo empezó. Donde la osa destroza lo que ya es solo masa de carne y tiras de piel. Despedazandolo y aplastandolo contra el suelo con las garras. 

El gato mira alrededor con las orejas bajas. Preguntándose en voz alta algo que comienza a quemarlo. 

El aroma en la escena lo lleva a un segundo de su pasado. El pasado más cercano y el más lejano al presente. 

-¿Esto es nuestra culpa?- su voz tan ronca no puede ocultar sus emociones llenas de una culpa sangrienta.

La pregunta llega hasta el ave ya rendida al mirar entre los escombros de un cuarto. 

El gato desvía la mirada, intentando borrarlo de su mente. 

El cuadro es en muchas formas un desastre que lo empuja al mismo vacío de su interior. 

Porqué todos ellos eran niños que fueron cortados y metidos en plástico. 

No es como estar muerto y ser rodeado por cinta adhesiva tu cuello y morir. 

No como lo está este niño. Lleno de sangre y marcas desagradables. 

El gato retrocede asustado al entender lo que sucedió. 

 

 

Algo que conoció por amor trastocado de forma brutal. Dañando sus recuerdos y su presente. 

El ave mira a la osa cada vez más desesperada al no lograr nada más que ensuciarse. 

-Ayuda a Bobby. - le pide Kickin preparándose para lo que seguía. 

El gato duda, temblando. 

-Esto-

-Solo usa tu humo ese. - le ordenó. Recoge del suelo una sábana de entre los restos de lo que fue este cuarto. 

El gato corta la distancia con Bobby dejando salir un respiro de humo. 

La atrapa antes de caer al suelo, evitando que se ensuciara más con ese montón de carne picada. La lleva en brazos.

-No somos responsables de las acciones de terceros. - 

Theodore busca la espalda del Kickin. Atento a sus palabras. 

-Podemos ser responsables de como tratamos a las personas pero no de como ellos nos traten a nosotros. - rodea al niño con la sabana, cubriendo su cuerpo herido y frío.-Decir que es nuestra culpa esto es como aceptar que nuestro presente es nuestra decisión. - deja ese lugar siguiendo al gato. 

Bajan por el exterior. Encontrando la reunión de trabajadores. 

CatNap fue testigo de cómo disfrazaron con las visitas este incidente como un descontrol en la mascota. Ocultando el ataque del empleado y la muerte del niño. 

Mirando, para su pesar, como es llevado entre las bolsas de basura junto con los restos de ese muerto recogido con pala. Devolviendo a Bobby a su celda en solitario como castigo. 

El día de visita se cancela y ellos vuelven a estar en la celda. 

Guardando silencio entre los siete. 

Hasta ser interrumpido por la voz del perro. 

-Gracias por ayudar a Jason. - lo susurra solo para Kickin. 

Este tarda más de un minuto en responderle. 

-Es natural. - farfulla y mira a la pared. 

El perro decide ir a su rincón. 

Algo interrumpido por Hoppy. 

-¿De verdad no teníamos forma de evitar todo este desastre?- les cuestiona. 

-Siendo que tu nunca estas en la casa-

-No, me refiero a intimidarlos. ¿Qué lo hizo creer que no reaccionaríamos?-

-Hoppy, no creo que pelear por eso. - 

-No se trata de pelear. - mira al gato. - Se trata de hacerles ver que hay consecuencias, incluso si se salen con la suya. No lo vale. - 

-Con DogDay-

-El los acosaba y los hacía sentir incómodos y perseguidos. Los hacía sentir que estar entre los niños era estar con nosotros. ¿En que momento dejaron de tenernos miedo?-

-Debió ser desde que pasó lo de la nube. - Picky al fin habla. - Creí que sus objetivos serian los pequeños bastardos y no los mocosos. - 

Harom sujeta el borde de su collar. Preocupado por Jason. Por el grupo que se unió. 

-Aun en ese momento tenían miedo. Por eso lo hicieron de lejos y seguros.- Kickin puede imaginar que eran sucios y cobardes pero también algo inteligentes. 

CatNap decide integrarse. 

-Es porque no estamos haciendo el trabajo que deberíamos. - 

-Tú , de todos tú . - murmura Crafty. 

El gato la mira directamente. 

-DogDay no pasaba un maldito segundo quieto. Nunca descansaba a menos que ustedes estuvieran en sus puestos, ¿Cuánto tiempo era ese? 20 minutos, diariamente el descansaba veinte malditos minutos y luego volvía a dar malditas vueltas por todo este maldito lugar. Para cuidarlos. A ustedes y a los niños. - mira al perro. - No importa si no puedes seguir el ritmo, pero tampoco desaparezcas con el piromano de tu novio. - 

El perro levanta las orejas y su estado es rápidamente llevado al límite. Respondiendo al insulto con otro. 

-A mi no me apuntes. ¿No eres tú el que se encierra a llorar por atención en vez de hacer algo útil? Como si todavía te creyeras con el derecho de quedarte quieto en vez de apoyar al resto.-

-No hables de mi sin conocerme. - 

-Pues si algo sé es que el idiota no pasaba esos veinte mínimos descansando sino contigo. Seguramente escuchándote lloriquear sobre lo mal que te sentías , maldita sea CatNap. Deja de llorar y has algo de una jodida vez, carajo.-

El gato eriza el pelo del lomo al enfadarse.

-Estoy en eso, cretino. - 

Kickin intervino sujetando al gato por un costado. Theodore lo mira confundido al ser traído a su lugar por ese brazo solo débil en apariencia. 

-No debemos pelear, no debes pelear.- le recomienda esto usando un tono tranquilo. 

-Mataron a un niño con nosotros presentes. - 

El peso les golpeó una vez Bubba uso las palabras más pesadas para este evento. 

Frío y cruel. 

-No es posible que tuviera la cinta adhesiva o las bolsas de plástico preparadas para el primer ataque. - apunta, saca de su cierre la libreta. - Ahora, CatNap y Kickin deben decir todo lo que vieron. - 

-¿Para qué servirá eso?- cuestiona el gato. Más reticente a repetir el hecho en su cabeza. 

-Vamos a perfilar la situación. Dog así descubría a los empleados que robaban flores o intentaban adueñarse de las mismas. - entrega la libreta a Hoppy al tener manos y estar ausente Bobby. 

Ella hace tiempo no escribía y temboo un poco al tomar el lápiz. 

-¿De que color eran las marcas?-

Lentamente logra sacarle información a los dos muy incómodos. Mirando a cualquier lado menos a los presentes. Sobre todo el gato. 

-Las marcas verdes y amarillas son viejas. Son de al menos varios días atrás. Las marcas negras son de unas horas o un dia. - espera a pensar en algo. - ¿Alguno tiene idea de cómo se veía el empleado?-

-Bobby lo volvió mantequilla. - señala Kickin sin poder recordar si al menos había quedado cabello fuera de la pulpa. 

-No hay una descripción.- corta Bubba. 

-¿Porqué quieres saber esas cosas?- Catnap necesita saber la utilidad de las señas que Bubba recolecta interrogandolos. 

-Por el tiempo de las marcas y el estado tibio del cuerpo es claro que el tipo llevaba tiempo acosando al niño y seguramente más de uno de los empleados lo sabía.- mira los cuadernos.-Esto lo hacemos para evitar que los que quedan tengan la oportunidad de repetirlo o eliminarlos de una vez. - 

Picky se siente orgullosa de lo que recuerda con él. 

-DogDay mató a muchas personas, demasiadas para contar, quizás por eso ahora se revelan las intenciones de los nuevos empleados.- 

Aunque no esperaban que el gato se levantara de golpe y corriera a esconderse en la esquina de la celda. 

-Si lo dices así, suena a que es nuestra culpa. - le reclama Hoppy.-No podemos controlar todo en este lugar. - 

-Digo lo que es la verdad Dog no era un mentecato ni un santo.- mira a Crafty callada y con él ceño fruncido. - Él veía el mundo como lo que es, una maldita jungla y sabía que estábamos solos. Esa es la diferencia entre este tipo que huele a amor paternal y nuestro Dog.-

-La casa es terreno de la osa y el pollo. - 

-Picky-

-¡No estamos vivos!¡¡Solo estamos aquí sobreviviendo a mierda que llueve!! ¡Y ni paraguas tenemos!-

-Debes calmarte. - le pide Bubba.-Asustarte no te hará bien. - 

Picky deja caer los hombros.

Ahora podía fingir que no estaba asustada. Que todo esto era rutinario y estaba bien. 

No está bien. 

No lo está. 

No puede contenerlo más. 

Comenzando a llorar y corriendo a su pecho. Abrazandolo con todo el cuerpo. 

Hoppy junta las rodillas sin riendo el hombro pesado por el cuerpo de Crafty en su espalda. 

Kickin la mira sin moverse. Solo se queda ahi sin moverse. 

El perro deja este grupo. Buscando al gato. 

Claro que lo encuntra y esta tan callado como otras veces. 

-No te acerques. - le ordena ese felino sin voltear. 

Harom recarga la espalda en la pared. 

-Eres como yo. - apunta de primera.-Definitivamente no eres como ellos, ni eres de su grupo. - 

-No se de que hablas.- gruñe sin mirarlo. 

-Lo que sienten y como lo afrontan, tan rectos y frios.- mira a las criaturas aún discutir sobre horarios y vueltas.-Esa empatía es desde su carne. A diferencia de ti y de mi.-  

Theodore sacude las orejas. Eran demasiadas las cosas sucediendo una tras otra. 

Creía que podría seguir adelante después de sufrir otro tipo de tortura, más es difícil. El dolor no tiene límites ni su naturaleza tiene algo de sentido. Absurdo. Creer que Dog era enteramente bueno. 

Es solo que otra vez se rebelaron un rasgo qué no había desarrollado y era inútil. El resentimiento en contra de su propia inutilidad le hace acusar al perro a su espalda. 

-¿Te hace sentir especial haber sufrido menos que unos niños sin un hogar amoroso?- le hace esta pregunta aunque él mismo no sabía si era personal. Recordando de forma muy clara, que de su madre solo recibió su amor y su protección. 

Incluso cuando el amigo de su madre comenzó a golpearlo y decirle que sería mejor si él no existiera. 

Porqué como dijo Kickin, “Eres lo peor que le pudo pasar a tu madre”  

Theodore lo entiende y lo odia en muchas mas formas. 

Para Harom esa pregunta le llevó algo más lejos que a este incidente y aun así era igual. 

Era como conocer aun más a Jason y a la vez a los que le hicieron daño y lo asustado que estaba Jason cuando escuchaba a ese hombre gritarle por una ventana. ¿Sentirse bien porque su propia vida no era tan mala? Vaya sentimentalismo más mediocre. 

No. Ahora mismo estaba extremadamente enojado. En muchas formas que no entiende ni tiene oportunidad de hacerlas útiles. 

Desde él mismo como Harom a la voz que le sigue diciendo que es DogDay. 

Que este evento no debería haber sucedido en su presencia. 

-No. - su mente viaja al rostro de Jason en el hospital. En el presente. En como pudo haberlo evitado y a la vez consciente del mes que pasaron encerrados. Era hoy o ayer y puede que sucediera antes cuando los encerraban por semanas. - Es solo que no se como reaccionar y estoy seguro de que tú tampoco.-

Theodore ahora tiene muchos recuerdos por procesar. Desde su madre a Dog y Dios. 

-Primero que nada, no quiero hablar de esto contigo. - 

-¿Con quién hablaras?-

-Con Dios. - 

Harom no puede evitar mover la cola una vez lo escucha decir ese título con tanta soltura. 

-Lo había olvidado. - su humor baja. - Oye… ¿Usarías ese humo ahora?-

Theodore mueve las orejas. 

-Necesito dormir. - 

Ese felino vuelve a verlo por fin. 

-Esta bien, siéntate o te romperás la nariz.- 

Harom recuesta el cuerpo en la pared al sentarse a unos metros del gato. 

-Estoy seguro de que me pateaste antes. - acusa al ver ese humo salir por su boca. Esta vez desiste de los nervios crecientes en su cuerpo. Estira la mano para sentirlo. Solo es una humedad fría. 

El pelo se colorea a medias de rojo y la somnolencia crece al ser tan lenta su respiración. 

-Lamento haberte molestado hace años. - al fin se disculpa. 

-Yo no estaba cooperando con la entrevista.-

-No, hablo de hace años. - mira al gato y no al humo que sube. - Cuando era humano, te toque y aunque sentí que estabas incómodo, no pare. Lo siento por eso, CatNap. - 

Este gato puede recordar ese evento muy diferente. Casi puede agradecer ese susto y a la vez resentirse al ser la razón del porque DogDay y él cruzaron líneas indebidas. 

Buenas en muchos sentidos pero que a fin de cuentas, no las debían cruzar. 

Un que no había arrepentimiento, ahora cargaba con un tipo diferente de añoranza. 

-Nunca lo vuelvas a mencionar.- exige. 

No le responde. Solo se ríe al quedar dormido con la cabeza caída al frente. 

El gato lo empuja con la cola para no dejarlo en esa mala posición y que por palabras de Dog sabía que le ocasionaria un dolor de columna más grave conforme se permita llegar más lejos en este error. 

 

El humo lo esparce por la celda. 

-¡Te dije que no quería que volvieras a usar.. - 

Uno a uno caen. 

Por fin Picky vuelve a dormir al costado de Bubba y puede descansar sintiéndose segura. 

El día de mañana estaría ocupado de muchas formas. 

Es la señal que le da la reja de la ventila abriéndose sobre su cabeza en esta zona L. 

-Hola, Dios. - saluda al ver esa garra bajar suavemente. 

-Hola, CatNap. - le saluda llegando a tocarlo con la punta de las garras. 

Este felino acepta su caricia y hasta lo sigue, dejándose caer de lado al derretirse en ese toque. 

-Estoy tan cansado, Dios.- lamenta mirando las filosa garras de esta criatura.-Estoy tan asustado como cansado. - 

-Catnap, ¿Sabes porque no he hablado contigo?-

-Porque falle. - 

-No, pequeño, he mantenido el silencio porque simplemente no puedo hablar contigo si no estas completo. Ahora. - toca su rostro y esa boca, recorriendo la sonrisa. - Estas completo, amor mio. - acarició el interior de su boca sin olvidar usar esa voz especial para el felino.-Ahora puedes llevar en esa nube a todos, a mi y a Dios. - 

El gato queda en blanco una vez es internada esa garra en su boca. Bajando por su garganta con el torrente de sangre. 

Bebiendo sin poder poder negarse, esa sangre considerada en su corazón bendita. Lo prueba y su cuerpo apenas tiene fuerzas. 

El interior de su cuerpo deja de quemarse y doler. El tejido por fin sana y recubre la maquina activa en su interior. 

Esa garra sale de su boca llevando consigo una gran cantidad de saliva y sangre. 

El gato cae al suelo apenas capa de moverse en la somnolencia. 

-Duerme y sueña. Crea en tu mente mi hogar, nuestra vida de colores.- le acaricia las orejas dejándolo solo con estos experimentos.-Espera a que lo creamos fuera de tu corazón. - 

Este gato respira a fuerzas. Cayendo lentamente su conciencia en la nada, en un susurro de pétalos coloridos. 

 

 

La contención en su cuerpo comenzó a contaminarse con el agente desconocido. 

Las flores dulces pronto se convierten en veneno. 

 

 

 

 

 

La mañana siguiente este grupo toma acción. Ahora con toda la intención de llevar al fin de sus horas a un solo objetivo. 

Este se lleva acabo con la información vaga del par. 

Escuchando por días los susurros de los otros empleados. 

Esto conlleva a la duda de Theodore, una que llevaba tiempo en su cabeza. 

Las acciones de esa niñera en su bloque y como su inacción los llevaba a destinos tan desagradables. 

 

La busca entre los pasillos. 

Pasa por un lado del ave y su horario con los bebés. 

Más apagado qué antes. Kickin apenas le da una mirada antes de volver a hundirse en esa tarea. 

Estos pasillos oscuros lo llevan a su objetivo al seguir el olor del aceite de avellana en su cabello. 

Encontrando a ese mujer en una habitación solitaria. 

Saluda con un murmullo de su garganta. Es parecido a un ronroneo. 

Esta mujer lo mira. Theodore vuelve a verla con alto detenimiento. 

Desde la última vez que ella simplemente se echó a llorar al reconocerlo, era difícil que se animará a verla otra vez. Olfatea su cuerpo de forma sutil. Tomando en sus pulmones la esencia de las semillas y su olor distintivo a cigarrillos. 

Eran detalles de ella que lo hacían conectarle con su madre. Con el rostro carñoso qué ahora solo es un borrón de sonrisa bonita en su corazón y esos ojos llenos de cansancio. 

-Grayber. - la llama al ponerse enmedio de la puerta para retenerla. 

Esta mujer suspira. Su cuerpo ya no se ve como al inicio. Ya no es una joven de cuerpo fino ni vivo. Apenas quedaba algo de su brillo. Solo esas piezas metálicas en su cabello son el recuerdo de la emoción con la que entró a este trabajo. 

-¿Porqué la cinta adhesiva tenía tu olor?- le increpa acercándose. 

La mujer oculta el rostro. Bajando la mirada a las patas del gato. 

-Niño, nunca hiciste nada más que farolear sobre lo agresivo que eras. ¿No es asi?- le pregunta buscando sus ojos. 

Este gato llega a su encuentro. 

-Mataron a un niño y tú tuviste mucho que ver en ello.-

Grayber es sincera. 

-Matan a muchos, diariamente muchos mueren. - 

Este gato levanta las orejas frustrado.

-¿Porqué sean muchos deben poder ustedes mismos hacerles daño ¿Es lo que una adulta cree que es justo? ¿Cómo pueden hacer esto?-

-Incluso si te es doloroso, deberías saber que este es tu destino. - la mujer decide aventurarse a tomarle el rostro. - Esta es tu vida, Theodore Grambel. - 

Ese gato le observa de frente, exhalando en amenaza. 

-No tienes miedo, aunque- 

Esa mujer le sujeto por la boca, metiendo la mano en su boca al sujetarlo firmemente. Tira de él como lo hizo muchas veces al ser un niño. 

El chico tuvo un revuelo. Volvió a ser pequeño. Tan solo por las largas uñas de esa mujer y el espejismo compartido por eñ recuerdo de su madre. 

Recordar sus largas uñas oscuras enterrar se en su rostro cuando le sujetaba para besar su frente o atrás regañarlo. 

Este recuerdo lleno de sentimientos era evocado por la cercanía con Dios. 

Sentirlo ahora por el filo de las uñas de esta mujer lo hacen paralizar se como el cachorro de una gata callejera a toque de un desconocido. 

Perdido. 

-No eres peligroso, gatito.- lo deduce y conoce desde hace años. Incluso si es doloroso enfrentar a este niño ahora que es solo uno de los monstruos frankenstein de la fábrica en la que esta atrapada.-No eres ni la mitad de lo brutal y desalmado que era ese perro malo. Así que sigue igual. - acaricia su rostro hasta sus orejas levantándose. La presión de sus palabras empujan al gato al suelo, a verla como lo hizo de niño. Desde abajo, pequeño y asustado. 

Un gesto tan infantil hace a su corazón dudar. Lo mira hastiada de su vid de estar encarcelada y no poder irse por culpa de una mentira técnica al momento de conseguir el empleo hace años. 

Ahora solo puede ver sus años perdidos en el averno, derritiéndose dentro de esas pupilas de luna. Repitiendo aquello que a ella le mantenía cuerda. 

-Si tienes certeza, actúas y si tienes dudas, callas. Eres un niño muy inteligente, así que no hagas las cosas al revés de una forma tan estúpida. - lo hace quitarse de su camino con un empujón.-Ya te desiciste de alguien más con mucha inteligencia, haciendo que los humanos te hagan el trabajo sucio al matar al líder. Entonces, vuelve a usar tu pequeño cerebro y planea bien tu siguiente paso. - 

Como lo haría un criador a un tigre lo hace mirar al suelo. Observando esas orejas caer con ese gesto. 

El gato queda en esa posición. Temblando entre jadeos profundos. .

Ella se retira dejándolo en soledad. Como de niño lo toma a la ligera. 

Este gato respira. Es uno con su respiración. Con su presente. 

Con este mundo a su alrededor y el dolor. 

Es una habitación de madera y muchas paredes de tapiz oscuro y demasiado elegante para los niños que son obligados a vivir en el lugar. 

Huele a pino. Por los muebles cambiados cada tanto en una decido estética. 

Hay ventiladores y filtros de aire en cada esquina. 

Para que las visitas y empleados puedan disfrutar de este lugar sin problemas. 

Sus patas tiemblan. Su corazón late en sus timpanos. 

Ese niño está muerto como muchos más lo están desde antes de que descubrieran este evento. 

La muerte los acompaña. No la ama. 

No es un asesino. No quiere serlo. 

Puede defenderse y pelear, no puede simplemente matar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al final del día las celdas son vueltas a llenar por los humanos. 

Con los medios y pequeños en sus respectivas colonias. 

Los medios han recibido la misma comida que los gigantes. Exactamente la misma cantidad y peso. Exponenciando, de manera directa, las afrenta en la colonia. Causando fricciones violentas entre grupos formados por más de un solo tipo de juguete o los mismos tipos reunidos. 

Jason no está en condición de pelear por comida en su estado malherido y solo puede verlos sumergidos en el tazón. Resintiendo el latente calor en sus fracturas bajo el peluche de su cuerpo. 

Comiendo a escondidas una lata de spam en una esquina. 

Esquina que debe compartir con otros tantos y para su desgracia tuvo que darles de su lata para que guardaran el secreto de su propia comida. 

Todos parecían estar contentos con esta calma caótica llena de empujones y gruñidos. Colas moviéndose y golpes repartidos de aquí allá, golpeándose el mundo con las paredes de un encierro. 

Los medio no pueden verlo pero a los guardias las cámaras les fallan de un momento a otro. Limitandose a bufar y esperar a que volviera la señal. 

 

Para la celda la historia es muy diferente. 

Gritos de frustración golpean a todos al estar más cansados conforme pasa el tiempo y la comida disminuye lentamente y algunos apenas pudieron probar los bordes del contenedor. 

Sobresaltandose por la entrada de esa garra tan de golpe qué apenas logran correr algunos. Llos más lentos no lo logran.El resultado es ver a un pequeño Kickin ser empalado de la boca a las patas y llevado medio vivo a la oscuridad de la rejilla.  

El grito de un pequeño CatNap recorre la celda. 

El amigo de alguien vuelve a morir y no pudieron hacer nada. 

-¡Tú, lo empujaste! ¡Tu lo hiciste!- grita apuntando a una Bobby.- ¡¿Porqué tenías que empujarlo?!-

La pequeña osa lo empuja de nuevo, llenando al gato con los restos de comida en su patas, gritando en su malestar. 

-¡No lo hice, yo no lo empuje!- reclama enojada.-¡Tu ni siquiera deberías hablarme!-

No hay más diálogo. 

Ese CatNap no debió alejarse de su grupo en ese arranque. El grupo de esa osa lo atrapó y muy pronto lo tiene en el suelo golpeándolo entre todos. Algunos intervienen pero no es mucho mejor esto. 

Ese gato apenas logra salir vivo de la paliza que le deja un ojo colgando y su cabeza sangrando. Llorando a gritos en el grupo de gatos que lo rescató. 

El tiempo de ese chico fue acompañado por la pérdida de sus amigos. Desde su DogDay a los chicos de su grupo llevados como juguetes a alguien en la superficie. 

Perder a alguien era tan fácil siendo tan pequeños, era un desperdicio el solo intentar formar un lazo. Aunque no era razón para no intentarlo. 

Jason agarra sus orejas encogiéndose más pequeño y pegado a la pared. 

-Harom. - suspira su nombre extrañandolo en su miedo. 

Ese malestar crece dentro de su cuerpo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al gato grande el día le pasó factura con el peso sobre su espalda. 

Es día de comida. Es meramente festivo el encontrar verduras entre los montones de carne hervida y las patas de cerdo.

Theodore no puede ni oler esa mezcla sin verse sacudido por el asco. Volteando la cara decide abstenerse de comer por hoy. 

Es difícil para todos pero algunos pueden comer algo y olvidar lo que sea que les llenará la cabeza al saborear la excesiva grasa. 

-¿Descubrieron algo nuevo?- pregunta Crafty entre su propia frustración. 

El resultado se repite. 

Nada. 

La vergüenza y la frustración los hace tener sus propias reacciones a este hecho. 

-Talvez iríamos mejor si dejaras de escurrirte con ese maldito peluche.- le reclama Picky. 

-Jason no tiene nada que ver. Lo que sé es que al menos por mi parte y gracias a Jason descubrimos que el maldito cooperador es una mujer. - hace hincapié en los resultados de hablar con los medios y a los pequeños. 

Theodore baja las orejas y su cola se sacuden. 

Cada detalle queda grabado en las pupilas del ave. Piensa en estos gestos para lograr entenderlos, lo que sea que Theodore estuviera sintiendo al llevarse un poco de comida a su boca y esperar a ver más de estos gestos delatores. 

La presión en todos es creciente. 

-Para encontrar algo más, debemos concentrarnos en los trabajadores de esa zona.- 

La celda es desagradable conforme las asperezas aumentan y no encuentran cómo atrapar a esos humanos cómplices o al menos saber quienes eran. 

Algo que Theodore puede arreglar diciéndoles lo que sabía. 

Ellos ya hicieron este tipo de cosas antes. Sabían cómo matar. Cómo encargarse de esta tarea sin acobardarse como lo hizo él mismo. No estaba listo para cometer un asesinato y menos contra Grayber. Aquella mujer que le recordaba tanto a su madre. 

-Yo se algo-

-¡Ahaa!-

-¡No digas nada!- Hoppy le gritó agarrando el tazón. 

La sorpresiva reacción de Bobby es gritar sujetándose la boca, corriendo a otra parte de la celda. 

-¿Qué está pasando?- pregunta Bubba acercándose al círculo que se había formado entorno a la comida. 

Hoppy lo mira rápido y revuelve pero no alcanza a ocultar lo que había en el tazón antes de que Picky lo pateara. Esto hace a todos mirar al desorden. 

Esto solo hace que el interior se resbale y esparce por el suelo. 

Hoppy sujeta su cabeza una vez queda claro lo que debería ser un secreto por más tiempo. 

Theodore retrocede un paso y aun así pudo ver lo que estaba enredado entre las tiras de carne viscosa y las verduras hervidas. 

Cinta adhesiva y plástico negro. 

 

Un fuerte peso los golpea. Sin excepción. 

Escuchando los gritos de Bobby al fondo de la celda.

Harom sujeta su cabeza con las orejas atrapadas entre sus dedos y su grito es el siguiente en unirse con algunas palabrotas. 

 

La reacción de Crafty es más sincera que nunca. Riéndose. 

Riendo de todo. De esa cinta y la carne suave. 

Riéndose de su reflejo y todas y cada una de las cosas que había creído hasta hoy. 

Casi feliz de esta verdad. Aunque solo quería llorar y morir. Ríe y se carcajea. Pisa el suelo y grita entre sus risas. 

Sintiendose tan estúpida como un payaso. 

 

 

el elefante gurda ese libro lleno de notas. Sus ojos fijos en la misma cinta y los gritos de Bobby o la cara de Kickin y CatNap. Era más que claro cual es la razón para estar tan horrorizados. 

-Así que nunca tuvimos eleccion.- suspira derrumbándose desde el fondo de su alma. 

Creyó que podía decidir ser una buena persona o protegerlos… pero solo era un estúpi. 

 

Hoppy deja este espacio para refugiarse en una pared. No los mira aunque Picky la estuviera llamando a gritos. Huye agarrándose las orejas y su corazón es despedazado con cada paso en huida de la verdad.

-¡¡¡Deja de ignorarme, ¿Hace cuánto sabías de esto?!!!- le pregunta intentando girarla, más Hoppy huye de ella. Escapa de la verdad. - ¡¡Hopscotch, respondeme!!-

Hoppy se resiste a responder, cubriendose los oídos con un grito contenido. Huye de la verdad. 

 De saber que sus amigos ya lo saben. 

Que tan condenadas estaban sus almas. Y ni muertos podrían escapar. 

 

 

Theodore observa esa cinta fijamente. Aturdido en el sopor de la estática dentro de su cabeza. 

Puede escuchar la voz de su cariño dictando la forma en la que deberían cuidar a los niños y nunca dejarlos solos. Deberían esforzarse para que ellos no tuvieran miedo. 

Su cariño se mantuvo cuerdo cuidando de él y de todos los niños. Era inocente. 

Su cariño creía que los estaban protegiendo pero solo eran los perros del ganadero. Recibiendo las sobras cuando ya no les quedaba carne qué arrancar. 

Estas cosas… Todas estas afrentas, laceraciones y abusos qué estaban sufriendo.. No podían quedar impunes. No pueden ser perdonadas.

No hay razones para perdonarlos. No hay un futuro para este camino. 

No hay nada que puedan salvar de ellos mismos. No. Theodore no puede seguir escondiéndose en su cobardía. 

No es esta la realidad. Esta es su luz. Es la toma de conciencia. 

El despertar de su consciencia y la mayor de las heridas para todo lo que apreciaba. 

Desde Dios a su cariño y puede entender la verdad en esta afrenta. El verdadero valor de lo que le rodea. 

Comprende al fin cuán grande debería ser su odio y a donde debe ir. Lo qie debería hacer con estas emociones y cuanto era primordial que despertara el sueño infantil. Tan solo para vengar las ilusiones de todo este grupo y de sí mismo. De todos los niños en este infierno. 

En las ilusiones de su cariño. 

El ave amarilla cae a su lado con los hombros caídos. Recargándose en su hombro, suspira pesaroso. 

-Necesito dormir. - lo pide observando esa cinta sin brillo en las iris.-Ya no quiero estar despierto, por ahora. ¿Podrías ayudarnos con eso?-

La pelea a gritos y empujones de las chicas, con los gritos de Bobby al fondo. 

Acompañada por la gran sarta de palabrotas de Harom. Las risas de Crafty. 

No estaban bien ni lo estarían. 

Theodore deja salir el humo rojo y esta vez con fuerza suficiente para tragarlos en menos de lo que pudieron percatarse. 

Los deja tirados. Aun observando la comida en el suelo. 

Usa más humo para dejarlos dormidos por más tiempo. 

Espera en la misma posición hasta el día siguiente o primeramente hasta la llegada de Dios. 

El humo seguía presente al llegar esa garra desde las ventilas. 

-¿Entonces ahora si comprendes cuál es tu lugar? ¿Para qué es que te encaminaste a ser CatNap?- le pregunta esa voz revuelta. Acariciaba sus orejas por un corto lapso de tiempo. 

-Para protegerlos. - murmura sin poder despegar los ojos de la cinta entre la carne. - Para castigarlos. - 

La criatura levanta la garra, cubriendo con sus sombras al felino. 

-Es la verdad. Castigar a los que nos hacen daño. A quienes te hacen sufrir. - 

-A quienes van contra ti, Dios.- su pelo cae estresado. - Prometo no volver a flaquear ni a dudar de tu poder ni de mi lugar , Dios mio.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer

Chapter 89

Notes:

Capitulo corto.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1994 a 39 horas de la hora de la alegría

 

 

En la noche más tranquila de los suburbios. Bajo la luz cálida de una lámpara nocturna. 

Las ilusiones de colores comienzan a llenarse de gritos. 

Este niño no puede aguantar más el miedo. Gritando en su cama al despertar en la oscuridad. 

Ese gato morado cae de su cama, quedando de lado una vez los padres de este menor corren por encima del juguete para revisar al niño. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Como diablos es que nada más Eliot termina en el hospital nos enfrentamos a una demanda?-

La cara del anciano en la camilla de aquel hospital se ilumina a medias con el berrinche de aquel inversionista en la grabación. 

-Van a hundir mi compañía. - suspira. Busca a su asistente. Esta mujer le mira de lado aún trabajando en las firmas que este anciano debía hacer antes de morir. 

-No creo que sea tan grave. Ese sobrino suyo parece capaz de manejar una salchichonería bastante respetable. - 

El anciano comienza a reírse. Después de todo debía aprovechar que no estaría presente para lo que sucederá con la compañía. Este detalle le hace recordar a su asistente. 

-Cuando muera, te despedirán. - la mira cerrar esa libreta con notas. 

Esta mujer viene hacia su cama, arreglando el borde de las cobijas en su torso. 

El anciano la mira a ella y a la vitrina en la encimera con esa muñeca de porcelana en su interior. Digiriendo la desesperación contenida en esos ojos. 

-Ya presenté mi renuncia, seguramente la verán mañana en la mañana. - mira a su hermana en la puerta. - Antes de que me fuera, escuché de la toma de poder por parte de su sobrino. El no sabe nada de la matriz en la fábrica de contención. - mira los ojos de ese anciano directamente. - Van a torturarlo, quieren más información sobre la compañía y a donde fueron todos los millones del departamento de innovación. - 

-Creo que era un poco obvio que no se quedaría con la fábrica en Filadelfia.- este anciano soba su cara con ambas manos. - No puedo creer la falta de respeto para este viejo hueso. Nadie en mi familia aprecia mi trabajo ni cuanto me sacrifique por ellos. - 

La asistente toma la libreta, mostrando un documento. 

–¿Lo terminaste a tiempo?- pregunta aunque ya sabe la respuesta al ver cada palabra en el papel. Borrosa por culpa de su vista cansada, puede ver cada palabra y saber lo que era. Lo que significaba. 

-Es el documento que me pidió. El que protegerá a todos sus juguetes y a los productos de las acciones del exterior y conocimiento del mundo fuera de la fábrica. - 

Un documento que sellaría la fábrica. Nada del exterior podría volver a intervenir y solo los empleados en la larga lista del mismo documento, tendrían funciones sobre los productos y juguetes fabricados para el uso privado de la compañía. 

Esto podría ser funcional por quince años. 

Seguramente sería suficiente para que la nueva ola de experimentos esté preparada para el público. 

-Este viejo hueso solo desea que el trabajo de toda su vida se respete después de su muerte. - suspira firmando este documento las veces necesarias. 

Llega a la quinta firma, donde su mano falla y el bolígrafo se cae de su puño. 

-Vaya. - sonríe acostándose de nuevo. 

Esta asistente le sonríe entregando este papel a su secretaria. 

-Solo hay una forma de obligarlos a cumplir con esto. - 

Esta advertencia es acompañada por la severidad de ese rostro. Pasando su mirada a la vitrina ahora vacía y esa puerta abierta a espaldas de la asistente. 

Ludwick asiente moviendo los hombros, suspirando al comprobar el abandono del recinto por parte de la muñeca. 

-Me pregunto si esos niños sentirán lo que yo en las pruebas. - lo pregunta al aire. Observando el montón de objetos valiosos esparcidos entre los muebles. 

-Lo enviaremos al grupo inversor.- 

-Antes de que muera. - le llama antes de dejarle continuar compartiendo los detalles sobre lo que sucedería con este lugar. - Muéstrame algo. - le pie moviendo las cejas. 

Esta mujer bufo. Dejando el papel en la cama retrocede. 

Comenzando un baile rápido y movido a pesar de su traje de trabajo. 

El hombre ríe aplaudiendo al verla saltar sobre sus tacones y sonreír a fuerzas para la coreografía. 

Su pañuelo de seda queda completamente fuera de lugar y su cabello ya no está finamente ordenado al terminar de saltar y girar, de su falda un par de hilos saltaron y esa camisa fajada se ha salido del cintillo. 

El hombre que estuvo atado a una silla de ruedas por un año completo festeja este movimiento y como la fuerza de los pasos de su asistente golpean el suelo dejando marcas de tacones. 

-No puede ser, pareces un capuchino.- festeja al verla terminar el baile. 

Esta mujer respira agitada por un momento. 

-Y usted un mono japonés. - 

Este viejo sujeta su estómago y ríe. 

-Vete y no vuelvas. No dejes que te alcance esta mierda. - la despide acostándose otra vez de espaldas a la salida. 

La mujer recupera los documentos. 

-Gracias por darme la oportunidad de trabajar de verdad y también… - ella comparte una mirada con su hermana. - Nos veremos en el infierno, señor. - se despide. 

El hombre movió los hombros más calmado ahora. 

-No se apuren , Salome. Valeria. - les despide una vez las dos dejan esta oficina juntas.-Vivan muchos, brujas.-

El anciano gira una vez deja de escuchar los tacones de las dos. Mirando a la ventila sobre su cama. 

Ese espacio de metal que solo refleja su soledad. 

En este momento puede recordar los rostros de todos cada uno de sus empleados muertos. 

Desde los más cobardes hasta los que tomaron su destino con calma. 

Incluso a los que no tenían defensa alguna. 

Siempre supo que moriría solo. Totalmente solo. 

Lo recuerda por más de uno de los que presenció y como estos lo miraron y drogaron y otros solamente lloraron en silencio y otros más le insultaron. 

Unos más estúpidos creyeron que podrían convencerlo. 

Y aún menos de ellos lo miraron y lo retaron hasta el último segundo. 

A muerte les respiraba en la nuca y aún mantenían su orgullo hasta el final. Aunque solo fueran perdedores sometidos. 

 

 

Entonces un rostro deja de ser tan humano y es uno de sus juguetes. 

Ese payaso verde que lo hacía reír los últimos años de su vida. 

Ese perro mirándolo al ensuciarlo. Esto le ofendió en muchas formas y lo entendía. 

Lo comprendia y admiraba la forma en la que en el infierno que era su vida aún fue tan estúpido y valiente para atacarlo. Definitivamente era la representación clara de sus raíces rebeldes. 

Si fuera una señorita estaría bastante impresionada pero como hombre era natural destruirlo. 

No deseaba que lo quemaran y que perdieran a un empleado tan útil. Uno al que solo debían darle una sacudida y ponerle en la mesa la seguridad de sus compañeros. Pudieron haber rotado el encierro y obligado a presenciar la tortura a sus amigos y hacerlo participe. 

Darle una verdadera razón para odiarlo. 

Más este perro se le murió y todo se queda en reentrenar a nuevas mascotas. 

Hoy era su último día en la tierra. 

Y no tenía arrepentimientos. 

Ni por haber arrastrado al infierno a un montón de adultos ni de secuestrar niños para estos experimentos. 

Nada era algo de lo que se arrepintiera. 

Moriría e iría al infierno, ahí recibiría a todos sus empleados y a cada juguete. 

Estaría del otro lado disfrutando del fuego y pronto estaría con todos. 

Con todos los amigos que formó para llenar la pérdida de su familia. 

-Ya te veré, perro tonto. - sonríe cerrando los ojos. 

Sin tardar esa muñeca inconsciente de los pensamientos del anciano le ataca apretando ese cuello entre los lazos de sus ligas sueltas. 

La pequeña muñeca que trajo su asistente para que lo acabará sin involucrar a ningún empleado. Su pequeña joya y la niña de sus ojos. 

Una chica que grita y llora al matarlo y pelear contra los reflejos de su debilitado cuerpo. Aferrándose en las últimas a la vida y la golpea dañando la porcelana. 

La pequeña Poppy grita llena de rabia. Enrojeciendo sus ojos por la sangre derramada tras su globo ocular y esos golpes cada vez más débiles. 

-¡¡Eres un maldito, un maldito monstruo!!-llora esta chica tirando de los lazos. - ¡¿Porqué me hiciste esto?! ¡¡¿Porqué tenías que hacernos esto?!! ¿Como es tan siquiera posible que nos hagas esto?- le grit y llora por fin sus preguntas aguantadas por años y años.- ¡¡¿Qué diablos somos?!!-

Este hombre le sujeta el rostro en un reflejo de lucha. Enterrando los dedos en su ojo y oídos. 

-El… Prototipo… Con él… harán más… Lindas muñequitas como tú.- 

Ese toque lleno de ese instinto desesperado por vivir es sesgado por un deseo aparte. 

El acariciarla suavemente como último acto de este hombre. Robando un gesto más sobre el cuerpo de la pequeña muñeca. 

-Eres hermosa. - suspira por última vez rozando sus labios rojos. 

La muñeca se llena de horror al sentir ese toque. Soltandole llena de asco. 

Este hombre termina por morir una vez cae su mano y no hay más lucha. Es todo para el viejo. 

Solo queda esta mueca y su vestido azul sobre el hombre. Es solo una muñeca reflejándose en las pupilas de un viejo muerto. 

Esta chica ve su reflejo. Su asco, su miedo y el odio revuelto entre sus cabellos despeinados.

Era horrible. Era una cosa. Una fea cosa viva. 

Poppy grita de dolor, llena de rabia su cuerpo tan pequeño se desgarra al matarlo. 

Está muerto pero ella continúa en este cuerpo. 

Continúa siendo nada. 

Es nada. 

Es un juguete. Es una cosa. Apenas si sabe cuánto de ella está viva de verdad

Gritando y agarrando sus cabello rojo, lo arranca y grita. 

Ella grita y lo vuelve a hacer. Su cuerpo no puede contener más esta rabia. 

Gritando hasta romper sus cuerdas vocales y perder fuerzas. 

Interrumpido su desenfreno por una silla impactada desde atrás. 

-¡Encierren esa cosa!- ordena el guardia una vez la ve en el suelo sin poder moverse. 

Otro empleado la recoge en una caja y la lleva en esta. 

Atrás se quedan a revisar el estado del anciano. 

Desesperados por encontrar el testamento y borrar la presencia de la muñeca que no debería haber sido traída a la mansión. 

La muerte fue marcada a las 7 A.M. del siete de agosto de 1994.

Fuera de la mansión una camioneta es la encargada de llevar a la muñeca devuelta a la fábrica. Conduciendo por un sendero oculto entre la maleza. Conduce rápidamente por treinta minutos antes de frenar en un claro. Desde el horizonte es posible ver la torre de humo a la izquierda. 

Bajan apurándose a abrir las compuertas ocultas bajo una cantidad mediana de tierra y hojas pegadas. Entran a pie y esa camioneta es conducida directamente a la fábrica. 

Llevaron esa muñeca a reparación. 

Pasando piso por piso. 

El tiempo había consumido el lugar. 

Las instalaciones cambiaron con ello la ubicación de los pasajes directos. 

La muñeca llega a manos de un grupo de empleados. Dejando a ese par de guardias regresar por sus pasos y ellos ir al fondo de los laboratorios a través del ascensor del abismo bajo las oficinas ahora ocupadas por el familiar del dueño muerto. 

Este viaje al fondo de las tripas de esta fábrica pasa en silencio. 

Hasta la interrupción de uno de los trabajadores. 

-Van a jodernos. - 

-Rico. - 

-No de esa forma Fifi. -

-Mientras no me torturen escuchando otras cuarenta horas de discursos de blancos en el poder, todo saldrá bien y lo aseguro, no pasaré un año más en esta empresa del diablo. - 

-Di eso más alto, tal vez te den de comer a Boxy en vez de a Mommy. -  

-Todo menos Mommy. - murmura. 

El ascensor se detiene y pueden bajar. 

Al hacerlo el color de las luces llaman su atención. 

-¿Otra vez practican?- cuestionan viendo el escenario lejano al ascensor. 

En la zona médica aún queda algo de restos de luz de los pisos inferiores a causa de un fallo de contención pasado. 

-Aquellas cosas continúan fallando en algo tan sencillo. Sus hermanos mayores pudieron contentar a las visitas por años pero estos aún chocan y causan desorden.-

-Debieron pensarse mejor la idea de crear diablillos de su tamaño. - 

Llegan a la plataforma médica, subiendo un piso. 

En el lugar queda la luz y la música de circo. 

Dejando solo al dragón iluminando con el fuego de su boca al mundo, entre las risas de las otras criaturas. 

Parado al centro expulsa las llamas. 

Escuchando el murmullo de la rata y el ave a unos metros. 

-Ya no hueles a fritanga. - 

-Ya no pareces lastimarte. - 

El agua alrededor de la plataforma oculta el cuerpo de esa criatura azul. Revelando a medias en su oscuridad el brillo de las manchas amarillas. El verde moviéndose por las sombras y su brillo. 

Una peligrosa pieza de color para completar un circo por abrir. 

 

Las piezas comenzaban a encajar y eran ellos los que iban ganando. 

Ninguno era débil. 

No eran la presa en la historia. Eran el depredador en espera. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más arriba los susurros son llevados de una boca a otra. 

Llegando a las orejas de un gato. 

-La fiesta es el mes siguiente. - 

-Debemos escondernos. - 

-Hay que prepararnos para los humanos con armas.- 

La cabeza del gato pequeño gira, comenzando la carrera al encuentro del gigante. 

A su paso puede ver a las otras criaturas completamente ajenas a lo que sucedía a su alrededor. 

O eso parecía. 

En su camino puede ver al elefante colocar una reja con más altura al desclavarla del suelo a su paso. Puede pasarla al ser pequeño. Más algunos humanos definitivamente tendrían que detenerse para cruzarla pierna a pierna. 

Estos cambios son pequeños. Son tan disimulados que solo podrían notarse de estar atento a cada centímetro. 

Cómo unir un escalón con las fuerzas de Hoppy en sus piernas al sentarse y usar la fuerza de sus rodillas para presionar el concreto en el suelo. Dejando una diferencia muy pequeña de un escalón a otro. 

Las acciones son efímeras y sencillas. No son escandalosas, más si devastadoras en una persecución. 

El miedo en el pequeño gato lo hace buscar al gran perro. 

CatNap hoy no está encerrado en PlayHouse, desde hace un año su comportamiento se ha vuelto cada vez más errático y territorial. 

No dormía ni se quedaba quieto. Siempre rondaba y saludaba. 

No cruzan pero para encontrarlo habría que buscar en el lugar contrario al perro. 

CatNap está en la zona escolar. DogDay está en la entrada de La Guardería. 

Ahí puede verlo. Ayudando a unos empleados con la carga de unas cajas de alimentos enlatados. 

Lo sigue de lejos. Escucha a los empleados cercanos al perro. 

-La fábrica se encuentra en problemas desde que ese viejo se enfermó. ¿No te parece extraño que las nuevas criaturas sean tan extrañas?-

-Me parecen divertidas. Siempre amé a los lagartos. - 

-Me refiero a que no son… Como estos.- 

-¿De qué hablas?-

-Nisiquiera los Nightmares son tan callados como esas cosas, me dan escalofríos.- 

Jason no les presta más atención. Alcanzando a Harom, lo trepa sin preguntar, escondiéndose bajo su oreja derecha. 

El perro parece imperturbable pero esta acción le ha dejado sentir un claro nerviosismo. Las manos de Jason eran suaves y afiladas, una cosa solamente comparable a un verdadero gatito, hasta que este se incline y le susurra al oído. 

-Hola, anoche te extrañé mucho Harom.-  

El sentimiento que le recorre es muy fuerte. Puede hasta doler como llega hasta las palmas de sus manos y casi deja caer las cajas de madera al suelo. Esto no era bueno.

Nunca antes le había afectado tanto estar cerca de Jason.

El calor dentro del perro llega a sumergir en este mismo al gatito qué sube y recarga el cuerpo en su cabeza. Babeandolo otra vez.

-Los otros están preparando todo. - le señala mirando al pollo en la casa. Arrugando las alfombras con nudos creados por un tirón de sus garras a cada paso. Todo con tal de hacer de este terreno algo imposible de usar para escapar. Las ventanas aseguradas y dañadas para no abrirse más allá del tamaño de un niño. 

Un sentimiento extraño lo llena al ver a Harom preparar el mismo tipo de trampa en la bodega. Dañando nada más de paso el suelo cercano a una puerta. Al menos solo el mismo Jason podría pasar y era demasiado a comparación de las otras trampas esparcidas por los otros sonrientes. 

Jason coloca las manos sobre la sonrisa de Harom. 

-Déjame estar contigo. - lo pide acariciando su sonrisa.-O al menos déjame unirme al evento.- 

Harom niega. Mirando al gato detenidamente.

-Te esconderas hasta que todo acabe o yo pueda volver por ti. - lo dice remarcado la importancia de estar separados, entregando unas latas dentro de una ventila. En estas un par de Kickin de media estatura que las llevan a un escondite. - No sabemos qué tanto los humanos se volverán violentos . además debes aceptarlo Jason , no eres lo suficientemente grande para defenderte de otro gigante. - le da en manos una bolsa de arroz.-No te expondremos , sería el fin de los dos si terminas rehén o algo mas cliche.- revisa las cajas. Sacando una lata de galletas enlatadas.

Jason guarda esta bolsa de un par de libras en su cierre. Aún más gordo por culpa de las cosas que ocultaba. Harom no lo deja ir con esto, acariciando su frente al tenerlo sobre su hombro. 

-No vayas a pelear con los tuyos. Los necesitas , Jason.- lo remarca picando su nariz. - Quiero que estés a salvo y saber que no pasarás sólo todo lo que sucederá.-

Jason debe intentar contarle una vez más lo que sucede con su tipo en la colonia de medios. 

-Todos odian a los CatNap.- lo dice fácil y puede que este sea el problema para decirle a Három, lo mal y deprimente que llega a ser tener este pelaje.-Nos tratan como lo hace el perro al cartero.- 

Otra vez Harom no lo puede entender y lo resume. 

-Entonces te queda poco tiempo para organizarlos, si lo que dices de los aliados lo pones en marcha por tu propio lado. - toca el estómago de Jason, tirando de su cierre para hacer guardar un par de dulces en este espacio.

En esto un arrebato lo hizo acercarse sin permitir que Jason se cubriera , uniendo sus narices.

-Mantente a salvo , mi loquito.- susurra mirando esos ojos directo y fijo.el calor de hace un momento regresa , obligándolo a tensarse necesitando meter lo que puede de su mano dentro de ese espacio.-Quiero ser el único que te coma , de arriba abajo . Todo mio.- suspiro dejándolo ir al contenerse una vez esa sensación la controla de nuevo con permitirse robarle esos segundos dentro de su espacio personal.

Ese tirón y las palabras sin sentido hacen a la cola del gatito esconderse entre sus piernas con un gritito. El tiempo lo había hecho más sensible y enojon. No deja de ser el pirómano ni el loco que Harom piensa, ahora es mucho más y estaba preparado en muchas formas para pelear. Así mismo esa preparación le hizo ver cuántas dificultades les esperaban para mantenerse juntos.

Atesorando cada roce con su perro y su propia vida como el sostén de Harom.

Jason sacude los puños y cierra su espacio. Asiente sin decir más sobre su propia situación al guardar los dulces y dejar este episodio con los otros , bajo la alfombra.

 Acompaña por el resto del día a Harom. Observando el mundo desde su punto de vista más alto, puede ver que las cosas no cambian sin importar cuanto se haga. 

Esta sensación maligna sigue por encima de su nuca. Era aterrador y necesitaba contenerse para no llorar lleno de coraje. Asegurándose de entregar a Három todo lo que era necesario para no dañarlo de ninguna forma. El grandote debía concentrarse en su parte del trabajo y él también debía saber por sí mismo como cuidarse. 

El día para los sonrientes acaba a las diez de la noche. 

No hay diferencia de cualquier otro día. 

Los ocho fueron llevados a sus celdas aparte. 

Descansando más de uno en cuanto las puertas se cierran. 

Las cámaras les toman desde arriba. Como duermen o se quedan solamente acostados. 

 

 

 

 

 

 

En la celda de los pequeños ese gato púrpura apartado de todos observa al pequeño grupo de gatos refugiados juntos en una esquina. Lejos del resto como era costumbre. 

Jason mira una vez más el pedazo de vidrio que usaba para protegerse. Solo le quedaban unas horas para hacer las paces con este grupo al que dio la espalda por años. 

Mira al resto organizarse entre sus propios grupos y cuidarse. 

Debía sobrevivir. Debía estar a salvo en lo que Harom se encargará de la tarea que se le encomendó.

Decide ir hacia ese grupo mostrando el vidrio a su paso para evitar la posible confrontación con ellos. 

 

Estas criaturas lo esquivan y miran raro antes de ver a dónde se dirigía. 

Con los de su propia especie. 

Jason los ve enojarse y retroceder. 

-Tu no quieres nada bueno, ¿Verdad?- le apunta el líder. El gato más alto entre ellos y más golpeado.

CatNap no tenía una buena imagen y su Dios mucho, menos al tomar a los de su talla y menores, como comida sin preguntar ni mostrar una mísera pizca de piedad. Entre los medios y pequeños fue difícil sobrevivir siendo un CatNap o un Kickin, aunque estos últimos decidieron unirse al odio contra los gatitos, y aunque muchos lazos prevalecieron. Aun era difícil que uno de los gatos no fuera agredido por otro grupo dentro de la celda o en los pasillos de cualquiera de las construcciones de Dulce Hogar. 

Esto es claro al ver que algunos estaban ocultando imperfecciones y heridas causadas por estas golpizas, con hilos de las cobijas de Dulce Hogar o cintas de colores esparcidos por sus cuerpos. 

-No quiero morir. - muestra esa comida que DogDay le entregó. Solo a ellos. - Esto será largo y no podemos estar solos. - 

Un gato lo apunta con un lápiz afilado. Como lo haría un preso con una navaja hecha de latas de atún.

-Podríamos darte una paliza y robar tu comida. - 

Jason sabía de ese riesgo y como buen cretino usa a su amigo más alto para defenderse de cualquier amenaza.

-Entonces DogDay los cazaría, los mataría y comería más rápido de lo que puedan orinarse encima. - su advertencia es acompañada por su cruel burla. 

El grupo de felinos pasa un momento pensando y mirándose atrapados en esas sonrisas eternas, sus pensamientos vueltos deben pasarlos y tomar el mejor camino.

Hacer que el grande les deba un favor cuidando de este raro. 

-Esta bien. - decide el líder. - Danos algo ahora y dalo por terminado. - 

Jason no les cree pero a este punto es su propia culpa el no tener un lazo de confianza con ellos. Fingir que por estar con Harom, su estado era mejor y no tan bajo como el de sus confederes. 

Entregó el arroz y pronto es sujetado por algunos hasta al centro del grupo qué duerme en esta esquina apartada del resto. 

Puede que la serie les afectará y aunque ese grupo los odiaba tanto como el de cualquier otro de los ocho tipos. Aún es el grupo de perritos naranjas el más cercano y el que parece cuidarlos de los verdaderamente violentos. 

Observan a un gato aventurarse a buscar el contacto con un perro. Este rueda medio dormido para abrazarlo y seguir durmiendo juntos. Aferrandose al gato hasta cubrirlo con su cuerpo.

Escucha un murmullo vago y el suspiro de ese gato tan feliz por estar con el perro.

Esta noche Jason duerme con los suyos y no en el grupo de criminales qué solía ser dejado de lado. 

El crimen más común era herir a otro del grupo. Es irónico que no haya dañado a nadie y aun lo catalogaron como uno de ellos. 

Esta noche, por culpa de la pesada tensión, se percibe larga y oscura. 

Esta vez la garra no los visito. Pueden conservar sus pequeñas vidas por un día más.

 

 

 

 

Terminado con la alarma de salida en la mañana. Muy temprano siempre.

Son devueltos a La Guardería y pronto vuelven a obedecer órdenes. Por última vez ,se supone.

Escuchando a los trabajadores ir de un lado a otro. 

A los sonrientes reunirse por última vez a lo lejos. 

Cada minuto era más y más pesado. 

Jason comienza a escabullirse al igual que los pequeños desde las seis de la tarde.De uno en uno se esconden los que no participarán. Toman sus lugares en la casa y dentro de los edificios. 

Harom le pidió muchas veces que se abstuviera , evitará ir con los que fueron encargados de mantener a salvo a los niños y siempre dentro de Dulce Hogar. 

Lo haría. El no participa y así mismo ninguno de los CatNap lo haría. 

Una niñera lo sacó de sus pensamientos, justamente al sonar a lo lejos la alarma de las siete de la tarde. 

-¿A donde van todos ustedes? ¿Están jugando acaso?- le pregunta tras pisar su cola. 

Jason sujeta su cola sin pelear aunque le doliera. No debe alertar a la encargada del bloque 4.

Asiente y apunta a la hora, mostrando un folder bajo su brazo y a las oficinas. 

-Oh, estás en una misión. Lo siento, pequeño. - ríe al quitar su pie. 

Jaso agarra su cola y corre. Fuera de Dulce Hogar otros CatNap se unen pasando por debajo del gato más grande. Escuchando de paso un susurro. 

-No salgan hasta que se dé la señal. 

No lo mira. Esconde el rostro al huir. 

Escucha los murmullos de algunos gatos al pasar por su lado. 

Están asustados. 

Están más asustados que él mismo. Corren y tropiezan al hacerlo. Jason no puede seguir su ritmo, aquella fractura terminó por dañar los tendones y al nunca decirle nada a los humanos o a Három terminó sanando mal. Llega al mismo lugar bajo las oficinas. Entrando al ducto de aire, suben con unas escaleras dispuestas por los Bunzo qué tampoco participarán. 

Escondiéndose todos en el espacio entre los pisos. 

-¡Miren lo que robe!- 

Busca al que cantó su victoria. Mostrando unos Walkman. 

Mentiría si se atreviera a decir que no le corroe la envidia. 

-Lo conseguí hace mucho tiempo entre las cosas perdidas-

-¡Mentira!- interrumpe otro gato al fondo. 

-¡¡Ven y dímelo en la cara!!-

-No lo robaste, te lo regalo un DogDay. - apunta 

El gato se atraganta y se esconde al ser descubierto. 

-La cinta es mía. así que es básicamente solo mio. - solo eso se le ocurre usar para defenderse. - Mejor vengan a escuchar algo o pierdanse. - les recomendó esto entre tartamudeos. 

Hay burlas nerviosas pero lo escuchan. Hasta Jason lo hizo. Acercándose al gato. 

Es en el silencio qué pueden escuchar aquella canción reproduciéndose desde el cassette. 

La voz de alguna persona desconocida. 

Al menos hasta que un Bunzo exclamó al fondo. 

-¡Yo la conozco!- grita y se acerca emocionado. - Él la cantaba. Nos cantaba esto. - emocionado sacude las manos. 

-¿Quien?-

-DogDay, cuando lo conocimos él nos cantó esto. - 

Esta sensación los llena. 

La canción, ya sin sus faltas a la letra y mala voz para el canto, era muy buena y los hacía sentir emocionados. 

Pasando por cada una de las doce canciones más de una vez durante estas horas de encierro. 

Entonces…

Comenzó.

 

Ese sonido de alarma los hace mirar arriba al estar más cerca del segundo piso que del primero. 

Escuchando como el silencio se hace. 

Seguido de un golpe y muchos correteos. Gritos.

Bunzo agarra sus orejas mirando al techo que los cubre. Sabiendo que allá arriba ese sonido era de las patas de Kickin. Corriendo y encestando con sus garras esos ataques. 

Se apartan a tiempo para esquivar la entrada de un chorro carmín espeso y viscoso. Escuchando sobre sus cabezas un sonido grotesco. El ahogamiento de un hombre unido a su desesperación por respirar. Vomitando su sangre sobre ellos al no poder ir a ningún lado.

Ese sonido se repite. 

Kickin debía estar arrancando las yugulares. 

Juntos se quedan esperando a que todo acabe. 

 

 

 

 

 

 

 

 

En los laboratorios la historia fue similar y a la vez muy distinta. Tan solo cuarenta minutos antes nada de lo que sucedió parecía posible. 

Eran las ocho de la noche, casi las nueve una asistente acababa de traer una caja con donas de congelador pasadas al microondas y un café rancio de las máquinas de la cocina. 

-Las pruebas demuestran una disminución en los parámetros de absorción de toxinas en el cuerpo de Icky. - 

-¿Y sigue afectando a sus compañeros?-

-A todos y cada uno de ellos. No hay uno solo inmune. - pasa la página con las anotaciones. - Tan solo el cocodrilo ha tenido tres episodios anafilácticos a su contacto bucal. 

-¿Que?- un científico dejó de beber su café al atragantarse.-¿A que te refieres con bucal?- 

La doctora muestra los documentos. 

-La rana duerme dentro de su boca. Empezó hace meses.- 

-Qué raro. - mira los papeles en la mesa. -¿Vieron otro comportamiento extraño por parte de los hermanos menores?-

-Talve qué pasan mucho tiempo juntos o que aún no se aprenden una rutina aunque ya los castigamos por eso. - 

Entre los médicos va una pregunta, ¿Qué sucedería si repitiera el intento de cruce con todos reunidos?

Sería interesante lograr algo. 

-Creo que deberíamos aprobar el experimento de multiplicación. - 

Dentro de los quirófanos el olor de la sangre resalta por encima del desinfectante. 

Reparando un nuevo juguete con el cuerpo de un niño en una camilla. Más de la mitad del cuerpo ya fue diseccionado. Repartiendo la piel y órganos entre los distintos refractarios personales. 

Seguirán con la operación, 

Más algo pasó. 

La entrada sorpresa de Simon por la puerta. Este los mira por un segundo , dejando que debajo de su estómago entre corriendo el cuervo.

 

 

 

 

 

No es pronto. 

Los gritos siguieron por tanto tiempo que más de uno ya no podía soportar más de la espera. 

Jason fue el primero en caer en esta desesperación. 

-No deberías salir. - le advierte el líder de los gatos. 

Este gato sujeta sus orejas fuerte , intenta convencerse de mantenerse en el lugar pero no ,no quiere estar en este lugar. 

-No puedo más, no quiero estar escondido por siempre. - le responde saltando por el escondite. 

Los gatos no le siguen, cubriendo esa salida una vez él los deja. Cayendo por dentro del edificio puede ver más de lo que querría. 

Agarra ese vidrio con fuerza apuntando a lo que se acercara. En su camino debe soportar el ruido de la carne de más de un cuerpo abriéndose desde el torso , siendo revuelta desde los intestinos a la cabeza. 

Pasando por la puerta puede ver a estos tan inocentes inundar el cuerpo de un hombre, haciéndolo hinchar y desgarrar su barriga. A punto de destrozarse como un globo , estalla por un costado derramándose el interior con los pequeños riendo al ser expulsados entre los fluidos. 

Jason sujeta más fuerte ese pedazo de vidrio. Al parecer hizo un sonido al retroceder.

Corre al ver a un pequeño DogDay en la fila de entrada por la boca, pone los ojos en él. 

No se detiene en ningún momento. Salto y corrió. 

Cayó por las escaleras y aún siguió adelante a pesar de todo. Llorando cuando todo era nada y sus piernas ya estaban llenas de sangre. Cojea al extralimitarse en esta carrera.

Afuera los cuerpos se acumulan por el camino. Sin dejar de escuchar los gritos y berreos lejanos. 

Busca entre los edificios. Busca a Három. 

Sus pasos lo llevan a entrar a la zona de humanos. La zona de hierro. 

Buscando el aroma del perro. 

Sus pies cansados fallan tirándolo al suelo de frente. 

Ese vidrio rueda a unos metros. No podría seguir sin esa pequeña defensa. 

Busca ese vidrio. 

Encontrando en esa sala algo aún peor. 

A esa cerdita sujetando a un trabajador por una pierna y con sus pezuñas tirando de la otra. 

Los gritos de este hombre son ensordecedores, ahogados, finos y húmedos. 

Llegando a desgarrar su garganta junto a todo su torso. Abierto en dos.

Picky lo azota contra una pared. Marcando con esas tripas y sangre a los trabajadores atrapados tras una reja clavada con fuerza bruta. 

Jason olvida ese vidrio. Aterrado al verla ir por otro entre risas revueltas con sus gritos de rabia. 

-¡¡Harom!!- lo llama aunque no pueda encontrarlo aún. 

Esta carrera lo lleva a otra zona abierta tan solo por los restos de un empleado tocando con el GrabPack las puertas, algo deprimente al ser solo esa parte de este lo que queda en el camino. 

No es algo tan sangriento. Es extraño. 

Un poco más enfermo. 

Es ese elefante mirando a un humano hervir dentro del líquido rojo del suelo. Volteando a verlo antes de que Jason pudiera esconderse. 

-Tu novio fue a las oficinas exteriores de PlayHouse. Deberás volver a usar el aire acondicionado. - mira a otro humano tratando de salir aunque ya casi no le quede piel en las manos para aferrarse a las orillas. El elefante usa un hierro para regresarlo al centro sin tocarlo. - No te acerques a nadie. - le advierte caminando a la reja eléctrica.-Están como locos allá afuera.- 

Dentro hay más empleados, gritando al ser los siguientes. 

Jason ya no quiso quedarse a ver ni a descubrir porque a este lo acostó boca abajo antes de ponerle la pata en la espalda. 

Corre y debe pasar por todo lo anterior. 

Sin mirar, y perdiendo la poca calma que había conservado al ver a los humanos atrapados por Picky ardiendo frente a ella. Tan calmada como antes no lo estaba.

-...no debe recibir más carne… no debe crecer …-

En los jardines los cuerpos de muchos humanos comienzan a ser recogidos por ese gato grande. Actuado como un conserje los lleva sobre su lomo a una dirección que Jason no quiere conocer. Dirigiéndose a PlayHouse. 

Los pequeños siguen distraídos por los cuerpos de más de un adulto. Dejando que Jason pudiera moverse por los túneles hasta la salida de este. La plataforma llena de sangre aún tiene los pedazos de un humano a la mitad colgando desde arriba. 

Subir es estresante. Tuvo que quitarlo para que esta pudiera llevarlo correctamente al piso qué esperaba. 

Arriba ese silencio tenso vuelve a terminarse al llenarse de gritos. Golpes y correteos.

Escuchar violencia bruta a base de impactos duros le hace inquietar y a la vez lo llena de pesar.

-Harom… - no sabe si estará bien y si será seguro estar con él. Aún decide intentarlo. Pasa por un lado de su cartón. Deteniéndose a escucharlo al golpear con un tope ese botón. 

-¡Hola, mi nombre es DogDay!-

Esa voz ya no es la del anterior. Es la voz de Harom. 

Hace años la muerte del primero fue aceptada por todos.

Espera a dejar de escuchar esos gritos para ir por él. 

Innecesario. Los esfuerzos que hace a veces , muchas veces , Harom los hace parecer innecesarios.

Como si esforzarse fuera un error y debiera quedarse quieto para recibir su favor. Solo estático.

El no es una antena.

El perro viene hacia aquí con las manos sucias. Arrodillándose a su encuentro.

-Jason. - lo llama tentativo. 

El gato lo observa sólo por un momento comprobatorio antes de correr a sujetarse de su pierna. 

Harom lo atrapa y lleva a su pecho abrazándolo en este pasillo de alfombra. 

El sonido de choque les dice, aunque a este punto no les importe, que Hoppy se fue una vez terminó con su tarea. Dejándolos solos en ese lugar. 

-Te amo. - suspira entre los temblores causados por el miedo. Jason no puede levantar las orejas. Sus oídos captaron gritos lejanos y con ello sabría que no han terminado todavía. Los deja de lado.

Jason estaba tan asustado que su pequeño cuerpo parecía de hielo.

Harom lo carga caminando por el lugar. Mira a este ya lleno de cuerpos inertes. 

-Debemos encontrar los códigos de salida. - recuerda una tarea buscando de antemano el termostato para mantener cálida la zona para Jason.

El gatito niega aferrándose a su cuerpo.

-No, solo quedate conmigo. - 

Harom necesita completar su tarea.

-Si las puertas están cerradas, no podremos salir de esta zona de la fábrica. - 

Jason aún no quiere rendirse.

-Ya debieron cerrarse desde el inicio. Vi a muchos trabajadores con GrabPack, todos muertos pero más de uno logró cerrar las puertas. - 

Harom frunce el ceño al escucharlo. 

-Picky era quien se encargaría de los que lo usaban… - piensa y revisa el suelo intentando entender lo que sucedía con ese movimiento fuera del plan.

Para el gatito la carrera que tuvo que dar es más que suficiente para no meterse mas en las acciones de la cerdita. 

-Ella se encargó de abrir cosas, claro que lo hizo. Solo que no las puertas qué tu creías. - suspira sin soltarlo. - Quédate aquí, quédate conmigo. Descansa , por favor. Quédate conmigo.- 

 

Detrás del muro ese gran gato se detiene. 

Había venido a pedirle a ese perro que fuera a la zona de ajuste. A compartir el número de muertes y si era correspondiente a la lista de empleados y visitas del día. Saber si terminó con su parte. 

Es solo que ese pedido por parte del pirómano malnacido le hace dudar. 

Lo hace recordar como él mismo deseaba mantener a DogDay consigo. Que se quedara y descansará junto a él en vez de ir a pelear una y otra vez contra todo el horror que los corrompía. Que se robaba su vida. 

Este pasaje está conectado con PlayHouse. El mismo lugar que antes era el refugio de su corazón junto a DogDay y antes de eso ya era especial para él y Dios. Lo apreciaba. 

En esos momentos DogDay prefería seguir adelante y cumplir con su rol de líder. 

Siempre se fue. 

CatNap lo piensa. Decidiendo irse por ahora. Darles un par de horas antes de hacer esta revisión. 

Este acto de extraña empatía causa un desequilibrio muy pequeño en la historia.

Una escapada para el gato y el perro.

 

Así como algo tan pequeño como las bolas de un conocido humano escabulléndose entre los picos de la cueva sobre La Guardería.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 90

Notes:

Buenas noches o días y claro , también buenas tardes.

Capitulo corto. Raro.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

1994 8 de agosto 

 

 

Hace unas horas ella permanecía sobre el lavabo del personal femenino de Dulce Hogar. Observando el fondo blanco de porcelana llenarse con la sangre de sus brazos. Pensando en nada. Solo el quedarse aturdida por la sangre escapando de sus cortadas abiertas. 

No hay más que un dolor sordo por culpa de su estado aturdido. Mirando a este pequeño infierno fijamente por lo que parecen horas. Horas de lo mismo y nada al mismo tiempo. Nada. 

Solo nada. Es agua con su sangre corriendo por la cerámica y sus sentidos aturdidos. 

Al fin logra silenciar las voces y su clamor. Su reclamo y la rabia por su cobardía tan simplona como su corazón sin fuerzas para un día más bajo tierra. 

Habiendo participado en un horror sin quererlo día tras día y más tiempo después de este. 

Ella no deseaba ver a ese niño terminar de tal forma. Nunca lo pensó y al mismo tiempo… No. No le importo. 

Así mismo solo deseaba que las puertas se abrieran a su huida. Peso que su libertad lo valdría y n tendría que estar cera cuando todo explotara pero no llego a ser así. Esta atrapada. Esta con estas personas todavía. 

Nada cambió desde entonces. Para ella, en su victimista indiferencia, no hay un solo segundo de paz. 

Ese trabajador repulsivo con quin colaboró estaba muerto por culpa de las criaturas y esas puertas no se abrirán para ella.

Atrapada con su pecado, todo un año en el que los ojos de las criaturas cambiaron para ser hielo. 

El hielo más devastador. Atrapada como ellos. 

Atrapada sabiendo que no podrá huir del crimen que cometió y debe darle la cara. 

Permanecerá atrapada hasta la muerte. Como el anciano en otra zona lo estuvo desde hace más de cuarenta años y solo fue libre una vez su cerebro se rindió en su lecho de descanso.

-Quiero ver a mi mamá. - suspira recargando la frente en el espejo. El reflejo de las cuentas de su cabello crecido la hace parecer una pieza de utilería en una película de terror. Sin entender porque necesitaba dormir y al mismo tiempo correr fuera de este lugar entre gritos. 

Solo quería ir a casa. 

Terminar con todo. 

Solo gritar y golpear a los visitantes o a si misma. 

-¡Grayber, ya sal del baño! ¡Se lo que haces así que no dejes nada sucio!- le grita desde afuera la mujer entre golpes a la puerta del baño. 

La mencionada suspira dejando empañado el espejo por su aliento sobre la superficie del espejo.

-Vete a la mierda. - farfulla recomponiendose para cubrir con vendas las cortadas de sus brazos. Primero las vendas bien apretadas y después las pulseras fijas y su brillo incesante. Lo bueno de saber cuidar la verdadera joyería le ayudó a conservar las piezas que compró con sus primeros sueldos. 

Limpia el espejo y comprueba que no haya sangre en el lavabo antes de salir. Fuera encuentra sentada en el suelo a su compañera del bloque 1. Tan despeinada como solo una persona que trabaja con bebés sabe que terminará. Esta la ve y su cara pálida pronto se tiñe de rojo. 

¿De qie sirve sentir atracción por ella cuando las dos eran demasiado cobardes para romper con la distancia entre ellas? 

-Maldita sea, ¿Cuánto tiempo necesitas para masturbarte cada vez?- le reclama enojada al pasar por su lado. 

Grayber deja salir un par de risas al verla tan apresurada para sentarse en el baño. Pateando la puerta una vez ella salió de este. 

-Mejor vete al carajo, cagona.- su burla la acompaña con un puntapié desde afuera a la misma puerta. 

Del otro lado del pasillo un cuidador paso cargando sus cosas de baño. Mirando al suelo después de un día agotador.

El trabajo es trabajo cuando las mascotas se rebelan y ahora sn lo que siempre fueron destinados a ser muy aparte de niñero. 

Son celadores. Todo ese amor por los niños debía acabarse cuando los presionaron tanto. Llevaron al límite a los jóvenes detrás de las mascotas. Ya no parecían dispuestos a mantenerse atentos a las necesidades de los niños. 

Exceptuando al ave y el gato, aún no sería suficiente. 

Los traicionaron los empleados. 

El trabajo se volvió más laborioso desde hace algún tiempo y la suciedad es perceptible por alguna razón. Como si alguno de ellos hubiera dejado de limpiar. No sabían quién fue pero uno de ellos comenzó a distanciarse de la limpieza y ahora cargaban con este peso extra. 

Esto le frustra al llegarle una advertencia por parte de este lugar descuidado por el tiempo. Tropezar y caer de bruces al suelo en el pasillo de su cuarto, esto le reabre las cortadas de los brazos y duelen más de lo necesario. Aburrido. 

 Gira aun en el suelo y puede ver una gran arruga en la alfombra. 

Sobre sus codos analiza esa arruga en el suelo por más tiempo de lo necesario. Una parte de ella quiso arreglarlo y otra simplemente la dejó de lado para el departamento de reparaciones. Se suponía que la alfombra estaba completamente fijada con clavos, no debería tener estos detalles tan descuidados. 

-Nos caemos en pedazos. - farfulla entre dientes. 

Levanta el cuerpo entre tambaleos por culpa de su cintura dolorida y mira alrededor. A los muebles y sus adornos. Tomando la decisión de cubrirlos una vez revisada la distancia entre la caída y la estatura de algún niño. Guarda cada objeto en la vitrina del pasillo. Esto mismo le hace notar algo aparte. 

Las ventilas de aire obstruidas hasta cierto punto por los muebles pero con las rejillas sueltas. 

-¿En serio me esperaste?-

Voltea al escuchar a su compañera salir ya bañada. Era como un hombre en ese sentido, extraño tratándose de una chica tan fina, lo poco que solía tardar en lavarse. 

-Esto es raro.- le apunta a la ventila.-Estan abiertas. - 

La mujer mira esa misma zona más no le parece tan interesante. Sacude la mano en alto. 

-Me voy a dormir. - sacude las manos al seguir su camino directo a la cama.-Hoy fe horrible. El pollito estuvo muy callado. - sus hombros se sacuden en un escalofrío. 

-Él es callado.- apunta Grayber. 

La niñera asiente sobandose la rente en un gran bostezo. 

-Más de lo normal. Hoy ni siquiera le hablaba a los bebés.- mira al camino. - No se si podré seguir trabajando en este lugar. - 

Grayber vuelve a mirar las ventanas qué van pasando una por una. Lo destornilladas y abiertas qué se encontraban en su camino. Puede sentirse intimidada por la oscuridad. 

Sigue su camino observando la alfombra. Por esto va cambiando los adornos en un acto rebelde. Llevándose uno de los libros del camino. 

Al entrar a su cuarto ya puede ver a otras compañeras durmiendo en sus propias camas. Va a su cama a poner el libro bajo la pata desigual. Siempre tuvo la cama mala a donde fuera. Acostándose una vez terminó con esta parte del ritual. Pasa algunos minutos observando la espalda del Vitaly, del cuarto bloque, durmiendo tan tranquila que no necesitaba esas capas de cobijas para resistir al frío. 

Era más helada ella misma. 

Afuera puede ver por su única ventana las luces de los trabajadores del techo y las risas de algunos niños traviesos muy a lo lejos. Causando un revuelo de emoción al por fin quedarse dormida. 

 

Despertando por un agudo grito tan solo veinte minutos después de acostarse.  

Por un fuerte y desgarrador grito. 

Salta de la cama, colocándose las pantuflas. 

-Deben estar recogiendo otro producto. - murmura la cuidadora del bloque cuatro más que dispuesta a ir y presenciar el nuevo viaje para este niño.-Debe ser el nuevo Simón, están preparando el lote medio.-

A nadie en esta habitación le gustaba como a ella ir a ver a un niño luchando por su vida. 

Grayber queda en la orilla de la cama. Estremeciéndose. Observándola ponerse su abrigo y dejar la cama para ir a ver. 

Preguntandose cuando de ella ahora era más parecida a esa mujer que a quien era antes de este día. 

La puerta a su paso queda abierta y puede verla ir por el pasillo. Deteniéndose en la esquina para mirar al pasillo. 

-¡¿Bobby, qué haces aún aquí?!- interroga con esa usual tranquilidad aunque parezca más enojada.- ¡Tu deberías estar en tu recinto!- la regaña levantando un dedo acusador directo a un punto que no pueden ver al otro lado de aquel pasillo. 

Es instantáneo ver como esa mujer que tanto le fastidiaba desde hace años se convierte en dos piezas a causa del gran golpe propinado por un mueble justo sobre el torso.

Es un globo de agua. 

No había otra forma más que esa para describir la violencia con la cual esta persona fue separada de sus piernas y hombros. Rodando por el pasillo la cabeza al llenar las paredes y el techo con su sangre. 

La compañera más cercana a la puerta la cierra una vez ven la sombra acercarse. 

Grayber deja la cama y mira a esta compañera paralizarse pegada a la pared. Tras la puerta. 

Una de ellas va a la ventana a un lado de la cama para saltar y seguido más de ellas. Las siete escaparon dejando a Grayber en su parálisis junto a la compañera del bloque 1 en la puerta. Esta compañía fue un reflejo, quedarse con ella pero ninguna moverse. 

Esta es golpeada una vez. Señal para ambas agacharse. Grayber lo hizo metiéndose bajo su cama. Observando como esa puerta se abre de golpe por la entrada de la osa. 

Esta criatura es enorme ahora, solo puede moverse a gatas y usar las camas para ello. 

Grayber encoge las piernas una vez la cama sobre ella se dobla y casi la deja lisiada. Cubre su boca escuchando como esa mujer comenzó a llorar asustada. Esto parece delatar su presencia al estar apunto de irse la osa. 

Bajo la cama Grayber escucha como la osa uso las garras para callarla de un solo golpe. Dejando que esa cabeza ruede por el suelo y la inclinación de esta ala de la casa la lleve por el suelo por el camino entre las camas.

La osa deja la habitación por esa misma ventana. La escucha usar las tejas para desplazarse. Pronto los gritos de sus compañeras le hacen saber que las alcanzo.

Bobby ya había tenido problemas antes. Seguramente pronto vendrían los guardias a por ella o tal vez otra criatura. 

Esto le hace sentirse rara. Sus manos casi tocan la cabeza en el suelo. Levantándose a medias sobre las rodillas para evitarlo, dejando su escondite. Arrastra las rodillas y las manos por la alfombra. 

Un estremecimiento la recorrió al rozar su tobillo con la cabeza.

 ¿Estaría callada o llorando he hiperventilada? No lo sabe, solo sabe que ahora mismo necesita mirar a alguien de su lado. 

 Por fuera las cosas le parecen aún peores. 

Ese gato va por La Guardería atrapando a uno que otro empleado en su boca. 

De todos ese gato fue el segundo al que ve matando a su compañeros de trabajo. 

Su mirada va a un costado. A ver por una ventana a esa criatura conejo ir de un lado a otro entre saltos para destrozar cuerpos. Entrando por la PlayHouse tras un grupo de trabajadores. 

Pronto su entendimiento la hace consciente de su situación. 

Lo que significaba que estos niños estaban haciendo esto en conjunto.

Era el día en el que todo acabaría y ella no pudo dejar este lugar antes de este ajuste de cuentas. 

Obligandola a reaccionar esos ojos de luna fijos en ella a través de la distancia.

Abandona la ventana, corriendo por la habitación, atrapa en sus manos una pata de las camas destrozada por Bobby. Entre rasguños por sus propias uñas logra colocarse los zapatos y correr fuera de la habitación sin ese par de pantuflas qué la haría ir lento. 

Toma la situación como se haría con un tiroteo. Lanzando un pequeño objeto a un lugar contrario a su carrera para ubicar al atacante. 

Nunca debió dejar el departamento policial. Definitivamente aguantar a un montón de misoginos armados hubiera sido mejor que ser arrastrada a matar niños y torturarlos una vez estos sobrevivieron. Debió escapar mucho tiempo atrás. Debió tomar la decisión correcta y acabar con todo bajo sus propias reglas.

El arrepentimiento amotina dentro de su cuerpo. 

Pasando entre los pasillos puede ver por la esquina del ojo a esas criaturas correr por los pasillos. Atacando a otros empleados y a los doctores de la sala oculta. Debe pasar entre ellos para llegar a la zona eléctrica. Abriendo la reja con una pieza de las manos tiradas por el suelo. 

Detrás suyo comienza a escuchar gruñidos y chillidos. La persiguen. 

Entra a la zona de las rejas de sol. Mirando atrás puede ver a estos juguetes de media estatura gritarle y trepar. Son varios Bobby y Picky concentrándose fuera de estas rejas. Pueden pasar pero la electricidad es lo que les detiene. 

Estos dejan de pelear con la electricidad al mirar a un lado y pararse fuera de su vista. La sombra y el humo rojo delatan la presencia acercándose lentamente a esta dirección. 

Esta mujer siente un susurro venido de lo más profundo de sus instintos.

Corre. 

Huye dejando atrás gran parte de su valor. 

En la siguiente zona debe completar un maldito puzzle…¡Un maldito Puzzle! 

-Me cago en el maldito perro cerdo que diseñara esta sandez.- farfulla corriendo a trepar las escaleras al no tener consigo la herramienta para abrir las puertas traseras. Pronto no puede seguir adelante.

La mano azul está averiada.

Fue desesperante descubrirlo.

Pasó una hora escuchando gritos fuera de la habitación y con ello más tiempo observando esa herramienta rota en sus brazos.

No sabe cómo repararlo. Es claro al romperla una vez intentó unir un cable dentro de la mochila y esta soltar el brazo y sus cuarenta metros de cable quedaron en el piso ya descomprimidos. Toma un descanso observando esa cosa en el suelo.

Estas horas las lleno de pensamientos intrusivos sobre su suicidio muy posible.

Aquí no hay como hacerlo. El techo es demasiado alto y no podría colgarse y ese método era poco confiable. Primero podría romperse el cuello y colgar paralizada hasta morir de sed varios días después. 

No, gracias. 

No hay un buen metal, todo tiene un filo irregular qué la obligaría a usar más fuerza y seguro solo sería una estúpida cortándose sin sentido. 

En un momento, un sueño, tras horas y horas de espera, quizas dos días por el hambre y la sed que siente en este espacio.

La música comenzó a sonar muy diferente. Alguna de las criaturas encontró como manipular la radio. 

-Humanos , salgan o dolerá más de lo necesario.- debía ser la voz de esa niña unicornio. La más violenta de todos la que les prometía un final amable.-Salgan o les pasara algo mucho más doloroso que solo ser cortadas sus lindas cabecitas humanas.- canturrea.-Talvez los amarre a una mesa y les abra el torso a todos los que no salgan ahora mismo. Si, voy a abrirlos y ponerles un fierro entre los ojos ¡Voy a sacarles la piel aún con vida y luego los tiraré al suelo desnudos!! ¡¡Sin pies ni manos para que se arrastre con el culo al aire sin que puedan cubrirse! ¡¡Voy a violarlos con las pezuñas qué me dieron al cortarme las manos!!-

Los gritos de rabia son cortados y devuelta la pista musical de jazz que siempre sonaba por la noche.

 

 

No tenía idea de si alguno habrá aceptado la ofrenda de una muerte piadosa por paté de CraftyCorn pero al pasar esa hora le pareció que los gritos que habían parado sonaban mil veces peores. 

 

 

Puede que sea la sed pero ahora, entre la migraña y el cansancio, salir a dar la cara le parecía lo mejor. 

Cuatro días sin agua pueden hacer maravillas con el miedo.

La mujer caminó por esta habitación, subió las escaleras hasta la puerta de sol y salió fuera de esta sala eléctrica.

Abre la puerta de madera. Mirando afuera a la primera criatura en días. 

Una que le hizo delirar qué podría salir viva. 

Es su color chillón y sus grandes ojos de plata el recuerdo de que esto no sería posible. 

Al parecer este no se sorprende de verla, aunque parece qye iba de salida, pero tampoco parece estar feliz de verle. Cruzando los brazos le mira moviendo la cabeza en despedida para un Bunzo en el candelabro. 

Ese pollo le mira al lado con una calma devastadora.

–Salga , por favor.-le pide con un movimiento de manos. 

Grayber mira a sus manos llenas de sangre y sus patas aún peores.

-No me dejaran ir.- señala recargándose en el borde de la puerta. De madera, sin soltar el picaporte como su soporte. 

Kickin niega aun tranquilo.

La mujer analiza al ave por un tiempo indefinido. Podría ser la primera vez que lo observa y no solo le daba miradas superficiales. La primera vez que lo conocía de verdad fue esta. 

Ahora entendía porque su compañera lo consideraba una compañía agradable. 

De verdad eran bonitas sus plumas y su voz era divertida. Agradable. 

Suspira y mira a la puerta de salida.

-¿Podrías traer a CatNap?- lo pide recargándose en la pared contraria a las rejas. Habiendo abandonado su soporte anterior se mantuvo apartada a sabiendas de la posibilidad de que este polo también creciera como la osa. 

Este le responde de forma más inteligente de la que esperaba. 

-¿Usted cree que está en posición de hacer exigencias?- le cuestiona el ave sin moverse.

Ella suspira tomando un camino sencillo para dialogar con el ave. 

-Tu no lastimas mujeres , Paul.- 

El peso de sus palabras, o solo de su nombre, hace al ave bufar. Kickin la mira con el ceño fruncido y suspira agarrándose los antebrazos.

El ave retrocede lento

-Esta bien…solo puedo decirle que no la dejara ir.-le avisa de esto dejando el lugar.

Grayber mira a su espalda. Aún puede ver ese lugar bien iluminado y seguro a su espalda. Así como la cocina de Dulce Hogar era lo más cerca de ella. Si tuviera la certeza de yener l capacidad de ir y venir sin ser atrapada ; podriá robar comida y esconderse en este lugar hasta que llegara la ayuda de la superficie.

Esta espera es interrumpida por algo muy extraño. 

Un hombre. 

Este viene por unas escaleras, tropezando con un pie en el suelo y otra arrastrada desde la rodilla doblada. Gordo y torcido. Avanzando lento, tan lento como para permitirle ver con detenimiento como se voltea a verla. 

No hay ojos. Nada. El no es quin la ve sino una de esas criaturas asomada desde el interior de ese pecho abierto. 

Gira al verla. Acercándose entre tropiezos torpes. Grita acercándose. 

-¡¡Duele, duele, duele!!-

Grayber retrocede dentro de esta zona segura. Mirando sin poder hacer nada como este hombre grita de dolor sin poder detenerse, hinchado hasta reventar. Perdiendo aun más sangre en su carrera. Chocando con la corriente eléctrica en un estallido. 

Con el grito del hombre vienen más y mucho más chillones, son los pequeños que deben salir del cuerpo para escapar de la electricidad. Dejando atrás al hombre más muerto que vivo encenderse en llamas. 

-Apártense. - 

Frente a sus ojos ese hombre ha sido movido de la reja eléctrica. Es ese gato usando un flamenco para sacarlo de la reja. Observándola una vez están de frente.

-Sal. - ordena dejando ese pedazo de plástico en el suelo. 

Grayber suspira derrumbándose en el suelo. Desde ahí sus ojos van al piso. 

-Nadie vendrá. - balbucea sujetandose los hombros. - Nadie va a venir, ¿Verdad?- pregunta levantando los ojos. Este gesto le hace verle a asomado por encima de la reja. 

No puede entrar pero puede verla. Sin emociones, como siempre, frío y sin fuerzas. Solo le observa y parece tranquilo. Si tan solo no tuviera la boca llena de sangre y los restos del humo rojo atrapados en su pelaje.  

-Theodore.- lo nombra en un suspiro. 

-CatNap.- la corrige impasible. 

Grayber baja la mirada al suelo nuevamente. 

-Yo conseguí este trabajo pagándole a alguien para que me dejara trabajar en la compañía.-

Este felino la interrumpe. 

-¿Crees que esa excusa es una razón para que te deje vivir?-

Grayber levanta la mano , colocando un dedo sobre su boca. 

-No te estoy manipulando. Estoy explicándote porque lo hice. Porque estoy aquí.-  

El gato inclina la cabeza a un lado. 

-Lo siento, malentendí tu intención. Continúa.- le permite hablar manteniéndose paciente en espera. 

La mujer sonríe cansina. No había hablado de nada de su vida en años y es ahora cuando se ve en las manos de un chico a quien le compartiría estos años de arrepentimiento. Sus razones. 

-Gracias por escucharme. - sujeta sus rodillas contra el pecho. - Cuando nos conocimos yo solo estaba pensando en trabajar e ir a casa… Aun después de todo esto, creí que podría escapar.-

Theodore la escucha inclinando la cabeza. Había preguntas en sus ojos jugando con sus pupilas y el movimiento de su cola. Trataba de no interrumpir pero había muchas cosas que deseaba escuchar y por años en su cuero humano le fueron difíciles de desentrañar sin sentir que estaba equivocandose. 

-Alguien me cobró para darme la oportunidad de trabajar en un lugar que nunca me hubiera ni tomado como opción, aunque todos mis estudios en pedagogía fueran perfectos. Tanto por mi aspecto como por mi género… Por el lugar de donde vengo.- esos días de buscar trabajo son devueltos a su memoria y puede verse golpeando humildemente las puertas de personas que solo necesitaban ver su cabello y piel para saber que no merecía plaza alguna. 

Se supone que debía renunciar a su aspecto y su futuro para trabajar en servicios comunes tan solo por su raza. Esto le hace enojar. 

-Disculpa. - ese gato le interrumpe. - ¿Podrías contarme más sobre eso? ¿Cómo es la vida con tu color de piel? - pregunta este chico. Como lo hace un joven que no ve el problema en esto. Ingenuo o inconsciente de lo seria que era su insolente curiosidad. 

La mujer sonríe cubriéndose el rostro. Algo divertida al no poder caer en un delirio donde era importante para ese chico. 

-Lo preguntas porque ese niño, DogDay, era parecido a mi.- limpia su boca con el dorso de la mano.-No porque te interese mi vida, ¿No es cierto?- cuestiona. 

Este gato asiente. Siempre buscando ese lazo, esa cercanía con quien no estaba. Ya fuera buscando el aroma de los cigarrillos o la vainilla en los juguetes de la fábrica. Talvez, ahora que la mira desde arriba otra vez, puede darse cuenta de cuantos detalles en esta mujer evocaban a su madre. 

Los dientes amarillentos por fumar día a día. Su sonrisa llena de dientes imperfectos como los de ese niño. Los cabellos rebeldes y oscuros. Su piel cálida llena de pecas y su perfume de magdalenas. Era como si su madre tomara una nueva piel y esta fuera como la de… Hobart. 

Hobart y no DogDay. Salvandolo de incluso ese eslabón en su cuello. Reconociendo por fin a su cariño como la persona que era y no solo ese juguete. Porque después de tanto, es claro que Hobie y no DogDay, fue quien le buscaba y lo quería a pesar de todas sus tonterías complicadas. 

Es patético como sigue buscando a las personas más importantes de su vida en otras. 

Siempre buscando. Siempre perdido. 

-Es difícil. Muy difícil saber si estoy teniendo un día bueno o es normal. Nadie me ve como si fuera más que una herramienta, porque se supone que ese es mi lugar al nacer con esta piel. No soy feliz, puedo serlo pero siempre debo dar por hecho que alguien lo arruinará y me hará daño. - 

-¿Es como sino te sintieras querida?-

-En muchas formas es así. En otras soy un juguete bonito.-

Theodore sacude la cola por el suelo de la sala. 

-Siendo que te sientes de esa forma ¿Como fue que dejaste de sentir piedad por los niños que sufrían exactamente como tú?- lo pregunta buscando, siempre en búsqueda de esta respuesta, las razones por las que hasta el último segundo Hobart no pudiera pasar tiempo en paz con él. ¿Porqué parecía que nada de lo que les rodeaba parecía aceptar que pasaran más de una hora juntos? 

Estando tan desesperado por quedarse con él, cada segundo deseando estar juntos y esos mismos segundos fueron robados una y otra vez por tantas razones y personas dispersas por su vida. 

Desde los científicos a los amigos de su cariño a los niños. Siempre ocupado, como si ese fuera su única función. Preguntandose porque este destino fue lo que tuvieron que vivir todos ellos.

Porqué como niños tuvieron que ser tomados como juguetes de carnaza por los científicos. Mantenidos rehenes y atrapados esperando a su turno bajo lamirada de tantos empleados. 

Grayber tiene muchas cosas por decir, más solo les deja en un suspiro. 

-Te preguntas porque y yo aun no lo entiendo. - revisa sus brazos vendados. - Porque tuvimos que llegar a este punto aunque no era justo, no era algo que debiéramos permitir. - sus ojos van al rostro del gato.-Esto a sido consecuencia de la necesidad de los adultos. De muchas razones allá afuera. De razones que los niños no pueden entender pero los adultos viven día a día. - sus culpas golpean el fondo de su corazón.-Theodore, eran ustedes o yo. Ahora estas en la misma posición que yo. - mira esos ojos de luna. -¿Que se siente dar la espalda mientras matan a alguien? ¿Y si esa persona no mereciera sufrir todo lo que le está pasando?-

CatNap sacude las orejas. 

-Dios-

-No se trata de Dios, Dios está muy por encima de todo esto. De lo que es ser un mortal. Ahora mismo, ¿Qué sientes respecto haberme dejado morir de hambre y sed o atrapada por estos pequeños?-

-Es un acto de piedad. - 

-Piedad es lo que sentía al decirte lo que sucedió con tu amigo. - 

CatNap espera entenderla. Sacando otra de sus preguntas aguantadas hasta este día. 

-¿Consideramos los daños de tu parte un sacrificio justificado?- sus orejas se sacuden. - Lo que le sucedió a ese niño, a mi, a mis compañeros y a mi cariño. A todos dentro de esta cárcel. - 

Bajo este interrogatorio Grayber debe aceptar que sonreir era estúpido. Dejando que su rostro sea sincero al permitir a sus ojos llorar por fin. 

-No, esto no ha sido justificado. En ningún momento lo ha sido.- puede ver a esa cerdita a lo lejos. Observandola. - Lo que todos han pasado es pura injusticia, algo qué no debería haberse permitido pero ya fue.- sus fuerzas caen al escuchar un movimiento en esa bodega.-No puedo cambiar nada porque nunca tuve el poder de siquiera intentarlo. - 

Son los más pequeños dentro. Vendrán por ella. 

Cierra la puerta. Buscando seguido al gato. 

CatNap espera a su salida. Diciendo suavemente. 

-No quieres morir. - 

-No. No quiero morir, Theodore, no puedo dejar de temblar. - confiesa ese miedo recargada en la puerta. - No quiero morir de esa forma.-

CatNap apunta con una pata la puerta de hierro. 

-Grayber. Debes dejar de tener miedo y abrir esta puerta. - le recomienda esto de forma paciente. 

Las criaturas ya golpeaban las puerta tras su espalda. Debe renunciar. 

Buscar salvarse de alguna forma. 

Lento supera el miedo solo para levantarse del suelo. Temblando va a la puerta con esa pieza de apertura en mano. 

-Vas a matarme. - detiene la apertura al sufrir or ese nervio. 

-Te salvaré.- le corrige rápido. - Yo solo quiero protegerte de todo, de todo este infierno te salvare, incluso si tienes miedo. - 

Las manos de Grayber suben por su propio cuello, sacudiendo sus cabello largo tras su nuca. De entre los arreglos de anillos dorados saca un cigarrillo y encendedor. Recargándose en la puerta que es golpeada. 

El gato la observa encender el cigarro y dar una calada profunda. Apuntando algo que le a parecido siempre esa forma de fumar en las personas.

-Pareces una criminal. - 

Ella ríe con una ola de humo entre sus dientes.

-No tanto como tu lindo novio lo era. Aunque , quién mejor lo sabe eres tú.- 

Como negar que eso le gustaba justo ahora. Debe aceptarlo aunque sea solo para sus interiores.

-¿Te puedo hacer una pregunta?- le cuestiona ella. 

-Claro. - 

-¿Tienes espinistas en tu amiguito? ¿No le dolía a tu novio?-

El gato levanta las orejas. 

-¿Porqué debería dolerle?... Creo que sí, muchas veces sangro. - lo recuerda de las veces que las manos de su cariño terminaban llenas de heridas después de tocarlo. 

Grayber levanta las cejas, sin saber si reírse o solo asustarse, mira al gato tan distanciado como al inicio. 

-Esperaba más vergüenza de tu parte. - 

-La sentiría, pero estas por morir. - al final de sus palabras se da cuenta de un fallo en las de la niñera. - ¿Puedo yo hacerte una pregunta? Una aparte de esta, claro.- le cuestiona.

Esta soltura sorpresiva lo hace sentirse cómodo. 

-Si, Theo. Pregunta lo que necesites. - decide moviendo las manos relajada. 

-¿Como te desatoras?- pregunta más bajo.-El estaba muy asustado, muy, muy asustado cuando no podía quitarse y eso no dejaba de salirle. - mira al suelo. - Dios dijo que lo devolvería, así que quiero saber eso antes de todo.-

Grayber casi deja caer el cigarrillo. Riéndose por dentro entre el miedo y la rabia. Este chico tenía cosas grandes e incómodas qué decir. Como en el pasado le hace preguntas que nadie debería tener. Además de romper un poco la imagen que tenía para esa pareja que le parecía demasiado pura. 

Un par de niños jugando a tomarse las manos.

Aunque, si no es con ella este chico no podría hablar con nadie sobre esto. 

-Lo abrazas y le besas el cuello o en tu caso soplas bajo sus orejas. A muchas personas les gusta eso. Un solo toque en el lugar correcto puede hacer que tu recuerdo se quede por siglos.-

Ese gato mueve la cola pasando sus ojos por el lugar. Pensativo. 

-¿Como sabias de él y de mi?-

-Dulzura, el almacén no es privado. - mira a la cerdita quedarse en la sala. Esta presencia no le causa miedo al estar ese felino. -Si pudieras, solo si fuera posible ¿Volverías atrás y no lo delatarías?- le pregunta. 

-Así es. - murmura antes de poder darse cuenta. 

Estas palabras de su parte le hacen sujetarse la boca. 

Grayber no puede saber que acababa de hacerlo decir algo que nunca pensó o quiso hacerlo. 

El arrepentirse en voz alta de sus acciones y el resultado deseado por dios. Era una completa afrenta. 

Ella lo desarmo. Como lo haría su madre, lo hizo decir la verdad. 

Esta conversación es interrumpida por los chillidos de algunos pequeños dentro de las rejillas sobre Grayber. Ella mira y su humor cae. Rindiéndose. 

-No quiero que duela.- pide apretando en sus labios el cigarrillo. - Porfavor, que no duela. - 

CatNap da un paso atrás para esperar que abra la puerta. Esto lo hace percibir el lugar que está persona compartía en semejanza con las personas amadas en su vida. Lo fácil que caía en la obediencia cuando volvía a sentirse arrinconado por el amor que sentía por su madre, su cariño y Dios. 

No podía permitir que ella continuará empujando atrás su camino. Lo decide al exhalar ese humo rojo. 

Aún así tampoco deseaba que ella fuera atrapada por estos sádicos pequeños ni por otra criatura. 

Grayber dejo caer el cigarrillo. Abriendo la puerta desde adentro, huye del escenario de su cuerpo invadido y deforme en tal agonía. Lo encuentra de frente y solo puede observarlo. 

-CatNap, no hagas nada que te haga arrepentirte. - lo toca al fin.-Tu nombre era un nombre muy bonito.- después de años rompe con su miedo al poner la palma sobre esa gran nariz oscura.-Cuidate, bebé. - 

El gato la observa caer al suelo. Dormida. El humo rojo continúa saliendo de su boca. 

Pronto muerta en el sueño carmín. 

Fue tan tranquilo como para hacerlo caer a su lado por un minuto. Viéndola de lado ya sin pulso. 

Sin pesadillas. 

Desde su punto de vista ella era más pequeña y a la vez aún era un espejismo su cabello revuelto tan parecido al cabello enredado de su madre. 

Desearía poder pasar algún tiempo con su madre, una vez más descansar con ella a su lado. 

Fue bastante suave al llevarla en su boca. Fuera del alcance de los pequeños que lograron entrar por las ventilas. Al girar la presencia de la sonriente rosa no es algo qué él pudiera ver. Saliendo por la puerta principal. 

El jardín es cruzado por los pequeños y algunos de los medios limpiando como un reflejo de su estado de servicio acostumbrado por los juguetes. 

Puede ver a ese elefante dejar la guardería sobre el teleférico. Mirándose uno al otro por un minuto muy tenso. 

CatNap sigue su camino directo a la Play House. Solo pensando en salir del lugar.

No hará ni el intento de ubicar a Crafty. 

Su camino es lento. Esta cansado tras todo el jaleo y las pocas balas que debe sacarse del cuerpo. Llegando a los túneles pasa por estos vigilando a los pequeños que casi le roban el cuerpo de las fauces. 

Hoppy. 

La coneja esta descansando en la zona central, sobre la maquina que da vueltas. Colgando sus patas casi en contacto con la montaña de cuerpos apilados en el fondo. Comidos por los pequeños como lo harían las ratas con un pedazo de pan. 

-No dejo de ser un conejo. - murmura al verlo pasar con ese cadáver. 

-Nunca fuiste humana.- señala al seguir su camino. 

Hoppy vuelve a mirar a lo pequeños comer. 

-No sé que haremos sin los cultivadores indoor. - su voz es baja. Esta duda le molesta, más la disimula como una observación sencilla.

-No necesitamos nada de eso, no cuando tenemos a Dios con nosotros. - 

-Salve Dios. - suspira Hoppy recargando el rostro en una rodilla flexionada. Lo deja ya sin más que decirle. 

CatNap avanzó por los túneles, mirando a las criaturas que pasaban corriendo por delante. 

Llegando a la salida, sube por el ascensor sin soltar el cuerpo. 

Fuera puede escuchar algo extraño. Fuera de la zona de oficinas y la ausencia del perro y el gato que se habían mantenido cerca de esta zona desde hace días. 

Camina siguiendo el ruido de estas piezas metálicas chocando. 

Es alguien inesperado.

El cuerpo en su boca se convierte en una mordaza que lo vuelve incapaz de proferir una amenaza justa contra quien ha corrompido su hogar. 

-¿Qué haces aquí?- preguntó mirando a esa criatura robando las piezas de una grúa mecánica en la zona exterior de La Guardería. 

Esa criatura gris le sonríe, lo sabe por cómo se afilan sus bocas, y le lanza algo a los pies. 

Debe retroceder y mirar a los objetos. 

La cabeza de un CatNap y un DogDay pequeños, aún sangran. 

Mira arriba de nuevo y más enojado. 

Esa rata le golpeó la nariz. 

-Los novios deberían irse juntos. - le canta entre risas grabadas. Corre frente a él , sin detenerse aunque CatNap lo siguió por un corto lapso de tiempo. Algo que debe dejar como un error al sentir como ese cuerpo perdía temperatura en su boca. 

Suspira regresando sobre sus pasos con dirección a un punto de la cueva. 

El mismo que el de esa planta. Ahora más marchita que la misma tierra. Coloca el cuerpo de Grayber en una zanja al centro. Cubriéndolo con tierra y una pieza de hierro para evitar que le robaran alguna pieza.

Este silencio a su alrededor lo hace consciente del peso de su propia respiración.

Levanta el cuerpo golpeando su estómago con los puños unidos. Una, dos, tres y cuatro veces. 

Golpeado tantas veces como era necesario para liberar aquello dentro de su cuerpo. 

Al fin. Junto con algunas bolsas con los documentos sobre el funcionamiento de la cámara de gas , escapa una bolsa plástica. 

Una que abre temblando y tras esa sacudida violenta. Escurriendo la bilis y la saliva entre sus garras. 

Ese juguete viejo y horriblemente despeinado. Ahora, tras todo este tiempo escondiendolo donde le fuera posible para no perderlo en manos de alguno de los otros sonrientes. Como la cobija qué nunca volvió a sus manos. 

Ese juguete de Melody de My little Pony, ese que tanto le gustaba a Hobart y su mamá se lo dio antes de todo este infierno. Melody era una pony qué iba con todo lo que era su cariño. 

Tenía un borroso micrófono en su pata trasera y un cabello más despeinado que hace seis años. 

Una pequeña malcriada. Muy bonita.

Era como si siempre Hobart se decidiera a inclinarse por esas personalidades complicadas. Le parecía gustar estar siempre consintiendo a un… Cretino.

Theodore tuvo un maldito flash con todos sus berrinches, todos y cada uno de ellos, siendo consolando y convencido por Hobart y esa paciencia absurda. 

La vergüenza lo hace apretar ese juguete en sus garras, cuidándose de no romperlo, sabiendo que muy claramente se entregó al absurdo muchas veces. De verdad que era un novio complicado. 

-Seré mejor la próxima vez, cariño. - suspira depositando ese juguete en la tierra. Cubriéndolo al fin con la tierra y ese metal.-Yo seré quien te consienta. - 

Recarga la frente en esas piezas de hierro, suspirando al lograr ponerlos a salvo. 

Solo debía esperar. Pronto regresaría. 

Observando a la luz sobre su cabeza. Levanta el cuerpo, orando por primera vez en meses. 

Habiendo logrado crear un lugar para sus personas más importantes. 

Aquellos elementos que los evocaban y podía verlos reflejados en el cristal de su prisión de pérdida tras pérdida. Su zona interior está llena de fracasos y vergüenzas qué desearía olvidar. 

Este símbolo de hierro serían sus victorias. 

Orar. 

Paso horas y horas orando cargado de esa fe ciega que lo hace creer en Dios. En su bondad y su tierna piedad. 

Creer en un futuro donde Hobart le sería devuelto y solo debería esperar. Esperar a ese día. 

Esperar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

S-M-I-L-E everyday, When you are down and out, No need to frown and pout!

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…

S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

Sus orejas se sacuden al escuchar esa melodía sin la voz de su cariño. Lo habían cambiado en la última temporada antes de este gran día. 

La voz del nuevo DogDay. Los escucha al volver por sus pasos para esperar a Dios en La Guardería. 

Escucha a ese pirómano, es imposible olvidar su acento citadino, escuchándolo 

-No se como es que aun te gusta tanto ver ese programa.- la voz de ese perro lo hace detenerse.

Eran esos dos viendo alguna cinta en la sala de descanso de los trabajadores. 

-Es porque quiero saber más de ti.- 

-Sabes que yo no soy esa cosa. - 

-Tampoco yo soy esa caricatura pero no es razón para cerrarnos a no terminar la serie.- 

CatNap los deja con ese programa. 

 

Est decisión le hace perder la oportunidad de ver al par preparando las piezas inflamables en distintos alambres unidos. Creando una red llena de aceites inflamables con esa caricatura de fondo. 

 

 

El camino del gato es lento al estar cansado. Dispuesto a irse a dormir de una vez a… ¿Dónde debería dormir?

Lo pregunta en su interior al bajar de la plataforma. Entra por los túneles, suspirando en el camino.

Este cansancio lo hizo pagar. 

Grita sacudiendo la pata trasera. 

Un pequeño muñeco de Bobby lo había mordido justo en el dedo gordo de la pata derecha. Al sacudirse este juguete rebota contra la unic pared en el túnel, abriéndose su cabeza en dos. 

Theodore no puede girar al estar aplastado así que debe avanzar para regresar a esa zona y ayudarlo. Saliendo en el centro de la PlayHouse y regresando rápido. 

No lo suficiente. 

Una Picky con tres juguetes más ya abrieron la cabeza de este igual para comer el interior como si de un bowl se tratara y solo debieran meter sus pequeñas patas para rascar algo de comida para ellos. 

Retrocede lento. sellando se su mente con esta visión fuera de su cerebro. Encargándose desesperadamente para no verlo. 

Tomando un rincón en los túneles lejhjanos a la zona para descansar. 

Recostada su cabeza sobre a rejilla qué antes fue el punto de reunión para dos personas muy importantes para su vida. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Dulce Hogar las cosas son algo diferentes de todos los días. 

Los niños tienen hambre. 

Esperando la mayoría a ver si los mayores logran hacer algo con lo que había en el refrigerador. 

Resultando en doce huevos batidos con lo que se encontraron en una olla medio carbonizada. 

-¿Porqué no les pedimos ayuda a los chicos?- pregunta un niño tras recibir su porción de carbón medio crudo. 

-No hables. - le regaña una niña mayor. 

-Mal, ellos tienen razón. - 

-No vamos a hablar con ellos. - les apunta y baja la voz. Mira por la ventana cercana a la cocina. 

No da exactamente al jardín pero puede ver a Bobby en el jardín. Aun sucia y callada. La sangre de todos los cuidadores le cubre en su fuerte soledad. Rodeada por esa sensación helada. 

-Ellos ya no son nuestros amigos. - murmura dándoles más comida a todos en diferentes platos al estar todos y no solo su grupo. 

-Debemos comer y organizarnos para salir de aquí. - 

-¿Porque querríamos salir de aqui? Allá afuera todo da miedo. - murmura una niña más pequeña. 

Esta chica aprieta los labios en una línea. 

-Porque van a-

-Uno viene. - avisa un niño en la puerta. 

Todos corren de inmediato. Subiendo las escaleras y cerrando al robarse las baterías, con palos de hockey , para mantenerse a salvo en un piso sellado. 

Gran parte de la olla de comida terminó en el suelo al arrastrarla entre algunos y haber tropezado con los restos de un cuidador chamuscado. Las puertas se cierran en diferentes pisos y habitaciones alrededor de Dulce Hogar. 

En la sala. Con el silencio y el eco de esos niños asustados hay un revuelo. 

Entrando ese pájaro amarillo una vez ellos se escondieron. Mira a la sala. Suspira dejando caer los hombros.

Avanza por la fábrica observando a las escaleras de aquel piso sellado. Debe subir al único abierto. 

El bloque infantil. Con los bebés. 

Cargando las fórmulas que encontró en la bodega exterior sobre La Jugueteria. 

Abre la puerta por la ṕerilla girando la dos veces a la derecha rápido y tres a la izquierda. Entra al terminar con esa identificación. Dentro lo esperan los Bunzo, muchos de ellos ya cansados visiblemente. Sus platillos amarrados a sus pechos y espaldas, de modo que no fuera posible recibir alguna mordida de muerte o un golpe peligroso. 

-Gracias, chicos. - dice al verlos sucios y más de uno de esos enanos muertos en una esquina. Hace varios gestos a los Bunzo. Les ordena y recomienda al eliminar sus cuerpos comiendolos al estar demasiado distraído o parecer lo. 

En silencio los hacen pedazos repartiendo su carne entre todos. 

No se que hacer con los niños. - murmura recargando al frente en una cuna. 

En el interior hay un bebé, mirándolo de lado desde la cama, sonriendo al reconocerlo or su figura y su color chillón. 

Kickin suspira tomando su pequeña mejilla. 

-De alguna forma, los cuidaré hasta que crezcan. - lo promete. 

 

Sobre el techo de Dulce Hogar esa coneja debe contener un jadeoa entre los muchos que acompañan su malestar y su sollozo repetitivo. La pérdida del juicio común, tan solo observando en esta posición como lentamente este hogar se vuelve un pedazo de podredumbre. 

Ella no tenía un lugar en este nuevo sistema. No era relevante el que estuviera viva o si era parte de los sonrientes. Todos la odiaban demasiado para buscarla. 

Su último acto de cariño fue entregar por una ventana el mapa de La Guardería a los niños. Con las máquinas expendedoras y bodegas marcadas solo para ellos. 

No tuvo fuerzas para despedirse. 

Pronto de este falso refugio no quedaría nada. Esta visión le lastima. Renunciando a ella al bajar del techo para irse del lugar a través del teleferico desconectado de la electricidad por mano de CatNap. 

Escapó de La Guardería abandonando todo lo que le quedaba en ella. 

Hoppy no fue relevante para el primer año de esta prisión. 

 

 

 

 

 

Notes:

Salió el adelanto del capítulo 4 del juego y estoy muy emocionada.
También tengo sueño.
Gracias por leer .

Chapter 91

Notes:

Menciones violentas , maltrato animal , agresión y tortura psicológica y física. Nada que no esté en las etiquetas.
Pueden saltarlo bajando a la señal en negritas.

Hola , espero que pasaran una buena navidad . Yo solo estuve trabajando y estoy cansada.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

Dentro de su corazón hay alimañas. Son pequeños mil pies arrastrando esas cortas patitas por su interior. Muerden y comen. Son malvados y son cálidos. 

Son parásitos que le hacen rascarse cuando la piel ya está a punto de romperse por culpa de la presión bajo su carne. Es el inicio y el final de la serpiente infinita. 

Es ella apenas capaz de respirar en el suelo. Llena de sangre su nariz y esos golpes repitiendose subre su cuerpo incluso si se cubre con las manos y grita por piedad. Ahogándose entre agudos gritos infantiles. 

 

 

-Entonces no vuelvas a hacerte estúpida y obedece maldita. - reclama su madre agarrando su cabello revuelto desde su nuca. 

Niega aunque ya no pueda respirar. Temblando llena de baba su boca abierta por las bofetadas. Su rostro desmejorado por los moretones hacen de este un matiz verdoso apenas con forma. Obligandola a respirar por la boca, incapaz de cerrarla. Cosa que le salió mal con el siguiente golpe de esa mano sobre su rostro y su madre lastimándose con sus dientes de leche. Puede que este se callera al mismo tiempo que se ve impactada contra el suelo. Cubriéndose en una bolita al recibir las patadas sobre su costado. 

Apenas logra abrírr los ojos entre las espesas lágrimas y ser testigo de cómo su madrre en el desenfreno parece no encontrar mejor objeto para herirla qué una silla. Levantó las manos para cubrirse, esto le lleva a recibir el impacto en las palmas. 

El umbral de dolor es cruzado. Perdiéndose la ola siguiente en el shock. 

No le dolió al despedazarse esa silla de plástico sobre ella. 

Claro que hay heridas, muchas heridas dispersas. Hay sangre y posibles lesiones por rebelarse con el tiempo. 

Aún para ella esto fue increíble. Llena de miedo, aun su mente le juega una gran broma. Haciéndola creer que pudo con esto. Era fuerte para esto.

Estaba bien. 

Eso le cruza la mente al dormirse o quizás quedar inconsciente por el impacto. 

 

¿Porqué tuvo que recordar todo esto? El olor de la cena rancia en la mesa, los pañales de su hermana acumulados en una esquina. 

Ese conejo apestoso. El color de la luz amarillenta de esa bombilla vieja que usaban desde antes de su nacimiento. 

El último día con su mama, no fue bonito. 

No había nada lindo, aunque la máscara de Hoppy quiera ayudarla a recordar su vida como un divertido entrenamiento aún era difícil seguir escondiéndose cuando podía revivirlo.

-¡¡Mata al maldito conejo, matalo!!- 

-No… - tartamudea temblando con ese martillo entre sus manos. Frente a ella esa lente la refleja, puede ver el medio rostro del novio de su madre grabandola en este estado desnudo y cn ese martillo.

Tan solo para que mate al conejo qué antes le permitieron cuidar. 

-¡¡Hazlo, maldita niña!! ¡¡Esto es por tu bien, estupida!! ¡Es para que tu y tu hermana a coman! ¡¡Deja de ser un pedazo de perra y haz lo que te pido, malagradecida!!-

Ella mueve la cabeza asustada. 

Entonces ese hombre se puso de pie dispuesto a sacarse el cinturón. 

El dolor en su espalda la hizo actuar antes que su propia negativa. Arremetiendo contra el conejo en la jaula. 

No era la primera vez que Misery, como la llamó su madre, hacía esto frente a la cámara. Asesinar a un animal pequeño para algo extraño que hacían y parecían venderlo. 

El premio solía ser un helado. 

Más era agotador. Cada vez que sube y baja el martillo lo hace más fuerte. Antes no era así. 

El primer martillazo le hace recordar al cachorro que le prometieron como mascota, los golpes qué no le ayudaban a matarlo y pasó tanto tiempo golpeándolo entre pausas con sus chillidos. Sus súplicas y ladridos furiosos, la agonía que era su culpa por no ser tan fuerte. 

Lentamente sus brazos tomaron fuerza. Era una niña fuerte. 

Podía acabarlos primero con cincuenta golpes, ahora solo necesita cuatro para que estos dejen de moverse. 

El conejo solo aguantó dos. 

-Ahora agarralo y pasa los pedazos por tu cuerpo. -

La niña tiembla sin soltar el martillo. Mirando al conejo muerto, su cabeza deshecha. 

Niega apretando el mango del martillo. Lo levanta mirándolos por primera vez defendiéndose. 

Contrario a lo esperado este acto ocasiona una risa en ese hombre. 

-Te dije que debías ser dura. - 

-Soy dura, tu lo sabes amor. Por favor no te enojes conmigo. - 

-No, no, no…. Tu no entiendes que el dinero que debo es urgente y tu puta hija no está ayudando. Esto es tu culpa porque eres una mujer patética y miserable, fea, podrida.- 

-No, no me llames así, sabes que te amo. - 

Misery retrocede lento intentando huir. 

Es rápido que la atrapan y el castigo fue peor que muchos otros al no quitarle el martillo de las manos. Con las manos de ese hombre envolviendo las suyas con cruel brutalidad, la hace gritar y llorar. Corriendo con ella atrapada contra su pecho la lleva a una habitación aparte. 

La niña comenzó a gritar y berrear intentando apartarse. 

Gritando más fuerte al descubrir las intenciones de este hombre al traerla a la cama donde su hermana dormía. 

Obligándola a levantar el martillo sobre la cabeza del bebé que lloraba asustado por el escándalo. 

En el pasillo de la casa su madre se queda congelada, mirando sin hacer nada con el ceño fruncido. 

-¡¡Ahora si lo vas a hacer!!- le grita haciéndola levantar el martillo.-¡Hazlo, hazlo!- le hace bajarlo hasta casi golpearla en la frente.-¡¡Tu perra, vas hacer lo que te digo ahora o tu hermana será la siguiente!!- le amenaza impactado el martillo a un lado de la cabeza de la bebe. 

La niña grita y patea, arrastrada de vuelta por el cabello al perder las fuerzas para mantenerlo en sus manos. Vuelven al espacio de la piscina plástica donde la lanza de cara, volviendo a su lugar en la cámara. 

En el interior de los restos de sangre y pelo la niña intenta recuperar el aire entre resoplidos y toses. Levantándose a medias. Sus ojos buscan a su madre. 

-A mi no me mires, esto es tu culpa, estúpida. - 

La niña busca algún apoyo. Algo a lo que aferrarse. 

Tal vez obedecer y hacer lo que le pidieron. 

No es necesario. 

Algo rompió esta burbuja de dolor. 

Un arma. 

La cara del hombre, antes tan arrogante y vil, pronto pierde todo color. Tropezando para huir de esa arma. 

Sería bueno que fuera de su madre la decisión de protegerla pero no es así. 

Es alguien mil veces mejor, 

-Papá…- lo llama llorando desde el suelo. 

-¡¡Tú no deberías estar aquí, tú deberías irte al diablo!! ¡Arruinas mi vida, largate, late, lárgate!- le gritó su madre. 

La respuesta a estos gritos es un disparo. A quemarropa y sin dudarlo. 

El hombre grita dispuesto a correr. 

El hombre en la puerta le apunta y no es más piadoso. Lo liquidó con diez tiros. Uno por uno hasta volver ese torso una masa. 

Camina bajando el arma. La mira como quien ve algo innombrable. Tiembla y su mirada se vuelve agua en un tartamudo pesaroso. 

-¿Tienes ropa limpia?-

-No.- mueve la cabeza aun en el suelo. Su mejilla llena con la sangre del conejo. 

Apesta. 

Su padre, entre las desagradables quemaduras qué le hicieron cerrar casi en su totalidad un ojo y apenas conservar algo de su nariz, se quita de encima la chaqueta para cubrirla. 

-Yo tengo ropa para ti. - le esclarece esto mostrando la deshilada y vieja mochila llena de ropa de segunda mano. 

Deseaba abrazarlo pero no, al mismo tiempo lo repelía. Aún llora feliz de verlo. Fuera de cartas o fotografías recortadas en la basura. 

Su padre no era una buena persona. Su mamá lo era mucho menos. 

Entonces ella no era la mejor. 

 

 

 

 

Era la niña más fuerte sin importar a donde vaya. 

 

 

 

 

¿Porqué la llamaron Misery? Porque Mercy era el nombre que le dio su padre pero Misery es quién estuvo a cuidado de su madre. Puede que siempre estuviera rota. Nunca fue exactamente una o la otra. Mercy es mala, es fuerte. 

Puede que Misery sea una miedosa qué hará lo mejor para protegerse. Para proteger lo que ama, a consta de todo y todos. 

Mercy es la mala que no diferencia nada más que lo correcto. 

Ninguna es una santa. Las dos eran retorcidas. 

Las dos estaban desesperadas por protegerse de este y todos los horrores qué le llegaron en una vorágine de eventos desafortunados. 

Puede que ahora mismo lo que está presente, sea Mercy. 

 

-Tu eres fuerte. - 

Levanta los ojos del mismo punto en el suelo que hace horas le parecía interesante. 

-¿Hemm?- farfulla al mirar al chico parado fuera de la habitación. 

-¿Tu hermanita no necesita leche buena? ¿Quieres hacerme un favor para conseguirla?- le pregunta el niño. 

Como un vendedor de ácidos, agachado y solo mostrando la esquina de una bolsa oculta en el bolsillo de su chamarra , le sonríe emocionado. 

-Ven conmigo, mis amigos y yo podemos ayudarte a esconder a tu hermana y darte leche buena, si nos ayudas. - le ofrece la oportunidad junto con un movimiento de manos en alto.

Mercy se levantó. 

-Dame eso.- ordenó preparando un cuchillo oculto antes dentro de su cabello revuelto. Al chico en cuestión le escapó de entre los labios una exclamación. Sonríe y lleva las manos a su cuello para protegerse junto con un ojo que cubre con su mano. 

-Si me quitas esto ya no tendrás más pero si nos ayudas no le faltara nunca ¿No te parece mejor eso?- lo señala y retrocede un paso por cada dos de la niña.

-Cállate, es complicado. - reclama sujetándose la cabeza, llena de frustración bastante molesta. -Leche… - mira a su hermana bastante pálida y débil desde qué la trajeron a ese lugar. Sus dudas son grandes, podría robar lo que traía pero el chico tenía razón en advertirle de las posibilidades de no conseguir más que esa. 

-¿Qué es un favor para ti?- le pregunta enojada. 

El niño le hace mirar a la ventana.

-Necesitamos dinero y puedo conseguirlo si me ayudas a abrir la puerta del exterior. - 

La niña mira a la cuna donde su hermana descansaba. 

-Si no tienes dinero ¿Como conseguirás la leche para mi hermana?¿De donde conseguirás dinero?- le cuestiona otra vez. 

Este niño parece bastante reticente a responderle más observa al techo y sonríe. 

-De algunas actividades laboriosas , por eso necesito que tú abras la puerta desde afuera y me esperes adentro para dejarme entrar de nuevo. - 

-¿Como puedo estar segura de que volveras?- 

-Haces muchas preguntas. - murmura pasando su mirada al suelo. - Aquí vive mi amigo, él es tuyo si no vuelvo. - 

Del otro lado de la puerta entro un chico alto. Misery apunta con el cuchillo al ver a dos desconocidos en el lugar. El niño en cuestión apenas la mira tan solo para agarrar el brazo del chico y reclamarle enojado. 

-No puedes comercializar conmigo sin mi consentimiento.- 

-¿No quieres?-

-No. - 

-Ok.- renuncia al camino sencillo y de su bolsillo sacó un juguete horrible.- 

Incluso ella le hizo el feo al tenerlo extendido hacia ella. 

-Mi mamá me regaló esto, puedes tomarlo como seguro.- 

-¿En serio te gusta esto?- pregunta al tomarlo. No fue fácil. 

El niño a último segundo pareció arrepentirse y poner una cara cetrina al entregar ese juguete, resistiéndose a último minuto. La mira a los ojos. 

-Cuidalo, por favor. - pide al soltarlo. -Aparte de Chris, esta es mi única posesión preciada.- 

Esas palabras eran raras. Posesión preciada. 

Al cumplir con la tarea recibió una bolsa más grande que su torso de pura leche en polvo y con esto pudo saber a que salió este chico. 

Viéndole recuperar su juguete con un suspiro ansioso y llevar la medicina a esa habitación solitaria del último piso. 

Conociendo a una espina en el ego y una chica linda. 

Ambas afiebradas por el mal clima y el frío de esta ala del edificio.  

 

 

 

 

Una posesión preciada. 

-Hobie es un idiota, las personas no son posesiones. - murmuraba ese chico sosteniendo un libro de peces. - Solo los objetos son posesiones… si lo sabrá un indio.- muestra los dientes por un segundo. 

-No tanto como tu , mi achocolatado amigo. - responde burlándose. 

Chris bajo el libro. 

-Ya no me llames así. - 

-Esta bien. - cierra esa línea con un movimiento de manos.-No volvamos a hablar de eso.- decide al levantarse, seguido por Monik aferrándose a su mano. 

-Po llevarte. - le acusa la pequeña rubia sin dudar en burlarse de ambos.-Voy a conseguir crayones, muchos crayones. - avisa a Hobie. 

Hobie se ríe sin mirar al enojado Christian y al muy ocupada Monik correr una ve le dijo a donde iría.Decidiendo ir al patio.

Lento Chris vuelve a esconderse tras el libro una vez Hobie dejó la habitación. 

-¿Y tú tienes posesiones preciadas?- Mercy vio ese silencio como su oportunidad, decidiendo indagar recargada en la pared. Observan a su hermana mecerse en la hamaca hecha entre las dos bases metálicas de literas , al fin dormía tranquila al sentirse en el aire. Sobre un montón de cajas llenas con ropa vieja y suave por si caía. Tal vez no sería seguro ni así pero los niños no podían pensar en algo mejor para ayudar a la bebé a dormir sin llorar por horas como siempre. 

-Nada. - farfulla Chris. - Estoy pobre de objetos materiales… Pero solo ahora. Yo conseguiré un trabajo y seré un gran magnate de las bienes raíces.- sus murmullos furiosos los acompaña con esa mirada molesta. Era un chico antipático cuando no quería hablar de un tema, curioso, al ser capaz de seguir la conversación aunque no le guste la misma.-Hobie sera el conserje. - 

Pasaron un buen  

Mercy mira a la hamaca. 

-Quisiera una hamaca para mí. - murmura acercándose a darle un empujón suave para que siga moviéndose.-Aquí no hay ni columpios. - suspira. 

-Tampoco tenemos cuerdas para qué hacerlo. - la idea de un columpio lo anima. -¿Crees que Hobie pueda conseguirla?- 

-Habría que preguntarle.- empuja la hamaca y decide buscarlo. - Vamos. - 

Los dos salen de la habitación. 

-Monik. - exclaman al descubrir la agachada en el suelo junto a la puerta. 

Esta no se avergüenza por ser descubierta estando. 

-¡Si le piden un columpio quiero ser la primera en subirse!- les reclama con los puños cerrados. 

-Esta bien.- le dice Mercy sonriendo. 

Agregando Chris un par de palabras más. 

-Bueno, debemos saber si se romperá.- su burla es clara para Mercy pero no para Monik, dejándola feliz por ser la primera en subir a un columpio. 

La dejaron en el lugar con su hermana. 

Bajando por las escaleras exteriores pueden ver por la ventana al exterior, buscando a Hobie y su usual figura pegada a una reja cambiando objetos de la casa hogar por dinero o comida con los vagabundos qué llegaban hasta el lugar. 

Cosa que ya le ganó un par de palizas al cambiar una chaqueta de cuero por puros qué este cuidador le robó. Pero uno sirvió para conseguir algo de las chicas mayores que sí pueden salir afuera. 

No lo ven a la primera. Al inicio solo ven al cuidador de otra ala con un chico blanco siguiéndolo a donde no deberían ir. 

-¿De verdad crees que a los demás trabajadores no les importe?- pregunta Misery a su compañero. 

Chris observa a ese chico ir con ese hombre. Resintiendo escenarios dentro de su cabeza como el infierno mismo. 

-Si hiciéramos algo, se fijaría en nosotros. - murmura juntando las manos en un puño unido. -No puede descubrir a Angela ni a Mary con nosotros. - 

No terminaba de enlistar las razones por las que era muy mala idea llamar su atención cuando un amigo suyo salió a enfrentarse con ese tipo que definitivamente le iba a dar una paliza de muerte segura. 

Christian no tarda en comenzar la carrera a ese lugar. 

Mercy se queda algo, muy atrás, al no poder seguir su ritmo de cinco en cinco. No por lenta, ella era rápida, sino por estar pensando en cómo hacer esto. 

El cuchillo en su pantaloneta pesa pero no era lo mejor a usar. Dejó de seguirlo para ir a otra a punta del mismo estacionamiento. Tomando de debajo de un auto un tubo metálico. 

Vuelve al lugar donde pelean ambos con ese tipo y ese chico sigue ahí quieto y bobo. 

Usa su carrera como el impulso uno para impactar le entre las piernas, encestando dos más por su propio miedo. 

El huir fue molesto. Ahora este tipo sabría de ellos.

Llevan a este lugar a seguro al chico blanco que rescataron. No había tocado a ningún niño blanco nunca… De verdad que se decepcionó bastante. Creyó que serían más suaves pero solo es carne, es piel y calor. Como cualquier otro niño. 

Angela de verdad era suavecita, no fue tan decepcionante. 

Ahora debía traer a su hermana a un lugar seguro para evitar que la encontrara ese tipo. 

 

 

 

-En realidad si eres bonita. - 

Dicho comentario fue extraño. La hace mirarlo, como a todos en la habitación, para saber cuando le hizo aquella pregunta.

Aunque sabe que fue por decir en voz alta algo como “Y a que no soy bonita, puedo ser la mala”para el juego que estaban organizando entres los siete. 

El chico comienza a colorearse de rojo al verla tan seria. 

-Es que tu dijiste que no lo eras y… Y… Y… - tiembla y mejor se voltea a seguir comiendo una manzana seca qué les dieron unos religiosos en la última visita samaritana a la casa hogar. 

-Estábamos hablando del juego.- le señala Hobie tan perdido como el resto. 

El chico lo mira feo de reojo y vuelve a morder su manzana. 

-Ya, pues no eres bonita, tonta. - murmuró encogiéndose de hombros. 

La respuesta es una patada a su espalda. Logrando que pruebe el suelo y su mañana fuera robada por un niño aleatorio del patio. 

-¡Yo no necesito ser bonita, eso es para chicas estupidas!-

-Aunque yo soy bonita y no soy estúpida. - presume Monik sosteniendo se las trenzas. 

Christian suspira al escucharlas discutir. 

-¿De que les sirve ser bonitas si yo soy el más guapo?- rumia esto antes de reírse de todos. Egocéntrico. 

 

 

Hobie comienza a reírse aplaudiendole.

-Si, eres el más guapo, hermano. - le anima. 

-Ay, por favor.- Mercy colocó las manos en las caderas. - Polly es más lindo, solo mírenlo. - lo apunta. Esto hace notar cómo esa cara golpeada por el suelo y sucio por la tierra comienza a tornarse roja como fruta.-Pues es verdad, eres el chico más lindo que nunca conocí. - lo reconoce sin parecerle, sinceramente, importante darle ese reconocimiento.-Eres muy bonito. - 

El chico se incorpora lentamente. 

-Pues tu eres bonita¡¿Porqué me pegas?!- reclama enojado por el impacto sobre su rostro. 

Era una bofetada. Mercy lo abofeteó al entrar en pánico una vez ese cumplido sería dicho nuevamente. 

-No me digas asi.-

El rubio sacude los puños. 

-No me voy a dejar porque seas niña. - le advierte con los ojos rojos, si lo orando por tener que amenazarla. 

-Yo se que no te dejas porque sea una niña. - sonríe atrapando su nariz al cerrar la distancia entre sus rostros al inclinarse en ventaja por su edad y estatura. -Te dejas porque sabes que soy tu mami. - 

El niño ya no cabía más en lo rojo que su rostro estaba volviéndose. 

-Chicos, no deberían pelear ahora. - les pide Hobie, esto lo hace mirando sobre sus hombro a esas presencias en las ventanas del edificio. - Hay gente con dinero, no deben vernos pelear. Debemos fingir ser lamentables y necesitados.-

-Veo que decentes no es una opción.- ríe entre dientes Bubba. 

Angela no lo entiende pero aplaude riéndose de ambos. 

-Qué se vayan al diablo los billetes. - gruñe Polly soltando un puñetazo directo al rostro de Mercy. 

Esto la hace retroceder pero no es suficientemente fuerte para lastimarla, volviéndo para morderle la mejilla subiéndose sobre él. Riéndose al escucharlo gritar y patalear por la saliva que le escurre de entre los dientes. 

-¡¡Me babea, me está babeando!! ¡Sacala de encima, sacate, sacate!- grita pataleando y empujándola. 

-¡No puedes, no puedes quitarme!- las burlas de la niña crecen con su risa, pasando la lengua por ese oído ya rojo. 

Nada de cosquillas o sensaciones raras. Solo un gran asco, uno nada aterrador sino más frustrante, le recorrió chillando enojado al lograr rodar y ponerse encima. Pudo ser la lengua de la niña o una babosa de tierra, ambas le hubieran hecho gritar igual, agarrar fuerzas de ese desagrado para voltear las cosas a su favor. Trató de darle otro puñetazo pero la niña lo abrazó con las piernas volviendo a girar atrapando su cabello contra el suelo. 

-¡¡Dime que soy bonita, dímelo ahora!! ¡¿Te parezco bonita ahora?!- ríe al verlo batallar para librarse de ella. 

Este rubio sacude la cabeza y agarra su brazo. 

-¡No, no eres bonita! ¡Eres fea como huevos sin sal!- le grita frustrado. 

Es libre. 

Revisa su oído y cabello sucio por culpa de esta chica. La busca pero ya no la puede ver. Solo está Christian y Hobie a un lado. 

-Las chicas se fueron. - murmura Hobie con los brazos en jarras.era un chico medio raro aveces. 

Polly presiona los labios en una línea. 

-Ella dijo que no la llamara bonita… Y aun así se enoja. - gruñe aun en el suelo. 

-Talvez ella solo quería que usaras otro tipo de halago. - opina Chris. 

-Mejor no le hubieras dicho fea. - agrega Hobie. - Ahora no nos van a regalar nada. - suspira al no ver a esa gente en las ventanas.-Crei que podríamos recibir ropa. - 

Polly suspira volviendo al suelo. 

-¿Porque las chicas son tan complicadas?- 

 

 

 

 

Ni la misma chica sabía porqué era así su estado. 

Acostada junto a la hamaca de su hermana.

No quería ser llamada bonita pero tampoco quería escuchar esa palabra, no otra vez. 

Observa el reflejo de su rostro moreno en las ventanas de este lugar. Una niña tan delgada que su cuello se marcaba y su mandíbula podría ser un cuchillo. Talvez incluso sus huesos expuestos eran parte de las razones por las que a las personas y otros niños les dolía pegarle. Aunque a ella le dolía también. 

Entonces esas pecas dispersas y sus mejillas llenas de marcas le hacen preguntarse si sus ojeras serían linda en otra piel. Talvez más clara, como la de ese niño rubio. 

Talvez sería más bonita si no fuera ella. 

Si Misery fuera Mercy, ahí no está bien. Ella es una niña con un martillo lleno de sangre. 

Era mala. 

Puede qué por eso fuera fea. Por ser una mala chica. 

Lo único bueno de ella era su fuerza, lo fuerte que golpea y lo rápido que corre. 

Lo único bueno de ser ella no es ese cabello revuelto, ni sus fuertes ojeras o ese rostro lleno de huesos. 

Era que entre todas las niñas, ella era la más fuerte.

 

 

 

-Chris es medio tonto, por eso no entiende la vida y se cierra en un libro de economía para responder cosas sencillas. - 

El mencionado lo mira feo por encima del libro de economía qué aún intentaba entender. Mejor se concentró en intentar entender qué era la palabra anastrofe y porque estaba entre gráficas económicas. 

-¿Entonces podemos tener pertenencias humanas?-

-Si pero no. No podemos hacer lo que queramos con las personas que son nuestras porque no es igual a un objeto sino a un lazo entre los dos. Es una persona preciada un amigo que no estás dispuesto a dejar , así como también es un familiar que te buscará a donde vayas y si debes hacerlo, lo esperas.-

Polly en la litera superior levanta la cobija de su cabeza. 

-Entonces no tenemos a nadie. - 

Mercy lentamente siente que esa es la respuesta para esta duda. 

Hay posesiones preciadas pero no para ella. 

-Yo me tengo a mi y a Hobie. - interrumpe Monik desde el suelo. Dibujaba las figuras de los siete en un castillo de piedra.-Yo te quiero mucho, a todos los quiero mucho. - 

Hobie la mira directo por unos segundos. Cubriéndose la cara lentamente con las manos. 

Mercy dejó de mirarlo al entender que estaba llorando. 

Esto le disgustaba, no podía entender cómo es que los chicos podían llorar, era raro. 

El tener una persona preciada sonaba bien pero serlo… Ser amada ¿Sería como sentirse a salvo? ¿Cómo puedes saber si eres una persona preciada?

-Yo quiero mucho a Mercy, ella es bastante fuerte. - la voz de esa niña al fin vuelve del fondo de sus recuerdos. - Ella es increíble. - la festeja abrazando su cintura. 

Misery o Mercy. Ambas aceptan ese abrazo correspondiendo. Talvez sorprendiendo a la niña pero no puede dejarla ir. 

Está claro que nadie la amaba a donde fuera… ¿O estaba equivocada? Ahora mismo, se sentía enteramente adorada por sus amigos. Por Mary. 

Puede que al mirarlos ese resentimiento cálido fuera ella amándolos o tal vez, sean ellos amándola. 

Era amada por ellos.

Puede que ahora entienda porque lloraba ese tarado. 

Pensar en amar definitivamente no la hacía sentirse tan cálida como saberse amada. Por ellos y por su hermana. 

Esto era ser una persona preciada.

Deseando tanto ser amada. 

 

 

 

 

 

Y debe conocer otro tipo de amor.. 

Uno que es presentado por ese pollo el día que su hermana fue llevada por una pareja. 

-Hoppy. - la nombra al verla sentada en las escaleras. Apartada de todas. 

-Vete al diablo, no debo estar cerca de nadie ahora.- le advierte mirando a la sala llena de niños de otros bloques. Sus puertas siguen cerradas. No puede bajar y solo observa a otros niños en su propio horario vespertino. 

El resto del grupo, excepto DogDay y su eterno insomnio llevándolo a mantener despierto a Bubba para hablar en las literas, duermen plácidamente en sus camas. 

-Se llevaron a mi hermana. - rumia esto mordiendo de forma superficial sus rodillas ya enrojecidas por la fuerza que isaba sobre su propia piel. 

Kickin vio esas marcas con la cabeza inclinada. 

-¿Quieres morderme a mi?- pregunta serio. 

Misery le mira de soslayo. 

-Un cobarde como tú no aguantaría una sola mordida. - 

El niño descubre su brazo. 

-Atascate. - le dice retador. 

Ella de verdad pensó en varias respuestas para negarse,más descubre lo mucho que deseaba desquitarse al morderlo sobre el brazo. 

Este chillo por un momento y colocó la mano sobre su cabeza. 

-Auh…. Vaya… - exclama podiendose pálido al contener el quejido por el dolor. 

Ella espera aque la ansiedad se calma para soltarlo lentamente. La sangre no es suficiente para escapar pero la saborea, dejo la marca. 

Se pasó. 

Es suficiente para hacerla llorar. Temblando y apenas con el aliento suficiente para no ahogarse con su propia saliva. 

-Lo siento , de verdad… No se porque soy así, siempre soy mala con todos y no se porque soy así. - lamenta cubriéndose la boca entre el asco y la gran desesperación.-Hago qué la gente me odie, no puedo ser buena ni ayudar a nadie porque me odian.-

Ese niño le sostiene las manos estirando le el brazo. Hoppy apretó los labios al recibir una mordida igual. Rápida. 

-No eres responsable de lo que otros hacen, sólo de ti. - su boca si quedo roja por la sangre de Hoppy.-Si te odian es porque lo decidieron así, no porque algo debas ganate de ellos. - 

-Se llevaron a mi hermana pero no a mi. - 

Este niño recarga la cabeza en su hombro, temblando entre el temor de ser rechazado y la vergüenza. 

-Puedo ser tu bebé. - le ofrece con la cara roja. 

La niña le sostiene por los hombros. 

-Qué bebé tan feo. - sonrie mirando ese cabello rubio frente a su rostro. 

Kickin comienza a reírse pero no la empuja como otras veces. La escucha esperando más críticas. 

-Preferiría que fueras mi novio.-

Claro que eso lo hizo volverse una tabla. Quieto y sin saber donde poner los ojos. Cerrando los como un refugio. 

Solo se queda ahí, dejando que ella lo sostenga hasta dormirse. Rodeando la cintura de la niña para no dejarla caer al suelo al volverse flácida en el sueño. 

Empuja con su hombro su torso levantándola contra su cuerpo. Camina con la cara fija en el techo para no perderse. Logrando volver a su cuarto. 

Al dejarla inmediatamente cae al suelo con las sienes zumbando agotado. Completamente fuera del juego al llegar a marearse tras el esfuerzo de cargar él a la niña. A pesar de ser una chica alta de nueve años y él un escuálido de siete años. Para él era pesada. 

Queda en el suelo, mirando esa mano colgando fuera de la cama. La bisca colocando la frente en su dorso. 

Lento en su inconsciencia esa mano delgada y huesuda le toma el rostro. Quedándose así todo el tiempo que tardó en dormirse. 

Tres minutos tras ese fuerte ejercicio. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De la muerte la azúcar del fruto es extraída

                                                                                Nuestros huesos los harán amargos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus orejas se sacuden sobre su cabeza mirando a la oscuridad. El metal que la rodea aún huele a la fábrica. 

Debía estar escondida. 

Aunque la última vez… La última vez… ¿Dónde se quedó dormida?

Es un golpe fuerte el que le llega a la cabeza al recordar el torrente de infortunios qué vivo uno sobre otro. La migraña la regresa a donde estaban sus amigos aún humanos. 

-¿Por qué tengo que recordar todo esto?- gruñe presionando sus orejas contra la cabeza. 

Estaba oculta… No.

Más fuerte que antes el recuerdo de su torso atravesado la hace mirar al recordar que fue llevada por algo que la jalaba en alto por el aire. 

El dolor viene de esas heridas y del corte de esa tabla irregular qué usó CatNap para tirarla de lo alto. 

-Catnap… - 

Está viva y encerrada. 

Lentamente el más puro horror la llenó al gritar buscando la salida a base de impactos de sus patas y garras por toda la superficie de la habitación de hierro. Gritando furiosa y cansada. Golpea con su cabeza y corre intentando derrumbar las paredes. 

Parte de sus heridas recién cerradas comienzan a escurrir nuevamente. 

-¡No sigas jugando, maldito! ¡¡Vengan, vengan ahora traidores malditos!!- gritó golpeando las compuertas. 

 

 

 

 

 

Fuera de esa celda la cara de los tres humanos va tornándose pálida conforme los golpes son más fuertes y esos ruidos más monstruosos. 

-Esta muy enojada. - murmura Niko. 

La segunda celda estaba cerrada con Bubba dentro, tanto para su seguridad como para el resto decidieron mantenerlo escondido hasta entender la situación de la coneja qué secuestró el perro. El escenario de esta golpeando las paredes de su encierro entre ruidos coloquialmente conocidos por ser parte de una sinfonía demoníaca, eso no lo esperaban de ninguna forma. 

-Ella no está enojada. - murmura el perro colocando una mano sobre la puerta. - Hoppy no está enojada ahora. - sus pensamientos lo llevan a fijarse en los golpes. - Ella está aterrada. - 

El humano mir de nuevo esos impactos sacudir el muro y levantar el polvo. 

-Eso suena a algo muy posible. - Ryan decide al fin apartarse. - No se como vas a manejar la situación.-

Dog Day revisa los controles de la celda, encontrando el micrófono en donde estaba. 

-Hoppy-

-¡Vete al infierno, al infierno!- le gritó frustrada desde adentro de la celda. 

-Porfavor, escúchame, Hoppy. - le pide intentando ordenar sus ideas. 

Acababa de ver por primera vez en años a Theodore. A su delgado gatito aún más famélico y huesudo. Como un alambre con trapos en vez de carne. ¿Cómo sería posible que un gato come niños este tan delgado? ¿No había cientos de cuerpos en todo el camino hasta ahora? ¿Cómo es que el gran asesino de criaturas y monstruos está tan delgado?

Una parte estúpida de su interior le dice que podrían estar equivocados y que Theodore no cometió todos esos actos horribles. Que ningún niño fue comido por él ni consumió a las criaturas. 

Otra parte está enojada porque Theodore mató a tantos y muchos más, por los cuerpos qué vio colgados en los edificios, para no comer nada. Solo dejándose morir, solo obedeciendo a esa cosa de forma tan estúpida. 

¿Cómo debía estar su cabeza ahora que sabe que su gatito era un chico tan pero tan tremendamente estupido? Decepcionado, traicionado y ahora más que nunca confundido. 

No sabe qué es lo que siente pero si hay algo que debe tragarse y es lo que lo más lo hace enojar : 

Volver a ver a Theodore aún lo hace tremendamente feliz. Su estúpida cola no a dejado de moverse aunque intente cambiar su estado por todo lo que debe afrontar, esa estúpida cola es tan idiota como él y como los sentimientos que lo llenan al pensar solo y únicamente en los hermosos ojos llenos de la luz de la luna. Ahora más que nunca, al volver a verla. Puede saber que no se lo imaginaba, los ojos de Theodore brillan como la luna llena y no como la plata. 

Theodore era hermoso. 

Su cabeza golpea la superficie de la misma habitación. 

-Soy Doggy. - se presenta por el comunicador. 

Dentro la voz tarda pero le tiene una respuesta. 

-Come mierda maldito. - 

-Cuando te conocí tu hermana tenía hambre y te pedí ayuda para salir de ese lugar.-

-Callate.-

-Entonces lo logramos y me amenazaste con delatarnos si no te ayudamos con tu hermana.-

-BASTA.-

-No se porque pero siempre parecías estar muy feliz, incluso cuando te enojabas. Hoppy, no recuerdo tu nombre pero si tu gran sonrisa de dientes chuecos..-

-Yo sí lo recuerdo… - Hoppy desde el interior parece pensar bastante en su siguiente línea. - Recuerdo que deje ese nombre para no ver de nuevo a esa chica en el espejo. - 

-No había nada mejor para mantenernos cuerdos. - busca ese botón de apertura.-Hoppy, soy Dog. - 

-Callate con eso, Dog. - 

Era molesto intentar convencerla. Puede que esta vez fuera imposible hacerlo. 

-Soy yo, quien conociste fuera de estos muros.- 

Dentro la coneja da vueltas, sujetando sus orejas al caminar en el mismo círculo. 

Las cámaras sobre su cabeza la hacen sentirse acorralada. 

–Si lo eres, temo decirte que estarías mejor muerto. - 

Fuera ese perro deja de mover la cola. Cada vez le decían lo mismo a todas las criaturas con las que se cruzaba. A este punto podría creérselo. 

-Hoppy, soy yo y no estoy muerto ahora. -se lo asegura aún mirando ese botón de apertura. 

Desde el interior Hoppy deja salir una risa burlesca. 

-Ya cambia de idea. No te funciona. - sacude la cabeza contra el muro.-¡Nosotros mismos lo matamos! ¡Nosotros mismos lo metimos a un contenedor de basura! ¡¿Crees que puedes engañarme, maldito?!-

Dog golpea la puerta con el dorso del puño. 

-¡¡¡SI, ASÍ FUE, USTEDES ME TRAICIONARON Y ME ENTREGARON A LOS HUMANOS!!! ¡SI, ESO FUE LO QUE HICIERON!- los gritos del perro vienen con todo su rencor acumulado. Con el horror recorrido y el estado de todo lo que deseaba destruir lleno con la sangre de quienes deberían ser libres. Y no solo bolsas de carne para todos los otros experimentos.-¡¡Ahora ya no sé ni para qué he venido hasta aquí cuando ninguno de ustedes parece quererlo!! - la verdad de su interior la deja salir, frustrado por el presente. Por el estado de Theodore, de Bubba y Hoppy. 

Frustrado por ver a Kickin junto al tipo que estaba matando a su novia en vez de protegerla. Todo estaba mal, todo estaba podrido en este lugar. 

-¡No puedo soportar que me traicionaron para seguir a un tipo que no puede ni pensar en un sistema alimentario para todos y cada uno de ustedes! ¡Me traicionaron para comerse entre ustedes, entre ustedes se están comiendo!- sus golpes son repetitivos contra estas compuertas. - ¡¡¿Cómo se supone que me vaya en paz ahora?!! ¡¡¡¿Cómo puedo vivir desde ahora que sé que mi muerte no sirvió de nada? Nadie está a salvo, nadie sobrevivió ni salió de este lugar!!! ¡ Todos están muertos, Hoppy, todos a los que debíamos proteger están muertos!-

-Ya déjame en paz. - 

-Incluso ustedes, incluso las personas que amo están heridas porque no pude cuidarlos. - 

-Tu no hubieras hecho diferencia alguna en todo lo que sucedió. - 

-Hubiera podido estar aquí para ti. - 

Hoppy deja sus rodillas doblarse, recargada en la pared. 

-Lo que te hicimos ya lo pagamos y con creces, maldito.- sus garras marcan las paredes. -Incluso si fuera real… no tienes porque reclamarnos nada ahora. - 

El perro del otro lado espera a entender estas palabras para poder responderle. 

-¿Es así cómo crees que es nuestra situación?-

-El novio de mi amigo se quedó y… El Maldito nos llevó a todos a este punto, sus desgraciados amigos y esa cosa en el sótano. Todo esto sucede porque tú no pudiste dejar de pensar con el pené y hacer algo con el orate qué te gustaba. - 

-Yo no soy así, lo sabes. - 

-¡¡ES MEJOR PENSAR ASÍ DE TI!! ¡ES MEJOR QUE ACEPTAR QUE NOSOTROS MISMOS NOS LLEVAMOS A TERMINAR COMO LO HICIMOS! - golpea las paredes con los puños. - Tú debes ser el culpable de todo. De todo, tú lo trajiste a nuestras vidas en vez de ignorar a ese malnacido hijo de puta en su propia miseria. - 

Del otro lado ese perro sujeta su boca. 

-Hoppy, eso te hace soñar tan cobarde y miserable. - 

La coneja grita llena de frustración. La rabia es líquido escapando por sus tímpanos y su cuerpo ardiendo en las emociones amontonándose en sus venas hinchadas. Miseria, su nombre dado con tanto afán por parte de su madre. 

-Yo me acerqué a Theodore y se los presenté. No es mi culpa que se obligarán a ser amables con él, yo no los obligue a llevarse bien con él. - 

-¡¿Y si no lo hacíamos?! ¡¡Te largaste con él muchas veces, muchas, muchas veces te fuiste y ya no pasabas tiempo con nosotros!! Solo por el marginal desnutrido.- su espalda choca con la pared al decidir quedarse ahí a descansar.-Era difícil pero preferíamos ser sus amigos para que no te fueras con él. - 

-Hoppy, sé que si el te hubiera desagradado preferirías decírmelo.-

-Era más joven que yo… Tenía la edad de Kickin… No Solo quería ser buena con él. - 

-Porque Theodore era a muchas cosas pero no una persona mala. - 

-No pongas palabras en mi boca. - 

-Niegalo. - 

La coneja abraza sus rodillas. Baja las orejas o lo que queda de estas al llenarse de pensamientos altivos. 

-No se como las cosas comenzaron a salir tan mal. Él de pronto era raro y luego… Estaba total y completamente loco. - 

El perro se queda en este espacio escuchándola para entender lo que había sucedido en todo este tiempo. Algo que indica sacándolo de esta bruma fría para volver a estar presente como él y no fuera, no despersonalizado ni desinteresado en el estado de este cuerpo. 

La voz de Hoppy lo trajo a la realidad donde sus patas resultaron con heridas por saltar de muy alto y sus manos las vendo al quemarse con el cableado del teleférico al recuperar a Hoppy inconsciente. El color de sus ojos al fin toma forma de nuevo. 

Está aquí. Hace frío. Huele a encierro. A sangre y podrido. Le pica la oreja derecha y sus dedos cercenados hacen un tic fantasma. 

-Hobart murió y todo empezó a salir mal. - 

-Hobart. - murmura. 

Ese es su nombre. 

-¿Cómo descubrieron mi nombre?- le pregunta interrumpiendo la. 

Dentro esa coneja mueve la cabeza. 

-¿Enserio quieres saber?-

-Si. - 

-Pues no te diré, amenos que tu digas mi nombre.- 

-Yo… Yo no se tu nombre, Hoppy. -

-Y lo acabas de decir. - suspira mirando sus garras inferiores. Le faltan tres de estas, pérdidas al usarlas en metal y concreto. - Hobart murió hace mucho tiempo y no importa… En cuanto pasaron los primeros meses de La Hora de la Alegría, entendí porque deseaba tanto adueñarse de la fábrica antes de matar a los humanos.- toca su boca sucia por la sangre seca. - Necesitas sustento para tu tribu, no solo rebelarse. Los asesinos solo saben matar , no saben cultivar ni proveer. Comida, agua y seguridad… Este lugar tiene el agua regulada en la zona de Mommy, la comida producida en zonas apartadas con cosechas bajo tierra y la seguridad era una cosa de los pisos inferiores…- la cabeza de Hoppy baja. - ¡FUI TAN ESTÚPIDA QUE NO PUDE VER QUÉ ESTÁBAMOS EN EL MEJOR CARRIL! Era el carril qué parece paralizado por dentro pero afuera todo es borroso, nada tiene forma pero no estamos perdidos. - sujeta sus orejas.

El perro tiene algo que preguntar. 

-Hoppy, ¿Tuviste que-

Ella le responde antes de que haga su pregunta. 

-Yo comí niños, me comí a los juguetes y a mis amigos.- suspira sujetando los hombros. - El hambre es una maldita y esa cosa lo sabía. Solo Theodore cree que esa mierda es Dios… Y si lo fuera, es muy inteligente. - mira sus heridas. - Hizo que los peces grandes comieran a los pequeños y los grandes fueron comidos por peces más grandes y luego él se los comerá algún día. - 

Gira colocándose en un ovillo para calentarse con su propio cuerpo. 

-Hoppy. - 

-Si, ella soy yo. - toca su sonrisa. - Estoy completa y lo estaré, seré solo yo contra el mundo una y otra vez… Yo soy fuerte, yo puedo con esto y con más. - recoge un pedazo de metal del suelo. - ¿Eres una voz nueva en mi cabeza? Tal Vez seas como Misery o como Mercy. - 

-Soy Hobie, me llamo así mi mamá. - 

-Oye… Eso no suena tan mal como Hobart. - su voz comienza a volverse más relajada, más no suave. Aún mantiene el desagrado altivo.-Me gusta Hobie. - 

-A mi no, me gusta ser Dogay. - 

-Hasta que ese chico apareció… Y vamos, no puede ser que pasáramos la vida tan asustados por Siestecita. - mira sus manos llenas de sangre.-Eres un mariconas , un grandísimos maricon. - 

-Pues tu eres una lesbiana con una tapadera poco disimulada. - 

Hoppy no se enoja esta vez.

-No es una tapadera. - murmura tranquila. - Es mi novio, es la persona que más amo en el mundo.- 

DogDay mueve las orejas. Aquello que dice esta chica carga con un peso que va más allá de todo lo que había llegado a pensar que podría pensar de ella o de Kickin. De ambos traidores. 

-El quería matarte. - debe remarcar aquel punto de los dos. Algo que él mismo tenía en mente desde hace mucho tiempo. -¿Puedes perdonarlo después de lo que te hizo?-

Esta pregunta es para ella. Para sí mismo. Para todo lo que hasta ahora ha escuchado y debe aceptar como la verdad. 

La situación de todos los involucrados. 

Hoppy limpia su boca con el dorso de las garras. 

-Los ojos ven lo que queremos que vean.- de entre sus dientes saca la última de estas barras de cartón. - El castigo de CatNap a los traidores es el fuego, y él se queda ahí hasta que se apagan las llamas. - observa ese objeto en su poder. - Yo quiero ser llevada a la hoguera, yo soy la bruja y él será mi fuego.- 

El perro no puede entenderla aun. Buscando la parte que se escurre de entre sus dedos. 

-Hopscotch, ¿De qué estás hablando?- 

Hoppy dentro cubre su rostro con las manos. 

-Dime, voz en mi cabeza. - ríe alegre al poder hacerle esta pregunta a la alucinación de Hobart.- ¿Será que a Hobie le dolería si volaramos en pedazos a su noviecito?- pregunta estirándose en el suelo. Riendo tranquila en el éxtasis de la confesión. 

El perro fuera de la celda queda en blanco. 

No sabía enteramente qué responder. 

Era sabido que tendría que liquidar algunos experimentos y más de uno conocido. Aun así no había pasado por su mente el asesinar a Theodore. 

Pensaba en darle una paliza y dentro inmediatamente su mente lo llevaba a detener ese hilo. 

Completamente renuente a lastimar a su novio. Negándose con fuerzas a herir a alguien que amaba tanto desde el fondo de su corazón. Amaba tanto a ese maldito gato. 

Estaba enojado pero no quería golpearlo. No quería herirlo. 

Aunque este sea el resultado más lógico, matarlo o morir y ser comido por los compañeros de su gato. 

-¿Porqué aun te considero mío?- le pregunta esperando que algo le responda en su cabeza o alguien al fin le dé una respuesta a su gran estupidez. 

Como si en realidad no viniera por nada más que por él. Por su gatito. A recuperarlo. 

-¿Me estoy muriendo o algo así?- pregunta Hoppy dentro de la celda.-¿Las cosas no salieron bien?- pregunta mirando al techo. 

El perro suspira volviendo a tocar el intercomunicador. 

-Voy a entrar pero no vayas a golpear la mochila, traigo algo para los dos. - le avisa moviéndose a la puerta. Hace un gesto a Ryan, quien sabe abrir y cerrar las rejas de esta zona vieja. 

Este se acerca pensativo. Con esa arma en mano al estar demasiado desconfiado. 

Ese perro había sido precavido y decidió quedarse fuera en el caso de la conejita flexible a la que ninguna correa podría detener de hacerle demasiados cortes debilitantes. Entonces decidir hora y no después el entrar era algo estúpido a su parecer. 

-Oye. - intenta intervenir de forma suave, sin subir el tono. - A una chica deberías darle su espacio antes de enfrentarla. - le recomienda comprobar el estado del siempre relajado perro. 

Nada tranquilo. Sus manos tiemblan y parece apunto de estallar en más incordiantes preguntas que esta chica no necesitaba.

-Lo digo porque no puedes seguir como vas. - se lo recomienda observando el estado de las múltiples opciones a discutir con este perro. 

Dog Day le mira de lado, volteando lento a su dirección. 

No está tan comprometido con Ryan. No esperaba dar la vida por él, solo debía regresarlo vivo aunque sea sin las piernas. No siente ese gran cariño que le hacen sentir sus amigos sino más bien una deprimente ola de gratitud. Era una ayuda que deseaba escuchar. Un consejero apartado. 

Puede que después de Pedro no hubiera adultos que desearían darle un consejo sin estar utilizándolo. 

Es natural ser usado. El también usa a las personas a su conveniencia pero su error era su incapacidad para dejar ir a las personas que llegó a usar. 

Era un idiota muy posesivo. 

Tal vez eso se reduce su relación con Theodore. 

-¿Qué se supone que haga ahora?- cuestiona nervioso.-Theodore está loco, esa cosa tiene cosas que parecen valer por cientos y mis amigos están perdidos. Hoppy ni siquiera sabe si soy real, no se que voy hacer. - mira las patadas marcadas en la superficie de la celda.-Y nadie me dice exactamente lo que sucede. - 

El hombre mira esas marcas con mucha más magnitud de lo que lo hace Dog Day, digiriendo la imagen de tragos amargos. Su cuerpo definitivamente no podría mantenerse entero si ese era su destino

-¿Al menos estás haciendo las preguntas correctas?- le pregunta nervioso.-¿No sabes qué hacer con tu vida? Empieza por encontrar tu lugar en todo este desastre y decide si lo quieres.-dictamina y quita las manos de los controles. - Conozco la rabia de una mujer y tú no quieres entrar donde hay una chica enojada con más de diez cuchillos. - 

No podría negarse si este perro decidiera presionarlo para hacer esta locura que no era como sostener a una criatura que apenas puede mantenerse de pie en su debilidad y falta de musculatura por heridas violentas. No. Era estúpido pero no podía detenerlo de actuar como el perro decida hacerlo. 

Este parece escucharlo. Volviendo al comunicador a hablar. 

Más algo lo hace quedarse con la palabra en la boca. 

Una respiración. 

Si él fuera un desconocido pensaría que estaba oyendo a alguien muriendo en la horca, más él sabe lo que significa ese sonido entre los suspiros calmos.

Es Hoppy durmiendo. 

Puede incluso verla de nuevo durmiendo en la gran celda. Siempre con ese pollo atrapado en sus brazos como su peluche o entre sus piernas como si fuera a decapitarlo entre sus rodillas. 

Era esa niña roncando por culpa de su nariz desviada por algún viejo golpe. Daño que por alguna razón volvió a presentarse en su forma de conejo. Esa respiración suave y silbante. 

De verdad ella podría ser un conejo o un gato salvaje. 

-Hobart. - le llama Ryan de nuevo. 

El perro suspira sentándose contra la puerta. 

-Debemos esperar.- 

 

 

A unos metros Poppy pierde la paciencia. Su pequeño vestido se sacude al correr a su dirección. Es como una pequeña cucaracha al subir por la espalda de Ryan tan solo para pararse en la cabeza de este y mirarlo de frente solo porque estaba sentado. 

-¿Estás loco? ¡¡¿Enserio quieres que nos quedemos aquí y dejemos que se reagrupen?!! ¡¡¡¿Quieres que tengan tiempo para decidir cómo matarnos?!!- le reclama sacudiendo el cuerpo y brazos. 

El perro inclina la cabeza. 

-Ellos no saben que estoy con ustedes. Ollie puede comunicarnos cuando les parezca bien que yo llegue a intervenir con quien se quede aquí. - 

-¿Quieres que yo me encargue de todo otra vez?- le cuestiona Niko desde su lugar junto a la celda de Bubba.

Dentro no se escucha nada pero saben, por el lazo que colocaron en el control de la cerradura, qué escucharon toda la discusión. Absteniéndose de comunicarse, tan solo meditando dentro de la oscuridad y la barra luminiscente qué le dio el perro para que estuviera solo en la oscuridad. 

-Esta vez bajarán Henry con Huggy. - 

El gigante azul lentamente le voltea a ver. 

-Estas de joda maldito perro. - le apunta acercándose lentamente, como un depredador a otro para intimidar. - No voy a escuchar órdenes de un tipo que no sabe ni donde está parado. - 

-No es una orden. - lo interrumpe enojado. - Ellos ya vieron a Niko, saben de Niko y su tamaño. - 

-Jejeje… - 

La risa viene del comunicador de la celda de Bubba. Estaba riéndose de ellos. O en si parece estar haciéndoles un chiste de doble sentido. 

-Y decías que yo era guarro. - exclama el perro alegre y un tanto confundido por lo raro que era ese humor en el elefante. 

Huggy se calla detalles del porqué ese tipo de humor fue sacado a flote ahora. 

-Ese humano también debería bajar.-

-Tiene problemas del corazón y le puede dar un infarto si se cae una tabla. - murmura DogDay. 

La risa esta vez viene del teléfono colocado en el centro del túnel. Ollie estaba escuchando todo atentamente. 

-Ahora soy un moribundo. - gruñe Ryan sentándose en el suelo. 

Poppy acaba de perder su soporte y debe buscar otro en la única criatura rosa presente. 

-No puedes pensar tanto las cosas, esta situación es más de suerte que de cálculos. - lo recuerda Poppy. 

-Es por eso que no debo ir con un humano… Suelo ser de mala suerte. - murmura juntando las manos. - Iré por mi lado o con uno de los grandes pero no puedo ir con un humano. - 

-No seas tan melodramático. - Ryan interrumpe sacando un plumón de su mochila. Este lo lleva a la mano del perro, sobre el dorso le dibuja algunas cosas. 

-¡¡Sabía que eras brujo, indio mentiroso!! ¡Es un tótem, ¿Verdad?!-

-Si. - reconoce al terminar con el último dibujo deforme. - 

El perro mira los cuatro animales. 

-Una tortuga, un coyote, el cuervo y el salmón.- le apunta con el plumón.- Te ayudará con esa mala suerte tuya. - le sonríe mirando sus feos dibujos. 

El perro sujeta su mano, su propia mano, mirando ese pescado. 

-¿Qué significan los pescados?-

Ryan piensa y trata de recordarlo más queda algo en blanco. Recordando que no era la primera persona a la que se lo pintaba. 

-Es para las chicas, les quita lo lloronas.- ríe burlándose de su cara enojada a pesar de esa sonrisa. - El coyote y el cuervo te harán hombrecito y la tortuga será para que tengas el temple necesario para lo que se te pondrá enfrente. - 

El perro vuelve a mirar esos dibujos fijamente. 

-Lo único que parece decente es la tortuga. - murmura Dog Day entre gruñidos.

Recordando el pez que su madre pintaba sobre su ropa y el rojo que muchas veces limpio de su rostro. Estos pensamientos llenos de arrepentimientos quedan en segundo plano para el resto del grupo. 

Henry cortó la distancia con Ryan, pasándole el brazo por los hombros. 

-Este anciano me hace un tótem y nos vamos abajo. - sonríe sacando un plumón de color rojo. 

Huggy gruñe frustrado por lo seguro que estaba este idiota de Henry para bajar ahora que vio ese estúpido dibujo. Un maldito dibujo. 

Queda a un costado. Preguntándose si lo que estaba apuntó de hacer era lo correcto o si debía quedarse en el otro bando. 

La risa estúpida de Henry lo hace mirarlo al acercarse a dibujarle algo en la mano amarilla. 

Es un estúpido corazón. 

Todo es estúpido. 

Él era estúpido. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El sueño termina con un último vistazo al sol de un atardecer. Cada vez más borroso. Volviendo al mundo con los ojos perdidos en la oscuridad. 

La situación y el patrón se repite en su despertar. Con su regreso a la vida.

-Me capturaron.- suspira sujetándose el estómago. Las heridas ya están cerradas. 

El miedo esta vez no la hace actuar furia ni irrazonablemente enojada. 

La empuja a descansar en espera de lo que viniera. 

-Hoppy, ¿Recuerdas todo lo que hablamos?-

Mira esas bocinas en las esquinas altas de la celda. 

-No me hables como si fueras un humano.- le reclama sin moverse.

La puerta se abrió a su derecha. Entrando lentamente la alta figura naranja. 

-Harom, eres un bastardo valiente para presentarte justamente ahor qué solo quiero sacarte los ojos. - 

El perro enciende una lámpara dejándola en el centro al dirigirse con esa enorme bolsa en mano, sentándose en el suelo la mira al fin. 

-Soy Hobie. - le muestra las manos. - Soy Doggy. - 

Hoppy pudo haberse imaginado correr llorar como loca pero solo le mira estudiando su figura y su pelaje revuelto. 

Si. Está podrido y recortado en muchas partes que Harom tenía completas y finas por el último cuidado que recibió por parte de los humanos y estar tan pero tan cerca de Theodore todo este tiempo. 

Suspira y estira las manos a su dirección. 

-Muestra qué eres el. - pide tranquila. 

Dog Day suspira Revisando esa bolsa. El metal dentro golpea unos contra otros y Hoppy da por hecho que no puede ser solo eso lo que haya dentro. 

-Ten. - le llama el perro haciéndole rodar algo a su dirección. 

Hoppy lo toma y mira, olfatea. 

-¿Cerveza?- pregunta sorprendida. 

Esto no lo había olido desde hace más de diez años. Puede que esto sea asqueroso pero la hace entender que este si venía de fuera de la fábrica. 

La segunda cosa que llegó a sus pies sólo puede ser algo más raro. 

Una bolsa congelada. Una bolsa muy rara qué la hace revisar con el olfato. 

Un olor increíble la hace romper la bolsa con un gesto rápido. 

Tres bloques congelados caen al piso y ella solo puede tomarlos y llevarlos a su boca más rápido de lo que puede pensar en lo que es. 

Si. Congelados y feos. De costilla. 

Tamales. 

-Ay , no. - murmura agarrándose la cabeza una vez terminó con estos con solo unas mordidas.

Una segunda bolsa cae a sus pies. 

-Tengo otra pero primero deja que los caliente. - le pide mostrándole un asador pequeño. 

 

Hoppy podría comérselo de nuevo pero resiste. Esta prueba era cruel. 

Dejó que los calentara dentro de las hojas verdes. 

-Así no se hace. - le reclama sujetándose las orejas aunque le doliera la herida sobre una. 

-Pues no se como se hace. Creí que era como el pastel de arroz. - 

-¿Que es un pastel de arroz?-

-Una base cuadrada de masa de arroz que se calienta a la parrilla. - 

Hoppy suspira recargando la mandíbula sobre sus rodillas. 

-Suena a que estuviste de excursión mientras moríamos aquí dentro. - 

-No, en realidad no fue así. - voltea ese bloque. 

El olor de la masa de maíz calentándose sobre las piezas de carbón rojo es bastante interesante. No sabe para nada si lo estaba haciendo bien, seguro que Hoppy sabía que no era así, pero en su situación esto ya parecía bueno. 

La celda se llena con el olor de la masa y el guiso escurriendo levanta la esencia fuerte de las especias y el pollo dentro de las piezas de masa al vapor. 

Hoppy balancea el cuerpo dispuesta a robarlos. 

El perro le extiende dos con esas pinzas de mecánico a falta de unas de cocina. 

Hoppy los arrebata y muerde con todo y hojas la masa. 

Está quemado. 

Llora. 

Debe llorar y descubrir el segundo para no llevarse el sabor quemado con los siguientes seis. 

 

 

La cerveza la empino sobre su garganta tragando hasta la última gota. La botella la lanza hacia el costado del perro, sacudiendo la cabeza al ponerse de pie en un gesto inquieto. 

El perro la mira caminar de un lado al otro antes de volver a su lugar para recibir los siguientes dos y esta vez sacarle las hojas a los dos. 

-¿Me podrías decir de qué son esas hojas?- pregunta Dog Day. 

La coneja eructa y recibe la siguiente botella en manos. Muerde la boquilla escupiendo el tapón para beber sin tregua esta última botella. 

-Son plátanos. - responde al terminar. A esta botella la dejo a un lado. - Eres Hobart. - es seguro. 

Sólo Dog Day pensaría en que unas cervezas serían buenas para ella. 

El perro asiente. 

-Felices 19 años. - 

-Aún me faltan años para poder beber. - 

-Ah… No le digas a nadie que te di cerveza. - le pide rascándose las orejas. 

Es ahí. 

Es como un suspiro. 

No hay serpientes ni brisas. 

Ambas son invisibles. 

Esto es un vistazo. La forma en la que cortó la distancia para abrazarlo por los hombros, siempre consolándolo aunque no sea ella la mayor de los dos. 

-Te extrañe, puto. - suspira mirando sus orejas desgarradas por el tiempo y los hongos comiéndose el plástico de ese peaje. 

-No creo que estés tan feliz de verme. - murmura mirando las garras de Hoppy. 

-¿En donde estuviste, Doggy?-

el perro corresponde el abrazo. 

-Descubrí que no podemos morir si nos meten en bolsas de plástico o si ni nuestro cerebro está conectado de alguna forma a la columna vertebral. - 

-Debió ser asqueroso. - 

-En muchas formas lo fue. - 

-Dog… Estaré contigo y no porque piense que eres un héroe por sacarme de esa situación sino porque sé que me quieres. - 

–Hoppy-

-También se que quieres mucho a ese gato pero no puede tener ambas cosas. - lo deja ir apartándose. - Yo decidí matar a ese tipo, así me dejes salir o no. Algún día lo haré, ¿Así que vas tu a matarme para protegerlo?-

Era frustrante que Hoppy deseara con tantas fuerzas poner esto en la mesa ahora y no después. No deseaba. Nada de eso. 

-Decide, Do-

Lo ve tocar la pared dispuesto a salir. 

-¿Qué haces? ¡¿Estás de acuerdo con que mate a ese gato?!- lo cuestiona nerviosa. 

El perro empuja los vidrios rotos a un lado. La puerta se abre mostrando a ese humano a Hoppy. Dog Day le abre paso quitando a este humano tan conocido para ella del camino. 

-Espero que hagas lo que quieras, después de todo yo no soy más celador. - lo dice mirándola directamente. - Solo debes saber que no me quedaré aquí, nos largamos y espero que no te aferres a último minuto.-

-Ese tipo nos hizo daño. A todos nos lastimó y nos hizo traicionar a los niños. Nos hizo comer a los niños… ¿Crees que yo quería hacerlo? ¡¿Crees que yo quería sacar a los niños de Dulce Hogar?! - sus gritos escapan al seguirlo fuera de la celda. - ¿Crees que yo quería comer? ¡¡Yo preferiría morir de hambre, morirme antes que ver eso!! ¡¿Sabes lo que sentí cuando comenzaron a pedirme piedad?! - las palabras de Hoppy vienen con su desespero. - ¡¡¡Nos hicieron comerlos uno por uno, uno por uno!!! ¡Estaban tan asustados y no podía hacer nada!- 

La sangre de su estrés creciente escapa por sus ojos y oídos. 

-¡Ellos me querían! ¡¡Ellos me querían pero fui yo quien los comía frente a todos!! ¡¡¡Estoy cansada de lastimar todo lo que amo solo para que otro idiota se vea bien con mi mierda!!!- la chica sacude la cabeza. 

El perro queda otra vez dentro de todo. 

Escuchando todo y viviéndolo. 

Atado como murió. En su estado. 

Lo rápido que hubiera enloquecido de estar en la situación que describe esta amiga suya. Tan asustada que apenas puede respirar. 

-No se como ayudarte. - mira al suelo. - Solo sé que ya no estarás bajo tierra al acabar con lo que debemos hacer. - 

Esta coneja le pega con la mano derecha. Retrocediendo. 

-Vete a chupar ollas.. Si es que no lo tomas de premio. - gruñe dispuesta a irse. 

-Hay policías y más, alla arriba. - la primera noticia la hace tropezar y girarse con los ojos bien abiertos. - Cuando te encuentres con Boxy, ¿Podrías decirle que nos espere en esta zona? No deben saber de él aún. - 

Hoppy asiente al recuperarse. Suspirando una queja que Dog Day, Hobie, ya conocía de mucho tiempo atrás. 

-Siempre he odiado qué tus planes fueran a último momento. - decide saltar en alto. Perdiéndose por la oscuridad subida en el techo. 

-¿Y en que quedaron?- cuestiona Niko saliendo de detrás de un escondite bajo las vías del tren. 

-No va ayudarnos pero tampoco va intervenir. - 

No era seguro. Hoppy siempre haría lo que fuera mejor para todos. Ella siempre odio que tuviera esa mala costumbre pero también cargaba con la desgracia de repetir sus mismos patrones de comportamiento sin darse cuenta. 

Niko, Hobie y Ryan rugieron o gritaron al escuchar de pronto el teléfono sonar. 

Niko contesta y esperan. 

-Debes bajar.- advierte Ollie. - CatNap no está jugando con nosotros.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dos horas antes. 

 

 

 

Esa ave amarilla camina entre los restos de PlayHouse. Entre estos pasos puede escuchar a los pequeños crujir pero no hacer ruido. 

Estaba en su mayoría muertos. No les quedaba nada. 

Solo algunos de los Bunzo y esos pocos medios ocultos en otras zonas del domo. 

Puede ver a CatNap observar desde lo alto en lo alto a ese compañero aviar al estar en una situación inherentemente negativa para su intervención, su peso era exageradamente superior al suyo incluso si estaba tan huesudo, limitado a solo poder observar recuperar a algún herido y no más cuerpos. 

-Dios dijo que si no lograba proteger La Guardería, debería enfrentarme a los del sótano de nuevo. - murmura el gato en la orilla del abismo. 

Esa ave mueve una tabla. Dentro de esa pieza de escombros una pequeña Hoppy deja salir algunos lamentos llenos de dolor agudo. Muriendo antes de que el ave pudiera sostenerla. 

Esto deja al par en un mutismo profundo. 

-Sabes que ellos no deben salir, CatNap. - le recuerda Kickin esto. No lo cree pero es lo que debe decir. 

Ese gato sacude la cola de lado a lado. 

-Ellos… Son peligrosos, son lo peor de lo peor para todos nosotros.- mira sus patas sucias. - No estamos listos para ellos. - 

El estado de cada uno era lamentable después de tener esta larga pel con Bubba y Hoppy. 

El par les hizo mucho daño. 

Esa ave mira a otro pequeño salir por sus propias patas. Lo pisa con fuerza antes de que haga ruido. Apretando los puños al ser mordido. 

-Ellos no deben subir. - usa un tono aparte del dolor que le recorrió al ser atravesado por esos dientes, sacándolo de su piel con un movimiento de patada contra unas tablas. -Es por eso que debes mantenerte en pie y seguir peleando. - sigue buscando sobrevivientes. 

Desde hace nueve horas, seguirán. 

Solo una cosa pudo hacer al gato levantar las patas y desear retirarse de la búsqueda. 

-Esta vez iré yo. - le avisa el ave dejando caer la tabla fuera del cúmulo de objetos. -Ve a La Juguetería, ahí no lo escuchas. - lo apunta ya saltando para llegar a esa zona casi derrumbada. Esto le ayuda a ocultar las múltiples mordeduras que ha recibido tras estas nueve horas de erradicar a los más pequeños. 

El gato decide escucharlo por esta vez. Sin saber de las intenciones de Kickin respecto a los sobrevivientes de PlayHouse. 

Arrastra las garras por el camino. Moviéndose sus orejas al caer un pedazo de suelo a su paso. 

Cada vez menos de su hogar era firme. 

El ave llega a los restos de esa zona, atravesando una pared caída para llegar a su objetivo : La computadora de comunicaciones directas. 

Hace tiempo fue robada la base de datos por alguno de los seguidores de Harom y reproducida sin falta la alarma de almuerzo junto a ese audio desagradable. 

Ese tipo se encargó de colocar esas cintas, de cada uno hace tiempo. Reproduciendo de ese abuso en un horario repetitivo. 

Era cruel. 

Era inteligente. 

Era el gatito quien tenía el control del perro para hacer que ellos tuvieran que escuchar otra vez ese evento cada vez que debería haber una comida. Sabía cómo hacerle daño a lo quedaba de Theodore dentro de CatNap. 

-Hoy no corriste. - murmura en su camino a esa oficina. 

Normalmente el felino casi llegaba a tropezarse para huir del sonido o para apagarlo. 

¿Qué sucedería si la electricidad fuera desconectada en su totalidad? Por ahora era una situación de ser una simple inconveniencia. 

Más era preocupante que CatNap esta vez no huyera del ruido. 

Esto podría ser porque comienza a superarlo o porque ya no queda suficiente de Theodore para hacerlo correr. 

Si 1006 pierde a este guardián definitivamente dejaría de mostrarse en estos pisos por un tiempo suficiente para escapar al piso seguro dentro de los túneles del tren,  pero si las opciones se acaban… Entonces no queda mucho para ellos. 

Debería renunciar a toda esperanza. 

Ada uno de estos pensamientos ruedan por su mente como lo hacen las bolas de tenis en una bolsa vieja, llena de agujeros que dejan salir alguna de estas. 

Como insta para mejorar como guardián. 

Ayudarlo a mantenerse frío ante el miedo aunque ellos sean quienes lo están torturando. Manteniendo horarios seguros para que los medios y Bunzo puedan moverse de una zona a otra. 

Talvez era el costo de los fuerte el soportar las afiladas dentadura de quienes los siguen. Puede que el mismo gato ya lo sepa. 

El ave no sabe qué está pasando con todos ellos. 

Cuanto más se mantendrán cuerdos antes de que el último muriera por estos enemigos o por ellos mismos. 

Esta vez. Para su infortunio. La respuesta aparece al abrir la puerta con la computadora que debe manipular.  

-Creo que ustedes no son tan sorprendentes.- lo dice como reflejo al ver a esa criatura rosa en una pared alta y al otro en la esquina. Esa rata observando con esas miradas eternamente maliciosas. 

-No somos la sorpresa. - le responde la chica rosa sobre la pared. 

El ave salta hacia atrás tratando de huir o dar una señal. 

Más fuera de la habitación esa oveja atrapó su pierna entre los dientes. Arranca ese hueso de un tirón. 

El ave cae al suelo sin tenerse. Intenta gritar más la rata cae sobre su espalda, mordiendo su cuello tira de su mandíbula junto a la oveja. 

Puede que lo esperara pero no era así cómo quería morir. La oportunidad se fue con Hoppy. 

Ahora puede ser contraproducente ese plan desesperado. 

Lo piensa frío aunque sienta tanto olor y esté tan asustado. 

Tan solo el recuerdo de esa coneja esperándolo es un arrepentimiento.

Solo pensado en el recuerdo clave para saber a quién extrañaba todo este tiempo. 

Mercy y Misery. 

 

El cuello del ave amarilla se rinde soltando su cabeza. Esa rata retrocede con está en si poder, dejando a las chicas abrirlo por la columna. 

Claro que dentro estaba la sorpresa. 

esas tantas piezas de cartón enbolsadas. 

Esa dinamita está lista para ser el regalo para alguien.

 

 

 

 

 

 

La bodega de las oficinas tenían antes un espacio de hongos para decorar. No quedaba ni uno solo. Todos fueron comidos y esas macetas tan lindas fueron pisoteadas hace mucho tiempo. 

El ingeniero recuerda haber tenido un par de descansos sentado junto a estas macetas. La mano amarilla de Huggy lo trae de vuelta al mundo al empujarlo con los nudillos. 

-No te quedes quieto. - lo aconseja sin detenerse el mismo. 

Su siguiente objetivo era el cableado de otro edificio. 

Dentro de La Juguetería. Al haber logrado conectar los cables de las oficinas. Habiendo entrado por debajo, por los túneles de aire, a este otro edificio sellado por fuera.  

El paso de ese humano es lento al salir de la bodega. 

Donde Henry entró por los cables de este sistema sobreviviente después de esa explosión. 

-No puedo creer que DogDay tuviera bombas y no nos diera alguna. - reclama observando por una ventana el estado de ese lado del domo de la guardería. 

Huggy pasa detrás de él, asoma la cabeza y sigue sus pasos. 

-No creo que fuera el perro.- es su opinión más que una realidad que de por hecha. 

Henry sonríe aunque no sienta que sea una razón para hacerlo. 

-¿Entonces quién pudo ser?- le pregunta buscando las conexiones. 

Huggy lo detiene. Observando a unos pisos sobre ellos. 

Henry levanta la cabeza. 

Lo ve. 

De espaldas a ellos es ese gato el objetivo de sus ojos. observa a un punto en ese lugar, colgando su larga cola por el borde del pasillo. Meciéndose lentamente esa cola larga y tupida. 

 

 

En aquel piso se encuentra el último de sus objetos preciados. 

El cuadro que no pintó él pero le gustaba. 

Le gustaba pasar el dorso de la pata para limpiarlo. Diluyéndose en sus ojos la imagen de esos niños juntos en el recuerdo de un mundo agridulce. 

Preguntando si esto sería todo. Ya decepcionó a Dios otra vez perdiendo su territorio. 

Su puesto estaba amenazado por su ineptitud y su falta de decisión lo hizo llegar a esto. 

El ocasionó todo este dolor innecesario al ser tan débil. 

Estos pensamientos son cortados de muchas formas. 

Tanto por dentro como por fuera. 

Levanta el cuerpo revisando su rabo. Cosa que lo hace comprobar que estaba cortado a la mitad. Mira abajo comprobando quién lo mordió y que no fuera el peor de todos. 

 No lo es pero no por eso era bueno saberlo. 

-Huggy. - gruñe. 

Ese gigante azul le sonrie tragando se su cola. 

-No venimos a jugar. - 

El gato retrocede con lo siguiente que le lanzaron y fue Henry. 

Una granada de pintura. 

Esto lo hace rugir agarrándose la cabeza. Entre gritos. 

Sus ojos no deberían sentir este dolor. Algo debieron agregarle…

Cristales.

Ese par es rudo. Debe reconocerlo y aguantarlo para seguirles el ritmo. 

El tirón a sus orejas deja en claro que este gigante no planeaba ser humilda en su ataque. 

Quieren matarlo. Buscan que se rompa las patas por su peso al caer. 

El gato logra frenar su ataque pero no así seguirlos. Debe esperar a que sus ojos se limpien con la hemorragia y sanen de una vez. Que sanen a tiempo. 

Cosa que siente como lo agota. 

-¡¡Abandona mi casa, Huggy, traidor!!- ordena una vez puede ver por un ojo. Deja el edificio. Mira ese cable evitando lo por todo lo ue np puede ocultar como un trauma tras quemarse por esos cables hace tanto tiempo. Corre buscándolos, evitando la torre y murando de lejos. 

Dios cada vez está más enojado por estas fallas en su carácter. 

-¿A quién buscas?- ríe esa voz seria y fría de arte del gigante azul. 

Desde arriba. 

No es su figura de piedra. Esa hace tiempo comió polvo. 

Es la figura de Dog Day la que ese gigante hace caer directo al suelo. Sobre él. 

Lo esquiva y mira como este se esconde tras las otras figuras. 

Correr sobre la torre buscándolo. 

Otra vez hizo ese truco de escaparse en la nada.

El gato ruge mirando a donde podía. Usa la nariz pero aun la tiene cubierta de pintura. Corre y lo busca. 

Grita frustrado casi caer por el borde al olvidar en su corta vista que ya no había una PlayHouse. Sus patas tiemblan sin saber a dónde ir. 

Piensa, lo hace en serio. 

Debe encontrar lo peor que le podrían hacer justo ahora. 

Es escuchar el anuncio del almuerzo lo que le hace estallar. Sujetándose la cabeza entre los gritos de rabia en su pecho. 

Solo escuchando esa grabación médica. Como esos médicos lo revisaron hace años. Escuchandose lamentarse y llorar. 

Débil. Debe ir a pagarlos pero algo es más importante. Es un poco difícil recordarlo y a la vez muy claro. 

La pintura y los vidrios en esta pintura verde. Corre de vuelta sobre sus pasos a La Juguetería. 

Trepa por los bordes para volver a su lugar de salida. 

Esa pintura y su último recuerdo se encuentran unidos. Sus patas en vez de limpiarlo la destrozó en su totalidad. Intenta recuperar aunque sea a esos dos pero solo la desgarra al estar desgarrado. 

No queda nada de ellos. Nada. 

No hay más niños felices en un sueño. No hay mentiras a las que aferrarse. 

No hay pasado juntos. Solo es él cubierto de pintura verde, cristales y su propia sangre. 

Escuchando como esos científicos se divertían lastimandolo hace algunos años. 

-¡¿Por qué hacen esto?!- grita a la ventana, más cercana.-¡¡Dios va a salvarlos, Dios es bueno!! ¡¡¡Dios va salvarnos!!!- repite su propio refugio en palabras. - ¡¡¿Porqué se resisten a ser salvados?!!-

Sus patas bajan al suelo. No le queda nada. 

Ya todo fue saqueado. Destruido y olvidado por cada una de las criaturas en este lugar. 

No le queda nada. 

Solo su último amigo.

-No. - exclama al recordarlo. Al recordar que esa alarma debió ser desactivada por el día. 

Rápido recuerda a esa ave. 

El debería apagar la alarma del almuerzo. 

Sus pasos ya no son lentos. Corre. Se siente casi de nuevo en ese momento de su vida cuando hacerlo era sencillo y estos huesos llenos de heridas no lo resentian. Ni rastro de pintura o su repetitivo dolor de cabeza. 

Nada lo hace detenerse hasta la zona de oficinas qué apenas se sostiene de un par de cables tras la escuela. 

Puede ver por una ventana a esa maestra moverse. La ignora, de todos modos estaba loca. 

Sigue adelante, trepando a saltos el metal de los restos del domo para buscar a ese pollo. Entrar conlleva tropezar con pedazos del techo y las sillas tiradas. La alfombra levantada por esas garras conocidas. 

La oficina está sucia. Mucho más de lo que debería. 

-¡Kickin!- grita buscando entre los salones. 

Talvez no grito. Quizás solo estaba arrastrándose como siempre y pasando entre los cuartos. Quizás por eso todo se ve borroso. 

Es eso. Definitivamente por eso no le sorprendió ver esa cabeza clavada en un hierro sobre un escritorio y la computadora que podría usar para apagar la alarma destruida. 

Lo condenan a escuchar esto desde hoy. A escucharse y escuchar esas risas o a cerrar los conductos de aire para La Guardería. 

Lo quieren matar. Serán pacientes como hasta ahora. 

Eso le dice el mensaje dejado para él. 

Nada menos dramático qué los cuerpos de Bunzo y pequeños Bobby en las vigas. No. 

Solo es la cabeza de su último amigo real clavada en un pedazo de metal y sin su cuerpo cerca.

 

 

Quedan un par de minutos frente a él. Solo observando como esa sangre ya coágulo y no hay movimiento de parte de nuevas gotas de sangre. Eso solo significa que el cuerpo ya no estaba luchando por mantenerse vivo. 

No hay órganos cardíacos conectados ni por tiras de carne a su columna. No hay nada más que una cabeza. 

Es solo una cabeza la que le queda otra vez. 

Deja que su trasero vuelva al suelo al sentarse sin gracia y mirarlo para entender cómo pudo suceder esto. 

Es claro que por el poco ruido fue alguien grande y fuerte. Uno más grande que Kickin y sus 1,77. Era definitivamente uno grande y suficientemente rápido para atraparlo antes de que pudiera intentar defenderse con el crecimiento de sus propios huesos. 

Hicieron pedazos a Kickin cuando no miraba. En silencio y sin que se diera cuenta. 

El ruido se reproduce por esos sesenta minutos que dura. Los mismos qué se mantuvo junto a su única compañía. 

Su pata empuja la alfombra para ver el suelo sucio por la sangre del ave. 

Escribiendo en esta.

Una duda. 

Una incógnita. 

Algo que siempre se preguntó. 

Incluso sin conocer a su dios. 

¿Porqué permites que sufra de esta manera? 

A fi sus ojos dejan cae ese líquido rojo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre las celdas ese cuerpo más pequeño que cualquiera de ellos ha sido colgado de los brazos frente a todos en ese salón de almuerzo tan parecido a una prisión. Colgando por encima de sus cabezas como lo haría una presa de cazador. 

-Es el pavo relleno más corriente que vi. - apunta ese dragón. No se acerca, nervios les observa de fondo. Su personalidad sigue retorcida. 

La rana, apartada de todos, observa al ave pero su atención baja a las cosas en el suelo. 

-¿Qué es lo que traía consigo Kickin?- les pregunta. 

La mirada de la rana va hacia él. 

El cocodrilo se mueve cubriéndolo con su cuerpo. 

-Respuestas. - ordena una única palabra. 

La rana retrocede aún esperando escuchar las respuestas para su curiosidad. 

-Es lo que les quedaba de oportunidad a esos viejitos. - ríe la oveja levantando uno solo de estos. 

Es caricaturesco ver lo que llevan al principio esos tubos de metal y cartón. 

Una tira de lazo. 

Es lento o inmediato para los cuatro qué no subieron, el descubrir lo que era. Lo que tenían ahora ellos en su hogar bajo tierra y con miles de toneladas de concreto y tierra capaz de matarlos más rápido que ser comidos vivos.

-¿Porqué diablos trajiste eso aquí, Baba?- cuestiona Licky retrocediendo hasta la puerta. 

-Nosotros o ellos. - responde esa criatura azul tomando el tubo de las patas de Baba. 

Esta le mira fijo al ser sujetada y llevada a un lado. 

-Nosotros o ellos, y definitivamente. Nosotros, esa es la respuesta a todo.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y por si no logro actualizar antes de , ¡Feliz año nuevo!
Yo sigo escribiendo , claro , pero me gana el sueño.
Lamento que no sea tan feliz como debería por estas fechas.
Buenas noches.

Chapter 92

Notes:

Feliz año nuevo

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

-No sabemos qué podría pasar si lo usas. - 

-Sabemos que sucederá si no los usamos ¡Nada!- le recuerda la criatura roja. - Llevamos años haciendo lo mismo : Nada.-

Esta ave revisa estos tubos de cartón. El agreste solo de la pólvora y su peso en sus manos. 

-Nos podría caer encima toda la fábrica. - lo advierte sutilmente. 

El dragón ya no es tímido ni dormilón. Ahora esas ideas que antes decidían ocultar, saltan explotan como lo hará esta dinamita. 

-Pués qué así sea.- mira esa ave por la esquina del ojo. Su cola baja y esos ojos apagados.-No dejes que la cobardía de Licky se te contagie. - aconseja sin detener su avance ansioso en círculos. 

El ave sujeta sus manos una contra otra y parece tener algo que decirle para detenerlo. 

-Simon... Mako tampoco nos dio permiso para hacer esto.- 

El dragón detiene sus pasos, girando la cabeza lentamente a su dirección. 

-Eres libre de irte. - lo dice sin más emoción. 

Esta ave se niega aun en el barco. 

El dragón vuelve a caminar. Esta vez el ave se convence de mantenerse en silencio. 

Observa como ese dragón avanza una vez salieron del ascensor activado en algún punto de la noche. Mira de nuevo este lugar como lo hace un turista con viejas ruinas. Robándose una caja de clips de la mesa cercana a la televisión de la sala del ascensor. 

Entre los dos hay una gran tensión al estar desobedeciendo a las líderes y a Papá. Caminando con los hombros tensos. Cargando objetos que se les prohibió usar hasta que la planificación de papá, respecto a los humanos invasores, ahora más que hundidos en este desastre. 

Lo suficientemente tensos para perderse de la presencia de la linda criatura rosada pegada a un muro entre este ascensor y tras un televisor, dejando de respirar. 

La gravedad de la presencia de este par de grandes del sótano era inverosímil. Eran criaturas de plástico a punto de ser alcanzados por la llamarada del único juguete contra fuego. Poppy en su hombro sujeta el teléfono, tocando el botón con mucho cuidado. 

-¿Qué fue eso?- pregunta el ave deteniéndose apuntó de salir de la sala. 

La muñeca mira a Kissy con una disculpa clara en los ojos. 

Missy aprieta los brazos contra su cuerpo. Esta lista para sacar de aquí a Poppy. 

Poppy aprieta el teléfono contra su pecho. Tiembla resistiéndose a respirar muy fuerte. 

-¡Algo arriba!- avisa el dragón esquivando la caída de una ligera hilera de hilos rojos. Es el humo rojo de CatNap.Los dos se apartan antes de ser siquiera tocados por este violento torrente. 

El siguiente ruido es uno que hasta ellas pueden escuchar. Sobresaltandose con el rugido agudo de ese gigante azul. 

Es metal chocando. Es una confrontación a pocos pisos por encima de ellos. 

Los dos buscan la confrontación a pasos rápidos. 

Kissy vuelve lentamente a su estado base. Abraza a la muy tensa Poppy. 

-Debo avisarle a Ollie. - murmura quitando el dedo del botón. 

Con el siguiente click esa ave negra aterriza a un lado de este pequeño espacio. Mirándola. 

Para Missy fue un parpadeo mortal. No pudo ni prepararse para la llegada de este chico. Busca desesperadamente una salida para ambas o al menos para la preciosa Poppy. 

Más sus ojos chocan con esas pupilas blancas. 

Solo esa cara poco amable les hace quedarse en blanco. Temblando en sus lugares. 

Esta criatura inclina su larguirucho cuerpo azabache, nublando sus ojos con las sombras de la luz naranja encima de sus cuerpos, tal figura crea una sombra acercándose a Poppy. Es lento. Muy lento. 

Es directo su gesto al robar algo de su vestido con un movimiento rápido a diferencia de su anterior acercamiento Su objetivo es un pedazo sucio de su vestido, parte de los encajes manchados con algo que ese humano le dio después de Huggy. 

Kissy la aparta justo al ser arrebatado el objeto que llamó la atención del ave. La protege como quien cuida un objeto valioso, aferrándose a su muñeca y una posible amiga que no dejaría ir fácilmente. Protegiendo la de esos ojos con sus manos amarillas. 

El ave deja que ella tenga una crisis, concentrado en este pedazo de vestido. Lo lleva a su boca. 

Era crema de maní. 

El plumaje exaltado delata cuanto esto lo sorprende, volando de su cuello al suelo.

El cerebro del chico dentro del ave era un anterior Bubba. Nunca olvidaría nada. 

Nada sería olvidado. 

Entonces este sabor debe ser real. Así como el nudo. Las voces. 

El aroma a cerveza en el aire y las invasiones humanas.

El avistamiento de DogDay en mejores condiciones que nunca en años justo en el territorio de Mommy hace tan solo unas horas, la caería armando se en contra de Bixy y su traición. 

Esas plumas ya sacudidas, caen. Como la venda de sus ojos y ese nudo vuelve a conectarlo con el pasado. 

Añadiendo a los horrores el consuelo vacío de esta criatura y sus mentiras. 

-El no era papá.- farfulla sujetándose las plumas de la cabeza. Esto lo hace ver como el ave que se baña en un pozo de agua, más ahora solo es un chico intentando armar sus piezas nuevamente. Volver al lugar seguro de las mentiras cálidas. 

De la jaula. 

De vuelta donde no hay mejores compañeros que sus amigos. 

Tratando de apagar las alarmas en su cabeza para poder regresar a ser un ignorante. 

Más él era un cuervo. 

Los cuervos nunca olvidan y mucho menos perdonan. 

Recordando ahora todos y cada uno de los horrores cometidos en nombre de un papá farsante. Cruel y engreído. 

Todo cobra sentido. 

No era por amor, ni porque los viera como sus hijos. 

Era por poder. 

Esta cosa los manipulo por poder pero ¿De qué le sirve saberlo ahora que ya no queda nada para ellos? ¿De qué sirve pelear contra él ahora que sabe que nada vale la pena? ¿Ahora que ya no le queda nada más que los chicos ahogándose en la misma mentira?

-¿Porqué no has vuelto?- 

Simon es parte del mismo grupo que él, definitivamente no iba a dejar que se quedara solo por más de un minuto completo. 

Poe se come ese pedazo de tela. Las mira como si fueran basura. 

Resentimiento. 

Porqué hace años, estas cosas hubieran podido delatar a todos los sonrientes pero como siempre ¡¡Solo callan!!

Robando el teléfono a Poppy, regresa con este en mano.

-Esto huele a Kissy Missy y a otra cosa. - le muestra el teléfono. -Debieron bajar cuando no nos veíamos. ¿No crees que deberíamos irnos? -

Simon olfatea el teléfono, subiendo su cabeza al picó del ave. No disimula su interés al invadir el espacio de este córvido, olfateando el interior de su pico vehemente.

-Mientes. - determina tan solo un segundo antes de correr a ese espacio tras el televisor. 

En este no hay nada. Solamente una ventila abierta en la pared. 

El ave viene a su espalda con pasos tranquilos. 

-¿Y qué encontraste?- le preguntó sujetando su cola como base para descansar, sobre su pico. -¿A qué olía mi boca?- cuestiona. -¿Acaso se te antojo comerme a besos?-

El dragón gira casi logrando tirarlo. 

-Tú estás haciendo algo y lo descubriré. - 

El ave estira la mano sabiendo que podría perderla en una llamarada. 

-Hay muchas cosas en mi cabeza que te puedo compartir con gusto.- susurra tirando del cierre en su pecho.-Simón.-

El dragón le empuja chocando sus miradas por un lapso muy pesado. 

Ese tiempo donde solo eran dos personas muy pérdidas en este mundo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diez minutos antes. 

 

-¿Qué diablos fue todo eso?-

El gigante azul deja de mirar al suelo. Saliendo de su estado disociado con una sonrisa. 

-¿Qué cosa?- está tan perdido que mira sus ojos perdidos. 

Henry apunta a las bocinas. 

-Eso… ¿Qué diablos era?- le pregunta pero a la vez, ya lo sabe. 

Un experimento. Claramente un estudio que llego al borde de ser simplemente un abuso sexual en toda forma. Era grafico y desagradable escuchar a un monstruo en tal situación en manos humanas. Henry pasó este tiempo quieto con los oídos cubiertos al llegar a entender parte de lo que el médico dictaba en notas. 

-Ya no tiene que ver con nosotros, así que no lo pienses. - le recomienda Huggy entre un par de gestos nerviosos.-Es un martes, eso queda claro.- 

Henry mira a las bocinas. Definitivamente fue un sistema programado. 

-¿Quién hizo que eso se reprodujera en la radio?- 

-Seguramente los otros sonrientes. - empuja a Henry para que siguieran con la tarea antes de que CatNap los ubicará en su terreno. Esta vez no lograron encontrar alguna máscara de gas. Nada qué pudiera ayudarles y ese perro solo tenía un conjunto más inclinado a evitar otro tipo de ataques. - Solo esos idiotas podían moverse con CatNap en el lugar. - 

Venía listo pero desinformado. Incongruente. Desafortunado. 

Esa pintura fue bastante inesperada. Interesante. Impresionante. 

El teléfono suena haciendo a Henry saltar casi un metro desde el suelo. 

Huggy no puede contenerse y comienza a reírse entre dientes. Cubriéndose la boca con ambas manos. 

Henry responde la llamada sin mirar a Huggy con gran vergüenza. 

-Tienen que huir. - advierte la voz infantil. - CatNap no está feliz con ustedes , y no quiero que los lastime.-

Henry sujeta a Wuggy avanzando con el gigante a su espalda. 

-Ya completaste el circuito, ahora solo falta que lleves la batería a la mesa de control y dirijas el humo rojo.- parece tomarse un piro. - CatNap no es el único con ustedes. Suerte.- cuelga dejándolos continuará. 

Henry bufa guardando el teléfono en el bolsillo. 

-¿Puedes creerle a esta perra?-

La cara de Henry se tornó pálida al escuchar el insulto de Huggy para Ollie. 

-Solo escuchalo “Has esto, hagan aquello, buena suerte, me pica el culo” harta. - 

Henry le mira con el ceño fruncido. 

–Es un aliado, Huggy. - se lo recuerda sin decir más sobre el comportamiento infantil de Huggy. 

El gigante azul gruñe. 

-No se si estás celoso o asustado. - 

El gran azul le atrapa la cabeza. 

-Estamos en el territorio del maldito qué da de comer vivos a sus enemigos a un enjambre de monstruos más parecidos a gusanos hambrientos qué se meten por debajo de tu piel y tardas meses en morir. No estoy en paz. - 

-Lo siento. - 

-Además el tipo es demasiado amable contigo. - 

Estaba celoso. 

Henry lo mira por unos segundos para superar el ridículo dentro de toda esta discusión retorcida. 

-Huggy, ¿Te puedo molestar? Tu puedes decirme algo-

-Si, es real. Paso y no preguntes más. - 

El humano deja de sonreír. El saber que los dos hablaban de la misma escena íntima de los dos en sus recuerdos y saber que fue real. Deja algo raro en sus corazones. 

Algo que estremece al gigante que puede recordar lo cómoda que era esta piel en ese momento y a la vez dejar al humano atrapado con la mortificación de no saber si sus acciones fueron enteramente consensuadas o solo se aprovechó del gigante vulnerable. 

-¿Cómo te sientes con eso, Roger?- le pregunta nervioso.

Wuggy detiene sus pasos. 

-Me sentí humano. - suspira mirando a la gran computadora que Henry debía poner en marcha.-No creí que podría sentirme así. - 

-Aunque en realidad no hicimos todo lo que había qué.- murmura Henry tocando los controles de inicio. 

Este gigante inclina la cabeza a un lado. 

-No puedo creer eso.- lo pregunta frustrado por creerse hasta ahora un tipo experimentado.-¿Qué más se hace?- 

Esta vez el humano solo levanta la mirada. Fijándose sus ojos en los del gigante. Silencioso. 

Algo íntimo y privado hay en esa intensidad y en cómo mantiene un rostro tranquilo.Como si fuera la cosa más normal entre ellos. 

-Cuando se distraigan te lo enseñaré. - 

Esta vez el gigante debe aceptar que no puede competir con esa mirada. Bajando la cabeza se cubre la boca. Cubre la saliva qué escapa y no entiende porque, cuando en realidad no quería comerse a Henry. 

Esto era un sentimiento muy distinto. Nada como lo era otro en el mundo hasta ahora. 

Fuera de esas preocupantes ilusiones, el mundo sigue girando. 

Las puertas se abren para ellos. 

Para quién espera del otro lado también. Exhalando sin rojo, solo un suspiro cargado de un fuerte odio. 

Enojado, erizado y lleno de sangre con pintura. Tan enojado que sus ojos brillaban entre el rojo de su humo y el dorado de la luna en su cuello. 

Ese gato los mira desde el otro lado de las compuertas

Henry por reflejo tira de Huggy pero este no se mueve. Más que listo para pelear. 

Si tan solo ese gato no tuviera el humo rojo de su lado. Esa ola no era tan mala ni nociva. 

-¡Aléjate!- le grita Henry. Este le sujeta de nuevo y pueden verse. 

Esto los recorre. Llega a sus venas. 

Porqué si él se queda Henry lo haría también. 

Por un momento volvieron a ser esos idiotas. Uno dejando la casa hogar junto con un futuro prometedor y del otro lado aquel que se quedó solo con la muerte. Nada. 

Donde el otro no está, es exactamente donde no deseaban ir. 

Ese gato intenta atraparlo con las garras y una ola de humo. 

Contrario a la usual personalidad del gigante azul, esta vez no se quedó a pelear aunque estuviera en obvia desventaja. 

Por primera vez ese gigante huye. Corre esos tres pasos para subir con el humano a esa plataforma. 

Al fin tiene una razón para no quedarse plantado en una sola zona designada. 

Quiere moverse y lo hará, porque ya hay alguien que lo acompañará. 

El gato trepa por las rejas detrás de ellos, tan lento como siempre fingía ser. Respira más de ese humo. 

Tan silencioso como siempre. 

 Lo pierden de vista en una sección cerrada y oscura por estas luces rojas. 

 El humo, su efecto, ya dobla la espalda de Huggy más perdido que al inicio. Sigue como un reflejo a Henry. Acostándose en esa sala abierta. 

Henry debe leer las advertencias e instrucciones para recordar cómo usar esta parte de la fábrica. Primeramente, necesita la mano morada. 

-No tengo la mano morada. - murmura revisando lo que ya sabe. No hay mano morada ni naranja. ninguna de estas las pudo recolectar al estar acompañado por el gigante azul.-No tengo la… No… ¡¡Matame, Roger, matame!!- gritó agarrando a Huggy por su lindo moño. 

-¡¿Qué, porqué?! ¡Estamos tan cerca! ¡Henry!- es Huggy ya muy asustado y sin poder salir del mal viaje para interrogar lo bien.

Henry comienza a chillar entre gritos, escuchando de fondo el conteo de las puertas. 

-¡¡Porque olvide la puta mano morada, no traje la puta mano morada!! ¡¡Puta madre, Roger!!-

 

Dicha mano sigue en el mismo lugar. Entre los escombros y las grandes huellas de sangre y pintura en el camino. Seguido por el dragón rojo y el cuervo. La compañía del otro había nublado el juicio de ambos, tanto como la memoria o el sentido comun de un ya conocido idiota enamorado como Henry. Perdido en la presencia del gigante azul y su sorpresiva decisión de responder a sus preguntas. Como hace años cuando decidió que era buena idea drogarse y correr a llorar a los pies del gigante azul. Pura estupidez que los ponía en peligro mortal antes y aún ahora. 

Los dos gigantes siguieron adelante. Seguidos por el humano y su paso tranquilo. 

-Está pasando algo allá arriba. - le avisa a su compañero. 

Este miró al techo tan alto. 

-Usa esas manitas para algo bueno.- pide sacando un par de cosas de la bolsa de su espalda. 

-... Eres como un estúpido y a la vez un genio. - sonríe Ryan al ver esa bolsa inflable en sus manos. 

La sonrisa del perro cobra sentido con una carcajada nerviosa. 

-Un genio había traído la bomba. - toma la manguera para inflar con un suplido forzado al poner esa manguera en su boca y soplar cubriendo el resto con las manos. 

-No puedo creer que seamos los refuerzos. - Ryan observa el techo preocupado. 

 

 

-¡¡¡No quiero que él me mate, Roger!!!- sus gritos golpean los embotados tímpanos de Huggy junto con las sacudidas a su pelaje. Un humano seguro hubiera gritado si alguien les tiraba del pelo del pecho, el solo mira a Henry con una sonrisa creciente. -¡¿Crees que quiero eso?! ¡¡Prefiero morir por tu mano que por un simpático loco satanista y freek!! ¡¡¡Roger!!!-

Huggy lo mira medio dormido y aun así pudo responderle con tristeza. Recordando el gran aliento de vida que sintió hace unos segundos apenas. 

-Estas pendejo, dulce mío. - sonríe inclinándose.-Siempre supe que lo estabas. Solo un pendejo haría juegos tan enredados como tú. Por eso nadie quería jugar a dragones y calabozos con nosotros.-

Henry sonríe avergonzado y tan enojado consigo mismo como al inicio. 

-Roger, ¿Podrías ayudarme?- lo pide con la cara roja.-Como cuando les pegaste para que jugarán con nosotros. - 

Este gigante azul se arrastra, indagando la utilidad de estas extremidades suyas con los ojos más cerrados que abiertos. 

-En lo que necesites, caramelo. - le sonríe. 

Ahora que lo pensaba detenidamente… Huggy sonríe al estar enojado. 

Henry dio una rápida mirada y comprueba que Huggy tiene los nudillos bastante saltados. Exceptuando el control vago de la rabia por parte de Huggy, Henry se ve inmerso en el hipnótico movimiento de esa espalda y sus brazos largos. 

En realidad le parecía lindo, aunque no fuera momento para pensar en eso. 

-Debo saltar de plataforma a plataforma y salir para activar esto. - le describe la primera necesidad a cubrir entre ellos. 

Huggy rueda sentándose bastante doblado. Toma su cintura en una mano. 

Lo que sucede es algo que ellos no entienden. 

El humo ya debería haberlos matado pero solo son un par de estúpidos sobreviviendo a duras penas. 

Los sentidos de Huggy le dicen que CatNap estaba enfrente pero siempre lo huele encima de su cabeza. Lo puede escuchar por un costado. 

Puede olerlo moverse a su espalda. Esta confusión debía ser la razón por la que las criaturas del sótano aún no los invadían. Solo CatNap podría devolverlos. 

¿Qué sucedería si lo mataran? ¿Ellos saldrían a jugar?

Puede que no deban hacerse tantas preguntas. 

No cuando entre los saltos qué ayuda a Henry a efectuar más de una vez lo hacen caer y de cara y solo puede seguir la guía de Henry por el toque en su mano. 

Ese toque es lo único que lo ayuda a salir del túnel. 

Un túnel lleno de él atrapado en las mesas de operaciones. Con esos cuchillos en sus entrañas y las pinzas sosteniendo su pellejo en alto. 

La sangre de sus propias heridas. 

La sangre de otras criaturas. 

La carne de algunos de sus últimos amigos metidas en su boca. 

Su último día junto a Henry.

Ese beso de despedida tan pero tan estúpido. 

Paso cada día de espera en esa puerta y mordiéndose la herida en la boca. Una herida causada por el choque de sus dientes. Pensando en esa lengua lambiendo sus labios antes de que ese idiota se fuera corriendo. 

Pensando en lo que fue ese acto y a donde debería haber ido. Preguntándose si desperdició su tiempo peleando con Henry cuando esa era la respuesta a porqué muchas veces se encontraba tan obsesionado con su presencia. Con sus ojos y sus palabras sin sentido. 

Cuántas veces su amigo le estaba contando mierda sin sentido que no escuchaba pero solo era capaz de mirar su boca sonriente. 

Puede salir de las pesadillas pero no terminan. 

Ya no es ese pequeño de quince años plantado en una puerta de un orfanato, no era ese chico sino un idiota más en esta vida. No era nada más que un monstruo que observaba ese recuerdo en su propia puerta. 

Atrapados en esa misma entrada. Sin salir ni querer ir más adentro en la prisión que los contenía.

Mirando una y otra vez como ese chico, ese hombre los confundía con sentimientos tan divinos y desaparecía dejándolo más roto cada vez que los obligaba a quebrar su exoesqueleto para amarlo un poco más cada día. Deseaba tanto… Tanto sentirse amado. 

Que dejara de doler cada roce y por fin dejarse llevar sin miedo. 

Lo deseaba tanto que estaba apunto de enloquecer. 

O ya estaba loco. 

Solo los locos sobreviven a este mundo, a estas tretas y su malicia. 

-Solo sácame de aquí, Henry. - 

El humano escucha ese pedido al caer al fin el gigante. 

Su aliento espeso sacude el humo, lo inhala claramente. 

 

Esto hace que las orejas del gato en el techo se sacudan. 

-Lo comienza a resistir… - murmura. 

Este humano era diferente a otros. 

No debe vivir más tiempo. No hay ya nada que proteger pero aun no podía dejar ir. 

 

 

En el primer piso ese perro hizo su usual giro en todos sus jodidos planes de doble filo. Marcando con una mancha de sangre el punto por donde deberían aterrizar al centro. 

Toma distancia sosteniendo una de las ballestas. 

-Esa cosa vendrá apoyar a Theodore.- le apunta a Ryan. - Quita de las paredes y pisa el acero más sordo. - 

El humano decide pararse en la misma zona que él. 

-No creo que puedas… hacer algo desde qui.- 

-Puedo ver los efectos de la pelea y esa cosa caer. Puedo hacer algo. - 

Los necios son grandes o solo demasiado positivos.

 

 

 

 

Henry termina con el último salto al estar en lo alto, corriendo a tomar la carga eléctrica antes de que esta se termine. Su intención era cerrar las puertas de esta zona con Huggy dentro y solo enfrentar al gato. 

No era saltar por los aires por culpa de la carga eléctrica. 

Casi cae sobre Huggy, necesita unos segundos para recuperarse pero eso no estaba en su posibilidades. 

No cuando algo, más que una sola cosa, se saliera de control. 

La llegada de ese gato es de arriba. Mirándolo en ese desmejorado estado y su avance seguro a su dirección. 

Pensó en estirar esa mano para golpearlo, tratando de guiar su furia solo a él hasta que Wuggy pudiera despertar y ponerse de pie. 

Cosa que no pudo hacer en su totalidad. Para nada las cosas salieron como deberían. 

Algo salió de detrás del gato haciendo que este mismo volteara atrás. 

Es suficiente ese pequeño lapso para ver la figura roja al final del pasillo. Soplando fuego. 

Entraron a su territorio. 

CatNap eriza el pellejo al ver a estas criaturas, las que se supone que no deberían salir de contención, en su maldita nariz.

Notando ahora más que nunca el olor en ellos. 

Tocaron el cadáver Kickin. Ellos tenían a Kickin. 

Su rabia lo hace inconsciente de lo que venía por encima de su cabeza. 

El gato ruge mas la mano eléctrica de Henry toca ese objeto. 

Estallando a quema ropa sobre el gato. Contra su costado. 

El horror empeora con la gran ola de fuego sobre sus cabezas. 

Henry alcanza a tirarse al suelo. Escuchando chillidos de ultratumba, grotescos y profundos, atravesando las paredes. 

No es el gato, este ya estaba en el suelo con la cabeza entre las garras. Mirando al fuego con las orejas bajas. 

Esta explosión había abierto las ventilas, debilitado las paredes. Esparcido el gas y por consiguiente el fuego va consigo. Quemando todo lo que se encuentre en su interior. 

Incluyendo al siempre presente monstruo tras los muros. 

 

 

En el piso inferior el perro escuchó los gritos. Disparando esa ballesta directo a la ventila. Donde el eco era menor. Este montón de cables son tirados al interior. Logró penetrar. 

Cómo cazar con arpón. Lo lógico sería tirar del cable.

Más él está solo. Y sus intenciones no son pelear en desventaja. No ahora. 

Aún así ese cable arrastrándose a gran velocidad por la ventila es difícil de dejar ir. 

-¿Por qué hiciste eso?- pregunta Ryan al verlo quedarse con la segunda en manos. Sin moverse una vez lo deja irse. 

 

 

Este perro siente vergüenza. Mucha vergüenza al decidir ser sincero. 

-No puedo vencerlo.- admite. - Necesito a mis compañeros. Es más grande y fuerte qué ese día. - ríe sin gracia. -Puedo pelear y morir o algo más pero no serviría de nada.- mira al techo destrozado.-¡El suelo es seguro!- avisa esperando que Hugg pudiera escapar. Tan solo pensando en seguir sin mostrarse. 

Hasta ahora era la mejor decisión. Por tanto lo haría aún así. 

Oculto. 

 

 

Los gritos de esa criatura son elastómeros. Son preguntas y rabia. Sufre. 

-¡¡Dios!!- gritó el gato al escuchar el lamento de su creador. Recuerda. 

El suelo bajó y su cuerpo al fin se rinde. Mira por última vez a ese dragón aterrado por las consecuencias de sus acciones y al cuervo agachado con un rostro no mejor que él primero. 

-No puedo perdonar más que esto. -

Intenta ponerse de pie para castigarlos, matarlos. Acabarlos.

Huggy en un momento un arranque tan fuerte como su rugido cargado con tanta rabia como terror, golpea con ambos puños el suelo frente a ellos. 

Henry quedó bajo su pecho, mirando como el metal se rinde entre las patas del gato. 

Este felino intenta librarse más del suelo ya no puede con él, esa explosión y el fuego. Mucho menos con la fuerza de un gigante furioso. Con ello el fuego en su pelaje se ve asfixiado al caer. 

-¡¡¡¿Cómo se atreven a herir a Dios?!!! - ruge al caer por el agujero causado por esa insulsa explosión. Cae directo contra el suelo, quebrándose las patas por cuestiones de su propio peso y forma de caer por culpa de la explosión. 

Sus tímpanos y su equilibrio atrofiado por tantas situaciones una tras otra. 

Su pelo arde, su piel y sus ojos apenas puede usarlos para ver a su alrededor. En la sala de computadoras su cuerpo queda bajo la luz de las lámparas. La computadora marca un avance corto para todo lo que venía a su lugar. Todas y cada una de las muchas voces que suplicaron hasta ahora. 

Hasta este momento. 

Tantas veces les perdono. Tantas veces que se desgarró para lograr salvarlos. 

Para creer. Para seguir con ese listado de amores soñados. Para aferrarse a la esperanza de volver a unirse con ellos una vez todo acabará y fueran libres. 

-Hirieron a Dios, aunque nos protege… Aunque él nos salvará y nos liberará. Lo han lastimado. Malditos. - 

-No, lo que voy hacer es mucho más que herir a ese dios tuyo, mi amor. - 

Gira la cabeza demasiado tarde para detener o tan solo esquivar esas varillas disparadas a su torso. 

Grita girando, más en un solo parpadeo esa figura atraviesa su indecisa defensa con un corte profundo en su vientre. Es frío. 

Era claro. 

Esta persona sabe dónde está el contenedor.  

Lo conoce muy bien. 

No hay como pensar que no era de esta forma cuando este usa una segunda ballesta dentro de su boca para dejarlo quieto y apuñalar esta zona directamente. Esperando la explosión qué debería matarlos. 

La sorpresa por saber que ese perro estaba dispuesto a morir con él , fue un gran golpe para su mente ya dispersa. ¿Qué habría pasado con Jason?

No. 

Solo es el ruido y esa mirada fija en sus ojos. 

El contenedor ya no está lleno. 

El líquido tan ácido escapa causando un fuerte dolor pero ya no tiene ni la presión ni la fuerza para ser un peligro más allá de cocinar con su toxicidad al gato. 

Este gruñe por el dolor. 

-Eres un maldito hereje. - gruñe mirando a ese perro.

Él mismo levanta la mirada de su torso abierto a esos ojos. 

-Si quieres pensar que es a un hereje quién metiste entre tus piernas, está bien por mi, dulzura.- 

No hay lapso de tiempo para que este gato procese tal insulto. Fue tan inmediato como si ya lo hubiera escuchado antes. 

Este gato ruge intentando patearlo tan ofendido como lleno por el dolor. 

Más este perro no termina de herirlo. 

 Tirando de las varillas logra arrastrar cada una de sus entrañas fuera de este torso delgado. Nada de piedad. Fue brutal en todas las letras. 

Acabo con ese tejido para liberarlo. 

Con ello el mismo aditamento clavado a sus costillas, el contenedor que empujaba sus pulmones. 

Esto nunca hubiera sido posible de estar solo. 

De no tener tantas casualidades a su favor ni esas paranoicas pesadillas qué le hacían traer armas a este lugar donde se supone que debería haber entrado solo por sus amigos. Grita junto con el gato. 

Porque esta cosa ardía como el infierno en su mano por culpa de las toxinas. 

Porqué no deseaba hacer esto. 

Por qué ese gato le está arañando la espalda. 

Por qué simplemente hacerle esto a alguien que amaba le era tan difícil como traicionero. 

Patético. Tan solo pensando en desarmarlo. Tan solo deseando hablar con él pero quitándole su única defensa contra todo lo que vendría. 

Para el gato esto fue la culminante cereza del pastel de todos y cada una de las torturas qué vivió hasta ahora. Duele. Duele como el carajo.

Su voz queda en nada al gritar. 

Sintiendo entre el dolor una mano contraria posarse en su vientre. 

Tan suave como antaño. 

Ese toque tan gentil acompañado por esa voz profunda. 

-Porfavor, perdóname por todo. Perdóname, Theodore.- súplica tirando con un nuevo impulso al enrollar esos tubos conectados a tantos tornillos y carne. - Solo perdoname, una vez más por favor. Theodore. - sus fuerzas no lo traicionan esta vez. Ahora termina con esta cosa metida dentro del gatito. 

Con la máquina. 

No es posible contener esta clase de químicos si evolutivamente no se tiene el órgano base en el cuerpo. 

La vesícula o el vaso. No hay órgano humano capaz de contener tales químicos ni de dispersarse con tanta soltura. Desde los zorrillos a los insectos y sus disparos o incluso ese lagarto qué dispara sangre por sus ojos. 

Todo debe ser contenido en un saco muy poco tiempo antes de dispararlo.

El saco es el contenedor, el proceso de presión es aquella válvula. 

El disparador es el gatillo conectado a su columna vertebral. 

Convirtieron a Theodore en un malvado perfume de seis metros. Un objeto móvil, una cámara de gas y un arma. 

Al chico que solo deseaba sentarse junto a todos y escucharlos o jugar soccer cuando había más con él. Alguien que era un chico tímido, alguien que solo deseaba ayudar.

Alguien que defendía a personas que no conocía tan solo porque le parecía lo justo. 

Alguien tan solitario como asustado del mundo y su indiferencia. 

-¿Cómo pudieron hacerle esto?- suspira entre el dolor que se acaba al desaparecer la consciencia del gato con el último tornillo fuera de su columna y esas mangueras escurriendo. 

No ha sido fácil. 

Incluso cuando esas garras cayeron, lo hicieron tirando de su piel. Dejando surcos de carne, huesos rasgados y la superficie de sus pulmones descubierta. 

El desarmaba a Theodore y el gatito lo estaba matando. 

Puede verlo. Cuanta de su carne quedó en esas garras y como el suelo se llena con la sangre de los dos. El peso de lo que estaba haciendo golpea su consciencia. 

De nuevo en el presente. 

–Quema eso. - ordena sin poder hacer más que eso. Necesita retomar fuerzas antes de pensar en moverse. 

Solo observando al gato en el suelo con esos ojos apagados. 

Ryan al fin puede moverse. Habiendo sido testigo de todo. De principio a fin, observó. 

Como ese perro apenas salió vivo de los arañazos y las mordidas. 

Esa gran cantidad de cables, mangueras llenas de sangre y líquido rojo. El contenedor metálico y la forma en la que el contador de diez líneas verdes marcaba la mitad de la última. 

De su mochila saca una botella de gasolina. Sin dudar la esparce sobre este objeto. 

-Perro, esta cosa va a ser mala. - le advierte. 

El perro suspira, resaltando más que antes la fuerza de sus pulmones al llenarse, levanta el cuerpo recargándose en su rodilla. 

No es tan heroico como se podría esperar. 

Está cansado. Está herido. 

Está perdido y completamente superado por la situación. 

No gano. 

Todos lo hicieron. 

El solo no podría contra el gas. Talvez contra Theodore pero no contra el humo rojo. 

Ni contra ese gran monstruo en las paredes. Ese que parece haber huido por algo en los pisos superiores. 

-Debo sacar a Theodore de aquí. - le avisa a Ryan. 

Sujeta al gato por el collar de luna, al fin ese de hierro ya no está presente. Comenzando el camino con el cuerpo inclinado al frente. Ese gato deja el rastro de sangre consigo. 

Ryan le observa ir a la salida. Debe decirle uno de los muchos problemas que pronto se vería acarreando por culpa de sus decisiones. 

-El resto lo querrá muerto. - sacude la gasolina antes de lanzar la botella vacía.-Estarías traicionandolos.-

Ese perro no detiene su camino. Su decisión lo hace voltear para agarrar la cabeza del gato, seguido de su lomo y subirlo a sus hombros como una gran alfombra turca.

-No me importa. - suspira sin detenerse. - Los ayudé, hasta donde pude y también les fui inútil. Una y otra vez ellos hicieron todo sin necesitarme. - se giró a medias, llamándolo con un gesto. - Ya tengo lo que vine a buscar, vámonos a casa.-

Ryan suspira caminando tras el perro. 

No venía por nada más que por este deseo. En nombre de los deseos del niño al que manipulo en el pasado. 

Este desea regresar, él escuchara. 

Dejarán el infierno ya sea de buenas o de mala manera.

Deja un rastro de gasolina a su paso. Encendiéndose una vez dejan esta zona. 

El fuego necesita oxígeno, necesita un aire caliente, este carece de ambos por tanto ambos fue lento su recorrido.  

En el segundo piso Henry, quien observó esta confrontación y su resultado, esperaba el despertar de Huggy más no las acciones del perro. 

Manipulador, traicionero, convenenciero y miserable. 

Cada adjetivo qué escuchó contra este perro llegó al verlo irse con el gato en su poder. Puede odiarlo, Huggy lo odiaba, más lo comprendía. 

Vaya que entendía las razones de ese perro. 

Él también desearía dejar todo atrás con tal de salvar a Roger. 

Vuelve a un lado de Wuggy a ver el fuego casi llegar a las mangueras. 

 Este gigante no está demasiado presente y en más de una forma era peligroso. Tal vez estaba dejando a la suerte oo siendo arrogante al apostar porque este solo parecía demasiado débil para atacar. Quedándose acostado incluso cuando esas cosas explotaron, levantando una llamarada tan alta como para que incluso ellos la vieran.

-Siempre me gustaron más los cotorros. - murmura Huggy ya cansado de los dramas de perros y gatos. 

Henry suspira recargándose en su torso. 

-Estoy seguro de que en el fondo es porque ya casi cumples 30.- su mofa se acompaña con una caricia a la zona donde debería haber una barba. - Después los seguimos. - mira a la salida bastante apartada de ellos por ese agujero en el suelo. - No podremos salir con todos esos tipos en los pisos superiores, y mucho menos con lo que nos espera allá abajo. Están obligados a cooperar.- 

El gigante azul baja los ojos al suelo y ese precipicio. Podía confiar en que esos dos actuarían. según las palabras de Henry pero no era tan ingenuo para creer que eso sería todo para ellos. 

-Henry, allá abajo está el verdadero infierno, esto solo es una probada.- 

El humano le toma la mano. 

-Estaré contigo, así sea lo último que hagamos, será juntos.-lo consuela apretando los tres dedos que puede tomar en su mano. - Te amo tanto como a la misma vida. - 

El gigante exhala pesado, gira el rostro contra el suelo. Cosa emocional para contener la vergüenza y la alegría de por fin salir de una pesadilla con Henry a su lado. 

-Y ya que no hay nadie aquí, ¿Quieres follar?-

El gigante levantó la cabeza. 

-Si.- trato de decirlo claro pero su voz tiembla. - Aunque enrealidad quisiera decirte que no estoy listo justo ahora.No se que se tiene que hacer pero no creo estar en condiciones de no pasar vergüenzas.-

Henry cierra la distancia entre ellos, mirando sus ojos fijos. 

-Estoy seguro de que será bueno, cuando estemos listos. - 

Wuggy baja la mirada. 

-Empiezo a creer que solo te interesa eso de mi. - 

-Debo confesar que si, en gran parte si. - toca esos labios tan peligrosos.-Soñar contigo es espectacular, lo mejor de la vida está en los sueños donde tu estas, Huggy. - 

El gigante lo empuja y vuelve a hacerse una bolita. 

-Debo ser increíble. - trata de soñar arrogante. 

-Te defiendes, para alguien sin pene, lo haces mejor que el promedio. - 

Esta vez lo empujó suficientemente fuerte para tirarlo por ese agujero. El humano gritó dejando que el miedo escape con una carcajada nerviosa. 

Este monstruo salta tras él abrazándolo en la caída. Directa al fuego. 

-Yo también te amo. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Simon y Poe. Ambos miran al ascensor con rostros nerviosos. 

-No quiero volver. - murmura Poe. Sabían que morirían por algo peor si llegaban a bajar una vez más. 

-No debí traernos a este lugar. - gruñe Simon. - No debió pasar todo esto. - 

Poe mira al dragón por más de un segundo. 

-CatNap peleaba contra los invasores y ¿No te preguntas porque Papá no lo ayudaba?- 

Simon mueve la cola, volteando lentamente a su dirección. 

-No hables de eso. - ordena tensó. 

Poe levanta las manos sin más que decirle. 

-Esta bien, no volveré a quejarme. - observa al ascensor. - Pronto vendrán los invasores, vamos a escondernos. - 

Simon no se mueve. Mira a Poe entre un atisbo de nervios y sospecha.

-¿Tu también sentiste qué algo estaba mal con Papa?-le hace esta pregunta sin ocultar cuánto le preocupaba la respuesta. Cubriéndose con las garras gran parte de todo lo que era su boca. 

Poe siente sus plumas esponjarse. La presión tras sus secretos lo hacen confiar lentamente en este dragón. 

-Simon… Esa cosa no es papá. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Chapter 93

Notes:

Lento , capitulo lento. Y feliz primero de enero.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1991

A tres años de la hora de la alegría 

 

 

 

 

Dentro de los almacenes de Dulce Hogar hay seguridad media. Un par de adultos y la figura de algún de los sonrientes.

Ahora este niño atrapado por un cuidador deja atrás un grito y reclamos al ser atrapado por el brazo. 

-No puedes robar del almacén, esto es para todos y no solo para ti. - 

-¡A nosotros nunca nos dan de esto, siempre se lo dan a los visitantes! ¡No es justo!- reclama este niño. 

La respuesta a sus quejas es un fuerte bofeton por parte del cuidador. 

Excepto porque este brazo fue esquivando por un gestp rápido. 

-¡¡Pero que niño más atravieso, definitivamente debe es ser llevado al cuarto de castigo!!- canta la osa al robar al niño de los btazos del cuidador. Corre antes de permitir que le dijera algo o le exigirá devolver al niño. 

Este ríe al estar protegido por la osa y su peludo cuerpo de peluche. 

Este cuidador no les siguió al encontrarse recuperando el equilibrio en el suelo. Mirando a ese pasillo con el ceño fruncido. 

-Detesto a estos fenómenos. - murmura azotando la puerta del almacén privado. 

Dentro reina la oscuridad. Tan solo esas luces de mecanismos de ambiente se mantienen iluminados, marcando un camino sobre los pasillos fríos. 

Esta pasividad es interrumpida por un murmullo nervioso desde las sombras. 

-Na~ nana~ na~ nana~- comienza a tararear aquella canción que apenas es un murmullo para sus recuerdos. Llenándose con el sociego de esta melodía al esconderse dentro de una caja de madera de gran tamaño, el suficiente para él, tan solo por un objetivo : Dulces. 

Tiembla ansioso por la oscuridad y al ser el último de los niños en este almacén

Resiste la ansiedad por el tiemp suficiente para que esa puerta se volviera abrir y cerrar. Esto le avisa de la retirada de la cocinera y su oportunidad llega una vez esta puerta esta cerrada. 

Escapa de su escondite con los brazos arriba. 

Observa la oscuridad por un minuto antes de salir por completo de su escondite. Su objetivo es una gran mueble con esas cajas de latas con frutas en almíbar. Es grande y pesado. 

Esto no lo había pensado, quedando atrapado bajo esta caja al tirar de ella. 

Tiembla casi doblando se y dejándola caer. 

-No lo hagas así. - 

Su cara lucha entre el rojo y el verde. Sin decidirse a qué color tomar al ver esos ojos de plata de frente. 

Es ese perro de cuclillas. Había estado a su espalda desde el inicio. 

-No tengas miedo. - le detiene la caja al mantenerlo derecho con un simple toque en su espalda. - Tienes la estatura para cargar esto y más, no te rindas Carl. - lo suelta a medias, tan solo cuidando que no caiga al suelo. 

El niño tiembla al esforzarse por sostenerlo. 

-Podrías ayudar más. - le dice temblando con este gran peso sobre su cabeza. - DogDay, vamos. - pide ayuda tambaleandose. 

Este perro desgraciado le palmea con la punta de los dedos en las costillas. 

-Si tienes fuerzas para reirtr, las tienes para llevar esto. - sostiene en su espalda un par de latas aligerando su carga. 

-Vas bien, tu puedes. - anima empujandolo por el camino. 

Este niño tiembla, tropieza pero logra sostenerse con el equilibrio de su propio cuerpo. 

-Deberías ayudarme. - gruñe sudando bastante por culṕa de este peso sobre sus hombros y brazos. 

DogDay le devuelve las latas. Esto no hace diferencia con la actitud del niño. Demuestra sin querer como este se adapta al esfuerzo, incluso si este no lo sabe. 

-Eres un niño fuerte, Carl. Debes seguir así, eres inteligente y fuerte. No es una convinacion muy usual.-

-Si fueras amable , podrias ayudarme con esto en vez de slo animarme.- murmura enojado entre el peso y la presión. 

El perro levanta las manos entre unas risas. 

-Saliste bravo mi niño.- declara buscando su rostro. - Si resuelvo tus problemas te harás incapaz de hacerlo por ti mismo cuando yo no esté, ¿No llevas eso para tus amigos?- 

Este niño suspira dando un par de pasos rápidos a la puerta. 

-Espera. - avisa el perro. 

A fuerzas decide detenerse y mirar la úerta como lo hace el perro. 

-Mira la luz por debajo de la puerta.- le apunta al suelo. 

El niño mira a esa dirección, debiendo movimientos del otro lado. Algo se mueve lebto del otro lado. 

-Es uno de nosotros. Solo huelelo. - 

El niño escucha. Levanta la nariz olfatendo a esa puerta. 

De esta entra la fragancia suave y floral. 

CatNap esta del otro lado. 

-Espera a que se vaya para salir.-

Este niño bufa sudando. La caja con latas pesaba tanto que lo hacía temblar.

-Esta bien. - suspira dejando la caja en un mueble cercano. Decide esconderse en un rincón. 

Este perro lo sigue con los ojos. 

-Ven. - lo llama agachándose. 

Este niño le mira por más de un minuto antes de salir de detrás del mueble a enfrentarlo. 

Este perro estiró los brazos hacia sus zapatos, a sus agujetas desatadas. 

Esta vez el niño no parece tan desconfiado al verlo atar de esa forma desordenada sus agujetas. Era verdad. Mientras más lo ayudaban, menos sabía. Aun lo buscaba. Esa atención por parte de estas cosas. Era todo lo que conocía. 

Desde que comenzó a recordar y gatear, ellos siempre estuvieron ahí para él. 

Cuando estaban presentes era como ser real y no un fantasma. 

Sin existir en los ojos de un adulto que no quisiera meterles una aguja. Creció y aprendió quien era. 

Era Bubba. Es extraño cuanto le interesaba llevarse bien con ellos. 

Siempre tan agradables. Eran convenientes pero también sus seguros. 

Talvez por estas oportunidades, cuando le ataban los cordones, disfrutaba de la extraña oportunidad de tocarlos. Son suaves, todos ellos son suaves. Tan permisivos

-Espero que te laves las manos con regularidad. - lo burla este perro, toma su mano mirándole de frente.-¿Sabes que te quiero, Carl?- le pregunta. 

Este niño no suele recibir esta pregunta por otro que Bobby. Esta es na pregunta difícil de responder ¿Si sabia si era querido por este perro o por cualquiera de las criaturas? No lo sabe. 

habia sino testigo de crueles tratos contra ellos. Desde las veces que fueron maltratados por otros empleados o escuchado como las niñeras y cocineras se referían a ellos. 

Cosas. Fenómenos y rarezas. 

Parecía cotidiano verlos ser humillados por los adultos a menos que pueda ser capaz de ver como ese trato era ocultado en cuanto una visita estuviera enfrente. Procediendo a actuar amistosos. 

Ese trato era incorrecto. 

Estaba mal. Por tanto se preguntaba porque ellos no los trataban con tanta frialdad como estas personas lo hacían. 

Resultando una y otra ves, dentro de lo que un niño pueda entender: ellos eran amados por los gigantes y pasaban por este sufrimiento para estar con ellos. 

Eran lo más cercano a un padre o madre. 

Incluso ahora.

-Te debes lavar más seguido, estas apunto de volverte más perro que yo con estas uñas llenas de tierra ¿Te comes los mocos con estas cucharas?-

-¡Yo no me como los mocos!- grita saliendo de si para defenderse. - Yo no soy tan asqueroso. - 

-“Tan asqueroso”, al meno lo admites.- sacude las manos.-Despue de esto te lavas las manos o te pinto las uñas.- 

-No me voy a pintar, eso es de niñas. -

-Hay muchos rockeros en desacuerdo contigo.- ataca el perro. 

-Pues ellos no terminaron la escuela. - se defiende mirando a cualquier lado que no fuera el perro. 

Este le si jeta el rostro haciuendo qué lo mire.

-Pues ellos no se comen los mocos.- burla entrecerrando los ojos. Esa sonrisa parece tener sentido con ese gesto.

-¡¡Ya te dije que no me como los mocos!!- el niño claro que se defendió y le gritó.

Este perro lo abraza entre sus reclamos. El niño lucha a medias, temblando sin quererlo. Atrapado en el calor de su abrazo, su risa. Su aroma dulce. 

-Eres fuerte. Debes ser fuerte.- susurra sobre su cabeza.-Esta bien que hagas esto por tus amigos pero no puedes hacerlo solo.- apunta a la puerta. - Necesitas un vigía, un atacante y un compañero listo para ayudarte con la carga. Esta bien si eres fuerte pero debes prepararte. - 

 Carl suspira deteniendo su lucha. Bien. Si DogDay puede increpar con su poca capacidad de hacer amigos, entones el puede también molestarlo. 

-¿Porqué haces tantos chistes sexuales?-

Este perro a desconocimiento del niño es otro chico inesperto. Escuchar una pregunta que un adulto pondría en problemas no le causa más conflicto qué con sus amigos. Además de ser un tema que hace tiempo necesitaba sacar afuera para mantenerse tranquilo, centrado. 

-A los adultos les asusta. - 

-Pero se rien. - 

-Se ríen porque sienten culpa.-

-¿Como que culpa?-

-La culpa diferente pero en lo sexual para los adultos es algo divertido, estúpido. Les asusta estar desnudos de manera ridícula, porque para ellos el tema no es importante. Solo satisfacción egoista. - 

-No entiendo. - 

-Es porque no debes.- mira a la puerta sin la sombra.-Estas cosas se dan lento, no las persigas… Podrías dañar algo importante. - esta vez lo escucha triste. - Ve lento, no todos quieren ir rápido. - 

-Si te hace daño ¿Porqué lo haces? ¿Cuál es el sentido?-

-Es divertido. Las personas se asustan porque entre sus risas se escapan las verdades. Necesito saber algo de ellos así que les hago un chiste desagradable para saber donde estoy ¿Me odias o estas de mi lado? ¿Te ponés nervioso o me tienes asco?- toco su nariz, curioso por lo pequeña que era la nariz de este niño humano. - Eres un aliado o un enemigo. - 

El niño escucha con un rostro serio aquello que el perro dice con esa voz madura. 

-¿Qué pasa si se ponen nerviosos pero no son tus aliados?- lo pregunta encontrando la coincidencia que le ocasionaba confusión. 

El perro acaricia su cabeza. 

-Te alejas como el shampoo de tu cabello. Intenta poner distancia. - sacude su cabello, levantando las telarañas de este. 

-¿Porqué la distancia?- la curiosidad le hizo olvidar el defenderse. 

El gesto de este perro fue confuso. Tocando se la sonrisa eterna por un momento. 

-Si les gustas pero no esta de tu lado, seguramente en algún momento hará algo para dañarte. No es seguro, aunque parezcan útiles o buenas personas. No vale la pena el riesgo.- 

-¿Y si pones nervioso a tu enemigo?-

Esta vez llego un consejo viejo para DogDay, inmediato. 

-Entonces te metes entre sus piernas, ahí no tendrá fuerzas para deshacerse de ti y podrás hacer con ellos lo que quieras.- 

El niño frunce el ceño confundido. 

-¿Es un chiste también?- cuestiona con el ceño fruncido. 

-Tómalo como tal. - lo presiona entre sus brazos. -Solo recuerda que debes ser fuerte, no mentir ni jugar con las personas. No con sus sentimientos. - 

-¿Como sabes todo esto?-

-Alguien más grande me enseñó sobre las personas… - suspira rerdando alg qué el niño no podía ver.-A él le faltaba una pierna pero era mejor persona que muchas personas que conocí o que conoceré.- mira a este niño a los ojos al verlo voltear de soslayo. - Carl, no necesitas ir muy lejos para entender que las personas son retorcidas y muchas veces ser como yo, te traerá problemas. Aveces las personas son simplemente peligrosas. -

-Si eso esta mal ¿Entonces porque los haces enojar?-

Este perro ríe de nuevo. 

-Lo hago porque amo verlos enojados. Me siento bien cuando se sienten miserables, frustrados y enojados.- balancea el cuerpo haciendo al niño ir a su ritmo. -Que quieran hacer pedazos y escupirme. El solo pensar en frustrar a las personas y reírme de ellos en su cara por lo feos que se ponen por mi culpa, me hace extremadamente feliz.- ríe contento con su confesión. 

Este niño levanta las cejas completamente confundido y a la vez impresionado por ese modo de ver las cosas. Llegando a una conclusión nada sana y que en otro momento podría ser que Hobie sepa que era malo. Influenciar a un niño era más fácil y no se necesitaba estar en las calles o ser exactamente un adulto. 

Tan sólo el impresionar a un niño. 

Ahora mismo esta arrogancia peligrosa y destructiva queda grabada en la mente de este niño. Un rasgo qué no se puede identificar como un error peligroso en el perro sino como algo genial y divertido. Como si de pronto conociera un secreto adulto, porque para ellos los sonrientes eran adultos capaces de todo, algo que admirar al mirar hacia arriba. 

-¿Porqué quieres que se sientan así?- le pregunta buscando más respuestas para su rareza.-Dime. - 

Su gran cuidador crea una gran sombra al cubrirlo en un abrazo. Atrapandolo en su calor y la gran cobija de peluche esponjoso lo llena con el latir de un gran corazón. Esta sensación adormece los sentidos. Es como er un bebé de nuevo. Como ser uno de esos niños con un padre que los abraza en las películas. 

Escuchando algo que lo lleva al culmen del impresionismo infantil. Como escuchar a una estrella de rock o a un astronauta hablar de las estrellas o un viajero de las selvas contar cuantas serpientes mató en su aventura . 

-Porque quiero que sientan lo que yo.-

Porqué para un niño abandonado por los adultos saber que alguien que lo cuidaba le comprendia y podía decir exactamente lo que sentía por todas estas personas, era increíble. Podría llorar. 

–Que sepan cuanto me frustra no poder destrozarlos, estoy siendo un desgraciado porque no puedo hacerles todo lo que sueño con hacerles. Cuanto quiero hacerlos pedazos.- 

Porqué Carl estaba cansado de ser nada para los adultos y para otros niños. Perdido y solo. Demasiado avanzado para ser divertido y demasiado perdido para encajar. 

-Quiero que sepan lo que es estar de verdad furiosos y heridos. - esta criatura baja esos ojos de plata al piso. - Quiero que se encuentren tan heridos como yo.- 

Dejo ir al niño al ver la sombra retirarse. Lo ayuda a sostener la caja al ponerla encima de su cabeza y manos. 

-No tengas miedo, nadie sabrá que te lo llevaste tú. - 

El niño vuelve a cargar la lata de frutas en conserva.

-¿Porqué te sientes tan mal? ¿Es culpa de nosotros? Por cuidarnos, la pasas demasiado mal. - 

El perro le pica la barriga sin piedad. 

-Es porque son míos, todos ustedes son míos. Son mis hijos y no me molesta ayudarlos o darles una nalgada.- su burla acaba donde sus vz vuelve a ser depresiva.-Yo quería un padre, y no lo tuve. Ser uno es suficiente para mi ahora. Ustedes me hacen fuerte.- 

Este niño queda en blanco. 

Mira por un momento al perro, dejando el lugar al abrirle la puerta el mismo perro. Una despedida silenciosa. 

En su huida directa a su bloque puede ver a algunos trabajadores pero los pasa rápido. 

De pronto esa caja no pesa igual. Es mucho más ligera. 

Él se siente más fuerte ahora.

Llegó a su cuarto. Entrando con una patada. 

Dentro sus compañeros tropiezan animados al ver esas latas con frutas 

Las latas son abiertas con los dientes de un juguete de Brown, repartidos en filtros de café. No estuvo tan presente una vez cada rodaja fue a parar a manos de algún niño. 

Las palabras del perro continúan en su cabeza. No sintió mentira alguna. Incluso escucho la razón de ello y aún así siente mucha vergüenza de poder aceptar algo como esto. El ser querido sinceramente. 

Un gesto sencillo como que sus agujetas fueran atadas era demasiado . No sabia como sentirse. Solo puede comer esta fruta dulce y sonreír contento. Porque tenía un padre de verdad. 

-No sabia que habías ido tú también. - 

Ese niño le mira con el ceño fruncido. Después de ser rescatado por Bobby debió haber ido traído a este cuarto en vez de ser castigado. Bobby solía cubrirlo así, protegiéndolos de sus consecuencias y siempre tan descarada, se metía en problemas muchas veces. 

-Pues por ti no. - murmura enojado por ser excluido por este chico. Sacado de sus pensamientos de mala manera. 

-Pues te lo mereces, engreído.- gruñe sin dejar de comer los duraznos y pña ue trajo él mismo al que insultaba.-No puedo creerlo, yo hubiera podido traer más que tu. Debilucho.-

Este niño pensó en darle un golpe al chico que claramente era más bajo y débil, además de grosero. Esto les traería problemas pero mejor pegarle ahora. 

O no. 

-Ven aquí, idiota. - le gruñe sujetando sus cachetes con una mano. 

Este niño lo mira feo al ser tratado de esta forma. 

Mas su sorpresa es grande al sentir como esteotro mocoso le pone los labios sobre los suyos. Pensó en darle un golpe , lo haría. 

-¡¡Se están besando!!-

Recordar que est era un beso hizo que su percepción cambiará. No detuvo su puño pero si como el evento le cruzaba la mente como un torrente de desgracias un tras otra. 

-¡¡No me gustas, así que vete al diablo!! ¡Vete al diablo!- le grita sacudiendo los puños. 

Este niño se come un pedazo de durazno antes de enfrentar con los puños. 

No entendía lo que los chistes pero al parecer había logrado que este niño lo golpear primero. Razón suficiente para que él no fuera el malo. Disfrutando cada pyñeta qué le en cesto, aunque se llevará más de uno también, peleando por el suelo al caer y gritar furiosos entre berridos. 

Esta pelea se Corea con las risas del bloque dos y con ello los aplausos y risas de los niños con niñas repartidas entre las mismas risas o gritos de ánimo al que fuera perdiendo. 

Entre estas risas la puerta se abrió tras ellos. 

Entrando el ave con el rostro frustrado por tanto ruido. Las latas en el suelo le hacen mirar más de dos veces el estado de los niños y sus enanos. Decidiendo llevarse a esos dos. 

-¡¡No me vuelvas a besar!! ¿Qué rayos piensas idiota?- le reclama el niño aun con la cara roja esos golpes repartidos por su cara y cuerpo. 

-¿Acaso te gustó, princesa?- ríe aunque en esta ocasión este en el suelo y este niño intente asfixiarlo con una almohada que apenas puede detener con los brazos estirados. 

Kickin los levanto a los dos. Esta intervención los hace, al resto, correr a esconderse de sus consecuencias. 

Kickin los encamina en silencio a la sala de castigo. 

En el camino Carl puede ver a algunos chicos rodear a la más alta del bloque. 

-¿Se besaron?- los mira. Riéndose al notar lo golpeados qué estaban. 

El chico en manos de Kickin comienza a patalear al verse burlado 

Carl le sonríe sacando la lengua. 

Este gesto la confunde y logra que deje de mirarlo con burla y más preocupada. 

El problema de comportamiento de Carl se mantuvo en eso. Solo un acto extraño en casos de estrés. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1993 

A un año de la hora de la alegría 

 

 

 

 

Al menos hasta que su rostro era el de un pájara tremendamente deforme. Saltando en sus propios pies, corrió y saltó en alto. Buscando las respuestas para sus preguntas. 

Razones para que su destino fuera tan retorcido. Temiendo haber perdido la cordura, se hizo preguntas. Trato de recuperar su nombre y mantener el presente guardándolo. 

Escuchando como lo nombran como a un escritor alcohlico, perdido. 

Escucha más de una vez al esto perderse intenta hablar pero ellos no lo escuchan. 

-Cloe. - la nombra más de una vez pero ella lo ignora. - Mako. - 

Ella levanta la mirada del tazón lleno de carne hervida y vísceras revueltas con verduras. 

-Hem.. - lo insta a hablar desde el suelo donde estaba. Tras su celda como siempre, encerrados. 

Carl toca el cristal. 

-¿Recuerdas como era DogDay?- le pregunta mirando a ese platon. 

Ella mueve la cabeza. 

-El era increíble, era bueno y paciente. Siempre nos cuidaba y nos quiere mucho. Por eso estamos tratando de recuperar su cuerpo. - le recuerda sacudiendo el puño de comida. - Me enseñó a golpear a los malos y defender a los buenos. - 

El ave dobla las rodillas mirándola de frente aunque estuvieron detrás de un cristal blindado cada uno. 

-Mako, ¿Te has preguntado si enrealidad él no fuera tan bueno?-

Mako dejo de comer. Las heridas del anterior experimento continúan en su rostro y columna. 

-Me refiero a que no sabemosporque el empezó a matar a todos, ¿Almenos sabemos que sucedió antes de que lo mata-

-¡¡El no está muerto!! ¡¡El está en las paredes y nos salvará, solo debes escucharlo para saberlo!! ¡No te atrevas a traicionarnos!-

El ave suspira volviendo a su lugar. 

-Mako, solo quiero saber porque fue traicionado por los otros.- recarga la espalda en la pared de cristal.-Mako, quiero saber más sobre ellos, ¿Tu no sientes curiosidad por ellos?-

El tiburón agita la cabeza. Regresa a comer entre gruñidos enojados. 

El ave voltea por un impulso a las paredes. Del otro lado las miradas de más de uno le observa. 

Están enojados con él. No les gustó saber de sus dudas. 

La alarma de peligro suena y no tiene tiempo para protegerse. 

Necesita unos segundos para decidir qué hacer con sus sospechas. 

Levanta las manos para abrir su cierre frente a ellos. 

Rápido más de uno dejo de verlo, tan molestos como deslumbrados por su descaro. 

-Solo quedas tu, Simón. - le acusa levantándose con más de la mitad abierta. -¿Acaso al fin me confesaras ese gran amor que me tienes o seguirás fingiendo dormir para observarme?-

Este chico se rinde a las miradas chismosas del resto y gira avergonzado al ver las espesas plumas del vientre. 

 

No iba vivir mucho. 

Esta idea le cruza la cabeza cada día y segundo de su vida. 

Siguiendo órdenes cada vez más irrazonables. Contrarias a lo que sabía cómo la voluntad de ese cuidador. Pronto ya no podría seguir con esto. 

Mataron a su padre, en nombre del guardián qué los deseaba mantener en la oscuridad con ese humo horrible.

En nombre de CatNap. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1995 

La hora de la alegría es un recuerdo fresco para todos 

 

 

Las cosas eran confusas para él, cada vez mas extrañas. Preguntándose porque debía sentirse tan preocupado por todo, incluso por lo que pensaba , sin saber porque siempre se sintió fuera de lugar cuando se reunían con la garra. 

Con el padre en los muros y su voz dulce. 

Talvez sea porque DogDay nunca fue ni la mitad de dulzon qué era ahora y menos en privado. Entre los niños y él existía un secretismo enigmático. Dándoles señales y pistas para saber a donde ir. Dejando de actuar como un tonto super positivo para cuidarlos. Siendo serio y maduro para corregirlos. Sin golpearlo ni lastimarlo aunque les prometiera un castigo físico. 

Esta verdad llegó a su cabeza muchas veces. Por los castigos qué uno más que todos recibía por culpa de su personalidad inquieta y necia. 

Como ver a la rana doblada en el suelo tras ser apuñalado en el estómago por esa garra. 

-No debes desobedecer, Licky. - 

La rana sujeta su torso entre temblores. 

La mirada del ave, desde el techo, vaga hacia el siempre fiel cocodrilo. Esperaba verlo molesto pero parece bastante tranquilo respecto a que a este amigo suyo lo estuvieran apunto de matar. 

-Intentaste salir sin permiso.- 

-Los siento, lo siento, lo siento mucho… - sus disculpas vienen con un lamento doloso. - Tengo hambre , lo lamento mucho… yo.. Solo tengo hambre. -

Ningún pequeño saldría de su escondite cuando ellos estuvieran presentes. Este murmullo deja en claro que no tenían comida hace semanas. Él mismo ya intentó cazar algo en la cueva pero simplemente eran insectos repulsivos. Al bajar los ojos puede ver como esa chica oveja parece sujetarse la boca entre risas. 

No sabe que sucederá con ellos.

Solo sabe que DogDay no los herirá nunca, obligándolo a preguntarse ¿Quién está detrás de los muros? 

,más pronto los ojos de Mako lo fijan al sentir una amenaza para quien miraba y seguía con sumiso amor. Adorando esa garra como a un verdadero padre. 

Poe lleva esos ojos a la rana para cubrirse. 

-Así que hambre. - canta esta criatura. - Vaya.- sus garras caen sobre la rana, enterrandose dentro de su costado y piernas. 

El ave lentamente busca al cocodrilo. 

Esta vez puede ver a ese murcielago colgado sobre este. Vigilandolo con mucha más intensidad que él mismo. Deja de mirarlo al casi ser visto por la chica. 

Estaba rodeado de personas tan o más perspicaces que él mismo. 

-Arriba CatNap tiene el refrigerador lleno, ¿No podemos visitarlo?- 

Estas palabras. Una tras otra hacen al ave tensarse, sabía muy bien de lo que hablaba Baba. 

Esta criatura juguete con las heridas de Licky, presiona con las cuchillas de sus garras esas heridas y entran a su carne como quien juega con alfarería. Causa un par de gritos pero no parece cambiar su estado relajado. 

-Háganlo. - deja ir a la rana. Retrocede la gran criatura llevándose un gran torso de carne de su pierna. 

Al dejarlo en el suelo la rana no puede moverse. Mirando con temor a cada uno al apenas poder hacerse un ovillo. 

Es cubierto. Otra vez ese cocodrilo fue más rápido que el murciélago o la oveja. Protegiéndo con su cuerpo a la rana herida. 

-Papá no les dio permiso. - les advierte aunque ahora su acento les hace menos gracia. Esta mostrando los colmillos sin dar un solo paso atrás. 

Miran a la criatura en cuestión. Esperaban su permiso para comer al traidor. 

Esta les niega con un movimiento de manos. 

-Más vale que hagan bien esto, hijos.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997 

Sobre el ascensor 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿De que diablos hablas?- cuestiona este gran dragón. 

El ave muestra las manos descubiertas. 

-Es acosa es un impostor, es claro.- apunta al lugar. - Puede moverse por las paredes, puede hablar con nosotros y puede pelear pero se queda en los muros y nos hace daño en cuanto puede. -

-Es papá, es normal que castigue a los necios. - 

-No, Simon. Debemos buscar a papá, el debió volver.-

-Papá esta en las paredes, no vamos a buscar tonterías solo porque no puedes aceptar que él no te tiene como su favorito. - 

El ave sujeta su propia cabeza. 

-No se trata de ser su favorito ¡¡Se trata de que nos vio la cara por años!! ¡¿No hicimos todo lo ue nos pedía cada vez?! ¡¡Hicimos un montón de cosas malas porque nos dijo que lo hiciéramos, y le creimos!!-

-Poe, basta. - 

-¡¡¡Nos comimos a todos nuestros amigos!!! ¡¡Matamos a muchos!! ¡¡Y él nunca fue papá, nunca fue lo correcto!!-

El dragón retrocede sacudiendo la cabeza. 

-Basta, ya callate. - ordena mirando al suelo. - Solo callate. - exhala amenazante. 

El ave lo sujeta por el cuerno obligandolo a mirarlo desde abajo , tira de su rostro tirándolo de rodillas. 

-¡¡Matamos a nuestros hermanos, nos comimos a nuestros hermanos!!- lo mira de frente al piar entre sus rodillas. Siempre forzando su cercanía con el cuerpo de este monstruo más grande y fuerte. Obligandolo a caer en la sumisión de su propia desesperación.

Este dragón niega lleno de reclamos. Vergüenza intenta defenderse, a todo lo que significa la verdad que conocen. 

-¡¡No eran nuestros hermanos!! ¡¡Escucha lo que dices!! ¡¡¡Date cuenta de lo que significa la basura que me dices ahora, Poe!!!- lo grita sacudiendo se para librarse de su agarre. 

El premio a su rebeldía es una fuerte bofetada directa a su rostro, volteandose con un hilo de sangre cayendo por su nariz. Mira al suelo, escuchando el pitido ocasionado por el impacto. 

-¡¡El no es papá!!- 

Esta verdad golpea fuerte. Lo hace temblar y mirar al suelo. Rememorar gritos y malicia. Su propia bondad reflejada en desechos y carne podrida. Nada de quien fue tras masacrar lo el mismo para complacerá a su padre. 

Para ser amado y protegido. 

La verdad que este pájaro le trae no es correcta. No hay un amor ni justicia, solo actos horribles cometidos en nombre de un farsante. 

Hay vergüenza y dolor. Está muerto. El niño en el pasado y sus amigos. 

-Simon, podemos cambiar ahora. - le promete el cuervo. 

Intenta retroceder poniendo las garras en el suelo pero es difícil al chocar con su pierna y como sus propias rodillas están impedidas para cerrarse y ponerse de pie. Sujeto ese torso desde el suelo. Temblando al intentar entender aquello que hizo y como cambia todo cuando esté pájaro lo quiere así. 

Aún sus escamas se mueven al sentir esa mano sobre su mejilla, acariciándola con esas plumas suaves y cálidas. Mira arriba y eso lo hace ganar una presión más profunda entre sus piernas, agarrando esa cintura para no perderse en el suelo. 

-¿Porqué me haces esto?- pregunta desde el suelo. Su cuerpo quiere rendirse y caer en su torso, dejarse dominar y dormir. Descansar en las sombras causadas por las negras plumas de ese cuervo. Deseando solo estar atrapado en una ilusión y todas estas palabras profesadas nunca hubieran sido dichas. 

-Si no me quieres escuchar, puedes regresar y culparme. Yo me encargaré de todo mientras sigas a salvo con el resto.-

Este dragón entiende este ofrecimiento como el tintineo de una cadena liberada. 

Como si lo dejaran ir. 

Pero no es un sentimiento de libertad lo que le llena sino una desesperación profunda. Tremendo el terror a ser abandonado. 

Dejado solo en las sombras donde el ave no le guiará. Donde este pajar no será su compañía. 

 El solo pensar en ser abandonado, fue suficiente para romper con su poca estabilidad. 

El dragón encesta una mordida directa a su torso al tenerlo tan cerca. 

El ave cae al suelo por el impacto, sujetandose la zona al faltar un gran pedazo de piel y músculo. 

-Simon… - arrastra su voz tan sorprendido como herido. Mira desde el suelo al dragón levantarse con las piernas temblando como gelatinas. 

Este dragón no tiene reparos en tragarse ese pedazo de carne aun en su desmejorado estado. 

-Te llevare abajo y vas a decirles a todos, esas mentiras. Todos sabrán que traicionaste a papá. Que lo confundes con un desconocido.- es un recuento de lo que deseaba. - El te dará una paliza y será todo, culparemos a esos invasores y no te hará más daño. Te cuidare, te cuidare así solo quede la mitad de ti. - lo promete listo para atraparlo. 

Poe retrocede agarrándose, de espaldas al suelo, la herida en este lamentable arrastre. Mira al dragón entre la decepción y esa rabia creciente. Cansado de esta desesperación sorda en su cabeza. 

-¡Soy tu amigo! ¡No puedes hacer esto! ¿Qué diablos estás haciendo?- le pregunta al tener que alejarse de su agarre entre. - Me mataran, le dirán todo a él, escúchame.- , nira a los lados buscando algo que le recuerde estar sobrio. Reaccionar a tiempo a cualquier movimiento. - ¡¿De verdad crees que te quedará algo si me entregas?! ¡¡Me torturaran, comerán y será todo!!-

-Mientras ellos sepan que fue mi idea subir, todo estará bien.- lo asegura, esta mas qué decidido a ponerse en juego él mismo para protegerlo en el grupo. - Les gusta mi fuego, lo querrán de su lado. - declara el dragón tratando de alcanzarlo de esta manera infructuosa, casi sin quererlo realmente.-Te protegeré, te cuidare incluso si estas en pedazos. Solo, vuelve conmigo a casa.- 

El ave retrocede suspirando. 

-Siempre has preferido a los fuertes, siempre a cualquiera que no sea yo. - su voz tiembla.-Simon, él solo quería que nos matemos entre todos y comerse al último que quede. Solo mira a CatNap, se ha quedado solo. Ya no hay peces qué comer en su pecera, es el plato fuerte.- sus ideas salen una por una. -¡El solo quiere comerse al pez gordo, no nos ama!-

El dragón saltó al frente más esa ave logró rodar a último momento y arastrarse fuera de sus garras. El dragón en el suelo intenta callar su voz. Las razones y verdades ue no va a reconocer como tales. 

-Cállate, solo cállate.- ordena lleno de rabia. -¡¡El es papá, él va a protegernos!! ¡Algún día te perdonará, hoy te dará una paliza pero todo estará bien cuando se calme! ¡No voy a perderte, Poe!-

El ave ríe. Hace un recuento de los hechos. 

-Catnap lo llama Dios y nos reímos de él por ser estúpido pero los estúpidos somos nosotros. - sus gritos resuenan entre gruñidos.-Ya le quitamos todo, solo le queda su propio territorio y ya ni eso tiene. Solo es cuestión de tiempo para que esa cosa lo mate y seguiremos nosotros.-

El dragón ruge levantando una llamarada. 

-¡¡Si ese es el destino de quién le dio hasta lo que no tenía!! ¡¿Qué será de nosotros que no somos los más importantes en nuestro piso?!- sus gritos ya no tienen sentido.-¡¡Simon, por favor, ven conmigo, amigo!!-

El ave apenas logró quitarse antes de prenderse en llamas. 

-¡Ya callate! ¡¿No te das cuenta de lo que estás diciendo?!- el dragón lo sigue, rugiendo esos reproches.-¡¿Te das cuenta de lo que significa lo que dices?! ¡¡Lo que hicimos, todo sera mierda por tu culpa!!-

El ave mira a la salida. Es lento pero comprende que no podrá convencer a Simon. 

Duele. 

Duele más que la mordida. El perderlo. 

-No sería mi culpa, sería la verdad. - espero al siguiente mordisco para saltar sobre el dragón. Corre por su espalda dirigiéndose a la salida. Huyendo directo por estos pasillos guardados en su memoria. 

No viene solo. El dragón lo persigue y crece rugiendo, soplando una llamarada para alcanzarlo. 

Poe mira a La Guardería una vez llega a esta zona. El lugar apenas era reconocible por culpa de la explosión. Por culpa del derrumbe. 

Debe huir. 

Mira las paredes. 

Las manchas de sangre de esa coneja, aunque él no sepa qué es la sangre de ella , guían al borde de las uniones de las placas de acero. Es su vía de escape. 

El fuego termina por consumir el papel tapiz. Sacando de las paredes los horrores oxidados por el tiempo. La sangre y el metal subió por el tiempo. 

El infierno pierde su disfraz en tan solo unos segundos. 

Los sigue, clavando las garras y picó. Sube escuchando los gritos del dragón a su espalda. Lentamente puede llegar a la salida del teleférico. Mira atrás. 

El dragón es grande y tiene unas garras bastante fuertes, más su peso rompe el hierro y no puede subir. 

-Gracias por escucharme. - se despide de él. 

Este dragón ruge al no poder seguirlo y el cable del teleférico no resiste su peso rompiensose ante su fuerza y peso. 

-¡¡Carl, no me dejes solo!!- el dragón intenta trepar pero su peso destroza el hierro. -¡¡Seré bueno, seré bueno para ti!! ¡Regresa, porfavor, te amo, te amo! ¡Carl! -

Este pájaro mira a La Guardería desde los cables. Sus ojos caen y sigue avanzando en huida. 

Debía encontrar a ese perro. Salir de aquí. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lejos de la confrontación.

Dentro de una celda una luz de colores brilla con las figuras de las lunas y los soles, girando una pequeña cortina sobre una lámpara de suelo. Iluminando por partes el cuerpo inerte de este felino. De ese perro cansado y herido. 

Recorriendo el agua parte de ese pelaje púrpura. Con el olor de el alcohol y su temperatura subiendo en el encierro. Pasando un trapo suave y mojado por ese pelaje tan suave. Llevándose las manchas de sangre consigo. La suciedad queda en un trasto con agua. 

Limpiando las manos de ese perro las esquinas de esos ojos llenos de rojo. De dolor. 

Las patas del gato están vendadas con fuerza. Le cubren las heridas y los daños que sufrió en est y más peleas. Sucio. Ya no está sucio. 

Los viajes a por agua se llevaron varias capas de mugre. Temblando las manos del perro al subir por esa cabeza y limpiar el interior de su orejas llenas de cenizas y aceite. Theodore nunca fue bueno manteniéndose limpio, parece que no mejoró en todos estos años. 

Solo ese equipo debía a ocultar su mal olor. 

Lo comprueba al olfatear su boca. La muerte debía oler así. 

Lo lava una y otra vez. Lo limpia como quien saca las pulgas de un gatito callejero. Le revisa y abre su cierre. Dentro las heridas se ocultaron pero no son limpias. Debe desinfectar las y sacar escombros antiguos. Sangre, pelo ajeno y los collares de tres de su amigos. 

Esto no es lindo de encontrar. 

Anuddos uno con el otro. Picky. Bobby. Kickin. Crafty. 

Cuatro están en sus manos. 

-¿Porqué tienes a mis amigos como trofeos?- pregunta al aire. 

Guarda esos collares consigo. Deseando que lo siguiente sea devolverlos. 

La suciedad comienza a aminorar. Es suficiente. Esta completamente limpio cuando ese trapo al fin dejó de sacar suciedad. 

Contrario a él ese perro ha quedado cubierto hasta parecer más una piltrafa qué el mismo juguete naranja. 

-Yo te amo. - dice. Saca de su gra bolsa una botella de esencia. Abriendola con los pjos fijos en ese gato. 

Es increíble que siga siendo capaz de decir esto cuando solo siente un fuerte odio por él. Aunque lo único que quiere es darle una gran paliza. Es hipócrita. 

El amor es tremendamente hipócrita. 

Es por eso que no siente culpa al derramar esa botella de esencia sobre el gato. Bañamdolo con el olor que él mismo tuvo que soportar sobre su cuerpo por demasiados años. 

La vainilla. Solo un montón de vainilla asquerosamente dullce.

Lo lleva a ese panque en manos de su hermano tan solo unas horas antes de intentar venderlo. 

Le lleva a despertar como un monstruo. 

Lo lleva a cada baño con agua hirviente. 

Los dulces qué Theodore le regalaba y tenían este asqueroso sabor y como los trago, los llevaba sin pesar a su boca tan solo para verlo feliz. 

Odia la vainilla con todo su maldito corazón pero a Theodore le gustaba. 

A su amigo, a su novio y a quien amaba la vainilla le encantaba y llego a gustar de oler a eso tan solo por como ese gatito se derretía en sus brazos. 

-¿Qué tan cómoda querés que sea tu vida?- le pregunta sosteniendo sus orejas.-¿Deq ue sirve cumplir tu caprichos si solo te llevan al mismo agujero del que tanto quieres salir? Mi lindo y mediocre gatito. - 

Cuanto es que le recorre el odio. La muerte qué ya superó y que aún debe descubrir. Las muertes, torturas y violaciones dentro de estos muros y de los que quiso protegerlo cuanto pudo… Todas fueron libres de suceder bajo los ojos de Theodore. Sin mover un solo dedo para detenerlos. 

-¿Como pude equivocarme tanto contigo, Theodore?- lo pregunta sujetando su cuello. Este peso es vergonzoso. Es como sembrar plantas venenosas donde se cuida al rebaño. - ¿Qué diablos planeas hacer con tu vida al despertar de estas ilusiones vacias?- 

Los niños que quizo atesorar. 

Los amigos que amaba más que a sí mismo. 

El amante qué creyó era el amor de su vida. 

Su futuro y la nada. 

Dentro de esta celda está iluminado por un juguete para niños. 

No puede mantenerse más tiempo cerca de él. No ahora que sabe que este gato era tan indiferente incluso a su presencia. 

Deja la celda solo con esa luz en una esquina. 

Fuera de la celda ese humano lo espera medio dormido en una zona segura sobre los controles, en alto. El perro es el que coloca un código para cerrarla. 

Esta celda era para los locos como Daisy o PJ. Es una celda dentro de otra. Puede salir por la segunda puerta pero esa celda seguirá dentro. Atrapado. 

Era donde llevaban a los grandes para castigarlos. 

Un lugar que sólo a visitado un par de veces. Ahora puede saber que era algo útil. 

Dejandose caer en una esquina para esperar a que despertara.

El calor de los muros es señal del fuego activo en las otras celdas. Lugares que incendio para despistar a los perseguidores. El olor del fuego y el aceite eran tan pesados que su olor o el de CatNap deberían ser difíciles de encontrar. 

Aunque con ese perfume seguramente lo pondría en la mira. 

-No entiendo que estoy haciendo.- sus manos suben por su cabeza hasta sus orejas.-¿Porque me siento culpable, Theodore?- sus dudas son tangibles. 

Puede sentirlas como lo sentiría un pescador con las escamas de un pez bajo sus manos. Puede saber cuan cerca estaba de la verdad. De quién era CatNap y no Theodore. Quien es ese hombre tras esa sonrisa perpetua. 

Quién estuvo mirando su estupidez y lo soportó. Quien le dijo que lo amaba sin ser verdad. Quien tuvo la fuerza para mentirle y para permitir que lo tocara como parte de un sacrificio en su búsqueda de formas para deshacerse de él. 

Quién es ese hombre que lo hace enloquecer de amor y odio por igual. 

-¿Quién eres CatNap?- lo pregunta al aire. 

Por los cuerpos colgados en alto. 

Por las heridas en sus amigos. 

Las garras en los muros y el suelo. 

El odio que le tenía a su contraparte sustituta. 

Los niños que murieron como ganado. 

Esa criatura siempre presente y a la que ignoro. 

¿Este sería siempre el resultado que perseguía Theodore? ¿En serio el niño que se detenía para ayudar a los niños a bajar las escaleras o a comer con cubiertos les deseaba este destino?

Cuánto desea escuchar mentiras. Tragar las mentiras como lo hacía con esos asquerosos dulces de vainilla. Repulsiva vainilla. 

No debió descubrir de dónde venía esa esencia. Obligándose a soportar ese olor sobre si. Escuchar como lo halagaban por algo que le repugnaba. 

Surcando este destino en manos de desconocidos más de una vez. 

Cantando mal para hacerlos reír. Bailando para alegrarlos. 

Era un payaso enamorado. 

Un payaso tan enamorado como destrozado. 

Patético y necesitado de ese amor que se suponía recibiría de los labios de un traidor. 

-Debo concentrarme. - murmura sujetándose la cabeza. Sabía que debía enfrentar a Theodore y sacarle la verdad de lo sucedido en este lugar. Sin saber si se volvería violento o se abstendría de hablar, como solía hacer cuando era niño, tal vez lo maldiga y clame por venganza. 

Tal vez sea cruel y le abra los ojos a la verdad donde nunca fue amado y su solo toque era una condena nauseabunda. 

Tal vez lo obligue a matarlo. 

Sus manos aferran la ballesta ya cargada con las varillas rodeadas de cinta. Era interesante. Las probó con árboles pero ya en funcionamiento eran más que buenas. 

no se trata solo del poder de liberación del gatillo sino de su propia fuerza en el látigo para impulsar las varillas en un objetivo. 

No esperaba que los humanos terminaran usándola de tal forma. Al menos sabe que solo un gigante con dedos podría usarla,sin saber que no debe quedarse quieto al liberarla… Seguramente perderían los mismos dedos. 

Estaba preparado para enfrentarse con un estado diferente. 

Esperaba que dentro hubieran más gigantes y juguetes medios, del tamaño correcto para causarle de verdad problemas serios. 

Estaba en problemas pero no los que esperaba. 

No estos. 

No tan estúpidos. 

No una historia donde un idiota como Theodore ayudo al un monstruo a instaurar leyes caníbales entre todos ellos…¿Porque aun debe sentirse mal por como trate a Theodore? ¿Cómo le daría la cara a todos el día que muriera protegiendo esas acciones y a quien las cometió?

-¿Porqué pienso en protegerte justo ahora?- le pregunta a la nada o a todo, riéndose de si mismo. 

De cuán rápido su cola no deja de moverse, tan feliz de tenerla de vuelta.

Ser un perro le quedaba muy bien justo hoy. Solo deseando lamer las heridas repartidas por ese cuerpo cansado y lleno de tantas memorias horribles. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996

En el infierno

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡Tenemos hambre!!-

-¡No soy comida, no soy comida!-

-¡¿Por qué nos hacen esto?!- 

-¡¡Perdón, perdón, perdón, perdón… -

- ¡¡Porfavor, alguien!! ¡Ayuda, porfavor!-

-¡CatNap!-

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

-Hambre. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Mis seguidores tienen hambre, gatito. - 

 

 

 

 

 

-Tienen hambre y tus alacenas están llenas de la carne de un gran zoológico. - 

 

 

 

 

-Alimenta a nuestros niños. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Ñam ñam ñam

 

Gracias a los lectores que siguieron esta historia . Fue un año bastante lindo una vez me aventure a subirla.

Chapter 94

Notes:

Buenas tardes. Aquí otro capitulo.
Mucho que decir, es igual diálogos extensos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Huele bien. Huele delicioso. 

Eso le hace mirarse las patas vendadas hasta los hombros. Las vendas huelen a medicina y a perfume de vainilla. Este olor llega a ser molesto después de algunos minutos, es fuerte. 

Es después de unas horas que se da cuenta de la situación y de que era real. 

Su presión arterial explota mirando sus patas y su estómago. Ya está costurado. 

Debe mirarse más de una vez para darse cuenta de que estaba unido con hilo transparente y grueso, partiendo su herida con la presión entre las uniones. Levanta la cabeza y busca las respuestas para este resultado en las paredes. 

Intenta ponerse de pie pero esa cadena lo lleva al suelo nuevamente. 

Esta sala es mala. 

Algo muy sencillo se lo advierte. Está rodeado por las marcas de las muchas patas de PJ. 

Lo metieron a una sala de castigo y le pusieron las cadenas para detenerlo. 

Van a torturarlo. 

Otra vez. 

Su presión sanguínea obliga a algunas gotas salir por sus ojos, coloreadas de carmín ante la baja cantidad de sangre en su cuerpo. Atrapado por el dolor. La vergüenza. 

Debe resistir este miedo profundo para seguir adelante y permitir que sus heridas sanen antes de que lleguen a torturarlo y matarlo. 

Vuelve a recostarse y mirar a la puerta con la cabeza sobre las patas delanteras. Piensa en preparar la sala con su defensa principal. 

Exhala lo que debería ser una carga de humo. 

Vomita.

 Solo un montón de sangre coagulada escapa por su garganta, obligándolo a toser y jadear por algo de aire. 

Es horrible. Hace muchos años no se sentía tan asfixiado. Intenta respirar pero termina tosiendo con más fuerza, gritando al no lograr nada más que sacar coágulos uno por uno o una masa pegajosa de mocos. 

Detiene esto el tiempo. Cayendo de costado al fin al estar libre sus vías respiratorias. 

Su costado sube y baja al llevar el aire a los pulmones. Gimiendo entre estos al no poder respirar sin casi volver a toser. Sus ojos palpitan de dolor, arde su frente, su cuerpo está débil. 

Perdió su humo rojo, ya no lo tiene. 

Ya no es el arma de las puertas de Dios. Ya no puede hacer nada contra los prófugos de las profundidades. Subirán. 

Todos los demonios que debía vigilar van a comerse al mundo que apenas pudo proteger. 

Necesita descansar. 

 

 

 

 

 

 

 

Después de algunos minutos al fin siente un cambio. Es la puerta abriéndose frente a su cuerpo. Lo ignora aún tratando de regular su ritmo cardíaco, respirar sin vomitar esas masas. 

-Tienes fiebre. - 

Escucha y baja las orejas tratando de no escucharlo. 

Hasta que siente como intenta bajar su cierre. 

-¡No me toques!- gritó entre la tos. Vuelve a perderse en esta, cayendo entre arañazos internos, los nervios son comprimidos al toser, causándole otro tipo de dolor parecido a raíces de árboles extendiéndose por todo su cuerpo. 

-Debo administrarte tu medicina, gatito. - 

Mueve la cabeza intentando arrastrarse entre esta tos y la ceguera. Ya no puede levantarse y esta posición boca abajo no evita que este malnacido le descubra, retirando esa piel de su zona baja. 

-¡Suéltame!- grita pateando. 

Este infeliz maldito le agarra por la cadera, abrazándolo le obliga a doblarse con la cabeza pegada al suelo. No es divertido. 

-No te haré nada, no tengas miedo. - intenta consolarlo entre el esfuerzo que hace para patear sus rodillas y terminar de someterlo. - Es medicina, no es nada malo. - 

Esas acciones y sus palabras no son coincidentes, es un hipócrita. 

Patea y araña y aun así es consciente, jodidamente consciente, de como este lo obligó a sacar la cola de entre las patas. 

Su cabeza se hunde entre sus patas y solo grita, ahogándose por culpa de ese impulso inútil para sacar un humo que ya no tiene. Soportando como este infeliz le inserta más de un objeto por el recto, gritando entre la gran humillación y la rabia. 

-No me toques… Así no , bastardo miserable… - 

El perro suspira al escucharlo. Esta medicina la trajo con toda la maliciosa y malintencionada decisión de hacerle esto al primero que se le cruzara con fiebre. Ya fuera Theodore o Bubba, que por muy poco se salvó, o Bobby. Su hermano mayor les iba a poner el supositorio vengador. 

Se abstiene de consolarlo, solo alargaría una situación desagradable para el gatito. 

Seguramente esta sería la única forma en la que CatNap no resistiría el antipirético. Es una lástima que necesiten doce veces lo que una persona de tamaño común para absorber correctamente algún medicamento. Es esa la razón por la que tuvo que retenerlo e insertarlo pastilla por pastilla. 

-Estarás bien. - le asegura sobando su nalga suave. 

El gato no agradece nada de esto y su lucha regresa al sentirse burlado. 

El perro lo detiene sujetando la base de su cola. 

-Si se salen, los meteré hasta mi codo. - le advierte algo que tal vez no sea posible. 

El gato decidió quedarse quieto y continuar maldiciendo entre la tos y la asfixia.

Lo deja ir una vez lo ve tranquilo. Camina a la puerta saliendo sin decirle nada más. 

En el piso ese gato regresa a un día en esos oscuros túneles de espuma. 

En su pasado. En un recuerdo tierno que lo hacía sentir seguro en la oscuridad.

Cuando ese chico simplemente decidió que su vida era demasiado relajada y se merecía una sacudida feroz. Una mordida en su mejilla y una invasión de su espacio personal. 

No era un pavo ni planeaba serlo alguna vez pero ahora mismo pensó, ahora con los años encima de su cuerpo y mente , que se había convertido en un flaco pavo de navidad que se queda sólo en el horno después de que le hagan de todo para no saberse si será de utilidad o será tirado entero a la basura. Algo que no termina de entender porqué le vino hace tantos años a la cabeza al verse solo sin ese niño , nada más lo pensó ahora y necesita llorar porque ya eran varias veces que se convertía en un pavo a rellenar. Dando por hecho que si alguien le preguntara a un pavo revivido y a él ¿Qué se siente estar relleno a tope? Su propia respuesta le ganaría a ese insulso pavo. Cómo se sentía ser un pavo relleno. 

Después de años entiende cuánto se equivocó en ese entonces. 

Es vergonzoso. Es humillante. 

La destroza. Mata su autoestima, que como dijeron hace siglos sus compañeros del bloque 2 “Theodore ya estaba mal y ustedes lo terminaron de arruinar” 

-¿Qué pasará conmigo, Dios?- pregunta en la oscuridad. 

Al menos era útil. Esa medicina pronto aminora el fuego y su cuerpo puede dejar de hervir o retorcerse. Relajándose lentamente al poder caer dormido de nuevo. 

 

 

 

 

 

 

Cuánto durmió. No lo sabe. 

Solo es consciente de su despertar al ver un plato de sopa frente a su rostro. 

Olfatea y es de verdad. 

La toma entre las garras. Deseaba con todas sus fuerzas lanzarla a la cara del maldito perro… Pero tenía hambre y esas zanahorias brillaban vibrantes de un color casi rojizo. 

Es un caldo enlatado.

 Es la gloria condensada en un plato de sopa caliente qué consuela su garganta. 

La bebé y termina en un segundo. Al bajar los ojos descubre una lata más, con una cantidad absurda de comida caliente. 

Toda la celda está caliente. 

Mira a un lado y es ese malnacido calentando el interior de las latas con un hierro prendido en rojo al calentarlo con un soplete. Lo mete dentro de otra lata abierta. 

Hierve y ese vapor sube, lo hace ver esos ojos fijos en su propia persona. 

CatNap, tras un espasmo nervioso, vuelve a mirar la lata frente a él. La coloración dejada al centro al haberse quemado algunos ingredientes al contacto con la barra al rojo vivo. Su duda es solo pasajera, la vierte en su garganta y descubre que es tan condimentada y picante como el habanero que le prometieron era dulce hace muchos años. 

A esos idiotas en la escuela les rompió una regla de madera en plenas caras. 

Su boca arde y escucha una risa. 

Mira a ese malnacido. Cubriéndose la boca al reírse de él. De su cola esponjada por culpa del picante. Su burla viene acompañada por una cosa aplastada dentro de una bolsa. 

-Se supone que era para Bobby.-  

Ese nombre le golpea y debe bajar las orejas al sentir ese desagradable ácido en su estómago. 

-En algún momento se aplastó en el viaje hasta aquí.- mira a la siguiente lata de sopa.-No calcule bien nada de lo que debía tomar en cuenta. -

CatNap arrastra esa bolsa a su encuentro, analiza el interior.

Sus memorias por un segundo lo hicieron ver los restos de miles de pequeños aplastados en la bolsa. 

Sus orejas caen y debe cerrar los ojos por un momento para volver a mirar al interior. 

Es una sandía aplastada. 

Esto llega a su cabeza lentamente ¿Alguna vez comió sandía de verdad?

La lleva a su boca volteando la bolsa por encima de su cabeza.

Es dulce. Es insípida, es refrescante. Es crujiente y deliciosa. 

Es pegajosa. Es buena. 

Resiste el siguiente reflejo a vomitar por lo rápido que tragó. Respira lento antes de poder hacer algo más. 

-Te traje esto. - 

Sus ojos van al siguiente platillo en el menú. 

Una cristalina figura tubular le recibe en un trasto médico. Brillando con la luz de las lunas y los soles sobre su cabeza. Tiembla y su baba cae lentamente al comprobar lo que era. 

Su pata se estira para tomarla. Al mismo tiempo ve esa mano naranja sobre el plato. 

Una sensación extraña lo llenó al verlo acercarse a la comida. Un reflejo idéntico a cuando en los comedores algunos niños le tiraban virutas de lápices o tierra a su comida. Esto lo hace esperar las acciones del perro. 

Este retira la mano muy lentamente. Deja al aire lo que estuviera apuntó de hacer.

CatNap toma la comida, sintiéndose extraño. 

Muy raro. 

Asustado ¿Es esa la palabra? No, más bien es expectante. Una sensación expectante. 

-¿Por qué haces esto, Harom?- cuestiona sin animarse a llevar ese plato tan ansiado por años. Observando esta pieza de gelatinoso jamón recortado con verduras en un condensado y cristalino caldo de alitas. Alitas de pollo sin hueso que se quedan flotando en la espesura de la gelatina y las verduras coloridas. Es un óleo al aceite sin más que un olor tan fuerte a jamón y pollo como para hacerlo temblar de hambre. 

Aún no se atreve a tomarlo al estar atrapado en sus dudas. En las preguntas que lo inundan. 

-Tu simplemente deberías matarme… ¿O esperas a que los demás se diviertan jugando conmigo para caerles bien de nuevo?- le pregunta tocando con la punta de su garra las orillas de esta deliciosa gelatina. 

Este perro suspira dejando el soplete en el suelo. 

-¿Acaso también en ese Harom me buscaste?- cuestiona resentido. Tan enojado como no se sabía hace un segundo qué se acobardó de hacer esa maldad tan básica. 

Solo tenía que aplastar su gelatina de insípido gusto inglés, nada más que eso, solo una cosa normal. Una maldita broma pesada y ya. Más de lo último tan solo necesito ver esos ojos fijarse en su rostro para detenerse. No hubo amenaza, nada. 

No hay reclamos ni insultos, solo una mirada pacífica por parte del gato. 

Este ni siquiera intentó defender su comida ni su dignidad. Como si estuviera más que preparado para perderlas. 

Esta situación le fue completamente desagradable. Lo odiaba con creces. Cuánta culpa le recorrió al intentar quitarle algo tan importante a él. 

¿Que clase de idiota era en el fondo? ¿Cómo es que tan solo una mirada es suficiente para detener sus rencores? Para sentir esta culpa y lástima profunda. 

Sabiendo que Theodore no respetaba límite alguno, fue en sus propias acciones puso el límite al casi irrespetar algo tan sagrado e importante como el alimento. 

Todos merecen comer y no hay alimento que no deba ser atesorado cuando se es dado a alguien que lo necesita. Así sea pedido, requerido o no, la comida se respeta por cada boca que carece y por ti mismo. Por quién serás y fuiste, por un límite humano más que básico. 

La necesidad de comer, la más patética necesidad. Donde la dignidad está por los suelos al tener hambre o la felicidad llega al cielo con tan solo un bocado rancio. 

Toda carne es consumible. 

Todo alimento debe ser respetado. 

Toda el hambre y la sed debe ser saciada. 

Debes respetar el alimento en el plato de alguien. 

Te debes respetar al comer con dignidad. 

Tan solo quería hacerle una broma pero la consciencia golpeó. Tan solo por cuanto le gustaba cuidarlo, cuánto deseaba procurarlo desde hace años. 

Como le dio a Theodore el código de las máquinas y no a sus amigos. A ninguno de sus amigos les dio ese pasaje a comida como lo hizo con Theodore. 

Tan solo para regalarle esa independencia. Reconociendo que lo quería como a un igual en su vida y no como a sus dependientes amigos. Fue un maldito egoísta por cuanto le gustaba ese niño y cuánto desea obtener su admiración y su lealtad.  

Le gustaba. 

Le gustaba mucho. 

Por un carajo, Theodore le gustaba y le gusta tanto como para volverse loco de lo estúpido que podía llegar a sentirse. Solo sabía que lo necesitaba, necesitaba esos ojos solitarios fijos en sí. Necesitaba que esa siniestra figura brillará en las sombras donde estaba tan asustado tan solo para tenerlo en sus manos. 

Necesitaba esa luna brillando en sus oscuras noches. 

Estaba más que listo para arrodillarse y suplicarle por su regreso. Estaba más que listo para cortarle las patas, para sacarle los ojos y dejarlo ciego para tenerlo consigo. 

Tan solo porque hacerle daño era todo lo que no deseaba. 

Quería tanto protegerlo, cuidarlo y tenerlo a salvo en una linda caja de cristal. Tanto como para detenerse una y otra vez, cada vez se detuvo porque el amor que sentía era mucho mayor a esa locura desagradable en su cabeza rota hace años. 

Esa fuerza dentro del amor que sentía era la que le ayudó a detener su puño y no aplastar algo que sabía a su gatito le hacía tanta ilusión. Algo que hizo a sus ojos brillar tiernos, a su herida cola mecerse suavemente en el suelo y sacudirse hacia arriba. Algo que lo hacía tan feliz como para que su lomo se erizara. 

Amaba esa alegría. Amaba que pudiera ver. Amaba sus patas pisando suavemente al ritmo de su alegría, amaba esa sensación cálida en sus lindas orejas. 

Amaba tanto al chico detrás de todo ese pelo y muerte. 

Tan solo quería abastecerle , hacerlo feliz. 

Es esa misma profundidad en sus debilidades las que le dan fuerza a toda esta rabia tan instantánea como la espuma tóxica al fondo de un matraz. Es como quemarse a fuego lento hasta hervir en cuanto se voltean. 

Exaltando lo suficiente todo este odio como para sacar del fondo de su corazón ese rencor antiguo. 

Es otro tipo de fuerza loca y maliciosa. Es crocante y golpea su cerebro con fuerza. 

Lo hace gritar y pisar con fuerza el suelo bajo sus pies. 

-¡¿Cuántas veces despertaste junto a ese tipo para que des por hecho que no soy yo?! ¡¿Cuántas veces te toco?! ¡¡Dime porque debo aceptar que a mi me mataran por tu culpa y ahora escuchar que esto que hago por ti no vale nada!! ¡¡¡Cuantas veces debo saber que en otras personas esta tu felicidad mientras continuó siendo el estúpido que te mira de lejos!!!-

Ese gato mueve la cabeza y su pesar es palpable al bajar las orejas. 

-Déjame en paz. - 

-¡¡Theodore!! ¡¡¿Cuántas veces te debo perdonar? Dime para empezar a contar!! ¡¡¿Porqué dijiste que me amabas si todo este tiempo solo pensabas en ese tipo en el sótano?!!-

-No metas a Dios en esto. - 

-¡¡No puedo sacarlo de aquí!! ¿Cómo puedo sacar algo que está metido en tu cabeza? ¡¡Incluso dejaste que yo te tocará, aunque tenías tanto asco y miedo… por él!!-

Este gato lentamente reacciona a los reclamos que antes ignoraba. Dejo de mirar al suelo y de cerrarse. Lo mira al fin directamente. 

Puede ver esos grandes ojos de plata fijos en él, entre sus gritos y reclamos. Esos puños cerrados y su cola levantada al sacudirse de un lado a otro. 

La cabeza de Theodore se queda en esa cola. En cómo se eleva y sube, nunca baja aunque esté triste o enojado. En esas orejas rotas y desgarradas. El hongo que manchó de gris su pelaje y esa nariz. 

Esa nariz negra. 

La forma en la que choca los puños y apunta al gritarle o como llega a dar vueltas por la celda. 

-¡¡¿Cómo es posible que permitieras qué alguien que tanto asco te daba te tocara?!! ¡¿Significa que soy un violador también?!- su voz se quiebra entre ambas edades. - ¡¡¿Porqué me dejaste hacer algo tan asqueroso si no lo querías así?!!- el perro al fin saca a gritos aquel terror guardado desde ese día. 

Desde que entendió que Theodore seguramente no deseaba ni quería ser tocado. 

La cosa en la que pudo haberse convertido al aprovecharse del gatito en su manipulación. 

-Me volví como ellos… - su lamento lo lleva a chocar con la pared tras su espalda. Sujetándose la cabeza con un gruñido hondo. - Debí morir ese día pero tuviste que soportar por más tiempo… ¿De donde sacaste la fuerza para vivir atrapado con tu abusador? ¡¿Lo amabas tanto que sufrir esa humillación te fuera lógico?!- 

El gato mira al perro por estos minutos consiguientes al arrebato furioso. Lentamente y a la vez tan rápido como un torrente de agua derramándose por una cascada es que le llega al centro cada palabra dicha por este perro.

Lo correcto. Lo erróneo. Sus mentiras. Las consecuencias de sus berrinches y sus inseguridades. 

Cuanto este estuvo dándole vueltas a algo que hace años no pudo entender ni explicar ni a sí mismo las razones para estar tan asustado por algo que le gustó más que nada en el mundo.

Cosas que solo discutió con su cariño y dejó incompletas tras su partida. 

Gritando ahora tantas cosas confusas. Dando en el clavo solo su voz temblorosa. 

-¿Hobart?- 

Ese nombre. 

El nombre de una persona es importante. Es la clave para quién se es y de donde vienes.

En el nombre está todo. Quienes le dieron el nombre, quienes lo llamaron con anterioridad, quien lo conoció y quien no lo hace. 

Quién es Hobart.

Quien ese chico en el espejo o quién era. 

A dónde iría ese hombre para poder moverse.

Quién era Hobart. 

Es la persona que escuchó la llave de quien es tras el pelo sintético. Quien lo hace sonreír y mirar a ese chico en el suelo. 

Quién dijo su nombre y trajo cada una de las voces que lo nombraron antes. 

La voz de su madre. 

La voz de sus seis amigos. La voz de Pedro. La voz de Joshua. 

La voz de esos pervertidos, la voz del entrevistador de la compañía, las voces de todas las personas que lo han agredido con su nombre o que lo nombraron con amor o una sonrisa. 

Es ahora que puede ver a ese niño de su pasado, a ese pequeño Theodore encogido en el suelo de los túneles de cuerina y sombras. Mirándolo a través de esa cobija púrpura con esos ojos siniestros y profundos. 

Por primera vez esa voz dice su nombre. Su nombre. 

Por primera vez Theodore dijo su nombre. 

Repitiendo esta gran sorpresa con esa voz rasposa y cavernosa. 

-¿Eres Hobart?- le pregunta rompiéndose su temblorosa voz de averno. 

Era el canto de los demonios o un ángel piadoso hablando a través de la bruma del fuego negro. Era la muerte. 

Era la trampa de un asesino. 

Había muchas cosas negativas con las que comparar a la persona detrás de esa voz tan perturbadora. No puede ser otra cosa. 

Ahora mismo podría tener una pistola en la frente y aún sería el perro que mueve la cola feliz de ser tomado por la correa de camino a ser despellejado vivo. 

-¿Cómo es que sabes mi nombre, mi amor?- pregunta dejado que sus hombros caigan.-¿Hace cuánto sabes a quien le diste permiso de tocarte?-

El gato sacude la cola y sus ojos bajan al mismo plato de gelatina. Soportando esta sensación creciente. 

Era él. 

-Llámame Hobie.- añade su propia presentación.-Hobart no me gusta. - le dije el perro de vuelta a su anterior calma pesada por culpa de esta rabia adormecida tan solo por escuchar su nombre por parte de Theodore. 

Era un tipo patético.

El gato mueve la cabeza. Lleva la gelatina a su boca, tragando de una vez. 

Como si de pronto dejara de ser solo algo que puede rechazar. 

Tan ambicioso como antes. Deseando todo. 

-Theodore, ¿Cómo descubriste mi nombre?- vuelve a preguntar aún sin acercarse. 

Este gato lo mira de nuevo. Chocando sus ojos con los de Hobart y su propio ser es consciente del peso de una mirada qué estuvo ignorando conscientemente. Devolviéndole todas y cada una de las veces que fue mirado con tanta intensidad. 

Ese chico dándole la única mitad de la galleta y fingiendo que no estaba esperando a verlo comerla. 

Con ese niño mirándolo después de compartir un beso. 

Cuando fue humano y ese perro tonto le observaba de lejos a través de las ventanas. 

Donde fue abrazado después de un año completo ignorándolo por su propia cobardía. 

Cada vez que el miedo los separaba podía ver cuánto deseaba regresar. 

Al verlo derrotado bajo esa regadera y lleno de sangre y basura por el trato injusto de una persona egoísta. 

La última vez que lo vio fue en ese desayuno fatídico. 

Como lo miro al reencontrarse por fin en esa celda. 

Siendo atrapado en sus miedos, recatado por su descaro. 

De nuevo tomado en serio cuando su estupidez lo hacía actuar por capricho. 

Atrapado en un abrazo. 

Descubriendo una forma nueva de querer. 

O enviándolo a la muerte. 

Esos ojos llenos de preguntas y derrota también lo miraron por última vez. 

Llenando su cabeza de los ojos de todos los caídos. 

-¿De verdad eres tú?- busca la respuesta al observarlo fijamente. Esperando que no sea la verdad. 

Deseando que sea él. 

El perro levanta a medias las manos. 

-La primera vez que dormimos juntos…-

El gato reciente esa respuesta vulgar. Como todo el ridículo al que tuvo que soportar por la boca de los otros de su piso. Por todo lo que tuvo que vivir, el dolor y sus burlas. 

-... tu compañero de cuarto estaba dormido en su cama. - 

Eso. Es todo lo contrario a lo que esperaba escuchar. 

Theodore bajo las orejas al escucharlo. Llevándolo a esa noche sin estrellas o luna alguna. Solo el techo de madera y el cabello de ese niño en su nariz. Como él mismo espero a que se durmiera para cambiar de lugar, para escurrirse al espacio en su cuello y poder ser abrazado por completo al fundirse con ese pecho lleno de golpes y heridas. 

El torso de un niño endurecido por la violencia. Llenó de las marcas de su valentía oculta del ojo. Alguien tan acostumbrado a sufrir como para ya no hacer caras aunque los impactos fueran tocados por error durante un abrazo. 

-Esa noche no debía salir pero no pudimos vernos en nuestra cita. Estuvimos juntos hasta la mañana, despertamos juntos y tu compañero me sacó a zapatazos de tu cuarto cuando bajaste a buscar comida.- la risa que viene después puede ser amarga o dulce. - Fue muy divertido, me hizo sentir como un ladrón en la madrugada.- 

Theodore llega a recordar a su amigo saliendo de su cuerpo y a ese chico gritando al descubrirlo. 

En su bloque los robos eran comunes y claro que lo confundieron. 

Él mismo llegó a reírse al verlo correr tan feliz. Robándose el zapato del chico que antes le había perseguido. 

-Me siento bien de haberle robado sus zapatos… Creo que fue el mismo al que besaste, ¿No es así, mi gatito?- sus recuerdos son oscuros. Puede imaginarlo y a la vez no. Le es imposible imaginar tal cosa. 

El gato mueve la cola de lado a lado. 

-No es… Posible. - murmura. Busca cómo entender lo que estaba sucediendo con su vida. Con todo lo que creía hasta este día. 

-Lo es. Estoy aquí, gatito. - es difícil contenerse. No romper con la distancia entre ellos. 

Llega a dar un paso a su dirección. Buscando tocarlo. 

Sentir ese hermoso pelaje en sus manos. 

Volver a sostener su cintura más huesuda qué un alambre. 

-No es posible, no… - el gato tiembla tomando la verdad como una medicina amarga. Más que nunca. 

El peso de la distancia y la sed que sintió todo este tiempo. 

La espera para poder volver a verlo. Cuando Dios se lo devuelva y lo llevará a encontrarse con su cariño a ese mundo que le prometió tantas veces. Donde serían uno de nuevo. 

Creyó. Cree. Tiene una fe descomunal, amando a Dios y sus crueles caminos tan solo para encontrar el destino detrás de las sombras. 

Porqué su perrito estaba muerto por su propia mano. 

Y no solo él. 

Los juguetes. 

Los niños. 

Sus compañeras. 

El resto de lo que fue este mundo de hierro. 

Sus sueños. 

A todos, él los condenó a la muerte y al fuego de otros Dioses con acciones crueles e innombrables. 

Dio de comer a los demonios sin intelecto . 

Traicionó a todos para salvar ese mundo donde su cariño estaba esperándolo. Donde su DIOS ERA TAL. 

Donde debía ir su lealtad. 

-Yo te hice daño. - murmura perdiéndose el siguiente acto desesperado de este perro. 

Tomarlo por las mejillas para unir sus narices en ese pseudo beso tan personal y peligroso.

Algo que deseaba hace tanto tiempo. Lo hace temblar y lloriquear al sentir su dulzura. Ama a DogDay… no. 

DogDay es falso como el cartón. Es una máscara, una idea, una mentira y un placebo sin real poder. 

Es el traje de un payaso, de un tonto loco lleno de positivismo qué puede acabar con la vida de quienes la usan. Es un veneno autodestructivo. 

La abnegación de un esclavo qué huye de la libertad, en búsqueda de lo conocido. 

Es el grillete que Hobart tuvo que soportar por años. 

Esas son las ideas que le llenan al derretirse en ese agarre. Dejando que por fin su cuerpo se relaje al calor. Depositando todo su peso en su torso y cayendo, solo cayendo al roce de sus narices y el borde de sus horribles sonrisas pueden sentirse.

Es como un somnífero. Un peso que se retira de su espalda. 

Es poder respirar al fin. Es libertad lo que le espera al derretirse en sus manos. 

Llevando sus garras a esos brazos para atraerlo. Deseando más que nunca un castigo. 

Uno de esos que le hacen temblar y ser incapaz de mantener las piernas juntas. Necesita tanto esto. 

Caer. Caer y solo caer hasta no encontrar su cola ni patas. 

Derretirse más allá de todo lo posible. Poder ceder el control por fin a alguien que no le lastime. 

Puede ser solo una gota de agua en el cristal de un auto en movimiento. Viviendo esta vida sin tener que decidir. Descansando del peso de sus acciones. De la culpa por ser incapaz de decidir por sí mismo. 

Quería ser la pertenencia más valiosa. Quería ser el todo en sus manos. 

Qué nada más pueda caber entre sus dedos. Qué haga y deshaga a su gusto sus huesos. 

Qué lo destroce y pueda confiar cada pieza a él. Que lo pruebe, lo coma y disfrute. 

Solo quiero ser amado como amaba. Solo quiere ser suyo, un objeto que atesorar. 

Puede sentir como sus deseos podrían ser escuchados y esas manos bajan por su cuello para abrazarlo. Sin tocarlo. Sin aprovecharse. 

Obligándolo a desearlo hasta doler. Hasta que cada fibra de su cobarde interior se sienta listo para soltarse. 

 

Ama a Hobart.

Ama cada centímetro y cada uno de los pelos de su gran pelaje roído por el tiempo. 

Amaba a Hobart. Lo ama tanto. 

Tanto como para ser inmediata la venida de las escenas más horribles habidas en cada segundo de estos días de sombra. 

Las voces y sus gritos. 

El color de la sangre más fresca contra las platas de plástico. El reclamo de su propio piso y esas súplicas. 

Los restos de juguetes destrozados. 

Su propia sucia boca llena de la sangre y carne de más de un amigo. 

Aquella boca que ahora está humedeciendose por ese aliento cálido. 

-¡Vete!-

El perro se ve empujado y al gato volteandose contra la pared. 

-No me iré, Theodore-

-¡Largate!-

Lo exige furioso. 

El perro intento negarse. 

-¡¡Largate!!- llora contra el suelo. 

El perro está vez siente que esto era malo. 

-¡¡Largate!!- se lo rogo llorando grandes gotas de sangre directa de sus ojos.-Necesito pensar, vete.-

-No debo irme. - murmura perdido al verlo tan destrozado. Como llora y sufre al hacerlo, gritando algo que parece no desear de ninguna forma. Como si cada grito fuera un ruego paraque perteneciera.

-¡Largate!- escupe un torrente de sangre. 

Este perro debe obedecer al verlo tan agitado. 

-Volveré.- lo promete al salir por la puerta.-No te dejaré otra vez. - 

El gato espera a verlo fuera para gritar. Sujet su cabeza y llora.

Llora avergonzado. 

Llora arrepentido. 

Llora furioso. 

Atrapado por sus consecuencias y como se empujó a este resultado. 

-Dios nunca te tuvo en sus manos. - su realidad toma fuerza al decirla en voz alta. -¿Qué demonios estuve haciendo todo este tiempo?-

 

 

 

 

 

Afuera de la celda ese perro esta teniendo un mal episodio. 

Sacudiendo un cartón de CatNap qué se encontró por el camino. Golpea ese botón pero no deja de escuchar el mismo ronquido qué sabe es falso. Theodore no roncaba así. Era su actuación para que lo dejaran en paz. Solo estaría meditando o perdiendo el tiempo al respirar así. 

Más frustrante. Tocarlo y sentirse estúpido al no recibir respuestas por parte de esta caricatura acartonada. 

Ryan analiza al perro pelear con ese cartón, en total silencio aunque lo esté llevando de un lado a otro y asfixiándolo o mordiéndole como perro a sus juguetes, lo que sea. Estaba cansado. 

Sube el volumen de los controles por un momento escucha como ese gato llora a gritos dentro de la celda. Vuelve a bajar el volumen. 

Las cosas apuntaban a mal. Era peligroso continuar en su situación, metió en dramas de monstruos qué le superaban más de tres veces en tamaño y fuerza escucha y lamenta haber sido tan compresivo antes. Ese perro lo miro en algin momento en su rabieta. Decidiendo venir a su zona segura a pedirle consejo. 

El humano suspira abriendo los seguros de la celda. 

El perro entra y cierra a su paso. 

Contrario a lo esperado, no están apretados dentro de esta celda. El perro podía mantenerse de pie a unos dos metros o sentarse libremente en otra punta de la habitación. 

Sobre ellos las ventilas suenan por una corriente fría. Olía a quemado por culpa del incendio provocado por el perro. 

Ryan se abstiene de hacer alguna observación y espera sin más. Bebé de su botella y continúa vigilando las cámaras de seguridad en los pasillos cercanos a la celda donde estaban. 

Podía ver a algunos juguetes de al menos un metro cuarenta moverse por los pasillos. Silenciosos. 

Hace algunas horas parecía desierto este lugar. Ahora, con el rumor de la muerte de CatNap, comenzaron a moverse de nuevo. 

Lo preocupante era que no están celebrando o recuperando el territorio. Estaban huyendo a la superficie. Con tal desesperación que no parecen capaces de mantenerse de pie al hacer esta huida de emergencia. 

Ryan dejo esta fábrica años antes de que esos juguetes fueran fabricados, por lo tanto desconoce la distribución o tan siquiera el estado de cada piso inferior a este donde laboraba. 

Observa a estos niños o adolescentes trepar paredes tan rápido como eran capaces. 

Su preocupación es interrumpida por el perro. 

-No se que decirle… Estoy asustado. - 

-¿No estabas enojado antes?-

-Estoy demasiado enojado… Y lo que dijiste sobre los recuerdos y nuestro pasado, no se si tengo la fuerza para mantener la calma.-sus manos sube a sus ojos. - No quiero lastimarlo pero aun deseo hacerlo.-

Terreno peligroso. 

Ryan estaba en un espacio cerrado con un gigante confundido y frustrado qué no sabe como reaccionar a las emociones que le rodean. Más hechos que solo aumentan la irritación. 

No sobreviviría si llegaba a tener algún arrebato en su contra. 

Esa advertencia le hace volver a escuchar el interior de la celda. Solo puede saber que ese es un sollozo por las líneas rotas y quejidos. De otra manera daría por hecho que era una cacofonía diabólica. 

-Solo escuchalo. Después decides que hacer.- Escucha esos lamentos a medias como se haría con las pistas de su propio pasado. Preguntándose si esto era real o si ese gato esperaba alguna oportunidad para que este perro se distrajera y matarlo. 

Podrían ser mentiras. 

Podrían ser verdades. 

Una cosa es segura. 

Si todo esto es cuestión de ese prototipo, es posible que ninguna conversación logre poner de su lado a ese gato. Conoció miembros de sectas religiosas, los pudo observar y entendió que era más fácil que se suicidaran a que tuvieran la fuerza para salir de esos agujeros de adoctrinamiento y mentiras manipuladoras. 

Además ¿Cuánto hizo este gato por si mismo? Un creyente radical sin intenciones de herir a otros por sus creencias… Es más posible que los cerdos vuelen. 

-Y si puede decirlo alguien , es un indio. - determina con un movimiento de cabeza. Dejaría esto en manos del perro. Después de todo él ya estaba viejo, estaba cansado de los problemas del amor y las relaciones complicadas. Simplemente dispararía cuando ese gato matará al perro y saldría de aquí una vez se acabará todo. Volvería con Angela.

 

El perro mueve la cabeza confundido por el inesperado comentario por parte de Ryan y su anterior estado pensativo qué parece acabarse con eso.

Ryan no quiere meterse en un asunto que es solo de su propia incumbencia. Seguramente era lo mejor para él. Esta situación era solo su propio problema. 

Lamentaba tanto tener que meter en estos problemas a terceros. 

Lamentaba tener problemas con Theodore. 

Quisiera que nada de esto estuviera sucediendo. 

-Solo debo ser paciente contigo, gatito. -  

 

 

 

 

 

 

 

La paciencia es como el veneno lento. Es una tortuga metida en una olla de agua por hervir flotando en agonía en espera de que sus órganos dejen de pelear y lo dejen morir. 

Sopa repulsiva si se lo preguntan. Solo los fenómenos inadaptados comen tortugas.

La persona a la que esperaba ver del otro lado, el día que Dios lo reclamará… Está aquí por sus propios pies. Volvió por si mismo. 

No necesitó a Dios. No necesito el permiso de nadie para llegar de vuelta. 

Hizo lo que quiso incluso con su cuerpo una vez más. 

Le arrebató sus armas. Destruyó su hogar como antes uso su cobija para limpiar el suelo. 

Lo ha orillado hasta un estado tan patético. 

Le hizo añicos el corazón. Lo tocó de una forma tan vergonzosa… descarado y descortés. 

Como si nunca se hubiera ido. Como si tuviera todo el derecho del mundo para tratarlo así. 

Grita.

 Gritó sacudiendo la cabeza. Llevándose la paz de sus sueños en una ola.

Esperó durante tanto tiempo y aun así estaba desesperado por no encontrarlo ahora que sabe, está allá afuera. 

Lo fácil que este infeliz puede hacer de su ser una marioneta que ronronea gustosa de su toque. 

Está atrapado entre verlo de nuevo y tener miedo de hacerlo. Atrapado por el amor y la vergüenza. 

Por sus decisiones y el miedo a herirlo nuevamente. 

Topando con el mayor de los muros a los que debe enfrentarse por culpa de sus propias acciones. 

La verdad que es cruda. Cruel y siempre le persigue pegada a sus talones por los gritos de todos los que trataron de sacarlo de ese estado sumido en la conveniencia. En amar a un Dios que lo guió a matar a su cariño, a su novio. 

-Dios, ¿Me mentiste?-

Si su cariño estaba aquí, significa que nunca estuvo en manos de Dios. Significa qué estuvo siguiendo una mentira. Una gran mentira. 

Que mató, torturó y acabó con las vidas de tantos tan solo por un capricho ajeno. Todo lo que hizo fue injusto. Fue traición a todo y a todos. 

Traicionó a Hobart, a sus sueños. A sí mismo. 

Traicionó el recuerdo de su madre. 

A cada uno de los niños que creían en él. 

A los juguetes que antes lo seguían. 

Destruyó todo lo que su cariño construyó… Sólo por órdenes de algo que no es un Dios. 

Solo… Sería un estúpido tan perdido que hizo daño a las personas que lo querían o pudieron llegar a quererlo. Fue un estúpido, un gran estúpido. 

Un peso muerto. Una condena. 

Un monstruo. 

Una maldición más allá de ser lo peor que le pudo ocurrir a mamá. 

Era la maldición en la vida de Hobart. En la vida de todos los que se cruzan con él. 

-No puedes librarte de mí tan solo haciendo un berrinche. - 

Sus orejas caen y necesita contenerse para no volver a comportarse como antes. Sujetándose las orejas sobre la cabeza. 

Había estado tan sumido en sus pensamientos qué fue inconsciente de en qué momento entró Hobart a su celda. 

-Te odio. - murmura. Su mirada cae en el suelo. 

El perro bufa recargado en la pared. Curza los brazos sobre su torso,resguardandose en esta posición nerviosa. 

-Si es la verdad, no serías el único. - apunta restando importancia a algo que sí le afectó como escuchar algo que daba por hecho hace mucho tiempo. Algo que lo mató.-Aunque no quiero que seas uno del montón, es decepcionante que así lo quieras, mi lindo gatito. - 

Ser odiado era normal para él. Deprimente es saber que era verdad que Theodore estaba en la lista de quienes lo odiaban

-Odio eso. - le acusa de nuevo el gato. 

-Que lástima. - gruñe amargo ante la presión que le llena. 

El gato suspira y al fin llega a ese límite. Al fin su boca se abre. 

-¡¡Odio tanto como siempre finges que no te duele aunque te hagas pedazos!! Puedo verlo, siempre pude verlo. ¡¡¡Siempre pude ver como te hacías pedazos por todos pero continuabas y seguías y seguias!!!- sus gritos son desde el suelo. - ¡¡La costumbre no te quita el dolor, solo lo ignoras y no por eso deja de doler!! ¡¡Eras estúpido, eras un imbecil eres un completo patán que se atrevió a enamorarme y luego dar pedazos de tu vida a cualquiera frente a mi!!-

El perro mueve la cabeza, mirando al suelo sin saber cómo responder a estos reclamos. Aguantando algunos insultos al estar atrapado con esta frustracion. 

-¡En la comida te tragabas lo más asqueroso para dejarles lo bueno a ellos! ¡¡En el trabajo los cubría del maltrato de los trabajadores como si a ti no te doliera cada vez que te humillaban como a una máquina!! ¡Siempre viste por otros antes que por ti, y esperabas que yo simplemente lo entendiera!- 

-Es mi trabajo, soy el líder. - 

-¡También eras un niño, eras como yo, estabas asustado! ¡¡Podía verlo y no sabía que hacer!! ¡Solo me quedaba viéndote y después de solo ver, lo viví y comprendí lo injusto que era que tu solo cargarás con ese infierno!- sus orejas suben al rugir ese gran y fatídico recuerdo repetitivo. La monotonía. -¡Yo no te quería traicionar, quería deshacerme de las flores que los humanos usaban para darte tanto trabajo incluso cuando ya no podías ni con tu huesos!-

-Era mi maldito trabajo cuidar de ustedes así me matara- 

-¡¡Pues mi trabajo era cuidar de mi novio!! ¡Cuidarte y quitarte eso de encima! ¡Aligerar el peso de tu carga! ¡Hobart, tu no tienes que esclavizarte para ser amado!-

El perro gruñe, haciendo oídos sordos a sus reclamos ta extraños. 

-¿Y como te supo la vida sin mi?-

El gato exhala perdiendo fuerzas. 

-Cada día lo pase queriendo acabar con mi vida.- 

El perro sujeta sus orejas. 

-No es justo que ahora no quieras escucharme. - 

-No es justo. -

-No es justo que pasaras tantos años sintiéndote de esa forma solo para proteger a personas que no dudaron en mentir en tu contra. - 

El perro lo mira de soslayo. 

-Yo solo quería deshacerme de las flores pero esos idiotas…Simplemente volvieron a cargarte con la culpa… - sus orejas caen. - Y cuando te fuiste… te reemplace. - su voz tiembla.-Yo fui culpable de todo, todo lo hice yo. Cada error y predicamento fue mi culpa… Como fue en el pasado para ti, vivir rodeado de sus reproches y sus caprichos.. Mis propios caprichos y como te hice daño.- su cola se mueve de un lado a otro. - Estábamos amenazados de muerte y tortura cada segundo de nuestras vidas pero aun me permitias ser caprichoso.. Dejaste que te metiera en tantos problemas peligrosos. - 

-Lo que yo hiciera es mi propio problema, no es tu culpa nada de lo que me sucediera. Eran mis consecuencias, no tuyas. - su malestar es cda ve más claro, sacando algo de ese coraje con una queja más. - Si tanto te molestaba, hibieras buscado una mejor forma de terminar conmigo y no matándome. - 

Ese gato se niega. Aunque le dolió saber que de alguna manera… Ya no eran novios. 

-No es así…- huye de esa afirmación. Negándose a soltar su relación con DogDay. - Yo pude ser mejor que eso.- su cabeza cae de lado.-Te obligue a ser y hacer más de lo que eras capaz solo para mi… Yo me volví tu problema y no tu apoyo.- sus ojos caen al suelo. - Mis enredos te hicieron creer que eras un violador. Te confundió mi incapacidad para hablar de lo que me ocurría y esto solo te confundió. - en su corazón la desesperación exhala el humo tóxico que no puede por la boca.-Una y otra vez, fui una carga. - 

El perro no puede escuchar más de eso, no ahora que estaba tan asustado por los reclamos de errores que no pudo ver antes. 

-Theodore, esto no tenía que ver contigo.- su voz está cansada. - Yo ahora solo quiero saber ¿Estas conmigo o seguirás a ese monstruo con complejo de Dios tuyo?- le pregunta con toda la intención de herirlo. De enojar al gatito. 

El gato llega al límite. Nada de lo que decía estaba siendo escuchado. 

Voltea sacudiendo hasta su collar de luna. 

-Vete. - ordena mirando al perro fijamente. 

-Theodore. - le llama buscando las migajas de su paciencia. 

El gato mueve la cabeza. Tirando de las cadenas al enderezarse y rugirle en la cara. 

-¡¡Lárgate, ahora lárgate de mi cuarto!! ¡Vete de aquí, vete!- le gritó gruñendo entre sus alaridos. 

Hobart explota de nuevo, gritándole. 

-¡Es una celda! ¡No el cuarto de un adolescente!-

-¡Tengo 18 años, son prácticamente un adulto y este adulto te quiere fuera de su cuarto!- 

El perro retrocedió confundido por su lógica. 

Esta vez al salir dejó una queja detrás. 

-¡Es que eres tan complicado, eres tan difícil! ¡Y se que es mi culpa por enamorarme de un hombre! ¡Porque hombre tenias que ser, Theodore!-

El gato siseó furioso. 

-Un hombre necio y complicado eres tú, hereje desgraciado!- le grita encorvandose su herido torso, incluso si le duele aun le muestra de esa forma su rabia.-¡Camarón desgraciado!-

-¡No soy un maldito camarón! ¡¿Porqué te parezco un maldito camaron?!- le gritó sacudiendo los brazos.- ¡NO SOY BLANCO!-

-¡¡Por enano y rojo!!- escupe al fin ese secreto llevado en su interior. El nombre qué le quería dar muchas veces cuando ese tonto lo hacía enojar.-¡Camarón!-

En su arrebato logra ver fuera de la celda al salir el perro, que por cierto, exhalo al entender el tremendo insulto que estuvo recibiendo en su cara por tanto tiempo y lo hace sacar vapor ante la gran vergüenza que lo recorrió al recordar lo bajito que siempre fue al estar cerca de Theodore. Su piel roja y contraria a la lechosa piel de ese niño alto y siniestro. Devolviendolo a ese sentimiento de inferioridad qué lo empujaba cada día a esforzarse más y más y más para hacerlo reír o para demostrarle que era útil. Para que Theodore no dejara atrás su fea compañía. 

Este recuerdo respecto a sus inseguridades le llegó muy profundo. Recordando qué tal vez esta separación era lo más común para alguien que no encajaba con el hermoso niño que parecía sacado del libro que le leía su madre antes de no tener energías ni para sostener una hoja de papel. 

Porqué no era ni el zorro, ni el piloto. Era el maldito alcohólico qué se avergonzaba de beber pero continuaba haciéndolo para olvidar que era un alcohólico. En un siclo humillante y estúpido en un planeta solo lleno de botellas vacías. 

Esto le recuerda lo poco que mereció alguna vez tener tan siquiera los ojos de alguien tan especial fijos en él. 

Porqué si Theodore prefirió a esa cosa es porque él mismo no fue capaz de llenarlo, de darle esa felicidad que el principito buscaba en su rosa. Y necesita cerrar la puerta para que no lo vea deshacerse de la frustración y la rabia que lo consume. 

Patético. Como el adicto en su planeta helado. 

 

Para Theodore este mismo segundo se encamina a algo muy diferente. Lo lleva a su pasado, a conectar con una parte de su personalidad que creyó muerta hace años pero resulta que solo necesitaba tener de vuelta a su novio , quien es su novio y no importas nada mas ,para sentirla devuelta. 

 Como esa figura humana es visible a un costado de Hobart. Trayendo recuerdos viejos y fastidiosos otra vez. 

Esa vez aun en su cuerpo infantil al verlos tras La Juguetería o en la situación con las flores. 

Ese humano viejo otra vez rondando a Hobart.

Esta desesperación es confusa. Ahora no solo es la fuerte rabia sino también esa espina de su interior más egoísta y patética. Esa vergonzosa marca oscura qué lleva años en su piel como parte de su persona. Parte de quien era hasta ahora. 

El cómo cayó tan al fondo. Ese deseo de tener al perro solo para sí. Siempre solo suyo. De nadie más. 

Sin esos amigos y solo su cuerpo para refugiarse. 

Ahora esa parte de si llora frustrada. Lo empuja a cometer otro berrinche y pisotear tirado de lado en el suelo, como un crío patético al que no le enseñaron algo tan sencillo como manejar sus emociones. Solo puede quedarse impávido, resistiéndose a esta sensación de fuertes celos. 

Cuanto deseaba arrancarle el corazón a ese humano. Era más que capaz a este punto de su vida. 

Morderlo y hacerlo pedazos. No comería nada, todo lo desperdiciara. 

Escupirlo lejos de Hobart. Donde nada más que insectos lo coman como la basura que era. 

Estaba tan cansado de compartirlo, de que solo muerto su cariño… Su Hobart dejó de poner a cualquier otro en sus ojos. 

Esta parte regresa a la realidad. A donde estaba. 

Donde ya no era quién para celar a su amigo o a su antes novio. 

Porqué él mismo hizo que su relación terminara. No quiso verlo antes. 

Solo pensando en cuánto lo quería y lo necesitaba de vuelta. Llego a entender que esos celos eran contraproducentes… Talvez eran la razón por la que llegó a perder más de una oportunidad para hacer amigos.

Estaba tan celoso que era difícil ver a otros aunque intentará soportarlo. 

Estaba tan celoso de no tener nada. No quería ser nada y soñó con ser alguien a quien su amigo no pudiera dejar atrás. 

Entonces debía preguntarse… ¿Qué puede hacer ahora sin el humo rojo?

A donde lo lleva carecer del arma qué Dios más apreciaba en su poder. 

-¿Si no es contigo… - su voz se quiebra al paso de un respiro por su amarga garganta. - ¿A dónde pertenezco?- pregunta acostándose totalmente en el piso. Porque incluso en este momento se preguntaba a quién era que dirigía estas dudas. 

¿A Dios? ¿Con Hobart?

¿A dónde quiere ir CatNap? ¿A dónde es que pertenece Theodore?

No podía responderle a Hobart sin saber quién era ni a donde pertenecía. 

Si pertenecía a Dios… Era mejor que lo mataran antes de herir a Hobart.

Si pertenecía a Hobart, entonces tendría que dar la cara a sus consecuencias y afrontar ese horror nuevamente.

 Ahora está intentando aceptar que cometió un error. 

No sabía si podría con eso. No sabía si sería suficientemente fuerte para afrontar esas sombras con estos nuevos ojos. Con la verdad en sus pupilas, de frente a su verdadero rostro. 

No podía estar seguro de que en cuanto volviera a estar en contacto con Dios traicionaría a Hobart. 

-¿Y si hubieras estado aquí desde antes?- las preguntas duelen. - No se si podría haberte protegido de mí mismo. - 

¿Y si todo este tiempo la razón por la que su madre no tenía un Dios que la protegiera fuera su culpa?

¿Acaso él le hizo todo este daño a sus personas amadas?

¿Para qué seguir si solo era una maldición?

Ya no tenía fuerzas para buscar su amor.

 Solo deseaba terminar con todo. 

-Ya no puedo más… Ya no puedo pelear más. - lamenta entre los sollozos acompañados por las gotas de carmín en sus ojos. Su cabeza se sacude y golpea su frente contra el suelo al pegarse al suelo. Intenta desaparecer pero solo es un monstruo atrapado.-Ya no, ya no. Ya no quiero, ya no puedo más ... .- solo puede quedarse ahí hasta que Hobart se decidiera a matarlo. Que lo hiciera de una vez y fuera todo para ellos. 

 

 

 

La noche vuelve una vez más. 

Ya pasaron dieciséis horas plantados en espera de la reacción de ese gato. Bien podrían estar suicidandose y este idiota aun estaría pensando en como hablar con el chico que no deja de llorar dentro de esa celda. 

Ryan lo sabe por el tiempo transcurrido en su reloj. Este perro estaba dándole demasiadas vueltas a la situación y muy pronto no tendrían cómo ocultarse. El fuego se pagaría y esos monstruos podrían rastrearlos. 

Debe advertirle de lo estúpido que era quedarse varados en medio de la misión más peligrosa hasta ahora. Es esa la determinación que lo llena al girarse y enfrentar al perro sentado en el suelo de esa celda. 

-¡Hobart!- le gritó sobresaltando al perro que pasó esas mismas horas pensando en cómo afrontar a Theodore.-Ve poniéndote los pantalones y vuelve ahí a arreglar todo con ese gato.- 

Hobie suspiró levantándose lentamente del suelo. Camina a la celda con los puños tensos. 

-Tus dijiste que no debemos mostrarnos frágiles con las personas que queremos. - 

Ryan levantó una ceja al escucharlo. Hace demasiado tiempo le dijo tal cosa. Algo que ni el sabía si era correcto o si solo le intentó contagiar un miedo adulto y estúpido. Uno de sus traumas. 

-No me escuches. Si tu sabes lo que es mejor, hazlo. - reduce el dramatismo qué le molestaba. - Solo haz lo que pienses correcto. - 

El perro le mira de lado. Soportando ese mal humor para ir a la puerta. 

El humano toca el seguro desde esa sala segura. El perro puede entrar. 

Las puertas se cierran y Ryan vuelve a recargar la espalda en la silla. 

Un pálido dedo se hunde en su mejilla.

-Pum, estás muerto. - 

Maldita sea. Casi se muere.

-¡No te atrevas a tener un paro cardíaco, sólo era una broma!- gritó asustado Henry al verlo sujetarse el pecho y doblarse. 

Ese par, monstruo y humano, entraron a sus espaldas a esta sala de seguridad casi matándolo del susto. 

Vaya gritó de advertencia el que ellos pudieran entrar sin alertar a la seguridad. 

Huggy los deja de lado. Podía escuchar ese corazón pacífico tras unos segundos así que mejor abandona a Henry con ese susto. Curioso por ese perro dentro de la celda de castigo de este masivo salón. 

Nunca entraría a esas celdas. Nunca. Más ese perro entraba con toda tranquilidad para estar con ese loo enfermo y fanático. 

Demasiado estúpido o ingenio para tomar en cuenta que dentro estaba la mascota más fiel de ese monstruo. 

Si el perro moría. mataría a este humano y llevaría a Henry fuera de la fábrica.

 

 

 

 

Dentro ese gato dejó de llorar al sentir como el perro entraba. Quedándose en esa puerta frente a él. 

Theodore le mira de soslayo al poner la mandíbula sobre sus patas delanteras. 

Pasaron varios minutos de inútil silencio.

-Cuando era niño, creía en Dios. - 

El gato mueve las orejas. Curioso por lo contrario que era que Hobart diga eso cuando siempre le demostró cuánto odiaba la iglesia y cualquier mención de esta. Más no voltea aun. 

-Yo creía que él nos cuidaba desde arriba, que era tan grande que no había cielo suficiente para que lo pudiéramos ver y tan pequeño que ni los microscopios podrían encontrarlo. - sus recuerdos lo hacen ser cortante, aunque hable de cosas que creía con toda la fe de un niño. - Alguien me contó de él y me juraba que Dios me cuidaría si era bueno. Que dios amaba a mi madre y a mis hermanos menores, que había alguien allá arriba cuidándome. - 

-Hobart… - 

-Ella era tan pobre como nosotros pero me daba dinero por ayudarle con sus mascotas y la limpieza. - revisa el suelo lleno de sangre de gato.- Ella me preguntaba cosas raras. Si mi madre podía caminar o si mi hermano volvería. Creía qué estaba preocupada por mi y muchas veces mentí para no preocuparla. Mentí tanto que hasta yo me creía mis mentiras. - su sonrisa es vuelta una realidad al reírse amargo. - Una tarde me preguntó si podía abrir la ventana del baño y mentí. - mueve los hombros. - Al día siguiente me pidió lavar la bañera en lo que preparaba la comida que me daría para mi mamá.- mira sus manos. - El agua fue cortada y no pude terminar con lo que me pidió así que salí para avisarle, solo estaba su departamento vacío y todas las puertas y ventanas cerradas. No podía salir ni llamar a nadie al ser un lugar algo solitario.- toca la pared a su lado para traerse al presente. - Así qué fui a la ventana para esperarla. Y la vi entrando de vuelta al edificio, el problema era que no venía sola. - 

El gato mueve la cola en el suelo. Ansioso por esta historia extraña. 

-Ella venía con dos hombres que antes eran amigos de mi hermano y luego ya no lo eran. - ese recuerdo lo lleva a ese baño y esa peste a marihuana en las paredes.-Me encerré y pase esos minutos pensando que estaba siendo un cobarde. Pensé que estaba loco, ella era buena. Nunca me haría daño, no cuando me hablaba de un Dios que me cuidaría de todo. - ríe y debe cubrirse la boca para no reírse más alto. - Ella los trajo y no solo los metió al departamento sino que también quería que saliera. Ellos sabían que estaba ahí y le reclamaban por mi. Querían hacerme lo que a él o solo matarme. No lo se pero si recuerdo cuanto ella me gritó, pateó la puerta y me insultó tratando de abrir la puerta. - ríe al fin, doblando sé algo más que divertido por el miedo que le llenaba ese día. - Ella me traicionó de una forma tan cruel pero yo era el malo por no salir. Mi vida era el pago justo para pan rancio y una sopa desabrida. Era blanca, ellos no cocinan demasiado bien cuando son puro blanco, ella era mala condimentado pero creía que esa sopa valía tanto como para que yo saliera.- golpea el suelo con el talón de su pata. - Abrí la ventana qué ella creía que no sabía cómo usar y escapé, me fui. - 

El gato suspira observando sus garras. 

-Ella era agradable. Me dio comida y me enseñó a servir. ¿Qué hubiera pasado si le hubiera sido sincero sobre la ventana del baño?- 

Theodore no le responde. Mantén la cabeza baja. 

-Yo mentía para protegerla de mi desgracia pero mis mentiras terminaron protegiéndome a mí y a mi mamá. Le dije tantas mentiras, una tras otra y todas fueron útiles. - su risa es sincera. - Ese Dios no me ayudó, lo hice yo… ¿O era esa voz que me decía que mintiera la que de verdad era Dios?- mira al gato y su silencio tan profundo. -¿Tú quién crees que me protegió? ¿Mi instinto? ¿O un gran Dios?-

Theodore hunde el rostro entre sus patas. 

-Porque cuando te conocí… todas esas voces que me instaron a mentir me dijeron que eras malo y peligroso pero en mi situación, en cómo me sentí hasta ese día y lo cansado que estaba de ser obediente, te vi como una salvación. Un pedazo de tierra en un naufragio.- suspira. - Si Dios existe, él te empaqueto solo para mí. -su voz baja a un murmullo.-Eres mio, mi premio por aguantar tanto tiempo. - 

Ese gato baja las orejas y su humor es tangible al caerse su pelaje, vaporizar por primera vez en muchos años. 

-Las voces me advertían pero me gustabas tanto que fui la presa más fácil de atrapar.- golpea con los nudillos la pared de la celda. - También podría ser que solo me aleje de Dios al perseguirte y no seas un regalo sino una maldición por haberme alejado de quién me protegió por tanto tiempo.- 

Theodore gruñe cubriéndose la cabeza. 

-Eres mio. - declara el perro mirándolo. - No eres de esa cosa, no eres de esta fábrica, no eres tuyo, no eres libre. Eres mio, deja de escapar y vuelve a donde perteneces.- 

El gato niega moviendo la cabeza. 

-Cierto. No eres un objeto, yo no soy un objeto y nadie lo es. - sujeta su boca con una mano ya alterada por todo este estrés. - Eres una persona como yo… Y si fuiste una pertenencia, no fue mía ni de esa cosa. - 

-Si no fui de Dios-

-Eras el tesoro de tu madre. - 

Ese gato necesita exhalar suavemente para contener un quejido. 

-Me hubiera gustado conocerla, se ve que le hubiera desagradado mucho. - su risa es rebelde. - Ella te enseñó que merecías ser amado, que como un niño no mereces sufrir, te enseño que los niños no necesitan trabajar para ser amados , te enseñó que las cosas materiales no eran tan importantes como las personas que te acompañaban. - su sonrisa es inútil y necesitó cubrirla para hablar. - Te enseñó que eras más valioso y por eso me gustabas. Me hacías sentir libre, completa y totalmente libre de todo el dolor que me esperaba al despertar. Tu sabias tantas cosas sobre nuestro valor como humanos… Me enseñaste muchas cosas nuevas.- esos recuerdos son profundos.-Me enseñaste a procurar mucho más que el alimento.- 

Ese gato levanta el cuerpo sin voltear a verlo. Chocando su frente contra la pared. 

Confesando cosas que nunca quiso decirle a nadie.

-Cuando era niño mi mamá trabajaba mucho. - inicio lento. Avergonzado. - Ella se iba durante horas, mucho tiempo, y volvía cansada. Volvía herida, olía mal y siempre tenía sangre en alguna parte de su ropa. - mira al suelo. - Ella trabajaba mucho pero nunca había comida, siempre era solo para pagar algo fuera de nuestra casa. Intento enviarme a la escuela pero los niños me conocían antes que yo a ellos y me odiaban. Me golpeaban porque mi madre era una prostituta, lo que fuera que fuera eso para ellos. - sacude las orejas frustrado. - Mi mamá me enseñó a defenderme, también cambiamos mucho de hogar y a veces ella casi llegaba a estar con alguien que la quisiera … hasta que me conocían. - su cola se sacude. - No hubieron más de dos pero esos hombres me odiaban, me veían como lo que era : Yo era una maldición para mi mamá. Yo la obligaba a sufrir, la obligaba a estar siempre sola.-

El perro mantiene el silencio. Aunque quisiera decir algo o pensar que debía intervenir. Se quedó callado esperando. 

-La madre de uno de ellos me dijo que los hijos de Dios serían protegidos, procurados y amados. Nosotros no. Mi mamá no tenía un dios, y yo no lo merecía.- sus orejas caen sobre su cabeza. - Por culpa de mi nacimiento Dios había abandonado a mi mamá. Y yo no sabía que era una prostituta pero cada reverendo que conocí, cada cura, cada mujer adulta a la que pregunté, todos me dijeron que los pecadores no eran amados por Dios. - su voz parece animarse. - Un vendedor de kebab me dijo que podíamos buscar a Dios si cambiábamos nuestro camino y eso me hizo muy feliz. Enserio que estaba muy feliz, él me regaló dos para nosotros y me dio salsa extra.- su cola se enrolla en sus patas traseras. 

Sus recuerdos son vividos. Hoy que al fin puede verlos de nuevo y su protección es obsoleta después de dañarla una y otra vez por tantos horrores atestiguados o pasados en carne propia. 

-Volví a casa con esa comida caliente y la busqué en su cuarto, aunque ella siempre me pedía que no entrara cuando me dejaba jugando en el parque, entre y ahí estaba ella. Le conté todo, le dije que podríamos buscar a un dios que nos quisiera, lo repetí y espere. Traté de darle la comida pero ella no se movía. - sus ojos al fin suben para encontrar al perro. - No despertaba y no podíamos hablar más. Solo estaba ahí con una aguja en su brazo y yo hablando como un gran estúpido de una estupidez que no pagaría la cuenta de gas, ni la comida o la electricidad y la renta atrasada. - sus ojos caen de nuevo al suelo. - Solo era un estúpido que hablaba estupideces mientras mi mama se moría de cansancio.- sus hombros caen y necesita recargarse en la pared para no volver al suelo. - Mi mamá estaba cansada de trabajar, de que la humillaran, estaba más cansada y herida que yo pero nunca la ayudé. ¡Yo solo me quedé ahí sin hacer nada mientras el mundo mataba a mi mamá, fui un gran inutil! ¡Su condena y su peso muerto, solo fui una carga que lloraba y comía y se quejaba!-

Hobart sujeta sus brazos, contiene esas emociones dentro de sí para poder entenderlo. Digerir todo el veneno que Theodore le quería compartir por fin. 

-Y luego terminé en peores lugares. Conocí peores personas y me sentí aún más solo. Cada vez que escuchaba sobre el Dios de los adultos que me rodeaban me sentía más enojado y me volvía incapaz de hablar. Incapaz de hacer amigos, porque otra vez me estaba encerrando pero no quería eso. - sus quejas colorea sus ojos con el resplandor de la luna, escupiendo veneno a gritos. -¡Siempre estuve quejándome, siempre fui inútil! ¡En veces de hacer como tu y ayudarla, me escapaba a buscar un maldito Dios para cuidar de mamá, en vez de trabajar, en vez de ser útil! ¡¡Ese maldito niño iba de iglesia en iglesia buscando algo que no serviría de nada!!- golpea su frente contra la pared.

Esos segundos donde puede pensar en lo que dijo, en todo lo que era esta situación para su propio ser. 

-Y entonces llegué aquí y encontré a Dios. - mira a las paredes. - El sabía cómo me sentía. Lo que deseaba… Sabía que deseaba dejar de pensar, dejar de sentir esta inutilidad mía y me dio una misión. Un propósito y una meta, salvarlo. - suspira recordando esa felicidad. - Por primera vez salvaría a alguien, por primera vez sería un ser humano de verdad. De verdad podría ayudar a alguien. - gruñó apretando los puños. - Él nunca fue mi padre, siempre fue un Dios para mí. Y creí que era todo lo que necesitaba para sentirme feliz…pero te conocí. - su voz baja bastante. Cambia a un hilo fino y ronco desde el fondo de su pecho.- Te veías como todo lo que yo no soy ni fui. Tan amistoso, tan valiente y tan divertido. Ibas y venías, me hacías feliz y creí que era eso estar vivo. Tenerte en mi vida… pero solo estaba repitiendo el ciclo. - sus ojos llegan a sus garras.-Te veía morir lentamente pero solo pensaba en tenerte, en Dios. Creía qué me robarías a Dios cuando él viera que eras perfecto. Que podías hablar sin tartamudear, que eras capaz de poner a las personas a tu merced y… Otra vez abandoné a alguien a quién amaba. Soy basura, soy egoísta y tan cobarde que no podía compartirte con mi depredador. - esa vez esa línea escapa desde más allá de su conciencia-

Como al hablar con Grayber lo hizo aceptar que se arrepentía de delatar a Hobart. Otra vez la verdad sale de su boca sin que se de cuenta. 

-Creía que Dios podría ayudarnos pero te lleve a tu final, otra vez. - vuelve a llamarlo Dios, está confundido. No sabe que es 1006, no sabe nada de nada.-Y te amaba y fui cobarde. Porque yo simplemente te tengo una gran envidia. - exhala-Por Qué eres capaz de hacer amigos, porque puedes ayudar a todos y porque tu eres increíble. Tu si hubieras podido sacar de ese infierno a mi mamá.- 

Estos recuerdos se revuelven, no sabe si está hablando de sí mismo o de sus alucinaciones. 

-Porque ese ciclo se repetía una y otra vez. Una vez y muchas veces más, te vi herido y seguir adelante. Eras tan valiente como mi mamá, eras… Todo lo que me asustaba. Otra vez estamos muriendo. Otra vez el trabajo y el mundo quería arrebatarme a alguien que amaba.- su tristeza fluctúa, es una gran rabia la que escapa con sus gritos enojados. - ¡¡Tu das una orden y Hoppy te daba la contraria sin razón!! ¡Bobby te hizo bailar frente a esos parásitos traicioneros! ¡Ese deforme rojo te secuestro y arrancó tu brazo! ¡Esa gente te insultaba y debías arrodillarte ante ellos o nos harían daño! ¡¿Cuánto más se supone que tendría que mantenerme quieto mientras te tratan como basura?!-tiembla crujiendo sus huesos entre gruñidos, esa voz ronca vibra contra los muros. - ¡¡Esos humanos te tocaban, te lastimaban!! ¡Te trataban como basura! ¡¡¡Nos humillaba a los dos!!! ¡¡Te obligaron a pelear hasta hacerse trizas tus huesos!! ¡¿Cuánto más tendría que dejar que te hicieran daño?! ¡¡Yo también soy un hombre , no puedo simplemente quedarme viendo como un inutil cuando a mi pareja la están masacrando frente a mis ojos!!- su enojo lo hace sacudir la cabeza y sacar esos recuerdos frustrante. -¡¡La culpa de todo la tenían las malditas flores, los malditos humanos y todo lo que son!! ¡¡¡¿Por qué te tenían que matar?!!!- su voz se ahoga en nada una vez llega al fin a esa parte de su horrible lista de fracasos.-Solo tenían que buscar a los humanos que te dieron eso, solo tenían que quitarte las flores… yo no quería perderte, yo te amo.- lento golpea su frente con el muro una vez por cada palabra. -Te amo, te amo, te amo… De verdad que te amo demasiado.- 

El perro suspira intentando hablar. 

Había sido egoísta al ignorar cómo sus acciones y lo que vivían podía dañar a Theodore. Algo que olvidó tan solo porque para sus amigos era natural que cada uno se llevara algo de lo malo.

Esto es consecuencia de no diferenciar su lazo con Theodore del que tenía con sus amigos. De no poder dimensionar las diferencias y que ambos tendrían una forma distinta de ver lo que les rodea.resumiendose en sentirse sorprendido por el interés de Theodore por sus heridas. Por él .

Quería decirle algo. Decirle que lo comprendía o solo que nada de eso era su culpa.

-Encuanto las flores se fueron esos humanos nos violaron.- 

El perro se congela. Frío como su propio interior y su rencor. 

-A todos nos amarraron, a todos nos descubrieron y nos hicieron lo que ellos llaman estudios médicos … como siempre nuestro consentimiento es obsoleto. - sus orejas caen.-Cuando dijiste que ese humano te lamió... Me enojé pero no entendía de verdad lo que sentías y dije que no me importaba. Mentira. Me importaba, me importaba mucho. Lamento haberte hecho sentir que no debías estar asustado después de que te forzaran a aguantar algo tan asqueroso. Tenías derecho a rechazarme, derecho a no querer que nadie te tocará.-su ceño se frunce lo posible. - Tenías derecho a estar triste… y yo no quería escucharte.- 

El perro frunce el ceño al escuchar esas palabras en voz alta dirigiéndose a él. A la madre del gatito. Al líder que no debía mostrar miedo ni dolor. 

Sentirse descubierto ahora que su relación con Theodore era tan confusa. 

-Ahora lo entiendo, cuanto miedo debiste sentir y la vergüenza… y lo sucio.- su cola se sacude. - Lo entendí y te entendí. Para qué eran las flores y como las usabas… Y entendí cuánto miedo sentías y porque tu columna siempre te dolía. Siempre estabas asustado. Siempre tenías miedo. - 

El perro cierra los brazos tras su espalda. Sin saber cómo seguir ahora qué todo estaba sobre la mesa. 

Lo sucedido en ese tiempo. 

Lo que hizo. 

Aquello qué sintieron y lo que llegaron a cometer como errores con el otro. 

Los sufrimientos de sus amigos una vez las flores y su protección desaparecieron. 

Sus pobres amigos , su pobre gatito tuvieron que sufrir demasiadas vejaciones. No pudo protegerlos por más tiempo y la realidad de este lugar los alcanzo.

Cómo es que su ausencia los hizo entender cuanto los obligó a necesitarlos. Egoísta, cubriendolos del dolor cuando allá afuera todos sufrían. 

-La segunda vez esa sala estaba llena. Había tantos humanos tocándome al descubrirme, me llenaron de ese líquido, el humo, me sentí tan sucio… Tan mal.- busca al perro. - Tú ya sospechabas de lo que había dentro de mi, ¿Por eso siempre te detienes en mi estómago cuando me acaricias?-

El perro no responde. Silencioso. 

-Creo que debe ser así. Tu sabias que me hicieron así para llevar algo y no porque fuera fuerte por mi tamaño. - revisa sus garras.-Soy fuerte al estar derecho, soy rápido, soy grande… pero como todos los gatos, solo puedo correr por poco tiempo. Es esa la razón por la que me dieron el humo. Soy una herramienta que no debe sentir nada.- sacude los hombros. - Soy un asesino y su guardián. Soy todo menos humano… Soy cualquier cosa que no merezca mantener su dignidad. - gira mostrando su estómago, llevando sus garras a esas cicatrices tan frescas. - Aquí debo insertar una manguera cada vez que el líquido se termina…. Y cada vez, arde. Duele mucho. - 

-Theodore. - 

-Le entregue mi libertad a Dios para no tener que pensar en que te lleve a tu muerte. En que todo eso era mentira y esas fueron mis muestras de amor para ti, tan miserables y desagradables. No soy un creyente devoto, solo soy un cobarde que huye de la realidad hundiéndose en mentiras bonitas. Y una de las tantas mentiras era encontrarte del otro lado. A ti y a mamá.-

-Aún puedes confiar en sus mentiras. Aún puedes pensar que él traerá a tu mamá a la vida. - 

-No. Y yo sé la verdad. Sé que él no es Dios… Solo era yo, solo estaba huyendo de la consecuencia de mis acciones… - el perro siente como el gato no está seguro en lo más mínimo de esto al repetir ese mismo nombre. - Dios me mintió. 

Theodore no podía decirle que ya no reconoce como un Dios a esa cosa y menos cuando aún se dirige a él como tal. 

-¿Y qué quieres hacer ahora, Theodore?- le pregunta frío a todo. Llevando todo ese peso a la nada , a ser menos que un murmullo olvidado.

El gato lo mira en esa misma posición, llevando las patas delanteras al suelo estira el cuello y el cuerpo buscando él mismo su cercanía.

Las cadenas tintinean al sacudirse tan cerca como era posible. La vainilla ya no viene de ese perro sino de sí mismo y es una sorpresa momentánea. 

-¿Qué quieres que haga?- lo cuestiona inclina la cabeza a un lado , sus orejas caen con ello y solo su cola es capaz de moverse.

Ese perro estiró la mano, tomando su mandíbula lo hace mirarlo directamente. Interna un pie entre sus patas robando parte de su equilibrio. 

El gato cae en su torso, suspirando agotado al verse arrinconado de nuevo. Con esa mano sobre sus orejas , acariciándolo otra vez.

-Aguanta hasta que esta vez sea yo quien acabe contigo. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Al fin pudieron hablar.
Ahora solo queda accionar.

Gracias por leer.

Chapter 95

Notes:

Hola , buenos días.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

Dentro de la celda esas heridas se han sanado. Tardó casi tres días en ello , era mala señal. 

Puede levantarse por fin y sus rodillas ya lo sostienen.

Aun no puede correr pero no es necesario. Puede evitarlo plantándose.

-Esta listo.- murmuro apretando las cadenas alrededor de su torso.

-¿Entonces estás preparado para salir de aquí , hermano?-

Bubba levanta la mirada del suelo a la figura de su hermano en la puerta de la celda.

Habían descansado por horas. Muchas horas llenas de noticias revueltas por parte del acelerado chico del teléfono. Este les avisa de la caída del guardian , celador , asesino y rostro del prototipo en las paredes.

CatNap fue vencido y llevado a un punto desconocido por uno del grupo.

La cosecha no se anuncia aún entre los pequeños.

Esa es la parte que no puede dejar pasar sabiendo que DogDay estaba entre los que bajaron.

No sabia que rayos haría su estúpido hermano perro más podía imaginar algunos escenarios.

Muchos giran entorno a su propia conveniencia pero sabía que podría conseguir algo mejor que esto y también podría ser algo aún peor ,como escuchar a ese patético bastardo arrastrándose de vuelta a los pies de ese maldito CatNap.

Entonces solo queda escuchar a su hermano humano , solo eso. Solo es ese destino el que debe seguir. Obedecer a una loca reprimenda de su poca fuerza mental sobreviviente tras estos años desgastantes.

Correr y seguirlos. Llegar a sus manos y odiarlo.

-Ollie dijo a dónde debemos ir , así que solo hay que llegar , sin ser seguidos por otros.-

El elefante mueve las orejas y su atención cae en un detalle.

-Ya hay otros monstruos en La Guardería.- señala solo con escuchar la palabra “Otros”-No tardaron nada en invadir el territorio de CatNap.- su malestar crece al tener que atravesar dicho terreno con Niko.

Este hermano suyo le sonríe levantando una tarjeta de seguridad.

-Seguiremos desde aquí. Ese perro está en una zona segura con ese gato y el resto, mientras los del sótano están atrapados con el hambre que sienten y los sobrevivientes de La Guardería.-

 Bubba hala del suelo las cadenas que usaba desde el inicio para defendersé. Las carga en brazos evitando el ruido al caminar tras el humano. Sus pensamientos lo llevan a ese lugar.

A Kickin y Hoppy. Esos desgraciados infelices y su forma retorcida de llegar a sus objetivos.

Son la pareja que hace tiempo lo dejaron de lado para seguir el ritmo de su propia misión.

No los entendía. Se aliaron con el mismo tipo para matarlo y después simplemente se dividieron.

Más esperaba que pudieran reunirse con ellos pronto, ahora que el gato esté atrapado. Incluso si pudo su hermano hablar con ella , aún había mucho que arreglar con el par de imbéciles.

Y convencer a DogDay de acabar con la vida del infeliz antes de que los joda de mejor forma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El dragón incendió este lugar. Acaba con sus propias raíces.

Quema hasta los cimientos de La Juguetería . Ardiendo entre sus gritos frustrados y esa rabia , todo su fuerte odio.

Entre sus gritos y berridos levanta vuelo , saltando de techo en techo y los restos los pisotea al saltar de nuevo escupiendo una fuerte llamarada.

Ignora a los medios , criaturas de menos de 1,590 , que se ven obligados a huir entre las llamaradas. Antes ocultos ahora deben salir sin importar si están completos o si algunos carecen de una extremidad , huyen bajo el fuego. 

El escenario arde en rojo , en negro por el humo.

Esta borrandose la existencia de esos sueños. Las muestras de las pesadillas vividas en estos muros.

De cada uno de los futuros qué los niños dentro de estas jaulas llegaron a soñar.

Entre el fuego y los restos del papel tapiz qué cae desde el techo como las huellas de moribundas hadas de fuego , pasan las figuras de dos criaturas medias tomadas de la mano.

La más cruda y vulnerable pieza de carne de la gran bestia creada por el sufrimiento en este matadero. 

Solo dos personas recortadas y reducidas a la mitad de lo que es un ser humano común. Tratando de salvar sus vidas por el inherente deseo de vivir.

Corre ese perrito con una mano adelante , empujando restos de escombros y a otras criaturas para huir con el gatito qué cojea siguiendo su paso entre quejidos por sus varias heridas repartidas, escapando del fuego con lo que les queda de dulces en pequeñas bolsas de tela en sus hombros. 

La maldecida presencia de un gato púrpura es reclamada por la voz de un pequeño Bunzo al verlos pasar por su lado. Enojado tan solo por tener que ver a uno de esos gatos vivos después de todo lo que habían sufrido por culpa de esos felinos traicioneros.

Indeseables como su homólogo de mayores dimensiones. Pútridos hasta el tuétano.

El perrito indiferente al odio de tantas criaturas tiene su propia misión. Para cumplirla tira de la mano del gato que casi tropieza por el miedo que le recorre al ser notado. El perrito lo insta a seguir , a escapar juntos de esta zona perdida hace años. 

No se detienen , ni entre las rejas dan pausa a su huida y corren , dejando atrás huellas de sangre de sus patas heridas al pisar restos de cristal.

Solo algo más grande que ellos pudo detenerlos y acabar con sus esperanzas de huida.

Con un grito cae de rodillas la figura naranja , agarrando su costado atravesado por un pedazo de hierro caído del techo. La sangre escurre , no le queda más que morir.

Su compañero púrpura sujeta el hierro clavado en el suelo.Gritando sin palabras al verse incapaz de salvarlo , mira arriba , al fuego y el techo cayendo. Las miradas vagas , las de odio , la burla satisfecha de muchos y nadie de su lado.

Solo su compañero muriendo. Su único amigo.

Con gruñidos el perrito le recuerda su presencia y le ordena que se vaya solo, sin poder hacer nada más que empujarlo a medias al no poder moverse de su lugar y ese hierro que lo clava de lado a lado en el suelo como el ancla qué le recuerda la imposibilidad de salir del lugar condenado.

El gato niega , abrazándolo por el cuello. Frime decide ser libre junto a él. 

Al fin libres.

Reclamando su libertad al decidir no ser una comida pasajera ni un juguete para otro gigante sádico.

Su decisión y su libertad toma fuerza al encontrarla al decidir simplemente morir junto a su amigo.

El miedo del perrito sale a flote al no ser abandonado , tomando con un brazo el torso del gatito. 

La cola del perro se esconde entre sus patas , sin poder guardar el miedo dentro de sí , recibe el consuelo de las manos del gatito acariciando su cabeza. Cayendo por el rostro de ambos las últimas lágrimas qué darían a este mundo , derramandose en el pelaje ajeno.

El domo cae por pedazos , enterrándolos bajo el hierro. 

En el anonimato. Como antes , como ahora.

Liberandolos con tanta crueldad como los aprisiono.

Sin un nombre real , se quedan sin un valor tangible, sin más que un sollozo por parte de su compañero antes de simplemente desaparecer bajo los restos de este infierno derrumbándose pieza a pieza.

 

 

 

 

Bajo los ojos blancos de esa criatura verde y su frialdad ante cada escena suscitando una tras otra en el fuego.

Incapaz de entenderlos como siempre. Observando una despedida llena de chillidos y berreos.

Siendo testigo de cómo el césped arde , como las criaturas más lentas mueren alcanzadas por el fuego.

Las dos maestras sobrevivientes se olvidan de matarse entre sí para escapar cada una por su lado.

Subida sobre el domo mantiene los ojos fijos en ese dragón que antes debió asesinar. Hace muchos años , antes y ahora.

Supira sujetandose la cintura y ese corte palpitando al ser presionado.

-Vamos gatito , ¿Acaso te quedaste sin garras?- sus dudas son acompañadas por la explosión del control eléctrico en los restos de La Juguetería.

Tuvo que tomar un largo camino para no ser atrapada por los otros monstruos y reunir más dinamita en su estómago , ahora la consecuencia es no saber qué habrá sucedido durante su ausencia.

-Viendo lo que hacen con tu iglesia sin moverte ¿Es así cómo puedo saber que estás fuera del juego , CatNap?- se lo pregunta al no ver ni un solo movimiento por parte del gato.

No tiene forma de enterarse de nada y nadie habla como ella , ni ella se arriesgaría a entablar conversación alguna con estas criaturas . No cuando actualmente sus piernas solo son capaces de saltar y correr pero no de pelear o defenderse.

No cuando no sabe cómo podría ayudar a los que solo por su mísero tamaño pueden reunirse descaradamente para matarla entre todos.

Sacude lo que le queda de una oreja para sacarse la picazón causada por el medicamento anti inflamatorio qué ese perro le hunto como a un , ironía , perro y la dejó azul. No lo nota hasta ahora , frustrada por tener que recibir un trato médico comparable a curar perros callejeros. 

Debe buscar a Kickin. Encontrarlo y discutir sobre lo que tendrían que hacer a partir de ahora. 

Primero que nada . Reunirse con DogDay y compañía. Era su mejor y único camino correcto.

Segundo. Decirle que deben irse.

Nada de lo que queda vivo vale la pena salvarlo ahora , a este punto nada valía la pena .

Sus pensamientos giran en torno a solo escapar ahora que tienen la oportunidad . Salir por fin de este lugar y ser libres.

 

El humo estorba pero puede olfatear una de sus obsesiones , puede sentir el olor de Kickin fuera del domo. Debía estar oculto en alguna de las oficinas exteriores o en las cuevas enraizadas de este lugar.

Salta desde esta punta del domo , aterrizando en piezas de piedra en el techo. Pasa de un lado a otro con saltos ligeros. Siempre cuidando su dirección y aterrizaje. El golpe del aire en sus orejas la ensordece por segundos de alta tensión.

Aterriza cada vez más cerca del borde . Llegando a poner las cuatro extremidades en una pared , usa cada una de sus garras para moverse entre picos sin parar a ver lo que le rodeara más allá de solo mantenerse atenta a cualquier sonido parecido al pelo o el roce de tela contra tela.

Debe aguantar la respiración por partes para mantenerse presente y no caer en la curiosidad por mirar alrededor.

Sabiendo que pronto llegaría a ese estúpido altar. Ese que invadió la zona que debería ser de la última planta avistada por ellos desde hace años.

Lo ignora. Le da escalofríos pasar por esa zona cada vez.

Las oficinas son visibles y el olor de Kickin está dentro de éstas. Revisa las paredes. 

Las sombras y las esquinas de cada cuarto visibles por las sucias ventanas. Saltando desde el muro de la cueva hasta estos cristales. Abre la ventana y entra cerrando con la pata trasera. Dentro mira al techo y las esquinas bajas. 

No ve fluctuaciones de sombras o alguna marca de patas. 

Aún no sube el monstruo guardián del sótano. Estará bien hasta cierto punto.

Tampoco huele bien , no huele a anís ni a frutas.

El café tampoco está presente. Y el humo negro esta allá afuera. Los cubrirá.

No puede hacer algo tan estúpido como llamarlo. Debe buscarlo. Desde el suelo avanza sobre sus garras listas para impulsarse hacia atrás o adelante. Observa al techo , las paredes y los viejos escritos.

La alarma del almuerzo resuena.

Deben escuchar otra vez el sonido de los médicos revisando a CatNap , es tiempo muerto. Puede ponerse de pie y ser más rápida al estirarse por las esquinas altas de las puertas.

Comienza a frustrarse por la imposibilidad de encontrarlo.

Frustrada rasca su pecho , arrancándo algunas bolas de pelos al avanzar.

Llegando a sorprenderse al verlo de frente en una esquina.

Su humor sube junto con los pedazos de sus bajas orejas , está feliz de verlo. Y trata de mirar el banco donde se haya subido para asustarla y burlarse de su estatura.

No lo hay.

No hay nada.

-Oh…-suspira sin levantar los ojos.-Te atraparon.- 

No hay patas , no hay piernas , no hay un torso y nunca Kickin le llegó a superar en estatura ni cuando crecía. Era ridículo.

Es la verdad.

Es difícil tan solo moverse y aún así estiró los brazos para abrazarlo contra su cuello.Arranca las correas qué CatNap le dejó atravesando su sonrisa . Llevándolo a su pecho.

-Nos descubriste.- suspira al comprobar la falta de un cuerpo.

CatNap debía haberlos descubierto.

Necesita descansar. Necesita sentarse y abrazar lo que le queda de Kickin para soportar un día más de tantas cargas.

-Encontraré tu cuerpo.- murmura estirando una garra para tirar de la vieja y sucia alfombra.

No. Ella no va aceptar otra muerte.

No lo aceptara.

No.

Donde estuviera su cuerpo , lo encontraría.

Necesitaba pensar que podría encontrarlo . Lo que sea que la salvará de arrancarse el corazón ella misma.

-Si puedo , puedo con esto…podemos con esto.- murmuró cerrando los ojos llenos de la sangre de sus lágrimas.-Ya estamos a nada de salir aquí,Kickin.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En su primer orfanato había ramificaciones a una iglesia de pueblo.

Los niños que servían con el traje de monaguillo comenzaban a volversetan oscuros como las cenizas del incienso. Antes de que la fábrica llegara a llevarse a todos los niños de su edificio , fue observado por uno de esos curas.

Lo sintió como un monstruo en las orillas de su cama vieja.

Lo odio y le advirtió , le odiaba y lo lastimaría si cruzaba la llinea.

Escucho muchas veces a los mayores cantar en la única navidad que paso en el lugar. Cantaban con todas sus fuerzas , hasta parecer locos.

Cantan , gritan y se arañan el cuerpo. Se odiaban y eran violentos.

Asqueados de algo que él no entendía. Los golpeaban por rebeldes y volvían a la iglesia de puertas cerradas.

Dios no existía en esos muros.

Una de las chicas mayores simplemente se tiró de cabeza después de la doceava campanada.

Quién canta villancicos desde su ventana suele estar más desesperado por que esta navidad sea la última de su vida. No hay mayores suicidas qué los cantores fuera de una iglesia. 

No hay seres con menos fe que los niños atrapados dentro de una iglesia cerrada como uno más de los platos en el bufet privado. 

¿Acaso él creó su propia versión de esa iglesia sin darse cuenta?

 

Era el sacerdote de un Dios inexistente.

 

 

 

 

La decepción golpea sus orejas junto al sonido del fuego concentrado.

-¿Qué quieres hacer?- su pregunta viene desde abajo. Observando al suelo y no al perro que vuelve a esa esquina con las latas y el hierro ardiendo en rojo. 

Nunca reviso sus memorias. Esas que desde un inicio le hubieran ayudado a olvidarse de la idea de buscar a un Dios donde no lo había.

Su perro le tiene una respuesta dolorosa para sus dudas y preguntas más profundas.

-Siempre has sido curioso , esa es la razón por la que pudimos ser amigos.-

Su curiosidad lo hizo mantenerse en el lugar en vez de huir de la voz de Dios en las ventilas. Le causaba curiosidad conocer a aquella criatura en los muros. Saber lo que era y si podían ser amigos. Una y otra vez cayó por sus propios pies.

-Siempre tenías tantas preguntas para mi aunque en el fondo dabas por hecho respuestas sencillas que no te causarán conflictos. Seguramente el mundo debe ser algo triste para ti , Theodore.- mira al gato de espaldas a él , otra vez escondido de su mirada al ignorarlo.-Tuve que pasar mucho tiempo bajo tierra , pensando en todo lo que haría cuando volviera a verte.- 

-Imagino eso.- murmura cansado de esperar lo que sea que fuera a suceder. Sabiendo que Hobart estaba muerto hace tiempo y solo deseaba verlo. 

Ahora lo tiene de frente y descubre que no estaba listo para nada de esto. Asustado es poco para describir su estado actual. 

Esta sensación expectante y como lo hace temblar en su lugar.

-Me gustas como eres , desde tus ojos a tus patas y tus uñas.- empieza con esta realidad de su parte para ese gatito.-Me gustabas cuando eras humano y justo ahora estoy suficientemente loco para encontrarte completamente apetecible.-

Esa línea seguida con el usual descaro del perro, hace a sus orejas caer avergonzadas.

 El soplete dejó de sonar y su cuerpo tiembla a la espera de aquello que fuera a ocurrirle.

-Más siempre pensé que no podías ser más bonito y solo estaba feliz de estar contigo.- deja esta esquina arrastrando esa bolsa consigo. Brillando en su puño ese hierro ardiendo.-Siempre me a gustado cambiar el aspecto de quienes me rodean . Me encanta cortar el cabello y llenar sus rostros con pintura y ropa bonita. Creo que es parte de ser el puto qué dicen mis amigos.- 

El resplandor naranja llama la atención del gato aún si no mira al objeto.

-¿Vas a torturarme?- su duda sube y lo mira de lado.-¿Estas tan enojado conmigo?- 

Ese perro tiene una respuesta acorde a sí mismo , como siempre.

-No haré nada que no me permitas y mucho menos pelearé para hacértelo.- le aclara deteniéndose.-Todo será tu decisión. Todo será como hasta ahora y otra vez deberás decidir soportar lo que tú mismo quieres así.-

El gato mira ese hierro rojo y su cola se enrolla en sus patas.

-No quiero que me lastimes…de todos , no tú.- miente.

Retorciéndose su interior al descubrir que estaba mintiendo. 

Después de tanto , tanto dolor …aun estaba desesperado por ser herido por este perro.

Que tomara lo que sea que quisiera hacerle y lo hiciera de una vez , que lo acabará y terminara con todo.

Que ya acabará esta horrible oscuridad y pudieran irse juntos a donde fuera que ese perro quiera llevarlo.A donde no hayan más de sus errores quemándose o colgando frente a sus narizes. Huir de todo , de todos. Si debía pagar , pagarlo ahora y vivir lo que le quede de vida con él , en cualquier rincón donde por fin pudiera descansar.

Necesitaba tanto , tanto , tanto escapar de todo.

El perro suspira dejando caer la bolsa al piso y el hierro suena como un trueno dentro de la celda.

-Descúbrete , y acuéstate aquí . Boca arriba hasta que te diga que puedes moverte.-

CatNap tarda en entender esa petición. Pues solo es eso. Tan ligera como pedirle que tome asiento y espere , nada de esa asertividad anterior.

-¿Qué estás haciendo?- debe buscar respuestas para algo tan extraño.

-Tu no sabes lo que quieres , yo si y no sería la primera vez que aguantes lo que sea que yo te haga para conseguir tiempo. Solo para complacer a esa cosa en las paredes.- su frustración vuelve a salir ahora con el recuerdo de CatNap sirviendo a ese monstruo asqueroso.

La cosa que lo trajo y lo volvió carbón y carne en tiras de huesos destrozados.

Arruinando su cuerpo.

Puede que Theodore fuera culpable de su propio destino pero no para Hobie. Es imposible que alguien corra al fuego y se empuje hasta ser solo carbón.

-Eras un chico lindo. Tenas dos piernas , dos brazos y unos ojos preciosos… todo se lo diste a esa cosa. Para ti nada valía la pena más que es cosa.- 

-¿Como sabes eso?- 

La confirmas ion de sus sospechas solo empeoran esta sensación. Lo hacen sujetar con más fuera ese hierro , doblando lo en dos al presionarlo. Apunta este malestar exhalando con gran pesar.

-Nisiquiera te habrás acordado de mí en ese momento.- 

-No fue así.- niega aunque sea inútil ahora .

Exigiendo algo que parece justo ahora.

-Entonces esta vez es para mi que deberias usar todo ese sacrificio. A mi dame este tiempo y tu paciencia. Por una vez , quiero que tu sacrificio sea solo para complacerme a mi.-

El gato se eriza incrédulo frente a sus exigencias tan egoístas.

-¿Y por eso quieres que simplemente me coloque panza arriba para que me hagas lo que sea que planees hacer?- reclama aun sin moverse.-Es demasiado.-

El perro golpeó el suelo con un pie , resonando su impacto por las paredes.

-Demasiado es ver a un niño colgado de su columna vertebral en una viga oxidada.-

El gato tensa el cuerpo. Sus garras se estremecen.

-Ahora , has lo que te pedí o solo dime que no estás interesado en lo que estamos haciendo.- 

Es difícil. Escucharlo es difícil. Cuesta demasiado entenderlo.

Parecía estar dándole la opción de negarse pero era claro cuanto esto era importante y como seria pronto una consecuencia peligrosa para su cuerpo el negarse a escucharlo.

Lo lejos que llegaría si no obedecía.

Siempre ese perro les daba la ilusión de tener la oportunidad de negarse pero los acorralaba. Era el tipo de persona que debes mantener alejado o solo dar por hecho que te atrapará en sus tretas. Antes admiraba como sus malditas maquinaciones tenían consecuencias hasta después de su muerte.

Un secreto tras otro se revelaba y él solo era un testigo mudo.

Toma fuerzas para dejar esta esquina y girar de nuevo de frente. Sus patas delanteras las estira cubriéndose la boca al sentarse con el estómago descubierto y sus patas lánguidas juntas.

Este perro le apunta al pecho , mueve los dedos en un único gesto para que termine con su pedido.

La presión que siente por culpa de sus demandas sube por su columna , tomando un respiro, baja ese cierre ya oxidado y roto por su pecho. La falta de algunos de los dientes lo detiene pero no importó si tardo hasta diez minutos solo fue un seguno , en ningún momento esos ojos se despegaron de él .

Al fin la pelusa interior es liberada y con ello sus cicatrices.

Espera y puede sentirlo acercarse a colocar una mano sobre las heridas sensibles. Antes no hubiera reaccionado , sin importar quién lo hubiera capturado . No mostraría dolor ni reaccionaría a ninguna herida. 

Solo se cerraría y esperaría a que todo terminara para actuar.

Ahora sí está vulnerable mental y emocionalmente y esperaba poder contenerse solo arañando el suelo. 

Lo lleva a escenarios contrarios. 

Lo arrastra a las torturas de los humanos y sus enemigos.

Lo lleva a esa celda donde sus garras fueron su ancla para no hacer ruido en esa experiencia tan satisfactoria. Ese recuerdo es tan viviso de golpe como para empujar sus emociones a esa misma tensión. Ese perro hace algo que hace tiempo experimento y aún le hace sentirse sorprendido y fuera de lugar como es que es tan fácil hacerlo temblar.

Tan solo sentir como una de esas manos se mete sin cuidado bajo su pata y lo sujeta por el muslo apretando esa zona blanda con sus dedos al tirar hacia arriba y a un lado. Internándose tan cerca de su cuerpo que puede sentir su gran calor.

Esa sensación culposa lo hace perder el miedo. No es justo.

Debería poder sentir miedo del dolor de lo que le fuera a ocurrir pero solo está arrinconado y esperando descubrir las cosas que sucederán.

Como en esa cita y cada vez que pueden encerrarse solos.

Haciendo una pregunta de la que necesitaba respuestas con premura. Solo para saber que nada de lo que ocurrirá es sin razón. Que había un futuro.

-¿Aún me amas?-

Ese perro tan concentrado hace un momento sufre de un sobresalto.

-¿Cuando termines con esto , me llevarás contigo?- 

El perro levanta ese hierro en rojo. Lo acerca a su pecho y ese pelo de plástico parece arder.

Sin responderle usa este hierro para marcarlo. Pasando ese metal por su piel y carne. No se contiene con la fuerza necesaria para hacer trazos y destrozos , uno tras otro. Recorre su pellejo y lo hace levantar la cabeza cuando los gritos son incontenidos y su dolor es visible.

Muerde su hombro , lo ensucia con su saliva con el espesor de esta las heridas que arden y llegan a encenderse quedan marcadas de negro. Hierve en su carne obligando a sus gritos a salir de nuevo.

Bajando por su pecho a su estómago. Sin detenerse a pensar en esas heridas , lo quema en un patrón lento. Sella esas cortadas con el calor. 

El plástico se derrite y une. Es piel o solo una bolsa plástica.

Ese gato detiene sus garras en el piso. Exhala vaho cálido. 

Su vaho al fin es natural y no filtrado por esa máquina fría.

Ese peso que no puede mover entre sus piernas es el cuerpo del perro.

Es el cuerpo de quién es alguien que ama demasiado y espero.

Quizás una ilusión , si no fuera gracias al dolor que puede entender lo real que era su situación y cómo es que este chico si estaba aquí. 

Ese novio suyo regresó y está vivo.

Todo fue una mentira. Todo fue un desperdicio.

Todo es solo su estupidez apoderandose de su vida.

-Yo te lleve a tu muerte, te lleve a ser devorado vivo.- 

Hobie no le responde. Concentrado en algo distinto y su atención va a esa bolsa.

El gato mira como revuelve metal y hierro . Las pinzas qué toma y sigue revisando.Un temor claro lo hace cerrar los ojos .

-Y te empuje a la muerte y no puedo negar que fue mejor que todo lo que pudiste vivir de quedarte con nosotros.-

Esta vez es una caja con un alambre grueso lo que saca de la bolsa. Esas pinzas son extrañas y lo que parece ser una actitud más que indiferente.

El gato espera , observa esos materiales sin hacer nada por detenerlo.

-Y Dios me prometió que estarías ahí cuando todo acabará. Que habría un mundo para nosotros , uno dónde estarías tú y mi madre. Que todos podríamos ser uno de verdad.-sus heridas arden y debe bajar la cabeza al ser tirada su oreja.-Y seguí creyendo porque lo qué te hice no tenía perdón de otra forma …y seguí porque ya había cometido un horror y creí que sería lo peor y no fue así. Cada vez caía más abajo , cada día era peor y no podía detenerme porque lo que hice antes me empujaba adelante.-sus ojos van al piso y necesita dejar salir un grito al ser arrancado un pedazo de sus orejas por esas pinzas.-Porque ya había hecho algo imperdonable , necesitaba seguir adelante aunque solo deseara qué llegaras de donde fuera qué estuvieras y me detuvieras. Que tuvieras la fuerza para matarme y aun así solo estaba cada vez más seguro de que nos metí en un bucle qué más nos alejaba. Porque Dios te tenía y Dios se comía a todos. Los comía a todos y ese era su mundo prometido. -

El perro lo mira pensando. Decidiendo continuar , no detenerlo.

-No era un Dios , solo era un monstruo con un gran estómago. A ti no te comió y cuando me comiera ya no podríamos estar juntos…pero solo sería así si él no era Dios. Solo si él no era Dios , solo si me equivoque te habría perdido. A ti y a todos los que creyeron en mí.- su cola se sacude al sentir como ese alambre era insertado por sus heridas abiertas.-Yo quería verte de nuevo y solo sería así, si todo lo que hice tuviera sentido y él fuera Dios . Y lo demande , y los obligue y me obligue a creerle. Yo esperaba y espere y te espere. Esperé tanto que me di cuenta que quién se estaba alejando era yo , peleando por una pesadilla en vez de solo ir contigo.- su sangre gotea sobre su cabeza.-Estoy cayendo más profundo cada vez y no hay fondo y no hay quien pueda matarme . No había salvación para nadie porque yo seguiría buscando ese mundo de fantasía y tú no tendrías la fuerza para tomarme en tus brazos y sacarme de esta maldita pesadilla.- sus ojos comienzan a llenarse con esa sangre cálida.-Porque estaba desesperado por escuchar de nuevo tus pasos de delincuente y que hicieras como cuando éramos niños y me cargaras sin importante el peso de toda mi mierda para llevarme a un lugar seguro.-

Sus lágrimas caen y debe gritar. Gritar al fin . 

Al fin gritar.

Porque justo ahora cuando entendió lo que hacía el perro es que llega a entender lo que era esa presión en su pecho y en sus hombros.

No es solo ese gran terror y esa culpa.

 Era un solo sentimiento.

Eran tantos pero sobre todo era una gran y tremenda alegría.

Un rugido.

Un zarpazo para esa bruma plástica en sus ojos y la libertad estremeciendo los muros de su cruel prisión.

-¡Estoy tan contento de que volvieras! ¡¡Volviste!! ¡Volviste por mí! ¡Estás aquí , cariño!- sus lágrimas solo pueden sacudirse al ser él mismo quien se estremece entre estos alaridos.-¡¡Te espere y espere y seguí esperando a que bajaras de donde te deje y me despertaras!! ¡¿Cuanto más podía caer en la pesadilla?! ¡¡No puedo seguir cayendo si ahora estás aquí!, ¡Porque volviste y puedes detenerme! ¡Solo sácame de aquí , cariño!-

El perro le observa sujetando ese hierro y los alambres qué ya corto.

Observando los aretes que siempre quiso ponerle a Theodore y como tintineaban en sus orejas. Brillando el metal dorado como lo hacía su collar de luna. O sus dibujos de peces ahora son cicatrices por sanar en su pecho.

-¡Despiertame! ¡¡Sácame de aquí!! ¡Ya no quiero pelear más , ya no quiero hacerles daño! ¡¡Ya , sácame de este lugar!! ¡Detenme! ¡Sálvame! ¡¡Matame o follame, estará bien cualquiera si eres tú!! ¡Tan solo acaba con esto! ¡Solo llévame contigo a donde tengamos que ir , porfavor!- 

Las peticiones del gato son acompañadas por su visible dolor. Por toda esa sangre escapando por sus grandes ojos de luna. Logrando de nuevo como lo hacía hace años.

Hobart toca sus mejillas llevando en sus dedos esa sangre.

-Te amo.-

El gato salta al frente , aferrándose a su cuerpo con las cuatro extremidades.

- Mi gatito , yo solo quiero sacarte de aquí.-su descaro lo hace ser directo una vez más.-Quiero odiarte por lo que has hecho pero te amo y te entiendo demasiado para eso y es lo peor de mi , cuanto quiero que dejes todo atrás y salvarte.-

Ese felino adora al mundo y cómo son sus respuestas para todo lo que le sucede.

Pierde su humo rojo pero recupera a su perrito.

Recupera a su perrito pero debe pagar su regreso con su renuncia creer que Dios era esta criatura .

¿Cuáles serían las consecuencias para él cuando reniegue de Dios , de su protección y su camino? 

 -No puedo ser una buena persona si dejo que te salgas con la tuya , ¿Entonces soy el malo por protegerte , mi hermoso gatito?- aprieta el abrazo solo para sí , solo para sentir cada uno de sus huesos crujir.-Quiero que te salgas con la tuya pero no quiero devolverte a esa cosa , te preferiría muerto.-

Ese gato exhala correspondiendo el abrazo con su propio cuerpo.

-¿Entonces qué quieres de mí?- sus preguntas son muchas y gian entorno a todo lo que no podía comprender en las acciones y palabras del perro.-¿Que será de nosotros?- 

El perro suspira . El peso , el calor y la delgada contra solo de los huesos y piel de este gato le hacen regresar a la realidad.

CatNap no comía los cuerpos o al menos no lo hacía para mantenerse fuerte sino tan solo para seguir con vida. La vida de Theodore se basó en los deseos de 1006 y fue por más años de lo que él mismo puede imaginarse.

Es imposible que un beso y un abrazo sean suficientes para que Theodore cambiará de lealtades.

Definitivamente este gato le estaba viendo la cara, otra vez. 

-¿Qué harás cuando te libere?- le pregunta y sabía que seguramente recibiría una respuesta perfecta para lo que deseaba escuchar. Una respuesta en la que CatNap le prometa irse juntos y ser algo otra vez. Estar juntos , ser uno y no volver atrás.

 -Quiero ir a donde tu quieras ir.-

La abnegación del felino es tan fuerte como sus anhelos. El dejar el mundo de sufrimiento atrás y llevarse consigo solo el amor que los consumía era más que suficiente para ser del otro un amigo o algo más , lo que eran en el pasado y más de lo que podrían ser en sus sueños. Esperando caer más profundo y regalar a Hobart toda esta sed. La saliva que cae de su boca y ese deseo por comerlo.

Por tenerlo dentro . Por sentirse tan lleno y perfectamente sometido. Tan atrapado qué sea imposible para Hobart el dejarlo ir.Como la tierra y el cielo o las aguas al abismo.No dejar una sola gota o pisca de ese perro al mundo , todo en su interior. Todo y más , cada vez más profundo.

La reacción del perro es aparte de lo que podría decirle Theodore. Todo lo que decía caía en oídos sordos.

Era un hecho para DogDay , CatNap no le era leal y se iría de su lado a la primera oportunidad. No era su aliado ni un amigo. Era un elemento peligroso qué esperaba a tomarlo desprevenido para hacerlo pedazos en nombre de un monstruo grotesco.

Nada más que la muerte y ya. No le quedaría nada. Si le daba la oportunidad de descubrir cualquiera de sus planes CatNap volvería a venderlo a esa cosa.

Y ya no hay coincidencias que valgan para evitar que esta vez su muerte sea real y definitiva.

Ya sea que lo coman vivo , lo maten o lo destrocen de cualquier otra forma. Todo sería por las acciones del gato que dice y sigue diciendo que lo ama aunque no sea así.

Es un traidor , es una víctima y también un depredador.

Si tan solo Hobie pudiera engañarse y simplemente confiar en Theodore.

Si tan solo fuera menos desconfiado y paranoico. Podría disfrutar de estas palabras de amor y solo recibir sus sentimientos de manera sincera. 

Esperaba tanto por las respuestas y saber porque Theodore lo traicionó de esa forma.

Era dicho que por protegerlo pero solo podía pensar en la razón por la que era esta la opción que tomó este gato y es tan solo por esa cosa.

Esa cosa.

Una y otra vez él siempre fue lo de menos en la ecuación.

Theodore apaga su sentido común para servir a esa cosa sin importarle si le hacía daño a otros.Ya sea por estar siendo engañado o no , el salir de estas sombras sería difícil y no algo de las siete de la mañana a las 3 de la tarde del día siguiente. 

Theodore es una mala persona. Es retorcido y oscuro.

Es todo lo que está mal en esta asquerosa fábrica.

Estas malas emociones lo hacen ser descuidado , lo obligan a morderlo.

-Si…si…- el suspiro es dócil.

Acepta la mordida sobre su cuello y lo recibe de brazos abiertos . Ánimoso por llevar todo más allá.

Después de tantos años esperando. Esperando y soñando con este momento con ese chico que él mismo había matado.

El mordisco lo ensucia una vez más por culpa de ese hocico lleno de baba , el calor del perro y esas manos recorriendo su afilada columna vertebral como el río a las piedras como el filo de la navaja en el cuerpo de un animal a descarnar.

Tan íntimo y cercano , más allá de todo.

Más allá de toda sed. Su propia boca busca unirse , mordiendo al perro en el hombro para dejar su marca y su saliva. Deseando acabar con todo en este abrazo más extenso que todo lo que habían sido estos dos locos antes o después.

El sabor de esta sangre y el dolor.

Amando la forma en la que sus cuerpos encajan aunque sean tan diferentes y sus colores fueran contrarios . Como las manos de un niño de piel roja sosteniendo las mejillas de un lechoso chico de piel tan apagada como las cenizas.

La misma muerte en sus manos , atrapados sus brazos por esas manos pálidas y ese cansino deseo de continuar ahogado en las necesidades de un chico que encontró en un beso la catarsis para sus extendidas pesadillas.

Ahora pueden estar deformes. Perdidos.

Luchando contra la contrariedad de un deseo por conservar la libertad contraria en sus propias manos.

Para el absurdo de esta broma y el deseo por seguir adelante hasta que no les quedará nada más que devorar. 

La imposibilidad de llegar a un beso real les hace buscar el contacto de sus sensibles narices y ese deseo por sentirse vivos tan fuerte como lo es la profundidad de sus mordidas.

Sangrando el hombro de cada uno al verse frente a frente.

Sabiendo que no hay donde refugiarse más allá de huir de una mirada qué no desean dejar ir.

La maldad y sus consecuencias. El villano en las sombras y un bufón de la corte.

El calor de una víctima vuelta victimario y un transeúnte qué debería ser el almuerzo.

Cayendo el telón para demostrar que no les quedaba papel donde refugiar esta vergüenza.

Porque Hobie no puede seguir adelante con sus egoístas deseos sin aceptar que las injusticias cometidas por este gato no serían jamás pagadas si lo protegía del hecho de cuanto dañó a todos por el capricho de tener un adoctrinamiento qué le saciara inútilmente.

Cuánto dolor y cuánta sangre.

Cuántas veces se repitió un horror que se presume de haberse salvado por los sobrevivientes.

 El ser comidos vivos frente a este gato.

El entregar la libertad de sus iguales a un monstruo. 

¿Era Theodore un regalo divino para él? ¿O era él aquella herramienta dispuesta por las oraciones de una madre muerta para salvar a su hijo? 

¿A quién está ayudando en realidad Hobart al pensar en salvar a CatNap de todos sus pecados? 

¿Aun sabiendo que sería traicionado a la primera dulce orden que este gato recibiera de su Dios? 

¿Es esto amor o estaba buscando su muerte de la peor forma posible una y otra vez?

-Me suelo reír de los monstruos qué me torturan , soy un payaso y también puedo decir que soy tu esclavo.-

El gato mueve las orejas con un sentimiento extraño al oír esa declaración inesperada.

El perro debe rendirse a la realidad y hacer lo que se pueda dentro de esta nueva jaula personal.

Retirándose del abrazo rechaza el contacto con el felino , sacudiendo ese hierro ahora apagado en su puño.

-Te liberare y saldremos de aquí.-

El gato no supera el anterior desplante , resistiendose a este rechazo lo intenta seguir pero la cadena lo devuelve a su lugar.

-¿Porque pareces tan triste?- le pregunta estirando las garras por el suelo. Bien sería este gran monstruo o un gato tratando de alcanzar una migaja fuera de su alcance , estirando las garras fuera de sus patas y sus almohadillas arrastrándose detrás de su cariño. Su amor.

Ese perro vio el gesto como algo demasiado difícil de resistir.

Ignora ese lado arrogante y enfermo que le insta a pisar sus patas como una especie de malicioso ajuste de cuentas. 

Dejando atrás ese odio tan solo con tomar entre sus manos una sola de sus zarpas.

-Te serás mi condena , gatito.- murmura llevando esa peligrosa garra a su frente.

Ahora más que nunca deseaba suplicar por su lealtad , recuperarlo. Ser de nuevo ellos contra un horario y un mundo qué los obliga a separarse para seguir la agenda de un enemigo .

Aquí queda y sigue su camino a la muerte segura. Ahora está consciente de cómo ese gato lo llevará a la muerte muy pronto para su desgracia. 

No puede confiar y tampoco puede dejarlo ir.

No quiere perderlo y no quiere herirlo.

No desea que nada de eso suceda y pelea para mantenerlo en su camino. En un destino que pudieran compartir en un futuro cercano. Uno donde sean solo Theodore y Hobart.

-Te amo.- confiesa de nuevo ese deseo. No solo decirlo sino ser correspondido.-Te amo tanto como para resistir las torturas venideras y el pasado , tanto como para no hacerte daño , me haces fuerte para seguir adelante y solo para tener un día más contigo , me haces lo que no soy. Soy un maldito perro y también seré tu payaso. Seguiré haciéndote reír hasta que me quede sin fuerzas.- su boca deja salir el derrame de saliva espeso y el vapor ardiente sube , ciego al ojo del sentido.-Cuando despierte y seas otra vez ese traidor , sabré que hice lo que quise y estará bien. Cuando todo esto acabe , no habrá un escenario donde mi nombre no sea tu cadena , mi amor. Seré tu mayor broma y el eslabón que te mantendrá atado , incluso si me matan y despedazan tus pecados. Seré yo el último , estaré y ahí cuando ya no tengas a nadie , seré yo quién te despida.-

 

 

-¿Qué estas diciendo? Hobart.- algo no le gustaba. Aunque recibiera el amor que deseaba en sus palabras , todo era erróneo. Estaba perdido dentro de lo que no entendía. Ese destino oscuro sin la cercanía con el amor que deseaba sentir físicamente o el anhelo.

Ese perro ríe bajo al negar y sus ojos brillan de nuevo.

-Nada , solo estoy pensando en voz alta.- acaricia su pata. Aquella que seguro mató y torturó a más de un inocente o víctima.

Hobie odia a los malvados y los crueles ¿Como es posible que ahora esté desesperado por proteger a uno de estos? ¿Cómo puede estar tan hambriento y enojado por esta espera? 

Aquellas emociones tan furiosas buscan algo donde ir y solo pueden arremolinarse con el calor de su estrés.

 Nadan como peces .

Como los peces qué su madre le pintaba en la ropa , nadan a contracorriente. 

Están dispuestos a pudrirse en vida para dejarlo cargar con los resultados de un deseo más allá de lo que puede ser permitido por todo lo bueno en la tierra.

Porque Theodore no solo es su gatito ahora.

Theodore es CatNap y CatNap , es el monstruoso rostro de esa criatura en las paredes.

No hay división.

No hay máscaras.

Debe renunciar a este camuflaje para despertar.

 Dentro de una celda de 9x9 y ese olor a comida atrapado por haber calentado las latas con sopa de pollo.

La maldita vainilla qué le mata cualquier deseo al tener tantas memorias desagradables atoradas en su cerebro y su llave es la vainilla y esos ojos de luna brillando en la oscuridad interrumpida por esas lunas y soles. Brillando esas figuras a través de la oscuridad y ese pelaje aún refulge.

Ese gato es hermoso. No es horrible .

Es Theodore. Es CatNap.

Lo ama.

Lo odia.

Lo adora.

Lo desea.

Lo quiere lejos.

-¿Quieres golpearme o castigarme?-

-No quiero nada de eso.- 

-¿Entonces que es lo que quieres?-

El perro deja ir su pata , suspira recargando el mentón en su propio puño. 

Cambia total mente de tema.

- Hace un tiempo te vi entero ¿Qué pasó con tu colita?- le pregunta apuntando ese rabo a medias.

El gato se ve obligado a ocultarla al sentirse expuesto y avergonzado.

Esta herida le causó muchos problemas para moverse al perder el equilibrio más de una vez al buscar a ese par. Fue una clave para que terminara como lo hizo en esa situación.

-Huggy se la comió hace un rato.- sus ojos van a esa herida en su flanco derecho.-Hobart , ¿Vas a matarme?-

 -No lo se.- admite mirando esa herida. Estaba enojado y también extrañamente relajado respecto a esa herida en su gatito.Antes debería haber estallado furioso por ver tal herida en su gatito. Mas ahora la ve como una consciencia .

Algo le advierte de cómo debe superarlo.

El gato pierde algo de su poca calma al ver sus ojos apagarse . Abstraerse una vez más .

Como en la celda casi lo perdió sin darse cuenta.

-No te vayas ahora.- lo llama atrapando su rostro.

Más otra le grita que actúe.

El terror a volver a ser ese chico que no puede hacer nada mientras violan a su hermano mayor uno tras otro en su propio hogar. Donde debería estar a salvo , aquel horror se produjo casi matandolos a los tres. A él , a su madre y a su hermano. Hobart era un entrometido y lo entiende de sí mismo muy bien , porque en la peor de las torturas para un ser humano solo pudo quedarse viendo .

Tal cosa no podía soportar vivirla nuevamente. No ahora.

No podía imaginarse convertido en uno de esos monstruos ni en volver a estar en ese lugar inútil.

Preferiría ser el payaso a ser el público otra vez.

El ver a Theodore herido ahora lo hace recordar esa devastadora impotencia y también lo lleva a preguntarse cuántas veces Theodore les hizo sentir esa sensación a todos en este infierno tan solo por esa criatura.  

Después de todo lo primero que vio al regresar . Fue a su gatito dispuesto a matar a Hoppy. 

No. No sólo dispuesto.

Theodore estaba matando a Hoppy. Estaba asesinando a su amiga de forna sistemática y perfecta , con una distancia clara y calculando hasta el último detalle de su caída.

El collar de las chicas lo tenía él y este escenario toma fuerza al fondo de todo.

Como si pudiera ver exactamente como este gato mato a sus hermanas.

Como si ese monstruo fuera quién observaba desde un sofá. Sin hacer nada solo observando.

Solo divirtiéndose con el horror que puede disfrutar como si fuera un espectáculo.

-¡Alejate!- 

¡No puede perdonarlo , no! 

El impacto de su puño hace al gato rebotar contra la pared . Escupiendo un hilo de sangre espesa por la boca.

Fue sorpresivo. Inaudito hasta para el perro. Como esta sensación se volvió un solo gesto.

Reviviendo cada ve más escenas de su vida y como estaba al borde de repetirlas.

No era lo correcto.

Estaba enojado.

Más no quería hacer eso.

Retrocede observando su puño con los sentidos revueltos.

Fue tan sencillo que demuele cada célula de su cuerpo. 

El horror está dentro y en su sangre hasta la molécula más pequeña.

Las pruebas que debe superar son demasiado grandes. No son fáciles.

Niega deseando salir de este espacio , solo buscando alejarse de ese lado tan desagradable de su propio ser.

-¡¡No te vayas , no ahora!! ¡Esto quieres! Esta bien si lo quieres así.- ese gato tira de las cadenas tratando de seguirlo.-¡¡No te vayas porfavor , ya no te vayas!! ¡¿Quieres más?!- lo llama y rasguña el suelo buscándolo entre estos gritos.- ¡Puedes seguir , solo sigue por favor , no te vayas! ¡Te lo ruego , no me dejes solo ahora!- súplica.

Llega a sacudir las cadenas y llorar de nuevo. Esas piezas de metal en sus orejas brillan , sacudiendose entre sus gritos.

Ese perro regresa sobre sus pasos en respuesta a sus gritos.

Hundiéndose en su pecho lo abraza con fuerza.

-No , no quiero esto.- lamenta acariciando el golpe y sus voz solo es un quebrado rastro de esa rabia momentánea.-Solo quiero que no me traiciones , no lo hagas otra vez. Ya no me hagas daño.- lo pide , tan roto como antes . Tan desesperado por recuperar sus piezas como en el pasado.-Si te lastimara , si hiciera algo tan horrible , dejaría de ser la persona que te gusta.-

El gato reacciona al final. Entre sus vergonzosos chillidos de averno.

Recuerda quién era este perro. A quién espero por tanto tiempo.

Esperando a la única persona que no lo lastimó una sola vez . A quien le dio el control y ni una vez lo hizo sentir dolor.

Sin garras afiladas , sin ser humillado o insultado.

Quién le protegía y le daba un refugio entre toda la soledad y el verdadero infierno.

Porque la persona a la que amaba no era una bola de rencor o púas y mucho menos alguien que disfrutará de hacer sufrir a las personas por estar frustrado y mucho menos a él.

Sanando.

Sanando cada una de las veces que esperaba ser pisoteado , golpeado , cortado y apuñalado para sentirse en los ojos de la persona a la que se entregó. Porque su entrega era absoluta y su fe aún mayor. Esa desesperación por ceder el control , por estar a salvo. Por ser consumido al consumir , por estar atrapado dentro de la voluntad de alguien que lo amara ya se había cumplido.

Y no era con Dios.

Era con el chico que le dio la galleta y se quedó con las migajas. 

Esa era la persona a la que amaba.

Derrumbándose totalmente. El cansancio se lo traiga al darse cuenta al fin.

Estaba a salvo.

Se acabó. Su cariño está aquí.

 

 

 

 

El perro lo sostiene al sentir como cae en un sueño profundo.

Sin cambiar una sola de las emociones de antes y ahora. Lo abraza llevándolo a su pecho al recargarse en la pared y sentirse por fin cómodo con su gatito dormido en su regazo.

Ese felino ya no tiene cómo responder. Ya cayó en el sueño y solo desea abrazarlo con fuerza. Abrazando a su gatito como lo hacía hace años.

Tan ambicioso como el niño que necesitaba de ese nuevo tipo de amor cuando descubrió que existía dentro los cansados ojos violetas.

Sin nada más que esta soledad como su refugio.

Entregando sus sentimientos a un amor y a sus deseos golpeando su calor y sentidos más allá de solo ser una sombra que exalta con el ridículo la felicidad de terceros.

Un amor que era real para Hobart y quería protegerlo. Donde nunca fueran las pruebas a enfrentar , el dolor dado por su pareja.

Que el mundo los haga trizas pero no ellos. No a Theodore ni a lo que eran.

No como sus padres.

No como su hermano.

No como los médicos.

No como otros experimentos.

El drama deja su cuerpo una vez escucha el verdadero ronquido de ese gran gato entre sus quejidos comunes de gato.

Ese sonido silbante por culpa de la nariz tan afilada qué le hicieron y su tamaño solo le hacía más gracioso y ruidoso. Lo escucha entre pugidos como el sonido que se crea al soplar la orilla de una hoja de papel. Simplemente tierno , si no se tiene en cuenta que es doce veces más ruidoso que una hoja de papel.

Al parecer tiene gripe. Deberá darle algo para la gripe.

No puede quedarse solo viéndolo dormir.

Suspira alcanzando con una pierna esa bolsa.

Vuelve a trabajar en la ballesta. Une las varillas con cinta endeble y las monta con fuerza bruta en el cañón.

Esta vez incluye ese hierro usado para quemar a Theodore entre las tantas varillas.

Analiza su reciente completada herramienta. 

Lo que pesaba esta sola arma y como la usaría. La guarda devuelta en la bolsa y las patea sin cuidado para apartarla de los dos. Lleva los brazos a rodear al gato de nuevo. 

Fijando los ojos en la puerta pensando en todo lo que vendría a futuro y cómo se desarrollará su futuro una vez deban salir de la celda para seguir con el trabajo dentro de la fábrica. 

Incluso si tuvo aquel arrebato con Ryan , sabe que no debe pensar en llevarse a CatNap por la entrada qué usaron anteriormente. No cuando seguramente los de la fábrica y estén haciendo su movimiento con la irremediable entrada de los policías.

-Ángela debe estar haciendo su parte.- murmuró acariciando las orejas del gato.

 

 

 

 

 

 

 

 

En el sótano la caída de CatNap es una gran noticia , pero su situación no les ayudaba a decidirse a subir.

No cuando un equipo de veinte humanos bajo con equipos de investigación y sus linternas iluminan al mundo de sombras. Sus figuras cubiertas de blanco hasta la cabeza asimilan la imagen de fantasmas a contraluz. Recogiendo muestras del suelo y algunos peluches entre exclamaciones nerviosas. 

Encontraron un peluche de Huggy Wuggy para inspeccionar por su peso.

-¿Por qué esta cosa contiene sangre?-

Los investigadores parecen concentrados en las preguntas multiplicando se sobre sus rostros.

Ignoran el movimiento cercano a su improvisada mesa de operaciones.

 

 

 

Ese estúpido trapeador de colores apenas es un manchon en su acelerada huida de escena. Llevando consigo el libro que robó. Lo deja en el suelo bajo una máquina antes de escurrir se devuelta a rodear a los humanos.

La pata de una criatura azabache sale de debajo de esa maquina de irre acondicionado , tomando el cuaderno lo ojea bajo la luz de sus propios ojos de plata.

Baba frunce el entrecejo conforme lee la información recolectada.

Cuerpos , restos humanos y cadáveres apilados on sus pertenencias sobre los cráneos. 

Queda caro.

Huggy Wuggy desobedeció la orden de borrar hasta la última seña de identidad por parte de la comida,

No sólo desobedece sino que también lo oculto durante años. Toda la comida se la guardó ese bastardo egoísta en su zona de vigía.

Esta situación la lleva a la reunión de los otros miembros de su equipo.

La situación era mala. Podían escuchar el susurro de los pasos lejanos acercándose a la puerta.

-¿Alguna idea de que hacer ahora?- Baba cruza los brazos , escucha al resto.

La criatura azul hizo una observación desde las sombras.

-Papá no responde , algo debe estar pasando arriba.- está fuera del tema principal pero dentro aún. Siempre lo obedecían al pie de la letra. La situación los empujaba a desobedecer la orden de mantenerse ocultos hasta que diera su señal. 

No hay señal y tampoco podían actuar sin él presente.

-Poe y Simon deben creer que no los vimos irse , es extraño que no volvieran desde ayer.- la burla viene de la criatura murciélago.-Deberiamos averiguar algo de allá antes de movernos.-

El ratón sacude la cabeza sacándose las telarañas de las orejas.

-Deberíamos improvisar algo.- les apunta a su boca.-Hay que masticarlos , los armamos como megazords y subimos vestidos con sus restos.-

Lo ignoran.

La rana aguanta un quejido frustrado por varios puntos más que tomar en cuenta.

-Esa cosa no debe despertar.- les señala sonreir cierta presencia en la misma zona.

-Cállate. Eres de mal agüero.- reclama Baba.

El cocodrilo no interviene. Mantiene su atención en la figura de la rata meciendose de adelante atrás en un baile improvisado en el silencio.

-Qué uno de nosotros suba y mate a todos arriba. Si es desde ahí , se concentrarnos en buscar arriba para darnos tiempo.- le pica el muerde suave el rabo a la rana para que pase el mensaje de una vez.

La rana le pegó en la nariz antes de compartir la traducción de su opcion.

-Taquito dice que deberían enviar a uno arriba para que se encargue de ellos y no bajen más.- tradujo rápido.-Ya te dije que no me muerdas ,te vas a envenenar.- 

El cocodrilo lo mira a los ojos con aburrimiento y vuelve a mirar al grupo. Hace tiempo ya no hace amago de quejarse por ese seudónimo , demasiado tenso para discutir ahora , se mantiene atento a cualquier problema con Licky.

-Enviemos a la rana y que se prenda esto.- 

La rana niega de una vez.

La oveja le gruñe al ser rechazada nuevamente.

-Por tu culpa más de una vez hemos perdido. Si tan solo fueras menos egoísta esto sería cosa de juego.-

-Prendete tu.-le reclama el cocodrilo. No entendía pero el aspecto decaído de la rana le dijo cual era el problema.-Qué vaya la que vuela , y yo me encargo de los qué bajaron para que ella pueda subir a salvo.-

-Les digo que no entiendo nada de lo que dice.- señala esa rata sin dejar de bailar.

La chica murciélago ríe girando sobre sus tobillos.

-Puedo hacerlo , Mako confía en mi.-le muestra el buen estado de sus alas.-Solo quiero algo más de comida para mi.-

Sobre ellos el color amarillo apenas es visible.

Cada vez más reducido el cuerpo al ser repartido entre todos.

La criatura azul asiente .

-Te comerás a los humanos , no al amarillo.-

-Ese es para papá …cuando regrese.-

Baby bufa al ser rechazada su petición.

Esa ave seguiría ahí por un poco más de tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Mhm…-sacude las orejas al despertar. Abriendo los ojos mira al frente. A esa pared. 

Levanta la mirada , chocando con esa figura bajo su cuerpo.

Otra vez tiene su cama preferida.

Arrastra como puede el cuerpo , llegando a chocar su nariz con ese rostro pensativo. Tan hundido como para solo seguir su movimiento sin decirle nada.

Lo ama. 

Esta sediento.

Esta hambriento.

Quiere comerlo.

Hace algo que pensó olvidar , hundiendose en un abrazo recarga el cuerpo en ese perro . Deja que lo sujete con esa cariñosa suavidad. 

Sabiendo su cabeza por el cuello de perro , busca esa oreja incompleta exhalando ese profundo suspiro sobre su tímpano.

El perro reacciona mucho mejor de lo esperado.

Cubriéndose esa oreja lo mira con los ojos brillando en su gran sorpresa.

Era claro cuanto lo querían . Cuanto lo deseaban.

Más no era el momento.

No era la situación correctaa para algo como esto.

Pero tienen 20 y menos de , son estúpidos.

-Espera.- le pide el perro. Estira los brazos antes de que el gato pueda decirle algo , libera sus cadenas.-Este viento televisión.- le informa levantándose del suelo.

El gato sacude el cuerpo sentándose sin las cadenas. Es extraño. 

La a primera vez que despertó las odiaba y maldijo bastante.

Después las necesitaba.

Y ahora las extraño. Como si fuera parte de una escena que necesitaba se mantuviera entera y unida por estas mismas cadenas. Quizás creyó que sería todo mejor si no lo soltara nunca Hobart. 

-Al menos hiciste algo provechoso.- murmura al comprender la parte de la televisión y como ese perro lo dice tan relajado.

El perro junta las manos algo avergonzado por ese comentario. Antes no sonaba tan malo pero en voz alta decirle “Estuve viendo television” a una persona atrapada bajo tierra , parecía estúpido.

-Si , disculpa … pero cuando salgamos te conseguiré diez y comeremos tortugas. Son deliciosa , me comí cinco vivas antes de venir.- sacude la manos y tose falsamente antes de continuar.

-¿Qué hiciste qué?- exclama el gato bajando las orejas al escuchar “Tortugas , deliciosas ,cinco y vivas” en una oración.

-Vi que los adultos hacen algo para cuando se empiezan a conocer y alguien les gusta , mucho. Creo que lo dijo al revés.- inhala y exhala para controlar su ánimo.-Mira …creo que me gustas y , ¿Quieres ir a un hotel?-

Pésimo.

Tan pésimo como el escenario mismo.

Un gigantesco gato morado lo mira con esa sonrisa eterna aunque no parezca estar sonriendo en realidad.

- ¿Qué le hiciste a alas tortugas?- 

El perro suspira bajando los brazos. Siente que hizo algo mal y no encuentra lo que fue.

Observa el lugar a su alrededor. El ánimo anterior comienza a morir de nuevo.

Tal vez no era el momento correcto y su estupides sea la señal más obvia. 

Algo de empezar a conocer a alguien he invitarlo a un hotel tan rápido , no sentaba bien.

El gato puede ver que ese ambiente cálido anterior va perdiéndose al desanimarse el perro.

-¿Porque deberíamos ir a un hotel?-

El perro lleva las manos a su espalda , incómodo por el estado desfavorable de la situación.

-Eres diferente a como te conocí.- mira al gato de nuevo.-Eres más alto y delgado. Quería invitarte a una cita pero sonó raro.- rasca su nuca.-Al parecer los chicos que salen entre sí allá afuera suelen guardar el secreto y verse en hoteles . Creí que deberíamos intentar conocernos de nuevo.-

El gato mueve las orejas.

-¿Porque deberíamos ser un secreto?-

-Creo que no les gustan ese tipo de relaciones.-

-Hum…- voltea pensativo.

El gato recuerda que de alguna manera el mundo alal afuera si era extraño de esa manera.Nunca vio una pareja de dos hombres ni dos mujeres, así que debería tener sentido lo que decía Hobart. Más no le parecía tan bueno como simplemente encontrarse y ya. 

-Entonces vayamos a ese hotel.- acepta la idea más que nada para llegar al punto central de esta situación.

El perro parece volver a la vida al escuchar su aceptación.

-Gracias.- tomó sus hombros.-Vamos entonces.- mira al lugar.-No se donde sea.-

 

 

El estado del gato cae .

Definitivamente cayó al fondo .

Más no es la frustración que podría sentir una persona normal , una persona con todas sus funciones cerebrales enteras y trabajando.

Está sonriendo , lo deja claro como su gran sonrisa deja de ser redondeada y se cveulve filosa.

Camina pasando al perro y a las cadenas.

El perro lo sigue a unos pasos , bastante curioso. Viéndolo cruzar la habitación hasta una pared. En esta se detiene. Con sus garras toma una cantidad perfecta de esas lágrimas húmedas de su rostro para hacer un dibujo en la pared.

Es como en la pintura en La Juguetería , sobre ese mural qué no pudo mostrarle a Hobart.

-Aquí es el jodido hotel.- apunta al dibujo.

El hotel se encuentra a nueve metros del puntual inicial

Con dos criaturas de más de dos metros qué hacen a ese espacio de verse como cualquier celda humana ante sus grandes figuras. 

Se ven estúpidos. Son estúpidos.

Solo un estúpido comenzaría a reírse después de tal declaración hecha al revelar un corazón mal dibujo en la pared. 

El perro ríe levantando los brazos al liberar aló qué estuvo asfixiándolo. Al descubrir que su gatito sigie siendo bastante divertido. Lo abraza y recibe las mismas risas de averno del pasado.

El gato suspira cayendo en su pecho . Dejando que su peso los lleve al suelo al ser ese perro el que los guía a caer contra la pared. Arrinconandose ambos lo más posible por un reflejo nervioso al temor interno de ser descubiertos.

Lentamente el humor relaja sus defensas. Los hace perderse en los ojos contrarios.

-Creo que me habría ganado un golpe allá afuera.- murmura el perro.

-Tú me invitaste a un hotel , yo te lleve a una esquina.- el gato suspira chocando sus narices.-Creo que estamos iguales.- 

Lleva esas garras al pecho del perro ,tirando del cierre hacia abajo. Mirando al perro y como esas manos hacen el mismo ademán .

Las quemaduras duelen. Debe contenerse para no quejarse al ser tocado.

-Creo que soy un mal tipo.- murmura el perro una ve puede comprobar el estado de sus cicatrices.-Te llene de heridas tan pronto como pude tocarte.-

-Esta bien , serán mis marcas.- la pelusa amarilla definitivamente fue consumida por el tiempo de una manera muy distinta a como lo haría en la fábrica. El plástico parece haberse llenado de manchas muy distintas a las esperadas y puede dar por hecho que estuvo en un lugar muy húmedo al estar su color completamente arruinado.-¿Donde estuviste?-

-¿Te podrías quedar ahi?-

- ¿Donde? ¿Arriba?- sus orejas se mueven , debe mirr de lado para recordar que tenia esos nuevos elementos en su cabeza y no eran otros juguetes en su espacio.

-Es que…- el perro parece pensar en lo que dirá.-Quiero ver como rebotan cuando te muevas.-

Es extrañamente … excitante escuchar tal cosa por parte del perro.

Sus orejas se mueven y caen con esos mismos metales. Más la presión de estar de espaldas a la puerta . Esto lo hace sentirse nervioso.

-¿Me miraras todo el tiempo? No…no suelo distraerme.- su mirada cae avergonzada por admitir algo que en muchas formas era horrible.

El perro sujeta su cintura haciendo algo que esperaba no volviera a suceder.

Lo levantó sin problemas para girar y permitirle ver a la puerta. Esto no solo le recuerda que era fuerte más allá de ser capaz de arrancarle la máquina del humo rojo por solo una herida sino para traer devuelta a más de una vez que fuera levantado por este perro.

Desde la primera vez cuando tuvo ese episodio vergonzoso en los jardines a esos abrazos con su cuerpo humano y el gran perro o esa celda donde era cuestión de mucho dolor.

Ser vulnerable era …algo enteramente mágico y aterrador.

Su mente necesita un minuto para reafirmarse en el presente.

-¿Estás bien?- lo llama tocando su nariz.

Theodore mueve la cabeza.

-Ahora estamos descubiertos.- le señala lo lejos que estaban de la esquina.-Nos salimos del hotel.- 

El perro mira al mismo punto.

Esa cámara rota y el micrófono.

-No son de espiar…y era una esquina , no un hotel.-

El gato mueve las orejas y su cola se sacude.

-No es como que me importe si miran.- Suena arrogante. Como al beber esa taza de té hace años.

El perro levanta las orejas , ya son grandes y esto hace al gato reírse.

-Vaya.- exclama al escuchar algo como eso por parte de Theodore y su usual timidez echada por el suelo.-Estas mintiendo.-

El gato baja la cabeza. Llevando las garras a ese torso.

A presionar aquel objetivo aún oculto.

El perro no se queda atrás , mucho más familiarizado con su usual descaro hace más que solo buscarlo. Muerde ansioso su cuello , sintiendo una fuerte necesidad de llevarlo al límite va con lmabas manos a sujetar cada parte de su intimidad.

Dejando muy atrás al gato más que desesperado por estas acciones tan penosas antes , ahora solo sediento.Dedica por más de un segundo a solo rrretirse y suspirar su nombre , diluyendose en su boca esa sensación de saciedad al ser tocado.

Húmedo , tan mojado como en sus recuerdos.

El perro lo empuja para mover sus manos , jugando con esas partes que de akguna forma le eran mas qué placenteras de aprovecharse.

Sabiendo que las espinas lo heriran aun mueve la mano y lo presiona , sobando entre las dos bolsa de pura felpa . Suspira sintiéndose mejpr qué antes , dispuesto a probarlo repite la mordida. Devolviendo ese suspiro que ese gato se provecho a usar en su contra.

-Oye…- el suspiro queda a medias en esa garganta tan ronca. Arrastrando un suspiro cavernoso.

Tan oscuro como el mismo sentimiento que lo llenaba , busca ese mismo objetivo pero aún lo necesita.

Sus caerá en más de una forma lo traiciona buscando ese mismo contacto , obligando lo a inclinarse y perder su objetivo tan solo por el deseo de llevar sus garras a esa espalda y arañarlo.

Debe contenerse , lo recuerda antes de enterar las garras , estaban demasiado sucias. Podría causar una infección en sus rasguños.

Contiene ese impulso y solo lleva sus patas a rodearlo.

Esto corta la distancia aún más. Deja al descubierto su cuello y hombros.

El perro no tarda en aprovecharse , atrae su rostro para chocar sus miradas nuevamente.

-Te ves demasiado tranquilo , es extraño.- murmura.-¿No deberías estar tratando de despellejarme con esas uñas tuyas?-

-Están sucias.- su respuesta es nerviosa , es descartado que lo obligue a hablar cuando ahora esta llevando todo al siguiente nivel.

Ese ecaro ttam,bien lo hace responder con un tono nada seductor a este prediccamento.

-Tranquilo ,este perro tiene todas sus vacunas.- le muestra el pulgar como si fuera ese el sello para su estupidez.

Para el gato fue divertido. Fue liberador y su respuesta es enterrar fuerte esas garras .

El perro suspira riéndose al recordar como esto dolía y aún le gustaba. El gato no podría negar nunca que estuvieron juntos cuando sus garras le dejan las marcas de cuanto disfruto estando juntos.

-Allá afuera dicen que el juego previo es importan.-

-¿Eso que es?-

-Pues acariciarnos y así.- 

-Ya me acariciaste suficiente , ahora mételo.- ordena después de imaginar otro tiempo extra a esta ansiedad.

Dog suspira al sentir esas garras separarse de su espalda.

-No , ¿A donde vas?- le ciuetiona algo frustrado.

Ese gato lo mir curioso.

-Abajo.- apunta al suelo.

-Te pedí que fueras arriba , solo debes levantarte y-

El gato levanta las orejas y su cola es un plumero.

-No , qué vergüenza.- niega moviendo la cabeza al entender el punto.

Creyó que se refería a estar derecho o algo así. Ahora que mira bien la pose y entiende su papel , le es todo menos fácil de tomar. 

 -Tú dijiste que no te importaba.-

-Es diferente… yo…-sus orejas se mueven y ríe nervioso.-Si nos vieran ,sería solo a mi.-

-Siempre fue así conmigo.-

-A ti solo te verían la espalda.-

-A ti también.- 

Último intento.

-Se me cansarán las patas.- 

El perro ríe poniendo la mandíbula en su pecho.

-El gatito qué salta dieciocho metros de una , ¿Se cansará de dar sentones sobre su perro?- 

Esas orejas felina caen muy lentamente . La forma en la que dijo “su perro”hace toda la diferencia. Lo llena de satisfacción.

-No te burles..si es raro.- murmura abrazándolo.

El perro le sonríe , puede verlo por como esos ojos se afilan , haciendo algo tan vergonzoso como ayudarlo a levantarse lo suficiente para acomodarse.

-¿Por qué quieres hacer esto?- cuestiona nervioso. No niega que al rendirse esta posición ya no es tan vergonzosa más la siguiente parte si lo es. 

El colocar tal cosa debajo y sentir como lo deja a su suerte para bajar a su propio ritmo.

No tiene ritmo. Solo se deja caer para terminar con todo.

Vaya.

Fue una mala idea.

-Wow…- el perro hunde el rostro en su pecho. Abraza su cintura sorprendido por la sensación.

Habían pasado años sin sta sensación.

Solo tocando al felino y nunca pasando esa línea qie decidió respetar por el miedo del gatp. Esta sensación fue tan sorpresiva y fuerte como para sacarlo del centro de cualquier idea sobre solo quedarse ahí.

Suspira y necesita acariciarlo para sentirse presente.

-Se siente bien , Theodore.- le informa el descubrimiento , frotaba su rostro contra ese pecho.-Que bien me haces sentir , eres magnífico mi gatito.-

Al gato no le está yendo tan bien.

Otra ves su cuerpo se libera y debe superar ese vistazo de estrellas para volver al presente.

Hace demasiado tiempo las estrellas que veía no eran por golpes en la cabeza.

Fue extraño como se siente esta cercanía tan necesaria entre ellos.

No son ni monstruosos ni extraños. Tal vez si. 

Eran físicamente coincidentes con el cuerpo de sus parejas predilectas dentro de la historia de la serie.

CatNap no gustaba de ver tal serie una vez descubrió la verdad y debió aceptarla . No quería saber quién sería esa chica destinada por la fabrica … pero de verdad que le estaba asustando la situación presente y como recordó ahora y no antes lo que llegaba a suceder justo al final.

Más la sensación es devastadora. Lo hace enterrar esas garras y suspirar.

-Mi gatito, ¿Podrías moverte ahora?- lo ruega sin darse cuenta , tan ansioso como para acariciar esa parte baja del gato.-Solo muévete , me volverás loco.- su voz se vuelve profunda como la misma necesidad de hacerlo él mismo.

El gato lo escucha. Su vergüenza hace a esas orejas moverse antes de usar sus rodillas , estirada a los flancos de tal manera que era imposible unorlas ahora , para levantarse y bajar.

La sensación es agotadora . No en sus patas como quiso mentir sino en otra parte de si.

No deja de rosarlo. Ese punto es torturado todo el tiempo.

De arriba abajo , es tan enigmático este sentimiento asfixiante.

Es una escalada. Sube y sube , cuanto más sube y baja , es increíble como no deja de subir.

El calor golpea . Es vulgar.

Sus orejas deben captar como sus cuerpos chocan y su desgracia lo hace consciente de como su propia semilla escurre por sus muslos uniéndose a la situación como el parte aguas de algo que se sigue mojando y choca.

Lo hace consciente de como lo necesitaba.

Talve demasiado bien.

Tanto como para cerrar los brazos entorno al perro y sujetarse olvidando usar esas garras al abrazarlo con fuerzas. Llega arriba , más arriba.

Mas mojado , como si la cima fuera solo una parte que saltar para llegar más arriba.

 Puede sentirse mejor , puede ser mejor.

Es mejor un segundo después.

El perro puede mirar arriba y ver como esos aretes improvisados brillan entre los soles y las lunas. Esos ojos brillan y son tan tiernos como antes. Húmedos por algo que no es sangre.

Sus manos sujetan esa cintura uniéndose su propia fuerza al movimiento.

-¡Hobie!- su voz cambió a un chillido mecánico por un segundo. Esta sensación solo puede mejorar , es claro que puede ser mejor.

Cuando su patético torso de piel y huesos es tomado y hecho bajar a un ritmo ajeno y demandante. Estar arriba es como estar atrapado.

Ni sus rodillas ni la gravedad están de su lado.

  Lo hacen caer . Lo obligan a dejar entrar aquello que tanto deseaba y le niegan cualquier escondite a su vergüenza. 

Expuesto a los ojos que el mismo desea sobre si.

Atrapado. Comido vivo.

Sin piedad.

Vulnerable. 

Sus garras ya no son un peligro. Son su única ancla para aferrarse a ese collar viejo al atrapar el sol roto y desgastado. Tiene a su perro de la corra y aún así lo están deshaciendo sin respeto alguno.

Es delicioso.

Le hace calentar el corazón ver sobre el hombro de DogDay como esa cola naranja levanta el polvo al moverse tan rápido que es borrosa. Tan estúpida como el mismo perro.

Mirarlo tan hundido como él mismo en este placer. En toda la necesidad que conlleva seguir con el juego del perro travieso.

Caer.

Caer es una palabra confusa.

La usó para describir su desgracia y aún así ahora mismo se siente caer en el placer que nubla su vista y lo obliga a exhala gustoso. Tan lubre como sometido.

¿Era él quien estaba sanando al tener a su perrito de vuelta y en su poder su correa? ¿Era Hobie y su retorcida fantasía de David follandose al Goliat frente a mil soldados enemigos? 

Retorcidos.

Chicos retorcidos.

Tan vulgar como el solo estado mojado de su unión y su estado animal.

Tan raros como los besos que se daban al chocar sus narices en el culmen compartido de ambos.

Algo que lo hunde por unos segundos.

-¡Ay, mierda, no!- gritó el perro asustando al gato antes bastante cerca del sueño.

Es tarde.

El perro murmura una queja al esconderse en su pecho. Suspirando ansioso por esta sensación. Esta conocida y vergonzosa sensación.

El gato lo siente tenso y pronto recuerda la razón. La siente.

-Olvide que hacías eso…- cae su cabeza en el hombro del perro.-Estaremos así un rato.- suspiró rindiéndose sin lucha alguna. Observa ese rabo del atando cuánto disfrutaba el perro de esto al moverse de un lado a otro.

Se atoraron.

Estúpidos.

El perro ya no tenía fuerzas para decirle que esto era solo su culpa y de los científicos que lo armaron de forma tan fetichista. Su gatito tiene peligrosas espinas y él se hincha como un perro de verdad y queda pegado por demasiado tiempo. 

Que asco daba ser el segundo. 

-Hobie…¿Me dirás porque querías esto?- pregunta sin moverse.

No hay quejas al resultar bueno pero aun necesita respuestas o quizás matar el tiempo.

El perro le abraza y debe contener un murmullo.

-Cuando lo hacemos . Aunque sea solo por fuera , me aprietas con tus piernas y no puedo moverme … no me gusta forzarte pero es difícil si haces eso en vez de abrir bien las piernas.- 

El gato digirió cada palabra y su lamento fue acompañado por una exhalación cálida.

-Lo que me respondes es …como tú.- murmura el gato y sus cejas se juntan . Esa presión se mueve en su interior al perro hacerlo y vuelve a rozar ese buen punto de su interior.

-Aveces me doy cuenta de lo que diré y otra ves solo las digo.- murmura tomando otra ves el miembro del gatito para mover si mano sin preguntar si lo quería , simplemente vuelve a torturarlo por ambos puntos.-Recuerdo que si te tenzas y te sientes bien , esto termina más rápido.- le informa como si fuera el clima. El gato inclina el cuerpo sintiéndose en el cielo al ser atendido y su cuerpo cada vez más caliente lo agradece. Reacciona sin esfuerzo.

Regresa a sujetar ese collar y disfruta.

Disfruta descarado al fin. Dejando que al cerrar los ojos sea su cuerpo quién se encargue de responder.

La abstinencia lo estaba matando lento hasta hace unas horas.

Grita y desea que no pare. Que continúe hasta que no le quede nada más que dar.

Avergonzando a su interior consciencia al mover sus caderas y subir hasta donde pudiera. Bajando , baja y sube.

Es vulgar cuanto le gusta. Sabiendo que lo que estaba escurriendo era esa hinchazón , dejando que se derramara fuera esa semilla tan espesa y sucia.

El perro no está exento del placer.

Esta vez tan intimo y lento como el mismo aliento. Disfruta tanto de sentirlo caer y ser tragado , caliente ese interior mojado.

-Te conseguire un lechón horneado cuando salgamos , estas muy delgado. Me preocupas.- su atención se desvía al ver esos huesos de nuevo.

El gato no puede seguir tan distraído al reírse.

-Me encanta escucharte reír.- 

Al fin. Sus espald ce en el suelo y puede mirar hacia arriba al perro.

 Ahora está atrapado por esos ojos fijos y su deseo cobra fuerzas al sentirlo salir. 

-Fue más rápido , creo que-

-Fueron treinta minutos para que me dejars ir.- le arruina la ilusión burlándose de su estupor.-Ya no cuentas tan bien el tiempo , perrito.- le pica la nariz como un deseo pasado .

El perro recibe de buena forma la burla . Entrando de forma precipitada.

El gato sacude las orejas volviendo a colocar las garras en el suelo.

-Está bien así , no cuentes , no pienses en nada.- lo pide temblando.-Tan solo quédate conmigo , juega conmigo , cariño.-

El juego es demasiado mojado.

Es tan fuerte como para que el deseo de sacudir esos aretes se cumpla en el suelo.

Puede hacer al gato huir de las pesadillas y desea que no acabará.

Llenándose su cuerpo como si fuera solo una figura de ilusiones a reventar y no destruidas.

Húmedo , mojado y necesitado.

Tan lleno como el mismo deseo por seguir adelante.

Grita y debe soportarlo para no llorar en voz alta aunque sea todo lo contrario a la tristeza lo que le haga berrear. Y puede agarrarse de los brazos que lo sujetan por la cadera para no perderse. Lo llama y grita. Esta sensible.

Hinchado y sensible a rojo vivo.

Tan solo el roce más superficial hace que las estrellas regresen como un golpe sin dolor.

-Dog…-lo llama por sus nombres. Pudo ser cariño o DogDay , Hobart o Hobie. Lo que sea , solo sería a esta figura atrapada en su memoria la que le ruegue por más . 

Sintiendo que todo solo podía ser mejor , estallar entre sus piernas.

Un hereje o un amor. Es ambas cosas , él mismo es un hereje.

Sin riéndose más que contento con su actualidad.

Si la celda nunca se abriera y lo dejaran morir de placer . Follado hasta desaparecer en los toques de su perrito juguetón.

Tan perdido para solo tener esa correa para recordarse no enloquecer . No olvidar su propio nombre.

Aunque a este punto podría ser Theodore , CatNap o gatito a secas. Cualquier nombre que sea la clave para verse ahora sometido boca abajo y su cuerpo mangoneado como el juguete que fue destinado a ser. 

Nadie podría advertirle qué la felicidad fuera tan mojada ni enloquecedora.

Que le borraría la memoria y lo haría perderse de segmentos de su vida que lo hagan descubrirse de nuevo encima o devuelta al suelo.

Caer es doloroso al ser un gatito ronroneando con su cintura doblada y ese perrito uniendo sus narices al sujetarlo y sacarlo de la ilusión más cegadora con palabras de amor. 

Sintiendo como esa parte de su cuerpo palpita y esta tan necesitada como para llegar a desear solo morir . La muerte cada vez más cerca , extraña.

Las palabras son raras.

Caer. En la soledad y la desesperación

Caer en el placer y la confianza que hace que le sea sencillo dar la espalda y permitirse sujetar nuevamente ese collar sin entrar en pánico.

Dolor. Una sensación austera y fría qué empuja sus pesadillas al exterior.

Duele estar tan sensible que el placer golpea y duele , duele y es magnífico dejar salir su voz rota.

Asustado. A rastras a las sombras para recomponer los pedazos de su propio cuerpo partido a golpes y fuego.

Asustado de cómo pierde parte de su dignidad al tener apenas capacidad para mirar algo frente a su nariz. Perdiéndose hasta de su propio nombre.

La satisfacción de haber esperado tanto y que sea exactamente lo que esperaba , hasta mejor , le hace caer en el sueño una vez el perro le toma por la cintura para solamente descansar juntos.

Podrían quedarse despiertos y hablar pero no es posible.

Terminan demasiado agotados para siquiera hablar. 

Solo mirarse es suficiente para conciliar el sueño.

 

 

 

Despertando unas horas después con un gentil murmullo.

 -Eres un desgraciado cretino.-

El perro abrió los ojos al ser ofendido por ese gato tan de sorpresa.

Ese felino le mira de lado al estar panza arriba. Hace mucho no se atrevía a colocarse panza arriba , sus órganos al descubierto se sienten vulnerables y aún así , siente que es la oportunidad perfecta para esta pose que ni hace años se atrevió a poner frente a nadie.

El perro ignora en parte la importancia de su posición al colocar la palma en su barriga.

-Te daré mucho de comer cuando salgamos de aquí.- 

El descarado no niega ser un cretino , nada diferente de lo usual.

-Ya deja mi panza , me haces sentir mal.- sus orejas caen casi girándose de vuelta panza abajo.

El perro lo detiene.

-No es porque me desagrade . Me asusta que te mueras de hambre conmigo aquí.-

Theodore debe admitir que esa siempre fue su intención. Matarse de hambre en silencio.

Difícil al estar siendo vigilado y más de una vez Dios mismo le hacía comer a obligas…

El humor del gato cae .

-Quisiera tanto tener una lengua.- murmura el perro acariciando su barriga. Esto le gana una pata de gato en la cara.

-¿Para que la lengua?-

-Para lamerte todo. - confiesa ese deseo.-Puedo tocarte pero saborearte es difícil , siempre te lastimare.-

-Humm …- una arte de si entendió esa queja.

Todo este tiempo sintió una ansiedad demandante por hacer algo pero no sabia que era. Entiende que es con su boca pero no exactamente el qué . Tal Vez era eso , deseaba lamerlo.

-Oh , si…- sus memorias lo llevan a su pasado cuando esa sensación ya le era una espina loca. Deseando lamer primero al chico , exactamente sus mejillas y después su boca , llegando a sentir esas cosquillas al tener el rostro del perro a su alcance.-Debí hacerlo.- suspira un arrepentimiento más.

El perro lo mira curioso.

-¿Puedo contarte algo y no te molestas?-

-Me molestare si debo molestarme y no lo haré si no tengo que.-

Ese perro baja las orejas y sus ojos , avergonzado.

-Sincero , me gusta.- sus toques suben a esa caja de huesos y piel.-Cuando eras humano te lami las orejas dormido y cuando sentí la cera fue que me di cuenta de que necesitas bañarte más seguido por eso despertaste con un montón de jabón en tu cuarto.-

El gato comienza a reírse de golpe. Sube sobre el perro sacudiendo la cabeza sobre sus orejas.

-Te amo , te amo. Te amo tanto , Dog.- suspira quedándose ahí para aplastarlo con su peso.  

Ronronea gustoso . Era excelente estar así.

Sus patas cuelgan un poco y sus huesos pueden acomodarse de tal forma que ninguna articulación toca el suelo frio . Solo tiene que separar las patas , unirlasmas abajo y este perro sería su mejor tapete para dormir.

Para el perro esta situación es mucho más que solo cómoda. Puede sentir su estómago vulnerable. Su cadera y esas costillas , su corazón latiendo y ese deseo por volver a las actividades anteriores como un tentador murmullo.

-Me pregunto si en esta posición podríamos volver a hacerlo.- lo pregunta tomando o su cadera.

El gato no es renuente. Y sus orejas se acuden curioso por eso , parecía tan cómodo que solo podría ser más cómodo con esto.

Más la realidad los saca de esa bruma cálida y tan parecida a un sueño.

Es una repetición de golpes específicos a la puerta.

El gato recuerda.

Debe perder todo el brillo de sus ojos y ver la oscuridad.

No están en una mullida habitación sino en la celda de los monstruos.

Su humor cae junto a su felicidad al ser llevado arriba y su gran tamaño solo le recuerda la situación en la que debía tomar partido.

Hizo tanto daño qué no importa cuanto lo ruegue , no podría mantener esta ilusión.

La seriedad del perro le recuerda que debía responder y salir de este lugar con una respuesta.

-Theodore. Necesito saber a donde iras.- le pregunta sujetandolo. -Porfavor , dime lo que quieres hacer ahora.-

Sus ojos van al estado del perro y cuánta de la realidad lo hace consciente de como lo ensucio su propia semilla y las veces que se libero contra ese pelaje brillante.

Suspira cerrando ese cierre con las pruebas dentro.

-Si alguien pregunta , si lo hicimos …- le advierte mirando sus ojos.-Dirás cómo y cuantas veces y como me escuchaba y que no me olvidarás nunca.- sus garras recorren esos brazos hasta sus hombros.-Cuántas veces te atoraste en mi , cuantas veces me llevaste en tus brazos y como me hiciste llorar. No te atrevas a fingir qué nada pasó , nada de lo que hicimos será un secreto.- 

El perro sube las manos a sus mejillas.

 -Si me traicionas , mato a ese dios tuyo y te follo sobre su fea cabeza . Estés vivo o muerto.-

 La nariz del gato choca con su rostro.

-Suena bien , cariño. Mientras sea yo.-

Podría acabarse con esto pero no.

La mirada del perro lentamente brilla más suave.

-No me traiciones otra vez , por favor. Te lo ruego , no me hagas más daño , mi amor.-

Theodore negó chocando sus rostros .

-No mueras , no te vayas sin mi. Matame si puedes antes de irte o llévame contigo, no me dejes solo otra vez.-

 

 

 

 

 

 

 

Unos minutos antes de llamarlos.

 

 

 

-¡Tres días!- 

El reclamo de Henry los sacude .

Habían estado hablando , durmiendo y comiendo en espera de ese perro y el gato que seguían … lo que sea.

-Llevamos tres dias esperándolos , carajo.-rasca su cabeza.-Mejor me hubiera ido a hacer algo más divertido.- mira de soslayo a Huggy . Este gigante azul , quien cuidaba la puerta , huye de sus ojos al girarse nervioso.

-No nos queda factor sorpresa ni comida para más días , gracias Ryan, y la maldita fábrica está volviendo al silencio.-

-Yo no trague ni la mitad de lo que falta. Maldito blanco blanco , te tragas todo y luego chillas porque hay poco.-

Huggy los deja discutir sobre comida. Ya no le interesaba ese tipo de discusiones.

También estaba enojado. Aunque en parte era bueno que Henry se distrajera con Ryan y tratara de defender a su poca defendible mentra.

Henry comió por estrés.

Salta su atención de la puerta a las sombras llegando.

El olor le avisa quienes eran.

El humano y el elefante. Vienen hacia aquí con esso rostros cansados.

 -No debes mencionarlo.- murmura para Henry la última de sus ayudas al perro.

Henry lo mira confundido. Siendo llamada su atención por la presencia del par.

Abriendo las puertas del pasillo anterior a la celda grande. 

Aunque sus intestinos se relajaron casi dejando salir el contenido al ver como una rápida figura pasa por encima de Bubba y Niko. Aterrizando en el techo cerca de la camara. Mirándolos directamente por el lente.

-Es la coneja.- avisa Ryan sin olvidar sujetarse el pecho.-Debo sacar a ese maldito mocoso de ahí.- decide de una vez interrumpo al par .

Hace horas cometió el error de intentar descubrir si ya habían matado al perro…mala idea.

Ahora corre a sacarlo antes de que la coneja sienta hambre y decida que su siguiente cena sean un negro raro ,un blanco homosexual y un natvoamercano con insuficiencia cardíaca.

Golpea esa celda interior y espera.

El grupo se reúne y parecen divididos.

La coneja no parece ser una chica cercana al elefante ni al contrario. Las distancias son firmes , no hay un compañerismo mayor a solo ser civilizados y permanecer apartados del espacio dictado por el otro.

Ya no eran amigos.

Niko no sabe que estaba pasando ni nada respecto a la caída de CatNap. Sabe que estaba vencido pero no como ni cuales son sus heridas. Bubba no está mejor.

Hoppy apenas sabe que fue vencido por este grupo.

Da por hecho que es una tarea de más de uno.

Tal vez de Huggy Wuggy pero el daño que presenció le hace pensar en alguien más. En la dinamita de Bubba pero al mismo tiempo su instinto le dice que estaba equivocada.

Ese dragón debía tener todo que ver junto a ese cuervo en los pasillos de la estación de tren.

Había mucho que aclarar.

Mucho que hablar.

 

Por ahora la señal de Wuggy es solo para mantener el secreto de la pérdida del humo rojo solo para quienes fueron testigos. Por hora y hasta que el gato les comparta sus intenciones.

 

Para las dos criaturas la situación es decepcionante en muchas formas.

Comenzando por los retortijones sufridos al abrirse esa celda.

Viendo como ese perro es el primero en salir , seguido por ese gato.

El estado alimentado y casi intacto del mismo les hace mantenerse fríos.

Decepcionados. Es lo único legible en sus ojos.

 

Solo observando al contrario.

Es bilateral.

Se miran uno al otro a estos metros de distancia.

Al asesino.

Al monstruo.

Al fanático.

 

 

 

DogDay mantiene la calma y aún así está listo para lo peor. Con esa ballesta en mano vigila a los tres.

El murmullo de los secretos golpea las paredes como los presos hambrientos a las rejas de su prisión.

A Hoppy con esa alfombra en la espalda y a Bubba dejando caer las cadenas de sus patas delanteras.

En silencio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Hasta luego y gracias por leer.

Chapter 96

Notes:

Buenas.
Aquí rompiendo el ritmo.
Respuestas y mas incognitas.
Lamento si algunos llegan a aburrirse.
Les aseguro que no les estoy haciendo leer relleno, cada una de estas 18 mil palabras serán útiles.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

¡S-M-I-L-E everyday ,when you are down and out, no need to frown and pout!

 

¡Cuz Smiling Critters’ here to say…S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era hora del almuerzo.

Los niños y las criaturas pueden salir a buscar comida.

 

 

 

 

¿Cuál es el plato fuerte? 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996 

La hora de la alegría es un recuerdo agridulce.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre el techo de Dulce Hogar. Ese rostro canela pasa por debajo de las luces falsas de los últimos focos que serían el sol.

Sus ojos suben.

Puede ver a esa coneja acostada en el sol , dormitaba con solo la espalda visible para este y más niños fuera de Dulce Hogar..

Entre los dos niños en la orilla del tejado hay una distancia de dos metros con la siguiente verja. Deben saltar abajo varios metros fuera de la zona segura.

Las manchas de sangre en los caminos de ladrillos son la advertencia más clara.

La segunda son las risitas.

La mirada del líder , quien va a la cabeza , dirige su atención a esas criaturas. No duda en lanzar una piedra contra esta. Ese pequeño muñeco de Bubba es partido a la mitad por su lanzamiento.

Con gran amor los otros pequeños lo desaparecen al comerlo rápido entre todos.

Abajo su camino es abajo rodeando el lugar y no cruzando el jardín directamente como sería más sencillo , vigilan el suelo limpio, tomando un gancho de sus mochilas en preparación con los otros tres en fila.

Levantan estos ganchos , saltando de primero el líder para colgarse del cable sobre ellos , empuja con la fuerza de sus piernas para impulsarse hacia adelante por ese cable en caída directa.

-Vamos ,Phoebe.- la llama rodando como bola disco por solo un segundo.

La chica a su lado lo sigue sonriendo animada por su desfachatez.

De Frente el líder vuelve a poner ese rostro severo tan contrario a su sonrisa estúpida. Vigila a otros chicos y que no intenten tirarlos.

Uno por uno los siguen cuidando de no bajar la guardia.

El último suspira antes de saltar por la ventana , sus manos estaban débiles. Ocupa sus rodillas para aferrarse a este gancho y no caer. Observa el suelo al colgar la cabeza abajo.

Puede ver ahora a esos pequeños siguiéndolos a escondidas desde las sombras de distintos pedazos de escombros y objetos de los jardines.

Saludan felices.

Aunque él ya no es feliz al verlos.

Contrario a su propio miedo , es el penúltimo niño el que cae de su propio gancho.

La sangre de sus manos salpica pero no él .

Su cuerpo chocó con una figura de Brown , aferrándose a este mira al resto buscando ayuda.

No resulta. Los pequeños lo vieron caer. No renunciaron a la cosecha tan fácilmente.

-Ayúdenme.- pide sin poder soltarse ante el miedo que le llena en su situación.

Ese último niño tarda en llegar , ya todos están del otro lado sin atreverse a bajar del techo . Demasiado asustados de volver , imposible cuando la caída es en contra . No llegaron y si así fuera …podrían ser tirados abajo por ese niño.

-Trepa.- le apura una niña.-Trepa , cobarde , muévete.- le apura agitando las manos a la orilla del techo.

Esta prisa revela el estado de sus manos. La falta de más de un dedo y las frescas mordidas en sus muñecas y manos.

No son mejores las manos de los otros niños , lo apuntan y esto solo hace visible las heridas de más de uno.

Este niño intenta moverse pero pronto siente lo desesperados que estaban por atraparlo esos pequeños. Sacudiendo entre varios las patas del Brown , lo quieren.

Lo necesitan y lo llaman riéndose.

-No , no , no , no ... .- sus brazos se aferran al cuello del dinosaurio de plástico.

Uno de los niños en el techo deja de hacer señales.

-Vámonos.- les habla retrocediendo.

-No , no .. El puede hacerlo.-le insiste la chica mayor , y sus ojos húmedos apenas pueden contener las lágrimas.-No podemos dejarlo.-

-Está demasiado asustado. Lo van atrapar , ¿Quieres verlo?- 

Los niños lentamente se rinden. Lentamente caen sus ánimos. Levantándose de la orilla del techo .

Quedando por último la niña.

-Adiós.- 

El niño sobre el dinosaurio niega gritando .

-No ,no me dejen … ¡Phoebe , no me dejes solo!- llama a la niña mayor. 

Está detiene su marcha con hombros tensos.

El chico de su edad la toma por la mano.

-No , vámonos. Ya no quiero que te obliguen a quedarte con ellos. - la convence abrazándola. Camina llevándola consigo. 

El último niño al fin pasa sobre este atrapado. Sus miradas chocan en este momento tan tenso.

  Estira las manos en su dirección , todo lo que puede. Mostrando la falta de todos los dedos de una mano.

-Ven.- lo llama suavemente. No puede alcanzarlo y no se soltara por él . Tan solo le dará esta oportunidad.

El niño debajo tiembla tanto como el dinosaurio de plástico , levanta el torso y después sus manos para alcanzarlo. 

Logra tomar su mano y su palma unirse . Lo ayuda a subir doblando el torso.

-¡Ay , no , no , no!- grita el niño de abajo al sentir sus piernas atrapadas.

Mira abajo el niño en el gancho. Comprueba la presencia de los pequeños colgados de las piernas del niño , mordiéndolo más de una vez.

No tienen la fuerza para arrancarle las piernas pero si algunos trozos de piel ,una vez superen el grosor de esos cuadernos y la cinta adhesiva qué los ajusta a sus piernas.

El niño en el gancho no se rinde.

Aún lucha por subirlo aunque el sudor le perla el rostro o esté perdiendo fuerzas en sus piernas . Continúa en la pelea .

Esto acaba al entender el niño en sus manos ,que no saldría de esta. No tenían la fuerza y sus heridas lo harían débil , sería una carga.

Sus ojos comienzan a llenarse con las lágrimas. Soltandose.

-Lo siento.-

El niño de cabeza gritó más asustado por ese acto que antes por como se complicaron las cosas.   

El chico cayó sobre los pequeños. Fue atrapado por ellos.

Los gritos de dolor son la compañía del niño colgado de cabeza , reflejándose en sus ojos como este chico fue mordido hasta lo irreconocible. Sus ojos arrancados , su estómago abierto y su boca invadida.

No le dejo de escuchar gritar hasta que su garganta fue tapada por una de esas criaturas .observando como aun se sacudía y gritaba.

 

No.

 

Esto fue real. Era su amigo quien fue atrapado antes .

Ahora a este le salvó tan solo una coincidencia y sus ojos son testigos de algo diferente a lo que tuvo que ver oculto dentro de una caja de cartón.

Tan solo vio esa larga y peluda cola de gato levantarse con el chico en su poder. Lo mira y lo carga en una pata , llevándolo contra su pecho al usar este mismo cable para moverse cabeza abajo de este punto al otro edificio.

Cuidándolos hasta llevarlos a los dos en alto a La Juguetería.

El par se queda ensimismado en el aspecto del hermoso gato y su cola desapareciendo tras su figura por una ventana de este edificio. Pronto no les queda nada más que un susurro enojado por parte de las criaturas pequeñas en el jardín. Las puertas y ventanas tapadas les resguarda en este edificio más no es su territorio.

Es el de otras criaturas.

No pueden quedarse por mucho. Corren por el borde del edificio buscando al grupo.

Lo encuentran saltando por las orillas del lado contrario.

-Aquí estamos.- avisa el mayor. Sus piernas rasgadas por el pepe de revista y algunas mordeduras superficiales brillan en rojo al acercarse con ellos.

Tras esto el último revisa el camino.

-Miguel me ayudó , él me levantó.- 

La cabeza del niño gira lento al escuchar como se le dio el crédito por ayudar a sus compañeros.

-Humph ... .- responde sin abrir la boca , demasiado indiferente se une al grupo con la mirada baja.

La sospecha del chico mayor del grupo , aquel que con la niña están más cerca de los 15 , revisa la ropa del chico en cuestión y la de Miguel.

-Bien , que bueno que estas bien , Robie.- apunta al camino.-Sigamos o la comida será llevada por los otros grupos.- 

Es frío el recibimiento por parte del líder y claro que no los espera. 

Uno por uno siguen la instrucción dada. 

El último en ir es, otra vez , Miguel. Usando una varilla para aferrarse al cable que deberían poder usar para aferrarse de pie o colgando de cabeza una vez más.

Van de bajada. Pasando por encima de PlayHouse , saltan por el techo. Aterrizan en el césped fuera de los jardines.

Del otro lado de la verja esos pequeños les observan sin seguirlos. 

Era la hora del almuerzo. No estaba permitido comer nada fuera de los jardines.

El guardián que les arreaba estaba listo para castigarlos si se atrevía a cruzar la valla de separación.

Los niños corren a la zona de metal pasando por un lado del apagado Kickin y sus brazos cruzados en la puerta. Vigila a los pequeños y a los medios que no tardan en revelarse.

Esta vez , como muchas más , no le saludan como antaño. Lo dejan de lado más preocupados por llegar a tiempo por la comida.

Esta ave siente su mirada , frunciendo el ceño.

-Deja de mirarme niño.- le advierte directamente.

Miguel recibió un zape por el líder , arrastrado por este para seguir adelante sin molestar al ave.

Corren intentando evitar a la horda de medios pero es imposible no verse empujado o tener que pegarse al muro al evitar ser arrastrados por estos.

-Vamos por otro lado.- les ordena apuntando al pasillo más extenso.

-Será demasiado largo.- le advierte su compañera , mira a su grupo.-Ya no somos buenos corriendo.- evita ser tirada al suelo al aferrarse a su costado.

El chico sacude los puños y patea a algunos medios para recuperar espacio.

-Hoy son demasiados , no servirá ir por el camino corto si aun así nos atrapan.- sus ojos chocan con los cristales de un rostro de pollo.-Muevanse.- les apura sujetándola a ella por una muñeca y a su compañero más cercano en la otra.

El grupo lo sigue dejando atrás la ola de otros niños que no tuvieron problemas en forzar su paso aunque les ganarán en peso y numero.

La chica les da la última advertencia al escuchar el eco de las discusiones y gritos de peleas sucitadno en el lugar de destino.

-No peleen , solo tomen lo que puedan y no lo suelten. No pueden arrebatarles nada si están entre todos los demás.- 

El primer grupo corre a su ritmo lento perdido . A falta de algunos dedos y varias heridas por culpa de anteriores salidas a por comida. Debían esforzarse al doble en cada carrera.

Llegan tarde pero logran encontrar algo de comida en la zona central de máquinas.

No sabían quien la traía ni de donde o como. Solo saben que esas cajas de dulces , pastelillos y jugo era lo único que había para comer …qué no fuera otro de ellos.

Correr a tomar lo que pueden entre empujones por culpa del gran número de niños salidos de sus escondites y las muchas criaturas gruñendo.

El líder de su propio grupo sufre de esa falta de aliento después de esforzarse demasiado y la mayor de ellos no estaba mejor. La falta de dedos hacia que perder un par de paquetes de pan sea un infortunio tormentoso y sencillo al ser sacudidos por la mano de otro chico.

Los de su grupo no tardan en ser superados y casi comienzan una pelear al ver a un chico mayor tirar del cabello de la mayor para robarle su mochila.

El líder lo nota y pronto su tranquilidad es nula al usar un nudo de cuerda azul para tirar a ese chico al suelo.

La cuerda parece cambiar todo en la percepción de los pocos niños cerca de este grupo menor y débil. 

Esta conformada por brazos de más de un Huggy Wuggy pequeño. Brillando los nudos de tendones y huesos en cada unión.

-“No peleen , solo agarra lo que puedas” - la imita frunciendo los labios con una voz super chillona.-Que rápido cambias de parecer mi niña.- en su malestar aún es capaz de sonreír para ella.-Eres brava , no tienes que fingir.-

Esta chica puede ponerse de pie con el rostro rojo por el golpe.

-Vamonos.- pide bajo.-Tarado.-

El líder toma a Robie , quién inteligente no había parado de recoger comida en su bolsa ,para llevarlo de vuelta a casa.

Lentamente se retiran y él mismo corre con ellos. Dejan atrás la pelea.

Sin mirar aquellos ojos fijos en sus figuras al otro lado de la pila de cosas de comida. Los siguen hasta verlos ser objetivos de algunos medios.

 

En esta carrera de regreso las cosas empeoran para este reducido grupo al ponerse enfrente una fila de osos rojos y cerditos rosas.

Otra vez el líder los hace apartarse y seguir su camino en huida aunque significa patearlas.

-Queiren que nos quedemos atrás , ya vamonos.- le apura la mayor .

Deben seguir adelante aunque carguen por segundos a más de una de estas criaturas en sus hombros.

No los estaban lastimando . Quieren retrasarlos . Quieren que se queden fuera a la hora del almuerzo.

No pueden permitirlo. Corren a fuerzas y con las espaldas cubiertas de sudor frio logran llegar a la zona de entrada donde esa ave está presente. 

Ahí ya no pueden actuar como quieren al ser miradas por ese pollo.

Las criaturas los dejan ir y huyen por donde vinieron.

El cambio es mínimo. Les queda , muy poco tiempo para volver a Dulce Hogar. Irónicamente es el tramo más difícil el regreso.

-¡Hmp!-

Al final del grupo es otra ves el mismo niño quien se detiene mirando a un costado.

Su sorpresa es grande al ver a ese tipo de peluche.

Era morado. Era un CatNap.

Había tropezado y el trapo qué lo cubría cayó de su cuerpo junto con su bolsa con dulces se dezlisa fuera de sus brazos. Los recoge apurado olvidando su vestimenta en las prisas por recuperar la comida , murmurando en su extraño idioma de gato entre chillidos nerviosos.

 El niño mira atrás a los medios venir lentamente a comprobar lo que sucedía. Reaccionando claramente al ver a un CatNap.

-Te van agarrar.- le advierte. 

El gato levanta las orejas al escucharlo y la sorpresa es para ambos.al parecer no solo él sino también el gato , hace tiempo no se dirigia un humano a él ni el mismo Miguel había hablado con una criatura.

Este gatito parece reaccionar tarde a lo que se le dijo , mira atrás y sus ojos delataron un miedo mucho mayor al suyo. Abandona su bolsa y corre sin detenerse aunque ya los tenga encima en un momento.

El niño toma la bolsa en el suelo. Mirando de soslayo como lo golpean entre tantos otros juguetes , arrancando sus orejas a mordidas o arrastrándolo a la valla entre gritos y chillidos de miedo.

No lo entiende y aún así pudo sentir todo el terror qué ese gatito sintió al ser tirado dentro al territorio de los pequeños. Pronto esos enanos lo atrapan , su destino es tan horrible como el de los otros . 

Su cosecha es inmediata , reventando su cuerpo en pedazos entre las mordidas y tirones del gran número de pequeños. La sangre escurre por el césped. 

Como un mal cuento de compañerismo una de las piernas del gato fue enviada al grupo que lo entregó. 

Son de la sección que se rindió al canibalismo hace mucho tiempo.

Miguel por una necesidad acá más natural que su propio sentido ci¿común , miro atrás. Busco al ave y su reacción.

Esta observaba sin moverse , impasible al solo seguir cruzado de brazos frente a la escena.

-¿Es justo porque era un CatNap?-

Esa ave vuelve a mirarlo. Esta vez sin nada que decirle , solo le observa indiferente.

El líder de su grupo lo llama una vez del otro lado noto su ausencia.

-¡Miguel , vamonos!- 

Miguel sacude la bolsa antes de abrazarla y colgarla en su hombro.

El miedo aún brilla en sus ojos. Después de todo , él era un CatNap también.

 

Su grupo duerme en la habitación central de la segunda planta de Dulce Hogar.

Exactamente en la única con ventana al exterior sin posibilidades de sellarse por un gran agujero al exterior. 

Miguel no mide más de 1,50 , solo puede mirar por este agujero y pensar por horas. En shock , puede ser que sea eso lo que le cubre los ojos. Escucha a los líderes hablar.

-Dog-

-Me llamo Tyler , Phoebe .- le reclama en el suelo. Sus pies detienen la puerta. Observando al techo , había cargado todo lo pesado y hora los dejaba con el trabajo dificil.

La hora del almuerzo terminará pronto. Solo quedan unos minutos y lo comprueban con los gritos de algunos niños apurados por regresar a Dulce Hogar. 

La cama fue movida por Phoebe , derritiéndose agotada a su lado. 

Al fin están a salvo en casa.

Miguel deja de mirarlos para observar a los últimos niños corriendo entre los obstáculos para llegar a casa. Mirando hacia arriba a su ventana un último chico. Este se detiene en las puertas de hierro a mirar su reloj. Este gesto los hace verse a los ojos.

La cara de Miguel pierde color al escuchar como esa música pegajosa se termina. Es hora de volver a casa.

El niño retrocede y vuelve a correr dentro de la zona de hierro. Pronto detrás suyo va una ola de esos pequeños hambrientos.

Miguel vuelve al interior. Recostandose en los trapos viejos para dormirse cubriendo sus oídos.

Tratando de no escuchar los gritos de algún niño atrapado en el jardín.

-¿Por qué no pueden hacer nada por nosotros?- suspira juntando las rodillas contra su pecho.

La noche artificial acaba con la luz. Hundiéndose el mundo en las penumbras .

Tan solo les queda el poco brillo del sol de papel reflejando su figura por encima de ellos en un cartel de ese perro muerto. El único que no los abandonó.

El único que fue arrebatado.

Para más de uno de los niños criados y crecidos dentro de los muros de Dulce Hogar , esta pesadilla comenzó desde que su padre fue asesinado por su propia familia.

Por CatNap y Kickin. Ellos tenían la culpa , ellos trajeron la oscuridad.

Ellos mancharon su hogar con la sangre de quienes llamaba hijos.

Es difícil imaginarlo para Miguel.

¿De donde saco fuerzas CatNap para matar a DogDay? Él mismo se estaba muriendo por dentro y no fue su culpa , no fue su culpa que a su DogDay lo comieran esas cosas.

Aunque sí lo era.

 

 

 

 

 

 

 

-Adelante , atrás , y a un lado y luego el otro.-

Despierta con el murmullo del líder . Esta dando instrucciones al grupo que despertó antes.

Lo ve de pie al centro moviéndose al ritmo de algo que toca con un tambor pequeño la mayor , riéndose bajo.

Parecía un tipo frío pero esa cara seria iba totalmente a la dirección contraria qué sus instrucciones sobre un baile.

Lo siguen nerviosos. Perdidos.

Un paso atrás , uno adelante , otro a un lado y al contrario.

-Esto es un baile de salón.- les afirma girando.-Ahora tu.- apunta al chico que cayó el día anterior.

Parece haber olvidado todo el incidente y nervioso intenta resistirse al ser mirado por todos.

-Dog-

-Tyler.- le recuerda serio.-Ahora haz lo que te pedí , Robie.- 

El chico pasa un segundo recordando su nombre . Decidiéndose a moverse al marcar con un chasquido un pasado , seguido el contrario y quedar en blanco.

-Bub-

-Robie , mira a Phoebe y a mi.- le sonríe sin daré oportunidad a la chica para ponerse de pie y solo la levanta . El tambor tomado por la niña del grupo , tocando la melodía anterior.

Al levantar la esa falda se sacude mostrando los shorts debajo.

-Decente , señorita.- le regaña con falsa condescendencia.

Phoebe sacude riéndose su falda antes de tomarlo de la mano contraria , girando juntos. Siguen los pasos que les enseño , saltando de un lado a otro entre sonrisas divertidas por cada uno.

-Dame un beso.- le exige buscando su rostro.

Ella inclina el cuerpo atrás entre risas.

-Ya quisieras.- lo empuja por el pecho y vuelve a agarrarlo por el cuello.

El sonido de sus pasos aumentan con cada salto ,sacudiendo el polvo del suelo. 

Iluminando las sonrisas del grupo esta habitación llena de recuerdos apagados.

Entre los giros Tyler logra doblar hacia atrás la espalda de Phoebe, esta al látigo del movimiento patea un mueble arrinconado como traba para una ventila en la pared. Sin tomarle atención siguen dando vueltas frente al grupo.

Solo Miguel notó algo. Vio un cajón caer al suelo roto por la fuerza de la chica.

Su curiosidad lo hace esquivarlos para gatear a obtener esos papeles.

-Son números.-murmura leyendo la letra tan desprolija y revuelta. La nota corona con el uso del código.

“Comida de M.A. ,1 ,3 ,12 ,27 ” 

Esta nota deja caer otra hoja. La puede tomar y desdoblar.

El interior brilla para sus ojos. Dejándola en su bolsillo sube su mirada a la pareja que baila divertida aquella danza de cuadrilla más parecida a buscar cucarachas qué matar entre sus saltos sin gracia.

Guarda la hoja con el código ya dispuesto a salir por la ventana.

No es hora del almuerzo. Salir era peligroso pero no lo detendrían. Solo recibió una mirada seria del líder.

-Si sientes que te siguen finge qué te caes , grita piña y veremos que hacer.- 

Se despide aceptando la única orden. Los deja en esa habitación dispuestos a cruzar el techo en una carrera. Fuera la situación con otros niños no es mejor.

Algunos están en el techo jugando con los palos de golf de la Jugueteria. Evita tan siquiera mirarlos al pasar por esa zona. Baja por una de las enredaderas y corre con un objetivo.

No puede ser la maquina mas cercana a la casa al estar al descubierto.

Era incrédulo a encontrar algo tan bueno justo ahora. Definitivamente no podría ser tan buena su suerte. 

Sabiendo esta amarga realidad de su infortunio aún busca saciar su curiosidad. Llegando a esa máquina cercana a la zona de hierro. Observa esa máquina con el rostro lleno de sudor y su cabello pegado a su frente. 

Sus pulso es una vorágine. Lo aleja de la realidad , del presente.

Hace que su mano apenas sea suya al marcar el primer número en la máquina.Mira a la nota arrugada y vieja en su puño.

-1...3 , 12 y 27.- su cabeza dio vueltas al ver el control colorearse de verde. Levanta las cejas y presiona tres opciones al azar. Y paga.

La maquina hace tanto ruido como un rinoceronte con tos.

Su cara se vuelve amarilla por el miedo a ser rastreado.

 Los tres paquetes caen y corre , corre . No tiene tiempo de volver a casa. Su huida lo lleva a rodar bajo una viga levantada de la maquinaria bajo La Jugueteria.

Tal vez esconderse bajo tierra no sea lo mejor tomando en cuenta que los depredadores más peligrosos se mueven a ras del suelo. Gatea a tiempo para evitar que restos de polvo le caigan sobre la cabeza. Mira afuera al gran gato bajar del edificio. Huele la máquina y a espaldas a Miguel se mantiene observando a la maquina.

Con el cuerpo temblando decide alejarse.

Resultando en chocar de frente con uno de los juguetes de media estatura.

Es un perro naranja.

Hace tiempo no veía a uno naranja.

Su sorpresa lo hace vulnerable. No alcanza a cubrirse del puñetazo dado directo a su rostro.

Este perro de peluche inclina el cuerpo , analiza al pensativo gato fuera de su escondite y decide tomar al niño por una pierna.

 

-Déjalo ir.-

El perro voltea furioso.

-Le dirá a todos que estas aquí.-

-Creo que solo te vio a ti.- niega y su atención va a su puño.-Podrams copiar ese código.-

-O se lo robamos.-

-Es mejor que lo copiemos.- 

 

 

Su despertar fue en una oficina.

Levanta el cuerpo del escritorio donde lo dejaron dormido. 

Debe mirar bien a su alrededor para ubicarse. Es aterrador ese tiempo muerto donde no tiene ni idea de donde estaba. Nada le parecía conocido.

Baja con cuidado del escritorio y observa al rededor.

Puede ver ese lugar lejano a su ubicación por la ventana más cercana.

Una cosa deforme de metal en un tramo de luz de lo que parecía una pared de piedra y tierra.

-¿Es esto una cueva?- murmuró retrocediendo . No reconocía el lugar ni nada de lo que le rodeaba ni siquiera era parecido a las oficinas de Dulce Hogar o de La Juguetería.

-¿Porque me trajeron a este lugar?-

-Lo hicieron porque no tuvieron el valor para matarte directamente.-

Su sobresalto es fuerte al ser aludido desde las sombras.

La figura rosa lo hace retroceder.

- ¡Picky!- gritó cayendo al suelo.

La cerdita suspira al verlo en el suelo. Y no llorando de miedo. 

-Eres un CatNap.- asegura mirándolo fijo.-Estas tan asustado…- lo ve levantarse rápido del suelo.-...y aunque tengas miedo me muestras tus garritas.- vigila ese cuter que obviamente no le haría daño real con su tamaño y el óxido debilitando la hoja.

El chico la analiza y camina de espaldas , revisa su espacio al llegar a una pared.

-No estés tan tenso , gatito sin pelo.- 

No es una pared.

Es esa osa. Tomándolo por el torso le aplasta entre sus filosas garras , sujetándolo por encima de su cabeza .

-No debiste dejarte ver.-

-No lo había notado.- gruñe Picky , sacude sus piernas y ríe burlándose del niño asustado.

-LLevemoslo con nosotras.-

-No debemos involucrarlo.-

-Lo que haya hecho , lo matan aquí o lo matan arriba. Al menos podemos darle utilidad.-

-No es un objeto.-

-Nosotras tampoco lo somos , guapa.-

Bobby piensa y suspira.

Miguel intentó hablar.

-Porfavor -

-Inhala.- advierte la osa. 

Muy tarde la escucho. No alcanza a exhalar antes de verse impactado contra una pared. El aire escapa de sus pulmones , lo deja en blanco tan lleno de dolor como para gritar más simplemente cae de vuelta al control de la osa.

 

 

La siguiente vez que abrió los ojos estaba en la peor de las situaciones posibles.

Debió quedarse con sus amigos.

La gran caja musical lo levanta por la pierna dispuesto a tragarlo completo.

-¡Te puedo dar comida! ¡Mucha comida! ¡Por Favor , no me comas! ¡Porfavor , porfavor!- sus gritos apenas tienen sentido.

El monstruo rojo lo baja y mira a los ojos.

Esos enormes ojos negros miraron su alma.

-Si te como , tendré comida ¿Lo que me ofreces me dará tres veces tu peso , cerdito?- le pregunta riéndose con esa cavernosa voz.

-Si.- responde dubitativo.-Si , te dará comida.- no sabe si entre todas las maquinas podría haber suficiente comida para saciarlo pero debía intentarlo.-Solo llévame a las maquinas expendedoras.-

-No me interesan los trucos de ganchos ni cables , perdiste.-

Demasiado rápido su cuerpo termina en esa boca. Grita agarrándose de los dientes pero solo logra perder el brazo en la presión. El dolor es mucho mayor a perder los dedos o el aire. Su boca no puede mantenerse cerrada.

- ¡¡Tengo el código de un trabajador porfavor , porfavor!! ¡¡¡Me duele , basta , por favor , Mamá , Mamá!!! ¡Mami! - sus sollozos no lo salvan así como no puede librarse y es tragado.-¡DogDay!- 

La oscuridad lo lleva a la nada.

 

 

Duele.

Todo dolía. Hasta sus oídos dolían. La presión del mordisco reventó sus tímpanos.

-Quiero ir a casa.- lamenta apretando el único puño que le quedaba.

-Estarás pronto ahí.-

Busca la voz . Es demasiado malo el resultado.

Es Kickin.

Su piel no podría estar más pálida al verlo. Retrocede por la camilla , mirando al ave como a un monstruo. Busca a CatNap , a los otros monstruos .

 A los pequeños . Lo que sea que fuera a comerlo vivo ahora.

-Espera.-lo llama el ave.-Dijiste que tenias un código de guardia , ¿Puedes hablarnos de eso?-

El niño asiente abrazando su muñón fresco. La sangre escurre por las vendas. Duele tanto como para no atreverse a pelear ni huir una vez esa ave lo toma en brazos . Lo lleva a la misma camilla.

-¿Cual es tu nombre?- le pregunta volviendo sobre sus pasos para traerle algo.

 -Miguel.- murmura bjano la mirada a sus rodillas.

El ave coloca algo impresionante frente a su rostro.

-Es lo único que tenemos , así que traga.- le dice sin cuidado mostrándome una taza con líquido caliente.

Tiembla al tomarlo poniéndolo en sus rodillas lo olfatea , es limón.

Es un sobre en polvo de jugo de limón con restos de alguna pastilla disuelta en el fondo.

-Es para la tos , no se si sirva para tu dolor pero es lo que hay.- revisa la situación de su brazo cortado.-No vas a sobrevivir, te morirás.-

Miguel lo mira por un momento , guardando esa frustración para después se toma esa taza de bebida caliente con gusto.Hace años no tomaba nada caliente.

La situación en la casa llego a un punto tan álgido que era difícil saber si estaban cuerdos o si alguna vez conoció un mundo diferente a este.

Su memoria es corta. Recuerda a su amigo cuidándolo cuando ya todo estaba mal.

Sabe que huvo un perro que los quería y su muerte comenzó todo este escenario de desesperanza. Murió a manos de ese homólogo suyo y de él ave que ahora le observa a unos centímetros.

Ellos causaron todo este escenario.

No duda en tirarle esa bebida a los ojos.

El ave se sujeta el rostro retrocediendo con un gruñido dolorido.

Miguel salta de la camilla , trastabillando al marearse por culpa de la falta de sangre , corre a la puerta saliendo de esta sala extraña.

En su carrera pronto se ve atrapado por su realidad.

No puede correr muy lejos si el camino es invadido por más de un gigante.

Estaba Boxy , DogDay , Hoppy y por último Bobby.

Los presentes lo miran al mismo tiempo.

No tuvieron piedad para dejar de verlo al caer de rodillas y sus pantalones llenarse de su miedo con un sollozo derrotado.

El ave no tarda en llevarlo dentro esta vez arrastrándolo por el cuello de la ropa.

 

Lo dejaron descansar por un día entero. Con ropa grande de algún trabajador muerto hace tiempo.

Tan solo para hacerle la misma pregunta.

-¿Te acuerdas del código?-

Mueve la cabeza afirmando sin ánimos.

Debió quedarse con sus amigos. Lo lamenta mirando al suelo entre lágrimas que no puede parar.

-¿Si te llevamos a un control , podrías colocarlo?-

Mueve la cabeza y espera a otra pregunta.

-¿Como descubriste el codigo?-

Su boca seca no le ayuda a hablar. No puede hacer más que mirar al piso huyendo de esos grandes ojos de los gigantes.

-Responde o te termino de comer .-

La advertencia es por parte del gigante rojo.

El niño no aguanta más y su boca deja salir un sollozo agudo , tan asustado como para ahogarse entre los berreos.

Ya no es como hace años. No puede llorar y pedir ayuda de los gigantes , son los gigantes quienes lo asustan.

-No vuelvas a amenazarlo.- advierte el perro. El gigante rojo le gruñe frustrado.

-El mocoso está haciendo esto demasiado difícil , ¿Como es posible si ya nos conoce de años?-

-Porque te lo quisiste comer vivo.- le apunta Hoppy.

El gigante gruñe empujando a la coneja a un lado.

Miguel apenasa logra hacer algo como cubrirse al ser tomado por el gran rojo.

 -¡¿Qué rayos haces?!-

-Lo llevare conmigo , no puedo permitir que por culpa suya se desperdicie una oportunidad tan grande.-

-No estás pensando correctamente. Debe quedarse con nosotros.-

-Si huelen a un niño fuera del establo de ese gato , no tardarán en llamar al gato . Deben dejar que me lo lleve , lo cuidare.-

-Quiero ir a casa.-

-A la mierda con lo que quieras , mocoso.- 

-Boxy , es un niño-

-Yo también , estúpidos. Ese muerto también y aún así estamos aquí.- muestra al niño frente a ellos.-Estará mejor conmigo , les guste o no.-

-Eres malo con cualquier cosa que no seas tu-

Deben quedarse en silencio al escuchar el ruido venido de un pequeño Bunzo de la superficie.

-Vamos pollito , tu novio te esta buscando.- la burla del gigante rojo es tanto para el ave como para la coneja más que preparada para pelear por el niño.

Este los mira confundido al volverse silenciosos y retroceder por separado. Esperaba una respuesta más violenta por parte de la parejita. Lgo de celos y “¡¡No digas eso , él es mi novio!!” vaya que era triste meterse on una pareja que no pelea.

Casi siente que el único estúpido era él mismo.

Una vez ambos se retiran, ese perro alude al gigante rojo.

-Recuerda dejarlo en el mismo lugar.-

-¿Seguro?-

Miguel sujeta la garra qué lo atrapa y presiona. Su lamento por dejar a sus amigos lo recorre nuevamente. El miedo lo hace llorar de nuevo al ver a ese perro dejarlo con el mismo gigante rojo.

El camino de este es violento. Lo hace perder la noción del lugar. Es correr y subir por un muro qué no reconoce. Parece ser un abismo infinito . Algo tan aterrador lo hace mirar abajo. Su sangre cae por el muñón y esa garra.

Lo siguiente que logra procesar es una ola de peluches pequeños atendiendo de forma correcta su brazo cercenado con medicina que si quita el dolor. Mira como lo inyectan y cubren sus heridas con una fresca medicina azul.

Ya no arde. Lo dejan descansar en este refugio improvisado tras un muro falso. Puede escuchar un tren a lo lejos y a ese gigante irse más de una vez.

Suspira recargándose en una resbaladilla de CandyCat.

Una sábana de Bunzo lo cubre . Lo dejan descansar con un suero conectado a su brazo entero.

 

Esta comiendo spam.

Delicioso y sublime spam.

Es carne , hace años no comía carne.

Es lo primero con lo que despertó al día siguiente. Esa oblea de carne enlatada es deliciosa , con ketchup y mostaza. Lo come a cucharadas con los ojos llenos de lágrimas.

-Lamento haberte mordido.- 

Sus ojos suben hacia arriba. Es esa caja a su lado quién dio su disculpa en voz baja.

Le han quitado el suero.

-Me disculpe , así que deberías decir algo tú .-

El niño lo piensa y traga ese bocado antes de responderle.

-Lamento que se te antojara tanto mi verga.-

El gigante rojo levantó las cejas sorprendido.

La gatita con ruedas se aleja huyendo al reírse de su cara.

Boxy deja este lugar para relajarse después del gran coraje que le llenó por culpa de ese chico. 

El niño espera a que se vaya para dekar la resbaladilla. Camina por el lugar buscando como salir pero las ventila están muy altas y se encuentra tan rodeado como sardina en lata.

Sube devuelta a la resbaladilla. Rindiéndose a lo que fuera a suceder desde ahora.

Espera al regreso del gigante al que insulto antes.

Este llega después de algunas horas. 

Cojea hasta su esquina donde se mete en su propia caja y duerme.

Aun debe esperar otra hora para que este viniera a su encientro y le haga una pregunta inesperada.

-¿Eres de verdad un CatNap?-

El chico sacudió las rodillas de su pantalón , deja de lado como su muon también se movió bajo la sábana qué le dieron para que se cubriera del frío. 

 -Si, aunque no se ve bien.-mira al gigante.-Me odian en cuanto lo saben ,así que les digo que soy un DogDay.-

-Nadie se tragara nadie qué seas DogDay. Te ves demasiado inteligente.-

No hay como negar tal afirmación.

-No me importa. De todos modos me matarían.- su humor ce de nuevo.-Yo maté a DogDay también.-

El gigante inclina la cabeza.

-Van dos , es como su diversión.- no es empático ,se burla de él.-Bien dicen que los gatos no soportan a los perros por demasiado tiempo.

El niño rascó su mejilla.

-Me asuste y lo empuje fuera de nuestro escondite.- 

-Se trata de supervivencia , déjalo estar de una vez.-

-No , es difícil …porque yo no quería que eso pasara…solo deseaba aire ,me estaba ahogando en esa caja.- mueve la cabeza de lado , escucha un tarareo lejano.-Pude conocer a otros DogDay pero ninguno me hace feliz como él .-

Boxy tiene algo que decir.

–Enserió que los de La Guardería son tíos raros.- su dentadura la refresca con a lengua , relamiendose por instinto.

El niño siente un escalofrío al recordar de forma vivida como se siente esa lengua en la espalda.

-Todos los mocosos hablan de ser DogDay , CatNap y Bubba o esa coneja pero no son juguetes. ¿Porque son asi?-

-¿Tu no eras Boxy antes de verte asi?-

-No , yo era Andre y era negro.- sacude la garra frente a su propia cara.-Es por eso que el rojo se me ve fantastico.- lo presume mostrando todos los dientes.-Mi hermana era Sofía , ella era muy hermosa.- sus recuerdos lo hacen recargar su gran cabeza en su garra.-Conociendo a los roñosos , seguramente ya te perdono.-

Miguel gruñe juntando las rodillas.

-¿De que me sirve su mierdero perdon? 

 

En aquella búsqueda de comida el grupo fue alcanzado por el reloj dentro de PlayHouse.

Su amigo , quien cargaba la lámpara le apretó la boca con una mano arrastrándolo por las escaleras de subida.

-Debes quedarte muy callado.- le ordena como era normal para el tipo de engreído qué era este mocoso arrogante.

-No vamos a salir de aquí.- duce agitado incluso a través de su mano su miedo es ruidoso.

El chico sigue la carrera. Su rostro no pudo llenarse de más frustración al ver el punto muerto al que entraron en su huida.

Las celdas de la PlayHouse y sus cajas de equipos de juegos son más inútiles que nunca.

El chico lo deja al cerrar la puerta y correr a sacar el contenido de una caja grande.

La medicina del botiquín cayó de sus manos al intentar ocultarse antes de la llegada de la ola de juguetes. Su amigo lo atrapa por la muñeca , lo tira dentro y entra con el apretando los labios en una línea una vez lograron ocultarse a tiempo.

En esa posición sus rodillas estaban presionada contra su pecho y apenas podía respirar al tener encima a su amigo. Respirando aló ams lento que podían al escuchar risas agudas por el lugar.

Podría ser todo.

Si tan solo no escucharan gritos a unos pocos metros fuera de la habitación.

Gritan y solo pueden seguir gritando.

Más niños debieron quedar atrapados por culpa de los túneles y las puertas revueltas.

-Dog, no puedo respirar ...- murmura sujetandose el pecho.-No …- sacude la cabeza intentando liberar sus vías respiratorias aunque en realidad él mismo era el problema.

En su lucha rasguña al chico más de una vez. 

El recuerdo ahora es tan desgastante y lleno de rencor por su yo de esa vez. Como se concentro tanto en su propio miedo , en cómo estaba sintiéndose. Tanto que no podía ver la cara de su amigo. Solo puede recordar como su voz quebrada le hablaba.

-Estarás bien , solo intenta …intenta pensar en otra cosa , porfavor.-en si nerviosismo puede recordar que intentaba cubrirle los oídos pero él se resistia. 

Demasiado estimulado por el calor , el encierro , el dolor de dientes y el olor de ambos encerrados en esta caja.

El pequeño espacio cada vez lo ahogaba más. Cometiendo el peor error y su mayor crimen.

Peleo por salir del escondite , empujó con sus rodillas a su amigo sacándolo de la caja.

Este rodó fuera junto con la misma caja donde estaba encerrado.

Fuera le miró asustado. Sus recuerdos son tan crueles y egoístas como para llenarse de ese miedo. Puede ver como esos ojos arrogantes , los ojos de un chico que se creía el líder y siempre daba órdenes a diestra y siniestra a todos , cambiando a un gran terror acercándose a gatas con esa mirada enloquecida.

Solo a cerrar su caja. 

Hasta el último momento pensó en él en vez de correr y dejarlo al descubierto. Se quedó a cuidarlo.

Pronto por esas rendijas su panico quedo mudo.

Testigo de cómo lo atraparon entre todos. Como le tiraban. Lo destrozaron pieza a pieza , comieron .

Sin matarlo hasta el último segundo posible.

Le dolió.

Dolió tanto. 

Invadieron su pecho. Lo comieron.

Sin dejar ni un solo hueso.

Él estuvo ahí.

Siempre estuvo ahí. 

Estuvo hasta cuando parecía que nunca tuvo un amigo y esos muñecos gordos se fueron a dormir.

Estuvo ahí hasta que ese monstruo pasó por fuera de esta habitación. 

Y salir de su escondite conllevo poner sus cuatro extremidades en la mancha roja qué fue antes su mejor amigo.

Su marca , su sangre misma se espacio tan grande como nunca sería su valor.

Su gran cobardía era pequeña dentro de este charco de sangre oscurecida.

 

 

El presente es fastidioso. Lo hace recordar una y otra vez.

-Yo no quiero su perdón , lo quiero a él .- sus ojos rojos no tardan en llenarse.

Boxy frnce las cejas y sus grandes dientes los choca.

-Mi hermana también esta muerta ,me la comí.- 

El niño lo mira de lado.

-¿Y ella quería que te la comieras?-

-Si ,me lo pidió.-

Miguel voltea al suelo.

-No durare mucho ahora.- su brazo faltaba y sus oídos no parecían estar recuperándose.-Dejame ir a casa , quiero ver a mis amigos.- 

Boxy chasquea los dientes.

-Allá abajo las cosas no están yendo bien , ¿No preferirías quedarte aquí?-

-Entre desconocidos y mis amigos , decido morir con mis amigos.- 

-Yo no te mataré , te puedo cuidar.-

-No , déjame ir , porfavor.-

Boxy lo piensa bastante.

-Te puedo llevar afuera.-

-No.-

-No entiendes , te puedo llevar fuera de la fábrica.-

-No quiero salir. Quiero ir abajo con mis amigos.-

La caja frunce el ceño.

-Te vas a morir allá abajo. Las cosas para CatNap no están yendo bien y ese juego que tendrá con las pesadillas-

-¡No me importa si me come la rana , quiero volver abajo!- sus gritos lo hacen suficientemente valiente para mirar al gigante rojo.-¡¡El debe estar esperándome allá abajo , no arriba ni afuera!!-

Las garras de Boxy suben y bajan.

-Pues es tu decisión.- levanta el cuerpo con sus grandes patas de resorte.-Espera a que pueda llevarte , si te sales solo , Mommy te comera antes de que bajes.- 

Miguel mueve la cabeza satisfecho con eso.

-Esta bien , solo … no tardes.-

La caja le bufa.

Pronto el sonido del tren es audible a lo lejos y esa caja debe irse.

 Miguel salta de la resbaladilla donde se mantuvo hasta ahora. Va por el centro , busca por el lugar alguna señal sobre este espacio.

-Tú , frijolero.-

El niño se detuvo con el ceño fruncido al ser insultado de nuevo con ese título.

Es un gato , un CandyCat , quien viene hacia él con un aspecto divertido.

-Eres el primer humano que vemos en años. Eres un gusano suertudo.-

-No tanto como tu.-

-...tú eres un sonriente poco común… ¿Eres un Kickin?-

-CatNap.- no le gustaba ser comparado con los pollos.Ellos y las Hoppy eran peligrosos y traicioneros. Aunque dijeran lo que dijeran de CatNap , al menos ellos no comenzaron con esta ideología de grupos por máscaras. 

Ese gato mueve las orejas , sacudiendo la cola y da una vuelta a su alrededor.

-Por obvias razones no he podido hacer nada desde que comenzó esta locura.-

Miguel levanta los hombros , rápido alcanza la primer arma que pudiera usar qué ruleta ser una silla de bebé que antes usaba un Bunzo.

-No queremos comerte.-

-Allá abajo perdimos a muchos y otros no pueden subir … ¿Podrías ayudarnos con eso?-

-No , Boxy debería ser quien les ayude.-

Ese gato mueve la cabeza.

-Boxy es un cabron pero no del tipo que necesitamos y tu … - su lengua se mueve sobre sus bigotes , todo sin dejar de rodear al niño en un centro creado por cada criatura que vino a verlo.-Se nota que odias a todos los sonrientes.-

El chico soporta un escalofrío lleno de coraje.

-Yo mismo soy uno de ellos , no puedo odiarlos-

-Pero esos mierdas si te odian a ti y seguramente también les cagaba ese chico del que hablaste.- no le importa decir qué estuvo espiando su conversación ,ahora mismo tenía un claro objetivo.-Seguramente no fue un gran puto amor lo que recibieron cuando comenzaron a ser la comida de esas putas cosas horribles , ¿Verdad , maricon?- salta adelante obligando al niño a retroceder.

Es torpe , pronto su espalda choca con el suelo.

-¿PORQUE TIENES QUE HACERME ESTO?-su reclamo es profundo. No puede mantenerse derecho al tener una fuerte pérdida de sangre en su contra y ese malestar hace a sus rodillas rendirse y caer frente al gato azul.

 -Mi culo fue usado por años com bodega y estos malditos arruinaron todo lo que estuve esperando de la verdadera rebelión. No voy a perdonarlo , y espero que no seas tan estúpido para hacerlo tú.-

–¿De que rebelión hablas?-

-Ese maldito perro ya se había aliado con Boxy , con las CatBee. No me importa si tardaban otros tres años , yo hubiera preferido esperar para volver a ponerme en dos piernas.- su odio hace que su voz gordinflona y dulce se vea reducida a chillidos entrecortado por la gran obstrucción de saliva en su cuerpo.-¡Me hacen de todo y no puedo defenderme! ¡Me han llenado a tope con basura! ¡Me tocan y solo puedo rodar como un estúpido en mi propia panza! ¡¿Te imaginas cómo es vivir así?! ¿Alguna vez un humano te metió algo por el culo sin que puedas hacer nada? No , no . Tu puedes patear , correr y ponerte de pie , yo no.- su frustración lo hace lanzar una mordida directa a sus piernas.

La sangre salpicaria solo por la fuerza de su boca e no ser por la escoba interpuesta por un conejo amarillo.

-El plan del perro ya no importa. Esta muerto , hace años qué ese imbécil se murio.- voltea lento a verlo.-Tú nos ayudaras a sacar a mis compañeros de ese asqueroso lugar.-

Miguel lentamente escapa del miedo recientemente sufrido.

-No se abrir puertas , yo solo saque unas galletas de coco.- su voz es quebrazdiza.-Esto escalo demasiado , no se como ayudarles.- faarfulla tirando de su largo cabello liso , esto conlleva demostrar lo poco que estaba familiarizado con el estado de su cuerpo al caer de costado por la falta de un brazo.

El dolor le sacude nuevamente.

Más no puede distraerse. Las patas de ese conejo lo voltean boca arriba , pisando su pecho sin cuidado.

-Puertas de salida es lo de menos.- retrocede sacudiendo sus paltillos.-Si las puertas sirvieran de algo , ese gato seguramente haría que ese monstruo le abra las paredes para que pudiera moverse.- 

Una pequeña CatBee asoma la cabeza en su foco visual una vez mira a los focos el techo metálico.

-Los guardias tienen un código único. El guardia que tuviera el código que tienes para las maquinas debe ser suficiente para abrir los canales de audio.- sus antenas se mueven.-Tu sabes el código , tu nos ayudaras.-

Ese Bunzo vuelve con una botella de agua refresco.

-Los enanos que CatNap y Kickin protegen , escuchan demasiado bien. Si los entorpecemos , los otros podrán subir al territorio de Boxy.- lo entrega esperando que acepte la bebida como un apoyo a su baja de azúcar.

CatBee le insiste.

-Sería cosa de fracturar las vias de comunicación y las bocinas de La Guardería son independientes de todo control externo , a menos que seas parte de sus fuerzas laborales. Solo necesitamos tu ayuda.-

-Ese código no estaba solo.- gira sacando las hojas de papel. 

No piensa en cómo podría perder el único boleto que estaba manteniendolo seguro , demasiado ingenuo y poco experimentado , simplemente les muestra las hojas de papel que encontró.

Bunzo las toma para leer lo que fuera que estuviera dentro. 

Estos conejos no son demasiado expresivos y aún así tenía el suficiente control en su rostro para levantar la ceja derecha.

-“¿Quieres ser mi mejor amigo?”- lee en voz alta ya increpando al chico.

-Del otro lado.- informa avergonado por esa mirada.

El conejo voltea la hoja.

-1…- mueve las orejas.-No necesito saber esto.- lo cierra.Regresa la hoja a Miguel.-Ve y coloca alguna otra cinta de las que hay en el lugar.-

Ninguno quiere saber esa información y mucho menos le dirían el peligro que corría ahora este chico en manos de los gigantes.

Lo dejan a su suerte , explotando como pudieran esta coincidencia tan buena para ellos.

Miguel debe suspirar al entender que no lo dejarían ir sin cooperar.

-¿Qué debería poner en la cinta de sonido?-

Entre ellos se miran. El gato azul parece más rápido en resolver ese punto hipotético.

-Sería malo que no haya nada preparado , ¿Verdad?- mueve la cola al girarse lento como siempre.-Vamos.- le llama caminando a ese escondite de Boxy.

Lo siguen , no sin olvidar empujar a Miguel para que vaya con ellos.

Bunzo lo mira cojera y sijetarse el muñon con un aspecto decaido.

 -Si el jefe estuviera , los niños como tú o como yo , no hubieramos sufrido tanto.- susurra ese lamento con las orejas bajas .

La CatBee se ríe de él pegándole con su cola helicoptero.

-Si hubiera estado se habría muerto más rápido que cualquiera. CatNap no soportaría qué ese idiota le arruinaría la fiesta al prototipo.-su burla es indiferente al malestar del niño.-Todos lo dicen , los que suben. Los perritos se mueren primero en toda contienda por sus complejos de héroes. Es cuestión de tiempo para que no quede ni el grande.-

-Aunque el grande de verdad es un cretino irresponsable.-

-Siempre con esa piltrafa en su hombro.-

El escucharlos no era entretenido. Es fastidioso y más difícil no decirles que se callara o que no estaba interesado en nada de lo que decían.

El gato azul les llevo a un dado cubierto de fieltro. Con un movimiento de cabeza los presentes , exceptuando al reciente nuevo manco , proceden a desarmar el exterior del dado .

Dentro hay algunos objetos variados.

Desde armas viejas y esos palos de metal eléctrico . Más unas cintas variadas.

Una naranja , una verde y una morada con otra más.

-Llévate la que quieras.- le dice CandyCat.-Te recomiendo la naranja , se ve divertida.-  

El niño sostiene la cinta naranja. Al voltear la puede leer detalles científicos que no entiende , más el título “DogDay” lo deja de nuevo dentro de ese dado.

-¿Qué son estas cintas?- les pregunta tomando la verde con el nombre de Hoppy. 

-No sabemos , Boxy no nos dijo.-

El chico revisa la cinta rosa con el nombre de Picky. La última es la morada. 

Lee CatNap. El reflejo de su rostro en el plástico barato lo detiene por un momento.

-CatNap y yo matamos a DogDay.- sus ojos van a la caja y las otras cintas.-Creo que CatNap volverá conmigo a casa.- lleva esa cinta a su pecho.

La eligió entre todas.

Eligió la que llevaba su propio nombre.

Su propia cadena.

Les da espacio para rearmar el dado.

Camina a esa resbaladilla para descansar. Demasiado fatigado y aún así puede sostener la cinta en su pecho con su único brazo.

 

 

Su regreso a la vida es balanceado.

Lento y pausado. Como si fuera algo en sus memorias su cuero no lucha contra la sensación ni repele el pelo naranja contra su rostro.

-¿Boxy de verdad dijo que debía llevarlo yo?-

-Si , esos humanos vinieron con algo nuevo y no puede retirarse sin matarlos.-

DogDay mueve loa cabeza . Retrocede abrazando al niño en su pecho como si fuera un bebé y no un niño de nueve años. Recordaba a este chico.

Lo recordaba en La Guardería. Cuando entro este niño ya jugaba en los jardines con un grupo más reducido de niños. 

Su humor cae al saber que estos seguian peleando aunque todo parecía querer acabar con sus vidas. El saberlo le hace pensar en Jason , en como sería la situación si Jason fuera uno de ellos.

Esa tristeza es visible al caer su cola sin ánimo al caminar por las vías del tren.

Una cola morada golpea su nariz al salir de debajo de sus orejas , rebelandose como una bufanda debajo de sus orejas y tras su cuello , ese gato se estira moviendo las patas como si despertara apenas de un sueño reparador de 18 horas.

-No podemos hacer nada con el control del prototipo sobre CatNap.- le consuela acariciando su cuello , soba su cabeza contra su mandíbula.-Haces todo lo posible llevando lo que encontramos de comida , ya no puedes seguir torturandote.-

Un movimiento en los cables de electricidad lo hace ir más rápido por el camino oscuro.

-Podríamos hacer más.- busca por la pared un objeto.

El gato se sujeta con fuerza al verse sacudido.

-Nada , solo morirnos si llegamos a rebelarnos y lo sabes. Estamos atrapados.-sus ojos bajan a mirar al niño qué no dice nada. Solo los escucha con un rostro tranquilo.-¿Crees que lo de la invasión sea verdad?- sus orejas se acuden al escuchar aquello que pone ansioso al perro.  

-CatNap es el más devoto a esa cosa . Nunca permitiría que esos tipos subieran y lo lastimaran.- el perro estaba seguro de su punto tan solo jugando la situación por lo que sería una relación de padre e hijo por parte de aquella criatura. Su objetivo está cerca.

Jason suspiró sacudiendo las orejas del perro.

 -Eso sería así , si de verdad le importara CatNap.- deja su rostro recargado en el menton del perro.

Harom voltea gira cambiando de camino en una curva del túnel , dobla las piernas abriendo una puerta pasando al interior de una habitación consumida por cenizas de un incendio antiguo.

 Esto deja el espacio suficiente para el paso de Mommy , evitando que ella los viera al cruzar el túnel entre risas y gritos de alguna criatura atrapada por ella.

Jason cubre las orejas del perro en un movimiento rápido.

El malestar dejado por el sollozo los deja en pausa el suficiente tiempo para que Harom tome una decisión respecto a su intervención en las advertencias de CatNap.

-No importa ,creo que si esa cosa lo traiciona será suficiente para despertarlo.- decide salir ahora , ya seguro de la ausencia de Mommy.

Una vez fuera del escondite comienza la carrera nuevamente. 

-¿Por qué son tan diferentes?-

No hace nada al escuchar al chico en sus brazos hablar.

-¿Porque comenzaron a odiarnos?-

Harom frunce el ceño en el camino.

-No te odiamos.-

-¿Entonces porque nos abandonaron? ¿Porque dejan que nos coman vivos? ¿Como pueden dejarnos solos?- sus preguntas vienen una a una. Estos años hacían sido dolorosos en muchas formas.-Mis amigos , mi mejor amigo y todos , todos estamos muriendo uno por uno y ustedes simplemente nos olvidaron allá abajo.-

El perro mueve la cabeza.

-Yo no tuve nada que ver-

-¡¿Entonces quién decidió que era justo que nos quedáramos solos con esas cosas?!-su reclamo viene con sus gritos y esas lágrimas.-¿Porque siguen culpando a un muerto de todo lo que esta pasando por sus propias acciones?- 

El perro detiene su camino.

Justo en la estación.

Donde ese elefante lo observa junto a las luces y esa cerdita .

-Nosotros no tenemos la culpa.- gruñe volviendo al camino.-Nosotros no controlamos nada.-

-Ustedes-

Ese gato lo interrumpe bajando por el hombro y pecho de ese perro , colgando se de su cola presnsil le apunta al rostro con su pata.

Miguel levantó las cejas sorprendido por el estado de éstas patas.

Les había cortado , se había cortado entre los dedos , hasta acabar con la carne grasosa y su piel la selló con vendas para darle forma a esos huesos. Mostrando unas manos alargadas y huesudas en vez de sus patitas regordetas.

Era mucho más monstruoso al verlo ahora y sentir esa zarpa en su rostro lo llena de miedo.

Frustrado. Es un gato pequeño pero como todos los medios , es más fuerte que él o cualquier niño.

-¡Harom ya se esfuerza demasiado tan solo trayendoles comida! ¡¡Deja en paz a Harom y deja de quejarte , maldito niño!!- lo escupió.

Directamente lo escupió en el rostro. Pateandolo fuera de los brazos de Harom. La caída fue tan violenta como para hacerlo rodar bajo la plataforma de abordaje. Las cucarachas en este salieron corriendo o pasaron por encima de su ya adolorido cuerpo.

-¡¡No puedes tratar así a los niños!!- reclama el elefante al verlo caer contra la grava. No se mueve.

Mala señal.

Harom se limitó a ser frío al retirarse sin mirar una segunda vez al chico en el suelo. 

–Jason , no lo trates así.- lo devuelve a sus hombros.

En su camino de retirada hay un impedimento.

Un obstáculo flaco , larguirucho y púrpura. Bajando de la ventila superior del túnel.

Ese gato baja pata por pata sin dejar de observar con una mirada brillante. No parece ser un buen brillo.

-¿Por qué tenias a un niño fuera de la guardería?- mira al niño. Sus orejas se mueven al comprobar sus muchas heridas , incluso si las ocultaba gran parte de ese abrigo grande de los trabajadores podía sentir la sangre escurriendo por el muñon.-¿Porque está herido?-

El perro lo rodea sin cortar el contacto visual.

-Lo encontré en una ventila y le di un mordisco.- mueve los hombros restando valor a lo dicho.-Como ya son el aperitivo de tus bebés , solo quise una probada, CatNap.- camina por el túnel sin detenerse.

Ese felino lo sigue con los ojos . Olfatea , la sangre dejó rastro en ellos. Ambos tenían su sangre. 

El gato exhala profundo. El humo escapa suave , tan solo como una advertencia.

El gato sobre DogDay mantiene un silencio por primera vez respetuoso. 

-Los medios no salen de La Guardería.-

Deben detenerse.

El gato bufó un segundo antes de ser lanzado por el perro. Tan fuerte que rueda más allá de las patas de CatNap , estrellándose a un lado del mismo sorprendido chico.

De verdad había tenido la impresión de ser ese un gato importante para ese perro.

-Iré por comida a la rama éste .- gruñe ahora con un tono menos frío el perro.-Si encuentro una verga , te la traeré .-

El gato levanta la chola esponjosa en un gruñido. Corre tras el perro.

Este levanta los brazos en defensa un momento antes de caer al suelo de espaldas con ese gato de frente a su rostro.

-No estoy de humor para aguantarte.- le advierte exhalando ese humo de forma muy ligera.

El perro no respira.

-Pues sería mejor si dejaras de mantenernos con hambre , ¿No ves cuán hambrientos están todos?- le reclama sin resistirse. 

Donde un asustado Miguel , a las sombras de la plataforma del tren , es sacudido por la prisa de ese mismo gato morado.

-No te distraigas.- parece decir para sí mismo al mirar el estado del perro más de una vez , voltea a darle una mirada a Miguel.-No olvides el código.- murmura dejando en la grava cercana a su mano una tarjeta de empleado.

Miguel esta confundido en muchas formas. Oculta por reflejo la tarjeta dentro de su pantalón justo un momento antes de ser testigo de CatNap saltando de esa larga distancia con el objetivo fijo de sujetar al gato más pequeño.

Este demuestra cuánto había destruido su propio cuerpo al retorcerse como una rata sin huesos , corriendo entre sus garras directamente al basurero en la plataforma.

El gato lo sigue , repitiendo la secuencia de un gato tratando de alcanzar un plumero al mover ambas patas por delante sin más éxito que rasguñarlo.

Su frustración lo hace girarse una vez el gato se escapa de sus garras. Decide exhalar humo directo de su boca a ese drenaje.

-No se para que te sigues obsesionado con ese idiota , ¿Cuantas veces se supone que lo mataste ya?- 

Ese perro no parecía ni un poco interesado al retirarse dejando solo esa observacio aburrida.

-Si no te importara no lo llevarías contigo, ni lo ocultarias después de todo lo que le hizo a La Guareria , ahora ordenale que vuelva o te asesino.- su orden es profunda , ronca para estremecer los huesos de un muy cercano Miguel y como debe contenerse sujetando el pecho de su camiseta para no volver a caer en ese delirio sin aliento.

DogDay bufa deteniéndose en ese túnel oscuro. 

-Maldita sea , ¿Qué te enoja tanto de Jason? ¿Qué no me pueda matarme como todos ustedes hacen con sus perros o porque él y yo cojemos tanto como necesitas que te cojan?-

El elefante sacude la cabeza frustrado por tal mención repulsiva en su cara.

Ese gran gato lo sigue de inmediato.

El perro recibe una paliza igual de inmediata.

Entre la refriega más de un par de salpicones de sangre llegan a manchar las paredes. Escuchando los gritos del perro junto con el desgarro de un hueso en su brazo , esas garras y el humo lo cubren al arrancar una gran extensión de piel.

Esto no es una pelea normal.

El niño en la graba tiembla al estar tan cerca de la peor situación posible.

La risa del perro llega a sus tímpanos al verlo atrapado con la garras de ese gato sobre la nuca y su cabeza exhalando sobre sus orejas ese humo rojo.

-Te entregaré a Dios ,a ti y a ese loco. -la advertencia es pesada. La acompaña con sus gruñidos.

 El perro ríe en el suelo.

-Esta bien , lo siento.- deja de reírse cansado.-No le digas a Dios , porfavor.- murmura soñando bastante cansado.

El gato retrocede revisando al perro y como se pone de pie lentamente.

-Si lo matas estaré bien , después de todo es un CatNap.-

El gato grande no hizo más por seguir con esta afrenta. Vuelve sobre sus pasos directamente hacia el niño. No le da oportunidad de superar el susto , simplemente le atrapa con esa larga cola. Llevándolo en alto de vuelta a La Guarderia.

El chico puede ver atrás.

Puede ver al perro presionar ese pedazo de piel qué el gato le arrancó pero no se comió. Solo le escupió y ahora debe recogerlo para incluirla nuevamente a su herida. Mirándolo de soslayo .

Esos ojos le miran serios.

Esta sensación lo hace caer en el recuerdo de su mejor amigo.

De ese chico valiente y arrogante qué más de una vez fue apaleado pero siempre traía consigo el botín qué debería haber perdido. Habiendolo resguardado en sus brazos o haciéndose una indigna bolita al ser golpeado.

Su mejor amigo era increíblemente desvergonzado. Era un tipo de persona impresionante por lo retorcido qué era el mundo según su idea de lo que era vivir.

Igual qué este perro.

 Dejándolo recordar cuantas veces ese idiota lo dijo y repitió “No me da vergüenza perder una pelea si aun ganando ellos , no pueden quitarme lo que quiero para nosotros.” 

Incluso si estaba en poder de este gato. Aun siente que el suelo está en sus pies.

La verdad de lo que tendría que hacer.

Debía ser como DogDay y simplemente ganar en su derrota.

Como su amigo murió horriblemente pero lo salvo.

O cómo este perro que acaba de ser humillado , aún le veía como una victoria haber logrado que ese gato grande no exhalara el humo en el tubo qué uso ese gato pequeño para escapar.

Esta carrera corta por el cable hace qué su cabeza gire tan sumido en la de esta nueva visiónpor parte de el mundo de cómo es en realidad todo aquello que pensó ser la verdad. 

-Si todos los DogDay son iguales entre sí ¿Es CatNap igual a otros CatNap? ¿Eres tú igual a esa caricatura o eres tú quien hizo a esa caricatura ser quien era?-

El gato detiene su carrera. Observando la niebla que cubre el domo con su frialdad y espeso polvo levantado por el sistema de ventilación.

Vuelve a su camino más relajado y no tan molesto como al inicio.

-¿Crees que tu DogDay era como todos los demás?- pregunta ese gran gato.

El niño no conoce el humor de CatNap ,no de uno tan peligroso como el grande. 

-¿El tuyo lo era?- contrarresta con una pregunta al estar demasiado confundido para responder al gato.

 

-No …- el felino mira a la cueva bajo el cable. Un atisbo de color rosa lo tensa sumiendose en sus recuerdos. Miguel no puede ver ni entiende lo que sea que cruzara el rostro que no puede ver al estar elevado más alto que la espalda del gato.-Mi DogDay es increíble. A él le gusta cantar aunque no se le de bien y muchas veces me canta a mi. Incluso me bail y es muy bueno.-

Miguel ríe pensando en su amigo y como era normalmente.

-A DogDay le gustaba pelear , era el único que siempre votaba por practicar boxeo y más de una vez lo castigaron por patearle las bolas a un adulto.-

El gato parece estremecerse. Estaba riéndose en silencio.

-A mi DogDay se le da bien pelear pero no le gusta …aunque a sus amigos les gusta que pelee , a él no le gusta.- es acompañado por un salto ese resentido murmullo ronco.-El hace cosas que no quiere para hacer feliz a otros antes que a sí mismo.-

El niño cierra los ojos al sentir como estos son saltos para volver al interior de La Guardería.

El gato llega al techo de Dulce Hogar , dejándolo en el techo.

Miguel baja de esa cola , alejándose sin despedirse. Deteniednose en una ventana para entrar.

-Hace algunos meses tus bebés se comieron vivo a mi amigo.- le dice con un pie dentro del lugar.

El gato mueve esa larga cola . No tiene respuesta.

-Aunque fue por muy poco , él estaba muerto antes de estarlo de verdad.- sus ojos van directos a esas lunas.-Me miro a los ojos y él también lo sabía. Tenía miedo y debía tenerlo. Lo que esos bebés le hicieron dolía , le dolió todo el tiempo y no lo dejaban morir.- sus ojos lentamente vielven a llenarse.-Yo lo vi hasta el último momento y sé que esta muerto. Puedo aceptarlo , puedo aceptar que a mi amigo lo mataron y que no volverá nunca.-

El gato inhala pareciendo de piedra.

-¿Porque hablas de él como si siguiera vivo?- interroga al gato.-¿No lo mataste hace años?- acusa con los hombros tensos.

Llevaba tanto leyendo los mensajes de ese gato . Como decía una y otra vez que habría un mundo donde fueran alguna vez uno. Lo decía y creía , podía ver como se lo creía con tanta fuerza.

-¿Qué te hace pensar que lo que él era es mucho más importante que mi amigo? ¿Quien rayos se creen para dar por hecho que cualquiera de nosotros vale tan poco a comparación con ustedes?- su enojo escapa incluso si siente un gran terror por ese gran gato.-¡¿A cuantos de tus iguales deberás matar para aceptar que todo lo que dices solo es una mentira cobarde?!-

El gato sacude la colas , erizandose su lomo y orejas en alto.

-¡¡Estoy aquí , estoy vivo y no soy comida!! ¡¡Porfavor , mirame , mi carne esta tan viva como lo estas tú!! - sus gritos no son ni la mitad de lo fuertes que lo son los de los monstruos ni más significativos. Llora y chilla , reclama como ellos. Es un niño como todos los juguetes y su voz es tan fuerte como la de ellos.-¡¡Vi como mataban a mi mejor amigo , como se lo comían vivo!! ¡¡Vi como se encargaba de no dejarlo morir , lo mantuvieron vivo tanto como les daba la gana!!! ¡¡¡Y yo llegue a desear que lo mataran , solo quería que lo dejaran morir , tan solo quería verlo muerto!!! ¡¡Tan solo rogaba para que lo dejaran morir!! ¡¿Y yo tengo que aceptar que está muerto mientras tu solo sigues mintiendote como un gran cobarde?! ¡Dejen en paz a mi amigo!-

Es difícil para él salir de ese recuerdo.

-¡¡Agárrate los huevos y acepta que está muerto , que tú mismo lo hiciste!! ¡Yo también maté a DogDay , y no me oculto en mentiras tan estúpidas como tú! ¡Yo lo empuje y tú también! - apunta al gato.-¡CatNap , siempre siendo CatNap , que grandes y que cobardes traicioneros somos!- 

Estos reclamos lo llevan a reír. Sujetándose el estómago entre risas dolorosas por culpa de todos los golpes qué sufrió hasta este punto.

-Oye , CatNap …- suspira temblando.-¿Me dejarías ir?- lo pide estirando su mano restante hacia él .

Este gato observa esa mano tan pequeña llena de cortadas , mordidas y rasguños. Sin sus dedos y sucia. Al mirar su rostro solo puede ver un reflejo.

Puede ver a Theodore fuera de su cobija.

Renunciando a las men..tiras.

Un rugido escapa de su boca al verse.

Al ver dudas en su propio ser. 

Esas dudas amenazan con cortar su camino a ese mundo. No puede permitirlo.

El niño se ve sorprendido por ese ruido tan diferente a un bramido furioso. Es un chillido de dolor. 

Ese gato rompe con la distancia embistiendo con su cabeza al chico.

Esto lo hace entrar a la casa con un fuerte golpe. La pared llena de fotografías cae a su impacto.

Dentor los pocos niños en los pasillos corren tropexzandose con sus propios pies. Huyen del gato con miradas desencajadas.

Puede qué solo esos marcos de madera de caucho y los cubiertos de papel esponja de adorno fueran la razón por la que este impacto no terminó por matarlo.

El último mueble del interior cae al suelo a un lado suyo.

-Oye , ponte de pie.- lo llama el gato con esa portentosa voz de averno.-Si puedes , repite todo eso que me has dicho.-

No hay respuesta por parte del niño , demasiado cansado , a este punto ya no tenia fuerzas para levantarse.

-Bien , no puedes ni ponerte de pie.- ese gato entró pisando junto a su cabeza.-No puedes hacer más que gritar y llorar , eres patético.- su garra recorre esa espalda como el filo de un cuchillo , sin cortar deja solo parte de la tela abierta.-Nada puedes hacer , no tienes la fuerza para hacer nada…- su enojo es visible en el resplandor de sus ojos de luna.-Actuaste sin pensar y sin pensar te aplaste como el pequeño imbécil qué eres , humano.- pisa su cuerpo haciendo salir un gemido cargado de dolor.-No tienes la fuerza para ponerte de pie , no tienes la fuerza para detenerme. Esa es la diferencia entre tú y yo , niño sin fe.- quita su pata regresando por esa misma ventana al exterior.-Te quedas ahí , llorando porque el destino te arrebato algo importante y decides que nunca lo recuperarás. Eres un tonto.-

Ese gato lo mira por la ventana durante un minuto completo. Mismo tiempo que necesita para recuperar el aire. Yaciendo bajo la oscura sombra del gato.

-Dios nos dará un mundo de luz. Un mundo completo donde todos caeremos por pares. Aquel mundo de colores será completado con nuestras almas.-su murmullo se acompaña por una brisa de rojo salido de su boca.-Profundo como el océano , hambriento como el neonato , grande como el cosmo y libre como el resplandor del mismo sol. Ahí , en las sombras de olmos cubiertos por la luz de un astro , en ese escenario de colores estan esperándome. El mundo es brillante y cubierto por solo un cielo azul. Ahí me esperan y no están en el olvido sus almas.- sus orejas caen y suben.-Mi madre y mi novio , están ahí ... No te equivoques pequeño. Dios es quién me guiará al paraíso , lo creas o no hereje.- le cerró esa ventana con tanta fuerza que hizo caer la cortina metálica. -

La pared fue sacudida y pronto las sombras llenas del rojo de la sangre son todo lo que le queda al niño. 

Ese gato tenía razón , no podía levantarse y mucho menos defenderse.  

Sus ojos pronto se cierran en un sueño profundo. 

Este descanso es interrumpido por una cuerda trabada en su pierna. Es torpe y mucho vidrios lo cortan en el arrastre por parte de la cuerda. Llevado al interior de una habitación cercana.

Las manos de una niña le sostienen el rostro , sacude los cristales de su cabello.

-Necesita aire , háganlo.- les pide llevándolo en brazos a la cama.

-Lo dejaron a medio comer.- apunta preocupado Robie. 

El líder enrolla la cuerda en su brazo.

-Pues a medias no tanto.- lo mira desde arriba , como Phoebe desperdicia lo que les quedaba de la medicina roja en sus cortadas. Toca sus piernas , puede sentir fracturas y grandes partes hinchadas en sus muslos. Debían ser desgarres por algun golpe , levanta su pantalonera y es muy claro que el morado y el fuerte derrame rojo eran mala señal.-Está muerto.- les avisa.

-No , aún respira.- le corrige la más pequeña del grupo.-El aún puede moverse.

-No , no puede.- la corrige enojado.-Denme una almohada.- mira a la chica sentada en la cama.

Esa pronto entiende su intención. Niega buscando ayuda en la segunda líder.

Phoebe lo empujó apartandolo de Miguel.

-No.- determina levantando los puños.

El líder inclinó la cabeza a un lado. Le sonríe cansino.

-Mi niña , deja de pelear por causas perdidas. Solo te lastimas sola.- sus ojos se afilan cansado.-Solo déjalo ir tranquilo mientras duerme.-

Ella niega cubriendo al niño en la cama.

-Aun podemos cuidarlo , podemos ayudarlo. Te aseguro que podemos-

El grupo se ve sobresaltado. Habían olvidado trancar la puerta.

Esa es la razón por la que un grupo ajeno entro de a dos.

El líder intenta reaccionar pero esos dos primeros saltan adelante sujetando sus brazos , llevándolo al suelo comienzan a golpearlo entre los dos directo al rostro y estómago.

La presencia de un tercero es obvia al saltar sobre el líder ,el más grande de este grupo , golpeando su estómago y piernas con una tabla.

La niña tardó en moverse al tener que sacar el cuter de su funda , patea a uno de los que lo sostienen, enterrando sin piedad alguna este cuter en la mejilla del segundo.

Los logro sacar de encima del líder.

-¡Ahí esta la comida , larguense! ¡Largo , ahora! - les grita aferrándose al lider.

La pérdida de elementos valiosos para el grupo termina por despertar al líder.

-La maldita comida no , linda.- le reclama intentando ponerse de pie pero ella lo agarra sin soltarlo.

-Casi te vuelan los huevos deja de pelear.-le regaña enojada.

Aun trata de librarse para no perder la comida.

-Ni me los comes para que te importe.- gruñe.

-Pedazo de imbécil.- la chica lo ahorca. Solo pensaba en mantenerlo entero y asalvo.

 El resto del grupo huye a colocarse tras ellos. Tan asustados dejan caer sus bolsas al frente.

El líder gruñe al verse superado por su propio equipo. Demasiado jóvenes y heridos para pelear. Deja de resistirse al abrazo. 

El par parece estar tan asustados como ellos , revisando la herida del chico cortado.

-Hoppy…- murmura uno de los dos presionando la cortada con un trapo.

El segundo chico le toma el brazo aferrándose a él .

El resto entra más serios.

No tardan en recoger la comida del suelo.

-¿Enserió te rendirás tan pronto?- le cuestiona una chica al entrar por último. No hay ningunngrna atavio ni diferencia mayor en su aspecto. Tiene hambre , sus huesos se marcan en su rostro , esta cansada , sus mejillas son manchadas por las fuertes ojeras , tiene heridas por todo su cuerpo , su ojo derecho aún está morado por una mordida directa a su rostro. No es una villana ni un enemigo que temer a primera vista.

Es una chica de quince años con un cabello amarrado y largo hasta cubrir sus hombros esa caleta revuelta. Cubierta su mirada por un rencor visible.

-¿Porque diablos traes puesta una falda , Fred?- le cuestiona viendo los ojos de la chica que era su reflejo.

La chica abraza por completo al líder . Este no dudó en gritarle a la chica en la puerta.

-¡Se llama Phoebe!- le recalca al corregirla , aún intenta ponerse de pie pero su compañera lo sostiene.

Esta chica invasora lo mira directo. Sus ojos no mejoran , llenos de un fuerte odio le analiza y explota con un gran rugido.

- ¡¡¿Qué mierda le hiciste a mi hermano?!!- apunta a la chica con rabia.- ¡¿Le pusiste una falda , pervertido?!- sus pasos van por la mayor del grupo.-¡¿Tanto te costaba aceptar que eres un maldito marica?! ¡¡Fred , veámonos , mira lo que te están haciendo!!- 

La chica niega apuntando a la puerta.

-¡Yo estoy bien aquí , estoy bien! ¡Solo vete , llévate la comida y lárgate!- lo pide temblando.

-Phoebe es tu hermana , solo …dejemos de pelear.- le pide ese líder aunque le sea difícil dirigirse a ella directamente.

El grupo que venía con ella parece más nervioso conforme pasa el tiempo y ese reloj les avisaba de la pronta hora de almuerzo por acabar.los pasillos ya no serían seguros.

La líder sujeta su cabeza.

- ¿Porque diablos tenias que ser un maldito gato?- siente la mano de una compañera en su hombro, dándole un empuje para que al fin se movieran. -¿Por qué hasta tu estás enloqueciendo?- lento va con su grupo. Dejan este cuarto con las provisiones del grupo asaltado.

La mayor con el líder corren a colocar las trabas para sellar la puerta.

Al girarse cada uno es consciente de como los estaban observando cada uno de los miembros de su grupo.

Solo eran dos Picky , una Bobby y un Bubba de menos de diez años. Quedando ese Kickin herido en la cama.

Podían aceptar a los dos como el gato y el perro.

-Phoebe , creo que oculte medicina para la gripe ¿Podría servirle?- pregunta la más pequeña del grupo. 

 La mayor sonríe acercándose al herido.

-Debemos saber antes si tiene fiebre , si le diéramos algo demasiado fuerte , solo le haría daño.-

El líder ya no hizo intento por detenerlos. Camina por la habitación hasta la ventana.

Su pierna está herida. No podrá ir a la cabeza por mucho tiempo.

No podría ayudarlos a pelear por comida ni por su seguridad con los juguetes ni otros grupos.

El malestar , a espaldas del grupo , llena de frustración su rostro.

El peso de lo sucedido duele en su rostro lleno de golpes. Era un grupo de puras máscaras de Hoppy , un problema multiplicado y en un solo grupo , solo empeora su capacidad física y esa insistencia en negarse a admitir sus heridas. Eran un problema pero también los mejores para sobrevivir en su estado.

Seguramente era esa determinación la que les daba la oportunidad de sobrevivir junto a los Bubba.

Seguramente la falta de esa determinación individual era la razón por la que los perros mueren primero. Por la que todos están muriendo en manos de sus propios aliados.

Escucha cómo el grupo comienza a juntar migajas para pasar las siguientes horas. Aun debía decirles que no tenía fuerzas para otra búsqueda ni para correr por la fábrica.

Sobreviviría mucho mejor solo … pero no le gusta estar solo.

-¿Cuántos de nosotros quedamos?- murmura observando al jardín y a los niños que aún están llegando de su última búsqueda por comida y medicina.

No deseaba saquear … DogDay no debería saquear.

-Cállate , cobarde.- gruñe estirando esa cuerda fuera de su brazo.Salta fuera de la ventana. 

Pues ese DogDay tan lindo de caricatura no tenía una pierna inútil ni un grupo de heridos al qué cuidar.

 Entre las tejas busca a los que van llegando.

DogDay no miente.

-¡Hey!- saluda sonriendo al primer grupo que encontró.-Que bueno verlos , chicos.-

Estos lo miran confundidos. Son cuatro de su generación. Entre 15 y 18 años.

-¿Tyler?- lo nombra un chico. Ese adorno en su cuello delata su máscara. Un lindo Bobby masculino. Tan grande como él , huesudo pero grande. Unos 16 años seguramente.

DogDay no amenaza.

-Necesito su comida.- les apunta sus mochilas.- Denmela. - lo exigió con esa gran sonrisa torcida.

Los niños retroceden.

-Te ves mal.- necesita un segundo para procesar qué este chico estaba frente a ellos con esa cara llena de golpes.

Retroceden y este viene con ellos.

Como un perro callejero con hambre. Fijó los ojos en sus mochilas.

El error con darle tantos buenos rasgos a una persona es coronarlo como un líder cuando los líderes no tienen una moral real.Ni el bien ni el mal , solo es una cuestión de supervivencia. De mantener a salvo y feliz a su grupo. Si se viera obligado a cometer actos desleales o sucios , los haría.

Llevaría todo al fondo así deba pagar con su vida.

-Debieron saquear a su grupo.- les avisa uno de los pequeños más preocupado por el lugar donde los dirige su acoso.

Directo a la caída directa fuera de Dulce Hogar en ese pasaje de ladrillos rojos. 

-¿Por qué haces esto?- pregunta una niña , fija su figura en el techo.-No vas a tirarnos a nosotros también.-

Debajo de ellos esas marcas rojas son variadas sobre los ladrillos de ese pasaje . Ignorando los juegos de té o las mesitas donde antes estas mismas niñas habrían jugado junto a los sonrientes o con tres niñas.

Tyler rememora las veces que ya tiró a más personas del techo , desde que CatNap y los otros dejaron de repartir la comida de forma igualitaria y tuvieron que pelear , con un movimiento de los dedos de una mano sin suficientes dedos para contar a más de cuatro.

-Si sabes de que vamos , mejor aflojate sola mi linda niña.- su mirada va directa al Bobby y su gran tamaño.

Este osito , este chico simplemente alto , entiende que él era la mayor amenaza a ojos de ese perro.

No pueden escapar. La colas imaginaria de este perro seguro estaba tan firme como los puños con los que les amenaza.

No se quedan quietos y él no deja de seguirlos.

-Tyler , vete al demonio.- le advierte serio el osito.

El chico sigue estos metales qué usan para fabricar una distancia con él . Tan oxidados como todo en este lugar.

DogDay no roba.

-Si les doy una paliza , se sentirán muy estúpidos.- les advierte acercándose sin miedo.

Este oso decide por el resto. 

-¿Qué haces?- le pregunta asustado uno de su grupo al verlo patear esa mochila hacia el perro.-Te vamos a tirar nosotros mismos.- le advierte una niña. 

Este se acerca más rápido una vez ella habló.

El movimiento la asusta. Más al escucharlo tan divertido.

-Claro , claro , vamos de paseo juntos , guapa. De todos modos Phoebe no me da bola.-

No les gustó como sonaba ese descaro enfermo de los perros. No ahora que no viene acompañado por una broma divertida. 

-Vete ahora.- le advierte levantando las manos.

El chico con la cuerda y esos golpes en la cara mira esa mochila y sonríe aún más divertido.

-Está vacía , ¿Verdad , bonito?-  

El grupo decide que tuvo suficiente. Saltando adelante.

El chico usa la cuerda para levantar las tejas sueltas .

Rápido ya golpeó a dos con estas piedras.

Su objetivo es la comida ,corriendo hacia esta con el brazo extendido.

-¡Ustedes y los CatNap son una maldita lepra!- ruge ese Bobby golpeandolo por la espalda.

El dolor lo hace gritar , no detenerse , la presión por la falta de comida y el estado de su grupo le obliga a seguir adelante. Cayendo al suelo tira de la pierna del mismo oso , girando en el suelo lo empuja por la orilla del tejado a base de una patada.

-¡Jimmy!- chilló una chica agarrándole antes de que cayera.

Los dos en el suelo aun intentan ir por él.

Tyler va por ellos, pasando por enmedio , directamente los atrapa con la cuerda azul por los cuellos sin dudar en arrastrarlos para asfixiarlos juntos.

Vigila qué aun no pudieran subir los dos chicos en la orilla del tejado , pisa al par logrando que esa cuerda les marque el cuello de rojo muy pronto.

Roba sus mochilas llevándose la cuerda antes de que el oso grande pueda venir por él.

Corre por el techo escuchando esa alarma de almuerzo terminar a su espalda.

Entra por la ventana tirando la litera para cubrir la entrada.

Su energía acaba al caer al suelo entre toses.

Dentro el grupo lo mira asustados por su rápido regreso y peor estado.

Tira frente a ellos las cinco mochilas.Rueda a una esquina para dormir.  

Phoebe apenas logra salir de su estupor.

-No mataste a nadie , ¿Tyler?-

El chico mueve los hombros sin girar.

Necesita presionar su pecho. El golpe de parte de Bobby le dejó un dolor profundo.

No puede respirar.

El temor a morir lo golpea , hace que se mantenga en silencio aunque le duela. 

Ninguno de ellos es suficientemente grande para pelear , son muy pequeños o simplemente ya no pueden hacerlo. 

Al menos trajo suficiente para unos dias.

Phoebe revisa las mochilas , dejándolo descansar.

La comida dentro es bastante pobre pero el premio es una botella de vitaminas. La abre , encontrando bonitas pastillas con forma de sonrientes dentro.

Podrían haberse sentido afortunados por tener comida suficiente para algunos días pero no es así.

 

 

Miguel despertó cuatro días después.

Su entorno estaba cubierto por el aspecto tranquilo de los miembros del grupo.

-Hola.- saluda a todos.

Estos lo miran de lado.

-Debiste quedarte dormido.- 

-Cállate.- la mayor le mira de lado.-Alguien vino a verte hace tiempo.-

Miguel levanta la cabeza de la cama. Su desgracia es grande y pequeña.

Es un gato morado con las patas deformes , sosteniendo una caja de dulces. Lo mira y seguido le lanza un chocolate a la cara.

Duele.

Este gato se ríe al verlo agacharse.

-Pequeños bastardos.-canturrea.-Bien , veámonos .- le ordena.

El líder lo observa en la punta del cuarto.

-El dijo que tu podías ayudarlos.- recarga la mandíbula en el dorso del puño.-Yo le dije que eras estúpido.-

Miguel toma fuerzas del fondo de su corazón para moverse.

-Vamos entonces.-

-¿A dónde deben ir?- lo detiene la chica.

No pueden dejar de mirar sus patas cortadas. Como formó una mano alargada y huesuda con sus huesos descubiertos. Lo asqueroso únido con lo impresionante de su decisión para hacer tal cosa. 

Este gato les mira y levanta esa manos deformes para presionar las comisura de su propia sonrisa para extenderá.

-Vamos a jugar solo los dos.-

Miguel revisa sus piernas llenas de cortadas y moretones. Tan azul , tan parecido a estos gatos gracias a sus heridas acumuladas.

-Iré con él.- decide seguir adelante.

No tiene el valor para compartirles el plan sin saber si funcionaria , existiendo la posibilidad de solo condenar a todos a una decepción gigante mantiene el silencio sobre su misión.

El líder le sujeta por el hombro.

-No te vayas sin pelear , Conrad no le gustaría verte ser cobarde.-

El nombre de su amigo de verdad era raro. Su memoria lo hace recordar este con un sentimiento nervioso.

Ninguno en su grupo lo retendra. Eran libres de irse , sin nada.

Como ahora se va sin llevar comida o medicina . Los dejan ir como lo encontraron hace meses.

La puerta es cerrada a su salida. Siguiendo al gato que tardaré despreocupado al pasar por los pasillos de la casa que conoce tan bien como cualquier otro niño.

-Te daré algo importante.- le sonríe como antes , sacando de su boca un encendedor.-Te prometo ,niño , es algo muy divertido de usar.- su segundo regalo es una lata de aerosol.

Siguen el camino fuera de la casa.

No era la hora del almuerzo , el jardín es seguro pero no las otras construcciones.

Esto conlleva entrar a la PlayHouse con más de un pequeño entre los túneles.

Miguel sujeta esa lata con el rostro vacío de emociones. Este lugar le daba pesadillas , horribles como todos los obstaculos lo que tuvo que superar dentro de los muros de este lugar.

Siguen adelante. El gato saca una bolsa de dulces de su cierre tirándola en alto sobre una pila de dados de colores.

Los pequeños se ven atraídos por los muchos colores y el olor azucarado.

-No debemos dejar que se acabe el día dentro de estos túneles .- murmura el gato entrando a un túnel.

Los dos siguen un camino marcado por la sangre de alguien más.

El estrés en la cabeza de Miguel le hace mirar este lugar cada vez más lejos de sí.

Su primer parada es una plataforma eléctrica. Deben subir para que ese gato lance una pelota de beisball que baje la palanca y puedan subir.

En el siguiente lugar Miguel vuelve a temblar.

-Aquí estaba Picky.- le avisa.

Este gato lo mira por un momento antes de olfatear.

-No está aquí , debe estar en otra de las oficinas.- le toma por la mano.

Esto es extraño. Estan llenos de heridas y aún así …fue un toque cálido.

Lo sigue y mira por las ventanas.

-¿Qué demonios es esa cosa?- pregunta al ver una estatua horrible por la ventana.

El gato no lo deja detenerse.

-Es su altar. ¿CatNap no te hablo ya de su Dios y esas cosas?-

-Eso no es un dios.-

El gato mueve las orejas.

-Parece que estar loco no es necesario para ser CatNap.-lo suelta.-En esta computadora. Usa el código.-

Miguel toca la pantalla.

-¿No sabes usar una?-

-Estaban encendidas cuando me dejaban jugar con ellas.-

-Uhh , guarro.-

-¿Que?-

-Nada , nada …creí que eras más grande.- su burla acaba al volver su atención a la computadora. Revisa por encima en lo que Miguel se subía a una silla y jugaba con los botones biscando el encendido.

Abajo Jason revisa los cables. Conecta varios sin saber en realidad lo que hacía.

Una pantalla ajena se enciende atrás de ellos al conectar un cable. Un gran ojo les observa.

Jason desconecta el cabley conecta uno más bonito de color azul.

El sonido eléctrico de apagado hace a Miguel voltear atrás sin notar nada diferente.

Al fin por estar agachado la cabeza de Jason toco el boton de encendido en la parte superior del escritorio.

Miguel salta en su silla al ver el logo de la compañía saltar al frente.

-Ya esta lista.- 

El gato sale de debajo de la mesa y corre por otra silla para sentarse a su lado.

-Hace mucho no veía una computadora funcional.- su ánimo le recuerda compartir con Miguel una barra de bombón con chocolate rancio y viejo.

Este dulce es rico para ambos.

-Quiero los audífonos.-apunta el gato a estos.

El hmno se los da sin mostrarse demasiado interesado.

-¿Qué hago ahora?- le pregunta.

Jason coloca los audífonos en su cuello para que encajaran con sus orejas.

-Busca control de audio interior.-

-¿Donde?-

 -No se …Harom sabe.- mira a la pantalla.-Nunca use una computadora.-

Ni siquiera Harom sabía usar una computadora.

Los dos miran a la pantalla por un minuto.

El walpaper con la imagen en negro del logo les acompaña , asustandolos el brillo que bajo en un momento como si fuera a apagarse de nuevo.

Sacudieron ambos el ratón tocando todos los botones posibles entre el nerviosismo y el coraje.

El resultado es cambiar el walpaper de la compañia , al trasero de una ingeniera agachada en la misma oficina donde estaban. De esta fotografía vulgar siguen más , era una presentación de diapositivas con traseros de más que mujeres. , algunas chicas de Dulce Hogar y una de Hoppy apunto de saltar.

-Hombres.- grueñen a la par.

Un ojo.

El par cae de sus sillas , vuelven arriba y es claro.

Una ventana se abrió frente a ellos .

Leen el título de la tarea mostrada en una ventana gris.

“¿Qué quieres hacer? ” 

 -Busco las pistas de audio de La Guardería.- informa Jason.

No hay respuesta.

Miguel decide escribir la respuesta en el regalón bajo.

-Yo también hubiera pensado en eso.- murmura avergonzado.

La ventana cambia a una más complicada. Con instrucciones y el modo de cambio de cinta.

Pasaron esta noche y mañana , de un lado a otro por la oficina . Conectaron todo.

Encontraron una pizza podrida.

Una lata de spam para compartir y muchas latas de pan seco.

La cinta es reemplazable , solo debe colocarla en la entrada de una computadora apartada del resto en una oficina del la esquina más apartada. 

En esta colocan la cinta una vez se deshacen de la consumida pista de jaz.

-El audio debe reproducirse para grabarse la data , dice la computadora.- Miguel balancea su peso de un lado al otro.-Debo ir al baño…- 

Jason le apunta a una habitación apartada.

Se queda solo con la computadora y el audio reproduciéndose en los audífonos.

Toma estos esperando escuchar un capítulo de la serie.

Fuera de estos su mirada va cambiando al escuchar el interior de la pista de una hora , escucha observando la cinta sin imágenes. Solo la fotografía borrosa de ese gato en el centro de la celda.

-Así que eres más parecido a mi de lo que quieres admitir , bastardo.- recarga la mandíbula en el escritorio.

Escucha con un aspecto relajado.

Acompaña el dolor del otro lado de la cinta como si fuera él mismo en sus memorias.

-Encontré una de esas viejas sudaderas de gato y un baño con agua.aun tiene de ese jabón qué huele a limón.- olfatea sus manos limpias.  

Jason mira de lado al chico llegar con ese suéter que les dieron a ellos hace algunos años. El suéter de CatNap. Y ese olor agradable a limón.

No quiso indagar en la razón por la qué ropa de niño estaría en este lugar.

-¿Qué tan lejos llegaste con ese amigo tuyo?-

El niño levanta una ceja.

-¿A dónde fuimos?- 

Jason suspira volviendo a mirar la pantalla. La cinta no termina pero la rechaza sacándose los audífonos.

-No.- evito que Miguel escuchara al quitarlos de la mesa.- ¿Quieres escuchar algo personal?-

Va superando el extraño ademán del gato al arrebatarle los audífonos.

-¿Personal?-

Este gato mira a la pantalla , la luz dentro de sus ojos brilla.

-No he tenido nadie con quien hablar desde hace muchos años …desde antes de La Hora de la alegría yo ya estaba solo. No pude decirle a nadie como me sentía ni ahora …porque saber lo que siento solo causaría una carga demasiado dolorosa para mi Harom.-

Miguel es un niño , sus años no son mucho ni los mejores. No tiene modo de responder a algo tan complicado.

-Si es tan malo , ¿Porque no lo dejas atrás?- revisa el suéter que encontró y como esta lleno de restos de dulces los bolsillos.-Puedes hablar conmigo , no le diré a nadie.-

Ese gato mueve sus patas . Las cuales cuelgan a la orilla de la alta silla de ruedistas de oficina.

-Cuando era niño algo malo me sucedió y al inicio , cuando me salve… no sentía tanto miedo.- su cabeza gira de nuevo a su lado.-Crei que era fuerte y estaba superandolo sin problemas. Creí que era normal y que solo tenia que seguir adelante pero no fue así. Solo estaba dormido y de pronto …aquello que podía superar tan solo pensando en otra cosa comenzó a repetirse en mis ojos. Muchas veces lo sentí diferente y llegué a desear que todo ocurriera otra vez pero fuera mi Harom. Creí que estaria bien …pero cuando de verdad lo intentamos me dio miedo.-

Sus orejas caen a un lado.

-Creía que estaba bien pero cada vez es más difícil . Yo quería hacer esas cosas con Harom para sentirme bien , para dejar de sentir que lo que esas personas tocaron estaba sucio …pero no estoy bien. No importa como lo intente , aún me asusta aunque se que Harom es Harom. Me equivoque mucho al creer que estaba bien y negarme a hablar con otras personas.- sus ojos gotea suavemente.-Estoy muy solo y es solo mi propia culpa.- sus ojos se abren asustado por el abrazo en sus hombros. La presión cálida de un solo lado le hace revivir ese corto tiempo con Harom en el hospital.

El primer beso que sintió como tal bajo las sábanas de una camilla de hospital , su mirada avergonzada y ese brazo en sus hombros.

Harom era un ranchero muy divertido. Un ranchero qué besa a un chico a escondidas pero se pone rojo si le miran demasiado tiempo a los ojos.

-Llevo tanto tiempo solo pensando en cuánto quiero morir qué ya no sé si estoy vivo.- suspira aceptando el abrazo como algo sin elección.

El niño que lo sostiene no lo discute. Conoce la sensación. 

La conoce hasta sangrarla directo de las venas.

-Estarás bien , cuando el tiempo pase sanaras , estarás bien. Solo sal de ahí. Esta muy oscuro ,¿No lo crees?.-

Jason mira la pantalla. Ese audio se cargó al fin.

Lo que estaba apunto de hacer …era horrible.

Era condenar a una persona a vivir como él .

Atrapado por esos recuerdos una y otra vez. No era justo , era asqueroso.

Él mismo mataría a quién lo condenara a revivir estas memorias , si tan solo no fuera un suicidio tan aterrador. Le daba tanto miedo morir , tanto miedo que solo podía poner a Harom como excusa y su fortaleza.

No se iba para proteger a Harom. No lo hace porque esta asustado.

Desea tanto morir pero el paso a dar es aterrador.

Es tan solitario y vergonzoso. Habiendo existido la oportunidad de acompañar a Harom hasta que todo acabará para los dos.

Era preferible aguantar , tan solo esperando que del otro lado de esta espera , hubiera algo lindo para ellos dos.

Ese audio podría ser el pase a este avión para el chico que sigue al monstruo.

Era un viaje de ida directo a las puertas del peor destino posible.

-Está cargado.- avisa Miguel tocando la pantalla.

Este gato mira el audio en la pantalla por un tiempo indefinido.

-Te hace falta recordar lo debil que eres , Theodore Grambel.- oprime el envío. Esta carga dura diez minutos más.

Al terminar apaga la pantalla.

El niño lo sigue al bajarse de la silla. Sobresaltado al ver al gato destrozar a punta de patadas y mordidas esta computadora.

Riéndose al terminar de arrancar los cables.

-Nunca vas a detenerlo , idiota. Estarás tan hundido en la mierda como yo.- busca la cinta retirada con el intro de la serie animada. No tarda en tomar esta cosa y destruirla en su boca , escupiendo los restos.

-Me voy a divertir mucho cuando vea su cara.-

El chico lo sigue , mira a la computadora destrozada ,llenándose de una duda pesada.

-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué hay en las cinta? Actúas como si fuera malo.- duda . Esta sospecha era extraña.

El gato era raro. No era como otros CatNap. No tenía su episodio de enfriamiento , simplemente estallo cuando debería estar descansando su mente.

La respuesta no es mejor.

-Porque soy el malo , debo hacer cosas malas que no se puedan reparar.- aplaude con esas manos deformes.-Ya verás , no hay mejores bromas qué las del gran Jason Anderson.- 

Nada de la tristeza anterior es visible ahora.

No hay enfriamiento. Solo ese arranque de adrenalina.

Miguel levantó los hombros con un jadeo incrédulo. Algo que estuvo ignorando hasta ahora respecto a la sensación que le recorría al tener a esta criatura frente a sí.

-No eres un CatNap.- lo reconoce sintiendo o como la máscara de su propia mente se sacude. No lo protege por un segundo. Viéndose golpeado por la apestosa realidad por un segundo interminable.

Un peluche sucio hablando con voz robotica. 

Sangre seca en las paredes.

Carne podrida , moscas y gusanos qué debe afrontar estar pisando descalzo. 

El olor nauseabundo y el ruido huecos de corrientes de aire golpeando las piedras afiladas fuera de las ventanas rotas de esta oficina.

Un grito escapa de su boca. Arrodillandose sobre la suciedad para rearmar la máscara dentro de su mente.

Es CatNap. CatNap es valiente y puede ver lo bueno en la tormenta. 

Los truenos golpean y sus pesadillas se alejan cuando maúlla.

Todo esta bien. CatNap no tiene miedo cuando esta con sus amigos.

Aunque sus amigos no estén con él. 

El gato de peluche le observa mecerse en sus rodillas y murmurar sobre las cualidades de ese gato de caricatura. El malestar llega a su rostro sucio por el tiempo y el polvo.

El niño parece regresar a un estado mental suficiente para dejar de mecerse. Respirando suavemente vuelve a poner esa cara pacífica y adormilada del inicio.

Sonríe sujetándose la boca sonriente de su provisión de plástico.

-Si , es raro. Incluso con estos pellejos encima, los otros gatos y ahora resulta que hasta los humanos pueden verlo …aunque te tardaste mucho , niño.-

Miguel puede ponerse de pie, ignora exitosamente este ambiente pobre y sucio ya devuelta al estado mental que mantenía con esa máscara, retrocede levantando una silla frente a sí.

El sentido territorial de los gatos le hace claro ahora y más que nunca lo que este gato era.

-Eres una pesadilla. Eres uno de ellos.-

Ese gato levanta las orejas. Ser llamado Pesadilla , ahora y no antes , lo hace sentir bien.

No tenía idea de lo que era . Pasó demasiado tiempo mintiendo para alcanzar a Harom , tanto tiempo que olvidó su verdad. El quién , qué o cuál era su rol dentro de la fábrica era la máscara qué vio en la reunión con la doctora rubia. La tomó , claro que tomó esa máscara qué le ayudaría a sanar pero CatNap era quién deseaba ser.

Lo ansiaba. Quería ser bueno , quería ser parte de la vida de Harom y así fue. Se empujó a ser CatNap.

Era CatNap , aunque los otros gatos lo pongan en duda , era CatNap por que se lo ganó.

Era mejor que el grande y mucho más valiente que los otros , era CatNap.

Protegerá a DogDay sin esa sucia fe ciega que los hace dejarlo a sus suerte. Era increíble , era bueno.

Era Jason.

Era Jason.

Era el Jason de Harom.

Era libre al decidir quién era.

-Si , seguro que una pesadilla era lo que era yo …él …. quien sea , te lo dejo a ti.-

Miguel logra llegar a la puerta sin perder lo de vista corre fuera de las oficinas.

Ese gato pequeño deja de vigilar su figura perdida por las plataformas del exterior. Su cola se sacude en alto , voltenaod lentamente hacia las computadoras.

Estas brillan con los cientos de ojos fijos en él.

-Si yo no, ¿Tu sabes que es lo que soy?- pregunta a esos ojos.

La respuesta no es más que la oscuridad. 

Jason nunca fue CatNap , deseaba serlo pero no lo sería nunca.

Solo podria robar su nombre y su piel.

Dejando a CatNap entre las pesadillas. Ser Jason.

Ser Jason. El único Jason en esta fábrica era él .

Aunque robar una máscara qué no le sirve solo le empuja cada vez más a la soledad y a enfrentar descubierto sus temores , seguiría siendo un gatito.

 

 

 

 

 

Por su lado , Miguel logró llegar a una puerta conocida , la puerta en la bodega de Dulce Hogar. 

Entra pisando fuerte en la media luz. Sus frente herida por los cristales se a perlado por el sudor y la mugre pegada a su cara.

-¡¿Cómo rayos una pesadilla terminó como CatNap?! - cuestiona agarrándose las rodillas en las escaleras.-¿Qué carajos es esa cosa?- comprueba que no lo siguiera al mirar a la puerta por la que entró. 

Él no sabía como los adultos los dividieran pero algo debió salir mal mucho tiempo atrás.

-¿Cuantos más de ellos hay en este lugar?- sus rodillas tiemblan.-¿DogDay no sabe lo que es esa cosa?- 

El programa personal de las pesadillas era divertido. Conocerlos no.

 Sube lo que le falta de escaleras. Saliendo por la segunda puerta.

Del otro lado el infierno lo recibe.

Los gritos son crueles.

Hay muchos gritos y sollozos en el exterior.

Pasa entre los barrotes eléctricos con lo delgado de su cuerpo. Los gritos son de afuera.

No tiene el valor para salir por la puerta.

Sube. Sus pasos lo hacen ver a más criaturas escondiéndose con cuerpos temblorosos.

Todo estaba mal. Hay un frío aterrador sobre su columna.

Un extraño silencio qué lo hace ir lento por las escaleras. 

Ese silencio es interrumpido por gruñidos y jadeos agudos. Seguido de esa ave cayendo por el pasillo con el cuervo sujetando su cuello con las manos.

 Detiene su avance al encontrar en el pasillo la espalda de esa cosa negra y grande ,muy grande , sujetando al ave amarilla por el cuello. Lo estaba asfixiando , azotando su nuca contra el suelo.

Esta ave logra librarse al patearlo. Levanta el cuerpo para huir.

Viéndolo de nuevo. Lo identifica de inmediato como un niño.

-¡Debes largarte de aquí , solo vete al demonio!- grita esta ave perdiendo la oportunidad de huir al girarse y enfrentar de nuevo al córvido dos veces más grande , su arranque cubre su figura y le da la oportunidad de huir aunque él mismo esté perdido.

Su miedo lo hace retroceder dejándolos batallar de nuevo. Llega a una de las paredes rotas.

Gatea por este espacio lleno de astillas. Con un rugido de aviso logra agacharse y cubrirse con la mano la nuca.

Este cuervo había azotado al ave contra la pared, el agua de las tuberías cae por encima de Miguel y la misma ave , tirando al suelo lo que quedaba de esta pared junto con la sangre del ave que ya no puede levantarse. 

Sólo puede gruñir al ser arrastrado por las plumas de su cabeza. La sangre y el exceso de agua volvió a cubrir el olor y la presencia de Miguel.

En este lapso de silencio el chico vuelve a moverse mucho más cansado que antes. El agua le quita la mugre del rostro y aún así está más sucio que nunca por la sangre del ave.

Puede llegar a una zona profunda. Observando por una rendija de madera fracturada el exterior. 

La pelea afuera también llega al final.

La última de las sonrientes cae de cara al suelo con el dragón rojo respirando sobre su nuca una gran llamarada amenazante. Casi la mitad de su cuerpo está marcado por rasguños , mordeduras y quemaduras infligidas por ese dragón.

Es ver al gato herido entre estos. No tan indigno ni sucio.

Está derrotado de una forma muy distinta a la que sus compañeros.

Al parecer está mentalmente derrotado.

Solo mira a un punto en el lugar.

Mirar ahí es un error.

La criatura en ese espacio abierto sólo podría ser descrita como los restos de un monstruo resultado de mezclar carne molida , darle venas , pelo y metales como patas. Repartiendo restos de carne de criaturas y humanos en una zart de patas comparables una amalgama de gusanos de nervios uno sobre otro como fibras musculares.

Todo empeora al verlo moverse , al ver como esas miles de piernas se mueven con él.

-CatNap , perdiste.- lo anuncia como si fuera un simple juego y no el resguardo de un gran número de niños aquello que pierde CatNap.-Fue bueno verte jugar con tus amigos pero perdiste.-

Ese gato baja la cabeza.Sus orejas con él .

-¡¡Aún podemos , aun puedo , podemos seguir!! ¡CatNap , dile , por favor! ¡Aún podemos seguir , por favor!-

Los gritos de Hoppy son ahogados y aún así es capaz de ser escuchada junto con los sollozos de los niños.

El niño decide mirar a otro lado. Un gran grupo de niños atrapados por las pesadillas en un espacio del jardín. Amenazados entre las criaturas que los amenazan o los pequeños que mierden a la primera oportunidad.No había forma de entenderlos. 

Gritan .

Lloran.

Empujan y se buscan entre ellos.

En su escondite tiene que sujetarse la mandíbula para no gritar con ellos.

Los están comiendo enfrente de ellos y no hacen nada.

Esta vez no pueden.

Ese gato no se mueve y los sonrientes presentes no pueden pelear. Ya los vencieron.

Eso incluye al elefante y a la osa con medio rostro quemado. 

Pronto el córvido llega por el aire dejando caer al ave herida junto a la coneja. La sangre le salpica directo al rostro.

-¡Kickin! - la coneja intenta alcanzarlo pero ese dragón le coloca una pata encima al ave. El fuego los amenaza . 

-Vamos , CatNap. Alégrate mi niño hermoso. -

El gato mueve las orejas sin levantar la cabeza.

-Deberías estar contento.- lo felicita esta criatura tocando su rostro con esa gran garra.-Me divirtió verlos jugar a todos de forma justa.-

Está lejos de ellos y aún así Miguel pudo escuchar ese ronroneo venir del pecho del gran gato. Su malestar crece.

-Tus amigos son muy leales , más de lo que creía.-acaricia su mentón.-Son buenos adeptos.- esos muchos ojos van hacia la coneja y el resto.-Merecen el mejor de los premios.-

Una de las pesadillas va hacia los niños.

-Merecen como tú , el primer bocado.-

El gato baja la cabeza y sus orejas , mostrando las palmas arriba sin negar o pelear.

Esa criatura tan oscura toma a uno del montón al atravesar su torso con su pezuña..

El niño en la pared arranca algunos cabellos de su cabeza con un sollozo.

-¡¡Phoebe , no!! ¡¡Dejenla!!- grita ese chico sin importarle subirse sobre otros para alcanzarla.

Esa oveja retrocede sin soltar a la chica que patea y grita tratando de liberar su brazo. Es débil , su sangre salpica las cabezas de más niños.

-¡Freddy!- chilla su hermana sin alcanzarla. 

El líder del grupo de Miguel escapa del círculo de muerte , intentando liberar a la chica pero su fuerza no es comparable ni rival. Solo puede sujetarla y gritar.

Esa oveja lo atrapa igual ,atravesando su estómago con la pezuña en vez de solo abrazarlo como a la chica.

-Qué bonitos son.- ríe al llevarlos con esa criatura.-Hace mucho que no como humanos frescos.-

Los dos caen al suelo desde su altura de tres metros. Los huesos suenan como piezas a separar. Sin fuerza suficiente para más que buscar la mano del otro.

Antes de poder hacer algo parecido a intentar huir el monstruo metálico simplemente los aplasta con sus garras. Disfruta de cortarlos , de hacer pedazos sus cuerpos parte por parte.

Los gritos de muchos niños son silenciados.

Tal vez Miguel dejó de escucharlos o quizás simplemente se rindieron. Era suficiente.

Las criaturas que los debían proteger , les dieron la espalda. 

Las mismas criaturas que fueron sus amigos y hermanos mayores o padres están siendo sometidos.

No hay donde esconderse , no hay piedad ni un destino que les diera consuelo alguno.

Si las criaturas a las que temían estaban vulnerables , entonces a ellos no les quedaba nada a lo que aferrarse.

Nadie vendrá. Nadie escuchara.

Nada va detener este infierno.

Aunque no solo ellos gritan. La pesadilla continúa para todos , nada la detendrá.

Nada los salvará.

-No , no ,no ¡No , porfavor ,no!- 

-Para la niña bonita que obedeció a mi querido gatito , la más bonita y la más rápida. El primer bocado será todo tuyo , mi querida niña.-

La coneja intenta pelear y negarse pero sus orejas son sujetadas por ese dragón.

-Papa te está tratando bien.- le advierte el dragón.

Esa voz , de todas las que podía usar , es esa voz buena en sus recuerdos la que llega a ella ahora.

-Abre bien la boca ,Hoppy.- le pide esa versión fría y extraña de la voz de su amigo.

La cabeza del elefante se sacude chocando la frente contra el suelo junto al grito de dolor salido de la garganta de la coneja.

 Levanta el dragón su cabeza y la hace descubrir su boca siempre abierta. Siempre sonriente.

-No quiero , no quiero , porfavor…¡CatNap! ¡Ayúdame , CatNap!- esa gran criatura llega a ella con la cabeza de esos niños en las garras.-¡Theo , haz que paren , porfavor!-

Las orejas del gato se mueven por un segundo.

Seguido los gritos de la coneja son sellados por el montón de carne metida a fuerzas por su garganta.

La osa a unos metros llora con ella.

El elefante ahora solo es silencio.

Lentamente la coneja fue alimentada con esos cuerpos y el chico escondido pierde más y más de su sus fuerzas.

Boxy se lo advirtió pero fue necio…debío pedirle que ayudara a sus amigos.

Debió pedir ayuda. Debió hacer algo.

La coneja deja de gritar al acabarse esa carne y huesos. Dejándola junto al ave que pasa en silencio y por su propia mano por esta misma recompensa.

Uno por uno. De las mismas garras sucias de esta criatura fueron alimentados directamente.

Como el sacerdote que sirve pan y vino , pasa por cada uno sampando sus bocas con esta carne aún viva.

Más y más de los niños fueron asesinados frente a los sonrientes por estas criaturas.

Viéndola llevar algunos trozos o niños completos a su propia gran boca.

Era un festín.

Un manjar que esta cosa decidió robar del hogar de alguien y repartirlo a su gusto y conveniencia.

Este jardín lentamente fue cubierto por la sangre.

Todos comieron.

Hasta la última criatura en La Guardería comió.

Solo este chico queda en los muros. 

Sus ojos ya son solo rojo y lágrimas , observando su mano restante.

Fue una fiesta a la que no llegó a tiempo.

 

-Estas bien.-

Su mirada sube del suelo a un lado.

Es ese gato mojado por pasar por algún lugar con las tuberías rotas por la pelea del pollo y el cuervo.

-Te puedo llevar a un lugar seguro.- le sonríe nervioso.- Ni yo sé lo que soy , así que …no lo pienses , estarás bien con Boxy. Él puede sacarte si usas ese tren tú solo.-

El chico le observa en silencio. Se levanta sobre sus piernas.

-Oye…- intentó detenerlo.-Te van a comer.-

El niño niega esquivandolo con paso lento.

-Mira se que no soy la mejor compañía pero puedo llevarte a un lugar seguro , limpio y bonito-

Su voz queda a medias por el abrazo. Tanto como por la sorpresa como al sentir un medio abrazo y la caída del encendedor y la lata de pintura.

No planeaba pelear de ninguna forma.

-No importa que seas , espero que puedas ser feliz , amigo.-

Jason intentó sujetarlo pero fue dejado atrás con facilidad.

No puede seguirlo , solo le mira perderse por la casa. 

Conforme sale de su escondite y baja por las escaleras, puede recordar.

Puede ver lo que fue este lugar.

La luz eléctrica y como era siempre frío.

Esos ojos brillantes en las esquinas.

Los niños están jugando.

Él mismo se recuerda bailando.

En ese jardín fuera de Dulce Hogar. Puede recordarse marchando junto al primer perro. 

Junto a sus amigos.

Con todos jugaba . Sin importarle si le dolía la espalda. Jugaba y bailaba con los otros niños cada vez que ese perro los hacía moverse con risas y tontas bromas sin gracia.

Seguía corriendo detrás de esa ave por los pasillos. Admiraba lo rápido que se movía por los pasillos.

Acompañaba a esa cerdita en las comidas. Ella era muy buena al escucharlos y hablarles también.

Saltaba al ritmo de la coneja soñando con llegar al techo como ella. Solo quería alcanzarla.

Recibió tantos abrazos de la osa qué más de una vez dejó de sentirse solo. No lo dejaba sentirse solo.

Escucho los cuentos del elefante. Era tan tranquilo.

Pintaba pájaros con pintura en sus dedos cada vez que la unicornio le invitaba a quedarse a su lado. Ella los hacía sentir capaces de todo.

Era un lugar frío cuando ellos no estaban para acompañarlos. Era la realidad muy cruel.

Las personas son muy frías. Los instrumentos son helados.

Ahora su camino es cálido y no es por otra cosa que la pata de ese gato en su pecho.

-No vayas.- le pide en un murmullo roto.-Ya no tienes porque ir.-

El chico evita su pata. 

-No quiero estar tan solo como tú.- 

El gato mueve la cabeza confundido. Lo sigue. Sus orejas y colas se acuden a cada paso , batallando con algo muy fuerte dentro de su cuerpo.

De lejos el elefante solo ve a CatNap dirigir desde atrás al niño directamente a su muerte.

En el jardín esa coneja aún está de rodillas , sosteniendo su cabeza entre lágrimas. A su lado el ave no hace más que mirar al suelo.

 Lo ven. El ave lo puede identificar , su ánimo cae por los suelos y también está enojado con CatNap a su lado. Las preguntas son tan claras como el resplandor en sus pupilas.

Esa criatura no tarda en notarlo.

-Eres el último.-

El chico observa esa garra levantarse por encima de su cabeza.

El miedo es sordo. Puede sentir algo en su pecho agitarse antes de simplemente refugiarse en su corazón.

-Así que Conrad …-susurra al ver la luz cortada entre las sangrientas garras.-Que feo nombre.- su sonrisa se pierde para sí en las sombras.

Es como la luz entre las rendijas de la caja.

Esta vez no se quedará dentro de la caja. No se quedará solo.

 

 

 

CatNap levanta las orejas al ver como este niño se fue tan tranquilo.

La sensación que lo recorre es parecida a ser empujado a un lado aunque nada lo tocara.

Es cálido y frío.

Esta carne fue repartida entre todos. Sin excepción.

Su propio pedazo es depositado en su boca por Dios. 

 

La visita de Dios terminó al acabar la comida.

Se retira más gordo que antes.

Los habitantes del sótano van con él.

El cuervo observa por un corto lapso al lugar. A la sangre en el jardín. 

Mno se detiene por más tiempo , acompaña a los miembros de su grupo con pasos tranquilos. Mueve la mano hacia la osa.

Ella baja la cabeza negando a recibir esa cortesía , no ahora.

La unica ccritura que rompe esta frialdad es la tiburón , acercándose a la coneja arrodillada.

La chica voltea el rostro al ser acariciada su cara por la garra de la criatura azul.

-Feliz San Valentin , Conejita.- se despide pasando una caricia similar por el rostro del ave.

Kickin no lucha , demasiado cansado mantiene la mirada baja.

A su retirada es la llegada del perro por una puerta aparte la que los hace mirar a la zona de hierro.

Este viene de lejos dentro de la misma fábrica.

Dijo qué iría por comida . Mentira no fue, eso frustra doblemente a CatNap.

Pueden verlo agravado por las peleas con otras criaturas y su carga aún es visible en su espalda. Apilando la comida que consiguió tras recorrer la fábrica en el suelo del Teleférico.

Este se mantiene en la puerta del teleférico tan solo analizando la situación frente a él.

 CatNap bufa mirando la sangre en el suelo.

Estaban todos llenos de sangre , todos menos el encargado de traer comida.

Y aún así perdieron.

Perdieron.

Perdieron.

Lo perdieron todo.

-Los horarios continúan.- murmura una orden.

Huye de este silencio. Del dolor en cada uno de los presentes. No dio ni una mirada al recién llegado.

Apenas bajando de la estación del teleférico.

El perro deja caer los hombros al llenarse sus fosas nasales con el olor de la sangre fresca.

-Hoppy … alguien , díganme ¿Qué demonios paso?- les pregunta sabiendo gran parte de la respuesta tan solo con ver el rostro decaído de ,más de uno.

Duele oler la gran cantidad de sangre en el aire.

Ese silencio tan profundo a lo lejos …tan pesado.

Es interrumpido por la carrera de ese gatito a su encuentro.

 -Vamonos al carajo.- le insta apresurado.-Muévete , maldición.- lo apura con una mordida al estar en sus brazos.-Harom sácame de aquí.-

El perro lo escucha volviendo a la salida de La Guardería.

 

Parece ser su retirada una señal para el resto.

No pueden moverse tan rapido.

Esto , lo sucedido apenas hace una hora , fue demasiado.

Hoppy logra ponerse de pie. Sujetándose las rodillas llenas de heridas.

Volvieron a vencerla. Otra vez no le sirvió de nada ser rápida.

Kickin la sigue.

-No.- Hoppy le detiene con una pata en su rostro.

El ave no lucha ,le mira esperando a que continuará.

-Ya no puedo más , necesito que te alejes de mi.-

El chantaje qué estaban sufriendo cada vez más claro por parte de otras criaturas era asfixiante. Los tenían del pellejo cada vez que usaban al otro.

Ya no podían seguir así.

La idea misma hace al ave perder la compostura.

-No puedes pedirme eso , sabes que no …Hoppy , no.- el ave tiembla atrapando su tobillo.-No puedo respirar cuando no está conmigo.-

Contrario a lo esperado la coneja lo permite. Cayendo sus orejas sobre los hombros.

-Ya no , Kickin. Se acabó.- sus ojos pierden el brillo.-No puedes protegerme y estoy cansada de que me ganen , ya no puedo seguir perdiendo porque mi novio no pueda pelear por mi.-

Kickin refriega el rostro en su pierna.Su tristeza hace de su plumaje piezas desprendiendose en el suelo. Su picó acaricia las heridas antiguas de su pierna.

-Te amo.- suspira dejándola libre.

Esa coneja no hace más por él , sacude su pata agachándose para tomar impulso.

Ese segundo donde pueden verse solo dura una vida para los dos. Prometiendo volver a verse , volver por el otro algún día.

Hoppy escapa de nuevo de este espacio. Ahora sin nadie a quién debería proteger.

Kickin no escapa por más tiempo de su cansancio y su cara pronto está en el suelo.

 

Ese elefante no tarda en irse del lugar a través del teleférico. No se detuvo a hablar con nadie. Ni siquiera con la cerdita sentada en el césped.

Demasiado cansados. Demasiado heridos para atreverse cualquiera de los dos a mantenerse juntos.

 

Bobby en su lugar seguía observando ese domo , a la coneja escapando por este sin mirarla siquiera. No se despidió de ella ni intentó acercarse.

El abandono duele mucho.

-Creo que esa coneja es el único elemento enteramente heterosexual de este lugar.-

Bobby golpea el suelo con los puños y saltó del suelo con un rugido al escuchar a Crafty apenas llegando.

-¡¡Te buscamos!! ¡¡Te necesitábamos!! ¿Dónde demonios estabas?- le grita empujándola.

Este unicornio le devuelve el empuje con un grito.

-Obviamente lejos de toda esta mierda.- sus ojos van del jardín a los edificios detrosados.- ¿Enserio creias que teníamos oportunidad alguna? ¿Enserio eres tan estupida?- sus voz es risueña , frustrada.

 -¡¡Pudimos haber peleado de verdad , pudimos haber protegido a los niños!! ¡¡Te fuiste sin decir a donde por meses y llegas ahora!! ¡¡¿Cómo te atreves a volver ahora que ya no nos queda nada?!!-

Este unicornio bufa poniendo las pezuñas en su cadera.

-El que estuviera o no , es irrelevante. Esa cosa se quería comer a los niños , a todos , CatNap tuvo que elegir. Ellos o nosotros… y ya sabes …- junta las pezuñas frente al rostro de la osa.-“Entre ustedes y nosotros , nosotros. Siempre nosotros.”-

La osa siente su sangre enfriarse. Cayendo de rodillas sus garras suben por su cuerpo hasta sus orejas. El llanto en su boca es un alarido , un grito que desgarra su propio cuerpo.

Crafty espera a que deje de gritar. Dobla las rodillas mirándola de frente.

-No se como sean las cosas para ti pero yo no soy su favorita.- mira alrededor.-No debía salir de mi escondite aunque sea difícil…Bobby ,¿Quieres venir conmigo?-

 

 

 

En La Juguetería ese felino observa aquella pintura. La limpia con un paño seco. Cuidando de colocar una luz sutil sobre esta. Su cola sacude el polvo al limpiar este espacio.

El polvo. 

La suciedad.

Las casas de campaña de los niños que ya no volverían.

Solo le queda acostarse con el rostro fijo en esta pintura.

Solo observando a su pasado y a su amigo correr a ese mundo. 

Puede sentir que esa luz naranja era buena para su amigo en esta pintura. Esa piel aclarada es vuelta a su color , puede ver esa piel roja de nuevo.

Esos ojos almendrados y su cabello revuelto. Tan enredado que su caída lisa era casi imperceptible. Ese rostro alegre y raro , lleno de sombras.

Como su rostro en la oscuridad. Juntos esperando en aquel mundo que le esperaba.

Correr directo a la garra que había dibujado con su propia sangre sobre la figura de ese humano insignificante.

-En ese mundo , estaremos todos juntos.-  

La noche de La Guardería llega llevándose la luz del sol sintético. Dejando al gato con su pintura y esa única luz naranja en la oscuridad de un edificio solitario.

 El almuerzo sería anunciado con la nueva melodía en 16 horas.

 

 

 

Q

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¿Preguntas?
Por ahora solo puedo agradecer a los lectores nuevos y a los que llevan todos estos meses siguiendo la historia.
Gracias por leer.

Chapter 97

Notes:

Hola.

Hoy las etiquetas son importantes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

S-M-I-L-E everyday! ,when you are down and out , no need to frown and pout!

 

‘Cuz Smiling Critters’ here to say…S-M-I-L-E everyday!

 

 

 

1995

La hora de la alegría es un recuerdo amargo.

 

 

 

 

 

Esta chica de piel cálida sacude el cabello largo que cubre su mirada. La lleva a ver este horizonte bajo sus pies descalzos , llena de vegetación salvaje y el canto de aves pasajeras sobre su cabeza. Sigue un murmullo desconocido , algo familiar aunque no lo sea.

A su paso las ramas de helechos salvajes son apartados por las grandes garras cubiertas por el pelaje verde de aquella coneja gigante a su espalda. Bajando esas orejas al roce con las ramas de un olmo extenso y húmedo. Un árbol viejo y fuerte bajo las sombras de un monte elevado.

Los susurros acaban al pisar el círculo cercano al árbol.

Las orejas de la coneja se sacuden a la par que ese rostro sin facciones parece reaccionar.

Hay alguien en ese árbol.

Atrapado por las raíces y su peso. 

El sentimiento de no poder moverse la llena , es aterradora está sensación pesada.

El miedo la sacude. Un pánico que hace a esta joven sin rostro retroceder cayendo en sus rodillas.

La coneja sobre ella abre los ojos gritando sin voz.

No puede acercarse. 

La oscuridad carmín lleva consigo este claro.

La lleva devuelta a la celda.

Deja al alma atrapada dentro de las raíces podridas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Necesito que vuelvan.- 

 

 

 

Despertar es difícil.

Si se usa el humo rojo para dormir , el despertar es más difícil.

Todos luchan contra la sensación extraña de algunos problemas después de dormir durante semanas.

-Mi espalda , mierda , duele.- murmura una muy fatigada Hoppy.

Su cumpleaños 17 se llevó parte de su presteza juvenil. Puede ser exagerado pero se siente vieja. El coro que le da la razón a esa sensación absurda es el repetitivo “Crack Crack” en su cuerpo. 

Sus huesos truenan al levantarse. En esa habitación de La Juguetería las puertas fueron selladas por dentro para dejarlos dormir con el humo rojo.

Debe recuperar el ánimo antes de moverse. Así como quitarse las patas de Bobby de la espalda.

A su lado la osa sigue luchando por abrir los ojos en la somnolencia incluso si ya la rechazaron.

Había dormido tanto tiempo que el pelaje de Hoppy era plano por un lado del cuerpo. 

Por mucho tiempo ya han estado usando el humo para descansar en los lapsos más extensos de tiempo sin comida. Hoy no será mejor que otros días.

Mareadas como borrachas sin fiesta , trastabillar una tras la otra hasta la ventana es lo siguente.

Al salir su cabeza la luz eléctrica del sol le hace sacudirse y con ello sus orejas , como si saliera apenas de una ola de fiestas y resaca. 

-Durmieron por 38 días.- les cuenta la voz ronca de ese felino.

Hoppy lo mira un momento con el rostro aburrido. Interesándose más por un movimiento en el jardín.

Es una larga fila de dos lados con dos de los sonrientes como el objetivo

Hace tiempo que DogDay simplemente abandonó el cargo de líder en cuanto sucedió la Hora de la Alegría. Dejando a cargo al gato cercano al monstruo de los muros.

Ahora puede verlo con ese gato en su hombro y repartiendo comida a los niños y las criaturas uno por uno junto a Kickin y su aspecto más apagado qué antes. 

No debió ser un buen mes para ellos.

Hoppy sacude las orejas , su espalda es presionada por el abrazo de la gran osa.

-Tengo sueño todavía.-

Podría hacer una broma sobre la hibernación de los osos pero esta situación le es demasiado amarga. 

Había soñado.

Soñó con un árbol fuera de esta prisión. Soñó con un olmo sacudiendose al choque de la brisa y el viento.

-Esos dos , tienen hambre y deben dormir. Les toca a ustedes ayudar.- les informa el gato.

La osa suspira aceptando la tarea.

Deben buscar por la fábrica para encontrar algo de comida para los niños de Dulce Hogar. 

Ese gato les espera fuera de la casa. Colgando su larga cola por el tejado perdiéndose por una ventana de los pisos superiores.

-No se si podremos encontrar algo como ellos lo hacen.-

-No sólo DogDay la puede encontrar , tú y yo también podremos. No temas , Bobby.- 

Esperan a que la fila termine por ambos lados antes de saltar del techo.

Los niños en estas fechas no parecen ser mejores que antes. Podría decirse que ahora eran ellos aquellos adultos a los que simplemente soportaban.

Hoppy odia esta situación.

El ave no tarda en ir por ella para abrazarla por la cintura.

-Te extrañe.- suspira al tenerla en brazos.-Hueles a que dormiste mucho.-

-Ya se , mi colonia también se acabó.- Hoppy le corresponde el abrazo con un suspiro feliz de verlo también.-La tuya aun sirve.- refrega el rostro en su cuello y hombro. El olor raro de Kickin ya casi es imperceptible pero lo siente. Puede sentir como es tan dulce como ácido , es rico.

El perro no la saluda. Decide irse con el gato en su hombro.

-¿No irás a dormir?- le pregunta la osa apenas acercándose.

El gato responde por él y siempre es la misma reacción la que logra.

-Preferimos coger para pasar el hambre.- 

Desagrado y una rápida pérdida del interés por parte de los sonrientes. Pueden irse sin ser increpados de a dónde ni por cuánto lo harían.

El perro suspira en el camino.

-Algún día no será mentira y te dará vergüenza también a ti.-

El gato mueve sus pequeñas orejas. No responde. Pierde la oportunidad de devolver esa burla. Tiene sus razones pero no compartirlas hacia al perro y pensar en otro camino para esa duda.

El mismo can da un paso atrás al entender mejor lo que él decía y como les afectaría a futuro.

Entre los dos él sentía que Jason estaba más ansioso por romper ese límite entre ambos. 

Harom estaba asustado. Este tipo de amor físico le intimidaba …lo asustaba cun loco estaba en el fondo. Como podría herir a Jason y perder su confianza o perderlo en u arranque de esta naturaleza asquerosa de monstruo.

Si tan solo estar cerca era una prueba. Perder la cordura sería tan fácil , tan solo debería dejarse llevar.

-No creo que sea buena idea ahora.- murmuró avergonzado por sí solo. Demasiado preocupado por el resultado de algo desconocido.

El gato toma esa oportunidad para ocultar el miedo anterior. Deja de lado cualquier interrogante sobre el estado de Harom ,aferrándose a este retroceso que protegía su autoestima y ego de esa vergüenza creciente.

-Por supuesto que no , soy demasiado para un vaquerito.- arrogante sacude sus orejas.- Pobrecito , perro caliente.-

El perro deja que el gato juegue con sus orejas. Riéndose por la comparativa vulgar con un HotDog.

Su risa es interrumpida por un pequeño evento. 

Por un lado de ellos pasó un par de niños de la mano. Tan callados como todos , solo dejan atrás el sonido de sus pasos en huida de otro grupo de mayor número y menor estatura.

Entre este grupo uno cae al suelo por sus propios pies. Rueda haciendo al perro y al gato hacer una mueca , en lo posible , por el fuerte golpe que se llevó.

Sonó como un muñequito de porcelana.

Uno de los más altos del grupo regresa sobre sus pasos para recogerlo del suelo.

-¡Miguel se están robando todo , ¿Como se te ocurre caerte?!- le sacude las rodillas y limpia su mejilla con la mano.

El chico en su brazo le mira con un gran coraje y los ojos rojos por ese golpe tan fuerte qué le dejó la mejilla roja por la sangre fresca.

-¡Pues vi el piso y se me antojo!- le peg en la cabeza on la palma abierta.-¡Me caí bastardo , me caí!- mira al grupo en persecución.-Se van a escapar porque regresaste.-

El más alto le abraza la cintura y lo sube a su hombro sin preguntar.

-¡Quítense! ¡LES VOY A LANZAR UN MEXICANAZO!- grita avisando a su grupo.

El chico en su poder grita y patalea pero no puede hacer nada al ser lanzado directo sobre la pareja que corría con toda su comida. 

El perro mueve la cola divirtiéndose con esa confrontación. Parecían estar jugando más que peleando por comida.

Dejaron de verlos al perder la pareja esa comida. Harom siguió su camino .

-¡Fred , eres un bastardo!- le reclama el líder de ese grupo.

Exactamente el chico que lanzó a ese niño que aún está en el suelo como un berrinche. 

El chico en el suelo les gruñe y muerde al más cercano.

El grito de este los hace retroceder y solo verlo correr con su hermana de la mano.

Jason volteo de vuelta al frente. No conocía a nadie en ese montón de niños que solo celebran haber recuperado la comida. 

La oscuridad de la zona de máquinas es como siempre tan fría como la misma cueva a la que deberían ir por la salida de la zona de calderas.

En su recorrido ven a un chico humano sentado junto a unos Huggy pequeños. Estos le entregan una caja de jugo cada uno. Este chico los toma de sus pequeñas manos para abrirlos y poner la pajita qué sus torpes manos no pueden colocar sin derramar su contenido. Los Huggy toman asiento a su lado moviendo las cabezas de lado a lado.

El gran perro pasa por su lado ganándose una sola mirada de parte de este chico silencioso.

 

 

La comida está comenzando a escasear pero no para los niños. La comida para las criaturas no escasea.

La comida para los niños y para las criaturas no se ha terminado aun.

La comida para el monstruo en las paredes es la que escasea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la oscuridad. 

En las ruinas de las máquinas eléctricas.

Esa criatura rosa sujeta las últimas hilacha de carne fuera de un cuerpo naranja.

Se ha comido otro perro junto a las reducidas migajas de un grupo de tres mascotas sonrientes. Tragando los últimos restos de las cuatro criaturas con un fuerte suspiro al terminar con el estómago lleno.

Libre de toda el hambre que la llenaba hace un momento.

-Cada vez comes más.-

La cerdita suspira levantando la mirada del suelo a esa garra sobre su cabeza.

La toma por el cuello. Comparte su necesidad así como la advertencia de cuán cerca estaba de comer la a ella.

-Yo llevo mucho tiempo con hambre.-

-Pídele a CatNap algo de comida.-

La criatura sube por el techo.

-Eres tan bonita como estúpida.- 

-Entonces , de verdad desea hacer el juego del estanque.-

-Oh , cuéntame esa analogía. No la había escuchado antes.-

-Bubba dice que cuando una persona en el poder necesita reducir a la clase proletariado dentro de su propio entorno , lo hace repartiendo una fuerte diferencia de castas.-

Esto le recuerda a algo usado por el viejo jefe de la fábrica.

-Te refieres al racismo ,se algo de eso.-

La cerdita presume de haber escuchado a Bubba , a Christian como lo llamaba ese humano muerto a manos del perro, recordaba cada una de las platicas qué le escuchó hacer y molestar al perro con sus cosas políticas raras.

-No , todos los humanos son iguales. Las diferentes tonalidades de piel o formas físicas son simples adaptaciones evolutivas para sobrevivir en el ambiente en el que la especie se distribuye. Como nosotros somos juguetes diferentes para las tareas que se nos planeaba encomendar , pero aún somos humanos por dentro.- sabe que tocará una fibra en la criatura.- Esa diferencia llamada racismo solo es la división de castas.- sus pezuñas chocan una contra otra.-El enseñarle a una chica rica que su piel es más bonita que la de una chica pobre y por tanto merece mejor cuidado o a un hombre alto decirle que su cuerpo es mejor para la sociedad qué si favorece a una persona o grupo en el poder. Ambas tienen fallas pero al gobierno le es beneficioso saber que ninguno de los dos se rebajaría a disminuir su ventaja por la chica negra o el chico bajito. Esto empuja a la cola a las personas con esos rasgos poco aceptados.- su cabeza se inclina.-CatNap no está aprovechándose de ser el gobernante , por eso las criaturas duermen en vez de comer.-

-Oh , vaya…- su interés puede ser sincero. No solía hablar con otros desde el día de su venganza. Ahora solo quería seguir adelante , las criaturas con las que hablaba solo eran sumisas y encantadoras. El escuchar a una de estas ser abiertamente … inteligente y no fingiendo frente a él , era especial.

Esta cerdita continúa siendo agria como el veneno y retorcida como los cables de su propio cuerpo. Escucharla es entretenido , le trae buenas sensaciones al cuerpo. Parece ser la respuesta a las dudas que le llegaban cada vez que una criatura que corría junto a otra , decide voltear y tirar a su compañera directo a la muerte.

La única consciente de que solo uno tendría que salir convida.

Picky junta las pezuñas frente a su rostro.

-Las criaturas duermen y la comida es innecesaria para ellas. Pueden entregar esa comida que no necesitan a los niños y a las criaturas , así ellos no ven diferencia. Porque el gobierno los está procurando por igual .- sus ojos suben del desastre de sangre en el suelo hecho por ella misma , a esa garra.-Las castas no han sido divididas y tú no comerás si directamente intentas dañar lo que CatNap protege con tanto esfuerzo.- toca esa garra extendida a su dirección.-Esa es la razón por la que no atacas a los niños ¿Verdad , señor? CatNap te es leal pero no tú a él . Lo vemos como la amenaza que es.-

-Niña.-

La chica suspira recargando la mandíbula en el dorso de la garra.

-Sabes que si usa su humo contra ti , señor , él te podría matar. Y una vez lo pierdas a él , incluso lo más patético dentro de la fábrica no dudaría en enfrentarte.- su voz baja.-Necesitas ser su Dios todo benevolente pero no eres eso. No eres bueno , solo estás hambriento , ¿No está cansado de estar tan hambriento , señor?- su curiosidad es tierna en esa o de niña.-Yo también estoy hambrienta.- le gruñe retrocediendo.-Estoy tan hambrienta como solo usted se lo imagina.-

La garra no le responde. 

La abandona con esa duda en el aire.

Con esa sospecha creciente ya sembrada desde antes y cada día más presenta contra el felino.

 Contra cada criatura en esta fábrica sin excepción alguna.

Estos años , este casi siglo completo atrapado en las manos de humanos sádicos.

Humanos que un tiempo lo torturaron. Le dieron una mascota y después la mataron para averiguar cómo sería su reacción.

Aquellos que se horrorizaron cuando comió los restos del gatito real que mataron con un simple disparo frente a sí. Aquellos que no lo comprendían. Esos humanos que lo vieron devorar lo que le pusieran enfrente.

No pueden entender cuanto estuvo cerca de entender el amor al devorar los restos de su primera y única mascota. Un ser vivo que le acompañó por tiempo indefinido y lo consolaba con su presencia y ronroneo.

Aquellos que lo destrozaron tantas veces que su cuerpo solo terminó convirtiéndose en un recuerdo cada vez más deforme en sus propias memorias. Un escenario perdido dentro de otro desastre más.

Nunca lo comprendieron. Nunca quisieron entenderlo.

Menos ahora podrían comprender cuanto sospechaba de sus nuevos compañeros incluso si esta fuera de la jaula.

De esos gigantes en pisos superiores o de los pequeños. 

De todas las criaturas que caminan con una parte arrancada de su propio cuerpo.

La sorpresa de escuchar una verdad profesada para sí , para su propio ser. No cabe dentro de su cuerpo.

Estando tan asustado de la amenaza que hicieron con su carne.

Carne de su carne.

Hijos.

Como podría ser posible que hoy pueda escuchar algo como la verdad venida de esa miserable chica de color rosa. 

Cuánto ese gatito le recordaba lo cerca qué estaba de ser devorado por sus propios hijos cada segundo de su propia existencia.

La estatura de las criaturas en el sótano.

La amenaza en la sala negra.

El gatito qué le dieron hace años para conocer su relación con otros seres vivos y mataron para conocer su percepción sobre la muerte.

Nació para sufrir . Nació para experimentar.

Nació para ser transgredido. Para el disfrute de la experimentación.

Nació para ser solo un objeto. Es el juguete rebelde de una sarta de degenerados.

¿Cuándo podría atreverse a exponerse tan libremente a un posible enemigo que lo conoce tanto? 

 ¿Este es el costo de tener juguetes? Sus muñecas comenzaron a jugar con él también.

No le gusta esta sensación.

Hace mucho solo era huesos y carne ¿Porque se sentía tan desnudo ahora? 

Definitivo. Necesita comer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo corre. 

El tiempo es la acumulación de telarañas y la propagación de pestes e insectos.

La cabeza de esa criatura amarilla baja de una esquina oscura. Colgado de cabeza sobre sus palmas y pies pegados a la pared , asoma solamente los ojos por la orilla de un pasillo al centro de un sala de concreto negro.

Observa ansioso como esa cosa levanta a una pequeña copia de sí mismo para llevarla a su boca con un gran disfrute al pasar la lengua por las extremidades de la pequeña rana amarilla.

No le importa la toxina.

Esta criatura chilla y aún así es mordida por las piernas , arrancadas sus extremidades con un mordisco.

La rana en la pared retrocede lento. Sus ojos bajan por su propio cuerpo.

El dolor del fuego en el pasado le recorre con las cortadas hechas por los humanos y la electricidad viene a su presente.

Compararlo con el dolor que seguramente sentía esa pequeña criatura con esos días de experimentación lo hacía temblar.

-...Licky…-

Su cabeza gira seguido de un salto por encima de todo , la superficie parecida al velcro en porciones más que diminutas en sus palmas le ayudan a pegarse en la superficie de las paredes. Salta de muro en muro sin hacer el menor ruido. 

Su recorrido lo lleva a donde ese murmullo es un grito.

-¡Si te lo comiste te sacaré el corazón , maldita cosa fea!- 

 El cocodrilo se enfrenta con una sarta de gritos en español al dragón.

Lo había tacleado y lanzado al suelo con la fuerza de su hombro.

Este le ruge de vuelta. Demasiado enojado para siquiera esforzarse en entenderlo , solo pelea.

-¡Dile a la lagartija que no me hable! ¡¿Poe , qué está diciendo?! ¡Me esta gritando como si yo lo hubiera hecho verde y feo!- 

El ave mira desde lo alto como el par pelea. No está ni un poco interesado en pelear con el dragón ni con el cocodrilo , ambos le pasan por mínimo cuatro metros que no necesita enfrentar.

-Te está preguntando si te comiste a Licky. Dile qué “Si” así se dice no en español.-

-¡Pero tu crees que soy estupido!- chilla al entender el sarcasmo del ave.

Este cuervo se ríe en su cara. Sacudiendo las palmas al aplaudir entre carcajadas.

-¡¡Pero qué listo eres , mi niño!! ¡Wow!- lo anima todavía con descaro.

El dragón le gruñe tras tanta descarada burla a su persona.

Una voz apartada interrumpe como un eco al fondo. 

-¿Porque ya no hay agua en la piscina?- les pregunta cargando su cubeta de juguetes , un montón de llantas que usaba para flotar en la fosa acuática de la descompuesta , ahora no hay agua y la presa es su más rápida señal para esto.

 El dragón le gruñe desinteresado por tal tontería.

Toullie a unos metros nota como lo ignoran. Abraza sus juguetes y va a buscar a alguien que si le escuche.

El cocodrilo y el dragón terminan rodando por el suelo por ese movimiento fatal de mordedura directa a su brazo . Lo sujeta entre las garras , procediendo a torcer le la piel a lados contrarios.

El dragón chilló como una cría de caimán al ser lastimado de forma tan infantil.

Eso sí hizo enojar al ave.

-¡Eso no , déjalo ya!- le reclama pateando al cocodrilo en la cabeza.

La rana aterriza cerca de los tres. Sus palmas chocan aplaudiendo para llamar la atención.

El ave le mira de lado , no muestra más que un análisis descarado sobre su figura.

Poe reconoce la ceniza de la zona de máquinas del centro de la cueva. Esta rana estaba en los territorios de Papá.

-¡Aquí , estoy aquí! ¡No estoy muerto todavía! ¡¿Porque peleas con ese idiota?! ¡¿Crees que me comerá ese delicadito?!-

El cocodrilo suelta el brazo del dragón. 

-Perdón.- da una disculpa vacía y se retira de forma digna.

El dragón en el suelo soba su brazo. Al verlos irse tan tranquilos llego a su límite de contención. Comienza a patear y berrear gruñendo furioso por esta burla y afrenta descarada por parte de ese lagarto verde.

El cuervo lo vigila desde lo alto. 

-Te ves tan lindo cuando haces berrinche.- lo halaga sin mostrar una sola intención por detenerlo.

El dragón escucha ese halago y el tono tan sugestivo como otra burla personal. Ese comentario coqueto le sienta como cubetada de agua fría y lo hace retirarse. Decidiendo detenerse y solo acostarse en el suelo con el rostro ofendido y sus ojos húmedos. 

-No importa si peleamos entre nosotros.- el cuervo puede escuchar como el estómago del dragón ruge muy a su pesar.-Aún estamos atrapados con esas cosas.- no había forma de conseguir suficiente comida. Estaban atrapados y lo sabían muy bien.

Pronto estas discusiones infantiles podrían escalar a algo peligroso.

Los sonrientes siempre están al borde del asesinato dentro de su grupo. Ellos podrían verse empujados a ese mismo camino tan solo por un error menor , no podían permitir tal cosa. 

Pronto los pequeños serían la comida , es difícil.

No estaba seguro de si los pequeños serían exactamente las pequeñas pesadillas o él y los miembros del grupo con menos de tres metros de estatura.

Basándose en lo que había observado hasta ahora , no les quedaba mucho tiempo antes de ser apuntados como bancos de comida. 

Él sería de los primeros en ser objetivo para este destino.

Algo se lo advierte y debe afrontarlo. Puede que Simon deje pronto de ser un niño chillón y orgulloso …pronto podría ser su enemigo.

La regeneración es una maldición en esta cárcel.

-¿Acaso estás asustado?-

Mira abajo al dragón.

-Me asusta estar enamorado de ti y que tú me mates sin importarte nada.- es sincero su tono. No sus palabras pero es verdad su temor , el gran escenario donde sería comida para quien se supone era su amigo

Ese dragón cae en su mentira , retirándose a su cueva personal con esa cabeza baja y el cuerpo cansado de jugar con el cocodrilo. Agotado de ser burlado por el ave.

Es difícil. Estar encerrados y no hacerse daño era una situación delicada y frágil como el mismo cristal.

No ayudándolo la comparativa constante con la superficie más cercana.

Los malditos viejitos siempre llevando la delantera habían tomado la decisión de dormir protegidos por CatNap , esto les daba fuerzas para seguir sin tener que comer. Una ventaja sobre los de la superficie al mando de Mommy y su orden de consumo a los más débiles de la escala.

Parecía irrazonable qué decidieran mantenerse en un estado vulnerable por nada.

Tal vez lo hicieron para proteger Dulce Hogar de sí mismos.

O son tan retorcidos como para esperar de esta forma para solo observar a las víctimas de las celdas en el infierno morir lentamente con las pesadillas ,como él , asfixiarse en el hambre y la sed.

El espíritu de la arrogancia en ellos era inconmensurable.

El agua se acaba. 

La comida es limitada.

La oscuridad los estaba consumiendo con tanta fuerza como la misma dolorosa realidad.

Podrían comerse a sus propios compañeros para sobrevivir pero eso reduciría sus números.Muy pronto perderían cualquier oportunidad de protegerse de cualquier otra criatura.

Si la comida se les acababa pero esos viejitos no la necesitan y además están criando a una ola de humanos capaces de manejar la fábrica , era cuestión de tiempo para perder el balance tan solo a favor de ellos en ese lugar tan trabajoso de invadir.

Habiéndose comido a sus habitantes la misma superficie , saldrían del ruedo por su propia crueldad.

 

 Esa cola de gato se balancea al ritmo de unos pasos relajados solo hacen que sea más difícil hacer más que solo lamentarse , sabiendo que mientras estuviera protegido por su humo y esos compañeros , CatNap y el territorio cercano a la salidas B y C ,eran intocables.

No pensaba tanto en ellos como lo hacía de su propia situación y cómo podría agravarse con el tiempo.

Esas salidas lo eran todo.

No podía solo quedarse quieto mientras lentamente los mataban a todos.

Salta del techo a una pared. Moviéndose de un muro a otro entre saltos ligeros.

Busca a la actual líder y su compañía.

En la caricatura seguramente la líder no sería ella o quizás sí , quién sabe.

La cancelaron hace mucho tiempo.

 

Mako simplemente tomó el lugar con una actitud poco permisiva. De otra manera pasa sus días durmiendo tranquilamente. 

No hay mejor forma de engañar al hambre.

Los vigila y los cuida.

Ahora parece estar dormida.

Les observa con esos ojos negros y sonríe con esos brillantes colmillos. Lame sus dientes levantando la cabeza en su dirección.

La fuerte figura de la chica es marcada con el estado firme de cada fibra muscular debajo de esa piel azul. Resaltando el bonito peluche que era , tan solo con mover la cabeza a un lado. Para verlo.

-Qué callado estas Poe.- apunta relajada.-¿Sabes? Tu sabes , lo haces. Tu entiendes que si miedo te doy , seguramente es porque necesitas sentirlo.- esos murmullos la acompañan a donde vaya. Esos susurros dados por el murciélago que la ve como una especie de hermana mayor.

-Seguro que hizo algo malo , puedo decir que hizo algo…- rie entre dientes.-Si , hizo algo. Estoy segura , Mako. Poe está pensando cosas malas.-

Llegar a su lugar es encontrarla con un tanque de agua a medias y su torso dentro el agua. Le mira y esa gran boca azul le sonríe sacando más que antes esos enormes dientes fuera de su oscura boca.

-Es irónico , la rata acaba de venir a quejarse porque su baño está vacío. Creí qie estaba exagerando , pero el ave de mal agüero viene a recordarme que lo malo puede ser peor.- observa a la murciélago colgando de cabeza en el techo.-Ellos están cerrando nuestro suministro , no sobreviviremos sin agua.- 

El Cuervo no baja. No bajara al suelo ahora que el hambre y la sed unen la desgracia que golpea a todos sus compañeros por igual y no solo esa espina de insatisfacción de antes. 

-¿No habíamos mantenido la paz por meses? ¿Qué rayos se supone que hagamos si no podemos siquiera beber algo?- sus plumas se acuden inflando se su cuello como un gallo flaco. Sacude la cabeza dejando caer las plumas. 

Por debajo de su ubicación el murciélago atrapa más de una para jugar con éstas en su poder.

-Sabes bien.- lo halaga al probarlas.

-Son de plástico , no tienen sabor.- 

 La murciélago no discute , su lengua es la que recorre esa pluma al enredarse y llevarlo a su garganta.

-Tú sabor , eso puedo sentir.- ronronea brillando sus ojos.

Maldita pubertad. Tiene a todos muy confundidos.

El ave sube más en su lugar , seguridad ante todo.

-Espero que estes pensando en algo útil , Mako.- la llama apurando su respuesta con un golpee a la plataforma donde aterriza.-Nos están amenazando directamente.-

La chica le mira desde ese tanque de agua.

-Si , se que lo están haciendo. Se que no podremos mantenernos a salvo si las cosas empeoran. Estamos atrapados tan solo con la falta de energia eléctrica.- lento sale su cuerpo del agua. Su piel de durazno le permite simplemente dejar atrás el agua , un pelaje in permeable idéntico a los duraznos le hace ver como esta criatura azul fue pensada para mojarse desde el inicio.

Preguntándose a donde los llevarían ¿A donde pertenecían las pesadillas realmente?   

Porque el acto de circo se quedó en la superficie y ellos deberían haber subido. Si tan solo , si solo no los hubieran obligado a pelear.

-Necesitamos agua y electricidad. Esa cosa no puede acaparar todo mientras morimos en la oscuridad ni podemos permitir que nos retenga sin agua o comida. No cuando toda esta allá arriba.-

El ave siente un malestar creciente al ver moverse por la celda esa chica tan sumida en pensamientos revueltos.Puede adivinar a donde se dirige con verla tocar los muros a su paso.

Ella buscaría a su padre. A 1006.

Esta idea le molesta.

-Estar en tu lugar se ve cansado.- le apunta este pesar de forma sutil.

En la oscuridad ella detienesus pasos , volteando muy lentamente el rostro le observa con esos ojos brillantes.

-Tú ,suenas muy extraño.- su tono es tan sospechoso. Acompañado por una curvatura de su espalda y esas garras exaltadas en grandes puños.

Lo arruino.

Se equivocó de palabras.

El ave salta del techo para encontrarla notes de permitir esas ideas tomar fuerza.

-Debemos abrir las comunicaciones con el exterior , debemos cuidarnos y al resto. ¿Como no sería difícil?- su camino la rodea on los brazos tras l espalda.-Te seguiré , no tengas miedo.-

Mako lo patea o lo intenta , esta ave salta a la pared y vuelve a subir a la zona alta de estos pasillos de ladrillo oscuro a falta de un sistema eléctrico funcional.

-Cuando hable con papá , les diremos que deberíamos hacer.-

El ave le sonríe mostrando el filo de su pico negro.

-Gracias , Cloe.-

La chica levanta las cejas al ser llamada por su nombre humano.

-Si…gracias ,Poe.- lo deja con un ademán tranquilo. Adentrandose en las sombras de las paredes abiertas por el paso de su padre.

Poe inclina el cuerpo a un lado. Apenas había salido bien.

Tan solo una sospecha , una sola será suficiente para perder todo lo que podía controlar con su esfuerzo. Deja salirse con la suya a la murciélago una vez ella solo le empuja para seguir a Mako.

Decide irse a un lugar seguro. Por ahora solo puede mantenerse vigilante.

Planea por los pasillos , pisando las plataformas como apoyo y seguir adelante.

En el camino más de una vez el camino de las criaturas pequeñas es interrumpido por solo su sombra bajo los pocos focos funcionales. 

 

 

Dentro de la cueva es más luminoso gracias a los tubos eléctricos que transportan ese cúmulo de aire fresco del exterior al interior de las cuevas. Delatando la figura de ese gran lagarto y su rana sobre su lomo.

El hambre se presenta con el rugido de la barriga de ambos. 

Ignoran este problema con algo de conversación.

-Las cosas …no están yendo bien.- el lamento de Licky se acompaña con el resplandor pasajero de las luces del tubo resplandeciendo sobre sus cabezas.-No nos está yendo bien.-

El cocodrilo sigue adelante sin pensar de más en ese punto , sus ojos de plata siguen el movimiento de algunas ratas.

-Quiero comer algo bueno.- murmura.-Algo con salsa y a las brasas.-

La rana en su espalda ríe alegrandose por ese tono malcriado. Siempre imitar al dragón era divertido ,mientras no esté el ave para defenderlo.

-No creo que estar contigo sintiéndote así sea bueno , ¿Verdad? “Expreso ella llevando atrás de sus oidos uno de esos mechones de cabello rebeldes a causa de la brisa de océano cercano”-

El cocodrilo ríe entre dientes al escuchar ese tono de cuentista romántico.

-El único mechón en toda la pelona.- su burla sigue.-Es que si describes la salinidad , ¿No estás diciendo que la tipa está sazonada por adelantado?- 

La rana salta de su espalda a su lado. Le mira hacia arriba para pegarle con esas manos de velcro directo en la cabeza.

-Coco liso.- le dice sobandolo tras el fuerte golpe que resonó en un repetitivo eco a la falta de pelaje.-Y no te burles , de verdad esto pensando en esa historia de vampiros.-

El cocodrilo lo empujó con la cabeza , sin detenerse sigue adelante . Sus garras arrastran parte de la tierra a atravesar.

La rana se pone de pie al haber rodado por el suelo de la cueva.

-Si vamos por categorías de pelones , ambos estariamos en fase cuatro , no hay de que reírse.- lo dice levantando las manos.

El cocodrilo directamente lo tiró de nuevo al suelo con una zarpa.

-Mierda , te pasaste ahí.- le reafirma su error tratando de pisarlo.-Mi tía se murió de eso.-

La rana esquiva al rodar.

-Pues quejate a recursos humanos.- apunta al cocodrilo.-Creo que quedan algunos en la colección de huesos de Baba..-

Este lagarto levanta los ojos al escuchar un murmullo lejano. Es ese dinosaurio otra vez rondando su territorio.

La rana no lo escucha. Las ranas no tienen buen oído o solo será Licky.

-Hasta los huesos se han retirado. No hay nada para comer.- 

Busca pero solo hay piedras en este lugar. No importa cuanto caminan. Los cuerpos se han acabado.

Aunque se suponía que los mantendrián aquí para que la carne no se pudriera.

Fueron traicionados por alguien de su propio grupo y ahora deben seguir adelante sin no encontrar nada más que a los miembros del mismo piso.

No les quedaba nada.

Solo ellos mismos y el agua. Hasta que también se termine.

El color de la rana resalta al colocarse a su lado bajo ese tubo de aire limpio y su resplandor blanquecino.

-¿Me trajiste aquí para comerme?- le pregunta sin buscar su rostro.-Vaya mal gusto.-

El cocodrilo mueve la cabeza.

-No me gustan las ancas de rana.- lo mira desde arriba sin tardar en burlarse.-Sobre todo unas con tan poca carne como tu.-

La rana mueve los hombros rindiéndose , sus ojos vagan.

-De carne en las ancas sabes bien.- su mirada es directa.-¿Entonces que hacemos aquí?-

El cocodrilo le apunta al suelo a unos metros de ellos.

La rana mira al mismo lugar. 

Su boca se estira nerviosa por lo que le espera ahí.

Un montón de ratas muertas sobre hierbas qué no reconocía de la ornamentaria de la fábrica.

-Hay una entrada del exterior a la cueva.- 

La rana mueve la cabeza dde las plantas al cocodrilo.

-Creo que es una fuente de agua. Se filtra y trae plantas consigo.- recarga el mentón en la cabeza de la rana.-No nos mantendremos cuerdos por mucho más tiempo.- 

-¿Quieres que me arriesgue a salir por ahi?-

-Si.-

-No servirá , uno solo de nosotros será atrapado y todo continuará afuera.-

-Lo tienes tan claro, es difícil tener esperanzas cuando tu mismo compañero esta apagando tu brillo.- ríe bajo entre molesto y esa desfachatez venida de años atrapado en su propia necedad.

La rana no le tiene respeto ni consideración , atreviendose a pellizcar le toda la nalga con una mano que no abarca la totalidad del músculo.

-¿Estás demasiado gordo para pasar?-

Este lagarto verde lo empuja librándose del indiscreto gesto de la rana. Soba el apretón y trata de continuar explicando se. Es complicado cunado esta riéndose bajo.

-Cualquiera de más de dos metros no podrá salir por su tamaño y los pequeños no pueden por culpa de sus extremidades tan inútiles. - se aparta de la rana.-Voy a romperla y saldrás.-

La rana regresa después de haber conocido el vuelo momentáneo.

-Te quedaras atrapado con ellos ,ya deja de pensar-

Este cocodrilo le vigila evitando que le volviera a agarrar por atrás.

-Si sales y matas a todos los guardias de la frontera , será suficiente.-

La rana mueve la cabeza. Esta conversación iría en círculos otra vez. La venganza del lagarto qué tanto soñaba.

-Solo eso te impulsa , ¿No?- sus ojos van a ese montón de flores secas y las ratas muertas de formas tan extremadamente violentas.-Matar agentes de aduana qué seguramente ya habrán sufrido un paro cardíaco por culpa de la coca qué le quitan a los inmigrantes para la abuela.- sus manos se acuden.-Yo no te importó tanto.-

El cocodrilo asiente al ser aceptado su punto. No le importa tanto su feo tipo de humor.

-Si , puedes creer eso. Aún estaré contigo el último día de mi vida.- lo empuja tirándolo al suelo sin cuidado.-Ahora come o te van agarrar débil.- vigila al lugar. Ya había tenido suerte de que esto no fuera encontrado por esa cosa de colores.

Era demasiado listo. 

Esta rana sacude la tierra de su cuerpo.

Bien podría comerlas crudas o hacer fuego.

Decide lo más rápido. No tenía idea de cuánto tardaría Yarnaby en llegar por el olor o si podrían explicar porque estaban compartiendo comida solo entre ellos y no con el grupo.

El cocodrilo vigila al lugar. Las sombras y los susurro del poco viento a su alrededor.

Hace años , muchos años.

La oscuridad le daba miedo. Después en un barco fue su refugio.

Ahora era un depredador pero ser la presa por tanto tiempo dejo secuelas.

Puede sentir la presencia de algo sobre ellos.

Una criatura tan grande como él y mucho más armada.

Es papá. 

Los descubrió.

Mira a Licky y este continúa comiendo distraído.

Esta criatura llama su atención con un tirón a su hocico usando esas grandes garras para sujetarlo.

-Niño listo.- murmura sobre su rostro.-Piensa bien.-

Esos muchos ojos lo miran directamente. Era tan espectacular como la colas de un pavoreal o aterradora muestra de caleidoscopio. No hay nada más que esa arrogante personalidad de Dios .

El cocodrilo mantiene un aspecto relajado. Incluso cuando esta criatura se retiró sin hacer nada más.

Ese sonido de arrastre al fin pone en alerta a la rana.

-¿Qué fue eso?-

El cocodrilo mueve las garras.

-Apúrate a comer.- le insta moviendo la cola de un lado a otro.-Las flores no se comen.-

Detiene su mano con las flores ya casi dentro de su boca.

- ¿Y si no se comen para que las trajiste?-

El cocodrilo lo patea por el hombro.

-Ya termina.-le apura nuevamente.

La rana le aparta y vuelve a comer. Es difícil , algo de su humanidad le recuerda que es asqueroso , al mismo tiempo esa pérdida de juicio lo empuja a continuar y terminar hasta con las patas de cada rata.

La cantidad es suficiente para llenarlo. Le hace preguntarse cuánto tiempo este amigo suyo estuvo recolectandolas.

Ya no hay ratas , solo flores.

-Deberías aprender inglés.- lo dice al no encontrar que más decirle , era vergonzoso decirle gracias ahora que se comió todo sin preguntarle si debía compartir.-Aun podemos intentar hablar para que aprendas.-

El cocodrilo le mira ya habiendo terminado de comer. Antes lo evito para no sentir mas hambre.

-Tú aprendiste mi idioma sin problemas , ellos deberían esforzarse un poco , digo , no creo que Baby sea la única que esté interesada en mi aparte de ti.- revisa su estado.-Te ensuciaste.- le apunta a la boca.

La rana sacude las mejillas.

Puede que Iñaki sepa inglés y le mienta para retenerlo… puede que Licky tenga esos buenos oídos y finja para no ser traicionado algún día o salir a salvo de este escenario.

Puede que los secretos sean normales en las sombras.

Puede que una presencia amable sea la única luz en el abismo. Y como el fondo de una lámpara a la flama de una vela : Intentarán protegerla en el chueco entre sus manos.

La rana aún busca en su estado desconfiado el ayudar al cocodrilo.

 -Papi ,eso solo te aísla.- le recuerda limpiándose con el dorso del brazo.- No siempre estaré para traducirte , vas a ganarte una paliza cada vez si no te esfuerzas en hablar con los demás. Necesitas tener cómo comunicarte con los demás si me muero.-

El cocodrilo tiene su propia visión del mundo y puede que en muchas formas sean consecuencia de las veces que fue rechazado por su lengua materna. Hoy pelea con un idioma repudiado en un territorio donde hasta los retretes tienen instrucciones en inglés.

-No entiendes que los raros son los que hablan aún. El resto podemos comunicarlo con el cuerpo.- sujeta su cara con las garras.-Tengo una pregunta para ti , solo una.-

La rana frunce el ceño.

-Si es la misma , no. Vete al carajo.- no lucha por librarse solo le mira esperando a que haga algo raro otra vez.

El cocodrilo todabvia hace su pregunta sin importarle si quería escucharla o no.

-¿Ya puedes defecar por la espalda? No se porque pero me suena bastante impresionante.-

-No , Taquito, maldita sea , que raro eres.- murmura sujetando su hocico por la mandíbula superior e inferior para hacer distancia entre ellos.-Eso sería asqueroso y no creo que sean las ranas las que hacen eso.-

-Que bueno que eso sea lo que te parece raro , es mejor que esto.- supiera aliviado falso , era falso su alivio al no interesarle realmente esa idea.-Perdóname , creo que si tengo demasiada hambre.-

Su intención es más clara con ese brillo raro en sus ojos. 

-¿Otra vez?- exclama la rana al ver como se disponía a cerrar la distancia con él .-Pues bien esta bien…– su vergüenza se queda en eso.-Estamos bien.- lo suelta sujetando esas garras en su propio rostro.

Permite que esa larga lengua recorra los bordes de su boca ,llevándo la suciedad y la sangre consigo.

Lento. Es extremadamente lento como lo prueba y limpia con una lámina firme de la base de la leña a la punta sin esperar a que le diera permiso para invadir su boca.

Es hambre o algo más . Le parece divertido, le es confuso , como busca el sabor de esas ratas para saciar el hambre frustrada o solo llega a robar el sabor de las fausces contrarias con la única parte de sí que soporta la toxina de la rana. Había un momento en el que la sangre a no es perceptible pero continúa probando su boca.

Hundido en ese sopor qué le ayuda a ignorar el hambre. Lo despierta aunque sea confusa la sensación que hace a sus sentidos dormir.

Relajándose en demasía una vez esa lengua contraria participa lento , tan fina la sensación es diferente. Es un vals que lo hace inclinarse y buscarlo.

La rana sujeta sus garras fijas en su rostro. Cargando con una vergüenza diferente a todo por culpa de la pequeña cola en su espalda y como se mueve tan rápido mientras escucha el movimiento más relajado de la contraria.

Depositando algo de su temor al futuro y como se desarrollará su situación conforme empeorará.

Estaban atrapados con los demonios.

Entre los ecos de gritos del pasado y las sombras de lo que solo sería cada vez peor.

Solo puede dejarse llevar por la garra en su nuca y como lo obliga a levantar las plantas de las patas para hacer más profundo este encuentro en las sombras de una cueva olvidada.

El intercambio termina con una risotada nerviosa de ambos. Lleva el cocodrilo a la rana a su espalda , dirigiéndose de vuelta a esa cárcel juntos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la zona de hierro de La Guardería.

En el interior de una habitación de limpieza.

Con el malestar estomacal más fuerte en años.

El gato encuentra la peor de todas las cosas a encontrar.

Sus orejas bajan observando el estado de este medio tirado en el suelo de este lugar.

La posibilidad de ser canibalizado había aumentado incluso cuando se esforzaban en conseguir comida. Debían esforzarse en ser visibles o perceptibles mientras la mitad de ellos dormía y él engaña al hambre en su propio sueño.

No había forma de que esto ocurriera pero aún estaba pasando.

El problema es que este medio con la forma de Bobby , no fue canibalizado.

Voltea lento , busca información en la pequeña humana que lo llamó.

Fue de por sí extraño que fuera una niña humana la que cortara la distancia para pedirle que viniera a este lugar.

La niña nota su mirada.

-El…le hacía cosas raras…y la empujaba…y cuando me vio le hizo eso. - apunta nerviosa ese agujero en su cabeza.-No se como pero lo hizo.-

La habían matado con una pistola de clavos. No fue ningún medio ni un invasor.

Los únicos que usan herramientas precisas son los humanos. Son los niños.

El gato siente algo frío en su espalda.

Aún no habla. Mantiene el silencio analizando el estado de la osa muerta.

-Quiero ir con mis amigos.- murmuró la niña asustada por su silencio.

El gato la detiene.

-¿Quién era? ¿Como se veía aquel que la empujaba?- pregunta dubitativo. Aquello comienza a doler.

La niña vuelve a asustarse por su voz y la intensidad de esta presencia.

-Era un Bubba medio.-

La situación empeora con esa respuesta.

Los Bubba no tenían siquiera dedos. No era posible que estos usarán algo como una pistola de clavos.

Su sospecha crece junto al odio.

Los actos de esta índole sólo serían motivo de una desaparición inmediata.

La niña huye a casa , dejándolo solo con el cuerpo.

El gato lo levanta con esa larga colas , dirigiéndose a una zona diferente de La Guardería.

Ahora solo puede llamarlos por los teléfonos repartidos por La Guardería o enviar al primer pobre juguete que se le cruzara. Así lo hizo. Envío a un pequeño Kickin a buscar a todos los sonrientes despiertos.

 

 

 

 

 

Hace tiempo era un plomero. Un miserable plomero.

Hoy cualquiera admiraria su gran capacidad de supervivencia.

En el día del juicio logró escapar de las fauces.

Consiguió la piel de uno de esos monstruos y hoy al fin era posible para él moverse entre las ruinas de su anterior empleo. 

Después de todo , él , su gran intelecto y poder , todo él era impresionante.

Un hombre entre hombres. Un dios entre mortales.

Aquel que logró sobrevivir entre estos locos y monstruos.

Hoy tuvo un desliz y lo vieron.

Este pesar lo hace sujetarse la cabeza bajo la piel que robó hace dos años.

El plástico soporta el tiempo. El olor es borrado por la cantidad de esencias que usaba.

Era el único humano entre todos los trabajadores qué cayeron en esa gran matanza.

Pensó en vengarse pero siendo sincero no podía.

Sobrevivir es difícil.

Saciar el hambre y las necesidades más básicas como alcanzar a esas criaturas y matarlas para conseguir su carne y no solo comer estúpidos dulces y pastelitos de vainilla con fruta artificial.

Hoy falló y cayó en otro tipo de necesidad.

-Vaya que caí , osita.- su rabia es compartida con la satisfacción tras someter a un juguete a otro tipo de juegos.

Desde los trabajadores qué no pudo alcanzar a los que sí. A esas mujeres que no van solas al baño o los que si terminan una fiesta de navidad inconscientes.

No es fácil saciar todas las necesidades.

Es difícil y deberían reconocer su astucia y perseverancia.

Cazando a esa osa en específico. La única osa que usa un pasillo qué en su mayoría estaba solo. Ella era pequeña , no comía la carne de sus iguales y esto la hacía ligera. Limitaba su dieta a esas comidas traídas por el perro o cualquier otro gigante.

 Era fácil de sujetar.

No lo confundan , no es un zoofilico , es un hombre hecho y derecho. Más esta necesidad era fuerte dentro de muros donde no hay otros humanos y los que hay …siempre están en grupo.

Esos mocosos son egoístas y viven tan unidos. Atreviéndose a burlarse de él al pasar esas chicas jóvenes con sus compañeros. Moviéndose por ahí sin pensar siquiera en tenerle piedad y venir a este rincón oscuro para acompañarlo un rato.

Solo puede buscar a las criaturas solitarias.

A los gatos debe renunciar. Son muy rápidos y ruidosos . A pesar de parecerlo sus gritos siempre atraen al perro más cercano y este viene siempre armado. En un intento pasado donde le persiguió una de estas criaturas con un hierro oxidado , solo era la advertencia de cómo se dificulta cazar gatos.

Las cerditas siempre están con las osas y las conejas no son más que una trampa. Son inquietas y ruidosas.

Queda el elefante y su figura silenciosa .

Estuvo comiendolos un tiempo antes de que estos sospecharan y dejarán de cruzar estos pasillos.

Solo quedan los perros pero estos son un rotundo no. Son ruidosos , son mucho más inquietos y saben cuando falta algo. Siempre en grupo con otros. Maldito sea el que le hizo la tarea tan difícil.

Comer a los más pequeños era lo ideal cuando un medio no llega.

Si tan solo fuera menos sospechosa la estatura de su disfraz. Apretado dentro de una piel de 1,50 con sus 1, 80 . La deformidad les asusta si no actúa rápido

Debe ser preciso.

Debe comer.

Debe saciarse.

Como esa necesidad se convirtió en otra cosa conforme más comía esa carne calida y fresca , no lo sabe. Una noche de cacería la mitad inferior de un cerdito lo hizo sentir sediento.

Antes hizo cosas divertidas con personas. Solo debe encontrarlos débiles , solo necesita una simple grieta para romperlos. 

En una de esas grietas encontró su ascenso a jefe de plomeros en La Guardería.

Solo con ver algo tan raro como a un humano y a ese gigante azul compartiendo mucho más que un abrazo.

No pudo comerse al ingeniero pero hoy puede probar y degustar a cada criatura.

Las golpea en la nuca y las lleva a un lugar especial.

La cara de estas al ver como se abre el traje para salir un humano sucio y sudado para jugar con ellos como se lo merecen. Esos ojos tan brillantes se llenan de asombro ,seguido de un miedo que solo pude ser algo hilarante conforme su propio juego llega al culmen con la muerte de esta criatura. 

Hoy fallo al no cerrar la puerta y esa mocosa le viera.

Al menos solo podía ver la piel sobre su cuerpo en esa posición. 

Lamentable es que perdiera la oportunidad de atraparla.

Triste como olvido llevarse a la osa a la hora de huir. Ahora esta atrapado.

Graciosamente atrapado.

Tan solo a un pasillo de ese gato llevándose su comida en esa cola prensil.

Un objeto interesante. Si tan solo pudiera ponerle las manos encima a este o a la conejita.

Había sobrevivido a tanto. 

Seguir adelante a pesar de todo lo que pudo salir mal.

Ahora pelea con esta sensación de pérdida . Esta aplastante derrota y como su vida estaría amenazada por culpa de una mocosa que no debía ver ni decir nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese felino va por los pasillos. Salta de piso a piso . 

Cada vez más consciente del peso en su poder.

Esa osa.

Esta criatura.

Esta niña.

No puede seguir.

Sus patas se detienen al chocar su cabeza con la pared de la cueva.

Con las luces de las oficinas que usaba Picky como su hogar en vez de las mismas construcciones dentro de La Guardería. Ahora está solo. 

Ahora no hay nadie a su lado.

No hay con quien fingir ni a qué aferrarse.

El peso en su poder le hace caer dentro de su propia desesperación.

-¿Qué está ocurriendo con ellos?- lo pregunta asustado.

Sinceramente asustado.

Este crimen golpea sus venas como hiel a la boca del estómago. Duele , es frío pero arde.

Sus nervios y su propio cuerpo están por estallar.

-¿Qué están haciendo?-

Sus propias dolencias golpean. Salvajes rugen esos miedos hambrientos por sus huesos y la fuerza de su cuerpo , la reclaman como parte de un gran festín.

El miedo y la desesperación lo está comiendo vivo desde el centro de su cuerpo.

 Por un momento alucina ser la merienda de los pequeños pero solo es un idiota con una víctima en su poder y nada más que un reflejo repetitivo en su propio ser.

Es la primera prueba real para su capacidad de proteger a los niños y a las criaturas .

A todos . Protegerlos de algo que no desea volver a experimentar ni como testigo ni víctima.

Solo deseaba que esto terminara pero empeora.

-¿Qué estoy haciendo mal , Dios?-

Solo hay niños de La Guardería.

 ¿Entonces un niño hizo esto? ¿Como tal maldad se desarrolló en su hogar?

Aunque se esforzó tanto por llevar a Dios consigo. Aún esas sombras amenazan.

-¿Dios , que debo hacer?- pide su guía observando a esa osa tan tranquila.

Cometió un crimen más. 

Entero a la criatura bajo piedras en vez de entregarla como alimento a las otras criaturas.

Protege su cuerpo.  

Sin saber si lo que hacía era correcto o no. La luz de esas oficinas golpea su pelaje.

 

Desde las ventanas de esas oficinas la cerdita le contempla fríamente. 

-Así que esta es tu forma de escapar de la realidad , gatito.- puede delatar lo.

Puede usar ese error en su contra.

Podrá hacer que todo cambie si logra llevarlo al límite.

Porque seguramente el límite de ese gato sea su hogar.

Sacaría por sí sola a quién le importara de verdad.

 

 

 

 

 

El hambre empeora el estado de las personas.

El dolor y la locura.

Ahora estas dos razones pelean dentro de la cabeza de ese gato.

Preguntándose cómo podía salir todo tan mal.

Justo de camino a reunirse con los otros sonrientes ,él llega desde el techo como la gran potestad que era en su corazón.

Pegando la frente en el suelo le recibe con sumisa felicidad , aliviado tan solo con tener a Dios enfrente de su camino de vuelta a casa.

Interrumpiendo sus pensamientos y cuanto necesitaba hablar con los otros sonrientes.

La garra le enfrenta colocando el filo de sus cinco cuchillas sobre su cabeza y cuello.

-Dios , te extrañe . Te-

-CatNap.- corta su voz fría y robotica aquellas palabras de cariño.

El gato baja la mirada. La vergüenza es insoportable , es dolorosa. El gato es levantado por el cuello obligándolo a mostrar sus costillas marcadas más que antes.

-Estas tan delgado.- le deja para recorrer con sus garras ese torso huesudo.

El gato sorprendido retrocede sin pensarlo , demasiado sobresaltado por la forma directa en la que esta vez la garra lo hace descubrir la barriga y verlo hacia arriba.

Dios le heces una petición acompañada por un descendente toque sobre su nariz.

-Levanta los brazos.- le pide deteniendo su filo sobre ese collar de luna.

Lento el gato obedece colocando las patas a los costados , le muestra respeto descubriéndose. La garra no duda al tocarlo hundir el dorso de las garras en la corvatura marcada entre su estómago y costillas. Aquel espacio vulnerable qué inconscientemente salta por dentro al ser tocado de improviso.

-Tú ocultaste comida a los otros.- le comparte la razón , la excusa que puede utilizar para controlarlo.

El gato sacude las orejas. No ve esto como manipulación o mentiras. Para su propio ser esta es una bofetada a sus maquinaciones egoístas y necias. 

-Dios … no era esa mi intención…Dios …-

La gran criatura le sujeta el cuello.

-Se cuanto me amas. Sé muy bien cuánto deseas ir al otro lado.- aprieta ese rostro con todas las cuchillas.-Tú , solo tú, mi gatito. No me parece posible que ahora no te interese escucharme y decidas renunciar a él mundo que te tengo preparado.-

Esa voz tan dulce otra vez.

El gato no tarda en derretirse solo buscando su contacto , busca su cercanía con la desesperación que pasa sus días soportando.

-Cariño…- suspira cerrando sus ojos al no percibir ese aroma a vainilla.-Dios , porfavor , necesito tu ayuda. Por favor , ayúdame. Te lo ruego , Dios , por favor.-su súplica hace temblar sus orejas caídas.-Te necesito tanto conmigo ahora.-sin saber a quien le rogaba su presencia , lucha por mantenerle a su lado.

La criatura pasa el filo por ese pelaje.

-¿Que ha sucedido , gatito?-

CatNap exhala pesado. Ese humo escapa de su boca en un hilo sutil.

-Algo malo sucedió. Algo muy malo y …no se como voy a proceder , no se que hacer para castigar al culpable ni para encontrarlo ¿Y si cometo un error más y solo empeoró todo aún mas?-

-¿Un crimen?-

-Algo muy malo ..muy malo …algo malo …- su voz queda a medias cada vez que llega a pensar en decir el crimen . Lo lleva a ver al cadáver , a ver de nuevo a los niños y a su propia figura en las camillas de los carniceros.

El prototipo ve una oportunidad.

Una oportunidad para quitarle todo a CatNap , una oportunidad de acabar con la unión de este peligroso grupo capaz de liquidarlo de llegar a decidirlo. De determinar que su vida era un estorbo para las puertas que deseaban cruzar.

Escucha atento. Le deja hablar y a sí mismo rememora cada una de las grandes posibilidades que podrían servirle. Recuperar sus piezas y devorar al gato con todas las piezas que este podría recuperar sin tener que esforzarse.

El felino esta lejos de tales maquinaciones. Sincero. Pequeño y vulnerable lo busca , busca esta ayuda. Busca su calidez , aquella que en su infancia le inundaba en la soledad.

Ahora que sus compañeros lo ven como una sombra útil y una herramienta fría.  

Donde ya no tiene a nadie sosteniendo su cuerpo de ninguna forma. Nadie que haga un sutil sonido al escucharlo ni le responda con su compañerismo o una sonrisa cómplice. No hay una compañía ni una amistad que desee acabar el mutismo de sus embotados timpanos llenos de ese zumbido aterrador o ese calor ininterrumpido en las venas de su cerebro.

Ruega por una respuesta. Una ayuda que necesita más que nunca hoy.

-Las cosas con los niños ¿Como es que una semilla tan mala creció en mi hogar? ¿Como puedo salvarlos?- su miedo crece.-No puedo saber quién cometió el crimen , no puedo averiguarlo ¿Como puedo salvar a mis niños?-

Esas garras y ese humo son armas. No ven culpable ni inocentes al momento de cortar o acabar con la sangre de los nervios atrapados por su toxicidad.

El monstruo tan grande toma entre sus navajas esa gran sonrisa. Sujetándola como lo haría un galante pretendiente a un objeto de conquista.

-No tengas miedo , gatito.- le consuela usando todas y cada una de sus muchas voces.- No hay más por lo que atormentarte.-

El felino siente el peso aligerar se en su pecho. 

-Me llevare a los buenos y a los malos. Salvaremos sus almas , tan solo necesito que entregues sus vidas a mi. Dame a todos tus corderos , mi gatito.-

El gato piensa. La realidad de lo que significaba tal cosa. 

Tales acciones a tomar y cómo serían llevadas.

-¿Acaso estás dudando ahora?-

Acompañó su interrogante con esa voz especial quebrandose en un murmullo que lleva esa persona a perderse sin ser escuchada en su totalidad. 

Como una persona perdida en la lejanía.

Así como la garra se retira lentamente.

Esta amenaza resulta. El gato no tarda en bajar la cabeza rogando con los brazos arriba.

-Porfavor , no me dejes ,Dios. Sin ti no sabré que hacer.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquel humano tan inteligente . Corre por su vida.

Saltando entre las máquinas de basura.

Algo debía salir mal hoy . De todos los días posibles , hoy.

Su piel falsa se reventó sin que lo notará.

Dejando huellas con su forma de pie humano.

Es perseguido por el más desagradablemente irónico de todos los sonrientes.

El elefante.

Intenta evitarlo y esa cadena rosa su cabeza sacudiendo su cabello revuelto.

-¡¡¿Qué demonios eres?!!- ruge el elefante lanzando la segunda cadena contra su cuerpo.

 Hoy.

Si hoy , trece de marzo de 1995 Francis Roger Paterson, muere como un héroe habiendo vivido sus últimos momentos como un orgulloso espécimen ejemplar de carácter humano. Según él. Claro qué según él .

 

 

Para Bubba esta cosa extraña exploto al tacto con el pedazo de concreto al final de su cadena.

Acercarse a revisar que carajos mató es tan extraño como revisar el exoesqueleto de una cucaracha y tratar de entender si era una canadiense o una con alas cuando solo queda un asqueroso exoesqueleto gomoso pegado a la pared.

Su asco es tal que no puede ni pensar en comerlo. Solo le cubre con un cartón propio. Este movimiento hace que su pata oprima el botón. 

Escucha el dulce ¡Hola , soy Bubba BuabbaPhant! Su rostro debe arrugarse para no romperlo. No reordav¿ba qué su voz fuera tan tonta de niño. Seguramente fue esa estupido actor de voz el que decidió que su voz debiera ser nasal.

- ¿Te parece que mi voz es nasal?-- cuestiona al aire.

La cerdita en las escaleras detiene su avance.

-¿Como supiste que venia?- le pregunta rascando su cuello . Esto era inesperado en muchas formas.

El elefante le sonríe. Eso lo muestran sus ojos al estirarse por las esquinas.

-Tus pezuñas suenan como tacones.-su pata apunta sus pezuñas.-Suena como cuando te pusiste vasos de plástico y caminaste por el pasillo por tanto tiempo que terminamos teniendo que cortarlos para destrabarlos de tus pies.-

La chica piensa.

Claro. Encuentra tal recuerdo dentro de sí.

- ¿Porque diablos sacas eso ahora?- murmura avergonzada. Lento puede recordar lo engreída y perfecta que se sentía con esos vasos plásticos de las tortugas ninja metidos en sus pies. 

Necesita cubrirse el rostro para no comenzar a sacar el vapor de su vergüenza. 

Taconeando por ese cuarto como tremenda diva.

-Siempre supe que se te daría bien ser bailarina de ballet.- 

No es demasiado para ella escuchar ese halago

Obligándose por curiosidad a ver el aspecto de sus finas pezuñas de cerdito.

La vanidad de una chica le golpea como otras veces en secreto. Le hace admirar su capacidad de ir en estas piernas tan bonitas como extrañas . Un peluche de pelaje de plástico y lleno de esas curvas de hueso y carne , no la diferencian de sus contrapartes masculinos y aún así …aún puede sentirse tan bonita al ver el brillo de sus pezuñas al golpear el suelo con su fuerza a cada paso.

El sonido sordo de las patas del elefante vienen a su dirección.

Es acompañada por el eco de un tarareo.

-¿Estas cantando?- le interroga al escucharlo hacer una melodía.

- ¿Preferirias qué rapeara? Sabes que no puedo.- murmura avergonzado . Estira las patas en alto para ella.-Las rimas no son lo mio.-

La chica duda por un lapso corto.

Había venido para prepararlo. Para advertirle de lo que vendría.

No para bailar.

Es tonto. Es estúpido que lo primero que hiciera al tener la oportunidad tan ansiada sea estirar sus pezuñas superiores para encajar con sus patas.

El tintineo de las cadenas en el suelo la asusta , la lleva a esa celda.

Le recuerda lo que estaba haciendo hasta hoy. Lo que era Bubba ahora para su situación y para ese monstruo en las paredes.

El elefante ignora esa espina. Su ánimo le alienta para girar con ella en un corto movimiento de vals.

-Estoy pensando mucho en todo.-

-Como siempre.-

-Como en cuanto te extraño.-

Picky levanta las cejas , dejando su nariz sobre sus pecho.

-Eres hermoso.- halaga primero en un acto rebelde solo de ella.

El elefante párece haber perdido las palabras de la boca. Levantando las cejas y bajandolas con un poco de vapor saliendo de su boca.

Picky puede coronarse como la vencedora hoy.

-Y tú eres deliciosa.-

La palabra. 

El acto de sujetarle por la cintura en un abrazo qué no la asusta.el bamboleo quien los lleva a las sombras de la estación.

El peso de su cuerpo o su fuerza cubriendola por completo de toda sombra o rayo de luz extraño. Ek como vuelve a ser libre al sentir como dobla las rodillas lentamente sin soltar su cintura.

 El amor que hace de sus rodillas un par de fideos sin fuerza ya tan dispuestas a subir subir sobre esos hombrlos o como el hambre eterna baja a una parte de sus instintos qué solo hacen de su sangre piezas hielo diluyéndose entre sus piernas.

Ella es esa loca caníbal pero sentirse la presa es un deleite.

El postre está en sus muslos.

Cuánto quiere darle una mordida. Como necesita sujetarse a él para no enloquecer.

Cuánto le gustó sentir su aliento caliente en su vientre cubierto. Como sus muñecas tiemblan torpemente al bajar con el filo de sus pezuñas el cierre de su pecho

El deseo de ser devorada hasta la última pizca de piel o pelo.

El deseo por encajarle los dientes y colorear ese azul de rojo , de su propio color rosa.

-Voy a matar a todos.-

Elefante detiene cualquier movimiento.

-¿De que estas hablando?-

La chica suspira. El acto de sus juegos son las consecuencias de miedos que desea superar.

El dolor de cada mes y como se expande conforme más años se añaden a su edad.

Ahora esta bien. De un momento a otro esa enfermedad la obligará a doblar en un lugar que cada vez contiene menos analgésicos y su cuerpo necesita comer para superar esos episodios tan dolorosos. 

-Estoy enloqueciendo de dolor.- admite la primera de sus razones.-Peleó contra este pero gana … y sé que debería poder con esto porque simplemente soy una chica y nací para este papel…- sus miedos toman fuerza al no estar exenta de esa mirada que no oculta como la analiza y escucha.

Entonces si es escuchada y aún así es juzgada , es más doloroso ¿O es peor ser ignorada al sufrir?

-Picky , no naciste para pasarla mal. Necesitas medicina , es eso , nada más eso. Si necesitas analgésicos , aprenderé a hacerlos.- le asegura el elefante.-Si quieres algo para el dolor , haré lo que sea para ayudarte … ¿Cómo matar a todos te salvará? Solo terminarás quedándote sola.-

Decirlo así. Prometerle una cura a su dolor y de alguna forma advertirle de las consecuencias de asesinar a todos. Esa forma de advertirle qué posiblemente podría abandonarla por el resto de los habitantes de La Guardería.

-Eso es lo que piensas.- murmura Picky con la mirada entristecida.-Ya suéltame.-

El elefante suspira.

Es necio a su manera. Hundiendo el rostro en su vientre.

-No se como ayudarte ahora pero puedo intentarlo. Tan solo dime lo que necesitas , lo buscare.-

La chica coloca una pezuña en su frente.

-Cuando éramos niños tu decías eso y corrías con Hobart ¿Ahora a quién correrías a pedir ayuda?-

El elefante afila esa mirada cansada. Sus ojos están agotados, está cansado de fingir que no ve lo que sucede. Conforme el tiempo empeoraba y esta fábrica se hundía cada vez más en la locura.

-¿Cómo quedarte sola podría curar tu dolor?- insiste en lo que ella defiende aunque cambie su reclamo.

 Picky levanta las pezuñas , impactandolas contra su cabeza.

-¡¿Desde cuando a ti te importa tanto lo que pase con otras personas y no conmigo?! ¡¿Desde cuándo es que te volviste tan leal a este mundo?!- su cabeza esta revuelta con tantos años con esa cosa , con las otras sombras golpeando sus sienes como demonios.-¡¡Ya se que te pasa , ya se lo que estás pensando!!- sus gritos vienen de fondo qué intenta encontrar razones para ser abandonada ahora. Cuando estaba más que hundida en sus telarañas y malas intenciones qué son el juego de horca en la página por completar su nombre.-¡¿Es ese gato?! ¡¡Eso debe ser!! ¡¿A ti también te robo el cerebro ese gato?!-

El elefante levanta las cejas sorprendido por lo lejos qué fue Picky en su arrebato.

-¿CatNap?-le pregunta para saber si estaba equivocado en su entendimiento de esta sarta de gritos sin sentido.-¿Acaso acabas de decir que te estoy dejando por ese gato?-

Picky sacude la cabeza. Tanto tiempo más culpables para su infelicidad. Para el dolor intermitente qué viene como puñaladas desde su propio cuerpo y solo poder maldecir a su reflejo. A nada.

Porque matar a los humanos y a cada trabajador u otra criatura no la sana. No le ayuda ni la cura , no le quita este dolor ni le permite descansar.

-¡Eres como Hobart! ¡Eres exactamente como él , también nos dejas y desapareces para seguirlo! ¡¿Cuántas veces debo llegar y no encontrarte?! ¡Ese gato , siempre ese gato! - su desesperación hace que sus piernas suelten una patada qué lo aparta de esta posición que mantenía sujetando su cadera.

Retrocede agarrando su cintura.

-Desapareces como él y solo para encontrarte con ese gato.-

El elefante vuelve a incorporarse de pie. Sacude tranquilamente su cuerpo ,sacándose el polvo y termina levantando las patas delanteras en su dirección. 

-No , Picky. Preferiría sacarme las tripas por las orejas.- lo asegura frío.-Mejor acusame de follarme mi propia trompa , creo que si alcanzo.-

Esta cerdita está enojada.

Tan enojada que reírse de esa estupidez asquerosa solo la hizo enojar aún más.

Lento la vergüenza llega a su rostro.

-Lo siento.- suspira sujetando sus propios hombros con la fuerza de sus pezuñas.-Me ofusque , ahora olvídalo…comienzó …- su humor decae junto a su poca fuerza física actual.-... Comienzo a sentirme tan estúpida.-ríe desde el fondo de su gran sonrisa perpetua.

El elefante no la toca. La rodea con los brazos y hombros caídos al inclinarse a su nivel.

-¿Quieres ver lo que robé de una bodega?- le ofrece apuntando a una habitacion 

 Picky levanta las cejas.

-Tú de verdad crees que soy tan estúpida para entrar sola contigo ahí.-

El elefante la mira directo.

-No creo que seas tonta para no saber lo que sucederá si entras.-

La chica levanta las orejas hirviendo en vapor.

Venía a decirle lo que ocurriría. Había llegado para darle una advertencia.

Sujeta su boca temblando al acercarse ella misma a esa puerta. La emoción hce escapar vapor de su boca.

El azul viene con ella caminando a su lado con los hombros temblando tan nervioso como al inicio.

 

Su cita es interrumpida por el aterrizaje a cuatro de esa coneja conyra la pared de esa maldita puerta.

-¡¡Hay un maldito problema allá abajo , debes bajar ahora mismo Bubba!!- los apura entre gritos.

El odio que recorre a Picky solo es comparable a verter agua en aceite hirviente.

 -¡Ahora mismo , ahora!-los apura sujetando en un segundo al par por los cuellos.

Bubba deja de estar enojado al sentir como la presión es muy visible en los ojos de Hoppy.

 

Bajar es lento para el par de patas firmes. Observan la bruma sobre La Guardería.

Atravesando el portal de hierro sus ojos son recibidos por un desastre que ya se encargó de destruir los jardines.

-¿Qué se supone que esta pasando?- interroga el elefante a Picky.

 La cerdita le mira con los ojos entornados.

-No bajes del teleférico.- le recomienda.-Algo debió salir mal.-

 Ya en el lugar el eco del problema llega para ellos.

-...¡Comemos nuestro peso en una semana , si haces esto solo nos mataran!-

-¡Cómo es justo que los humanos obtengan más que nosotros incluso ahora!-

 Ese eco es audible para Harom pero el resto solo escucha chillidos y berreos. Por un lado los pocos Bunzo del piso están peleando en un rincón.

-¡Ya estamos todos aqui! ¡¿Ahora nos dirás porque algo tan estúpido se te ocurrió ,CatNap?! ¡¡Responde ahora mismo ,maldito!!- le exige Hoppy al haber traído a todos los sonrientes sin excepción.

Buscaba respuestas para el nuevo orden de La Guardería.

El felino sobre las ocho estatuas mantiene el mutismo , pensativo o abstraído tras dar las instrucciones de lo que sería el nuevo orden.

-¡¿Como es posible que seas tan estúpido para planear tal sandes?!- el grito viene desde Harom pero no había que ser muy perceptible para saber que era la voz de Jason.

El gato exhala humo un segundo. La advertencia los hace retroceder.

-¿Qué se supone que significa lo que estás haciendo?- le pregunta más calmado o tal vez demasiado perturbado Kickin.

El gato levanta el pecho erizandose al dar de nuevo el anuncio.

-Desde mañana , la hora del almuerzo es el horario de comida para humanos y criaturas. Así como serán comidos todos aquellos que invadan el jardín. El resto del tiempo cada casa será la zona de cacería de los pequeños.-

-¡No puedes estar hablando enserio!- 

-¡No tiene sentido, ya les damos suficiente comida!- 

 -¡Los niños no son comida!-

El gato sacude esa larga cola.

-Hay pruebas de canibalismo y otros crímenes cometidos por los humanos.- les comparte a medias lo sucedido.-No podrán permanecer más tiempo con nosotros. Los rebeldes serán entregados a Dios y las sombras.-

El elefante da un paso atrás. 

-Deberías ir conmigo ,Picky.-

-No , solo vete , iré por ti pronto.-

El elefante no puede presionarla ni insistirle , él no era ese tipo de persona , solo puede confiar en ella y retirarse sin hacer ruido qué llamara la atención sobre ella y su insistencia en permanecer en el centro de la locura a suceder.

La cerdita le mira de lado al verlo irse sin molestarla. Satisfecha mueve la pezuña en despedida.

Necesitaba su espacio. Necesitaba procesar el cómo sus deseos se vieron cumplidos. 

Como solo ella entiende de donde viene el arrebatado sin sentido de CatNap.

 

Los necios aun discuten.

- ¿Cómo puedes tan siquiera pensar en hacerles esto?- le cuestiona Bobby.- Todos merecen vivir , debemos encargarnos de que vivan…prometiste que Dios los salvaría , lo hiciste.- sus lamentos rompen la paz de su propio cuerpo. La hacen llorar asustada.

CatNap la mira directamente. 

El estado de la osita en el cuarto de limpieza vuelve a su mente. Lo hace bajar la cabeza. No podía hablar sobre lo que sucedió.

No con ella tan parecida a la víctima. No sobre algo que ella teme al igual que él.

-Si no pueden atravesar el jardín por los pequeños , tampoco podrán llegar a la comida ¿Como no puedes verlo?- la interrogante de Hoppy ya es solo un murmullo sacado del nudo en su garganta.

El felino le arrebata toda esperanza de cambio o posibilidad de cambiar su decisión con los hechos,

-Puedo verlo.- admite con un pisotón sobre la piedra de la torre.-Puedo ver lo que dices , es exactamente lo que debe suceder.-

Su miedo al caso lo hace huir de la verdad. Cierra sus razones en un nudo.

-Los medios no tienen permitido abandonar La Guardería.-

El gato en hombros de Harom presiona las garras en el pelaje naranja. Esto no logra calmar al alebrestado y poco lógico perro.

Jason siente como este va por delante y su rabia saca de nuevo al campesino sin visión de las consecuencias de sus acciones menos calculadas. Puro corazón , pura emoción y compromiso.

Estalla con un bramido violento.

-¡¡¿De qué mierda hablas?!!- aparta a la sorprendo da coneja.- ¡¡¡Les quitas su libertad y su posibilidad de comer algo que ellos mismos puedan encontrar sin dañar a otros!!! ¡Tú mismo estarías empujándolos a matarse , CatNap, no estás pensando en las consecuencias! ¡Recapacita , maldita sea , vuelve a la tierra!- sus puños suben frustrado de tener que ver al gato hacia arriba , sobre las estatuas.

El felino sin quererlo atrapa en sus garras los hombros de la figura del perro. Toma su apoyo como algo personal.

-Ya di la orden. Las consecuencias de no escuchar son bien sabidas.- su ronca voz corta con las posibilidades de ser convencido.

Jason , quien se ocultaba en la espalda del frustrado perro , es descubierto por esos ojos fríos y el gran gato lo mira quemando con esos ojos de luna su capacidad de pensar correctamente.

Algo malo estaba pasando.

El felino suelta la estatua de perro , decidido prosigue entre gruñidos.

-Tú hablas solo por tu mascota.- afirma sin bajar la voz , como le guió Dios a hacer al dar sus órdenes.-Entonces te complaceré ,amigo.- se mueve entre las estatuas , su cuerpo delgado asemeja un serpiente al cortar la distancia entre ellos.-CatNap y Kickin ,ya sean humanos o juguetes , recibirán el doble de ración que cualquier otro sonriente.-

El perro baja los hombros por un segundo . Seguido la información llegó por completo a su cerebro.

-¡No!- es inmediata la escena desarrollándose dentro de su cabeza.-¡No puedes estar hablando en serio! ¡¡No puedes hacerles esto!! ¡Tu eres uno de ellos , eres CatNap!- 

Lo rápido que saldría mal todo dándole esa ventaja tan descaradamente a los gatos y los pollos que ya estaban en problemas con su poca aceptación entre ambos lados.

Incluso si no podía ver algo de la problemática en su propio estado , todo le daba una muy mala espina.

El gato a su espalda es cien veces más consciente de cómo saldría mal todo este teatro para él y para el resto de sus iguales.

Este gato termina de enterrar la percepción de las criaturas y niños testigos de esta discusión.

-Exactamente porque soy CatNap es que les doy ese reconocimiento a mis iguales.-

Los hombros de más de un gato caen.

Humanos o no. El frío les recorre al ser mirados por ojos fríos cada vez más pesados por parte de todos los compañeros a los que reconocían como familia.Preguntándose cuanto más se verían arrastrados.

 Estos felinos de peluche ya estaban ocultándose entre los medios. Sus reclamos van volviéndose un temor visible.

Ver de fondo a uno ser expulsado inmediatamente de su recientemente formado grupo amistoso no fue nada inesperado.

El escalofrío en el pellejo de Jason le advierte de aún peores secuencias por suceder.

-Además…- el gato llamó la atención de todos al hablar nuevamente.

Esta aferrándose a Dios con uñas y dientes. No podría dejarlo ir después de estas acciones

-Tú deberías estar descansando , DogDay.- 

El perro puede ver su intención pero no esquvarlo al estar tan cerca.

El humo le golpea el rostro junto a una sorprendida Hoppy.

Retroceden tosiendo. La carga fue tan fuerte como para manchar sus peajes de ceniza carmín.

El perro agarra a su gato arrancandolo de su espalda.

-Escóndete.- le pide un momento antes de lanzarlo sin despedirse o permitir que Jason lo haga.

Es lanzado con gran violencia para sacarlo del alcance de cualquiera. 

Pronto es aplastado por el gato , cubierto por su humo.

-No puedo confiar en ti para obedecer , así como en ella no me puedo dar el lujo de darle camino a su desequilibrio.-

La coneja demostró su punto al estar peleando contra la somnolencia tratando de alcanzarlo con las garras. El humo les cubre.

Kickin sujeta a Hoppy .

-No dejes que te mate.- murmuró abrazándola contra su cuello. El humo lo empuja a la somnolencia.

Hoppy mira por encima de su hombro a la casa. Lo aparta de sí con un fuerte empujón.

-No van a lograrlo , Kickin.-

 

 

Los ojos de asustados niños observan desde Dulce Hogar , demasiado confundidos para entender lo que estaba sucediendo o porque estaba CatNap en dos patas, llevándose al par por las orejas a La Juguetería.

Kickin llega por esa ventana.

-No pisen el suelo a la hora del almuerzo. No lo hagan.- ordena al entrar corriendo.

No tenían una buena relación con el ave.

El revivir esos días en los que lo veían pasar corriendo de un lado a otro con alguna misión les hace sentirse extraños al verlo destruir las paredes y las ventilas.

-¡¡Muévanse , malditos!!- les grita sin amabilidad alguna a los mayores de la casa.-¡Si no hacen algo , todos van a morir!- 

Tardan en escucharlo pero más de uno se delata y sus máscaras frustran al ave.

Los perros son los primeros en escucharlo y moverse siguiendo sus instrucciones.

Lo qué sea , aunque dudarán. Lo siguen por la casa a cubrir las paredes y tapiar las puertas.

 

Afuera Bobby corre empujando las verjas y postes para crear un camino alto. Ella no entendía nada de lo que estaba planeando CatNap , no lo entendía.

Esto parecía ser solo un plan para matar lentamente a los niños, ¿Qué estaba pensando el gato? 

Sus garras las usa para abrir las paredes y lavar esos cables dejados por una silenciosa Picky.

-No puedo seguir aquí.-

-Te necesito , sabes que no podré hacer esto sola.-

-Entonces no lo hagas.-

Bobby grita. No entiende nada. No lo puede comprender.

Esforzándose por crear caminos altos arrastra esos dinosaurios de cable y concreto de un lado a otro.

El jardín pronto parece ser el escenario de un gran juego de “El suelo es lava” 

La osa observa su trabajo con las orejas abajo.

-¿De verdad todo es un juego para ti?-

 La amabilidad de ambas criaturas golpea de forma diferente a las criaturas. Sin intención . Sin malicia y con piedad.

Sus actos son tomados como una declaración fuerte. Una muestra de la voluntad de los gigantes a favor de los humanos , abandonando a las criaturas de mediana estatura. Sin quererlo. 

Sin pensarlo sus acciones ahondan aún más profundamente en las brechas entre los dos tipos de niños en La Guardería.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

45 dias

 

 

Este es el tiempo que tardaron en volver a la vida los rebeldes como el perro y Hoppy. 

Encontrando un escenario desolado.

Una pesadilla acompañada por el intro de esa horrible caricatura.

 

 

 

Harom lo buscaba entre los restos de PlayHouse. 

Encontrando solo a esa criaturas más salvajes y descaradas qué nunca.

45 dias.

En los restos de oficinas exteriores encuentra a su gatito escondido entre dos escritorios.

A Jason sin un ojo , sus manos destrozadas por las mordidas ganadas en su búsqueda de alimento en las trampas colocadas por los pequeños

Heridas de peleas por mantenerse vivo cuando fue su solo existencia una diana para los enemigos creados por el hambre.

Porque al despertar la coneja o él. El odio de todos los que pasaron esos 45 días solos con la comida limitada qué permitía el felino o la que apenas era capaz de reunir el ave en su desventaja o la osa perdida , ya no quedaban suficientes lazos enteros para estar juntos.

Perros muertos.

Aves disminuidas a un tercio.

Gatos canibalizados.

Niños cometiendo actos violentos entre sí.

Resultando en reencontrarse con su pequeño amor destrozado por un mes de muerte ininterrumpida.

Solo ese gato más delgado sin ánimos para hablar más allá de murmurar una bienvenida desanimada.

Solo acompañándolo a buscar lo que pudiera encontrar para alimentar a los que aún quedaban en la casa destruida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996

 

Ya no quedan más niños sin pelaje

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es despertar por la alarma del gallo su primer día sin misión alguna.

Esa ave rueda panza arriba en el suelo de Dulce Hogar.

Perdió todo.

Una y otra vez lo perdió todo.

A sus niños. Los perdió incluso si sacrificaba a su mejor amigo.

Perdió a su novia. Incluso si vendió su alma al diablo.

Perdió a las últimas fuentes que le mantenían cuerdo. No quedaba un solo niño al que cuidar.

No había nada más que ruinas y sangre.

Todo está en su estómago.

En su cuerpo recuperándose del largo episodio de hambre y desnutrición pasado en búsqueda de un equilibrio entre ellos y los niños.

Sujeta su cabeza con las manos. La sangre del día anterior ensucia su plumaje como lodo pegado a su cuerpo.

Gritando. Ruge y reí , grita y golpea su propia cabeza.

El cansancio no está presente.

Solo es él atrapado con todo el odio que se tenía.

Por ser pequeño a comparación de sus compañeros. 

Por ser un ave que no vuela.

Todo este tiempo fue un desperdicio.

Permitió tantos horrores . Por nada.

Para nada.

Grita . Necesita gritar para librarse de este odio.

 

Bajo todo el desorden aún quedan algunos sobrevivientes.

Los medios.

Los que aún mantienen su escondite sin entender cómo sería el nuevo mundo está nueva mañana.

El felino continúa oculto en La Jugueteria. Duerme sobre restos de tela y la luz de aquella vieja lámpara.

Su cansancio golpea los restos de su miedo.

Debe despertar sobresaltado por los restos de los gritos en sus pesadillas.

Su cuerpo rápido se aleja de la pintura , golpeando su costado con la baranda del pasillo , esta madera se rinde por su peso e impacto. Dejándolo caer de bruces contra el suelo del primer piso.

El impacto eleva grandes cantidades de polvo y asusta a los pocos medios en el lugar. Escondiéndose ellos y sus heridas devuelta a las sombras.

 El gato sacude la cabeza levantándose del suelo entre trompicones. Camina fuera de la construcción.

El pasado.

Un pasado tan viejo como sus últimas neuronas capaces de reproducir el calor del sol en su memoria.

El eco .

El espejismo.

Le da la oportunidad de ver de nuevo este lugar en movimiento.

La música resonando al fondo. Callada por las risas y gritos divertidos de niños corriendo entre adultos.

Burbujas brillando sobre su figura.

Las risas de todos los que van en grupo y discuten cosas sin sentido.

La carrera a su lado.

El niño que persigue una pelota de soccer y la patea por encima de todas las bardas de hierro.

La risa de su garganta al anotar un gol certero.

El resplandor de las lámparas eléctricas al llenar sus ojos al mirar arriba.

Sus ojos suben persiguiendo la sensación en su presente.

Ese sol falso brilla sobre él. Falso , todo es tan falso como siempre.

Más esa sensación tan fuerte en sus recuerdos era real.

Estaba más vivo que nunca.

Jugando con esos niños sin nombre.

Sintiendo sus empujones por los costados o las trampas entre sus rodillas.

El choque de sus codos y esas risas , el calor de su presencia.

Estaba tan vivo qué no podía imaginarse qué tan muerto esta su cuerpo hoy.

Hoy que al bajar la mirada y dejar de observar aquel gran foco sobre su cabeza lo estrella contra la realidad.

Contra los charcos de sangre.

Sin risas.

No hay vida.

Se perdió todo.

Él lo destruyó todo.

-Dios…- intenta pedir algo,

Intenta encontrar las respuestas para este presente. Las preguntas que le enfria su interior y las mentiras que necesita volver a comer para sumirse de nuevo en la inconsciencia.

Destruyó a todos.

Destruyo los sueños.

Acabó con el futuro.

No dejó siquiera migajas de lo que era un mundo que proteger.

-Debo …ir a llenarlo.- murmura para sí . Reafirma su situación.

Esta solo ahora.

Sin nada más que recuerdos y ninguna mentira que lo proteja de cada mancha de sangre que pisa al dirigirse a la zona de hierro. Lograría este destino , lograría completarlo.

Porque si Dios los devora , irán al mundo donde todos estarán esperándolo.

Aquel mundo era real.

No importa si Dios los hace pedazos o los convierte en tiras de carne,

No importa nada.

Solo importa llegar a ese hogar hermoso.

Solo el objetivo importa.

Cree. Tiene fe.

Los entiende.

Los seguiria al otro lado muy pronto.

Solo debe esperar y escucharlo.

Escuchar las promesas de Dios para alcanzarlos algún dia , cuando no haya nada que cuidar y pueda irse.

Cuando al fin le permitan acompañarlos. Sería libre de todas las mentiras.

De esta sensación dolorosa en su cuerpo y como sus dudas lo alejan de este mundo de promesas.

Porque no mato a los niños.

Porque no los condenó.

Los entrego.

Ellos eran libres. No importa si duele por un momento. Ellos son libres en aquel mundo hermoso al otro lado de la oscura duda de su cobardía.

Su camino llega al final con los contenedores de líquido rojo en su visión.

Salta las rejas. Cruza los pasajes quebradizos para llegar a las grandes compuertas de hierro entre los dos tanques de carmín descubiertos.

El interior hierve como siempre.

Su mente vaga a la primera vez que le dieron esta arma de forma tan fría.

Debe superar el miedo . Debe seguir adelante.

Ya llegó muy lejos para acobardarse otra vez. Su cobardía lo hizo perder la pelea antes , ahora no podía permitirse perder nuevamente.

Con las garras abre las compuertas de hierro y esas tuercas gigantes necesitan de su fuerza poaar abrirse. Revelando la gran manguera dentro y enrollada torpemente en el interior.

El gato deja su cuerpo caer de sentón , de nuevo observa su cierre con un temor presente por culpa de estos sentimientos revueltos.

Su miedo a la sensación dolorosa y repetitiva le hace tardar en tomar la manguera y conectarla con su cuerpo.

Esas voces. Sus gritos , el dolor de escucharlos llamarlos o quedarse en silencio después del peor de los gritos.

Su frustración le da fuerzas para bajar el cierre y descubrir el mecanismo bajo su pelaje. Su carne había sanado bastante al darse tanto tiempo para el siguiente llenado.

Corta con sus garras abriendo su estómago para conectar la manguera a esa máquina dentro de sus órganos. Abrir la llave es lento , más lo termina de golpe.

La sensación golpea como cada vez.

Hierve.

Su cuerpo hierve por dentro de la peor forma.

Es como verter una torrente de agua que lo hace gritar dentro de su boca. Chillando akl caer de costado , solo puede quedarse ahi. Duele.

Lo recorre como una serpiente. El líquido golpea , escurre por el óxido de las piezas sin reparar. Cocina su interior. Sube , solo sigue subiendo y llenando algo que tan cerca de sus pulmones y corazón ya se filtra.

Deberían haber humanos que trabajaran en reponer las piezas dañadas por su sangre y el tiempo. Solo ahora le queda resistir entre temblores como se llena esta máquina con el líquido hirviendo.

Es sistemático. Lento.

Llega a su garganta y regresa , calcina. Golpea.

El peso lo empuja contra el suelo.

El conteo de la maquina en su torso apenas sube una raya cuando su cuerpo intenta pelear. Solo eso. 

Una raya.

Debe esperar.

Debe aguantar.

Lo merece.

Merece este tiempo atrapado con su propio veneno.

Entregó a las muertes más crueles a los niños, entregó a todos a un sufrimiento tan cruel por nada…

No . Es por dios.

Es por su barriga , no , es por Dios.

Niega entre sus garras.

Es por dios , es por quienes serian del otro lado.

Por el mundo que verían al terminar el infierno.

-Así que llenarte duele.-

El gato levanta la cabeza.

El miedo al ver de todos a ese tipo no cabe en su pecho.

Busca desconectarse más es aplastado por su peso , su cabeza choca contra el suelo .

El agua helada golpea su cuerpo.

Busca desde este punto lo que sea que esté ocurriendo o porque lo han mojado ahora.

Causa un cierto alivio en su cuerpo el frío. Ocasiona miedo no poder moverse.

Exhala una ola de humo.

-Nah , gatito , quieto.- 

La advertencia ocasiona una ola de fuego muy cerca de ambos.

Es una sola pieza de las tantas que arden en Dulce Hogar.

-¿Por qué traes eso aquí?- su dolor por la entrada del líquido en su cuerpo hace su voz arrastrar es en un gruñido profundo.-Todo aquí acabará con nosotros.- 

-No , esto solo acabará con tu caldero de bruja.- le advierte el elefante.

El gato sacude las patas intentando sacarlo de encima.

-Quieto , aún debemos hablar contigo.-

-¡Yo les ordene volver , ustedes no me escucharon! ¡Ustedes son los causantes de este resultado!-

La cerdita dobla las rodillas encontrandolo de frente.

-Puede que tengas razón.- toco su nariz con esa tabla prendida en llamas.

El dolor lo hace apartar la cabeza , dejando que ese fuego queme su mejilla.

La cerdita lo observa fijamente.

-Estas asustado.- señala apartando el fuego de su cabeza. Lo mantiene exactamente a la distancia perfecta para encender cualquier exhalación de humo.-Debes estar muy asustado , después de todo esto es tu culpa.-

-¡¡Yo los llame!! ¡¡Yo les pedí que vinieran , ustedes fueron quienes decidieron ignorarme!!-

El elefante presiona su cabeza con las papa. Las cadenas lo aplastan.

-¿Sabes lo que una persona tan dañada como yo puede hacerte ahora que no puedes moverte?-

El gato le gruñe , respirando rápido ante el cambio en ambos. En esos ojos fríos de parte de los dos.

-Desde que llegaste a nuestras vidas , no has traído nada más que desgracias y mala suerte.- le apunta Picky con una voz más relajada qué resentida.-Ahora mismo quiero hacerte muchas cosas, me excita pensar en cual de todas primero.-

-¿Que?...- tiembla tratando de entenderlos.

-Tú … tú pareces creer que Dios es todopoderoso y te protegerá de todo.- 

-Parece que no has visto lo que tú mismo has ocasionado.-

-Gato , Dios solo te ve como uno más del montón. No te salvará de lo que tu mismo ocasiones , por eso cada cosa hasta ahora es claramente consecuencia de tu propia estupidez.-

-Basta.-

-¿Qué tal si dejas de ronronear?-

El felino queda en silencio.

Estaba ronroneando.

Lo estaba.

El porque es claro al procesar realmente lo que estaba ocurriendo. 

Ese elefante lo sujeta con una pata sobre su cabeza, sobando con la contraria su cuello.

-Estas tan desesperado por algo más que un Dios , solo eres un tonto . Claro que solo eso eres.- suspira la cerdita picando con la pezuña su rostro.-Estas detrás de Dios pero lo que buscas es esto. Es merecer que tan solo te toquen , estas desesperado ¿No es doloroso descubrir que tan sólo estas cada vez que despiertas y una vez más eres tú sin un talento real? ¿Qué tanto estás desesperado por saber que alguien te ama? De saber que no hay nadie que te acompañe , alguien que te haga sentir amado.-

-Alguien que no te vea como un simple entretenimiento.-

El gato mueve la cabeza , sus patas las intenta sacudir para sacarlo de encima.

-No hablen como si …como si tan siquiera entendieran-

Picky preioba su rostro buscando sus ojos.

-Buscaste a Dios pero encontrarlo no va limpiar la basura infeliz y patética que eres en el fondo.- 

El elefante la acompaña.

-Ronroneas tan agusto por el toque de alguien que te repele , eres patético.-

-Eres un tipo miserable.-

-Alguien que se complace por cualquier caricia …Crafty tenía razón.-

-Eres demasiado poco …por eso nunca fuiste elegido.-

-Ni tu Dios te quiere , por eso siempre esta con esas cosas en el sótano.-

CatNap mueve la cabeza y esto solo hace que la fuerza sobre su cabeza sea más fuerte. 

-Ya , cállense de una vez.-

La chica sigue su mirada colocando las pezuñas en el suelo , llegando a su nivel lo enfrenta.

-Ese mundo que esperas , ¿Te imaginas que si exista? ¿Te imaginas como te sentirías si descubres que en realidad no mereces entrar después de todo lo que has hecho? -

 

 

Buba acarició su frente , devolviéndolo al suelo.

-Que ese mundo no sea para alguien qué está tan sucio como tú.-

El gato les grita sin palabras . Pelea por librarse del elefante.

Este lucha para sujetarlo.

Picky levanta las pezuñas y con ello , ella misma se levantó del suelo.

-Ahora actúas como si no lo quisieras , cuando hace un maldito momento le ronroneabas al novio de otra persona ¿Te da vergüenza? ¿Cuantas veces más deberás mostrarnos lo fácil que te es ceder el control de tu cuerpo a otros para que dejes de pelear contra tu naturaleza?-

La sensación en sus huesos le recorre , lo hace temblar lleno de una indignación impredecible. Así mismo su cuerpo parece hogarse con el dolor de estar más cerca de morir.

-Yo no hice eso , nunca lo hice-

-Lo haces. Lo haces por esa cosa , lo haces por cualquiera ¿Qué es esto , no eres tú siendo sincero al fin con todo lo que siempre fuiste?- 

-Eres una maldición que ni Dios soporta.-

CatNap cae lentamente en todas estas acusaciones y como lo estaban ahogando en pedazos de su propia dignidad cortada en pedazos finos.

-¿Cómo es que decirme esto les ayudará? ¡¿Cómo venir a hacerme esto va a curarlos?!-

Contrario a su propia necesidad de librarse de estos dos , el interrogar los solo hace más grande su insatisfacción y esa frustrante necesidad de herirlo.

-¿Cómo crees que mi hermano y tú podrían estar juntos en ese otro mundo?-

- ¿Como sabes que no enviaste a alguien mejor para él en cualquiera de todas tus masacres?-

-Si así fuera , sería lo único bueno que hubieras hecho por él , idiota.-

El felino les gruñe. Es soltado y solo puede quedarse ahí en el suelo. Atrapado por el peso de la máquina qué debe llenar de forma tan humillante bajo los ojos del par.

Ya sin el peso ni la violencia de ser sujetado y sometido , una sensación fría lo cubrió.

El abandono de todo contacto. Nada.

-...amigos…- su murmullo adolorido por la presencia de la chica que en muchas formas percebia como su amiga antes y después de todo el desastre , llega a medias.

La cerdita levanta las pezuñas.

-Te venimos a amenazar y le mueves la cola a mi novio después de matar a mi hermano. Después de todo lo que has causado , después de cómo retuviste a todos los niños para este día ¿Qué parte de ti es mi amigo? - 

Este gato baja las orejas y no puede más que sujetarse la cabeza en el suelo.

El elefante le observa con esa frialdad de siempre.

No es el niño que lo visitó en las sombras ni quién lo consoló en la pérdida de su amigo. No es el niño que le hacía bromas pesadas como cargarlo y aventarlo.

No es amable. Está enojado y nunca pudo salir de ahí.

Estaba enojado con él desde hace demasiado tiempo. 

Lo hace dudar si el lugar que imaginó entre los amigos de su cariño fue real. Si de verdad hubo algo que perdieron.

-Cuando éramos niños , ¿Tu de verdad querías ser mi amigo?-

El elefante tensa los hombros. Del fondo al exterior la verdad puede salir ahora , solo ahora puede hablar con la verdad.

-Si. Creí que eras un nuevo amigo.- su enojo toma fuerza.-Creí que de verdad te interesabas en nosotros y querías conocernos …pensé que eras bueno y que solo eras raro. Pensé de todo y aún así tu mismo lo volviste todo un problema.- sus ojos vagan por el suelo , por las memorias.-Tú querías llevarte a mi hermano. No te interesaba pasar el tiempo con nosotros y siempre se trataba de ti callado en una esquina hasta que mi hermano decidiera irse contigo. ¿Cómo podía seguir siendo tu amigo cuando parecías solo querer sacarnos de la vida de mi hermano?-

 El gato baja la mirada. Es doloroso como el frío le advierte de cuán cierto era. 

Lo desesperado que estaba por ser amado lo hacía egoísta . Lo convertía en un zorro qué envidia al perro y se dedica a rodear su hogar.

-Eras un mal amigo , la verdad es que no eras bueno ni en ese momento.-

Picky ya no quería llevar más lejos esta intervención. Deseaba despedirse e irse de una vez. 

-Bubba , deja de hablarle.-

El elefante se niega , golpea el suelo con una pata.

-A Picky también le agradabas y le agradas ahora.-

La chica frunce el entrecejo , frustrada sujeta sus hombros.

-A ella le pareces divertido y raro. Era la razón ,junto a mi hermano , por la que aún intentaba estar cerca de ti.- la toca en el costado.

Ella frunce el ceño. Algo del pesar por el estado de su relación le empuja. Es amable aunque sea todo lo que no quiere ser.

-Eras raro , eras divertido. Eras muchas cosas buenas …pero no más. Ya no eres nada de eso.-

-Eres la mascota de alguien. No nuestro amigo.-

-Nunca fuiste ni quisiste ser nuestro amigo.-

-Solo querías alguien que te hiciera sentir amado.-

El peso de saber esto sobre el gato no les provoca exactamente todo el odio que hace unos segundos los estaba quemando.

Apacigua pero no de la forma cálida en la que el sol acaba con el invierno.

Más bien , es la calma después de una tormenta que deja cuerpos y destrozos. Daño a todos pero ya no quedaba más que seguir adelante con la calma que cubre el llanto de un rostro que debe recoger lo que queda de su hogar.

Bubba lo entiende. Es franco y debe aceptar que lo entiende . Lo odia mucho.

-Y Dog no logró llenarte , nunca logro sacarte al otro del corazón.-

Su sinceridad contagia a Picky. Permitiendo que ella también deje atrás esa arrogante máscara de maldita insensible. La puede dejar descansar por unos segundos.

-Y no es porque creamos que eres una persona sucia …se que no estabas sucio sino porque simplemente , estas perdido.- sus ojos caen lento en la amargura.-Te perdiste y esas en el camino equivocado.-

-No solo te has perdido , tú mismo entraste a ese laberinto que solo tú ves y no saldrás. No tienes la capacidad para salir de ahí tú solo.-

Con las garras desconecta esa máquina de su interior. Acercándose a ellos con esta sangre y este veneno derramándose de sus órganos. Dejando de lado las dos únicas líneas verdes en la máquina.

-¿Entonces qué fue todo ese tiempo para ustedes? ¿No fui tambien la mascota de Dog , de Hobart? ¡¿No se acercaban a mi por lastima?!- sus gritos son esas dudas que por años se lo han comido vivo.-¿No fui siempre solo un estorbo que tenían que soportar? ¿Por qué no pueden seguir iguale las cosas? - la vergüenza le golpea junto con la necedad de no perderlos.

Quedarse aunque sea con su odio para o estar solo.

El elefante suspira. 

-Si , eso eras y eres aún hoy.- una risa ahoga escapa de su boca.-Debe ser por eso que te mueres de celos con ese medio.- 

Picky aún tiene más que decirle.

-No tienes a nadie. Ni a nosotros. Estas solo.-

Inmediatamente se defendió.

-No estoy solo.-

El elefante exhala. Esta oscuridad de golpe es menor.

Puede ver el mundo. 

Las pezuñas de Picky o sus ojos iluminados. El color del líquido hirviendo en las fosas de veneno y al gato tambaleándose con las patas apenas derechas.

Lo acabado qué estaba este tipo. La situación absurda y dolorosa puede verla con frialdad. Entender cosas que antes en un arranque ridículo tuvo y ahora es claro qué es inútil comportarse de forma tan estúpida.

Acercarse ahora al gato después de años apartado sin intervenir en Dulce Hogar o tan resentido por cosas que este títere hizo en nombre del monstruo en los muros.

-Me dais tanto asco como lástima. Me enojas y también me entristece.- admite esos sentimientos.-Y lo que más me molesta es que contigo nunca tuvo oportunidad mi hermano , simplemente no podías amarlo.-

El gato mueve la cabeza negando tal cosa. Negando algo que sabe en su interior era una gran mentira.

-Yo lo amaba-

Picky continúa pisando lo que ya fue herido.

-No tienes a nadie , no puedes amar a nadie. Solo amas el poder que Dios te da sobre otros.-

-No tienes amigos. No hay quien permita que les pisotees para hacer feliz al Dios que inventaste para sentirte fuerte , por eso hiciste estos muros.-

-No hay familia esperándote. No hay una familia , solo monigote con los que deseas comparte y aumentar tu ego frente a tu Dios.-

-No tienes a un verdadero dueño porque no hay nadie que viniera ahora a auxiliarte.-

-No tienes nada , no tienes a nadie. No eres nada en el corazón de nadie.-

-Porque tu mismo asesinaste a la única persona viva que aún te amaba hace años.-

-Y ahora no tienes ni siquiera a una sola persona que crea en ti , no eres nada.-

-Ya no tienes comida para Dios.-

-No tienes nadie que te vea con fe.-

-Así que…creo que eso es todo para ti , Theodore.- sus hombros se mueven.-Creo que es suficiente para ti , volver a donde comenzaste.-

-Volverás a ser el raro que solo tiene a un monstruo en la pared.-

-Adios.-

El gato los siguió un corto tramo por esta zona. Sin saber que hacer.

No podía detenerlos.

-¡Al menos digan que me odian!- gritó sin moverse ,su cuerpo necesitaba descansar más de lo que él mismo podía entender.

El elefante busca la mirada de Picky. 

Su compañera levanta las cejas negando con un movimiento de cabeza bastante tranquilo.

-No , ni siquiera te mereces mi odio. Ya no queda algo que valga la pena odiar.-

Observan al felino quedarse ahí. No los sigue ni tiene nada más que decirles o eso parece. Juntos abandonan esta zona de máquinas tan desagradables.

La pata del elefante busca a Picky. Ella corresponde su contacto.

La felicidad la inunda más allá de todo.

Al fin…al fin la última gota de debilidad se extinguió.

Al fin …al fin podría llevarse afuera a Bubba.

Sin esa maldita necesidad de mantenerse con los niños ni de proteger al tan estúpido como este lugar.

Puede llevarlo afuera sin toda la carga que los devolvería al fondo nuevamente. 

Incluso si en su camino a la salida son seguidos por algunos de estos medios , aún sería bueno salir ellos dos de este lugar. Usando el teleférico dejan el lugar juntos.

Tan solo ellos dos.

 

 

 

Ellos ya no quieren quedarse con él ni con su hogar.

Rodandos sus palabras dentro de su cabeza y corazón.

La soledad lo golpea en el fondo gris y rojo.

Gritando o quizás solo sacudió la cabeza entre sus garras.

Llenándose sus patas con el líquido rojo y su sangre.

 Llorando ese mismo líquido al desgarrarse el rostro con las garras.

Deja este lugar sin terminar de llenar el maldito cúmulo de veneno. Demasiado cansado de estar vivo.

Grita. Llora en el presente de una vida que apenas entiende . Como el tiempo lo está ahogando.vuelve sobre sus pasos para ir a dormir a La Juguetería. Dejar de pensar.

Dejar de ahogarse con este mundo.

-¿Porque aun creo en ti?- cuestiona al aire. Busca las respuestas en el lugar que recorre.

Pisa exactamente los mismos lugares que pisó siendo un niño.

El medio día llegará pronto.

Puede ver a los pequeños salir de sus escondites.

Debería explicarles qué ya no podrían seguir haciendo esto. No más.

Ya no.

La alarma del almuerzo resuena con el usual campanazo.

Esperaba escuchar ese irritante canto de siempre.

No.

No es eso.

Es algo diferente.

-... Septiembre 17 , proyecto 1188. Exploración de efectos superficiales.-

El gato baja las parejas contra su cabeza. Escuchando como eso avanza.

Sin poder moverse más allá de solo caer al suelo.

Escucha sus lamentos.

Escucha a los médicos.

Las maquinas y su números.

La cercanía de l0pos instru,menos.-

Las risas.

Su tiempo atado.

Aquella frialdad sube por su cuerpo.

Tan sucio como ese día , hoy necesita tomar fuerzas de su propio cuerpo para no comenzar a llorar como en esa sala médica.

No lo comprendió a antes ni ahora.

¿Por qué se reían de él? ¿Porque es tan divertido hacerle daño? ¿Qué estaban cobrando para desear hacerle tanto daño? 

Ahora debiam afrontar este horror sin saber donde esconderse.

No.

Su memoria ahora es violenta.

Lo hace mirar alrededor.

A cada criatura sorprendida por lo que escuchaban , mirándolo directamente.

 A los pequeños riéndose como siempre.

A los medios mirándolo con esos ojos negros.

El espejismo de los niños.

El eco de las risas de este lugar.

La burla en el audio.

La burla en todos a su persona. 

Todos .

Todos ríen .

Todos se burlan de él .

Todos lo odian .

Siempre estuvo solo , hoy es como cualquier otro día donde solo se dedican a burlarse de su miedo y todo este dolor golpea su cabeza sin reparos para herirlo.

Lo que hizo. Lo que se merecía.

Explotando esa parte de su persona que por mucho tiempo intentó dejar atrás.

-¡Dejen de reirse! ¡¡Les daré algo de lo que reírse!!-

Atraviesa en un solo salto la distancia entre un medio y él mismo.

Matándolo con un solo zarpazo.

Con este arrebato vienen más.

Corriendo tras ellos , los atrapa con sus garras.

Los muerde en su boca . Sueb por las paredes para alcanzar a Bunzo.

Aplasta con sus patas a los pequeños. Atraviesa las paredes y las ventanas , busca.

Destruye.

Arranca las cabezas de algunos.

Sus gritos , los gritos de las criaturas en sus fauces callan las bocinas.

Debe hacerlos gritar.

Debenj gritar.

Gritar.

Corren y gritan .

Las paredes se derrumba y su eco rompa el murmullo de los científicos.

Arranca las columnas .

Estrella su cabeza contra las paredes para alcanzarlos dentro de los muros.

Ruge. Los arrebata de sus escondite.

Los escucha llorar.

 

 

 

Al fin puede volver a ser él . Sin esa rabia.

Es solo él atrapado con las consecuencias de sus actos. Con los restos de las criaturas que antes levantaba sus brazos para pedirle un abrazo …vueltos solo cadáveres helados y masyticados por su propia boca.

-No…no …no.- sus garras intentan rearmarlos. Más solo es un arma.

No los une , los separa aún más.

Los restos indescriptible de lo que fue un cuerpo es cada vez más solo una masa.

Lo arma y presiona.

Tan solo encontrando lo que era al separarse un pedazo de carne.

Rebelandose la pequeña oreja naranja.

Sus ojos comienzan a hervir. La sangre de sus vasos sanguíneos escapa con un griotop ronco del fondo de su ser más herido.

-¡¿Porque estoy haciendo esto?! ¡Yo no quiero lastimarlos!-

Los gritos son parte del eco en el vacío de un rincón . El lugar que fue el hogar de muchos.

El domo de hierro rebota su voz. El lamento y su soledad son los golpes para su alma herida.

-¡¡No quería hacer esto , Dios!! ¡¡¿Dónde están todos?!! ¡¿Por qué nadie me detuvo?! ¡¿Dónde están todos?! ¡¡¿Dónde estoy yo?!!-

El eco.

Los recuerdos cálidos con todos los que conoció.

Los amigos que hizo de niño.

Las amigas que lo hacían reír.

Los celos que lo inundaban cada vez que alguien tocaba aquella persona que tan feliz le hacía.

Su sonrisa humana y su calidez de monstruo.

¿Porque su reflejo en la sangre de éstos pequeño niños no es tan cálido como él?

 ¿Dónde está Theodore? Ese niño que fue su pasado. Un niño bueno. 

Sus lamentos hacen eco en este lugar vacío. 

 Donde ya nada se mueve.

Donde los cuerpos simplemente desaparecen.

-¡¿Por qué continuó haciéndoles daño?! ¡¿Por qué no puedo ser bueno?!- 

Quería volver.

Quería volver atrás.

Quería ir a casa.

-¡¡¿Donde esta Theodore?!! ¡¿Donde estoy , donde me quede?!-

Sus gritos son todo lo que resuena en el eco del metal.

- ¡¡Mamá , no se donde estoy , Mamá!!-

 

 

 

En las sombras del sótano aquella ave amarilla escucha con los oídos cubiertos.

Había sido su testigo.

Su compañía.

.estuvo ahí cuando no podía hacer nada , cuando ese gato comenzó a matar a todos.

con el eco de esa maldita sesión médica que también sufrió hace años.

Escucho cada uno de los 60 minutos que duraba el audio. Resultando en verse orillado a esconderse antes que ser alcanzado por el furioso gato que ahora llora a gritos en el jardín .

Habiendo matado a tantos en ese arranque.

Tan decidido a asesinar a todos.

Grito y atacó , ahora llora y suplica.

Es un desastre.

Es un niño.

El ave aprieta los puños en sus rodillas. 

Debería dejarlo solo. Más esto no estaba bien.

No puede dejarlo solo.

Esa cosa solo le encontraría más sencillo de manipular si lo abandona ahora.

El riesgo es morir.

El segundo riesgo es vivir en un mundo donde Hoppy ya no lo quiere.

Donde ya sus amigos no son tales. No sabe donde esta parado ni porque Bubba bajo con Picky y se fueron juntos con algunos medios.

No entiende lo que estaba pasando.

Solo entiende que CatNap estaba muy mal .

El rasonamiento común sería dejarlo ser y mantenerse escondido hasta que se fuera por si solo.

El segundo rasonamiento común más sencillo… es que si un niño está llorando , tu responsabilidad es abordarlo.

Su cuerpo es el primero en decidirse salir de este escondite entre las cunas de los bebés desaparecidos mucho tiempo atrás.

Baja a la primera planta con una misión aún dispersa en su mente.

No parece ni se siente como en otras ocasiones. El preparar algo como una fórmula láctea y servirla en un gran tazón en la mesa de Dulce Hogar. Observa el resultado de sus tontas acciones.

-Ahora debo ir por el bebé llorón.- suspira dejando todo servido sin sillas cercanas para evitar su hurto. Salir de Dulce Hogar es sencillo.

Acercarse al gato no tanto.

Camina a su encuentro en este escenario de muerte lleno de cuerpos dispersos.

El rencor lo hace extremadamente consciente de lo grande y fuerte que era el monstruo.

También su mala costumbre de sentir piedad por las personas en una posicion vulnerable actúa por si sola.

-Theodore.- lo llama por ese nombre.

El gato deja de llorar. Detiene cualquier otro sonido o movimiento. Volteando lentamente a su dirección.

Kickin se pregunto si sería todo para él . El ser observado por esos ojos de luna y esa boca sonriente se abriera al verlo a su alcance.

Pensó en Hoppy. Si , pensó mucho en ella en su vida y aún en este posible último segundo aún la pensó y la extraño como si hace mil años no la viera. Aún puede sentir su rechazo en las plumas.

El gato va a por él con el lomo bajo y las patas pegadas al suelo. Como si cazara a una rata.

Lo alcanzó.

Lo sujeto con las garras.

Bajo sus fauces por su tranquilo semblante.

Recargandose en su pecho.

Llora.

Solo llora.

El ave sube las manos a su cabeza.

-Ya terminó , debes rearmarte. Theodore.- lo murmura frío aunque intente ser amable.

Es complicado.

Llevan mucho tiempo apartados.

Lleva demasiado solo siendo testigo , un personaje de fondo en una lista de desgracias que no sabe si pudo haber ayudado a evitar si fuera más fuerte o más grande.

Solo puede , como siempre en su apática naturaleza , hacerlo avanzar a Dulce Hogar. 

Le encamina en silencio a la mesa. Descubre la olla con leche tibia y un montón de galletas.

-Debes descansar , mañana sabremos como proceder.- lo guía a beber.

El gato tensa el cuerpo al ser cubierto por algo sobre los hombros.

Una sábana vieja cubre sus orejas.

El ave lo mira directamente a los ojos.

-No envenenaría comida , nunca comida.- le asegura al ver sus dudas permanecer.

CatNap sigue con los ojos sus paso por la cocina a esa vieja gran silla que debería ser para un guardia humano. Ya fue vandalizada por los niños. Pintada y destruida en muchas formas. Aún lo sostiene a la cabeza de este comedor sin más invitados o compañía.

Solo el ave que recarga la espalda en un respaldar de hierro y deja su cabeza caer de lado. Agotado.

Cansado de todo y como se han desarrollado las cosas.

-¿Por qué haces esto?- logra indagar. Solo con las últimas fuerzas que le quedaban para hablar.

El ave suspira dejando salir el vaho.

-Sinceramente , no lo se.- su peculiaridad le es estresante.-Creo que es porque eres mi único amigo.-

El gato baja las cejas , sufriendo una nueva ola de lágrimas silenciosas.

-Si , eso es.- su cabeza se mueve y cae de frente.-Eres todo lo que tengo , eres mi amigo. Te cuidare , te protegeré y después de eso seré quién recoja los pedazos y te lleve a descansar.-

El felino inclina el cuerpo , más tentado por esa bebida dulce en el platón

-Cuando te sacies, deja algo para mi.- pide relajado.-Es la última fórmula que nos quedaba.-

El gato bebió la fórmula. No toco las galletas.

Solo se fue a dormir junto a la silla donde descansaba Kickin.

El ave le observa. Analiza esa espalda y como sube y baja tan cansado.

 Muy pronto . En casi nada , seguramente , esa cosa decidirá matarlos y comerlos.

-No estoy listo , aun me da miedo morir.- lamenta cubriéndose el rostro con las manos.

Paso mucho tiempo preguntándose la razón por la que siempre se sentía tan cobarde. Llegando a un resultado bastante desfavorable para su criterio de lo que era ser un hombre.

No significaba que crecer le quitara el miedo a vivir y sufrir , es solo crecer parte de la secuencia para desarrollar el estoicismo necesario para afrontar a la vida y sus problemáticas. 

No significa renunciar a lo que te hace feliz ,como las caricaturas que miraba a escondidas junto a algunos de los niños de Dulce Hogar , como no significaba que los lazos perdieran su valor y calidez. Como su amor por Hoppy. Inicio tan parecido a la admiración de un ave preciosa.

Creció y cambió.

Pensó en comerse al ave y descubrió que deseaba ser devorado también.

Deseaba tanto ser tan alto como ella , estaba feliz de ser pequeño y no asustarla nunca. Estaba tan satisfecho por ser su refugio y su hogar. Por conocer aquellos secretos vulnerables de la chica que llora dormida o en ese estado lo llama con una voz quebradiza y lo mete en problemas.

Crecieron y este lazo con ellos.

Aun es su preciosa luz y el aun desea ser su mejor amigo y su amante.

Quería conocer lo que era el mundo allá afuera.

Conocer esas formas de amar qué solo ellos podrían encontrar en el otro sin renunciar a lo que eran.

Estaba creciendo. Lentamente como su propia negativa a perder su estatus de cobarde.

De quien necesita a esa niña ruda sobre sus hombros.

Hoppy tiene razón.

Ya no puede decir que la ama y permitir que la lastimen , así como no puede abandonar a Theodore con esa cosa.

No deseaba dejarlos atrás ni cambiar quienes eran.

No podía fingir que no tuvo un ejemplo de cómo se renuncia a ser el centro de tu propia vida para proteger a quien lo necesitan.

-Voy a cuidarlos.- murmura tocando esa cabeza felina.

Es definitivo.

Recuperaría la libertad de Hoppy y Theodore.

 

 

 

 

 

 

 

Las crisis se repitieron al día siguiente.

Alcanzando al elefante y la cerdita en las vías del tren.

Con el rugido de ese gran gato al fondo de la oscuridad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 98

Notes:

Hola, buenas tardes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

Sus pasos rápidos lo llevan a llegar a su objetivo.

Unas piernas enormes y altas. Golpea con la palma de las manos para llamar la atención del objetivo de gran altura.

-Oh , vaya.- exclamó éste con los hombros levantados.-¿Qué rayos es eso? ¿Qué estoy viendo?- pregunta con un tono sorprendido.-¿Pero qué es esto? ¿Qué rayos es?-lo mira de cerca al agacharse.- ¡Es una niña!- celebra al levantar lo por las axilas. 

Con una risotada aguda extiende las manos buscando tomar su nariz.

-¡No soy una niña! ¡Soy un chico!- 

El gran perro choca su nariz con el rostro del niño. Mira con las cejas fruncidas su sonriente rostro.

-Oh , vaya pero que niño tan feo.-

El chico golpea su rostro riendo al ser levantado en alto , girando el perro le regala la sensación del vuelo por solo un segundo eterno y a la vez tan corto como un suspiro.

-Si , es el chico más feo que haya visto.- lo lleva abajo de su brazo como a un saco de papas.

El niño patalea riéndose entre gritos alegres.

El perro da un par de pasos sin decirle nada.

-¡Aún estoy aquí!- le reclama al sentirse olvidado.

-Lo siento , es que se me olvida.- lo saca de debajo de su brazo.-Anthony , ¿Qué haces aquí? A la escuela entras por delante , mi niño no te conviertas en funcionario público tan pronto.-

No entiende nada de lo que dice más le responde.

-No me quieren en mi salón , son malos conmigo.- lleva con su queja una mueca frustrada.

El perro le sacude suave de arriba abajo , es como si fuera a lanzarlo como pelota de basquetball. 

-¿Eres de los que muerden o se comen los mocos?- lo interroga acercando el ojo a su nariz.

-No , no ¡A mi me gustan los dinosaurios!-

-Entonces deberíamos mantener a Bron lejos de come dinosaurios.-

-¡Si , dinosaurio frito! ¡Si quiero!- festeja tal imagen mental entre risas.

El perro lo observa fijo.

-Eres de los que muerde a sus compañeros , ¿Es porque los quieres o porque los odias?-

El niño cambia de rostro muy lento. Permite que el perro lo lleve a su pecho. Toca esa gran sonrisa y disfruta lo esponjoso de su pelaje rebelde.

-Ellos no quieren jugar conmigo.-

-Eso no está bien ¿No sería mejor esperar a que te muerdan?-

-Me dolería si me muerden.-

-¿No les duele a ellos también?- 

El niño bufa cansado de ser regañado por morder. Esa ansiedad le era irrefrenable , lo empujaba a morderlos cuando no lo miraban. Como si sus amigos no lo fueran y solo les importara todo lo demás. Los juguetes y otros niños , siempre había algo más importante que él .

-No.- miente. Sabe que les duele pero no es divertido , comienza a sentirse triste por ser regañado por el perro también.

-Las mordidas no se dan a cualquiera , Tony. Debes esperar a que te den permiso o que te muerdan primero.-

-Pero me dolerá.-

-Entonces muerde más suave , o no muerdas. Mejor dibuja una boca cada vez que quieras morder.-

-No , eso es aburrido.-

El perro lo aparta y eleva esta vez de cabeza y por ambas piernas.

-¡No sabe dibujar una boca! ¡No sabe dibujar una boca! - ríe dando una vuelta lenta.

El niño ríe aún abstraído en el giro y la sensación.

Una caída rápida le asusta por solo un momento.

-El miedo no es bueno , ¿Verdad?-

-No.- mira al perro y abajo. No estuvo ni cerca de caer al suelo , esa caída de segundos fue aterradora.

-Si lastimas a tus amigos ellos se sentirán así como tú ahora. El miedo no es bueno , no querrán estar cerca de ti si además de dolor les ocasionan miedo , ¿Puedes imaginar cómo te sentirías si te dejara caer? ¿Aún querrías ser mi amigo?-

El niño mueve la cabeza de lado a lado. Aún es reticente a reconocer sus errores pero los puede ver , no le gusta estar en la posición que él mismo tomó al venir a pasar el rato con el perro. 

Siempre tras la escuela el perro era más reacio a jugar con ellos , hasta ser rudo y como ahora levantarlo en alto.

-Y no le hagas caso a los idiotas que te manden a pintar bocas , están locos.-

-Tú dijiste-

-¡Escúchame , Anthony!- lo lleva a su rostro mirándolo a los ojos. El arrebato gritón y esa negativa a su propio consejo anterior lo confunde y hace reír aún de cabeza.-Cada vez que sientas ganas de morder a alguien porque no te mira o porque juega con otros y no solo contigo ¡Baila! Muévete y aprende a bailar. Nadie te dejará de lado si bailas.-

-Pero parecere un payaso y bailar es para chicas-

-¿Pero quién se divierte más? ¿El árbol o las aves?-

El niño no es muy maduro y si le impresionan claro que caerá.

El perro lo gira de nuevo derecho , girando con él en brazos.

-Si quieres que te miren , haz cosas divertidas . Si quieres que hablen contigo , consigue todas las respuestas que necesitan y si solo no quieres estar , haz amigos tan solitarios como tú.- 

El niño comprende a medias lo que él perro le dice como si fuera un mantra.

Fue devuelto a su salón por ese gran perro. Aún confundido recuerda cómo se sintió al borde de la caída y cuánto miedo sintió por el perro en ese momento. Repitiendose al llegar a su mesa y ver a sus amigos irse con sus libros de colores sin querer estar con él.

No es un niño tan grande para asustarlos por su fuerza. Les daban miedo sus dientes.

Los toca con los dedos entre clases. Duele presionarlo solo en sus dedos.

Se preguntó si el perro tendría razón y sería mejor que no lo volviera a hacer. Aun siente este vacío al ver a todos alejados de su mesa y de él.

Ellos no quieren jugar con él pero no deja de querer estar con ellos. Tanto quería estar con ellos que llegó a morderlos como reclamo y ahora no le quedaba ningún amigo.

Volvió a Dulce Hogar aún alejado del grupo que no lo dejaba alcanzarlos ni acercarse.

De paso por los jardines puede ver a muchos chicos jugar en el centro de una rueda guiada por la coneja verde.

Decidió acercarse a jugar.

Pero sus dientes volvieron a ponerse en marcha al no encontrar un hueco en la fila de niños que empujaba para pasar a tiempo bajo el arco creado por la coneja y una niña.

El chico al que mordió esta vez no solo soltó un grito sino también se giró soltando un puñetazo directo a su rostro.

Fue sacado del juego ni bien trato de seguir la fila.

Lo llevaron a Dulce Hogar , dejándolo con el ave amarilla.

-¿Por qué sigues mordiendo a tus amigos?-

Ahora no sabe qué responder. Demasiado frustrado por no saber cómo le sucedían las cosas ni cuándo retener sus dientes. Solo podía mirar al techo en vez del ave.

Esta le chasque los dedos.

-Si continúas lastimando a las personas , te quedarás solo. ¿Por qué no pareces entender que no es por maldad que te advierto? -

-DogDay dijo que estoy bien.-

-Ese tipo es un raro , no puedes escuchar todo lo que te diga.-le regaña el ave con las manos arriba.-Seguro que te dijo que deberías mordisquear palos en vez de gente.-

-Dijo que debo ser más alegre y no lastimar a las personas.-

-¿Y porque no lo haces?-

El niño lleva las manos a su pecho retorciendo los cordones de su suéter ancho.

-No lo se …no se porque no se como ser bueno.-

El ave dobló las rodillas picando su nariz.

-Empieza por dejar de morder a las personas y mejor juega solo cada vez que solo te sientas.-

-DogDay dijo-

-A ese perro no le escuches tanto , él aún cree que la leche de chocolate no se hace agitando vacas cafés.-

-Pero se hace con choco-

-Si te sientes solo es mejor que aproveches para hacer algo divertido tú solo. Aprende a dibujar , aprende a bailar o aprender observando a las personas. Los amigos llegan y no se fuerzan , debes soltar a los que ya no lo son para que nuevos lleguen.-

-¿Te han soltado?-

-Si , muchas veces me han soltado y muchas veces encontré a mis amigos después de eso.-

-Entonces , para hacer amigos ¿Para hacer amigos debo dejar lo que tengo?-

-Debes dejar de morder y pelear. Aprende a dibujar y a bailar , deja ir lo que tienes ahora y te dejó solo.- revisa sin cuidado las plumas de su copete. De este saca una paleta envuelta en papel aluminio de Kissy.-Es divertido tener amigos pero es mejor dejarlos ir y conocer nuevas personas. No dudes que aún tienes muchos amigos por hacer.- sacude la paleta entregando dos en vez de uno en un truco que hace al niño abrir grandes los ojos.

-Enséñame eso.- 

-¿Dejarías de morder si te enseño?-

-Si.- asiente varias veces.-No morderé a nadie , nunca más .-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Qué pasó contigo?- 

Ese día , ese recuerdo y haber salvado a otro niño de convertirse en un payaso de la clase por culpa de DogDay , lo perseguía tal recuerdo por lo cerca que estaba …Hobart de enviar al mal camino a otro niño. El maldito tenía consejos tan autodestructivos como lascivos qué solo empujaban a los niños a una vida demasiado extraña.

Si se lo apuntaba el perro parecía super confundido y diría “¿Qué tienen de malo? A mi me funciona y salí bien” ahí a él le nacía una gran ola de violencia que debía tragarme para no comenzar una pelea a gritos donde él y todos en el grupo deberían chocar con las consecuencias de su egoísmo.

Decirle que tales consejos empujarian a los niños a una vida de ser utilizados y explotados o peor aún , a una vida llena de mentiras donde sus lazos serían por pura conveniencia ¿No evidenciaría lo malos amigos que eran ellos mismos? Siempre tuvo miedo de ser desechado y era consciente a la vez de lo pronto que se es dejado de lado cuando ya no eres de utilidad. 

Hobart hizo todo lo que pudo por ellos y él trató de seguirlo. Aprendió a imitarlo y escucho . Siempre se mantuvo al fondo observando a todos pero no era leal. Siempre vio por su propio bien o por Hoppy. No recordaba haber elegido sus caprichos más allá de solo proteger a Hoppy o a DogDay.

¿Cuando decidió ya no ser dueño de su propio destino? Talvez desde que simplemente se le hizo más fácil ser el hombre de alguien y no la cabeza.

Fue el amigo de Hobart , el novio de Misery con Mercy , también el amigo de alguien en su grupo.

No recordaba haber sido Kickin o Polly por sí mismo.

Hace mucho tiempo ser él mismo era cansado. Debía enfrentar su dolor y sus decisiones serían sus consecuencias. Ser un seguidor es sencillo , solo obedeces y escuchas. 

Culpas a otras personas y vuelves al ruedo sin tener consecuencias. Sin que tú seas dueño de tus problemas y capaz de abandonar el barco en cuanto decidas irte y ya.

Kickin o Polly , ninguno son demasiado justos.

No es la nobleza encarnada ni de lejos.

Solo es un tipo que quiere salir bien de los problemas.

Pues Hoppy se fue , DogDay esta muerto y nadie lo quiere utilizar. Ya no es la herramienta ni apoyo de alguien que sea la cabeza.

Es momento de dar la maldita cara y ser la persona más madura en la habitación.

Así termine muriendo.

Si lo entendieran , todo sería diferente. Habría sentido todo el sufrimiento que habían tenido que soportar como algo lógico . 

Algo a lo que aferrarse y escuchar a las voces de su sentido común no sería tan fastidioso.

Resentido consigo mismo por verse empujado a una situación donde todas las facilidades se le son arrebatadas.

Reduciéndose a sólo una imagen en todo el escenario. Reducido a :

El ave amarilla sacudiendo una estúpida botella con sabores artificiales de limón y fresas. Sirviendo esto en una botella grande , la toma sellada y lleva a una olla con agua para calentarla indirectamente en el agua caliente.

Hace años pensaba en ayudar a Hoppy con su hermana , en cuidar juntos a ese bebe ¿Cuando las cosas se encaminaron a este presente lleno de pesadillas y odio? 

Sacude la botella secandola de esta forma rápida con una toalla limpia.

Deteniendose de golpe al procesar lo que estaba haciendo y como.

-¿Porque rayos le estoy preparando un té como si fuera formula?- su queja viene acompañada por su hastío por llevar años cometiendo este tipo de errores al convivir con algo que no es un bebé.

De verdad , parecía un padre soltero. 

Vuelve a la sala de Dulce Hogar.

El gato continúa durmiendo en un ovillo. Es todo algo muy natural para él después de esos años sirviendo de cuidador en Dulce Hogar.

Colocó la botella bajo su brazo y procedió como siempre.

-Toma algo , vamos ,CatNap. - lo convence como si tuviera cuatro años. Este gesto inconsciente de su parte viene con el usual acto de levantar los hombros del “infante” con ambas manos para enderezarlo.

Al hacerlo es cuando recuerda que este es el gato y no un niño.

Aunque su intención llega a cumplirse al despertar el gato. 

Este tarda en reaccionar , aún se encuentra abstraído y no mira a nada más que el suelo. 

Dobla la espalda para dejar esa botella tapada frente a su rostro. Retrocede hasta la puerta de salida. 

No sabe qué tan cerca estaba de ser asesinado, siempre se arrinconaba demasiado en ello y esta vez no fue diferente. Lo vigila. 

El gato aceptó la bebida caliente , destapando con el interior de su garra esa botella de tapón infantil , lo voltea dentro de su boca. Queda pensativo con la cabeza inclinada a un lado.

Este retroceso que hizo para alejarse del radio mínimo de expansión de ese humo rojo le lleva a descubrir una presencia fuera de la casa. Acercándose con esas miles de patas muy lentamente.

No es sorpresa.

Es terror. Rencor y odio.

Es muchas cosas menos una emoción amistosa la que le inunda al ver a esta cosa otra vez.

Apenas el día anterior ese malnacido mató a todos.

Apenas hace un día este lugar era el hogar , con dolor y sufrimiento de por medio pero a fin de venta estaban vivos , niños que no merecían vivir de esta forma y mucho menos acabar uno por uno en el estómago de todos ellos de forma tan cruel.

-CatNap , debes venir aqui.- lo llama. En su interior se revuelven las opciones a tomar. ¿Mantenerse firme o volver adentro? 

Su decisión es girarse dando la cara a esta cosa. 

La criatura lo analiza , digiriendo cada uno de sus siguiente pasos como lo haría un científico.

La comparativa le sátira en muchas formas.

El cómo dobla las rodillas y pega la frente al suelo con las palmas descubiertas.

Solo el suelo puede ser su compañero en todo el odio que llena su mirada agotada. Tan lleno de odio como para oscurecer la plata en sus iris de luz. Concentrado en mantenerse lo más relajado posible , aguantando la arcada llena de su desprecio en una exhalación profunda.

No sobreviria lo suficiente para nada de lo que deseaba hacer si llegaba a permitir que esta cosa lo matara por algo tan estúpido como no domar su orgullo para mantenerse entero.

La criatura acerca la garra a su espalda.

-Dios , estoy aquí.-

La voz del gato viene por su espalda. Llega a su lado y se presenta con las garras descubiertas y su estómago expuesto al enderezarse desde el suelo. 

Es como un gato que aprende a suplicar con las patas arriba.

-Dios , porfavor , necesito tú ayuda.- ruega sin tapujos.

 No hay vergüenza ni dudas. 

Es sincero y lleno de fe. CatNap cree y tiene fe en que Dios podría auxiliarlo y sanar sus heridas.

Kickin escucha sin moverse. Solo intenta vaciarse de cualquier recuerdo que le haga sentir náuseas físicamente . Limitándose a solo acompañar al gato en sus ruegos con su silencio.

El monstruo lleva la garra al pecho del gato.

Esa tan preciosa máquina dentro de este gato es helada. Esa arma tan maravillosa que sería imposible de robar o reparar de dañarse. Imposible de robar sin destruir todo el mecanismo.

Aún no estaba completo. No había forma de conseguirla ahora y posiblemente no sería pronto esto.

Las otras criaturas continúan enteras y su unión solo ocasionaria una revuelta , si revelaba sus deseos ninguno de ellos podría soportar la verdad cruda sin volverse sus enemigos.

Así como es preferible mantener a CatNap en esta soledad a reclamar su cuerpo antes que a los otros proyectos. Necesita tantas partes para rearmar la belleza que fue su cuerpo hace mucho tiempo , demasiadas aún estaban unidas a otros monstruos.

CatNap y esa arma. Un gatito como su primer mascota. 

Pareciera ser su seguidor más fiel.

Igualmente podría ser su peor enemigo , la más grande de sus desgracias.

No puede permitir que este gato le vea debilitado ni se de cuenta de como solo le ha debilitado paulatinamente.

Esto lo lleva a dar una mirada al ave.

Esta cosa amarilla en el suelo y tan pequeño a comparación con el resto de las criaturas de este recinto.

Lo toca. Llevo una de sus garras a levantar su cara.

Este desvía la mirada pero no parece ser peligroso. Incluso el dorso de su garra ya parece ser peligroso para este criatura.

Es suficiente. No le parece más que un mascota para CatNap. 

No vuelve a ponerle en sus ojos una vez lo suelta.

-Dime cuál habrá sido tu razón para acabar con la vida de los compañeros de tu piso.-

El gato mueve las orejas tan triste que su pelo cae con una movimiento suave.

No sabe que decir. Limita su respuesta a bajar la cabeza.

El ave a su lado mantiene la boca cerrada.

-¿Ahora retienes tus oraciones? ¿No acabas de demandar mi ayuda hace tan solo un minuto?-

El uso de la palabra “Demanda” hace al gato que mantuvo ese tono sumiso con cuidado y respeto ,sentirse completamente perdido.

-Dios…- a medias termina su suplica. Sujeta su boca como si pudiera arrancarse él mismo algunas palabras para no mantener este mal entendido unilateral pasar él .

-La grabación de llamada al almuerzo fue manipulada y su contenido le ocasionó un gran dolor.-

El gato mueve las orejas. La sorpresa por ser ayudado por el ave aún reticente a levantar el rostro le llena de alivio. Aun no puede abrir la boca. Mantiene el nudo invasor en su garganta sin quererlo.

Esta criatura no tiene idea sobre las computadoras. 

Conocía cada pared , pasillo y fuente de aire fresco para incluso ver la ubicación exacta de cada criatura según sus dimensiones. Algo como el sistema de audio definitivamente caía en un objetivo aparte.

Más él pudo hace años colocar la alarma de emergencia con instrucciones equivocadas aun las alarmas de toda la fábrica. Algo debería poder hacer por el gato.

Un nuevo acto de misericordia para cubrir su imagen de benevolencia una vez más.

-Vamos a ver que se puede hacer.- acaricia su mandíbula.

El gato lo recibe este cariñoso gesto. Siempre recibe su contacto con afanosa gratitud.

El moverse por los túneles de PlayHouse no le es posible por sus grandes dimensiones. 

El par lo observa irse por las paredes con el camino ya guiado a las oficinas de exterior.

Kickin no se resiste a acompañarlos. La curiosisdad asi como la sospecha empujan sus pasos adelante.

 

Las oficinas a las que entran son aquellas conectadas a PlayHouse. El recibimiento delata más movimiento del esperado.

La cabeza el gato se fija en las latas de Spam tiradas por el suelo junto a miles de moscas propagandose entre los gusanos aplastados por los pasos de algunas presencias de pisadas pequeñas.

Su pata mide el tamaño de los pasos y las huellas en algunos muebles.

-Un medio con la larga estuvo aquí.- 

El ave observa a aquello qie lñe hace adivinar tal cosa.

Dos huellas en el centro de la habitación. 

Dos huellas y u arrastre a su paso. Parecería una cuerda pero la disposición inquieta en el polvo y los roces en las paredes le añaden más detalles a su estatura.

-Un CatNap manipulo los audios.-

El ave puede sentir como el gato cambia completamente de humor al entender que fue un posible conocido. Un muy posible conocido en el horizonte.

No hablo demasiado con ese gato , por no decir que no lo hizo , siempre lo veía montado en la espalda del perro que no le terminaba de agradar y susurrando cosas muy mezquina sobre ellos.

Los comparaba con parásitos y reía con bromas pesadas qué ni al perro hacían reír.

Era un poco detestable.

Al mismo tiempo era un chico tan cariñoso que era difícil voltear a verlos sin descubrir que otra vez estaban unidos en un abrazo cálido o uno de esos pseudo besos que podían compartir todos los sonrientes.

-¿Crees que tuvo algo que ver?-

CatNap lo mira de lado. Esa intensidad demuestra cuanto le molesto su intervención.

-Lo digo porque ese tipo no pudo durar mucho en la fábrica en funcionamiento y además era malo en clases ¿Como podría saber utilizar una computadora? Además de Harom , el tipo era un campesino… no se si estarías persiguiendo al chico correcto o si habrías terminado atrapando al tipo que solo se escondía aquí.-

El gato duda. Escucharlo no le hace cambiar de semblante pero sabe que es escuchado por el movimiento de esas orejas.

-Dios nos ayudará a confirmar la identidad del sospechoso.-

  Parece ser eso suficiente para el gato.

Solo esperar a que Dios llegara a este lugar.

Más no fue así.

Las horas siguieron adelante.

El gato mueve la cola de lado a lado en su espera. Recargando la frente en una pared y caminando en circulos.

Pronto sería la hora del almuerzo.

CatNap la presiente. Sus orejas están caídas y pierde pelo por montones a cada paso.

Kickin decidió tomar su distancia.

Al parecer el estar frente a CatNap todo el día anterior era la razón por la que se salvaba de ser sospechoso más no le evita ser la presencia qué resiste la torrida sensación que le ocasiona sentir como este gato comienza a gruñir y pisar enojado.

-No deberías apresurarte , sigue el ritmo de Dios.- le recomienda aceptando utilizar el título de la criatura con calma.

El gato eriza el pelaje , recargando se en una pared.

-No se como tranquilizarme , no se como …estar tranquilo ahora.-

El ave continúa sentado en ese sofá. Golpea la superficie llena de polvo.

-Primero que nada , acepta que es al ritmo de Dios y no como tu desees.-

El felino baja las orejas. Camina tras esquina , recargandose en una pila de cajas que se aplastan por su peso y la dejan recostarse a medias. Inmediatamente salta a un lado sacudiendo su costado.

-Se me clavó algo.- murmura dolido.

Es un compás de metal. Atravesó la punta metálica dentro de su piel. En ello un sentimiento de crisis lo lleno , deja este elemento de papelería en su piel como si fuera a desaparecer por si solo. Se rindió y no busco forma alguna de liberarse del solo.

El ave decide actuar.

Rompe con la distancia , apunta al compás y espera a tener una señal.

El gato voltea la cabeza para no ver como lo saca de su hombro. Siente el tirón en su piel ,volviendo a verlo.

Es un segundo.

Sus ojos chocan con las iris blancas del ave. 

Estan muy cerca.

Tan cerca.

 -Hace mucho que ninguno de ustedes se acercaba a mi.- susurra volviendo a mirar al suelo.-Eres el tercero.- gruñe bajando los ojos al suelo.

-No veo que eso te haga feliz.-su atención baja al suelo.

-¿Cómo es tu amistad con Bubba?-

 -Con Bubba…creo que no hemos hablado directamente en un año.- no entiende la razón de esta pregunta por parte del gato.-Creo que ya no somos tan amigos desde lo de DogDay.- rasca su cuello.-Ya todos me odiaban desde antes del gran día , creo que Hoppy solo quería seguir con lo que éramos pero no es posible.-

-Hoppy , ella parece quererte mucho.-

-Termino conmigo.- comparte dolido este evento desgarrador para su cuerpo y corazon. Parece que uno debe darle el respeto que merece a la soledad. Esta puede hacerte abrir la boca con quien menos te lo esperas y ahora cae en ella para hablar con el gato.-Hoppy no quiere estar conmigo más …y tiene razón , no soy suficientemente fuerte para protegerla ni luchar a su nombre.-

El gato mueve las orejas. No había tomado en cuenta ptal posibilidad después de verlos siempre unidos antes de esta vivencia y menos tras el tiempo que los vio dormir juntos por cada segundo que no estuvieron junto al otro.

Parecían ser una pareja de cielo y tierra o mugre y uña. 

Es algo deprimente saber que ellos no pueden continuar juntos después de tal cosa. 

No parece ser un buen augurio para su futuro.

Kickin aprovecha la distracción del gato para analizar cada detalle posible en el suelo o paredes. Theodore yta demostró en muchas y muy variadas formas lo capaz qué era para tomar poca información y encontrar el resultado más posible.

Como hacerle trampa a Bubba hace años.

Le era sencillo encontrar un solo flaqueo en las capacidades de cualquiera para encontrar una forma de conseguir lo que quería. Estar cerca de él no le haría exento de salir herido , así como ser su aliado no es lo mejor.

Estar cerca solo le haría más difícil la tarea. 

Solo le queda su propia mente para refugiar cualquier miedo o delatora emoción. 

Esto es complicado para él y sus estúpidas plumas.

Estas le delatan al moverse en sus espalda al notar algo que al inicio ignoró a su paso , al mirar atrás al gato pensativo más cerca de la salida moviendose con ese usual paso relajado de gato flaco.

El movimiento de la cola a contra luz marca con las sombras y luces en el suelo el relieve de las huellas y las define a su paso.

La silla tirada en el suelo.

Las huellas si las reconoce. Son los zapatos de edición Boxy.

Una caja de relieves marcados y una gran propagación de polvo revuelto alrededor de esa silla en el suelo.

Cierto niño llega a su memoria de forma rápida al ser más claro que nada el como este le llenó la cara con té antigripal.

Las plumas de su espalda terminan erizandose en ese puff sorpresivo qué tanto le p¡molestaba siempre.

-Oh , así fue que lo usaron.- murmura tocando las paredes en un acto por normalizar el estado de sus plumas.

Un solo susurro es el aviso de un salto.

-¿Usaron qué?- cuestiona el gato bajo un estado más desconfiado qué al inicio.

El ave no gira a enfrentarse a su sospecha sino retrocede y sigue las huellas por las oficinas. Sin decir nada llega a los restos de la máquina vandalizada.

 Era por la nula posibilidad de utilizarse una vez mas con su estado , un aparato comparable a una rockola común y a la vez una computadora antigua. Sin utilidad desde que la dejaron en tal estado bajo un obvio ataque con garras y patadas

Un problema que le hace buscar respuestas en Kickin en el gato que muy pronto podría ser más un enemigo que un aliado. 

-¿Cómo Dios podría ayudarte?- se lo cuestiona una vez supera la torpeza de su interior rebelandose a las sensaciones llenas de frustrante rencor contra todo lo que le rodeaba. 

El gato mueve las orejas. Había seguido al ave como un acto reflejo ocasionado por el rencor que le inundaba al estar en este espacio y sus sospechas sobre quién fue responsable de lo sucedido con el audio de la alarma del almuerzo.

El causante de su arrebato .

 Aunque esta misma ave le dijo hace mucho tiempo “No somos responsables de las acciones de otros pero si de cómo actuamos ante estas” 

Puede que ellos le hicieran esto pero quien lastimó a todos fue él mismo.

-Crees que me merezco esto.- asegura sin parecer enojado. Lo está.

El ave golpea con los nudillos la mesa cercana. Su fuerza no es humana y su golpe suave no tarda en dejar la tabla procesada con un pedazo abierto.

-No.- responde tras pensarlo.-Hay muchas cosas que otros podrían pensar que merecemos como castigo porque ellos mismos sienten un tipo de dolor por la idea de cómo se sentirían y otros sinceramente , solo quieren aprovechar cualquier oportunidad para hacernos daño.-mueve la cabeza suspirando.-Lo que te paso , me paso a mi también. Escucharte es escucharme a mi y no por eso tu dolor será mío.- sus garras están rotas por la pelea y deberán crecer , lo comprueba al no poder mover bien una pata a medio paso.-No puedo pensar que te lo mereces porque yo no estaría aquí ahora para preguntarte si me lo merecía. Simplemente hubiera acabado con mi vida.-

El gato parece confundido. No entiende si el ave le estaba remarcado su cobardía por actuar de esa manera o si le exigía que acabara con su propia vida en este instante.

-Yo no acabe con mi vida tan solo por estar con Hoppy …porque sabía que el resto estaría bien sin mi, no soy el más importante ni nada por el estilo. Ahora no tengo a Hoppy como mi soporte ¿Soy libre de irme?- sus propias maquinaciones y la maldición de todo el dolor que estuvo soportando por años le sacude ahora.-Mis excusas se acabaron con el rechazo de mi novia , ya no tengo modo de mentirme. Yo no acabe con mi vida solo porque me da miedo lo que hay del otro lado …y pienso en ti , en que eres consciente de que Dios no te necesita pero aun te quedas aunque todo te este lastimando.- mira al gato directamente.-¿Como es que eres tan fuerte?-

 El gato mueve las orejas , bajandolas lento sobre su cabeza.

-No lo sé.- murmura atormentado por todas esas preguntas.-Si te escucho bien y tomo lo que me dices . significaria que crees que estoy solo.- las mentiras rugen y son salvajes al golpear el fondo de su mente con la exigencia por su liberación. Niega tal maquinación por parte de del ave con una negativa decidida.-Creo en el mundo que Dios me prometió.- murmura al fin aquello que intentaba comunicar.-Hay un mundo donde ellos están esperando y podré llegar , muy pronto estaré ahí.-

El ave encuentra el rastro exacto de las huellas y a donde lleva este.

-¿Es como en la serie animada?- sigue tratando de seguir el tema con CatNap.

El gato no esperaba esa respuesta.

-¿Hablas justo ahora de la serie?-

Kickin no gustaba de la serie pero al ser de los pocos programas transmitidos en la televisión y muy limitado horario que podía pasar cerca de la pantalla , termino viendo el programa con los niños. 

-En la serie el camino a Pueblo alegre es la muerte.- toca la nariz del gato.-Por eso es un poco extraña la serie. La muerte es el pasaje a ese mundo.- deja ir su nariz , no le acercaba ni un poco a acariciar el rostro de Hoppy. La coneja portaba una piel cálida y su pelaje llegaba a sentirse rizo , no era liso como el de el gato.- Tú personajes saltó de un tren y el mio es un soldado. O el de Bubba qué murió por leer demasiado y Picky murió por no comer lo suficiente.-

-No lo había entendido así.- el felino busca algo en el suelo.

Ahora parecía que el mundo de su Dios era sacado de la misma serie.

Una mentira más.

Sacude la cabeza huyendo de esta verdad , dejándose ahogar en una mentira conveniente. 

-No es igual , definitivamente no deberías compararlos.- le reclama escapando de esas dudas.

El ave toma un libro de la mesa mas cercana.

-Sobre lo sucedido. Mejor habla con quién te odie más , busca a la persona que abiertamente haya amenazado algo que no sea tu vida.-

-¿De verdad crees que eso servirá de algo?- 

-Nos quedan 45 minutos para el almuerzo. Piénsalo.- se lo recomienda sentándose en un sofá de las oficinas.-Dios puede detenerlo pero esa cinta existe , será mejor que busques como la implementaron y recuperes el sonido anterior.- abrió el libro sacado del montón de cajas. El interior lo recibe con esquemas complicados y abreviaturas qué no comprende sin importar cuánto se esfuerce en entenderlas a primera vista.

El gato asoma la cabeza por encima para ver lo que sea que estuviera viendo en esas páginas.

-¿Qué tienes ahí?-

Kickin le muestra el libro entregandolo a sus manos.

 -Es un instructivo.- le informa desinteresado.-Talve pueda reparar la piscina y rellenarla.-

-¿De que nos servirá eso ahora?-pregunto volteando la cara .

El agua fue otro bien que se perdió con el tiempo. Sin saber porque o como , simplemente desaparecio en su piso y ni Bubba entendía como. Buscaron llaves y fuentes pero nad tenía sentido. Su simple existencia fue socavada por la nada.

Volviendo el presente una pesadilla sedienta para todos.

 Quizás tambien fíe lo que les unió a decidir utilizar el turno de acción y ser más organizados o como Hoppy : regresar a ayudar a La Guardería.

-Dios ya se a retrasado , CatNap.-

El ave hizo una observación nerviosa y lo miraba asustado.

-Si ya se que es así.- mira al mundo sobre su cabeza.-Debe estar ocupado.-

Kickin decidió dejarlo ser. Mantenerse en silencio y evitar que este le apuntara por su insistencia en algo que quizás CatNap no deseaba mencionarle.

Aunque tampoco deseaba tenerlo demasiado tiempo cerca ahora mismo.

-¿No extrañas el sexo?-

El gato mueve las orejas. Parecía tranquilo más no mostró problemas en responderle con recelo y un rencor por esa pregunta tan parecida a una burla por parte de Kickin.

-No se si eso te importa o si tiene sentido escuchar tu opinión dado que Hoppy no se interesaba en ese tipo de experiencias contigo.- su respuesta es directa y afilada. Como buen inglés , fue directo al punto y sin pudor o tenerle piedad a la situación de ambos apenas tratando de reconstruir algo que casi no tenía cimientos donde ceñirse.

Kickin suspiro sacudiendo el libro.

-Hablar de esto podría ir contra el secretismo de una pareja.-

-Pero ella ya te dejo , Kickin.-

Dolió. Ser encarado con algo que él mismo le dijo fue humillante y doloroso como si la persona a la que le pidieras ayuda porque una medusa te picó fuera la misma que se baja los pantalones para orinarse en tu pierna.

Debía ser un gato con quien tuviera este encuentro desagradable y claro que ese tono tan parecido a un ronroneo fue parte de su naturaleza humana alterada por su forma física modificada hace años. Como Bubba comenzando a pisotear en vez de soltar golpes con los brazos o Hoppy pisoteando el suelo al enojarse.

Este chico poco a poco se convirtió en un gato en más de una forma. Tal vez siempre fue de esa forma y no lo habían notado hasta ahora gracias a la presión de todos sobre su cuello.

-En parte tienes razón.- mira al techo.-Hoppy de verdad es una persona especial.-

-Ya.- la curiosidad le hace mover las orejas.-¿Y que paso?-

El ave le da una mirada de lado al notar su interés.

Vergüenza. Ese sentimiento lo saca de ese centro frío lleno de sangre. 

Lo desconecta por un segundo de todo lo que habían pasado hasta este momento. Es volver a ser un mocoso hablando de cosas qué no deberían en un espacio escondido 

-Lo intentamos pero ella se sentía incómoda y yo no estaba seguro de si podía ser bueno para ella.- sus dudad aun están presentes.-Era como si al intentarlo eso que sentíamos se fuera perdiendo el tocarnos de esa formanos heria…yo era feliz por ser ella con quien estaba pero no por lo que estábamos intentando.- revisa sus manos sucias aun por el polvo y la sangre seca.-Ella y yo nos queremos de muchas formas pero eso no era alg que quisiéramos del otro. Llegamos a enojarnos y a sentirme muy triste porque creía que la estaba decepcionando y ella sentía lo mismo conmigo.- 

El gato no entiende tal sitiacion.

En sus recuerdos el encuentro y los roeses eran una cosa increíble . Tan bueno como estar al borde del cielo. El ser tocado y tocar , probar y ensuciarse con el otro. Sentir como se es destrozado aquello en la piel y el miedo que le seguía. Cuanto se desea regresar al mismo estado en cuanto se acaba y cada vez es más doloroso conforme el tiempo se acumulaba como calor bajo el suelo.

Lo que Kickin describía le era extraño.

No era para nada calor sino …raro.

-¿Estas seguro de que se gustaban …tal vez a ustedes-

- ¿Si enrealidad soy un puto como tu y DogDay?- su burla es directa.-No lo creo , la idea de estar con un chico arriba o abajo , no me interesa como estar entre las fuertes y suaves piernas de mi conejita.- es pensar de esa forma tan fácil ahora que tenía a alguien listo para saber algo de toda esa índole sucia sobre ssu pensamientos sobre su novia ..o ex novia.-A veces lo único que quiero es meterme entre sus piernas y hacer con su coño un desastre lleno de ese calor mojado. Deseo escuchar su voz demandando que haga las cosas que le gustan y saber que soy yo quien la tiene ardiendo de esa manera.- algo de alegría lo llena al pensar en ella en esa situación.-Quiero que se moje conmigo , quiero tocarla , morderla y meterme al fondo. Sueño tantas veces con tener una lengua que pasar por toda la carne suave o usar mis manos y llevarla a ese final que la sacuda hasta perderse , empujarme dentro hasta que me vacíe dentro de su cuerpo y que no le quede un solo centímetro de su cuerpo sin manchas con mi nombre.-       

El gato retrocede con las cejas arriba. Escandalizado al ser una cosa extraña.

Definitivamente era un gran cambio para su percepción de esta ave antes ascética a sus ojos.

-El problema es cuando estamos ahí…y ella no está cómoda y yo mucho menos.- esa emoción cae.-No estoy exento de desear a mi conejita pero no estoy seguro de querer hacer eso con ella cuando ya estamos en ello.-suspira.-Creímos qué si nos decíamos esta clase de cosas eso cambiaría pero no fue así…solo estábamos hablando de lo que era físicamente posible y riéndonos del otro.-parece animarse de nuevo.-No creo que hayan personas más extrañas que Me…- no , no le regalaría su nombre a nadie.-Hoppy y yo.- rasca las plumas en su cabeza como un acto nervioso.

Al mirar arriba ese gato le observa con solo unas cuantas palabras en esos ojos “¿De qué carajos hablas?” 

El ave comienza a reírse . Sujetándose el estómago.

Tal vez estaba traicionando la confianza con Hoppy al hablarle de esto al gato. Quizás esta va resentido o mejor aún , podría usarlo para burlarse del gato Escandalizado por un par de palabras obscenas cuando de los dos era el único con verdadera experiencia.

-No se porque te asusta , ¿No hiciste eso con Hobart? Con eso de las espinas debió dolerle mucho a mi pobre amigo.- suspira recordando algo de lo que escucho del chisme con Bobby y Picky.

El gato mueve las orejas de arriba abajo , atrás y adelante.

-¿Dolerle?-

-Los gatos encajan las espinas , ¿No?- 

El gato mira al suelo.

-No.- mueve la cabeza.-No hubo problemas con las espinas.-

-Que bueno , creo que todo fue una exageración.-

El gato mueve la pata de lado a lado.

-Hubo problemas al atorarse al no poder salir y porque no dejaba de salir y se hincho.- 

El ave levantó las cejas 

-¿Salir que?- pregunta el ave confundida.

 -Eso.-

-Eso.-

-Si , eso.-

-No estoy entendiendo.-

-Eso , lo que sale …eso.-

Como cuando le llamaron “El amigo comunista LinLin” unos visitantes por ser amarillo. Ojalá fuera chino , entendería los manuales de las máquinas pero no ,esa no era su suerte. Era un tipo que sabía español en un lugar donde nadie más lo hablaba. Tan solo algunos niños que preferían hablar con Hoppy antes que con él por el rol severo al cual comenzó a encasillarse conforme pasó el tiempo.

Así que este nivel de confusión lo dejó sin palabras como hace mucho tiempo no le pasaba.

-CatNap.-

Ambos tienen su propia respuesta para la llegada de ese monstruo.

-DIos/Gracias a Dios.-

Toman el lugar que habían decidido cada uno.

Uno feliz por su arribo a la precariedad de su situación , enderezandose en lo posible dentro de este lugar y el otro aliviado de no verse orillado a continuar en una conversación que perdió en mar abierto hace rato tomando la misma reverencia con palmas arriba.

El monstruo presiente algo extraño en ambos pero no anda. La molestia que el gato le pidió parecía meterlo en un grave problema una vez intentó cortar los cables conectados a las alarmas de La Guardería.

-Gatito. Necesito que traigas al qué haya hecho esto.-

Kickin presiente el mal a venir contra ese tipo , contra Harom y Jason. La culpa arde pero no odia hacerse responsable por algo que ellos hicieron.

El audio seleccionado…atravesó demasiados límites. 

En vez de ser la oportunidad para la huida de muchos , fue el sello para sus muertes de forma injusta y cruel. Tan dolorosos como para herir a su corazón e intestinos con toda la bilis devuelta durante el episodio que tuvo dentro de Dulce Hogar.

-Dios , ¿Crees que ellos tendrán las respuestas a todo?- le pregunto con el corazón en el filo.

El monstruo le sonríe con esa gran boca llena de dientes disparejos. Tantos colmillos como cuchillas afiladas como dentadura. Fueron apiladas hasta ser sólo una masa de metal sangrando del interior al exterior.

El mal olor era perceptible incluso en su sentido del gusto.

El pájaro nunca había estado en un espacio cerrado con esta cosa que debe mantener medio cuerpo fuera de las oficinas para hablarles. Aguanta una arcada , es cosa de aferrarse a la falta del reflejo natural. Babeando desde la boca al suelo esa bilis tan molesta que debe ocultar.

Su garganta no le ayuda ahora. Solo debe salir de aquí.

Aguantar. Aguantar hasta que se fueran sin él o se le permitiera respirar.

-Debes traer a los que te hicieron esto , ellos deben tener la forma correcta para reparar tu predicamento.-

-¿Ellos podrán detener esto mejor que tu , Dios?-

 El gato era estúpido en muchas formas.

El ave mantiene la boca cerrada. No sabía qué clase de relación tenía con esta criatura pero tal parece , es permisivo. No fue como responder ni hacerle preguntas molestas a un adulto normal. Esta criatura fue consciente y a sus dudas respondió con una caricia en su entrecejo.

-Si , mi niño , recuerda confiar en mí. Ellos son una llave y tu deberás traerlos.-

-Si , gracias Dios.- retrocede al obtener una orden.

El monstruo hace algo más a costa del rechazo del ave.

 

 

Sujetándolo antes de que pudiera seguir a CatNap.

-Él se quedará a cubrir tu falta , Gatito.-

Cualquier otro sospechara y se vería raìdamente en posición para negarse.

CatNap no. Él vio este acercamiento como algo positivo.

No se detiene al pensarlo a salvo con Dios. Dejando este lugar sin pesar alguno.

-Volveré , no lo dude , Dios.- se despide inclinando el cuerpo al girar con una vuelta completa antes de salir por la puerta.

La carrera es silenciosa y aún así es audible la velocidad a la que dejó el lugar.

 

El ave atrapada en las garras del monstruo suspira sin moverse.

-Tú , avecita linda , no supiste mostrarme respeto durante mucho tiempo , ¿Qué te hace tan sumiso ahora?- lo cuestiona apretando con el filo de sus garras esa tráquea y estómago. Es tan sencillo como sujetar a un humano.

Escucho relatos sobre aves en el puño de un ser humano.

Esa sensación la busco en muchos humanos y criaturas.Es esa sensación mágica que relataban libros y relatos de aventura . La sensación de tener una ave atrapada y rendida en tus manos.

Dicha sensación había huido por mucho tiempo de su colección de experiencias por reclamar con los humanos. Parecía esconderse cada vez que los humanos y las criaturas peleaban y lloraban o gritaban de dolor en vez de someterse a su deseo.

No hacían el mítico piar suave que acaricia los oídos ni parecían ser la clave para la felicidad al sujetarlas.Solo un elemento hecho de carne qué es ruidoso y grita porque sí , como si hacer ruido he irritar lo fuera la forma de salir ilesos de su agarre.

 -¿Qué tal si lloras para mí?- le pide con esa sonrisa deforme.-Llora para mi , hao bien.- sacude amenazando con su filo ese estómago vulnerable. Amenazando con abrirlo en dos y arrebatarle la vida de una sola vez y sin dudas.-Quiero que me guste.-

El ave le mira de soslayo. Bajando la cabeza.

-¿Quiere que llore o que cante?- 

 -Ya escuche sus cantos por años-

-Esa música era creada por los humanos para los niños , ¿No preferiría que cante algo de verdad o como escucharme llorar podría ser mejor?-

Apostar a entretener de esa forma era mejor que tratar de llorar y crear un escenario donde posiblemente terminará torturado de forma estúpida.

Si ese era su destino , trataría de soportarlo y si pudiera evitarlo , lo intentaría.

 El monstruo se acerca a su rostro. Sin importarle cuanto su aliento le ocasiona asco. La gran lengua salió de esa boca sin pensárselo demasiado.

El ave abrió los ojos como única opción al ser invadida su boca.

Su cuerpo mismo rechazó este acercamiento en muchas formas. El reflejo nauseoso lo leño junto con otros síntomas de enfermedad.

El sentimiento más fuerte fue el maldito asco. El siguiente fue el gran odio que trataba de superar para acercarse a esta cosa.

La lengua sigue bajando , retorciéndose dentro de sus entrañas.

El grosor amenaza con destrozar su garganta y pulmones.

Esto no es más que el inicio de algo en sí doloroso como la palabra más suave para describirlo.

Humillante sería otra de las tantas descripciones para esta circunstancia tan desagradable.

Esa lengua no se quedó quieta en sus entrañas. No es tan solo eso.

Se retuerce reventando desde adentro sus órganos. Bebiéndose la sangre de su boca al levantarlo en alto.El dolor es suficiente para distraerlo de lo asqueroso. Gritando por reflejo al despejarse su garganta por un momento.

El monstruo lo deja ir al estar en paz con su arrebato.

-¿Es esto un beso?- cuestiona con esa soltura de siempre.

La voz usada es el mayor de los insultos.

Escuchando a Hoppy con ese tono frío y robótico.

Mueve la cabeza apenas al estar tan débil. Su consciencia es amenazada por el agonizante desgarre desde el fondo de sus pulmones colapsados.

-Ahora creo que tu canción si sería sincera , ¿No te parece pajarito?- lo suelta permitiendo que cayera de frente contra el suelo. El impacto no es tan significativo al ser solo tres metros , el problema fue el cómo su cuerpo está herido. Derramando una ola de carmín al impactar con el suelo , su nariz llena de ese líquido venido directo de sus pulmones queda completamente tapada dificultando su respiración al estar ambas vías de entrada llenas de líquido..

-Ese gatito me sirve más sólo que con una pulga pegada a su espalda , así que dime ¿Que quieres hacer con CatNap?- le pregunta tocando con las garras su cabeza.

El pájaro en el suelo piensa. Sus dudas toman forma entre el ardor de su garganta destrozada y ese monstruo. Las preguntas con mucho sentido y la sospecha.

Esta cosa no parece desear el mal para CatNap pero tampoco lo desea el mejor de los caminos. Preferir lo en solitario que con él o con cualquiera , no tenía sentido. A menos que deseara saber algo más divertido.

¿Porque alguien lleva a la soledad a una persona? ¿Por qué las personas que cuidaban de su madre decidieron nunca dejar salir a ninguno de los niños que llegaban a ese hogar destrozado? Uno tras otro entraban y sus tobillos fueron atados en el sótano.

Crecieron en la oscuridad o bajo el sol de un campo de cultivo.

La piel de su madre era dorada como la misma tierra pero su cabello era aún más amarillo o que el suyo. Esos ojos de color azul eran tan profundos y tan tristes.

Ella lo oculto junto a otras niñas que ya eran madres. Lo ocultó y encontró un modo de sacarlo de ese lugar. Incluso si ella se quedaba atrapada en este mismo.

Se perdieron y aún sabía que ella a donde fuera llevada aún lo amaría.

 

-Avecita , responde a Dios , ¿No era esa tu intención hace un momento?- 

 

Si un niño llora , le aborda y le cuidas hasta que deje de llorar o los malos bajarán a lastimarlos.

Si se portan mal serán castigados. Debes cuidarlos y educarlos.

Si hacen ruido serán golpeados. Detenlos.

Salva a los que no entienden el peligro que les amenaza y detén este sufrimiento.

Soporta. Aguanta y sigue , no hagas enojar al abusivo y sigue adelante bajo sus narices.

En la oscuridad está su madre estaba su madre y hermanas con un cuchillo o hecho de juguetes rotos.

En la oscuridad liquidaron al abusador.

En la oscuridad habitan los monstruos buenos.

En la oscuridad está Polly , al diablo con quienes se burlan del nombre que le dio su madre. 

-Eres mía , y pertenecemos juntos , si pertenecemos juntos.- su garganta saca un borbotón de sangre al querer entonar la letra.-Por la eternidad , eres mía y tus labios me pertenecen.- no puede contener una carcajada al ser tan miserable su estado en el suelo y casi muerto en menos de lo que se suponía debería estar manteniéndose vivo.-Sí, solo me pertenecen a mí , mi niña.- 

El monstruo inclina la cabeza a un lado contrario.

Este pájaro estaba tan loco como los otros tipos en este grupo. Cantando algo tan ofensivo en sus cara en vez de pedirle clemencia o piedad. Tan arrogantes.

-¿Tratas de ser como tu líder muerto?-

Ese perro o ese mocoso llega como un flash . E absurdo que los compare cuando ese perro en esta situación solo habría empeorado todo con su loca necesidad de mandar al demonio a los enemigos que lo arrinconan. Seguramente su destino habría sido distinto si tan solo ese estúpido no hubiera escucuido la cara del anciano.

-CatNap está vivo.- responde con la cabeza baja esta mentira tan grancde.

El monstruo lo aplasta con la garra. Pensando al mismo tiempo, que el ave estaba asfixiándose o sus costillas fracturandose lentamente por esa excesiva fuerza , cuanto lo disfrutaba. Este sonido de huesos fracturados así como la sangre que escupe y tose. 

Su estatura a comparación de todos sus compañeros siempre fue una molestia . Siempre tan abajo , no hubo cambios ni pudo alcanzarlos.

Lo está matando.

Lo están matando.

No es un juego.

¡¡Lo está matando!! 

Solo era Hoppy agachándose para mirarlo de frente colgando sus brazos sobre sus hombros en esa posición y era más encantadora conforme el tiempo pasaba , su presencia era más y más agradable. Una sensación tan cómoda como dormir entre sus lindas piernas o escucharla murmurar al dormir. Una secuencia de circunstancias que los empujaron a encontrar el refugio en el otro.

Aún ahora. En este momento solo puede pensar en las rodillas de Hoppy en su cuello y sus brazos enrollándose como su único soporte a la deriva. 

Este segundo cerca de la muerte termina con sus incógnitas , responde a las razones por las que no acababa con su vida a pesar de que sufría cada segundo de esta mierda. A pesar de lo cobarde que era y más de una vez lo intentó casi lográndolo en todas y cada una de sus decisivas acciones autodestructivas.

Probó la muerte y fue dulce.

La razón para no irse es Misery.

Mercy.

Solo el pensar en dejarla sola en este lugar tan horrible le dolía hasta los huesos.

No.

No podía permitir que lo mataran ahora. Incluso si es fácil o si intenta mantenerse firme con su dignidad.

-Porfavor…- el perder algo como su patética dignidad era doloroso.-No me mates , porfavor , Dios.- súplica por una oportunidad.

 Por más tiempo para no dejarla sola.

Para que no sea ella la última en irse de forma tan solitaria. No solo otra vez.

-Porfavor , Dios , dame más tiempo.- ruega a esa divinidad que por mucho tiempo lo dejó abandonado en ese sótano o en esa casa llena de carnívoros. Ahora aún era cruel y le arrebataba la posibilidad de pelear por su vida.-Te lo ruego , por favor , dame tiempo. Solo un poco más de tiempo.-

Puede que no sea para él este tierno ruego.

Más el desconocimiento como su engrnadecido ego en su interior es acariciado por la súplica de esta ave. Escuchando su dolor y voz quebradiza como un buen trago de medicina para todas sus sospechas.

Lo presiona sacando más de esa sangre por sus ojos y oídos. Es fácil , es del tamaño de un humano.

No es un payaso carismático. Es un espectáculo más divertido de una forma que podría llamar tierno. Había escuchado que algunas criaturas son lindas al morir.

Tal vez este lo sea.

Tal vez pueda sentirse mejor si continua jugando con él.

-Experimento 1188 , pruebas …-

El monstruo escucha este audio. Su interés cambia del ave a este ruido.

Kickin no puede moverse aunque lo quiera así. Los huesos de su cuerpo permanecen fracturados.

Toda la carne que comió apenas hace dos días será consumida para darse fuerzas y sobrevivir.

Pronto sería un monstruo hambriento.

Esa criatura gigante lo abandona retirándose una vez el audio consume todo su interés y necesita escucharlo de cerca.

-Se bueno con CatNap , de todos modos morirás pero será mejor si lo convences.-

Kickin gira boca arriba. Respira entre jadeos pesarosos.

Solo.

Está completa y totalmente solo.

Usa lo que le queda de fuerzas para subir a una mesa . Tirando todo por su precario equilibrio , logra ponerse en alto ya a salvo de los pequeños que pudieran encontrarlo en este malherido estado.

Van a matarlo. Morirá hoy o mañana. Será en un momento de debilidad.

Si pudo admirar algo de su madre y odiar de DogDay , fue esta patética capacidad de sufrir por otros. Solo arrastrándose de vuelta sin pedir nada.

Lo entiende. Ahora que Hoppy no es su novia y puede que menos sea su amiga.

Cuánto está dispuesto a soportar por solo saber que podrá estar más tiempo con vida para acompañarla.

Él era egoísta. 

Su madre no. Al igual que DogDay.

Sintiendo esa fuerte envidia y admiración por mucho tiempo.

Ahora , justo ahora , puede decir que no se equivocó. Eran amigos.

Todos eran amigos y matarlo antes del gran día fue lo mejor.

A él este mundo lo hubiera destruido hace mucho tiempo.

Estos pensamientos lo embargan una vez la luz es parte de un pelaje acercándose a él por un lado. Brillando la luz amarilla al choque con el verde limón.

-Kickin…lo siento , perdóname … Kickin.-

El ave no puede resistirse al abrazo dado a su cuello.

-No debí dejarte , no debí dejarte solo. Kickin , perdóname , perdóname , Kickin.-lamenta temblando en su sollozo seco.

Las lágrimas del derrame sanguíneo son tan espesas como la brea.

Llorar es imposible. El perder sangre por el estallido de vasos sanguíneos es completamente lamentable y parte de los errores que la primera generación de Bigger Bodies carentes de lagrimales debe afrontar como un efecto colateral.

El ave puede llevar una mano a su rostro.

-Debí matarte mientras dormías.- suspira el lamento por permitir a Hoppy pasar por tanto en vez de simplemente liberarla.-Hubiera sido mejor que verte tan triste hoy.-

Hay tanto que pudo hacer por ella. Ninguna es realista ahora.

Los dos habían tenido que tomar decisiones difíciles y ambos se equivocaron de muchas formas. Resultando en una chica quién creyó que alejarse del otro sería un medio más seguro para ambos.

Un chico que se creyó abandonado y se metió en un agujero peligroso en vez de esconderse como sería lógico por culpa de su instinto de guardián y cuidador.

Ambos se perdieron.

Hoppy huele a lodo y tierra.

Llevando en sus manos la gran cantidad de tierra atrapada en sus garras.

-Kickin,creo que encontré como acabar con esto.- se lo asegura para consolarlo. Darle una esperanza de recibir justicia a esta humillación.

Para ambos.

Para él al ser invadido de forma tan asquerosa y dolorosa como repulsiva.

Para ella tuvo que vivir nuevamente la sensación de ser una inutil qué no puede proteger a las personas que amaba.

El contarle sobre su descubrimiento no es posible. 

No al escuchar un alarido de averno muy a lo profundo del domo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la oscuridad el rostro de esta criatura es cubierto por el calor de una pequeña flama en una fogata en las sombras de la cueva.

-Sabes que no debes hacer fuego.- 

El visitante es algo molesto. Su larga cola se sacude golpeando el suelo como un látigo.

-No me importa , ya lo hice y es para mi.- sacude las grandes orejas sobre su cabeza.-¿Te puedes imaginar quién sería yo si no soy Touille?-

-Te llamas Tony.- 

Esta rata vuelve a mirar a la fogata qué encendió con su pelo plástico y una silla rota.

-No se si fui alguien antes de ser Touille.-

La cara de la escualo pasa de una tranquilidad insondable a una crisis.

 -¿Porqué piensas así ahora?-

El ratón sacude la cola en el suelo. Se pone de pie con una gran sonrisa de por medio.

-Recordé algo.-muestra su mano a la chica.-Recordé algo de Tony.-

Ella observa esa palma , levantando las cejas al verlo sacudir la muñeca en un medio círculo.

En este movimiento es rebelando el truco.

Dos piezas de galletas frente a la chica.

-Recordé que sé hacer magia.- festeja de nuevo con ese tono alegre del inicio.-¿Tu también quieres ver un truco Baba?- le llama mirando a las sombras.

Está oveja se ve descubierta. Saliendo de las sombras viene a paso loetop a unirse a ellos frente a esta pequeña fogata. 

La siguiente en presentarse es la criatura rosa. Aterrizando del techo a un costado de Mako.

Con simpleza la chica reparte el regalo de la rata con ellas.

Este roedor no se desanima aunque estén tan grises. Retrocede tomando distancia con ellas.

-¿Quieres ver lo que puedo hacer? ¡¿Quieren ver?! - no espero a su respuesta antes de dar un salto hacia atrás.- ¡Mírame! ¡Mírame , Mako!- la llama en una segunda y tercera voltereta hacia atras.

 Mako abre el paquete de galletas sin despegar la mirada de sus saltos y sus risas felices.

Lo único animado en las sombras.

En el eco de gritos y agonía atrapada en sus tímpanos.

Huye de la culpa fijándose en este espectáculo y a la rata jugando para divertirla.

Aplaudiendo con sus garras espera a que la risa real aflore de su interior.

 

 

¿Por qué tuvieron que morir todos? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de los túneles de concreto ese elefante observa entre la confusión y el odio esa nube de humo rojo acercándose con la carrera del gato en su dirección.

Levanta la cadena lanzándola al frente con toda la intención de hacer pedazos el pecho de ese gato.

Toma hierro de las paredes junto con ladrillos , usando todas sus fuerzas y el impulso de sus patas les lanza directo contra ese estúpido gato.

-¡No puedes venir tras nosotros , maldita sea!- ruge Picky más que furiosa por verlo de nuevo.

Ese felino por muy poco había evitado esa cadena y mucho menos esas piezas de metal que Picky lanzaba una tras otra. Saltando entre las vías y las paredes.

Pueden ver a algunos medios esconderse en el fondo de las vías.

-Todos van a regresar y pagar por sus crímenes.- advierte saltando entre ellos. A su paso deja una ola de humo rojo , esquivando tan solo por un salto la cadena estampada en su lugar.

El elefante llega a su encuentro más rápido de lo esperado , usando su hombro para estamparlo contra el túnel.

-¡¡Picky , largate!!- le grita aplastando al gato.

CatNap intenta ver a donde fue Picky más esta distracción le cuesta un golpe directo al rostro.

A Bubba le está yendo mal. El humo le afecta , claro que le afecta y lo está venciendo. Más no se queda quieto con los efectos.

Utiliza cada gramo de fuerza que le quedaba para golpear al gato con las patas delanteras.

CatNap exhala una nube directa a su cara sin dudar en usar la zarpa contra sus cara.

El rasguño arranca una mezcla de pelo y sangre con carne al llevarse sus garras el interior de los zurcos.

El elefante resiste por muy poco una vez la herida fue hecha , derrumbándose en el suelo su consciencia lo abandona.

CatNap retrocede sujetándose con las garras el pecho. Estos golpes facturaron sus costillas. Necesita un segundo para adaptarse al dolor.Vuelve al trabajo al poder ignorar la punzada.

Su cola prensil sujeta al elefante por el cuello. Volviendo a La Guardería lentamente por su gran peso.

  La chica desapareció y no podría buscarla sin descuidar al elefante.

Debe regresar. 

Corre tan lento como esta carga lo obligaba , pasando entre las vías y esquivando el tren estacionado en el territorio de Mommy.

-¡CatNap!- lo llama esa criatura rosa interviniendo en su camino.-Que lindo , has venido a llenar la despensa de Mommy. Que niño tan tierno y considerado eres.-

El retortijón en su estómago lo llena de reclamos.

-Apártate.- le advierte detenienose en un salto. Su cuerpo delata cuánto le molestaba su presencia , volviéndose un arco erizado.

La criatura le sonríe colgando sobre su cabeza. Adueñandose de todo el paso.

Mommy no lo dejaría volver fácilmente.

-Dios me dio una orden-

-Dios no está aquí.- lo interrumpe usando ese tono meloso.-Mi niño , aquí solo estamos tú y yo …y toda el hambre de Mommy te puede comer de adentro hacia afuera.- golpetea las paredes.

-Iras contra lo que Dios ordenó.-

-Todo en mi territorio es mío. El prototipo me lo prometió y tú estás ahora en mi terreno , gatito.-

-No es así como funciona la disposición de terrenos ,Mommy.- 

La araña bufa aburrida por su frialdad.

-Aquí arriba tenemos algo de hambre , ¿Qué te parece si me das esa deliciosa cena a mi?- no le da oportunidad para negarse , usando el largo de su cuerpo ya una de sus patas es sujetada por un nudo.-Mamí estará muy feliz si le das un regalo.- 

-No.- sacude la garra , pisando al elefante al cubrirlo.-Ninguno será tuyo.- advierte exhalando el humo en un derrame profundo.

Mommy se eleva dejando de sonreír con un puchero.

CatNap sigue adelante entre la nube de su propio humo.

Excepto por un problema más.

Mommy no necesita acercarse.

Era la peor de todas las opciones para su situación.

Esta gran criatura usó la extensión de su cuerpo para patear su cabeza contra el suelo , atrapando su cuello con la zona de su brazo.

-Si no lo como a él , te comeré a ti.- sonríe al descubrir que podía azotarlo contra el techo y el suelo. Repite esto aprovechando los reflejos del gato para enredarlo en su red.

 Tira de su cuello hacia el suelo tratando de arrancarle la cabeza a la vez que sus patas traseras.

El gato sujeta sus renuncia a defenderse como tal.

Retorciéndose a una forma más humana le sujeta por las extremidades con las garras.

Mommy sufre fuerte los efectos del dolor infligido a causa de las heridas.

-Vamos mi niño , ya me diste a uno.-lo convence con ese tono dulce.-Otra probadita no nos hará daño.-

Malos recuerdos llegan a CatNap.

Este gato le muerde. Mordió lo que alcanzó de sus extremidades.

El hule y la carne son diferentes , el rojo se derramó y ella solo pudo gritar llena de dolor.

Azota al gato contra una pared , observando sus brazos heridos al reunirlos contra su pecho. 

-Eres un niño tan malo , tan malo con Mamí.- 

-¡Mi mamá nunca fue tan retorcida como tú!- ruge desde el suelo.

Las fracturas empeoraron por culpa de Mommy , ahora sus patas apenas son capaces de sostenerlo.

El daño es equivalente.

Ella no puede usar sus brazos y él no puede enderezarse.

El humo es la clave.

Es el arma que no se ve afectada pero el diámetro de control de Mommy sí fue reducido. 

No podría pelear contra CatNap sin terminar perdiendo por mucho.

Su sonrisa crece al verse incapaz de herirlo..no de forma física.

-Para oler a vainilla…- sonríe observando esos ojos fríos sobre ella.-Ese perro apenas sabía algo diferente, yo solo pude percibir el sabor de su sangre. Aun fue delicioso , Mommy te lo agradece.-

-Ya cállate.- le advierte desde el suelo.

Mommy ríe. Puede burlarse de cómo esa cola se ha vuelto un plumero en su frustración. 

-Quién debería callarse eres tú.- murmura calmada de un segundo a otro. Un tanto de amargura sube por su garganta.-El prototipo me mintió. Dijo que no estaría nunca sola pero ahora ya no me quedan más amigos.-

-¡Deja de comerte a tus amigos!- le grita frustrado.-Deja de matarlos. Es tan sencillo como eso , loca.- 

Este gato bufa cansado. Era un círculo repetitivo qué no lo llevaba a nada.

Mommy cierra la distancia entre ellos con un movimiento rápido. 

CatNap exhala humo directo a su rostro.

Esta criatura lo atraviesa como si fuera nada. Llegando a su rostro le observa a los ojos.

-Estás más muerto por dentro que todos los amigos a los que comí vivos.-

El gato no logra reaccionar. 

Ella se fue tan rápido como había aparecido , dejándolo con estas heridas y mal sabor de boca.

Excepto por notar muy tarde algo en Bubba.

Sus patas están extremadamente heridas.

Sus orejas caen al descubrirlo. Darse cuenta de cómo fue incapaz de llevarlo completo o tan siquiera protegerlo. Bubba perdió gran parte de la piel y la musculatura exterior de sus patas en todo el jaleo de la confrontación.

Definitivamente Mommy era mayor y más experimentada que él.

No debe quedarse por más tiempo.

Debe escapar.

 

Dejar este lugar es más tortuoso ahora que sus piernas estaban reducidas por culpa de las heridas.

Debería denunciar el comportamiento de Mommy con Dios para corregirla , cambiar este comportamiento tan irrazonable.

El camino le hace ir más y más lento. Cansado por el peso del elefante y las fracturas.

La estación de La Guardería estaba cada vez más cerca.

Junto con un eco extraño.

Sus orejas se acurrucan conforme la distancia se corta y puede ver la estación como tal.

Ese eco continúa al fondo. Lo hace apresurarse y correr. Olvida al elefante en su apuro.

Salta las barandas de seguridad y las escaleras las sube en un par de pasos largos.

Ese eco le hiela la sangre. Es agudo , roto y profundo.

Robótico.

Viene con un olor desagradable a metal quemado y carne carbonizada.

Algo estaba mal.

A la orilla del teleférico se puede ver la salida de La Guardería.

Es un grito.

-¡Dios!- grita comprendiendo quién gritaba en el fondo del domo.

Salta al teleférico dispuesto a usar el cable para bajar.

Más es atacado por la espalda.

Es ese perro. Montado en su espalda lo sujeta con una cadena para no ser sacudido.

La sensación es un espejismo del pasado.

Las memorias dentro de sus cerebro sobre este aspecto , sobre DogDay como una imagen , son distintas y muy variadas. En muchas formas eran similares , ahora mismo algo en el switch lo traicionó entorpeciendo su reacción una vez se ve inundado con memorias llenas de dudas anhelantes.

Su sorpresa es suficiente para darle un lapso corto de movimiento qué este aprovecha sin pausa.

Usando un hierro en su puño atravesó su cuello varias veces. Tantas veces como para crear un torrente carmín ininterrumpido. Apuñala como un loco dejando el metal adentro para tomar otro de su cierre volviendo a cortarlo directo sobre la tráquea y oídos.

El dolor dentro del tímpano atravesado rompe con el impacto que lo mantenía perdido entre este presente y memorias dispersas con el anterior perro que nunca le hizo daño real.

Sacude la espalda logrando sacarlo de encima.

Este perro logra sujetarse del cable y la cadena que le colocó en el cuello , tirando hacia abajo y pateandolo en el giro causado por esta misma ventaja cobarde. Tira al gato directo al fondo de la cueva con un bramido lleno de rabia.

Con el mismo impulso de la patada vuelve a subirse en el cable.

Puede verlo caer a la oscuridad.

Al fondo de la bruma lo recibirán los picos de piedra y la resbalosa mezcla de fango qué estuvo arrastrando por mucho tiempo. Al gato le costaría demasiado tiempo el salir de ese lugar.

Moverse por el cable es lento una vez procesa lo delgado que era.

En la orilla segura el pequeño felino le espera con el alivio presente en sus orejas elevadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con el prototipo.

La curiosidad sobre ese audio le había atraído a los jardines.

Escuchando como los humanos jugaron con el gatito.

El sonido de los instrumentos o las máquinas funcionando y sus quejas o las risas humanas.

Era una sinfonía repetida en sus propias memorias.

Recordaba muchas veces haber sido sometido a experimentos que lo hacían soñar de esa forma. 

Encontraba algo fascinante escuchar a otro juguete soñar de esa forma.

Escucho cada segundo como si lo acompañara. 

Su ensimismamiento le hacía imposible notar algo sobre su cabeza.

Siendo siempre el más grande había olvidado mirar sobre su espalda.

Esto lo lleva a ser inconsciente del movimiento sobre el domo.

Aquella red atraída lentamente por debajo de las nubes , sobre su cabeza.

 

En el movimiento van años , dos años de esfuerzo y recolección en la fábrica por este perro.

Dos años metiéndose en territorios ajenos en búsqueda de comida y agua. Los rasguños y pelea por este material.

Ahora el resultado que buscaron por años. Será puesto a prueba.

Ya sea que mueran o sobrevivan. Hoy será juntos que sus destinos serán sellados.

Ya no pueden permitirse vivir en el encierro y la amenaza. Ya no hay más paciencia para escarbar de sus cuerpos.

Es el fin de todo ese día.

Ya no hay nadie que los necesite. Solo uno y el otro.

Y este monstruo distraído en las bocinas de Dulce Hogar.

El gato sujeta el collar del perro como un acto nervioso.

El miedo lo hace temblar. Su cuerpo es un desastre. 

Apenas con la fuerza para no soltarse entre los movimientos rápidos de este.

La red fue colocada. No hay nadie que esperar o aliados qué les tengan alguna señal.

Solo son los ojos de ese gato los elegidos para calcular el momento preciso para soltar la red de objetos en esta.

Pedazos de botellas de vidrio y piezas de artefactos de química , todos unidos en su fragilidad sobre esta criatura.

Determinando el justo momento tan solo a un movimiento de que este se aparte de Dulce Hogar.

Este segundo es el más lento de todas sus vidas.

Cortar el seguro y correr por encima de los cables de las nubes.

Aterrizando el perro sobre la criatura al mismo tiempo que esta red.

Los frascos de vidrio son los primeros en quebrarse y su filo apenas son solo roces suaves para el metal disperso , el pelambre húmedo por la extensión de infecciones y pus o la gran cantidad de piezas plásticas.

No le hace daño alguno.

El truco está en el objeto que el perro revienta sobre esta criatura.

Un contenedor de agua limpia y fresca.

El monstruo está dispuesto a despedazarlo tan solo por la ofensa , más no llega a tocarlo.

Esta agua sin peligro ni riesgo no es normal.

Comenzando a quemarlo.

Estallando por pedazos más de una zona de su cuerpo.

El agua era de todo menos fresca. Hierve.

Lo está cocinando en vida al explotar arrancando los tan preciados pedazos de criaturas que asesino para rearmarse. 

Ruge cargado del dolor que lo consume.

El combustible es el siguiente en ser añadido.

Incluso el perro y su compañero se vieron amenazadas por la fuerza de este incendio.

Perdiendo parte de su piel y pelaje al huir de la criatura envuelta en llamas.

No la están matando. Es demasiado grande.

Este ataque es solo un afanoso arranque de crueldad por parte del par. 

Tal vez nunca podrían matarlo solos. 

Más pueden herirlo. Escapando juntos por ese cable.

 

La criatura ruge arrancando partes de sí más la humedad de su sangre levanta nuevas olas de explosivos atrapados en su propio ser. Arrastrándose por partes de su cuerpo , arrancando más gritos de dolor desde el fondo de sus órganos.

Busca en sus memorias. Revisa y analiza. 

En su agonía busca la razón de esta tortura. Lo que le estaba pasando y cómo fue detenido en el pasado. Qué debe hacer para detenerlo.

Tierra.

Arena.

Agua.

Combustible.

La mezcla toma sentido conforme su propia sangre es el combustible para los objetos derramándose del interior de los pedazos de frascos de cristal.

K , Na y H. Añadiendo se el aceite inflamable que debería ser un desperdicio inútil en las zonas de máquinas.

Esto no se detendrá.

Es un ciclo perverso. Lo han condenado a soportar todo aquel tiempo que tarden estos químicos en oxidarse en contacto con el agua y su sangre. 

Liberándose del interior de la red llena de objetos que siguen explotando por las esquilas de otros cilindros , obligándolo a esperar. 

No , lo pueden matar , son demasiado débiles y solo son dos. Los traicioneros han decidido faltarle el respeto empujándolo a un ciclo conocido.

-¡¡CatNap!!- lo llama entre rugidos. Necesitaba ayuda.

¿Cómo consiguieron estos metales en la maldita fábrica? 

Ese gatito. Era ese chico la clave.

Es el chico enfermo del que CatNap estaba seguro era la razón por la que esa ave decidió entregarlo.

Ese gatito era un enfermo. Era peligroso.

Le gusta el fuego , dijo CatNap.

 Científicos.

Todo debería estar en el sótano. 

El estallido de una pieza mecánica unida a su columna consigue abrir nervios qué estos años de calma le habían permitido sanar.

Llo regresa a su estado inicial.

Lo vuelve débil otra vez.

-¡¡¡CatNap!!!- lo llama pidiendo su ayuda por un reflejo más allá de su ego.

Ese gato no viene , no lo ayuda. No lo escucha.

Después de todo lo que hizo por él , ese gato le paga con este desaire. 

¿Cómo pudo por tanto tiempo confiar en ese maldito gato flojo? 

En su cara planearon en su contra. 

Planearon hacerle esto a quién se suponía era su Dios y no tuvo la inteligencia ni el sentido para darse cuenta de esto.

Él es un mal agradecido . El desdichado gato , no pudo hacer algo tan sencillo como simplemente protegerlo.

Nada. No hizo nada más que chillar y ser un elemento inútil.

Solo necesita sui humo pero este es narcisista y lloriquea todo el tiempo.

Dejando vivir a alguien que sabía que era peligroso , cubriendo su traición con su descarada preferencia por los seres humanos.

Todo el tiempo.

Esto es traición.

Este dolor se lo cobraría a todos .

Todos terminarían con la piel arrancada , a todos los haría pagar este dolor.

Mataría a ese perro y su maldito gatito .

A CatNap , lo castigaría.

Todas las criaturas de este piso lo pagarían con creces.

Solo es carne y metal quemándose por más de una hora , atrapado por el combustible reaccionando a la mezcla de medicamentos embarrados en su piel para sanar las peores heridas.

Dejándolo en huesos y pellejo al terminarse todo lo que había por quemar sobre su cuerpo.

Es débil otra vez.

La carrera se reiniciará y él no podrá hacer más que verse en el reflejo , vuelto nuevamente ese monstruo miserable en el interior de una celda.

Espera . 

Devastado espera al felino qué no vuelve de la simple búsqueda a la que lo envió.

Verlo aterrizar con una pata levantada contra el pecho y una trasera encogida en su costado , no logra aminorar la rabia en su interior.

El felino viene lento , cojea al ver su estado calcinado.

-Dios…Dios…- berrea temblando a su encuentro.

El gran monstruo lo apunta con una garra.

-¿Y el prisionero que debías traerme?- interroga esperando una respuesta que ya er visible.

El felino baja las orejas y su ola va escondiéndose entre sus patas.

-Lo perdí , Dios …- murmura temblando.-DogDay…DogDay-

-El perro que lleva a un gatito …el perro que lleva al gatito qué permitiste vivir a sabiendas del peligro que significaba su simple existencia.- remarca rompiendo la distancia entre ellos.

El felino no huye , su cuerpo es lo único que delata el miedo que le embarga junto a la culpa , doblándose en una nerviosa bola de pelo.

-Dios , yo no quería que esto sucediera. No pensé-

-Pensar es algo que creía se te daba bien.- sujeta su cabeza con las garras.

El coste de este contacto delata la calidez dentro del corazón del felino , ronroneando a sus toques aunque estuviera doblado en su propio cuerpo y atrapado por el terror. El filo abre un surco carmín bajo su oreja ya aplastada por este gran arrepentimiento.

-Dios. Por Favor…perdóname , no quería que esto pasara , porfavor. Dios.-

-Mírame. - ordena al verlo cerrar los ojos en su desespero.

El gato abre los ojos fijándose en su figura.

-Hace años rompiste la llave de mi celda y ahora me haces esto-

-Dios no fue mi intención ni antes ni ahora , no deseo herirlo.-

Esta criatura lo levanta por el cuello con tanta facilidad como ninguna otra podría , estrellado su cara contra el concreto.

Lo repite varias veces sin esperar su recuperación.

Lo impacta y arrastra para regresarlo con más fuerza.

La sangre escapando de sus heridas escurre por el camino y las flores de plástico en el jardín.

-¡¡Tráeme a ese perro y a sugato o te sacaré de este y todos los malditos mundos que te inventes!! ¡Quiero a los dos , a los dos los quiero vivos o muertos! ¡¡Y si otro juguete los trae , prepárate para ser su banco de carne , maldito niño infiel!!-

No se quedó solo con esos gritos.

Lo arrastró por La Guardería hasta Dulce Hogar , plantandolo contra el tejado le revienta lo quedaba sano de su cuerpo contra este lugar.

-Descansa , gato traicionero.- le ordena arrancando un pedazo de su ya quemado cuerpo.

El felino no tuvo fuerzas para negarse o aceptar aquel pedazo del monstruo , solo fue empujado por su violencia y esa garra abriendo su garganta al alimentarlo con esta violencia.

-Descansa , hijo.- arrastra la voz . Cansado del dolor del día y esta rabia son calmarse incluso si había desquitando está sobre el gato.-Espero que el almuerzo te parezca entretenido.-

CatNap se quedó en los escombros , tan solo respirando después de este jaleo y todo lo sucedido.

 

Los niños están muertos.

Todos se fueron.

Mató a muchos de los que aún creían en este, su hogar.

Esa cinta seguirá reproduciéndose.

 No pudo cumplir una orden y mucho menos pudo ver cuales eran las intenciones de Harom o ese pirómano incluso si era el líder. 

 Dios estaba tan decepcionada.

Los niños están muertos.

Todos se fueron.

Dios está decepcionado.

Los niños murieron.

Dios está decepcionado.

Dios se ha decepcionado.

Dios no lo dejará ir al otro mundo.

 

Nada vale la pena.

Ya nada tiene valor.

No puede seguir así.

Ya no puede seguir más con esto.

 

Sus patas van a su rostro , volviéndose un apretado ovillo de gato.

Solloza bajo sus garras , estremeció por el dolor en cada fibra de su cuerpo.

Llora. Sea sangre por su rostro herido o porque es lo único que tiene ahora.

Llora entre sus garras ya tan solo como solo estaba él en este lugar vacío. Las lágrimas de sangre corren por su rostro alegre burlándose del chico dentro de la piel sintética. Bajando y subiendo esas orejas o esa cola entre sus patas fracturadas.

Hizo todo lo que podía y aún así una y otra vez algo salía mal. Las mentiras no lo protegían.

Incluso Mommy le mostraba lo débil que era. Cada uno de los habitantes de esta fábrica remarca lo poco que valía su dolor o todo lo que hizo.

Le recuerdan lo falso que sería aquel mundo donde pudiera ver a su madre o a su cariño nuevamente.

 

Necesita llorar. Esconderse en este montón de tablas rotas y sábanas viejas para llorar. Sujetando el borde de un peluche de Hoppy , irónico que sea de quien más lo odiaba junto a Bubba , para simplemente conseguir el sueño al que necesitaba escapar ahora mismo.

Dejar este presente y descansar.

Dormir.

Irse de aquí.

Ir a un lugar seguro.

Extrañaba demasiado su cobija.

Extrañaba ser abrazado y esconder su rostro en un cuello suave.

Necesitaba tanto sentirse a salvo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este par está en huida. Llegando al territorio del único aliado que les quedaría después de tal imbecilidad.

Boxy no los recibe con los brazos abiertos , nunca lo haría , solo puede mirarlos como el par de estúpidos que eran.

-Ustedes están más muertos que ese esqueleto de allá.- les señala a las sobras de hace años.

Harom suspira recargando en la pared de este refugio improvisado.

-No se que rayos vamos hacer.-

Boxy arruga el ceño.

-¿Planeaban morir en ese momento?-

-No creímos que saldríamos vivos del mero intento.-confiesa Jason en el hombro de Harom.-Ya deberíamos estar más que muertos.- sacude las orejas.-Somos impresionantes juntos.-

Boxy mueve la cabeza arrastrando las patas a un dado cubierto de fomi. De este saca un par de objetos. Deteniéndose al ver algo fuera de lugar.

Regresa a poner en manos del perro una máquina de plástico.

-Son un par de estúpidos juntos.- señala Boxy.-Deberán dejar a fabrica si quieren seguir con vida y después perderse.- 

El par de ninguna forma esperaba tal dirección.

-¿Tu siempre has podido irte?-

El gigante les mira de arriba abajo.

-Obviamente ¿Sus cerebritos carburan qué vivo en la estación directa al exterior?- va devuelta al dado.-Esa cosa es un lector de barras.- les comparte información rápida.-Sus datos serán leídos por el infrarrojo de cualquier salida de la fábrica , deberán encontrar el código y arrancarlo de sus cuerpos. Es como un centro comercial y esto un atrapa ratas.- sacude las cosas en su caja secreta.-Bunzo.- llama al qué dejó encargado de este.

El conejo camina a su encuentro desde el fondo.

Harom ahora apunta la pistola de infrarrojo a su brazo. 

Tres lecturas mostraron su nombre y código de experimento en la pantalla verde.

Jason suspiró levantando las manos para ser el siguiente.

El perro lo apunta pero no sale nada.

Seguido cambia de lugar.

El código resulta estar en su oreja. 

Jason toma la pistola para leer su información. 

-Cumplí 16 , ya puedo manejar.- mira a Harom.-Y tú sigues siendo mexicano , no tienes derechos.-

El perro le pegó con el dorso de la mano.

 

-¿Por qué me falta una cinta?- Boxy pregunta al conejo aun en su dado cubierto de fomi.

Este conejo responde sin duda o miedo.

El gigante rojo había tomado a tiempo su medicamento , estaba mejor que hace unos días.

-Se la dimos al chico para el cambio de audio.- 

-¿Se la dieron al chico…- vuelve a mirar al interior.

Quedan las otras cintas , incluida la naranja. Solo falta la de CatNap.

Sus sospecha sube , analizando al par que apunta a la entrepierna del perro con la pistola infrarojo y suspiran con gran alivio.

Los ignora.

Lo sucedido hace dos días con los niños de La Guardería quedó claro al escuchar del festín.

No había ni un solo sobreviviente y solo el día siguiente CatNap liquidó a las de tres tercios de los Medios y pequeños que prevalecían tras la masacre.

La presencia del pequeño humano en su territorio no fue lo suficientemente extensa para dejar marcas. 

Así como no quedará nada de ningún niño en toda la fábrica.

-Entonces lo que hay en esas cintas está reproduciéndose en La Guardería.- su malestar viene de algo más profundo.-Vaya…puedo burlarme de algo bastante bajo.-

-Hay un problema.- lo llama Harom.

-Hay muchos problemas.- le réplica el gigante rojo acercándose de nuevo.

-Exactamente ese es el problema.- admite el perro mostrando las lecturas de la máquina.

Hay un registro del mismo producto uno tras otro.

Eso significaba algo malo.

Solo le queda mirar con lástima al perro.

-Espero que te gustara Garfio , porque serás ese en las fiestas.-

-Mierda.- gruñe el perro tomando la pistola de infrarrojo para busca más barras en cualquier parte de su cuerpo. Sobre todo en sus bolas.

Todas sus extremidades están repletas de códigos de barra bajo el pelo.

El anterior perro le dejó un gran peso en los hombros. 

Incluso ahora su huella lo sigue demostrada con la desconfianza de los humanos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El aroma de una bebida caliente le trae devuelta a la vida.

Subiendo sus ojos el camino hasta el origen del buen olor a limón y naranja.

Gruñe enojado.

El ave al fondo se pone de pie con una tabla.

-Debes recuperarte , no se acaba aún.-

Esta advertencia viene con un tazón de agua tibia.

-¿De verdad Bubba te hizo llegar tan tarde?-

 -No fue él …- la desconfianza lo hace mirar al ave y esa bebida caliente con gran sospecha.-¿Qué te pasó a ti?- 

 

El ave decide responder por orden a sus dudas.

-El té está limpio , lo hice en una olla , no está contaminada.- le avisa sirviendo en un tarro propio , improvisado con una cubeta vieja, sacude la cabeza por culpa del ardor profundo en su garganta aún herida.- No se que rayos pasó aquí.- murmuró ronco.-Si no fue Bubba ¿Quien te dejó así?- Espera con el cuerpo recargado en la tabla de soporte.

-No me respondiste lo más importante.-

El ave baja la mirada al agua colorada por el saborizante artificial . Este menjurje dulce que se atreve a llamar té a falta de algo mejor , exhala dejando salir algo de vaho.

-Hoppy colabora con DogDay.-

La mentira le sabe mal.

Más las pruebas dejan en jaque al gato.

Era mentira y Kickin lo sabe.

Así mismo CatNap no sabe que es una mentira.

Una que es el inicio para mantenerlo alejado de esa cosa hasta conseguir el momento adecuado para despedirse juntos.

Se irán ellos dos y CatNap no debería quedarse atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por seguir aquí, fueron días ocupados.

Chapter 99

Notes:

Hola , buenas noches.
Diálogos. Muchos diálogos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 – 3 – 12 – 27 

1 , 3 , 12 , 27

 

 

1

 

3

 

12

 

27

 

Estaba en las pesadillas y en los corazones.

Siempre observó a estas infancias como el programa de fondo en el caché de una memoria corta. Atrapado en el letargo de un cuerpo cansado.

Cansado de estar cansado.

Suficientemente cansado de ell peso de la carne dentro de sus circuitos.

Observando.

¿Quién es aquél que observa? ¿Quién nos protege? 

El lente dentro del cristal.

Dentro de la forma redonda en las esquinas.

El dolor y la rabia.

El secuaz de todos.

El aliado de nadie.

El amor sin nombre.

El odio por todo.

 

 

 

 

 

El demonio en la corona de hierro sobre la frente del heraldo de un falso paraíso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay flores ni raíces.

                                          Solo tú y yo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La presencia del par es catalogado como un posible desastre nuclear por suceder.

 

Ese arpon no parece ser la mejor arma para detener a tres.

A menos para Theodore qué no entiende la utilidad del arpon. Fue apuñalado y perdió esa arma tan envidiada por todos.

No hay humo.

La tensión es palpable.

La tiene en las manos y la respiración misma.

Los tres humanos hacen una señal sutil para apartarse.

Huggy sigue con la mirada la huida de los tres, fijándose más que nada en Henry. 

La voz de uno de los visitantes rompe con la tranquilidad de esta tensión tan pesada.

-Así que ¿Esto es todo?- 

Hoppy suena enojada y cansina. Sus emociones son un derrame de petróleo dentro de su boca repleta de veneno.

-¿Qué tanto te hablo de lo que sucedió en estos años?- cuestiona Bubba.

Las orjaas de CatNap son sacudidas por sus emociones. Sabía que abría esta escena peligrosa donde todo podría salir mal con solo unas cuantas palabras.

Más intentó mantenerse estable.

-No hablamos de nada.-

Si. Hace menos de un minuto le exijio que no ocultara detalles sobre lo ocurrido allí dentro …pero esto es demasiado pronto.

Su cabeza , aún sacudida por la incomodidad sufrida por culpa de la situación repetitiva por meses a causa de esa cinta reproducida diariamente sin importarle cuánto le doliera o lo hiciera sufrir.

-Entonces simplemente lo aceptas de vuelta.- Hoppy aprieta los puños a sus costados , esas garras incompletas y aún así tan intimidantes como siempre.-¿Tan desesperado estabas porque te dieran por culo?- reclama enojada.-¡¿Qué clase de payaso eres?!-

El perro sacudió las orejas tan remachadas qué le quedaban.

-Soy el tipo de payaso qué se ríe de sus propios chistes hasta que por lastima te rías tú.- bajo el arpón.-¿Como lo que haga con CatNap afecta lo que tienes que decir? ¿No necesitamos su humo?-

Henry al fondo mantiene una cara seria , busca con disimulo el rostro de Ryan.

Este revisa el arma en su poder. Henry sonríe con los dientes apreyadosas en una clara respuesta : “Amenaza recibida , gracias.” 

-Si toman una decisión distinta , simplemente me largare.- advierte el hombre sin peso por el futuro o presente.

El como decidan proceder debe ser decisión de las criaturas.

Mientras tengan la capacidad de pelear por ellos mismos , deberían ser ellos quienes controlen sus destinos. A eso se reduce su decisión.

Entrar y sacar al perro y a todas las criaturas posibles para regresar con Angela.

El gato no parece reaccionar. Aturdido mantiene la cabeza derecha.

Escuchar ambos lados le deja en blanco.

Ya no tenía humo , no debería mentir el perro. Más es la presencia del elefante una advertencia del rumbo que podría tener esta reunión. Hoppy lo odia , Bubba también.

Tal parece que Huggy tiene sus propias razones para dar razón a las mentiras del perro.

Espera paciente. Respira y baja las orejas cansado de pensar en lo que estaba sucediendo.

-¿Te ríes de tus propios chistes? Dices… - la coneja gira la cabeza buscando alguna respuesta por parte del elefante.

Siendo realista , Bubba, ahora mismo estaba dispuesto a tirar todo por la borda.

Reunirse con Hobart o salir de aquí. Nada parecía mejor que matar a este gato de una vez por todas.

Más debe buscar a Picky , necesita encontrar a Picky. Aunque todo apuntaba a estar más que muerta la chica que tanto amaba.

-No voy a perdonarte.- murmura a en un gruñido.

El gato no responde. Parecía indiferente a recibir su odio o perdón.

-Vámonos de aquí.- reduce todo su amplio discurso en su necesidad por irse.

Hoppy interrumpió adelantándose.

El gato levanta las orejas al verla sacudir ese bulto colgado de su hombro. El olor de la sangre le sacude al verla descubrir el interior y sostenerlo sin cuidado por las plumas de la cabeza cercenada.

DogDay exhala agotado al ver ese rostro de nuevo y ahora en estas condiciones.

-¿A dónde llevaste el cuerpo de Kickin , maldito?- lo enfrenta mostrando su rabia en este acto directo.

El gato sacude las orejas. Kickin era una herida demasiado fresca para su corazón.

Un recordatorio de todo aquello que se avecinaba hacia él a causa de sus propias acciones.

Su sospecha responde con un movimiento inconsciente de parte de sus ojos. Directo hacia el monstruo azul y el humano que le acompañaba sin reparos en mostrarse junto al viejo.

Hoppy volteo de un solo arranque. Fijando esos ojos brillantes de luna sobre esos dos. La posibilidad de ser Kickin una víctima de fuego amigo era posible. No algo inverosímil y aún así era devastador para la confianza en construcción con este grupo de fenómenos.

Henry levanta las manos soltando los controles del grabpack.

-En nuestra incursión el ave no se encontró con nosotros en ningún momento.- lo señala tranquilo.-Vimos pocos juguetes vivos y Kickin no era de estos.- señala a Huggy.-Dilo.-

-El pollo era un cobarde pero no tengo nada en su contra.-

Hoppy tensa los hombros. Recupera la cabeza contra su pecho , rearma esta bolsa atando el nudo con cuidado de vuelta a su hombro.

-Kickin no es un cobarde.- suspira agotada.-Era el más valiente de todos.-su energía vuelve al inicio conl levantar los ojos directos al gato.

Este mueve las orejas confundido.

DogDay da un paso cubriendolo de esa mirada.

-Vamos a ponernos al día. Con tokdo lo que saben , ahora.-

Huggy gruñe cansado de ese complejo de líder del perro.

-¿Tan poco te pareció útil la reunión con CatNap?- pregunta Bubba entre rencores y un reclamo ahogado. 

El perro bufa juntando los puños.

-Ya dije que de todo , hablar fue algo que no hicimos.-

El coraje dentro de Hoppy vuelve a llevar arriba su mal humor.

-Este tipo-

-El hizo lo que hizo y en gran parte sé que hizo ¿Saben que es lo que no sé?-apunto a los dos con soltura.-No sé cómo sobrevivieron cuando todo parece morir a su alrededor. ¿Como lo hizo Huggy? Lo se. ¿Boxy? Claro , el esta orgulloso de su camino.- mueve los hombros frustrado.-Lo que no se es ¿Cuales fueron las acciones que mantuvieron a mis amigos convida en un espacio sin comida o agua? Es obvio.-

Bubba traiga frustrado.

-No fue porque quisieramos.-

-Fue por sobrevivir , lo sé. No voy a meterme en eso. Ninguno de ellos lo hará.- apunta a los humanos.-Pero , Bubba , ¿Quieres que me crea que son simples víctimas? No.- suspira riéndose de esa idea dolorosa.-Si los conozco , este lugar debió ser una locura y ustedes los doctores.- mira al gato.-Todos sin dudas.-

Theodore baja las orejas sin respondera sus conjeturas.

-Este maldito mató a todos.-

-¿Como lo hizo?- pregunto a Bubba.

El salto de uno a otro les vuelve reticentes a responder.

-Perdieron una pelea territorial con las criaturas del sótano.-

El trío de La Guardería tensa el cuerpo. Por momentos olvidaba a Huggy Wuggy en su esquina segura.

-¿Contra quién pelearon?-

-Los chicos del sótano , de las celdas inferiores.-

-En las celdas y la cueva interior hay más criaturas del lado del prototipo.-

 

Niko golpea el pecho de Ryan.

-¿Tu sabes cuantos deberían haber?-

Ryan comienza a contar con los ojos fijos en la espalda del perro .

-Son entre 15 y 28 , de los grandes. De los otros no me puedo imaginar cuantos sean.- 

Niko sujeta los controles del GrabPack como un soporte para esta creciente incomodidad. Eran , por ahora con las dos chicas perdidas ,este posible cuarteto y Huggy Wuggy.

Tres humanos cuyos conocimientos se verán superados por un ambiente extraño.

No parecía buena idea bajar en este punto donde se supone que estaban en su mejor momento todas las criaturas encerradas dentro de la gran prisión bajo tierra. 

 

-Lo que sea que pienses decir , solo hazlo.-

El cansancio mental en Bubba ya es menos que controlable perdiendo los estribos corto la distancia entre ellos con un avance rápido.

El perro no le teme y mucho menos retrocede a su acercamiento , incluyéndose en este encuentro.

El gato mantiene su lugar como un ancla , observando a los tres cortar la distancia con violencia.

El choque es ruidoso.

Es sobre la coneja.

Hoppy levantó los brazos al verse atrapada en los brazos del perro.

Bubba levanta los brazos al verse ignorado. Su frustración es motivo de burla por parte del gigante de la superficie. Riéndose del impulso violento qué no llega a nada.

Queriendo pelear y esquivando tan fácilmente su golpe como quién evita el abrazo de un compañero de oficina demasiado meloso.

-Deben hablar , lo que hay por delante ustedes lo conocen mejor que nosotros.-

Hoppy sacude la cabeza pegando la frente a su cuello.

-Tú viste todo y aun así lo quieres vivo , ¿Como se supone que pueda con esto?- lo interroga frustrada y tan rencorosa como al inicio.-Viste como estaba matándome y aún así lo quieres , ¿Qué rayos tienes en la cabeza?-

Este perro no tiene como ir contra los hechos. Estaba traicionando a todos los que hayan perecido por la mano de Theodore. Reduciendo todo lo que era ese rencor y dolor a sólo un reencuentro egoísta. Lo hacía tan solo por cuanto estaba atrapado por el mismo gato.

-De lo que hagamos desde ahora me haré responsable.- suelta lentamente a la coneja. -Hoppy , ¿Qué deseas hacer ahora?-

Para Hoppy sus emociones son las dueñas de todos sus acciones. Su rencor le dicta que mande al diablo todo y simplemente ataque al gato hasta matarlo o caer ella misma.

Otra parte le pide a gritos que aguante. Debe pedir ayuda para recuperar a Kickin , que nada valdrá la pena si lo pierde. La muerte era el destino que menos deseaba para los dos.

Necesita aguantar. Así sea que signifique sacrificar un poco más de sus fuerzas para recuperarlo. Para salir de este lugar juntos. 

Se rinde a la situación. Solo por él , para rescatar su cuerpo.

-Esta bien …solo le quiero devuelta.- retrocede abrazando la alfombra en su costado.

Bubba contiene un quejido. La frustración ya lo superó en muchas formas. Sus ojos van por el gato.

CatNap le corresponde con un movimiento inquieto por parte de esas orejas.

-¡¿Entienden que sus putas vidas no son las únicas en juego?! ¡¿Como pueden fingir que solo sus dramas importan?! ¡Den la maldita información o larguense!-

 La paciencia de Huggy no estaba mejor a comparación con Bubba. Tres días de espera y el letargo solo le era una molestia.

Ollie decía que estaban bien pero Kissy o Poppy no se habían puesto en contacto en horas.  

Hoppy sacude las orejas. Hace mucho no veía a ese gigante y mucho menos le parecía un aliado. Demasiado grande y fuerte o entrometido para darle buena espina.

Información quieren , tiene algo que decirles. Busca al gato antes de compartir esta buena información con ellos.

 -Desde hace dos días hay uno de ellos en La Guardería , la está quemando.- lo comparte dirigiendo su rechazo al gato.-Cuando me fui del lugar ya no quedaba nada de La Jugueteria.- 

Sabía del gusto del gato por esa construcción y como la taponeo para evitar su invasión y degeneración por niños o otros experimentos. Llegando a volverse reticente a compartirlo con cualquiera.

Sobre todo con la muerte de los niños , la sello para solo él y nadie más.

Este felino levanta las orejas.

El lugar ya estaba destruido y el fuego sería el límite para todo.

No habría forma de rescatar nada de su hogar a falta de agua o extintores útiles . No habría nada que salvar.

-Esta mejor destruido.- 

Escuchar al perro responder tan frío les molesta.

Ahora mismo cada movimiento y palabra de parte del perro era una fuerte molestia. No había como resistirse al odio que comienzan a sentir a todo lo que se presentará frente a ellos.

-¿Hay sobrevivientes?-

Hoppy baja la mirada.

-No.- estaba en una posición donde no le quedaba forma de ayudar a nadie o tan siquiera intentar salvarlos a sabiendas de que sería asesinada por el dragón si llegaba a ser divisada por este. 

DogDay acaricia su cabeza.

-Esta bien. Veremos cómo ir adelante.- mira a Bubba.-Aun tengo mucho por hacer.-

CatNap sacude la cola en un movimiento altanero. Había pasado demasiado tiempo cómodo. Esta sensación de crisis era desagradable.No deseaba bajar , Dios estaría allá abajo y debería darle la cara ahora. No sabia si tendría las fuerzas necesarias para seguir adelante una vez le viera de nuevo.

Sabiendo que seguir a Hobart es negar todo aquello que defendió a muerte. Aquello que le prometía un mundo completo con la felicidad y el amor que deseaba recuperar de una vez. Todo hecho por tierra por culpa de su debilidad , por buscar en las mentiras un refugio.

No tendría el humo. Estaría muerto en cuanto … ¿En cuanto Dios lo viera?

 ¿Le es tan fácil aceptar que lo mataría la misma persona a la que reconocía como Dios? ¿Qué se supone que haría ahora? 

 Hobart esta vivo y no gracias a Dios. 

Ahora viene a matarlo.

O lo mataran.

-Porfavor , solo decidan lo que harán de una vez.- interrumpió cualquier discusión con esta queja. Demasiado cansado de pelear. Aún más agotado tras mentir por tanto tiempo sin recibir nada más que dolor y culpa por parte de todos y cada uno de sus compañeros de manicomio.

Hoppy aprieta los brazos alrededor de la cabeza del ave.

-Te odio maldita sea , te odio demasiado maldito desgraciado traicionero.-

El gato no le responde. Aún está desconectado de cualquier insulto dirigido a su persona después de intentar entender todo lo que era estar vivo. Intentar comprender lo que era ser uno con la vida y con Dios , cuando su cercanía solo le generaba dolor y pérdida.

Lo que Hoppy le dijera ahora simplemente lo tomaría como un adjetivo redundante.

-Hablemos de lo que nos espera en el sótano.- lo pide el perro retrocediendo en un calmado camino a una pared. Con un pedazo de carbón de los tantos repartidos para eliminar sus olores , les hace una línea vertical en la pared.

-Hablemos del sótano y cómo se dividirán los pasajes…¿Henry?-

El mencionado no tarda en acercarse. Demasiado apurado para temer por su vida al romper la distancia entre ellos. 

La valentía siempre será otra forma de ser vista la estupidez. Decide Huggy al verlo correr junto a ese grupo de locos.

Con otro carbón comienza a pintar el lobby , seguido de nuevas formas de seguridad que ponen de los nervios a Niko y su libreta llena ya de rayones y notas dispersas.

Bubba pensó en apuntarle lo poco que había mejorado su gramática pero no , no lo hizo. La situación se enfría rápido al estar el humano dando direcciones según su memoria se lo dictaba.

Recordaba el tiempo extenso que pasaron en ese lugar. En sus celdas y cómo dormían juntos o dispersos como animales en un zoológico barato. Puede recordar todo. 

Todo es visible en su mente.

Toma un montón de carbón aplastándolo en su pata delantera.

-A un año de la muerte de DogDay , se hicieron renovaciones qué sellaron varias esquinas y celdas que cambiaron de forma según era necesario.- comienza a completar la línea que hizo el perro.

La base de la plataforma donde pelearon por primera vez con esas criaturas.

Hoppy observa silenciosa como el escenario es completado y las mesas de comida , junto a la cocina para los monstruos se añaden al jardín de concreto.

El perro puede sentirse familiarizado más pronto pierde el camino. El mapa de Bubba es preciso más se detiene en una parte que marca como un vacío de varios kilómetros.

-Nunca nos llevaron a las otras zonas ni sabemos lo que hay en estas.- suspira dejando la última marca de un pasillo extenso sin final aparente.-Ellos son dueños de todo allá abajo.-

-CatNap bajo una vez.- apunta Hoppy sin mirar al felino.

El grupo busca respuestas por parte del gato.

Theodore apuntó al centro del cuadro vacío.

-Hay demonios que no deben despertar. Entre los pasillos y los cables , la mente del diablo esta completamente enraizada en la paredes y cada pantalla es un monstruo conectado con su corazón.-

Henry levanta las cejas . Comprueba que esta descripción deja pensando al perro y al elefante como a Hoppy.

Wuggy piensa rascándose la barriga. Nota su mirada y deja de rascarse.Queda claro que no estaba escuchándolo.

Henry estiró el brazo y de puntillas hizo un dibujo rápido.

Un duende malvado con tridente y cola de flecha. Con colmillos torcidos y una capa.

El gato mueve las orejas.

-La capa está bien.-

Niko cubre su boca tan solo para no reírse.

La situación con Niko es tan seria como saber que este hermano de Bubba no tiene idea alguna sobre lo que sucedió en La Guardería ni tiene impresión alguna sobre los alcances sádicos de ese gato bajo las órdenes de 1006. 

No puede entender cuánto molestaba al par el comportamiento del gato.

 Ahora mismo Bubba mantiene la calma en un reflejo solidificado por la simple fuerza de su propia personalidad fría. Cargando en hombros la rabia creciente en su vago deseo de control.Al fondo de su entendimiento la situación correspondiente al dolor de estómago en Hoppy es la gran negativa de la chica por continuar manteniendo cualquier cortesía. 

-¿De verdad no tuvieron nada que ver con Kickin?- pregunta al humano que acompañaba a Huggy.

Henry levantó las manos.

-No , lo siento mucho, Hoppy.-

La coneja suspira alejándose del grupo , descansa recargándose en un muro apartado de la reunion.

 El perro sujeta su boca y esa gran sonrisa eterna en su cara le es una vez más un estorbo.

-¿Ollie no llamó a las chicas?- pregunta al aire.

Las orejas de Hoppy se mueven pensando en alguien diferente.

CatNap no fue diferente. Mantiene los ojos en el humano , en ese maldito viejo , retirandose con ese teléfono plástico en mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Unas horas antes la situación para las dos chicas es tan tensa y explosiva como la aventura de una enfermera novata canalizando la vena oculta de un octogenario malencarado.

Moviéndose entre pasillos para esquivar al dragón que continúa en un arranque en muchas formas parecido a un berrinche. Tan perceptivo como maestra de lengua , percibe sus movimientos más descuidados entre el susurro de su desdichado avance por el suelo.

Lograron juntar las manos restantes y las suficientes para los tres humanos , junto con algunos secretos en papel. Moviéndose Kissy entre los pasillos en búsqueda de la salida más segura por el exterior

Llegando a las plataformas entre saltos y una carrera nerviosa.

Kissy gatea entre lo picos escondiéndose solo un poco antes de ser iluminado el lugar por una llamarada lejana.

Poppy sacude su rostro para tranquilizarla. La realidad aún les llama con el movimiento de un horroroso cien pies de doble articulación cayendo por encima de Poppy y Kissy.

Las dos lo lanzan por los aires aguantando un grito lleno de asco.

Poppy sacude sus manos de porcelana.

-Oh , Kissy …No creo que puedas subir por aquí.- susurra observando sus heridas manitas amarillas ya vueltas naranjas , negro y rojo por culpa de la sangre. 

Tocan la superficie , esto les muestra lo resbalosa y poco segura que era la superficie llena de relieves afilados. No podrían trepar lento a menos que ese dragón se fuera de la zona o dejara de pasar por aquí ,dado que el domo apenas resistía el secreto de lo que podría pasar en la pared de piedra.

Poppy debe agarrarse de las coletas para recomponer su paciencia a cien. Suspira , inhala , exhala y vuelve a inhalar.

Un solo rayo cálido le trajo la verdad casi olvidada en el miedo que la había casi comido en estos segundos donde parecía no haber oportunidad realista.

No están solas.

Esta verdad le hace sonreír feliz. Acaricia a Kissy relajando el cuerpo al colocar la mejilla en su rostro.

-No te preocupes amiga , no estamos perdidas, llamaremos a la caballería.- es más animado su consuelo a Kisssy qué su propia fortaleza.

Kissy escapa de esa misma nube gris. Mueve la mano doblando la muñeca.

Poppy cubre su boca riéndose bajo por el insulto dado a sus aliados y su innegable rareza. Ninguno cabía en la etiqueta de “Locas salvadoras” de alguna película de igualdad de genero pero tomarlo en cuenta ahora que estaban tan asustadas hace menos de un segundo la saca de esta casilla sin esperanzas con violenta alegria.

La hace doblarse conteniendo una carcajada parecida a cascabeles. Su alegría contagia a la deprimida Kisssy , relajandola.

Suelta el teléfono del cinturón de su falda para marcar el número programado.

Si tan solo este no fuera robado de sus manos.

Levanta los ojos llenos del rojo de su esclerótica después de las fuertes emociones sufridas hasta este momento.

El peor de los escenarios toma forma.

Las encontraron y es un negro. 

No hay criaturas de color negro en los tres niveles qué habían recorrido hasta ahora.

Un pájaro negro y grande de plumaje espeso. Mirándole con esa expresión ruin eterna en su rostro. 

Kissy aprieta los labios gruñendo bajo. La garra inferior atrapa su cuello contra la pared de roca.

Poppy no duda en sacar un cristal de sus faldones.

Antes de poder lanzarse a un obvio destino fatídico o ese teléfono suena en manos del gigantesco pájaro negro.

Este le hace una señal de silencio.

La pequeña pelirroja le escucha , más preocupada por el estado de Kissy atrapada en esa garra.

-Poppy , ¿Poppy , que ocurre?-  

Esa voz infantil.

El ave acerca el teléfono a su rostro.

-Poppy y Kissy , ambas esta bien , no cuelgues.- advierte.

Al parecer Ollie había decidido colgar a media advertencia , tuvo que recolectar la llamada al volver la línea.

-¿Quién eres? ¿Qué hiciste con ellas?- pregunta ese aparente niño.

El ave mueve el teléfono lento de un lado a otro.

El sonido de fondo es muy útil.

Es una cámara siguiendo sus movimientos desde las sombras.

-Soy Poe.- se presenta bajando los ojos al encuentro con Poppy.-Tú debes ser Ollie.- 

Dentro de la línea pasaron algunos segundos.

-¿Porque no has llamado a tu papi?- 

El ceño siempre fruncido del cuervo parece volverse más maligno en un segundo.

Ser descubierto era demasiado molesto para alguien que apenas explora sus capacidades de manipulación fuera de su propio grupo. 

-Puedo hacerlo. Seguro que estará feliz con la muñequita de Ludwig y esta traidora.- 

Esa voz infantil suspira.

-¿Quieres que ruegue? No tengo nada , solo déjalas ir, porfavor.- 

Poe cuelga la llamada.

-Las ayudare a cambio de llevarme directamente con el DogDay que les acompaña.- les ofrece este trato sin soltar el cuello de Kissy.-De otra forma , definitivamente les haré terminar en la boca de BigBird con extra de melanina de allá.- sujeta en mano a la pelirroja.

Las dos apenas reaccionan al ser llevadas arriba entre saltos y la fortaleza de sus garras.

Las alas apenas funcionales dan una gran ventaja al ser silencioso. Logrando evitar ser pribidos al subir.

El ave las deja en el suelo.

Espera a su respuesta.

Las dos le vigilan recomponiendose en la estación.

Este viaje fue sencillo de describir , muchas desgracias lo son y ahora no es mejor la sensación a ser llevadas como bolsas de basura o peor aún , sintieron en carne propia lo que sacude la percepción de algunos aperitivos de aves al ser recogidos y llevados por éstas.

Kissy logra ponerse de pie , mostrando los colmillos en esta inclinación y advertencia firme.

Poppy tarda. Su cuerpo de porcelana fue sacudido. Necesita pensar y lograr ponerse de pie antes de enderezar se lentamente.

-Vamos.-

Kissy parece sorprendida por este movimiento. Su interrogante llega a Poppy al levantarla y subirla a su hombro.

-Los sonrientes , por lo que pude escuchar de otros juguetes , solían exponerse a ser estafados al siempre dar primero algo de valor …- mira por encima del hombro al ave que les sigue de lejos y con clara desconfianza.-Es tan ingenuo como los sonrientes , debe ser de los niños criados por ellos y no de la granja del profesor.-

Kissy tiene algunas cosas por añadir y quejarse.

 

En Dulce Hogar solo quedan algunas columnas de fuego.

Entre estas hay uno de esos miserables carritos de carreras que ganaron algunos niños en los primeros concursos internos.

Este dragón puede sostener el frente de este auto a cadena, tirar de la cuerda y verlo manejarse por el camino de piedra.

Su interior parece llenarse de tristesa. Derramándose por sus ojos esta desgracia latente para su presente.

-¿Porque diablos tuvimos que subir?- lamenta tomándose el rostro con las garras.

 Él mismo trajo a Poe a este lugar sin pensar en todo lo que podría suceder.

El dolor de cabeza es fuerte. Sacude su corazón y necesita gritar , sujetarse el estómago y llorar.

Poe lo dejo sólo , como si no valiera nada. Como si estos años juntos , no fueran nada.

Solo era un juguete que dejar de lado.

Hielo.

Algo está mal.

Descubre su rostro levantando la mirada.

Al fondo de la zona de metal le esperan luces lentas.

Los ojos de un monstruo. Los ojos de un seguidor de papá. Uno malo.

La razón por la cual Mako les prohibía estar solos. 

Uno tan grande como él y con una piel mucho más resistente al calor que cualquiera de las otras criaturas de su piso.

Exhala fuego como advertencia , evitando sentirse amenazado por este monstruo.

-Mako…- exclama por un reflejo natural este pedido de ayuda inconsciente.

La criatura viene a su encuentro con la mitad del cuerpo inclinada a su dirección.

El dragón salta usando por fina las alas para salir de su camino , sube por el domo escapando como un acto instintivo más allá de lo que un orgulloso dragón debería pensarse en hacer. Solo corre directo a la salida superior de esta cueva.

Dejando atrás el sonido musical.

Escapa con el corazón en la boca al meterse a la estación del tren.

Su miedo lo vuelve inconsciente de las plumas atrapadas en sus garras al huir por las vias del tren.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ryan vuelve con el grupo. El tono de la llamada fue en muchas formas …inquietante. 

Ese supuesto niño parecía estar ocultando algo serio.

-Ollie dice que deberíamos prepararnos.- les comparte la advertencia del niño.

El grupo lleno de enfermos y traumatizados …no puede recibir tal advertencia con calma alguna.

-¿Para que deberíamos prepararnos?- cuestiona Bubba.

El gato no tiene una mejor reacción. Ya era malo su estado respecto a la situación de La Guardería y su incapacidad de acción , sumadas las consecuencias de distintas problemáticas dispuestas en estos días que estuvo en la celda con Hobart.

El mundo no se detuvo tan solo porque no estuviera en él ni le tuvo piedad por mantenerse seguro. 

Necesita sentarse sobre sus cuartos traseros y meditar en silencio. Busca una forma de conformarse con el presente. Encontrando errores fuertes y posiblemente catastróficos en la decisión de Hobart respecto a ocultar la pérdida de su humo. Comenzando con el entorpecimiento de cualquier plan formado con su intervención.

Aunque tampoco desea bajar de nuevo. Ya no desea continuar ni afrontar las cosas con lo que espera en ese lugar tras su derrota a manos de Hobart y el traidor.

Debería decirle cuánto odia este camino y como dañaría a todos de seguir adelante con esa mentira.

 Kickin.

Deben recuperar el cuerpo de Kickin…¿Porque Hoppy tiene su cabeza? ¿Cual es la razón para que la chica que intento matarlo antes ahora este desesperado por recuperarlo? 

Fuera de los pensamientos de CatNap , el grupo ya formó una división entre todos.

Ryan escucha como debería ir con el perro y ese gato junto a Hoppy.

Esta división parecía solo una oportunidad para ver cual de los dos desbalanceados lo mataba primero.

El gato lo conoce.

Puede sentir su mirada y como lo quema por segundos. No sobreviviría por mucho cerca de ese gato.

-Hobart.- lo llama bien dispuesto a cambiar con el elefante qué no parecía tan interesado en matarlo como el felino.

-¿Henry estas seguro de eso?-

-Creo que nosotros deberíamos ir por nuestro lado. Los de abajo parecen conocer lo que ustedes pueden hacer y tienen todo medido , si vamos solo seremos estorbos para ustedes y lo que puedan hacer para librarse de cualquier obstáculo.-

-No tiene tanto sentido , ¿Por ser conocidos no deberían quedarse con nosotros para cambiar el plan de avance?-

-Podría ser bueno pensar así pero ellos son más y por lo que describen Bubba y Hoppy , seguramente ya no hay método alguno para ellos superar sus habilidades.-

-Duele decirlo pero son mucho mejor hechos que nosotros.- Hoppy acepta la realidad que lleva tiempo matándola.-Antes solo yo me movía de arriba abajo entre el suelo y el techo o las paredes por mis saltos pero entre ellos hay cinco capaces de ir más rápido e impactar más fuerte que yo sin romperse un hueso. Y Bubba … el ya no es el más fuerte hace mucho tiempo.-

-Hay dos tipos con toxinas y ambos vienen desde arriba y otra chica puede romper cualquier arma con los dientes.-

-Hay un tipo muy duro , no le puedes lastimar con golpes y solo con fuego es posible hacerlo retorceder.-

 -Otro de ellos puede exhalar fuego y no se ve afectado por el calor.-

Niko pasa la cuarta página con un gruñido.

-Así que nuestros contrincantes son seres de Calabozos y Dragones.-

El perro busca la cara de Huggy.

Este sacude la cabeza frustrado al saber menos y aún así lo comprueba. El sótano estaba plagado de peligros y solo eran los de la zona abierta. Más allá, muchos de los pequeños le describían como una carnicería. 

Hobart toma la sonrisa en su rostro. 

Fuego , veneno , dientes y saltos.

Todos eran inútiles contra Theodore y su humo.

Esa debía ser la respuesta al porqué esa cosa lo colocó en esa zona específica. Simplemente el portero.

Más debe haber más respuestas. ¿Porqué robó el cuerpo de Mommy? 

Además de estar en la pelea con Huggy y Henry. Solo se mantuvo oculto y esa llamarada lo hirió al estar al acecho pero no intervino. Se mantuvo apartado durante toda la afrenta y no hizo acto de presencia durante todo ese tiempo.

Solo observó a todos y esas heridas fueron una coincidencia.

-¿Me podrías decir lo que ocurrió en la pelea?- pregunta a Huggy dejando el espacio cerca de la pared llena de dibujos.

Esto deja al descubierto al gato con los dos sonrientes y los humanos tensos por la retirada del perro.

CatNap levanta los ojos del suelo , fijándose en el rostro de la coneja.

-Kickin siempre fue tu aliado , ¿Verdad?- 

Hoppy mueve lo que le queda de ambas manteniéndose en un mutismo pesado.

El delatar ahora a Kickin era irrelevante y a la vez le parecía mala idea. Suspira sujetando los cables que usó para atar la alfombra. Acercándose a CatNap.

-Si nosotros podemos salir , él también debería acompañarnos.- estira la cabeza en un acto derrotado.-Tú y él eran muy cercanos antes de esto.-

Entregarle la cabeza , la clave para reparar a Kickin , le era difícil más en vista de su propia debilidad era lo mejor.CatNap podría reunir sus piezas con mucha más libertad que ella en un lugar que él ya conoció a diferencia de ella. 

Los riesgos , las posibilidades de perder lo todo al exponer sus carencias , todo es complicado una vez decide ser fuerte una vez más.

-No me respondiste.- insiste sin recibir el trato.

Esta sensación de pérdida es sorda. Palpita al fondo de sus tímpanos.

-No estás en condiciones de preguntar nada.- le acusa de nuevo ella.

 Bubba sabe que ella hizo muchas cosas molestas y fue la más rápida para tomar los explosivos qué nunca pudo recuperar y al parecer , también los perdió.

Puede oler pólvora en su cuerpo y ver las quemaduras del pelaje de CatNap. Algo hicieron y no lo hicieron bien el par de idiotas.

 

Con el perro y el gigante azul la discusión sigue.

-Ese idiota no trajo la mano y tuve que subirlo o nos moríamos.- su queja es profunda.-Ese gato no estaba jugando , iba matarnos ¿Entiendes que eso significa que no es un santo ni una víctima a la que rescatar?-

DogDay rasca su nuca.

-Lo se muy bien.- sus malestar es grave.- Theodore estaba ganando y eso no era lo mejor.- analiza la mirada del gigante.-Pero tu antes estabas en su equipo , debió ser incómodo cambiar de lugar.-

El gigante azul bufa entre los colmillos.

-Si , el maldito es bueno …- mira esos ojos brillantes.-Tú y yo sabemos que se le acabaron las vidas al gato , ¿De verdad lo llevaras al abismo?-

-Si.- no tiene porque explicarlo. Tan solo el escenario es la respuesta a todo.-Ya no lo ofendas , esta con nosotros.- Theodore era fuerte. Nunca fue débil físicamente.

-¿Entonces cuando era tu enemigo si era justo?-

-No veo porque no es lógico.- revisa el lugar.-Aunque parece que hay mucho que reparar.-  

Esa fuerza fue la que protegió en muchas formas a la persona oculta tras esos ojos siniestros. Theodore no era inocente, ya no lo es. La sangre que hizo caer y derramó por sus propias garras rompieron su refugio. Lo dejaron solo con esa cosa y sus sueños poco realistas.

DogDay , Hobart tampoco es exactamente un ángel. No hay forma de que las cosas se redujeran a él evitando a toda costa que Theodore enfrentará al mundo enojado por sus acciones , más podía acompañarlo.

Si. Acompañaría a Theodore. Lo llevaría fuera , así no pudieran recuperar lo que eran…¿Podría esperar volver a ser lo que fueron? 

Escapa de esa melancolía con una pregunta que llevaba rato haciéndose.

-¿Por qué explotaron?- cuestiona de una vez a Huggy.-¿Boxy tenía razón y tu glande se rindió como el botón de una bailarina?- 

Huggy le dio un revés de guantazo y abandonó la conversación.

DogDay no se defiende. Se merecía el golpe y lo sabe. Se ríe ocultando el rostro para fingir arrepentimiento.

CatNap , quién lo conoce , baja las orejas preocupado por su mala elección de palabras y descaro mal ubicado.

Bubba al fondo escucho esta interrogante al igual que los presentes. Decepcionandose con ellos también.

Henry mismo tenía esa duda , no la del órgano inexistente de Huggy ,sino la de no entender cómo habían casi volado en pedazos ni porqué se creó esa llamarada de fuego por encima de ellos. Muchas preguntas por responder.

Niko busca en Bubba una respuesta ya esperada.

Claro. Esas orejas sacudiendo una respuesta corta del porque explotaron.

Sumada a la sorpresa visible en los hombros caídos de Hoppy. 

-¿Quienes estaban ahi?- pregunta al humano.

Henry respira profundo ante la sorpresa por ser abordado por esta coneja y su aspecto de guerrera amazónica mezclada con un monstruo salvaje no ayudaba a no intimidar el instinto natural de cualquier humano que se ve arrinconado entre mantenerse muy quieto o gritar como una niña.

 -No lo sabemos.- 

-Creo que fueron ellos.-

Huggy parece muy aliviado de sentir a Kissy cerca si no fuera por la presencia de otra cosa a espaldas de ella.

-Henry.- le advierte de alejarse de la entrada de la gran celda.

El plumaje azabache lo es todo.

La reunión se ve silenciada y esa ave no se mueve del pasillo que atravesó siguiendo a la gigante rosa.

Se había confiado al no cambiar el comportamiento de las dos al llegar a esa zona que desconocía. 

Estaban dispuestas a llevarlo a una trampa , más parece que no lo esperaban como ellas creían. Parecían sorprendidos de su llegada.

Bubba hizo una señal a Niko sin moverse. 

El gato eriza el pelaje de su lomo por puro reflejo.

Esta tensión es desagradable. Carga demasiados eventos oscuros para los tres habitantes de La Guardería junto a muchas advertencias brillando en rojo para el gigante de la superficie.

Es un ave negra.

Solo hay un ave negra en toda la fábrica.

Esa cosa en el sótano.

Es una criatura de las sombras y un hijo directo de ese monstruo en las paredes.

Si Mommy estuviera aquí ella le ordenaría atacar todos juntos para matarlo. Acabar de una vez con su vida.

Esta decisión unilateral es visible en el gigante que muestra sus gran pico afilado.

El ave gruñó frunciendo aún más el rostro poco amable qué portaba..

Bubba le tiene un gran rencor a este tipo.

A este que habia despellejado en vida el rostro de Picky , que la comió y los atacó sin pena en su primer encuentro. 

Invadió su hogar poco después en el peor día de su existencia junto a Picky. Era una señal de desgracias una tras otra sin pesar alguno.

-¿Este cómo se llamaba?- pregunta Ryan al aire. No recordaba la segunda producción animada de PlayTime , más difícil de encontrar que la del pianista o los sonrientes.

-Poe/Carl.-

No sólo el humor de los presentes se alza frustrados por el perro lleno de alegría.

Sino esos hombros tensos cayeron de golpe. Fue un derrame de toda emoción y algunas plumas viejas cayeron con este mal humor anterior.

Puede volverse loco y comenzar a gritar y tratar de arrancar las respuestas para las preguntas amotinando contra su interior. 

Solo se quedó ahí. Pensando y al mismo tiempo en blanco.

Había venido buscando a ese perro y a las respuestas para su extrañeza. La razón por la que tuvo que morirse y porque su voz los estaba molestando en poder de ese monstruo en las paredes. Como se supondría que garian pagar al monstruo por engañarlos y empujar a todos al canibalismo o porque aún debían quedarse encerrados en vez de escapar de la fábrica y ser libres de verdad y no en la oscuridad de una sucia cueva .

 El lamento por verse arrinconado a utilizar a otros y haber cobrado una venganza qué nunca sería la forma de recuperar su humanidad. Atrapado en este cuerpo horroroso.

-Eres Carl.- 

El ser reafirmada su identidad no le ayuda.

Hace demasiado tiempo era Poe. Escuchar su nombre ahora y con el tono de hace años.

Siendo tratado como cuando era un pequeño y no un monstruo ni una herramienta. Gritando de dolor su corazón al verse expuesto de tal manera por la criatura a la que buscaba.

Este perro viene a su encuentro.

Hoppy y Bubba parecen perder pelo al mismo tiempo.

Poe era el más rápido y sus garras más grandes qué las de Kickin , siendo puñales afilados cuyos cortes irregulares dejarían heridas tan profundas como dolorosas.

Ver al perro pasar de largo todo ese peligro en su ignorancia les hace mella, más no lo detienen. Seguramente la herida sería profunda pero no perdería la cabeza ni moriría.

Ser herido por su estupidez les parece lo más lógico. Este perro necesitaba aprender cómo era la situación con todos dentro y como nada era seguro ni agradable hace mucho tiempo.

El ave levanta las plumas al sentirlo acercarse. La tensión en su cuerpo le grita por arrancar esa cara a zarpazos.

El perro es ajeno a todo lo que esta pasando.

Solo puede ver a uno de los niños de La Guardería. A uno de los más complicado y conflictivos.

-Lamento que tuvieras que pasar por tanto , Carl.- es algo que necesita decirle. Disculpandose por estar ausente y no poder ayudarlos. -Eres alto.- lo mira a unos paso de distancia.-Debes estar muy cansado. - revisa su bolsa rápido , saca una bolsa negra.-Ten , solo tengo de estos.- 

El ave no toma aquello expuesto. Lo observa con el rostro aún en blanco incluso si tiene esa expresión burlona de siempre.

Una caja de pan.

Aplastado y golpeado por alguna afrenta anterior. 

El perro rompe la distancia tomando su mano para colocarlo en su poder.

-Habla cuando estés listo.- ordenó dejándolo pensar. 

 La aspereza termina al ser el perro el primero en terminar con la tensión con este recibimiento tan pacifico.

Nada podría ser más molesto o raro que este perro mandón dejando al peor enemigo de sus aliados con una caja de pan de fruta deshidratada , cosa que no le ofreció a nadie antes , tan solo para volver a la reunión.

Este pájaro no está mejor que ellos.

Sostiene el pan tan perdido como cualquiera de los experimentos en esta celda gigantesca. Recordaba algo sobre este pan…no le gustaba. Detestaba este pan y la fruta seca le daba asco de niño al parecer pedazos de plastilina con azúcar rancia.

Los humanos no son tan reticentes a dejar al nuevo pensar en ese espacio apartado. Eran más y parecía sencillo encargarse de este si llegaba a volverse irritable.

 -La explocion , debió ser algo aparte , nada en este espacio era de tan alta reacción.-

El ave escucha aturdido aquello de lo que discuten.

-El que ese dragón esté allá abajo debe ser otra señal para el resto de los juguetes.-

-Deberemos avanzar sea ahora o diez minutos.-

-Los humanos ya deben estar en la estación de Boxy.- 

-Incluso si queremos medir mejor nuestras opciones aún deberemos seguir adelante si queremos salir por otra zona.-

-Quiero recuperar su cuerpo.- Hoppy aiun necesita alzar la voz. Demasiado cansada de quedarse atrás.

-Lo haremos , encontraremos a los demás y los sacaremos así sean solo huesos.- mira a los humanos pintar el mapa enm distintas hojas para cada uno.

Su hoja ahora es absurda mente peque la en su mano aunque en la libreta de Niko era suficientemente grande para hacer anotaciones dispersas con las observaciones de Henry.

Este tipo no sabía mucho sobre la disposición actual pero conocía los modos de cierre y apertura. 

El peso en estas hojas no viene de la mano del humano que la pintó sino del reconocimiento de cada uno de los gigantes. 

De la consciencia del perro sobre lo que hay en ese lugar.

Las celdas y las habitaciones de todos los experimentos creados. Jóvenes criaturas, a la mitad o en la mesa de operaciones.

Todos los niños estaban en ese lugar por lo menos tres meses antes de ser puestas en servicio o llevadas a las salas de investigación. 

Todos estaban atrapados vivos cuando ocurrió aquello que nombraron La Otra de la Alegría.

Todos los niños. Todos estaban en ese lugar y posiblemente sus cuerpos no fueron terminados … ¿Qué demonios hicieron con los niños sin piel o sin extremidades? ¿Como podría afrontar lo que habrá allá abajo ahora? 

-Solo me queda intentar sacar a los que queden.- no le queda de otra. 

No hay un camino aparte. Debía seguir adelante y rescatar lo que este entero.

Puede que solo consiga más y más enemigos conforme sus intenciones sean reveladas incluso entre sus amigos. Cuanto estaba dispuesto a sacar a todos y matar a los monstruos qué decida.

Ese mapa fue borrado por el perro con un movimiento de sus manos.

El ave continúa apartada. Algo confundido al no recibir interrogante alguna por ese perro o por cualquiera de los presentes. Esto no iba con nada de lo que esperaba ni lo soñó. Solo era él preguntándose las razones por las que sería ignorado de tal forma por todos.

-Hay muchas cosas en la bodega , si quieren llevar algo será mejor quien lo tomen ahora que tenemos algo de tiempo.- Ryan dio una instrucción sencilla.

-¡¡¡Ya cállate!!!-

Los presentes voltean a ver al gato.

Este joven felino parece estar más perdido que ellos. Sorprendido por su propio arrebato regresa su mirada al suelo.

El humano levanta los brazos retirándose de cualquier confrontación con ese gato. 

DogDay va con CatNap.

-¿Estas demasiado cansado?-

Niega moviendo la cabeza y las orejas.

-Entiendo.- toca sus orejas.

Eso termina por cerrar la atención de los dos sonrientes sobre esos metales en las orejas del gato. Habían tintineado como piezas de joyería. Algo les hacía extraño.

-Muchas veces me hablaste de los aretes de tu madre y mirabas a ese niñera de lejos.- 

Esta observación en un murmullo solo para él saca al gato de este episodio vergonzoso. Le escucha perdido en aquellas conversaciones en susurros qué compartieron por mucho tiempo durante su niñez y seguido en el interior de la celda. 

Grayber era buena. Era cobarde como cualquier persona pero su dignidad era de admirarse.

Afrontando al fin con la mirada en alto.

Secretos vergonzosos qué no deseaba escuchar ahora bailan sobre su cabeza con la voz burlona de esa niñera en sus últimos momentos.

-Creo que tu no entiendes cuanto me gusta ser sincero contigo y por eso hemos tenido tantos malentendidos por mucho tiempo.- el perro juega con esos pendientes , los sacude sabiendo que las cosquillas harían a esas orejas moverse por si solas.-Theodore , me gustas.-

Ya se han dicoi muchas cosas mucho más vergonzosas y fuertes. Siempre fueron de alguna forma algo brutos para elegir las palabras correctas y muchas veces complicaron una linda de lo más sencilla. Resultando en ser necesaria hoy estas palabras para los dos.

Cuando decir “Te amo” “Te extrañe” ya solo parece una grabadora más llena de lamentos que de sentimientos puros entre ellos. 

Algo tan burdo como decir “Me gustas” rompe esa ambigüedad llena de recuerdos dolorosos para los dos.

Te amo lo dijo Hobart al ser asesinado y su corazón solo estaba lleno de dolorosa traición.

Te amo , lo grito el gato lleno de tanto dolor como desesperación. Ahogándose en su propia vergüenza y mentiras. 

Te extrañe es una frase que ya les era una cicatriz por tantas veces ser arrancado el pedazo de carne con el nombre del otro en estas separaciones tan dolorosas y frías.

Me gustas. Solo pudieron decirlo en calma.

Como los niños que jugaban con un videojuego casi sin baterías en los túneles o en las caminatas sencillas en los jardines sintéticos. Era una frase solo marcada por la honestidad de su inocencia.

No había marcas ni cicatrices en esas palabras. Solo un recuerdo suave y lleno de una absurda melancolía por la sencillez qué los inundaba al verse como amigos en una situación que solo era un juego alegre.

-Me gustas.- murmura el gato enrollando la cola en su pierna. La herida duele y aún así se ve relajado.

 

Al fondo Niko levanta la ceja confundido por el par de monstruos mirándose directamente después de casi perder el corazón por culpa del grito ronco del gato. Ryan le recomendó no mirar con una señal nada sutil. Un puñetazo al hígado.

-Indio maldito…- murmuró girando con la mano en la zona atacada.

-Negro chismoso.-

-Por mis huevos que si , para eso nací con equipo mejorado.-

Henry aprieta los labios intentando no reírse del par de idiotas que tensos por este peligroso ambiente han decidido simplemente soltar basura sobre el otro en cuanto se reunieron los tres.

-No te rías queso sin gluten.- lo pateó Niko. 

-Sube dos tonos , ya le oscureciste.- remarca Ryan.

 

 

Fuera de la integración de los humanos.

El ave al fondo recuerda que esa intimidad desenfadada era el trato común entre ese perro y el gato. 

Pensó antes que no vería eso después de lo sucedido. Después de haber sido traicionado el perro y asesinado por las acciones del ave y el gato. ¿Qué más estaba mal en su idea sobre ese animal tan estúpido? 

Mommy LongLess murió . Huggy Wuggy los acompaña y el hecho de no ser atacados por Boxy estando en la zona del tren le avisa de la lealtad cambiante del gigante rojo.

¿Porque se estaban reuniendo los enemigos de la superficie con La Guarderia? 

-¿Qué está pasando?- cuestiona en voz alta.

Poppy , quién había estado observando a Hoppy con su aspecto confundido y tan perdida como solo ella lo estaba , ahora es solo una testigo. Escucha , solo quiere escuchar.

Kissy rompe con el silencio con un movimiento de manos.

Poe no la entiende. En su recinto todos hablaban y los que no eran comida o enemigos sociables.

-Kissy dice que si quieres unirte , deberás perdonar.-

El ave levanta las plumas completamente perdido.

El gato en manos del perro levanta las orejas.

Ese murmullo le aturdio. Incluso si tiene al perro de frente.

Este no parece tan relajado al escuchar a Poppy.

No es mejor para Hoppy o Bubba.

Reviviendo estos tres años de locura en tan solo un segundo.

-Absurdo.- murmura Bubba.

No sólo él.

Hoppy al igual que Huggy. Al menos el gigante azul ya lo tenia presente pero no gustaba de escuchar en voz alta lo que significaba este viaje para él o para Henry.

La idea no fue bien compartida y debió mantenerse en el aire como algo innombrable.

El perro no discute ni hace entrar en el circuito del resto a nadie. Sería estúpido en muchas formas dado es su propio objetivo el llevarlos a vivienda en libertad. Es inverosímil robar el juicio de una persona a la vez que se hace predica sobre la libertad y su belleza.

El conoce el mundo de los débiles.

Estuvo en ambos lados y sabe , lo que aprendió es su único modo de juicio , el entiende que forzar sus ideales solo podría ser llamado como una amenaza y no la ayuda que prometía.

-Vamos a bajar , ¿Qué es lo que quieres hacer?- pregunta al ave.

Poe sacude las plumas retrocediendo. Esta vez el tono del perro fue autoritario. Como de niño le escuchaba algunas veces dirigirse a sus compañeros y a los niños que como él eran rebeldes y violentos.

Es un tono serio y no violento o seductor como la grabación qué llevaban mucho tiempo escuchando. ¿Qué tan perdido se encontraba para creer que ese tono tan sutil era este perro hace años? 

 Era esa criatura tan dulce y sabia como para serles su consuelo y protección a la vez que una condena y reclamo. No era nada parecido a este perro tan mandón y desagradable.

Un tipo en muchas formas que le atraía al caos de primera mano.

Olvido algo tan importante todo el tiempo que siguió el consuelo de esa criatura.

Su padre adoptivo siempre respetaba sus decisiones así fueran contra lo que les enseñaba.

Nunca los habría puesto en una situación tan cruel como la que vivieron.

-No se.- murmura buscando algo de sentido en su presente al mirar sus manos llenas de heridas al pelear por comida con otras criaturas o haber asesinado a los amigos que le quedaban en La Guardería. En todos los niños que reconocía aunque intentará fingir que esos rostros no fueron sus compañeros de clase o algunos de los que le invitaron a jugar alguna vez. 

Siempre los reconocía. Siempre supo quienes eran y aún así se vio obligado a comer.

Tanto por hambre como por las órdenes de quien era su padre.

-¿Para que te busque en primer lugar?- cuestiona perdido.-Y a no se porque lo deje sólo.-

Este perro rompe con la distancia entre ellos. Para a un metro de él.

-Eres alto.-

-Es la segunda vez que lo dices.- murmura levantando la mirada. Aun debe levantar el menton para mirarlo a los ojos.

El perro levanta la mano , colocándole al nivel de su cabeza en el espacio abierto entre ellos.

-Eres más alto pero no más que yo , pequeño comemocos.- 

El cuervo levanta los brazos tarde para evitar que el perro lo atrape en un abrazo profundo.

Uno donde su cabeza es acunada por una mano en su nuca y cubierto por su cuerpo con una calidez conocida.

No hay metal ni cortadas. Solo es un enorme abrazo que lo deja desarmado igual que en el pasado , en su infancia y su soledad. 

-Debes decidir lo que harás ,Carl. Puedes esconderte o seguirnos.-

-¿Cómo puedes saber que no es una trampa mi llegada?-

-No lo sé pero sí puedo decir que eres un chico demasiado inteligente para no saber que posiblemente podrías morir hoy.- acaricia sus plumas espesas y suaves.-Eres valiente , eres uno de los niños que luchan por su vida , eres mi hijo.- 

El cuervo aún no corresponde. Solo esta ahí de pie con el cielo vuelto suelo. Perdido. Busca algun hilo dentro de su mente para seguir y encontrar la salida a toda la locura de su interior.

No. No esperaba que el perro fuera quién creía ni qué lo recibiera de forma cálida. No cuando ya los sonrientes vinieron a hablar con él. 

-¿Qué demonios pasó contigo?- trata de entenderlo. Desenredar el esquema que lo dirija a la razón o el propósito del perro para recibirlo tan tranquilo ahora. El mundo es grande y este no cambiará ni aunque estén libres de todo en la tierra. Incluso si ahora solo es un asesino o si fuera de nuevo aquel niño.-Mate a todos , a muchos y los comí igual que todos ellos ¿Porque no parece importarte nada de lo que sucedió?- 

Lo hecho debería tener consecuencias. La sangre y la muerte.

El dolor que sigue causando sobre los habitantes de la fábrica.

 -¿Acaso crees qué eres especial?-

 El perro lo deja suelto.

-Ni yo o CatNap o siquiera Hoppy o Huggy , nadie aquí es inocente. Todos mataron y comieron , es natural que esto sucediera.- es fácil decirlo al saber que él mismo habría caído como una comida de gran tamaño o un loco más.-Viniste porque deseas cortar ese ciclo y es lo que me importa. No soy un maldito payaso en una túnica para decirte que lo que hiciste será perdonado solo por escucharme pero tampoco puedo decirte que mereces pudrirte por lo que hiciste. Carl , agarra lo que te queda de valor y vamos afuera , así debas ir por encima de ti mismo.-

Al fondo Ryan siente cómo ese discurso egoísta solo podría meter en problemas al grupo y ser contraproducente.

Era el resultado. Claro que lo era.

Más decirle a un monstruo que nada importa y debe seguir adelante contra todo lo que conoce y ya fue tirado por el suelo en la misma línea , solo ocasiona confusión y dolor al oyente.

Escuchar que sus acciones son su propia consecuencia y lo perdido que estaba a menos que tuviera la fuerza para salir. Es un montón de basura egoísta que solo a algunos masoquistas podría serles de ayuda. 

Huggy Wuggy era un adulto hace mucho tiempo al igual que Kissy era mayor que los sonrientes por unos cinco años. 

El escuchar el punto de este perro más centrado en la victoria coronada por su objetivo , ese deseo por liberar a todos en vez de encontrar culpables e inocentes o malos y buenos.

Quizás para Ryan no es muy lógico entender el precio de lo que es ser parte de la fuerza de monstruos creados en esta fábrica.

Personas y a la vez solo eso , monstruos apenas capaces de conservar algo de humanidad en pequeños caprichos.

El pisotear todo lo que eran para lograr ser libres es aterrador.

Es re conectar con ese lado humano que los destruirá con el remordimiento.

Con la plena consciencia de haber devorado a hermanos y amigos aún cuando los culpables ya estaban muertos.

Que por las amenazas de uno. Por el miedo a morir se convirtieron en los mismos monstruos que los científicos , perdieron su derecho a ser reconocidos como víctimas el mismo día que la primer sangre inocente fue derramada.

Cuando Kissy devoró a un pequeño Bunzo o Huggy asesinó a escondidas a una CatBee.

A pequeños que eran personas y no juguetes.

O los sonrientes decidiendo que ellos eran más importantes entre sí que los recién creados Nightmares. Continuando con algo que su líder les rogó anteriormente detener para hacer y ser la diferencia.

El ciclo se armó y cerró con muerte.

Las acciones del felino en búsqueda de una mentira. Convencido de estar yendo tras un mundo lleno de sueños donde sus amigos serían reales y su familia no sería acosada por el mismo mundo. Donde no habría dolor y podrían ser felices de verdad.

Aquel deseo tan fuerte en su mente. Tan sediento de sangre.

Tan sumiso a los demonios dentro de sus pesadillas repartidas en los corazones de todas las víctimas contadas bajos sus garras.

El mundo que se quedó en solo una ilusión pasajera.

Poe , Carl , mato a muchos niños y los trajo a la boca de aquel que conocía como su padre.

Arrastró a su antiguo cuidador y aún abandonó su cadáver colgado en el aire como carnaza.

Manipulo a una persona nerviosa y solitaria. 

-Puedes regresar a ser un enemigo y lo entenderé. Puedes seguirnos y sabrás que tomaste la decisión correcta por el gran dolor que enfrentarás , ya no podrás esconderte ni mentirte. Lo que vas a ver cuando abras los ojos será peor de lo que crees.- sujeto su rostro por esa sonrisa.-Porque nadie más que tú es responsable de tus acciones. Te manipularon o no , debes salir de aquí. Debes darle valor a todos los que murieron en tus manos.- suelta su rostro.-Solo si tu escapas el mantenerte vivo a través de la muerte de a quienes comiste tendrá sentido.-

Carl baja la mirada . Ese pan en su mano ahora es más pesado.

Es un chico listo.

Está condenado a entender porque su regalo de bienvenida es algo que seguramente el perro sabe que le desagrada.Seguirlo ahora , después de todo lo cometido a nombre del otro o por su propia hambre. El buscar ahora la salida junto al perro , solo le sería un doloroso camino de vuelta por sus propias huellas de sangre.

Sería peor que seguir obedeciendo y comiendo carne fresca. Sería un monstruo aún peor una vez su propio ser se lo recuerde. Cuanto daño le había hecho a todos en este infierno y cuanto más estaría dispuesto a dañarlos para continuar si este perro y los humanos no intervinieron en este presente.

No se habría detenido.

No habría huido.

No habría intentado pensar en rebelarse al monstruo en las paredes.

Sin la opción acompañada por otros nunca lo hubiera intentado.

Si este perro estuviera muriendo mucho menos lo hubiera buscado.

-Lo siento.- suspira aunque no sea para este perro.

No es para nadie aquí.

No es una disculpa para nadie en particular. Es , quizás , solo una disculpa para todos sus amigos en el orfanato por el sueño de ser algún día alguien allá afuera. Tan solo quería disculparse con el niño que fue en su reflejo hace años y como lo convirtió en este monstruo tan asqueroso.

Hobart es más firme al solo palmear su cabeza un par de veces. El ave rebota por cada fuerte impacto. Otra vez un reconocimiento cruel de cómo la percepción del perro cambia.

Ahora es más grande así que los cariños también crecen.

-Llora cuanto quieras y come . No le vayas a dar una probada a nuestros aliados humanos.- 

Los mencionados humanos fruncen el ceño mirándolo mal.

El ave se queda en ese mismo lugar. Este pan no le gustaba hace años.

Ahora lo abre y saca del empaque plástico, tomando asiento en el suelo en espera del grupo. Aun no sabia que estaba pensando el grupo pero ninguno hizo alguna observación ruin sobre su presencia o le hizo alguna acusación. Puede sentir como son reticente a aceptarlo pero no parecen estar en el estado para intentar sacarlo de la campaña.

El pan es delicioso.

Es tan rico y suave como un pedazo de bombón. ¿Sería sólo su percepción o de verdad era así de bueno? Algo de su fortaleza termina por romperse comenzando a temblar en esta esquina.

No es débil . Sabe que no es débil ni una persona blanda. Quizás solo estaba cansado.

Esa debería ser la razón para volver a ser un niño encogido en un ambiente extraño y llorando con la boca llena de dulce entregado por un sonriente. Igual que su niñez en Dulce Hogar.

 

Devuelta con el grupo DogDay levanta algunos pedazos de metal de la basura acumulada por los humanos.

-¿Enserio ocupan esto?-

-Creí que tendrían suficiente con la mano cervatana.- apunta Poppy. Es parte de su reclamo , después de todo pasaron dos días reuniendo esas manos para los humanos y no era de su gusto escuchar que eran poco útiles.

-Es más bien como una precaución.- entrega a Poppy unos dientes eléctricos.-Esto te servirá.-

Poppy abre la boca y los ojos con emoción muda. Activa la electricidad y esta brilla en sus ojos azules.

Niko ignora esa carita loca.

-¿Llevarías esto de venir solo?- le pregunta a Henry.

Henry levanta los hombros.

-Si no hiciera frío y por correr más rápido tratará , andaría en pelotas.-  

Poppy cubre su boca. La idea de tener que acompañar a un humano en esas condiciones le era algo inconcebible.

-Entonces no deberías llevar tanto peso.- le apunta Ryan.

El único con un arma oculta lo juzga y Henry no se queda de manos cruzadas.

-Atrapa.- lanza algo hacia Ryan.

En un reflejo lo atrapa. Encontrando en su palma una enorme cucaracha sin alas y peluda por sus amplias antenas largas como dedos qué se mueven acariciando su palma.

Enmudecido por el asco la lanza contra Niko.

-¡Hijos de puta!- grita sacudiendo su chaqueta.

La cucaracha pasa corriendo por el centro de la habitación.

La cara de Hoppy se oscurece al verla pasar a unos metros de ellos.

El ave quita los pies de su paso. El ver a esa cosa correr a un sentido , detenerse y cambiar a un rumbo distinto lo hace sentir una sospecha muy desagradable.

Termina con su pan y espera a ver que haría el resto. 

El perro odia , con una gran razón por ahora , los insectos. Suspirando agotado de golpe por tener que ver otro bicho más. Por mucho tiempo lo comieron vivo los gusanos. El problema está en algo que tardó algunos meses bajo tierra en recordar sobre los gusanos. Algo que Bubba le contó nada más de paso.

Los gusanos de los cadáveres solo comen carne podrida , después de eso se alimentan de la descomposición alrededor de estas heridas abiertas en animales y cadáveres. Resultando en una epifanía muy desagradable para el perro bajo tierra.

Se estaba descomponiendo vivo pero no por eso moriría rápido.

El terror de pasar cien años o más antes de por fin morir hizo que su estado mental empeorará.

Ahora ese insecto y la presencia de un chico del tan afanado sótano le recuerda todo lo que sería de seguir este camino.

Las víctimas de la fábrica nunca recibirán la justicia qué merecían ni serán devueltas a la libertad.

Mucho menos él podría recibir justicia por esos cinco años bajo tierra.

No había forma de que pudieran ser vengadas ninguna de las muchas barbaries habidas en su ausencia o su presente.

Su regreso rompe con el ciclo. ¿El tendría la fuerza para romper el mismo ciclo de odio que le estaba ahogando? 

Hay un círculo que cortar sin caer en el mismo y sería tan difícil como sacarse una libra exacta de carne del pecho. Quizás no sea así y por eso sigue al humano que menos conoce tras el objetivo de asesinar al monstruo tras las paredes.

 Quizás una víctima más o un enemigo de nacimiento.

Lo que fuera. El resultado que llegará a experimentar una vez muriera a manos de esa cosa o logrará matarlo o acompañar a quien lo haga , será todo. 

Hasta ahí llegaría todo , todos.

El grupo está listo una vez Hoppy se ve convencida por un gesto de Ryan para que coloque una barra de hierro en su pata más debilitada. Cuidando su capacidad de impacto ahora que solo podía esperar a que sanara en movimiento.

Hoppy lo reconoce , a este hombre. Reconoce a ese humano de La Guardería y de las flores.

El guardia que debería estar muerto junto a muchos más. ¿Era un chiste cruel descubrir que este vuelve a la fábrica junto a su amigo? 

-Tú…- murmura revisando el hierro qué esté humano le entregó.-¿Como es que DogDay pudo regresar?- lo pregunta fría.

El humano se ve obligado a mirar completamente hacia arriba , igual que con el perro , manteniendo un rostro relajado responde con un movimiento de hombros.

-No tengo idea , el maldito simplemente saltó fuera de la tumba como palomita de maiz.- imita la explosión usando un movimiento de apertura de puño rapido.

Bubba lo escucha. Había más dudas , dudas que Niko le explico no saber desde antes.

 Al parecer el perro estaba bien desde antes de su llegada y lo tenían hasta perfumado aunque olía a podrido.

Aún huele a podrido. Hay un olor terroso y lleno de descomposición por culpa de los daños al pelaje sintético y las varias zonas peladas de su espalda. Ahora puede verlo de pie y a la luz..

Exactamente las partes de su cuerpo que fueron separadas por la fuerza de Mommy. Las cicatrices lo han dejado sin pelaje en varias partes de su cuerpo. No fue un sueño. Wsu hermano fue asesinado y comido vivo frente a sus ojos.

DogDay no debería estar tan tranquilo.

Él no lo estaría. ¿Él estaba equivocado? 

Verlo ahora tan resuelto a darle la bienvenida a todo el que llegue buscando una oportunida , lo dejaba con dudas más molestas qué al inicio.

 

CatNap sacude las orejas.

Lo que su perro piensa es extraño.

Va con lo discutido antes y a la vez , lo contrario a lo dicho dentro de la celda.

Es una mentira y una verdad.

No entiende si el perro estaba mintiendo o diciendo la verdad ahora.

Les dicta un camino difícil en búsqueda de su propia culpa como la condena por sus errores y al mismo tiempo les promete una salida.

Aunque a él le hizo un pedido sencillo. “No me hagas más daño” 

Este sentimiento es contrario a ser perdonado. 

Es una prueba. Puede que sea eso. 

Una prueba y no la verdadera piedad de su perro.

-Vamonos , Theodore.-

El aviso viene con una caricia a su hombro.

Es hora de seguir adelante , no más tiempo fuera.

 

El perro va por un lado del grupo. Dejando a la cabeza al humano llamado Henry con Huggy. Escucha al humano describir una cerradura extraña y las direcciones de un cableado posiblemente averiado.

A su lado el gato explora el camino que ya conocía. Son las vías del tren que siempre tuvo en cuenta y aún así hoy son diferentes.

Tan solo con los pocos viajes que tuvo con Hobart al ser niños pequeños. Recordarse sentido junto a Hobart en los asientos y escuchándolo hablar de cuantas veces tiró agua a las vías para intentar dañar el tren y escapar. Resultando en fracasos tanto por no tomar en cuenta la fuerza del viento en el líquido , sumando la historia de como lo castigaron por eso , a no tener él la puntería para lograr darle a las vías. Al estar divagando su mirada llega a algo nuevo.

CatNap descubre a esa ave en el mismo lado de la campaña. Mirándose en un acto silencioso.

No hay ninguna advertencia o amenaza.

Es una mirada perdida por parte de ambos.

No se consideran aliados , no después de todo lo sucedido. No se verán como enemigos al estar en esta avanzada en igualdad de condiciones. 

Es una tregua fría. Una pausa qué se verá cubierta de sangre en cuanto alguno de los dos decepcione al otro. 

El tren en las vías sorprende al gato. Había pensado que lo trajeron muy rápido y esta parece ser la razón.

Los siete gigantes deben tomar un lugar en los nueve vagones.

Huggy se ve apretado en la cabina con Henry. 

El resto toma distancia.

DogDay no hace comentario alguno sobre la cercanía del gato en el mismo vagón abierto. Parecía dispuesto a recostar la cabeza en su costado , al menos antes de verlo directo al rostro.

Theodore aja las orejas escondiéndose en su propio cuerpo vuelto un ovillo para protegerse de la suave brisa helada del túnel.

A dos vagones esa ave negra se vuelve un bulto silencioso. Tan pensativo como al inicio.

Hobart decide romper con la distancia.

-Theo , ¿Te puedo dejar solo un momento?-

El felino levanta las orejas. Sus sorpresa es confusión y sus orejas bajan.

-Si lo necesitas esta bien.- murmura. 

Este perro le suspira.

-Ya compartiremos mejores viajes , mi gatito.-  

CatNap esconde las orejas contra la cabeza , frustrado por las cosquillas. Tantas sensaciones y pensamientos revueltos le hacen perderse en sus ya muchas preocupaciones.

Aunque si fue tranquilizador saberlo consciente de su molestia.

DogDay deja su lado par ir con el ave.

Esta no es ajena a su acercamiento. Toma a palabra antes que el perro.

-Yo estaba preparado para discutir contigo. - dice aquello con vergüenza y dudas.-Te diria qué no eres quién para juzgarme y que te pudras engreído.-

Hobart piensa antes de responder. Mejor formar una base antes de hacerle preguntas.

-¿Quieres que te trate como antes? Necesito saber tu respuesta para proceder con esta conversación.-

El ave cierra los puños. Una vena pide ese trato dulce de antaño , escuchar como se le dirigía con amabilidad y otra es una completa negativa a verse tomado como el mismo niño de esos días. Es su lucha profunda. Es rechazar lo que extrañaba y crecer.

Es humillante imaginarse ahora siendo tratado como antes.

-Si. Cómo antes.- fue débil. Maldita crisis adolescente.

El perro levanta las orejas sacudido por una parte de sorpresa e impresión , no esperaba que Carl. Aquel niño rudo y bandolero qué se peleaba con las piedras y hacia de cazador entre ambos géneros cuando se trataba de ser un manipulador coqueto..Le pidiera ser tratado como el niño que era en ese momento.

-Era bien. Yo hablaré como antes y tú , vas a callar y escuchar.- 

Es una desventaja del pasado traída por su propia boca a esta conversación tan seria y necesaria para el chico.

-¿Qué edad tienes?-preguntó Poe. Era una cosa discutida entre todos los niños hace años y aun ahora le era difícil imaginar un número correspondiente para la actitud de este perro antes y ahora.

-Cumplire 21 este año.- comparte su edad con un tono suave.

Es el mismo que usaba con los niños , siempre con ellos.

Theodore , imposible que no fuera él , escucha sobre la edad de Hobart y necesita hacer hincapié en su propia edad. En los dieciocho años de vida que tiene como una desventura sobre otra.

Ya no eran niños.

Poe lleva los hombros arriba.

-Eres joven.-

-Y tú también.- mira el torso herido del ave.-Cumplir 14 en esta situación debe tenerte muy confundido.-

-Exceptuando mis muertas hormonas , si.-

-Vaya , quieres ahondar en algo que se me da bien.- bromea en referencia al humor verde.

Poe niega. Sigue el ritmo como un acto rebelde.

-No estoy interesado en esas cosas con un viejo.-

-Yo tampoco tengo interés en los trucos baratos de un mocoso sin experiencia.- sacude las manos sacándose el polvo del pelaje. Algo para ocultar la vergüenza.-Carl , ¿Qué quieres que hagamos desde ahora?- le pregunta.

Es inmediato el torrente de preguntas por parte de Poe.

-Quiero saber lo que harás…¿Porque volviste si allá afuera estabas bien?- sus ojos van por esa bolsa exagerada.-Traes tanto contigo pero no se porque lo haces , ¿Porque querrías volver a este lugar? Todos te traicionaron y te reemplazaron.- sus preguntas van desde el pasado.-Nada fue como lo querías ni como nos enseñaste. Todos pelearon y nadie fue amigo de nadie sin ti.-

-¿No eres amigo de tus compañeros?-

-Lo soy , yo quiero serlo.- suspira agarrando su propio pico.-Ellos me importan y quiero ayudarlos pero simplemente…no puedo , no tengo la fuerza.-

-Creo que con eso puedo entender cual seria mis propio destino.- este perro mira al ave como un pasaje al pasado ocurrido al ser desechado por todos.-Las personas fuertes sobreviven y los débiles caerán de una u otra forma.- 

-¿Tú crees que eso es todo? Yo soy más grande que los Bunzo y los comi , los hemos comido desde el inicio hasta casi no haber ninguno.- su enojo sube por sus plumas.-Mate a muchos pero solo mis amigos pueden matarme y algún día será así … yo , no quiero morir y por eso maté a tantos.-

El perro escucha. Deja que saque todo.

-Yo conocía a todos en Dulce Hogar y aún así ataque a Kickin.- sus ojos bajan al suelo.-Él quería protegerlos pero yo solo seguí peleando como si …como si solo hubiera subido para lastimarlo. Y aunque me llene , aún no paraba. La sangre…era demasiada.- 

Esta sensación fría es compartida por el gato.

-Trate de pensar que no era mi culpa…qué tenía hambre pero …después de llenarme aun comimos.- sus plumas caen.-No quedó ni uno ,ni uno solo de ellos. De mis amigos o de cualquiera de los chicos que conocía.- 

-¿Entonces fueron comidos solo por ti? ¿Alguien más consumió su carne?-

 Poe niega.

-Él nos dijo que debíamos compartir.- llega a ese recuerdo.-Ellos no querían comer y aun así los obligamos.- sus puños tiemblan.-Los hicimos comer a todos…frente a ellos los hicimos comerlos.-

El pensarlo.

Revive el desagradable día cero para Hobart.

Aquel incidente toma vida. Como es el desespero de no poder hacer nada cuando lo peor del mundo está sucediendo frente a ti. Saber que incluso si te dejaran libre aun no serviría de nada ninguno de tus intentos por detener aquello que podría voltearse en tu contra.

Participar…era vomitivo el solo imaginarlo.

Su cabeza pierde peso lleno de furia y sangre caliente. Nada más que un fuerte desagrado por estas imágenes qué seguramente no eran ni cercanas al infierno vivido por todos. No habría una forma precisa de medir el odio dentro de todos.

De sus amigos o de cualquier sobreviviente.

Saber que pasaron por todo eso y aún así estaban muriendo de hambre como Kickin o CatNap.

Nadie está exento del mal y aún así el peso de las acciones brillaba sobre los hombros de pocos.

Las consecuencias son la correa de muchos y la vergüenza de otros.

-¿Alguien más piensa como tú?- 

El cuervo mueve los hombros.

-Si así fuera no podría saberlo , no somos muy libres de conversar entre nosotros con todo lo que nos vigila en ese lugar.-

Hay más aparte de esta ave.

-Carl.- lo nombra.

El ave levanta la mirada , chocando con sus ojos.

Es plata y luna , ambos unen sus miradas de forma pacífica o en caso del ave , furiosa.

-No podrás seguir fingiendo. Se acabó el juego ,ahora eres dueño de ti mismo y eso conlleva enfrentar estos demonios y no son tus compañeros ni otra criatura sino tus propias acciones. No debes acobardarte , no saldrás entero de tu propia prisión.-

Poe aún tiene presente sus días oscuros. Apenas hace tres días el mundo era el mismo que hace tres días y más sangriento que el de ayer.

-¿Al menos puedes entender mi lugar? ¿Puedes imaginarte aún quien no me odia o a quién no le hice daño?-

El perro mueve la cabeza de lado a lado. Sujeta su hombro rompiendo con su guardia.

-Las vidas qué quitaste son la razón por la que debes salir de aquí. Dales sentido , como ser devorado toma sentido al darle fuerza al depredador. Salir de aquí sera tu prioridad , tan solo para que los niños que te acompañan , también sean libres.-

-No a todos-

-Todos. No unas cuantas ni unas no y unas si ,todas las vidas son parte de nosotros. Viven en nosotros y mueren solo con nosotros. Tu responsabilidad es sacarlos , en tus recuerdos o en tu carne devorada por quién salga de aquí. Esas vidas pasaran por aquel que logre salir afuera y tomar la libertad qué se les arrebato.- 

-Oye-

-Vas a salir de aquí , vivo o muerto. Carl , debes salir. Tú y todas las vidas que tomaste. Necesito saber que la fuerza que juntaste al comerlos será la misma que usaras para ganarte lo que ellos merecían.-

 

Theodore levanta la cabeza de sus patas. Tanto por la incomodidad , la esencia a quemado acercándose como por escuchar todo eso.

 Hobart ve las cosas de manera extraña.

Sus ideales son , aparentemente , basados en el ciclo mismo de la vida en composición.

Eres uno , eres uno en dos , uno en tres , eres comida y sigue adelante el ciclo sin ti.

No es exactamente como él mismo veía al mundo.

Desde su infancia , su madre y como el mundo parecía molesto con él tan solo por el simple hecho de existir. Dentro del gran y pintoresco mural de su vida inquieta y revuelta.

Los recuerdos demoledores o florecientes. Las memorias parecidas a cortadas simplemente secadas al sol y sin sanar. Solo estando ahí como un demacrado gato callejero desnutrido.

Hizo daño a tantos. Mató a más.

Traicionó a sus aliados menos leales y fue dejado atrás por la persona a la que más de su fe deposito.

En su reflejo solo están los miles de niños he inocentes que Dios líquido a través de él .

Comprende cuanto daño hizo.

No entiende como se supone que debería ser perdonado , incluso si lo pidió directamente a Hobart.

Aún es consciente de como sus acciones son aún peores que solo delatar a su novio.

Condenó a todos. Se condeno a sí mismo.

Se cargó su propia libertad tantas veces como a los gatos su pelaje se les cae.

Una y otra vez , una y otra vez.

De tantas maneras

Se mintió y obligó a otros a tragar su medicina como una verdad.

Término con vidas y con los sueños de muchos niños que deseaban salir y ser libres.

Todo lo que su perro dice es de valor , él lo destruyó.

Por una mentira que bien conocía como tal.

 

-Si hubieras estado aquí ¿Pensarías igual?- 

Esta pregunta no es suya pero es de muchas formas algo que no desea saber de ninguna forma.

El perro ya había pensado en esto antes.

-Si yo hubiera estado aquí , mi destino sería malo.- su tono es más cercano a esa sonrisa en su rostroal decir sus puntos.-No soy bueno escuchando a otros.- el perro suspira.-Eres fuerte en formas que yo no y eso puedes verlo solo con encontrarte entero ahora.-

-¿Estarías muerto?-

El perro ríe burlándose de lo que sabe de sí mismo.

-Tendría suerte de solo estar muerto.- el imaginarse atrapado en este mundo ya le adelantó cuanto lo hubiera echado a perder. No es tan fuerte para soportar este sistema de muerte y si entiende bien , no tardaría en morir.

 

CatNap no puede soportar ese peso.

El perro responde como lo hace solo por haber sido traicionado un vez antes. Sabía y conocía lo que él fue capaz de hacerle por esa cosa …con eso ya lo conocía. Ya sabía el tipo de monstruo que era en el fondo Theodore.

Sabía bien que él no iba protegerlo.

Sus orejas caen sabiendo que no tiene cómo defenderse de eso. Él si hubiera hecho daño a DogDay. Y la fe de su perro en él era nula. Volviendo este hecho algo aún más vergonzoso en el presente. La decepción qué debía significar su nombre para el perro.

 

Poe al fin repite la más importante de sus preguntas.

-¿Entonces porque diablos regresaste? ¿Qué haces aquí?-

Esta pregunta es de todos.

De humanos , de los juguetes , de los monstruos y del propio perro.

 ¿Para que regresar a un mundo donde ya no le necesitan ni lo esperaban? ¿Donde su muerte haya era una normalidad y no era responsable ya de nada?

Esperaba recibir una respuesta noble y dulce a la que pudiera responder con un insulto. 

Eso de “Vine porque os amo niños” o “No podría vivir sabiendo que los deje solos en este lugar” “Es porque un hombre hace” o algo aún más cursi. 

El perro es dulce y sincero.

-No puedo trabajar.- enumera uno por uno los problemas.-Si no puedo trabajar no puedo ganar dinero , y sin dinero no puedo hacer nada y solo seré un animal viviendo solo en algún agujero hasta que la compañía me atrape o me suicide aburrido de existir.-

Cada entrometido en el tren pierde fe en las obras desinteresadas de buenos samaritanos o la existencia de héroes.

Todos excepto Ryan y su sonrisa torcida. Ya conocía el tipo de maldito que era ese perro desde niño. El sentido de labor y control del perro le era un completo impedimento a la hora de renunciar a cualquier medio de intercambio qué le otorgará algo de valor o poder.

Todo un criminal en potencia. No es algo que un monstruo como él , vagamente descrito, prototipo desee en su mundo.

 

 

Para Poe esta respuesta fría fue un cubetazo a la cara.

-¿Dinero?-

El perro mueve la cabeza.

-Si , soy bastante ambicioso. Te lo dije cuando eras niño.-

Poe aun necesita corroborarlo.

 -¿Te suicidarías por dinero?-

El perro le pega en el picó usando los nudillos.

-Por no tener dinero.- hace una división entre hechos con el movimiento de las manos unidas.- Es muy diferente niño.- 

El ave levanta los hombros comenzando a reír.

Tan solo con el perro de sus memorias tomando forma por completo y como desde niño lo escuchaba ser un avaro obsesionado con los billetes , los negocios y la evasión fiscal. Ahora lo escucha decir algo tan superficial con una seriedad incomparable.

Esperaba algo más dulce o del complejo de padre que este perro portaba hace mucho tiempo. 

Quizás el dinero era parte de este perro , de su personalidad más sincera.

El abrazo lo sorprende pero aún no le corresponde. 

Este perro le cubre la nuca atrayendo su oído al nivel de su boca.

-Desde ahora no te separes mucho de mi , hijo.- advierte suavemente.-En esta situación no seré un papí tan permisivo como el que recuerdas.- acaricia su plumaje bajando por su espalda.-Si sientes dolor en la espalda , dímelo. Te daré algo para que te sientas mucho mejor.- presiona con cuidado la zona de sus riñones.-Que bueno que te comiste todo , te dará más tiempo.-

Carl abre grandes los ojos conforme entiende lo que escucha por parte de este perro.

- ¿Que?-

-No te olvides de quién te enseño a ser quién eres hoy , pajarito.- palmeó su espalda.-Gracias por ayudarnos. Carl , si quieres a alguien dale dulces.- en su regazo le deja una pieza del mismo pan.

-Tú …- 

-Es otro secreto , solo entre nosotros. Carl.- sacude sus plumas.

 Se despide sin más , volviendo con el gato.

Este lo recibe con la espalda.

Completamente volteado lo ignora con las orejas abajo.

-Deberías dejar de escuchar conversaciones ajenas , Theodore.-

CatNap le pega en el rostro con la cola cortada qué le quedaba.

-Ve por dinero a otro lado.-

El perro revisa su cierre.

El gato abre los ojos al sentir algo jugueteando con sus bigotes.

Un ofensivo billete.

El espejismo de recibir tremendo insulto se queda en eso.

Aquello frente a sus ojos solo es una flor de papel. Es fea y fue doblada con muy poca gracia , seguramente el tamaño de las manos de DogDay a jugado en contra.

Es una flor de papel rojo y morado. 

-No te enojes ahora conmigo , espera a que salgamos.-  

Theodore toma la flor con una garra. Las quejas son interiores. Mira este adorno entre el rencor y la culpa.

No podía controlarse. Estaba tan perdido ahora.

Ya estalló con el humano. Ya hiso este berrinche.

Estaba perdido. Están completa y totalmente acorralado por sus emociones y tantas cosas enclaustradas seguían saliendo a flote.

Las mentiras que lo mantuvieron sereno están cayendo y las cadenas con ellas.

Cada vez más hundido en la desesperación de ser solo el pequeño tonto que aún estaba desesperado por encajar en el grupo de su amigo y ala vez solo tenerlo para sí. Quería tantas cosas. Deseaba ser parte de ellos , deseaba solo tenerlo.

Sueños y delirios aún presentes después de tantos años.

-Entre las mentiras que me dije…- es difícil decirlas ahora. A DogDay , a Hobart y no a otros.-En mis mentiras existe un mundo en el cual eras libre , en un mundo donde no te juzgarian por tu piel no tendrías que salir herido para ser amado.- sus ojos caen sin olvidar guardar esta flor en su cierre.-Yo pensaba en ese mundo muchas veces y casi viví en este , al soñar contigo.-

-Y tuve un montón de pesadillas y sueños calientes contigo.-

El gato le mira de soslayo.

-Lo arruinaste.-

-Lo siento.-

Esta vez no lo comparte más de sus delirios. Tanto por estar avergonzado por compartir dichos delirio como por la vergüenza de ser interrumpido para ser evidenciado.

-En donde estuve.Solo podía pensar y estabas siempre presente.- el perro no lo deja ir tan fácil ahora que las compuertas fueron abiertas.-Pensaba en salir contigo, me preguntaba qué habría hecho mal. Apostaba si te gustaría ir a un parque acuático o mejor a un día de compras. Y me negaba a lo segundo porque eres un chico y entonces me pregunte si habría algo malo si quisieras salir a comprar y el que pensara de esa manera te haría sentir mal.- cinco años bajo tierra desquician a cualquiera.-Me hice tres vidas junto a ti. Soñé mucho y también me perdí. Theodore , los sueños nos ayudan a sobrevivir y nosotros lo necesitábamos mucho.- mira alrededor.-¿Enserió nunca me extrañaste de esa otra forma?-

CatNap vuelve a negarle su mirada.

-Eres un guarro.-  

Este perro mira al gato , al techo de ladrillo. En los bordes hay marcas de confrontación. 

Desde un inicio pudo ver cuantas peleas habrán sucedido solo con las marcas de las garras y sus muchas consecuencias en la forma del túnel.

Las amarguras y la violencia debieron invadir cada rincón de este manicomio , nada habrá podido mantenerse limpio ni exento de ser una zona de guerra y muerte. Aun tiene unos minutos gracias a la lenta velocidad del tren. Aún tiene tiempo para molestar al gatito.

Cinco años es demasiado tiempo. Era de imperiosa necesidad el recuperarlos.

-Oye ¿Dónde está el “No”? ¿Theodore?- 

El felino farfulla ocultando el rostro en sus garras.

 

A unos metros dentro del tren esa ave observa con la mirada desencajada la manera tan paciente en la que ese gato homicida recibe las burlas y preguntas lascivas de ese perro. Siente que él mismo estaba muy lejos de entender lo que era ser de verdad un desgraciado o quizás es un límite en una pareja.

Ese pan en sus rodillas es más pesado.

Es un ladrillo.

 

-Yo si te extrañe , ni siquiera el olor de la vainilla puede salvarme de cuanto necesitaba de ti.-

-¿No te gustaba la vainilla?-

-Nunca. Me trae malos recuerdos pero tu haces que todo eso sea inútil.-

- ¿Cuando planeabas decirme que no te gusta?- pregunta mirándolo al fin de soslayo.-Te estuve dando dulces por años.- otra vergüenza a la lista , bueno , al menos esta si la puede adjudicar a la culpa de Hobart.

Como el beso en el túnel.

-Nunca te lo diría. Estoy siendo malo ahora.- suspira dejando la mejilla caer sobre su cabeza.-Tan malo como cuanto estaba desesperado por ti , por tocarte y volver a tus manos.- toca su nariz.-No me digas que no me extrañaste lo que pasó ahí definitivamente va a desenmascarar sus mentiras.-

El felino ronronea fuera de su propio control. El calor sobre su cuerpo es perfecto y le hace soltar todo su ser lánguido y caer sobre el costado del perro. Recibiendo por fin esos mimos que extrañaba en sus orejas y su pelaje.

-Solo deja de molestarme , no me gusta.-

-Esta bien , entonces nada de bromas. Solo acción.-

El felino encoge las orejas al ser víctima de ese aliento calido. Tal parece que solo le dio un arma nueva para molestarlo.

Que dulce.

 

 

 

Poe deja de mirar tapándose las orejas y girando la cabeza al lado contraria. 

Puede estar enojado ante algo como eso en vez de mantenerse serios con la situación pero a este punto era difícil juzgarlos. Al menos al perro que con éstas acciones demuestra lo decidido que estaba desde el inicio a recuperar su vida y el control sobre todos sus allegados.

Recuerda a Simon y como lo dejo llamándolo en ese lugar.

Ese pan en su poder toma un peso muy diferente.

Simon no puede estar mucho tiempo solo. Ese berrinche podría lastimarlo , podría ser atacado al estar en su estado de enfriamiento o ser acusado solo él por lo sucedido con su padre…aunque ya no era su padre sino una cosa en las paredes y ya.

Lo hecho. Lo que hicieron por hambre y seguido por pura violencia. Todo era repulsivo. Tendría que darle la cara a todo de una forma distinta y cargada por todo el enojo de las personas a las que hirió hasta este momento.

El pan y su martirio.

¿Hablo con él por la misma razón que estaba molestando al gato? ¿DogDay quiere que se prepare para este escenario desfavorable al relajarlo y darle algo como esto?

Cometió graves crímenes contra todos los amigos que le quedaban , contra los que les rodeaban en el sótano y tendría que enfrentarlos. ¿Poppy le mencionó el perdón? 

¿Acaso estaban a tiempo para ser perdonados por lo hecho? ¿Lo merecen?

 ¿A quién debería perdonar Carl? ¿Lo perdonaría si usa este pedazo de pan contra ellos? 

Ya que manipuló los sentimientos de Simon y a los demás los hizo creer que los entendía y era su amigo. Hoy simplemente les daba la espalda.

Ese pan de frutas qué no le gustaba. Es su rama de olivo , entregada por el perro.

 

Sus pensamientos son profundos. Lo sumen fuertemente en esas dudas. Evitan que vea el estado del túnel de ladrillo. Las marcas dejadas por el dragón en su huida por un túnel aparte de la fábrica.

 

 

 

 

Dentro de las vías el avance de un monstruo rojo cargando una caja con otros pequeños es lento. Puede escuchar algunos ecos de humanos en la estación abandonada.

-Boxy , ya ponte a correr cabroncete.-le ordena ansios CandyCat en la caja.-Nos respiran en el ojete , rápido.- le advierte rodando de un lado a otro dentro de la caja.

Boxy sonríe burlándose de esta caja. Sus garras cargan el dado que funge como transporte para CandyCat y algunos otros juguetes de ruedas. Incluido un chico robot de los pocos que aún sobreviven escondidos. Las piernas de los pequeños conejos amarillos cargados con provisiones personales o temblando de la mano con otros lo siguen a este ritmo ya difícil para iniciar.

Tardó dos días en dejar totalmente la estación por los otros miembros del piso y convencerlos de abandonar este territorio y las órdenes de 1006.

Malditas pastillas , lo hacen demasiado piadoso. 

Deben bajar , es la única forma de llegar a la otra salida segura y no a la controlada por humanos.

CandyCat suda , corretea , mueve las orejas y tiembla en la caja. 

-Boxy…- insiste mirándolo preocupado por el lento ritmo del gigante.

-Si te agitó vomitaras.- le advierte sin alterarse.

Lleva una dosis de medicina en el estómago y otras ocultas dentro de su caja. 

Quizás eso lo hizo reaccionar tan calmado a la presencia de un rojo tan parecido al suyo en el túnel.

Aquel monstruo que nunca vio de frente. Uno de los chicos del sótano.

Un rostro poco amable y lleno de colmillos de gran tamaño.

-Boxy…cuando decía que creía que te gustaba era porque me gustaba pensar que te tenia loco por mis nalgas-

-Cállate , solo cierra el hocico por diez minutos.- advierte a CandyCat y su estúpida despedida. Detiene sus pasos , siente a todos correr a su espalda , sujetándose de los reportes de sus piernas.

Este gigante viene a su encuentro.

Levantando las orejas antes bajas con el eco de voces humanas.

-Debes volver , ellos son demasiados.- le advierte iniciando de nuevo el camino.-Si quieres ataca y vé qué pasa.- no es pacífico. De presentarse el peligro se encargaría de arrancarle con sus extremidades de resorte esa cabeza y dejarlo para que los humanos jueguen con él.

 

Este dragón mira al túnel donde se interna Boxy , volviendo a mirar a las luces de la estación.

Había escapado de La Guardería al ver al pianista. Ahora también esta frente a otro peligro con una fuerte peste a pólvora y metal. Vienen armados.

Sus entrañas se sacuden. No sabe a dónde ir.

No están sus amigos. Hirió a papá y Simon lo abandonó. No sabía a donde ir ni qué hacer.

-Puedes venir con nosotros.-

El ofrecimiento es de un Bunzo.

Simon rememora cada vez que devoró a un conejito amarillo. Su cabeza gira lleno de miedos y un estremecimiento muy fuerte le recorre el cuerpo.

-Hice enojar a papá.-

-Pues seguramente puedas pedirle perdón , estamos yendo con él.- deja su lado alcanzando en una carrera rápida al grupo tras Boxy.

Simon vuelve a mirar a la estación.

Los humanos estaban recuperando la fábrica porque nadie los estaba frenando. Solo ouede significar que estaban perdidos en el sótano. Necesitaba advertirle.

Lento gira siguiendo a Boxy. 

 

 

Una larga y roja cola es lo único que llega a ser vislumbrado por un policía pálido como las cenizas desde la estación. Vuelve sobre sus pasos en una carrera rápida.

-¿Vieron esa mierda?- pregunta a su equipo.

Su compañera ilumina al paso de piedras de las vias. 

-Huvo movimiento reciente.- revisa el estado de la estación.-Lo que sea o la maquinaria que tengan , les da la posibilidad de arrancar el mismo acero del suelo , no podemos separarnos.- apunta con la lámpara a un lado de la estación.

-Entonces no vieron nada.- exclama agitado tras esa carrera donde sus 29 años dejaron cinco por culpa del poco cardio practicado antes de este día.

Ignoran al oficial.

En su foco de interés e iluminación es visible un grupo forense cubierto de blanco y botas sucias.

-La cantidad de sangre en este lugar es comparable a un matadero en uso.- voltea mostrando un anillo recién recogido del suelo.-¿Porque en una empresa abandonada hay un anillo de graduación con este mismo año impreso?- le pregunta de forma retórica.-¿No les es sospechoso , oficiales?-

El equipo policiaco enviado a esta sección es joven. Hay algunos miembros con experiencia pero no llegan a más de cinco. Observan y analizan junto a los más jóvenes el entorno oscuro y lleno de marcas violentas.

-Lo que estamos descubriendo debe ser lo más cercano que estaremos a una película de Steven spielberg.- opina el más viejo en un arranque nervioso ante la excesiva cantidad de cucarachas.

-Yo quería a los jautja.- interrumpe un forense más joven, su cámara toma las manchas en las paredes. Subiendo sus ojos por ese mismo muro. Marcas que le hacen levantar la mano contraria a la cámara y compararlas con sus dedos. Lentamente su muñeca se gira y dobla los dedos , encajando perfectamente con esas marcas.-Hay gigantes-

- ¡¿Connor, porque rayos no vienes?!- 

Salta en su sitio corriendo a obedecer la orden de su jefe.

Las lámparas iluminan solo por lapsos el rastro en las paredes. 

 La sangre que pisan y la que pueden ver , todo es captado por cámaras frías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La estación de tren está destruida y el teleférico no está en mejores condiciones.

Ahora la bajada qué deben tomar parece más que nunca el pasaje al infierno.

CatNap levanta las orejas al ver su hogar destruido más allá de lo reconocible.

-Baja a tu ritmo.- le pide el perro. Busca a Ryan , este le hace un saludo militar antes de bajar por si mismo con la ayuda de las manos roja y azul fijadas a un picó en la pared.

Huggy baja ignorando a Henry y su sonido de mono al verlo usar las cuatro extremidades.

Poe , apartado del grupo todavía , baja deslizándose en el aire con la presteza de sus alas.

Hoppy salta de lado a lado dejándolos muy atrás.

El elefante y el perro quedan al último.

 -Sigo siendo malo con estas cosas.- lamenta el perro mirando al espacio de piedras.

El elefante le gruñe frustrado.

-Voy a entrar en el tren y lo tiraré conmigo dentro.- lo piensa y lo dice el perro animado por una forma rápida y segura de bajar.

El elefante mueve la cabeza.

-Mejor simplemente explota.- 

El gato toca al perro en el hombro.

-Puedo llevarte en mi espalda.-

-No , me conozco y no quiero nada despierto ahora.- niega rápido. , volviendo a pensar en una forma de bajar sin quebrarse nada.

El gato mueve las orejas confundido. Seguido sus ojos se abren grandes y lo empuja al vacío.

El perro no grita por miedo , esta riéndose al sentir la boca del gato en su brazo y su guía llena de una queja molesta , pone los pies y usa el otro brazo para no golpearse en este delirante baile.

Aún en el borde ese elefante observa la bajada por la que solo puede escucharse esas risotadas graves y llena de una alegría muy molesta para este elefante.

-Te puedo cargar.- ofrece Niko a su espalda.

El elefante sacude las patas delanteras , va a una pared para arrancar las puertas del teleférico. Las pone en el suelo , se sienta y simplemente se desliza.

Niko lo sigue saltando entre las piedras y balanceandose con las manos entre las piedras para patear su espalda descubierta.

Bubba le mira mal al ser esa patada la necesaria para no chocar con una piedra.

Kissy llega de último junto a Poppy , ellas usaron la sencilla caída suave al borde.

En la cueva vuelven a reunirse con dificultad entre las grandes estalagmitas en su camino.

Hoppy recuerda casi haber sido herida por esas estalagmitas hace mucho. Justamente esa aventura amarga que decidió usar para jugar a la gran heroínas al atreverse a perseguir a los guardias con Bubba en su poder.

-Yo de verdad creí que podría salvarte.- murmura buscando esos ojos de plata en el gigante azul.

Bubba apenas podía avanzar entre las grandes rocas afiladas. 

Este era el peor terreno para él. 

Al menos Niko es humano y puede pasarlas entra el apoyo de las manos de colores y su propia habilidad.

-Yo también lo creí.- Bubba responde por impulso.

Hoppy le entrega una mirada rencorosa. Era obvio que Bubba tuviera recuerdos de esa noche.

-No te rías de mí.- le advierte temblando.

Bubba niega moviendo la cabeza.

-No me estoy burlando, en ese momento creo…creo que solo estaba desesperado y no podía entender que no podrías con algo tan peligroso.- rasca su cuello.-Creo que fui egoísta.-

-Tú creías en mi.- Hoppy es consciente de ese hecho. Nadie le robará saber la capacidad que tenía para hacer sentir a todos más fuertes de lo que eran , cuanto ella misma les cantaba sobre su propia fuerza y aún así siempre perdía.-Yo te hice creer que podía con todo sin ser verdad.- salta en alto apartando del camino de todos.

Ante la mirada de los Hu,años marca las zonas seguras con un golpe por el dorso del puño entre los pedazos de hierro. Los espera sin mirarlos , demasiado cansada de afianzar lazos inútiles. 

No había podido ganar una sola pelea en años y mucho menos pudo salvar a alguien. Solo se vio como un testigo y ahora , con su único aliado y su novio, ni siquiera pudo estar ahí cuando lo peor sucedía. 

Era una chica fuerte pero incapaz de proteger a alguien aparte de sí misma.

-Recuerdo eso.- murmura Henry después de verla saltar.

Fue algo muy aterrador al sentirla antes como un enemigo. Más ahora se siente como algo impresionante el como era tan silenciosos sus saltos casi sin gravedad.

-¿Tu puedes hacer eso?- le pregunta a Huggy.

-No.- gruñe trepando por si mismo la pared de hierro.

Es cuestión de un par de saltos o para Bubba , caminar por plataformas movidas por los humanos de una forma que hizo a recordar al juego de un pizzero y un gorila.

Las oficinas a las que entran hacen al gato detenerse al igual que a la coneja.

Las plumas amarillas y la sangre aun son parte de las marcas más frescas del suelo.

la rabia en la coneja le hce voltear lento hacia el gato.

-CatNap , ¿Ya sabes que hora es?-

Este felino gira la cabeza lento hacia un reloj en la pared.

 

El cuervo al fondo observa la situación sin inmiscuirse. Podía sentir la esencia del anís y ver la forma de la pequeña garra de Baby en las paredes. 

La alfombra es otra base de evidencia. Espera escuchar alguna acusacion en su contra. La paranoia en un ave es común.

 

-¿Que tiene de importante la hora?- pregunta Niko esquivando los restos en el suelo. Ya sea la carne podrida o los juguetes a medio masticar. Notando los muchos peluches colgados por las colas o el cuello en este pasillo. 

Las señas lo hacen entender algo más de la situación y a quien tenían en su grupo.

Quién era ese gato para los sobrevivientes. No le ayuda a comprender la situación.

 ¿Ese perro esperaba que contribuyeran todos tranquilamente con el hacedor de este imperio idéntico al pasaje histórico de Vlad el empalador?

 -No están respondiendo mi pregunta.- les insiste. Al menos esperaba la respuesta de Bubba pero el elefante mantiene la boca cerrada.

 

CatNap no responde. Sus ojos van a ese computadora destrozada. Midiendo el tiempo que pasaría para que cruzaran todo y llegarán al ascensor.

No llegarian lejos antes de que ese audio se escuchara. 

Todos lo oirian otra vez.

Hobart lo escucharía.

El gato sacude la cola. Paralizado con la gran amenaza acercándose como la navaja de un enemigo a su cuello otra vez.

-Hay algo mal con eso ¿Theodore?- le pregunta el perro al verlo tan nervioso. Puede que sea poco decir “Nervioso” cuando en realidad era algo más parecido a una fuerte derrota. Como si el gato estuviera tan herido qué no seguiría caminando. 

Hoppy es reticente a decir algo sobre ese audio. Después de mucho tiempo esa movida sucia fue su única seguridad y el medio para mantenerse a salvo de ese monstruo en las paredes y del mismo gato que le seguía junto a Kickin. Ese lapso de pausa donde el felino se escondía era su única oportunidad para entregar las piezas de explosivos al ave y conseguir sanar sus heridas o conseguir algo para hidratarse.

-No puedo pensar en como podríamos estar más perdidos.- murmura Hoppy abrazando la alfombra. Era horrible así como su destino de ser atrapada por este gato sin completar la colecta.

Sería devorada viva por los pequeños o llevada con esa cosa que la torturaria como a Kickin o jugaría diferente.

Estos meses su miedo le hizo impermeable al dolor de sus enemigo.

-Hay una grabación , ¿Podrían eliminarla y cambiar el sonido?-

Es una sorpresa para el gato escuchar al elefante ser de ayuda.

Al menos antes de ver como su pata aplasta los únicos audífonos.

Ayudarlo parecía solo una crueldad ahora con la posibilidad de reproducirse por quien pudiera cambiarlo , si es que había posibilidad de ello.

 -¿Qué tiene la grabacion?-

Sería absurdo que todos estuvieran dentro de la oficina sabiendo sus estaturas.

El perro , Huggy ,Kissy y el ave . Siguen por delante.

El domo destruido les da una visión f¡perfecta del fuego yu las construcciones consumidas hasta los cimientos.

Si habían medianos o no , es difícil saberlo ahora con tanto fuego y la falta de un refugio.

-¿Es necesaria cambiarla?- pregunta ese perro.

CatNap mueve la cabeza asintiendo.

-Entonces lo haré yo.-  

Como un ingeniero considerado por si mismo capacitado. Henry va de compradora en computadora buscando una utilizable.

El tiempo apremiaba.

Los diez minutos que le quedaban fueron utilizados hasta un tercio en buscar una computadora y enchufarla.

Abrir la interfaz y cambiar la cinta fue Henry quedando en blanco.

-Me despidieron.- murmura al no ser aceptado su ID de empleado.

Niko levanta las manos mostrando su incapacidad. Sobre todo al ser un conserje.

-Creo que no podremos hacer nada a menos que tengas el código de un empleado.-

El gato inhala y exhala , su mirada va hacia Hobart y vuelve al suelo. Retrocede pensando muy obviamente en escapar y a la vez siendo consciente de lo poco viable de esto. 

Dejaría solo al perro con ese audio. 

Ahora que ya estaban juntos de nuevo.

Ahora. Justo ahora que lo recupera.

Ahora …ahora se siente tan sucio .

Frente a todos estos desconocidos y a sus enemigos. 

Con Hobart presente.

La presión crece en su pecho. 

Tiembla intentando aclarar su mente.

 

Su estado es mucho más visible de lo que podía darse cuenta. 

Babeando el suelo en una arritmia errática y su voz ya ronca vuelta un sonido comparable a un tumor golpeando la laringe de un animal. 

DogDay le observa serio.

-¿Qué tiene esa grabacion?- pregunta a las criaturas en ese tono solo para ellos.

Kissy lo sabe. Ella lo sabe y por tanto. Todos.

Poe mantiene la mirada en otro lado.

 

Entre los humanos esta escena no es cómoda. El gato parecía envenenado.

-Déjame a mi.-

Henry abre espacio al viejo. Le mira borrar su código descontinuado y colocar el suyo. Solo eso abrió la pantalla. 

Cambiar el audio es fácil al abrir la interfaz de dos ventanas. Borra la grabación sin escucharla. Cambiando el archivo a uno existente.

El audio anterior continúa en la memoria pero no sería posible cambiarla sin una ID activa.

-Ellos no eliminan a los muertos. Les dan otro código y pueden continuar haciendo dinero con sus identificaciones , seguramente murieron antes de hartarse de usar mi identidad en alguna basura.- le explica esto a Henry.-Es como el archivo muerto vuelto digital.-

-Como la papelera.- exclama Niko. Lo que fuera para sacarlo de la incomodidad de ver a ese gran gato convulsionar.

 

El eco de esa discusión es solo ruido para Theodore. Sus ojos fijos en la sangre de su vómito le hacen temblar lleno de esa desesperación.

-Theodore.-

No es un pedido de calma. Es un camino forzado a una habitación aparte para hacerlo recostarse.

El perro le acomoda con la cabeza sobre un cojín lo más limpio que se pudiera.

Hay muchas preguntas sobre el contenido de esa cinta y porque parecía tan desesperado por reemplazarla.

Más la tranquilidad del resto. De criaturas que obviamente saben lo que es la cinta.aq

-No creo que sea un crimen de tu parte.- toca su oreja afelpada y pegada a su cabeza.-No puedo dejarte solo ni quiero presionarte pero…Theodore , debes reponerte para que nos vayamos ahora.- lo pide liberando su pelaje.

El gato no se queda ahí. Lo busca hundiendo el rostro en su pecho.

-Eres real.- susurra este gato en ese tono ronco.

-Si y lamento responder así pero , tú sabes bien lo real que soy.-

El gato gruñe , ronronea y reclama tan contradictorias sus emociones como este miedo tan cercano a la humillación. A todas las emociones que este tipo puede hacerlo sentir con solo su presencia y descaro.

-Estaré bien.- lo promete tragado esta bilis devuelta.

-Theodore , ¿No puedes decirme qué es lo que no quieres que escuche?-

–No.- es serio , decidido a negarse.-No hoy ni mañana , no quiero.- 

DogDay toma sus orejas.

-Entonces , no preguntaré.-  

El gato bufa en su pecho.

-Estoy tan enojado…- murmura temblando.-¿Porque tuvo que ser ese tipo quien lo arreglara?-

-¿Pedro?-

-Si.-

-Theodore , es difícil pero la ayuda muchas veces llegará desde las manos de alguien que no te guste.-

-Pues no me gusta.-

-Lamento que así sea.-

CatNap mira al suelo. El sonido comienza a reproducirse.

Es una melodía completamente nueva.

Una canción que no conocía más que por DogDay.

 

 

 

 

En el escritorio ese viejo juega con los últimos archivos abiertos en la computadora.

fotografías y documentos a medias.

-¿Guardaste copia del audio?-

La pregunta es de Henry. Esta escena era confusa. No terminaba de entender la situación con el gato.

No se comportaba como el gran villano que le describió Huggy , aunque villano es algo suave para lo dicho por el gigante azul , sino parecía un chico raro y ya.

-No.- niega recargando la espalda en esa silla de oficina bastante cara.-No quedo nada.-

Henry aún busca más para entender este retraso en el avance del grupo.

-¿Porque , no hubiera sido mejor escuchar antes de borrarla?-

 El ex guardia bufa estirando los brazos tras su cabeza.

-Llevo más de veinte años trabajando en La Guardería , esos mismos años y mi propia vida me hacen recordar claramente algo.- sus ojos van directo a las figuras verde y azul.-Reconocer las malas acciones de parte de personas que las cometen bajo mis narices.-

La coneja desvía la mirada del guardia al suelo.

-Sobre todo las que huelen a culpa.-

 Bubba sujeta su rostro en un gesto frustrado.

Lo odiaban.

Odiaban cuanto volvían a caer por culpa de ese gato en esta clase de comportamientos. A sentirse culpables cuando estaban completamente justificados.

Esta duda. Esta dolorosa duda.

-Entonces , Niko.- llo llama Ryan.-¿Ya somos dignos de saber el secreto de los hermanos?- interroga a ambos desde la silla.

-Secreto.- dice desenfadado Niko.

-Si.- mueve la cabeza tranquilo.-¿Porque el culo de Huggy y Henry casi vuelan en pedazos?-

Kissy abre los ojos y lentamente voltea en dirección al ave.

Este le corresponde en un acto nervioso.

 

 

 

 

 

 

Al fondo de la música reproducida por las bocinas ese piano toca cortas notas dispersas por la melodía de esa canción tan inquieta.

Rondando las pisadas de un monstruo la zona encendida en llamas desde la base metálica de las máquinas. Pisando lento por el camino de piedra , siguiendo la figura emplumada en los bordes exteriores.

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 100

Notes:

Hola , buenos días.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Él es un artista y el arte , con su respiración o su agonía crea la canción más cercana a Dios.

La antología también es un tipo de historia constante para este destino tan desesperante para todo aquel atrapado en las formas de un destino fatídico dentro de plástico.

Alegre en las sombras.

Enojado bajo la luz.

Jugando con decisiones de los niños inconscientes del peso por caer en sus hombros cansados del todo.   

Cantando las voces de la mente y los pensamientos intrusivos una canción de locura acompañada por la alegría enardecida en la furia constante.

Con la canción al fondo por las altas bocinas del almuerzo. Resonando la canción menos esperada para este infierno. Time in a bottle , suena en los pasillos levantando a las criaturas escondidas con una carga nueva de curiosidad. Saltando la sorpresa al paso del invasor en los pasillos de este piso. Resonando esa canción inesperada en vez del perturbador escenario de agonía repartido por estos meses para todos en el interior de sus tímpanos.

Podrían dar la alerta sobre esta criatura invadiendo la superficie pero los gigantes del piso estaban desaparecidos. CatNap fue vencido y llevado a un lugar desconocido.

Quedando solo unos muy pocos Bunzo y aún menos medios. Los pequeños no son ni de cerca una opción.

Estaban solos en esta situación.

Resultando en una osa de media estatura atrapada en su escondite a los pies del gran dinosaurio y su cabeza levantada en dirección del parlante oculto.

Escucha atento ese sonido. Escucha la música y su cabeza tiembla víctima de ese tic nervioso que mueve su cabeza entre pausas. Esas teclas en su boca suenan lento , rápido y a medias.

La osa escondida cubre sus oídos en un reflejo nervioso.

 El roce de sus manos de felpa con su rostro esponjoso crea un susurro muy leve.

-Qué cosa más ruidosa eres.- murmura al escuchar muy claramente su movimiento. Todo por la costumbre al silencio del sótano de las celdas.

Donde apenas se puede respirar o siquiera moverse.

El suficiente para que este dinosaurio doble la espalda mirando a ese escondite. Comprueba su presencia. Muere de en su dirección arrancándole de su escondite.

 

 

 

Dentro de las orejas púrpura ese sonido lejano le sacude con un nervio activado de sorpresa. Eleva al gato por el lomo en un arco , respira agitado al comprobar su soledad. Llevando el eco de un grito agudo ahogado dentro de su cabeza llena de preguntas.

La sangre dentro de su cuerpo hierve lento , exhala más no consigue ese humo como siempre.

Es solo una fuerte tos aquello que escapa por su boca.

Aún es real el haber perdido su humo. Aun es real el regreso de Hobart. Aún es verdad la realidad donde Dios no es su Dios sino una gran mentira. Debía enfrentar a este mundo y volver a reunirse con el grupo para explicar porqué los retrasaba en medio de una misión tan peligrosa.

Camina lento a la puerta.

-¿Creen que no entiendo lo que les hizo?-

- ¡Si lo entendieras ni siquiera lo incluirías! ¡¡Pero además de mantenerlo vivo , también vuelves a portarte como si nunca hubiera pasado nada!!-

- ¡¡Actúas como si no te importara nada de lo que pasamos por su culpa!!-

 -¿En qué momento hice eso? ¿Cómo pueden atreverse a acusarme de esto?-

- ¡¿Qué es lo que vemos?! ¡No te atrevas a insultar nuestra inteligencia!-

 -¡No puedo escuchar esto , no puedo aguantar que ustedes simplemente decidan comportarse de esta forma con alguien que ya es su aliado! -

-¡¿Ahora es un aliado?! ¡¡Tú , DogDay tú , viste como quiso matarme hace unos malditos días!!-

-También a Kickin lo vi permitir que sucediera y lo traes contigo.-

Theodore recarga la cabeza en la puerta. Las vibraciones no venían de esa oficina sino de una más apartada. Todos estaban escuchandolos aunque se fueron a otra sala.

Su desagrado ahonda en esta desgracia y las muchas vergüenzas vividas hasta hoy son enlistadas otra vez. No pensó que escuchar a Hobart defender lo fuera tan vergonzoso…porque definitivamente no tendría que hacerlo.

-¡¡Mira a tu alrededor!! ¡¡Todos estos cuerpos, él los colgó y cuando no está colgando sus víctimas lo veo orar a una cosa asquerosa en la cueva!!-

-¡No puedes exigirnos que cambiemos de un segundo a otro!-

-¡Pues no lo hagan , sigan desperdiciando energía odiandolo a él y a mi! ¡Hagan lo que quieran con lo que sientan pero concéntrese en salir de aquí!-

-¡¿Pero qué diablos te pasa?! ¡¿Cómo puedes decirnos eso?! ¡Míranos , mira como estamos y mira a tu alrededor!- 

-¡¡Estamos rodeados de sus crímenes!! ¡Estamos rodeados por las acciones de un enfermo mental! ¡¡¡Estamos atrapados con un maldito que solo nos hizo cada vez peores personas para sobrevivir mientras el degenerado buscaba como matarnos más lento!!!-

-¡Él no quería matarlos!-

El gato levanta las orejas con la caída de su pelaje. Estos segundos de silencio hacen a Theodore retroceder nervioso. 

A su alrededor no hay ventanas , no puede escapar.

 -¡Estas que rebotas de pe-

-¡No estuve aquí y debo aceptar que no he visto lo peor de Theodore! ¡¡Pero también lo conozco y sé algo de él y eso es, que si él los hubiera querido muertos , ya lo estarían!! ¡Theodore golpea y luego pregunta! ¡¡¿Y qué hay en esa cinta?!! ¿Porque rompiste los malditos audífonos? ¡¡¿Qué demonios está pasando?!!- 

 El gato mueve las orejas negando con la cabeza. No deseaba que Hobart supiera de las cintas.

-Nada.-

¿Qué es esto? ¿Por qué no se siente aliviado? 

Se siente relajado. No entendía por qué esta vez el ser cubierto el contenido de la cinta le hizo más daño que haber escuchado como le descubria.

Ese peso en su pecho aumenta y necesita sentarse para digerirlo.

-¿Nada? ¿Theodore vómito y casi se ahoga en un ataque nervioso…¿Por nada?-

- ¡¿Pero qué tan bien te ha acogido para que no veas la maldita realidad que estamos viviendo por su culpa?! ¡¡Mira este lugar , mira cómo arde!!-

 -No , Hoppy. No veo nada , solo a ti y a Bubba.-

Ahora ese par. El peso es vergonzoso. La frustración es una forma muy suave para describir la emoción base que hace a su cola moverse de un lado a otro.

-Solo olvídalo. Ya está arreglado.- 

Theodore escucha el lugar. 

Esa música sigue en alto , es diferente la canción y aún así le traía recuerdos antiguos.

Definitivamente Hobart tenía el gusto musical más extraño para un niño. Cantándole cosas complicadas pero tan mal que era divertido. Lo hacía feliz.

No puede seguir escondiéndose en esta habitación.

Salir conlleva ignorar las caras sorprendidas de todos los presentes mirándolo con ojos bien abiertos.

Sigue el murmullo más relajado de los tres ahora hablando y no gritando.

-...entonces él llevó al último directamente a esa cosa.-

Theodore se queda en el pasillo. Escucha con las orejas bajas.

-El niño ni siquiera lloró , Dog , me sujetaron para que comiera aunque no quiera hacerlo y no pude hacer nada.-

CatNap interviene desde la puerta , no puede unirse por completo al estar algo apretada esa oficina con tres gigantes dentro.

-Yo los llame a pelear desde el inicio y solo tú llegaste con Kickin.- 

El elefante cierra los ojos en un gesto fastidiado , sujetando con la fuerza de su pata la mesa cercana.

-¿Ya despertaste? Que buena noticia.- gruñe Hoppy.

Theodore sacude la cola rompiendo la distancia con ellos.

-Hablan tanto de mí pero no soportan que yo abra la boca.- advierte con las orejas abajo en amenaza.-Bubba , ¿Te da vergüenza que te recuerde cuantas veces se te pidió ayuda y nunca bajaste a apoyar a La Guardería? -

-Un trabajo que te encargaste de volver obsoleto.-

CatNap aún tiene más por decir.

-Y tú no tomaste responsabilidad alguna en 5 malditos años.- gruñe enderezandose.

-¿Quieres que me disculpe por eso? Bien. -levanta las patas apuntando se al pecho.-Perdón por no cuidar la alacena a tu querido papi , a no , a tu Dios.-

El gato gruñe sacudiendo esa cola y sus orejas bajando en advertencia más y más fuerte.- 

-Hablas mucho para un cobarde que deja a su novia sola en cuanto las cosas se le dificultan.-

Esta espina si llego al fondo del elefante.

Así como a Hoppy le afecta la mención de la desaparecida Picky.

-Tú no sabes una mierda de mi ni de mis razones , de porque tuve que dejar este lugar ni a mis amigos.-

El gato está vez no se retira de la discusión , lo enfrenta y observa con resentimiento.

-Ni tu sabes nada de mi. ¿Porque demonios nunca bajabas a ayudar al menos a tus amigos?- 

El elefante viene a su encuentro. Cuatro metros contra seis es encontrarse de frente al ser cuadrupedo CatNap , este elefante lo pone claro al mirarlo a los ojos con esa fuerza poco saludable en este desde el inicio de este infierno.

-No estoy bien de la cabeza y verte me hace mal , a ti y a todas estas cosas y ese monstruo al que le lamerias las patas para que te de algo de atención.-

-Eso a ti no te incumbe y menos cuando todos pasaron por lo mismo.-

El elefante sacude las patas en un acto violento qué se lleva las mesas cercanas en pedazos.

El perro se deshace de los pedazos que casi lo golpean con un revés. Hoppy los patea librándose de esas astillas al usar la pata cubierta de hierro.

El elefante rompe con la agresividad del lugar al ,murmurar solo para ellos cuatro algo sorpresivo.

-Llevo cinco malditos años queriendo cogerte hasta sangrar, maldito gato.- murmura para él , su voz termina cortándose en el sufrimiento.–Cinco malditos años y todos me mantuve cuerdo solo por Picky y cuánto la quiero. Porque hasta cierto punto lo que habita en mi cabeza es perfecto para ti.- retrocede sujetando su cabeza.-Eres un monstruo , ni siquiera estoy seguro de que fueras humano con todo el odio que me haces sentir.-

La bruma molesta es apagada por esta incomodidad.

Por el significado de sus delirios menos sanos.

-No me digas que la abandone cuando estar lejos de esta basura era lo mejor para todos.- retrocede sujetando su cabeza.-Eres un monstruo tan asqueroso que vuelves todo lo que se te acerca , una condena.-

Hoppy exhala vaho. Estas palabras eran aterradoras , significan algo triste.

Significa que su amigo estaba peleando con algo muy malo y ella en vez de tranquilizar las aguas , sólo las agitó cada vez más. No pensaba en algo así , nunca en la vida.

¿Pero qué sucede cuando el odio se acumula y sigue acumulando se sin un lugar donde sanar? 

 ¿Qué tan cerca estaba en realidad … ¿Qué tan cerca estaban realmente de ser tan malos como CatNap entregando la vida de cualquiera a la boca de esa cosa?

 

Theodore voltea lento a ver a DogDay. No puede saber cuál emoción es la que escapa de su corazón ni cual de todas golpea su pecho desde el interior.

¿Temor? ¿Dolor? ¿Traición? 

CatNap apunta al elefante con una garra.

-¿Qué culpa tengo de eso? Es tu cabeza , no puedes…no pueden cargarme con algo que no les hice yo.-  

El perro les observa frío. No hay emoción en sus ojos. 

Solo hace una pregunta directa al elefante.

-¿Y eso en tu cabeza pudo alcanzar a alguien allá afuera?- 

El elefante niega.

-No. Dog , no lo hice.- suspira.-Aun soy un humano.-

Hoppy bajo lo que le resta de orejas junto con un abrazo a la alfombra. No le ha gustado escuchar eso ni con tanta fuerza. Su dolor de cabeza empeora.

Este silencio es doloroso para todos.

-Estoy cansado , Dog.- Bubba lo llama sabiendo que acababa de dañar fuertemente su lazo con esta confesión.-Llevo mucho tiempo peleando solo , mucho tiempo y solo es peor cada día en este lugar… no tengo nada a lo que aferrarme.- 

El peso de las acciones atrapadas dentro de la soledad y toda la desesperación por una salida o el consuelo. El resentimiento que le empujaba a cometer actos asquerosos contra alguien.

Más el odio que sentía tras haber logrado no cometerlos al enfrentar al gato con la ayuda de Picky.

Él no era un monstruo. Picky le demostró que no lo era , ni en ventaja lo era. 

Incluso si tuvo la oportunidad , descubrió que no lo haría. Nunca lo haría. 

Pudo hablar con este gato y despedirse pero este…este los persiguió.

-Ya no quiero estas cosas en mi cabeza.- su lamento es profundo.-Ya no quiero verlos , estoy muy cansado.-

El gato gruñe pero el significado de esta advertencia es más molesta al ver al perro llevar las manos a su propia cabeza y no a consolar al elefante.

Parece tan frustrado ahora.

-¿Por qué nos está pasando esto?- lamenta Hoppy entristecida.-Se supone que somos los buenos…somos buenos.- murmura agotada.

Cada uno tiene una historia y ninguno la sabe completa. Puede que solo el perro sepa cada uno de sus secretos uno tras otro. 

Cada uno lucha con esa sombra creciente en sus mentes como el mismo reflejo en el espejo. Todo aquello que no son , tomando fuerzas como las espinas teñidas de carmín crecientes en una rosa.

La vergüenza de ser una sádica al recordar el sabor de la sangre de un perro en la boca y familiarizarse en el hambre con sus compañeros como si herirlos fuera a borrar el martillo entre sus manos.

La sed de repetir los horrores en la búsqueda de una cura para el terror nocturno. Borrar de la piel el sucio toque de verdaderos monstruos en forma humana , debería pasarlos al siguiente como la lepra.

La eterna incapacidad de pelear por lo correcto. Atrapado por el peso de algo que lo obliga a ser solo el testigo de los peores escenarios en la vida.

Perseguidos por el repetitivo clamor a su soledad y su indeseable existencia abandonada por Dios , maldiciendo su existencia y buscando su lugar dentro de un mundo que una y otra vez le recuerda lo poco que era amado por nadie.

Luchas qué los estaban matando desde antes de ser estos grandes peluches.

Estos segundos de lamentos mudos son terminados por este perro golpeando los nudillos contra la palma de su mano. Los insta a escucharlo y salir de este episodio oscuro.

El rostro del perro no parece afectado por estas palabras. Las esperaba desde tiempo antes. 

-¿Y ya terminamos?- cuestiona amargo.-¿Ya podemos volver a nuestra programación usual?- 

La poca piedad en este instante viene de la misma empatia del perro. No hay tiempo , no hay privacidad ni mucho menos las fuerzas para discutir sobre esto en su situación.

Este tema era peligroso para los cuatro.

Aunque deseen sacarlo del fondo , es demasiado pronto y demasiada confianza se perdió en estos cinco años lejos de cada uno.

Bubba suspira sujetándose la cabeza.

-Si , estoy bien.- murmura en un hilo.-Ya estoy bien.- sus ojos no suben. El arrepentimiento y la vergüenza lo hacen mantener la cabeza baja.

Hoppy no podría estar tranquila , nadie podría tras esta confesión desagradable por parte del elefante.

-Vamos a hablar de muchas cosas , Bubba…Hoppy. Vamos a sincerarnos con lo necesario.- busca a Theodore.-Todos lo haremos.- apunta a la puerta.

Cada uno deja esta sala. El gato espera al perro en el pasillo.

No hace ningún movimiento al ver al elefante pasar por su lado , seguido de Hoppy con un aspecto decaído. Saber algo tan oscuro de su solitario amigo era triste para su ya cansado corazón.

El gato levanta las orejas al ver al perro salir de último.

-Nos encontrábamos muy apretados ahí dentro.- suspira estirando los brazos.

Theodore recarga la cabeza en su hombro.

-Él nunca le hizo daño a nadie.- lo aclara de primera.

Con tal de relajar al perro y su decepción oculta dentro de esos ojos de plata.

El perro toma sus mejillas. Algo parecía casi ser expresado por su boca , más se queda en nada. Solo un movimiento de su cabeza en negativa. Siguen el camino a reunirse con el resto.

No había palabras capaces de expresar el alivio dentro del perro de saber que el elefante no cometió nada tan irreparable ni repulsivo. No repitió el ciclo más despreciable a ojos de Hobart y si había alguien para confiar era Theodore. 

Al menos la última parte fue solo para los cuatro.

El reto aún es motivo de miradas incómodas o como la de Huggy , resentida por tener qué esperar otra hora a moverse y recibir las respuestas que merecía su casi estallado culo.

Ryan aún continúa en esa silla y su tranquilidad es comparable a la de un viejo gato más concentrado en casi dormirse sentado a cuidar sus alrededores.

Esa es la razón por la que los dos pasan por su lado sin que los note. Seguidos por el perro y el gato.

Sobre las cabezas de los presentas la sensación helada de la noche de La Guardería los deja a oscura. 

No afectaría a estas oficinas si el domo continuará activado , más el gran muro de hierro fue destruido y con ello la oscuridad trago a este lugar más a lo profundo.

La cabeza del viejo cae de lado ya roncando .

-Hace rato se veía tan imparable. Casi sentía que nos disparaba con cerbatana.-

Henry mastica una respuesta ocultándose con una mano sobre su boca. 

-Ahora hablemos sobre esa explosión.-

Poe al fondo , después de mantenerse en silencio mientras los tres sonrientes discutían a gritos , sacude las plumas sin saber donde incluir lo poco que sabía o si sería conveniente.

-Ustedes primero , Bubba y Niko.- 

Huggy sujeta su cabeza ya más que aburrido por la actitud del perro y su insistencia en ser el líder.

Este elefante mueve la cabeza-

-Del 89 al 91 , Niko y yo estuvimos acumulando cargas de tnt en la cueva de La Guardería.- 

Es directo. Demasiado directo para él .

Hoppy presiente como eso solo sería un clavo para su propia tumba y la de Kickin. ¿Interrumpir? ¿Negarlo? 

No. Solo espera a ver cómo se desarrollan las cosas . Demasiado perturbada por la confesión del elefante.

Pensando en todos los días que estuvo cerca de Bubba. Desde que era un niño tan nervioso y tímido o amargado en una esquina con un eterno libro en sus manos. Era un chico lindo que no asustaba a nadie hasta que se ponía de pie e incluso así lo arruinaba al encorvarse asustado por cualquier ruido fuerte. 

 ¿Cuántas heridas más estaban sanando podridas en sus amigos? ¿En Bobby pudieron estar aquellas heridas supurando y las ignoro como con Bubba? ¿Dónde están sus amigas?  

-La idea era usarla el día que fuera necesario pero no se logró llevar a cabo el plan real.- 

Niko mueve los hombros incómodo por la mirada de estas personas , de todos los presentes. Si. Ocultar algo tan importante y estar dispuestos a continuar igual les dejaba en una posición donde parecería que eran más que traicioneros. No les dejaba bien parados y era frustrante tener que admitirlo. Se equivocaron en intentar seguir igual sin consecuencias a sus engaños.

-¿Cuánto lograron traer?- les pregunta Henry. Su cara pálida ahora mismo era un esquema de varias expresiones complicadas.

Niko responde esta vez.

-Unos cuatrocientos cartuchos.-

La cara de Hoppy se llenó de sorpresa.

Ella apenas había juntado unos tantos y con eso ya se sentía terminada la misión.

-Entonces estamos atrapados en la estrella de la muerte.- aclara Huggy como una referencia que recordaba y podría ser parecida a su posición actual.

-No creo que podamos recuperarlos ahora con el estado de las construcciones.-

El avance de las plataformas del exterior llenó la cueva con construcciones variadas y muy pesadas sus bases de concreto para ser despedazadas antes de que los alcanzarán los humanos del exterior.

La cabeza de Henry se voltea de un lado a otro.

-¿Y así te atreviste a decir que soy estúpido? ¿No pensaste que merecíamos saber esa parte de sus travesuras de hermanos?-

Ambos fruncen el ceño.

-Tú opinión es lo de menos , Humano.-

Huggy gruño sin moverse. La advertencia viene sin mostrar los colmillos a nadie. Claro que estaba siendo civilizado en lo más posible.

- ¿Y como es que llego esa dinamita a la pelea con CatNap?- pregunta Henry.-¿Había alguien más en este secreto?-

Bubba espera en silencio la respuesta de Hoppy.

La coneja sujeta sus brazos en un gesto perdido. La presión la estaba desesperando. La espera y pelear con todos , no deseaba seguir con más preguntas sabiendo que sacarían aún más basura del fondo de cada uno de ellos.

-Las pesadillas mataron a Kickin y al llevarse el cadáver , las robaron de su cuerpo.- 

Las miradas de todos van hacia el ave antes tan callada.

Hoppy lo mira fijamente.

-¿Tú lo hiciste-

El perro la interrumpe , dejando le una sensación extraña.

Aquella furia qué la llenaría en el pasado es un espejismo de unos pocos segundos. El perro le interrumpió con un gesto conocido entre ellos , le está dando aviso de un peligro con solo una mirada. Le apunta con un movimiento de cabeza sutil al exterior de las oficinas sin más que esa caricia rápida.

Hoppy sigue su advertencia. Helando su espalda un profundo escalofrio.

Su cabeza sube al ver a lo lejos aquella figura tan quieta como una entidad grotesca.

 Solo ahí. Mirándolos en lo alto de los restos de lo que fue La Guardería. Tan lejos como para ser seguro y tan cerca que podía discernir las teclas brillando en la noche falsa. Perdiéndolo en cuanto esas teclas dejaron de tocar.

Gira de nuevo la cabeza muy lento , no muestra más que ese suspiro para mantenerse tranquila.

CatNap no mira afuera. 

La mira a ella.

A Kickin.

La razón puede ser exactamente la misma que la de Henry.

-¿Por qué tenía eso en el estómago ese pájaro?- le interroga el humano en un acto más necio y pronto , una vez ya hizo la pregunta , piensa él mismo en la respuesta.

Esta es también un eco de parte de Hoppy.

-Era para liberarnos los tres juntos.-

 Las orejas del gato caen contra su cabeza muy lentamente. Tanto como para solo quedar sus ojos oscurecidos como muestra de vida.

El resto toma un segundo para entender las palabras de Hoppy y su sinceridad.

La idea muy directa de suicidarse y llevar con ellos al gato. Dejando en claro cuánta era la determinación de esos dos al ser robada su única arma.

DogDay no lo detiene al verlo caminar por la parte exterior de las oficinas.

-Volveré pronto.- avisa al grupo antes de saltar por la pared destrozada.

El perro mira a esa zona sospechosa dentro de los escombros de lo que fue la guardería.-

-Diez minutos.- les avisa siguiendo al gato . Esta vez dejando la bolsa junto a Henry.

El ruido de esa cosa impactando al suelo hizo a Ryan despertar sobresaltado y Henry rebotar en su lugar al sacudirse el suelo.

-A este paso no bajaremos antes de que se extinga el sol.- lamenta Poppy sentada en el hombro de Kissy.

 

 

El perro salta de la plataforma a la pared. Sigue a ese gato en las plataformas.

Su paso es mucho más ruidoso pero no es algo que moleste a CatNap, demasiado concentrado en su camino.

Al menos antes de llegar a una zona aparte.

-No quiero que me sigas.- le pide deteniéndose en una zona iluminada por las luces de las máquinas conectadas aún. La expansión y los planes para hacer La Guardería algo más grande que solo una granja parece ser obvio en sus mejoras desconocidas para Hobart.

-No me puedo quedar solo , soy muy bajito y débil.- miente de forma descarada este perro. Nisiquiera puede hacer una voz lamentable , solo es un idiota.

El gato mueve la cabeza.

-Se que no te gusta chantajear , déjalo.- le advierte más como un acto de lástima.-No quiero que me sigas … no quiero qué veas algo.-el perro pasa los ojos por la zona.

-¿Le hiciste un altar?- pregunta.-¿Es lo que menciono Hoppy?- 

El gato baja las orejas. La vergüenza es cada vez más parecida a las agujas de los científicos. 

Absteniéndose de responder y aún así más clara que nunca la verdad sobre su idolatría y completa fe en las mentiras de 1006.

-Hobart… no quiero que veas eso.-

-¿Crees que dejaré de quererte o algo asi?-

-Solo…escúchame.- mueve las patas en el suelo.-Es algo asqueroso que hice …de mala manera.-

- ¿Entonces para que regresas a eso?-

-Tengo algo que recuperar.-

El perro le sujeta por los hombros. Cierra la distancia al unir sus narices.

-No puedo dejar que vuelvas a sentirte solo ,Theodore.- suspira en ese toque.-Lamento no ser mejor para ti. Siento tanto molestarte y presionarte.-

Theodore corresponde su caricia bajo la nariz y su rostro lo frota contra su cara en una caricia ciega.

-Esta bien. Solo estoy oxidado, estoy bien contigo. Con lo que somos ahora y con lo que podremos ser.-

El perro deja salir una carcajada nerviosa.

-Solo avísame … si estoy siendo impertinente.-

-Si no lo fueras ¿Seguirías siendo la persona que me gusta?-  

 Esta vez el perro es quién inhala nervioso. Cargando con el gusto de un halago qué le debilita y todavía lo anima. Le empuja a buscar de vuelta el choque de sus rostros de aquella forma que llena la necesidad de un beso.

-Vamos.- interrumpe el toque Theodore Dejándolo casi caer al escaparse de sus manos.

Salta a una plataforma separada del domo.

El perro lo sigue con un salto tan ruidoso como para levantar los pocos murciélagos vivos.

El camino es silencioso.

El goteo de las fuentes de agua en la cueva o los insectos arrastrándose. Todo es cercano a la nada conforme las cosas van volviéndose más solitarias. 

Llegando al lugar.

Conocía esa zona. Había una planta innombrable hace años. Una quien nunca supo cómo llegó al lugar.

Ahora en este espacio hay algo muy malo.

Le hace recordar que las artes manuales eran , junto con fracciones , una de las cosas que menos se le daban a Theodore. Irónico cuando sus dibujos eran mejores.

Contrariedades a apreciar.

Es esa cosa.

 Completamente reproducida con restos de juguetes y un humano.

Lo observa al acercarse con el gato.

Puede que no haya movimiento por varios segundos.

Tiempo helado para Theodore. De cara a la cosa más fea de todas las hechas en nombre de Dios.

Por su propia decisión. Su propia mano improvisó. Traer los cadáveres de todos los juguetes que llegaron a cometer algún crimen y unirlos a este ídolo de carne descompuesta y algodón.

-Kickin tampoco era mi amigo.- murmura recargando la cabeza en sus garras al sentarse frente a esta cosa.-No he tenido un solo amigo real en mi vida.- su cabeza baja bajo las luces qué iluminan a su ídolo de muerte.

Hobart mantiene el silencio en un gesto tan apegado a su naturaleza entrometida : 

Limpiar la zona donde Theodore estaba sentado.

-Ellos quieren que veas esto.- el gato suspira tan acostumbrado como rendido a estos gestos extraños del perro.-Ellos saben de él y de lo qué hice con los cuerpos de todos.-

-Los cuelgas para que no se los coman los pequeños , ¿Es por lo que decías de ese otro mundo?-

Theodore queda a medias. Las preguntas comienzan a cumularse.

-¿Porque sigues respondiendo por mi? … ¿Porque me haces sentir desnudo todo el tiempo?-

El perro devuelve la mirada sobre ese montón de cuerpos enredados en el metal. En la garra creada con alambres y algunas criaturas muertas. Cuenta al menos cincuenta cuerpos apilados , atravesados y atados.

Su propia imagen es atravesada por algunos alambres y clavos.

-¿No te llevabas bien con el otro?- pregunta.-Solo he visto chicas atravesar la boca de mentirosos en las revistas.-

El gato había esperado no recibir respuesta de parte del perro. Esta pregunta le hace sentir más tranquilo.

-No le agradaba por muchas razones muy practicas.- mira a las criaturas muertas.-Él me odiaba , odiaba a todos mucho más de lo que cualquiera podría prever.- sus garras escarbando el suelo.-Y su compañero , ese loco es una peste.-

Hobart mueve las orejas sorprendido por el mal humor de Theodore.

Incómodo.

El perro le da un minuto para esperar su respuesta.

Más se pasaron cinco en silencio. Un silencio qué no es cómodo ni parece ser correcto.

-Theodore … ¿Tú estás bien?- le pregunta sabiendo la verdad. Esperaba no tener que presionarlo.

El gato le mira rápido y vuelve a fijarse en la figura de alambres y muertos apilados.

-Debo estar bien.- su cola cortada se enrolla en sus patas.-No , no estoy bien.- lo confesó al caer las lágrimas rojas por su rostro.-No estoy bien. Hobart , no estoy bien.- 

La vergüenza , el arrepentimiento , la culpa y todo este dolor acumulando se solo golpea más y más fuerte su poca resistencia actual.

El perro le acompaña con una mano en su espalda. Observa esa cosa en la luz.

Era extraño imaginar a Theodore haciendo esto. 

Era un chico tranquilo y de golpe también violento. Preguntándose si esto fue hecho con su violencia o con la parsimonia común en el gato.

Imaginar a Theodre siendo violento era fácil. También es sencillo imaginarlo durmiendo para escapar del hambre y terminar en estos huesos apenas cubiertos de piel.

-No ha sido bueno en mucho tiempo.- comienza lento a sacar esta queja , sus propios reclamos personales. 

Puede responder. No lo hace. Lo escucha.

-Le hice daño a muchos … , porque estaba demasiado asustado para saber que hacer por mí mismo y seguía buscando su consejo.- sus ojos van al perro a su lado.-¿Aún puedes quererme sabiendo que soy así de patético por dentro?- sus orejas se sacuden.-Hobart , ¿Porque me perdonas?-

-En el fondo creo que no soy quien para juzgarte.- baja y sube su mano al acariciarlo.-No me atrevo a ser tu juez…. No estoy en una posición para eso.-

CatNap limpia su rostro con el dorso de las garras , sacando esa sangre de su pelaje.

-Por mucho tiempo he escuchado a todos acusarme por estar contigo y por traicionarte. Ese mismo tiempo los escuche confundidos. Ellos creen que aquello que hacemos , en donde me he puesto yo mismo…es donde vas tú y eso parece ser malo.- 

El perro mueve las orejas incómodo.

-No les diré nada , nunca les-

El gato está más frustrado al obtener una respuesta insatisfactoria.

-No me importa que sepan eso de mí ¿Porque parece que es malo? ¿Cuántas cosas lo son en realidad?- su cabeza parece calentarse al afrontar la verdad.-Me gusta como es y cómo me siento. Me gusta todo pero los escucho confundidos y enojarse por eso ¿Porque incluso tú pareces creer que me molesta?-

El perro lleva una mano a su cuello , soba su nuca en una cto incómodo. Mucho más de lo que esperaba Theodore.

-¿Porque parece algo tan malo?- sus preguntas van a más.-¿Porque no les dices la verdad y lo ocultas? Se supone que nos gusta a los dos pero continuas ocultándome , ocultas lo que soy para ti y lo que te gusta de mí. Incluso hablaste ahora del exterior y de los secretos …y no entiendo porque lo haces.-

-Theo-

-No entiendo porque eso les incumbe y mucho menos porque debe ser un secreto. ¿Qué hice mal para que deba ser algo vergonzoso? ¿Es por mi aspecto o porque soy un hombre como tú? ¿Porque debo avergonzarme de lo que me gusta?-

El perro es lento para responder a algo qué tenía muchas respuestas y de ellas , muchas resultan ser hoy solo malentendidos uno tras otro.

-Lo oculto porque allá afuera no se acepta , aquí estamos tan aislados que se puede olvidar y no deseaba que te lastimaran por algo tan estúpido.-

-¿Y allá afuera también mentirías? ¿También dirías que eres tú? -

Es sencillo responder.

-Si.- no hay duda ni vergüenza.

A Theodore no le gusta esta respuesta.

-¿Por qué deberías hacerlo? ¿Esto es lo que te hizo sentir como un abusador? ¿Lo que hacemos es tan malo que necesitas protegerme de eso?- estos años de meditar aquello que le diría comienzan a traicionarlo.-¿No recuerdas cuando paso por primera vez?- es asfixiante. - Me preguntaste si estaba bien y si me gustaba, y te dije que si. Lo dije y aun así… estas confundido.-

Recordarlo le hace chocar con su temor repetitivo. Con los días que dejó en un hilo a Hobart y evitó hablar con él por no entender su propio desastre.

Este perro mueve los hombros , quita su mano de la espalda de Theodore.

El felino siente una fea inquietud al ser abandonado el contacto entre los dos.

-¿Me perdonarías si yo fuera peor que tú?-

El gato parece confundido, más no duda.

-Pocas cosas son peores que yo.-

Este perro mira al suelo. La vergüenza sube por su cabeza.

-Allá afuera …vi cosas muy desagradables y pienso mucho en ellas cuando me quedo solo o cuando estoy con mis amigos. Con adultos , con personas que en realidad no me parecen tan bonitas.- oculta sus ojos del gato.-La primera vez que te vi ..solo quería lamerte la boca y chupar tu cuello… ¡¿Qué maldito niño normal piensa eso?! Solo quería tocarte y ..es asqueroso porque ni siquiera éramos amigos todavía y te sujete…- su vergüenza crece.-Theodore , no soy bueno. Mi cabeza está muy sucia, incluso de niño.-

-¿Es esa la razón por la que me quieres esconder? ¿Sientes que estuvo mal acercarte a mí de esa forma? - 

-A veces no te comprendo y siento que hice algo malo … yo creía que te molestaba que pensaran eso de ti.-

-¿A ti te molesta?-

-No.-

-¿Porque debes esconderlo?-

-Para que no se burlen de ti.-

-¿Y quieres que siga escuchando como me acusan de utilizarte y desecharte, mientras en cambio se burlan de ti?-

-No me afecta , estoy-

-¿Acostumbrado?- reta harto de saber eso de Hobart.

El perro no responde. Demasiado confundido y avergonzado para tener como responderle ahora a Theodore.El gato siente más de esa vergüenza sabiendo su lugar de reunión.

-¿Porque estoy hablando de esto frente a esta cosa?- lo pregunta sacudiendo la tierra bajó una de sus garras.-¿Porque diablos estás aquí todavía?-

Hobart le toma por el brazo.  

-No me voy a ir ahora.-

-No hablo de ahora , no.- Theodre mira su mano sobre el pelaje de su brazo.-Hablo de mi …¿Porque nunca pude ganar la amistad de nadie pero tu sigues regresando por mi?-

El perro busca una respuesta. El gato bufa cansino por su tardanza.

-Creo que entiendo algo de esto. De todo lo que eres.- su seguridad regresa y su voz cavernosa parece llevadera.

-¿Y qué es lo que entiendes?- pide escuchar sus pensamientos.

Theodore lo apunta , directo al pecho sin mirarlo.

-Que tienes un gusto terrible en lo que a romance se refiere.- determina CatNap.

El perro siente que debería reírse más le es difícil. Esa broma por parte de Theopdore sonaba demasiado forzada por el dolor.

-Olvido como tratarte y eres ese niño en el túnel y te trato así , porque me da miedo lastimarte- 

Theodre le interrumpe.

-Aunque puedo con esto y con más.- suspira sujetándose el estómago , donde aún puede sentir las grandes heridas por las cicatrices abultada en su piel.-Dog , ¿Piensas que valgo menos por esto que me gusta?-

Inmediatamente lo niega.

-No , eso no es lo que creo-

El felino le mira al fin , dejando de ocultar el rostro y lo encara.

-Entonces no me hagas sentir de esa forma. Cuando mientes siento que te avergüenzas de mi.- recarga su mentón en la cabeza del perro.-Solo mírame , no soy algo fácil de tragar pero me derrites y me siento tan débil. No me asustas de mala manera , me siento feliz. Soy feliz cuando me tocas , cuando estas conmigo y cuando sentirme hace que tu cola se mueva y me presiones más fuerte… siento que me necesitas y lo adoro.- su vergüenza descansa al no tener que ver a los ojos al perro pero darse la libertad de estar cerca. La oportunidad de disfrutar su calor y su presencia real y viva.-No tengo a nadie aparte de ti…y cuando te pones caliente y parece que morirás si no me tienes , si me soltaras , o me perdieras… me haces sentir de verdad vivo.- escucho ese golpeteo en el suelo y el polvo levantarse. Le llena de gusto.-Me necesitas , y yo a ti. Si no es amor eso , no tengo idea de lo que se supone que pueda ser.- 

El descaro es la naturaleza del perro , más ser respondida con sinceridad de esta forma es poco común y eso le hace sentir arrinconado. Avergonzado y , como dice Theodore , feliz. 

El no ser una persona sucia para Theodore. A costa de todo lo que ha dicho o le mostró.

Theodore fue curioso pero él fue quién rompió las reglas al buscar algo más grosero.

El peso por arruinar …o quizás no hacerlo , le perseguía.

El arrepentimiento y después el miedo a ser como esos tipos. A ser un monstruo de verdad y de forma tan natural que no se diera cuenta de los horrores. El escuchar a Theodore decirle que era feliz con él o que no le ocasiona asco ni rechazo , todo lo hace sentir mucho más vivo qué hace unos minutos.

Quince mas de los diez qué pidió.

-Ahora tengo algo que hacer.- 

Nuevamente el perro se vio abandonado y ese gato va por la cosa de hierro.

Más tranquilo al hablar con él , puede simplemente voltear la enorme escultura de muerte y escarbar debajo de esta.

El cuerpo está de un lado y no lo toca.

Su objetivo lo encuentra y puede volver al colocar la tierra.

Al girar su sorpresa es leve al ver al perro lleno de tierra.

-¿Qué guardabas?- le pregunta mirando esa cosa en sus garras.

El gato lo sacude con las garras , aunque eso solo les llena de tierra a ambos.

Muestra la caja y dentro aquel objeto que ama con fuerzas.

La reacción del perro es lenta al ver ese juguete de fuera de la fábrica. Esa pony despeinada y con un micrófono visible por encima del hongo rosa del plástico qué de azul paso a un purùra rosáceo , irónico para el gato.

Más el perro no hace ningún movimiento para tomarlo. Queda en blanco.

-¿Lo reconoces?- le pregunta.

Mueve la cabeza y seguido se que logra decir algo.

-Si.- mira a CatNap a los ojos.-Eres bueno guardando cosas.-

Theodore saca el juguete de la caja.

-Cada día está más feo.- murmura Hobart sin moverse.

-Puede ser , como nosotros.- levanta el pony frente a su rostro.-tómalo.-

-No.- niega de inmediato.

-¿Por qué?- parece confundido.

-Me voy a poner a llorar , déjame..solo tranquilizarme.- mira al juguete.-Creí que lo habrían quemado hace mucho tiempo.- vuelve a estar bien.

Aquella amargura por descubrir las intenciones y el peligro en el que estuvieron todos en este tiempo puede ser despechada por un corto lapso de paz.

-No , no lo pudieron quemar.-

Hobart se niega a tomarlo. Definitivamente se negó y Theodore tuvo que llevarlo en su propio cierre.

Al abrirlo el perro le interrumpe chocando su rostro con esa parte de su pecho. Suspirando sobre la pelusa.

El escalofrío sufrido al estar en esta posición nuevamente recorre la columna del felino. 

-Quiero hacerlo otra vez.- sujeta su cintura , presionando su propio cuerpo contra el felino.

El gato suspira rodeando sus hombros.

-Lo necesito , no sabes cuánto lo necesito.- tiembla al sentir ese aliento subiendo por su cuello.-Deja de mencionarlo , ya no lo digas más.- no hay fuerzas ni intenciones de negarse a algo que deseaba.-Intento parecer tranquilo pero me estoy quemando. No puedo mas , ya no puedo esperar mas si continuas jugando conmigo.- es un sentimiento caliente y cruel

Lo hace sentir tan perdido de todo sentido común.

El perro acaricia aquella pelusa tan agradable. Aunque las cicatrices continúan en su lugar y se ve herido por su propia culpa.

Los peces continúan visibles en su pelaje derretido y esa piel marcada con hierro.

-¿Qué quieres hacer? ¿Qué es lo que te está derrumbando?-

Theodore busca su rostro , mirándose uno al otro sin temor.

-Canta.-

Hobart conoce su muy mala habilidad en tal actividad. Cantar le parecía divertido pero no tenía la voz para ello , ahora recibe este pedido tras descubrir la permanencia de ese objeto que hace años lamentaba haber perdido y ahora lo tiene Theodore en su poder.

-Si me lo pides tan serio da me avergüenza.- ríe dejando ir al gato.

La calma y el espacio personal recuperado hacen al gato exhalar más tranquilo o solo esforzándose por volver a sus cabales. Espera y esa espera viene con la exigencia por recibir cumplido su pedido.

El perro siempre es desvergonzado por el placer de incomodar a terceros con su propia voluntad de por medio como un empuje a todas las frustraciones. Verse esperado ese descaro le hace sentir más animado a otras cosas muy distintas al desentonado canto. 

Es difícil mantenerse con la cabeza clara cuando aún puede sentir al felino caliente a su toque y todo lo llama.

Todo grita cuanto los dos lo necesitaban aunque fuera incorrecto y peligroso en este lugar.

-Bien… el color de …- su cabeza hierve al estar bajo sus ojos.-No creo poder hacerlo si me miras ahora.- la vergüenza le estorba.-Que tontería.- murmura al no poder vencer a su muy inconveniente vergüenza. 

El gato rompe la distancia con él .

-Justicia.- deposita su cabeza en ese hombro.Al fin algo de justicia por cada una de las vergüenzas qué este perro le ha hecho pasar por años.

Esa venganza inofensiva hace al perro reír. Controla el calor buscando otro tipo de placer.

Esta alegría.

-Creo que sería mejor si bailará para ti , eso sí me anima.- mira al lugar.-Aunque no hay mucho espacio aquí.-

Queda en el aire la intención del perro. Es obvia.

CatNap mueve las orejas preocupado por esta intención directa. Levanta el cuerpo del suelo , subido por el perro. Toma entre las garras el hierro de este ídolo creado por sus propias manos. Puede ver al perro del otro lado como un apoyo.

No es necesario que sean dos para moverlo , se trata de los juguetes atrapados en su demencia los que merecen ser llevados con paciencia al fondo de la cueva. Volviendo ambos en ese mutismo nervioso por parte del felino tan cansado como al inicio.

-Ven.- pide el perro estirando una mano al centro de este pedazo de tierra iluminado.

El gato estira la garra y pronto se ve de pie en dos patas.

El mirar hacia abajo a DogDay le parece igual que en el pasado , es lindo.

El dolor de estos años vuelve al frente , obligando a sus orejas bajar con los ojos fijos en Hobart.

-Estoy feliz de recuperarte , Theodore.-

Se robó sus palabras. Un perro listo para llevarse aquello en sus manos y mover la cola como si mereciera un premio por su bravuconada.

El silencio acompaña un giro de parte de ambos. Añadiendo el tarareo bajo del perro.

No hay ninguna gracia ni un paso elegante. Son dos gigantes dando vueltas bajo la luz más fuerte en toda esta oscura cueva. Disfrutando de la presencia del otro en estos giros lentos.

-Estas todo mal trasquilado.- observa al perro bien , con sus orejas desprolijas y varios mechones irregulares por todo su cuerpo. Los cinturones ya no lo cubren y parece estar más muerto que vivo si no viera sus ojos brillar en la oscuridad.

Hobart no puede evitar reír con ese resentimiento bajo ni como Theodore le reclama haciendo esta travesura de tirar de sus orejas recortadas.

-Te ves muy atractivo , pareces un el fantasma vengativo.-

Hobart ríe abiertamente divertido por la comparativa y esa melodía qué intenta tararear es interrumpida por su insistente alegría. No terminaba de entender a Theodore y aún así todo era muy claro cuando no había nada del mundo con ellos. Solo Hobart , solo Theodore.

Solo ellos dos en esta luz naranja y cargada.

Solo ellos dos.

Hoy puede probar esa vergüenza que tantas veces hizo sentir al gato por años. No le responde al estar perdido dentro de su mente , en las veces que halago a este felino a sabiendas de cuanto le avergonzaba ser el objeto de su admiración.

-¿Por qué no quieres tu juguete de vuelta?- Theodore podría temer haber guardado en su estómago algo que no fuera en realidad de Hobart y solo fuera un juguete cualquiera sino fuera por el recuerdo de Hobart enseñándole el pony en los túneles hace mucho tiempo. Tan solo al conocerlo ya había recibido su confianza.

Es algo que Hobart le dijo que era importante por ser un regalo de su madre. Era algo invaluable.

Hobart lo piensa. Algo en recibir un objeto cuidado por Theodore por tanto tiempo le hacía pensar que era una especie de Adiós adelantado.

-No voy a recibir algo que parece parte de una despedida.- baja por su cuello volviendo a abrir su cierre , esto ocasiona una respuesta muy sincera por el estremecimiento del felino.-No voy a permitir que te quedes así.- 

El felino rodea su torso con los brazos , dejando al perro atrapado contra su cuerpo. Ya no tiene fuerzas para negarse a algo que deseaba hace demasiado tiempo y sus piernas no dudan en caer para volver al suelo juntos.

El ser tocado nuevamente le trae devuelta a esa niebla caliente , borrando su consciencia en un suspiro nervioso. Disfrutando lo que ocurre entre los dos y como esas manos tocan exactamente donde ḿas lo necesitaba , bajando y subiendo al aventurarse más abajo en un desafiante acto de rebeldía.

Sus garras recorren su espalda buscando dejar más de sus marcas. 

La situación con los gatos vuelve a presentarse y esas espinas son parte del juego. Las mueve hacia arriba creando una ola en el felino , bajandolas y subiendolas de golpe.

El felino le llena la mano con esa mancha pálida y caliente.Derrumbándose en sus hombros.

Una vez queda lánguido , sin más deseo que recostarse en su cuerpo , puede ronronear libremente.

-¿Estás mejor?-

 El felino asiente atrapado en esa bruma qué ciega su ojos por un momento. 

-¿No quieres llevarlo al final?- le pregunta sintiéndose tan libre al referirse a llevar más lejos todo , todo con una de sus garras sobre el cierre del pecho de este perro. 

Hobart suspira revisando su propio cierre , esto conlleva permitir que esa garra se interne en la pelusa suave y corta de su pecho. Es tan caliente y tan frío el contacto de ambos , crea un vórtice entre ambos. 

Es difícil negarse.

Debe aferrarse a su vena más responsable para responder.

-No hay tiempo , no es buena idea y no me hagas más difícil esto.- enumera y pide por último algo de su piedad. Se siente tan tembloroso como arrítmico.-Ya te vas de lado al caminar , no podemos hacer más.-

El gato levanta las orejas.

-Creí que no se notaba…- vuelve a revisar el suelo.-Mierda.-

Si se dejaran llevar sería demasiado y causaría problemas.

Las últimas toallas húmedas le parecen una condena contra su estupidez.

Limpia su mano y a Theodore también le quita algunas de las manchas de su pelaje.

-Creo que estamos siendo demasiado descuidados.- murmura el gato al sentir como el cierre es subido y vuelve a ser solo un gran gato y no la masa de nervios calientes de hace minutos.

El perro se pone de pie observando sus ojos por un lapso extenso.

Theodor toma este silencio como su oportunidad para hacer sus preguntas.

-¿Porque me quieres? Aunque no se como ser una buena persona.-  

-Me siento bien contigo.- Hobart no tiene problemas para comunicarse pero no era así de fácil encontrar cómo explicar algo serio a la primera y sin el tiempo para digerir sus propias palabras.-Me haces humano.-

-¿Cómo puedo hacer eso? Solo mira esa cosa …ellos tienen razón , no estás viendo lo que te rodea y lo que hice.-

El perro se deshace de las toallas ya usadas.

-Estoy viendo , lo entiendo y lo estoy comprendiendo.- interrumpe bajando de nuevo a su nivel al entender que este gato aun no quería moverse.-Te resiento pero no te juzgaré. No ahora.-

-Tú dijiste que sabías que no hubieras vivido …tú sabes que …soy un cobarde.-

-No estamos en esa situación. Estamos ahora en otra página , estoy aquí y aun soy humano gracias a ti.-

-No entiendo como eso tiene sentido , ¿De qué demonios hablas? ¿Te sientes humano conmigo?- apunta su propio pecho.-Hice todo esto por una mentira.-

Hobart toma sus mejillas.

-Los humanos son egoístas cuando se trata de sus intereses y de sus emociones. Lo he visto desde que era un niño y no lo comprendía , ¿Sabes porqué? Porque no había encontrado algo que me empujara a ese punto.- su felicidad es más visible al mover esa cola.-Te conocí y me dabas miedo , aún te busqué , aunque era peligroso y no te dije mi nombre porque me daba vergüenza ser un perro desafortunado y después tú sólo nos encontraste y te quise hacer solo mío pero también quería que fueran mis amigos los tuyos. He conocido el verdadero egoísmo gracias a ti , estas tonterías raras me hicieron sentir vivo.- sacude sus mejillas.-Te quería para mi y sabía que era malo por todo lo que me cruzaba la cabeza y aún así quería estar contigo. Te expuse a mi basura en la cabeza con tal de estar en la misma cama algún día…y ahora puedo pasar de largo gran parte de tus crímenes porque simplemente estoy siendo un humano egoísta.-

El gato choca sus narices.

-Esta bien.- 

-No lo está.- Hobart exhala algo de vaho.-Te mataría si te negabas a seguirme y si me traicionas otra vez…no sé qué pasará con mi cordura.- 

-Mientras la mantengas unida a tu cuerpo , todo estará bien.-

-Theodore , si me muero al bajar , lleva la bolsa contigo.-

-No voy a seguir con nada si te mueres , se acabó.- mueve las orejas relajado.-Así que no mueras.-

Hobart suspira. Saber que posiblemente está fuera una advertencia sería lo pone bajo amenaza. 

-Igualmente , gatito.-

Theodore es el primero en ponerse de pie en un movimiento rápido.

-¿Cómo es que todavía te gustó si soy un hueso con pellejo?- murmura viendo su sombra siniestra contra las rocas.

-Soy un perro. Nos gusta comer huesos.- 

El siguiente acto hace al gato recordar que es un cuadrupedo.

-¡No hagas eso!- le reclama pateando lo.

Este desgraciado le había mordió una nalga.

El reflejo fue condicionado por años de estar bajo amenaza y por la vergüenza de verse atacado por la espalda. Sumado a la saliva residual qué tuvo que presenciar por parte de la boca del perro en su pelaje.

La patada era merecida. 

-Llevaba años queriendo hacer eso.- murmura el perro doblado por la patada impactada en su estómago.

-Te lo hubieras ahorrado.- gruño Theodre con la cabeza hirviendo.

Su cola había sido arrancada y ahora siente su trasero babeado , era una sucesión de hechos demasiado molesta para él. 

-Tómalo como una recompensa para tu perro. -

-¿Cómo es posible que a este punto de nuestra vidas todavía me parezcas un raro?- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre La Guardería hay un problema serio.

Un problema que hace al gigante rojo detenerse a la orilla de los restos de la zona de abordaje del teleférico.

-¿Qué hijo de perra destrozo la única vía de salida y entrada de este mugriento montón de mierda?-

El dragón al fondo retrocede dos pasos sin hacer más que eso en respuesta a sentirse aludido por tal reclamo. No 

CandyCat a cantado una pregunta que Boxy se hacía , llevada al extremo de lo soez como siempre , haciéndolo salir de sus pensamientos.

Voltea atrás , a donde ese gragon le observa en las vías del tren.

Es peligroso parecer perdidos.

Busca una forma de seguir adelante. Algo que pudiera ayudarlo a él y a los otros sobrevivientes que confían en él.

-Lagarto.- lo llama , lleva por debajo de uno de sus brazos la caja con CabdyCat , volviendo por sus pasos.-¿Te peleaste con tus amigos? ¿Qué es lo que haces aqui? ¿Porque parece que llevas horas llorando?-

Este dragón se abstiene de responder. Retrocediendo entre gruñidos.

Boxy va por el tren. Con su cuerpo lo golpea arrancando todo un vagon de asientos.

El cajón rueda fiera de las vías.

-Vamos , todos busquen cobijas y almohadones.-les ordena a todos los juguetes.

Uno por uno comienzan a correr y trepar.

-También cinta adhesiva , necesitaremos mucha cinta adhesiva.-

El dragón los mira correr y buscar.

Algunos regresan con ambas cosas en pequeñas cantidades.

Los Bunzo comienzan a unir almohadas y cobijas a una montón más. 

Con las órdenes de Boxy , estas uniones pronto se convierten y pueden ver como un gran tapete toma forma con la cinta de promedio con algunas cuerdas.

A primer gran tapete lo carga y empuja al fondo creando un montículo desigual entre paredes y suelo.

El siguiente es para el techo del interior.

-Estas haciendo una caja de huevos. -

Boxy ignora la voz del dragón.

Bastante impresionado por como lentamente ese tren era vuelto una caja de supermercado.

  -Solo un estúpido haría un ascensor sin pensar en esto.-

 

 

 

 

 

Bajo las sombras existe un eco creado por las ventilas conectadas con La Guardería.

Es música.

Llega por encima de sus cabezas y entre las estalactitas.

Bajo estas la figura de la rata es iluminada por las olas de humo rojo coloreando lo que fue un lugar pálido a un mar de sangre.

La cabeza de este roedor gira.Encuentra a ese gigante de varios colores al fondo de los montículos de cadáveres.

-Tú nunca fuiste estúpido.- señala esta rata caminando por dennajo del carmen de los tubos.

El único de los ocho qué va a dónde quiere sin compañía , acompañado por la etiqueta de estúpido al igual que ese gran gato deforme.

Otro maldito felino.

La criatura sobre los muertos le vigila.no se mueve y es solo por la misma razón que vigila desde esta altura.

Los humanos del exterior llegaron a las puertas del infierno. Tiembla ansioso por comerlos.

Arrancar cada parte de sus cuerpos de un mordisco.

Al mismo tiempo una sensación territorial le advierte de un peligro. Una sensación confusa al ser esa rata en el fondo del lugar la razón de su inquietud.

Era el más estúpido y descuidado de todos los niños , no tenía sentido pensar de él como lo haría de un enemigo igual a la oveja o la chica azul.

Vuelve a mirar a la avanzada humana.

La señal para atacar , se a retrasado por parte del doctor y el prototipo , no les escucha hace días.

La orden es no atacar , si llegara a desobedecer se vería castigado.

Si esto continua significa que mataron al prototipo y no solo a CatNap.

Su miserable compañero aún no regresa. No sabe donde esta parado y nadie tiene nada que sea útil.

Su cola se mueve por debajo de su gran melena de colores arcoiris. Sacude todo su pelaje ,su grueso e impenetrable pelaje.

Su boca se abre en un gran bostezo profundo.

Vuelve a dormir acostandose en este montículo.

Vigila por última vez a los humanos armados en esa zona peligrosa.

 

Dejando de lado la sospecha creciente por la figura de esa rata más cerca del cuerpo que se supone era solo para 1006.

 

 

 

En otra zona de la cueva exterior esa música es audible. Con Feelling Good , una melodía conocida y bien recibida en distintos ambientes y reuniones , solo les eriza la piel en este caso.

Los humanos , los policías , pueden escucharla y llenarse de un estremecimiento similar a descubrirse en la casa de alguien cuando solo revisaban un baldío. Es una melodía conocida.

Es música alegre en una maldita cueva con construcciones de alto consumo eléctrico bajo tierra.

Un par de oficiales toman un descanso dentro de sus trajes de plástico blanco. Sentándose en unas rocas bajo la luz que cambió y ahora ven llenarse de una cosa de aspecto extremadamente tóxico.

Es como una escena del libro de la guerra de los mundos.

-¿Qué se supone que hagamos si no queremos seguir con esto?- les pregunta un oficial a los que encabezan la investigación. 

Estos no se encuentran mejor dentro de esos trajes poco ventilados y calientes por el cambio de también te cerca de esta fábrica.

-Deberíamos regresar.- admite.

Los oficiales ,que antes tenían un gran guión para quejarse por permanecer en este lugar , lebçvamtran las cabezas al verse escuchadas sus quejas.

Es natural mejorar la actitud , sobre todo en trabajos en extremo demandantes , al ser puestos en cuenta de sorpresa. Este reconocimiento de sus necesidades no es tan comun y les afecta .

-No , si es necesario , podemos seguir.- le asegura avergonzandose por mostrar esta reticencia.

El líder , quién encabeza esta avanzada , exhala profundo fijando sus ojos en un objeto bajo su bota.

Un cráneo pequeño.

No uno de grande ni desarrollado.

Su bota acaba de aplastar un cráneo pequeño como el de su hijo de tres años.

Esta sensación frágil lleno sus huesos con hielo diluido.

Lo despertó.

Lo hace abrir los opjpos y ver el lugar al que estaban entrando.

La cueva , la sangre , la fábrica de concreto frente a ellos.

Los restos humanos y estos juguetes con sangre.

Ahora la prueba de un niño muerto en este lugar… todo le grita que se vaya a casa a ver las caricaturas con su hijo y dejarlo colorear una vez más sus documentos. 

Aquí vuelva con su familia y haga ese viaje de cinco horas en carretera para abrazar a sus padres.

Debe regresar , irse ahora.

Aquí no hay nada para él que lo tiene todo en su hogar.

Finge no haber encontrado estos restos , todo para irse.

 -Vamos a retroceder y enviar a dos grupos más preparados.- les da la orden adelantando tres pasos por cada zancada decidida qué da con los ojos decididos a encontrar la salida.

El grupo parece confundido. Unos cuantos se quedan a preparar el espacio para una campaña que vendría después de ellos.

Eran 45 oficiales , dividiendose a 15 en retirada y 30 en el lugar.

 

 

Yarnaby observó esto , baja del montículo a dar la alerta al resto de los hambrientos habitantes del sótano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las oficinas de La Guardería.

El perro y el gato volvieron con el grupo.Esta vez el silencio no es tan agradable.

Esos diez minutos fueron treinta y ya estaban doblemente retrasados.

Hoppy aún observa al exterior con desconfianza. El plan es recontado entre todos.

Bajar. Encontrar la dinamita y ver que pasa antes de acabar con la vida de cualquier enemigo que se niegue a unirse o intente matarlos aunque ya les explixaran la situación.

-Bueno , somos los invasores hoy.- murmura Niko.-Suele ser alrevees , ¿No , viejo?-

El mencionado lo mira con el ceño fruncido.

-Touche.-

El grupo deja las oficinas moviéndose por encima de los escombros. Pisando con cuidado de no verse tragado por el fondo desprolija.

Cosa que le sucedió al primer paso a Bubba y el perro tuvo que ayudarlo a bajar este montículo con su pata sobre los hombros.

Theodore tiene muchas dudas sobre ese elefante. Desde hace un año y puede que desde que lo conoció hace once años. Un chico raro y siempre cambiante. Tan leal como sospechoso. Nunca parecía estar haciendo o pensando exactamente lo que decía.

Ahora , entendiendo otra de las espinas en la mente de ese tipo y en Hobart , sigue preocupado por el camino que tomaría su destino.

Esa ave negra al final del grupo parece tan perdida como él , mirándolo de soslayo antes de volver a fijarse en el camino.

-¿Entonces ustedes no se llevan bien?- cuestiona en voz baja.

El ave no esperaba ser abordado por él. No por el gato.

-Simon no te quemo esa vez , ¿Porque no lo aclaraste?-

Tema viejo , muy viejo y problemático. Algo que lleva años atrapado en su cabeza.

CatNap mueve las orejas de arriba abajo , mostrando un par de ojos brillantes al acercarse un gran paso al ave.

-Porque nadie me pregunto y después era información inútil.-

Poe sujeta sus antebrazos. No discute más. No con este gato más bien busca respuestas a algo más importante.

-¿Quienes son estos humanos? ¿Cómo es que DogDay llegó con ellos?-

-Yo tampoco lo se.-

Poe deja salir un hondo suspiro.

-La información no era la inútil , veo.-

CatNap sacude la cola ante el insulto.

El perro llegó a su encuentro interrumpiendo cualquier discusión al ponerse entre ellos.

-Sobre los de abajo, ¿Qué sabes sobre un dinosaurio?-

El cuervo perdió unas plumas.

-¿Por qué la pregunta?-

-Necesito saber sobre él.- responde tranquilo.

Ese dinosaurio los seguía de lejos. 

Escondido entre los restos de La Guardería y el fuego.

-¿Y bien?-

-No debemos quedarnos solos con él ni con Yarnaby. Siempre vamos de dos en dos.-

-¿Hay otro?-

-Hay muchos pero están dentro de las celdas y a ese lugar no entramos ninguno de nosotros.-

CatNap recuerda poco del exterior de las celdas , solo sus zonas de descanso y los laboratorios.

Pasillos extensos y puertas de hierro.

Lo llevaban por zonas muy sucias al encontrarse con Dios y más aún eran las zonas oscuras sin forma alguna. Las celdas eran extensas y repartidas entre las agradables y las sucias. Las pesadillas para los castigados y las carnicerías para los desechados.

Los laboratorios donde los deformaban.

Obedecer les daba una celda más iluminada y falta de cualquier comodidad que fuera más allá de no tener goteras o un drenaje sobre sus cabezas.

De verdad su grupo , los sonrientes , fueron los consentidos por mucho tiempo.

Obedecer , perder sus dignidad y aquello que los unía con otras criaturas al bajar la cabeza y resistir toda tortura posible les pago con celdas limpias y un trato más parecido a criar una alimaña de bolsillo.

Trato que las rebeldes pesadillas no recibieron al ser demasiado jóvenes para entender algo como eso a tiempo.

Quizás si Hobart hubiera estado presente sus relaciones serían muy diferentes.

Estos niños no se hubieran vuelto tan vulnerables con Dios … no los hubiera preferido.

¿Porque este pájaro vino buscando a Hobart? 

Theodore pisa un pedazo de madera que cruje por su peso.

Lo mira con su garra.

Es un muñeco de madera móvil con la figura de CraftyCorn. Su cuerno se rompió y ahora es una astilla filosa.

¿Qué sería de todos si hoy su perro no estuviera aquí con estos humanos? 

 ¿Cuánto más podría haber durado esta creciente locura? 

-Theodore , Vamonos.-

Este felino le da otra mirada.

-Tú tienes sus collares.- 

El perro mueve la cabeza aceptando la sustracción de esos tres collares de manos del gato.

-Vamos , rápido.- le llama de nuevo.

El gato suspira volviendo al camino.

Es más claro que hace dos segundos.

Tendrían que bajar y enfrentar ese mundo de sombras.

 

La plataforma del ascensor les recibe con ese aire cargado de humo y ceniza , residuos de la explosión anterior y el fuego provocado por el humo encendido.

-Nos dividiremos en dos para poder bajar , ¿Quienes quieren bajar primero?- les pregunta Poppy en un llamado serio.

-Qué bajen primero solo criaturas.-opina Huggy , solo podía imaginarse a Henry hecho filete por alguna criatura del sótano.

 Henry no parece estar en desacuerdo pero tampoco lo decide.

-Qué sea repartido.- apunta.-No podemos ser demasiados aquí y pocos abajo.-

-Mitad y mitad.- opina Bubba.

Hoppy revisa el estado de los humanos.-Ellos o deben bajar de segundo.-

-Irán primero con CatNap , Huggy y yo. Kissy y Poppy pueden bajar con nosotros.-

El sentido de esta división …era extraña y a la vez lógica para quienes no sabían de la falta del humo en el gato.

El perro está preocupado por los humanos y ese dinosaurio. Sumándose el dragón mencionado por Hoppy. Dragón que no está a la vista.

No puede arriesgar al ingeniero ni a Ryan. Resultando en dejar a Poppy bajar primero y dejar a los más fuertes de segundo.

 -Carl , aquí.- lo llama.

El ave escucha pero tarda en moverse al notar la incomodidad del resto.

-¿Por qué deberían ir ustedes primero?- Bubba lo pregunta en un tono austero.

Los humanos , más frustrados que al inicio después de esperar otra vez a ese par , mantienen el silencio para ver cómo se desarrolla la escena.

-Pueden esconderse en caso de una emboscada y alguno de nosotros sea atrapado. Ustedes bajaran cuando estemos peleando o muriendo y se romperá el control con el nuevo avance.-

Huggy rasca su barriga en un gesto molesto. Sonaba en muchas formas…como algo que le dice que estaría mejor muerto.

-Un escenario claramente negativo . Violento y con todo en contra , donde seguramente el negro morirá primero.- 

Niko bufa al escuchar el gruñido de Bubba.

Lentamente las miradas se reparten entre él y Poe.

El ave levanta los hombros volviendo a vigilar la plataforma.

-Es lo más cercano a lo que posiblemente suceda. Excepto lo de ustedes dos, Henry es más lento. - les aclara el perro.-Lo pienso y cálculo según lo que recuerdo del lugar.-

Henry presiente qué fue ofendido una vez más. 

-La plataforma y la sala superior están conectadas con la cueva y los techos son altos como para ocultar a más de uno de nosotros.-

-¿Sigues comparándolos con nosotros?-

-Habló de cómo los enviaría yo.-

Carl descubre cual era la razón por la cual perdieron aún estando en su terreno los sonrientes en aquella afrenta. 

-No.- Poe lo llama con el ceño fruncido.-Solo uno de nosotros hace eso de planear. La mayoría aún no aprendemos a pelear, solo somos grandes.-

Hoppy lo corrobora. Aquella derrota en su historia es basada en la superioridad física de esos chicos.

-El resto es grande y lo saben.- agrega Hoppy.-No necesitan esconderse , no cuando nos superan en estatura y peso.-

El resentimiento flota al fondo de la mente de Hoppy , solo recordando como ese pájaro destruyó Dulce Hogar cazando a Kickin.

DogDay Suspira. Debe pensar en más de lo que no le han dicho por concentrarse en temas personales…muy personales.

-¿Crees que tus amigos me permitan hablar con ellos?-

Poe piensa y niega moviendo la cabeza.

-Entonces te lo encargo.- decide relegar la tarea. 

-No voy a traicionarlos-

El perro niega. 

-Trata de convencerlos de venir con nosotros o de no intervenir. Cualquiera de las dos nos viene bien y asegura su escape pero si nos confrontan el resultado es negativo para todos y no hablo solo de nuestro grupo.- 

Poe esta vez asiente nervioso.

-Solo piensa en lo mejor para ellos.- le recomienda DogDay al verlo aun dudar.-Toma fueras de saber lo que es correcto.-

 

Tras una conversación dispersa, se decide como dividir el grupo. 

Kissy al igual que Poppy , confían la tarea de bajar la plataforma a Hoppy y Bubba. Dejando a Huggy como un compañero. 

Los dos les miran bajar. Sabiendo de la presencia de un humano entre los dos.

Ese anciano de aspecto cansino y coleta larga. Revisa su chaqueta habiendo evitado bajar con los primeros dos humanos, qué aún parecen confundidos por su decisión de último minuto.

-No tengan miedo. Solo vamos a dejar que nos de un saludo.- les tranquiliza a ambos.

Huggy , quién se quedó por una señal rara de Henry , revisa el lugar.

-Entonces no lo imaginaba.- murmura molesto.

Los tres giran al escuchar lo que él .

Un piano llegando por sus espaldas. Sin parecer demasiado molesto por verse descubierto.

Tan grande como Bubba.

Hoppy abraza la alfombra como un acto de consuelo propio.

-No se si podamos contra eso.- la molestia de Bubba es grande. Ese tipo era duro y su cuerpo resistente. Era uno de los demonios atrapados solo por el humo de CatNap.

-Los de abajo deben creer que CatNap esta muerto.-

-No podemos seguir si esa cosa está a nuestras espaldas.-  

Huggy apenas logra no delatar el secreto , evitando reírse de la situación.

-Veremos que hacer cuando llegue el último de nosotros.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

¡Mañana sale el juego y no puedo estar más emocionada! ¡ME MUERO DE EMOCIÓN!
Aunque CatNap o los otros sonrientes parezcan no salir , es emocionante.

Ya más personal el tema
¿Les puedo decir algo y no se enojan?

CatNap no fue mi favorito ni me gustaba que el enemigo fuera un gato. Me parecía algo quemado , jejeje
Ya después mi opinión cambió al conocer mejor al personaje , canon , y su profundidad.
Como se entregó a la muerte y no fue cobarde como otros enemigos en juegos he historias ya contadas , lo adore en ese instante y todo lo que vi cambió totalmente para mí.

Adoro a CatNap y a DogDay .
DogDay , canon, es interesante en una forma complicada ¿Lo mantenía vivo como comida y castigo? ¿Entonces porque no les daba también los otros cuerpos si alimentarlos es lo que deseaba? ¿Qué fue lo que hizo?

Muchas cosas que me hacían preguntareme más sobre ellos.

Esta historia viene de una pesadilla muy fuerte.

Un sueño muy realista y jodido donde tuve un miedo igual a ser rosada por un camión en movimiento , tanto miedo que me puso a escribir en cuanto desperté y me hizo tardar un par de meses en soltarla de archivos.

 

Así que en resumen , gracias por leer y regalarle su tiempo a la historia 💕

Chapter 101

Summary:

Si sienten que algo está mal pueden ir a estos capítulos
1 – 3 – 12 – 27
Con los acontecimientos de estos episodios , este capitulo les será mucho más digerible en su lógica.
Dado que quieran encontrarle lógica a cosas sin respuestas en aquel momento.
Y si no, todo bien. Esto se puede leer sin problemas

Notes:

Hola , buenas tardes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1972

En el infierno de PlayTime

 

 

 

 

 

 

Sus rodillas se doblan cayendo de frente al suelo.

 

-¡Es tu primer día , ¿Cómo puedes hacer este espectáculo?!- 

-¡¡Daniels , levántate ahora , deja de actuar!!-

Algún idiota decidió tocar su cuello y puede que fuera para levantarlo pero el dorso de su puño toco por error su cuello.

-Mierda … el tipo si está en problemas.- les avisa al sentir su cuerpo ardiendo.

 -¡Llevenlo al ala médica , ahora!- 

Suben al trabajador a una camilla. Llevándolo entre tres personas a un lugar diferente a esta zona tan ruidosa.

Tantos gritos que era imposible solo escuchar su propia respiración.

Lo llevan , no sabe a donde ni puede hacer algo por mantenerse estable o pelear una vez que descubre que no es al exterior sino al interior. Lo llevan más adentro de este horrible lugar. 

Sacude la cabeza pero solo es una pérdida más grande en su capacidad visual la recompensa.

Su espalda tiene contacto con una mesa al dejarlo en una camilla de alguna enfermería.

-Por un…carajo.- exclamó girándose de costado. Su cabello recién cortado se pega a su frente , suda profusamente en frío.

Sujeta su pecho , lugar donde aún la pelea personal de hace semanas le causan dolor psicológico , necesita respirar pero solo es un tipo de costado con un nudo en el estómago y el eco de aquello que lo aterró resonando en sus tímpanos.

 

Entre la bruma puede divisarse una figura acercándose a su lugar. Viste de blanco.

-¿Por qué nadie ha atendido a este chico?- cuestiona la voz de un hombre mayor.

Tardan al menos unos dos minutos en responder y eso le hace saber que este tiempo de crisis , simplemente le estuvieron ignorando.

-Estamos ocupados.- responde algún médico.

El hombre en cuestión les sonríe metiendo las manos en los bolsillos de su bata.

-Creo que tu paciente debe estar seguro de eso.-

El médico toma sus notas y abandona la sala médica con un bufido molesto.

Esa bata se sacude al paso de ese hombre , dejándolo solo con este hombre y su risa burlona.

-No eres tan rudo como te ves.- es lo primero que decide decirle.

-Es porque soy indio / nunca creí que los indios tuvieran la capacidad de asutarse.-

El joven en la camilla levanta la cabeza con una mueca fastidiada. 

Ese médico le sonríe al verlo casi verde y azul por el ataque y el impedimento de llegada de oxígeno , añadiendo otros problemas a su estado , como la saliva excesiva y la arritmia pesaroso.

-No sé a quién impresionaste allá arriba pero lo hiciste demasiado bien. Te han creído el tipo de mierda qué suelen incluir entre mis camaradas.- camina hacia el mueble de medicamentos.-Los pimpollos no sirven para nada en este piso.- entre los botes hay varios mercados de distintos colores y códigos sin más que eso para identificarlos. 

Todo buscando un mayor control en los trabajadores qué pudieran pensar en usar algún medicamento para alejarse de su rutina laboral.

Cosa que pronto es amenazada.

Todo por la elección de este médico por tomar la caja de sobres de té de hoja de betabel en vez del placebo tranquilizante de la botella de plástico.

Permite y por costumbre , conseguida a costas de su cordura y humanidad , el ignorar al joven luchando por conservar la conciencia al empeorar el problema un grito infantil muy cercano a su lugar.

-Hacemos el procedimiento sin anestesia para acelerar el funcionamiento de las células.- le comparte esta información como un solo pase.-Las secuelas suelen ser pasables y pronto no les queda ninguna dolencia.- toma agua caliente del expendedor en un vaso de plástico.

Contrario a lo usual sus manos no colocan la bolsita de té sino abre una tirando del hilo poco justo. Voltea el interior en el vaso , revolviendo con la cuchara hasta ver este polvo convertirse en una linda bebida carmín y especial

Tan bonita y brillante como la sangre.

Vuelve con el joven , entrega este vaso.

-Ten , tomate un té.- se lo dice ya esperando verlo beber y dejar vacío el vaso.

El joven toma el vaso y lo lleva a sus labios para curar el dolor en su garganta.

El joven se quedó con un trago en la boca.

Lo devuelve escupiendo en el suelo y ese vaso lo lanza contra la bata del doctor.

Este mira su ropa llena de rojo , tan solo levantando una ceja con una sonrisa ladina como acompañante de una risotada impresionada.

-Ahí está. La ardiente sangre de un indígena en acción.- se saca la corbata con un tirón rápido.-¿Por ofenderte me arrancarás la ropa y jugarás con mi piel? ¿A un pequeño lobo se le antoja una silla de montar?- ríe burlándose de su propia analogía sacada de películas de vaqueros.-Seguramente la piel de un cara pálida le traerá valor a tu nombre , lobito.- 

El joven endereza la espalda abandonando la camilla para ponerse de pie. Todo es cargado con el pesar y el coro lejano de dolor como parte de su propio sufrimiento.

El médico ahora debe mirar hacia arriba al joven y su tez mejorada ante un reto…no , más bien se ve obligado a responder a un estímulo que digiere como un peligro inminente.

El peligro y el dolor suelen ser las mejores formas de estimular el crecimiento de una mente , de un ser vivo arrancar su mayor potencial conlleva cometer más de unos tantos delitos contra la propia humanidad.

-Disculpa.- exhala al tranquilizarse tras este arrebato provocado. Limpia con su corbata la bebida en su rostro.-Me excedí.-

El joven le mira de arriba abajo sin ocultar cuánto le molestaba su comportamiento retorcido. Esos gritos continúan y sus manos son más sinceras que su cara llena de furia al ser atacado con una droga. Cubre sus oídos con fuerza.

El sabor y la reacción de su cuerpo en abstinencia dicen claramente cuán cargado de psicotrópicos estaba ese trago. Es un nuevo trabajador en un piso bajo tierra y lleno de gritos. Su propia voz podría unirse de no controlar cómo se movían a su alrededor los trabajadores con mucha más experiencia.

-Disculpa , nuevamente , te pido perdón por extralimitarme.- inclina la cabeza volviendo a la mesa. Le trae la caja de té.-Te seré directo.- le muestra un sobre de té .

-Eso es-

-Es nuestro boleto de salida y si tu lo quieres , también un buen fajo de billetes para tu retiro.-

El joven tomó de sus manos este sobre. El interior huele a amargo , es floral , claro que es floral pero no de buena manera. Pesa , es extraño en el sentido de la contrariedad dulzona y la fuerte presencia de un químico raro.

-¿Qué diablos querías darme , Doc?- su actitud se relaja.

No por estar hablando ni por qué el sonido fuera menor.

Todo es igual.

Las paredes vibran por los gritos. Las voces suplican

Las luces parpadean por la maquinaria en el exterior. Los golpes dados a las criaturas pequeñas son aún audibles.

Esa calma es extraña.

Es cómoda.

El médico puede ver cómo sus pupilas mejoran y recarga el cuerpo en la camilla con ese sobre en su puño oculto.

-Es extracto de amapolas. Algo más allá de lo que te podrías imaginar.- guarda esa caja devuelta en el mueble.-Algo que solo te muestro a ti hoy.-

Quiere algo. 

No es necesario ser demasiado inteligente para saber que este hombre quería algo de él . Lo preocupante es la forma en la que se vio puesto en esta situación.

-¿Qué es?- cuestionó guardando ese sobre en su bolsillo.

-¿Qué es qué?- le responde más natural con las cejas elevadas y fingiéndose ignorante.

El joven le apunta a la cara seguido de sujetar el pecho de su bata , esto lo eleva unos centímetros del suelo obligándolo a pisar de puntillas para no perder contacto con el suelo. Lo increpa acercando el rostro al contrario.

-No te hagas el tonto , ¿Qué quieres de mí?- pregunta arrastrando la voz por culpa de la somnolencia de esta medicina. Tan solo el toque con su boca había logrado que esa droga le afectará , era demasiado fuerte.

El médico vuelve a mirarlo sin esa sonrisa anterior después de haber volteado la cara al ser sujetado por este joven demasiado alto. El frío en sus ojos es acompañado por la oscuridad.

Sus ojos más muertos que los cadáveres en las bolsas llevadas a las jaulas , le miran directamente acompañados por la cansina depresión gris bajo sus ojos. 

La inteligencia dentro de esos bloques de hielo son un golpe fuerte.

-Quiero irme vivo de esta fábrica , igual que tú.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1984

 

 

-Porfavor ,esto es para mi amiga. Su cabello se está quebrando y parece enferma ¿Podrían traer eso para ella? Estoy seguro de que la harían muy feliz si la ayudaran.- su petición viene con la entrega de un papel escrito por su amigo.

La niñera tomó esta nota. El nombre de productos en el papel le hace detenerse en el aceite de coco y el argán. Suspira pasando la mano por su liso cabello atado en aquella coleta.

Vuelve a mirar a ese niño de sonrisa tensa y aspecto ansioso.

-Esta bien. Ya hablaremos con los otros para que los traigan el lunes.- le asegura esto sonriendo al guardar ese papel en su falda.

El niño levanta las cejas al ser aceptado su pedido. Sonriendo alegre da un paso atrás al verla ponerse de pie después de haber doblado las rodillas a su nivel.

-Gracias , a mi amiga le hará muy feliz su ayuda.-agradece juntando las manos frente a ella.

Este gesto tan sutil eleva el ego de la niñera.

-Tú no te preocupes , mejor concéntrate en la escuela y en jugar mucho para que los doctores sepan que eres un buen niño.- mueve las manos despidiéndose del niño.

Este se queda en este tramo de la casa por un segundo , su sonrisa muere lentamente al estar en este pasillo solitario. Sigue los pasos de la niñera , cuidando de no hacer ruido al hacerlo , la vigila por el pasillo manteniéndose apartado sin esconderse.

Ella llega a la oficina de los cuidadores. Tirando ese papel a un bote de basura sin parase a dar una segunda mirada al basurero.

El niño baja los hombros sin más expresión al retirarse directamente al ala de su grupo.

No van a ayudarlos.

Dentro los niños juegan o hablan entre ellos de forma dispersa.

Su habitación aún está cubierta por la desesperación de sus conocidos. Incluida la niña que sostiene un cuaderno de dibujo en sus rodillas y solo le mira de soslayo al llegar.

-Ya se ve peor.- avisa la niña sentada en la puerta.-Se le cae como tierra.- murmura hundiendo la nariz en su cuaderno.,

El niño no la dejó en el pasillo. La carga en su hombro y gira obligando a reírse a esta niña tan nerviosa.

-Ya veremos que hacer , no te preocupes.- la consuela al dejarla tirada en el suelo de la habitación.

Dentro la situación es frustrante.

Su amiga es un bulto en su cama y su cuerpo cubierto por una cobija tiembla al llorar contra su almohada.

-Creo que la medicina que nos dan le está haciendo eso.- acusa nada más lo ve la niña que la acompaña sentada en su cama.-No volveremos a tomar nada que nos den , los morderé y les voy a romper la nariz con una silla.- declara levantando los puños sobre su cabeza.

A su lado el bajito niño rubio la acompaña en sus reclamos.

-Hay que tirarlos por las escaleras y obligarlos a que nos saquemos de este lugar ¡Quieran o no , nos largamos!-

Una niña en otra cama parece de acuerdo y sus manos ya están armadas con un pedazo de vidrio.

El niño recién llegado busca al último del grupo.

Este mira un libro de historia sin meterse más allá de parecer de acuerdo en su mutismo.

El niño levanta las manos.

-No vamos a pelear con ellos. - les corrige cerrando la puerta de la habitación.

-¡Mira a …a…- la niña en la cama busca en su memoria el nombre de su amiga en el bulto de cobijas.-Bobby…creó…¡El cabello de Bobby se está destrozando y parece tierra!- grita furiosa.

-Deben ser esas pastillas asquerosas.- agrega el rubio.

-No vamos a pelearnos con ellos.- les recuerda una vez más.-Ellos controlan la comida , el tiempo que podemos movernos y este lugar está plagado de cámaras ¡Y estamos bajo tierra , no hay salida qué no se habrá solo por ellos!- su humor cayó rápido al enumerar los peores puntos que sufrían en su destruido plan de huida retrasado hasta llegar a este nuevo orfanato.

La niña no acepta sus razones y como antes , le reta.

- ¡¿Entonces qué hacemos , Dog?!- le pregunta el niño rubio.-Mis uñas se están cayendo y a Hoppy le sangra la nariz ¡Qué se supone que hagamos!-

El niño siente la mirada de todos sobre él. Incluido su amigo mayor desde el suelo. 

Quieren su ayuda y respuesta.

-El polvo daña a Hoppy , tú tienes que comer bien.- sus manos suben hasta su cabeza.-No sé qué hacer.- murmura cayendo en el mundo que lo estaba alcanzando como cuerda de cazador.

No hay verjas que cortar , muros que cavar , personas a las que sobornar o siquiera alcance para esquivar las cámaras. El teleférico es imposible de usar sin llamar la atención y en la zona de juegos el problema radica en los trabajadores dispersos por todo el lugar.

Estaban atrapados y nadie , ni siquiera los visitantes , los escuchaban y por lo visto ....a los necios los desaparecen.

Su pequeña amiga rubia corre a sujetar su brazo entre gritos quejosos.

-¡Tu siempre sabes que hacer! ¡¡Haz algo , haz algo!!- el reclamo es acompaña por pisadas en el suelo.-¡¡Tienes que hacer algo , piensa hermanito!!- sus quejas y esos saltos cargados por la molestia y el mal humor la colorea de un muy fuerte rojo.-Tengo mucho miedo ,ya no quiero seguir aquí.- 

Le está haciendo un berrinche. Está cansada.

Esto le trae el recuerdo de algo muy profundo en su memoria.

Aquella única vez que pudo sentir el golpe de los pies de sus hermanos dentro de esa enorme barriga en su madre. Una experiencia acompañada por la risa de ella y una broma :  

“Están haciendo berrinche porque no les haces caso , ¿Puedes creer que ya saben que eres su hermano mayor?” 

Esas palabras le hicieron feliz ,ahora le traen un fuerte miedo al cuerpo.Esta era mucha responsabilidad.

Le estaba asustando no saber qué hacer y eso daba mucho miedo.

-Crafty…-le mira y sonríe demasiado tenso para saber que decirle a todos. Estaba en problemas y aunque lo deseaba , no sabía cómo ayudarlos.

 La niña bajo las cobijas solloza.

-Me pica…me pica mucho la cabeza.-

El niño y la niña en la cama rápido las descubren.

-Ya no debes rascarte , hablamos de esto.- le corrige la niña sujetando sus manos.

Las uñas de la niña están llenas de sangre. Se estaba rascando el cuero cabelludo con mucha fuerza.

Su cabello , antes esponjoso y bonito , parece desmoronarse solo. Quebradizo y reseco cae por sus hombros como las piezas de las hojas de árboles , derramándose las brutas de su cabello desecho en la almohada. 

La niña ya perdió una ceja y su rostro ha caído por la tristeza.

El niño suspira abrazándola. El cabello antes esponjoso de su amiga se rosa con su rostro derrumbándose como la arena.

La niña lo recibe entre lágrimas. La sangre bajó sus uñas muestra cuánto de esta situación le hacía daño. El cabello de Bobby era lindo , era peinado por su mamá y después por este niño.

Perderlo le hacía sentirse más sola y lejos del recuerdo de su madre y sus manos gentiles pasando un peine por su cabello , cada vez más sola en este lugar que huele tanto a encierro y tierra.

Hoppy continúa enumerando y compartiendo la retórica de su situación.

-Si no es la medicina ¿Qué puede ser? Bobby estaba bien antes de que entráramos y ahora su pelo se cae y está más delgada ¿Que se supone que hagamos?- le pregunta al último.

Espera a que la niña lo suelte para enderezarse y retroceder con una sonrisa confiada.

-No se preocupen , ya pensé en que hacer.- lo anunció con una mano sobre su pecho.-Voy a hacer algo , mientras …coman lo que dejaron antes y quédense aquí.-

Retrocede escuchando la insistencia de sus amigos por escuchar aquel plan que aseguró poseer. Dejando atrás al cuarto , corre despidiéndose de ellos con leves excusas.

Sus pasos van de ese ánimo acelerado a un lento paseo directo a una esquina oculta por un mueble alto del sótano de Dulce Hogar , chocando sus manos contra esta pared.

Respira abriendo los ojos al exceso , la garganta seca y el frío aire aceleran el pulso bajo la piel. Expulsando un torrente de sangre por la nariz y boca.

El aire es muy seco.

No es como en aquel lugar ni en Los Ángeles con su salinidad contaminada.

Es seco y su cabeza se siente pesada desde que llegaron.

Bubba mencionó que podría ser por la presión atmosférica o algo parecido a estar más abajo de lo normal.

Aunque de nada le sirve saber esto.

 Sus manos suben por su cuello a la cabeza , llegando nuevamente a la pared donde choca su frente contra el papel tapiz , repitiendo ese impacto tantas veces como las dudas le hacen temblar visiblemente.

Choca y golpea su cabeza sin hacer más ruido aparte del impacto.

 -Necesito ayuda , ayuda …porfavor …solo necesito su ayuda.- lamenta pegando la frente contra la pared una última vez. Sacude los hombros y deja esa esquina acomodando su cabello para cubrir los impactos en su cabeza.

Respira.

 Respira.

Aún puede respirar.

 Corre de nuevo por la casa a la salida.

Busca lo que sea que le pueda ser útil.

Algunos niños fueron reunidos en el jardín por un cuidador con silbato.

-¡Ahora , niños! ¡Vamos a completar el baile!-les dicta después de soplar el silbato.

Este niño les observa temblar al seguir los movimientos del cuidador. Una actividad de ejercicio muy diferente a las pruebas hechas en otros ejercicios físicos.

Observa al cuidador hacer movimientos acartonados lentos para ser seguido por los niños.

Los visitantes disfrutan de esta actividad.

El niño ve algo útil en esto.

Una muñeca masculina adornada por un reloj brillante.

Su decisión debería ser más inteligente y evitar que estas personas lo atrapará por alho tan estúpido. Más se ve incapaz de resistirse a la desesperación por conseguir ese objeto.

Tomando el camino más difícil como última advertencia de su interior para evitar la desgracia de ser descubierto demasiado pronto.

Corre al centro del grupo infantil y empuja al cuidador.

Los visitantes y el mismo cuidador se ven sorprendidos. Más al ser este chico tan atrevido como para tomar las muñecas del cuidador y hacerlo girar con él.

Está bailando.

Las risas de algunos llegan a oídos del avergonzado cuidador.

Este niño lo deja ir para moverse a tomar la mano de un niño más cerca de las visitas. 

Este levanta la mirada sorprendido por esta sacudida.

El baile guindado por saltos lo lleva a empujar al resto a moverse.

Esto podría ser un problema de no ser por la risa del chico.

-No seas miedoso, salta más alto.- lo anima al mover lo con el ritmo de la música que no era lo suficientemente activa pero este baile lo lleva a otro ritmo.

Su risa y como pasa de niño a niña , bailando y riéndose con ellos comienza a cambiar sus emociones muy lentamente.

Los afecta como carga a unos sobre sus hombros y gira dejándolos para tomar la mano del siguiente y girar.

Las visitas disfrutan del espectáculo parecido a una fiesta y no el anterior ejercicio.

Lo logra.

Llegó a acercarse a ese hombre y al poner en sus manos la mano de su compañera y no de otro niño este se distrae riendo cómplice con su pareja. Lo distrajo y el niño puede arrebatar el reloj con un tirón al seguro y llevarlo a su bolsillo.

 

 

Este reloj llegó a manos de un trabajador de limpieza.

El niño suda y lo mira nervioso.

-Te robaste algo muy caro ,Niño.-

-¿Podrías ayudarnos?- le pregunta esquivando la acusación 

-No , por esto.- le tira el reloj al rostro sin cuidado.

El niño cerró los ojos y tomó su mejilla impactada por este metal pesado. En el suelo el reloj se queda brillando por cada manecilla reluciendo por sus manecillas de material brillante y cristalino.

-A esta cosa la van a buscar y los problemas por eso , no los necesito.- gruñe buscando alguna forma de irse sin sentirse culpable o parecer demasiado malo.-Dinero. Billetes es lo que sí puedo aceptar , consigue dinero y te traeré todo lo que quieras.- 

El niño recoge el reloj apretandolo en un puño.

-Puedes llevártelo y conseguir dinero tu mismo allá afuera.-

-No , quédatelo.- lo rechaza sin dudas.-Ahora lárgate o te daré una paliza.-

El niño suelta su mejilla ya sangrante por ese reloj.

-Aquí no hay dinero , no puedo conseguir nada. Por favor , solo ayúdanos.- pide temblando al verse reducidas todas sus opciones.

El hombre retrocede. Más el niño se equivocó al seguirlo como un reflejo.

-¡Qué no te acerques!- le grita pateando su torso.-Carajo , ¡Mocoso , ya me estoy arriesgando demasiado contigo! ¡Mejor piérdete y muere como todos los chiquillos de este asqueroso lugar!-

El niño en el suelo le observa irse.

La patada dolió pero no tanto como otras.

Los empleados están débiles o no duermen lo suficiente.

Una patada de estas allá afuera le debería hacer vomitar sangre y hacerlo sentir el dolor hasta en su columna. Están suficientemente débiles para que él pudiera hacerles frente.

Más es realista.

Su situación no es buena y ya no les queda mucho tiempo para ser encerrados nuevamente.

No ha conseguido nada para Bobby ni Hoppy.

Ella también resintió fuerte la llegada a este lugar.

La falta de sol y aire fresco les estaba haciendo algo extraño mezclado con la medicina.

Ya no sabe qué hacer.

Ya está en cero su conteo de opciones.

Hizo todo lo posible y lo no posible.

-¿Qué más puedo hacer?- murmura observando este reloj .

Debe deshacerse de este. Si lo encuentran con esto , lo castigarán severamente por hurto.

Aunque en realidad no conoce los castigos del lugar , un miedo muy fuerte lo recorre al mirar las habitaciones de castigo.

Vuelve por su camino siguiendo el cableado trasero de cada construcción. Dejaría el reloj en la máquina aspiradora que dejaban los empleados cada medio día para prepararse de antemano para limpiar el excedente de polvo en las superficies de La Guardería.

Algo llama su atención. Adultos.

No cualquier cosa de adultos.

Observa escondiéndose al contener el aliento. No pierde uno solo de los movimientos de estos adultos.

Pasan una cosa entre sus manos en esta esquina apartada tras Dulce Hogar.

El calor sube por su estómago hasta sus orejas.

Era como en la calle. Aquí también los adultos se pasan unos a otros drogas.

Este ambiente era peligroso y más que nunca para él y también era lo mejor para su situación.

Espera a verlos separarse para actuar. ¿A cual elegir?

 ¿Al guardia o al cliente?

Antes de poder pensar claramente en lo que estaba por hacer , actuó.

Corrió directo tras su elección.

El empleado.

Los visitantes debían tener dinero y ahora con ese objeto , lo que sea que fuera , seguramente estaría demasiado nervioso para resistirse y no entregarle el efectivo qué exigiera pero las consecuencias serían ser apuntado y seguidamente atrapado por los corruptos.

En realidad ninguna era una buena opción pero Hobie está desesperado.

Corre sin pensar en las consecuencias.

En lo que podría pasar de ser este empleado mucho más violento de lo que aparentaba o si el visitante en realidad no fuera a ser castigado sino él mismo ser silenciado para protegerlos a todos. No pensó en las posibilidades de ofender a personas malvadas.

Solo pensaba en sus amigos decaídos por la falta de dulces , por su cabello enfermo y su estado de salud en descenso.

Necesita dinero. Necesitan ser felices y el dinero es lo único que puede comprarla.

Lo necesitan.

No duda al meter la mano en ese bolsillo y sujetar el cinturón del adulto tirándolo al suelo con la fuerza de su impacto y la sorpresa en ese rostro nada preparado para ser atacado por un costado y menos por un niño que le baja los pantalones y arranca en un segundo tanto los sobres como el dinero.

Antes de poder sujetarlo , este mocoso le mira a los ojos.

-Quiero trabajar para ti.- anuncia huyendo con las cosas en los bolsillos.

El guardia mira al chico y a su estado. Levanta la mirada y sus ojos chocan con las cámaras.

Todo fue tan rápido que apenas piensa en subirse los pantalones al levantarse.

-Mocoso…¡Hijo de puta!- exclama al comprobar que no lo imagino. 

Ahora tendría que hablar con el jefe del movimiento.

Del otro lado de La Guardería .

El niño ya está revisando las casas. El patrón de movimiento y contando los movimientos por horarios de cada día repetido por estos dos meses dentro de la fábrica. Pasando a la acción al notar el movimiento ajeno a los horarios y guías para visitantes.

Es una posición muy conocida para él desde su experiencia en la calle.

De espaldas a la pared y los ojos fijos en el horizonte como gatos en su arenero. Vulnerables y nerviosos , imposibilitados de defenderse y todo por la fuerte necesidad que les aqueja.

La abstinencia.

Un hombre con un gatito dibujado en la esquina de su chaqueta , igual que el otro cliente con un felino dibujado en sus calcetines. Camina hacia este con las rodillas temblorosas. Entrega el sobre robado y toma el dinero expuesto por la espalda.

Este hombre levanta una ceja al sentir que fue un menor quién entregó este dinero pero no hace ruido ni señal. Escapa.

El niño retrocede y huye de escena.

Es como en las calles , no les importa nada más allá de la droga.

Le quedan trece sobres más y no hubo queja. El precio era de cien. 

Era más costosa de lo que podía imaginarse.

En los horarios hay pautas por parte de los empleados. Estas pautas son la segunda señal para dirigirse a zonas comúnmente abandonadas a esta hora.

Repitió este movimiento tantas veces como pudo con lo que se robó.

Al final busca al hombre y va con él , por cierto bastante pálido , guardia.

-Mil.- avisa entregando los billetes y tres sobres resultado de venderlos todos antes del cierre.

Este tipo lo mira pálido. Cuenta la cantidad , frunce el ceño.

-Faltan cuarenta.-

-Mi parte.- informa serio.

El nerviosismo es delatado por sus ojos rojos y esa pierna temblando muy obviamente en conjunto con el color palidecido de su rostro cálido.

El guardia lo miró directamente al fin. No sus zapatos ni su pecho o su cabello , no como hacía para no guardar nunca el aspecto de una de las tantas víctimas de este lugar en su mente , es la primera vez en casi quince años que mira a uno de estos niños a los ojos.

Es de piel roja. Cabello negro ébano y quemado por el sol.

-Eres humano. - murmura el niño.-Creí que nos habían secuestrado monstruos.-

El frío cae por la nuca del hombre.

Helado.

Tan cerca y tan lejos.

En el borde junto a un abismo.

Para él niño este lugar era casi un lugar mítico.Aquí ningún adulto los miraba a los ojos y creyó , muy por dentro , que eran monstruos o vampiros. Aquella cuidadora apenas si le permitió verle las iris al esquivar sus ojos.

Ver humanos , era sorprendente y aburrido.

Solamente son los mismos humanos de siempre tratándolos como si ellos no fueran humanos por el crimen de carecer de padres vivos.

Un aspecto desmejorado pero ataviado con una nula caída de hombros. Era un niño muy altivo aunque esté así de pálido y tiemble con una gran cantidad de sudor frío en su cuello y frente.

-Apestas.- le señala burlándose del poco miedo que este mno puede ocultar ahora mismo.

Hobie responde como reflejo algo escuchado en un mal lugar. En verdad un mal lugar.

-Al menos no a puta como tú.-

-¿Qué?- escupió sorprendido por ese insulto.

-Aunque también podemos arreglar eso.- guiño nervioso.

Un segundo para procesar.

Procesando.

 Reaccionando.

Una hiena tendría una risa más decente que la exteriorizada por este guardia riéndose agudo , ronco y doloroso hasta doblarse sobre su propio estómago , quedando afónico y mudo entre carcajadas. Soñando en medio de estas carcajadas lo llevan a recargarse en un muro. 

Las cámaras sobre sus cabezas parpadeo un par de veces. 

Fijándose en el rostro serio de este niño pálido.

-Necesito ayuda.- le dice al verlo calmarse.-Por favor , solo déjame trabajar. Soy bueno , puedo hacerlo y …y..no le diré a nadie.-

-Mocoso , esta mierda no es para niños.-

-No sé qué más hacer …- piensa en amenazar pero no lo hace.-Y esto …he hecho cosas más peligrosas.- murmura observando al guardia directamente.-No les diré quien me dio nada , lo prometo.-

No porque quisiera protegerlo sino porque este hombre no le ha pedido devuelta el dinero ni fue grosero.

-Te devolveré el dinero si haces algo por mí.- murmura.

El hombre suspira al verlo retroceder con la mirada baja.

-¿Cuántos años tienes?- pregunta sacando un cigarro de su uniforme.

El niño rasca su cuello.

-Ocho…pero cumpliré nueve muy pronto.-

-Tienes siete.- lo corrige sabiendo de la apertura del ala cuatro con la entrada de la doctora que les dio esa ropa de colores a cada uno de sus niños.-Eres patético.-

El niño recupera el color por la vergüenza de ser atrapado por la vergüenza.

-Solo quiero ayudar a mis amigos…- murmuró bajando la mirada al suelo.

El hombre siente algo de culpa al ver como se le humedece los ojos y los cierra apretando los puños.

-Pues vete al demonio anciano.- gruñe sacando su frustración con una patada al bote de basura cercano ya retirándose con los hombros tensos y todavia con el dinero el muy listo.

El hombre le atrapa por el cuello de la camisa deteniéndolo.

 -Trabajas desde mañana , no te acobardes.- le sonríe soltandolo.

El niño acomoda su camisa y lo mira sonriendo.

-Venderé más que tú.- le reta tomando esos sobres de su mano antes de correr.

Potra vez el guardia lo sujeta por el cuello.

-¿Para qué quieres ese dinero?-

El niño piensa por unos segundos.

-Mi amiga , su cabello se está cayendo y no puede levantarse por la picazón. Y ya pedimos algo pero no nos escuchan y solo nos ignoran.- su reticencia a decir más le hace gruñir. Ya no estaba en condiciones de mantener una sonrisa falsa para hablar con este trabajador.-Ella no es necia pero comienzan a molestarse y pero no la ayudan y ya no se que hacer.-

El hombre suspira sin soltarlo. Era imposible , no debió permitir que este mocoso llegara tan lejos..

-Dime que necesitan y lo traeré.- 

El niño arruga la nariz lleno de desconfianza que lo hace , de la nada , hacerse soltar y mirarlo como a un enemigo.

Le dice algo para relajar lo.

-A cambio mañana no te daré ni un centavo.- le informa con un tono pesado.

El niño cambió de cara de inmediato al saber su intención y no tener que maquinar escenarios muy negativos. Su cierpo se relaja y recupera esa arrogancia de antes.

-Cinco.- exige.

-Dos.- corta.

-Cinco.- repite pálido.

-Nada.- mueve la mano restando.

-Cinco.- vuelve a pedirlo con los puños cerrados.

-Bien.- acepta.-Usa algo de un sobre , muy poco en un baño. Le ayudará con la picazón.- le recomienda apuntando el sobre-Muy poco , podría terminar como tomate por el colorante , imagina que es sal en un plato salado.-

 

 

El hombre suspira recargándose en la pared nuevamente. Levanta la mirada , chocando con el lente de esa cámara.

Del otro lado la pantalla le vigila , cerrándose la imagen al abandonar esta esquina el guardia.

La imagen cambia a esa esquina sin presencia o figura más allá de una esquina vacía.

El guardia en las cámaras se mantiene en la silla está inconsciente. Solo el color de la bebida roja cubre su boca.

Las pantallas cambian una por una . Pasando a otra toma.

A ese niño dentro de Dulce Hogar. Reuniéndose con su grupo su actitud mejora visiblemente , mostrando el dinero a los seis.

Los datos sobre este cubren las pantallas.

Sus pruebas mentales y las notas académicas son poco memorables. Chocando con su adaptabilidad en la situación atestiguada apenas hace unas horas.

La contrariedad y la brutalidad o la soltura para retirarse.

Esta inteligencia no es útil ahora siendo humano pero , calculando en pantallas la compatibilidad nula con el extracto de humo pero la adaptabilidad en conjunto con el estrato orgánico del prototipo…

Este chico podría ser compatible con su máximo experimento.

No ahora , por supuesto que estaría podrido antes de poner en marcha la mitad de todos los procedimientos necesarios. Necesita algo grande.

Todo este grupo debe ser perfecto. Son solitarios incluso en el ojo de la contienda.

No son leales. Mantienen una pared fría con los adultos y cualquiera que se acerque , sin mostrar en realidad su reticencia a nuevos lazos.

 Son violentos. Lo intentan pero en más de una forma sus tendencias retorcidas se muestran en actos pequeños y crudos. Como cortar a sus amigos con la punta de los lápices de colores o patear a los adultos de una u otra forma. 

Son retorcidos. Se mantienen en control entre ellos y dañan a , no niños , sino a adultos. Buscan víctimas grandes y enfrentan a la autoridad de manera descarada. 

Las pantallas pasan incidentes tras otro. Los borra de los registros , borra las peleas y los eventos.

Sus raíces y expediente son limpiados.

Terminando por fallar todo lo anterior por un bloqueo inmediato en cada pantalla.

Rápidamente los movimientos en las cámaras regresan a la normalidad. Mostrando el presente de La Guardería.

 

Con una carrera ese chico llevo una olla de agua , antes puesta para hervir pollo , robada para bañar a su amiga en la habitación y no en las regaderas donde lo descubrirán muy pronto.

-¡Bobby , métete a la olla!- le ordena tras ponerla en el suelo.

El agua salpica a los presentes.

-Kickin , esconde esto.- le entregó los sobres ayudando a la muy perdida Bobby a meterse a la olla de agua.

Kickin tiembla mirando los sobres , corre en círculos y mira a Hoppy.

Ella lo lleva a ocultarlo bajo la cama y dentro del suelo.

-No quiero que me cocinen , me portare bien.- llora Bobby al mal entender la razón de una olla de su tamaño en el cuarto.

-No te comeremos.- le corrige el chico agachanbdose a tirar este polvo . Solo la punta de sus dedos al interior.

El color cambió de inmediato a un rojo profundo.

El grupo abre las bocas.

-Dog consiguió sangre de duende.- apunta Carfty con las manos en la boca.-¡Que asco!- exclama en un chillido.

Bobby comenzó a llorar.

-No me quiero bañar con sangre.- cubre sus ojos.-No me gustan los duendes.-

El niño no le da tiempo y la carga sin importarle si lo araña al luchar por no entrar a la olla.

Crafty y el resto, incluso la recién llegada Picky , llegando después de ir a sus clases , hacen un gesto de asco a la olla roja.

-Deja de pelear , Bobby.- le pide tratando de encajar los pies de la niña dentro de la olla.

Ya dentro patalea y tira agua , hasta sentir la buena temperatura y la calidez.

-Ho…- toma algo de agua y la lleva a su nariz.-Huele a perfume.- les dice oliendola.

Crafty la ve jugar con el agua y pintar sus manos con esta.

 Ahí se queda Bobby. En paz por fin.

Ya no le duele nada ni le pica la piel.

En un minuto Crafty se metió con ella y eran dos niñas apretadas en una olla de aluminio.

Hoppy las mira a ellas y el poco espacio que quedaba.

-Yo también me quiero bañar con sangre de duende.- lamenta por ella Kickin.

El niño que trajo esto retrocede hasta una esquina. El alivio por lograr ayudarles llena su pecho.

Puede dormir al fin.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En una celda..

En la oscuridad los sonidos eléctricos son superados por ruidos dolorosos.

La única ventana de esta sala de concreto es superior. Observando desde lo alto a aquella criatura en el interior.

Los restos de piel podrida y pinchada caen por las uniones de metal y cable.

Escurre el interior con húmedo torrente amarillento , pegándose a los restos de carne oscurecida, pedazos ya desechados y colorados por la resequedad de la carne abierta.

Aquella gran boca se abre derramando una mezcolanza de mucosidad verde y líquidos rojizos idénticos a los restos coagulados al fondo de una hemorragia intestinal.

Aquel cuerpo tan maltrecho es sacudido por las cadenas qué lo elevan por encima del suelo donde yacía.

Dentro de los muros aquella criatura capaz de solo controlar una proposide extendida por un elemento aparte y lejana a su cuerpo , sacude el cuerpo con un rugido cargada por un gran y destructivo dolor.

La última aguja entra a su columna , inyectando grandes cantidades de un líquido espeso a través de mangueras de hule grueso. Lo llena por la columna , reventando vasos sanguíneos dentro de un cuerpo vuelto a llenar de líquidos tras ser drenado.

Las extremidades de la criatura son sujetadas a cada lado con la firmeza de solo hierro forjado.

El procedimiento acaba por llenar a la cosa colgada de cadenas , y su cuerpo agitado ahora lamento con movimientos de reflejo al ser imposibilitado cualquier intento de movimiento por el exceso de líquido dentro de su ser.

El vómito en su boca ensucia el suelo al verse incapaz de pararlo.

Por encima de la escena un científico anota cada reacción por parte de este monstruo.

-¿No es fascinante?- murmura deteniendo sus anotaciones.-Incluso su vómito es capaz de ser usado para avances impresionantes.- voltea a un lado.

La cabina solitaria le parece aburrida.

-No finjas que no me escuchas.- golpea un botón.

El silencio termina al regresar la imagen amarilla en una pantalla superior.

-La solución es viable pero la materia orgánica , ineficiente.- informa sin emociones aquella voz.

 El hombre en los controles anota en una libreta tres renglones seguidos.

-Es impresionante lo lento que respondes a comparación de cuánto te quejas de dolor.-

Esta bocina le responde rápidamente.

-Eres una obsesiva perra traicionera ¿Necesito decir algo para describir el amor qué te tengo? Maldito animal miserable.- 

El hombre toca ese mismo botón sin pesar alguno.

La pantalla brilla en rojo por un momento.

-Dedicate a tu trabajo y si te apetece , coquetea después con la cafetera.- murmura dejando esta cabina.

Es hora de almorzar y el vómito le ha causado un antojo de gelatina y pastel.

La pantalla brilla estática ,mostrando al fin ese ojo.

Pasa de monitor en monitor , bajando hasta el control de la máquina que inyecta a la criatura.

Vibra tres veces.

Una.

La despierta.

Dos.

La hace callar esos gritos de dolor.

Tres.

Esta reacciona y furiosa estira como puede el cuello para mirar la pantalla de control.

Letras.

“Tengo problemas para acceder a la guardería , por tanto estoy lejos de conectarme con la zona de juegos”

-Si no sirves para algo tan sensillo , suicidarte.- responde entre algunas voces.

La pantalla muestra un ojo entrecerrado en esa tonalidad verde y gris.

 “Quién debería pensar en morir es otro”

-El que ofrece necesita.- murmura la criatura. Mira su estado. Su cuerpo aún tiene pelo.-Eres inútil.-

Una mísera parte de sí ,vé ese pelaje con cariño , como su única pizca de autoestima.

“Necesito una tarjeta de la superficie. No significa que sea inútil.”

-El único inútil es el que está atrapado.- 

El mísero silencio lo llena. Oscuro y sucio.

 “Consigue la tarjeta , eres el único capaz de comunicarse con el exterior.” 

-No tardaremos demasiado en ser descubiertos si hacemos esa estupidez.-

La pantalla se llena de símbolos y letras.

“Inventa algo”

 La criatura en las cadenas gruñe.

La pantalla regresa a la normalidad marcando el reinicio del procedimiento.

Esas jeringas vuelven a inyectar ese líquido , sacudiendo el cuerpo del monstruo en la agonía de sus órganos reventados por el crecimiento de pústulas implantadas por debajo de su piel casi inexistente.

Debajo de este cuerpo torturado un cable se extiende tan delgado como transparente , arrastrándose hasta una rendija inferior hecha para filtrar los valiosos líquidos resultantes de experimentos adversos.

Dicho cable se conecta con otros y uno por uno por debajo del suelo se unen.

Viaja la voluntad de la criatura a través de las paredes , de tuberías reventadas y las ventilaciones.

Llegando por fin a la propiedad separada de la criatura.

Esa garra se oculta entre dos muros tan juntos que el ojo humano sería incapaz de divisar la separación entre estos.

La garra se arrastra como piezas de un cien pies. Viajando por las ventilaciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1985

 

 

 

Busco por años la ayuda de alguien útil por fuera.

Liquido inútiles que intentaron delatarlo. Todo por su libertad.

 

Busco hasta llegar a una noche de fiesta y alcohol. Pintada de rojo y dorado.

Un sonido llega por sus extremidades .

Es vibración. Algo vibra.

Parece digno de cansarse conectando la bocina de su garra. Esto es agotador , se lleva parte de sus fuerzas.

-...quiero ir a casa , Dios. Solo quiero a mi mamá . Quiero irme , ya no quiero …ya no quiero estar solo , porfavor.- 

Estas lamentaciones le son aburridas , conocidas y repetidas por tantos niños, reconoce la voz de un niño muy fácilmente , ellos nunca le han hecho daño.

El vibrato roto y su temblor lo atraen.

-Dios , porfavor , porfavor …¿Porque no importa cuanto te ruegue? ¿Porque sigues sin ayudarme?- 

Escucha acercándose a la ventila.

Su garra toca el borde . Puede sentir a ese niño pegado a la ventila como un acto desesperado por su calor en estas frías temperaturas llevadas al extremo por el hierro y las ventila ocultas qué traen el aire del exterior de manera cruda a esta cueva.

 La tierra es cálida a menos que se le empuje a no serlo con estas máquinas.

-Dios , ¿Porque nunca respondes? ¿Qué se supone que haga si nadie me dice cómo encontrarte? ¿De verdad esto es lo que merezco?-

La garra detiene su tamborileo lento.

 

En la celda oscura , aquella criatura eleva la cabeza en un acto sorpresivo para sí misma.

-¿Como puedo ayudarte a escucharme?-

 

La garra toca la ventila.

-Abre mi jaula.-

El niño deja de llorar , observando con ojos desencajados a estas garras.

Parece sorprendido y confundido.

Estira la mano tocando el dorso de la filosa garra.

-Espera aquí.- pide antes de correr por el túnel.

La criatura espera escondiéndose nuevamente.

Es confuso su estado. Esperó mucho tiempo para conseguir a un niño que le fuera útil pero todos se convierten en enemigos y carga muy pronto. Ha matado a más niños de los que puede imaginarse y muchos de ellos de todos modos los llega a conocer al ser traídos como almuerzo.

Este niño no tiene rostro en su mente pero sí una sensación.

Es su gato.

Es suave , cálido y delicadamente estúpido.

Lo comprueba al sentirlo de vuelta con algo en medio de ellos. Algún objeto esponjoso qué le permite tocarlo sin cortarse al abrir la ventila con el revés de una cuchara.

Este niño es raro.

-¿No tienes un cuerpo?- pregunta al ver salir esa gran garra. No hay ojos grandes ni patas. No es una araña , es una gran mano metálica.

 -No está aquí.- lo sujeta por un impulso.

Reconoce con su tacto , con la electricidad menor que circula por su garra metálica , la figura de este niño a través de la cobija púrpura.

-¿Quién eres?- pregunta el niño sin alterarse por su toque.

Era mucho más cómodo que con un adulto.

Era frío pero más cómodo. Es el toque de un animal curioso y no algo malvado.

La criatura le aprieta sin lastimar lo.

-Eso lo sabes tú.- 

El niño ríe nervioso.

-No lo sé.- limpia su rostro con el dorso del brazo.

-Yo te quiero mucho , ese soy.- miente llevándolo a la oscuridad.-Te quiero mucho , niño.-

En realidad le costó mucho más de lo esperado decir estas mentiras.

Esperar una respuesta es lento.

Es un abrazo y más de estos sollozos felices.

El descubrir que un niño de seis años es bastante débil a las palabras de amor , no fue nada esperado.

 

 

Las misiones encomendadas a este niño son cumplidas al pie de la letra.

 Si le pide conseguir una tarjeta , la traerá.

Si le pide mover un cable , lo hace.

Si necesita a un empleado solo , lo atrae a una zona solitaria y se larga sin hacer preguntas.

No tuvo que romperse la cabeza buscando cómo manipularlo. Solo es necesario ser dulce , tratarlo bien y esperar a ver cómo cumple con la misión sin problema alguno.

Excepto hablar. Se le daba terrible y más de una vez tuvo que exigirle al inutil qué lo borrara de los procedimientos por culpa de su introversión.

Acumulando se un tiempo y una esperanza muy grande en el prototipo.

Una idea tan grande como su cuerpo deseaba creer la verdad.

Ser libre con ayuda de este niño.

 

Llegando a un día extraño.

“Tengo el modo perfecto para lograr abrir tu puerta”

-No es necesario.- responder esto le vino de maravilla.

Esta cosa , quién insiste en mantener un título humano por las burlas de sus compañeros traidores y los mismos desplantes de este contra sus dueños , era arrogante. Disfrutaba activar máquinas vacías para inyectarle aire o torturarlo cada vez que le desagrada alguna de sus respuestas.

Hacía todo lo posible por devolverlo a las cadenas dentro de su celda.

Era sucio y arrogante. No puede aceptar que sus posiciones eran iguales he insistía en experimentar con tanta soltura como en su anterior gloria humana.

Hacerlo aterrizar justo ahora le supuso una victoria justa y merecida.

 “No puedes negarte , necesitas mi ayuda.”

Declara el infeliz dentro de las pantallas.

El monstruo en la cadena eructa , no , ríe . Ríe habiendo frustrado el control de esta cosa sobre él.

-No necesite tu ayuda , parece que eres inútil en muchas formas diferentes.- 

La cosa en la computadora parece llena de furia.

La máquina sobre el monstruo encadenado se activa de golpe atravesándolo más allá de la columna , lo atraviesa en su totalidad en un acto cruel y sin sentido , la máquina carece del extracto inyectable. La criatura es atravesada una vez más.

Como lo haría el cuchillo del hombre , de poseer sus extremidades. 

“Trabaje un año completo en este experimento ¡Un año de esta agonía lo desperdicie en nuestro maldito trato!”

Esta criatura sacudida por las máquinas atravesándolo parece aún reírse de su frustración.

-¿Cuánto tardarás en regresar a tu realidad?-

Este computador brilla con furia. 

 “No aprecias mi esfuerzo , ni mi trabajo. Los experimentos que hago , nada.”

Las heridas duelen. Duelen al saber bien este médico donde están sus nervios más vivos.

Más su alegría al hacerle esta treta lo llena

-Eres tan inútil , patético y tonto. ¿No te frustra ya no poder venir corriendo a recoger pedazos de mi?-

Las agujas atravesaron su cabeza. 

 “Solo eres basura , una gran basura para afilar cuchillos oxidados. Un prototipo , una cosa patética. Restos de un hombre castrado y triste.”

Esta criatura ríe a su manera. Reproduciendo grabaciones distintas.

-No fue tu cerebro ni tu talento , Inútil , fui yo. Yo y mi mi gran ser quienes te llevamos a donde pudiste subir hasta que te acobardaste. El único ser patético eres tu , gusano.-

 “Eres tan patético que me encargaré en un segundo , en menos es posible. Un solo segundo me bastará para matar a ese secuaz tuyo. ¡Veras quién manda aquí , solo con una acción de mi parte! ” 

La criatura ríe hasta perderse las letras y el color disperso de las pantallas.

La máquina deja de atravesarlo.

Sus emociones caen junto a la sangre de su cuerpo.

-Debo cuidar a ese gatito estúpido.-

 

En la esquina fuera de las oficinas de La Guardería aquel guardia sujeta una radio en manos. Escucha atento un solo canal de audio.

Uno solo.

Es el sonido de la interferencia la única sinfonía tras esta malla de plástico.

-¿No habíamos prohibido fumar en La Guardería?- 

Voltea con el cigarro en los labios.

-Señor.- saluda seco. A este punto ser despedido era imposible.-¿Quiere uno?- le ofrece uno de estos cigarros.

No son cigarrillos , estos son de verdad , gruesos bloques de tabaco de un olor fuerte y perdurador , marcando con su olor la ropa y el aire de esta esquina solitaria.

-¿Te cansaste de tu vida?- pregunta el anciano tomando uno. Como buen avaro , no usa su encendedor y toma de su empleado algo que debería negarse a recibir.

Este guardia es un veterano en su compañía. Puede verlo en su aspecto cansino y más aún , en su figura poco usual. Su piel roja como si cada día de su vida lo pasará al sol.

-Si fuera así , sería un polvo lo que le ofreciera.-

El anciano ríe , un tanto incómodo y un tanto metido en la broma , su cigarro es encendido y puede disfrutar de una calada tan poco profunda como es seguro a su edad.

-¿Te arrepientes de trabajar para mi?- le pregunta observando la pared que está guardia.

-Cada día más que el anterior.- mira a los niños fuera de este espacio oscuro.-Otros días no me importa y solo los llevo a los laboratorios como lo hacen los ganaderos a la cena de 4 de julio.-

-Es una forma pacífica de verlo.-

-Me aseguro diariamente de llenar mi arma , estoy listo para suicidarme si veo que intentan llevarme a un laboratorio.-

-No creo que puedas sentirlo.-

-El éxtasis es la menor de las golosinas que he probado.- inclina el cuerpo cubriendo el pasaje con su figura. Esto evita que el anciano vea al niño que casi entraba a entregar el dinero , devolviendose cual muñequito de reloj por donde vino con un paso rápido.

-No se que pensaba al contratarte.-

-Que mi vida valía poco y sabía tres idiomas.- aclara una razón para ser el elegido entre otros candidatos.-Puedo comunicarme con tres tipos de empleados que antes no sabían inglés.-

El anciano parece recordar y reír con ello.

-Cierto , cierto. Tu cara indígena fue un estorbo pero al final resultaste ser útil.- ríe al recordar sus dudas sobre contratar un nativo.- Gracias a dios por las máscaras.-

El hombre sonríe aguantando ese comentario tan solo por su mala situación. Drogas en un bolsillo y dinero en otro. Mucho dinero que debe sacar antes de morir.

Este miedo es un objeto en el ambiente , es pescado por el anciano y su gran experiencia lo guía a una respuesta para el comportamiento de este guardia.

 -Te asusta convertirte en uno de ellos.- asegura burlesco.

El guardia asiente , algo curioso para el anciano , apunta arriba referenciando al mundo exterior la realidad fuera de la fábrica.

-Me asusta que el mundo no esté preparado para mi si llegara a ser uno de ellos.-

El anciano baja el cigarro al escucharlo.

-Explica eso.- exige al sentir una curiosidad nerviosa por parte de sus sentidos. 

El guardia ve rápido la hora. Las ventas se verían estropeadas hoy y su pequeño dealer no tenía más para abarcar los pedidos del día.. 

Mala hora para que este viejo viniera a refrescarse de la reunión con las visitas. Continúa con una perorata sin sentido o quizás se está pasando de sincero.  

-Estamos buscando , los científicos , están buscando la vida eterna.- revisa su reloj. Habían varias entregas por hacer y seguro el chico ya había terminado con su primer lote. Maldita entrega laboral.-¿Y si lo encuentran y es nuestro castigo terminar todos como uno de ellos?- mira al suelo y ve esa sombra acercándose. A escondidas mueve la mano señalando el regreso.-Encerrados , sin nada más que las paredes y la tierra como compañía… puedo imaginarme vivir por siempre atrapado y sinceramente , preferiría morir follado que la forma en la que he visto a estos niños irse.- el ritmo de su boca es tan o más nervioso que su estado mental.

Dejando salir basura que no debería decirle a su jefe.

El anciano ya no había probado ni una vez el cigarro. Solo observa al césped y la sombra de este hombre.

El guardia no encontraba qué otra estupidez decir para no mostrar su nula tranquilidad y su inexistente paz como una realidad y no está actuación barata.

Tal vez fue demasiado sincero y compartió información innecesaria. Lo que fuera para no ser señalado como un posible delator o traidor.

-Creo que el mundo debería comenzar a conocerlos para hacer que los futuros Inmortales sean más que bienvenidos por el mundo. Solo así se concentraran en ellos y no en cómo fueron creados.- 

-No veo que sería mejor que vivir por siempre en un cuerpo inmortal y-

Escupe rápido algo de basura escandalosa.

-¿Se imagina usted perder la sensación del tacto? ¿O no poder parar de comer?- su queja debe bajar de nivel.-Coger es muy bueno para la salud , no puedo imaginar un mundo donde la inmortalidad sea renunciar a todo aquello que se supone , es por lo que vives.-

El anciano levanta las cejas. A su edad esa opción , más la inexistente depresión que se supone sufre según su psiquiatra y psicólogos de pacotilla , no le era atrayente. 

Escuchar algo como esto , y de parte de un hombre alto y de buen ver al que podría envidiar sino fuera de ese color su piel , es algo más admirable.

La fascinación extraña de los ancianos para con figuras que en su juventud le eran indiferentes. Como obras de arte o caricaturas y fiestas ruidosas.

De pronto desea estar rodeado de música y luces.

-Interesante.- exclama de manera sencilla.

El guardia ya no soporta esta masacre a su imagen laboral.

-Estoy siendo un imbécil.- murmuró apagando el cigarro.-Señor , gracias por permitirme disfrutar de su presencia , debo retirarme. Se termino mi hora de comida.-

El anciano solo le mira al irse.

-La inmortalidad…- mira a la cámara.-Si suena aburrida al describirla de esa forma.-

Debía darle suficiente comida a los experimentos.

Debía hacer a sus empleados construir un cuerpo bonito para Poppy.

 

 

El guardia logró volver a su punto de empleo común y desparramarse en su silla de oficina.

-Eso fue peligroso.- murmura mirando al techo.

Ese anciano era peligroso. Demasiado inteligente , demasiado sensible.

-No puedo creer que le dijeras tanta basura a ese tipo. Es como si te quisieras follar al octogenario -

Su sobresalto lo hace buscar esa voz.

Es de la radio.

-Vaya , hasta ahora te comunicas.- recarga la cabeza en el escritorio.-Te escuchas cansado.- murmuró tomando la radio. Su fastidio tras horas de trabajo lo hacen acercarlo a su rostro.-Es como si no fueras de carne y hueso , Doc.- murmura al radio como lo haría al estar en la cama , mucho más cómodo de lo que es tener estas sillas viejas con su trasero ya marcado en la esponja y que le ocasiona problemas en el coxis de quedarse por demasiado tiempo.

La voz del radio deja salir un murmullo vago.

-Debes alejarte de Ludwig , su contraparte-

Bufa golpeando la radio con un lapicero.

-Es un viejo , si no soy amable no me dejara nada.-

La voz del otro lado del radio deja salir una risa cruel.

-Solo dile que es un genio y que su decisión de copiar su propio ser en-

El hombre interrumpe sus quejas apáticas con una queja irónica.

Tal vez sea la edad pero ahora pareciera que solo habla con este hombre para quejarse de todo lo que no suele exteriorizar.

-¿Cuándo saldrás a comer con tu amigo , Doctor?- pregunta rompiendo su advertencia y burla.-Me deberías comprar buenas sillas , para eso debería servir qué no salgas de tu laboratorio.-

Del otro lado de la radio solo llega estática aguda.

Esa cosa en la oscuridad presiona con una proposide metálica de su cuerpo de hierro el botón de la radio qué graba su voz mecanizada. Aquellos robots se mueven por impulsos eléctricos dispersos por luces qué produce él a través de distintas pantallas en este pasaje de rejas y lonas pesadas.

Su pantalla reproduce los documentos sobre los siete experimentos a los que guía con el trabajo de esa mujer al resultado deseado. La forma correcta para sus planes a costas de su único secuaz.

La máquina toca el botón de la radio.

-Pronto.- lo dice la computadora en la oscuridad.

Al otro lado de la radio ese guardia ríe tocando la bocina del aparato.

-Cuando salga ,Doctor , lo llevaré a conocer una verdadera fiesta pagana. Habrá alcohol . Apuestas y mujerzuelas.- revisa el interior de sus bolsillos.-Esa bata tuya quedará hecha un desastre.-

La amargura se exterioriza en forma de risas arrastradas.

-No soy tan estúpido para llegar en bata de laboratorio a un salón de apuestas.-

El hombre en su oficina le sonríe a la radio.

Bajo la lente de la cámara atenta a sus movimientos y expresiones.

-¿Por qué no? ¿No sabes que a las mujeres les encantan los tipos raros de voz grave como tú? Y mejor si tiene ese tonto engreído tuyo.-

Esta situación apaga lento su frustración. Como el malestar de estar vivo es llevadero.  

-Claro , a las mujeres.- ríe. Incluso en su situación , incluso siendo una cosa , una herramienta… puede sentirse extrañamente aferrado a estas malas bromas.-Le encantó a las mujeres.-

Seguido de un tintineo que llega al cerebelo solo para levantar la poca producción de serotonina a un nivel alto.

-Tienes una voz increíble , doctor.-

El doctor ríe por la bocina. Su petición de liquidar a la mascota de su secuaz queda en el olvido al escuchar cómo este hombre deja de hablar de esas hipotéticas fiestas de casinos y apuestas.

Su ego fue consolado.

Su quisquillosa naturaleza mimada.

Su voz es buena , sea la forma que tenga.

Su voz es buena.

 

 

En La Guardería , este monstruo busca el vibrato de esa voz conocida.

Encontrándose en una situación interesante. En los túneles de ese lugar especial para los dos.

 

 

Una situación que debió interrumpir.

El que su gatito conociera a ese mocoso fue uno de los peores errores que pudo haber dejado ocurrir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

En el mismo infierno

 

 

 

 

El descenso es silencioso. La vibración estremece las plantas de los pies o patas , sacudiendo su cuerpo los suaves bordes de la plataforma.

Dos humanos , 4 monstruos y una muñeca.

Un grupo en silencio mantienen un espacio menor entre todos en búsqueda de una seguridad paupérrima en dada situación de estrés.

-Las estalactitas cuelgan del techo de una cueva mientras que las estalagmitas crecen desde el suelo de la cueva.- 

La cabeza de todos gira a ver al gato que murmuró ese dato con la mirada baja.

Poe junta las manos sobre su cabeza en un reflejo ansioso. Dobla las rodillas lleno de una emoción depresiva.

-Deje a Simón solo.-  

Henry estuvo a punto de tocarlo más su mano es detenida en el aire por Niko. Absteniéndose de hacerle alguna advertencia en voz , le dejó claro lo mala que era eso con un movimiento de boca en mordida y el sonido de sus dientes chocando.

Henry decide escuchar esta vez a Niko. Vuelve su atención a la plataforma delantera.

El perro frente a él , como todo un loco del control se había apropiado de esa zona con ese arpón en mano , balancea el cuerpo al ritmo de algo dentro de su cabeza y sus cortas orejas moviéndose con él.

-Se nota que la pasaron bien antes de bajar.- Niko se burló del perro.

-Me dices que no los toques pero tu mencionas lo que no deberías , idiota.- lo reclamo tan rápido que su voz fue inentendible para la mayoría.

La cabeza del gato giró lento después de escuchar la burla y la queja rara del otro humano.

Aquí abajo sería mejor que no hicieran alucino a ese tipo de temas , solo digo.- les advierte Poppy.

Su voz viene desde el hombro de Kissy , mirándolos desde arriba y con el rostro girado levemente.

-A los habitantes del sótano , no les gusta escuchar ese tipo de cosas.-

El perro mueve la cabeza.

Niko y Henry levantan la oreja esperando saber algún nuevo nuevo dato sobre los juguetes. Nada descortés , solo curiosidad sana.

-¿Debería hacer algo más? -

Poppy parpadea curiosa por su respuesta.

-¿No te ofende?-

-No besas a alguien de lengua frente a niños , es sentido común.- mira a la puerta.

Theodore vuelve a hundirse en sus pensamientos , sin querer ponerle atención a su cola sacudiéndose y esponjada. Aún le duele esa herida.

Poe en el suelo suspira recordando cuantas veces ese perro les apuntaba a otro lado para chocar su nariz con el gato…ahora que lo recuerda , si eran muy obvios y el perro hipócrita.

Mira arriba para solo terminar atestiguando esa actitud tan descarada por parte del perro y su mirada desvergonzada sonriéndole de soslayo. Carl deja de mirarlo , levantándose con el ánimo devuelto por un aire poco sano.

El resto del tiempo en el ascensor es esta tensión conocida para la mayoría.

Abriéndose las puertas.

El olor de la sangre golpea con el frío seco , inunda las fosas nasales con la descomposición y la tierra cargada de hierro.

Apesta , no hay ventilación y sus pasos resuenan. Bajan lentamente de este ascensor.

La cara del gato se contorsiona en lo posible al bajar el perro primero y extenderle la mano como apoyo.

Mueve la cabeza negándose a tomar esa decorosa amabilidad. 

-Gracias , señor.- 

El pelaje del felino se erizo al ver a ese humano pálido tocar la mano del perro para bajar.

Su mal humor se va relajando al cumplir con ese gesto cada uno de los presentes.

Niko incluyó un choque de puños y una risa burlona.

En su turno el ave duda.

-¿Qué no es esto con chicas?- pregunta Poe batallando por poner su mano en esa palma.

-¿Y hay alguna chica que tenga interés en ayudarte a bajar las escaleras?-

-No se que es peor en todo eso.- murmura Poe decidiéndose por bajar por sí solo apartando la mano. 

-La amabilidad es para todos , no olvides que tu tambien ganas cuando eres amable.-

-No empieces a regañarme-

-¿Theodore?- lo llama cambiando de tema al ver al gato aún en el ascensor.

Este le mira desde la plataforma.

Theodore sabe lo que hay allá abajo , a la vez que solo sabe que lo matarían en cuanto descubrieran la falta de humo. Este era un viaje peligroso , era su última oportunidad de hacer lo correcto y seguir a Hobart afuera.

Era su última oportunidad para estar con Hobart.

-No necesito tu ayuda para bajar.-

-Yo soy quién te necesita para seguir.- suspira , riéndose hondo al cortar la distancia aún con esa mano arriba.-Me asusta perderte , mi amor.-

Theodore puede verse actuar antes de pensarlo. Toma la mano del perro bajando con las patas traseras en una posición encorvada.

Vuelve a mirar hacia abajo al perro. Era grande , DogDay , Hobart es grande pero no más que él mismo. Es su mano grande pero su estatura es menor y puede mirarlo hacia abajo como hacia de humano y lo hizo muchas veces más.

-¿No deberíamos esperar al resto?- pregunta CatNap.

-Ellos se están encargando de un visitante.- se lo dice sin cuidado.

El gato levanta las orejas , mira al techo bastante preocupado.

-Gracias.- le muestra su gratitud con una inclinación de costado , dirigiendo su camino entre murmullos.

El gato vuelve a colocarse a cuatro patas y lo sigue entre murmullos felinos sin palabras pero unas orejas bajas delatan su vergüenza.

El lugar al que se dirigen es la entrada de siempre. Todo está derrumbado.

El perro tiene muchas dudas sobre el cómo .Este chico ave subió con su amigo.

Excepto por el extendido lugar de arribo. Una zona desconocida para el perro.

La situación de estas ruinas los obliga arrastrarse sin saber cómo saldrán bien de esta situación.

-Boxy tendrá problemas si viene con los demás.- detiene el perro el paso en una zona devastada.

Lo ven correr de vuelta para traer materiales pesados al lugar. No los ordena , los tira a un lado esperando que Boxy no tuviera problemas para ingeniárselas al preparar un puente para los pequeños.

Theodore levanta las orejas.

-¿En serio él vendrá aquí con todos?-

-Las puertas a las que conectan esta zona son las mejores para evitar a los humanos porque los de la compañía solo dejaron esa zona en conocimiento de pocos trabajadores.- Henry se los comparte recordando los planos y salidas planeadas solo para los científicos del piso más profundo.

Poe levanta las plumas. No conocía tanto del lugar por las órdenes de Mako. Siempre manteniéndose en el exterior y nunca entrando ni separándose.

Ella hacía todo lo posible siempre , siempre intentó obedecer y hoy le deja confundido el resultado. Sin saber si era bueno o no, mantenerse fuera de la zona de concreto y solamente alimentarse de los restos de la cueva superior. 

El único lugar seguro para ellos era esta zona de nadie. Sin salida más que arriba ni avance permitido por su líder.

 

Aunque tal parece que este lugar que para él su horror es ya una costumbre, a su padre le golpea más fuerte una vez pasan las rejas.

Los montículos iluminados por las grandes lámparas levantan el olor más nauseabundo imaginable para Niko y Henry.

Dulce como la descomposición de la leche , amargo como la sangre de un animal contenida en humedad y un fuerte dolor de estómago como partícipe para el asco que golpea sus intestinos.

Aquello que percibieron al bajar de la plataforma ahora les es una broma. El verdadero mal es esta fosa común expuesta al aire.

El perro mira alrededor Ignorando los ruidos que ponen ansiosos a todos en su grupo , a cada pared. Analiza el suelo lleno de cuerpos.

El malestar sube por su espalda.

Delante de él Henry fija los ojos en el cableado del techo de roca..

-Las cámaras siguen activas.- les avisa en el camino.

-Y se robaron todas las fuentes de cobre.- Niko revisa el suelo donde deberían haber cables para la maquinaria dispersa.-Alguien sabe como fabricar circuitos apartados.-

-Aunque es peligroso y burdo.-

-¡Ay , no, señor Ingeniero! Disculpe usted que los niños no tengan conocimientos básicos de ingeniería industrial y lo expongas a tecnología tan burda y básica , Asus tan finos y expertos ojos de INGENIERO.-

Los monstruos los miran discutir , excepto el perro , cambiando de lugar a oyentes en esta ocasión.

Henry se defiende de esa espina con esta aclaración directa. 

-¡Burdo no significa malo! ¡Significa sencillo , básico y peligroso!-

-Redundante.- corta Niko levantando una mano para callarlo.-Perdone mi queso ingeniero por tal¡Perra , eran de marca!- grita al ser pisadas sus zapatillas. 

Poppy los ve discutir y decide intervenir al ver que estuvieron a punto de rebajarse a pisarse los pies , cosa que los volvería lentos en una emergencia , en una rueda de polvo levantado por su inútil lucha.

-Yo les enseñe a desarmar baterías y conectarlas a objetos útiles.- le aclara a Henry.-Ahora deberíamos concentrarnos en bajar.- les recuerda a los dos entre una gran molestia y el fastidio leve que sentía por estas personas.

-¿Esto es por una pelea territorial o un asesinato desmedido?-

Poe y Poppy se vieron sacudidos por la pregunta del perro.

-No se , yo …llevo un tiempo encerrada.- se lo recuerda Poppy.-Ustedes me sacaron de la jaula con humo y ..no creí que fuera tan malo.-

El gato mueve las orejas al escuchar eso. La mención del humo , aquel que no vino de él.

Poe rasca su nuca , pensando en cómo convencer a sus amigos de unirse. De salir del lugar. Sería difícil tomando en cuenta que estaban al otro lado de este gran montículo de cadáveres.

 

La puerta que deben atravesar es tan grande como cada una de las máquinas que estos humanos hacían llevar a los juguetes en esta cueva en crecimiento.

El pesar del perro es grande.

Cada cuerpo lo reconoce por un nombre y a otros tantos , no.

-Amanda , Harry , Donna , Madelin , Martin …-

Theodore se detuvo al verlo quieto. El murmullo del perro es audible. 

Henry lo mira pasando algunos segundos en blanco al entender lo que estaba haciendo , con el conocimiento del porqué de dicho dictado vuelve a revisar las montañas de cuerpos.

Carl sujeta su cabeza escuchando nombres , muchos nombres diferentes y otros repetidos por la presencia de más de una persona con estos.

 

 

Niko frunce el ceño sujetando el control.

-Ya estamos en problemas ¿Porque ahora tiene que darles nombre?-

-No es darles nombre , es devolverlos.- interrumpe Poppy curiosa.

Niko no discute en contra de esta actividad por parte del cuidador de La Guardería. Su impotencia es grande por no ver como su presencia podría ayudar o ser de utilidad. Agregando se la presión creciente por el ruido de lo que sea que los está cazando.

Theodore divide su atención de los montículos a Dog. Su cola se sacude moviendo las orejas al lugar por donde viene éste ruido.

 -Si , bien..les está devolviendo sus nombres…¿Como carajos lo hace , muñequita?-

Poppy le analiza. 

-Yo no lo sé.- lo confiesa confundida.-No se como es que él sabe nuestros nombres.-

Los documentos sobre la creación de los sonrientes se perdió en el incendio de hace muchos años y eso conllevo el robo y destrucción de muchos documentos importantes a los que no pudo acceder ni estando en las oficinas de Eliot Ludwig.

Su curiosidad es interrumpida por un ruido apartado demasiado agresivo.

Voltea avisando a Kissy.

No eran pocos.

El número de Wuggys. llega a aturdirlos.

Henry comienza a disparar las bengalas y corre trepando el montículo de cuerpos y soltando de un lado a otro con estos siguiéndole.

Niko solo se colocó a un lado de Missy , siendo la gigante y un gruñido , el disuasorio de algunos que no parecen seguros de apartarse al esquivar las bengalas de Niko.

-Eso , protegeme como a una de tus lindas novias.- le pide entre firme y burlón este humano.

Kissy le sonríe confundida. Era un humor raro pero la relajaba en esta mala situación.

Carl sube a una zona alta evitando a los muchos que intentaron correr a alcanzarlo.

Kissy los patea en alto cuando el gruñido les parece poco , quedando molesta por ser el objetivo de estos una vez renuncian al humano

Henry continúa corriendo de un lado a otro y disparando las bengalas.

-¡Hagan algo!- grita esquivando a una criatura muy cerca de su rostro.

 

 

Theodore los aleja con las garras y los patea con las patas traseras. Girando descubre el estado de Hobart.

Un estado parecido al de grandes cerdos con un animal tratando de descifrar dónde morder. 

 

Hay cuerpos que no reconoce.  

Hobart intenta reconocer algunos nombres pero no los sabe. Incluso si esperan pacientemente a escuchar sus nombres.

El partenón de La Guardería es ahora inútil , no hay identificaciones rescatables y seguramente los registros fueron destruidos por el fuego. No debe quedar nada para identificar a estos niños.

Seguramente desconoce sus nombres al llegar en esos dos años sin él.

No logró detener nada y mucho menos pudo dejar algo para sus amigos. No pudo ayudarles , los dejo solos.

Todo lo que hizo , no sirvió de nada.

Fue patético , un payaso sin dignidad ni orgullo para hacer reír a los trabajadores así como a cada persona y visitante para evitar que sus amigos sufrieran más allá de esos trabajos mentalmente demandantes. Con tal de no alejarse de las puertas.

Las flores fueron la clave. De otra manera nunca verían la luz de esos focos incandescentes y tematizados de mediodía.

Todo se reduce a su egoísmo.

Si no hubiera encontrado las flores en el bolsillo que robó … ¿Cómo serían de no haber tenido el apoyo de los corruptos de la compañía?

Él sería el único de todos estos niños que en realidad si mereciera este destino ¿Acaso se escapó de la muerte o de su responsabilidad?

Se encargó de mantenerse en el ojo del movimiento de las flores e inmiscuir a sus amigos ¿De qué sirvió si de todos modos lo traicionaron? 

Tal vez el pasar por todo eso fue su propia culpa. 

Por llevar esa droga afuera en vez de ayudar a los otros juguetes. 

-¿Dónde estás?- pregunta al aire. O quizás sí estaba llamando a alguien.

Sus ojos brillan fijos sobre el cuerpo de una pequeña Bobby , una muy pequeña Bobby acostada sobre su propia sangre en un ovillo.

 

-Hobart.- 

La cabeza del perro se mueve antes que su misma conciencia.

-Dime.- responde aún abstraído.

-Te están mordiendo.- apunta a su costado. En su pata contraria un Wuggy verde patalea y gruñe tratando de morderlo.

-¿Ehe?- voltea lento a su brazo.

Una pequeña Kissy le muerde el brazo con fuerza , en la peor zona posible y más llena de nudos de tendones . Usa tanta fuerza como tiene uno de estos en solitario y los tantos clavos incluidos en sus muchas reparaciones le muestran una ventaja muy negativa.

No será fácil que lo maten.

Sujeta a la criatura por la cabeza sacándola de su piel como se hace con una sanguijuela.

La mira de frente buscando alguna emoción.

–¿Qué les pasó?- le pregunta al ver algo deprimente en sus ojos.

Una profunda nada. No hay nada , solo el reflejo de su propia curiosidad.

-DogDay , concéntrate.- el llamado es de Poppy.

Al fin escapa de esa profunda red de pensamientos. Suelta a esta pequeña criatura.

-¿Alguien representa a estos niños?- pregunta a Poe.

El ave niega.

-Hace meses dejaron de hablar y solo atacan a todos. Sin excepción , solo matan y beben sangre.- lo responde contagiado por el malestar.

El perro mira a la criatura.

-No tenemos como secuestrarlos ni cómo transportarlos y los humanos están por llegar.- su rostro sube a lo alto de este lugar.-No creo que podamos matar…-

En blanco. Su mente quedó en blanco.

En cuanto su cabeza procesó qué sería mejor liberarlos , quedó vacío.

 

 

El grupo lo ve quedar en ese estado oscuro. Sus pupilas apagadas y sin brillo.

Theodore le toca la espalda.

-¡Todo estará bien , solo tenemos que esperar!- camina seguro a la puerta cerrada. Se queda ahí , gira y apunta a la puerta con ambos brazos.

-Henry , la puerta.- 

-Solo se abre por dentro.-

El perro suspira siguiendo al muy sudado, y lleno de tierra Henry , todos lo hicieron.

El camino fue difícil , la preocupación del perro por la dificultad de Boxy para seguirlos le molesta cada vez más. Estarían en problemas muy pronto.

-¡¡Puedo olerte ,Poe!!-

El ave quedó a medio paso.

No había pensado en el olfato de sus compañeros.

El grupo le mira preocupado ,o en caso de Kissy amenazante , añadiendo la frustración de Poppy.

-Debo hablar con ellos.- les avisa retrocediendo para volver con quien lo llama. 

La sala de máquinas está a unos metros y seguramente sería difícil encontrarse si se separaban ahora.

-Puedes irte , tu lugar junto a nosotros estará esperándote.- le asegura Poppy con un tono suave.

El ave mueve la cabeza retirándose.

-No siempre hacer felices a tu amigos es el mejor camino , aprende de mi , Carl.-

El ave lo mira por unos segundos.

-Nos vemos.- se despide corriendo a su objetivo.

El reto debe seguir adelante.

Los humanos mueven controles y van de un lado a otro leyendo notas.

El perro y el gato los siguen en silencio , solamente son sombras.

-¿Enserio crees que estará bien?-

-No , lo van a matar.- responde Hobart.

El gato lo mira con las orejas arriba y esa cola esponjada.

En su estupor puede ver algo antiguo. Arrogancia.

Dog Day está siendo arrogante otra vez. Quizás , y solo quizás , DogDay les tiren más fe a todos de lo que cualquiera podría llegar a pensar o creer de parte de Hobart.

 

 

 

Poe encuentra a quién lo llamaba a unos metros del gran montículo.

-Licky.- lo reconoce por su nombre.

La rana le mira desde lo alto , sujetada en una gran piedra de la pared.

-Si ya te habías ido.- señala moviendo una mano frente a su rostro.-¿Para que regresaste?- le cuestiona apuntando su cara.

El ave levanta las garras y le sonríe exaltando su pico. La mejor posibilidad ahora es ser un maldito.

-Simon hirió a papá con una de esas bombas.- lo comparte serio.-Fuimos arriba y mientras yo nos conseguía comida , él encendió una maldita bomba y la lanzó contra CatNap.-

 Tiró al suelo una cosa recortada.

Pelo tirado por ese gato.

El diámetro es mucho mayor al de otros juguetes y no es rizado como el de PJ.

Esta rana levantó los hombros. Y exclama:

-Ta’madre.- mueve la cabeza de lado a lado.-Taquito vendrá en un momento , debes quedarte aquí. Baba está furiosa y algo está pasando dentro de la fábrica.- observa la puerta.-De pronto , todo es raro.-

Poe puede relajarse. Tal parece que Licky le ha creído. Solo debe hablar con él y conseguir su confianza para convencerlo de unirse.

Lento avanza subiendo por el montículo.

-Hay algo más.- le avisa.

Licky levanta la mirada después de haber estado observando al suelo.

-Está bien , dilo.-

-Conmigo-

-Ya hablaras de todos modos.- murmura la rana subiendo más alto por la pared.

Poe eleva las plumas al escucharlo. Esto lo lleva a sentir como el aire cambia.

Al girarse dispuesto a esquivar su rostro recibe el impacto de un cadáver , lanzado por la larga cola , recibiendo por el lado contrario la gran mordida de Allister.

Antes de lograr evitarlo ya ha caído directo al suelo y ruedan.

Ruedan por el movimiento común de los cocodrilos

Poe lo patea en los ojos y golpea , esto solo levanta tierra y cuerpos.

Licky deciso bien al apartarse de esta zona a tiempo. Las paredes sufrieron el impacto de las rocas y otros elementos.

Carla no puede defenderse en esta situación. Rindiéndose al sentir como se rompería sus brazos de continuar resistiendo.

Necesito hablar con ellos.

-No me mates aún.- murmura cansado al ser sometido por el peso del cocodrilo.

-No voy a matarte , solo te llevaremos con Mako.-

Poe suspira al estar aplastado. Otra idea , busca alguna opción dentro de su repertorio al ser arrastrado por el cuello.

Es como cualquier documental animal con una presa siendo paseada por las fauces de un depredador.

Definitivamente él solo no puede contra ellos.

Podría usar el veneno con Mako ,¿Les importaría que esté envenenada?

No. Mako se encargaría de hacerlo pagar antes de escucharlo.

Baba … Ella nunca comería nada que no sea carne o esté fresco y haya encontrado ella misma.

Rabie , no sirve. Solo enfureceria a las dos.

Si tan solo Simón le ayudará.

No. No debe pensar en él después de abandonarlo.

Aún le quedan dos.

Esta rana está sobre la espalda del cocodrilo y el mismo cocodrilo parece relajado con la carga extra.

Entonces solo puede actuar por desesperación sin parecer demasiado interesado por lo que él mismo estaba haciendo. Solo con un objetivo.

El ave disimula lento la apertura de su cierre , dejando caer el pan al suelo con un quejido actuado.

El par se detiene al escuchar algo impactar el suelo y rodar por debajo del cocodrilo.

No.

No tuvieron el control para ignorarlo.

La rana atrapó el paquete mirando este pan con la mirada brillante. Lo abre sin preguntar.

-Espera , no . Déjalo para Mako.- se queja falso y seguido fue real por el peso de la pata del cocodrilo sobre su cabeza.-¡No se lo coman , malditos! ¡Es para Mako , mierda , escúchenme!- grita y patalea golpeando el suelo con violencia.

La rana duda al escucharlo.

-Le dirá a Mako qué lo tenía consigo.-

-Si le creen.- murmura el cocodrilo empujando el pan a su boca.

No pidió ni hizo nada por tomar una parte. La metió a su boca antes de permitir que Licky le diera aviso de su negativa a comerlo todo.

Poe en el suelo observa ya en un berrinche mínimo. Espera a que lo coma para hacer otro ruido sordo.

Antes de poder celebrar internamente llega un ruido desde lo lejos.

Es un disparo.

 

Limpia su boca con el dorso del puño y agarrando a Poe por el plumaje de su espalda.

Allister se oculta en los montículos. 

Los tres avanzan por esta oscuridad apartada de la gran puerta les permite observar a esa avanzada de treinta humanos siendo cazados por el monstruo de colores.

-Creí que vendría primero ese tipo ciego.-murmura Poe.

Lo ven correr de un lado a otro para alcanzar a un hombre armado , mordiendo su cabeza y seguir corriendo. Esta fricción es la causante de la separación del cuerpo y la cabeza aplastada entre las fauces. Gritan y corren o como tres más aguerridos , se detienen a enfrentar la situación con armas.

El ruido muy lejano avisa de la caída de la maquinaria en el túnel de aire.

Han encerrado a estos humanos y sus balas son su única defensa.

Yarnaby ya conoce el poder de fuego de un arma. La superó en velocidad hace años y sería igual hoy.

No.

Este niño no conoce algo , aunque lo viva en carne propia.

La capacidad de los humanos para crear una monstruosidad peor conforme se avanza más en la ciencia. La capacidad y la búsqueda continua de una mejor forma de matar más allá de la fuerza bruta.

La bala que le impacta en una pata es muy diferente a la usada por los guardias hace algunos años.

Era muestra de lo poco que se invertía en seguridad de los empleados a comparación de las modalidades de control utilizadas por los científicos para contener a las criaturas y a los mismos trabajadores.

Resultando en un grito por parte de esta criatura y su retroceso en una huida con la derrota como su sabor predominante. Huye por la oscuridad , internándose por una puerta abierta.

 

Cerrándose nada más esta criatura atravesó en búsqueda de un refugio. Ya cruzando estas puertas sus lamentos llenan la habitación. Chilla lamiendo su pata , llora al sangrar y sus huesos crujir al haber sido heridos o por este proyectil tan extraño.

Era una bala de fragmentación. No una bala sino muchas en un solo cartucho , lo han abierto completamente. Los agujeros grotescos dañan su linda piel de lana tejida , le han arrebatado la posibilidad de pisar correctamente.

Chilla. Duele y no para de sangrar.

Las puertas se abren a unos metros.

Las sigue cojeando sobre tres patas. Sigue buscando un consuelo y una cura para su herida. 

Sus huellas de sangre quedan en esta zona solitaria.

Excepto por que no está sola.

Una criatura verde y pequeña pasa por esta mancha . Cargando una lata de comida sobre su espalda. Revisa el camino , corre por el pasillo saltando bajo una ventilación de aire.

Este ruido de su parte atrae pronto una compañía gris.

Un pequeño ratón sonriente.

La criatura verde levanta un palo para defenderse más es innecesario.

Es llevada por algo más grande al interior de la ventila segura.

 

 

 

Del otro lado de esa puerta los humanos comienzan a recomponerse.

-¡No se queden quietos , debemos irnos ahora!-

- ¡¡¡¿Qué demonios ha sido eso?!!! ¡¿Qué carajos vieron todos ustedes?!- les grita un herido.-

- ¡Era un monstruo! ¡Era un monstruo!-

-¡¿Un monstruo?! ¡Eso era un maldito muppet!- grita un hombre armado.

 

 

El tirador qué logró herir esa cosa les mira aun aturdido por el impacto.

-Esa cosa sangraba.- lo señala temblando.-Esa cosa …está viva.- su rostro lleno de sangre demuestra el poder del disparo qué apenas pudo salvarle la vida. 

Esta no es la razón exacta para recibir la mirada aterrada de sus compañeros.

Es un elemento viscoso y grande , cae como serpentinas de hule por el suelo acompañadas por un torrente de carmín. Son sus intestinos , están fuera y han sido arrastrados y pisoteados por esa criatura en su huida.

Los presentes pueden ver con exactitud cómo este hombre abre la boca dejando caer un borbotón rojo , derrumbándose de rodillas al perderse cualquier brillo dentro de sus pupilas dilatadas. 

Cae al suelo.

El grupo tarda bastante en poder hacer algo además de unirse en una temblorosa bola de pánico.

-Lento.- ordena el líder presente.

Es así.

Lento avanzan. Olvidan esa arma en el suelo ante su premura por dejar este lugar.

Un paso lento es seguido de uno que no lo es tanto. Añadiendo una zancada y después tres más.

Comienzan a correr al sentir este viaje de regreso tan largo y lento como el mismo estado de sus mentes aterradas.

Corren y tropiezan , se empujan y gritan.

Las mesas y el equipo médico que era usado para hacer una disección rápida a un pequeño elefante de peluche son dejados atrás.

Aplastados por la figura de una criatura verde.

 

-No debíamos mostrarnos.- gruñe el cocodrilo.

Poe en su brazo , atrapado con las garras abajo e incapaz de moverse en este momento. Los mira nerviosos y él también lo está , no hay por qué mentir.

Esa arma resonó como ninguna que hubieran escuchado en manos de ningún guardia de la 

-Deberíamos volver.- añade Poe para escapar de la situación venidera.

-Mako está en esa dirección.- Licky suspira.

Tiene que ir tras los humanos para llegar con ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre las ruinas en La Guardería.

 

 

Él era un genio entre tontos.

Solo los tontos creerían que era un estúpido.

Él sabe que es la persona más cuerda e inteligente.

Por eso sabe perfectamente cómo medir a sus contrincantes.

Si la bruma frente a él entra en el espacio entre de sus bracitos , es comida y si no , debe correr.

 Entonces mide a este contrincante borroso con sus bracitos y espera a que se aterren con su magnífica presencia.

 

 

 

 

-¿Que se supone que está haciendo?- pregunta Hoppy con una ceja arriba.-Ya con este son veinte minutos.-

El cuarteto vuelve a mirar al dinosaurio.

Levanta sus bracitos y baila tocando una melodía con sus teclas. 

 

Lo está logrando. Se hacen pequeños y se juntan , si se juntan dentro del espacio entre sus bracitos es porque son chiquitos y puede comerlos.

Solo debe juntarlos en sus bracitos.

 

El gran Pianosaurio perdió el sentido de la profundidad o la realidad misma.

Actuando como un niño que se cree que al aplastar entre sus dedos muy cerca de su ojo de verdad es el cuerpo de otros , un acordeón en su poder. Inclina el cuerpo en una pata y luego otra moviendo sus bracitos en un saludo para juntarlos en su perspectiva suprema.

Es magia.

 Con gigantes no funciona pero los pequeños si han sufrido mucho por su obtusa visión del mundo y veloz cálculo de ataque dentro de su única solución de problemas. Un miope muy perceptivo.

Similar a un conductor que necesita lentes de graduacion n6.

Baila y los junta en su visión.

Rayos , uno se salió de su control al moverse

Debe reiniciar el baile.

 

 

El grupo aún no se mueve demasiado confundidos para entender lo que estaba pasando.

Huggy se había volteado sosteniendo su boca en un gesto exasperado. Había dejado a Henry bajar solo porque se suponía que este era peligroso.

-¿Por qué este tipo no deja de bailar?- gruñó fastidiado. 

-Bubba , ya vámonos.- murmuró Hoppy frustrada.

Bubba levanta las orejas al mismo tiempo que Huggy olfatea sorprendido.

Escuchando como lo último que queda de él partenón es destrozado por un impacto de toneladas.

Es el tren impactando. Entra por los restos del domo ,rodando por encima de la construcción. Choca contra el suelo abriéndose el techo con el estallido de miles cientos de almohadas y gritos infantiles.

Esta vez no es de dolor o miedo.

Están acompañados por risas y gritos triunfantes de pequeñas criaturas y medios bastante felices.

No es dolor. Al fin no es una tortura. 

Hoppy levantó los hombros contenta de verlos. Estas risas la llenan de calidez , la hacen relajarse y temblar aliviada.

El peso en sus brazos es mucho más llevadero.

Bubba comparte este sentimiento.

Entendiendo la razón para ser dejados atrás.

Ayudar a Boxy con los sobrevivientes.

Huggy no recibe tan bien esta tarea , más se rinde.

Debe ser el adulto , no el niño caprichoso.

 

El dinosaurio voltea el baile y muy pronto encuentra un objetivo entre todos los pequeños que corren fuera del tren recogiendo sus provisiones. Dirigiéndose hacia este en una carrera rápida. Hoppy lo sigue lista para patearlo por encima de la cabeza.

Más de frente el tren se abre en dos con un estallido y un grueso rugido de rabia.

Esta criatura roja lo vio venir y sus colmillos los muestra y no hay miopía que le salve de ver el gran foso en su garganta.

Pianosaurio derrapa y cae al suelo tratando de dar la vuelta en huida al ver a uno muy grande enfrente.

 La pata de Hoppy lo aplasta contra el suelo junto a Huggy jalándole por la cola dispuesto a liquidarlo.

Boxy sacude la cabeza. Se había pegado al rodar por la empinada. Mira alrededor y sus sobrevivientes aún lo miran felices y acelerados por ese viaje aterrador.

Suspira abriendo las fauces agotadas. 

El primer obstáculo fue superado.

Les quedan otros cinco.

-¡Ya sácame de aquí , se me acalambra el culo! ¡Boxy , rápido!- grita ese gatito azul aplastado entre cobijas enrolladas bajo su brazo de resorte.-¡Me ahogo!-

-Si te ahogaras no podrías gritar.- lo saca y busca otra caja o transporte entre los restos de Dulce hogar para llevarlo seguro de nuevo en sus brazos.

Esta búsqueda le llevó a dar con la presencia de Huggy Wuggy.

Saluda con un movimiento de cabeza. Deja este tren ya más que inservible. 

 

 

Por encima de La Guardería ese dragón observa al gran grupo reunido y como le dan un arrastre muy rudo al dinosaurio qué robaba su poca comida.

-¿Por qué no estás aquí?- murmura buscando aunque sea el olor de Poe. 

Puede ver algunas plumas repartidas por el lugar pero no a Poe.

 

 

 

 

 

 

Notes:

Todo esta bien , la historia está bien y su tiempo de lectura recibirá el respeto que merece.
gracias por leer.

Por cierto ,adore el capítulo.
Que se note que me encanta la voz de DogDay y el doctor.

Chapter 102

Notes:

Hola , buenas noches.
Si tenían dudas o les nacen dudas sobre este capitulo y las fechas.

Capítulo 24, primer sección por año

 

Capítulo 49, segunda sección por año.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

1987 

En la guardería.

 

 

 

 

 

El perro mueve las orejas y sus ojos brillan agachando la cabeza.

-¿Puedes verme cuando me escondo?- murmura esta pregunta para Theodore.

Ese niño resiste el impulso de mirarlo al apretar las manos una con otra , mira a PlayHouse , extrañando los días onde podían esconderse en los túneles y conversar por horas.

-Puedo verte cuando estás mirándome de lejos.- lo señala mas triste por este hecho que por antes haber sido ignorado por el perro.-Sé qué me buscas , aunque no me hables.-

El perro lleva una mano a su boca.

-Vaya , estoy muy avergonzado…diablos.- revisa el lugar esperando no llamar demasiado la atención.-Yo también te extraño , extraño tanto pasar el tiempo contigo.-

-¿Porque no regresas conmigo?- Theodore dobla las rodillas subiendo los talones a la banca.-Escapa de una vez , deja todo por mi.- el niño mueve los pies en esa banca . Bastante relajado ahora que ese perro se sienta en el borde de metal a su lado , esa pose de delincuente le gusta incluso desde antes. No es consciente de lo grande que es el peso de sus palabras sobre Hobie.

La cobija cae por sus hombros. Observando la sombra del perro fundida con la suya.

Con su propia figura. Sube la cobija sobre su cabeza para imitar la figura animal del perro.

DogDay le puede decir algo de lo fácil que fue imaginarse abandonando todo junto a él , egoísta y cobarde anhelo por dejar todo he irse solos. Afuera , irse de una vez por todas , dejar todo atrás.

-Te amo.- lo confiesa una vez más.

Esbozando una tenue sonrisa sus mejillas se colorean sin levantar los ojos. En sus manos esa botella de leche saborizada a vainilla le ha llenado de agua los dedos. Escuchar al perro decirle algo como eso le era difícil ahora que no deberían estar juntos.

-¿Por qué no debo mirarte?- pregunta sobando su mejilla caliente con la botella.

El perro mueve la cabeza al no ser correspondido su anhelo , otra vez.

-Para qué ellos no vean que estamos hablando.- el perro deja ese lugar para cambiar de lado alrededor de la banca.-Suelen …- queda a medias al darse cuenta de lo que estuvo a punto de decirle a Theodore y cómo podría asustarlo.-No debo hablar con los niños por demasiado tiempo.- saluda a una visita acompañada por un trabajador.

Este le hace una señal para que vaya a otra zona.

-Me tengo que ir , cuídate.- se despide abandonando el lugar.

Este niño lo sigue con la mirada. Oscureciendo sus pupilas la soledad.

Pronto a su lado llegaron esos hermanos con una bolsa de papel cada uno.

-Picky nos dio pescado frito , come.- le ofrecen un pedazo a escondidas.

Nada disimulado al ser tres niños apretados en un círculo en esa banca en medio de los jardines.

Theodore prueba el pescado con una sonrisa. 

-Le falta salsa de anguila.-

-Si , eso. Hace mucho no comemos anguila.- lamenta An recordando algo de su pasado. Al levantar la mirada sus ojos van a una esquina de la casa.

Sus ojos se cierran y abren al ver algo curioso.

A Kickin en una ventana huyendo de una mujer rubia.

Su atención baja lento devuelta a su comida. Dejando de lado el malestar que invadió por segundos su cuerpo.

-Damian , ¿Ya viste?-

-¿Hum?-

-Si viene anguila.-

Los tres parecen celebrar al levantar ese pedazo de pescado alargado y dividirlo. 

 

En la casa esta ave esta en problemas.

La figura de esta doctora lo sigue de forma extraña.

No le hace nada pero lo sigue con los ojo fijos en la tabla.

-Esto debe cambiar.- le advierte ella abandonando la lectura. Al hacerlo es consciente de haber recorrido bastante camino hasta la otra punta de la habitación.

Había seguido inconscientemente al ave. 

Dicha ave ahora esta unida en la pared y pegada a una esquina como araña.

la doctora retrocede aplicando la distancia mínima con el ave. 

Kickin baja de la pared con los hombros tensos.

La doctora le frunce el ceño al verlo tan asustado por nada.

-Los niños que estas acomodando , deben aumentar. El comportamiento frente a las visitas esta dejando mucho que desear.-

El ave baja la cabeza sin responder.

-No importa si te es difícil , tenemos un trato. Debes cumplirlo.-

en silencio acepta el pedido.

-Si te da miedo tu líder o alguien más de tu grupo , solo dime cual y lo mantendremos lejos de la casa.-

El ave sube las manos a sus pico en un acto nervioso.

Por dentro todo es un revoltijo ordenado.

DogDay les tenía ese plan con el doctor y ya habían arrancado el rastreador de Hoppy y DogDay. No había razones para negarse si ya estaban por irse. Solo les quedaba reunir lo que sea que Dog y el doctor quisieran hacer.

-Bubba , el cuenta a los niños y recuerda a todos sin errores.- informa de esto.

-A Bubba ya lo tenemos aislado en la estación , ¿Aun te parece un peligro asi?-

-Él cuenta todo , el sabe cuantos son y le dirá a DogDay lo que falte.-

-Vaya , deberé hacer más pruebas con su memoria.- anota lo dicho por el ave.

Kickin rasca su picó en un repetitivo tic nervioso.

-Sigue poniendo a los necios y los malos en los salones de castigo , y a los que definitivamente no puedan controlar ni sean un sonriente déjalos en los cuartos de castigo para las noches. No importa si son más de cinco o diez por día.- 

-Demasiados…- murmura el ave conteniendo el horror en una inhalación.

-Eso o me llevo a tu conejita , ¿O quieres ir tú?- lo pregunta apuntandole con la tableta.-¿Quieres desaparecerla?-

Niega retrocediendo otro paso.

-No es malo esto que te pido , estas cooperando más que tus amigos para la compañía. Eres bueno.-

-Porfavor…no siga…- esas palabras fueron asquerosas para su persona.

-Aún así mantendrás el picó cerrada , veo.- inhala profundo.-Haber si vas perdiendole el miedo a tu trabajo.- abre la puerta lista para irse.-Los niños malos dañan a los que sí pueden ir a casa , piénsalo así. Habla con la osa y tráela aquí si la convences.- cierra la puerta al dejar esta habitación.

Kickin baja las manos de su pico a los costados al ser dejado de nuevo en soledad.Nunca metería a Bobby en esta basura.

Su peso lo hace caer de cara al suelo. Pensando en cuánto estaba defraudando a sus amigos y a Hoppy.

Si estas personas se llevan a un juguete necio , nunca lo volverán a ver.

Tal vez los hacen pedazos para crear otros.

Aunque hace años no ven nuevos juguetes más que los de su misma guardería y los números no encajan con las perdidas qué cubre con mentiras. 

Sobre su cabeza escucha una perorata.

Es un bebé despierto tras estar en silencio por esa presencia que los asustaba.

Vuelve arriba. Continúa cuidándolos. 

Por la ventana puede ver a sus amigos.

Afuera el perro está ocupado con las flores y el trabajo pesado llevado entre él y Hoppy. 

Al parecer el trabajo de esta doctora era bastante intrínseco a la presencia de los gigantes y su disposición con los niños de Dulce Hogar. Son parte de su experimento , no hay lugar para las esperanzas más allá de esos minutos libres entre tareas y encomiendas.

Las flores , son su única opción.

-Todo estará bien.- suspira levantando a un bebé en brazos. La pequeña vida ríe al ver su gran sonrisa y sus ojos brillantes.-Te daré tiempo para que crezcas y puedas correr , vas a salir de aquí.-lo lleva a su cuello.

Era confuso para él saber si estaba cuidando de este bebé o de sí mismo al aferrarse a su pequeño cuerpo.

Los Bunzo , testigos y cómplices , antes escondidos bajo las cunas vuelven a presentarse y acompañarlo una vez la doctora se fue.

 

 

 

 

 

 

 

 

En las oficinas aquel hombre de uniforme marrón y cabello y tan oscuro como sus propios zapatos . Camina por un pasillo común. Sus hombros bajos y esos ojos cansados van por delante sin dar más que una mirada de soslayo a otros empleados.

Ninguno le abordará ni le saludara , no cuando es escoltado por tres guardias armados qué se encargan de vigilar qué en su oficina no haya ningún medio de comunicación más allá de su computadora establecida y un teléfono de la misma compañía.

Entra a su oficina al salir el guardia que no tuvo cuidado al voltear sus notas en el escritorio por el suelo. Robando en su cara una barra de Hershey y dejarlo dentro con un empujón.

Sus pies trastabillar al casi caer contra su escritorio.

-Los odio tanto , miserables.- murmuró dirigiéndose a su silla.

Sus notas , aquellas secas conversaciones con los sonrientes , Huggy Wuggy , Mommy Long Legs y otros tantos en la superficie y el sótano. Todas están anotadas en papel.

Le parece raro. Los mira hacia arriba y gruñen algunos pero otros solo le miran.

Inhala y exhala profundamente.

Se conecta a la red de su único enlace y espera a ver qué podría suceder ahora.

Tras algunos minutos esta no cambia de ninguna manera.

Oprime unas notas.

-El seguro.- murmura al recordar colocarlo.

Es rápido. Voltea la cerradura y por fuera golpean su puerta.

-¡A menos que te unas , no entres!- les grita algo desagradable.

Por fuera se hizo el silencio.

La frustración por verse orillado a este punto lo hace regresar de mal humor.

Sus notas brillan , no.

Es un ojo.

Este le parece mirar.

Corre a conectar el micrófono y los audífonos al monitor.

Lo conecta y es claro.

-Doctor , lo veo agotado.- le señala esta voz profunda.

Era sorprendente el parecido con la voz del perro. 

Su pulso golpea nuevamente sus sienes , es algo increíble lo que le espera del otro lado.

-Doctor , hice lo que me pidió.- le anuncia contento.

Este hombre tarda en responder.

-Ya veo.- parece pensar.

-¿Ocurre algo , Doctor?-

-¿Qué día pueden moverse todos los de afuera?-

-Entre viernes y lunes , la última semana de septiembre.-

-No falta mucho.- parece mirar algo en la cara del muy cercano psicólogo a la pantalla.-Prepara a las mascotas , no olvides advertirle de su salida. Deben llevar solo diez sujetos , con esos será más que suficiente para evidenciar los químicos implementados en la materia prima.- 

 -En los niños , Doctor.- es complicado corregirlo. Escuchar “Materia prima” respecto a niños , era demasiado pesado.

-Si , los niños.- cambia la palabra sin emociones.-Escucha , mis creaciones son androides muy avanzados , debes sacarlos antes de que la compañía los entregue al exterior.- 

-Si. Doctor ,¿Me podría explicar nuevamente el funcionamiento de sus sistemas operativos?- sujeta los documentos con los estudios después de hablar con los experimentos.-Estos siete , los sonrientes , son extrañamente funcionales y continúan divagando y tratan de hacerme creer que fueron humanos , señor ¿Como fue capaz de crear este tipo de tecnología?-

-De la misma forma que programas una computadora : Modelos externos.-

-Entonces , ¿Qué pasó con los niños que fueron los modelos de estas máquinas?-

-Jamás existieron , solo son maquinaciones. Mis personajes , mi imaginación esquiva volando durante mis tareas laborales. Un esquema de opciones y respuestas.-

-Es una inteligencia artificial bastante avanzada.-

-Solo concéntrate en entregar mi trabajo al mundo , no pueden continuar atrapados dentro de estos muros.- su voz sube un tono , alterado de golpè.-¡Sácame de aquí , Garfield!-

-Si , señor , cuente conmigo-

-No, Garfield . Esto debes tomarlo como tu misión , saca a estas máquinas , a estos niños y a los datos que te entregue y ya afuera , todo será revelado.-

-Señor-

-De todos en esta fábrica , tu , solo tú Garfield solo tu puede salvar los avances secuestrados por el monopolio.- usa un tono más altivo , sacando un anhelo seco del fondo de su inexistente estómago.-Vas a entregar al mundo su mayor victoria , no serás más un peón , tú serás un héroe.-

A través del lente de la cámara puede ver como a este hombre sin fuerza física real aquella sarta de estupideces le anima hasta darle vida a su rostro gris y llenar de sangre sus mejillas hundidas.

Le da fuerzas y lo enlista a su poder .

-Si , doctor , yo haré todo por liberar su trabajo de esta compañía.-

-Doctor.-

Este ojo se desvanece al oír otra voz aparte del psicólogo poco cuerdo en la computadora.

 

 

Una voz agreste y poco agraciada. Llena de esa vida dura que al psicólogo le falta.

-Te fuiste por mucho tiempo , doctor.- le hace una observación este hombre.

Habla bajo al estar en su reducido cuarto. 

Esa voz profunda se presenta con un suspiro. 

Su único aliado se esfuerza por seguir adelante con esas flores dispersas que sacó ya de la compañía. Su boleto a la libertad y su única rama de olivo para su yo vivo.

-Estaba ocupado con un monigote sin importancia.- murmura desinteresado. Todo el arrebato anterior le es ajeno. Ya no se encuentra actuando.

-Eres un manipulador , por eso los lentes serían lo de menos.-

-¿Mis lentes?- cuestiona perdido.

No recibe respuesta inmediata .solo un sonido que reconoce por su pasado y sube por sus pocas terminaciones nerviosas. Resultando ser el murmullo absurdo aquel que le consuela por las noches plagadas de números y ganancias.

 Cuando todos se van a descansar y no hay nadie violando el santuario de sus ideas en desarrollo. Luchando por ocultar sus secretos y revelando aquellos de menor peso.

Este consuelo es algo meramente absurdo. El sonido de la gotera sobre una cubeta en su recinto o las cucarachas paseando por los monitores para demostrarle que era momento de descansar.

Su miseria lo ha hecho añorar ese sonido asqueroso de patas de bichos en su cristal o la misma quietud.

Los elementos de consuelo son muy pocos. 

-¿De qué estábamos hablando? ¿Qué tenían que ver mis lentes?- le pregunta aburrido.

Entre estos la voz de este tipo de humor absurdo.

-Hablábamos de la secundaria, ¿Te molestaban? Apuesto a que si.-

La voz en el radio pareciera esbozar una sonrisa cutre , más solo es una computadora.

-Si , lo hacían. Eran las gafas.- recuerda poco y aún es demasiado. Recuerda su nariz metida entre libros o fracturada por el empuje de un matón de pocas neuronas 

La voz de ese hombre interrumpe sus recuerdos amargos y como lleno de veneno la comida del perro del gato de ese infeliz de trece años.

-Cuando alguien te molesta por las gafas , no es por las gafas.- le corrige este hombre.

Esta vez a su voz cansada le acompaña un sonido aparte , un sonido de sabanas al rosarse. 

Algo pesado llega afectar al escuchar como el radio por el que se comunican cae en la misma cama. El delirio de verse arrastrado a la cama por alguien más lo enfría. 

-Estas cansado , Doc.- le señala el hombre.-Te sientes y tan agotado siempre , ¿No quieres hablar de lo que te preocupa?-

No.

 Nada de lo que le aqueja es digno de compartirse y menos cuando es tan peligroso para toda la operación. Toda la miserable operación debía ser solo suya.

-Primero tú.- se quita de encima este problema.

El hombre en esa cama de guardia lleva la radio a su pecho.

-El médico me dio un par de pastillas para la sangre.- revisa su mueble.-Al parecer no me matará la homosexualidad sino un coágulo de sangre.- bufa mirando ese paquete de dulces con sus pastillas.

Esa voz tras el radio decide que es frío.

-No lo digas a nadie , te abrirán y jugaran con tus entrañas para estudiar lo que sea que tengas.- 

-Yo me preocupaba por mi cheque.- mira al techo.-Uno de los niños dijo que le gustaba mi uniforme.-

-Diles que te pica la espalda , dejara de gustarle en cuanto sepa que es incómodo.- 

El hombre en la cama suspira.

-Hay niños tan buenos en este lugar , creo que se ofrecerán a rascarme antes que perderle el gusto al uniforme.- gira colocando ese radio en su rostro.-Pienso en suicidarme con una nota sobre este lugar. Allá donde no controlan a la policía , donde no alcanzarán a cubrir la mierda qué hacen.-

-¿Crees que te será sencillo? Que harás si despiertas , después de cortarte los brazos o colgarte del cuello , ¿Qué se supone que harás si despiertas como uno de estos tipos?- 

El hombre aprieta en sus manos ese radio.

-Suenas como un maldito , Doc.-

-Tal vez porque tú y yo lo somos.-

-Soy mejor que tú .- seguirá este hombre.-Como sea , me dedicaré unos días a mendigar el amor de mis padres ¿Qué quieres de afuera?-

No sirve de nada ofrecer algo. Este tipo tras el radio solo le respondería alguna rareza como siempre en vez de pedirle algún reproductor de música o un casete.

-Ve a la playa y mete los pies en el agua , y después te comes un hotdog en el puerto.- 

 

 

 

Semanas después la electricidad en la fábrica falló unas horas después de la salida del regreso de Daniels. Vaya suerte. 

Los gritos de las criaturas en el exterior fueron insignificantes.

En la zona oscura las jaulas se abrieron.

 

Las cámaras siguieron a , no siete criaturas con diez chicos , sino a tres criaturas y cien niños.

Cien sujetos de pruebas huyeron y con ellos liquidaron a todos sus malditos peones humanos.

A todos.

Acabaron con todos.

Las tres malditas criaturas acabaron con su agente desechable y los guardias.

La rabia en esta criatura atrapada en la oscuridad es tal que sus cálculos quemaron más de una computadora. Observando a ese perro maldito …pelear contra el prototipo en una afrenta muy dispareja y aún así , muy positiva.

El perro estaba siendo asesinado.

La interferencia de su último elemento humano causó un rompimiento en sus cálculos. Lo obliga a llamar a la ayuda del exterior.

Ese cuerpo fue salpicado por el prototipo y su sangre.

Lo quería.

Esperaba que el castigo le fuera dado y lo entregarán a su disposición.Dio señales de su utilidad y con ello su poca funcionalidad en el exterior. 

Lo quería , le sería de utilidad.

 

 

Escucha la reunión con Ludwig , ese maldito viejo que lo expulsó varios años , se negaría a admitir que se le dio una oportunidad de volver a ser libre . Lo negaría siempre , siempre lo negaría.

Ese maldito los humilla en una transmisión grabada.

Si estuviera presente podría defender sus intereses. Decir alguna basura para convencer a este asqueroso anciano y darle el verdadero poder a sí mismo. Tomar ese montón de carne y volverlo útil de verdad.

Porque eran genialidades sin propósito.

Solo un estúpido como Ludwig creería que la inmortalidad era ser payasos y niñerops , ciando en verdad edeberin ser herramientas útiles y capaces de hacer del mundo un mar de de sangre para sus interese y no estos muñecos risueños.

Deberían ser suyos.

Obligándose , por radio , a escuchar como sus lacayo engreídos meten la cabeza en la tierra cuando este excéntrico anciano les dice con arrogancia:

- ¿Ustedes querían que acabará con el primer experimento capaz de expresarse?- tan extasiado qué sus arrugas se llenan al sonreír burlándose del grupo que atrevidos se sintieron con el valor de llegar con una solicitud directa para deshabilitar al perro y diseccionar su cuerpo en búsqueda de las respuestas que no los dejaban dormir. 

La orden es de alguien importante , quién solo tenía a dos sobre su (figurativa) cabeza en el laboratorio. 

Además sus caras no podían estar más manchadas por la vergüenza tras ser abofeteados por la parálisis de la coneja en la que depositaban la confianza de mantener a flote las restantes criaturas y la imagen agradable de la compañía. 

-Larguense , junten su vergüenza y larguense.- les ordena moviendo la mano.

La asistente de este viejo les abre la puerta , mirándolos hacia abajo. 

-Retiren se.- ordena repitiendo la orden del viejo sentado en su escritorio y ese suero llegando por la enfermera y secretaria.

El sonido de esas ruedas recorre las conexiones de este radio hasta la máquina.

Deseando como nunca un cuerpo con el cual abofetear a este anciano.

-¡¿Cómo se atreven a venir con esta clase de petición?! ¡¿Cómo se atreven a intentar ir por encima de mí?! ¡¡Malditos animales!!-

El anciano en sus silla abre los ojos y la boca ante la impresión .

-Ah , eres tu , Laura.- como si fuera solo un estorbo en el camino la reconocen.

Son en su mayoría hombres y la mujer aún está mucho mejor arreglada al estar bien presente para todos que a quien verían sería al jefe.

Los científicos no suelen estar atentos a su aspecto personal. Esta mujer rubia no es diferente a todos estos otros científicos pero su ropa y uniforme llevan otro tipo de impulso.

Esta mujer no finge ni se esfuerza por ocultar las horas de trabajo sobre sus hombros.

Grita y entra como torbellino a tirar de las manos del hombre a la cabeza estos documentos y exigencias.

- ¡¡La guardería es mía , mi trabajo y mis procedimientos !! ¡¿QUIENES SON PARA INTENTAR ROBAR MI TRABAJO?! ¡¡VAN POR ENCIMA DE MÍ COMO SI NADA!! ¡¡¡¿Quienes creen que son? Gusanos patéticos sin cerebro o siquiera algo de magnánima inteligencia capaz de crear algo más que carne y tornillos!!!- 

La radio en el suelo vibra ante la exigencia del otro lado por comunicarse.

Esta mujer no duda en aplastar la radio con su pie despedazando el único medio de comunicación de este grupo con su jefe cautivo.

-¡Los niños son míos! ¡Todos los niños son míos , malditos fracasados!- le gritó acercándose al líder de este trío.

El hombre le mira hacia abajo por su estatura.

-Estas tan loca como para llegar aquí con una sandalia en la rodilla.-

El anciano en el escritorio inclina el cuerpo a un lado para ver la pierna de esta mujer con varios rasguños frescos por haber venido corriendo hasta este lugar. Descalza de un lado y la sandalia por la rodilla , el uniforme revuelto y su cabello amarrado con el cordón de un teléfono y no por una liga.

-Laura , estas bien. Tu trabajo no será robado.- la tranquiliza recargando la mandíbula en la palma de su mano para no tener que escucharla gritar más en su oficina. 

-No , lo harán…- respira apartándose del camino.-No les voy a dar más que mis migajas y estoy segura de que esos son incluso mejores que los producidos directamente por ustedes en su matadero.- les señala con hombros tensos.

Este líder suspira riéndose en su cara , burlándose de ella en complicidad de este grupo pálido ,más parecido a vampiros por su nula cercanía al sol en más de un año de trabajo.

-Créeme , allá todos nosotros nos divertimos con tus sujetos.-

Laura levanta los hombros erizandose.

-Espero que divertirse sea trabajar para la compañía y no por tu ego , White.-

La voz del anciano les sobresaltó. Recordando muy tarde que aún no dejaban la oficina del anciano.

Laura sonrió a medias.

-Ustedes deberán traerme un estudio y si sus niveles de contribución es menor-

-Nuestros avances y estudios son superiores a los-

-Contribución , señor White. No desechos biológicos.-

Esas palabras más sencillas son una señal.

Los científicos miran a la puerta abierta.

En esta una avanzada de abogados viene. Deteniéndose al notar algo.

A Laura.

Sus miradas la analizan y desdeñan de inmediato al juzgarla como un elemento poco agradable a la vista.

El grupo científico se retira, hayan perdido o no , con las narices empinadas.

Mientras ella sale de esa oficina victoriosa pero una vez más , mirada de menos.

-Cuando nos visites , te daremos una grata bienvenida ,Laura.-

Ella les sigue con los ojos hechos un desastre. 

El cansancio y su escleróticas rojas por el estrés y el amplio horario laboral de su rama , le hacen invisible.

Al menos eso guarda las apariencias y puede retirarse sin que nadie la vea llorar tan llena de frustración y rabia.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1989

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Abracadabra , esta aca! ¡Abracadabra , estás aquí!- su risa acompaña la de los niños en la sala.

Los pocos bebés aplauden aunque no entiendan nada sobre lo sucedido y sea solo porque esa ave de golpe sacó un ramo de flores de entre sus manos. 

Esta ave amarilla gira y esas flores ahora son una canasta de galletas envasadas con un listón.

-¡Ahora , NIÑOS!- los llama gritando.

Cubren sus oídos y lo saludan. Ríen y patalean al verlo pasear con esas galletas.

-Esto es mío.- gira retirándose. Los niños gritaron al verlo irse con los dulces.

Las visitas se fijan en los niños. En cómo se divierten y algo de esa alegría les llega.

Bobby , la gran osa , por un lado le arrebata la canasta y la levanta en alto para que no la alcance.

 El ave parece luchar unos segundos pero se va derrotado directo al segundo piso.

-Todos tomarán esto y lo repartirán con visitas. Solo a los de aspecto gracioso o las bonitas.-

Los niños aceptan la actividad.

Algunas visitas parecen ansiosas y otras parecen confundidas.

Esta actividad voltea las cosas.

No los hace sentir en control. Los hace estar en los ojos de los niños y no ser quienes observan a los niños. El cambio es perturbador y a la vez los hace conscientes de sí mismos.

Les devuelve a la realidad.

No son perritos sin hogar.

La pareja que estuvo esquivando a niños de piel oscura o no pálida , no tardó en ser esquivada por una niña parecida a ellos , al igual que por un niño de cabellos rubios les dejó de lado.

Yendo directo a una pareja algo apartada y que estaba nerviosa.

-Tú cabello es enorme , pareces una tormenta.- apunta el niño dejando esas galletas en manos de la mujer de piel oscura. Esta temblaba y los dulces cayeron de su mano , más el niño los atrapa en el aire y los devuelve.

-Tú también.- apunta al hombre al retirarse para jugar con sus amigos.

Esta pareja parece sobresaltada y muy nerviosa al ser haber quedado bajo los ojos de este niño.

No era exactamente pequeño , unos diez años y eso era demasiado. O no.

Tal vez no era demasiado grande para su hogar.

La pareja aria les mira de lado , apartándose de esta zona al sentirse rechazada.

A su paso tiran sin mirar atrás los juguetes de una niña sentada en las escaleras de Dulce Hogar.

Esta niña suspira al ver su montaña de tazas de colores tiradas por el suelo.

Desde la PlayHouse vienen los gritos de un par de amigos y sus risas y reclamos llegan como un eco en crecimiento.

-¡No corras corazón!- 

La niña voltea curiosa por el grito de aquel niño tan risueño.

-¡Pues no me sigas!- reclama un segundo niño saltando con cuidado entre sus tazas.-¡Yo soy el omega , los omega son más rápidos que un cohete!- cae al suelo al casi pisar un plato de plástico.-¡¡Soy el omega raider!!- chilla pegado vergonzosamente en el suelo. 

La niña se levantó de la escalera al casi perder uno de sus juguetes. 

-No las pisen.- reclama pensando ya en que podrían estar rotas por culpa de este niño.  

-¡Pero si no te sigo no te atraparé!- este segundo niño llegó a su lugar , en vez de atacar nota los juguetes. Su amigo aprovecha para correr.-¿Necesitas ayuda?- le pregunta al ver sus juguetes tirados. Antes de que la niña respondiera este chico ya recojo la mayoría y los lleva a su asiento en la escalera.-¡Te haces el difícil pero te encanta!- grita al ver a su amigo esperándolo en las escaleras de Dulce Hogar.

Su amigo le muestra la lengua corriendo fuera de su alcance por el comedor. El resultado es caerse ahí también y a su amigo saltando le por la espalda como depredador.

La niña en las escaleras los ignora , vuelve a acomodar las tazas una sobre otra en un arcoiris. El intro de la caricatura de los sonrientes. Acomodando los peluches en su espacio. Incluye un pequeño borrego pintado de negro con plumón y un pedazo de papel con pegamento y pelo recortado de su propia cabeza. Su juego vuelve a iniciar , fingiendo que los escalones son montañas qué saltar con su oveja de color negro perseguida por los peluches sonrientes.

A su lado un adulto de tez cetrina esquiva los juguetes , cargando en sus manos una tabla de notas con el logro de Playtime. Siguen sus ojos la figura de ese niño a lo lejos. Abrazando a su amigo y besando a fuerzas su mano al ser con esto que este otro niño logra evitar que el chico le de un beso en la boca.

Sin inmutarse anota las observaciones sobre este niño y su compañero.

-Si tan solo…nuestros sujetos fueran mejores…- 

Los ve recoger de paso algo tirado por una visita.

No son problemáticos y son proactivos.

La maldita Laura no les permite elegir. Todos son filtrados por algo que no reconocen. Ningún empleado les ha dicho como ella elige a los sujetos de prueba que envía a su lado ni porque todos son tan conflictivos cuando las notas marcan una y otra vez que los chicos de Dulce Hogar eran tiernos y gentiles.

Ya más de uno de sus compañeros tenía mordidas y arañazos qué nunca se borraron.

Son conflictivos y peligrosos. Más al venir aquí , ahora que Laura estaba asfixiada en notas médicas y reuniones con los proveedores de fármacos para su piso , solo ve niños modelos actuando de forma amistosa y ordenada en un caos infantil.

Eran niños felices y activos. 

¿Como demonios ninguno de estos especímenes llegaba a su control? 

-Analiza a las mascotas de Laura. Solo analizas , no juzgues.- 

La orden es de parte del engendro en la radio.

El escalofrío le revuelve el estómago. Odiaba escuchar esta cosa.

Sigue sus instrucciones. Girandose para vigilar el comportamiento de los sonrientes en el jardín.

Su atención cae en esa coneja bailando frente a los niños de un lado a otro y un ritmo hecho por la cerdita con un golpeteo ayudado por los niños que la siguen a su lado. Saltan con ella esos míseros centímetros mientras ella solo gira y parece un resorte al animarlos a moverse con brazos arriba. Corriendo a un lado la siguen y vuelve a girar.

-...y el que se quede quieto es calvo, hermanos! - ríe la coneja con esa voz tan altiva al sacudir con sus manos sus orejas.

 Las niñas la imitan bajando la cabeza para sacudir sus cabellos con los niños también a su lado.

Un visitante atrás del científico ríe junto a su esposa al verlos reírse por algo que él mismo era.

-Vamos a unirnos , tal vez se asustan cuando me vean.-

-Si , la niña que grite primero le dices que es la siguiente.-

El científico los ve unirse.

Sus anotaciones quedan en blanco al ver como una niña se detuvo a verlo y les sonríe a ambos animándolos a unirse al juego.

Era la intención de esa , ahora tímida , pareja el asustar a los niños y hacerlos gritar por su calva.

Una parte oscura de su cansada persona se pregunta si ese par alguna vez habrá escuchado a un niño de verdad asustado. Como él .

¿Alguna vez han escuchado a un niño llorar y gritar con su piel desprendida y la sangre corriendo sobre sus ojos? Esos gritos , evolutivamente hablando , tan preparados para desgarrar el alma.

Para perforar los huesos con dolor y angustia.

 ¿Alguna vez estos visitantes habrá podido escuchar el verdadero dolor de un niño o niña que no puede levantarse al faltarle fuerzas o solo ser un torso sin piel? 

El dolor. La tortura.

La verdadera tortura es la que vive tratando de tragar un jugo desabrido con ese tipo de gritos siempre de fondo. Siempre molestando , siempre haciendo ruido y llorando y babeado y berreando como malditos cerdos hasta destrozar sus nervios.

¿Quién podría soportar un segundo toda la tortura qué el soporta al hacer su trabajo?

-Permiso.-

Sus pensamientos más rencorosos se ven cortados por algo grande.

Es la osa.

Esta osa roja pasa por su lado dirigiéndose a la bodega exterior con ropa sucia.

-Un desperdí…-se detiene ahí. Mirando a esa cosa roja caminando con hombros arriba y alegre.

Estuvo apunto de llamar un desperdicio el tener a esta cosa tan fuerte y útil atendiendo visitantes y a niños más se dio cuenta de algo importante.

Esta cosa era funcional y cordial.

La cordialidad es un elemento de utilidad social y laboral. El utilizarla y saber cuándo y como ahora pedir “permiso” es una señal muy clara del estado de estas cosas de superficie.

Laura no estaba creando juguetes ni dando nuevas formas.

Ella estaba fabricando empleados …ella estaba formando más que herramientas.

Eran trabajadores a su propio nivel de posibles desarrollo. Su práctica de enmascaramiento no los volvía sumisos sino útiles.

Eran esclavos , no mascotas.

-Inverosímil.-murmuró apretando la tabla de notas donde sus observaciones cambian de peso.

Sus estudios eran a base de sus propios descubrimientos en indisposición y transformación a base de herramientas autómatas. 

Él no ve un riesgo , él ve una verdadera afrenta a su propio trabajo.

Su eficiencia creando mano de obra rápida era ahora un chiste. Mientras ellos pierden el tiempo cambiando a un montón de sujetos de prueba y entrenándolos para llevar piedras ,esta mujer estaba poniendo en marcha un estudio inclinado a reemplazar toda mano de obra y posiblemente más que eso en vista las pruebas de estudios en las criaturas de La Guardería.

Esto …era humillante.

-Demonios…- su vergüenza sube a su cabeza con toda la rabia.

Ahora que abre los ojos puede verlos como algo más que muebles.

La eficiencia de la coneja en ejercicio y control de los niños inquietos.

O la organización sin interferencia humana en Dulce Hogar.

Tareas cada vez más absorbidas por estas cosas y empleados más libres en la instalación.

 

-Veo que ya te das cuenta de los problemas que esa mujer representa para ti y para todos.-

Si estas cosas pueden ser programadas para servir a tan extensas opciones…ellos mismos , los científicos , estaban en riesgo de ser desechados o peor aún… terminar en un frasco.

-Es la materia prima.- le llama de nuevo esa siniestra voz , ahora más cercana a su destino y más desagradable , apuntando a su poca estabilidad al presentarse nuevamente.-El enmascaramiento , ese reflejo de defensa , qué Laura implementa en sus objetos de investigación es lo peor que podríamos enfrentar y sobre todo tú que aún tienes un cuerpo que resguardar.-

El científico cierra la comunicación apagando la radio.

Si ella logra estos resultados definitivamente será por la materia prima.

Entonces su desesperación por mantener su trabajo entero lo hace facturar.

-Oigan , niños.- llama al par que jugaba en la sala de Dulce Hogar.

Los dos niños dejan de jugar a las mordidas al ser interrumpidos por este adulto.

-¿Qué sucede?- pregunta el niño aun sonriendo nervioso al verlo tan pálido.

-Ya que están libres ¿Les importaría ayudarme con algo?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras unas semanas la prueba de sueño comenzó.

Los estudios sobre los fármacos del sueño son probados.

Los niños que recibieron dosis acelerantes se mantienen activos.

Laura pasa por las cámaras y su equipo mantiene el mutismo.

-Faltan dos columnas.- apunta ella viendo los perfiles de movimiento nulo en la pared de control. Aquellas hojas largas de papel deberían estar llenándose con las ondas mentales de sus 1600 niños en movimiento. Ya sean los subidos a la superficie o los de La Guardería haciendo las tareas normales.

Esperaba una respuesta como estar dormidos y perder esa línea de pruebas.

-El equipo del jefe se los llevó.- informa un hombre sin despegar los ojos de una gráfica.

Laura dejó de lado la tabla de conteo en esa hoja.

-¿Cuando se los llevó?- pregunta tranquila.

-Hace días , debió ser antes de la programación del sueño.-

 Laura mira a las pantallas.

-Se llevó a dos de La Guardería y ustedes no hicieron nada.-

-Es el jefe.- responden más de uno sin voltear.

La posición de su equipo era elevada pero no así el rango de Laura. Por tanto evitaría meterse en problemas con el verdadero jefe.

Ese punto de vista es el de este equipo .

-Los recuperaré.- avisa sujetando sus notas y registros.

-Ludwig no se encuentra , no te va secundar.- le advierten sin moverse.

-No importa.- decide al tener el registro de ambos niños.-Es materia de La Guardería , es mi trabajo.-

No se mueven.

Ni la mujer de su equipo hace movimiento alguno.

-¡¡Reaccionen , maldita sea , reaccionen de una vez!! ¡¡Es mi trabajo , su trabajo!! ¡¿Cómo pueden quedarse ahí mientras nos roban y se adueña de nuestra investigación?!-

-Tendrá tu nombre pero no por eso eres la dueña de esos estudios.- corrige un hombre en la computadora.

Si cualquiera pudiera verlo , se daría cuenta rápidamente de su parecido con el empleado de infratierra.

-Solo eres una pasa¡No!- gritó al caer contra el suelo , llevándose un fuerte golpe contra el suelo por el arranque de esta mujer.

Esta rubia había sujetando la espalda de su silla y tirado de esta contra el suelo. Añadiendo a su caída un puntapié directo a su estómago.

-Te despido , ve con tu hermanito.- le dice al dejar esta oficina.-Sáquenlo , su sueldo se repartirá entre ustedes.- ordena saliendo de la oficina.

No hay ruido tras ella ni una voz que la acompañe.

Conforme avanza sus tacones son más solitarios aunque este rodeada por todos los otros científicos.

Entró a este departamento por Ludwig , no por aprobar el exámen del departamento , nadie la respetaba y llegaba a ser algo más allá de solo su nombre o género.

Es su simple persona la poca cosa a ojos de estas personas. 

Se detiene frente al elevador. Sin saber a qué piso ir.

Si fuera directamente …nadie la ayudaría y solo causaría que asesinaran a su sujeto de pruebas para no entregarle nada. Y si logra que lo entreguen en el estado que este …seguramente no podría llevarlo a ningún lado sin el apoyo de toda la bola de bastardos de ese piso son leales y cobardes.

 

Sin saberlo su figura es observada por un par de ojos , más allá de una pantalla.

 

Nadie la acompañará a ese lugar. No tiene aliados reales qué no teman a la cabeza que maneja ese piso completo.

Es ella la única de su lado.

Suspira sujetando su rostro. Las lágrimas de frustración la llenan antes de decidir algo desenfrenadamente loco. 

Ir a la guardería.

Sube al ascensor.

Muchos la ven y el rumor de como se acobardó y fue a refugiarse a su propio piso es un eco.

 

El resultado siguiente es sorpresivo.

El atrevimiento de aquella mujer es grande. Y esto es algo inesperado.

 

 

 

En las instalaciones profundas aquellos científicos observan algo que …salió mal.

-No para de morder la misma maldita tabla.-murmura.

El cristal les presenta a esta criatura , aún en vendas y débil , moviéndose con el estómago pegado al suelo. Pisa y se arrastra siguiendo con las patas a esta tabla de colores que le pusieron para seguridad del trabajador en el interior.

El trabajador puede tocarlo por la espalda y sacudir su melena de lana sin problemas.

-Es lo que queríamos.- murmura un hombre.

-Yo no quería un gato.- reclama esa voz en alto.

La materia es buena. La criatura es dócil.

Demasiado dócil y estúpida.

No había otra palabra para describir a la criatura tirada en el suelo con la boca llena por una tabla de colores.

Un guardia entró corriendo. 

-Oigan , les aviso que se metió alguien.- 

Al mirarlo no cuidan su desdén al notarlo sudado y lleno de tierra. 

Pero este fue el menor de los problemas.

-Van a devolver a mis sujeto , o yo los haré sujetos a ustedes.- advierte esta rubia con el grabpack en su espalda.-El sujeto 1166 no estaba programado para intervención externa hasta ser plausible su cambio a Pick Piggy en el día catorce del séptimo mes de este año.- apunta al cristal.- ¿Es ese?- pregunta.

La tranquilidad en su voz es perfecta.

-Laura , vete de aquí , no tienes nada que hacer ¡¡Estás loca!!- gritó al recibir una bengala en la entrepierna , al menos el calor al haber sido el disparo directo a esa zona.

Dentro esa criatura pega la cara al cristal babeando la superficie al ver esa luz pasar por fuera del cristal.

-Eso responde la pregunta.- mira a la criatura en el cristal.-Arruinaron un trabajo completo.- lo dice cansada. El grabpack es pesado y muy fastidioso de usar.-Ustedes simplemente arruinaron a uno de mis sujetos de prueba , uno de los ciento treinta más antiguos y destinados a la fuerza laboral de amplia utilidad multitareas.- enumera la importancia de este sujeto de pruebas.-Dañaron materia prima para crear un perro tonto.-

 -Es un león.- corrige una mujer al fondo.

-Laura , retírate el Experimento fue hecho , ya no tienes nada que hacer aquí.-

Esta mujer mira a la criatura en el interior de la celda de este lugar tan oscuro a comparación de sus propias instalaciones de mármol blanco. Mueve la cabeza.

-Ustedes arruinan años de trabajo para nada.- mira al grupo de científico que ya superó la sorpresa inicial y la mira de nuevo como si no fuera nada.

-Le faltan el respeto a mi trabajo ,a mis años invertidos y a cada una de las pruebas que ya demostré ser superiores a cualquier tonto estudio que intentarán hacer ustedes mismos en este agujero de porquería al que tiran a los enfermos mentales sin utilidad más allá de botes de mierda.- 

La cara de los investigadores y científicos no tarda en torcerse. Llenos de frustraciones y quejas desmedidas. 

-¡¡Vienes aquí a lloriquear por tu mísero trabajo y las sobras de tu inútil labor!! ¡¡Reclama por un respeto que no mereces!! ¡Estás atorada con tus estudios , con tu basura y con esos mismos ocho miserables conejillos sin avance ni retroceso! ¡Eres una patética tonta que va por ahí con una bata y escupiendo fórmulas científicas como si fuera todo lo que se tiene que hacer para procurar a la compañía!-

Laura levanta el grapack al sentirse amenazada por el acercamiento de este hombre.

-Cierra el hocico.-

-¡Cállate , tú cállate! ¡Estoy hablando y vas a escuchar! - le apunta a la cara sin dudar en acercarse a gritar sobre el rostro de la científica más baja que él .-Todos lo saben , aunque no te gustes escucharlo ¡¡Eres una rata de laboratorio a la que le dieron una galleta y se creyó ser algo de utilidad , no eres nada más que eso , nada!!-

Laura abre la boca sin poder ocultar sus ojos enrojecidos.

-Laura , sabemos que les has depositado sentimientos a estas criaturas…- 

Las personas en esta habitación pegaron las caras a sus monitores. Antes veían el espectáculo silenciosamente , ahora solo deseaban esfumarse ante la presencia de uno de estos hombres de gran nombre.

-Deja que te explique algo ,Laura.- le advierte.

Desde el laboratorio la había seguido para descubrir a donde iría o consolarla después de rendirse. Algo de entretenimiento. Ahora está presente y la puede ver de frente con ese equipo para guardias y simples trabajadores en su espalda , pareciendo menos que una becaria ataviada con sus libros como una chica de secundaria esforzándose por ser alguien en un lugar donde su existencia significaba menos que nada.

-Estas cosas son nuestras , no tuyas. No son el depósito de sentimentalismo para una joven mu-

Esta mujer agarró su bata arrancando los lapiceros de su bolsillo. Apenas podían reaccionar al verla voltearse con fuerza , clavando con su mano al desnudo esos lapiceros dentro de los controles.

Esto ocasiona lo esperado.

Dentro esa tranquila criatura gritó retrocediendo. Ruge y chilla de dolor al iluminarse dentro todo. Su cuerpo se retuerce escupiendo una mezcla de sangre espesa.

El trabajador no alcanzó a escapar , muriendo por manos de Laura.

Este científico la mira al verla girarse sin piedad a nada de lo visto dentro y causado por ella misma.

-¡¡No digas tantas estupideces , Pierre!! ¡No sabes lo que dices ni quién soy!- no le interesa voltear a ver a la criatura dentro de la celda ni a los rostros de los otros científicos.- ¡¡¿Amor?!! ¡¡¿Sentimientos?!! ¡¡¡Soy una científica capaz y con demasiado por hacer para que me acusen de frivolidades tan patéticas!!! ¡¡No es por amor a estas cosas, es por el respeto que mi trabajo merece!!- acusa a todos con un dedo arriba.- ¡¡Estos animales , chimpancés sin cerebro o capacidad neuronal de mínima utilidad robaron a mi sujeto de pruebas!! ¡¡Lo robaron tras plantar a uno de sus gusanos entre mi equipo!! ¡¡¡Lo robaron para nada , para un gato grande , para nada más que un fracaso sin cerebro útil!!! ¡¡Uno de mis magníficos trabajos fue arruinado tras años de inversión monetaria y laboral!! ¡Por unos carniceros que no identifican un lóbulo frontal de la superficie del lóbulo prefrontal! ¡Perdedores y faltos de visión!- apunta a la criatura.-¡¡No es por amor , es por mi maldita carrera y mi propio orgullo como científica en jefe!!-

 La cara de este hombre se mantiene fría.

-Ahora , Pierre , di mi nombre y ordenales devolver mi maldito sujeto de pruebas o dame a uno de ellos para compensarme.- lo ordenó furiosa.-Quiero a ese.- apunta al hombre en los controles.

Este parece perder la vida al ser apuntado.

 No era ninguno de los que la ofendió ni cercano al topo , solo era el más joven y de mejor salud.

Busca apoyo en los otros empleados.

Este hombre , con la falta de su bolsillo frontal , da una señal.

-Si , puedes llevártelo.-

Ignora como la pantalla de una televisión parpadea. Su sonrisa nace al descubrir la frustración de aquella cosa en las máquinas. Lo que sea que estuviera planeando en contra de él o de la compañía , se vería frustrado si está …científica se lo llevaba de su terreno.

-Si en una hora lo retiras , es tuyo de nuevo. Sino simplemente ordenare su disección y desecho.- le advierte permitiendo pasar.

Esto da la señal para el control eléctrico.

La celda se apaga y esa criatura puede volverse un lloroso ovillo al sufrir tal tortura por más de diez minutos de discusión.

-Nadie te dará equipo , así como bajaste subirás.- le advierte como último apoyo para el departamento de este piso. -Solo tú , ese grabpack y todo aquello que traigas contigo y de tu propia jurisdicción , nada más podrás usar para llevarlo.-

No puede perder el favor de los trabajadores en contacto con esa cosa.

La puerta se abre del otro lado. Justamente del lugar que ella no tiene forma de llegar. Así como ningún empleado le apoyara.

Haber llegado hasta aquí ya era demasiado para ella.

Laura sujeta el puente de su nariz.

-Así que todo lo que traiga conmigo y sea de mi jurisdicción.-

Laura no podía traer ningún vehículo ni apoyo , ella estaba atrapada entre irse sin nada o ser expulsada en una hora sin menos que nada. 

Laura revisa su bolsillo.

Pierre retrocede un paso al ver un arma salir de su bata.

Esto la afecta obligándola a retroceder un paso por la fuerza de los disparos , más esa pared de vidrio se abrió cayendo en pedazos.

La observan trepar con dificultad por su larga falda y subir a los controles.

-¡Quinn!- lo llama.

No responde. No se mueve , solo mantiene la cabeza pegada a la pared y muy asustado para moverse mantiene la cabeza ahí con esos ojos tontos húmedos por los vasos sanguíneos estallados. Su cuerpo ciertamente estaba recién hecho y en muchas partes la piel sintética se vio destrozada. 

Laura suspira.

-Necesito ayuda.- admite girando con esa arma en manos aún.

-Nadie va a¡Aha!-

 Amarillo.

Sus cuerpos son más honestos al correr a una esquina solo por divisar ese color antes que nada.

El ver bien a la criatura que entra a esa celda con paso lento es esclarecedor.

Miran arriba descubriendo las huellas de garras en el techo.

Las huellas de esta criatura están subidas sobre sus cabezas y el rastro por encima de las cámaras.

-Trajiste a una de tus mascotas.- apunta un científico.

Laura bufa limpiando el sudor en su frente con el dorso de la mano que sostiene el arma.

-Aquí hace calor.- señala desinteresada por lo obvio señalado. Vigila que nadie le disparara ni intentará nada contra su criatura amarilla.

Esta ave llega al encuentro con el gran felino.

Este , aunque sea tan grande como para matarlo de un zarpazo , muestra miedo al haber sido herido con anterioridad sollozando al pegar la cara contra la pared de algodón.

El ave murmura un tarareo.

-Mira.- susurró muy bajo ,solo para el felino.

Este le mira de soslayo. Sorprendiendose al ver un objeto brillante.

Es un caramelo grande de miel.

El ave lo pone contra su boca.

-Vámonos.- le dice al verlo tragarlo muy suavemente.-No debías terminar aquí.- lo toma por el torso.

Estirarse como Dog le es posible solo hasta cierta capacidad. Ser bajo era un problema pero al menos podía llevarlo.

Laura puede ver que el ave no tendrá capacidad para mirar nada en el camino. Guiandolo con un chasquido de dientes.

-Vamonos.- mueve la mano bajando de los controles.

El ave pasa este obstáculo lentamente. Puede ver a los lados pero lo evita.

No por sentirse ridículo sino por el lugar. 

El ruido.

El olor.

Los gritos.

Hay tantos niños gritando de miedo y dolor cómo para volverse loco.

Encestando con su realidad aquello que estaba haciendo.

Empujando a través de las rejas a los niños en este lugar. A este infierno qué él mismo no se atreve a mirar.

La criatura en sus brazos parece asustarse.

-Vas a estar bien.- murmura comenzando el tarareo.

A su paso , al ritmo de Laura y su tranquilidad al recuperar a su objeto de pruebas y su ego , y más tranquila y armada.

Al menos era tranquilo antes de que fuese anterior hombre , aquel grito tan efusivo , saltará desde esa planta y ya estando lejos los dos.

-¡¡Te crees una gran científica por tener mascotas!! ¡¡Tú olvidas que este lugar no está hecho para los sensibles como tú , estúpida!! ¡¿No ves que puedo ver a través de tus lamentos de niña sin reconocer?! ¡Sawyer nunca fue tu padre y lo sabes , Laura!-

La doctora detiene sus pasos levantando el arma.

Esto es suficiente. Si ella dispara no solo perderá a su sujeto de pruebas sino también al experimento que expuso en este lugar

-Ese hombre , te tiene mucho , Laura.-

Ella detiene su dedo. 

No fue un humano ni algún trabajador sino esa ave.

No la ven a la cara por cargar al gato sino sólo escuchan su voz.

Una voz que normalmente no escuchan al someter a las criaturas de este piso a solo exclamar gritos.

-Debe ser el efecto que causan las mujeres más valientes en los hombres cobardes.-

Aquel tipo abre la boca al ser ofendido y por un mero experimento.

Esta ave no es más que una rata , una cobaya o un gusano.

No son ya humanos y aún así lo acaba de insultar.

Laura no sonríe ni parece animada. Su rostro es más serio ahora.

Ya no está enojada. Puede pensar correctamente.

-Camina.- le ordena haciendo un ruido con el arma contra el grabpack.

El ave la sigue. Sigue ese ruido tarareando para el gato.

Es el peor lugar al que pudo haber llegado.

 El olor a tierra es fuerte , su nariz podría sangrar por lo seco y sucio de este oxígeno.

Empeorando por algo más doloroso que nada hasta ahora.

-¡¡Kickin , Kickin!!-

Su pierna es tocada por algo muy pequeño , llamándolo una voz infantil apenas con fuerzas.

-Kickin , Kickin llévame a casa.-

-¡Kickin , quiero ir a casa , Kickin!-

-¡Kickin , Kickin ayúdame , porfavor , ya no me portare mal!-

-¡¿Por qué a él si lo llevas a casa y a nosotros no?! ¡¿Porque a él si?!- 

-¡Papá!- 

-¡¡Papá , por favor , papá!!-

La cabeza del ave se esconde en ese pelaje espeso. 

Empeorando lo malo al escuchar los golpes dados a los pequeños que lo llamaban. Su estómago se cierra con una ola de dolor interno al escucharlos gritar y pedir ayuda sin poder hacer nada.

La doctora lo lleva al ascensor de los laboratorios principales , a su zona designada.

-No voltees , es mejor que crean que no los escuchas.- entran al ascensor sobresaltando al maquinista dentro.-Activalo ya.- ordena al fin relajada al cerrarse el ascensor.

El eco de los gritos van cerrándose con estas puertas.

Kickin no pudo aguantar más al cerrar las rejas.

Laura y el maquinista lo ven caer abrazando a este gran gato confundido.

Llora. Llora a gritos al ahogarse con esta gran culpa y el dolor vergonzoso de haberlos entregado él mismo a esos cuartos de castigo.

Sus amigos …Hoppy nunca lo perdonaría por esto. Nunca perdonaría que él les diera una razón para sentirse merecedores de este infierno a los niños. 

¿Les pasó esto por ser necios o romper un maldito plato? No.

No.

No.

No es culpa de ellos , no es culpa de ellos.

No es culpa de nadie.

Solo es su culpa.

Laura lo mira de lado , pisando su espalda al estar en el suelo.

-¿Lloras ahora para no alertar a tu conejita? Vaya que eres un hombre ocupado.- apunta esta mujer sacando un cigarrillo de su bata.-Al menos sacamos a uno de dos , el otro no lo podré sacar. Ya no.-

Sus manos tiemblan. Pudo haber perdido la vida ,su trabajo y a esta ave directamente pudo haberla entregado a este laboratorio de porquería.

Más logró rescatar a un sujeto de prueba , a uno solo. Ahora se puede fumar algo y relajar el cuerpo.

Perder a uno es mejor que dos.

El gato parece interesado en la diminuta llama de ese encendedor. La mira curioso aún atrapado por el abrazo de esta ave ahora más pequeña y llorosa.

Llevaron con una camilla a ese gato a una celda en terrenos de Laura. Justamente al centro donde no la recuperarán jamás los del laboratorio residual.

Una victoria para ella. Mirando a ese gato ahora jugando con una gran llanta de camión y peluches sin vida en una celda blanca. 

Estira los brazos hacia arriba y suspiró satisfecha.

-Te regresaran a La Guardería , no olvides seguir con el despache. Habrán nuevos sujetos mañana.-

El ave no la mira.

Aún siente el peso y la poca fuerza de ese agarre. Sin saber que le hicieron a esa niña ni porque no tenía dedos. Sin dedos y estando tan débil.

-Oye , deja de llorar.- le llama Laura.-Recuerda que si quieres , puedo te puedo intercambiar a ti y a cualquiera por lo que quiera con esos animales.-lo advierte sonriendo.-Seguramente tu conejita sería útil bajo tierra.-

Kickin agarra su pico afianzando un soporte , algo que lo mantuviera cuerdo.

Añadiendo la realidad de lo que vio y lo que no quiso ver , al peso de su traición. Aceptando la realidad donde lo recordarán y lo odiaran , todos van a odiarlo.

Sus ojos van por última vez hacia ese gato en la celda ya acomodado sobre su llanta de juguete y una sábana de colores. Al menos pudo recuperar a uno.

Este gran gato mira curioso como lo dejan solo. Acomoda el cuerpo en un ovillo y mira sus juguetes nuevos. Duerme , cubriéndose la cabeza con una pata. 

 

 

Lo llevaron de vuelta a La Guardería. La prueba de sueño continúa , quedan algunas horas más.

Camina por los jardines observando a los niños pelear ya algo erráticos tras tantas horas despiertos.

Huye de esta zona de conflicto al verlos pelear hasta caer al suelo.

Puede ver al gato y al perro salir de Dulce Hogar y parecer confundido el líder al verlo afuera.

-¿Que hacían en la casa?- les pregunta huyendo de las preguntas que podría recibir.

-Nada.- mienta tan claramente el perro como su cola se mueve alegre al dejarlo ahí he rise a completar la cosa con las flores. Deteniéndose.

Kickin inhala al verlo analizarlo de soslayo.

-¿Dónde estuviste?- pregunta sospechado de su olor.

La tierra es excesiva en sus patas.

-Me salí , a ver a la planta.- miente.-Dog, ¿Qué podrías perdonarnos?-

El perro levantó las orejas al girar.

-Si lastimas a mi novio , te mato.- le advierte con ese tono risueño.-No te preocupes , yo cuidare de ti y de Hoppy.- se despide ahora decidido a continuar con sus tareas. 

Esa cola no deja de moverse feliz.

El ave lo observa suspirar , volviendo a su camino. Al menos alguien la pasó bien. 

Lo piensa al ver incluso a ese gato parecer más que feliz de camino a los juegos con las chicas.

Ver a esa dirección le hace notar a Hoppy. Ya cansada por las horas de trabajo y cuanto lleva faltando y divirtiendo a las visitas o trabajando con la carga dispuesta por ingenieros.

Resiste el deseo de abrazarla.

-Es por ti , solo por ti.- suspira sujetando sus plumas.-Solo por ustedes.-

 

 

 

 

 

 

 

  Ese gran gato jugaba con esa llanta. La muerde y sus patas la lanzan a otra punta de la celda. 

La sigue saltando en sus patas , la atrapa y sacude abrazándola con las cuatro patas.

-Esa cosa no va durar.- apunta un guardia en las cámaras al ver como es cada vez más un jirón de plástico la llanta qué le dieron hace menos de una hora.

-Trae más , esto será de todos los días.-

-Yo iré por cafe.-

-Trae donas y de chocolate con crema.- le pide su compañero ya afuera con destino al almacén de suministros en búsqueda de algunas llantas.

Al retirarse ambos guardias esté gato queda sin supervision. Un saltando entre los juguetes ,sigue hugando al acecho con las pelota qué rebotan al pisarlas mal.

-Oye , psst , psst…-

Este gato mira arriba.

Esta bocina es suave al escucharse aquella voz.

-Te llevaron de casa pero aun puedo estar contigo.- le avisa sin verguenza.

Este gato inclina la cabeza a un lado y sigue jugando.

-Esto será cansado.- murmuró retirándose al abrirse una rendija para la entrada de tres llantas.

Este gato , sin darse cuenta el dueño de esa voz , intuyo qué esa persona era igual a recibir un regalo. Festejando su nueva adquisición con un ronroneo pausado al morder sus juguetes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

En las puertas al infierno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La estación del teleférico es terrible.

No como antes.

Los cuerpos son menos y aún así , demasiados.

Los gritos en el eco de recuerdos dispersos dentro de la mente de aquella criatura antigua.

Adornando el desastre inicial la presencia de algo tan desolador como un cuerpo doblado sobre un retrete de porcelana.

El perro estaba nombrando a todos los niños que se encontraba y guardado sus nombres en su memoria en esa supuesta forma suya de sacarlos con sus memorias. Era estúpido y parecía una superstición.

Mas las notas en sus manos demuestran que tal vez ese era el gesto más noble que era posible para todas las almas que se verán atrapadas en este infierno , un nombre por el cual ser recordados y salir del infierno de una u otra forma.

Sacarlos es lo mejor y si ya no es posible , rescatar sus almas es lo siguiente a lograr con este viaje sin propósito aparente.

Su pausa atrae a Niko quién no dice nada al llegar y ver el estado del cuerpo recostado en la pared y el retrete como último refugio. 

Las notas en sus manos las comparte con él en silencio.

Niko las lee rápido. La llave queda bajo los ojos de ambos.

-Encontré una cinta.- le advierte.-La reproduciremos cuando salgas de aquí.- mira al cuerpo. De su chaqueta saca algo rápido , en vez de las llaves. Una flor de papel.-Muévete y déja a Riley descansar.- abandona este espacio a paso lento.

Henry aun observa al cuerpo.

La deformidad craneal y la tristeza en esos ojos negros.

Algo viene a ser importante para Henry.

Las notas de la niña dicen que cerró las puertas y el transporte del abismo fue imposibilitado.

Entonces ¿Porque diablos CatNap tenía peleas territoriales con los de el territorio central? La comida en la superficie no escasea y las huellas así como las declaraciones de los sonrientes coincidían en CatNap y el prototipo en una relación igual ¿Qué hacia CatNap arriba? ¿Qué hacían esos gigantes arriba?

Si los malos estaban encerrados como decía Riley ¿Qué es lo que no están diciéndoles las criatiuras? Estos tres años , debieron ser muy ajetreados pero solo el silencio es perceptible. 

-¿Qué fue lo que viste?- pregunta observando ese cuerpo inerte. 

 

El perro y el gato revisan junto a Kissy el estado de las máquinas de transporte.

-Nunca fuimos a la cantera.- murmura el perro.-No me llevaron nunca abajo.-

El gato mucho menos. Su estado subió varios escalones al entregar al perro y recibir el magnífico regalo del humo rojo.

Habían logrado un equilibrio donde su explotación era en el exterior y a base de su imagen y contacto con humanos , a la vez que se presentaban como conserjes y asistentes inmediatos a problemáticas de peso en La Guardería y muchas más zonas cercanas a sus celdas inmediatas y no en esta zona de alto dominio.

El bajar había sido la única actividad que no tuvieron que cumplir ni ellos ni Huggy o muchas de las criaturas de la superficie. 

Cumplieron con su trabajo y lograron conseguir esas posiciones seguras.

Cada uno de ellos logró subir por ser a su manera “Juguetes para un público activo” y obedientes.   

Eran guardias bonitos , payasos , conserjes , guías y basureros. 

Eran herramientas de uso visual.

Y en sus descansos alfileteros o carne de picar.

No había otro uso para ellos.

Lo que fuera que se supone que deberían detener era desconocido para ellos.

El costo de extenderse hacia la salida es esta falta sin excusas de algun lazo con la infratierra.

-No se si quieran escucharnos.- el temor es acompañado por la preocupación.-Nisiquiera sé de donde venían estos niños , todos en la guardería volvían ¿Donde está la granja?-

Theodore puede abrir la boca sobre las actividades ocultas de Kickin , más la mantiene cerrada. Ya sea que lograrán reunirlo y despertarlo o simplemente muera. Todo quedará en como Kickin se haya comportado.

Cuando todo explotara , sería solo problema de Kickin.

Estaba cansado , ya no seguiría metiéndose en los problemas de terceros. Apenas podía consigo mismo.Si esto salía a la luz no sería por él. Aunque Hobart seguramente se enojara al descubrirlo.

-Lo harán si no quieren que los envenene.- murmura una advertencia.

El perro le responde fuera de sí. Tal vez por ser Theodore le cuesta tomar en serio su advertencia.

-¿Con que? ¿Les relataras tu punto de vista de la colonización?- 

Una bofetada. No duele , solo le tapó la cara pero el impacto psicológico fue mucho mayor a un puñetazo.

 -A mi me respetas.- advierte el gato erizado.-Yo no te hago eso a ti.-

El perro levanta las manos y por reflejo también Kissy.

Poppy los imita con la mano que no necesita para aferrarse a Kissy.

Nunca había visto a alguien ofenderse por ser llamado colono. Es interesante que también le ofendiera esto.

El felino se sienta de espaldas al perro.

Hobart de inmediato intenta arreglarlo.

-Theo , perdón. Olvide que no te gustaban esas bromas.-

-No me repitas eso.- murmura con las orejas bajas.-Sabes que era pobre , no soy como ellos. Yo no tengo tu oro.-

De verdad lo ofendió mucho y no sabe por qué. Quizás no quería que su relación se volviera rara como la de los humanos qué insisten en hacerse chistes raciales y los suyos , sobre colonos , no eran sus favoritos. Aunque los hicieron mucho An y Lan , no los soportaba por parte de Hobart.

No es algo con lo que estuviera listo para jugar.

El perro espera un momento y comprueba que puede colocar la mano sobre su cabeza.

-Nada de racismo , lo entiendo…¿Clasismo?-

Theo mueve la cola de lado a lado.

-Soy inglés … claro que si.-

-Entonces dime uno.-

-Ya te dije los que me se.-

-Pues repite uno.-

El gato mueve las orejas.

-¿Cuantos Carlos necesitas para una fiesta?-

-¿Cuántos necesitan?-

-Ninguno , cuando confirmó , la fiesta se canceló.- mueve las orejas.

El perro queda en silencio.

-No te dio risa.-

-Si , si me estoy riendo por dentro.-

-No te dio risa , no es justo.- murmura bajando las orejas sobre su cabeza.

-No , si me gusta , es bueno…es …¿Es por aguafiestas?-

El gato baja más la cabeza.

-Si.- murmura tímido. Hacer bromas le quedo muy lejos como una actividad activa hace años y siempre fue malo cuando lo hacía apropósito. -No te estas riendo , es pésimo.-

El perro siente alegría al verlo hervir levemente.

-Es bueno. Me acordaré después y me reiré fuerte.-

-¿Entonces estas diciendo que viene con retraso?- continúa el chiste.

El pero no lo entiende y solo se frustra más al escucharlo responderle.

-Como cuento de terror adolescente o mi nacimiento , ambos sirven como referencia.- 

-Eres un presumido.-

-Con el gatito que me trae de la correa sería imposible no presumir.-

El gato choca su cabeza con el perro.

Dándole espacio a la pareja Kissy y Poppy se apartan del par , camina la criatura rosa por el lugar. Sus pensamientos giran entorno a la situación oculta en el fondo del mar de sus ojos oscuros.Agitando su entorno el malestar orgánico de algún recuerdo disperso por el tiempo y vivencias.

Kissy es la mayor y la más experimentada aparte de Huggy , ella ha visto lo peor y lo mejor del mundo dentro de esta fábrica.

Conoció a cada niño antes de ser gigantes y asesinos. Los vio crecer y a muchos los ha visto morir muchas veces en sus sueños y luego en la realidad.

Ella conoce lo que es el mundo , lo que es la muerte y lo que es el dolor.

Incluyendo este piso en las cavernas cada vez más profundas por el trabajo de las criaturas dentro de estos muros.

Kissy sabe lo que creció dentro y fuera de los niños. No es una heroína , es una cobarde con suerte para siempre llegar en el peor momento. Kissy conocía este lugar por incidentes pasados , mucho más atrás de ser añadidos estos niños a las filas , cuando era un poco rebelde y la trajeron aquí para cumplir un castigo.

Un castigo horrible.

Poppy también lo conoce.

No había pensado en como a los sonrientes los llevaron directamente de los laboratorios al trabajo y nunca a la prisión. Siempre trabajando al ojo o en la mesa de corte.

Fueron los payasos más desagradables posibles.

Detestable.

Solo conocerlos pudo sanar este odio guardado para estas mascotas risueñas y sumisas.

 Ahora le parecía más peligrosa la misión.

Era sabida la impresión del perro por parte de muchas criaturas que no lo conocían de frente ni personalmente y las cintas donde es un comediante verde para visitas y adultos , no eran la mejor evidencia para su credibilidad como un aliado para las criaturas de infratierra. 

Incluso Huggy sería …no , él mató a demasiados para ser bienvenido por los juguetes.

Poppy y ella comparten esta inquietud. Saber que posiblemente no serían bienvenidas por nadie en esos pisos al ser acompañadas por este par.

Es para Poppy un sentimiento tan amargo ser la encargada de imagen de algún político con demasiados antecedentes problemáticos. Y ella está siendo perseguida por la DEA.

El delirio de ver a Ludwig y a su asistente discutiendo sobre los prejuicios que no pudo ocultar en algunos juguetes que mejor fueron cancelados. 

-La empresa es lo más importante.- suspira acariciando a Kissy.-Vamos a ser libres , no tengas miedo , amiga.- se lo promete sonriendo.

Esta vez esperan a que los humanos terminaran de investigar el lugar.

Su ameno momento de meditación y silencio es interrumpido por voces humanas.

Los cuatro miran a los humanos escuchando una cinta en el interior de la cabina.

La situación en la cinta es clara al terminar. No es un buen lugar al que ir este destino.

El perro mueve la cabeza y los pedazos de sus orejas caen por los flancos de su rostro. 

Esa sonrisa no pierde ocultar el pesar en sus ojos.

Es la zona de los necios y los inquietos que no pudo ayudar. A quienes no pudo entender ni apoyar para mejorar como personas , no logró ayudarles aunque se esforzó.

El no era a quién necesitaban ni quién querían. 

CatNap conoce este lugar por otros elementos aparte de las pesadillas dispersas y el diablo en el centro de todo.

Un par de encuentros poco amables con algunos locos.

-Nosotros deberemos usar el pasaje.- les avisa Poppy.-Abajo es peligroso que usemos cualquier transporte eléctrico.- 

Lo aceptan sin quejas. 

-Debemos adueñarnos de este piso para encontrar el laboratorio y abrir las puertas.- Poppy explica lento el plan.-Es de vital importancia el no molestar a los habitantes , a nuestros aliados.- se los remarca tensa.

Sin quererlo sus ojos delatan su desconfianza sobre CatNap al mirarlo directamente. 

El perro apoya al gato con una caricia bajo su cuello.

Los humanos parecen pensativos después de la cinta. Lento entran a ese teleférico sin apartar su atención de Poppy.

-¿Deberíamos llevar-

Las puertas se cierran y el transporte comienza a bajar antes de que ellos pudieran hacer algo.

Kissy les adelanta saltando sobre el vagón , se abraza a la superficie en una zona segura de cualquier rose de parte de las paredes..

El gato y el perro saltan de segundo agarrándose con la fuerza de sus dedos , el perro , y las garras el gato. Abrazados a este transporte como si de una tabla en naufragio se tratara.

 

 

Dentro Niko gritó desconociendo las ocho garras de CatNap atravesando el hierro.

Henry busca de donde agarrarse. Y evitar ese filo qué podría matarlos de chocar en una de estas sacudidas.

Sobresaltandose al encenderse la pantalla. Guía.

Esperan escuchar alguna presentación por parte de Ludwig sobre el lugar.

No ver un ojo. Un ojo que los recorre de arriba abajo.

-¡Poppy , hay un voyeur en la tele!- le grita a través de las paredes Niko. Por un impulso se sujeta de las garras del gato

Afuera el felino baja las orejas al ser tocado y sus ojos se pierden en el horizonte.

-¡No , Theo , no te asustes! ¡Solo es un amigo!- le grita el perro al verlo a punto de soltarse como cualquier gato sobreestimulado. 

La muñeca afuera, y muy abrazada a Kissy , grita al escuchar a Niko.

-¡No importa lo que diga , te está mintiendo!- les grita desde afuera.-¡No le creas , no le creas nada!- 

El perro le mira curioso por esos gritos agudos y el enrojecimiento profundo de sus escleróticas.

 

El par de humanos no le escuchan por las sacudidas y la voz de esta televisión.

-No creí ver a otros como ustedes , un humano y un negro.-

-¡Vete a la verga!- grita Niko sujetándose de la pared.-Seguro soy más hermoso que tu , degenerado.- 

Ese ojo gira en su lugar. La verdad duele.

-Disculpa , es que casi no contrataban gente de tu color , a menos que…- vuelve a recorrerlos de arriba abajo.-No debieron volver.- suspira riéndose.-Son curiosos , son demasiado curiosos pero tu… queso sin sal…-

Henry levantó la cabeza y su boca la cerró en una línea.

Es claro que esta cosa o lo que sea el tipo tras el monitor , les estaba espiando desde antes.

Niko mantiene la boca cerrada lleno de otro sentimiento frustrante.

-Ustedes , tú …- su atención va solo a Henry.-¿Quién eres tú? ¿Qué eres tú?- 

El palpitar en el cerebro de Henry empeora y sus ojos casi se cierran tratando de controlar su migraña.

-Como sea , solo encarguense de morir de manera que me entretengan.-

 

Afuera los tres gigantes se ven sacudidos violentamente por esta máquina , rebotando y saltando con los frenos y aceleres qué casi logran tirar el teleférico.

Solo la calidad de los metales de los 70’s los mantiene a salvo de la gran caída bajo el teleférico.

Este transporte cae en picada y se detiene volviendo a la carga.

-¡No se suelten!- les grita Poppy abrazada a Kissy.

La voz de DogDay es un grito de alerta sobre un pasaje de rocas , CatNap baja la mirada y la dirige a aquel pasaje.

Hay humanos.

Hay muchos humanos con luces alrededor de una puerta cerrada.

Estos gritaron al ver el teleférico y a ellos. Los vieron y uno de ellos tomó una fotografía de todos.

-¡Debemos matarlos!- gritó CatNap.-¡Dog!- 

El perro golpea el metal antes de decidirse a sujetar a CatNap por el pellejo de la espalda.

-Espera a bajar , esto es muy alto.-

El gato le gruñe aferrándose al transporte. Es pausada la forma en como se procesa lo dicho por el perro dentro de su cabeza.

No es un “No” es un “Espera a que sea seguro”

Su percepción de DogDay cambia conforme más escucha su verdadera naturaleza. 

No es absurdamente noble. Solo es inteligente y precavido. No niega el riesgo que corren al ser vistos ni que tendrían que acabar con sus vidas por verlos. Solo quiere eficiencia.

¿Exactamente quién es Hobart? 

El teleferico deja esta zona entrando a una torre de concreto.

Esta se sella con ellos dentro.

No.

El perro lanzó una de esas varas de hierro clavandola entre las puertas.

-Kissy , quédate con Niko y Henry. Iremos por esto.- lop pide bajando del techo.-Theodore , ven.- lo llama.

El gato salta por delate empujando con las patas traseras esa corta rendija para salir los dos.

Kissy les mira curiosa.

Ya había sabido de los asesinatos del perro en la fábrica. Lo que no tiene sentido , ¿Como se libro tantas veces? 

Camina a la puerta del transporte. Los dos humanos estaban recuperándose pegados a las paredes y sudados en frío.

-Eso no fue bueno.- gruñe Niko agarrándose la boca.-Me dio náuseas.- empuja a Henry afuera.

Este compañero vomitó en el suelo junto al teleferico. Kissy se aparta cubriéndose la boca.

-Debiste tragartelo.- apunta Poppy mirando al humano limpiándose la mandíbula con la manga.-Si llegáramos a detenernos por mucho tiempo sería un problema sabiendo que vienen los otros tras nosotros. Aquí es limitada la comida.-

-Ya se …pero no pude , es asqueroso.- lamenta enderezandose a medias. No , solo camina como un abuelo por un metro antes de revisar con los ojos rojos este lugar.

Sucio. Oscuro y de metal.

-No reconozco esta zona.- determina al final.

-Pues yo menos , así que comienza a carburar algo información. – le presiona Niko avanzando por el pasillo abierto. Su camino lo llevó a una gran jaula abierta. Dentro no hay más que arañazos y dibujos raros en la pared. Esa celda estaba rota por fuera.

Su mirada va al teleférico con una mano arriba.

Las garras del gato dejaron un diámetro de 18cm.

Al volver a mirar a la jaula utiliza la misma medida de comparativa con sus dedos a distancia.

Hay un radio de 25cm en el diámetro central de los arañazos.

Baja los hombros y mira a Henry revisar los controles.

-¿Kissy , puedo preguntarte algo?-

 Poppy responde.

-Claro , pregunta lo que necesites.-

-Es para Kissy.- le apunta apartando se de esa jaula sin dejar de vigilar la.

Kissy ,mueve la cabeza aceptando la interrogante. Poppy parece nerviosa.

-¿Todos los chicos de este piso son como tú o son como las criaturas de la puerta?-

Kissy baja los hombros abrazando su propio cuerpo.

-Kissy no puede hablar , así que te responderé yo.- le aclara Poppy.- No , aquí hay solo monstruos , algunos aliados y el prototipo.-

 Niko parece tranquilo con esta respuesta.

-Debemos buscar otra mano.- le avisa Henry buscando como salir de esta zona.

Niko le sigue. Algo le parecía fuera de lugar con esos arañazos.

 

 

El perro atraviesa el pasillo sacudiendo a todos por su velocidad. Atrapa a un humano de entre todos sin importarle qué gritara al verlo.

Levanta a este humano y le arranca la primera capa de ropa.

El maldito logo de Playtime brilla en el uniforme tipo jersey.

El perro lo gira mostrando en alto. Al miembro de este grupo.

Estos parecen fuera de si.

El arma es levantada apuntando directamente a su cara.

El gato aterriza desde arriba aplastandolo con las garras , volteando la cara al ver lo que hace años este perro quería hacerle al humano que le pateo la cara.

Agarrarlos en alto e impactarlos contra el suelo para pisarlos y patear los restos contra el que corriera abandonando la escena volviendo el pasaje un charco rojo.

Observa disperso.

Su percepción sobre Dog cambia. Oscurece al verlo cometer estos actos de violencia y hacerlo con tanta fuerza como para dejar nada más que carne picada.

No los prueba.

Y comprueba que todos estén muertos.

-¿Porque están aquí abajo?- pregunta el perro recargandose en la pared de esta zona externa al gran edificio.

Su gran mochila es un estorbo.

-Theo…- lo llama mirando los restos.

El gato viene lento a su encuentro , pegando su frente con su mejilla.

-Lamento esto.- 

-Te vi tranquilo.-

-No lo estoy.- revisa sus manos llenas de sangre al igual que sus patas.-Esta fábrica no es buena , me hace mal.- mira arriba. Al techo de roca y tierra.-No hay papel tapiz.- murmura.

No hay un cielo falso al que mirar.

El gato mira al mismo techo de piedra.

-Creo que yo siempre merecí esto.-

-No es cierto.-

-A diferencia de ti , nunca fui bueno. Nadie me engañó ni me mintió , yo simplemente decidí ser malo y hacer cosas malas , porque creía que eso era bueno para mi familia.- su culpa es sacada del fondo.-Me pregunto si yo traje la enfermedad de mi madre , todos los días lo pienso y cuando lo olvido es como ser libre y eso no me hace sentir mejor. ¿Por qué tuve que hacer todo esto?-

El gato ronronea por un impulso lejano.

-Eres bueno , por eso estás aquí.- tira de su hombro animando lo a seguir. Era lo mejor para ellos , seguir adelante.-No les hiciste esto , a nadie le hiciste esto pero quieres arreglarlo. Eso es bueno.-

DogDay mato a estos trabajadores inocentes. 

Él acabó con la vida de víctimas como él. Es definitivo , ninguno mantenía las manos limpias y debían seguir adelante. Ya hundidos solo queda subir o caer aún más.

Al menos hoy Theodore quiere subir , salir juntos del atolladero.

El par regresa a la edificación trepando por los muros.

 

Las cámaras les vigilan silenciosamente.

 

Las puertas que habían atravesado han sido cerradas. Sus ojos buscan otra entrada.

-No creo que debamos ir por otro lado.- apunta el perro. Camina alrededor de esta puerta.-No hay como abrir.-

El gato observa alrededor.

-¿De verdad no conociste nunca este lugar? ¿Ni cuando eras solo tú?- lo pregunta ahora qué todos estaban ausentes y DogDay podria ser sincero. 

El perro es así ,es honesto y seco.

-Me hicieron pruebas diarias , una tras otra y no podía levantarme o seguir el ritmo.- no le interesa tanto hablar de algo antiguo.-Al parecer el incidente adelantó mi cambio por varios meses y todas las pruebas que serían para el grupo las hicieron en mi.- se detiene frente a los controles.-Podemos aguantar cargas eléctricas de alto espectro , temperaturas excesivas , impactos de toneladas y toxinas variadas. El plástico en nuestra capa superior es débil al fuego pero la carne interior puede sanar mientras la recubra el compuesto inyectado.- mira al gato.-Tú sabes que solo si nos queman , nos dejan sin nuestras cabezas o de sangrados , es que podemos morir.- 

El gato mueve la cabeza nervioso.

-No te estoy recriminando. Es solo que si eso llegará a pasar …quedarme a la mitad o sin extremidades…- mira la puerta.-Matame.-

El gato pierde pelo de golpe.

-No , no voy a matarte.- su voz queda en un hilo.

-Si matamos al prototipo será sin dejar nada de él y por tanto , no me podrás reconstruir.- golpea los controles arrancando los cables y la misma pared. Es difícil abrir las paredes por su falta de garras , más arrancar la pared siguiendo los cables y el aire acondicionado lo llevan a una zona interior en alto. Es un pasillo y algo cayó del la zona que golpea.

El par dentro junto a Kissy parecen recuperar el aliento al verlo asomarse.

Saluda moviendo las mano. 

-Vamos , Theodore.- le llama.

El gato tiembla al ser llamado. Suspira siguiéndolo.

No sabía si tendría fuerzas para cumplir tal deseo por parte del perro.

La nueva mano es visible en el equipo de Niko.

Bajar por esta pared conlleva saltar pegado a la pared el perro y el gato rebotando de una esquina a otra en zigzag.

-Hay niños en este piso.- avisa Henry.

El perro se esponja animado.

-No te emociones , están locos.- le corrige Niko. Apunta a una puerta de hierro.

El perro va hacia esta abriendo antes de que el felino pudiera advertirle.

El perro abrió y su visión es muy buena , demasiado buena para procesar cada detalle y profunda sombra en esta celda de algodón y cuero.

Primera diferencia con ellos en las celdas superiores.

Dos pequeños desconocidos sobre un cocodrilo drenado de toda gota de sangre. Lo comen hambrientos.

El perro atrapo a una rana amarilla por la pierna . Sin cuidado los mira a los ojos pisando al segundo que trato de escapar.

Mantiene a esta rana en alto tratando de ver algo de luz en sus ojos.

Este parece solo asustado y grita entre manotazos. Tiene un aspecto lindo.

-No se que les pasa.- murmura liberandolo.-Los experimentos de nuestra zona …no estaban tan perdidos.- su murmullo es interrumpido por algo bueno.

Esta rana acaba de hacer algo que al perro le anima bastante: Espera a ver libre de su pata a su compañero cuervo.

Al liberarlo estos dos se van corriendo de la mano y aunque volvieron a ponerse a cuatro en su huida , el atisbo de familiaridad ya esta marcado con fuego dentro de su corazón.

Al girarse no solo es él. 

Henry también parece conmocionado por ese acto tan sencillo.

Incluso si mataron para comer , aún son capaces de pensar en la compañía del otro como una necesidad.

Hay un medio para salvarlos , solo tienen que buscar cómo controlarlos para llevarlos consigo.

Este positivismo termina con la voz profunda del perro.

-Son cosas muy curiosas , ¿No es así? Los animales.-  

El perro se sostiene la boca girando al mismo tiempo que el resto.

Esa voz es suya pero no viene de él. 

Ellos no habían escuchado las bocinas dentro del transporte.

Había una bocina sobre su cabeza. Resonando su propia voz mecánica dentro de los circuitos.

-¿Qué carajos? ¿Tienen piezas intercambiables?- les cuestiona Niko. Antes no se percató al estar más concentrado en no morir atravesado por esas garras en las paredes o romperse el cuello en las sacudidas.

El gato levanta el lomo en un arco perfecto y completamente fuera de sí les avisa quien es este tipo.

-Es el diablo.- advierte.-Es un maldito.-

Esa voz ríe estremeciendo los muros.

-No , el diablo seguramente tendría miedo de este lugar.- ese ojo los recorre , fijándose en ese humano.-Tú estás al límite pero tú …- la pantalla cambia abriéndose la imagen de una televisión más cercana a Niko.-Tú cuerpo está por derrumbarse , ¿No es así?- 

Henry le analiza rápido. El objeto de interés de esa cosa parece estar en Niko y es algo visible al mirar lo él y no el mismo Niko.

-¿Qué carajos?- le pregunta al ser observado con esa intensidad. 

Henry pierde el poco color de sus mejilas.

 -Dime que esa no es tu insulina.-

Niko baja la mirada a su chaqueta. Las manchas vienen de su mochila.

Saca una mano del control para revisar el interior.

Su medicamento fue roto por las garras de uno de esos pequeños de colores.

-Carajo.-

Esta voz repite una risa airada al verlos palidecer.

-Veo a la mascota del prototipo , 1-1-8-8 ¿Qué haces tan lejos de casa?- le pregunta mirándolo por el lente de una cámara.-El sujeto presenta pérdida excesiva de masa muscular… una respiración agitada y marcas dispersas por su cuerpo ¿Será acaso que este haya sido sustraído contra su voluntad de su hábitat común?-

El felino mueve la cola en advertencia.

-O puede que este haya recaído en sus antiguos comportamientos-

Aquello que fuera a completar su observación es interrumpido por ese perro destrozando las cámaras con un pedazo de hierro arrancado del techo de alambre de las celdas inferiores.

Este acto fue tomado con naturalidad por esta voz.

-Vaya , eres tú … no.- ese ojo pasa de pantalla en pantalla.-La colorimetría de tu pelaje es distinta al lente…¡Oh!- exclama divertido. La sorpresa le hace parecer tan altivo como aburrido , falso.-Eres la última basura poco humilde que tuvo el goce de liquidar de sus filas con acto presente aquel viejo asqueroso.-

El perro mueve las orejas. 

-Algo , en las paredes.- les avisa tirando ese metal de sus manos.

La muñeca toma en sus manos el cabello de Kissy.

-No hablen con él.- les advierte Poppy.-Es un manipulador.-

Ese ojo gira , la voz resuena y golpea las paredes.

-Vaya , la muñequita está devuelta.- anuncia.-La muñequita traicionera y el perro de los traidores…- su voz termina en nada.-Dos criaturas que cuyas vidas valen menos que un movimiento de muñeca.- ríe burlándose de la rabia en cada uno.-Ambas ebrias de deseo , ebrias de por el delirio de un poder inmerecido.-

Un sentimiento amargo sube por su cuerpo. Esta voz era suya , no.

Esa voz era la puesta en su garganta por los científicos. Le dieron la misma voz que a este tipo.

Kissy cubre con su mano a Poppy , no pierde de vista el ojo ni a las puertas. Dobla su cuerpo preparándose para lo que fuera a llegar.

-Como sea , continuemos con nuestro estudio.-

El grupo escucha un ruido metálico cerca de ellos.

Las puertas se abren por cada lado de esta habitación.

Del interior un número incontable de estas criaturas escapan corriendo en su dirección.

Con el salto del primero y el salpicó de sangre al ser mordido el gato por un punto ciego deja claro el peligro de estos.

No son débiles ni suaves. Su material es el usado en los cuerpo grandes pero en estas figuras pequeñas. 

No son como los sonrientes de media estatura.

El material es más duro.

Esto lo hace patear a más de uno y sujetar a Theodore.

Son demasiados.

-¡Cierra las puertas! ¡A ellos les da miedo desobedecer al doctor!- les grita Poppy , tira del pelo de Kissy para hacerla moverse de la mayor acumulación.Kissy gruñe trepando por las paredes y sobre los bordes de las puertas.

El número no disminuirá sin importar cuántas puertas cerrarán. 

Theodore siente demasiada presión , el ruido y las mordidas qué el perro recibe le llegan a doler aunque no lo alcanzarán por la insistencia de este idiota por mantenerlo fuera de peligro.

-No vamos a soportar esto.- murmura esquivando al perro.

-¡No los mates!-

CatNap deseaba aplastarlos y arrancarle la cabeza y colgarlo para que descansará sin molestar a nadie. Cuidarlos , llevarlos a dormir.

No.

Aguanta este deseo y corre entre las criaturas para atrapar a los humanos en su cola.

Los lanza por encima de los escombros y trepa apartando se del alcance de los pequeños. Es 

Su acción.

Medida y rápida lo delata.

A descubierto sin pensarlo aquella gran falta en su cuerpo.

El humo. CatNap perdió el humo rojo.

 

 

-Suficiente.- dicta esa voz.

Aquella ola de pequeños se retira de forma ordenada.

El perro , más rasurado que herido , revisa de inmediato a CatNap.

Sus garras llenas de esas mismas marcas y las mordidas que se llevaron su pelaje. El perro lleva esta garra a su boca.

-Lo hiciste bien , muchas gracias.-

El gato bufa recargándose en su cuerpo.

-Ya debe saberlo.-

-Si es que le creen.- murmura el perro.-¿Recuerdas que tengo esas cosas?- 

El gato suspira resintiendo el ardor en su piel de esos días.

-Eso…esa cosa asquerosa.-

El perro baja esa gran bolsa.

-Si , eso.- 

Poppy le mira de soslayo , acariciando a la asustada Kissy. Los vigila.

Ese gato ya dio una señal sobre la inexistencia de ese humo. De otra manera no veía porque CatNap no lo usaría cuando su control en este era envidiable. Su fortaleza y como lo usaba tanto como advertencia como un lenguaje.

El resultado sería , en muchas formas. Una gran derrota para el gato en el escenario pertinente.

-DogDay no debió incluir a CatNap al plan.- murmura sólo para sí o para Kissy. El deseo de vengarse…de vengar esos meses atrapada en aquella caja…es más fuerte que su deseo por aferrarse al perdón que debería sanar sus heridas.

CatNap no tiene humo…por tanto su utilidad no es mayor a la de Kissy. 

Aún así , con esa importancia , sigue sin ser Kissy …él si es desechable y el perro no es diferente.

Huggy está aquí por ese humano y los otros dos solo quieren irse.

Si.

Kissy interrumpe sus pensamientos con una caricia a su nariz.

Las señales de sus manos son sinceras.

Une las palmas una con otra y las lleva a su pecho y luego a su boca. Apuntando a Poppy por último.

“Si se une y está con nosotros y se esfuerza por nosotros , es parte de nosotros. Es familia , como tú y como yo.” 

Poppy debe sujetarse la falda para contener un murmullo.

-Cierto ,es verdad , gracias Kissy.- sonríe poniendo su frente sobre la mejilla de Kissy.-Cuando me asustó creo que me vuelvo algo mala. Gracias por recordarmelo, querida amiga.-

A unos metros el par humano se levanta del suelo , tras ser lanzados y rodar como bolas de boliche , mirando a esas pantallas.

-Estos tipos creen que somos de hule.-

-Tu serias de algodón.-

Niko baja las cejas.

-...hijo de puta , te vengas ahora. Le diré a tus padres que eres una verguenza.-

Henry le guño frasutrado por haberse visto arrastrado a su mismo nivel rancio.

-Y de paso me los presentas.- murmura caminando directo al pasillo.-Necesitaremos más manos.- 

-Seguro que con dos no lo abarcas.- mueve la ceja molestándolo.

Henry se río por un segundo.

De fondo la risa el perro hace a CatNap voltear acusador.

-¡Ya , ya basta! ¡Quiero ir serio y deprimido , en paz!- le reclama Henry después de haberse reido.-Debemos buscar algo y luego…¿A dónde?-

-Si , Poppy. ¿A dónde debemos ir?- le pregunta Niko.

Poppy junta las manos y ríe emocionada.

-A un buen lugar. Ahí nuestros aliados nos dirán como se ha desarrollado el escenario y armaremos un plan que el prototipo nunca podría imaginarse.-

-Suena decente , niña.- suspira Niko colocando las manos en la cintura. Por ese único segundo pasa sus ojos fijos en el suelo. Pensativo hasta parecer enfriarse como el hielo.-Sigamos , guianos maestra del calabozo.- 

Kissy mueve la cabeza y los guía a su ritmo tranquilo. 

Siguen adelante.

Henry vuelve a revisar a Niko.

No se encontraba en posición para decir si esta falta médica sería peligrosa o si Niko en realidad era del grupo especial que puede sobrellevar esta situaciobn fácilmente sin su medicina. 

Pasaron ya con este mismo, tres días dentro de la fábrica , seguramente los agentes policíacos deberían tener algún botiquín. Más el regreso les traería muchos mas problemas que soluciones.

No sabían para nada como podría ayudarlo si llegaba a tener un episodio ni sabia que tipo era el de Niko. 

Con disimulo revisa sus bolsillos , más adentro no encuentra más qué unos chicles.

Si. Ahora recuerda que se comió todas sus provisiones por estrés en La Guardería y no recojio nada al bajar.

-¿Y ustedes cuando van al baño lo hacen por uno o dos agujeros?-

Si Niko logra mantenerse vivo antes de necesitar su medicina ya será una victoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

Notes:

Juego de rol entre niños.
Lamento usar solo el perfil del personaje para saber quién sería cada uno.
Ernie un motociclista de los 70's en una serie de hanna barbera y Mark un personaje de Robin Wood.

Sip , la escritora se revolvió para darle sentido al texto.

Chapter 103

Notes:

Hola y buenas noches , días ocupados.
Pocos diálogos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997 

 

En las ruinas de La Guardería

 

 

 

 

Hoppy aterriza sobre sus patas traseras estira las manos pero de entre sus garras se escapa una pequeña Picky , gruñe revisando las tablas apiladas sobre otras en los restos de las oficinas de Dulce Hogar. La pequeña logró escaparse e insistir solo causa más peligros para quienes se escondan.

El miedo a ella y al resto por parte de los pocos sobrevivientes vuelve difícil la tarea de llevarlos consigo a ese lugar aterrador y desconocido para los habitantes de La Guardería. Gritando todos al verse orillados a buscarlos y sacarlos de sus escondites.

-¡¡Chicos , niñas!! ¡Debemos irnos , todos debemos irnos , debemos irnos ahora!- insiste Hoppy abriendo puertas con su fuerza bruta.

Bubba al fondo arrancando el suelo para ver a algunos esconderse en el interior de las máquinas ocultas bajo el suelo.

-¡¡No se escondan , debemos irnos antes de que lleguen los humanos!!- los llama Hoppy sabiendo y escuchando como lloran al correr alejándose de ella.

-¡¡¡Si no salen , me los trago!!!- ruge Boxy sin moverse.

Su trabajo ahora es sujetar a esos gigantes con unas cadenas. Atando su cabeza y cuello a unas riendas controladas por una sola soga de gran grosor atrapada en su garra. Lo mantiene quieto al tirar entre sus temblores.

Sus bracitos fueron atados contra su pecho. Gruñe aplastando el rostro contra el suelo al verse en esta situación tan mala para su autoestima. Mantiene los ojos fijos en las borrosas figuras de los pequeños tentempiés qué lo miran curiosos por su estado.

-Nunca pude ver a uno de estos.- señala un pequeño Bunzo. 

En un acto valiente y arraigado por el lugar donde crecieron , una delgada Kissy intenta derramar una botella de jugo en su boca para alimentarlo.

Este le gruñe iluminándose de naranja al girarse agresivamente en su dirección al sentirse amenazado.

La pata de Boxy lo aplasta nuevamente.

-Tranquilo , ya te daremos una razón para que lo quieras.- le avisa y señala a esta pequeña que se retire. 

La Kissy cierra la botella y vuelve a colgar esta en su espalda , apartándose con los brazos rodeando su torso. Era triste no poder hacer amigos aunque lo necesitarán.

Algunos , entre estos muy nerviosos sonrientes medios , intentan apoyar la búsqueda rápida que ya da frutos.   

Algunos medios ya estaban en el poder de Boxy , compartiendo la caja segura con CandyCat al estar heridos o incapacitados para correr.

Boxy mantiene los ojos en este dinosaurio y otra de las grandes cajas de este piso. Su casi nula ceka sube al imaginarse una forma de aprovechar su energía.

La última misión en este piso es arrasar con lo último de utilidad que pueda regalarles. Ya sea medicina oculta o comida en las máquinas expendedoras. Lo que sea que les hiciera falta , lo buscarán. 

Llevando al fondo a todo aquel que pueda moverse y a quienes no también.quieran o no.

Las intenciones del grupo es más violenta conforme deben apurarse a conseguir a los otros juguetes ocultos en las ruinas de este piso.

Llamándolos a gritos o arrebatando sus escondites.

El humano que los acompaña se mueve con precaución entre los saltos y carreras. Dirigiéndose a las zonas apuntadas por ese elefante y su hermano como el lugar de las bombas. 

Su camino es tenso. Seguido por una de estas criaturas pero no muy conocida.

Ese dragón rojo.

Lo sigue con los ojos brillantes en un tono blanco.

con la distancia que toma , también la facilidad para ser asesinado , más sigue adelante con su misión.

Recuperar algunos explosivos frente a este chico. Solo podía confiar en que este no lo atacará una vez estuvieran en esta zona solitaria por la simple razón que lo tenga aquí a él también.

Revisando la tierra descubre las roturas en concreto y demás. 

Ese dragón viene por detrás en una acto parecido a una serpiente curiosa , olfateando las ruinas y los agujeros profundos en la superficie de tierra. Escarba con una garra.

-¿Qué harás con tus amigos?-

El dragón se esponja con sus escamas alzadas y dientes expuestos en demasía. 

Ryan inclina la cabeza a un lado.

-Voy a serte sincero , o nos sigues o te quedas con los humanos que invadirán el lugar.- patea un pedazo de tabla.

Debajo de este escombro hay una gran caída , dentro se puede ver arrastre y tierra suelta.

La coneja debió escarcarbar tanto como ella misma media. 

Observa alrededor y con ello también el grosor de la capa de concreto desprendida en esta única zona. 

Hoppy escarbo más allá de lo necesario al desconocer el lugar exacto y seguramente su tiempo en ello fue muy poco , y la suerte aún menos habrá estado de su lado.

Camina con las manos sobre el control de las manos de colores , utilizando la azul para subir a una plataforma alta.

Al hacerlo puede ver a un pequeño Bunzo escondido sobresaltarse al llegar él a su escondite. 

Ryan abre la boca por un impulso raro.

-Angela.- le llama por un reflejo.

Este Bunzo levanta las orejas sorprendido por ser llamado por ese nombre. Negándose a escucharlo piensa en huir buscando un camino por las orillas de la plataforma.

-A ustedes les gusta la comida crujiente , porque su mandíbula en cuantro los lastima si no hay algo que triturar al comer.-

El conejo mueve las orejas aún sin verse convencido de regresar a su encuentro. Los adultos son malvados , los humanos dan miedo.

La cabeza de ese dragón elevándose lo hace retroceder con la mirada perdida. O eso parece.

Ryan muestra en su mano una bolsa de frituras , ya la habría abierto y falta una parte pero es comida , la ofrece doblando las rodillas en espera de la confianza de este conejo.

-Debes ir con ellos sino te quedarás solo.- le advierte.

Este conejo sujeta sus orejas lleno de nervios y un miedo innegable. Mira la comida y sus orejas delatan su atención en el escenario en los retos de La Guardería.

-Ellos ya nos abandonaron antes. Nos dejaron solos , no hicieron nada por nosotros , eran malos.-

-¿Hoppy se comió a tus amigos?-

-No … pero tampoco evitó que lo hicieran los otros.- su miedo viaja a ese desastre en Dulce Hogar.

-¿Quién? ¿Quién los atacó?- le pregunta Ryan mirando al conejo.

De Angela aprendió a leer algunas mentiras en su lenguaje corporal , el movimiento de las orejas de un conejo y como sus dientes pueden decir más que sus palabras.

Este conejo es mucho más agresivo de lo que muestra ahora mismo. Su mandíbula está tensa y mira a una zona específica de su brazo extendido. Está pensando en morderlo y correr.

Ryan deja la bolsa en el suelo.

-Debes ir con nosotros. Tengas miedo o no , esta es la única forma de que logres salir a salvo.-

El conejo rompe la distancia para robar esas frituras y volver a tomar distancia.

-Poppy , ella ya nos traicionó , Hoppy , Bobby y ese DogDay ¿Cuántos más pueden traicionarnos sin matarnos? ¿Por qué debo ir con ellos ahora?- el conejo abraza las frituras y el olor a queso le aturde.

Ryan decide seguir adelante. No hay tiempo para ser piadoso , esos gigantes pronto verían su ausencia con sospecha.

-Ven con nosotros , no es cuestión de confiar , es de saber que no tienes de otra si no quieres regresar a manos humanas.- salta a la siguiente plataforma con esa mano púrpura.

Dentro al avanzar reconoce más parches de concreto roto y más tierra casi oculta bajo tablas y piedras.

Ella de verdad se esforzó en ocultar sus huellas. Seguramente CatNap haya pensado que Hoppy trataba de dañar las conexiones eléctricas por lo cercanas de estas plataformas.

-Ellos no son buenos , son malos.-

La voz es de ese dragón y su cuerpo alto lo sigue por la plataforma.

Ryan sospecha que este dragón debía ser un niño muy nervioso para seguirlo con tanto ahínco. No parecía interesado en lo que hacía sino en que era inofensivo para él. Como la única compañía que no le parecía peligrosa , seguramente era un chico muy introvertido.

Vaya que era diferente al tipo de niño o persona que le rodeaba.

Después de ir de lado a lado encuentra el concreto a destrozar. Toma el teléfono conectándolo.

De lejos puede ver a Huggy revisar , bastante frustrado , una pared y sacar a dos conejitas verdes del interior en sus manos. Marca para que este conteste el teléfono que le dio a guardar y pedir ayuda.

La línea se abre y escucha ese pitido.

Aunque Huggy ni se movió para contestar nada. 

Busca rápido a los otros.

-Huggy.- lo nombra.

-¿Hmm?-  

 Ryan pierde algo de color al escuchar la voz del gigante atraves de la bocina.

-En el ala este de La Guardería , hay tres Bubba escondidos en una habitación cerrada.- miente y espera.

-Bien.- es cortante la respuesta.

Del otro lado de la línea esta llamada se corta.

Viendo como este gigante recibe una llamada y contesta. Parece escuchar y decidirse a ir a ese lugar con la espalda y hombros caídos hacia enfrente.

-Mierda.- salta de las plataformas balanceándose de un metal a otro.

Detrás el dragón parece confundido por la forma en la que Ryuan parece estar tan apurado por llegar a detener al gigante azul.

Ryan lo sabe ahora.

Corre de regreso a sujetar a ese conejo aún dudoso por la espalda de su overol. Este chilla al ser secuestrado , sin olvidar abrazar fuerte sus frituras en las fuertes sacudidas.

La línea telefónica no es segura , y es posible que nunca lo fuera.

-¡¡Tomen a todos y vámonos!!- grita llegando a la poca iluminación del domo destruido.-¡Muevanse niños!- los apura atrapando a los que se cruzaban en su camino en brazos.

Las criaturas , concentradas en sacar de sus escondites a los sobrevivientes parecen aturdidos , aquello en sus brazos en blanco y buscando respuestas en Boxy como líder.

Incluso Huggy apuntó que al irse por los pasillos de hierro parece sobresaltarse al escuchar a este humano que le pidió ayuda antes , gritarles y de tal manera tan llena de presura.

-Pero podrían haber más.- Hoppy no tarda en negarse , acababa de encontrar un escondite y a una Bobby con sus pocas golosinas abrazadas por las cuatro extremidades.-Aún no podemos irnos-

Ryan no le da pautas a nadie para quejarse. Comparte la problemática subiendo a un nervioso Huggy a su espalda.

-¡¡No se que es pero algo está en las líneas telefónicas!!- lo grita ya cargado con varios que dejaron de pelear ante la sola mención de una intervención de audio.

Todos saben quien es capaz de eso. 

 No había terminado de dar su advertencia cuando el pánico ya invadió a todos los sobrevivientes. Llorando y gritando al sentirse en peligro con solo esa vaga pero muy segura descripción para una peligrosa presencia en este piso.

Boxy sube a todos los heridos en esa caja y a otros los obliga a treparse en el dinosaurio sin olvidar sujetar su cuerda , corren como es posible , todos a esa zona .

El dinosaurio trastabilla pero sigue el tirón con la cabeza baja para no caerse. Su situación era complicada , aún no entiende lo que le está sucediendo.

El bajar es subir primero a los pequeños y a Ryan con una patada por parte de Huggy al notar que planeaba quedarse atrás.

-Avisa a Henry.- ordena Huggy desde la plataforma , con él no sólo aventó a Ryan.-No pueden confiar en nadie.- también a Boxy lo empujó he hizo a los pequeños correr para liberar el poco espacio en el ascensor , en un acto extraño de hermandad lo a dejado ir por delante aunque todo apunte a quedarse con el problema.

Los dos intercambiaron una mirada profunda , no por estar el gigante rojo luchando por no aplastar a sus sobrevivientes sino por todo lo que no se pudieron decir por años. Incluso tras la hora de la alegría o antes , ellos no pudieron acercarse pero fueron amigos cuando niños y puede que aún lo fueran hoy. 

A costas de todas las tortura qué sufrieron y las veces que fueron indiferentes con la agonía del otro.

Este intercambio por parte de ambos es pesado , no oculta nada de sus pensamientos así como no niega esos años de compañerismo en el pasado. Años que Boxy parece haber traicionado hace mucho tiempo por lo que sea que le parecía más valioso que Huggy Wuggy. Aquello que lo volviera capaz de sostener a una criatura viva sin herirla.

Aquello qué lo salvó de ser solo un bote de basura a donde Playtime enviaría a las personas que intentan salvar a los niños o quisieran huir de todo.

El cargo que todos y hasta el mismo Boxy , le dejaron sobre la espalda como la razón por la que nunca recibieron justicia a ninguno de los abusos qué sufrieron por décadas.

Boxy lo sabe en el fondo y todos también.

Él mató a todos los que quisieron ayudarlos muchas veces y lo hizo por su propia rabia y por órdenes de estas personas.

Boxy carga con esta vergüenza y este miedo a ser el eslabón primordial a pasar todo estos años atrapados dentro de la fábrica.

El dinosaurio en la cuerda y con todos sobre su espalda al sentirse sometido a un trato de mula con la pata de Boxy sobre su cuerpo..

-Nos quedaremos , por favor , no se mueran ustedes.- pide Hoppy mirándolos una vez ella misma baja a unos pequeños CatBee del grupo de Boxy.

Los juguetes están asustados y apretados en esta reducida plataforma , miran arriba a los juguetes restantes al sonar la alarma de peso.

La despedida es tensa y el cierre de esta plataforma aún más.

Ryan dentro mira a Boxy y su cuerpo tendido al sujetar al dinosaurio para que este no aplastar a los pequeños.

El silencio secundado por los gruñidos incómodos del dinosaurio y la maquinaria bajando.

-Bastardos , yo nunca he salido de mi terreno y seguro saben porque.- le avisa CandyCat en la caja en garras de Boxy. Llevar ambas cosas , la cuerda y la caja en el otro brazo , le ocasiona un peso demasiado grande.-Debí buscar unas ruedas cuatro por cuatro en el catálogo de deformidades a elección.-

-Allá abajo , no conozco nada.- admite el gigante rojo.-Nunca me llevaron allá , solo al teatro , al basurero y a la estación.- sus ojos van sobre Ryan.-¿Qué sabes tú?-

Ryan sabe lo que hay en ese lugar. Encima de los laboratorios y en sus puertas. Todo lo que habría que ver , ahora abandonado aún resonar en su mente con el coro infernal cubierto de dolor y maltrato.

-No se separen de mí y no intenten buscar otro camino , solo el que yo les indique es seguro.- lo dice preparando una linterna.-No se si sea como el día que estuve aquí , pero puedo llevarlos a las puertas de los laboratorios.- frunce el ceño.- ¿Porque siento que hablo con alguien funcional? ¿Eres el único adulto en toda la fábrica?- lo pregunta sorprendido ahora que se da cuenta de la lingüística de Boxy , no reducida a solo gruñidos.

Este gigante rojo podría ofenderse pero es una pregunta respecto a su funcionalidad como persona. Su capacidad mental y su madurez. Ambas cosas le enorgullecen tras poder presumir de estas, gracias a su esfuerzo por recuperar su capacidad de pensamiento y habla. 

-Cumpliré 32 este año.- presume su edad.-Soy de los mayores.-

Esto no anima a Ryan.

Significa que este era un niño en los años en los que él entró a trabajar a este lugar y que ya había sido intervenido.

Más de veinte años en ese cuerpo.

Esta persona sobrevivió más de veinte años de tortura y de ser el contenedor de basura y evidencia de Playtime. También encontró una manera de recuperar su humanidad dentro de ese encierro.

-Eres fuerte.- murmura revisando su chaqueta.

Los juguetes subidos en su cuerpo comienzan a bajar lentamente.

-Lo sé.- responde Boxy preparándose para el año qué fueran a encontrar.

No será CatNap , solo eso es seguro , es una posibilidad abierta a luchar y defenderse sin despertar con el prototipo escudriñando tus entrañas con esa horrendo garra.

Así que espero a que se abran las puertas.

 

 

 

 

 

La situación con Poe es tensa.

La zona superficial de la cueva mostraba la forma de la construcción de celdas en el exterior.

Los humanos en este espacio aún no los descubren y parecen más preocupados por lograr abandonar el lugar , entre gritos y peticiones de ayuda al exterior. Piden ayuda rondando la caída del equipo de palancas qué estuvo bajando cuerdas y piezas de recolección. Todos los cuerpos que habían recogido y enviado arriba , volvieron.

Todo regresó y con ello la máquina que debería subirlos , la señal era aún peor incluso si estaban bajo el gran túnel.

La razón es una chica rosa subida sobre los restos de un montículo apartado , pega el cuerpo a la superficie y observa con ojos fijos a los humanos envueltos en sangre y miedo.

-¿Por qué papá no regresó todavía? ¿Qué está pasando?- pregunta buscando alguna respuesta. 

Estos días los humanos avanzaron bastante y encontraron la entrada de ese lugar al que Mako les prohibía ir. Algunos incluso entraron por un pasaje de piedra expuesto por los bordes derrumbado en las confrontaciones.

Rabie no sabe que hacer más allá de romper el modo de huida de los humanos.

Lo que ese gran gato de colores hizo es muy aparte de ella.

Sus orejas caen al casi ser iluminada por un histérico humano con una gran linterna. El miedo comienza a llenarla.

Al agacharse puede ver por detrás de unas rocas a Poe y a los amigos raros acercándose.

Exhala saltando del montículo con el impulso de sus piernas en una forma de elevarse y moverse por las estalactitas del techo de esta cueva en una huida rápida , todo para avisar a Mako del retorno de Poe y sin Simón.

 

El cocodrilo mantiene la espalda doblada al pasar por un montículo bajo.

-¿Licky , puedes escuchar algo que tengo que decirte?- le llama Poe.

-No. Habla con Mako.- le responde la rana en un gruñido.

Poe , ahora caminando por sí mismo y con la garra del cocodrilo bien sujeta a su cuello , suspira culpable.

-Licky , te vas a morir.- le advierte.

La rana levanta los hombros desinteresadamente.

El cocodrilo no tuvo esa reacción , para nada. 

-¿De qué hablas?- cuestiona Allister deteniéndose mucho más tenso que antes.

  Poe presiente una paliza de equivocarse de palabras.

-Qué Licky podría morir.-

-¿Por qué dices eso?- Licky lo cuestiono más relajado.

La sospecha lentamente lo lleva al resultado.

El ave siente , muy claro lo siente , como ese lagarto aprieta su garra y sus uñas de color negro casi le abren la tráquea.

Es sujetarse a este brazo lo siguiente tan solo para no ser asesinado sin dar su advertencia.

-Te envenenaste con ese pan.-

El cocodrilo le levanta listo para azotarlo contra el suelo en una venganza instantánea. 

Él le dio eso a Licky , de ser cierto esto él sería la razón por la que Licky estuviera en peligro.

-Lo sé , tiene un veneno muy fuerte.- Licky no hizo movimiento alguno al verlo aplastado y su pico abriéndose por el impacto, derramando un torrente de sangre espesa.

Allister lo dejó en el suelo al escuchar a Licky aceptando saberlo.

-¡¿Por qué lo comerías si lo sabes?!- lo sujeta por los hombros sin importarle si se ve envenenado por su contacto.-¡¿Por qué dejaste que yo te diera eso?!- 

La rana sujeta sus brazos.

En el suelo Poe saca de su cierre una cinta gris para unir rápido las piezas de su pico y parar la sangre. 

Ya esperaba esta relación por parte del cocodrilo , más Licky fuera de sus cálculos. 

-Lo hice porque esto está perdido.- apuntó a las luces más inquietas tras el impacto que sacudió la cueva al golpear a Poe.-Los humanos vendrán de vuelta , no importa si son solo estos pocos ahora. Van a venir más y van a reiniciar todo. Taquito , esto no va terminar nunca.-

El cocodrilo observa esas luces , muy parecidas a una búsqueda en un desierto pero sin las miles de estrellas presentes en el cielo. Solo oscuridad y muerte , muerte qué no puede ignorar mirando a las estrellas que apunta su madre.

 -Licky , estamos vivos ,y si lo estamos aún podemos hacer algo por nosotros.-

La rana recarga la cabeza en su pecho. La derrota está presente en sus ojos.

-Nos van atrapar o moriremos defendiendo estas ruinas.- su tristeza escapa al exterior.-Papá nos ve como una tortilla tiesa para después y los humanos qué vienen nos verán como monstruos ahora que los otros ya asesinaron a varios.- suelta sus brazos cayendo su humor junto con la fuerza de su cuerpo en un deje de debilidad capaz de contagiar al cocodrilo.-Volveremos a jaulas o moriremos en una mesa muy pronto. Y estoy cansado de pensar en eso , de que tengamos hambre y sigamos comiendo a los demás como si no fuera nada.- 

El lagarto corresponde sus quejas con un abrazo , escondiendo su propio rostro en el cuerpo de la rana. 

Llevan años comiendo otros juguetes o con hambre y escondiéndose de las consecuencias en las sombras. En un lugar diferente cada vez , esperando a que esta sea la última noche que soportan con vida.

Odiando al mundo aunque ellos mismos ocasionaron esta ola de muerte al negarse a permitir la huida de otros juguetes por orden de a quién consideraban su padre. 

Todo era tan racional aunque fuera una locura. Era ahogarse y respirar lodo.

Solo acumulando más y más crímenes en sus nombres.

La rana a la que alimentó hasta hoy , no es el único que ha sufrido ni él no puede más con el hambre y la necesidad de comerse a sus compañeros.- luchando por su cordura y no entregarse a esa locura sedienta en su estómago. 

El cocodrilo suspira con la rana. 

No hay lágrimas , sólo un fuerte deseo por descansar por fin.

-Lo que pase y sin importar que sea, estaré contigo.- no es un consuelo. Es su propia necesidad de afrontar el destino juntos.

Licky levanta las comisura ya altas y su ojos se relajan.

-No tengas miedo , estaremos juntos.-lo consuela correspondiendo al fin ese abrazo.

Este lazo entre ellos queda marcado por la fuerza para aferrarse al cuerpo del otro. Añorando es descanso eterno y en paz.

 

Un elemento aparte interrumpe su confesión.

-Podemos salir , podemos irnos todos a un lugar diferente.- 

El cocodrilo gira lento , comprueba que el cuervo tuvo la premonición correcta de subir sobre una estalactita y mirarlos desde muy arriba para mantenerse a salvo ahora que ya se llevó un gran golpe.

-Vamos abajo , él tiene algo para evitar el efecto del veneno.- 

Allister levanta una ceja y empuja a Licky al suelo al girar de golpe.

-¡¿Por qué siempre tienes que tirarme?- chilla desde el piso.-¡Tendrás el culo muy ancho para que no quepamos los dos parados!- 

El romanticismo murio cuando el último valiente cayó.

El cocodrilo apunta a Poe.

-Tu sabias de este veneno y que se lo daría a Licky. Además ahora sales con que podemos conseguir la cura siguiéndote a una zona extremadamente prohibida para todos ,¿Qué rayos hablas , maldito?-

Poe debe aceptar que si se pasó bastante de la raya al hacer eso sin antes intentar hablar con ellos…

-Esto no hubiera pasado si no se hubieran robado algo que era para Mako.-

-Ella se lo hubiera dado a …- el cocodrilo detuvo sus palabras enderezandose todo lo alto que era.

Las posibilidades de aquello que estuviera planeando el ave , ahora son gigantescas. Es posible que estuvieron metidos en su plan de tres pasos y este fuera un resultado negativo para alguien tan retorcido como este cuervo manipulador.

Licky pasa a otro punto discutir con Poe.

-¿Dónde está él? ¿De que él hablas?-

Poe casi sonríe pero su picó fracturado le duele al intentarlo.

-Papá , él está allá abajo.-

-Papá está en la superficie , apenas hace una hora Mako nos avisó de sus heridas-

-El verdadero , él está allá abajo. Busca nuestra salida y debemos ir con él y los demás , antes de que los humanos recuperen estas ruinas y nos atrapen.-

 

En las sombras , apenas a unos metros , aquella oveja observa la pared de la cueva con esos ojos de luna fijos en las luces rebotando en las paredes de la cueva.

Los escucha , incluso cuando los tres deciden retirarse juntos. 

Baba toca el borde de sus dientes redondos ya rotos por las peleas territoriales.

Decide ir por Mako una vez los tres se fueron por donde vinieron. No se encontrarán con Mako.

Los han traicionado.

 

 

 

 

 

 

 

En la superficie.

La celda del ascensor apenas se cierra y ellos ya estaban muy tensos.

Ese dragón no estaba de su lado ni parecía tener la intención de cambiar de bando. Los observó de lejos juntarse y cuidar de los juguetes que decidieron quedarse y tomar palos o varillas para defenderse como pudieran.

Entre ellos hay pocos , muy pocos , gatos purùras que se buscaron entre sí y cuidan de sus espaldas en una acto de compañerismo guiado por el miedo de estos años de dolor.

Hay tan pocos perros. Muy pocos perros y muchos menos Kickin.

En este piso todos eran diferentes.

Él debería ser uno de ellos , no está cosa.

Paso tanto tiempo solo en la celda a un lado de Poe. Escuchándolo hablar de lo que harían cuando salieran de la celda. Ahora que lo recuerda..no hay nada de parte de Poe. Todo era de su propia boca.

Hablando por horas de un sueño y como podría ser libre. 

Poe solo le escuchaba y reía de vez en cuando. No hacía nada más que cuidarlo y consolarlo con esos ojos de plata y aspecto desenfadado. Reían y peleaban a través del cristal.

Era todo tan divertido como doloroso.

Esperando a ver a Poe de frente para darle una paliza y al contrario , recostarse en su regazo.

Las patadas prometidas y los mimos recibidos al verse.

Era un chiste cuánto le costaba mantenerse estable ,no era justo que siempre se tratara de perder o ganar. Extrañaba estar en esa parte de su vida donde se colocaba los walkman y sus padres peleaban en otra habitación pero ahí estaban. Seguramente Poe les agradaría más que él mismo.

Escucha algo raro.

Mira arriba sobre su cabeza.Entre los cables restantes de el domo y el techo repleto de nubes quemadas o nada más que huesos del domo , baja con sus muchas patas esta criatura a la que ama tanto.

Es papá.

Su figura baja muy lento y todos estos juguetes antes gritones y asustados quedan enmudecidos.

El gira esperando su arribo.

Simon abre la boca saludando con un sonido agudo parecido al silbido de una serpiente en frágil murmullo por su cercanía. Esperaba pedir perdón por herirlo , deseaba pedirle perdón y convencerlo de perdonar a Poe. 

Le era curioso pensar justamente ahora en sus padres y en Poe. Como si fueran a reunirse algún día cerca al hoy , aunque ellos hace muy poco tiempo dejaron de respirar.

Durmiendo por una caricia borrosa por parte de papá.cae en sus manos con suave abrazo , llevado a su pecho con un abrazo dado por todas sus extremidades. 

Puede dormir al fin. Devuelta a los brazos de alguien que lo ama.

 

 

 

 

 

El grupo de tres gigantes observa horrorizado como esta criatura no los ataca, sino se lleva el cuerpo y la cabeza separada de ese dragón.

Habiendo bajado con tanta sutileza y amabilidad como para dar una caricia a ese rostro de sonrisa ruin , abrazarlo y llevarlo tras simplemente pasar la gran cuchilla por su cuello. 

Hoppy abraza la alfombra con mucha fuerza en un acto sobrecogedor.

Ahora el prototipo tendrá el lanzallamas para sí. 

Bubba exhala pesado.

-¿Cuánto tardará en implementarlo en su cuerpo?- pregunta Huggy aunque tenga una idea generalizada de cuán rápido esa cosa solía unirse a sus nuevas partes.  

-Creo que ese venía con el cuervo.- apunta Hoppy aturdida.-Él y ese cuervo venían juntos.-

-¿Cuánto más tardará el ascensor en subir?-

-No sabemos si sea seguro bajar ahora.-

El ascensor se abre aunque ellos no estuvieran listos para ello.

El dragón fue llevado por el prototipo. Es claro.

Comenzará a prepararse para la pelea y eso conlleva mucho más que solo recuperar pedazos de los juguetes grandes. Era una cuestión de orden , esa criatura estaba recuperando el orden que él mismo ordenó.

Bajar ahora es dejar la espalda al descubierto así como quedarse es exponerse a morir solos.

Huggy decide por ellos , empujando con un puntapié a Hoppy para subirla a la plataforma.

Con ella empuja a más juguetes , revisando los alrededores.

-No servirá de nada que no lo hagamos , solo apresurense.- los apura a todos mostrando los dientes.

-¿No deberías subir tu primero? Tienes a un humano esperándote allá abajo.- el elefante le interroga sin moverse en espera de la señal de peso conforme más de estos juguetes suben y se apiñan esperando caber todos juntos. Por su pie pasan los gatos púrpura de la pata con otro. Cuidándose.

 Han pasado tantas cosas pero aun eran odiados como los primeros días del cambio en el estado de la comida y el control de movimiento de La Guardería. Estaban acostumbrados a sufrir , incluso en manos de sus iguales.

La culpa es un pasajero predicamento al verlos pasar por esa soledad desenfadada y el dolor de cabeza por ser odiados por todos sus supuestos amigos.

Esto lo hace sentir mal. Como si todos estos años hubiera hecho cosas crueles con desaparecer en vez de resistirse a los cambios que encontraba crueles.

-Henry sobrevivirá sin mí , y yo también lo haré.-responde Huggy bajando la palanca.-Aún quedan más y es nuestro problema , no te cobardes.- 

Bubba no responde. 

El número de juguetes por bajar era menor en el nivel superiro gracias al bajo peso de Hoppy.

Habían enviado de primero al monstruo rojo y al humano al ser más un estorbo que una ayuda el viejo (Henry le advirtió de la salud de este) , todo apostando a que Boxy sería suficientemente fuerte para protegerse a él y a los sobrevivientes.

Hoppy dentro se pega a la pared y espera no estorbar a todos. Sus brazos aún se aferran a la alfombra.

Este peso es su única garantía de mantenerse cuerda. Entre toda la presión creciente y la facilidad con la que ese monstruo asesina a uno de los monstruos más leales de su lado. Su vida , la del juguete , no pareció nada más que un chiste para el monstruo.

No son nada.

La plataforma se llena y los juguetes parecen más asustados ahora. Esperando a bajar directamente a un lugar desconocido para todos y cuyos cuentos son extensos en las pesadillas de algunos juguetes que no sabe más que los cuentos escuchados por trabajadores que dudaban mucho al hablar con otros empleados de cosas extrañas.

Es el infierno. Para trabajadores y juguetes.

Toman sus manos como pueden y miran a la gigante que los acompaña ahora.

Es Hoppy.

Hace años sus sueños eran ser como ella , ahora es una pesadilla quedar a su cargo.

De una loca y enérgica coneja qué peleaba por lo correcto , pasó a ser solo una espalda y una actitud fría. 

La coneja tiene sus propios pensamientos. Esperando recuperar el cuerpo de Kickin.

Sus ojos bajan al grupo de sobrevivientes qué espera su guía y protección. Excepto por un punto clave en su historia: 

Ya no la admiran ni esperan que ella los defienda sinceramente.

Sostienen pequeños vidrios o sus propios cuerpos muy tensos estaban listos para la confrontación.

Esta puerta se abre en una zona de piedra.

Al frente Boxy está sujetando al dinosaurio pero no se mueve.

Observan a lo alto de un montículo de escombros. 

Esa figura oscura saluda con una mano arriba.

-Hola , me llamo Toullie.- saluda una criatura gris en lo alto.

Hoppy levanta los hombros saliendo de la plataforma junto a los sobrevivientes.

Esta rata la mira directamente , olfatea su dirección y sonríe.

-Estás menstruando o esa es la cabeza del pollo.- apunta sin vergüenza.

La cabeza de un par de juguetes la mira caminar lento hacia esa rata.

La misma que se dedicó , hace años , a sacar de sus escondites a todos los niños más pequeños y delgados de Dulce Hogar y después solo se escondió el día de la masacre.

Lo mira llena de rabia.

Esta rata no solo le atrae por su comentario fuera de lugar sino por esa cosa bajo su escuálido trasero.

El cadáver de Kickin.

-Está aquí desde hace un rato.- le advierte el gigante rojo.

Hoppy apenas le presta atención , mucho más interesada por arrancarle la cabeza a pistones.

Esta rata les sonríe y es obvio por la manera en la que levanta los brazos aún sentado sobre el torso del ave.

-¡Escuche que papá era falso y quiero comprobarlo , quiero ver a mi papá de verdad y te daré esto a cambio de que me lleven con él!- le apunta al cadáver.-Solo si no me traicionan.- 

-Vete al demonio-

-También puedo hacer una llamada . Y traer a mi hermana mayor.- les muestra un teléfono de colores.-Mako no los quiere , no me ha dicho porque …pero puedo imaginar que no es bueno.- baja el tono para observar de forma fria.-No soy estúpido , ¿Lo sabes?- Espera a escuchar su respuesta .

Hoppy mira al gigante rojo.

-No llegaremos a nada si peleamos.- le advierte al notar su mirada inquisitiva.- El pasaje es débil y un golpe lo cerrará y podríamos perder días excavando de vuelta.- 

La rata mueve esa cola parecida a un látigo , creando un ruido de corte al azotar los escombros.

-Rápido.- ordena aún esperando.

Su voz y su actitud son parecidas a un niño caprichoso dando un ultimátum y a la vez algo preocupante al parecer bastante consciente de lo que le rodeaba aunque no fijara los ojos totalmente en ellos sino en pequeños movimiento de los sobrevivientes. 

-¿Y a dónde fue el trabajador?- cuestiona la rata al no recibir respuesta por los presentes.

Hoppy nota esa clara ausencia.

-Se adelantó.- avisa Boxy.

La coneja se ahorra el reclamo.

Era algo ya molesto escuchar a DogDay seguro de que ese guardia era de confianza a este punto de sus vidas pero no esperaba eso por parte de Boxy.

Este gigante rojo la mira de lado.

-Tú lo conoces más que yo ,¿No?-

-Nunca hable con ese hombre.-

Boxy aprieta la mandíbula y aplasta al dinosaurio que confundió su estado pensativo con una oportunidad para escapar de su control. 

 El Pianosaurio ruge otra vez al ser aplastado por ese gordo rojo. Parecía que a partir de ahora Santa Claus sería su enemigo acérrimo… lo que no tiene sentido porque no es diciembre.

 La rana mira a ese lagarto fijo.

-No es Simon , creí que se había pintado de verde por el mareo del ascensor.-levanta las manos y ríe.

Comenzando a carcajearse conforme más piensa en lo que acaba de decir. Riéndose de su propio chiste como si fuera a morir de risa de un momento a otro.

-Es el segundo idiota que parece peligroso y…- Boxy ve en la coneja qué este tipo no deja de ser una amenaza a pesar de su actitud estúpida y desenfadada.

Casi lo olvida. Esta rata los estaba extorsionando.

Touille deja de reírse al acabarse su hilaridad.

La puerta se abre tras ellos , están el resto de los sobrevivientes y los dos gigantes azules.

Estos tienen su propia reacción al ver a la rata. También reaccionan muy distinto al ver el cadáver debajo de sí.

Bubba lo ve objetivamente. Kickin estaba demasiado destrozado para volver a la vida , no era posible reparar algo como eso solo reuniendolo con su cabeza. Necesitarían a un científico y esos ya eran carne y basura muchos años atrás.

-¿Dónde está el rojo?- pregunta Boxy. 

El grupo aguanta un respiro , sin tener claro cuál sería la reacción de esta rata al descubrir el destino incierto del dragón. No saben siquiera si este viera lo sucedido con su compañero a manos de la criatura a la que siguen obedientemente de forma objetiva o si los culparía.

Esa rata no esperaba que le dieran más información sobre lo sucedido.

-Ahora , vamos con él.- les insta saltando alto con ese cuerpo en su hombro. Siempre fuera del alcance de la mayoría y listo para huir de Hoppy.

La coneja suspira avanzando con el grupo.

-No sabemos a donde ir , ese humano debe volver.- les avisa Boxy.

-Solo sigamos su olor.- apunta Bubba. Después de varios minutos en silencio para conocer la situación por fin decide dar su opinión. La situación era mucho más peligrosa que solo un largo viaje.

Es una situación de muerte a contra reloj.

Por su tono frío y seguro algunos sobrevivientes lo siguen , miran a l resto temerosos de estar equivocados.

Boxy suspira decidiendo avanzar ante la posibilidad de la llegada de más criaturas de este piso.

Lento avanzan . Lento para los gigantes , los medios y los Bunzo se sienten en una carrera maratónica con los Huggys más delgados al frente al saltar de vez en vez.

Esta carrera es directa tras el rastro del humano.

Este guardia se encuentra con un impedimento muy serio , pensando en los pequeños que dependían de él y de los gigantes y de su propia autonomía.

Los obstáculos son altos y profundos. Es un abismo y una construcción peligrosa.

El ruido de pasos lo sobresalta al girarse.

Es una ola de niños asustados por el lugar. Pasando por las escaleras y las rocas. Caen y otros los empujan o se ayudan para no entorpecer a los más grandes.

Al mirar atrás nota algo en un rincón que antes ignoro: Tablones y cadenas reunidos en un montículo ordenado.

-Ese mocoso es un paranoico muy útil. - suspira apuntando a ese montón de tablas. El gigante azul ve a donde señala.

-Tu y yo podremos armar puentes si vamos por delante.- le señala parándose para subir con esas manos estirables.

Pensar en cómo ayudar a pasar a los sobrevivientes por estos tramos difíciles debía ser estresante ya siendo la avanzada sin apoyo pero ese perro aun lo tenía en cuenta y les dejaba una señal con el material necesario.

Esta tarea es llevada por los gigantes y algunos medios activos trayendo en brazos y entre todos, algunas cadenas y herramientas que parecían útiles.

Esta subida de piedra es peligrosa. La plataforma no parece ser fuerte para los gigantes y los pequeños empezaron a cruzar en una fila de uno a dos a paso rápido para dejarla rápido.

En el otro lado Huggy los espera observando la sala de oficinas en este espacio. Estaban encima de todo lo malo.

Ryan usa esa mochila para no pisar por mucho tiempo las tablas. 

Más no es su peso el causante del accidenter , sino el tiempo y las termitas la respuesta , por la cual este puente tuvo un error.

Un pequeño Boxy , gordo y pesado por su mera construcción , cae por un orificio.

La mano de esa mochila atraviesa el agujero en la tabla de inmediato y aún así no le alcanza a tiempo.

La caja se revienta y el pequeño muere al fondo con un grito agudo.

Los sobrevivientes sufren de esta sorpresa y su miedo vuelve.

Rya retrae la mano. Su respiración pesada es acompañada por su mirada llena de algo idéntico a la desesperanza. Este incidente fue instantáneo. No hubo advertencia ni crujido. Simplemente el niño cayó y su cuerpo fue destrozado por la gravedad contra rocas.

-Todo …iba bien…- murmura agarrando su pecho.-Lo …lo ordene …yo…-

Esto no era algo sencillo para él. Se había adelantado , se encargó de buscar trampas y otros peligros y aún así ese pequeño murió dentro de la fábrica.

-Esta bien , sigue adelante.-

Mira de soslayo a Boxy.

Ese gigante rojo acaba de ver a uno de sus rescatados morir y aún así parecía tranquilo.

-Estaba pensando en la salida , es mejor que todo lo que tendría en el refugio.- lo asegura ahora estirando una tabla más gruesa para esa zona.-Había esperanza y no miedo.-

Ryan coloca en ese lugar la tabla , cubre el peligro y el avance reinicia ahora con un paso más firme por parte de todos. Unas rueditas suenan torpemente sobre la tabla y atropella a algunos llevándolo sobre su espalda aunque no quieran.

-El muerto al pozo y el vivo al gozo.- canta ese gato pasando por enfrente de Ryan.

Hoppy pasa por encima usando sus cuatro extremidades como apoyo. No parece tener nada que decir, solo la muy reciente pérdida.

El humano aún observa a ese juguete al fondo de las rocas.

Ese pequeño no puede ser recuperado de ese espacio , se quedó en la oscuridad junto a más que pensaban en huir.

La única diferencia era la posición.

Sus piernas venían del fondo y las de ese pequeño Boxy apuntaban a la superficie. Chocando las direcciones de ambos.

Una advertencia para muchos.

 

El sonido de los pasos es menor conforme todos lo traspasan. Están huyendo por fin.

Dejando la zona que siempre los aprisiono y aún así , van a un lugar nuevo. A uno más horrible o no , al fin estaban moviéndose.

Al fin pueden sentir como su escape es real y no una mentira piadosa para no morir este día. La esperanza era una forma nueva de drogar su sentido común y aún así , era mejor que la nada que los asfixiaba.

 

Bubba cruza al final , cuidando de no dañar las tablas que podrían ser el medio de huida de otros juguetes , pega la espalda a la pared y las patas al muro de piedra contrario , moviéndose con cuidado por este pasaje.

Ser grande y pesado le estaba jugando en contra justo ahora.

Por su parte , un glorioso espécimen piensa en su fantástica oportunidad de huida.

Pianosaurio intenta escapar al ver a Boxy distraído.

Se gira con una pata arriba y otra bien puesta para impulsarse en una carrera a velocidad luz.

A menos que el gigante note sus intenciones y tire de la cuerda para devolverlo al suelo. Cargando panza arriba sobre su cuadrado hombro a este lagarto, se comprime sobre sus piernas de resorte listo para saltar con carga.

Este salto ocasiona un ruido incomparable , sacudiendo la cueva completa.

Del otro lado lo reciben tranquilos , esperando a estar todos. 

Huggy gruñe mostrando los colmillos al ver a ese gigante lagarto una vez más.

-¿De verdad traerás a ese tipo?- cuestionó mirando a esa criatura con un ceño fruncido.

Boxy se siente listo.

-¡Boxy , ya cargame , me siento pobre!- le llama ese gatito azul desde el suelo.

Boxy lo toma entre las garras , llevándolo a su caja en vez de otra. La situación ya no les proveía la comodidad necesaria para incluir carga de gran tamaño.

-Agárrate , tal vez tengamos que correr.- le recomienda empujando una roca para abrir el siguiente tramo.

CandyCat acaricia la superficie de su caja.

-Estas de joda.-

Boxy le sonríe llevándolo al interior de su caja después de castigarlo por su frialdad anterior.

A ese dinosaurio le suben a más rescatados de poca movilidad y vuelven a avanzar.

Este dinosaurio observa al frente borroso.

Huele a un lugar conocido. Algo extraño. 

 

La rata qué los sigue aún está desconfiada.

Esperaba una reacción más explosiva de parte de la coneja pero parece bastante tranquila.

No la entendía.

-¿Simon no los siguió de regreso?-

Los tres gigantes testigos de lo sucedido mantén la boca cerrada.

Boxy no los ve heridos , esto solo significaba un tipo de final para el dragón. Uno muy injusto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más abajo. En la zona oscura de un lugar plagado de muerte y dolor.

 

Aquella figura púrpura mantiene un estado apacible,acostas de la situación tan molesta. En sus garras estira con cuidado un pedazo de hierro.

-No se como vamos a pasar esto.- 

Apunta Henry a la gran puerta de hierro.

Las cadenas qué deberían poder usar han sido destrozadas y las palancas , la más normal . Está clavada en un pequeño Bunzo qué Niko observa en la segunda planta con un rostro nervioso.

Ya había conocido algunos vivos , su hermano tenía dos muy cercanos qué lo secundaban como sombras y también más recientemente conoció a Ángela en la casa de Ryan , este Bunzo parece haber sufrido mucho y su boca abierta solo era una señal de cuanto.

-¿Por qué hay tantos cuerpos? ¿Y porque todos parecen haber peleado?- lo cuestiona en voz alta.

No son señales de lucha por ataques animales y esta escena le muestra cuán seria era la situación en el interior. El eco de esta zona hueca lleva su voz hasta Henry y las chicas. Kissy y Poppy.

Las palancas estaban despedazadas con una violencia excesiva. No arrancadas , destrozadas en una bola o simplemente quebradas.

El perro ahora estaba enderezando un con la fuerza de sus manos.

A su lado el gato intenta lo mismo con una más , observando el lugar.

Era muy diferente a las celdas donde los encerraron a ellos. Una prisión.

Era como en un programa policíaco. Y eso incluía un extraño jugo pintado en el suelo.

La rayuela de pintura sintética en un espacio muy reducido.

No era posible que los gigantes se movieran por aquí y aún así las cestas estaban demasiado altas para los medios o los Bunzo. Todo era un enredo. Más la falta de cualquier criatura hasta este punto del lugar al que deberían estar temiendo por su brutalidad.

-Son dos lados qué se encontraron y uno perdió por mucho.- señala Poppy. Sus puños se cierran , estaba confundida. Aquí no deberían haber gigantes , tomando en cuenta que por alguna razón todos estaban arriba en la base superior de la gran cueva. 

A menos que soltaran a los del laboratorio.

-Solo vayamos con nuestros amigos.- decide esto en voz alta y espera a que recolecta las palancas rotas o en caso de Henry , les enseñe cómo fabricar una con las barras de hierro qué el perro trae o que recolectan.

Lento se reúnen las piezas. Niko logró superar su reticencia a tocar el arma blanca usada contra el conejo. La trae en ese equipo bajando las escaleras lento.

-Estuve en un par y esta definitivamente es la prisión más pobre que he conocido.- les cuenta de paso.-Al menos en la que estuve nos permitían hacer ejercicio.-

-La cantera era el ejercicio.- le señala Poppy.

Kissy asiente mirando a esa gran puerta.

-No me gustaba pensar en eso.- mira al par entregar las palancas ya derechas.

La del gato definitivamente se veía mejor , el perro la retorció más pero se veía funcional y es lo importante.

Henry las coloca en cada espacio y las baja.

Al girar Niko le aplaude con un ademán engreído.

-Bien ahí ,Jaime.- canturrea con un tono snob y excesivamente chillón.

Henry le mostró el dedo de en medio.

Niko pierde la sonrisa.

Henry siente gusto pero la tensión de los gigantes le hacen girar rápido en un salto atrás.

Del otro lado hay algo enorme y alto.

Brilla observándolos.

-Mierda.- murmuró Henry.

Una figura antropomorfa entre humano y mono por sus patas alargadas en manos , más el color de ese trapo sobre la máquina. Celeste.

Un aspecto extremadamente violento por un par de varillas afiladas sujetas a sus manos superiores , observando al rededor con un gran ojo amarillo.

Al menos era amarillo antes de ser Henry apuntado por esa luz.

Esa cosa se mueve al sentirlos.

Los cables tras su cabeza delatan su contenido.

Es una criatura de metal alta y cubierta de trapos. Salta adelante corriendo directamente hacia los humanos.

Kissy es rápida al patearlo y sujetar a Henry para correr.

Niko por su propio pie esquiva a DogDay y su intención de sacarlo del peligro.

-¡¿Por qué se quedan?! ¡Aquí no vale hacerse el héroe , corran!- les grita a los dos.

El gato , antes preparado para lanzarse sobre esta criatura de metal , decide escuchar a ese humano y empujar al perro y su estúpida decisión de pelear contra una máquina. Irónicamente él también estaba listo para hacerle frente.

 DogDay se ve arrastrado por el brazo , sin olvidar observar esa máquina.

Algo le llama la atención. No solo ese trapo sino también el nudo Burdo en su cuello. 

Un nudo pésimo y enredado… dedos torpes.

-Si lo que quieres es frenarme , lo estas haciendo bien cariño.- 

Theodore se quejó en el camino.

DogDay se acordó de mover los pies y no solo deslizarse al escuchar el esfuerzo de CatNap por llevarlo.

Esta vez salir del rango de esta cosa es sencillo. 

También perderse.

Se separaron.

 

 

Henry dejó de correr al atravesar un muro y aterrizar del otro lado. Revisa alrededor con el pulso acelerado.

Había dejado atrás a todos.

-Doble mierda.- gruñe sacudiéndose el cabello. 

Un ruido lo alerta. Es un ronroneo.

Mira a esa dirección.

Directamente , a través de una ventana de cristal , puede ver a un extraño gato de colores acostado sobre un tapete. Mirándolo con esos ojos desviados a los lados , o eso parecía , mueve la cabeza a un lado y ese ojo lo fija en su figura.

Flojo y pesado. Este gato se levanta como quien deja su sillón favorito y bufa. Rugiendo violentamente al saltar sobre el cristal en un cambio drástico de comportamiento.

Henry no siente ni flojo ni desinteresado el hambre de esa criatura decidida a atraparlo y matarlo.

Corre por la habitación que ya habían recorrido y saltado. Devolviendose por el camino. Salta por un vacío usando la mano para elevarse.

El gato a su espalda pasa estos obstáculos sin dudar.

Deteniéndose al escuchar algo en una alcantarilla.

Ese sonido lo hace observar a ese espacio fijamente.

-¡Chicos , no debemos separa-  

El gato mira al mismo espacio que saltó antes.

Kissy y Poppy lo miran apenas percatandose de su presencia. Huyen.

El gato levanta la cabeza tratando de decidir a cuál seguir.

Si.

Aquellas que van hacia su tapete , ellas son el problema. Ladronas.

Corre tras ellas saltando ese impedimento , tres veces antes de lograr subir , corre dejando atrás esa rendija en el suelo en paz.

 

 

Niko se encuentra frente a una problemática.

Había regresado al dejar esa máquina atrás y jugársela pasándole por entre las rodillas al pasar esta por su lado en un pasillo derecho. Un truco viejo pero al parecer no tan conocido para el resto de su grupo.

No conoce el lugar y sobre los seguros sabe rotundamente nada.

Está en un problema muy grande y tan oscuro como su fondo de retiro.

Decide ir por el camino que abrieron. Algo de lógica debería haber al ser el camino que Hoppy les dictaba.

Este espacio lo lleva a una zona más extraña. Oficinas más destruidas qué el mismo futuro del país.

Camina entre los escombros cuidando no pisar algo que no sea el piso. 

Al avanzar descubre una contra en el suelo , totalmente despedazada. 

-Si esto era la guía para la puerta del laboratorio , me cuelgo.- murmura pateando esos restos inutilizables , pisa el resto al caminar por el pasillo. 

Esta zona parece haber sido destrozada más allá de lo reconocible.

Sangre a su paso y mucha paciencia. Ambas son necesarias conforme avanza y descubre más de este lugar. Llegando a una pared y nada más .

-Soy más que un conserje , puedo encontrar todo lo que se me antoje y eso incluye una puerta.- murmura buscando alguna pieza suelta o segunda entrada entre las habitaciones.

Huele tanto a encierro qué es difícil encontrar el centro de algo limpio en la ventilación.

Camina mirando las paredes y el suelo. El techo en búsqueda de algún pasaje como lo encontró con Mommy. 

Por el suelo.

Mira al lugar por el cual entró y a ese agujero.

No sabía qué haría si este camino lo llevaba aún más lejos de su grupo.

Además de ser Henry el que cargaba ese estúpido teléfono. 

-Esto me pasa por no ser más servil.- gruñe recargándose en la pared. Le dejó la carga a Henry confiando en el queso sin sal para guiarse en la oscuridad. Ahora el precio es la descomunicación.

Seguir esos agujeros en las paredes ,y muchos tapados , o quedarse a esperar el regreso del gran amigo que viene hacia aquí.

Si. Ya viene de regreso.

Entra al agujero en cuanto escucha a esa máquina regresar. Corre al ser iluminado de rojo el espacio por el cual entró.

Esa cosa se agacha estirando una mano metálica directo a su dirección.

Pronto siente su pierna atrapada , al menos solo por el pantalón , gritando por un reflejo furioso se gira en el suelo sujetando un ladrillo para golpear esa mano metálica. 

Esta parece estar siendo manejada por alguien con mucha experiencia , decidiendo partirle el hueso al tirar de la tela en un círculo imposible para un humano pero no para una máquina sin ligamentos.

Grita sabiendo lo perdido que estaría de permitir que esa cosa lo hiriera de tal forma.

Algo aparte es la oportunidad para escapar.

Es el rugido de ese perro y el gato aprovechando la distracción de la máquina para someterlo de sorpresa por la espalda.

Niko no puede quedarse , estas criaturas son demasiado fuertes y su pelea no tarda en tirar el muro entre los tres.

Dos son bastantes fuertes y el nivel de fuerza en cada uno era aterrador , más la situación era pelear contra una cosa de hierro de quizás más de una tonelada de solo eso , sin contar el cableado y el filo en sus manos.

El gato fue el primero en recibir un rasguño al estar sujetando la parte superior y ese perro concentrado en destrozar los cables los muerde y arranca tirando del hierro aprovechando la fuerza del gato para mantener vulnerable a esta máquina.

Esta pasa de atacar como un ser humano a descender en su defensa , usando las cuatro extremidades con el giro de la cadera mecánica las piernas se posicionan alrededor del perro usando las garras inferiores como lo haría un chimpancé para sujetarlo y tirar de su piel.

El gato tira de las extremidades superiores azotando lo contra la pared.

El perro logra arrancar los cables y con ello el centro de control de la máquina. 

Esta se desconecta de aquello que la controla pero no su programación base.

Moviéndose al detectarlos sobre sí , golpea al gato con un revés , sujetando su sonrisa impacta la pantalla contra su cabeza.

Lo haría.

El perro desde abajo agarró el collar del gato obligándolo a bajar la cabeza , terminando por separar la parte superior de la inferior con un tirón a la columna metálica. 

Esa pantalla continúa brillando de rojo y las extremidades superiores luchan por alcanzarlos.

El perro y el gato se apartan arrastrando la parte inferior aferrada al torso del perro.

El gato toma la delantera regresando a despedazar con sus garras ese torso , esté pelea agarrándose de sus extremidades. CatNap muerde el cuello tirando del hierro y el cableado.

El perro logra sacarse de encima las extremidades de hierro. Sacándolo de encima con un bufido profundo.

Su espalda sangra al descubrirse el contenido bajo la piel sintética. Su carne y músculos respiran con una nube de vapor sangriento. Inhala y exhala con los hombros tensos en puro tendón saltado ante el dolor.

-Esa cosa…- su cabeza golpea el suelo

Catnap siente el mismo desmejore físico , logró separar la pantalla del cuerpo y con esto relajarse acostado de lado en el suelo. Gira mirando al perro en el piso con esas heridas tan feas expuestas.

-Hobart.- lo llama arrastrándose sobre su barriga y con las garras adelante para revisar su espalda.

Esa máquina tenía más peso y fuerza que velocidad. Dejó fuertes impactos en ambos.

Una prueba de lo poco que surtir ira efecto su humo incluso de tenerlo.

El perro bufa al sentir como Theodore le rearma revisando su propio cierre para buscar sus grapas.

La bolsa estaba a unos metros pero levantarse no era opción justo ahora para los dos.

Esta opción rudimentaria les trae en consecuencia un dolor profundo.

-Esa cosa era usada en la deformación.- gruñe el perro al reconocer la toxina qué los relajaba físicamente y les impedía defenderse en intervenciones médicas extremadamente profundas. Desde ser sometidos a cirugías a una disección para nuevas notas.

Ese químico era administrado por vía intravenosa , esta máquina seguramente cargaba con algunas dosis conectadas a esas cuchillas en sus manos de hierro.

CatNap no piensa en eso. Su preocupación está en restaurar al perro y sus heridas cerrarlas antes de que se infectaran por estar en contacto con este aire contaminado y el óxido de las máquinas.

-¿Debería llevar yo las cosas que traes?- pregunta al terminar y son solo ese montón de grapas su ayuda.

Si fuera mejor o hubiera escuchado a Gustavo hace años , sabría tejer y coser pero se sintió aburrido de solo poner un hilo en la aguja y mejor se desapareció dentro de PlayHouse. 

  Maldito efecto mariposa.

-No , hay cosas que es mejor que sepan que no hiciste tú.- el perro se lo negó levantándose del suelo con un gruñido suave.

 Theodore le observa tan confundido como sospechoso.

 Hobart no dice nada sin razón. Esto debía tener algo que ver con las cosas que hizo desde que entró.

-Niko debe estar adelante…- olfateando el perro a esa dirección.-No huele tan mal esa zona , debemos encontrar al resto antes de que Henry sea encontrado por una de estas cosas.-

-¿Sabes algo de mecánica? No se si de verdad habrán más de estos por ahí.- Theodore patea las piernas mecánicas.

Esto parece conectar algún circuito y esas tas piernas se acudieron en un trote esporádico.

DogDay se levanta del suelo muy lento.

-Vamos por los demás , estas cosas no deben estar en contacto con los juguetes que bajen con Boxy.-

Eran la avanzada. Aunque su meta sea salir por la puerta C o B , aún era su tarea el limpiar el camino para los siguientes en bajar.

Dicha tarea la acepta el gato.

-¿Quieres un arma?- pregunta el perro mostrando el arpón.-

CatNap niega moviendo la cabeza.

-No me quedaré quieto mientras vengan hacia mí para matarme.- levanta las garras delanteras como si pidiera tiempo fuera.

Al volver a mirar al perro nota su expresión divertida.

-Vaya , cambias todo con un poco de sentido común.- guarda el arpón.-Solo di que eres demasiado fuerte para usar un truco de cobardes.-

-No es de cobardes , eres valiente y listo. Por eso …eres lindo.-

El perro levanta la bolsa sobre su espalda. Esa cola delata la felicidad que le embarga al ser halagado por Theodore.

-Eres bueno.-lo acepta con el humor mejorado y una expresión más relajada.-Me haces temblar.- sigue el camino en búsqueda del rastro de Kissy o Henry.-Eres un seductor den un solo movimiento , gatito.-

Buscar a Poppy debía ser lo primero. No por su seguridad sino por quién era para los habitantes de este piso.

Para quien está observando a través de las cámaras.

 

 

Niko descubre algo bueno por fin.

Algo que puede entender.

Un juego de piezas por tamaño.

-OK , esto sí puedo hacerlo.- mira a este generador con una mano en la mandíbula.

Apenas había superado lo sucedido con ese mono televisivo , ahora estaba esperando al resto en un almacén.

Elegido para esconderse por las pocas manchas de sangre y suciedad.

Observa al generador preguntándose si debería activarlo.

-Si no lo hago no me notarán.- murmura y mira su reloj.-Si lo hago , me notarán.- era el otro lado de un resultado igual.-Como sea , o lo hago o no nos encontraremos antes de que lo hagan esas cosas allá abajo.- mira al almacén.

Decidir es lento. Hizo parte de su debate el juntar las piezas de este generador.

Hierro extremadamente pesado que solo con esas manos de colores puede pensar en mover y aún así su cuerpo se ve inclinado al lado que estos están , demostrando lo pesado de esto al causarle un problema para enderezarse.

Quién desarmo esto definitivamente era fuerte.

Coloca las piezas en sus lugares. 

La rueda más grande la sostiene pensativo. Sería ponerse una diana el activar este generador en la oscuridad , no habría escondite capaz de ocultar de ocultarlo de lo que fuera a llegar a su lugar.

Gira observando este espacio.

Poppy le dijo que habían aliados pero no mencionó nada de ser amigables.

-Qué me coja un toro si esos chicos son amistosos.- murmuró sacudiendo esa pieza de hierro contra el techo.

El polvo brilla y cae sobre su cabello.

Es cuestión de balance el pro por el contra.

Planea buscar al resto o regresar por sus pasos o avanzar desde donde está.

Ese perro seguro regresó por el resto , mocoso engreído , y al gato mejor tenerlo lejos.

No le queda de otra. Esperará a tener una oportunidad contra lo que sea que venga.

Coloca la pieza y retrocede observando como este lugar se ilumina como árbol navideño.

Esto incluye las luces del exterior de esta ala del lugar.

 

Llegando esa luz a Kissy y Poppy subidas en una pared apunto de entrar por un respiradero para huir del gran gato que rasguña el borde de la pared con esas grandes zarpas. 

-¡¿Qué?! ¿Quién encendió eso?- exclama Poppy al ver la luz extenderse.

Este gran gato nota la luz distrayéndose. Ellas desaparecen dentro del respiradero.

Algunos pisos más lejos Henry se detiene , no por ver esa luz que era imposible de vislumbrar en esta zona cerrada , observa a una habitación oscura sobre una plataforma alta.

-No tengo idea de qué hacer.- murmura tomando el teléfono.

Hace una llamada programada.

Del otro lado Poppy responde.

-¿Ollie?-

-No , Henry.- dice él , mira esa oficina desconectada del suelo por una escalera rota.-Estoy perdido y no sé adonde ir.- lo admite retrocediendo al escuchar un ruido tras las paredes.

Este ruido es fuerte y pesado , podrían ser cientos de esos mordelones al otro lado de los muros.

-Escucha , yo iré por ti. ¿Qué es lo que ves?-

Henry vuelve a mirar esa oficina. Su malestar sube al responder rendido.

-Bajo una-

-Henry.-

Su cabeza sube sorprendido por la voz sobre su cabeza.

Es DogDay , apenas saliendo de la misma zona de oficinas por las que pasó antes.

-Encontré a los dos.- avisa robándose el encuentro para sí.

-Nosotros te encontramos a ti.- reclama sin ánimos el perro. A su lado el gato no se ve interesado pero asiente para solo hacer hincapié en ello.

La voz tras el teléfono deja de escucharse al colgarse la llamada.

Henry mira al teléfono.

-Debemos regresar , Niko está en un lugar seguro.- le avisa el perro.

-¿Lugar seguro? ¿Lo dejaste tú en un lugar seguro?- es más raro pensar en un lugar seguro que imaginar a Niko en alguna zona solo esperándolos.

Mejor así. Sin su medicina no se imaginaba a Niko mejor que fuera del desastre.

El perro mueve los hombros. No es desinteresado , Niko mismo no le permitía cuidarlo así que era una situación de adaptarse.

-No olía tanto a sangre ni a los pequeños de antes , solo a plastilina.-

A Theodore ,que solía no bajar y solo vio una vez esas cosas mecánicas , le era tan indiferente la plastilina como a DogDay.

La cara de Henry se colorea más pálida que nunca.

-¡Debemos ir por él ahora! ¡No sabemos si es seguro o si está en el menú!-

 El perro levanta los hombros al verlo pasar entre las patas de CatNap.

El gato se había enderezado más que nunca en una “n” perfecta , mirando al perro confundido.

 

Con Niko la situación es relajada.

Esperaba tener que correr nada más esto se iluminara pero al contrario encontró una forma de subir a una plataforma y mirar por encima de todo a este lugar.

Era como una muestra de minas de los 1800 's.

-Qué feo está aquí.- murmura recargado en las barandas.-Christian , no debías llegar a este infierno.- lamenta sujetándose la frente al dejarse caer a medias.

La electricidad ilumina todo a su alrededor. No su interior.

Pensando solo en su hermano. Recordando cuánto le costó rastrearlo a esta fábrica y más aún sacarlo es más difícil sin importar cuánto se prepare para hacerlo. Estudió y aprobó exámenes a lo desquiciado para lograr una plaza de trabajo y después cayó más bajo , incluso más bajo que al estar en las calles. Buscándolo en este infierno.

Dos veces tuvo la oportunidad de abandonar esta búsqueda y seguir con su vida.

Dos veces la desaprovechó , tan solo por haber decidido incorrectamente hace años.

Confiando en quién al final no era digno ni capaz de cuidar de su hermano.

Ahora el tiempo lo pone a prueba y es piadoso.

No conoce el funcionamiento de muchas herramientas y mucho menos como se manejan estos estúpidos puzles. Aun piensa orinar el cadáver de quien los haya fabricado en cuanto descubra quién fue. 

Esperaba salir de aquí.

Pero mucha de su suerte se gastó ya , tratando de mantenerlo con vida en un terreno tan devastado.

-Nisiquiera les permitieron un cielo falso.- murmura observando ese techo de roca. Sus manos toman la baranda al estirarse buscando a algún conocido.

Puede ver a una criatura. 

Sus sorpresa hace su humor relajarse al chiflar directo a ese pequeño.

-¡¡Niño!! ¡¡¡No corras , solo tengo el color , pero no soy peligroso!!!- gritó riendo alegre. 

Lo que sea que siguiera al pequeño debería dirigirse hacia él si da señales , al menos en eso podía ayudar.

El juguete se esconde en una caja de hierro volteada sin siquiera intentar buscar el lugar de donde viniera esa voz con ese acento tan salido de lo normal en la fábrica.

Niko está más animado ahora que ve un sobreviviente , revisa algún modo para bajar de esta zona e ir a buscar al pequeño juguete de cerdito rosa.

Ser grande y fuerte es bueno. Sube un pie para saltar por la pared de roca cercana.

Hasta que una baranda oxidada te juega en contra y caes al vacío. El óxido se lleva su equilibrio haciéndolo caer contra el muro , no libre sino pegado al concreto aunque intentó frenar su caída con las manos.

La baranda cae primero clavándose un poco antes que él en el suelo.

Esta muerte no está tan fuera de lo esperado para su fatídica suerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El teleférico aún no regresa de aquella oscuridad profunda. 

El grupo de sobrevivientes y los gigantes observan a esa caída oscura con los rostros desmejorados.

Bajar sería una tarea difícil.

Ryan va a la planta de control. La cinta dentro la saca y piensa observando la llave puesta en el espacio. Era guardia , su trabajo no era el del maquinista , piensa observando ese control.

Camina al centro imitando lo poco que recordaba de los movimientos de aquel trabajador.

Tocar el control , oprimir un botón en el centro , girar la llave ; llama a la estación el vagón quince habiendo bajado el once y estar en rojo los otros dos.

-¡Bubba , ven!- lo llama.

El elefante se ve confundido al ser llamado.

Con él vino Hoppy , dejando a Boxy y Huggy protegiendo a los juguetes más nerviosos que antes.

-¿Podrías repetir lo que te enseñe ahora?- le señala el panel.-Debo bajar primero para desencadenar los vagones grandes o esto solo nos dejará bajar de cinco en cinco.-

El elefante mantiene esa mirada fija en el control.

Su mente vaga en la estación , en plena y herida mezcladas con empleados.

-¡Niño!- lo llama de nuevo Ryan.

Bubba asiente lento.

-No se preocupe , señor.- murmuró girando con el borde de su pata la llave.

Es puramente cosa de su léxico llamarlo “Señor” al usar un tono parecido a cualquier otro título.

Ryan podría discutir , se ve tentado , pero no hay tiempo.

Debe apresurarse y reunir a los gigantes antes de verse alcanzados por la comuna de la rata. Era muy poco confiable y la calma de la coneja parecía ser tan plástica como su pelaje.

-¿Quién bajará primero?- pregunta a los gigantes.

La coneja parece pensarlo. Está calmada sobre esto pero no puede ocultar cuánto le preocupaba perder el cadáver del ave. Piensa y decide quedarse para vigilar a la rata.

Huggy no puede moverse , No dejaría a Boxy solo con tantos locos y con los sobrevivientes. Una vez más aguantaría esta ansiedad solo por su propia decisión y cuánto anhelaba cumplir con esta misión. Salvar a Kissy , a todos.

 Vería a Henry cuando se reunieran todos. O cuando mueran y estén del otro lado.

-Bajaré yo.- 

Las cabezas de todos , incluso los juguetes , giró al escuchar a la rata reírse.

-Nunca he bajado , Mako me prohíbe ir a cualquier lado solo.-

Ryan no sabe qué decir. Sigue adelante observando a la rata con el ceño fruncido.

No sobreviviría si esa criatura decide matarlo. 

-Bien.-

Boxy no lo ve tan “Bien” 

-¿De verdad estás de acuerdo en bajar con él?-

-¡Yo también iré!- anuncia Hoppy. 

Ryan suspira. Estar en medio de una pelea no era mejor pero debía arriesgarse.

Sube con los dos.

La rata se acomoda en una esquina colocando el cadáver amarillo a su lado como buenos amigos.

Hoppy toma asiento del otro lado con los ojos fijos en este cuerpo rodeado de cinta plateada y sangre seca.

Ryan se sujeta de la pared.

-Cuando este abajo enviaré-

La puerta se cierra antes de poder dar instrucciones.

Los otros dos observan , ahora más serios , a esa puerta cerrada.

Se mueve.

Ryan trastabilla y cae en el suelo de sentón.

-Estoy impresionado , uno es increíble pero dos …y vaya que clase de invitados no requeridos llegan a invadir mi ser.-

La rata se sujeta con las garras y observa a ese ojo.

Solo lo había visto en las pinturas de algunos juguetes que venían de abajo en los cadáveres. Daba algo , mucho , miedo. 

Hoppy observó a ese ojo con el ceño fruncido.

-Es un médico , puedo reconocer su putrida voz.- alerta a Ryan.

Para ella la voz de DogDay nunca se parecería a este tipo. Incluso si vibraba igual , DogDay era muy diferente y su tono de voz ambivalente, la mayor prueba.

Esta cosa en la pantalla los recorre de arriba abajo.

-Pero si es mi niño.- analiza la rata.-Es uno de mis niños robados.-

 -Soy de mi hermana , no tuyo , viejo feo.- le gruñe la rata aunque su tono tiemble al estar arrinconado.

-¿Doc , como sigues vivo?-

Ese ojo gira. Analiza a la persona enderezandose apenas.

Ese ojo no tiene emociones. Es solo un ojo que se mueve y parpadea , gira y baja.

Eso es exactamente lo que hace.

Gira , abre y cierra , brilla en rojo , verde y amarillo.

Se apaga y vuelve,

Todo en meno de cinco segundos.

-Tú deberías estar muy lejos y metidó en tus propios asuntos , Daniels.-

 Ryan abre la boca con una sonrisa.

-¡Adivina dónde están mis asuntos!- grita arrastrando pesadamente los pies hasta los asientos incluso si estaban sacudiendose con tanta violencia por el acelere del cajón.

-No me imagino donde.- responde esa voz y ese ojo aburrido se cierra a medias.

Ryan atrapó la pantalla.

-¡Mis asuntos están en mi , pateandote el culo!- grita arrancando la pantalla.-¡¿Cómo es posible que estés vivo?!- lo cuestiona sacudiendolo enojado.

-Eso no es de tu incumbencia.- esa voz parece enojada.

-Es de mi incumbencia , es muy de mi incumbencia después de tantos años que te serví como una maldita mula para que siga aquí después de todo lo que hice por ti.-

Esa voz suspira sin parecer emocionado , ya sea por ser retado o vergüenza. Esta discusión con Ryan no era menos que nada y esto solo hacía enojar más fuerte a este hombre.

-¡Veinte años!- remarca Ryan. Furioso sacude la pantalla.-¡¡Me hiciste esperar por veinte malditos años!!- 

-Y podrían ser más.- esa voz parece cansada.-Tus amigos , pueden bajar.- cierra el ojo dejando en negro la pantalla.-El doctor les permitirá buscar la cita que tanto ansían , amigo.-

Esto hace a Ryan caer al suelo y esa televisión colgar del cable del cajón.

Hoppy lo sujeta con una garra , sorprendida por verse tocar a un humano después de mucho tiempo , solo para evitar que se golpee con las paredes al llegar a la estación.

Esto es una sacudida más. Abriéndose solas las puertas.

 Ryan se hace soltar con un gesto.

Hoppy lo suelta.Observa a la rata salir por la parte superior y ella baja.

El lugar fue muy claramente destrozado por los anteriores en llegar. El polvo es fresco. Una diferencia de una hora debió ser menor pero este tiempo es difícil de manejar. 

Estaban intentando reparar en horas algo que tardaron años en percatarse de lo mal que estaba.

Ryan no comentó nada de lo sucedido. Bien por parte de Hoppy , distraída al estar más concentrada en el cuerpo en manos de la rata , le sería importante saber que sucedía con la conversación de ese adulto y ella voz en la televisión. 

-¿Ese raro era tu amigo? ¿Cómo te hiciste amigo de la televisión?- le pregunta la rata.

Este hombre , habiendo entrado en la cabina , detiene su lectura de instrucciones con una mirada perdida.

-Debo decirles sobre esto.- murmura.-Si Hobart estuviera aquí sería más justo.- mira a la coneja.-Este hombre fue el creador de las flores.-

Hoppy abraza la alfombra.

-Él …¿Para que quería tanto dinero?- mira al lugar.-Este infierno fue construido con mucho , ¿Para que más?- pregunta.

Ryan suspira. En muchas formas era obvio. Nunca lo veía y era tan solitario siempre.

Lo escucho anhela objetivos externos en vez de materiales. 

Esa platica sobre el exterior debieron ser maquinaciones de un rehén y no algo más.

Nada más.

-No es por dinero.- envía un cajón.-Es por otra cosa.-

Esto crea un ruido más que penetrante por parte del hierro y los metales hace años acumula tierra y polvo.

Observan a un vagón doble de al menos veinte metros de largo y cinco de ancho , subir directamente.

-¿No es demasiado peligroso dejarlos bajar así?- pregunta Hoppy.

Su visión vieja de la máquina a ese vagón.

-Él dijo que podían bajar , no que sería seguro.-Muevanse a este lado.- les ordena a los dos.

Ahora , tras el tono autoritario , esa calma inicial se vuelve un berrinche por parte de ambos. En diferente , muy diferente medida.

La rata va por el techo y Hoppy salta por encima del metal y las barandas.

Esperaron unos minutos.

La señal fue ese mismo ruido regresando muy rápido.

 El miedo de Hoppy a ver todo salir mal , le hace observar a ese vagón viniendo como bala en cámara lenta.

El sonido de choque es capaz de acabar con todo.

La cabeza de todos fue llenada con el fuerte ruido del hierro estrellándose.

Ryan sujeta su pecho apurándose a revisar el estado de los juguetes.

Las puertas , como un mal chiste para todos , se abren cayendo al suelo.

De este emergen todos los juguetes corriendo y asustados.

No fue tan malo ni tan bueno.

Hay rasguños y lloriqueos. No fue un viaje agradable y no habría que fingir que lo fue.

Muchos se sujetan heridas y lloran buscando a los pequeños robo médicos para evitar el sangrado.

Ryan abre con la mano de color azul la parte superior.

La cabeza del elefante emerge agitado y mucho más grande que antes.

-Quiero salir…necesito salir de aquí…- lamenta respirando pesado.-Necesito aire…-

Los gigantes se llevaron el impacto para cuidar a los pequeños , como colchones se sujetaron con las patas o garras. Salir primero los pequeños conlleva algo de dolor necesario para los gigantes que contienen el mal humor y esta rabia en una exhalación pesada.

Hoppy busca la cabeza de Boxy a través del hierro ,liberándolo con un suspiro.

Este gigante gruñe. Su respiración es pesada.

-Saquen a Candy.- ordena con los dientes expuestos más que antes.

Hoppy rompe el metal arrancándolo con las garras.

El gato está ahí.

El resultado no es bueno. 

Hoppy se estira desde afuera para sacarlo de la caja de Boxy , lo carga y baja del cajón revisando al felino silencioso.

Mira al gigante.

-Se rompió el cuello.-

El gigante rojo mira al techo. Algo parece cruzar su mente más lo guarda , aprieta las mandíbulas.

Huggy es el primero en poder salir de la caja sin aplastar a nadie.

 No sabe nada sobre como trata herida , si no es una cortada qué se pueda engrapar , coser o atar . Era inútil. 

Un robot médico llama la atención levantando sus manos.

-Muestralo.-

Hoppy lo baja a su nivel.

-Aún respira , deberán buscar un collarín y mantenerlo en una sola posición si queremos que se cure solo.-

Boxy al fin puede respirar y salir de ese espacio.

Bubba lo sigue con el cuerpo tenso. Esta experiencia fue demasiado…física. Su cuerpo tiembla incluso si se sabía a salvo después de estar atrapado en ese espacio. Aprieta los brazos alrededor de su cuerpo al avanzar.

Observa al humano ayudar a colocar el collarín del gato frente a Boxy.

-No se si pueda mantenerlo derecho.- admite el gigante rojo al saberse de ritmo contoneante.

Los juguetes parecen negarse a dejarse vencer.

Abajo se ve una placa de carga , podríamos llevarlo con una cuerda.-apunta una osa pequeña.

Tres Bunzo del refugio de Bocy apoyan la noción.

El gigante rojo arranca el metal de esa zona para mirar abajo. Todo le parecía sospechoso.

-¿Puedes rastrear a Kissy o a CatNap?- pregunta Ryan a los gigantes , ninguno en específico.-Ambos deben estar en el camino correcto.-

Hoppy renuncia a la tarea antes de plantearse. Su olfato en este entorno era pésimo.

Un conejo verde y pequeño parece pensar. Notando algo a unos metros.

Un bonito juguete que nunca había visto antes.

Blanco y rosa , acercándose lentamente por los pies de un Bubba distraído en juntar herramientas junto a un CatBee. 

-¡Cuidado!- gritó al verlo saltar.

Al mismo tiempo a su lado un compañero cayó al suelo con un lagarto de peluche sobre su nuca.

Los gigantes notan este peligro , apurándose a deshacerse de ellos.

No hubo algo como hacerlos a un lado.

Los presentes aplastaron a estas criaturas con saña.

Touille observa desde lo alto.

Estas criaturas eran como las que habitaban su hogar , excepto por algo curioso.  

Lo ven como comida también. No con miedo.

Eran raros.

Salta desde arriba para sujetar a un pequeño Simón , aplastando su cabeza lo lleva a su boca comiendo la carne que tienen en el interior. 

Los ojos de algunos juguetes lo miran asustados.

No sólo por su acto desenfadado sino también por el cadáver en sus hombros.

Es claro quién es y lo que tiene dentro.

Pólvora.

Trajo polvora en el cuerpo de Kickin.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Hoy fue un capítulo lento.

Chapter 104

Notes:

Hola, buenas noches.
Capítulo con el pasado.
Algo de enojo para todos o aburrido para otros.
Algo de la primer generación dentro de la historia.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1973

 

 

 

 

 

Aquella tarde las batas de los doctores eran estorbosas.

Dentro de los pasillos de grandes ventanales , parte de una mansión cargada de gritos y risas agudas.

La carrera de muchos niños conlleva algunas caídas y otros tantos peleando en el jardín. Por dentro , apartándo se de la demencial tarea de resguardar la seguridad de niños que saltan la barda o pelean con los cuidadores mano a mano , un grupo de batas blancas avanza juntos.

Imitan sus formas, en el colorido y soleado pasillo , almas en pena de tonos pálidos y grises en consecuencia a sus pieles faltas de luz solar.

El sol golpea sus cabezas resecando el gel en sus cabellos aplastados sobre su cabeza. Los sigue el resplandor de los rayos solares.

En aquella casa oculta en el bodoque , permitiendo ver a través de las ventanas aquellas estelas de humo plástico elevándose de las chimeneas de aquella fábrica a unos kilómetros de este lugar. Apenas visibles entre las ramas de un bosque plagado de pinos espesos.

Esto incentiva el crecimiento de insectos y alimañas del bosque en el interior de la casa.

Los murmullos de los científicos son inentendibles para los niños , solo pasan por un lado arrastrando los primeros juguetes de GumballCat por su cuerda , riéndose entre ellos en sus juegos.

 

-La pruebas con el 354 , salió errónea. El sujeto pereció tras las tres horas de la intervención.-

-Debe ser la materia prima , elijan a uno sin enfermedades congénitas.-

-este no podía enfermedades , su procedimiento-

-Si me dices que fue normal a pesar de que tu departamento aún insiste en hacer la estupidez de dormir los nervios con esa vulgar anestesia , los receptores deben estar activos para implementar el extracto del prototipo-

-No podemos operar si el sujeto lucha.- defiende un doctor.

Un asistente comparte información aparte justo ahora que su jefe estaba presente y no estos médicos de menor rango.

-En el este se habla de un relajante muscular capaz de intervenir los movimientos y reflejos de lucha.-

Los doctores que habían intentado retrasar lo más posible la entrada de fármacos más conflictivos con su ética médica parecen mirarle con puro odio.

El jefe hace de menos la incomodidad del equipo , dando una orden al escuchar la posibilidad de volver el procedimiento mucho más sencillo.

-Hablen con …- detiene sus pasos. 

Lo imitan curiosos de ver al jefe ser halado por la manga. Lo observan bajar la cabeza.

Es el tirón el resultado de la osadía de un pequeño niño varias cabezas más bajo que el doctor , sin sonrisa , solo una curiosidad. 

-Ese modelo se parece a usted.- muestra un libro.

La cara del hombre solo pierde color.

El resto de los especialistas parecen esponjarse , calvos o no , viejos o jóvenes , estallaron en rojo y verde al ver esa página mostrada por el impertinente niño.

Agregando la estruendosa carcajada de un hombre en la segunda planta. Riéndose tan descarado qué tuvo que doblarse en la baranda para no caerse.

-El señor Sawyer me lo dio , dijo que la anomancia era científica y que podía preguntarle si su ano era de científico o de servidora servidora nocturna.- mira la hoja el mismo.-Yo creo que el modelo se parece más al señor Sawyer.-

La risa se detuvo tan rápido como empezo.

-Señor Pierre , el niño-

-¡Señor , ¿No cree en eso?!- le pregunta a ese chico.

-Niño-

-Aunque a mi no me gustaría que me revisen la cueva del cíclope para saber cuantos hijos tendre , ¿No se sentiría invadido? Como Odiseo , Odiseo fue muy descarado matando la oveja del ciclope ¿Cree que fue demasiado? A mi me gusta mucho mi oruguita , mírela.- le puso en la mano , si , a fuerzas le puso en la mano una oruga gorda y verde con puntos negros.-A mi me gusta mucho mi oruguita pero no mataría a 15 hombres , tal vez le mordería la canilla a dos pero no los mataría.- recupera su oruga.-No sé , creo que el chico tenía conflictos qué reparar , Señor ¿Usted tiene conflictos sin reparar?- abre su bolsillo y guarda su oruga.-Señor , hoy cenaremos champiñones , los vi cocinandolos y después a la señora de la cocina un guardia le hizo anomancia sobre la mesa del almuerzo cuando no había nadie.- entrega el libro con ambas manos.-Parece magia pero no me gustaría tener que usar la lengua o mi nariz en el centro de Alabama , dígale gracias al doctor Sawyer pero no me gusta esa magia.- una vez ese doctor le toma el libro , saca una pelota de su nariz.-Esta magia si.- levanta las manos presumiendo la pelota recién sacada de su nariz y corre.-¡¡Abril , ya te bañastel!!- llama a una niña que iba pasando.-¡Ya le dije sobre la señora!- le avisa.

La niña se cubre la boca y niega volteándose con la cara roja.

El impertinente niño la alcanza para correr juntos al jardín.

Abandonan la visión de ese menor para volver a lo importante , su jefe.

Los científicos miran ese libro. Lento a la cara del hombre y esa cara fría es muy precisa para demostrar nada más que pura indiferencia.

Sus ojos suben a la segunda planta.

Arriba ese hombre , el tan afamado Sawyer , levanta las manos con un cigarrillo ya en sus labios.

-No se nada de esa cocinera si te preocupa que fuera el amor de tu vida.-

El hombre con el libro en mano lo impacta contra el pecho de un compañero.

-No debes pervertir a los experimentos , se te prohibió compartir contenido pornográfico con los menores ¡¿Qué parte del comunicado te hizo creer qué esto era divertido?-

-Tu cara ahora.- mueve la cabeza aspirando una cantidad obscena de humo.-La cara de todos estos gusanos patéticos y miserables , acobardados por el interrogatorio de una mente infantil e inmadura. Miserables larvas. - se ríe de ellos en sus caras. 

Los hombres levantan las cabezas y le miran mal sin atreverse a más. 

Era inverosímil estar frente a un tipo que se atreve viera a tratarlo de tal forma.

El único con la posición para defenderse era el jefe al mismo nivel que este tipo tan peligroso.

-Te veo algo nervioso.- apunta ese Sawyer en lo alto.

-Razones tiene.-

El hombre en la segunda planta gruñe mirando a ese hombre en la puerta. A metros de ese grupo de científicos.

-Ese fue , él me dio el libro de magia.- apunta el niño tomando la mano del nuevo personaje de alto calibre en la habitación.

Sawyer exhala el humo observando a ese niño , sonríe lleno de furia al notar algo en esos ojos. Reconocimiento y enojo.

Ese niño era más inteligente de lo que mostraba a primera vista y sobre todo, era rencoroso.

-Ludwig.- lo nombra al aceptar que este chico era el equivocado para jugarle la broma a Pierre.

Esto mismo mantiene esa cara de pingüino con esa nariz empinada y rostro frío.

Ese hombre viejo levanta una mano , moviendo los dedos para llamarlo a su encuentro.

-Ven conmigo ,Sawyer.- lo ordena relajado.

Apaga el cigarrillo en la baranda guardando el cigarrillo en el empaque metálico dentro de su bata blanca.

Ese niño se despide ya en una retirada pacífica junto a la nerviosa niña de antes.

Pierre decide reunirse para entregar esa prueba al anciano.

 Excepto por un problema a medio camino.

El libro explotó.

Pierre gritó perdiendo la compostura al sentir su mano casi arder. Viendo bien que no fue el libro sino algo más molesto.

Un chico había aparecido por detrás de Sawyer con una resortera , lanzando directamente a la mano un cohete de chispas y colores estridentes.

El médico que organizó esta maliciosa treta ríe a carcajadas de nuevo , todo por la satisfacción de ver a Pierre en el suelo y con el corazón en la boca tras gritar asustado por el estallido.

Sus risa se vuelve más ruidosa al ver al grupo rodear a Pierre como un séquito de doncellas a su pobre dama en predicamentos.

-Sawyer , estas en problemas.-

No se mueve para nada. No consuela ni hace amago por sanar alguna herida en la mano del científico. Era un hombre adulto aquel que estaba en esta posición lastimera. Simplemente observa a su trabajador sostener su mano una vez descubre que lo que pensó ser una quemadura menor en realidad era una enrojecida herida comenzando hincharse sangrienta.

Había causado heridas graves a Pierre. Al consentido.

Chasqueó los dientes caminando a las escaleras.

-¿A qué niño le pediste hacer eso?-

-A tu madre.- gruñe bajando las escaleras. No delataría a su pequeño peón , no mientras este no abriera la boca.

Sonríe una vez llega al nivel del resto.

Así el científico loco mira hacia arriba a todos los hombres en esta habitación.

-Hola.- sonríe.-Debiste ser más rápido ,Leith.- esos lentes se empaña por el calor de su mirada cruel.

E honbre con la quemadura aprieta esta herida en su palma

–Pierre , deberías descansar. Yo me encargaré de todo.- le ordenó directamente Ludwig observando la mano. Seguido Ludwig levantó el brazo atrapando a Sawyer en una llave , aventajado por su mayor estatura.-Vamos , me hablaras de ese proyecto tuyo y porque no debería desestimarse.-   

Sawyer le sonríe a Pierre al irse con el jefe. Hablando de su investigación sin vergüenza ante lo sucedido.

-Para empezar , este proyecto está destinado al trabajo reconstrucción de tejidos en heridas de alto impacto.-

-Interesante , ¿Serviría en quemaduras de tercer grado ya recuperadas?- 

Dejan la mansión a paso lento.

Bien podría ser el castigado Pierre y no ese hombre descarado junto al dueño de la compañía.

Si no fueran suficientemente inteligentes , cambiarían de bando.

-Háblame de esos tejidos reconstruidos.- le exige Ludwig en el camino , libera su cuello para ir más separados , lo justo para dos adultos.

El científico inhala y echarla listo para hablar largo y tendido.

-Estoy-

-Dime ¿Por qué pareces creer que no necesitas a Pierre feliz para seguir en pie con tu trabajo?-

El científico levantó los hombros reduciendo la importancia de sus acciones déspotas con el encargado de la rama económica y demás.

-Porque soy mejor que ese tipo.-

-No eres mejor , simplemente eres un científico y él tu jefe.- 

-Usted es mi jefe.- reniega de inmediato la relación con el mencionado.-Solo estoy en la compañía por usted , señor.- halaga al viejo en una actuación simplona.

-Harley. Pierre es mucho peor jefe que yo y no por eso debes pensar que soy manipulable.-

Detienen su avance al salir a los escalones de la mansión.

Por fuera los juegos de madera y la zona de arena son invadidos por niños alegres. Corren y saltan la cuerda.

Una pequeña pasa frente a ellos con una muñeca Poppy en brazos.

-Mira esto ,Harley.- le apunta Ludwig.-Solo abre los ojos de verdad por una vez en tu vida.-

El hombre frunce el ceño observando a los niños y niñas jugando en el césped y las hierbas ser llevadas por los pies de muchos en una carrera constante para frustrar a los cuidadores que deberían poder controlarlos y llevarlos a clases o darles un baño.

-Todos estos niños ríen y juegan , aunque lo peor del mundo ya les sucedió.- apunta Eliot.-Se quedaron sin padres o sus padres los dejaron de lado , solo para seguir con su vidas y a otros tantos los salvaron de la maldad de sus propios padres.- golpea la espalda de Harley.-No hace esto por tu ego , lo haces para salvar a muchos más niños de este destino , ¿No recuerdas que esa es la única razón por la que empezamos con esto?-

Sawyer gruñe metiendo las manos en la bata.

-Estas siendo hipócrita.-

-Claro , yo sé lo que hacen con ellos. Claro que soy hipócrita.-mira a los niños.-Pero sueño con un mundo donde estos sean los únicos niños a los que sacrifiquemos y tu irreverencia y falta de respeto no ayuda a ese objetivo.- 

-¡Roger , ahí estás!-

Miran por ese grito a un lado.

Es ese niño persiguiendo a otro más alto. Lo atrapa pero su recibimiento es una patada directa al estómago. 

-¡Ya te había dicho que no me siguieras! ¡Aléjate de mi! -

Este chico decide alejarse del niño.

En el suelo este pequeño inhala y con un tono más valiente que inteligente , grita poniendo las manos a los lados de su boca.

-Me tienes tanto miedo y eres tan gallina que tienes que patearme y correr porque te mojas por mí.- lo acua aunque esté doblado de dolor.

Este niño tan ofendido como divertidos los otros niños testigos de cómo se le acusó de orinarse de miedo por ese chico enano. Parecen monos aulladores al empujar al chico más alto para que lo enfrente.

Sawyer frunce el ceño al ver a su pequeño heraldo meterse en tremenda estupidez.

Este chico más alto ni lento ni perezoso va hacia él para golpearlo con un puño alto.

-¡Huy , huy!- chilla el chico palideciendo y con un miedo tan grande que solo podría ser una burla se sacude la gran camiseta de Brown como si fuera una falda, dando una vuelta en su propio eje antes de correr riéndose del chico al verlo resbalarse por la humedad del pasto misma qué el pequeño causó al girar sobre la hierba.-¡Esa cama mojada es por mi y como una pesadilla, es tu sueño mi disfrute!- canta al lograr esquivarlo. 

Este niño tan rojo por la vergüenza lo persigue y claro que lo alcanza al caerse el mismo niño con esa misma humedad ocasionada por el rocío del bosque cercano.

-¡¡Deja de correr!! ¡No cantes , carajo Henry!- lo atrapa por el cuello de la camiseta.

-¡No me pegues , Roro , no me pegues! ¡Violencia intrafamiliar!- chilla cubriéndose en una bolita.-¡Llamen a Kermit!- 

El niño exhala soltandolo al sentirse mal por sus ojos llorosos y esa cara de miedo.

Este niño lo mira y sonríe sacudiendose la ropa.

-¡Roger me está pegando!- frita con toda la energía que no parecía tener antes. 

 El mencionado abre la boca completamente indignado al ser acusado. Le suelta un puñetazo retirándose con los hombros tensos.

Esa niña parece apenas de regreso al llegar al jardín con una red de mariposas. Mira a los dos , tanto al pequeño en el suelo como al mayor con la cara roja y un rostro frustrado.

Usa la red para golpear a Henry sin fuerza.

-¡Me vas a sacar los sesos! .- chilla en el suelo mucho más adolorido por el golpe suave qué por el puñetazo.

 El mencionado Roger abre la boca más enojado ahora que parece ser más débil que la niña que ríe abrazando su red de mariposa.

Les apunta a los árboles y mueve las manos , abriendo y cerrando para señalar la existencia de dichos insectos entre las ramas.

-Pues vamos.- murmura entre dientes Roger.

-Hay que conseguir el almuerzo de Roger.- anuncia Henry de pie una vez más.

-No , tú , no vas.- lo empuja para evitar que los siga.

Este chico abre y cierra los ojos ya húmedos.

-Roger ...¡¿Crees que haya mariposa de las rojas?! ¡Monarcas , dicen que vienen de Canadá!- sigue a la niña esquivando al niño.

La niña hace señas pequeñas para responder.

El mayo bufa alcanzando los.

-El come bichos es-

-Roger.- interrumpe el niño antes de ser insultado.

De nuevo están corriendo.

 

 

El par de adultos observa ese intercambio en silencio.

Dejando pasar un par de minutos para digerir tremendo enredo sin sentido o quizás sí. Fue todo muy confuso.

Dando qué Ludwig lo procese a su percepción. Riéndose como un hombre rico : Una mano en el mentón y ojos cerrados reducidos para dar tres carcajadas y volver a un estado pasivo.

-Es un bufón , mala idea que usarás a un payaso de la clase. Por eso te delató , no puedes utilizar al payaso , el payaso te utiliza a ti.- 

Harley gruñe restando importancia.

-¿Para qué proyectos están siendo preparados?- cuestiona Ludwig.

-Para Huggy Wuggy y Jolly.- murmura aburrido.-Estamos esperando a las celdas de contención para el cambio de ambos.-

Jolly era un proyecto por el cual no arriesgaría materia prima , demasiado fuera de lugar un payaso pasado de moda. Solo hay que ver como los juguetes de plaza sésamo son vendibles y solo adultos son la razón del movimiento de payasos entre los juguetes.

No tiene nada que ver que Sawyer fue acosado por un payaso hasta orinarse en la infancia , nada que ver.

Es solo que es obvio qué a los niños les gusta más un dinosaurio qué un payaso.

Nadie quiere payasos , debe ser un enfermo mental para gustar de los payasos.

Ludwig no opina lo mismo. Seguramente era su edad.

-Adoro los payasos , el mundo necesita muchos de esos.- coloca las manos en su espalda.

Sawyer apunta al interior de la casa.

-El mundo necesita más de eso , no payasos.-

Ludwig mira hacia esa dirección.

Un chico , dentro del edificio , ayuda a un niño muy pequeño con su babero. Administrandole la papilla a la boca con una paciencia envidiable. 

Las quemaduras aún cubiertas por vendas brillan en ese joven. 

-Si , puede que el mundo los necesite pero no los quiere. El mundo quiere payasos.- rasca su mandíbula.-Me inquietan sus quemaduras , se ve que no saldrá de aquí.-

Al científico le era lo de menos saber las necesidades del mundo , su visión era mucho más grande.

-El mundo quiere monstruos qué obedezcan , no caricias ni comediantes.- su bolsillo vibra y suena con un sonido de señal.

Mira al Ludwig concentrado en lo que sea que fuera a respóndele. Retrocede mirando el radio en su poder y ocultando la voz con una mano ahuecada contra su boca.

-¿Se cayó el matraz?- cuestiona aburrido.

Del otro lado la voz áspera le eriza la piel al saber que se trata de algo que no debería discutir con Ludwig cerca.

-Vendí la primera tanda. Tu dinero lo depositaré ahora , estoy fuera de la fábrica.-

-No , mejor …- mira a Ludwig ya curioso por su comunicación.-Esperame vestida.-

Del otro lado llega una risotada , seguida por más carcajadas. 

-¡¿A quién quiere impresionar , Doc?!- le cuestiona alejándose el radio de la boca para reírse.

El mencionado doctor relaja el rostro por cuestiones de la gran amargura diluyéndose por sus pálidas mejillas , terminando en una cara larga por la fuerte frustración.

 -Déjeme ayudarlo con eso.- parece subir el volumen y antes de que el doctor pueda cubrir la bocina esa voz vuelve.-¡Ahaa~!- finge un gran gemido agudo.

Cuelga.

 Respira. 

Tose guardando el radio en su bata. Acomoda su cuello , la corbata.

Su cabello rizado. Exhala y está listo para volver. 

Mirar a Ludwig le trae con ello una mirada fija e incrédula, este de arriba abajo lo analiza con una ceja arriba.

-¿Al fin una valiente dijo, yo?- le cuestionó con un tono de anciano entrometido común en personas de su edad. A pesar de ser extremadamente incómodo. Tras oír ese único gemido.

Toma su corbata como si fuera su única tabla salvavidas.

-Si.- asiente mirando a la puerta del orfanato. De esta sale el grupo científico , abandonan por hoy la misión de encontrar a otro prospecto simplemente por la situación con Pierre. Aclimatandose a la presencia del verdadero dueño de la fábrica van a su encuentro mansamente.

 Esos siete personajes dejan el hogar de los niños y esta vez sin llevarse a nadie a donde fuera que vayan.

Las visitas continúan por el lugar distraídas en su visita.

Escuchan la descripción de los niños como quien añade curiosidades sobre el nuevo auto que comprará pronto. 

Una cuidadora describe a uno de estos niños con una gran sonrisa.

-...es muy divertido y dulce , siempre hace reír a las personas y termina con sus tarea sin portarse mal. En muchas formas es un prodigio impresionante.-

-Lo que nos interesa es que sea algo mayor para no cambiar pañales pero suficientemente menor para no tener que aguantar demasiado pronto a un adolescente con sus estupideces. Nada mayor de catorce.-

La esposa hace su pedido.

-Solo queremos a un niño para que juegue con nuestras niñas y las cuide en la escuela.-

-¿Cuidar de sus niñas?- pregunta la encargada revisando las notas hechas sobre los niños en el orfanato. 

-Si , ya sabe. Un niño para que pelee las peleas qué una niña no pueda.-

La cuidadora aprieta los labios con una sonrisa tensa.

-Entonces veremos un perfil distinto.- deja de lado la hoja con niñas como opción y adolescentes como la segunda descartadas.-Tenemos a un niño de ocho y a uno de diez ,ambos son muy listos y les gusta hacer sus tareas y se llevan bien con una de nuestras niñas más dulces. Son mejores amigos..-

-Suena bien.- comparte la pareja una mirada.-¿Y si es tranquilo?-

El hombre rasca su barba rubia.

-¿Y podría …ya sabe … ¿No ser cafe , ni amarillo ni deforme?- 

Su esposa parece conflictuada con su petición. Oculta esta duda observando la mesa del escritorio.

 El conserje cercano se muerde la lengua al casi cuestionar en voz alta “¿Buscan perro o un hijo?” como si los niños de este lugar tuvieran la oportunidad de darse el lujo de poder decidir a dónde los llevaría la vida.

Mejor se concentra en trapear , si , mejor hacer su trabajo con los oídos tapados.

Conseguiría unos walkman con buena música.

 

 

 

Al otro lado de la gran mansión los niños juegan con una tanda de insectos volando sobre ellos.

No. No se estaban divirtiendo. Estaban gritando y corriendo tratando de sacar esos bichos del cabello.

Son libélulas asustadas del pozo de agua cercano.

Entre estos un chico parece ser el mayor genio. Sacando una escoba con una sábana amarrada , asusta a los bichos logrando defender a los niños de estas picaduras y el simple miedo a los insectos.

-¡Vayan adentro , ahora! ¡Yo me encargo de que no los sigan!- 

Los niños lo escuchan tan solo por ser alto y por su tono de voz. Pasan por su lado sacudiendose el pelo o agachados para evitar salir golpeados por la escoba.

Entre los árboles del bosque cercano un niño observa cómo ese muchacho se encarga de espantar a los insectos con esa arma inventada por él mismo en un arrebato.

Se esconde mirando la botella de cristal en su mano. Vacía , la había derramado en la fuente de agua , ocasionando esa marea de libélulas y moscas por lo que sea que tuviera dentro.

Solo para quedarse con el jardín y no compartirlo con nadie.

Espera a que este se vaya para salir de su escondite.

-¡No te quedes aquí solo! ¡Podrían picarte! ¡Vamos adentro!- lo anima este chico atrapándolo por el cuello de la camisa para llevarlo adentro colgando y sin poder más que patalear al ser llevado al interior de la casa.

La puerta se cierra una vez el muchacho lo mete a la casa.

Enojado asoma la cabeza por la ventana , al igual que muchos otros niños. 

Observan a ese chico recorrer una vez más el jardín antes de volver adentro sin dejar de espantar a los insectos con esa herramienta inventada. 

Entra por una ventana de la sala y cierra evitando la entrada de estos bichos.

Los niños lo miran aún pálidos y muchos con resto de insectos por todo el cuerpo.

Este se rasca un par de picadas en el cuello. Levanta los brazos y anuncia en voz alta :

-¡Ganamos!- 

Los niños aplauden felices al salir bien de esta persecución.

 Los cuidadores apenas vienen con el insecticida. Dejan la mansión para matar los insectos invasores. Riendo al ver la situación de algunos niños pintados por los restos de los insectos.

Entre ellos Henry sujetándose el pecho de la camisa.

-Me comí uno.- murmura mirando al suelo.-Asco, qué feo beso.- escupe en la alfombra unos trozos de alas brillantes. Ver esto le deja en claro que no lo imagino. 

Roger le entregó un vaso de agua al igual que uno para Abril , también horrorizada por cómo se volvió la salida a jugar.

Los niños no tardan en dividirse y pelear de nuevo. Siguiendo al gran héroe en la sala , ignorando que este solo quería ponerse su medicina tranquilo , le acompañan entre discusiones y peleas.

La puerta al jardín de la mansión se cierra por una cadena y candado. Hoy no podrán salir por culpa del insecticida.

Aquel niño aún observa la botella que usó en el agua del pozo , este líquido apestoso les ocasionó una gran reacción a los insectos , huele mal y apesta. Todos los que se adueñaron del agua y no lo dejaron bañarse seguramente apestan mucho.

Puede reírse de ellos.

Un encargado , ignorando todo lo ocurrido , entra con una tabla de notas 

-Henry , Roger , vengan . Unas personas los quieren conocer.- los llama sin ver bien a quienes , sólo debían encajar con las fotografías del registro.

Ambos niños van con el encargado.

El muchacho en la sala termina jugando con algunos niños en la mesa central.

 

 

 

En la ciudad aquella reunión al fin se efectúa.

En un comedor familiar tematizado de pizza y animatrónicos horribles en un escenario ruidoso. Atestado por niños y padres fumando fuera de la puerta o bebiendo a escondidas en la mesa mientras sus niños rebotan en los juegos o combaten en un reto de baile guiado por un animatronico de rata gorda.

-Veo niños en el trabajo , y ahora fuera de.- gruñe este hombre chocando la frente contra la mesa. No viste su bata blanca de siempre , esto sería excesivo , solo un suéter de rayas de cebra y un cabello revuelto y descuidado lo adornan con ese rostro gris.

Su compañero vuelve de la barra con dos platos de papel manchados por la grasa de las pizzas dentro. El contraste con la intensa piel roja hace más claro lo cadavérico del aspecto del científico.

-Supe que no te gustan los pepinillos , por eso descarte las hamburguesas.- lo dice el hombre llevándose una rebanada de pepperoni y champiñones a la boca.-Solo háblame de lo que sigue , vamos.-lo anima bebiendo un sorbo de soda roja.

-Imagino que un restaurante fino quedaba lejos.-

-Mírame , nos iban a servir una polenta sobre peores platos que estos si yo aparecía pidiendo una mesa.-

El científico bufa. No lo entiende , el modo de vida que Daniels describe , definitivamente era extraño. Nunca lo trataron de esa forma , así que le era ridículo pensar que un cliente pudiera ser tratado así.

-Tacaño. Se supone que si puedes pagar , deben servirte. De eso se tratan los restaurantes.- reclama. Este lugar le parecía una ofensa.

El guardia recarga la espalda en el respaldar de la silla de conejo azul.

-Como lo imaginaba. Eres un protegido.- señala al doctor.

El mencionado mira , al estar acostado sobre la mesa , a un lado y ríe levantando los hombros en alto.

Una niña corre por el lugar con una caja de latas de salsa como su armadura para pelear con los otros niños. Esto llama la atención del científico tan solo por la forma cuadrada de esta y como ninguno de los golpes de los globos de colores llegaban a su cabeza.Esto lo hace sonreír con todos los dientes al aire. 

-Protegido…dices.-

-¿Y si me hablas de tu gran trabajo?-

Lento reanima su cuerpo para moverse.

-La investigación de la compañía podría llegar a ser algo más grande que solo un montón de engendros.- levanta la cabeza mirando al hombre.-Planeo llevarme todo para hacer mi propia investigación en el exterior.-

-¿Para eso el dinero?-

-Es para algo mejor.- revisa las rebanadas de pizza en su plato.-Estoy apunto de revelar la creación más cercana a la misma divinidad hecha carne , de la que muchos solo podrán expresarse con terror.- sonríe aceptando comer la rebanada de puro queso.-Seré más qué un dios muy pronto.- mira a la mesa tirando sin pesar una libreta de bolsillo sobre la pieza de Ryan.-El dinero es para asegurar mi nuevo laboratorio.-

El guardia asiente, al tomar la libreta aprovecha para golpearlo con la misma antes de guardarla. Observa al hombre ojeroso y obviamente desequilibrado sentado frente a él , sobándose el golpe en su frente con un gruñido , mastica esa pizza mirando feo el bote de parmesano vacío en la mesa.

-Doc , debe dejar de encorvarse.- le señala Ryan picando su joroba con la pajilla.-Pareces más viejo y raro de lo que ya eres.- 

El mencionado deja de mirar al refresco y le gruñe al entender que era extremadamente extraña su postura de cangrejo sobre el plato de pizza. Se enderezó mirando al techo del local.

Un niño apartado les observa y eso solo deja en claro lo raro que era.

-Ya me quiero ir.- murmuró levantándose con menos de la mitad de la rebanada terminada.

El guardia exhala retirándose ya habiendo pagado.

Esa pizza no tardó en ser robada por un grupo de niños.

Fuera del local el frío los saluda helando al científico.

-Es sorprendente la diferencia entre los de familia presente y los del orfanato.- señala ya afuera.

-No es tan grande.- 

El guardia le apunta al local. 

El científico detiene sus pasos al verlo parar. 

-Los niños que se saben amados son mucho más brillantes.- abre paso y con ello la puerta.-No están luchando por sobrevivir.- sonríe a la mujer que entra con sus niños al lugar.

Esta persona corresponde su cortesía junto a sus niños , admirados por su estatura y color.

-¡Es Toro! , ¡Mamá! , ¡Es Toro! - exclama al confundirlo con aquel personaje nativo.

Ryan cierra la puerta.

-¿Puedes ver ese brillo?- le comparte siguiendo el camino. 

Sawyer levanta una ceja.

-Cualquiera puede brillar.- camina con las manos en los bolsillos.-Tú brillas y no eres feliz con tu vida. Eres miserable , Ryan. Eres una persona muy infeliz y miserable , no puedes ocultarlo.-

El guardia abre la boca en una sonrisa.

-¿Es así cómo quieres que te ayude con ese dinero tuyo? Convenceme mejor.- toca su oreja rodeando el lóbulo , baja por su cuello tirando de la corbata sin tanta fuerza. Volviendo ese contacto idéntico a un gato que juega con su comida.

Un puma averiguando si es una pesa o carroña lo que se cruza en su paseo matutino.

El científico lo esquiva arreglándose la corbata de nuevo.

-Si.- admite su avaricia con los hombros arriba.-Mueve las cantidades de la libreta por las cuentas que te dí y después terminamos con la función extra de movimientos en el norte.- cruzan la calle.

Las rodillas lo traicionan.

Tropezando el científico con un bache oculto por una charca , cae de lado contra el suelo llevándose un gran golpe.

-¿A quién se la debes?- bromea Ryan apenas procesando el muy rápido tropezón de este hombre.

En el suelo la vergüenza lo paraliza , como en la secundaria. 

-¡Ayúdame , no te rías!- le grita frustrado.

Palmea su tensa cabeza.

-No me estaba riendo hasta ahora, jajaja…- Ryan lo ayuda a ponerse de pie.

Harley gira mirando todo el costado de su ropa y cuerpo manchados con lodo negro de calle.

-Carajo.- gruñe agarrándose la boca con la mano limpia.-Bien …decía que pasaras el dinero por la cuenta externa.- esa cara pálida ahora es un completo granate.

Ryan mueve los hombros escuchando las instrucciones sin olvidar sonreír burlón.

 

 

 

Esto no pasa desapercibido para un par de empleados dentro del transporte qué seguía al científico muy fuera del conocimiento de ambos sujetos.

 

 

 

 

El médico regresó a la compañía con ese reporte presente en su cabeza. 

Le prohibieron volver al orfanato hasta nuevo aviso. Solo puede pedir la materia prima por sus perfiles.

Dentro de su espacio laboral hay una oscuridad comparable a un abismo completo.

-Señor , el 354 , murió.- le avisa su asistente al verlo de vuelta.

La mala noticia le es indiferente. Cojea disimuladamente hasta el cristal.

-Se ve bastante bien , ¿Qué órganos dejaron de funcionar y en qué orden se desactivaron las funciones cerebrales?-

-El proyecto 354 sufrió de convulsiones extensas y repetitivos fallos respiratorios durante los ataques.- señala una tomografía en sus archivos.-Su cerebro fue primero. No lo notamos por continuar sus funciones físicas pero la muerte fue primeramente cerebral.-

El doctor toca la cabeza de este monstruo rojo con esos ojos negros ya vacíos de cualquier emoción.

-Hagamos una biopsia , esto no se perderá. Nos tuvo un año entero aguantando su drama , haremos lo mejor con sus restos.-

-Señor , creo que podríamos necesitar más manos si queremos mantener a estas criaturas vivas.-

-Con nosotros basta.- apunta al cuerpo.-A la sala de operaciones , ahora. Yo iré por más muestras del prototipo , alguna tendrá las respuestas sobre lo sucedido con este chico.-

 

El viaje al laboratorio se vuelve muy poco divertido después de recorrer este pasaje por años.

La celda de 1006 siempre es un circo.

Al entrar tiene que chocar con los otros encargados juzgando las nuevas reacciones y reparaciones auto aplicadas por los componentes de aquella extraña criatura.

Esta cosa encadenada dentro de una celda parece haber terminado una intervención abierta por algún especialista en los órganos.

No espera para cambiar su equipo a unos guantes y entrar a la sala.

-Señor , es el horario del doctor-

-Qué le llore a Ludwig.- responde tomando el equipo de la mesa.

-¡No puedes simplemente robar mi maldito trabajo , me costó horas recolectar estas muestras!- reclama el médico de este departamento al verlo elegir sin vergüenza alguna las muestras recolectadas dentro de contenedores metálicos.

En el interior algunos trozos de carne y órganos parecen batirse , lo hace mirar de cerca a este tubo de hierro y cristal.

-Me llevo esto.- avisa tomando todo.

El especialista no puede más que pisar el suelo en un arranque furioso.

 

 

 

Dentro de la celda aquella criatura respira a fuerzas , la carne recién cortada y su torso desprolijo por las máquinas invadiendo sus órganos , observa a esa figura a través del cristal.

El dolor seguirá. Volverán por más.

Es frustrante escuchar cómo esos mismos doctores entran con esas herramientas , dispuestos a torturarlo nuevamente por otro tanto de tiempo.

Nunca los perdonaría , nunca.

 

 

 

 

 

 

Días después.

En esa mansión en medio del bosque , brillante con la vida en su interior.

El gran jefe observa a los niños jugar en la mesa de la cena. Riéndose o escuchando la radio en las escaleras. 

Su cabeza se mueve al ritmo de la melodía tocada por Jim Croce , acompañando de forma ambigua el fondo oscuro de una mansión llena de niños intentando no llorar por culpa de aquello que azota sus espaldas sin nombre , más una sensación dolorosa y pesada sobre ellos.

-Hola , mi nombre es Henry , buenas noches señor.- saludó levantando los bordes de su camisa como una falda .-Es usted es dueño de aquí , ¿Verdad?-

El hombre mira a este chico junto a él.

-Si , suelen decir que si.- sonríe mirando a la cena.-Ya castigamos a los trabajadores , no vuelvas a mirar algo como eso.- le recomienda con un carraspeo de garganta de por medio.

El niño se agarra de la baranda.

-Quiero trabajar aquí.- le dice sonriendo.-Me gustan los uniformes.- apunta a la mesa.-Ese es mi mejor amigo , me pega cuando lo molesto pero es bueno. Solo moja la cama a veces.-  

El hombre ríe sujetándose la frente divertido por la cara de ese niño en la mesa. Volteando muy , muy lento a esta dirección por lo que parece más un instinto que haber escuchado algo.

Más parecía que lo qué daba miedo era el más pequeño. No pasaron dos minutos y ya había destapado todos los secretos de su amigo.

-¿Solo eso querías decirme?- preguntó después de ver esa cara de impacto tan hilarante.

El niño niega moviendo la cabeza.

-Quiero que comamos pizza en navidad y que no la que calientan en aceite , ¿Como se supone que coma pizza frita si todo el queso se queda en la olla? Sabe solo a aceite.- apunta a los niños.-También queremos más jabón , casi no podemos bañarnos cuando los trabajadores se roban todo. Y jamón para el desayuno , pero no lo confundan.- 

-Oh, se roban todo.- me ve la cabeza.-Eso no puede ser , ya hablaré con ellos.- levanta la mano colocándola sobre la cabeza de este niño.

El menor no se aparta , demasiado curioso por la pérdida de ese amigo. No lo podía vislumbrar en la mesa.

-¿Usted tiene hijos , Señor?-

-Si.- Ludwig acaricia su cabeza.-Tengo una hija , es una niña muy rebelde.-

El niño abre la boca para decir algo más , siendo interrumpido por un tirón y la carrera de ese chico mayor. El supuesto mejor amigo se lo llevó ,además de soltar un fuerte manotazo para que le quitara la mano de encima.

El anciano recargó la cabeza en el dorso del puño , recargándose de nuevo en la baranda una vez se fueron los dos niños. 

Mirar hacia abajo le permite ver a un niño ser llevado por los doctores.

Tras estos médicos va la hermana mayor tan preocupada como para seguirlos sin importar que le estuvieran convenciendo de volver a la mansión.

Era hoy , la recolección del nuevo proyecto 1160.

Hace una señal para que se la lleven también. Un producto más no sería malo para los médicos.

Con esto el grupo la añade al camino directo al transporte de la fábrica , permitiendo que ella cargará a su hermano abrazado a su cuello.

Sería interesante ver cómo se solucionan los problemas con la poca resistencia de los órganos. 

-Señor.-

Levanta los hombros , mirando a un costado.

Frente a él hay una taza del mismo chocolate que se servía a los niños. 

No lo trajo ningún empleado . Ellos nunca pensarían en traerle algo de tan baja calidad ni de consumo para los experimentos. Nunca intentaría hacer algo como eso arriesgándose a ser llamados a un despido o una humillación pública por su desfachatez.

Ludwig decide hacer lo correcto.

Toma la taza y mira al chico.

-Gracias , ¿Puedes creer que ninguno de estos idiotas me traía nada de comer o beber desde que llegué?- lleva esa taza a sus labios.-Necesito un asistente con sentido común.- lo mira bien. De arriba abajo.

-Solo pensé que …hacía frío.- murmura este muchacho de forma tímida al retirarse lento.

Ludwig lo llama de vuelta.

-Oye , ¿Ya dejaron de doler tus heridas o necesitas algo para eso?- le señala a sus quemaduras con el dorso de la mano.-De ser así , enviaremos más medicamentos para ti.-

Este muchacho rasca nervioso su cuello con esas picaduras de hace algunos días.

-Si , me gustaría , señor.- mira a los niños en la gran mesa.-Señor , ¿Puedo decirle algo?-

-Claro.-Espera escuchar algo tan malo como lo de la cueva del cíclope mencionado por el otro niño.

-Gracias …por todo.- murmuró retirándose lento con la cara roja.-No se si en otro lugar sería igual pero…aquí me siento bien.- suspiró sonriendo.-Ya no me siento tan solo con todos a mi alrededor.- 

 Ludwig bebé de la taza.

-Es lo que quiero.- señala.-Quiero lograr que los niños con dolor reciban un consuelo y los que se perdieron , encuentren el camino.- mira a los niños en la mesa.-Todos ellos , todos sin excepción. Algún día serán parte fundamental para ese propósito y el dolor , y toda esa soledad. Tendrán un resultado satisfactorio , uno donde los niños no volverán a sufrir de este dolor , nunca más.- 

El muchacho levanta los hombros animado por las palabras de ese anciano.

Era tan …sincero qué le hacía sonreír pensando en este como en un lugar bueno. Quizás incluso si no fuera adoptado podría trabajar en el orfanato o construir uno él mismo.

Algún día podría ayudar a todos , ser un hermano mayor de verdad.

-Y dime , ¿Cual era tu nombre?- le pregunta ahora más confiado.

El chico sonríe al presentarse.

-Matthew , señor.-

El hombre observa a este muchacho irse , tan relajado como al inicio. 

Ese chocolate lo termina , mirando ahora a los niños en la gran mesa que les entregó. Esta casa era su hogar y lo fue aun después de su pérdida.

La puede ver vuelta a la vida gracias a estos niños y sus risas o juegos ruidosos.

Talvez Sawyer tenga su razones , lo piensa revolviendo la cuchara de esta tasa , el mundo no es para los payasos pero solo hay que ver por un segundo esta realidad tan gris.

Las risas ocasionadas por un payaso que no duda en ponerse en vergüenza o saltar adelante para servir en una broma la medicina para el dolor , sería un mundo digno de no vivirse.

Así que ver a ese mocoso de ocho años ir de un lado a otro al perseguir a su amigo con una rana sacada de su bolsillo o tirarla contra un cuidador para que su amigo no lo golpee una vez supera su miedo al animal muerto , logrando un estallido de risas por parte de niños y otros empleados , cambia con su sola risa nerviosa al verse en problemas y ese golpe llegar de todos modos.

Aquel muchacho interviene con el cuidador entregando una servilleta y llevando ese animal muerto al exterior sin que nadie se lo pidiera. Tan servil como relajado.

Si. 

Ambos escenarios se guardan en su mente cada vez más vieja.

El equilibrio entre los payasos y los entregados aburridos. 

Es un jardín para conmemorar.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1974

 

 

 

 

 

 

Seis meses de estudios , cinco de intervenciones quirúrgicas de emergencia , solo tres meses casi muriendo por la falta de sueño. Fueron suficientes para demostrar el poder de las células de 1006.

Explotando las pruebas con este monstruo mucho más allá de todo lo imaginable hasta este día.

Escuchando con gran éxtasis el ruido de esta gran criatura roja en su jaula. Ese rugido es la representación de su propia sed de poder , de control sobre la vida y su forma misma.

Levanta los brazos girando para enfrentar a la persona que más deseaba presumirle su genialidad.

-Ve esto Ludwig , ¿No es esto lo que esperaban de mí?- desea ver su horror o mejor aún , halagos.

El hombre observa a esta criatura fijamente. 

-¿La convenciste de rugir justamente ahora o esta de mal humor?-

El hombre baja los brazos perdiendo todo ánimo. El teatrismo nunca es bien recibido por los que no pueden ver.

Aparte de Ludwig , y la estúpida cara de Pierre al fondo , no le importa tanto ver el miedo y terror de los otros trabajadores en cuestión. 

-1160 tiene problemas de ira pero es bastante inteligente.- apunta al interior con un láser de bolsillo.-Solo necesita una sacudida.-

Dentro esta criatura o sigue el brillo hasta el suelo , gira golpeando el cristal con un rugido.

-No se le puede engañar con nada.- presume la inteligencia de su creación.

Ludwig arruina el momento con una pregunta que él siente innecesaria y aburrida.

-¿Y esto como ayuda a los niños?-

Sawyer golpeó los controles de la celda. Dentro la luz invade el recinto obligando a la sensible criatura a encogerse llena de dolor por culpa de la brillante luz sobre su cuerpo aún dolorido por las operaciones.

-¿Qué importan los niños?- arrastrar las palabras bastante furioso.-Acabo de lograr que una nueva forma de vida se mantenga viva y estable. Puede comer , resolver problemas , y es-

-Inestable. Has fallado , otra vez.-

El hombre en los controles se gira gritando a todos.

-¡Este no es un error! ¡Es el culmen de mi labor , de mi poder como científico desarrollador y como la cabeza de este departamento decadente! ¡¡Yo soy lo más cercano a un dios en toda esta miserable colonia de cucarachas revolcándose en autocompasión y vergüenza!!-

Ludwig es ahora el centro de atención.

Había escuchado los delirios de un loco como Sawyer , dejándolos con la duda de cual seria la forma de afrontar dicha situación con este trabajador de humos densos.

El anciano se acerca a los controles , apartando con un gesto suave a Sawyer.

-¿Cuál era su nombre?-

-BoxyBoo.- gruñe sintiéndose estúpido por utilizar ese nombre y no el código de la materia prima.

-Su nombre humano.- insiste.

-Andre Kleyn.- gruñe la información.

Ludwig toca al comunicador.

-Andre , responde si me entiendes.-

Esperan alguna respuesta pero no .

Esta criatura camina en círculos , ruge y sujeta su cabeza deteniéndose al tirarse al suelo entre gruñidos. No se acomoda tranquilo , corre revuelta al cristal para golpearlo varias veces. Ruge tratando de alcanzarlos.

Ludwig mira a los ojos a esta criatura.

Hace lo mismo. Percibiendo ambos algo distinto.

Sawyer lo ve vacío y listo para ser llenado con los comandos y sus órdenes , una marioneta ágil y pesada que sería la clave para acabar con toda amenaza existente en su contra.

Ludwig ve a un niño enojado y asustado ,en la capacidad para centrarse más allá de solo arremeter. Un error. 

Volteandose con la mirada fija en su rostro.  

-Eres un fracasado , tanto tú como tu trabajo.-

El científico parece haber escuchado algo mucho más ofensivo , retrocediendo con una mano en su pecho y esa boca abierta completamente.

-Usted es un estúpido.- señala furiosos por tremendo insulto.-Me contrato para hacer descubrimientos científicos que ningún otro simio podría-

-Otro simio , esa es la clave ,Sawyer.-apunta al cristal.-Tú trabajo me promete solo pérdidas , daños y problemas innecesarios , ¿Como te atreves a permitir que uno de nuestros futuros trabajadores se reduzca a tal punto?-

-Mi trabajo es darle mano de obra capaz y suficientemente inteligente para servir en la fábrica.-

-Exacto. No hiciste lo que sabias que debías hacer , idiota.- le apunta furioso.-Te relevo de tu cargo hasta nuevo aviso.-

Pierre aguanta entre labios un “Justicia” mirando al suelo en vez de solo reírse de la cara de ese pobre idiota. Lento , solo debe esperar para que todo sea exactamente como lo deseaba.

Sawyer tira de esos controles cada una de las notas de papel. Gritando tan lleno de frustración como si acabará de ser ofendido de muerte.

Los trabajadores dejan el lugar uno por uno.

Sawyer mismo se ve escoltado fuera por los guardias del piso de innovación. Usando como compañía aquellas armas.

Desearía , Harley , tanto tirarlos dentro de la jaula para que descubrieran la inutilidad de esas neandertales armas contra su gran trabajo.

 

 

 Sawyer se encuentra en la cafetería. Con un plato de sopa de tomate y tres porciones de atún en otro plato. Observa ambos alimentos sin soltar la cantimplora con Ron qué guarda en su bata. Da un trago y chocó su frente con la mesa.

Era asqueroso. Otra vez le dejaron el apio a la sopa , viéndolo flotar sobre la superficie rosa como excreción de serpiente en el río.

Repugnante , odia tanto cuñado no obedecer una sola orden.

Una presencia con un interesante olor a cigarrillos y donuts de canela , viene por un lado. Es un aroma diferente y puede captarlo al estar a contra viento.

 La ventila sopla con fuerza en esta zona para evitar que se apeste la fábrica con la comida en las cocinas.

Escuchando un comentario burlón contra su nacionalidad.

-Doc , comes como si la guerra continuará.- ríe ronco y ahogado por la mascarilla del uniforme.-Ponte derecho , que no te de vergüenza esa cara , todos tenemos errores que nos avergüenza.-

Harley se endereza ocultando la bebida en su bata. Temblando su sonrisa retorcida al responderle algo , lo que sea después de ser baleado por un comentario tan insidioso.

-En la guerra el atún era un lujo.- lo dice picando con un tenedor el contenido rosa en ese plato perfectamente blanco.

Esta persona aún puede insultar a su manera u aspecto.

-Lo sé , de por sí apesta a un niño rico , Doc.- le señala el guardia.-Quizás eras de los niños a los que su mamá viste hasta los 16. -

El doctor frunce el ceño. Le atino aunque no fuera exactamente su madre sino una mucama.

-No deberías hablarme.- gruñe recargándose en la mesa nuevamente sin llevar bocado alguno a su boca.

El guardia vuelve a reírse.

-No le hablo. Miro a la cocinera.- sonríe al frente. 

Sawyer gira la cabeza notando a una trabajadora mirando a su misma dirección con esos ojos cansados cargados de picardía rebelde. Tan entregada a este contacto visual como el mismo guardia.

-¿Qué tienen ustedes con los de cocina?- cuestiona al ver demasiadas coincidencias a lo largo de su carrera dentro de esta fábrica en extensión.-Además es casada.- le señala al notar un anillo en esa mano , mano que debería traer guantes pero otra vez desobedece. No puede seguir fingiendo interés por esta comida.

Su amargura es socavada en un pozo de vinagre por un comentario por parte del guardia.

-Su esposo no está aquí.- sonrió bajo la máscara causando un m,movimiento parecido al de un gato engreído al voltearse a verlo directamente.-Está en las duchas.-mueve los hombros conteniendo una risa.-Son tal para cual.-saluda directamente a la cocinera.

Esta mujer lanza sin vergüenza un beso a su dirección.

El doctor frente a la barra parece confundirse y alegrarse por el gesto de la trabajadora, corriendo a su mesa con algunos saltitos.

Para Sawyer esta resṕuesta le trae aún más amargo el sabor en su boca.

El médico ríe confundido por la fuerte incomodidad que le llenó al escucharlo , dejando la comida en la mesa y su humor empeoró. 

-Ven , quiero que veas algo de verdad impresionante.- le exigió al apartarse de la mesa de forma casi teatral.

Camina a la salida sabiendo que ese guardia no lo seguirá por un buen tiempo.

Este tarda unos minutos en dejar de intercambiar miradas con la cocinera al llegar el esposo de ésta con el mismo uniforme de esta rama laboral.

Deja la mesa fingiendo una huida estratégica.

 

En el comedor ese plato fue recogido por un trabajador aparte a limpieza o cualquier otro departamento.

Es un guardia de la zona profunda. Siguiendo los movimientos de Sawyer. Tira en una bolsa esa comida. Ocultando su contenido a simple vista de todos aquellos que prefieren callar.

 

El guardia , por sus horarios, terminó tardando una hora en verlo venir junto a un compañero para entrar a un ala donde le esperaba algo que mostrar a estos dos , aprovechando que deberían venir a sacarlo del lugar después de haberse dado la orden de mantenerlo fuera.

-Señor , no puedes estar en este lugar.- le señala el segundo guardia.

Sawyer los ignora encendiendo las luces de la celda.

Dentro hay un sonido agudo.

Es una criatura amarilla. 

La cara de los dos guardias se llena de una sorpresa inesperada.

Viendo ambos a ese conejo amarillo correr de un esquina a otra con una cobija sobre sus hombros.

-Eso es Bunzo Bunny. Es nueva , la preparé hace unos días.- la presume observando ese rostro asustado , esos ojos ojos brillantes y su mandíbula temblorosa.-Es Sofia Kleyn , la hermana de Boxy Boo.- recarga la cabeza en el dorso de su puño.-Me costó dos días en vela , como si fuera proyecto de preparatoria.-

-Yo tardaba seis días.- murmura el guardia junto a Ryan.

-Por eso eres …- mira el reflejo de Ryan en el cristal.-Por eso ganan sueldo mínimo.- sonríe burlándose directamente de él.

Dentro de la celda esa coneja escucha la conversación.

-¿También será por eso que te traen con correa , doc?-

La coneja escucha a los dos adultos hablar.

El médico que la cortó y la hirió parece haber sido ofendido por mucho. Al menos puede verlo pasarla mal. Aunque no es consuelo para su dolor , para esta injusticia.

Ese guardia se acerca al cristal. Observándola.

La coneja baja la cabeza sin perderlo de vista.

 Ese humano le tenía una lástima muy grande. Dejando de mirarla al verse correspondida su observación.

-¿Cómo podemos dormir por la noche?- murmuró retrocediendo. Sujeta al médico por la nuca de forma violenta.

Sawyer apenas reacciona al ser arrastrado por Ryan sin siquiera la posibilidad de ponerse de pie por la fuerza que lo hace avanzar agachado.

Es como si lo llevara a ser arrestado.

La coneja puede volver a descansar. Rodeando su cuerpo con la sábana , tocando la pared escuchó el sollozo nervioso de su hermano tras este muro.

 

 

 

 

 

 

 

Por la mañana del día siguiente.

En la gran mansión del bosque hay un nuevo movimiento.

Es el ruido de una fiesta de cumpleaños para los niños de octubre.

Entre ellos aquella niña de habla limitada. Sonriendo frente a las velas de un pastel de colores.

 -¡Sopla fuerte!- anima su amigo entre el montón que espera pastel pero no apagara una vela. El mayor se ve sacudido por este al tenerlo aferrado a su costado y mordiendo de golpe.

-¡Que no me muerdas!- lo empuja fuera de su brazo.

En respuesta Henry lo abraza y anima a su amiga con la camisa de Roger metido en su boca.

La niña sonríe al verlos pelearse otra vez. Quedando esa sonrisa atrapada en la fotografía del recuerdo.

Su sonrisa no aminora , crece al ver el pastel servido.

Es manteca batida con grumos de azúcar sin deshacer , frutas en almíbar sin algún sentido del buen gusto y pan seco. Con leche de chocolate para acompañar.

 Perfecto.

Los niños pelean y lo reciben alegres por comer pastel por fin , como cada mes.

Saltan y van a otra esquina de la casa a comer para no tirarlo.

La leche de siempre sabe mejor hoy con la música de cumpleaños.

Henry recibe una porción con un grito alegre.

Roger no puede ocultar su alegría con este pastel , sentándose apartado de todas para comer tranquilo.

La niña y este insoportable hablador llegan a compartir el escalón con él.

-Estoy seguro de que hay duendes en el bosque.-

La niña levanta las manos y apunta al techo.

-Si , también aliens.- en un parpadeo se acabó el pastel. Mira a su amigo comer mucho más tranquilo. Iniciando con el betún , seguido de la fruta que ordenó por tipo en las orillas del plato. Tomando una con una poca cantidad de betún para acompañarla.

Una fruta a la vez y con ello algunas migajas de pan para disfrutarlo tranquilamente.

Henry se deshace con la necesidad de robarse algo de su plato. Tiembla y mira a la mesa.

Las posibilidades de conseguir algo queda en cero al ver a unos niños lamiendo los cartones del pastel , incluso si los cuidadores intentan detenerlos para no verse mal frente a las visitas.

Estas personas parecen pérdidas y no saben a dónde ir.

Caminan por el lugar como pollos sin cabeza.

Se rinde al ver a su amiga hacer el mismo ritual vampírico de sorber muy pequeños tragos de leche y esperar para hacerlo durar en su boca y tragarlo con una sonrisa tenue.

Mira a Roger comenzar con la piña picada.

No puede soportar más esta codicia.

Se sube sobre el chico para lamer el betún de su boca y correr una vez se robó el dulce.

El niño en el escalón mira a su espada .

Temblando termina con menos coordinación . Se toma la leche y huye con la cara roja.

La niña mira a cada uno quedándose más tiempo en este escalón a pasar el rato tranquila.

 

Henry , habiendo huido por miedo a ser apaleado por robarse algo tan importante , se detiene al chocar con un cuidador.

-¡Por un …¿Tú , eres Henry?- le pregunta mirando su tabla de archivos. 

-Si.- se apunta de arriba abajo.

Este cuidador lo sacude.

-Te vas a casa hoy , ve a lavarte y junta tus cosas.-

El niño abrió la boca sorprendido.

-Hoy…pero es el cumpleaños de Abril , ella acaba de cumplir trece y-

-No importa , ve rápido por tus cosas y bañate. Ve.- le empuja encaminando al cuarto de baño.

Una presencia aparece por un costado , saltando la escalera por debajo de la baranda , para caer de pie a un lado.

-¿Él se va hoy?- sonríe levantando a Henry por los hombros.

El niño , aún perdido , mira alrededor bastante impresionado.

-¿Te importaría ayudarlo con sus cosas?-

-Claro.- sonríe animado al saberse de ayuda.-Tú eres un suertudo , hace tiempo que yo también quiero ir a casa. ¿No estas emocionado?-

-No.-murmura aún aturdido.

Este chico alto lo lleva a los baños para ayudarlo a darse una ducha rápida.

-No creo querer irme.- murmuró entre el shampoo. 

El chico le observa con el ceño fruncido.

-Debes estar muy asustado.-

-Si.- confiesa temblando.-No se quienes son, no hablo con nadie hace mucho tiempo y no se que voy hacer.- su usual sonrisa socarrona queda en una línea caída .

El muchacho le enjuaga el shampoo y lo lleva a vestirse con una ropa indicada por el cuidador.

Espera de espaldas a que el niño se quite la ropa mojada , ropa que se negó a quitarse al bañarse , mira al techo.

-Mis padres murieron hace unos años.-

-Los míos me tiraron a la basura.-

El muchacho suspiró , parece que perdió la competencia de huérfanos en la carrera de la tragedia.

Celebren.

-Entonces definitivamente solo puede ser mejor lo que te espera ,Henry.-

El niño se pone enfrente con la ropa limpia.

-¿Da miedo perderlos?-

El muchacho asiente , arregla el cabello del niño con los dedos.

-Estoy muy asustado , todo el tiempo estoy temblando de miedo. Como tu ahora.- señala su rostro.-Pero aun sonrió porque hay muchas razones para hacerlo , como hoy. Me hace muy feliz saber que al fin tendrás una familia , amiguito.-

El niño se abraza por los hombros. Como un espejo el muchacho lo imita abrazando su propio cuerpo, descubre que no es tan malo como parecería.

 Su vergüenza y miedo aún presentes le responden.

 -Gracias por ayudarme , no sabes cuanto miedo me da el agua.- 

El joven abandona la pose anterior , lo toma en brazos y lo pasa por debajo de su brazo cual saco de papas.

-Ahora vamos por tus cosas.-

Ir a la habitación de ese chico es encontrar a Roger pálido en la puerta.

El rumor no es más que un rumor al verlo vestido con la ropa de despedida del orfanato.

Roger levanta los hombros. Dejando el lugar sin decir nada.

-Oye…-

La niña pasa por debajo de este muchacho para abrazarlo con fuerza. Llorando entre hiṕidos agudos.

Henry llega hasta ahí con su resistencia. Llora con ella y por ella.

Porque eran amigos , se extrañaban y aún no se iban de la casa.

Un cuidador los apura separándolos.

 Esta despedida es torpe. La niña terminó perdida entre todos los niños que vinieron a hacerle observaciones o comentarios muy pero muy importantes :

-¡Recuerda no orinar en la ducha , a los adultos no les gusta eso y tampoco vayas a pelear con otros niños!- las recomendaciones vienen tanto de cosas de televisión como de sus experiencias.

Colmando con recomendaciones como “No vayas al cuarto de los papás de noche” “No saques malas calificaciones en la escuela” “Si ves un matraz en la cochera , no llames a la policía” 

Henry aprovechó una pausa de papeleos para correr al escondite común de Roger.

El portón del orfanato. Junto a unas plantas de helechos y con un aspecto abstraído. Con una rama en manos. Parece sorprendido al verlo llegar directo a su escondite , mirándolo de lado le sonrió mirando a su escondite.

-Roger , voy a irme.- le informa como si no fuera obvio que Roger ya lo sabía.-¿No me vas a despedir?- 

Este le gruñe y recarga la cabeza en la pared de esta parte de la casa.

Por fuera pueden ver a unas personas desconocidas hablar con un guardia y otras personas más. Deben ser sus padres adoptivos.

Henry suspira estirando los brazos sin preguntar.

Une sus rostros sin importarle qué choquen sus dientes o que se probaran la sangre al romperse el labio en el choque.

Muerde y suelta , pasando la lengua por sus labios.

-No me olvides.- pide sobre su rostro.-Extrañame , extrañame mucho , Roger. Así me traerás de regreso.-

Este chico abre grandes los ojos tan aturdido como para empujarlo de nuevo , corriendo fuera de este escondite.

Algunos adultos lo ven ir de vuelta a la casa.

Henry aparece por ese mismo costado.

Mira a estas personas muy nervioso.

Nervioso para él es acercarse a paso rápido y mirar a quién le pareciera conocido.

Encuentra a esa pareja extraña del año pasado. Excepto por algo curioso.

El esposo es doce tonos más oscuro y seguro que era un hombre muy diferente , ella se ve mucho más feliz que antes , ahora vestida con un vestido de colores y no un completo de tonos fríos.

-Fue difícil pero , aquí estamos.- dice con manos arriba y nerviosa por su reacción.

Henry levantó los brazos. Mecánico como una pegatina de papel corta la distancia para darles un abrazo y volver a su lugar. Los mira con ojos bien abiertos.

De todos los comentarios que podría hacer , solamente cerró la boca comiéndose con los ojos a los dos adultos , como un felino inclina el cuerpo a un costado tratando de entender lo que estaba pasando.

Su mano es requerida por un movimiento por parte del padre.

Es lenta su decisión de corresponder este gesto.

Al hacerlo su mano se ve pequeña y patética por el tono pálido a comparación de esta persona. 

Su cuerpo se enfría , con ojos húmedos baja la mirada. Tiembla mordiéndose el labio.

El miedo nace al sentirse inferior y fuera de lugar con cualquier persona nuevamente.

-¡Qué te vaya bien , cuidate!-

Henry mira al lugar.

No son muchos pero los niños que salieron a despedirlo se ven felices por él .

La cara de esa mujer se colorea al humedecerse sus ojos , mucho más viva qué hace meses , sonríe como para consolar a los amigos del niño.

Su esposo la mira con los ojos perdidos por la incertidumbre. Pensaba haber asustado al niño.

Este les sonríe animado por la despedida. Su amiga está sosteniendo una flor como despedida.

Su miedo se calma , sobre todo por la presencia de ese chico , solo moviendo la mano con esos ojos despiertos fijos en su persona. Parece un muñeco aunque ese color rojo solo le hacía parecer cada vez más al borde de las lágrimas.

Derrumbándose en cuanto Henry fue subido a un auto y llevado por esas personas. Las ventanas altas de este solo le dejan ver sus ojos al despedirse con ambas manos desde el interior.

Llora. Al final no puede parar de llorar , cubriéndose la cara al doblar las rodillas en este mismo sitio. Cubriéndose el rostro incluso al tener los brazos de su amiga sobre sus hombros.

 

 

 

 

 

Unas semanas después despertaron en un lugar muy diferente.

Este lugar no tiene nada de lo que ya conocían.

Abril no encontraba a Roger sin importar dónde o a quien preguntara por él.

Una casa y una escuela. Una carpa de circo y un partenón.

Los niños no recibieron esta mudanza de buena manera. 

Lloraron mucho al perder los campos y los pozos de agua donde podía nadar.

Los horarios tan regulados como autoritarios los nuevos cuidadores.

La comida enlatada y nada de sol.

No había luz solar ni una luna. No hay estrellas.

Pronto la situación se agravó con el decaimiento de la salud de muchos niños.

 

Esto desregulariza a los experimentos en vez de colaborar.

 

 

 

La batalla por mantener vivo a uno solo de los siguientes gigantes fue un desastre sin precedentes o advertencia. 

Luchando durante meses para reparar la brecha.

 

 

 

 

 

Despertando en un bote de cristal aquella gran mente.

Imitando a un krang de las tortugas ninja.

Justamente al mismo tiempo que la ley le buscaba , le exigió salir de su escondite.

 

 

 

 

 

 

 

 

1975

 

 

 

 

 

 

-Yo no tengo hijos.-

-Eso no dicen los rumores.-

-No importan los rumores , solo que limpien mi nombre.-

-Doc , ¿Cuando es que saldrás de nuevo?-

Comunicarse a través de un radio escondido , utilizando la bocina del panel y moviendo dos robots para hacer toda la operación sin equivocarse, era demasiado.

-Después de que los rumores dejen de parecerte información útil.- es cansado. Su cerebro casi explota por culpa de la presión resultante de este esfuerzo ṕor concentrarse.

Del otro lado ese suspira sobre el radio.

Esta acción trae ese sonido de choque parecido a tenerlo en su cuello. Una ilusión auditiva para su asquerosa situación sin cuerpo.

 

 

Cayendo por segundos en escenas dentro de su cerebro , ya sea de este hombre y las pocas veces que salió de la fábrica para probar el mundo real.

Luchando para no pensar en lo que es claro. 

Luchando para negarse a admitir que …desperdicio su vida. 

Desperdicio cientos de oportunidades , tiempo y sueños que pudo haber cumplido si no hubiera sido tan cobarde.

Iniciando por ese hombre insultando nuevamente.

Debió darle un puñetazo , seguramente la respuesta no dolería tanto como la falta de nervios o la separación de sus órganos.

 -¿Vas a querer que te cuente de nuevo cómo es tocar una cabra?-

-Si.-

-Pues … deberías comenzar recordando un cepillo de hebras plásticas. No uno nuevo sino uno viejo por las zonas de su lomo , añadiendo la calidez ciertamente húmeda por la textura de su piel. Cuando tengas esto en mente , recuerda la cabeza que te quedaba cuando tu madre te pasaba la clipper y eras un cactus. Eso es solo lo más suave a las orillas de su nariz.-

-Eres pésimo describiendo.-

-Entonces imaginate a mi con la polla en mano o algo así.-

El doctor cortó la comunicación dejando al guardia riéndose solo.

 

 

 

 

 

 

A otra persona el destino le lleva al camino más cruel.

Avanzando por su propio pie por los pasillos de la fábrica. A su lado una niña también traída por este grupo médico se ve nerviosa al no conocer nada de este.

El camino es extenso. Subieron a un ascensor.

Bajando en la oscuridad.

Es cuando sus oídos estallan qué su instinto despierta advirtiendo de su situación. 

Mira a cada doctor con el rostro cada vez más pálido.La niña se aferra a su brazo.

-¿A dónde estamos yendo? - cuestionó el muchacho.

Estos intercambian palabras en voz muy baja. 

La niña es tomada por la mano.

deteniéndose el ascensor en un piso iluminado.

De este vienen tres guardias. 

-Quitenle todo lo que pueda fracturar las aspas de la máquina.-

El joven levanta las manos al notar que van por él.

La niña exclamó cubriéndose la boca con un grito , mira al doctor que la sujeta por la mano . Ahora es difícil. Hacerse soltar al ser con fuerza que es sujetada.

-¡Esperen!- gritó asustado.-¡¿Qué están haciendo?!- intentó apartarse más uno le sujetas por el brazo antes de que pudiera deshacerse del agarre en su hombro.- ¡¡¿Qué están haciendo?!!- grita al ser empujado al suelo. No duda en pelear aunque fue más difícil conforme lo arrastran por el suelo.

Los guardias de esta zona no eran para nada iguales a los de la zona de Dulce Hogar. Su fuerza y la violencia no son nada comparables.

Un miedo más profundo le invade al ser desgarrada su ropa sin mucho esfuerzo.

Este arrebato asusta a la niña que aún es testigo de cómo lo arrastran.

Por un error sus miradas se encuentran en esta situación.

-No , no no.no ¡Frente a la niña no!- grita 

Un guardia gruñe al entender el miedo de los dos niños.

-No te confundas.- murmura.

El joven apenas recupera el aire. Siendo levantado en este pésimo estado lo llevan entre los tres por este pasillo.

-En el tres.- ordena un médico.

La niña intenta pelear pero eso solo ocasiona más dolor en su mano , mirando como tratan a este chico amable. Llevándolo a una celda cerrada. 

En esta esperan dos científicos más.

-Adentro.- le señalan.

Este joven levanta la cabeza al ver algo abrirse con un líquido interior.

-Esperen-

Lo lanzan al interior.

Contrario a lo esperado no se hundió de inmediato. Mira afuera solo vislumbrando como cierran la compuerta para mirar por ese cristal grueso al interior.

Mira al líquido bajo sus extremidades. Este es espeso y pesado , sus manos se hunden pero puede sacarlas. Toma algo en sus puños.

-Plastilina…- lo deja en el suelo.

Es difícil. Se pega a su mano.

Evite el movimiento de sacarlo de su mano varias veces.

Comienza a ser más que molesto conforme se extiende.

En algún momento le dolió.

Mira a su mano. Descubriendo una cosa amarillenta en su piel.

La toca con la mano contraria, siguiendo un patrón por toda su palma hasta su muñeca.

Son sus huesos.

Sus huesos se están pelando de piel y carne.

Mira a sus pies hundidos hasta los tobillos. Intenta moverse , cayendo de cara contra esta cosa.

Levanta la cabeza intentando no tocar esto. Arrastra el cuerpo intentando salir de este ṕozo.

Esto conlleva escuchar cómo su piel se llena de llagas sin dolor.

No.

Comienza a salir de este aturdimiento.

Está gritando.

Todo duele.

Duele porque está hirviendo vivo.

Su cuerpo es como la cera , se derrite con esta cosa sobre su piel. Grita lleno de dolor , grita.

Su cabello cae de entre sus dedos , lo hace mirar a esa ventana donde esos científicos observan.

Al notar sus ojos en ellos y sus pedidos de ayuda , cierran una cortina oscura.

Están ahí , seguro qué ahora lo están pero ya no puede verlos.

Pronto más de la mitad de sus piernas está dentro de la masa. No.

El es la masa. 

Toma lentamente cambia el color de sus huesos. 

Hierve derritiéndose su cuerpo al contacto con este suelo.

No puede hacer más que gritar al quedarse sin manos para buscar algún consuelo.

Cayendo de lado rodea con los muñones su cuerpo apenas con algo de piel.

Esa masa lentamente lo cubre imitando el ovillo qué necesitaba para sentirse seguro.

Grita , duele. Todo duele.

Es tan solitario aquí dentro.

 

 

 

 

La niña atrapada de la mano de aquel científico cubre sus oídos con una mano y ocultando su cabeza contra la pierna de este trabajador. Escuchar los gritos de ese muchacho es horrible. Su corazón se siente encogido en sus manos. Su voz rota es el coro en sus sollozos.

- ¿Porque trajiste a la 1172?-

-Para ahorrarnos el tiempo que desperdiciamos en 1117 , el miedo la volverá más útil.- 

 Miran a la niña llorar aunque al fin los gritos cesan.

 

 

Los guardias son dispensados de su tarea con un movimiento de manos.

Retirándose los tres con hombros tensos.

En su camino al ala de descanso la jornada comienza a afectarles y quemar sus cuerpos como si fueran nada. Entrar a las duchas , cambiarse e ir al dormitorio fue silencioso.

En el lugar cayeron sobre sus camas.

-Daniels.- saluda uno de estos tres acostándose de golpe , casi pierde la nariz al tirarse de forma tan tiesa contra la dura cama de la compañía.

El guardia medio acostado en su lugar les saluda sin temor aunque tenga ese radio en manos. Lo mueve de lado a lado y siguieron conversando.

-¿Una cocinera?- pregunta el guardia.

Ryan sonríe burlándose entre risas.

-Si , es una cocinera.- 

Escucha esa voz áspera en la radio ponerse furioso.

-Odio este trabajo.- 

El resto de los guardias mantiene el silencio al escuchar a uno de los tres , el que chocó su cara contra su propio colchón , el quejarse y tan libremente , así como incentivarlo ; solo ocasiona daños de alto grado a todos. No valía la pena meterse en esos problemas por nada.

-Mejor duerme y deja de hablar.-

Este hombre gira boca arriba.

-Debemos hablar con alguien.-

-Es peligros.-

-No sólo yo. Hay más pensando en delatar a esta gente de una vez por todas.-

 

La radio suena solo para Daniels. Con la advertencia del doctor.

-Sal de ahí , ahora mismo. Aléjate de ese idiota.-

Ryan toma sus botas dejando esta habitación con la radio en mano.

Este acto poco participativo lo condena a ojos de sus compañeros. Es basura.

Se dirige a la sala de reunión de empleados , en pijama y botas se sienta en una mesa solitaria esperando a lo que fuera a suceder.

 

En una hora su cuello se ve sujeto por unas agujetas de zapato.

Pelea logrando sacarse a uno de encima.

Son sus compañeros.

Lo atrapan entre los cinco y lo amenazan con un arma , esto es para robar su código de empleado y dejarlo atado en un armario. Lo sacaron de cualquier plan que tuvieran al creerlo leal a la compañía.

Pensando dentro de ese espacio , pensó mucho , lo cerca que estaban para dejar este lugar mientras él aún intenta librarse de todo con el dinero que se junta gracias a esa droga extraña que apenas puede mover por algunos caminos dentro de los mismos trabajadores.

A unas horas de ser encerrado , otra rama de guardias lo encontró. 

Las heridas y lo difícil que fue sacarle los cables que usaron para atarlo , son la prueba para demostrar su no participación en la casi huida de los trabajadores.  

No lo libró del castigo consiguiente a este incidente. Siendo todos los empleados llamados a una zona común.

 

 

La estación del tren en plena noche se llena con médicos , trabajadores de alto grado. Otros guardias y limpieza de la zona bajo tierra.

Ni una sola visita presente.

Todos observaban confundidos , subidos en las plataformas altas de la estación , como a estos rebeldes los dejaron expuestos dentro de un juego de jaula metálica.

El gran jefe hace a un lado a muchos empleados cercanos a su posición.

Todos lo ven.

No hubo quien se perdiera este discurso por efectuarse tras el motín de estos guardias y su casi destape de las acciones de la compañía.

-Playtime , mi compañía y misión de vida , es una empresa encargada solo de traer felicidad y seguridad a los niños del mundo.- a todos los niños que nos necesitan y sueñan con nuestros productos.- comienza este hombre a hablar con un micrófono en mano.-Estas personas abrieron la boca , atacaron a mis empleados , a quienes estimo profundamente , dañaron la pertenencia de la compañía y aún peor. Planearon la caída de la fábrica y de todo lo que hemos construido por un pensamiento inútil y sin valor.-

-¡¡Están matando a niños!!-

Desde esa jaula los gritos de un guardia resuenan cargados por su rabia. 

-Desde hace años hemos luchado contra la tormenta y la infelicidad . La enfermedad ,más peligrosa de todas-

-¡¡Estás matando niños!! ¡Son niños de los que hablas! ¡¡¿Porque solo se quedan ahí?!!- este guardia mira a todos los trabajadores buscando apoyo , ayuda o alguna mirada que le diga que era lo correcto resistirse a esta locura.- ¡¿Qué putas les pasa?! ¿Porque no dicen nada?- sus fuerzas disminuyen aún sacudiendo las barras de su jaula.

-Estas personas gritan y dañan a la compañía.- el hombre señala a esa jaula.-Lo que ellos hicieron es una gran traición , una acción hipócrita.- señala ahora a todos los trabajadores en las plataformas.-¡¡Porque lo que ellos reniegan es el resultado de todos trabajando juntos!!- apunta a uno por uno.-El resultado , lo que sucede y lo que pasará ¡Todo es por ti , por ti , por quién me escucha y por quién es nuestro aliado! ¡El único culpable quien siguió adelante desde el primer día en esta fábrica!- apunta a su propia persona.-Yo lo construí y tú , tu cooperaste.- golpeó la baranda sacudiendo el hierro unido a su plataforma.-Ya te hundiste , solo te queda ser leal y seguir adelante hasta el final o perderte en la nada donde siempre debiste quedarte.- suspira arreglando su corbata.-Porque nada son sin nosotros y nada volverán a ser.- mueve la mano en alto.

Esa jaula que los contenía se abre.

Escuchando un sonido pesado por un pasaje de la estación.

Estos guardias gritan al ver lo que los trabajadores aún no pueden vislumbrar. Entrando como una mancha borrosa , aquella criatura roja con fauces abiertas y una carrera que sacude las paredes y el suelo con su fuerza y su gran peso.

BoxyBoo a sido liberado de su jaula.

Los guardias qué solían resaltar de entre todos por su fortaleza y físico , se ven reducidos a polos atrapados con el zorro. Gritando y corriendo aterrados.

El espectáculo debería ser rápido.

Si Boxy fuera un animal, esta criatura no sería un animal. Es una criatura hecha como todos los presentes saben.

Así que escuchar a Ludwig ordenandole ser lento para que pudieran ver …les helado el cuerpo.

 

 

Ryan en la plataforma aferra el radio en su mano. Observando a sus compañeros ser perseguidos , dañados por las piernas para evitar que corran o cortados sus brazos para ser despellejados por esas zapas.

Cierra los ojos sin poder olvidar los gritos de ese lugar oscuro.

Mezclados con los gritos ahora.

Es claro que Boxy no sabe qué hacer y los trata como insectos. 

Los brazos o las piernas son las patas y las alas. La piel es la escama sobre las alas de los escarabajos , matándolos rápido aunque fuera lento para todos los testigos.

Esta estación se colorea de rojo.

 

Aquella criatura escucha el ataque por la radio. Puede saber del potencial de su creación al ser usada para lo que siempre fue.

Una carnicería.

Llenándose de frustración al saberse desechado y subestimado , paras solo ser reconocido al perderlo todo.

 

Fueron amenazados por Ludwig y los guardias.

El mismo se vio cambiar de lugar por la señal de un guardia superior que le entregó su máscara y esa arma.

Ryan guardó el radio tomando ambos implementos.

Viéndose obligado , al igual que toda su trama laboral , a amenazar con la muerte a todos los trabajadores sin excepción.

Los guiaron a contribuir con la limpieza. 

Sin importar sus rangos o posiciones. Ludwig los vigiló junto al tal Pierre.

Vigilaron hasta que este lugar estuviera impecable de cualquier resto o mancha.

Los sollozos aterrorizados y el asco , o el miedo. No diferencio género ni edad y mucho menos el nivel económico de alguno. 

Por órdenes de su jefe , todos eran cómplices con las manos sucias.  

Lo que sucedió fue una masacre. En todo sentido, la humanidad de todos se vio desgarrada por este evento.

Por lo que pudo haber salvado a muchos , fue la condena del presente.-

Todos sus compañeros fueron tirados a la jaula de BoxyBoo. Todos , uno por uno. Y después él fue parte de la herida.

Por manos de otros guardias fueron entregados a la muerte.

 

El solo abrir la boca era una razón para despedirse de sus vidas así que esta noche sería una pesadilla para todos.

Una advertencia atrapada por la sangre dentro de sus venas.

 

 

A aquel monstruo rojo lo llevaron a su celda. Su estómago lleno , duele.

 Viendo cómo cumplió su promesa ese hombre. Puede ver algo nuevo por la ventana.

Por el cristal de la celda puede ver un conejo amarillo. Este levanta las patas delanteras.

-¡¿Eres tú , Andre?! ¡¿Andre , eres tú mi hermanito?!-

Esta criatura roja deja de gruñir. La incredulidad interrumpe la bestialidad de su mirada fría , exclamando un chillido doloroso al reconocer la hermosa figura amarilla por su voz. 

Corre este corto tramo para verla.

-Soo…- solloza apenas un balbuceo de la poca capacidad del habla qué le quedaba por desarrollar después de los cortes.-Soo…- Su cerebro duele y cuando no duele es difícil saber quién era o dónde estaba.

La coneja puede llorar con él. Aun se recuerda , aún sabe su nombre ,a aunque no puedan decirlo , eran hermanos todavía.

-Estas precioso , no llores. Estas hermoso , no eres un monstruo , no estés triste , aquí estoy. - lo consuela intentando sentirlo a través del cristal.-Eres mi mejor amigo ,Andre.-

Reconoce sus palabras , todas las promesas que como hermanos se hicieron al perderse ,al no tener a nadie más. 

Solos y sin el amor de nadie que no los viera con asco. En un mundo cruel donde su hermana era su mudmjop y él era el mundo de ella.

Donde no necesitaban más amigos porque ellos eran todo lo que necesitaban.

Haciéndolo llorar. Soltar lágrimas espesas en rojo.

Busca su contacto chocando su cabeza con el cristal.

Del otro lado la coneja , atada con una cadena en su cuello , responde con la misma desesperación.

-Estas bien , Andre , estamos bien.- lo consuela tocando el cristal.

Tras este conejo los guardias vigilan su comportamiento

Los observan reencontrarse tras obedecer por fin las ordenes esa gran criatura.

  Obedecer es la única forma que les quedaba para sobrevivir.

 Para no perderse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Volvían al lugar donde dejaron a Niko. Viendo con preocupación a Henry tan mortificado por algo que no les explica aún. Viendo como este tipo corre y parece perder las fuerzas conforme se acercan al destino.

Interrumpiendo su camino por un fuerte estallido lejano.

Revisan alrededor tratando de ubicar aquello que estallar sacudiendo las paredes con tanta violencia. 

Henry se comunica con Poppy nuevamente.

-Escuche eso.- dice la muñeca por el teléfono.-¿Ustedes saben lo que es?-

-No , estamos en una zona cerrada , no hay nada que podamos ver.-

-Entonces deberíamos reunirnos , ¿Están los tres juntos?- 

DogDay revisa el lugar. Aquella sensación dejada por la imagen del nudo mal hecho le hace retroceder sobre sus pasos.

-Quiero que revisemos esa cosa.- le avisa a Theodore. 

Henry continúa en la línea con la muñeca.

-Estamos los tres pero Niko se perdió-

Una segunda vibración lo sorprende mirando al teléfono. 

-Debe ser Ryan.- conecta la llamada en dos.

Si , es Ryan pero no sonaba nada positivo su tono apurado.

-¡No respondas a nada ni nadie, no es seguro comunicarse por el teléfono! ¡Niño , no te quedes ahí , corre!-

Le colgó.

Henry abre la boca , gira buscando la reacción de los dos.

Encontrándose con la soledad. 

Esos dos se fueron sin él.

El coraje le llena las cejas que baja lento. Aprieta la boca en una línea antes de relajarse con un suspiro.

-Revisar , dijo que iba revisar algo…- la comunicación es insegura y el par de mocosos de veinte , se largaron por su lado. Estaba atrapado en una situación donde su lugar era el del guía escolar y estos unos universitarios infelices qué insisten en arruinarle la poca estabilidad que le quedaba al estar obsesionados con encontrar él quienes eran a costas de cualquiera..

Ese ruido debió venir de la estación. Debería regresar.

Suspira.

-Nisiquiera se porque sentí esto.- gruñe confundido. Su cabeza palpita.

Sujeta su cuello y aún así lo siente como una advertencia muy pesada.

No conoce nada de este lugar , no de este piso , y aun así le parece preocupante cuanto le amonestaban saber que Niko había sido dejado solo en esta zona.

Lo preocupa como si debiera temer a algo más grande que el gato visco qué lo persiguió antes. 

Algo hay en sus recuerdos. Algo que lo pone muy triste y lo preocupa.

 

 

 

 

 

Con el mencionado Niko.

Su grabpack se encuentra en óptimas condiciones. Solo si lo óptimo es estar acostado panza arriba como tortuga volteada y la boca abierta cual ebrio.

Sangrando su sien en un rato del impacto que tuvo contra una superficie desconocida.

El calor sobre su cabeza es raro. Es muy suave.

Huele tierra y a … aceite de motor.

Estaba en el taller , otra vez. Se quedó dormido en el trabajo.

No, se niega a laborar con tan pocas ganas , se revela por hoy.

 Gira cubriéndose la cabeza con la sábana qué siente bajo su mano , acomodándose de costado continúa durmiendo.

Su movimiento ocasiona una carrera pero lo atribuye al gato del taller , ese gato blanco pintado de negro por el aceite del suelo donde descansa ras robar pollo o sobras de puré de papa qué le den los empleados o visitantes.

Aunque huele mal , aún es mejor dormir que afrontar el mundo con tan pocas energías.

 Quedándose dormido de nuevo.

Esa carrera es más ligera al venir de regreso y con una vienen otras ocho figuras pequeñas.

La forma de estos peluches de colores lo rodea con una misma cuestión.

¿Escuchar a su líder y dejarlo morir en el suelo? O ¿Llevarlo a casa? 

Ya hicieron mucho evitando que muriera por esa gran caída , ¿Sería justo exponerse por un adulto desconocido? ¿Por alguien con un equipo de empleados en la espalda?

Entre ellos piensan y debaten.

-Tiene comida.- avisa una pequeña CaftyCorn , mostrando el interior de su mochila con dulces y medicina básica. Incluida una lata de verduras.

-¿Qué hacemos?- preguntan aún debatiéndose entre todos.

Su líder lo rescató de la caída pero no hizo más. Solo se fue sin darles señales de que hacer. Ahora esto era un predicamento.

Hace años no veían personas.

-Hay que llevarlo adentro.- señala un gatito morado.-¡Él llegó hasta aquí y no se ve mal! ¡Seguramente podrá sacarnos de la misma forma!-

-O al menos sabrá algo.-

-¿Será él que asesinó a Mommy?- pregunta un Bunzo.-Yo quiero saber como pudo hacerlo , ¡Era Mommy!- remarca la identidad de aquella criatura aterradora y sobre todo , una homicida despiadada.

-Si. Seguramente fue él.- señala este gatito morado.-Llevemoslo y si algo-

Un conejo verde interviene apuntando al humano.

-Él podría ser un problema , ¡Es un empleado!- apunta a su mochila.-Nos traerá problemas que solo pueden malos para todos.-

El grupo duda y comparten una mirada sintiéndose nerviosos.

-Llevemoslo.- apunta un perro naranja.-Si algo sale mal , afrontaremos las consecuencias todos juntos.-

El conejo aprieta sus pequeños puños , acepta la situación añadiendose al lado correspondiente para llevar al humano sobre una tabla.

Estos dejan atrás la mina.

Olvidando a los enemigos qué los vigilan en la oscuridad.

 

 

 

 

Aquel perro grande y su compañía púrpura llegan a este espacio parte del calor de una bodega.

-No debimos dejar solo a Henry.- murmura.

-Si se muere sería su problema.- Theodore no es demasiado amable ahora que están solos.

El perro lo mira de soslayo.

-Estas celoso.-

El gato eleva las orejas.

-No.- niega mirando al lugar.-¿Porque nunca nos trajeron aquí?- cambia de tema.

El perro acepta ese cambio. 

Este lugar le parecía demasiado sospechoso. 

No habían visto más que enemigos pero Poppy les insistía en decir que habían muchos amigos y aliados. 

-Porque éramos juguetes del ojo.- mira al lugar. Así puede descubrir las cajas reṕletas de piezas mecánicas y herramientas de minería.-Éramos un espectáculo , no fue por piedad ni porque fuéramos queridos , Theodore. No tenemos que pensar en esas personas como buenas ni sentir piedad por ninguno que hoy no esté para pagar sus crímenes.- 

CatNap mira a estas cajas.

Dentro se puede ver a más de uno de esos picos de hierro rotos.

Sus ojos pueden ver la pequeña seña en los mangos de madera , las marcas de agarre eran muy pequeñas. Eran de los juguetes de este lugar.

Su cabeza palpita.

Los niños que Kickin desechaban por los humanos , todos debían estar aquí.

Este peso lo golpea.

Intenta deslindarse de las acciones del ave pero …son compañeros. Él también lo sabía y no dijo nada , porque era mejor para manejarlo. 

-Muchas veces me pregunte porque no decías nada…- susurró para sí.-Para que solo me odiaran a mi , pero sabias que era más fácil perdónanos por traicionar a uno solo, que por todo lo que hiciste a sus espaldas.-

Lo que le rodea es claro.

Kickin sabía lo que estaba haciendo y ni siquiera se atrevió a decirle la verdad estos meses de falsa amistad. 

No se atrevió a decirles que sabía a dónde y cuál era el destino de los niños o a donde llevaba la granja.

El ave debía saber de este lugar y trato de advertirle pero él fue estúpido y siguió adelante a pesar de las señales tan claras del ave.

Pudieron terminar aquí.

DogDay pudo terminar aquí.

¿Qué hubiera pasado con Hobart aquí? 

Theodore junta las garras al sentarse con la cabeza baja. Entre sus garras guarda el dolor de cabeza y sus tristeza es visible al suspirar con los ojos cerrados.

-Por esto no querías que me debilitara.-

El odio que todos los niños debían sentir por ellos , tan solo por Kickin , debe ser desgarrador.

 

El perro le observa pensar y murmurar en ese rincón.

Por una cuestión de espacio , permite esos dos minutos para que Theodre se componga.

Mira las cajas.

Esto hace que sus orejas sientan un ruido extraño provenir de debajo de sus pies.

Mira al suelo donde sus patas descansan y puede ver su reflejo en el charco de agua. Pareciera que este era el cuarteto donde toda el agua era administrada en dispensadores aparte.

Debería haber agua.

Puede verla al fondo , azul y perfecta como en el piso de Mommy.

Aunque algo no cuadra.

Esa agua es de la presa eléctrica , es natural que sea limpia.

Esta debería estar sucia y terrosa pero no es así.

Retrocede levantando de la bolsa esa ballesta.

Al fondo el gato siente algo extraño bajo sus patas.

Saltando en su lugar con un fuerte ruido a sus espaldas.

El perro se ve chocando contra el techo , sujeto por el cuello y el brazo.

El gato en el suelo ruge al ver a la criatura extendida fuera del drenaje.

Esta cosa levanta al perro en alto , arrancando una de sus extremidades afiladas.

El perro gruñe antes de chocar contra el suelo.

-¡¡Ninguno tiene nada que hacer aquí!!- 

La advertencia es profunda desde las sombras.

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.
Si hay quejas o dudas, digan algo.

Chapter 105

Notes:

Hola, este capitulo se extendió con lore.
Si, por desgracia CatNap o DogDay no serán mencionados.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1975

 

 

 

 

 

 

 

Para los niños sus padres son la primera figura con una fuerza presente en muchas escalas.

Él como esa fuerza es usada , ya sea física o solo su presencia , moldea tanto como la misma presencia de su entorno y la conexión humana con sus iguales , la percepción de un mundo desarrollándose en ojos que aprenden a ver puede ser destructiva. 

El cómo se presentan inconscientemente y más allá de lo que desean mostrar , sus verdades al desnudo quieran o no. 

Su esencia llega a los niños por actos. 

Los llenan con quienes son y quienes serán.

Rodeada por sus juguetes. 

Su BigBird la acompaña con un ala sobre sus hombros, sujetada por la propia mano de la niña en un improvisado abrazo amistoso en su soledad. 

Para una niña solitaria ver el video de su padre frente a cientos de personas atentas , hablando por encima de todos y sobre algo que no entiende pero afecta a cada persona presente. Su voz fuerte y capaz de llamar la atención de incontables miradas con solo sus palabras es la esencia de su meta. 

Callarlos a todos con tanta naturalidad.

-La humanidad es un esqueleto cubierto de putrefacción e inutilidad , nada más que excreciones apaciguadas unas sobre otras para el deleite de una supuesta deidad celosa y altanera.- respira llevándose la amargura de sus palabras devuelta al fondo.-Me niego encarecidamente a entregar el control de mi ser a una criatura tan patética como ese tal dios.- expulsa esta palabras llenando de desdén su boca.-Estudie el cuerpo humano , la maravillosa bolsa de indeseables conexiones de carne y hueso en búsqueda del verdadero componente de la vida. El insignificante objetivo dentro de una mezcolanza de químicos y gases ; sólo para encontrar una y otra vez que el cuerpo humano podría ser moldeado con mis manos.- ríe sabiendo que más de un persona en la gran graduación se verá interesado , así se que lo oculten o fijan no entenderlo. La maravilla de su ingenio es imposible de ignorar se solo por una regla social inútil en el presente.-Si con mis herramientas le doy forma a la carne ,¿No es claro que yo soy comparable , por no decir superior ,al tal Dios que tanto aclaman los lerdos de pensamiento? Y yo solo necesito un bisturí y una mesa.- 

El video acaba con el corte de esta cinta.

La niña frente a la televisión levanta las manos cubriéndose la boca , sorprendida por algo que aún no puede procesar.

-Ese es tu padre.- apunta su madre sentada en el sillón cercano a la televisión.-29 años y aún habla como un crío matando hormigas.- sacude la cuchara dentro de su taza de té , disfrutando a pesar del mal sabor de boca esa bebida.-Era un perdedor , siempre murmurando y doblado como un camarón en su mesa de estudios.- mira a la niña aun sorprendida por lo visto en la televisión.-No seas como él. Me rompería el corazón qué te volvieras una bruja rara.- al decirlo sus ojos se desvían a la mesa de recortes en la sala.

Cubierta por los recortes del anuario escolar de su hija y esos rostros , de sus compañeros , recortados y pegados a animales e insectos.

-Creo que vamos perdiendo en eso.- suspira sonriendo ante la obvia rareza de su niña.-Al menos te vistes bien.-

Su hija apunta a la televisión.

-El es muy listo.- apunta a la pantalla.-Él es mi papá , ¿Verdad?.-

La mujer en el sillón suspira llevándose una mano al cuello , soba esa parte levantando su cabello con permanente , esto revela aquella joyería heredada entre su familias.

Huye de la pregunta.

-Iré a trabajar por unos días. Los abuelos te cuidarán …no les digas que te mostré estoy esconde tus manualidades. Ya sabes que la abuela es algo miedosa.-

La niña aun apunta a la pantalla. Feliz por lo qué descubre ahora.

-Mamá , tú dijiste que él es mi papá.- señala aún emocionada.-Mi papá es muy inteligente…- mira la escena de luces y ese hombre sobre el podio.-Todas esas personas lo admiran….mi papá es increíble.-

Su madre suspira culpable , aunque la niña no lo ve , sonriendo al reírse.

-Si , él está muy ocupado por eso…pero no es la razón por la que no viene a verte. Laura…él no me quiere y a ti tampoco , no es porque seas mala o yo lo sea , es algo que no controlamos.- apuntó a la pantalla.-No puedes buscarlo , él no te quiere ver y si nos envía tu pensión es a condición de nunca buscarlo.-

La niña no la escucha. Ella misma oprime el botón de reinicio. Deteniednose a ver una vez más el único video que había conseguido su mamá sobre su padre. Sobre ese hombre que no conocía pero comenzaba a admirar.

-Esta bien.- sonríe a su mamá de forma confiada.

Desde ese momento ella mintió. 

No estaba bien.

Después de todo, ese hombre es su papá

 

 

 

 

 

 

 

En las sombras de una oficina esta figura de rubios cabellos espera a la entrada de la persona por llegar. 

Habiendo vuelto a recordar a su padre. Su fuerza.

Tomando aliento relaja o se fuerza a relajar los hombros. 

Observa el escritorio con los nervios de punta. Su propia piel se estremece tratando de no temblar en espera del dueño de esta empresa , a quién vino a buscar directamente después de meses de retrasos para su cita. Rompió el acuerdo qué duraría hasta sus 21 años justamente hoy que cumple 26 años.

Revisa sus documentos de nuevo. Están ordenados y puede encontrar los comprobantes de cada una de sus materias y logros pasados en estos años de universidad.

Incluso si aun le faltan algunos años más para ser reconocida . Es capaz. Lo siente.

Sacude las horas y días de trabajos invertidos por estos papeles sobre la mesa para encajar todas las esquinas perfectamente.

-Así que tu eres Laura.-

Sus papeles vuelan de sus manos al sobresaltarse por la entrada de este hombre. Justamente la persona a la que buscaba , entrando con un rostro relajado como siempre se veía en las fotografías de los documentos que leyó o vio en televisión.

Sonríe nerviosa.

-Señor , soy …Soy Laura Sawyer y …quería tomar una plaza en el departamento de innovación.- 

El hombre , ya alcanzado por los años y el dolor estomacal de los 80 's , le observa de lado al sentarse en la mesa.

-Estas hablando de tomar una plaza justamente cuando aún no te presentas ni me das razones del porqué debería pensarte como una opción en uno de los departamentos más importantes para mi compañía.- toma asiento ,otro punto negativo para ella.

No esperar siquiera a que se sentará en su escritorio.

Esto pasa desapercibido para Laura. Mostrando con manos temblorosas cada uno de sus documentos sobre la mesa.

-No tienes experiencia.- determina Ludwig al verla levantarse de la silla y mostrarle sus documentos sin ceremonia o siquiera algo de sentido.

Debería sacarla inmediatamente de su oficina.

-Yo logre copiar el trabajo de mi padre y descubrí cómo unir la células a través de la capa superior del esquema que filtre de sus estudios.- muestra una hoja al hombre en el escritorio.-Hay más , es …esto es humano y se como cambiarlo.- le entrega otro documento.

Las palabras no se unen totalmente antes de sacarlas de su boca. Comparte lo que piensa al temblar y mostrar cada una de sus notas. Incluidas las pocas publicaciones del doctor. Mostrando a Ludwig algo muy claro entre los tartamudeos de esta mujer.

Ella alcanzó el conocimiento de Harley sin tocar nunca uno de los laboratorios de la compañía.

Ella sabe lo que está pasando en su empresa.

-¿Cómo lo descubriste? ¿Qué sucedió y cómo lo sabes?-

La mujer sonríe juntando las manos bajo su mandíbula , bajando por su cuerpo en un acto nervioso idéntico a una rata acicalándose.

-Sus notas y los apartados publicados en algunas revistas en la universidad y hace años, él dejó de enviar dinero.-

-Dinero.-

-Yo quería conocerlo , hace mucho tiempo pero nos envió una carta donde nunca vendría ni yo ni mi mamá.- mira al escritorio lleno con todas sus notas y resultados de décadas estudiando al hombre que se negaba a reconocerla o siquiera a darle un segundo de su tiempo en todos estos años.-Estoy aquí para sacarlo de la compañía.-

Ludwig levanta una ceja.

No hay culpa ni miedo por lo hecho. 

No hay nada más que una sensación pacífica en sus ojos.

-Estás pensando en rescatarlo.-

-Para nada.-la mujer mueve la cabeza.-Yo vengo aquí a destruirlo . Quiero todo el departamento del que es jefe y también a todos sus empleados.- inhala profundo.-Mi investigación es capaz de reemplazarlo , solo necesito los mismos doce años que él me negó para demostrarle de qué soy capaz.- mueve nerviosa los hombros.

Este movimiento es algo revelador para Ludwig. El cómo ella copia y parece intentar parecerse a ese hombre ya desaparecido.

Un sentimiento desagradable le trepa por el cuerpo mirándola por unos minutos silenciosos.

-Señor , le mostraré que con mi ayuda su empresa podría llegar más lejos , incluso sería capaz de dispensar de su cargo a mi padre sin perder nada por ello.- rasca su mejilla al no encontrar qué de qué otra forma mantenerse quieta.-De otra forma abriré la boca sobre las desapariciones y la carne humana en muchos de los restos biológicos de la fábrica.- esta vez le muestra fotografías escondidas en su ropa.

Muestras de la basura , la ubicación y los empleados desechando dichas bolsas.

Ludwig enviará al encargado de limpieza a unas largas vacaciones.

 

 

Pasaron unos minutos sin decirse nada.

Solo era ese anciano observándola fijamente

Eliot le sonríe.

-Diría que te llamaremos después pero me obligas a no darte oportunidad de salir con vida.-

  Laura asiente. Sin miedo.

-¿Me contratara?- 

-Debería mandar a asesinarte tan solo por atreverte a venir aquí con amenazas y un currículum plagado de delitos de tu parte. Te ves como un problema.- 

Ella frunce el ceño.

-Soy más que capaz y puedo demostrarlo.-

-Bien.- recarga la cabeza en su puño.-Ve con el hombre de traje gris de afuera y dile qué te lleve a la planta de directivos. Ahí se te encargará tu lugar.- apunta su rostro.-Abre bien los ojos , Laura.- 

La mujer piensa bastante antes de levantarse y tomar todas sus cosas.

Tiembla. Las palabras se han ahogado en su pecho.

Inclina la cabeza al salir de la oficina.

Esto lo hace tan torpemente que en el filo de la puerta su hombro choca con la pared , tirando al suelo todos sus documentos.

Ludwig suspira al verla chillar y arrodillarse a recoger todo lo que tiró.

Entre esto las fotografías de su descubrimiento.

Afuera de la oficina una pareja de mujeres , antes guiadas a la salida por un guardia , se detienen a apoyarla.

Condenandose al ver esas mismas fotografías.

En su escritorio Ludwig decide ir adelante a enfrentar este predicamento con tranquilidad.

Si tan solo no fuera ahora que sus años lo golpean de improviso.

Al levantarse su espalda quedó bloqueada por el dolor extenso , llevándolo a golpear la mesa del escritorio y volver a la silla. El dolor es tal que llega a ver de colores su propia oficina. Respirando con esfuerzo.

-Necesita una silla con mejor apoyo.-

Al levantar la mirada es una persona muy diferente a todo lo que conoce y llegó a conocer en sus años de oficina.

-Muchacho ¿Porque tareas ropa de mujer? -cuestiona aturdido a esta mujer tan grande.

Esta joven lo mira con una ceja arriba al ayudarlo a ponerse lentamente de pie.

-Porque soy mujer.- le responde cansina esta joven tan alta.-Y usted viejo.-

Ludwig abre los ojos al ser levantado y llevado en brazos a una camilla.

Tras ellos viene la segunda joven , bajita y tan amarga como la primera , llevando el maletín con ella.

-¿A ustedes quién las contrató?- pregunta aún perdido.

-Nos van a sacar , en realidad.- anuncia la más alta ya viéndolo en camino sobre la camilla de emergencia de este piso. 

Los doctores lo llevan.

Ludwig puede ver algo que otros no.

Tanto porque no es visible a simple vista como lo poco que se atreverían a anunciarlo.

La mirada fija de los trabajadores más cercanos a Pierre.

Ludwig ya no es joven , nadie lo pensaría , por tanto muy pronto moriría y su compañía caería en manos de ese hombre.Es una realidad que no importando cuanto Pierre le promulgue lealtad al verdadero dueño de esta empresa a todos , aún habrán muchos que consideren mejor tomar todo de una vez.

Ludwig no es un hombre miedoso ni alguien que se paralice de miedo solo porque sí.

-¿Les importaría acompañar a un viejo?- llama a las hermanas en el pasillo.

El guardia , que antes les guiaba directo a la salida , se detiene al escuchar al jefe más alto de todos.

El par le mira confundida. 

-En realidad necesito un asistente y una secretaria.-

-Soy doctora , no una secretaria.- avisa la más pequeña.

-Perfecto , te pagaré el doble.-

-Viene por la plaza de dentista.-

-Tengo todos mis dientes y el mismo pago.-

La oferta es un anzuelo.

Logrando que las mantuviera a su lado incluso durante el procedimiento donde una inyección se le administró.

 

 

 

 

 

 

 

 

Pisos más abajo las criaturas continúan con sus tareas.

Mommy pasea entre los juegos saludando a los visitantes y a niños de la zona de juegos. 

Moviéndose por los pasajes y resbaladillas al ritmo de su calma.

Entra a la zona musical para sacar a los niños del interior.

Estos parecen divertirse con el kjuegop. No pasan del segundo nivel al estar distraídos con la coneja en el cableado.

Esta aplaude con sus platillos conforme baja y saluda.

-¿Por qué estás aquí?- cuestiona desde su lugar , usando esa comunicación entre los monstruos.

Mommy saluda a los niños que dejan el juego para ir a sus encuentros.

-Hoy Mommy vino a verlos divertirse. Estoy segura de que les gustará seguir desde aquí a Mommy , los llevaré a ver a PJ, ese guapo se siente solo sin ustedes mis niños.-

-¡Vamos con PJ , me gusta mucho PJ!-

-¡Que bueno , ya me había aburrido aquí!-

Bunzo es bajada automáticamente al retirarse los niños.

Mommy en la puerta se despide moviendo la mano rápidamente.

-Descansa , conejita.- cierra la puerta por fuera.

Bunzo tira los platillos a un lado para sentarse al fin. Sobando sus brazos acalambrados por las horas de labor cumplidas sin descanso. Suspira recostandose en el podio.

Esperando a que le volvieran a subir a la máquina para el siguiente horario de pruebas.

 No importaba cuanto golpeara los platillos , los niños que son capaces de cumplir con el reto son encontrados incluso si se esfuerza por desconcentrarlos. 

Ella no puede hacer nada , sólo puede verlos llegar , irse y nunca más volver hasta volverse sus compañeros de trabajo o nunca regresar por lo que sea que les sucediera a los experimentos fallidos.

Si tan solo no hubieran completado las pruebas , este no sería su destino.

Solo esperaba que estuvieran siendo amables con Andre.

 

 

 

 

 

Aquella nueva miembro laboral de la empresa inicia su primer día.

En enfermería.

Lo aguanto por meses , escaló como se le ordenó. 

De una interna a una practicante , la segunda y todo se echa a perder entre la frustración por ser reducida a una enfermera siendo científica de campo.

Con un folder más , devuelto desde las oficinas de innovación , con el sello cerrado exactamente como lo envió . Lo soporto para seguir las pruebas de Ludwig.

Llegando a su límite al sentir a un trabajador , un miserable conserje , apretarle el seno al estar demasiado cerca para coser una herida en su antebrazo.

Esta ola de asco la llevó a tirar al suelo cada elemento médico a su paso. 

Sujetar su investigación y subir a las oficinas , así causará un revuelo. 

 

 

Ludwig es un hombre mayor , vaya la redundancia , no es ageno a las miradas ni a las acusaciones de su estado senil.

Así mismo ahora puede dar por hecho que lo querían matar.

Es todo resultado de su asistente cortando su filete , le agarró gusto a ser atendido por una asistente tan considerada , descubriendo algo que debió perderse al cortar la carne y no como su asistente desmenuzar con el tenedor.

Un líquido azul.

Un líquido muy sutil , inoloro , tan ligero como para pasarse de largo si la salsa fuera la prometida de arándanos y no la pasta cherry preparada por su secretaria.

Observando los tres este plato en un mutismo profundo.

Estas dos empleadas apenas están aclimatandose y su experiencia es vaga en este departamento de asistencia y oficina. Aún eran capaces pero muy jóvenes también.

Pudo ver en un parpadeo como esta situación las sacudía.

 Lo entienden y saben lo que era esto. La intención dentro de esta comida y como era imposible que fuera la primera vez que le sirvieran algo como esto.

Lo están matando. Puede que desde hace años lo estuvieran planeando o fuera algo más.

Esa salsa de arándanos la pedían desde hace dos décadas y nunca cambió de sabor . Así mismo el filete es el mismo por los mismos años , un perfecto marmoleado y una sutileza dulzona al morderlo y este deshacerse en su boca tan solo con la presión de la lengua. 

Un platillo delicioso. 

Envenenado.

Su asistente aún no sabe qué hacer pero actúa conforme el protocolo común.

-Seguridad.- llama a los guardias por el comunicador.

Ludwig observa ese plato.

No había tomado en serio a las hermanas. Solo son seguros.

Están cumpliendo con su objetivo. Duele aceptarlo pero si debía conseguir empleados exentos del control de Pierre o de los otros caníbales de la compañía.

Por demasiado tiempo les permitió crecer como una bola cancerígena , les dio su sangre y estos le pagaron con traición.

Observa a sus dos compañías.

Eran mujeres tan solo por su propio ego y eran nuevas para evitar que pensaran en crecer fuera de su control. Ahora las ve acepta que solo fue por el color de sus labiales.

Tan rojos como las flores que su hija solía meter en su escritorio.

No podía morir sin saber lo que harían con ella.

No podía simplemente dejarla sola.

-Niñas.- las llamo a las dos.

Sus asistentes fruncen el ceño al recibir ese título tan poco profesional.

Ludwig sostiene su corbata.

-En esta fábrica-

La puerta fue pateada.

Por fuera se escuchó el chillido de la mujer que decidió patear una puerta de roble reforzado con hierro interno. 

-Seguridad vendrá en un momento.- advierte la secretaria. Cosa frustrante para los tres al haber ya tardado diez minutos

Era premeditado el atentado.

Ludwig revisa la cámara de su oficina.

Por fuera esa joven rubia soba su pie con lágrimas y un aspecto decaído.

Como ver a su hija regresar con las coletas deshechas por pelear con sus amigos en la escuela.

-Maldito corazón mío.- murmura abriendo la puerta.-Dejenla entrar.-

Afuera la rubia ve la puerta abierta y desde el suelo gatea con todas sus cosas , cerrando ella misma la puerta.

-¡¡Señor!! ¡Hice lo que me dijo y me indicó , he crecido lo suficiente en el departamento de medicina! ¡Merezco que mi investigación sea tomada en serio! ¡¡No pueden seguir ignorándome , no pueden hacerme esto!!! ¡¡Yo soy capaz de todo lo que mi padre , yo puedo reemplazarlo y hacer mío al departamento de innovación!!- muestra sus documentos nuevamente.-¡Por favor señor , yo puedo ser más que esto! ¡¿Por qué no pueden darme una oportunidad de demostrar todo de lo que soy capaz?!- sus papeles caen al suelo.- ¡¡Yo soy la hija de Harley Sawyer y puedo hacer todo lo que mi padre puede!!-

Las dos mujeres en la oficina parecen estar aturdidas pero no indiferentes.

Ludwig toma una hoja del escritorio.

-Primeramente. Estos meses no te sirvieron de nada , eso es obvio. Aún careces de compresión o de un comportamiento qué sea digno de mi compañía.-

-Señor , hay trabajadores que acosan a las enfermeras y nos humillan.- ella apunta afuera. Ya cansada de ser dejada de lado y subestimada , se defiende.-Su fábrica es como cualquier cantina y no puede seguir con ese discurso de impoluto orgullo capitalista. No cuando mi padre le ayudó a crear a aquellas criaturas en la estación , y aún más.-

El anciano hace una señal a su asistente.

Esta va a un mueble aparte para entregarle un documento con sello de la compañía , exactamente del departamento de innovación.

-Laura , tú no eres la hija de nadie en mi fábrica.- le extiende el documento sin parecer interesado en realidad en ella.-Deja de reclamar un legado del que no eres digna.-

Laura toma esta hoja.

Dentro puede ver sus datos. Su estado y su tipo de sangre AB + junto a los perfiles de su madre y al final el gran 0 en la compatibilidad con Harley Sawyer. 

-Esto …esta mal.-

-Laura.- 

Mira al hombre ahora con el cuerpo debilitado , pisando su propia investigación.

Pisando las ilusiones sobre su padre.

—-Esto lo cambio usted…ustedes-

-Si fueras hija o no , la situación no cambiaría por nada.- le advierte poniéndose de pie.

Su secretaria es suave al quitar el asiento de su paso. Así como su asistente mueve objetos de la mesa para que pueda sostenerse.

-Tú eres una científica , eso dices pero solo veo a una niña perdida y muy confundida con el lugar al que llegó-

-Señor …esto …- mira el resultado.-El es mi padre , mi madre me lo dijo y él me apoyó en todo…el pago mi educación , lo hizo.- mira esta hoja sujetando sus cabellos ahora revueltos.-No me hagas esto…- murmuró apretando esta hoja contra su cabeza.

El hombre la ve retroceder ahora sin importarle dañar con sus zapatos esas hojas de papel y todo a su paso.

-Él es mi papá …- su cuerpo se dobla lento al temblar con esta hoja en su poder , igual que una salamandra al tocar sal. Retrocede sobre sus pasos , sus ojos ya no solo están rojos son puras lágrimas al caer al suelo aun apretando esa hoja.-El creé en mí… él creyó en mí.-

Ludwig sabe lo que sucedió con este incidente hace años.

Como una persona lejos de su control hizo una demanda de pensión y simplemente le dieron lo que pidió para que no buscaran nunca al científico con esa condición de por medio.

-Laura.- la llama.

No puede agacharse pero su asistente si levantar a la rubia por el brazo sin importarle qué esta sea ahora un gato encrespado y mocoso entre lágrimas.

-Puedo darte tu propio departamento.- le dice levantando la mano.

Atrás la secretaria ya había levantado cada documento y lo entrega en sus manos.

-Tú trabajo es bueno pero no eres Sawyer.- mira a estas páginas de experimentos retorcidos.-Eres y tienes la capacidad para ser mucho más que un carnicero.- le entrega su trabajo.-Pero solo por ti misma , y de quedarte me encargaré de que no se te nombre como nada más que la simple Laura.- observa esos ojos ofendidos fijos en él.-Ya no eres una niña en búsqueda de su padre , endurecete y se una mujer de una vez por todas. Párate por tu propio nombre o vete , ahora que te doy la oportunidad de salir con vida.-

Laura se ve suelta por la asistente. Abraza su investigación observando al suelo ahora sin el gran asalto de adrenalina anterior. Ese dolor de estómago la acompaña aferrándose de su estómago con fuerza , llevándola al límite sentir a ese hombre ṕalmeando su cabeza.

-Ve y decide ahora , Laura.-

Camina a la salida.

Al mismo tiempo una ola de guardias entra tirándola al suelo con el mortero que usaron para abrir la puerta.

Ludwig cerró un ojo al verla recibir la puerta directamente.

-Llegan tarde-

-¡¡¿Cómo se atreven a llegar treinta minutos después del llamado?!! ¡¡Todos deberían ser amonestados con sus sueldos!!- está asistente suya comienza a gritar a todos como él no podía al estar algo cansado.-¿Saben lo que pudo haber pasado?- apunta al plato y el estado de la oficina.- ¡El señor Ludwig pudo haber muerto y ustedes llegan con este retraso. ¡Es inaudito!- los apunta furiosa y todo lo alta que era los rodea analizando el equipo traído.-No veo una camilla , son tan ineficientes.-

Laura pasa entre los guardias con el cuerpo doblado por el dolor de todo lo recientemente ocurrido.

-Eso.- asiente el anciano volviendo a su silla.-Diles todo.- ordena a su asistente.

Ella continúa reclamando y señalando las fallas del equipo que llegó.

Por fuera Pierre observa a estas personas apretadas en la oficina y confundidas por la nueva empleada de Ludwig.

El informe había sido confuso. Se suponía que el viejo estaba solo.

Junto a Pierre pasa aquella insignificante rubia de 1,5. La ignora a ella y su cara roja y pronto morada por el impacto de la puerta.

 

Laura subió a la recepción de la compañía.

Sin importarle su aspecto ni cuanto apestaba ahora por culpa del sudor y las lágrimas saladas corriendo por su rostro. Sentándose en la zona de espera pide un teléfono a un empleado.

Esperando a que su llamada fuera respondida.

Esto tarda unos minutos. Añadiendo un sonido áspero.

La advertencia de ser grabada su llamada.

Inhala y exhala , cubre su rostro al encogerse con las rodillas contra su pecho.

Al fin escucha la voz del otro lado.

-Mamá.- se presenta.

Del otro lado un suspiro llega.

-Hija , hace mucho no te escuchaba. ¿Cómo estás? ¿Dejaste ese lugar por fin?-

-Mamá , ¿Porque me mentiste?- 

Del otro lado su madre se detuvo.

-¿De que estas hablando?-

-Tu me mentiste.- mira al lugar , al tren de colores y las muchas sillas vacías.-Tú me dijiste que él era mi padre…y no era verdad.-

-Oh…mi niña , deberías regresar.-

-¡¿Por qué , Mamá?! ¡¡¿Por qué me mentiste?!! ¡¿Por qué me hiciste esto?!- su cuerpo se estira tratando de contener su dolor.- ¿Sabes lo avergonzada que estoy ahora?- la cuestiona con un rostro rojo.

-Esa es tu culpa por ir a donde no te llamaban.-

-¿Por qué me hiciste creer que mi padre era alguien? ¿Porque me mentiste a mi?-

-Porque él tiene dinero.-

-No puede ser…- soba su frente con el dorso del puño.-Dios , ¿Porque hiciste todo esto?-

-Porque él me lo debía. Gaste mucho tiempo como su prometida para que el tipo un día simplemente rompa con todo y se largar a un agujero miserable.- su queja es olvidada ahora que solo era un recuerdo frustrante.-Yo solo quería lo mejor para tu educación. Quería darte alguien a quien pudieras admirar.-

-Mamá , ¿Al menos sabes quien es mi padre?-

-Claro que lo se.- suspira sobre la bocina del celular.-Es el señor que te regalo una muñeca hace muchos años.-

-... el adicto.-

-No lo era en ese momento.-

Laura observa el lugar.

El color y la tecnología en las puertas.

Ella no era de una familia humilde pero tampoco eran lo que fueron antes de su nacimiento.

La educación qué recibió fue costosa. Nadie pagaría algo como eso por una niña ni por una mujer. Ella por todos estos años pensó que este era un gesto de reconocimiento y comprensión de parte de su padre. 

Paso tantos años esperando a ser alguien capaz de tomar un lugar junto a la única persona que creyó en ella a pesar de su género. Que pensó en apoyarla en una carrera tan competitiva con tanta fe. Ella solo desea llegar a un nivel y más allá.

-A ese tipo solo le vi una vez.-

-El formó su propia vida.-

Laura mira sus manos llenas de curitas por culpa de quimocos extraños entre los medicamentos , gravados por las horas de servicio médico. Había reparado arañazos y cortadas , quemaduras y muchas veces unas mordidas extrañas.

Mordidas.

La rubia baja el teléfono aún con el eco de su madre convenciendo la de regresar a casa.

Con la cola entre las patas.

Más su atención está en un objeto en la entrada de la fábrica.

Ese gran juguete que había ignorado por mucho tiempo.

Ese tal Huggy Wuggy.

Lo ve hoy con los ojos abiertos , como le indico Ludwig , al fin puede ver lo que él quería que viera.

Como aún son imperfectos y poco sociables.

No puede entrar a esta fábrica con la idea de reemplazar a Sawyer y a los otros científicos.

Ella debe entrar aquí para destruirlos . Para cambiar todo , será ahora ella quién hable y ellos quienes callen. Será ella quien logre poner en alto su nombre , nuevo en las paredes.

Laura a secas o con ese apellido robado. Su trabajo y sus sueños serán la verdad.

Ella será todo lo que estás personas odian. Comenzando con una verdadera enemiga. 

-Yo puedo hacer algo mejor…por mi misma.- mira al teléfono.-Mamá , no volveré.-

 

 

 

 

 

 

-¿Qué demonios has dicho?-

La reunión con todos los presentes se vuelve idéntica a la pintura de cuatro demonios sobre la mesa y un alma inocente en el plato.

-Laura se encargará de La Guardería.- anuncia Ludwig.-Por tanto las experimentación con nuevos sujetos de prueba se detendrán hasta nuevo aviso.-  

 

 

 

 

El guardia al fondo abre la boca sorprendido por la entrada de una nueva cabecilla.

Estos días las lleva fuera de las oficinas de las que fueron guiados a abandonar al iniciarse una acalorada discusión entre los grandes.

Su camino es directo a un baño.

-Doc.- lo llama sentado en un cubículo.

-Ese eco…¿Otra vez me llamas al baño?- es lo primero que dice este doctor por la radio.

-A que no te has enterado de lo que tu hija hizo.- le dice sonriendo.

-No tengo hijos.-

-La colocaron como líder de innovación exterior y va a encargarse de La Guardería desde ahora.-

-No.-

-Además , por fin dejaran descansar a los niños por un tiempo.-

 El doctor suspira.

-Ryan , la próxima vez que me llames al baño ..espero que sean buenas noticias.-

 El guardia puede sentir su frustración.

-La próxima vez podrías ser tu en quien me siente y no esté frío trono.-

La comunicación se corta con un sonido de estática.

El doctor regresa al presente , dejando atrás su conexión con el robot en el almacén.

Observa por las cámaras a estos médicos cortar a un juguete de Mommy , lo ataron con correas y lo someten a estos experimentos invasivos.

Observa a cada uno reaccionar al llamado del exterior.

El llamado a detener sus experimentos más violentos ante la pausa en la entrada de nuevos juguetes.

Los ve pisotear. Ir de un lado a otro dando el aviso.

Deben conservar a los experimentos o perderán todo.

Serían algunos meses detenidos. Suficientes meses para destruir los avances de todos.

Sus propios avances serían retrasados pero puede aceptarlo.

Solo por ver las caras de estos bastardos que lo metieron a esta máquina.

Riéndose de ellos abiertamente.

No le importa si lo electrocutan o lo hieren.

Ahora mismo , ellos no son nada.

Esta mala noticia es llevada a todos los rincones de la infratierra.

 

 

 

Llega a los oídos de los juguetes.

Reaccionando , entre tierra y piedras , con una alegría incalculable.

Los pequeños Bunzo van a los brazos de Huggy o las pequeñas Kissy toman en sus brazos a las ligeras Mommy.

Un PJ rebota sobre sus patas.

Disfrutando de la alegría de un descanso a los cortes y las heridas en el laboratorio de la prisión.

Más esta felicidad no dura.

La espalda de un Huggy se ve azotada por una macana , llegando uno de los guardias a imponer el orden.

-¡¡No se detengan ahora animales!! ¡¿Ese cajón está lleno?!- empuja con el pie a la Mommy para que lleve las piedras al cajón.-¡No lo creo , malditos bastardos!-

 A su paso los guardias apagan la felicidad con sus órdenes. 

Recuperándose el ambiente silencioso y solo interrumpido por el ensordecedor efecto de la máquina escaladora en las paredes de la mina en crecimiento.

Siguen una fila para picar con esas herramientas burdas o como las Kissy y su poca fuerza en las manos , toman en brazos las piedras para llevar alas lentamente a los cajones.

Caminando entre las máquinas y otros trabajadores.

Su protección en sus oídos , eran ubicables sus heridos tímpanos gracias a la sangre y cera excesiva manchando los costados de sus cabezas.

La tos aún es perceptible al levantarse el polvo.

Atravesando el devastador calor , la salvaje subida de las máquinas y la fría indiferencia de los trabajadores.

Se llega al centro de la mina.

En donde la gran gigante rosa sigue el paso de una máquina escaladora para levantar en sus brazos una caja con tierra y llevarla en su espalda por instrucciones aparte a una dirección aparte. 

Pasando por un lado de una gran criatura azul levantando rocas de gran tamaño , partiéndola al entrar en las rendija y hacer más pequeñas en un

 estallido controlado.

Los pedazos qué deberían saltar son atrapados por su propio cuerpo , llevándolos al suelo suavemente para evitar lastimar a la fila de pequeños PJ con sus cajones en la espalda y llenados por las ligeras Mommy.

La criatura de color azul sin forma , observa como estos pequeños tosen sangre sobre la tierra.

La sed los estaba consumiendo junto con los cristales de las piedras más extrañas de este lugar.

Un estallido hace a esta criatura sobresaltar con un grito.

A unos metros , en la tierra , una pequeña Kissy llora y chilla con su boca quemada.

La criatura intenta ir más es rociado con un torrente de frío.

-¡Si se muere , se muere! ¡¡No vamos a detener nada por una , ahora sigue o estaremos el doble por tu culpa gordo!!-

La criatura azul lenta vuelve a su trabajo. Temblando al estirarse sobre las rocas qué son sacada de las paredes por las escaladoras. Las atrapa antes de que lleguen a los pequeños que caminan a su espalda , rompiéndola rápido para ir por la criatura rosa.

La rodea con su cuerpo limpiando su rostro , lleno con sangre y ese extraño polvo que llegaba a salir a veces al romper una brecha de lodo antiguo.

Ese torrente de frío lo ataca por la espalda , siendo guiado de nuevo al trabajo.

El ritmo del día no disminuyó ni la criatura fue dejada ir. Aun la ve arrastrar piedras con ese rostro quemado y herido.

Continúa rompiendo rocas. Rompe , destroza y no puede parar.

Duele.

Su cuerpo duele-

No hay descanso.

Horas de tierra. 

Horas de gritos.

Horas de insultos y maltratos.

Horas de humillación.

Horas de hambre.

 

La criatura azul apenas tiene forma al ser arrastrada a su celda al anochecer.

-Adivina.-

No mira afuera. Mantiene su forma sin sentido en el suelo , observando una pared desde el suelo de plástico y espuma.

-Hoy tampoco llenaste la cuota.- le señala con un sonido frustrado.-Se supone que puedes con esto , ¿Acaso quieres que te mantengamos con una paleta en el culo o algo así , pequeño marica?- golpea con los dedos esa celda de vidrio.-Te dejaremos ver a los otros , trata de no comértelos.- 

La comida es dejada en el suelo sobre una bandeja.

Hace tiempo le molestaba que fuera esa mezcla de alimentos enlatados y servidos sin platos en esas bandejas. Ahora solo estira su grueso brazo para tomarla y llevarla a su boca.

 Es asquerosa pero húmeda , demasiado húmeda y agria. Definitivamente no deseaba saber lo que era. Suspiró levantándose al escuchar esa campaña y la apertura de las celdas.

Ahora jugar es inverosímil.

Esto debería ser divertido pero solo escucha como comienzan a pelear y llorar entre gritos de dolor y miedo.

No puede intervenir. Si lo hiciera , todo sería peor.

Solo observa a la puerta esperando a ver entrar a una amiga.

Es así.

La gran criatura rosa se asoma , lento entra cerrando la puerta para abrazarlo.

Lo corresponde sin decir más.

Solo se quedan ahí.

Lograron sobrevivir un día más. Es una felicidad muy triste , una ola de improperios y aún hay mucho por lo que sonreír al verla sacar una barra de chocolate de su boca babosa.

Ella lo corta con la boca y le entrega la mitad.

No hay por qué quejarse cuando un amigo te visita y trae comida.

Kissy se recarga en su hombro para descansar juntos, cubre su oído y el otro lo pone contra la superficie de su gran pecho. Escuchando un corazón enorme palpitar. 

Es la libertad en sus manos el sentir a un amigo sin sufrir de dolor.

Él no puede moverse más allá de mover la cabeza , está agotado. Solo observa a la criatura rosa y al suelo. Su pecho se siente muy apretado en esta dolorosa realidad. 

La hora de las peleas termina con un silencio profundo.

Por fin vienen a verlo los que pueden.

Entran con rostros relajados. Toman lugar a su lado con la comida que lograron arrebatar.

Seguro lastimaron a alguien pero no hay de otra.

No comerán sin pelear por ello.

Solo les queda esperar a que este descanso de los cortes ,sea una buena vacación para todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1978

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡Van tres años de lo mismo!! ¡Tres años de retroceso! ¡¡Esta mujer no sabe lo que hace ,Ludwig!! ¡¿No ves que es un desperdicio?!- sacude las hojas leñas de datos que Laura enviaba sin sentido.-Ella solo toma tu dinero y desaparece por semanas , y luego llega con niños…niños terribles. Ludwig , está llenando tu fábrica con pestes.-

El anciano en el escritorio revisa los documentos. 

Laura tenía un esquema de trabajo que le obligaba a salir ella misma para traer a sus sujetos de prueba personalmente .

-Las visitas trajeron un 40% de ganancias extras , solo este mes.-

-Ludwig , no somos un parque de diversiones.- le reclama el hombre . Su cabeza se voltea furiosa al ver a la asistente colocar una taza de té para Ludwig y ninguna para él . Solo un sobre y la tetera con agua.

Era un insulto o un reto. Ambos parecían ir acorde con la mirada de ese anciano.

-Las pérdidas de su departamento son consecuencia de su maltrato a la fuerza laboral , por tanto el señor Ludwig le tiene unas cuantas palabras.-

Pierre gira lento la cabeza.

-Entregare la disponibilidad de proyectos a Laura.-

-¡¿Qué?!- 

-Te revoco tu permiso de entrada a La Guardería.- suspira tomando un sorbo de su bebida.

Pierre lenta los hombros antes de rugir.

Este anciano le sujeta por un hombro.

-No vuelvas a envenenar mi comida.- 

El hombre pierde fuerzas.

-Yo no te haría eso , nunca lo sabes.- su actitud cayó varios niveles.-Eres como mi padre , nuca …única te traicionaria.-

Elliot le sonríe.

-Entonces averigua quien en tu departamento espera ponerte tan en alto.-

Pierre sujeta la hoja depositada en su regazo sin gracia alguna por la secretaria.

-Esa es la evidencia. Puedes averiguar lo que sucede con eso.-

El hombre debe aceptar esto. No porque no tenga razones para resistirse sino por cuanto esto lo avergonzaba con Elliot todo lo que ese hombre significaba para él. Deja el asiento acomodando.

-Esto no tuvo nada que ver conmigo.- lo asegura nuevamente.

-Entonces encuentre quien lo hizo y tráigalo aquí.- le ordena esa asistente.

El odio con otra estafa empleada es tal que le corroe. Ludwig se había negado a contratar asistente por años , incluso lo rechazó a él pero hoy dos tipas desconocidas , salidas de la mera nada , toman su lado y lo representan con esta frialdad.

Cada vez más parecidas a cadáveres parlantes en el frío.

Más cercanas a la nula maldad o bondad de Ludwig.

Neutrales como el buitre qué solo espera al fin de una carnicería para devorar las entradas restantes de un animal muerto.

Gráciles y malvadas , son exactas para el reflejo de ese anciano en sus últimas.

Solo le observan y esperan a su retirada. Sin emoción.

Estos años para ellas , dentro de la fábrica , se llevaron parte de sus almas y su corazón.

Ahora a Pierre le queda solamente retirarse con esta prueba para buscar al malnacido qué le haya arrebatado su gran orgullo y la limpieza de su sola figura frente a Ludwig.

Quién había causado qué otro Sawyer tomara fuerzas nuevamente frente a sus narices.

 

 

 

 

 

 

 

Fuera de la fábrica. 

En el calor de una zona de Louisiana. Sufriendo hasta los perros callejeros el implacable verano , cayendo sobre sus lomos arqueados. Heridos tan gravemente como para caer su saliva sin control a causa de una mandíbula pateada fuera de su lugar. Este perro no volverá a comer bien , morirá pronto de hambre en las calles qué arden por un sol abrasador.

Bajo ese mismo sol y el calor , una mujer de cabello rubio camina con una ropa cerrada para evitar los mosquitos salvajes qué ya le hicieron rascarse un par de picadas en su cuello caliente y húmedo.

Escucha el informe de este encargado.

-...el chico simplemente se encargó de reventar su cabeza con un martillo.- Lee la descripción el encargado de este orfanato.-Este niño no es bueno para ningún hogar , señorita.-

-No es un hogar.- asegura ella.-Es otro orfanato mejor encargado y con la intención de entregarle una ayuda económica por cada niño que consideremos digno de nuestro Dulce Hogar.- ella mira por encima de la puerta a medio cerrada al interior de una ardiente habitación.

En esta un niño raya las paredes con sus manos sin importarle dejar parte de sus uñas en la madera.

-Señorita , este niño mató a su propio padre. No debería salir de aquí.-

-Son trescientos dólares por cabeza.-

-Oh…entonces creo que sus instalaciones sean más que lóbregas para nuestro Kevin.-

La rubia saluda al interior.

El niño deja de rasguñar las paredes.Mirando afuera sus ojos se abren con un solo sentimiento visible : Un simple y llano terror.

-Sera perfecto.-asegura sonriendo al verlo esconderse bajo la cama entre gritos obscenos para alejarla.

 

 

 

 

 

 

 

1979 

 

 

 

 

 

Poco a poco Dulce Hogar cambia.

El interior es contrario a lo mostrado por los informes.

Aquellos niños violentos y extraños , lentamente cambian a chicos capaces de ser sociables y hasta dulces.

Las pruebas son impresionantes en su cumplimiento expresó.

No hay errores más allá de algunas fallas físicas.

Todos están en su lugar.

Excepto él.

Despertando de un ataque de pánico al perderse los movimientos de la niña bajo su cuerpo.

Levanta las manos descubriendo sus uñas cubiertas de sangre al haber arañado a la niña hasta casi arrancar sus párpados. Baja de su estómago con un salto que lo lleva a golpearse con la pared.

-No…- su cabeza se llena con la culpa. Mirando sus uñas y a la niña levantándose entre lágrimas.

-No te acerques …- dice alejándose de él gateando , tocándose el rostro al llegar a la otra pared.-¡Mamá!- llora a gritos sintiendo el fuerte dolor en su piel. 

Este niño lentamente recupera el aliento , viéndolo con los ojos perdidos y un corazón roto.

Grita , grita tanto como puede llamando ayuda.

El niño en la otra pared lleva las manos a su rostro.

-Lo siento , lo siento …- sus lágrimas escapan.-Me tocaste …pero estábamos jugando , está bien…- mira las piezas de dados de madera rotas por su arranque.-¿Porque hago esto?-

 -¡¡Mami , me duele , me duele mucho!!- llora la niña sacudiendo la cabeza en un arranque nervioso.

El niño agarra sus propias orejas , enterrando las uñas en su piel tira de sus oídos tratando de arrancarlos para no escuchar.

Para no escuchar más gritos.

 -¿Qué está pasando aquí?- entra con esta pregunta un cuidador. Revisa a la niña , levantandola en brazos.

Ella no acepta el abrazo de un Ho,bre . Abofetendolo. 

La respuesta del cuidador es imitarla con un impacto mayor.

La niña deja de llorar , ahora silenciosa por un miedo más que visible en sus ojos llenos de lágrimas. Esto sería todo y podría dejarlos en un salón de castigo sin preocuparse más por estos mocosos.

-¡No la toques!- 

A menos que un chico mucho más pequeño corra a su estómago para morderlo con todos los dientes.

Por defenderse deja caer a la niña sin dudar en golpear al chico con los puños tensos.

El niño resiste los primeros golpes sin importarle cuanto doliera ,. Todo para alejar a este hombre de la niña. Lo muerde y entierra como puede sus uñas , peleando para no soltarlo antes de caer al suelo por el último golpe.

Este cuidador retrocede sujetándose el estómago.

-Mierda…- su mano está llena de sangre. Este mocoso le hizo daño.

Una niñera entra por un costado de la puerta.

-Vaya que pudo contigo ese niño.- apunta al verlo sujetarse las heridas en el torso.

-Agrega este incidente al historial de Kevin …Barnes.- mira la mordida.-Por esto odio a los niños , maldición.- al moverse su pie pisó algo aparte.-¿Que?...ay , mierda…- exclama al ver a la niña en el suelo.

La niñera abre los ojos grandes al verla tan herida y más aún con el charco de sangre en su cabeza. Cubre su boca al verla con ojos abiertos , vacía.

-¿Él hizo eso?- pregunta la niñera con el rostro pálido.-No puedes ser…-

El cuidador tarda un momento en voltear. Observa no solo este cuerpo enfriándose sino también las consecuencias para él. Suspira sonriendo al darse cuenta de lo fácil que puede salir de este problema. Gira mostrando un rostro atormentado a la niñera.

-Es por esto que lo sujete , el chico estaba golpeando la como un loco y después la tiró contra ese mueble.- mira a la niña.-Era la única niña que aún jugaba con él y la atacó , así sin más.-l 

La niñera , a falta de cámaras en este momento , solo tiene la palabra de este hombre para hacer una escena mental sobre lo sucedido. Ella lo vio mordiendo al cuidador pero no vio lo que sucedió con la niña.

Entonces definitivamente este chico debió ser el culpable.

Cree en él y no en un enfermo como ese niño raro en el suelo.

Este cuidador levanta los hombros inhalando profundamente , soltando el aire lentamente. Mira a la niña en el suelo.

-Esto…esto pasa cuando solo traen basura a casa , es culpa de esa tal Laura.-gruñe dirigiéndose a la puerta para llamar a enfermería.-Este trabajo es una mierda.- para su fastidio ese niño lentamente vuelve arriba ,. Corriendo de inmediato a verla.

Su rostro al descubrir la sangre es mucho más sincero que su mutismo. Debe seguir con estp para salir bien. Siempre debería estar bien i los maneja correctamente. 

-Oye…- lo llama logrando que lo mire con esos ojos perdidos.-¿Porque golpeaste a tu única amiga?- pregunta apuntando a su estado.-La mataste , ¿Porque lo hiciste? Solo mírala , esta fría.-

Este chico abre la boca sujetándose las mejillas , tira de su piel gritando. Niega moviendo la cabeza.

-No lo se , no se porque hago esto… ¡No se porque hago esto! ¡¿Por qué hago esto?! ¡¿Por qué no puedo ser bueno?!- sus ojos se cubren por las lágrimas al chocar su frente con sus puños , repitiendo estos golpes para sacar las respuestas.- ¡No se ser bueno , no soy bueno! ¡Dios , ayúdame , por favor!-

El cuidador se hace a un lado al ver llegar a los encargados de casos difíciles. Cubiertos por esos trajes anti cuchillos negros , lo sujetan por el cuello para llevarselo entre dos añ salón de castigo.

Dentro de Dulce Hogar las cosas para muchos mejoraron.

Para otros solo empeoran conforme todos cambian para bien.

 

 

 

Entre estas fallas están las visitas.

No hay suficiente espacio ni empleados.

Llegando a un punto sin retorno.

Por el incidente causado por un descuido.

Un descuido que Ludwig ve en las cámaras al repetir una y otra vez el mismo VHS.

-Ustedes empujaron a este chico.-apunta a la pantalla y mira a los trabajadores.-Sin mi consentimiento.

Son de infratierra. Es claro al ver sus pieles pálidas y casi grises.

Estos miran a su jefe.

A Pierre.

-Nuestros experimentos no pueden seguir en pausa , Ludwig. Doey estaba muriendo.-

-Y por eso organizan una visita sin mi conocimiento y secuestras a un niño con padres. Uno que no era huérfano.-

-Ya no habrá padres …- mira al reloj.-Ya no habrá padres que hagan ruido.- estaba seguro de que Boxy hizo su parte.

El anciano recarga la frente en el dorso de sus manos.

Pierre aún puede manejar bastantes empleados. Muchos de ellos son fieles creyentes de la poca efectividad del experimento de enmascaramiento de Laura.

Ella apuntaba muy alto al decidirse a otorgar algo como una vida diferente a través del estado cautivo de muchos de los nuevos proyectos.

Solo le queda seguir adelante y borrar el control de Pierre de alguna forma con la capacidad de Laura.

Él no podía morir sin dejarla a cargo. Sin dejar a su hija en manos de alguien que no la torture.

Solo le queda Laura. 

-Ya hicieron lo que hicieron.- revisa el mismo video.-Rompele los brazos a este.- apunta al hombre que empujó al niño.-No te vayas , es tu aliado y debes cuidarlo.-

-No.- mira a cada lado.-No , porfavor ..no lo hagan.-

Los guardias dudan pero Ludwig fue claro.

Entre cuatro lo sujetaron frente al sorprendido Pierre. Ludwig estaba volviéndose cada vez más despiadado.

Este hombre gritó bastante pero aun escucha con los ojos rojos como el hombre ordena limpiar el escritorio sin moverse.

Lo miro a los ojos.

¡¡Lo estaba mirando a los ojos!! 

Sin piedad ni parpadear le observa al momento qué los guardias usaron la culata del arma para romper sus huesos. El hierro afilado le corta la piel.

Pierre intentó ponerse de pie pero la asistente le sostiene por la nuca y la mandíbula para que viera de frente como a su empleado le rompían los huesos a base de golpes.

 La sangre de la piel rota salió antes , sin detenerse los guardias lograron romper ambos brazos a pesar de los gritos de dolor de este hombre.

Lo dejan en las piernas de Pierre.

Ordenando con un movimiento de manos qué se llevará él mismo.

-No intentes volver a ir contra mis órdenes , niño.- advierte el anciano . Concentrándose en los nuevos documentos llegados por fax por mano de su secretaria.

Pierre deja esta oficina aún más frustrado al ver el nombre de Laura en esos documentos.

Leyendo solo de soslayo :

Los experimentos físicos se iniciarán en marzo de 1980.

 

 

 

 

 

 

En la oscuridad.

Aquella criatura azul sujeta su propio cuerpo.

-Esta bien si lloras…- murmuró acariciando su propia cabeza.-¡Mamá! ¡Papá , lo siento , lo siento mucho por favor!- mueve la cabeza de lado a lado.- ¡No quería lastimar los , Mamá , perdón , perdón , perdón!- toma su rostro llorando con una mano en sus ojos y otra pasando por su rostro.

El sollozo continuó por un rato muy extenso. No pudo dormir.

No puede parar de llorar. No puede ponerse de pie sin caer de nuevo al suelo.

-Debemos salir a trabajar.- lo convence.-¡No quiero trabajar , quiero a mi mamá!- chilla aferrándose a su propio brazo.- ¡Ya no quiero que me peguen , ya no quiero que me lastimen!-

Esta criatura azul revisa el horario fuera.

Vendrán por él y deberán ponerse de pie o volverán a congelarlo.

-Amigo , estoy contigo. No estamos solos.- abraza su torso.-Somos amigos , estaremos juntos siempre.-su cabeza se sacie con un gran grito.-¡Yo no te quiero a ti! ¡Si tu no existiera ellos no me hubieran hecho esto! ¡Te odio , te odio , te odio!- esta criatura azul está golpeándose la cabeza con una mano.-¡Ya basta , para! ¡¿Crees que yo quiero esto?! ¡¡Yo tampoco quiero esto , yo no quiero salir ni trabajar!! ¡Pero si no lo hago , nadie lo hará y les harán daño a todos por mi culpa! ¿No ves que yo también estoy asustado?- mira al techo.-Yo estoy aquí hace mucho tiempo…- mira sus manos con los ojos entrecerrados.-Ya no recuerdo el césped ni mi propio rostro …ya no se si estoy bien.-abraza sus hombros. Esto ocasiona un silencio profundo.

Este abrazo no lo sintió como los otros.

Por un momento y por más tiempo su cuerpo se sintió atrapado por alguien más.

Espía pesado al ser tomado en un abrazo después de haber sido llevada lejos Kissy. Llora de nuevo , abrazándose a esta sensación.

-Tengo miedo.- murmura suave.-Yo también , tengo mucho miedo . Todo el tiempo estoy asustado y …y estoy cansado de estar asustado.- abraza su cuerpo temblando sobre sí mismo.-Yo también quiero ir con mi mamá …- caen lentamente en un frío descanso.

Las funciones de este cuerpo se detienen por sí solas , en una rebelde huida más allá de todos los procedimientos médicos utilizados para mantenerlo con vida. 

Esta sensación es sobrecogedora después de días de dolor intermitente , de sangre y lágrimas mezclados con su rabia. Este agotamiento los lleva al suelo nuevamente. Sin forma al caer.

Al diluirse.

Fuera de la celda una alarma se inició al contarse la fuerte disminución en el ritmo cardíaco de la criatura en su interior.

 

 

Los doctores no pueden perder algo que Pierre ya les estaba cobrando con agresiones físicas e insultos demoledores . Más la amenaza de llevarlos con esa criatura roja en el teatro.

Sawyer los escucha entrar en pánico y buscar cómo ayudar a su experimento. El único que les trabaja como quieren sion necesidad de gastar en recursos.

 Utilizan la computadora pero los resultados son exactamente los ya usados.

Ríe jugando con las respuestas. Llenado su cabeza de sopa cherryos o atún con sopa de tomate decente. Causando un bucle de las mismas pregunta y respuestas, atrapandolos con su presente fracaso.

Si tuviera un cuerpo , bailaría en sus caras. Aunque él nunca fue de bailar , seguramente solo se reiría en sus caras.

Cosa que hizo y le costó un toque al botón de dolor.

Doey está muriendo una vez más y ellos no pueden hacer nada. 

-¡Sawyer , responde maldito idiota!- grita Pierre utilizando el botón de dolor en su contra.-¡Dinos que carajos hacemos con la masa!- 

Ese cerebro se contrae y las respuestas cambian pero resultan en el mismo bucle.

-No tenemos ṕermitido utilizar a nadie en Dulce Hogar.-

-¿Usamos a un trabajador?-

-No , no hay sujetos disponibles entre los empleados.-

El conserje decide irse al entender que la opción era respecto a su compatibilidad y no a ser correcta o no.

-Tenemos a un sujeto humano en el exterior.-

- ¿Es compatible?- les pregunta iluminando se.

-Si , es perfecto.-

-Traiganlo ahora.-

-El problema es de índole psicológica , el chico es-

-No me importa si colecciona uñas de los dedos del pie derecho de desconocidos. Traiganlo ahora mismo aquí.-

-No , señor. Acabo de leer rápidamente su informe y este chico es extremadamente violento. Es un peligro para todos el colocarlo en algo como Doey.-

-No me importa , usenlo.-

Sawyer en la computadora revisa los informes , encontrando la pruebas y gatos de ese chico.

Es claro que no era un buen prospecto pero estaban desesperados.

Por supuesto , no tiene nada que ver con que los guiará a buscar a más productos y no extractos exactos del prototipo , sus acciones hoy son solo una coincidencia.

No ahora que lo necesita

-Doctor.-

Revisa una última vez el ruido de este laboratorio antes de ir a escuchar a Ryan.

 -¿Qué sucede?- le anuncia su arribo a la línea del radio.

-Una cosa interesante sucedió aquí arriba.-

-Oh , aquí también . ¿Te molestaría decirme que te perturba?-

-Hay una araña de metal en las paredes de La Guardería , pero eso no es lo importante. Una persona del exterior hizo un escándalo hoy , justo en la maldita puerta.-

Sawyer espera paciente el tremendo informe.

-Un niño de la guardería asesinó a otro.- observa la bolsa que lo hicieron llevar junto a otro compañero. Su malestar crece al saber bien el destino de este.

Boxy.

Sawyer no se tortura como Ryan. A él ni le viene ni le va , actualmente no puede tocar los sujetos de prueba y esto solo le cansa. 

 Así que ese es el perfil de entrada para el nuevo elemento de Doey.

Es útil.

 

 

 

 

 

 

La criatura azul despierta por partes.

Ve amarillo. 

Ve rojo.

Ve naranja.

Son los tres una figura dentro de esta oscuridad.

Sin rostro ni forma.

Los ojos de Doey puede verse solo pero no lo estaba.

Los tres se miran y a la vez no miran a nada.

Observando sus manos los tres unidos descubren el nuevo color.

La sangre de los tres mezclada en una sola vena.

-Estoy atrapado.- dice al verse imposibilitado al momento de ponerse de pie.

Los dos se mueven.

-Será difícil.- dice la figura naranja.-Yo ya no quería estar aquí.-

El chico de rojo revisa esa mano ancha , golpea su cabeza.

-¡Ah!- exclama la figura amarilla. 

 Los tres vuelven a quedarse quietos.

-¿Qué me hicieron?- cuestiona.

De golpe viene todo a su presente.-

Como su mejor amiga se perdió por su culpa. Lo llevaron a un cuarto con espejo y después a un lugar más profundo.

Su cuerpo se llena con el frío doloroso. Puede sentir claramente las manos de hombres tirando de su ropa para tirarlo a un lugar extraño.

Puede verse asustado y peleando para abrir las puertas de hierro.

Como ese líquido comenzó a hervir , apresurandose las aspas a golpearlo , a tirar de sus extremidades dentro de una caja de metal. Su cuerpo era demasiado pequeño , solo viéndose arrastrado de un lado a otro por tanto tiempo que esa masa se metió a su nariz y garganta poco antes de perderse.

Su sangre coloreó la masa azul antes de ser una sola cosa.

Lo añadieron a más masa que cayó por encima , 

 

 

Ahogando lo con su peso y su maldad,

Dolía , dolía.

Era tan pesado todo encima de él.

-Cálmate.- pidió a su propio cuerpo.

-Estoy calmado.- responde su misma voz.

Era un sentimiento devastador aquel que lo ahogaba ahora.

Esto debía ser un castigo por la horrible persona que era.

Exactamente como su padre.

Exactamente como él .

-¿Quieres que seamos amigos?- le pregunta esa voz suya y a la vez desconocida.

Su vergüenza sube por su cuerpo. Descubriendo por primera vez en su vida qué es lo sentía cuando estaba tan enojado.

-Sí.- susurra en un chillido. 

Estaba tan triste.

Tan triste como para recibir el abrazo de estos desconocidos por ambos lados , dado por sus propios brazos. Llorando juntos en esta oscuridad , juntos en su soledad.

Buscando su fortaleza entre ellos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1982

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El transporte especial se detiene en el frente de esta compañía.

Mostrando la gran fuerza de esas chimeneas impecables. Tal como las recordaba hace muchos años.

Mira arriba por más tiempo 

Su corbata está perfecta. Sus zapatos pagados con su sueldo de camarero y el billete que le robó a alguien en una cantina.

Todo es perfecto. Da el primer paso con los hombros arriba. Cosa que hace una brisa entrar a su ropa al levantar demasiado un brazo.

Se da cuenta de un gran problema. Congelándose en ese primer paso por unos segundos.

-Mierda.- murmuró bajando los brazos.

Ahora el problema es que se dejó puestos los percing de los pezones y ya es tarde para quitárselos. Solo podría hacerlo dentro de los baños de la fábrica.

Rasca su nuca deseando que no le pasen el detector de metales al entrar a la compañía.

Ahora sus pasos seguros son lentos al ir a ese lugar con el rostro enrojecido.

No hay uno ¡Hay nueve hijos de puta guardias con detectores de metales en la maldita puerta! 

¡¡Se lo carga el carajo!! 

-No puedo.- entra en pánico a unos metros de la puerta. Girando se para recargarse en una pared cercana. Mira al césped pensando en cómo salir de aquí sin que lo noten ni se rían de él.

-Joven , venga aquí.- lo llama un guardia al verlo tan sospechosos en la puerta. 

Suspiró rindiéndose a la realidad misma.

-Si , vengo por-

-A lo que vengas dice lo a la recepcionista.- lo interrumpe pasando el detector por sus pantalones.

Bien , a nadie le importa el pecho de un hombre…ay , no.

Esa máquina suelta el grito al pasar por su pecho.

-¿Collares?-

-Si.-

-No se ve.-

El joven de golpe pierde la vergüenza al ser mirado con tal desdén.

Da un paso atrás y levanta la camisa más arriba de su cuello.

-Son percing , olvidé quitarlos hoy.- comparte sin cubrirse.

Este guardia le bajó la mano y lo esquivo fingiendo que no había visto lo que vio.

Todos alrededor , estas cuarenta personas , quisieran hacer lo mismo pero ahora les es imposible no seguirlo con la mirada al verlo ir a recepción.

La recepcionista , ajena a lo sucedido , le toma sus datos y le da sus indicaciones.

 

 

-Espero que lo logres , este es un gran lugar para iniciar tu carrera , Thompson.-

-Si me contratan llámame solo Henry.- se despide de ella con un movimiento de mano.

Al pasarla encuentra la recepción qué vio muchas veces de pequeño.

Un lugar amplio , iluminado y lindo.  

Sus ojos van a la figura en el centro.

A ese juguete gigante en la puerta.

Este mismo parece indiferente.

Henry lo mira fijo.

Notando qué , bien él observaba a este juguete por lo curioso que era , a él lo estaban viendo como si fuera otro de los espectáculos del lugar.

Se toma la camisa y la levanta sin importarle qué se le arrugaba la corbata.

-¡Si quieren espero a la cámara! Les durará más.- les dice al aire. Mira a ese juguete a esos ojos de colore negro.

Algo lo hace bajar más rápido la camisa al recordar que ya no era un niño pero este juguete si era para ellos. De alguna manera le avergonzaba más estar frente a un peluche haciendo esto que frente a estas personas. Como la primera vez que tuvo sexo y solo quería girar la máscara de la mascota del equipo de fútbol a un lado contrario.

Baja su camisa y sigue su camino ahora avergonzado por un peluche y no por lo hecho.

A sus espaldas ese peluche tiembla. Solo eso , bien pudo ser el viento ante lo imperceptible de su movimiento. 

 

Henry avanzó por los pasillos. Arrepintiendo mucho de sus acciones al sentirse extremadamente observado. 

Recordando que estaba apunto de enfrentar al anciano que lo conoció de niño.

Llega a la oficina indicada. Dentro esperaba encontrar a un entrevistador.

No al viejo de sus recuerdos en el escritorio.

Este levanta los ojos de la computadora , volteando la máquina a su dirección.

-siendo solo dos ¿Porque maltratarlos así?- le cuestiona comenzando a reírse en su cara.

Henry cierra la puerta con la cara roja en el pasillo , dispuesto a irse de inmediato.

Una mujer salió de la oficina con esos tremendos tacones que lo obligan a mirar arriba a ese rostro severo.

-Cómo eres uno de los niños de Dulce Hogar , el señor Ludwig hizo tiempo en su agenda solo para ti. Entra yu no te subas de nuevo la camisa.-

 Henry suspira entrando.

Ese anciano aun lo mira sonriendo.

No hay morbo ni una mirada pícara o sucia como con algunos verdes de porquería del exterior. Solo un viejo riéndose de un payaso con atavíos dignos de sus actos de comedia.

Es como si Henry no dejará de ser un payaso de la clase para esta persona.

Igual qué de niño , logra hacer reír a este anciano con acciones que no eran para tal.

-Entonces , eres ingeniero.- lo señala más tranquilo.-Es increíble que no seas político.-

-No , en ese sentido no soy tan buen comediante.-

El hombre sonríe levantándose del escritorio.

Henry se ve confundido y lleno de un sentimiento sordo al ser estrechado en un abrazo por parte de este anciano. 

Miedo.

Como si acabará de meter por error la mano en una flama de estufa. 

Corresponde ese abrazo confundido por el frío en su cuerpo.

Acababa de sentirse tan en peligro como para paralizarse.

-Bienvenido de vuelta.- le recibe al fin el anciano con una sonrisa gentil.-Te pondremos a prueba pero da por hecho que cumpliré con tu deseo , hijo.-

-...¿Al fin apresaron a mis padres biológicos?-

-No , me refiero a …no puede ser, niño.- comienza a reír al entender su comentario. Vuelve a su asiento de buen humor.

Henry obedece el gesto de la asistente guiandolo a su lugar.

-Eres un novato , así que se te encargaran temas superficiales.- le presenta una lista de tareas divididas por varias carpetas de hojas distintivas.

-¿No me entrevistara?-

-Ya sabemos lo que es necesario.- su boca esbozó una sonrisa distante.-Eres de Dulce Hogar y volviste a casa.- golpetea la superficie del escritorio.-Se te dará un lugar , como hace años deseabas.-

Henry parece satisfecho al relajar su rostro. Sonriendo por fin.

-Gracias , señor.- aguanta la pregunta que deseaba hacer ahora.

-Prepara algo grande para todos , y muéstralo cuando lo tengas listo o escala por ti mismo. En esta empresa la meritocracia también es un lenguaje a respetar. Mientras , haz amigos de utilidad , comienzas mañana en el departamento superior.-

 

Henry fue guiado a su cuarto de empleado. Cambia de ropa y deja atrás esos piercing para no volver a pasar esa vergüenza.

 

Volviendo a recepción a ver a la joven en esta. Con la confianza de un descarado entra a su puesto de trabajo

-Hola.- saluda a su lado.

Ella ahora está incómoda por su regreso y como entró al espacio de su trabajo. Cohibiendo el regreso a un estado más laboral.

-Me dieron el empleo , hermana.- sonríe tomando un dulce de los tantos en el adorno de la barra.

La joven lentamente se ilumina al verlo sentarse tras ella en esa pose confunda.

-Vaya que se extiende el estándar de este lugar.- ríe en su cara.-Pronto tendremos al mismo shiva mandando todo al olvido con una de sus danzas.-

Henry le corresponde esa sonrisa. No entiende quién es Shiva pero si baila , debe ser un buen bailarín para esta fábrica.

-¡Bienvenido a Playtime , amigo!- saluda a una visita.

Estos parecen confundidos por su saludo y acento. Muy confundidos responden con una sonrisa incómoda antes de seguir su camino.

-Nunca había oído a un blanco hablar con ese tipo de acento.- apunta esta joven al verlo tan relajado.

-¿Qué hablo cómo?- exclamó cubriéndose la boca. 

Ella ríe al percatarse de cómo este joven no era consciente de su forma de hablar.Vuelve a su trabajo recibiendo las invitaciones e identificaciones de empleados y otros.

-Me sorprende , normalmente se sabría de ti por la paliza que te dieran.-

Henry presente qué debería revisar su lenguaje antes de causar más malentendidos.

-¿Siempre es así de ocupado?- le pregunta el joven ahora con un tono más parecido a lo esperado. De alguna manera esto le restó parte de su encantó a su presencia y se volvió uno más del montón.

Triste.

-No durará mucho.- entrega documentos y direcciones en papel a cada código de empleado y visita. Acepta que el joven le pase los documentos en el suelo al estar agachado a su lado y dejarle la silla al fin.-En una hora las visitas a Dulce Hogar serán detenidas por el cupo. Las parejas que vinieran a ver a los niños se verán obligadas a venir otro día.- 

Henry escucha atento esta información.

No esperaba que Dulce Hogar ya no fuera aquella mansión increíble en el bosque. Los recordaba como un sueño.

Recordaba a sus amigos.

El estanque con ranas, a April y a Roger esperándolo entre las rocas resbalosas. El sol golpeando su figura contra la superficie del lago.

 

 

Ayuda a la joven hasta la hora de la comida.

Acompañándola al almuerzo.

La comida que ella sacó de su bolso le golpeó los sentidos.

-¿Te es incómodo?- pregunta ella nerviosa al verlo quedar en blanco.

-Es increíble…creo que me abrió la nariz.- mira la comida en el contenedor.-¿Como se llama eso?-

-Para un blanco es arroz con verduras.-

 -¿Y para un huérfano?-

-Masala con arroz y verduras.-

-¿La masala es el pollo o el arroz?- es curioso mirando al interior de la comida.

-Eso blanquito , pregúntame de mi cultura y robate mi pollo , digno de tu gente. - lo aparta con un golṕecito de nudillos 

Henry sigue riéndose aunque ya lo descubrirán tratando de robar con un tenedor algo de ese ṕlato.

-Te será demasiado para ti , acéptalo.- le advierte sabiendo de los efectos de las especias en los novatos.

-Desayune curry y ayer mis padres me enviaron una ronda de mariscos al ajo. Sé comer.-

La joven le pellizco el estómago.

-Se nota , ¡Aha!- al recibir el mismo pellizco su cara se colorea sin parar de reír.

La comida , por razones silenciosas , para ella está en el pasillo fuera de la cafetería. Cerca de una ventila de aire para limpiar el ambiente del olor de su comida. Ahora en estas sillas frías le acompaña este joven con una obvia necesidad de comer algo que no sea un sándwich de jamón y queso frío.

 Terminado por verse su actitud mendiga al fin recompensada con una porción de ese arroz y pollo atrapada entre las dos rebanadas de pan.

-Mi nombre es Krishna.-

-Henry , y ya siento que no tiene ni la mitad de la magia del tuyo.-

Ella le sonríe volviendo a su comida.

-Aquí son amables a su manera.- susurra.-Aunque hace tiempo no comía con nadie.-

-Podemos salir a veces , creo que en la ciudad hay buenos lugares.-

 

A varios metros . En la recepción del edificio.

Esa criatura azul suspira sacando la ansiedad causada por ese olor caliente y picante. Babeando dentro de su boca ante la desesperación por probar algo de esa comida caliente y no más carne cruda y sangrienta.

 

 

 

 

Henry esta noche descansa sin incidentes.

Tomando valor en la mañana para presentarse a su primer día con los ingenieros del primer nivel.

 

-Y aquí estás de nuevo.- lo reconoce ahora sin mirarlo al estar de uniforme.

-Ahora con este traje capitalista encima.- revisa los cables bajo la mesa.-¿Hace cuanto tienen chicle para sostener los cables?- le pregunta usando una bolsa para sacar esos feos restos de la superficie.

-Una semana , el tipo me dijo “Sal conmigo , y te resuelvo la vida” ,le dije que no y así amaneció la fuente eléctrica.- toma registros y entrega guías. Es un acto repetitivo qué la lleva a ser automática en su trabajo.-Tú puedes , amigo.- lo anima sabiendo lo asquerosa que era esa bola de goma de mascar en la terminal.

Henry pasó ese día limpiando cables.

Llegando a un punto muy peligroso , aunque él no lo sepa , bajo el gigante azul. En su plataforma algunas luces se han estropeado.

El ingeniero eléctrico , reducido a un electricista.- suspira sentado al renunciar a la idea de mantenerse de cuclillas para arreglar esta falla.

 

La criatura en la plataforma baja los ojos observando a este humano de soslayo.

Aquella imagen del día anterior lo hace voltear los ojos devuelta a frente , abriendolos por la impresión presente aun. Abriendo tan solo un poco las fauces al sentirlo agarrado de sus rodillas para lo que sea que esté haciendo. Tomando una distancia , oprime un botón conectado aún control.

Estas luces a sus pies vuelven a brillar.

Deberá romperla , le molestan en los ojos.

Aunque al mirarlo a través de la intensa luz y la borrosa superficie , puede ver algo extraño.

Un recuerdo borroso.

El humano se retira dejándolo con esta luz. 

“¿Hace cuanto no siente algo diferente a la rabia?” 

Espera a que un encargado pase para romperla de nuevo.

 

Las reparaciones de los primeros pisos lo llevan a conocer a todos los empleados de alto rango.

 Viéndose en la desgraciada coincidencia de reconocer ,vaya miseria , al mismo hombre de hace años en un pasillo. A ese hombre con poder , a los que nunca respetó ni de niño , ahora con un grupo de trabajadores a su alrededor como en el pasado. Camina lento al estar hablando sobre lo que sea que vieran en esa gráfica de rojo y naranja.

Pasa por un lado , agradeciendo que estos ṕasillos sean tan amplios como para evitarse la molestia de hablarles al moverse. Su destino es la planta eléctrica dentro de los primeros cuartos.

Descubre esa misma luz rota bajo el gran peluche.

-La reparé hace menos de una hora.- exclama con los hombros arriba al ver ese trabajo otra vez inacabado.

 

 

 

Cuarenta días.

Cuarenta días esa lámpara se vio destruida o la plataforma completa se apagó.

Le llamaron la atención por olvidar arreglarla antes de la llegada de algún encargado.

 

Llegando a este mal lunes con Henry ya tembloroso frente a esta plataforma y de este gigante azul.

 

Esa criatura siente algo de satisfacción al verlo tan atormentado y fastidiado. Incluso las rodillas de su uniforme se ven sucias y rayadas. 

Satisfactorio.

 

El joven vuelve a conseguir una bombilla y arregla el cableado con pinzas.

Deja de nuevo arreglado este lugar , comprobando la conexión entre los cableados y la posición correcta de las piezas del interior del panel , abandona esta base mirando varias veces atrás para comŕobar qué ningún bromista lo esté fastidiando. 

Odiaba las novatadas y esta ya lleva demasiado tiempo.

 

Esta criatura azul mira a esa luz ahora más relajado tras molestarlo. Espera. Esta vez espera un par de horas antes de romperla con un pisotón suave. Todas las luces se apagaron y él vuelve a reírse.

 

Henry acaba de conocer los cables de la zona oeste. 

Al volver para su hora de comida su humor cayó al ver todas las luces apagadas.

Observa esa plataforma con los labios en una línea.

-Esto es una mierda.- murmuró volviendo sobre sus pasos y esta vez con ese arranque caprichoso muy presente se encarga de traer más cables y equipo en su maleta.

 

La criatura lo observa agacharse y pasar a sus pies por suficiente tiempo para dejar que el día se acabe sin comer. Metiéndose panza arriba en esa plataforma hasta la cintura.

Un delirio violento le dictó qué lo mataría.

Otro delirio le negó la opción por lógica.

Le observa. Sintiendo algo de pánico al ver esa camisa trabarse en la superficie de la plataforma y su estómago quedar al descubierto.

Era un tipo extremadamente blanco pero no gris como los científicos sino de coloración rosácea en algunas partes de su piel.

Seguramente su carne sería suave.

Todo con tal de hacer lo que sea que esté haciendo ahí abajo.

Al anochecer este al fin parece terminar con su trabajo.

-¡Haber si apagan esto!- gruñe dejando una nota en el interior antes de colocar la tapa y esta vez ponerle trece tornillos.

 Mira varias veces a ese espacio antes de retirarse con los hombros alzados.

En el giro la recepcionista se despide habiendo terminado su horario.

-¡Podemos ir ahora a la ciudad , mi turno acabó hace una hora!-

-¿Una hora?- a la plataforma donde lo vio casi todo el día.-Te vi ocupado , ¿Te están maltratando?-

-No como suele gustarme pero si.- levanta su maleta.-Te veo afuera.-

-Claro.- se dirige a la salida de empleados. 

 

La criatura en la plataforma les estaba mirando. Golpea de nuevo la plataforma pero esta no reacciona.

Repite con cuidado el golpe pero es nulo el efecto.

El joven vuelve a pasar solo para irse con una ropa diferente y discordante con el ambiente de oficina. Definitivamente le encantaba llamar la atención.

Vuelve a golpear pero es inútil.

Su humor vuelve a ser malo con esto. Solo esperando a que lo lleven a la celda observa al tragaluz.

Estrellas y aves nocturnas. Una interesante mezcla de sombras a través de ese cristal tan grande.

Las luces de la fábrica se apagan a las doce y puede ver esas estrellas por fin en su totalidad.

 

 

 

Al día siguiente.

Su humor aún es malo.

Hasta ver a ese joven de nuevo mirando a la plataforma intacta. Satisfecho se retira sin voltear atrás.

Esa sonrisa satisfecha al irse le recorrió por completo.

Entonces Huggy decidió que debía encontrar alguna forma de joderlo.

Mantiene su posición sin olvidar observar a todo el lugar para encontrar alguna forma de molestarlo. Algo que le sirviera.

No alcanza las puertas.

El domo era trabajo de intendencia.

Cables. Debe buscar cables que dañen para mantenerlo en este lugar , solo para fastidiarlo.

Piensa observando a otro ingeniero. Abordado por un conserje de paso.

-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en las máquinas?-  

-Envíe al novato. De todos modos debe ganarse el puesto.-

El hombre levanta los hombros. Hablando en secreto baja la voz.

-Pero tú atraviesas por ahí. Lo va ver.-

-Puede que sea así pero ya debería acostumbrarse.-

Huggy piensa pero es mejor olfatear a ese empleado.

Siente de inmediato el olor de aquel que conocerá el nuevo empleado.

La criatura azul resiste un estremecimiento.

Creyó que podría divertirse más pero seguramente la diversión solo durará hasta hoy.

Suspiró rindiéndose.

 

Una visita se ve confundida al escuchar algo tan raro. Mira al muñeco azul con las cejas alzadas.

-Debe …ser el relleno moviéndose …- se da una respuesta para no seguir pensando que esta cosa estaba viva.

 

 

 

Henry está algo sorprendido de descubrir que la fábrica es mucho más grande de lo esperado. Por mucho es increíblemente extensa. Llegando hoy a conocer una zona más profunda.

El tren es perceptible.

-¿Por qué rayos hay un tren aquí?- ríe buscando el lugar de donde venga ese ruido.  

Su cuerpo se recarga en la pared del ascensor que lo lleva a una zona inferior a los primeros pisos.

Las puertas se abren y puede salir para enfrentarse a lo que vaya a ver.

Un gran espacio oscuro.

-Las luces , dijo.- murmura sacando la linterna sin miedo.

Después de todo era una gran fábrica , no una selva.

Al iluminar su sobresalto es claro al despegarse del suelo al ver algo al fondo brillar.

Es un gran cristal.

Va hacia esta ventana oscura por los cables que debería reparar. Los sigue por el borde de la ventana.

A su paso , distraído por su búsqueda , es inconsciente de los ojos negros que lo siguen del otro lado del cristal. Aquella gran criatura le sigue , le observa dilatando sus ṕupilas con un recuerdo.

En rojo los dientes brillan teñidos por la sangre de su anterior comida.

Sus emociones poco controlables lo hacen esconderse en la oscuridad de la jaula de cristal.

Puede reconocer a un compañero de Dulce Hogar. Caminando a la pared llama por el muro a su hermana.

Por otro lado, esta conexión le hace saber que ella aún no ha sido llevada a ese lugar aparte.

-¿Qué has dicho?-

-Es un humano , el humano aquí.- repite como puede las palabras que aún intenta compartir.-Del orfanato ,Sofia.-

-¿Hay un niño en ese lugar?-

-No , es un adulto. Creció , no como nosotros.-

La coneja en su recinto levanta las orejas. Es cuestión de unir sus palabras , entendiendo que al escucharlas varias veces dentro de su cabeza , suspira al comprender lo que decía su hermano.

Un niño regresó de adulto y estaba aquí , con ellos.

-No le hables , seguramente ya es como ellos.-

Su hermano corroboró sus sospechas.

 -Es un trabajador.- señala reconociendo su uniforme.

La coneja gruñe sujetando sus orejas.

-Es un traidor.-

El eco llegó a cada juguete en las celdas.

Antes el nuevo empleado era un desconocido más. Ahora con esta información su presencia toma otro tipo de peso. Sacudiendo a todos con rabia implacable. Rugiendo el rencor contra un sobreviviente qué hoy llega a unirse a sus malditos captores.

 

Henry enciende las luces ya reparadas.

Al hacerlo esto ilumina el gran salón blanco. Mostrando solo este lado y muy poco de la jaula de cristal.

El segundo apagador estaba más cerca de la ventana. Decide probarla ahora.

-¡Oye , electricista!- 

Salta en su lugar al ser llamado sorpresivamente por un grito por su espalda.

Un hombre lo señala y apunta a la puerta donde estaba él.

-Ven , mi oficina tiene un foco que no deja de parpadear y ya me harte de llamar a mantenimiento. Muévete.-

Henry aprieta los puños al sonreír.

-Claro pelon.- dice.

-¡Pelon! ¡¿Me dijiste pelon?!-

Henry se apunta al rostro. 

-No , pero si le urge que vaya a la salida , iré.-

-¡No! ¡A la salida no! ¡A mi oficina! ¡Es el maldito eco , eso me está molestando!- reclama y se queja rascándose la calva sobre su cabeza. 

El joven pasa por su lado ya habiendo devuelto el maltrato a su manera.

Esa habitación vuelve a la soledad. Con la criatura cautiva recuperando su letargo en las sombras.

 

Afuera Henry se derrite o eso parece al caer de rodillas una vez la puerta se cierra.

-¿Cuentas hormigas? ¿Qué haces en el suelo?- le pregunta el hombre.

Henry toma una bocanada de aire.

-Ahí olía demasiado …- se muerde la lengua antes de decir “Sangre” bien podría ser una tubería oxidada o algo así. No sangre.

Decir eso solo le causaría problemas con estas personas.

El oficinista mira a la puerta. 

-Ya veo…¡Muévete , mi oficina no puede pasar un día más con ese foco arruinado!-

Henry se pone de pie arrastrando los pies a la dirección indicada.

Llega a la zona de empleados.

Paso el día arreglando enchufes y lámparas. 

Pasó por algunas computadoras y más máquinas de fax de las que querría volver a ver en su vida.

Definitivamente necesitaba arreglar sus ideas para salir de este departamento o solo sería un mandadero hasta su muerte.

Las voces de una esquina de regreso a su zona laboral lo hace percatarse de algo molesto.

Lo estaban siguiendo.

Voltea mirando a ese grupo.

-Ey.- saluda al grupo.

Estos se ven curiosos por su decisión de acción.

-Oye , ¿Tú sabes algo de puertas electricas?- 

-Algo.- responde con los hombros abajo.

-Bien.- entre estos hay un murmullo.-Hay una puerta que nos gustaría qué abrieras.- se lo piden directamente al mostrar una tarjeta rota.

-Se supone que deberíamos poder abrirla pero esta es la llave.-

-Entonces deberían hablar con los de mantenimiento.-

-No , escucha.- el más viejo llega a su encuentro.-Necesitamos abrirla ahora pero el mantenimiento tiene problemas con cables en el exterior y están sobrecargados , así que ¿Podrías abrirla?- se lo pide entregando la tarjeta a sus manos.

Henry toma esa placa en manos.

Al mirarla es difícil identificar el nombre pero es parecido a las letras en la identificación del hombre frente a él.

 

Por las cámaras aquel anciano cierra los ojos adivinando la mala elección qué tomaría el joven.

Su asistente roba sus palabras ante esta escena.

-Estoy sorprendida , se atrevieron a abrir las misma celda que el anterior ladrón.- 

-Tal vez el muchacho no sea tan ingenuo y-

 

 

Henry toma su decisión.

-Está bien.- acepta al ver esto con más objetividad.

-Muchas gracias amigo.- le sonríe el hombre.-¡Lo hará!- les avisa a los dos.

-Que bien por ti. Nosotros volvemos al trabajo.-

Henry se concentra en la identificación y no como estos tres se miran entre ellos al despedirse.

Sigue al hombre por el camino indicado por su perorata y señas.

La puerta es de tamaño normal.

Henry toma un par de pinzas para abrirla desactivando la alarma con un corte a la señal.

Lentamente la cerradura se va convirtiendo en un esqueleto.

Al final solo es de colocar un alambre para levantar las compuertas.

-Porfavor quédate para que podamos explicarle a mantenimiento porque paso esto.- le pide el hombre.

-Bien.- mira al interior sin entrar.

No puede identificar el interior pero es claro que hay muchas cosas apiladas una sobre otra. Revisa su reloj.

Ya casi era hora del fin del turno.

En un segundo su cuerpo ya estaba en el suelo.

Cubriéndose la única por un fuerte golpe. Mira arriba antes de recibir una patada en el rostro.

-Llévalo dentro , no deben encontrarlo.- 

Es fácil solo arrastrarlo.

Esta puerta definitivamente no debió abrirse.

A su paso , desde el suelo , pude ver los miles de billetes apilados unos sobre otros.

Solo billetes y documentos.

Preguntándose por qué demonios habría algo como eso en una juguetería decide mantenerse en el suelo en vez de pelear.

Las puertas se mantienen abiertas y los ve , sus sombras , ir y venir sin problemas con pocos pero al parecer valiosos objetos en maletines.

 Entre estos cae un libro a su lado.

Al caer queda abierto.

Son nombres.

Miles de nombres escritos uno y tras otro con datos tan reducidos como edad y tipo de sangre sobre un número.

Lo toma o revisa las letras y números.

Es el registro de huérfanos.

Lo descubre al encontrar su nombre completo en el orden alfabético. El color negro es diferente a muchos rostros nombres marcados con diferentes colores.

April. Ella , sus amigas de infancia , aparece subrayada de rosa.

Más adelante en la R , el nombre de Roger brilla en azul.

Observa este libro tan pesado. Enderezandose al quedarse solo. 

Esta pila era solo de libros unos sobre otros. Tomar potro es encontrar más nombres subrayados.

-¿Qué haces ahí?- 

Mira a los guardias acercándose con armas a su encuentro.

Levanta el libro.

-Me golpearon.- levanta ambos brazos con la cabeza inclinada.

Estos lo ven solo balbucear. El golpe lo dejó mal.

El jefe les avisó de ser amables con este , solo con este y solo dos veces. Lo levantan por los brazos viéndolo arrastrar las piernas por el suelo.

-Haré mejores puertas , así no me pegaran en la cabeza.- murmura lánguido. Ahora estaba tan mareado como para no poder contener la saliva en su boca.

-Al doctor, rápido.-

-Los ladrones…- balbucea mirando al suelo. Su visión está oscureciendo.

-Si , no te irá bien si no los atrapan.-

 

 

 

 

Una semana para volver al escritorio de Ludwig con un esquema para las cerraduras y todo para que nunca le volvieran a hacer eso.

Este anciano lee las complicaciones y como era casi imposible , varias veces repetido entre las líneas de instrucciones , la imposibilidad de ser atacado por la espalda.

Sonríe y asiente mirándolo a los ojos.

-Así que ya creciste un poco.- le sonríe mirándolo tan amargado.

Henry parece satisfecho por ser escuchado. No por tener aún una venda en la cabeza pero algo es algo.

-Te escucharé pero antes deberás conocer realmente esta empresa.- le advierte el anciano.-Vas a ser ascendido a un piso que nadie de tu edad ni posición debería ver.-

El joven levanta la ceja.

-¿Es una proposición indecorosa?- levanta las manos en cruz muy lento

El anciano sonríe negando con la cabeza.

-Vas a tener que subir devuelta por ti mismo.- 

Su trabajo es tomado por el viejo. Dando una señal atrás.

Henry voltea a tiempo para un golpe certero en su cabeza recién herida.

-¿Por qué le pegaron?- preguntó Ludwig al verlo caer al suelo por ese golpe. 

 El guardia abre los ojos grandes.

-¿No quería eso?-

-No , ahora no va a…- sujeta su entrecejo.-Llevenlo abajo. La Guardería.- les ordena calmandose tan de golpe como se enojo.

Cuatro guardias lo levantan por los brazos para llevarlo arrastrado por los pasillos de oficinas al ascensor directo a ese lugar. 

 

Su cuarto mes fue mucho más estresante.

En los pisos inferiores el orden es menor.

Aunque se lleva la ventaja de conocer Dulce Hogar. Es todo un desastre.

Al reparar celdas y contenciones.

Muy pronto termina frente a una celda con un ser vivo en su interior.

Kissy Missy.

 

 

La tensión en este encuentro es tormentosa.

Mirándose unos a otros en el silencio. 

La celda está cubierta por la sangre de la criatura rosa en su interior.

Mirándose y no pudiendo ignorar Henry un dibujo en las paredes. 

Una red de mariposa hecha con la misma sangre del interior.

-Debes reparar el conductor , la cosa sigue rompiéndola cuando la interrogamos.- le dirige un encargado a su lado.-Ella lo ubica y lo patea hasta arruinarlo , ya intentamos matarla pero continúa enfermando si lo hacemos.- golpea el hombro del joven.-Apresúrate.-

Dentro la criatura baja los ojos refugiándose en su propio cuerpo al abrazarse sola.

Henry deja las herramientas. En el suelo con el peso de reparar esta celda. Retrocede llevándose las manos a la cabeza.

Los empleados parecen hablar pero solo pueden ver figuras borrosas.

Camina o corre , lo que sea que lo sacara de este lugar.

Llega al teleférico pero se le niega la salida.

Tan rápido como se descubre su estado nervioso es llevado a una habitación con una cama y lo básico en una esquina.

No puede tranquilizarse. Golpea su cabeza , tratando de sacar estas ideas del interior.

De sacar esta sospecha cada vez más viva.

Grita. 

Se descubre gritando contra sus manos.

 

 

 

 

 

 

-Pues no resistió.- frunce la boca a un lado al leer el informe médico sobre el joven en cautiverio.-¿De verdad aun no es viable para Jolly?-

-Jolly es un proyecto desechado y sus funciones ya no son plausibles , los operadores ṕasaron de moda y utilidad.- informa Laura con el régimen de investigación hecho al ex habitante de Dulce Hogar.-Es impresionante como los experimentos más avanzados buscan regresar.-

El anciano suspiraba dolido por la repetida pérdida de su payaso. Una vez más el Experimento es inviable. Henry no era posible de usar incluso si es como los otros niños del proyecto.

-Estoy seguro de que debe tener una buena vista.- señala Laura.-Sus ojos fueron los más intervenidos por Sawyer…- el nombrar a ese hombre le era complicado a pesar de los años aceptando que no eran nada.

Quizás porque aún convive con la humillación de ser la públicamente hija falsa de este científico. Quien nunca la confronto.

Revisar los documentos del experimento 358 , es revelador.

Los parámetros para un proyecto grande , según este doctor , eran personalidades fuertes en un solo rasgo del personaje a crear. Como este niño en su momento era resistente a la violencia física y la humillación como agresión pero no era pacífico. 

-Como sea. Él es bueno en su trabajo ¿Puedes darle algo para que continúe trabajando en esto?- apunta las hojas en su escritorio. 

Nadie del lado de Pierre podría descubrir el funcionamiento de ninguna cerradura si él encontraba como controlar realmente todo este lugar.

El trabajo de Henry debía ser el enredo más grande y absurdo planeado para usarse en la realidad y no en un juego de mesa. Lo quería , lo conseguiría y lo dejaría en manos de su hija antes de morir.

Para protegerla de todos.

 

 

 

 

Seis meses para sentirse perdido. 

Sin saber cuando despertó en una reparación más.

Mira arriba. Hay muchas figuras de colores en el interior de esa jaula de cristal.

-¿Qué soy?- preguntó tocando ese cristal.-¿Qué les estoy haciendo?- 

Del otro lado una de estas criaturas toca el cristal sobre su mano.

Puede sentir el calor de ese cuerpo pequeño al otro lado. Esta criatura le sonríe mostrando todos los dientes.

Tras Henry un guardia alto pasa con su arma. Mira de lado al joven conviviendo con los pequeños.

 

Sigue adelante.

 

Solo le importaba comunicarse con su único aliado en las profundidades.

Entrando al primer baño y encerrados en un cubículo.

Toma esta radio.

-Doctor.- lo llama.

Del otro lado hay una espera. Es normal.

Lo que no es normal es la tardanza.

Ryan golpea el suelo con la bota. 

-Doctor.- repite el llamado.

La espera es menor esta vez.

-¿Qué quieres?- pregunta frío.

Ryan aparta el radio de su rostro.

-Verte.- confiesa usando un tono suave.

del otro lado llega una tardanza pero la línea continua unida.

-Algún día.-

-¿Cuándo sería ese día?- le cuestiona de nuevo.

-Cuando el infierno se congele.- 

Ryan termina la comunicación con una sonrisa pesada. 

No era esta la conversación romántica qué esperaba tener.

En realidad se trataba de una cantidad monetaria superior a varias anteriores a las que le molestaba.

Mira sus botas.

Mira sus botas…

¡Solo mira sus botas!

Se levanta y sale de este cubículo corriendo afuera del baño.

-¡¡Por una mierda!!- grita al comprender que le han robado el arma.-¡Carajo!- mira alrededor buscando alguna opción o lo que sea.-¡Solo a mí me pasa esto...- 

Va por un lado buscando al ladrón por la zona más solitaria. No le importaba seguir a alguien con un arma , le fastidiaba perder su arma en el baño. Es como en la preparatoria.

 

 

Henry va por la zona más atestada de empleados.

Cargando esa arma contra su cabeza al sujetarla al pasar frente a las cámaras.

Demasiado enojado para pensar claramente.

Su rostro muestra una barba crecida desde hace varias semanas . Era claro que estuvo activo pero no atento a su aspecto.

Algo hicieron. Le está haciendo cosas que no comprende y es todo por esta gente.

Camina hasta un ascensor. Observando los ojos de todo aquel que se le cruce.

Su reflejo no brilla como hace meses.

Mira su aspecto ahora cetrino y frío. No aparta los ojos de esos iris brillantes a pesar de estar arrastrando su alma por los pies.

Parando el ascensor en una zona entre pisos.

La electricidad parpadea y con ello él mismo se ve arrastrado al suelo por la caída del ascensor.

No grita. Solo observa como su ropa y cabello van hacia arriba ante la fuerza de gravedad contraria.

-¿Porque regrese si no están ustedes aquí?- pregunta volviéndose un ovillo en el suelo del ascensor.

La caída no llega. El ascensor se detiene torcido de esquina a esquina en este pasaje.

Aún se mantiene en este ovillo , observando sus manos cubiertas por heridas al reparar cables y haber estado haciendo algo que incluía piezas afiladas.

Afiladas pero no tanto como esa garra entrando por las resquebrajaduras de hierro.

La mira desde el suelo.

Esta llega a tocarlo y él solo toca el dorso de su garra.

-¿Eres el diablo que se lleva a los homosexuales o solo el diablo?- lo pregunta al sentirla tan caliente al contrario de todo alrededor.

 La garra , la criatura dueña de esta , parece burlarse de él al rodear su torso.

Una débil bocina suena en esa garra. Es una voz femenina.

-Te diré algo.- toca su rostro.-En ti hay mucho de mi.- acaricia sus párpados. Puede sentir la familiaridad de estos tejidos.-Esos ojos , son míos.- 

-Pues llévatelos de regreso.-

La criatura ṕarece tentada al sujetar su cabeza y levantar lo por el cuello.

Demasiado agitado solo toma esa mueca de hierro entre sus manos.

Este silencio es frío. Golpea sus nervios.

La criatura le tira al suelo presionando con la palma metálica.

-Tú , vas a liberarnos.- dictamina tomando su rostro.-Vas a salvarnos.-

-No puedo conmigo mismo.-

-Si , lo veo.- revisa sus órganos presionandolo. Eran sanos y perfectos para usarse o devorarse.-Tus crea las puertas. Sé el celador y tira la llave , danos la oportunidad de escapar y libéranos.-

-No puedo hacerlo.-

-¿Por qué no? ¿Tienes miedo?- pregunta buscando respuestas que le digan cómo manipular a este joven.

Henry lleva las manos a su rostro.

-Mis amigos…a todos …mis amigos. No encuentro a ninguno de mis amigos.- 

Era fácil partir de ahí.

-Ya sé lo que son…lo qué les hicieron y les hacen…pero no se que hacer. No puedo mas , ya no puedo fingir más.- sus ojos se llenan con espesas lágrimas , recorriendo su rostro junto con todo a las esperanzas muriendo.-¿Por qué no puedo verlos a los ojos?-

-Salvalos.- ordena.-Salvanos , desde tu patética debilidad. Danos esa oportunidad , no finjas ser ciego con esos ojos.-

El ruido en el exterior es la apertura de puertas metálicas. Lo atrapará.

Piensa en esa arma como la salida.

-Escúchame , sálvanos. Has las puertas tan grandes como nosotros , crea nuestro hogar con esos ojos nuestros.-

La garra lo abandona en el interior del ascensor.

Henry continúa en el suelo. Mirando al techo de metal sacudirse ante un impacto pesado.

Una bocina lejana le da advertencias e instrucciones.

-¡Te sacaremos de ahí muy pronto , solo mantente tranquilo y suelta esa arma!-

Henry mira al arma a su lado. Aún es posible usarla en su cabeza.

Ese metal se abre por una sierra…no.

Son dientes.

Sus ojos se abren al ver dientes morder el hierro y arrancar la superficie con un mordisco.

Esta criatura ruge al abrir y mirar adentro.

La saliva le salpica y es solo oscuridad.

Levanta una mano para alcanzarlo.

Esta criatura baja para comprobar su estado con esos dientes aún expuestos.

El humano se endereza llegando a mirarse directamente aunque sean tan diferentes en su aspecto y dimensiones.

Tal vez sea cierto y era un enfermo mental.

El humano le analiza fijamente.

-¿Estoy muy drogado o simplemente quiero comerte?- le pregunta al gigante.

Este frunce cómo puede el ceño , listo para sacarlo al sujetar su cintura.

El humano lo malentiende como una señal. Toma su rostro sin importar la gran cantidad de colmillos o esa saliva escurriendo.

Su propia lengua recorre la superficie de los colmillos , entrando a esa boca apenas un poco por la diferencia entre ellos.

El gigante azul queda en blanco al sentirlo sujetarse y lamerlo incluso por encima de esa encía.

El calor atrapado dentro del ascensor ocasiona un subidón en sus terminaciones nerviosas.

Deseo comerse la cabeza de este humano , arrancarle la piel y comer sus órganos por completo.

Más es un tirón el que lo lleva más cerca. Sus extremidades se fijan al hierro para no caer en el suelo de este ascensor.

-Oye …- lo llama el humano buscando sus ojos.- ¿Estás desnudo todo el tiempo?- pregunta.-¿Quieres desnudarme también?- le ofrece tomando su extremidad amarilla.

El gigante se mantiene abstraído, demasiado sorprendido por este evento bastante inesperado.

No sabe qué tan lejos estaba su mate o él o si era él de verdad aquel que se ve temblar al ser llenados sus tímpanos por esa débil voz humana.

-Quitame lo que te plazca , come lo que se te antoje.-

El gigante descubre lo muy consciente que estaba al verse decidir ir por su ropa superior. Levanta lentamente esa prenda. 

Sus ojos brillan junto con el reflejo de esos dos metales reluciendo en la oscuridad.

-¿Eres de los juguetones?- pregunta acariciando su boca.-¿Y ahora? ¿Qué quieres hacerme?-

¿Juguetón? 

El gigante no sabe lo que significa ni porque ahora descubre la posibilidad de sacar una larga lengua.

Una persona de verdad cuerda se vería horrorizada por esta escena.

Este tipo solo toma su lengua llevándola a su boca.

Esto recorre al gigante por cada terminación nerviosa no dolorosa.

Entierra las extremidades en el hierro pero cae su cabeza sobre el humano. Sacudido por una ola de calor ,más allá de todo lo que vivió hasta ahora.

-¿Así es un orgasmo para ti?- le pregunta al verlo babear fuera de control. Su torso ya está demasiado mojado y caliente para mantenerse indiferente. 

El gran azul se recupera lento. Esta sensación fue…buena.

El humano no permite que recupere su lengua.

-Úsala o úsame , velo como quieras pero no me dejes así.- le exige este humano sin soltarlo.

El bochorno vuelve a este gran cuerpo.

Sin saber que hacer o cómo actuar. Mira sus ojos y ese torso desnudo. La vergüenza vuelve ahora., una sensación casi olvidada.

Toma el borde de sus pantalones para bajarlos lento.

Su lengua recorre el torso al bajar por su cuerpo.

-Vaya…- el humano ya no suena tan en control al aferrarse a su cabeza.-Es mucho…- murmura aturdido o por la sensación bajo la ropa.

No hay como negar que llegó a pensar que se excedió pero esta sensación lo inunda por completo. La incapacidad de moverse al estar atrapado por este gigante o como recorre sus genitales con tan poco decoro al lamerlo por completo. Pasando esa lengua por tantas zonas a la vez como para enloquecerla.

Recompensa como puede este placer , buscando en esas fauces un contacto aparte.

Lamerlo desde los labios a sus colmillos y parte de la lengua que una está fuera de sus pantalones.

El gigante pone una de esas extremidades amarillas en su pecho. Presionando , al fin después de meses de curiosidad , esos dos metales.

La respuesta le hace temblar , llenando su cuerpo de ese sonido hondo y roto.

La voz del humano es tan masculina como suave , se quiebra y lloriquea tan sensible por el juego en ambas partes de sí.

El gigante por fin puede relajar su adolorido cuerpo. Todo ese estrés y el extraño frío en su cuerpo parece calentarse. Trata de fundirse con este humano como sea , pegando la cabeza a su pecho y respirando su solo aroma como pueda.

Después de tantos años de malas comidas aquel líquido en su lengua le es indiferente pero no como el humano parece romperse cada vez que se ve obligado a expulsarlo.

Esos pantalones ya estaban en el suelo cuando el gigante descubre qué puede sostenerse solo con un brazo y bajar. Encargándose de atrapar a ese humano dentro de sus caprichos.

Lo lame y recorre su piel. Tan deseoso de morderlo como para no hacerlo. Escuchando sus voz rota pasar de ese tono demandante a un ruego o un balbuceo acompañado por caricias que no sabía lo bien que ṕodrian sentirse.

 

Su cuerpo se rinde.

Ya no puede seguir.

No porque esté agotado , sino satisfecho.

El humano lo mira al verse relajados ambos.

Esta tranquilidad al terminar es confusa para el gigante.

Observa al humano vestirse tan resuelto como al inicio.

Suspira y mira al arma. La ignora.

-Oye.- rasca su cuello. Muy pegajoso.-Esto , ¿Podría ser un secreto?-

El gigante asiente. No planeaba decirle a nadie que esto había sucedido.

El humano le sonríe de nuevo.

-Oye…tenía algo que preguntar.-le dice este humano.

Mueve la cabeza esperando.

-Yo era de Dulce Hogar hace años.- suspira mirando a la pared de metal.-¿Tú sabes si Roger es uno de ustedes?-

El gigante levanta los hombros muy lento.

Apunta al espacio.

-¿Qué has dicho?-

El humano se sobresalta al escuchar su voz.

- ¡¿Puedes hablar?!-

-¡Tu!- lo apunta sacando los dientes.-¡¿Tú no sabías que soy yo?! ¡¡Y aún así hiciste esto!!- reclama furioso.

El humano abre la boca sorprendido.

-Roger-

El gigante sacude la cabeza.

-¡¡Todo esto lo hiciste por una cosa que no era yo , no sabías de mi!! ¡¡¿Lo hubieras hecho con cualquiera?!!-

-Si..no…espera…- piensa muy lento.-No así…-

El gigante rugió furioso. Avergonzado y no sabiendo ni de qué .

-¡¿Te hubieras revolcado con cualquiera que llegara?! ¡¡No te importaba que no fuera yo!!-

 -Si…no. - presiona su cabeza con las manos.-Me gustas…-

Vete al diablo , Henry!- grita sujetándola por la cintura.

Deja este ascensor para trepar a toda velocidad por ese túnel.

Al llegar a una zona iluminada lanza al humano contra una camilla. 

ya no habla ni parece emocionado al quedarse quieto para que lo llevaran a su celda.

Henry estaba demasiado sorprendido aún.

Fueron demasiadas cosas y todas causadas por su gran estupidez.  

-Al médico.- ordena el encargado.

En el ascensor se queda aquella arma.

 

 

 

 

 

 

-Te robo el arma.- apunta este hombre al informe del guardia en cuestión.-En el baño.-

Este mueve la cabeza aceptando esta información como la verdad.

-Te encargaste de que esta cayera en manos de un empleado extremadamente desequilibrado.-

-Fue robada pero debo admitir que haberme permitido bajar la guardia durante la efectuación de mis necesidades debe ser la razón por la cual se me considere culpable.-

El hombre mira el informe y a este hombre consecuentemente.

-Debería despedirte. - mueve algo en la mesa del escritorio.

Ryan mira a este objeto en la mesa.

Un radio.

Es igual al que usan él y el doctor. 

Es claro que este hombre sospecha o algo sabe.

 

En las sombras más de un científico lee las respuestas de esta cosa en el tubo de metal.

Lo ve , al menos las ondas mentales , tensas pero parecería ser lo normal.

-No estamos para estas ridiculeces.- les advierte con esa voz áspera.

Una mujer va a la mesa. Toca el botón de dolor ocasionando un cambio en las ondas más un grito de la computadora.

-Pierre rastreo ese veneno hasta aquí y solo tú ṕodrias haber planeado algo tan estúpido para dejar en mal al señor Pierre.- le acusa sin quitar el dedo del botón.La señales de ese alimento , así como los ingredientes , todo fue hecho con los recursos que se te dejaron a mano , Sawyer.-

Deja ir el botón.

-No tengo manos.-

Botón.

-Cuando ese estúpido indio hable, nos rogaras qué solo usemos este botón.- le advierte volviendo a leer las ondas.

Esta pantalla , el ojo en el centro , aparece con esa expresión aburrida de siempre.

Escuchan a esos dos hablando.

-No importa cuán ignorante sea tu lacayo , seguramente el señor Pierre le asuste lo suficiente para que te delate.- apunta un científico.

Desquitarse con la computadora esra en muchas formas estúpido pero estos años su departamento había perdido ,mucho poder y control en lsso experimentos y la materia prima estaba más lejos de su control.

Si no hay objetos de investigación ni se permite utilizar lo que se tiene , este lugar se congela y es solo una mina y una prisión. El laboratorio queda en nada con esto.

Necesitaban ser de nuevo dueños de todo lo que pasara por aquí.

Sawyer necesitaba responder por sus artimañas.

Escuchan el interrogatorio desde esta posición.

 

 

 

-Entonces dices que la robo.-

El guardia levantó una ceja al escuchar por quinta vez la misma pregunta pero a este hombre no le parecía molesto ni de ninguna forma importante.

-¿Puedo saber si hay algo más en lo que pueda ayudar?- le pregunta recargándose en el respaldo de la silla.

Este hombre asiente.

-Si. ¿Podrías decirme cuánto llevas trabajando para el doctor Sawyer?- le pregunta directamente.

Ryan levanta una ceja. Por debajo de la mesa sus manos se unen para contener el sobresalto. 

 -¿Laura?- pregunta de vuelta con algo que le era posible usar contra este tipo.

El hombre es demasiado sensible. 

-Se de ella al ser jefa de todo el sector de mi empleo pero no trabajó directamente bajo su mando , ¿Puedo saber cómo eso le será de ayuda? Si fuera específico podría responder mejor a sus dudas , señor.-

 Pierre gruñe saliendo algo de su frío papel. Demasiado enojado por ser empujado a este punto por un simple guardia.-

-Me refiero a Harley Sawyer.- le muestra una fotografía.-El señor Daniels parece haber estado en contacto cercano con él hace unos años.- le señala a la mesa donde esa fotografía se añade a más.

Ryan inclina la cabeza a un lado al verse en estas imágenes.

De verdad Sawyer era bajo. Apenas le llegaba a los hombros pero era visible su fastidio al mirarlo riendo. Puede recordar la conversación y el lugar al que iban.

Todo por esa ropa llena de lodo sucio.

La señal es esa , su salida también.

Aunque seguramente esto dejaría muy mal parado a Sawyer. Más le valía seguir el cuento o abriría la boca de una vez por todas.

 -Si , no lo puedo negar. - finge mortificación inclinando el cuerpo sobre el escritorio.-Es verdad.- suspira cerrando los ojos en un gesto roto.

Pierre se siente ganador al verlo quebrarse de tal forma.

-El dejó de comunicarse conmigo unos meses después de estas fotografías.- mira a estas imágenes tomándola en manos.-Fuimos a un hotel y todo parecía ir bien.-

Pierre levanta las cejas. Comprende muy lento lo que está escuchando.

 

 

En los laboratorios los dos científicos abren la boca impresionados. Miran a la radio como si estuviera descompuesta. Seguido observan a las ondas vibrar.

Sawyer quisiera tener una cara que arrancarse.

 

 

 

-Esto es serio.-señala Pierre aún incrédulo.

-Es verdad , yo creía que estábamos bien. Él era conmigo de una forma que nunca le vi tratar a otros y pensé que éramos algo más que eso.- pasa a la siguiente fotografía.Se siente como una damisela de cuento de detectives. Ojalá hubiera una ventana con lluvia para más drama y un filtro blanco y negro.

Pierre no quiere más drama.

-Entonces a veces nos encontrábamos cuando salía del trabajo…yo lo amaba.- resiste por un momento una ola rara.

Muy rara y pesada la que le llegó desde el fondo al usar esta palabra tan …inútil.

El amor no era real. Definitivamente no era algo más allá de lo familiar y él ya no era un joven que se pasaba el tiempo soñando con algo que no sería real nunca.

No cuando él mismo ya se descubrió incapaz de apreciar este lazo tan tierno sin ensuciarlo por su cobardía y desespero por volver a ser el hijo de su padre.

Las cosas se han torcido con ese amor de hace años.

El mismo y no es algo que valga la pena amar.

-No sólo me gustaba , era mi amigo.- confiesa y esta vez es difícil aguantar ese nudo.

Con Sawyer era una amistad. Eran amigos. Si , eso eran.

Es por eso que siempre se mantuvieron a raya y nunca hubo nada entre ellos.

Al diablo con ese nudo raro en su pecho.

-Sawyer no era de amigos.- dice este hombre con el ceño fruncido.-Ese tipo es mucho mas agradable en la com…- aprieta los dientes a percatarse de lo cerca qeu estaba de decir algo demasiado revelador.

 

 

Ryan solo quiere salí entero de este interrogatorio. Toma la oportunidad sin esperar a nada.

-Talvez por eso no he sabido de él después de eso , aunque trabajamos en el mismo lugar hace años.- suspira volviendo al respaldo de la silla.-Usted y yo entendemos que esta es una compañía oscura.- lo dice cansado de fingir.-Él me ayudó a sentirme capaz de trabajar y también nos dimos algo de placer.- sonríe mirando al hombre.

El jefe de departamento mira a las notas e informes buscando algo más que le sirviera.

No ve como este guardia se puso de pie y rodeó el escritorio.

Solo se dio cuenta de esto al verse de pie.

Tiene que mirarlo hacia arriba.

Esto le sorprende y frustra pero no tanto como lo síguiente.

-De hecho , hace tiempo que no lo hago con alguien.- admite el guardia sujetando su mandíbula.

 

 

 

La radio de tan buena calidad capta el sonido de los dos chocando con el escritorio.

Los dos científicos quedan como servatos frente a las luces de un auto. Escuchando como su jefe gime y jadea , quejándose en lo que suena como un innegable beso.

Añadiendo el roce de la ropa y un cierre.. 

-¡Apaga eso! ¡Apagalo! ¡White , apagalo , maldito! - grita la mujer apartándose al entender lo que estaban escuchando.

-No. No , no. Él sabe que estamos escuchando , nos va matar.- lamenta este científico antes arrogante agarrándose los cabellos. -Nos va desaparecer.-

La computadora está emitiendo ondas lentas.

 

 

 

 

En esa oficina el hombre lucha apartándose fácilmente. El problema estaba en este guardia volviendo a unir sus bocas sin más que pura obscenidad al ver esa lengua como una invitación acompañada por los ojos brillantes de un depredador.

-Vamos , no tenga miedo , puede ir encima.- toma su cinturón tirando de su corbata.-Se ve fuerte , quiero que me agarre fuerte , vamos.- en un movimiento ese cinturón se abre.

El hombre aludido abre la boca impactado más allá de todo lo que pudo prever.

No esperaba que este sea el resultado. Este guardia debería estar suplicando por su vida , suplicando por no ser llevado a la boca de Boxy.

No esto.

-¡Quítate de mi ,canalla!- gritó esto logrando huir. Directo a la puerta.-¡¡Borren todo , no quiero informes de nada!!- grita a los guardias en la puerta.

Estos apenas alcanzan a reaccionar al seguirlo por detrás. 

Ryan arregla rápido su ropa antes de salir , va por un lado contrario. 

El peligro de sus acciones es grande al llegar a una parte alta.Por abajo ve salir a ese hombre.

Finge una sonrisa. Al levantar la mano.

-Tenga un buen día , señor.- se despide de ese hombre.

Lo que desea surte efecto al ser ignorado. Escuchando como niega conocerlo.

Suspira satisfecho. Vuelve sobre sus pasos devuelta al pasillo.

El guardia deja de sonreír de inmediato. Limpia su boca al verse solo , observando su sombra en el suelo.

Es deprimente que volviera a besar a alguien después de tanto y fuera en esta situación tan estúpida.

Su vergüenza , esta pena dolorosa crece al escuchar risas infantiles por el pasillo.

Todo esto de mantenerse vivo…solo era una forma de continuar en este infierno.

Sujeta su cuello para mantenerse unido. Observando al suelo con parte de su cabello sobre sus sienes.

Debería cortarlo antes de que crezca más allá de su rostro.

Por ahora se quedará en esta oscuridad hasta recomponerse.

-Y no puedo mas con esto.-

 

 

 

 

 

 

 

En aquella sala los científicos continúan con sus estudios sin más emoción.

Reaccionando con un saludo vago a la entrada de ese jefe suyo. 

El hombre camina con las manos en la espalda.

-Ustedes escucharon.-

Rápido miente uno.

-La comunicación se cortó.-

-Mentira.- lo acusa sin moverse.

Ahora enfrentará esta vergüenza directamente. Mira a ese cerebro flotando en un miserable tubo de agua.

Esta cosa mantiene un silencio profundo. Solo acompañado por un ojo al centro del monitor donde aquella mujer anota los datos que son extraídos.

-¿Lo que ese tipo dijo es verdad?- le interroga pensando en ese botón.

Esa computadora se mantiene en silencio.

-Habla ahora.-

-Perra.-

Toca el botón tras una carrera rápida.

La computadora reacciona. Claro que reacciona.

Duele. Sin un cuerpo aún puede sufrir de dolor en cada terminación.

En esta situación se quema en agua hirviente. 

-No creas que te libraste de esto. No es posible que lograrás nada sin un compañero , yo se que estas trabajando con alguien y lo descubriré ,muy pronto.- lo amenaza apuntando a la pantalla donde ese ojo se mueve de arriba abajo.

-Miserable larva , estas obsesionado conmigo-.- dice esa voz arrastrándose.-Quizas es esto de verdad una absolución muy triste para alguien tan patético como tú.- dicta esa voz por la bocina.-Debe frustrarte mucho que ese viejo te vea como basura.- mueve ese ojo de arriba abajo.-Debe ser revelador verte por lo que eres , Leith.-

El hombre frente a la computadora sujeta su corbata.

-Largo.- ordena a los otros empleados.

Ni lentos ni perezosos corren fuera de la oficina. No se detienen hasta dejar esta ala de la prisión.

Por fuera escuchan las máquinas y los gritos de los juguetes , sus propios cuerpos parecen gelatina después de este susto.

En años posteriores algo como la homosexualidad es una acusación risible.

No ahora y no con el tipo de hombre en ese cuarto.

No con un tipo tan cruel como Pierre. Aprovechan esta oportunidad para no regresar hasta ser llamados se mantienen lejos de ese lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

En la cantera las máquinas se ven superadas por una ola de rugidos.

Los trabajadores observan como esa criatura destruye las paredes entre gritos , es tirándose por las paredes para encontrar cualquier rendija débil para entrar y destroza la roca. Explotando por presión estas paredes.

-No debemos ser tan rudos…- reclama su voz entre las rendija dentro de la roca. Sus ojos aparecen entre dos piedras , afilando se llenó de rabia.-Quiero romperlo todo , lo necesito.- Estos ojos cierran y abren.-No , no podemos. Los pequeños no podrán seguir nuestro ritmo.- esa mirada triste es cambiada de golpe a la misma furia.-.¡¡¡No me importan los otros , solo yo , solo yo!!! ¡¡Ya quiero llenar esa cosa e irme a dormir!!- golpea el muro tirando en el interior una pared sobre la cantera. 

Rápidamente sus ojos cubiertos de rabia se ven cambiados al arrepentimiento , seguido por la decisión de evitar que esa gran pared de piedra lastime a los juguetes que no pueden correr a tiempo a causa de las grandes piedras en sus brazos.

-Cuánto más llenemos las cajas , más cajas habrán. Mientras más cajas haya,más piedra se irá y mientras más piedra haya…- atrapa el muro de roca. Con todo su cuerpo estirado en duras columnas de masa.-Más serán enviados a este lugar.- sus ojos pueden verse.

Pueden verse entre las columnas de masa endurecida. Mirándose los tres por un segundo.

-Estoy cansado.- dice su voz con un tono agotado.-Yo cargare por ti.- asegura con dulzura.-Te cuidare.- su voz es ,más ligera al añadir.-Estamos juntos en esto y por eso somos amigos.-

Los empleados movieron las filas de criaturas. 

A ṕesra de casi destruir la maquinaria , celebran desde sus transportes o posiciones altas.

Su figura detiene esta roca hasta otra zona. Al mirar atrás su figura sin forma lleva esos brazos gruesos a su rostro. El arrepentimiento le golpea tan fuerte como su tristeza y esa derrumbada fe se diluye al ver esa nueva cueva abierta por su propia fuerza.

Otros trescientos metros de cueva y el lloriqueo de las criaturas que tendrían que escapar de ese espacio ,son silenciados por el alegre aviso de los empleados listos para anunciar la extensión de la prisión.

La recompensa es una lata de chilli para el culpable.

Llorando en su jaula por la culpa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

Las piernas de un pequeño PJ se mueven de cabeza por el techo. Asoma la cabeza por una esquina.

-No hay problemas.- avisa con una delicada voz femenina.-Solo tengan cuidado con los obstáculos.

No pueden ir rápido. 

Los heridos del grupo no podían correr y este lugar de pasillos intrincados no parecía ser lo mejor para separarse.

La coneja decidió ayudar a Boxy con su amigo herido. Cargando ambos una caja o en el caso de Boxy , la cuerda de Pianosaurio.

Van separados para no verse entorpecidos en su camino.

Aunque no saben a donde ir y necesitaban encontrar a Poppy o Henry para abrir las puertas hasta el laboratorio. Siguen a ese PJ como vigía al frente , al obedecer las señales de Huggy apuntando a una dirección en búsqueda del rastro del humano.

-Si nos perdemos deberíamos pensar en la cosecha indoor.- murmura Bubba al fondo.

-No cosechamos en nuestro territorio.-

-La tierra estaba contaminada por la descomposición de-

Se detienen al ver una fila de cuerpos en un camino.

-No.- Hoppy detuvo a un grupo que planeaba ir por carne.-Ya está podrida , los enfermara más de lo que los llene.- los empuja de vuelta al camino.

Esto les llevará algo de tiempo.

Debían mantener alejados de los cadáveres a los pequeños caníbales.

Ryan ṕanmdsa entre los pequeños hasta el lugar de Huggy al final.

-¿Seguro que estás bien? Estas muy callado.-

Huggy frunce el ceño. 

-Hace rato te quejabas sin parar.- mira al camino y los pequeños.-Las heridas se tratan de inmediato o te estorbaran más adelante. - una vez da esta advertencia se aleja esperando no ocasionar un arranque de mordidas en este. Llega junto a Boxy.

-La pierna de Huggy está sangrando y no quiere decir nada.-

-Pues que se muera el muy estúpido.- responde sin cuidado.

Ryan sujeta su mandíbula . Serán tan grandes como un auto pero aun tiene egos de universitarios. Será un problema seguir adelante con una herida en el cuerpo de uno de los más importantes del grupo. 

Su camino es interrumpido por un chillido por parte de la PJ en el techo. Mira a una esquina muy por delante de ellos.

-Es Kissy.- les avisa corriendo adelante.-¡Le avisaré de nosotros!- 

Los presentes parecen emocionarse. 

Ryan acelera , se supone que debería estar con ella Poppy. Siempre anunciaban a Poppy , no a Kissy.

Puede llegar a la esquina

Deteniéndose al ver a esa misma PJ regresar volando en pedazos. 

Su impresión lo hace observar el cuerpo de la criatura en el suelo. Sostiene su pecho con fuerza.

-¡Esa no es Kissy!-

El rugido es de Boxy. Usa su alargado brazo para quitarlo de ese lugar. 

Tras su brazo llega Huggy , superando a Hoppy por la carga qué ella llevaba a diferencia de Huggy.

Ruge al pasillo.

Ryan no puede ver por haber sido llevado de vuelta.

-Ustedes no van a cuidarme , mocosos.- gruñe soltando se de Boxy . Corre devuelta resistiéndose a sacar el arma decide confiar en esta mochila eléctrica.

Al otro lado solo puede ver a Huggy tratando de abrir una celda cerrada.

-¡¡Hay gigantes en este piso!!- ruge volteando a verlos.

El grito alerta a todos los sobrevivientes. Sujetándose entre ellos o temblando en sus lugares aquello que aún luchan por salir del gran terror que sienten por sus compañeros gigantes.

Boxy al fin recuerda al dinosaurio en su poder y esa cuerda que soltó para sacar del camino a Ryan.

Está mirando una mosca.

Mueve la cabeza siguiendo al insecto , has ya verlo. Quedando en blanco al chocar sus miradas.

Boxy levanta la cuerda.

El dinosaurio gruñe resistiéndose al agarre.

 Suelta la cuerda.

El dinosaurio se queda en blanco.

-Este no sabe nada.- les avisa recuperando la cuerda.

Ryan aun con Huggy , manteniendo una distancia entre el azul y él , observa esa reja fijamente. La luz roja sobre sus cabezas y el desastre del otro lado. Ahí , en alto , puede ver una cámara grabando con ese usual punto rojo presente.

-No es del tipo animal.- le avisa retrocediendo un paso. -Uso una palanca.-

Huggy sigue su mirada.

La pequeña debió ir por arriba y no alcanzó a acercarse. Debió ser un gran golpe para devolverla.

-Estoy cansado de que esto ocurra.- murmura el gigante.

Ryan le apunta a la pierna.

-¿Ya me dejaras ayudarte?-

El gran azul suspira.

-Después de salir de aquí.- se mueve a un lado.

Ryan lo imita.

Esto permite a Boxy taclear las rejas , tirando abajo las puertas para el pase de todos.

-No más vigía , todos como uno o solo iremos adelante.- les ordena Boxy tomando los pedazos de hierro para despedazar los más.

Estos los entrega y espera a que todos estén armados para seguir adelante.

Al fondo de toda la avanzada esa rata observa a la PJ caída.

-Usaron una palanca…- murmura tocando su cabeza abierta en dos, al tocarla descubre la gravedad del impacto.

El cráneo quedó desecho más allá de solo partirse en dos. Solo la piel y el peluche mantienen su forma. 

Lo que la golpeó es más fuerte de lo que se puede medir a simple vista tan solo con ver la herramienta.

Es muy fuerte , rápido y conoce el lugar. Además de tener al tal doctor de su parte.

-No debería quedarme solo.- sigue al grupo al sentirse descubierto.

 

 

 

Sobre las paredes de este lugar la figura metálica se arrastra por las rendijas , moviéndose a pesar de estar atrapada entre las paredes.

Por delante el grupo entra a una gran zona de tierra o más bien salen del edificio.

Es gigantesco este lugar.

El eco de sus pisadas pronto los obliga a detenerse para permitirse tranquilizarse.

-Aqui da miedo.- murmura un gato púrpura.-Quiero ir a casa.-

Las señales qué solo los pequeños pueden ver son devastadoras.

Las inscripciones en las paredes y los arañazos en el suelo como indicaciones de escondites invadidos.

Se miran entre ellos muy asustados a pesar de ser lo que fueran. CatNap , Hoppy o Bubba. Se mantienen juntos al sentirse arrinconados.

Entre los juguetes de la superficie este sentimiento es igual , juntándose alrededor de Boxy como un apoyo.

-¡Roger!-

El sobresalta es de todos al escuchar un grito desde lo alto.

Es Henry. Viene del techo.

-¡Roger , ¿Qué sucedió?!- lo cuestiona aterrizando en el suelo.

Casi. Huggy lo atrapó en el aire llevándolo a su cuerpo.

-Nos atacaron y tuvimos que pelear.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

 

Creo que e visto demasiado contenido de señores homosexuales.

Me divierte tener tres Player y que uno sea un señor con problemas del corazón y con tensiones raras con el cosplayer de krang el destructor.

Chapter 106

Notes:

Hola.

Buenas y no se cuantas palabras son.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

1991

 

 

 

 

-¡No me toquen!- 

Las manos sobre su cuerpo se apartan.

Levanta el cuerpo , su muy adolorido cuerpo , para cubrirse.

Al hacerlo gira encogiendo las piernas contra su cuerpo en un ovillo defensivo.

Así puede verlos.

Hay un montón de juguetes al otro lado de la celda.

-Hola.- saludan.

Toca a este que se acercó , soba su nariz. Esto le muestra el estado de su mano.

Mueve dentro sus dedos pero están atados. No puede separarlos.

Un dolor profundo trepa por su columna al verse imposible la tarea de abrir sus dedos.

-¿Qué está pasando?- les pregunta asustado.

Los juguetes señalan al lugar.

-Llegaste al infierno.-

Jason mira a la puerta junto a la cama.

Una reja permite que vea al otro lado como un par de doctores anotan rápido varias palabras sobre unos libros.

 -¡¿Por qué me hicieron esto?! ¡¡¿Porque a mí?!!- gritó corriendo a la puerta para golpear con sus pequeñas patas.

Esto le duele pero no tanto como le duele la cabeza.

- ¡¡No pueden hacerme esto , están locos!!-

Los médicos ríen en su cara antes de irse con esas libretas en mano.

 Los otros juguetes retroceden corriendo a una parte dividida.

Él los escucha y observa confundido por su carrera.

Sorprendiendose mucho al ser sujetado en alto por una persona extremadamente grande , o él era más bajo que antes , su cuerpo choca contra la pared.

Levante los brazos por un reflejo al sentirse atacado.

En este punto de su vida está clase de tratos ya los conocía al derecho y al revés y aún así.

El primer impacto contra sus brazos lo obliga a encogerse , viéndose más indefenso qué nunca antes al ser solo necesario golpearlo con ese cinturón tres veces para obligar a su cuerpo a rendirse en una bola de grito y sollozos.

-¡Aquí no es la maldita guardería! ¡¿Crees que estamos jugando?! ¡Vuelve a molestar a los trabajadores para que te agarre cariño , hazlo!- patea al gato contra la pared.- ¡Ustedes!- apunta al grupo escondido en la zona apartada.

Estos gritan y lloran disculpas dispersas sin lograr aplacar lo aunque le rogaran no acercarse.

Desde el duelo Jason cubre sus orejas sin poder hacer más que llorar después de la paliza. 

 En realidad puede que no fuera tan mala su acción. Hizo cosas peores y solo lo miraban mal.

Este hombre pasó de nuevo a su lado tras terminar con ellos. 

Entonces Jason gritó ante el miedo que ñerecorrio al repetirse estos golpes sobre él. Sacudiendo sus orejas nuevas ya llenas de su sangre resultante de los vasos sanguíneos apenas en funcionamiento. Su rostro lleno de sangre y las lágrimas espesas es impactado por la suela de esta persona.

La segunda vez de verdad dolió más qué la primera.

 

Al final esta persona se fue dejándolo en el piso con más dolor de lo vivido en un año.

Se rodea los hombros con los brazos. Observa a la puerta rehuyendo la presencia del grupo en las sombras.

Los golpearon por su culpa.

Su cuerpo tiembla solo pensando en cuánto tardarian en atacar también.

 

La respuesta no la conozco este día.

Solo les abrieron la celda desde afuera dos guardias.

-Adelante.- ordenan con esas armas colgadas de sus hombros y pecho.

Jason va por delante , logra esquivar la patada que se esperaba pero no adelantarse al confiado absurdo de este hombre saltando adelante para pisarlo contra el suelo.

-Este es nuevo.- señala al sentir su peso.-Eres una bolita de cebo , ¿Te gustará rodar? -

La patada lo levanta un tramo , aterrizando de cara contra el suelo mucho más adelante.

A su alrededor se mueve una fila silenciosa y aún así cubierta de murmullos y sollozos bajos.

Se levanta del suelo. Su cuerpo se ve doblado al intentar superar el dolor de estómago tras la patada.

Son muchos.

Es un sin número de juguetes caminando uno tras otro en estos luminosos pasillos de concreto.

Su humor comienza a decaer conforme avanza sin reconocer nada o al menos ver algo familiar.

El pánico le inunda al ver a un juguete sin un brazo a su lado.

-No…- exhala intentando controlarse. Al retroceder su cuerpo choca con otra criatura.-No…- aprieta su cuello para ubicarse.-No… no , no no , no ... .- choca con una red aún observando a todos moverse en una ola guiada por esos guardias.

Sus ropas eran diferentes a las de La Guardería. Sus caras y sus aspectos.

Entonces uno lo miro a los ojos.

Con ese odio y asco fascinante que ya conoció.

-No , no …- va contra la hola tratando de huir.-¡¡¡Harom!!!- lo llama a gritos como antes.-¡¡Harom!!- empuja a un juguete buscando el espejismo de su figura entre las sombras.- ¡Harom!- sus pasos son detenidos al chocar con una Mommy más alta , está ya herida demasiado para ser paciente lo empuja contra el muro.- ¡¡¿Dónde estás , Harom?!!- grita sujetándose las orejas.

Grita sin palabras o puede que solo fuera él llamando a Harom.

Porque no tenía una mamá ni un papá , sólo tenía a Harom.

Solo Harom lo cuidaba y lo protegía.

Nadie más se detiene por el tipo de persona que él era.

Los ve pasar de forma interminable entre sus gritos y el murmullo.

El ensordecedor sonido de motores a lo lejos , llora y pide ayuda a gritos.

-Muévete o te llevarán con el Doctor.-

En un delirio atrapa esa mano en sus brazos.

No es Harom.

Es raro.

Es una Mommy.

-Camina , ellos no son buenos.- le advierte sacudiendo la mano para librarse de sus brazos.

Jason respira con esfuerzo , un gran esfuerzo al estar arrinconado en el muro.

-Eres nuevo así que será mejor que vayas con los de la derecha , ellos hacen todo por separado y es menos probable que te pelees por algo que hagas mal.- 

Jason no puede seguirla al ver esta muñeca irse por las paredes. Trepa por el borde de la puerta por la que deberían salir.

Una tarea por separado sonaba bien pero el ruido a ese lado era mucho mayor y los que subían allá, ya estaban muy heridos.

Más del otro lado le pareció ver al grupo que compartía espacio con él ir directo al lado izquierdo.

Lo vieron.

Lo miraron directamente sin darle ninguna señal.

Jason duda demasiado a dónde ir.

Entonces ve a un grupo ir en fila a un tercer camino con un ánimo mucho mejor …pero heridos a más no poder.

Ir con los que estaba enteros o con los que seguramente lo atacaran o con los que parecen haber sido arrastrados por una cabra sobre alambres de hierro.

Se rinde.

No desea ir a donde una persona que no conoce le recomienda ni a donde seguramente le hagan daño , solo le queda ese tercer camino.

Lo elige para alejarse de todo y todos.

Esta fila resulta ser más profunda y oscura. Lo lleva al fondo.

A una cantera donde se efectúa un escenario aterrador y único.

Una mancha azul entra en las paredes y las resquebraja , cayendo al suelo por unos momento para reiniciar.

-Doey parece muy débil hoy.-

-Seguramente es porque va iniciando.- señala una conejita…conejito.

Jason los escucha curioso al oír tantas voces por encima de sus géneros. Y gritan , y tienen que gritar para hablar entre ellos.

A lo lejos un humano da órdenes de cómo y a dónde enviar los carretones llenos de piedras.

Y lo vio.

De frente o una piedra caer por un costado de las altas paredes de piedra.

Aplastando a un juguete de la cintura para abajo.

Sus rodillas se doblan observando como un humano se acercó a patearlo repetidas veces. Ordenando a él y otro gato a llevarlo con el doctor.

El otro gatito negó varias veces pidiendo no ir, al menos eso entiende al no poder escuchar o entender lo¡que llora el gatito igual a él.

-¡Lo llevan o yo los llevo , ahora malditos! ¡Muevanse!-

 El gato llora acercándose al juguete , lo llama con un movimiento de brazos.

Entre los dos deben empujar la pueda , recoger sus restos y caminar siguiendo al gatito con más experiencia.

-¡Ady!, Ady, Ady …- los gritos de un juguete llegan por un costado. Es un oso , por su voz masculina , lo ora al ver a la cerdita muerta en brazos de los dos.-¡Damela! ¡No la lleven con ellos! ¡Déjame enterrarla , por favor! ¡No se la lleven a ellos!- lo pide tratando de detenerlos.

-Sabes qué debemos llevarla , solo quítate.- pide la gatita , ahora escucha su voz femenina.-Tú también me llevarías.- 

El retrocede levantando las patas a los lados de su rostro.

-Ady…mi Ady…- llora en su lugar sin pelear más por los restos de su compañera.-Al menos asegurate de que no está viva , por favor.-

La gatita ya no lo escucha , solo pensando en los dos pedazos que este juguete se volvió por culpa de esa gran roca.

Jason no puede aguantar más.

Se dobla gritando.

Sigue a esa gatita al parecer más experimentada con lo que tendrían que hacer con los restos de la cerdita.

El viaje se vuelve más estresante conforme avanzan.

Dejan de ser juguetes para solo seres humanos y algunos Bot o PJ en las paredes.

-Tú eres nuevo , ¿No es así?- 

Jason mira la sangre en el pelaje del peluche en sus brazos.

-¿Qué es este lugar?- pregunta asustado.-¿Porque está pasando todo esto?-

La gatita suspira sin detenerse ni esperarlo.

-Me llevaron al salón de castigo por golpear a una visita.- dice cansada.-Ellos no eran malos. Ellos solo querían jugar con otra niña , les caía mejor ella pero yo quería que me miraran.- analiza al gato igual a ella y esas orejas bajas del atando su nerviosismo.-Entonces vi al hombre sentado en el suelo mientras la niña les enseñaba sus dibujos y yo tomé un aplanador de carne y le pegue en la cabeza.- 

Jason no se impresiona por la confesión sino por su naturalidad al comunicarla.

-¿Eso no lo mato?-

-No pero sí hubo mucha sangre.- mira al compañero muerto en sus brazos.-Ellos nos hacen esto cuando nos portamos mal , ¿Tú cómo terminaste en el salón de castigo?-

-Yo…- una lista sube por su cabeza. Eran muchas las acciones rebeldes qué cometió.

Desde morder a un par de cuidadores , a los sonrientes , quemar distintos objetos , hacer un espectáculo y pelear con Harom varias veces frente a las visitas. 

-Creo que fue por pelear con otros.- huye de esos ojos al fijarse en el camino.

La chica lo medita. Cruzan un pasillo largo por ambos lados al comenzar a subir las escaleras de un lugar que parece más siniestro qué cualquier otro.

-¿Quién te encerró fue Kickin?- 

El gato mueve la cola de lado a lado.

-¿Porque sabes eso?-

Las orejas de la chica se sacuden al ser afirmadas sus sospechas.

-Él no me llevo a mi , pero todos comenzaron a notarlo hace poco.- suspira al momento de entrar a un salón oscuro. En este hay un montículo de más peluches en su interior.-Kickin nos llevó a donde los humanos podrían elegirnos sin problemas.-

Más un par de trabajadores con libretas.

-Ayuda…-

Los dos se sobresalta al escuchar un murmullo a su paso.

Es un cerdito en el suelo. Su pierna era imposible de identificar como tal.

Depositan los restos en el suelo , retirándose sin hacer ruido en un acto de puro terror.

-No me dejen con ellos , porfavor.- 

Jason junta los brazos en su estómago para contener este enorme miedo.

La chica no se detuvo aunque le doliera físicamente , demostrado con un fuerte temblor en sus hombros y orejas.

-No mires.- le advierte a Jason.

Al salir el recorrido es una carrera de regreso a la cantera , huyendo de un mal lugar para volver a otro pero no tan solitario como este.

-No deberías estar en la sección de penetración , es muy peligroso para un novato.- le advierte una vez vuelven a esta zona.

Escuchan a esa gran criatura despedazar la pared con su cuerpo sin forma.

-No puedo ir a otra , hice enojar mis compañeros.- 

La gata puede decirle que estaba perdido , que lo obligarían a volver a la celda al terminar el turno pero pudo haber intentado llevarse bien con sus amigos pero solo lo ven huyendo tras , seguramente , causar problemas que le dieran esos golpes marcados sobre su pelaje. Debió intentar llevarse mejor con ellos.

-Vamos a seguir aquí , ¿Sabes lo que hay que hacer?- le cuestiona buscando un carro entre los muros.

-No.-

-Vamos a llevar los escombros a la trituradora , después la siguiente sección carga el resto a la zona de procesamiento pero , ahora , estás en el naciente de la roca. Debemos deshacernos de la roca para que los humanos avancen.-

-Las rocas son muy peligrosas , no sé si quiero acercarme.- admite al verla avanzar con las patas arriba y empujando un carro cinco veces ellos con la fuerza de sus rodillas.

-No importa si quieres , importa si no quieres que te peguen los guardias.- sigue adelante.

Jason acaricia sus brazos aún adoloridos por esos golpes.

-¿Por qué tienen que usar cinturones? Me sentí en casa de mala forma.- murmura unidos al empuje del carro.

-Si usarán palos , antes usaban me contaron , podrían dañar nuestros cuerpos más allá de lo conveniente y eso nos restaría de la fuerza laboral…Doey subió el ritmo.-  

El felino desconoce quién sea aquel pero ver como se acuden las piedras y las rocas son partidas con tanta brutalidad en pequeños trozos , le deja claro que era esa cosa azul y roja internándose en la piedra con toda esa rabia.

-Cúbrete.-

La imita a tiempo.

Al hacerlo puede ver a cientos , al fin sus ojos se abren realmente , puede darse cuenta de lo masiva que era esta cueva. Las rejas , las máquinas y los números de criaturas escondiéndose como él en pequeños espacios para no salir heridas por los proyectiles qué esa cosa no puede contener a tiempo.

“Estarías loco. Estarías completamente loco para querer algo como esto, para hacerle a tu DogDay algo como esto.” 

Jason cubre sus oídos al sentir renovado el recuerdo de ese gran gato advirtiéndole directamente de su estupidez. Del fatídico resultado que tendría de seguir adelante con esa búsqueda absurda.

-Cállate…- suspiró sintiéndose tremendamente avergonzado , cubriendo su rostro con las manos al sollozar nuevamente.

-¡Maldita sea , hay fuego otra vez!-

Levanta la cara para ver aquello a los lejos.

Un trabajador cubierto de polvo parece estar rodeado de fuego y luchando por contenerlo rueda por el suelo. 

Esto hace lo contrario, encendiéndose más qué nunca. Era ilógico.

Otros empleados se apresuran a apagarlo entre gritos. No usan agua ni tierra , lo arrastran a la zona de concreto para cubrirlo con una manta.

Como un poema escrito en hielo , ninguna criatura le dio una sola mirada.

Demasiado resentidos para sentir las toma por algo que le suceda a un humano que suela herirlos a ellos diariamente.

Jason no observaba al humano sino al fuego.

Sintiéndose renovado al ver esa coincidencia divina reconocer al guardia que lo golpeó completamente sometido por las llamas centelleantes de colores y explosiones ligeras en colores que nunca antes vio más que en sueños.

 

-Vamos , te culparan.- le advierte la coneja al detenerse la lluvia de piedras.

Jason tarda un segundo al sentirse renovado.

-¿Sabes qué es lo que le sucedió?- le pregunta a la gata. 

-No sabemos. Nadie sabe , solo es algo que ocurre de vez en cuando y suele ser en la zona de Doey.- toma algunas rocas en brazos para llevar el carro.

-Bueno…- la imita levantando piedras del suelo entre otros tantos. 

Los amigos de la gatita vienen a unirse sin decir algo sobre su presencia. Solo toman sus lugares en este carro.

Dos con una correa en el pecho para arrastrar el carro y tres llenando y rotando los turnos para ir lo más rápido posible a la siguiente estación.

 

Estaba en desventaja pero aún hay fuego qué daña a los fuertes.

Entonces este no era el infierno.

Entonces aún puede alcanzar de nuevo a Három , y vengarse de todos.

Como sea , lo haría así lo mataran.

Solo necesita saber qué inició el fuego.

 

 

 

 

 

 

 

Unos meses después hubo una pausa en el trabajo.

Causada por luces rojas sobre sus cabezas.

Jason baja las orejas , lo que le quedaba tras todas las peleas qué tuvo que aguantar y seguir al ser su naturaleza la de un buscapleitos imparable.

No.

En realidad solo se cayó de una empinada pero sentirse como un tipo rudo de prisión en el reflejo era mejor que admitir que se perdió media oreja en una caída de un metro veinte.

Mira a la luz roja. Corriendo al ver a los guardias atacar a algunos con instrucciones claras de ir sus celdas inmediatamente.

Es tanta la prisa que no se cierran las rejas de las celdas.

Los humanos salieron y el primer piso se cubrió de rojo para dormir a los gritones de la zona oscura a la que nadie debía bajar.

Jason , habiendo resumido su relación con su grupo como una relación fría , les mira y espera algo ya que eran mayores y solían saber cosas que él no.

En ningún momento lo invitaron a lo que fuera el club de los informativos.

Uno de ellos regresa de la pared con las patas arriba , un Bobby muy nervioso , sacude las patas y salta en su lugar de forma ansiosa.

- ¡¡CatNap y Kickin quieren matar a DogDay , lo entregaron a los humanos!!-

Este murmullo no es solo en esta celda.

Llega a los rincones más ocultos.

A las celdas más profundas.

A las personas menos esperadas. 

Incluyendo a la computadora que observa todo.

 

Jason siente el cuerpo helado al acercarse para escuchar el murmullo.

-Ahora mismo está cazando a los empleados , los está matando.-

El silencio consecuente viene con más murmullos lejanos.

-¿No les está haciendo daño a los niños?- pregunta Jason solo pensando en Harom y su estadía en ese lugar.

-No dijeron nada de niños , así que puede que no…- vuelve a la pared para escuchar el murmullo de las otras criaturas.

 

 

Los científicos se esconden en el refugio.

Lejos de la computadora que es solo vigilada por un guardia que prefiere mantenerse fuera de la habitación de las pantallas.

 Dentro estas muestran a su cautivo los escenarios de aquel lugar apartado de su escondite.

Vigila a ese monstruo yendo de un lado a otro.

Liquidando toda la maldita red que formó en estos años con la influencia de las rosas.

Este no debe saber de él pero aún revienta las cámaras a su paso.

Definitivamente , detestaba a los perros.

Si el secreto de sus funciones como parte de la distribución de las flores fuera una puerta ,este no tuvo reparos en atravesarla en cuanto el secreto se despresurizó.

Todo por lo que trabajo y forzó a su cuerpo para buscar su libertad , todo está siendo destruido pieza por pieza por esta cosa.

Su calma termina al ver a su único aliado atrapado por este perro.

Esperaba ver su cadáver y odiar más aún a ese perro pero solo ve como las cámaras ya no funcionan.

Sumiendolo en un estado conocido.

La incertidumbre.

Esta criatura lo arrincona en el peor de los sentimientos para un científico de su nivel.

Empeorando todo al ver a esa cosa morir de forma tan estúpida.

Todo su trabajo. 

El trabajo de la persona que no encuentra en ninguna cámara o todo lo que tuvo en mente hasta ahora.

Terminando con la abeja de ese perro rodando en el suelo , acabando con todo.

Llevándose todo.

Si , es absurdo pero comprendía bien porque este hizo todo.

Exceptuando todo el sentimentalismo de ser traicionado por las otras criaturas.

Comprendía las posibles razones por las cuales este perro simplemente decidió destruirlo todo.

Seguramente fue su ira por estos años invertidos para nada.

No recibió lealtad ni reconocimiento , resultando en ser un objeto desechable en cuanto le vieron nulo valor a sus esfuerzos. Él sintió ese enojo al ser desechado por Ludwig.

¿Cómo sabría que lo traería de regreso de esta forma?

Si como este perro el día que decidió irse ,¿Mejor se hubiera volado los sesos?

Seguramente sería un final para toda la fábrica pero no lo hizo. No pensó en eso.

Pensó en irse con el dinero conseguido y crear otro laboratorio donde sus criaturas no fueran de peluche.

Pensó en algo muy extraño al irse a dormir.

Pensó en ese tiṕo tan alto hablándole de su nombre real , de aquel animal y cuánto le molestaba que fuera motivo de burla al ser medio ciegos.

Pensó en ir con ese tipo a un viaje.

Pensó en cosas que incluso a escondidas decidió dejar para un año o dos , no quería hacerlo aunque lo tuviera enfrente.

Llenó su mente con fórmulas y medicina.

Dejó que sus últimos pensamientos con un cuerpo físico fueran sobre medicina.

 

Hora , tras pasar cámara por cámara y radio.

Revisar cada centímetro de la fábrica en su capacidad , no encuentra nada ,más que sangre y carne sin forma pegada en las paredes por la fuerza de esta criatura al momento de lanzar a los Humanos como si fueran bolas de béisbol o basura a los que se volvían caminos de entrañas por los pasillos al rebotar como las piedras sobre el agua.

 

El perro está muerto.

Ryan está muerto.

Solo él y unos cuantos peones sin mente le son su única opción para seguir adelante.

No está vencido.

¿Entonces por qué se siente tan vacio? 

 

 

 

 

 

Esta situación era desesperante. Los juguetes caminan en círculos dentro de sus celdas sin saber exactamente porque se sentían tan acelerados.

Son 98 minutos de tensión para todos. 

Llegando el último informe de las paredes.

-Boxxy lo atrapó ,y Mommy lo hizo pedazos.- 

El desánimo vuelve a ser parte del lugar.

-Creo que lo traerán aquí.- apunta una coneja.-Lo traerán con nosotros.-

-¿Porque piensas eso?-

-Porque se porto mal.-

 -Todos los que se portan mal , terminan aquí.- les señala esta coneja con las patas arriba.-Y el si se porto muy mal.-

Jason los escucha sintiendo un extraño revuelo en el estómago.

Harom estaba allá arriba todavía , ¿Como se suponía que pudiera verlo ahora que la seguridad empeorara? 

-¿Porque CatNap vendió a DogDay?- 

La duda es de una cerdita.

Miran a Jason , el reemplazo de su anterior gatito perdido en la cantera , como si por ser un gato debería tener la respuesta.

-No se porque lo hizo.- mira a sus patas.-Nunca traicionaria a Harom.

Parecen recordar el punto clave de ser diferentes personas a pesar de compartir sus nombres.

Jason tiene algo más que agregar.

-Creo que CatNap trabaja con una cosa en las paredes , lo vi hablando con él varias veces. Está completamente orate.- su frustración vuelve arriba al recordar cómo fue tratado por este.

Un perrito lo agarra por la pata.

-Vamos con Doey.- lo hace correr , seguido por todo el grupo.

Su celda sigue cerrada por esta luz roja.

Evitan acercarse al gas para buscar esa cosa azul en una celda alejada de sus propias jaulas.

El frío aumenta al dirigirse al lugar donde parece haber termostato con temperaturas extremadamente bajas.

Sus alientos son visibles en nubes pesas de vaho tan espesas como para romperse al contacto con otro de este pequeño grupo.

Es una caja de hierro abierta por un lado. Entran a medias.

-Doey .- saludan desde la puerta.

Jason intenta negarse a entrar pero lo empujan.

-¡Oh , es un amigo nuevo! No me lo habían presentado , chicos.- saluda a esta criatura sentada en una esquina.-Hola , amiguito.- lo saluda estirando únicamente la cabeza para verlo de frente.

Al mismo tiempo sus manos de buena y mala gana sacan dulces de las grietas de la pared.

Dulces tiesos y duros pero dulces.

Los entrego por pedacitos a cada uno para ser igualitario en una tira de menos de tres centímetros.

Dulce es dulce y ellos ya no son quisquillosos ni ruidosos.

Solamente le miran con mucha gratitud al bajar y subir sus cabezas felices por su regalo.

Doey les sonríe en silencio , guardando los presentes este dulce secreto.

Graba los detalles de este gato. La posición de sus hombros y la inclinación de esa cola.

Era divertido ver a los CatNap erizarse al levantar sus colas como palitos de algodón.

El cansancio lo mantiene en este espacio y su cuello no puede mantenerse estirado por mucho tiempo. 

-Ahora díganme qué hacen aquí , amiguitos.- les pide aun sonriendo.

La unicornio se adelanta por única vez apuntando al gato.

-El vio esa cosa con CatNap.- le dice el perrito.

El rostro relajado y alegre cambió de inmediato a un gesto severo sin alegría alguna.

-Te refieres al prototipo , ¿No es así?- le selal con un movimiento de manos.

Jason levanta los hombros.

-Prototiṕo…- junta sus patas bajo su boca.-Si , tendría sentido que fuera ese tipo el que dice pero CatNap lo llama Dios.- agarra su boca. 

Su hipocresía común de llamar por usted a cualquiera con cierto poder le llega de golṕe , debía controlarla.

Esta criatura frunce el ceño mirando a un costado del lugar. No le pone atención a la forma de referirse a él del gato. 

Todos miran ahí pero no hay nada. Al volver a mirar al frente lo ven sonriendoles.

El ánimo crece en algunos al verlo relajado.

-Al menos ahora sabremos la posición de CatNap en la voluntad del prototipo …- su cabeza sube lento.- ¿Porque dijiste que mataron a DogDay?- esa voz en su interior es sospechosa.

Kevin sospecha al sentir esa espina rara dentro de todo lo que se está discutiendo.

Superficialmente o no , algo estaba pasando y lo asustaba. Lo hacía sentir a la defensiva. 

Jason retrocedió al verlo crecer , o más bien tomar forma , al enderezarse en el frío que lo estuvo conteniendo en esta celda abierta.

Una criatura , una Mommy en las paredes , baja a compartir la razón.

-CatNap y Kickin delataron al líder.- mira a los pequeños.-DogDay estuvo pasando una especie de droga a los humanos , lo hizo por mucho tiempo.-

Jason levanta las patas.

Sospechaba , claro que sospechaba de ellos y muchas veces los vio hacer cosas raras con adultos pero jamás pensó en algo como un comercio oculto.

Esa osa roja le recomendó a Három aprender de ese perro.

-No , no hayas hecho nada estúpido.- susurraba para sí . Solo deseaba con vencerse de que Harom nunca se metería en algo tan peligroso mni estúpido.

No sin él .

-¿DogDay era narcotraficante?- cuestionó feliz una cerdita muy emocionada al aplaudir.-¡Wow!-

El perrito a su lado le pega en la espalda con una de las líneas de regaliz qué pudo darles Doey. 

-No son los buenos.- le recuerda su compañero perro.-Esa gente es mala.-

La cerdita cruza la patas arrepentida por emocionarse.

La criatura azul parece estar pensando en lo que estaban descubriendo. En lo que aún es un nudo en su mente aunque se esfuerce por desenredarlo.

Drogas y pasarlas , significa que obviamente el perro no era el fabricante.

-¿Y saben de dónde venían las drogas?- pregunta Jack tratando de no asustarlos por lo que esto significaba para los planes de todos.

La araña niega moviendo suavemente la cabeza.

-No. DogDay cazó y mató a los involucrados pero las operaciones pasaron a alguien más de forma inmediata. Pues no se sabe a dónde fue todo el producto que se supone debería encontrarse en La Guardería . Todo fue entregado a alguien mucho más arriba en la superficie durante esta hora.- mira los juguetes en la celda.-El perro tenía una red aparte , creo que nos superó en el terreno superior y no sabemos como , solo lo hizo.-

La criatura azul sonríe aguantando lo que sea que fuera a decir su contraparte más violenta.

Lo que la araña describe debía ser solo información entre los parlantes de los muros , nada debería llegar a los humanos , entonces ... Estos secretos solo serían de ellos y los monstruos de la superficie capaces de escuchar los susurros de los muros.

No tenían idea de quién tenía aquello que el perro se encargó de proteger antes de su ejecución.

Las voces dispersas y como se han perdido para ser la red dentro de las paredes.

-Tal parece que esas drogas eran el seguro de los sonrientes y de todas las criaturas de La Guardería.- su propia boca habla y le dice que es el mayor de forma afable.-Entonces ese lugar podría volverse como este infierno muy pronto.- su propia voz es áspera al ser el siguiente en edad quien tiene algo de veneno para sacar de sus entrañas.

Los juguetes no comprenden el hilo de Doey.

Puede qué el tampoco lo entienda.

Jack vio muchas películas de acción y los malos eran los que vendían cosas malas.

Kevin sabe que los consumidores son malas personas.

Matthew no conocía nada más oscuro que el patio escolar embrujado.

Los tres eran niños buenos e inocentes antes de todo este infierno , tal vez Kevin tenga experiencia en algo de violencia pero no del tipo descrito en la información de la arañita.

Resultando en un nudo qué necesitan entregar a la cabeza de la operación.

Esperando a que la señal de radio se comunique con instrucciones de qué hacer en esta situación.

-Los humanos volverán adentro en cinco minutos.-avisa la araña en huida de regreso a su celda.

Todos deben correr.

La despedida es solo un movimiento de manos al irse sin más tiempo.

Por los pasillos de las celdas van muchos más , corren y gritan asustados por lo lejos que hayan estado en sus visitas.

Jason observa una última vez a las criaturas antes de hacer algo que ya sabe que les asusta pero era mejor que ser encontrado fuera de la celda.

Correr sobre sus cuatro extremidades.

No era más que un gato saltando sobre sus patas para ir a su cuarto , superando a muchos al llegar a tiempo. Este grupo condenado a compartir celda con él lo logra. 

No le dicen nada sobre esto pero tampoco se ven cómodos después de verlo correr de esa forma.

 

 

Las celdas fueron cerradas y el humo recuperado. Resultando en seis mil criaturas atrapadas.

Entre ellas aquel gran azul observando las paredes de su celda entre gruñidos de su interior y la fuerte rabia dentro de su cuerpo.

Odiaban mucho a todos los monstruos de este lugar. Nada es una coincidencia.

Entendía algo de este lugar. Siempre hay alguien a tu espalda.

Estaba aterrado. Necesitaba encontrar las respuestas para estas preguntas.

-¿Dónde está ahora el prototipo?- pregunta a la pared.

En su interior el murmullo le contesta con una voz delicada.

-Él irá por todos ustedes , uno por uno. Comenzando con los laboratorios.- 

-Entonces…-

-El vendrá pronto , solo espéralo.- termina el mensaje.

No sabe qué clase de monstruo hay dentro de las paredes pero debía ser extremadamente delgado.

Le asustaba pensar en cuánto podrían llegar a reducir a un ser humano.

El grito a unos metros le avisa de cuantos juguetes no lograron entrar a sus celdas en estos cinco minutos.

Observa la puerta de hierro sellada sin perder detalle de los guardias en el exterior.

Sus rostros y objetos en mano.

Todo lo guarda con celosa decisión , dispuesto a castigarlos el día que salga de este lugar.

-¿Porque el perro tenía drogas? Suelen ser anti y no pro.- 

Su voz interrumpe sus pensamientos más violentos.

-Debe ser por un humano quien se las dio , alguien allá afuera.- mira su mano izquierda , siente la voluntad de uno de ellos en esta.-Si lo castigan con envíarlo aquí , lo sabremos.- su sombrero es devuelto a su cabeza.-Si al caso lo traen con la capacidad de hablar.- ríe agarrándose la barriga.-Eso no debe darte risa.- Golpea su panza .-Auh…pero que grosero.- vuelve a ser una masa para descansar cálido en el suelo. 

-Jejeje…te cacheteo la panza…jijiji…- ríe volviéndose un ovillo ajustado.

 

 

La computadora continuaba sola al no regresar aun los cobardes científicos.

Los guardias dan una mirada rápida al lugar por fuera para irse de inmediato al ver todo en orden.

-Ya , di lo que tengas que decir.- ordena esta voz amarga desde las bocinas.

Solo esa garra baja por detrás de las ṕántallas de televisores , mostrandose sobre ssu panel de control.

-Lamento tirar tus juguetes , Doctor.- murmura picando la superficie del tanque de agua.-Fue sin el afán de lastimarte demasiado.-

El doctor mueve un robot , mostrando un movimiento de hombros.

-Se que no lo hiciste apropósito.- apunta a la garra con ambas extremidades del robot.-Eres una bestia de cables y circuitos , no hay mucho intelecto que te apoye.-

La garra deja rasguños en el metal del tanque , no lo ha roto sino lo ha marcado con las cuatro cuchillas.

-Hiciste tus propios planes y creíste que te saldrías con la tuya solamente porque tus juguetes eran preciados por mi gatito.- pica el vidrio ocasionando un sonido agudo en esta sala vacía.-Debes estar decepcionado… decepcionado de cuán leales son mis mascotas.-

La computadora revela los ojos en todas y cada una de las pantallas.

-No , de hecho…- mira directamente a esa garra al centro de la habitación.-Yo estaba atrapado en esa zona por culpa del perro y su insistencia en controlar las funciones dentro de su territorio.- ríe bajo pasando esos ojos por varios colores oscuros.-Me hiciste un favor al enviarlo a la guillotina.-  

La criatura sujeta la ventana del tanque rojo con las cinco garras.

-¿Entonces admites qué sólo estás buscando como traicionar nuestro trato , Doctor?- lo interroga amenazando el interior con su fuerza capaz de rasgar el hierro de la computadora.

Usando la voz menos requerida . le advierte de más de un secreto descubierto.

La rabia que no puede ocultar ahora al estar acorralado le hace gritar furioso contra esta criatura.

 -Un poco de arrogancia se añadió a tu ego. Felicidades.- revisa el estado de las cámaras alrededor de su cautiverio.-Ese gato te sigue más allá de lo qué creía , es lo de menos.- revisa los videos que guardaba de estos dos imbéciles.-Él perro se confío , y yo también. Es irrelevante si muere o no , yo ya tengo mis oportunidades fuera de ti. Como tu tienes a tu estúpido niño adoctrinadfos.-

El prototipo reproduce su propia risa al golpear su cristal.

-Tu no te confiaste , estuviste cerca.- lo señala con esa voz honda que robó del perro , de él hace años.-Eres el tipo de persona que conoce , probó y sabe a dónde lleva la luz del sol pero eres demasiado cobarde para seguirla. Esa es la razón por la cual te recuerdo tu lugar , larva.-

Abandonó al científico en este encierro poco antes de la llegada de los trabajadores de esta zona.

La amargura lo azota en estos momentos.

Empeora con los días.

 

 

El cadáver del perro desapareció. No podrá utilizarlo , no lo traerán a trabajar y su reemplazo sería aún pertenencia de Laura.

Se trabaja ese reemplazo y Sawyer no podrá incluirse al diseño esta vez.

Laura perdió poder y aun así no dejó que ninguno de sus experimentos fuera llevados fuera de su jurisdicción. Todo con el apoyo de Ludwig.

Ni siquiera el estupido felino arcoiris qué juega con los trabajadores y pelota de fútbol en los laboratorios se regresó a su poder.

Solo puede acompañarlo y entrenarlo con un láser a distancia . Enseñándole con coincidencias de horarios y otras entregas a esa jaula para convencerlo de seguirlo esta vez por un sentimentalismo y no como le gustaría , por una sumisión perpetua construida por el miedo de esta cosa.

Se vio reducido al papel de un miserable abuelo que llega en las noches a contarle cuentos hasta dormir.

 

Ninguno se le entregó. No tiene nada quien le sirva de seguridad en el futuro plan de esta cosa.

Perdió el control de las flores que no dejaría de producir a escondidas con las máquinas ocultas.

Frustrando aún más sus paralizados ideales el no poder hacer más que producir la maldita droga sin poder dar órdenes ni guía..

Las flores siguen en movimiento y el dinero se acumula en las cuentas manejadas por otros peones entre los muros. 

Ryan no volvió a despertarlo con ese llamado de las noches.

No hay nadie que le recuerde lo que es estar vivo más allá de recordarse contarle un estúpido he insulso cuento patr dormir a Yarnaby.

-...entonces le mostraron la prueba de paternidad a hombre con esa cara de bruja la excusa de periodista y dijo : Señor Pierre…- 

La cabeza del gato sube curioso por la pausa , sacando de su boca la llanta del tractor para escuchar.

-...usted no es el padre.- 

El gato da vueltas entre brincos al sentir la burla de esa voz , alegrandose más por esa vaga emoción positiva y no tanto por la burla del hombre tras la bocina.

 -Esto pasa cuando no te cuidas , desgraciado , dijo la la bruja Laura.-

Yarnaby ríe rodando sobre su panza.

 

Cada noche la pasa así. Inventando programas de variedades al desconocer suficientes cuentos para mantenerlo atento.

Seguramente Ryan le hubiera contado algunos mejores.

 

 

 

 

 

Un problema empezó a suscitarse entre los pequeños sonrientes de la prisión con la llegada de las nuevas olas de juguetes.

Un fallo en las etiquetas.

Su grupo fue testigo de uno de estos en una salida a trabajar.

Ver por un lado una celda abierta con tres guardias y un científico revisando a los internos muertos en el interior.

Se habían matado entre ellos tan solo la primera noche de la entrada de estos a la prisión.

El eco llega a las criaturas. 

Decidiendo repartir a las nuevas criaturas entre los habitantes con grupos ya formados. Todo lo que no disminuyera la fuerza de obra.

Resultando en ataques dispersos llegados a la muerte de algunos tanto por los arrebatos defensivos de los involucrados.

 

Científicos , antes decididos a atacar al departamento en funcionamiento bajo el poder de Laura , ahora se ven frustrados por el perfil a completar entre las nuevas criaturas sonrientes.

Parecen funcionales , hablan y responden. Obedecen.

Más es necesario solo dejarlos unidos para que se volvieran violentos.

-La categorización está fallando , vuelvan a hacer los exámenes de personalidad hasta que se perfilen correctamente a los nuevos especímenes.-

Se había creado muy poco antes el perfil de las pesadillas.

La situación en inicios fue un equilibrio de 90/100 80/100 20/100

Las pesadillas no reaccionaron bien al desequilibrio.

 

Estas se mantuvieron entre los niños con el perfil sonriente pero parece ser que el proyecto contrario les ocasiona un retroceso cognitivo al contacto con los sonrientes y los contrarios a sus rasgos.

El examen se repite en humanos y juguetes para reordenar la prisión.

Resultando en las verdaderas etiquetas de muchos de ellos.

En el descubrimiento de un ṕatron pasado por alto.

La razón por la que aclimatar a los nuevos proyectos se reduce a pelear por conservar partes del cuerpo intactas para los trabajadores.

Habían Babas disfrazadas de Bubba y Rabies entre las Bobby.

Jason observa la rana en su nueva descripción.

-No , yo soy CatNap.- grita en su esquina dentro de esa celda.

Los guardias lo observan fijamente antes de retirarse frustrados por tener que encargarse de otra crisis.

Entre su grupo hay una linda cerdita descubierta como una Toullie , observando a sus amigos muy confundida por este estudio.

-¿Por qué nos dan esto? ¿De verdad les importara lo que vamos a hacer o decir por esto?- el perro catalogado como tal , parece estar frustrado.-Somos personas no esto , ¿Qué rayos quieren ahora?-

Jason vuelve a leer ese papel intentando entender porqué hacer esto.

Era Jason Anderson. Cumpliría años en unos meses y su peso era bastante mayor al de otros gatos y fue marcado en rojo sobre el número negro.

Su categoría era la de una rana de la que no se sabe nada.

De inmediato rompe la hoja con un gruñido.

-No , tonto , te la pedirán después.- le advierte la cerdita.

-¡No me hables , no me hable ninguno de ustedes! - les grita sujetándose las orejas.-Yo soy CatNap , soy CatNap. Maldita sea , mentirosos. Todos mienten.- golpea su cabeza con las patas.-¡¡Yo soy lo que soy , soy CatNap , soy CatNap!!-  

 

 

Al parecer Laura quería las pesadillas funcionales de vuelta , abandonando a las rotas en las jaulas.

¿Entonces cómo mantienes algo cuando solo se te permite conservarlo ya destrozado? 

Lo haces pedazo de forma que te sea útil.

 

Jason y la cerdita fueron llevados a estas jaulas de metal con otros tantos de estos chicos abstraídos en la nada.

Los dos se quedan pegados a la pared metálica para resguardarse de las otras seis criaturas en su interior. 

Las seis peleaban a mordidas o se empujaban entre gruñidos huecos.

Jason deja de mirarlos para fijarse en el techo.

Por las rejas puede ver a algunos guardias completamente pálidos al estar en esta sección.

Escuchando órdenes de una voz a través de las paredes.

Con esto viene una luz verde por encima de sus jaulas.

-Primer pulso…- 

Esta luz los cubre totalmente.

La cerdita escucha esta señal abrazando a Jason.

La luz se vuelve roja. Las figuras de los guardias se cubren los oídos.

-Segundo pulso…-

Algo estaba por ocurrir y solo las criaturas como ellos , en dos patas , lo podían saber por esa voz.

Jason por el presentimiento fatídico se ve gritando junto a más de las criaturas recodificadas.

-Tercer pulso…-

Una voz interrumpe entrando por una puerta.

-¡Doctor Sawyer , hay uno aquí que es requerido en la sección de Montero!-

 La voz en los muros parece suspirar.

-¿A cuál de todos?-

-Jason Anderson.-

El gato salta a la puerta gritando.

-Soy yo , aquí estoy . Aquí estoy , aquí estoy.- gritó sacando su pata aunque se vea lleno de rasguños.

-No.- la cerdita tiembla a su espalda.-No me dejes , sola.- pide temblando en su lugar.

Jason siente mucho dolor , sacude la cabeza y grita.

-¡¡Aquí , estoy aquí!! - los llama ignorando las voces que mienten intentando suplantarlo.-Lo siento , lo siento , necesito irme.- pide disculpas aunque no pueda hacer más que seguir llamando a ese trabajador para que lo lleven a donde sea que vayan.

 Este empleado baja con un guardia con una herramienta parecida a una máquina de supermercado.

Los revisa uno a uno. Niega y sigue adelante.

Llegando a él. Lo señala con el ceño fruncido.

Su información aparece , su número de experimento y su nombre.

-Sáquenlo.- ordena mostrando una jaula.

Abren la reja evitando que corra al electrocutarlo , sujetando su cuello con un cable eléctrico para llevarlo con violencia a esa jaula.

-¡No me dejes , estoy muy asustada! ¡No me dejes sola!- pide a gritos la cerdita en la jaula.-¡CatNap!-

Jason en la jaula cubre sus oídos para no escuchar.

-Pulso número cuatro.-

La electricidad recorre el lugar , iluminando se como fuegos artificiales al recorrer los cuerpos dentro de las jaulas.

Jason desearía estar en una escena dramática donde se le es sacado de este lugar antes de que todo se pusiera peor ṕero no es su suerte

Este empleado se queda en el pasillo discutiendo con un guardia, sin empatía o interés alguno por los gritos cada vez peores.

Gritos que recorren a Jason y su pelaje como insectos.

Gritan y se ahogan. Tosen , gritan , sus cuerpos parecen doblarse con gran dolor y solo es peor y peor.

Creciendo los chillidos de las criaturas de poco intelecto , muerden , se muerden y muerden a todos dentro de sus celdas.

 El desconocimiento de las criaturas llega a concentrarse en contra de las figuras diferentes a ellos.

Comiendo viciosos a los sonrientes dentro de las celdas. 

El hierro de la sangre , su dulzor y el amargo ambiente creado por la electricidad cubre las narices. La sangre se evapora cocinada y quemada por la corriente eléctrica.

Los vasos sanguíneos estallan en cada cuerpo demasiado herido para lograr moverse más allá de solo gritar antes de ser silenciados por otros experimentos.

El empleado al fin deja de hablar con el guardia. Deja esta zona a paso lento ya habiendo terminado con su tarea de recuperación.

Avanza relajado sin importar las luces verdes volviendo.

-Pulso número uno…-

 

Jason en la jaula observa sus patas.

Está temblando. Tan irreal como tangible.

Se vio en un ascensor diferente a cualquier otro con este empleado.

-Montero dijo que ese no va al centro psiquiátrico.-

-¿A donde lo llevarás?-

-Con Laura , solo ella lo puede revisar sin que le hagan algo.- mira a su reloj.-Al menos no desperdicie el día en ese lugar , puedo irme a recorrer la ciudad. -

-Yo también quiero salir , estoy cansado de la comida enlatada.-

-Si , extrañó cuando la cerda era útil en la cocina.- suspiró sacudiendo la jaula de Jason sin demasiado interés.-Ya ni para eso sirve , ¿Cuando será que seremos libres de toda esta tontería?- 

El gato en el interior continúa en un ovillo , sin mirar a nada más que sus pequeñas patas encogidas contra su rostro y esa cola aferrada a su cuerpo.

¿Se supone que CatNap debería poder pasar por esto sin reaccionar? 

Ya no sabía bien qué significaba ser CatNap. No cuando no le sirve para nada allá abajo ni para lo que sea que venga a continuación.

El recorrido de este empleado llega a su fin en una puerta blanca.

-Señorita Sawyer , le traigo al gato.- avisa tocando la puerta.

Del otro lado la figura ojerosa y medio desnuda de esta mujer le recibe con un cigarrillo y un aspecto cansino.

-Déjalo en el piso y lárgate.- le ordena sobando su cabeza atrapada por la resaca.-Y muchas gracias , creí que tendría que ir yo misma allá arriba otra vez.-

El empleado , cuidando no verla demasiado al estar vestida tan solo con una falda larga y esos cabellos revueltos por todos lados menos en la liga que cae atrapada por solo un nudo de greñas en su espalda , deja la jaula y se retira sin decir más.

Laura toma la jaula y lo levanta por la puerta en vez del asa. Abre la jaula y lo tira en un mueble junto a la cama.

-Te voy arreglar , quédate quieto aquí.-

Jason se recompone mirando a la cama destrozada y llena de galletas rotas y latas de verduras con mayonesa rancia. Su cola alcanza una de tantas para comerse el interior con la misma cuchara abandonada entre migajas de verduras y atún.

Era la mejor comida que recibía en meses.

La mujer lo ve e ignora al preparar los reemplazos para sus orejas y patas peladas por la rugosidad de las piedras y los rasguños qué abrieron al peluche.

-Te reparare , y luego ya verás lo que será de ti.-

El gato deja de comer al escucharla. No hay fuerzas para hablar. Solo mira esta lata.

-Es mejor que ese lugar , no dudes eso , amigo.-le asegura esto picando su nariz.-Ten , esto es mermelada.- le cambia la lata por una bolsa exprimible de color rojo.-Debiste pasarla muy mal.-

La curación es aplicada tras inyectarle una dosis de anestesia.

Cambió su oreja y unió sus heridas.

Lo bañó en lo que parecía su propio baño y le aplicó el perfume de la fábrica , ese que huele a flores qué seguramente no eran amapolas.

Ignora al gato como la rubia estaba desnuda a sus espaldas , compartiendo esta bañera al limpiarlo sin mojar su oreja recién costurada. Lo refriega sacándole la tierra del pelaje.

Lo peina con un cepillo suave sobre la cama , ya vistiéndose ella misma con esa bata blanca de asesina , cargándolo para llevarlo al reflejo. 

En este ella es una mujer adulta con un gran peluche , con su creación viva

-Eres muy bonito.- le dice sobando su pelaje al nivel de su frente.-Hueles bien ahora y estarás bien. ¿Cómo te sientes?- toca su nariz repartiendo correctamente la crema para el cabello que le aplicó para su avisar su pelaje rasposo por culpa de la cantera.

El gato lleva una pata a su propio rostro. 

Ya no era Jason. 

Ya no es Jason.

Ya no es humano.

-Exacto , eres un bonito CatNap.- toma la perilla de la puerta.-Un gatito muy gordo.- necesita la pierna para cerrar su puerta.

Sigue su camino sin importarle cubrir sus ojos al tenerlo acostado en su cuello.

 -Lo que sucedió parece ser solo un tropiezo.- suspira al dar una curva lenta por el ṕeso extra en sus brazos delgados por la falta de actividad física..-Aún hay mucho por investigar.-

El gato suspiró agotado. Lo que sea que fuera a pasar , pasará.

Voces.

Muchas voces.

Su cuerpo se enfría al sentirse de regreso a la prisión. Intenta aferrarse pero ella lo baja al suelo frente a una gran compuerta.

-Abran la puerta.-les ordena a los guardias.

Con una luz roja se da la señal.

Jason intenta soltarse y corre pero la rubia lo empuja adentro.

La celda es de bajada , obligándolo a rodar al interior.dentro grita buscando algún lugar donde esconderse.

Los gritos , las luces , los sollozos y el dolor son repetitivos dentro de sus ojos.

Llega a una esquina pegando su espalda sin permitir que nadie le llegue por algún punto ciego.

Solo hay ojos preocupados. Confundidos y extraños.

-¡CatNap , deja de gritar! ¡¿Qué tienes?!- le preguntan al verlo tan asustado.

 Respira pegado a la pared.

Mira alrededor.

Juguetes.

Tapetes de colores y esponjosas alfombras de PJ para dormir .

Todo dentro de una celda blanca y pulcra.

No hay rocas. No hay fuego sorpresivo , no hay golpes ni insultos.

No huele a cigarrillos ni a sangre.

Lento se acuesta en esta esquina sin parar de temblar.

Todo era una pesadilla demasiado extensa.

 

 

Los juguetes alrededor comienzan de nuevo su juego. Ajenos al terror del gato en la celda.

Si. Tuvieron mucho dolor pero también se tenían unos a otros y podían encontrarse entre ellos , podían unirse de nuevo las piezas cuando estaban juntos. 

Jason los observa jugar y unirse.

No hay trabajos forzados ni guardias qué entren a insultarlos.

Son conejillos de indias pero no sufren como los del interior de las celdas oscuras.

 

-¿Cómo llegué aquí?- DogDay le ve curiosa al ser abordada con esta pregunta por CatNap.- ¿Como?- mira arriba con una pata en su boca al meditar la respuesta.-Me desperté en una cama y …- su pelaje se eriza desde el lomo a su cola derecha en alto.-Y me dolió mucho , mucho…- rodea sus hombros con las patas.- ¡Pero aquí estoy , aquí estás y aquí estamos! Todo está bien , CatNap. No tengas miedo.- le abraza , robando un rose de su nariz.-Yo te cuidare.- murmuró apretando sus hombros con esas patas.

-Me gustan los chicos.- le advierte al sentirse extraño por su abrazo y como esta perrita le presiono una rodilla entre las piernas sin dudar en empotrarlo contra la pared.

Inmediatamente el recuerdo del beso de Harom le golpea desde el fondo , evitando que vuelva a rozar su nariz al levantar las patas adelante.

La perrita levanta las orejas más alto que su cabeza y lo suelta.

-Oh , perdona , no quería ofenderte.- lleva las manos a su cintura suspirando.-Si no es uno será otro. Entonces seamos amigos.- celebra retirándose a buscar a otro gato o a su gatito perdido en el que estaba en otro grupo. 

Jason ve como a esa perrita le gruñe otro perro al verla cerca de su propio gato.

El gato y él tuvieron un contacto visual muy incómodo…porque al desgraciado gato le gustaba eso.

Su frustración lo lleva a alejarse de todos una vez más.

En resumen , a los de esta celda los llevaron al cambio y todo fue igual excepto su destino final.

Llegando a este lugar en vez del hoyo infernal de la prisión.

Una tarde vinieron a recoger guardias fríos. No como los de la prisión , tan llenos de odio , sino cansinos y aburridos.

Los hicieron entrar a unas cajas extrañas.

Dentro cerraron todo solo con una barra de luz verde neón al centro.

Todos se quedan pegados y quietos.

-Escuchen.-

Miran sorprendidos a una esquina.

Es un pequeño Bot.

-Seré su guía ahora.- apunta a la luz.-Cuando esta se apague deberemos saltar afuera y ustedes correrán a los jardines a saludar a todos.

-¿Los jardines?-

- ¿Volveremos a Dulce Hogar?-

-Si , volverán pero ya no será igual.- mira su pantalla.-Ellos dicen que los rebeldes serán disparados y el resto enviado a la prisión si llegan a intentar algo.- 

-La provisión…-

-Si ustedes hacen algo para enviarnos allá , será mejor que piensen en suicidarse. Yo no volveré , nunca voy a volver a ese lugar.- les advierte Jason.

Todos estaban demasiado asustados por la ya oscura situación.

Su miedo les hace sentirse aún más nerviosos.

-Porfavor , no hagan nada estúpido.-

El Bogiee Bot no les dice más. Mantiene su posición sin más que un movimiento involuntario en sus ruedas.

Tras unas horas la luz se apagó.

La superficie se abrió.

Jason no logró dar un paso antes de ser aplastado por todos , gritando y llorando por ayuda al salir.

Afuera el recibimiento no es el jardín.

Es una celda diferente.

Además de haber otras de estas cajas con más pequeños alegres o cómo este grupo , asustados.

-1404 , castigado.-

Jason se aferra al interior de la caja.

El castigo es una rociada de agua helada o hirviendo según qué les alcanzará primero.

O si no te ahogaba como algunos que caían inconscientes en el agua y simplemente morían frente al resto.

Jason sujeta sus orejas gritando en esa caja.

El infierno no se queda en la prisión , solo es más luminoso.

 

El ejercicio se repitió doce veces.

Cuarenta veces las acciones de cada vez menos medios fueron rebeldes.

Llegando a pelear al sentirse arrinconados por culpa de las acciones de unos pocos.

 

 

 

El día correcto llegó.

Las voces de visitas se elevan y las reconocen por ser diferentes a los trabajadores.

Jason escapó.

Su grupo ya no intentó detenerlo al verlo romper el simple papel mache. Demasiados asustados ya no era necesaria la caja de madera para decirles que se quedarán dentro.

El Bogiee Bot tampoco se incluyó . No hubo quien avisara de su retirada.

Camina a escondidas por La Guardería.

Todo era muy diferente a la prisión pero tan igual como los recintos.

Los niños aquí son el juguete y la mina las visitas qué donan y celebran este día de disfraces con tanto descaro.

Con todos sus iguales siendo torturados pisos abajo.

Escucha escondido bajo una banca como se hacen presentaciones y juegos.

Las conversaciones y la clara y cruda realidad de ya no ser parte de este escenario más allá de un juguete. 

Harom no es visible.

Ni él ni todo el bloque cuatro.

La casa no contiene bebés ni a los niños que hace meses fueron un espectáculo por la falta de partes de sus cuerpos o la capacidad de caminar.

Ahora eran sus comṕañeros más obedientes.

Felices por estar enteros , tristes por ya no ser humanos.

Confundidos por el nuevo miserable valor de sus vidas.

El busco a Három pero no estaba ni entre los muertos.

Solo le queda orar a un Dios extraño que nunca le amparo , al que sea y cuantos sean.

Al demonio o a cualquier entidad malvada.

A Dios , a todo lo bueno ya todo lo malo.

Que Harom estuviera bien

-¡¿DogDay , quieres ayudarnos?!-

Sus orejas se sacuden al escuchar ese nombre en el micrófono.

Corre para verlo.

¿Cómo lo supo? ¿Cómo pudo ser posible que lo descubriera tan solo mirándolo una vez? ¿Como Jason pudo saber que ese era su amor? ¿Cómo lo descubrió? 

A la mierda , no lo sabe.

Tan solo corrió hacia él para verlo, todo lo grande y flaco que era.

Como antes con solo sin brazo , ahora con dos , esa forma de pararse con los hombros abajo y una cola escondida como un patético cobarde aunque solo es un estúpido a un rose de soltar puñetazos de invalido.

El gato lo observa como no miro al otro perro y a su gruesa cintura a comparación de la elegancia de su propio perro. 

Lo rodea intentando llegar a él.

Es esquivando como si fuera un tonto cualquiera.

Atravesó el jardín buscándolo al verlo correr de las luces y la música como el aburrido pueblerino qué era en el fondo su mexicano favorito.

Sigue tratando de alcanzarlo ahora que era un edificio móvil.

Detiene sus pasos frente a Dulce Hogar.

Observando a la ventana donde un solo de reojo vio al ave descubrir las cunas vacías con esos ojos llenos de pura desesperación.

Jason aprieta los puños al descubrir la razón de este pájaro para venderlos.

Es solo un segundo viendo a todos los gigantes.

A todos los que eran cómplices de esa ave o solo sus protegidos , pasándola bien mientras a todos los que el criterio de ese pájaro decide que merecen bajar , son torturados diariamente.

No permitiría que se comieran a Harom.

No lo verían nunca sometido como tuvieron a su perro.

No mientras él pueda moverse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay algo frío en su frente.

Levanta los párpados al despertar y su visión es un muy cercano peluche de Kissy.

Esta lo mira de vuelta.

Correr.

Mira al lado contrario.

Ahí hay una osa pequeña con un palo. Mira arriba y es un conejo el qué sostiene una barra de hierro.

-¿Por qué la cara larga?- pregunta tocando esa barra de hierro.- ¿Dónde están los grandotes?- pregunta por los gigantes. Deben ser los pequeños que pudieron reunirse en La Guardería.

Este conejo parece confundido.

-Me pregunta por él ¿Qué le digo?- le pide ayuda a sus amigos.

Un elefante se acerca.

-Dile que vendrá pronto.- le recomienda.-Sin miedo para que no crea que le tienes miedo.-

Niko levanta las cejas al verlo volver con él.

Entonces carraspera y habla con voz exageradamente honda.

Niko se reiría por su actitud pero algo le molesta.

-Vendrá pronto.- sus orejas se acuden al verlo enderezarse.-¡No te muevas!- le ordenó con un grito profundo. 

Niko lleva las manos a su pecho. Aprieta la tela para quitarse lo que le esté lastimando ,sin éxito.

-Me duele…- toma el borde de su camisa levantándose para ver el estado de su torso.

Inmediatamente pierde fuerzas al ver su piel. 

Unas líneas oscuras lo rodean , muy profundas y enrojecidas. Al parecer lo ataron dormido con algo muy fuerte.

Puede recordar que vio a un niño a lo lejos haber caído , solo eso.

-¿Qué pasó?- cuestionó observando la pared. Ve pinturas y dibujos dispersos. Bajo estos los juguetes se dispersa al ser mirado por él.

-Déjame dar una vuelta , volveremos a jugar a los mafiosos cuando termine.- le asegura al hacer a un lado su barra de hierro.

La osa corrió tirando el palo antes que apoyar a su compañero.

El conejo se fue de lado por el peso del hierro.

-No …- su vergüenza es grande al ver a todos sus amigos mirándolo caer al suelo después de insistir en amenazar al humano.-...no se supone que hagas eso.- 

Lo ven levantarse , revisar esas manos , y comenzar un recorrido para comprobar el aspecto de las paredes.

Es difícil entenderlos pero ya aprendío a no ignorar los dibujos de los niños , nunca más los haría a un lado.

Puede ver mucha sangre en los dibujos. Pintura hecha con crayones y lápices viejos.

Sabía que era lo único que no les faltaba en su momento a manos de los encargados de este lugar.

Más una historia diferente a la contada por los murmullos de los niños de la superficie le esperaba en los murales.

Una figura los protegía de un dinosaurio. Puede verlo al estar dibujado con una mirada malvada.

Hay muchos cuerpos que no vio al estar distraído. Hay muchas criaturas como las que los atacaron al entrar.

 Hay algo en las paredes.

CatNap era conocido y su dibujo era bastante parecido. Debió atacarlos más de una vez en estos tres años.

Pero su hermano era inexistente entre los dibujos. 

No había ni un solo dibujo de Christian entre todos los personajes.

Eso solo debía representar la inexistente participación positiva o negativa por parte de su hermano en toda esta supuesta guerra territorial.

No puede decir que fue la decisión correcta o incorrecta sabiendo el resultado que sus decisiones tuvieron para Bubba.

Sin la chica que siempre lo buscaba al final del día o sus amigos. Christian se quedó tan solo en este lugar como para ser completa y absolutamente irrelevante. 

-Hermano , ibas a morir solo en la oscuridad ,como perro sin familia.- su humor es amargo ahora que es claro el lugar de Bubba en este lugar.

Un extra sin lugar en ningún lado. Solo. En las vías qué Huggy Wuggy señaló como un lugar sin nada.

La tristeza lo inunda observando este mural repleto de injusticias.

-¿Quién pintó esto?- les pregunta apuntando a la figura más monstruosa sobre CatNap

Apenas había conocido a ese gato morado y su percepción era mucho menos malvada qué estas pinturas. Era una criatura tímida , siniestro como el callado de la correccional , qué solo te miraba de lejos y se estremecía cuando le sonreía o saludaba, a veces en fotografías.

No le era familiar esa criatura aterradora de las pinturas pero puede que ese fuera el chico cuando las manos de los trabajadores no le sujetaba las patas

Al voltearse los cincuenta juguetes que le seguían se esconden al ser llamados por Niko.

Solo un peluche de Crafty se vio atrapado por culpa de una cobija en el camino. Mira alrededor ,acusándolos por dejarla con el humano, y su rostro sonriente no puede ocultar su vergüenza al levantarse y mirarlo , apuntando a la pintura.

-Yo lo hice, con mis amigos.-

Niko le sonríe esperando más de esa información.

-¿Y tus amigos?-

El unicornio apuntó a una esquina de la pintura.

Ahí Niko ve como demasiados de estos juguetes se pintaron o dibujaron a sus amigos muertos bajo las garras de una criatura de garras afiladas.

-Lamento haberte molestado.- cubre su rostro arrepentido al equivocarse.-Debo cuidar más mi boca.- esa pintura le lleva a más. 

Los dibujos de un perro más grande que otros. Acompañado por insultos vagos como “Mentiroso” “Traidor” “No vuelvas” 

Este debía ser el otro perro. Aquel que sale en los videos de la caricatura tras la muerte de Hobart.

-¿Él estuvo aquí?- le pregunta curioso al verlo ahí.-Ese chico.-

El unicornio , pues su voz era masculina , apunta a ese perro.

-Él sí , unos días después del gran día.- apunta a esa pintura.-Prometió regresar pero no lo hizo , nunca volvió pero aún estaba aquí. Estaba vivo.- lleva sus patitas a su pecho.-Nos abandonó , abandonó a Doey.- junta sus manos sobre su pecho.-Solo se llevó un montón de basura del lugar y nunca regresó.-

Era claro cuánto les enojaba haber sido abandonados por alguien que les prometió regresar y mintiera de forma tan descarada. 

Apunta a la pintura.

-Me enoja mucho.- murmura el unicornio.-Él valle de los locos es muy peligroso pero aún intentamos conseguir comida y esos traidores continúan matando a nuestros exploradores.-

Niko inclina la cabeza a un costado.

-¿Locos?-

El resto se acerca lentamente.

-Ellos de verdad creen que son caricaturas , el prototipo incluso los tuvo que eliminar.-señala una osita.- Se llaman DogDay , CraftyCorn o Kickin y más pero no recuerdan sus nombres. Hasta los niños humanos se volvieron raros -

Un Hoppy apunta las pinturas.

-Una cosa es pasar entre los caníbales de la primera capa pero ese terreno era el verdadero peligro.

-¡No sólo nos condenaron a este lugar hace años! ¡También quieren que nos muramos de hambre aun ahora!- chilla un Bubba.-Ellos son peligrosos.- 

-Se comen entre ellos …se cazan y nos cazan.- abraza sus hombros.-Ellos a veces simplemente comen otros juguetes aunque haya comida.-

Niko observa la pintura dividida entre los caníbales y los sobrevivientes de este territorio.

Al quedarse pensando en la diferencia entre estos niños y los de la superficie es que se da cuenta del significado de esto. Del contexto de su propia posición y su futuro.

Boxy aparece en el mural como el monstruo que se dijo que era para hacer invisible su refugio , para proteger a todos sus compañeros con la muerte de otros fuera del lugar seguro que mantenía a costas de su propia sangre.

-Me atraparon.- sonríe sobando su nuca.

La segunda prueba es el golpe en su cabeza , ahora lo siente.

Eran sobrevivientes de esta zona y no los niños del exterior. Eran las víctimas del orden implantado por los caprichos de esa criatura en los muros y sus seguidores.

Como CatNap , Boxy o Huggy.

Lo trajeron a territorio ajeno a su compañía y su compañía no era bienvenida aquí.

-Si , lo entiendo.- pueden matarlo en cualquier momento de descubrir de qué lado estaba.-¿Cómo saben eso si no han podido subir?- intenta ahondar en sus razones y la información hacerla fluir sin ponerlos nerviosos. Con tal de lograr conectar con ellos.

Saca su libreta para anotar lo que le hacía falta.

-Más de uno de ellos llegaba aquí a veces , cuando aún habían humanos.- mira a sus compañeros.-Se portaban mal y llegaban aquí.-

-Están muy locos.- señala un Bubba.-Eran …raros y muy pegajosos.-

Un perro apunta a las figuras que sí comieron de los platos de carne y sangre.

-Y si no los abrazas , te comerán. No saben amar a alguien sin morderlo.-

Niko suspira volviendo su atención a ese mural. El color de este y como al caminar hay más pruebas de ello …

-Oh…- se gira fingiendo que no vio el interior de los baños y lo que podría ser una esquina de ositos cariñositos.

Ninguno de los niños y adolescentes tiene nada que decir. 

Exhala y sigue adelante sin decir nada al igual que estos chicos que lo siguen en silencio.

Era algo vergonzoso hablar del rincón privado de los mayores del grupo.

-¿Esta es la salida?- apunta a las compuertas.

A sus pies llega un juguete muy pequeño y brillante.

Era un robot pequeño y lindo. De los pocos que vio con la capacidad de moverse.

-Si , por aquí entran y salen los grandes.- apunta un pequeño Bot.-Yo controlo todo con este-

Queda en lblanco el pequeño robot al ser tomado en manos y subido al regazo del joven.-

Sentándose en una bolsa de cobijas observa a la pantalla en manos del bot verde.

-¿Qué los hizo ayudarme?- les pregunta relajado al tener a este juguete en su poder. Lo abraza recargando la mandíbula en su cabeza.-¿El … Doey les dijo algo?- no conocía a ese o esa mencionada. Solo puede esperar a que estos pequeños le tuvieran una respuesta.

Estos lo miran fijamente y parecen pensárselo o murmurar a su manera.

-No deberíamos decirle nada.-

-Pero lo descubrirá tarde o temprano.-

-Aún no se que le diremos a Doey si es que no debíamos traerlo aqui.-

-Entonces ¿Qué hacemos?-

-Deberíamos dejar de hablar y contestar o sabrá que no sabíamos si traerlo o no.-

Niko levanta una ceja al verlos murmurar en voz alta.

A escondidas mueve una envoltura de dulce en su bolsillo. Este hace un ruido plástico algo molesto.

La reacción es nula aunque estén tan cerca. 

 -Tienen problemas de oído.- suspira comprendiendo el mal estado de estas criaturas.

Será por alguna enfermedad por el trabajo qué se les confería entre máquinas de grandes motores , la presión por la profundidad del ambiente. Había muchas razones para tener estos problemas.

Haciendo hincapié en el estado de la superficie y cuántos juguetes murieron aún con sus oídos intactos. Este nuevo entorno debía ser mucho más duro de lo que era posible prever a primera vista. 

-¿Tienes comida?- de entre todos uno fue atrevido en su vergonzoso pedido.

Muchos miraron a ese gato púrpura salir del grupo para pedir esto con voz rota.

Niko sonríe a medias.

-Ustedes tienen mi mochila.- señala aunque no pueda ubicarla después de rodear el lugar.

Un pequeño grupo viene de nuevo.

Esto solo pone de los nervios al ya alterado conejo verde.

-¿No ven que podría traer un arma con él?- les advierte tratando de detener sus pasos.-Es un humano.-

Niko interviene para evitar el pánico.

-Pudieron revisar , ¿No lo hicieron?- les pregunta mirando su mochila intacta.

Solo falta la barra de galletas bajas en azúcar de un bolsillo exterior.

-¿Eres tonto? - le reta ese conejo verde.-Nadie va a abrir algo que no sabe que contiene , es lógico.- 

-Si.- lo secundan en coro.

-¿Enserio? ¿Por qué no debería?- los hace hablar mirando al conejito y luego a su mochila al notar lo poco que les gustaba ser observados. 

 -Porque si abres algo que no sabes que contiene , podría hacer ¡Kataplum! Y te quemarías o perderías un ojo.-

-O te dolería.- añade el unicornio a un lado de Niko.

Él aguanta uno de sus gritos al sentirse rodeado por estos chicos cada vez más cercanos.

-Como si quemarte no doliera. - gruñe el conejo de vuelta.

-Estoy dándote la razón , Brian.- le reclama el unicornio.-No me hagas arrepentirme.-

-No peleen.- advierte un perrito naranja.

Los presentes se miran y son sacudidos por el humano riéndose.

-Te burlas de nosotros.- señala el conejo.

-No.- mira al Bot en sus manos.-Es solo que me parece que ustedes son muy valientes.- 

En silencio tras su comentario le devuelven su mochila.

Niko recupera su mochila , sin poner atención en el pequeño Boogie Bot qué huyó en cuanto lo dejo libre , abre el candado seguido de destrabar los alambres qué tuvo que incluir al romperse el cierre en el correteo con Mommy. 

Mommy.

Sus ojos van hacia ellos , a los pequeños juguetes.

Mommy no debería ser diferente a ellos pero su estado era deplorable a lo mental.

La tortura qué debio sufrir esa niña para llegar a tal punto…es aterrador.

-¿Tienen agua?- les pregunta sacando una bolsa con algunos vasos de leche dulce.

Su enfermedad le dicta cierta ingesta de azúcares pero ahora su insulina está perdida.

-Tenemos un poco.-

-¿Es avena?- pregunta una osita más emocionada que al inicio a aplaudir ansiosa.

 Ahora mismo Niko reacciona con un recuerdo rápido. 

Poca o nada de azúcar.

La diferencia de lo que podría necesitar ahora que estaba bajo tierra y tan profundo que sus oídos apenas escuchan por la presión , le preocupaba tener un episodio de esos que te dejan como títere sin hilos en el suelo.

Pero los puede sentir y puede escuchar una tos y sus miradas nerviosas a su alrededor.

Podría estar en problemas muy pronto.

Más sonríe mostrando estos empaques. Aquellos que no le dio a Christian para una emergencia real.

-Traigan agua , es todo lo que se necesita.- 

Un grupo corre directamente a la zona de baños. Escucha cómo encienden una regadera y un chorro de agua tan triste como lágrima de viuda cae en un contenedor.

Espera ya abriendo algunos de estos botes y sobres.

Tras unos diez minutos llegan los primeros con este contenedor sostenido por todos.

Niko se mantiene en el mismo espacio , tan solo por la presencia sobre él.

Un PJ de siete metros , no tan grande como el PJ qué casi lo come vivo en esos juegos de luz y sombra pero sí muy intenso. Debía ser el guardia del lugar.

El agua es potable , exceptuando por su fuerte olor a óxido.

-Traje treinta vasos y quince bolsas , deberán compartir.-

-Ya hemos ido al baño juntos , esto no es nada.-

Ríe al escuchar a ese niño al fondo y muy orgulloso de algo como esa muestra de gran compañerismo.

Su compañero aludido no está tan orgulloso y oculta su rostro con las manos.

Niko pasa agua a cada bote y lo deja en el suelo para seguir con el siguiente.

Solo esperaba que no pelearan por la comida.

-Oye …-

Mira al conejito verde a su lado.

-¿De verdad vas a darnos tu comida?-

 -Si.- llena otro trasto.-A cambio deberán convencer a su Doey que no me dispense por piezas.- 

Con una condición de por medio la sospecha de los juguetes se ve aminorada.

Tal vez hizo este gesto de su parte algo transaccional pero si estos niños son un tercio de lo realistas que eran él o su hermano , era mejor dejarles algo seguro en vez de hacerlos sospechar más y crecer sus inseguridades.

-Come.- le dice el conejo de forma fría , apunta uno de los botes para ser quien le de una opción difícil de manipular.-Come y bebe.- le ordena.

Esta orden viene con la tensa insistencia de otros juguetes ya tentados por el aroma dulce de la comida deshidratada. 

Niko toma una bebida y un poco de comida.

Lleva arroz con verduras a su boca y parte de una bebida frente al conejito.

-¿Ya? ¿O me quedo con tu porción galán?- lo molesta apuntando su nariz.

El conejo suspira girando con los hombros tensos.

-¡Hagan fila!-

Una horda vino corriendo de rincones que Niko no esperaba.

Ya no son silenciosos. Esperan nerviosos y risueños. Emociones muy dispersas.

Por desgracia el agua de la comida estaba fría y por tanto , era comida helada.

Algo a ignorar cuando poco a poco las criaturas reciben una parte entre lágrimas.

Cuando Niko dejó la casa de su abuela muchas veces se acercó a los comedores comunitarios y la comida que recibía era mala , muy vieja o sucia con tierra. 

Alguna vez estaba descompuesta pero al final , era comida.

Él tenía once años y tenía hambre. Todo era bueno , cualquier migaja en la basura era buena.

Devorando entre las ratas y él un pollo asado del basurero cercano a algún restaurante sin importarle sufrir dolor de estómago después.

Su vida era miserable y sucia , peligrosa y humillante.

Vivió atrapado en callejones o bajo un puente huyendo de algún enfermo que lo viera como una buena novia. Llegando a serlo cuando no alcanzaba a correr.

Creyó salvar a su hermano de esta vida al dejarlo con la abuela.

Pensó que él recibiría más amor que la falsa sonrisa de algún cansado voluntario en esos comedores.

Entonces puede ver algo en estos ojos. Comprender algo que no podía ver aunque lo intentará.

Ese Niko también era un niño. Él fue un niño como estos pequeños.

No fue su culpa nada de lo que les sucedió a ninguno de los dos.

Fueron esas personas.

Porque ahora …separarse de algo tan importante le fue tan sencillo porque era lo correcto , era lo correcto sentir piedad y actuar.

-Gracias…- dice una Picky temblando con su porción en sus patitas he irse con esa bolsa apretada contra su pecho junto a un insulso vaso calentador de leche con café como un tesoro. 

Tal vez aún le queda mucho por mejorar como persona pero puede saber que no era como esas personas. De alguna forma pude saber que puede ser esa persona que necesitaron su hermano y él.

-Bien...- suspira tragado saliva . Cierra los ojos por un momento para contener esta emoción.-Ahora solo queda mariscos , ¿A quien le gusta la jaiba?-

Un bot al fondo levantó su pantalla. 

-¿Qué es una jaiba?-

Incluso si lo matan , hará todo en sus manos por estos niños. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡Ustedes no son bienvenidos!! ¡¡Ustedes no deberían estar aquí!! ¡¿Qué hacen aquí?!- 

El perro escucha estos gritos con la espalda pegada a la pared. Su estómago presionado por una masa endurecida , casi como un cuchillo lo corta por la fuerza.

-¡Venimos a ayudar! - grita desde lo alto.

Esta criatura azul le mira de lado.

-Nadie de arriba ayuda nunca.- lo observa reaccionando al verlo totalmente.-¡¡Harom!!-

El tono le aviso a Hobie que esto dolería.

Así fue.

Esta criatura lo impactó con salvaje rabia contra otra pared.

Hace años le hicieron esto los otros experimentos. Mommy lo sujetó y lo arrastró por el suelo dejando atrás partes de su pelo y piel. Seguido de morderlo y azotar su cara contra el techo para impactar contra el suelo.

Mommy estaba jugando.

Solo el metal incluido en estos tantos años de reparaciones lo salvaron de morir al impactar con tanta violencia contra el suelo.

 

La sangre del impacto salpica al gato.

Este felino queda en blanco al ver a esa cosa levantar a medias al perro para verlo con esos ojos apagados. 

Muerto.

-CatNap.-lo llama rencoroso al verlo.

No duda en apartar al perro de él .

Del felino paralizado con la sangre de perro en su rostro sonriente.

-Mis amigos no te olvidan gato.- lo avisa el azul esta vez sujetando la pierna del perro en alto. 

El gato sigue en blanco. Impávido.

Aquella criatura levantó al perro dispuesto a usarlo como un mazo contra el felino.

En este segundo ese perro decidió cortarse la pata , saliendo del control del azul al caer al suelo.

Esa bolsa se quedó más atrás pero pude verla. No puede hablar ahora , su bocina estaba acomodándose dentro. 

Duele sentir como su tráquea se repara y le dificulta respirar después de ese golpe.

CatNap no puede moverse. Aún no puede salir de ese mutismo.

Pelear es posible. Positivo no lo es.

Es el líder..aunque por ahora solo es un delegado….

-Venimos con Poppy.- no parece funcionar al verlo precipitarse hacia ellos.-Y con Kissy.-c dice a fuerzas levantando los brazos justo a tiempo para ver a esa criatura azul de frente y sin forma.

Los ojos aparecen sin presentarse aún.

-Ella dijo que debíamos buscarte pero no nos dijo donde estabas al separarnos.-

Este azul retrocede .

-¡¿Qué le hicieron a mis amigas?! Ellos vienen con Kissy y Poppy ¡¿Les crees?!- apunta a Theodore.-Ese es CatNap.- señala sin aire por la furia qué le recorre.

El perro cuida al gato colocándose enfrente.

-Theodore viene conmigo , por favor , escúchanos.-

El azul le apunta.

Es el tercer azul que lo señala con esta rabia , comenzará a sentir prejuicio por los azules , como dice el común colectivo social de “Ese tipo es de color diferente , pateenlo” “Ese tipo es raro , paguenle un tercio de lo que le dan a sus compañeros de colorometria azul” “Avísale a las sombra que no me hable” ¿Como insultas a un azul? 

Mejor se concentra o solo hará enojar al amigo. 

-Humanos vienen , están muy cerca. Debemos irnos todos juntos o esto no habrá valido la pena.- señala al techo.-Ya entraron algunos empleados hasta este lugar.-

El gran azul lo mira intensamente antes de sujetarse un brazo y girar la cabeza.

-No les creo , mienten. ¡No , lo de los humanos es cierto! Podrían querer engañarnos.- cierra los puños mirando al suelo.-No lo aguanto ,esto es miserable.- retrocede frustrado.- ¡¡¿Porque Harom viene con el CatNap?!!- sujeta su propia mano para no apuntar.-Debemos decidir y pelear no nos servirá.- mira a los dos.

El perro dejó de levantar las manos de forma lenta para rodear el cuerpo de Theodore , acariciando su rostro para sacarlo de este episodio helado.

El azul cierra los puños. Una corriente le hace mirar a un lado escuchando algo dentro de su cabeza.

-Si…- apunta al perro.-¿Qué pasó con Jason?- cuestiona enojado.-¿Qué hicieron con Jason?- la segunda vez su voz se quiebra.

El perro encuentre a Theodore descongelandose muy lento. Chocando su rostro con el cuello del perro.

-Yo no soy Harom.- mostró su mano.-Yo soy Hobart me convirtieron en un juguete en 1984 , soy el primero y el líder de las criaturas sonrientes.- señala su propio rostro.-Me castigaron con una muerte pública en julio de 1991 , por pasar drogas del interior al exterior y matar a todos los trabajadores que se me cruzaron el mismo día.- presenta su identidad junto a sus crímenes.-Vine aquí con más personas dispuestas a ayudar , dispuestos a tendernos una mano para salir de aquí pero solo se podrá si todos van con nosotros antes de que todo esto se repita nuevamente.-

Tras esa presentación espera escuchar alguna respuesta.

La criatura piensa.

Entonces se endereza y sonríe perdiéndose.

Dog decide mantenerse concentrado en Theodore y ese temblor en su cuerpo.

-Estamos bien.- murmuró acariciando su rostro.

El gato presiona el rostro en su hombro.

Apenas puede pensar.

Fue tan instantáneo todo y fue tan doloroso. Su cuerpo tiembla llenándose de frío y dolor. 

Tan sorpresivo como instantáneo , se llevó la fuerza de sus patas junto con la capacidad de escuchar o sentir. Solo eran ojos sin emociones más allá del sopor pesado que lo mantiene paralizado. 

 Hobart ahora se mueve pero no era así hace un momento. No lo era , fue doloroso como perder un pulmón o esa caída de hace días.

Las quemaduras o los golpes.

Nada es comparable a cómo su cuerpo solo podía quedarse ahí ante el miedo inmediato que lo inundó.

Porque …por un momento DogDay volvió a morir y descubrió que ya no podía pelear ni moverse.

Rindiendose a la muerte en cuanto ya era tarde.

 

Para la criatura de colores su interior es un caos.

Los gritos de los dos y el murmullo de uno.

Estaba claro que había humanos afuera.

Es claro que no mienten y la historia del perro encaja con los rumores qué sabían sobre ese perro muerto.

Aunque ya pasó demasiado tiempo para que tenga sentido que esté aquí.

También menciona a más personas pero no qué eran exactamente y su primer compañía es CatNap , la florecilla del prototipo.No era posible qué simplemente confíen su seguridad a las garras de una de las más queridas criaturas del prototipo.

Dos discuten. Uno sale al exterior para analizarlos frío.

En el centro estaban esos dos dándose el usual arrumaco qué presencia de vez en cuando entre los juguetes , ese consuelo raro de sobar sus rostros y abrazarse.

-No , no lo hagas.- advierte su propia voz.-Es mejor pedir ayuda que morir sin hacer nada.- fue suave su decisión pero su rostro es molesto al acercarse de vuelta.-Entonces vamos con los suyos.- señala al perro directo al rostro.

Hobart le muestra la mano pidiendo un saludo.

El azul le da una palmada en vez de tomar su mano.

-No los llevaré a ningún lado sin conocer a su gente.- su cuerpo se pierde en el suelo y sus rendijas.

CatNap observa esa rendija.

La sospecha sobre esta criatura crece al ver esa capacidad tan diferente a la de los otros monstruos en la superficie o la media tierra.

Siente como el perro le insta con un toque a su nariz.

-Se te queda la pierna.- apunta a unos metros.

La pierna del perro estaba en el suelo.

Esa criatura azul se la lleva a un respiradero.

-Oh , es bromista.- señala superando el robo.

El gato va por la bolsa y la arrastra al seguir demasiado débil para cargarla. No era débil , esto es el efecto de este fresco susto de muerte.

-Se la puede comer.- advierte el gato aún en desacuerdo respecto a ese robo.

-Entonces me pondré una de las patas de esas máquinas raras.- 

Atan el cinturón a su muñón , avanzando esta vez tras el olor más fuerte en el grupo. 

El camino es molesto al ir agarrado del lomo de Theodore.

-Recuerdo a Pedro. El odiaba que lo ayudarán…- murmura mirando al felino.-Creo que lo entiendo.-

-¿Estás enojado?- le pregunta en voz baja. 

Dog le toca el rostro.

-Estoy feliz por estar contigo , es solo que entiendo mejor cuanto miedo da carte en esta situación.- acariciaba sus orejas.-Eres aún más precioso de cerca.-

El gato levanta las orejas.

-Ya te colgaste.-

De lejos se ve al perro agarrado de su cuello sin moverse ya la pierna.

-Si , es solo que tu respiración es magnífica.- escucha por encima de ese ritmo.-Estoy perdiendo sangre.-

El gato lo observa preocupado.

-Ya casi llegamos , puedo sentir la esencia de mediana edad de Boxy.- bromea tocando sus orejas.-Si fuéramos, estudiantes te obligaría a llevarme ebrio a casa.-

A Theodore no les estaba gustando como estaba debilitándose.

-Entonces ya no me gustarias.- lo advierte.

Al parecer ese era el ánimo necesario para el perro y que dejara de actuar moribundo. Se endereza ya repuesto y va a su lado como si esa pierna ausente ya no le afectará.

Definitivamente estos cinco años le han hecho algo encimoso al perro.

Siguen el rastro hasta esa cantera exterior.

El grupo si estaba ahí.

El alivio del perro es grande al ver a todos como lo esperaba.

Las heridas eran muchas y ahora estaban aprovechando para tratarlas en este espacio abierto.

El primero en verlos es la coneja en lo alto. No saluda pero muestra su reconocimiento al verlos.

Era una zona peligrosa pero era esto o nada , al parecer no fue sencillo para un gran número a comparación de su grupo reducido.

Entre ellos un bot , el único sobreviviente por parte de Boxy , es paseado de un lado a otro en la espalda de un Bunzo , dando instrucciones sobre las heridas ahora que sus ruedas eran inútiles en el espacio desigual.

Bubba , el gran elefante cargado con mantas robadas de las camas cercanas a esta zona , viene por detrás de ellos por un pasillo.

-¿Cómo perdiste la pierna?- le pregunta mirando su herida.

El perro levanta el muñón.

-Nos encontramos con alguien y es un seguro , yo se la di.-

Bubba por reflejo mira al gato esperando algo que corrija tal estupidez.

-Así fue en pocas palabras.- acepta esa orden de factores tan absurda por parte del perro.

El elefante no estaba dispuesto a escuchar más tonterías. Va con los humanos y esas criaturas heridas.

El gato y el perro atraviesan este acelerado grupo de criaturas intentando prepararse para seguir.

Era un lugar tan abierto y lleno de puntos ciegos como pasajes ocultos , si se efectuará un ataque sería devastador pero tal parece , estaban arrinconados a detenerse o permitir que estas heridas empeorarán en todos.

Ryan escuchó la voz del perro , ya no puede confundirla con el doctor después de volver a escuchar ese tono arrastrado y petulante , ahora puede escuchar ese timbre juvenil y rebelde.

-Pedro , mi abuelo caliente a tres metros de ti ¿Qué pasó?- le saluda tomando un espacio de polvo para sentarse aliviado de verlo bien , rasguñado y sin su coleta pero bien , analiza sus ropas y las heridas que atendió en sus brazos.

-Primero mejora ese tono.- advierte mirándolo al fin.-No pasaron ni dos horas y ya perdiste la pata.- 

El perro mira al muñón.

-Ya me conocen , iba con Theodore . Necesito mantenerlo impresionado.-

El gato , que apenas ha tomado asiento , lo mira con el ceño fruncido.

-Tarado.- sabe que no era culpa de Dog pero el que lo tomara como un chiste ahora que estaban juntos y con todos…puede darse cuenta del maldito peligro que corrieron y él mismo no supo cómo responder. Era frustrante qué pareciera que el perro no lo tomara enserio.

El perro le mira por unos segundos. Estiró la mano en su dirección.

-Así manejo el miedo , perdón.-

El gato suspira correspondiendo su gesto al poner su garra en esa mano.

El perro lo lleva a su rostro. Al rozar su nariz con esta extremidad suspiró relajándose por fin.

-Si , solo tú me recuerdas lo buena que es la vida ¡Rábanos!-

El gato mira abajo. El humano le colocó una tela cubierta de azul en el muñón para evitar las infecciones.

-¿Y tú?- pregunta mirando la sangre en el rostro del gato.

-Theodore tiene un rasguño , puedo curarlo yo.- le ávida el perro.

Por ahora es mejor no molestar a Theodore con la presión de la presencia de Ryan. 

 Este le deja un paño con medicina.

Al irse pasa por un lado de la rata. Esa trata qué no para de observar al perro herido.

No esperaba verlo de nuevo y menos ya herido.

 

El gato mira ese líquido azul con recelo , le parecía innecesario atender los simples rasguños de esa máquina.

DogDay no lo ve así , toma la delantera al momento de buscar entre su pelaje las heridas y juntarle este desinfectante en las cortadas y golpes qué hayan herido su piel plástica o llegado a la piel interior.

Por dentro puede ver el tono pálido de la piel piel de Theodore en algunas heridas profundas.

-Somos más frágiles de lo que desearía.- suspira pidiendo su engrapadora.-Nos dieron una paliza y apenas iniciamos.-

El gato entrega esto mirando las grapas de Dog. Estaba ya casi fuera al ser expulsada por la curación…

No puede , no puede hacer como si nada hubiera pasado.

-Necesito un momento solo.- le pide deteniendo su atención sobre su oreja.-Volveré pronto.- levanta el cuerpo del suelo sin importarle cuanta tierra se pegó a su pelaje , viéndose bastante fantasmal por ese color raro en la arena.

El perro en silencio acepta que se aleje con ese paso lento entre las otras criaturas.

Este camino lo acompaña el miedo de los medios y pequeños juguetes que aún se encogen e intentan evitar siquiera mirarlo al pasar entre ellos.

DogDay suspira recargando la cabeza en su puño. Debe esperar un poco para que este nuevo individuo se decida a aparecer por sí solo.

Tan solo deseaba que no atacara Theodore. Le queda creer en la capacidad de Theodore para proteger y en la sinceridad de esa persona para no atacarlos cuando ya había aceptado reunirse con su grupo.

 

 

Al pasar de ese valle y sus ruidosos murmullos , Theodore llega a recostarse contra un muro. Sosteniendo su pecho trata de no comenzar a gritar en otro arranque.

Fue demasiado sencillo para este desconocido pasar por todas sus defensas para herir a Hobart y llegar a atacarlo a él , estaban en un espacio peligroso y su humo no estaba presente para protegerse a él y su perro.

Pensó que se trataría solo de bajar y pelear para no morir o morir siendo útil. 

No pudo prever cuánto le dolería perder a Dog otra vez , siempre es peor de lo que puede imaginarse.

Inhala y exhala tratando de volver a estar en control con la presión de sus propias garras sobre su pecho.

 

El perro puede escucharlo. Era imposible que más de uno de los presentes no le escuche tener ese ataque nervioso aunque intentará mantenerse en silencio.

Theodore no tiene el arma que lo protegió por estos años y ya fue atacado dos veces en menos de dos horas. Ademas de ser él mismo un idiota al intentar animarlo en vez de afrontar la situación como un adulto.

¿Qué es ser adulto? Era difícil saberlo ahora que parece estar algunos pasos por detrás de sus amigos que sí vivieron estos cinco años.

-No les sirve de nada mi presencia.- este peso es claro.

No sabe cómo abordar totalmente a Theodore más allá de lo que conoció hace años.En esos años Theodore era un niño pero hoy es una persona diferente.  

Ya no es el niño en los túneles pero tampoco es el chico que se reía a escondidas de vulgaridades sencillas. 

Ya es muy diferente pero sigue siendo Theodore. Es ese niño y ese chico que le gustaba y le gusta pero ya no son iguales sus pensamientos.

Eran lo que él otro quería pero no lo que necesitaban , ¿Oh ,si? 

La situación de su grupo es un avance a ciegas en terreno desconocido.

Su propia posición es igual. Ya no los conoce como antes , no sabe quienes son estas personas aunque aún los quiera por quienes fueron.

Entre estos problemas estaba el cuerpo que sabe está a unos metros bajo una rata qué lo usa como asiento. Busca la mirada de Hoppy pero ella también mantiene esos ojos fijos en el lugar tanto como en esa criatura tan parecida a los medios de este terreno.

Gira encarando a la rata qué le observa en silencio.

Su nombre le desbloquea recuerdos de esos años en Dulce Hogar.

Puede ubicarlo entre muchos más por un detalle vergonzoso.

-Hola , Anthony.- levanta la mano saludando relajado.-¿Aun sigues dibujando bocas como ese gran idiota te recomendo?- 

La rata baja la mirada a la tierra.

Pasó un minuto en silencio y muy quieto.

Levantándose. En un punto de improviso.

Cruel como era su sonrisa perpetua , viene hacia él arrastrando a este cadáver de los jirones de piel exterior e interior. Dejando a su paso plumas y sangre seca.

Sin cuidado lo tira al frente del perro.

Termina su acto volviendo a sentarse sobre la espalda de este cuerpo sin cuidado.

Enfrenta su rostro de cerca , lo suficiente para casi chocar sus narices.

Esto conlleva una tensión pesada por esos ojos de plata frente dos lunas llenas sin miedo. Solo la expectativa de un niño y no alguien que haya crecido totalmente.

Confuso por el porte de un cuerpo vivo y seguro de controlarse por sí mismo. 

-Matamos a muchos niños humanos en tu terreno.-

El perro no habla.

-Los cazamos y los llevamos al centro tras derrotar a tus sonrientes dispersos.-

El silencio es la respuesta.

-Uno por uno los sacamos de sus escondites frente a los perdedores. - su voz es fría a pesar del acento infantil.-Los hicimos ver cómo los llevamos a su boca empezando por los mayores , los que podrían pelear fueron los primeros.- inclina el rostro buscando una reacción por parte del perro.-Sujetamos a a coneja y le dimos en la garganta los primeros , uno por uno , comieron lo que les empujamos por la fuerza al interior de sus bocas.- busca aquella reacción que le muerte lo que su padre adoptivo le diría realmente y no ese ánimo tan agobiante.-Hasta el último de ellos , no hubo sobreviviente alguno y si lo hubo , CatNap lo mato al día siguiente.-

 

 

Alrededor los medios testigos , los Bunzo qué apenas alcanzaron a huir después de esta masacre , así como los que sobrevivieron a la segunda horda de muertos efectuada por CatNap.

Todos viven de nuevo aquel día , en una tensión que solo hace a los humanos presentes tomar una distancia segura.

 

Por las cámaras ese ojo se fija en uno de estos , entrecerrando su interés en esa cara seria mucho más fría que en el pasado.

 

 

 

La rata deja caer la cabeza al lado contrario.

-Después mis hermanas vomitaron e intentaron tragarlo de vuelta pero solo eran ellas revolcándose en su desgracia.- regresa a una posición cohibida aún en este asiento tan inconveniente. -Mate a muchos , mis hermanos lo hicieron también y tú solo dices eso.- gruñe presionando las manos entre sí en su estómago.

El perro al fin dice algo.

-Si planeas pedir perdón , tendrás mucho trabajo por hacer.- agarra a la rata por las mejillas.-Actuaste mal , y mordiste aunque te advertí qué no debías hacerlo.-

Esta rata lleva las manos arriba.

-Déjame mostrarte algo.- lo empuja para apuntar la tierra.

En esta no tarda en usar la garra índice para hacer los garabatos necesarios.

Tomando lentamente forma esa deformidad.

-Aprendí a dibujar bocas.- observa su dibujo.-Observe los cráneos de la cueva y en un momento logré armar una boca humana.- golpea un par de veces los colmillos del dibujo.-Supe que no eras tú cuando empezó a ser seguro y no se contradecía ni era absurdo al aconsejarnos.- cubre su rostro con las manos.-Mako me cuido , aunque estaba así de asustado.- 

El perro coloca una mano sobre su cabeza , acaricia su pelaje de forma abstraída.

Poe y ahora Toullie , ambos son niños de La Guardería.

-Nadie te perdonará ni olvidará lo que hiciste , fuera por órdenes o no. Deberás afrontar este viaje esperando nada más allá de tu libertad.- le descubre el rostro.-Estaré para ti cuanto lo necesites , así que al menos eso es seguro.- lo atrae con un abrazo.

La rata observa sin ver en realidad al lugar a l estar en un abrazo muy diferente al que recibía por este perro hace años.

No es pequeño ni un humano , su cola y dientes grandes son la prueba.

-Nunca serás el pequeño Anthony otra vez , pero aun te podemos amar por quien eres hoy y serás mañana , hijo.- acaricia su nuca , escuchando ese corazón acompasado.-Te extrañe tanto como a tus hermanas y hermanos , Tony.-

La rata se queda ahí. Solo refugiándose en ese abrazo. Haciendo la pregunta que le recorre las entrañas desde ese día , desde el día que lo vio matar y ser asesinado por las otras criaturas.

Criaturas a las que no les tenía más que rencor.

-¿Por qué volviste? ¿Por qué no dejaste que nos mataramos entre todos como lo hicieron contigo?-

El perro termina la distancia entre ellos para murmurar sobre su oído.

-Porque eso sería salvar a la compañía , a los científicos y a todos los que desearían enterrarnos a todos , y tu padre es de todo menos un tipo que se vaya a ir de este mundo sin joder a los que se le antoje.- ríe arrogante.-Tony , ¿No hiciste todo por sobrevivir? ¿Qué tanto crees que te pareces a mi? Temo decirte que no mucho.-

La rata mueve las orejas. Las lágrimas caen por sus ojos mirando al suelo con un temblor profundo sobre su cuerpo. Mira sus garras tomadas por este perro , abriendo los ojos grandes al ver las garras gruesas de perro salir de entre el pelaje , abriendo su piel desde el interior.

-Usas la garra o el colmillo , yo decido el colmillo y lo oculto como un hipócrita para sobrevivir cuando me estén pisoteando los que se sienten ganadores.- analiza las garras de la rata.-El día que me mataron yo me lleve a muchos conmigo , fueron tantos que las cicatrices debieron permanecer por todos esos años que no estuve aquí.-

-Todo cambió para nosotros. Ya nada fue como antes , cuando te fuiste nadie deseaba ya cuidarnos ni ser nuestros amigos. Peleamos y salimos heridos todo el tiempo ¿Eso también lo deseabas?-

-No.- lo confiesa al fin a este chico.-Lo que e visto y lo que me dicen , todo es una gran decepción.-su cuerpo se relaja al decir esto a Tony.-Estoy decepcionado y herido , nadie pudo seguir adelante ni intento ir contra corriente , me equivoque al protegerlos ya el costo es saber hoy cuánto daños se hicieron entre todos. Mis amigos , ustedes , los niños y los juguetes ¿Como no terminarían matándose si no hay comida? ¿Cómo no iban a cometer canibalismo si no hay ley?- su enojo es creciente.-Incluso si hay tierra , no hay semillas y no puede haber cultivo … ¿Porque todo esto sucedió?- 

-Porque no sabíamos qué hacer , no sabíamos nada de nada . Tony comparte su menor entendimiento de lo sucedido.-Yo no sé cocinar ni plantar , mi hermana tampoco y …solo podíamos comer a otros.-

-Si , es todo un resultado deprimente pero a fin de cuentas , todos lo tuvieron que sufrir.- suelta al chico para verlo volver a su lugar.-Es un camino que debían recorrer , y solo es por sus decisiones.-

Toullie descubre la falta del ave.

Sobre unas rocas a varios metros esa coneja abre al ave sacando sin dudar todos los cartuchos de explosivos , revisa ciegamente su órgano sin saber en realidad que debía haber o que no debería , rindiéndose lo cierra con cinta gris y mucha fuerza.

-Gracias por traerlo.- 

Touille vuelve a mirarlo.

-¿No me odias a mi y a mis hermanos?-

-No. No puedo odiarte , no tengo derecho a hacerlo.- mira al piso donde ese dibujo aún está presente. Voltea revisando la bolsa arrastrada por Theodore.

Del interior sacó una lata grande.

-Esto es sopa de res , come.- la entrega en sus manos.

La rana corre muy rápido a un punto apartado. Abre la lata por encima con sus dientes sin dudar en comer ese caldo helado y gelatinoso con gran desespero. El olor del caldo los llenaba por su rareza al estar enlatado y aún así era mejor que muchos olores percibidos hasta ahora.

 Theodore regresa aún lleno de tierra , habiendo esperado a que la rata se fuera para llegar con el perro, toma y reclama su lugar acostándose por encima de ese dibujo para recargarse en su costado.

De forma inmediata le rodea con un brazo. Observa a Hoppy esperar comiendo torpe es cabeza con un hilo grueso y grapas. No tenía demasiada fe pero deseaba hablar con Kickin , descubrir más de lo sucedido y porque lo traicionó él.

¿Por qué Kickin? ¿Porque su amigo lo traicionó? De todos , él.

Espera a que todos se tranquilicen. Frunciendo el ceño al igual que Theodore conforme pasa el tiempo sin novedad más allá de Bubba regresando con más cobijas y algunas cuerdas.

-Theodore , ¿Cuánto ha pasado?-

-Cuarenta minutos completos.- responde observando de soslayo a Hoppy abrazando ese cuerpo para darle calor. Este peso culpable le hace desear no verlo despertar tanto como necesitaba que esa ave volviera a responsabilizarse de sus actos.

 Hobart ya admitió cuanto le decepcionada el escenario presente y él solo podía aceptar que se sentía aún más perdido , porque él era parte de este resultado al obedecer órdenes poco racionales pero que en su momento le parecieron buenas.

Lo sucedido con los caníbales en La Guardería y como el equilibrio con los humanos se rompió con el incidente que nunca compartió con nadie.

Algo estaba mal y muy podrido pero nunca encontré al culpable porque no tenía idea de como buscarlo.

De estar presente Hobart seguro sería capaz de encontrarlo pero él simplemente …lo hubiera sometido para mantenerlo controlado.

Hobart no es sumiso , aunque le guste fingir ya actuar con esa prometida actitud mansa…era un caos apuntando al peor momento para rebelarse.

Eso en este lugar solo le hubiera empujado a herirlo , a hacerle daño para mantenerlo quieto.

Ahora con su brazo por encima de su cuerpo , el miedo a no saber si sería tan fuerte como para proteger a Hobart de sí , le dolía y avergonzaba.

Lo empuja a mantener la cabeza agachada tras solo quedarse en blanco por el ataque sorpresa de esa criatura azul en la bodega.

Simplemente se quedó ahí…solo viendo como mataban a alguien que se suponía amaba.

Solo fue testigo.

Viviendo en carne propia el peor de los escenarios posibles.

Así como con los niños de La Guardería ¿Él hubiera permitido que Dios efectuará ese mismo horror sobre DogDay?

-Si.- 

-¿Qué ocurre?- pregunta el perro al sentirlo tan tenso.

El gato debe afrontar esta realidad tan cruda de sí mismo. Su cobardía en los peores momentos , en aquello que le definiría como ser vivo. No es capaz de defender a nadie que ame. Solo se quedará ahí viendo como les hacen daño.

 

-Theodore.- suspira el perro al ver cómo sus ojos se llenan de esas lágrimas rojas sin responderle. Suspira rebuscando en la bolsa. Es esta saca una capa repelente al fuego , la única que tenía tras revisar algunos casilleros en la fábrica.

Lo cubre dejando su rostro oculto al exterior pero capaz de mirar afuera.

-Regresa cuando te sientas mejor.- lo acaricia dejando su lado.

El gato se queda ahí , mirando la tierra y al perro pasar por enfrente para ir al centro del valle.

Ya muchos estaban seguros de volver adelante con rostros nerviosos. Lo siguen al avanzar recargado en las piedras hasta ese centro.

-¡Ya deberías presentarte , incluso si no están Poppy o Kissy!- lo llama alzando la voz. 

Hoppy en alto levanta lo que le resta de orejas buscando a aquella persona requerida. Abraza el cuerpo aún frío en su pecho.

Esta alerta hace a los medios unirse y esperar a ver lo que suceda en la seguridad de los números.

-Poppy no tardará en volver , ella y Kissy van juntas y ella ya está cerca. Puedes sentirlas.-  

Henry , entre los medios y las vendas improvisadas por las sábanas de Bubba , busca aquella nueva presencia en los bordes del lugar. Saltando al caer a su lado algo grande y naranja.

-Mierda…- sonríe nervioso al ver la pierna del perro a su lado. Usa la mano azul para entregarla al perro.

-Gracias.- murmura desatado la venda para unir su extremidad con un lazo acerca por un nervioso Bunzo.-Gracias amigo.- le recibe su ayuda alegre.

El cambio entre ambas formas de dirigirse es marcado.

De alguna manera Henry se sintió menospreciado. 

Bunzo abre grande los ojos al verlo sacar una pistola de clavos de su cierre , usándola para unir la pierna con una pieza de metal exterior , una usada normalmente para la fabricación de muebles , seguido usó la cinta para cubrir la reparación

Regresa la cinta con un animoso ademán.

Bunzo regresa a su grupo una vez obtuvo suelta la cinta.

Nunca vio a un gigante currar se de forma tan cruda y en silencio. Sospechaba que DogDay no sentía dolor.

Cosa equivocada , muy equivocada.

 

El perro observa al lugar de donde pareció caer su pierna , la que tuvo que reparar de tal forma al estar completamente fracturada. Espera a que el nuevo se una , estirando la pata para mantenerse estable en el suelo en espera de este dolor creciente conforme los nervios se reparan.

Theodore no está bien. No deberá traerlo pero no puede dejarlo.

El resto ya está herido. A donde haya ido Boxy , ya necesitaba que volviera.

Hoppy definitivamente se abstendría de apoyar mientras Kickin no se mueva por sí mismo.

Por donde lo viera , su escenario era muy negativo aunque tenga a los humanos y a Huggy escondido por ahí el intenso.

Aquella voz suena muy cerca.

 -No tienes porque gritar.-

Otra vez Henry se ve sobresaltado por la aparición de algo muy cerca de él .

Es esa criatura azul tomando forma al salir de unas grietas en el suelo.

-Estoy seguro de que podemos hablar.- murmura el humano al sentir como lo empuja para pasar por su lado.

-Tú traes muchas cosas peligrosas contigo.- señala con Laos brazo arriba.-Traes muerte y asesinos , a mi casa.- apunta al suelo enojado.

El perro recibe la acusación relajado.

-Eso incluye a Kissy.- le recuerda el perro aun en ese piso de tierra.-¿Quieres comer algo?- le ofrece mirando a su bolsa.-Si no , conoce a todos y después hablamos.- toma su pierna lento.

El dolor de los nervios enfría su cuerpo. Lo hace temblar por un segundo antes de contener un grito. Respira moviendo la cabeza para señalar su libertad de movilidad.

El azul niega moviendo la cabeza , levanta los brazos evitando tocar a más de uno estirando su cuerpo por momentos largo y pechugón para no tirar a dos medios sentados en unas piedras, analiza a estados y sus heridas aun moviéndose entre las criaturas que lo miran muy sorprendidas.

Nunca creyeron ver a Doey , un juguete que solo veían en comerciales.

Creían que nunca podrían fabricarlo.

Al parecer lo hicieron.

Al pasar por medio de dos pequeñas CatBee su aspecto , antes frío y serio al aparecer con hombros tensos , brazos arriba y rostro enojado ; cambia al ver a tantos medios y más juguetes mirándolo.

Sus gestos dan un giro de 380 al llevarse un dedo a la boca mirando la salud en algunos y las heridas en otros. La curiosidad es visible junto con su sorpresa.

Eran criaturas de diferentes territorios. Muy separadas por todo el desastre que era esta fábrica.

Sus patas tenían aceite de motor y grava cubierta del musgo de La Guardería o las virutas rojas de la estación de Mommy.

Algunos traen señales de habitar la superficie.

Más la presencia de una cama a unos metros con un CandyCat acostado con un collarín improvisado por tela y cartones de la prisión.

Podía ver que estaban llevando lo más lejos posible todo intento por mantener a salvo y vivos sus compañeros, aún veía los problemas de todos muy presentes.

Algunos tiemblan . Signo de comer carne de otros juguetes.

Parecen ser del grupo que excluia a otros por su aspecto. Veía a los pocos CatNap y muchos menos Kickin , apartados en un círculo defensivo de solo los mismos dos juguetes y un par de perros.

Eran del grupo de Laura.

Eran peligrosos para los niños de su propio refugio.

Uno de los peores peligros descansa en el suelo de tierra.

Detiene sus pasos frente a CatNap. De frente a la flor del prototipo.

Lo observa escondido en esa cobija metálica.

Cientos de nubes rojas y esa cosa sonriendo al centro con más de un juguete siendo comido vivo por su bebés le vienen a la mente.

Esa pelea por la comida de La Guardería fue horrible.

Consiguieron todo lo que necesitaban tras pelear con algunos medios y mantener a raya al gato con algunos lanzamientos… pero todo fue un maldito juego.

Este gato solo les estaba dirigiendo.

Les hizo creer que lo estaban logrando en un segundo de humo apareció , lo usó como nunca imaginaron que podría.

Creó un mar de sangre en el aire tan solo para ir uno por uno aplastándolos con sus garras o mordiéndolos fuerte pro escupir los como si no fueran nada más que basura.

Doey está desnudo en todo sentido.

El frío duele , el agua duele y comer puede llevar un tiempo de su cuerpo vuelto lento y torpe.

El humo le afecta más que a otros juguetes al imposibilitar la petrificacion de su cuerpo y volverlo liquido.

No pudo hacer nada , tuvo que dejarlos atrás para traer comida a los que esperaban.

Solo puede guardarse en su mente como este gato mataba sin reparos o piedad y de pronto esa garra , ese monstruo aparecía desde la oscuridad a comer la carne de sus amigos. Comer y ordenar deshacerse del humo con una caricia parecida a una madre sosteniendo un ramo de flores con esas garras.

Jack conoce ese gesto de amor al recordarlo en primera persona. Revivir como él era sostenido de esa forma por su propia madre.

Reconociendo el amor de esos ojos brillantes como la unión de un hijo a sus padres.

CatNap era importante para ese monstruo y esa cosa lo era para el gato.

Fue esclarecedor darse cuenta de cuán imposible sería convencer a ese gato para que les permitiera salir , escapar de la fábrica como esa cosa les negaba su derecho.

Porque un hijo no iría contra su padre y nada podría cambiar algo tan grande como el amor entre ellos. Dos de tres lo entienden y el tercero lo odia.

Entonces verlo aquí le dejaba más dudas que respuestas. 

Eran familia , ¿Que pasó entre ellos? 

Su cabeza gira. Observa al perro sujetarse la pierna con la cabeza baja.

Sus nervios deben estar casi enteros , debe doler le mucho. Bien. 

Es una molestia tratar de entender a estos dos después de todo lo que vivieron en la prisión.

En su momento odiaron saber contra qué peleaban y cuánto les dolía pasar por esto.

Sigue caminando para conocerlos. No intenta siquiera hablar con el felino.

Su paseo lo lleva a ver a un humano agachado frente a un juguete de Mommy , la venda sin mirarlo al terminar con un moño para el disfrute de la muñeca antes asustada por su acercamiento.

Hace tiempo no veía a un humano y menos a uno de ese color.

Se comprime para verlo de cerca con la mano en la boca.

Este le mira devuelta con un rostro tranquilo. Mete la mano en su chaqueta.

-Toma.- le extiende algo.

 Muestra su mano en un reflejo. Por dentro dos voces cuestionan este movimiento entre la rabia gritona y la duda nerviosa.

En su palma es depositado un paquete de dulces muy raro. Lo observa y huele pegado a su nariz.

-Es de leche.- le informa el humano dejando que la muñeca baje de la piedra para revisar al siguiente en la fila.-Tú diente se fracturó , eso ya no se podrá reparar con lo que tenemos.- revisa su boca con cuidado.-Cuando salgamos te pondré una prótesis , por hora avisa de tu problema en la fila de la comida.-

El conejo suspira llevándose su pedazo de diente y con su boca chimuela.

Ryan suspira revisando al siguiente juguete.

-Me mordieron…- murmura este al subirse a la piedra.

-Te repararé eso.- asegura estar listo para costurar la oreja caída de una Hoppy. 

El azul se aparta lento tras ver eso.

Las criaturas lo ven con curiosidad , uno por uno cada vez más curiosos al verlo.

Bubba lo observa pegado a una pared. El nuevo también lo mira.

Un movimiento de cabeza de uno al otro parece ser todo para ellos.

Levanta la cabeza observando a la coneja aun abrazada a este pollo sin moverse. La deja en paz al escucharla cada vez más asustada por la nula respuesta de ese cadáver.

Su vuelta sigue entre las criaturas.

Eran muchas y muy variadas.

Terminando frente a una jaula de hierro con tres criaturas pesadillas en el interior.

Las observa molesto.

Estos chicos han herido y asesinado a muchos de sus amigos , con tanta soltura como aplastar insectos.

Verlos ahora en este estado después de ver al perro y su complejo de mesías hablando con la rata de la media tierra con tanta paz , le dejaba en claro que estaba frente a un grupo de imbéciles muy esperanzados y cargados , literal y metafóricamente , con una bomba encima.

Lo sabe al ver a ese humano más joven recoger los cartuchos de dinamita qué reconoce por su trabajo en la mina. Va hacia este.

-¿Cómo van a utilizar eso?-

Henry pierde más del poco color que había recuperado en estos minutos de silencio.

Una cosa peluda y azul aterrizó a unos centímetros de Doey , mirándolo directo a los ojos este monstruo de grandes colmillos.

Del fondo de la cabeza de Doey nace un grito. No es miedo.

Es enojo.

Furioso por reconocer lo que estaba viendo con solo la aparición del monstruo azul.

Llenándose de frustracion por tener razón y entender qué estaba viendo.

Furioso porque entender que todo este tiempo esos rumores eran reales.

Huggy Wuggy tuvo cosas con un humano.

Y los ve ahora de frente.

Sin parecer ni un poco avergonzados de todo el daño y el dolor extra que sus estúpidas acciones le ocasionaron a las criaturas de la fábrica.

Como todo lo malo fue peor , incluso los últimos dos años fueron uin infierno más allá de todo lo que conocían por culpa de ese monstruo estúpido.

Suspira apartándose.

El enojo es fuerte pero más la frustración de ver cuán negativa como positiva eran estas presencias.

Al llegar al final puede verlos a todos como un solo cuadro 

Estaban dirigiéndose a un punto que él no conoce pero sí que le parecía el único modo de huida de este lugar ahora con tantos humanos entrando.

No lo deseaba pero deberían pelear hasta la muerte en su situación actual o seguir a este movimiento.

Entre de su cabeza las voces pelean.

Hay una necesidad imposible de negar.

Cuánto necesitaban ayuda.

Así mismo existía esa desesperación por ser el único capaz de defender a su familia. Añadiendo la obvia presencia de solo los mismos asesinos de su familia al caso.

El perro , una vez lo borraba del mapa , era el único que nunca les hizo daño.

El resto se unió a la tortura , directa o indirectamente a su piso y a todos.

Sobre todo ese pájaro en brazos de la coneja qué nunca hizo amago por conocerlos incluso en los meses que tuvo la oportunidad de venir aquí antes de que el prototipo ordenará mantenerlas criaturas en cada piso en su piso.

Llegando a escuchar como Hoppy solo dormía y dormía por meses para no comer.

No es justo.

Nada de lo que sucedió ha sido justo para nadie en este piso.

Desde esas pesadillas arrinconadas con torturas inimaginables aun estado animal , o sus amigos empujados a este estado de esclavitud por el capricho el ave.

No hay nada , no hay justicia y no habrá de seguir la mentalidad de ese perro imbécil.

Todo lo que sufrieron será solo un trago amargo y nunca tendría sentido más allá de “Lo hice porque tenía qué hacerlo”

-Qué tontería.- suspiró sentándose en el suelo. Aunque dentro las tres voces discutan qué hacer , por fuera solo observa con esa sonrisa boba al suelo.-Llevo tanto tiempo intentando reunir solo a este piso pero estos en una semana ya son una horda unida.- 

Su cabeza se irá al sentir algo pequeño en su brazo.

Es una Kissy muy pequeña.Ella le sonríe y apunta a un lado.

Levanta los ojos.

En el pasillo la figura de Kissy acompañada por Poppy es visible.

La criatura azul deja este lugar para encontrarlas.

 

-¿Qué fue lo que ocurrió?- pregunta asustada Poppy. No esperaba ver a todos tan pero tan heridos.

 La llegada de la muñeca hace sonreír a más de un juguete.

La voz de Bubba , pegado a la pared cercana a la puerta de entrada , les da un corto resumen.

-Él transporte fue más rudo de lo esperado.- mira a las dos.-Tardaron bastante en encontrarnos.-

Kissy apunta su boca , una figura entre sus manos y una carrera al mover sus manos juntas.

-Si queda claro.- farfulla el elefante mirando al suelo.

-¿Dónde lo perdieron?- les pregunta el humano.

Kissy hace la señal más parecida que podía para referirse a la estación del teleférico.

Dejar a ese gato atrás fue muy difícil , era veloz y fuerte además de destructivo.

Kissy seguiría explicando lo sucedido pero un brazo la detiene. Corresponde con naturalidad.

Estrechando a la criatura en sus brazos.

A lo lejos Huggy mantiene una mirada fría.

Sabía de Kissy y como su silencio y renuncia a la violencia la hizo caer muchas veces en este lugar cuando se negaba a participar en algunos trabajos referentes a la muerte de algunos empleados rebeldes.

No conoce a esta criatura y no estaba de humor para ello.

-Doey.- Poppy lo ve de frente al este estar abrazando a Kissy.-Hola.-

El azul suelta lento a Kissy volviendo a su estatura usual.

-Ya que estamos todos , hablemos sobre lo que debería hacerse o no.-

Ese tono autoritario vuelve a sonar de parte del perro , frustrandolos.

Este ya estaba de pie en un espacio apartado , aquel donde CatNap había decidido pasar sus diez minutos en soledad.

-Aunque se sienta así , es necesario , chicos.- les guía Poppy.

Los grandes van a ese espacio a hablar.

Kissy observa de paso a CatNap ahora solo recostado pero aun sucio su rostro por las lágrimas.

No estaba segura de dejar solos a todos con el gato pero necesitaba confiar.

-Huggy , Henry.- los llama el perro.

Los dos , más Huggy , se sobresalta al estar observando antes la escena como un drama aparte , vienen a reunirse al grupo.

 

Ryan observa al grupo reuniéndose.

No lo necesitan. 

Sus ojos suben al ataque nervioso de Hoppy en la pared de piedra.

¿Cuantos años cumple Ryan? Los suficientes para no pensar en un diario como una cosa de mujeres y … de por sí él siempre fue raro.

De su chaqueta , de uno de los bolsillos costuras por los corazones brillantes que dejaba de forma Angela , saca un cuaderno.

En este puede ver un patrón que resalta en rojo entre muchas de sus notas, más las notas que copió en esta libreta desde las anotaciones de científicos en La Guardería y lo que llegó a escuchar en sus vigías. 

Los experimentos llevados a cabo en algunos empleados que rompieron las reglas y los encerraban para que los científicos se entretuvieran jugando con sus cuerpos o mentes.

Todo una advertencia para él y para todos sin piedad o miramientos.

Hoy observa este presente y como esas notas le llevan a comprender algo a medias.

Las flores eran algo más que simples drogas recreativas para el doctor.

Solo ver la forma en la que Hobart despertó y algunos trabajadores simplemente enloquecieron y se volvían animales en el suelo eran las pruebas y señales para determinar lo importante que era ese polvo para la compañía. 

DogDay estaba enterrado con todo lo qué cargaba , entre esto los sobres con las flores. Pudo verlos al sacarlos de las bolsas de basura.

Todo este tiempo el Doc hacía muchas más cosas que solo darle drogas para conseguir dinero en el exterior para una huida que ni cayendo en desgracia la compañía , se efectuó.

En estos años y después, nunca recibió llamada de Sawyer y ahora descubrió que seguía vivo en este lugar que nunca abandonó.

-¡¿Por qué no despiertas?! ¡Kickin , despierta!- lo llama abrazándolo con fuerza. Llora , abiertamente solloza asustada por su nula reacción. 

Ryan vuelve a revisar sus notas.

Esta coneja decidirá matar a los necesarios para despertar a su pollito , era peligrosa o quizás solo se suicidara.

Puede que sea más seguro que acabe con su vida , después de todo es una chica demasiado joven para pensar en las consecuencias de sus actos como tal.

-Iré a dar una vuelta.- advierte a una osa cercana a su lugar.

Esta levanta los hombros pero asiente.

-Ve con cuidado , les diré que saliste.- 

Ryan sonríe animado al escuchar una voz tan profunda por parte de esta criatura. Había olvidado que eran experimentos independientes de su género.

Abandona a él valle de roca para seguir los cables.

Esto es rápido.

Los cables están en todos lados pero muy pocos eran funcionales. Llegando a una sala de guardias.

Esa pantalla estaba en alto , arrastra una de esas tantas cajas de hierro para subir en lato y mirar esta pantalla en negro de frente.

Esperaba que fuera sencillo.

Se supone que tocara la pantalla y lo llamará y este , como en el pasado , apareciera con su voz cansada a decirle que molestaba o algo más ruin o solo patético.

Lo piensa , pasó estos minutos solo pensando en lo que estaba haciendo y porqué.

Bien podría estar simplemente loco pero sigue adelante.

-Doctor.- llama arrastrando su tono aferrado a esa televisor.

Espera.

Es una espera lenta.

Lo hace dudar de su cordura o su percepción.

Estuvo delirando con la voz del mocos y comparándola con el doctor , ahora podría estar alucinando.

-Ryan.-

No estaba alucinando , la vida no es buena.

Ese ojo lo mira directamente al estar su rostro al nivel de la pantalla.

-Hola , doctor.- saluda limpiando por un tonto acto inconsciente con su mano el polvo a los bordes de la pantalla.

Por las cámaras sus acciones quedan grabadas , son tomadas en cuenta como hace años lo era el verlo limpiar el radio después de hablar.

El delirio de estar atrapado dentro de una máquina como única posible intervención en el mundo físico el hablar , estos actos no le causaba ningún placer físico.

Se vio reducido a una masa cerebral qué aceptaba esos actos más allá de cualquier otro en su entorno violento y frío como un acto afable qué recibía de la única persona que no tocó el botón incluso al tener la oportunidad.

Observando a este humano nuevamente y como el tiempo no se ṕresenta en su rostro como el polvo que sus las máquinas que lo tenían atrapado le mostraban.

Solo era él , el polvo y ese dolor de cuerpo inexistente cada vez más fuerte al no poder cambiar el líquido que recubre sus órganos dentro de los contenedores.

-Tócame.- es lo único que puede decirle sin romper aquella estúpida imagen humana que el guardia podría tener de él.

El humano quita las manos de la televisión.

Es rebelde aún a esta edad.

-Necesito algo.- le avisa aun frente a la televisión.-¿Quieres que juegue para ti? Dame lo que necesito.-

-Es peligroso que propongas algo como eso. No eres un juguete Ryan.-

-Peligroso es jugar con hombre por veinte años , ¿Sabes cuanto es lo que espere por verte?-

El doctor responde rápido, parecía haberlo pensado por horas o años.

 -Nunca hubo nada que te prometiera aparte de dinero, ¿Porque crees que me importa lo que quieras ahora que estás atrapado en mi terreno?-

Ryan agarra el televisor pateando el metal para sacarla de la pared con ayuda de las manos robóticas.

-¡¿Porque pienso que que deberías obedecer?!- le cuestiona de vuelta.-No es porque yo sea un idiota para crerrme con el poder para amenazarte.- sonríe observando esa estúpida pantalla y ese ojo abierto al centro.-Lo creo porque lo deseas.- 

El ojo en la pantalla se colorea de rojo , amarillo y verde. Cayendo en la oscuridad.

-Aunque te escondas , se que escuchas.- lo advierte observando las cámaras moverse.-Incluso si te escondes y finges , incluso si te parece estúpido pensarlo.- su sonrisa vuelve y no por verdadera felicidad. Es el cansancio de los años de arrastrar estos pensamientos.-Estas apunto de obedecer por tu propia voluntad y no porque te sientas obligado sino por lo mucho que lo necesitas.-

El ojo regresa para verlo desde abajo al estar siendo sostenido.

-Soy más que un miserable gusano para que pienses que podrás manipularme.-

-No necesito manipularte , nunca lo necesite y te consta.- golpea con los dedos esa pantalla.-Nada de lo que hiciste lo hiciste manipulado.-

El ojo se cierra por un reflejo. Eso deja claro que hay cámaras en las pantallas.

-Lo harás porque estás desesperado por hacer algo conmigo.- su sonrisa muere.-Lo harás porque te da vergüenza admitir que pasaste más de veinte años deseando meterte conmigo pero no te falto valor ni fuerza , solo desperdiciaste una oportunidad que te está comiendo vivo en aquel rincón donde estés escondido.- suspira.-Sabes que te espere porque la oportunidad nunca se fue pero se volvió algo que no alcanzarás aunque te decidas y yo te espere. Sigo esperándote , Harley.-

Ese ojo lo mira frío en ese color azul. 

Cambiando a un profundo rojo pixel por pixel.

-Dime lo que él Doctor puede hacer por ti.- 

Ryan no se siente a salvo.

Cada segundo de esta confrontación lejana le sabe mal.

Una sensación de peligro capaz de erizar su piel y su corazón.

Rodeado por lo que sea que no pueda ver. Por la voluntad y los crímenes de Sawyer.

-Dame flores , no te preocupes . Hablo del polvo.-

Esta pantalla parece mantenerse fría al quedar en rojo por un largo tiempo.

Por un lado de esta habitación la ventila es tirada al suelo.

Una mano robótica larga como dos metros se revela lentamente con dos sobres extremadamente viejos en su puño , estirandolos con la palma arriba.

Antes de que Ryan pensara en usar las manos extras para tomarlos el doctor intervino.

-Tócame.- ordena. 

A la par esa palma se cierra con el sobre dentro del puño.

Ryan baja de las cajas para ir por esta máquina.

La pantalla cuelga del cable hasta caer , estallando la pantalla con el suelo.

Los pedazos golpean sin fuerza las piernas de Ryan , cubiertas por esos pantalones de construcción qué trajo como seguro.

Observa esa máquina sin cabeza , solo cables y algunas extremidades necesarias para arrastrar por los ductos.

-Hiciste muchas cosa que pensé que eran bajo amenaza.-

-Así es.- admite la voz del doctor por las bocinas.-Yo te hice creer que estaba amenazado.

-Siempre me hablaste de cosas sin sentido y de tus crímenes solo me mostrabas los bonitos.-

-Si , así era mejor.-

-Te vi como un tipo raro que hubiera sido golpeado mucho en secundaria.-

-Lo dijiste mucho.- ahora está frustrado.-Lo dices todo el tiempo.-

-Lo decía porque así se invita a alguien a la cama pero es claro que nunca me comprendiste.- arranca los sobres de esa mano.-Nunca pareció ser tan importante para ti como tú para mi.- su decepción es grande al ser esa mano cerrarse tardíamente con cuchillas al centro.

El doctor deseaba cortaré la mano.

Como siempre , subestimar lo es común en las personas que lo rodeaban y al parecer Harley era igual.

Triste que siempre lo tuvo en la cara pero insistía y estaba acorralado con ello , con mantenerse anhelante a ese “Casi algo” 

Un sentimiento de impotencia mezclado con todas las preocupaciones que le inundaban.

La voz esta vez no vuelve. Sea por vergüenza o porque simple y de resumidas formas , ya se dijo lo qué se tenía que decir.

Ryan deja el lugar y a esa máquina olvidada en la ventilación.

La máquina se arrastra de vuelta perdiéndose dentro de los muros.

 

Al volver Ryan la situación es plagada de gritos.

-...lo dejaste inconsciente en una zona de muerte?! -

-¡No iba a llevarlo a mi hogar , no sabía sus intenciones!-

- ¡Pues seguro que las mías sí que las sabes!-

- ¡¡Bubba , no seas ridículo , no puedes contra él!! ¡A Niko lo encontraremos después y verás que todos estará bien!-

Ryan evita la discusión. Dirigiéndose a la ubicación de la coneja.

Ella ya no hace ruido. Al parecer decidió esperar a que él despertara por sí solo. 

Ryan sube a las rocas. No pude decirle algo como “Échale estos polvos mágicos para revivirlo” sus ancestros saben que por esas sandeces los blancos torturaron a muchos pueblos originarios buscando elixires y más brujería que castigar cuando no eran recetas que pudieran robar y revender a sus nombres pero ahora “Mira , échale droga para que despierte” y que no despertara es el equivalente más cercano al uso del peyote para la conexión espiritual y el blanco termine perdiéndose de por vida en el viaje astral.

El peyote si es magia , debería hacer una granja y cultivarlo.

-Debí salir más de vacaciones.- suspira abriendo el sobre y tirando dentro de la gran sonrisa del ave el contenido.

 Observa el segundo sobre. Lo vierte también.

La coneja parece despertar al sentir algo extraño.

-Pedro.- lo reconoce por ese apodo.-¿Qué haces aquí?- le cuestiona antes de revisar nuevamente al ave ,descubriendo el polvo dentro de su boca-¿Qué le hiciste a Kickin?- pregunta más triste y débil que al inicio del viaje.

Ryan siente culpa. No sabia si decirle sobre esta idea suya a sabiendas de que podría fallar.

-Es-

-¡¡¡Ahhhahhaahhaaa!!! ¡¡Ahaaahaa!! ¡¡¡Ahhaaaaaa!!!- 

Igual que con el perro.

Este grita.

Se sacude arrancándose pedazos de la cinta y plumas al gritar lleno de dolor.

Ryan , en su pasmo por la sorpresa , recibe un golpe de este al empujar a la coneja y a él para irse.

-¡Ryan!-

El perro llegó antes de que probara el filo de una piedra contra su cuerpo. 

Solo al atraparlo voltea al ver al ave crecer a esa forma huesuda y monstruosa al escapar.

-Por allá hay caídas muy feas , deberían vigilarlo.- 

Contrario a su tono amable. El azul tiene un rostro amargo , la sorpresa no le es indiferente pero eso no borra cuanto ver a esa ave viva le molestaba.

La situación era cada vez más injusta.

El único consuelo que tendría para los niños de este piso sería compartirles el dolor del ave al despertar.

-Deberán decir como hizo eso.- les apunta.

La cara y expresiones de los presentes son tan claras como la suya.

-No sabemos de qué puta forma hizo eso.- le responde un muy pálido Henry salido de sus cabales.

-Que vulgar.- es lo único que puede decir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y , quejas o dudas. Les escucho.

 

Por cierto, estuv intentando hacer dibujos de la historia con mis pocos conocimientos en eso.

https://x.com/ClarissAvalos?t=GYDntksLGGNuUX4-CpiFqA&s=09

Ahi están pero si, la cosa es para reirse.

Chapter 107

Notes:

Hola. Buenas noches.
Esto tndr muchos diálogos.

 

Capitulo con un número decente de palabras.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

1997

 

 

 

 

 

La muñeca siente que algo estaba mal.

Se suponía que era una reunión para saber que hacer ahora o si podrían convencer a Doey de seguirlos pero solo hay un fuerte silencio entre todos.

Mira al usualmente parlanchín perro pero este mantiene un aspecto agotado con una pierna medio al aire al sostenerse en una pared de piedra. El elefante no es opción y Huggy menos con esa cara más fría de la normal.

El humano , que mira alrededor como buscando al otro , no parece tener ánimos de hablar.

-¿Qué tienes en esa bolsa?- pregunta Poppy al verlo arrastrar algo en un saco de los tantos en el camino.

Henry abre la boca dispuesto a hablar sobre las bombas al sentirse ya perdida la causa.

-Él nuevo miembro o no miembro del grupo , ¿Tiene preguntas o algo más que indagar sobre nosotros?- lo pregunta mirando al suelo.

El azul escucha como una voz le señala del secreto que desean guardar de Poppy , su segunda voz le apunta a la cara del elefante avisando de su igual preocupación respecto a los explosivos.

 -¿Cómo se supone que controlen a todos?- pregunta apuntando con los brazos a los juguetes en el valle improvisado.-Son muy peligroso para todos y más para sí mismos.- señala al lugar.-Además de traerlos aquí y no abrirse paso hacia arriba.-

esperan a ver quien habla.

-Es-

-Porque-

El perro y Poppy se miran confundidos al ser ambos quienes respondieron.El grupo aguanta lo que sea que sintieran. Esto ya era tenso de por sí por la ausencia de Boxy.

DogDay levanta una mano para dejarle el turno. Confía en ella.

Bubba no ve bien dejar a esa muñeca el bienestar de todo el movimiento , no cuando nunca supo nada de ella ni como se supone que se comúnicaba con otros juguetes en estos años y desde antes. Entiende que DogDay no era de confianza para el desconocido pero era de confianza para él y para el estúpido Wuggy…el cual esta apunto de sacar un tablón de apuestas para ver si gana a quién suelta el primer golpe.

Lo que tiene de viejo lo tiene de desvergonzado el maldito. 

Lo sabe por como choca el brazo con el humano y esa cara lucha por evitar reírse , sumido en la preocupación ambivalente por lo que fuera a pasar con todos después de esta importante discusión.

La muñeca inicia el ataque , según Huggy.

-Doey , hay muchos humanos. Humanos armados , muchos.- mueve las manos ahondando en el punto clave.-Todos están bajando y vienen con cámaras y seguridad , armas que no conocemos.- 

Henry aparta el brazo de Huggy y su señal de un movimiento de tres set repetitivos.

-Las criaturas que trajimos son aquellas que podían bajar y moverse , porque estaban vivas.- mira al grupo.-Nos tardamos días y esos días Kissy y yo pasamos la voz para que se reunieran con Boxy o solo rodearán las salidas hasta que pudiéramos sacarlos.-

Ese fue un combo defensivo ante la pasiva en carga por parte del azul.

-¿Estas segura de que están todos? ¿Cómo puedes decir que son todos? - mira al grupo.-Si bien hay bastantes de ellos , deben haber más de 5 mil juguetes de los que desconocemos paradero aparte de la muerte de los 1200 solo en los montículos de media tierra , ¿Como se supone que digas que son todos?-

Huggy acepta que quizás no sea momento de bromear pero eso podría ser una kill.

Poppy aprieta los puños sobre su rostro.

-Porque no podemos hacer nada , Doey. Son demasiados , estamos cortos de tiempo y si no llegaron debe ser porque no pueden llegar. Entonces deberán salir por su cuenta.-

Una mala opción a tomar es usar esas palabras en la discusión sobre el rescate y unión de criaturas de un grupo aparte. No cuando en los ojos de todos , están presentes todos aquellos juguetes a los que trajeron y a los heridos que conservan aunque sea difícil. Decir que se quedaron , o pueda ser en todo caso una poco sertera posibilidad , algunos que no podían llegar al perder funciones motoras , dejaba mal paradas sus acciones presentes al procurar heridas del grupo que si vino. 

De alguna forma pareciera que se hizo una diferencia entre los otros juguetes y los presentes al momento de buscar sobrevivientes.

Algo que no puede ser bien recibido por el líder de un grupo sin lazos en el interior más que confianza en unas cuantas palabras.

Tanto el perro como Huggy pueden saber que dichos errores , seguramente el azul los vea como señales de peligro para su propia familia.

La muestra del fallo sus palabras o intento de convencimiento de Poppy es verlo estallar en gritos.

- ¡Llevamos años haciendo todo por nuestra cuenta! ¡¿No ves que si yo no pude , nadie podrá salir solo?!- 

Ya no es divertida cuando la discusión sube de nivel. Henry mira a Huggy. Wuggy le señala su boca para que guarde silencio. Henry le lanzó un beso. El gigante azul se sobresalta pues la discusión subió de volumen.

 Si , atrapó el beso.

Poppy no soporta esa acusación. Saliendo de sus cabales le responde sin tomar en cuenta si era demasiado grosera al hablarle ahora , cansada de la persecución qué sufrieron y como sus únicas opciones eran confiar en terceros en vista su poca fuerza.

Su nulo valor real más allá de sus conocimientos sobre la fábrica y la distribución de cada zona y lugar dentro de estos muros malditos. Todo gran conocimiento es inútil si no tiene a nadie con ella capaz de alcanzar la perilla de una simple puerta.

-¡¿Qué se supone que hagamos?! ¡Solo eramos Kissy , DogDay y los tres humanos!-

El humano presente se ve observado por el azul. Por un nulo sentido común , saluda con ambas manos y cara de susto.

El azul deja de mirarlo. Acaba de corroborar que son solo tres humanos

-¡¡No podemos contar con Huggy porque al estúpido aun le huyen los juguetes y como tu , aún tienen miedo!!-

- ¡¡¡Claro que van a tener miedo!!! ¡¡El perro guardian de 1006 está frente a ellos!!- sujeta su rostro , su entrecejo para calmarse.-No estas viendo todo el escenario , Poppy.-

DogDay pasa la mirada de Poppy a Doey.

Es claro que hay mucho más que el plan presente por resolver entre estos dos.

-No hay modo de subir y se que no hay nadie vivo , todos estaban muertos allá arriba.- al fin decide intervenir.- No es bueno esto , se que es cruel decirlo ahora pero solo estos juguetes , los de la media tierra y los que te acompañen son los que quedan. No hay más.- muestra sus palmas.-No tenemos a nadie más , solo enemigos que no conocemos. Y tu ayuda es necesaria para atravesar los laboratorios y salir por la puerta B o C.-

El azul mira al perro y su coja pata por sanar.

-No puedo confiar en un tipo que se suponía estaba muerto desde hace cinco años.- apunta al resto.-Ni en ellos , no puedo confiar en ustedes.-

El perro bufa enderezandose. Poppy intenta seguir adelante.

-Doey , te prometo que todo irá bien. Seremos libres en cuanto lo matemos-

El perro interrumpe apuntando al grupo.

-No se trata de que puedas sino que no te queda de otra.- es bruto otra vez.-Al menos estás de suerte , porque si nos ayudas y a todos ; estaremos en una deuda que ninguno de los presentes podrá pagar nunca. Estaremos en igualdad de condiciones.- mira a Huggy.-No podemos atravesar sin tu ayuda y tu no puedes quedarte aquí a esperar a humanos que repetirán este infierno las veces que quieran de atraparte.- levanta la mano esperando hacer el trato.

El azul mueve la cabeza de lado a lado.

Huggy siente que esta vez el perro estaba siendo demasiado seco , su forma usual de manejar una conversación no era bienvenida.

- ¿Con eso crees que me convenceras?- 

Dog vuelve a bajar la mano.

-Eso o que todos tus amigos y tú se enfilen para sus nuevas jaulas de laboratorio.- 

Bubba levantó los hombros al ver al azul empujar al perro. En parte merecido , en parte excesivo pero esperado ante su desconfianza.

-Son unos insoportables… todos los de arriba , son unos …- gruñe conteniendo el enojó.-Solo es grosero , no malo.-  

El perro revisa su espalda golpeada con las piedras afiladas. Escucha como Poppy discute ahora con el azul , observando sus heridas sangrar.

O no sangrar. No hay suficiente sangre. 

No hay tanta sangre como debería haber. Sus heridas están secas.

-Oh , no…- murmuró cansado al girar de nuevo a la escena.

Los escucha y entiende lo que discuten con el profundo estallido de sus oídos. Necesita una transfusion o comer. 

Será mejor que busque algo de comer en la bolsa. Se retira pasando por detrás de Kissy. Ella le palmea de paso la cabeza.

Para ella ese intento fue muy fiel a la verdad , aunque fuera grosero era mejor que mentirles con palabras bonitas. No como la criatura en las paredes.

 

Con la bolsa se encuentra Theodore con esa cobija plateada aun encima de su cabeza.

-No va bien.- dice su felino al verlo revisar y tomar una caja de jugo de naranja de algo que sonó como las cadenas del interior.-¿Tienes un refrigerador ahí dentro?-

-No , solo una hilera.- ofrece una bebida de leche con vainilla al gato.-Disfrútala , solo nos queda una de estas.-

Theodore la toma en las garras. Esta fresca y es suave su sabor , azúcarada y deliciosa.

El gato la vierte por partes en el interior de su boca.

-No deberías mostrarle eso , creerán que los estas extorsionando.-

-Bromea mi amor. No es posible..- el perro acaricia su mentón. Limpia una gotaen su pelaje con los dedos.-Ahora este gatito y toda la cueva solo huele a leche , es muy dulce.- continúa bebiendo lento para sentirse mejor.

Theodore suspira observando al techo de la cueva. Extraña , por lo extraño qué parezca , su tapete en la Juguetería. Ya no tiene cómo volver a ese mural pero esa tranquilidad de mentiras y su cama improvisada le llaman.

Quizás de verdad su naturaleza era la de un borrego. No era un líder , él solo deseaba hacer u parte y dormir hasta que el mundo se extinguiera.

Vaya … puede que no terminara la preparatoria y eso le molestaba.

-Aunque no les agrade , debo volver.- el perro sabe bien que no era de confianza pero necesitaba estar ahí para saber qué hacer. Además de que Huggy debe estar resintiendo su retirada sin aviso. Aprieta más juguetón la mejilla de Theodore.-Estamos bien , no te preocupes.-

El gato le aparta la mano con una garra. Sus cejas se juntan al ver l perro aprovechar para levar su pata a la nariz , dando un rose queabe es un beso.

De verdad , estar cerca de Dog es equivalente a sentir que sus orillas solo necesitan un toque para caer de nuevo. Aunque puede que sea solo su propio lívido gritando y exigiendo ser consentido nuevamente.

-Sé que estás bien.- le advierte recuperando su pata. Eto le lleva a saltarse un latido por el traspié del perro al chocar con su costado. Reviviendo con gran detellie como su cuerpo puede tenerlo tan cerca y en mejores momentos. Donde su aliento es solo un hilo de placer.

Escapa de esto tragando seco.

-Contigo viene el hermano de Bubba y ese humano de Huggy , si se vuelven un problema puedo dejarlos atrás e irme contigo. Solo salir nosotros dos.-

El perro acaricia su nariz. No va a mencionar el esquive a la presencia del tercer humano.

-De una u otra forma , saldremos todos.- exhala sobres oído.-Deja de mírame así , porfavor. Me estas torturando.-

-No , aguanta.- gruñe volteando a un lado. Sus orejas caen avergonzado.

Se supone que es inexpresivo pero Dog insiste en verlo sin permitirle esconderse.

Así que hacerlo sufrir como él todos estos años era parte de una cuestión de ego por reparar tras tanto insultos.

Si. Estaba ardiendo pero no por ellos. 

Se quemaba pero no por cualquiera y menos por tan poco.

-Eres demasiado cruel conmigo.- suspira el perro retirándose.

El gato lo ve irse de vuelta a esa ruidosa reunión. Esta calidez se va con él.

Su ausencia le recuerda su propia identidad para este infierno.

 No era buena idea que intervenga sabiendo lo que él mismo era para esas criaturas del interior.

 

El perro regresa después de beber el jugo.

Escucha para saber si era requerida su intervención o era mejor no meterse entre conocidos que ya se entendían.

-¡Incluso si es doloroso , es la verdad! ¡No tienes de otra , o nos sigues o te quedas aquí a que atrapen a todos otra vez!- 

Poppy parece estar cansada y más acelerada que antes. La muerte del 1006 estaba tan cerca , si se uniera Doey ya no habría forma de que esta cosa se defendierá. 

Podrían ganar.

Sus gritos ocasionan un cambio agitado en la voz del azul. 

-No. Esto no se trata de seguirlos como si no fuera nada.- el azul señal al grupo.-Son peligrosos para mi familia , son malos y violentos. Los vi matarse y comerse por nada allá arriba.- señala al lugar donde descansan los juguetes heridos.-Tenían comida , no tenian qué caer en el canibalismo pero lo hicieron de todos modos.-

Poppy lo acepta , levanta las manos bajando su propio tono.

-Entonces debes saber que no son solo de La Guardería , sino también del Teatro y la estación. Hay muchos y de muchos lugares.- le señala ella más suave.-Los sobrevivientes de la guardería son mínimos después de todas las peleas internas.-

Esta descripción golpea al elefante. Sintiendo una especie de culpa depositada tan solo en los habitantes de su pobre territorio.

Lo admitía , eran unos locos , pero estar locos los protegió mucho cuando los humanos estaban en el poder. Los ayudó a obedecer , a sobrevivir y conseguir una vida más o menos soportable entre la explotación y la humillación diaria.

Hubo consecuencias pero eran efectos adversos que no pudieron tratar ni reconocer , no eran la culpa de ellos solamente aquella que sea la respuesta del porqué se desarrollaron escenarios de masacres tan crudas. 

-Los chicos de la guardería no pueden ser tu única preocupación.- interviene en defensa de su grupo.

Doey apunta de inmediato , con un rostro cambiado visiblemente más unos colmillos expuestos.

-A ti te vi una sola vez y solo observabas.-apunta su cara sonriente.- Solo mirabas desde lo alto como nos mataban. No es hora de que el neutral que se dedica a ver morir a todos desde un pedestal se atreva a abrir la boca.-

Bubba , habiendo intervenido al sentir que era demasiado el odio a las criaturas de su terreno , ahora deja salir una de sus preocupaciones silenciosas. Algo que aguanto por la practicidad de esta reunión y su nulo deseo de llamar la atención.

-Hablas de que los chicos de la guardería te preocupan pero yo también puedo decir lo mismo de un nido oscuro como este.- apunta a las paredes.-No puedes negar que este lugar claramente está mucho más loco que la guardería. Para empezar , se mantuvieron aquí incluso antes de que los tiempos se volvieran hermético.- apunta al suelo.-¿Qué te gustaba tanto que decidieron quedarse antes que subir a unirse con el resto?- la duda viene de cómo estos protegieron sus puertas sellandose hace años.

-Bubba , basta.- interviene Poppy. Entendía poco de la mentalidad de este gigante pero eso que sabe solo le avisa de una persona muy fría.

-Al menos en la guardería se peleaba por la libertad , entonces a mi parecer los verdaderos locos son aquellos que abrazan la celda.- 

El azul gruñe agitando se entre varias expresiones.

-¡¡No estamos locos porque queramos!!.- grita mostrando los puños.-¡¿Que es lo que entiendes por prisión?!- su cuerpo crece.-¡No respetas todo lo que pasamos , no nos respetas! ¡Después de todo lo que nos hicieron a todos , a todos los que traicionaron! ¡Ustedes condenaron a los niños a este lugar por nada! - 

El elefante grita también.

-¡Entiendo que un montón de locos que se niegan a entablar una amistad y solo aparecen cada tanto para matar y saquear , no pueden juzgarnos! ¡Todos sobrevivimos a nuestra manera , y salió mal pero no significa que seamos el problema más grande entre todas tus preocupaciones!-

La criatura de masa no tarda en volverse más grande aunque parezca estar confundido entre varias expresiones.

 El perro salta adelante antes de que su amigo diga otra tontería en el calor del momento.

-Lo que sucedió-

-Mate a 972 de ustedes y ustedes mataron a 406 medios y 254 pequeños. A 178 los asesinaron tus medios y , ahora que sé quién va dentro de las paredes , me entero que tú acabaste con los 113 juguetes que aun me escuchaban. Nos da una suma de 951 bajas de nuestra parte. Es equitativo ahora que atacaste a DogDay y amenazas a otro miembro del grupo sin unirte aún.-

La figura de los presentes queda en pausa al ser interrumpidos por la voz ronca del felino.

-Y , si quieres hacer un cálculo sobre los habitantes de toda la fábrica , deberíamos hacer un conteo desde 1963 , con los primeros experimentos-

-Theo , ¿Cuánto es el equivalente de trece cuartos de dos medios de una decima de libra?- 

 Las figuras en la reunión parecen de piedra por estos segundos tras escuchar al perro detener a CatNap y su sorpresivo gusto por las sumas y restas.

El perro levanta las manos intentando llamar la atención y no permitir que la interrupción de CatNap parezca ser un ataque al nuevo posible compañero.

Aunque deja claro que La Guardería les hizo más daño a los habitantes de la prisión.

Desarma al elefante y al azul con tanta sangre como ellos en las manos.

Ambos bandos cargan con torrentes de sangre y cada gota es de juguetes. De personas como ellos que iniciaron una guerra por comida , por su hogar ante un desconocido enemigo. Así fueran exactamente iguales todos. 

-No podemos ponernos a contar muertes , no cuando esto sucedió por culpa de los científicos dentro de esta fabrica. ¿Podemos hablar , Doey?- lo pide directamente.-Esto es difícil porque no te conocemos ni tú a nosotros , es cuestión de perspectivas y todos tenemos algo por lo cual odiar al otro. Podemos tenernos un gran asco como tú a nosotros pero no abandonar a los que necesitan nuestra ayuda. No somos niños pero tampoco somos como los adultos que nos hicieron esto.-

El azul analiza la situación ahora con dos cabezas frías y una demasiado enojada para hacer más que gruñir. Debe tomar la decisión correcta.

-No es mi intención ignorar nada de eso , no piensen que soy tan estúpido para arrinconar a mi familia a mis caprichos.-apunta a la zona con el gato.-Pero están con CatNap y Huggy , están aquí con los peores compañeros del prototipo.-

Poppy interviene.

-Doey , podemos hacer todo por salir de aqui pero no valdrá la pena si no vamos afuera todos juntos.-

El azul junto las manos.

-Poppy , mira alrededor ¿No significaría qué me ven como a un estúpido para confiar en ustedes con lo que mis ojos pueden ver?- señala a Henry junto a Huggy , quienes por inconsciencia estuvieron coqueteando toda la reunion.-Estos tipos condenaron a los juguetes a algo más asqueroso entre los golpes qué nos daban.-apunta las rocas donde Toullie saluda con esa actitud descarada.-Este tipo aun huele a sangre y sus manos están manchadas y aún así uno de ustedes , después de verlo arrastrar a uno de los suyos …solo le dijo que todo estaría bien.-

La rata lleva esa mano a su estómago.

Estaba siendo testigo y guardando detalles de esta discusión para saber qué ocurría. Solo pensando en Mako y sus hermanas. 

Era difícil pero entendía algo de esa discusión entre los mayores. Sobre tanto rencor como odio entre todos. En parte eso era algo que podía comprender , cuánto le dolería perder a su hermanas a este punto de la historia y cuánto habían pasado juntos.

Ponerse en el lugar de estas criaturas y cuanto perdieron por su propia mano y como él mismo se sentiría si fuera su situación la de escuchar cómo consuela a su asesino. 

-Soy yo , así que esta bien.- murmura resumiendo lo mejor posible su posición en esta situación. Él les hizo daño y también puede decidir no volver a hacerlo. Aunque sea difícil.

Más cuando el desconocido hace una pregunta que llega a su centro.

 

El azul señala a su propio pecho.

-¿Cómo puedo confiar que en el camino dañar a mi familia no se convertirá en otro crimen imperdonable qué dejarán atrás en una crisis más importante?-

Poppy entiende que no importa lo que trate de decir cuando Doey ya es consciente de hechos que élla no presenció pero podía creerlos.Ya escucho al perro hablar con Poe y simplemente decirle que todo saldría bien con hacer lo correcto ahora. 

Eran palabras bonitas para los asesinos pero muy crueles para el resto de los presentes qué no pudieron hacer nada más que aguantar los ataques de una ola de rabia que no les correspondía , desde CatNap a los gigantes de la superficie.

Saber que su dolor era algo que se podría superar , todo aquello que sufrieron por manos de otras criaturas , es tan doloroso como ofensivo. Los carcome.

El perro da un paso adelante.

-Para muchos en la superficie siempre fui repulsivo y hasta el último segundo pude saber que nada de lo que intentaba era bien recibido.- el perro puede decir algo.-Pensé en dejar de luchar por alcanzarlos pero no paso así y no porque yo me esforzara por ellos sino porqué me pidieron ayuda , porque lo que yo sabia era algo que ellos no.- suspira sacando su cabeza.-Pude negarme pero era beneficioso , así me sintiera humillado por como me trataron antes. Los ayudé porque era un beneficio para mi propia familia.- estiró nuevamente la mano hacia el azul.-Si no es amistosa la colaboración , que sea un negocio. Después de todo , tu trabajaste hasta el día de hoy para tu familia.- le ofrece esta opción y forma de ver el lazo entre todos.

El azul piensa y las voces golpean la superficie.

-Esta ayuda qué mencionas , tenia que ver con las drogas , ¿Verdad?- aún duda muy claramente.

El perro permite escapar una risa amarga.

-No hay nada mejor que los narcóticos para a las personas y ya sea ellos a nosotros.- murmura sin pensar en como esto del ataba sus acciones.-Prefiero ser yo quién la administre.- levanta la mano aun esperando.-Únete y gana nuestra ayuda , y nosotros tu fuerza.-

Poppy , quien no tenía idea de que esas acusaciones eran reales al nunca ser incautadas dichas drogas , abre la boca cubriéndose con las manos. No esperaba que eso fuera real , creía que era algo parecido a colaborar con traidores y ladrones de muestras.

El gigante lo piensa observando su mano.

Aún las voces discuten. Aun temen a una traición por parte de todos estos tipos.

De ser incapaz de proteger a su grupo frente a tantos gigantes.

Más estaba cansado de estar solo , de no tener a quien entregarle el turno de vigía o de simplemente dormir sin miedo a perder lo todo en un segundo.

-Si eras tan bueno para tu familia ¿Porque se unieron con CatNap para matarte?-

El perro levanta las orejas junto a una apertura de párpados.

 

Theodore , que estaba haciendo las cuentas en la tierra , detiene sus trazos al escuchar esa pregunta.

Un cuestionamiento que él mismo se hizo y no encontraba respuestas. Ninguna justa ni buena para Dog.

 

-Porque falle , ellos hicieron lo necesario para sobrevivir ¿No hay alguien a quien podrías perdonar así te lastimara?- lo pregunta el perro sin bajar la mano.

Dentro de ellos el más joven solo piensa en su padre. Intentando defender a su madee con una simple silla de madera. 

Esa arma era inútil y frágil pero ahora , justo ahora que existe esta pregunta. Es un si. Ojalá su padre pudiera acabar con él y salvar a su mamá. Los perdonaría , perdonaría todo el dolor con tal de no hacerles daño nunca.

Estira su mano apunto de tomar la del perro con el permiso de uno y las dudas del ultimo.

-¿Qué haces?- cuestionó por un lado Poppy. Ya era la segunda vez que el elefante intervenia para mal.

Doey voltea descubriendo a ese elefante olfateando lo sobre su hombro.

-Uagh…- retrocede sobandose su brazo.-¿Qué haces?-

El perro observa confundido y frustrado a Bubba. No lograron darse la mano. 

Por dentro Kevin y Jack eran panaderos amasando para sacar esa porción de piel del brazo y ponerla contra la limpia tierra.

 -Bubba , no hagas eso ahora.- le reclama el perro al ver al azul cambiar de cara nuevamente.

El elefante apunta con la pata a la cara del azul.

-¡¿Porque hueles a Niko?! ¡¿Dónde demonios lo dejaste?! ¡Responde ahora!-

-¿Niko?- piensa mirando confundido esa cara sonriente por un corto tiempo. El humano con la mala suerte de caer de esa altura le llega a la mente justo ahora.-Lo deje inconsciente en el valle de las pesadillas.- sonríe ruin por influencia de Kevin.

El elefante se esponja hasta sus orejas.

-¡¿Como lo dejaste inconsciente en una zona de muerte?! ¡¿Que estabas pensando?!-

Jack responde asustado por cometer un error contra los planes de sus dos amigos.

-No lo iba llevar a mi casa sin saber sus intenciones.-

- ¡Pues si sabrás las mias!-

-¡Bubba , no hagas esto!-

El perro sujeta al elefante.

Huggy rasca su barriga mirando al par pelear por la desaparición del tercer humano del grupo.

-Fue quién nos dio ese sándwich , ¿Verdad?- le pregunta a Henry.

-Si , pero no solo esa es la razón para preocuparnos por él.- reclama sin saber ya que cara poner o que hacer.

-No sabía que hubiera más razones.- bosteza cerrando los ojos. Sus dientes son expuestos por ese momento antes de volver a cerrar la boca.

 Henry se agarra el entrecejo tratando de pensar claramente en el presente. Al estar agachado logra ver parte de Ryan pasando por un lado de la reunión. 

Él parece completamente desinteresado en la reunión y puede que sea mejor así a sabiendas de lo poco que a Ryan le gusta discutir. Lo único que sabe de él puede ser cortas señales de su carácter. Aunque era obvio que era una persona muy experimentada , también pecaba de obtuso al acercarse al gato. Como ahora.

Pasando demasiado cerca para subir a las rocas con ayuda de ese grabpack.

Ese gato movió la pata ya habiendo pasado el humano , moviendo las garras como si quisiera alcanzarlo pero renunciara por pura pereza.

De verdad era un gato.

-Buscaremos a Niko , ya veras que todo saldrá bien.- le asegura ese perro.

El azul parece más renuente ahora que estaba siendo acusado. Vaya retroceso en la 

-¡¡Ahhhaaaaa!! ¡¡Aahahaaaaaaa!! -

Huggy lo sujeta para cubrirlo al ver al perro correr a sujetar al humano que salio volando tras un fuerte golpe.

Entonces lo ven.

Flaco , huesudo y deforme.

Y no es CatNap.

Gritando y corriendo con la coneja cojeando detrás.

El pero va con ellos.

Lo que se dijo a respuesta de lo que vieron es a medias un evento en mute para Henry y su impresión.

Vio ese cuerpo y recogió los explosivos.

Lo vio muerto y esa sangre ya no escapaba como lo hacía la del perro en la camioneta. 

Esto era absurdo y enfermo.

-No los dejaban morir.- suspira recargandose en la pared cercana , en Huggy por siempre estar pegado a su espalda.

-Yo… necesito pensar.- 

Poppy reacciona por fin al ver al azul retirarse.

-Doey , no te vayas. Te diremos todo lo que sepamos , así que no te vayas , porfavor.- lo pide temblando al estar atrapada por la impresión.

Nunca había visto a un juguete volver de un estado tan mal herido ni con una muerte tan lejana a la reparacion. 

Solo sabía de un ejemplo y era el peor de todos.

Doey le mira por un momento.

-No vengas al refugio , necesitamos tiempo.-

Pasa por un lado del gato. Ignorando como este ya se puso de pie y observa al lugar por donde se fue esa ave . Esa cola se sacude de lado a lado , golpea el suelo al dar unas vueltas nerviosas.

Es claro que algo le inquieta sobre el regreso del ave.

Decide irse por un ducto del suelo al llegar a la zona de concreto.

Su camino es oscuro como siempre.

Debe buscar a todos los compañeros en puntos de vigilancia y pensar mejor en su actual dilema.

Volver al refugio es primero , con tal de hacer a sus amigos regresar a casa por radio en vez de delatarlos con su carrera por los ducto de aire.

 Cruza con algunos de los robot de ese doctor.

Algo lo mantenía activo desde hace meses. Era un estorbo que aún intentará llevarse a algunos sobrevivientes a su laboratorio.

Su viaje termina al llegar a casa. Entrando por uj ducto de aire en el techo de la zona médica.

Dentro alhgiunos ya parecían enfermos.

Mantiene en silencio su recorrido al verlos rodear la zona de camas en el centro del refugio.

-¿Sucedió algo , doctor?- le pregunta al pequeño Bot en su espacio de trabajo.

El Boogie lo mira hacia arriba , mostrando un vasito de alguna bebida obviamente caliente en sus pinzas.

-No , nada malo sucedió.- bebé a su manera de ese vaso.-Debería ir a las camas , ahí están las repuestas qué busca , jefe.- toma una galleta y la sumerge en la bebida.

Doey presiona la mano sobre su boca. Caminando hacia esa zona.

A su paso el olor de una bebida láctea le llena las fosas nasales junto a un olor muy antiguo en sus memorias.

Arroz.

-Oh , no…- camina rápido a ese espacio.

Dentro los pequeños estaban repartidos con una bebida o acostados tras comer hasta llenarse.

Al mirar a una de las camas puede ver algo fatídico. Muy lejos de todo lo reparable.

-¡¿Se lo comieron todo?!- exclamó al ver sólo unos tenis en las sábanas.- ¡Y solo le dejaron las Nyke!- mira los zapatos.-Están bonitos.- sujeta su cabeza girando.-Ahora ese engreído tendrá razón sobre nosotros.- murmuró moviendo la cabeza al moverse por el refugio.-Pues que nos tema , es más , ponte los zapatos y ve a saludar.- levanta los brazos divertido.-Jack , cállate.- ordena más serio.

Al caminar en círculos a su espalda se abre la puerta del baño sin ver como sale del interior ese humano con las manos recio en lavadas.

Las criaturas estaban confundidas y comer les dio también un peso extra que superar para poder hacer algo para tranquilizarlo. Le observan nerviosas desde sus camas sin avisarle del estado del humano. Además de no comprender porque los tenis del humano eran tan importantes como para causarle una crisis.

El mencionado lo ve hablar solo y siendo dos veces él en altura y cuatro en grosor. 

-No , debemos encontrar como …- lo vio al estar dando la vuelta. Encontrándose de frente con el humano.-Entregarlo…-

Claro qué Niko se repenso todas las acciones de su vida al ver esa cabeza girarse y esos colmillos dentro de esa boca abrirse al verlo. 

Una pausa de algunos segundos se efectúa al chocar sus miradas. 

Como conejos ante la luz de una linterna se han quedado en blanco frente al otro.

El sonido de un Boogie rodando rompió el equilibrio del mutismo al pasar por su espalda.

El gigante azul lo atrapa en un puño de masa , subiendo su cuerpo hasta su rostro para interrogarlo.

-¡¡¿Cómo entraste aquí?!! ¡¿CÓMO LO HICISTE?! ¡¡Responde!!- lo sacude apretando su torso en amenaza.

El humano entonces hace algo raro. 

-No me aprietes tan fuerte papi.- le sonríe tocando su brazo.

Entonces el azul lo lanza contra la pared volviéndose su ser una papilla roja.

Limpiándose la mano contra una cobija colgada

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-...- Niko abre la boca sorprendido por lo clara que fue esa visión de su muerte.

Ya sea Dios , una virgen o un hechizo de sus ancestros. Toma la oportunidad regalada solo a el en su revuelta estirpe genética de no llegar a ese resultado. Manteniendo la boca bien cerrada y sus manos quietas.

A veces hay que saber cuando no bromear.

-Habla.- le ordena el azul.

-Lo trajimos nosotros , Doey.- 

Levanta más al humano para apartarlo de la discusión y su cabeza baja estirando únicamente el cuello hacia el conejito y el perro que vinieron a dar la cara con un nerviosismo visible.

-Lo vimos inconsciente y como te fuiste my rápido , nos acercamos por curiosidad.-

-Olía a comida pero no sabíamos si abrir su mochila y lo trajimos hasta aqui mientras seguía dormido.- 

 Doey suspira sin bajar al humano.

-Eso fue muy peligroso.- palmea la cabeza de cada uno con tres golpecitos duros para hacer rebotar sus orejas sin dolor.-Deberán pensar mejor en lo que hagan desde ahora.- toma asiento sin bajar al humano.-Estaba muy preocupado por ustedes.- mira a las camas.-¿Y que piensan?-

Todos vienen lento a su lado. Esperando no incordiar ssu espacio al sentarse cerca de él y en su foco de visión, esperando a que les diga más sobre la situación en el exterior.

-Scout , llama a todos de vuelta a casa.- le pide al Bot.

-¡Si! ¡Allá voy!- sus ruedas se aceleran directo a la sala con televisores. 

Doey suspira agotado. Necesitaba tener a todos para decidir.

No es como que ellos lo hicieran cambiar de decisión si se rebelan pero saber que estaban de su lado era importante para comunicarles el estado actual de su situación.

-Entre los invasores hay 780 sonrientes ,quince Boxy's , doce Mommy's , catorce Huggy Wuggy's ; cuarenta Kissy's , cincuenta Bunzo y nueve gigantes.- Espera a que Crafty anote todo.-Entre los gigantes se encuentran CatNap , Huggy Wuggy y Toullie.-

El unicornio tiembla al dibujar a cada uno en la hoja de papel. Observan los números silenciosos.

-Los otros son Hoppy ,Bubba , Kissy ,DogDay y acaban de despertar de la muerte a Kickin.- gruñe frustrado por verse orillado a dar esta información tan ridícula.

A su espalda las otras criaturas salen de sus escondites. Algunas heridas y otras tan asustadas como para no soltar las sábanas y plásticos donde se escondían antes de llamarlos.

Son muchos.

Niko en lo alto observa como los PJ se multiplican de uno a cinco lentamente desde el techo.

Con razón no quedó nada de comida después de que algunos juguetes solo la tomarán y la llevaran a rincones donde no sabía si se la comían o la estaban entregando pues volvían demasiado rápido para haber comido.

La respuesta se va condensando en esta sola habitación del refugio.

Aparecen lentamente las criaturas desde rincones oscuros o por su lado algunas arañas rosas.

-Doey , esos son 911 juguetes.- señala el unicornio.

Los otros juguetes parecen ñasar el eco de forma ansiosa , poco a poco el número es más pesado para ellos.

-Y los gigantes , solo ellos cuentan por cien de nosotros.- 

-Cincuenta. Herí la pata de DogDay y CatNap está agobiado.- 

-Sigue siendo CatNap , y seguro tiene ese humo consigo.-

-El humo.- una de las voces hablo por fuera. Otra por dentro , señalando el nulo uso de este por el felino.-Poppy está con ellos.- añade pensando en esa falta del uso de su gran arma.

Ese gato lo usaba con bastante control , no tendría por qué no utilizarlo en su contra una vez atacó al perro. 

-En todo caso , solo somos 300. Estamos en desventaja , como lo veas.- 

No puede negar la verdad a los juguetes ahora preocuipados por los números.

A vistas de la diferencia de tamaños , siempre apuntaban a números.Ahora no podía usar los números para convencerlos de salir. Solo puede tranquilizarlos y ponerles en claro que era una orden.

-Son demasiados gigantes , no podrás protegerte.-

-¿Como te protegeremos si estamos rodeados?-

-No necesito que me protejan. No es necesario que se esfuerce en eso por mi.- les convence.

-No es justo. Doey , nos cuidas siempre , debemos cuidar de ti también.- una osa le toma por el brazo.-Si quieres que nos unamos , lo haremos pero no sabemos si estarás bien.-

-Eso nos asusta más que salir heridos.-

El azul sonríe avergonzado al sentirlos abrazarlo por distintos puntos.

El grupo crece ahora cubriendo de colores las paredes y el techo.

-Saldremos , muy pronto de aquí , no tengan miedo.- acaricia la cabeza de los más cercanos.

Niko desde arriba los observa analizando la comunicación de todos.

Habían miedos muy claros entre todos pero no lo rechazan. De verdad confían en la decisión de Doey.

Puede que no tenga que ver que les dijera sinceramente lo que hay del otro lado de las compuertas o cuantos desconocidos habrían de conocer ahora después de toda la terrorífica historia contada por los niños y los murales llenos de historias muy crueles.

 Estaban de acuerdo con dejar este refugio si Doey lo creía necesario.

Podia ver a algunos correr entre las camas , juntan tela y la cortan con sus fuerzas. Están preparando pequeñas bolsas para sus pocas pertenencias.

Le es confuso ver el tipo de equipaje de algunos.

Sus crayones y hojas de colores , cartas y dibujos en el interior de sus cierres. 

Corren de unn lado a otro preparándose.

Algunos son más aguerridos y llenan sus cierres con una placa de tela parecida a la usada en los pantalones del viejo. Es para los dientes y cuchillos de otros juguetes.

Los observa dividirse silenciosamente una bolsa o uno de esos trozos de tela dentro de sus pieles exteriores.

Ahora su boca se abre al entender lo que estaba viendo y como lo preparaban.

Que lo pinten de blanco si no puede identificar un muro defensivo de solo individuos preparados para ser el bloque de un avance.

-Es la reunión de pandilla más bonita de la vida.- sonríe cubriéndose la boca con las manos al sonreír viendo a una conejita preparar una bola de tela con vidrios dentro de su cierre. Seguramente para lanzarla o más loco aún , esperando que la coman para dañarlos en un intento suicida. 

Lentamente deja de parecer divertido o linda la apurada preparación de las criaturas de peluche.

Los niños de este piso estaban preparados para morir y dejar heridas atrás para sus compañeros. Esto solo puede significar que era un ciclo sin fin y con suficiente experiencia para estar listos para enfrentar esta locura.

Mira al líder pensando en convencerlo de venir en son de paz pero esos ojos se dirigen a él antes de que hable. Bajándolo tan rápido que su estómago parecía quedarse arriba.

-Ponte tus zapatos , vendrás con nosotros.- lo suelta en el suelo del refugio.

Niko va lento por sus zapatos y la mochila.

Su interior es mucho más ligero ahora que ya no tenía nada de comida y muy pocas botellas con algo de ese café en polvo. Nada como quedarse en cero otra vez.

Los juguetes pasan por su lado , llevan pocas cosas pero son importantes para ellos.

Doey lo vigila , decidiendo algo con sujetar a una Kissy y a él .

-Si te alejas de nosotros , ella te abrirá la garganta en dos.- le advierte sonriendo alegre.

La Kissy lo abraza al ser subida a sus hombros.

-Mhhm…- saluda con un murmullo al colocar su dentada sonrisa junto a su oído.

Niko toca su rostro.

-Fluffy.- sonríe a la criatura.

La sonrisa de esta crece haciéndolo dudar si era una amenaza o un saludo real. Mira al gigante azul.

Encuentra ese rostro serio o más bien , falto de emociones frente a su cara.

-Si tus amigos nos atacan , tu sangre le dará color a la prision.- lo advierte de forma profunda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“No escuchen a Poppy , ella solo los guiara a sus muertes” 

El perro observa esta hoja atrapada en su pata al cojear entre las estalagmitas del suelo a su paso.

Sus pensamientos quedan atrapados en la letra desprolija y chueca.

Es la letra de Theodore o no , quizás es peor que su letra nunca mejorada en años por más de una razón. Había demasiados problemas con esta hoja.

Para empezar era hoja de oficinas interiores y selladas por la fábrica pero no de La Guarderia. El lápiz es de los usados por los directivos para señalar objetos a cambiar entre la documentación.

Eran materiales que no tendrían que estar en el suelo de la cantera cuando todo el papel al alcance debería ser el de las fotocopiadoras con el paṕel más barato y frágil. 

Se siente estúpido tomando en cuenta detalles tan específicos pero esto le parecía extraño en muchas formas. El escrito es perfecto , como lo es todo hecho por un lector pero torpe como alguien que nunca escribe aunque sepa leer.

Su propia letra es similar.

Esta nota cambia demasiado su percepción sobre Poppy como su aliada.

-¡¡Kickin , porfavor , baja!! ¡¡Kickin , es peligroso ahí!!- le grita Hoppy mirando al ave colgada de cabeza desde una estalactita. Al parecer el lugar que te pajaro eligió para quedarse a pasar esos minutos de pánico al despertar es aquel rincón donde nadie lo alcanzará y pudiera escinder la cara en la roca.

 

DogDay , quien suele ser extremadamente paciente , hoy necesita hacerle un par de malas pasadas a ese pajar para tener interés en ser agradable con este. Toma una piedra listo para tirarla contra su amigo de la infancia y tirarlo de lo alto.

-¿Porque estoy aquí arriba?- pregunta esa temblorosa voz de su memoria.

Baja la piedra observando al ave en el techo de la cueva. Ahora consciente y apunto de enfrentarlos.

Hoppy ahora está siendo invadida por una gran felicidad , levanta los brazos caminando más relajada al escucharlo y esperando a que bajara a sus brazos. Su cola de conejo se mueve más esponjosa qué nunca al estirarse ese botón en una guillotina alrevés.

-Kickin , baja , ven conmigo.- lo llama feliz , sin aliento para más que decir ese nombre al sentirse tan débil a causa del alivio.

El ave aun no enciende sus ojos oscurecidos por esta confusión. Mueve la cabeza mirándola a ella y al lugar.

 La cueva que debía ser el exterior de La Guardería.

Salta torpemente.

Es muy lento , torpe es muy poco acertado para los grandes errores del ave al intentar planear pero solo caer de frente.

Hoppy lo atrapa en el aire , yendo con un giro todo su cuerpo contra el suelo.

No.

El perro evitó el impacto sosteniendo sus hombros.

-Todo está bien , ya estaremos bien.-les asegura a ambos. Les permite caer lento una vez los ve mejor o más bien , perdidos en el otro.

El ave observa a Hoppy guardando cada uno de los detalles de su rostro de pelaje.

Hoppy devora hasta la últimas de sus plumas irregulares o cortadas , cada detalle de su rostro con gran detalle , tomando sus hombros sube por su nuca. Buscando rodear lo totalmente.

-Polly.- suspira ese nombre oculto entr ellos.

El ave se niega reaccionando a su nombre con esa desesperanza atorada en su garganta.

-¿Estamos aqui?- indaga el ave tomando los restos de las antes largas y suaves orejas de Hoppy.-Después de tanto , de hacerte tanto daño.-

-Despues de todo , no tenemos que morir para irnos juntos , Kickin.- suspira disfrutando de esa caricia sobre sus mejillas.-Aquí estas , volviste.- toma sus plumas rotas y desgastadas por el jaleo yb el maltratado. Revisando hasta sus brazos marcados por las cadenas puestas por quienes robaron su cuerpo. Los lleva a su boca.

El ave la detiene rompiéndola por si solo.

Al hacer esto puede ver el cuello de Hoppy , las heridas y el tiempo que hgacve años se llevó sus rizos. Aun no pueden ir contra su genética. Rizandom incluso ese pelo sintético por debajpp de su cuello.

Su rostro se esconde en este espacio , llevando las manos a los hombros de la coneja.

Aún es fuerte, es tan fuerte como siempre.

Tan frágil como las misma porcelana aunque este afilada por sus heridas , por las roturas qué la muñeca se llevó por este mundo tan cruel.

-Eres tan hermosa.- suspira apreciando esa fuerza en sus brazos heridos.

L a coneja intenta hablar más es solo un sollozo ahogado aquello que puede sacar. E agotamiento se llevó su voz , sus palabras.

Otra vez abandonandola con todo este dolor , abrazado por esta ave al sostenerla aunque sea más grande. Sosteniendo su cintura y nuca contra su cuerpo como si fuera de arena la escultura.

La figura que por años a mantenido para sobrevivir , sostenida por su toque gentil.

Llora.

Sin pensar en cuánto podría avergonzarla. Llora y berrea palabras revueltas al abrazarlo tan asustada como intentaba no mostrarse.

 -No me quiero ir , no me sueltes otra vez.- el ave la busca con esa misma premura , atrapando su cuerpo como puede. Protegiendo sus puntos vitales tanto como la necesitaba con él.

Frustrado por su estatura , feliz por estar con ella una vez más.

Asustado como para perder algunas plumas tan solo por los pocos segundos que se separen.

 

El perro a unm lado sintió alg raro cuando el sollozo ahonda.

Voltea confundido , levantando las orejas al ver a la coneja abrir el ciuertre del ave , permitiendo que el ave haga lo mismo al llevarla abajo.

-No...es peligroso….- mira al lugar apartándose al saber que no le escuchan ni les importa su presencia.-¡A la mierda!- se aleja ahora decidido. 

Mira alrededor confundido por esta situación y lo que debería hacer. 

¿Qué se supone que haga un amigo? ¿Debería quedarse o irse?

Si los dejara solos seguro que les pasa lo que a toda las parejas en películas de terror. 

-Y y pensé que no necesitaría un walkman.- se aleja lo suficiente para no escucharlos y toma asiento.

Unos segundos de él en silencio sentado en una piedra y un par de cucarachas volando.

-¿Aun fabricaran los walkman?- se lo pregunta mirando a las cucarachas.-Espero que no , detesto los cables.- mira a la tierra.- ¿Sera qué con esto queda claro que somos amigos o que en realidad soy una mala influencia?- mueve las patas sobre la piedra.

Una de esas pequeñas ratas de pesadilla llega a su lado. Sentándose en la misma piedra.

-Compañía , que bueno.- saluda a la rata.

Esta lo mira y sigue observando a las cucarachas.

 -O , será malo.- revisa su cierre , sacando una barra de galleta de manzana.

La rata lo recibe con ansias al casi morderlo. Arranca la fruta de primero , comiendo de mala gana los cereales de la barra.

Termina con un eructo.

-Si quieres ayudar a los estúpidos , deberás vencer al doctor y recuperar su control.- 

El perro abre más los ojos al escucharlo hablar. Este le mira directo al rostro.

-Me gustas.-

-Eres agradable.-

-Si , soy perfecto.- Mueve sus pies en el aire al ser demasiado pequeño para tocar el suelo. Con sus patitas.-Cuando te fuiste , todo cambió.- une sus patas delanteras sobre el estómago.-Ellos ya no nos querían , ya no se detenían por nosotros ni nos ayudaban.- su cabeza se inclina al lado contrario del perro.-Todos los que eran pesadillas fueron traídos a manos del Doctor y el resto fue llevado a los laboratorios y luego se les traía aquí.-

El perro tiene una duda entre todas las cosa a que esta rata le contaba.

-¿Tú sabes quién soy?-

El ratón ríe bajo.

-Eres el primero. El idiota que se dejó matar.- su cola larga se mueve por el aire.-¿Porque simplemente no los culpaste a ellos? ¿Porque tuviste que permitir que te hicieran eso?-

-Creo que en el fondo , estaba demasiado cansado para pensar en discutir y solo quería que todo acabará para ir a dormir.- toma una galleta para si.

La rata miserable no logra ir contra su naturaleza , ataca su mano robando esa barra de cereales para correr riéndose de él.

-Únete al grupo , cuando quieras.- lo despide moviendo la mano. La barata no voltea ni una sola vez a su dirección.

Ahora a esperar otra vez solo.

-Definitivamente , soy el mejor amigo que podrían tener.- bufa recargandose en la roca.

En el encuentro hace una década fue igual. Ellos se reunieron a llorar juntitos y él tuvo que pelear con ese feo payaso.

Es borroso pero ahí esta el recuerdo.

Ahí estaba Crafty , su niña ruidosa y grosera , siempre pisoteando el suelo para dar el mensaje más fuerte que una niña de cinco era capaz.

Eran gestos y berrinches pero aun los veía diferentes entre todas la ocas figuras que los hicieron para manipularlo o despertarlo.

Desde Crafty pidiéndole que se defienda a Theodore llamándolo camarón.

-¿Porque eras tan diferente para mí?- le pregunta pensando en ese niño siniestro de la misma edad que ese amigo rubio y peleonero.

Eran de la misma edad pero Theodore aun le parecía lejos de su nivel.

Caminando con esas largas piernas qué lo alejaban del suelo a un paso tranquilo , siempre tan frío como un noble de dibujos. Era un espejismo o una garza de rio.

Theodore no necesitaba enseñarle que le gustaba el té para mostrarle qué era europeo.

Tan solo con sus gestos principescos y esos movimientos contenidos en su propio eje. Como una pajita girando dentro de un vaso helado , solo en un sitio y tan luminoso como deseaba desaparecer. Era de cuentos, y antología por su poca costumbre al baño , solo era una pintura de libros cobrando vida. 

Vida como esa boca con el aliento de mil dragones revividos desde el averno.

Era hermoso y divertido , tan sencillo como misterioso.

Es sorprendente que aún sea todo aquello que alucinaba. Incluso si ahora conoce más de él y entre todo , su oscuridad.

Conoce ahora su crueldad , aquella que prefirió ignorar para verlo como una figura impecable, y fue testigo de su brutalidad y su malicia. De rasgos desagradables y cínicos.

Theodore era en definitiva , un loco peligroso.

También es un gatito perdido con los peores y mejores bigotes para encontrar su camino a casa.

Lo vuelve a comprobar , tan innegable. Tan perfecto como un delirio.

Verlo acercarse lentamente con el cuerpo cada vez más pegado al suelo al llegar a su encuentro. Subiendo las rocas para recostarse sobre su pecho , colocando las patas en sus piernas en esa pose encogida y vulnerable en su demoledora fuerza.

-Te sentiste inquieto.-

-No vengo con ellos.- farfulla cerrando los ojos en su cuello.-¿Que haces aqui?-

-Estoy pagando el incidente en la celda.- toma su cintura entre las manos para atraerlo y subirlo totalmente a su cuerpo. Desaparecer bajo el pelaje le trae una paz inmensa por la espesura de su pelaje. 

El gato comprende algo de esta referencia. Mueve las orejas confundido.

 -Kickin me había dicho que no eran así.- Ahora lucha con el impulso que le empuja a mejor irse del lugar al sentirse incomodo.

Pensaba qué por ahora no deberían tener contacto pero … están tranquilos. 

Tal vez el susto les regresó el frío a las venas.

-No sabía que hablaban de esa clase de cosas entre ustedes.-

El felino es ambiguo. 

-No fue más que algunas conversaciones …- mira a la tierra revuelta al recordar algo de lo dicho por el ave. Mejor lo ignora.-Por mucho tiempo no hablábamos de nada más que comida , suelo y el terreno.- levanta la mirada al techo de piedra.-Creia qué eramos amigos pero era tu amigo… intenté robar algo tuyo , lo siento.-

El perro acaricia , sacando el brazo por debajo del felpudo pecho del gato , su sonrisa.

-Los amigos no son objetos que se roben o se arrebaten. Puede que sean ,lazos que construir y mantener pero no puedes robar algo que no es de nadie.- busca a ciegas su nariz. El gato lleva su rostro al nivel de su mano al encogerse dentro del ovillo creado sobre el perro.-La amistad es un objeto de valor que solo se tiene en renta con tu propia amistad y como cualquier negocio , existen los estafadores , los deudores y los mentirosos que inflan el valor de su amistad. Para empezar , una amistad no se roba , las personas que dieron esa amistad simplemente la recuperan desdeñando aquello que les dieras a cambio.-

Decirle esto a Theodre abre sus ojos un resultado que ya conocía pero sacado de su propia boca es más doloroso.

Hace mucho tiempo su amistad fue deschada por Kickin para seguir a CatNap , fuera la razón que fuera.

Hace mucho tiempo sabía del valor risible qué tenía su amistad para Hoppy o Kickin cuando en la balanza se encontraba el otro.

Lo desechaban con gusto porque Hoppy o Kickin , ambos valían mucho más que él para el contrario.

-Eres una persona increíble ,Theodore.- lo admira tomando esa cola antes sacudiendose inquieta.

-¿Porque crees que soy admirable?- 

-Porque te gustaba mucho tu cobija y aún así la rompiste para reparar mi parche.- apunta a su rostro.-Pocas veces alguien renuncio a algo por mi.- suelta esa cola sintiendo como se mueve antes de volver a batirse en el aire. El gato gira observando su rostro con esos ojos brillantes.-Me hiciste temblar y aún lo haces , todo lo valiente que eres para dejar ir algo por lo que te importa.- toma su rostro.-Me haces muy feliz , Theodre. Eres mi alegría , mis fuerzas y aquello que siempre quise devuelta.-

-Incluso si en realidad soy un cobarde-

-Los cobardes no llegan a donde estas ni viven para este día. No ahora , nadie vivo en este momento exacto es cobarde. No soy un cobarde , cobarde sería nunca regresar pero aquí estoy. Me tienes aqui , por quien eres y lo que eres para mi.-

-¿Y quien soy? ¿Qué soy para ti?- el felino busca saber quién era. A que puede aferrarse cuando ya se perdió dentro de sus mentiras y las piezas de un monstruo ya no podrán encajar con aquellas que ese reunieron con el regreso de su perro. Con este presente y la promesa que siguen listos para morir en el viaje.-¿Aun soy humano? ¿Aun soy una persona?-

El pero le toma las mejillas.

-Eres la persona más torpe y con el peor gusto que conozco.- señala alegre. 

 -...bastardo.-

-Lo digo enserió.- el perro acaricia su rostro.-Habían miles de chicos y chicas con rostros y personalidades más encantadoras pero vas y te encaprichas con el dealer de nueve años que te llegaba al cuello.- mueve la cabeza de lado a lado.-Tú ya estabas en los huesos pero aun querías los secos huesos de ese pedazo de bizcocho acartonado.- aun escapa siu narcisismo de entre sus bromas.

El gato rebuzna por una risa ahogada en su garganta al escuchar tal descripción bien hecha. Su malestar sigue ahi pero acariciado por estas bromas sin chiste. Tan crueles como ligeras para el comediante agrio.

-Estabas acercándote a un chico demasiado raro , ¿Acaso no viste ese peinado? Todo ahi gritaba por una buen estilista pero eso necesitaba al padre del exorcismo.-

El gato sacude la cabeza rosando su nariz con la frente del perro.

- Deja de jugar.- lo interrumpe buscando sus ojos.-Sabemos que el primero en caer fuiste tu.- toma su rostro con las garras.-No dejabas de mirarme , de relamerte y sonreír nervioso.-

El perro enmidece por un lapso suficiente para perder el ritmo. Avergonzado baja la mirada.

-Tú me besaste.-

-Eso fue un accidente.- niega lo que recuerda muy claramente.-Solo quería besarte la mejilla pero te moviste y paso.-imita esa busqueda con su nariz. En respuesta el perro se mueve igual que en ese entonces , chocando sus narices.-Y como esa vez , tu me trajiste …- siente ese abrazo en su cintura.-...y luego hicimos lo que quisimos.- responde a ese abrazo al rodear sus hombros con los brazos.

-Si …- lo recuerda muy claramente.-Theodore…en los laboratorios tú eras todo en lo que pensaba. En ese beso y cuantas veces nos prometimos volver a vernos.- esta vez abraza fuerte su cintura.-Me has hecho ser fuerte para buscarte y ser alguien que pudiera protegerte , aunque nunca lo necesitaste porque eras tan fuerte como yo de formas que yo no pude serlo. Eres la persona más valiente para servir al amor que nunca conocí.- hundde el rostro en la pelusa de su pecho.

-Hobart.-

-Hobie , mi familia me llama Hobie. Y si morimos , quiero que le digas a mi made , cuando la veamos , que eres el novio de su hijo.- 

-Dog-

-Quiero ver a tu madre , a mis hermanos menores y a mamá.- mira arriba a su rostro.-Y si el fuego es nuestro destino , entonces no sueltes mi mano.-

El gato le responde con esa profunda voz.

-Hay un enemigo.-

El perro se endereza girando al bajar al gato de sus piernas.

A varios metros por encima de una construcción iluminada desde el interior se presenta una criatura que nunca antes había visto DogDay.

Ese gato de aspecto colorido y esa boca medio abierta al jadear igual qué un perro.

-Lo sabía , es como en las películas de terror.- murmura sintiendo una conflictuada alegría al atinarle en sus paranoias. 

Seguramente ese paer hubiera sido atacado por esta criatura de irse y dejarlos solos…aun era estúpido , demasiado estúpido que se quedara a cuidarlos mientras follan.

Y otra vez Theodore lo encuentra haciendo una estupidez.-

No hay posibilidades de desquitarse en una pelea con esta criatura qué parece escuchar algo y mejor retirarse al lado contrario a sus ubicaciones.

-¿Qué hay allá? ¿Recuerdas algo , Theodore?-

 El gato hace memoria pero es difícil saber lo que hay. 

Era una dirección contraria al valle donde estaban todos pero no tan apartada. Algo debía haber pero no sabia qué. Seguramente era por los pocos detalles que guardaron al estar apurados con la pata del perro.

-Si.- levanta el pelaje de su lomo.-Es el territorio que ese tipo maneja.-

El perro suspira observando a esa dirección.

-No creo que debas ir.- le señala.

-Tú tampoco.- 

-Ya no se si debo o no.- mira atrás.-Voy a tener que interrumpirlos.- va por ellos.

El gato mueve las orejas y la cola al verlo ir por esa dirección. No quería seguirlo.

Pronto el perro comienza a discutir.

-¡Yo preocupado por los qué estaban haciendo y ustedes dormidos!-

Eso es lo que encontró.

A la coneja y al ave abrazados en el suelo en un abrazo y nada más incluso si se habían bajado el cierre.

 

El gato mueve las orejas ya más relajado al saber que no estaba escuchando nada intimo.

- ¡¡¿Y qué más iba estar haciendo?!!-

-¡Creí que estaban cogiendo!- el perro es sincero siempre.

Theodore comprenderá si ahora mismo Hoppy lo abofeteara.

La voz de la coneja se quiebra tan furiosa como avergonzada.

-¡Estas estupido! ¡¿Cómo pensaste que íbamos a hacer eso en este lugar?! ¡Puerco indecente!-

El perro si se ofendió esta vez.

-¡Pues no vi otra razón para que se desnudaran!- señala sus pelusas o plumas interiores saltar afuera , a pesar de las cicatrices y muchas costuras sus interiores aún eran bastante tiernos en color y ese puffy saltado.

La coneja siente vergüenza , sube su propio cierre y el del ave.

-¡No te metas en nuestros asuntos!- 

Theodore mira a la coneja caminar junto a la aturdida ave. 

Esta mira alrededor muy perdido. Hasta verlo.

El ave abre los ojos en grande.

-Vamos a ayudar a un nuevo amigo pero no deben ver a Theodore.- les informa el perro a su lado.- Hoppy ven conmigo.-

Ella mira al ave y a CatNap. Sus dudas son demasiado grandes.

-Eres Dog.- señala apenas respondiendo Kickin.

-Si , soy yo.- lo acepta el perro.-Deberás venir con nosostros.-

-¿A donde?- pregunta perdido en el entorno y las luces.-Tengo hambre.- murmura mirando su estómago.

Hoppy niega al apartar al ave del perro.

-Kickin aún no puede enfrentar una pelea o lo que se que haya en ese lugar.-

 -Entonces dejemos o en el campamento.-

-Dog.- lo llama sin decir más el gato. 

Es un ofrecimiento de ayuda y un recordatorio de su presencia.

El perro y la coneja lo miran con una expresión diferente cada uno.

-Kickin ¿Te molestaría quedarte con Cat…Theodore?- le pregunta Hoppy tomando sus hombros.

El ave parece aturdida pero asiente dejándola ir.

El perro ahora palmea a la coneja en el hombro.

-Ya.- le insta al verla aun preocupada.-Theodore , cuídalo , por favor.- lo pide ya de camino.

Hoppy lo sigue ahora más decidida aunque necesite mirar una última vez a su dirección al irse.

El ave observa ese pasaje de piedra por unos segundos. Avanza tras la coneja al entender que se fue sin él. Deteniéndose al lento llegar el hecho de cuán lento reaccionan sus extremidades.

-Tengo hambre.- murmura rebuscando en su cierre. Esto le recuerda el vacío en su interior.

Perdieron las bombas.

Sus plumas caen con este recordatorio.

-Estas frío.- 

Su cuerpo se eriza al sentir calor sobre sus hombros. Gira sacándose de lso hombros esa cola de gato , que bien le podría ayudar. Seguía siendo de este felino púrpura.

CatNap le observa retroceder con las manos arriba , revisa su estado.

Lentamente el sopor de calma en la que esa coneja le hjabi sumido con su presencia le abandona yu la realidad le golpea. 

Sus sentidos estallan saltando contra una pared , su puño entra a a las grietas rompiendo tanto como perdió algunas plumas. Del interior arranca medio peluche de Rabie , apretandolo entre sus manos lo lleva a su boca tragándolo por completo.

Theodore mueve las orejas acercándose.

-Para.- le ordena sin tocarlo.

El ave sujeta su cabeza ahora llena de más sangre fresca y no solo su propia sangre cohagulada.

-¡¿Porque estoy aqui?! ¡¡Se supone que me atraparon , me hicieron pedazos!! ¡¡¿Porque demonios estoy vivo?!! ¡¡No puede ser que no pueda morir , no pude morir siquiera!!- grita sacudiéndose la cabeza de lado a lado.-No no no no no…- su voz sube de unos desniveles a la rotura de la sintoniza , fracturados en la estática. Rugiendo dentro de sus puños fuertemente fijos sobre su boca.

-No hagas tanto ruido pajarito.- el felino llega a su hombro.-Estamos en territorio ajeno.- sacude su cabeza con una garra.-Estamos en la prisión a donde enviabas a tus niños malos.- es cruel.

Por hopy será como su perro. Será bruto y hará lo qué el dijo. 

Ir como un estúpido con el miedo atrapado en las venas pero bajando al infierno.

El ave rueda en el suelo . Lo mira hacia arriba al estar en la tierra.

Es ver al gato darse cuenta de las estalactitas y las estalagmitas rodeadas con cables de electricidad. La maquinaria de la cantera a unos metros.

 

Los golpes y los gritos. Las máquinas y los sollozos , todo unido a la respiración de ese gato de colores y su propio cuerpo sacudido

 

Esta hambre y el nulo reflejo de vómito en ssiu cuerpo. Eso m¡lop detiene de devolver aquello recientemente ingerido.

El grito del ave es profundo al sacudir las piedras y el polvo.

-¡¡Yo no debería estar vivo , maldita sea!!- mira sus manos llenas de sangre fresca.-No , ¿Cuando hice esto?- sus ojos suben a la roca de la que la sangre escurre a tibia.-Yo lo hice…- cubre sus ojos huyendo de esto al retroceder en el suelo lleno de tierra.-¿Porque lo hice?- mira sus manos. 

El gato lo sigue paso a paso por esta escena de crisis y suciedad.

Tal vez Kickin era esta cosa y siempre estuvo ocultandoselos.

Era retorcido. Un pecador oculto detrás de arrepentimientos y amor. Hiriendo a quién se cruzara con el camino de a quienes consideraba familia.

Algo que era contrario a su perro.

DogDay era un estupido al que tuvo que soportar ver hacerse daño pero a Kickin lo veía ahora como el tipo que deposita el sufrimiento de todos los males en aquellos a los que no veía a los ojos. Quizás eran iguales aunque le costará admitirlo.

Castigando a todo aquel que tuviera la verdad en la boca , asesinando a quienes actuaron con justicia para proteger sus mentiras más profundas.

Huyendo de sus acciones escondiendo sus ojos del mal causado por sus acciones. 

-Debes pensar en cómo les dirás todo.- le advierte. Sus ojos b¡van a esa zona con sangre.

Esta baja innecesaria seguramente dejará marcas en los medios con esos cuerpos diferentes.

No alcanzo a ver sus caricaturas por el tiempo más limitado para el uso de la televisión pero sabía que estas criaturas eran unas pequeñas mitómanas. Seguramente era la vigía de aquel doctor en las pantallas.

Su atención pasa de las rajaduras en las paredes a la figura temblorosa del ave.

-Él grupo no está por allá.- le señala siguiendo sus pasos.

El ave gruñe deteniendose.

-No voy a volver.-

El gato lo alcanza con una zancada , aterrizando a su lado le mira a los ojos sin pauta a retirarse.

-No permitiré que te vayas.-

Kickin apunta a su rostro.

-¿Como me detendras? ¿Vas a matarme?-

El felino le gruñe , este ruido no es de subestimarse , logra sacudir sus plumas al ser tan profunda como ronca.

–Te cortaré las patas antes de permitir que te vayas.-

El ave levanta las manos.

-¿Enserió crees que me importa más mi vida que ocultar lo que hice? ¿Crees que me importa si me haces pedazos?- su cabeza se mueve Llenándose de odio.-No , Theo. Yo preferiría seguir muerto a permitir que Hoppy se entere de lo que hice por los humanos.-

-No puedes huir de la verdad.-

-No estas en condiciones de reclamarme por esa estupidez.- pasa por su lado.-Yo mentí , mate , perjudique a muchos y a muchos de nosotros los mate.- gira enfrentandolo de frente al saberse seguido.-Te serví y le serví a esa cosa , deje que tú me contarás mierda sentimental mientras esa cosa gustaba de lamerme las tripas frente a mi novia… ¡¡Ya no puedo más , ya no puedo seguir con esto!!- su cabeza se sacude con esas plumas sucias por el lodo sangriento.-Mercy es todo lo que tengo pero ya no puedo más , ya no tengo más que dar.- 

El gato sacude las orejas con esa cola esponjada.

-Dios no…no haría eso…- su cuerpo pierde fuerzas al caer sus patas traseras contra la tierra.

El ave levanta los hombros al esponjarse solo con esta negativa.

Para Theodore esta información era todo lo peor que podía escuchar.

Más allá de ser manipulado o desechado. Más que ser menos que un chiste útil o una mascota.

Más que nada hasta ahora y solo cercano al dolor de su cobardía frente al peligro.

Escuchar que el prototipo hiciera algo como lo que describía este pájaro , le rompía cada una de las torres de cartas donde su amor a esta criatura se mantenía estable.

-Me molesta no saber si odias escuchar lo que hacía esa cosa conmigo cuando me dejabas con él por el asco que me tienes o porque simplemente no puedes imaginarlo.- limpia su pico en un reflejo al recordar vívidamente esa cosa viscosa y sucia entrando por su boca.-No volveré , no puedo mas con esto.-

-No , no puedes irte.- intenta detenerlo ahora con menos energía.-Hoppy te quiere , ella te quiere. Ella quiere estar contigo.- lo sigue lento por las piedras ahora más grandes y afiladas.

De pronto el mundo oscuro de luz y rocas le golpea con nueva y más oscura vileza. Lo hace gritar por dentro tan perdido como confundido por las formas en las sombras.

Atrapado por sus memorias.

Por ese cuidador.

Por su Dios en las paredes acariciando su cuerpo por encima de la cobija de Dulce Hogar.

La confusión y el miedo a cosas que no entiende , crecen.

-Pájaro , no te vayas.- le llama al chocar entre dos grandes estalactitas qué el ave paso tan solo por su estatura menor.

-Ya , mejor vuelve por donde viniste , Theo.-

El gato sujeta estas piedras tan asustado como intento levantar a su madre al encontrarla en esa mesa.

-Porfavor , porfavor…- observa como el ave se pierde entre la oscuridad.-Al menos por ella quédate.-

Puede cazarlo. Puede ir por él y traerlo devuelta a responder por todo.

Más la verdad viene con más heridas. Más peso y culpa.

Ahora cargado con esta amenaza a la misma criatura en su mente.

A aquel que deseaba convencer de venir con ellos. Listo para perdonarlo si solo le hablaba de una realidad donde esas acciones fueron para sobrevivir. Por un mundo donde los dos fueran iguales en distintas formas.

De ver los crímenes y mentiras de Dios como un acto de supervivencia y no una realidad donde hacerlo cometer esos crímenes. Llevarlo a acecha , matar , cortar y torturar , nada de eso fuera por placer.

Porque si esa es la naturaleza de Dios , ¿En qué se supone que se convertiría él en ese mundo de mentiras? 

-¿Qué estoy haciendo?- observa esta oscuridad tan espesa.-¿Qué hice conmigo?-retrocede huyendo del reflejo en las sombras. 

Huyendo de esa criatura en su propio interior. Aunque en el fondo pueda saber que no hay forma de huir de ti mismo.

 

 

 

El grupo , reunidos en espera de los que se fueron para irse , parecen analizar la figura del humano al centro de toda la contingencia.

-No se que contiene ni que es , solo la vendía.- lo explica en resumen.

-No tiene sentido , ¿Nunca te dio curiosidad saber que era?-

Mira a Kissy y esos ojos a él.

-No , solo la vendía.- pasa su atención a Henry.-Sé que se producía con amapola pero solo eso.- sus ojos suben al gigante azul.-Puede que esté en la fórmula de los contenedores en los pisos de arriba.-

Si. Estaba en el líquido para fabricar el humo de CatNap. Algo que podría hacer a los que no saben de la pérdida de este , sospechen demasiado del gato y su nulo uso una vez ese tema sea mencionado.

Huggy no está aquí para proteger a nadie que no sea Henry. 

-Si esta arriba ,¿Como conseguiste eso?- 

Ryan bufa al ver a Henry unirse en su contra.

-Cabron.- gruñe bajo al tener que responder más preguntas ahora.-Se lo pedí al doctor.-

Poppy abre la boca.

-¿Se lo pediste al doctor?- apunta moviendo sus manitas de un lado a otro.-¿Y él simplemente te lo dio?- agitra sus puños.

Ryan esta vez deja salir una queja ronca.

-No fue así , ese idiota me hizo tocarlo y casi me arranca la mano.- mira a un lado al sentir una extrañeza profunda en el ambiente..

Henry y Huggy , justo ahora decide al fin hablar el gigante azul, para hacer la misma pregunta.

-¿Tocarle qué?- cuestionan tan asustados como Poppy qué a quedado muda.

Este mundo era demasiado liberal.

Ryan observa al recién llegado.

Ese gato en un borrón regreso con el cuerpo pegado al suelo , escondiéndose dentro de esa misma sábana anti fuego su cabeza y hombros al ser los únicos que podían quedar dentro.

 -Esperen.- les deja , con gusto , de lado para ir allá.

-No , Ryan. Ese te quiere muerto.- le advierte Henry.

Ryan mueve la mano restandole importancia.

-Ganar. Ganar.- 

Va directamente , más bien lo rodea colocándose en un punto donde esa garra tendría que hacer una gran hazaña para alcanzarlo.

-¿Es algo que quieras hablar con Hobart o puedes manejar lo solo?- le pregunta directamente.

El gato le gruñe amenazante desde su escondite , erizandose hasta su cola en advertencia más que clara.

-Ya.- suspira al ser rechazado por el chico.-Me quedaré aquí hasta que vuelva , me están interrogando y no estoy de humor.- mira esa nariz arrugarse al escucharlo hablar por más de dos segundos seguidos.-Te lo puedo contar.-

El gato se enrolla solo mostrando su espalda huesuda aun dentro de esa cobija. 

-Cuando entre a trabajar aqui-

-Lo que tengas que decir , cuentaselo a quien le importe.-

-Si hubiera alguien a quien le importara , no se lo diría. Se terminaría preocupando por mi.-

Ese gato gruñe. Ya amenazó , advirtió y gruñó pero nada parecía ser suficiente para sacarse a este humano de encima. Podría atacar pero seguramente Ho…bie lo encontraría mal.

Entonces solo le quedaría deshacerse de él de forma directa.

-¿Porque tenias cosas raras con Dog?- lo cuestiona menos directo de o que deseaba.

 

Un Bunzo de paso levanta las orejas volteando con los ojos bien abiertos ante tremendo chisme.

 

El humano levanta las cejas al recibir este cuestionamiento. Tal vez era más claro ahora que nunca.

-Su voz. Me ayudaba a encontrar a alguien en él.- con el mimo brutalismo a responde al felino. Quizás era demasiado , pensando en el hecho muy grande de como este gato puede desebrarlo como pollo hervido con un solo lindo manaso de sus garras.

  El gato gruñe bajando las orejas completamente furioso.

Tan solo por verse a sí mismo en esa sala , en sus memorias , buscando en un beso al micmo chico que estaba en el patio luchando a su manera por sobrevivir.

-Él es demasiado joven para ti matusalen.- acusa agachando las orejas bajo la cobija metálica.

También Kickin.

Sus patas dentrodel escondite suben a su cabeza.

¿Qué significa lo que decía Kickin? ¿No sería todo en resumen solo él acorralando a Kickin con un pervertido? 

¿Porque ahora el perverttido es su Dios y no un humano sin rostro? ¿Sería el único?

¿Qué pasó con esa osa? No.. Ya no está seguro de nada , ya no entiende nada.

-¿Sucedió algo demasiado malo para decírselo a Hobart? No necesitas ser específico , pero hablar te ayudará mucho más que solo esconderte.-

-No quiero consejos de un maldito empleado.- gruñe bajo la cobija.

-Puede que no quieras mi conejo pero necesitas hablar con alguien-

-No contigo.-

-¿Entonces le dirás aquello que te asusta a Hobart?- toma distancia al resentir el límite del gato con un movimiento bajo las sabana.

El felino estira uha pata interviniendo su camino. Esas garras se entierran y desgarra la tierra con un movimiento cargado de violencia en un pasmo lento.

-Creía que podía convencer a Dios de venir con nosotros pero creo que no debería hacerlo.- su voz es suave al mantener el secreto.-Quiero llevarlo afuera , quiero que sea libre y pruebe el sol. No quiero que su vida se acabe en estas sombras.-

El humano aprieta los labios en una línea al entender las fuertes dudas y como esto iba contra el objetivo de todo el equipo.

Es posible que deba compartir esto con el perro y el resto o callarlo para que este felino se abstenga de hacer origami con su cadáver.

-Él es como mi papá …es mi padre en muchas formas.-su humor cae al fondo en este escondite.-Quiero salvar a mi papá , no pude salvar a mamá pero a papá si.- su voz se quiebra.-Pero creo que ya es tarde ,es muy tarde para rescatarlo. Las sombras ya se lo comieron. No puedo , tengo miedo. Tengo mucho miedo de verlo en verdad y romperme.- su garra regresa a su escondite.-No puedo decirle a Hobie , él seguro creería qué … ya no se que hacer , no se que debo pensar pero no quiero que Hobie me crea inútil.- cubre su boca por debajo de la sabana.

El humano se abstiene de consolarlo físicamente. Solo se queda ahí sin decirle que hacer o cualquier otra cosa. Se mantiene en silencio esperando a que el gato diga algo más o le pida que se vaya.

De forma curiosa. Este gato y todos , sin importar su estatura o tipo de juguete. 

Todos necesitan este momento de silencio para volver adelante.

-Solo eso … ahora piérdete , viejo.- gruñe de nievo más seco y ronco.

Ryan inclina la cebza a un lado.

-Voy a enfrentarme a mi casi algo que me tuvo esperándolo veinte años ¿Te interesa venir conmigo a sacarlo de su escondite?- 

Como buen hombre nacido en los 60 , Ryan lo sacara a trabajar para tratar esas heridas. Aunque en realidad deberían enfrentar sus problemas de forma sana pero es más útil trabajar de alguna manera.

El gato pìensa. Calcula lo poco que era útil saber esto.

-Es el Doctor en las pantallas.-

Las orejas bajo la sábana se sacude.

Levanta el cuerpo dejando caer esa cobija a sus hombros. On las garras la ata a su espalda. 

Sin más solo le observa.

Otra cosa parecida entre todas las criaturas de este lugar.

Son extremadamente chismosos.

Toma un pedazo de papel de su bolsillo. Dejando la nota pegada a lo más alto de esa gran bolsa.

El gato por pereza espera a que dirija el camino con las orejas abajo al igual que su cabeza.

 

Henry , sentado junto a Huggy, observa a Ryan irse junto con el gato que hace un momento estaba desesperado por convertirlo en una chaqueta de cuero indio ; irse junto al gato y con paso relajado.

-Si se muere , Ángela me cortara los dedos con una sierra de jardín.- murmura despidiéndose con un gesto de cabeza. Obviamente el gato ni lo miro.

 

Ya en la oscuridad del pasillo ese gato hace lo que deseaba.

 -¿Pero por qué esperaste veinte años? ¿Era divertido? ¿Te hacía feliz? ¿Era guapo?- indagar en tremendo absurdo.-¿O te trataba bien?  

 El hombre sonríe moviendo la cabeza de lado a lado , frunciendo el ceño al entender poco a poco que su visión del mundo y la de este muchacho debía ser muy distinta.

Al menos intenta defender parte del honor de sus sueños frustrados.

-Nah , solo era simpático. Como un cangrejo con lentes.- era la mejor descripción para esa forma de encogerse y mirar al mundo con hombros bajos y resentidas ojeras pronunciadas bajo lentes de grueso cristal que hacía de esos ojos helados una cuchilla capaz de desnudarte con el desprecio de un tipo que no conoce nada difícil de desentrañar.

Más esa descripción al gato deja un mal sabor de boca.

Theodore tiene por su parte como referencia a cangrejos en un par de sopas y ojos saltones en una playa gris. Y esas horrorosas criaturas sacando espuma de repulsivas mandíbulas en algunos documentales transmitidos en televisión.

-Qué asco.- gruñe siguiéndole por el pasillo de la prisión.-Ya estas a una de morir , mejora tus estándares viejo.-

Ryan comienza a reír en la oscuridad y eco de esta prisión. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Y esto les advierte de no se como Ryan. El trabajo no los sana solo retrasa el golpe.

Chapter 108

Notes:

Hola, y buenas tardes seres humanos y al resto también.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1989

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Responde , perro idiota.- 

Aquella criatura mueve la cabeza sin hacer ruido aparte de la pregrabación de una risa.

El grupo retrocede al verlo otro día más en esa actuación desagradable . Más parecido a las máquinas con las que los comparan diariamente.

Observan como vuelve a esa ronda de vueltas alrededor de la puerta.

-Otra vez , no hará lo de las malditas flores.-

-Entonces hazlo tu ,coneja.- le exige Crafty.

Hoppy levanta las orejas llena de frustración por ser vuelto a mencionar el tema sobre las flores.

-No tengo interés en hacer esa basura.- le gruñe tensa al cruzar los brazos.

-Él horario que tenemos recopilado solo es hasta mañana , después de eso estamos solos.- le advierte la chica empujándola con una pata.

La coneja responde con un revés directo al rostro de la chica.

El elefante y el ave retrocede al ver como esta situación pronto se vuelve física al resistirse la chica con un grito.

-¡¡¿De qué sirve que hicieras todo ese drama para que ahora eches por suelo nuestra única defensa?!! ¡Responde maldita hipocrita!- 

La coneja le ruge creciendo ya cansada de discutir lo mismo una y otra vez con esta chica.

-¡¡Yo no me encargo de esa clase de mierdas!- va contra la chica arranca parte de su melena al someterla contra el suelo con la fuerza de sus brazos.-¡¿O es que acaso reclamas y chillas porque te sabes más inutil qué todos aqui?!- la suelta retrocediendo con una vuelta de por medio , finge levantar una falda por los costados.-Vamos , princesa. Comparte tus razones.- le exige aun mirándola contra el suelo.- ¡¡Responde petulante manca de porqueria!!-

Crafty inhala y exhala. Busca al perro.

Este sigue hundido en sus ilusiones , practicando un baile de tap en una esquina silenciosa , dando la espalda a la pelea continua actuando.

Su mente se rinde ante la presión. La soledad.

-Dog…- su llamado cae en oídos sordos.

Bobby aplasta sus orejas en aquella esquina de la celda , completamente apartada de toda la discusión.

Pronto de la garganta de Crafty escapa su desesperación y renuencioa al sistema sin su hermano , sacando un grito agudo sin levantarse. Rueda pisando y pateando su propio cuerpo o el suelo entre gritos.

-¡¡Controlate , controlate!! ¡Nos van a encerrar si ven como estas actuando!- 

El ave sujeta sus plumas sin moverse al ver a la coneja patear a la chica hasta que guardará silencio.

El elefante va con la unicornio a levantarla una vez deja de llorar. 

-Dog…- sus ojos van a su cara. Es muy obvia su gran decepción al verlo.-Quítate.- gruñe apartandose de él.

Bubba suspira al verla correr a colocarse junto al perro y quedarse a escuchar el monólogo sobre deudas y dulces en polvo.

Una pisca de frustración le llena al verlo solo reaccionar al desastre de la melena azul , tomando ese cabello patr arreglarlo con el permiso de la agitada chica. Riendo bajo al escucharlo hacer bromas sobre su cabello comestible , el peligro de quedar calva si el sol le da a ese bombón.

Crafty ríe buscando un abrazo y su consuelo.

 Eran un desastre y nadie sabía que hacer si el líder se perdía como ahora.

-Estamos decayendo en la locura.- murmura cansado.

Los insultos de Hoppy son buenos. Más no su plan de acción.

La observa sacudir su cabeza y gruñir a unos metros. Ella es una buena líder pero al igual que ellos cojea por una misma herida : El terror a tener contacto con humanos.

Exactamente adultos.

El líder nunca les mostró dicho miedo ni parecía que esa palabra estuviera en su diccionario al ir tras estos para cualquier necesidad. Era un tipo bastante bueno con los adultos , con todo lo que a ellos les asustaba.

Parecía que era el adulto y lo aceptaban , tomando muy mal justo ahora su mala situación y dejarse guiar por su valía y adaptabilidad o capacidad de cambiar de plan y acción en vez de entrar en crisis.

Cosa que no aprendieron ellos aunque lo observarán por años.

-¿Y si te cojo, coneja , te callas?- le Picky desde una esquina.-Piénsalo , eso sería más útil que patear a la caprichosa.- le apunta fastidiada.

La coneja gruñe mirando a la chica rosa con el ceño fruncido.

-No. No , idiota.- le responde cansada.-Vete al carajo ,todos váyanse al carajo.- cae sobre sus rodillas al derrumbarse.

Acaba de golpear a Crafty por nada. Su cabeza está ardiendo y no puede pensar.Solo quería que se callara. No podía hacer eso , ella se lo recuerda y Dog está cantando otra vez. No puede golpearlo , igual y ya no se mueve y se lo llevan pero era desesperante verlo todo loco en una esquina o bailando en silencio.

 Esto era ridículo.

Los experimentos continúan pero siguen en silencio cuando las luces se apagan.

Cosa que no pasará por ahora. El día laboral inicia.

Las puertas se abren y el líder va a la cabeza como otras veces.

-¡Hola , buenos días otra vez a todos nuestros compañeros explotados ¡¿Que fue hoy?! ¡¡ Para mi fue una señal divina sobre la caída de la natalidad por culpa de la seca garganta de un tal Bush!-

Los guardias no le responden pero tampoco lo callan como solían hacerlo.

-¡Es tan agradable un buen día nuevo! , casi tanto como saber que la patrulla ya pasó por el barrio pobre , las balas de advertencia se fueron y solo hay paralizantes cuando te vean atrapado fuera de tu casa al perder las llaves.- su cabeza se mueve al ritmo de algo solo dentro de su mente al caminar tras la guía de un guardia de aspecto aburrido.-Y veo a un amigo sin una sonrisa , debe ser culpa de las malas dietas de los guardias.- Detiene sus pasos frente a este al pasarlos con un par de zancadas.-Amigo guardia , cuando vas al comedor te comes la comida , no a la cocinera.- 

Detrás un guardia ríe sacudiendo a los hombros.

-Te devolveré a la celda.-

El perro gira sin mstrar5 miedo a la advertencia. Recargando se en Bubba señala al hombre

-Yo solo digo que la comida se come por la boca , no con las piernas de una señora de collar.- ríe bajo escindoendo el rostro en el pecho del tenso elefante.-Quiero mi collar…- vuelve al frente aún animado tras murmurar amargado.

Bubba esta preocupado en muchas formas.

Crafty lo arrastra al final de la fila.

-Aunque si eso me sanará el corazón aún preferiría enlistarme a las fuerzas de paz.- 

-¿Por qué no se calla?- gruñe un coordinador.

-No se , solo ignóralo.-

-Lo dices porque te estas burlando.-

El perro al fondo ríe abrazando a Crafty. Sus pasos a La Guardería son más tranquilos al saltar de un lado a otro siguiendo las instrucciones de los encargados.

El perro es instalado en el lugar con Crafty en esa usual zona de conversaciones menos familiares.

Empeorando el nivell de sus bromas y cómo se acerca a los humanos .

Crafty descansa de tenerlos encima pero no gusta de verlo jugar con adultos o lo que sea eso de hacer bromas pesadas sobre calvicie y alcohol. 

 -...entonces estaba yo frente al cadáver de un vago y me di cuenta , justo cuando al revisarle los bolsillos porque el hambre manda. Me doy cuenta de que sus zapatos eran costosos , ¿Qué era? ¿Acaso era un republicano en estado salvaje? Normalmente aquellos avistamientos se dan en su ambiente natural en los terrenos cercanos al jardín de infantes de alguna minoría más cercano. Y estábamos a unas calles del pasaje de las estrellas. Les recomiendo no dormir en la esquina bajada en los basureros , es mejor dentro , los cadáveres le dan el toque.- mueve la cabeza pensando claramente en ese recuerdo.- Y entonces todo cobra sentido con la llegada de una persona en tacones pero la actitud de un sin placa. No era un vago , era el cliente de una señora con un par de amantes rudos y muy amables para dejarlo afuera y encontrará su camino a casa llamando a su esposa. Es un gusto cuando las grandes costumbres del buen hombre americano están presentes.- mira al techo. El conserje pasa por un lado-No revisen todavía , dejen que la pérdida o no , de sus carteras sea sorpresa , y si amigo conserje , te hablo a ti. Debes tener cuidado , por aquí hay un banquero en estado salvaje.-

El conserje lo mira mal antes de comprender el chiste y mejor alejarse para no defender al hombre que recibe palmadas en el hombro por parte de otros hombres divertidos por el cinismo de sus risas descaradas.

Sus crímenes son expuestos y aún pueden burlarse.

¿Por qué se ríen? Era difícil saber qué de todas las cosas revueltas que les cuenta les ocasionaba tal risa asfixiante , quizás el cinismo de ser llamados pederastas en sus caras por un perro de peluche y no por un oficial de policía.

Crafty sospecha que no son bromas sino algo de su vida en esa ciudad. Lo escucha como no lo hizo antes , cuando Dog solo le hablaba de cosas lindas de la vida. 

El perro se ve bastante natural al contar las cosas que vio y vivió como espectador al quedarse en distintos lugares a dormir por lo difícil que era para un niño recorrer la ciudad a pie en vista la falta de efectivo para transporte.

-¿Saben que no es recomendable? Decirle repisa de sandías jugosas a la pareja de un hombre qué bajará de un auto sin placas.- revisa sus manos llenas dde vidrios rotos. No. No hay vidrio , es una memoria. Se repiten ese comentario junto a unas cajas interesadas he incredulas por taal desfachatez del hipotético hombre en su anécdota “Inventada”. - A menos que quieras dar un viaje por todos los terrenos de Los Ángeles. Un conocido se vio embargado por la dicha de aventurarse por la zona baja de la bahías y los terrenos del cartel de Hollywood el día que un amable señor se lo ofreció tras presentar sus amores a una atractiva señora de anillos brillantes.- es una memoria de sus días en un bar con espectáculos. Donde comía bien por las visitas y las sobras pero Pedro lo saco al verlo demasiado enterado de todo lo que sucedía entre los vivos y los muertos del local. 

Aquel hommbe en su historia era un comediante agrio qué solía apuntar a las personas para reirse de sus aspecto o acosar a las chicas del local. Confundiendo a la pareja de uno de los clientes con una de las jóvenes qué llegaban conseguir una cita que seguramente eran tan malas que regresaban muy pronto a saludarlo desde la barra mientras lavaba los platos en la cocina.

-Aunque me dijeron que antes de su viaje todo pagado se veía muy feliz , es una lástima.- refuerfda qué el tipo era un cretino pero lo trataba bien. Igual que muvchsd de las personas de ese lugar.- A veces debemos simplemente ocultar nuestra alegría o nos veremos tan mortificados como el cura con nuevos monaguillos enviado de improviso a un auspicio.- los días llenos de la sonrisa de Theodore viene con sus memorias en las calles de un lugar hermoso a su manera retorcida. Cielos abiertos y un filete sol. El aroma de restaurantes y voces dispersas.-Todavía disfrutará de sus juegos favoritos sin dientes pero no es la misma emoción.-

Crafty siente algo de miedo por esa risa alrededor. Apartándose nerviosa.

El baile en los escenarios improvisados o las películas reproducidas en cualquier pantalla a la venta.

Un contexto de segundos entre las carreras de un lado a otro con los bolsillos llenos de polvo y papel. Ansiando un pago mayor , temiendo por el siguiente adicto de ojos crueles.

Con esos ojos rotos en tantas personas como en su propio reflejo hoy. 

Desesperado por descansar.

Desesperado por volver al hogar que ese polvo creaba dentro de ellos.

Hoy su cabeza lo lleva al interior. Lo protege con bromas dentro de memorias revueltas. Jugando en esos túneles o atrapado entre la sombra del sol en una calle atestada y el aroma de una tienda de comida extranjera a unos metros.

Captando tantos detalles asfixiantes como calmos.

Donde una caída te lleva a mirar un cielo azul he indiferente en vez de concreto helado.

- Que dios lo tenga en gloria , al hombre que pierda las raíces de su felicidad.- con un movimiento de hombros y una memoria de ese cretino arrastrado a golpes a un auto para nunca más volver, caen junto con las risas roncas que suben entre el humo de los cigarrillos.-Que tenga piedad con su alma y su cuerpo sea consolando.-suspira.

Crafty deliro verlo despertar con una luz en sus ojos.

-De preferencia con alguna de la agradables esposas de alguno de los presentes.-

Algunos golpean el hombro de su compañeros más cercano al escucharlo rematar lo que parecía un lamento trágico. 

Hobart sabe bien porque los ataca directamente a estos tipos. A los que ofrecen meterlo en problemas.

Aprendió a elegir los objetos de sus bromas con el ejemplo de aquel comediante barato y cobarde.

Ese hombre eligió a los que todos humillan. Porque bien pudo hacer bromas sobre la contrariedad de la policía en unas mesas aparte, sin hacer movimiento sobre las piezas de colores siendo divididas bajo las narices de cada policía en una evidente mofa a su propia inutilidad en el escenario. 

Pudo hablar de ser un títere o contar algo de su vida de forma humorística.

Aún decidió burlarse del escote de una mujer atrapada entre dos figuras que le doblaban en complexión. Tan solo porque era una risa asegurada por los hombres del local.

 Volviendo esa broma pesada su última impresión en las memorias de muchas personas que lo olvidarán como nada.

Si su destino y deseo era mofarse y arriesgar su vida , mejor debería apuntar alto. Ve por los monstruos con el cuchillo , enojalos y destroza sus egos.

La comedia es un arma y es de doble filo. Es una defensa y un suicidio trágico.

Es aquello que su madre deseaba para su destino , un gran actor desfilando hasta la muerte con papeles que sean dignos de odiar y recordar.

Nadie olvidará su carrera ni su muerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el fondo de la prisión una máquina prepara un juego de piezas a probar.

Esperando al cambio de guardias con una idea oscura.

Un deseo profundo que ha carcomido hasta los circuitos de esta computadora para ocultarlo de cualquiera.

Los guardias de la prisión cambian con ese tono cansado de siempre.

La máquina prepara una barra de metal sacada del brazo de otra para este plan cruel hecho por años de desesperante ansiedad e incapacidad para recuperar su cuerpo.

Los guardias entran de cinco , unidos por seguridad mínima al ser solo su tarea revisar los cables y Lan tallas junto al único electricista.

La maquina más cercana ala puerta cierra en cuanto los guardias tomaron posiciones marcadas por la monotonía qué fabrico para atraparlo.

Movió el aire acondicionado , los cables , las luces.

Todo lo preparó por estos años tan solo para atraparlos.

Ante de que reaccionará por la puerta cerrada 

Una red de cables cae sobre dos aplastando los contra el suelo.

Otro fue sujetado por una máquina antes aparentemente fundida hace meses y demasiado pesada para moverla , le abandonaron para oxidarse hasta el día de hoy que se encuentra atrapado por los brazos en lo alto.

 Al quinto una cadena lo arrastra antes de que diera aviso , colgando en alto con esa cadena en su cuello. Debe sujetarse o su cuello se partirá o será asfixiado hasta la muerte.

El quinto es sujetado por brazos eléctricos qué nadie tomó en cuenta al estar colgados como posibles reemplazos al fondo del montón de cables.

El electricista corre a la puerta para llamar ayuda con el radio.

El último robot lo atrapa por el hombro.

Lo gira pero no sale bien.

Los guardias gritan tanto como ese hombre al ver su hombro y brazos estrellarse contra el suelo.

Su muerte es inmediata por culpa del fuerte shock.

Incrédulo le revisa pero es claro , murió por su primer toque.

Calibra. Números saltan en la pantalla.

Gira el cuerpo acercándose al guardia colgado del cuello.

Este patea y trata de defenderse pero solo logra ser llevado más arriba por esta máquina.

No hay palabras , solo esa mirada oscura cambiando a rojo al quitarle la cadena del cuello para llevarlo consigo a la mesa de operaciones.

-¡Más vale que me sueltes , suéltame!- grita este hombre pateandolo.

La maquina no siente dolor pero algo salió definitivamente mal una ves lo pone en la camilla. Sus fuera es demasiado grande , lo hizo pedazos junto con la camilla. 

Los guardias gritan ahora más allá del enojo,

A este punto el miedo por el Doctor y otras criaturas solo era un fuerte asco y desdén. 

Les perdieron el miedo. Una ventaja para el Doctor hoy.

Esa pantalla se agacha por unos segundos. Sus dos primeros sujetos no soportaron o su calibración fue inútil.

Toma nuevos cálculos acercándose a los guardias bajo los cables. Atrapa a uno por la pierna.

La maldita pierna se despegó como pieza de pollo asado.

Su grito esta vez es obvio al terminar con la vida de este con sus puños.

El guardia junto a est papilla comienza a recordar esa emoción olvida por culpa de su cinismo. 

Olvidó que debía temerles.

-Doctor , por favor…- intenta hablar.

El doctor toma nuevos cálculos. Mira a este humano dándole una señal con la muñeca.

Gira.

El humano se esfuerza por voltear y ponerse derecho aún sentado en el suelo.

El doctor toca su pecho.

El dolor le recorre al ser golpeado tan fuerte.

El doctor espera a que se recomponga. Tocando su hombro.

El dolor al ser picado con una extremidad de acero le hace doblarse al sentirse en una paliza de pandillas.

El doctor calibra. Ya no espera.

Lo toca varias veces sin importar que algunos sean golpes o solo toques superficiales.

El humano pronto se ve incapaz de moverse con ese ojo reventado en sangre y sus costillas rotas.

El doctor lo deja en el suelo tan solo por ser obediente. Pero no está en una situación tan buena como para dejarlo ir ahora.

Lo arrastra esta vez con más cuidado y un mejor cálculo. 

Lo sube a la mesa de controles para desgarrar su ropa.

El humano está vez pelea. Se defiende y pelea . Logra romper su pantalla.

El doctor lo atrapa por las piernas . Abriéndose de par en par.

El grito es más fuerte que nunca , le ha hecho pedazos las rodillas , el fémur y la tibia con este solo tirón.

Lo sujeta por los músculos destrozados para lanzarlo contra el suelo. 

No está muerto , solo sufre en silencio.

El tercero está entre los cables que lo arrastraron hasta los brazos independientes.

A este lo toma del rostro. Juego con su piel con más cuidado.

Presiona y sacude sus extremidades. Lo hace moverse sujetando ambos brazpos.

Siente la lucha pero este no logra detenerlo.

Pasa un minuto aprendiendo de él humano y como llevar sus cálculos por buen camino.

Lentamente logra calibrar se.

La fuerza , la velocidad y como lo maneja. Todo comienza a fluir correctamente.

Sigue jugando con este humano hasta notar algo mejor entre todas las molestias posibles.

Murió hace unos minutos por la fuerza que uso para hacerlo girar el cuello.

Golpea este cuerpo con los puños.

Solo le queda uno . El atrapado por el robot.

Esta vez ambas maquinas se mueven.

No advierte de nada. No dará aviso ni consideración a un objeto de investigación.

Arranca la ropa sin poner atención a lo que sea que esté gritando entre lágrimas qué tal vez debió verter por sus víctimas y no por sí mismo.

El doctor suspira .

Aún le dan asco los humanos.

Más piensa en el objetivo. En lo que esperaba lograr con esta investigación atrapada en su cabeza y más rebelde que nunca.

La máquina gemela atrapa al humano por las rodillas levantandolo en una posición extremadamente vulnerable , tanto como era humillante.

Grita e intenta pelear pidiendo ayuda.

Lanza los objetos que alcanza pero solo logra ver que no estaba solo. Eso solo significaba que no era el experimento definitivo. Es desechable.

-¡No lo hagas , no!- grita aunque no logre ver lo que estaba sucediendo.

La maquina es ajena a los gritos.

El último guardia es testigo de cómo esa máquina se comporto más humana y animal que nunca al meterse entre esas piernas para enterrar , sin otra palabra capaz de describir su horror , una pieza metálica dentro del recto de ese hombre.

Gritó entró de su boca al escucharlo enmidecer por el dolor.

Gritando como poseso al ser embestido solo con su sangre como parte del horrible escenario.

Lo ve cambiar de color. Vómitar y sacudirse con el ruido de sus huesos rompioendose por la fuerza de ese cuerpo metálico.

Esta vez parece no estar satisfecho y repite el mismo “Experimento” con este mismo hasta lograr que los gritos se callen o solo se muera.

Decide concentrarse en sus posibilidades de pedir ayuda.

Es claro que el tipo se había desmayado cuando vuelve a escucharlo gritar y llorar de forma tan miserable como los monstruos fuera de esta habitación.

Logra alcanzar la cadena del radio , moviendolo de la cintura a su mano. Busca los botones a ciegas.

-¡¡Tiene un radio , míralo , míralo ,déjame ya!! ¡Ya déjame , dejame! - 

El hombre apunto de dar alerta intenta abrir el canal pero la segunda maquina le atrapa aplastando el radio en sus manos. Lo observa. Tocando su rostro.

El calibramiento en las pantallas es total.

Es seguro.

Ese humano en la mesa de control es dejado de lado para que se vuelva un tembloroso ovillo.

Las maquinas van pprmel último , sujetandolocon uan fuerza más parecida a un humano.

-Mierda , mierda , mierda ….- exclama al ver como sus pantalones son destrozados.-Doctor¡Khg!-

Esa boca fue sellada.

Esta vez el metal es más parecido a un humano en fuerza.

Lo sujeta. Lo sacude obligándolo a bajar la cabeza y no mirarlo.

 Cambiando la fuerza a un toque sutil lentamente.

Intenta pelear al sentirse completamente asqueado por las sensaciones.

Su rostro es levantado para observar ese ojo en rojo. Cambiando a verde le muestra exactamente lo que ya vio y como a sus espaldas ese hombre aún intenta detener la hemorragia entre sus piernas.

Sus hombros caen. Mostrando todo su asco al bajar la cabeza para ser el mono de prácticas de esta máquina.

Calibrando lentamente esos toques dolorosos a volverlos aguantables y para el horror del humano. Conforme más concedia en búsqueda de su supervivencia más su cuerpo se confundía.

Llegando a reaccionar positivamente a las caricias de metal en su cuerpo grita intentando concentrarse en su pulcra naturaleza heterosexual.

No parece funcionar al lograr esa máquina hacerlo derramarse entre sus propios muslos.

Niega buscando algo de lógica.

La maquina le sostiene la mandíbula haciendo mirar a la pantalla en negro por unos segundos.

El toque ya no es doloroso mientras no pelee.

Sigie la siuguiente parte.

Esta vez de verdad intenta resistirse pero la maquina ya lo sujeta.

-Esta vez deberas hablar , si quieres salir con vida y capaz de caminar.- le advierte esa voz arrogante.

Su boca es liberada y lo primero a hacer es escupir a esa pantalla.

-¡Maldito homosexual , mereces esta mierda tanto como todos estos engendros! Maldita la hora en la que entré a este infierno , maldito seas monstruo asqueroso.-

El robot asiente.

-Ahora dile al doctor si te duele o te gusta , y sé sincero.- sigue adelante.-No queremos que esto nos lleve demasiado tiempo.-

El guardia grita al ser invadida su cavidad con esos dedos de hierro.

Todo insulto queda enmudecido al verse atrapado por esa luz roja.

 

 

 

 

-Tú , has cambiado.-

El hombre observa un escenario cubierto de muerte y sangre alrededor de ese cerebro. 

Los restos de trabajadores demasiado machacados para ser identificable sus formas de muerte. Es claro que fue algo muy premeditado.

El tiempo y las formas en las que fueron atrapados exactamente e el día y horario donde todos sus compañeros estarían en alas distintas a este salón de pantallas. 

La voz mecanica es sincera.

-Si , fue interesante. Subí de nivel mis experimentos , estoy impresionado de cuanto avance en mis cálculos.- 

El hombre de traje le señala.

-Más bien bajaste , te comportaste como un tonto ganster en escuela de señoritas.-

No hay respuesta esta vez. La ironía de su aceraddfa comparación con lo sucedido , así lo ocultara , le es ua molestia.

Hizo lo que hizo , experimentó y ahora conoce mejor las capacidades de una máquina solo programada como una extensión médica.

Puede hacerlos pedazos y no hay como defenderse de su fuerza.

Sus cuerpos son otra muestra de sus capacidades pero aún necesitaba estudiar la habilidad de este para el acercamiento con un humano vivo y no aquello ya calculado a base de los experimentos pasados con los productos de La Guardería.

Esto era algo para adultos , para él mismo.

Incluso si no sintió nada de inicio a fin , o solo le embargaba el repudio por estos cuerpos retorcidos por la fuerza de sus máquinas. Lo hizo.

Al último de sus objetos de investigación lo hizo completamente trizas para borrar toda evidencia. 

Habiendo logrado su objetivo después de un par de horas de pruebas repetitivas.

Logró tener una simulación de intimidad con ese humano sin lastimarlo ni romper sus huesos o marcar su piel.

Logrando llevar al clímax más de una vez a este conejillo de indias de forma positiva.

Pudo llegar a la fuerza y control necesarios para una unión física placentera y segura para un humano.

Terminando con todos los cuerpos que utilizó , fingiendo que simplemente fue una colecta de piezas humanas para su propia entretención. La verdad más cercana a una mentira.

-No volverás a intentar hacer algo como esto. Si tienes en mente un nuevo ejercicio , avísanos para darte objetos experimentales de Dulce Hogar , no puedes desaparecer a nuestra fuerza laboral.-

La voz dentro de las bocinas escucha. Niega en su interior aquella posibilidad inútil y desproporcional.

Saborea con un profundo suspiro su malicia más cruda.

-Leith , no finjas . A ti los empleados no te importan.- ríe incluso si este hombre tiene la capacidad de repetir esa ola de dolor con sólo tocar un botón en el panel de control que hacen limpir a unos peluches de sonrientes mal perfilados , se muestra en etiquetas señalando su cambio de piel próximo , enviados a limpiar el charco de sangre en el suelo y las maquinas.

-Sawyer.- advirtió decidió a silenciaron.

-Te da igual cuantas veces haga algo como esto con trabajadores a los que no les darías una písca de piedad así los veas partidos en pedazos.- su voz es cruel pero esta adrenalina , aquella que su cerebro le permite sentir aún sin un cuerpo , lo llena al tener la oportunidad de dañar el ego de Pierre.-Te da miedo no saber cuántas veces más lo puedo repetir.-

El hombre levanta los hombros manteniéndose firme en su posición de control.

-O si cuando la puerta se cierre contigo dentro , seas el siguiente.-

Para desgracia de Pierre esas puertas se abren logrando un sonido de azote qué le recorre hasta la médula.

Grita girandose ,con el cuerpo bañado en tan solo un segundo bañado de sudor frio, listo para correr.

Es su equipo científico acompañado por más juguetes para limpiar el desastre.

El doctor dentro de la máquina ríe satisfecho por ese sobresalto.

-Soy digno de esta penuria , no lo olvides Leith.- 

Fijándose en las criaturas asustadas por verse arrastradas a este espacio cubierto de rojo. Un trabajador lo patea para que inicien con la limpieza.

La prisa de estas criaturas aumenta con la agresividad de estos trabajadores renuentes a mantenerse en este lugar y más sabiendo lo ocurrido a medias.

El gran criminal atrapado en su prisión aún se encuentra victorioso ante la retirada estratégica de Pierre y la búsqueda de su dignidad al abandonar el lugar sin más miramientos. 

Sus objetivos están sumándose lentamente a su favor. 

 

Las criaturas serán enviadas a sus recintos cada vez más , en vez de trabajadores humanos. 

Desde ahora nadie entraría sin más de doce compañeros o solo cuando sea estrictamente necesaria la presencia humana.

La computadora vuelve a su soledad. Ahora más tranquilo he igualmente inquieto.

Reproduciendo las grabaciones que borro para seguridad de sus planes y no por otra cosa.

Observa a la zona tras el edificio de La Guarderi a como su aliado es atacado al intentar sacar a ese perro de funciones. No se lo pido , él simplemente deseaba sacarle la ttea al perro pero este no lo recibe bien.

Haciéndolo atestiguar algo que no deseaba.

Ese rostro luchando por evitar sacar a la luz expresiones que no esperaba y a la vez le eran vividas en su cabeza.

Escuchando esa voz en la radio , romperse de forma tan enigmática y profunda.

Deseando arrancar esas manos , destrozar ese cuerpo en completos pedazos sin forma.

Robarlo y apoderarse de su carne.

Sentir y probar , ser la sombra que rompe esa voz.

Ignora todo lo sucedido. Solo escucha esa voz romperse entre dientes.

Solo esa voz.

Solo esta tortura.

Practicando algo que obviamente no sería posible jamás. 

A menos que robara el cuerpo de alguno de los juguetes. De cualquiera de todos ellos.

-Doctor.-

Con el llamado se encuentra de nuevo conectado con el guardia. Acompañándolo en su almohada.

-Deberías buscar otro pasatiempo, Ryan.-

-Mi tiempo se va en molestarte , no pidas más.-

La risa cargada de cinismo suena por ese radio. 

El cinismo de darse cuenta de cuanto se negaba a intentar aquello que tanto practico. Le es inconcebible arriesgarse a un resultado tan fatal como los primeros tres intentos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ave observa a La Juguetería. Exhalando cansado por todo lo que significa ser ahora lo que más se acerca al único cuerdo del grupo. Entre Hoppy negándose a la presión que ya les respiraba en el cuello más que nunca o Bobby trabajando entre carreras nerviosas.

No tendrían descanso ni pausas si no cumplían con el reparto de las flores. Necesitaban eso.

Más hacer esto él solo , es imposible sin saber dónde estaban las flores o a quién hablarle.

-No sé cómo podremos seguir adelante si todos enloquecemos.- sus brazos están ocupados , aunque no deba ser así.

Carga a un bebé caminando por esta habitación como su único refugio. Las cunas.

Dog estaba haciendo bromas pesadas y dando relatos qué no les gustaban. Eran todo aquello con lo que no se jugaba en su grupo.

Lo irónico al ser de las cosas favoritas de los adultos el escucharlo hablar de coincidencias desagradables y muertes violentas o esos insultos a ser bastante vulgar.

Dog estaría muy molesto si regresará justo ahora y se viera entre todos esos viejos y no con los niños que ya parecen demasiado tristes para irlo a buscar a ese ambiente cargado.

-Te daba asco pero lo extrañas , idiota.- gruñe sabiendo la razón por la cual el perro sigue a ese ambiente.

El gusto de ese idiota mueerto por el olor del cigarrillo y Dog estúpidamente , buscándolo en ese aroma repulsivo.

Si tan solo saliera de esa locura para reemplazarlo con algo menos desagradable , sería muy bueno.

El lloriqueo de un bebé le hace mirar a ese lugar con la cabeza llena de problemas.

Una de las cunas está llena de lágrimas por un pequeño llorando a la orilla. 

Rápido va a su encuentro para consolarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1994

 

 

 

 

 

El lloriqueo lo saca de esas memorias. 

De alucinar a su líder simplemente indispuesto y no muerto ahora que lo necesitan más que nunca. 

Observa a esa misma cuna , en la misma posición. Un lloriqueo se efectúa más no es el mismo.

Nada es igual al pasado.

No sólo por la ausencia del líder que sabe a donde ir y como hacerlo cuando las dificultades crecen , sino también por la figura dentro de la cuna.

Suave y llorosa. Lo llama moviendo los brazos con un berreos rotos por el tiempo y los días de suciedad sin higiene controlada. Solo un juguete que llora con sonidos de perro en esa cuna.

Los Bunzo qué guió y enseñó a proteger esta habitación están muertos y colgados en el techo por mano de alguien muy obvio.

Cunas cubiertas completamente con la sangre de lo que hubiera en su interior.

-Se comieron a los bebés.- murmura sin poder hacer más que observar a este perrito de felpa llamarlo como lo hicieron más infantes en el pasado.-Dejaste que se comieran a mis hijos.- observa esa criatura pequeña rogar su ayuda con la figura del líder.

Como una burla a las preguntas atrapadas en los ojos de su líder en esa ejecución pública.

Esperando un abrazo de su parte para salir de este escondite. Llora y ladra pidiendo ayuda a su niñero.

-Pa…pa…-

El plumaje del ave estalla al ser llamado de tal forma por esta criatura cubierta de sangre y sucia como si acabará de salir del fango.

Kickin cierra la distancia observando a medias como esta cosa pisa los restos de una sabana enrollada sobre restos húmedos de color rojo.

Su brazo es el primero en accionar.

Atrapando a esta cosa y llevándola a su cuello. Gira en la oscuridad , meciendo al bebé de peluche con un ritmo lento. Camina por la habitación. Observando al techo y las señales de luchas pasadas en menos de dos meses de supuesta libertad.

Sus Bunzo tuvieron que huir o esconderse al ser asediados por una criatura desconocida en su ausencia.

Este lugar no funciona sin los trabajadores.

No funciona sin el control de los jefes. Sin alguien que sepa controlar todo en el sistema.

No hay agua en las cisternas de las diferentes construcciones y Mommy las maneja con una leyenda sobre las pocas posibilidades de ver de nuevo a quién se interese en su territorio.

Boxy se adueño de las vías del tren a distancia media de la salida y la operación eléctrica.

El interior está en control de los jóvenes más cercanos a 1006.

La Guardería comienza a derrumbarse entre la falta de ley o la nula presencia de los sonrientes.

Bubba no baja desde hace semanas.

Solo quedan él y Bobby en las instalaciones de La Guardería pero no pueden hacer mucho ellos solos.

Solo ellos y la comida que nadie toca más que los niños humanos. 

Hoy regresa de su estadía en las instalaciones profundas en búsqueda de las fórmulas en las bodegas de alimentos envasados. Tan solo para encontrar a los bebés desaparecidos de sus cunas o como esté , muertos con su depredador durmiendo sobre sus restos.

Solos.

-No se porque no pude hacer nada por ustedes.- 

 

 

Las grandes cajas de fórmula traída por el mismo mismo pájaro, son visible en las puertas de Dulce Hogar.

Solo por este rango de visión es posible verlo aplastar en sus brazos a esa criatura ya dormida en su cuello.

El testigo mueve las orejas al verlo cometer ese asesinato en forma de justicia.

Su cola sacude el polvo alrededor del techo de la escuela. 

En el interior es audible la discusión por culpa de las baterías sustraídas por él para mantenerlas dentro. Todo en búsqueda de la limpieza justa de las criaturas más peligrosas para los niños y Dios.

Estas muñecas eran extrañas. Atacan a los niños incluso antes de ser libres. Cometen mil arranques violentos y son sádicas y pervertidas, retorcidas por secretos que arrastraron incluso a Dog a su muerte.

No permitirá que una sola de ellas traiga a esas mentadas flores al nuevo mundo.

Con ellas ese mal morirá.

Así como su amiga se perdió hace muchos años , ellas no verán al mundo mientras haya perversión dentro de sus actos.

Kickin y los sonrientes aún no lo entienden. Lo que Dios desea para todos era un paraíso sin mal ni ataques crueles contra nadie en este mundo.

Porque todo está sucediendo y porque seguirá como hoy hasta que todo esté limpio.

No habrán crímenes ni violencia pero necesita limpiar , todo debe ser impecable.

Todo lo que les asegure un destino hermoso para el futuro del mundo que Dios le promete con su gran amor.

-Debes venir con nosotros.-

Salta del techo de la escuela para correr por los tejados. Pasa por encima de criaturas medias y niños en búsqueda de alimento entre las construcciones y pasillos de este lugar.

Algunos vienen de los interiores de las oficinas con papel y sillas para jugar en el jardín.

Todo estará bien. Solo necesita su fe , solo la fe.

 

Su camino llega al ascensor.

Saltando a la plataforma en espera del tirón a la palanca.

Una pequeña Bunzo hala de esta con una cuerda y su propio peso , despidiendose con un movimiento de sus patitas.

Theo levanta una garra en despedida al juguete.

Bajando el ruido de La Guardería se queda atrás.

Cambiando a gritos cargados de rabia y quejas.

Este felino mueve la cabeza de lado al escuchar esas quejas dispersas.

Son muchos juguetes gritando y exigiendo una sola cosa : Salir de la fábrica.

Sus orejas caen pensando solo en DogDay y el deseo de éste por salir de la fábrica.

El sol y las calles. La música y las muchas comidas del exterior. Ser libre de los muros y como esas flores eran parte de aquello que soñaba con tanto anhelo.

Su atención cambia de las súplicas por la libertad a una Teresa sin completar en su lista de pendientes.

-¿Porque no puedo encontrar esas basuras?- gruñe cansado de no hayar las malditas flores sin importar cuantas paredes tirara por suelo o abriera habitaciones de empleados.-Por ellas te usaron , por ellas te desecharon y aunque ya hice todo esto , no puedo destruirlas...- no las encuentra y si no las encuentra , siguen en la fábrica y su raíz aun es un secreto que nadie sabe. 

Quién utilizó a Dog y aquellas armas , todo seguía oculto aunque se esforzara en leer y escarbar oficina por oficina.

Llego abajo.

Alrededor de la primera plataforma se encuentran cuatro criaturas de aspecto desagradable para él.

Una oveja negra , un gran cocodrilo verde y esa chica tiburón.

Sumado a una nongrata conocida. Una muy bonita y luminosa conocida.

CraftyCorn.

Esta chica le saluda con un movimiento hipócrita de la pezuña superior.

Su malestar no sale a flote, es la criatura más importante de todas justo sobre la plataforma que le da fueras para no molestarse. 

Con el elegante sonido de sus piezas metálicas chocando con las patas unidas a su cuerpo al bajar por la pared de piedra. Llegando a su lado con una de sus garras sobre el cuerpo de CatNap para apoyarse y acariciar su lomo aún lleno de lindo pelaje y carne suave.

Aún no decae su aspecto como consecuencia de su futura búsqueda de la liberación a través del ayuno perpetuo.

-Vas a acompañarnos , después de todo …eres el guardián de los sueños.- le confortable con un juego bajo su mandíbula.-Vamos , gatito.-

El ronroneo responde al suave gesto. Sigue de buena gana a la criatura por este camino.

Ignorando a las criaturas alrededor de las rejas de metal. Peleando entre reclamos ansiosos y lloriqueos llenos de dudas que solo le ocasionaban riña a Theodore al demostrar tan poca fe a los actos desinteresados de Dios.

- ¡No podemos seguir aquí por más tiempo!- 

-¡¿Para que hicimos todo esto si al final aun moriremos en la oscuridad?! 

-¡Señor ¿De verdad no nos permitirá salir afuera?!-

Las criaturas más grandes en estan avanzada siguen sin sin detenerse.

Escuchan sin hacerlo realmente. Pisando firme este camino directo a la zona del teleférico al fondo.

En el camino una criatura les esperaba junto a un gran cajón de hierro.

Sn notarlo , sin verlo.

Poco a poco la sociedad construida a medias con restos de o que fueron niños y víctimas , deae a la edad media repleta de dioses y nobles de gran poder.

Un reinado construido sobre restos de carne. Una sinfonía de dolores interminables y colores vibrantes por encima de todas las víctimas sucias por la tierra más cercana a sus cuerpos a diferencia d las altas , fiertes y lindas figuras de colores y porte incomparable.

Un mundo lleno de brutalidad.

De oscuridad y promesas acompañadas por condiciones escritas con sangre.

 

-Están despertando.- señala una criatura pequeña sobre este cajón de hierro.

CatNap adelanta un par de zancadas hasta esa puerta. La abre quitando el seguro de hierro solo para ver al interior.

Los acomodaron como los humanos llevaban a sus delicadas computadoras en esas camas de unicel entre cajones de hierro y ahora añadieron las cobijas y piezas de luces a las paredes. 

Sobre estos aquellos pequeños humanos duermen o ahora juegan con varillas de luces neón. Observando al felino curiosos al verlo llegar.

Levantan esas regordetas manos sin formar a sus cortos meses o menos de dos años de vida.

Esa edad fue lo uniocop que los salvó de ser usados por los científicos , al menos por unos cuantos meses. Sabiendo que usaban a los bebés y los restos cerebrales de los proyectos fallidos en las criaturas más pequeñas de La Guardería. 

El felino entra para rociar en una nube ligera el humo rojo sobre los bebés. Cuidando de usar su cola para distraerlos de cualquier miedo en sus ojos.

Su lomo se eriza al ser empujado por la espalda. Rizado gira pero debe relajarse inmediatamente.

Dios le despide con una garra al cerrar las puertas en su cara.

El felino retrocede doblando el cuerpo para evitar aplastarlos.

-No dudes. No salgas. No me desobedezcas y ten paciencia. Cuidalos desde adentro al bajar , hagas lo que hagas , no salgas hasta que yo te lo ordene.- lo dirige autoritario.-No me desobedezcas.-

Exhala al comprender la orden.

Estira las patas por el lugar para acomodarse con la espalda pegada a las puertas. Juega con la mano de un niño que duerme en uno de los cajones superiores , acomodandolo de nuevo dentro de esa cobija. Pasa su cola por cada puerta para cerrarlas de forma segura una por una. 

El humo lo condensa en su boca pensando si exhalar ahora o al bajar por sí necesitará mover los. Exhala decidiendo mantenerlos en calma.

Un ruido fuerte y la sacudida qué le hace revolver el estómago le advierten de estar en movimiento.

Esas criaturas arrastran el cajón de hiero con él dentro.

Le prohíben ver a donde los llevara el prototipo.

“Si llevaras a Kickin , él podría cuidarlos sin molestarte.” 

“No quiero a nadie coludado con las flores en los laboratorios.“

 “Dios , Kickin daría la vida por ellos.”

 “No por mí , es lo que admites aunque tu corazón te advierta.” 

El gato en el cajón suspira observando como caen lentamente en un profundo sueño los niños más resistentes lal humo.

No pensó en cómo afectaría a Dios su respuesta sobre el ave. Sobre sus intenciones y esfuerzo para proteger a los más indefensos.

Llegando a este conocimiento de un momento a otro.

Dios no deseaba gente capaz de proteger lo perecedero sino a lo inmortal. 

Algo que nunca terminará ni será olvidado.

Una tarea que nunca terminaría a pesar de todo sacrificio efectuado por cualquier nimiedad.

Hoy es más grande que ayer la verdad sobre las intenciones de Dios.

Deshacerse de todos los desleales y los traicioneros.

Aunque eso tenga en cuenta las acciones guiadas por amor.

-Pajarito…- suspira sintiendo ese pesar solo por unos segundos.

Dejarlo con esa tortura al ave , era demasiado cruel…no.

Sacude la cabeza sujetándose las orejas para sacar esa debilidad de su sistema.

Sus orejas se mueven en esta oscuridad , escapando de su agarre con una alucinación rápida a su costado.

Los hombros del perro a su lado. Su voz susurrando algo dulce qué más de una vez este le dijo al estar acostados en el suelo de la celda.

-Quiero que veas las estrellas.-

Lleva las garras a su torso , emulando el abrazo que ee perro le daba a cada oportunidad , acptndo con brazos abiertos esa memoria.

-Si.- sus ojos bajan al suelo.-Las veremos , las veremos todos.-

La caja de hierro parece elevarse y él es llevado en alto dentro de esta.

Bajan.

El líquido brillante dentro de los juguetes luminosos entre los niños se mueve en un solo ángulo y su cabeza se inclina recostándose en el muro. Ahora cierra todos los cajones al prever una sacudida o dos contra la máquina.

Sus oídos estallan al aumentar la profundidad la que es llevado ciegas.

 El humo escapa de su boca para evitarles las molestias a los niños. 

Bajar tardó menos de lo esperado y esta caja fue llevada bajo tierra. 

Su cuerpo se eriza al escuchar gruñidos y golpes en el exterior. Golpean y parece que el metal llegará a su límite en cuestión de segundos.

No puede salir sin dañar la caja. Atrapa su cola entre las garras para contener esos malos pensamientos.

Alucinando haber sido lanzado al fondo de un abismo para ser comido vivo por monstruos feroces qué no sean más que pesadillas.

Delira estar bajo el agua. Imagino su cuerpo atrapado bajo toneladas de agua por el estallido de sus oídos.

El metal comienza a fracturarse. Están por entrar.

Patea una esquina oscura tan solo para evitar la entrada de lo que sea que este amenazando a sus pequeños. Sujeta otra zona del hierro con una garra delantera.

Debes salir.

Niega usando otra de sus extremidades para evitar la entrada de lo que fuera a seguir golpeando el exterior.

Su pata es mordida por algo muy doloroso. La quita para evitar el dolor pero ese hierro solo es abierto con más fuerza. Presiona nuevamente , gruñendo al ser mordido más de una vez.

Sus garras saltan y patea.

Su cuerpo es sacudido por fuera. 

Es un tirón peligroso lo que le arrastra.

La caja de hierro es arrastrada por el suelo sacudiendo al interior y a los niños.

Usa una de las sábanas sueltas para cubrir los agujeros aun sin salir. Aun no va salir , no lo hará.

La caja de hierro parece ser arrstarada por varios metros hasta una zona diferente después de verse obligado a estirarse para evitar heridas a los niños entre los rebotes violentos. 

 Una vez escuchó a An y Lan decir algo que encajaba perfectamente con su situación.

Parecen llegar al lugar exacto.

Escuchando ahora un ruido mucho menor.

Es un sonido metálico parecido a las piezas de los escenarios usados para eventos especiales en La Guardería cuando era movido por los gigantes en vez de ser desmontado. Es una construcción de hierro moviéndose.

Más el ruido era muy diferente a cualquier otro en toda su vida.

Era más cercanos a los pasos de una criatura viva.

Pega la espalda a la puerta , sus patas aún duelen. 

Un dolor intenso atraviesa su costado con el ruido de una sierra. Salpica el suelo con su propia sangre.

Se aparta dejando atrás un borbotón de sangre. Toca la herida entre sus costillas.

Lo han herido y por mucho. Duele demasiado.

-Veo que te tocaron mis maquinas. Pobrecito.-

El gato dentro gruñe mirando esa sierra recorrer el seguro de hierro de la puerta. Es lento pero las chispas inyectan el miedo que no deja ese avance tan lastimero.

Pronto esa puerta sería abierta y lo que quisiera entrar , lo hará.

 -No se cual de todos sus amigos seas. ¿Eres 1188 o 1334? ¿Quién está temblando dentro de mi lata de golosinas?-

El gato gruñe buscando algo en el interior qué pudiera detener el avance de la sierra.

Una pieza de hierro del techo es un objetivo , lo arranca y presiona contra la sierra. La sostiene aunque la fuerza de la máquina se por mucho bastante peligrosa. 

 -Así que eres fuerte o hay más de uno.- la sierra se detiene.-Más grande , muchos más procedimientos y sin son dos , será mi oportunidad de conseguir a más de ustedes si fueran macho y hembra.-

El felino mantiene el hierro fijo , hace oídos sordos a las amenazas.

-Estoy seguro de que este será un poco divertido para ti.- 

El gato levanta las orejas con ese ruido extraño.

Es el metal afectado por algo que conoce.

Las paredes se congelan.

Aparta a los niños de los muros de hierro y los coloca en un solo espacio completamente cubiertos.

-Es extraño que no salgas aun ¿Quién está dentro de la caja?- 

La sierra vuelve a la carga.

El gato vuelve a entorpecer el avance de estas con esa barra de metal.

Otra sierra a unos metros.

-Vamos , solo abre esa puerta. El doctor sabrá que hacer contigo cuando te tenga , lo disfrutes o no-

 El felino le gruñe esta vez más alto en una advertencia directa.

-Gatito , puedes salir.-

Al fin su espera es recompensada por la voz de Dios ayudándolo a salir de este predicamento por la radio en su pecho.

Pasa de detener la sierra a atraerla en una palanca. Saltando afuera con un torrente de humo expulsado por su garganta. 

Afuera su llegada es bienvenida por criaturas muy extrañas. No puede distinguirlas dadas las profunda espesura del humo de su boca.

Viendo al fondo a esa criatura de pie en un pasillo a contra luz.

Alta y de cabeza cuadrada. Mirándolo con un ojo pintado de luz carmín.

Más cerca de él otra de estas criaturas lo atrapa por la cola haciéndolo perder el equilibrio desde el suelo.

Otra de estas sujeta su sonrisa.

El humo escapa con más violencia que al inicio para aturdirlo más solo logra que choque con ese ojo grande y brillante.

Cambiando al ser cegado por el humo.

Es una pantalla ahora amarilla. 

Logra liberarse al patear al que sostiene su cola y con un reves tira al suelo al segundo.

 Retrocede cerrando la caja de hierro. El frío es causado por una tubería sobre el cajón de hierro.

Arrastra con esfuerzo la caja. Observa a estas criaturas manmtenerse en amarillo en la nube de humo.

-No deberías huir ahora , esa herida se ve muy mal.-

El felino sigue adelante.

Su humo llena el camino al frente , no se detiene. No para aunque todo le diga que lo haga.

El lugar desconocido y las grandes paredes gritando por su sangre 

Los cuerpos humanos sin tocar o las criaturas que huyen.

Ya vio una vez a esta clase de cosas en esa invasion.

Estaba en territorio de herejes. Son peligrosos.

El humo comienza a dispersarse. Comenzará a utilizar la reserva de su interior. 

El suelo está cubierto por ese torrente frío.

El gato se detiene retrocediendo al ver tanto hielo a su alrededor.

-Solo ven y permite que el doctor juegue contigo. Se que te gusta jugar , CatNap.-

Se encuentra atrapado al ser responsable de la seguridad de los pequeños humanos dentro. Ruge saltando de vuelta para enfrentarlo.

Enfrente de él una criatura extraña lo recibe con un gruñido chillón 

Hay un problema , tiene ocho ojos.

-Yarnaby , regresa a casa.-

El gato de colores vuelve a cerrar la mandíbula. Corre tan rápido que se volvió borroso él y sus ocho patas…no.

No es rápido ni tiene ocho extremidades o ojos. 

Está drogado.

CatNap cae al piso con la cara contra el suelo. 

Su cuerpo crece como último acto rebelde, cubre con su figura la entrada al cajón de hierro. 

Inhala profundo comprobando la limpieza del aire , exceptuando el humo rojo , solo hay posibilidades de ser afectado por toxinas en las sierras qué atraviesan su piel.

O en las bocas de aquellas criaturas escondidas en las sombras.

Su cuerpo languido permanece en esta posición por minutos llenos de sonidos de rápidas carreras y risas ahogadas.

Interrumpidas por el repetido impacto del hierro contra el concreto.

Es esa máquina de pantalla al frente. 

Avanza siguiendo a una criatura muy pequeña , una delicada oveja negra que lo guía a la presencia del felino en ese espacio apartado.

Esta máquina procesa las órdenes centrales.

El ojo oscuro aparece analizando al felino de las orejas a las patas. La toxina sirvio

Es hora de llevarlo al laboratorio. 

Sujeta al gato por la cola , arrastrándolo si cuidado por este mismo pasillo de piedra. Directamente al destino bajo tierra.

A unos metros es abandonada la caja con los humanos.

Lentamente las criaturas le rodean mordiendo y golpeando el hierro en búsqueda de la entrada.

 

 

 

 

Al abrir los ojos una pelota de Basquetball le recibe a un lado de su cabeza.

-De verdad le pegaste fuerte , Hoppy.-

-Y no es mi mejor tiro.-

-No es halago.-

-Cuando mis poderosos tiros nos salven de un secuestro, no pensaras igual.

-¿Tienes que usar un ejemplo tan horrible?-

-Imagina lo que pienso cuando levanto pesas.- 

Una tercer voz femenina interrumpe esa discusión extraña.

-Despertaste.-

–Déjalo respirar.-

Sus ojos suben por las grandes orejas de un oso abrazando su cuello.

Retrocede empujándola fuera de sí. 

Su huida es tan digna como la carrera de un bebé a gatas escapando del baño matutino.

Las seis criaturas lo observan huir por una puerta sin mirar atrás en ningún momento.

-¿Y al monito que le pico?- indaga el ave sentada en el suelo. 

-Te dije que ese corte no era lo tuyo.- señala aquella unicornio con un movimiento de muñeca.

-Cállate huesitos.- le acusa la osa desde el suelo. Aunque si revisa su esponjoso cabello.

 

Por los pasillos de un entorno desconocido este felino corre temblando al ponerse en dos pies o en cuatro entre saltos llenos de terror. Las voces lo aturden con música animada al fondo.

Lo azotando con luces en salones llenos de música.

El silencio de una zona llena de libros por leer y criaturas de diferentes aspectos.

Su carrera lo lleva hasta esa gran habitación.

El centro de Dulce Hogar o solo un jardín disperso con simples kioskos y sillas de madera.

Avanza sujetando su cabeza. Su cuerpo extrañamente felino esquiva a otras criaturas de colores y especies muy diferentes.

Choca con la espalda de alguien alto.

Al mirar arriba la cara de esa maestra lo sorprende.

-Deberías estar en clases.- le advierte cargando una caja repleta con materiales de dibujo.-Te escapas demasiado , debes ser más responsable , gatito.- le advierte sin detenerse.

El gato sujeta su collar.

La luna sigue ahí.

-¡¡CatNap , no debiste correr!!- 

Sus hombros suben al ver a la osa y la cerdita alcanzarlo con más de una bolsa en ss hombros.

-Toma tu mochila , ahora camina. No voy a pasar detención porque a Mr.Huyecuandoseponedifícil , me haga quedar mal.-

-Ustedes me odian.- Señala sin saber de qué otra forma librarse de ellas.-¿Porque quieres que vaya contigo?- su boca se movió al hablar.

Sus manos suben a su boca sujetándose este hocico móvil y blando , era piel perfectamente felina y suave. Cálida y viva.

No es de plástico. Picky le mira de arriba abajo con una ceja arriba.

-No puedes odiar a tus amigos. Por eso somos amigos.- lo toma por el brazo.

El gato mueve las orejas confundido. Perdido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La máquina llega a la zona iluminada por grandes torres eléctricas. 

Lleva al gato ahora por el pellejo de su espalda. No se detiene al ser interceptado pormas robots.

Entre cuatro lo llevan más rápido a esa zona de hierro , pasando puerta y rejas cerradas entre pausas por los circuitos en constante cambió. 

La electricidad entre las puertas , así como los vueroos atrapados en algunos tramos , obtiene faloos eléctricos pero no el fallo en las posibilidades de la persona en las computadoras.

Logrando secuestrar al gato dentro de sus terrenos.

 

 

 

 

 

 

 

 

-Kant nos habla de la esperanza.-

Esas orejas púrpura se sacuden en su asiento. Observa a la maestra con los ojos bien abiertos.

Es esa coneja muerta,

Subida en una silla para dar la clase en un vestido de algodón similar a las prendas de las otras maestras.

-Kant nos enseña , en su percepción de lo que es la esperanza. Que esta es y debe ser buscada por y con actos afines con el objetivo de un gran fin. La esperanza habla de libertad más allá del individuo sino de una idealización atrapada por lo que nosotros mismos vemos como el mundo idílico resultante de todos nuestros anhelos dirigidos a un reino más allá de lo físico. Es una forma de decirnos que no hay una verdadera muerte a toda esperanza en base al orden de los ciclos repetitivos.- sus grandes orejas ocasionan una brisa capaz de sacudir los cuadernos de algunos estudiantes cercanos a su escritorio.-Si , eso responde porque vas a presentar nuevamente tu examen Crafty.-

La chica bufa recargándose en el respaldar de su silla y ese examen lleno de ceros y tres brillando en su poder.

-CatNap , lo hiciste pésimo. Suicidate. - Le apunta la conejita tirando a su mesa una hoja llena de apuntes en rojo.-¡No es cierto!-ríe. - Pero no serás nadie en esta vida. - 

Un gran diez lo recibe junto con una caricatura amargada.

Su rostro decae observando su firma.

Mira de lado a la coneja qué pocos saben como termino siendo devorada por su hermano en la fábrica.

No hay otra clase después de esta ánimosa clase de geografía. Saltando adelante al abrirse la puerta de este salón de clases.

El día por fuera de los pasillos le muestran una escena nunca mostrada correctamente en Dulce Hogar.

Un atardecer rojo.

-¡¡Theodore!!-

Su carrera se detiene en una esquina , justo sobre una escalera que lo llevaría más al fondo de este edificio. A las sombras.

Fuera de la ventana , a unos cuarenta metros de su ubicación.

Bajo ese atardecer rojizo y rosáceo , un árbol más real que todo en su entorno ,es mecido por una brisa suave en el exterior.

Nunca antes había visto un olmo tan vivo ni brillante. Lo llama con furia , golpea su mente con esa voz enojada que aún es un murmullo. Posiblemente tan falso como todo a su alrededor.

Más ese árbol , ese gran árbol oscureció por este atardecer sangriento , le es real.

Sus pies vuelve a moverse. Abandona este pasillo en búsqueda de la puerta al fondo del piso inferior.

Saltando los escalones de tres en tres por sus largas piernas. 

Su objetivo es la doble puerta al fondo de las sombras.

Ignora cómo la luz del atardecer desaparece con el mismo impulso dado por sus manos contra estas puertas. 

El atardecer y la realidad han sido rechazadas dentro de sus ilusiones. Devolviendolo a un mediodía luminoso.

Que la buscará , es una mentira semejante a la verdad aquella que le recibe al salir por estar puertas de hierro tan parecidas a las puertas de las celdas qué les permitían volver a Dulce Hogar como su único refugio.

Es ese perro naranja.

La cabeza del gato se llena de gritos. De sus manos sosteniendo los restos de una persona amada.

La mirada de dolor al ser traicionado por él .

De todos él.

De todos en el mundo , él. 

El mismo Theodore qué juró nunca dejarlo solo , le abandono en manos de los monstruos.

-Ca-

Huye sin escucharlo siquiera saludar.

El perro mueve la cabeza al verlo irse corriendo a cuatro patas y no en dos. Levanta una oreja contrariado por la usual higiene de CatNap.

-Vaya.- exclama sonriendo.-Si noto que no vine a clases.-

La cerdita pasa por enfrente con un rostro aburrido.

-Lo regañaron por que no trajiste tu parte del trabajo.- le cuenta eso mirando su aspecto desenfadado.

El perro sonríe incómodo.

-Es que …me la comí.-

-Eres tan estúpido que me lo creo.-

-¡No , no es cierto! ¡No la hice y me dio vergüenza decirle que lo olvide!-

Picky sonríe feliz de verlo huir con esa cara de arrepentimiento.

 

Por su parte el felino era de todo menos feliz.

Corre. 

Corrió hasta casi desaparecer. No dejo nada atrás al huir.

 Sus patas fallan al borde de un acantilado profundo. Derrapando para no caer por este borde oscuro.

-No se donde estoy.- su lamento le lleva a recargar la cabeza en las palmas de sus manos.

El mundo parece hacerse pedazos , caerse y diluirse pero solo está tomando forma a cada paso que esa pequeña figura felina da para acercarse al gato en el suelo de la calle.

-Estas tarde , en eso estas , Theo.-

Hielo. Lo baña por encima de su cabeza.

Fuego. Lo carcome hasta la médula.

O solo toneladas de concreto lo golpean.

Sus ojos suben como única posibilidad entre todas las que deseaba elegir.

Hay una maraña de cabellos y un brillante colorete azul sobre labios delgados. Sumado a unos párpados perfectamente cubiertos por una sombra oscura en gris.

No era un gato en sus recuerdos. Era una humana de pequeña estatura pero gran personalidad y carácter inquieto. Uñas de colores y afiladas , una boca sonriente y siempre acompañada por un cigarrillo.

Sellando la identidad de esta persona en su corazón al aparecer esa sonrisa torcida de lado en ese felino rostro púrpura.

-Vamos , debemos abrir, es tarde¿Hijo?- abraza sus hombros al sentirlo pegado a su torso.-Vamos , ya estas grande mi niño.- su usual ácido consuelo llega a oídos del gatito.

El gato tiembla sin controlar a tiempo las ñagrimas qué e derramando de sus ojos.

-Mamá , Mamá , mi mamá …eres mi mamá …- sus patas pierden fuerza derrumbandose aferrado a este cuerpo.-Mami , estás aquí…- hunde el rostro en su torso buscando su presencia , su valor perdido hace tanto.

Hay un aroma desentrañado entre el cigarrillo , entre la sangre ausente. Abriendo por fin los canales de su memoria al perfume de su madre. 

Fresas. Ella usaba un perfume de fresa.

Llora , grita despue de años de olvido. Consolando por este mundo al olvidar el otro de su madre para darle un rostro nuevo e igual al suyo.

Era su madre y por fin puede verla. 

Esta gata suspira acariciando esos hombros tan temblorosos. Sus ojos brillantes son llenados por la bruma.

-Pues esa cesárea dice qué eres mi hijo.-palme a su cabeza , rozando sus largas uñas su cabeza.

Espera a que el gatito deje de llorar. Sus propios ojos pronto se llenan de las mismas lágrimas.

-Mamá también te extraño , mi bebé.-

 

 

 

 

 

Llega a las celdas de metal.

Escucha a las pesadillas rugir y llorar en el interior de esas celdas electricass semejantes a las rosticeras giratorias de algún restaurante. Un tanto inequivoco a raíz del olor de los cadáveres humanos que trajo a pudrirse al lugar y servir de alimento para los experimentos de grandes dimensiones qué fabrica en vista de la renuncia del prototipo a entregarle a los cuerpos grandes que lo siguieron al exterior de la cueva en cuanto los laboratorios se abrieron.

-Todos , a sus cuartos.- ordena observando las tres pantallas y cámaras , como todos se van a celdas diferentes. Dejándole solo las celda central como el destino del felino inconsciente.

 

 

 

 

 

 

En un vaso de vidrio un hielo flota al entrar un líquido dorado.

-Repite de tu lado.- le señala al verlo distraído con su rostro.-No me mires , mira el vaso.-

El gato escucha volteando lento la botella de brandy.

-Es mucho.- lo advierte al verlo cruzar la línea que le dibujó en la superficie del vaso.-Ahora tendrás que…- 

Ambos parecen confundidos pero acepta que un cliente solo paso dejando un billete al llevarse el trago seco en rocas.

Su madre le trae otro vaso y le apunta al contenedor metalico para que incluya uno de los cubos en el interior.

-Algunos necesitan más trago para sentir el calor de sus propios cuerpos.- suspira tranquilizando al confundido gato.-Dejemos lo así , después te enseñaré a mezclar granadilla con vodka.-

Theodore mueve la cabeza. Recuerda algo del pasado aunque en esté momento sea borroso en su memoria.

El baile torpe , el canto desafinado y las risas amargas en una celda a media luz.

Ahora atrapado en su memoria ese baile y como se acercaba a él.

La voz de su madre interrumpe sus pensamientos.

-Cuando la mezclas el color debe fundirse , no batirse porque la bebida sabra solo a una o a otra y los clientes más perceptibles podrán ofenderse.- 

El felino logra servir el licor en el vaso , exacto en la nueva línea , agregando el segundo con cuidado desde el borde.

Dorado y crema rosácea. Toman ese vaso para crear una raíz de colores. Rota por el palmito metálico en sus manos.

Dos únicas vueltas lentas a la derecha. Lo aparta esperando a que lo juzgará su madre.

-Si , lo batiste mal.-

El gato ya se defiende frustrado por otro intento arruinado.

-Pero algunos los baten cuando se los dan.- 

Su madre muec ese gran y espeso plumero qué tenía por cola , sacudiendo la orejas de su hijo. 

-Lo agitan porque son imbéciles sin gusto.- levanta la bebida qué llamo error.

Pronto un cliente lo toma sin ver.

-Esta batido.- saca la lengua al probarlo.-Liz , corazón , tu hijo no tiene tu chispa.- señala ahora con la bebida que ella preparó.

El gato púrpura cruza los brazos sobre su estómago observando a este gran tipo azul irse junto con ambos tragos. Encontrándose con el monstruo caja en una mesa alejada de la barra. Junto a la criatura rosa con un suéter y la coneja amargada hablando con ellos entre quejas risueñas.

La risa de esa caja junto a su hermana son parte de la sinfonía de conversaciones dispersas y a la melodía del jazz mezclado con instrumentos electrónicos venida de una radio a bajo volumen junto a la barra.

Sus orejas se relajan observando al lugar.

Tan parecido a los que su madre observaba con gusto en las películas y revistas. Lo señalaba y presumía de servir la mejor comida de todas sí fuera su propio local.  

Sus orejas se mueven con el sonido de la cocina a unos metros. El aroma de comidas atrapadas en su memoria escapan con las voces de algunos juguetes conocidos y perdidos antes de La Hora de la Alegría.

Su cuerpo se relaja sintiendo a su madre moverse de un banquito a otro al pasar de un lado a otro en la barra donde puede servir pedidos rápidos con esa sonrisa de colmillos amarillentos.

Cae en esta ilusión tan cargada de recuerdos revueltos.

No hay sangre. Nadie sufre.

No hay dolor ni celdas. Son libres de vivir.

No hay humanos. Nadie se burla de su agonía.

No hay científicos. Nadie les lastimara.

No hay dolor ni perdida. Están a salvo.

En el interior de la barra no hay calma. Hay vida y un objetivo.

Es una vorágine de pedidos y voces. Saltan del fondo al presente deseos qué pueden luchar por conseguir.

Esquiva el paso de su madre , mirando la iluminacion cálida de las luces del techo golpear las botellas de cristal y brillar al contacto del resplandor.

Los utensilios metálicos parecen tan limpios como brillantes.

Uno de estos cae al suelo ya no estando tan limpio.

Su madre lo recoja y limpia contra su mandil dándole una sonrisa cómplice para ocultar el secreto.

Sonríe girando como si no viera nada. Sus manos toman un trapo de la mesa para limpiar las huellas de los vasos. La música invade su interior.

El lugar lentamente le absorbe en su labor , en el ruido de voces y sonrisas.

La comida en los platos es brillante a la luz.

Tan solo el aire es fresco limpiando los restos de una mesa espera a ver otro ser abandonada por lo clientes. 

-Theodore.- 

Su cabeza gira de golpe con ese grito. Los platos dejaron de ser reales a su toque al caer sobre la mesa sin ruido alguno.

Es ese mismo árbol.

Puede verlo a través de la puerta abierta de este bar. Alguien que estaba por entrar mantiene abierto.

Lo observa y puede sentir como es correspondido desde las sombras bajo sus hojas caídas.

La voz de su madre sigue presente. Es un eco lejano.

Solo escucha las hojas mecerse al viento. Golpeando la brisa su tronco inclinado.

-¡¡¡Theodore!!!- sus orejas caen al ser llamado con tanta desesperación desde las sombras.

Pasa las mesas al verse cerrada esa puerta, la alcanza con un salto.

- ¡CatNap!- exclama la cerdita al ser interceptada por ese gato.

 El felino levanta las orejas al verla de frente.

-Hola…- mira denuvo arriba.

Ese árbol o ese atardecer. No hay nada.

Solo un edificio que reconoce de sus días caminando con su madre de la mano. Buscaban comida en los basureros , algo que desecharán en esos lugares y se viera decente. Solo esa vez su madre lo llevó al negarse a permanecer en casa.

Consiguieron pan duro y unas latas de comida junto con algunos guisos.

Sumado a las risas de algunas personas asqueadas por lo que estaban haciendo.

A diferencia de otros lugares. En ese local los trabajadores les defendieron y ofrecieron ayuda pero su madre y él estaban demasiado asustados para quedarse. Huyeron aunque le ofrecían ayuda.

Ella nunca más le permitió seguirla y volvió a trabajar. 

Ahora ese lugar esta frente a este local. Llenandolo de preguntas.

-Deberíamos entrar , hace frío.-

Con esta señal de la osa , las dos lo llevan adentro.

El felino las sigue, observando de ves en cuando a la puerta y el escenario cambiante. 

-Trajimos la tarea , ¿Tú mamá estará ocupada?- 

El reflejo de esta criatura devorando juguete y humanos le llena de pánico.

-Aléjate de mi madre.- advierte a la cerdita caníbal.

Ella levanta la ceja sonriendole.

-Vaya debes verme potencial para ser tu nueva Mami.- acompaña su burla con una caricia a su rostro.-Seré buena madrastra mi niño grande.-

El gato le gruñe frustrado.

-Hoy d…. No pudo venir.-

El felino siente un escalofrío al no escuchar su nombre.

 

 

 

 

 

El ascenso lo lleva a la sala de televisores.

Dentro cada una de esas pantallas observan a ese gato inconsciente ser llevado a la sala grande.

Todo entre restos humanos convertidos en girones de hueso , piel y carne retorcida.

 La sangre ya encharcada le mancha como fango espeso.

Tras las puertas esa gran y única masa de carne se elimina observando al felino por las cámaras.

-Al fin , uno de los grandes.- ríe alegre por la adquisición.-Verás , que el juego del doctor es exactamente el que necesitas 1188.- 

Las nueve máquinas se mueven brillando en rojo sus pantallas.

 

 

 

 

 

-Entonces una fracción es una división igual de un objeto o cantidad. Es división resumida.-

-Si pero eso es de primaria.- le recuerda la osa con las hojas de cálculo sobre la mesa.-No tiene nada que ver con la tarea.-

-Pero entonces una libra es de 453 gramos y si divides la libra en tres tercios es igual a 113 gramos y esos son los tercios que debe calcular sumando esos 2 septimos de la segunda libra qué fue dividida en siete y eso equivaldría a… a …a …- mira el cuaderno.-Debo anotarlo , nunca pude entender las fracciones antes. No quiero olvidarlas.-

Las dos chicas le miran arrancar una hoja de papel y tratar de meterla en su pecho. Sus cejas bajan al ver como logra guardarla entre la pelusa al sacudir su pelaje.

-Presumido.- susurra Picky más interesada en la tarea.

El gato suspira aliviado por fin. 

-Bien , ahora vuelve a tu tarea.- le señala la osa.

Mira las hojas sin comprenderlas. Anota algunos rayos lógicos en los patrones repetidos entre las líneas. No entiende que hace pero las líneas revueltas parecen cobrar sentido conforme las une. Escribir es extraño.

-Mañana deberíamos ir a la playa.-

-Pues D…dijo que nos veíamos allá si llegábamos a su trabajo.-

El gato detiene sus rayones.

Las chicas miran a esa tarea completa , más contrariadas por su silencio extraño.

-Vamos ahora.- 

Ambas revisan sus relojes.

Son demasiado mayores para seguirle el juego raro pero no para negarse a algo tan emocionante. Cayendo como buenas adolescentes a la tentación de ir a un lugar conocido en situación muy diferente.

-Claro , parece divertido.-

-Nunca he ido de noche . Será divertido.- 

El gato recupera un suéter rápido de los tantos tirados en el interior de la casa bre el local. Bajan juntos con las mochilas de las chicas rebotando ruidos as en sus hombros a causa de las perlas y adornos trabados en cada una.

Corren a la puerta esperando a que diera aviso para ir los tres a ese lugar llenos de emoción. 

Con una despedida se aleja del local de su familia. La música de este queda atrás al cerrarse las puertas.

Las dos lo sujetan sonriendo.

-La playa , iihhh…- la osa le sacude emocionada.-Nunca la e viso.- suelta con una emoción plana aunque sea alegre su expresión.

El gato mueve las orejas al escucharla tan discordante con su aspecto alegre.

-Siempre quise salir de la celda.-

Sus orejas se mueven al percibir el murmullo de Picky.

El camino viene con risas y bamboleo a causa de los pasos flojos de los tres. Sumándose el felino a la emoción conforme avanzaban.

La ciudad ahora al atardecer tan rojo y naranja . Brilla por adelantado.

Tragandose el mundo esos edificios oscuros. Cubiertos por enredaderas qeu deseo mucha veces dibujar en su día a día. Convertír a la ciudad en un bosque bonito.

Ahora la mezcla d vegetación con los edificios le regalan paredes atravesada por helechos creciendo de los muros y luces cálidas entre los postes de luz en un camino ta luminoso como animado por las personas alrededor.

Sus orejas y cola se acuden estremeciéndose con las risas de algunos chicos de su edad pasando por un lado.

La risa de Tamie junto a sus amigos. O de los otros Bunzo mayores y menores entre los transeúntes cargados con tareas revueltas o una caminata unida en la gran ciudad.

Televisores llenos de imágenes . El baile y canto de alguna CatBee sobre escenarios fabricados con luces coloridas.

 

 

 

 

 

 

Las manos metálicas sujetan esa sonrisa y ojos apagados. 

-Estas comiendo muy poco , gatito.- lo murmura tomando su boca por los bordes. El humo dejó restos n el pelaje interior.-Tus costillas las puedo contar una por una.

Sigue curioso por lo poco que pudo trabajar en un cuerpo grande desde la celosa vigilancia de Laura y la insistencia en proteger los secretos de sus criaturas. 

Dentro de esa boca existe el canal de humo y el destinado a la comida y el aire para los pulmones.

Interna la mano dentro de su boca. No hay más que una mezcla de sangre y el humo condensado.

-Te estas descuidando.- cambia su interés a su pecho.-Veo aquí , cuanto has adelgazado en solo un mes , CatNap-

Cuatro criaturas toman cada extremidad tirando para descubrir su estómago a la máquina de pie sobre él. Es un gato en muchas formas y aún así la curvatura de su cuerpo es semejante a un torso humano.

Inclina la pantalla a un costado. Brillando en amarillo al apreciar su figura casi humana del cuello para abajo.

-Pues …si eras muy bonito.- sujeta el cierre bajo el collar de luna.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Podrían soltarme?-

-Claro , reina.- bromea Picky al soltarlo. 

De inmediato el gato siente un nuevo agarre , levanta la cabeza ahora nervioso al buscar la identidad de quienes le sujetan.

-Hola , no creí que estarían por aquí a esta hora.- 

El saludo es tan directo como su dueña. 

Es la conejita menta. Del otro lado el ave lo sujeta , sorprendiendose al tener que mirarlo hacia arriba.

-Hola , michifus.- saluda este sin soltarlo.-Creí que estarías trabajando todavia.-

-Si.- mira a la coneja sonreír a las dos chicas.-Decidimos salir.- su percepción sobre Kickin es siempre cercana a Dog por la responsabilidad de este con sus tareas y sus niños. Parece que algo en él, veía a esa ave como alguien más grande que él mismo.

-Pues Kickin y yo íbamos a asaltar gente , ¿Quieren venir?-

-No , eso es ilegal. No está bien que asaltemos gente.- lo señala Bobby con los hombros tensos. 

-Exacto , por eso nunca decides los viajes tu. Eres un peligro , osa mentirosa.- 

El gato se eriza al ver a esa chica acercarse con un sueter de puffy tan o más espeso qué su crin. Era ver todo lo que ella era. Llamativa , ruidosa y autoritaria.

Abriéndose paso tan solo con apuntar a los transeúntes con una paleta mordida en su pata.

-CatNap.- lo saluda con una sonrisa de lado.

-Hola…- responde nervioso al verla de nuevo.

Esta chica hace algo que nunca hizo después de todo lo que pasaron allá en la fabrica.

-Ten es para ti.- le entrega una hoja de papel de un cuando bajo su brazo.

El gato es liberado para tomar esta página colorida.

Sus orejas bajan al ver de nuevo ese dibujo después de años.

-Gracias , CraftyCorn.- suspira el agradecimiento mucho antes de serciorarse el dibujo.

Ese paisaje de montañas , flores y un gran sol. Pintados en papel y no un pedazo de pan tostado. Sin tinta de yema de chueco o jalea como aquel dibujo que se comió nada más esa niña se lo entregó.

Crafty le sonríe más tranquila. Como eran sus sonrisas antes de ser destruida por los científicos.

-DogDay está en el malecón , deberiamos llegar antes de que decida irse a embriagar de nuevo solo.-

-Siempre se deprime si lo dejamos mucho tiempo solo.-

-Más bien se suelta , al rato le veremos preso.- 

La risa del grupo sigue adelante.

El felino levanta el dibujo ya con sus brazos libres.

El cielo lleno de estrellas a rebelarse con el anochecer azul lo hace sentirse liviano incluso si golpea la brisa helada sus orejas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las manos del médico ya abrieron el cierre. Sacando del interior sus pertenencias.

Una radio. 

Las cartas de naipes qué jugaba en el pasado en la celda.

Dibujos de muchos niños y juguetes. 

Una sola de las fotografías tomadas por los visitantes a estas mascotas todas reunidas en el jardín.

Todo tirado sin cuidado por el suelo. 

La mesa de instrumentos es traída aquí por una máquina. 

Estaban listos con la maquinaria y cuchillos necesarios.

 

 

 

 

 

 

 

El océano huele a sal y …a carne asada , tal parece. 

El ave pasa saltando y corriendo junto a la coneja.

Saludan al tipo ocupado en la parrilla , cambiando de lado la carne entre las cebollas y las calabazas de un tierno dorado en una sartén aparte sobre el carbón.

El ave llega sin cuidado a sacudir los hombros del elefante con una gran sonrisa al subirse a medias en sus hombros.

-¡¡Como buen estudiante!! , ¡¡Mi amigo el letrado se gana la vida vendiendo tacos!!- sacude sus orejas azules.-Dime , ¿Ya ganas para mantenerme?- cuestiona con una ceja arriba. 

El elefante arruga el ceño sin responderle. Voltea las coliflores a un lado menos dorado en las brazas.

Como si fuera un permiso ambos asaltan la parrilla llevándose algo de esta a la boca.

-Entre la carne y la calabaza serán cuarenta dólares. 

La coneja y el ave quedan a medio bocado.

-¿Y para un amigo?- pregunta el ave.

-Cuarenta.-

-¿Y una amiga?- intenta la coneja.

-Setenta.- coloca otra porción de carne.-Son mis amigos , apoyenme.-

El ave exclama un ruido parecido a un puñetazo al estómago. 

El elefante levanta los ojos , fijandose en el gato.

Este eleva los hombros al sentirse observado.

El elefante hace algo como en el pasado.

Entrega una porción directo sobre un plato a su dirección.

-DogDay está buscando almejas en la playa , puedes ir con él.-

El gato toma el plato.

-Gracias ,Bubba.- murmura nervioso por todo el odio que este amigo de Dog salía mostrarle.

Bubba abre más los ojos , dejando atrás esa expresión amargada.

-Gracias por tu compra y vuelve pronto.- sonríe mucho más animado.

El gato deja este espacio rodeado de algunas personas sentadas en las orillas de ladrillos con vista al océano ahora teñido por el reflejo de las luces de la ciudad y las estrellas más lejanas.

Su compañía, las chicas y la pareja, se quedaban con el elefante en este espacio de piedra.

Theodore lleva algo de esa carne a su boca.

Es buena.

Como la primera asada preparada por ese elefante. El único que parecía saber cocinar. Recordaba qué la segunda vez le fue mal pero era seguro que fue por causa de la pérdida de sus manos.

La primer asada le gusto , le gustó estar con ellos.

Le entristeció ver al perro correr de un lado a otro y no quedarse a comer con ellos.

Ahora entiende , después de tanto sufrimiento ,qué Dog tuvo que cubrir al elefante , al ave y a la cerdita. Correr de un lado a otro para vender esas flores y seguir con sus propias tareas. 

Nunca tuvo tiempo para sí , para Theodore , pero lo creaba.

Conseguía con mucho esfuerzo llegar a compartir su tiempo con él. 

Theodore llegaba a sentirse apartado pero no era así.

DogDay siempre lo pensaba , siempre buscaba como encontrarlo y pasar el tiempo posible con él.

Bajar estas escaleras no le era menos que sencillo cuándo pudo verlo bajo el puerto de piedra con una cubeta y botas de agua en la oscuridad.

Esa figura gira a medias. Seguido levanta la cabeza para mirarlo directamente.

-CatNap.- Sonríe mostrando los colmillos caninos al saludarlo con las manos llenas de arena y mojadas.-No fui a clases porque me caí y perdí la…pata derecha.- trata de ocultar esa pata con la cubeta en su poder.  

El felino baja y sube las orejas. Siente sus ojos llenarse de lágrimas.

-Estúpido. - reclama dejando caer la comida para bajar corindo las escaleras aunque sea muy borrosa su vision.-¡Eres un estúpido!- grita entrando al agua incluso si tropezaba con el fango de la arena.

El pero sonríe confundido por su desesperación.

-Bien , no fue la pata pero si el páncreas , se me quebró.- miente de nuevo esta vez levantando lo brazos al recibirlo en brazos.-No llores , CatNap. Estoy aquí , no me volveré a perder de la nada.-

El felino llora abrazado a sus hombros.

Sus estaturas no cambiaron ni sus colores o sus tonterías o el poco sentido común del perro buscando a oscuras en vez de encender la lámpara uno a él. Solo era él.

Era su perrito buscando en las más oscuras penumbras un objetivo a ciegas , lográndolo y casi llenando a expensas de todo lo posible o realista , esa cubeta con almejas y langostinos.

Haciendo lo que podía y lograndolo en el camino a expensas de todo , de incluso su propia incredulidad.

-Eres un estúpido.-

Era perfecto como era. Bajito y cuadrado , perfecto para sus brazos y para dormir en su pecho .

Perfecto para no sentirse asustado ni amenazado.

Perfecto para verlo a los ojos cada vez que su rostro bajaba intimidado por el mundo.

Tan bajo como dulce , tan suave como fuerte.

Era su novio.

Aquel que puede sujetarlo y mirarlo a los ojos. Puede someterlo , llevarlo de un lado a otro y sabe que esta asalvo.

El perro atrapa su cintura con ambos brazos.

-Y tú más , solo mira bien con quién estás.- sonríe besando la cabeza del gato.-Abre los ojos.-

-No , aquí estoy bien. Estoy contigo.-

 

 

 

 

 

La sangre cae por el corte efectuado lentamente por el bisturí en manos de esa máquina.

-No tenemos suficiente sangre , no cortes tan¡Estoy discutiendo conmigo mismo!- grita frustrado al terminar el corte en ese estómago.

Sus maquinas son precisas pero el gato no estaba anestesiado , solo dopado.

No puede despertar y causar destrozos pero aún es una molestia el estremecimiento de las terminaciones nerviosas y como este torso parece reaccionar al dolor del corte al tensarse.

Una segunda máquina abre su piel descubriendo sus órganos en funcionamiento.

La sangre exhala una nube carmín con el estallido de vasos sanguíneos.

Un taladro es acercado por otra máquina.

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus manos aprietan su torso. 

Un dolor extraño llegó a su cuerpo.

-CatNap , ¿Estas bien?- 

Mira al perro contra las estrellas de cielo nocturno.

-Si , Bubba debe haber usado más de esas especias.- suspira pensando en eso y no en otra inquietud.-O estoy embarazado.- murmura bromista.

-No me digas eso , otro gato como tu podría acabar con la vida como la conocemos.-

Patea al perro desde su asiento de piedra.

 Este se ríe saltando atrás sin ser tocado por su ataque , más esa risa le costó caro al caer de sentón sobre el fango.

Su pelaje naranja ahora es café por el estallido de arena.

Theodore ríe aprovechando para echarle agua directo al rostro.

Entre las risas esta ayuda cambia a ser una defensa al sentirse amenazado por los brazos arriba del perro y como viene para abrazarlo a pesar de vestir ese bonito suéter tan parecido al perdido en su viaje de Inglaterra a la fábrica.

Corre y lo esquiva , hasta ser atrapado por la cintura y tirado sobre la arena de la playa a donde huyó entre risas.

En el suelo aun pelea usando puños de arena para apartarlo. Rodando un par de metros.

Cosquillas suben por su espalda al sentirse capaz de rodearlo con sus piernas , rueda y lo ve hacia abajo. El perro le sonríe mostrando esos grandes colmillos expuestos.

Tan tonto como para que esos dientes enormes , aquellos que deberían darle miedo , se vean estúpidos al caer al costado su larga lengua.

Logrando todo lo contrario yan solo por esos ojos.

Su mente le juego una broma pesada tan solo adelantandole el placer que le recorrería cuando este le muerda los muslos antes de subir esa lengua por su piel.

Tiembla perdiendo la pelea al caer de nuevo en su control. La arena ahora estaba bajo su espalda y ese perro era parte de su visión del cielo y las estrellas.

Todo le gritó lo listo que se encontraba para recibir esos colmillos dentro de su piel.

-Hazlo…- murmuró anhelando su cercanía.

El perro levanta las orejas y esa lengua recorre su hocico afilando los ojos de forma provocativa.

Un puño de arena le golpeó el rostro al gato. Regresandolo al estado de juego anterior para vengarse de ese ataque.

-¡¡Dog!! ¿Dónde están los mariscos? ¡¿Enserio crees que voy a comprarlos?!-

El perro deja de jugar para ir por esa cubeta.

-Vamos , CatNap.- lo levanta por el brazo. La arena cae de ambos al correr juntos directo al malecón por las piedras de los riscos alrededor de la playa. 

El felino sonríe feliz incluso si hay arena en su rostro.

Solo concentrándose en su mano atrapada por el perro. 

Sujeta por un segundo su estómago adolorido pero lo ignora , aferrándose más decidido a esos hombros para hacerlo pasarla mal o disfrutar ser cargado en esa espalda.

 

 

 

 

 

 

 

El taladro entra por la apertura. Girando con una de las tuercas alrededor de las bases de esa máquina de gas dentro del gato,

La sangre salpica fuera del cuerpo , moja la pantalla de carmín y granate.

Los ojos de toda la habitación están fijos en esa máquina vibrando dentro del cuerpo.

El gran tornillo es sacado del cuerpo , liberando así la columna de este felino de la maquina.

Saca el primer contenedor , moviendo el material cicatrizante que rodeaba la maquina.

Esa barra verde baja al perderse ese tanque.

 

 

 

 

 

 

 

 

Los mariscos brillan con el aceite picante dentro de las cochas , hirviendo suavemente sobre un sartén lleno con verduras , o lo estuvo. Ya casi solo es la cebolla y la salsa lo que hay dentro del sartén. Ya todo fue repartido y comido por los presentes

La noche brilla por encima de los ocho reunidos en la mesa. 

El perro observa , como era usual por alguna razón que incluso en esta ilusión CatNap desconoce , la superficie de la mesa llena de platos vacíos como lo haría un ,médico a un expediente olvidado. Sujeta su vaso al ser agitada la mesa.

Por un lado es bastante visible el salto de la figura del conejo y el ave empujándose uno al otro para adueñarse de una sola silla. Coqueteo plagado de pellizcos y mordidas , o en el caso del ave , picoteo a las parejas de la coneja qué lo pellizca más fuerte de lo que el ave usa su pico para molestarla.

La mesa se sacude y el elefante sujeta la bebida de Picky al revolverse, cuando ella tenía ambas manos ocupadas con una cuchara y el plato elevado para servirse más del contenido del sarten, y casi caer sobre su mochila.

-Gracias.- suspira la chica tomando su vaso.-Ahora no podré quejarme del machismo en televisión.-

-Puedes , solo pagame doble el plato.-

-Eres un cretino muy en el fondo.- le gruñe la chica picando su mejilla.-Considera un pago el solo lujo de hablar conmigo , Bubba.-

El elefante le sonríe atrapando su muñeca con ambas patas.

-Y a ti te cobraré cada vez que me quieras besar.-

Se hace soltar con un tirón suave.

-Tarado.- gruñe volteandose. Mira de lado esa pata estirada a su dirección.

-Paga.- exige burlándose de ella.

La chica le mira aturdida. Procesando su tostro se llena de rojo.

-No te pagaré nada , estafador.- toma su bebida escondiéndose en esta. Su espalda se parquea cerrando los ojos al sacar la pajilla de golpe.

El elefante había besado descaradamente su cuello.

-Ese es gratis.-

El gato mira al otro par ahora escondiendo la silla que rompieron entre los dos justo cuando el elefante estaba distraído con los reclamos de Picky.

A su lado la osa ya está dormida sobre su plato de pollo y arroz. 

Del otro lado la unicornio observa a la playa , pintandola en el cuaderno del que salio la pintura qué le hizo a CatNap.

-Ven.-

Como si fuera una señal divina para un creyente , obedece el pedido del perro a su espalda. 

Camina a su ritmo , observando sus orejas aún mojadas después de lavarse la arena.

Es el destino una máquina espendedora.

Su mirada se fija en esta.

Sin los patrones de la fábrica o los dulces de esta misma.

-Elige algo.- le señala el perro.

El gato observa esas golosinas y semillas vistosas.

Rompiendo la distancia entre ellos busca sujetar ese rostro. Su estado es del atado con un jadeo profundo al abrir la boca.

-Tú.- suspira buscando su boca.

El perro corresponde este movimiento al tomar su cintura.

-¡¡Theodore!!-

Sus orejas caen con ese grito. Niega poco antes de unir sus bocas. Cierra los ojos huyendo de ese árbol en el reflejo de la máquina expendedora.

Ese atardecer paralizado en el tiempo , el batir de su hojas y el murmullo del viento.

Gritan. Lo llaman fuera de este presente.

-¿No quieres esto?- pregunta el perro en sus manos. Esas manos suben por debajo del suéter.

El gato aprieta los parpados al inyectar abrí los ojos pero solo ver ese árbol aún más cerca en el reflejo.

-Si , si , si…si quiero esto…- murmura bajando las orejas para no escuchar esa brisa más furiosa a cada segundo.  

-¡¡¡Theodore , mírame!!!-

Niega moviendo la cabeza.

 El mismo baja para unir su boca al perro en su ilusión.

Para caer en la mentira por completo.

 

 

 

 

 

 

 

El tercer tanque cae junto a los otros.

Solo quedaba el principal. Aquel que se instaló desde su cambió. 

Las líneas verdes han caído por el suelo a sólo dos líneas. 

Lo cierra. Usando unas pinzas comienza a cerrarlo ya indefenso y listo para la celda que le esperaba.

-Así que … esto haces con mis juguetes cuando confío en ti , Doctor.-

Las maquinas apresura la tarea.

Otras sueltan las extremidades para proteger al gran saco de órganos en el tubo.

Aquella criatura no necesito romper nada antes de las jaulas eléctricas.

Solo entrar. Enfrentando al cerebro en ese lugar. 

-Hola , Doctor.- saluda golpeando el teclado en la maquina.

Las criaturas en las jaulas agachan las cabezas aterradas por su largo y poderoso torso.

Sanando aquellas heridas y cortes con restos humanos y de juguetes. Regresando lentamente a su belleza real.

-Devuelveme a mi gatito.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con un paso lento van juntos por el camino nocturno. Poco a poco la noche se vuelve dueña de todo lo que era el cielo azul.

El perro detiene el camino , señalando a una dirección cubierta por luces de mercados ambulantes.

-Vamos a mi casa.- le dice sonriendo.

El gato asiente siguiendo sus pasos aferrado a su mano.

El camino es acompañado por las personas en sus puestos de comida.

Su sonrisa crece al ver las barras de kebab en las parrillas.

-¿El gatito quiere comer?- 

CatNap niega.

-Vamos a tu casa.-

A paso relajado siguen adelante.

Ignorando el gato ese olmo cada vez más lejano de su camino.

El viento qué lo golpea rogando su regreso a ese árbol. Llorando las hojas al caer contra el suelo oscurecido en su olvido.

 Con un giro en el camino su destino se revela como un hogar alto.

Una casa tan normal como cualquiera , con una puerta dorada al brillar sobre sí una lámpara de luces amarillas.

El perro abre permitiendole el paso.

Su sorpresa al escuchar más risas infantiles dentro y la carrera de dos chicos de esa la edad que él y Dog tendrían al conocerse hace tanto tiempo.

El perro saluda al interior de la casa obteniendo la respuesta de una persona dentro.

No puede verla pero una cola doblada en alto y una falda le avisa de la identidad de esa mujer.

Es la madre de Dog.

Recordaba que el menciono muy superficialmente la existencia de hermanos menores y una madre que perdió antes de entrar al orfanato. Una vida que le parecía tan parecida y ajena a la vez a la suya.

La observa ahora frente a sus ojos.

Un mundo donde Dog tiene todo lo que necesitaba y lo que perdió. Desapareciendo aquello que lo lastimaba y solo este hogar al que regresar.

Donde su presencia era bienvenida con el saludo apartado de aquella mujer dentro de una oficina repleta de encabezados de cine y música.

-Ven conmigo.- pide el perro llamándolo con ambas manos arriba.

Lo sigue tomando sus manos para subir las escaleras.

Dejando atrás las risas en esa sala.

Ignorando los cuadros del árbol en las escaleras. El susurro de la brisa en las paredes.

Por un pasillo corto puede ver más y más cuadros con los reconocimientos qué Dog merecía a sus ojos.

Baile , actuación y música.

Un premio por presentarse en un viejo concurso de canto. Solo por presentarse , claro.

Todo lo lleva a la habitación donde la cama es cubierta por sábanas del color amarillo del único objeto material del perro en esa celda compartida. Su cobija . Aquella que fue más de una vez peleada por los otros miembros de los sonrientes y las chicas nunca más volvieron a permitir que la tuviera. Entregándosela Crafty sin cabida a compartirla con él.

Este perro lo lleva a una silla frente a la computadora , quizás para compartir más tiempo de calidad frente a una pantalla , pero él ya no puede con la espera. Lo abraza sin permitir que lo suelte.

El perro corresponde el abrazo.

-¿Estas seguro?- le pregunta sobre su cuello.

Tan solo esa sensación idéntica al pasado le recorre de las orejas hasta la punta de la cola qué se esponja y estremece.

-Si , ya no quiero esperar.-Sus rodillas rodean su cuerpo colgandose como un koala de su torso.

El perro hace algo como en el pasado. Tomarle por los muslos al levantarlo.

 

 

 

 

El cerebro es sacado del tubo por esa garra.

-Dame a CatNap , ahora.- ordena apretando la carne viva del doctor.-O no me iré de tu casa sin acabar contigo y todos tus pequeños experimentos.-

Los señalamientos de dolor son cubiertos de rojo en su totalidad , logrando hacer al doctor en cada una de sus celdas llenarse de agonía compartida , las máquinas con el gato sellan las heridas temblando por culpa de las fallidas órdenes de su cerebro central.

Esconde los tanques robados. Piensa , en sus peores monetos aun piensa como salir de esta con una victoria futura.

Lograr hacer de este solo un tropiezo.

El prototipo debió usar los mismos segu dos qué tardaba en pasar con el bigger body para entrar , llegando a una zona tan delicada como la red de experimentación activa.

De encontrar la entrada a esta zona , estaría más que perdido.

Solo le queda entregar a este gato.

Esto e obvio.

Fue una trampa.

Debió ser más humilde , debió ir por los humanos y no por este gato.

Ya tendría todo preparado para sus experimentos pero fue avaricioso. Cayó en la tentación más deseada de sus delirantes arrepentimientos. Debe renunciar a CatNap para salir de esta situación.

Al menos puede reírse de ellos , de cómo el gato redujo su capacidad de carga a menos del 80%. Lucharía por días para llenar algo qué no existe , envenenado lentamente con el exceso.

-Vas a morir , gatito.- ríe arrastrando al gato ya cerrada toda herida.

El cierre se queda abierto y sus pertenencias, ya arruinadas por las salpicaduras de sangre, serán parte de toda la suciedad del suelo. 

Quedando atrás las marcas de aquel gato.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

Las caricias sobre la ropa son un juego lleno de extrañas mezclas de recuerdos de su pasado humano y como CatNap.

Puede sentir su lengua ser lamidda por esa contraria , su boca invadida por el calor y sus hombros temblar al ser recorrido su cuello al ser abandonada su boca en búsqueda de un respiro profundo.

Dog solía quejarse de no tener boca y lengua. Si este sueño se acercaba a los deseos del perro , entonces comenzaría a extrañar esa parte de su rostro más que nunca.

A menos que esto fuera eterno , la verdad.

Si.

Esta es la realidad. Donde puede hacer más que fruncir o relajar el ceño. Puede sonreír al ser mordido , puede apretar los labios cuando ese perro baja sus manos por el interior de sus muslos y con descaro toca zonas sensibles tirando de su pierna para vulnerar su cuerpo por encima de la ropa al apretar la zona y masajearlo sin pizca alguna de pudor.

Sus manos suben , tomando esas orejas esponjosa en sus palmas. Sonriendo por fin a ese rostro dudoso , más allá de solo sus ojos.

Libres de expresarse con más que sus voces grabadas.

-¿Estarás bien?- le pregunta esta vez el perro.-¿Podrás aceptar la verdad?-

El gato mueve las orejas huyendo de esa palabra.

-Claro , estoy seguro.- suspira tocando esa nariz negra. Esta húmeda y fría , no como la lengua que recorre su garra al tener la oportunidad.

Pronto se ve atacada de nuevo su boca.

Es sorprendente como la sensación de ser bajados estos pantalones es tan parecida a bajar el cierre de su cuerpo grande. Esa intimidad qué permite conscientemente ser invadida, le hace temblar por la fuerza con la que es reclamado su cuerpo una vez atrapa su anatomía al desnudo.

Escuchando un comentario ya escuchado varias veces antes.

-Me encantan tus espinas.-

-No , aquí no.- su reacción no puede contenerse al descubrir que incluso ahora , está condenado con esa rareza tan desagradable en su miembro.

El perro toma su descontento como una señal bastante llamativa.

-¿Aquí no?- el perro cuestiona al verlo cubrirse el rostro avergonzado. Esta vez su rostro no oculta con esa parálisis cuanto le avergüenza saberse de físico tan raro.

El perro lame su nariz sin detenerse. 

 El gato tensa el cuerpo al ser torturado desde las espinas. El juego cruel de usarlas en su contra al empujarlas abajo y tirar arriba de golpe para llevarlo al final tan solo con eso.

Intenta cerrar las rodillas pero como antes el perro está ahí sujetándolo , abierto y sin escapatoria para seguir jugando con él. La verdad de cuanto agradecí ser incapaz de detenerlo , de disfrutar esta seguridad en la verdadera búsqueda del perro por su permiso sin hacerlo sentir amenazado a pesar de la posición tan vergonzosa. Añorando el juego , las caricias y esa voz consolando su autoestima endeble con murmullos cargado de un anhelo por su placer , por tomarlo , por comerlo y jugar hasta hartarse de sus secretos.

Esa palabra es directa a su centro.

No puede negar cuánto le gusta ser el juego preferido de su perrito, aunque solo deseaba esconder el rostro en la tierra avergonzado de sus debilidades.

Tierra.

Sus ojos se abren de golpe , observa la hierba y tierra bajó su rostro.

Ahora viendo ese pequeño mundo luminoso al horizonte , tragado por las tinieblas.

Atrapado bajo las sombras oscurecidos del olmo y su atardecer rojizo.

 Tiembla sin apartar los ojos de ese mundo lejano en las sombras.

Las mentiras más profundas en un abismo. 

El vaho lo cubre y aún no se atreve a voltear arriba, huye incapaz de cerrar los ojos a las mentiras o la verdad. Sobresaltandose con el tamaño de esas manos impactando a los lados de su cuerpo.

Sus propias garras suben a su boca para cubrir cualquier grito que rompa con las mentiras susurradas desde ese hogar en las sombras.

No desea alterarlas , no quiere perder ese mundo aunque sepa que la verdad está sobre él , cubriendolo con sus sombras y su aliento ardiente.

-¿Porque finges qué no ves la verdad?- 

Esa voz grabada le habla arrastrando tierra en sus puños.

 CatNap niega sin mirar arriba, sin perder las mentiras de vista.

Sabe que son mentiras , lo sabe bien. Es claro , es real.

Tan real a cómo el calor bajo su espalda. De la tierra bajó su cuerpo ese gran gato de pelusa plástica escapa sujetando sus manos para romper el sello de su boca.

Gruñe apretando la mandíbula para no gritar lleno de toda la rabia que lo llena al volver esta cosa a su vida. La prisión de su mente y alma , las piezas de cables donde lo encerraron los científicos para tocar una sinfonía de dolor con su agonía . Humillándolo de tantas formas como era posible.

Dañandolo , dañando a las persona que amaba y obligándolo a herirlos.

-Huyes de ti y de mi.- le llama esa voz.

El gato gira el rostro sin importarle si es atado por las garras de su prisión o no. Fijando sus ojos en ese mundo luminoso , en las mentiras donde estaba su refugio.

Su destino soñado.

El objetivo por el cual recorre los pasillos llenos de sangre de la fábrica.

-No me olvides.- ruega esa voz.

El tono al cambiar de esa demanda al ruego lo llena de culpa , lo hace llorar abiertamente.

-Estoy aquí , soy tuyo , Theodore.- lo llama acariciando esas grandes manos su rostro girado.-Solo en la verdad me tienes.-Solo aquí me tienes , no en esas fantasías.- 

Cierra los ojos huyendo de su contacto al remover se. Rechaza la realidad.

-No quiero esto , no lo quiero así…- su voz se quiebra solo añorando la fantasía que no le hiciera ver el cuerpo destrozado de DogDay. Todo aquello que hizo , no hizo y más.

Todo estaba diluyéndose en la espalda de la figura sobre su cuerpo. Bajo el árbol esperando su lealtad a aquellos errores que cometió.

-Estoy aquí , en tu cuerpo.- esa criatura que conoce sin asco ni miedo , un cuerpo que su propia esencia extraña.-Di que me amas , porfavor. Di cuanto me amas , no me abandones , porfavor.- 

Mira arriba.

No es un monstruo asqueroso ni un juguete. Es su perrito-

Es DogDay quién lo mira con ojos apagados , esperando su respuesta. Rogando por su atención.

CatNap le abrazo por el cuello, evitando huir de su mirada y su anhelo.

Con esto las garras sujetas a su cuerpo se relajan.

-No te olvido , no te voy a olvidar.- lo promete acariciando ese gran cuerpo como puede en esta forma menor y ligera , apenas un gato de caricatura.

-Pero te vas con él.- esas manos lo atrapan buscando aquella conexión sosteniendo sus rodillas.

No hay como negar que el temor a la diferencia de estatura en este sueño lo asusta. Suspira tomando esa sontiosa perpetua.

-No huyo de ti. No escapó de ti ni de lo que eres , estoy corriendo a tu encuentro , a este mundo que Dios me dará cuando sea momento.- respira quebrandose con la invasión de estos recuerdos tan vividos.

No son más que recuerdos , la fuerza entre sus piernas y la invasión qué le hizo sentir una presión fuerte hasta las garganta por su descontrol , exhalando sin rechazarlo sus garras salen de esas manos aferrándose a la verdad.

-Hice lo que hice , hice lo que hice y no puedo volver . No puedo arrepentirme , no puedo y lo sabes.- recuerdos junto con pesadillas corroe en este presente, en la ilusión.

Lo atrapan en el gigantesco perro sobre él. En todo el daño que le hizo.

Permitió que esa araña lo comiera vivo.

Que lo llevaran a una zona expuesta para humillarlo.

Lo hace ver cómo él , después de ser confesado el terror que su perro sentía a ser abandonado . permitiera que le hicieran pedazos en su cara.

Como él mismo llevó sus restos a un trasto de basura para arder en manos humanas.

-Si me detengo ahora…- aferra sus manos a ese perro.-Nada habrá valido la pena.- 

Descubre para su pesar que ya no es esa caricatura sino el gran gato de felpa en una celda y no bajo ese árbol.

Observando entre sus piernas a ese perro de mirada apagada. Dándole una mirada derrotada.

-Nunca me amaste ¿Verdad?- pregunta el perro de forma tan triste como su propio ser se pierde.

El gato atrapa sus hombros , cerrando las piernas para evitar su retirada. 

Negándose a perderlo.

 -Porque te amo , porque te extraño. Porque no puedo dejarte ir , esa es la razón para que yo siga adelante.- abraza su cuerpo sin ocultar más su miedo.-Iré contigo , solo espérame . Iré a donde estas , estaremos juntos y nada habrá cambiado.-

El perro mueve lo hombros.

-Theodore-

El gato recupera la voz cruel y áspera. Resonando bajo las sombras del olmo y ese atardecer rojo lentamente se convierte en el mar de sangre entre sus garras.

Decidido a obtener todo lo que eran y lo que pudieron ser. 

Decidido a salvar a todos los que cayeron en la locura y el dolor.

A los que no llegaron al gran día y a todas las víctimas de esta fábrica de muerte.

Su decisión le da fuerzas para levantarse a encarar a este recuerdo , sin negarlo. Acepta haber matado a Dog y hacerlo pasar por mucho dolor , más no es por nada ni por un desperdicio.

Dog estaba en ese mundo. En la verdad de Dios.

En el hogar donde era alguien mucho más allá de la mascota más odiada de un circo de torturadores sin piedad.

Donde sus bailes son para el mismo y no para que se rían de él. 

Donde su novio no sea maltratado ni humillado. Lo tratataran como a una persona por fin.

-Es por ti , es por ti . Todo es por ti , por mi madre y por todos.- suspira abrazando sus hombros

El perro , como munchas veces más , le corresponde colocando el rostro en su cuello. Escucha sus gritos con esos ojos sin luz ni emoción.

- No me importa nada ¡No importa si debo ensuciarme las manos! ¡Si debo matar a más , cortarme pedazos del cuerpo hasta morir! ¡¡Iré a dónde estás , iré contigo!!- llora aferrándose a esa verdad.-Te veré con mi mamá y tu familia completa. Te veré feliz , te veré completo y asalvo. Los veré libres de todo ese dolor.- A la verdad que seguirá a ciegas , así deba correr sangre por los muros interminables de este infierno para crearlo. Esa es su misión.-Cuidare ese mundo , hasta que sus puertas se abran para mi.- exhala agotado.

El perro no le responde. Ya no hace más que observarlo con ese rostro perdido.

-Solo Dios podrá salvarnos , solo él me llevará contigo.- su nariz se hunde en el èlaje naranja.

Siente su aroma a vainilla con un alivio profundo.

-Entonces en manos de tu Dios no estarías yendo a ningún lado.-

El felino abre los ojos al escuchar esas palabras por parte del perro.

Su recibimiento es otra vez la boca del perro en la ilusión.

Sus orejas se mueven sobrecogido por las emociones rebeldes. Cayendo su nunca en la almohada , de nuevo sobre esa cama.

Esta vez hundido en la mentira. En su calor , atrapado con la mentira internada entre sus rodillas.

-¿Donde estabas? Creí perderte.- le surra al oído este perro con una mirada profunda , una mirada conocida y esta vez apoyada por la sonrisa que siempre debió tener.

Una con dientes expuestos y mejillas calentada por el sonrojo.

Sus manos suben a tomar ese rostro.

-Siempre estaré aqui.- promete buscando un beso de la mentira.

De la verdad.

 

 

 

 

El gato cae del segundo piso estrellándose junto a la criatura amenazando el resto humano.

Esta sin miramientos aplasta ese saco de carne , acercándose al gato sus garras lo giran.

Toca su pecho comprobando la presencia del humo rojo y la vida del gato.

Esta situación lo hace dudar.

Lo hace sentirse tentado a utilizar esta oportunidad para reclamar esta gran piez de valor incalculable.

Podría llevarse el humo y dejar morir al gato.

Podría ser lo mejor . La mejor oportunidad para tomar lo que es suyo por derecho.

Más se contiene. Toma al gato por una pata dirigiéndose a la salida.

Entre sus pasos observa a las criaturas atrapadas con este experimento qué niega con tanto ahínco serlo.

-No des por hecho que será todo para nosotros , Doctor.- le advierte el prototipo al salir con el gato en su poder.

La celda que había destinado al gato , se cierra lentamente. Con tanto derrotismo como aquel que ahoga al cerebro en la máquina. Rugiendo lleno de odio , frustración y el dolor venido de la imposibilidad repetitiva de lograr cumplir sus deseos.  

 

El prototipo lleva al gato consigo por su propio camino junto al cajón de hierro llevado por la criatura oculta en las sombras , solo presente para él.

Los pequeños humanos son dejados en el ascensor. Toma a CatNap volviendo por sus pasos a La Guardería.

Al subir por las cadenas del teleférico sus ojos ven a esas criaturas desaparecidas del lugar donde se habían estacionado a increparlos.

Piensa confundido a dónde irían en vez de permanecer en este pasaje con la esperanza de verko nuevamente.

Sube por el ascensor en vez de trepar al sentirse con ánimos de ahorrarse algo de fuerzas después de haber arrastrado al gato consigo por el día completo.

En el ascensor lo piensa y decide picar la luna en el collar de CatNap.

El intro de la caricatura resuena en este pequeño espacio.

-De verdad te noqueo , gatito.- murmura al verlo aun dormido.

CatNap pudo haber muerto o peor , solo en esta misión donde su enemigo era inmune a su mejor arma. En definitiva, quitarle el humo era condenarlo a la muerte.

-Me gusta …más … besame …más…-

La criatura metálica levanta el cuerpo de forma confusa al escucharlo murmurar entre sueños.

Con el dorso de una garra le pega tres veces en la cabeza para que se calle.

La compuerta se abre sobre ellos.

Escuchando se al áridos de dolor junto con la visipn de ese Bunzo en la palanca agonizando.

-Intrusos , robaron …- cae de frente al suelo.

El prototipo sujeta al gato saliendo del ascensor.

Avanza por esta zona metalica.

Sus varios ojos son testigos de una guerra entre juguetes y humanos.

Los pequeños pueden acabar con uno solo en menos de lo que estos pierden reaccionar pero no cuando son grupos con armas de filo golpeandolos al avanzar en un frente unido.

Eran demasiadas criaturas de diferente tamaños y aspectos.

Rugen y gritan al atacar. Roban la comida algunos en brazos y otros protegen a los ladrones.

Una Mommy mucho más pequeña que la original passa por encima de todos con un garrote de prisión. Golpea sus cabezas haciendo saltar la sangre.

Todo sube de nivel en los jardines de La Guaderia.

Observa a los niños humanos correr y golpear , a otros atrapar a los juguetes con sus manos y mordiendolos hasta despedazarlos.

La brutalidad de la batalla es semejante a cuentos de terror de guerras medievales.

Mas de un juguete cae en manos de niños más grandes que los sujetan por las cinco extremidades y los despedazan entre gritos. Igualmente algunos niños caen en desgracia y los juguetes los asfixiante con un abrazo en sus cuellos.

 

El prototipo retrocede de vuelta a las sombras. Sus garras acarician el suelo por donde pasa.

Lo hacen ver la fragilidad de las uniones entre sus extremidades.

Era hermoso. Era perfecto y bello , cuando las heridas no lo recorren y puede ver su belleza resurgir.

-No son diferentes , aunque sean más pequeños. Siguen siendo humanos y peor. Son monstruos.- su dictamen es decisivo.

Sujeta al gato por las patas.

-Despierta , CatNap.- le ordena.

El gato no logra salir del efecto de aquello que el doctor le inyectara.

Puede que La Guardería por fin caiga.

O no.

 

 

-¡Largo de mi casa , largo! ¡Vayanse!-

La criatura huesuda y amarilla salta de la casa con el emplumado cuero estirado de forma monstruosa.

A su paso los más pequeños aprovechan sus golpes capaces de romper las formaciones defensivas , entran a lsocirculos para acabar con los juguetes.

Los niños se unen lanzando piedras de escombros y tablas desde lejos.

Uniéndose al fin la osa con muebles lanzados del techo de Dulce Hogar.

-¡¡Váyanse a casa , váyanse ahora!! ¡¡Largo!!-

Puede que no recuperará la comida pero esta afrenta logra sacar a los saqueadores de regreso al ascensor.

Una misteriosa defensa detiene cualquier avance de las criaturas.

Usando esos mismos proyectiles en su contra desde puntos incomprensibles.

 

 

El prototipo se quedará con CatNap hasta que despertará y se haga cargo de su territorio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Lamento si no era lo que esperaba pero ahí esta.
Al menos se puede conocer qué defendía CatNap.

Chapter 109

Notes:

Hola, buenas tardes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1994

 

 

 

 

 

 

 

La figura del felino apenas logra moverse. 

El peso de la somnolencia lo lleva a arrastrarse temblando del cuello para abajo. Cae chocando su hombro con la pared , mira a su alrededor.

-¿Que hago aquí?- se lo pregunta mirando esta zona de hierro. Olfatea comprobando qué era una habitación en las oficinas de La Guardería.-¿Dónde están todos?- Camina con la cabeza baja.

Sucedieron muchas cosas. Una de ellas es no poder poner todo su peso en la pata trasera. Avanza por los pasillos.

Inmediato es el viento trayendo un torrente de sangre por el aire.

Recuerda lo que sucedió con los bebés en ese cajón.

Corre buscando la razón de este olor tan fuerte a sangre.

Los lloriqueos son audibles desde la distancia , gritos de dolor y lamentos.

Salta por la zona de hierro , encontrando su hogar cubierto de sangre.

Pocos lo notan al principio al encontrarse concentrados en las heridas de sus compañeros o las propias , lloran buscando formas de reunir las extremidades perdidas.

El gato va directamente hacia la osa en el centro. Revisa a algunos niños heridos junto a los juguetes.

-¿Qué sucedió aquí? ¿Cómo pasó esto?- cuestionó mirando los edificios dañados por escombros lanzados desde alguna zona de la entrada.

Bobby suspira al terminar de cocer la pata caída de un elefante medio. Sus amigos lo sostienen dándole algo que morder al no tener anestesia para evitar el dolor.

-¿Dónde estabas?- pregunta sin mirarlo , hundida en su tarea acepta la llegada de otro. Esta vez la sangre dejó de correr y solo es una osa quien parece apunto de insistirle por su ayuda.-¡¿De qué sirve que te obedezcamos si no estas cuando se te necesita?!-

El gato retrocede erizandose. No era posible qué respondiera.

-Estaba-

-Dios dijo que estabas indispuesto , eso es lo que sé. Dejaste que Dios viniera y no tú a hacerte responsable.- la osa vuelve a su tarea.-Cargas a otros con tus necesidades y carencias.- revisa las heridas del siguiente.-Si no es una extremidad perdida , no puedo hacer nada.- admite su impotencia al ver al juguete con una varilla dentro de su cabeza.-Lo siento mucho.- se disculpa al verse reducida a sólo ver a esta criatura retirarse a esperar su muerte en algún rincón tranquilo.

CatNap observa su entorno lleno de heridos y pérdidas. El desconocimiento del estado de los niños en el cajón de hierro y ahora no saber cómo ocurrió este desastre.

-¿Desde donde atacaron?- pregunta al no tener idea de que más hacer.

 Bobby señala a la zona de acero.

-Él ascensor , subieron cuando nadie veía y entraron hasta aquí.- apunta a Dulce Hogar.-Se llevaron la comida que había traído Kickin. Ya no tenemos nada fuera de las cajas expendedoras.- mira al techo luminoso.-CatNap , ellos no nos tenían miedo , nos han medido.- mira al techo luminoso.-Sin ti este lugar está demasiado vulnerable.-

El gato avanza dejándola encargarse de una pierna herida entre los Bunzo.

Los niños estaban en el grupo tenso de Kickin.

-...no volveré a enseñarles esto , deben recordarlo ustedes.-

El felino escucha su tono seco y áspero al dar instrucciones con un niño acostado para sanar su espalda cubierta de mordidas.

-Si no hay alcohol debe haber agua oxigenada y si no tienen nada de eso , agua con sal.- toma un paño cubierto por alcohol.-Incluso si les duele , deben desinfectarse o podrían quedar inválidos antes que morir.- limpia los restos de tierra con este paño.-Les dolerá más la infección qué la limpieza , no lo duden.- ignora al gato a su espalda.

CatNap retrocede nervioso al escuchar el gran grito contenido por una mordaza dentro de la boca del herido. Sus orejas se mueven de arriba abajo.

Su consciencia comienza a subir llenándose de problemas acumulados alrededor de los heridos y él mismo.

Escapa del lugar al sentirse asfixiado. Salta de techo en techo hasta las puertas dirigidas al ascensor.

Salta entre pasos rápidos para llegar más rápido.

Debe asustar a algunos de los más pequeños para evitar que se acercaran a los cuerpos que aún debían colgar para preservarlos. Sigue adelante sin saber si eran de su bando o no aquellos que encuentra más cerca del ascensor.

Su cuerpo se eriza al ver a Dios detenido sobre la plataforma.

-CatNap. - lo saluda sin voltear.

Esas hermosas piezas de metal parecen brillar entre las viejas heridas de Dios , cargando la historia junto con su rostro tranquilo. Lo que muchos ven como un monstruo era para Theodore un héroe herido , un Dios con sus estigmas presentes a pesar del sufrimiento experimentado.

-Dios , Dios…- llega a su encuentro-Dios , todos están heridos y no se como-

Este lo interrumpe levantando la garra en alto.   

-Necesito que alguien baje la palanca para que yo baje.- le señala a ese panel.

El gato baja los hombros al rendirse.

Ahí comprueba, para su descontento , que el Bunzo en el panel se encontraba junto a la palanca. Herido de muchas formas , sobre todo su espalda.

-Necesito que bajes la palanca para que pueda ir abajo.- le repite Dios.

El gato observa al conejo , procediendo con el pedido de la gran criatura.

-Los invasores vienen de muy abajo , ¿Verdad?- pregunta tomando la palanca.

-Vienen de ese lugar donde perdiste a los humanos que te encomendé proteger.- baja al ascensor.-Por ir a tu cuidado , ellos murieron y tu debilidad permitió que tu hogar fuera invadido.- 

El gato mueve las orejas y cola. 

Muchas voces golpean su conciencia y reclaman. Otras caen en dudas y gritan.  

-Es mi culpa.- 

Dios en la zona de hierro tiene mucho por decirle.

-Si fueras más fuerte podrías proteger tu hogar pero insistes en caer en tus propios errores y me haces salvarte. Eres débil y suave , por eso tus acciones son tan poco productivas y terminas haciendo daño a todos los que esperan tu ayuda.- su voz cambia a esa tan especial para él.-Por ti la fe en el nuevo mundo se marchitara. No queda nada más que tu debilidad golpeando a todos.-

Tal posibilidad es un combustible instantáneo para su sufrimiento , haciéndole negar con su voz y cuerpo , llorando en su dirección. Grita

-¡Dios , yo no quería decepcionarlos! ¡El humo no servía , yo no había que era esa cosa lo que me esperaba!¡No pude-

La garra levanta una de sus cuchillas con una orden clara.

 -Sin excusas.- interrumpe.-No sigas dándome decepciones. Tu no , CatNap.-

El gato tiembla en su lugar , sus orejas caen avergonzado en el derrumbe de su autoestima. Su hogar estaba destrozado , perdió a todos y además responsabiliza a Dios y no a sí mismo del resultado.

Sus patas lo dejan caer arrodillándose frente a la criatura.

-Ruega por perdón cuando soluciones este predicamento. Hasta que repares tus equivocaciones, baja la palanca para mi.-

Llora sujetándose las orejas. Abandona el suelo tomando ese pedazo de acero con una garra.

Es al bajarla qué una verdad le golpea. 

Observa su mano sobre esta pieza de metal. Debe ser bajada por alguien de arriba.

El ascensor no baja a menos que alguien lo baje. 

Mira a Dios irse tranquilamente. 

-Hay que hacer limpieza para el nuevo mundo ,CatNap.-

La compuerta de hierro cubre esta entrada. 

El ascensor está bloqueado hasta que alguien arriba lo abra.

Alguien abrió el pasaje a los invasores y también los despidió.

Su carrera lo hace correr directamente a la zona de cámaras en las torres del partenón.

Pasa entre los juguetes y heridos sin mirarlos.

Ahora mismo no había cabida para la duda o la lástima vacía.

Entra trepando las paredes al haberlo sellado para evitar la entrada de juguetes y niños.

Dentro salta de pasillo en pasillo para encontrar las computadoras unidas a las cámaras de La Guardería.

Revisar es retroceder el video en cámara rápida.

Pasa bastante tiempo solo viendo a los juguetes pasar de ida y vuelta.

Observando a los niños pasear acompañados.

Su llegada arrastrado por Dios , la vergüenza lo hace mirar a otro lado por ese lapso.

Llegando a la hora en la que se efectuó la invasión. Primero los ve irse y descubre que usaron un lazo para bajar. Lazo extraño y azul.

Mejor lo deja avanzar y espera a ver el video de forma ordenada al perderse.

Su rostro se acerca a la pantalla para ver como a Bunzo le sucedían esas heridas poco tiempo después de retirarse junto a Dios.

Es un juguete. Uno de gato ataca al conejo por la espalda.

Va a la puerta y baja la palanca. Va al ascensor para subir.

Irrumpiendo, al aparecer ,la ola de juguetes que les gritaron a él y a todos los seguidores de Dios pisos abajo. Eran una treta sus reclamos , solo era un truco para reunirse sin llamar la atención.

Se unen al gato , dispersándose por los pasillos en una posición de vigía.

Esta vez puede saber lo que sucedió a continuación pero es claro al ver a un Bunzo ajeno a su terreno quedarse a manejar la palanca. Los ayuda a subir por grupos y ese gato está ahí , junto al panel de control.

Conforme los números aumentaban , también la agresividad de sus movimientos dentro de esta sala.

El último viaje hacia arriba trae objetos del interior. Aquellos palos y varillas metálicas. Algo en las paredes sacude la cámara.

El gato observa cómo corren al interior.

Al inicio todo iba bien. Parecía que las criaturas no atacarían a nadie y solo se encargaron de llevarse la comida.

A menos que uno de los habitantes no soportará la humillación de verse robada la comida de Dulce Hogar y los confrontar a. Lo que sucedió por la intervención de una Hoppy muy ruidosa.

 En respuesta alguien atacó al habitante de La Guardería con un palo al ser agredido por éste mientras intentaba llevarse una bolsa de fórmula en el suelo.

Pronto vinieron más y los juguetes se rebelaron.

Los invasores pelean y al venir preparados la sangre comienza a correr por el suelo.

CatNap suspira levantando los hombros conforme la pelea aumenta de nivel. 

Era claro que los de Dulce Hogar eran más grandes y mejor alimentados pero eso no era tan útil cuando se usa una barra de hierro para cortarte el brazo o atravesar tu estómago.

Las cosas escalaron con la entrada de los niños humanos llegando en defensa de los juguetes superados por el número y su violencia.

Usando sus estatura para alejarse de los barrotes lanzan cosas y los arrastran para acabarlos.

El felino se siente extraño al ver a más de uno hacer pedazos a los invasores entre varios.

Es una fantasía el creer que no saldrían heridos y eso es parte de la pérdida de algunos niños demasiado aventureros que fueron atrapados y mueren bajo las picas o mordidos por la espalda al saltar los juguetes a sus cuellos y hombros.

Su cabeza se inclina sujetándose las mejillas para no dejar de mirar aunque le era difícil.

Los sonrientes llegaron demasiado tarde pero lo hicieron , a diferencia de él.

Ahora sabe que fue un CatNap quien abrió la puerta.

Un CatNap los traicionó. O uno nunca estuvo con ellos.

Guarda los detalles de ese felino comparándolo con otros felinos. 

Vaya coincidencia.

Cuenta el número de gatos en la horda de invasores y los presentes junto con las bajas.

Con un libro viejo hace la cuenta. La comparación entre los de su territorio y otros. 

Los sonrientes se fabrican de ocho en ocho y sus cuerpos eran coincidentes entre sí.

Debían haber posibilidades de unir los ocho dentro de los números y restar a los muertos. En la pelea y la fisonomía de todos los felinos era comparable.

El invasor era igual a primera vista pero no lo eran por dentro. Sus golpes no son más fuertes pero sí resistentes.

Levanta el cuerpo del suelo para ir a ese lugar.

A su paso se detiene sobre un techo.

-¡CatNap! ¡Todos los CatNap , vengan aquí o yo mismo los sacaré de sus escondites!- ordena en lo alto.

Los felinos mencionados parecen confundidos.

- ¡¡Cuando todos estén aquí , van a formarse los ocho tipos con cada gato!! ¡El grupo debe estar completo! ¡¿Entendido?!-

-Algunos no pueden moverse-

CatNap les interrumpe con un gruñido.

-No me importa , háganlo.- les interrumpe volviendo a su carrera.-O les daré verdaderas razones para no moverse.-

Salta por los pasillos , corre y se detiene solo a subir por los túneles de aire en un punto ciego. Su cuerpo es grande pero flexible , arrastrarse de regreso al partenón es cuestión de no hacer escándalo hasta encontrar a un pequeño en el túnel.

-Busca a todos los gatos y marquen su ubicación. No hagan ruido.- lo ordena pasando por encima del juguete.

El pequeño pollo acepta la misión corriendo sobre sus dos patas por un tramo.

Su carrera va por los canales que el gato no puede ni pensar en utilizar a diferencia de los destinados al transporte de los ingenieros y electricistas. Cayendo dentro del partenón sube las escaleras de vuelta a las cámaras.

Los focos de video son estrictamente dentro de los lugares en control de los guardias qué trabajaron en esta sección. Dando paso a una limitada función de las cámaras. Puede ser más claro que nunca que las cámaras no tomaban las zonas qué el perro y el resto utilizaba para las escapadas de descanso o la venta de las flores. Dándole un problema ahora al no saber cómo cambiarlas. 

Lo hace dependiente de la ayuda de los pequeños que conservan una cierta cantidad de inteligencia más allá de solo comer , quererlo y pelear por comida.

Los puede encontrar en algunas esquinas de cámaras , pasan la orden.

La marca de los que se esconden es quedarse ocultos donde él pueda verlos pero no sus objetivos.

Hay muchos por sacar de sus escondites.

Incluido unos que las conejitas de color verde señalan con un dibujo deforme.

El gato de DogDay y el mismo perro en los pisos de arriba. Donde sus pequeños no pueden ir.

Vuelve a ver los jardines de Dulce Hogar y a todos los gatos reunidos con los nervios visibles en sus colas tensas o encogidas en sus propias patas.

Algo le pesa al verles pasar por esta espera cruel.

Suspira temblando ante la duda.

-Ellos defendieron mi casa.- baja sus garras por su pecho.

Duele.

Al fin nota cuanto duele su cuerpo.

Debe revisarse. Los dientes están fracturados por algo que desconoce.

Adentro grandes manchas de sangre le acuden y necesita unos segundos para seguir adelante.

No están sus cosas.

Ni los recuerdos ni su radio y menos los recuerdos que guardaba en esas páginas.

Perdió todo , además de estar extremadamente herido en su pecho.

La sangre apesta , es pegajosa en su pelo y peor aún. Duele. Duele.

-¿Por qué sigo permitiendo esto?- gruñe cerrando esta parte de sí.-Todos pasan por encima de mí. Me tratan como si fuera un estúpido, todo el tiempo.-

Le han hecho daño y no lo había notado. No solo les parecía estúpido , lo era. En muchas formas.

Estuvo a punto de morir

Eso.

Sus ojos van a la pantalla.

-Casi muero.- 

La falta de oxígeno ocasiona alucinaciones.

O simplemente vio todo lo que había del otro lado. Estira la pata para tomar un teléfono de la pared.

Marca el código esperando escucharlo.

Por otro lado esa voz contesta pero necesita respuestas antes que preguntas.

-¿Necesito morir para ir a ese mundo que has creado?- 

 

El prototipo baja la cabeza de golpe. 

Acababa de acomodarse en su nido de carpas y huesos para descansar , no esperaba tener que actuar nuevamente el papel de Dios con CatNap ya habiendo dejado con una misión para entretenerse un par de días.

-¿A quien viste allá?- sacude la cola metálica para quitarla de debajo de su cuerpo.

-A todos , los vi a todos. Lo vi a él y a mi mamá.-

Trabaja con eso.

-Viéndolo así es claro que el único de afuera eras tú , ¿Cómo crees que debías llegar?-

-Muriendo…-

-Para mi. Como tu madre te envió conmigo para salvarse y salvarte. Como tu amigo se fue para ayudarme a través de tu mano. Solo con mi nombre en tus acciones podrás ir allá. Solo si estas conmigo antes de morir. No dudes a último momento , permite que te lleve a casa y protegé tu camino desde ahora.- salude sus patas para acomodarse.-Resguarda nuestro lazo y encontrémonos en ese lugar que soñaste , algún día cuando seamos libres. Después de todo , tú y tu voluntad serán quienes de forma a ese paraíso que nos espera.-

Cuelga para dormir algunos días apartado de todo.

 

En esa oficina el felino baja el teléfono al suelo.

Sus orejas caen lentamente. Guardando este teléfono en su cierre vuelve a observar la pantalla.

 

Los gatos lentamente obedecen saliendo de sus escondites frente a otros juguetes.

Algunos por adelantado ya vienen con un amigo dispuesto a ser el primero en sus grupos  

 

La espera se vuelve cada vez más larga y las luces del techo se apagan con un fuerte ruido.

Kickin es quien las enciende observando desde lo alto a las criaturas que comienzan a dormir sin atreverse a irse en vista de la advertencia tácita de CatNap.

Bobby vuelve a su escondite apartándose de cualquier problemática.

 

Después de varias horas CatNap regresa. No viene solo.

Para el terror de muchos viene con muchos gatos colgando de su boca cerrada.

La sangre de esa parte de sus cuerpos los recordé y ensucia de forma atemorizante.

Al inicio no les dice nada al llegar y tirarlos al suelo.

Estos ruedan o solo caen panza abajo con sus cuerpos doloridos o ocultando sus rostros entre lágrimas y sollozos por el dolor en sus columnas.

El gran gato los rodea atrapando de vuelta a un gato entre los que trajo. Sujeta con una garra su torso poniéndolo boca arriba.

Este patea y grita. Su lucha aminora , debilitado conforme el cansancio le viene . Busca ayuda pero todos estaban demasiado asustados y confundidos para saber qué o cómo hacer algo para intervenir en lo que no entienden.

CatNap exhala sin humo.

-Dime cómo entraste aquí , invasor.- le pregunta.

Alrededor los gatos y muchas otras criaturas parecen sentirse sorprendidos por esas palabras más el hecho de ser el gato quien hablará cuando nunca lo hacía más de lo necesario.

Desde la casa algunos niños observan a pesar de ser arrastrados por algunos de los mayores devuelta al interior en un afán de mantenerse a raya de lo que fuera a suceder en los jardines con los juguetes.

-¡¡Yo soy de aquí , soy de Dulce Hogar!!- grita el gato temblando en su control.

 El gato suspiró mirándolo en alto esta vez.

-Tus patas son más gruesas que las de los habitantes de Dulce Hogar y tu cabeza es más dura. Eres del interior , de una sección istina.-

-¡¡No es cierto!! ¡¡Yo vivo aquí , yo vivo aquí desde hace mucho!! ¡Me trajeron aquí , con todos ustedes! ¡Sabes que soy de aquí , por favor bájame!- lo pide tomando parte de dorso de sus garras.

Ese gran gato mueve inquietamente la cola.

-¿Y dónde está tu grupo? ¿Porque tu perro no está ladrando?- 

El gato niega moviendo la cabeza. Su respuesta es vaga.

-Murió.- señala al montón de cuerpos.-El murió.-

-No puedes saberlo si no estuviste en todo el día aquí.-

-Viéndolo de esa manera , no tampoco puedes decir que no soy un habitante solo porque no estuve aquí.-

-Estuviste aquí.- lo acerca a su rostro.-Tú me dirás quien te ayudo a subir o me encargaré de que sea lento , muy lento.-

 El gatito le mira directo a los ojos. Negando.

-Yo soy de aquí , soy de Dulce Hogar.- lo asegura temblando.-Me trajeron aquí hace años , mis padres me dejaron. Soy como tu.-

-Qué te parezcas no significa que seas igual a mi , eso queda claro ahora que no hay ningún perro defendiendote.-le mueve suavemente logrando que sus orejas se sacudan de arriba abajo.

-Basta.- le pide exhalando una pequeña nube roja.

La intención del gran gato se delata al olfatear sin tardar ese humo. Su boca exhala una cantidad similar.

-Él humo de los chicos de arriba si funciona.-

El gatito patalea furioso.

-¡Lo utilice mucho! ¡¡¿Dices que porque un maldito enfermo no ladra por mi soy un invasor?!! ¡No estoy loco para creer que alguien vaya a ladrar como tonto por mi!! ¡Somos personas , no animales! ¡Estas demente si crees que puedes pensar en averiguar de donde soy solo porque no tengo a un DogDay pegado a mi maldita cola cuando tu te has desecho de uno sin problemas!- sus gritos terminan al acabar su oxígeno.-Hipócrita.-

La voz del gran felino vuelve a sonar por encima de la suya.

-¿Podrías repetir eso que has dicho?- el gato lo cuestiona sin mostrar más emoción que esa tranquilidad pasiva.-Esa parte sobre que somos unos locos y unos enfermos.-

El gato se ve colgado boca abajo por la cola. Duele.

Es colgar de esa forma la que le hace ver a todos los gatos a alrededor. Sus ojos incrédulos y cuerpos tensos.

-No es CatNap.- 

-En realidad son diferentes a nosotros.-

-No lloró cuando dijo lo de su DogDay.-

-Desde un inicio era extraño que estuviera tan enojado.-

El felino al fin empieza a comprender su situación.

En La Guardería se necesita más que parecer uno de ellos para no ser percibido por esos radares extraños. Sus orejas lo delatan por un segundo al bajarse y subir inmediatamente sin renunciar a su papel.

-Porfavor , yo solo estoy muy cansado y quiero ir a dormir , porfavor.- miente usando un tono suave para llamar su atención.-Ya no tengo a mis amigos , por favor. Déjame ir.-

-Si CatNap lo tiene ¿Significa que ya podemos irnos?- pregunta uno asustado. 

 No entiende qué está haciendo mal ni porque no pueden creerle aunque ya imitan las cosas que ellos decían normalmente cuando los escuchaba de paso.

-¿Venías solo?- pregunta el gato llevándolo de forma gentil al suelo.-¿Cuántos son?- 

-Yo soy de Dulce Hogar.- repite temblando al verse bajo esa figura sonriente y con esos ojos brillando como lunas.

-Ese barco ya zarpó bonito.- le avisa el gato moviendo esa larga cola por el suelo.-¿Quién te abrió la puerta?-

El gato niega mirando sus ojos. Gruñe cansado de las amenazas , de todo lo que conlleva estar en este territorio que lo confunde tanto entre la realidad y la mentira.

- ¿Por qué no baja la cabeza?-

Sus orejas se sacuden al escuchar ese murmullo.

Mira alrededor.

Solo las Picky , Hoppy , DogDay y Bubba mantienen la cabeza arriba mientras las Bobby , Kickin y CatNap luchan por desaparecer en sus lugares o escondidos en brazos o tras las figuras de otros juguetes.

-CatNap no es un cobarde pero en tu situación ya estaría tranquilizando a sus amigos o llamándolos para darse fuerzas.-señala el gato grande.-Conozco a CatNap ,porque yo soy uno.- exhala algo de humo sin llegar a afectar al gatito.-Además de que ofendes a todos al llamarnos locos y animales.-

El gatito en el suelo comienza a sentirse más que perdido conforme los errores de su disfraz salen a la luz.

El felino le explica parte de sus fallas. Una forma de comprender sus propias razones para proceder como lo haría.

-CatNap es extremadamente protector pero no confrontativo. Para ser CatNap debes ser resiliente y soportar lo que viene en silencio. Tratarías de proteger a tus amigos aceptando la culpa de todo sin problemas. Sea tu culpa o no , pelear es algo que él no haría.- sin mirar a los juguetes da una orden.-Ningún gato o pollo se vaya de aquí hasta que acabemos.-

El gran gato toma sus mejillas.

-No se quién o qué seas pero se acabó. Tu , solo tu te has acabado.- sujeta su cuerpo pisando su torso entre las garras para evitar que pueda levantarse o pelear.-¿Cuántos son y quién abrió la puerta?- 

 

El gato desconecta su mente conforme procede con las preguntas.

Corta con sus garras un brazo tira por tira , abre la piel sin escuchar la respuesta para su pregunta.

Los juguetes corren aterrorizados por el escenario. Se cierra a solo su objetivo dando vueltas por su mente.

Los gritos del chico sacuden el jardín y con ello a los juguetes que no pueden aguantar la escena. Corren mientras otros obedecen la orden. Temblando con la sangre escurriendo muy cerca de ellos.

 

Kickin en la plataforma eléctrica levanta los hombros observando como corta al juguete sin tomar en cuenta los gritos o cuanto le pide que pare.

-No…- salta de lo alto hacia el lugar.-¡¡No puedes hacer esto!! ¡Estás yendo muy lejos , ya detente!- le gritó acercándose paso a paso.-¡CatNap!-

El felino detiene a medias un corte , dejando respirar al gatito en su poder por unos segundos. 

-Tú y yo matamos a DogDay , si.- el gato no voltea al responderle.-Si no quieres ver mejor escóndete como siempre lo haces.- gira solo mirándolo de soslayo.-Estoy protegiendo nuestro hogar de los niños malos , así que obedece o te sacare yo mismo de ese escondite.-

El ave retrocede lentamente. El título de niños malos le recorre como veneno.

Al gatito en el suelo esta es una herida que debilita su fuerza , viéndose incapaz de aguantar por más tiempo las lágrimas acumuladas en sus ojos.

Son rojas como todas las lágrimas de los gatos alrededor.

El ave se va del lugar con la cabeza baja.

Kickin se retira y el gato vuelve a su misión.

-Ahora , nombres.- le exige al chico en el suelo.

Este respira con esfuerzo. Mira arriba buscando alguna luz antes de volver a gritar al ser cortada una línea sobre sus brazos aún unido.

-Estaremos aquí hasta que me aburra.- advierte raspando el hueso con la garra.-O hasta que deje de dolerte ¿Sabes cuando será eso? Porque yo no , no se cuando deja de doler. Nunca me deja de doler.-

 

 

 

El gato grita sin decir nada , temblando conforme la piel por tramos es cortada pieza por pieza.

Los minutos tardan en pasar cuando esta sombra continua sobre él. Intenta patalear y pelear pero solo es algodón chocando con hierro. 

 Sus amigos estaban abajo. Se llevaron lo que pudieron y seguramente era suficiente para un tiempo ¿Y después?

Deben quedar alguno atrás , incluso si muriera , necesita proteger a los que vinieron con él.

- ¡¡Soy de Dulce hogar!! ¡¡Soy de dulce hogar, soy como ustedes!! ¡¡Basta , basta , por favor!!- sus patas chocan y golpea. - ¡¡¿Por qué haces esto?!! ¡¡¡Ayuda , para , porfavor!!!- 

-Responde antes de que olvide lo que te pregunte.- le advierte el gato subiendo del antebrazo al hombro.-Antes de que esto comience a gustarme.-

 La voz del peluche es parte del lugar por bastantes minutos.

Esos fueron acompañados por los sollozos nerviosos de los gatos en el jardín.

Los juguetes que los acompañaban lentamente se dispersan intimidados por esta situación.

 

 

 

-Tienen a Steven.-

El perro queda a medias entre atar un cable y otro.

Las cadenas unidas con los cartuchos por completar. La trampa apenas es un esqueleto. De hierro y plástico por completar con las mangueras por traer de otra zona de la fábrica. Aún necesitaba completarla para lo que deseaban hacer.

El gato , cubierto con harina para evitar cualquier tipo de humedad al carecer del equipo de manejo correcto para estos metales , hace una pregunta al Boxy qué llegó por un túnel de aire.

-¿Está muerto?- junta las patas nervioso.

La caja mueve la cabeza de lado a lado.

-Ojalá lo esté pronto.- mueve sus garritas sobre su pecho cuadrado.-Lo está pasando mal y no se si pueda callarse respecto a todos nosotros.-

Harom tensa los hombros.

-CatNap no le haría -

La caja interrumpe con un lamento.

-CatNap lo está torturando , estúpido.- levanta las patas.-Frente a todos , como si …fuera un maldito espectáculo.-

Los dos en esta bodega son embargados por una emoción distinta. Llenos de pesar y culpa con esta desgracia. Tanto como crece la adrenalina con el arma que estaban creando en este lugar tan peligroso.

Entre la cueva y las paredes de La Guardería , dentro en las bodegas destinadas a piezas de reparación. Un lugar que no debería ser invadido , solo de uso eléctrico y único lugar que ese gato no visita al estar traumado con estas cosas y sus llamas sorpresivas entre cortocircuitos.

-No pensé que haría eso.- admite Harom recogiendo los contenedores sellados con el metal inflamable en su interior.-El no era así antes.-

Jason en la caja de madera comienza a reírse llena de alambres y clavos.

-Harom , ese tipo ¡Esta loco , completa y jodidamente loco!- sacude su pelaje.-Debemos cerrar todo y buscar cómo esconderlo.- mira a su trabajo apenas como un montón de basura.-Si perdemos estos , es el fin para todos.-

La caja llega a su lado.

-¿Qué pasará con Steven?- pregunta la caja con el ceño fruncido.-Si no vamos ṕor él ,CatNap no dejará nada de él.-

Jason levanta los brazos.

-Deberemos hacer una-

El pelaje de Jason se eriza casi explotando al ver al perro aplastar a la caja y llevarlo a su boca sin aviso.

-Ese chico solo sabe de ti y no de mí. No delatar a sus compañeros , así que debemos dar por hecho que hablará y encontrar cómo esconderte lejos de la trampa.- 

El gato levanta los brazos asustado.

-No , Harom…- en blanco queda observando la sangre en el suelo.-Ellos son buenos… mis amigos…-

El perro lo sujeta por el rostro.

-No tienes amigos , solo a mi.- el perro lo corrige sujetándola por las patas para subirlo a su espalda.-Debemos pensar en lo que diremos y cómo saldremos de esta.-

Jason mira sus manos llenas de sangre.

-Harom , eso no estuvo bien. Mataste a mi amigo.- tiembla mirando al lugar aunque sepa que el perro se lo comió.

-No era tu amigo , es amigo de Steven.- arrastra una lona por encima de todo. Agregando unas grandes varillas de hierro al disfraz de la trampa.-Piensa , no te desconcentres.-

El gato golpea su cabeza con las patas.

-Harom , él era mi amigo. Yo no tengo amigos y aún así lo mataste.-

El perro no le da tregua ni disculpas.

-Él te matará para proteger a Steven.- salta por las paredes , sube al domo apartándose de cualquier actividad en el interior. Corre subiendo el cable del teleférico.

Debían alejarse de todo antes de ser calzados nuevamente.

 

 

  

 

El primer brazo es irreconocible al estar a medias el ciclo de luz. Temblando con su hueso fracturado al aire respira apenas al verlo pasar a su segundo brazo.

-Dios ,no…- exclama al ser tocado otro hueso.

La escena era ya mala. Sumándose a sus lamentos las criaturas que no pueden ocultar todo su gran miedo y desesperación por parar con este escenario. Gritan y piden que se detenga. Que pare.

Un gatito cercano comienza a llorar en su dirección.

-Dile , ya, habla.-

El grito es la única respuesta.

Negándose a hablar aunque ya delatara ser de la prisión en algún momento. Continúa con la boca bien cerrada respecto a la forma en la que entró y gracias a quién o si viene solo.

Su moral comienza a caer rápidamente al verse empujado a lo irrazonable de sus acciones.

Con recuerdos de la sierra eléctrica en aquella sala blanca el felino corta la piel como en sus memorias más dispersas.

-¡¿Por qué haces esto? Basta!- solloza el gatito bajo sus garras.-¡¡Ya no hay cientificos!! ¡¿Por qué aún duele?! ¡¡Mamá , Mamá !! 

Esta vez no le responde. Intenta ignorar su voz y lo que sea que tenga que decir el chico. Todo lo que no sea lo que necesita , lo ignora cortando las uniones del brazo.

Las piernas del gato se sacuden pataleando nuevamente ante el sufrimiento.

Un gatito cercano comienza a gritar.

-¡Tienes qué hablar!, habla , porfavor-

 

Le duele la cabeza.

 

-Habla , habla para que acabe ¡¡Habla para que esto termine , ya habla!!-

 

Quiere ir a casa.

 

-¡Solo dile todo y ya detén esta locura!- 

-¡¡Te perdonaremos , todo estará bien pero habla ya!!- 

 

Extrañaba a sus amigos.

 

-¡Por Favor , solo habla , solo habla de una vez!-

-CatNap , él va hablar , por favor , perdónalo.-

 

Esto duele mucho.

 

-¡¡Estás sanando , estas sanando y seguirá esto por días , habla!!-

-Porfavor , solo piensa en que no podrás volver si mueres.-

 

Solo quería volver a casa.

 

-¡Habla , por favor , habla!-

 

Todos lo esperaban.

 

-¡Abre la boca , ya basta!- 

 

 

 

 

 

 

Bubba levanta las cejas al ver pasar al perro por su estación.

Levanta una tabla encontrando hongos completos bajo las vías del tren.

-Algo malo sucedió.- murmura arrancando algunos hongos para esparcirlos por la zona húmeda de las vías.-Hoy nadie subió.- mira a la estación completamente solitaria.

A su paso los últimos dos Bunzo de su lado le acompañan probando en crudo estos champiñones.

-Nahhh…- exclaman por su sabor fuerte.

-Es agua residual. No están para comer crudos.- les advierte sin mirarlos.

Bunzo se limpia la lengua con pesar acompañado por la burla del segundo.

Bubba sigue los pasos del perro dejando a los conejos solos.

 

 

 

 

 

Sus brazos eran solo hilachas de carne y algodón al abrir la boca.

Llorando entre temblores profundos por parte de su cuerpo debilitado en muchas formas.

 

-Fue Jason, fue un CatNap , lo siento.- lamenta en voz alta.-De verdad lo siento.- su voz se quiebra entre sus palabras.-No quería hacerlo , por favor .-

Los gatos alrededor levantan los hombros o parecen aliviados.

-¿Cuando y con quién ?-

El gatito respira lento.

-Él y yo , él era compañero de unos amigos en las celdas.- su cabeza cae de lado.-Ya basta , por favor..- pide llorando al ver sus brazos destrozados.-Ya , quiero irme a casa.- solloza asfixiándose con su propio aliento.-Quiero a mi mamá …-

Un gato se acerca con una botella de agua al ver al gran gato soltar sus piernas para permitirle encogerse aunque no pueda mover aquellas destrozadas extremidades.

Mira al gato que se acerca con el cuerpo debilitado visiblemente.

-Estarás bien.- le promete esto acercando el agua a su boca. Toma su mejilla para guiarlo a beber. 

El gato grande le interrumpe aplastando con el dorso del puño al gatito y acabando con su vida con ese único golpe.

El CatNap con la botella fue salpicado por la sangre en rostro y cuerpo. Cayendo de sentón en el suelo y esa botella en sus brazos.

-No desperdicies.- le corrige el gran gato alcanzando la tapa en el suelo para cubrir la boquilla de esta botella.-Nos podría faltar por culpa de los invasores.- señala al cadáver.-Amarrenlo en el kiosko y háganlo ahora mismo.- ordena retirándose una vez consiguió la información.-No olviden señalar la razón muy claramente.- abandona el jardín en una carrera rápida.

 

Detrás de sus pasos , el gran grupo de gatos y aves, quedan en blanco.

Observan el cuerpo en el suelo entre temblores.

-...CatNap …puede con esto…- murmura uno de los juguetes tomando unos toalla húmeda de su cierre para limpiar el rostro del gato muerto.-CatNap…-

El gatito más cercano al cuerpo deja caer la botella de sus brazos , llorando en voz alta al cubrirse el rostro con las patas.

-No , no puedo. No puedo…Dios , no puedo más.- 

-Si puedes , levántate.- lo apuran los otros gatos.

Al paso de los felinos queda atrás partes de sus pelajes caídos por culpa del estrés.

Las plumas de las aves se unen al apoyar la tarea trayendo las cuerdas.

 

 

En Dulce Hogar los niños tiemblan en sus escondites. Cubriéndose los oídos con almohadas o simplemente metidos en lo más profundo de cada habitación para estar a salvo del horror cometido en el exterior de Dulce Hogar.

 

La figura de gatos y aves apoyan a la tarea, levantando el cuerpo entre todos. Con cintas lo atan uniendo sus brazos juntos. Llevándolo a la figura de CatNap en la zona central.

Entre las aves y los gatos lo suben añadiendo a la luna.

 

 

 

La voz de un pequeño llega por un costado en su carrera.

-Lo vieron subir a la superficie con su gato en la espalda.-

 

Aquel gato corre furioso por las paredes. Ignora el teleférico.

Solo corre y salta por el cable , salta rápido parte por parte. Llega a la estación sin detenerse.

Los Bunzo en las vías logran verlo antes de que tenga un arranque en su contra.

-DogDay paso por aquí y Bubba los siguió para ver lo que hacía en la superficie.-

El gato sigue adelante sin responder al informe rápido de los conejos. 

Ambos se miran nerviosos.

Algo malo debía estar pasando allá abajo aunque no lo supieran.

 

 

 

 

Más adelante Harom logró abrir una bodega con la seguridad de códigos de una de las tantas tarjetas de empleados que robó de los cadáveres dados de comer a los pequeños de La Guardería.

-No salgas si no te llamo.- se lo ordena mostrándole una tarjeta de seguridad.-Con esta podrás abrir desde adentro.

Jason toma la tarjeta, cayendo al suelo al recibir directo a su pecho la bolsa de comida comprimida en el cierre del pecho de Harom.

Podría ser la fantasía de un tragón el ser aplastado por comida pero en su caso fue solo un mal trago de boca.

-¡Se gentil , animal!- reclama desde el suelo. Levanta una bolsa de soya deshidratada por encima de su cabeza.

Al hacerlo descubre al perro sobre él en una posición que solo es comparable , dentro de su cabeza perdida en la incapacidad de conjugar una buena frase romántica , por tanto esta forma de arrinconarlo solo era comparable a un perro revisando una bolsa de basura con la nariz metida hasta el fondo en la basura.

El romance salta dentro de su mente . Seguramente más que nunca al sonrojarse bajo el pelo púrpura.

-Porfavor , no salgas.- se lo pide acariciando sus patas en alto , presiona como último acto atrevido justo sobre las almohadillas.-No vayas a usar estas piernas más que para dormir allá dentro.-

Jason chilla avergonzado al sentir el escalofrío vergonzoso por culpa de su travesura.

Garritas de color negro saltan afuera dejando salir el perfume de rosas que la compañía fingía era de su plor insignia para ocultar que en realidad no era tan bueno el olor de las amapolas.

Jason lo intenta patear y lo logra sin gran efecto.

-No se que somos pero no quiero que termine sin descubrirlo.- lo señala subiendo sus manos por ese cuerpo.

Puede percibirse como un acto lujurioso o como lo hace Jason.

-No te despidas ahora.- lo pide tomando sus manos sobre su torso.-No vamos a morir.-

El perro baja la cabeza al nivel de su estómago tan pequeño como para perderse bajo su cuerpo.

-No es despedida , estoy pidiéndote que seas mi esposa.- lo confusa avergonzado.

Seguro como nervioso.

El gato mueve la cola y las orejas.

-Tarado… estas perdido , soy hombre.- 

El perro se ve obligado a reírse incómodo por lo que sabe es su propio error. 

-Perdón , tu cara de niña me confunde.- suspira.-Jason , me gustas.- hunde la nariz en su pecho.

La diferencia de tamaño queda más claro que nunca al solo necesitar una mano para sujetarlo , llevando la otra a su estómago para cubrirlo completamente.

-Siento como si debiéramos casarnos. Quiero casarme contigo ,Jason.- acaricia su sonrisa.

-Pues si la mujer eres tú.- señala atrapando su mano con las patas.

-Mientras el novio seas tú , estará bien llenarte de hijos.-

-Es que ya no se si eres raro , o si estás tonto.- mira como el perro se va lentamente.

-Bueno , no te queda de otra.- murmuró cerrando la puerta.-No salgas.- cierra la compuerta de la bodega. Alejándose de este espacio va por los pasillos. Pronto escucha como la puerta es golpeada desde adentro.-Eres tan desobediente.- suspira mirando la tarjeta que le quitó en cuanto pudo distraerlo.

 Nadie en estos pisos pudo usar esta seguridad al ser puertas programadas para abrirse así lo quiera el empleado o no. Programando la apertura de las puertas cada quince horas.

Tendría quince horas para encontrar un modo de salvar su plan y a Jason.

No era tanto como desearía.

Vuelve sobre sus pasos enfrentando el hecho de estar entre el territorio de Mommy o Boxy , siendo ambos personajes que no comprende en su totalidad.

Aún así llega al territorio de la gran caja musical.

Observa a esta criatura matar a un humano invasor en la estación.

Va acercándose lentamente.

-Oye.- lo llama a varios metros.

El monstruo le mira de lado.

Parece pensar por más de un minuto antes de exhalar.

-Eres el reemplazo.-

-Ya pasaron años , ¿Eras cercano a ese tipo?- le pregunta sin moverse.

No esperaba que Boxy estuviera tan calmado aunque se viera exactamente igual a hace años. Aún parece el monstruo sediento de sangre y vísceras de siempre.

-No.- niega enderezandose. 

Esto lleva afuera de las costillas del humano sus intestinos.

 Harom bufa asqueado.

-Detesto mirarlos , es más fácil ignorarlos.-

-Entonces eres de los raros que comen en la oscuridad.-

-No me doy tanto asco así.- mira a la estación.-Necesito ayuda con algo.-

-Todos los perros necesitan ayuda , sobre todo mental ¿Sabías que los perros están enfermos desde que los humanos comenzaron a cruzarlos? Se llama síndrome de Williams.- mira los retos humanos en sus garras.-Laura encontró formas de manifestar la en los sonrientes y lo hizo. Con los rasgos de Bobby , DogDay y CatNap.- mastica una pierna entre movimientos relajados.-Por eso son tan sensibles y raros , tan ….calientes.- mira a las vías.-Los chicos de La Guardería fueron sus mejores trabajos pero a mi me parece que están mucho más enfermos , son como yo y a la vez son tan cariñosos… me asustan.- gira encarando lo.-Debes largarte , no me interesa tener problemas con CatNap ni el prototipo.-

-Tengo una forma de matarlo pero necesito tiempo.- es directo.-No quiero nada de ti , solo tiempo.-

-Tiempo , es divertido que quieras algo que no tengo.-

-Es porque no has visto lo que se puede hacer.- de su cierre saca uno de los cartuchos. Con el filo de su sonrisa desgarra parte de su mano.

Boxy lo observa derramar la sangre dentro de ese cartucho y lanzarlo.

Ese tubo metálico comienza a brillar y sacar chispas indiscriminadamente , rodando en círculos.

-Vaya…- abre las fauces.-¡¿Como carajos hiciste eso?!- ahora su emoción es más grande conforme procesa qué era real lo que veía. Las chispas de la nada y sin combustible o aceites.

-Es una reacción química entre los metales K y NA de la tabla periódica. El agua los oxida a gran velocidad y crea estas chispas.- mira al gigante.-Un CatNap y yo , estamos haciendo una trampa con esta cosas para matar a CatNap y al prototipo pero necesitamos tiempo para terminarla.-

Tantas cosas al mismo tiempo y por desgracia su atención estaba en las chispas y el fuego. Procesando muy lento el hecho de que este tipo sabía que él quería matarlos a los dos con esa desfachatez. Peor aún , vino directamente a él para hacerle esta propuesta.

-¿Porque vienes conmigo?-

-Porque el otro perro y tú trabajaban juntos.- le responde in peso el perro.-Lo note cuando me presentaron. Creíste que era él y te alegraste , te viste feliz.- mira al rojo.-Hasta que te diste cuenta de que no era él y te frustraste.-

-Sigue sin ser suficiente.-

-No me atacaste inmediatamente. Me viste y me confundiste con él.- levanta las manos.-Amigo , no voy a pelear contigo , solo quiero tu ayuda , solo eso. Porfavor.-

Boxy levantó las garras.

-Ruega.- le dice burlándose.

El perro cae de rodillas.

-Porfavor.- pide en el suelo con las manos arriba.-No hay nadie más.-

El rojo tiene en cuenta a los perros , hasta ahora solo a los dos con los que se ha cruzado. Son extremadamente autoritarios y regañones. Caer a este punto debía ser parte de una artimaña y no tanto una verdadera sumisión.

-Esta bien.- mira a las paredes.-Ve por tu gato y traelo aquí.- retrocede al escuchar las vías ser recorrida nuevamente.-Sie que puedan llegar vivos después de lo que sucedió.- se esconde dentro de su caja.

El perro abandona el lugar al ver un rayo de luz delatando la presencia del tren. 

 

Su regreso a La Guardería es acompañado por una fuerte tensión. Voces dispersas.

Murmura de rabia de ese gato. 

De cuánta sangre derramaron en la invasión.

De la desunión entre los sonrientes y su rebeldía al poder de CatNap.

Del fracaso que significaba la ineptitud del líder.

Harom vuelve a los pasillos donde escondió a Jason.

Observando una puerta abierta a algunos metros.

No es la celda de Jason. Es una varios pasos adelante.

Sus hombros se tensan al ver esa sonrisa asomarse por la puerta.

Siendo observado por esa criatura entre movimientos tensos de sus orejas.

-Entrega a Jason.- le ordena CatNap saliendo lentamente de esa sala.

Harom levanta los hombros y los brazos.

-No se donde esta , se fue hace unos días y lo estoy buscando.- miente tratando de sonar relajado.

CatNap rompe la distancia corriendo a su encuentro.

-No tengo paciencia , no la tengo.- advierte moviendo la larga cola de lado a lado.-No ahora y No con unos traidores.-

El perro se recarga en la pared.

-¿De qué hablas? Hemos estado aquí días. Jason se está escondiendo de mi.- 

-Te vieron con un CatNap.-

-Si , con uno pero no con Jason.- apunta a una esquina.

El gato mira ahí.

Un cadáver de gato púrpura está tirado ahí , sin gracia ni porte , faltando gran parte de su cuerpo.

-Tenía hambre.- admite mirando al techo.-Intento ignorarlo pero cada vez es peor …cada vez es más caliente mi cabeza y esa carne me ayuda.- 

El felino sigue adelante. No le cree y lo demuestra sacando algo de humo de su boca.

-Dirás donde esta o te haré pedazos pieza por pieza.- 

El perro asiente frunciendo el ceño.

-Esta bien , lo comprendo.- apunta a una celda entregando una tarjeta.

El gato le señala que habrá esa celda él mismo.

El perro va allá pasando por la que esconde a Jason.

 

Adentro ese felino puede ver a través de una ventana a ese gran gato siguiendo al perro. 

Decide mantenerse en silencio. Confiar en Harom aunque sea difícil.

 

 

El perro abrió la celda. Apunta al interior.

-Él no está aquí pero está mi tiempo.- 

El gato asoma la cabeza sin entrar.

Su mente se llena con gritos de coraje al ver lo que había en la paredes y el suelo.

-Parece que los humanos gustan de nosotros más de lo esperado.- señala el perro.-Sobre todo de las chicas.-

-Debiste destruirlo.- señala gruñendo.-Todo , debiste hacerlo pedazos.-

-Si , puede que debiera hacerlo.- mira adentro.-Pero te ves muy hermoso cuando te aferras a mi.-

El gato ruge atacandolo al ser señalado algo tan fuera de sí.

-¡Estás enfermo , maldito! ¡ Estás demasiado enfermo!- sus gruñidos son acompañados por estos gritos.

 Mira al interior entre jadeos. No duda en llenarlo con humo para dañar cada impresión de aquellas cámaras de seguridad o lo que hayan usado para filmar los en momentos tan íntimos.

No sólo a él. Este perro era sincero al decir que las favoritas eran las chicas para ser quienes más fotocopias entre toda la basura tenían. 

Resaltando Picky y Bubba , siempre juntos.

-¿Podrías no decirle a Dios sobre esto?- pide el perro en el suelo , sujeta sus heridas en un puño.-No quiero que él ve esto , no quiero darle asco a Dios.-

Cierra destrozando los cables con una garra.

-No vuelvas a La Guardería , no vuelvas. Nunca.- le advierte sin más.

El perro lo sigue.

-Puedo reemplazarlo , puedo ser él para ti.-

El gato se detuvo a medio paso. Exhala sin humo , gastando lo que le quedaba en la habitación.

Esto solo le hace enfurecer más que antes , ando con un gran grito de por medio.

-¡¡Nunca , nunca , nunca!! ¡¿Reemplazarlo? ¡¡Estás enfermo!! ¡¡Solo no vuelvas a casa , nunca más vuelvas!!- le grita al retroceder furioso.

Harom continúa. Sigue buscando más de ese asco , lo que sea que haga a este gato odiarlo lo suficiente para nunca más quererlo cerca.

-¡Puedo ser él! ¡¿No lo extrañas?! ¡¿No quieres hacerlo? ¡Yo quiero hacerlo! ¡¿No lo encuentras en mi cuando me miras?! ¡Ya me canse de jugar con un gato que no soporta nada sin ponerse a llorar!-

El felino se detiene.

-Se supone que lo quieres , que lo amas.- murmura sin mirarlo.

 El perro levanta los hombros.

-No puedes amar algo que no puedes tener completamente.- levanta los brazos.-No se porque estas aquí ni para que a Jason pero sí sé que podríamos divertirnos en cualquiera de estas salas.-

El gato gruñe abandonando el lugar en una carrera.

El perro se queda ahí. No vuelve a la celda de Jason. Va a otra a tirarse de lado y fingir dormir por lo que estará del tiempo de espera.

En soledad sujeta su sonrisa con ambas manos , apretando con un gruñido profundo.

Nada de eso era verdad.

No deseaba ni de cerca ver nada de eso. Esa sala la encontraron buscando más de ese mineral entre los adornos de los empleados. Era una locura. 

Estaban tan obsesionados con los juguetes que llegaban a crear esa clase de cosas con videos de seguridad. Su mente sufre de un golpe desagradable cuando las piensa y aún así las usa para sacar al gato. Todo para sacarlo de aquí sin problemas.

Tiembla sujetándose esa sonrisa con deseos de arrancarla de su cuerpo.

Esta sonrisa hacía demasiado sencillo el mentir , e inventar basura creíble. Lo confundía en si debía ser verdad o mentira. Aunque se lo dijera varias veces.

 

 

 

Las quince horas se cumplen pero ese gatito no salió de su escondite.

El perro tampoco se mueve.

Ese enemigo está cerca.

Pueden sentir ese olor a sangre que lo acompaña.

Manteniendo apartados al finalizar el tiempo. El perro solo deja una nota al retirarse con destino incierto para el gatito.

El aroma de la sangre sigue al perro.

Jason sabe que podrían matarlos. Que puede ser esta la última oportunidad para estar junto a Harom. Para irse juntos.

Pero ese gato ya demostró que la muerte no será un destino seguro. No habrá posibilidades de ser perdonados con una muerte rápida.

Jason tiembla en su escondite. Ṕensando en todo aquello que CatNap podría hacerle a Három y cuantas cosa él no podría hacer.

Llegando a una decisión. La única opción que mantendría a salvo a Harom.

Lo abandonó. Volviendo a Dulce Hogar cuando el gato lo buscaba en la superficie. 

Acercándose a un juguete más peligroso entre las instalaciones de hierro.

CraftyCorn.

 

 

Ella descansaba recostada sobre un montón de lonas. Habiendo ignorado todas las crisis suscitadas en La Guardería , hoy se despertó por una piedrita chocando contra su cuerno.

Mira al frente sin moverse.

Ese gato púrpura levanta los brazos.

-Hola.- 

El aspecto de este juguete era más lamentable que todo en el espacio. 

Sucio y medio destruido , arrastrando parte de su cola desgarrada por las rocas afiladas de la cueva y un pelaje revuelto. Entre el lodo y la sangre.

-Yo no tengo manos para remendarte.- le advierte girando se al verlo demasiado sucio para ser comestible.

Jason vuelve a llamarla.

-Porfavor , llévame con el prototipo.- le pide en voz alta.

-Te comerá.-

-Pies que lo haga pero que lo haga él.- responde nervioso.-Necesito decirle lo que hice para que esta persecución termine.-

-Al único que persiguen es a ti y a DogDay.-

-Él no tiene que ver…solo cogemos , nada más.-

Crafty vuelve a rodar para mirarlo.

-¿Eso es lo que le dirás a Dios?-

 -Si.-

-Ya veo.- mueve la cabeza.-Dime , ¿Tienes una forma de destruir a CatNap?- 

-Si …pero necesito estar vivo y manos.- mira sus pezuñas.

Crafty suspira mirando al gato en el suelo. Baja arrastrándose desde su nido.

-Te llevaré abajo pero más vale que lo que hagas , le haga daño op yo misma me encargaré de hacerte cantar.-

El gato mueve la cabeza siguiendo a la chica ahora por pasajes muy distintos.

Entre los muros.

Crafty era grande pero delgada también. Mucho más que Bobby o Picky. Incluso Hoppy , que era más pequeña , era más ancha. Ahora ella puede ir de lado por este pasaje sin parecer molesta por el espacio cerrado.

Jason pasa seguro al ser más pequeño que un humano.

-No sabia de estos pasajes.-

-Mejor así , solo yo puedo usarlos.- mira arriba.-Es una salida directa pero se inunda cuando hay lluvias. Creo que es el pasaje de aguas que tiene construcciones grandes para evitar hundimiento y no me interesa más allá de ser útiles.- 

Bajar es saltar entre muros hasta una zona de cueva por la cual han de arrastrarse hasta caer sobre un montículo de arena.

Crafty tuvo que ayudarle al verlo casi ahogarse al caer dentro de la tierra.

-Vamos , me estoy molestando.- le advierte.

Su humor era cada vez más cambiante. Es demasiado estresante estar cerca de otros juguetes.

Llegaron.

Es claro al verlo acostado entre lonas , huecos y juguetes muertos de formas horribles.

Jason retrocede un paso al ver a un perrito atravesado de la boca al estómago en una piedra del techo. Escurriendo la sangre hasta un contenedor de metal.

Este se mueve.

Jason pierde fuerzas.

-No se asusten , está muerto. Solo es un reflejo.- 

Estaba despierto y no tardaré en beber esa sangre.

-Lo mantengo activo con mi propia sangre ,la piedra está electrificada y lo mantiene activo aunque su cerebro ya no funciona.- mira al pequeño gato.-El miedo me suele embriagar , así que …- se estira mirándolo directamente.-Solo bebo la sangre de los cuerpos sin personalidad.- acaricia su sonrisa.-Eres el famoso Jason , ¿No?- toca su frente.-El gato que no es un gato , pero lo es.- inclina el cuerpo a un lado.-Eres un juguete , eso sí es interesante. Los de tu tipo suelen pertenecer a otro de mis sirvientes.-

El gato levanta las patas.

-Yo deje entra a los invasores , yo lo hice para qué obtuvieron comida que CatNap y el resto mantienen solo para lo habitantes de Dulce Hogar.-

-Si ,eso lo imagine.-

-Pero también porque hay más.- suspira antes de inhalar.-Quiero que maten a CatNap.-

El monstruo toca su nariz.

-Lo sé , lo sé muy bien.- acaricia su figura.-Tú quemas al gatito y me ayudaste con eso.- lo aplasta contra el suelo.-Vamos a hacernos un favor.-

Crafty se aparta silenciosamente.Huyendo de cualquier copa que pudiera llevarla a inmiscuirse en algo peligroso.

-Vamos a servirnos mutuamente.- le sonríe mostrando grandes dientes.

El gatito en el suelo exhala perdiendo fuerzas ante el miedo.

-Harom…-murmuró temblando.

-Él no está aquí , solo yo.- atraviesa su pat con una garra.-Déjame jugar contigo un momento , no te mueras.- le pide retorciendo la garra.

El gato patalea lleno de dolor.

Los gritos del gato son vertidos para la criatura que corta.

Hace algo divertido. Cortarlo y ver cómo sus dedos vuelven a su forma humana.

Es interesante como él mismo puede cambiar a los juguetes.

-Vas a subir y me divertiré un poco más. Quiero que tu nombre sea el de una molestia.- separa los cinco dedos mirando los huesos llenarse de sangre por la hemorragia.-Cuando estés molestando a CatNap encárgate de divertirlo a él también.- atraviesa su estómago.-No te ayudaré porque seas importante sino porque CatNap necesita un pasatiempo aparte de molestarme todo el tiempo.-

-No … - “No era un payaso” quiso decirlo pero solo puede gritar de dolor y patalear.

 

-Todos le tienen miedo a CatNap , lo odian y lo detestan pero tú gatito , tu a mi mascota le tienes una envidia que se escurre cada vez que dices su nombre.-

La vergüenza en ese gato salta afuera con un grito.

-Te da mucha envidia cada centímetro de su cuerpo grande y mucho más. Te da envidia lo limpio de su cuerpo , lo puro que es aunque esté solo.-

El gato grita al ser abiertos sus huesos.

El prototipo lo levanta observando su trabajo.

El dedo anular se hizo pedazos pero los otros estaban perfectamente enfilados en esta mano de carne y hueso. 

-Todos los humanos lo sienten , yo lo siento.- lo devuelve a la tierra.-No se que es pero él tiene mucho de eso. Tiene mucho de lo que no entiendo , primo tú sí. Tu si sabes lo que es y te deshaces de envidia.-

Puede que Jason no deseara decirlo ni reconocerlo pero entiende lo que él y esta cosa piensan aunque esta cosa no pueda darle nombre a algo que no comprende.

No puede negar lo. Solo reconocer aquello que era más claro que nada en el mundo.

Theodore Grambell fue criado con mucho más amor que todo el que pudo experimentar en su vida. 

Y lo odia. Odia cada una de las acciones de ese maldito gato.

Odia qué sea atento y se detenga a ayudar a los niños en Dulce Hogar. Mientras que él solo se paraliza en los problemas al sentirse amenazado a cada movimiento.

Odia tener que aguantar el aliento cuando se acerca a alguien por el miedo que le llena cuando lo tocan. Odia que ese gato se sienta cómodo durmiendo en cualquier lugar mientras él necesita esconderse para sentirse a salvo.

Odia qué ese gato se vea tan cómodo al ser acariciado mientras el pase segundos de pánico cada vez que le rozan por error. Odia qué sea feliz con ese cuerpo deforme , como si lo apreciaría mucho más de lo que él pudo llegar a amar su propio cuerpo siendo humano.

Odiaba que pudiera ser tocado por ese perro muerto sin saltar de miedo.

Lo odia tanto , lo odia demasiado.

Lo odia porque él no pudo sentirse así de bien sin importar si era humano o no.

Lo odia porque cuando están cerca , enfrenta lo sucio y cobarde que se ha vuelto mientras otros brillan sin miedo ni asco por sus propios cuerpos.

No es justo , no era justo.

 

 

 

 

 

El gato no puede caber en su sorpresa al llegar a encontrar a Dios en el ascensor y ver a ese maldito gatito entre las patas de Dios. Corriendo para ir a su ritmo con esa patas escondidas dentro de unas bendas.

-Dios , ¿Porque estás con él?- pregunta suavemente.

El gran monstruo toca su nariz.

-Este gatito estaba conmigo desde hace días.- lo señala sin problemas. 

El Gato pasa por un lado de CatNap sin mirarlo en su carrera a la salida de Dulce Hogar.

-DogDay duerme en La Juguetería.-

El gato queda a medio camino al escuchar a la osa. Presente como cada vez que esa criatura subía a revisar el lugar.

-Duerme…-

-CatNap lo decidió traer a control. Hoppy volvió y está encargada de la comida desde ahora.- mira a la criatura.-No se que hacías con él .-Kickin fue enviado a dormir igualmente.-

-Entonces …-

-No puedes ir allí , esta prohibido para los Medios y pequeños o cualquier juguete.-

El gato mira ese edificio sellado en su totalidad.

Mirar arriba lo hace ver a la coneja colgando en la nubes.

-¿Dónde estaba esa chica?-

Bobby mira hacia arriba.

-No sabemos. Parece que CatNap la encontró de casualidad en la superficie.-

 

 

 

 

 

Boxy revisa el cartucho vacío y ya quemado.

-Esta cosa nos traerá problemas.- murmura mirando las marcas de quemaduras en el suelo. Las cubre con estos pero ahí estaban.

Eran manchas molestas pero estaban ahí , siempre molestando bajo sus narices.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

Es curioso como es caminar junto a más personas en las calles. Era imposible solo escuchar pasos en una ciudad con cientos de estímulos aparte de las suelas de los zapatos de las personas.

Ahora escucha un sonido curioso entre los pasos de los juguetes más grandes y sus propios pasos. Un “squish squish” desde los pasos de la masa azul.

 Su pie pisó cadí cortandose con algo al distraerse.

-Oye.- llama al gran azul que estaba por irse después de murmurar algunas instrucciones a un juguete.

Niko señala al suelo.

-¿Me podrías devolver los zapatos? Mis pies no son resistentes al vidrio.-

El azul levanta los hombros estirando el cuello hasta sus pies.

Ahí un par de muy apretadas Nyke le reciben y no podría estar más confundido después de haberle dicho al humano que se pusiera los zapatos.

Dentro las voces discuten entre risas descaradas y una confesión de mentiras.

-Perdón.- le devuelve los zapatos sacando la masa qué dentro se formó.

Niko suspira mirando el exceso de plastilina dentro.

Recarga la espalda en una pared para calzarse. En su cuello la pequeña Kissy sacude sus rastas como riendas al casi caerse por el movimiento.

-No seas ruda conmigo , estoy frágil y pequeño.- 

La Kissy ríe con un gorjeo.

La plastilina dentro de los zapatos le hizo sentirse recorrido por un rayo de ñañaras por algunos segundos al ponerse de pie.

-Ya , sigamos.- vuelve al camino.

El azul le vigila aun desconfiado. Estira el brazo atrapandolo al verlo caer nuevamente en un agujero del suelo.

-Debes tener más cuidado con donde pisas.- le advierte dejándolo libre.

Niko apenas puede procesar qué casi muere.

Mira rápido al resto y lo obvio que era el esquive del grupo a esa zona.

Eran muchos y algunos venían heridos.

Niko suspira alcanzando al azul antes de que este haga algo a la orilla del precipicio.

Este lo mira y retrocede un paso de forma torpe a sentirse perseguido por el humano.

Niko levantó las manos y como un reflejo , la Kissy también.

-¿Tú eres el amigo de Poppy?-

La boca del azul se abre soltando un aliento suave.

-No lo sé , ¿Sospechas que podría ser su amigo?-

-Si , comienzo a sospecharlo.-

El azul sacude los hombros liberando tensión.

-Debió ser “Sospechoso” , qué no te matará ni te comiera.- mueve en comillas los dedos.

Dentro Matthew y Jack siguen en shock después de escucharlo hacer una pregunta tan estúpida y que esta sea la primera impresión del humano , después de robarle los zapatos , es irreparable.

Ahora esas caídas le dicen qie no es desafortunado sino un idiota.

-No , fue por los murales.- mira al camino y los precipicios a cruzar.-El DogDay que conocieron , no es como este qué viene con nosotros.-

-No creo que sean tan distintos.- Doey suspiró cansino y malhumorado al ser Kevin quien se expresaba en este momento.-La Guardería se concentró en poner a los mejores en sus mascotas y entre ellos ese líder que aman tanto.-

-¿Pues era tu novio o que?-

Plasta.

 

Niko vuelve a cerrar la boca pero no porque logrará evitar que su boca dijera tal estupidez sino por no ser asesinado por este chico, al este encestar un golpe gigante a su lado.

-¡Yo no tengo novio!- reclama enojado y ofendido.

Niko sonríe nervioso.

-Pues novia-

-¡Que no tengo novia! Esas cosas me dan asco.- su cuerpo se estira creando un puente para todas las criaturas reunidas.

Una osa le patea por un lado.

-No molestes a Doey.- le advierte ofendida por la forma en la que fue burlado su líder.

Niko levanta las manos pidiendo paz.

Es claro que era un tema difícil.

-Esta bien. Está bien. Ya no te molestare.- acaricia a Kissy antes de que ésta decidiera sacarle la carótida de su lugar.-Es solo que me preocupa que llegues con un sesgo y te sea difícil hablar con ellos.-

-Ya es tarde para eso.- amargo farfulla.-¿Qué es un sesgo?- pregunta curioso.

-Es un pensamiento impuesto por diferentes razones sobre algo que no se entiende o conoce. ¿Es como un prejuicio? Si , puede serlo , ¿Cuantos años tienes?-

-41 , 28 , 24 … si , no me gustó ese número anciano.-termina al escuchar la edad del mayor dentro de ellos.

Niko sonríe intentando algo más peligroso.

-Abuelito pero si ya vas por los cien años.- señala impresionado.

-Ni de cerca son cien y … ¡Te burlas!- grita al escucharlo reírse.

-Tengo 37 años , no creí que estuviera hablando con un señor.- muestra respeto con un movimiento de cabeza.

Las criaturas de paso estaban bastante confundidas del porqué molestar al líder le parecía ser una buena forma de relacionarse con él.

-Jejeje , señor…- ríe esperando a que todos cruzaran por su espalda.-No soy un señor , él es un señor.-

 Los pasos son lentos a pesar del miedo. Todo para distribuir el peso de todos de manera segura.

La risa del azul termina de golpe. Dando Una orden al humano.

-Cruza.- 

Niko levanta los hombros al notar que ninguno siguió adelante una vez se dio esa orden.

Sujeta el control del grabpack y lo suelta en un acto de confianza.

Fue más fácil pensar en hacer este salto de fe qué hacerlo.

Una vez sus dos pies estaban en la espalda del azul una vorágine de voces le gritaban lo peligroso que era exponerse a una posible traición o muerte por caída.

Sigue adelante con una sonrisa nerviosa.

Del otro lado las criaturas levantan los brazos al verlo llegar.

-No tuviste miedo , bien hecho.- celebran tomando sus pantalones.

-Miedo tuve , estoy más muerto que vivo.- les confiesa sentándose en el suelo de roca.-Las alturas me debilitan.-

Un juguete levanta una pata.

-Nos dice que no fuiste tú quién derrotó a Mommy.-

Niko sonríe bajando la mirada al suelo. 

-Si , soy yo.- mira al azul aún en esa forma de puente.

Una figura amarilla salida de una pared alta por ese mismo lado , le hace salir de este estado perturbado y estallar incrédulo.

-¡¿Cómo demonios estás vivo? !- grita al ver a esa ave.

 

Kickin está en problemas y no solo por haber regresado a la vida en el peor piso de toda la fábrica sino también por verse atrapado en un laberinto donde perder al gato fue sencillo pero no encontrar un modo de irse a cualquier otro lugar. 

Corriendo de izquierda a derecha sin más resultado que verse devuelta y ahora su cara no puede ocultar , sin importar que tan presente está su sonrisa perpetua , cuantos sentimientos le corrieron al ver a los juguetes en este lugar.

 Cada uno de estos se vieron sobresaltados por el grito del humano , girando a la dirección que el humano veía.

No.

No lo olvidan.

No hubo cómo reaccionar. 

Quedando en blanco al ver al niñero qué los traicionó en Dulce Hogar y solo volvió por uno de los grandes en vez de salvarlos o siquiera consolarlos.

 Pensaron que sería inmediata su ira pero solo es un zumbido.

Solo le observan aturdidos.

El ave en sus recuerdos era brillante y limpia. No está cubierta de suciedad ni lodo o sangre.

No saben qué hacer y lo muestran al quedarse a medias en su camino.

El ave tampoco puede moverse en esa zona alta. Los observa perdidos en su interior.

Deseaba huir de sus consecuencias y víctimas pero solo llegó a ellos en soledad y no con su cómplice como apoyo.

Igual qué antes , solo.

Está solo con este infierno personal. 

-Sigan adelante.-

La voz del líder interrumpe esta tensión con una orden.

Aceleran sin volver a mirarlo.

El ave en esa zona queda en blanco al ser ignorado.

Ni gritos ni reclamos o ese odio que tanto le asustaba.

Nada. Solo nada.

 

Niko no entiende nada. De pronto aquel ánimo nervioso decayó a una silenciosa emoción que no pude identificar totalmente en estos chicos.

Toma algo de distancia agachándose al nivel de una de las criaturas junto a la puerta.

-Disculpa , hermano.- llama en voz baja a un juguete. 

Este gato gira a medias , mueve la cabeza en respuesta a su llamado.

Niko sonríe al ser correspondido con ese movimiento suave.

-Estaba yo preguntándome , ¿Porque no incluyeron a Bubba o Kickin en los murales?- 

El gato mira a la figura del líder.

-Bubba está pintado como un testigo y su presencia nunca ayudó o nos afectó.- sacude esa cola ahora rizada en un palito de algodón.-La figura de Kickin no es incluida por ser un traidor.-

-¿Llegó hasta aquí lo de DogDay?-

El gato sacude las orejas volteando lentamente a verle con esos ojos oscuros.

-Siendo que respondes así , no debes de saber nada.- 

Sus preguntas aumentan al ver lástima en esa expresión cansada y no un reclamo por su ignorancia.

-Kickin nos-

-¡¡Es Yarnaby!!-

El grito es el aviso para la llegada de una gran criatura felina.

Aprovechándose del peor estado posible para el azul cargando a todos en su espalda. 

Llega por detrás de la puerta directamente a por los juguetes de media estatura.

Atrapando en sus fauces el cuerpo de un Huggy.

Grita soltandolo.

Unas heridas dentro de su boca le hacen sacudirse por culpa de vidrios rotos.

El Huggy no estaba mejor. 

Niko logra moverse solo al ver al azul batallar con los juguetes que no pueden bajar más rápido de su cuerpo sin lastimarse o caer por un lado del puente.

Doey podría lanzarlos pero eso los expondría al frente con Yarnaby o atrás con lo que fuera que viniera.

Usa partes de su cuerpo para intentar atraparlo sin perder su forma de puente.

El gran felino salta sobre el puente tirando a algunos antes de morderlo justo en los alrededores del sombrero.

El grito es profundo , los cuerpos dentro son heridos y sus textura física flaquean por el dolor de las mordidas.

Los juguetes intentan pelear con aquellas armas que podían cargar , atacando las patas del felino como lo harían los salvajes a un tigre. 

Lo pican con palos y hierros , agachan sus cuerpos pequeños esquivando apenas algunas mordidas.

Las zarpas comienzan a ser un problema una vez atrapa a uno de los juguetes.

Un cajón de madera golpea al gato por un costado.

La lana lo atrapa y su atención pasa de los juguetes al objeto que lo acaba de golpear. 

Al girar puede ver a un humano.

Otro de tantos pero solo.

Su cola se sacude emocionado. Era uno de sus objetivos iniciales.

Solo deseando cumplir la orden de su amigo. Salta detrás de este para llevarlo a las jaulas.

Más esa masa lo sujeta.

Para Doey era la mejor oportunidad para deshacerse de este tipo sin la intervención del doctor. Golpea esa cabeza arrastrándolo al abismo.

Las garras de la criatura se entierran en la roca. Grita y ruge. Pide ayuda al verse orillado a este predicamento.

 

La respuesta viene con un ruido idéntico al de un gatillo.

Cayendo desde un punto ciego tres tanques de nitrógeno grandes expulsando columnas de blancas nubes.

El grito de la criatura fue reemplazado por el alarido de la criatura azul al ser alcanzado por estos tanques.

Los juguetes buscan los pocos objetos incendiarios que portaban para devolverle el calor.

Sin prever el asedio de cientos de pesadillas apareciendo por las grietas y sombras.

¿Enfrentarse a Mommy? Era aterrador.

Esto no es mejor pero si preferiría tener a Bubba con él.

Cambia las manos buscando las bengalas entre tropiezos intentando sacar de su pierna una oveja negra.

Esta ríe antes de morderlo.

Los zapatos platos son una ventaja momentánea. 

A este punto las bengalas solo les hace desviarse , deben correr o enfrentarlos.

Enfrentar a los niños.

La negativa crece solo pensando en el par tomado de la mano en la estación de entrada.

Patea a algunos y toma un palo listo para deshacerse de sus mordidas. 

Los juguetes no alcanzan a defenderse al intentar recuperar a Doey , deshacerse de los tanques activos sin morir por el frío y esquivar los certeros escombros lanzados desde puntos ciegos.

 

En lo alto esa ave observa avanzando entre las paredes y rocas , busca la identidad del atacante entre la incertidumbre de si intervenir o si solo les causaría más problemas al meterse. Al forzarse a entrar de nuevo con lo que parecería una artimaña para manipularlos.

Dado su posición pudo ver exactamente desde qué construcción era que salían los escombros lanzados. Es una criatura de pelaje sucio.

Salta de la pared de roca a las estalactitas , sujetándose al ir al lugar en búsqueda de respuestas.

-¡¡Se suponía que Theo te cuidaría ¿Qué haces aquí?!!!-

Vaya . Hasta para abandonar a su novia era malo.

Ella está allá abajo usando una barra de hierro para batear devuelta uno de los tanques.

Ahora su comportamiento lo atormenta observándola tan bonita y decidida a terminar con todo ella sola.

Más no lo está , ella no viene sola y pronto ese perro se muestra con un rugido.

Arrastra sin miedo al gato por las hebras de lana desde un punto que el gato tiene que girarse y poner la espalda en el suelo para alcanzarlo con la panza descubierta.

Se nota que conoce a los gatos.

Logra arrastrarlo y alejarlo de las criaturas usando a este mismo para asustar a las pequeñas pesadillas que no están tan perdidas como para ver como esas garras sueltan ataques a ciegas capaces de hacerlos pedazos en menos de lo que podrían huir y no irse.

El gran azul puede recuperarse y crecer , crecer y crecer tanto que los tres que lo desconocían detienen sus movimientos para verlo levantar piedras y objetos sin dificultad entre gritos de dolor y rabia.

Convirtiendo su masa azul en una ola de escombros disparados a cualquier dirección.

Todas las criaturas más bajas pueden estar a salvo solo con agacharse bajo una estalagmita.

DogDay y Hoppy tuvieron que tirarse al suelo y cubrirse las cabezas con los brazos.

El perro y ella comparten una mirada en el suelo.

-Creo que debemos repensar toda la estrategia.- ríe el perro emocionado.

-¿Por qué? Este chico es muy fuerte.- es emoción lo que recorre a Hoppy. Después de años de perder una y otra vez , la posibilidad de ganar esta vez la hace vibrar.-Podemos ganar.-

El perro aún es sincero en sus dudas.

-Si él es así de fuerte ¿Porque no se adueña de los pisos de abajo?-

Las orejas de Hoppy bajan a la par que los escombros caen destrozando las paredes de todo el lugar.

 -Por el prototipo…- 

El peso de esta realidad le golpea.

Este tipo era así de fuerte pero estaba confinado con su grupo.

Si DogDay , habiendo estado ausente por años , puede ver la situacion , seria estúpido que ella no lo comprenda.

Para ella es claro que el prototipo estuvo jugando con ellos.

Para Dog es diferente.

Es sumar los hechos.

El gas donde no hay rastros de plastilina o nitrógeno. 

Los lugares claves como salidas e intersecciones de agua y consumos. Todo estaba plagado de tuberías de gas.

El humo era clave para todo.

Todo es por el humo.

CatNap era el pilar del prototipo para mantener a todos a raya.

Y él estaba llevando a Theodore directamente a esos lugares sin su defensa.

-¿Dog? ¿Qué estás pensando?- lo llama la coneja.

El perro mueve la cabeza volteando a un lado.

Ahora ese humano estaba haciendo algo muy estúpido. Acercándose con una galleta al gran azul.

-Ve por Kickin.- Es su usual tono de orden el que usa para dejar el tema. Dirigiéndose al azul.

Niko se acerca al azul con un ofrecimiento.

-Toma una galletas campeón.-

Doey , con el rostro entre las manos y apenas capaz de calmarse después de tanto dolor por culpa del nitrógeno , le era claro que una galleta era lo que menos se le antojaba.

-No soy un loro.- le advierte frustrado. Excepto al mayor de los tres. El extiende la mano abierta y recibe la galleta de buena gana.-¡Es de manzana! - canturrea con felicidad Jack con unos saltitos al poder comer una segunda galleta.

Dentro el dolor estaba presente pero hace siglos no comían manzana. 

-Perdona.- 

El azul voltea aún sonriente.

Hasta ver al perro.

Es con esto que su sonrisa decae claramente.

-Tú.- saluda.

El perro señala a unos metros.

-¿Puedo hablar contigo?- pide serio.

El azul lo piensa.

Niko los mira a uno y al otro.

Doey revisa a sus amigos.

-Tengo esto.-

El perro saca un botiquín de su cierre , aplastado y algo comprimido por la presión de esa piel ceñida por su propia presión sanguínea , lo extiende hacia Doey.

 -Esto no tiene que ver con Poppy.- lo aclara al ser aceptado el botiquín.-Se trata de algo personal.-

El azul mueve la cabeza . Piensa y apunta al humano.

-Primero que nada. A este ,me lo quedaré hasta que salgamos enteros y sin ser traicionados a menos que deseen que lo haga masa de galletas.-

El perro frunce el ceño.

-No es mi humano.-

-Ya vivimos episodios como estos y esta vez el negro no va cooperar.-

-Es el hermano de uno de nosotros. Es de sangre.- el perro suelta el botiquín.-A lo que a mí respecta , puedes quedártelo pero la opinión de su hermano podría ser contraria.-

-Con que no te metas , bien.- 

-Estoy aquí.-

-No te preocupes , soy negro en un tercio así que es como prostitución y no esclavismo.- señala el azul con una sonrisa inocente.

-Ah , bueno…¡¡No tiene nada de bueno!!- los sigue a esa zona a escuchar lo que sea que vayan a discutir. -Hace menos de un minuto te veías tan inocen-

El azul se dio un gran golpe.

Al parecer no se soportan las vulgaridades.

 

 

 

 

Arriba en las estalactitas el ave espera a que la coneja llegue con esos saltos de piedra en piedra. Como si volara y esa figura fuera un sueño , llega a su lado con un suspiro.

-Kickin.- busca abrazarlo.

Como un cretino la empuja y le pone en claro que planea irse y dejarla.

No.

Él no puede ni fingir ser esa clase de persona.

-Hoppy.- rompe con esa frialdad entre ellos uniendo su picó a la nariz de la coneja.

Hoppy lo recibe con un jadeo , sujetándose a las piedras de la pared para unirse en un medio abrazo sin soltarse.

-¿Qué tienes? ¿Por qué estás aquí?- pregunta la coneja acariciando su rostro.

Kickin toma sus manos. Con las garras se aferra a la pared , sujeta a la coneja por la cintura subiendola a sus rodillas para ocultarse en su cuello.

La posición no es lenta para poner nerviosa a la chica.

Es Kickin , es el niño que le apostó a comerse un gusano de tierra y ella se lo embarró en la cara al perder la apuesta. No es peligroso ni desconocido pero esta posición no le permite verlo a los ojos.

-Hoppy …- suspira tomando el cierre de la coneja.

-Espera.- ella lo detiene buscando su rostro.- ¿Qué estás haciendo?- pregunta con un temblor claro en su voz.

El ave suspira observando esos ojos nerviosos.

-Quiero escuchar tu corazón.- es sincero y vergonzoso.

Su cuerpo se relaja inmediatamente al escucharlo.

-Gracias al cielo...creí que querías sexo.- suspira aliviada.

-No , no estoy listo.- murmura.-No creo que me permitas tocarte después de esto.-

-Kickin...¿Qué está pasando?- le pregunta tranquila aunque sea solo en apariencia.-¿Me dejaras?- 

-No.- niega frunciendo el ceño.- ¿Y tú?- por desgracia siente esa misma inquietud helada. Pensarlo y hacerlo era todo lo que no deseaban ,no para ellos. 

Es preocupante como su cuerpo se niega a ser separado de Hoppy pero una parte de sí lo pensaba una opción. Sería lo mejor.

La coneja al fin deja caer su peso en sus rodillas , permitiendo que el ave la cargue. Su sorpresa al no sentirlo temblar le hace suspirar curiosa por los límites qué no conoce a pesar de los años juntos.

-Estoy esperando no hacerlo.- suspira abrazando su cuello.-Me estas asustando , estas triste.- 

El ave cierra los ojos en su abrazo.

-Hoppy , solo escucha …solo escúchame hasta el final.- pide exhalando profundo.-Promete que escucharas todo lo que te diga , porfavor , mi amiga. Te necesito , necesito que me escuches.- súplica disfrutando de este calor tierno por última vez , quizás.

-Esta bien.- Hoppy accede ocultando su rostro en las plumas revueltas del ave.-Te escucharé ,hasta el final.-

El calor sube por su pecho hasta su boca.

-Yo los traicione mucho antes que Theodore.- suspira.-Yo lo ayude porque no quería que tu supieras sonríe esto y Dog me importo mucho menos que tú o cualquiera del grupo.-

 

 

 

Las luces parpadean sobre sus cabezas.

Las sombras bajo la luz trémula muestra esas sonrisas como las tórridas expresiones de dolor que eran en el fondo de todo el desastroso enigma dentro de esas cabezas tan diferentes entre sí en más de una forma.

El humano mira estas criaturas hacia arriba y con el corazón en la boca por culpa de las sombras de cada uno. Sus hombros se estremecen sintiéndose perdido.  

-Es increíble la calidad eléctrica de toda esta fábrica y venimos a detenernos bajo el único foco fundido de todo el repulsivo lugar.- señala cruzando los brazos.

El perro ríe bajo los hombros caídos.

-Hay un problema muy grande y podemos ser sinceros aquí.-

-No es bueno , seguramente.- Doey rasca su cabeza. Hace tiempo no tenía una conversación exactamente entre iguales al ser todos sus intercambios parte de los delirios entre los tres o sus amigos. Los debía proteger y muchas veces se veía solo. El tener a todos les daba fuerzas pero podían olvidar lo que era hablar con terceros.

Sobre todo desde que Poppy les abandonó sin previo aviso.

El perro levanta las manos mostrando las palmas abajo.

-Theodore perdió el humo rojo por mi culpa.-

Para los tres hubo un revuelo.

Tanto sentir un estremecimiento por el gesto del perro al ser exactamente el mismo que el de los trabajadores de La Guardería y de todos sus habitantes como verlo acercarse un paso que se siente sincero en más de una forma.

-Tenemos dinamita y más armas pero no tenemos tu fuerza ni a tus amigos y sé que seguramente pedirás algo que ver con el humo pero no lo hay.- suspira subiendo los hombros.-Por eso te pido que te unas y perdones a Theodore , solo perdonalo , por favor.-

-Ya iba unirme.-

-Pero si descubrirás esa mentira te sentirias traicionado , creo yo.-

El azul asiente bajando la cabeza a un lado.

-Al menos en eso acertaste.- dentro las voces discuten.-Ese gato nos hizo mucho daño y si no hubieras llegado sería así hasta que lo mataran o nos matará de hambre él y todos su compañeros.- mira a su amigos usando el botiquín entre la emoción y la precariedad.-Tú no eres tan especial como crees.-

-No me importa si es así o no , yo vine aquí a sacar a todos , sin importar si deben ser pedazos.- su cola se mueve del atando su ansiedad de forma vergonzosa.-Te digo de Theodore como un intercambio igual entre el temor que sientes por tus amigos y Theodore con su estado desarmado.-

Este azul piensa subiendo la cabeza arriba para pensar junto a lo que procedía.

Entre las discusiones hay una contienda entre lo justo y lo útil , puede que lo justo sea lo mejor a elegir emocionalmente pero lo correcto era seguir por la lógica.

-Ese gato torturó a su propia gente , DogDay. Torturó a tu contraparte y a muchos más , a juguetes pequeños y grandes , lo hizo por el prototipo y lo llevó tan lejos que su nombre es una pesadilla asegurada para quién le escuche.-

El perro mueve los hombros.

-Lo entiendo. Lo lamento.-

-No estás de nuestro lado porque te parezca justo. Estás con nosotros y te acercas a nosotros para que no ataquemos a ese maldito gato solo por el trato que estamos haciendo.-

-Si.- 

-Ya no hablas tanto , veo. Vemos.-

-No tengo nada que decir , no sin estar seguro de tu colaboración.-

El gran azul mira a su familia.

-¿Sabes ...- señala a los juguetes.-Ellos nunca me han traicionado ni se han rebelado.- piensa como decir lo que da vueltas en su mente.-Ellos son mi familia y las familias no se hacen daño.- mueve los brazos.

-Pienso que en el fondo no crees eso.- murmura el perro.-Nadie que vea por otros como tu y yo , piensa de esa forma realmente.- mira a los juguetes.-Aveces lastimamos a las personas que nos importan pero hay una diferencia que conoces tanto como yo.-

-Yo no escape de mis responsabilidades.-

 

El azul gira la cabeza frustrado. Era demasiada información dada por este tipo tan pesado. 

La escena es un CatNap debilitado y no como un secreto , es parte del trato el no atacar después de todo lo que ese tipo le hizo a los juguetes por nada.

Es posible ignorarlo pero también tranquiliza su desconfianza. Saber que puede matarlo en cuanto se vea necesario.

También pelea contra el llamado de ir directamente a por su cabeza.

-Sin su humo será casi imposible matar al prototipo.

-No sin que lo hagamos todos juntos.-

 

-¡¡Aahaaa!!-

El perro cree al escuchar ese grito. Es Hoppy.

Grita aterrizando después de un salto con el cuerpo doblado gritó agarrando su boca con las garras.

-¡Hoppy!- la llama Kickin siguiéndola. 

-¡No me toques , no te atrevas!-lo evita apartándose con más de un paso. 

Incluso si era más pequeño ,al caer al suelo por avanzar de espaldas Hoppy pudo verlo alto y grande. Tan grande como sus mentiras.

-¡No vengas , alejate!- sus fuerzas acaban con este lamento. Solo reviviendo una y otra vez las peleas territoriales en La Guardería y cada vez que la paredes se llenaban con sangre.

Los pasillos de Dulce Hogar están apartados de su trabajo de portera y entretención. Los niños inquietos qué dejaban de hacer destrozos.

Sus horas hablando de los niños qué peleaban entre ellos en algunos ejercicios.

Cómplice.

Es una cómplice.

Ella era su madre.

-No.- sus manos suben por su cabeza.-No , no ,no , no ,no ,no…-

El ave la sigue asustado por como esos ojos brillan y la saliva escapa de su sonrisa entre temblores.

-Hoppy , lo siento.- Kickin intenta hablarle. 

Ser sincero era doloroso hoy que al fin abrió la boca. El efecto es terrible.

El peso liberado solo empeora al verla reaccionar a su traición .

 -¡¡No te atrevas a venir acá!!- grita sin poder ponerse de pie. Su cuerpo se ha rendido de golpe. Como si toda la fuerza la abandonará entre sus gritos.

Descubre qué estaba llorando justo cuando su voz se ahoga con un gran nudo en el centro de la garganta.

 -¡¡¿Cómo pudiste hacer todo esto? Conmigo a tu lado , con todos confiando en ti!! ¡¡¡Solo éramos payasos para ti , solo un maldito juego!!!- al apuntarlo sus manos están llenas de sangre. Las limpia pero la sangre sigue ahí.

El ave mueve la cabeza siguiéndole con los brazos a los costados del cuerpo al verla sacudirse sin sentido al golpear sus brazos uno contra otro.

-No tenía elección , no la tenía ¡No tenía cómo negarme! ¡Hoppy , no podía elegir hacerlo o no pero lo hice porque tu nunca hubieras podido con esto como yo!-

Los gritos en esa habitación continúan resonando sobre su cabeza.

El martillo y su peso regresa a sus manos.

-¡¡No lo digas con tanto orgullo!!- niega guardando sus manos contra su pecho para ocultarlas del martillo qué le obligarán a tomar.

La ave se eriza sin detenerse, sino avanza más rápido asustándola aunque sea sin querer.

-¡¡¿Orgullo?!! ¡¡¡Nunca dije que estuviera orgulloso , nunca lo estuve pero lo hice porque era lo único que podía hacer!!! ¡¡¿Crees que es sencillo? No lo es , y no lo fue , nunca lo fue!!-

Hoppy intenta ponerse de pie pero aun no pude hacerlo. No comprende nada de lo que le sucede o puede que sí. Estaba al límite. Al final su cuerpo se rindió. Solo necesitaba este tipo de golpe para su corazón , caer de rodillas y llorar aterrorizada por alguien o más bien , por las acciones que se suponía era su lugar seguro. Llorando al sentirse perdida , dolida y traicionada de una forma que nunca antes pensó llegar a experimentar.

Sus hombros caen al verlo casi llegar a su encuentro.

Se supone que era Polly , era Kickin.

El no la asustaba , nunca la asustó ni la hizo pequeña.

 ¿Por qué ahora se siente tan débil?

- ¿Quién eres?- pregunta en el suelo.

El ave queda a un paso al escucharla.Tiembla retrocediendo un paso.

Ella retrocede y él la sigue al sentirse perdido.

Hoppy esta vez solo gritó cubriéndose la cabeza con los brazos.

El ave siente cuanto ella estaba llenándose de un miedo que desconoce.

-Hoppy-

-¡¡Ya basta , esto está saliéndose de control!!- 

El perro llega a ellos deteniendo al ave que casi la alcanza al quedar la espalda de Hoppy contra una pared. Temblando mira al perro , llorando aun entre temblores qué le hacen incapaz de ponerse de pie. 

-¿Qué está ocurriendo? ¿Hoppy , Kickin?-

Hoppy mueve la cabeza sin parar de llorar. Aterrada de las sombras qué se llenan con voces sin forma e imágenes de dolor.

La sangre de animales , juguetes , niños y personas por igual parecen ahogar la. Vomitando entre sus rodillas.

El perro levanta los hombros al verla tan perdida.

El ave presiona los puños contra sus sienes. Estallado en su cara.

-¡Yo entregaba a los niños a los científicos , lo hice por años y todos esos años lo hice en tu maldita cara! ¡¿Sabes qué ?! ¡¡Tu maldita puta lo sabía!! - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Hasta luego.

Chapter 110

Notes:

Hola gente, es un gusto verles otra vez.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1987

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La sangre de Picky … de todos en la celda aun esta presente en sus fosas nasales.

Casi los matan a todos. A todos tan solo en menos de una maldita hora.

Grita tratando de encontrar donde esconderse aunque signifique matar a más de una persona en su camino. 

Desearía ser ese loco irrazonable de las leyendas de venganza y justicia pero no lo es. Solo es el animal tonto qué se esconde en una esquina de su celda en espera a ser enviado con su grupo.

-Hoppy…- suspira su lindo nombre entre temblores llenos de frío. No pudo ayudarla aunque ella le llamaba , fueron acribillados con ataques y violencia desmedida.

Más allá de todo lo que pudo imaginarse.

Sangre de perro en sus plumas junto con la de la coneja y el elefante.

No hay diferencia , sus plumas ahora están sucias.

La pelea con los monstruos de superficie llego demasiado lejos. Por un trabajador que seguramente hablará mal de ellos.

 

Entre sus lamentos hay una interrupción por un lado de su celda. 

Es la puerta abierta.

-Kickin , ven con nosotros.- ordenan los guardias.

Esta vez acompañados ṕor una figura más pequeña y delgada. Esa doctora.

El ave abandona el suelo con el cuerpo encogido en un abrazos personal. Los sigue temblando.

Esa mujer le sonríe.

 

Los sigue hasta el salón médico. Las cadenas son puestas en sus piernas y brazos pocop ante de entrar los otros médicos. Comienzan a reparar sus plumas perdidas y sucias. Lo reparan por completo.

El agua cae por encima entre el cepillado y el vapor.

Conforme terminan con la reparación el ave comienza a verse cada vez mejor , limpio y lindo.

Sus ojos se cierran frustrados con el pasar del tiempo y el peso creciente en sus espalda.

Su picó es limado y cubierto con un tipo de barniz brillante qué lo hace sentir estúpido. Como un tipo maquillado.

Raro.

-Pueden irse , todos.- ordena esa mujer tras haber pasado estas horas solo observando a unos metros de la reparación.

Los empleados parecen confundidos pero obedecen sin quedar uno solo.

Ahora solo son el ave encadenada y esa mujer de pie a unos metros. 

El ave mira al suelo apartando de su conciencia el sonido de esos tacones acercándose.

-¿Recuerdas quién eras?-

-Polly.- murmura sin mirarla.-Cumplí ocho este año.- aprieta sus manos unidas entre sus rodillas.  

Su edad era lo de menos pero también lo mejor que tenía para defenderse. DogDay tenía esta edad cuando se conocieron y era muy maduro. Lo vio completar encargos de adultos y pelear sin miedo , él podría con esto. Definitivamente podía hacer esto , ya era mayor.

Aunque esta misma edad de un solo número también fue una defensa aunque no la viera ahora. No la puede identificar por ahora . Como el peligro amino pro con el recuerdo de su edad a esta mujer.

La rubia golpetea con las uñas el respaldar de la silla , mirando los ojos de esta criatura tan esquivoS.

-Bueno , solo hay que esperar un poco.- 

-¿Esperar?- el ave mira a cualquier lado menos ella. No entiende a que se refería esta persona que ya le mostró antes lo peligrosa qué era. 

Una silla es arrastrada al frente de su lugar. Tomando asiento esta mujer justo al nivel donde tendría que mirarla de continuar agachado.

Esta posición le hacía ver esos ojos entrecerrados con una emoción extraña para él.

Sus plumas reaccionan delatando sus emociones antes de que él mismo las entienda.

Ella lo intimidaba.

Esta mujer inclina el cuerpo buscando sus ojos.

-Niño , ¿Quieres saber cómo podrías ayudar a tus amigos?- le cuestiona colocando las manos sobre sus mejillas.

Esa gran sonrisa no oculta cuánto le aterrorizaba encontrarse con ese toque sobre sus cuerpo. Paralizandose con las manos pegadas a su estómago.

-Cuando vayas a casa se te encargará Dulce Hogar a ti y a la osa.- le aclara acariciando su pico recién reparado.-Una vez ahí , tendrás permisos qué ella no ¿Sabes porque , pollito?- cuestiona rosando toda la sonrisa por la comisura.-Porque eres el más débil. Ninguno de ellos te verá como una amenaza , así que podrás completar la tarea.- retrocede liberandolo.

El ave aún no se relaja. Aun es perseguido por esa sensación desagradable.

-Vas a encargarte de la disciplina y no te preocupes. Es una tarea también de los trabajadores.- golpea el reposabrazos de su silla.-Cuando un niño sea castigado por ti y sea por algo que no se debe repetir , voltearas el cartel de rojo a blanco. No vayas a usarlo mucho , deben ser niños malos. Tu sabes quienes son malos , por eso eres Kickin.-

El ave cierra los ojos.

-No puedo hacer eso-

-Puedes y lo sé , porque se te eligió exactamente porque puedes. A diferencia de tus amigos , tu si sabes lo que es el sacrificio y eso lo sabes bien.- golpea su propia rodilla sobresaltandolo.-No hablaras de esto con nadie. Ni con tus amigos , si lo haces me encargaré de hacerte pedazos y darte de comer a tus amigos aunque tenga que abrirles para llenarlos con tus restos.- se levanta de la silla.

Esas plumas vuelven arriba con el miedo presente. Tiemba llevando las manos a su rostro.

-Eres el único que debe saber de esto.- detiene sus manos tomando sus brazos. Es sorprendente como le es imposible rodear el grosor de sus muñecas con sus manos. Le parece enigmático , emocionante.- No se los digas , recuerda que a los topos nadie les quiere.-

-Yo no he hecho nada.- murmura huyendo de sus ojos.

Esta mujer se aferra a sus hombros siguiendo sus ojos.

-A ellos eso no les va a importar si digo que tú nos ayudaste desde antes a elegir a cada uno o a iniciar con el perro. A usar a esa coneja que debería estar con los malos …oh , esos ojos.- observa como ese seudónimo logro afilar sui mirada.

-Amiguito , no hagas más difícil las cosas.- toca su pico.-Recuerda portarte bien , pollito.- deposita un beso sobre su pico.-Eres tan bonito , mi pollito.-

 

Las cosas solo escalaron.

 

 

 

 

 

 

Tres meses de servicio de parte de los sonrientes se escucha como poco.

Tres meses para ellos fueron días largos de trabajos ininterrumpidos. Miradas extrañas y amenazas explícitas y no tanto.

Las flore son un tema principal que absorbe al líder que va de un lado a otro apenas capaz de detenerse a observarlos detenidamente. 

Confía su vida en ellos.

Confía tanto como para no vigilarlos.

Llegando una mañana a otra vez levantar juguetes grandes y ordenarlos devuelta a sus lugares después de las actividades donde cuatro niños jugaba a mover los dados de cuarenta libra con esfuerzo para ser recompensados con lo que se ocultara ese día en el interior.

Hoy tiene que levantar las piezas de unas matatenas y colocarlas dentro antes de que se le llamara a la sala de infantes nuevamente. Pasa por un pequeño grupo de personas jugando al centro de la sala , los escucha habla con una de las niñas.

Una pareja que se veía bastante acorde con el perfil adoptante de una lista en la sala de cuidadores.

Por la espalda de ls dos , atentos a las manualidades de una niña , más pequeña y con la capacidad de hacer unas muñecas de arcilla de colores bastante defendible , que les muestra como se ven ellos mismos en sus ojos con este juego.

La segunda niña aun intenta llamar su atención.

Los veía con gran curiosidad al ser parte de sus vestimentas un cinturón a juego con diseños de caballos , como si fueran ambos vaqueros.

-Miren , miren esto. Yo los hice , son caballos.- muestra una niña los dibujos en su cuaderno.

-Muy bonitos , son bonitos.- responden sin mirarla. 

La niña aprieta ese cuaderno contra su pecho. 

Mira a la niña en el suelo , juega con esa masa y les muestra ahora un perro al que le hizo detalles con un palito de madera. Era una escultura rápida y aún así era muy bonita.

La niña abandona la sala al verlos tan entretenidos.

Kickin toma la caja y la voltea ya con el juego dentro. Vuelve por sus pasos.

Puede que tuviera la soltura para , pero no estaba exactamente bien para hacer el ato de pasar riendo y saludando. Limitándose a ser silencioso al cumplir con sus tareas. 

Escuchando las conversaciones de los niños y los adultos con una fuerte impotencia.

Podría llenarse de arrepentimientos pero no es posible que siquiera salga de la sala.

Aquella niña pasó por su lado nuevamente con el cuaderno abrazado y algo oculto dentro muy visiblemente.

Kickin se gira lento al sentirse confundido. Sobresanltandose al verla correr y simplemente usar una herramienta mide cocina contra el hombre.

-¡¡Miren , miren!! ¡Yo los hice , me gustan los caballos como a ustedes!- les muestra a fuerzas los cuadernos.

Kickin corre a tiempo para quitarla del alcance de la furiosa mujer y su gran deseo de golpearla.

Por un descuido la segunda niña se quedó ahí sin tener idea de adonde ir o que hacer. Recibiendo un sinnúmero de insultos por parte de la pareja antes de ir a la cocina para pedir ayuda por la sangre que estaba corriendo por la cabeza del hombre.

Kickin sostiene la mano de ambas. Observa a la niña culpable apagarse con ese cuaderno en manos y a la niña que estuvo con ellos , perderse en lágrimas.

Lleva sobre su hombro a la atacante sin pensar demasiado en esto al subir y dejarla en el cuarto de castigo. 

-Debes salir a jugar , ve con Hoppy.- le dicta a la niña que llora en su mano.

La niña se niega muy claramente.

-Yo solo quería jugar , quería jugar pero…¿Porque me gritaron? ¿Me gritaran así incluso si tengo nuevos papás?- pregunta aferrándose a su brazo.-Ya no quiero ninguna mamá , ya no quiero que me griten.- sus ojos estaban llenos de lágrimas llegando a mojar las plumas del ave amarill.

Kickin dobla las rodillas para verla de frente.

-Un golpe en la cabeza duele mucho , puede que esa sea la razón para que se enojara y ya dice mucho de ti nbo ser la quien le pego.-

-Yo no haría eso.- llora limpiando sus mejillas con el dorso de las manos.

-Esta bien. Eres buena , incluso si es difícil. Debes ser buena.- sacude su cabello logrando que la niña comience a reír.-Ahora ve con Hoppy y dile que tu dices que esta enana.-

-¡Si!- sonríe corriendo. Se detiene.-¡Le diré que tu me lo dijiste , Kickin!- lo amenaza al entender que le estaba viendo la cara.

-¡No , no es cierto , calabaza!-

La niña grita y corre riendo al sentirse perseguida solo por el ave enderezandose de golpe.

Kickin observa esta puerta. El letrero de castigo en rojo.

Tiembla al estirar el brazo , con lentitud lo voltea a blanco mirando esa palabra con pesar.

-¿De verdad soy tan mala?- 

El murmullo viene de debajo de la puerta. Niña se emcpntraba recostada en el suelo y sus dedos saliendo por debajo son parte de su deseo por salir.

Kickin pensó en abrir y mandar todo al demonio pero … esa sangre y esos dibujos le regresan al presente.

-Si eres malo , debes pagar por el daño que haces a otros.- soba sus brazos en un tembloroso efecto nervioso.-Porfavor , pórtate bien cuando salgas. Se una buena niña , porfavor.- lo pide alejándose de la puerta. Vuelve con un salto.-¿Como te llamas?-

-Sabrina , tengo nueve y me gustan los elotes con mantequilla.-  

Kickin revisa su cierre sacando una paleta de colore.

-Mañana pasaremos el día juntos y me enseñaras todos tus caballos a mi y a los otros. Así ya no te molestara que no te miren las visitas , ¿Verdad?-

La paleta fue llevada adentro.

-Creo que si.- la niña mira al salón de castigo.-Gracias ,Kickin.-

El ave golpea con lso nudillos la puerta antes de irse. 

-Hasta mañana , Sasa.-

Dentro la niña muerde la paleta con una sonrisa más tranquila. Sus ojos estaban rojos por la culpa.

 

 

Del otro lado de la pared tres personas entran al ser llamados por la señal del letrero.

-Es el primero en semanas.- exclamamn al ver a la niña dentro.

Esta deja el suelo con la paleta en la boca. Revisa el lugar subiendo a la cama para saltar.

Salta. Salta.

Salta sobre la cama hasta bajar y correr al mueble donde un objeto brillante la llama con fuerzas.

Unas tijeras.

No tarda en pasar de verlas atentamente a cortar su cabello por los lados. Mira los mechones y los ab¿nuida volviendo a cortar más de su cabello.

Del otro lado , a través del cristal , los encargados determina su destino.

-Esta se va con los de abajo.-

La habitación de castigo , preparada para funcionar como un encierro estimulante , es usada como un filtro para revelar su comportamiento más natural.

En este caso es una niña con inclinaciones claramente destructivas.

Les permite enviar lejos a los prospectos de menor calidad y conservar a los más obedientes.

 

 

El ave regresó al día siguiente con una tarea , más es imposible completarla al no encontrar a la niña en ningún lado.

Conforme se repetía el patrón y los niños eran desaparecidos en sus silencio. Llegando nuevos unos tras otros con problemas menos o más graves de comportamiento.

En una intervención sus preguntas no pudieron guardarse por más tiempo.

-¿Qué sucede con los niños castigados?- cuestiona con un rostro pálido.-¿A dónde los llevan?- 

La doctora detiene las costura qué estaba haciendo sobre su ojo derecho. La intervención está vez fue dedicada a averiguar las razones por las cuales esta criatura seguía chocando con las paredes. 

-Salgan.- ordena al grupo encargado de esta ave.

Poco a poco dejan el lugar con rostros nerviosos.

Al salir esta personas la rubia le señala al picó.

-Los enviamos a donde van todos los malos. A la cárcel.-

-Son niños , no tienen porque ir a una cárcel.- 

La mujer suspira recargando se en la mesa de instrumentos.

-Y tú no tendrías que verlo de esa forma.- revisa sus uñas.-Pero henos aquí.- mira al ave o ver la cabeza lentamente de lado a lado sin ocultar cuanto le molestaba esta comparación.-Eres un objeto , tú y todos los otros. No importa a cual mires. DogDay ,Huggy Wuggy o a los que no conoces. Todos y cada uno de ellos son un objeto , una mera herramienta que es tan desechable como cualquier otra cosa en el catálogo.- toca su pico sin miedo a ser mordida. Conoce la mentalidad realista del ave. Confía en ellos , en sus creaciones y su inteligencia y sumision.

Si el perro era un payaso agradable y obediente , esta ave era un buen trabajador y posiblemente lo más cercano a un aliado útil entre las criaturas.

Puede utilizarlo y desecharlo sin problemas. Es todo suyo , solo suyo.

Solo de ella.

El ave se esponja al sentir una mano en su pierna.

-Él lugar donde los enviamos es solo para niños malos , para los que no se saben comportar.- sube su toque por las plumas hasta su estómago.-Es un lugar donde una niña que usa jeringas y cuchillos debería pudrirse. - 

Kickin entiende. No los actos de esta mujer sino la advertencia y referencia directa a Hoppy.

-No sólo ella , también las niñas que amenazan con comerse a los trabajadores o los niños malos que roban a las visitas.- pica su pecho , justo sobre las cajetillas qué robó de una visita.-Su líder es un estúpido y preferiría que todos ustedes fueran con los malos antes que permitir qué tú los envíes lejos de los niños que si son buenos y dan su mayor esfuerzo para hacer felices a todos.- su mano se detiene sobre su cierre jugando con el seguro. Siente una gran tensión por parte del ave.-Si me matas será todo , te harán pedazos y a tus amigos los enviaran a un lugar oscuro donde ser golpeados por una persona será lo más cercano a un buen trato que podrían recibir.-

El ave intenta sacarla de encima al retirarse. Esta mujer le sostiene por el picó.

-Y cuando solo hayan pedazos , no serán más que juguetes para juegos que pueden ser más que divertidos para los jugadores.- observa esos ojos apagados.-Recuerda que no te estoy amenazando. Te advierto , es mi forma de cuidarlos.- lo suelta apartandose medias.-Has tu parte del trato , protege a tus amigos.-

-Protegerlos…-

-Trabaja por ellos , eso es todo.- pica su estómago bajando por ese cierre.-Trabaja por los que no pueden hacerlo , mi pollito.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1994

 

 

 

 

 

Sus garras arrancan los candados para abrir las cajas dentro del tren. 

-Mhp…- se queja y gruñe tirando al suelo las cajas dentro de la locomotora.

No hay nada más que botellas de agua que ruedan fuera por su fuerza.

 Los malditos qué encian a los trabajadores de rango bajo saben que tendrán que correr pero que no merecen el gasto en alimentos al más que posiblemente morir en sus tontas misiones de recolección. 

Sus orejas se mueven interesada en una envoltura de sandwich de tocino y huevo en un asiento.

Lo abre encontrando una capa de papel con migajas de pan.

Rápido se traga el papel sin pensar más que en el sabor que extrañaba.

-¡¿Qué mierda es eso?!-

Sus orejas se levantan volteando con el torso doblado en la oscuridad del tren.

Les gruñe al identificar los uniformes de los empleados. 

Ambos hombres , temblorosos y sucios por las salpicaduras de sangre en consecuencia del enfrentamiento con Boxy y Huggy , le miran como si fuera extraterrestre. Olvidan poner las muestras para activar el tren.

-Hola , guapa.- sonríe uno de estos al ver su fisonomía femenina.-Pero qué cosa más linda eres.- mira de arriba abajo sus piernas.-Muy bonita la niña.-

El segundo lo golpea al ser más consciente de la estatura de esa criatura de peluche que era eso para él , un enorme peluche verde y delgado qué respira y los mira con esos ojos brillantes en la oscuridad.

La coneja retrocede , girando la cabeza rápido a un lado.

Los dos voltean como reflejo al ver sus orejas caer.

Solo unas grandes fauces reciben la cabeza de uno.

Al segundo lo garra con una pata , aplastándolo contra el suelo con una rabia más personal que antes.

Hoppy escapa por la ventana del tren, huye frente a la caja musical sin mirarlo al ser descubierta en su territorio otra vez.

Boxy le observa sin tener intenciones de seguirla. Solo aprieta las mandíbulas llenas de sangre sin dar la advertencia sobre lo mucho que esa chica se estaba exponiendo al meterse sin cuidado en territorio ajeno al de su grupo. 

Estuvo a punto de ser atrapada en el tren con estos empleados.

 

 

 

 

 

Entre las construcciones en expansión de la superficie hay raíces de plantas del exterior.

No puede subir más al seer territorio de Mommy o Huggy Wuggy.

La puede escuchar reírse de vez en cuando y era eso mucho mejor que descubrir que el gigante azul estaba a unos cuantos metros y solo la escondía la corriente de aire contraria a ella. 

Baja y sube. No puede salir por la seguridad y las puertas cerradas solo empeoran todo el camino. 

Las vías del tren comienzan a ser inseguras a un kilómetro de la estación de Boxy. No había salida y posiblemente esta conectada a una zona en control humano. Puede olerlos venir antes de la llegada del tren.

Las voces humanas le inquietan. Un par de veces subió al tren pero no sirvió de nada incluso usando el tiempo que Boxy tardaba en asesinarlos.

No los enviaban con nada de comida. Solo agua.

Y el fuerte olor de Pólvora en ss suelas delata el uso de armas en esa estacion

No son confiables.

 

 

A casi tres meses de la hora de la alegría Hoppy descubre que no hay más salidas qué conozca y sean seguras. Mantiene los pies en la tierra o en el techo pero no hay nada a lo que atenerse.

Solo ella y su capacidad física.

Hasta que el hambre la empujara a volverse un monstruo y coma a otros.

Se resiste atrapando insectos y comida que se encontrara en su vagancia.

Ahora sus garras escarban hacia arriba en este corto pedazo de tierra para encontrar comida en las raíces exteriores. Son amargas pero la distraen del hambre. Son suficientemente difíciles de tragar y digerir junto a la tierra para mantenerla apartada de cualquier otra tentación.

Al menos así era.

 

La encontró Mommy.

Solo un insecto negro le ayudo al ver en su caparazón el reflejo de Mommy sus espaldas. Con esa gran cabeza rosa sobre sus hombros apunto de morderla con una boca más grande que tod su cabeza.

Esquiva con esfuerzo la mordida sorpresiva. Usando todos los trucos de un cuerpo flexible , logra pasar entre sus enredadas extremidades , escapa del tramo de tierra saltando de pared a techo y de este al suelo. El dolor de solo rozar esas extremidades llenas de nudos y carne estirada qué se comprime al toque como cuerdas , todo duele.

Es fuerte. Mommy es fuerte , lo peor del mundo es acabar en su poder.

Regresa sobre sus pasos cuando Mommy casi la aplasta con su cuerpo completo.

-¡¡Ya deja de huir!! ¡¡Mami solo quiere jugar contigo!! ¡¿Acaso no extrañas a tu querida Mami?!-

Hoppy mueve las orejas absteniéndose de responder al meterse en un ducto de aire.

 Es más fácil para Mommy seguirla al estar apretada dentro de los túneles pero aun los usa para bajar. No hay como pasar la seguridad a tiempo con esta cosa siguiéndola tan de cerca.

Cae por ductos directos usando las extremidades para no impactar. Patea esta superficie para salir.

Mommy la sigue. Está justo encima de ella con esa boca abierta. Logra abrir y saltar afuera.

Las orejas de Hoppy son atrapadas antes de que pueda en verdad saltar. 

Su cuello es rodeado con una extremidad.

Su estómago y piernas.

Patalea y suelta como le es posible algunos zarpazos entre los tirones dados a sus huesos.

-¡¡Suéltame , ahora mismo , déjame ir!! ¡¡Basta-

Mommy le cubre la boca con las manos.

-Ahora la niña de Mami debe ser linda y obediente.- le advierte sobando la mandíbula con su sien.-O Mami va a jugar con partes de la linda conejita , partes que no deberían estar fuera de un cuerpo.- sube arrastrandola.-Partes que duelen mucho.-

Eso haría.

Hoppy usa sus garras para aferrarse al metal y sus piernas fuera del túnel para aferrarse al techo de concreto. Sacude la cabeza tratando de golpearla , gritando bajo sus manos.

La lucha esta vez se ve plagada con sus gritos y revuelo.

Mommy la observa luchar.

Aprieta sus extremidades alrededor de su estómago. Aprieta sacando un torrente de sangre por su boca.

-Mami ha sido buena contigo. Demasiado buena.- libera su boca escuchando sus gritos.-Tal vez Mami debería hacerte pedazos aquí mismo y darte de comer a otros aún viva.- mece el cuerpo aunque dle cueste controlarla.-También quisiera saber mucho de ti , de las chicas de La Guardería.- mira al reflejo dentro del hierro. Su propio rostro rosa.-Mami … no era Mami , no llegue ni a tener eso que se supone debería suceder para poder ser una Mami de verdad.- esas manos bajan por su cintura.-Si lo robará , ¿Podría sentir cómo es ser una adulta?- acaricia su vientre de forma curiosa.

Hoppy grita llena de sentimientos revueltos.

-Creo que hay suficiente de ti para todos , eres buena carne , pero yo me quedaré con esto. Si es mío , debería ser más feliz , ¿Verdad?- la abraza por completo.-Podré sentir lo que es soñar con ser una mamá verdadera.- lame su sien con gusto.-Puedo soñar con un lugar mejor cuando pienso en eso.-

Aprieta su cuello volviendo esta lucha más agresiva al inicio. Acabando lentamente con la resistencia de Hoppy con las asfixia.

Su alegría la hace cantar emocionada. Soñando en voz alta con su nuevo trofeo.

-Ya quiero ver como es. Si es un saco o si es horrible ¿Podría ser bonito? ¿Alguna vez pensaste en cómo se vería tu útero , conejita?- acaricia su vientre como lo haría una adolescente con sus regalos , la alegría la siente a flor de piel.-No te preocupes , mi niña. Mami permitirá verlo cuando lo saque de ti , lo conoceremos juntas.-

No puede verlo aún.

Hay algo malo.

Algo tira de la coneja por debajo.

Esto l ayuda tanto como le causa un fuerte dolor.

Mommy se ve arrastrada al estar demasiado convencida de tenerla en control al asfixiarla.

Cayendo de frente al encuentro con su problema.

Es el perro naranja.

Está tirando de Hoppy y usa una silla de hierro contra ella , atravesando sus ojos con las patas al usar mucha fuerza en ello. 

Hoppy se recupera a medias para escaparse al estar Mommy herida con sus ojos aplastados. Corren juntos saliendo de esa sala de oficinas.

No hay palabras para ellos , solo corren por el mismo camino aunque ninguno sepa a donde sea que vayan.

Mommy aún es un gran peligro. La sienten en sus espaldas conforme más intentan perderá entre pasillos y puertas que rompen con patadas.

Siguen adelante sin detenerse.

Mommy los puede perseguir pero ahora es cuando usan los muebles para pelear juntos. 

Saltan y golpean , en un punto no sabían exactamente lo que ocurría. El ruido de los impactos y el grito amenazante de Mommy aturde sus cabezas.

Eran los dos corriendo entre los pasillos y atravesando paredes con esa criatura corriendo taras ellos haciendo un ruido de mortandad comparable a las pesadillas de cualquiera de los dos.

 Bajan por la estación de tren sin ver si era de Boxy o Mommy. Siguen adelante aunque la sientan en la espalda.

Es la estación de Boxy.

Este los mira pasar sin mover una sola garra. 

-Mommy.- la llama en advertencia.-No sigas adelante.-

Ella no le escucha y sigue detrás de aquello que deseaba obtener rapidamente. Conseguirlo aunque le sea inútil.

Delirando con recuperar una parte de sí robada hace mucho tiempo. Algo de justicia para su vida destruida en una ilusión vacía y solitaria.

 

Boxy mueve los hombros y vuelve a su caja sin meterse en este problema ajeno.

 No es necesario ni conveniente.

 

 

 Los dos ven ese túnel oscuro como un desastre.

Mommy logra alcanzar a Hoppy agarrándola por sus orejas. 

La coneja grita frustrada al caer al suelo de espaldas. Sujeta un montón de pierdras para lanzarlas contra la araña.

-Mommy ¿Qué haces fuera de tu casa?-

La fuerza de Hoppy se enfría con esa voz.

El perro , que antes pensaba de forma estúpida , enfrentar a Mommy con un hierro de las ṕaredes se gira sintiéndose acorralado.

No debió intervenir.

No podía hacerlo siendo que el gato lo estaba cazando y rastreando hasta encontrar a Jason. Y aún así se metió en esto para ayudar a la coneja con la que apenas cruzo palabras. Aprieta en sus puños ese hierro.

El gato viene con el lomo arriba , erizado y cubierto por un sentimiento helado lleno de rojo por culpa de ese humo qué lo rodea y golpea la superficie de las paredes a su avance.

Mommy le gruñe sin soltar a Hoppy.

-Eso no es tuyo , Mommy.- advierte el gato.-Nada aquí lo es.-

Mommy aprieta el agarre en el cuello de Hoppy.

-No te tengo miedo , gato miserable.- advierte enojada.-Yo la case , ya es mía. Es mi comida , CatNap.-

El felino se endereza abriendo sus patas en una pose ,as cercana a un salto.

-Espero que dures así.- corre a su dirección.-No quiero que tengas miedo hasta que termine contigo.-

Este silencio consecuente a una exhalación de humo es seguido por un rugido frustrado por parte de la criatura rosa.

Esta suelta a la coneja golpeandola contra las vías, huyendo por la oscuridad.

Ese gato no estaba jugando ni era una advertencia vacía. La persigue , la siguió por un tramo de tan cerca que su espalda se ve alcanzada por sus garras.

-¡¡No te atrevas a salir del territorio que Dios te dio!!- advierte el felino con un rugido al detenerse al borde del territorio de Boxy.

 Mommy no detiene su carrera , furiosa mira atrás con los ojos bien abiertos.

-¡Yo estaré ahí cuando caigas , CatNap!-

 

 

Harom piensa rápido. 

Ya estaba de vuelta en el terreno de La Guardería. No hay a donde ir una vez ofendió a Mommy.

Boxy no se meterá , nunca lo hará después de esto. 

Le queda bajar pero en medio estaban las criaturas de pesadilla y sus caníbales.

Jason , no sabe dónde está. En su celda solo dejó un corazón como señal de su regreso.

No puede decidirse ahora. CatNap regresa con el lomo erizado.

-CatNap…- 

Hoppy poco a poco se pone de pie con el cuerpo doblado.

-Me …- cae al suelo nuevamente. 

Contrario al aspecto helado e indiferente del gato , este corre a encontrarla.

Hoppy aprieta su estómago con fuerza.

-Me voy a morir …- murmura al sentir algo malo dentro.

Harom tiene una idea fatídica del porqué de su dolor.

-Tú ...¿No estás embarazada , verdad? Porque de ser y deberemos buscar en donde salió propulsado tu bebé.-

El gato pierde el pelo tan de golpe como sus ojos se abrieron llenos de miedo.

Hoppy lo mira gritando furiosa.

-¡¡No idiota , no estoy embarazada!! ¡¡Me reventó los intestinos!!- cae al suelo dolorida por gritar.-Mierda , solo porque soy una chica no puedo llevarme una mano a la panza sin que me embarace de quince meses , carajo.- suspiró agotada después de la carrera-Dios…me voy a morir con intolerancia a la lactosa. Esto es humillante.- 

El gato relaja el cuerpo al escuchar que no era algo tan malo.

-Podemos curarte en La Guardería.- mira al perro.-Carga a Hoppy.-

La coneja aprieta los puños sin saber que más decirles. 

No tenía idea de como se desarrollaron las cosas ni de como estaban todos. Paso estos meses sin hablar con nadie. Creyó que había perdido la capacidad de hacerlo justo antes de pedirle a Mommy que la dejara ir.

Suspira al darse cuenta de que el gato tuvo que cargarla al mostrar al perro uno de sus brazos volteado dos veces al revés.

Verse recostada contra el pecho de CatNap le trae recuerdos por la sensación tan extraña de ser cargada después de tantos años solo en sus propias patas. 

El último que la cargó fue … ¿Quién fue? 

Mira ese pelaje cerca de su rostro. 

CatNap ya no huele a las flores que usaban para fingir que era perfume de amapolas.

Huele a él y a sangre.

No puede fingir que no se rompieron sus lazos hace demasiado tiempo.

Solo acepta su ayuda al estar cansada de vagar sin rumbo entre el peligro de ser asesinada y comida viva o simplemente tirarse bajo el tren para ver si así era libre.

No le apetecía acabar con su vida. Quizás solo deseaba ser libre de sí misma. De la prisión de carne en que era este cuerpo.

Este doloroso recipiente lleno de sangre y órganos indeseables.

-Mommy quería mi vientre.- le cuenta al gato.

Este mueve las orejas incómodo por ese dato no requerido.

-Creo que por un momento pensé en decirle que se lo llevara …pero en el fondo , me gusta pensar que puedo ser algo bueno más allá de solo carne.-

-No creo que lo necesites.- murmura solo recordando la mala situación de toda la fábrica.

Hoppy se inclina a otro lado al estar demasiado cansada , sumándose el tiempo de soledad que vivo por meses.

-Vaya forma de presumir que tu si coges.- murmura más bajo.

El gato frunce el ceño mirando al camino.

-No debiste irte de casa.- sus ojos van hacia Kickin.-Debes volver ahora.- advierte al perro.

Harom asiente levantando los brazos al rendirse al resultado que no puede cambiar.

Hoppy aún tiene algo que decir al confundir la orden del perro con una advertencia para ella.

-Te tienen a ti y a Dios , no me necesitan.- le responde aburrida por ese tema vergonzoso.

CatNap fue directo.

-Invadieron La Guardería los habitantes del interior.- sus orejas caen.-La bajas fueron demasiadas.-

Hoppy pierde el pelo de golpe.

-Kickin…- su humor cae por lo suelos al pensar en su pollito solo con invasores.-Bájame.-

 

-Kickin está bien. Defendió La Guardería junto a Bobby , los juguetes y los niños.- mira al suelo.-Hoppy , tienes que regresar a casa y al menos hacer acto de presencia.-

-Entonces bajame.- 

-No , aun no puedes caminar y no creo que debas decirles que estas herida.-su cabeza casi rosa con el techo.-Lo siento , de verdad siento mucho que las cosas se volvieran de esta forma.- 

Hoppy gruñe pensativa. Escucha y a la vez no pone de sí para entender las disculpas de Theodore. Busca otro tema que la saque de ella siendo cargada por el felino.

-¿Qué sucedió con los invasores?- pregunta apretando su estómago adolorida por el dolor de intestinos.

Theodore siente algo caer por su brazo. Mira ese espacio descubriendo la costilla de Hoppy afuera de su lugar , llenando su pelaje con la sangre. 

Hoppy sigue su mirada y decide cubrir esa herida con una mano. De alguna forma , estar tan herida con Theodore como testigo le hacía sentirse en muchas formas avergonzada.

Después de años mostrándose como una gran rival y capaz de resistir y dar una buena pelea aunque fuera apenas posible el ponerse de pie. Le hacía sentirse patética ahora que el mundo es violento y solo desea no tener que pelear.

Theodore decide huir por ahora de todo lo que sucedió y sigue pasando. Lo que hizo y lo que tendría que hacer.

-Bobby te lo contará , yo debo hacer algo más.- mira al perro.-No te atrevas a irte.-

Harom mueve los hombros y muestra las manos.

-Nunca lo haría.-  

Siguen las vías en silencio.

El felino mantiene un estado tenso al sentir a Hoppy derretirse y cada vez más débil su cuerpo va perdiendo calor. 

Mommy la hirió en muy poco tiempo y lo hizo pensando en que no tuviera la capacidad de moverse.

Acelera el paso en dos piernas aunque en más de una forma su esqueleto le exige volver a colocarse a cuatro para descansar el coxis. Comienza a arder después de un par de minutos. 

Su cuerpo era humano. Sus nervios cuentan con terminaciones para ir sobre sus piernas pero su cuerpo ya no era eso. Cada vez se encoge más, viéndose obligado a volver a ser un animal de cuatro patas conforme sigue resistiéndose a ello.

Bubba es visible en un tramo de las vías. Rasca el suelo con un metal sin parecer interesado en ellos.

Hoppy lo mira de paso pero él no hizo más que mirarla por un segundo y seguir rascando el suelo.

Hace tiempo Bubba comenzó a aislarse , desde antes de La Hora de la Alegría. Los esquivaba y nunca saludaba , solo los miraba de lado y seguía con su día como si no existieran.

Al menos Picky era ruin pero les hablaba. No los hacía sentir como fantasmas.

Crafty desapareció hace tiempo , demasiado tiempo.

Ya no quedaba nada de ellos , nada de lo que hablar o siquiera buscar en lo que fueron una vez.

CatNap la deja acostada en el teleférico.

-Baja cuando quieras pero debe ser ahora.- le advierte el gato volteando se.

Harom lo mira confundido al ser observado con esa intensidad.

-Tú vendrás conmigo.- señala exhalando humo directo a su cara.

Hoppy cierra la puerta al verlo llevarse al perro como lo haría un puma al venado qué cazara.

Una parte de ella aún intenta ser la mayor y hacer algo para incomodar.

-No te le acerques tanto , Hobart si era celoso.- le advierte fingiendo sentirse de ánimos para molestar.

Esperaba un gruñido o ser ignorada pero al contrario de ello , es respondida su burla con el gato soltando al perro y tirándolo por el borde del acantilado. Como si …como si de alguna manera quisiera escucharla más en serio de lo que en realidad Hoppy podía pensar que sería tomada en cuenta.

Antes de que pudiera reaccionar a los presenciado la palanca del teleférico es bajada y el viaje inicia sin avisarle.

Es Bubba. La envía abajo con un rostro indiferente.

-No te dejes engañar.- le advierte sin mirarla.-Ese gato ya no es un niño , no es tu amigo.- deja que el teleférico baje con ella dentro.-Solo recuerda que su Dios debe ser tu Dios , no lo olvides.-

Hoppy dentro escucha sin mucho que decir.

Su torso se siente muy mal. Está más blando que nunca y puede sentir que pronto le recorrerá un dolor peor que todos los que conocía por culpa de estas heridas. Por culpa de esa bola suave al centro que parece estar bajando.

 Por su propio interior.

No quiere mirar.

-¡Hoppy!-

Mira afuera del teleférico.

Bobby la espera con una mesa de pinpon a falta de camillas. Hoppy intenta ponerse de pie pero es , ahí en el momento que quiso utilizar los músculos abdominales, cuando algo terminó por perder su lugar y llenarla de helado dolor de la nuca a los pies.

Cae de frente contra la puerta sin poder hacer más que sacar un torrente de sangre por la boca.

 

 

 

El gato observa a este pequeño robot tiembla con un rostro debilitado , al menos eso muestra su rostro de dos puntos apretados en x.

-Habla de una vez.- le ordena.

El Boogie tiembla y asiente tomando un respiro.

-CatNap…señor…- suspira agarrando valor del aire.-Hoppy tiene fracturas exponenciales en todo su cuerpo y sus órganos fueron comprimidos y cada vaso sanguíneo se vio reventado por la fuerza de su atacante.- es vago pero el pequeño robot puede decir lo que entiende en la radiografía qué le sacaron en el área médica de La Guardería.-Ella no pasará de esta semana.- 

Hay radiografías y algunas medicinas y mangueras entre los instrumentos de sutura pero no más.

 Este era el último BoogieBot de este piso y era confinado al ala médica. Temblando bajo la mirada de CatNap y Bobby.

Hoppy no puede ni hablar. Cayendo en un estado donde su boca solo puede usarla para respirar.

-¿No se puede hacer nada?- cuestiona el gato con una garra arriba. No pone atención en el robot temblando de miedo en el suelo.

-Pueden darle compuesto.- es corta su respuesta.-Pero está en los laboratorios y algo directo …podría causar deformidades más cercanas a una condena que a una solución.- junta sus pinzas esperando no hacerlos enojar.

No como ese CatNap. No como el invasor colgado en la estatua del gato.

Bobby toca con cuidado sus hombros.

-Debería sedarla y sacarla del alcance de otros juguetes.- advierte el robot.-Su olor llamará a muchos caníbales.-

La advertencia es vaga y al mismo tiempo directa.

Los pequeños estaban atacando a heridos y juguetes debilitados. Los asesinan y comen vivos sin pesar o culpa , era un desastre que CatNap no parecía tener en planes detener.

El gato exhala una cantidad leve de humo sobre la coneja.

-Nadie debe saber que Hoppy esta herida.- advierte.-Apagaré las luces y tú la subirás a las nubes.-

Bobby se apunta al rostro.

-Yo no sé trepar.-

-Yo solo puedo ir por el compuesto , encárgate de ponerla a salvo hasta que regrese.-

 

 

CatNap se ve junto a Picky. La única sonriente que le acompaña al viaje al interior de la fábrica. 

Ella parece inquieta.

-¿Seguro que la viste allá abajo?- pregunta observando a la plataforma y la pequeña figura de un CatNap en la palanca , esperando a que le dieran la orden de bajarla. 

-Era Crafty , junto a Dios.- baja primero.-La vi y ella a mi.- la observa bajar a su lado.

-Crafty nunca fue tan amistosa cuando niña pero aun tenia un círculo muy grande a la hora de jugar.- revisa sus pezuñas.-No puedo entender porque está abajo …con Dios.-

Más bien no puede saber ni encontrar en qué momento esa cosa habrá contactado con Crafty siendo que él era tan desconfiado. Que era tan calculador.

A ella la tiene atada por Bubba pero Crafty no tiene un porque , no hay razones que ella pueda entender. Crafty este año cumplirá quince años. Es muy peligrosa esa edad para un adolescente y es extraño que pueda verlo aunque sean casi de la misma edad las dos.

Algo estaba mal en todo esto. Todo está mal.

Crafty era caprichosa y manipuladora. Era una berrinchuda consentida qué solo Dog controlaba de buena manera.

-¿Sabías que solo tú y Crafty podían hacerle berrinche a Dog sin que les castigará?- le pregunta sin esconder la mofa en su tono.-La única vez que Kickin hizo berrinche , Dog le dio un puñetazo y lo obligó a terminar con sus tareas.-

El gato baja la cabeza.

-Yo no debía ser de esa forma con él-

-Pero si a él le encantaba.- lo interrumpe.-Le fascinaba que te portaras raro frente a él , nunca lo entenderé. Casi parecías su novia…jejeje …- cubre su boca volteando a un lado.-Aunque él fuera la novia.-

Theodore mueve las orejas inquieto. Ese tono mordaz le incomodaba en muchas formas.

-Dog era el-

Las puertas del ascensor se abren frente a ellos.

Su recibimiento es ver a la tiburón de pie en el centro junto a la murciélago y las oveja.

Son todos.

Repartidos entre las paredes y el techo. Con una cuerda en la garra del cocodrilo al centro de la cueva y unos ojos acusadores.

No esperaba que estuvieran en esta zona tan cercana a la entrada. No le gustó verlos aquí. 

En las sombras y la poca iluminación. Con esa luz al centro de forma tan sospechosa.

 

 

Diez minutos antes.

 

-¡Uy , Baba casi lo logra! ¡¿Será que podrá nuestro hobbit alcanzara su objetivo?!-  

-¡¡Tú puedes , Baba!!- le gritan emocionados.

 La oveja intenta golpear arriba con un palo atado a sus patas.

Arriba escucha esa aja sacudir su interior y elevarse.

-¡Son unos tramposos , está muy arriba!- chilla golpeando arriba sin alcanzará.

Rabie comienza a patalear y grita ansiosa.

-¡Está en tu cara , en tu cara!- le avisa sacudiendo las garras a los lados del cuerpo.

Baba estira la pata y sus orejas suben y bajan al sentir la caja justo ahí. Logra darle un golpe pero es elevada y rebota a su espalda.

-¡¡Taquito , tramposo!! - grita Simón tan ansioso como el resto al ver a su compañera pelea con el aire y esa caja apenas a unos centímetros de sus hombros.-¡A tu derecha , Baba!- grita pisoteando cual caballo el suelo.

-¡No hagas eso , me sacudes! ¡¡Buahhhbuaaa!! ¡Ya no quiero , me están humillando!- chilla pero al fin su palo da en la caja.- ¡¡Aaaahhhhh!!- procede a golpearla con las patas y tirarla al suelo para darle puñetazos una vez se hartó de buscarla con los ojos vendados.

-¡¡Mátalo Baba , mátalo ,que no quede nada!!- la anima Mako con los puños.-¡Qué le pongan los cuernos a otra!- 

Todo es risas hasta que la vieron inclinarse y comenzar a morder el interior y no porque estuviera fingiendo un beso pasional, como lo hizo un muy raro Toullie , sino porque estaba robando todo el botín para ella.

Rabie la ataca tirándola a un lado para que entre las dos hacer volar aquellas golosinas por los aires. 

El cocodrilo comienza a reír al ver a todos correr a pelear por los pocos Dulce en la caja que amarraron con lonas y cuerdas para hacerla más resistente con los pocos dulces que tenían las cajas expendedoras del piso medio.

A unos metros la puerta brilla en rojo delatando su apertura en el exterior. 

 Poe esconde rápido las siguientes cajas que habían preparado para seguir jugando uno por uno. 

Los dulces son recogidos con premura y corren a esconder todo lo que delata a esto como una fiesta de piñatas.

 

 

Un minuto después la puerta se abrió con esos dos dentro del ascensor.

 

Picky suspira observando al cuervo que la despellejo , subido en una estalactita con los ojos clavados en los dos.

 -Sin visa no pasas miserable inmigrante.-

La cabeza de la cerdita y el gato se giran para ver al cocodrilo que les hablo en otro idioma.

-Taquito.- lo llama Licky sin delatar su absurdo.

El cocodrilo piensa rápido.

-Me sentí tonto en cuanto lo dije , di algo que me haga ver magnifico y aterrador.- responde sis cambiar de expresión aunque su cola esté encogida contra sus piernas.-Creí que daría miedo.-

-Pues sonaste como un raro.- mira a Mako.-Allister no quiere que peleemos pero hará lo qué decidas , Mako.- le avisa.

Ella mira al resto tomando al lagarto como ejemplo de la opinión de todos , obviando lo que parecía ser todo menos lo que él cocodrilo dijo en realidad , decide abstenerse de tener una confrontación con ellos.

Cada uno da una señal para que estos sigan adelante.

Se retiran sin descuidar sus espaldas.

 

-¿Porque querría nuestras visas? - cuestiona Picky al seguir a Theodore.

El gato levanta las orejas.

-¿Le entendiste? ¿Qué es una visa?-

-Bubba habla a veces ese idioma y no se.- mira al gran agujero que deberían entrar.-Nunca he bajado.- levanta los hombros inquieta.

CatNap le ofrece su pata.

Picky niega acercándose a su cuerpo. Lo abraza mirando su rostro de frente. 

-Solo baja con cuidado , me encargaré de no caer aunque sea difícil.-

El gato coloca una pata en el borde , la segunda en la orilla y lento baja permitiendo que Pickly se abrace a su torso con las piernas.

Es como en el pasado , bajando por túneles oscuros para encontrar a papá , para liberarlo.

Salta al fina la encontrar el diámetro necesario para sus garras. Salta en los giros extraños qué este transporte tenía entre zonas de rocas afiladas. Aferrándose al cable.

-¡Por tu madre , gato , por tu madre! ¡¡Aahhh!!- 

La chica no esperaba que fuera tan movida la caída al esquivar rocas y aferrarse al cable.

Tardaron bastante en bajar por los obstáculos y la electricidad inconstante entre sus brincos.

Aterrizando en una zona de hierro apartada de la verdadera base.

Picky se baja con el cuerpo completamente tembloroso. Sus rodillas se rinden y cae al suelo con las patas superiores como apoyo para no probar el suelo.

 Theodore se revisa el torso marcado completamente con la figura de Picky. Era como ver un peluche con la mano de alguien marcada en su superficie.

Para su infortunio justo ahora recuerda que Dog solía dibujar en su pelo y borrarlo al igual que un juego. Seguido de susurarle cosas que no debían decirse en voz alta con la clara petición de bajar su guardia.

Cayendo tanto en sus recuerdos como en su presente al deseo de sostener al perro contra su pecho.

Observa su pelaje por unos minutos. Terminando por aferrarse a su propio cuerpo en un abrazo solitario.

Alucinando en su cuello ese aliento caliente y una risa descarada.

Picky le observa de reojo. Sacudiendo las orejas al ver algo curioso para ella y su poco conocimiento sobre los otros pisos.

Un grupo de doce juguetes corren por un pasillo de roca , llevan una caja con el símbolo de La Guardería. 

-Así que esos son los invasores.- recarga la mejilla en el dorso de su pata.-Son muy delgados , CatNap. No puedo creer que esa osa y el pollo no pudieran detenerlos-

Thedore llega a su lado con repuesto ánimo. Tal vez.

-Ellos son más resistentes. Necesitarás más que un golpe para defenderte si se unen demasiados.- revisa su garra.-Los huesos , son los más duros después de los nuestros.-

Picky parece aceptar su información. No le hace comentarios sobre él porque ni como. Ya no.

Saltan entre las partes altas. Solo por las pezuñas reducidas de Picky y la guía del gato pueden mantenerse en alto.

Observan al lugar subiendo por el techo entre la cueva y la construcción. Les lleva más tiempo de lo esperado el pasar por este lugar y mantenerse apartados de todos.

No es posible que vena demaido pero Theodore reconoce olores. Su propio olor.

Sigue su rastro recordando las piezas médicas y las medicinas de ese lugar.

Aunque es doloroso.

Entran al fin al lugar. Cerca de una zona que solo huele a metal calcinado.

Encuentran las figuras de algunas criaturas de metal en el suelo.

El gato las pisa buscando la sierra.

-Tienen sangre tuya.- señala Picky. Analiza este espacio notando un rastro de arrastre hasta este lugar , gira mirándolo de arriba abajo.-Te vencieron.- exclama aturdida.-Estas cosas te hicieron daño.-

El gato no le responde. Sigue el rastro de arrastre a una zona ante poniente a esta tan repleta de su sangre. 

Un gran número de herramientas estaban salpicadas de sangre en el centro.

El gato lleva una garra a su pecho. Ahí las heridas comienzan a cerrarse después del incidente.

-Busca algo como lo que ese doctor mencionó.- le pide Comenzando con su propia búsqueda entre los muebles y objetos revueltos entre cajas.

Picky usa un palo para abrir cajas y armarios. Demasiadas malas experiencia le advierten de no confiarse.

Golpea el techo buscando como abrir algún ducto escondido.

 

 

 

 

Dentro de los tubos de agua esa asa de órganos despierta al ser alertada de movimiento.

Están dentro de su zona de control.

La revisa.

Su sorpresa es nimia al ver a ese par de experimentos revisando las cajas con medicamentos con una curiosidad que le delata como niños perdidos y sin idea alguna sobre qué buscaban.

Podría ser el gato pensando en repararse. En ese caso puede usarlo.

En otro , y puede ser el caso siendo que otra de las muñecas del prototipo hacía acto de presencia , es que necesitan algo de los laboratorios y obviamente solo podían venir aqui.

-¿Qué debería hacer?- se lo pregunta observandolos abrir una caja con trampa.

Los dos saltan pero el polvo de flores les llena el rostro a ambos. 

No es tan bueno , era una trampa para los pequeños idiotas o para el gran hermano en la Prisión. No les afectaría como más que un relajante.

Le da tiempo para revisar lo sucedido en la fábrica.

Encuentra incidentes dispersos. Muchos incidentes extraño y muertes mezcladas con desapariciones sin sentido. Llegando al que parece ser la raíz de un gato explorando el mundo fuera de casa.

Razón suficiente para rebelarse a las leyes de su Dios.

La conejita estaba fuertemente herida por manos de la grande de la superficie.

Revisa superficialmente su estado. Las heridas y la sangre.

La incapacidad de esta para moverse una vez la adrenalina le abandonó. Delatando la gravedad de sus heridas y la incapacidad para moverse.

Era una comida a medio masticar.

Era tan triste como ver a un animal atropellado en la carretera. Si tan solo a él le ocasionaria algo más que desinterés.

El Boogie no miente , sólo el Prototipo podría ayudarla pero si ese gato no lo llama es porque era más posible que terminará con la vida de la coneja al permitir a alguien herido recuperarse cuando la primera ley era acabar con los pesos muertos y comerlos inmediatamente.

 Si ese monstruo se lo pregunta. Respondería qué hizo ese mentado juramento de hipocrates , solo esa sería su excusa para hacer algo tan estúpido como abrir las rejas al corazón del laboratorio inferior a la entrada de sus lindas mascotas.

Espera a ver si tenían el sentido para ir allá y encontrar los fármacos necesarios.

Al mismo tiempo observa a otros juguetes.

A ese gato pasar por el lugar junto al prototipo. Llegando a la estación médica donde estacionó a uno de sus cuerpos.

Despierta a la máquina al ver a ese gato frente a la puerta.

-¿Es un nuevo sujeto?- le pregunta mirando.

El gato junta las patas sobre su estómago.

Lo reconoce.

-Curale las manos y envíalo al final.- empuja al juguete sin cuidado.-No me importa si se muere una vez lo envíes , quiero que esté vivo al salir de tu nido.-

El gato tensa el cuerpo , sus brazos sangran mucho desde sus patitas abiertas.

-Claro , te lo daré tan bonito como lo trajiste.- 

Las cámaras se fijan en el gato.

Lo atrapa por las orejas y lo lleva a la mesa de operaciones sin cuidado.

Entre los reclamos y la pelea logra atarlo y comenzar a revisarlo.

-No hay suficientes analgésicos , deberás ser paciente y abstenerte de hacer ruido.-

 

En esa habitación el par de sonrientes encuentran cuerpos ya en descomposición.

Los dos los pasan sin mirarlos tan solo en búsqueda de los tubos de fármacos y el compuesto.

CatNap observa las escaleras al siguiente piso. Sus orejas se mueven escuchando gritos desde esa dirección.

Gritos muy claros de dolor. 

Picky los escucha también.

-No quiero seguir aquí , ya vámonos y que Hoppy se encomiende a Dios.- le tira por la pata como era su costumbre irrespetar al gato. 

El felino parece resistirse.

Es avoz le parecía conocida.

-No , allá rriba-

-No , CatNap. No somos héroes , vámonos.- lo apura empujandolo.-Piensa en todos allá arriba , en Hoppy.- le señala esta dificultad con lastima en el rostro.-Porfavor , CatNap , vamonos.- le apura.

Los gritos suben de volumen junto con un consuelo ronroneante.

-...no hagas ruido , no quiero que molestes a todos.-

CatNap retrocede con las orejas bajas.

Esa voz … es humana.

Es de Hobart.

El hielo en sus cuerpos los recorre completamente con un grito desde lo más profundo de sus corazones.

Giran y comienza una carrera junto a Picky.

Al salir de esa zona las compuertas los ṕersiguen al cerrarse cada vez más cerca de ellos. Casi aplastando sus cuerpos algunas de estas compuertas.

Suben de vuelta a lo alto corriendo entre temblores.

El sonido de las puertas les persiguen.

CatNap tiene el humo pero aquí hay cosas a las que no les afecta. Aquí hay cosas muy malas.

Ambos escapan con algunos rasguños hechos en su huida.

 

 

Fueron dos días para volver a casa.

Temblando al subir los pisos qué debieron tomarles solo unas horas.

Suben a la plataforma sin despedirse.

Hoppy es bajada durante la noche artificial para recibir estos fármacos.

El pequeño Boogie observa los resultados de la radiografía y la reacción de la coneja a la medicina traída por los dos sonrientes.

Trata de compartir la información con cuidado , intentando no hacerlos enojar.

-En unos meses estará mejor.- está muerto.

El gato baja las orejas apunto de cumplir con los peores miedos del robot , le grita mostrando sus ojos brillantes..

-¿Meses? ¿De qué hablas? ¡¿Como pueden ser meses cuando solo necesitamos unas horas siempre?!-

El doctor mueve sus pequeñas pinzas con miedo. Retrocede casi cayendo de la mesa al llegar al borde.

-Hoppy no tiene la buena calidad física desde hace meses , su alimentación ha sido muy pero muy mala y poca. Un desgaste se muestra en sus órganos debilitados y heridas repartidas por varias partes de su esqueleto.- rueda sacando de una caja con algunos objetos y entre estos muchos restos de plantas secas.-Solo encontramos tierra , piedras y raíces en su estómago y parece que mucha de su comida era tóxica… estuvo sobreviviendo a venenos qué no sabemos como ingirió pero ahora dejaron muy débiles sus riñones.- mira a la coneja en la camilla.-No creo que sea tanto por ser ella pero aun necesita mucho tiempo para recuperarse …CatNap. Hoppy debería estar muerta.-

El gato mueve la cola y orejas.

Estaba solo , este era el resultado menos deseado. Incluso si hizo todo esto para curarla. Hoppy estaba muy mal.

No debió permitir que se fuera , la necesitaban sana , no completamente destrozada.

-Esta bien.- Picky en la puerta parece agotada.-Me largo.- murmura.-Llámame cuando lo necesites , pero no aparezcas a menos que Dios lo requiera.-

Lo deja solo en esta habitación medica.

El doctor aprovecha para esconderse en su caja detrás de un mueble repleto de libros e instrucciones que aprendió a fuerzas para no perder su lugar como médico en estos meses de locura.

 

El gato suspira volteando a ver a Hoppy.

La coneja estaba muy mal y débil.

Mommy …de verdad estaba apunto de darse un festín.

Debieron dejar que se la comiera , fue sacarle de la boca la presa a un depredador. 

 Sus orejas caen pero puede ver algo en ella. En sus garras.

Estira su propia mano uniendola a su mano extendida.

Hoppy llevo su mano a su frente.

-Gracias , Theo.- suspiró relajada , confiando en él. 

En mucho tiempo no confiaba en nadie , hoy sus fuerzas salieron de su cuerpo y quién menos esperaba estuvo ahí para ella. Solo su ayuda la trajo aquí , la salvó y ahora la cuida.

-Se nota que eres el novio de Hobart.- cae dentro del sueño del humo rojo.

 

 

 

Su cuerpo recuerda a ese gato gritando. La culpa.

A Hoppy ahora mostrando gratitud. La recompensa momentánea , porque ella lo odiaría más que nadie cuando supiera lo que hizo. 

Cuando supiera de que era capaz por el nuevo mundo. 

Con su reflejo junto al rostro de la coneja en el metal de la camilla apenas cubierta con una sabana.

Su mente se revuelve con ese perro mirándolo por la ventana de Dulce Hogar cuidando de él y su recuerdo siempre presente , aun cuando él era un humano. 

Esa mirada tan triste ahora puede verla en el reflejo de su rostro en el metal de la cama donde Hoppy es un ovillo. Puede entender aquellos ojos a través de sí mismo.

 

 

    

Está muy asustado. Apenas puede respirar.

 

El miedo se lo está comiendo vivo. Lo están acorralado y estaba completamente solo.

 

El miedo lo está destrozando y no tiene a quien pedir auxilio. No hay aliados y todo cae en sus manos.

Desobedeció las leyes de Dios , las incumplió y robó comida de la boca de otro gigante.

¿Qué tan grandes serían las consecuencias de su desobediencia? 

Tiembla orando por proteger su nuevo mundo.

Toma a Hoppy para llevarla a las nubes.

 

 

 

 

Fuera de La Guardería la chica de rosa piensa cabizbaja , caminando junto a los muros de concreto. 

Mueve las orejas poco antes de recibir el filo de esa garra sobre sus hombros.

-Dime…- canta con tantas voces a su oído al encontrarla por completo esta criatura salida de los muros destrozados.-Dime a que bajaron , mi niña.-

Picky aprieta los brazos alrededor de su torso. El susto le ha sorprendido , baja la cabeza evitando hacer alguna expresión extra en su rostro,

-No pienses en mentirme , bonita.- aprieta las garras sobre su cuello.-Te vi y te olí …- el prototipo la arrincona llegando a cubrir su figura por completo.-De todos , tú eres la más fácil de rastrear , no puedes esconderte , no de mí.-

Picky observa al suelo. Eran los malditos medicamentos que no puede dejar , la enfermedad que sigue golpeando su cuerpo y la falta de conocimiento sobre cómo tratarse

Estaba condenada a revisar cada lugar de la fábrica para encontrar analgésicos o comer carne , comer a otros para despertar las endorfinas agotadas de su cuerpo. 

Las garras la presionan desde abajo , amenazan con partirla en pedazos. 

-¿Por qué mi gatito se salió de su jaula?- cuestiona acariciando con explícita amenaza su pomulo , llegando a tocar el borde de su ojo por encima de la piel.

-Él fue a robar cosas en ese lugar.- saca lentamente un trapo de su cierre. 

Un pedazo de las vestimentas de esa criatura de metal.

El prototipo lo toma en sus garras.

-¿Y porque bajaron?-

Picky bufa bajando la cabeza aburrida. Exhala dolorido al sentir presión sobre su vientre.

-Lo hizo porque quería algo de allá abajo , unas medicinas pero no sé para quién. Tal vez tiene más invasores secuestrados.- mira a la criatura.-Podrías ser menos sádico , estoy hablando contigo.- le pide tomando sus garras en brazos , evita mostrar su miedo al abrazarle.-Tuve mucho miedo , allá abajo , hay muchas cosas raras , señor.-

La criatura levanta una de sus garras , llevándola a sus cabeza para acariciarla.

-Bien , bien …ya paso , linda.-

Picky permite que la acaricie sin resistirse.

Piensa en Hoppy , en el poco tiempo que le queda para recuperarse si no deseaba que las nuevas leyes se la comieran antes de tener fuerzas para correr por ella misma.

En ese gato haciendo algo tan extraño como resistirse a las leyes de su Dios solo para salvar a Hoppy.

 

Puede que el tipo estuviera muerto pero su recuerdo era una maldición.

Era una espina tóxica soltando su veneno cada vez que las heridas de CatNap se abrían por nuevas a su lista. Cayendo hoy en un acto tan irrazonable como exponerse por ella.

Por una amiga de su amigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre las luces frías y el polvo levantado por el arrebato de Hoppy.

Entre los gritos de kickin.

Los insectos de las paredes pasean lentamente al alcance de los juguetes.

Las orejas del perro suben con sus hombros.

-¿De qué demonios hablas?- pregunta perdiendo algo de sus fuerzas en esta interrogante.

El aliento del ave se detiene por un corto lapso.

-Lo que dije.-

El perro llegó a su límite.

Sujeta al ave por el picó lanzándole contra un muro.

El pájaro choca con la tierra estallando parte de la grava y las rocas con la fuerza del lanzamiento. 

Levanta la mirada despejando apenas la mirada con una mano al quitar el polvo de su visión. 

Justo a tiempo para rodar quitándose del impacto de la pata del perro apunto de apalstarle contra el suelo

-¡¡¿A dónde carajos vas marica?!! ¡¡¡Sé hombre y ven aquí maldito!!!- lo llama el perro siguiéndolo de cerca.

El ave le ruge desde el suelo evitando ser atrapado al correr por las piedras altas. 

 

 

A unos metros el azul sostiene a un juguete.

-Sigamos adelante , diles a todos.-

-¿No vamos a decir nada , Doey?-

-Cuando terminen.- señala frío.

Entre dos voces se dirige a la intervención. Quien toma el control es quién quiere sacar a sus amigos de una posible pelea que no les correspondía ni era segura.

El perro ya le aseguro de un estado y caminó justo. Fue arrogante y se atrevió a hablarle del perdón.

Haber si puede ponerlo en marcha.

Al menos , de fallar el perro , aún tendría oportunidad de hacer justicia por sus amigos. Por todos.

Sujeta al humano en el lugar por su grabpack , levantando lo como estandarte para seguir adelante.

-Mierda , mierda , mierda…- exclama observando al par pelear a grito y golpes.-Debo decirle a Bubba que se pelearon y no fue con él.-

-Suena a que lo ves como algo divertido.-

-Es porque si no me río me dará miedo.- mira alrededor. La Kissy en sus hombros parece asustada , oculta la cebza en sus cabellos.-Los siento , olvido que no es normal.- acaricia su cabello rosa por encima de esa pequeña cabeza.

La criatura suspira sin resistirse.

 

 

 

 

 

 

El ave logra subirse a los hombros del perro golpeando con los puños su rostro.

-¡¡Por años tuve que soportar a esa bruja , por años y años la aguante encima de mi!! ¡¡Hice lo que hice por ustedes , por ustedes y por nadie más!!! ¡¡¡¿Crees que fue por gusto?!!!! ¡¡Lo que hice fue por nosotros , por todos!!- con sus gritos viene más y más golpes rápidos , sus garras arrancan un tramo de pelo y piel. Revelan su carne por encima de sus ojos.

El perro atrapa sus patas al tirar se con fuerza contra el suelo , chocando la espalada del ave contra la roca del suelo. Estira las manos tirando de sus plumas.

El ave grita y responde tomando los restos de sus orejas para arrancar pedazos de ṕelo y piel entre gritos.

Lentamente la pelea empeora en vez de calmarse.

Demasiado tiempo. Demasiado sufrimiento comienza a salir justo ahora para ambos.

  -¡¡Yo confiaba en ti , me dijiste que seríamos amigos!! ¡¡¡Dijiste que estabas de mi lado , lo juraste y te creí!!! ¡¡¿Porque tuviste que hacer todo esto?!!-

- ¡¡¿CREES QUE SIMPLEMENTE LO HICE POR DIVERSIÓN?!! ¡¿Crees que despertaba tan cansado porque me divertía al traicionarlos?! ¡¡¡¿Crees que yo soy esa clase de maldito?!!! ¡¿Ellos o nosotros?! ¡¡Decidí que nosotros , solo nosotros!!-

 El perro logra sacarlolo de sus hombros tirándolo contra el suelo. Ruge apretando los puños al crecer de golpe y contenerse con un gruñido.

Hay muchas cosas dentro de su cabeza tomando forma.

Los números irregulares. Los niños de nuevo ingreso. Las caras que nunca más volvía a ver.

Kickin aliándose con CatNap.

La sangre de ambos mancha el suelo. 

El polvo de aquellas flores cae del plumaje ensuciando la arena llena de minerales como los retos de una fiesta infantil.

-¡¡Vaya que debió ser difícil!! ¡¡¿Cómo decidiste que debías ocultarlo de nosotros?!! ¡¡Solo responde!!-

- ¡¡¡¿Acaso no lo ves?!!! ¡¿No ves que tú nunca habrías podido hacer lo que yo hice?! ¡¡¡Eres un idiota que se obsesiono en creer que podría cuidar de todos sin sacrificios , sin darte cuenta de que debes llegar más lejos si quieres sobrevivir!!!-

El perro levanta los hombros. Deseaba reiré pero no puede , ya no puede arrancarse más risas falsas para afrontar esta rabia . Solo grita y lo apunta para señalar su propio ser.

- ¡¿Sacrificios?! ¿Tú quieres hablarme de sacrificios?- apunta a su cara.-¡¿Tú?! ¿A mi me quieres hablar de sacrificios?-

El ave retrocede llevando las manos a su cabeza. 

-¡¡¡Mírame , yo soy quien más conoce de sacrificios!!! ¡¡Hace años decidí sacrificarme por ustedes!!- 

-Cállate…-

El perro camina rodeando lo con los brazos arriba.

-¡¡Por ti , por Hoppy , por Bubba y por todos!!- apunta al suelo.-¡¡¡Hablemos de sacrificios!!! Hablemos de cuantas veces fui con gente horrible para conseguir medicina para ustedes , cuantas veces tuve que vender basura y hablar con personas a las que ustedes no podían ni mirar sin cagarse encima. -  

-Ya , cállate.- gruñe apartándose de su voz.

El perro señala su pecho.

-¡¡¿No crees que ya sacrifique demasiado por ustedes?!! ¡¡Desde que los conozco he vivido sangrando por ustedes , solo por ustedes y así me pagan!! ¡Me mataron!- 

-¡¡Yo no te lo pedí!! ¡¡Hoppy no te lo pidió!! ¡¡¡Nadie te pidió nada , solo te pusiste en ese lugar!!!-

-Si , es raro. Un idiota de ocho años cuidando de un montón de estúpidos niños …-

-¡Y yo se que no fue porque nos quisieras! ¡Lo hiciste porque te daba miedo estar solo , porque te eramos utiles! ¡¡¿Crees que no lo sabíamos?!! ¡¡¡De todos nosotros tú eras el más desesperado por que no te dejáramos de lado!!! ¡¡Eras patético!!- sus hombros suben y bajan llevando consigo un fuerte peso sobre su cuerpo. No era liberarse o que estaba logrando al decirle estas cosas crueles a Dog. 

Su peso estaba empeorando y aún así quería lastimarlo. Porque ya con estos golpes se sabe incapaz de seguir adelante , de realmente poder pelear sin morir en el proceso.

-Siempre supimos que si te dejábamos solo , llorabas como un maldito perro abandonado. Siempre fuiste un perro , un perro amaestrado. Un payaso , una carga útil.- su cabeza cae de lado.-Eres la razón por la que llegamos a este punto , porque no podías simplemente meterte en tus propios malditos asuntos.- sus rencores salen a flote justo ahora.-Por ti subimos a este maldito autobús.-

El perro lo a escuchado de principio a fin.

Procesa.

El cansancio lo lleva a rendirse con todo. Dejando que sus ojos se pagaran al hablar ahora más calmado qué antes

-Debí dejar que ese cerdo te hiciera su princesa.-

El ave queda en blanco.

-Debí permitir que a la hermana de Hoppy se la comieran las cucarachas cuando la estaban matando de hambre.

Hoppy en el suelo aprieta los puños en su cabeza.

-Debi dejar a Bubba en ese rincón en su propia mierda. A Picky con esos asquerosos , a Bobby también y a Crafty nunca debí protegerla.- el perro respira con un esfuerzo no físico. Cada palabra le era dolorosa.

Todos eran sus amigos.

No entendía en que momento los perdió o porque hizo que ellos decidieran qué su vida no era importante.

¿Lo que Kickin dice es verdad? ¿Eso era para todos sus amigos? 

¿Siempre fue un perro útil y ya?

Su cabeza se inclina abajo , dejando que el peso de estos años lo ahogara. Dejando que la rabia escape directamente contra el ave.

Era todo , era su límite , estaba agotado.

-¿Dices que sacarlos de ahí los condenó? Bien , siendo de esa forma, damos por hecho que se quedaron ahí.- endereza el cuerpo exhalando una gran cantidad de vaho.-Cuando regresen al grupo mantente apartado por si las cosas.- deja este lugar con paso calmado.

El ave no esperaba que el perro se retirara así sin más .

-Dog…- lo llama.

El perro le responde sin detenerse.

-Me llamo Hobart.- pasa por un lado de Hoppy sin mirarla.

Los dos se quedan en esta oscuridad tan luminosa.

Cargados con sentimientos revueltos. 

Kickin lo ve llegar al borde y saltar sin esfuerzo al otro lado.

-No.- su cuerpo se esponja siguiéndolo.-¡Eres mi amigo , siempre fuiste mi amigo!- sus gritos son ahora un desastre entre las dos voces.-Yo hice lo que hice por ti tanto como por Hoppy , porque los amo a los dos. Por que digo que eres patético pero tu no eres el que se queda hasta el fondo siempre. No eres el tipo que miente y sigue mintiendo , eres el líder y siempre viste por todos.- lo alcanza sin atreverse a tocarlo.-¡¡Seguí adelante porque sabía que tú nunca serías tan cobarde como yo!! ¡¡Tú nos llevarías abajo para cargar con todo lo que los niños tendrían que cargar y eso me asustaba!! ¡No quería hacernos eso , no quería ser valiente! ¡¡Así que , por favor, perdónenme , por favor!! ¡Por Favor , solo permítanme seguir en sus vidas , no me dejen de lado! ¡¡Hoppy , Dog!!- sus piernas se rinden cayendo a medio camino.- ¡¡Yo solo quería protegernos , quería que pudiéramos pelear y seguir adelante , lo hice por ustedes!! 

Hoppy en el suelo mantiene las manos sobre su cabeza , más se encontraba más presente de lo que deseaba.

Kickin actuó con irreversible mal y condenó a muchos niños a un peso que no les correspondía, un dolor que no merecían sentir por culpa de los humanos  

-Regresemos , todo estará bien una vez hablemos todos juntos.-

Kickin deja el suelo con un grito.

-¿A CatNap también lo dejaras de lado como a mi? ¿Aunque él también sabía de esto?- lo pregunta enojado.-Aunque el me amenazó con esto para que lo acompañará a exponerte.- el pájaro mueve ls ṕuños harto de esta discusión , de Theodore.-Él me dijo que debía hablar en tu contra , que debía hacerlo o les diría a todos sobre esto.- mira a Hoppy en el suelo.-Él te llevó a un lugar apartado para advertirme de lo que te diría. Me advirtió muchas veces y muchas más , me amenazó con decirles todo lo que hice , mientras él era testigo. Él me vio y me acompañó , él me hizo entregar a uno. Él mismo lo hizo.- respira a fuerzas con el cuerpo agitado.

El perro levanta una mano para llamar la atención de los dos.

-¿El también les dijo que no tomarán culpa y me dejaran con todo el crimen encima?-

El ave queda en blanco. Retrocede cubriéndose la cabeza con las garras-

 -No.- Hoppy aun en el suelo responde.-En ese momento ninguno fue justo ni valiente.-Aún es incapaz de ponerse de pie.-Te elegí después de Kickin y también después de mi , porque creí que saldrías bien de esa.-toma un poco de tierra en sus manos.-Aquí es donde pertenecemos.-mira las paredes de roca.-Yo , un conejo , Bubba como el carguero , Picky con los carretones , Dog sería mi compañero junto a Bobby y Crafty y Kickin estaría más cerca de los humanos.- usa las paredes para ponerse de pie.-Tus acciones nos salvaron pero no solo a nosotros sino también a muchos niños que lograron salir de aquí gracias al cariño que les dimos.- viene hacia ellos temblando. Evita que el ave venga a ella.-Los ayudamos a hacer amigos , a no tener miedo y los hicimos jugar. Hobart , hicimos lo que pudimos siendo que solo éramos un montón de mocosos sin una sola idea de lo que era la vida.- 

El perro cierra los puños aun luchando contra la rabia , contra esta repulsiva rabia.

-Hicimos lo que otros no harían por nosotros y pudo ser más pero también mucho menos…y no se como decirlo sin que sea cruel…pero lo que Kickin hizo …lo hubiera hecho cualquier otro , una y otra vez lo hemos visto.- estira una mano hacia el perro con esperanza visible en sus ojos.-Yo no era una mujer y tu no eras un hombre. Así tuviéramos un novio o si trabajamos … Hobie , solo éramos niños. No podíamos hacer nada por nadie pero lo hicimos aún así. Y estoy cansada de fingir que podríamos haber hecho más cuando sabemos que eso es imposible.- esta vez acepta que el ave toque su costado.-Tuve miedo de ser castigada y te traicione en el peor momento posible , Kickin y el resto también lo hicieron y no hay como cambiarlo. Así que lo siento , no puedo cambiar las cosas pero puedo intentar seguir adelante y eso es lo que me diferencia de una persona débil.- sujeta a Kickin por la mano.

Sigue adelante sorprendiendo al ave por el tirón y el silencioso ademán para que la ayudara a cruzar. 

-Hoppy…- Sus ojos se abren llenos de lágrimas espesas en rojo , la sigue usando sus patas para servirle de escalón para pasar el vacío con un salto. 

-Puedo con esto.- murmura la coneja apoyándose en el ave.-Tú también podrás , Hobart.-

 

El perro queda en soledad al ver al par ir de regreso con todos , evitando acercarse al grupo del gran azul. 

Lentamente el peso de todo cae sobre él. Nada sería recompensado nunca.

Las acciones del ave. Su traición lógica a base de ser catalogado como un estorbo.

Cuánto se esforzó por todos. Lo fácil que fue desechado cuando las cosas se pusieron difíciles.

Las muchas pruebas que pasó. Aquello que pensaba estaba soportando para salvarlos.

Las mentiras. Todo lo que no importaba lo qué sentía , nada.

La sangre derramada. Nada valió más que nada.

Todo lo que fue ser el líder se resumió a sus amigos siguiendo adelante sin él. No lo necesitan.

Porque antes superaron su muerte y ahora solo era un recuerdo amargo.

DogDay era un recuerdo y no alguien enteramente vivo.

Porque nunca recibiría más que una gran gratitud por parte de ellos. 

Solo era él atrapado con su dolor , con el sufrimiento y con esa voz estúpida de su propia parte chocando con su realidad.

 Con enfrentarse en un mundo qué lo considera menos valioso que otros sin excepción.

Sin importar cuanto se esforzara. Nunca era suficiente para ser elegido , nunca era quién ganaba.

De verdad , DogDay era el nombre de un desafortunado estúpido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-...aunque yo pague la pizza , no quiso comerse las dos rebanadas qué le traje y una vez fuera se le ocurre caerse en un charco lodoso al muy energúmeno antisocial.- salta una parte abierta del suelo.

Espera al gato que simplemente estorba las patas para pasar por el suelo abierto.

-¿Y de que eran las rebanadas?- cietiona pensando en si sería por el tipo de pizza que le trajo Ryan que ese tal Harley dejó la pizzseria.

Siendo un niño cuando perdió su libertad en esta fábrica , ir a una pizzería le parecía el epítome en citas románticas y le creaba una ilusión sobre ir y ver animatronicos cantar..

-Creo que de queso y alitas o de peperonni. Yo comí dos de champiñones y estaban muy buenas. Cuando salgamos te enseñaré a hacer un horno de piedra.-

-¿Se pueden hacer en casa?- Exclama distraído con la imagen de él haciendo un horno pero aun sin entender de donde sacaron la piedra con forma de horno y donde se conectaría el gas .

Ryan mira a las cámaras.

-Entonces tuvimos que ir a un hotel para que se bañara porque el señor delicado no quería que lo vieran todo sucio en su amada oficina.- gruñe recordando ese episodio de su vida.

El felino se roba tus pensamientos con una pregunta que no desea responder en su totalidad.

-¿Y tuvieron algo en el hotel?- pregunta el gato empujado una reja de acero con las dos patas para no tener que dar la vuelta por todo el lugar.-¿Lo que hicieron fue tan bueno que decidiste esperarlo por veinte años?-

Es vergonzoso decir que si fue en parte razón para estar bastante ilusionado por un buen tiempo. 

-Pues sí y no.- piensa en la edad del felino para decidirse a responder. Mira a las cámaras.-No , no hubo nada.- 

El gato le haria otra pregunta.

-Mentiroso.-

Los dos quedan a medio paso al escuchar esa voz solo por un segundo.

-Él tipo dice que mientes.- señala el gato.

Ryan levanta una piedra y la lanza rompiendo la cámara.

Del otro lado la imagen es borrosa pero puede verlos.

-No creí que él quisiera oír eso.- revisa las conexiones entre las baterías para abrir.-¿Quieres que te diga quien hizo esta seguridad?-

-Lo asesinaré en cuanto lo tenga al alcance.- responde el gato furioso por estas pruebas absurdas qué han tenido que pasar tantas veces ya. -Lo odio con todo mi corazón.-

Ryan aprieta los labios en una línea. Es mejor no decir nada sobre Henry.

-Bien.- oprime la mano verde sobre una conexión.

-¿Y qué pasó en el hotel?- pregunta otra vez el gato , no cayó en la distracción.

El humano termina con el circuito sin responderle.

-Anciano.- lo llama nuevamente.

-Nos besamos hasta el amanecer y nada más.- gruñe caminando por este pasillo oscuro.-No se que es más molesto , qué ese tipo presuma de eso o que tu eres más entrometido qué Hobart. Parecías calladito.-

-Porque soy un gato.- responde sin pensárselo demasiado.-Me gusta saber cosas inútiles y vanales para juzgar a las personas como seres inferiores a mi.-

Ryan se detiene y voltea.

Esa gran sonrisa lo recibe con un aspecto tan alegre como siempre.

Levanta la mano en horizontal mirando solo sus cejas.

-Cabron , estas hablando en serio.- sonríe animado pro ese descaro sorpresivo.

Puede que el gato aún quiera asesinarlo pero ya comenzaba a conocerlo.

Theodore revisa sus cejas ahora incómodo. No pensó que una broma fuera tomada enserió ahora.

-No tomes todo en serio.-

El humano sube las escaleras lentamente.

-No todo pero si lo que venga de ustedes.- se detiene a unos escalones de llegar al sugueinte piso. Observa al suelo sin decir nada por un minuto completo.

El gato afina el oido. Escucha su corazón agitado.

-Viejo , te estás muriendo.-

-Aún no.- mira al techo.-Quiero que entiendas algo , gato.- recarga el costado en las escaleras.-Afuera hay alguien esperándome , es como ustedes.- lo confiesa al menos a este gato.-Al iniioo pensaba solo en entrar y salir con lo necesario junto con ese perro.- exhala pesado.-Pero viéndome ahora , caigo en en cuenta de que no pudo dejar sola a Angela.-

Las orejas del gato se bajan de golpe. Confundiendo a la desaparecida Picky con ese nombre.

-Angela… ¿Quién es Angela?-

-Es una chica Bunzo , es de las generaciones antes de la muerte ese dia.- revisa su chata sacando una fotografía.-Ella es del grupo que ha seguido a DogDay. El mismo día que me salvó a mi , la salvó a ella.- mira esa fotografía.-Creo que él no me quería salvar a mi tanto como a ella pero lo hizo.-

Theodore medita ese nombre entre muchos. Debio conocerla pero es difícil saberlo cuando todos eran separados sin opción.

-No lo hago solo por ese perro , también es porque si muero se quedara sola.- vuelve a subir.-Este lugar destruyó mi maldita salud con tantos químicos en la comida y las máscaras de gas.-

Mira la sombra del gato.

-¿Soy tan bueno convenciendo adolescentes o que te hizo acompañarme , CatNap?-

El felino averigua por dentro de si la respuesta. Lo saborea y la encuentra.

-Estaba incómodo entre tantas personas que me odian o me tienen miedo.- mueve esa cola ahora más corta pero igual de inquieta.-Me ves raro pero no con miedo.- 

Por un segundo se fija en la capita qué se hizo con la cobija anti incendios qué le dio Hobart.

-Es precaución y lastima.- le confiesa antes de crear un malentendido.-Lo que le dijiste a Dog , en la celda , es peligroso para ti.-

El gato levanta las orejas.

Saber qué fue escuchado le molesta , más baja el ánimo.

-¿Hobie dijo algo sobre mí allá arriba?-

-Nada , es un tipo callado.- miente solo pensando en cuantas veces lo vio tener un arranque perruno y morder árboles o las paredes de sorpresa. Era un tipo muy inquieto obligado a pensar en vez de actuar.-En realidad se la paso más tiempo ebrio o comiendo , todo un buen mozo.- bufa sin quererlo.-Tú pero tendrá problemas si no controla ese gusto.-

Sigue adelante.

Después de la quinta vuelta el humano se detuvo con el ceño fruncido.

-Maldito egocéntrico , tuvo que poner su guarida en la maldita torre más alta. No solo el nombre , también tiene este complejo de princesita inalcanzable después de tanto tiempo.- mira al gato en las escaleras y a unos metros abajo.-Desde ahí causas miedo. - lo admite recargándose en la pared.

Contrario a lo que debería hacer una persona con problemas cardíacos , saca una cajetilla de cigarrillos para fumar uno solo.

El gato sube lentamente . Atraído por el olor de estos. 

Mala costumbre la suya. Buscar acercarse al humo de los cigarros.

Ryan no menciona nada pero cuida de no exhalar en su dirección. 

Sin palabras se mantiene en paz el tiempo que ese cilindro tarda en extinguirse.

-Sobre él y tú , me lo cuentas para que él escuche , ¿No es así?- apunta el gato observando las cámaras.

El humano termina con este cigarrillo tirándolo al suelo. Al pisarlo y subir el gato lo esquiva.

Al fin puede ver el lugar que ese gato le describió como sospechoso.

La zona medicina sellada hacia una zona superior.

-Por esa inteligencia es que te tienen miedo.- sonríe al aire.-No se que es o lo que haya sido pero lo que quede , será mio.-

Llegaron a la zona cubierta de humo rojo.

El gato aspira probando la densidad.

-Es más tóxico que el mio.- mueve la cabeza de lado a lado.-Antes no era así.- pasa al humano internándose al humo sin temor.-No duraras mucho si lo aspiras , anciano.-

Ryan exhala profundo antes de entrar con la máscara puesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez los dos se internan una tercera presencia entra arrastrándose por el suelo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Buenas noches

Chapter 111

Notes:

Capítulo corto, condensado.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

1986

 

 

-Oye , jamón descolorido.-

-Dime , mi término excedido.-

Con el saludo es roto el fuerte sopor de la sangre y órganos revueltos dentro de su mente dispersa entre diferentes salones médicos y la vigilancia.

Escucha a ese hombre y su voz rota. Tiembla sobre los tímpanos qué perdió hace mucho.

La ilusión de sentirlo aferrado a su hombro , como tremendo semental , y contando aquella noticia que lo anima tanto como para estremecerse en la línea.

-Adivina lo que sucedió hoy.-

El doctor revisa las cámaras buscando algún incidente con el hombre al otro lado de la línea.

-No se me ocurre nada.- miente al no encontrar aquella emergencia.

El humano ríe , proboca un sonido al correr la cortina del baño.

Del otro lado la cámara activa brilla en rojo por segundos , proboca un estremeció miento en los trabajadores y guardias cercanos.

-Después de casi veinte años al fin soy reconocido como un buen prospecto para algo más que un guardia de base.-

-Te ascendieron a ángel.- 

Es una declaración directa y fría. 

Dando por hecho que lo asesinaran al descubrir todo.

Descubre su locura momentánea apuntó de destruir toda terminación eléctrica sin importarle liberar al innombrable o a cualquier otro para demostrar que no se iría solo este humano.

-No , no tengo tanta suerte.- suspira sonríendo a su reflejo.No , Doc. Tu negocio esta bien.- 

Aquella cosa , que ya no se identifica como un humano ni como un hombre , recuerda la sensación de un suspiro aliviado al relajar la presión de agua en su refugio. Espera más información pero lo que recibe es el sonido del agua cayemmdo sobre la espalda del humano.

-Sigue hablando mi linda larva.- le pide con un insulto aquello quien no entiende.

El humano ríe mirando al radio qué colgo en la puerta del baño para mantenerlo a salvo del agua.

-Larva ,dices.- mira al techo.-Estoy pensando en cortarme el cabello otra vez.-

-¿Qué tiene de malo?- cuestiona mirando los registros de video.

Solo le veía con su máscara o con una gorra , si no llevaba esos pantalones de “Nerd” era un uniforme militar qué le hacía ver incluso más grande que antes.

-Es largo , me molesta atarlo. Prefiero cortarlo a quedar calvo por usar gorra. La calvicie es de viejos blancos.-

-Eres de los que necesita cueros cabelludos de calidad y no glandes con ojos. Entendido.-

El hombre bajo el agua comienza a reírse después de escucharlo.

Aquella risa es molesta pero animada , repetitiva. Acompañada por un par de quejas por culpa del shampoo en los ojos. 

La persona dentro de los tubos de agua parece caer en un sopor a causa de esa risa , sonriendo para sus interiores , lleno de alegría y aburrimiento por igual.

La alegría vergonzosa de saberse capaz de compartir algo además de dolor y posibilidades monetarias.

Aburrimiento por verse impedido su deseo de…¿Qué? ¿Qué es lo que desea conseguir para curar este aburrimiento? 

 -Ya , no sabes aprovechar la oportunidades,- 

-No te atrevas a repetir eso.- le señala devuelta al escucharlo. Mantiene un tono tranquilo aunque solo le llenó un coraje desagradable al ser aludido dicha evidencia de su personalidad llena de arrepentimientos.

-Escucha esto.-

-Me ignoras.-

-Como tu a la posibilidad de pedirme que me toque en tu nombre.-

 

Un ingeniero en esos pasillos oscuros es sacudido por un estallido en la caldera de las paredes.

-¡Aha! ¡Se boto un tornillo!- ávida de la falla en las maquinas.-¡Malditos , casi me da en la pierna!-  

 

-Esto es importante.- sigue el hombre al otro lado del radio.-Escucha y aplaude cuando termine.-

Por unos segundos la voz se retrasa con un silencio incómodo.

Seguido el aplauso de una gorda pregrabada hace al hombre mirar esa radio ahora en su cama.

-Estas más alegre de lo normal , Doc.- sonríe colocándose la camisa blanca sobre la cabeza.

-O me estas cayendo mejor que otros días.-

-Si , seguramente es eso.- vuelve a recoger una hoja de papel.-Bien…- contiene una sonrisa.-En vista de sus varios y muy productivos años sirviendo a la Familia Playtime , a usted Ryan Daniels , se le otorga el bien afamado cargo de jefe de guardia.- Espera su reacción.

Otra vez suena esa pregrabación de aplausos por esa voz del otro lado del radio. En la oscuridad la información es digerida.

-Esto es lo mejor , escucha.- señala el hombre ahora mas divertido gracias a la atención del otro lado del radio.-Deja de aplaudir.-

Del otro lado llega el sonido de un abucheo bajo por un segundo.

-Esta carta de ascenso viene con una nota personalizada por el mismo jefe de jefes , Sawyer.- le avisa antes de dictar el resto.

-“Escuche SrDaniels , en consciencia de su indígena naturaleza , un cargo de poder menor como este no se le sería entregado por el riesgo de un desvario mental a causa de tantas responsivas qué un hombre con sus raíces muy posiblemente no comprenda en su totalidad.”-

La voz del otro lado es rápida.

-Eso lo escribió Ludwig.- señala ahora contrariado. Más ríe al escuchar al hombre reírse , no parece haber problemas.

-No , espera , hay más.- mira la hoja al acostarse junto al radio , espera al silencio para continuar con una sonrisa.- “Conozco los riesgos del efecto adverso de presionar la civilidad a grupos de menores capacidades intelectuales pero , como mi creencia misma en Dios y la justicia de la igualdad del hombre por encima de las leyes del pasado , le entregó el cargo en vista de sus años de útil referencia y lealtad a la compañía. Gracias por llevar sus capacidades más allá de lo esperado y apoyar a los intereses de forma humilde y ordenada. Termino este reconocimiento y ascenso son un efusivo saludo de manos y espero que sus funciones sean tan satisfactorias como cada una de sus atenciones al servicio de la gran familia PlayTimeCo.”- termina de leer. 

Del otro lado esta persona atormentada dentro de los tubos de agua es llevada asua pasado. A esa carta enviada para limpiar cualquier evidencia de su permanencia en el edificio,

-Te llamó humilde.-

-Si , se nota que no me conoce.-rueda abrazando la almohada.-Ya tengo habitación personal.-

-Qué bueno ,ahora podrás orar a los espíritus naturales tranquilamente.-

-Justo ahora sales con ese humor , eres un tipo raro.-

-Y tú rojo.-

Oculta la molestia por ese título con una frustrante broma fuera de su usual acertiva personalidad.

El humano continúa con las quejas.

-Me ofende que no fuera un efusivo abrazo lo que me dedica.- observa la carta.-A mi padre le encantaría saber de esto.- suspira golpeando la hoja contra la radio.-Sabes lo que significa , ¿Verdad?- lo pregunta cerrando los ojos al hacer esta pregunta.

-Qué te explotaran doblemente pero esta vez por un sueldo justo y no uno menor por tu color de piel.-

-Qué puedo bajar y subir a verte …cabrón.-aprieta la almohada entre los brazos.

La voz queda en silencio por más tiempo de lo esperado por varios minutos sin cortar la comunicación.

El rechazo es directo aunque no sea expresado en palabras. 

Esta frustración le lleva a gitarse boca arriba.

-Dime ,Doc , ¿Acaso esperas algo diferente de mí o debo seguir adelante?-

El hombre atrapado en la oscuridad golpea sus neuronas buscando la respuesta de sus caprichos. Arranca las sobras de lo que fue su psiquis tratando de entenderse , de descubrir aquello que deseaba aunque fuera una ilusión vanal.

Carne y sangre , trabajo.

Los sueños de un científico loco son parte de un tipo desesperado por encontrar las piezas de su propio rompecabezas.

Aquellas que le hagan sentirse encajar en el gran horizonte donde millones de humanos parecen ser pertenencia del universo pero el se quedaba de fuera sin er pertenencia de nada más allá de su escritorio o esa bata de laboratorio pegada a su cuerpo desde la adolescencia.

No desperdicio su vida. No lo hizo.

Era lo más cercano a un dios desde que sujeto por ṕrimera vez un bisturí.

Entonces , ¿Como debería responder a una pieza perdía qué parece hecha ṕara todas sus orillas fraturadas y clama por su valentia m,as allá de una mesa de operaciones? 

Donde no se llama al doctor sino al gombre qué una vez fue pero continuaba escondido y doblado para no ver el escenario frente a él.

Como a esa figura de piel ardiente y fisonomía afilada no le deseaba cortar ni destruir para dar otra forma.

Perdido en una nuez qué podria pobrar y romṕer su voz sin necesidad de ningún cuchillo.

Brazos fuertes qué puede llevar abajo con solo un rose a  una cintura aparentemente fuerte , flexible y caliente.

Tan grande y el contraste su piel con su propia palidez.

Acosando sus sueños laborales con el soniodo de un ronco jadeo rompiendose entre besos húmedos.

Frustrandose de muchas formas al escuchar esa palabra de nuevo para una figura que era todo menos un tema de condescendecia vacía.

Su locura fuera del laboratorio es apaciguada por la frialdad de sus cálculos médicos. 

Aquella persona dentro de la oscuridad parece inmersa en solo una palabra : Humildad.

La última carta de aquel hombre le adjudicó la falta de humildad necesaria para este lugar pero veía cómo era esta ṕersona catalogada como humilde a desconocimiento de su valía en la caída de pilares seguros junto a él. Vengandose de todo el dolor que le ocasionaron estos traidores al usar la fuerza de esta persona de bonita voz.

-No vengas , nunca vengas. Nada de lo que baja , sube. Aquí el único camino es hacia abajo.-

-Hace tiempo debiste bajar , idiota.- 

La comunicación es cortada de golpe.

El médico en esa prisión de agua parece pensar. 

Los ojos de colores aparecen entre las pantallas de su encierro , observando su propio aspecto entre pantallas.

-Se enojo.- dictamina al descubrir que no podia comunicarse con ese radio. Gruñendo al escuchar como las paredes son golpeadas.-Esto…-

Atraves de sus circuitos llega la idealización más cercana a su capacidad mental.

-Mi esposa me mando al sillón.- 

Revisa el lugar de forma rápida.

 

 

 

Sobre las paredes existe una conexión opn el laboratorio.

Aquella criatura golpea , para él error de las criaturas , los muros para austarlos.

Buscando la conexión con los monstruos de estos pisos. Los acosa durante el día , buscando la forma de encontrar a los más fuertes. 

Sacándolo de sus celdas con promesas llenas de colores agradables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

-Cuando era niño me daban miedo los animales.-

-A mi los insectos pero no se lo contaba a quién no le interesaba.-

El humano sonríe burlándose de esa respuesta por parte del gato. Caminan por el humo rojo hasta la sala principal , la única sin ese humo y algunas máquinas activas. 

El gato respira profundo aunque es costoso al sentirla fuerte peste de la carne podrida en la mesa. El cadáver apestaba demasiado.

Ryan va hacia este para ver su rostro fijamente.

-Este me pidió dinero prestado y nunca me pago.- apunta al lunar.-Después dijo que yo lo estaba siguiendo porque era un marica. - gruñe colocando las manos hechas puño en su cintura.-Lo era pero esa no era razón para que se muriera sin pagarme. Aunque lo respeto. Eran unos cien mil a este punto con los intereses.- mira al gato.-¿Piensas en algo ahora?-

El felino se abstiene de oler ese cadáver.

 -Siempre me pregunte si solo eran malas personas o si estaban obligados , ¿Porque podían dormir , comer y reír a sabiendas de lo que nos estaban haciendo?- lo pregunta sentándose en la única zona limpia a medias.-Ellos sabían que éramos personas , ¿Porque se aprovechaban y lo usaban para maltratarnos?- mira la humano.-Eras un corrupto qué explotaba niños por drogas , ¿Cuál es la diferencia entre tu y este imbecil?- mira al cadáver.

Ryan baja los brazos de la cintura a sus costados. Sus ojos van al rostro cadavérico del hombre en la mesa.

-Creo que nada. Solo fui amable con ese chico porque se parecía a mí , nada más que eso.- analiza su pasado apenas como imágenes dispersas.-Me daba lastima , mucha lastima que llegarán pensando en tener un nuevo hogar cuando lo más seguro era que morirían en la mesa o dentro de este agujero.- 

-Entonces solo era lástima.- es frustrante saber que otra vez esta es la respuesta de personas cerca de Hobart. Siempre menospreciando.

No entendía exactamente lo negocio ni como se despegaba pero era claro que si una persona no era capaz , ni con peras en ejemplos de papel llegaran a lograr los movimientos que su perro hizo para lograr conectar a tantas criaturas y humanos en una red que esté humano seguramente mantuvo en sólo los trabajadores.

-La lástima es humillante , lo sé pero es necesaria en muchas formas. La lastima por sí sola no sirve de nada , pero si la unes a la decisión de ayudar a tu conciencia , estas un paso adelante de todo el incentivo de inutilidad qué significa ser sólo un testigo en las desgracias de personas que parecen ser lejanas a ti.- camina al monitor donde hay pantallas con diferentes habitaciones bajo vigilancia,-Muchas personas quisieron ayudarlos , más que yo y mucho más valientes.- revisa los papeles dispersos.-Y todos fueron asesinados , sin piedad. Los dieron de comer a las mismas víctimas o las llevaron a lo profundo para algunas carnicerías.- suspira tomando unos papeles llenos de notas.-Nada bueno podía entrar sin volverse cobarde o malvado. Aquello que se resistieron , fueron llevado a la muerte y al resto nos hicieron partícipes.-

El gato llega a su hombro , exhalando ese vaho cargado por su fastidio. No podía asesinar a este humano y tampoco deseaba perder la voluntad de hacerlo solo por conocer un punto de vista que podría ser falso y construido para manipularlo.

-Cuando personas que sabes son buenas son pisoteadas frente a ti y no haces nada , es cuando estas al fondo y yo estuve en el fondo en muchas ocasiones.- lo recuerdos de distintas pruebas que superó en su vida suben por su mente.-Si estás en el fondo , subes. Trepas o te arrastras y aveces puedes ver caer a otros y perderse. Conozco el fondo y aún conozco mejor el camino de salida de tantas veces que caí abajo en mi vida.- bufa mirando las notas del mismo tipo quejumbroso.-Estas personas cayeron al fondo y se llevaron a muchos consigo , es solitario y te calientas con lo que encuentres.- mira de soslayo esa sonrisa enorme.-Incluso con mentiras te puedes calentar.- camina apartándose del felino pensativo.

A Theodore molestaba demasiado comprenderlo , aunque esto le ayudará mucho durante la cacería le era molesto ser tan empático siempre con las personas que conocía. 

Escuchando sinceridad de alguien a quién le busca errores para liquidarlo sin culpa.

-¿Entonces lo que hiciste era estúpido o malvado?- lo pregunta refiriendose a todo.

Todo aquello que hizo junto a Dog. La venta , la manipulación y la amenaza a los otros empleados para controlar superficialmente La Guardería.

-Fui estúpido. Confíe en un niño , y lo expuse , aún ahora , solo hasta este día puedo…- mira al cartel del cuerpo seccionado.- … pagarlo , todo lo que no pude hacer en ese momento por todos. - vuelve a mirar la pantallas.-Alguien hizo un maldito juego de esto.-

El gato llega a su lado a mirar las pantallas y el cartel. 

Absteniéndose de comentar más sobre las palabra del humano señala las cámaras con una garra.

Cualquier cosa que sirva para sacarle de la cabeza todas esas palabras que le hacen pensar.

-Podemos ir a los cuartos y ver si hay algo útil para este lugar.- 

El humano bufa tomando la máscara de gas , revisa a aquellos cuartos por cámaras esperando no ver nada peligroso. Le da una última instrucción antes de salir por una puerta.

-Quédate aquí , no se si sea bueno que te expongas a esa cosa por demasiado tiempo.- 

El gato le observa irse con las orejas bajas. Molesto al ser excluido de algo tan sencillo por un tipo que ya casi colapsa dos veces en el recorrido a este lugar.

Los pensamientos eran revueltos.

Grayber era una mujer interesante y entró como una adulta que no le trataba con falsa lastima. Siempre se pregunto porque se quedaba aquí aunque en más de una forma parecía estar desesperada por irse. 

Este humano puede ser muy diferente a ella al estar pensando en diferentes tonterías en vez de irse.

Lo observa por las cámaras ir a un lugar y detenerse a revisar todo en esta.

Grayber vendió a un niño pero este tipo se expuso a otro. 

Cayeron al fondo y cada uno hizo lo que quiso para subir de vuelta , Resultando en una mujer dispuesta a cortar raíces inmaduras y a otro cortando ramas para formar a un árbol torcido.

Aunque seguramente esa plata venía ya retorcida en muchas formas.

Era extraña la vida , retorcida.

Un ruido le alerta causando el movimiento de sus orejas. Mantiene la cabeza fija en la pantalla pero su cola se encoge pegándose a su pierna.

Ya estaba harto de que le sujetaran el rabo o como ese maldito , se la arrancarán de un mordisco.

Su cola era tan bonita. Ahora es un mechero. 

Concentrarse.

Debe concentrarse.

Ya no tiene el humo pero puede usar el que le rodea como propio si logra llevarlos afuera.

No sabe qué es pero se mueve por el exterior de esta habitación.

-Solo sigue adelante.- murmura viendo al humano por las cámaras volver a esta habitación.

No.

Se va a otra al lado equivocado por un pasillo. 

El felino voltea a la puerta que se abrió a su lado , contrario a la retirada del humano.

Sus orejas caen contra su cabeza al ver a esa criatura de pie en la puerta automática.

Aquella sonriente se inclina en la entrada brillando por la luz verdosa de esta habitación.

-…- no pudo hablar aunque sus nervios le dictaban por exclamar el nombre de la osa.

Ella se encuentra inclinada al frente con una capa sobre la cabeza y espalda. Le apunta arriba sin hacer ruido alguno.

El felino esta vez no voltea , la observa intensamente. Revisa su aspecto y forma. Todo en ella le hace pensar en estos años que pasó desaparecida tras la masacre. 

La osa le observa fijamente levantando una garra sobre su sonrisa al volver afuera.

El gato la observa irse por el humo como si no le afectará estar entre las nubes carmín. 

Toca su cara con ambas garras intentando encontrar su boca.

No hay boca.

 

 

Ryan entra a una zona sin humo. Respira aire limpio fuera de la máscara. Con un ceño fruncido coloca el VHS de la habitación recién visitada.

 

Algunos minutos los gasto observando la pantalla de este televisor al terminarse el audio. Lo repitió procesando lentamente cada palabra dicha. Los efectos que tiene dentro de su mente conforme avanza y necesita estos momentos para comprender la seriedad de su ceguera persistente por veinte años.

Todos estos años hablando con este hombre.

Mira arriba. A la cámara que le vigila desde una esquina.

-¿No dirás nada ,Harley?- pregunta observando esa cámara directamente. -¡¿Desde cuándo te hicieron esto?! ¡¿Cómo es que seguiste en contacto conmigo después de eso?!- sus manos suben por encima de su cabeza.-¡¡¿Que eres , Harley?!!- 

La respuesta no llega , es solo un fuerte silencio lo que le deja en el aire nuevamente.

-Mierda , ni a este punto puedes ser un hombre y simplemente hablar conmigo con la verdad.- sigue su camino Sintiéndose estúpido por toda la situación arrastrada por tantos años y bajo los ojos de este tipo.

-Cuando vengas , sabrás quien soy , Ryan.- 

Detiene su carrera apuntando a las cámaras con los dedos medios.

-¡Un estúpido , eso eres!- sigue la carrera con esa máscara en el rostro.

Las pantallas de esta sala médica son cubiertas de rojo tan profundo como para perder sus pasos 

Recorre todas las salas médicas con ese nudo en el estómago. Recuperando esos filtros de aire y las notas médicas.

Con los pedazos de la nota a medias , vuelve a la entrada base.

Al abrirse las puertas sufre de un sobresalto al ver a ese gato , que seguramente el perro valoraba más que la vida de cierto hombre con problemas cardíacos , tirado con la barriga descubierta y la baba escapando por un costado de la boca.

Esto es lo mismo que sintió de joven cuando su tía le encargó a Botones y el maldito gato se trago los brownies mágicos qué tanto le costaron comprar en la escuela.

Seguro la paliza que le dio su padre con la hebilla del cinturón  sería una caricia después de que el perro haga limonada con sus huesos si bajo su vigilancia su maldito novio se muere.

Vuelve a la puerta y lo llama. 

-¡CatNap! ¡¡¿Qué te pasó?!!- grita ya agitado.

El del problema cardíaco es él , esto debía ser karma por asustar al queso sin sal.

El gato abre los ojos con un rugido. Gira poniendo su barriga contra el suelo en vez de continuar panza arriba como lo encontró el humano en el piso.

 Ryan apenas había logrado mantenerse estable después de lo que escuchó por esa cinta , encontrando a este chico acostado con la barriga descubierta y las garras arriba como todo un gato envenenado su pulso se rebela molestándola al doble. 

Ni de broma se acercó a tocarle el hombro , de lejos usó la mano roja para moverlo y ver su estado.

Respira agitado. Revisa su boca presente.

-Ella…- mira arriba. Al techo.-Ella está aquí.-

Podría destruirlo y entrar directamente. Podría hacer muchas cosas.

Ryan revisa la cola y las garras débiles del felino aún aturdido.

-Esa cosa solo tarda más en ti, mocoso.- la evidencia es dictada por el humano aun apartado por seguridad.-No debes respirar eso otra vez.- revisa el lugar.-¿Qué dices que viste?- le pregunta.

-Una amiga…- murmuró sacudiendo su nariz con el dorso de las garras.-Era una amiga.-

Ryan le señala a la puerta.

-Si era grande , no la alucinaste.-

 El gato mira a esa zona. El diablo tiene cola y él es un gato sin bigotes .

Sus orejas suben a lo más alto al ver esas huellas de lodo y tierra en donde no había nada antes.

-Iré por más de estas cosas , justo ahora me equivoco.- le muestra el papel con el código.-Tú vigila qué no me maten por la espalda.- deja esta habitación con el filtro de aire nuevo.

CatNap no le responde. Observa el lugar con el nerviosismo a flor de piel. Sentía que algo estaba muy mal y no importa cuántas vueltas daba ese humano. Esta inquietud prevalece.

Recuerda su viaje a este laboratorio junto a Picky hace años. 

La voz que escucharon sobre sus cabezas. Era de ese doctor. 

Todo lo que era este lugar estaba mal.

Saber de algo como el romance extraño del humano con este enemigo , era útil dentro de lo que pueda serlo , sabiendo que Dog quería a este humano vivo.

Camina por esta habitación. Revisa las escaleras de subida.

En estas hay una conexión eléctrica. Se conecta con un cable en el tablero. Necesitan los códigos que ese humano trajera. Ese tiempo perdido le molesta.

Bien. Tomaría esta oportunidad para experimentar algo nuevo.

Salta contra el techo usando el lomo para abrirlo sin pensar demasiado en las consecuencias.

Las paredes vibran y son agrietadas con el primer impacto.

-Vaya , vaya , vaya…- arrastra cada sílaba observando por video al gato en la habitación.-Es el experimento orgullosamente adoctrinado.- 

Sus ojos van hacia esas pantallas plagadas de ojos. No responde , repite el golpe con su espalda , el concreto comienza a abrirse.

-Claro que puedes entrar , me encantaría tenerte aquí , será demasiado estimulante.-

El gato mira arriba , puede ver el suelo superior abrirse.

-Sobre todo si coloco esta clase de entretenimiento en las bocinas de toda la prisión.

El gato queda a medias al escuchar tan solo las primeras líneas.

-...intervención física , el sujeto es 1-1-8-8 , comenzaremos con una-

Rompe con las garras la bocina.

En las pantallas las palabras aparecen.

“Ya que nos entendemos , será mejor que cierto gatito se abstenga de volver a intentar dichas acciónes en mi contra” 

-Eres un cobarde.-

“Si , es natural que los iguales se entiendan” 

El gato gruñe sin moverse. Su pelaje es ahora una nube ante lo erizado de su cuerpo completo , respira esforzándose por evitar hacer más ruido.

-Tú lo hiciste.- murmuró al entender las razones para que este supuesto doctor tenga algo como eso en su poder.-Tú colocaste esa basura en mi casa.-

La respuesta es lenta.

“Hablemos de eso después , cuando termine contigo y con él. Tómalo como un premio de consolación para los perdedores.” 

Bufa retrocediendo.

Por la puerta ese humano entra con un par de años encima. Respira recargado en los controles.

Al mirar arriba puede ver las paredes cuarteadas y el polvo sobre el felino.

-No sabía que eras tan impaciente.- murmura revisando los números que trajo.

CatNap retrocede sujetándose la cabeza.

Siempre era tan sensato , ¿Qué le estaba pasando hoy? Esto estaba haciéndolo actuar muy fuera de sí.

Ya tuvo tres crisis nerviosas y sus emociones saltaban de esta desesperanza a una ola de miedo y más y más miedo. 

Tragó los restos de lo que fue su hígado en una nerviosa ola de sangre seca sobre su cabeza por culpa de su estupidez. Vergonzosa estupidez.

Era demasiado dura su piel para ser herida por algo como una pared agrietada pero su propia fuerza era capaz de reducirlo a este punto , casi matándolo por culpa de todo el dolor de cabeza que se amotina dentro de su cerebro.

Demasiadas emociones y pocas formas de sacarlas. No puede ir a refugiarse en el edificio viejo con ese mural ya destruido ni buscar consuelo con Dios porque él no era Dios.

Ya no tiene nada más que él mismo.

Esta es la verdad. 

No tiene a nadie de su lado.

-Ya lo tengo , vamos.- lo llama el humano.

CatNap no responde. Mantiene los ojos pegados en el suelo de la sala médica.

Ryan está demasiado nervioso para molestarlo pero también es alguien que lleva mucho tiempo pasando por pruebas psicológicas en muchas formas destructivas.

Usa una piedrita para llamarlo golpeando el suelo entre sus patas delanteras.

-Vamos.- le insta desde las escaleras. No hace comentarios sobre el estado de las paredes y el techo por el simple hecho de no interesarle meter en más problemas la psiquis de una criatura de casi una tonelada de pura fuerza. 

El gato lo sigue lentamente. Muy lentamente.

Con un movimiento de hombros comienza a subir fingiendo que eso no le daba escalofríos.

-Nada.- 

Hay un perturbador tubo vacío en esta habitación superior. Solo flotando lo que fue un pequeño conejo verde a la mitad de su cuerpo.

Ryan deja caer el cable buscando una esquina para pensar en todo lo que hizo para este amargo resultado.

El gato hace lo mismo. Observa al conejo dentro del tubo de agua.

-Necesita algo para reemplazar lo que hay dentro de los tubos y dentro de los tubos , está él ¿No es así?- interroga al aire.-Eres como nosotros o menos.-

El silencio le responde.

El humano en el suelo da una queja con las manos sobre sus oídos , cubriéndose de la presión y ya harto del estallido de oídos qué se repite conforme se mueve por este lugar.

-¿Con qué clase de cosa estuve hablando por todo este tiempo?- cuestiona en voz baja.

-Así que eso es lo que en verdad piensas de mi.- lo acusa ese hombre a través del altavoz.

Para mayor frustración del par. Ese tipo comienza a reírse muy contrario a la rabia interna qué les mostró al inicio , resonando esas carcajadas sobre sus cabezas al haberlos puesto a prueba para recibir nada. Una risa cargada de frustración.

El gato agarra un pedazo de hierro con las garras lanzándolo contra el cableado de la computadora.

Ahora estaban a oscuras por el corto circuito..

Por un minuto ninguno de los dos hizo comentario alguno.

Quizás procesando el hecho de que el gato estaba de mal humor visiblemente y ahora a oscuras no ve nada Ryan. 

Nada que no sean esos ojos brillantes y esa sonrisa enorme.

-Mierda.- sujeta su propio rostro con ambas manos.-¿Quieres oír más de mi vida?- ofrece al estar en búsqueda de su propia libertad.

-No.- niega el gato bajando los hombros al sentirse acorralado por la situación.

-Entonce hablemos de ti.- 

-No.- 

Wow. 

Resulta que hacerlo hablar en la oscuridad no le relajó en ningún sentido. 

-Bien.- sonríe cansado.-Mi primera experiencia con un chico fue en la primaria. Creo que tenía unos diez y él 32 .-

El gato lo miró con las orejas abajo.

-Mentira ¿Te asustaste?-

-No.-

-El de 32 fue a los 16.- mira a las escaleras.-Vamos , debe haber algo adelante.-

-¿Crees que sea sano eso?-

-No. El tipo era un cretino pero yo te iba hablar de él primer amor que tuve.- 

Arriba hay una zona de roca. Escucha al humano hablar de un tipo de romance qué le parece absurdo.

-...Entonces los niños eran más raros y las pruebas de amor eran comerse los mocos de otros y como no quise comerme sus mocos fue con sus padre a chillar porque le dihe qué me gustaba pero no lo demostraba.- ríe recordando esa estupidez que en su momento significó un gran paso para su autoestima y decisión de no hacer algo tan asquerosos como comerse los mocos de un idiota.-Mi padre se entero y medio una paliza gigantesca.- 

En la plataforma el gato mantiene la boca cerrada.

-Después no fui a la escuela por un par de meses o años , yo ya tenia 13 y habia trabajado en un acerradero.-recuerda esa etapa.-Pase buen tiempo fingiendo ser normal , hasta que conocí a Thomas. Él era el maestro de matemáticas y era bastante agradable. Nos invitaba algunas cervezas de vez en cuando.- 

El gato frunce el ceño conforme la historia avanza.

-En una de las reuniones en su casa nos pasamos y algo terminó en algo más y ese fue el segundo.- piensa mirando al techo del ascensor.-Despues conocí a Tarrant en la secundaria. Yo solía pasear con una navaja porque asustaba a los blancos pero este tipo me dio una paliza. Después a escondidas solíamos vernos bastante y-

El gato estornudó o más bien hizo un bufido ruidoso interrumpiendo su historia.

-Tu vida a sido caca.- dictamina pisando la plataforma.

Algo le ofendió en esa declaración.

-Mi vida no es tan mala.- reniega mirando a la salida de la plataforma. Bajan a la par con un gato enojado.

-Mi vida es mala , tú vida es una caca.- señala el gato ya harto de la lista de desgracias.-¿Como te enamoras tú? El primero quería que te comieras sus mocos , el segundo básicamente te violo cuando eras niño y el tercero no debió ser mejor si dices que era a escondidas. Y además no se que número sea este doctor ,pero tus gustos están muy por debajo de lo que se puede considerar , lamentables.- su cola se eriza.- ¡¿Porque te escondería?! No tiene sentido.- gruñe molesto al tener que subir a otra plataforma.-No escondes a las personas que quieres , no está bien.-

Al parecer le ocasionó una crisis al gato. 

El humano gruñe riéndose de esa visión positiva de parte del , ahora más claro que nunca , mocoso sin sentido común. Ignorando que evidenció sus problemas de autopercepccion cimentados en los años que paso Sintiéndose inferior por sus preferencias y la nula posibilidad de ser amado por alguien alguna vez.

-A los homosexuales suelen matarlos por diversión , no es tanto de gritarse el orgullo de este tipo.-

-¿Y el tipo de tu escuela? El que te embriago de niño , no digas que no , ¿A ese lo mataron por diversión?-

-No , ahora es director de una universidad del estado.-

El gato mueve las orejas farfulla no una queja ahogada.

-Si salgo de aquí , mataré a todos esos tipos de porquería yo mismo.- murmura ahora con la cabeza baja por subir a otra plataforma.-Solo me frustra tu desgracia , ¿A eso se resume tu vida amorosa? ¿Eres un bache en el camino y tu única función fue ser la diversión de saltar una vez y ya? Aunque eso sería bueno , siendo que este último se utilizó como menos que una herramienta.-

Eso dolió. Fue sorpresivo y directo al tuetano.

-Auh…- mira al camino con las manos fuertemente cerradas sobre los controles del grabpack.

El humano mantiene la boca cerrada ahora pensando en su vida.

Los tímpanos de ambos estallan causando un pitido profundo dentro de sus cabezas. Habían subido cien metros por encima de la ubicación anterior.

Este lapso fue extraño.

El gato procesa lo que dijo.

Recordando lo qué dijo y como era ser enfrentado por un muro cruel.

Normalmente herida a las criaturas con sus garras y el humo. Hace mucho tiempo no era grosero de forma consciente o con palabras. Era complicada la sensación que le llenaba al ser tan directo con este humano.

Mira adelante ignorándolo.

Al menos hasta escuchar cómo se limpiaba la cara con la manga y sorbía una única vez.

Sus orejas cayeron contra su cabeza al procesar lo que estaba ocurriendo.

Lo hizo llorar. Hizo llorar al señor.

Nunca en su vida supo de un adulto que llorara por culpa de alguien más joven y menos hombre. 

Su percepción de la realidad se ve en un hilo al enfrentar otro tipo de poder en sus palabras. 

Ya los había visto llorar de dolor por heridas y mordeduras o por estar siendo asesinados pero no por algo emocional.

Respira tenso y finge que no sabe nada. Que puede entender ahora que descubre que hay un camino emocional más adelante al presente que creía era malo.

Esta etapa era demasiado difícil de entender. 

-Buena suerte matandolos , muchos viven en la casa blanca.- baja de la plataforma esperándolo.

La última plataforma los lleva al final. A una zona alta con un puente caído y visibles enfrentamientos violentos. Pasan por la roca observando al lugar parecer más un destrozo de concreto y sangre espesa.

El gato espera a mirar de lado al humano ahora recompuesto y relajado como al inicio.

-Vi a una amiga.- le avisa.

-¿Era una sonriente?-

-Era Bobby , se veía bien.- mira al lugar.-No puedo creer que pudiera bajar hasta aquí ella sola.- 

El humano levanta las manos con un suspiro.

 -Sobre eso , CatNap ¿Tú las expulsaste o ellas huyeron?-

 El gato mueve las orejas de arriba abajo.

-Nunca las expulse pero que se fueran debió ser uno de sus mayores aciertos.- mira a la siguientes escaleras.-La lastime mucho y ella solo quería ser amable conmigo.-

 

 

 

 

 

La música de un aparato eléctrico suena de fondo con la melodía de claro de luna desde la bolsa que ese perro dejó en medio de todos.

Un par de juguetes observan a esta bolsa con curiosidad al no entender que hacer o si deberían dar aviso sobre esto a los otros gigantes a sabiendas de que ninguno hizo amago de acercarse a esta bolsa ni en ausencia del perro. Bien , se quedan a escuchar la melodía aumentar y bajar como si fuera parte del sonido dentro de la bolsa el efecto añadido a la melodía tan agradable. 

Algo diferente a la horrible producción qué estuvieron tratando de ignorar por mucho iemṕo en cada almuerzo.

 

Henry ahora conoce lo que es incomodo.

Porque antes creía que estar en una sala con un montón de sádicos ricos era incómodo.

No. Un millonario quiere dinero y poder.

Un asesino , como los que le rodean ahora, solo desean carne y sangre. Su vida peligra de izquierda a derecha.

Pero no está solo ,le acompaña Huggy con su poderosa y flacucha figura a su espalda.

-Es un poco erotico.- murmuró mordiendo un lapicero , qué usaba para hacer anotaciones durante sus discusiones , al estar pensativo entre Huggy y el recién llegado Boxy con ese dinosaurio.

Boxy incómodo levanta las cejas mejor retirándose del lugar al sentirse rara esa declaración por parte del humano.

Huggy le da un manazo al sentirse avergonzado por lo dicho por este humano tan de la nada cuando apenas estaba dando un informe a Boxy sobre el estado de las cosas en su ausencia de tipo personal.

Fue al baño y se llevó al dinosaurio para saber si este no necesitaba pañal o si sufría de incontinencia , como las gallinas , y tal vez debían obligarlo a andar con una bolsita de viaje amarrada a base de su rabo.

Resultado. 

Es completamente a,o y señor de su esfínter , aún y siente vergüenza si lo presionan a defecar en público.

No tendrán sesiones raras de ska psicológico en este viaje .

No está completamente perdido. No tendrían que pisar de improviso popis del cretácico en su camino.

Kissy no fue diferente al dejarlos solos.

 

Henry procesa lo fuera de lugar de sus palabras al ver el movimiento de cabeza desaprobador de Poppy, ahora sí le dio vergüenza.

-No puedes contenerte , ni de niños podías cerrar esa boca.- le señala enojado Huggy.-Por eso te ganabas todas esa palizas.-

Hentru se resiste esta vez por puro ego.

-Roger, el único al que molestaba era a ti…y a todos en el orfanato y a los cuidadores…y los visitantes… y a otros niños ... .- piensa llegando a un solo resultado.-Yo era un dolor en el-

Un chillido viene por un lado.

-Vienen muchos.-

El gigante azul abandona su lado al escuchar la advertencia de una coneja amarilla.

Para él sobresalto de todos los presentes , Huggy es el primero en moverse al ver un gran número de criaturas llegar por un pasillo oscuro.

Con un estandarte colorido.

-¡Hey , hola! ¡Hace rato no los veía! ¡¿Por qué no saludan?!- reclama tras fingir un gran saludo alegre este humano sostenido en alto por el gigante de colores.

 El dinosaurio lentamente se esconde detrás de Boxy sin dejar ni su cola fuera de ese escondite rojo.

-Un amigo , digo yo.- señala al verlo tan asustado. Su humor cambia al ver a tres sonrientes al final de la ola de criaturas.

Bueno. Algo es algo , aunque parezca que tuvieron otra de esas discusiones incómodas y ahora se vean doblemente deprimidos con esos cuerpos encorvados y esa sonrisas convertidas en muecas dolidas.

Parece que acaban de recibir una mala noticia.

Boxy levanta la garra llamando a ese perro.

Este lo ve y su cola lo delata antes que su poco ánimo físico , le alegra verle.

Boxy gruñe incómodo por esa leve efusividad. Debería pensarse mejor la amistad con este perro.

El perro busca al gato entre las presencias del claro. No lo encuentra.

-¿Theodore no regresó?- pregunta a un juguete del grupo. 

Este levantó la cabeza bajando las orejas.

-¿Quién es Thedore?- pregunta asustado al creer que el perro estaria enojado al no recibir la información que buscaba

-CatNap.-

-No , él no volvió.- corre con sus amigos , otros conejos.

Esa forma de agruparse pone nerviosos a los del nuevo grupo. La separación es muy clara entre los sonrientes de este grupo de La Guardería.

Los cerditos entre cerditos y conejos con conejos , los elefantes juntos y las osas apartadas del grupo pero no tanto como los muy pocos CatNap y Kickin , ellos eran un grupo muy pequeño en la orilla más lejana del grupo.

El gigante azul no puede pasar de esta información visual. M,mantiene al humano atrapado bajo su brazo como un saco de harina y camina de vuelta con su familia.

Bubba llega con DogDay y con gestos mudos apunta el estado de su hermano.

El perro mueve la cabeza de lado a lado.

-Niko aceptó ser la garantía de seguridad para ellos.- Miente y dice la verdad. Hubo un problema pero al final el punto se hizo sin cambios grandes.

A Bubba esto no le tranquiliza.

-No es posible que-

DogDay lo esquiva dirigiéndose con el otro azul. Señala al grupo.

-Ellos son todos , podemos hablar ahora. - asegura frío a pesar de cuanto necesitaba mantenerse animado.

El azul señala un círculo en el lugar.

-Falta uno.- mira la espalda super voluminosa del dinosaurio amarrado a la garra de la caja musical. Este saluda con un movimiento de cabeza.

El perro levanta las manos a los lados de su cabeza.

-Claro , claro …- murmuró preocupado.

Theodore y Ryan estaban ausentes.

-¿Theodore si regreso aqui?- les pregunta.

Boxy mueve los hombros al desconocer tal respuesta pero el reto si tiene algo que decir.

-Se fue con el humano viejo.-

-El viejito y CatNap se fueron juntos.-

La mejor y a la vez más vaga información es compartida por un desinteresado Toullie subido en las paredes. 

-Al ruco se lo llevó CatNap , ¿O fue alreves? No se , se fueron a rogarle su casi algo que vuelva o no se qué.- mira al azul.-¿Plastilina?- 

El azul frunce el ceño al ver de nuevo a ese caníbal entre todos.

-Bueno , iré a buscarlos.- Antes de darles más información sobre su destino un pequeño gato llega a sus pies apuntando a la bolsa.

- Disculpa , ¿Podrías por favor devolver la música? Era muy bonita.-  

  El perro levanta los hombros y las orejas.

-¿Música?- cuestiona adelantandose.

No sólo el hecho de que saltará a gato para no lastimarlo sino también la forma en la que esa cola dejó de moverse para ser solo un palo al escuchar al gatito , él como su aura misma cambió con esa voz más ronca que antes.

 Corre a abrir esa bolsa y revolver el interior. 

Bajo lo ojos de todos muestra una radio grande 

-¿Era claro de luna?- les pregunta cambiando las estaciones rápido al moverse por el lugar.

 Los juguetes que se encontraban alrededor de la bolsa comienzan a temblar al entender que debieron dar aviso y no quedarse a escuchar.

-Lo siento…- tartamudean algunos sin lograr más que temblar. En el suelo.

El perro se arrodilla estirando la mano hacia ellos.

El reflejo de unas garras cubiertas de sangre y rojo , los ahorca arrancando sus pocas fuerza en un solo tirón.

Antes de lograr gritar quedaron en blanco.

Los estaba acariciando. Uno a uno y a más de uno le revuelve el pelaje.

-Qué bueno que estén bien.- acaricia esas orejas de gato.-Son muy bonitos , de verdad me gustan.- deja el suelo para ir con los gigantes.

Atrás quedan los gatos que se habían apiñado alrededor de la bolsa como una búsqueda de seguridad una vez el grande se fue.  

-Debes tener algo con eso.- señala Boxy ya imaginando qué tan malo sería saber el significado de esa música en esa cosa.

-Esto es una radio-

-¡No! ¿Me lo juras?- canta la rata en alto.

El perro le mira directamente con un gesto de acercamiento. 

La rata dejó de reírse.

-Esto es una radio de comunicación pero también capta señales transmitidas por radios personales y no me digan que es ilegal.- les muestra la bocina.-Le deje una radio de comunicación al Dios de Theodore. Esto captará claro de luna cuando esa cosa se acerque.-

Les pudo decir esto o solo echarles agua helada encima.

Esa música había sido compañía por casi todo el tiempo que se fueron los sonrientes detrás del pollo y solo se terminó al regresar todos ellos.  

Boxy bufa al entender que estaban jodidos si intentaban regresar ahora.

Para alguien que , como Wuggy , era orgulloso de sus instintos de supervivencia , el ser cazado por la espalda sin siquiera darse cuenta le era devastador en muchas formas.

Pudieron haber muerto de sorpresa pero esa cosa simplemente no atacó.

-Debo ir por Theodore.- determina volviendo por la bolsa.-Ustedes cuiden esto , se ven inteligentes.- señala a los gatos al dejarles el radio.-

Seguir a un perro es difícil.

Seguir a un perro hiperactivo de 2,90 con el ritmo cardíaco a mil , es peor.

Rápido es la forma correcta de lograr alcanzarlo.

La coneja le mira por esos segundos que su mente lo ve claramente. Debería seguirlo pero solo le observa irse solo.

Se fue solo.

Lentamente voltea a ver al elefante.

Esta mira al suelo sin saber qué hacer. No deseaba volver a acercarse al gato pero tampoco abandonar a DogDay. Quedando en medio de todos sin saber qué hacer. 

La rata desde lo alto les observa fijamente. Internándose en las sombras sin dar aviso.

-Y … - el gran rojo mira a todos.-¿Nadie?- pregunta. A sus pies un Bunzo le niega la posibilidad de irse con una opinión.

-A DogDay le estorbamos más de lo que le podríamos ayudar y tú debes quedarte a seguir con la misión.- es sincero ahora.-Nadie piensa en el grupo como lo haces tú y ese hombre de ahí.-

No mira alrededor para comprobar tal hecho.

Él es el único que trabaja para el grupo y no por un interés personal como Huggy Wuggy o los sonrientes ya superados por la situación. 

No es bueno socializar de buenas a primeras y hablar con un tipo que no conoce de nada , le llena de ansiedad qué lo lleva a meterse a su caja y mejor esperar a que vuelva el perro.

O que ese grandote le hable primero.

Los gatos con la radio revisan el manual que tuvieron qué despegar de la radio. 

-Léelo en voz alta.- pide uno mirando los botones que tendrían que aprender a usar si no querían ser masacrados por el perro.

Tal vez Hobart no les hiciera daño nunca pero estas criaturas solo conocen a un perro y este era temperamental y llegaba a patearlos más de una vez sin importar si eran gatos , perros o conejos.

No se arriesgaría ahora, tan cerca de la libertad , a morir por verse incapaces de seguir una orden.

 Al menos eso se supone.

-Qué lo leas.- mira un gato al otro que aún no comienza con su dictado.

Este gatito con el librito y otros, miran al nuevo grupo con las colas en palito y orejas arriba.

Mira también.

Están observando a un solo perro de pie apartado del grupo.

Lo que les llamaba no solo era ser un perro sin un gato a su alrededor sino también esa pintura sobre partes de su pelaje y como brillaba como un salvaje con un palo unido a un metal afilado. 

-Prff…-

Este perro levanta las orejas al sentirse observado. La poca gasolina que se había untado en vista del posible escenario de solo quedarles el camino a la inmolación en caso de verse traicionados le hace sentirse caliente. Los mira confundido por esa atención. 

-Prff…-

Su cola se mete entre sus patas al escapar lentamente al interior del grupo al escuchar a más de un gato hacer ese sonido extraño y ronroneante.

El gato con la radio agarra algo de tierra y los ataca enojado por esa distracción.

-Lee el maldito manual.- ordena enojado. Espera mirando a la máquina.

Por solo un acto nervioso vuelve a mirar a esa dirección.

Ese perro lo está mirando.

Agacha las orejas centrándose en la radio y nada más, una vez empiezan las instrucciones.

 

 

 

 

 

 

La rana observa al abismo con las manos en la cadera.

-Él cable se rompió.- señala girando.

El cocodrilo intenta alcanzar al ave ahora que el techo es menos alto y es perceptiblemente más sencillo bajarlo si alcanzará una de sus piernas.

Poe no va a bajar ni de broma. Allister le daría una paliza , si no lo mata en el proceso.

Licky vuelve a mirar al fondo. Suspira llevándose las manos a la cabeza.

-Tendremos que regresar y aceptar mi muerte.- señala tranquilo.

El cocodrilo le sujeta por la cintura en un abrazo , saltando al vacío usa las garras para deslizarse por la roca.

El ave aterriza a la orilla del abismo con las plumas erizadas.

-Poe.-

Soplo escuchar esa voz le llena de miedo.Lo hace saltar sin pensarselo dos veces.

Detrás de él la figura del tiburón llega con la espalda encorvada.

-Son unos estupidos.- señala Rabie al notar que el ave lo hizo por puro miedo.

Mako observa atrás con los ojos oscurecidos.

-Papá no responde.- señala Baba con un teléfono en su poder.

La chica de azul mira a ese abismo con las cejas abajo , más de lo normal , toma la mano de Rabie y retrocede agarrando a Baba por la cintura.

-Ey… ¡¡No , Mako , no!!- grita Baba sujetándose de su brazo.

Mako retrocedió solo para agarrar impulso al saltar directamente a la oscuridad. 

En la caída lanza adelante a Rabie ayudándola a planear con esas extremidades unidas.

El murciélago batalla por unos segundos con su incapacidad de conseguir algún modo de impulso antes de estrellarse.

Al estar bajando pronto puede ver a los tres primeros.

-¡Hola , chicos!- saluda Mako con un grito convertido en un profundo eco en esta profunda caverna.

Para su deleite la respuesta es un chillido por parte de los tres.

Por ahora no puede atacarlos y cuidar de Baba a la vez pero puede molestarlos.

-¿Poe? ¡¿Dónde está Simón?!- le pregunta enojada.

Seguramente el dragón estaba con los de abajo , con aquellos idiotas a los que Poe estaba siguiendo.

El ave muy por delante parece tardar un poco en dar el siguiente salto al quedar atrapado por ese nombre.

-Él debería venir con ustedes.-

-Eres un maldito traidor.- señala Baba en brazos de Mako.- ¡¡SIMON NO VINO DE VUELTA NUNCA!! ¡¡¿Dónde dejaste a Simon?!!- grita y lo presiona furiosa.- ¡¡¡Sabes que ese tonto solo quiere impresionarte todo el tiempo y ahora lo dejaste a su suerte!!! ¡¡¿Dónde está Simón?!!-

Los otros dos procesan esas interrogantes conforme llegan.

- ¡¡Inaki , Taquito , no se que te dijo!! ¡¿Al menos sabes algo de Simón?! ¡¡Solo necesitamos saber de Simón para dejarlos en paz!!-

Poe se detiene sobre ellos , usando una piedra suelta para advertir a Rabie de no acercarse a él.

-¡¡Simon es un dragón , estará bien!! ¡¡¡¿Dónde está Toullie?!!! ¡¡Concéntrese en él!!-

Mako se aferra a una roca deteniéndose en la caída del abismo oscuro.

-¿A dónde crees que fue nuestro niño?-

El ave exhala profundo.

Retrocede acelerando ya no espera al par , usando cada parte de su cuerpo para impulsarse en búsqueda del grupo.

Baba y Toullie trabajan juntos , desde el inicio de los tiempos.

El cocodrilo pensó en quedarse con ellas pero Licky estaba envenenado , era más importante para él encontrar cómo mantenerlo a salvo que pensar en bandos.

-Lo siento , chicas.- declara su disculpa usando toda su fuerza para lanzar algunos pedazos de piedra contra Rabie.

Definitivamente la seguridad de la más pequeña mueve a Mako.

Baba queda en una zona segura , observando al par con esos brillantes ojos.

 

 

Ambos siguen adelante por la oscuridad.

Tanto Allister por Licky como Icky por él.

 

 

 

 

 

Dentro de la prisión el gato observa ese pedazo de espacio eléctrico con el pelo erizado.

-No puedo ir por ahí.-señala.-Te veré morir desde aquí.-asiente satisfecho con su idea.

El humano retrocede.

Va por una tabla de las tantas en el suelo.

La arrastra con las manos y después con una caja sobre estas hace caer ambos volando las chispas en alto.

-Ya no hay electricidad.- asegura de forma arrogante.

El gato atrapa una cucaracha y sin mucho interés la avienta sobre la superficie de ambas cosas unidas.

La cucaracha exploto en jugo blanco y amarillo.

No dicen nada por uno segundos.

-Parece-

-Cállate.-

-Ya no hay electricidad.-

-Callate mocoso.-

-Debe ser seguro ahora que no hay electricidad.- 

-Ya lo estas disfrutando.-

-Pero si no hay electricidad , ¿Como podria disfrutarlo?- 

Ryan cierra los ojos agotado.

-Bien , da la vuelta.- retrocede.

-¿Enserio vas a saltar es distancia?-

-No tengo oportunidad sin el GrabPack , no puedo permitir que se averie.-  

-Y si te mueres , Hobie se molestara conmigo.-

-Créeme , a ese perro le importar poco a comparación de ti.-

-Si , tienes razón.- 

-Vaya engreído.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer

Chapter 112

Notes:

Buenas tardes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Respeta el hogar que no sea tuyo.

No comas la comida de otros.

Admira a Dios y protege tu hogar a su nombre.

 

Come tu comida.

Maldito el que robe.

Protege tu hogar.

Castiga a quién lo invada.

Mantén la puerta cerrada.

Corta las piernas del escapista.

 

Escucha los designios de Dios presente más allá de las leyes conocidas.

Acata tu castigo y el perdón de buena gana.

Dios conmigo y contigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996 

 

 

 

 

 

 

 

-Necesitamos un crimen.- 

-Oh … - el grupo mira a la oveja al centro de la reunión de las ocho.

-Un crimen…- Mako acaricia su aleta con el cuerpo doblado sobre sus rodillas.

Pensar en un crimen es enlistar las reglas de papá.

-No parece que CatNap haya roto alguna de las leyes.-

-Quizás alguno de los habitantes. Seguramente algún medio pudo hacer algo y si revisamos , podríamos descubrir algo de los grandes.-

-Cualquiera de los sonrientes podría servir.-

-Excepto Bubba , él no baja nunca y menos tiene contacto con La Guardería.-

-Debemos encontrar un modo de descubrirlo.-

El ave al centro de la reunión mueve la cabeza de Mako a Baba.

-Estas hablando de los chicos de Dulce Hogar.- apunta al comprender la situación desarrollándose bajo su pico.-De nuestros amigos.- 

Baba le mira de lado.

-Mako , dile que esos chicos son humanos y no como nosotros.-

-Baba dice que los humanos son comida.- señala Rabie con las orejas arriba.

Poe le mira y suspira.

-Como sea , ¿En qué puedo ayudar?- les pregunta recostandose en el hombro de Simon.

El dragón lo empuja pero se ve imposibilitado al usar la gravedad esta ave para caer en sus rodillas flexionadas.

-Qué bien te ves.- le dice esta ave acariciando su mandíbula. Suave por su boca rozando la zona que reacciona y lleva una sensación demasiado fuerte al chico.

El ave vuela al ser pateada por el dragón.

-¡Me veo mejor cuando no estás encima de mí!- revisa sus escamas con un fuerte temblor en su voz. 

El ave , adolorida al ser esquivada por todos y se diera con todo contra las paredes de roca, desde el suelo aún se ve capaz de seguir molestando al dragón.

-Vamos , yo se que no te gusta pero aveces mi novia debería hacer todos el trabajo y consentirme.- 

Inmediatamente el humor sospechoso de las chicas estalla al otro lado.

-¡¡Simon no es tu novia , no es novia de nadie!! ¡Incluso si lo fuera , no puedes hacerle llevar toda la carga! ¡¡¡Esta no es la inquisición para que salgas con tonterías machistas!!! ¿Qué te pasa , idiota? ¡No le hagas caso ,Simon , las novias no le deben nada al novio!-

-Cretino.-

El resto de los chicos mantiene la boca cerrada para mantenerse apartados del griterío qué el ave recibe al confundir su doble sentido con un comentario retrógrada.

En el suelo se queda mirando al dragón muy confundido al ser defendido por algo qué no entiende.

 

 

 

 

 

 

 

-Van a subir las pesadillas.-

Los gigantes parecen perder el pelo al escuchar al gato informarles de una crisis venidera.

Le observan subido en el techo de La Juguetería.

-Van a entrar y encontraran nuestros crímenes …despues habrá un banquete de disculpa.-

-Estas de joda.- señala Picky con las pezuñas pegadas a su espalda.

Mantiene la mirada en el suelo. Comprende a donde va todo este show. Lo que sucederá.

CatNap mueve la cabeza.

-Dios dice que no pasará nada si no hemos cometido crimen alguno pero si lo hicimos , ko pagaremos con un banquete.- mira a Bubba en el lugar.-Dice que se llevará nuestro peso en carne.-

Bobby suspira asustada,

-No puede… ¿Nos van a matar?- pregunta buscando al reto con la mirada.-No creo que tengamos crímenes…- Sus ojos van hacia Hoppy por solo un segundo.

CatNap mueve esa larga cola desde lo alto.

Si bien Hobart les arrinconaba y parecía ladrar órdenes claras como un perro.

Theodore muestra su naturaleza felina al presentarse autoritario desde las alturas , cubriendo los con las sombras de su figura contra la luz de las ahogadas linternas del techo.Su aliento carmin escapa con un cuspiro.

-Si saben , deberemos defender nuestra posición.-

-Si perdemos , matenme y entreguenme. Peso tanto como tres de ustedes.-

El gato sacude las orejas al escuchar a Bubba decir esto tan tranquilo.

-Me aterra ser quemado vivo.- Inhala sin mirar al felino.-Asi que , porfavor , matenme pero estén tranquilos. Pueden entregarme si algo sale mal.-

Picky mueve la cabeza.

-No te vamos a entregar.-

-¿Qué más da? Ya entregamos a mi hermano.- sus ojos pierden luz al fijarse en la sombra del reemplazo de su hermano.-Al menos así , pagaré lo que hice.- mueve los hombros.-Llámenme ese día , bajaré y pelearé junto a ustedes.-

-Bubba.- le llama Picky tratando de seguirlo.

CatNap observa esa espalda.

Es claro que el elefante era enorme en masa , mucho más que él incluso si era más largo/alto qué Bubba. Su carne sería suficiente para alimentar a los ocho sueños y cubriría el peso de las otras sonrientes sin problemas.

Incluso parte de su peso podría ser recompensado al mantenerse ese elefante alimentado a base de cosas que no comerían ni de chiste. 

-CatNap , no vamos a entregar a Bubba.- lo amenaza Picky sin miedo a enfrentarlo.

El gato mueve la cabeza.

-Los sacrificios no sucederán otra vez. Así que asegurense de darlo todo.-

-¿Qué crimen pudimos cometer? ¿Qué buscan de nosotros?- pregunta Kickin.

Hoppy retrocede mirando al gato.

-No sabemos , alguien debió mentir…Dios seguramente sabrá de la verdad cuando suba a vernos.-

Una parte de ellos se niega a creerlo.

Tanto como el mismo gato, están seguros de que el solo ser el felino quién los representaba debía ser una razón digna de la piedad de Dios.

Tan seguros como para aceptar la pacífica forma en la que el gato les llamó para darles este aviso.

Cree en Dios y su piedad , en como perdonará sus afrentas y le permitirá ganar su confianza nuevamente.

Esta seguridad , consciente o no , contagia al grupo dispuesto a escuchar a un líder aunque no lo quieran como tal.

Respetarán su decisión. Esa es su naturaleza.

 

 

 

 

 

 

Sobre las nubes de acrílico y hierro.

Las heridas aún duelen después de algunas horas de movimiento.

Sus costillas estaban sanando muy bien. Ya le daban la sensación de estar al cien ṕor ciento pero sus órganos aún no pueden agitarse.

Su estómago aún condensa sangre en algunos movimientos y ni hablar de las muchas heridas por toda la extensión de su esqueleto. Causando un estremecimiento de dolor cada tanto tiempo en su cuerpo.

Observa al techo sin moverse aunque las cosas ya estén así de manchadas por la sangre de inocentes.

Incapaz de hacer algo ṕarte de solo cerrar ojos y oídos al mundo.

 Lastima su consciencia y las daña de sobremanera. Su sanación no parece mejorar sin importar cuánto tiempo se esforzaba por mantenerse estable. Aún sangra cada tanto y no sabe que hacer más allá de seguir tomando las medicinas que ese gato le trae siempre llenas de sangre de alguna criatura que la tuviera en su poder antes de ser asesinados por el silencio que ese gato le instala a mantener sobre su condición.

-Ya no se que hacer…- murmura cubriéndose las orejas al escuchar a un niño gritar de miedo en los jardines.

 

Los gritos no paran ni disminuyen.

Se detienen después de algunos minutos pero por haber sido atrapado.

Asoma la cabeza por la orilla.

Para su sorpresa puede ver a CatNap ayudar a unos niños y salvarlos de ser la comida de los más pequeños al ir contra la ley , una vez más. 

Su propia vida es un crimen y la bomba de tiempo para todos.

El secreto a proteger y tan débil como sea la esperanza en mantenerse esperanzados en el silencio de Mommy sobre aquella derrota a manos del felino y su humo rojo.

CatNap robó comida pero Mommy invadió el territorio del gato.

Hasta ahora viven con ese equilibrio tan débil entre ambos errores y parece ser suficiente por ahora , solo les queda esperar a que sus heridas sanen totalmente para ser capaz de levantarse contra las leyes y de alguna forma abrir el camino a una huida rápida.

Si tan solo no estuvieran solos o si Kickin fuera más fuerte…lo que sea que les diera la oportunidad de irse juntos sin mirar atrás.

 Soñar es quedar atrapada con ese árbol en sus sueños y las muchas evidencias de sus errores repetitivos a base de su deseo por controlar sus propio destino. 

Es difícil ser fuerte cuando todos parecen estar en su contra.

Observa al gato de DogDay entre los tejados. Haciendo esa cosa rara de robarse extensiones de cables de soporte entre las piezas suspendidas en el aire. Le parecía gustar robar todo lo que le fuera de utilidad.

Con esas manos horribles.

Sus ojos se fijan en las patas qué deberían ser lindas y redondas pero este gato las porta con dedos separados con una clara carne crecida al sanar bajo sucias vendas viejas. Puede hacer cosas que otros peluches no pero el pago es el repulsivo aspecto de sus extremidades, siendo capaz de usar un destornillador y pinzas para desconectar una tubería del jardín y robarla en una bolsa sobre su espalda.

Rueda cambiando de visión al grupo de niños volviendo a conseguir comida durante el horario indicado.

Puede verlos correr juntos por los distintos obstáculos puestos por el par que aún no renuncian a ser niñeros. Saltan y corren a casa con ella como una silenciosa animadora.

Los ve llegar a tiempo a casa , a ellos y a más niños.

El tiempo acaba y ella ahora cubre sus oídos para no escuchar nada.

-Maldita seas.- murmuró apretando las rodillas contra su estómago al estar demasiado débil para pensar siquiera en esforzarse por intervenir sin terminar por traer más problemas a La Guardería.

 

 

 

Abandona las nubes con la señal de un juguete sobre el techo de Dulce Hogar.

Con un movimiento le dicta a donde debería ir.

La coneja escucha el informe y abandona esta zona segura para dirigirse al lugar señalado.

Abandona La Guardería trepando el cable del teleférico sin activarlo.

Al subir su destino es directo a las sombras de la estación de Boxy.

-Hay un código de guardia , lo tienen aquí.- 

Los guardias fueron masacrados en muchas formas en este territorio.

Escuchar que consiguieron algo que se perdió hace tanto le hace levantar los pedazos de sus orejas con alegría.

-¿Cómo lo consiguieron? ¿De qué sección era el guardia?-

-Era parte de La Guardería y su código tiene 6 dígitos.-

-Es grande…- murmura.

Los códigos iniciales eran de cuatro y tres o cinco.

Los siguientes eran más complicados pero en su mayoría los códigos de La Guardería solían ser máximo de 6 dígitos en zonas importantes.terminando esto con la obviedad de la gran capacidad de ese código para abrir algunas puertas y manipular las máquinas de la zona.

Ya sea que fuera un guardia o un ingeniero , tener estos códigos les abrirán nuevas opciones que sin duda eran muy buenas para ellos.

Hoppy sonríe y busca a Kickin pero no está aquí.

-¿CatNap volvió a ir de cacería con Kickin?- pregunta confundida por su ausencia aunque recordaba haber visto a Kickin tan solo hace unas horas en el jardín de Dulce Hogar. 

-Esta con el niño.- avisa Bobby recargada en una pared cercana.

Hoppy levanta las orejas.

-No puede ser …¡¡¿Cómo consiguió el código un niño?!! ¡¡No es posible que esperen a utilizar a un niño para algo como esto!! ¡¿Al menos esta bien?!-

Boxy hace un sonido irónico.

-Casi me lo como.- confiesa sin mucho interés.

Hoppy levanta los hombros furiosa.

-Eres un maldito , ¡¡No es posible que pienses que está bien que te atrevas a comer a un sobreviviente de Dulce Hogar!!-

La caja muestra los dientes en advertencia.

-No cometí ningún crimen , además de que ellas me lo dieron.- señala a la osa presente.

Hoppy mueve las orejas y los hombros caen al saber esto de Bobby.

La osa cruzada de brazos le mira de lado.

-Lo cambiamos por el coagulante que necesitas.- lo informa sin mostrar pesar por sus acciones. 

Hoppy exhala cargada de este dolor dentro de su cuerpo.

-Eres una traidora.- gruñe sujetando sus propio brazos.-Ellos confían en nosotros , en ti y en mi.- le remarca sus identidades con los ojos saltados en rabia.-De todos nosotros debemos ser los únicos que no los lastimen …¡¡Y tú lo vendes!!-

Bobby baja las orejas con un fuerte dolor en sus brillantes ojos.

-Hoppy , CatNap ya nos advirtió de esa invasión.- 

-Es una maldita mentira , Dios nunca traicionaria a CatNap dejando que suban esos niños aquí.- 

Bobby abraza su propio torso.

-¿Y si te equivocas?- le cuestiona.- ¿Y si suben y tú sigues herida?- 

Boxy pasa los ojos de ellas a sus propias garras.

Tiene hambre y no desea atacar a los juguetes. Comerse a ese niño no lo llenaría pero sería mejor comida al ya ser un proyecto aunque no tuviera su pelaje completo. El compuesto lo alimentaria por tanto tiempo como lo haría el comer a un juguete completo pero Hoppy tiene razón.

Él no debería comer a los niños. Sin importar lo que estaba sucediendo o lo que sucedería.

No debería lastimarlos él. Justamente él que muchas veces recibía bondad de los niños cuando lo visitaban en la zona de juegos.

“No odies a los niños , ellos no tienen la culpa de nada.”

 Lo dijo al perro pero él mismo no estaba siguiendo su propia instrucción

-¡¡Aaahhh!!-

Miran a ese niño en esa puerta abierta.

El terror en sus ojos es tan visible como esclarecedor.

Viendo en sus ojos el reflejo del monstruo insaciable qué todos los empleados veían en él. Horrible y tan aterrador que hace caer de rodillas a este chico lloroso qué tuvo que ser llevado por el ave.

De su caja saca un paquete de ampolletas.

-Dile a alguien que te inyecte esto o consigue algún instrumento para meterlo a tu torrente sanguíneo. Limpiara infecciones o lo que sea que te tenga doblada tanto tiempo.-

La coneja observa esta medicina con las orejas bajas.

-No me hagas arrepentirme.- le exige el monstruo rojo.

Bobby parece aliviada al ver a Hoppy aceptar la medicina al guardarla en su pecho y rodeada por una caja de metal para mantenerlas a salvo dentro de su , más delgado de lo que parecía por lo que sea que Guardería dentro de su cierre , torso.

Suspira inclinándose hacia adelante.

-Lamento haberte gritado.- mira al sueño.-Sé que tienes hambre y te cansas protegiendo la fábrica de los humanos que siguen buscándolos.-

Boxy no responde al encontrarse confundido por el rápido cambio de humor de la coneja.

-Todos ustedes deben saber , no son suficientemente independientes. DogDay está muerto desde hace años pero siguen buscando de quien depender.- mira a la puerta.-Si van a sobrevivir , háganlo por sí mismos y no porque alguien sea amable con ustedes.- 

El ave vuelve ahora con el niño cambiado.

Hoppy aturdida por detalles del cómo esté fue llevada por Boxy.

Debe irse.

Dejar ir a Kickin aunque todo le diga que deben pasar tiempo juntos antes de la invasión.

Comienza a sentirse asustada por dicho anuncio. Se suponía que CatNap era de los más amados por el prototipo. Cualquiera lo sabe , lo mucho que esa cosa lo apreciaba a causa de su fuerte lealtad.

CatNap entregó a la muerte al anterior líder y los rumores , hechos para los sonrientes , eran sobre la relación romántica que se supone tenía con el perro en el tiempo exacto del suceso.

Poniendo en gran pedestal su lealtad al prototipo.

Llevándolo más lejos de lo que cualquiera dentro de la fábrica podría pensar que serían capaces al ir hasta el punto de entregar a alguien supuestamente amado a la muerte por órdenes del prototipo.

Nadie era más leal que eso.

Era imposible que algo saliera mal.

Y aún con todo eso en la mesa , Hoppy empezaba a sentir miedo de la siguiente visita de esa cosa a su hogar ya destruido por las órdenes que el gato había decidido dar a pesar del resultado sangriento y desigual qué tuvo para todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegando al presente.

 

Al verse tirada sobre el suelo y con la boca llena de la sangre de los niños que se suponía debían proteger.

Sus ojos están fijos en el techo de la cueva sobre esta zona iluminada en territorio apartado de La Guardería.

Todo es tan fresco. Aún tiembla y siente que podría estar muerta.

Golpea el suelo bajo su cuerpo.

Patea y golpea con su nuca el piso bajo su espalda. Sujeta sus orejas arrancando pedazos entre gritos mudos. Gira impactando su frente contra el suelo entre gruñidos ahogados.

Golpea tantas veces como parecía necesario para irse de una vez.

DogDay ,Hobart , les dijo más de una vez que necesitaban un objetivo para no enloquecer. Decidiendo se a invertir esa necesidad de seguridad en los niños.

 Cuidarlos y proveerlos , eran el mejor sostén para sus mentes atormentadas por experimentos dolorosos.

Pensar en nuevos ejercicios para los niños de tres años era mucho más interesante que mantenerse presente cuando su torso estaba abierto y esos locos jugaban con sus órganos sin dormirla.

Pensar en los horarios y las quejas de algunos niños y el medir qué clase de ejercicios serian justos para los niños que carecían de una extremidad …era mucho más productivo que ponerse a llorar porque un médico raspo sus huesos con una sierra para conseguir muestras de su médula resientemente curada tras las fracturas hechas en ese mismo laboratorio para medir el calcio o algo más estúpido.

Los necesitaban de formas qué solo ahora que no queda ninguno puede ver.

-Estoy cansada de perder ... Ya no quiero perder…- llora sobre el montículo de concreto y tierra que se armó al destruir el suelo con su fuerza y ataque nervioso.-Papá , no se que estoy haciendo y ya nadie me ayuda …- gira de costado , observando la tierra junto a su rostro.

Llora por un rato más extenso al quedarse en esta posición fetal.

Hay algo raro en la tierra.

Estira la garra para tomar este objeto en sus garras.

-Hmm…- mira al techo de la cueva y deja caer el cilindro en el suelo nuevamente.-Tal Vez si me masturbo me sienta mejor.- piensa en voz alta al estar perdida.

No hace nada por varios minutos solo observando el techo con la mirada desconectada.

Por dentro huye de la realidad imaginando cosas subidas de tono , sin reacción.

Nada.

Incluso si intenta ponerse en el escenario con el ave , nada.

Piensa en el ave y siente emoción pero nada en su cuerpo.

-¿Por qué termine contigo?- se lo pregunta rodeando sus rodillas con los brazos.-Yo te quiero… te quiero mucho…- observa ese cilindro.-Quizás …deba acabar con esto por los dos.- toma el cilindro.-¿Qué es esto?- indaga abriendolo.

Del interior salta un polvo apestoso.

Lo prueba por curiosidad.

Toma un poco y lo tira al suelo.

De su cierre saca una caja de cerillos y cigarros. Cosa que Dog le enseñó a llevar por si acaso se le cruzaba alguien que quisiera molestar. 

Enciende contra su mandíbula el cerillo y lo tira sobre la pila de polvo.

Terminó rodando a unos metros para alejarse de la llamarada extensa y el horrible ruido.

 Observa las marcas en las paredes de roca con el corazón a mil.

Piensa. Su cerebro en años no se sintió tan caliente.

Corre a por lodo y lo levanta con sus garras para cubrir las marcas de la explosión. 

Arrastra una gran cantidad de tierra para cubrir esa zona excavada.

Se llena ella misma de lodo y corre a esconderse entre las estalagmitas de una zona apartada. Cubre sus ojos y oídos para no delatar se ni por el olor del miedo.

Pasa mucho tiempo en este rincón tratando de esconderse de lo que fuera a llegar a averiguar qué fue ese ruido.

Tal vez después de algunas horas le pareció que exageraba.

Apuntó a quitarse las vendas de los ojos y su cuerpo es sacudido por un miedo helado.

Aquella sensación que eriza la columna y grita de forma silenciosa dentro de sus entrañas por mantenerse quieta y sin hacer un solo movimiento más allá de contener el aliento que oculta entre sus garras de felpa.

Es su piel quien le trae una vaga idea de lo que fuera que allá haya afuera de su escondite de lodo apesto a óxido y agua estancada de hace años.

Es la vibración del paso de algo muy grande y pesado.

No es CatNap. Theodre no es alguien que haga sonido alguno al pisar y esta cosa no es ruidosa sino pesada como el flaco gato no es. Pisa seguro aunque esté escondiéndose.

esta cosa se quedó quieta escondida.

Hoppy se mantiene en su lugar sin intentar ni una sola vez mirar por encima del hombro.

El tiempo que está cosa duró sobre este lugar es casi indefinido. De no ser por una carrera sorpresiva por parte de esa cosa en un punto que no comprende.

Hoppy sobrevivió solo por esconderse , por decidir por fin ir contra su naturaleza peleadora y tomar el camino que ella misma considera cobarde. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En las profundidades las dos chicas han logrado escapar.

-Bubba dice que las estalactitas cuelgan del techo y las estalagmitas crecen desde el suelo de la cueva.- la osa observa el techo con sorpresa por el camino recorrido al seguir a Crafty por la oscuridad.

El refugio de Crafty es bajo tierra y dentro de las paredes de roda alrededor de la fábrica.

Es muy fría.

El unicornio adelanta a unos pasos y señala al destino para las dos. Conectando dos cables con cinta negra.

La electricidad llega a ellas con el resplandor de unas luces de colores y pantallas apiladas en una esquina como si fueran la simulación de una ventana a medio día.

Crafty aplaude volviendo a su encuentro.

-Bienvenida a la cueva de un artista.- sus patas suben y apunta al lugar entre risas.-Tengo todo , hasta un baño.-señala a una esquina apartada.-No mires adentro , nunca . Creo que hay cienpies en la letrina.-

Bobby la sigue sin mirar a esa zona que obviamente cubrirán con una cortina ahora que eran dos.

Más adelante en la caverna Crafty le muestra unas camas improvisadas.  

Lonas sobre otras mantas formando un nido donde guarda corazones y papel o pizarras para hacer sus dibujos. Las cubre con una patada suave.

-Mira , tengo latas de sopa.- muestra su botín la unicornio.-Y tienen carne molida.- la presume antes de dársela en la mano.

Bobby acepta el regalo sintiéndose aliviada de por fin estar en paz con su amiga después de tanto tiempo en términos que no terminaba de entender pero no eran buenos.

Hoppy es un susurro que por ahora es muy débil.

 

 

 

Fueron tres semanas muy agradables para las dos dentro de los muros y apartadas de cualquier afrenta o discusión.

Sin la culpa golpeando su cabeza.

Hasta romper una regla muy sencilla por parte de Crafty.

No debía tocar su cama.

Lo hizo pensando en sus dibujos escondidos , aquellos que en el pasado llenaba de corazones de colores y un chueco dibujo del líder o más del grupo.

Levantando la lona observa las pizarras escondidas dentro de su nido.

Bobby adoraba sus dibujos y los buscaba al acercarse.

Aunque su amiga ya no era la niña linda del pasado.

Su sobresalto es lo siguiente al ver las pinturas en los pizarrones con pedazos de muchos juguetes muertos y amarrados entre sí para formar un colchón suave y calentito.

Deja todo como lo encontró y corrió a esconderse en su propio nido bajo un par de rocas y trapos viejos.

Sus pensamientos giran en torno a Crafty ola por mucho tiempo. Demasiado tiempo y seguramente el suficiente para confundirla y hacerla sentir abandonada y herida , no habrá otra respuesta para esta clase de contenido entre sus dibujos.

No hay flores de colores ni mariposas , solo cuerpos desmembrados exactamente como lo hacían los científicos en los laboratorios.

Escenas qué ella misma vivió y experimentó tanto como testigo como una víctima.

No deseaba ver algo como eso otra vez y aun así , algunos parecen haberle agarrado gusto.

Como CatNap.

Quién había tomado la costumbre de atrapar a invasores y traidores o rebeldes para torturarlos frente a todos.

Bobby temía ser la siguiente.

Temía ser cómplice como Kickin ,que cada vez aparecía junto al gato después de horas para pasar juntos frente a todos y Hoppy simplemente durmiendo , todo el tiempo durmiendo.

Herida o no , su indiferencia le asustaba y su propia frialdad le consumía.

No deseaba enojarse ni odiarla o resentirse pero era más fuerte que ella.

Esta rabia condensada después de conocer lo que era capaz una persona y no poder llenar este vacío sin importar cuánto se esforzara.

Hobart le dejó la vara muy alta al siguiente perro y este ni lo intentó.

Ella busca como seguir su ritmo pero su propio ser , le es una traba. Cayendo , tan al fondo que ya no se reconocía en el reflejo de su propia figura pero los dibujos de Craftyla ayudaban.

Aunque estos no lo hicieron.

Llegando la hora de dormir sus miedos la hacen ser más sincera.

-Crafty.- la llama desde su lecho , construido con muchas de las mantas de escondites qué no ayudaron de nada a los trabajadores pero hoy son su comodidad.-¿Extrañas a Dog?-

-Mucho.- responde desde su rincón.-Todos los días pienso que él habría podido hacer mejor todo esto…- suspira rodando sobre su montón de basura personal.-Pienso en él y como era el único que me quería a pesar de como soy.-

-Yo te quiero.-

-Me quieres pero no como él.- mira las rocas de la cueva sobre su cabeza.-Él se rompía la cabeza por mi , por todos y siempre era amable y si se enojaba solo me sacudia…- sus ojos brillan observando las sombras.-La maldita Hoppy siempre era una rebelde pero no sirvió de nada …y ese idiota.- cubre su rostro con las pezuñas.-Bobby , ese idiota llego a arruinarlo todo , todo , todo … todo se terminó por su culpa.- abraza sus hombros al encogerse.

Bobby descubre que no era la única con mucho que decir y la escucha , esperando una explicación entre sus quejidos.

-Ese idiota llego y fue detrás de él , solo de él.- gruñe reviviendo aquellos días.-Era un maldito raro. Siempre nos miraba con esos ojos de loco hambriado y temblando , siempre temblaba como un gato envenenado. ¿Lo recuerdas?-

Bobby mueve la cabeza de arriba abajo , apretando sus garras juntas.

-Él me asustaba.- lo admite para ella.-Siempre parecía estar observándonos antes y solo cuando Dog le hablaba él salía de su escondite.-

-Siempre nos estuvo mirando.- bufa riéndose.-A veces creo que solo estaba viendo quién le tenia lastima y lo incluía.-

Bobby llega a una conclusión alejada de la posible burla que pudo haber iniciado de no ser ella la interlocutora de las palabras de Crafty.

-Él era un niño muy solitario y ese hombre lo golpeaba cada vez que podía… el era como nosotras.- 

La comparación hace a la unicornio perder esa burla , apagando su humor sardónico por culpa de ese recuerdo.

-Tú y yo , estábamos solas …tú no me hablabas hasta que Dog nos invitó a jugar.-

-El idiota quería que lo ayudaramos a robar dinero.- mira sus pezuñas.-Nos uso.-

-Y lo hicimos y conseguimos cosas lindas y comida.-Creo que lo hubiera ayudado de todas formas ,aunque no me diera nada…porque preferiría ser usada a que me dejaran sola otra vez.- Sus orejas caen a los costados de su cabeza.-Hoy me siento tan sola como en ese momento pero ya no es igual , todo es muy claro.- levanta sus garras para verlas tan afiladas y peligrosas.-Esa cosa debió ser el lugar seguro de Theodore , fue su Dog su Hoppy y su Bubba, y quizás por ser todo eso para él , nunca nos traicionó ;porque nunca fuimos su familia. Esa cosa lo era.- sus manos caen sobre su rostro.-Entonces lo reduzco y me doy cuenta de que Theodore es mucho más leal que todos nosotros juntos.- 

Su mente comienza a madurar , duele.

Comprender a alguien que debería y podría limitarse a sólo odiarlo pero piensa y lo analiza. 

Lo comprende dolorosamente bien.

Brutal.

Theodore tenía a su Dios antes que a ellos , a Hobart , y era su familia antes que nadie.

Seguramente a quién amaba más le puso ser leal y hasta ahora lo es. Ellos solo fueron un estorbo o un rato entretenido.

Crafty bufa rodando boca abajo.

-Aunque me gustaba escucharlos coger , sonaba rico.- 

Bobby gruño amargandose.

-Debieron esperar a estar solos , malditos. Fue como escuchar a mis papás pero ahora entendía …ugh…–cubre su cabeza con las garras.-Me costaba mucho mirarlos a la cara después de eso , idiotas y además terminaban cojeando siempre.-

De vuelta sus pensamientos la llevan a esos dibujos pensando en si de alguna forma tenían algo que ver con esos incidentes.

-¿Y nunca pensaste en sentirte así?-

Bobby esta vez no responde. Gira sin mirar al unicornio.

-Duerme bien , Crafty.-

-...igual.-

 

 

 

 

 

 

 

El aturdimiento duró por muchos días.

Era difícil comer o beber agua. 

Sus huesos comienzan a ser perceptibles a través del pelaje.

En un viaje en búsqueda de recursos Crafty regresó con un ánimo renovado. 

-¡Bobby! Tengo comida y mucha leche en polvo para las dos.- muestra unas bolsas de plástico metálico.Bobby las recibe con alegría , trayendo en brazos algunas botellas de agua traídas desde las tuberías de las paredes.

Lamentando con creces haber mirado esos dibujos fingiendo que no los vio por días enteros.

El unicornio pinto a más de uno del grupo completamente destrozados de formas que no desea digerir. 

Sin pensarlo incluyó a CatNap ,Hoppy o a DogDay y a ella. 

Sobre todo a ella misma.

Pintando autorretratos donde era destrozada o violada y comida por todos.

O cosas aún más retorcidas.

Bobby comienza a sentirse asustada cada vez que Crafty se esconde bajo las lonas y esa pizarra es usada por un ruidoso pedazo de yeso arrancado de alguna pared.

Debería hablar con ella.

Aunque comienza a asustarse de Crafty y sus dibujos.

 

-¿Has pensado en volver arriba?- le pregunta temblando levemente en su sitio. 

La unicornio niega desde su nido.

-Amiga ,no volveré a pisar suelo de CatNap en esta vida.- arrastra un yeso por el suelo para darle la forma de un lápiz.-Estoy segura de que ya se volvió loco , ¿Tienes idea de lo que ha hecho? Sería mejor que te olvides de ese lugar.-la mira de lado.-Ahora quédate quieta.- vuelve a dibujar.

Bobby escucha la petición manteniéndose en su lugar.

Su barriga ruge otra vez.

Lentamente el tiempo comienza a ser una carga , asusta.

 

 

Decidiéndose a volver en una de las veladas más silenciosas.

-Voy a ir con Hoppy.- le avisa usando un tono suelto al pasar por su lado.

La chica le sigue.

-Ella es ahora enemiga de CatNap.- se lo informa al atrapar sus hombros.-CatNap ,mató a casi todos los juguetes que quedaban.- levanta las pezuñas.-Creo que Kickin es su amante o algo así , están tratando de matar a Hoppy hace semanas.-

Bobby pierde tanto fuerzas como el pelo al escucharla.

-Debo volver.- se abstiene de interrogarla sobre el porqué no compartir dicha información durante tanto tiempo.

-Bobby …- Crafty tiembla visiblemente.-No debes subir , ellos te atraparán y te harían hablar de mí…no vayas.- inventa una excusa rápida.

-No les diré dónde estás y si lo hiciera , solo escribiré tu cama.- tiembla al verla venir a su encuentro.

-Ese es el problema… no te dejarán morir.-

Bobby siente su pelaje erizado y su cuerpo temblar ante la idea de caer en las garras de CatNap o Dios. Cualquiera de ellos dos , la asustan.

-Debo ir , Hoppy está sola allá afuera. Me necesita.- revisar sus garras completas.-Al menos quiero saber si podre ayudar a alguien.-

Crafty ya no le discute, se rinde. 

-Piensa en mi cuando te maten , así sabré que estás muerta.- entrega una hoja de papel.-Diles que me comiste y luego me mataste.-

Bobby la toma llena de nerviosismo. Esperando lo peor mira la hoja.

Es una flor de colores. Todos los colores de su grupo.

-Cuídate, lesbiana.- añade Crafty con un abrazo.

El miedo en Bobby es calmado al sentirla tan suave y cálida a su tacto. 

Por fin un abrazo.

Bobby ama los abrazos.

Crafty es muy delgada. Los científicos no la cortaban tanto a causa de su menor masa muscular y grasa , la veían frágil y lo era.

Crafty es muy débil pero su actitud es muy distinta , es una verdadera cretina. 

Bobby cae lentamente en ese calor.

-Voy a besarte.- anuncia tomando su rostro.

La chica abre los ojos sorprendida y negando al esconderse en su pecho.

-Ni por una polla , no vas arruinar esto lesbiana.- murmura abrazándola.

Bobby no entiende esto. No la molesta pero la confunde.

-Volveré en cuanto pueda y no me sigan.- le promete al retirarse del abrazo.-Cuídate.-

Crafty la despide con un movimiento de pezuñas.

En cuanto Bobby se pierde en la oscuridad , Crafty corre a apagar las luces y esconder todo.

Tomando algunas provisiones , huye buscando esconderse en otra zona hasta que el rumor de la muerte de Bobby sea confirmado o ella regrese.

 

 

 

 

 

El escenario que la osa encuentra es desolador.

Las zonas qué cruza están plagadas de criaturas caníbales y las pesadillas han tomado todo el terreno para sí.

Volver a Dulce Hogar era imposible a menos que lo hiciera por la cavernas y con el riesgo de ser atrapada por esa cosa. Suspira tomando este camino.

Le da miedo y asco , tapa con trapos sus orejas por miedo a la entrada de algún insecto rastrero.

Más de una vez tuvo que aguantar las ganas de sacudirse por culpa de insectos de doble articulación corriendo por su cuerpo. Llorando entre sus pasos y rodillas raspadas al tener que arrastrarse más de una vez.

Subir le costó días completos.

La poca comida que trajo se terminó el mismo día que puede ver las luces de una terminal eléctrica de La Guardería. Un hermoso lugar ahora que estuvo tanto tiempo lejos.

Casi al salir de una pared es el mismo tiempo que es usado por ese gato para aparecer por un costado de su visión periférica. Vuelve a esconderse.

El gato no venía solo , con él carga el cadáver de un par de juguetes.

Bobby cubre su boca al verlo saltar de plataforma en plataforma hasta la misma pared donde ella estaba escondida.

-Perdona , perdón Dios...ya no se que hacer , lo siento mucho , no lo sé. Dios , porfavor , ya , ya no puedo ya no se que hago con mi vida. Por Favor , déjame ir , quiero irme . Porfavor…- 

Cubre con cuidado su boca con una tela para no respirar ni su aroma o exhalar demasiado alto. 

Acompaña con su miedo ese sollozo profundo. El eco de sus lamentos llega a ella. Por las vibraciones de la cueva.

Escucha sus oraciones cada vez más desesperadas.

Su cuerpo se vuelve de gelatina al escucharlo ampliar esa horrible estática con los restos de aquellos juguetes. Retorciendo sus lamentos con la gloria que se supone ese monstruo porta sobre todo lo vivo en esta fábrica.

Bobby puede moverse solo después de unas horas , saliendo de su escondite.

-Regresa , regresa , regresa estúpida.-

Para su desconcierto es atrapada por los brazos de una conocida.

-Picky…-

La cerdita la atrapa por el rostro.

-Aquí viene esa cosa.- le arrastra de vuelta por este camino.-Mierda , mierda…- mira a cada lado buscando un camino conocido.

Bobby le observa analizando su aspecto.

Sucia y llena de sangre ajena. Sus patas se ven heridas y en más de una forma parece desequilibrada.

-Ven.- la sujeta por el brazo para llevarla consigo.

Arrastra se de regreso parecía mejor cuando no escuchaban a una cosa enojada rascar las paredes al buscarlas.

 

 

 

 

 

-¿Qué fue lo que hiciste? ¿Porque te busca?- pregunta la osa sujetando las mejillas de Picky.

-Bubba y yo , intentamos irnos pero nos alcanzaron…- su voz cae y sube entre la amargura , las tristeza y la satisfacción.-Le dijimos sus verdades a ese pendejo y nos largamos , juntos nos íbamos a largar por fin.- sube sus pezuñas a su cabeza.-Pero nos atacó…amiga …- su boca deja salir una risotada amarga.-CatNap la está pasando muy mal ahora y se lo merece…ese maldito mato a todos , a todos los que no podían esconderse o correr.-

Atrapa a la osa entre sus pezuñas.

-No debes volver. Nunca debes volver allá arriba , Hoppy esta loca si cree que puede contra ese idiota sola.- Sacude a la osa llena de una empcion sin nombre para ella , revuelta entre la rabia , la intranquilidad y la locura.-Nos van a torturar , no van a matarnos rapido. Van a jugar con nosotras hasta cansarse y después usarán nuestros pedazos aun conectados como juego de ruleta …Bobby , ese tipo es un demonio que solo necesita un tirón para caer más bajo.-

Bobby toma sus mejillas.

-Ya se que estás asustada , ven aquí.- la lleva a su pecho para abrazarla con cuidado.

La cerdita cae.

Es lento. Solo procesando a medias el lugar al que llegó con la guía de Bobby.

Un refugio de rocas en la oscuridad.

-Deje atrás a Bubba…- procesa en voz alta.-Deje solo a Bubba…- su voz se rompe.-Abandone a mi novio con ese tipo…deje solo a Bubba.- abraza a Bobby lo orando por fin.-No quería dejarlo pero tuve mucho miedo , tuve miedo y lo deje.-

Bobby le permite sacar esas lágrimas y su dolor. Observando el techo y las bonitas luces apagadas.

Crafty debió esconderse. 

-Yo le dije todo a esa cosa.-

El cuerpo de Bobby se convierte en piedra.

-Yo le conté sobre los juguetes y sobre los crímenes de CatNap. Sobre Hoppy , sobre todo.- Inhala produciendo antes de seguir.-Yo llevo mucho tiempo dándole información de CatNap y el resto.-

Bobby la suelta suavemente. Poniéndose de pie.

-¿Porque lo hiciste?-

-Por Bubba.- su cabeza baja.-Bobby…esos humanos querían vernos tener sexo ..nos ataron juntos como si fuéramos animales de cruce.- lleva las pezuñas a su cabeza.-Pude haberlo aceptado pero tuve miedo , Bubba tuvo miedo ….y el maldito ahí mismo saca una estúpida pistola y se vuela los sesos frente a mi.- levanta el rostro buscándola.- ¡¡Ese idiota simplemente se mata pidiendome qué lo coma y no deje nada que pudieran usar! ¡¡Me dejaría sola , a mi me dejaría atrás !! ¡¿Quién más intentaría algo más estúpido por mi?! ¡¡Así que hice lo necesario para tenerlo de vuelta!!- golpea el suelo con un bramido a coro con sus gritos.-¡Ahora esa cosa se enojó porque lo quemaron! ¡Y me quiere muerta , solo porque quise irme!- 

  -Pero no lo hiciste tú .-

Picky niega moviendo la cabeza.

-Hubiera querido ser yo …pero no , simplemente salimos como dictaba el plan del ruido nuevo…¿Como íbamos a saber que usarían …eso…- Sus orejas caen.-CatNap es un maldito… pero Theodore me caía bien…me miraba como si yo fuera una persona inteligente …- abraza sus rodillas.-Yo le gustaba , siempre lo vi…y me molestaba porque me asustan las expectativas.- mira a Bobby.-Estoy segura de que esperabas escuchar que soy una víctima pero no.- 

-Picky.-

-Yo suelo decepcionar a las personas que esperan algo de mi.-

-No me decepcionas.-

-Lo hago.-

-No es cierto.

-Cállate.- mira a un lado con las orejas levantadas.

Para el sobresalto de ambas la electricidad es devuelta.

Mirando con ojos bien abiertos a Crafty junto a los cables.

–Así que …trajiste a la hetero.-señala llena de amargura.-Además , de que es la equivocada.-

Picky se pone de pie acercándose a ella.

-Eres tan desagradable como cuando te fuiste.- 

Crafty aprieta los brazos contra su torso.

-No te daré comida , estúpida.-

-Contigo bastará.-

 

 

 

 

 

Fueron semanas muy estresantes para Bobby.

Tan solo rozar en una vuelta dentro del escondite fue suficiente para hacer a Crafty estallar. 

Y a Picky sacar mucho de su mal humor.

-¡¡Apestas , ya te dije que apestas , bañate!!-

-¡¡¡La única que apesta aquí es la estúpida que se vive la vida eructando!!!-

-¡Al menos a mi no se me notan las garrapatas!-

-¡Porque no son mis amigos no se confunden con mi pelo como contigo , cerda!- 

 Crafty o Picky , sin una balanza clara , fueron un desafío para su corazón.

Pelean y lo hacen mucho. Llegando a los golpes y muchas veces escucha insultos muy personales.

Llegando a decidir separarse para descansar de ellas en un recinto aparte una vez logra encontrar alguna lata de comida o un dulce escondido en la pared de algún dormitorio entre los pasillos menos transitados.

Al volver a su escondite las encuentra peleando otra vez pero peor.

Eso lo sabe al pisar en la entrada uno de esos dibujos perturbadores en los restos de una pizarra rota.

Correr adentro para encontrarlas peleando otra vez a gritos.

-...tan asqueroso , hasta con Dog!! ¡¿Es el nuestro o el otro?! ¡¿Hace cuanto haces estas cosas?! ¡¡¿Qué demonios te pasa?!!-

El unicornio abraza sus dibujos de espaldas a la cerdita.

-¡Esta era mi casa , es mi casa! ¡¡No es justo que revises mis cosas!!-

-Esa es la respuesta de una pervertida.-

- ¡¡No tenías derecho a ver esto , no tenias derecho a romper nada!! No debías ver esto.- sus orejas se mueven volteando a la dirección de la osa. Escinde el rostro al girarse e intentar cubrir los dibujos con una manta.

Picky la señala mirando a Bobby.

-Esta tipa-

-Basta.- 

-Ya lo sabía.- 

La unicornio queda en blanco en el suelo. Tiembla intentando armar algún entendimiento sobre lo que acababa de decir Bobby. Asustada de cuantas cosas ruedan en su cabeza.

-¿Ya sabías?- Picky las señala a ambas.- ¿Es que ustedes tenían algo antes de que yo llegara? ¿Qué demonios significa esto? ¿Qué carajos sucede?-

 Esperaba alguna respuesta por parte de la osa pero no era la única.

-Los viste…- lleva sus pezuñas a su rostro.-Las dos vieron esto…- tiembla Comenzando a llorar.-Malditas …-

Bobby al fin toma valor para mirar los dibujos en el suelo.

-¿Podrías decirnos qué significan? ¿Porque hiciste esto?-

-No me has respondido.-

-No lo se.- Crafty sacudió la cabeza nerviosa.-Yo …yo solo quería ser como antes y…-

-Antes … ¿Como demonios esto se ve como antes para ti?- señala Picky pisando un dibujo donde ella era la protagonista.-¿Por qué , Crafty? ¿Por qué hiciste esto? - pregunta aguantando el desagrado con un nudo en la garganta.

-¿Por qué tienes que ser tan rara?- cuestiona.

Crafty en su espacio aprieta las pezuñas contra sus dibujos rompiéndolos a más de uno en pedazos.

-Porque ustedes ya no me quieren ni se ríen cuando habló.- su voz es un hilo.-Ya nadie me mira más que con rabia y nunca se detiene a hablar conmigo ni me cuidan ni me peinan…ya no me quieren y no se como hacer que me quieran.- sus ojos son inundados por ese líquido rojo resultante de la presión sanguínea tras sus ojos.-Me odian y ya nos se que hacer.- 

-Crafty.-

-Y todo …todo empezó desde antes de ser monstruos…desde que ese tipo se unió y a la vez desde antes.- toma sus propios hombros.-No soy divertida ni buena o dulce…no se porque soy tan mala pero no lo soy , no quiero ser mala ni estar sola pero ya no puedo acercarme a nadie.- toma sus dibujos en brazos.-Me tuve que apartar porque me daba miedo estar con ustedes y con ese tipo …pero los extrañaba.-

Las dos mantienen la boca cerrada tratando de entenderla.

El punto de vista de Bobby es muy lejano a ese sentimiento y le es difícil digerir la contradicción de hechos con esas emociones revueltas.

Para Picky es más sencillo y a la vez molesto. Ella era como es por que le es más sencillo pero tal parece que Crafty no es así porque quiera serlo sino porque no puede cambiar o nadie tuvo la paciencia de guiarla correctamente no podrían en base de todo lo que a ellos mismos les ocurría. 

-Quería comerlos y que me comieran…quería que gustaran de mí.- sus ojos van a un dibujo de Dog , el más desagradable de su colección.-Ellos estaban juntos y hacían cosas que no con otros y su tiempo se iba entre ellos…yo quería su tiempo y sus ojos. Yo quiero que les guste tenerme cerca y tocarme… Ya no se que hacer conmigo y pensé que esto era lo que quería.-

-Crafty , esto es malo.-

-Pero se siente bien , los escuche a ti y a Bubba y a ellos…-

Picky lleva las pezuñas a su boca para contener el malestar.

-Si ustedes se sentían bien , debía ser bueno y muchas veces pensé en si ustedes quisieran hacer seo conmigo , estaría bien…con tal de que me quisieran otra vez , como cuando éramos niños.-

Bobby baja a su nivel para estrechar la en un abrazo.

-Te quiero así. Tu ya eres suficiente para mí.- lo dice claro , sin dudarlo.

La unicornio se estremece al aferrarse a ella entre sollozos profundos.

Para sorpresa de las dos Picky se une al abrazo en silencio.

 

 

 

 

Dejaron de pelear tanto.

Aunque aún apestaban.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las semanas pasaron con ellas sobreviviendo en la oscuridad.

Despertando una de esas mañanas o lo que fuera el horario que tomaron para dormir , con un sonido repetitivo.

Sollozos.

Dos de ellas se ponen de pie buscando la razón de este ruido.

Lo encuentran en la esquina más apartada donde Picky se hizo su rincón seguro.

Pasaron unos minutos muy tensos antes de acercarse de forma dudosa.

-Picky.- la llaman.

En el rincón sigue el sollozo.

Bobby levanta la cortina asomándose.

Es la espalda de Picky su recibimiento más sus lágrimas rojas llenando su pelaje y las lonas.

-Creo que es esa cosa que dijeron que tiene.- señala Crafty mucho más apartada , renuente a siquiera mirarla en ese estado.-A la maldita le crecen carnes o no se que en su ése ….cosa.- es tremendamente incómodo hablar de sus órganos reproductores.

La osa no es mejor en el tema.

Lo intentaron por mucho tiempo pero aparte de las compresas que fabricaban a escondidas , y sobre todo fingir que no tenían que avisarle a la otra sobre esto cada vez , para no hablar del tema con los humanos ni con los chicos del grupo. Todo era un secreto cuando se trataba de sus ciclos o de la enfermedad de Picky.

El único que las abordaba sobre eso ya se había ido hace mucho y solo quedaba Bubba pero a él no le interesaba nada más allá de compartirles los analgésicos qué conseguía de formas que no les compartía.

-Los humanos nunca intentaron ayudarla.-

-Obviamente. Es mejor que la tuvieran atada a drogas como perro a su correa.- arrastra las palabras Crafty con un mal humor visible y amargo.-Nunca la curarian.-

-Ya no quiero hablar de ellos.-

Crafty sacude los hombros sobando sus antebrazos al dar una vuelta grande por la caverna a paso lento.

-No hay medicina para ella en este piso.- mira ese bulto.-Y su olor puede atraer una horda de caníbales.-

Bobby toca el rostro de Picky.

-Estás helada , debes acercarte.- intenta sacarle y llevará la a su propio espacio. 

Picky se niega aferrándose al suelo donde estaba.

-Me van a matar , me comerán si me huelen…no quiero.-

Con una mirada la osa pide ayuda a la unicornio. 

-Incluso si la movemos , aún estará igual.-

-Pero no la pasara tan mal.-

Entre las dos le llevan con esfuerzo al lugar de Bobby bajo el cableado eléctrico donde el calor se acumula. Prosiguen cubriéndola con los restos de una caja metálica para sellar su olor dentro.

-No creo que vaya a salir bien de esta.- Crafty le pica las orejas a Bobby para que la escuche.-Esta tipa come mucho cada vez que le pasa esto.-levanta los brazos buscando su atención.-Ella nos comería si pudiera levantarse.-

Bobby siempre sospecho del canibalismo de Picky , de su violencia desmedida a causa de la incomodidad de sus síntomas febriles cada vez que el ciclo se efectuaba.

Podría estar delirando pero cada año eran peores los dolores y Picky estaba enferma o algo así dijeron los médicos. Nada sabía más allá de que los dolores habían empeorado con la edad y trabajar a Picky le costaba más durante este tiempo.

Tomando un patrón de disminución de fuerza laboral en esos mismos días.

–Siempre creí que fue culpa de los idiotas que le dispararon.-

Bobby mueve las orejas de arriba abajo.

-¿Quienes?-

Crafty la mira a los ojos descubriendo su sinceridad.

-Eres de las que olvidan , debí notarlo desde antes.- cruza los brazos tras su espalda.-Boxy tiene control en los medicamentos y es bueno negociando , seguramente no nos pediría nada demasiado malo…pero no podemos subir sin dar por hecho que moriremos.- 

Bobby levantó los hombros impresionada.

-¿Planeas buscar su medicina?- pregunta palideciendo.

Crafty le mira directamente.

-¿No lo harías tú por mi?-

Bobby no puede contenerse al descubrir esta bondad viva en Crafty. La atrapa por las mejillas para unir sus narices varias veces en un beso esquimal.

La chica huye tratando de librarse de su abrazo.

 

 

 

 

Entre los pasillos sucios y cubiertos de sangre seca , hay criaturas desplazándose con una misión : conseguir provisiones.

Aquel juguete de pollo corre con una bolsa pegada a su espalda. Mira alrededor antes de saltar del respiradero para ir al siguiente.

Resultando en su caída dentro de las garras de alguna criatura.

Aguanta un grito al saber de su grupo en las paredes. Solo corta la comunicación por radio y sigue adelante con lo que fuera a pasarle.  

 Esta criatura no le permite verle al ponerlo boca abajo contra el suelo.

-Eres del subsuelo. Eres un invasor.-

Es una voz femenina.

Mantiene la boca cerrada.

-Ustedes roban comida pero no tocan la farmacia , entonces …¿Hay una clínica allá abajo , cariño?- pregunta esta criatura metiendo una garra dentro de su boca.

Mantiene su silencio en defensa de su hogar.

-No necesito nada de ti y te daré leche en polvo si tu me contestas , de otra forma te comeré y hasta ahí llegará la leche de los bebés.- 

Para comprobar sus palabras le coloca una gran bolsa de fórmula frente a sus ojos.

El pollo se ve debilitado. Negándose al inicio pero habla.

Es imperceptible para el ojo pero para el ave es claro que esa criatura fue más suave al escuchar su voz.

-Hay un doctor malvado y con él mucha medicina. Debemos saltar su seguridad para robarle lo que podamos y necesitemos.- mira esa bolsa con los ojos brillantes.

La criatura le toma en alto y con esa bolsa le lanza dentro del respiradero al que deseaba entrar al inicio.

 

 

-Le diste nuestra comida.-

-Tienen hambre y no comen carne.- le muestra su garra.-Olía a medicina y sus piernas tenían curitas. Ellos curan a su gente ,son civilizados.-  

-También yo pero los mataría si pudiera.- observa a Picky.-Ella no se levanta hace días.-

Bobby baja los hombros al ver a la chica casi en coma por culpa de lo que sea que le esté pasando.

-No puede ni moverse…-Crafty se cierra con un abrazo.-Deberíamos liberarla.-

Bobby levanta las orejas girando lentamente a su lado.

-Hazlo.-

Crafty retrocede al ser observada con esa frialdad.

-Ya perdí a muchos.- la osa cae nuevamente en este terror.-Por mi mano jamás , cariño.- 

El unicornio apunta a la chica en el suelo.

-¿Crees que sobrevivirá si la dejamos sola? Y esta vez debo ir contigo , debo ir o morirás en ese lugar.- camina por un lado sin saber a donde , sólo rodea la caverna con los hombros arriba y esas orejas sacudiendose al bufar.-No conoces ese territorio ni a su gente y seguramente van a matarte tan solo por haber estado ahí el día de la invasión.-pega la frente a la pared cercana.-Además de que somos sonrientes , somos como CatNap…no me sorprendería que nos torturen frente a la otra por lo que sucedió con sus amigos…Ni tu ni yo intervenimos cuando todo se puso feo para ellos.-

 -Crafty…- su voz se derrite cansada.-Hobart nos enseñó que-

-¡¡Hobart está muerto!! ¡¡Está muerto hace años!! ¡¡¿Cómo no puedes ver que se equivocó?!! ¡Se equivocó con Theodore , contigo y conmigo! ¡¡Lo matamos!! ¡¿No lo ves? ¡Matamos a la única persona que nos cuidaba! …- cae al suelo con las pezuñas sobre su cabeza.-Matamos a mi hermano , yo lo maté porque soy una estúpida que se esconde tras la espalda de otros.- su voz baja a un murmullo.-Soy un parásito traicionero.-

La osa retrocede aún en esa caverna. A sus ojos el mundo fue siempre egoísta.

Desde que nació con esa piel y con el hermoso cabello que todos veían con envidia antes de acusarla de ser sucia. Pasó su corta vida humana sabiendo que la odiaban antes de siquiera mirarla a los ojos y estaba bien. No le importaba.

Tenía a su familia , aunque fuera pequeña y débil.

Alguien la cuidaba y la quería y era buena.

Todos eran buenos con ella y con sus hermanas.

Eran buenos entre ellos aunque el mundo fuera es cruel y malo. Si en su propia familia no hay piedad , ¿Qué sería de ellos cuando el mundo les quisiera destruir? 

Para su desconcierto aquella fantasía se rompe en cuanto la persona que la protegía , muere.

Ahora solo es ella. Solamente ella quién aún recuerda esas enseñanzas.

Hasta las mudas.

Como los actos de piedad qué no puso en marcha a pesar de tener la oportunidad.

Pudo haberse resistido a las órdenes de CatNap y su Dios o solo permanecer impasible lo que resto de tiempo sometida a los humanos con tal de preparar a los niños.

No lo hizo.

No actuó como lo haría Dog. 

No se vio acorralada y actuó estúpidamente para asesinar a cuantos pudiera ni ofendió de frente al jefe de quienes le hicieron esto.

No fue rebelde ni valiente , solo cobarde y se llenó de arrepentimientos unos tras otros. 

-Cuando Dog murió ,dijo que nos amaba.- sube sus garras hasta su cuello , ahora libre de ese collar de hierro , hace mucho lo rompieron con herramientas de la fábrica.-Pudo decir que nos odiaba o que hizo todo por nosotros y reclamarnos por traicionarlo pero no lo hizo.- mira al escondite de Picky.-El dijo que nos amaba y ahora lo entiendo…creo que él nos perdonaría pero no para ser todavía esas niñas cobardes , sino para que cambiaramos …pero sin él me atore como esa chica cobarde… me negué a crecer aunque era mi responsabilidad cambiar para ser de verdad todo lo que puede ser.-

Crafty cubre sus orejas cansada de escucharla.

-No empieces tú también , ya estoy cansada de discursos motivacionales de porquería.- 

Bobby no se contiene esta vez. Habla y habla algo muy dentro de sí.

-Tengo 14 años y puedo con esto.- decide Bobby golpeando sus rodillas.-Puedo con esto y puedo con más. Mi hermano podía hacer esto a los nueve y yo esta vez también podré.- decide levantarse del suelo.-Puedo llevarla , puedo llevarte y puedo hacer lo que quiera porque estoy viva y es mi responsabilidad vivir porque así es como quiero hacerlo.- respira llevando las manos a su estómago.-Voy a vivir.-

-Bobby , nos pueden hacer cosas muy dolorosas.- Crafty aún teme a lo que podría suceder.

-Entonces que lo hagan.- murmura agotada.-Si piden carne , se las daremos.- suspira tomando esto como un nuevo aliento de fuerza.-Vamos a bajar con Picky y si quieren matarnos qué lo hagan.-

-Bobby…no quiero , me da miedo.-

-Y lo sé pero morimos aquí o peleando…Dog ya decidió y ahora yo decido que no me van a destruir , no desde adentro.- abraza a la chica junto a ella.-Voy a cuidar de las personas que quiero y moriré por ustedes y no para ser un juguete , sino para ser digna de mi misma.-

El unicornio exhala una espesa nube de vaho al entender a medias el deseo de Bobby.

-Seré la persona que necesite , que todos necesitábamos.-

Levanta su cuerpo del suelo con las rodillas ya tintadas por el lodo y su sangre. Apenas quedaba algo de su hermoso pelaje blanco.

-Pues hagamoslo.- CraftyCorn no está segura ni decidida

Sólo va con la corriente ,y es todo lo que le queda si no desea quedarse sola otra vez.

 

 

 

La cosecha de Bubba no fue anunciada aún.

Kickin continúa sirviendo a CatNap y a Dios.

Las pesadillas están comiéndose a los habitantes de la media tierra

Hoppy sigue con vida. Es un alivio vago saber que su cosecha no fue anunciada en ningún momento.

Es lo último que sabe Bobby de la coneja antes de bajar por las cavernas más afiladas con el consuelo de saber que ninguna criatura podría atacarlas o notarlas al pasar por esta zona externa de la cueva.

En su pecho carga a Picky en su desmejoria visible por los huesos marcados entre su pelaje.

Todo demasiado rápido.

Frente a ella Crafty usa esas pezuñas para probar la superficie de una zona completamente vertical.

Agarrándose de las paredes bajan de forma paulatina , cuidándose no tocar los cables ni cortarse con la basura metálica o las mismas rocas.

Conforme avanzan escuchan ecos de voces a través del aire.

Risas y voces.

En un punto Bobby descubre que tal vez estaba imaginando a esas personas al ver a Crafty sin reaccionar de ninguna forma a la voz más cercana que grita a su lado.

Al pasar unos días en esta profunda oscuridad ,solo interrumpida por los ojos brillantes de la otra , estos gritos son más necesitados qué las visiones bajo sus garras.

Viviendo y reviviendo el sabor de los cuerpos despedazados dentro de sus pesadillas al aire.

-Crafty.- la llama observando a un niño muerto a unos pasos de ellas en este ligero desnivel qué tomaron para descansar.-Crafty…- la llama asustada.-

Crafty deja de beber la bolsa que prepararon con avena y agua.

-¿Mhm?- mira la dirección de Bobby.

Bobby traiga seco sin poder apartar los ojos de esa figura.

-¿Puedes verlo?- pregunta temblando.- ¿Puedes ver al niño?- con trémula voz. 

Crafty mira a esa dirección y sus orejas se sacuden de abajo arriba.

 -No veo ningún niño.- niega estirando la bolsa con avena.

Bobby suspira aliviada al estirarse y tomar esa bolsa.

-Mentirosa.-

Bobby abraza a Picky contra su pecho al escuchar esa voz a sus espaldas.

La unicornio le tiró del brazo sacándola de ese espacio para irse las dos aunque ya lo tuvieran encima.

Crafty lanzó esa bolsa contra los ojos rojos.

No es sangre , es algo mucho más viscoso y ocasiona en la criatura una ceguera momentánea al estar cubiertos casi todos sus ojos frontales por las rocas.

El resto las ve irse sin mirarlo.

Intentan huir y dejarlo atrás al saltar las dos por el vacío , sin cuidado de no golpearse con tal de continuar alejándose de esta cosa. Rebotan y saltan , colgándose de algunas rocas sin saber dónde es que quedarían.

Su huida las acorralaba en el suelo de la caverna. Lo escuchan venir a causa de los impacto de roca contra sus extremidades metálicas. Solo pueden gritar y llorar al estar atrapadas. Sin aparente salida por ningún lado.

La huida las llevo a un callejón sin salida.

-Él suelo…-

La señal es el golpe muy suave de parte de Picky.

Bobby baja a Picky de su espalda y la acuesta a su lado. Preparando en alto sus garras , usa la fuerza de su espalda y brazos para golpear el suelo.

Crafty se une pisando el suelo entre gritos asustados.

Pueden verlo.

Pueden ver esas extremidades metálicas brillar por encima de ellas.

La primera en caer es Crafty seguida por Bobby con Picky en sus brazos. 

Por encima esa criatura se detiene al ver tantas rocas caer tras ellas al abismo sin suelo.

Sus propias garras las debe usar para subir al sentir y comprobar que la roca que se resquebrajo llega a su ubicación ,a punto de arrastrarlo al fondo con las criaturas ahora perdidas. Decide desviarse por un túnel de roca sobre él .

 

 

 

-Mary.-

Se niega a despertar , abrazando con más fuerza su muñeca de trapo.

-Mary …-

-Tengo sueño.-

-Mary , mate al pollo de la directora. Ven a comer.-

Con el mismo miedo de ese día despierta abriendo los ojos.

Para su horror encuentra a ese niño moreno con una camisa llena de sangre y una gran sonrisa cubierta de arañazos.

-Mercy me enseñó a matar pollos , ahora podremos comer el de la directora.- rie feliz por ese robo y asesinato.-Esta feo pero estára rico.- la ayuda a levantarse con una mano en su espalda.-Conseguimos menta para coser lo , será como un té de pollo y como no tenemos platos usaremos las tacitas de juguete.-

-Lo que es muy antihigiénico.- señala el mayor de ellos con una mirada nerviosa a un lado de ella.

Las quemaduras ya no dolían pero era lindo ser ayudada. 

Ahora comprueba que las patas amarillas de un pollo saltan fuera de una olla grande y toda la habitación estaba llena de sangre junto a la niña que tambien esta muy emocionada con la bebé en sus brazos.

-Sopa , sopa , sopa , soooopa…- canta aun lado de ella la niña rubia.-Hace mucho no comemos pollo.-

-Cuando Monic vuelva podremos comer.-

-Pero se llamaba Logan.- señala triste por el pollo en la olla. En su mente tenía todo el sentido del mundo el intentar consolarlo al acariciar sus patas , más el chico la detuvo sujetando su muñeca.

-Mary , no te quemes.- le corrige mirándola a los ojos.-Despierta.-

El caldo ahora es un montón de cuerpos al centro de sus recuerdos.

El niño es solo un charco de sangre a sus pies.

-Mary , despierta.- le insta la voz del niño en sus recuerdos.

Ella cae de rodillas al verse sola en esta habitación tan cálida en sus recuerdos.

Siendo sacudida y sujetada por las manos del gran perro naranja , la osa abre los ojos a tope.

-¡¡Despierta!!-

 

 

 

 

 

Para su infortunio el despertar le trae un dolor comparable a ser atrapada por las prensa de carne donde los metían los científicos para conocer más de sus capacidades de recuperación. 

-Ay…-su cabeza se mueve a un lado.-¿Monic? ¿Angela?- exclama al mirar arriba a la oscuridad. 

Sus ojos son conscientes de estar siendo comida por uno de esos insectos de doble articulación subido en su cabeza para comer la carne de sus heridas superficiales.

-No , no , no , no no….- grita sacudiendose aunque no logra sacarlo de su cabeza.

Vienen más. Los puede ver a contra luz entrando a este agujero donde las rocas atraparon sus extremidades.

Entre gritos asqueados su miedo deja de ser miedo. Enfureciendo por fin.

Al fin esta suficientemente enojada para crecer sus huesos y ayudarse a crecer , arrancando las rocas de sobre su cuerpo escapa de este hoyo entre las rocas.

Respira a fuerzas , aplastando al bicho en su cabeza.

Arrastra su cuerpo fuera de las rocas. Observando el lugar donde cayeron.

Es grande y sobre todo , luminoso.

Era una mina. 

Mira alrededor encontrando más de esos extraños focos de mina a su alrededor.

Hay muchos insectos y cuerpos antiguos entre los pasajes de roca de este laberinto.

Toma un puñado de tierra para hacer barro con su sangre. Lo mezcla temblorosa sobre su palma.

-Me duele…- farfulla al ponerlo en sus heridas.-Duele…- evita tocar pero necesita hacer esto para cubrir su carne de alguna infección o insecto extraño.

Duele tanto que no puede terminar la tarea. Observando al suelo entre sus rodillas.

Su pie no está.

Mira ese agujero donde seguramente ya era comida de insectos.

Gatea regresando por su pata , esperando recuperarlo y unirlo antes de quedar coja.

Entra con asco al tener que aplastar nuevamente los pedazos de insectos que se mueven aunque ya no tengan cabeza o sean solo un torso superior.

Al baja descubre a Picky en el interior. Su espalda recibió todo el impacto.

-Picky…- intenta moverla.

-Esta muerta.-

Mira a unos metros sobre ella.

Es CraftyCorn , atrapada bajo una gran roca con el rostro contra el suelo.

-Crafty…-

-Esa cosa bajara.- exhala profundo.-Deberías irte , Bobby.-

Ella mueve la cabeza de lado a lado apresurandose quitar las piedras de encima de Picky.

-Ya deja eso . Te vas a enterrar tú.- mira a la tierra a alcance de su pezuña.-Bobby…- no puede sentir gran parte de su cuerpo , ni la misma pezuña frente a sus ojos puede sentirla y moverse es demasiado difícil.

La osa grita tratando de sacar a Picky del montón de piedras.

-Vete.- le apresura al notar un temblor entre las piedras más pequeñas.-Él ya viene…- la sangre al fin escapa por su boca en un torrente espeso.

Bobby la ve y corre a su encuentro con las garra llenas de su propia sangre al solo lograr desgarrarse la piel.

Crafty la detiene con una pezuña.

-Vete a la mierda.- ordena ahora apena en un hilo.-Déjame ser la buena y vete , solo quiero ser la buena hoy , Bobby.-

La osa toma su rostro observando esos ojos brillantes por unos segundos cargados de frío.

-Gracias por ser mi hermana.- logra decir al fin Crafty.-Los amo , a todos.-

La osa retrocede lentamente al sentir como esa figura comenzaba una carrera pateando la en el proceso.

La sigue levantándose del suelo junto a ella.

Persigue esa sensación cálida. 

Entre rocas y pasillos o las mismas piedras. Corre tratando de alcanzarla en la punta de sus garras.

Chocando directamente con un muro de tierra.

Esa sensación se fue.

La dejo en la soledad de esta cueva.

No lloro al inicio.

Tal vez tampoco a las horas.

Ni al pasar un día.

Puede que se quedará aqui por tanto tiempo como tardo el barro en caerse y su piel sanar.

 

Busca su boca pero no hay más que una sonrisa.

-No me queda nadie.- observa sus garras rotas por la caída y su pelo desgarrado después de intentar sacar las piedras sin lograrlo.

Sin lograr nada aunque lo diera todo.

Logrando sacar aquello que deseaba hace mucho tiempo.

 

 

 

-¡¡¡Aahhhaahh!!!-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquella fuente eléctrica le pone de los nervios. 

Sus orejas se mueven de un lado a otro. Trata de entender como hacer esto sin verse fritos los dos.  

El humano ya seco sus neuronas tratando de conseguir un aislante pero es claro porqué era guardia de seguridad.

-Ya intente con goma , trapos , madera-

-Lo sazonaste.-

-Es porque ya olvide si la sal era contra o conductor.- mira el agua electrificada.-Me lleva.- vuelve a sentarse en el suelo.

El gato le analiza a él y a la máquina.

-Pídele que lo quite.-

Ryan levantó las cejas.

-Me quiere matar-

-Te quiere ver de frente , solo pídele que lo quite.-

Ryan bufa sonriendo seguido de ponerse de pie.

Una vez arriba y frente a la cámara es que se percata de lo que estaba apunto de hacer.

-Doctor.- lo llama esperando repetirse.-D-

-Dime.-

El gato en su lugar mueve las orejas y la cola de lado a lado. 

No esperaba una respuesta tan inmediata.

Ninguno de los involucrados esperaba esa reacción ni la tan rápida respuesta al llamado del humano.

-Necesito que quites la electricidad de esta zona.- Inhala y exhala.-¿Puedes quitarla , por favor?- 

El gato observa al humano y el entorno , esperando que esa petición no ofendiera al científico loco e intentará matarlos de una sola vez…la pasaría mal porque no planeaba dejarse matar , no por él.  

-Creí que serías más orgulloso o inteligente.-

-El orgullo no nos lleva a nada bueno , ¿No crees , Sawyer?-

Es una espera de dos segundos respondida por el término de la corriente eléctrica. 

 -Harley…-

-No me hagan esperar.- apresura por último.

El gato comprueba el estado de esa agua y puede ver que estaba bastante sucia por los cuerpos de algunos juguetes caídos en la trampa y la búsqueda de agua.

Suspira y pasa por delante del humano en búsqueda de alguna trampa.

Ryan va de segundo a su paso. Inmerso en sus pensamientos solo puede quedarse con lo que acababa de suceder con el loco y él.

En el camino hay un solo obstáculo que puede pasar con esa mano y ver , para él horror de su vena instintiva, al gato saltar el vacío de un lado a otro sin problemas por su largo cuerpo y patas resistentes.

Claro que algo sale mal. Todo siempre debe tener un problema y en caso de esta misión , es ser electrocutado la mano que uso para balancearse y por su estúpida caída llevarse a CatNap consigo en un choque comparable a derribar a un gato en pleno salto con una pantufla.

Nada de daño, solo un nervio expuesto y una caída innecesariamente aparatosa. 

Su costado cae sobre metal , casi recibe esa pata sobre el pecho pero el felino prefirió irse de lado a matarlo por error , golpeándose con las paredes de las jaulas.

-¡¡¿Harley , qué demonios te pasa maldito?!!- grita en el suelo tras el golpe y el impacto.

-Estoy siendo amable.- ríe acompañado de su rencor.-Te hare llorar como nunca.- termina abriendo unas puertas.

El gato pierde pelo de golpe al escuchar ese sonido chillón a unos metros.

Es una pesadilla pero no es la de pisos superiores.

Esta cosa es mucho más bonita pero su olor es terrible.

-No necesito esto.- gruñe el gato más que dispuesto a tomar al humano y saltar por encima de las jaulas.

-Para ti también tengo algo bueno , 1188.- le avisa este doctor antes de verlo resistirse al juego.

El gato gira pateando a la criatura banco y negro. Todas las jaulas se abren. Saltando del interior las criaturas dispuestas a pelear por su libertad.

-Vamos , Ryan. Muestrale a esta “Cosa” de o que eras capaz.- canturrea el doctor por las bocinas.

Este hombre corre por un pasillo tratando de entender lo que sea que este pasando entre los circuitos eléctricos y las paredes cerradas.

-Doc , la verdad es que no entiendo como controlas a los juguetes , ¿Como lo haces?- pregunta esquivando a un cuervo qué le sigue de cerca entere los pasillos. A su paso puede ver a ese gato luchando por sacarse de las patas a más de una de estas criaturas y a la grande que insiste en intentar comerse sus patas pegada a sus tobillos.

-Uso sonido para hacerlos moverse. Utilice el refuerzo positivo para las órdenes pero las reglas fueron impuestas con castigos. Al mismo tiempo los hice afines a una sarta de horarios y patrones de comportamiento.-

-Entonces los entrenaste como a perros.- empuja a un cocodrilo con la suela del zapato al detenerse frente al monitor de seguridad.

-Lo resumes y haces que suene más sencillo de lo que es.-

-¿El tipo que me interrogó también te hizo esto?-

El doctor recordó ese momento de su no-vida con amargura.

El gato bufa en alto al ser mordida por quinta vez su cola y perder otra vertebra dentro de esa boca de tiburón.

La sujeta buscando recuperar su hueso con las garras al apretar su gaznate y ponerse en dos patas para buscar dentro de esa boca. Corre a dos patas trayendo sombras profundas para el lugar que ya era una sola oscuridad.

Al ser más alto lo siguieron , demostrando que sus sentidos comunes fueron destrozados por lo que sea que pasará en esta zona de jaulas.   

-¡Dog no quiere que los matemos pero a mi no me importa! ¡¡Haz algo , de una vez humano!!- le advierte lanzando a un par contra la pared sin llegar a matarlos con una patada. Corre esquivando a la grande.

El mismo doctor se siente estúpido al verlos ir detrás de un solo objetivo en vez de dos porque al parecer es lógico para ellos. Un error en el entrenamiento de las pesadillas en este piso. 

Una jaula se sacude a causa de una oveja enojada.

 La grande comienza a tener problemas al no ser este un juego que le gustará como perseguir y morder. 

Patalea y gruñe buscando sus huesos entre sus rabietas.

Ryan aprovecha no ser el centro de atención para revisar el lugar.

-Harley , ¿Porque haces todo esto?- pregunta al abrir una puerta con baterías de una jaula vacia.

-Para matarlos.-

-Me refiero a todo.-

-Porque soy Dios.-

- ¿Y cuando nos conocimos?-

-Eso fue–

-No tenias que ayudarme pero lo hiciste y las flores tampoco tenían porque ser manejadas por mi.-

Entre las sombras los recuerdos vuelven al presente.

-No vas a convertir esto en una pelea emocional , ¿Crees que te dejaré ir tan fácil?-

-Quieres hacerlo pero no tienes como decidir si lo quieres o no.- levanta la mirada para observa esa cámara de frente.-¿Qué sentiste al saber que primero probé a tu enemigo y no a ti? 

CatNap baja y sube las orejas medio atento a la historia y a la vez intentando no aplastar a las criaturas que tanto lo estaban molestando.

El doctor exhala en la bocina.

-Me dolió y mucho. Ese idiota no se lo tomó bien y vino aquí , directament a torturarme cono se le ocurriio.-

Ryan intenta seguir su propio ritmo ya una así tropieza al escucharlo. Sinte culpa y ahora es hacua este hombre. Agotado.

-No te lo digo para que me tengas lastima sino para que sepas que no soy un chiste no soy alguie que pasará por todo esto sin ensuciarme las manos.- observa a Rtyan abrir las primeras puertas.-Contifo las cosas que pase fueron las que sentí más ligeras.- recuerda muchas cosas revueltas de su vida.-Te recuerdo ser un un tipo raro que gustaba de comer con las manos pero usadas cubiertos aunque le molestara el sabor del metal , también eres la persona que más me llegó a amenazar con solo levantar los brazos.-

CatNap comienza a entender mejor lo que sentían los amigos de DogDay cuando ellos dos se volvían sinceros con el otro en público. Es demasiado vergonzoso estar presente en esta situación. Más el estres de esa oveja tratando de morderlo con esos dientes llenos de una cosa que le escose la piel tan solo con su saliva. 

-No lo parecía.- señala el humano buscando otra batería.-Siempre estabas helado.-

La voz le responde.

-No iba por el mundo compartiendo cuantas reacciones tenía , diariamente.- 

-Tienes un punto.-detiene su carrera frente a un monitor.-Presumes los besos pero nunca hicimos nada mejor que eso.-

-Porque al señor le daba miedo.-

El gato y la oveja voltean a la vez al escuchar como ese humano golpea el monitor con ambas manos.

Los más pequeños también quedan a medio paso al sentirse extraños.

-¡¡No es cierto!! ¡¡A mi no me daba miedo un carajo!!- grita y golpea el panel de control.-¡Yo nunca tuve miedo!- apunta a las cámaras entre gritos.-¡Saca la cabeza de tu puto culo , Sawyer! ¡No intentes mentir sobre mi propia maldita cabeza! ¡Eres un miserable mentiroso!- un tiburón quiso morderlo por la pierna.- No iño , vete allá están jugando.- lo voltea tirando de su cola con un tono más suave.

El tiburón va donde CatNap.

El gato baja las cejas con un gruñido profundo.

Las criaturas y el gato siguen peleando, apartándose de la discusión.

-Seré un monstruo en muchas formas pero no un mentiroso , casi.- ríe amargan al verlo tan enojado.-Somos mayores , podemos hablar tranquilamente sobre lo que pensamos.-

-Para empezar , nunca te tuve miedo Sawyer.- logra abrir la puerta.-Mierda.- un cadáver en el suelo le hace sonreír por impulso.-¡Solo eras un flaco nerd de lentes de botella! Solo un estereotipo de hombre inteligente que me prendía.- 

-Seguro que no te asus…- queda a medias al escuchar la parte prendida. Mejor la ignora para mantener centrado en el presente.-Pero ya no soy ese tipo ¿Verdad ?- Solo observa como el humano pelea por ir a la siguiente estación eléctrica.-Eres un tipo muy valiente pero no un estupido.-

-No creo que estés tan enojado solo por eso.-

Sawyer siente que el lado se volteo otra vez.

-No estoy enojado.- niega calmado.-Solo estoy apunto de matarte.-

 El hombre en la carrera de la vida y la muerte señala a la camara.

-Acabas de inventar algo tan estúpido solo por eso.-

-No lo invente. Yo no inventó ningún hecho , solo los utilizo. - su atención va al gato que ya logró subir a la espalda de la oveja y mantenerse ahí con el cuerpo en un completo arco cual mascota de bruja.

Ryan insiste en desarmarlo y el hasta ahora ha sido paciente y solo juega con él. Solo ha salido herido una y otra vez , no era posible que lo permitiera por más tiempo.

Sube el peso de su ataque tan solo para nivelar las cosas.

-Es curioso pero más de una vez he visto a víctimas de abuso en un patrón donde suelen mantenerse juntas , es algo inherente que leí en algunos estudios de la universidad. Y los experimentos en esta fábrica me lo demuestran cada vez más claramente.-  

El humano ya no responde y el gato no muestra la cabeza al mirar abajo solo para empujar con una pata a una criatura ruidosa.

-Son patrones curiosos en el comportamiento humano y más por las contrariedades de los mismo casos.- exhala recordando vagamente esos estudios.-Se colocan a varias personas en una habitación y estos pueden tardar mucho o poco en reunirse entre los que se consideran iguales.- observa a Ryan conseguir una batería.-Parece que se limita a la reunión de géneros o supuestas razas pero va más allá , va hasta lo más recóndito de la mente y penetra en el subconsciente. La búsqueda de seguridad y comprensión por parte de los congeneres humanos. Algunos buscan a otras víctimas para sentirse comprendidos , otros como un instinto de protección se unen a grupos desfavorecidos para sentirse parte de un grupo que les dé la bienvenida y algunos más extraños , se rodean de victimarios para conseguir de vuelta el control de sus vidas. El control de sus cuerpos qué ya desconocen de lo muy maltrechos que se encuentran … ¿Les suena familiar alguno de estos casos?-

En un arranque igual dos voces le ordenan con rencor. 

-Ya callate.-

Contrario a hacer silencio el doctor prosigue al encontrar esas venas debilitadas.

-Es por eso que te gustaba a ti.- señala frío.-Estabas tan asustado y herido qué solo aferrándote a un monstruo pudiste reparar los pedazos que otros cortaron directamente de tu carne. Porque sabes la clase de desquiciado que soy y aún así te acercaste y me buscaste y encontraste tu apoyo en mi.- su humor sube al recordar esta parte de su relación.-Yo era tu mundo , cuando me escuchabas , cuando me obedecias eras mio y dejabas de ser aquello que tanto te daba asco. Porque no hay nada peor para las víctimas qué habitar ese pedazo de basura sucia y usada , desechada qué son. Loa que sabías que eras y eres.- 

Por error el humano tropieza junto a la zona de carga. Poniendo ambas manos en el suelo.

-Si. Creo que así estabas cuando te encontré. Miserable , roto , sucio hasta lo irreconocible y completamente avergonzado de estar vivo.- suspira al verlo tomar la batería sin moverse después de lograr eso.-Te sentías tan pequeño y tan solo , eras una larva asustada del mismo sol , así que dime ¿De qué te sirvió ser tan alto , fuerte e independiente? Solo eres otro de los juguetes en esta fábrica , aunque tengas esa linda piel , eres nada sin mi , sin lo que hay en estos muros para protegerte y lo sabes.-

Una criatura viene a su dirección a punto de morderlo.

Sin llegar aunque no tuvo las fuerzas para levantarse.

La pata del gato lo atrapó y llevo devuelta al montón que intenta morder al felino.

-Ahora , abre esa puerta ,viejo.- lo apura sin más emoción allá de esa queja.

 El humano toma la batería con fuerza y corre.

 Llega a las conexiones logrando abrir la puerta.

Por órdenes ya instauradas las criaturas abandonan al gato que ahora al fin puede saltar por encima de las jaulas y subir para golpear el metal del techo con la espalda. Repitiendo los golpes para escapar antes de que la electricidad de estas celdas se viera resturada por ese doctor.

Salta aunque deba dejar al humano dentro de ese espacio y saltar fuera del techo para subir a esa zona segura en el pasillo del lugar. Mira abajo con las orejas arriba.

Demasiado.

Escucho demasiado.

Sus piernas tiemblan al retroceder y respirar con esfuerzo.

-Maldito.- suspira llevando las garras a su cabeza.

Debió quedarse en el campamento , esto es estresante y no físicamente. Solo su mente está siendo torturada por el cansancio. 

-Podría estar descansando y tomando algo bueno , seguramente Hobie ya estará de vuelta y podríamos hablar … ¿Porque me fuerzo a esto?- gira poniéndose a cuatro patas para seguir este pasillo. 

A su paso llega a una zona cerrada. Olfatea con cuidado para comprobar la ausenciadel gas. Entra lentamente a paso suave.

-CatNap.-

Su cuerpo entero saltó contra una pared al escuchar esa voz suave a un costado de su ubicación.

Es esa osa en una esquina. Lo mira con un silencio pesado y esa capa sobre su cuerpo cubriendola por completo menos el frente , su rostro.

Ahora a la luz puede verla. Sus ojos brillantes y ese cuerpo inclinado. Çherdas y suciedad sobre su cuerpo.

-Bobby.-

-Maldito.- le responde.

El gato baja las orejas viéndola temblar y no de alegría.

Lo observa esos puños cerrados con fuerza y su boca exhalando vaho.

-...- no logra hablar con ella.

Bobby abre los puños.

-Yo te-

Para el sobresalto de los dos hay un gran estallido en algún punto que no pueden ver.

Seguido de la aparición de ese humano completamente pálido.

-Oh, dios…- exclamó al verla , volteó con esfuerzo a ver a CatNap.-Debemos movernos.- mira a la osa.-¿Me prestarías una tira de tela?- le pide nervioso.

Theodore al fin lo mira , encontrandolo con un peluche de dragón aferrado a sus hombros sin despegarse de su cuello.

 

El estallido continúa.

Escuchando ambos un sonido conocido.

Helando su sangre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Hace cuanto no habla con alguien nuevo? 

Piensa y mira a su grupo sentirse pequeños a comparación de todos los que bajaron. Debe calmarlo pero ya no servirán sus palabras , debe seguir adelante y ser …el adulto. 

Infla pecho y se desinfla aun de espaldas al grupo de desconocidos y de su propio grupo.

Sus manos deberían estar llenos de sudor pero solo están hechas una cascada en vez de parecer manos.

-Espera , no puedo , no estoy listo.-murmura al sentir como las decididas piernas de Kevin lo llevan allá.-Entonces yo hablaré .- murmura preparándose para saludar.

Entonces la criatura caja lo mira.

Inmediatamente sus piernas no son tan valientes y se retraen un paso después de haberse acercado tan seguro y macho con el pecho inflado.

-No es justo.- murmura al ser devuelto por ese valiente caballero.-Hola.- saluda un Jack más relajado que el nervioso Matthew.

La caja lo mira de arriba abajo.

-¿Hay varios o solo ya enloqueciste?- pregunta serio.-Para saber si necesitas ayuda de uno de tus amigos.-  

Doey aspira y levanta tres dedos sin escir más.

-Un amigo era nueve y se perdió.- añade la caja al sentir que fue grosero.-Creo que tres esta bien.- suspira relajándose y saliendo de su caja al no tener que ser quien rompiera el hielo.

-¿Nueve? Yo apenas aguanto a estos dos.- señala Kevin.-Pero no somos malos. Solo esta nervioso.-

-Ni que me estuvieran ligando.- interrumpe la caja con una expresión aburrida.

-No para nada , estamos siendo serios.- niega con ambas manos la criatura azul.

El Bunzo qué los escuchaba de forma no tan diimulada bufa al no ser tan jugoso como pensaba el chisme. 

-Estamos trescientos de nosotros. No somos comida.- advierte al fin serio el azul.

El rojo mueve la mandíbula al respirar.

-Estarán bien con mi grupo , es aparte de La Guardería pero ya se mezclaron por el problema que tuvismoa al bajar.- señala a todos.-Los Bunzo de m sección usaban sombreros de fiestas rojos y los de La Guardería usaban verdes , veo que los tuyos no usaban y ya.-

-Los tenían pero eran de tela de arroz y se tuvo que comer todo.- 

Boxy mira a ese grupo.

-Me da envidia.- mira al azul.-No lastimen a nadie , son efusivo y podrían ser impertinente. Espero que respondan igual o mejor se aparten.-

-Entonces esperas que simplemente aguantemos.-

-Si , como nosotros con ese olor a gasolina de ustedes.-

Queda claro que no hay secretos.

El azul levanta la mano esperando saber si la caja confía en él.

En este punto tocar se era algo que muchos , por Nop decir ningún , juguetes permitirían ni aceptarían hacer a menos que fuera estrictamente necesario.

Esta vez ambos pudieron unir sus manos en un apretón cordial.

 

 

 

 

Al mismo tiempo, los gatitos qué estudian el manual de la radio se sobresaltan con una voz.

-...equipo marrón , confirmamos el contacto visual con un edificio extraño.- 

Las orejas de los felinos se mueven asustados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Hasta luego y muchas gracias por leer.
Debo aceptarlo , soy demasiado blanda.
Y ustedes muy lindos por seguir o haber llegado hasta aquí.

Chapter 113

Notes:

Empezamos a quemar las palabras

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

Necesita pasar rápido pero la reja es claramente eléctrica.

Los cuerpos de algunos juguetes permanecen cerca y en más de una forma se veía que no fue el gato de colores quién los asesinó. Escena limpia y sin una sola gota de sangre.

El humor suele dejar un entintado claro en las paredes qué las hace ver oxidadas , carentes dichos matices en este pasillo.

La falta de sangre y sus extremidades extendidas en todo su largo al momento de morir en una agonía momentánea pero más que nada rápida y le sirve haber sido electrocutado hasta la inconsciencia y después de ella en muchas ocasiones.

Nada como la experiencia para saber de qué mierda se habla aquí. 

Calma.

-No podré moverlos . Perdóneme.- pide retrocediendo un paso para observar el espacio con una mano en su nariz de perro.-Llegue tarde , lo siento.- murmura observando sus figuras por unos minutos.

Relajando su enredado estado psicológico para esta tarea.

No sabe una mierda de electricidad y su enciclopedia obviamente se niega a acompañarlo.

-Si…- su humor cae de nuevo al pensar en Bubba.-¿El también lo sabia?- se pregunta solo escuchando a Kickin gritando sus secretos en alto y con tanto resentimiento.-Por eso los niños de este piso ni pensaron en intentar hablar con Theodore o contigo… ¿Al menos serviria de algo?- otra vez el mal humor llega a su cabeza tiñendo de rojo sus pupilas , todo su ser es rabia por un momento.-¿Porque insistes en mostrarme que es un error permanecer contigo?- gruñe expulsando un torrente de saliva ya fuera de su control 

Creciendo sus hombros por un solo segundo antes de golpear su frente con un puño. Sacude la cabeza para despejarse y volver al presente.

-No , no tengo tiempo para enojarme , no tengo tiempo para sentirme estúpido.- murmura decidiendose a cometer una gran estupidez , la primera de muchas que haría solo en estas dos horas consiguientes.-Tengo tiempo para ser un líder y tomar la delantera , eso si me sirve.- suspira y continua con sus planes tontos.-Asco.- gruñe al casi pisar su propio charco de saliva.-No pierde ser que un tipo tan asqueroso le guste a Theodore , creo que esta mas loco que yo.-

De su cierre saca una caja de cables de auto , robadas de la cochera del buen Ryan, del interior desenvuelve las dos mandíbulas metálicas dejando caer el rollo completo en el suelo.

Pega los dientes de un lado de los cables a la reja y va por la segunda conectandolas.

-Vaya. No resulta como esperaba.- dice con la mano en la boca al ver que no llovieron chispas eléctricas.-Bien.- revisa su cierre buscando la siguiente tontería que usaría.

Una botella de agua.

La abre y la vierte contra la reja.

El resultado ahora si es la lluvia de chispas eléctricas y su propio cuerpo se vuelve víctima de sus acciones al explotar los delgados rayos eléctricos en su contra al ser de material estativo con su pelaje.

El estallido salta el foco más cercano y con ello las cámaras pierden conexión.

El dueño de la vigilancia se preocuparia y enviaría a su sabueso infernal a asesinarlo , sino estuviera ocupado y distraído con su fallido amor de los veinte.

-Bien.- suspira al comprobar que sí funcionó esa tontería que intentó hacer de niño pero se necesitaba más herramientas que solo un cable de licuadora.

Los cables para auto ya no son una opción , están perdidos al estallar en pedazos por el centro.

Vigila sus alrededores tomando las rejas de una celda del pasillo. Pisa la superficie y tira sacándola de la pared.

Una pantalla sobre su cabeza se enciende por segundos en los que un ojo lo observa y esa misma pantalla es quemada inmediatamente por el mal estado de las conexiones eléctricas.

Sigue adelante sin hacer más con esa incomodidad.

La música de la radio es la señal más obvia para empezar a moverse. Los CatNap , que al fin pudo tocar y son deliciosos al tacto …no. 

No puede fingir y solo en esta situación exenta de compañía se puede dar el tiempo de meditar al seguir el rastro de Theodore y Ryan.

Ahora le preocupa que tanto se ha desviado su tendencia sexual y él porque sintió tan extraño tocarlos y no pudo seguir adelante con un abrazo , no como fue con otros juguetes.

Desde que llego le a sido difícil tócate a cualquier juguete que no sea su conocido. 

Quizás es más claro que con otros juguetes , que ellos son como él y tocarlos es como tocar a una persona sin su concentimiento. Ganándose una reprimenda inmediata de su subconsciente una vez pensó en cargar a uno.

Con los niños eso no le ocurría y mucho menos con los adultos.

Se detiene en medio del pasillo.

-Estoy olvidando mi humanidad.-

Incomodarse de manera física le es imposible a una persona mentalmente sana al cargar a un animal , muy contrario a tocar a otra persona. A tocar a sus amigos o a otros juguetes.

A este punto de su maltrecha vida , su propia naturaleza se siente cómoda y natural entre sus iguales.

Estos juguetes son su raíz y la humanidad a la que le queda aferrarse una vez le es claro que no habrá científicos ni doctores qué lo puedan volver humano , jamás.

Entre ellos son humanos , entre ellos está su hogar.

Esta es su realidad , este es todo lo que es él.

No pierde su humanidad , se transforma.

 

Tarda unos minutos en este pasillo para seguir con su camino lentamente , paso a paso , volviendo a su carrera y más animado.

 

 Llevando consigo la puerta metálica sigue el rastro de las pastillas de ese humano.

Su medicina era extremadamente amarga y el aroma aún peor. Lo sigue al estar más familiarizado con este qué con el nuevo olor de Theodore , aunque aún lo aboreara después de cuerdas cosas , aunque puede sentirlo en cada giro donde ese gato se pegó o recargo algo de su huesudo esqueleto.

Le dará aceite de bacalao por galones cuando salgan de aquí. O mejor aprenderá a pescar.

Sobre su cabeza cae una criatura de la prisión , abrazando sus orejas cuelga mirándolo a los ojos después de rebotar sobre su cabeza.

-Hola.- saluda mirando esos ojos brillantes.

Baja el brazo que subió por instinto para tomar a esta criatura y azotarla contra el suelo.

-Hola.- saluda aliviado de no haber actuado más rápido.

La rata parece comprobar el lugar antes de acomodarse panza abajo en su cabeza. Soba su frente.

-No puedo creer que te dejaran ir solo.- murmura arrancando una araña que había caído en algún punto sobre su cabeza.

El perro tiene respuestas claras.

-No los necesito ni me necesitan.-

La rata gira estirándose sobre su cabeza.

La nueva visión sobre lo que era este nuevo mundo por conocer junto a sus iguales le hace preguntarse si era correcto que permitiera a esta criatura subir sobre él o si se podría contar como infidelidad…¿Él y Theodore no hablaron sobre regresar?

Theodore sabía de los niños y Kickin pero no le dijo nada.

La rata dice algo cargado de ironía burlona. 

-Yo creo que eso es justo , pasaste mucho tiempo muerto.- mueve las patas relajándose con la melodía de su propia cabeza.-El prototipo ya llegó aquí , lo vi.- le informa acariciando sus orejas.-Estas muy guapo , te vez tan salvaje y sucio , grgrg…- ríe rodando de lado alado.

-Ya lo se.- responde a la información sobre el prototipo y no niega algo que necesita actualmente para mantener un poco de su migajera autoestima viva.

La rata ríe más fuerte al escuchar que no negaba su atractivo o respondía humildemente. Definitivamente era el perro que los cuidaba en Dulce Hogar.

Era ese mocoso engreído y mandón.

-¿Para qué la puerta?- pregunta señalando el montón de hierros.-Estas en una zona cerrada , no creo que te sirva de mucho como defensa.-

Eso no lo responde. Entrealidad ni él lo sabía , solo la trajo como un tipo que anda por el bosque y su cerebro lo hace recoger un palo diferente cada ciertos metros para defenderse de hipotéticos depredadores.

 

-Para algo.- miente y mira al camino cubierto de ese humo rojo.-Por una mierda…- susurra deteniéndose.

Este si era un problema. No le quedan las máscaras , no trae bolsas de plástico transparentes para aislarse ni una compañía qué le proteja mientras esta inconsciente. 

La ratita parece amable pero seguramente no estaba al nivel de oponerse a gigantes , no con esas lindas garritas tan pequeñitas y lindas.

La dichosa rata en su cabeza le golpeó varias veces con esos puños de algodón , sin efecto más allá de hacer un sonido de tambor profundo.

-Eres grosero , jejeje..- salta de su cabeza a la pared , dezlisandose por las rocas con sus garras.-Deberías rendirte y abandonarlos.- mira al perro aun pensativo.

-No soy de ese tipo , Willow.- piensa mirando al techo.-Eres de mi generación , ¿Me recuerdas?- pregunta apuntando su propio rostro.-Yo era-

-Ya lo se.- mira a esas nubes rojas.-También conocí a tu noviecito de niños…- suspira moviendo las orejas.-Me gustabas , tenias los huevos donde van.- admite con las patas en la cadera.-Creo que es liberador decirlo ahora.-mira al perro.-Eras un viejo sin arrugas.-

Este mueve las orejas.

-Lo siento.- 

-Esta bien.- vuelve a mirar a las nubes rojas.-Me debes un montón de cosas por ese chico.- mueve esa larga cola de lado a lado.-Perdí un concurso de chocolates porque el tonto ni se esforzó en competir ¿Quién es tan alto y no le roba a los más debiles? Tremendo puto.- murmura frustrado.-Nunca creí que él fuera tan valiente , pero lo vi hacer tantas pendejadas…y di por hecho que tu apendeja pendejes lo contagio.-

-Había olvidado como eras.-

-Yo también.- mira al perro.-Me dieron muchas pieles ….muchas pieles fueron mías y aún más máscaras utilice.- toca sui boca actual.-A veces me perdía y gateaba como el resto y otras veces volvía pero ellos lo notaban y volvían a cortarme y meterme en otra piel.- sacude las orejas.-Debo admitir que de todas las que utilice , CatNap fue la más cálida.- abraza sus hombros.-Los CatNap no son rudos pero es increíblemente difícil romperlos. Ellos aguantan , duermen y siguen adelante. Me ayudo mucho esconderme entre ellos en este lugar.-

El perro baja a su nivel para escucharlo. Estorba con cuidado sui mano para averiguar si era permitido romper la distancia.

-Aqui abajo el mundo era frío y doloroso , nos humillaban porque las operaciones qué nos hacían muchas veces nos dejaban con dolores profundos y nos costaba caminar.- bufa amargo al sentir la mano del perro sobre su cabeza.-Nos llamaban de muchas formas y nos golpeaban más cuando no podíamos evitar llorar por el dolor.- mira sus garras.-Cada vez que me encontraban era lo mismo “Vamos , ya lo hiciste antes. Ya no debería doler.” “Lo haces bien así que deja de pelear” como si por hacerlo más veces fuera a doler menos.- mueve la cola ahora satisfecho.- Así que le corte los tobillos a un tipo y lo lleve a un lugar solitario para que se arrastrara hacia la salida o lo arañaba otra vez. Y lo hice cada vez , incluso cuando ya no se movía lo arrastraba de vuelta y lo arañaba. Hasta que solo era un hueso lo que estaba rascando.- aplaude relajado.-Yo le hice eso a un tipo que nos maltrataba pero ese gato tuyo le hizo lo mismo a juguetes que nunca lo lastimaron solo porque le parecía que era justo.-

-Theodore se arrepiente-

-No , a lo que me refiero es que él hizo todo eso una vez te moriste y todos pasaron esta maldita vida pensando en el mundo mejor en el que no te vendía y eras el mejor líder de todos.-

-No tiene sentido.-

-Todos creamos una mentira para sobrevivir y el pensar que tu nos hubiera protegido como lo hacías con tu grupo en el resplandor de las flores era parte de nuestras mentiras más bonitas.- apunta al humo.-Y yo también la creía pero hoy estas con ese tipo ¿No te das cuenta de a cuántos de nosotros destruirás con esto?-

Claro que lo entendía. Es como ver a su hermano ahora. Con dificultades muy serias pero con una esposa e hija.

Ese tipo tenía una familia mientras él se pudria en bolsas de basura bajo tierra.

En la oscuridad y sin la capacidad de tan solo acabar consigo mismo , nada. 

Aún con todo eso lo dejo ir porque no deseaba que su sobrina terminara en este mundo cruel tan sola como él. 

No puede decirle esto a Willow , no ahira que ya sabe sui historia y seguramente sería incomprendida en la apresura de la situación. El peso y las razones para su actuar. Tofo lo qie significaba ser DogDay.

-No soy responsable de lo que imaginan o no.-

La rata lo escucha y su cola es más evidente al mostrar su indignación con un latigazo al suelo.

-Tampoco eres responsable de salvarlo pero aun vas contra todo lo lógico para incluirlo en esta carrera al exterior. - señala su propio pecho.-Si crees que es justo estas equivocado , muy equivocado.- 

El perro exhala.

-¿Qué te parece que debería hacer para que todos sean felices?- lo cuestiona.- ¿Matar a Theodore? ¿Matar a los sonrientes que me traicionaron? ¿Qué se supone que haga para que sus ilusiones no se rompan?- toca los bigotes de la rata.-Tuviste muchas pieles , seguramente conoces algo de cada una y son cosas que yo no pero esta es mi piel y me haré responsable de usarla. Los sacaré de aquí , así sea que me maldigan cuando la paz regrese.- retrocede más animado al hablar con alguien con ingenio para darle la contraria.-Les puedo prometer que muerto o vivo. Los llevare a vivir tan en paz qué podrán odiarme sin miedo en vez de trabajar.- 

Toma la reja y mira a las tuberías de las paredes. Ya descubrió en qué usar este “Palo de sendero” 

-No tengo idea de como vaya a salir lo que voy a hacer.- su voz va acorde con la sonrisa perpetua. Mira a la rata y corre adentro con ese metal en alto.-Aha… Mejor toma distancia , lindura.- suspira con un quejido amargo.

No estaba de humor en ningún sentido y necesitaba hablar con Theodore y sacarlo del alcance de esa cosa. No hay tiempo para tontos impedimentos sin sentido.

-No te acerques , Willow.- avisa a la rata tomando la reja metálica por encima de su cabeza. Aspira aire limpio hasta hincharse sus pulmones. Y embiste.

La rata levanta las patas superiores abriendo sus ojos en grande al ver la gran estupidez que este perro comete sin pesar ni cálculo alguno. La locura e imprudencia más imbécil que haya podido presenciar nunca antes esta criatura.

Acaba de usar esa maldita reja metálica para destrozar todo como lo haría un camión al chocar.

No se queda en eso. Comienza a girar sumando las rodillas y espalda para impulsar esa reja contra la fachada. Destroza las tuberías con el gas liberando olas sin control.

Se regresa y corre de vuelta con nuevo aliento.

Como si ya no le quedará nada por lo que vivir sigue adelante creando una ola de humo cada vez más alta a su alrededor.

La rata levanta las patas emocionado al descubrir que entre la imbecilidad hay un plan crudo y burdo.

El lograr que las cosas exploten derriba por completo las tuberías de gas y solo es por algo tan sencillo como el hecho de que aquel desgraciado que controla todo en la prisión no permitiría que un perro mordiendo tuberías le estallara la casa. 

Cerrando la fuente de gas de esta zona antes de que llegara el fuego a él.

El perro regresa apenas un solo milisegundo antes de ser alcanzados por la ola de fuego qué les estremece , la rata tuvo que ser sujetada por el perro al correr por los pasillos de la prisión en búsqueda de una intersección qué les sacara del avance de la bola de fuego.

Cayendo por un grieta grande en el suelo , este perro logró apartarse de la llamarada.

Escuchando algo muy diferente entre las llamas.

Un grito profundo qué desconoce. 

La rata atrapada bajo su brazo no lo desconoce. Sus ojos brillan incomparablemente al escucharlo.

-Deberíamos irnos.- murmura agarrándose del perro.-Huele a metal.-

Hobie sube de vuelta con un salto. El calor del ambiente le golpea creando una capa de vapor alrededor de su pelaje podrido. Puede que por fin se le quite ese olor raro a sal qué se le pego cuando lo lavaron con yodo.

Su carrera lo lleva devuelta a esa clínica.

Detenido por algo inesperado. Algo grande.

Muy inesperado. Indeseable..

Detiene su carrera frente a la clinica.

-Vete.- ordena bajando la espalda para que la rata se vaya segura.

El roedor en su hombro baja y corre por el suelo sin detenerse al estar demasiado asustada.

El perro exhala al ver a esa cosa después de tanto tiempo. Mucho tiempo.

Es más grande y gorda. Su metal era el mismo de siempre pero las patas son distintas.

Puede ver piezas de garras rojas y la cabeza de un par de juguetes moviéndose opegadas con cables y carne a ese torso alargado.

-Perrito.- saluda al verlo.-El maldito perrito de Theodore , tan lindo como lo recuerdo.-

El mencionado retrocede un paso. No es un cobarde , nunca lo fue y aún así debe saber que morir no le servirá aunque por esa necesidad causada por años atrapado por las memorias de su familia. No puede irse corriendo como debería al estar solo.

Manteniéndose firme frente a este monstruo.

Frente a la raíz de todos los acontecimientos dentro de este infierno retorcido.

-Hola , Dios.- saluda.-Me hablan mucho de ti desde que volvi a casa.-

La criatura estira su cuerpo cubriendo con su sombra al perro aun firme.

-Si ladras , y me gusta , te dejaré morir en cinco días.- le advierte.-Solo disfrutaré de tus gritos por cinco deliciosos días , perrito.-

El perro exhala y su espalda se eriza con esta instrucción tan contundente como la de los científicos que le describian exactamente donde y como lo cortaran para después pasar horas enteras cortandolo o electrocutándolo en una mesa.

Como en ese momento responde profundamente.

Esta vez no cruzan por su cabeza ninguno de sus amigos.

Cruza el grupo de gatitos y el más grande y qué tan lindo sería verlos a todos en el campo de flores en el terreno cercano al río donde comió tortugas vivas.

Sería hermoso ver a Theodore dormir bajo el sol y mover esa cola perezosa para espantar las mariquitas de sus orejas , entre verdaderas flores y nubes qué lo cobjen del brillante sol.

Su condenada sonrisa toma valor al estirarse sus comisuras ahora afiladas.

-Guau guau.- corre.

Corre sin pensarselo.

En la carrera lo siente muy cerca. Revisa su cierre pero es difícil , muy difícil , concentrarse en aquello que necesita sacar sabiendo que esa cosa lo sigue de cerca con esas garras tratando de partirlo a la mitad con cada zarpaso lanzado adelante.

Si lo alcanza será todo.

-¡¡ , tú maldito perro vulgar!! ¡Tu hiciste que se volviera rebelde! ¡¡Tú influenciaste a mi gatito!!-

El perro logra subir por unas escaleras aprovechando que esa criatura sufre de problemas para frenar por la misma fuerza de sus tantas patas.

El perro no se encuentra en situación para gritar y tener una lobrega discusión con el monstruo. Limitándose a jadear algo en su contra.

-Él abrió los ojos , eso es todo. - sigue adelante o lo haría de no aparecer esta criatura desde el suelo con un rugido chillón.-Y no creo que le guste tanto cogerme como para que sea la razón para ¡¡¡Abandonar el lado de un narcisista hijo de la gran puta!!!- lo intentó pero simplemente no podía sellar el hocico justo ahora que esta cosa lo quiere matar.-¡¡Me das lastima!! ¡Te odio! ¡Me das mucha lastima pero te odio! ¡¡¡Te odio te odio te odio!!!- 

Los perros son más rápidos al tener cuatro patas pero el solo tiene dos , corre rápido y aún así no es suficiente.

Sigue adelante pero es cada vez más claro que este edificio es más y más intrensico. Lo esta acorralado.

SI no fuera por su naturaleza paranoica no vería el patrón de esta cosa al llevarlo , y para su desgracia notarlo muy tarde , a un callejón sin salida.

Mira a la pared con las únicas ventanas sobre una zona demasiado alta. Definitivamente los gigantes como él perderían un par de huesos funcionales de permitirse saltar esta distancia.

La otra opción era llegar a donde le quiera llevar esa cosa y esforzarse en romper la pared , que probablemente sea demasiado para él, al ser este lugar preparado exactamente para contener a monstruos de su tamaño , perder el tiempo en nada y pasar más de cinco días atrapados con él.

Si eso sucediera ,¿Theodore lo traicionaria? 

Es oscura la visión. Muy dolorosa.

-No por ti , maldito.- decide al fin tomar su decisión.

Salta por el último tramo abierto. Al impulsarse por el borde de la ventana y llevarse pedazos de las rejas metálicas su pelaje no puede cubrir la sangre de los arañazos causados por el metal.

La caída es mala. Es muy , muy , muy mala.

 Tarda unos cuatro segundos en llegar al suelo.

 Rueda para dispersar el impacto y aún así su pierna izquierda y brazo del mismo lado truenan contra el suelo. 

Por un lapso su mente se llena de un zumbido agudo.

Se fracturó el cráneo y sus tímpanos estallaron tanto por la fuerza del impacto como por el cambio de presión en el aire.

Solo el metal incluido año a año por los científicos que preferían despedazarlo y darle huesos de metal a permitirle sanas , solo el cúmulo de años en esa mesa de operaciones son su última ayuda de parte de su miserable pasado como conejillo de Indias.

Intenta ponerse de pie.

Duele. Todo duele de tal forma que solo puede ver rojo y evitar volver al suelo con una mano en el piso.

Su boca no puede contener la sangre de los órganos agitados por el impacto interno.

-¡¡Mierda!!- pone una mano en su rodilla al levantarse.-¡¡¡Maldita golfa barata , mira lo que me hiciste hacer!!!- grita doblado sobre su propio cuerpo , como un sucio adicto incapaz de ocultar su inclinación al fentanilo, al reventar vasos sanguíneos de su espalda y hombros. Mira a esa dirección ahora abriendo su cierre con más certeza.

El objeto sigue ahí. Solo necesita llevarlo aún espacio correcto.

La criatura no es tan estúpida para saltar directamente , eso se lo deja al perrito de CatNap , y viene hacia aquí con esas patas en la roca , deslizandose de vez en vez sin olvidarse de reírse al verlo en ese estado.

-¡¡Olvídalo mi niño , a ti te llevaré a ser mi juguete preferido hasta que te rompas!!-

El perro se pone derecho y sigue adelante cojeando tan rápido como puede moverse en su estado.

Perdiéndose en la oscuridad de la cueva con esa cosa siguiéndole.

 

 

 

 

 

 

 

 

En la entrada de la prisión la rana aterriza primero , seguida del cocodrilo y el ave. Corriendo por los pasillos abiertos sion esperar a la llegada de las chicas.

El ruido de sus respiración es su compañia al atravesar muros y puertas de metal. 

-Poe ¿A dónde se supone que vayamos?- le cuestiona el cocodrilo.

El ave piensa rápido.

-El ya no tiene el mismo olor , debemos seguir a sus aliados.- mira al camino olfateando con fuerzas aunque solo logre estallar sus vasos sanguíneos.

Para los dos la mención de un “Él” resulta demasiado confuso.

Saben que Poe se refiere al papá que seguían pero a ino real y no al que se supone estaban obedeciendo. Obligándolo a ir directamente a darse contra la pared de consecuencias que no desea sufrir en ninguna forma.

El ave por ahora es apática a las sobrecogedora dudas de los dos chicos a su lado

-Allá.- apunta a un pasillo escurriendo de su picó una gran cantidad de sangre.

Lo siguen sin detenerse más que para tirar el techo de esta zona para entorpecer la persecución de las tres chicas que ya sienten en la nuca.

Los pasillos de este lugar están enredados y destruidos.

Siendo los tres detenidos solo por la rana al sentir un miedo tan instintivo como doloroso en un momento.

Incluso sus huesos gritaron al sentir este grito desde el fondo de sus cicatrices ocultas bajo la pie de plástico que usa.

- ¡¡Paren!!- les grita sujetando al cocodrilo par regresar lo a una esquina.

El cocodrilo parece decidido a resistirse a perder el tiempo en vista del envenenamiento de la rana.

Poe observa al pasillo confundido.

Entonces solo tuvo un segundo par retroceder y esconderse.

Una ola violenta de fuego pasa por ese espacio. 

Los tres gritaron ante el fuego. Dos por experiencias previas se ven enpequeñecidos por unos segundos.

Temblando la rana entre los brazos del cocodrilo.

-¿Qué demonios fue eso?- indaga entre resoplidos la rana.

El fuego se acabó como llego , de golpe.

El ave vuelve adelante y olfatea. 

El fuego borró el rastro qué deseaba seguir. 

Su humor decae con sus fuerzas , recargandose en la pered busca entre los objetos quemados alguna forma de seguir adelante y encontrar al perro.

-Debo pensar.- les da aviso sentándose en el suelo.

Los dos le miran enojados.

Lo único bueno del fuego era que seguramente la misma Rabie y Baba les habían perdido.

Mako puede ser mejor usando el espacio pero tardaría más al tener un desastre que superar para llegar a ellos.

El ave revisa todo lo que puede recordar de esos invasores. De los humanos y de los humanos.

-Medicina.- golpea su pala con el puño.-Dos de ellos llevaban medicina en sus ropas.-Uno llevaba pastillas apestosas y el otro insulina…de la que le inyectaban a taquito.- los señala aliviado.

El cocodrilo escucha sobre esa medicina que no volvió a necesitar después de estar en este cuerpo…o quizás sí y por eso le daba tanto sueño , lo que sea.

-Bien.- olfatea profundamente la corriente de aire más abierta en el suelo. Sus ojos se abren y brillan llenos de terror en un inhalación a medias.

Como si fuera una imagen estática desde el inicio, el ave no ve en qué momento empezó a correr sujetando la mano de la rana y sin avisarle.

-Poe , es Papá .- avisa Licky al escuchar un plano murmullo e parte del cocodrilo , sin detenerse.

El ave tarda sólo segundos en correr con ellos.

Escuchando como ese pasillo completo es destruido por esa criatura de metal. Ignora el sonido de los pasos por delante de la criatura de metal.

Sus pasos se detienen al escuchar algo diferente.

Una risa enérgica acompañada por esos gritos iracundos. Reconoce esa risa descarada , por el pasado y por el tono juguetón natural en su voz profunda.

Apenas proicesaba qué era el perro metido en una persecución aquel que ríe tan enajenado al decidirse a voltear detenerse . Logrando ver sólo la parte trasera de la criatura.

Puede discernir la mitad inferior de Simón siguiendo los pasos de ese cuerpo al ser parte del mismo.

La realidad le golpea con fuerzas.

-No…-lentamente sus patas se doblan cayendo al suelo.-Jean…- exhala sin fuerzas.

-Vamos por el maldito antídoto.- le apresura el cocodrilo ahora decidido a llegar a la medicina.-Poe , muévete , Poe.-

-Jean …- sus piernas no se mueven.-Jean…¡¡¡Ese maldito tiene a Jean!!!- grita librando se de su agarre.-¡¡Busquen a esos idiotas , yo iré por esa cosa!!- les grita liiberandfose de los dos.

El cocodrilo sacude la cabeza al tomar a la rana por el brazo.

-Allister , no vamos a dejarlo solo.- señala esta rana fe forma seria.

El cocodrilo mueve la cabeza.

-Entonces vamos rápido por su grupo , será mejor que seamos más.-

Decide escuchar a Licky. Solo por su seguridad. 

Intervendrá solo por voluntad de Licky , mientras tanto puede dejar que todos los extras mueran para hacerles tiempo. 

Solo porque no sabe donde lo cómo se vería el antídoto.

-Yo se hablar y entiendo inglés desde hace cinco años.- confiesa. Solo por si acaso.

Para bno irse con arrepentimientos. Para no hacerle lo que sus padres al irse sin compartirle la razón por la cual tuvieron que escapar de su país , algo de contexto para el alma de quién se quedará atrás.

El coraje en la rana es tan visible como lo es el vaho en su boca.

-¡Descubrí que tengo pené pero me daba miedo que lo quisieras ver!-

El cocorilo pasa unos segundos pensando antes de responderle.

-Yo también tengo pero es feo.- 

Entre sus paso en esta carrera hay un tropezón causado por la risa naciente en ambos. 

Deteniéndose por unos segundos para reirse mirando al otro en un giro acompañado por sus risas , doblándose al sentir esta algarabía hasta el alma. Temblando la corta cola de la rana y las escamas del cocodrilo vibrando al tomarse las manos.

-Eres un estupido/Idiota.-

Chocan solo por un segundo sus narices.

Tan solo un segundo que durá por horas para ellos.

Volviendo a la carrera con las manos unidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Y me dices que ese ruido no es normal.-

-No , no lo es.- responde el gran azul con el sombrero en brazos.-Deberíamos ir a ver …pero..- mira a su grupo con desconfianza.

Le sentaba mal , de muchas formas , dejar solos a sus amigos con estos desconocidos.

-Puedo ir contigo.- ofrece el humano que entro a su refugio , y al cual le robo los tenis,-Seguramente te sentirás mejor si te acompaño.-

Mueve la cabeza asintiendo.

-Me estorbarias.-

El hombre baja las cejas y bufa sonriendo incrédulo.

-“No mi amor , no te pondré en riesgo” amigo , hay un largo listado de palabras mucho antes que “Vete a la mierda , me estorbas basura” deberías ser más amable conmigo.-

-Yo nunca te ofendí. Si , a la mierda.- mira a un lado como un reflejo al apartar a Kevin del control.

El humano gira lentamente.

-Entonces me quedaré y podrás estar tranquilo si estoy con los tuyos.-

El gran azul lo piensa por unos pesados segundos.

-Bien , quédate aquí.- 

Niko abrió la boca sorprendido. Sigue por unos metros al azl al ver que este se va si mirarlo.

-No , oye deberías negarte y decirme que no me quedaré atrás mientras te arriesgas o algo así.-

-Si me sirvieras te llevaría pero aquí eres más útil.- grita despidiéndose de su grupo con una sonrisa.

-Pues no puedo ir contra eso.- suspira al verlo diluirse por las resquebrajaduras del suelo

-Yo no puedo hacer eso.- 

Niko voltea curioso al escuchar la voz de la caja musical

-Veré qué está pasando y si algo es demasiado para nosotros volveré y nos vamos.- les informa a todos en su grupo antes de ir a los pasillos.

Es innecesario que vaya alla. Una rata llega directamente a ellos corriendo en sus cuatro extremidades.

 -¡Estupidos!- grita deteniéndose frente al sonriente azul.-¡DogDay esta peleando contra el prototipo! ¡Esta perdido si no van todos juntos!-

 Espera a que hay una reacción.

-Eres una pesadilla que habla.- señala una coneja del grupo nativo.

La rata les gruñe.

Retrocede. Lentamente su situación deja de ser la de alguien que corrió a pedir ayuda a la posición de alguien que salió estúpidamente de su escondite sin averiguar antes si de verdad se fueron los cazadores. Corre a una pared para esconderse.

Aunque estuvo cerca , quién intentará atraparlo se queda atrás al ser él demasiado pequeño para sus garras. Entra a la pared y trepa por los túneles construidos por el tiempo y las máquinas de la mina.

-Si quieren verlo morir es su oportunidad.- les avisa sin salir de su escondite , corre dejando atrás todo de nuevo.

 

En el lugar quien trato de cazarlo ahora observa a esa pared de rocas con las orejas caídas y su cierpo debilitado.

-¡¡Es el momento!! ¡¡¡Debemos ir allá y hacer todo el daño que podamos al prototipo!!!- grita Poppy ahora más que animada.

La oportunidad de cazar al prototipo mientras esta distraído en una presa es demasiado buena y seguramente sería clave para conseguir atravesar las dificultades.

Kissy la parece apoyar , mirando ahora al callado Huggy Wuggy. 

Este azul suspira reticente.

Henry aplaude ya corriendo a la salida sin decirles nada. Es como un chihuahua.

Kissy lo sigue y con ellos un rendido Huggy Wuggy.

En esa silenciosa unión existe la exclusión. Una causada por los mismos apartados del grupo.

Hoppy aún en el suelo permanece hundida en sus pensamientos. Solo con el espejismo de haber rosado al ratón con sus garras.

Kickin en el rincón guarda silencio observando a la suave espalda de Hoppy.

Ella lo apoyó frente a Dog pero desde que llegaron no le a dirigido ni la mirada, soplo se quedó cerca en silencio , llenándolo de dudas y preguntas nerviosas.

 

 

Entre los medios de la superficie y Dulce Hogar, hay un murmullo.

uno atorado entre ellos desde que su viaje inició. La incertidumbre de si este era el camino correcto.

Depender de otros. 

Era humillante depender de su lastima cuando no eran capaces de protegerse por si solos.

DogDay estaba muerto y por mucho tiempo se dijeron que él hubiera sido un mejor líder pero ahora , ahora que se pone en claro que las prioridades del perro son su traicionero grupo y el gato que les hizo las vidas miserables , es claro que tiene su propia forma de hacer las cosas y entre ellas está el matar al prototipo. Aunque la reacción de los otros gigantes les adelanta lo poco que creían capaz al perro de tal hazaña.

Aun así el perro estaba enfrentándose solo contra esa cosa.

 

Niko en el suelo parece estar pensando en algo parecido.

Deshilando una pieza de su propia ropa observa al pasaje que usaron los gigantes.

-Creí que era más tranquilo permanecer en la banca.- lo dice cansado de esperar aunque solo pasarán dos minutos de tenso silencio. Gira mirando al elefante al otro lado de la habitación.

No le dice nada. Lo analiza sin dar recomendación alguna o intentar convencerlo de seguir adelante.

Solo le permite quedarse en su rincón.

Hoppy de golpe les sobresalta al tomar su decisión sin dar aviso a nadie.

Abandona el lugar con uno de sus fuertes saltos pegados al suelo , desapareciendo por el pasillo con un objetivo claro.

Los medios y otros juguetes se ven unos a otros.

El elefante toma en sus patas una grúa arrastrandola al centro del improvisado valle. Quedándose junto a esta sin moverse en espera de lo que fuer ao no fuera a llegar a por ellos.

-¡Ustedes pueden!- anima un Bunzo golpeando sus platillos aunque ya no estén aquí los gigantes. 

Kickin queda en esa pared completamente solo.

 

 

 

 

 

 

-Pasas la cuerda por el costado y por tu hombro.- con esfuerzop pasa esa tira de tela por su espalda.-

La osa le observa atarse al dragón al pecho en un fular improvisado con el pedazo de tela que le pidió a ella. 

El dragón simplemente lo abraza en silencio.

-Te podría morder el cuello.- señala con una de sus garras rotas.

El humano decide girar al dragón .

Este de inmediato comienza a patalear asustado de verlos. El humano lo voltea y vuelve a quedarse tranquilo.

-No se podrá.- el problema surge al perder la cuerda en su espalda.-Cuando estemos con el resto se lo dejaré a Boxy , el parece buen niñero.- sonríe recordando a ese grosero gato con ruedas.

La osa parece distanciarse de tal descripción para la caja musical. 

Sus orejas se mueven con sorpresa al ver a es gato escuchar un pedido por parte del humano.

- ¿Puedes atar la cuerda? No creo estar en una situación viable par llevar un nudo ligero.-

El gato parece más que sorprendido de ser aludido , duda por un segundo que se siente eterno antes de escucharlo y tomar los extremos para atarlos fuertemente entre sí.

La osa a un lado suspira al verlo ayudar al humano.

-Es todo.- 

Sin aviso lo ataca tirandoloal suelo con un empujón.

El gato por un momento escucha voces dispersas al verla tan decidida a pelear con él.

-Dog viene conmigo.- le avisa levantando una garra para detenerla.

Ella le hace a un lado la garra agarrándose a él con las piernas almtenerlo en el suelo.

-Lo vi , lo vi y los vi.- responde furiosa sujetando su sonrisa entre gritos.-¡¡Al final te metiste con ese tipo , al final olvidaste a mi hermano!! ¡Mataste a mi hermano y después nos secuestraste! ¡¡Y ahora , justo ahora decides meterte con otro perro!! ¡¿Qué le hicieron a Jason?! ¿Lo mataron o lo torturaron antes de meterse con el otro? ¡Ya todo es posible para ti , Theodore!- sus gritos son acompañados por puñetazos directos a ese rostro felino.

CatNap ruge rodando par sacarla de encima-

El humano sujeta al dragón en una esquina , corre entre los dos dejando esa habitación.

Más adelante se encuentra la plataforma para subir a donde sea que deba ir. 

Sus dudas viene de la pelea y lo bien que es sabido que ese gato no era del tipo que se queda sin hacer nada cuando lo golpean. Era posible que la osa muriera , excepto por un detalle que no mencionaron a nadie hasta ahora.

El gato no tiene el humo rojo.

Es una batalla justa por fin y no por eso la osa de tres metros la tiene fácil al tener que pelear con un gato de casi seis metros y más pesado que ella.

Revisa al dragón en su poder con una mano sobre sus cuernos.

-¡¡Es Hobart , el perro que viste es Hobart!!- 

Al escuchar al gato se libera de las dudas. Estaré nombre hace a la osa detenerse.

-Mentiroso.- gruñe cansada.

CatNap niega moviendo la cabeza.

-Él regreso.- lo anuncia feliz para si mismo.-Ya estuve con él , le hice preguntas y contesto todas…y más.- suspira inhalando y exhalando profundamente.-Ya tuvimos sexo y más.- añade feliz.

La osa lo suelta apartándose.

-No lo se…- murmura frustrada.-Lo vi muerto , lo quemaron.- repite asustada.

El gato decide mostrarselo al abrir su cierre.

-Él me hizo esto y me puso esas cosas en las orejas.- las señala junto a las quemaduras en su pecho.

Bobby mira a su pelaje con leas cejas juntas.

Para nada eran iguales pero es demasiado.

Demasiado grande la coincidencia de los peces con las primeras ropas que le vio al DogDay cuando lo conoció. 

Solo dos camisas eran suyas y en ambas habían peces qué nunca pudo dibujar el mismo chico.

Hoy hizo peces del tipo acuifero. Los toca comprobando la frescura de las heridas.

 

El humano cerca de ellos se voltea al ver como esa osa se mete entre las piernas dddel gato para arricnonarlo de forma tan íntima. 

-Eso.- anima confundido al verla hundir la cara en el pecho del gato sosteniendo la cintura huesuda del mismo de forma tan personal.

 

El gato exhala nervioso. Bobby de verdad se está pensando el arrancarle un pedazo de carne a mordidas.

-Apestas.-

Vaya. 

Eso sí lo golpeó profundamente al verla estornudar y apartarse con grandes mocos saliendo junto con un claro ruido de asco.

-Es él , apestas como en esos días.- sacude la cabeza al estornudar y apartarse de él.-Solo él está tan enamorado para meterse contigo de nuevo.- limpia su nariz.-También hueles a Pollo , es injusto.-

El gato se olfatea asustado.

-No es tan fuerte , ya viste lo que tuve que hacer para sentirlo.- mira al techo.-Creí que podría matarte.- mira a sus rodillas. Aun permanece en esta posición con el gato , metida entre sus piernas y tan cerca que pueden fundirse sus pelajes.

Tal vez Bobby conoce esa peste por haber compartido celda con ellos pero no es consciente de algunas diferencias. Si ella fuera más experimentada , sabría que esta declaración y el olor no son pruebas de que sea la persona que busca en realidad.  

Más el desconocimiento ayuda al gato hoy.

No así a la osa.

-Siempre tuve fe en que él se negaría a aceptar tu presencia de vuelta después de que hiciste todo eso.- mira al humano.-Ese es Pedro .- lo reconoce como el hombre que le daba las flores para vender a Dog.-De todo los humanos , es él quien llega hoy.- mira al techo.

CatNap aun necesita hablar con ella. Disculparse o intentar buscar algo que pueda recompensar estos años y aún así no puede inaginarse pidiendo tal coa a la chica que le escucho hasta que él simplemente la decepcionó de la peor forma posible.

-Bobby.- intenta decir algo pero es solo eso. Llamarla con un tono quebradiz.

La osa deja este espacio junto con toda esperanza de reconstruir algo que penas tenia n cimientos desde el inicio.

-Humano , ven aquí.- pide la osa con los brazos alrededor de su propia cintura.

Ryan al otro lado de la habitación da inos pasos y ahí se queda por seguridad.

-¿Como trajiste a Dog? ¿Como sabemos que no es una copia más para sacar a los juguetes directamente a una trampa afuera de la protección de esta asquerosa fabrica?-

El humano mueve los hombros.

-Fueron las flores y no hay trampa.- mueve las manos en alto.-Hay un destino incierto pero no la muerte ni otros humanos.-

-Si. Es creíble.- intenta sonar como lo haría Picky al escuchar algo que no le convence pero es su tono demasiado aguado y aburrido. Cansada.

Al fin el humano deja de vigilar sus garras y rostro para ver sus piernas y esa pata faltan te.

Podría hacer alguna estupiddes como preguntarle la razón para estar de pei en una sola pata y una cubeta de plástico llena de ctrapos por fuera y por dentro.

Era estúpido ciestionarla y aún así lo hizo.

-¿Quieres analgésicos?- le pregunta revisando sus bolsillos.

-Antibióticos.- murmura cansada.-Esto se infecto hace semanas y me arde mucho.- 

Al fin la razón de su oasividad es mostrada al derrumbarse ya sin adrenalina.

-Theodore…- lo llama mirando al suelo.

- Si.-responde acercándose a ella.

-Si lo que dice el humano es cierto…- piensa en negar tales palabras pero a este punto , despiues de meses asustada y sola.inalando dosis de humo rojo y escondida entre los pasillos cercanos para resistir el dolor de esta pierna posiblemente gangrenada , ya solo le queda aferrarse a sus ilusiones.-...porfavor , atrapa al prototipo y devuelveme a mis hermanas.- 

El humano con cuidado le desenrrolla los trapos qué uso para matarse la cubeta a la pata.

Es inmediata la liberación de un olor dulce , agrio y podrido.

Es su herida extremadamente grave.

Cubre la cabeza del dragón y su propio rostro con un tirón a su camisa.

La osa tiembla al sentirse embargada por el dolor.

Pasó mucho tiempo esperando morir y más tiempo buscando esconderse de los habitantes de la prisión. Asustada perdió de vista su propio estado , orillandose a este punto donde la estaba matando de dolor su extremidad y a la vez moría de hambre pensando en comerse su propia pierna.

-Usa tu humo porfavor.- pide agarrando sus orejas.

El gato baja la cola y esas mismas extensiones sobre su cabeza.

Tiembla golpeado por la realidad.

La oda es otra vez quien le rompe. Lo obliga a llorar de nuevo como de niños y otra vez como juguetes.

-No tengo humo.- confiesa.-Lo perdí , Bobby.- 

La osa lentamente estalla dentro de su propio corazón.

-¿Por eso te unes? ¿Porque ya no tienes humo?- la ironía le golpea y necesita agarrar sus propias zarpas para no estallar en contra de Theodore. -Se nota que Hobie te gusta siempre que te convenga.-

-No. Yo no soy así.-

-Claro , eres aun peor.- 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Capítulo de inducción , corto por necesidad.
después de los capitulos de 19 mil palabras , uff
Ensalada.

Chapter 114

Notes:

Hola, buenas noches y que gusto verles nuevamente.
Gracias.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

El perro cae por un tramo de tierra suelta , arrastrándose entre las piedras toma fuerzas para levantarse. A su paso gotas de sangre delatan su camino en la oscuridad junto al polvo que le sigue al romper la quietud de la tierra.

Avanza hasta una columna de piedra , sacando de su cierre una radio , la enciende buscando la frecuencia de claro de luna.

-Puedo oler todo tu maldito miedo , perro.-

-También me hueles los testículos.- interrumpe enojado. Claro que le estaba asustando pero era completamente inútil estar asustado cuando debía actuar y no paralizarse solo porque lo estaban amenazando . Sigue adelante para encontrar su destino en las sombras , necesita una zona cerrada.

 

 

-Aquí.-

El perro apenas logra lanzarse por un lado entre las estalagmitas. 

Atraviesa un tramo para evitar las garras qué lo quieren atrapar por la espalda. Arrastra un cable buscando la dirección correcta a la fuente eléctrica. Va hacia ese lugar sacando los cables del radio.

-Debí hablar más con Theodore.- suspira al pensar en el gato que seguramente se quedaría solo sin él.

Luchar por sobrevivir a este punto le es instintivo y no una verdadera necesidad.

CatNap ya superó una vez su muerte , seguramente habrá una segunda vez y sería esa la que le toque para verlo desde el otro mundo seguir adelante en un verdadero mundo de libertad.

No puede solo pensar que CatNap se rendiria.

Quizás CatNap pueda encontrar a alguien más.

-Aunque preferiría llevarme conmigo , quiero que seas feliz.-

 -¡¡Entonces deja de correr!! ¡DETENTE PERRO!- 

El perro logra evitarlo al meterse entre dos rocas antes de que le aplaste en su carrera. 

-¡¿Quién te habla a ti?! ¡Estoy hablando con mis demonios , cállate!- le grita enojado. En este momento logra conectar todos los cables y activar la radio.

En sus ojos brilla las iris plata. El código de barras en su propio cuerpo es contado.

Mira al monstruo tocando los números que ve según la antigüedad de cada uno.

Uno por uno la radio con pantalla le muestra cada código añadido a la lista de conductos eléctricos.

Corre esa zona cerrada al ser atacado.

No hay a dónde más ir.

Su espalda choca con el muro de roca ante una oficina cerrada y la tierra abierta.

Las luces lejanas le acompañan con el sonido de las conexiones eléctricas.

El último código de barras lo incluye preparándose para lo feo de toda la misión. 

-Te ves mal , perro.- 

Mira a esa cosa entrar tranquilamente a este espacio abierto,.

El metal de su cuerpo brilla con tanto poder como sus ojos rojos al brillar con crueldad sobre su cabeza.

Hobart mantiene la boca cerrada.

Todo le advertía qué lo que fuera a pasar , dolería mucho.

Ese radio lo escondió y espera. Solo espera a que se acerque.

Observando la terminación eléctrica qué clavó en su cuerpo en aquel ataque al secuestrar a Theodore herido. 

El monstruo lo observa bajo las luces aún sin hacer nada.

-Tu-

Antes de poder decir algo este perro es arrastrado por la caída del suelo.

La criatura rugió al ver como el suelo se sella con el perro entró.

-Esto …- mira arriba con esos ojos brillando en rojo.

Las cámaras brillan.

-¡¡Esta traición la cobraré con tu carne!- ruge clavando las garras en el suelo para levantar los escombros.

-¡¡Me has traicionado otra vez , maldito!!- grita furibundo.- ¡¡Me has traicionado!! ¡¡¡Doctor!!!- lo acusa harto de perder a sus presas.

-No bajes aún.- advierte esa voz ahora más molesta para él prototipo.

El cautivo de las paredes responde a través de la bocina de un radio entre las máquinas de carga en el valle. Solo el eco trae sus palabras al prototipo.

-Ese perro tenía algo malo para ti , ¿Crees estar enojado? Solo si pudieras verlo sabrias que estabas siendo cazado tú.- 

La criatura observa el espacio. El lugar y las señales confusas.

El perro pasó varias de las posibles salidas de esta cueva pero las ignoró para llevarlo a esta zona apartada de los cimientos y todo lo que podría ser una defensa para su estatura.

Algo estaba mal.

-¿Cómo puedes saberlo?- cuestionó mirando la superficie de la tierra seca.-¿Como puedes saber algo que yo no?- no se trata de las camaras , es algo más lo qye le dice que podría tener razón ese científico.

-Porque aquí tengo a alguien que creía en él.- parece reírse al mirar algo que el prototipo no.-Voy a divertirme con ese perro y tu vas a encargarte de tu adoctrinado. Ahora mismo.-

El monstruo en la cueva parece pensar profundamente por unos segundos.

Saliendo disparado con todas sus patas a la misma dirección por un camino diferente por el cual llegó.

La cueva queda en completo silencio.

Excepto una sola cosa.

Esa ave colgada por encima de la cámara la desconecta arrancando los cables con una mano.

-¿Qué se supone que haga?- murmura observando ese montón de piedras.

Tan rápido como llegó esa cosa , se fue y él no pudo ni decidirse a atacar. Solamente se quedó viendo como persiguió al perro hasta esta zona.

Porque las acciones de DogDay le eran sospechosas desde que evitó ir por el pasillo donde esa cosa obviamente tendría problemas para seguirlo y al contrario , persevere en lo que sea que estuviera preparando con esa radio. 

Toma los cables , solo pensando en Jean atrapado en ese cuerpo.

Si llegara a pelear con los otros , estos tendrían que hacer pedazos a Jean , no dejarían nada que pudiera sanar.

-No quiero hacer esto.- suspira rodeando sus rodillas con los brazos. Si les dijera que estaba completamente aterrorizado sería corto , sus fuerzas han caído por los suelos tan abajo como el perro enterrado bajo tierra.

¿Para qué sirve seguir adelante si se sentirá tan sólo , durante todo lo que le queda de vida?

 

 

 

Más abajo , entre luces y pìedras.

Ese perro ahora está completamente fuera de sí.

Ruge , grita , ladra y salta tratando de subir la caída vertical por la cual fue lanzado.

Sus manos siempre le ayudaron a trepar en concreto pero esto es roca sólida , lo que sea , es resistente y solo tres de sus dedos son de metal en una mano y su carne no cabe en tal descripción al ser una materia que le causa dolor y debilita su agarre al ser sus garras de perro y no de un gato para trepar.

No puede escarbar por la nula inclinación y escarbar de forma burda era imposible.

Cada una de estas opciones las puso a prueba una por una en una desesperada vorágine de locura.

Escarba y no llega más que a roca.

Trepa solo hasta donde sus extremidades pueden llevarlo.

Caer devuelta en la roca y sus emociones vuelven arriba en rojo. En rabia , babeando tanto como para deshidratarse de no ponerse en control de sí mismo pronto.

-¡¡Malditos!! ¡¡¡Malditos , malditos cobardes!!!- su rabia lo hace trepar pero su propio peso lo lleva al suelo al deslizarse por la superficie de la roca.- ¡¡Malparidos hijos de perra!!- gira buscando una salida visible pero sólo vislumbra una gran cueva extendida por kilómetros y kilómetros de pura oscuridad.

 Las máquinas parecían apenas traídas pero esas puertas de hierro eran gigantescas y sobre todo , pasadas. Arrastra su pata quebrada por el suelo sin interesarle el lodo acumulándose por culpa de la hemorragia en su carne abierta a causa del impacto contra el suelo.

Respira observando las puertas de hierro.

-¡¡¡¿Como mierdas voy a subir?!!!- grita golpeando el metal. Su pelaje está manchado por la sangre acumulada después de cortarse con rocas y la misma caída.-¡¡¿Qué maldito chiste soy para ti?!! ¡¡¡NO PUEDES DEJARME AQUÍ , ABRE LA MALDITA PUERTA!!! ¡¡¡Abre la puerta!!!- golpea usando hasta su cabeza 

Golpea las puertas de hierro entre gritos desde el fondo de la oscuridad. 

-¡¡Puta madre , puta , puta , puta !!! ¡¡¡Eres un maldito cerdo tramposo!!!- sus puños impactan con la roca.-¡¡¡Solo un poco más , solo necesitaba estar más cerca , maldita sea!!!- 

Ese radio debe volver a guardarlo entre su iracundos estado , observando a su entorno en búsqueda de la forma de salir del lugar.

 

 

 

 

 

 

 

La carne en sus heridas sería mejor removerla al ya no tener modo de correr la sangre por esta parte muerta y seguramente los medicamentos puestos de forma directa se desperdiciaran. 

Ryan observa esa carne con un fuerte sentido de pérdida.

No tenía idea de cómo podrían crearle una prótesis a la osa.

-Debemos llevarla con los otros.- le avisa a ambos.

La presencia en las cámaras escucha.

Observando cada movimiento del humano volverse una pronta retirada.

Algo se mueve dentro de sí, lo hace sentir más arrinconado que nunca.

-1188.- llama al felino.

Revisé las cámaras y para su suerte el perro estaba con esa cosa.

-Abandona a Ryan y vete.- ordena.

El gato levanta las orejas mirando a las cámaras.

-¿Te da miedo?- pregunta observando esas cámaras.

-Sawyer.- advierte el humano. 

Bobby observa a las cámaras.

Pasó meses sobreviviendo en esta zona y entre sus peores experiencias estaba la búsqueda de antibióticos y no conocerlos. Cayendo en más de una trampa antes de ponerse esta tonta capa de camisas de trabajadores. Solo por una nota entre las tablas de anuncios.

Ahora observa al techo y lo odia mucho. Lo odia demasiado a ese maldito desconocido. 

La promesa vacía.

-A ese perro lo están matando.-

El cuerpo del gato pierde toda fuerza. Ya sea que no se moviera y solamente quedará impávido ,aún es visible como su cuerpo fue sumergido inmediatamente por la desesperación.

-Mentira.- murmura pálido.

-Puedo reproducir sus gritos.-

-Cállate.-

La osa mira al gato y al humano.

-CatNap…- lo llama temblando.

-Él prototipo , CatNap , es el prototipo.- le advierte ahora disfrutando claramente su desesperación.-Lo puedo ver arrastrándose. No deja de huir , aunque tenga sus huesos rotos sigue corriendo.- esos ojos se presentan por las pantallas repartidas , cerca o lejos , lo miran directamente.-¿Te parece conocido? ¿Te parece que ese no és el experimento que conoces?- 

El gato mira a la osa con el cuerpo tambaleándose. 

-Él perro que todos machacan a golpes , está muriendo y otra vez es por tu mano.-

-No…- 

Ryan lanza una lata del suelo contra la pantalla.

-Si sales habrá una trampa pero si te quedas será inútil.- el humano le señala al lugar.- Vete y llévate a la niña , los dos deben vivir.-

Nunca los retendría.

La cabeza , ya hirviendo por culpa del acontecimiento en ese salón , pronto es llenada con rabia.

-Vete , ahora o dejo que lo mate.-

El gato retrocede mirando al lugar.

Dejar al humano no es problema . La problemática es el peligro de dejar sola a Bobby o de llevarla.

-Quiero ir.- le llama asustada de imaginarse abandonada con un desconocido como este humano. 

Claro que lo tiene en su memoria pero sigue siendo un humano. Le asustaba quedarse sola con un ex trabajador , más ya habiendo sobrevivido a muchos científicos amables y trabajadores que intentaban ganarse su confianza. No podía quedarse sola , no ahora.

-CatNap.- le llama asustada.

El gato mueve la cabeza.

-Ya lo alcanzó.- 

El cuerpo del gato es cubierto por dolor.

-No.- exclama temblando al escucharlo , estallando en su límite al escucharlo.-No puedo llevarte.- murmura antes de correr.

Bobby no tarda en caer al suelo de cara al intentar seguirlo. Arrastra un poco su cuerpo pero solo llega a la orilla de la plataforma.

-¡CatNap , ya no quiero estar sola! ¡CatNap , no ,me dejes , no me dejes por favor!- llora.

Sinceramente comienza a llorar al ser abandonada otra vez. Esta vez no por ser una miedosa sino por ser inútil. Su cuerpo tiembla y se estremece entre lágrimas.

El humano a su espalda sostiene al peluche con los ojos fijos en la sangre de las vendas y ese color sucio en la carne descompuesta. La situación cambió muy rápido y la balanza está muy dispareja.

-Bobby.- la llama tomando distancia.

La osa ruge cansada de llorar. 

El humano sube un pie en la plataforma por si era necesario irse ahora.

-¡Siempre es así , siempre siempre siempre! ¡¡Siempre me abandonan!! ¡¡Siempre me quedo atrás y todos van a morir!! ¡¡¡Siempre soy una cobarde que se queda atrás , siempre!!! ¡¡No puedo ir adelante , no puedo ir adelante!!! ¡¿Por qué todos los que intentaron seguir terminan abandonandome?!- gira mirándolo. 

-¡¡¡Todo es culpa de ustedes , es culpa de los adultos , de todos ustedes!!!- 

El humano activa la plataforma evitando ser alcanzado por la criatura ahora fuera de sí.

Este ascensor sube a tiempo solo viendo esas garras rasgar el hierro frente a él entre gritos de dolor por la pérdida de otra uña por culpa del efecto palanca entre los dos metales.

Ryan levanta los ojos ahora más cansado. 

 -No está saliendo bien este viaje escolar.-suspira acariciando al dragón sobre su nariz.

El peluche mantiene la cabeza baja al estar demasiado débil para hablar.

Ocultando unos ojos brillantes en el pecho del humano.

Al subir las pantallas parpadean al entrar al lugar. Este pasillo le huele mal. Tanto por la sangre podrida en el suelo como por la sensación misma.

-Doctor.-

Lo llama ahora frente a las pantallas.

Cada una brilla en rojo al verlo directamente entre párpados amarillos y verdes.

Suspirando la voz sobre su cabeza.

-Cuando hablábamos en la radio ¿Cuánto de lo que decías era verdad?- le pregunta.

El humano ya no sonríe , solo su voz es plana.

-Creí que ya no hablamos de eso.- acaricia al dragón.-Puedo sentir el dolor en tu cuerpo y como más de una parte de ti está rota y aún así sé que quien debe preguntar eso , soy yo.- lo señala sentándose en el suelo.-Debo tomar mi medicina , espera a que haga efecto.- le pide relajado.

El dragón es apartado y sentado a su lado. Pone en sus manos una barra de cereal para preparar una botella de su bolsa y esas insulsas pastillas tan desagradables.

Parte de un sopor extraño le llena al comprobar que el doctor escuchó su pedido.

-¿Qué tan grave es?- pregunta fijando cada ojo . Ahora brillando en blanco , sobre el humano recargado en una pantalla , que a su espalda se colorea de verde , solo bebiendo agua. Entrega el resto al dragón.

Ryan evita responderle.

-No los matabas de hambre , veo.- revisa la barriga de este.-Y huele a harina.-

-Algunos se negaban a comer carne y tuve que conseguir algunas comidas de los otros experimentos , creo que hay más en algunas jaulas pero eso no te incumbe.- 

-Doctor.- lo llama ahora mirando a la pantalla frente a él.-¿Puedes venir conmigo?- pregunta.

La voz atrapada en las paredes le muestra desagrado visible.

 -No. Estoy atrapado , a menos que consiga un cuerpo compatible.- le responde cansado.

El humano en el pasillo afila los ojos ahora cansado de todo.

-Ahora esto.- le habla más serio.-Sawyer , ¿Quieres venir conmigo?-

Aquella voz queda en silencio.

El dragón en el pasillo observa a las pantallas con esos ojos brillantes.

-Si pierdes , no te mataré.- avisa el doctor.-Te voy a ensuciar más que nunca y de ti los pedazos llevaré a mi jaula.-

El humano cierra los ojos con el peso creciendo dentro de su pecho.

-Creo que esa es mi respuesta.-

-Te haré cables y te dividiré por conexiones.- anuncia seguro.-Cuando eso suceda , te vertere dentro de mi encierro.- 

El humano lentamente se pone de pie.

-Compartiremos más que nuestros cuerpos , seremos un solo ser.- su voz enternece con una ilusión adolescente.-Ya no tendrás que pasar horas de vela para describir cosas que puedas mostrarme y yo te enseñaré cosas que no puedes imaginar.- ríe suavemente.-Seremos el mundo para el otro y estaremos ahí hasta que no haya nada más afuera , hasta que la energía se acabe y seamos una parte de la nada.-

Ryan amarra otra vez al dragón a su cuerpo con paciencia.

-Te liberare así tenga que acabar con tu vida , Doc.- mira a las cámaras.

-¿Qué vida puede haber desde que perdí tu consuelo?-

 

 

 

 

 

El gato escapa de la zona clínica , sorprendido por el desastre en el lugar ahora envuelto en llamas teñidas de rojo por los restos del humo rojo en las paredes.

Sus ojos se fijan en una reja clavada en la pared del espacio. Exactamente detalles en los bordes. Fueron aplastados con mucha fuerza , el hierro casi partido a la mitad y su forma se perdió en surcos seguidos. Cuatro surcos seguidos por cada lado.

-Siempre dejas un desastre a donde vayas.- sus porta tocando esos surcos en el metal.

Así como el techo de las vías del tren o las celdas donde los confinaban. Siempre que Hobart haya estado ahí , encontrará sus huellas.

En madera de Dulce Hogar. En los bordes de La Juguetería encontraría sus escondites , como si fuera de verdad un perro resguardado sus huesos para después , siempre dejar huellas.

Incluso bajo su piel quedan esas zonas adoloridas cuando lo sujetaba y abrazaba de forma íntima. Al negarse a usar sus garras Hpbart tenía una fuerza de agarre capaz de arrancar con el roce pedazos de muros y piel , parte de las muertes efectuadas por el en el peor día se debieron solo a roses de sus manos al lanzarlos contra los muros.

Esa fuerza era tan delatora. Tan íntima siempre.

Sus ojos van al suelo donde marcas dispersas le llevan a seguirlas por la forma de la pata canina. 

A su paso el lugar es distinto a cuando llegó con el humano , dejándolo ver marcas de fuego y una carrera violenta a su paso.

Olfatea el aire buscando el yodo , la sangre o lo que fuera parte del rastro de Hobie.

Paralizandose solo con la presencia sobre él , percibida por sus ojos al levantar el rostro para encontrar el olor del perro. 

En el techo la criatura le observa fijo. Tan plana qué era imposible verle a menos que hiciera lo que él y mirara arriba a unos ojos fríos y faltos de toda emoción.

-Hola , CatNap.- saluda desde lo alto.

De PJ había que cuidarse cuando estuviera en el techo más no le haría nunca sentir el terror que esta criatura ocasiona al dejarse caer y aterrizar como lo haría una escolopendra sobre su cuerpo.

CatNap evito ser aplastado al esquivar con un salto más no puede hacer otro movimiento.

Doblándose sobre sí mismo para mirarle directamente con esos enormes ojos de distintos colores.

-Dios…- exclama pegándose al suelo por un reflejo cobarde no diferente a hacerse bolita en el piso y cubrirse la abeja con las manos. 

No lucha.

Siente culpa.

Se rinde antes de siquiera intentarlo. 

Más la criatura puede ver un acto rebelde en el gato presente de forma inconsciente.

-No veo tu cuello.- le advierte rodeandolo. 

Su gatito siempre se estiraba y le permitía tocar su carótida entre ronroneos.

Hoy no lo hace.

El felino respira profundamente sin moverse. Observa el piso con el corazón apunto de explotar.

-Dios , tu me mentiste.- logra decirlo entre tartamudeos.

La criatura coloca la garra sobre su cabeza , acariciándolo de la cabeza a la espalda sin poner atención a su marcada y huesuda columna. 

-Nunca te mentí.- dice repitiendo la caricia.-Dije lo que querías escuchar.-

-No , yo quería un mundo hermoso.-

-Y te lo di.- toca sus orejas.-Te dije lo que deseabas escuchar y tú mismo le diste vida a ese mundo que tanto me reclamas.- toma su mandíbula rodeando con solo esa garra su sonrisa.-Te dije lo que deseabas.-

-No ..no , no , no…- sivoz ahora apenas es un hilo.-Me dijiste …me dijiste que estaba a salvo.-

-Estaba hecho pedazos pero claramente negabas la realidad y yo fui piadoso contigo. Con lo que somos , con lo que eres para mi.- aprieta su garra fijándose en su cuello con rudeza.-Te tengo en mi poder y con mi corazón , porque tu mismo entraste en el.- 

Su cuerpo es aplastado al ser presionado por esa criatura contra el suelo. Rodeado por sus garras apunto de hacerlo pedazos.

-Yo quería salvarlos de todo , de todos. Yo quería un mundo real , no mentiras.- sus ojos bajan al suelo.-Hice todo eso pensando en ti y en ellos.-

La criatura le estira el cuello mirándolo de frente al agacharse sobre él.

-Tú me hiciste creer en ti , en tu lealtad y ahora me traicionas.- señala atrapando sus orejas con la segunda garra.- Me traicionas y quieres abandonarme por un experimento que se rodea de cientos y cientos de traicioneros antes que por ti.- sacude su cabeza enojado.-¿Sabes siquiera si es real lo que él dice? Bien podría estar llevándote a la muerte , al dolor . Él te podría estar encaminado al peor escenario posible , ¿Lo entiendes , CatNap?- 

El felino abre y cierra los ojos antes de lograr tomar el valor de mirar esas iris carmín directamente.

-Como tú.- exhala triste.

La criatura sobre él parece ser sacudida por su respuesta.

La esperanza de convencerlo de rendirse , de acompañarlos aún es muy real para el felino.

Incluso después de todo esto. Aún sueña con sacarlo de las sombras y saber que Kickin estaba confundido. Que todo este sadismo tuvo una razón para ser.

Una realidad donde su Dios será piadoso para sí mismo y tomaría la posibilidad de conocer algo más grande que todo este infierno horrible. 

-Porfavor , solo-

-Entiendo.- exclama la criatura con un movimiento de cabeza.-Es mi culpa todo esto.- parece reírse al usar todas las grabaciones de risas acumuladas por décadas. Reproduciendo las con el brillo de sus ojos sobre el felino.-Yo tengo la culpa de que te vayas de mi lado , yo lo ocasione por no ver lo que deseas realmente.-

El felino mueve las orejas.

-Aún podemos hacer lo correcto , ellos aun pueden perdonarnos-

-No tome en cuenta tus necesidades y ahora las buscas saciar con ese perro una vez regreso.-

El gato parece confundido más su boca expulsa un torrente de sangre espeso . Tosiendo antes de ser recorrido por el dolor.

-A ti te gustan estas cosas , ¿No es así?- le pregunta la criatura atravesando su estómago con las garras.-Perdona que no pueda ser igual pero seguramente aprenderás a sentirte bien.-

El gato vomita sangre entre los gritos dolorosos.

-¡No , esto…- cae su cabeza o lo haría de no ser sostenida por esa garra como la cadena que lo mantenga firme aunque pierda fuerzas al ser rasgado susentrñas con la garra clavada entre sus costillas.-¡¡Basta!!- gritó intentando librarse con rasguños al suelo.

La criatura saca la garra de sus costillas abriendo más la cortada al salir. 

La sangre cubre el suelo con su tibieza. Llevándose fuerzas y consciencia del felino. 

-Lo olvide.- acaricia su espalda ahora más suave , llegando al gato con su propia sangre.-No es así , no te gusta así.-

El gato intenta huir arrastrándose aunque solo logre hundir ese en la tierra causada por sus garras.

-Basta …-

El Experimento sacude una de sus orejas al verlas bajas y esa cola encogida contra su cuerpo.

-No tengo esa parte pero podríamos conseguirla de cualquier otro o del mismo perro.- baja sus garras por ese pelaje ahora sucio.-Puedo ser más que tu Dios.- usa esa voz para convencerlo.-Pudo ser lo que ese perro es para ti.-

El gato inmediatamente vuelve a pelear por huir.

El horror en su cuerpo está plagado de raíces rompiéndose. Cayendo desde su estómago un sentimiento doloroso comparable a ser despedazado , gritando de dolor al ser sujetado.

No hay palabras para el miedo y la desesperación que le llena al poder huír de esta situación. 

-¡No , no , no , no!- logra arrastrarse pero esta cosa lo trae de vuelta con un solo tirón a su cuello.-¡¡No!!-

 La criatura revisa su espalda acariciándolo aunque ahora solo consiga rechazo y un pelaje rizado entre el forcejeo.

-Dijiste que te entregarias y renunciaras a tu vida.- señala clavando las garras en su piel.-Aunque fue a mi a quien le diste tu vida. ¿Significa que estas actividades son más valiosas que todo lo que tuvimos? Después de ser tu amigo y tu Dios , te vas.- sus ojos brillan con el recuerdo de su única mascota viva en toda la historia. Como terceros lo mataron se horrorizaban al verlo comerle. Quizás lo que siente al unirse con las piezas que le robaron es lo que esos humanos sienten al aparearse , lo que este gato siente era la verdadera lealtad cuando su cuerpo era tomado. 

-Te sentirás bien y recuperaremos todo , tus pulmones serán para nosotros.-

El gato preferiría ser despedazado más puede sentir que esta criatura estaba llevando demasiado lejos.

El prototipo no fue creado con partes de índole sexual y mucho menos se las incluyeron. No es necesario cuando solo tiene que sacar sangre , o médula de su cuerpo.

Ahora él no tiene idea de lo que es este comportamiento. Solo le observa como piezas de un lego a unir , tomando gráficamente esa parte como la necesaria para el placer.

Reemplazando cualquier parte anatómica necesaria o siquiera el consentimiento con la lógica en la unión de piezas. Como él mismo es.

-¡No hagas esto! ¡¡Porfavor no hagas esto , eres Dios , no me hagas esto!! ¡¡PARA!! !¿Porque lo haces?!-

Lleva una garra a esa zona oculta entre las patas traseras del gato , sin pensarlo atraviesa la carne aun si estaba ese rabo tratando de protegerlo miserablemente.

Lo haría.

El tirón a su brazo solo hace qué el filo raspe la pierna del felino.

Al girarse sus ojos pueden vislumbrar esa figura carmín antes de recibir directamente al rostro un trapo cubierto de sangre y suciedad podrida.

El gato usa esta segunda para librarse , así dejará pelo y piel atrás , logra escapar y tomar en su espalda a la osa.

No hay nada que decir. Solo corre cojeando al estar herida su pata.

Bobby mira atrás a esa cosa seguirles muy de cerca. Su voz ahora estaba ahogada y sus garras son las que hablan al destruir los muros para dejar caer pedazos de escombros a su paso.

Deslizándose por debajo de puertas metálicas aunque sólo las rompan ellos mismos.

La criatura dobla el cuerpo entrando tras ellos.

-¡A que te recuerda algo guapo!-

Con ese grito absurdo su cuerpo es sacudido por el impacto de una bola de fuego y a la vez un golpe similar a todas las máquinas que usaron para torturarlo al mismo tiempo. 

Ruge retrocediendo.

Sus ojos brillan al ver a esa cosa azul tratando de aplastarlo por un costado.

-Ay , mierda.- Henry mira al segundo cilindro de dinamita qué encendió y esa mecha brillando en su mano. Ahora que el azul estaba ahí , no podría usarla sin lastimar al nuevo aliado.

Poppy por un lado grita al verlo dudar y esa mecha decrecer.

-¡Idiota!- grita Huggy al verlo paralizado.

Henry rápido llega a una única opción viable : 

Meterse a la boca la mecha para apagarla.

-¡Ahahaaa! ¡¡¿Desde cuando tienes eso contigo?!!- grita asustada. Casi lastiman a Doey al no saber por dónde saldría. Entre el susto llega una idea rápida.

-¡¡Doey , sostenlo!! - grita poniéndose rojos sus ojos al tener que desgarrarse la garganta para ser escuchada por el gran azul.

Con ese grito la gigante rosa baja a la muñeca lanzándola a los brazos del humano , corre directamente por el monstruo raíz de todo este infierno.

Huggy no puede quedarse aunque quiera , y no quiere , llenó de golpe por la rabia de estos años va por esta criatura.

 

El prototipo siente como el espacio es cada vez menos y sus extremidades no pueden encargarse de abrir paso y a la vez defenderlo de esta cosa rara que apareció por el techo. 

La criatura rosa salta sobre su espalda buscando morder su cuello , toda rabia le ciega de asco para meterlo a su boca , muerde y arranca trozos de carne en mordiscos completos.

Por otro lado, esa masa lo empuja contra los muros con un grito cargado por voces dispersas.

Son grandes y suaves.

Son humanos , no son mejores que todo su recubrimiento de metal , no pueden evitar salir heridos y cortar a la masa azul le ocasiona dolor a lo0q uesea qué tenga dentro.

Aún así ,esto no le gusta.

No le gusta que duela otra vez.

Dobla el cuerpo en una bola deforme , recibe sus golpes y el dolor , cambiando por dentro la disposición de las piezas sacando ahora de debajo de su torso la columna del dragón conectada a su gran sonrisa ruin.

Kissy gira sobre su cuello , agarrando a Huggy grita dando aviso.

El fuego es exhalado en un torrente , quema todo a la redondo de diez metros.

El azul tuvo que replegarse a la seguridad de los muros.

El prototipo gira buscando encender las tuberías con gas en las paredes para acabar con este de una vez.

-¡¡Eso , tú puedes!!- grita alguien al fondo.

El prototipo gira para ver ahí al humano aparecer entre las llamas al escurrirse por el suelo.

-Henry.- dice su nombre al reconocerlo.

El humano levanta las cejas por un segundo al sentirse extremadamente extraño al ser llamado por esta cosa.

El prototipo detiene muy tarde el fuego , el cilindro fue lanzado a su rostro ya encendido por el mismo fuego.

Evita esa explosio con un movimiento de sacrificio , dejando atrás partes de su hermoso cuerpo para huir del número excesivo y esas piezas inesperadas.

El humano se vio expulsado por la explosión , sacudiendo su cuerpo desde el suelo.

Comprueba su bienestar observando el pasillo con una mirada perdida.

-¡¡¡No escucho nada!!! ¡¡¡Huggy , no vayas ahora!!!- intenta hablar pero termina gritando a todo pulmón.

El gigante azul va por él , sacude con sus manos amarillas sus cabellos ahora llenos de ceniza y basura de las paredes.

-Se te cayó la oreja.- avisa mirando su sien herida y las orillas del oído completamente perdidos.

Lo abraza mirando al pasillo ahora solitario. El alivio de verlo vivo después de ver a ese enano cretino correr directamente a la muerte misma , le deja el cuerpo helado.

-¡¡¡Estamos bien , no te preocupes!!! ¡¡La próxima vez de verdad lo lograremos , Huggy!!- lo consuela pensando que esa es la razón para que esté tan tembloroso. 

Poppy , en el suelo y rodeada por el suéter del humano , ahora con una visión mejorada del escenario les analiza a cada uno y la muy sucia boca de Kissy llena de sangre y suciedad.

-Creo que debemos hablar mejor de lo que haremos cada uno.- señala sentándose en el suéter.-Eso estuvo terriblemente mal dispuesto.- sus ojos se llenan de lágrimas.-Pudimos haberlo hecho tan bien.- Sus puños se cierran mirando el montículo de carne dejado atrás.

-Aunque no hiciste nada.- 

La espina es de Huggy algo resentido por sus quejas.

Poppy levanta las manos con un grito.

-Dame un maldito corta uñas y verás de lo que soy capaz.- le amenaza amargamente.

Wuggy bufa mirando al desconectado Henry cubrirse las heridas con un líquido azul y gasa.

-Ay , como duele…- murmura entre dientes por el ardor terrible que llega a su tímpano.

La caja musical viene acercándose lentamente por el camino que es cosa usó para irse.

-Se ha metido en las paredes.- les dice.

Por ahora el azul no regresa y debe ser el único que lo pueda seguir. Por tanto seguramente recibirán una señal de a dónde fue cuándo terminará encontrando un escondite o le perdiera entre los pasadizos de la prisión.

Ahora el gigante azul no puede cargar al humano , al resistirse este , y lo acompaña por un lado al verlo ahora más enojado. Al caminar por este espacio sus zapatos pisan un charco de sangre en el suelo.

-CatNap.- se detiene mirando a donde lo vieron huir con otra cosa en su espalda.

El espacio era suficiente para ellos pero esa cosa se vio entorpecida. 

Intenta entrar pero la mano amarilla de Huggy lo detiene .

-No entres , parece peligroso para ti.-

El humano le mira fijamente.

-Será mejor que vaya yo , ustedes podrían molestarlos.-

Boxy al fondo levanta las garras. Camina decidido a regresar antes de que algo más sucediera.

Henry deja el lado de Huggy para internarse a esa ala de la prisión.

El frío dentro es bastante desagradable pero ayuda a la reciente quemadura , aún no duele pero es latente el ardor.

Sigue las huellas de sangre a una cocina vacía.

Dentro recibe el olor de algo podrido.

-No me toques.-

Detiene sus pasos mirando al suelo.

Retrocede al ver una pierna cortada tan grande como su torso. Voltea encontrando a esa osa recargada en un refrigerador descompuesto.

-Eras un ingeniero , ¿Verdad?- pregunta mirando esos ojos verdes.

El humano baja los ojos a su herida putrefacta y ahora más que destruida por haberse arrastrado.

-Llevas algo encima , lo quiero.- señala la osa apuntando su mochila.

El humano evita resistirse , abre los seguros y se la entrega en silencio.

La osa la voltea revisando todo lo que cayó al suelo. No muestra ningún interés en la dinamita ni en las herramientas , solo le interesa un objeto en el suelo.

Una cuerda anudada de la peor forma posible. La toma y la huele quedándose con ella.

 -Él siempre hacía los peores nudos en mis listones pero no se soltaban.- observa al humano recoger sus cosas.-¿Como encontraste a mi hermano?-

El humano abre la boca.

-¿Puedes llevarme con él?- pide asustada.-Ese doctor nos mintió , esa cosa estaba aquí y no con mi hermano.-

Ahora le es más difícil hablar. Al menos no tiene que hacerlo.

-¡Bobby!-

La osa levanta la cabeza sorprendida por el grito.

Es Hoppy.

La atrapa y la abrazó entre lágrimas , agitando sus brazos al verla entera. Las palabras son atropelladas y ninguna llega a algo al estar llena de sollozos y lágrimas.

Henry ahora sigue su camino al verlas juntas. 

Sigue el rastro de sangre dejando atrás esa reunión.

Las huellas siguieron más adelante , a una cocina dond ella luz fue teñida de amarillo por gosata de sangre en la superficie de las lámparas.

Es la sangre del lomo del gato en el lugar.

El humano decidió mejor retirarse pero lo escuchó.

Esas lágrimas y como apenas puede respirar entre lamentos. Solo sangrando entre berridos.

Mira al lugar con cuidado.

Entendió de todos los murmullos de los juguetes que CatNap les hizo mucho daño un día donde la alarma cambió pero no sabía cómo esa información se complementa con el presente. 

Cuando el fue expulsado ese gato apenas era un reflejo en su memoria , puede que no lo viera más que de lejos.

Aún así .la descripción monstruosa y sangrienta no era lo que estuviera en su percepción y al verlo hoy.

Al saber que esa cosa sabía su nombre , le ocasionaron estos dos un sentimiento melancólico más cercano a la terrorífica ansiedad de las lluvias en el exterior.

La sensación de ahogarse cuando el agua era oscura y no una clara piscina o bañera. 

La inquietud del agua sin fondo en la oscuridad , nada más aterrador se le presenta hasta este día.

Observando ahora a este gato un recuerdo sin forma viene a su cabeza.

-Tú papá puede ser tu padre pero no mereces sentirte así por lo que él haga contigo.- 

No sabe de dónde vino esto pero lo dijo al no saber qué otra cosa decirle al gato.

El felino sostiene su cara entre las garras.

-¡¡Se suponía que yo hice todo por él!! ¡¡¡El me dijo que había un mundo nuevo!!! ¡¿Porque el nos miraba?! ¡¿Qué tanto vio?! ¡¡¡¿Porque me hizo esto? A mi!!!-

El humano retrocede un paso y regresa tres como era él mismo tan poco decidido a sobrevivir.

-A veces las cosas son así y no puedes hacer nada , solo sigue y vamos afuera.- le apura apuntando a la puerta.-Allá afuera esa cosa sigue dando vueltas y no encontramos a DogDay , debemos movernos o lo encontrará él.-

El gato sacude la cabeza mirando al suelo entre gruñidos.

-Él es mi papá.- lamenta atormentado por lo sucedido.

El humano le sujeta por el pelaje apuntando afuera todavía agitado.

-¡¡No te escucho para nada , así que si quieres decir algo , dilo!! ¡¡O ya vámonos , ese tipo matará al perro si no nos movemos ahora !! ¡¿Qué te ocurre?!-

El gato se sacude renegando a su contacto con un gritó gutural.

-¡¡Lo que pasa es que mi padre es un maldito!! ¡No solo se aprovechó de mis amigos! ¡¡¡¿También lo intentó conmigo?!!! ¡Conmigo! ¡¡Él me traicionó , él me mintió!! ¡Nos mintió a todos! ¡Y yo hice todo por nada , por nada! ¡¡¡Nada!!!- su cabeza cae contra la pared.-Le hice daño por nada , ni siquiera puedo salvarlo a él. No hay nada.- lamenta temblando.

El humano ahora si escucha , la vibración sacudió o más allá de sus tímpanos, mira al gato lamentarse con ese torrente rojo en su rostro.

Baja la mirada para ver aún sangrando sus costillas y pata trasera.

-Vaya…- retrocede recargándose en una estufa.-¡¿Quieres que te hable de mi vida?!-le pregunta tan bajo como puede hablar al estar medio sordo.

El gato niega sin mirarlo. Deriva el segundo humano que le habló de su miserable vida hoy.

-Yo tenía nueve cuando me adoptaron.-

El gato gruñe derrumbándose ya desconectado.

-Mis padres son Berta y Omar , ambos tenían una familia aparte y más hijos de distintas casas de adopción. - cuenta con los dedos.-Eramos diez niños.-

El gato aún no le responde no parece interesado.

-Ellos fueron cien veces más amables de lo que pensé que serían y me ayudaron mucho en mis estudios.- mueve las manos juntas.-Me inscribieron a unas escuelas increíbles donde las clases era muy buenas y conocí buenas personas , siempre estaban para todos.- suspira.-Había mucho dinero en esa casa , siempre había comida y le perdí miedo al agua porque su piscina tenía luces interiores.- 

-Deja de presumir tu buena bastarda vida.-

-Y además me compraron un dinosaurio que cantaba la tirolesa.- suspira recargando el lado sano de su rostro en el dorso del puño.-Más tarde supe que ellos estaban para mí porque tenía buenas calificaciones y a donde fuera mis capacidades eran halagadas a pesar de mi personalidad. Me sentí bien pero no por mucho.- mira al suelo.-Yo no soy exactamente el epítome de la hombría y con el tiempo se me noto más , y yo no quería ocultarlo. Me gustaban y me gustan los tipos. Sobre todos los altos.- sonríe burlón.-Ellos lo descubrieron y se acabó todo. Ya no me miraban , ni hablaba conmigo o siquiera se presentaban en mi escuela. Ellos ignoraron muchos de mis errores como persona pero mi sexualidad significó el fin de todo.- mira al gato directamente.-La última vez que supe de ellos fue al entrar a trabajar aquí y me enviaran comida. Después mi número fue bloqueado y nunca más me buscaron ni pude contactarme.- apunta su cara.-A veces las personas que te hacen un bien son solo una etapa , la vida no se quedará donde estabas bien ni será el fin del mundo perder un lugar seguro. Será el fin cuando tu ya no le busques camino a tu destino.- 

El gato bufa observando su reflejo en el metal de las paredes.

No estaba enardecido de furia o enloquecido de dolor y humillación.

Este olor es profundo , es presión que golpea del centro al exterior con una fuerza demoledora. Le hace escupir sangre y llorar , no lo desconecta y eso era peor ahora que solo querrá irse a un lugar en paz.

Un espacio feliz donde su Dios y papá , no intentará desgarrarle las entrañas por el trasero.

Esta verdad es nauseabunda.

-Al menos te fue mejor que al viejo.- lentamente sus orejas caen al recordar lo sucedido antes de todo lo más feo.-Ese tipo dijo que no permitiría que matará a Hobie si me iba.-

Henry afila los ojos notando algo que obviamente no estaba.

-¿Y Toro? ¿En dónde quedó el minero del grupo?- revisa alrededor buscando la figura de Ryan.

El gato mueve las orejas incómodo por el sobrenombre. 

-Buscaré a Hobie.- lo avisa dirigiéndose la puerta.-¡¡Jerez!!- exclama fuera de lo Hu,año al casi chocar con el gigante azul.

-La sonriente dice que este gato abandonó al humano viejo.-

Henry aun los mira tratando de entender lo que dicen con el problema claro de la falta de labios que leer en ambos.

-Solo dinos dónde está Ryan , no tienes que seguirnos.-le pide al gato.

Theodore , un apartado al estar ese gigante en la puerta , gruñe después de continuar el bufido por casi treinta segundos.

-Adelante quinientos metros sobre las marcas de fuego.-

El gigante azul lo deja pasar apartándose.

El gato pasa por su lado con el lomo pegado al suelo al esquivarlo.

Deteniéndose por un fuerte golpe en su cabeza.

Un impacto fortalecido por una sartén usada para cocinar grandes cantidades de comida a la vez y de puro hierro. Resonando el impacto por la habitación.

Henry levanta los hombros muy tenso al ver ese golpe pero no escucharlo.

-No podemos dejar que se vaya sangrando como estúpido.-señala sus heridas esperando que eso explique la razón de su ataque a Henry.-Qué se lo lleven y lo curen.-

El humano mantiene una mirada tranquila al unirse para llevarlo al campamento.

Por fuera la coneja observa cómo lo llevan , aunque claramente el que Henry lleve una pata es más un ánimo para el azul , suspira viendo sus heridas profinas sangrar aun.

Los sigue al pasillo.

Afuera ya estaban preparando los trapos para sus heridas.

-Iremos a por Ryan.- avisa el humano al dejarlo con Kissy y Poppy.

-Claro , espero que él esté bien.- sonríe Poppy al despedirlos.

La osa , sentada en el suelo , observa al par irse dejándolas solas con el gato inconsciente.

Poppy deja de mirarlos al perderlos por el pasillo. Mira al gato dormido aun.

-Es CatNap.- señala sin moverse.-Es el favorito del prototipo.-

Hoppy siente lo que hay en esos ojos azules.

Todo el odio contenido hasta este momento. 

-Él no te encerró.-

-No. Solo se dedicó a atormentar a la fábrica completa con su maldito humo rojo.- señala con los puños fuertemente cerrados.-Yo…- mira a Hoppy.-No te juzgaría.-

La coneja levanta las orejas al verse abordada por esa mirada y esa opción por primera vez puesta en sus manos sin resistencia alguna.

-Si lo matas , nadie te juzgará.- sus ojos bailan en el aire.-Solo sería decisión de sus víctimas , el que hacer con el amante de 1006.- 

 Kissy levanta las manos amarillas llevándola a su pecho sin saber que hacer ahora con esta discusión preocupante frente a ella. 

La escuchó pero algo le estaba lastimando al venir esas palabras por parte de Poppy. Algo duele aunque no sepa qué o de dónde viene ese dolor.

Hoppy ahora respira llenando sus pulmones.

Lentamente .

Las palabras de la muñeca la llenan con su suave voz.

Hace mucho una chica estaba de su lado.

Hace mucho nadie le liberaba de su peso.

 

La osa gira la cabeza sin saber a quién mirar entre Kissy , Hoppy o Poppy o al gato en el suelo.

Aún siente ese miedo asqueroso que la llenó al ver como esa cosa lo acariciaba y lentamente subía sobre su cuerpo sometido. 

Tal cosa le revuelve los intestinos y su corazón se rompe solo con el recuerdo del gato toda su vida admirando , escuchando , hablando de todo el amor y la felicidad que esa cosa traería al mundo.

Solo porque su existencia le hacía sentir eso en algún pasado a él mismo. Siendo que para ella Hobart era su prototipo en muchas formas , no podía imaginarse las malas sensaciones que a Theodre embargaba ahora con la traición más directa de esa cosa.

Su alegría por tener a Hoppy devuelta apenas puede hacerla olvidar todo el olor que sintió por culpa de esa cosa cuando se llevó a sus hermanas.

  Ahora lucha con la presente sensación de pérdida y la rabia acumulada.

Sobresaltandose al ver a Hoppy irse a una zona aparte a pensar. 

El alivio por verla retirarse de dicha idea la llena.

-Deberíamos¡¡No!!- gritó al verla regresar con un escombro atrapado en una viga de hierro. 

Hoppy le mira sin verdaderamente observar el entorno. Decidida levanta el escombro con todas las fuerzas de su cuerpo , directamente sobre el gato.

-Ya nadie tendrá qué verle la cara si no tiene una.- murmura cansada de todo.

Poppy mira ahora al suelo sin enfrentar lo que se a que vaya a ocurrir.

La osa salta adelante con su pierna intacta , empujando a la coneja para evitar que logre conectar el impacto.

El escombro golpea junto al gato sin llegar a tocarlo más que las tantas piedras sueltas al choque.

-¡¡No es tu decisión hacerle eso a él , no tienes derecho!!- ruge al apartarla , aunque termine en el suelo aún se mantiene enfrente con los ojos brillando amenazantes.- ¡¡No vas a matarlo!! ¡¡No lo harás!!-

Hoppy ruge apuntando la ahora sin el martillo improvisado.

- ¡¡¿Qué no lo haga , que no lo haga?!! ¡¿Ahora lo defiendes a él?! ¡¡¡No pudiste proteger a nadie nunca y hoy lo defiendes a él!!! ¡Hipócrita , solo eres hipocrita!-

La osa retrocede poniéndose de pie.

-¡¡Todos en esta maldita fábrica son hipócritas!! ¡¡Todos lo son!! ¡¿Acaso se te olvida tu maldito pollo?! ¡¿Se te olvido ya todo?! ¡¡Sobrevivimos gracias a la hipocresía!! ¡¿No lo recuerdas?! ¡¡¡Mirate al espejo antes de hablar!!! ¡No eres nadie para acusarme de hipócrita cuando las dos somos iguales!-

Kissy ahora pasa la mirada de la osa a la coneja con las manos ahora sobre su boca. Mra a la muñeca en el suelo.

Callada les vigila pensando en lo sucedido más allá de solo el gato al que deseaba matar aunque no tuviera las fuerzas ni la almohada suficientemente grande para ello. Mira al suelo alejándose de esa discusión donde solo es una pulga.

-¡¡Lo hago para protegernos , por justicia y porque este maldito nos hizo todo esto!! ¡¡Este maldito saldrá de aquí y nada habrá importado , nada!! ¡¡¿No te importa? Eres una traidora!!-

La osa respira con esfuerzo. Cada palabra llega a su corazón como heridas en la piel.

Tanto tiempo pasó sin poder verla y ahora estaban peleando.

Estaban peleando por culpa de este lugar otra vez. Huye de sí misma para cargar a alguien más con sus esperanzas. Para darle de nuevo a ese símbolo en su corazón el peso en su vida que necesitaba para mantener arriba el telón de sus sueños actuando a fuerzas.

-Hobart está aquí , ¿Verdad?- lo señala agarrando sus propias garras.-El vino por nosotros , por todos y eso lo incluye a él …yo nunca hubiera vuelto.- admite avergonzada.-Ni por ti regrese pero él lo hizo y está aquí también.-se coloca entre ellos.-Si en el pasado no lo fui , hoy puedo arreglarlo y si él quiere vivo a CatNap , que así sea.-

La coneja retrocede levantando las garras sobre su cabeza. El hastío la llena ahora perdida.

-¿Y si fuera mentira? ¿Y si él nunca estuvo aquí? ¿Qué harías si fueran todas mentiras de ese gato?-

-Se que es verdad.- apunta su torso lleno de vendas.-Hueles a cerveza y veo que él te puso las vendas.-

Hoppy deja caer los hombros de golpe.

La osa ahora retrocede tomando el pellejo del gato sobre su espalda para levantar lo , tomando el pedazo de cemento por el otro lado voltea decidida a ir a donde fuera que la llevara el rastro de Boxy.

A su paso pedazos de la podredumbre de su pierna quedan en el suelo. 

Sin detenerse aunque el dolor le haga temblar. Sigue sin hacer más que mirar adelante al cuidar del gran felino inconsciente.

Siempre más fuerte cuando de llevar en sus brazos a alguien se trata , puede ir más allá. Cuando no está sola.

 

La coneja se queda en la oscuridad. Observando a la osa ir adelante sin volver a mirarla.

No como cuando niña se detenía y pedía un abrazo entre lágrimas nerviosas.

Kissy toma a Poppy sobre su hombro y sigue a la osa sin hacer más que tomar las patas del gato para ayudarla con su , verdaderamente ayudar a Bobby al ser su fuerza suficiente para ello.

Hoppy sube las manos a su cuello , exhalando con una risa vaga.

 

 

 

Dentro de la cueva el perro ya logró abrir un agujero a la puerta hierro con la pala de la maquinaria , golpea la superficie de hierro levantando pedazos de la prensa central parte por parte.

Decidido ya probó doce formas de subir , desde tratar con metales y terminar tapando el pasaje a seguir los cables solo encontrando un generador sin combustible. Solo le queda esta puerta y definitivamente la destruiría así se quedará sin manos.

Sus ojos pueden ver a través de ese metal la zona exterior y a las escaleras qué lo devolvieran arriba.

Un ruido profundo suena por encima de la cueva.

Su golpe queda a medias al escuchar las patas de esa cosa pasando cerca.

Lo piensa y sigue golpeando , mira arriba esperando que esa cosa volviera a por él moviendo los hombros antes de volver a golpear con la pala de acero la puerta.

-Estás en problemas.-

Mira a la rendija al escuchar una voz.

Es ese azul. Doey.

-Hola.-saluda bajando la pala de la excavadora. Aún quedan muchas dudas pero las ve ahogadas al apartarse para la entrada de esta masa azul por la puerta ya rota.

Ya formado mira alrededor.

-Estas en una zona fea.- dice mirando alrededor.-Aquí no hay comida ni agua , solo cien pies y cucarachas.- mira al perro.-Aunque si eres valiente pueden ser ambos.-

El perro inclina la cabeza.

-¿Me echarías una mano con la puerta?-

El azul asiente mirando el agujero en el hierro. 

-Puedo romper un poco más esto y con eso podremos torcerla , así pasarás por en medio.- sacude las manos.-¿Como encontraste este lugar?-

-Una voz en la pared. No alcance a entenderle , solo sé qué viene de las bocinas.- sujeta la pala de acero. Vuelve a golpear para arrancar un pedazo de hierro.

Esta puerta no es sencilla de romper , él estaba haciendo trampa al ir por la unión central con los seguros magnéticos. 

Le duele todo el cuerpo.

Sus huesos , los clavos y soportes y placas , todo es atraído y le causa un fuerte palpitar en su médula al ser rascada la superficie de sus huesos ese metal.

Duele. Sigue adelante por el deseo loco de volver a por esa cosa. Por Theodore y el fuerte grito que resuena en su pecho desde hace rato.

El azul revisa la superficie antes de entrar a los seguros.

Por un lado, la superficie entre los mecanismos es demasiado densa. 

Del otro lado hay una posibilidad de dar retroceso pero seguramente perdería parte de su masa física.

-Será de unos pocos segundos , estate listo.- le advierte desde las paredes.

El perro retrocede un paso ya listo para saltar.

Las posibilidades de ser traicionado le llena de golpe.

Desde escenarios donde este azul deja cerrar antes la puerta y se ve despedazado a ser del otro lado asesinado.

Las calla con un respiro profundo , solo pensando en la nula utilidad de esos miedos.

Solo un segundo. Un solo segundo esa puerta se abrió totalmente.

El perro logra pasar pero no parte de su reducido rabo.

-Mierda.- gruñe al ser aplastados los huesos de esa cola ahora más corta que antes.

La sujeta y bufa al ser demasiado estupido este problema. Ahora deberá vendarse la cola.

-Detesto mucho tener cola.- murmura buscando en su cierre algo para vendarse.

Hace unos cuarenta minutos se había ahogado en rabia. 

Sintió desesperación y ahora todo estaba bien.

Solo siente un fuerte alivio cargado por la rabia de ser esta una situación más desagradable a cada segundo.

El azul le observa y mira esa cola ahora hecha jirones entre los metales.

-Al menos ahora estas afuera.- lo consuela con una sonrisa.-Aunque te ves tonto con eso ahí.- señala com un dedo.

El perro de tres metros , una cola corta y terminada en una bola de algodón le mira con los hombros caídos.

La dignidad es un lujo que no poseo , gracias.- sigue adelante por las escaleras.

El azul vuelve a las paredes.

-Enfrentamos al prototipo …pero lo arruine.-

El perro mira arriba las muchas escaleras por subir.

Su pierna ya unida con cinta le pesa demasiado para subir caminando.

Toma el borde y comienza a trepar de piso en piso usando los barandales y el suelo de cada escalera metálica.

-Imagino que no armaron un plan.- lo dice observando una plataforma. En esta un humano decidió tomar las riendas de su vida y las puso en su cuello, ahorcándose con la correa de su cinturón.

El perro baja a este nivel para revisarle los bolsillos.

-No tienes respeto.- murmura el azul al verlo sacar el cadáver al arrancar la cabeza para voltearlo y tirar más rápido sus bolsillos. Igual que un bullyng al más pequeño de la escuela.

Jack se frunce y toda la masa se estremece al recordar la escuela y cuantas veces se escondió de los chicos de secundaria.

Entonces el perro anuncia lo encontrado en este cadáver con un tono sinvergüenza de vendedor.

-Cuarenta dólares y cinco fotos de las niñeras de Dulce Hogar en paños menores en los baños…- mira la cabeza.-Debiste hacer esto mucho antes. - toma la tarjeta de seguridad como única cosa de valor.

El azul mira al cuerpo.

-No nos gusta hacer eso.-

-Aún así lo hacemos.- suspira volviendo a trepar.-¿Podemos hablar? Me pone tenso el silencio.-

El azul sube ahora por fuera de las paredes.

-Me gusta la leche.-murmura uno de ellos.-Mis padres solían decir que era un conejo humano.-

-A mi me gusta la cerveza.- responde empezando a subir normalmente las escaleras a falta de las bardas en un gran tramo oxidado.

-La cerveza sabe a miados.- responde Kevin asqueado.

El perro comienza a reírse de golpe.

-Eso dices porque no te gusta o probaste una muy mala.-

El azul insiste aún bajo el control del más amargo de los tres. 

-Porque sabe a miados ¿Y desde cuando sabemos a qué saben los miados?- se interrumpe por la presencia del más ingenuo.

El perro ríe ahora mucho más tranquilo al encontrar alguien con quien hablar.

Aún no está bien. Estos minutos apartado de todo le supieron muy mal , no a miados , pero si mal.

-Existe la cerveza oscura qué tiene regusto a madera pero me gusta más la clara con el factor de espuma menor-

-Te digo que no me gusta ¿Y el brandy?- como si hubiera sido traicionado el mismo azul mira atrás para encontrar dentro de sí mismo al mayor del grupo. Este mueve los hombros de Doey como quien se rinde y solo acepta la vergüenza sin discusión.

-Se quema y me ayudó mucho con unos problemas cuando desperté.- el perro se estremece recordando los gusanos.-Tuve que desparacitarme mucho.-

Ahora de los tres habla el más joven.

-¿En dónde estuviste?- la pregunta es de los tres.-Moriste por cinco años y dejaste mucho ruido detrás.-

El perro detiene sus pasos mirando la superficie débil del metal oxidado.

-Me compro … alguien y me enterró pensando qué estaba muerto.- su sorpresa al ver el puente creado por el mismo azul le hace dudar. Cruza murmurando un gracias.-El necesitaba dinero y me vendió…tuve suerte de terminar con Pedro.- sube por las escaleras ahora con la cabeza baja al ser más reducida por el desastre de metales acumulados entre sí.

-Ninguno de ellos se llama Pedro.-

Es información confunda qué podría ocasionar un problema de permitir crecer el malentendido.

-Si , lo olvide.- pasa por una orilla oxidada.- Pedro era un vagabundo qué me ayudó mucho de niño , me enseñó muchas cosas que hasta ahora fueron muy útiles y me salvaron de más cosas de las que puedo contar.- Recuerda al vagabundo pero ya no su rostro.-Se suicidó después de que me besara.-

No están presentes pero incluso en su espacio liminal los tres se miraron incómodos uno al otro por esa descripción de obvia mala situación para un mocoso.

El perro continúa con su historia y los tres siguen incómodos.

-Nisiquiera se despidió pero creo que se quedó conmigo hasta donde pudo.- al fin llegan a la puerta de salida.-Creo que les digo así a los adultos que son buenos conmigo y con mi familia.-

El lugar al que llegan es una zona de máquinas.

-Aquí es donde fundían el hierro qué se minaba cada vez.-

El perro permite el paso al azul al moverse de la puerta.

-Aún hierve.-

El perro se niega a acercarse al resplandor rojo. Siguen adelante.

-Si te hubieras quedado seguramente terminarás trabajando con nosotros.- le señala Doey.

El perro parece tranquilo.

-Si , creo que ese siempre fue el objetivo.-fuera hay más iluminación y el azul puede guiarlo con más calma a una zona distinta.

-Es bueno que saliéramos por aquí , del otro lado te abandonaría.- admite riéndose.

 El perro mira al lugar con atención.

-Hace frío.-

-Tanto como podría.- responde apagado ahora Doey.

El perro no tiene la experiencia de Boxy , no puede percatarse de estar hablando con más de uno. Solo le ve cambiar de actitud tan rápido como se apaga su tono o vuelve arriba. 

Dando por hecho que Doey estaba algo loco. Defendible y entendible igualmente.

El lugar al que llegan es una zona con tuberías.

Inmediatamente el azul retrocede y es sincero.

-Olvídalo , estás solo. -Señala Doey bajando los hombros al ver el color de esa zona.

-¿Qué hay aquí?- pregunta revisando el lugar.

-Hace frío.- baja una palanca apuntandole al lugar.-Subirás y verás una clínica … creo que podrás pasar y salir de esta tú solo.- lo despide con un movimiento de manos.

-Al menos no es tan malo.- decide seguir adelante.-Gracias por ayudarme.- 

Del otro lado el perro sigue adelante mirando al lugar. Otra vez su paranoia lo hace recoger un pedazo de las escaleras para subir.

-No tengo idea de que hacer.- anuncia de nuevo.

Igual que antes , mira al pedazo de hierro y a la cerradura en la pared. 

Suspira preparándose para el primer batazo qué le daría a todo el lugar.

 

 

 

 

Doey , en esa misma zona llena de tubos de color azul , junta las manos al estar nervioso respecto a dejar solo al tipo que nunca estuvo aquí ni era trabajador y que seguramente no tenía ni idea de que hacer con nada de lo que le estorbara su paso.

Evita un torrente de frío solo por estar a un paso de distancia. Su cabeza se mueve impresionada por el fallo que nunca sucedía. Ese tipo nunca fallaba.

-Deberíamos volver con todos.- alerta nervioso.

Lo que fuera que estuviera pasando con el doctor , seguramente era muy serio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La situación para Ryan es tremendamente mala.

Su estúpido miocardio decidió irse de paseo a verglandia y ahora es un idiota tirsdo aun lado de las computadoras con una mano en el pecho y ese dragón sentado a su lado con esa bolsa atada como maleta a su espalda.

Lo preparo al primer golpe de esas máquinas.

Ya abrió un maldito circuito pero ya no le da para más el cuerpo.

-Ryan.-

Sonríe al escuchar nuevamente ese llamado.

-Ryan , claro que puedes morirte pero no ahora. No donde no puedo alcanzarte.-

Evita hacer ruido aunque ahora está más muerto que vivo.

El dragón le toca moviendo su hombro para que se moviera. Demasiado aturdido para hacer más que eso.

-No puedes morí así ,Ryan.- lo llama esa voz en las bocinas.

El humano sonríe burlón al escucharlo tan autoritario.

-Eres tan arrogante que no puedes admitir que la muerte no te respeta , Harley. No moriré donde te convenga ni cuando tú lo quieras.--

-No necesito su respeto , yo la someto. Yo cure la muerte y te curaré a ti también .-

Discutir es imposible cuando sólo se intenta mantener vivo y respirar. Aunque tomará sus pastillas , aún es demasiado para su estado.

Se supone que debería estar en casa hundido en su sofá con una coneja de 45 centímetros trayendo el pan a la mesa tras explotar a unciego.

Es un escenario demasiado risible pero era lo que comenzó como una verdadera vida.

Conoció lo que es estar vivo al ver como sus tontas nimiedades le daban fuerzas a la niña atrapada en esa prisión para seguir adelante. Para ver las acciones de una mujer rompiendo con sus pocas fuerzas los desagradables obstáculos que le impusieron sobre su propia piel.

Mira arriba con el pulso golpeando sus arterias.

Solo hay un techo de concreto y ninguna forma de ver afuera.

Quizás no vería el cielo otra vez.

-Ryan.- lo llama esa computadora.

El dragón dentro de los pasadizos toma la pierna del humano llevándolo fuera del alcance de las máquinas.

Sentándose a su lado espera a que todo acabe. Tan tranquilo como lo hizo en el tubo de las jaulas.

-¡¡Ryan , no puede ser que sea tan fácil matarte!! ¡Ryan!- 

Las máquinas dejan de moverse al no haber movimientos en ese lugar.

- ¡¡¡Ryan , maldito , muévete!!!-

Nada se acciona. Por tanto nada puede activarse.

 -¿Dónde estás? ¡¡Ryan, arriba , muévete!!- le grita y busca las camisetas sin verlo por ningún lado.

Nada . Ni un solo movimiento.

-¡¡Ryan!!-

La oscuridad regresa. Se apodera del lugar vuelto a la paz fría de antes.

Dentro de las computadoras ese hombre ahora guarda silencio.

No hay nada que pueda hacer sin movimiento. Las máquinas no se moverán , no hay nada que hacer.

-¡¡Ryan!!- 

 

 

 

El gigante azul escucha los gritos por el eco. 

El humano a su lado aún se soba el tímpano contrario a la quemadura para destaparse.

-Auh…- murmura al lastimarse más de lo que se ayudó con esto.-No se que hacer pero veras que solucionaremos todo entre los dos.- acaricia su mano al tenerla al alcance.

-Bien-

Voltea junto al humano al escuchar un rugido.

De una pared escapa un torrente helado junto con el perro naranja.

Sacude su pelaje entre gritos para sacarse el hielo creciente de su cuerpo. Lo mira al terminar de sacarse hielo de la boca.

-Hola.- saluda temblando.

El humano sonríe al verlo vivo.

-¡¡¡Hobart , vamos arriba con Ryan y ese tipo en las bocinas!!! ¡¡Puedes venir con nosotros!! ¡¡¡No se si pueda hacer mucho cuando no escucho nada!!! ¡¡¿Qué te parece amigo?!!- señala arriba con esa misma sonrisa.

El perro levanta los hombros al recibir ese griterío añada más verlos. 

-Allá va el factor sorpresa.- exclama Huggy al escuchar las bocinas sonar por unos segundos.

Más no llega esa voz.

Parece que solo encendió la boina pero se retiró.

Henry camina a la plataforma y sube sin esperarlos.

- ¡¡Los espero arriba, monitos!!- se despide al perderse frente a ellos.

El perro se acerca mirando al azul.

-¿Se encontraron con el prototipo?- lo dice como una pregunta pero es una afirmación hecha por la contrariedad de sus emociones al ver el estado del pelaje quemado y las heridas del humano que antes era un digno modelo de crema con cha nacar.

-Ese maldito mató al dragón y usa su cuerpo como lanzallamas.-

El perro queda en blanco al recibir dicha información tan de golpe.

Definitivamente era un juego su persecución o quería su cadáver completo.

-Él dragón… - el cuervo llega a su memoria , hablando de su amigo Simón.

Su humor cae por el piso al unir los cabos.

No conocía a todos los miembros del grupo de Poe pero era claro que no eran inofensivos y aún así cayeron a manos del prototipo.

-No lo habíamos mencionado porque esa rata estaba pegada a nosotros y creo yo …- deja de hablar al cansarse de hacerlo. Si el perro entiende o se hace una idea cercana . Eso era problema del pulgoso porque él ya no quería hablar.

La plataforma baja y pueden subir con muy poco espacio para ambos.

El perro decide subir después.

a la espera se queda observando el lugar. Las luces y los cables eléctricos están repartidos por las paredes.

Llega a una resolución dejada de lado por toda esta maldita década y lustro atrapado con esta gente loca.

-Pues si les alcanzaba para darnos un mejor pastel de cumpleaños.- gruñe ahora con el humor más pesado al recordar el betún mantecoso y no la crema suave con cúrcuma que probó comiendo fuera de la fábrica estos días.-Al menos Pedro tenía mejor gusto.-

-Qué me llamo Ryan.-

El pero se sobresalta mirando alrededor.

La plataforma baja. Puede subir ahora.

Toma el ascensor y baja la palanca para subir.

Mira alrededor con un sentimiento ominoso. Desagradable.

Las pantallas ahora están apagadas. Sigue adelante con un rostro apagado.

Dentro de la sala hay un fuerte ruido.

Atraviesa para casi chica con una masa de hierro volando.

Corre adelante creciendo al ver al gigante azul sostenido por más de un robot aunque se librará de uno con una gran patada. 

El perro arrastra a dos con las manos , lanzándolos contra el tubo de agua al centro de la habitación.

Fuera de su vista ese humano corre de un lado a otro conectando los circuitos.

Sus ojos van a la esquina donde ese dragón mira al suelo sentado junto al humano.

Sigue con su tarea , logrando completar los dos circuitos que Ryan no pudo en su estado.

Sube con las manos para conectar el cable.

-¡¡¡Esto no debía ser así!!! ¡Esto no lo hice yo! ¡¡Esto es culpa de ustedes , es su culpa!! ¡¡¿Por qué no puedo encontrarlo?!! ¡¡No puedo verlo , no puedo verlo por su culpa!!-

 El perro sujeta a la máquina que intenta atrapar al humano que corre con ese insulso cable hasta la máquina.

El azul sujeta a dos qué simplemente iban encima del humano.

La sensación eléctrica en el aire es acompañada por un grito cargado de rabia.

De más que solo rabia.

-No puedo escucharlo.- exhala agotada esa voz en las paredes.-No escapara nadie de este infierno.-

 

Los tres retroceden llenos de arañazos y el pelo arrancado en más de una zona al ser lo más que pudo dañarlos al ser dos gigantes.

-Abajo.- grita el humano.

Para su descontento el azul se arrodillo.

-Tengo a alguien.-

-¡El viejo está abajo!- les grita ya sin esperarlos.

El par lo sigue a su propio ritmo.

El perro puede ver al humano acercarse al cuerpo del humano quien lo ayudó a volver.

-¿Está bien?- le pregunta al humano que lo revisa.

Henry parece pensativo al detener sus manos en el pulso del cuello.

Baja pegando la cabeza a su pecho haciendo una seña al par para que hagan silencio.

Escucha atentamente. Observando al suelo para captar el sonido de su corazón.

Enderezandose mira ese rostro pálido y su sonrisa es media al sentirse arrinconada.

-No.- mira al par.-Ya no lo está.- 

El perro levanta las manos con un murmullo sordo. 

-Las flores…si encuentro alguna, como él-

-Puedes intentarlo pero no huelo nada en este lugar.- interrumpe el humano ahora sentado en el suelo.-Y no es como ustedes para aguantar tanto tiempo su cerebro intacto.-

No había pensado tan seriamente en que más de uno de ellos moriría y menos este tipo con tanta experiencia.

Aunque era obvio. Les dijo que estaba mal del corazón.

-No puedo …no puedo hacerle esto a Angela.- exclama el perro llevando sus manos a la cabeza.-No puedo hacerle esto.- camina por el espacio.

El gigante azul vigila qué no intente desquitarse con Henry o tener un episodio de loco en contra de ellos dos.

En realidad aparte de salir , no tenían idea de que más hacer. 

Nadie sabía lo que hacía pero estaban aquí juntos. 

Una seguridad que a su manera tranquilizaba a Henry al saberse solo uno de tres humanos en todos está gigantesca fábrica. Demasiado grande y demasiado solo para sentirse capaz de proteger a Huggy.

Ahora su mente amenaza con ponerse en blanco.

El perro pasa al fin de la incredulidad a la furia. Lanzando una caja de madera contra las máquinas.

-¡¿No se suponía que se fue con Thedore?! ¡¿Por qué no está aquí Theodore?! ¡Puta madre , ¿DÓNDE SE LLEVARON A THEODORE?!-

El azul responde con un tono aburrido.

-Parece ser que él estaba huyendo del prototipo y el humano se quedó atrás.- mira a Henry.-Deberíamos pensar qué hacer con el cuerpo.-

Huggy es frío después de años esta clase de situaciones y es más que nada una normalidad el perder a alguien cada vez que se mira a un lado. Por su propia fuerza o por terceros , siempre hay una razón para perder a alguien en esta fábrica. 

Que el perro lo pierda hoy es natural.

Que Henry pierda a un aliado es posible.

Que él pierda a Henry , es el fin pero no lo sería para el resto.

Ese es el peso de una vida y seguramente era así para más de uno.

Aún observa a ese humano que no le parecía tan desagradable como otros y en más de una forma , simpático.

-Henry.- lo llama para que se vayan de una vez.

El perro pasa de ese episodio furico a un cansancio devastador. Sentándose a unos metros mira a ese cuerpo con la cabeza hirviendo.

Theodore era su prioridad y aún así esta pérdida es fuerte. 

No pensó que le afectaría tanto.

De pronto ese juguete se mueve pasando junto al humano y el gigante azul.

El perro puede ver su nombre en el código de barras , más no tiene fuerzas para decirlo en voz alta.

Este levanta la bolsa que arrastra y le muestra del interior un papel.

Solo ese papel.

El perro lo toma con cuidado al estar sucias sus manos.

Dentro hay algunas notas secas y rayones.

Son números y códigos alineados con nombres. 

Debajo está la única línea escrita de forma torpe y rápida.

Parecía haber sido escrita hace muy poco y con prisa.

 

“No me saquen de aquí” 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Aquí vamos, otro reto para ellos y por fin siento un avance.
Aquí se termina otro pasje y se dejan algunos pedazos restantes en el camino.

Chapter 115

Notes:

Buenas noches , espero que tuvieran un buen fin de semana.
Capítulo corto y de diálogos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 1974

 

 

 

 

 

La cita con la pizza no salió tan bien como esperaban.

Ahora ese tipo estaba batallando para sacarse los pantalones sin tocar la suciedad de estos.

El guardia le observa de reojo al estar mirando por el balcón la calle cercana al hotel.

-Eres de todo menos erotico.- le señala sin voltearse al oír como el doctor cayó al suelo tirando el mueble de noche y con ello la lámpara reventó apagándose la luz.

Como primer punto para la defensa de su valor atractivo tiene algo que suele ser suficiente.

-¡Aun soy rico!- grita avergonzado al estar batallando con algo tan sencillo por el asco que le recorría por culpa de la ropa sucia.

Ryan a contraluz le sonríe aún en la puerta del balcón.

-Rico en billetes , no en atractivo.- le acusa el hombre. No ayudó que al voltear de reojo lo viera llegar caminando como pingüino por culpa de los pantalones en sus tobillos.-No puede ser.- ríe dejando de lado el cigarrillo en su boca. Gira atrapando al tipo que venía a golpearlo con una amenazante pantufla.

El hombre exhala al ser atrapado su brazo.

Con cuidado rompe la distancia entre los dos robando un roce de su boca tan superficial como posiblemente imaginario.

El doctor exhala ahora más que convencido de haberlo imaginado al sentir como este hombre le tira de la ropa ayudándolo a sacarse la camisa exterior sin que toque su piel.

Debe tragarse la vergüenza si desea deshacerse de esta prenda sucia.

-¿No te molesta la suciedad?- lo cuestiona al salir de la prenda sin tocar otra vez ese lodo sucio y aceitoso.

-No tanto como al tipo rico frente a mi.- mira al suelo , pisa el pantalón para que Harley pueda sacar los pies de este.-Así que este listillo olvido que no se había sacado los zapatos.-

El hombre está vez no le huye a su mirada , chocando ambos por este solo segundo.

El más es como un espíritu malvado al levantar sus manos directamente a su rostro más rápido de lo que pudo darse cuenta de estar ya atrapado.

Estas manos lo recorren con suavidad , apenas hay un contacto real dejando un ardor profundo a su toque.

Cosquillas y un insistente deseo susurrando al fondo de la habitación.

-Tienes una piel muy hermosa.- es lo primero que dice al mirarlo a los ojos sin pudor o timidez.-Creí que seria más ruda por tu actitud y trabajo pero eres muy suave.- retrocede abandonando su ropa en el suelo.

El hombre en cuestión toma su propio rostro confundido por un halago tan fuera de lo normal para su experiencia.

-Podrías decirme algo más fuerte.- sonríe conservando la picardía en su sonrisa ahora devuelta.

El hombre más bajo sostiene su cuello subiendo esa mano por su cuello , bajando por su pulso pasa por su clavícula bajando sin pudor por el centro de su pecho.

-Si no te llamara hermoso sería un error.- lo declara deteniéndose en su costado. Hace algo que es instintivo más allá de todo lo que podría pensar alguien sin una pizca de experiencia como él. Lo atrae con fuerza para cerrar la distancia con él.

Solo para escuchar su respiración cortarse. Sintiéndose débil por algo que desconoce al verse llevar las manos a su espalda para seguir la línea natural de esos músculos y subir.

Sube por su espalda hasta levantar el brazo y apartarlo. Robando con ello su chaqueta.

-Tara~- exclama amargo al sentirse estúpido en cuianto se sintio como un mago que saca al conejo del sombrero. Mira al hombre esperando alguna burla.

Más un brillo de asombro qué llega al centro de todo su ser le recibe. Es más allá de todo lo que esperaba sentirse al efectuar este truco barato justo ahora.

Huye de sus propios avances devolviendo su ropa doblada rápido antes de dársela en brazos.

-Ni que fuera un camionero para decir algo tan sucio.- al fin responde a la opción anterior y todo para fingir que no hizo el truco que su abuelo le enseñó en la infancia.

-Me dio asco sacarme los zapatos.- lo reduce a eso ya libre. Puede ver al guardia de cerca aunque sea hacia arriba al no escapar aún de forma física.

Su cabeza al fin escapa del estado intocable de un joven de crema y nata , a su presente como un adulto funcional a cierto nivel más o menos respetable le grita que estaba rompiendo con el protocolo de convivencia qué siguió toda su vida. 

Observa ese rostro aún relajado por haberlo visto hacer esa , ahora que lo procesa , muy vergonzosa carrera y este estúpido truco de vagabundo …qué parecía más un asalto qué un truco de magia.-

-Si…- escapa , ahora de forma física , directo al baño sin mirar atrás.-¿Qué tal si me hablas de esas cicatrices?- le intenta distraer con un detalle que acaba de descubrir en el hombre hoy que rompió la distancia en un espacio verdaderamente iluminado.-Como doctor puedo imaginar el cómo pero no lo que rodea esas heridas.-

 Ryan suspira cerrando el balcón , preguntándose si alguien vio algo de esa extraña convivencia. Camino por la habitación dejando sus zapatos en el centro como acto descuidado.

Deposita la chaqueta doblada en la mesa de noche.

-De niño me rompieron la mandíbula y la nariz a patadas.- rememora algunas cosas revueltas.-O fue en la secundaria…no se , fue mi padre.- revisa su abrigo.-Me llenaste de lodo.- 

Dentro del baño hubo un momento de silencio. 

Aquel doctor observa el agua correr por sus manos. Pierde ver la sangre de todas las intervenciones y sus pacientes heridos una y otra vez por sus manos.

En ninguna de sus acciones con sus experimentos hubo ira suficiente , solo esta asfixiante necesidad de conocimiento.

-¿Y tu cuello?- pregunta cerrando los ojos con un cálculo interno sobre el tiempo que habría tomado sanar esas heridas.

El hombre toma asiento sin responder desde la habitación.

Era un tema muy fuerte en su vida y no habiendo pasado más de unos años aún es fuerte el sentimiento que le embarga de intentar ahondar en ello.

No había hablado de esto con nadie desde … nunca. Simplemente lo dejó pasar y escapó de todo a esta fábrica para no ver de nuevo nada que se lo recordará.

Escapó a enterrarse vivo para que el suicidio no fuera su única acción posible para escapar de todas las voces que le dicen que era su culpa y lo merecía. Mofándose del dolor que siente junto al asco que se tiene a pesar de aferrarse a su propia naturaleza inherentemente lasciva. 

Una parte de sí sabe que posiblemente era su castigo por jugar con los sentimientos y el tiempo de dos personas.

Otra parte aún llora herida y esa es la que le obliga a esconderse de sus padres y todo lo que había sido Rino antes de ser Ryan.

Escapa una y otra vez , de su nombre , de su vida y de todo allá afuera.

Sigue escapando y ahora estaba atrapado en esta fábrica. Donde no puede salir más que dos días sin recibir una advertencia y seguramente la muerte segura de no volver a tiempo. 

Viéndose hoy fuera de ese lugar asqueroso y de todo lo que significa haber caído en su dominio.

Llevándolo a preguntarse si podría tocar ese tema con el doctor.

 Podría dejar ir el tema ¿Pero cuándo tendría otra oportunidad para hablar de esto? Puede que nunca.

¿Cuando alguien quería escucharlo el suficiente tiempo para sacar esta parte de su fea historia fuera de sí? 

Podría morir sin decirlo y aún así seguiría siendo un evento real en su vida.

-Creo que a ti , puedo contártelo ,Doc.- exhala agotado.

Debe dejar ir esa esquirla para cerrar la herida sin que se pudra.

Muy doloroso y conflictivo. Es irónico que busque sanar hablando con este tipo , pensando todo este rato en hablar con el raro asesino y loco de la fábrica con él qué trabajaba vendiendo drogas.

Cada palabra para describir sus lazos es una gran razón para no hacerlo.

Además de simplemente ser hombre. Ellos no deberían hablar de nada excepto dinero y …¿Otros hombres en su caso? 

¿De qué carajos hablan los heterosexuales? Su memoria dice mujeres y cerveza , también un par de delitos y deudas.

Entablar una conversación sobre su historial de abuso no parecía ser una conversación para alguien que de alguna forma le atraía.

Esto es difícil de poner en la mesa y tomar en cuenta , más al sentirse , ahora que lo medita , deseoso de abrir esa herida para mostrarle “Dónde le duele” al doctor loco.

-Oye Doc ¿Tenías amigos de niño?- intenta buscar algo que le diga que era mala idea y seguramente sería expuesto y necesitaría hacerse una corbata adornada con dos metros de altura por encima del suelo.

Solo colgar cinco centímetros por encima del suelo era suficiente para ser libre. Solo cinco centímetros y unos diez minutos de agonía.

¿Qué son diez minutos contra toda una vida arrastrándose dentro de sí mismo? 

Ese hombre tiene una buena respuesta para su pregunta.

-Si los hubiera tenido , no estaría aquí.- responde desde el baño.-En realidad no fui a la escuela , estudie en casa y te aseguro que soy muy bueno con la etiqueta.- bufa.-La secundaria fue un asco. Tuve que pagarle a otros idiotas para que golpearan a los que me golpeaban y después tuve que dejar la escuela porque los padres se quejaron porque mis matones lastimaba a sus angelitos cuando me golpeaban ¡¡Pues nadie se queja si tiene una sonda alimenticia ¿Verdad ,Carlo?!!-

En la cama el hombre frunce el ceño después de escucharlo recaer en sus rencores de secundaria. 

-Se nota.- mira al techo al sentarse en la cama.-No tuve amigos reales tampoco.-

Dentro del baño no hay respuesta.

Esta conversación estaba siendo demasiado para él que simplemente suele esconderse tras la bata y un libro para ignorar su entorno.

-Me llevaba bien con las chicas pero ellas no se querían llevar conmigo , les acusaban de meterse conmigo y ser unas fáciles.- bufa recordando el primer incidente de ese tipo a sus ocho años.-Era un niño y ya recibía felicitaciones por tener una novia , aunque ella era una amiga y la trataron mal exactamente por intentar ser amigos.-

El doctor dirige la historia a su propio lado al sentir un temblor en esa voz.

-En mi caso me reclamaban por no tener amigos aparte de la cabeza de un perro disecado del despacho de mi abuelo.- ríe amargo.

Ryan ahí sabe de dónde salió el bullying. Y no quisiera decir que se lo merecía pero si un tipo aparece con la cabeza de un perro muerto te persigue desde unos matorrales …tal vez sí merece un puñetazo.

Al parecer el doctor continúa y no debería distraerse.

-¿Te gustaban los perros? Yo solía ponerme la cabeza disecada como máscara y ladrarle a la gente hasta que salía de los arbustos , jaja…- entre risas se queda pensando en esos momentos de pura felicidad malvada.-Era divertido verlos pasar de hacerle muecas y cariñitos al perro , a correr y gritar cayéndose con sus propios pies cuando salía de mi escondite.-

-Cuando quería que me tratarán bien hacia figuras de madera para vender.-

Esa respuesta lo deja en blanco y aún así intenta defenderse.

-Yo no hacía eso para que me tratarán bien.-

-Intento entenderte.- Ryan mira al techo.-Creo que eras el raro que mira a otros con odio porque te daba miedo que te odiaran también.-

-Me gustaba asustarlos , no lo medites tanto.-

El hombre en la cama tiene exactamente algo para esa confesión.

-Raro eras.- Ryan no puede decir más sobre la historia de este doctor.

 -¡¿Ahora me juzgas?!-

-Si , lo hago.- mira al suelo donde esos pantalones ahora son inservibles hasta que los laven. 

Mira a la puerta del baño.

Su sorpresa al verlo es visible y sus cejas elevadas también.

-Regresa a ser un nerd tímido.- ordena en un hilo de voz al verse sobrecogido por este pudor naciente en su cuerpo.

El doctor solo viene a su lugar sin más paciencia o dudas. 

Claro que no sabe bien qué hacer pero puede ir aprendiendo sobre la marcha. Eso recorre su cabeza al atreverse a hacer algo más allá de todos sus límites existentes hasta este día.

Tomar al hombre por su mandíbula para unir sus bocas con ese desenfrenado celo acumulado por meses de solo escuchar como una y otra vez se jugaba con su cordura.

Al inicio hay una torpeza que él mismo debe aceptar como su propio error.

Mete las manos dentro de su ropa sin poner atención al sobresalto. La ropa es rápidamente llevada a un lado conforme se desprende dejando la humedad del agua de la regadera sobre esa piel.

-Oye…-

Escucha esa voz al dejar ir su boca , concentrándose en probar de una vez por todas su cuello.

Las luces no ocultan nada , puede tocar y donde es posible , también ver su reacción.

-Doc…-

No responde esperando no escuchar ,más de esas palabras burlonas que lo hacen sentir cobarde.

-Necesito que pares , no puedo seguir.-

Exhala mirando sus ojos.

El hombre parece más apagado qué nunca aunque no le permita ver su rostro al girarse.

Sin esa extraña sensación de seducción o la burla anterior.

-No creo poder seguir , ¿Entiendes?- le remarca ahora mirando al suelo aun sin darle vista a su rostro.

Es una escena muy confusa.

En realidad no hay resistencia ni daño. Puede continuar.

Solo las palabras del hombre son su negativa pero no pelea de ninguna forma ni siquiera parece estar interesado en resistirse.

- ¿Después de todo eso…- su voz es amarga aunque también se sienta bien el poder escapar de esto y seguir en su cueva como buen cangrejo apartado de todo aquello que sea desconocido para sí.

Escucha un suspiro y un movimiento de cabeza que solo hace caer aún más abajo los pocos mechones que ya llegan a sus hombros.

-No lo sé.- murmuró palideciendo en su lugar.

 El doctor busca sus ojos.

Esa mirada no está ni un poco tranquila.

 

 

 

 

Era un terror de muerte.

-Doctor , ¿Qué pasa?-

Esta mirada la puede ver en la mesa de operaciones.

Sus manos cubiertas de hule aún manchada por la sangre de la primera incisión en el torso del en pleno cambio.

 Tuvo el error de mirar a esos ojos al pedir una tijera.

Viendo como este llora buscando ayuda y sus ojos chocan.

-Doctor…- lo llaman al verlo desconectado.

No terminan de entender porque se detuvo cuando apenas iniciaban.

Este doctor retrocede tirando al suelo las herramientas.

-Cierrenlo.- ordena saliendo del quirófano.

Entre todos comienzan a retirar el procedimiento.

Un compañero lo sigue escandalizado por su retirada sin aviso ni razón aparente.

Sawyer voltea dando una advertencia directa.

-Vete ahora.- entra a su oficina azotando la puerta.

Toma asiento con un ímpetu violento , apartándose de la mesa rueda esa silla por unos metros con las manos sobre la cabeza.

-Esto es ridículo.- murmura furioso recordando su horario y cuantos procedimientos deberían haber hoy. Sumándose su primer caso con esta tontería.

No pudo terminar , simplemente no pudo hacerlo y ahora su cabeza choca con lo sucedido.

No tenía sentido y aún así sucedió.

Atacó a un enemigo y ese enemigo lo mató o pareció cortar donde algo al fin duele después de estar apagado por toda su vida.

 

Eso tiene más sentido que este presente donde se vio superado por una emoción desconocida para su propio ser. Algo que le llega a quemar por dentro de los huesos.

Es pesado y lo arrastra de vuelta a esa cama de hotel.

Atrapado con algo tan confuso como ver a ese hombre en los ojos de un experimento. Recordando cómo tomó su decisión en ese momento , cuando todo lo demás era más práctico. Seguir adelante y llevar todo donde los dos disfrutarán era lo que una parte egoísta de su ser le advertí, era lo mejor.

Estúpidamente se escondió en sí mismo y solo pasaron una noche hablando con el otro a su lado.

Ese tipo era peligroso. Es bueno cortando carne qué no debería ser sensible.

Era su fin. Una puerta a algo que no podría matar al estar vivo dentro de su propio ser.

Acaba de detener una de las mayores investigaciones de su vida. El cambio de un cuerpo mortal a la eterna inmortalidad del ser físico , por su propia mano …tan solo por algo como un recuerdo insulso.

Aún viéndolo así de absurdo su proceder hace a sus manos temblar.

Volviéndose para su horror más que natural detener su corte al ver en esas retinas llenas del mismo tipo de miedo que el de la persona que lo hace debilitarse.

Como si estuviera siendo atacado por más de un enemigo inmatable.

Algo tan impráctico como los sentimientos sin forma pero si una imagen.

El alivio en un rostro liberado de un peso doloroso en sus manos.

Como pocas veces fue un doctor que acompaña y sana. No un carnicero.

Sentimientos de dolor , pena y miedo.

Los comprendió , los pudo sentir y todo en él se detuvo al verse embargado por el mismo sentimiento una vez más en esta situación. 

Solo hacía su trabajo , sus métodos grotescos una vez más para un fin más allá de todo lo que un vil gusano podría lograr al estar atado por sentimentalismo vacíos…

 ¿Acaso se estaba atando? Esta es la cuerda de la moral aferrándose a su tobillo o como la condena de un hombre común y corriente. 

Ese hombre lo intentaba atar , lo intentaba domesticar.

-¿Qué es esta basura , larva?- se cuestiona a su reflejo.Aquel rostro que puede ver al estar atrapado por la superficie de un diploma en la pared.-¿Qué demonios estamos haciendo? ¿Por un hombre vamos a doblegarnos?- su rabia golpea su cabeza con cada fórmula por probar.- ¡Yo soy un maldito Dios!- 

En cristal y metal , ahí estaba su grandiosa persona reflejada.

La maravilla de su mente aún rebelde y más que dispuesta para seguir adelante con todo lo que es ser el nuevo Dios.

Solo debe olvidar esa sensación agradable de unos cabellos largos entre sus dedos y esa cintura fuerte volverse suave a su tacto.

Todo debe quedar en el olvido.

-Bien.- mira su reflejo ahora decidido.

 

 

 

Para su vergüenza el proceder falló estrepitosamente.

El incidente se repitió dos veces más por días de retrasos a su tarea.

Simplemente su mano se detenía sobre la piel antes de siquiera hacer un corte.

Ya no los veía y aun así sus ojos veían el lenguaje corporal.

Ese miedo y como la piel salta al sentirse vulnerable y atacada.

El dolor sube por su cabeza.

Para alguien cuya empatía estuvo dormida por mucho tiempo , sentirla de golpe le es nauseabundo.

Chocando su cuerpo con la realidad de ser nada todo aquello que creyó ser su vida real.

 

¿Entonces esto es ser un hombre común y corriente? ¿Ser alguien normal se siente así? ¿Cómo se supone que sea aquella gran figura superior al mismo Dios si no puede deshacerse de algo tan insulso y poco útil como su humanidad? 

 

Golpeando su cabeza con el muro que le atrapa dentro de su mente. Encontrando una espina que él mismo plantó para detenerse.

Ignora el camino de rebelarse. Aquello que lo devolvería a su humanidad.

Ignora la posibilidad de usar estas piernas para subir a buscar su compañía. No intenta desplazarse aunque lo necesite.

Ignora , miente y es él mirando su reflejo en ese diploma de cirujano , aquella ancla que usa para no moverse.

Lamiéndose los labios distraído por recuerdos poco dignos.

Debe encontrar un derrame justo para esta moral , para escapar de esos sentimientos inútiles que le dictan revelarse y detener su propio bisturí.

Toma de la pared aquel diploma tan pesado al que no ha podido presumir con el hombre y conociéndolo , sería más impresionante ver las palabras derramada en el molde como plata líquida que en sí su carrera.

Escucha un llamado en su puerta y solo puede pensar que estos tipos eran un fastidio.

 ¿Por qué obedecía a estos humanos? Ya veía a Leith planeando algo con ese tipo nuevo , ese maldito parecía estar listo para robarse hasta sus calcetines con tal de tomar el crédito de su investigación.

Maldito idiota incapaz.

Mira sin muchas energías a esa puerta con cristal borroso al exterior, la única fuente de luz en esta oficina.

Al abrirse puede escuchar los gritos de los experimentos en sus celdas y pidiendo esa supuesta ayuda que le darían sus cuidadores en Dulce Hogar.

Ahora esos gritos le molestan doblemente. 

No deseaba oirlos ni seguir por más tiempo en esta luz nueva para su ser.

 

 

Por fuera un gran número vino aquí para ver al señor Pierre amonestar a Sawyer y su muy mala actitud perduran desde un ciclo desconocido hasta hoy.

Deteniendo procedimientos y retrasando unos tantos más con excusas vagas.

-Doctor , afuera el señor Pierre le espera.- un asistente toca la puerta de su oficina con ese hombre a su lado.-Señor Sawyer.-

No reciben respuestas y Pierre no es paciente. A este punto su paciencia era muy poca y lo hace gruñir enojado , con la obvia elegancia de un hombre de su nivel y poder.

-Solo abre la puerta.- ordena Leith más que frustrado.

Ese tipo llevaba días retrasando la salida de productos nuevos y la Prisión necesitaba nuevos ingresos para el avance.

El asistente toma valor del apuro de su jefe superior , abriéndose paso sin permiso en la oficina.

-¡¡Señor Sawyer , el-

A medias quedó su advertencia.

Leith apenas abre los ojos al sobresaltarse observando a ese loco salir con una gran sonrisa después de lanzar una pieza de vidrio reforzado y metal.

-¡Ya sé que es lo que debo hacer! ¡¡No necesito esto para ser un dios!!- lo gritó agarrando su diploma universitario del suelo donde cayó después de impactar el rostro del asistente.- ¡¡Yo soy un dios ,yo sé lo que hago!!- levanta el diploma encestando el primero de varios golpes sobre el rostro de ese joven. Riendo al sentirse liberado ahora que estaba sacando todo su gran odio contra estos tipos.-¡Yo soy quién manda aquí! - grita usando esa pieza de vidrio reforzado para desfigurar la cabeza del asistente.-¡¡Las larvas y los insectos son solo basura que puedo pisar , solo un estorbo , solo peso muerto!!- a cada palabra dio otro golpe sui parar de reír al en contra donde depositar sus problemas.

En su trabajo. 

Salpicando la sangre contra su cara y tropa , ríe saliendo por fin fuera de sí esa horrible incomodidad y culpa.

Dio un paso y las puertas que abrió han sido cerradas.

Inconscientemente se niega a ser perdonado por sus acciones al hacer lo imperdonable de forma injustificada.

Porque no tendría porque atacar al joven pasante que terminó atrapado en este infierno ni tendría que lastimar a los productos pero lo hizo y lo hará por mucho más tiempo.

No hay a donde escapar , no hay vías si no hay posibilidades.

Arrinconando él mismo a la muerte su vida y su destino con esta descarada felicidad.

Busca su propio fin al proteger antes que un futuro con alguien que le mira como algo más que un científico loco sino como Harley ... .protegiendo su visión de un futuro de inmortalidad.

No se permite flaquear , empujandose a ello.

Empujandose adelante y aún es incapaz de soltar esa cálida cadena.

Porque este tipo no es ese hombre. No puede importarle menos esta cabeza destrozada.

Porque ninguno de sus experimentos es él. Solo son sus proyectos.

Porque no usaría su cuchillo con él. Porque él sabe lo que hace y nunca lo lastimaría.

Solo a estos gusanos en su poder. Solo a su locura.

Solo a estos pobre diablos atrapados en la mesa los hará pedazos.

Porque es más que un Dios.

Es un doctor que no ve bien ni mal , solo carne qué unir o cortar.

 

 

Leith lo observa ahora apartado con una mano en la nariz para no olfatear la gran peste a sangre ni tener arcadas al verlo aplastar tantas veces la misma masa que antes fue una cara humana.

-Prepara lo que hablamos.- advierte en voz baja al verlo reírse satisfecho con esa sangre en su rostro. 

El mismo médico deja de reír levantándose del suelo con la sonrisa desaparecida de su rostro. Señala el desastre.

-Quiero que limpien esto y que lo lleven a la mesa , veremos como usarlo.- su cabeza se gira ,retirándose al escuchar la radio en su oficina. 

Azota la puerta sin mirar nada atrás.

Dejando a trabajadores , guardias y a otros doctores en pánico.

Ese diploma sigue ahí , clavado en esa cabeza destrozada.

 

Dentro el doctor suelta su corbata para permitir la entrada del aire , jadeando agotada antes de responder al llamado.

-Hey.- saluda desparramandose en la silla de la oficina. La sangre escurre por su cabello y rostro , lo limpia con el dorso y escucha esa voz del otro lado de la línea.

-¿Estas bien?-

El doctor mira sus manos llenas de sangre.

-Si , lo estoy.- 

-Doc , ¿Qué tal si hablamos un rato?-

Esa voz ahora suena apagada y viva a la vez. Es la voz de alguien sobre una cama.

Como un reflejo se acomoda de lado sobre la silla.

-Háblame de la prole qué te compaña.-

Del otro lado llega una risa alegre.

 

El hombre le habla de algo sobre lo que vio en el día y sobre su niñez.

Lo escucha ignorando a los de limpieza arrastrar el cuerpo y pasar trapeadores por fuera de su puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

En algún momento pensó en ser suficiente para esta misión.

Para bajar y enfrentar este mundo podrido.

Sangre hay y mucha suciedad pero no es tan fácil. No es como simplemente bajar y acabar con los malos de turno en un capítulo de Batman donde su misión es salir vivos de la almeja gigante.

Derrite hierro y se lava.

Corta un brazo y es sangre.

Es algo siempre por dentro , sea bueno o malo y eso aun es un error.

 Las cosas son lo que son.

Son monstruos o personas. Son asesinos o víctimas y puede ser ambos sin dejar de ser un niño qué llora a gritos cuando su padre lo encierra en el baño para golpear a su madre en la sala.

Cuando es testigo de una violacion y se convierte en un perro apaleado qué solo llora y tiembla o cuando no puede hacer más que vomitar por verse rodeado de cadáveres como lo haría un perro envenenado con los restos de sus intestinos entre vidrios molidos.

Hay muchas cosas y todas son correctas.

Es un perro cuando olfatea a alguien que le gusta o un tipo narcisista cuando se busca aspectos atractivos a pesar de ser un monstruo. Es el payaso del mundo cuando jura que podrá hacer algo por quienes lo necesitan y solo es él jugándose el pellejo contra el curtidor de ochenta años que hizo esta fábrica.

Una y otra vez la respuesta es correcta.

Así mismo encuentra en el presente más adjetivos para sí mismo , incluido el tipo decepcionante qué le llevó a una persona a encariñarse de alguien y después le lleva a la muerte arrebatándole un hogar a quién intentó regalarle una raíz.

 Aunque logrará encontrar una flor ,aún es imposible usarla al no ser uno de ellos o esta persona y no tener idea de qué hacer con su cuerpo.

¿Dejarlo? ¿Cómo podrían dejarlo en este lugar? Él apenas había logrado escapar y ahora su cuerpo estaría atrapado bajo tierra con todos los otros cadáveres de estas personas que no dieron una sola oportunidad para cambiar. Para redimirse.

-Deberías decidirte ahora. No puedes esperar más sin que se lo coman los juguetes que podrían entrar aquí sin ese tipo cuidando la seguridad.- en sus brazos lleva la pata de un robot. Es claro que el perro no está bien , con solo verlo con ese pedazo de basará en brazos debería interrogar lo como el entrometido que era pero solo mantiene su atención en el cuerpo.

El perro aun parece fuera del tiempo al simplemente observar este cuerpo ya cubierto con una sábana de las tantas en este espacio.

Es irónico que en su ignorancia sobre el tema , terminará usando una de las sábanas de los droides para cubrirlo.

Ahora preguntándose si debería quemarlo o dejarlo aquí.

Ambas cosas le llenan de resistencia al sentirse como un traidor con la idea de quemarlo y como un inútil al ver como opción el dejarlo aquí sin hacer más por él.

-No se como se hace un funeral.- murmura aún aturdido.-No se que hacer por ti , Ryan.-

A su lado el dragón observa tan perdido como el perro sobre lo que debería hacer con este cuerpo.

Aunque hace un momento le ayudó , ahora ya no es posible y su destino es incierto nuevamente.

Observando cómo se desarrollará todo sin ayuda del adulto desconocido.

 

Henry desde un lado piensa en cómo hacer esto.

Él no tenía familia y sus padres adoptivos nunca le hablaron de los procedimientos sobre las pérdidas. 

El perro ya se movió de la forma más rápida que podía al cubrirlo y recuperar sus pertenencias a llevar al exterior.

Incluidas esas pastillas ahora dentro de su cierre y la bolsa con el dragón.

Al decidirse es dejarlo dentro de una caja de las tantas junto a unos de esos droides para evitar que se lo coman los juguetes.

Dirigiéndose los cuatro de vuelta al campamento.

 

 

 

El gato abre los ojos saltando en su lugar lleno de adrenalina.

El recibimiento es como hace años. 

La osa a su lado le observa sin moverse aunque lo vea tan agitado en su regazo.

-Debes tranquilizarte , casi pateas al humano.-

Para su recelo es ese tipo que acompaña a Bubba quien lo terminó de vendar y guarda las agujas e hilo que usó al suturarlo .

Da espacio ahora mirando a la osa.

-Ya está despierto , ¿Quieres que te ayude a ti?- le ofrece esperando una respuesta positiva.

-No , aun no.- advierte.

Bubba , ya habiendo superado el shock de verla viva y presente , le habla suavemente.

-Deberías permitir que te ayude , no habrá tiempo después.-

Bobby aún no puede tomar su actitud de siempre. Desconociendo lo que sea que haya pasado con todos el tiempo que estuvo desconectada , aún no puede confiarse.

-No te interesó por cinco años , no comiences ahora.- a él se lo advierte con un gruñido.

Bubba exhala volviendo al silencio inicial.

El gato pasa su mirada por cada uno. Por los otros juguetes y por el humano.

-Hobie–

-No te muevas , sigue fresca la herida.- advierte Bobby devolviendolo al suelo. 

-No importa-

-Sabes que debes quedarte y sanar.- le advierte sin soltarlo.

El gato Inhala y exhala , desviando su mirada al mismo lugar que la osa.

A sus ojos se revela esa coneja junto a Kissy con Poppy hablando al oído de la coneja.

Sus ojos analizan este intercambio con detalle. Sobresaltandose al recibir una mirada por las tres , desviándose a una dirección aparte.

Ahora debe mirar ahí.

Su destino se siente más oscuro que nunca al ver a Kickin sobre una roca , en silencio sin hacer más que mirarlo fijamente.

Con un movimiento de su mano señala su propio picó , abriendo los dedos de una mímica directa sobre su confesión . Añadiendo un golpe a su cabeza con una señal de intercambio.

-¿Qué hiciste?-pregunta aunque pueda sospecharlo muy a su pesar 

El ave mueve la cabeza y vuelve a mirar al suelo sin más ánimos para moverse. 

El gato mira al resto de sobrevivientes.

Descubriendo la presencia de más juguetes desconocidos. Entre ellos ese tipo azul sentado junto a los otros con un tazón con sopa instantánea. Parecía ser lo único que pudieron sacar de la bolsa del perro.

Bobby no confía en nadie. Solo les observa y mantiene ese martillo a su lado como un bastón.

 

El gato vuelve a ponerse de pie.

-Qué te quedes…- le insiste sin dejarlo ir.

El gato la mira al sentirla perder fuerzas, temiendo haberla hecho esforzarse demás.

Ella solo mira al frente con el rostro desencajado y esos ojos brillando en dos estrellas.

El felino mira hacia esa dirección.

Antes de poder procesar el regreso del perro y su bienestar , ella ya comenzó a correr a su dirección entre fuertes tropezones. 

 

 

 

 

 

El perro en el camino arrastraba sus pasos con el dragón en sus hombros. Mirando a los sobrevivientes de la prisión reunidos en el valle junto al azul. Con ellos hay algunos juguetes de la superficie intentando socializar.

Busca al gato pero antes es abordado por un sollozo.

La figura que viene lo hace de forma violenta y a trompicones , estirando los brazos aunque eso la llevará al suelo. 

-¡Hermanito , eres tú!- llora ahora con tanta desesperación como alivio de no ver al reemplazo.

Puede verlo.

Como el último día . 

Como el primer día que lo vio en ese cuerpo.

Como ese chico cansado de todo que camina con los hombros bajos y patea algo en el suelo a cada paso. Mirando al mundo con una curiosidad apagada pero presente.

Sus manos siempre en su espalda como un preso en cadenas que no puede quitarse.

Es Hobart.

Es el niño que la cuidaba y quien le enseñó lo que es ser una persona. 

Para él perro es ese grito desesperante y roto lo que despierta sus sentidos.

Es solo un flash dentro de su cabeza aquello que lo hace correr y sostenerla sin saber exactamente qué decirle a su pequeña hermana.

Solo le aprieta en un abrazo y huele su cuello al girar con ella en sus brazos.

La escucha llorar y a sí mismo , tan perdido como recuperado su ser.

Solo la toma por la cintura y siente sus heridas.Puede oler su sangre y todas las cicatrices que le estaban destrozando.

Abraza este cuerpo herido y solitario con la fuerza necesaria para mantenerse en el plano presente.

Tan derrotado como herido.

-Bobby.- tomó su rostro entre las manos.- Ven.- murmura agachándose para sostenerla por las piernas.

La sorpresa de la osa al ser levantada viene acompañada por un sobrecogimiento en su pecho ya marcado por la soledad. Recuperando la sensación ingrávida de ser cargada por alguien después de tanto tiempo.

El perro la lleva a una zona apartada llamando al humano

-Vaya. Al menos ahora puedo hacer algo. Estoy seguro de que el viejo si la hubiera podido convencer desde un inicio.-

La exclamación del humano es sincera al reírse con la normalidad manejada entre los tres humanos de la avanzada.

El perro se abstiene de mencionar algo aún , manteniéndose en un silencio profundo.

Por ahora en silencio se queda con su familia para escucharla solo llorar sin palabras.

 Bobby esta vez permite que le suturen y para su desgracia , corten la carne que ya no podrá sanar.

El gato observa recostado la cabeza en sus patas delanteras.

Muchas cosas sucedieron y no entendía la mayoría de éstas.

Temblando ahora que debería poder relajarse por la presencia de DogDay. 

Algo pasó en lo que no estaba cerca.

El ave estaba presente pero no junto a Hoppy.

Debe ir con él.

Abandona el suelo caminando hacia este de forma pesada , su pata trasera tiende a encogerse por el dolor. Le molesta cojear.

El ave suspira al verlo de nuevo.

-Hola.- saluda sin mirar a CatNap.

-Lo siento mucho.-

El ave le mira de soslayo.

-Yo también.-

Theodore apunta su propio pecho.

-No sabía lo qué estabas pasando-

El ave cubre sus oídos. Ya estaba sobrepasado por lo sucedido con DogDay y Hoppy , ambos lo han dejado en ceros.

-CatNap , no.- interrumpe el ave ahora enojado.-No quiero hablar , ni quiero saber nada , ¿Entiendes? Déjame en paz. Solo dejame tranquilo.-

Theodore necesita hablar con él , con alguien sobre esto.

 -Kickin-

-Lo que vayas a decir valdrá nada en poco tiempo , así que mejor guardatelo.- 

Gira sólo dándole vista de su costado. El felino retrocede un paso con el pecho muy lleno de sentimientos revueltos con la impotencia.

Theodore , ahora más solo que antes , volviendo a su rincón junto al extraño martillo qué Bobby había estado sosteniendo en una mano.

 

Boxy lentamente se acerca al perro que observa y ayuda con su mano a la osa que contiene gritos al sentir el filo llevarse la carne podrida qué insiste en hacerla sufrir al aferrarse a sus nervios vivos.

Boxy mira la situación y hace la seña de la paz con sus garras.

La osa responde con la misma seña 

-¿Sucedió algo malo ,Boxy?- pregunta el perro sin soltar la mano de la osa.

El gigante rojo abre las fauces pensativo.

Lento logra conectar con sus palabras y responderle con sus propias dudas.

-¿Como sucedió eso? El humano se veía fuerte.- lo señala por la duda que crece.-Parecía inteligente pero aun así fue a ese lugar.- en s inexperiencia en el exterior puede verse omitiendo lo ofensivo de sus palabras. 

Veía como un rasgo de la inteligencia la capacidad de discernir la gravedad de un peligro , por tanto meterte en un riesgo era lo contrario ¿En realidad el humano era estúpido? Entonces debió cuidarlo mejor.

Contrariado por un pensamiento tan extraño para su situación.  

Ese hombre era humano y un adulto…muchas cosas que le desagradaban y aun así , le fue agradable su compañía. 

Pudo hablar y expresarse sin sentirse extraño o subestimado.

-No soy un vengador sin cerebro. Solo quiero saber lo que sucedió.-

El perro exhala acariciando la mano de la osa suavemente , así ella esté tratando de arrancarle la diestra por el dolor que la hace apretar su mano con él , lleva esa garra a su nariz para consolarla.

–Su enfermedad.- mira a la osa con un dolor persistente.-Fue eso sumado a una habitación con poco oxígeno para asegurar las conexiones eléctricas y su corazón estalló , no se de medicina pero hasta yo tuve problemas para respirar en ese lugar.-

Boxy entiende tres funciones básicas del cuerpo :

Respiras o mueres. 

Tu corazón late o mueres.

Consumes o mueres.

Si cualquiera de las tre es detenida , es cuestión de tiempo para que el resultado sea el mismo.

Un tipo con esa desventaja era imposible que sobreviviera a un enfrentamiento físico con uno de ellos. 

-¿De verdad se llamaba Ryan?-

Boxy voltea al escuchar a ese juguete hablar desde el hombro del perro. 

-¿Y el amigo?- lo señala.

-Es Hunter , no le escucho ¿Puede comunicarse contigo?- mira a Boxy con el ánimo por los suelos y eso es mejor que hace dos segundos. 

 Boxy levanta el pulgar.

El dragón exhala después de pasar un rato tratando de hablar con el perro que resulta ser sordo.

-¿Puedes decirle que deben leer los libros del interior? Algo tienen.- le comparte a Boxy.-El doctor le decía cosas a él humano y él las anotaba aquí.-

Entre los desconocidos que ese humano le mencionó durante la persecución qué no iba a ningún lado , este le mencionó dos juguetes que eran de confianza.

BoxyBoo y Huggy Wuggy. 

Ya en práctica el azul fingió no escucharlo así que era claro que estaba dando la espalda a lo que tuviera que decir. Algo inteligente.

Ahora le queda el rojo que se ve mucho más fuerte que Huggy.

La caja mueve la cabeza.

-Lo haremos , promesa roja.- 

El perro puede verlos comunicarse aunque no les entienda.

-Espero que puedas incluirlo en tu grupo. Parece que los chicos de la guardería le tendrán demasiado miedo.-

-Te costará una bolsa de verduras congeladas.- señala el rojo.

-¿Tienes veduras?- pregunta el dragón aunque no lo escuchen.

Esa cola se mueve de lado a lado lentamente. 

 

 

Al fin , después de cuarenta minutos , el perro regresa junto al humano y con Bobby en brazos , recostándola a varios metros de él sin mirarlo todavía.

Esta desconexión no le gusta en ningún sentido y lo lleva a sentirse perdido.

El grupo se reúne con la señal de Huggy al mover ambos brazos para que se reunirán o pusieran atención.

-El doctor está muerto.- anuncia el humano junto a Huggy.-Pero uno de nosotros también así que es todo.- no sabía cómo podrían sentirse los juguetes si era mencionada la muerte de un humano cuando todos ellos perdieron mucho más y vivían rodeados de paredes con la sangre de amigos y diferentes lazos que fueron pisoteados.- Seguiremos adelante con los códigos que encontró él en ese lugar y los laboratorios los cruzaremos para salir por la zona C.- Espera a escuchar algo que le diga que estaban listos para la tarea.-Tomen combustible , el que sea , y prepárense. Allá abajo hay mucho por recorrer.-

Huggy ya les da la señal de retirarse al mover las manos.

Niko espera a que alrededor se dividan con la tarea impuesta. Atraviesa el espacio para llegar al segundo humano.

-¿Qué demonios pasó?- pregunta a Henry.

Henry mueve los hombros.

-Ryan , se fue.- responde aún algo aturdido.-Ya no había nada que hacer.-

Niko aún procesa. Apunta al ave a varios metros de distancia.

-Ese pollo se levantó y estaba destripado , aún deberíamos poder hacer algo.-

-Es porque lo que se usó en él y en DogDay es parte de los experimentos y Ryan estaba enfermo de algo y era un humano.- mira a los juguetes que fueron atendidos por el hombre antes de irse.-No puedo creerlo y yo lo vi.- su sonrisa crece al no encontrar qué otra expresión hacer o viéndose rodeado del mismo impedimento en muchas criaturas , en muchos niños que lloran riendo por culpa de estos doctores.-No se como reaccionar aún.-

Niko exhala e Inhala con esfuerzo , llevándose las manos a la cabeza, retrocede y se queda en una pared o dando una vuelta por el espacio.

-No lo entiendo …íbamos bien , todo iba bien.- incluso al caminar no puede contener este pesado malestar.-Lo vi bien hace menos de una maldita hora.- mira al techo de roca.- Una sola puta hora , solo una maldita hora pasó y ya murió uno de nosotros.- 

Henry no sabe qué decir.

Su situación es la de llevar unas manos plásticas y ser unos humanos entre gigantes y monstruos , era irreal y la calma de ese hombre les confundió.

Sumándose el descuido en el que lo dejó al estar más centrado en el díabético que ahora parece estar tan preocupado como él mismo.

-No debimos dejarlo ir solo.- es todo lo que puede decir.

Después de todo , Ryan se despidió de él.

Ryan se despidió.

Niko lo llama encestando una palmada a su espalda.

-No estaba solo , se fue con el grande.- mira al gato ahora con el perro.-Pero lo que sea que pasara , nos cobrará factura.- aún rueda en su mente la tranquilidad de ese viejo.

Si. Le hizo bromas por su edad pero de no saber el número , no creería que era tan viejo ni que estaba enfermo. Se veía vivo , se veía como alguien fuerte y con mucho tiempo.

 -¿Cómo le diremos de esto a Angela?- cuestiona recordando a la conejita que le instala a comer verduras crudas y con disimulo siempre vigilaba que no se pasará la hora de sus pastillas.

Este recuerdo los hace retroceder. Demasiado.

Huggy interrumpe mostrando a ambos la pata droide.

Henry exhala con hombros tensos. Tenía una tarea por completar respecto a la osa.

 

 

 

 

El felino mueve las orejas con el corto anuncio.

Procesa la victoria entre los prisioneros de esta sección de la fábrica y también la del perro ahora con hombros bajos.

De golpe todo cae sobre su cabeza.

Solo imaginando cuán enojado estaría el perro con él y por lo sucedido con ese humano.

 Por lo que sea que haya dicho Kickin.

El peso de todo cae de nuevo sobre su cabeza. Cayéndole como velo a su rostro todas las mentiras de quienes le rodean y sus culpas siendo de una u otra forma ,suyas.

Toda culpa existente en esta fábrica desde la muerte de Dog Day ha sido suya.

Dejó solo al humano por la amenaza qué ahora le hace sentir estúpido por lo sucedido.

 

-Hobie…- lo llama nervioso por lo que fuera a ocurrir ahora que todo parecía tan oscuro a su alrededor.

Atrapado por sombras de eventos ajenos que en su experiencia , no tardaría en ser impuestos sobre sus hombros como pared sus tantas culpas.

-Hobie , lo siento. Lo siento , todo.- exclama nervioso.

El perro levanta la mano a su dirección.

-¿Puedo tomarte?-

El gato cae en hielo ante la pregunta , justo ahora y atrapado en esta situación tan expuesta.

Su culpa responde.

-Si.-

El perro de inmediato lo rodeó con sus brazos.

Lo sostiene ocultándose en su cuello. 

Demasiado cansado después de arrastrarse por la fábrica con las extremidades rotas y esa criatura aún en la paredes donde puede dañarlo a él y a todos.

-¿Cómo voy a decirle que su papá murió?- pregunta rompiendo su tono.-Ella confía en mí y solo puedo llevarle unas pastillas de su familia.- lamenta apretando su cuerpo contra sí.

No es la esperada justicia llena de maltrato que esperaba al ser esa su usual rutina con …con él .

Debe caer en cuenta de con quién estaba. Quién le sostiene.

Quién es Hobie para recordar que era su lugar seguro y el único que nunca le decepcionó.

Llorando al aferrarse a él con tanta o más desesperación. Su cuerpo se derrite al recordar que era seguro , que era aquí donde estaba su hogar.

Así perdiera todo , aún le quedaba un lugar a donde volver.

Incluso si su padre lo abandona o si ahora no tiene nada , o si vuelve a ser aquel tonto sin nada que lleve su nombre..

Aún lo tiene y lo tuvo , siempre lo tuvo y aunque no lo viera por buscar migajas en donde solo había mentiras y mímica de un deseo que lo atormentaba.

-Te amo , te amo.- suspira cerrando por completo la distancia entre ellos.

El perro aún tiene muchas cosas en succabeza.

Respecto a la voz en las bocinas , la criatura de la paredes y todos los humanos que una vez estuvieron a su alrededor.

-Theodore.- lo llama acariciando sus costillas ahora cubiertas con una gasa por heridas qué desconoce.-¿Lo que dijo Kickin es verdad?-

El felino exhala ocultando los ojos en las orejas del perro.

-No lo se.-

El perro lo aparta buscando su rostro con un tirón a su sonrisa.

- ¿Cómo no vas a saberlo? ¿No lo sabes?- pregunta esforzándose por soltar su sonrisa.-Kickin dijo que él entregaba a los niños , que lo hizo por los humanos y que tú lo ayudaste y cubriste.-

El felino baja los ojos por su rostro buscando esas iris de plata.

Eran muchas cosas revueltas. Su cabeza se ve llena de más y más cosas que pudo haber dicho el ave.

Como su horrible movimiento de llevar a los prisioneros al jardín y hacer partícipes a todos como testigos de algo que era desesperante.

Que hacía eso porque Hobart en una conversación le confesó que ese era uno de sus mayores miedos. Que le aterraba ser testigo de algo doloroso y cruel donde solo podía ver mientras otra persona sufría.

Lo hizo y resultó. Los invasores saltaban de sus escondites para salvar a sus amigos.

En donde estuvieran , volvían para pedir que se detuviera.

Sus orejas caen buscando en su memoria como responder.

- ¿Por qué no lo desmientes? ¿Qué estás haciendo?-

Escucha esas preguntas ahora con la boca fuertemente sellada.

El perro sujetó con ambas manos su cuello para hacerlo mirarle.

-Defiendete , Theodore. Dime algo bueno de ti , dime algo que valga la pena , ahora mismo.-

Esta petición le duele más que la fuerza apretando su cuello.

Es imposible soltarse ahora que esas manos crecen y lo aprietan. 

Al menos eso le dice que Dog seguramente habría podido pelear de haberse quedado y enfrentado el monstruo en el que se convirtió por órdenes de su Dios.

Aunque el humo demuestra que era imposible usar esta fuerza cuando sería envenenado.

Cayendo de nuevo en la realidad donde su estúpida cabeza loca , hubiera dañado incluso a Hobie con tal de seguir a su Dios falso.

-Theodore , lo que sea , te creeré. Solo quiero …- el perro aun llama su atención metiéndose entre sus patas para llevarlo al suelo.-¿Podrías decir algo que no me haga sentir que es un error amarte?-

El gato levanta una garra depositándola sobre su espalda.

Su respuesta es cruel después de guardarla en su corazón por muchos años sin nada que hacer más que meditar sobre su vida y las mentiras. Tomando las verdades para darle peso a sus ilusiones ingenuas.

-Incluso si hubiera abierto la boca sobre lo que Kickin hacia, aun tendrían que entregar a esos niños de una u otra forma.No tenían elección , Kickin los protegió de esa estúpida verdad y también te incluye a ti.- mira a las rocas sobre sus cabezas.-Él es un inútil bicho entre nosotros pero veía la verdad , no eras tan cruel como para resistir la verdad y todo esto… no lo habrías logrado.-mira esos ojos de plata.-

“Tu mamá esta muerta y por eso buscas una nueva”

Es como antes. Bruto y directo , es Theodore. 

El perro deja ir su cuello. 

-Lo lamento.- suspira agotado de todo este enredo. Acaricia ese cuello arrepentido por tomarlo

El gato lo atrapa en sus brazos sin permitirle alejarse de él.

-No soy una buena persona , eso no te lo niego.- suspira escondiéndose en el cuello del perro.-Pero si soy tuyo , puedo ser bueno y seguirte. Puedo ser malo y morir , puedo ser muchas cosas pero me gusta ser quien ves en mi.- acaricia ese rostro canino.-Creo que de mi , lo mejor está en tus ojos , Hobie.- une sus narices buscando ese calor.

Hobart exhala acariciando su cabeza.

La frustración que lo llena es demasiado pesada , le duele el cuerpo y lo hace temblar.

-Theodore.- lo llama acariciando su pelaje , aunque no tenga ni pueda decirle nada ahora.-¿Me podrías decir lo que ocurrió contigo?- su curiosidad tan molesta habla por él aunque aún esté dividido con todo lo que debe procesar.

Paso mucho tiempo pensando en la utilidad de emociones que poco o nada tenían que ver con ser útiles.

Usaba el enojo para pelear pero no para defenderse. No era posible simplemente caer en ello.

Usaba su alegría para mantenerse cuerdo y muchas veces simplemente se fue.

Cerró su cabeza más veces de las que le gustaba aceptarlo. Fue cobarde y escapó de las emociones que debería procesar para sacarse el veneno de las venas.

-Hobie …- el gato exhala al tranquilizarse por fin. El perro no le haría daño , estaba bien.-Lamento lo del humano.- Aun no sabe como poner en palabras lo sucedido con dios.

-Estoy muy cansado.-

-¿Quieres comer algo?-

-No es como que pueda.- retrocede llevándose al gato consigo el poner la espalda contra la pared de rocas.-Esto si me gusta.- exhala al tener al gato sobre su cuerpo. Acariciando esa cintura a su disposición al recorrer su pelaje.-Me encantas.- 

El felino logra acomodarse colocando la cabeza en su hombro.

 -Creí que querrías estar con Bobby.-

-La drogamos para que duerma.-

El gato mira de soslayo a la osa dormida y a ese humano midiendo una de las patas de hierro para unirla a la pierna de Bobby aunque sea como una prótesis.

-Hobie…- busca algo para salir de esta incomodidad.-¿Porque estabas con ese humano?-

-Ya te respondí antes.-

-Me refiero a ¿Porque pensaste que él te ayudaría?- sus orejas se mueven de un lado a otro con esa duda.-¿Qué te hizo confiar en él cuando pudiste irte tú solo?- 

El perro escucha y sus ojos van a ese rostro tranquilo.

-Porque no tenía a dónde más ir.- debe admitirlo.-El y Angela me ayudaron mucho en ese momento y solo podía sentirme perdido pero me dieron un espacio para mi y pude aprender algo del mundo afuera.-

-¿Y qué fue lo que viste?-

-Vi el mismo mundo de siempre , controlado por adultos sedientos por sexo y la necesidad de encajar en una rueda controlada por el hambre de todos los que nos pisotean una y otra vez.- sostiene sus mejillas.-Vi que nadie es un héroe y nadie detendría su mundo para ayudarnos ni para vernos como humanos. Yo ya no pertenezco a ningún lado más que a este infierno , y lo creí con tantas fuerzas que incluso pensé en asesinarlos por sacarme de ese lugar.- su culpa baja por su lomo.-Los llegue a odiar a todos , a ti, a mis amigos de la fábrica y a todos. Porque no tengo estudios para ser alguien ni podré siquiera hacerme un camino con un trabajo físico. Incluso cuando mire las posibilidades de prostituirme , aún era imposible …vaya .- su risa amarga llega como un mal trago para su ser y para el felino.-Ya nada había para mí en esa vida y el que me sacaran solo me hizo ver que no había esperanza alguna para mi.-

El gato mueve la cabeza incómodo. Herido aunque sean sus propias acciones aquellas que hicieran surgir esas palabras. Solo los años le han dicho lo que es esa palabra y como era capaz de acabar , de destruirte.

El solo pensar en Hobie llegando a pensar tan bajo de su vida allá afuera , duele.

-Y entonces Ángela me dio comida.- su risa mejora.-Dios , sueno como un maldito perro hambreado pero comer mejora todo en esta vida.- quisiera sonreír de verdad pero ahora solo afila sus comisuras.-Theodore , cuando salgamos voy a conseguirte ternera y la pasaremos para comer sopa de tortuga y emborracharnos.- 

- ¿Enserio eso te anima?-

-Si.- acaricia sus orejas.-Me emborrache mucho y pensé en todos. Tal vez no les gustara el alcohol como a mi pero seguramente aún hay muchas cosas que les llenen de tanta felicidad como a mi esa carne asada con papas horneadas y cerveza.- suspira mirando sus ojos.-Debo admitir que tu gelatina me dio náuseas.-

-Un tipo que come tortugas no hablara de mis gustos.- responde ofendido por un platillo que su madre preparaba para los dos.

El perro sostiene su cuello llevando la boca a su oído.

-Él qué se coge al del mal gusto es peor.- murmura disfrutando de su aroma como un consuelo. 

En esta intimidad sus cuerpos pueden relajarse después de ser perseguidos de muerte hace tan poco.

-¿Quién es Angela?- pregunta el gato después de varias veces ser mencionada esa chica por los humanos y este perro. Incluso ese humano la mencionó. 

El perro toma su pata para mirar sus dañadas almohadillas.

-Es una Bunzo , la saque usando a Ryan el último día que estuve aquí.-

-Ryan.- es la primera vez que procesaba decir el nombre de ese humano . También sería la última.-¿No me culparas por dejarlo solo?- es riesgoso decirlo ahora.

Hobie toma su mejilla dejando ir su pata.

-No , no puedo culparte. No tenía garras ni golpes ni una sola herida.- Recuerda su estado.-Ese doctor lo fatigo y él ya estaba en problemas… es mi culpa por permitirle venir cuando era claro que no debía traer a un hombre en su estado de salud a este lugar donde obviamente tendría que correr y…-mira el cuello del felino.-Él y Ángela eran familia , él era muy importante para ella y tendré que decirle que murió aquí. Que lo deje aquí porque me lo pidió.- sus ojos van al rostro del felino.-Theodore , ¿Me puedes decir lo último de lo que hablaron?-

El gato mueve las orejas solo recordando el estado de ese humano y como se iba doblegando su salud conforme más se acercaban a ese doctor.

No conocía nada de ese tipo ni de lo que era aquella voz.

Sabía lo que escuchó y lo que se dijo era muy vago y a la vez tremendamente complicado.

-Ese doctor era quien fabricaba las flores …y Ryan , él , era su secuaz mucho antes de que tú y yo llegáramos.- mira alrededor preguntándose qué tanto debería decir a sabiendas de cómo ese hombre se veía conforme avanzaban.

Lo que ese doctor dijo en las jaulas y cómo se burló de ellos pero sobre todo del humano.

Hay cosas que no sabe y más , que no sabrá nunca.

-No se nada más.- miente y tal vez sea porque el mismo humano no querría que le dijera al perro , consiguientemente a la coneja , cómo fueron sus últimos momentos con vida ni a qué clase de estrés se debió su desgaste.

El corazón de ese humano era ya un desastre antes de entrar y era tan audible ese maldito daño para sus sensibles oídos como una pieza de maquinaria con fallas en sus cables.

-Theodore , ¿Me mientes?- pregunta. Lo siente en sus patas ahora más frías.

El gato mueve las orejas incómodo. Decide hacer algo muy difícil para él.

-Es porque no se si debería hablar de lo que escuche.- es sincero.-Era muy personal para Ryan y no se si querría que tú o ella supiera de esa parte de su vida.- sus orejas se mueven de arriba abajo, ya habiendo usado el nombre de un humano aparte de Grayber.-Creo que él era otro juguete , aunque nunca lo inyectaran o le hicieran un experimento.-

El perro debe admitir que el tono de Theodore le alerta de un tema que al mismo gato no le gustaba tocar y podría ser , demasiado.

-...bien.- sacude la cabeza aceptando esta explicación con esfuerzo.-Será después.- toma aire mirando al techo.

Como imán esa cabeza felina lo aplasta al acostarse encima de su pecho y llenarle las fosas nasales con pelo de gato.

-Nunca comiste a otro juguete.- suspira.-Esa coneja es la que te llevaste a la boca ese día , ¿Verdad?- 

-No , logré eso.- mira al gato.-Creo que …es lo único que logre evitar.-

El peso de comer juguetes o a los habitantes de Dulce Hogar , es adornado con espinas de hierro enterradas con voces y sollozos perdidos en el tiempo.

Nada en este infierno se quedaría sin pagar y aun así no borraría nunca lo sucedido.

Ya sean los trabajadores que intentaron hacer algo y fueron asesinados o los enormes cúmulos de cadáveres de niños que siguieron amontonándose por décadas en este lugar. Todos seguían aquí aún si escapan.

Todo volverá a suceder en cuanto los humanos bajen y descubran las “Maravillas” de la inmortalidad. 

-No creo que no lo sepas.- lo suspira acariciando su pecho. Va más allá de lo que debería al bajar él ese cierre y meter la mano dentro de la pelusa más clara.

El felino mueve las orejas al sentirlo simplemente quedarse ahí sin hacer otra cosa.

Seguramente ya era de noche afuera de la fábrica. Solo eso explicaría cuanto bajó la temperatura de golpe y como se siente más que necesitado de cerrar la distancia con el perro. Algo le hace cosquillas y es esa mano helada en su axila.

-Si.- suspira llevando una pata a su cuello cálido.

-Lo supimos unos meses después de que te llevarán.- 

Ese incidente les corroe hasta el centro.

Fue el primer paso para caer en la locura de la indiferencia.

Descubrirse incapaces de proteger y hasta ser parte de los que consumían a los niños que se suponía deseaban atesorar , acabó con muchas de sus esperanzas y de esos rastros de luz que usaban para no perderse.

El perro lo sabía , era claro ahora que lo menciona de forma tan sutil.

Él y Hoppy lo sabían y contuvieron la verdad aunque los enloqueciera.

Tanto por eso , como por el presentimiento.

Es todo lo que se acumula , todo lo que no se puede ignorar, aquello que alimenta su empatía y los obliga a perdonar una afrenta sobre otra.

Debió verlos a ellos y no solo a su Dios.

La estela gris qué los rodeaba aunque buscarán arrastrarse a la luz , aún caen de nuevo a la oscuridad y cada uno lo procesa distinto.

Porque Hobie podría culpar a cientos y miles de personas pero se queda con esta sed de avance. La necesidad de seguir adelante a pesar de todo.

Lo sucedido y como su Dios quiso llevarlo a otro nivel vuelve a su presente.

-Hobie…- su mente es cubierta de oscuridad.-Él quiso …-

-Matarme.- toca sus orejas.-Descuida , ya veré cómo hacer esto.-

El gato tiembla buscando como decir lo que ocurrió , lo que estuvo apunto de suceder y cómo eso lo ponía en peligro de una forma diferente.

-Él ahora-

-Me dijo que jugaría conmigo.- el perro toma su pata.-Theodore , sí algo como eso sucede. Matame.- 

 -No , Hobie-

-No , es …solo que ya no quiero eso , ya lo hice antes y no quiero volver a la mesa.- lo pide acariciando su pelaje.-¿Podrías hacer eso por mi?- 

El gato piensa en otra salida para no pensar en esa posibilidad tan dolorosa.

-¿Y porque mejor no te salvo?-

El perro le mantiene la mirada fija en sus ojos.

-Sabes y yo sé , que no lo harás.-

 Solo un ruido sordo puede describir qué tan profundo y destructivas llegaron esas palabras a su pecho. Como lo destrozan hasta la médula , azorando cada parte como si fuera golpeado hasta quedar en el suelo

Impactar con el muro de la decepción en esas palabras hacen a sus extremidades doblarse lleno de vergüenza por cada palabra con los sentimientos que supuestamente le tenía a Hobie. Golpeando su rostro con su cobardía y rastrera necesidad de regresar con su Dios a pesar de todo lo que se suponía era aquel convenenciero amor.

Hobie no había sido directo hasta este momento sobre lo claro que le era que Theodore no le era de confianza. 

No es así. No tan al desnudo al tenerlo enfrente.

El gato debería poder aguantar pero sus fuerzas han caído por mucho , lo hacen volver a su pecho para esconderse de sus propias acciones y de toda esa desagradable vergüenza.

-¿Ya me dirás cómo sucedió esto?- acaricia los alrededores de las vendas sin llegar a presionarla.

El gato ahora con el golpe anterior deja que se deslice todo sin fuerzas para hacer ruido.

-Una pelea.- mira a Bobby.-Cuando ella despierte podremos hablar.-

DogDay toma su rostro acercandolo al propio , robando un corto contacto con su nariz.

-Gracias por volver , Theodore.- abraza su cintura para evitar que pueda irse.

El gato permite que su vida caiga devuelta en sus manos al dejarse llevar por el sueño.

Preguntándose si al despertar lo haría con es perro torturandolo o peor aun.

Si despertará y todo se reducierá a él , solo en las ruinas de La Juguetería con nada más que ese cuadro mal pintado para acompañarlo. 

Tendría sentido.

 

 

 

 

-No sabemos mucho de ese humano.-

-Los miembros de la facción de Boxy dicen que con el perro venían esos tres. Dos enfrentaron a Boxy con valentía y el tercero encaminó a Mommy a su muerte y su cosecha fue personalmente tomada por el prototipo.-

-Eso es lo que sabemos del inicio pero el resto es exactamente como lo cuentan los voceros.-

Doey acaricia la cabeza de los juguetes sin mostrar más que esa pacífica sonrisa.

No tenía idea sobre los humanos pero parece haberle dolido perderlo al grupo que entró. 

Ve al antes estoico perro caer con ese asesino y buscar un consuelo que antes no parecía necesitar en un abrazo muy raro.

 En definitiva desagradable.

No debería opinar pero esos dos le daban escalofríos.

-Ese tipo no debería haber torturado a mis amigos.- murmura para sí , aunque de inmediato cambia de cara para evitar que su grupo ya desconfiado se vuelva difícil de manejar.

-Juntamos lo que pudimos y ahora todo saldrá bien.-

Ese conejo verde mira alrededor.

-Jefe-

-Doey , dime Doey , también soy tu amigo Brian.-

El conejo sujeta sus orejas.

-Doey , estamos entre caníbales y asesinos , no podemos estar tan relajados.- mira a ese par.-Parecía que DogDay era confiable pero ahora parece novia remilgosa. Es peligroso que sigamos aquí con ellos.-

El azul puede pensar como ese conejo pero mantenerse hostil , no ayudará a sus amigos a salir de aquí antes de que los humanos entren con armas qué ya vio en funcionamiento al herir al gato de la prisión.

-Vamos a intentar hacer amigos.- le señala abrazándolo.

El conejo se deja estrechar sabiendo del frío que afecta al azul en estas horas.

Deberían moverse pronto pero aún deben esperar a los heridos y encontrar un transporte seguro para los que no pueden ir por el suelo de este lugar. 

El azul observa a los dos humanos trabajar para darle a la osa una forma de ponerse de pie con esa pata fea de metal. 

 

A algunos metros uno de su gripo ya esta aventurarse fuera de la burbuja de su gente. Observando a ese felino revisando el interior de su cierre lleno con pequeñas herramientas. Entre estas saca un cable para la radio que encontró en el suelo , revisa las líneas que encuentra en el manual.

-¿Sabes de eso o estas aprendiendo sobre la marcha?- 

Él gato lo mira con las orejas abajo.

-Deberías volver con los tuyos.- murmura tomando sus cosas del suelo.

El perro mueve la cola curioso por el orden que mantiene aunque lo esté presionando todo en una caja de plástico delgado. Coloca todo por orden.

-¿Como te llamas?- intenta pedirle su nombre para encontrarlo después en el avance.

-CatNap.-

-Hablo de tu nombre humano.- señala su propio pecho.-Yo soy Fany.- se presenta la chica.

El gato le mira de lado.

-Daniel.- huye con la cola , o lo que le queda tras comersela hace un tiempo , entre las patas.

-Me gustas.-

El gato voltea a verla con el corazón estallando entre los nervios.

La cola de perro se mueve alegre al lograr detenerle.

-Te ves carnosito.- anuncia como un halago la chica.-Me gusta lo que veo en ti , Daniel.-

El gato baja las orejas y huye.

La chica inclina la cabeza a un lado para verle desde otro punto.

-Bastante carnosito.- murmura con los ojos fijos en las señas qué lo diferenciaban del resto.

 

 

Por un lado el perro y el gato ya se mueven.

El grupo de gatos vino al perro , una vez notaron al gato dormido y demasiado relajado para parecerles peligroso.

-Hay humanos en el exterior.- muestran la radio.

La conversación ahora es sobre las cerraduras tan confusas y que posiblemente traerían una maquina para romper las compuertas y averiguar lo ie en este lugar se hacía.

No pude entender muchos términos policíacos. 

Abandona al felino.

Este no tarda ni un segundo en sobresaltarse al estar en contacto con el suelo.

La prisa con la que se levanta siguiendo al perro es tanta como la gran ola de miedo que recorre a los gatos que intentaron acercarse cuando no los podía ver al estar dormido.

El perro no hace mucho por relajar los al hundirse en la situación he imaginar un mejor plan de avance.

Hace frío y eso podría pasarlo esperando que los humanos decidan no seguir adelante pero esa posibilidad de ser atrapados sea aún una fuerte advertencia en su interior le hace tomar una decisión.

-Gracias por informarme…- su mano queda a medias al sentir algo frío en su columna.

Al mirar atrás es el gato , su gato , mirandolo con ojos fríos una vez intenta tocar a los gatos.

Retrae la mano y ahora con amabas sacude a más de un gato como cuando era un grupo de niños y los molestaba nada más de paso.

Los nueve parecen alegrarse por ser tomados en cuenta para su juego.

-Ahora debemos juntar a todos.- busca a Huggy pero solo ve a ese azul desparramado como trapo viejo a un lado del humano hecho ovillo recargado en su costado.

Niko sigue uniendo la pata de metal con la pierna herida de la osa. 

El perro toma la decisión ahora que todo está en silencio.

-Vamos a irnos ahora , no podemos quedarnos aquí por más tiempo.- les informa hablando en voz alta.

La caja musical. Parece ser quien no recibe tan bien el aviso.

-Vamos amigo , sin descansos.- hace al dinosaurio dejar el suelo.

Este , ahora para su desgracia tado a una carroza improvisada con llantas y piezas móviles de Barry , tiene que abandonar su escondite y seguir al gran rojo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.
Hablen bien de este cúmulo de disléxia , porfavor.

Chapter 116

Notes:

Hola, buenas noches.
Capítulo relajado.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

1975 

 

 

 

 

Le duele la cabeza. Duele y huele a una extraña mezcla de roles de canela y carne asada.

Despierta con una botella sobre su cabeza y un brazo en su pecho.

Medita con la mano sobre su cabeza antes de reaccionar.

Sus ojos van a un lado. Ahí recibe un rostro severo completamente intoxicado por la bebida regada a sus costados.

Mucho alcohol.

Levanta el torso mirando este lugar.

Para su desgracia es un jardín sintético de la superficie. Donde es posible ver a las visitas y algunos trabajadores haciendo ruido a esta hora.

Seguramente eran menos de las seis de la mañana.

Unos trabajadores , exactamente oficinistas , lo ven salir a medias de los arbustos con el rostro de un resacado qué huele peor que una botella. 

Vuelve abajo escondiéndose al mover una de las ramas.

Los oficinistas siguen su camino sin hacer ruido.

El raro hombre de bata blanca sube de nuevo con un grito enojado.

-¡No se atrevan a decir nada o desapareceré a sus familias!-  

Los trabajadores dejan este lugar corriendo.

A un lado de Sawyer la cabeza del guardia sube y lo muerde.

Lento el científico voltea a verlo.

-¿Qué haces?-

-Le doy una probada al conocimiento.-

El doctor le pica la nariz.

-Eres un raro.- murmuró enojado.

-Y tú un borracho.- señala atrapando su rostro con una mano áspera.

El científico atrae ese rostro con ambas manos para unir sus labios.

El brandy es parte del asfixiante contacto. Cobrando el calor de su cuerpo con este acercamiento suave.

-Doc , ¿cuando volveras?- 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la iluminación roja este recuerdo es interrumpido por la pregunta de un científico.

-¿Cómo deberíamos hacer esto?- pregunta este hombre mostrándole un reporte médico.

Puede ver los errores cometidos y donde estaba la respuesta.

-Con el coño de tu puta madre , White.- responde sin miedo.

La reacción es inmediata. Ese botón es oprimido y sus terminaciones nerviosas son agitadas como si fueran piezas por licuar.

El dolor aumenta conforme su vida se ve reducida a esta computadora.

-Escarbar en tu cerebro es más sencillo pero tu cooperación debería ser más abierta de tu parte , ¿Qué demonios estás haciendo? - le pregunta esto en el tono de un padre regaño. Cla burla oculta dentro dd la lastima de cualquier idiota dentro de esta fábrica al dirigirse a los experimentos.

Este tono se manejaba al ser niños. 

Él no es un niño.

-¡Vete al diablo! ¡¿Crees que no veo cómo llenas esa tesis?! ¡¡Puedo ver como tu vida se va rindiendo a mi conocimiento!! ¡Eres un triste estúpido que necesita preguntarle a una maldita computadora algo que su propio cerebro no pude procesar en su patética mente inferior!-  

El hombre en la sala da un profundo suspiro.

-Te veo tan mal…no.- toca ese cristal sin sacar su mano de ese interruptor.-En realidad ya no te veo , Sawyer. Nadie te ve , nadie puede ver nada. Solo me ven a mi , solo y únicamente a mi.- pica su cristal con los dedos.-¿Cómo te sientes flotando ahí dentro? ¿Cómo se siente que ya no eres ni siquiera un humano? Debes sentirte solo , muy solo.- sonríe mirando esa masa de carne dentro del agua.-¿Qué tal si te acompañarán algunas larvas? ¿No las mencionas mucho? Seguro que se divertirán mucho juntos , tú y ellos.-

Dentro la luz deja de parpadear al dejar ir el botón.

La información salta por las pantallas. Mostrando las respuestas sin la voz del hombre dentro de la máquina.

Sin notarlo el científico al pegarse al monitor , su tarjeta de seguridad se traba en la máquina.

Siendo cortada por una mano rosa escondida dentro de las terminaciones eléctricas.

El científico se va del lugar satisfecho con la impresión de toda la información que vino a buscar.

Aquella criatura espera a la señal para moverse.

Las cámaras dentro de las rejas brillan.

Esa voz exhala.

-Ahora , traigan ese radio.- ordena.

Esta criatura sale del escondite mirando al tubo de agua.

Es una Mommy. Lo observa directamente o al menos a esa masa de carne.

-Dame los planos qué prometiste.- ordena ahora con una mano sobre ese botón recién descubierto.

El riesgo de dejar a estas cosas entrar debe ser pagado.

El científico dentro de la máquina vuelve a suspirar.

-Están ahí.- 

La máquina retira al suelo el papel.

La Mommy suspira al ver aún Bunzo salir y tomarlos.

-No puedes traicionarnos , no lo perdonaremos.- le advierte la muñeca.

La voz atrapada en las bocinas mantiene la boca cerrada.

 Espera.

Observa por las cámaras a esos juguetes escapar por los pasillos para buscar aquella radio en su antigua oficina.

Aún no puede ver más allá de las cámaras de su propio recinto. Igual que un simple mono enjaulado , solo observa al mundo a través de las redes metálicas en el piso inferior al compartimiento de agua.

Espera ahora más cansado.

Es un periodo de espera de dos días los que le hacen esperar.

Estos los pasa respondiendo dudas de algunos doctores acompañados de White.

Contesta cada pregunta con un fuerte odio y lleno de resentimiento.

Estos mismos días esa muñeca lo amenaza con el mismo botón que los otros humanos al saber que no puede salir del encierro para defenderse. Todo para mantener su boca cerrada en esta espera.

Dos días en esta oscuridad son como semanas en el infierno.

Y este es el infierno.

Llegando ese radio después de esa espera de manos de un Daddy , cargando ese aparato con un brazo estirado en resorte.

-El mapa.- exige con el cuerpo herido por todo lo que tuvo que recorrer y vivir para conseguir este aparato.

El doctor en la jaula imprime una nueva parte del esquema.

-Todo.- advierte la Mommy.

-No han entregado el radio.-

-Tendrás qué creer en nosotros.- advierte la muñeca.

Son doce minutos los que siguen a la advertencia.

Sawyer se siente tan humillado , tan su bajado a este punto como aparta esta apunto de tener un episodio neurótico.

Las dos criaturas tienen que huir al escuchar una voz a lo lejos.

-Dejen la tarjeta en el suelo de la sala y no hagan ruido.-

Los juguetes obedecen tirando la tarjeta en el mismo lugar donde la consiguieron.

Es como tener parásitos.

Espera para ver a ese mentecato entrar apresurado como si fuera a perder la vida si no entraba meciendo su feo culo huesudo por este encierro suyo.

Los escucha discutir y revisar todo el lugar en búsqueda de esa insulsa tarjeta.

White recibe un par de bofetadas por parte de Pierre antes de que un guardia viniera a mostrarles la tarjeta que encontró entre los cables.

No toma importancia ni hace ruido al verlos irse creyendo que no despertó sin que tocaran ese botón.

Espera lo suficiente para relajarse.

-Ustedes necesitan darme ese radio.- les advierte de nuevo a los juguetes.

-Daños el mapa y te entregamos la carta.- le responde ese Daddy aun abrazando ese radio viejo.

Entrega el resto del mapa.

Los juguetes lo toman y corren.

El doctor dentro de los tubos tarda exactamente diez minutos para procesar la huida de estas criaturas junto a su radio.

Rompieron su parte del trato.

Lentamente su rabia es condensada en el despertar de más de una máquina dentro de las rejas metálicas.

Sin palabras solo puede golpear la reja y gritar desde el silencio.

Calmandose igual de sorpresivamente al ver a esa Mommy volver y depositar la radio en el suelo de la rejas.

-Nunca vuelva a buscarnos , Doctor.- advierte la muñeca al retirarse con el estómago pegado al suelo.

El doctor logra activar una máquina para tomar la radio.

Quedando en blanco una vez consigue este aparato y se ve atrapado por la realidad viéndose a sí mismo a través de las cámaras.

Viendo al nuevo Sawyer flotando como una bolsa de carne en el agua.

Viéndose. Entendiendo.

El estado de su carne no es mejor que la de una lata de sardinas.

Es asqueroso.

Su inteligencia ahora es solo una herramienta menos respetable que el Internet.

Atrapado y sometido a los cables.

Solo un chiste del futuro que estaba buscando a través de la barbarie de sus actos.

Es esto que lo estaba ahogando , vergüenza.

Tremendamente avergonzado de todo lo que le rodea en el presente de su carnicería inutil.

-¿Por qué gasto mi tiempo en esto?- se lo pregunta en voz alta.

El eco de su voz es su compañía.

 Su único alivio es esta comunicación unilateral con el mundo.

Después de meses de ser esta cosa incapaz de más que ser sumisa a la tortura uy la interrogación , no es nada de lo qiue fue.

¿Qué es lo que espera conseguir de conectar? El auxilio es imposible. Solo su propia mente es capaz de medir las acciones posibles para salvarse y sería imposible hacerlo por sí solo.

Atrapado en la muerte hoy solo puede observar la radio y reír en su jaula.

No tiene posibilidad.

No hay ayuda realista , ¿Entonces porque lo busca y se arrastra por la ayuda de estas criaturas lloronas por algo que no es en lo más mínimo utilidad para su presente? 

¿Qué podría ganar? Nada que lo saque de este tubo.

Su único lazo fuera de los laboratorios no terminó la preparatoria y menos podría reconstruirlo.

¿Qué quiere en realidad? Su único lazo le escuchará sin poder hacer más que mover algunas piedras para que entre la luz a su sepulcro.

-Eso quiero.- exclamó airado de sorpresa para su propio ser.

Ese robot es tan poco preciso que su intención le lleva a tres quiebres mentales en los días que pasó Calibrando el toque de su mano tan solo para girar el botón de canales.

Vinieron por respuestas y su ansiedad por recuperar su soledad le hizo responder de buena gana.

Una vez y dos más. Se esforzó a tiempo completo para hacer a esta máquina girar los botones de la radio y encontrar la señal que sabía de memoria y nunca escribió para solo ser suya.

Esta máquina por fin logra darle algo bueno al anunciarse la señal en verde.

Esto no le permite reaccionar por otro día.

Era el día 113 el cual medita con fuerza sobre sus posibilidades al decidirse conectar la línea después de tanto tiempo ausente.

Espera a escuchar que su existencia se encuentre en paz para comunicarse.

El único día en el cual la fábrica se detiene. El cumpleaños del viejo Ludwig.

Este día en la fábrica es pascuas , hay un día completo para irse juntos o festejar hasta la inconsciencia.Día qué él solía utilizar para vagar en el laboratorio.

Hasta conocer a ese guardia y terminar en la ciudad con una lata de sardinas en medio del lago de ese lugar. Escuchándolo reírse de recuerdos que le comparte mirándolo de vez en cuando.

Hay un recuerdo que se puede revivir cada vez que el tipo abre la boca.

Ese día que fue descubierto por su padre y tuvo que dejar su hogar o arriesgarse a ser asesinado en una ola de odio por su propio padre y aún siendo así el último día que se puso frente a su padre aun lo quería de vuelta.

El anteriormente chico Rino aun quería volver a casa con toda la carga que significaba ser él.

Ryan era confuso o muy sencillo.

Eran su familia. Eran todo lo que tenía y eso era lo que más importaba aunque fuera doloroso estar cerca de ellos.

Ahora en su estado. 

Asqueroso como una babosa atrapada en un tubo de porquería.

Se pregunta si esa sonrisa aún podría ser para él si lo buscará hoy.

Todo es tan sencillo. Todo es mirar a un lado y dejar que el guardia le hable de algo y él solo soltar monosílabos sin relación con la ciencia sino consigo mismo.

Ahora observa por las cámaras su propio miserable estado.

Reducido a este espacio sin nada más que una visión de sí mismo.

Esa mancha de carne y órganos apachurradas en una masa deforme.

¿Entonces quién era Sawyer? ¿Qué es esta masa de nervios al desnudo? 

Era una computadora.

Es alguien sin forma humana.

Es alguien que quiere algo más que nunca.

-Quiero escucharte otra vez.- 

Con un arranque de valor que se desgarra en su carne destruida oprime el botón de encendido y conecta la radio.

El silencio le llena de un pesado abandono obligándolo a pensar en conectar él mismo los cables para su muerte.

-¿Doc?-

La presión de escucharlo de forma tan inesperada hace de su mente un desastre.

-Necesito que conectes unos circuitos para tener control de las cámaras de la fábrica.- Antes de siquiera pensar en alguna mentira ya escupe una utilidad para su conexión después de tanto tiempo.

En tanto soporta este silencio ocasionado por su propia egoísta forma de manejar la comunicación con Ryan , espera a escuchar algo más aún sintiéndose consolado por esa respiración pesada a través de la bocina.

-Eres un bastardo.- en ese insulto condensa el rencor por ser abordado sólo por una necesidad después de meses de ser abandonado a su suerte en esta gran fábrica.

El calor que lo llena podría ser alusión a enrojecer sus mejillas en una sonrisa descarada por hacerlo enojar pero no cortar la comunicación.

-Lo soy.- responde contento. De alguna manera ser insultado justo ahora no le sienta mal sino es una emoción diferente.

Es una emoción casi física aunque haya perdido su cuerpo. 

Quema su ser y llena los huecos de su orgullo pisoteado por estos traidores. 

De pronto “Bastardo”es un título que le gusta en demasía y lo hace sentir mucho más vivo. 

Del otro lado se hace el silencio.

Es un soplo para el fuego de su cinismo y su ego.

-Sigue hablando.- pide perdiendo el control por un momento.-Me gusta esto.- señala arrogante.-Tu coraje me gusta.- sinceramente dice lo que quiere y le estaba encantando escuchar a Ryan enojado después de tanto tiempo entre gusanos incompetentes.

El hombre del otro lado de la radio parece tener un tic nervioso antes de estallar con un rugido ahogado. 

-Desapareciste por casi tres meses y a ese bendito polvo tuve que subirle el precio para que no notarán qué te fuiste y las existencias bajaron ¿Como demonios se supone que mantuviera todo yo solo?-

Toma algo de consciencia bajando de esa nube de satisfacción al recordar el estado del guardia en ese tiempo que le tocó estar a solas con toda la pecera de caníbales de la fábrica.

-Lo siento.- dice ahora relajado.

Esta parte de un interior es tan arrogante como todo en sí mismo , incapaz de aceptar sus errores de buena gana solo hace la mímica de disculparse por toda su vida.

Hoy detiene su carro al verse disculparse una vez más. Inesperado. 

Ser un hombre común en su situación ya no sentaba mal.

-Te has disculpado.- exclama del otro lado.-Tú nunca lo haces.-

El doctor tiene que admitir que odiaba este momento de comunicarse con el guardia. A este hombre lo conoce desde hace menos de diez años y aun así lo tiene medido. Ryan lo tiene en sus manos y eso le llegaba a incomodar demasiado.

Lo cómodo que es caer ese poder. Como si volviera a ser ese idiota en la cama de un hotel haciendo de todo menos lo que se supone que se llega a hacer a un hotel.

Recordando aprender a jugar matatenas a los 30. 

Es sacado del horrible recuerdo de sí mismo lanzando por el balcón la pieza plástica en un reflejo enojado por perder.

-Doc , ¿Dónde te tienen?- 

Alucino con pedirle que viniera a visitarlo. 

Que cruzara toda la seguida para encontrarse.

Imagino tan bien el reencuentro qué terminó viendo en su cabeza a Ryan vomitando asqueado por su aspecto.

Esta es vena ficticia hace de su presente una torre de naipes de cristal. Negándose con ganas a permitir que dicha posibilidad se efectuará.

-Hice enojar a un idiota y ahora estoy en el fondo.- lo admite por ahora.-Necesito el control de las cámaras de la fábrica para hacer un par de cosas y el polvo aun lo tendrás para ti.- ofrece una recompensa para mantenerlo aún dependiente de su presencia incluso si era claro que Ryan ya podía hacer todo él solo.

-Harley , lo de menos es el polvo , eres tú lo que importa aquí ¿Como se supone que esperas que reaccione si me dices que te encerraron? ¿Crees que podría ir por ti?-

Su ego es acariciado más profundo que antes con sus logros.

No es esa droga la que buscan , es Harley.

Lo espera alguien por ser él.

-No , no puedes.- el robot casi deja caer el estúpido radio al estar desoncentrado.- Vas a conectar los circuitos y después volveremos a lo de siempre.-

No ha sido más vulnerable nunca en su vida.

Nunca se desnudo al daño como lo hizo ahora con esta dirección que oculta sus súplicas para r

El guardia parece estar pensando tan fuerte como para hacerlo escuchar sus dudas.

-Doc , no tengo problemas con hacer lo que me pides pero ¿Que está pasando?-

-Pasa que necesito que conectes los circuitos.-

-Me refiero a …te escucha muy triste.-

El reconocimiento.

El sentimiento.

La palabra exacta que decide usar para él es que era un adulto bastante desgraciado y egoísta.

La palabra tan depresiva como vulnerable lo hace sacudir al robot.

-Ryan-

-Es preferible que me digas si puedo ir por ti a que te hagas el valiente-

El doctor atrapado en la oscuridad exhala observando las cámaras donde estará hasta el último de sus días.

-Necesito que conectes esos circuitos por mi , Ryan.- lo pide ahora con un tono suave.-Necesito tu ayuda pero no puedo salir , no podré ir ni puedes bajar.- 

-Harley-

-Ryan.-

Ese hombre al otro lado parece relajarse y abandona el espacio donde fuera que estuviera.

-Puedo ir ahora mismo pero más te vale no dejaré en medio del camino.-

-Iras ahora mismo…¿No sería mejor que fueras después?-

-Escapaba con unas personas , seguramente creerán qué estoy con ellos.-  

Inmediatamente una espina le molesta más que muchas de las ofensas de estas personas en la prisión.

-Seguramente que te hacen pagar todo.-

-Si , es una desgracia que no sepan tratarme como la princesa que soy.- ríe ahora animado.-No son como tú.-

-Pues claro.- agrega al final gustoso de recibir aquel reconocimiento.

El guardia en su camino procesa el tono de este doctor. El doctor parecía estar algo histérico aunque mantuviera su usual forma de comunicarse cortante y arrogante.

Sigue su camino por la fábrica pasando entre empleados distraídos con la música suave en las bocinas. 

No es un ambiente cargado ni un antro , es un sentimiento de alivio el que les recorre el único día del año que ese hombre los premia por sus días en vela.

Un acto en sí irrazonable pero algo de verdad llegaba al centro cuando llegaba este día y todos se veían en la posición de dar gracias a la persona que los tenía secuestrados en esta fábrica.

Les hacía tener un día en el cual era agradecida su existencia de forma magnánima y activa.

Las mentes de muchos trabajadores mayores se veían severamente dañadas con el pasar de los años.

Ryan temía ser uno de ellos de descubrirse tan solo en un segundo dentro de esta ola de agradecimiento manchado por la sangre y cordura dañada. 

Terminar atrapado por este juego de tira y afloja donde estas personas estaban sometidas por el asesino más grande de la fábrica.

Haciéndolos festejar su cumpleaños con esmero y sumisión.

En los pasillos puede ver algunos adornos de cumpleaños colocados de forma infantil por algunos empleados en el camino que ese hombre solía recorrer de su oficina a las instalaciones profundas.

-Dime qué se supone que debo hacer.- pide a la radio.

Esta vez el doctor parece meditar.

-Sube a las computadoras de la zona de inteligencia.-

-Entonces debo seducir al jefe.-

El hombre aún es capaz y lo hace. Gruñir frustrado a esa idea irrazonable por parte de Ryan.

-No , solo harás algo por mi … y no te acerques al viejo.- advierte frío.

No estaba aquí porque Pierre sea despiadado sino porque su vida fue medida y valía esto por su conocimiento. A Ryan simplemente le llevarían con Boxy o sería comida para otro proyecto.

-Doc , baje tres kilos en estos meses.-

-Pero si estabas bien.-

-Exacto. ¿Crees que deba hacer algo?-

-Come menos cereales y concéntrate en la fibra.-

-Detesto las verduras.-

-No decías eso antes.-

El guardia comienza a reírse por esa respuesta.

El doctor espera a recibir la señal sobre su llegada a ese piso de alimaña de corbata.

 

El guardia logró llegar después de fingir tener una tarea con un oficinista.

- ¿Y en este piso te pagan mas?- pregunta al guardia del lugar sin ocultar la radio o su uniforme de pisos abajo.

-Pues no pero si tengo más poder.- mueve la cabeza agotado este guardia qué tiene qué mirarlo hacia arriba.- ¿No eres de La guardería? ¿Cómo es trabajar con niños? -

-Son algo cansados , muchos intenta golpearte las pelotas.- lo cuenta moviendo el radio.-Y-

-Apúrate.- Suena por la radio la Voz de un hombre.

El guardia ve su ceño fruncido y se mueve sonriendo al verlo apurado por quién fuera que le enviará.

-Como sea , después tu y yo podemos-

-¡No!-

Mueve los hombros rindiéndose al reclamo del doctor.

Sigue adelante al ser permitido por el guardia.

Ryan más adelante toma la radio contra su boca al murmurar sus quejas.

-No te metas cuando interrogó a alguien.-

-Solo estás seduciendo al tipo.-

-Doctor , sabes como sedusco. Esto es una conversación.- detiene sus pasos en este pasillo tan parecido a una zona de abuelas.-Estoy en territorio desconocido y me siento muy asustado.-lo dice recargándose en un hombro contra la pared al ponerse una mano sobre la cabeza.

Terceros sólo verían a un tipo alto revisar el radio con un rostro cansino.

Pero su interior es un problema.

Su pecho está agitado de forma extraña. Le molesta esa caricia de mariposa en sus costillas , necesita relajarse para contenerlo. No debería estar asustado pero su corazón se ha vuelto tremendo cobarde desde hace un tiempo.

 

No se trata de cambiar cables. Ningún cable llegaría tan lejos.

Esto se trata de darle a Sawyer las frecuencias eléctricas para que pueda encontrar el circuito entre las tantas computadoras conectadas al cerebro de toda la compañía.

Los laboratorios.

Dicho lugar era administrado por una oficina interior pero Ludwig tiene control más allá de ese puesto.

Encontrando la fuente de control es capaz de hacer una conexión con las cámaras y comunicaciones de la fábrica.

Nunca lograría el control de una llave maestra al ser incapaz de manejar las máquinas más allá de puertas y cámaras , más es mucho lo que se puede recopilar con la capacidad de observar el entorno.

Era un gran escenario.

Si tan solo el guardia supiera qué demonios hacer con el montón de cables que hay en su cara ahora que se metió en esa oficina.

Rasca su mejilla y mira los cables.

-Sawyer , no entiendo.- es sincero. Cosa de tener bien seguro que no debería cagarse en la misión por sentir vergüenza.

Son cables y focos. Luces y terminaciones eléctricas conectadas a cables dentro de la paredes y todo bajo el ojo del hombre qué arregló con cinta adhesiva sus zapatos por dos años.

-No me digas que no sabes ni lo básico.-

-Sawyer , yo sé pescar , se hacer una casa de madera con cuatro palos y ramas y sé cuando va llover . Tu sabes de esto pero si llueve te mojas y si te pierdes mueres de hambre , así que cierra el hocico y explicame ¿Como hago esto?- 

Después del regaño el doctor junta las piezas de lo que él guardia le describe.

-Dime como es el cable superior y los números bajo este.- le pide haciendo memoria.

 El hombre mira al panel.

-Hay doce cables solo de salida y cinco superiores , una de las luces parpadea cada tres segundos y una se mantiene estática. Los números son divididos por K, C y M.- Espera.

El Doc responde.

-No se que hacer.-

Con calma exhala profundo.

-Bajaré y te sacaré de ese lugar.- vuelve a cerrar la caja eléctrica.

-Espera.-

El hombre queda en blanco al ser llamado por una voz femenina. Muy suave.

-Debes esconderte , entra ahí.- lo apura esta chica.-Antes de que te vean.-

Ryan lo piensa bastante aunque no pueda ver a la persona que le hablo justo ahora. Tomando la decisión de esconderse tapando por dentro la caja eléctrica.

Aquella voz no vuelve a escucharse pero si otras voces.

En el radio aquel doctor puede sentir como la adrenalina es dispersada por su cerebro.

-Quiero que esa función esté completada para esta semana.-

El hombre dentro del escondite ahora se revisa los guantes.

-Creo que no había pensado bien en cuanto dolería morir comido vivo.-

-No va pasar eso , relájate.- le pide este doctor.

-Lo dices porque eres idiota.- recarga la cabeza en la pared.

Al hacer eso sus ojos suben a la base de la caja metálica.

Puede ver un cable conectado a un circuito con pantalla.

-Dame tu código , Doc.- le pide estirándose para activar el teclado.

-Te diré uno mejor.- murmura listo para dañar al malnacido de White.

Cada número es colocado en el panel. Observando cómo esa pantalla carga.

-Dice que necesita el código de un nivel de seguridad mayor.-

Es un hombre de 1, 90 en una caja de metal.

Pronto su respiración es más pesada y audible para el doctor.

Probaron con el suyo.

Cuando la seguridad se abrió Sawyer dio por hecho que esos rumores sobre haber sido ascendido fueron mantenidos como tal solo por el retraso de su presencia en las bases de la empresa.

Para el exterior el sigue trabajando y el medio de la compañía para manejarlo es aún manteniéndolo como un importante elemento en la compañía es el aislamiento donde lo han reducido a menos que una herramienta.

Recuperar esto le lleva a elevar la calidad de su encierro.

-Espera.- Ryan nota algo en el panel a su lado.-No se si pueda salir de aquí.-

El doctor tarda unos minutos en responder.

Colocar el código de seguridad solo le hace capaz de abrir su encierro desde el exterior para encontrar las llaves correctas en el torrente de conexiones.

Los sistemas de los 70 's eran desventajosos en casos de seguridad pero absolutamente peores en lógica de procesos.

Llegando a encontrarse peleando consigo mismo en una página de apertura trabada en el espacio.

-Doc , debo irme de aquí.-

 

Esas luces cambian con cada orden y cada orden parecía traer más y más gente a la oficina contigua. 

En un punto escucha a más de veinte personas murmurando y su cabeza hervir de lo mal que lo estaba pasando. Riéndose entre los estremecimientos qué le recorren cada vez que escuchaba una puerta abrirse y sentirse arrinconada cada segundo de este encierro.

-Solo espera.- pide el doctor ahora atrapado con el algoritmo.

Era un genio en biología y genética.

Esta cosa de las computadoras definitivamente tendría que mejorarlas o se vería superado en este mismo instante.

-Doc , está llegando gente y yo me estoy asustando.- no hay otra palabra.

Era eso o ser vulgar y decir que estaba por ensuciarse los pantalones al escuchar como ya estaban liquidando a tres personas que ruegan por una oportunidad.

Vaya que era una reunión seria.

-Solo sé paciente.- le recomienda con voz calmada.

Solo aquellos robots rasgando sus propias pantallas podrían decir qué tan grande se estaba haciendo su estrés por verse atrapado con las funciones de más de seis mil cámaras y micrófonos escondidos por toda la fábrica. Atrapado en las mismas cuatro sin encontrar el patrón correcto para abrir el servidor para su conexión.

Malditas computadoras.

-Escucha lo que tengan que decir , solo eso.- lo hace distraerse para ganar tiempo.

El guardia oculta una risa muda al sujetarse las mangas por los antebrazos.

Escucha.

Solo escucha.

 

-...entonces las salidas B y C , ambas tendrán medios de escape solo para nosotros.-

-Es imposible que la fábrica sea allanada pero nos adelantamos para lograr aquella oportunidad para los miembros invaluable del equipo de inversores presentes.-

Una salida diferente llama la atención del guardia.

-Cuando planeamos la disposición del transporte , no pensamos que habría algo como la presencia de elementos de peso mayor y menos del tipo especial.-

El guardia da por hecho que se refiere a los gemelos y el resto de juguetes de la fábrica.

-La salidas fueron planeadas como una respuesta de contingencia que solo se puede abrir con el permiso de uno de los tres principales.-

-O de quien tenga en su poder su código.-

-No podemos confiar en un código.- interrumpe un hombre mayor.-Compensaremos los errores básicos con la seguridad en desarrollo.-

El silencio consiguiente a su interrupción parece ser señal de su poder.

Ryan ahora aprieta las rodillas esperando que no esté entre los cabecillas.

-Señor Ludwig…-

-Mierda.- suspiró sonriendo. Estaba en una reunión con un gran pez y tiene que ser el que no le dará oportunidad de salir vivo.

-Las visitas vendrán pronto , temo que la muñeca-

-Poppy.- interrumpe el hombre de forma seria.

-Poppy , deberá ser cubierta. Por su seguridad , por supuesto.-

Unos veinte segundos de silencio siguen a esta recomendación.

-Llévense a Poppy.- ordena.

Entonces toda la caja con Ryan se mueve obligándolo a presionar las extremidades para no golpearse y delatar su escondite.

 

Por fuera la asistente se detiene al sentir un peso desmedido. Más la premura de la situación le hace seguir adelante , encajando las puntas de sus tacones en el alfombrado. Mantiene un rostro frío aunque le esté costando bastante girar la caja y voltear el mueble.

La presencia de la muñeca es manejada con una pared con la función de espejos , de forma comparable al truco de un mago con espejos giratorios.

Es el costo de ser las únicas con la confianza de Ludwig para tocar la contención de Poppy y cargar este peso excesivo por sí mismas.

Teniendo prohibido a todo trabajador masculino o fuera del círculo de confianza de Ludwig el tocar esta jaula tan elegante.

Ella regresa al costado del jefe para dar la bienvenida al nuevo inversor , acompañado por su pulcro asistente de piel aria y satinada como la misma porcelana.

 

 

 

Ryan dentro de la caja abre esta y escapa mirando a esta zona de concreto.

-Baja ahora , lo tengo en control.- avisa Sawyer por la radio.

El guardia sujeta su pecho girando atrás.

Apaga la radio para mantener esto en secreto de Sawyer.

Puede ver esa caja de cristal y una sábana pequeña en el suelo del interior.

-¿Eres uno de ellos?- pregunta el guardia.

Dentro no hay respuesta.

Solo el guardia deslizándose por debajo del cristal una navaja de cuter. Opaco en verde pálido al ser de cobre la navaja. 

 -Esas cosas entorpecen el imán de las puertas como estas pero solo desde adentro.- lo dice retrocediendo.-Gracias.-

Corre al ascensor con toda la falta de elegancia que puede tener alguien que huye por su vida.

Al bajar el ascensor su cabeza se ve llenada con un ruido claro.

Levantando la mirada , arriba solo puede ver esa jaula abrirse pero no aquello en el interior.

Bajando pierde la oportunidad de ver lo que sea que estuviera por salir de esa jaula..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1988

 

 

 

 

 

 

 

Theodore Grambell fue elegido para convertirse en el Experimento 1188.

Puede ver por las cámaras como cortan los restos calcinados de ese cuerpo vuelto carbón.

Maravillandose por la velocidad de la carne para reconstruirse al eliminar el músculo dañado.

Dentro de su jaula de cristal y la suciedad en la oscuridad hay un mundo capaz de volverlo loco , si no estuvo desde antes.

-Lo hiciste bien y aún me pregunto , ¿Porque no te largaste?- lo pregunta directamente al prototipo al tener esa proposide afilada entre las cajas de su encierro.

La garra toca el cristal donde fue encerrado.

-Lo lleve a un mundo mucho mejor.- pica el vidrio.-Pronto será algo grande , seguramente alguien muy bueno para mi.- 

-¿Y si lo cortaran para otro miserable PJ?-

-Pues que así sea.- golpetea su encerró con arrogancia.

-Al menos a ti se te traerá otro amigo.-

Cambia las cámaras al encierro de las criaturas sonrientes.

Puede verlos batallar con el líder lánguido y ausente.

-Si se niega a ser útil arriba , será útil aquí.- 

Esta idea queda en el aire.

El prisionero dentro de los tubos de agua se abstendría de hablar pero no así de pensar en como conseguir a ese perro como un posible medio de escape.

Solo necesita su cadáver , solo eso para conseguir escapar una parte de sí.

 

 

 

 

 

 

En la sala de cristal , donde pueden ver al interior del quirófano a través de la ventana alta , el grupo científico se reúne en una acalorada discusión.

-No creo que podamos mantenerlo vivo si pasa lo mismo que con las dos primeras.- les advierte el médico viendo los cortes de la criatura.-Les dimos el gas demasiado rápido y toda la compatibilidad se fue al trasto.-

-Ludwig apenas nos perdonará el usarlo.-

-Estaba cubierto de compuestos crudos del prototipo , no podíamos desperdiciarlo.-

-Puede que no tengamos que preocuparnos tanto de Ludwig si decide que no merecemos ni la pena de discutir sobre esto.-

-No quiero conocer a Boxy de esa forma.- 

La mujer en la mesa rompe con el amargo espesor del ambiente con un impacto en la mesa.

-Hemos reensamblado cada pieza al menos doce veces y aun así siento que las cosas siguen sin ser perfectas para incluir el humo de forma tan inmediata.- lo señala apuntando las radiografías.-Eso no puede detenernos , el producto está bien en lo que cabe y sus estudios psicológicos nos entregan a un chico manipulable. Vamos a hacer esto y a terminarlo , así tardemos más de lo esperado en darle el humo.-

Entre todos en esta reunión se efectúa ignorando las cámaras sobre ellos , escuchamos a la jefa del departamento tan decidida como ellos acobardados.

-Ese chico era resistente incluso sin ser parte del grupo 4.- da aliento un asistente.-Puede que si le damos el humo-

-Eso es tentador pero hay más posibilidades de que salgamos perdiendo si damos por hecho que ese pobre idiota tenga la capacidad para restaurar su sistema nervioso después de la quemaduras.- señala un médico sin escuchar a Laura.-Ya van seis cifras , el equipo del humo equivale a otras seis y demos por hecho que no sera bienvenido.-

Ella les apunta al techo.

-Pues la otra opción es enfrentarnos a Ludwig y su enojo porque le damos la inmortalidad al hijo de una alimaña nocturna.¡Ya sabemos su opinión sobre usar a ese grupo 2! ¿No recuerdas como se tuvo que limpiar con trapeador al anterior idiota?-

Entre la resistencia y la derrota este hombre aún tiene algo que decir.

-El quién fueron sus padres es lo de menos.- 

La mujer le apunta a la cara.

-¿Gusano ,hace cuanto no sales a la calle? Obviamente el entorno de vida de un niño puede encaminarlo a ser un criminal peligroso. Aquí debemos dar por hecho que podría ser un problema aquel al que le estamos dando este cuerpo.-

-Más en el modo de vida de esa mujer. No sabemos qué tan promiscuo o rebelde podría resultar este engendro.- apunta un tercero aún preocupado por las grandes dimensiones qué estaba tomando ese gato qué debería ser tan pequeño como Hoppy o al menos como Bobby.

-Grayber insiste en que es un chico de buen carácter , lo llama “Inofensivo”-

-Si lo fuera no hubiera aparecido en el laboratorio.-

-Ser curioso no es un rasgo tan peligroso.-

-Solo deberíamos dar por hecho que no es nuestro amigo.- les dice sonriendo un científico.-Nos hará pedazos si permitimos continuar con esto.-

Laura levanta la cabeza siguiendo esa voz con un rostro apagado. 

Viéndose intervenida su comunicación con ese monstruo por culpa de una vista.

-Laura.- le llama una médico cubierto de sangre desde la puerta.-No podemos retrasarlo más , sus huesos comienzan a enlazarse con tejido cicatriza ¿Le ponemos el equipo o no?-

De decidir no complementarlo con el equipo sería lo mismo a fabricar a otro sonriente desarmado más allá de sus garras y gran tamaño. De incluirlo seguramente sería como una bomba de químicos qué podría hacerle lo mismo que a las otras dos producciones.

Se decidió no esterilizarlos después de ser en gran parte la ineficiencia de reacciones hormonales del cuerpo aquellas que acelerarán el sistema inmune y ahora está la contrariedad divina.

¿Repetir el error anterior pensando en que este aguantará solamente por no haber sido esterilizado? 

Bien.

Sus ojos van a la mesa adornada con el cuerpo de un peluche de Hoppy.

Lo toma revisando su fisonomía.

Esto le lleva a recordar que no contenía las baterías para hablar como lo hacían los primeros juguetes de cuerda.

-Incluyan el equipo sin el humo , solo implantemos los tanques.-

Es tan sencillo como estúpido que tardarán tanto en decidirse a tomar el camino correcto.

-Para que el producto no se atrofie por desuso , incluyan el enfriador , así lo mantendrá activo y podremos monitorearlo.-

Entre los presentes se extiende un alivio frustrante.

La reunión se vio entorpecida por la falta de ideas o la simple contienda entre todos sobre el uso qué tendría la criatura de ser rechazada directamente por Ludwig después de haber tenido en preparación directa a más de cuarenta opciones que escaparon de forma inesperada hace unas semanas.

 

 

Laura baja al quirófano acompañada de los científicos.

Comprobando lo dicho por el cirujano.

El experimento estaba recuperando sus uniones a través de la producción de cartílago en el espacio donde les habían separado para mayor control en la flor formada por la completa apertura de la caja torácica.

-A Ludwig terminará agradándole este gato.- la científica camina observando esos ojos cubiertos por la tela suave pero no capaces de retener las lágrimas de dolor en este experimento.

Sigue su camino sin esperar más para continuar con el procedimiento de ensamblaje.

 

 

 

 

 

 

 

 

1994

 

La hora de la alegría se efectúa 

 

 

 

 

 

 

Aquella mujer camina con la cabeza arriba y un miedo perceptible solo en su propio interior.

Corriendo entre los pasillos con esos zapatos robados y la piel de una criatura que aún no estaba formada.

Recorre el camino a la salida de los laboratorios. 

La puerta C era la más cercana.

Ignorando los gritos y los berreos de científicos atrapados por otros experimentos.

Su disposición para perseguir ella misma aún sobreviviente le hace pasar desapercibida entre las criaturas ávidas de sangre. 

Sus pasos la llevan al ascensor donde baja lentamente. Puede ver muchas criaturas entre el cableado y la carne de trabajadores esparcida por las paredes del ascensor como si fueran piezas de telas a secar.

Coloreando las paredes blancas con ese enfermizo color rojo.

Atravesar el pasillo con las rodillas dobladas.

Es como si su intención por sobrevivir le diera la capacidad de moverse como cuando niña y arrastrarse los tramos qué no gatea. Siempre en el suelo con este cuerpo estirado para mantenerse viva. 

Moviéndose como los mismos productos pudieron adaptarse para sobrevivir en este entorno.

Entra por fin a una sala vacía.

Colocando el código seguro de su autorización.

Recarga el cuerpo en una mesa.

Camina al fondo de la bodega para subir a una repisa y descansar pegada a la cámara.

-Esto es el apocalipsis.- suspira quitándose la cabeza de Kissy de encima.

Exhala y mira su cuerpo desnudo dentro del traje de piel.

Tuvo que dejar todo. Desde lapiceros a calcetines.

Todo lo que evoca un olor humano lo abandonó en las salas de operaciones para tirar se encima solo la esencia usada en los experimentos.

Su brazo cubierto de arañazos delata la fuerza de sus compañeros en el laboratorio.

Sus estúpidos compañeros intentan sobrevivir y a pesar de ser hombres pensaron en tirarla al sueño para distraer a los juguetes.

Su boca no puede ocultar una sonrisa frustrada.

-Voy a morir sin follarme a ese pajarito.- suspiró hastiada.

Debió ser algo más ruda.

Era un adolescente , seguramente habría sido posible si no hubiera sido tan blanda.

Ahora morirá sin conocer las respuestas sobre la unión física de los humanos con estos proyectos.

¿Al menos en el futuro encontrarán su fascinante investigación como el milagro que era? 

Creó un tipo diferente de humanidad.

Hizo juguetes y sirvientes.

Aunque aún no pudo averiguar cómo saldría un feto de ellos.

Estas preguntas la llenan ahora que debería estar pensando en su madre. Aunque seguramente ella estaba mejor que bien sin tener a su loca y perdida hija cerca.

Acostándose panza arriba observa al techo de concreto con una mano en la cámara para que no le tome por ahora.

La comida en estos pisos era abundante al ser el lugar decidido para la evacuación en caso de una invasión.

Eso escucho de la secretaria.

De nada servirá si no tiene la llave para la puerta.

Y aún se mantiene esperando que por esta puerta entrará el equipo de seguridad a recuperar los experimentos y darle la oportunidad de escapar con vida de este lugar.

Se estira cuidando la cámara para tomar una lata de conservas. Abriéndola saca del interior una bolsa de carne gris y rosa , es pollo hervido.

Lo come tranquila aunque tenga que mirar a la puerta constantemente.

No pueden abrir sin código o tarjetas , ahora están demasiado ocupados matando a sus compañeros de trabajo.

-Espero que no sea como la invasión de los trifidos.- suspira recordando ese libro tedioso.

Esa historia se resolvió con un obvio elemento extenso pero ella ahora estaba atrapada con monstruos qué no les interesará si les lanza una botella de agua con sal.

Necesita pensar en lo que hará después de comerse el pollo hervido.

 

 

 

 

 

Tras unas semanas queda claro que nunca vendrán los refuerzos.

No deberían estar utilizando la puerta principal.

Dejándola con la duda de si las puertas B y C fueran reales.

No puede simplemente seguir comiendo pollo hervido y dar por hecho que todo saldrá bien solo por esa tontería tan desagradable.

Toma esa esencia y unas latas bien amarradas dentro de su disfraz al salir de este lugar.

Es molesto pues por fuera las puertas están atrapadas por un par de huesos podridos.

El abrir esa puerta es abrir su entendimiento a la peste de cuatro semanas de descomposición putrefacta en un entorno ventilado en frío.

Exhalando ese olor asqueroso solo una vez a través de su traje para acostumbrarse.

Avanza por los pasillos grises observando las luces de las intersecciones a su paso.

Los grandes pasillos le hacen sentirse atrapada en las entrañas de la bestia. Cubierto por este traje de piel sintética avanza enojada.

La enfermera la encuentra después de algunas horas de camino.

Es una suerte que ningún Experimento tenga idea de lo que eran las botellas. Puede que muchos mueran por heridas infectadas y dieran oportunidad a la avanzada , si es que algún día la hay.

En cuanto ve la botella de color gris hasta el fondo de todos los medicamentos más grandes y sobresalientes la toma abriendola para tragar dos pastillas en seco.

La guarda en su disfraz como el único medicamento que podría serle de utilidad a su paso.  

Cada segundo le grita que debería volver a su escondite y esperar entre la cubeta con sus desechos y la regla que ya le paso pero este episodio sin analgésicos le dejó en claro que no deseaba estar más tiempo atrapada.

Tal vez es karma por nunca haber retirado los quistes de la sonriente enferma.

Sororidad , debería haberla puesto en marcha pero era demasiado interesante descubrir cómo esa cosa se mantuvo viva a pesar del dolor que debería estar matándola o si la vialidad de reproducción seria más grande que su capacidad de reparación.

Una carrera que por lastima que nunca sabrá su final.

 

Sigue por las sombras escuchando a algunas criaturas correr por dentro de las paredes.

Sus pasos llegan a una intersección donde una sombra gigante es lo primero de todo lo que es visible.

Entra a una puerta esperando ver pasar a esa criatura con la cabeza fría.

En esta habitación. Le reciben restos humanos amontonados entre las muchas piezas de cirugía clavadas a esos restos atados.

Mantiene la boca cerrada aunque le es claro que algunas criaturas tomaron a empleados para jugar con sus cuerpos en estas mesas de cirugía. 

Analiza con un tanto de curiosidad el estado de estos cuerpos.

Los ojos fueron estirados y metidos todos a la boca de un cuerpo atado en una silla frente a las mesas.

Retrocede para averiguar la identidad de este hombre.

-Oh…- exclama bajito al ver a White en la silla.

Vuelve a mirar a la mesa de operaciones con una curiosidad más entrometida qué horrorizada.

Esperaba ver al maldito Pierre pero solo ve a otros científicos de la prisión.

Puede ver que no les hirieron sus zonas íntimas por lo tanto no había ese tipo de perversión sexual.

No era un tipo pervertido pero sí muy bueno con los cortes.

Le hace sencillo ver esas piezas de cortés con otros ojos y no solo el miedo a ser la siguiente.

Corta dolorosamente pero ninguna arteria fue tocada.

Al mirar alrededor puede discernir las bolsas de sangre en el suelo ya vacías.

Estas personas fueron mantenidas vivas hasta lo imposible y desperdiciando todo lo posible en ello.

White no presenta heridas pero estaba muerto.

Debió ser algún químico que lo llevara a su fin.

Suspira sonriendo bajo la máscara de juguete.

Al girarse la puerta de salida es abierta.

Dos se ven fijamente.

Es una bolsa de tela y un palo agarrado con una mano de piel suave lo que hace a Laura ver obviamente la naturaleza humana de esta criatura.

-Así que hay otro.- murmuró mirándolo fijamente.-Y te has divertido.- toma el bisturí de la pierna de uno de estos cuerpos más que dispuesta a pelear.

Este descubre su rostro al cerrar la puerta.

-Laura.- saluda frío.-Conseguí el tequila de White.- muestra la botella dentro de la bolsa.

Ella camina alrededor de las camillas de operaciones.

Lo conoce , conoce bien a este tipo tan raro como ella.

Con menos poder pero suelto de orgullo con un ego útil.

-Hola David.- saluda igual de fría. Apunta a los cuerpos.-Tú hiciste esto.-

El hombre sacude su cabello castaño con una sonrisa incómoda.

-Me dijo que debía hacerlo o le diría a los otro que estaba aquí.- apunta a las cámaras apagadas en esta habitación.-Es Sawyer.-

Laura mueve la cabeza tomando asiento en la camilla con los cuerpos bajo su aburrimiento.

-Nunca lo he visto , ¿Cómo sabes que es él?-

-No lo se pero hasta ahora me ayudo con los experimentos y con los otros.- 

-No puede ser que hayan tantos.-

-Guardias en su mayoría.- toma asiento en las piernas del científico muerto , girando se para colocar las rodillas en el brazo atado.-Nos está haciendo matarnos entre todos.- mira a la rubia.-Estos tipos estaban escondidos hasta que ese gato vino aquí y se encargó de herirlos.- suspira.-No creo que quedemos muchos y esta salida necesita la pieza de códigos de alguno de los tres. Estamos muertos.- 

Laura mueve la cabeza como una muñeca rota.

-CatNap.- dice ese nombre como quién evoca la peor calamidad posible.-Enviaron a CatNap.-

Por segundos la invaden reclamos y gritos frustrados.

Estaba seguro de que ese felino fue pieza clave para este resultado.

El perro era obediente antes , no tenía sentido que de la noche a la mañana se volviera un narcotraficante tan solo porque hubo un descuido.

Sawyer nunca quiso ponerse en contacto con ella y ahora estaba en poder de la fábrica , malnacido.

Después de tantos años siempre fue su nombre. No logró robar su nombre.

Sin tiempo ahora , sus sueños se verán olvidados con su muerte. 

¿De dónde salió esa droga que nunca encontraron? Sin importar a qué sobreviviente interrogaran, nadie tenía idea de quién inició y menos sabían cómo seguía en venta habiendo liquidado al perro y perdido a todos los corruptos de ese piso. 

Pero el título del experimento es una sorpresa confusa.

-Yarnaby , se está encargando de todos en este piso…¿Cómo sobreviviste? No hueles a haberse escondido en el drenaje.-

-¿Tú te escondiste en el drenaje?-

-No , en el salón de cambios.- apunta a la puerta.-Los experimentos hacen cualquier cosa menos volver a los quirófanos , es seguro que no te mataran pero necesitas comer y ahí no hay más que medios para arrancarte pedazos sin dolor.-

-Te matará el shock por las heridas , sería un desperdicio tomar ese rumbo.-

-Pues ellos lo intentaron.- señala a ellos científicos en las mesas.-Estaban comiéndose a ese.- señala a un cuerpo tirado a unos metros.-No ha pasado un mes y ya estaban cometiendo canibalismo.-

-Es claro el destino de todos en este lugar.-

-La falta de luz solar causa alucinaciones y el ambiente cargado les volverá irascibles.-

-No quedará nada de nosotros , ni nuestra investigación será posible ser sacada a la luz.- el científico mira al techo perdiendo de vista a la rubia.-Hicimos tantas cosas enfermas y aún así no servirá de nada.-

-Solo será inútil si no vuelven por nuestro trabajo.-

-Hay toneladas de concreto encima de nosotros.-

-Y otras tantas en movimiento.-

 -No creo que tarde más de diez años en acabarse todo.-

La cara del científico se vuelve más oscura.

-No sobreviviremos un mes más.

-Tal vez dejas demasiado cobarde pero yo planeo vivir hasta el último segundo.- revisa el bisturí en su mano.-Tomaré notas y moriré dejando lo que pueda para los que vuelvan.-

-¿No te importa lo que sucederá si lo que pasó aquí se repite allá afuera?-

La rubia mueve una ceja arriba.

-No , ¿Qué clase de marica eres para acobardarte ahora que ya no tienes mada más para vengarte de estas cosas?- lo pregunta frustrada.-Nuestro error fue hacer cuerpos grandes. Estas cosas debieron ser pequeñas siempre.-

-Había un encanto especial en los grandes.- este hombre apunta al techo para sentirse más en control de su propia vida.-Me gustaban.-

-Lo sé , te gustaban demasiado.-

-Y lo dices tu.-

-Hemos cometidos muchas afrentas a Dios.-

-Depende de cómo lo veas. Los nazis leen la misma biblia que los pastores de una iglesia y los esclavos fueron entrenados con los versículos que hoy aún son referencia para muchos.-

-No existe la endogamia porque esos pastores sean puro amor ni el capitalismo porque la biblia nos enseñe a ser exactamente libres.-

-Bien , ya pecamos de blasfemia.-

-Si crucificamos a White podríamos entrar con un récord.-

-Hablas como una ebria sin haber tomado nada.-

-Estoy aburrida y sentada sobre un cadáver después de pisar otros tantos en mi camino hasta aquí.- 

-En serio quería saber si sería placentero tener relaciones con uno de los juguetes.-

-Debimos preguntarle a Jolly antes de expulsarlo de la fábrica.- sonríe Laura dejando la camilla.-Ya hable demasiado ya me aburre solo verte la cara.- 

El hombre se levanta de la silla con ese rostro cansado.

-Él debe saber de mi a este punto.-

-Así te encontré.- toma el palo preparándose.

Laura exhala agarrando con fuerza el bisturí.

Esa tensión viene con el olor de la carne descompuesta. El peso de sus pulmones cargados de polvo y la basura en sus ojos escociendo por culpa de la suciedad en los ventiladores.

Tomando la delantera ese hombre al saltar con el palo sobre la cabeza de Laura.

La rubia retrocede empujando la camilla para hacer espacio entre ellos.

Saltando la siguiente para salir corriendo de esta habitación.

Coloca la cabeza de su disfraz al dirigirse por un camino desconocido. 

Detrás este hombre la sigue lanzando piezas de un resucitado.

El pesado metal golpea sus piernas haciéndola caer al suelo.

-¡¡Oye , Laura!!- grita corriendo tras ella.-¡¡¿Qué somos?!! ¡¿Monsterfuckers o zoofílicos?! ¡¡DIME!!-

La rubia logra evitar el primer impacto de ese palo , ahora más visible fuera de la oscuridad es discernible como un barrote de hierro. El tipo golpea fuerte y tiene un buen arma.

 -¡¡¡¿No responderás , Laura?!!!-

Ella patea su pierna arrastrándose un tramo antes de correr por un pasillo cubierto de rojo.

El científico le sigue con ese mismo barrote en su poder.

-Lo que sea , dime que no soy un monstruo.- pide sonriendo nervioso.-Solo dime que todo esto no lo ocasione yo , Laura.-

La mujer se detiene al llegar a un callejón sin salida.

-Claro que lo hicimos nosotros , idiota. Solo mira este lugar , nunca hubiéramos llegado a esto si nos hubiéramos cortado el cuello hace mucho tiempo.- levanta los brazos para hacer tiempo.-Mira lo que hiciste , lo que hice.- retrocede creando un espacio donde puede moverse en un semicírculo y evitar su golpe bajo estas luces opacas qué llenan de borrones sus ojos irritados

-Solo estas siendo una bruja.-

-Y tú un cobarde.- le responde burlona.-Mira a nuestro alrededor. Mírate vestido como un puto peluche , somos patéticos.-

-Solo cállate.-

-Querías que te liberará y ahora te molestas porque te doy el camino de la rendición.- mira a la salida del callejón.-Te supe tan desquiciado para almer a un juguete de la fábrica.-

-Y tú una vieja molestando al chico.-

-Son cosas que pasan.- corre.

El científico lanza la barra a sus piernas.

La mujer salta a tiempo solo para caer devuelta al suelo.

Este doctor llega a ella atrapándola por el disfraz , sujetando su cuello cortó la carótida.

Lo quiso hacer y si logró hacer un rasguño.

Más su cuerpo es arrastrado al suelo entre gritos de dolor.

Laura no se queda a ver que lo atrapo , solo corre y no se detiene ni aunque llegará a la dalia de este piso. Saltando los escalones de tres en tres corre y entra al siguiente piso.

Dentro le reciben algunas figuras.

No para. No puede detenerse así sean juguetes pequeños.

Corre y no para , ignora a los Bunzo y wackies , solo sigue adelante.

Pronto la razón de su carrera entras haciendo a todos gritar de miedo.

Entra a una habitación para encontrarse con más juguetes escondidos.

No duda al abrir la puerta escuchando a ese gato entrar para atacar a todos dentro aunque se escondieron.

Laura huye arrastrándose.

Recuerda bien el plano.

Deben bajar y llegar a la zona de desecho de aguas para encontrar aquella puerta de hierro.

La supuesta salida C y la más cercana a ella.

Chocando con la horrible realidad al impactar con una pared. 

Sus ojos van a la zona de lectura de tarjeta.

Su horror al ver esas muchas manos rojas acumuladas alrededor de un cadáver desfigurado le hace patear la puerta de la salida.

Al voltear puede ver a esa criatura felina mirándola por el pasillo.

Su mano saca el arma de su traje , apuntando al gato disparo dos veces sin dudar.

El felino recibió , en su ingenuidad , un impacto directo a su costado , ruge con dolor al retroceder en una vuelta.

Aquí viene.

No tiene suficientes balas para hacerle frente.

Su cabeza baja mirando esta arma en su mano.

La levanta apuntando a los ojos del gato.

-No seré la única que se pudra aquí.- voltea destruyendo al lector.

La puerta se sella con ellos dentro. El arma logra subirla a su rostro.

El gato se detiene al ver el resplandor de frente.

El cuerpo extraño cae al suelo sin que pudiera hacerle nada. 

Este gato retrocede y mira a las cámaras con un rostro entristecido.

Volteo al escuchar un ruido en el exterior.

Asoma sus ojos por el cristal más grueso que nunca vio y tan pequeña la ventana que solo puede ver un tramo pequeño del exterior.

Sus ojos brillan cubiertos por la fascinación nacida de la visión en el exterior.

Un precioso campo de enredaderas de colores florales creciendo alrededor de la cueva medio expuesta a la luz solar.

El gato pasa de la maravilla a temblar , retrocediendo lentamente con un lloriqueo agudo al huir del lugar tambaleándose sobre sus patas al buscar refugio en la guía de su amigo en las bocinas.

Dejando atrás la salida C con la cerradura destruida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo para irse era este y todos lo tomaron.

Avanzan lentamente al desconocer el terreno.

Siguiendo los pasos de los habitantes del lugar con cuidado y sospecha al no conocerlos ni a ellos ni al terreno.

La cabeza de DogDay hierve ahora con todo lo que debía hacer por haber sido demasiado lento a la hora de encontrar como matar al prototipo.

El gato a su lado camina poniendo la cabeza sobre su hombro , solo para ir a su lado finge que su pata aun duele o es sincero y acepta que le duele poner su peso sobre este músculo desgarrado por el ataque de su antiguo Dios.

El humano , aún atrapado por los habitantes de la prisión , parece sentirse demasiado afectado por la noticia de la muerte de uno de ellos.

Saltando por las grietas entre los lamentos de algunas criaturas cansadas.

-¡¡Tú puta madre!! ¡¡¿Porque sigo con vida?!! ¡No puede ser que aun esté vivo! ¡¡¡Es ridículo , joder!!!-  

La risa de Boy sacude los huesos después de todos haberse detenido al escuchar ese griterío.

Es el CandyCat quien grita y se queja mirano a los lados con mucho esfuerzo al estar acomodo boca abajo y con un collarín grueso qué se hizo con materiales de Dulce Hogar.

-Estas vivo.- festeja con una sonrisa el gigante rojo.

El gatito grita frustrado.

CatNap y más de lso habitantes de Dulce Hogar , lo escuchan con un sentimiento revuelto. Alf¡go incrédulos y también enojados. 

Solo pueden hacer algo como encogerse para no mostrar todo su descontento y al mismo tiempo comenzar a entenderlo conforme grita.

-Eres un obsesivo loco , no debería estarlo pero estás tan enamorado que no puedes dejarme ir. Eres un ojete egoísta que debería seguir en su ambiente natural entre palmeras y música regue pero lo que haces es mantenerme vivo con este cuerpo de objeto sexual solo porque te sientes solo , maldito.- el gato parece y suena extremadamente enojado entre sollozos.-Gracias , gracias ….Muchas gracias , muchas gracia por quererme , Andre.-

 

El azul de la prisión abre y cierra los ojos después de oír tantos insultos en menos de un segundo y todo por una voz tan suave y femenina para terminar en una declaración de amor llena de agradecimiento.

 Mira al humano.

-No se , debe ser algo masoquista nuestro hermano.- dice completamente desconectado de la razón para permitir esa falta de respeto.

Siguen adelante al estar todos detenidos al escucharlo despertar.

El gigante rojo no se sabe enamorado ni interesado como ese gatito pero este era cercano a su hermana y ahora lo conserva por ese sentimiento. 

Quizás debió tomar en serio su sentimientos antes y ponerle en claro que eran amigos solamente.

Lleva una garra a la cesta donde lo mantienen a salvo , llevada en un carrito Barry arrastrado por el dinosaurio secuestrado. 

Dicho dinosaurio rasca sus barriga doblando el cuello en una u perfecta en su vientre.

-Cómo pago , ya no quiero que me insultes. Me haces sentir raro , como si debiera hacerte cosas malas.- le advierte sobre lo cerca que estaba de darle una nalgada si volvía a ser ofendido por este tan bonito como vulgar y cretino gato.

Cnady toma la advertencia a su conveniencia , sonrojandose sus orejas , busca su garra ronroneando gustoso por su atencion.

-Lo siento.- suspira agotado.-Te quiero ,Andre.-

El rojo voltea una vez tranquiliza al gatito. En su interior hay calma. Np toman a en cuenta esos sentimientos que seguramente allá afuera desaparecerán en cuanto probaran la libertad.

Al mirar a su alrededor nota la mirada de más de uno fijo en él .

-A mi no me estén viendo.- punta enoado al sentirse observado.

Dejan de verlo.

Avanzan cuidándose en el camino con ansiedad.

El laboratorio les parecía estar más lejos de lo esperado una vez descubre que deben utilizar las vías de un tren al final del lugar.

Bajando juntos por este camino oscuro.

Los habitantes de la prisión miran atrás con rostros tristes.

Odiaban todo en este lugar.

El despertar , el comer y el dormir deseando que no se repitiera el ciclo en el que estaban atrapados.

Aún así hoy en el día esperado , dejar este lugar les duele mucho.

El perro acelera aopar acercarse a Doey.

-Ese lugar huele a pura agresion , ¿Ustedes a saben lo que hay abajo?-

El azulabre la boca mostrando sus colmillos al fondo.

-Están los incompletos.- lo dice nervioso.-Son proyectos que no obtuvieron sus pieles o simplemente enloquecieron y lograron abrir sus celdas.- mira al perro directamente.-Ustedes dormían ahí , ¿No recuerdan a sus vecinos?- 

El perro puede recordar ,muchas celdas y a los caníbales encerrados en zonas oscuras. 

-Solo veai a a los que no pasaban del día.-

El mueve los ojos comprendiendo la respuesta tan sencilla.

Eranm solo aquellos experimentos a los que le encomendaban asesinar los que conocía.

Dog cumplió con una tarea desagradable y muchas veces fueron requeridos otros sonrientes. Normalmente Hoppy.

Eran tareas que no se hablaban.

Nunca se hablan can de ellas pero las marcas eran obvias al reencontrarse cada vez que eran divididos.

En los días que el verdugo de siempre estuviera camnasado , les tocaba cumplir a ellos la tarea de eliminación experimental.

Eran odiados por una razón y era más allá de las flores o de ser obedientes.

Era todo.

Era el hecho de que aún comiendo y viviendo mejor que muchos otros experimentos , abarcaban la tarea de liquidar a otros experimentos.

Eran basura y todos lo sabían.

Por eso CatNap fue tomado como líder sin siquiera kpensarselo.

Cualquiera que sea , era mejor qu el perro hipócrita.

 El azul estuvo excluido totalmente toda su vida dentro de lo muros , por tanto esos rumores llegaban a medias.

Elgrupo sonriente cumplía tareas pesadas cuando el prototipo o Huggy estaban demasiado cortados en algún mesa , o en caso de solo Huggy en el exterior entreteniendo visitas de renombre , dejando pes esta tarea a ellos al ser catalogada como inestable Mommy o Kissy les hacía temer que no se ddefendiera y terminaran perdiendo a una de las hermanas mayores.

Dejando al perro y la coneja como los mejores para esta tarea.

-Él tren fue destruido mucho tiempo antes por los habitantes del laboratorio.- se los avisa señalando la gran máquina destrozada en el camino.-Ellos mismos se encerraron dentro.-

-Deberemos dividirnos para saber el estado de ambas puertas.-

El azul frunce el ceño al escuchar al humano cuyo lado Nop abandonaba Huggy Wuggy.

-No estamos en scoobydoo.-advierte completamente renuente a tomar dicha acción.

-Es una medida para cambiar de camino sin vernos a todos , es lo incluye a los que np pueden correr , obligados a retroceder.- muestra el mapa que armó con memorias y algunas notas de trabajadores.

Era tan bueno como el laberinto que te daban en mcdonals en lo que terminabas tu hamburguesa y papá discutía sobre lo caro que era y mamá se comía su parte fingiendo que le daba la razón.

Este recuerdo golpea a uno de los tres sujetos de pruebas dentro del azul.

-No creo que esté mal dividirnos pero debe ser en un lugar seguro y donde sea claro que habrá una fuerza capaz de proteger a todos , sin distinción.-

Su exigencia es lógica. Pueden aceptarla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 117

Notes:

Será más del exterior y diálogos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1975

 

 

 

 

-¿Me mostrarás tu lapicero mágico , Doc?-

Detrás de la radio escapa una risa frustrada.

-No era un lapicero.-

-Pues tampoco era un cañón.-

-Era como un misil.-

-¿Un misil guiado con astigmatismo o porque nunca daba en el blanco?- 

-Ryan , no quiero hablar de eso ahora ¿Qué tal si te concentras en el camino?-

-Me apareció una de esas alimañas , Doc. Mejor háblame de algo bueno.-

-Pues podemos hablar de … no se , piensa en algo.-

-Cuando estuve en san francisco un taxista murió de un pedo.-

-Se le reventaron las entrañas por acumulación de metano.-

-Vaya , creí que te daría asco.-

-Un poco pero también es algo con respuestas científicas que puedo teorizar sin esfuerzo.-

-Entonces adivina quien estaba en el taxi cuando paso.-

-No puede ser que tengas tan mala suerte.-

-Pues así fue , yo no era.- 

El doctor parece reírse aunque solo se desconecta por unos segundos.

Ryan llegó al objetivo.

Aquella zona entre las paredes y la cueva.

Atravesando la oscuridad para encontrar una válvula oculta en esta zona.

Desviando una cantidad nimia de humo rojo a una máquina activa.

La puede escuchar funcionando en en fondo acumular el polvo como una lluvia de brillantina perpetua.

Con esa máscara colocada en su rostro , se arrodilló para revisar.

-Doc , la maquina esta en buen estado.- le avisa usando un palo para revolver el polvo.

Aún es demasiado fresco y al tocarlo se pega al palmito médico igual que las sales de un tetraborato en cámara rápida. Le es divertido pero lo deja quieto.

El lugar mismo ya fue manchado de rojo y la pequeña luz blanca en la máquina ahora brilla con un tierno rosa. 

-Esto parece algo mágico.-

-Es ciencia , no magia. Y lo hice yo , no un mago.-

-Si estuvieras aquí querrías coger , eso es magia.-

-¿Entre ciempiés y alimañas? 

El guardia suspira debajo de su máscara.

-Contigo estaría bien en cualquier lado.-

Llena los sobres uno por uno llevando consigo una gran cantidad atado con cinta adhesiva a su torso.

En el silencio tan pesado después de molestar al doctor, vuelve a su sección.

 

Dejando esa máquina en el centro de la fábrica , ocultó sobre la estación de tren comunicada al exterior a través del anfiteatro.

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

Si ahora pudiera estar en cualquier lado del planeta , quisiera estar en su casa a los doce años terminando su tarea de matemáticas y su primer gato Manchitas en su espalda pidiendo esas sobras de arroz con huevo que le dieron para almorzar.

No quisiera estar frente a estos tipos viejos y mostrarles esos documentos llenos de razones por las cuales debería exponerse los documentos de Ludwig y abrir la fábrica para la explotación de la materia prima que nadie conoce.

Salomé y Valeria la conocen y nunca desearían que esto se repitiera en la vida.

Ahora , después de haber sido sacadas de sus vidas como encargadas de su propia tienda de motocicletas les hiciera exponerse a esta mesa de reunión.

Entrando una circunferencia carnosa adornada por un ajustado traje armani color celeste en telas de vistoso satin perfumado con esencias de piña , vibrando en alto el tono dorado de su bufanda de tela suave y delicada.

-Esto será cansado.- suspira Valeria con las piernas cruzadas.-Hay que fingir que no sabemos inglés.-

-No , eso ya paso.- le responde Salome observando a ese hombre sentarse con un ceño fruncido al no entenderles.-No firmes nada y desmayate en treinta cinco minutos-

-Vomitaré.- advierte fingiendo que lee los documenta que claramente no firmarian

Escuchan como este hombre, junto a sus abogados , les intenta convencer por arribar esa fábrica para la entrada de más que solo las sutoridades qué investigaban el asesinato de las cinco personas del exterior.

-Ustedes ya son mujeres muy ocupadas en la dificultad de adaptarse a nuestra nación , es admirable de hecho y puedo decir que casi no escucho ese acento ¿Le puedo decir algo? Adoro a México y sus comidas especiales como los burritos y los nachos.-

Las dos colombianas sonríe a medias con los ojos fijos en los de ese hombre , manteniéndose firmes aunque los guardias alrededor insistan en tomar los bordes de sus sillas o recordarles lo solas que estaban en esta sala a comparación de los siete hombres repartidos alrededor de la mesa. Ninguno parece tener ni una pizca de esa hipocresía , estaban aquí para empequeñecerlas y obligarles a firmar esos documentos.

-No entiendo porque ese hombre tuvo que hacernos esto.-

-A sus ojos seguro esto fue una acción por demás amable.- la mayor mira esas hojas.-Sabes que eso no debe ser.-

-Ya me voy.- se lo avisa levantándose a medias.

Sujeta su estómago doblándo se con un quejido , pide ayuda con un gesto al frente antes de devolver el estómago sobre los documentos.

Salomé la sostiene y sin esperar a que se recompongan los presentes , salen de la sala directamente a la puerta.

Piden ayuda a uno de los oficiales en la estación a donde les obligaron a venir para esta reunión forzada.

Las dos son subidas a una ambulancia con el rostro desmejorado.

-Esto solo nos dará un descanso.-

-Estamos en problemas si esos idiotas bajan y también si nos seguimos escapando.- las dos hablan con el rostro de Valeria contra las cobijas.

Asistente y secretaria.

Cargan con una cláusula del testamento de Ludwig.

Seguramente el viejo esperaba que la fábrica estuviera completamente en pie para este año y en su testamento incluyó una cláusula de dominio.

Dejando en ellas el poder para conferir el paso o no a la fábrica.

No tenía sentido que entrará en vigor ahora que estaban haciendo tanto ruido alrededor de la fábrica , a menos que los idiotas que ocasionaron este escenario sean los oficiales qué entraron sin una orden o por el homicidio o de las muchas invasiones.

Es claro que estaban atrapadas en este predicamento burocrático a causa de las ramificaciones de Playtime que estaban detrás de los secretos de la vena interior de la compañía.

Ludwig sólo tenía un sobrino y parece que desapareció junto con los muchos otros empleados de la fábrica ese día cuando se hizo el silencio.

No tienen derecho de financiar o otro lugar nada más que la propiedad física en sí.

Pero si no hay más líderes , solo el edificio es el medio de control para entrada y salida.

Podrían demandar por el abuso de las autoridades pero hay mucho ruido sobre muertes y desastres en el lugar.

No lo toman en cuenta al estar en esta ecuación las variadas maquinarias de costos invaluable para el exterior , el descubrir que por sí sola la compañía se mantuvo activa con energía limpia por años y sus muchas funciones en gran estado.

Más las muchas cabezas humanas apiladas en un salón del interior.

Demasiadas cosas y todas muy claras ahora para las dos.

Todos están muertos. 

Todos menos los niños.

Los juguetes debieron hacer esto.

 No quieren tener nada que ver pero eran sus nombres lo único que detenía la entrada de cualquiera a ese lugar.

  Ambas fingen estar cansadas en la camilla donde acostaron a su hermana , ahora pensando en los riesgos de dar luz verde a la entrada de ese lugar a la compañía subyacente.

-Ellos definitivamente lo repetirán.- suspira en la camilla con las manos sobre sus rostro.-Incluso sin Sawyer o Pierre o Laura , ellos encontrarán a otro loco que quiera hacer eso.-

“Eso”

Masacrar a niños para investigar esa fórmula inmortal. Para comercializar y posiblemente venderla.

Sin importar las barbaries qué se lleguen a cometer.

Posiblemente ya no estén en su propia tierra y se muevan a lugares aún más empobrecidos.

Podría ser hasta en su propio país o un lugar aún más empobrecido donde nunca se haría ruido.

Ya existe el comercio sexual de niños completamente a la luz en muchos países avanzados y emperrado en países pobres , entonces podría ser tan cerca como este mismo continente o tan lejos como en Asia.

Este nuevo destino sería tan posible como saber de la esclavitud de personas secuestrada en camaroneros y continuar consumiendolos.

Es una monstruosidad que no pueden negar y aún continúa sin que nadie haga nada porque nadie quiere hacerlo.

La sola idea de dar rienda suelta a esa clase de monstruosidad en cualquier rincón del mundo les revuelve las entrañas.

Manteniendo un fuerte dolor abdominal en ambas.

Tomando una de ellas consciencia del horror al que estaban exponiendo el futuro al saber del nacimiento de su hijo ,¿Permitir ese desarrollo no condenaría a su hijo y a sus nietos a vivir con ese peligro presente diariamente? 

Salome no puede mantenerse en su asiento. Caminando alrededor de la camilla con las manos sobre su estómago. 

La situación era demasiado violenta.

Las señas son fuertes y pronto encontrarán como entrar , ya sea amenazandolas o simplemente encargándose de encontrar un crimen donde puedan incluirlas y por tanto hacerse acreedores de su decisión.

Estos dos días han sido los peores en años para las dos.

 -Señora , le tienen una llamada en recepción.-

Su sobresalto tan claro hace a la enfermera fruncir el ceño.

Ella era una mujer muy alta , más su aspecto nervioso su figura podría ser percibida de forma negativa al sumarse su piel morena. Sonríe torpemente al seguirla para contestar la llamada.

-Ramirez al habla.- predice a eso su saludo.

-Bunzo , 1145. La Guardería era mi sección.- 

La mujer podría colgar y gritar o dejar el teléfono ahí y solo correr a tomar a su hermana y abandonar este país así ya estuvieran apunto de formar una familia.

-No es posible…- intenta negarlo deslizándose por la pared al suelo. 

La voz es muy linda y suave. Es algo infantil incluso si es amarga.

-¿Eres el buitre de Ludwig?- pregunta.-La mujer que lo acompañaba cada vez que bajaba y lo ayudaba a caminar.- 

Dentro de todo lo posible , esto no era lo que esperaba.

-¿Cómo saliste?-

-Con ayuda de a quién usaron de ejemplo.- 

El silencio viene con el ruido de la silla de ruedas de una anciana llevada por un enfermero a sus espaldas.

Salome gira poniendo la espalda contra la pared.

-Si eres de esos , no puedes hacer nada.- recuerda la estatura menor al metro de esas criaturas conejo.

-No sin ayuda pero la tengo.- 

La mujer observa a unos oficiales pasar a unos metros.

-Dime de qué sirve hablar con un conejito.-

-No deben entrar a ese lugar.-

-Lo sabemos.-

-No , no lo sabes. A ti no te hicieron lo que a nosotros. No entiendes porqué no deben entrar pero puedes detenerlos.-

-Niño , estoy atrapada. Mi hermana va a-

-Si mi papá no sale de ahí , yo misma masticaré a ese bebé hasta que se vea tan mal como yo en el quirófano.- exhala agotada.-Vas a ir con un grupo aparte ellos están en las oficinas de correo de la misma zona , ve ahora o estos tipos se encargaran de torturarlas por ese dinero que tanto quieren.-

La mujer escucha como el tono termina.

Respira devolviendo ese teléfono a la pared.

Camina de regreso a esa habitación.

Dentro puede ver a esos oficiales ahora mismo esperando a su hermana.

El miedo a dejarla le hace temblar. Retrocediendo directamente a la salida son regresar.

No puede , físicamente hablando , seguir aguantando todo lo que tenga que ver con esa fábrica y con ese anciano.

No lo entiende . Aunque mueva hilos y haga memoria , no termina de entender porque ese viejo insistía en darles esta maldita carga.

Es realista.

Si supiera de esta fábrica moviéndose a otro lugar para seguir con esos Experimento , le dolería en demasía pero lo dejaría pasar.

No sería gente cercana la afectada ni niños de su familia.

Como siempre se hace con lo que es difícil , se ignora.

Como ver a una camioneta arrastrar a alguien y saber que no puedes hacer nada.

Simplemente puede pasar de largo , pero no puede ser quien conduzca la camioneta.

Ya no puede ser la persona al volante y junto al conductor.

Ya no puede hacerlo más.

Llega a esa oficina dando sus datos al empleado.

La carga que se le entrega es un pesado cajón de madera que necesita llevar a su hombro para salir de la oficina.

A su paso se detiene en un descanso de piedra en un parque donde aún puede ver a la torre sobre el hospital.

Abre la capa de papel sobre la caja.

Dentro la primera nota le hace suspirar al abrirla.

“Llévalo con esta gente y dales la nota interior , no hagas más preguntas. No aceptes que entren más personas aparte de las autoridades…” 

La dirección dentro le hace fruncir el ceño.

Debía ir a otro estado.

A los ángeles.

 

Pensar en ello le hace observar al cielo.

Mira al segundo nivel.

Sus ojos se llenan de rojo al ver tanto dinero apilado , junto con la nota escrita con rojo.

Cierra la caja y se retira.

Debía dejar esto e ir a casa.

Aunque eso significaba abrir el infierno de nuevo.

Lo decide y un así se ve subida en un autobús.

Sin comer o beber algo durante las siguientes ocho horas de viaje.

Preguntándose si su hermana estaría bien o si su patético cuñado tendría los cojones para acompañarla rodeado de oficiales.

 

 

El lugar la recibe con el peso de muchos problemas , incluido estar cansada y con la vista borrosa.

El lugar a donde se dirige esa nota es muy preocupante.

Conforme avanza su cabeza se llena de peso muerto. El miedo a la zona cubierta de extrañas miradas y personas aún más raras le hace temblar y sujetar esta pesada caja con terror.

 

“El me dijo que había un restaurante de comida extranjera y sobre este unas oficinas. Ahí a quién te aborde , le dirás a quién buscas y el nombre que debes decir para que te reciban …” 

 

El olor de comida tan cercana a la de su propia nación le hace relajarse aunque solo por fuera.

Observando como las comidas fritas flotan sobre un aceite dorado y son servidas cubiertas por una salsa colorida , acompañada por verduras frescas y suaves.

Sube las escaleras sintiendo como la miradas de más de una persona cambian al verla ir a esa parte del lugar.

Arriba su recibimiento es una mujer de aspecto desagradable a su presencia.

-¿Y tu porque vistes de mujer?- le pregunta mirando su ropa.

-Es por que soy mujer.-

Esta mira arriba con el ceño fruncido.

Su rostro se vuelve más confuso.

-Adentro te atienden.- 

Pasa por un lado de esta persona.

Al interior la recibe una oficina cargada por un aire acondicionado y luces frías.

-Hola , sea bienvenida señorita.- le saluda un hombre.

Ella ya no puede con esta sensación de persecución.

-Me enviaron a buscar al hermano de Pedro , lo hizo Hobart.-

El hombre levanta una ceja , pensando muy claramente en el significado de ese nombre

-¿El chamaco te mando?- 

-Si y-

Este le interrumpe conectando una llamada.

 

 

Después de treinta minutos se ve bajada del auto con esa caja aún en sus brazos.

Al llegar y ver al hombre al centro de la reunión en ese edificio mucho mejor amueblado y pulcro , no le recibe un hombre sacado de los carteles de se busca donde brillan bigotes espesos y ropa de campo adornada.

Lo que hay frente a ella es un hombre idéntico a cualquier pastor de iglesia , de tez clara como cualquier vendedor de autos , cubierto de una limpia sensación de hielo por esos ojos inteligentes sobre su figura. Hay una barriga pero lo vuelve visualmente afable por sus ojos brillantes en un azul profundo.

No era en ninguna forma lo que se espera de un miembro criminal.

Entonces el tipo hace algo que le congela la sangre y sus huesos son cargados por astillas al ver el espejismo y el presente fundidos con un solo gesto.

El hombre se lleva las manos a la espalda y sube una sola a su mentón poniendo sus peso en los talones y después en las puntas de sus zapatos , meciéndose suavemente con una sonrisa amigable y coqueto gesto al inclinar el cuello a un lado de su cuerpo.

Evocando inmediatamente los gestos del primer maldito perro naranja que conoció.

Qué vio por cámaras como un niño haciendo estos gestos y trayéndolos a su forma de perro.

El terror que le invade hace a su garganta secarse.

Porque se supone que todos eran huérfanos y no tenían a nadie en este mundo que les pusiera un ojo encima. 

¿Por qué este hombre es tan parecido a ese perro? No.

Este hombre fue quién inculcó al perro , al niño a esos gestos y comportamientos extraños. 

Un paso que no hace más que hundirla al verlo caminar con ese movimiento engreído del perro y ahora más que nunca puede entender a Ludwig y como veía al líder de sus mascotas como un enemigo a domesticar.

Esa cola le delató aunque nadie más que un viejo con grandes experiencias pudiera notarlo.

Ella convivió con aquel anciano y con todos los monstruos del corporativo. 

Puede ver en esos ojos la frialdad despectiva y calculadora que le baña con sospecha y maldad.

El perro los veía igual qué esa persona.

Los miraba con cálculo , con sospecha y desdén.

Los odiaba tanto como les temía y los estudiaba como este hombre hace ahora.

-Eres bonita , señorita.- señala con una sonrisa.-Traiganle una silla , se ve que no has comido nada en días.- es amable al señalarla.-Es lindo que seas tan alta pero ahora no estamos buscando el amor , ¿No lo cree?- 

Ella se ve rodeada de golpe por una mesa pequeña y una silla a su espalda donde es sentada por una joven de rostro tranquilo. A su mesa está servida una bebida fresca con fuerte olor a un dulce conocido , tamarindo.

Su cabeza da vueltas.

Estaba en un mal lugar.

Este hombre ahora al tenerla sentada es exactamente como el perro , le observa con una sonrisa y ojos helados qué parecen brillar.

-Tú no quieres estar aquí.- señala sonriendo.

Si tan solo ella no hubiera estado embriagada por el pesar , por la sensación de control qué tenían sobre los experimentos y sobre los niños.

Si la presencia de Ludwig no la hubiera sedado.

Habría podido ver estos gestos en el proyecto.

Si no se hubiera confiado podría haber advertido de su actitud.

De cómo , al igual que este hombre , sus personas eran desnudadas con esa frialdad nada lasciva pero cruel.

Cruel al no saber lo que deseaba esta persona.

Ese perro era confundido por un comediante verde y lascivo. Gran error.

No quería más que hacerlos pedazos como lo hizo en cuanto se vio perdido.

Lo que en La Guardería sucedió fue exactamente lo que ese perro deseaba hacer con todos desde el inicio.

Por eso sus ojos eran fijos e inteligentes y sobre todo , los veía directamente.

-Hace unas semanas el mocoso nos pidió ayuda con unas herramientas.-

Su cabeza se gira al escucharlo después de haberse quedado en blanco por un minuto completo.

 No habla , no porque no deba sino porque no quiere hacerlo, observando esta figura con cuidado.

-Y yo le encargue un trabajo en su zona.- sus ojos suben al techo de este lugar cubierto de plantas al ser un vivero cubierto de plantas espesas de un vivo verde.-Lo que se encontró solo puede ser descrito como las huellas de una licuadora hecha con martillos.- suspira con las manos en su espalda.-Lo vi , en fotos claro , pero mis trabajadores corrieron inmediatamente a abrazar a sus esposas para no regresar al día de hoy.- apunta a la caja.-Él quiere un trabajo de nuestra parte pero tu no sabes cual es.-

-No , señor.- suspira después de verse obligada por instinto a responder de esa forma sería.

-Podemos cumplir con el trabajo pero después has de decirle a su contacto que nunca en la vida será bienvenido de vuelta.-

-Esta bien.-

-Ahora , abre esa caja.- le exige apartado.

Ella abre la casa poniéndole sobre la mesa.

La cara del hombre se vuelve más tensa.

-Vaya , ahora me será difícil mantener mi palabra.- 

Esos billetes lo llaman. Toma la nota.

Al leerlo su ceño baja lentamente.

-Bien , lo tomaran.- entrega la hoja a un asistente.-Y tú deberás quedarte hasta que se complete el trabajo.- sus ojos bajan a esa figura tan prominente incluso en su asiento.-Ese chico era extremadamente estúpido.- sus recuerdos vuenen al presente.-No parecía tener seis cuando lo conocí por mi hermano. Mi hermano.- mira a sus trabajadores dividirse con el trabajo y llevar seguro el dinero.-Ese chico ayudó a mi hermano y lo devolvió a casa pero también nos lo quitó.- sonríe frustrado.-No se que sucedio , solo se que a mi hermano un día le felicitaron por su mejoría con todos esos pensamientos de la guerra qué lo tenían más muerto que vivo y al siguiente recogían su cerebro con pala.- recarga su peso en el tronco de un limonero cercano.-Peter era mi hermano mayor. Él escuchó qué los soldados podían exigir la residencia y derechos educativos para sus familiares y decidió ayudarnos con eso , y se fue y nunca regresó. Mi hermano nunca pudo regresar.-

-¿El fue a vietnam?- escucha con algo de curiosidad para olvidarse de sentir miedo por esta persona.

-Lo hizo- remarca enojado con ese pasado.-Los comunistas lo atraparon a él y al batallón de idiotas donde lo enviaron y nunca supe que le hicieron a él o a los cuarenta idiotas que no volvieron vivos.- mira al suelo.-El simplemente llegó con un terror extremo a nuestras mascotas y su pierna , la que le faltaba , se volvió su obsesión. Se fue de casa , consumió basura y dejó que el mundo lo pisoteara.- bufa enojado.-Yo estaba ganando dinero para contratar un doctor de la mente para ayudarlo y aunque se lo pedí muchas veces , él no regresaba ni permitía que lo tocara ni nuestra madre. Estaba tan asqueado de sí mismo que se atravesaba con agujas…y de pronto un día llega con ese mocoso aferrado a su estúpida espalda.- mira a la mujer.-Creí que era de esos mocosos sucios de la calle que se aferran a una persona y destrozan sus vidas pero me equivoque. El mocoso no era cobarde , lo cuidaba y lo ayudaba a caminar. Lo trajo devuelta pero solo fue así porque mi hermano quería que lo cuidaramos a él.-

-Puedo verlo.-

-¿Qué puedes ver? Mi hermano está muerto y ese mocoso no regresará nunca a darle ni una maldita rama a la tumba de mi hermano.- su coraje crece por segundos.-Mi hermano se voló la maceta por ese mocoso , dio su vida y su tiempo cuerdo apar estar con él pero ese mocoso nunca regresó a mostrarle respeto a su tumba.- su rostro oscurece cargado de resentimiento.-Mi madre murió con el corazón roto y esa tumba como lo que siempre debió regresar de esa maldita guerra de blancos ricos.-

Este reclamo es grande. El rencor es incalculable.

Puede que Salome sepa qué sucedió para que ese chico no volviera a mostrar sus respetos pero decirlo ,es absurdo que intente decir algo como esto al hombre frente a ella.

-El se mueve y habla como usted.- su boca por error se abre con una muy incómoda sonrisa.-Es un poco aterrador ver de donde lo saco , ahora.-

El hombre le señala.

-Esa compañía es extraña.- dice frustrado.-Lo último que supimos fue que se lo llevaron a su orfanato y después de años él nos dice que lo persiguen y hace esa cosa con más de 45 personas…- su cabeza se mueve de lado a lado antes de reírse enojado.-Mi hermano me pidió muchas veces que lo cuidara porque era un niño delicado y dime ¿Tenía algo de delicado ese mocoso?-

 Ella no puede fingir que no vio los registros ni que esos años le hicieron saber mucho de ese perro.

-No , ese chico no era delicado en ninguna forma.-

-Entonces debes saber lo que ocurrió. Lo que le ocurrió ahí a ese tipo.- levanta las manos con el rostro desencajado.-Lo que le ocurriera lo hizo un animal , un maldito monstruo.- mueve las manos enojado de rememorar algo que le asustaba.- Ese idiota dejó aquel lugar vuelto un matadero de insectos , en las paredes y en el techo , en el suelo y las ventanas ¿Como mierda hizo todo eso? Fue asqueroso , totalmente asqueroso.- junta las manos tras su espalda.-¿Que les hacían a los niños en ese lugar?- 

La mujer baja la mirada a la mesa donde esa bebida permanece. Sus fuerzas caen y con ello su decisión a no comer ni beber , tomando un gran trago a la bebida termina por verse acabar con ese vaso.

Podría reírse al saber que ese escenario lo vio tantas veces que le es posible seguir desayunando con las diapositivas de frente.

Añadiendo elementos a las pesadillas de quienes vieron esas fotografías.

-Él no es el más grande ni el peor de los que hay en ese lugar y sobre todo , señor, creo que lo que ustedes le enseñaron lo vuelve uno de los buenos.-

El hombre queda a medias en una queja.

-¿Buenos? - cuestiona a la vez que su sonrisa crece.- ¿Buenos? ¿Los de nuestro tipo? ¿Está usted loca?- le pregunta y no puede contener una sonrisa.-No somos buenos… somos los perros que tu gobierno alimentó con su veneno y ahora no sabe cómo controlar.- 

Esta línea le deja un peso cálido en la garganta a Salome.

Era eso.

Siempre fue eso.

Antes de tener la piel.

Ese chico ya era un perro callejero , enfermo e infeccioso.

-En lo que cabe , si.- suspiró bajando la mirada a la mesa donde ahora la comida que le traen definitivamente se ve mejor que antes.- Las cosas en la fábrica…- pica con el tenedor una pieza de verduras rebozadas y cubiertas con crema suave.-Las cosas se reducen a que sean los de su tipo , los del tipo de ese perro y a pesar de lo que son. Ahí , en ese lugar , son los buenos entre todo lo que hay allá dentro.-

El hombre suspira absorbiendo sus palabras lentamente.

-Qué dios les ampare , si ese tipo es el bueno.-

-No hay Dios en ese lugar.-

Negar a Dios en un lugar solo hace reaccionar a medias a ese hombre. Limitándose a mover los hombros.

-Desde el incidente con las cinco muertes iniciales , se empezaron a mover las piedras y a salir los sobrevivientes.-

Ella levanta los hombros impresionada.

-Trabajadores aparecieron.- exclama aturdida.

-No.- niega moviendo la cabeza.-Personas que fueron adoptadas en ese lugar o que dicen haber escapado con ayuda de …cosas.-

-Oh…- el frío baja por su columna.

-Ellos claman cerrar esas puertas y otros quieren volver y encontrar a sus familiares. Hay otros que solo quieren destruirlos , ¿Tú que piensas que deberían hacer con ese edificio?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de los túneles de concreto el gran grupo continúa bajando.

Para la rama sonriente el camino se relaja al ser bastante buenos en la oscuridad.

Para el resto es seguir la linterna del gigante a la cabeza el camino correcto.

Eso hace al dinosaurio , con cuatro focos eléctricos atados a su cabeza, sentirse como el mesías frente a las aguas abiertas. Su ego acariciado lo hace erguirse en su totalidad , así sea repetidas las veces que se golpeó con el techo.

-Creo que los heridos deberían ir más atrás.- apunta Niko al ver a los juguetes convalecientes o heridos en los carritos Barry.

-No , ya estamos con una pata en el más allá. Mejor así , nos ahorramos un pasaje.- responde CandyCat con la cabeza asomada al estar medio subido en la espalda de un juguete dormido.-Esta cosa me molesta.- le reclama a Boxy.

-No te la quitaras hasta mañana.- le apunta Boxy acariciando sus orejas.

Niko regresa sobre sus pasos , la Kissy en sus hombros sacude su cabello al sentirse agitada-

-...nunca se dejan ver pero nos mantenemos lejos de esta zona por el riesgo a ser cazados por ellos.-

-¿Aún habrá más vivos? Hacia abajo creo que no hay suficiente comida. -

-Puede que hicieran como con los chicos de Dulce Hogar.- 

Entre todos resulta inquietante esta respuesta.

Los habitantes de aquella zona deben aceptar que era deprimente escuchar ahora esas palabras.

El canibalismo fue una necesidad para algunos pero otros sí rompieron muchas relaciones al tomar ese camino , ahora están aquí y necesitan escucharlo pero no lo quieren oír ahora que estaban por fin siguiendo el camino a la salida.

Corren y siguen adelante , esperan que sea mejor lo que les espere del otro lado de la oscuridad.

 

Entre tantos juguetes ese grupo de felinos se ve subido en un Barry con esa radio conectada a unos audífonos para el líder de los gatitos.

Los escucha , a los humanos, puede entender que encontraron máquinas especiales y no entienden cómo abrir las puertas. Así como aún batallan sobre las posibilidades de traer armas a esta expedición.

El resto es código y quejas , muchas quejas sobre la tardanza de los permisos para los otros equipos necesarios para abrir la prisión por fuera.

-Hola.-

Los gatos voltean de golpe , inflándose como gatos de carne al sentirse abordados , viendo a ese perro ahora caminando a un lado del Barry y con ese palo en mano y les saluda.

-Prfff…- exclama más de uno al verle.

El perro no hace ningún sonido animal , solo saluda con una pata arriba.

-Hola , esto ¿Dani , quieres bajar?-

Miran al líder.

Este mueve las orejas bajo los audífonos.

-No , adiós.- 

Los gatos lo tomaron por las orejas , la cola y las patas y lo tiraron por la borda.

-Yo me encargo.- le asegura el segundo al mando con los audífonos ya puestos.

El gato en el suelo mira al Barry con la cabeza hirviendo.

-Camina conmigo.- pide el perrito.

-No , yo debo ir ahí.- sigue al carrito.

El perrito le alcanza tomando su pata.

El gato le mira con los ojos brillantes.

-Ya no quiero un DogDay cerca de mi.- le sacude para librarse.

-Yo no soy DogDay , soy Dany y me gustas.- señala sería.-Mírame , soy bonita.- señala su cuerpo con una pata y la vara de hierro.

-No estoy interesado en nadie.- vuelve a su carrera intentando volver para continuar con la tarea que les encomendaron.

-Mi color favorito es el azul.-

-Y el mio es volver a mi trabajo.-

-Creo que era el rojo.- Apunta la chica a su lado al encontrar el ritmo correcto para ir a su lado.-Todas tus cosas eran rojas cuando las sacaste a ordenar.-

-Es porque mis herramientas son rojas pero solo eso es rojo.-

-¿Y tus juguetes de qué color son?- pregunta tomando su pata.-Algo me dicen que son naranjas.-

El gato sacude las orejas mirándola con una sorpresa visible.

Ella está coqueteando.

Muy rudamente. 

 Su cabeza hierve por unos segundos.

-No somos del mismo piso.-

-En poco tiempo nada de eso importará y lo sabes.- le responde sin soltarlo esta vez más envalentonada.-Pronto ya nada de lo que pasó aquí será importante.-

El gato levanta las orejas y mira al suelo.

-No creo que vaya a agradarle a tus amigos.-

-La mayoría están muertos así que no tiene mucho que opinar sobre mis asuntos.- directamente va por su cintura para abrazarlo.

El gato ahora no sabe qué decirle.

Quizás solo mirar feo a su amigos animando en vez de ayudarlo a subir al carrito.

-¿Planeas comerme y por eso mencionaste lo carnoso?- ataca ahora mirándola.

Ella mueve la cabeza y cubre su boca antes de hacer algo demasiado directo.

Le presiona la ingle y ríe apartándose de vuelta a su grupo.

El estado mental del gato después de ese movimiento es tan útil como una pared en blanco.

En el carrito sus amigos quedaron igual de blancos por dentro.

Aquí el primer choque entre los criados dentro de un grupo censurado y otro expuesto a lenguaje soez y violento.

Son muy diferentes y este gato lo comprueba al quedar demasiado obvio, extremadamente claro, el interés de la chica.

 

 

 

 

 

Por su lado CatNap , para su desgracia testigo lejano de todo el intercambio , siente el mismo choque y sus ojos van al perro a su lado.

-...entonces deberemos unirnos en tres. Los que se queden serán Huggy , Boxy y tú.-

-Yo no debería quedarme.- dice el azul.

El gato quisiera hablar de lo que acaba de ver pero debe callar y escucharlos hablar del futuro.

-Se que quieres que la seguridad de la base sea superior a la amenaza posible pero no servirá de nada si la avanzada de nuestro lado es inferior a las posibilidades de un encuentros peligrosos al frente.-

El perro busca la opinión del grupo de mayor tamaño.

Huggy mueve los hombros.-

-Yo me quedaré , así Henry tendrá mayor capacidad de movimiento pero no se si sea útil llevar al otro humano.-

Niko debería quedarse con los sobrevivientes.- opina Bubba a un lado.-Las posibilidades de que haya algo que trapear allá adelante son demasiado bajas.-

-¡Solo era conserje porque me bajaron de rango! -

-¿Y cuál era tu trabajo antes?-

-Coordinador.-

-Un botones.- 

-¡Hey!-

Henry levantó una mano.

-Tú debes quedarte y cuidar a los niños.- apunta al camino.-Huggy no me es necesario-

-Auch.-

-Es la verdad.- apunta su propio pecho.-Puedo con lo que se me cruce pero no podremos comunicarnos con la línea intervenida , entonces lo mejor es que Huggy nos vigile a todos y alerte al resto sin presentarse.-

-Suena a que me quieres ver corriendo de un lado a otro.-

-Así es.- lo acepta descarado.

-Puedo hacer eso.-

Miran al ave recién unida.

Exactamente bien no se ve al estar espectacular mente sucia pero parecía estar mejor que cualquier otro al estar entero a su manera.

-Como en los viejos tiempos.- murmura Bubba sin entender él mismo si era con algún sentimiento positivo o si solo estaba harto de todo lo que tuviera que ver con sus propios amigos.

La separación entre él y Kickin inició varios años antes de la misma Hora de la Alegría , y eso conlleva a estar hoy extremadamente incómodos junto al otro.

Eran casi desconocidos.

-Serias útil pero no eres el adecuado.-

Esa respuesta por parte del perro le deja una sensación muy desagradable al ave.

-No voy a traicionarlos.- su humor es malo.

El perro apunta su picó.

-Estás demasiado débil , ve y cuida a los heridos.-

El ave aprieta los puños frustrado.

-Entonces será así.-. Dice el perro.

Los presentes fruncen el ceño.

-¿Qué cosa?- pregunta Boxy completamente perdido.

Ponían atención pero el lugar les conseguía distraer con sonidos extraños y un olor muy fuerte a gas.

El perro junta las manos con un rostro relajado.

-Doey avanzará unido con Niko , Henry irá por delante en solitario y CatNap se quedará aquí con el resto mientras Kissy , Poppy y yo iremos por nuestro lado.-

El gato sacude las orejas con el rostro lleno de enojo.

-No puedes ir solo.- lo dice conteniendo su voz.

No entendía lo que sucedió pero Bobby le advirtió de ellas , con Hoppy y Poppy, no podía confiar en esa muñeca.

-Tú cuida a Bobby.- el perro lo presiona devuelta a su espalda.-Necesitas el humo aquí.- lo susurra muy bajo. Se supondría qué es solo para él.-Necesito que cuides a mi hermana , esta vez sí hazlo , por favor.-

El gato cierra la boca sintiéndose sobrecogido por las señales en esa petición directa.

Viene incluso del pasado hasta el presente.

DogDay solo quiere a salvo a su familia y ahora confiara en él a su hermana

Aunque ya lo decepcionó antes , le da otra oportunidad con un elemento de vital importancia para su alma.

-Confío en ti ,Theodore.-

CatNap acepta el pedido con el cuerpo debilitado para la confrontación.

Más lo escuchan más que solo ese gato morado.

Tanto quienes saben la verdad como quienes no.

Debía haber una razón para este movimiento por parte de DogDay , aunque no lo entiendan ahora.

En dos segundos lo entienden.

Dos segundos fue lo que tardó el perro en ser atacado por un objeto en movimiento.

Todos reaccionan distinto al verlo ser arrastrado al suelo por el impacto.

Antes de poder hacer algo es un segundo ataque el cual les hace voltear llenos de coraje.

Es un lagarto verde de siete metros. 

Lo pueden ver corriendo hacia ellos usando a un Barry como ataque por delante.

El gato odiaba enfrentarse a esos dos.

Ambos eran buenos aprendiendo.

Y de alguna manera aprendieron a imitar el movimiento del perro y la coneja en el pasado.

 Incluso imperfecto al ser el perro reemplazo de Hobart , algo en ese movimiento a ojos de sus compañeras llegó a ellos.

Usando ahora a la rana tóxica para atacar por delante y después unir su gran tamaño y fuerza para lanzar objetos y atacar con esa cola grande a todos.

El azul no tarda en proteger a los juguetes estirándose para detener los impactos.

Ahora Poppy tallada con esos brillantes ojos azules al gato en el grupo.

Algo la hace erizarse al ver una nube roja salir de esa boca.

-Se supone que no tenía su humo…- murmura tirando de Kissy para alejarla de esa nube.

Este gato decide ir por la rana subida sobre el perro.

Al llegar a su lado la mano del perro le hace detenerse con la mano expuesta.

Revisa lo que ocurría con cuidado.

El cocodrilo es atrapado por Boxy y Huggy. Su fuerza es grande y no permite que lo someta sin dañar sus extremidades.

-Deja de pelear.-

Advierte el perro caminando hacia este lugar con la rana sujetada del cuello.

El cocodrilo mirra arriba con el rostro desanimado.

A la rana le han dormido con una jeringa clavada a su cuello.

-¿Carl te envío aquí ?- le pregunta mirándolo  

-No , ¿Quién es Carl?- preguntó en español.

El perro suspira.

-Poe , no te entiendo pero me entiendes. Es suficiente.- mueve una ceja inclinando la cabeza.-Eres …Iñaki y tu amigo es Thomas.- lo coloca a su lado con cuidado.

El cocodrilo observa a la rana inconsciente con el ceño fruncido.

-No deberías poder hacer eso.- señala enojado.

-¿Quieres comer o los dejo así?-

La advertencia viene con el perro sacándose de la espalda esa bolsa.

Para todo lo que había sacado , se esperaría que bajara bastante pero sigue demasiado greña de esa cosa y solo la lleva como si no fuera nada. Ahora del interior extrema algo blanco mirando a los dos en el suelo.

-No respondes.- le advierte.

-Poe lo dijo todo de ti.-

-Entonces deberían hablarme de ustedes.-

El gran azul de la prisión se acerca.

-No puedes estar hablando en serio , ¿Vas a unir a estos tipos también?- 

El cocodrilo escucha con el obvio resentimiento creciendo en su interior.

-Si , dije que sacaría a todos y eso los incluye.- abre esa cosa blanca revelando el interior viscoso.-Ahora , ¿A quien le gustan los huevos?-

La pata de un juguete se levantó.

-No creas que vas a manipularnos ahora con…- ahora si mira bien ese huevo en manos del perro. -¿A qué dinosaurio le sacaste eso?-

Pianosaurio se levanta a revisar entre sus patas entre la confusión y el pánico.

 El cocodrilo huele y es desagradable y conocido. Es cómoda real pero esos siempre olían mal en crudo.

-Avestruces.- sus ojos bajan.-Ryan me dijo que eran buenos para los heridos.- a medias su tono se apaga.-Lo guardaba para los humanos.-

Niko al fondo niega su interés en ese alimento. La yema era demasiado grande para ser algo que se le antojara.

-¡Yo si quiero , yo si quiero huevos!- 

El grito viene de más de un pequeño juguete.

 El gato siente por primera vez en años el toque suave de uno de estos al sostenerse de su pata para llamar al perro con la comida.

-Theodore , ¿Quieres ayudarme?-

- ¡¡¿En qué momento pasaron a ignorarnos?!!-

El perro pasa por un lado del cocodrilo para hacer este espacio de las vías más útil para la parrilla que sacaría de la bolsa.

Los juguetes alrededor corren buscando cosas para quemar en la flama.

 La última vez fue Ryan quien encendió el fuego con Niko peleándose sobre el cómo.

Ahora lo ve en solitario ayudarle con los cerillos y un aspecto más serio.

No parecía que dos huevos fueran suficientes pero el punto era repartir una parte para todos.

 

Boxy ahora observa al cocodrilo bajo la pechuga del dinosaurio. Volteandose vuelve a mirar ese libro lleno de anotaciones y rayones.

No entiende muchas de las cosas y otras las puede ver en sus memorias dentro de las jaulas del laboratorio.

Puede ver secuencias de ruido y las anotaciones de pasadizos en los laboratorios , aquellas donde nunca lo llevaron al ser requerido en la superficie para liquidar a empleados sin problemas.

Ahora vuelve a ver esos símbolos y su cabeza da vueltas.

Mira al perro junto al gato.

Esto debería solucionarlo primero solo y después se lo compartiría al perro. 

De ser una misión inútil , sería el fin para todos.

Necesita al perro despierto y no buscando la última voluntad del humano.

-¿No te agrada la experiencia? Es como volver al nido de tu madre , caimancito.- se mofa del lagarto.

Allister gruñe apenas con capacidad para mirarlo al tener a ese dinosaurio sobre su espalda.

 Debe ser paciente , se dice el cocodrilo , solo necesita saber más de este supuesto padre perro y decidir.

Además de esperar a que Licky despertara.

 

 

El gato aún necesita hablar con el perro , olvidándose del dolor en su pata se acerca a su lado.

-Sabes que eso atraerá a los de este piso y los de arriba.-

-Qué así sea.- revisa el estado de las otras comidas dentro de las hileras.-Esos dos deben comer , y tu tranquilizarte.-

El gato mueve las orejas.

-¿Porque finges qué estás bien justo ahora?-

-Porque si no lo hago ellos no estarán bien.- mira a los juguetes rodear el sartén ya golpeado y doblado en muchas formas por todo lo que soporto desde que comenzó el viaje.-Los líderes no deben enojarse y mostrar miedo , no deben ser mansos ni demasiado valientes.- su memoria va muy atrás en su vida.-Pedro me decía eso porque su líder lo arruino todo al ser demasiado valiente y también demasiado cobarde , su líder los llevó a lugares muy horribles porque no escuchaba a sus compañeros y también los abandonó en cuanto tuvo la oportunidad.- mira al gato.-Pedro me enseñó eso para que yo sobreviviera allá afuera pero yo lo tomé para poder vivir aquí dentro.- toma en sus manos ese rostro felino.-Yo te veo como alguien muy hermoso , Theodore. Eso me hace ver mis errores , y entre ellos es enojarme contigo aunque ya te había prometido no hacerlo.- abraza su cuello atrayéndolo con fuerza.-Perdón , Theodore.-

El gato responde llevando las patas a su espalda.

-Dog… lamento lo que hice , lo lamento mucho.- su voz cae suavemente a un susurro ronco.

El perro acaricia sus orejas.

-Yo también lo lamento.- lo sujeta por la cintura para mantenerlo a su lado por más tiempo.-Lamento mucho no haberte entendido , escucharte.-

El calor entre los dos es más llevadero en el helado ambiente bajo tierra.

Aunque también es el fuego excesivo el que calienta el pasillo.

-¡Creí qué por ser blanco sabrías hacer una maldita parrillada!-

-¡Pues tú no estás preparando ningún pollo que yo vea!-

 

 

 

 

 

 

 

Arriba de la fogata mal manejada.

La figura azul atraviesa las rocas usando sus garras para afianzarse en las paredes.

El camino es desagradable por culpa de las voces humanas en el eco de la soledad.

Aún no entran pero este lugar trae sus voces hasta la cueva.

Las tres avanzan tensas.

Escuchando esas voces y el rastro de papá desaparecido después de unos gritos aterradores.

Siguen por este espacio lleno de manchas de persecución.

Llegando al fin del camino en esa zona cerrada. El derrumbe ávido les deja señales de papá escarbando con mucha rabia el suelo.

-Mako , ¿Qué deberíamos hacer?-

La chica cruza los brazos mirando al suelo con la cabeza baja.

-No se si podamos ¡¡Rabie!!- grita al sentirla pegada a su costado.

-No soy yo.-

La voz de la chica viene por un lado apartado.

Mako mira a su torso. Descubriendo a Poe abrazada a ella con la cabeza hundida en su pecho.

Sus emociones sufren un helado sopor idéntico a derramar agua fría sobre la espalda desnudarte.

-Regresas.- murmura tomando sus hombros en un abrazo cercano.

El ave no tiene idea de si sería asesinado o consolado o si era demasiado tarde para cualquier cosa posible. Aún intenta esclarecer la situación con la líder.

-Mako …- intenta hablar pero sus fuerzas son derrumbadas.-Mako , Jean fue asesinado por el prototipo y su cuerpo es usado como marioneta.- es sincero.

La chica azul frunce su ya marcado ceño cruel.

-Estas hablando en serio.- dice cansada.

Por su espalda la figura de Baba se acerca con aspecto cansado.

La murciélago viene por otro lado.

El ave presiona el rostro con más fuerza.

-Mako , él no es papá.- lo repite sintiendo como el ambiente se vuelve más y más frío.

- ¿Y si no es papá quién es?-

Mako juega con las plumas sobre su cabeza.

-¿Lo sabes Poe? ¿Sabes que significa que no sea papá ?- pregunta sujetando su cuello con las garras. El ave toma sus muletas aferrándose- ¡¿Sabes lo que significaría que él no sea papá?!- lo lanzan contra el suelo a unos metros de ellas.

El impacto revienta la piedra , saltando la sangre de sus heridas.

El ave escupe la sangre escapada de sus órganos al ser azotados por tal fuerza. 

En el suelo su cuerpo se queda sin ganas de pelear.

-Jean , él mató a Jean.- repite lleno de ese pesar culposo.

Había dejado a Jean solo pensando que el dragón podría estar a salvo por sí mismo pero no llegó a imaginarse qué esa cosa los traicionaría y lo mataría.

Que lo usaría como si fuera un trapo al que atar y ordenar en su vestimenta salvaje.

-Seguramente el invasor te dejó loco.- apunta Baba con el rencor marcado en su voz.

El ave ya no pelea ni intenta decir nada en su defensa.

Demasiado herido desde el interior.

No amaba a Jean pero tampoco lo odiaba , entonces definitivamente sentir esta tristeza tan grande le era demasiado confuso. Desde sus patas a su cabeza , todo estaba tan lleno de ese pesar que dolía el cuerpo como si cargará cemento en cada centímetro de sus huesos.

Atrapado por sus propias acciones. Solo deseaba que esto acabará.

El sí vería el sol otra vez , no hay fuerza en esa ilusión si no podía compartirla con Jean.

Con Simon.

Sacar a todos al sol era inútil si no estaban vivos para ello.

-¡¡Mako!!-

Las tres chicas dejan de observar a la rendida ave para buscar ese grito.

Es aquella rata corriendo a reunirse con ellas.

Su aspecto era más limpio a pesar de haber desaparecido por más tiempo que Poe.

Levanta los brazos y salta al llegar a ellas.

Ese movimiento descuidado les hace bajar la guardia.

-Lo de Simon es verdad.- lo dice con los brazos arriba.-El nos mintió , él no es papá.- apunta a Mako.-Pero no significa que seamos los malos , solo que fuimos estúpidos.- apunta su propio rostro.-Vamonos , Mako. Quiero salir afuera y verte desnuda en la nieve.-

-¡Daahh! Ya estamos desnudos.- añade Rabie con la cabeza arriba.

El ratón la señala enojado.

-Y tú eres fea , dahhh.-

La murciélago le ataca atrapando sus orejas.

Baba les observa con el cuerpo tenso.

Incluso la rata lo decía.

Mako toma espacio para ṕensr sentada en una piedra grande.

No es una decisión tan suave como pensaba esa rata.

Mako no iba a decidir simplemente irse con ese grupo solo porqué se lo decía el consentido.

-Ellos despertaron a Kickin y con ellos venía DogDay.- el roedor logra venir hacia ella con ese mismo ánimo.-Lo vi y hable con él .- junta los puños.-Mako , es como lo describiste. Es triste y descarado y también mentiroso pero sincero como un puñetazo a la panza.- su voz sube de volumen al describirlo.-.Y habla mucho , el habla y habla y habla y luego quiere qué hables y sabía mi nombre.- apunta su pecho.-Yo soy Tony y me gustaba morder ,mordí a muchos.- levanta y baja los brazos entre saltos animados.-Lo vi , Mako. Él seguro recordará tu nombre , lo hará.- levanta los brazos a los costados de su cuerpo.-¡¡Incluso si no tenemos a un Dios , tendremos a papá!!-

El ave continúa en el suelo procesando lentamente lo dicho por la rata.

-Dijiste que levantaron a Kickin.-

-Si , lo hicieron levantarse y hablar , correr y estar vivo.- mira sus manos.-Yo le hice daño con Rabie pero él regresó y lo vi , los vi a los dos.-

El repetir qué lo vio o que estaba seguro de ellos , no ayuda a Mako.

Puede que Tpullie no entienda lo que significa decir que era ese su padre y no la criatura en las paredes qué les llevó a masacrar a todos por el hambre que fue sacada y se continuó por gula de la criatura.

Lo que significaba estar siguiéndole era demasiado para ella después de todo el horror causado por ellos.

El ave ahora no puede simplemente ser incrédula.

 La sola ide de recuperar a Jean le hace levantarse del suelo y buscar una manera de seguirlos y recuṕerarlo.

Mako lo detiene sujetando su pierna.

-Espera.- le ordena pensativa.

Los riesgos de seguir a un estafador son demasiado grandes ahora.

Solo pueden ver al presente como una traba más para su supervivencia.

Las voces humanas a lo lejos en el eco reaccionando al ruido , para ellos , sin sentido que habrían escuchado al gritar tantas cosas Touille.

El grito de Mako es doloroso.

Los presentes retrocede al escucharla.

Aquella rata junta las manos sobre su estómago como si acabará de ser regañada aunque solo estuviera asustado por el grito sin palabras de Mako.

La chica sujeta su cabeza rteṕitiendo este alarido con todos sus emociones saliendo al crecer llena de furia. Odiando cada segundo de estos gritos cargados con las memorias de todas las veces que cometieron una acción asquerosa contra otras criaturas y contra los pequeños habitantes de Dulce Hogar.

Contra todos , contra los niños que la acompañaron a clases o ,los que fueron sus amigos en casa y quienes solían sentarse con ella cuando era hora de leer.

Los mataron a todos.

Los sacaron de sus escondites y los despedazaron para comerlos frente a otros niños.

Hizo a sus anteriores niñeros comer.

-No tienes idea de lo que significa aceptar que él sea papá.- gruñe sujetando su cabeza.-Lo que hicimos , lo que deberemos cargar.-

Tony inhala y su cabeza se mueve antes de dar un paso con la cabeza llena de colores.

-Lo sé , será malo.- levanta las manos..-Pero será peor quedarnos a que los humanos vuelvan a tocarnos y cortarnos. Porque eso duele Mako , duele cuando me atan y me tocan , duele con sus cuchillos y sus martillos. Duele que me miren , que me hablen y que actúen como si lo que hicieran no fuera nada cuando se ríen y yo solo puedo desear estar en cualquier otro lugar pero continúan lastimándome como si fuera su juguete.- sus manos suben a su propia boca.-Duele pensar que todo el tiempo estoy sonriendo como si me gustara lo que hacen conmigo , como si me divirtiera haber hecho lo que hice.- sus puños bajan a su centro.-Mako , no soy estupido. No lo soy , yo se que tienes miedo pero quedarnos no hará diferencia.- busca al ave para que lo ayude a convencerla.

Tal vez sobreestimando la posición del ave dentro del corazón de la agitada chica azul.

-Touille , estas equivocado.-

-Él tiene razón.- interrumpe Por.-Si pueden devolver al pollo , seguramente también a Simón.- 

Baba suspira acercándose a ellos.

-Mako , debemos hacer algo.-

La chica azul trata de responder.

Tan solo esa duda le hace perderse un movimiento rápido como el aleteo de una libélula.

Viendo solo a la rata subida en la pared.

La oveja gruñe al haber fallado.

Bajo ella el ave ahora sostiene con esfuerzo su pisco quebrado , mirando a Mako antes de correr.

-¡Baba!- Mako le alcanza con un grito.

-¡¡Cómo puedes creerles eso!! ¡Reacciona , Mako! ¡¡¿Crees que ese es papá , lo crees?!! ¡¡¡Solo están mintiendo , es ese mismo perro lascivo!!! ¡Es el mismo perro que dejaron los humanos , no es papá!-

El ave logra pegar su picó.

-CatNap lo reconoce, Los sonrientes lo ven como tal y también Huggy Wuggy lo conoce bien , él incluso habla con Boxy.- Poe señala a Baba.-No podemos cerrarnos solo porque te da miedo aceptar la realidad.-

La oveja le mira directamente.

-No me da miedo la verdad.-

-Entonces-

-Acepto lo que hice y lo hice para comer. Una y otra vez , lo hice por hambre y papá lo sabe , no como ese perro maldito al que quieres seguir.-sus patas suben alto.-Mako , no puedes negar que te sentiste bien cuando comiste. Te sentiste viva y completa , por eso comiste y seguiste comiendo y lo sé . Se que te gusto-

Mako golpea el suelo con sus puños.

-¡¡A mí esa mierda no me gustó , no me gustó!! ¡¡¿De qué estás hablando?!! ¡¡Yo nunca quise comerme a mis amigos ni a ustedes ni a esas personas!!!- lo grita y puede reconocerlo en voz alta por fin sin miedo a ser castigada.-¡Yo quería estar con mis amigas! ¡Yo quería jugar con mis amigos! ¡¿Qué hice para que creas que lo disfrute?! ¡Nunca quise hacer eso , nunca lo quise hacer!- sus puños suben apretando las garras contra sus palmas.-Yo quería volver a dulce hogar con todos , quería ir a mi cama … y solo llené de sangre el único hogar que tuve.- sus rodillas la hacen caer al suelo.-Porque fui fuerte para sobrevivir pero no para ser una niña feliz.-

 -Mako-

-Aceptar que ese perro es quién conocí …es aceptar que seguí una mentira desagradable para no ser quién debía.- sus ojos bajan al suelo.-Porque no tuve la fuerza para ser una buena líder y solo me hice dependiente de otros cuando más debía tomar mis propias decisiones.-

El grupo se ve atragantado por las palabras de su líder.

Mako les amaba y los protegía.

Era todo lo que tenían y quien les guiaba cuando papá estaba ausente. 

Era una persona fuerte de la que era seguro tomarse.

Olvidando en más de una forma que ella también era tan frágil como ellos.

En este instante la chica hace cálculos directos sobre su situación actual , tomando algo de todo ,lo vivido y escuchado para hacer su elección a favor de su pequeño grupo.

Antes de que ella hablara ese gato 

-Mako-

La chica levanta las manos ya habiendo tomado una decisión.

-Iremos con ese perro y si no sabe mi nombre o el de Baba, simplemente seguiremos nuestro propio camino usando la vía que ellos liberen.- Es egoísta una vez más.-No nos expondremos a enemigos pero podremos tomar sus avances para nosotros conforme estemos más cerca de la salida.- 

Poe suspira volviendo a mirar a Baba. Es doloroso no tenerla aquí pero era hora. 

Es momento de seguir su camino.

Para sorpresa de Rabie la chica se fue sin ella.

Solo dejando sus huellas perdidas en el polvo del suelo.

 Mako no tarda en notar la huida de la oveja.

-Ahora , iremos adelante para conocerlo.- 

Poe al fin deja el suelo para alcanzarla.

Rabie se pone en medio ahora que Mako estaba débil por ese arrebato emocional.

 -No la toques.- advierte fría.

El ave suspira bajando las manos.

-Mako , debemos ir por Jean.-

La chica señala al lugar.

  -Lo que este pasando , hizo enojar a papá yo creo que los está siguiendo.- toma la mano de Rabie para apoyarse de alguna manera de su presencia.-Él vendrá por ellos , es más sencillo utilizarlos.- apunta a Toullie.-No seas cobarde y vámonos.-

El chico baja de dos saltos para ir con ellos.

El camino es suave al tener a la rata como guía.

Para ellos es sencillo.

Hasta ver a ese gato en los pasillos.

Este detiene su carrera al verlos.

Los cuatro mantienen el cuerpo relajado en reconocimiento.

El gato abre la boca revelando algo en su interior. Vuelve a su carrera dejándolos en un sopor extraño por culpa del gato arcoiris.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por encima de los ladrillos, por encima de los pasillos blancos o las cuevas.

Por encima de todo lo que es esta fábrica de infierno, las luces de un campamento brillan alrededor de las grandes puertas de la fábrica.

Donde los oficiales ahora parecen tener una fuerte discusión.

-Perdimos contacto con el grupo 1 y el dos continúa enviando fotos raras de un edificio de concreto sin una sola descripción.-

-Los de la compañía insisten en cerrar la investigación y nombrar el caso como construcción invadida.-

-Eso explicaría la aparición de 189 muertos , niños entre ellos y más aún. Ese poco horripilante letrero sobre el infierno.-

Los otros oficiales no pueden responder a la descripción cruzada del jefe.

-La gente querrá saber qué ocurrió aquí.-

-Y cuando lo sepan querrán olvidarlo.-

Entre todos hay una mirada para esta persona tan joven entre ellos.

Un aspecto limpio y de mejillas rebosadas por la ternura de la grasa de bebé presente en un rostro suave de ojos afilados.

-¿Y tú quién eres?-

-Si , ¿Porque carajos hay un civil aquí?-

 El joven levanta una credencial de su cuello.

-Periodista.- se presenta tomando una foto a la mesa.

Inmediatamente estas personas intentan sacarlo de este lugar.

-¡Esperen , esperen! ¡Yo vivía aquí!- los hace soltarlo al sacudirse.

-Deje esta fábrica en 1987 , con mi madre adoptiva.- les muestra su mayor prueba para lo dicho.

 Una fotografía de sí mismo dentro de un lugar borroso por la mala calidad de la fotografía , más era posible ver aquellos muebles limpios y a más de un niño a su alrededor.

La mano de un oficial roba la fotografía , comparándola con una de las tantas recuperadas de un equipo ahora presente en un nivel peligroso por el fuego aún activo.

Entre las muchas paredes devastadas ,era posible ver una cubierta por el papel tapiz de esa misma fotografía.

El joven extiende la mano para recuperar la.

-Porfavor.- lo pide suave.-Ahi esta mi esposa , es un recuerdo valioso para ella también.- 

Devuelven la fotografía con rostros sospechosos.

El joven mira la imagen con él y su prometida , no esposa, pero a este punto era cuestión de tiempo , viéndose tan enano y gordo en su pasado.

Puede verse sentado junto a su compañero de cuarto.

Ese extraño chico siniestro con un rostro apagado y esa cobija apestosa sobre sus hombros.

Esta fotografía era incluso de antes de ser ese chico tan cercano a la criatura naranja que le parecía una pieza de pesadillas en el presente.

Irónico al ser en esos recuerdos un perro muy agradable. 

El saber que esas cosas existían y estaban ahí abajo , esperando , lo llenan de una premura desagradable.

-Vengo a presentar el pedido de muchos otros sobrevivientes , todos queremos lo mismo.-

-¿Y qué es lo que quieres?-

-Queremos que entren y acaben con todo lo que haya dentro.-

Sus ojos van a una esquina.

Los oficiales tenían la respuesta más aterradora y la más obvia justamente bajo las narices.

Bajo su mesa con el cuerpo de un peluche de conejo amarillo.

Su pie patea esa cosa fuera de su vista.

 

 

 

 

Dentro de las ruinas quedan restos de peluches extraños.

Los trabajadores en esta zona apenas pueden moverse al estar atrapados bajo las prendas anti incendios.

Toman fotografías y miran al techo de roca con rostros confusos.

El ruido era desagradable.

Al mantenerse distraídos , no ven a sus espaldas entre los pasillos de metal a esas figuras moviéndose juntas.

No es un viaje amigable y menos solitario.

Un pequeño grupo de juguetes viven con ellas.

Con las dos maestras.

Habiéndose quedado atrás , siguen las huellas de la avanzada.

Activan el ascensor y siguen adelante al estar en ese piso.

Encontrando más sobrevivientes intentando llegar después de haberse escondido en los rincones más oscuros de la fábrica.

Lentamente el número crece.

No son solo algunos.

La horda avanza y crece.

Hundiéndose en un delirio profundo tan solo buscando aquella salida prometida.

La libertad del otro lado de lo desconocido.

 

 

 

 

 

 

 

 

La comida en la sartén ahora rebosa y parece caerse por los bordes.

-No creo que sea suficiente.- señala Niko.-Deberíamos agregarle más arroz ṕara qué se extienda.-

-Ya no tengo arroz deshidratado , ¿Servirán unas sardinas?-

-¡Lo que sea!-

Tal vez solo las dimensiones de los más cercanos a la olla han evitado que los juguetes se abalancen.

Ya los distrajeron como pudieron al enviarlas a buscar algo para usar de plato y después hacerlos limpiarlo tan solo para hacer tiempo.

Ahora toca servir y esa salsa de sardinas es de fuerte esencia.

La boca de más de un monstruo se llena de saliva con la esencia.

Cualquier cosa es buena después del hambre y hoy esta comida extraña no es menos que bienvenida.

 -Solo llevabas dos.- el gato toca al perro con su frente sobre su hombro.

-Si. Son muy delicados y arreglar su transporte lleva mucho espacio.- enseña la hielera rodeada con sobres en polvo.-Si llegamos a retrasarnos esto es leche en polvo , es lo último que podemos usar.- mira a los dos nuevos miembros arrebatado de su voluntad en el suelo.

Toma una porción para cada uno.

-Iñaki , lamento que te hicieran esto.-

El cocodrilo le mira con ojos fríos. Vigila que no toque a la rana aún atada a su lado.

-No debiste drogar a Licky.-

-Lo sé , pero de otra manera sería difícil mantenerlos quietos y hablar.- acerca la comida a su boca , sosteniendo al dinosaurio que intentó robar un bocado.-...¡Ehe! ¡¿Desde cuándo está este tipo aquí?! ¡Boxy!- busca respuestas en el rojo.

Boxy llega por un lado con una mirada cargada de absurdo.

-¿Como? ¿Hasta ahora lo notas?-

-Si.- mira esa dentadura de teclado.-Se veía más intimidante de lejos con ese brillo rojo en su boca.-

En un impulso estúpido intenta tocar una tecla.

La pata de Theodore le detiene con un rostro frustrado.

-Se supone que eres listo , Dog.-

-Es un piano.- vuelve a mirar al cocodrilo atrapado en la escena.-Come.- le pide aprovechando que no pueden cerrar la boca para meter la comida.

El lagarto traga con enojo , pero traiga , el sabor deja mucho qué desear a comparación de sus recuerdos en casa. Es el hambre aquello que lo hace sentirse mejor después de años sin poder comer de verdad.

-¿Qué sentiste al morir?- le pregunta en el suelo.

El perro mueve la cabeza de lado.

-Me dolió.- lo admite tranquilo.

-¿Y porque volviste?-

-Porque si yo no lo hago nadie lo hará.-

-¿No querías vengarte? ¿No hubieras querido matar los que te hicieron esto?-

Su propio deseo de venganza habla.

No era necesario disparar le a sus padres pero ese hombre aún les descargó más de un tiro entre sonrisas arrogantes y en vez de terminar el trabajo , el maldito le dejó vivo para cubrir su propia arrogancia superior.

Porque matar a sus padres y dejarlo huérfano en este mundo de carnicería era la cosa más piadosa que un tipo armado puede hacer por una especie inferior.

Ardiendo sus entrañas diariamente por culpa de todos los adultos que continúan pisoteando su dignidad y libertad , sólo por saberse capaces de hacerlo. Capaces de destrozarlos , ese poder les embriaga hasta que tuvo la oportunidad de hacerlos pedazos y les devolvió esos años donde los usaron y los maltrataron como mascotas.

Porque las frase de ser mejor o no rebajarte son solo escudos inmṕlantados para que esas personas se salgan con la suya cada vez que pisan a alguien ,más débil.

Saben que estaban haciendo mal y serán castigados , por eso aprovechan.

Por eso lo pisotearon hasta cansarse , por eso lo cortaron.

Disfrutaron hasta sentirse gozosos de cortar la carne de los humanos para formar juguetes.

Siempre con miedo a las repercusiones , solo lo harían una y otra vez.

En el fondo sabían que estaban haciendo daño , de otra forma no puede imaginar porque tantos científicos llegaron a cortarlos y reír , divertirse y bromear a la vez que los hacían pedazos.

El odio le retuerce y el dolor destruye su ser , ¿Porque este perro debería querer regresar a un lugar donde se le utilizó y desecho?  

-No puedo vengarme de los muertos.-

Una respuesta tan seca no le ayuda. Hace a su sentido estallar enojado.

-Pero aquí están todos , los que antes fueron los que te vendieron , ¿Porque no los odias?- le pregunta buscando sus propias respuestas.

Él odia a todos.

Odia a los juguetes que simplemente les atacaron.

Odia a los científicos muertos , odia al mundo que lo empujó a este punto.

Le robaron su humanidad desde antes.

Le robaron su vida al ser tan sencillo poner una sábana sobre sus padres y cargarlos en una camioneta como si fueran cerdos muertos.

Simplemente carne estorbosa.

-No lo hago porque no lo quiero hacer.- el perro tiene eso por decir.

Puede ver en esos ojos mucha rabia condensada por los años y puede que sea demasiada para tratarla hoy en esta situación. 

Puede ver ese odio que paraliza el corazón en esos ojos.

 Ahora mismo hablar demasiado sería inútil.

-Eso no tiene sentido.- escupe el cocodrilo enojado.-No puede simplemente decidir no odiar a alguien que te hizo daño , no tiene sentido , no es posible. No es normal.-

-Tampoco nuestras vidas tienen sentido pero aún seguimos adelante a pesar de todo para protegernos de lo que es la verdad. Como tú seguiste al prototipo a pesar de que era obvio que era malo comerte a todos , aún lo hiciste porque era más sencillo que continuar muriendo de hambre ¿Verdad?-

El cocodrilo gruñe bajando los ojos al suelo donde estaba la cabeza de Licky.

-Lo hice porque era mejor eso a estar solo.- su humor baja de nuevo. Algo que no entiende desde que le hicieron esto , lo fácil que volvía a tranquilizarse al estallar y su cuerpo era flojo después de enojarse.

-Entonces no es necesario que pienses en lo que me hizo regresar , solo aprovecha y acompañamos afuera de este maldito infierno.- coloca la porción de la rana bajo su cabeza para que la proteja. Por reflejo sacude la cabeza de la rana.-Esto es de Thomas , dáselo cuando deje de hacerse el dormido.- abandona a los dos volviendo al grupo para reordenar a los juguetes que comienzan a perderle respeto a Niko y le tiran del pantalón para conseguir comida.

El cocodrilo busca a la avergonzada rana en el suelo , volviendo su mirada al gran gato frente a ellos.

Este los observa con ojos llenos de resentimiento.

Ellos dos destruyeron su hogar y vencieron al elefante y a la cerdita.

Los llevaron al suelo y ese recuerdo bien con los gritos de los niños que aún pensaban en los sonrientes como sus defensores.

CatNap podía escuchar a sus niños llorando y gritando al ser sacados de sus escondites por esta rana en conjunto con el cocodrilo.

Puede verlos incluso mirar a Dios para comprobar si eso debía continuar y también puede ver su Dios dando luz verde a esa masacre.

Tomando en sus garras a sus niños para repartirlos como piezas de una ostia.

 Retrocede cansado de estos recuerdos.

Cansado de verse impávido e inútil , solo mirando sin moverse aunque debería intentarlo.

Si tan solo hubiera despertado antes , si tan solo hubiera intentado buscar …la verdad.

Confundido busca de nuevo recargarse en la espalda del perro con un abrazo para colgarse de sus hombros agotado de todo lo que estaba nadando dentro de sus memorias. 

Gritando de dolor al estar asustado o atrapado por esos pensamientos que tuvo en el pasado.

No tan lejano de hace cinco días.

El quinto día antes del presente le hace verse rastreando a Hoppy junto Kickin para castigarla llevándola con Dios.

Al mismo tiempo que ellos dos pensaban llevarlo con ellos a la muerte.

¿Y si lo hubieran logrado? 

Hobie regresaría a encontrar pedazos de lo que pudo ser su pasado , de lo que fue lo que se quedó en nada. 

Quizás incluso ya hubieran salido de no haberse quedado encerrados en esa celda.

 Aunque nada le hará arrepentirse de lo sucedido en la celda.

Quizás solo le era más y más fascinante.

Aunque ahora debe afrontar en sus memorias a Dios tratando de hacer eso con sus garras sin importarle como eso lo herirá o como se sentiría.

Él mismo intentó negarse a las palabras de Kickin pero como con la verdad sobre la masacre y su mundo soñado , nada es real. Nada era lo que él quería creer.

A su Dios no le importa nada , herir o humillar. Nada significa algo para él .

Solo les ve como piezas de un juego incompleto.

Sus orejas se mueven al ver una porción de ese feo guiso con huevo en un pequeño plato para él

-Vamos , Theodore.- le anima a comer el perro.

A su alrededor el tiempo parece haber corrido lo suficiente para hacerle ver a muchos juguetes devorando sus porciones revueltas entre la salsa y el arroz.

Hace varios años La Guardería se llenó de solo Spam frito o con azúcar. 

Nada le prepararía para extrañarlo y ,menos para sentir el aroma de las sardinas tan tentador.

Mira al perro voltear la lata de sardinas como si fuera una bebida para comer él mismo en el interior.

Después de comprobar que Hobie estaba comiendo también , se aventuró a probarlo.

Tener hambre es una cosa impresionante.

Le hace disfrutar esta comida extraña y mirar al resto con un sentido de seguridad renovado.

 

La rata , ahora sentada al librarse de las cuerdas sin tener que hacer fuerzas y solo a arrastrarse , come poniendo una parte en la boca del cocodrilo.

-No deberíamos decir nada.- lo menciona a medias al referirse al veneno.

-Lo que digas…- voltea el rostro para no dejarle poner más comida en su boca.-Eso es tuyo.-

-Y también lo será tu comida en el futuro , ¿De verdad no me dejaras pagarte las ratas?-

 El cocodrilo responde con una risa cansada.

-No puedo ver ese futuro , Licky.- mira a la tierra bajó las vías del tren descarriado.-No puedo vernos en el sol , Licky.-

-Ya lo sé. Es difícil verlo , es difícil imaginarlo.- su voz baja antes de subir solo para ellos.-Aunque si puedo verte en la playa , flotando como calzón viejo en las olas.-

El cocodrilo no puede evitar reírse al escuchar esa comparativa para él y lo peor es poder imaginarse exactamente como sería flotar flojo en la corriente.

Esto es otra prueba.

Él como sus cuerpos están relajados a pesar de estar rodeados de muerte y enemigos.

Se relajan como hace mucho tiempo no pueden hacerlo con ser conscientes de tener a esa caja y al dinosaurio encima , pueden respirar tranquilos por fin.

Ese veneno en la sangre de la rana se ha tranquilizado , puede sentirlo irse conforme come.

 

-Esos chicos van a enojarse mucho cuando sepan la verdad.- el perro murmura para sí.

El gato mueve las orejas al escucharlo.

-¿Qué hiciste?- pregunta en su oído.

El perro responde a las cosquillas causadas por ese aliento cálido con un brazo alrededor de su huesuda cintura.

-Te lo diré cuando sepa que quiere este amigo.- hace una señal para el azul más alto.

Huggy deja el lado de Henry , quien ahora batalla con una parte de la sardina qué no les gusta y comerla conlleva demasiadas de su fuerza vital.

Los tres ,al unirse en silencio Kissy , caminan a la oscuridad.

En las vías hay un código de barras qué el perro puede ver pero no a la criatura en cuestión.

Acercándose los tres pueden discernir claramente al ser apuntado con una linterna por Poppy.

Los tres levantan los hombros pero sus rostros son muy diferentes al ver esta cosa.

Un amasijo de entrañas expuestas , huesos apenas unidos por manos regordetas y repetidas más allá de las patas de un cien pies , los mira con dos ojos tan grandes como el parabrisas de un auto.

Todo unido a un torso apenas capaz de portar su propia hinchada cabeza descubierta de cualquier vestigio de pelo.

Poppy casi deja caer la lámpara más sus manos abrazan a la linterna para no perder a esa cosa de la vista.

Huggy retrocede asqueado con un brazo frente a Kissy.

-Hazlo tú.- le dice al perro.

Hobart abre en grande los ojos al ver los datos de esta criatura.

-¿Esto era una Bobby?- exclama lleno de estupor cargado por la rabia y más sentimientos llenos de rabia.

La deformidad de la criatura le ocasiona dolor ,es visible al ver las palpitaciones en los nervios cercano a sus ojos. Sangrando entre los canales infecciosos comidos aún con vida por cucarachas oscuras por el consumo de carne putrefacta.

DogDay exhala reconociendo el nombre de la criatura.

-Hola , Zafiro.- saluda.

La criatura es ajena a su nombre , solo avanza tan rápido como puede tras ese aroma a comida en el aire. Buscando algo que va más allá de su memoria , buscando el consuelo de la calidez y atrapada en las sombras donde su piel abierta en llagas no sea herida por la luz artificial.

Llorando al ser tomado su deforme rostro.

-No la toques…- advierte Poppy llena de un fuerte asco.

El perro toma ese rostro.

Puede reconocer los restos de un cabello castaño.

Puede ver a la niña que solía pelear en los salones por un plumón y a sus amigos.

-Los experimentos se hacen sin anestesia para que las células sean conscientes de los daños.- sus manos logran unirse de golpe al matarla aplastando su cabeza.-No recuerdo qué palabras usaron pero estas son las deformidades qué ocurren si el procedimiento no se efectúa a tiempo.- mira al pasaje oscuro.

Para los juguetes es un pasaje oscuro.

Para su lector de barras se abren las ventanas de identidad de tantas criaturas como las qué los siguen. 

Son los niños incompletos. 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer.

Chapter 118

Notes:

Capítulo relajado

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

1987

 

 

 

 

 

 

El niño salta de la resbaladilla a los columpios. Observa esos dulces colgando por encima del columpio.

-¿De que es?- pregunta empujándose con las piernas para elevarse en el asiento móvil.

Ese gran peluche hace un gesto suave.

-Es de tres sabores , solo tienes que decirme como esta Theodore.-

El chico inclina la cabeza a un lado.

-Igual que siempre , delgado y come poco.- Espera a recibir ese pago por delatar la vida del siniestro favorito de su cuarto.

El perro mueve la cabeza , dejando caer en su mano el primero de los tres paquetes de galletas sacados de las máquinas de empleados y no de la alacena de Dulce Hogar.

-¿Ya hizo nuevos amigos?-

-No , sigue solo.-

El perro suspira dejando caer los dos paquetes de una vez.

-Saca a jugar a Theodore cuando puedas. No es grosero , solo es tímido. Debes insistirle tres veces para que te siga.-

El chico suspira.

-Es complicado. De pronto muerde y golpea , es un poco difícil acercarse a alguien que ṕarece apuntó de reconstruirte la cara a golpes.- oculta las galletas con disimulo.-Y a él no le divierte jugar conmigo.-

El perro hace oídos sordos a los defectos enumerados en Theodore. Demasiado preocupado por verlo siempre encerrado y solo.

-Solo sacalo a jugar más , no necesita que seas su niñera pero sacalo de la casa o de PlayHouse , necesita sali.-

El niño en el columpio deja de impulsarse. 

El forzar a Theodore con otros era algo grosero , le parecía algo malo hacerle pasar por eso cuando a su compañero de cuarto le gustaba estar solo.

Sobre todo desde que ese chico raro se murió.

Aunque algo le dice que no era así.

-Eso lo pides solo porque te gusta acosarlo.- señala el francés de forma cruel. No en una forma maliciosa sino como lo hacen los niños , francos y directos.-Tú deberías buscarlo más , él también te mira mucho.- se lo recomienda en parte para alejarse de este perro.

Sus sospechas sobre este tipo le eran demasiado fuertes. Un latido del corazón qué golpea y le dice que tendrá un paro cardíaco de hacerlo enojar.

El perro ríe recargándose en el hierro de los columpios. 

Parece que hizo mella con su inteligente recomendación y una frustración interior sale a flote con el lamento de este perro grande.

Aunque lo que recibe no es un reclamo por haberlo herido sino una declaración estresante.

-Si y eso debe ser normal , después de todo te la pasas aquí porque ella siempre está con sus amigas en el jardín.- gira para irse al ver a un guardia en movimiento por la zona , advirtiendole de haberse quedado demasiado tiempo en un solo lugar.-Igual que tu , no puedo acercarmé porque algo que no controlo me está empujando de vuelta.- lo abandona con ese paso desgarrado al saludar 

Vuelve a su rutina de pasear y saludar como un payaso.

El chico queda en blanco al ser expuesto con tanta soltura su acoso a la chica en el jardín. Su cabeza se gira observando al perro caminar con esos hombros abajo y tan vago.

Es inmediata la imagen de ese chico frustrante de hace meses , mezclados con el presente.

Sus ojos se llenan de miedo tan solo por un momento.

Vuelve a mecer el columpio para calmarse.

Ser amigo de Theodore no es difícil y no necesita estos incentivos para acercarse.

Los incentivos son regalos.

Regalos que puede llevar directamente a la niña en el jardín.

-¡Susan!- la llama antes de acercarse.

El grupo de chicas le mira de lado o sonríen burlonas al verlo.

Es un chico de aspecto extraño. Lo debía admitir.

Sus ojos afilados por sus raíces y rostro redondo se mezclan con rizos espesos que le cuestan mucho ordenar antes de salir a convivir con otros humanos. 

Ahora ṕuede escucharlas burlarse porque parece una muñeca y no un chico.

 Una cosa deprimente.

Si , estaba algo inmaduro su aspecto a comparación de sus compañeros (Theodore y esa cara bonita que no deja en dudas su género y lo realza como príncipe antagonista) pero se defendía con su cara y eso no se lo negaría nadie.

Era lindo. Debería gustarle a Susan aunque ella le haga caras.

Y esta confianza le hace entregar uno de los paquetes.

-Aquí para ti.- lo dice con una sonrisa.

Ella no puede pasar por alto que estaba siendo arrogante.

-No las quiero.- voltea ignorándolo.-Más tarde es hora de tejer , no vayas a perderte el taller.- lo rechaza con una instrucción para verse después.

Él suspira y abre las galletas frente a ellas.

El olor dulce les llega como solo a niños bajos de azúcar les puede suceder.

Más de una presiona a Susan con un toque para que acepte el regalo , aunque sea claro que la estaba cortejando.

Cortejar para los niños y las niñas era divertido , lo tomaban como algo tan importante como para que la crisis se disparara.

Escuchando se la risa de una visita algo apartada al verles tener una escena digna de Orgullo y Prejuicio en el jardín donde estaban las niñas jugando con piezas decorativas.

-Vaya , es de frutas.- exclama sacando una. 

Susan tiembla al sentir el olor de …piña.

-Mmmm….- mira al pasto sintético al colorearse de rojo antes de decidirse a mantenerse firme en su propia negativa.

Gustavo nota que ella no daría brazo a torcer en esa extraña búsqueda de mantenerse apartada del drama romántico.

-Dame algo tuyo y te las entrego.-

Inmediatamente ella tomó la oportunidad de transaccionar con uno de sus adornos.

Uno de los listones en su pelo , soltando su largo cabello oscuro para entregarle ese listón con una sonrisa animada.

En cuanto obtuvo el paquete de veinte galletas un coro alegre sigue a la risa de Susan.

Gustavo aprieta ese listón en su puño. Sonriendo al incluirlo a las tiras de tela amarradas bajo sus mangas largas.

Camina hacia los chicos del jardín.

-Miren esto.- muestra la caja de galletas.

Estos dejan de jugar inmediatamente.

Entre ellos ese idiota de Carl. Corre tratando de robarlas en sus manos.

Por un segundo si se lo come la ansiedad de ser asaltado por este cretino.

-No , no no.- interviene un niño del grupo de Gustavo.-¿Esas son las únicas que tienes?-

-Tengo dos más pero deberán hacer algo.-

-No vamos a hundir la cabeza de Carl en el baño.-

-¡¿Qué?!- exclama el chico alerta por esa información antes ignorada por él.

Gustav sonríe levantando las manos , con ello las galletas y claro que logró robar toda la atención de los chicos del lugar.

 -Van a invitar a jugar a Grambel.-

La cara de algunos se contrae con miedo y otros tantos con desagrado.

-No , ese tipo muerde y se pelea con todos.-

-Solo porque lo molestan.-

-Le pego a Carl.-

-Mayor razón para llevarnos bien con él.- remarca al recordar que este tipo les soltaba golpes a él y a Susan a la primera oportunidad se le cruzaba. O que ella tuvo que aguantar semanas de burlas hasta de trabajadores por ese recorte feo en su cabeza.

-Pues tiene un punto.-lo aceptan.

-Yo no voy a ser amable con él.- advierte Carl.

Sin escucharlo , el grupo decidió ir por el bien de todos.

-Traelo pero si muerde a alguien que no sea Carl , se acabó.- le advierten.

Gustav les entrega las galletas.

-Las otras se las doy después.- como prueba de su existencia les muestra un pedazo de papel plástico.

 

Ya habiendo reafirmado su cercanía con Susan y conseguido un lugar y con quienes jugar al chico raro , va a PlayHouse a cumplir con la última parte del trato.

Encontrar a Maria Magdalena derramando la preciosa hidratación en ese túnel y con la cara más roja que fresa en publicidad engañosa.

Gatea hasta su lugar donde es visible su lamentable estado.

El chico sujeta su rostro y berrea entre temblores preocupantes antes de verlo ,cambiando lentamente su desquiciado lloriqueo a una moquera silenciosa por la vergüenza que le llena al descubrirse observado.

Al parecer su fuerte aislamiento había mejorado bastante al conseguir esa amistad rara con el grupo 4 pero como siempre todo acaba, simplemente se murió uno y ahora el chico parecía querer irse también.

No comienza consolándolo , no se le daba tal cosa.

-Theo , nos falta uno. ¿Quieres jugar? .- Lo invita con una sonrisa aunque él mismo detestaba jugar con el resto.

El chico sorbe por la nariz y mueve la cabeza de lado a lado negándose.

-Vamos , será divertido.- le pide ahora insistente.

-No quiero , aquí estoy bien. Espero a papá.-

Gustav suspira ahora con una sonrisa tensa.

-Pué si no ha venido debe ser porque no es hora.- mira el falso reloj en su muñeca.-Vamos , todos están esperando.- le insiste tomando su mano.

Al inicio es difícil pero con el esfuerzo , este chico deja su escondite con un rostro torturado y bajo por culpa de las malas emociones en su cuerpo.

Insistir tres veces parece ser correcto. 

Así con ese descubrimiento y el obvio conocimiento del perro sonríe este niño , le hace ver este lloriqueo como algo muy estúpido por parte de Theodore.

-Él está aquí , si quieres tenerlo deja de fingir que no lo ves.- lo anuncia sin molestarse en tomar en cuenta cualquier otro problema sobre este mismo problema sobre Theodore.

-Cállate.- ordena el pálido inglés.

El francés suspira al estar ya fuera de los túneles ambos.

-Vas a jugar y a salir a que te de luz de ese foco que evita que caigamos en un frenesí depresivo.- lo lleva ahora con más firmeza al estar de ṕie ambos.-Vamos , Theodore. Será divertido.-

Para él jugar es tedioso y molesto.

Para Theodore parece ser su momento una vez ya no está tan sumido en su tristeza.

Lo ve correr y patear la pelota al ritmo del resto como si no hubiera estado antes llorando como viuda en funeral en ese túnel oscuro. Corría y pasaba la pelota sin problemas.

Con el tiempo tan corto de juego qué tienen , pronto el chico pasó de un equipo a otro para hacer justo el juego.

-Al menos les agrada.- bufa pensando en esas galletas de jalea que no podría probar.

Solo le quedan las de té y las que guardo para este trato.

No le gusta jugar y pronto este francés ya se encontraba sentado en el césped y viéndolos ir como animales de un lado a otro.

Como otras veces , termina liando se a golpes con Carl por este molestarlo a costas de las veces que le pidieron no hacerlo.

-¡¿Y que si juega bien?! ¡Solo eres un mariquita!-

El chico no responde.

-Solo te enojas porque te está ganando.-

- ¡Cállate o te abro la nariz en dos!- advierte ya de camino al niño que intentó intervenir.

Este niño claro qué se asusta al ver a Carl venir con toda la intención de golpear.

-Solo te enojas porque vas perdiendo.- apunta su propio rostro.-Aquí.- le exige serio.

Cral no es conocido por acobardarse y pronto ya estaba dispuesto a golpearlo con un puñetazo directo. 

El chico siniestro los atrapa por ese brazo , tirando de él ṕatra llevarlo al suelo y subir sobre él con toda la intención de abrirle la cara a golpes.

Entre varios los separan al ver que era enserio y estaban en el jardín donde más de un trabajador podría verlos.

Aún así , con esa pelea extendiéndose , puede dar por hecho que su parte del trato se cumple al ver al perro observando al chico pelear y luego volver al juego. 

Corriendo de un lado a otro detrás de una pelota de soccer pero no solo en casa.

 

 

 

 

 

Unos meses después el mismo chico observa a ese perro de pie en el camino a Dulce Hogar. Con ese gesto extraño que le hace mirar dos veces al camino antes de seguir adelante.

Era el cuarto día después de la llegada de los nuevos sonrientes.

Entre ellos Kickin con esa personalidad más seria que en la televisión pero igual de divertido.

El perro le saluda y dobla a medias la espalda al verlo.

-Yo soy más alto.-

El chico se queda a medio paso con esa declaración inesperada.

-Si , ya se.- responde con el ceño fruncido.-Eres un gigante y yo un niño.-

El perro parece pensar en algo con esos ojos algo apagados. Como si acabara de recibir un golpe aunque no fuera así físicamente.

-También tengo dinero.- dice algo más decidido y seguro de ser una ventaja.

Mueve los hombros restándole importancia a eso también.

-Eso no sirve de nada aquí.-

Ahora se sintió como si acabará de abofetearlo y esas cejas se juntan adoloridas.

-Pues …- parece pensar bastante en otra cosa que decirle. Seguramente tan innecesaria como inútil o para la vida de Gustavo.-Yo fui el primero.- señala con hombros tensos aunque oculte los puños tras la espalda con su seguridad falsa un poco desequilibrada por su trémula voz.

Entonces al chico de once años el intelecto se le conectó con su capacidad de observación.

-¿Estás celoso de Grambel? ¿Y conmigo?- pregunta con una ceja arriba.

El perro parece verse tan expuesto qué esa cola se mueve de lado a lado y su cabeza comienza a soltar vapor. Inhalando y exhalando profundamente antes de gruñir sin nada que decir en contra.

-No me gusta Grambel.- corrige esa información por demás equivocada.-Solo somos amigos , así que ahórrate esto.- sigue su camino con el entrecejo fruncido.-Solo hablen , bloque 4.-

El perro queda en ese camino con el mismo peso sobre sus espalda cansada por los recientes dolores qué le aquejan por culpa del creciente estrés.

Ser reconocido es suficiente.

 Aún el mayor peso es preguntarse si eso fue verdad ahora que este niño dice que solo eran amigos.

Más adelante Gustavo se agarra el pecho con un gran pánico expuesto en su rostro.

Lo soporto bien pero ese perro era demasiado grande para ser ignorado y mucho menos puede relajarse cuando este le advierte con gruñidos y una energía tan llena de rabia y rencor.

No hay odio pero el solo exponerse podría causar problemas innecesarios para todos. Sobre todo para él y a ese idiota una cosa tan estúpida como un beso le era tan importante como para exponerlos a ese peligro.

De verdad que su favorito era Kickin por más de una razón.

Entre ellas , el hecho de que el ave no era tan estúpida. 

Esta clase de historia , de besarse con otros varones , no se veía bien en la ficha de adopción.

Además de que Susan era demasiado bonita para dejarla ir por una mentira extraña como sentirse atraído por chicos cuando solo tenía a las chicas como Susan y a Susan como prioridad.

No se creía el chico más maduro del bloque dos pero podía ver el entorno con más claridad que muchos niños y entre esos problemas estaba el extraño comportamiento de los adultos al notar que algunos niños del mismo género eran demasiado cercanos desde cierta edad.

Y estaba entrando en esa edad donde ya no debe tocar demasiado a otros chicos ni a las chicas.

Pensando en Grambel haciendo algo tan raro por quién sabe qué razón.

Al menos seguían siendo amigos , al ser los dos los únicos con la capacidad de tener una conversación al nivel del otro.

 

 

 

 

 

-No quiero estar aquí para siempre.- debe aceptar cuando deseaba irse de Dulce Hogar.

Librarse de las risas extrañas de algunos médicos al leer sus estudios o de los otros trabajadores apostando en murmullos sobre algo que no entiende cuando un niño es revisado.

 Algo malo estaba sucediendo y todo tenía que ver con el grupo de siete desaparecidos y siete gigantes nuevos en La Guardería.

Observando a esa ave que le agradaba tanto ser molestado por esa mujer a través de una puerta medio abierta solo por haberse atrevido a buscar a la niñera por petición de una visita.

Los sonrientes tienen sangre debajo de la piel de plástico qué les cubre.

Así como eran niños como ellos.

Siete desaparecieron y siete regresaron.

Es el mejor y el peor número posible y también el mejor.

El siete es un buen número que suele ser usado para dictar una suerte ambivalente y certera en sus consecuencias.

Entonces el miedo que le recorre al verlo pasar por eso le hizo retroceder sin ánimos para más que alejarse asustado de esta injusticia.

 Las cosas estaban empeorando y no importaba cuanto se esforzara por agradar a las visitas , simplemente era demasiado amarillo para ellos.

Hasta que su madre llegó y lo sacó de aquí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

-¿Porque tuve que ser yo quien volviera?- se lo pregunta buscando las respuestas que tenía seguras hace unas horas del porqué llegar aquí cuando el ser rescatado por su mamá fue solo un golpe de suerte.

Con las manos sobre esa fotografía puede ver entre los relieves de color más de una alerta qué debería haber visto de niño como algo normal.

Los monitores. Los cables excesivos y el orden en el cómo los llevaban de un lado a otro por sección y no como si fueran niños todos por igual.

Ya le había sucedido al ser aietivo su rostro. Lo hacían dormir en el suelo en su primer orfanato pero en la fábrica no era así. Creyó que era bueno por el hecho de no ser tratado diferente por los trabajadores y otros niños , pero resultó que simplemente no sabían que podían odiarlo.

Puede que muchos de sus amigos de ese tiempo ahora mismo lo odien por ser extranjero y sea esa la razón para no ponerse en contacto con él.

Solo Susan , solo ella es sincera. 

Solo ella continuó igual a pesar de los años.

-¿Estás seguro de haber sido uno de los niños de Dulce Hogar?-

Con una sonrisa cínica su boca se abre.

-Estoy desesperado porque sea verdad que no soy nada de este lugar.- sus ojos van a las grandes chimeneas.-Este es el infierno.-

 Vio demasiadas cosas. 

Todas ellas debían quedarse allá abajo de una u otra forma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo se sentiría ser una persona normal?

Ir a clases y trabajar después de la escuela o ir a pasear con amigos.

No ir a la escuela , trabajar y no tener amigos.

Tener amigos en la escuela pero nunca salir.

Ser un gran estudiante.

O solo ir por compromiso.

A veces sus ideas sobre la escuela eran realistas y admitía tal vez no ser el más listo y otras , simplemente volaba su imaginación.

Viéndose en grandes escuelas y con maestros geniales con respuestas para todas sus dudas.

Comida muy mala o muy buena en el almuerzo o no comer nada y tener que comprar algo en una máquina expendedora.

La idea de ser algún día tan suertudo como para encontrar un billete en el suelo de una calle común.

Cualquier ilusión que lo sacara de esta prisión era excelente para pasar el rato.

Ahora solo puede observar a ese gato acostado junto a Bobby aun sanando con un vapor leve saliendo de su cuerpo atrapado por la fiebre.

Bubba teme no haber sido llamado a protegerla en su sueño por la desconfianza sembrada por sus propias palabras en el perro.

Dijo algo asqueroso de su persona a su amigo y además , sobre su relación indefinida con el gato.

Él es inteligente.

Puede ver como cambio Dog en cuanto mencionó este problema en su subconsciente.

Mantenerlo apartado y siempre poniéndose entre el gato y él cuando estaban juntos. 

Protegiendo incluso ahora a Bobby al dejarla en manos del gato.

Su amigo ya no confía en él , sólo confía en CatNap y los otros monstruos. Tiene todo el sentido del mundo y aún así , duele mucho.

Junto a Bubba ese pájaro se encuentra sumido en sus propios pensamientos y entre estos su boca exhala vaho caliente.

Observa a esos dos nuevos miembros del grupo.

Sentados en ese espacio como si fueran tan pacíficos como cualquiera de las piedras del suelo en las vías. No los soportaba.

Ellos atacaron y mataron.

Ellos entraron a su hogar y lo destruyeron.

Aún así el perro quiere que sigan adelante con todos los que siguen vivos solo porque no pudieron matarlos cuando tuvieron la oportunidad. DogDay está haciendo cosas muy desagradables y aún así debían seguir adelante.

La piedad siempre fue su modo de avance y aún así , parece que no lo entendían ni de niños.

¿Como la piedad le dice que esto es justo? ¿Cómo es que le parece que piedad es traer a estos asesinos con ellos? Alimentarlos como a todos sin pedirles nada a cambio 

Mostrando un rostro tan cruel a todas las pérdidas habidas por estos años de sufrimiento.

-¿Qué piensas de ahora?- pregunta esperando conseguir palabras de Kickin.-La gran piedad de DogDay.-

El ave inhala ruidoso.

-Cuando era pequeño Dog me parecía un imbécil.- mira al elefante.-Me sigue pareciendo un imbécil pero ya no puedo decir que sea de los buenos.-

-Ya veo.-

-No lo ves.- interrumpe cansado.- Ya no es como antes. Debemos poder verlo pero lo estuvimos ignorando antes.- su cabeza se mueve de un lado a otro.-De niños él nos tenía como lo único que atesoraba pero ahora de verdad está haciendo algo de su talla.- bufa mirando al suelo.-Él llamaba piedad a las utilidades , a ver el valor de todos en el entorno y no a la lastima inmadura que yo creia qué este idiota sentía por todos.-

-Mierda.- es lo mejor que se le ocurre responder a Kickin.

El ave asiente.

-El se enojó conmigo y dijo cosas que me hicieron pensar en el día que lo conocimos.- se guarda las cosas que supo de Bubba.-Cosas que no debimos haber pasado por alto en todo este tiempo.-

-Kickin…-

-El dijo que nos encontró muy mal , también a las chicas y a Hoppy o a mí.- sus ojos Ban al gato.-Él llama piedad a la utilidad pero es increíble que nos viera exactamente así.- sus ojos bajan al suelo.-El pudo ver que éramos útiles aunque estábamos en lo más bajo.- sujeta sus plumas.-El creía en nosotros y cuando no estuvo ahí , simplemente fallamos. Y creo que fue porque solo le éramos útiles a él . Nadie más nos necesitaba y sin él , nos hundimos.-

Bubba no comprende esa visión ni quería hacerlo.

Las utilidades de un ser humano.

De su propio ser.

Dentro de lo que cabe , la vida misma podría ser inútil y aun sería una vida que proteger.

Ahora mismo no estaba ayudando a nadie en el campamento pero era bienvenido.

Algo era valioso en sí y eso era el simple hecho de estar vivo en este infierno.

A pesar de todo y todos los obstáculos , estaban vivos.

Y el solo estarlo era parte de la utilidad en la visión de lo que es el mundo para Hobie.

La piedad es para los vivos. 

La piedad puede ser muy cruel para los muertos.

-Creo que es algo injusto.- murmura el elefante tomando asiento en el suelo.

-Si , lo es y mucho ,Bubba.- Kickin debe admitir que ver las cosas de esa manera era de lo más doloroso después de pelear tanto por las pérdidas habidas.

Aún le quedan Hoppy , Bubba y Bobby.

Aún tiene a algunos de sus amigos con vida.

Y aún así ya no estaban aquí , y ya no eran sus amigos quienes puede ver a través de la oscuridad.

Ya no puede ver a Mercy aunque ella esté a unos metros.

Los pedazos fueron descuidados por ese perro y su exigencia al perdón como un pasaporte para sus libertades. El perdón es el cese al fuego , es el fin de un conflicto sangriento.

 Grita ahora por dentro el ave al sentirse abandonado por Hoppy , por su novia.

-Debo hacer algo con esto.- se levanta el suelo con las manos en puños.

El elefante le sigue con la mirada. Viéndolo ir con la coneja ahora sola en ese pedazo de escombro arrancado del techo de las vías del tren.

-Mercy.- la llama directamente.

La coneja mueve muy lentamente la cabeza. No parecía afectada por ser llamada por su nombre real.

-Hummm…- hace ese ruido con una mano sobre su cabeza.

El ave inhala profundamente.

-Terminamos.-

A unos metros el elefante mueve las orejas sorprendido. Para su malestar y burla el gigante rojo , Boxy , también movió la cabeza al escuchar eso antes de volver a su lectura con los ojos más abiertos que antes.

Inclina tantito la cabeza para escucharlos mejor. Con él incluso Candy lo intenta y ambos escuchan sin disimulo.

No como Pianosaurio que estiró el cuello para escuchar algo que no entiende para nada pero parece importante.

 

 

La coneja mueve las orejas.

-¿Qué dijiste?- cuestiona aturdida.

El ave exhala e inhala nuevamente con profundidad.

-Qué terminamos.- repite.-Ya no quiero ser tu novio , lo siento.-

La coneja mueve la cabeza de arriba abajo sin hacer más.

-Esta bien.- mira a donde estaba inicialmente su mirada.-Pero no hablemos por un rato.-

-Esta bien.- retrocede lentamente , regresando a su sitio inicial con hombros bajos.

Bubba mueve las orejas.

-Fue raro.- suspira el ave al sentarse.

El elefante mueve la cabeza.

-¿Esperabas que llorara y se pusiera de rodillas mientras te pedía que por favor no la dejaras?- junta las patas después de hacer esa pregunta en susurros.-Como tú.- recuerda a medias el rumor de ellos terminando y como el ave le rogó no ser abandonado.

El ave parece inflarse avergonzado y vuelve a estar en calma de un segundo a otro.

-No.- junta las manos y relaja los hombros.-Solo quiero que esto termine antes de que siga volviéndose extraño.-

El espejismo de la voz de Picky hace al elefante cubrirse el rostro con las patas. 

Ella seguramente tendría algo que decir. Algo que le de un sentido menos deprimente y más cómicamente absurdo a la situación de estos dos.

Había escuchado que Hoppy terminó con él después de la invasión y ahora resulta que es falso pero también era un rompimiento real. 

Y ahora es el ave quien termina con esto.

Un comentario mordaz con la marca de Picky resuena en su interior.

“Malditos heteros , arruinan la heterosexualidad” 

-Quiero verte , maldición.- suspira bajo sus patas.

La necesitaba.

Necesitaba a Picky.

 

 

 

 

 

 

 

En los túneles el perro puede ver a más de uno de estos chicos regados por el suelo y las paredes y techo. Se arrastran o usan extremidades retorcidas para moverse lentamente o de forma más rápida.

-Llevan demasiado tiempo en estas formas.- revisa la cabeza de uno de los chicos en el suelo.-Se han canibalizado aún con vida.- puede ver mordidas repartidas por varias partes junto con algunas ya sanadas tiempo atrás.-¿Porque son tantos? ¿Cuántos científicos tenían en la zona de cambio en ese año?- pregunta a Poppy.

La muñeca mueve la cabeza de lado a lado.

-No estoy segura.- sus ojos bajan al suelo donde más de uno viene atraído por la luz de su lámpara.-Debían ser más de sesenta.-

-Se necesitan dos como mínimo en cada cambio.-

-Creo que el nuevo componente les daba un tiempo de chance extenso y los niños traídos aquí eran inyectados un día y dejados en espera para el siguiente.- como siempre es el azul quien tiene la respuesta más desagradable y posiblemente más cercana a la verdad.-Deben ser todos los chicos de la semana por iniciar.-

Eso deja en claro cuánto se había aumentado la capacidad de producción de los experimentos. 

-¿Enserio vas a matarlos a todos? ¿Uno por uno?-

El perro dobla las rodillas para tomar el rostro de otra de estas criaturas.

Sus ojos se habían visto arrastrados a su espalda en una acertada imitación de una babosa humana. Puede ver sus arterias palpitar en esta masa apenas contenedora de huesos , solo carne y órganos con patas suaves qué se mueven arrastrando su herido vientre por el suelo.

Como una foca dejando caer su pelaje en tierra , su piel se abre en carne viva.

Intenta acariciar su rostro pero este le muerde.

Duele.

Tiene una mandíbula retráctil qué atrapa su brazo y lo atrae.

De ser humano , perdería el brazo.

Solo saca su extremidad cubierta de saliva y los líquidos estomacales tan corrosivos les sacude salpicando la pared.

-Ya no hay científicos que puedan curarlos ni darles la forma correspondiente. No hay trabajadores que manipulan las máquinas de tejido orgánico para crearles su piel ni el tiempo para trabajar con todos ellos.- mira su pelaje manchado.

Kissy le entrega un trapo de tantos en el suelo para que se limpiara.

-No lo atiendas , se va acostumbrar.- le advierte Huggy.-Si eso crees , bien. Lo que sea que nos saque de aquí primero.-

El perro mueve las orejas confundido por su cooperación.

-Creí qué dirías que estoy loco o algo así.- su peso interno le hace buscar a alguien que le diga qué estaba equivocado.-Que soy un maldito por pensar en matarlos y no en salvarlos.-

La esperanza de no tener que decidir sobre estas vidas.

El gigante azul señala al lugar con un movimiento de manos.

-Somos demasiados y todos son muy débiles.-apunta a las criaturas sin pelaje en el suelo.-Ellos son como nosotros y nos necesitan pero no tenemos lo necesario para salvarlos. Debemos tomar decisiones difíciles y siempre lo supimos.- gruñe sacudiendo los hombros.-Quisiera ser tan ingenuo y estúpido como para creer que tenemos elección pero no es así. Soy viejo , he visto todo lo que no debería. He visto lo que pasa con los idiotas que creen que pueden hacer justamente eso y solo se condenaron.-

La muñeca sacude la cabeza al sentirse extraña por sus palabras. 

-Estas siendo arrogante.- interviene Poppy.-DogDay-

El perro dicta su decisión tras pensarlo y revisar a todas estas criaturas una por una.

-Vamos a matar a todos los que no hablen o intenten comunicarse.- mira al túnel.-¡¡¡Ahora mismo , prepara lo que puedas para decirnos que puedes comunicarte con nosotros!!!- respira pesado.

Huggy hace salir una carcajada amarga.

-Si , eso les dará luz verde a comunicarnos el santo grial al revés.- su amargura crece al sentir la boca de uno de estos pegada a su tobillo. Levanta la pierna para pisarlo.-Además , deja de comportarte como el maldito líder.-

Al perro la situación de tomar el liderazgo ya le era una cosa bastante común , dejándola atrás en cuanto vio a alguien interesado en el puesto lo entrega.

-Entonces puedes ser tu el lider-

El azul cruza los brazos como si maldiciones del bajo astral le enviará el perro hechicero.

-No , eso jamás.-

El can mueve la cabeza a un lado.

-Porfavor , al menos finjan qué no es tan malo ser el líder.-

-Ni vergas. Yo no estoy para cargar el peso de la vida de un montón de miserables. Tengo el propio y es más que suficiente.- mira a la criatura en el suelo.

Sobresaltandose al ver esos ojos verdes brillar en esta cosa deforme.

Él y Henry , ambos podrían ser uno de estos chicos.

Entonces pisa con fuerza. Escucha a Kissy exclamar con dolor al ver otra muerte de frente.

El no deseaba de ninguna puta forma ser el líder de nada ni nadie. Era un animal solitario , no un idiota noble con el cañón esuficientemente pesado entre las patas como para meterse en esos problemas por terceros. 

Solo hay que ver al perro y su aspecto destruido , ser el líder es basura y nada más. 

Venlo. Ese aspecto derrotado y apagado a comparación de su inicio.

Como una papa después de unas horas en agua. 

Podrido.

No para él.

 Huggy Wuggy no se metería en esa mierda.  

Tampoco deseaba que Kissy se viera arrastrada a esto por el perro.    

-No tienes que estar aquí , Kissy. Lárgate y cuida al resto.- se lo ordena con un tono suave.

La rosa parece pensarlo , ya reticente a escucharlo por la orden de este engreído. Observando al perro por un momento, se niega dispuesta a continuar en su puesto dentro del plan.

Siguen adelante.

Cargando cada vez más peso con la sangre que se derrama.

Porque estas criaturas llevan tanto tiempo atrapadas que ya solo tienen hambre y sed.

 

 

 

 

 

 

 

En el lugar junto a Bobby , Theodore ya puede dar por hecho que Hobie inició su camino sin decirle nada. Al parecer , el despedirse es algo a lo que Hobart le está agarrando cada vez más repelús.   

-Tengo miedo.-

La cabeza del gato se mueve al escuchar a la osa murmurar entre dientes y en su sueño.

Una gran duda le embarga al ver su propia garra subir y depositarse sobre la cabeza de la osa.

Acaricia hasta verla relajarse.

Es extraño como su cuerpo completo se llena de un peso extremo y un dolor de cabeza extraordinario.

Causando que pronto baje su cuerpo al nivel del suelo para relajarse.

Es la presión del aire o sus tímpanos cada vez más embotados conforme bajan.

No era un buen lugar este al que han bajado.

Entre las olas de dolor puede ver a Boxy retirarse junto al dinosaurio.

-Es raro que lo lleve con él.-

Mira a un lado.

Es un juguete quién habla con otro.

-Él jefe debe tener alguna idea rara.-

-Pues lo que sea , espero que no tarde mucho. Ya nos vamos.-

CatNap mira hacia arriba.

Es verdad.

Ya estaban en movimiento y eso incluye a los vagones Barry en la línea , moviéndose lentamente por el empuje o impulso mecánico de las vías. Algunos juguetes aprovechan a colgarse para no caminar por más tiempo.

Su cuerpo sube rodeando la caja donde Bobby se encontraba , avanzando lentamente con el empuje de su pata.

-¿Y quién nos está dirigiendo?-

-Bubba , el guapo grandote y el humano.- 

Busca ver a esos dos pero la distancia los deja como siluetas apartadas. Y ese tipo azul.

De verdad , el gusto de los juguetes ya estaba bastante trastocado para ver atractivo a la plastilina. 

Para su desagrado ese par de nuevos miembros grandes , parecen sentirse raudos a seguir.

Van atrás esperando ver a Poe o las chicas pero no hay más que oscuridad.

-Debemos seguir.-

-No se si puedan seguirnos en este lugar.- apunta la rana al ver como las huellas eran borradas por el mismo polvo que se levanta al paso de cada criatura.

El cocodrilo le muestra su garra.

En ella hay una de sus escamas.

-Una cada tanto , si son ellas nos encontrarán.- la tira a un lado y seguido tomando su mano.

Al paso de todos , lentamente notan más de uno y pronto todos , como el lugar se vuelve un charco de sangre espesa. Esquivando la carne con cada vez más claras señales de impactos.

Theodore detiene el avance al ver una criatura en el techo , sujeta por una cola larga y prensil a un tubo de metal. 

La fuerza con la cual fue despedazado esta criatura delata al culpable a ojos del felino.

-Lo estás haciendo tú …- suspira lleno de ese pesar desagradable.

Dog deseaba salvar al mayor número posible de experimentos pero ahora a su paso , deja sangre y carne. No hay nada más que dolor.

-Hobie…- suspira solo pensando en lo difícil que sería para el perro esto.

O tal vez no entender lo que era esta cosa en sí , lo atormentaba.

DogDay es muy dulce , muy lindo a su manera y también un cretino de otras formas.

-¿Qué es lo que piensas?- se lo pregunta en un temblor extraño.

Porque puede ver los asesinados por Huggy y los de Dog.

Huggy sobrevivió bien en este ambiente por su madurez y su violencia , ¿Porque Dog estaba a este mismo punto sin haber vivido aquí estos cinco años?  

Sigue adelante al sentir el miedo de algunos juguetes que no pueden avanzar por estar él y Bobby en el camino.

Han limpiado las vías y los cuerpos fueron apilados a los lados del camino.

Son muchas criaturas completamente muertas.

Su suplemento les deformó pero no les dio una calidad de vida decente.

No sin los condenados científicos que deberían darles un cuerpo que explotar.

 

Entre los habitantes de la prisión existían rumores sobre los laboratorios.

Sobre los humanos que podrían haber vivos o sobre las voces que eran audibles de acercarse demasiado a las puertas. De gritos de dolor que eran escuchados por los recolectores qué cometían el error de adentrarse a las sombras y nunca más volvían.

Con los cuerpos antiguos y desechos a mordiscos encontrados a su paso , es claro que así era.

Hay seguridad de amplio exṕectro y cámaras qué mantenían al doctor informado de todo en la fábrica completa.

El gato comienza a desesperarse por la lentitud del avance. Deseaba saber el estado del perro allá adelante , donde estaba el avance rudo.

Más debía proteger a Bobby.

DogDay lo quiere mantener a salvo. 

Lo desea proteger , se lo dice para creerlo y no pensar que DogDay simplemente le estaba abandonando como un estorbo para su misión.

-CatNap , deberías estar allá adelante.-

Sus parejas se mueven al escuchar a ese gato azul y malhablado , dirigiendole la palabra desde ese carrito grande donde lo dejó Boxy al llevarse al chico raro.

-No deberías estar aquí , DogDay esta pendejo , te necesita y lo sabes.- remarca moviendo a medias las orejas al estar atrapado en su collarín.-No eres un chupapollas para obedecerlo y quedarte a cuidar a la coja.- es cruel y grosero.-Esta tipa puede sola , es una perra ruda.-

El gato gruñe en advertencia. Todas esa palabras le eran desagradables al entender que eran insultos

-Bobby está herida.-

-¿Quieres hablar de algo?- el gato le ignora al verle reticente.-¿Quieres que te hable de la primera vez que me violaron?-

-Dios , no.- sus orejas bajan ahora más frustrado.

-Bien , entonces te hablaré de mi amiga.- mira al techo oscuro.-Sofía era una chica dulce y también una perra brutal. Me trataba bien un día pero si me portaba mal me volteaba panza arriba. Entre ella y Mommy , de verdad era mejor estar en la zona de Sofia.- hace un recuento ,mental de las veces que la hizo enojar.-Mommy no la enfrentaba al ser hermana de Boxy , creo que le tenía ganas esa zorra insoportable , era la única en ese piso que podía evitar que ella nos secuestrara y se divirtiera metiendo sus dedos en las mordidas qué nos hacía.- mira al gato.-Tú eres estúpido pero lo eras por ese perro amor que sientes por todos. Por eso me dabas miedo cabron , eso y que existe el rumor de que tienes espinas en la pija.- tiene un escalofrío.- A los buenos no se les puede detener ni partidos a la mitad y tu te creías el bueno.-

El gato baja y sube las orejas tan confundido como enojado y ofendido.

Si Boxy estuviera aquí , hace rato hubiera callado al estúpido gato azul.

 -No creí que te atreverías a decirme todo eso a mi y directamente.- deja al aire el poco acertado camino que estuviera planeando recorrer al decirle todo esto a él.-Tú ya estás muerto a este punto.-

Esta vez la advertencia es un recordatorio sobre la poca paciencia actual en CatNap.

Lo rápido que mueren los infractores y los malcriados como Candy.

Aquí al gatito azul su cuerpo fruncido por el miedo instintivo le recordó que este gato no era Boxy , además de ser posible que en cualquier momento se volviera loco y otra vez estuviera apunto de cometer una masacre a falta del perro que lo controle.

Entonces miente para no sentirse más cobarde.

-Claro , soy un tipo muy valiente.- mira a la osa.-Boxy se cree el malo de una historia que se armo pero solo es un idiota. El solo hacia lo que hacía para sobrevivir…por eso sé que sería el primero en morir de permanecer donde estábamos.-

-Ves las cosas de una forma extraña.- señala CatNap. Hace tiempo no hablaba con alguien de forma tranquila , aunque este tipo tuviera el tono de un cocainómano en abstinencia y fuera de todo menos relajante su voz femenina.-Boxy era de los más fuertes y grandes el sobreviviría a cualquiera de los grandes.-

-Dah , también peleaba con humanos.- se lo recuerda frustrado.-Mientras tu te masajeabas la cola en celo de gata que te cargas , Boxy pelea para conservar la fábrica a salvo.-

-Yo no hacía eso.-

-Pues lo hubieras hecho.- mueve una corta patitas para apuntarlo.-Mírate , me da envidia que una cogida parezca sanar la locura y a mi nadie me da un buenas tardes.-

-Vulgar.- mueve las orejas ya listo para alejarse del gato.

Si no fuera porque estaba atrapada la base donde llevaba a Bobby en esta vía vecina y entre muchos más carrito Barry.

-Es porque estoy enojado. Tu Dios y tú , lo arruinaron todo.- su boca se abre y cierra con un bufido felino.-Se suponía que se debía mantener vivos a tres científicos para arreglarnos pero todos murieron y ahora , todos estamos atrapados en estos cuerpos hasta la muerte.- su cola de gato se sacude de lado a lado.-Yo estaba esperando obtener unas buenas piernas , ¿Sabes?-

- ¿Me odias por eso?- pregunta relajándose al estar en un espacio conocido como el recibir odio de parte de otros experimentos. -DogDay no podía lograr eso de seguir a su ritmo y su manera.-

Hace su propio remendo a los hilos de la historia para completarla.

-No con tu intervención pero aquí unos chicos me han contado cosas muy interesantes.- mueve la cola como todo un gato a punto de devorarse un ratón o solo jugar con él hasta matarlo.-El humano que murió al irse contigo , si , ese.- puede ver las orejas del gran gato púrpura sacudirse.-Él te llevo con el doctor de las flores y si entiendo algo bien , es que las flores venían de una sola persona y esa era el doctor que controlaba toda esta fea fábrica de mierda.- su boca se estira en una sonrisa.-Si DogDay no hubiera sido entregado a los humanos por ti , ese doctor hubiera completado lo que deseaba junto al prototipo , y entonces los humanos hubieran sido seleccionados y tendrian lo que merecían.-

El gato más grande tiene lentamente una rebelión con esa información.

-DogDay … él me hizo matar a Dog para controlar al doctor , para que no le sirviera al doctor.- tiene sentido.

Dios no desearía a otro tipo creciendo dentro de su territorio y mucho menos a ese tipo.

-Si , a veces somos gatitos malos por amor y otras porque somos simplemente , estúpidos.- el gato azul rueda al fondo de su caja y ya habiendo escupido fuera de sí algo de su dolor a alguien que pueda hacer algo con él .

Si. Es posible que el gato esté diciendo la verdad y en gran parte ya conocía esta historia.

El problema es el contenido retorcido de la versión contada por este gato gordo y pequeño.

Una versión donde DogDay no hacía lo que hacía para proteger a su familia sino para conseguir un lugar donde el ciclo de dolor continuaba pero volteado por completo.

Retorciendolo de forma extrema aunque no fuera el resultado donde estaban atrapados.

Un escenario lleno con otro tipo de infierno construido con carne y muerte , ese no era bueno.

No tenía sentido pensar que la idea de rebelión por parte de DogDay fuera ser los dueños de este infierno y los humanos seleccionados las herramientas.

No habría cambio.

DogDay sería un maldito igual a ellos , solo eso.

 Sus ojos van a la osa pero ella sigue dormida , no tiene a nadie del grupo original para saber qué clase de desgraciado mundo deseaba crear DogDay con la ayuda de ese doctor y quien le permitiera moverse por fuera de la fábrica.

-Si yo soy un monstruo por matar y torturar ¿En qué te convertirías si a personas que deberían morir las mantienen cautivas?-

Se lo pregunta a sí mismo al no tener a nadie más. 

No sabe ni imagina razones por las cuales sea correcto arriesgarse a imaginar ese escenario poco lógico.

Hobart definitivamente …los mataría , era lo correcto.

Era lo justo , no mantenerlos vivos. 

No mantener ese ciclo.

Sus ojos van al suelo donde pisa más de un charco de sangre , escurriendo desde las paredes donde fueron apilados.

-¿Qué es la piedad para ti , Dog?-

Antes de poder seguir preguntándose tal cosa sobre el perro , puede ver una zona llena de luz más adelante.

-Estuvimos bajando en espiral , wow.- 

Mira la zona iluminada.

Su sorpresa al ver la parte inferior de muchas máquinas y rieles de carga , hace de su mente un enredo.

-¿De verdad habrá una salida más adelante?- 

-¿Cómo vamos a salir si solo seguimos bajando?- 

Las preguntas son de algunas criaturas del montón repartido entre los juguetes.

El azul de la prisión toma la delantera al diluirse y reaparecer sobre la plataforma del tren.

-Chicos , vamos a seguir adelante pero con una distancia considerable entre ustedes y nosotros.- abre los brazos dictando la distancia con una sonrisa.-Esa distancia es lo major para mantenernos a salvo ustedes y yo , así que no la crucen.- advierte serio.-Así que , allá vamos.- sonríe de nuevo para calmarlos.-Doey , osea yop , avanzare a la puerta C , el humano de color leche irá por delante en solitario .- su sonrisa muere a medio camino entre las instrucciones , dirigiendo su mirada al gato púrpura.-...y el CatNap se quedará aquí. A cuidarlos.- señala las vías.

Los sonrientes presentes deben contener la molestia por esta falta de reconocimiento al ser ignorados.

-Qué yo iré contigo ,azul.- le recuerda el humano. Sobresaltandose todos al ver al “Humano color leche” irse sin miramientos por el pasaje a las máquinas.-Es un chihuahua.- murmura Niko al verlo irse tan rápido.

-Pues ve por tu lado.- le apunta el azul antes de irse por las paredes.

Niko voltea atrás.

El elefante le observa con el ceño fruncido. No es tan cursi para despedirse de él.

Aún así es claro que este era terreno peligroso , ya que perdieron a uno de su grupo. Es claro que este viaje no es ni de cerca una expedición segura.

-Te amo ,Chris.- sonríe al retirarse.-Nos vemos al rato , hermano.-

El elefante levanta los hombros furiosos.

-¡¡No te despidas , cabrón!!- grita lleno de reticencia.

El humano solo se ríe ya en marcha por el pasillo oscuro. 

 

 

 

 

 

 

-Pues si le pegaron fuerte al prototipo.-

La cabeza de Mako es llenada por las pruebas.

El fuego de Simon era altamente alcalino por la evaporación de la saliva y la sangre residual en los vasos que reventaban a causa de la presión de salida en el combustible qué era producido en su interior por las máquinas implantadas en su vientre.

-Uso a Simon.- Poe revisa las marcas en las paredes y techo.-El ya lo usa.- sus manos quedan marcadas por la ceniza.-Él lo mató y ya lo usa , como si fuera un maldito suéter.- gruñe sentándose en el suelo sin importarle si sus ya oscuras plumas se vuelven más negras ahora.

Simon era flojo porque estas máquinas drenaban su sangre de todo mineral. Así qué lo veían comer rocas a escondidas para saciar el hambre y lo hacía a espaldas de todos al sentirse avergonzado de rascar el suelo y comer tierra.

Al revisar este espacio cargado y caliente , pueden encontrar un bulto a medio pasillo.

La pata de Mako lo empuja para ver el interior.

El amasijo de pelo y piel sintética les deja en claro quienes eran a pensar de estar completamente destruidos físicamente.

-Hola , Picky.- revisa su cabeza.

No pueden ver donde estaba la otra ni como terminaban.

Al parecer usó sus cuerpos como uniones musculares para su físico destruido en el primer incendio.

La cabeza rueda fuera del amasijo sin gran resistencia.

-Llevan mucho tiempo muertas.- Rabie evita tocarle al pasar por un lado de los cuerpos.

Siguen su camino sin detenerse después de esto.

 

Por fuera de este mismo edificio ya hay un grupo de juguetes buscando la entrada al trepar sobre metales apilados.

 

Todo bajo la mirada del grupo humano en las alturas.

Los juguetes ignoran las cámaras que les fotografía , demasiado ansiosos por salir del lugar.

Las maestras hacen entre las dos una reja metálica , arrastrándola a pesar de llevarse unos tantos rasguños en el proceso.

La empujan y atrapan con los alambres de seguridad sobre el muro.

Trepando los pequeños primero para fijarlas con cables.

Suben todos con más de una herida a causa de la bajada violenta qué tuvieron que tener para llegar aquí.

Este avance pausado y a la vez vertiginoso , hace de la percepción de los humanos un desastre.

En ningún momento pensaron en esa idea tan tonta.

Tirar una reja de metales y traerla como si fuera una resbaladilla o un juego de escalar para esta pared.

Los juguetes cruzaron hasta el último , sin dejar a ninguno que pudiera caminar o hablar en los murmullos qué expresan.

Al último una maestra se detiene sobre el muro , volteando a la dirección de los humanos.

Saluda moviendo la mano como si fuera a invitarlos a unas bebidas , sin gran disimulo sobre su intelecto humano.

Arrastra consigo la reja para no darles esa ventaja a ellos.

Del otro lado la suelta y ahora vuelven al recorrido.

Siguiendo el aroma de la comida enlatada.

 A su paso las pesadillas más pequeñas les observan tan perdidas como para abstenerse de atacar.

Su cuidador desapareció.

Estaban perdidas sin su guía.

No eran como los pequeños sonrientes , ellos necesitaban a su guía.

Estaban solos y solo podían observar a otros seguir adelante sin moverse.

Congelados en el miedo que les generaba el ser abandonados nuevamente.

 

 

 

 

 

Dentro de una cabina similar a la zona de vigilancia de la estación de Mommy , sobre un alcance de más de cien metros cuadrados cargados con estática , humedad y polvo.

El gran gigante rojo analiza su non grata posición junto al dinosaurio que no puede soltar porque se va corriendo y seguramente se coma a un sobreviviente o lo mate algo aquí abajo.

Revisa ese cuaderno y mira los , al menos , seiscientos botones de colores y algunos cubiertos por metales en este teclado.

-Y si, aún no se que hacer.- dictamina al rendirse. 

Para el gran rojo su misión autoimpuesta le era un poco , muy , difícil.

Hay un teclado y varias conexiones qué hacer y solo tiene dos manos y una pata coja.

Observa la ventana de vigilancia de esta cabina. Completamente cubierta de sangre por el exterior , hasta un gran agujero que delata la entrada de algo de tamaño considerable por esa zona. Abriéndose paso y destruyendo muchas piezas de metal en el camino.

Sus ojos vagan al interior de ese espacio de almacén.

Donde puede ver nada más que oscuridad y un par de insectos moviéndose entre las máquinas.

-¡¡¡AHHAHAAA!!!-

El rojo voltea lentamente al ser asustado de muerte por esa voz gritona.

Agarra su mandíbula al sentirse lento.

El medicamento lo hace tranquilo pero es claro que está afectando su tiempo de reacción , algo bueno en este momento al evitarse la fea posibilidad de aplastar de un manotazo a este humano.

 -¡Boxy!- ahora lo mira aliviado aunque tenga aún el corazón en la garganta. 

-Humano.- repite en el mismo tono una vez supera el hecho de que se asustó por culpa de este tipo.

El castaño camina para analizar el lugar.

-¿Querías hacer algo aquí, Boxy?-

El rojo bufa llevando las manos a sus caderas cuadradas.

-No le entiendo a esta basura.- entrega las notas impactandola contra el humano.-Quería hacer esto yo solo para evitar un desperdicio de tiempo pero no estoy en ello y a este tipo menos le puedo preguntar.- señala al dinosaurio observando un espejo en el lugar.

 

Un espejo donde puede verse Pianosaurio.

Puede ver quién es y de dónde viene. Quién es Pianosaurio.

Es un omega. El fin del todo y el nudo del mismo universo.

Y el alfa aquel que comienza en el inicio idílico del universo en el bigbang a punto de terminar a cada segundo que es comenzado.

Es el secreto de la leche de la vía láctea.

Es el pan en el sandwich.

Es la mortadela de la torta.

Destruyendo se su mente por el sinfín de secuencias donde su más hermoso fin es aquel donde las flores en decadencia son la más pura muestra de su belleza cruda.

La desnudez de almas sin un cuerpo.

En un mundo al natural de la energía misma dentro de un pétalo de amapola.

El inicio de una vida.

La mentira del amante qué ruega por amor. 

-Soy hermoso.-

Es todo.

 

 

 

 

Los dos observan con una ceja arriba al dinosaurio mover sus brazos para abrazar su reflejo.

-¿Él habló?- cuestiona Henry.

-No sé , creo que mejor finjo que no lo hizo.- señala Boxy volteando a ver el teclado.

Henry hace lo mismo ahora mirando las notas revueltas.  

-Su letra es buena , esto debería ser más legible.- lo voltea. De cabeza el cuaderno ya puede ver el escrito. 

Son números secuenciales en una sola línea.

-Creo que es sonido.- mira al teclado.

Guarda el cuaderno para dirigirse a completar las conexiones eléctricas.

-Oye…- el rojo solo puede quedarse con la advertencia a medias al verlo saltar a esa zona de máquinas con tanta soltura, usando las manos para moverse por los cables hasta el centro. Al bajarse de este cableado el ojo le pierde de vista al estar cubierto por los ordenadores de computadora que llegan a ser más altos que él mismo.

Vuelve a observar el exceso de sangre.

Encontrando el sentido de esta al mirar con más detenimiento.

La cosa que dejó este desastre no estaba saliendo.

Estaba llevando la cena adentro.

Mira al dinosaurio Ann embelesado con su propio reflejo.

-Si se muere ,Huggy va hacer mucho ruido.- murmuró preocupado al perderle de vista por completo.

 

 

Henry al bajar a la zona de máquinas su espalda es recorrida por una sensación de lo más desagradable. Caliente y húmeda como el aliento de una bestia.

A sus pies la oscuridad es absoluta a causa de una acumulación de vapor hasta sus rodillas.

Camina leyendo las instrucciones.

Esta vez las pruebas son cubiertas por letreros revueltos y mucha sangre que debió y pudo haber sido puesta a propósito.

Avanza encontrando conexiones conocidas.

-No puedo creerlo.- detiene sus pasos justo frente a una puerta. No porque le fuera difícil sino porque al fin procesa lo que acaba de suceder.

Ryan murió.

Uno de ellos ha muerto en serio dentro de este lugar.

-No debí dejarlo ir solo.- sujeta los controles de las manos.

Hace rato no conocía a alguien de esa edad y tan comprensivo sin que le hiciera cara de asco en cuanto lo conocía más. No eran nada y apenas entendía si estaban volviéndose amigos , es una incertidumbre muy desagradable, porque no conocía lo suficiente a Ryan pero podía saber que eran amigos.

Lo eran.

Hace mucho tiempo no conseguía un amigo.

 Además de ser alguien que podría ayudarlo a proteger allá afuera a Huggy , a todos.

Todo se ve más difícil ahora.

Aunque seguramente había una forma de salir adelante , aun siente que perdió un gran apoyo para los dos.

Para recuperar la libertad de Roger , necesitaba ayuda y comprensión.

Necesitaba más que él mismo para hacer que Roger sea completamente libre.

Podía sacarlos de aquí pero no conocía gente ni un lugar donde esconderse sin terminar exactamente cómo iniciaron en este lugar.

Ese hombre parecía estar más que seguro de dónde y cuándo ir.

Y tendría que decirle a Ángela que su padre murió.

-Puedo y puedes , vamos.- interrumpe sus pensamientos usando la mano azul para arrancar una capa de metal ya desgarrada.

Del otro lado puede ver una puerta sellada.

Necesita una tarjeta aparte de conectar la electricidad.

Camina de regreso buscando los controles de la puerta principal.

Pasa por un lado de una criatura gigante metida entre dos pilares de ordenador.

 

 

Como en una parodia de la película japonesa qué vio hace unos meses , esta cosa de gran tamaño le observa con dos grandes ojos cubiertos por neblina gris , inhalando tan pronto como exhala en su agitado metabolismo de peligrosa aceleración.

Abriendo y cerrando fauces tan inmensas como para tragarlo de pie y masticar.

-Hola.- saluda esta cosa sacando la lengua llena de pústulas y un aliento tan poderoso como para hacer sus ojos aguar.-Te ves muy bonito , muy suave y rico.-

Henry sonríe en un estado completo de shock. Apenas puede hacer algo como temblar sin dejar que sus rodillas se rindan.

-Quítate la ropa.-

Corre.

Esta carrera es lo único que le salva de esa gran boca de metal , saliendo de su garganta abierta.

El ruido de una canción infantil comienza a taladrar los tímpanos del humano que corre con esa cosa pisándole los talones.

-¡¡Es como ir a una cena de curas vestido de monaguillo , ayuda!!- grita por reflejo al tener que deslizarse debajo de una plataforma para evitar esa boca.

De lejos puede ver que era una criatura aparentemente bonita pero este lugar destruyó su aspecto. 

 Y aún así se pregunta :

-¡¡¿Porque de todos los seres vivos del reino animal , se decidieron por una lamprea payaso?!!-

 

 

Arriba en los controles Boxy lo ve correr de un lado a otro entre gritos.

-¡Lo estas haciendo bien!- lo anima aunque sólo sienta que era injusto verlo y no ayudar.

Abajo esa criatura escucha una segunda voz , levantándose sobre su largo cuerpo serpentino. Revelando el arcoiris en una piel de terciopelo y lazos alrededor de su boca como si eso fuera a darle algún tipo de aspecto tierno a la boca llena de colmillos al centro.  

-Hola , eres lindo.- dice acercándose al subir sobre los pilares de los ordenadores.

El gran rojo frunce las cejas al escuchar el cambio de voz a una femenina.

-Te ves rudo , te ves fuerte y delicioso ¿Quieres ver lo que soy por dentro?-

El dinosaurio a un lado del rohp se asoma con la misma mirada de horror.

Esta criatura se abre lentamente , escurriendo de su boca dentada un líquido amarillo.

-Mírame , me gusta cuando miran.- 

El rojo abrió las fauces al ver cómo de esa boca emergía una criatura de colores rosáceos.

Es una conejita amarilla.

Esta grita sin palabras , moviendo los pedazos de lo que fue su cuerpo ahora consumido por el tiempo y el ácido.

El rojo retrocede al mismo tiempo que es llenado por estos recuerdos asquerosos.

Con el sabor de la conejita amarilla.

Con la sangre de su hermana.

El dinosaurio lo sigue con las pequeñas cejas sobre sus ojos bien arriba.

-La estética de Playtime no favorece a los payasos-

El rojo mira de soslayo al dinosaurio aunque solo le ve otra vez normal como al inicio.

Esta criatura usa su cola para saltar contra el cristal , entrando esa coneja por el agujero y gritando al intentar atraparlo.

No son payasos , son un juego de matryoshka.

Y Boxy no quiere saber lo que saldrá después de la coneja. Corre dejando al dinosaurio en el pasillo al ser perseguido por este juguete problemático.  

 Pianosaurio observa al pasillo , a ambos lados , ahora solitarios y además libres.

Solo le quedaba una cosa por hacer.

Bailar.

Deja qué la música en su interior le llene al dar sus pasitos de vuelta frente al espejo donde puede ver toda su creciente majestad. 

Otra opción es irse pero no conoce a nadie y le da miedo.

 

 

 

Con Henry las cosas se relajaron una vez aquella criatura siguió la valiente y acertada distracción de Boxy. Permitiéndole seguir con la investigación sobre el uso de aquellos códigos conseguidos por Ryan. 

Entra al fin a la siguiente sala.

Dentro hay una pila de documentos sobre otra y una persona.

Detiene sus pasos en la puerta. Respira lentamente y vuelve a mirar el interior.

Una habitación tan o más avanzada qué las ya recorridas.

Pantallas repletas de imágenes de cada rincón de la maldita fábrica , unas sobre otras.

Avanza y sus ojos llegan a los controles.

Donde puede ver algunas luces rojas en el teclado de botones coloridos.

Ahí , recargado en estas piezas viejas , puede ver a esa persona.

Se cubre las heridas bajo un traje elegante con unas cuerdas.

Con un cigarro eternamente metido en su boca a más de la mitad al haber muerto con la mirada al techo. 

Alrededor de esta persona hay más de una pila de papeles.

Hay muchos billetes y documentos de alguna cosa importante también.

Este tipo se encerrona aquí con todo lo de valor , todo estaba aquí.

Empuja las columnas de billetes unas sobre otras , mirando a ese rostro cadavérico convertido en nada más que huesos y piel seca qué se pega a un esqueleto sin valor más allá de fertilizante natural.

Observa los controles del espacio.

Para su malestar puede ver a más personas en la zona exterior de la prisión.

Para su gran emoción. Hay más juguetes caminando por el lugar y en búsqueda de ellos.

Sus ojos no pueden ocultar su alegría al aguarse.

-Bien.- mira este cuaderno con renovado ahínco.

 

 

 

 

-Entonces agregamos el coco , debe estar bien machacado o preferiblemente licuado para que el resto de ingredientes absorba su sabor como un extra dentro del guiso y sea perceptible.- mueve las manos haciendo la señal de un tazón a revolver.

El azul sale por una rendija de aire. 

-¿Pero por qué me estás hablando de esto?- pregunta con una mirada seria.

Niko junta las cejas confundido.

-¿No me acabas de preguntar cómo usar el coco en un guiso?-por dentro los tres se interrogan antes de responderle.

-No , no hablaba de eso. ¿Se puede? Yo hablaba de si ya habías arreglado el parachoques de un auto , ya que mencionaste que sabías robar autos.-

Niko abre la boca al entender mejor la pregunta.

-No , no se arreglar eso. Nunca aprendí a robar coches, trabajé para los que los robaban y me metieron a la correccional por eso.- piensa ahora confundido.-¿Por qué empecé a hablar de coco?- pregunta perdido en este avance. 

La electricidad tiene problemas justo ahora.

El azul lo mira con el ceño fruncido.

-Tú hermano es el sonriente elefante.- 

-Si. Ellos fueron bastante buenos eligiendo al negro para el animal africano.-

-Los elefantes también habitan en Asia.- 

-¿Y eligieron a un asiatico? No , eligieron a un negro.- sigue adelante.

El azul frunce el ceño.

-¿Tienes una idea de porque elegían a algunas personas y a otras no?-

Esta pregunta lleva mucho tiempo dentro de su corazón , rodando con el resto de la basura en aquel montón de dudas que lo ahogaban.

-Si.- detiene su avance.-A los sanos y los obedientes. Ellos no traían autistas ni a otros divergentes o minusválidos , preferían niños sanos y neurotípicos para destrozarlos a su propio gusto.- su coraje sale a flote.-Solo eligen chicos sanos , solo aquellos que puedan tener una vida completa si alguien los ayudará a sanar sus miedos. Esos degenerados fueron de orfanato en orfanato y cuando no habían nuevas víctimas , las traían a fuerzas. Los eligieron y los trajeron como si fuera una maldita fábrica de muerte , solo eso les interesaba a esos malnacidos.- mira al azul.-Lamento mucho lo que te haya sucedido.- mira al camino.

Justo ahora mismo el consuelo no es de su interés.

Es grato el reconocimiento pero no lo deseaba justo ahora.

-Wow , eres arrogante para ser tú.-

El humano sonríe relajado.

-Aquí hay algo raro.- apunta a una puerta trabada con madera.

-Iré adelante.- avisa al azul antes de regresar para entrar por el aire acondicionado de antes.

El humano toma otra decisión. Usando las manos , saca las tablas una por una.

Abriendo la puerta con la tarjeta robada de las tantas en la prisión.

Dentro se puede ver un largo pasillo cubierto de sangre y restos de huesos oídos por el camino.

Al menos no había más de esos chicos en el pasaje del tren.

Espera un minuto para seguir adelante.

A su espalda la puerta se cierra con un sonido de bloqueo muy preocupante.

Por las puertas se puede ver al interior de reojo. A humanos atados y torturados de distintas formas , conforme sigue puede ver a más de uno en camillas o como a un pobre estúpido , atado a una silla y tirado en el suelo como si animales se hubieran divertido comiendo pedazos de sus destruidas extremidades.

-No puede ser.- se detiene mirando a l pasaje que habría que pasar , sobre el cadáver de un chico blanco hecho pedazos con una palanca qué obviamente no le sirvió de nada para salvar su pálido culo.

-¿Qué carajos estoy haciendo?- mira alrededor bajo este golpe de realidad inesperado y poco bienvenido.- ¿Llevo mucho tiempo fuera del gueto? ¡Hermano , yo no debería estar aquí!- mira a las escaleras oscuras y cubiertas de sangre.-Mierda , ya murió el indígena ¿Qué carajos hago aquí?- respira agarrándose el puente de la nariz.

-Maldita sea…- da una vuelta y mira al techo.-Bien , ya. Ya me pongo devuelta las bolas , y allá voy.- exhala y comienza a bajar.

A su paso saca la maldita mano bengala.

Iluminando este chiquero de tripas y vísceras secas al aire con esta agradable peste a infierno y casa de tía acumuladora qué duerme sobre su gato muerto porque sino le da frío.

-¡¡¡Aha mierda , mierda , mierda!!!.- Sube corriendo a trompicones todo lo que bajo al escuchar algo moverse.

Mira abajo de nuevo al detenerse en la escalera.

Es una ardilla roja.

Una puta ardilla roja de mierda en la maldita escalera pasa mirandole como lo haría un señora salida de su iglesia un domingo de misa y debiera proteger sus joyas del estúpido niño africano con un smoothie , que seguramente era de sandia , que se le cruzo en el camino al estacionamiento de Walmart.

Seguramente deba quemar ese vestido para limpiarse la mirada de ese niño apestoso a pollo frito y algodón.

-¡Mierda!- grita al procesar qué esa mierda era de verdad y si estaba una maldita ardilla roja en este pasaje al infierno.-Cuánto odio en algo tan enano.- exclama perdido. Recarga el peso en la baranda para acomodarse y disfrutar del viaje al absurdo qué le recorre hasta su achocolatada médula.

-Quiero un smoothie…de sandía sería preferible.- toma asiento con la mirada agotada sobre los escalones.

Hay un juguete de Bubba muerto en el suelo.

Su cuerpo pierde esa adrenalina venida de todo el miedo acumulado.

No eran indestructibles , ninguno de ellos era excepcional para sobrevivir a este viaje.

-¿Cómo pudiste morir? Estabas armado , viejo.- recarga la cabeza en su puño.-Tenias una maldita arma y aún así te mataron.-

 No puede detenerse aunque sienta este peso en los hombros.

Levanta el cuerpo del suelo y sigue su camino.

Un escalón a la vez. Pensando en su vida y en Christian. 

En lo cerca que estaban de la salida.

-No creí llegar tan lejos.- detiene sus pasos al escuchar algo a su espalda.-Pensé que podría morir en el camino para no tener que seguir vivo con esta culpa.-

Su interior es más sincero a la hora de seguir adelante.

Es esa ardilla otra vez lo que hace ruido a su espalda.

-Largo señor , no trabajo por comida.- sigue adelante.-Espera.- gira de nuevo para verla.

Es del exterior. Una ardilla del exterior dentro de este lugar.

Entonces necesita relajarse para seguir. Eso es todo en resumen.

-Tantataan~ Tantatataaaan~ -canta la entrada ceremonial de una boda , con los ojos fijos en el suelo y las puertas abiertas.-Y yo estoy vestido de blanco… ¡La novia negra más guapa va adelante , abran paso para su señora , perras!-Su andar se vuelve más seguro conforme la estupidez le da ánimos.

 La ardilla sube a su grabpack desde su punto ciego.

 

 En el pasillo donde se separaron el gran azul escapa por el aire acondicionado y un grito.

-¡¡No podemos usar esa puerta, hay enemigos…- mira alrededor.

Podría dejarse llevar por Kevin lleno de la espera a ser traicionado pero Jack grita junto con el mismo Doey al ver que el humano abrió y entró a ese lugar en vez de esperarlos . 

Sujeta su cabeza a punto de escupir una gran palabrota.

-¡¡¡Caracoles con espárragos de la tia!!! ¡¡Ahaaa!!- vuelve al aire para ir por el humano antes de que las cosas se pongan peores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El avance de los juguetes llena los pasillos quemados.

Observando la cabeza de la sonriente rosa entre murmullos .

La maestra adelante , arrastrando su pierna herida , la toma por la sonrisa y la mira fijamente.

-Traiganlas , intercambiamos estos cuerpos por comida.-Les dirige tirando de una extremidad.

La segunda maestra le escucha puniendo de su parte para llevarlas consigo. Sumándose criatura por criatura , estos cuerpos son llevados a pesar de su estado destruido.

 

 

 

 

Por delante de ellos aquellas pesadillas de gran estatura observan a las vías del tren con rostros cansados.

-No creo que ṕodamos seguir adelante de esta forma.

-Claro que podemos.- señala Toullie.-Puedo oler a Allister y al resto.- mira la oscuridad.-Puedo sentir a el olor de CatNap.-

Entre los cuatro hay un silencio pesado.

-Mako.- Rabie aún espera a la chica con una mano sobre el hombro del escualo.

Con el peso de su tiempo atrapada en este cuerpo ha dejado atrás cosas de su persona como una niña olvida partes de sus muñecas en la arena.

Temblando sus hombros con los ojos fijos en una mancha en la pared.

 Esa mano marcada al recargarse el dueño de esa mano en los bordes del túnel.

El miedo vuelve pero no es ese peso doloroso sino una gran alegría que le asusta , le aterra decepcionarse.

Sigue adelante , tomando la mano de Rabie para buscar su apoyo. Aunque la chica crea que es al contrario al sentirse segura , el seguir adelante es un acto de valor que se lleva gran parte de Mako.

Mirando solo una vez más esa huella en la pared.

Las usuales marcas de fuerza bruta que el perro dejaba a donde fuera.

Un perro inquieto y no el cortés y bien portado reemplazo qué dejaron en su lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          

Notes:

Gracias por leer

Chapter 119

Notes:

Siento que es un capítulo muy corto

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1997

 

 

 

Desde que Theodore Grambell fue usado para convertirse en el Experimento 1188 , su vida se volvió un desastre apenas controlable por su propia estupidez.

Saltando y arañando a los que lo golpeaban primero.

Después hizo daño a todos sin importar si le lastimaban , porque simplemente iban en contra de todo lo que eran los designios de su Dios.

Ahora mismo pelea contra una cucaracha voladora qué insiste en ir detrás de su rostro.

Este insecto era comida para algunos pero para Theodore es una cosa asquerosa qué apareció en uno de los muros y ahora lo persigue.

-¡Cierra los ojos , está persiguiendo la luz!-

-¡No es una polilla!- gritó cubriéndose la boca por si esa cosa se metía dentro de su asquerosa sonrisa. 

Ese insecto repulsivo vuela por encima de él y parece estar ansioso por entrar a su boca o solo seguir jodiendo.

Corre y regresa mirando cómo logró perderla y ahora es cazada por algunos Wackies en un espacio apartado.

Candy , quién se escondió para evitar que lo alcanzará esa cosa , observa al gato regresar al lado de Bobby.

-Debiste comértela.- se lo dice con una sonrisa. Así se escuchó.

CatNap ,mueve las orejas. Frustrado decide devolverle una de sus tantas groseras bromas a este mísero felino.

-Tengo a un gordito tentempié justo aquí , no necesito una cucaracha.- lo dice mirándolo directamente.

Candy se gira al entender la advertencia nada sutil.

El gato grande puede volver a relajarse al pasar la crisis.

Recostandose sobre la superficie fría del azulejo en la zona iluminada de esta estación de tren.

Un lugar tan iluminado como desagradable a causa de su excesiva proliferación de bichos sucios y feos a su alrededor.

Busca , con disimulo , alguna cosa de su interés.

Lo que sea que no le permitiera pensar en su situación.

En Dios.

En la decepción de DogDay por su amor de cobarde.

En sus muchas muertes confirmadas o ese audio.

En la amenaza de Bubba.

En la traición de Kickin.

Lo que sea , le sirve.

 

 

 

En el suelo donde todos los gatos de la superficie se reunieron para hablar reunidos es posible ver a esa DogDay sentada junto al gato. Su palo continúa cerca de su pata pero ahora aprovecha la pausa para conversar con todos.

-Y entonces ellos me tiraron por las escaleras , por eso me salve del fuego.-

 -No creo que esa fuera la intención.- 

-Así suele ser aquí.- mueve las orejas observando al gato de su interés con esos audífonos pegados a la cabeza.-Creí que a este punto ya estarían lamiéndose sus partes.-

El grupo pasa esa declaración sin parecer demasiado interesados por la posible ofensa

-No somos gatos a ese punto.-le reclama una de las chicas del grupo púrpura.

La chica señala una razón por la cual le eran extraños en muchas formas para el grupo de la prisión.

-Me maullaron.- remarca con un movimiento de patas.-Y fueron todos.-

Inmediatamente les llena la vergüenza por su comportamiento poco racional. 

-Eso no nos representa.- entre ellos hay algo de emoción por lo hecho al conocerla.-Nos alegró ver a DogDay y paso. No es gran cosa.- 

La chica mueve la cabeza curiosa.

-Yo terminé aquí porque nunca pude acoplarme a las máscaras pero tenía una duda ¿Cómo se eligen?- sus manos suben y aprieta su rostro.-Nunca encontré mi disfraz.-

Entre ellos crece una duda en torno a su pregunta.

-¿Hablas de los roles o de los grupos?- pregunta otro gato. Este era diferente al faltar uno de sus ojos y estar usando un parche para evitar las infecciones.

 -A todo , todo.- mueve las patas curiosa.-Porque todos son diferentes aunque sean una máscara y no entiendo como se arman los grupos ¿Como es que un día de pronto ya eres el CatNap de un DogDay o un Kickin para Hoppy?-

Entre ellos hay una mirada confusa.

-No lo sabemos totalmente pero sí podemos decir lo que sentimos.- 

La chica del grupo hace memoria de su pasado.

-Mi DogDay era mi hermana , ella era alegre y éramos todo.- sus brazos suben por sus brazos.-Aunque muchos terminan en relaciones de noviazgo con sus pares de máscara , no es necesario. Eso sería demasiado raro para nosotros que éramos hermanos. A mi hermana le gustaba mucho un Bubba y fueron muy unidos.- sus ojos bajan al suelo.-Entonces pasó la hora de la Alegría y ellos pelearon juntos contra los guardias y los dos murieron a manos de los humanos qué aún tenían armas.- su corazón vuelve a doler. Sujetándose el pecho por un momento.-Ella era mi DogDay , mi alegría y mi compañía. Me dolió perderla.-

-Somos l pieza que a l otro le hace alta y viceversa.-

-Por eso podemos caer en el amor pero no es necesario ni una regalo que te enamores de tu pareja de máscara.-  

-Es como si una parte de tu pecho se cosiera al del otro pero eres tú quien decides a dónde lleva ese lazo.-

-Las máscaras no tienen parejas predeterminadas pero la forma en la que te unes a los otros puede hacer que te enamores o que odies sin importar si es un amigo en la máscara. Tú dentro de tu ,máscara , tiene una forma diferente de reaccionar a los lazos con otros juguetes pero tu máscara te ayuda a verlo todo desde afuera.-

-Si te insultan siendo CatNap , no duele tanto como siendo tú.-

-Ser CatNap es divertido.-

-Ya que tiene curiosidad , ¿Quieren saber lo que fue para mí ser cada sonriente y pesadilla?- 

 

Theodore levantó las cejas al ver a esa rata pequeña.

No había visto a ninguno hablar y esa chica naranja tampoco. 

La ve saltar atrás con esa vara en su poder.

-¿Y tú quién eres?- cuestiona uno de los gatos sin tanto miedo al no ser de la prisión donde estas cosas eran lo peor de lo peor para todos.

-¿Quieren saber lo que es ser un Crafty o no?-

 -Siempre me parecieron raros esos chicos.- admite uno de los gatos.

El mismo Theodore mueve la cabeza curioso por esa información después de tantas peleas con Crafty. Nunca la comprendió y ella simplemente no le dio la oportunidad de acercarse sin importar la situación o el día.

-Ellos son…- piensa por dentro.-Narcisistas. Yo vivía desesperado por la mirada de otros y me encargaba de ser un objeto de interés a donde fuera. Jugaba y corría y dibujaba , ayudaba en lo que podía y siempre peleaba con otros. Fue mi máscara menos preferida.- suspira agotado de solo recordar esa desesperación tan cruel.-Todo el tiempo una persona me recordaba de lo poco importante que era a pesar de todo lo que hacía para divertirlos o ganar su atención.-observa sus patas de Touille.-Yo amaba a todos pero no sabía mostrarlo porque me sentía muy frágil.- sacude las patas .-El siguiente es Hoppy , ese rasgo me volvía muy fastidioso. Siempre persiguiendo a alguien y muchas veces corrí por las paredes para ser visto pero solo era ignorado por todos porque simplemente no era tan divertido como debería y se supondría qué fuera.-

-Suena a que no te fue demasiado bien en dónde estabas.-

-Soy el sujeto de pruebas de toda máscara. No se siquiera si soy yo o Toullie.- mueve la cabeza recordando.-Después fui Bubba y es una vida demasiado estresante y solitaria.- mueve las patas a sus hombros.-Yo solo quería morir , mandar todo al demonio y descansar. Necesitaba saber todo , necesitaba sentirme en crecimiento. Y si fallaba en una preh¿gnta , me quería colgar.-sacude la cabeza.-Como Kickin pase una vida tranquila. Simplemente iba a donde otros iban y escuchaba para estar en paz con ellos. Solo quería que todo acabará cuando había demasiado ruido peleaba para callarlo.-

-¿Y como Picky o Bobby?-

El ratón parece pensar en esas máscaras.

-Como Bobby era muy difícil vivir.- tiembla al recordarlo.-No importaba cuánto me esforzara , siempre estaban peleando. Siempre estaban peleando todos y yo no podía hacer nada para que dejaran de hacerlo. Intentaba ser una alfombra y cuando no lo lograba , era una muñeca. Odie mucho a las personas que debería querer porque no me dejaban cuidarlas y solo se hacían daño sin importar nada.-mueve la cabeza hundido en recuerdos.-Después Picky. Todos eran estúpidos a mis ojos.- ríe agarrando sus orejas con ese horrible recuerdo.-No importaba cuánto les gritara o les dijera que algo era malo , ellos seguían adelante y se hacían daño. Abrazaba lo que les lastimaba y se llenaban la boca con cosas que odiaba.- sacude la cabeza para sacarse esa emoción.-Después de eso fui CatNap.-

La chica , que había tomado distancia al desconfiar de este roedor , regresa al sentirse curiosa por esa máscara.

-Ustedes lo entienden. No estoy enojado , no estoy triste. Solo existo y trato de existir pero el ruido es mucho , es demasiado ruido.-mueve la cabeza de abajo arriba.-Si ,eso es lo que siento. Creo que Crafty y CatNap son idénticos pero los dos viven la vida al revés. Lo que Crafty grita , CatNap lo guarda y lo que Crafty intenta arreglar , CatNap lo ignora.- 

-Entonces no son tan parecidos.- señala uno de los gatos molesto por la comparación.-¿Tienes idea de como nos han tratado Bobby o Picky?era injusto , ni siquiera hicimos nada pero ellos nos odiaban , todo el tiempo nos perseguían y nos mataban cuando estábamos solos.- 

-CatNap lo causó pero nosotros l9 pagamos y no es justo.-

 

Theodore dejo de mirar a esa dirección , bajando las orejas fija sus ojos en Bobby.

 

-Él mató a su DogDay y ahora todos creían que éramos falsos y traicioneros. Que Kickin era malo , que éramos los malos y los culpables de todo.- el gato con el parche sube la voz cansado de fingir que no estaba enojado con todos los juguetes que siguen este mismo camino.-¡Él nos hizo comida para todos y nunca nos dio una razón para eso!- su voz se quiebra recordando todos estos años en Dulce Hogar.- ¡¡El nos hizo ser odiados por todos , nos trató como si fuéramos leprosos y después ….y ahora debo aceptar que nunca se hará justicia por lo que nos hizo!!- sus patas suben y bajan.-Nos torturó , nos maltrató y ahora es una víctima que necesita todo ese maldito consuelo del perro al que él mismo mató.-

El silencio qué sigue a sus lamentos es acompañado por la incomodidad de más de uno de los presentes. 

-Ser DogDay fue extraño.- el ratón continuó una vez se sentó el gato.-Me sentía muy contento con todos pero también muy enojado. Quería golpearlos pero solo me encargaba de ayudarlos , me frustraba que salieran heridos cuando me desobedecen y cada vez me esforzaba más por encontrar el camino para todos.- mira al techo.-Pero cuando estaba solo era lo mejor del mundo. De pronto mi mente era más clara que todas pero me sentía muy solo , me sentía vacío . No me sentía vivo sin el ruido que en los otros odiaba.- su frustración actual le hace bufar con ese recuerdo.-DogDay ama a los que le rodean pro odia a otros DogDay , y si estaba solo ese odio iba en mi contra.- revisó sus patas.-Es curioso , era más feliz solo cuando era DogDay pero también lo odiaba mucho.-

 

Theodore no consigue las respuestas que esperaba al escuchar a ese roedor.

Crafty o Dog , ambos eran un misterio.

Hoppy era una masa de destrucción pero Kickin no lo era.

Entendía porque muchos caían en el amor cuando estaban con su contraparte.

Las piezas que faltan se encuentran en el otro.

Quizás por esas piezas en Dog . Él le amaba y no por algo como…

-Yo no era CatNap.- sus orejas se acuden recordando de golpe esos días.

Él no era CatNap.

DogDay no se llamaba CatNap ni era CatNap.

Era Theodore y aunque Dog no lo recordará ,él en ese momento era Hobart.

-Vaya.- sus orejas suben y bajan juntas.

Él no era CatNap cuando Hobart se le acercó , solo era Theodore.

Esto que sienten no es por las máscaras. Es por ellos.

Tal alegría hace a su pelaje saltar de su espalda y cola , dilatando sus pupilas al pegar el cuerpo al suelo entre ronroneos fuera de control.

Significa , después de todos estos años de dudas al fin puede entenderlo, qué no enamoró a Hobart como ese gato sino como Theodore.

Ni Hobart era totalmente DogDay cuando eligió seguirlo a pesar del puñetazo qué le dio.

Eran ellos.

No eran CatNap ni DogDay.

Eran Hobie y Theodore.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Algo está pasando.-

El azul gira la cabeza al escucharlo a medio paso.

-Si , estas retrasando esta porquería.- le advierte frustrado por esta tarea desagradable en muchas formas para él .

El perro duda pero no dice nada sobre ese presentimiento.

-Creo que siento algo malo.- 

Es Poppy quien comparte este sentimiento en voz alta.

El perro parece rendirse a su situación, siguiendo el rastro de una de estas criaturas por el suelo.

Sus ojos encuentran una figura de frente.

Grande y sin pelo. Más parecido a un horrible bebé humano.

Masticando en su boca los restos de una de estas criaturas en el suelo.

-Hola.- Saluda a esta cosa.-Tú eres quien estuvo comiendolos , ¿Verdad?- revisa su información pero los nombres le son desconocidos.

Eran de niños llegados después de su muerte.

La criatura le observa y con esa boca cubierta y llena de carne roja , sonríe mostrando los dos dientes frontales como parte del adorno exterior a diferencia de las encías qué se abren y cierran produciendo esta risa como lo hará un grillo con sus alas al frotarse. 

La criatura inclina el cuerpo mirándole de frente al dejar de reír.

Arrastrándose desde el suelo a su dirección tan veloz como para casi morderlo.

Detrás de él Kissy retrocede al haberse acercado para averiguar porque no seguía adelante.

Ver esta imitación de un bebé arrastrarse sobre sus cuatro extremidades es desagradable.

Esta criatura estuvo comiendo a los otros experimentos y ahora solo quería comerlos a ellos también , tratando de agarrarlos entre sonidos idénticos a un bebé que se arrastra y llora.

-No creo que tenga el intelecto para que nos acompañe.-

-Yo lo veo bien.- le da la contraria el azul.-Solo pregúntale cuál es su helado favorito.-

-Tripas.-

-Hay que matarlo.- cierra el caso el azul al escuchar esa voz chillona.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ardilla salta de su hombro a una ventila alta.

Entre los escalones y pasillos de la puerta C. 

Hay un camino sin polvo.

Niko sabe que debe haber polvo por todo el lugar y rastros sin él al estar un poco habitado por lo que sea que haya aquí abajo.

Más este rastro no es conocido.

Recuerda el camino plano lleno de bolitas de algodón por parte de los PJ. El rastro suave que dejaron sus muchas patas al avanzar por el polvo o el techo.

Estas huellas no eran suaves ni rápidas. Son continuas y firmes.

Toda la planta del pie entra en contacto con el suelo y no solo la punta o las pequeñas patas de los Bunzo o Wack.

Estos pasos son grandes y humanoides.

No.

Algo debía estar mal en su camino , algo iba mal. Le eran demasiado conocidas estas huellas.

Sigue adelante por encima del rastro para no dejar el suyo.

Observando al frente y las esquinas por las que pasa con los ojos bien abiertos.

Pasillos largos y cubiertos de telaraña. Solo sangre seca qué fue pisoteada por lo que sea que pasará antes que él por este lugar. 

Pasa por una esquina , observando al frente.

A la figura de espaldas de una persona.

Una persona de espaldas con un arma en el hombro.

No es solo una.

Son muchos de estos mismos y todos parecen estar monitoreando una máquina conectada a la puerta grande.

Retrocede.

La salida más segura estaba perdida.

Un paso lento lo regresa a la oscuridad con la realidad abierta ante sus ojos.

Son humanos.

Son trabajadores de Playtime.

Pude verlo en el logo del traje negro.

Son guardias vestidos como Ryan hace demasiados años.

-Ellos entraron aquí…hace mucho tiempo.- sus pasos son temblorosos.

Pega la espalda a la par con los oídos atentos y ojos cubiertos por la adrenalina.

Pasa a la siguiente esquina con la cabeza cubierta de presión.

La entrada C , con lo poco que recordaba del mapa de Ryan , daba directamente a un sistema de abismo y una sección directa al bosque conectado a las montañas.

No debería ver gente que no sea de Playtime.

-¡¡Hey!!-

Tal vez sea por la sorpresa o por estar a oscuras.

Algo de su sentido común se entorpece en ese tipo armado a la hora de verlo pasar por una esquina y no accionar inmediatamente.

Niko utiliza esta falla para correr de regreso.

Debía darles aviso antes de que llegaran aquí los juguetes. 

Tiene ese estúpido teléfono pero no sabía si sería seguro.

Solo puede correr y escuchar cómo se juntan más pasos.

-Otra vez , maldita sea ¡¡¿Porque soy yo el que tiene que correr de malditos perros armados?!!- sus quejas son acompañadas por sus saltos de tres en tres por escalón al regresar.

Pero ya estaban demasiado cerca para este movimiento , nueve escalones eran lo peor para él justo en ese momento. Debe saltar tres veces y en ello aferrarse en caso de un tropiezo.

Con todos estos tipos detrás de su espalda , necesita subir . Necesita detenerse para dar una vuelta.

Lo necesita y lo sabe el tirador. Solo espera a verlo detenerse el momento exacto , como si este invasor fuera un zorro en la mira del cazador y sus perros.

Apuntándole con cuidado de no darle a los hombres que casi lo alcanzan en un escalón.

Dispara directamente a su pierna , al centro de su fémur.

Cae de lado contra la pared con una mano sobre el impacto.

Uno de estos tipos agarra su cuello golpeando su espalda contra la pared.

-¡¡No puede ser!! ¡¿Quién carajo eres? ¡Responde!- le exige apretando su tráquea.

-¡¡¿Vienes de fuera o qué demonios haces aquí?!! 

 Niko observa a este hombre con demasiada rabia para pensar claramente en una mentira que obviamente sería ignorada.

Escupiendo lo primero que se le ocurrió justo ahora.

-¡¡No me toques , maldito blanco!!- grita pateandolo con la otra pierna.

Antes de que pueda sentirse libre por sacarlo de encima un problema grande le hace gritar sorprendido.

No es ningún aliado.

Es una criatura.

Es ese gato de colores.

El tirador se esconde con una radio en mano.

-Orfeo 3 a Caronte …- obra la sangre escurrir por las escaleras.-Confirmó contacto con un niño de tracia.- traiga pesado por los gritos.-Repito , un niño de traía en la zona es confirmado.- retrocede manteniéndose expectante a lo que sucederá ahora.

 

Por su parte los guardias se vieron sorprendidos por la caída de esta criatura sobre ellos. Al parecer no era una misión de rescate , el gato simplemente cayó sobre ellos al estar en su propio recorrido , aplastando a más de uno con las patas y otros los patea para moverse sobre ellos al intentar bajar las escaleras sin importarle qué algunos murieran o fueran lesionados de gravedad por sus garras.

Niko dobla las rodillas y pega la espalda a la pared sin perderle de vista , solo estar así de arrinconando le salvó del desastre qué esté gato estaba haciendo con sus patas ya sucias por la sangre pegajosa. Los golpes y pisotones que se llevará son menores a comparación del cerebro escurriendo por unos escalones superiores.

Es como si un gato cayera sobre una bolsa de plástico y se pusiera a rebotar para evitar la fea sensación en sus delicadas patas.

Mira a este felino descubriendo algo en su boca.

-Esa cosa…- su cabeza se llena de rojo por un segundo , tanto figurativa como literalmente al recibir sobre su cabeza los restos de una cuerpo aplastado algunos escalones más arriba.

Exhala compuede sin vomitar.

-Ya deja esto , ve a donde te indique , ahora.- 

Esa voz es como la de las bocinas. 

El gato logra retirarse por fin y sin voltear atrás.

Dejando a Niko entre heridos y muertos armados.

-Mierda.- toma su pierna , presionando el daño de la bala en su extremidad.

Mueve un poco comprobando que el daño solo era el músculo.

Toma el cinturón de uno de los muertos para atarlo a su pierna. Logra ponerse de pie con rapidez.

-Maldita mierda…-exclama al regresar al suelo.

La pérdida de sangre no se lleva bien con la diabetes.

Puede recordarlo al ver como la sangre no para aunque ya se apretó la herida.

-Maldita sea.- sus ojos suben las escaleras qué le faltan para regresar. Debía escapar , debía irse de aquí.

Vuelve a avanzar con una mano en la herida. 

Los juguetes irían por aquí y no tendrían tanta suerte como él.

No hora que seguramente esos radios sonando todos a la vez eran las pruebas de cuanto empeorará lo que vendrá por esa puerta.

No tendría sentido.

No debería abrirse.

Esa puerta no debería abrirse desde afuera , solo era para los funcionarios , para los de adentro y los más importantes. Debía ser imposible de abrir para los del exterior.

-Con un carajo.- cae de nuevo contra el suelo. Inmediatamente comienza a desatar los seguros del grabpack , lanzándo lo a varios metros aunque esto le dejará más débil que antes.

Los colores comienzan a desdibujarse en sus pupilas.

-Alguien de adentro abrió la puerta…- revisa su ropa buscando algo qué le sirviera justo ahora.

La pluma y la libreta. 

La saca y deja en el suelo para anotar lo que vio. Su malísima letra es tan legible como ramas sobre otras , esperaba qué pudiera leerla.

Escucha más voces.

No son de juguetes, vienen de abajo y van subiendo.

Tira el cuaderno a un lado para que no lo vean en su poder.  

Vuelve a levantarse aunque esto solo ocasiona otro derrame desde su pierna , la mancha crece a sus pies. Duele sangrar tanto , duele derretirse en esta impotencia.

Cae de nuevo aunque sea más lejos de ambos objetos a los que debe proteger.

A su espalda las presencias humanas ya estaban aquí.

Respira antes de ser sujetado por más de uno de estos guardias.

Con disimulo observa que no ponen sus ojos en el cuaderno. Seguramente por haber muchos más papeles en el suelo.

Se ve arrastrado por estos por esas escaleras.

Con la cabeza baja tanto por la presión en su nuca como por la debilidad llegada a causa de la pérdida de sangre.

-Yo quería sacarte de aquí.-

 

El tirador observa como se lo llevan , con las cejas arriba y la cabeza inclinada a un costado.

-...mierda…- sus ojos se abren al reconocerlo. La forma aguileña de su rostro está cubierta por la palidez de su tez una vez ve como un guardia le ilumina el rostro al hombre con una lámpara.

Sus ojos se llenan con ese rostro.

Reconocer al conserje qué les miraba con burla cuando se caían o solo les sonreía y tiraba un dulces en su dirección como si fuera monos de feria cuando lo encontraban almorzando en la plataforma alta.

Aguanta una exclamación , retrocediendo sobre sus pasos para seguir las órdenes.

A su espalda se queda el desastre a limpiar.

Niko es llevado por estos al claro fuera de la puerta de hierro.

No es un claro directo a la libertad.

Es una cueva conectada a un abismo , puede ser de lejos como conectaron puentes de hierro para transportar las armas y cargamento variado.

Su rostro es sujetado para la revisión rápida. Le iluminan los ojos con esta lámpara médica.

-No tiene compuesto.- se los asegura después de comprobar el funcionamiento completo en su cuerpo.-Pero algo no cuadra , mantenganlo y sigamos buscando.-

Con la boca cerrada permite que lo arrastre a una jaula. En ella lo tiran y cierran sin mirarlo.

Dentro intenta acomodarse pero toca algo que le es conocido.

Una pequeña Hoppy. Esta aguanta un quejido pero ya se delató.

Niko abre los ojos para observar su entorno.

Hay demasiados juguetes , muertos y vivos. Todas las jaulas estaban llenas de ellos.

-Esto es estúpido.- revisa su herida con el ceño fruncido. 

Sus ojos suben , chocando con la mirada de este conejito.

-Hola.- saluda controlando su tono como puede en este estado tan deplorable para su cuerpo.

El conejo se abstiene de responder.

-Estuve en Safe Heaven.- Niko intenta hablarle.-Conocí a Doey y a Brian.-

El conejo mueve las orejas volteando a verlo con hombros caídos.

-Doey…-

No sólo este conejo.

La mayoría de los juguetes reacciona a la mención del gran azul de la prisión.

Regando se la voz entre murmullos.

La llegada de un aliado.

-Si , él también es mi amigo, niños.-

 

 

 

A varios metros aquel tirador retrocede entre las sombras, colocándose entre las cajas de hierro con la carga destinada a extender este campamento.

Pega el cuerpo a un espacio y saca rápido un aparato de su pecho.

-Contesta maldito.- murmuró esperando a escuchar los tonos.

Tiene que esperar tanto como dos minutos para que la vaga señal celular logre conectarse.

Del otro lado, la voz de un hombre le responde.

-Imbécil.- saluda.

-Chino francés , hay un maldito empleado vivo y viene saliendo de la fábrica.- mira a los dos lados de su escondite.-Es uno de la guardería.-

-¿No estaban todos muertos?-

-Pues este no y es de nuestra generación.- escucha los pasos de un grupo al potro lado de las cajas.-Es un conserje , el negro que llego antes de que te fueras a la mierda.-

-No puede ser él , solo había uno.-

-Pues lo es. Lo vi de frente y le dispare.-

-¡Lo mataste!-

-No imbécil.- mira arriba con tierra que cayó desde el techo sobre su rostro.-Y no seré yo , serán estos tipos.- rasca su cuello con una fuerte molestia a causa de la tierra dentro de su uniforme.-Ellos querrán sacarle algo de información ,así que nadie lo matará por ahora.-

-Deberías dejar ese lugar. No sabemos lo que puede pasar ahora con esas gente saliendo.-

Con el teléfono en su oreja agacha la cabeza.

-Eso iba hacer. Dile a tu novia que si un día quiere probar con los hombres , aun estoy disponible.-

-Vete al carajo.- le cuelga.

Esconde ese teléfono nuevamente , mirando al techo con la mirada perdida.

Regresa al campamento. Escucha a más de uno hablar de este desastre.

-...no sabemos como carajos ese idiota pudo entrar y mucho menos como pasó a los Tracias.- 

-No tiene más heridas que las hechas por los agentes.-

-¿Trabajará con los tracias?-

-Los niños no son amigables con ningún humano. Eso es imposible-

-¿Cuál es la otra respuesta? ¿Lo hizo un mago?-

-No te pases de listo.-

-Al contrario , no te hagas el estupido. Sabemos que este tipo no podrían atravesar las barreras con todos los tracias vigilando.-

-Entonces debe ser quién desactivo a la araña y el guardián.-

-No podemos decir solo un montón de conjeturas a los jefes.-

-Solo hagan que hable antes de que llegue el segundo grupo. No podemos permitir que los nuestros sean solo el tapete para los imbéciles de la oficina.-

 

El tirador regresa sobre sus pasos. Camina dirigiéndose a las jaulas donde los juguetes insisten con sus papeles de objetos inanimados para evitar ser lastimados.

Aunque los cadáveres ya muestran que no es factible continuar por ese rumbo sus intentos de supervivencia.

-Oye.- lo llama.

Al hombre en la jaula junto a los juguetes.

Abriéndose sus ojos en grande al verlo con uno de estos ya en su hombro. Había entablado demasiado rápido la tan esperada comunicación qué varios especialistas no logran por la reticencia de los juguetes.

Aquel hombre le observa directamente. Exactamente a su rifle largo y obvio objeto usado en su contra.

Él mira al grupo que discute a la vez que llevan los cueros y heridos a una caja para cada uno.

-En Dulce Hogar , servían una crema de brócoli deliciosa.- dice con las cejas bajas y ojos fijos en ese rostro.-La servía ella , con una gran sonrisa.- 

El hombre en la jaula levanta lentamente las cejas.

-Ella…-

-Ella era una sonriente , nadie podía verla sin su sonrisa.- lo acompaña con un movimiento de cabeza inclinado levemente.

Era el gesto de Picky , siempre comportándose como si el mundo le pesará en los hombros.

Era un habitante de Dulce Hogar.

Niko dentro de la jaula levanta una gran sonrisa impresionada.

-Hola otra vez , huerfanito.- suspira levantando la mano en saludo.-Deberías mantenerte lejos de las paredes.

 

 

 

Avanzando por la oscuridad los cuatro llegan a ese lugar. 

La zona iluminada al final de las vías del tren.

Observando a todos los juguetes reunidos en la luz.

Incluido ese gato.

-No lo veo.- advierte a Poe ya enojada Mako.

Poe respira profundo antes de avanzar directamente al grupo.

Los juguetes le observan con sorpresa y potencialmente amenaza. Y más que nada , terror.

Atestiguando su llegada directa con CatNap al no ver a alguien más de confianza.

 

El resto de sonrientes se mantiene en silencio para escuchar y observar a los presentes.

Hoppy misma deja caer parte de su rabia en uno de sus puños al lavarlo al nivel de su cabeza justo a su espalda como advertencia.

La chica azul le gruñe sin hacer más que seguir el camino de Poe

 

-Hasta ahí.- advierte al gato antes de que se acerquen a Bobby. Su cola se sacude inquieta con los ojos fijos en esta ave.

Poe levanta los hombros aguantando un gruñido. Definitivamente era más fácil estar en este grupo cuando el perro se encontraba cerca.

-Simon fue atrapado por el 1006.- 

El gato responde frío.

-Lo sabemos , ya lo usó contra nosotros.-

-Y él vendrá aquí pronto.-

-Lo sabemos y ya estamos en ello.- apunta al camino sin perderle de vista.-Dog se encuentra liberando el paso , ya volverá. Su olor está más cerca ahora.- 

 -Quiero a Simon de vuelta.-

-Entonces esperalo , él vendrá pronto.- mira a Bobby aun dormida.-Puedes seguir adelante o esperar , es tu decisión después de todo.- 

El ave aprieta los puños.

-No te interés nada , ¿Verdad , gato?-

-No y ya alejate.- advierte calmado.-No estoy de humor.-

El ave retrocede enojado.

A su paso es detenido por Mako. Su cabeza se llena de gritos al ser sujetando por el cuello a manos de esta chica.

CatNap le observa con el ceño fruncido. Erizandose por completo al sentirla olfatear directamente a su dirección.

-Esa cobija , te la dio él.- apunta atrapando su pata para olerlo.

El gato intenta liberarse pero ella lo sujeta.

-Tú no me agradas pero si alguien aquí estuvo cerca de él , ese eres tú.-

El gato sacude su pata gruñendo con el lomo erizado por completo.

La chica lo analiza después de olfatearlo.

-Para ser un traidor , estuviste muy cerca de él.- murmura al reconocer el olor del prototipo.-¿Como volvió otra vez te nace el deseo de matarlo para complace a Dios?-

-Cállate si no sabes nada , mocosa.-advierte con un gruñido.

 La chica vuelve al camino. Avanzando acompañada por la rata y el murciélago.

Theodore suspira una vez los ve unirse por el camino que dejó atrás Dog.

-Me duele la pierna.- 

CatNap levanta las orejas al escuchar a Bobby quejarse pero esta vez no es tanto en sueños.

Bobby está despertando. La presencia peligrosa parece haberla perturbado en su descanso.

Rueda sobre su lecho y mira alrededor.

-¿Y DogDay?- pregunta por él una vez descubre que no es visible el perro.

CatNap toma distancia con cuidado de no moverse demasiado rápido.

-Él se adelantó a abrir el paso. Te quedaste aquí junto a los heridos y otros juguetes.-

Bobby inhala profundo antes de mirar su pierna.

Claro que le duele. Ahora tiene un montón de clavos y vendas sobre sus heridas. Colorada de un fuerte azul ante la dificultad de conseguir alguna medicina que le mantenga exenta de bacterias e infecciones.

Toca delicada este metal.

-¡¡Auh!!- aprieta su brazo para contener el grito. Esta herida dolía tanto que casi le hace devolver el estómago. Respira con esfuerzo y sus ojos dejan salir ese líquido carmín para liberarse de alguna forma de este insistente dolor en su cuerpo.

El gato mueve las orejas inquieto.

-Los humanos buscan medicina y una vía segura para escapar.-

 -¿Dog está con ellos?- su ceniza cae de lado por el cansancio que le ahoga nuevamente. 

-Si , es…-

Miran al túnel por el cual el cuarteto regresó.

-¡Mako!- 

Siguen a la agresiva líder del grupo.

Theodore pasa de mirar la huida del grupo a observar la oscuridad.

Es el perro en su regreso junto a Kissy y el azul.

 Este pasa los ojos por el lugar.

-Henry no ha vuelto.-busca alrededor pero aún no siente su rastro.

Bubba viene a encontrarse con el perro al igual que el resto.

-Doey tampoco ha regresado y Noko aún menos. Debemos buscarlos.- le dice el elefante antes de que el perro les diga algo sobre el camino por delante.

-Vamos intentar ponernos en contacto con él.- revisa el lugar buscando la radio.

Los gatitos se ven observados. Avisan al qué usa los audífonos , este toma la radio y corre con los gigantes.

Lentamente su ritmo flaquea al verse otra vez sometidos tan sólo por sus sombras.

-¿Qué sucede , amigos?- les recibe el perro.

El ave y el elefante les miran sin moverse.

-Hay humanos que dicen haber fotografiado a sobrevivientes en la entrada de la prisión.-

El perro levanta las orejas.

-Hay más juguetes atrás.- su mirada va al lugar por el cual persiguieron a la chica que gritó al verlo. 

Donde puede ver la información de esa niña de su pasado.

-Debo ir por ella.-

-¡No puedes irte ahora!-

El perro les mira mostrando las manos en alto.

-Ella es una de las niñas que rondaba mi mente en ese agujero de tierra , no puedo dejarla aquí.- 

El gato no alcanza a decirle nada , tropezando al intentar seguirlo.

El hecho de que el perro pasara por su lado sin decirle hola o algo más , duele.

Lo hace jadear al avanzar lentamente por el camino iluminado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer

Chapter 120

Notes:

Buenos días a todos, agradezco su presencia y lectura.

Es un capítulo corto y cargado.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Esos tipos no parecían juguetes.-

-Amigo ¿Quieres que piense que vamos detrás de un montón de Chukis?- reclama el trabajador a la cabeza. En sus manos la cámara es sacudida por el fuerte temblor en su cuerpo.

El tercero en la fila levanta los hombros con un rostro adolorido.

-¿Juguetes poseídos?- mira su arma en brazos.-¿Creen que esos muñecos dejarán así de destruidos al grupo?- pregunta la mujer dejando libre el arma para apuntar al camino al ver otro de esos juguetes en el suelo.-Dios.- exhala al verle como a otros despedazado.

-Los aplastaron. Amigo , estaban en las paredes y desechos como si fueran mosquitos.- la voz del quinto , quien lleva la cámara de video en hombros , los estremece.-Eran menos que mosquitos, no quiero terminar así.-

-Lo que haya sido , ya se fue.- responde la mujer armada.-No tengas miedo y piensa en el pago.-

-Creo que ahora devolvería el pago y se la chuparía al difunto Ludwig para que me saque de aquí.- sonríe en la oscuridad después de burlarse de su propio miedo.

-Creí que ya hacías eso gratis.- 

-No hago caridad.- camina hasta una pared.-Aquí huelo algo raro.- señala con su mirada fija en una oración tachada con rojo.

 La presencia de un Dios en las oraciones de lo fuera que estuviera atrapado aquí dentro le hace reír.

 El camarógrafo le captura rápido al igual que las pinturas.

-¿Y qué otra cosa podrían ser?-lee las escrituras en la pared.-Alguien debió sobrevivir a lo que sea que haya aquí.-

Al final de la fila un trabajador levanta las manos para sacudirse los restos de cenizas del cuerpo.

Mira arriba , a los rastros de escombros recientemente destruidos.

-¿Máquinas fuera de control? - revisa con la mirada los surcos.-Máquinas de excavación con garras o algo más raro.- puede ver el rastro. Las formas , a las que intenta ignorar por parecer manos en las paredes y el maldito techo donde aparentar ser el soporte de algún malnacido gigante que huía de algo aún más grande , de arrastre y persecución qué hacen de ellos unos simples bebitos en el campo de alguna guerra efectuada a la antigua.

Detiene sus pasos por algo recorriendo su estómago. Lo toma confundido. Mira confundido el objeto rosa en sus manos. Este juguete parece sacudirse en sus manos al mover sus pies levemente.

Al frente el camarógrafo a unos metros debe cambiar el rollo. 

Detienen todos sus acciones con el resonar de una alarma al fondo de este lugar.

El cuarto hombre pasa los ojos sobre las guías de seguridad que apenas sobrevivieron al fuego. Toca la pared comprobando su tibieza , casi juntando las cejas al escuchar el ruido de la alarma al fondo de las paredes.

A unos metros el encargado de cámara parece asustarse por el silencio de todos después del comienzo de dicha alarma.

-No se vayan sin mi.- se los pide sentándose en una roca. 

Esa bocina al fondo parece estar creciendo y ellos están aquí , atrapados.

-Haz lo que quieras.- responde la guardia sin apartar los ojos de la oscuridad.-¿Dónde demonios nos hemos metido?- pregunta en voz alta con esta desagradable sensación sobre sus cabeza.

La alarma continúa resonando con fuerza conforme más y más bocinas se unen.

-Quiero que me tomes fotos con eso.- 

Saltándose la incomodidad creciente por esa alarma , puede reírse de esa petición por parte de su aliado.

-No eres de mi gusto ,Kevin.- ríe el camarógrafo al escuchar a su compañero pedir eso. 

-Kevin , vaya que eres coqueto.- la risa de la mujer armada llena el pasillo.-Alejate de mi marido , perra.- 

Las cenizas parecen elevarse en el centro , cubriendo sus cuerpos por una ventisca suave. 

Esa alarma se distorsiona por las bocinas dañadas por el fuego y la destrucción.

-Solo quiero una fotografía bonita.- responde el hombre con un tono vacío.-Este lugar ya me a hecho mucho daño como para no tener una fotografía a bonita de mi.-

-Wow…- exclamó el forense dejando el juguete rosa en el suelo.-No puedo creer que al fin abrieran las compuertas o que el gran Kevin quiera una foto.- su humor se eleva relajado por la hilaridad de ver aun hombre de 180 pedir su foto con ese anhelo.

A sus pies ese peluche corre al interior de las paredes. 

-No las han abierto.- avisa el mismo Kevin.-Están moviéndose demasiados a la vez.-

El hombre que había levantado al peluche hace un gesto con el puño.

-Deja de jugar al misterioso. Según tú ¿Quién se está moviendo?- le cuestiona buscándole en la oscuridad.-Este maldito ruido va a volverme loco.- rasca sus cabeza frustrada por ese ruido creciente.

La alarma ya está sobre ellos , debilitando sus propias voces por su poder , sacudiendo los muros y el techo.

El camarógrafo termina con el cambio de rollo y guarda dentro de una caja sellada la cinta quemada.

-Bien. Ven para que te tomes tu foto , Kevin.- lo llama de buena gana.

El hombre con la cámara de video le mira pegado a la pared. Sin esa paz aparente de hace un segundo.

-Yo no hable antes.- 

El grupo recibe con dudas o molestia su broma fuera de lugar.

-Solo deja estos jueguitos y sigamos.-

-No , no.- niega sin moverse , perdiendo todo su color en ese movimiento de cabeza.-Me quedé callado para escuchar de dónde viene esa voz pero es …- mira al pasillo oscuro.-Es de arriba.-apunta al techo.

Los presentes miran arriba con rostros pálidos.

El gran agujero en el techo los hace palidecer.

Caminan. Pegándose con él a la pared.

El camarógrafo se apura a colocarse junto a la mujer armada.-

-Quítate.-le ordena ella agarrándole por el cuello para ponerlo detrás suyo.

-No…-

Los presentes pueden ver como esa criatura baja sin más dramatismo.

Bajando pata a pata como lo hace una escolopendra , mirándolos directamente al estar las garras dirigidas directamente a sus cuerpos.

No importa cuanto miraran , había más que ver y cada vez más grotesco. 

El metal que late al fondo de su torso , los ojos que brillan en su cuerpo , las pústulas reventadas y su sangre oscura alrededor de las piezas de hierro.La alarma al fondo ya no puede ocultar les el ruido de esta cosa metálica rebotando a cada paso que daba , sacudiendo las cadenas qué lo atraviesan y unen.

Ya no pueden ignorarlo.

-Tómame una foto.- ordena entre varias voces.-Ahora mismo , quiero mi maldita foto.- ordena entre más voces robóticas y femeninas..

Los humanos no pueden hacer otra cosa aparte de gritar llenos de terror.

-Quiero una fotografía.- ordena de nuevo.

El arma es disparada a por la mujer junto con una orden de gritos.

-¡Corran y no paren!- antes de ella misma moverse , le apunta y dispara no a la cabeza sino a las heridas abiertas.

Esta criatura grita de dolor , apartándose entre la frustración y el cansancio.

El grupo corre , siempre al final el camarógrafo y la mujer. 

La última guardia que bajó con el resto de los caídos.

Esta criatura solos persigue con un grito profundo. No tarda en alcanzarlos más el camarógrafo empuja a la mujer al interior de una habitación.

La criatura les mira de lado sin detenerse para alcanzar al resto.

-Estúpido , no puedes hacer esto.- le reclama ella empujándolo a un lado para seguir al grupo.

-Sara , vámonos.- la detiene por el brazo.-Este lugar está maldito , viste las pinturas y esos cuerpo.s-

La mujer sacude su brazo liberándo se de su agarre sin problemas ,atrapa su cuello acercándose a su rostro.

-No podemos regresar sin pruebas. Lo sabes bien.- 

-Tengo mi cámara.-

-Ellos verán cosas sin sentido , fotografías de peluches y muñecas.- lo suelta saliendo al pasillo.-No nos irá bien si alguien ve eso y lo sabes.-

La sigue con un grito.

Esas fotografías eran absurdas e incluso si encontrarán locos que les pagaran , sus carreras sufrirán consecuencias irrevocables para los dos.

Corren detrás del rastro del grupo. Llegando al final del camino y su destino.

Deteniéndose de golpe los dos en un abismo entre dos secciones de la prisión.

-Acabó de pensar…- ella gira mirándolo con el rostro pálido.-Creo que te quiero , idiota.- dicta dirigiendo su atención al abismo.

No hay forma de encontrar al resto , no cuando al final del camino hay una caída rodeada de sangre. 

El camarógrafo asiente buscando unir su diestra con ella.

La mujer lo recibe y pueden ir juntos de nuevo. 

Dejando que los anillos en sus manos luzcan similares en la oscuridad.

-No debíamos tomar este trabajo.- suspira observando el camino.-Pero apuesto a que te alegra haber perdido a Wale antes de entrar aquí .-

-Yo adoraba a ese hamster.- 

Siguen adelante por un diferente destino. 

A su paso encuentran el fin del camino y con ello a esta cosa esperándolos.

Es claro que se esperaba al verlo con los resto del grupo bajo su cuerpo.

-Tu eres el de la cámara.- lo llama con la voz de la mujer a su lado.

Ella toma el arma lista para lo que seguía.

Excepto por una gran llamarada y no la esperada ola de ataque de este tipo.

Usando fuego en contra de ellos.

Ella cae al suelo por él junto con la cámara.

Viendo en primera línea como el hombre arde tan pronto como doloroso en menos de unos segundos. Su boca se abre en el suelo , observando como él simplemente desaparece en cenizas.

Dejando atrás solo su cadáver.

La mujer estira el cuerpo demasiado perdida para reaccionar a más que mirar esa mano y el anillo ardiendo en rojo.

El miedo sigue ahí o , la paraliza pero no la hace moverse.

Después de años de entrenamiento y trabajo de campo , solo puede mirar los restos de alguien que la amaba en el suelo.

La única persona que aún se detenía a cuidarla , había muerto de golpe por algo aún más imposible de comprender en su mezcla ,mecánica y orgánica.

Gritando de dolor al verle ahora que por fin puede hacer algo.

-No ... .- su aliento se queda en ese lamento ahogado.

Él está muerto.

-Podría mentir y decir que no lo hubiera hecho si me tomaba mi foto pero sería algo demasiado tonto.- esta criatura viene lentamente a encontrarla con sus patas moviéndose una por una.-Te ves muy bonita , eres muy alta y tu cuerpo es fuerte. Es lindo ver ambas cosas en una sola.- toma con las garras su rostro.-Aunque aún eres humana y eso te resta puntos muy importantes.- rodea a la mujer junto a su pareja muerta. La ve tomar el arma.-¿Vas a matarme con eso?- la reta tocando su cabeza.

Ella levanta el cañón a su dirección.

-Vete al infierno.- le ordena apretando el gatillo.

Él mueve la cabeza descubriendolo innecesario de esto al verla caer al suelo junto al cuerpo.

Su sorpresa es curiosa al verla cometer tan rápido este acto tan desagradable en su cara.

Muchos científicos en la hora de la Alegría se negaron a este resultado y le gusta que así fuera.

Que sean suficientemente cobardes para no morir por sus propias manos pero y le dieran la oportunidad de tomarlos en sus garras.

De jugar con sus cuerpos igual que esos mencionados niños arrancando las patas de una hormiga parte por parte , llegando al presente y perder la oportunidad de ser fotografiado por este humano , además de no lograr desquitar su dolor en esta otra.

Toma el arma con una garra. Olisqueando la pólvora fina y muy diferente a la de hace tantos años en las armas de los guardias qué los vigilaban hasta ahora. La cámara le gusta , la roba.

-Eres la segunda en hacer esto.- mira el suelo salpicado por su sangre.-¿Yo te daba más miedo que la muerte?- acaricia este cadáver con sus garras.-O es que perder a este tonto te dolió demasiado.- esos ojos en sus cuencas se mueven para observar a este tipo muerto.

Sus pensamientos dan vueltas con estos dos humanos insignificantes bajo sus garras.

Las acciones de estos y como fueron tomadas las mismas.

Un olor.

Una esencia que acaba de conocer llena el aire junto con muchas más.

-Me encantan las piernas largas.- corta sus piernas llevándola a su estómago ya avanzando por el pasillo oscuro.

Lleva los cadáveres clavados en cada pata.

Detrás de él solo queda el carbón y la parte superior de la mujer , dejándolos en soledad.

Pasaron diez minutos antes de que el primer juguete saliera de su escondite.

Lentamente este perrito corre al pasillo , olfatea el aire y da una señal.

Rápidamente todos dejan sus escondites en los escombros y cadáveres para arrastrar cables.

Las dos maestras toman tres juguetes dentro de una caja , lanzándolos al otro lado junto con los cables.

Estos corren a fijarlos a la roca o las máquinas volteadas en el suelo.

Creando un puente para todos. 

 

 

 

 

 

 

 

Aquella alarma sacude los túneles oscuros.

Por el cual aquella figura corre buscando la salida.

Al mismo tiempo , de ser percibido como un ser y no como un elemento incontrolable , este momento es de valor nimio.

No sabe de qué va la alarma y mucho menos puede comunicarse con el resto a causa de la pérdida de comunicación entre todos.

Este momento cuya imagen es cubierta por la presencia de un perro corriendo detrás del rastro de niños perdidos en la cueva. Su nariz se mueve adelantándose al mismo aliento de las paredes para alcanzarlos donde sea que estuvieran.

Saltando los restos de piedra al subir por las ruinas.

Busca el rastro y lo encuentra pero no ellos.

-Espero que no volvieran.- observa al techo de la cueva de esta prisión .

Es doloroso.

Es muy doloroso saber que paso tanto tiempo trabajando por una salida en la superficie cuando más abajo había tantos niños esperando su ayuda.

Los puede ver reunidos en las esquinas donde los cadáveres se juntan y se descomponen con carne reducida a la podredumbre en su espacio donde el olor apenas puede ser soportado.

Sigue adelante con el ruido de voces.

Son las voces humanas de la radio.

Las busca con los ojos atentos a las sombras.

Sigue ese ruido hasta la zona cerrada de la prisión , donde esos humanos son visibles por sus sombras. Sigue adelante sin detenerse en ellos.

Al seguir su camino escucha como uno de estos cae a su espalda.

Voltea sintiendo una sensación fría y desagradable en la columna.

Sus dudas son respondidas por la imagen de un cuerpo humano colgando de una varilla metálica , escurriendo de su torso aquellas entrañas salidas por el gran corte en el torso.

Eran una trampa y como no cayó , el tramposo sale de su escondite desde las paredes.

-No deberías desaprovechar la comida , perro.- le recuerda esto con enojo claro en la voz de Theodore en un tono que no había sido dirigido nunca a él le hace detenerse antes que correr como debería.

Mirar atrás para ver esa criatura , sangrando su torso a consecuencia de instalarse esas piernas humanas cubiertas de un uniforme de Playtime.

El perro analiza estas piezas de carne asegurándose de no estar viendo el cuerpo del humano que lo acompañó ser profanado por esta cosa..

Las botas más pequeñas y de un color distinto son la señal de no ser eso.

Retrocede un paso con la cabeza fija en el prototipo.

-No me gustas , perro.- le dice sin moverse y aún así su figura era demasiado grande para ignorarse pegada en el techo.-Eres una anomalía fea y desagradable , dañas todo lo que quiero y deseo.-

El perro intenta llevar las manos a su pecho.

Esta criatura dio tres pasos solo en ese gesto.

El perro se detiene.

-CatNap debería amarme. Él sabe lo que quiero oír , lo que deseo escuchar y que deseo que hagan.- mueve esa cabeza de un lado a otro muy lentamente.-Tú y tu grupo lo dañaron , lo han hecho tonto , grosero y desobediente .-

-Theodore es así , por eso no lo soportas.- su voz interrumpe esas quejas.-El es así y como no lo amas , no puedes aceptarlo.- retrocede más rápido sin detener su intención al sacar ese control. 

El prototipo ataca sin detenerse a pensar en esta línea tan innecesaria.

Esta vez el perro necesita más que correr , saltando de un lado a otro por el pasillo como lo haría un animal por las paredes.

Su gran estatura no le juega a favor en este pasillo y menos con el prototipo detrás suyo.

Ganando un corte directo a su pierna , la anteriormente fracturada en memoria del prototipo.

Sangre salpica las paredes al chocar contra estas , mirando a la criatura a los ojos antes de que esta le atrapará.

-¡¡Baja la cabeza , maldito insolente!!- ruge candado de esa mirada tan desagradable sobre su persona.

El perro aprovecha su gran estatura para pasar por abajo con esfuerzo. Usando un puñetazo para hundir su brazo en ese torso.

El prototipo nunca había recibido un golpe de ese tipo por parte de otro experimento.

No es como un experimento de impacto con cálculos y metal , es carne contra su carne. 

Con un tipo de experiencia que no se usaba en su contra.

El historial de este perro peleando con su fuerza y no con cuchillas.

La sensación de dolor que no atraviesa la carne ni la piel pero presiona y sacude sus entrañas hasta la garganta, le hace vomitar. Llenándose de un torrente de humillación tan profundo como furioso. Es un golpe de este tipo capaz de hacer que incluso dentro de su cabeza la presión crezca y sus ojos sangre hasta salpicar sus tímpanos.

Odiando aún más a este perro.

Odiando a CatNap por abandonarlo.

Odiando a todo ser vivo.

El perro logró escapar en esos segundos donde la criatura toma aire y reconstruye su ego con más rabia que antes después de llenarlo con su maldito vómito.

En la carretera tiene que agarrarse de los muros y usar su antebrazo para cubrirse del asco qué le llena y tras ser vomitado por esa cosa. Una arcada en su propio seres controlada para seguir adelante.

El olor nauseabunda es tan dulce como agrio , viscoso y cubierto de estos de juguetes y humanos , la presión psicológica después de esto hace de su mente un revoltijo nauseabundo.

Solo los materiales que se habían colocado con anterioridad mantuvieron su pierna en el lugar.

Haciéndole retroceder cada maldito metro qué avanzó con los demás. 

Cada maldito metro.

No ve los restos del grupo de cuatro gigantes ni otros juguetes. Parece ser que no pudo o no quiso hacerles nada.

Queda claro que esos humanos no eran una opción.

Finalmente se unió a la mayoría pero ahora no tiene a ninguno con él.

Otra vez está solo.

Está es su realidad. Debe hacer todo solo y hacerlo bien.

Oprime los números que puede identificar por cada lista a cada oportunidad posible.

El problema estaba en las columnas a llenar.

Es un programa viejo que necesita enumerar cada detalle y código de las piezas operativas para activarse.

Es estúpido.

Vio a una maldita computadora moderna conectarse a Internet con una sola maldita clave pero el sistema de la fábrica aún necesita doce normas de conexión más.

Viéndose en la asquerosa situación donde el nombre de una criatura tiene 16 dígitos y tres columnas a llenar con los detalles en sus ojos.

-Deja de hacer eso.- advierte con la voz de Bubba esta criatura a través de los muros.

El perro logra activar los tres primeros de forma satisfactoria.

Escuchándolo gritar con un gran dolor.

Este control no hace gran cosa.

Solo activa las terminaciones eléctricas utilizadas en los experimentos para torturarlos en sus celdas.

Es así como era imposible librarse de esa desgracia.

Teniendo sus esqueletos conectados a una batería interior en caso de pasarse de salvajes.

Es con supuestas intenciones científicas pero todo apunta a que esa doctora simplemente se revolcaba en el ṕlacer de tenerlos sujetos a su control.

El prototipo dio vuelta los cuerpos qué tanto le costaron atrapar. Incluidos los de algunos experimentos qué Dog desconoce y ruedan muertos por el suelo. 

El código de Mommy logró activarlo justo cuando esta criatura le atrapa contra el suelo.

No fue una pérdida indolora , al contrario su cabeza y cuerpo completo son llenos de dolor por culpa de la garra entrando a su torso. 

-Carajo…- sus ente puede ser traicionera o solo muy retorcida. Trayendole justo en este momento el recuerdo de la pequeña Crafty abrazándolo después de teclearlo con una sonrisa.

 ¿No vería a Monik o a Angela?

-Suéltame.- ordenó oprimiendo este botón. 

El código le causa dolor suficiente para sacar las garras de su torso , tan solo para arrancar la cabeza de Mommy del interior de su cuerpo.

Eso tarda unos segundos, dándole sólo esta oportunidad para ver el código del dragón.

Excepto por un grave inconveniente.

Una criatura oscura atrapa con su boca el control en su mano.

El perro rueda pisandola para recuperar el control con un grito ronco. 

Con un puñetazo intenta abrirle la boca pero la criatura le gruñe apretando más fuerte la mandíbula.

Esto no le traería problemas , de no ser por el prototipo a su espalda.

Teniendo qué enfrentar esta gran consciencia con el salpicón de sangre resultado de ser cortado todo su costado por esas garras.

Pierde el brazo con el control y con él su piel.

El prototipo lo corto para que la criatura lo robará.

Un grito de dolor escapa de su cuerpo tanto por la pérdida como esta criatura alejándose con el control entre sus fauces.

Su brazo es dejado en el suelo.

No es Carl.

Es lo único que puede pensar al verla irse corriendo a cuatro.

-¡¡¡Nora!!!- la llama al ver su identificación en alto.

No puede seguirla ni aliviarse por no ser traicionado por el otro niño antes de que su cabeza sea aplastada contra el suelo.

El Dios de Theodore le ve en el suelo con un fuerte desagrado.

El perro gruñe intentando arrastrarse para alcanzar un pedazo de metal en vez de su brazo.

-Y al final quién no estuvo ...solo soy yo , perro.- la garra de esta criatura le atraviesa arrastrándolo por el suelo al moverse en esta oscuridad.

 

 

 

 

 

 

Por su lado aquella oveja observa el control en sus pezuñas.

Su nombre ronda dentro de su cabeza.

Frente a ella el abismo es visible junto con esos juguetes del otro lado corriendo al verla.

Sabe a dónde van. 

Con los invasores.

Con los humanos.

-Baba.-

Sus ojos suben al frente.Su linda líder le mira del otro lado con un rostro apagado.

Decepcionada.

-¿Vas a matarme porque tenías razón? - pregunta mirando a la chica azul del otro lado del abismo.

Mako junta las manos abiertamente asustada por el desarrollo de la situación.

-No lo sé.- mira a esa caída.-Hice muchas cosas que no quiero que él sepa , que sería mejor dejarlo muerto para que no me conozca ahora.- sus años suben.-Apártate del borde , porfavor.- ordena sin ánimos.

Baba no la escucha , vuelve su atención al abismo sin moverse.

-Pero tú no quieres que muera.- abraza el control qué el perro estaba usando contra su padre.-Él es quien nos cuidaba de niños , quién tú extrañas y desea que vuelva a tu vida.-

-Si , es él . Ahora retrocede.- vuelve a ordenar esto sin mejorar su propio estado.

-Entonces no te ves tan feliz como se supone que este alguien que recibe lo que quiere después de esperar por tanto tiempo.- mueve las pezuñas qué cuelgan dentro del abismo.-No te ves feliz , mi linda Cloe.-

La chica azul levanta las cejas al oír su nombre.

-Baba…-

-Cuando te veía de lejos …- su voz es un hilo muy delgado ahora al recolectar con sus memorias.-Eras una rubia que caía bien y eso es difícil. Todas las rubias son unas malditas barbies qué solo esperan a que te debilites para usar su color contra ti , contra lo poco que vales aunque seas más bonita.- su voz sube.-Todas son tan malas , tan malas conmigo. Todas pisan mis juguetes y me miran desde arriba. Se burlan de mí , me dejaron jugar sola y no quieren que las mire.- sus pezuñas suben por su rostro sonriente.-Nosotros , las pesadillas grandes , no deberíamos existir y eso lo conozco. Este sentimiento , esta inutilidad la conozco de frente.- mira a Mako.-Mis primos y hermanos eran tan rubios como el sol , eran el hielo azul y las nubes blancas. Eran con quienes mis padres querían salir en fotografías y por eso me mandaron con la abuela. Incluso si no podía entender muchas de las cosa que me gritaban , pude saber que mi cabello no les gustaba porque mamá lo cubría y papá me pegaba en la cabeza con sus zapatos.- recuerda muy a penas esos días de su infancia.-La abuela cerraba con llave la puerta y solo veía televisión. Nunca cocinaba-

-Ya hablamos de eso , Baba , yo te quiero y Rabie también , cariño. Te amamos.-

-No. Antes no lo hubieras hecho.- sus ojos van ese rostro triste.-Cuando eras Cloe eras amable pero solo porque no sabías por qué mis padres prefirieron abandonarme antes que tenerme.- mira este control de cerca.-Mi abuela no tenía comida y un día simplemente se durmió …ni siquiera pasó demasiado tiempo conmigo. Solo un mes y ella se durmió sin comida en la casa.- su cabeza se inclina.-Al inicio pensé en gritar pero sabía que nadie vendría y quisiera decirte que me resistí ..que no quería hacerlo … pero cuando la ordi por primera vez , fue como si ella me amara de verdad.- de sus ojos comienzan a caer las gotas de agua.-Yo ya era un monstruo antes de ser Baba pero solo siendo Baba encontré personas que me amarán.-

Mako tarda un poco en encontrar las palabras para responder a su confesión.

-Baba , tenias hambre , es natural-

-No lo es.- Baba la interrumpe.-Yo les dije eso a todos pero nadie me creía porque la cuerda dejó marcas.- su boca se estira afilando las comisura redondeadas.-Tuve la oportunidad de pedir ayuda pero cerré la puerta y la corte , no use mis dientes ni mis manos. Use cuchillos y la cocine yo misma.- mueve ese control simulando la puerta cerrándose.-¡Tranque la puerta con una silla y la cocine prendiendo fuego a su cuerpo!- levanta las pezuñas reviviendo las estelas de humo saliendo por la chimenea de aquel lugar tan viejo.-La vi abrirse y sus ojos estallar , la vi arder y cocinarse con todo lo que lance al fuego. La sal y las hojas trituradas. Todo ardió y olía muy bien.- levanta las pezuñas llevándola a su rostro.- Era el mejor olor del mundo. Era como oler la comida de mamá antes de que me encerrar a en el cuarto con agua y pan.- mueve el cuerpo de la con esa alergia reviviendo.-Yo estoy bien sola , no necesitaba a nadie…no hasta conocerte.-

Mako no puede formular ninguna respuesta justo ahora

-Están crudos pero la carne que comimos fue mejor que la de mi abuela y eso lo compartí con papá y contigo. Incluso con los otros tontos.- su alegría es audible.-¡¡Mako , eso fue un gran día para mi!! Nunca a había comido en familia hasta ese día.- baja los hombros.-Me duele que digas qué no te gustó estar conmigo.-

-Baba , no me molesta estar contigo. Me molesta lo que sucedió , las muertes de todos en Dulce Hogar.-

-A mi me importa poco lo que suceda con todos ellos. Ya estaban muertos.- sus brazos caen sobre sus rodillas.-Hicimos lo que hicimos , no puedes acobardarte ahora , hermana.-

-¿Es que no te duele ni un poco?- pregunta Mako apenas en un murmullo.

-Exacto.- sus ojos van al abismo.-Papá querrá salir de aquí y lo acompañaré ¿Y tu que harás con lo de tu propio papá?- pregunta ahora decidida. 

Mako exhala con la sorpresa visible en sus ojos.

-Ya no se que es lo que quiero.- admite tomando asiento en el suelo.-No quiero morir y no quiero que él muera pero tampoco quiero encontrarme con sus ojos.- busca respuestas en el abismo.

Baba mueve la cabeza a un lado.

-Yo quiero a papá. Al papá de ahora.- analiza el control.-Quiero a papá y mi papá es él.-tira el control a la oscuridad.

Mako apenas reacciona al ver el control caer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Niko apenas puede ver algo.

Ya sabía que ni de juego le ayudarían con la herida pero esto comenzaba a ser una molestia.

Escucha cómo se dan órdenes entre gritos y murmullos.

Algo debió suceder en la otra punta del mapa. El juguete en la siguiente jaula aceptó su cuchillo y ya abrió los seguros de su propia jaula , pasando al cuchillo al siguiente.

Necesitarán aligerar la situación antes del arribo de Doey.

-Cuando las puertas cerrarlo , nadie mencionó a los huérfanos y los que buscamos repuestas , nos encontramos con problemas mucho más graves conforme avanzabamos .- el guardia joven habla con él a través de la jaula y con los ojos en la reunión de un grupo que le da la espalda para disimular.

 -Lo imagino , yo solo encontré el rastro por una coincidencia muy estúpida.- presiona la herida.

-Nada de allá dentro debe salir.- el guardia mira a las puertas abiertas de par en par.-A este lugar lo apodaron El Inframundo y a sus habitantes , o sujetos anómalos ,Tracias por las mujeres locas que mataron a Orfeo después de que perdiera a su mujer en ese lugar.- mira sus manos cubiertas por los guantes.-Ellos consideran qué todo allá dentro es un sueño hermoso al que explotar y a su ambición como Orfeo buscando esa recompensa tan amada.- gruñe pisando fuerte.-Yo creo que son un montón de nerds ambiciosos.- 

Niko no puede contener su curiosidad.

-¿Y tú que ves en este lugar?-

El joven le mira de soslayo.

-Yo no fui más feliz en mi vida qué cuando ellos me cuidaron…todos ellos me trataron y me comprendieron mejor que todos los malditos humanos que he conocido fuera de la fábrica.- cierra los puños sobre el arma.-El mundo es una mierda. La gente es mierda y mi vida no es mejor que eso.- apretar los puños.-Entre en el maldito grupo de Playtime porque deseaba volver a casa , deseaba ver mi hogar nuevamente.- sus ojos van a los zapatos llenos de basura de Niko.-Ya no queda nada de lo que mi hogar , ¿No es así?- le pregunta amargado. 

Sangre seca , lodo y tierra. Todo lo que no esperas en una fábrica. 

El tipo que no conoce en la jaula le sonríe y asiente.

-Si , de ese lugar no queda nada.-

Por un lado de su visión la oscuridad llegó. 

Cubre ese ojo con un fuerte pánico momentáneo. Refriega con el dorso del puño esperando recuperar la visión.

-Mierda. Ahora no.- intenta tranquilizarse. Exactamente en ese momento era el pero para que su maldito ojo decidiera tomarse un descanso.

Sobre todo con el aviso de sus pequeños aliados.

-Doey viene.-

El eco viene por su espalda. Es el conejo en la jaula.

Busca cuál sería la señal para la llegada de Doey pero solo ve a todo guardia más armado que antes , algo demasiado preocupante.

Definitivamente los juguetes pueden escuchar y ver mucho más que él y eso debe estar entorpeciendole.

El joven frente a su jaula lo ve mover la cabeza de lado a lado con esa búsqueda plasmada en su rostro.

-¿Qué estás buscando?- pregunta.

Niko gruño confundido.

-Si en el botiquín tienen insulina búscala ahora y vuelve rápido..- 

El joven mueve las cejas. No tenía idea de si eso estaría en el botiquín.

La diabetes ahora mismo no es una enfermedad que se pueda ver como normal o que se espere tratar cuando de más de una manera se le percibe como una debilidad vergonzosa.

Camina disimuladamente a ese auto , gruñendo frustrado.

-¿Qué puta mierda? ¿A lo negros les da diabetes?- regresa confundido.-¿Para quién es eso?- pregunta mirándolo con sospecha.-No estás gordo ¿Para qué mierda quieres eso?-

Niko dentro de la jaula aprieta las manos sobre su rostro. 

-Porque me prende usarla como lubricante.- le responde irónico.-Me estoy quedando ciego , idiota , ve por eso ahora.- escupe entre dientes después de contenerse por tanto.

El conejo a su espalda le toca la espalda a través de las rejas.

El joven gruñe ahora dirigiéndose a la enfermería.

-...debe decirnos algo útil.-

-Nadie está hablando con el tipo.-

-Los de arriba debían enterarse de esto aunque te molestaba.-

-Era nuestro descubrimiento.-

-Pues sácale lo que puedas ahora y dáselos después.-

-No hay mucho tiempo así que se directo.-

 

No reacciona a lo que discuten. Si el tipo decía la verdad , lo más seguro es que no logren sacarle nada antes de que se muera solo.

Entra a la cabina donde los medicamentos están guardados.

Revisa rápido las cajas y otros enseres con un rostro cansado.

Ignora la camilla donde un herido apenas puede ser identificable al tener el rostro cubierto por lo que fue una cara y ahora solo es un retazo de traṕo viejo.

Abre la puerta.

Afuera un grupo ya sacó al tipo de la jaula para interrogarlo.

O lo intentan.

-¡No me llevaran a ningún lado , malditos!- grita poniendo las cuatro extremidades en la puerta de la jaula.

No se trata de que el tipo con supuesta diabetes esté débil sino de cómo se mantiene firme en esa posición para no ser llevado por los guardias qué lo rodean.

-Debe ser una habilidad innata.- declara al verlo en ese estado a pesar del disparo.

Este parece verlo de lejos.

-¡¡No me sacaran , porque no debo salir!! ¡¡No debo salir!!-grita más fuerte que antes.

En la cabina médica el joven retrocede con dudas muy bien pasadas en su rostro.

-¡¡No vamos a salir!!-

En la puerta de la cabina el joven queda en blanco por el coro.

Junto con más de estos trabajadores llenos de dudas. Buscando el sentido de su presente realidad , dónde juguetes mudos de la nada comienzan a hablar.

-¡No vamos a salir!-

-¡No estamos afuera!-

-¡Todos estamos adentro , Doey!- 

Antes de que estos puedan al menos amenazarlos buscando su silencio , la roca bajo ellos estalla.

Dentro del bodegón qué usaron este joven se ve sacudido por la caída ,aferrándose a la pared.

Detrás de él aquel herido grita por última vez antes de ser arrastrado por las rocas qué atraviesan el metal y los hacen rodar.

Ahora mismo su situación es comparable a ser una maldita pecera en caída libre por las escaleras.

 

 

 

 

 

Henry puede ver los escenarios dispuestos al lente.

El perro fue arrastrado por esa criatura.

Al grupo en el túnel.

Los guardias secuestran a Niko.

–Mierda.- exclama con los puños sobre la cabeza. 

La carga de los códigos que ingresó han sido lentas , solo puede ver subir la barra y la alerta de invasión activarse en el fondo de la fábrica.

-Comandos…- lee las instrucciones en el monitor. Entendí a medias lo que este equipo hacía.

Como se supone que dictará el comportamiento de los desconectados juguetes de la prisión.

Pensando en qué comando debería imponer para que lograrán salir de la fábrica por su propio pie.

Una vez se instruye un condicionamiento auditivo , se vuelve demasiado difícil librarse de este. 

Sobre todo con el sistema de castigo que habrían sufrido todos los niños durante el entrenamiento del doctor y el resto de científicos en este lugar.

Una orden que pueda ponerlos a salvo y no sean proactivos a morder a los otros sobrevivientes , todo es complicado y él demasiado literal para pensar en la orden perfecta.

-Debí traer a Ry…- suspira recargándose en la máquina.

Esto es lo malo de conocer nuevas personas , la dependencia que queda cuando se van.

Como con sus padres cuando dejaron de reconocer y no fueron capaces de siquiera quedarse a verlo despertar en el hospital. Tratándolo como a un perro apadrinado al que apoyar medicamento pero no tocarían ni verían de frente.

Era impresionante como pareciera que hizo algo demasiado malo para que lo desearían ver alguna vez después de esto. Limitando su presencia a un rumor , a un pudo ser y quizás ni eso.

Hoy puede ver el mundo a través de esta crisis y puede afirmar que estaban siendo dramáticos, hay cosas peores que ser un homosexual.

Ebtre ellas secuestrar niños y experimentar con ellos atraves de la tortura pero seguramente a ellos si les extrañaron.

Toma un respiro para pensar en lo que podría ordenarlos para llevarlos a salvo a la salida.

-¿Qué demonios se supone que haga?- cuestiona al aire. 

  No recordaba suficiente de sus clases de filosofía o lectura ,y no era un tipo de leer algo más que ciencia ficción , cuando la verdad le aburría mucho las distintas series de libros para estudiosos qué se le cruzaban en la universidad aunque solo quería llevarse bien con las personas en su propio nivel escolar y eso se suponía que fuera todo para su corazón inmaduro.

Ahora se maldice por no leer más de esos estilos y tener algo super poético que compartir.

-Bien.- lo reduce a un reflejo de su infancia junto a sus compañeros en el orfanato.

Oprime las teclas escribiendo el mensaje a compartir por las bocinas.

Guarda la copia que hizo a todos los códigos y el mapa a la salida B.

Corre afuera para dar la alerta a todos.

Dejando atrás los restos de aquel desconocido.

Salta por encima de todo lo que le entorpece su huida. Al llegar a ese mismo ventanal se ve en la misma habitación que el dinosaurio.

Este deja de bailar para mirarlo.

-Debemos irnos.-

Henry levanta las manos apuntando.

-Esta vez estoy seguro de que hablaste. 

El dinosaurio comienza a correr dejando atrás a Henry.

El humano le sigue en una carrera rápida por los pasillos desconocidos.

En su carrera puede ver el rastro de la caja musical por un pasillo destruido.

Corre a su dirección buscando a Boxy rápido y con ese dinosaurio pegado a sus espalda.

-Vaya.- exclama al verlo en el centro de la habitación.

Boxy descansa en su caja. Observando a esa lamprea en el suelo.

-Parece que hay muchas cosas por las cuales deberíamos estar preocupados pero no por este.- le comparte.-Ya tome mi medicina.- avisa sonriendo para dejar de mirar a todos los locos dentro de su cabeza.-Esa alarma , ¿Como la activaste?-

-Es para llevar a todos a casa.- el humano revisa sus piernas al salir para irse juntos.

Esta vez la caja musical no tiene tantas energías.

Dejando esa criatura muerta en el suelo.

-Peleaste y no te vi.- señala Henry decepcionado.

-Mejor así fue más un montón de gritos de mi parte.- sacude su caja como si subiera sus pantalones.-Daba más miedo de lo que era peligroso. Decepcionante en muchas formas.- mira al dinosaurio sostener la cuerda al nivel de su cabeza. 

La toma.

Inmediatamente el dinosaurio comienza a gruñir y sacudirse frustrado por estar atado. 

Esta vez Henry siente el recuerdo de su apresura como un bofetón.

-¡El prototipo tiene a DogDay!-

El gigante rojo frunce el ceño.

-¿Como viste que se lo llevo?-

-Por las cámaras , ellos pelearon pero es cosa no estaba sola y DogDay si.-

El gran rojo observa el suelo.

-No debió ir solo. No es posible que fuera tan estúpido.- sigue adelante a paso rápido.

Henry esta vez tuvo que aferrarse para no ser dejado atrás

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y si hay preguntas, son libres de hacerlas.

Chapter 121

Notes:

Hola y buenas noches.

Este capitulo me preocupa , el como lo tomaran.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1988

 

 

 

Cuando una botella de alcohol vuela , es claro el mensaje y si alguien puede saberlo es un grupo de huérfanos.

-No podemos quedarnos con esta gente.-

-Están muy enojados.-

Miran por la ventana como estas personas discuten entre ellos con los de esta parada de carretera rodeada por luces y motociclistas.

-No.- 

 A unos metros una de las niñas detiene al menor de ellos intentando gritar por atención .

-Quiero ir al baño.- farfulla en sus brazos.

-Van a devolvernos.- apunta otro niño al fondo de los asientos.

-¿Porque nos fuimos?- pregunta perdido.-Allá nos cuidan y está Bobby.-

-Hazte el tonto todo lo que quieras , sabes que nos hacían cosas raras.- responde el mayor del grupo aunque sea aun en su asiento junto a la ventana. No puede apartar los ojos del exterior.

-Ya vieron cómo terminaron los del cuatro.- añade una chica.-Solo iban hacernos daño.-

El grupo cuatro qué logró escapar no es muy grande a comparación del grupo 2 o tres pero es visible cuánto les preocupaba lo que estaban diciendo.

-Estas personas los quieren a ellos.- el mayor del grupo cuatro es el primero en intentar hablar.-Ellos son malos para los gigantes pero no para nosotros.-

-Pues definitivamente no están felices.- señala esa chica asiática que andaba siempre con su hermano y más recientemente Grambel.

Más de uno parece estar de acuerdo con los hermanos.

Afuera estas personas ya están usando golpes entre los gritos.

-Nos harán daño.- 

Entre los niños el reconocimiento de la chica mayor del bloque 2 hizo mella.

Si existe la duda , existe la posibilidad.

 Llorando algunos en voz baja y otros en alto aunque se cubrieran la boca.

-Yo quiero volver , quiero a Hoppy.- lamenta una niña menor entre los brazos de sus amigas.

-Bobby debió venir con nosotros.- señala una niña más.

-Deja en paz a Bobby , ella al menos se despidió.-

-DogDay se fue sin despedirse.-

-No nos gustan las despedidas.-

Ignoran la respuesta de ese niño 4.

La mayor mirá por la misma ventana aunque desde más alto por su estatura , subiendo una rodilla sobre la pierna de Carl.

Puede ver algo que otros , aparte del idiota de Carl , han vislumbrado a la primera.

Unas jaulas atadas a un gran camión.

Los gigantes no debían venir. No era seguro para ellos el salir con estas personas.

Para ella , aunque le diera demasiado miedo , es muy claro que estas personas no los querían y ni siquiera tenían planeado ayudarles.

Solo les quedaba hacerse ellos mismos su camino de huida desde aquí.

-Ustedes son chinos , arranquen el camión.- les dice a los dos.

Estos hermanos se miran entre ellos. Niegan esta posibilidad con cierta vergüenza.

-No somos chinos.-

Susan baja los hombros al perder aquella supuesta llave mágica que eran los poderes chinos para adaptarse a cualquier máquina.

-Pues esos ojos me confunden , ¿No tenemos a un mexicano o puertoriqueño qué sepa robar autos? Chicos.- la chica lleva las manos a la cabeza.-Dicen que se les da bien.-

Entre ellos hay miradas confundidas , negaban el saber manejar o siquiera conocer esa parte del camión.

-Había un mexicano pero era muy chiquito para traerlo y el otro también.- responde un niño desde los asientos más ocultos del autobús.

Susan suspira asustada. Como niña los prejuicios no son eso , son señales que se supone definía a alguien y ella ahora estaba demasiado perdida.

-No podemos quedarnos con esta gente , ¿En serio no se les ocurre nada?- pregunta a todos.

-Pidamosles bajarnos aquí.-

 Susan cierra los brazos en torno a su cintura.

-No.- es cortante.

-Dejaron las llaves.- avisa un niño.

Rápido corre allá pero no puede entrar por una reja entre el espacio del conductor y el interior de los asientos pero es visible ese objeto brillando al otro lado.

Susan va a las ventanas. Rebusca entre sus cosas hasta encontrar un martillo de calzado que robó de la osa de la escuela.

Lo usa pero este cae de sus manos en vez de abrir el seguro. Su muñeca dolió por el rebote de su propia fuerza.

En el suelo es robado por el segundo mayor dentro del grupo. Carl.

-Quítate.- la empuja antes de tomar impulso y romper el seguro con un golpe. 

Esperan un poco antes de moverse. Saliendo por la ventana , en el punto ciego de aquel grupo que discuten y pelean, Susan seguida por otra de sus amigas.

En el interior un niño sigue con la mirada a Carl tomando asiento de vuelta con ese martillo en manos.

-Creí que irías tú.- 

-No voy a dejar que me disparen.- responde volviendo a observar esas jaulas.

-No puedes decir eso cuando Susan salió para ayudarnos.- .Le reclama una niña.

-Como sea , estamos perdidos.- corta en eso. 

Revisa a todos. Comenzaba a arrepentirse de venir , ya debería estar durmiendo en su cama pero estaba aquí , atrapado con estos idiotas.

Seguramente Kickin ya puso el seguro.

Avergonzandose inmediatamente después por este anhelo y tan temprano a su salida de la fábrica.

-No tiene sentido.- aprieta los puños en sus rodillas.-Ellos son como nosotros , yo conocí a esos idiotas cuando eran unos imbéciles enanos.- mira por la ventana a esas jaulas preparadas entre los árboles de la calle.

Fuera de todo lo que eran los gigantes , eran esas cosas idiotas que antes solo aparecían de lejos como unos enfermos terminales y nada más.

De pronto un día llegan con esas formas tratandolos de aquella manera tan dulce y amable… era difícil no caer cuando eran tan buenos con ellos.

Eran como adultos de una familia. Cuidandolos y regañando por igual , estando ahí aunque fuera cansado.

Caer en la ilusión de un hogar en ellos le hizo feliz al sentirse completo después de tanta soledad. 

El cómo se acercaron a ellos hasta terminar viéndolos como figuras paternas , a pesar de saber más de uno quienes eran antes era vergonzoso de recordar. Caían.

Era difícil no aferrarse a ellos ,era casi imposible.

Ahora cargando con esta culpa en sus manos , después de lastimar a Hoppy y ser ella quien les guiará afuera.

De alguna manera , ahora que le hacen falta , siente que fue un castigo el dejarlos salir de la fábrica. 

Gritando más de una vez todos en el aire cuanto los quieren de vuelta o los extrañan apenas salieron del lugar.

Recordando a esa ave y como a esta hora les daba las buenas noches con voz suave y alegre al otro lado de las rejas cerrándose.

-Tengo mucho sueño.-

-Solo callense.- pide bastante cansado de oirlos quejarse de todo en su entorno tan seguido.

Es en este momento que su espalda se va contra el asiento. Gritando sorprendido.

Susan y su amiga encendieron el autobús.

-¡¡¿Porque diablos sabes manejar?!!- gritó agarrándose del asiento.

-¡Vivíamos en un camper!- responde acelerando en una peligrosa vuelta.

Los niños no tardan en gritar al sentirse volar por un segundo nada emocionante. Eso Susan lo hizo pasar al aplastar todos las motocicletas del lugar , empujando los pedazos contra los autos que usaban los tipos que esperaban con las jaulas.

Los niños dentro del autobús gritan aferrándose entre ellos o rodando por el suelo antes de ser sujetados por alguno del grupo. 

Es de todo menos heroica la huida.

El primer freno de Susan le ocasiona un sangrado nasal una vez levanta la cabeza qué se golpeó contra el volante y mira al camino que está cortado a la mitad por su menor estatura , a sus pies su amiga oprime el acelerador con un grito al ver a un hombre golpeando las puertas junto a ellas.

-¡¡No volveré a ese lugar!!- chilla presionando con fuerzas.

Este movimiento revuelve el estómago de Susan , sin perder de vista el camino usa todas las fuerzas de sus brazos y su propio peso para mantener el volante fijo con la carretera.

Detrás de ellas los gritos continúan entre chillidos y berreos. Logran dar una curva para salir del parqueadero. Acelerando por la carretera directa a donde Dios no sabe.

-Oh , dios…- sus ojos dan vueltas por culpa de la sensación. Acelera después de perder su desayuno en la cabeza de su amiga.  

El olor agrio llega atrás donde más niños están pasando por su propia crisis.

En el asiento Carl mantiene la cabeza pegada a la espalda del asiento contiguo con las oraciones en otro idioma de los hermanos a su espalda

 

 

 

El viaje no para hasta acabarse la gasolina en plena carretera de algún lugar donde una ciudad es visible a lo lejos.

La reja fue abierta por ese mismo martillo.

Todos bajan corriendo uno tras otro para ir al lago cercano a bañarse lo más rápido que pudieran después de haber tenido demasiados problemas en el camino en un autobús sin baño.

Susan y su amiga tienen un problema con su cabello muy pegajoso y son muy pocos , casi ningún niño , capaz de incluir jabón en su mochila de huida.

Con los ojos húmedos Carl refriega su ropa con el ceño fruncido y sin pantalones , puede sentirse aún más descubierto al ver su reflejo sucio y herido por el viaje.

En Dulce Hogar Picky debía estar sirviendo el almuerzo con su gran sonrisa presente.

O en la escuela se está dando el refrigerio.

Seguramente spam.

-No hice mi tarea…nunca hago mi tarea pero esta vez hubiera podido hacerla.- suspira triste en el suelo. Sus hombros caen aunque esté sentado en el suelo y pueda ver su reflejo , muy guapo por si existe la duda , sobre el agua.

A su espalda pasan esos hermanos discutiendo. Reconoce esa mochila.

-¿Grambel de verdad no vino?- les cuestiona al par.

Ellos sacuden la mochila y se niegan.

-Se quedó por su papá , dijo que no saldría sin él.-

Carl bufa volviendo a mirar al lago.

-Pues que idiota.- gruñe mirando ahora el agua del río.-Incluso traen esos trapos roñosos.- apunta los restos de esa cobija rota.

El par se abstiene de responder , demasiado ocupados con su propio camino a seguir. 

-Nosotros ya nos vamos.- avisa el niño. Su hermana le da un zape por revelar sus intenciones.

Carl levanta las cejas sorprendido.

-¿A dónde? Ustedes tampoco tienen a nadie.-

Les señala después de imaginar algún lugar al que regresar y no tener ninguno él mismo. Desde que su madre se echó a dormir y su padre nunca regresó.

Claro que tiene una respuesta que en muchas formas le ocasiona dolor.

-Nos tenemos entre nosotros …- la niña mira al gran grupo.-Todos deberíamos dividirnos por grupos para sobrevivir , siendo tantos no tardarán en encontrarnos.- toma la mano de su hermano para irse juntos sin más esperas por ese camino a la ciudad.

-Vimos una caja de comida china , seguramente habrá gente que nos de trabajo.- se despide el niño por último.

Interrumpido por la carrera de un chico a su lado.

-¿Puedo ir con ustedes?- pregunta un niño mucho más pequeño al verlos tan seguros.

-Claro.- responde la niña estirando la mano a su dirección.

El hermano bufa pero no se queja al ver a este niño unirse a ellos.  

Así se fueron sin más despedidas.

 

Carl vuelve a mirar al lago ahora con el corazón apretado por el temor.

No tenía familia ni amigos fuera de la fábrica y puede que dentro tampoco.

Mira a todos unirse y discutir.

Ninguno tiene idea de que hacer pero es claro que regresar no era opción. 

Muchas de las vidas de los chicos del grupo dos no eran exactamente peritas en Dulce antes de llegar a la fábrica , eso lo incluía a él y a Susan.

Tenían una probada del mundo real en su interior y por tanto , entendían qué necesitaban trabajo pero nada más eso.

Decidiendo dividirse en dos grupos que formarían tres más dentro para buscar un refugio y comida.

Uno , los mayores , se encargaron de buscar trabajo y verían cómo conseguirlo para los más pequeños.

Un plan que apenas tuvo frutos pero les ayudó aunque muchos se fueron del grupo conforme crecían en esos pocos años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1993

 

 

 

 

Por su parte después de pasar esos años difíciles, con 18 años no creyó que en un viaje a la ciudad, la mujer que le tiró una moneda al vaso de cartón con el que pedía dinero resultará ser la madre de ese gordito.

Observándose uno al otro en un cruce de calle donde se quedaba a pedir algo cuando no quería ir a la constructora a que le pagaran miseria y lo miraran como basura. 

-Oye…- este chico se detuvo en vez de seguir a la mujer de hermoso vestido rojo vino.

Carl lo reconoce solo por ese rostro extraño que era tan asiático como francés con su bonito cabello revuelto como galanazo de novela. Además de ese suntuoso traje de etiqueta y zapatos lustrosos. Para acabar el despertar toda su violencia , una maldita pila de libros era visible en su mochila ,abierta antes para darle lo que sea que pensara era buena limosna para el pobre vago al qué su madre le dio un dólar.

-Eres Carl…- pregunta nervioso.-¿Te adoptaron… ¿Porque estas aquí?- su rostro se carga con la mortificación visible.-¿Qué es lo que te paso?- insiste al verlo con el rostro cubierto de heridas y el cuello amoratado. 

En el suelo su humor estalló en grande.

-¡¡Maldito chino frances!! ¡Eres un imbécil muy afortunado! ¡¡¡¿Crees que me adoptaron y luego me tiraron como basura?!!!- grita atrapando su rostro con las manos cubiertas de suciedad. Golpeando aún más su autoestima la diferencia entre ellos.-¡Ni en tus sueños!- mira esos ojos con una grata felicidad entre toda la rabia que lo corroe.- ¡¡Escapamos , escapamos mientras tu te pavoneas con tu nueva mamì rica!! ¡Maldito presumido de mierda!-

Este griterío lo acompañó con un tacleo contra este tipo guapo en el que creció el maldito al que podía pisar y lanzar por encima de una barda.

Este ya no está gordo pero no es fácil de tirar al suelo , se supone que lo sea.

Este se defiende usando un brazo para empujarlo y mantenerlo apartado, levantandolo del suelo logrando que caiga de espaldas al piso después de patalear unos segundos en el aire.

Nada diferente a quitarse de encima a un puma enojado.

En el suelo debe quedarse para recuperar el aire , comenzando a reír conforme procesa la situación.

Es él.

Definitivamente era el chancho al que maltrataba y puede verlo por los libros de costura en el suelo junto a algunos materiales de arte.

Justo antes de que le reclamara por esa gran suerte al chico , un gran impacto le saco las ideas con un dolor cortante.

Atravesando sus nervios la sensación de las tres botellas de perfume y la cartera con más de una tarjeta de crédito junto a tres tarros de crema personalizada en paquetes de cristal con un par de bases de polvo y crema , revueltas con las otras tantas cosas que llenaban ese bolso.

-¡Aléjate de mi hijo , esquelético fantasma!- grita esta mujer sin importarle subir la voz con esos labios carmín brillando bajo el gloss brillante. 

En el suelo este joven lleva las manos a la cabeza con un lloriqueo claro. Sollozando más rápido de lo que cualquiera podría esperar en un adolescente.

-¡¿Pero por qué me pega señora?!- pregunta entre lágrimas.

Esta mujer boquea sorprendida por esa pregunta justo ahora. Tan descarada.

-Porque estabas golpeando a mi hijo.- le señala enojada.

-Yo no le pegue , nunca antes le e pegado a su hijo.-

La cara de Gustavo no puede ocultar esa acusación de hipocresía por más de un segundo antes de ser mirado por su madre.

De pronto la prueba de aptitud aparece frente a él y cobrarse las humillaciones qué este chico les hizo o ser piadoso y defenderlo frente a su madre.

-No , solo es raro.-

-¡Tarado , no debes pelear aquí!-

 Entonces de entre la gente revuelta por el mundo o el reclamo de su madre contra el tonto qué insiste en ser inocente , un ángel de aspecto rebelde aparece meciendo un cabello revuelto y un mandil a medio quitar con manchas de comida rápida sobre ella. 

Con el uniforme clásico en rosa pastel y un cuello alto en blanco qué me mezcla perfectamente con su tez pálida y cabello manzano. Brillando como una afilada pieza de porcelana sobre el concreto gris de la ciudad.

-Disculpen a mi hermano , es idiota.- intenta defender al joven en el suelo tirando del cuello de su suéter.-Perdón , vámonos.- Le regaña agarrando s reja para que la escuche.

Este chilla por el dolor.

-¡Suss! , dile a la señora que en la vida le toque un pelo a Gustavo.- le insiste apenas evitando que ella le ahorca.

La chica eleva las cejas contrariada por ese nombre.

-¿Susan , eres tú?-le pregunta este chico al solo poder ver a medias su rostro.

Al fin los mira a los ojos.

El reconocimiento viene con un rápido derrame de lágrimas al verlo de nuevo.

-No te conozco. Vámonos.- oculta su rostro volteandose y arrastrando del cuello a Carl.

El joven se deja arrastrar con el ceño fruncido después de verla tan preocupada por irse. Esta chica había dejado de llorar hace mucho tiempo y ahora la ve parecer magdalena.

La mujer pasa los ojos de su hijo , a este punto una versión más divertida y pequeña de ella misma al chocar sus gustos en moda, y eso niños en la calle.

Su hijo los sigue dejando atrás sus queridos libros de diseño.

Ella levanta las cejas confundida al verlo tan emocional después de ser siempre tan frío.

-¡Susan! ¡Carl!- los llama al verlos de pie a los dos y dispuestos a irse ya habiendo intercambiado un par de palabras en murmullos.

 El par ya de acuerdo deciden irse corriendo.

El joven entra rápido en pánico , tomando la bicicleta de un peatón la lanza por encima de las cabezas de las personas tan solo para quitarles su vía de escape por delante.

Aunque Carl tuvo muy cerca el volante que casi le revienta la cabeza.

-¡Susan!- gritó alcanzandola.

El joven les mira con las cejas arriba al ver a los dos llorando en un segundo.

-¡No me mires , no así!-

-¡Te ves muy bonita , me gusta tu cabello alternativo!-

-¡No es alternativo, esta mal cortado idiota!-

-¡En ti se ve como un movimiento postmoderno de izquierda!-

-Deja de decir tantas estupideces.- llora bajando la cabeza.

Después de años trabajando su aspecto dejó de ser el de una niña delicada , tornándose rudas sus facciones y su cuerpo trabajado al meterse en cualquier labor que les diera oportunidad de vivienda segura para todos.

Poco a poco se perdieron y muchas de sus amigas se casaron con alguien que las cuidara, solo ella en su necedad se mantuvo junto a los más pequeños y este idiota que es demasiado estupído para pensar en un camino propio para su vida. 

Con él tan feliz como enojado y ella más pálida que nunca al estar tan avergonzada por su aspecto sucio. Correspondiendo el abrazo entre lágrimas.

 -Hermana no seas dramática, fue a mi a quién encontró pidiendo limosna.- le señala esto aunque no sea escuchado por estar los dos en su mundo. 

Su cabeza gira para ver a esa mujer acercarse con un rostro torturado por la incongruencia de los hechos.

-Usted sigue hermosa , ¿También soltera?- le pregunta inclinando la cabeza a un lado.

Esta mujer ignora el coqueteo descarado con ese tono grosero.

-¿Por qué están viviendo así?-  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

Hace un mes todos estaban repartidos como tenía que ser.

Y de pronto hubo mucho ruido.

El chico qué se fue con ellos dio la alarma sobre la cercanía de la fábrica con ellos.

Con An y Lan, o como se llamen , con ellos llegaron el guardia indio y la mariquita de los ingenieros.

Estaban haciendo preguntas por las cuales decidieron meterlo a él que apenas había logrado entrar a las fuerzas de Playtime para recuperar información sobre el lugar y sobre sí mismos.

Carl debía aceptar lo deseoso qué se sintió al saber del dinero escondido en el bosque pero no de las coincidencias qué se encontraron entre las sospechas de los más cercanos a la red.

-Es uno de nosotros quién está delatando los escondites de ese dinero.-

Justo cuando él se colocó el casco de seguridad para esta misión bajo tierra , se supo de la existencia de otro sobreviviente perdido por ahí en la red entre los cien sobrevivientes de la huida de Playtime.

Ponerse en contacto con este es casi imposible por la gran desconfianza de éste y su insistencia en negarse a responder los intentos de los que intentan buscarle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todas esas coincidencias lo llevaron a este momento de su vida.

Siempre fue un tipo de persona poco grata para otros , desde que era niño hasta el presente.

No recordaba a nadie que de verdad quisiera estar junto a él y de esto ya paso demasiado tiempo consciente de ser un recto de su fea personalidad.

De niño no era amado por su actitud y de grande su persona no encajaba con el mundo. Podría maldecir al mundo y decir que estaban mal ellos pero eso sería ser una víctima en la sarta de trivialidades a contar en su nula experiencia de vida.

Eso incluía su poca adaptabilidad en un entorno civil adecuado, aunque cualquiera sabe que dicha descripción es muy vaga para la pecera donde estaba atrapado desde que salió del infierno.

Entre gente egoísta y estúpidos que consideran ser poca cosa los sentimientos.

Con 13 años al escapar de la fábrica , le fue demasiado difícil adaptarse a la vida real cuando todo lo que conocía eran horarios certeros , actividades físicas y comida sana.

Habiéndose creído un salvaje , esto dolió.

Porque su choque con la realidad fue iniciado por comer su primera hamburguesa y descubrir que todo su cuerpo era tan suave como la avena , cuando solo el sabor de la mostaza le quemó la lengua. Sumandose ciertas vergonzosas consecuencias a su primer comida fuera de la fábrica.

Ahora mismo su dieta era una mezcla de verduras y carnes al vapor.

El golpe que le llegó al descubrir que él , un matón de patio escolar , era lo más bajo de lo bajo en el mundo real y que incluso su comida era considerada de mariquitas , le dolió mucho.

Pasó su infancia instandose a ser desagradable y le era sencillo , ahora después de todo lo que ese lugar le inyectó su mayor recompensa es un estómago suave y esto que le está ayudando a mantener los intestinos en su cuerpo.

 

En la caída del cajón de enfermería más de una de las varillas de este se doblaron hacia dentro , atravesando su torso.

Es irónico que le sea más fácil salir de los metales a comer una comida picante con vinagre.

Buscando entre los artefactos médicos un objeto útil para vendar sus heridas.

Encontrando la gasa para ignorarla , alcanzando desde su esquina una cinta canela.

Se quita la chaqueta y camisa para mirar sus heridas repartidas por todo su torso.

Son puñaladas muy feas, obviamente son por culpa de Suss y Guatavo , les robaría a su bebé de castigo.

Inhala y exhala antes de presionar con la cinta plástica y cubre las cortadas en trozos pequeños.

Rodea dos veces su torso tapando cada herida con cuidado. Repite hasta lograr una capa perfecta.

Espera y ve como la sangre se detiene.

Retrocediendo las heridas a sus ojos como ventosas de pulpo cerrándose dentro del pegamento plástico. La sensación es caliente , lo hace cerrar los ojos para relajarse.

Es asqueroso.

¡Y sí , si pensó que era genial! 

Claro que creyó ser un super humano , ningún estúpido vería que su cuerpo puede hacer eso y no intentar explotarlo.

Por eso es estúpido.

Se creyó tan listo como para dejar de trabajar y dedicarse a ser delincuente profesional con una navaja.

Ganando en su tercer asalto una paliza capaz de hacer palidecer avergonzado a cualquier oficial que quisiera competir en brutalidad innecesaria con sus ataques a latinos recogiendo tomates cherry.

Tan fuerte fue aquella paliza que casi no la cuenta. 

Solo él asalta a un fisicoculturista fuera de un gimnasio oscuro.

Susan casi no logra sacarlo de ahí en lo que ese tipo se fue para buscar a alguien que le ayudara a deshacerse del cuerpo.

Pasó un par de semanas en cama y otras pidiendo limosna , esa es la razón por la cual se encontró on Gustavo.

Como si su destino fuera existir para juntar a ese par.

Lo importante aquí es que Susan lo curo con cinta gris y esto fue mucho mejor que todo lo que desperdicio la pobre chica buscando medicina.

Él de verdad se sintió mejor hasta que más de uno de los sobrevivientes hoxo una maldita pregunta en muchas formas :

-¿Qué nos querían hacer esas personas?-

Claro que los querían volver juguetes como los gigantes.

Después de algunas semanas trabajando en la caza de los juguetes de este lugar , sospechando que esto lo hacen a escondidas de los verdaderos jefes , puede dar por hecho que estos deberían ser ellos de no haber escapado.

No intento hablar con ellos , no en esta posición y sin aliados utiles.

Si fuera Susan quien viniera y no se hubiera entregado a la ilusión de un idilio romántico con Gustavo , solo a esa estúpida se le ocurre preñarse en esta situación y seguro que lo hizo para molestarlo. Para joderlo y hacerlo tener esta misión solo.

El punto es que ella seguramente hubiera pensado en como ponerse en contacto con los juguetes que parecen ser otros como él en la fase final.

 Malditos sean los enamorados que han condenado su suave y dulce existencia.

Su quejas internas son detenidas por la aparición de una cosa muy fea.

-¡¡¡Oh , por dios!!! ¡Mierda! ¡¡¿Qué vergas es esa cosa?!! ¡¡¡AAAAHHHHHHH!!!-

Grita despues de ser levantada la placa metálica con una gran cantidad de tierra y rocas enormes , levantado tanto polvo y dejando entrar la luz a espaldas de la gran cosa que le mira con ojos oscuros con una figura idéntica a espagueti revuelto con pintura azul.

-MIerda.- murmura al tranquilizarse de golpe y sentarse con las manos sobre sus rodillas.

Se rindió.

Esa criatura lo apunta con toda la intención de romperle el cuerpo en pedazos.

-¡Doey , es él , es parte de Dulce Hogar!- grita ese tipo negro con las manos arriba.

Dentro Carl espera a ver que pasa ahora. Con su rifle literalmente oculto en la raja al estar sentado sobre él para ocultarlo. 

Los mir con un rostro que oculta bastante bien lo cerca que estaba de ponerse a llorar como niña.

-Hola guapo , a ti si te creo que eres diabetico con esas carnes de sobra.-

El azul intenta enterrarlo vivo por un lado pero otro le saca rápido de ahí.

El rifle viene con el al encoge las piernas.

Afuera algunos juguetes le miran con miedo , otros con desconfianza y algunos más se rien al verlo como una bruja con mini escoba.

-No se quienes sean pero seguro les partí las nalgas cuando estuve aquí.-

Más de uno parece ir su voz con una espejismo vago.

La cabeza de esta crtura se presenta frente a su rostro.

-No nos hablamos así , ¿Entiendes?- le advierte mirándolo de arriba abajo.

Este joven le propina una bofetada.

-Igualado.-

Abajo Niko levanta las cejas sorprendido.

-¡¿Es Carl?!- grita un CatNap al fondo.

No son muchos pero algunos no tardan en cambiar su tono y pedir con tierno anhelo :

-Devuelvelo al hoyo.-

El joven gruñe pataleando.

-¡¡No puedo creer que se atrevan a decir eso conmigo aqui!! ¡¿Saben lo difícil que fue llegar hasta aquí?! ¡¡Ustedes deberían arrodillarse y agradecer , mierda , mi arma!!- grita al ver caer su rifle.-¡¡Claro , robatelo!! ¡Es digno de ti!- grita más fuerte al ver a Niko tomar el arma.

-¿Tienes la insulina?- le pregunta ahora enojado.

-Si , esta en mi…- cuando choca su palma con su pecho desnudo varias veces , recuerda que estaba en su chaqueta.-Sigue ahí abajo.- señala las rocas.

El azul , quien estaba en silencio desde el bofetón, levanta las piedras sin hacer más ruido.

Del interior saca con otra parte de su masa ese paquete de medicina.

Niko lo toma apurado junto a unas cuantas agujas.

-Al fin , creí que me moriría ahora.- Niko toma asiento en una roca con esa arma a su lado.

El joven levantado en alto bufa cruzando los brazos.

 -Es como si no entendieras lo que esta pasando.-

Mira a ese azul ponerle los ojos encima con un odio desmedido después del manotazo qué aun es visible alñ hundirse la plastilina.

 -Si dejaras de mirarme las tetas , verías las maldita cinta.- señala con desdén.-Soy como tú pero sin los kilos de más.-

El azul mueve la cabeza contrariado.

-No estaba viendo eso y ni tienes.- responde con dos tonos. Uno aburrido y otro enojado.-Y estoy buenisimo así de cargado de sabor.-

Los dos miran por dentro a Kevin después de atreverse a declarar tal cosa con su boca. Este solo les sonríe al estar harto de las barbaries de ese tipo.

El joven gruñe mirando su ropa en ese espacio , dejando de lado que el azul gritó la cabeza 180° por algo que no entiende.

-Solo bájame , necesito vestirme para la ocasión.-

Lo deja caer.

Para frustración del azul este tipo no se golpea sino que aterriza en un giro para aminorar el efecto de la caída , rodando para alcanzar su ropa y salir por sí solo. Todo en movimiento para apartarse de la zona de peligro en las rocas.

Seguido de doblarse por el dolor su torso.

Niko no puede hacer nada por ahora al estar ocupado midiendo su dosis en las jeringas poco prácticas para administrar insulina.

La naturaleza amable de dos de los cuerpos dentro de Doey le hace ser amable con el antiguo habitante de dulce hogar.

-Puedo-

El joven esquiva su toque.

-Nada.- toma devuelta el ama colgandola en su hombro.

El azul abre la boca enojado y sorprendido por perder de vista qué este había hecho todo ese teatro para acercarse a Niko sin levantar sospechas y recuperar su arma.

El joven nota su coraje crecer , Interrumpiendo con un gruñido.

-¿Cual de ustedes está moviendo a los buscadores por el bosque?-

Niko levanta la cabeza ya con la aguja preparada.

-Ninguno , ¿De que buscadores hablas?-

El joven siente el secreto gritar al fondo.

-Me llamo Carl , como ya podrían imaginarse.- responde otra cosa con un gesto grosero de manos.-No soy su amigo , ni su enemigo ¿Saben algo de los gigantes de La Guarderia?- pegunta sonriendo a todos.

El secreto de los buscadores en el exterior debería permanecer por ahora.

Doey levanta los hombros al formarse de vuelta. Esta persona era extraña y parecía perdido de muchas formas , sobre todo su sentido común.

-¿Eso es normal?- cuestiona a otros juguetes.-¿Él era así?- 

Estos no tardan en negar von las patas.

-Carl es raro , es malo y violento pero no es peligroso.- 

-Soy peligroso.- reniega.

Los juguetes que intentaban defenderlo no tardan en verlo con incredulidad ante su estupidez.

Como si cada centímetro que creciera este tipo le fuera restando masa gris.

Cuando estuvieron en las jaulas este tipo era raro y muy callado , extremadamente callado. Creyeron que era peligroso por eso mismo pero parecía estar guardando esta personalidad tan obtusa como un secreto para sí mismo.

Sino fuera por eso ya lo hubieran reconocido.

Los callados son los peores , siempre.

-Oye-

-Sobre todo para las casadas.- ríe burlón 

Una Mommy levanta la mano ya cansada de él.

-¿Entonce eres un robamaridos?-

El joven chasqueo la lengua on una mano en la cadera.

-No estúpida , me las robo a ellas.-

La Mommy no se deja ofender.

-Entonces , tonto , no serías peligroso para ellas.-

El joven reniega moviendo la mano en negativa al reclinat la cadera al lado contrario.

-Soy un peligro para su matrimonio.-

A pesar de estar actuando de tal forma desagradable , Doey no puede negar que puede ver en la cinta como el humano sana como sus amigos. Exactamente como sus amigos mayores. Esto delata la generación experimental de la que fue sustraído el joven.

Eso lo averigua al estar pensando en mejor devolverlo al agujero para que muera sin molestar a nadie.

-Pero no serias peligroso para las casadas , sino para los casados.-

Este repite el chasquido de su lengua.

-Eso suena gay. Tu no estas entendiendo la vibra.-

Esta muñeca se defiende.

-Es más gay que les digas a las casadas que eres peligroso para sus matrimonios.-

Una osa roja se añade en el ataque.

-Si , Carl , idiota.-

El humano cruza los brazos mostrando un rostro desdeño.

-Pues ustedes entienden.-

Un Bubba desde el suelo , estuviera herido o no , lo acusa con fiereza.

-Robamaridos.-

-Qué no es al marido.-

La cabeza de Doey se llena de pensamientos dirigidos al arrepentimiento. Como sí sacar a este humano hubiera sido abrir la caja de Pandora.

Empeorando todo porque de verdad puede ver , y lo comprueba esperando estar equivocado , como esas heridas en su pecho se mueven como lo hacen las de las criaturas de la fábrica ,latiendo la carne al buscar su par en silencio. Consolándose con el toque de las partes heridas entre sí.

Es algo asqueroso.

Este humano si era de Dulce Hogar y además era de un experimento avanzado en gran medida.

-Eres del grupo que los sonrientes ayudo a escapar.- dictamina al medir el tiempo y la aparente edad de este joven.

Carl mueve los ojos hacia él sin el miedo de antes presente.

Era una persona de muchas formas que grita estar perdido.

-Si , ¿Y qué?- gruñe la respuesta enojado. Quisiera darle un puñetazo pero justo ahora este tipo estaba de la misma estatura de aquel fisicoculturista qué lo agarro como palo y le quebró la columna con un rodillazo a la espalda.

Vaya que le daba menos miedo cuando era más azul y grande.

-¿Porque volviste?- pregunta con un tono enfadado.-Este lugar es de todo menos un parque de juegos para estúpidos como tú.-

El joven cerró la distancia mirando sus ojos con unas cejas arriba y cuello descubierto l caer su cabeza de lado.

El azul toma esa cercano como una amenaza y no le retira la mirada.

El humano hace algo rápido y sin dar señales antes de sus intenciones.

Todo fue a traición.

Lo ataca con ambas manos sobre la circunferencia de su estómago abultado

-Qué panzón eres.- aprieta su barriga con ambas manos.-Vaya , hace ruido.- lo sacude de arriba abajo.-“Squishy Squishy Squishy” - enuncia abstraido al agitarlo y escuchar el chasquido de la masa azul.

Por dentro los tres quedan en blanco.

Niko deja de mirar al sentir que su punto de vista era de todo menos sano para esta tontería.

-Debemos regresar.- recomienda para distraer al azul.-Algo malo debe estar pasando para que esa alarma se active.- guarda la medicina en su bolsa.-Vamonos.- lo anima sin acercarse.

En su alucinación este azul lo licuo de un golpe . Aquí lo ve ser extremadamente paciente ahora con este tipo.

Doey agarra las manos del humano y busca su rostropara dejar en claro cuanto le molestaba que lo tocara de esa forrma.

-Basta.- ordena firme con los ojos sobre esos iris avellana.

El humano sonríe nervioso.

-Perdón.- se disculpa sin ápice alguno de arrepentimiento en su voz.

Solo el saber que este comportamiento perdido seria la razón por la que este chico sería parte de su prisión , solo eso , le ayuda a no pintar las paredes o comerlo.

Extendiéndose como una gran masa recoge a todos con el cuidado que puede darles en esta fea situación. Subiendo pegado a la pared con muchas ganas de dejar caer a ese humano.

-Definitivamente me gane ponerle el nombre a ese mocoso.- murmura Carl solo pensando en el hijo de ese par.-Creo que será…- piensa en voz alta.

Ignora cuántas veces su dormido sentido común le ruegan cambiar de actitud para sobrevivir.

Estando plenamente feliz de ver a estas criaturas vivas de nuevo y no rodeado de un montón de armas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bobby necesita aferrarse a las paredes para avanzar por el túnel. 

-No deberías seguirlos.- le dice Hoppy a aus espalda.-No estás bien.-

Las dos caminan aunque sea una más lenta incluso estando a la cabeza.

A pesar del griterío y bufidos de CandyCat , Bobby se puso de pie sobre esta recién puesta prótesis.

Tratando de ignorar el dolor , avanza detrás del rastro de CatNap y DogDay por el túnel oscuro.

-No deberías dejar solos a los demás.- apunta Bobby sin dignarse a parar incluso si el dolor la hace ver rojo cada vez que por error pone su peso en esa pata herida en vez del martillo imprvidado qué arrebato con anterioridad a Hoppy.

La coneja cierra a medias los ojos con una gra frustracion presente en su rostro.

-Te amo.-

-No soy plato de segunda mesa.- responde Bobby sin voltear atrás.

Hoppy levanta las orejas.

-No de esa forma.-

-No quiero saber de eso ahora , Hoppy.- sigue adelante.

La coneja salta adelante interponien dose en el paso de Bobby.

-No estoy buscando nada raro contigo , Bobby. Desapareciste por años.-

-Meses , un par de meses , Hoppy.-

-Fue hace un año , Bobby. Solo hace un año los perdimos a todos y tú nos abandonaste.-

La osa levanta los hombros furiosa.

-¡Me fui con Crafty! ¡Me fui porque todos se iban sin mi! ¡¡Me fui junto a mi amiga , junto a mi familia!!- su enojo por fin escapa por su boca.-¡¡¡Junto a Crafty , a quién ignoraste por verdaderos años por que te recordaba lo traicionera y cobarde que eres ,Hoppy!!!- detiene sus paso girando sobre su pierna sana.

De frente encuentro a la coneja furiosa por sus insultos.

-¿Te duele?- pregunta empujándola con una mano.-A mi también me dolió ver a mi amiga seguir los consejos de una muñeca blanca qué en tu perra vida habías conocido.-

 -A ti nunca te molesto el color.-

-¿Qué su piel no es color cal? La vi ,Hoppy , ella no te quiere ayudar . Solo te utilizará.- sus orejas bajan.-Es como si ya no pudiéramos seguir con vida sin servir a alguien.-

-Eso no es cierto.-

-Es cierto , por eso me quedé.- la osa señala aquella oscuridad que ñes rodea.-Míranos en este lugar , obedecemos hasta casi morir para proteger …nada.- sus amnimops caen de vuelta al suelo.-Hice todo lo que pude para encontrar un hogar pero no sirvió de nada , de nada…- 

Hoppy responde al lamento de Bobby con el odio que guarda hasta ahora. 

-Es por ese gato , por su maldito Dios-

Bobby le interrumpe cansada de todo ese rencor y su peso.

-Es porque nosotros lo permitimos una y otra vez.- Bobby se golpea el pecho con un grito.-¡Mi cobardía me hizo entregar a Dog hace años! ¡¡Mi cobardía me empujó a escuchar a CatNap en ves de morir libre!! ¡¡Mi cobardía hizo que mis amigas fueran cazadas por esa maldita cosa!!- su voz se quiebra con un lamento agudo.- ¡¡Y cuando intente dejar de ser una cobarde , las condene!! ¡¡¡Mientras tu jugabas a la guerrera contra mil enemigos!!! ¡Todas apenas podíamos sobrevivir ! ¡Y eso no te importa porque nunca te sentiste una de nosotras , maldita machorra!- respira con esfuerzo después de sacar todo eso con hombros tensos.

Hoṕpy lleva los brazos a sus antebrazos.

-Ya no se que hacer…- murmura temblando frente a Bobby.-Todo esto-

-No te victimices frente a una coja.- gruñe Bobby siguiendo su camino.

Hoppy contiene estos dentimientos por un momento.

-Quieres decir todo eso y salir ilesa.- advierte.

-Igual que tu cuando golpeabas a Crafty.-

Hoppy tensa por completo el cuerpo.

-Ella no me escuchaba.-

-Tampoco a Dog pero él no nos golpeo nunca.-

-Porque ustedes si lo obedecian a él y a mi no.-

Bobby vuelve a detenerse girando el cuerpo.

-Nunca obedecimos a Dog. Escuchamos a Hobie , al niño que nos cuidaba y era el líder porque nos trataba bien.- apunta al camino.-El era el líder porque lo queríamos asi y se comportaba como tal , pero la realidad contigo era que te daba miedo.- suspira cansada.-Siempre te dio miedo ser la líder , siempre ordenabas con miedo y por eso nos lastimas.- observa a la coneja retroceder cansada o quizás y solo quizás , superada por las acusaciones directas.-Siempre tuviste miedo de la responsabilidad , por eso te callabas frente a los adultos , porque te daba miedo que la responsabilidad de Dog fuera toda tuya de un momento a otro.-

-Bobby , cállate.-

-No , mejor aléjate.- responde ahora derecha.-Eres buena en eso.-El vapor en su pierna delata el crecimiento exponencial de tejido.-No voy a callarme cuando obviamente necesitas que alguien cuerdo hable contigo.- 

 -Bobby , no quiero enojarme contigo.- le advierte en voz baja. 

-Entonces mejor regresa.- ya no espera más , usando las dos extremidades y acompañada por el sonido metálico de su pie renovado , sigue adelante aunque le duela.

Hoppy la ve perderse en la oscuridad.

-Solo estas teniendo un golpe de adrenalina.- suspira al seguirla preocupada.-No debes ir con ellos.-

Son muy lentas aún. 

Esto las hace sobresalta por la aparición de figuras conocidas atraves de las sombras.

Esas muñecas de la escuela.

Dañadas y golpeadas al punto de parecer porcelana rota.

Su dentadura interior era visible por algunas fracturas a sus mejillas. 

Antes de poder hacer algin movimiento , pueden ver más figuras acercándose desde el suelo.

Caminan temblorosas o lloran a cada paso , siguen adelante para dejar este túnel. Para reunirse con todos.

Estan muy heridos.

Hoppy no esperaba ver a tanto de ellos en este momento preciso , no con todo este dolor creciente.

Bobby se ve atrapada aunque no sea así en muchas formas.

Podría quedarse y abandonar su búsqueda para cuidar de los heridos y sería lo que Dog querría.

Tiembla sin saber que hacer , pensando en Dog allá adelante y en estos juguetes heridos en frente de su camino. 

Sumándose la aparición de un gran objeto entre todas las presencias.

-Oye.-

Hoppy deja de mirar a las maestras que pasan sin mirarlas una sola vez.

Un peluche de Crafty la llama con un tirón a su pierna.

-Allá .- señala al camino que dejan atrás.-Allá él prototipo está matando a DogDay.-

 

 

 

 

 

 

 

 

En el grupo la situación con las dos sonrientes regresando todo lo que por fin habían avanzado es un eco repetitivo.

Donde la muñeca se mantiene expectante a la conversación del ave y el elefante.

-Deberíamos usar la radio.-

-Dog no tiene ninguno.- le avisa temblando enojado.

-Tiene que haber una forma de comunicarnos.-

-Lo que sea , es inseguro utilizarlo si las líneas están siendo infiltradas.-el elefante lleva una pata a su nuca.-Además de tener afrontar el hecho de que estamos solo nosotros dos aquí.-

Se abstiene de mencionar a los rosa y azul por más de una vena de desconfianza entre ellos.

Solo les queda esperar alñ regreso de la avanzada o el retorno de DogDay para moverse.

El ave observa la oscuridad por la que Hoppy siguió a Bobby. Habían pasado meses desde que vio por última vez a Bobby. La chica parecía estar agotada más allá de sus heridas pero aun decidió seguir el rastro del gato y el perro.

El par de pesadillas se abstiene de regresar o hacer algún comentario , solo se quedan juntos en el suelo. Esperando a ver a donde iría la mayoría. 

No lo dicen y es claro que estan decididos a irse juntos afuera y no regresarían por nadie.

Luego está Bobby que era mucho más valiente que él o , más que seguro , estaba decidida a mantenerse cerca de Dog ahora que regresó a sus vidas.

-Estoy vivo.- suspira dejándose caer en el suelo para procesar una vez más su situación después de incluso despedirse de la vida.-No me gusta estar vivo.-

Golpeado por la realidad justo ahora.

Con su relación terminada o quien sabe.

De verdad entendía los chistes de regresar y terminar para regresar.

Era miserable.

Es sorprendente que el primer grupo de avanzada en regresar sea Doey con Niko.

Seguramente era la razón por la que esa alarma estaba sonando desde hace diez minutos es por la nueva carga del gran azul.

-¡¡Trae a un humano!!- gritan los juguetes al ver la figura que es dejada en el suelo.

Antes de que se concentran en matarlo , muchos más bajan del cuerpo de Doey.

Gritando de emoción al verse de nuevo todos juntos.

 Doey no tuvo el mejor viaje de la vida , al contrario. Quedo agotado y su cansancio es visible al verlo sentarse en el suelo con su forma amable doblada sobre él mismo.

el resto pasa su atención a la figura del humano caminando entre todos.

Bubba revisa a Niko y sus obvias heridas repartidas por todo el cuerpo.

Los juguetes sabían que deberían atacar pero Doey no lo hizo y aunque esté demasiado agotado para hablar tampoco les dio seña para hacerlol. 

Sólo pueden apartarse con cada paso que este da entre celoso con los ojos fijos en una figrura entre todas.

Esta levanta los hombros completamente perdido respecto a la atención directa de este humano sobre si.

-Creí que serias más bajo ahora que crecí.- murmura este abriendo los brazos.

A pesar de todas las alarmas en su cuerpo , solo atino a levantar los brazos al ser rodeado en su capacidad por este humano armado.

-Te extrañe.- suspira este con el rostro en el pelaje azul.

Bubba baja la mirada confundido por este humano pegado a su cuerpo , buscando respuestas en Niko y porque trajo a un guardia que parecía estar bastante mal del cerebro.

-Es uno de esos chicos que sacaron ustedes hace años.- se lo dice esperando que Bubba lo negara o confirmara.

El elefante vuelve a mirarlo buscando señas a comprobar o matar al impostor.

-Ya no hueles como antes.- suspira al levantar el rostro.

El elefante le atrapa por los hombros.

-Te recuerdo.- suspira al ver este rostro de cerca.

Su memoria es extremadamente cruel y precisa.

Llevándolo a la primera vez que vio ese rostro en una pelea de patio. Donde era un niño y este también , cuando quiso asustarlos y robar sus dulces la primera semana en el orfanato.

Después entre los niños que cuidaban con más atención al ser problemático. El cual seguía a Hoppy a donde fuera y a escondidas podía ver perseguir a otros niños para incluis en sus juegos aunque era obvio que solo lo hacían para que no les pegara.

Era un pequeño matón qué en realidad ninguno de ellos extrañaba.

-Esto es curioso.- suspira perdido.

No habían posibilidades de que Dog volviera y muchas menos había para que fuera este elñ niño que apareciera justo hoy , de todos los días , hoy.

Este le sonríe y vuelve a abrazarlo más fuerte.

-Muchas veces creí que ustedes solo eran un sueño en mis recuerdos.- suspira acariciando su espalda.-Soñé que no eran reales, que estaba loco pero sabía que no era así.- su humor sube unas tantas líneas.-Ustedes nos salvaron y nos sacaron de aquí , aunque nunca pudiéramos devolverles el favor.- 

-No se trataba de eso.-

-Para mi si.- suspira soltandolo. Mira al elefante directamente por unos segundos bastante extensos.

-No creí que fueras tú.- 

Esta vez la voz no es de Bubba sino del segundo sonriente.

El joven voltea al escucharlo. Corriendo a su encuentro.

Esta vez el abrazo es mucho más desesperado , aferrándose a Kickin entre temblores muy claros.

Llorando en voz baja al verlo también a él.

El ave no sabe poner los brazos y los mantiene a los lados como un juguete Ken muy perdido.

El elefante levanta una ceja curioso por esa emoción más arriba en la escala cuando se habla de felicidad por un reencuentro. Definitivamente ese humano quería más a Kickin.

-¿Dónde está tu novia? ¿Sigue siendo candente? - lo suelta haciendo esas preguntas con la cabeza girada para encontrar a la coneja.

-Ella subió de nuevo.- responde algo pesado.

El humano mira al resto por un momento , sigue adelante.

-Si te ve sin uno de nosotros , te mata.-le advierte Niko ahora con una Kisy pequeña revisando sus herida con una Mommy y el doctor del grupo de Doey . Todos alrededor de él de tal forma que soplo su voz es capaz de salir del círculo médico.

Sube a la zona de azulejo , mirando a cada uno de los grandes , incluido Huggy Wuggy junto a KissyMisssy.

 -Pues me llevo a este.- decide atrapar a la pequeña Dog en el grupo de gatos.

Inmediatamente estos comienzan a bufar y erizarse por completo con esas colas bien esponjadas.

-¡A ella no! ¡¡Agarra a Kevin!! -

-¡Déjala ahora , idiota! ¡Bajala!- 

El joven mira a la chica a la cara.

-Bien.- la baja.-Necesito uno que no sea mujer.-

-Vete solo , ¡Aun no olvido que me robaste mis colores y solo te los comiste , idiota!- chilla una gatita al reconocerlo.

-Si lo hice seguro dibujabas terrible¡¡¡Mierda , carajo!!! ¡¡No puede ser!!- 

Esquiva y corre quintana dose del camino del gran monstruo verde que entra con una cabeza pequeña por delante.

 

Pianosaurio observa a ese humano con profundidad.

Boxy levanta los brazos.

-Al perro…- nota al nuevo humano.-Esto es ridículo , se reproducen por esporas.- suspira apuntando a Huggy y los sonrientes.-Doey se queda conmigo , el resto vaya por el perro.-

Bubba levanta los hombros preocupado.

-¿Como puedes saber algo de Dog tu?-

Henry llama la atención saltando por las vías hasta Huggy.

-Él prototipo lo persiguió y ahora lo tiene.-

 

Para Carl el mundo es una mierda confusa pero incluso él pudo ver el arrebato de inseguridad repartido entre todos los presentes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 -Exacto.- sus ojos van al abismo.-Papá querrá salir de aquí y lo acompañaré ¿Y tú que harás con lo de tu propio papá?- pregunta ahora decidida. 

Mako exhala con la sorpresa visible en sus ojos.

-Ya no se que es lo que quiero.- admite tomando asiento en el suelo.-No quiero morir y no quiero que él muera pero tampoco quiero encontrarme con sus ojos.- busca respuestas en el abismo.

Baba mueve la cabeza a un lado.

-Yo quiero a papá. Al papá de ahora.- analiza el control.-Quiero a papá y mi papá es él.-tira el control a la oscuridad.

Mako apenas reacciona al ver el control caer.

-Mako-

Al figura oscura pasa por enfrente de ella , atrapando el control con las garras , trepa entre las rocas con datos directos hacua arriba.

Baba levanta los brazos al perder el control qué no debió lanzar sino romperlo.

Cayendo en la trampa de esta ave si como así , sin poprtunida de hacer más que gritar furiosa al verlo desplazarse por el aire hasta una estalactita sobre ellas.

-¿Te comiste a tu abuela?- pregunta la criatura rosa aplastandola por un costado.-Eso si esta loco.-

- ¡¡Bájate , ahora mismo , bajate!! ¡¿No se dan cuenta de lo que están haciendo?! ¡¡No dejaré que le hagan daño a Papá!!- sus gritos son acompañados por pataleos y gruñidos profundos.  

Rabie la muerde fuerte , lamiendo la herida con bastante saliva para paralizar su cuerpo.

Baba lentamente deja de hacer ruido pero no de mirarle con odio.

Rabie voltea sobresaltada por el gran salto de Mako para llegar a un lado de ellas.

-No te odie antes y no te odiare después , Baba.- le consuela levantando la sobre su hombro. Choca sui mirada con la nerviosa Rabie.-Cariño , no tengas miedo.- acaricia a la murciélago llevándola a su pecho.-¡Poe , Toullie , aqui!- los llama a los dos.

Ambos aterrizan por su lado junto a ella.

El roedor revisa a la furiosa Baba y su gran odio en esos negros ojos.

-Pobrecita mi niña. - acaricie su cabeza a sabiendas qué en buen estado la chica le volaría a mordidas las manos.

-Vamos a buscar a DogDay y darle esto antes de que lo maten.- les dirige Mako.-Solo hay que encontrarlo.- mira a los pasillos cubiertos de sangre.

Un miedo helafo recorre su cuerpo por las extremidades a su cabeza.

-Dios, mío…- suspira.

Este miedo no evita que de él primer paso de muchos detrás del rastro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En vista del abandono de todos los habitantes , este experimento decidió usar las arenas del centro de la prisión para el juego.

-Cuando desperté , solo era un muñeco.-

La sangre salpica el suelo.

-No tenía nombre ni consciencia del dolor. Solo era un papel en blanco.-

El grito acompaña el corte sobre el torso.

-Pase por muchas pruebas antes de que me dieran a mi primera mascota.- arranca un hueso de los tantos en este torso herido.

El perro grita sin ocultar el dolor , cansado observa al techo de piedra.

Mantiene sin palabras su boca pero grita para no guardarse este dolor dentro.

No tenía idea de cuánto estarían aquí ni si tendría oportunidad de morir entre estos juegos.

-Era un gato blanco con negro.- lo recuerda perdido.-Era gordo y maullaba cuando me acercaba.- observa al perro que evita su carta al acercarse hasta su rostro.-Yo me ponía así de cerca y él ronroneaba , justo …así…- repite con sus grabaciones ese sonido ciertamente embriagante.

Así de cerca atraviesa con las garras la piel del perro , tirando esta como si fuera a desollarlo vivo. 

Puede escucharlo gritar y removerse aunque solo logre que el brazo que le quebró se encarga de sujetarlo por un costado con apenas fuerzas para aplastar un poco el metal de su cuerpo.

-Me enseñaron a darle comida y acariciarlo.- saca las garras ahora sujetando su cabeza.-Después le dieron un tiro para verme reaccionar a la muerte.- suspira sacando la larga lengua de su boca.

El perro le gruñe cafa vez más violento aunque esté perdiendo. Derrotado aunque peleará.

Usa las garras para atravesar lentamente la carne de su cráneo junto con los huesos.

 Debe apartar la lengua al este moverse para morderlo.

-Deberías estar tan asustado y quieto , no deberías hacer esto.- le mira de frente con esta necesidad tan grande de lastimar lo presente en esas pupilas rojas.-Yo puedo hacerte daño , mucho daño.-

-Pues hazlo ya maldito.- escupe cansado aunque apenes pareciera ser el principio.-Hasta ahora esos malditos humanos son mejores torturando qué tu.-

La criatura de metal exhala profundo.

-¿Recuerdas cómo iniciaban?- pregunta antes de cambiar de voz a la de Laura.-“No dolerá , así que sé valiente” - puede ver la gran molestia del perro al escuchar ese tono condescendiente y dulce de nuevo.-¿Y tú en quién crees que usaron lo que sí dolía?- pregunta acariciando su cabeza.

El perro gruñe sacudiendo la cabeza para evitar ese tacto.

 -Haré lo que si duele , sobre todo a ti.- se retira.-Después de todo , ya se de ti todo lo necesario.- retrocede Dejándolo en el suelo.

El perro gruñe seguido de aspirar una vez obtuvo espacio suficiente. Su brazo cae sobre su torso al soltarse del metal.

Los huesos no se han podido unir aun.

–He visto cosas muy interesantes y quiero saber si soy tan único como siempre lo he sabido.- mira las cosas en el suelo , aquellas que preparó después de pensar en cómo castigarlos a todos. 

 

Para el perro esto era frustrante aparte de humillante. Esta muerte estaba siendo excepcionalmente lenta.

Mira al techo de piedra con la cabeza revuelta entre las decisiones a tomar para este evento.

Algo que le fuera útil como dormirse o mantenerse presente en espera o morirse de alguna forma.

Aunque las opciones son limitadas. Morir ahora , morir después de ser torturado o simplemente ver hasta donde llega la tortura.

Estos pensamientos son rotos en trizas al reconocer la presencia a unos metros.

El perro apenas logra gritar antes de ser cortado en dos su cuerpo.

No es separar las dos piezas de forma justa , eso le daría la oportunidad de reunirse.

Es ser cortado en diagonal , perdiendo de vista algunos órganos por la fuerza.

Muchas cosas ruedan por su mente con este calor abrazador entrando por sus heridas , por las cuales respira la carne un vapor sanguinolento y espeso en muchas formas desagradables.

Su brazo se une de golpe ante el disparo de adrenalina , perdiendo el doble de sentido en sus oídos y ojos. Lleva este brazo a la herida para entender lo que estaba sucediendo aunque fuera sólo su propio cuerpo quién ruega por respuestas a una mente que calcula fríamente lo que tardaría en morir.

Al parecer la única ventaja en este caso es lo grande de estas garras y como el prototipo está acostumbrado a matar de golpe , estos deslices pueden acelerar su muerte.

-¡Ya basta , basta! - 

El perro no gritó.

Es esa presencia arrastrando una pata herida para colocarse entre los dos.

 A sus pies cae un objeto , una vez baja la cabeza y el cuerpo ,para mostrarse sumiso frente a su Dios.

 

El gato ve como el perro lo reconoce y no con alivio ni como alguien a quién se espera.

Lo puede ver escupir sangre y arrastrarse alejándose de él.

-Theo , vete.-

Su corazón es físicamente roto al verlo asustado de él. Su anhelo por el perdón escapa en un suspiro.

-Hobie-

La desgracia crece al sentir el agarre de su Dios sobre su mandíbula.

-¿Qué haces aqui? Tu ya me abandonaste , traidor.- le encara moviendo su cabeza rencoroso.

El gato mira al techo y a donde fuera menos ese rostro sin saber que responder a este reclamo.

-Ya no tienes ni el humo para servirme y aún así , me traicionas.- le reclama apretando su mandíbula.-Y vuelves después de rechazarme , de ir tras un amante de los humanos.-

El gato niega como puede.

-Dios , yo te adoro. Te adoro.- confiesa temblando.-No quería abandonarte , no lo quería así.- sus ojos brillan sintiendo el miedo crecer conforme la criatura que reconocía como Dios le supera rodeando su figura con su largo ser de tantas piernas. El miedo nuevo que crece en su cuerpo lo hce encogerse instintivamente sin retirarse , demasiado preocupado por Dog como para hacerlo aunque todas sus defensas sean tan pesadas hora.

Sus garras , su cuerpo todo.

Nada reacciona.

Incluso su garganta se cierra y hoy no hay nadie que hable por él.

 

 El gran monstruo le atrapa por la cabeza , encestando un gran impacto contra el suelo.

-¿Cuando llegaste y estabas solo quién te cuido? ¡Responde!- exige sujetándolo contra la arena.- ¡¿Quién te protegió de todo y te hizo compañía cuando no eras nada?! ¡Responde , ahora, CatNap!-

Cada palabra es remarcado con un impacto contra el suelo.

El gato apenas se cubre , solo recibe el impacto dejando cada vez más sangre en el lodazal formándose bajo su rostro.

El dios del gato le lanza contra el suelo a varios metros.

El felino choca con las rocas , escupiendo el rojo de sus heridas sobre la tierra.

 

 

A unos metros el perro alcanza los pedazos de su cuerpo con ese único brazo presente , escondiendo bajo su cuerpo aquello que el gato dejó caer.

Su cabeza zumba entre la rabia y la desesperación por sentirse tan perdido , sin saber a donde debería mirar ahora. La sombra sobre su espalda le avisa de la necesidad de tomar un hondo respiro.

 

El gran monstruo de metal atraviesa al perro con una de sus garras.

El gato en el suelo no tarda en reaccionar , corriendo a esta dirección.

-¡No! ¡No , no no!-

El perro en el piso voltea apenas con la capacidad de fijar la mirada en ese gato.

Esperaba que el gato hiciera algo tanto como no lo hacía.

Atrapado en una situación tan desfavorable , solo existen dos voces avisando de la obvia traición del felino con un gran dolor por un lado y otra esperando la oportunidad para matarlo habiendo adivinado que este le dejaría de lado a la primera oportunidad de regresar junto a esta criatura.

Una más fuerte le empuja a pelear y sacar de aquí al idiota.

Resultando en el escenario protagonizado por el gato.

-¡Porfavor , porfavor! ¡¡Dios , por favor , para!! ¡Papá ! ¡¡¡No sigas , ya no sigas!!!- grita y corre para detener la tortura al perro con gritos de dolor entre sus sollozos roncos.

 

La fuerza de su aspera voz con este llanto sincero y roto , es unido a la suplica chillos a aunque , como todo e el estado del felino , ya no fuera un chillido sino un lamento cavernoso.

Usando sus garras para empujarlo y no para herirlo.

Reducido a un niño que tira de su familia sin saber cómo defenderse realmente.

El prototipo le ve con una sensación desconocida desarrollándose en su interior.

Desde su pasado con ese niño buscando un trapo viejo de su propia prisión para poder estar en contacto con sus garras , a este segundo exacto donde puede verlo rogar y suplicar de forma tan lastimera a pesar de tener las garras y la fuerza para pelear.

Algo se mueve , es muy interno.

-Ven aquí.- lo llama liberando al perro de su corte.

El can escupe un torrente de sangre al ya estar demasiado herido para contenerlo. Con lo que queda de sus fuerzas intenta alcanzar los pedazos de su cuerpo al crecer y extenderse sus huesos.

Ignorando el zumbido furioso que le llena la mente al escuchar a Theodore rogar a esta criatura en vez de pelear …o defenderlo.

Viéndose solo de nuevo en esta situación donde parece ser solo un estorbo para ellos y no algo que importe.

Para Hobie la situación de Theodore no tiene sentido pues él siempre fue del tipo rebelde y de quien dependieron incluso los adultos a los que debía cuidar. Un niño que se levanta cuando no le gusta algo y en su resiliencia no habita la sumisión que pudo haberlo llevado una vida corta o quizás mucho más tranquila.

No.

El no termina de conocer en realidad de la propia naturaleza de Theodore.

Por tanto escuchar lo siguiente le hace detenerse fuera de sí.

 

-Acuestate a su lado.-

Su cabeza gira al ver al gato escuchar y obedecer.

Sintiendo un nudo tan seco en su garganta como el dolor creciente al volver en si , olvidando o más bien adaptándose a su presente estado destruido , viendo a su gatito tan esperado como para simplemente rendirse en el suelo junto a él.

-¿Qué estas haciendo?- pregunta derramando la sangre de su boca al hablar.-Vete.-

El gato baja las orejas sin una respuesta clara.

-Tu hiciste algo CatNap.- coloca la garra sobre la cabeza del gato.-Un espectáculo que te enorgullecia de presumir.-

El perro gruñe al sentir la segunda garra sobre su propia nuca , usando su debilitada mano para sujetarlo en vez de mantenerse quieto.

Esta criatura exige más a Theodore.

-Dile lo que hiciste a tu perrito.-

El gato cierra los ojos temiendo a esta situación tanto como a los ojos ahora furiosos del perro. La vergüenza de sus actos y afrontarlos ahora. Bajo la mirada del perro de quien aprendió de ese miedo tan visceral y vulnerable.

-¡Di qué hiciste ahora!- ordena atravesando la espalda del gato con las garras.-¡Dilo!-

Rl perro no puede más con este escenario absurdo. 

- ¡¡¡Déjalo!!! ¡¡¡A él no!!!- 

El perro lucha apretando el metal al crecer de golpe , aún esta más destrozado que entero y el prototipo usa la garra sobre su cabeza para fijarlo al suelo.

-¡¡¡Theo vete a la mierda!!! ¡¡Vete!!- grita aunque su ojo ya este atravesado por esas garras. 

El gato vomita un torrente de sangre con el vaho frío , siendo solo el reflejo defensivo.

-Si no quieres hablar , podemos mostrárselo. Descuida.- relìte el corte retorciendo dentro el filo.

El gato es incapaz de contener los gritos de dolor , superado por la traición y el miedo.

Las sensaciones dentro de su cuerpo lo hacen gritar entre los arañazos al suelo.

Más no se defiende en ningún momento , no de Dios.

El perro gruñe y grita , intentando moverse aunque solo logre cortarse más.

-¡¡¡No a él , a Theo no!!! ¡¡¡Maldito , basta!! ¡¡¡Theodore!!!- lo llama cambiando sus intentos por soltar se a sujetar esa garra.

La mente del prototipo se colorea de rojo al verlo tirar de una de las cuchillas doblandola con su fuerza a pesar de cortarse en el proceso.

-¡¡Por favor ,Theo defiendete!!- su exigencia no puede ocultar cuánto le desespera ver al gato que todos temen y acusan de ser un demonio ¡Permitir que le pisoteen sin poner resistencia alguna!

Tan doloroso , tan desagradable y doloroso.

Reviviendo el horror de sus pesadillas en su interior. Ruge tratando de parar el torrido infierno desarrollándose en su cara nuevamente.

 

 ¡¡Te obligaron a pelear hasta hacerse trizas tus huesos!! ¡¿Cuánto más tendría que dejar que te hicieran daño?! ¡¡Yo también soy un hombre , no puedo simplemente quedarme viendo como un inutil cuando a mi pareja la están masacrando frente a mis ojos!!

 

Su fuerza logra romper esa cuchilla.

-¡¡¿Porque no te alcanzo?!! ¡¡Theo!!- su rabia se mezcla on la terrorífica desesperación . El sangriento espesor de sus cicatrices abiertas.

 

Dog escucha el eco de la voz de ese mismo felino en la celda. Escucha aquello que confeso.

Conoce en este solo segundo la sensación atrapada en los lamentos de Theodore.

 

-Estorbas.- sujeta al perro con esa garra , tirándolo a unos metros para sacarlo de encima.-Dime , ¿Cuántas veces hiciste este espectáculo , gatito? ¿Cuántas veces lo hiciste?- lo cuestiona sujetando su rostro con una garras.

El gato mira al suelo donde el perro está luchado por volver con un solo brazo.

-Hobie…- suspira viéndolo de nuevo enojado. 

-Perdiste el humo por el cual me eras util , el territorio y además te confabulaste en mi contra.- enumera sus crímenes aplastando su cuerpo devuelta al suelo.-Y lo peor de todo es que crees que soy tan estúpido como para creer que volviste por mi cuando es obvio qué lo hiciste por esa mascota tuya.- apunta al perro cada vez más cerca entre gruñidos.

  El gato mira al prototipo y al perro , asíntiendo con el rostro entristecido por este resultado después de romper todas sus ilusiones.

-Porfavor , vámonos juntos.- lo pide mirando a Dios,

-No.- el prototipo detiene sus palabras con una seña.-Te voy a matar.- dictamina decidido.

El gato siente el helado golpe de la soledad llegar por su espalda herida.

-Papá-

-Qué no soy tu padre.- le responde de nuevo con frialdad.

El perro detiene su arrastra al escucharlo.

-No me interesa lastimar algo que no se defiende , lo haces aburrido.-

El gato jadea herido al ser reducido de esa forma el dolor que le estaba causando su violencia. Mira al perro en el suelo.-Lo mataré y a ti tambien , perro.- 

El perro niega sin creer en algo tan estúpido.

-O te mueres y lo dejó ir.- usa la voz de Picky.-Solo haz lo que te diga.-

 

El perro sube las orejas al oír esa voz.

El gato mueve la cabeza negándose a solo escuchar eso.

-No , no … no , no lo hagas.- pide ahogándose en su propia voz.-Esto no es divertido.- 

La criatura de metal revisa sus cables , sacando un arma larga de estos.

Lo tira frente al perro.

-Solo es una bala , puedes decidir dispararme y fallar o acertar.- señala al propio perro.

Este no para de observarlo con ese único ojo brillante que le quedaba.

-Puedes negarte y permitir que lo mate para que siga contigo como un favor para él.-

El perro ya no responde. Solo le observa.

El gato mueve la cabeza a fuerzas.

-Yo lo hago , yo lo haré …por favor , no me gusta esto , paren.- 

El perro inhala lentamente.

-Sueltalo.- pide tomando el arma.

El prototipo le observa sin moverse.

-¡¡Dog , no hagas esto , no es necesario!!- 

 

Para el autonombrado Dios, este escenario que presenció un par de veces antes le es fascinante en muchas formas.

Con el elefante negándose a copular frente a cámaras con la sonriente rosa.

Como los oficinistas qué se colgaron de los focos en vez de permitir que llegaran a ellos los juguetes .

En esa mujer de antes. Junto a su posible pareja.

En científicos. Huyendo de las consecuencias de sus estudios.

Esta vez quería verlo de frente y de esta forma. Ver sus ojos pagarse para conocer este lado de la muerte auto impuesta.

¿Qué clase de mirada tienen los que deciden acabar con sus propias vidas? 

Curioso por cómo se verían los ojos de alguien después de solo escucharlo o sentirlo , como debería sentirse.

Puede conocerlo ahora con Theodore como su modelo.

Esperaba verlo , y conocer la sensación que dejaba esta muerte por propia decisión frente a alguien que sufriría esa muerte al quedarse atrás.

Después de todo , el paso por todo eso y ni una sola vez pensó en acabar seriamente con su vida.

-¡¡¡Eso no Hobie , no eso no!!! ¡¡¡No hagas eso , no lo hagas Dog!!! ¡¡¡BASTA , PORFAVOR , TE LO RUEGO NO LO HAGAS!!!- su voz enloquece al gritar.-¡No me dejes , Dog!- 

El perro cómoda el arma sin escucharlo.

-Deja ir a Theodore.- ordena con el cañon sobre su sien.

-¿Y que se lo pierda?- responde con la voz de la chica unicornio , causando un revoltijo al perro.- Theo debe ver todo.- sujeta al gato para que sus miradas chocaran.-Es sorprendente que creas que soy tan ingenuo cómo para no ver que me estas apuntando , perro estúpido.-sacude al gato.-No tengo paciencia , hazlo.-

El perro inhala y exhala mirando al gato sacudirse y pelear ahora después de simplemente quedarse quieto mientras los torturaban.

No entiende totalmente a Theodore y puede que no lo haga en mucho tiempo mas.

Tal vez eso era lo hermoso de él . Tanm complejo y extraño. 

Theodore es la enredadera que por mucho tiempo le a sido su refugio. Dentro de su retorcion y débiles conexiones hasta ahora no conoció flores más bonitas que las crecidas en él .

En su alma llena de espinas y grietas. Permitiendo que los lastimen sin lastimar a quién amaba , quien era el prototipo para Theodore , si , para Theodore y no CatNap.

Quizás por eso lo ve reducido a este punto tan roto , frágil y perdido.

 Porque la persona que llota agora indefensa es ese niño en los túneles y no el gatito siniestro.

Es su primer amor siendo e nuevo el niño que se escondía dentro de su cobija , seguramente aferrándose a esa criatura como su única familia.

No comprende a Theodore pero lo siente , puede sentir lo tierno que es por dentro.

Lo desesperado que estaba este ser humano por ser amado y protegido.

Puede que entre todos los pecds de Theodore se escondieron sus heridas.

La fragilidad de un niño que vive abandonado y su único lazo es el mismo que lo lastima innumerables veces.

Porque fue Theodore quién se adaptó a ese filo cruel y cargó con esa marca desde mucho antes de ser el celador de un demonio.

 

Necesita salir de este sopor para concentrarse.

Inhala y mira al suelo donde su propia sangre ya es lodo.

Es incomparable su presente con la fuerza de 1006. 

El mejor lugar y más seguro para Theodore es lejos , es teniendo la oportunidad de huir.

 

-Suéltalo , no sabré si cumples si no lo sueltas.-

Se irá al infierno.

Quizás no por los científicos y trabajadores sino por los incompletos y los Experimento que se rompieron y tuvo que liquidar. Por los otros chicos a los que asesinó en nombre de la fábrica.

Repetía varias veces que no era quién para juzgar a Theodore porqué él mismo era un monstruo a ojos de los pequeños qué se rompieron en los laboratorios.

No era bueno , solo hio lo que podía para vivir y eso con llevo ser un maldito.

Ser una basura útil , una herramienta.

A diferencia de Theodore qué en su ojos había un Dios.

En Theodore sus errores no fueron un estúpido acto de supervivencia sino una búsqueda de amor , un tipo que creía que estaba haciendo lo correcto y seimpulsaba por ese mismo amor.

Igual qué un cruzado ora a gritos por el perdón cada vez que su espada cortaba a los inocentes.

Definitivamente Theodore era un pricipito en muchas formas.

 

El prototipo responde con un movimiento , el corte en las costillas del gato al presionarlo en su poder saca al perro de su casi rompimiento mental. 

-Lo mataré.- advierte sujetando su cabeza.-No me duele tanto como crees y dejarlo ir tampoco me interesa tanto como desaparecer aquello que causó todo esto desde un inicio.-

Hobie mira al gato con un deje de pérdida.

Theodore no cva defenderse ni a defenderlo

Esta demasiado asustado de todo lo que significa renegar de este Dios.

-Él te vio llegar y te verá ir. Tómalo como un pago por divertir a tu Dios , bufón.-

Lleva el arma a su ojo atravesado por las garras al comprender que ese era su papel a donde fuera. No busca los ojo del gato ni al monstruo , sólo es firme hacia el horizonte.

Tal vez no es una sola idea y cuando vuelva a ver a Theodore , sea desde lo más bajo de los muros de un castillo.

 

 

-¡¡¡NO!!! ¡¡¿Porque no me escuchas?!! ¡¡No lo hagas , DogDay , no!!- 

 

El perro jalo el gatillo sin más pausas.

El disparo le atravesó gran parte del cráneo.

El gato sacude el cuerpo una vez más , dejando de luchar al verlo caer sin vida. 

Este monstruo de metal lo suelta caminando hacia el perro. Lo pisa para comprobar los reflejos acabados.

Mira desde arriba la sangre cubrir la tierra.

Comprueba el gran daño en su cabeza.

Voltea observando al gato en el suelo.

Vuelve sobre sus pasos.

-Definitivamente hiciste más ruido tú que él.- camina dejando el lugar.-Creo que debe ser más divertido si la persona no quiere darse el disparo.- piensa en la salida que debería tomar.-No vuelvas a ponerte frente a mi , CatNap , ya no te quiero mas.-

El gato le mira irse , apenas es capaz de mantenerse derecho pero lo observa con el corazón roto en muchas partes. Sus garras suben y atrapan su propio rostro rasgado y herido.

 

Este Dios se retira tranquilo por las sombras.

 

Catnap avanza hacia el perro colocando la cabeza sobre su espalda con un rostro en blanco.

Acompañándolo hasta perderse el aroma del prototipo dentro de los muros.

 

 

-Eso dolió demasiado.-

El gato levanta las orejas en shock al escucharlo , apartándose para confirmar que no era una alucinación.

El perro levanta a medias el cuerpo para voltearse boca arriba.

-Theo…- lo llama con el rostro herido.-¿Recuerdas que siempre me quejo por el dolor de cabeza?-

El gato inhala levantándose con el cuerpo cansado.

Bajo el perro se encuentra su brazo recogido por el gato.

 Ambos tienen problemas para comunicarse cuando se trata de lo emocional , no tanto para estas cosas peligrosas.

Aunque esta vez se vieron superados en muchas formas.

Theodore dre busca las partes del cuerpo de Hobie que fueron arrancadas , casi todas las de metal y que fueron incluidas en las muchas reconstrucciones que hoy dan frutos.

-Dame todo menos la vesícula , eso no me interesa.-

-No se como es la vesicula.- murmura el gato levantando sus piernas para traerlas arrastradas y algo que no sabe que es en su brazo.

Reconstruirlo para ellos es demasiado difícil , sólo pueden limitarse a ver al perro abrir la gran herida en su pecho y meter los órganos como lo haría un muñeco de felpa con su relleno.

Cinta adhesiva y las grapas de Theodore.

En un mutismo cargado por el dolor de cabeza del perro.

-Te amo.- suspira Dog ahora con la cinta adhesiva en su torso. Necesita esperar antes de ponerse de pie. Observando al gato aún en silencio después de ayudarle a reunir sus piezas.

Sobre su ojo queda ese gran agujero pero no quería hablar sobre este , limitándose a engrapar una piezas de piel de su brazo en la entrada de la bala y la salida. 

Los cables de aquello que presionaba su cerebro desde el día uno apenas son visibles después de volar fuera de su cabeza.

El gato se acuesta para que el perro le ayude coin las heridas de su espalda.

Ahora solo les queda esperar a recuperarse psicologicamente.

 

 

Este silencio es interrumpido por la llegada de un ave por un costado.

La alarma vuelve a sonar después de ignorarla ambos por varios minutos desde que esta sitiacion los superó por un momento.

El perro le observa , resintiendo la falta de los datos en su visión.

Ya no tenía el lector de barras y su cabeza ya no duele.

Debía haber una palabra para esto de perder un huevo del cráneo para sentirse mejor.

Aunque todo se reduce a una realidad.

-Esto no me gustó.- acepta eso saludando al ave.

El pájaro se acerca mirándole asustado.

-Él te atrapo , te llevo.- señala sorprendido por velor vivo.

El perro mueve la cabeza.

-¿Tu amiga rompió el control?- le cuestiona cansado. Muy cansado , necesitaba dormir ahora.

El gato lo sacude para que no se fuera.

 -No ,aquí esta.- le muestra el control en su poder.

El perro levanta los dos pulgares como victoria.  

Vuelve a mirar al suelo donde antes estaba su atencion.

El ave les mira a los dos. Ambos muy silenciosos aunque al menos el perro se esforzar por hablar. Busca a Mako a unos metros.

Ella mueve la cabeza negándose a presentarse ahora.

 

Los dos permanecen en el suelo por mucho tiempo. En silencio junto al otro aunque no se tocaran por ahora , pueden escucharse respirar.

 

 

 

 

-No deberíamos acercarnos.- 

-Quiero verlo , parece estar muy herido.-

-Por eso no debemos acercarnos , podría reaccionar mal.- Hoppy sacude los hombros.

Pueden sentir el olor del prototipo sobre ellos y en todo este espacio.

-Debemos decirle de ellas.-

-No es el momento.-

 

 

 

Huggy mira al perro y a Boxy.

-Él se va a enojar mucho cuando lo vea vivo otra vez.-

Boxy bajo el puño esperando.

El azul duda bastante antes de colocar sus flojos nudillos con el rojo.

-Se va cagar , hermano.- mira al perro.-Yo mismo siento que ese tipo vive para molestar más qué porque lo quiera.-

Henry a unos metros escucha la descripción del ave de aquello que vieron suceder cuando el perro colocaba los codigos de cada juguete unido al prototipo.

-...y las chispas volaban , como si el objetivo fuera encenderlo .-

Vuelve a mirar el control. Es uno de pared manipulado con conexiones que necesita observar para entender , descubriendo un objeto muy pequeño sujeto a este.

Pelo rubio como si fuera parte de un amuleto..

 

-Angela…- mira al perrro aun con el felino a su lado.

Esos dos tenían sus propias ideas para acabar con el prototipo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Catnap por fin habla después de este tiempo en silencio.

-Dog…-

-Hmm…- respondió sin moverse.

Al fondo el ave habla con los que llegaron del laboratorio. Se escuchaban muy ruidosos y enojados. Incluso Bobby parece desesperada por acercarse a ellos.

-Tú sabías donde tenias el lector ¿Verdad?- pregunta en un murmullo.

El perro no responde.

Eso deja en claro lo cerca que estuvieron nuevamente.

Ese era el límite. Era el último riesgo que tomarían.

Es todo lo que les queda de oportunidad.

 El gato baja las orejas llevando las garras delanteras a su rostro para limpiarse las lágrimas espesas.

-Papá nos hizo daño.- solloza entre sus garras.- Te hizo daño , nos lastimó.-

El perro levanta un brazo rodeando al gato herido.

-Theodore.- dice ese nombre en voz baja.-Te quedaste conmigo.--

El felino recarga la cabeza en su hombro.

-Si.- 

Se quedó con Dog. No lo protegió.

Eligió a Dog. No peleo por él.

-No se porque soy asÍ , no se porque no puedo pelear con él…perdóname , por favor , perdóname…- 

El perro lleva una mano a sus hombros.

-Es tu papá . Eso es suficiente.-

El gato cae contra su pecho. Diluyéndose el sufrimiento en la sangre de sus ojos , avergonzado de romperse y caer.

De solo profesar amor cuando era tan fácil someterlo.

Como si en este mundo sus cadenas solo fueran tangibles al caer devuelta en la presencia de Dios.

De su condena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al fondo de su reunión es audible el movimiento de nuevas voces humanas.

Deben regresar al túnel.

Ellos están aquí.

 

 

Notes:

Gracias por leer. Quejas , observaciones y comentarios , son bienvenidos.

Chapter 122

Notes:

Hola.
Capítulo corto y tranquilo. ❤️

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Para Dog este viaje está siendo muy demandante.

Lo admite.

Su corazón está casi seco de tanto desangrarse y puede que también sea de forma literal con este último desmembramiento.

Camina con una mano sobre su hombro para mantenerse equilibrado con la pérdida de un par de huesos del brazo contrario al romperse por las garras del prototipo y ahora mismo no tiene el pulso para unir sus piezas con el soplete.

 Deberá esperar a que su cuerpo lo reemplace y eso es tardado o confiar en los humanos.

Por tanto los huesos de su brazo vienen dentro de su propio cierre a medio reparar.

Escucha el zumbido qué era la voz de Bobby.

Le hace muy feliz verla de nuevo de pie y móvil pero no puede escucharla bien , demasiado problemático justo ahora verse incapaz de responder a ella.

Cansado.

A su lado el gato no se ve mejor. Caminando con la mirada baja y el aliento agotado por todo el dolor que le recorre al sanar tan lentamente estas nuevas heridas.

Todo.

 

El prototipo se fue y ahora el número de invasores en la prisión es tan grande como los qué recorren los restos de Dulce Hogar.

Están acorralados dentro de este túnel de tren.

El costo por equivocarse es tan grande que ya les hace temblar.

-Este tipo está demasiado callado.- señala Huggy.

-Pues salió vivo de ser despedazadas por esa cosa.- responde el rojo.-Me preocupa más el gato , no sé si tomó bien la paliza que le dieron o si volverá corriendo para que le den otra con más cariño.-

-Jejejeje…-

 

Las orejas del gato caen al escuchar esa mofa.

 

Más adelante el humano avanza junto a las dos chicas.

-¿Y donde tienen las flores?- les pregunta esperando escuchar una respuesta positiva.

Ambas se miran entre sí.

-Las debe tener Hobart.- 

Henry abre la boca preocupado.

-Él no consiguió la flor para Kickin ,fue Ryan.- les informa a las dos.

Una de ellas no lo sabe por estar demasiado distraída por todo lo que sucedió en menos de tres horas y Bobby en ningún momento supo de la sola mención de ese humano en posesión de las flores en ese momento justo.

-¿Hobie no tiene las flores?-

-No. No las tiene , eso estaba en manos de Ryan pero no porque él supiera dónde encontrarla sino porque ese doctor…Sawyer , se la entregó a cambio de que le fuera a buscar.-

Bobby lleva las manos a su boca.

-Ryan …es Pedro , ¿Verdad?- reconoce el título que Hobie le daba a los adultos que le ayudaban sin importar su género. Si le ayudabas y eras una señora , inmediatamente se te reconocía como Pedro. Era la forma en la que les decía disimuladamente , quienes eran de confianza sin ser directo.

-Yo… yo lo vi irse-

-El murió con ese doctor , lo supimos cuando te intervinieron pero no era para decirte nada.- Hoppy ya presiente el problema por venir al entender que su lazo con las flores que necesitaban estaban roto.

Bobby aprieta las garras contra su rostro para no llorar al descubrir el grave error que cometió al atacar a ese humano en ese episodio nervioso.

-Hobie se enojara conmigo.- lamenta asustada.

Hoppy no puede decirle que no o que si , no ahora que el perro está tan cansado y su lógica estaría de sabático respecto a ellos.

O quizás ni le interese.

Lo que pase , solo puede imaginarlo al ver solo la cara oscura y herida de Hobart lo que ve a través de las sombras. 

Sigue adelante.

El humano acelera de golpe asustandolas.

Lo siguen más rápido al verlo ir con los juguetes que aún no llegan ni a la mitad del recorrido al estar viajando a pie por falta de fuerzas para usar los carros Barry. 

-Ya vamos a ayudarles.- les dice con una sonrisa temblorosa al no estar seguro de cómo dirigirse a ellos. 

Con su declaración les hace una señal al resto.

Boxy suspira levantando los carros que traía en sus garras.

-Suban los heridos , el resto deberá ser cargado.- les dicta.-Sean sinceros , solo necesitan los que tengan sus manos fuertes , no más.- 

El perro está vez no interviene con ninguna dirección. Escucha a Boxy como un descanso para su mente. Ayudando a los más heridos a subir y salir del grupo para cuidar la división de estos pequeños sobrevivientes.

El gato se abstiene al notar el miedo en más de uno al verlo de frente.

Descansando en el punto más lejano del grupo reunido.

-Me encerraste por tres puntos años , maldita mierda.-

El gato voltea lentamente a un lado.

Es una muñeca quién le habla.

-Te debes sentir muy decepcionado de verme vivo.- presume con su voz ya madura por los años.

-...eres el amigo Terry.- lo reconoce en un hilo.

La muñeca gruñe agotada.

-No tu amigo.-

El gato eriza el lomo de su cuerpo , furioso le gruñe harto de todo. 

-Entonces no hables conmigo ni me insultes. No somos amigos.- advierte mirando de nuevo al perro encargarse de unir los transportadores Barry para llevar la larga línea de heridos él mismo en mano.

Deja el suelo para seguirlos.

A diferencia de los otros gigantes no hubo uno solo que se aventurara e intentará colgarse de CatNap.

Prefiriendo mantenerse a salvo y fuera de su vista.

Theodore se rinde , no lo intentará más , ya no puede pensar en ellos.

Solo sigue al perro con estos miedos más reales que nunca.

Porque DogDay tenía razón , no lo salvo y solo se tiró a morir.

-No se porque tengo tanto miedo , lo siento.- susurra su disculpa para nadie más que él mismo.

Cansado de estar atrapado por esta desesperación dolorosa .

Había prometido su amor a DogDay pero a la hora de la verdad , se tiró para morir cobardemente en vez de proteger a su Hobart.

No protegió a su amigo.

El perro mueve la cabeza en un paso , buscando por sus flancos y adelante.

Volteo solo por un segundo antes de identificarlo en la oscuridad. Suspira al encontrarlo y no haberlo perdido.

-Ven , no te apartes de mi.- lo llama con la mano sana en alto.

El gato se apresura a cubrir su lado debilitado por la fractura , recargando el costado del gato en su hombro. Los dos van juntos por el camino.

El tiempo es doloroso , es cruel.

Los hace ir adelante aunque solo quieren morir.

 

En su decisión de cuidar a todos los que no pueden avanzar por sí solos , ignora aquello que hasta ahora hace vibrar a Bobby ansiosa.

Los carritos con los cuerpos.

 

Quienes no los ignoran son las pesadillas.

Viendo a estos con un nerviosismo creciente. Los crímenes podrían ser perdonados pero no es una posición tan buena como la de esas dos chicas para Jean , Simon , para recibir la dicha flor y recuperarlos ahora qué tanto le necesitan.

Manteniéndose a fraude por más de una duda , saben que deben recuperar a Simon pero no como y esperaban que el control que usó DogDay les ayudará a conseguir sus cuerpo y salvarlo de Dios. 

Ahora solo pueden seguirlo y esperar que todo salga bien pero eso no les da la capacidad de mantenerse serenos ante esta necesidad de verlo a salvo después de tanto dolor para todos.

Para empezar Baba está extremadamente enojada y lo sabe por la alta cantidad de saliva escurriendo por esa boca en vez de palabras qué en sus ojos son extremadamente duras y violentas , saltando por fuera de esa mirada brillante insultos tan fuertes qué duelen en la carne.

Por ahora está atrapada y Toullie puede acercarse a peinarla usando un palo para presionar los espesos rizos de su esponjosa lana. Sabiendo bien que ella le querrá despellejar en cuanto esté libre y seguro lograra sacarle un pedazo de una u otra forma.

-Ya veras que te cuidaremos adonde vayamos.-

Esos ojos lo miran con mucho odio justo ahora.

Sus comisuras se afila respondiendo con una sonrisa la amargura de Baba.

Por un lado de ellos Huggy pasa corriendo a cuatro con ese humano en su espalda. 

Regresan a la prisión. 

 

 

 

 

 

Cuando él entró a Dulce Hogar , traído por la policía de su estado , no era demasiado mayor pero tampoco demasiado joven.

Escuchó en ese momento los cuentos sobre supuestos miembros de Dulce Hogar que escaparon supuestamente a escondidas y nunca volvieron.

Los cuidadores decían que eran invenciones de los más jóvenes y otros solo fruncían el ceño.

Al ser convertido esos cuentos fueron confirmados por otros juguetes que le aseguraron qué Hoppy ,Bobby y DogDay sacaron a muchos niños pero que los castigaron severamente aunque no pudieran comprobarlo.

Les torturaron durante semanas antes de devolverlos y lo que habían construido no volvió a ser lo mismo por mucho tiempo. Todo lo que habían construido se perdió en la nada.

DogDay regresó como alguien muy pesado , a ese si le conoció siendo un niño humano , y después verdaderamente regresó.

En ese colchón amable qué el líder había creado era la posible llegada para los de su tipo pero no fue así.

Llegó a una Guardería cruel , insípida y violenta donde sus vidas apenas significaba algo para las personas que les hicieron este mal o para los gigantes que antes les procuraban.

No eran nada más que un estorbo útil.

Viéndose hoy destrozado hasta parecer una piltrafa de lo que fue alguna vez Dany.

Escuchando la música elegida por el perro que debió dirigir el infierno al que fueron arrojados le avisó de ser la señal para ponerse en guardia.

Esta señal es extremadamente débil al inicio.

Solo es la afamada melodía de Beethoven con mucha estática.

Manteniéndose concentrado en rastrear ese sonido , pierde el sentido al escuchar a ese humano hablar del exterior.

Él conoció la ciudad pero ahora siente que esas historias sobre carritos de comida en las calles y los cientos y cientos de televisores son mentiras elaboradas para manipularlo.

Imaginando devuelta al mundo su figura y encerrado junto a Anabel.

,mira el control de la radio con la chica DogDay a su lado.

La deja dormir a su lado, sorprendido por la confianza de esta para exponerse al peligro con un desconocido como él .

Algunos ríen y otros solo parecen dormirse con lo que escuchan al humano contándoles del exterior.

 Esa música es muy débil en la señal del radio pero no la pierde de vista en los controles , manteniéndose firme al momento de escucharla y rastrear la según el movimiento de los palillos de la señal.

Esta criatura gigante ya está más abajo que ellos y la señal es débil por los muros.

Es una emboscada.

Los está cazando.

No se une a la conversación para mantenerse atento a esta criatura desagradable. 

 

El humano cuenta con señas como se vio arrastrado por más de un problema afuera.

-Entonces tuvimos que buscar donde quedarnos , ellos habían llegado al maldito autobús así que ya no podíamos dormir en los asientos.-

-¿Y a dónde se fueron?- pregunta un peluche en el suelo.

El humano revisa sus heridas y sonríe.

-A la ciudad , ahí Suss encontró un trabajo para algunos y para ella misma pero se travistió.-

-¿Se vistió de mujer?-

-No , de hombre.-

-Pero ya era hombre ¿Porque se disfrazó de hombre?-

-No , ella es mujer y se disfrazó de hombre.-

-¿Y porque dices que se travistió?-

-Porque se vistió de hombre.- 

-¿Y para que vestirse de hombre?- 

Carl piensa bastante. Tomando una decisión sobre qué responder a todos los curiosos.

-A ella le gustaba Gustavo , de ahí puede que se notará qué le guste ser el hombre de la relación.-

Entre ellos hay un dictamen para esa respuesta.

-Lo hizo para que nadie supiera que te conocía.-

Se carcajean repartidos entre todos los qué le recuerdan y ahora se ríen de él 

-Son muy juzgones.- voltea al camino oscuro.

El ruido es captado desde antes por los otros juguetes , sobre todo los de la prisión.

Mirando al túnel con las cabezas volteadas al límite.

Para los que estuvieron presentes desde el inicio , ver a tantos llegar devuelta les es sorprendente.

Estos juguetes debieron pasar mucho tiempo apartados de todo.

Verlos llegar tan heridos los hace apartarse como si fueran a dañar los de tocarlos por error.

Mucho más de uno con heridas graves en rodillas , patas y rostro.

Notando en más de uno esos ojos cubiertos de rojo por las heridas sobre las sonrisas y cejas.

Toman un espacio apartado para descansar.

A esta sorpresa se suma una sensación de crisis al ver al gigante naranja tan destruido.

Este no dice nada , demasiado agotado se concentra en dirigirse al humano conocido.

Niko pone los ojos en el joven que se apartó y ahora observa a los gigantes con una cara complicada de describir.

-Tengo un soplete en esa bolsa , ¿Podrías usarlo para unir mis huesos?-  

Niko , quién estuvo en silencio escuchando al reciente agregado , levanta las cejas y se siente confundido.

El perro abre ese cierre , ahora bastante delgado , y le extiende cuatro huesos partidos qué debieron ser una sola pieza.

Lo que le preocupa son tres cosas.

Son huesos muy grandes.

Son muy pesados.

Y no sabe como se supone que los uniera.

-Te reconstruyeron mucho.- apunta Doey curioso al ver esos huesos.-¿Como haces para que no se deshaga tu brazo?- 

El perro suelta un suspiro cansado.

-Lo sujeto y espero que no se caiga.-

El tono es serio y cortante sin ser brusco. Cualquiera diría que está tratando de ser amable pero solo el perro sabe que este volumen es directamente igual a negarse con ganas a ser aludido.

El azul lo siente y decide tomar espacio por su propia decisión, acercándose dudoso al rojo.

-¿Cuántos bajaron?- 

El rojo mira al grupo. Mueve la garra apuntando a algunos de los que bajaron.

-No los conté.- rasca su cabeza.-Él otro tipo los cuenta pero ahora está algo mal.- 

-¿Quién?- pregunta Doey.

-Él.- señala a un Bunzo que corre con otros para ver uno por uno , anotando lo que veía para identificarlos y saber qué decir al final.

El rojo suspira aliviado de ver a su pequeño aliado tan enérgico como al inicio de la huida de la estación.

-Eso estuvo bien , no vayamos a equivocarnos.- el azul mira ahora a las pesadillas reunirse entre murmullos enojados.-Ella no se ve contenta.- le apunta a la oveja visiblemente furiosa por ese brillo peligroso en sus ojos bien abiertos.

 Boxy por ahora no tiene ningún comentario sobre ellos , no los conocía y lo poco que supo de ellos era malo. Su pelea por el favor del prototipo contra CatNap en esas guerras territoriales qué el gato terminó manteniendo solo con ese humo.

Ahora lo ve a unos metros con el perro , esperando a que el humano conecte el soplete y el elefante le señale como unir las piezas según un libro viejo y roído.

De verdad era viejo ese libro.

El gato siente su mirada y junto con el perro , giran la cabeza a diferente ritmo. 

El perro deja ese espacio para acercarse a ellos.

-Necesitamos algo de las computadoras del laboratorio con urgencia.- les avisa en voz baja.-Ese control lo usará Henry desde ahora , no estoy en condiciones de activarlo.-

El azul le apunta al rostro.

-Te estás retirando del frente ¿Eso quiere decir Hobart?-

Dog no esperaba ser referido por su nombre completo.

-No , ese tipo querrá matarme más que nunca , ya no jugará y el control necesita tiempo para usarse además de una distancia muy corta para activarlo.- voltea observando a Theodore aún cuidado sus huesos sin seguirlo.-Si no suelto el control a alguien más , perderemos.-

Entre los dos hay una sensación de frustración.

El secreto que le es útil a Doey debe estar presente , así como los planes con Boxy.

Los dos hablaron con este perro antes que con otro gigante , no lo ven retroceder pero les parecía extraño verle tan tranquilo ahora que parece estar perdiendo.

-Necesitabas esa paliza.- lo pica en el hombro el rojo con los nudillos.

Esto empuja al perro pero no lo mueve de lugar.

-No , no lo sé.- su voz escapa agria.-Bien pude seguir sin eso.- sus ojos van al techo del túnel.-Por ahora debemos movernos y seguir adelante. Ya no regresaremos.- revisa su brazo ileso , irónicamente el que fue cortado al inicio estaba mucho mejor.-Preparemos algo para evitar disparos o tranquilizantes.-

El par podría , como Huggy , rebelarse a escuchar pero esto es sencillo.

Dicho azul ya desapareció junto al humano quién se suponía era ingeniero.

El seguir su instrucción les libera del pensamiento caótico qué les hace buscar respuestas a un problema que puede solucionarse mejor con la percepción de alguien más. Ahora aceptando ir con su propio grupo para dirigirles a recoger los materiales más gruesos para evitar algún dardo.

 Los dirigidos por Doey no tardan en buscar algunos proyectiles para lanzarlos.

Pasando por un lado de las pesadillas para juntar restos de herramientas en el suelo de las vías del tren.

Mako mantiene los ojos fijos en ese perro , observando cómo armar un carro más grande al doblar los metales con un brazo , uniendo en una caja doble los Barry. Pronto estos parecen estar fabricados como esos tanques de cartón con los que jugaban los niños en Dulce Hogar.

Los heridos son movidos más atrás , en los carritos manipulados deja solo aquellos materiales que recogen los del grupo de Boxy.

Incluido uno de esos cilindros de dinamita.

Es un caballo de troya.

Sus ojos brillan al verlo prepararse a pesar de estar deprimido , sin detener estos planes internos estaba cansado.

Es como lo recuerda.

Con un solo brazo y sin ayuda de otros , actúa en la oscuridad.

 

Voltea a su dirección.

 

Mako levanta los hombros sin moverse más allá de respirar profundamente.

 

 

Este perro saluda con la mano que puede mover , volviendo a su tarea ahora con el curioso azul a su lado.

-¿Qué estás preparando?- pregunta curioso por este montón de metales unidos con fuerza bruta. Es lento por estar usando una sola mano y los pies , la forma tarda pero entiende que es una unión en vertical.

El perro no responde su pregunta sino que hace la propia.

-Niko tiene marcas de botas en el brazo , ¿Y ese nuevo chico vino de la puerta C?-

El azul baja los hombros.

Dentro de Doey los tres recuerdan esta primicia desagradable sobre su desgracia tan grande en esa puerta. Aparte de ser obviamente imposible para todos el ir por ese espacio , habían traído a un humano raro con ellos.

-Estaba repleto de guardias y armas. Ellos tenían un puente entre el abismo y la brecha.- toma un carrito doblando como el perro las piezas de metal. Entre los tres dirigen sus manos para unir como el perro estos carros.-Ellos llevaban tiempo recolectando juguetes.- 

-¿Eran tus amigos? ¿Ellos estarán bien? - le pregunta mirando al grupo que se reunió con los de Doey , muy heridos y sucios.

-Ellos creen que no se llevaron a nadie vivo pero si muchos cuerpos y chicos que no tenían forma definida.- junta las manos.-Ellos estarán bien.- 

El perro ahora indaga sobre otro punto.

-¿Niko se entregó como una trampa o algo así?- pregunta entregando otro cilindro de dinamita a sus manos.

El azul lo toma dejando qué en sus ojos se puedan ver los tres por dentro. 

-No. Él no esperó a que yo regresara de hacer un recorrido.- lo clava con su masa a la superficie del carro en un punto escondido.

El perro toma del suelo una de las tantas pruebas de juguetes que fueron atrapados dentro de esta oscuridad , colocándolo dentro como un señuelo oculto.

-¿Y le pediste que no se moviera?- 

El azul frunce el ceño.

Por dentro uno toma esta pregunta como una ofensa , otro con culpa y el tercero es frío.

-No.- admite el serio evitando que el enojado saliera a cometer algún acto violento y sobre todo se abstiene de permitir que el triste se disculpara sin razón.

-La próxima vez comparte lo que necesites de nosotros al moverte , no tenemos experiencia luchando junto a ti. Por Favor , habla con nosotros.- sus ojos ven a ese humano en las sombras.-Él me parece conocido , ¿Porque dejaste vivo a un humano? Debió gustarte mucho para que te arriesgaras.-

-Nada de eso. Me arrepiento. - 

No se ríe. 

El perro no se ríe aunque uso un tono divertido. 

 El azul siente que no lo estaba imaginando. Lo que sea y aunque no lo conozca tanto, el perro está triste.

Este tipo naranja estaba por demás apagado , muy apagado. Sabe lo que debió suceder y lo mejor parecía ser seguir la corriente hasta que este se relaje de verdad. 

-Él dice que los conoció antes.-

El perro gira la cabeza para verlo de nuevo.

-Parece que así es.- vuelve a su tarea , arrancando un pedazo de las vías para unir los carritos como un muro alto.-Cuando estuviste en Dulce Hogar , ¿Te enseñaron a hacer un abanico?- 

El azul mueve la mano a medias y la otra levanta el pulgar.

El perro le extiende otro pedazo del suelo.

-¿Te gusta Batman o Superman?-

-Me gustaba más Flash , Superman , Doey.- 

El perro levanta las cejas antes de volver a lo suyo.

-Pues a mi me gustaba Batman , era al que mejor trasero le dibujaban.-

 -Por dios , ahí estaba la mujer maravilla.-

-Si , pero a mí me gusta Batman , es tan flexible como Catwoman.-

-Tienes pésimos gustos.-

-Ya me han dicho eso de mis preferencias … pero nadie podría vivir sin ellas de probarlas una sola vez.-

 -Puedo imaginar mi vida sin una gota de cerveza y es lo mejor de lo mejor.- sonríe al perro sabiendo el gusto de este can por la dichosa cerveza.

El perro mueve la cabeza relajando a medias el cuerpo.

-Porque no has probado la perfecta para ti, como las tortugas. Definitivamente son mejor en sopa de verduras que en guisado pero crudas son aún mejores.- 

Doey deja de unir piezas. 

-¿Qué le hiciste a las tortuguitas? - 

 

 

 

 

Theodore mantiene los ojos en esos huesos y sus oídos atentos al perro moviéndose de un lado a otro para prepararse para lo que sea que sienta que les esperaba.

También soporta estos comentarios sobre super héroes qué su amigo le comento hace años.

Su gusto por Batman y su trasero volador … o la cerveza que obviamente no era buena para él.

Gruñe enojado. Cambiando sus emociones a la culpa , después de nuevo al enojo.

DogDay es una persona muy intuitiva y lo había notado hace mucho. Desde que fue sencillo hablar con él y con el tiempo , el perro sabe lo que hace al escuchar sus instintos para salir ileso de escenarios fatídicos en muchas formas.

Al menos hasta que debió ignorarlo pero lo busco en los túneles , lo busco en los túneles en vez de seguir con su vida.

CatNap quisiera decir lo mismo de sí mismo pero sinceramente su situación no era tan buena , solo es vergonzoso tener que recordar que de tener este tipo de instinto él no sería tan manipulable.

-CatNap , necesitaré tu ayuda.- 

El gato mueve las orejas al escuchar al humano.

-Bubba , dile.- pide colocándose los lentes negros.

El gato frunce el ceño al escuchar que tendría que entablar otra conversación con el elefante.

Bubba no estaba mejor. 

Aquello qué confesó nunca fue mentira y en más de una forma llegó desear a acabar con su propia vida en esos túneles. Lo hizo dejar de pelear contra la enfermedad y la hemorragia.

Morir lentamente por meses fue demasiado doloroso y más de una vez su odio le decía ese tipo de cosas desde adentro. Obligándolo a odiarse y sentir asco por sí mismo cada vez más fuertemente.

Llegando a este presente en el cual solo es un idiota cvonj dolor de cabeza y sin manos.

Necesita la ayuda de alguien con dos manos.

-Debes sostener ambos lados y no dejar que se muevan de la posición que te indique ahora mismo.- da esta instrucción cuidando no mirar al rostro al gato.-Si esta espina se mueve ,Dog no podrá levantar el brazo más allá de su mandíbula , debes mantenerlo derecho.- evita mirarlo.

Esos pensamientos son reales.

Gritan que sujete estas cosas y las clavé en su pellejo , que suba sobre él y lo haga sangrar.

No es bueno.

Necesita alejarse para tranquilizar este mal funcionamiento en su cerebro.

Como lo hace pensar en un segundo en escenarios repulsivos con los pedazos de criaturas muertas.

El gato escucha tan solo por ser algo que DogDay necesita , estirando las garras para sujetar el primer hueso como se le indica.

No es sencillo , las astillas y daños son muy profundos , peligrosos.

El metal a unir es una pieza grande de laboratorio un bisturí a derretir para unirlo con estas piezas y sellar las astillas qué podría deformarlo.

El fuego conducido es insuficiente al inicio , necesita una flama mucho más fina y brillante.

-Espero que funcione.- suspira Niko preparando el soplete en llama perfecta

La unión del metal no es tan sencilla como se podría esperar siendo piezas tan grandes como para ser tomadas como partes de algún vehículo y no un ser vivo.

Niko nunca había reparado una prótesis y menos sabía si existían de este tipo de piezas fuera de la fábrica. No es una palanca ni un clavo , es un sistema óseo.

Los huesos del perro fueron picados por herramientas en los experimentos de reconstrucción , ¿Como un humano no moriría por el shock o después por el rechazo a la pieza metálica? 

Ahora se pregunta si estaba bien que el perro confiara en él cuando no tiene tanta experiencia fundiendo metales. 

Sabiendo que ya no hay nadie y el ingeniero definitivamente sería mejor opción pero ahora se largó sin decir nada.

 

 

A unos metros el nuevo humano observa al gato y al elefante con una curiosidad creciente.

 

 

 

-Dog.-

El perro detiene el giro en la pieza de hierro que había pisado para arrancarla del carrito , creando un cuerno al frente , gira la cabeza para fijarse en esta ave. 

El azul une pedazos de hierro entre sí con su masa , es difícil hacerla endurecer el lado correcto y como debía ser antes de soltarla.

Poe atravesó el túnel para dirigirse a él perro directamente pero no es su voz la que se escucha justo ahora.

-Dog , te creí muerto.- le apunta esta muñeca habiendo llegado primero a pesar de no ser tan alta ni visible como Poe.

El perro mueve la cabeza y le mira directamente.

Ya no puede ver su información y ese dolor de cabeza desapareció junto con esa información.

-Eres Terry.- lo dice esperando atinar después de verle tan destruido. Sus dientes expuestos y ojos brillantes , la cabeza pálida y los problemas de todo lo que le rodeaba al ver a este chico de nuevo después de el infierno qué debió pasar en esa escuela.

La muñeca levanta los hombros.

Esperaba estallar y reclamar a gritos su tardanza , su egoísmo y la forma estúpida en la que se dejó matar en vez de negar a todos para que castigarán a los sonrientes y no lo mataran.

Durante este tiempo pensó mucho en cuales podrían llegar a ser la respuesta para el presente , el dolor de cabeza y como debería abordar las pérdidas de todos los juguetes que dependían de las flores una vez se perdieron.

-Te extrañe.- murmura la muñeca con los hombros caídos de golpe.-Te extrañe mucho. Que bueno que pudiste recuperarte , amigo.- su humor baja ahora que al fin pudo hablar con este perro.

Claro que estaba enojado pero estos años no fueron un juego ni una libertinaje tarde de verano. Fueron el infierno pero no diferente a todo lo que ya conocía , se mataron entre todas las muñecas y se comieron aunque había comida.

Ese tiempo luchando contra sus iguales y conociendo a las que sí pudieron ser sus aliadas , todos eso reunido con la soledad desgarradora , todo se une para darle una visión aún más desacreditada de todo bienestar para el mundo que conoció fuera del encierro en el que fueron aprisionadas por órdenes del prototipo.

Les hicieron daño pero no es todo lo que conoció en este cuerpo.

Entiende muy bien a su yo de hace años.

Cuánto odiaba a todos , mucho.

Cuanto deseaba sacar al perro para poner en marcha al elefante.

Como este resultó ser una decepción más centrada en la supervivencia de él y la sonriente rosa.

Cómo perdió contacto con el nuevo líder de las flores.

Nada le quedó después de trabajar por años para construir un lugar seguro en las sombras.

Recuerda cuánto odiaba al perro y lo entiende , odiaba mucho que alguien encontrara la respuesta para este desagradable infierno y les dejara tan fácil el unirse a su camino para ser solo sus vigías.

Tiempo después , personas diferentes lo pagaron pero el equilibrio que el perro les había enseñado nunca regresó.

Nunca volvió a controlar su propio destino y secretos con esa fortaleza fabricada por la decisión de sus heridas clamando por justicia.

Peleó con sus hermanas dentro de la escuela. Al perder su rostro por un fuerte impacto , le trae de vuelta el recuerdo de quien odiaba a los inútiles.

Él mismo se aborrecía.

El perro no era inútil.

Se odiaba a sí mismo , siendo mayor que el perro aún dejó en las acciones y capacidades de ese chico su propia vida y libertad. Exponiéndose a destinos devastadores y acertando en darse la oportunidad del riesgo que significaba tomar esos sobres de flores.

Era un crimen.

Era un gran crimen pelear por su pérdida humanidad.

Era algo que nunca creyó recuperar , el poder de protegerse y valorar su cuerpo o ser alguien y no algo.

Jugando bajo el tablero manipulado por los humanos conectados con el perro , recuperó esa ilusión de libertad y eso lo odiaba.

No perdía de vista que solo era un maldito juguete para toda la línea más allá del perro y aún así peleó en la línea de entrega para protegerse. Para ir al ritmo de sus miedos y conocer más de sí mismo fuera de las heridas repetitivas en la oscuridad.

Odia al perro.

Odiaba su propia debilidad y su deseo por llevar más lejos todo.

No siente que perdiera algo sino que nunca fue parte de algo que fuera suyo y ese negocio era eso.

Era la herramienta de alguien más ayudándoles a crear sus propios campos y cultivar ilusiones.

Lo escuchó y peleó para no perderse cuando esas flores se perdieron. No sirvió de nada porque nadie iba adelante ni le protegía de las luces con su sombra.

El perro no necesitaba romperse la cabeza para pensar cómo ayudarles ni exponerse por ellas pero lo hizo porque le parecía correcto ayudar a criaturas tan miserables.

Después de los meses de la muerte del perro y el regreso de un reemplazo , no pudo hacer más que dejar ir ese sueño independiente donde estaba a salvo.

 

 

De cubriendo de vuelta lo cerca que estaba realmente con su propia humanidad.

Llorando al perderlo , al perder la capacidad de pelear por su propia vida cuando todo era demasiado 

Gritando de dolor cuando fue sujetado por las cadenas de los científicos o riendo frente a los niños para demostrar que era una muñeca útil.

Siguió actuando como si el perro nunca hubiera existido.

Recordando que en realidad no era un manipulador tan malo sino uno más de estos estúpidos mocosos desesperados como él .

Desesperado por tener un amigo que no le hiciera daño y le costó demasiado ver que no era solo una motivo de burla este lazo entre los dos , así no fuera tan retorcido y profundo como con los sonrientes qué lo traicionaron , porque a fin de cuentas él nunca lo traicionó.

El perro era su amigo , eran amigos y le gustaba recordar que entre toda la suciedad acumulada sobre la masa de carne contenida dentro de esta muñeca , aún era Terry y Terry puede hacer amigos.

Terry tuvo un amigo y nunca lo traicionó, incluso si pensó en hacerlo , no lo hizo porque no había razón para hacerlo y era mentira.

No lo traicionó porque traicionarlo sería perderlo y si quiso acercarse al elefante fue para explotar más de sí mismo , más de quien era Terry.

 

Para el perro ese saludo natural es clave para una sensación por demás fresca.

Levanta el brazo tentativamente.

La muñeca frunce el ceño aguantando ese retortijón interno al verse sostenido por los hombros.

-Gracias por llegar hasta aquí , Terry.- 

 

Poe les mira preocupado.

Al fondo la osa no puede esperar más , viene hacia él con un rostro pálido.

-Hobie , porfavor.- lo llama a unos metros para mantenerse apartados de la muñeca que para más de uno de ellos debía ser en muchas formas demasiado peligrosa para todos.

La sensación caliente en Poe crece ahora que la ve tan apurada.

-Dog , porfavor.- le llama ,mirando rápido a sus amigas esperando en la oscuridad.

El perro termina el pseudo abrazo con una palmadita suave en esos revueltos cabellos rubios.

-Vamos a conseguirte una cara bonita allá afuera.- le asegura en un tono suave.

-Preferiría conseguir un pene.-

-Ya veremos.- ríe bajo antes de dejarlo para ir con ellos.-Alguien ya se animará.-

-Bastardo.- murmuró la muñeca volteando lento a la dirección de Doey.

Este le mira de lado y sigue con su tarea.

La muñeca le apunta las manos.

-No lo separes tanto , podría poner demasiada fuerza de palanca y romperse por el tirón siguiente.-

-No sabía qué harían palanca.- detiene sus manos al escuchar ese problema. 

La muñeca apunta una pieza metálica. 

-Solo une más este lado y no olvides que debe ser del mismo diámetro la gemela.-

 

 

 

 

 

Con el perro este da la primer palabra 

-Primero Poe.- interrumpe a Bobby.

La osa apretó los puños y subió las manos a su cabeza con un giro para darse fuerzas.

-Simon sigue con el prototipo , ¿Aún servirá ese control para recuperarlo completo? ¿Cuantas más flores tienes para todos?- le insiste nervios.-No quiero que lo perdamos.-

El perro solo mueve la cabeza.

-Él código de impresión y cambio de Simon , ¿Lo recuerdas?- pregunta al cuervo.

-Hemm…- lleva las manos a la cabeza.

-Si recuerdas más de uno , anotalo. Necesitamos eso para activar el control.- gira a medias para ver a Bobby directamente.-¿Como sientes tu pierna nueva?- le pregunta apartándose para ver su extremidad encarnada a la patria de metal. 

Bobby vuelve su atención a esta herida.

-Puedo caminar.-

-Y con estilo , me gusta ese andar de luchador.- la abraza como puede.

La osa lo recibe con un suspiro triste , demasiado feliz por su cercanía para pensar en cuanto apremiaba aquel punto a discutir.

-Te eche de menos , Bobby. -aprieta este abrazo para sentirla.-Estas muy delgada , deberás comer mucho cuando salgamos.-

-Soy una chica , no un luchador.-

-Una niña valiente y bonita , tan bonita como as flores y esponjosa como un ramo de flores.-

La osa suspira solo aferrándose a él.

La luz del soplete vuelve a cruzar la oscuridad. Iluminando a las mascotas con profunda violencia.

El elefante presiona los huesos junto con el gato. Temblando su cola al tener que cerrar los ojos para no quemar sus cornetas con el brillo.

-Dog.-

El perro da unas palmadas a Bobby , volteando sin soltarla todavía para ver a la coneja.

-Hoppy.-

La coneja le apunta al túnel.

-Picky y Crafty están aquí.-

Bobby siente como la temperatura de Hobie cambia , volviéndose ardiente.

-Están aquí.- exclama feliz al escuchar sus nombres.

Poe deja de escribir al verlo tan contento por esos nombres.

Dirigiéndose con todo y Bobby en su brazo.

La osa suelta un gritito al ser levantada sin problemas bajo el brazo por el perro.

La preocupación de ser dejado de lado Simon le hace seguirlos preocupado.

-Simon-

-¿Qué putas les pasó? ¿Qué les hicieron?-

Retrocede tratando de mantenerse presente. 

-El prototipo las incluyó a su cuerpo y luego las desecho cuando lo herimos con el humano.- Hoppy informa de lo que ella sabe y entiende.

-¿Hace cuánto sucedió?- con cuidado toma la pata de Crafty.

Su cuerpo se siente frío al sentirla tan suave como la carne molida.

Abre con una garra su piel.

Dentro hay solo hilacha de carne roja.

Sus cuerpos fueron sometidos por tanta fuerza de tiro e impacto que había sido reducida a hilos.

Sus músculos ahora solo son nervios , su cuerpo completo es un nudo de nervios.

Revisa sus cuellos para encontrar algunas otras de carne expuestas.

Les hace una señal a las dos para estirarlas.

Sus esperanzas son golpeadas por la dificultad a , moverás es demasiado difícil por lo duras y frías de sus extremidades.

Dentro de sus torsos sus órganos ya eran solo masa , penas eran algo que pueda ser citado como órganos.

 -¿Hace cuanto se las llevó?- vuelve a preguntar a Bobby.

-Seis meses.- da un número al ser lo que puede recordar.

Al mismo tiempo DogDay pierde toda esperanza al ver sus rostros.

Tan destruidos que apenas podían conservar sus sonrisas.

 El perro puede saber lo básico de los sonrientes y otros juguetes por sus propios experimentos , este punto era irreconocible y extraño.

Los científicos le hicieron mucho tipo de heridas pero estas no estaban en el repertorio.

Toca uno de los hilos de carne tratando de entender lo que era y dónde iba.

El movimiento fuera de su vista le hace voltear.

Vuelve a tocar ese nervio.

La pierna de Picky se mueve como si fuera a dar un paso , volviendo al suelo con un fuerte ruido.

El perro retrocede llevando las manos a sus rodillas , les observa intentando entender lo que estaba pasando.

 

-Cuando esa cosa se fusiona con un cuerpo es cuestión de tiempo para que incluso el cerebro sea destruido para ser parte de su carne.-

Hoppy mueve la cabeza al escuchar esa voz.

Es Poppy.

Viene a pie a verlas.

El perro inhala y exhala.

-Poppy , ¿Eso les ocurrió a mis amigas?-

-Si.- toca sus pelajes.-Si pudiera a hablar con Ollie sería lo mejor, él-

-¿Hay algo que podamos hacer por ellas?- le cuestiona cansado. Su mente ahora está muy lenta por la pérdida de sangre y el suelo qué debería por el cual debería unirse a dormir pero continúa activo para hacer a este gran grupo avanzar juntos.

Poppy toca la extremidad de Crafty con más firmeza. 

-Podrías conseguir más del compuesto en los laboratorios o directamente del prototipo.- 

El perro levanta la cabeza.

Arriba están rodeados

Abajo hay un destino incierto.

Aquí no harán nada.

-¿Y el celular , Bobby?- le pregunta a ella.

Bobby levanta los hombros. Seguido presiona las patas en el suelo para fijarse , levantando los puños juntos golpea su torso , empujando sus entrañas hacia arriba.

El perro mueve las orejas preocupado por el ruido de sus órganos sacudiendo.

La boca de Bobby libera una sarta de objetos rodeados de plástico.

En el suelo revisa cada uno antes de extender el rectángulo.

Hoppy al fin puede salir algo en respuesta a lo que estaba presenciando.

-Dijiste que él te lo había pedido.- 

Bobby suspira limpiándose la boca con el dorso del puño.

-No soy tan sincera como creen.- vuelve a mirar los ojos de Dog.

-Bien hecho , Bobby.- suspira al abrir la envoltura. No hay tiempo para ser excesivamente amable.

Al encenderlo es claro que necesitará cargar pronto.

Las líneas a las que se conectaba antes parecen estar descontinuadas.

-Cubranlas, porfavor .- pide al grupo que la trajo.-Después Hoppy y Poppy les darán algo de comida.-

Las dos se miran confundidas.

-DogDay-

-Hoppy sacara todo y tú encárgate de repartir , no puedo hacerlo ahora. Por Favor , Poppy.- 

Las dos se quedan solas con esas miradas cargadas de esperanza y hambre.

 

La osa sigue al perro al ser llamada por un gesto.

-Niko.- lo llama.

El humano deja de usar el soplete. Al levantar el rostro sus mejillas ya estaban llenas de ceniza oscura.

-¿Y ese sonrojo?- señala por puro impulso el perro.

El humano sonríe amargado.

-Pues no es por el callejero.- suspira mirando al gato dejar en el suelo el hueso.-Ya uní este pero el otro es más complicado , debemos enderezarlo antes.-

-Lo siento.- se disculpa pensando en esa dificulta.- ¿Sabes cómo conectar un celular a una compañía telefónica?-

El humano mira ese aparato y sus cejas se juntan.

Ya ese gesto en alguien tan optimista como Niko era mala señal , sus palabras terminaron por sellar la desgracia de su situación.

-Si supiera hacer eso te ayudaría pero no , lo siento.- se disculpa volviendo a lo que sí puede hacer.

El perro mira este aparato.

-Dog , ¿De verdad necesitas eso?- 

El perro observa esa única línea de carga.

 -Él nunca te lo pidio.-

Bobby permite darse el lujo de mirar de arriba abajo al gato.

-La pasaron mal.- no da nada a una pregunta que ya sola se respondió.

El gato mueve las orejas.

-Dog.-

Entonces el gato vio rojo.

Ese human raro y huevo arrebato de mano del perro ese celular. 

El humano lo revisa y lo rompe en sus caras.

El perro inhala profundo sin moverse.

Bobby qué pasó años con miedo a perder este mismo aparato siente que el mundo se les estaba haciendo pedazos. Cayendo de rodillas.

-Bobby …- la atrapa Bubba qué también estaba perdido.

El perro los mira a ambos y al humano.

Este kos ignora sentándose en el suelo , sacando un aparato más parecido al de Angela.

El perro reacciona primero a este pero más le preocupa detener al gato que ya estaba por encestar un gran zarpas o contra el humano.

-¡¡Theodore!!- lo atrapa por la cintura levantandolo del suelo , poniéndolo boca arriba sea o no sea con un brazo qué lo baja de la estación para darle espacio a ese humano que apenas nota que estuvo apunto de morir.

 A unos metros lo deja caer para abrazarlo en el suelo.

El gato gruñe mirando a ese humano.

Este mueve la cabeza.

A las marcas del suelo y a ese gato otra vez.

-Joder , ¿Ustedes no se limpian el culo o como le hacen con esas garras?- pregunta refiriéndose a todos los sonrientes con garras. 

 Bubba queda perdido.

Bobby solo se lleva una mano al pecho por esa vulgaridad ofensiva. 

El humano vuelve a encargarse de lo qué estaba haciendo.

 

En las vías el perro aprovecha esta distracción para algo más.

El gato deja de pelear al sentir esa mano en una zona sensible.

-No hagas ruido.-

Sus orejas bajan asustado por ese movimiento.

El perro llega a esa zona íntima.

-Lo siento.- retira su tacto con algo en manos.-Mira.-

El gato inmediatamente salta de sus brazos a varios metros.

En la mano del perro hay una cucaracha de alas.

Este le mira pelear en su puño.

Observando la mover sus antenas y pelear le parece aún más asquerosa. Notando algo preocupante en esta y otra más moverse por las vías y muchas escondiéndose en los Barry donde algunos juguetes no las notan o están distraídos como para verlas.

El gato apunta su mano.

-Mátala o déjala ir pero hazlo ya.- le exige enojado por esa tranquilidad al sostener a una criatura tan horrorosa.

-Estas cosas en tu territorio no proliferan.- le recuerda el perro.

El gato recuerda que si hay un lugar donde esas cosas habitaban pero no le gustaba pensar en ello.

-Solo si lo uso con regularidad.-

El perro vuelve a mirar la dirección por la que vienen las cucarachas.

-Están soltando algo venenoso allá arriba.-  

 

 

 

 

 

Notes:

Fue un capítulo de interacciones necesarias.
Gracias por leer y comentar 💕

Chapter 123

Notes:

Hola.
Capítulo corto y tranquilo

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Para Dog este viaje está siendo muy demandante.

 

Lo admite.

 

Su corazón está casi seco de tanto desangrarse y puede que también sea de forma literal con este último desmembramiento.

 

Camina con una mano sobre su hombro para mantenerse equilibrado con la pérdida de un par de huesos del brazo contrario al romperse por las garras del prototipo y ahora mismo no tiene el pulso para unir sus piezas con el soplete.

 

 Deberá esperar a que su cuerpo lo reemplace y eso es tardado o confiar en los humanos.

 

Por tanto los huesos de su brazo vienen dentro de su propio cierre a medio reparar.

 

Escucha el zumbido qué era la voz de Bobby.

 

Le hace muy feliz verla de nuevo de pie y móvil pero no puede escucharla bien , demasiado problemático justo ahora verse incapaz de responder a ella.

 

Cansado.

 

A su lado el gato no se ve mejor. Caminando con la mirada baja y el aliento agotado por todo el dolor que le recorre al sanar tan lentamente estas nuevas heridas.

 

Todo.

 

 

 

 

El prototipo se fue y ahora el número de invasores en la prisión es tan grande como los qué recorren los restos de Dulce Hogar.

 

Están acorralados dentro de este túnel de tren.

 

El costo por equivocarse es tan grande que ya les hace temblar.

 

-Este tipo está demasiado callado.- señala Huggy.

 

-Pues salió vivo de ser despedazadas por esa cosa.- responde el rojo.-Me preocupa más el gato , no sé si tomó bien la paliza que le dieron o si volverá corriendo para que le den otra con más cariño.-

 

-Jejejeje…-

 

 

 

 

Las orejas del gato caen al escuchar esa mofa.

 

 

 

 

Más adelante el humano avanza junto a las dos chicas.

 

-¿Y donde tienen las flores?- les pregunta esperando escuchar una respuesta positiva.

 

Ambas se miran entre sí.

 

-Las debe tener Hobart.- 

 

Henry abre la boca preocupado.

 

-Él no consiguió la flor para Kickin ,fue Ryan.- les informa a las dos.

 

Una de ellas no lo sabe por estar demasiado distraída por todo lo que sucedió en menos de tres horas y Bobby en ningún momento supo de la sola mención de ese humano en posesión de las flores en ese momento justo.

 

-¿Hobie no tiene las flores?-

 

-No. No las tiene , eso estaba en manos de Ryan pero no porque él supiera dónde encontrarla sino porque ese doctor…Sawyer , se la entregó a cambio de que le fuera a buscar.-

 

Bobby lleva las manos a su boca.

 

-Ryan …es Pedro , ¿Verdad?- reconoce el título que Hobie le daba a los adultos que le ayudaban sin importar su género. Si le ayudabas y eras una señora , inmediatamente se te reconocía como Pedro. Era la forma en la que les decía disimuladamente , quienes eran de confianza sin ser directo.

 

-Yo… yo lo vi irse-

 

-El murió con ese doctor , lo supimos cuando te intervinieron pero no era para decirte nada.- Hoppy ya presiente el problema por venir al entender que su lazo con las flores que necesitaban estaban roto.

 

Bobby aprieta las garras contra su rostro para no llorar al descubrir el grave error que cometió al atacar a ese humano en ese episodio nervioso.

 

-Hobie se enojara conmigo.- lamenta asustada.

 

Hoppy no puede decirle que no o que si , no ahora que el perro está tan cansado y su lógica estaría de sabático respecto a ellos.

 

O quizás ni le interese.

 

Lo que pase , solo puede imaginarlo al ver solo la cara oscura y herida de Hobart lo que ve a través de las sombras. 

 

Sigue adelante.

 

El humano acelera de golpe asustandolas.

 

Lo siguen más rápido al verlo ir con los juguetes que aún no llegan ni a la mitad del recorrido al estar viajando a pie por falta de fuerzas para usar los carros Barry. 

 

-Ya vamos a ayudarles.- les dice con una sonrisa temblorosa al no estar seguro de cómo dirigirse a ellos. 

 

Con su declaración les hace una señal al resto.

 

Boxy suspira levantando los carros que traía en sus garras.

 

-Suban los heridos , el resto deberá ser cargado.- les dicta.-Sean sinceros , solo necesitan los que tengan sus manos fuertes , no más.- 

 

El perro está vez no interviene con ninguna dirección. Escucha a Boxy como un descanso para su mente. Ayudando a los más heridos a subir y salir del grupo para cuidar la división de estos pequeños sobrevivientes.

 

El gato se abstiene al notar el miedo en más de uno al verlo de frente.

 

Descansando en el punto más lejano del grupo reunido.

 

-Me encerraste por tres puntos años , maldita mierda.-

 

El gato voltea lentamente a un lado.

 

Es una muñeca quién le habla.

 

-Te debes sentir muy decepcionado de verme vivo.- presume con su voz ya madura por los años.

 

-...eres el amigo Terry.- lo reconoce en un hilo.

 

La muñeca gruñe agotada.

 

-No tu amigo.-

 

El gato eriza el lomo de su cuerpo , furioso le gruñe harto de todo. 

 

-Entonces no hables conmigo ni me insultes. No somos amigos.- advierte mirando de nuevo al perro encargarse de unir los transportadores Barry para llevar la larga línea de heridos él mismo en mano.

 

Deja el suelo para seguirlos.

 

A diferencia de los otros gigantes no hubo uno solo que se aventurara e intentará colgarse de CatNap.

 

Prefiriendo mantenerse a salvo y fuera de su vista.

 

Theodore se rinde , no lo intentará más , ya no puede pensar en ellos.

 

Solo sigue al perro con estos miedos más reales que nunca.

 

Porque DogDay tenía razón , no lo salvo y solo se tiró a morir.

 

-No se porque tengo tanto miedo , lo siento.- susurra su disculpa para nadie más que él mismo.

 

Cansado de estar atrapado por esta desesperación dolorosa .

 

Había prometido su amor a DogDay pero a la hora de la verdad , se tiró para morir cobardemente en vez de proteger a su Hobart.

 

No protegió a su amigo.

 

El perro mueve la cabeza en un paso , buscando por sus flancos y adelante.

 

Volteo solo por un segundo antes de identificarlo en la oscuridad. Suspira al encontrarlo y no haberlo perdido.

 

-Ven , no te apartes de mi.- lo llama con la mano sana en alto.

 

El gato se apresura a cubrir su lado debilitado por la fractura , recargando el costado del gato en su hombro. Los dos van juntos por el camino.

 

El tiempo es doloroso , es cruel.

 

Los hace ir adelante aunque solo quieren morir.

 

 

 

 

En su decisión de cuidar a todos los que no pueden avanzar por sí solos , ignora aquello que hasta ahora hace vibrar a Bobby ansiosa.

 

Los carritos con los cuerpos.

 

 

 

 

Quienes no los ignoran son las pesadillas.

 

Viendo a estos con un nerviosismo creciente. Los crímenes podrían ser perdonados pero no es una posición tan buena como la de esas dos chicas para Jean , Simon , para recibir la dicha flor y recuperarlos ahora qué tanto le necesitan.

 

Manteniéndose a fraude por más de una duda , saben que deben recuperar a Simon pero no como y esperaban que el control que usó DogDay les ayudará a conseguir sus cuerpo y salvarlo de Dios. 

 

Ahora solo pueden seguirlo y esperar que todo salga bien pero eso no les da la capacidad de mantenerse serenos ante esta necesidad de verlo a salvo después de tanto dolor para todos.

 

Para empezar Baba está extremadamente enojada y lo sabe por la alta cantidad de saliva escurriendo por esa boca en vez de palabras qué en sus ojos son extremadamente duras y violentas , saltando por fuera de esa mirada brillante insultos tan fuertes qué duelen en la carne.

 

Por ahora está atrapada y Toullie puede acercarse a peinarla usando un palo para presionar los espesos rizos de su esponjosa lana. Sabiendo bien que ella le querrá despellejar en cuanto esté libre y seguro lograra sacarle un pedazo de una u otra forma.

 

-Ya veras que te cuidaremos adonde vayamos.-

 

Esos ojos lo miran con mucho odio justo ahora.

 

Sus comisuras se afila respondiendo con una sonrisa la amargura de Baba.

 

Por un lado de ellos Huggy pasa corriendo a cuatro con ese humano en su espalda. 

 

Regresan a la prisión. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando él entró a Dulce Hogar , traído por la policía de su estado , no era demasiado mayor pero tampoco demasiado joven.

 

Escuchó en ese momento los cuentos sobre supuestos miembros de Dulce Hogar que escaparon supuestamente a escondidas y nunca volvieron.

 

Los cuidadores decían que eran invenciones de los más jóvenes y otros solo fruncían el ceño.

 

Al ser convertido esos cuentos fueron confirmados por otros juguetes que le aseguraron qué Hoppy ,Bobby y DogDay sacaron a muchos niños pero que los castigaron severamente aunque no pudieran comprobarlo.

 

Les torturaron durante semanas antes de devolverlos y lo que habían construido no volvió a ser lo mismo por mucho tiempo. Todo lo que habían construido se perdió en la nada.

 

DogDay regresó como alguien muy pesado , a ese si le conoció siendo un niño humano , y después verdaderamente regresó.

 

En ese colchón amable qué el líder había creado era la posible llegada para los de su tipo pero no fue así.

 

Llegó a una Guardería cruel , insípida y violenta donde sus vidas apenas significaba algo para las personas que les hicieron este mal o para los gigantes que antes les procuraban.

 

No eran nada más que un estorbo útil.

 

Viéndose hoy destrozado hasta parecer una piltrafa de lo que fue alguna vez Dany.

 

Escuchando la música elegida por el perro que debió dirigir el infierno al que fueron arrojados le avisó de ser la señal para ponerse en guardia.

 

Esta señal es extremadamente débil al inicio.

 

Solo es la afamada melodía de Beethoven con mucha estática.

 

Manteniéndose concentrado en rastrear ese sonido , pierde el sentido al escuchar a ese humano hablar del exterior.

 

Él conoció la ciudad pero ahora siente que esas historias sobre carritos de comida en las calles y los cientos y cientos de televisores son mentiras elaboradas para manipularlo.

 

Imaginando devuelta al mundo su figura y encerrado junto a Anabel.

 

,mira el control de la radio con la chica DogDay a su lado.

 

La deja dormir a su lado, sorprendido por la confianza de esta para exponerse al peligro con un desconocido como él .

 

Algunos ríen y otros solo parecen dormirse con lo que escuchan al humano contándoles del exterior.

 

 Esa música es muy débil en la señal del radio pero no la pierde de vista en los controles , manteniéndose firme al momento de escucharla y rastrear la según el movimiento de los palillos de la señal.

 

Esta criatura gigante ya está más abajo que ellos y la señal es débil por los muros.

 

Es una emboscada.

 

Los está cazando.

 

No se une a la conversación para mantenerse atento a esta criatura desagradable. 

 

 

 

 

El humano cuenta con señas como se vio arrastrado por más de un problema afuera.

 

-Entonces tuvimos que buscar donde quedarnos , ellos habían llegado al maldito autobús así que ya no podíamos dormir en los asientos.-

 

-¿Y a dónde se fueron?- pregunta un peluche en el suelo.

 

El humano revisa sus heridas y sonríe.

 

-A la ciudad , ahí Suss encontró un trabajo para algunos y para ella misma pero se travistió.-

 

-¿Se vistió de mujer?-

 

-No , de hombre.-

 

-Pero ya era hombre ¿Porque se disfrazó de hombre?-

 

-No , ella es mujer y se disfrazó de hombre.-

 

-¿Y porque dices que se travistió?-

 

-Porque se vistió de hombre.- 

 

-¿Y para que vestirse de hombre?- 

 

Carl piensa bastante. Tomando una decisión sobre qué responder a todos los curiosos.

 

-A ella le gustaba Gustavo , de ahí puede que se notará qué le guste ser el hombre de la relación.-

 

Entre ellos hay un dictamen para esa respuesta.

 

-Lo hizo para que nadie supiera que te conocía.-

 

Se carcajean repartidos entre todos los qué le recuerdan y ahora se ríen de él 

 

-Son muy juzgones.- voltea al camino oscuro.

 

El ruido es captado desde antes por los otros juguetes , sobre todo los de la prisión.

 

Mirando al túnel con las cabezas volteadas al límite.

 

Para los que estuvieron presentes desde el inicio , ver a tantos llegar devuelta les es sorprendente.

 

Estos juguetes debieron pasar mucho tiempo apartados de todo.

 

Verlos llegar tan heridos los hace apartarse como si fueran a dañar los de tocarlos por error.

 

Mucho más de uno con heridas graves en rodillas , patas y rostro.

 

Notando en más de uno esos ojos cubiertos de rojo por las heridas sobre las sonrisas y cejas.

 

Toman un espacio apartado para descansar.

 

A esta sorpresa se suma una sensación de crisis al ver al gigante naranja tan destruido.

 

Este no dice nada , demasiado agotado se concentra en dirigirse al humano conocido.

 

Niko pone los ojos en el joven que se apartó y ahora observa a los gigantes con una cara complicada de describir.

 

-Tengo un soplete en esa bolsa , ¿Podrías usarlo para unir mis huesos?-  

 

Niko , quién estuvo en silencio escuchando al reciente agregado , levanta las cejas y se siente confundido.

 

El perro abre ese cierre , ahora bastante delgado , y le extiende cuatro huesos partidos qué debieron ser una sola pieza.

 

Lo que le preocupa son tres cosas.

 

Son huesos muy grandes.

 

Son muy pesados.

 

Y no sabe como se supone que los uniera.

 

-Te reconstruyeron mucho.- apunta Doey curioso al ver esos huesos.-¿Como haces para que no se deshaga tu brazo?- 

 

El perro suelta un suspiro cansado.

 

-Lo sujeto y espero que no se caiga.-

 

El tono es serio y cortante sin ser brusco. Cualquiera diría que está tratando de ser amable pero solo el perro sabe que este volumen es directamente igual a negarse con ganas a ser aludido.

 

El azul lo siente y decide tomar espacio por su propia decisión, acercándose dudoso al rojo.

 

-¿Cuántos bajaron?- 

 

El rojo mira al grupo. Mueve la garra apuntando a algunos de los que bajaron.

 

-No los conté.- rasca su cabeza.-Él otro tipo los cuenta pero ahora está algo mal.- 

 

-¿Quién?- pregunta Doey.

 

-Él.- señala a un Bunzo que corre con otros para ver uno por uno , anotando lo que veía para identificarlos y saber qué decir al final.

 

El rojo suspira aliviado de ver a su pequeño aliado tan enérgico como al inicio de la huida de la estación.

 

-Eso estuvo bien , no vayamos a equivocarnos.- el azul mira ahora a las pesadillas reunirse entre murmullos enojados.-Ella no se ve contenta.- le apunta a la oveja visiblemente furiosa por ese brillo peligroso en sus ojos bien abiertos.

 

 Boxy por ahora no tiene ningún comentario sobre ellos , no los conocía y lo poco que supo de ellos era malo. Su pelea por el favor del prototipo contra CatNap en esas guerras territoriales qué el gato terminó manteniendo solo con ese humo.

 

Ahora lo ve a unos metros con el perro , esperando a que el humano conecte el soplete y el elefante le señale como unir las piezas según un libro viejo y roído.

 

De verdad era viejo ese libro.

 

El gato siente su mirada y junto con el perro , giran la cabeza a diferente ritmo. 

 

El perro deja ese espacio para acercarse a ellos.

 

-Necesitamos algo de las computadoras del laboratorio con urgencia.- les avisa en voz baja.-Ese control lo usará Henry desde ahora , no estoy en condiciones de activarlo.-

 

El azul le apunta al rostro.

 

-Te estás retirando del frente ¿Eso quiere decir Hobart?-

 

Dog no esperaba ser referido por su nombre completo.

 

-No , ese tipo querrá matarme más que nunca , ya no jugará y el control necesita tiempo para usarse además de una distancia muy corta para activarlo.- voltea observando a Theodore aún cuidado sus huesos sin seguirlo.-Si no suelto el control a alguien más , perderemos.-

 

Entre los dos hay una sensación de frustración.

 

El secreto que le es útil a Doey debe estar presente , así como los planes con Boxy.

 

Los dos hablaron con este perro antes que con otro gigante , no lo ven retroceder pero les parecía extraño verle tan tranquilo ahora que parece estar perdiendo.

 

-Necesitabas esa paliza.- lo pica en el hombro el rojo con los nudillos.

 

Esto empuja al perro pero no lo mueve de lugar.

 

-No , no lo sé.- su voz escapa agria.-Bien pude seguir sin eso.- sus ojos van al techo del túnel.-Por ahora debemos movernos y seguir adelante. Ya no regresaremos.- revisa su brazo ileso , irónicamente el que fue cortado al inicio estaba mucho mejor.-Preparemos algo para evitar disparos o tranquilizantes.-

 

El par podría , como Huggy , rebelarse a escuchar pero esto es sencillo.

 

Dicho azul ya desapareció junto al humano quién se suponía era ingeniero.

 

El seguir su instrucción les libera del pensamiento caótico qué les hace buscar respuestas a un problema que puede solucionarse mejor con la percepción de alguien más. Ahora aceptando ir con su propio grupo para dirigirles a recoger los materiales más gruesos para evitar algún dardo.

 

 Los dirigidos por Doey no tardan en buscar algunos proyectiles para lanzarlos.

 

Pasando por un lado de las pesadillas para juntar restos de herramientas en el suelo de las vías del tren.

 

Mako mantiene los ojos fijos en ese perro , observando cómo armar un carro más grande al doblar los metales con un brazo , uniendo en una caja doble los Barry. Pronto estos parecen estar fabricados como esos tanques de cartón con los que jugaban los niños en Dulce Hogar.

 

Los heridos son movidos más atrás , en los carritos manipulados deja solo aquellos materiales que recogen los del grupo de Boxy.

 

Incluido uno de esos cilindros de dinamita.

 

Es un caballo de troya.

 

Sus ojos brillan al verlo prepararse a pesar de estar deprimido , sin detener estos planes internos estaba cansado.

 

Es como lo recuerda.

 

Con un solo brazo y sin ayuda de otros , actúa en la oscuridad.

 

 

 

 

Voltea a su dirección.

 

 

 

 

Mako levanta los hombros sin moverse más allá de respirar profundamente.

 

 

 

 

 

 

 

Este perro saluda con la mano que puede mover , volviendo a su tarea ahora con el curioso azul a su lado.

 

-¿Qué estás preparando?- pregunta curioso por este montón de metales unidos con fuerza bruta. Es lento por estar usando una sola mano y los pies , la forma tarda pero entiende que es una unión en vertical.

 

El perro no responde su pregunta sino que hace la propia.

 

-Niko tiene marcas de botas en el brazo , ¿Y ese nuevo chico vino de la puerta C?-

 

El azul baja los hombros.

 

Dentro de Doey los tres recuerdan esta primicia desagradable sobre su desgracia tan grande en esa puerta. Aparte de ser obviamente imposible para todos el ir por ese espacio , habían traído a un humano raro con ellos.

 

-Estaba repleto de guardias y armas. Ellos tenían un puente entre el abismo y la brecha.- toma un carrito doblando como el perro las piezas de metal. Entre los tres dirigen sus manos para unir como el perro estos carros.-Ellos llevaban tiempo recolectando juguetes.- 

 

-¿Eran tus amigos? ¿Ellos estarán bien? - le pregunta mirando al grupo que se reunió con los de Doey , muy heridos y sucios.

 

-Ellos creen que no se llevaron a nadie vivo pero si muchos cuerpos y chicos que no tenían forma definida.- junta las manos.-Ellos estarán bien.- 

 

El perro ahora indaga sobre otro punto.

 

-¿Niko se entregó como una trampa o algo así?- pregunta entregando otro cilindro de dinamita a sus manos.

 

El azul lo toma dejando qué en sus ojos se puedan ver los tres por dentro. 

 

-No. Él no esperó a que yo regresara de hacer un recorrido.- lo clava con su masa a la superficie del carro en un punto escondido.

 

El perro toma del suelo una de las tantas pruebas de juguetes que fueron atrapados dentro de esta oscuridad , colocándolo dentro como un señuelo oculto.

 

-¿Y le pediste que no se moviera?- 

 

El azul frunce el ceño.

 

Por dentro uno toma esta pregunta como una ofensa , otro con culpa y el tercero es frío.

 

-No.- admite el serio evitando que el enojado saliera a cometer algún acto violento y sobre todo se abstiene de permitir que el triste se disculpara sin razón.

 

-La próxima vez comparte lo que necesites de nosotros al moverte , no tenemos experiencia luchando junto a ti. Por Favor , habla con nosotros.- sus ojos ven a ese humano en las sombras.-Él me parece conocido , ¿Porque dejaste vivo a un humano? Debió gustarte mucho para que te arriesgaras.-

 

-Nada de eso. Me arrepiento. - 

 

No se ríe. 

 

El perro no se ríe aunque uso un tono divertido. 

 

 El azul siente que no lo estaba imaginando. Lo que sea y aunque no lo conozca tanto, el perro está triste.

 

Este tipo naranja estaba por demás apagado , muy apagado. Sabe lo que debió suceder y lo mejor parecía ser seguir la corriente hasta que este se relaje de verdad. 

 

-Él dice que los conoció antes.-

 

El perro gira la cabeza para verlo de nuevo.

 

-Parece que así es.- vuelve a su tarea , arrancando un pedazo de las vías para unir los carritos como un muro alto.-Cuando estuviste en Dulce Hogar , ¿Te enseñaron a hacer un abanico?- 

 

El azul mueve la mano a medias y la otra levanta el pulgar.

 

El perro le extiende otro pedazo del suelo.

 

-¿Te gusta Batman o Superman?-

 

-Me gustaba más Flash , Superman , Doey.- 

 

El perro levanta las cejas antes de volver a lo suyo.

 

-Pues a mi me gustaba Batman , era al que mejor trasero le dibujaban.-

 

 -Por dios , ahí estaba la mujer maravilla.-

 

-Si , pero a mí me gusta Batman , es tan flexible como Catwoman.-

 

-Tienes pésimos gustos.-

 

-Ya me han dicho eso de mis preferencias … pero nadie podría vivir sin ellas de probarlas una sola vez.-

 

 -Puedo imaginar mi vida sin una gota de cerveza y es lo mejor de lo mejor.- sonríe al perro sabiendo el gusto de este can por la dichosa cerveza.

 

El perro mueve la cabeza relajando a medias el cuerpo.

 

-Porque no has probado la perfecta para ti, como las tortugas. Definitivamente son mejor en sopa de verduras que en guisado pero crudas son aún mejores.- 

 

Doey deja de unir piezas. 

 

-¿Qué le hiciste a las tortuguitas? - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theodore mantiene los ojos en esos huesos y sus oídos atentos al perro moviéndose de un lado a otro para prepararse para lo que sea que sienta que les esperaba.

 

También soporta estos comentarios sobre super héroes qué su amigo le comento hace años.

 

Su gusto por Batman y su trasero volador … o la cerveza que obviamente no era buena para él.

 

Gruñe enojado. Cambiando sus emociones a la culpa , después de nuevo al enojo.

 

DogDay es una persona muy intuitiva y lo había notado hace mucho. Desde que fue sencillo hablar con él y con el tiempo , el perro sabe lo que hace al escuchar sus instintos para salir ileso de escenarios fatídicos en muchas formas.

 

Al menos hasta que debió ignorarlo pero lo busco en los túneles , lo busco en los túneles en vez de seguir con su vida.

 

CatNap quisiera decir lo mismo de sí mismo pero sinceramente su situación no era tan buena , solo es vergonzoso tener que recordar que de tener este tipo de instinto él no sería tan manipulable.

 

-CatNap , necesitaré tu ayuda.- 

 

El gato mueve las orejas al escuchar al humano.

 

-Bubba , dile.- pide colocándose los lentes negros.

 

El gato frunce el ceño al escuchar que tendría que entablar otra conversación con el elefante.

 

Bubba no estaba mejor. 

 

Aquello qué confesó nunca fue mentira y en más de una forma llegó desear a acabar con su propia vida en esos túneles. Lo hizo dejar de pelear contra la enfermedad y la hemorragia.

 

Morir lentamente por meses fue demasiado doloroso y más de una vez su odio le decía ese tipo de cosas desde adentro. Obligándolo a odiarse y sentir asco por sí mismo cada vez más fuertemente.

 

Llegando a este presente en el cual solo es un idiota cvonj dolor de cabeza y sin manos.

 

Necesita la ayuda de alguien con dos manos.

 

-Debes sostener ambos lados y no dejar que se muevan de la posición que te indique ahora mismo.- da esta instrucción cuidando no mirar al rostro al gato.-Si esta espina se mueve ,Dog no podrá levantar el brazo más allá de su mandíbula , debes mantenerlo derecho.- evita mirarlo.

 

Esos pensamientos son reales.

 

Gritan que sujete estas cosas y las clavé en su pellejo , que suba sobre él y lo haga sangrar.

 

No es bueno.

 

Necesita alejarse para tranquilizar este mal funcionamiento en su cerebro.

 

Como lo hace pensar en un segundo en escenarios repulsivos con los pedazos de criaturas muertas.

 

El gato escucha tan solo por ser algo que DogDay necesita , estirando las garras para sujetar el primer hueso como se le indica.

 

No es sencillo , las astillas y daños son muy profundos , peligrosos.

 

El metal a unir es una pieza grande de laboratorio un bisturí a derretir para unirlo con estas piezas y sellar las astillas qué podría deformarlo.

 

El fuego conducido es insuficiente al inicio , necesita una flama mucho más fina y brillante.

 

-Espero que funcione.- suspira Niko preparando el soplete en llama perfecta

 

La unión del metal no es tan sencilla como se podría esperar siendo piezas tan grandes como para ser tomadas como partes de algún vehículo y no un ser vivo.

 

Niko nunca había reparado una prótesis y menos sabía si existían de este tipo de piezas fuera de la fábrica. No es una palanca ni un clavo , es un sistema óseo.

 

Los huesos del perro fueron picados por herramientas en los experimentos de reconstrucción , ¿Como un humano no moriría por el shock o después por el rechazo a la pieza metálica? 

 

Ahora se pregunta si estaba bien que el perro confiara en él cuando no tiene tanta experiencia fundiendo metales. 

 

Sabiendo que ya no hay nadie y el ingeniero definitivamente sería mejor opción pero ahora se largó sin decir nada.

 

 

 

 

 

 

 

A unos metros el nuevo humano observa al gato y al elefante con una curiosidad creciente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Dog.-

 

El perro detiene el giro en la pieza de hierro que había pisado para arrancarla del carrito , creando un cuerno al frente , gira la cabeza para fijarse en esta ave. 

 

El azul une pedazos de hierro entre sí con su masa , es difícil hacerla endurecer el lado correcto y como debía ser antes de soltarla.

 

Poe atravesó el túnel para dirigirse a él perro directamente pero no es su voz la que se escucha justo ahora.

 

-Dog , te creí muerto.- le apunta esta muñeca habiendo llegado primero a pesar de no ser tan alta ni visible como Poe.

 

El perro mueve la cabeza y le mira directamente.

 

Ya no puede ver su información y ese dolor de cabeza desapareció junto con esa información.

 

-Eres Terry.- lo dice esperando atinar después de verle tan destruido. Sus dientes expuestos y ojos brillantes , la cabeza pálida y los problemas de todo lo que le rodeaba al ver a este chico de nuevo después de el infierno qué debió pasar en esa escuela.

 

La muñeca levanta los hombros.

 

Esperaba estallar y reclamar a gritos su tardanza , su egoísmo y la forma estúpida en la que se dejó matar en vez de negar a todos para que castigarán a los sonrientes y no lo mataran.

 

Durante este tiempo pensó mucho en cuales podrían llegar a ser la respuesta para el presente , el dolor de cabeza y como debería abordar las pérdidas de todos los juguetes que dependían de las flores una vez se perdieron.

 

-Te extrañe.- murmura la muñeca con los hombros caídos de golpe.-Te extrañe mucho. Que bueno que pudiste recuperarte , amigo.- su humor baja ahora que al fin pudo hablar con este perro.

 

Claro que estaba enojado pero estos años no fueron un juego ni una libertinaje tarde de verano. Fueron el infierno pero no diferente a todo lo que ya conocía , se mataron entre todas las muñecas y se comieron aunque había comida.

 

Ese tiempo luchando contra sus iguales y conociendo a las que sí pudieron ser sus aliadas , todos eso reunido con la soledad desgarradora , todo se une para darle una visión aún más desacreditada de todo bienestar para el mundo que conoció fuera del encierro en el que fueron aprisionadas por órdenes del prototipo.

 

Les hicieron daño pero no es todo lo que conoció en este cuerpo.

 

Entiende muy bien a su yo de hace años.

 

Cuánto odiaba a todos , mucho.

 

Cuanto deseaba sacar al perro para poner en marcha al elefante.

 

Como este resultó ser una decepción más centrada en la supervivencia de él y la sonriente rosa.

 

Cómo perdió contacto con el nuevo líder de las flores.

 

Nada le quedó después de trabajar por años para construir un lugar seguro en las sombras.

 

Recuerda cuánto odiaba al perro y lo entiende , odiaba mucho que alguien encontrara la respuesta para este desagradable infierno y les dejara tan fácil el unirse a su camino para ser solo sus vigías.

 

Tiempo después , personas diferentes lo pagaron pero el equilibrio que el perro les había enseñado nunca regresó.

 

Nunca volvió a controlar su propio destino y secretos con esa fortaleza fabricada por la decisión de sus heridas clamando por justicia.

 

Peleó con sus hermanas dentro de la escuela. Al perder su rostro por un fuerte impacto , le trae de vuelta el recuerdo de quien odiaba a los inútiles.

 

Él mismo se aborrecía.

 

El perro no era inútil.

 

Se odiaba a sí mismo , siendo mayor que el perro aún dejó en las acciones y capacidades de ese chico su propia vida y libertad. Exponiéndose a destinos devastadores y acertando en darse la oportunidad del riesgo que significaba tomar esos sobres de flores.

 

Era un crimen.

 

Era un gran crimen pelear por su pérdida humanidad.

 

Era algo que nunca creyó recuperar , el poder de protegerse y valorar su cuerpo o ser alguien y no algo.

 

Jugando bajo el tablero manipulado por los humanos conectados con el perro , recuperó esa ilusión de libertad y eso lo odiaba.

 

No perdía de vista que solo era un maldito juguete para toda la línea más allá del perro y aún así peleó en la línea de entrega para protegerse. Para ir al ritmo de sus miedos y conocer más de sí mismo fuera de las heridas repetitivas en la oscuridad.

 

Odia al perro.

 

Odiaba su propia debilidad y su deseo por llevar más lejos todo.

 

No siente que perdiera algo sino que nunca fue parte de algo que fuera suyo y ese negocio era eso.

 

Era la herramienta de alguien más ayudándoles a crear sus propios campos y cultivar ilusiones.

 

Lo escuchó y peleó para no perderse cuando esas flores se perdieron. No sirvió de nada porque nadie iba adelante ni le protegía de las luces con su sombra.

 

El perro no necesitaba romperse la cabeza para pensar cómo ayudarles ni exponerse por ellas pero lo hizo porque le parecía correcto ayudar a criaturas tan miserables.

 

Después de los meses de la muerte del perro y el regreso de un reemplazo , no pudo hacer más que dejar ir ese sueño independiente donde estaba a salvo.

 

 

 

 

 

 

 

De cubriendo de vuelta lo cerca que estaba realmente con su propia humanidad.

 

Llorando al perderlo , al perder la capacidad de pelear por su propia vida cuando todo era demasiado 

 

Gritando de dolor cuando fue sujetado por las cadenas de los científicos o riendo frente a los niños para demostrar que era una muñeca útil.

 

Siguió actuando como si el perro nunca hubiera existido.

 

Recordando que en realidad no era un manipulador tan malo sino uno más de estos estúpidos mocosos desesperados como él .

 

Desesperado por tener un amigo que no le hiciera daño y le costó demasiado ver que no era solo una motivo de burla este lazo entre los dos , así no fuera tan retorcido y profundo como con los sonrientes qué lo traicionaron , porque a fin de cuentas él nunca lo traicionó.

 

El perro era su amigo , eran amigos y le gustaba recordar que entre toda la suciedad acumulada sobre la masa de carne contenida dentro de esta muñeca , aún era Terry y Terry puede hacer amigos.

 

Terry tuvo un amigo y nunca lo traicionó, incluso si pensó en hacerlo , no lo hizo porque no había razón para hacerlo y era mentira.

 

No lo traicionó porque traicionarlo sería perderlo y si quiso acercarse al elefante fue para explotar más de sí mismo , más de quien era Terry.

 

 

 

 

Para el perro ese saludo natural es clave para una sensación por demás fresca.

 

Levanta el brazo tentativamente.

 

La muñeca frunce el ceño aguantando ese retortijón interno al verse sostenido por los hombros.

 

-Gracias por llegar hasta aquí , Terry.- 

 

 

 

 

Poe les mira preocupado.

 

Al fondo la osa no puede esperar más , viene hacia él con un rostro pálido.

 

-Hobie , porfavor.- lo llama a unos metros para mantenerse apartados de la muñeca que para más de uno de ellos debía ser en muchas formas demasiado peligrosa para todos.

 

La sensación caliente en Poe crece ahora que la ve tan apurada.

 

-Dog , porfavor.- le llama ,mirando rápido a sus amigas esperando en la oscuridad.

 

El perro termina el pseudo abrazo con una palmadita suave en esos revueltos cabellos rubios.

 

-Vamos a conseguirte una cara bonita allá afuera.- le asegura en un tono suave.

 

-Preferiría conseguir un pene.-

 

-Ya veremos.- ríe bajo antes de dejarlo para ir con ellos.-Alguien ya se animará.-

 

-Bastardo.- murmuró la muñeca volteando lento a la dirección de Doey.

 

Este le mira de lado y sigue con su tarea.

 

La muñeca le apunta las manos.

 

-No lo separes tanto , podría poner demasiada fuerza de palanca y romperse por el tirón siguiente.-

 

-No sabía qué harían palanca.- detiene sus manos al escuchar ese problema. 

 

La muñeca apunta una pieza metálica. 

 

-Solo une más este lado y no olvides que debe ser del mismo diámetro la gemela.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con el perro este da la primer palabra 

 

-Primero Poe.- interrumpe a Bobby.

 

La osa apretó los puños y subió las manos a su cabeza con un giro para darse fuerzas.

 

-Simon sigue con el prototipo , ¿Aún servirá ese control para recuperarlo completo? ¿Cuantas más flores tienes para todos?- le insiste nervios.-No quiero que lo perdamos.-

 

El perro solo mueve la cabeza.

 

-Él código de impresión y cambio de Simon , ¿Lo recuerdas?- pregunta al cuervo.

 

-Hemm…- lleva las manos a la cabeza.

 

-Si recuerdas más de uno , anotalo. Necesitamos eso para activar el control.- gira a medias para ver a Bobby directamente.-¿Como sientes tu pierna nueva?- le pregunta apartándose para ver su extremidad encarnada a la patria de metal. 

 

Bobby vuelve su atención a esta herida.

 

-Puedo caminar.-

 

-Y con estilo , me gusta ese andar de luchador.- la abraza como puede.

 

La osa lo recibe con un suspiro triste , demasiado feliz por su cercanía para pensar en cuanto apremiaba aquel punto a discutir.

 

-Te eche de menos , Bobby. -aprieta este abrazo para sentirla.-Estas muy delgada , deberás comer mucho cuando salgamos.-

 

-Soy una chica , no un luchador.-

 

-Una niña valiente y bonita , tan bonita como as flores y esponjosa como un ramo de flores.-

 

La osa suspira solo aferrándose a él.

 

La luz del soplete vuelve a cruzar la oscuridad. Iluminando a las mascotas con profunda violencia.

 

El elefante presiona los huesos junto con el gato. Temblando su cola al tener que cerrar los ojos para no quemar sus cornetas con el brillo.

 

-Dog.-

 

El perro da unas palmadas a Bobby , volteando sin soltarla todavía para ver a la coneja.

 

-Hoppy.-

 

La coneja le apunta al túnel.

 

-Picky y Crafty están aquí.-

 

Bobby siente como la temperatura de Hobie cambia , volviéndose ardiente.

 

-Están aquí.- exclama feliz al escuchar sus nombres.

 

Poe deja de escribir al verlo tan contento por esos nombres.

 

Dirigiéndose con todo y Bobby en su brazo.

 

La osa suelta un gritito al ser levantada sin problemas bajo el brazo por el perro.

 

La preocupación de ser dejado de lado Simon le hace seguirlos preocupado.

 

-Simon-

 

-¿Qué putas les pasó? ¿Qué les hicieron?-

 

Retrocede tratando de mantenerse presente. 

 

-El prototipo las incluyó a su cuerpo y luego las desecho cuando lo herimos con el humano.- Hoppy informa de lo que ella sabe y entiende.

 

-¿Hace cuánto sucedió?- con cuidado toma la pata de Crafty.

 

Su cuerpo se siente frío al sentirla tan suave como la carne molida.

 

Abre con una garra su piel.

 

Dentro hay solo hilacha de carne roja.

 

Sus cuerpos fueron sometidos por tanta fuerza de tiro e impacto que había sido reducida a hilos.

 

Sus músculos ahora solo son nervios , su cuerpo completo es un nudo de nervios.

 

Revisa sus cuellos para encontrar algunas otras de carne expuestas.

 

Les hace una señal a las dos para estirarlas.

 

Sus esperanzas son golpeadas por la dificultad a , moverás es demasiado difícil por lo duras y frías de sus extremidades.

 

Dentro de sus torsos sus órganos ya eran solo masa , penas eran algo que pueda ser citado como órganos.

 

 -¿Hace cuanto se las llevó?- vuelve a preguntar a Bobby.

 

-Seis meses.- da un número al ser lo que puede recordar.

 

Al mismo tiempo DogDay pierde toda esperanza al ver sus rostros.

 

Tan destruidos que apenas podían conservar sus sonrisas.

 

 El perro puede saber lo básico de los sonrientes y otros juguetes por sus propios experimentos , este punto era irreconocible y extraño.

 

Los científicos le hicieron mucho tipo de heridas pero estas no estaban en el repertorio.

 

Toca uno de los hilos de carne tratando de entender lo que era y dónde iba.

 

El movimiento fuera de su vista le hace voltear.

 

Vuelve a tocar ese nervio.

 

La pierna de Picky se mueve como si fuera a dar un paso , volviendo al suelo con un fuerte ruido.

 

El perro retrocede llevando las manos a sus rodillas , les observa intentando entender lo que estaba pasando.

 

 

 

 

-Cuando esa cosa se fusiona con un cuerpo es cuestión de tiempo para que incluso el cerebro sea destruido para ser parte de su carne.-

 

Hoppy mueve la cabeza al escuchar esa voz.

 

Es Poppy.

 

Viene a pie a verlas.

 

El perro inhala y exhala.

 

-Poppy , ¿Eso les ocurrió a mis amigas?-

 

-Si.- toca sus pelajes.-Si pudiera a hablar con Ollie sería lo mejor, él-

 

-¿Hay algo que podamos hacer por ellas?- le cuestiona cansado. Su mente ahora está muy lenta por la pérdida de sangre y el suelo qué debería por el cual debería unirse a dormir pero continúa activo para hacer a este gran grupo avanzar juntos.

 

Poppy toca la extremidad de Crafty con más firmeza. 

 

-Podrías conseguir más del compuesto en los laboratorios o directamente del prototipo.- 

 

El perro levanta la cabeza.

 

Arriba están rodeados

 

Abajo hay un destino incierto.

 

Aquí no harán nada.

 

-¿Y el celular , Bobby?- le pregunta a ella.

 

Bobby levanta los hombros. Seguido presiona las patas en el suelo para fijarse , levantando los puños juntos golpea su torso , empujando sus entrañas hacia arriba.

 

El perro mueve las orejas preocupado por el ruido de sus órganos sacudiendo.

 

La boca de Bobby libera una sarta de objetos rodeados de plástico.

 

En el suelo revisa cada uno antes de extender el rectángulo.

 

Hoppy al fin puede salir algo en respuesta a lo que estaba presenciando.

 

-Dijiste que él te lo había pedido.- 

 

Bobby suspira limpiándose la boca con el dorso del puño.

 

-No soy tan sincera como creen.- vuelve a mirar los ojos de Dog.

 

-Bien hecho , Bobby.- suspira al abrir la envoltura. No hay tiempo para ser excesivamente amable.

 

Al encenderlo es claro que necesitará cargar pronto.

 

Las líneas a las que se conectaba antes parecen estar descontinuadas.

 

-Cubranlas, porfavor .- pide al grupo que la trajo.-Después Hoppy y Poppy les darán algo de comida.-

 

Las dos se miran confundidas.

 

-DogDay-

 

-Hoppy sacara todo y tú encárgate de repartir , no puedo hacerlo ahora. Por Favor , Poppy.- 

 

Las dos se quedan solas con esas miradas cargadas de esperanza y hambre.

 

 

 

 

La osa sigue al perro al ser llamada por un gesto.

 

-Niko.- lo llama.

 

El humano deja de usar el soplete. Al levantar el rostro sus mejillas ya estaban llenas de ceniza oscura.

 

-¿Y ese sonrojo?- señala por puro impulso el perro.

 

El humano sonríe amargado.

 

-Pues no es por el callejero.- suspira mirando al gato dejar en el suelo el hueso.-Ya uní este pero el otro es más complicado , debemos enderezarlo antes.-

 

-Lo siento.- se disculpa pensando en esa dificulta.- ¿Sabes cómo conectar un celular a una compañía telefónica?-

 

El humano mira ese aparato y sus cejas se juntan.

 

Ya ese gesto en alguien tan optimista como Niko era mala señal , sus palabras terminaron por sellar la desgracia de su situación.

 

-Si supiera hacer eso te ayudaría pero no , lo siento.- se disculpa volviendo a lo que sí puede hacer.

 

El perro mira este aparato.

 

-Dog , ¿De verdad necesitas eso?- 

 

El perro observa esa única línea de carga.

 

 -Él nunca te lo pidio.-

 

Bobby permite darse el lujo de mirar de arriba abajo al gato.

 

-La pasaron mal.- no da nada a una pregunta que ya sola se respondió.

 

El gato mueve las orejas.

 

-Dog.-

 

Entonces el gato vio rojo.

 

Ese human raro y huevo arrebato de mano del perro ese celular. 

 

El humano lo revisa y lo rompe en sus caras.

 

El perro inhala profundo sin moverse.

 

Bobby qué pasó años con miedo a perder este mismo aparato siente que el mundo se les estaba haciendo pedazos. Cayendo de rodillas.

 

-Bobby …- la atrapa Bubba qué también estaba perdido.

 

El perro los mira a ambos y al humano.

 

Este kos ignora sentándose en el suelo , sacando un aparato más parecido al de Angela.

 

El perro reacciona primero a este pero más le preocupa detener al gato que ya estaba por encestar un gran zarpas o contra el humano.

 

-¡¡Theodore!!- lo atrapa por la cintura levantandolo del suelo , poniéndolo boca arriba sea o no sea con un brazo qué lo baja de la estación para darle espacio a ese humano que apenas nota que estuvo apunto de morir.

 

 A unos metros lo deja caer para abrazarlo en el suelo.

 

El gato gruñe mirando a ese humano.

 

Este mueve la cabeza.

 

A las marcas del suelo y a ese gato otra vez.

 

-Joder , ¿Ustedes no se limpian el culo o como le hacen con esas garras?- pregunta refiriéndose a todos los sonrientes con garras. 

 

 Bubba queda perdido.

 

Bobby solo se lleva una mano al pecho por esa vulgaridad ofensiva. 

 

El humano vuelve a encargarse de lo qué estaba haciendo.

 

 

 

 

En las vías el perro aprovecha esta distracción para algo más.

 

El gato deja de pelear al sentir esa mano en una zona sensible.

 

-No hagas ruido.-

 

Sus orejas bajan asustado por ese movimiento.

 

El perro llega a esa zona íntima.

 

-Lo siento.- retira su tacto con algo en manos.-Mira.-

 

El gato inmediatamente salta de sus brazos a varios metros.

 

En la mano del perro hay una cucaracha de alas.

 

Este le mira pelear en su puño.

 

Observando la mover sus antenas y pelear le parece aún más asquerosa. Notando algo preocupante en esta y otra más moverse por las vías y muchas escondiéndose en los Barry donde algunos juguetes no las notan o están distraídos como para verlas.

 

El gato apunta su mano.

 

-Mátala o déjala ir pero hazlo ya.- le exige enojado por esa tranquilidad al sostener a una criatura tan horrorosa.

 

-Estas cosas en tu territorio no proliferan.- le recuerda el perro.

 

El gato recuerda que si hay un lugar donde esas cosas habitaban pero no le gustaba pensar en ello.

 

-Solo si lo uso con regularidad.-

 

El perro vuelve a mirar la dirección por la que vienen las cucarachas.

 

-Están soltando algo venenoso allá arriba.-  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Fue más bien para interacciones necesarias.
Gracias por leer y comentar

Chapter 124

Notes:

Hola, un gusto tenerles por aquí

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo rueda en una jaula de hamster cuando no cierras bien la puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los labios del hombre en la silla estaban rotos en cúmulos de heridas abiertas.

 

Su torturador lleva diez minutos sentado frente a él con ese cigarro encendido en su boca , solo mirando la revista de juguetes infantiles.

 

-Mi hijo gusta de las rosas más que de las armas.- sus ojos van al hombre atrapado en las cadenas y la silla.-A veces no lo comprendo pero es interesante , prefiero que crezca para convertirse en un jardinero a que termine como yo o peor , como un estúpido como tú.-mueve la revista de un lado a otro.-No encuentro carritos con flores , es un poco estúpido pero tendré que necviar más dinero en vez de regalos.-aprieta los ñiuños al tirarla al suelo.-Y es tu culpa , porque llevamos cinco putos días rodando con la misma maldita información de porquería .-

 

El hombre en la silla escupe un sollozo amargo , ya su boca solo es una dolorosa red de carne abierta.

 

-Dime la verdad , vamos. Antes de que te maten.- le pide solo moviendo la mano aburrido.

 

El hombre grita aterrado , mueve la cabeza llorando la espesa sangre de sus ojos hinchados por golpes directos a su rostro.

 

-Ya les dije todo…todo …- lamenta temblando entre berridos.-Eso fue lo que vi , yo lo vi.-

 

Las puertas se abren causando un sobresalto en el herido.

 

El hombre en la silla se pone de pie observando a los nuevos invitados con cejas bajas.

 

-¿Ya confesó?-

 

El hombre antes arrogante y frío baja la cabeza sumisamente.

 

-No señor , insiste en que el chamaco era eso.-

 

 El hombre en la silla lloriquea al ver esta nueva presencia.

 

Este aspecto de reverendo le hace abrir la boca con terror.

 

Lo conoce , conoce esos ojos amables y esa sonrisa.

 

Lo recuerda en cenas con sus jefes , sabe quién está aquí y de lo que es capaz.

 

Este da una vuelta a su alrededor con las manos en su espalda o en su mentón , mirándolo como quien analiza una complicada obra de arte.

 

-Eres muy sexy , amigo.- lo halaga. 

 

El calor de las heridas en su piel no puede evitar el frío que sube por su columna al escucharlo.

 

-Déjame ver…- toma de la mesa sucia una de las piezas usadas sobre este hombre herido.- gira con esta al nivel de sus ojos.-Es interesante , no deberíamos dejar marcas pero eres del tipo que no saldrá , no necesitamos dejarte un rostro que presumir.- la tijera vuelve a rozar su boca.-¿Sabes a donde irás después de demostrar que eres inutil? Más abajo , más abajo que el infierno.- 

 

-Yo ya-

 

El hombre mete la tijera en su boca sin cortarla.

 

-Cuando veo este tipo de boquitas me es difícil controlarme.- murmura este hombre sujetando su cabello cubierto de sudor y sangre.-Me dan ganas de hacerte un desastre , un completo he irreconocible óleo para mi pared.- 

 

Vuelve sobre sus pasos mostrándole una hoja.

 

El hombre en la silla abre los ojos en grande.

 

-¿Esto es lo que viste?- le cuestiona.

 

La cara cubierta de rojo se mueve y asiente.

 

-Si…-murmura en un hilo. -Esa cosa lo hizo.- murmura asustado de solo ver la pintura.-Los mato a todos … es un montruo.-

 

El hombre gira y les muestra la pintura a sus acompañantes.

 

Todos levantan una ceja o se ven entre ellos.

 

Solo los ojos de una sorprendida mujer le dicen que es verdad.

 

-Es estúpido.-

 

-Si , lo es.- admitió ella al comprobar ahora que su dibujo de DogDay es el correcto para identificar al asesino qué masacró a esos tantos idiotas en la bodega con la mercancía robada.

 

-Esa cosa lo hizo , lo hizo todo …señor , yo lo vi.- insiste desde la silla.-Yo lo vi …era horrible y muy grande.-

 

-¿Hablas de la verga de Mauricio o del mocoso?- 

 

Mauricio al fondo tose al atragantarse.

 

La mujer suspira aguantando el malestar.

 

Hace años no veía este tipo de escena sangrienta y aún así era mucho menor a la que esperaba.

 

Después de todas las entrañas , huesos expuestos e intestinos regados , esto era lo de menos definitivamente.

 

-Asi como lo ve , ese mocoso vivía de incomodar a todos.- lo señala como un desquite.-Las denuncias por acoso sexual y sus amenazas eran continuas.-

 

El hombre mira este dibujo hecho a mano por ella y al alterado hombre en la silla.

 

-Tú , que vienes de ese lugar y este amigo nuestro …los dos insisten en lo mismo.- mira la pintura.-Dicen qué este mocoso que recuerdo lavar las manos de mi hermano también es este perro naranja de tres metros.-mira al techo de esta habitación.-Llévenselo.- vuelve a salir seguido por este grupo.

 

Un segundo viene a por este hombre interrogado , llevándolo juntos para acatar la orden del hombre a cargo.

 

En esa habitación el interrogador vuelve a su silla.

 

Esperando solo un minuto para que el siguiente trabajo sea arrastrado por dos hombres.

 

-Un come niños , estos me fascinan.- salta de su silla al ver esos ojos rencorosos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así es como este tembloroso hombre cubierto de heridas es arrastrado por este grupo de hombres armados desde hace dos días es obligado a cooperar en el arrastre de cadenas por el bosque.

 

Pasan por encima de la hojarasca sin interesarle por los restos de algodón en los árboles.

 

Las torres de la fábrica sólo son visibles al subir a las copas de los árboles como lo sería el borde de los dientes de la mona lisa.

 

 Este hombre sobre los árboles un helicóptero sobre esas torres , bajando como un punto borroso.

 

-No hay nada hacía acá.- avisa por radio.

 

En el suelo el encargado de la radio informa.

 

Otro comparte la información con el resto , escuchando esta afirmación con la orden de continuar adelante.

 

Las cadenas siguen adelante , escondidas en el suelo de tierra son extendidas hasta elevarse 65 cm del suelo.

 

Colocan en estas la siguiente pieza.

 

Hojas y ramas secas amontonadas con palas.

 

La cadena está unida a otra por la fuerza en la línea de diez. 

 

Los árboles son atrapados en estas cadenas y su perímetro confirmado.

 

-¿Por qué hacemos esto?- pregunta uno de los trabajadores al recibir una bebida por parte del líder.

 

-Ni idea pero dicen que debemos largarnos antes de que las activemos.- sus ojos vagan por el bosque.-Te juro que ya vi tres fantasmas.-

 

El hombre no recibe bien esa información.

 

-Andese a la verga jefe.- responde mirando a todos lados con el rostro pálido. Rápido pasa su mano de la frente a cada hombro y su boca.-Con esas cosas no se juegan.- le regaña sea su jefe o no.

 

Todo esto lo hizo sin ser mirado ni una vez por el jefe que no parece ni ofendido ni interesado por su arranque nervioso. 

 

-Mira.- apunta al bosque.

 

El empleado lanza una piedra.

 

Ahí una ardilla roja corre gritando lo que parecen insultos.

 

-Casi te cagas.- ríen algunos alrededor.

 

Entre estos comparten esta risa ya con una bebida cada uno.

 

Este cuidado no lo recibió el hombre herido. Él debe quedarse con una botella de agua mientras todos toman una cerveza helada.

 

Rendido toma esta agua fresca con un gruñido profundo.

 

Esta paz no dura por mucho.

 

Entrando todos en alerta por lo que parece un murmullo.

 

Un disparo seguido de otros es la señal para dejar el suelo.

 

Algunos tropiezan antes de cubrirse al ser incapaces de soltar una lata de bebida antes que nada.

 

Corren tras sus vehículos.

 

Este hombre herido asoma la cabeza aunque lo tengan sujetado.

 

Entonces lo ve y todo se va al carajo para su cerebro.

 

Su boca se abre más allá del límite junto con sus ojos , escurriendo un torrente de sangre al ver aquella figura acercándose.

 

El grito que escapa de este hombre es similar a un demonio sufriendo en el caldero helado de una potestad sádica.

 

Llorando.

 

Quién le sujeta aprieta sin resultado esta boca pero los cortes abren las mejillas más allá de eso creando aún más dolor en este grito.

 

-¡Es un monstruo , es un monstruo! ¡¡Nos matara a todos , nos matara , dios mio!! - berrea tratando de escapar del agarre de este hombre.

 

Los pasa.

 

Todos los que venían con este grupo quedan en blanco.

 

Resaltando al centro de todos los árboles la pintura a lápiz de ese perro en dos patas que les entregó la mujer que contrató los servicios de su jefe.

 

Todos quedan por un segundo en blanco al ver ese juguete moverse desde el suelo a saltos , agarrándose del suelo para impulsar con tres extremidades igual que un demonio o para los que usaron el agradable río para este viaje americano , un cocodrilo qué te sigue fuera del agua.

 

La sangre dejada en el suelo les deja claro que este es el objetivo del hombre que les envió.

 

Los disparos continúan ahora más cercanos.

 

La cadena es un problema.

 

La gran criatura choca con esta deteniéndose por un momento.

 

Los cincuenta hombres enviados pierden el aliento al verlo arrancar la cadena con tres árboles para liberarse , poniendo en un punto risible todo el esfuerzo qué hicieron solo para unir esas cadenas con otras. 

 

Deteniéndose solo por un par de disparos qué logran darle a la espalda. Vuelve al suelo para luchar con la cadenas.

 

-¿Eres Hobart?-

 

No lo escucha , está demasiado ocupado peleando contra la cadena para llegar a percibir esa vocecita asustada de parte del líder del grupo. 

 

A ese punto arriba uno por uno los tres jeep qué lo seguían entre los árboles.

 

Los cincuenta perciben a un grupo armado y de diez uniformados con armas de largo alcance moviéndose por los flancos.

 

En el suelo se mantienen ante la falta de órdenes de su propio lado , observando cómo rodean a la criatura atrapada.

 

-Cabron , rápido.- sacude un empleado al líder.

 

Este aspira profundo.

 

¿Lo reconoce? 

 

Solo de un par de viajes a esta zona del país para ver a su familia paterna.

 

Un par de horas para ver esa serie llena de chistes sexuales y políticos.

 

Viendo a su favorito en el elefante , no pensó que hoy vería a la versión grande de ese perro exadicto acribillado.

 

Una sola cosa lo saca del shock.

 

Fuego.

 

Una sola llamarada qué parecía ser el inicio de más.

 

-¡¿Tú eres Hobart?!- pregunta nuevamente ahora de pie.

 

Para el grupo uniformado ver personas fue suficientemente sorpresivo para crear un segundo de duda.

 

 Esto es aprovechado por cada uno de estos criminales.

 

Disparando a los dos jeep estacionados van a por estos evitando que vayan lejos destrozando las llantas con las balas.

 

En este mismo lugar el monstruo en el suelo continúa peleando contra la cadena en su cuerpo. Logra sacarla de su cuello y torso.

 

-Harom , rápido.- ese gato lucha para quitarle una parte de la pierna herida. La sangre de las heridas del perro escurre sobre su cabeza al estar bajo su torso.-No te detengas , estamos cerca.- lo alienta 

 

-¡¡¿Eres Hobart?!!- 

 

El perro mira a este humano a unos metros , con los restos de su mano cubre al gato buscando una vía rápida para salir del claro. 

 

-Si eres Hobart habla ahora.- le ordena más calmado , ya decidido a liquidarlo de ser esta cosa un muñeco poseído o algo parecido a Chucky.

 

El perro piensa.

 

-Hobart es Hobie.- dice cansado de la persecución.

 

-No hables con ellos.- le advierte el felino tratando de salir de su escondite.

 

-Son más qué los anteriores.- el perro solo le informa esto al estar cansado. Su cabeza ahora pesa y solo puede ver colores brillantes y no el verdadero escenario.

 

El gato observa desde su posición a este grupo aún en movimiento , disparando o atrapando a los trabajadores que les seguían.

 

-Di que eres él.-

 

El perro mueve la cabeza.

 

Fuera de la preocupación de estos dos el líder está recordando todos los rezos de su infancia , solo observando a esta cosa como si fuera diabólico.

 

Acababa de hablar y responder con voz áspera y humana o cómo sonaría la voz humana a través de una bocina vieja.

 

Los gritos y el dolor de los heridos al fondo le dice lo malo que estaba volviéndose lo que parecía un trabajo de recoger billetes y retirarse.

 

Gritando como poseso al ver la situación del resto en este escenario fatídico.

 

-¿Eres Hobart?- pregunta de nuevo como si esta fuera la clave para mantenerse cuerdo después de todo este suceso cruel para su cordura.

 

El perro endereza la espalda desde el suelo.

 

Este movimiento revela para el horror de muchos de los presentes la gran cantidad de sangre y heridas que le delatan como un ser vivo , levantando las manos.

 

-Hobart está aquí.- 

 

-...bien…- retrocede buscando ese celular viejo.

 

 

 

 

-Harom , vámonos.- lo apura Jason.

 

El perro levanta los hombros al ver a ese humano marcar y parece hablar con alguien importante.

 

-No puedo más.- suspira.-Ya no puedo , necesito descansar.- 

 

No miente. Estos días de carreras en círculos se han agotado por culpa de las armas repartidas en su camino.

 

Jason mira al lugar.

 

-Me encargaré yo.- se lo promete.

 

-No.- le advierte. -Solo necesito descansar un momento , no te expongas.-

 

 

 

 

Este hombre regresa mostrando una cara nerviosa.

 

-Responde ahora.- le ordena.-¿Quién es Pedro?-

 

El perro levanta los hombros tratando de pensar una respuesta cuando no tenía ni idea de quién era el tan afamado Pedro qué mencionaba tanto Hobart.

 

-Mi mujer.- 

 

El perro levanta las orejas al escuchar a Jason gritar esa respuesta de forma tan segura y decidida.

 

 

 

 

El humano le observa por un lapso de tiempo muy corto antes de responder eso al teléfono.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro de la habitación este gato juega con una pelota metálica.

 

La empuja con su pata y la recupera después. Su cola se mueve y vuelve a repetir el gesto , su pata presiona muy fuerte la pelota metálica y esta rueda lejos de su alcance.

 

Chocando con las piernas de una estructura metálica apoyada sobre una mesa de hierro.

 

-Bien , gracias.- toma la pelota colocando al centro de la espina dorsal , esta pieza gira dentro antes de ser cubierta por la siguiente pieza de metal : El torso.

 

Este rebota al conectarse con la parte inferior , sacudiendose la espalda en un arco hacia atrás , las piezas metálicas ordenadas como costillas humanas son selladas cerrando con cada cable conectado al centro un conductor eléctrico al centro.

 

La cabeza debería ser una pieza animal pero es ignorada , colocando una gran pantalla cuadrada con cuatro cámaras por lado.

 

El centro brilla en estática por estos segundos , las manos metálicas terminan de atornillar con una pistola a presión las tuercas de su propio cuello.

 

Gira de lado a lado , arriba y atornilla , abajo y aumenta la presión en la columna vertebral en esta misma pistola a presión.

 

Este cubo con el interior lleno con esa masa cerebral es acercado por el felino.

 

Los cables conectados terminan por atraer lo con poca gracia al rebotar y golpear varias veces al ser subido por ese cable.

 

Al finalizar ese torpe viaje este tarro es internado en la cavidad pectoral , cubriéndose con una aleación metálica se hace invisible.

 

-Eso dolió.- murmura esta máquina al rebelarse un agotado ojo blanco en la pantalla. Se mueve al ser sacudido por un costado.

 

El león le mira con ojos enternecidos.

 

-Eres muy listo , Yarnaby.- palmea su cabeza en aparente calma.

 

Esta criatura baja y sube a cada impacto al ser metálico , es doloroso pero le gusta verlo feliz.

 

Esta máquina se levanta arrancando las cortinas de las paredes.

 

Ignora los cientos de otros robots por construir a su alrededor. Tomando esta cortina para cubrirse , vuelve a la pantalla pisando con este cuerpo de acero la superficie quebradiza al contacto. Es una máquina extremadamente pesada y este suelo paga las consecuencias.

 

Usa un lápiz entre sus dedos metálicos para medir su fuerza al tocar los botones.

 

Busca entre las cámaras funcionales una forma de volver arriba sin encontrarse con el gran grupo. Yarny estaba cansado y él mismo no era la máquina más veloz de la tierra.

 

Su atención viaja a la única cámara estática.

 

Aquella que graba su encierro y esa caja donde sabe fue dejado Ryan.

 

Vuelve a mirar al grupo , rastreando el movimiento en los muros y la avanzada humana detenida en los perímetros exteriores a causa de la espesa masa de humo rojo que utilizó para detenerlos.

 

-No puedo encargarme yo solo , ya veo.- su costa es sacudido nuevamente.-Y esos idiotas trajeron de vuelta a ese mocoso.- Pianosaurio no era el tipo más brillante sobre la tierra pero le hubiera sido por demás útil.

 

Ahora lo ve perseguir una golosina colgada frente a su nariz sin dejar de dar vueltas atrapado por el monstruo rojo.

 

-Digno de mi creación.- vuelve a observar a todos esos sobrevivientes y las pesadillas escondidas en los muros. Podría utilizarlos para atacarlos pero eso sería contraproducente para su salida.

 

Vuelve a mirar esa habitación.

 

En su fuero interno muchas vueltas debe afrontar sobre su propia estupidez.

 

-No sabía que estabas tan débil.- su humor cae frustrado.

 

Su deseo es grande.

 

Atraparlo en su propia prisión.

 

Perdiendo de vista si Ryan podría soportar todo lo que estaba haciendo.

 

 “Creo que así estabas cuando te encontré. Miserable , roto , sucio hasta lo irreconocible y completamente avergonzado de estar vivo”

 

Esas manos metálicas suben a la cabeza , presionando el metal aunque sea solo un gesto estúpido al no estar ahí todos sus problemas.

 

La cabeza de esta criatura arcoiris choca con su costado.

 

Lleva una mano metálica a su lomo.

 

-Detesto tanto equivocarme.- debe quejarse aprovechando que su compañía no era exactamente un peligro..

 

Ya se ha equivocado muchas veces antes y todos fueron demasiado molestas , demasiado fastidiosas para sentirse bien ahora que todos sus enemigos estaban muertos.

 

Cansado de que equivocarse fuera tan doloroso.

 

Era un maldito y no lo discutiría , es un degenerado en muchas formas que los humanos apenas podrían procesar como algo pasable.

 

Ahora las consecuencias de sus palabras lo persiguen cuando no debería haber ninguna.

 

Tan fácil habría sido tan solo cooperar… tan sencillo será siempre simplemente obedecer.

 

-No nos engañemos.- acaricia al felino. Volviendo a su nuevo plan.-No soy la víctima aquí , no voy a sentir lastima por mi , no es útil la insulsa modestia de la víctima en mi ahora.- 

 

Sería tan fácil largarse ahora mismo pero se queda a hacer esto que es tan molesto , tan fastidioso.

 

Revisa las frecuencias de radio hasta encontrar la correcta.

 

Delatada al ver el brillo en el radio junto a la criatura que más útil le sería justo ahora.

 

La única que no tiene demasiados lazos que lo mantengan atrapado.

 

Piensa como utilizarlo , amenazarlo.

 

Es claro que debería ser bajo como siempre

 

Él no es una víctima ni una buena persona.

 

Ni siquiera se arrepiente de sus errores o crímenes. 

 

Solo hay un arrepentimiento que puede herirlo ahora.

 

El fracaso y la derrota. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Arriba todos , vamos adelante.- 

 

Cada juguete se subía a los Barry ya estuvieran listos o no.

 

Las cabezas de todos se sacuden al verse mezclados de tardar en subir.

 

Ya no hay más oportunidad. Se van juntos o serán revueltos.

 

En un carrito hay un mutismo nervioso.

 

Ese dragón rojo observa al gato azul.

 

-Es un grosero ¿Porque lo dejan tratarlos así?-

 

El grupo se mira entre sí.

 

-Costumbre.- lo reducen a eso.

 

El dragón asiente aceptando esa respuesta.

 

 Unos cuantos vagones la figura de ese gato aún está atrapada por la radio.

 

Esa melodía de Beethoven continúa reproduciéndose aunque sea lejana. 

 

Escucha ir y venir esa señal.

 

Hace a un lado la pata de un compañero felino para dejar de sentirlo en su rostro.

 

El pánico llena al otro al ver el control ser movido por esa pata.

 

Rápido intenta arreglarlo volviendo la señal a la importante.

 

-...así que regresa arriba ahora o lo tendremos que escuchar otra vez.-

 

Mira por encima del borde del cajón. Viendo a CatNap con una radio bajo la pata.

 

Vuelva a esconderse escuchando la línea.

 

-Incluso si no contestas o si finges no entender , puedo ver cuan asustado estas.-

 

Espera a escuchar algo de CatNap pero no hay nada.-

 

-Lo reproducire en cinco minutos , a menos que comiences a subir.-

 

El peluche baja las orejas al comprender de qué habla esta persona.

 

El audio que atormentó a La Guardería por meses. El estudio científico sobre CatNap.

 

No levanta la cabeza ahora que ese gato debía estar más que sensible a cualquier mirada.

 

El gatito en el cajón ya no capta ningún sonido.

 

Vuelve a la secuencia de claro de luna , temblando y atrapado en esa amenaza.

 

No le corresponde entrometerse.  

 

Aún puede ver por el rabillo del ojo a ese gran gato irse rápidamente por un costado. Tan rápido que solo conociéndolo, sobreviviendo a él por años , se podría saber que era él aquella sombra púrpura qué cruza por el rabillo del ojo hasta perderse.

 

Volviéndose este intercambio un problema demasiado grande.

 

Tiembla escuchando esa música en la radio.

 

A todos moviéndose.

 

La respiración de Fany a su lado como el susurro de una promesa para el futuro que podría existir al otro lado de los muros.

 

Podría fingir que no escucho nada y dejar todo como estaba.

 

Podría hacerlo y nadie lo culparía.

 

Pude hacerlo , dejar que todo se arruine y ser un elemento neutral que solo les ignore.

 

 

 

 

Lo siguiente que sabe es que está moviendo sus regordetas patas entre todos estos juguetes , buscando encontrar al perro.

 

-¡DogDay!- lo llama evitando las patas de Bobby.-

 

El gran perro mueve las orejas después de estar ensimismado en el corte qué las garras de Hoppy le hacen para devolver el hueso a su brazo de las ruedas del Barry atado al dinosaurio.-

 

-¡¡DogDay!!- le vuelve a gritar apurado-...- enmudece al verle doblar las rodillas a su nivel para escucharlo. Algo que conlleva que Kickin le sujete el brazo para evitar que se moviera.

 

Estaban en las vías usando esa diferencia de altura entre la plataforma y las vías como una mesa improvisada.

 

Dany baja los hombros al verlo tan de cerca , aprovechando que puede estirarse sin dañar la operación al dislocar su hombro.

 

En voz baja le comparte el resto del problema.

 

-Esa voz en las paredes , hizo a CatNap regresar o reproducirá el audio del almuerzo de nuevo.-

 

El perro le mira fijamente por un segundo muy tenso.

 

-¿CatNap se fue?- pregunta lentamente.

 

Mueve la cabeza asintiendo

 

-Porque sino lo hacía …eso volvería a escucharse.- le mira asustado por esa frialdad.

 

Los sonrientes presentes parecen recibir esto como algo muy malo.

 

Incluso Bobby qué nunca escucho esa cinta pero sabía de esta por la historia de Picky.

 

El perro le señala a los carros.

 

-Vuelve con tus amigos , esto no se detendrá ahora.-

 

El gato mueve la cabeza dirigiéndose de vuelta a su propio vagón.

 

Los presentes lo ven sorprendidos al no comenzar a pelear para recuperar su huesos sin tanta fanfarria para ir por el gato.

 

Al contrario espera a que terminen para moverse.

 

Mientras tanto se mantiene tranquilo.

 

Niko y Poppy se encargan de ordenar la musculatura junto con la guía de Bubba.

 

-Si no te doliera…-el elefante murmura esa queja a medias.

 

Es claro que les estaba costando porque Dog estaba sintiendo dolor y sus músculos se contraen ante el tormento abrasador incluso cuando Dog se mantenía calmado. 

 

El pero no le responde a su queja.-

 

-Ustedes saben lo que hay en estos audios.- es firme su percepción.

 

El grupo completo guarda silencio.

 

-No deberíamos decirte.- advierte Kickin.

 

El perro sujeta al pollo por el cuello con la mano libre.

 

-Y tú deberías seguir muerto.- 

 

-Dog.- advierte Hoppy.

 

-Ya te dejo no te metas.- le regaña de fondo el lagarto.

 

-¡Tú no pintas nada aquí , así que cállate!-

 

-Taquito es mucho mejor que tu , piernuda.-

 

-¡Basta!- 

 

El perro golpea la plataforma soltando a Kickin.

 

-Van a decirme que tiene ese audio , ahora mismo.- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Niko a escondidas voltea hacia Doey abriendo y cerrando los ojos en advertencia.

 

 

 

 

 

 

 

Doey baja las cejas.

 

-¿Nos está coqueteando?- se pregunta en voz alta al encontrarse bastante apartado. -No.- niega el segundo-No estoy listo para este tipo de vivencias , solo tengo 30 años , es muy pronto para mi.- chilla la última voz al girarse controlando el cuerpo en un gesto tímido.-Lo siento , estoy comprometido con mi carrera.- se aleja al rechazar los avances románticos del humano como el cuidador profesional que era.

 

 

 

 

 

 

 

-Siento raro.- murmura Niko al verlo irse fríamente.

 

 De alguna forma … se siente rechazado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diez minutos antes.

 

El gato observa al perro dedicarse a dar órdenes directas a todos. 

 

Aunque ante el perro le pido algo muy directamente. 

 

-Theodore , quédate aquí. Debes descansar.-

 

El gato intenta detenerlo para advertirle de su necesidad de descanso pero Hobie se adelanta.

 

-Cuando estemos en movimiento subiré a un carro y me tendrás que empujar …¿Podrías hacer eso por mi?-

 

El gato presiente qué esta petición era una mentira.

 

-Si , ve con cuidado.- le responde en tono suave.

 

El perro toma sus mejillas.

 

-Como quisiera follarte ahora mismo.- acaricia sus mejillas tras lograr hacer temblar al gato.-Te ves tan bonito … tan precioso , tan cansado y herido… quiero quedarme contigo , Theodore.-abraza al felino con ternura.-Te amo ,te amo de verdad , Theodore.-

 

El felino sube las garras a su espalda. Ahí puede sentir estas heridas repartidas.

 

-Te amo pero ya no puedo seguir a tu ritmo , debo acelerar y no quiero lastimarte. Por Favor , mantente cerca pero no intervengas , estás demasiado cansado para esto.-  

 

Roza sus narices ocasionando un escalofrío en los dos.

 

-Solo mantente cerca para que puedas seguir a tu propio ritmo.-

 

El felino mueve las orejas agotado de tanta pelea.

 

-Sí.- suspiró rendido.

 

El perro le acaricia una última vez antes de retirarse con un grito.

 

-¡Todos a los malditos carros!-

 

Los juguetes se sobresaltan ante el grito.

 

El azul que está construyendo junto a la muñeca gira también sorprendidos por el grito.

 

-¡Doey no debe tener estorbos así que irá por delante , los habitantes de la prisión al centro! ¡Heridos al fondo y todos los habitantes de la guardería al frente! ¡¡Nadie comience una pelea o será colgado de Barry!!- para prepárese lanza la cinta adhesiva al cuervo.

 

Poe se sobresalta al ser incluido , él de entre todos , y lo sigue al ser tirado por el hombro por el perro.

 

-¡Se les acabó el tiempo de quejas , todos juntos y listos para salir o morir! No vamos a detenernos.- gira por reflejo al ver a Theodore.-Y si van a suicidarse rebelándose ,háganlo cuando sea útil para el resto.- empuja a Poe hacia un grupo apartado.

 

Este se sorprende e intenta huir pero la cinta es usada para atarlos a Barry.

 

El rojo viene para apuntarle a los juguetes.

 

-¿No te estás pasando?-

 

-Hay toxinas en el aire , no sobreviviremos si baja y nuestro ritmo ha sido demasiado lento hasta ahora.- mira al rojo.-Boxy , ve adelante , tus pulmones no son los mejores para soportar ese aire.

 

El rojo suspira alejándose al frente. El dinosaurio le sigue ofreciendo su cuerda.

 

-No , ya me sentí raro.- se niega el rojo a tomar esa cuerda.

 

Sospechaba que el dinosaurio estaba más consciente de lo que admitía y eso le hacía sentir que tomar su correa era demasiado raro.

 

 Una tecla brilla en azul bajando la cabeza sin dejar de ofrecer su cuerda.

 

El rojo la toma con los ojos estrechados en sospecha.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gato que les observaba desvió la mirada a sus patas.

 

-¿Entonces tú eres Theodore?-

 

Mira lentamente a ese humano.

 

Se abstiene de responder.

 

Este mira sus garras y los surcos qué ya formó en las piedritas.

 

-Pues yo creo que si eres tú.- le apunta sin soltar los pedazos de ese tesoro que la osa cuido con todo el poder de su frágil vida.-Te estabas besando con ese perro…y si no , ¿Sabias que a ese perro le gustaba un enano escualido y cuatro ojos?- lo murmura como si fuera un gran chisme. 

 

El gato sacude esa corta cola.

 

-No tenía cuatro ojos , veía bien y era más alto que todos.- vuelve a mirar el suelo.

 

El humano levanta las cejas al escuchar tremenda voz.

 

-Soy Carl.- se apunta al pecho con un destornillador en mano.

 

El gato sacude las orejas , lo mira de nuevo.

 

Lentamente aquel insoportable cretino chillón al que tuvo que romperle la nariz más de una vez aparece en su memoria. Lo sacude y lo hace cambiar de perspectiva.

 

-Creí que estaban todos muertos.- murmura al reconocer sus cejas espesas y ese rostro delgado.

 

Tal vez era la edad y el desarrollo distinto , todo apuntaba a ser solo su ventaja de edad ahora que lo ve hasta bonito. 

 

Ese rostro ahora en sus memorias y frente a él no se diferencian demasiado o simplemente este tipo no creció para ser el alto y musculado mastodonte matón qué de niño tanto le gustaba presumir ser. A pesar de solo ser un niño bastante frustrante.

 

Ahora su fisonomía era más inclinada a un rostro y cuerpo fino , parecía uno de los tantos bailarines de ballet de los que se reía tanto al verlos en televisión. Ni ese uniforme lo rescataba de su aspecto fino.

 

-Escupiste al cielo y ahora pareces una una guapa chica sin senos.- apunta confundido por las extrañeza de la vida.

 

El humano acaba de recibir un gran insulto , uno que en su vida nunca antes recibió de tal forma.

 

No , no solo fue ofensivo. Fue destructivo.

 

Aquel fisicoculturistas no pudo ni rozar este nivel de daño en su ser ni autoestima aquella vez que lo levantó como palito de sendero para doblarlo con la rodilla.

 

No. 

 

Una cosa es ser insultado despectivamente como “Niño bonito de pacotilla” pero “Guapa chica sin senos” …

 

No , no pudo con eso.

 

Su nulo sentido de supervivencia no pudo evitar que pateara unos trozos de plástico a su dirección.

 

Estos vuelan un metro antes de caer al suelo sin darle al objetivo al desviarse bastante.

 

-Pues al menos no soy gay.- presume para sanar sus heridas psicológicas.

 

El gato junta las cejas confundido por ser usado algo tan tonto en su contra. 

 

El humano siente que ese silencio es su victoria , más el ver su artimaña completada al ver su teléfono celular completamente unido al militar de los gigantes. Puede ver los contactos y códigos en este al usar el teclado del celular.

 

Llega a los mensajes en código.

 

-¿Tienen a algún humano con experiencia militar?- pregunta al terminar su trabajo.

 

El gato niega.

 

Ahora no lo tenían.

 

-Pues se lo daré al mandingo.- abandona el suelo.

 

El gato sacude las orejas confundido por ese apodo y lo raro que sonaba.

 

-¿Es una fruta?- murmura confundido.

 

El ruido del perro arreglando las últimas cadenas y metales le hace mirar a esa dirección.

 

-Ya tenemos el brazo.- le avisan al perro Niko y Bubba al ser ayudados esta vez por Kickin al haberse retirado por ese episodio nervioso.

 

-1..1 …8 -

 

Su pelaje se eriza volteando lentamente al suelo.

 

Ahí puede ver un cadáver humano reseco y falto de toda carne al haber sido devorado por los incompletos de este piso hace mucho tiempo.

 

-Hola , CatNap…-

 

El gato lo escucha sin moverse.

 

Tratando de fingir que no escuchaba aunque también deseaba hacerlo tan solo para saber por qué existían más copias de ese audio.

 

Solo puede observar ese radio con la cabeza baja.

 

-CatNap , espero que no le tomaras cariño a algo tan desagradable.- 

 

Claro que no.

 

-Más vale que sea así , sería incómodo reproducir esto si en realidad lo disfrutaste.- 

 

El pelaje del gato se eriza sintiendo como el mundo arde a su alrededor.

 

-Necesito que hagas algo y tu necesitas que yo no haga nada con esto.- juega con los controles reproduciendo una sola parte del audio inicial.-Claro , que si lo disfrutarás sería interesante saber la reacción de tus presentes aliados a él.-

 

Mantiene la boca cerrada para no vomitar o solo contener lo que quiere salir por su garganta.

 

-Así que sube o tendremos que escucharlo una vez más.-

 

CatNap no responde. Deseando nunca haberse acercado a este muro.

 

-Lo reproducire en cinco minutos , a menos que subas.- le advierte de nuevo.

 

El gato mueve las patas antes de correr.Pasa por un flanco , dejando a todos sin dudarlo.

 

Por un segundo todo cobra sentido.

 

Prefería morir a permitir que Hobie escuchara eso.

 

Nunca eso.

 

El pánico que le invade es creciente. Cada segundo es peor.

 

A su paso deja huellas de su garra exaltada.

 

Sin saber porque le daba tanto miedo que Hobie escuchara eso o porque sentía que ya no soportaría más si era expuesto ahora a todo este grupo reunido.

 

Corre buscando un camino para alejarse de todos , de todo.

 

De todas las consecuencias.

 

Corre como lo hizo muchas veces de niño.

 

Solo huyendo de algo mucho más grande que le quiere lastimar.

 

Ahora sin un lugar al que regresar , ninguna mentira a la cual rogar su compañía.

 

Cayendo de cara al suelo por las heridas en sus patas , rueda un tramo antes de quedar contra la pared. 

 

Ya no puede más y todo el cuerpo se lo dice. Este es el límite , ya no puede seguir.

 

-Te diste fuerte.-

 

Su cabeza se levanta frustrada.

 

Ese humano viene por la oscuridad con una linterna de color azul.

 

-Te ves como antes. Patético y chillón.- lo apunta con esta luz.

 

–No debiste seguirme.-

 

-Les deje ese teléfono a Boxy…si , creo que la caja es Boxy.- frunce el ceño ofendido.-Sería ridículo que no lo supiera cuando es claro que es él.- patea unas piedritas.

 

-El último humano que me siguió , murió.- advierte.

 

-¿Y lo mataste tú?-

 

-No , a este no-

 

-Entonces no me molesta.- mira al camino apuntando con la luz azul.-Quiero ver arriba , nunca volví así que quiero saber como se ve.- 

 

-Tu no quieres saber eso.-

 

-Claro que si.- camina.-Vamos , los gatos asustan a los fantasmas.- 

 

El gato mira al suelo.

 

-¿Para qué carajos regresan? ¿Porque regresaste tú?- ya no quiere seguir escuchando como las esperanzas de Hobie en él se rompían.

 

Estaba harto de ser una decepción y una mala relación desde ser un hijo malo a ser un pésimo novio.

 

-Porque todos mis amigos están aquí.-

 

-Tu no tenias amigos.-

 

El humano se detiene al sentir que no lo seguía.

 

-Theo , allá afuera no hay amigos , solo gente que te quiere coger o explotar y muchas veces son lo mismo.- 

 

El gato revisa sus heridas.

 

-Te dan miedo esas cosas.- el humano regresa a su lugar.-Aunque eres más grande que yo , estaba más asustado.- con una piedrecilla del suelo le golpea una pata al impulsarse con el dorso de sus dedos.-¿No es raro? Cuando te conocí , también estaba muy asustado aunque era más grande que tu.-

 

-Tu no estabas asustado.- 

 

-Lo estaba y mucho , demasiado.- mira fijamente al gato.-Eres más fino que DogDay , eres como las chicas. Afilado.- sonríe creído.-Eres bonito otra puta vez.-

 

-Tu también eres bonita.-

 

El humano bufa cansado.

 

-Me mataste hace diez pasos.-

 

El gato voltea a ese lugar con las orejas bajas.

 

No hay nada más que piedras.

 

-Volteaste muy rápido , entonces crees que si me podrías matar directamente sin darte cuenta.-

 

-No bromees con eso.- le advierte din mirarlo , ahora observando ese pasaje oscuro.

 

-No es una broma , estoy cansado de las bromas.- toma asiento frente a él.-Allá afuera los adultos son muy bromistas. Pueden hacerte un chiste sobre coliflores y pedos en un momento y de pronto se ríen mientras describen cómo podrían subir el volumen de una radio y violarte sin que nadie te escuche gritar.-

 

El gato baja las orejas.

 

-Yo me reí de esa broma pero Suss no…- mueve las manos sobre sus rodillas.-Suss es la fea Susan.- 

 

Theodre levanta las orejas sorprendido por ese nombre.

 

Por las memorias.

 

-Ella pudo haber venido pero decidió embarazarse y ya te imaginarás de quién .-

 

El gato mueve los ojos de un lado a otro con una idea clara. Al mismo tiempo lo duda y cierra los ojos esperando la respuesta.

 

-Del afeminado de Gustavo.- sonríe recordando a ese par.-En cuanto pudieron se reprodujeron los malditos.-

 

El gato levanta las orejas y las baja lleno de pensamientos y sentimientos revueltos.

 

-Mientes.- para Theodore saber algo de ellos era inútil y absurdo.

 

Le responde preguntas que dejaron de importar hace demasiado tiempo.

 

-Para nada. Lo encontramos con su sexy madre de camino a la escuela , me quiso dar un sandwich el desgraciado.- recuerda el sabor de ese sandwich qué como sentado en una banca mientras Susan era un mar de mocos y lágrimas contando todo lo sucedido al idiota y su atractiva madre casada.

 

Una lástima.

 

-Se ve que lo necesitabas.- le señala sonriendo.

 

El humano bufa acercándose.

 

El gato le advierte de su cercanía con un gruñido.

 

Es ignorado como si este fuera un gato sordo.

 

Tocando su collar.

 

-Usar esto es más pesado de lo que parece.- regresa a sí lugar.-Tú , Theo , has tenido una vida de mierda desde que escapamos ¿Verdad?- 

 

El gato sujeta su collar con las garras.

 

-Soy CatNap , es sencillo serlo.-

 

El humano sonríe engreído.

 

-CatNap era el malo , tú seguramente solo eres un estúpido.-

 

El gato deja el suelo al escucharlo.

 

-Debo subir ahora.-

 

-Ya estamos arriba.- le apunta a unos ,metro por delante.-Te pegaste tan fuerte qué te volteaste , casi regresas.-

 

El gato vuelve a mirar esa oscuridad.

 

-Creo que te mate.- murmura.-No tiene sentido que estés aquí , no a pie.- 

 

El humano abre la chaqueta que había volteado para ocultar el logo de la compañía.

 

Dentro esa cinta canela aun detiene la sangre y la herida continúa abierta pero visible , construyendo apenas los vasos sanguíneos pegados a la superficie pegajosa al ser compatible con el plástico de su cuerpo.

 

-Soy como tú , yo soy de este lugar.- suelta su ropa revisando su interior para sacar una máscara de gas de medio rostro.-Soy un juguete , como tú y como todos.-

 

El gato retoma el camino.

 

-Ellos también lo son pero no era este su hogar sino su prisión.- 

 

Los dos avanzan entre los cuerpos.

 

La prisión está inundada de carmín , nubes de tóxico humo rojo que obliga al humano a colocarse las dos piezas de la máscara.

 

Observando al lugar decide desenfundar el rifle sin olvidar sacar el seguro.

 

-Oye.- lo llama el gato al verlo dirigirse a un lado inespecífico.

 

O no.

 

Es un montículo de cuerpos lo que le llama , lo que le importa es ese cúmulo de cadáveres juntos.

 

Los observa por un lapso de tiempo que parece indefinido.

 

-CatNap. Sigue las luces.-

 

La voz en las bocinas le hace erizar.

 

Mirando arriba , al desastre que era todo a su alrededor. 

 

Todo lo que él mismo era.

 

Iluminando un camino entre las nubes rojas.

 

No siente una gran vergüenza como la experimentó con Hobie , sino un dolor más cercano a la pérdida.

 

En realidad este humano era un recuerdo raro.

 

No pensó extrañarlo pero lo hizo , al inicio de sus días como CatNap.

 

Ahora solo le es extraño cuánto le duele ver lo que pudo ser.

 

El humano que quisiera ser.

 

Descubriéndose pensando en la posibilidad de haberse ido y abandonado todo.

 

Dejar a Hobie , a Dios y todo lo que sucedió en el olvido.

 

-¿Por qué volviste?- pregunta nuevamente. Buscando razones personales para sacar esa fantasía ofensiva de la mente.

 

El humano gira lentamente.

 

-Porque me daba miedo estar allá afuera , solo.- confiesa con un nudo en la garganta.-Él mundo real es horrible , es doloroso y me sentía mal.- sus manos en ese rifle se aprietan con fuerza.-Todos están alejándose , construyendo sus vidas y yo no , yo simplemente me congele…soy un niño de 13 desde hace diez años y eso me aterra.-   

 

El gato mueve las orejas contrariado por esa respuesta demasiado personal.

 

-Carl…-

 

-Cuando nos conocimos le había cortado el cabello a Susan porque no quería jugar conmigo pero todos pensaban que me gustaba …yo solo quería jugar.- sonríe debajo de esa máscara.-Creo que tú y yo jugamos bastante.-

 

-¿Para ti eso era jugar?- remarca volviendo al camino marcado por las luces.-Siempre peleábamos y te rompí la nariz más de una maldita vez , llorabas.-

 

El humano lo sigue. No le gustó la parte que remarcaba sus lágrimas.

 

-Claro idiota, nos pegabamos y gritabamos pero volviamos a jugar porque era divertido.- sonríe recordando esos días.-Siempre jugabas conmigo aunque te molestara tanto.-

 

-No quedaba de otra.-

 

-Pero tenías elección…ellos siempre me expulsaban cuando lo decidían en grupo y pudiste habérmelo pedido pero no lo hiciste.- mira al camino y los cuerpos.-Eras el único amigo que tuve y no me lastimaba cuando tenía la oportunidad.- ríe recordando eso.-Porque a veces todos se juntaban y decían “¡Vete al diablo Carl!” y me gritaban tanto que me iba a llorar a mi cuarto … creo que era como un exorcismo.- 

 

El gato mueve la cola de lado a lado. No es una sorpresa.

 

Ya sabía que si Carl no se hacía un lugar a través de la violencia nunca era invitado a jugar ni por los otros matones del orfanato. Nadie , de forma sincera y cruda , nadie lo soportaba cerca ni para comer.

 

Por el momento se recuerda odiando esa presencia y viéndolo perseguir grupos que no lo querían hasta decírselo de frente pero no se iba.

 

Carl , el cretino de su misma generación , era un niño indeseado a donde fuera.

 

-Yo no tenía amigos y solo me soportaban hasta que ya no lo querían así.- mira al gato.-Tú nunca te uniste para gritarme o lanzarme cosas cuando se hartaban de mi.- suspira recordando esos momentos.-A veces buscar amor es muy doloroso.-

 

El gato detiene sus pasos.

 

-No eres real.- asegura mirándolo enojado. 

 

Este tipo estaba diciendo cosas demasiado fuertes.

 

El humano levanta el rifle.

 

-Y la bala tampoco es real.- suspira.

 

El gato presiente qué la bala si es real y por tanto el humano también lo era.

 

-Carl no era así , era un cretino insoportable y violento ¿Porque finges qué estaba triste o lo que sea que estés tratando de decir?- le interroga sintiendo que esto era una retorsión de sus recuerdos.

 

Carl levanta un brazo de forma incrédula. Sonriendo antes de patear algo de tierra a su dirección.

 

-Porque era un puto huerfano por abandono , joder , Theo. No todos perdimos a padres amoroso , algunos fuimos tirados como gatos en bolsas plásticas al río o en cajas de basura en la calle como abortos de perra.- apunta su propio pecho.-A mi me desecharon , mi propia madre se harto de mi y me tiro a la basura. Terminé aquí de suerte. Solo la suerte me trajo aquí …- mira este lugar con los ojos húmedos.-Eran mentiras , lo se y lo escuche de todos y los vi . Vi lo que les hicieron a todos los que se quedaron … pero eran mentiras que me gustaban.- en sus manos el rifle pesa.-Porque el que una niñera me llamara corazón era mucho menos doloroso que ser golpeado por mi madre hasta ahogarme y escucharla enojar porque no puedo dejar de llorar…- mira al gato.-Te creias la gran cosa pero ella golpeaba más fuerte.-

 

El gato detiene sus pasos frente a una luz de las tantas guías.

 

-Me gustan las mentiras que escuche. Porque me decían qué era preciado ,que era amado y qué tenía un futuro real.- por un lado el gato avanzó hasta detenerse.

 

Lo que fuera este camino.

 

Theodore siente que nunca pudo sentir lo que era caminar junto a otro gato realmente , hasta ahora.

 

Avanzan , se detienen y se rodean para avanzar sin tocarse.

 

No es como caminar con Dog y sus toques y consuelo rápido. 

 

O cómo fue caminar con Ryan , vigilando que no se cayera o se muriera parado el viejo.

 

 

 

 

 Hobie no se enojó con él por dejarlo solo o eso parece.

 

 

 

 

Caminar con este tipo es más suelto.

 

Y aunque sea un idoota en varias formas , respeta su espacio.

 

Encontrando el perfil después de hacer memoria de su comportamiento.

 

-Eras Picky.- reconoce el rasgo de este humano.

 

Él sonríe debajo de esta máscara de gas

 

-Era tu Picky.- 

 

-Gustavo…-

 

-El es Crafty y Susan Hoppy. Es raro , lesbinas futuristas , entran en modo de conexión intracraneal psicológico espiritual o lo que sea que hagan para reproducirse. A veces creo que lo hicieron por esporas.- sus manos presionan el arma al bajarla a medias.-Era raro pero me caías mal pero no quería dejar de ser tu amigo y por eso lastime a Hoppy.-

 

El gato sacude las orejas. Esa memoria , de haber herido a Hoppy , no era agradable.

 

Fue una de las tantas maldades qué cometió para el bien de Dios.

 

-Creí que serias una pesadilla.-

 

-Todos lo somos , DogDay , Hoppy , Picky e incluso Kickin. Todos somos una maldición y una carga para el resto.- Espera a escuchar alguna respuesta por parte del gato.-Cuando la lastime entendí qué estaba cometiendo un error pero ya lo había hecho.- pasa sus ojos por el gato.-Siempre los veo fuertes y grandes pero su carne es suave como la mía … no he tenido el valor de disculparme ahora que la volví a ver.- su vergüenza es visible al caer sus hombros.- Ni a ella ni a tu novio , no me siento bien acercándome a ellos.-el gato bufa.

 

La referencia conocida para Dog le hace recordar su último episodio.

 

-Ya no es mi novio.-

 

El humano levanta una ceja incrédulo.

 

-¿No dijo el tipo que te llenaría como botella de leche y no le dijiste nada? Vaya mañoso eres y sin ser nada , válgame.-

 

El gato levanta las orejas frustrado.

 

-Eso no te interesa.-

 

-Pero tampoco lo niegues , me daría esperanzas.-

 

El gato recibe esa respuesta con un odio grande y peligroso.

 

-No te acerques a Dog.- advierte furioso. 

 

El humano cierra la distancia entre ellos.

 

-No me interesa él.- 

 

Como agua helada por la espalda le cae esa respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la computadora el doctor observa frustrado esta interacción juvenil tan innecesaria.

 

Yarnaby asoma la cabeza por debajo de su brazo para ver con uno de sus ojos.

 

-Nisiquiera entiendes , no te fuerces.- lo acaricia devolviendolo al suelo.

 

 

 

 

 

 

 

El gato no responde al mantenerse callado.

 

-Es muy raro.- retrocede de vuelta.-Me gustas , físicamente me atraes.- coloca una mano en su propia mandíbula.-Es raro , hace años no sentía esto por otra persona.- mira de nuevo al gato.-¿Crees que sea consecuencias de ser un experimento humano?- sujeta su pecho.-Hasta tiemblo.- ríe amargo.-Creí que estaba roto pero esto es aún más absurdo.- continúa adelante al moverse el gato por la luz al fondo.

 

-Eres como te recuerdo.-

 

-¿Idiota?-

 

-Sincero , un bruto sincero.-

 

-No te rías de mí. ¡Estoy asustado!- golpea su pecho o con el dorso del puño.-Allá afuera habían muchas personas de colores y aspectos increíbles. Incluso la madre de Gustavo es candente pero no me hacen esto … hasta ahora no me sentía normal , era raro.-sujeta y retuerce esta parte de su ropa.-Es como si al regresar , por fin estuviera entre humanos.- 

 

El gato intenta entenderlo , encontrando la similitud en su sentir al estar entre los adultos y científicos.

 

Como les veía desde este punto, ya atrapado en el plástico de su pelaje sintético.

 

Eran humanos y él no. Eran otra cosa y no eran nada parecidos incluso cuando las muñecas parecían serlo más que él , eran más cercanas a los juguetes que los humanos.

 

-Cuando los niños vivían , todos …- en blanco queda al recordar ese punto de su historia.

 

-Se los comieron entre todos , imagino.- resta con esa declaración egoísta el cretino de siempre.-No veo huesos de niños ni los mencionan los otros pero sabemos que habían al menos mil de ellos en este lugar.- patea un escombro en el suelo.-Gustavo y Susan creían que podrían rescatarlos pero yo no. No lo creí en ningún momento.- voltea para ver al gato.-¿Cuánto sobrevivieron?-

 

-Casi estos tres años…- detiene sus pasos.-Ellos murieron hace seis meses.- 

 

El humano levanta los hombros lentamente.

 

Una cosa era asegurar que no viviría en consecuencia al tiempo transcurrido y la dificultad QUE ellos mismos pasaron y lo cerca que estuvieron de morir.

 

Más seis meses ahora suena a nada.

 

El impacto lo hace ver lo cerca que estuvieron de ayudarlos , de sacarlos de este lugar.

 

-¿Y sufrieron?-

 

-Oye , eso no…- el gato estaba enojado y cansado.-Si , hasta el último segundo …excepto uno pero …- observa el camino.-Ya no importa.- 

 

Carl vuelve a mirar al camino.

 

-Todos te tienen miedo.-

 

-Están asustados.-

 

-Sin querer parecer un nerd o un hippie … ¿Estás bien , Theo?-

 

 El gato baja las orejas y su humor cae.

 

-Debo estarlo.- argumenta para sí nuevamente.

 

El humano suspira aliviado.

 

-Qué bueno , porque no se me da consolar gente.- 

 

Siguen la luz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Ustedes permitirían que eso lo escucharamos frente a Theodore.-

 

La cabeza de Niko no está muy bien ahora. Aunque se mantenga en silencio. Le es extraño poder ver y escuchar cómo discuten sobre algo tan fuerte con él terminando de coser al perro.

 

-Todos pasamos por lo mismo.- lo recuerda en voz alta Bubba.-Es eso , era para proteger a los juguetes.-

 

-Haciéndolo escuchar eso cada día a la misma hora…a la misma hora que sucedió.- sus rejas están arriba o lo que pueden por su estado remachado.

 

-Dog…- Hoppy suspira sujetando sus antebrazos.-Él nos hizo comer-

 

-Tú tienes cintas , Hoppy… ¿Cómo pudiste permitir esto?- mueve la cabeza tratando de entender esto.

 

Algo tan …asqueroso.

 

Solo puede verse a sí mismo de pequeño con esos tipos tocándolo para que le gustará ver lo que le hacían a su hermano , para que no dejara de ver… 

 

¿Sería posible que eso fuera filmado? ¿Qué algún día lo viera y no pudiera hacer nada por detener ese ruido asqueroso? 

 

Inhala tratando de calmarse.

 

-Dog…él es un monstruo , no es bueno-

 

-Nadie a quien le hagan esto lo podría.- mira su brazo apenas a la mitad y la curación no está siendo tan efectiva como debería.-Lo hicieron escuchar eso …por meses.-

 

Kickin suelta su brazo cansado de esta discusión.

 

-Deja de actuar como si fuera la gran cosa , necesitábamos eso.- lo señala con ambas manos.-Nosotros también tenemos esas cintas , nos sucedió lo mismo pero no seguimos a esa cosa-

 

-Porque me tenían…Theodore no tenía a nadie.- su mano sube a su cabeza.-Ustedes lo estaban matando.-

 

La cabeza de Hoppy hierve. No sólo como un decir , su sangre misa hierve y eleva el vapor con un grito.

 

-¡¡¡Ese maldito nos hizo daño , nos hizo esto!!! ¡¡CatNap nos hizo esto , él y su Dios!! ¡Nos torturaron , nos destrozaron desde adentro y luego nos usaron como sus peones! ¡¡¡CatNap se lo merecía y se lo merece aun ahora que solo es un maldito cobarde!!!-

 

El perro mueve el brazo recién cosido por el humano.

 

-Gracias.- murmura para Niko.

 

El humano mantiene la boca cerrada demasiado contrariado.

 

Hoppy ahora en este silencio , donde solo ve al perro revisar la costura y su movilidad , el castigo por sus palabras sube desde su propio interior.

 

Bubba observa a Bobby a varios metros. Tan afectada como para ser claro el sentimiento en sus ojos.

 

La gran decepción sobre ellos.

 

Hoppy agonía cubriéndose la boca con las garras. Escuchando su propia voz cientos de veces repetida dentro de sus pesadillas.

 

Dentro de ella y en cada escenario repulsivo de su vida.

 

Las cintas grabadas por su madre, las de los científicos y esa maldita prueba.

 

Todas son atrapadas por sus propios gritos.

 

 El perro no le parece tener nada que decir a ella ni a Kickin.

 

Solo camina hacia Doey.

 

Dicho azul lleva un trato escuchando y fingiendo que no lo hacía.

 

Sabía de las cintas , no su contenido exacto.

 

-Porfavor , guíalos con Boxy. Debo regresar por mi Theo , ¿Está bien?-

 

El azul levanta y baja los hombros.

 

-Tienes una hora.- le advierte el azul aun pensando en su propia familia.

 

En el futuro que deseaba para todos.

 

El perro mueve la cabeza en agradecimiento.

 

-Dog.- Hoppy vuelve a sujetarlo.

 

-No me toques.- advierte sin detenerse.

 

El ave atestigua todo con hombros caídos.

 

Solo ve al perro y a Bobby regresando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seguir aquellas luces los lleva a un pasaje con algunos cuerpos en el suelo. Los radios hacen ruido , delatan qué eran el grupo humano que acababa de entrar.

 

-¿Compañeros de trabajo?- pregunta Theodore.

 

El humano voltea a uno con el pie.

 

-No , son de otra rama de la compañía.- bufa con rencor.-Estos tipos ganan más que yo.-

 

El gato mueve la cabeza.

 

De nuevo en marcha.

 

Theodore comienza a reconocer el camino.

 

Sus orejas caen conforme regresa a ese lugar.

 

-Te erizaste , ¿Qué sucede?-

 

El gato suspira y su lomo se parquea comprendiendo el deseo del Doctor.

 

-Ya sé que es lo que quiere.- para frente a la puerta que fueron abiertas a derrotar Huggy y Henry al Doctor junto con el perro.

 

Donde DogDay le dijo que estaba el cuerpo del humano que lo ayudó.

 

Observa esa plataforma por un minuto completo.

 

-Tú amigo quiere algo de aquí arriba , ¿No?-

 

-Él no es nuestro amigo.- mueve las orejas.-Es un monstruo y un enemigo.-

 

El humano levanta los hombros y repara el arma en alto hacia los alrededores. 

 

-¡¡Seguiste las instrucciones de un enemigo!! ¡¿Cómo se te ocurre hacer lo que te dice?! ¡¡Un enemigo!!-

 

El gato ahora está bastante ofendido.

 

-¡Yo no te obligue a venir! ¡Me seguiste! - le recuerda ofendido.

 

La luz brilla dentro de los restos de la entrada a la clínica.

 

-¿Y sabes que es lo que quiere?- le pregunta al gato este humano de nuevo.

 

Theodore aspira profundo.

 

-Él quiere el cadáver de un humano que entró con DogDay.- empuja las rocas para entrar.

 

Abre el paso y entra.

 

El humano mira las luces por un momento fijo.

 

Lo qué le advierte lo estudió qué era seguir a Theodore ahora que era ese gran gato y no un humano como él mismo.

 

Al mismo tiempo que las luces le dan un peso extra a su sombra contra el suelo.

 

A esa figura humana retorcida por los relieves de los escombros. Viéndose por un segundo como un idiota sin cerebro.

 

Entra a la oscuridad , siguiendo el paso del gato.

 

-¿Entonces qué sucedió?- pregunta ya del otro lado. Puede ver la pata del gato subir por una empinada montaña de escombros.

 

No tiene el Grabpack , solo lo sigue a ciegas y con la habilidad de su entrenamiento en las fuerzas de la compañía.

 

-Todos murieron a destiempo.-

 

-Si , ya entendí eso.- lo alcanza en una zona oscura.

 

El gato se detuvo a observar el compartimiento vacío.

 

No había escuchado de ni una sola pelea qué llegara a causar estos destrozos al aliado del prototipo así que de esta forma debe ser que el doctor logró sobrevivir.   

 

El humano mira ese mismo tubo de agua.

 

-Tenían peces muy feos.-

 

-Si.- vuelve al camino.

 

Esta vez no es tan interesante recorrer el camino que ya conoce.

 

Solo es extraño.

 

Observar el mismo camino de agua sin la corriente eléctrica presente.

 

-¿Para qué él quiere ese cuerpo?- pregunta frente al agua.-¿No necesita a uno de ustedes para cualquier cambio?- 

 

El gato no tiene idea.

 

Se suponía que nadie que no fuera inyectado y tratado con el compuesto era compatible con los experimentos de Playtime. No tiene sentido que quiera su cuerpo para algún experimento.

 

-Él debe quererlo para algó diferente.-

 

Vuelve a mirar ese espacio.

 

Sobresaltandose los dos al escuchar un grito agudo.

 

El gato salta y es seguido por este humano.

 

Que si lo pensaba , es uno de los niños sin pelaje.

 

A su paso pronto llegan donde esas jaulas.

 

-Liberalos , no pueden salir por sí mismos.- 

 

Esa orden viene de las bocinas.

 

-Puedo matarlos.- El gato advierte al mirar arriba.

 

-Hazlo , yo solo me quedaré escuchando esa grabación como todos.-

 

El humano puede ver que a Theodore esa mención no le gustó.

 

Mira al interior estas jaulas para descubrir a muchos juguetes en jaulas y uno grande peleando para escapar sin lograr más que lastimarse al golpear las puertas con sus patas de algodón ya cubiertas de rojo.

 

Levanta el arma disparando antes de qué Theodore lo pudiera detener.

 

-¡No!- grita volteando a su dirección.

 

El humano levanta las manos y el arma.

 

Al fondo las compuertas se abren para la gran oveja , dejando este encierro a cuatro. Gateando como una bebé.

 

Las jaulas se abren poco después para dejar ir a los juguetes.

 

-¿Por qué los liberas?- pregunta hastiado el gato.-

 

-Porque eso querría para mí.- suspira bajando los hombros.-¿De verdad los dejarías encerrados?-

 

-Son peligrosos.-

 

-Tú también pero estas libre.- 

 

 

 

 

 

 

 

En las cámaras el doctor les observa discutir a medias.

 

Era interesante. 

 

Puede ver las cicatrices de las inyecciones de La Guardería en su nuca y cuello pero no reconoce el experimento. Debía ser uno del montón que escapó hace años en la maldita movida que le hizo perder el perro.

 

Puede verlo.

 

La diferencia con la que es tratado por otros juguetes que lo reconocen y no lo ven exactamente como a un humano. Le reconocen como otro de ellos.

 

Incluso 1188 , es paciente.

 

-Oh…- revisa su memoria.

 

Es uno del rasgo de la puerquita. La rama de los que serían usados como obreros.

 

Es interesante.

 

Quisiera experimentar con él y con 1188.

 

Aunque ahora eso no es lo que debe hacer.

 

 

 

 

 

 

 

-No puedo creer que sigas siendo tan estúpido.-

 

-Si lo es , yo puedo ser lo que quiera ser.- 

 

-¡Pero no un suicida!-

 

-Eso me suena a orden y no me gustan las órdenes.-

 

El gato está allá atrapandolo por el torso y cuello con esa garra afilada sobre sus ojos al rodear lo sin problemas con solo estirar sus dedos has mostrarlos como piezas de una calavera felina.

 

Carl levanta la mirada encontrando esos ojos brillantes sobre su rostro.

 

-Obedece o te daré de comer convida a los juguetes.-

 

Con un suspiro su aliento escapa entre jadeos al romperse la bruma de su sentido común dormido.

 

Reacciona y puede ver su situación correctamente.

 

Puede ver al gato de seis metros con toda la fuerza y capacidad de hacerlo pedazos o abrirle la barriga en dos con un solo corte.

 

-Perdón.- murmura la disculpa con las cejas bajas.

 

CatNap lo libera. Avanza y sube por las barras apoyándose para llegar al siguiente piso.

 

El humano salta por las barras como lo haría un mono , cruzando a su espalda este pasaje alto.

 

-Dime ahora ,Theo , ¿ese padre tuyo era real?- 

 

El gato lo mira impactado por tal pregunta justo ahora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-A mi hermano nunca le refirieron médico alguno los malditos militares y su expediente médico le fue confiscado como pruebas pertenecientes al gobierno.-

 

-atento mucho saber eso.-

 

-Si , yo también.- observa este dibujo en la mesa.-Siempre quise saber ¿Por qué?- pregunta al aire.-¿Por qué mi hermano ahora era tan raro? ¿Por qué se ha vuelto un cobarde?- lo repite como lo sentía en esos días. La desesperación de la culpa y el desconocimiento.- ¿Qué le hicieron a mi hermano?- levanta la vista directamente a ella.- ¿Y porque solo un niño pudo sacarlo de ese infierno en su cabeza?- 

 

-Debe se porque era lo único que no lo asustaba en su vida.-

 

El hombre , tan agotado como exasperado lo acepta , lamentándose en voz baja.

 

-Si , siempre supe que era eso… Ese mocoso no lo asustaba , entre todo en el mundo que le causa dolor …ese niño no era parte de su pesadilla.- sus ojos vuelven a ese dibujo.-Hace años leí el expediente médico de mi hermano.- 

 

La mujer inhala profundo , soltando el aliento con pesar.

 

-Era como si en ese lugar mi hermano hubiera sido …solo un pedazo de carne al qué cortar , golpear y destruir…cada maldita palabra era más complicada pero era peor entenderla.- mira a la mujer.-La primera vez que leí su expediente fue 21 semanas después de su muerte…- cubre sus ojos con la mano al aspirar en sus labios el cigarrillo.-Cuando al llegar lo primero que hice fue abrazarlo y el me abofeteara ….para que la primera vez que nos rogó qué lo dejáramos descansar solo le echaramos de casa …para que mis maldita cabeza se llene con ese estúpido yo cada vez que recuerde las veces que lo quise traer a casa y él me avergonzara poniéndose a llorar cuando lo sujetaban mis empleados.- su puño golpeó la mesa.-Esos malditos esperaron a que mi hermano estuviera pudriéndose para mostrarme esos malditos papeles… esperaron a que no hubiera nada que hacer para por fin echarme en cara lo mierda que fui con mi hermano… fui un maldito con él.- 

 

-Si , debió serlo. Es el problema cuando no logramos ver lo que no pueden decirnos.-

 

Este criminal sonríe frustrado.

 

-Lamento con mi vida haber leído su informe.- su atención regresa a ese dibujo.-Él dejó de soportar los perros porque esos soldados… estos animales… solían atar a los prisioneros y hacer que perros los montaran frente a todos y al final simplemente hacían que esos mismos perros los desmembraran sin matarlos… mi hermano sobrevivió a eso permitiendo que los soldados lo usaran para divertirse de otra forma… y yo mandé a cinco hombres a sujetarlo para dormir lo la primera vez que quise traerlo a casa.-

 

La mujer recarga la cabeza en su puño.

 

-Si no lo sabes no puedes actuar.-

 

-Él sobrevivió a eso , dime…- apunta a ese dibujo.-¿Fue para que este mocoso pudiera sobrevivir qué él logró llegar con vida?- suspira agotado después del informe de sus empleados.-El mocoso sobrevivió …solo quiero saber si mi hermano lo ayudó.- sonríe perdiendo la compostura.-Quiero saber que darle su tiempo a ese mocoso fue lo correcto.- sus ojos se cierran.-Yo no lo merecía , no fui el hogar ni la familia que él merecía ni necesitaba , no fui bueno para él y por eso no estaba con nosotros pero ese mocoso si. Lo vi …haciendo cosas como rodear con micropore el mango de su bastón y era para que no se lastimara por su fuerza de agarre , y al comer le cortaba la comida porque mi hermano se negaba a decirnos que había perdido muchas muelas. Le servía agua tibia y lo cuidaba … me caga recordarlo.- gruñe harto de esas memorias.-Él estaba con ese niño porque era quién se merecía su tiempo , entonces…quiero que me digas que todo lo que mi hermano le dejó fue importante , que significó algo el tiempo que mi hermano decidió mantenerse con vida a pesar de todo lo que le estaba pasando.- 

 

-No sabría responder eso cuando ese niño era un tanto extraño.- mantiene sereno su estado para no causar algún arrebato qué la ponga en peligro.-Bien …puedo describir el chico que conocí por informes.- cierra los ojos para ver esos expedientes.-Hobart Black , edad de inserción 6 años. Lo describen como un niño enérgico y solidario , suele escuchar órdenes y obedecer con bastante precisión. Es un líder nato y sobre todo una presencia agradable para otros niños y adultos lo cataloga como un chico maduro para su edad.-

 

-Eso ya lo imaginaba.-

 

-Resultó ser más que eso.- rememora lo sucedió con el ceño fruncido.-Él fue descubierto manejando una red de narcotráfico dentro de la fábrica.-

 

Es claro e inmediato.

 

Este hombre comienza a reír ,hiperventilando más pronto de lo esperado al toser y beber agua por ese giro de trama.

 

-Él silenció con fuerza mortal a todos los cómplices de su negocio , a todos y cada uno de ellos.- Rueda esa masacre y porque un tipo con dedos y labios cortados no le impresionó.-Tuvieron que usar pala y mangueras a presión para sacar los pedazos de los trabajadores del techo.-

 

-Aquí es donde me pierdo.- la interrumpe.-Ese mocoso atrapaba insectos en la mano y los liberaba…maldición , lo recuerdo traer una mariposa y dársela en un frasco a mi hermano.-

 

Disimuladamente la mujer voltea a un costado , donde una gran .Ahí brilla una vitrina de hierro y dentro cientos y cientos de tarros de vidrio viejo puede ver muchos insectos.

 

-¿Cómo es posible que cambiara?-

 

-Seré gráfica para que podamos darnos un descanso.- suspira preparándose mentalmente para lo que venía.-El primer paso es conseguir a un prospecto. Lo alimentas y lo tratas para el proceso por un tiempo indefinido o de seis meses para los grandes.-

 

-Lo inyectas una última vez con el compuesto.-

 

-Lo llevan al quirófano para desprender la piel sin anestesia para no perder el rumbo de las células.-

 

-Retiras todos los huesos con herramientas o máquinas de corte en caso de ser necesario reemplazar el cráneo también.-

 

-Al ser solo músculo y nervios , pasan a la siguiente fase : La nueva criatura.-

 

-Estiramos los músculos gracias al compuesto que se usó con anterioridad. Los órganos serán encasillados dentro de una cámara dentro del torso superior ya que los pulmones serán los que más crezcan para oxigenar esos cuerpos grandes.-

 

-Seguido de eso se les colocará la piel y el pelaje exterior.-

 

-Una vez completado el cambio se le dará un tiempo indefinido para que reaccione..-

 

-En caso de este experimento el tiempo fue mucho menor a lo esperado y podremos pasa a la siguiente fase : El descubrimiento de sus secretos.-

 

-Procederemos con cargas eléctricas para medir sus funciones motoras.-

 

-Drenamos su sangre para descubrir sus límites.-

 

-Cortamos sin anestesia para averiguar su tiempo de sanación.-

 

-Cortaremos su cerebro para incluir un lector de barras para usarlo como un rastreador entre las materias primas de la guardería.-

 

-Le arrancaremos los huesos y los reemplazamos metálicos eran usados para descubrir su adaptabilidad a compuestos invasivos.-

 

-Como resultado de un experimento se descubre que todo esto lo soportó la criatura sin las cadenas. Absteniéndose de atacar a los médicos que lo trataban.-

 

El hombre escucha con esos ojos fijos en ella.

 

-Este experimento es sumamente obediente , certero y sumiso. Se encarga de toda tarea y escucha órdenes además de mantener una actitud agradable en el trabajo.- su memoria la lleva a ver a esa mascota saludar y mover esas manos como si fuera parte de una comitiva de payasos felices.-Este experimento conoce cada nombre , secreto y rincón de la fábrica. Lo sabe todo pero nunca ataca ni se defiende de los experimentos ni daños invasivos cometidos en sus intervenciones médicas.- golpea la misma mesa.-Es descrito como una criatura agradable , dulce y divertida… eso nos hizo imposible ver que sería él quien acabará con la vida de muchos empleados en manos de dos horas.-

 

-Ustedes se llevaron al niño que mi hermano cuidaba … a muchos más niños de las calles …solo para torturarlos.- 

 

La interrupción de este hombre es acompañada por un tono cansino y apagado.

 

Mirándola con ojos entrecerrados. Una emoción tan extraña como pacífica , solo esa mirada pesada.

 

-Es lo que sucede con los niños a los que nadie ama , son carne y nada más.- con la punta de las uñas recorre su dibujo nuevo de ese perro.-Usted lo dijo , “Somos los perros que tu gobierno soltó” es interesante…te nombras como algo que fue la pesadilla de un ser amado y él fue convertido en una imagen retorcida de lo mismo.- observa este dibujo.-Les hicimos más daño del qué es visible. A todos , incluso a los que no deberían ser dañados o a los que debieron irse.-

 

-Cuando el infierno se abra para ustedes será tan normal como un miércoles más.-

 

-Lo que tu hermano le enseñó y lo que tu le mostraste , lo hizo fuerte…- huye de su pasado al cubrirse el rostro.-Porque nadie sería como él y eso les rescato poco a poco…nosotros fuimos quienes les hicieron pasar por ese infierno y al terminar , aún se quedaron ahí dentro. Atrapados.- Sus ojos pronto son un desastre de lágrimas cargadas con la culpa.-Y dios no estará conmigo , no con lo que hicimos. No con lo que les hicimos a todos esos pobres niños…me odio , me odio cada segundo de mi maldita vida.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los pasos del perro van hacia arriba.

 

La coneja le llama conteniendo el enojo.

 

-Se supone que no volverías.- le recuerda lo que él mismo dijo.

 

El perro no se detiene. Agotado o no , sin sangre que derramar o solo huesos. Lo busca sin pensarlo dos veces.

 

-Si no vuelvo Theodore será atrapado por ese maldito doctor también.-

 

-Qué lo haga , que lo haga , Dog.- repite Hoppy agotada.-Sólo mírate. Mírate carajo , él no te quiere … me recuerdas a mi mamá arrastrándose por su novio-

 

-Yo no soy esa mierda.-

 

Hoppy queda en blanco.

 

El perro la apunta enojado.

 

-No me compares con esa persona ni con nadie , no, Hoppy. Nadie.- sigue adelante incluso si cojea. 

 

Hoppy solo le observa a él y a Bobby regresar.

 

Sus orejas caen sin poder hacer más que volver , decidida a seguir adelante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer

Chapter 125

Notes:

Hola, capítulo tranquilo y corto.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 La oscuridad es simbólica para la perdición pero perder el rumbo no es siempre malo.

Porque a ella la llevó a un buen lugar.

 

Ella se perdió en el primer orfanato y sus pasos en la oscuridad la llevaron al exterior del edificio en vez de a su cuarto. Llevándola a encontrarse con la figura aterradora de un Gollum moreno sobre un bote de basura y lamiendo un plástico con restos de una barra de cereal y glaseado.

Este le vio en la oscuridad y bajo del bote de basura acercándose a ella desre el suelo como un perro que acecha pata a pata.

-¿Eres amiga o enemiga , señorita?-

Ella levanta las manos y las pone al frente donde ese rostro parece sorprenderse por su acción imprevista.

-Enemiga.- asegura apretando sus cachetes.

El chico no tarda en reírse al sentir este ataque directo. Girando para escapar de ella aunque le siga con las manos arriba.

-¡Grararraa!- gruñe atacandolo con las manos arriba.

 El corre y ríe al verla tan decidida a agarrarlo. Hasta encontrarse uniendo sus manos para evitar que lo alcanzará directamente.

-¡Aléjate de la niña ahora!-

Los dos se paralizan al llegar una encargada. Tomando la mano de la niña para arrastrarla Ddejand al chico afuera al cerrar con llave.

-Afuera.- apunta al figura dejada atrás atraves del cristal de la puerta gruesa de metal.

-Se lo merece , qué siga buscan en la basura el cerdo.- gruñe llevándola a u cuarto con las demás.

Dentro pronto es abandonada y es puerta cerrada con ella dentro

Mira al resto de las niñas de su edad con esos rostros tan pálidos y agresivos. Camina a una esquina para mantenerse a salvo con una cobija vieja.

Su cuarto nunca se abre a menos que lleguen visitas a conocerlas y elegirlas.

A veces se llaevan a una y regresa trskite , otras veces nunca lo hacen y parece que han ido a un buen hogar. 

Si se lo preguntaran , ella puede decir que el cabello de su madre era muy bonito y sus ojos oscuros aún más. Era una conejita esponjosa con ese peinado en dos , tan espeso como sus mejillas brillantes al sonreír por encima de sus collares brillantes

Ni hablar de lo guapo que era su padre , era un edificio alto y delgado. Alcanzaba la encimera del centro comercial y no tenía que estirarse. Eso lo hacía tremendamente guapo o eso decía su mamá.

No los conoció taño como desearía pero eran importantes , lo eran.

Sno lo fueran su cuerpo no foleria tanto y les extrañará cobnntantas fuerzas desde que lso quemaron los malos. Desde el incedion , los extraña demasiado.

Ellos dicen que no volverán , que ya no tiene padres y debería dejar de llorar.

Y lo hizo. Dejo de llorar cuando los recordaba.

Solo mira al mundo tratando de no llorar y sonriendo pero no deja de doler.

Hace muy poco su mama revolví un montón de comida en un caldo espeso y dorado , y hoy n su plato hay pan con flores verdes qué saben muy mal en su boca al estar tan seco como para hacerla tener una arcada. 

Su cabeza es golpeada por un lado al pasar la cuidadora del turno.

-No hagas eso , come y deja de quejarte ¿Porque las negras son tan fastidiosas?- su queja a por el aire.

La niña soba el golpe metiendo en su boca ese pan verde , tragado con esfuerzo para no recibir oyó golpe.

No como a la niña rubia que están obligando a comer con una mano sobre su rostro para presionar ese mismo pan hasta que lo trague.

Esa rubía se niega , patea la mesa y araña a la cuidadora qué no tarda en golpearla y sostener su largo cabello para hacerla tragar aunque sea claro que comienza a ahogarla. El rostro de la niña es arañando y sus mejillas apretaddasd para obligarla abrir la boca con un grito repetitivo.

-¡¡Traga , traga ahora , debes tragar tu maldita comida!!- sacude su cabello sacando un grito de la niña. En esta oportunidad le mete al fondo el pan o migajas a este punto , recibiendo una mordida tan fuerte como puede ser por parte de una niña.

 Esta mujer recibe ayuda de otra encargada para hacerla abrir la boca.

Sacando sus dedos de esa dentadura irregular tan interesante , encuesta más de una bofetada a estar libre.

Retirándose las dos entre gritos y amenazas a la niña que ahora llora en el suelo con su nariz sangrando y las mejillas amor atadas. Llora buscando cinsuelo en sus propios brazos al verse incapaz de pedir ayuda o hacer algo más que hipar.

Entonces sus ojos chocan.

La rubia deja de llorar de golpe , entre temblores y esas lágrimas espesas. Se volttea ignorandola.

La niña en la mesa deja su asiento.

Acercándose a ella.

-Allá afuera …había un niño con dulces.- le dice eso al no encontrar con que más iniciar una conversación con ella.

La rubia levanta la cabeza lentamente. Esas lágrimas la hacen ver como el Gollum real , temblando y con las manos cubiertas del jugo de cereza servido durante el día.

-Dul..ces…-

Extiende uan mano para ayudarla a dejar el suelo.

La niña la atrapa por el brazo y sube buscando sus ojos como lo haría un mono , lamiendo la mejilla de la niña.

-Te comeré si mientes , fea.- advierte sin soltarla.

Ella sigue adelante.

-Soy más bonita que tu.- murmura.

-Eres oscura.-

-Pero yo si tengo mis dientes.-

-Ganas piraña-

-Yo no mordí.-

Las dos dejan este cuarto al cometer el error de no cerrar a su salida las cuidadoras furiosas.

Pasaban por estos pasillos hoy iluminados.

La niña descubre cómo cambian las paredes y la sensación del ambiente sobre sus cuerpos.

Como si volviera a las peores calles cerca de su hogar. Aquellas calles que su madre decía que no debía acercarse de noche ni nunca. 

Las caras de los niños en esta sección son mucho más oscuras , tanto literal como por sus miradas crueles , llegando a este pasaje exterior.

Pasando por un lado de una niña mayor con un rostro severo a la ventana , llevando en su ,mano un biberón vacío frente a la sección de menores

La esquivando al sentirla como alguien agresiva. 

Mary abre la última puerta con una mano al estar abierta hoy

Ahí lo puede ver , a ese niño.

Luchando en los hombros de otro chico más grande y estirándose para alcanzar la parte superior de la reja y trepar con una sábana vieja en sus manos qué cae al suelo en vez de cubrir las espinas.

El niño en el suelo da un quejido antes de doblar las rodillas. El moreno se agarra y cae lento al estar agarrado a la reja.

El mayor apenas logra quitarse antes de que las botas de este chico lo pisaran.

-Esto es estúpido , ya deberíamos tener este alambre en nuestras manos.- murmura volviendo a sujetar la sabana.-Ahora tu sube en mis hombros.-

El chico se niega de inmediato.

-Será lo mismo.-

El moreno sacude sus brazos llenos de arañazos por esta caída sorpresa. El metal logró cortarlo al atorarse con su piel en esa caída. 

-Tienes brazos más largos que yo.-

El chico se niega apuntando su cara.

-Sigue mintiendo y será verdad.-

-Pero no miento.- lo mira a los ojos serio.

El niño corresponde esa mirada con el ceño relajado.

El moreno solo soporta por un segundo antes de reírse descaradamente de su propia mentira.

-¡Sabia qué mentias!- lo acusa empujandolo.

El niño intenta mentir pero verlo tan enojado le hace reír a un más fuerte. 

-Hola.-

Los dos voltean al oir esa voz.

El mayor baja los hombros al verlas.-

-Vamonos.- le apura al verlas y sentirse mal por tener estas presencias en el lugar.

El chico le sonríe y niega moviendo al cabeza.

-Hola.- saluda devuelta al agacharse.

El no era exactamente un adulto ni un niño demasiado alto , al doblar las rodillas y hablarles de frente llega a estar más abajo de sus ojos y sonriendo.

La niña de la noche siente a la rubia esconderse a su espalda.

-Le pegaron , ¿Puedes darle un dulce?- le pregunta nerviosa y algo avergonzada aunque ella no sepa que esto era lo que llenaba su corazón .

El niño levantó una ceja.

-¿Si no lo pediste para ti porque lo pides para ella? ¿Son amigas?- pregunta curioso. 

 -Si.- dice ella.

-La carboncita es mi amiga.- 

El chico entrecierra los ojos sin perder esa sonría ahora más interesante al crecer como hacen los hocicos de los perros antes morder

-¡JA!- exclama retrocediendo con las manos en las espalda.-Amigas.- gira pensativo.

Las dos lo siguen al verlo caminar en un círculo qué debió rodearlas pero ahora ambas animadas por esa sonrisa le imitan aún de la mano de la otra.

-Ya sé .- detiene sus pasos al verlas nuevamente en su giro.-¿Quieren ser mis amigas?- pregunta volviendo abajo a su nivel.

-Si , amigos.- responde Mary.

-Si.- sonríe la rubia al verlo tan raro. Su piel era muy curiosa. Nunca en su vida había visto ese color y Mary , ambas cayendo en la curiosidad al ver esa piel cálida brillar bajo el sol que entra entre los relieves de las rejas metálicas.-Te estas quemando.- apunta la rubia a su aspecto.

El chico mueve la cabeza.

-Si , siempre.- revisa sus bolsillos.-Este es gratis.- extiende a cada una barra de dulces.

Las dos exclama felices al tomarlos.

A su manera ya lop están descubriendo y comiendo.

El oido de la primer niña se ancla en la discusión de los dos.

-No tenéis más que eso y se los das-

-Es bueno , ya lo veras.-

-No tenemos más y se los diste a unas desconocidas que ni serán de ayuda.-

-No te distraigas ,Chris yo sé lo que.- le asegura pensativo , enrolla esa cobija vieja ya decidido a seguir su propio plan.

-Siempre dices eso-

-Y siempre tengo razón mi amigo achocolatado.-

-Qué no me llames así.- lo empuja.

El chico que casi cae al suelo regresa a las malas.

-No lo haré pero si arruinas esto te daré un mordisco.- suelta una mordida al aire o directamente a su hombro.

El chico lo esquiva y pone distancia entre ellos con un grito , ríenddo al verlo tropezar en vez de alcanzarlo.

-¿Y ya nos dirán sus nombres?- pregunta más serio a ellas.

-Monik.-

 -Mary.-

El chico le sonríe a las dos con un brillante deje de perspicacia.

-¿A cual de las dos no le dan miedo las alturas?-

 

 

 Mary fue subida sobre los hombros del chico y alcanzó a colocar la cobija sobre los picos de la reja redonda.

Después ,durante la noche , lo vieron trepar y usar esta cobija para tirar los alambres y sacarlos con una pinza. Cada metro fue robado por él , y al seguirlo le ven entregarlo a un desconocido de fuera de la reja.

Este a cambio le entregó quince billetes antes de desaparecer sobre una camioneta vieja.

-¿De verdad costaba tanto? - pregunta la rubia. Había escuchado que siu madre lloraba por pagar cinco dólares a una vecina pero ahora tenían diez.

El chico le muestra el dinero con esa sonrisa a medias.

-Esto no es nada.-

La ilusión de las dos se rompe en pedazos al escucharlo.

Para Mary era poco al haber visto varios de estos en manos de sus padres pero hace mucho no se le presentaba la oportunidad de tener dinero.

-Si pudiera salir de aquí todo eso habría valido unos cuarenta dólares.- con un movimiento rápido les muestra otro montón arrugado en su bolsillo.-Vamos a contar.-

Monik perdió completamente el ánimo al tener que contar.

Ahora eran cincuenta billetes qué hacen temblar al recibir dos cada una.

Las dos abren la boca con rostros sorprendidos con su paga en conjunto de cuatro.

-Ahora viene lo bueno.- celebra el niño con el dinero suficiente para sus planes.

 

Al fondo se escuchan los gritos de los encargados ante el robo.

Ese dinero fue cambiado por unos paquetes de galletas y leche en polvo que solo pudieron ver con celosa avaricia.

Los últimos quince dólares fueron a caer en las manos de un encargado más viejo que les da en manos las llaves de una habitación en la punta más fea del edificio.

-Aqui no nos robaran nada ,Chris , celebra.- le pide a sus amigo alñ ver sui lugar ahora más que nunca suyo.

El chico mira el montón de basura y cajas viejas con el ceño fruncido. Arañas yu tijerillas arrastrándose por el suelo.

-Aja…- celebra con el ceño fruncido al chocar las manos juntas.

Las dos parecen más que felices al correr a encontrar esas muchas cosas brillantes.

Las cucarachas qué vuelan fuera de los adornos navideños son la corona para la libertad del pequeño grupo reunido.

Aprendiendo Mary cuantas cosas se pueden solucionar con estar juntos.

Estar juntos parecía la clave.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy Bobby sabe que no es suficiente estar en grupo para salir de un problema , se necesita mucho más que eso y seguramente comenzaba a  entender que tendrían que hacer para salir de esto.

Que si ese día no hubiera sido Hobie quién aparecía en su camino pudo haberse acercado a un monstruo cualquiera que le hiciera daño al verlas solas.

Ahora sus recuerdos más dulces son tan venenosos y confusos como la pérdida de un sueño.

Tuvo suerte y muchos no la tienen. Ella no veía eso antes y Hobie le ayudo a ella y Monik a no ver ese lado del mundo , a mantener recuerdos dulces sin advertencias ni miedo en toda esta cruel pesadilla.

Era una niña amada y perderlo , dolió. 

La derrotaron muchas veces pero no acabaron con ella. Aquí está.

Aquí están y sigue siendo ella.

Aún necesita un par de respuestas para saber qué lugar tiene ella.  

-Hobie , ¿Como detendrás la cinta?-

El perro tensa los hombros después de seguir este camino en silencio al irse la coneja. 

-No tenemos códigos de empleados y ese doctor parece estar allá abajo y no aquí , ¿Que haremos , Hobie?- pregunta de nuevo buscando su lugar en la mision qué tendrían justo ahora.

El perro no responde todavía. Piensa con la cabeza baja.

-Hobie , esto es confuso … ¿De verdad no tenemos como detener la cinta?- insiste.

-No.- responde por fin después de pensar todo el camino.

- ¿Que dijiste?- Bobby detiene sus pasos sorprendida.- ¿No lo sabes?-

-No , no lo se. No puedo detener esa cinta ni el canal de audio.- 

La osa lleva las garras a su boca.

-Dog , ¿Qué vamos a hacer?-

 -Solo …- se detiene junto con Mary al ver ese problema tan grande esperándole al final del camino.

 

Muchas veces puedes pensar en las estupideces que podrías hacer cuando estás frente del peligro y sin casco de seguridad para no seguir a delante. 

 Esto lo piensa el perro frente al gran problema rojo en su camino.

Hobart observa este pasaje ya cubierto de rojo y a su compañera apartada.

Porque el no es idiota al punto de seguir adelante a pesar de todo , solo puede dar por hecho qué podra seguir adelante y no perderá la vida.

-Nuestras vías respiratorias no pueden sellarse , Dog.- le advierte Bobby con los ojos fijos en la nube roja.

El perro asiente mirando la nube ya casi dentro de las vías del tren.

-Tendré que hacer una estupidez.- avisa revisando su cierre.

Bobby le mirá curiosa , gritando al ver su intención en ese objeto en su mano.

-¡¡¿No querías salvar a Theodore?!! Eso lo matará.- le advierte retrocediendo por adelantado. Han sido cinco años separados pero no lo olvida , lo loco que puede llegar a actuar este hermano suyo cuando estaba harto de todo.

El perro lo acepta y aún así se prepara para eso.

-Solo si esta cerca y él no lo está.-

Prepara el encendedor para lanzarlo al fuego una vez Bobby esté a salvo.

Aprieta la granada en su puño , encendiendo con el borde de su boca el encendedor atado. Espera a activar la granada. 

Son tres segundos.

El mismo retrocede y busca la esquina antes de usar todas las fuerzas de su brazo para lanzar este objeto. Escondiéndose como quién evita los restos de una molotov.

Rápidamente el resultado explota. 

La granada de gas lacrimógeno es mala pero mezclarlo con la sustancia reactiva del humo rojo es aún más destructiva.

Los dos se ven sacudidos. Muy pronto ese olor a quemado les hace cubrir sus bocas y narices.

Explota.

 

En grande.

La explosión ocasiona un desastre capaz de estremecer toda la fábrica completa. 

Las estalactitas caen por pedazos causando aún más ruido.

Dentro de los túneles algunas rocas caen y las vías de tren se retuercen.

Asi el fuego se concentra dentro de la prisión.

 

Bobby exhala profundo al ser claro que la nube se consumió y nada estaría vivo después de eso.

Mira confundida al perro a su lado.

Este revisa el camino volviendo a la tarea al ver solo humo negro y nada rojo.

Bobby le persigue y alcanza siguiendo sus pasos y esta segunda granada en manos. 

 

 

En las cámaras ese doctor bufa cansado de la irrazonable tendencia destructiva de este perro tan desagradable.

-De todo lo posible , no creí que este experimento podría hacer eso.- vuelve a mirar abajo.

Donde ese gato arcoiris ya está acostado en su metálico regazo.

-Bien , gatito.- palmea su cabeza para mantenerlo quieto.-Mientras ese estúpido tenga eso en mente , no podremos usar las vías de humo.-

Cambia su atención al gato en la primera plataforma de subida a su encierro.

Nunca fue del tipo que se expusiera al peligro de forma imbécil , este can era un animal de campo y eso era hasta cierto punto la inicial para que él quisiera apoderarse de su cadáver hace mucho tiempo. 

El gato no es mejor , ambos son un peligro. 

Hoy esta situación donde depende de estos dos tontos le es una desgracia simplemente poética.

Este mocoso le trajo de vuelta a Ryan y ahora esta en camino a evitar qué lo recuperará.

Algo que no puede permitir.

Necesita pensar en lo que debe usar contra el perro para controlarlo.

 

 

-No se que hay allá arriba pero no deberías subir si es ahí que te quiere ese supuesto enemigo , ¿Qué tal y te espera un follador?- le advierte al estar los dos detenidos frente a la puerta.

El gato piensa profundamente en lo que estaba por hacer , en todo.

Buscando las pistas qué le digan ¿Porque lo quiere aquí? Se lo pregunta observando esta plataforma.

La cabeza del humano se mueve lento.

-¿Crees responderme ahora?-

El gato le da una mirada rápida directo al rostro.

-Mi padre…ya no lo sé .- irá devuelta esta puerta.-Él intentó algo …y me hizo …yo hice mucho daño para servirle a él y no parece nunca ser suficiente.-

El humano baja las cejas.

-Si yo tuviera un padre también le obedeceria en todo.- 

A sus palabras una mirada y una risa ahogada responden al conocer toda su rebeldía , lo poco obediente que sería Carl realmente.

-Bien , si exagere.- sonríe arrancando se la máscara.-Me refiero a si ¿El ya no lo quieres como tu padre o ya no merece serlo?-

El gato mueve la cabeza inquieto.

-¿Cómo puedes decirlo tan sencillo? Él era mi mundo, me duele mucho todo esto…y tu lo haces ver como si fuera nada.-

-Yo nunca tuve padres ni nadie que realmente me quisiera , ni mi madre estaba a la cuando necesitaba a un adulto ¿Qué te hace creer que yo podría ser sutil con esto?- mira a la plataforma.-Theo , incluso si te peleas con él yo me sentiré celoso de que tuvieras tantas personas contigo.- sacude los hombros al ver bajar una cucaracha.-Siempre hablabas de él y de tu amigo del bloque cuatro… no se que paso aquí y solo le veo de lejos así que lo que hayas pasado no lo entenderé ni esta ni la segunda vez que lo digas.-apunta al gato.- Cuando salgamos , podremos hablar de nuestros traumas por horas y horas con una cerveza y mucho puré de papa con pollo frito. Los adultos hacen eso.-

Theodore le escucha con el cuerpo relajado y no porque Carl tenga la voz más dulce del mundo , no es Bobby consolloandolo o… o Dog jadeando sobre su pelaje cuando lo somete y se mueve dentro de su cuerpo como si deseara destrozarlo de placer hasta arrebatarle la capacidad de caminar con esa cosa hinchada que palpita y lo llena…

 

 

El humano se detiene al ver al gato parar para hervir por unos segundos pegado a la pared más cercana. 

Golpea su frente para sacarse de la mente ese refugio repetitivo , como todos estos años pasó escondido en ilusiones cuando algo era demasiado difícil de aceptar y se escondía en sus mentiras fantasiosas para no ver la verdad.

Hundiéndose en pornografía mental para no abrir los ojos , a ser un adulto aunque le gustaba fingir que tenía el poder de uno. Todo una mentira para sobrevivir.

Golpeando las paredes de su ilusión con la realidad , con los restos de sangre en las paredes. 

Bueno.

No es por ninguna cosa cursi sino por la naturalidad.

Esta sobria simpleza para comunicarse y hablar del día siguiente.

Había pasado mucho tiempo sin hablar con alguien que tuviera esta forma de comunicarse tan ligera.

Entonces debe echarlo a perder.

-Mate y torture a mucho de nosotros.-

El humano baja los brazos al escucharlo.

-Los hice donde todos vieran para que sus amigos se presentaran para detenerme , lo hice muchas veces.- su cabeza baja al recordar esos días de búsqueda.-A todos los corte miembro por miembro, sus brazos y piernas…- suspira agotado.-Después de eso la situación no mejoró porque los niños de Dulce Hogar estaban matándose entre ellos por comida y era mi culpa. Porque no pude mantener el orden y vigilar el territorio.-

-Esas pendejo.-

El gato levanta las orejas aturdido por ese insulto.

-Estas grande pero no vas a poder vigilar todo eso … - inhala.-¿Me vas a decir que ningún otro sonriente podía cuidarlos? ¿Solo tú estabas ahí?-

-No , yo les prohibí intervenir.-

-Y no lo hicieron aunque estabas equivocado ¿Te das cuenta de que eso significa que no fuiste sólo tú?- observa la plataforma.-Fueron todos , y eso te incluye pero no los…- su humor fluctua muy rápido.- ¿Todos? ¿Todos están muertos?- pregunta de nuevo.- ¿Y dulce Hogar?-

-No queda nadie ni nada en ese lugar.-

 Esos ojos suben al techo.

Antes de que pudieran decir algo más , estas paredes se sacuden.

El aire se calienta tanto que logra agitarlos en solo unos segundos.

Ambos rebotan y el humano cae por la sacudida en el suelo. El gato puede oler el fuego exparcirse por el aire y no dejar nada más que cenizas.

Su pelaje se vuelve caliente por culpa de la sensación dolorosa del calor en el aire.

El humano decide salir del lugar aunque sea peor la cura.

El gato lo sigue subiendo los dos a la plataforma.

Pronto esta decisión resulta la mejor al ver una llamarada subir desde la zona de jaulas por la caída de las paredes más cercanas a aquello que estallara.

-¿Tienen entre sus enemigo un dragón o algo así ?- el himno revisa sus años algo heridas al caer al suelo y sienta el calor de las rocas.

Seguramente esto solo empeoraría con el tiempo.

Subir los lleva a un lugar con mucha más frescura. Repleto de pantallas y estática.

El gato encuentra algo sorpresivo en el techo de la plataforma.

Pelo naranja , justamente de la cara más oscura en el rostro del perro.

 Lo toma con la pata , observando esto con la cabeza ahora fría.

-Me siento observado aquí.- el humano sacude la cabeza y camina a la puerta.-Esto está abierto.- regresa sin entrar para preparar el ara.-Vas primero y le disparó a lo que te ataque.- le comparte su plan.

El gato inhala.

-No hay nada peligroso allá.- aún atrapado por ese cabello su voz no sale de su garganta.-No quiero hacer lo que este científico quiere.-

-¿Y sabes lo que quiere?-

-El cuerpo de ese humano que acompañó a Dog.- 

El humano baja el arma.

-¿El tipo te agradaba o algo asi?-

Su negativa es dudosa ahora . Ŕevalecen sus celos pero ahora carga con la realidad de estar frente al cadáver de alfguien qué cuido de Dog mejor que él mismo.

-No se trata de si me agradaba sino de …era el compañero de Dog y lo ayudó a regresar a la fábrica.- corta ahí su descripción sin riendo qué Carl seguramente se pondría en su contra se revelara más de esta historia absurda.

-¿DogDay estaba afuera?- perdido repasa lo que ha escuchado , todo.-Si estaba afuera ¿Porque nunca nos buscó? ¿Cómo salió de la fábrica?- 

El gato lo corta por solo la razón.

-Si , hace tiempo lo liquidaron por un crimen. Estaba vendiendo un tipo de droga qué le daban otros humanos y yo lo delate.- Su propio crimen le quema la garganta al expresarlo fuera de su cuerpo.-Y entonces aquí nos-

El humano apunta su nariz.

-¿Hablas del polvo rojo?-

El gato sacude las orejas sorprendido por ese resultado en boca de uno que no estuvo aquí cuando todo sucedió.

-Theo , esa mierda es costosa ¿Y me dices que ese perro sabe cómo encontrarlo?- le sonríe animado.-Con eso ustedes no tendrían que esconderse.-

La mirada del gato tan negativo a dicho escenario no llega a ser ni en lo mínimo cercana a la satisfacción del doctor al encontrar un punto que le servía con el otro problema en el camino.  

-Ya no quiero que Dog se exponga a esas cosas.- sus ojos van a ese lugar oscuro.-Ya no quiero que nos usen.-

 

 

 

Dentro de todo el desastre de una cabeza revuelta por la pérdida de sangre y el sentido común que le empujará a evitar el fuego qué ahora atraviesa con un paso decidido. Todo es innecesario cuando la caída le empuja a perseguir a través de estas llamas el rastro del gatito qué cojea a cada paso y dos de sus patas se arrastran cada cuatro pasos.

Sus ojos suben y solo puede gritarle a aquella criatura azul en las esquinas de sus ojos. Real o no , solo puede ver esa figura y decidirse ignorarla para no ver más de esas ilusiones extrañas en el bastón de ese cuerpo sin cabeza que le sigue al ritmo de un tango.

Porque era horroroso ser perseguido por la visión del gran altar de Theodore a esa cosa. 

Todo en él era horrible.

Las voces se revuelven.

Su pasado y presente.

Daban vueltas en su visión cubierta por los colores en negativos de todo este dolor de cabeza tan fuerte.

Riéndose en su cara los científicos y asesinos de su pasado en coro con las lágrimas de su madre decepcionada por su camino fuera del hermoso escenario de Hollywood donde ella quería que él permaneciera como un muñeco de adorno en cualquier producción posible.

La risa del vagabundo empujándolo a seguir aunque ya solo sea un cadáver helado.

Donde ya no quede nada más que un destino roto lleno de la vergüenza del inicio y el final del todo.

-¿Podrías decir mi nombre ,Bobby?- le pide a ella con un temblor claro en su voz.

Bobby lo escucha.

-Eres DogDay.-

- Ese no.-

-Eres Hobart.-

-Tampoco.-

-Eres Hobie Black.- lleva una mano a su pecho.-Y yo soy Mary LeBlanc…aunque no se como se dice en realidad.- ríe nerviosa por sus memorias perdidas en el camino. 

El perro mueve la cabeza satisfecho.

-Tú nombre es bonito.- suspira procesando el presente para controlar el sueño debilitante.

Pueden escuchar las bocinas sonando con estática al estar destrozadas por las llamas.

El rastro de Theodore pasa por los pasillos de concreto , dejando de lado las manchas de sangre ahora consumida para dirigirse a aquella rara zona de computadores a donde sabe se quedó el cuerpo de Ryan. No lo puede negar , están manipulando a su gatito otra vez ara joder a otros .

-Cuando tengas tu propio … la cosa que te guste …te recomiendo las chicas, los hombres son demasiado complicados ,Bobby.- murmura pateando una zona en la pared qué reconoce como la entrada a las jaulas metálicas antes de ese lugar.

Bobby no tiene mucha experiencia pero su mayor “Casi pudimos ser un casi algo” que tuvo fue con Crafty , mostrándole qué las relaciones con chicas pueden ser , solo con esa superficial probada , muy pero muy destructivas para el alma. 

Ya rayando lo extraño al no entender nunca a donde estaban yendo realmente las dos.

-No puedo asegurarte que las chicas sean exactamente la paz prometida en el amor.- confiesa esperando hablar más de estas cosas con él después.-La verdad es que son muy confusas de entender.-

El perro decide no meterse en ese camino , algo le advierte de ser solo barro congelado y no un verdadero camino a algo bueno por el tono cansado de Mary.

Entran forzando las rocas y varillas de metal entre los dos.

Ya no hay enemigos ni víctimas qué procurar , solo ellos y estas asquerosas paredes por destruir.

Entran encontrando el lugar solitario y a todas las criaturas fuera.

Con un brazo guía a Bobby para que suba primero y desde arriba le extienda la mano para subir ahora que su brazo aún no estaba en condiciones para salir vivo de la situación.

Sinceramente , estaba demasiado cansada y enojada.

Las bocinas otra vez suenan correctamente aunque estén caídas..

Por un segundo puede sentir que este doctor no estaba tan tranquilo como se psponia que estuviera y le habla con un tono que era claramente el de alguien exasperado.

-Perro ,¿Acaso tienes un hogar para todos estos experimentos? ¿Has pensado en lo rápido que les encontrarán al salir de aquí al ser tantos?-

Bobby suspira aguantando esta frustración. Eran preguntas que también tenía pero no las haría al ver a Hobie tan preocupado por salir y no por el lugar a donde irían , tomándolo como una señal para asegurarse de que no iban a ningún lugar peligroso. 

Confiando en Hobart lo último que le quedaba de fuerzas.

-Ryan era importante para ti , ¿Verdad perro?- 

Los dos miran a la plataforma por ahora arriba.

El perro toca el botón esperando a que baje con los brazos cruzados. El hueso por fin estaba siendo aceptado por sus músculos y eso solo le ocasionan un gran dolor al unirse la carne con la superficie ahora por osa por el soplete y los relieves afilados de algunas zonas. 

Como es por dentro tuviera una red de espinas extendiéndose por su brazo 

 -El te ayudo con el envenenamiento qué le ocasionaron a la niña que casi muere , ¿No es así , Hobart?- señala directamente aquel caso.-La niña que casi se muere y tienes junto a ti gracias a Ryan. Gracias a mi.-

El perro entra a la plataforma con la osa. 

Bobby observa preocupada la mirada distante del perro. En parte su reciente descubrimiento le hace sentir aún más culpa después de la muerte de aquel humano.

-¿Qué te hace pensar que podrás cuidar de todos sin nosotros ayudándote?-

El perro baja los ojos al suelo.

-Necesitas esas flores , lo necesitas para protegerlos a todos.- lo apunta con un tono eco.-Lo necesitas porque en el fondo sabes que nada de lo que eres es realmente valioso , ¿Verdad perro estupido?-

-Hobie.- lo llama Bobby con el dolor presente en su garganta rasṕada por la dificultad para respirar.

El perro le hace una señal para que no hable con el doctor. No puede decirle que no desea que la voz de Bobby fuera robada por el prototipo de estar escuchando , así como no sabe cómo explicarle que no contaba con la forma de decirle que esto no era algo que pudiera herirlo mientras ella estuviera con él.

-Sin las flores solo son un montón de idiotas pero con ellas serán alguien. Tendrán algo de valor para protegerse de este mundo tan cruel al que quieres devolverlos , ¿A dónde los llevaras? ¿Ese hogar que inventaste tendrá las defensas y las paredes para evitar que los vean helicópteros o aviones? - lo interroga directamente.

La osa ya mueve el cuerpo incómoda por esas amenazas implícitas , por ser usada para dañarlo.

-¿Al menos sabes lo que es un dron? ¿Qué están haciendo allá afuera? Lo rápido que fabricaran la forma de encontrar a los estúpidos como tu.-

El perro ya no soporta más esa voz , su cabeza palpita por el dolor , la sed que comienza de golpe.

 -Ya cállate.-

Escucharlo es escucharse , es asqueroso.

-No habrá cueva o bosque , no hay refugio para ti ,Hobart. No habrá más que una carnicería a donde vayas.-

-Cállate de una maldita vez.-

-Porque lo que extrañaron todos no fue a ti sino a las flores , el ṕoder que les dabas y no tu. Nunca has sido tú a quién esperan ,Hobart.-

El perro deja la plataforma sin importarle dejar su pelo otra vez al golpearse en el borde superior.

El dolor llega al ser una parte muy sensible por culpa del disparo.

Lo hace detenerse y sujetar su cabeza ahora escurriendo la sangre espesa por la herida más profunda al costado.

Bobby lo sujeta por los hombros.

-Con negocio o no , te amo.- suspira abntzdo su espalda.-No me importaba nada de lo que perdimos qué no fueras tu. Todo tu.- lo aprieta en sus brazos.-Solo quería a mi hermano de vuelta , no lo escuches , no lo hagas.-

El perro toma su mejilla observando al suelo.

-Dejaste que todos te pisotearan , Bobby.- murmura frustrado.-Nadie te protegió , ni tu misma te protegiste.-

La osa niega esa aspereza en las palabras de Hobart.  

-Sobreviví y es suficiente para mi , solo eso es lo que necesito para ser feliz , hoy que regresaste ya tengo todo lo que necesito.- 

 El perro suspira liberándose de sus brazos.

-Vamos.- vuelve al camino.

La voz del doctor se ausenta nuevamente.

Los dos entran a esta sola metálica.

El humano al centro de la habitación voltea curioso ,reaccionando tarde a que tal vez debería estar asustado. Solo les observa acercarse a paso lento.

Reconoce al DogDay de su infancia por el recorte irregular en su sonrisa y no el perfecto borde en referencia a un cachorro de Border Collie del otro perro. Así como la misma Bobby qué lo sacó en su momento de esta fábrica , aun junta las garras al frente de su estómago y camina asustada aunque no lo estuviera

Resultando en ser la caminata de alguien que oculta un cuchillo entre sus puños , son sus garras-

Bobby lleva años caminando lista para apuñalar tráquea de ser atacada por el frente.

El perro va directamente a encontrarse con el gato sentado frente a esa caja que rodearon con lonas para mantener seguro el cuerpo dentro.

-Vámonos , solo tenemos una hora.- 

El gato levanta la cabeza y sus orejas se mueven.

-Él quiere que lo lleve abajo.- susurra la orden que recibió.Pero seguramente no es todo …no ser atodo lo que me pida.

-Él no le hará más daño a Pedro.- le responde firme.-Se acabaron sus oportunidades y es todo.-

El gato mueve su cabeza de lado a lado.

-No lo entiendes…tengo que llevarlo.- mira a la caja.-Pero… ya no quiero obedecer.-

-Vamonos Theodore.-

-Él …- sus garras suben por su torso hasta su boca.-No me hagas esto…-lamenta.-Ya no quiero seguir con esto , Hobie. Ya no quiero que me usen así.- busca su contacto recargando la cabeza en el costado del perro.

 

El humano al fondo hace una señal a la osa , ella le sigue curiosa y decidida a darles su espacio.

-Mira esto.- le muestra una caja.-No puedo abrirla , ¿Tú podrías?- 

La chica levanta las garras antes de enterrarla en la tapa, llevándo la caja completa por la plataforma.

 

El perro acaricia esa mandíbula tan suave.

-Ya sé lo que está pasando.- lleva las manos a esos ojos , atrayéndolo a su pecho de espaldas , baja hasta abrazarlo en esta posición ,lleva una palma a su pecho.

-Theodore , estarás bien. Sin importar cuanto duela o se repia aquello en tu mente , estarás bien.-

El gato busca sus ojos. Comprendiendo en este choque lo claro que es que Hobie ya sepa el contenido de la cinta.

-¿Porqué lo sabes? … no quiero que lo sepas.- su lamento baja .-No quiero que escuches eso.-

El perro siente como el gato se resiste e intenta huir de su toque.

-Lo sé , sé que no quieres que lo escuche pero así será , estaré contigo. Theodore , estaré contigo.-

-No quiero hacerte daño , ya no quiero lastimarte.-el gato ruega por la oportunidad de escapar.

Interrumpiendo su arrebato esa voz en las bocinas.

 

-¿Enserio vas a rebelarte?- 

El gato esconde el rostro en el cuerpo del perro.

-Después de todos a los que mataste , de todos a los que torturaste y los crímenes que cometiste ¿Vas a revelarte ahora , CatNap?-

El perro cubre los oídos del felino.

-Theodore…- inhala profundo.- a mi también me han hecho esta clase de cosas.-la vergüenza viene con el dolor por admitir esto en voz alta con alguien que se supone no debería mostrarle o mencionarle estas clase de molestias.-Me dijeron que no debo mostrarme débil con las personas que me importan … pero esto es necesario , quiero hablar contigo.-

Suspira buscando su esencia , su cercanía y calor. 

Lo puede sentir , cuanto a Hobie le avergüenza esta historia.

-No tienes que hacerlo , no cambiará nada.- lo convence odiando estar en esta posición. Odianbdo mucho el hacerlo repetir algo que lo hiriera por su propia debilidad.

El perro toma esta oportunidad como el puente a algo más seguro. Su decisión.

-Para mi cambiara todo.-

 

En las cámaras el doctor les observa con ese ojos vuelto carmín.

Estaban a tan solo unos pasos , solo unos cuantos pasos para traerlo.

Para regresarlo a él … y no lo hacen.

No importa cuánto tiempo pase , no logra conseguir este encuentro.

A través de los años y el tiempo , no hay nada para ellos.

El tiempo desperdiciado o el que le robaron , nada le queda y hoy ni siquiera un compinche con miserable resistencia mental le puede ser útil.

Nada es como él quiere. 

Nada va como él lo desea.

Solo puede observar todo desde las cámaras , solo puede ver a través del cristal y el frío.

No puede hacer nada , no puede alcanzarlo.

-No puedo verte.- lamenta oprimiendo el botón.-No puedo verte ni escucharte.-

Apaga la bocina para quedarse solo con sus pensamientos.

Porque ni hiriendo a estos mocosos puede ayudarse , no puede permitirse ser libre de este …dolor.

Solo el color de la nada y la batería por acabarse en esta máquina .

A su lado ese gato de colores espera alguna orden o señal.

-Vete y consigue un amigo que te cuide hasta que yo regrese.- ordena sin mirarlo.

El felino mueve la cabeza confundido antes de retroceder lentamente.

Vuelve a poner la cabeza en el hombro de la máquina. 

Quedándose con él.

 

 

 

 

 

 

 

La figura del gato y el perro está rota.

Solo ellos con el eco de un infierno reproduciéndose sobre sus cabezas.

solo el castigo a revelarse.

Ellos dos acompañados con este dolor.

Esperando a que CatNap pueda ponerse de pie aunque a cada segundo su sollozo es más profundo , atrapado en el abrazo del perro. Solamente pueden quedarse aquí , solamente pueden ser su propia compañía en esta pesadilla.

El perro escucha cada palabra y sonido con las orejas bajas , sufriendo junto al gato en su brazos.

No es testigo y aún lo vive en carne propia , este dolor repetitivo en ellos.

Aprieta en su mano la garra de CatNap para traerlo de vuelta.

Juntos en la oscuridad.

Solo ellos dos con sus propias desgracias diluyéndose en el carmín qué recorre las mejillas de Theodore.

-Cuando era niño …una mañana mi hermano trajo un cupcake de vainilla a casa para todos.- su voz es ahogada pero audible por la nula distancia entre ellos.-Cuando lo probé , era el sabor más empalagoso del mundo y la sensación de la vainilla artificial era tan fuerte que me hizo sentir náuseas , así que no lo comí y lo tire por la ventana conservando el papel.- esa memoria es estúpida.-Theodore , mi madre se durmió mientras yo jugaba en el balcón y mi hermano la encerró en el baño bajo llave.-

El gato pasa de su pesadilla a este cuento tan tenso , escuchando y sin riendo como el cuerpo de Hobie comienza a enfriarse. No se calienta , se enfría como si fuera un cadáver apunto de caer en el rigor.

-Él me llamó a la sala y cerró todas las ventanas con seguro para que no me fuera y llamó a sus amigos.- su recuerdo es claro.-Los invito con una gran sonrisa , una sonrisa que me hizo creer que eran también mis amigos , que eran buenos. Ya conocía a Pedro y pensé que podrían ser tan buenos como él , así que no sospeche ni cuando se sentaron en la sala a hablar.- suspira frustrado por su estupidez ese día.-Y le preguntaron a mi hermano si había comido o no. Yo dije que sí pero ellos sabían que no lo hice , porque estaba despierto.- aprieta al gato en sus brazos.-Ellos comenzaron a pelear y más de uno se enojo muy rápido …me miraban y decían que no les gustaba ,qué no les agradaba …-esta memoria es borrosa.-Y en un segundo ya estaban encima de mi hermano , lo tocaban …le hicieron muchas cosas en solo un momento y yo quería ayurdarlo pero no podía …- mueve la cabeza recordando la inutilidad de sus fuerzas en aquella pesadilla.-Theodore …Theodore…- esconde el rostro en la nuca del felino.-Theodore …yo no podía hacer nada , no podía moverlos …no podía , definitivamente no podía ayudarlo y cada vez que cierro los ojos veo todo , lo que pasaba y le dolía …y lo intentaba pero no podía …eran tan grandes y pesados , eran adultos …qué sabían que un niño no podría pelear y lo disfrutaban.-

El gato aún escucha su propia pesadilla pero la pierde por segundos , hundido en los recuerdos del perro. En la voz torturada de su perro tan asustado.

Avergonzado y destruido.

-Cuando al fin mi yo estúpido intento salir por ayuda en vez de pelear , ellos se acordaron de ese inútil…- inhala profundo para seguir.

Estos segundos hacen al gato temer a la historia.

-Theo…ellos me trajeron más cerca , tan cerca como para … ver.- aprieta este abrazo para salir de las memorias más fuertes.-Me hicieron ver y se reían , ellos seguían y seguían y seguían y se reían. Nos golpeaban , me hacían ver y me tocaban … me tocaron tanto que aun siento mucho asco , mucho asco por mi…por la vainilla a la que me hacen oler estos idiotas en la fábrica.- buscando el aroma del felino.-Todo habita en mi cabeza y lo veo , me veo y lo revivo.Como Bubba o como tú , lo siento. Lo siento tanto y lo odio , Theodore. Perdóname , perdóname por favor.-

-Tu no me hiciste daño-

-Tampoco evite que te lastimaran , no pude hacer nada por ti.- mira esos ojos de luna.-Siempre me esforcé pero me necesitabas más de lo que podrías decirme , más de lo que yo podía ver y te falle.- esta pesadilla al fondo continúa. Ahora con el gato mirando esos ojos brillantes.-Porque siempre vi por todos pero no por ti , porque creia que no me necesitabas.-

El gato lleva las garras a las orejas del perro en este abrazo , pueden verse.

Tan cerca y desesperados por estarlo aún más.

-Eso no fue tu culpa , ni eso ni lo mío ni lo que le pasara a nadie… eras un niño , no podías con eso aunque insistan y tú mismo lo creas así. No podíamos con todo , no solos.-

Hobie acaricia su pelaje al recorrerlo.

-No estás sucio ,Theodore.-acaricia su rostro en este abrazo.-Ni tu ni yo. Estamos bien…no, no porque no vayamos a quedar jodidos después de lo que nos hacen las personas que nos dañan sino porque no me han matado ni a ti. No me mataron , ni me quitaron la oportunidad de conocer a alguien tan precioso como tu mi niño, tuve la oportunidad de estar contigo hasta este día.- su voz se quiebra a medias.-Y si , a veces desearía tener a mi madre devuelta , a mis hermanos y mi hogar …pero si no estás ahí no lo vale , no lo valdrá.- busca su cuello con la boca.-Cuando pensé en ese mundo que mencionaste me vi con mi familia , con mis hermanos y contigo.- Me vi en una boda gay en una cervecería de Inglaterra.-

El gato suspira riendo por un segundo , perdido en esa visión tan retorcida de sus propias ilusiones.

-También vuelvo a ser como soy ahora , como te ves ahora y me reduzco a desear una lengua que pueda meter entre tus piernas o en tu boca para probarte.-

El gato le coloca una pata en la cabeza , atrayendo lo en un contacto suave onnsus narices.

-Lo estás torciendo.- farfulla buscando su contacto.-Lo conviertes en otra cosa.-

-Aunque me das miedo el amor en tu piel es tan necesario para mi como el mismo aire.- su confesión es sincera , suave.-Porque eres bueno para mí , eres Theodore y si tu quieres tenerme en tu vida , yo a ti también te tendré y no te dejaré ir.-

Esa tortura continua pero es un eco.

El sonido de la respiración de DogDay lo saca de este dolor.

-Lamento haberte hecho comer esos dulces.-

-No , en realidad me gusta cuando me das dulces y olvida muchas veces que no me gustaba cuando eras tú.- aspira suavemente su cuello.-Theodore , yo no hubiera pasado ese día …ni siquiera hubiera llegado a la Hora de la Alegría si hubiera estado aquí , así que no tengas miedo. No me habrías tenido que matar.-

-Entonces me hubieras dejado tan pronto , por esa venganza.-

-Si , lo siento mucho pero no tendrás tu enemy to lovers.-

El gato sacude las orejas.

-Entonces si espiabas mis libros.-

El perro que acaba de delatarse persiste en su descaro.

-Si , eran aburridos.- suspira.-Nadie cogia.-

-Era un cuento para niños , idiota.- el gato ríe ahora percibiendo ese ruido de fondo como un zumbido sin poder sobre su corazón. Riendo al imaginar a ese mocoso raro metido bajo su cama para leer los libros que robaba de las habitaciones de las niñeras.  

-¿Bromeas? Se le notaba a garfio qué eso no era odio.-

-Eso es peor , Hobie , Garfio era un adulto y Peter era un niño.-

-Pero que rápido supiste que hablaba de Peter.- ríe abrazándolo.-Gatito mañoso.-

Theodore no puede contener la risa en su pecho al ser destapado su delirio.

-Hobie , eso no es enemy to lovers.-

 

Estas heridas están ahí , no desaparecen. Nada las borraría nunca de sus cuerpos y mentes.

Solo pueden seguir adelante , dejarlas atrás para estar juntos , para ser el apoyo del otro.

 

Sus manos la melodía y sus voces la guía del baile en la oscuridad.

Dejando el suelo para seguir el camino al exterior de esta sala de máquinas.

El perro voltea observando ese robot metálico y la caja que deberán dejar atras.

Ta lvez Ryan tampoco creía en eso , en no compartir el dolor , pero se vio atrapado por esa idea solitaria , donde nunca podría compartir su dolor con la persona que llegará a amar.

Puede que esta cercanía con Theodore fuera otro regalo , una más después de ser quien lo sacara de la tumba bajo tierra.

aunque el nunca sabrá porque Ryan decidió arriesgarse con él , lo agradece y mucho.

Quizás este sea otro misterio que no entenderá hasta ser un adulto de verdad.

 

-Gracias.- completa su despedida con más calma que la primera vez.

Los dos dejan el lugar saltando por la rendija de la plataforma.

 

Al bajar está Bobby y el humano en espera.

Por ahora el perro no indaga en la razón para que salieran , solo sigue adelante sin mencionar nada sobre la cinta .

Sabiendo que en este espacio las bocinas no funcionan , se permiten caminar al grupo más avanzado en silencio.

En el túnel ahora suben el ritmo para alcanzar al grupo.

La inquietud en el felino continúa y le hace ir más lento de paso en paso. Permitiendo que el perro le toque entre estas pausas para seguir juntos.

El grupo ya había avanzado aún tramo y lo comprueban al estar sola esta estación.

El perro busca algún mensaje en el camino.

-Aquí hay algo.-

Los tres miran al humano apuntar un dibujo con el arma.

La historia en estos es clara. 

La figura de Doey y Boxy avanzando con los trenes en sus manos. Esto confirma que no hubo problemas al abandonar esta estación , pueden seguirlos.

Siguen adelante.

La cinta termina.

 

 

 

 

 

 

-Creo que ya está bien.- el humano levanta del suelo con un aspecto descansado.-Espero que no nos hayan dejado.-

El monstruo azul viene después.

-Mhm…- suspira mirando al techo.-Jajaja…- cubre su cabeza con las manos después de fingir pobremente esa risa.

El humano vuelve a su lado , juntando sus labios con el azul.

-Vamonos.-

-¿No teníamos que hacer algo?- pregunta el azul medio ido todavía.

Henry piensa antes de llegar al resultado que deberían estar buscando.

-Las flores…- aprieta los labios frustrado por esa tarea que se suponía debían completar por el resto. 

 Huggy lleva las manos a su cabeza.

-Me convertí en un desobligado.-

 

 

 

 

 

El grupo es visible conforme se acercan a este.

Algunos juguetes les notan y saludan con sus patitas.

-¡Tenemos flores!- anuncia Bobby con una bolsa en las garras.

El cuervo viene al encuentro del grupo con el ánimo devuelto.

 Hay cuatro sobres en sus manos y uno es puesto en su poder sin amenaza o advertencia.

-Cuando lo recuperemos , deberás darle esto directo al cerebro o boca.- le advierte el perro. 

Poe corre junto a su grupo.

Las chicas revisan este sobre con un sentimiento altivo.

Claramente felices.

El perro mira a Bobby.

-¿Dónde estaban?-

-En la caja grande. También había dinero pero me pareció inútil así que lo deje.-

-Gracias Bobby.- dice sin aliento. El perro levanta las orejas al escuchar esa parte de dinero desechado en su posición.

No puede enojarse , solo perder.

Atrás el humano abre su chaqueta mostrando los fajos acumulados como periódico un vagabundo. Sonriendo con una ceja arriba.

Theodore no ve como eso tendría utilidad siendo que estarían ocultos como ratas en algún lugar bajo tierra.

Dog solo puede reírse , tomando el costado del gato para ir por el carro donde escondieron a las dos sonrientes. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y comentar.

Chapter 126

Notes:

Me ausente mucho tiempo por aquí. Lo siento or la espera.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1997

 

La casa de un desconocido no es tu hogar hasta ser este tu familiar.

La razón para dar estas pautas en tu seguridad y la de otros es una gran certeza de todo lo que será bueno o malo. Sangre y cicatrices , todo en un solo escenario depresivo para el ser humano.

Para el cuerpo que no se mueve.

Para los que esperan algún movimiento pero la figura de blanco ni siquiera parece tener alguna intención de moverse.

-Debe ser …esa cosa.- señala Hoppy a sus heridas y como parece Crafty está demasiado herida.

El pero le escucha y va por una cuchilla a su bolsa ahora mucho más ligera que nunca.

Del fondo entre todos los metales logra sacar un arma blanca de largo filo. Vuelve para cortar estos excesos de carne pieza por pieza.

El cuerpo del prototipo pareció absorber incluso las fibras musculares en Crafty para su propio cuerpo.

Es difícil. Pensaron que CraftyCorn podría absorber las fibras del prototipo al despertar pero ahora la situación cambia.

Los cortes son secos , ni una gota de sangre escapa aunque los cortara cerca de la piel de Crafty.

Las flores no funcionan. No está sirviendo el maldito polvo rojo.

-¿Por qué no nos movemos todavía?- pregunta Bubba acercándose a esa zona y aún así se mantiene a distancia al ver a Theodore en este espacio.

El gato le da una mirada y vuelve a observar a la chica osa en ese carrito Barry.

Eran más pequeñas que DogDay , solo habrá qué ajustarlas para que estas bases les fueran un espacio de descanso a diferencia de DogDay a quién tuvieron que hacer pedazos para que se acomodaran l menos algunos pedazos en este cajón.

Ahora les observa a Picky , deseando que esto termine de una vez por todas.

Que les permitieran sobrevivir así sea odiandolo pero no , solo les ve ahí.

-Debe ser el tiempo.- opina Bobby con el corazón en un puño.

-También podría ser que no estén bien las flores.-

-La droga está bien , algo ocurre con ellas.- les interrumpo el perro sujetando sus mejillas para averiguar cuál era el problema. 

Ojalá estuviera aquí Ryan o Angela para contestar sus dudas , él porque era diferente la situación de las dos y como podía darle la vuelta a todo este destreza para encontrar su camino.

-DogDay , creo que llevan demasiado tiempo muertas.-  

El perro gira la cabeza directamente a ese cuervo.

-Pasé cinco años en pedazos , no hay tiempo límite.- mira a la chica de blanco.-Solo la descomposición es el medio para acabarnos.- resiste esta amargura para sujetarse mandíbula buscando pistas en su recuerdos revueltos para encontrar la razón de este retraso.-Debo hacer esto.- voltea el cuchillo con el filo hacia sí.

Bobby gritó al verle abrir el torso de Crafty con un solo corte

Después de años aun salen hojas de dibujos cuando la revisan. 

Entre estos hay muchas imágenes del mismo perro y el gato , las ignora para revisar su interior.

No sabe demasiado de biología. Veía doce órganos y los intestinos. Todos heridos,

Suspira al no encontrar algún objeto dentro o marcos de colores que mostrarán envenenamiento..

-¿No debería encargarse de esto ,Bubba?-

El elefante escucha qué es mencionado pero no la razón.

El perro siente una duda venenosa dentro de su corazón pero no sabia si seria justo compartirla con Bobby ante el riesgo de ser un caso aislado de parte de Bubba contra Theodore ni podía prever si era algo más peligroso. 

Se supone que debería ser un buen líder y abstenerse de excluir a un miembro del grupo solo por verse superado por la situación. Pedro siempre le dijo que era lo peor que podía hacer.

-Bubba no está en condiciones de ayudar , él debe quedarse en el frente.- apunta al elefante qué puede oler acercándose.-Lárgate , ahora mismo.- le advierte antes de que este cerrará la distancia con él.

El elefante retrocede lentamente al ser ordenada su distancia.

El perro regresa a la situación.

 

Aquel nuevo humano mira a esta dirección donde es de todo menos bienvenido. Va directamente con el otro humano en la avanzada.

-¿Tú sabes lo que están haciendo?-

-No.- suspira este con una mano en su pierna.-Cabrón , me disparaste.- recuerda en voz alta.

El humano baja las cejas y apunta a su pecho.

-¿Yo?- pregunta fuera de todo sentido.- ¿Cómo podría yo disparar si estaba en la zona del campamento? ¿Estás loco?- ,miente y además es retador su mentira.

-Eras el único con un maldito rifle de largo alcance.- le responde golpeando el pecho de este joven con su puño.-Te vi , eres un idiota pero no tanto como aparentas.-

Carl levanta una ceja ante el golpe.

-¿Pudiste abrir la línea de comunicación?-

-Talvez.- responde al descubrir que este idiota estaba en este papel de abstenerse de escucharlo realmente.-Ya veremos qué quiere hacer Hobart con esto.-

-¿Quién es Hobart? ¿Hay otro anciano en las filas?- mira alrededor buscando al maestro de preparatoria al que le suena ese nombre.

Niko sonríe ahorrándose el comentario. 

 

-Le debe faltar sangre.-

La cabeza del perro se voltea al escuchar esa voz desconocida.

Es un juguete que hasta ahora se mantuvo en silencio aunque esté presente en muchas formas dentro de las mentes de cada uno.

PJ , uno pequeño de siete metros y no de 18 como el mayor que murió a manos de Mommy.

-Deberían hacerle una transfusión alguno de ustedes.- retrocede retirándose a explicar este escenario a Doey.

El perro no es lento en buscar entre su equipo una manguera y agujas para este movimiento.

-No tenemos suficiente sangre.- le advierte Hoppy mirando ese equipo casi cavernícola.

El perro no se detiene solo por esta negativa. Sigue adelante con una certeza dolorosa.

-No tienes suficiente sangre ni para ti.- 

Una vez más es Theodore quien le detiene de exigirse más de lo que apenas tiene para ofrecer en su estado.

Hobart empieza con una gran carga en su pecho.

-Crafty es A…- suspira recordando su tipo de sangre.- Ella necesita el mismo negativo y …nadie es compatible con ella , no entre los gigantes.-

-El compuesto del prototipo debería ayudarle.-

-Solo si ese fuera el resultado buscado pero no es así , Crafty recibió sangre incompatible por meses y esos meses fue usada por el prototipo como una pieza más de su cuerpo. Ni siquiera se …- suspira dispuesto a conectarse la manguera a las venas.-No se si sea posible con ellas.-

Theodore mira a Crafty y al perro.

-Intentemos con Picky , y deja que pase el tiempo para Crafty.- opina tratando de mantenerse al margen.

DogDay vuelve a mirarlas.

-Está bien.- acepta la posibilidad estirándose para alcanzar este resultado positivo que deseaba.

Hoppy siente en muchas formas que esta idea por parte de CatNap estaba cargado por el desagrado qué el gato y el unicornio se tenían desde hace demasiado tiempo. No dice nada. ,manteniendo esta opinión en silencio y observa cómo se desenvuelven las cosas ahora.

Picky es sacada del carrito Barry y acostada en el suelo junto a Crafty.

Cortan esos restos de carne extra la para liberar sus extremidades. 

Terminando por abrir su torso para deshacerse de aquello que pudiera estar creciendo dentro.

La reacción de cada uno es grande al ver sangre correr desde el interior , pareciendo un desastre a comparación de Crafty.

El crecimiento de una carne pálida y grasosa les hace actuar lento. No sabiendo lo que hacían , lo cortan y liberan los órganos hasta verlo parecido al cuerpo de Crafty.

-Espero que no dañaremos su hígado.-

-Ya es mucho que supiéramos cómo se ven los pulmones.- 

La cierran con aguja e hilo , mirándola detenidamente antes de servir el polvo directamente a sus heridas y boca.

Esperan y vuelven a revisar a Crafty.

-Puedo darle sangre yo.- les avisa CatNap al verla aún quieta.

El perro le observa por unos segundos muy tensos.

-Esta bien , si estas seguro de hacerlo.-

-Si , estoy seguro.- asiente y mueve la cabeza preparado para ello.

-Casi nunca tuvimos que hacer esto antes.-

-Porque lo resistimos sin necesidad de la transfusión.-

El gato cierra los ojos esperando la aguja entrando por su piel. 

El resultado es saltar casi dos metros por el grito de Hoppy y no porque lo atravesar una aguja qué ahora cae al suelo.

No es menos que lógico el grito de la coneja.

La chica rosa muerde su pierna , muerde y arranca un pedazo del músculo qué no llevaba el metal. Causando un dolor extremo y su caída.

El perro atrapa a la rosa qué se disponía a arrancar otro pedazo de la caída coneja.

-¡Picky! ¡¡Detente ahora , debes detenerte!!- gritó sujetando su cabeza para hacerle mirar al suelo.

La chica comienza a rugir. Mezclados sus gritos entre los rugidos , llena de tanta rabia como rencor.

 

El dolor.

El dolor.

Es mucho dolor.

Es la locura dentro de la carne 

La sed de las venas y el hambre.

La soledad en sus brazos vacíos.

-¡¡Ayuda!!- llora tratando de conseguir otro mordisco. Saciar el hambre que le destroza el estómago.

Intenta alcanzar la carne que corre pero es sujetada.

Hoppy retrocede al ver a Picky tan fuera de sí , tratando de comer , queriendo comerla viva.

A ella y a los otros sobrevivientes que antes observaban curiosos.

Su pierna herida y su sangre la llevan a otro lado de la avanzada , atando con un cable su pierna sin dejar de escuchar esos gritos y peleas violentas.

 

El elefante observa ese lugar.

Puede verlos pelear con alguien. Acercándose al escuchar el nombre mencionado entre estos gritos de rabia que ya han hecho a otros sobrevivientes retroceder aterrados. 

Avanza con la cabeza llena de estática. Gritando desde adentro sus memorias vivas a estallar por las alegrías atrapadas dentro de las pesadillas qué vivió hasta este punto , llorando más allá de su poder solo para alcanzarla , alcanzar esa voz rota entre la gran furia , el hambre y el miedo.

-¡¡Picky!!- grita al reconocer esa rabia y su fuerza entre los berreos de una hambriento criatura herida.

El gato le observa y él no podría estar menos interesado por ese felino.

Acercándose para llegar a ella , tan solo para alcanzar a Picky.

-¡Suéltala ahora!- ordena al perro tan desesperado por encontrarla como para olvidarse de contenerse.

-Es peligroso.- interviene el gato al verlo dispuesto a usar sus patas delanteras para aplastar al perro que la sujeta.

-¡¡No importa si lo es!! ¡Quiero a Picky de vuelta , quítense los dos! ¡Picky!-

No hay muchos pensamientos ,solo la urgencia de verla de nuevo después de pensar que tendría que irse sin ella. Que estaba muerta a manos de algún experimento qué no anunció su cosecha , que se llevaron su cuerpo y no podría despedirla.

Aquí está.

Está viva y enojada , es ella nuevamente.

-¡DogDay , Suéltala! ¡Suéltala ahora! ¡¡Ahora!!- empuja al gato usando un carrito con algunos juguetes que gritan al ser levantados.

CatNap se ve obligado a retroceder y atraparlo para mantenerlos a salvo.

El perro claro que nota a Bubba , gira colocando a Picky de espaldas a su pecho para sujetar su cabeza y torso en un abrazo difícil por las heridas anteriores.

Picky ruge y patalea , gruñe y los mira fuera de sí en la oscuridad de sus ojos apagados.

-Picky ¡Picky!- sigue adelante para tocarla.

El perro lo patea tan fuerte que logra tirarlo. 

No es que se recuperara , es algo que le duele. Mucho es el dolor que le recorre al tener que hacer esto con Bubba. 

 -No te acerques.- advierte el perro sin soltarla.-¡¡¡No confío en ti , no se si la lastimaras!!!- le advierte sin soltarla.-¡¡No dejaré que la toques!! ¡Ahora no!- 

Bubba en el suelo escucha. Lo sabe.

Sabe que su confesión dañó irreversiblemente la imagen que DogDay armó sobre él , sobre Bubba y Christian. Todos estos años han sido heridos.

Estaba decepcionado , no lo había dicho durante todo este avance pero es obvio.

Para Hobie no hay excepciones. No hay peligros que no sean riesgosos para todos , confesar lo que pensó durante mucho tiempo le expone. Muestra aló de sí que debió estar controlado en el silencio.

Esas amenazas dentro de su cabeza y el delirio de hacer pedazos a CatNap de formas perversas , todo es un riesgo que Hobie no ve solo para el gato sino para todos.

Entre verlo como un enemigo o un peligro , decide mantenerlo apartado hasta comprobar que no sea peligroso para los que no puedan protegerse de él.

Bubba sacó algo malo de sí y ahora debía aceptar que se equivocó. Que esos pensamientos no debían salir , que año todo lo que construyó con Hobart y Hoppy.

Con todos.

Él ahora es un peligro más en esta oscuridad. 

-No le haré daño.- lo promete mirando a Picky enloquecer en el hambre que la ahoga , en la adrenalina del despertar.-No a ella , Hobie.-

El perro lo duda. Es claro que lo duda y no confía en él , ya no.

Debe mirar a la chica y esforzarse por no golpear su cabeza para calmarla.

-Trae la bolsa , debe haber algo para calmarla.- busca el apoyo de quien estuviera cerca.

-Ella necesita carne.- le advierte el elefante.-Y ya no tienes suficiente comida.-

DogDay supira. 

El peso y la lucha de Picky no van a aminorar sin ser saciados o descartados.

La respuesta es clara. Es obvio.

Es tan obvio que duele. Después de sólo querer darles descanso , debía hacerles esto a todos. 

-Picky …- exhala este nombre como una condena.-Tendrás que ayudarnos.- la levanta en brazos igual que un médico al paciente psiquiátrico la lleva bien agarrada por las muñecas y la cabeza para que no muerda a su paso.-Si Crafty despierta , te encargas.- le pide a Hoppy de paso.

El elefante les sigue junto al gato más preocupado que antes. No tenía idea de si Bubba no atacaria a DogDay justo ahora.

A cada paso de regreso es posible perderse en la oscuridad , solo pueden seguir el ruido de Picky y esos ojos brillantes que parecen perdidos a comparación del antes.. 

Pisando el barro y las piedras , la fuerte peste del óxido.

El perro lleva a la chica a un muro. Piensa sin soltarla. 

Si esto era justo.

-Mueres y eres comido , eres parte del otro y vives dentro de su alma , vives en su carne y el será comido , vives eternamente de boca en boca …un ida será tu boca quien te coma y el ciclo continuará.- murmura esa idea devuelta qué pensó en el interior de las bolsas de basura.

Solo podía pensar.

Pensar y nada más.

Entre gusanos y más insectos. Descomponiéndose en vida. Ahora se mueve , y puede decidir hacer algo como esto. 

-Come.- le señala liberándola.

Todo está mal-

Se suponía que respetaría a estos cuerpos pero no es posible.

No ahora.

Picky necesita comer y ya no hay mucho en la bolsa que ya se extendió hasta lo imposible para suministrar algo de vida a cada sobreviviente. 

La escucha comer , morder y tragar los restos de los niños de los laboratorios.

En la oscuridad le acompañan. Estando ahí desde el inicio o hasta volverse esos gruñidos suaves sollozos.

El asco es perceptible.

El odio.

El desprecio en lágrimas y llanto atrapado en las sombras donde su monstruosidad no es invisible para ella misma.

Despertando aquella chica de nuevo rodeada de restos , retorcidos pedazos de carne y extremidades deformes qué devoró en su inconsciencia. 

Reconociéndolos solo por el doloroso reflejo de sí misma en ojos muertos.

Su boca llena de carne y agonía secuestrada por manos humanos , hasta volverse monstruosidad es en boca de otra criatura aún más repulsiva.

En ella.

En Angela , la malvada. La enferma.

Quisiera vomitar. Limpiar estos errores como lo haría un animal enfermo.

Más queda en silencio , quieta para llorar. Limpiando su boca con los antebrazos.

-Picky.-

Sus orejas se sacude sorprendida.

Sigue esa voz.

Viendo esa figura ancha y desgarbada. Una espalda muy ancha y un torso delgado , unido a unas piernas cortas y brazos extendidos qué caen a los lados de este cuerpo comprimido a comparación del otro.

-Hobart.- murmura sujetando su propia sonrisa.-¿Al fin me morí?- pregunta buscando su cuerpo humano.

La condena de verse aún en este físico le es indiferente , solo busca las respuestas en el rostro de Hobart. 

Estaba muerta. Lo entiende.

No puede moverse , sus extremidades no responden y ella misma se ha agotado.

DogDay extiende las manos hacia ella.

Picky observa este gesto, temblando al procesarlo como una ayuda. 

-Hobart…- murmura aún en el suelo.-No quiero seguir.- se niega a levantarse , dispuesta a recostarse en lo que parece el pasaje al valle de la muerte.

El perro dobla las rodillas para tomar le las mejillas.

Y la carga sobre la espalda como un saco. 

Gira con el pulgar arriba a cada uno.

La cola de CatNap delata su alegría al estremecerse contento de ver devuelta a Picky.

Bubba responde con un movimiento de la trompa y los brazos cerrados en jarra para no mirarlos.

La chica atrapada en lo alto grita aturdida.

-¡¡¿Qué está pasando?!!- chilla pérdida.-¿CatNap?- exclama al verlo a un lado.

El perro comienza a explicar. 

-Picky , no estás muerta. No vas a estarlo más. Y perdón si no soy delicado pero los humanos vienen y van a atraparnos si no nos movemos.- ahora el ánimo renovado le hace moverse rápido hacia la luz de la avanzada de los juguetes.

-¿Cuáles humanos? ¿Qué humanos?- trata de entender pero las ruedas en su cabeza van muy lento.-¿Qué está pasando?-

-Hobie trajo humanos y detrás vienen más humanos de la compañía.- le explica CatNap.

Ella pone las patas en la espada de DogDay para enderezar lo posible la espalda ahora que está atrapada en su hombro.

-¿Y tú qué haces aquí? ¿No deberías estar con el prototipo? ¿Está muerto?- 

 CatNap niega moviendo la cabeza.

-Él está abajo , para matarnos y vamos hacia él para encontrar la salida.-

-¿Qué? ¿Salida?-

La chica tan perdida apnesa formula toda esa información.

El perro la deja en un cajón de Barry y a Crafty en otro.

-Lo siento , necesitaré estos dos.- les avisa a los juguetes que habían bajado para ordenar.

Estos lamentan en voz baja.

El perro los levanta para subirlos a otro con desconocidos.

Picky en el carrito encoge las piernas y cubre sus ojos con las pezuñas.

 Bobby viene a verle , tomando sus mejillas para descubrirle el rostro.

Picky le mira pérdida , volviendo el brillo de sus ojos al reconocerla.

-Mi hermano regresó , Angie.- la abraza feliz de tenerla devuelta.

La chica rosa aún está demasiado perdida.

Sus ojos van a unos metros. Viendo al elefante ahí de pie con un rostro temeroso.

Picky no lo busca , solo cierra los ojos en el abrazo de Bobby. 

 

-Crafty no despertó.- suspira Hobart tomando sus extremidades para volverla un ovillo , cubre su cuerpo y la aparta de las orillas de metal con tela que encontró en el camino.

-Talvez debamos hacer esa transfusión.- 

El perro lo desea. Drenar su sangre o la de cualquiera para tenerla de vuelta pero no hay tiempo.

Algo le grita que deben moverse a pesar de aún no regresar Huggy con Henry.

Ya ni recordaba a que se fueron esos dos.

La señal llega. Deben avanzar.

El carrito es empujado por el perro , tirando de la cadena que une a los otros al avanzar juntos con este tren fabricado sobre la marcha.

CatNap mira al camino y al perro. Añade su propia fuerza a estas cadenas para seguir adelante.

 

Justo al frente de todo , junto a Doey qué usa su cuerpo para impulsar la maquinaria completa , aquel caballo de troya brilla con los cartuchos visibles por delante , nadie les disparara mientras usen esto como escudo.

Doey lo esperaba , de otra manera volarian en pedacitos muy finos.

Niko , ahora obligado a subir a la conexión de dos carros al estar herido , observa la oscuridad con un barra de paleta fluorescente. Lo único que tenía y sólo iluminaba el suelo más cercano a las vías. 

Las cucarachas siguen bajando , no se desvían ni ellas ni las ratas.

Están yendo al camino correcto.

-¿Es cierto que la tecnología avanzó y ahora los vhs no son lo normal?-

La pregunta le viene de maravilla al tipo que no ha comprado nada nuevo en años.

-Escuche que están planeando volver todo un disco.-

-¿Cual es la diferencia entre un disco y un vhs?- pregunta una voz curiosa en Doey.

-Él vhs graba en una tira qué debes rebobinar y ocupa espacio físico.- abre la mano apuntando las marcas ens sus palmas.-Los discos son como los gramófonos y no necesita cinta ni rebobinar como los VHS , solo reinicia la lectura.-

-Suena a que se puede dañar.-

-Si , pero también es bueno para la piratería.- sonríe.-Talvez podamos vender películas piratas.-

-Criminal.- acusa Doey con un tono divertido.-O un negocio interesante.- declara más serio.

 

 

 

 

La oscuridad es el aliado del asesino.

Del monstruo en los muros y los enamorados bajo las grietas de un mundo roto.

Las botas de un trabajador son parte del escenario al enterrarse dentro un hueco entre los escombros.

Saca el pie apuntando a este agujero.

Con el rifle levanta piezas dispersas de concreto.

Su percepción de este lugar monstruoso y sucio es revuelto por lo que ve.

Uno de esos peluches morados aferrado en muerte a este juguete de perro clavado de lado por una varilla de metal. 

Mira esta escena con una mórbida curiosidad. 

Tomando la cabeza del gato tan pesado, como todos los extraños juguetes que han encontrado llenos de carne , para levantarlo.

-Vaya.- gruñe al tener que poner más de su fuerza para separar estas cosas muertas.

Al lograrlo ve un brazo dejado atrás aún aferrado al perro de peluche. Sumado a la caída del perro y su partido se ve separado.

-Este lugar es muy raro.- declara y muestra su colecta en manos a un compañero que viene acercándose.

Este observa al peluche y como es sujetado. Como un pez muerto por su compañero

-Ya vi demasiados de esto colgados y no son lo que buscan , deja ese donde estaba.- le advierte sin bajar el rifle de su hombro.

El trabajador bufa al ser rechazado su intento de prueba biológica , dejando caer al peluche de nuevo en ese agujeto con el perro clavado en el piso.

Con el pie les devuelve las piedras qué los cubrían.

-Si esto no es ¿Que carajos es una prueba según esos tipos?- 

-Han dicho que lo sabremos cuando lo veamos.- responde siguiendo el camino a esa zona de hierro.

A varios metros hay más trabajadores en esta misma búsqueda. Adentrándose en la oscuridad

Llegando los dos a las puertas de hierro

Caminando pasando por encima de cueros y restos de otros juguetes.

A su paso el lugar se ve cada vez más destruido.

-Oh.- abren los ojos frente a una sala de metal.-Aquí algo explotó.-

-Mira esto.-

Los dos van al objeto de su curiosidad. Una máquina conectada a mangueras de distinto diámetros y grosores. Pareciendo las piezas de un cohete inyector por los resortes dentro de algunas piezas que aún presumen de restos biológicos calcinados.

Mucha carne quemada , calcinada con la sangre que hirvió dentro.

-¿Esta cosa qué es?- pregunta picando una manguera.

De inmediato una parte en otra esquina deja caer un líquido rojo más espeso que la sangre misma.

Retroceden al verlo evaporarse al contacto con el suelo.

-Recolecta eso.- le ordena 

-Si , definitivamente , esto es algo que llevar afuera. 

Busca alrededor la figura de otros trabajadores pero solo ven las paredes cubiertas de metal.

-Cada segundo , doy por hecho que no debí aceptar este trabajo.

-¿Los restos humanos ? ¿O los peluches con sangre dentro? ¿Qué te lo dice?-

-Las órdenes.- responde frío.-La órdenes son amables. Solo nos quieren devuelta y no hay un límite . Eso significa que es suficiente con que regresemos con algo que sirva.-

-Significa que no nos esperan realmente.- 

El pie del más activo intenta patear este montículo de mangueras para verlo.

-Mierda.- gira con el pie adolorido por la gran resistencia de la máquina de titanio unido a las mangueras cuya funcionalidad no comprenden.

O al menos el tipo que ahora salta en un pie ante el dolor no lo comprende.

El segundo sigue un patrón en las mangueras.

Las mueve con una varilla de hierro, estirando cada una de las mangueras por el suelo y no en un solo revoltijo.

Su sorpresa va creciendo conforme ve esta cosa. Toma distancia y le observa sorprendido.

-Esto es lo que quieren.- avisa buscando una cámara.

Frente a ellos esa máquina es visible en su perfecto diseño.

Desde los restos calcinados a la parte más completa en el centro.

Es visible una imitación exacta de un par de sacos bronquiales.

-Son órganos inorgánicos.- 

Herido por su descuido o no , el segundo vuelve a mirar cada detalle de esta máquina.

-¿Para un gigante?- 

 

 

El eco de una pieza de metal desprendida desde el techo les hace mirar las paredes.

Las huellas de garras alrededor de ellos.

Sumándose la ropa de niños encontrada entre los restos de las ruinas de este domo extraño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sombras son reemplazadas por intermitentes antiguas a su paso.

Las vías del tren llegaron a una zona abierta.

Una sección de roca ampliamente cargada por la sensación de la pesada ingravidez de la presión sanguínea creciendo dentro de sus cabezas.

-Estamos más profundo que nunca antes.- murmura Doey cubriendo sus oídos aturdidos al estallar.

Los de tímpanos más sensibles no tardan en doblarse con esta opresión cubriendo la mayoría de sus capacidades auditivas con lo que parece burbujas de líquido o en los deshidratados , un dolor fuerte.

El equilibrio de los más grandes , como CatNap , se va de vacaciones al perderse muy de golpe la capacidad de su corazón para bombear el oxígeno necesario para su gran tamaño.

Los siguientes son Bubba y Boxy qué nunca habían viajado más allá de la superficie y la guardería.

-Esto no es algo que esperara.- dicen más de un gigante.

-Nisiquiera…- Hoppy cae de lado en un muro.

Kickin se revisa encontrándose bien , a excepción del embotamiento auditivo , no encontraba razones para que ellos estuvieran así de mal.

-Él aire no tiene suficiente oxígeno para nosotros , no lo hay.- avisa Bubba después de pesar.-Debemos abrir la compuerta y pasar al siguiente nivel.-

Niko escucha esta advertencia y mira esas puertas de hierro.

Baja de los cajones con los brazos extendidos.

-Esto nos afectará lentamente , a todos.- revisa el instructivo en la pared.-¡Me cago en tus muertos! ¡¡¿Quién mierda diseñó este puzle?!!-

La cerradura contiene nueve seguros intercambiables y cada uno se desbloquea con el código 

El sonido de algo pesado cayendo les hace mirar atrás. 

DogDay , en su pérdida de sangre y peleas anteriores,había perdido gran parte de su resistencia. Cayendo ahora mismo al suelo sin parecer capaz de moverse o siquiera despierto.

CatNap lo sujeta por una pierna y lo lleva más arriba para recuperar algo de aire.

Al menos ya recordaba a qué habían ido Huggy y Henry.

Necesitan los códigos de las “Eminencias” qué utilizarán esta puerta en casos de emergencia.

Poppy corre para ver cada opción.

-Puedo recordar el de Ludwig , debería ser suficiente. Para una pieza.-

Niko la escucha denunciar de memoria , con las dos manos sobre su cabeza, esos números y letras.

Es correcto perro solo para una de las nueve piezas.

-Henry debería regresar de una vez con la maldita información.- 

-Puedo ir a buscarlo.- ofrece Doey.-Podrían estar perdidos o atrapados en algún lugar en los laboratorios.-

-Si te vas , quedaremos descubiertos.- le recuerda Niko apuntando al grupo.-Los grandes están en una mala situación y si no es el prototipo , serán humanos. Necesitamos que estés aquí y a salvo.-

Entre los tres habitantes del cuerpo de Doey , se comienza una discusión.

Cosa que le deja con una sonrisa con el perjudicado Niko muy contrariado por este sorpresivo cambio de humor.

-Intentaremos averiguar lo que podamos con lo que hay al alcance.- apunta la estación a unos metros.-Vayamos tú y yo.-

-Podríamos pero ... .- sus ojos se desvían a su mejilla y a la mano humana tan cerca de su boca.

-La muñeca habla.- Poppy voltea a ver al humano joven que de pronto le picó la mejilla.-Pero que guapa , ¿Has pensado en usar un vestido gris? Ahora mismo pareces la fotografía de la abuela muerta de alguien.-

Poppy le sostiene el dedo y lo desvía sin ponerle atención. 

-Debemos pensar bien esto. El prototipo estará en esta zona y no dudará en mantenernos encerrados si así se evita la pelea ahora que está débil ¡Ya deja de picarme!- le reclama a Carl después de ser picada por quinta vez su mejilla.

-Jejeje…- ríe sonriendo como un zorro al verla enojada.

-Déjala en paz.- le advierte Niko mirando a Kissy molesta.

-Creo que Kissy no se encuentra bien así que deberíamos ir tú y yo pero ¡Te lo advertí!- muerde.

El grito del humano al ser mordido por los dientitos de la muñeca llegan a la parte más apartada de la avanzada de supervivientes.

-Hobie.- el gato acaricia su cabeza muy preocupado por el silencio del perro.

Estaba meramente desmayado.

Algo que le preocupaba demasiado , no sabía ni entendía cuales podrían ser los riesgos de subir y bajar y mucho menos si serían peor ahora qué Hobie apenas contenía sangre en su cuerpo. Revisa las paredes buscando algo que le sirviera.

Recordando las piezas de las mascarillas qué usaba Ryan.

Busca con la mirada al dragón con esa bolsa.

Encontrando lo unos metros al centro.

Camina dejando a Hobie en el suelo para ir por esos filtros.

Sus problemas de comunicación le hacen ser tan directos como simplemente meter la garra en la bolsa sin pedir permiso.

-¿Qué haces?- le advierte Boxy.

El gato toma uno de estos filtros y lo muestra al retirarse.

Boxy le sigue , encontrando al perro inconsciente.

-Crees que tiene oxígeno.- le apunta al gato.

CatNap vuelve a mirar esta rueda confundido

-Son filtros. Son para evitar el paso de toxinas aéreas y metales en estado gaseoso.- señala directo a la estación.-Ve a la enfermería de ahí , deben tener algunas vitaminas y un tanque de oxígeno.-

Theodore mira a esa dirección pero sus patas aún no se mueven , demasiado preocupado como para dejar solo a DogDay.

-Yo lo vigilo.- de sus colmillos saca una lista.-Pero dime que traerás esto , lo necesito.-

Theodore toma la lista con cuidado de no tocar al rojo en el proceso.

Era medicina muy específica.

-Enviaría a los pequeños pero es demasiado riesgoso para ellos.- Lleva una garra a su pecho.-Me agotare de moverme demasiado con este cuerpo , así que debe ir alguien que ya ya conozca la falta de aire y no le afecte.-

Hedor vuelve a mirar a Hobie , ahora sus orejas caen.

-Cuídalo.- le pide al seguir su camino.

Boxy simplemente le observa sin moverse.

-Él es un tipo muy raro.- gruñe al tomar asiento a un lado para mantenerse cerca de la entrada de aire.

 

Theodore logró llegar a esta zona sin problemas. Solo era cuestión de caminar.

Claro. Conforme avanza descubre que esta zona de la fábrica fue sellada y dentro no hay más que cadáveres de algunos juguetes asfixiados y algunos niños incompletos descomponiéndose en las habitaciones donde habían algunas latas de comida que no podían abrir sin romperse las mandíbulas y sangrar.

La visión de una pequeña criatura con la boca atravesada por el metal , restos de verduras descompuestas sin tragarse en esta habitación brillante… es desolador.

Le hace acercarse y cubrirla con una sábana.

El camino que DogDay deseaba era horrible y estaría destinado a una guerra que terminaría en muertes violentas en ambos bandos.

Pero no se completaría esta bestialidad.

Muchas de las intervenciones médicas más crueles , el canibalismo y la violencia simplemente no se hubieran completado.

-No se que se supone que hice todo este tiempo.- lamenta acariciando la espalda de esta criatura por encima de la bata médica.-Eres hermosa.- suspira sin saber realmente si era una niña o no.

Toma las cajas de latas y las revisa para comprobar que estén limpias y no envenenadas.

Su anterior esperanza de conseguir comida se ve destrozada al ver a más de una de estas latas atravesada por una lavado. Busca alrededor.

Lo ve.

Ve al humano que usó una aguja para contaminarlas y quien sabe si tenía suficiente veneno pero incluso si no lo tenía , estas latas abiertas por tan pequeño agujero estaban condenadas a solo contener gusanos y hongos qué serían perjudiciales para el consumidor..

Le hacen mirar a todos estos cuerpos qué lograron morder una lata a pesar de salir heridos , como idiotas.

Como él mismo lo era.

-Dios…- aplasta la lata en su garra con los ojos de nuevo llenos de rojo.-Dios.- la lanza contra todos las demás.

La descomposición llena esta sala con las burlas de todos estos años de su estupidez imparable.

Los gritos.

Las súplicas.

Su propia garganta ronroneando al toque de esa criatura.

Reviviendo cada escenario donde se humilló para encontrar una pizca de amor en su Dios.

En lo que había sido lo que pensaba , su familia.Escapa de este almacén azotando las puertas con un grito ronco.

Fue un estúpido.

-¡¡Estupido , estúpido , estúpido , estúpido , idiota de mierda!! ¡Maldito ciego!- sujeta su cabeza chocando la frente con la pared. 

Llegó a este punto por sí mismo.

Al menos estos chicos perdieron el cerebro y a sí mismos pero él estaba presente.

Él estuvo despierto todo este tiempo.

Theodore siempre vio la verdad en su cara pero la ignoraba escondiéndose de esta como una puta arrastrada al servicio de un monstruo.

Crafty tenía razón.

Era desleal y patético.

Lo era .

Lo era y por eso todo lo que hace , lo que intenta y hasta lo bueno que llega a su vida , todo se pudre y muere.

¿Y si él no hubiera entrado a este almacén? ¿Habría algo bueno si no hubiera llegado con todo lo que cargaba? 

El peso de todo , lo qué se pudre y enferma por su culpa . Todo le duele , le hace llorar sangre ante tanta estupidez.

Muchas veces deseo hacer lo correcto pero al final solo era un estúpido.

Puede que al acercarse a los tanques de oxígeno , estén vacíos.

Puede que de encontrar el medicamento , ya esté contaminado.

Todo.

Todo lo que hace es destructivo.

Golpea su cabeza y mira la sangre en las paredes.

Respirando tan agotado y débil , no hay aire.

Incluso cuando para de golpear aún no puede respirar.

Avanza siguiendo las indicaciones de las paredes.

Las señales en rojo.

Llegando a su objetivo.

-...- respira observando las compuertas tiradas en el suelo.-

No hay más que destrucción.

Camina usando las extremidades superiores para hacerse paso.

Camina hasta el centro de esta sala quemada y derrumbada gracias a un gran agujero en el techo.

El prototipo estuvo muchos años antes en este piso. Lo ve en las garras y cables destrozados en u agujero al interior de las cuevas qué cubren el edificio.

Revisa primero con la mirada y después se anima a tomar el mango de un tanque de oxígeno.

Lo levanta lentamente esperando no verlo destruido.

Sus orejas caen , dejando salir un sollozo al soltarlo derrumbándose todo a su alrededor.

Era solo la parte superior.

Mira las pastillas pisoteadas , los medicamentos quemados , las vendas infectadas de insectos.

Todo a su paso era inútil.

 

Respira ahora el aire qué entra por el agujero de las paredes , tomando su propio rostro para contener los gritos de frustración.

Retrocede pensando en cómo llevar a Dog arriba en lo que abrían las puertas.

Tropezando con más de un objeto al pisar los escombros.

En el suelo su pecho se ve lastimado y su cabeza golpea el azulejo blanco terminando con este.

Respira. Solo tratando de no volver a llorar.

Encontrando algo.

Con un respiro de incredulidad se acerca a ese montón de piedras para levantarlas.

Lo encuentra. Bajo un mueble volteado .

Un equipo de tanques completo con la marca de presión alta.

Lo toma llevándolo a su pecho como si fuera un peluche en brazos de un niño perdido.

Aspira y exhala dejando que su voz se quiebre ante el alivio.

En ese mueble ve muchos medicamentos , no todas las botellas estaban bien , lo toma y busca una sábana de las camas para meter todas en esta y matarlas con el pulso acelerado.

Mira alrededor y comienza a correr llevando el mueble de metal en una pata y equilibrados sobre dos para seguir adelante por los pasillos blancos.

Como si la desgracia le persigue y huye de sí mismo , corre y no se detiene hasta ver al grupo.

Incluso en este momento , al verlos a todos. No encuentra la paz antes de ir con DogDay y temblar tratando de encontrar el modo de darle este oxígeno.

-Con esto.-

Mira a la coneja acercándose con un elegante montón de mangueras y una bola transparente.

Con ambas cosas , a pesar de la desagradable tensión de fondo , logran crear una máscara rudimentaria para que al abrir el tanque , este llegará a su boca y lo respirara.

Hoppy levanta las garras al verlo ya conectado a menor presión para que no se perdiera.

Boxy , que lo estuvo mirando por esa media hora como si ya se le hubiera muerto , sonríe y saca una carcajada del fondo de su pecho. Mira la cobija con las botellas de medicamentos.

Les revisa abriendo la bolsa.

-Qué los analice y etiquete el doctor.- le pide al conejo qué se acercó para llevarse la gran bolsa.

-Parece un Bong.-apunta Niko al acercarse después de ver , como todos , al gato regresar como si le persiguiera el diablo , y ahora descubre las habilidades de los dos para fabricar esta máscara con cinta adhesiva , mangueras y bolsas.

-¿Y eso qué es?- pregunta CatNap preocupado por DogDay.

El humano levanta los hombros.

-Es una-

-¡¡Estamos aquí , chicos!! ¡Lo logramos!-

 Todos miran al par llegar con ellos.

Son Huggy con Henry y un libro que sacude en alto entre sonrisas.

Huggy mira a DogDay de paso.

La respuesta le llega al detenerse con una mano en el pecho.

-Este lugar está sellado.- le avisa a Henry evitando pasar de esta zona.

Henry también lo ve.

Niko pudo ayudar a Bobby al ser algo útil su conocimiento en mecánica.

Ninguno era médico y el más cercano a uno , se fue.

-¿Él estará bien?- les pregunta.

CatNap no lo sabe pero desea que así sea.

 -Creo que estará bien si lo dejamos descansar.- apunta Hoppy.-Aunque no sabemos si necesitará una transfusión.-

Henry se ve tentado a responder alguna cosa útil pero no tiene nada.

-Creo que deberán averiguarlo , tengo qué abrir las puertas.- se dirige a estas sin mirar de nuevo a este lugar.

No está bien con los pacientes y menos ahora que parece ser más un estorbo.

No tiene idea de cómo ayudar pero puede abrir las puertas.

-Él nuevo , eres joven.- apunta al nuevo chico humano.

Carl le mira de arriba abajo.

-Me lanzaste un pan desde el domo.- lo acusa.

Henry frunce el ceño tratando de recordar.

-Le estabas pegando a otro niño.-

-No me dejaba jugar.-

-Porque le pegabas.-

-No confundas el orden.- le corrige el humano más joven.-Y yo no me metía en tus asuntos.-

-Te peleabas con los niños por llevarte la contraria.-

El humano gira los ojos fastidiado.

Henry abrió la boca ofendido al ver una mueca qué él usaba contra los adultos , ahora dirigida a su dirección.

-Y tú eres gay , no hay razones para repetir lo que ya se sabe.-

Henry baja y sube los hombros fuera de línea con el sentido de esta discusión. Abandona esta interacción y va directamente con Niko.

-Ese mocoso es un grosero .- se queja inmediatamente.

Niko le da la razón moviendo la cabeza.

-Él cabronn me disparó , en la pierna.- 

-¡¿Fue él?!- vuelve a mirarlo.

Ahora ese humano va entre los juguetes para acercarse al gato.

-Mierda , me va disparara también.-

-Porfavor , eres blanco. No te va hacer nada.-

-Soy gay , no tengo derechos.-

Los dos miran al joven quien parece tener tino de policía.

 

-¿Y ya sabes que tiene este tipo?- pregunta mirando al perro apaleado y con esa máscara.

-Él está muy herido y perdió demasiada sangre.- responde el gato sin mirarlo.-No se si deba hacerle una transfusión.-

-No tengo idea.- responde el humano.-Estos tipos tardarán poco en abrir y sería difícil que lo trates si en estos pedazos de basura se sacuden sus órganos como bolsas de skittles.- mira al camino.

-No deberías estar aquí , es peligroso.- le advierte a CatNap.

-Peligroso , es aburrirme.- recarga su peso en la superficie del carrito Barry más cercano.

Los juguetes en este lo miran contrariados por su arrogancia al sacudir el carrito.

-Te veías mal hace rato.- señala esa carrera de muerte qué tuvo CatNap y como parecía estar apunto de llorar por esta.

-Lo sé.- gruñe bajando la mirada al suelo.-No me acostumbro aun a esta situación.-

-Si , escuche que eras el malo y esas cosas.- mira al perro.-Además de lo que dijiste hace rato.- revisa sus manos sacándose el guante de tiro.-Me parece que no eras tú.-

-Lo era , yo hice todo eso.-

-¿En serio?- sus hombros se mueven.-Vaya , eso significa que eres el malo y que nada de lo que hagas será pagado cuando salgas vivo de aquí.- 

 El gato gruñe harto de escuchar esas palabras por dentro y ahora también en el exterior.

-No es tan malo , es como ir a la guerra y regresar.- sus pensamientos se amontonan.-Allá afuera vi cosas muy molestas , personas de verdad malvadas pasarla bien ya otras más malas en las calles comiendo basura.- observa esos ojos de luna.-Y luego estábamos nosotros , comiendo la misma basura que los malos de las calles. Tuvimos que pelear por comida en los callejones y para que nos hicieran daño también y no considero haber sido el tipo de monstruo qué se lo merezca.- 

-No hay comparación , solo deja el tema.-

-El solo hecho de que estés aquí , apunto de salir con tu perro novio , creo que muestra que tal vez no te lo merezcas pero es tu camino. Alas y tendrás que comer piñas de pino o raíces , lo que te toque allá afuera , será afuera y no a aquí.- aún procesa lo que vio en esa prisión. En donde pudo haber terminado por su personalidad obtusa.-La gente siempre envenena a los gatos cuando el dueño no los cuida y matan las gallinas de otras personas, pero no es culpa del gato llevar pájaros muertos a su dueño. Es instinto , es como tu. Mataste porque amabas esa cosa , yo también podría haber amado a alguien así pero no fui elegido.- mira al perro.-Cuando los pervertidos eligen a un niño , no lo hacen porque sea exactamente bonito sino porque está en el menú. Porque estamos perdidos , solos y vulnerables. Nos cazan , ns buscan , escarbando y encuentran.- 

Theodore ya no deseaba escuchar nada de eso , nada que tuviera que ver con éstas personas matándolo a pedazos por culpa de su estupidez.. 

-No se cual es tu punto.- gruñe buscando mantenerse junto a DogDay.-Ya no lo entiendo.-

-Mereces salir de aquí tanto como todos , aunque sea doloroso y parezca incorrecto. Vas a salir de aquí y vivirás por todos los que no pudieron hacerlo.- rasca su cuello incómodo.-Así como nosotros lo tenemos que hacer ahora que sabemos las consecuencias de nuestro escape , tú cargarás con lo que hiciste pero será allá afuera. Tendrás que salir y llevar eso contigo.- patea al perro sin importarle que CatNap le gruñe enojado.-Es confuso , todos queríamos volver , volver a ellos. Volver a tener a estos chicos en nuestra vida. Llegue ver a este tipo como un papá.- bufa confundido.-Theodore , no puedo creer que por un puñetazo te cojas a mi papá.-

El gato estornuda por la forma tan retorcida de hablar de este humano.

Su molestia se queda en eso al verlo irse tan campante como al inicio sin importarle haberle incomodado de forma tan cruel.

Va con Hoppy. 

La coneja qué ahora descansa con una venda hecha con trapos por Bobby.

La mira a unos metros antes de notar como esos ojos se dirigen a él.

-Hoppy.- le nombra con las manos juntas frente a su estómago.

Recuerda haberse disculpado ese último día que pudo hablar con ella pero hoy está borroso. Estaba confundido sobre la respuesta de ella o si al menos le respondió o si solo le ignoró después de consolarlo.

-Hola.- saluda.

Hoppy inclina la cabeza de lado y lo observa detenidamente.

-Eras de dulce hogar.- lo reconoce como una de las caras pequeñas de sus recuerdos en el patio de La Guardería.

El joven abre y cierra la boca con un suspiro agotado.

-Gracias por llevarnos afuera , Hoppy.-

La coneja mueve las orejas. Su confusión le hace mirar a Bobby. 

Ella aún está con Picky. 

-No te recuerdo pero no te sientas en deuda.- le dice al chico muy incómoda por esa mirada tan profunda.

Carl abre la boca y mueve la cabeza acercándose al no percibir ninguna advertencia verdaderamente importante por parte de ella.

-Ustedes no tenían porqué ayudarnos y lo escuche.- lo dice con los puños juntos.-Te escuche discutir con DogDay.- lo recuerda de ese día.-Te oí reclamar por la falta del resto. Porque solo vinieran ustedes y nosotros.- sus cejas casi se juntan.-Te enojaste , pelearon pero aún nos sacaste en vez de abandonarnos. Tú querías escapar con tus amigos pero al momento de elegir , nos elegiste a pesar de que permanecerian en el infierno por nuestra causa… aunque penalidad no nos querían.- su malestar crece con esas memorias.-Siempre lo supe , cuánto les costó sacarnos y aún si no hicieron.- suspiró bajando la voz.-Por eso me ha costado tanto acercarme a ti , para agradecerte cuando no siento que yo haya hecho algo que mereciera su sacrificio. Porque no pude hacer una familia , amigos nuevos o ser alguien que pueda ayudar a otros y simplemente regrese aquí , lamento no haber hecho nada que pueda contarte y …todo lo que pasaste sus ojos van a esa herida.-No lo entiendo , nada entiendo en realidad.- vuelve a esos ojos.-Muchas gracias por salvarme , Hoppy.- camina hacia la con una mano extendida.

En ella hay algo que oculto hasta ahora.

Hoppy por un reflejo extiende su propia mano.

En su palma ,y pasando de lo grandemente intimidante de sus garras , es depositado un objeto.

Sus orejas se elevan al ver un broche aparte de la barra de chocolate.

-Eres una mujer muy hermosa , de verdad estoy perdido por todos ustedes.-

Sus ojos bajan a ese broche sin el ánimo para mirar al humano.

Este se retira sin decir más.

Hoppy mira el broche de estrellas y orquídeas de colores brillantes.

Este brilla en la oscuridad por sus cristales , por las estrellas y su forma.

En cualquier persona esté adorno era excesivo. En ella es pequeño y delicado por sus dimensiones.

Le hacen temblar.-

-Nunca me habían regalado joyas.-murmura perdida sin saber qué hacer con algo y parecía tan delicado.

El chocolate se puede comer. ¿Qué debe hacer si le dan algó bonito que no se come?

Las manos de la osa tomarán de su palma el adorno , le sacude la cabeza sin importarle si Hoppy parece perdida.

-Te queda bien.- le halaga Bobby mirando esos ojos brillantes.-No creí que vería de nuevo a los niños , creo que nos quedaron bonitos.-

 -Es un chico raro.- murmura tocando el broche en su cabello.

 

 

 

 

 

 

En la puerta los dos humanos ya estaban pateando al puerta.

-¡Dale a la izquierda! -

-¡Imbecil , si me voy a la izquierda se abre la derecha!-

 Huggy mira como el octaedro gira de lado a lado hasta partiré y volver a verlos discutir.

entonces Heny lo intenta solo. Falla.

Mira a los juguetes observar a los dos humanos como dos comediantes.

Casi olvidaba qué sus vidas dependían de ese par.

 Todo es por el código que deberían poner en el tercer inicio. Si el de Leith o White.

-¡Coloquenlos por colorimetría!- los guía una de las Mommy.

En cuanto iniciaron y solo cuando fallo el mismo se detuvieron a pensar.

-¿En serió , niña?- le pregunta enojado Henry. Más frustrado al escuchar a Niko carcajearse como si antes no estuvieran peleando.

-¡Comiencen por el nivel de derechos positivos!- les grita un cerdito de tantos.

-Eso ¡Niko!- le reclama al verlo comenzar con esa idea.

-Hay qué intentarlo , de todo , intenta todo.-

-¿Y porque no comienzas con Ludwig?-

-Porque su cabello era negro , y Leith también. White era rubio y …- abtre la boca al atinar el cuarto.

Los juguetes aplauden al ver esa coincidencia.

-No creo que ese sea el orden.- le apunta Henry aún incrédulo de tal estupidez.

Niko lo mira colocando el código de la niñera de Dulce Hogar al final.

Resulta.

Henry entrecierra los ojos.

-No.- le advierte.

Niko sonríe disfrutando colocar el codigo del jefe de innovación junto a ella.

Función.

-No tiene sentido.- exclama Henry furioso.

En el quinto lugar coloca el nombre de Sawyer. Se logra.

-Era obvio.- murmura enojado.

-Y ahora ella.- mira la pantalla deciendo.-Era rubia natural.-

-Ya haz lo que quieras.- gruele Henry dando la espalda al puzle.

-Era rubia …pero…- observa la escala.

-Era mujer , no la respetaban.- 

Ṕorsupuesto qué no es una escala racial , aunque lo pareciera , es una escala de valores.

Como colocar a los miembros de una avanzada militar por posición y no por su lugar en la jerarquía de poder. 

-Ella …- observa ese nombre “Laura Sawyer” pensando en ella y cuánto se esforzó en este lugar.

Más abajo en el libro que trajo Henry estaabn otro dos , similares.

-Bien…- recuerda a esas dos personas con el ceño fruncido.

Arriegandose decidió incluir a la más cercana al poder.

Las cabezas de los juguetes se inclinan al ver ese nombre.

Salomé y Valeria.

El panel brilla y hace el ruido de confirmación ya conocido. 

-¿Quiénes son ellas?- pregunta un juguete.

-Eran las buitres de Ludwig.- le recuerda oro juguete.-Siempre lo acompañaban , lo ayudaban a caminar.- 

Era difícil recordar sus rostros pero no sus figuras.

Dos mujeres altas acompañando a un demonio viejo , esquelético en escena y como buitres esas dos se aferraban a las ramitas de un árbol muerto para mantenerlo estable.

Lo recuerdan por el impacto.

Por lo que significaba ver a una persona tan malvada ser tratada con dignidad , con delicadeza cuando todo ellos estaban condenados a ser solo objetos y juguetes sin valor.

Nada más que basura desechable. una y otra vez ese hombre decía qué amaba a los niños pero seguía torturándolos para …¿Para que? ¿Cuál era su objetivo real? .

Pagando para que alguien los lastimara y los mantuvieron cautivos en las sombras. 

Las compuertas necesitan de una palanca para abrir por completo.

Los dos retroceden y miran a ese pasaje iluminados poco a poco.

El alivio llega a ellos con la entrada de una brisa fresca.

 

Niko observa esas vías ir directamente hacia arriba.

Quedando en blanco todos los juguetes.

Al frente.

Sin tapujos o juegos. Esa criatura le espera en la luz.

Hay mucho por recorrer.

Mucho por seguir adelante.

Más esta criatura les hace dudar.

Solo quieta , ya corto a todos la respiración.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer y a los comentarios también les agradezco el apoyo.
Hace tiempo huce un par de capitulos de casi 20 mil palabras y aquí son 8 mil.

Chapter 127

Notes:

Hola.
Parecerá que tuve esto secuestrado y creo que si, no sabía si incluirlo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1986 medio año

 

 

 

 

Observan por la ventana el desarrollo de los distintos grupos sociales armados por los niños nuevos y anteriores , mirando al más activo de los sectores mezclarse con los más pequeños.

-La nueva adquisición de materia prima parece ser mejor que muchas atrás.- señala con las notas médicas de los niños en el interior de la sala.

-Solo porque están escuchando las órdenes.- revisa el registro de calificaciones de los más avanzados.-En lo que respecta a salud , no podemos decir si son los mejores.- voltea para comprobar el estado de unos niños acostados en la alfombra de la sala.-¿Qué rasgo son ese grupo? ¿Son CatNap?-

-No ,es un grupo completo de la generación inicial.- mira las identificaciones.-Bloque cuatro.-

Vuelven a mirar a ese grupo en las alfombra. Era muy variado y disperso para ser el grupo completo. Siete en total.

-Falta uno ¿Cuál les falta?-

-CatNap , aún no han encontrado uno compatible con ellos.-

-Entonces pónganle uno que puedan moldear , no podemos retrasar la reunión del lote por más tiempo , Ludwig insiste en obtener ocho para el fin del año.-

-Es difícil , no se pueden separar los grupos de los experimentos , no suelen tomar bien la separación.-

-Laura podrá tener sus ideas pero no es correcto escuchar sus delirios de mujer al pie de la letra. Ponganle uno pequeño para que lo acepten rápido.- vuelve a revisar el estado de los experimentos de mayo edad.

Era posible verlos pelear a pesar de tener cada uno su propio rasgo definido.

Como lo ordenó el director , una pareja de científicos divide a un grupo ya reunido por rasgos para llevar a la niña más pequeña con los miembros del bloque cuatro.

El resultado parece ser positivo.

La niña es recibida de forma cálida y su lazo con cada rasgo de los siete miembros de ese bloque parece ser perfecto.

 

 

-Puedes colorear si quieres.- le ofrece la niña rubia un lapicero.

La pequeña lo acepta y continúa con sus dibujos.

-¿Y cómo resultó esta vez?-

-Me pegó en la cara con un billete de cien , no tenía cambio y le di todo el inventario. Creo que no le gustó el trato.-

-¿Crees que ese guardia se enoje contigo por hacer eso?-

-Tengo cien billetes mas que ayer , debería agradecerme pero me preocupa no poder darles a los otros lo que pidan. Nunca se me había acabado tan pronto y estos tipos no dejan de mirarnos por la ventana rara.-

-Me asusta ir al baño y que uno salga de la taza.- la queja de la niña es sincera.-Ya me quiero ir de aquí.- lamenta Picky con la cara contra la alfombra.

-Debemos encontrar al trabajador de las puertas , no se quién sea para alguien debe saber abrirlas…si le pagamos , puede que lo logremos.-

-¿Al menos sabes como se ve?- cuestionó el rubio inquieto.-Otra vez nos están mirando.- voltea de espaldas a la ventana oculta.-¿Qué tanto ven?- gruñe buscando distraerse con sus dados de madera.

Dog los patea antes de que escribiera “Perras” hacia la ventana. 

-No se quien es ni como se ve pero puedo saber que debe ser alguien que lleve cables encima , todas las puertas necesitan electricidad.- murmura preocupado el niño , voltea descubriendo los ojos de la niña que les encargaron cuidar fijos en él.-Hola , preciosa.- sonríe al verla tan tímida.

La niña voltea el rostro y continúa dibujando con un ceño fruncido. Tartamudeando un deseo :

-Quiero ver a mis amigos.- murmurando buscando esa salida en ellos.

 La niña mayor del grupo levanta los hombros cansada. No deseaba que los castigará por lo que esta niña quería hacer.

-Ya te dijimos que no. No puedes , te trajeron aquí y no te- voltea confundida por la mano del niño en su espalda.

DogDay decide cumplir el deseo de Sally , al estar demasiado claro lo mucho que ella les extraña.

-Lo haremos en la noche , así que no deberás estar cansada para escaparnos ¿Está bien?- le pregunta esperando que la niña aceptara el trato.

La niña mueve la cabeza molesta por esa opción.

-Me da miedo la oscuridad , no quiero ir.- sus ojos comienzan a humedecer.-Quiero ver a mis amigos , solo quiero verlos ahora.- lamenta.

La niña rubia , Crafty , le imita preocupada y busca ayuda en el mayor.

DogDay junta las manos y suspira. El chico revisa su bolsillo.

-Esta es una paleta neón.- le informa ya viendo el brillo en esos ojos abiertos ante los colores brillantes del plástico exterior.-Deberás comer el dulce a escondidas y sacar la varita para que no te de miedo en la noche.- mira a los lados.-No le muestres a nadie , no es un secreto. Es un arma.- le sonríe sospechoso al aire.

La niña toma el dulce y lo esconde mirando también a los lados con sospecha.

De nuevo de pie el chico , levanta los brazos estirando la espalda.

-Debo ir entregar , hagan ruido.- les pide retirándose.

Hoppy y Kickin comienzan a correr persiguiendo se entre risas qué ocasionan más carreras en el salón de observación dentro de la escuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En otro tramo de la misma casa la oscuridad acompaña las paredes selladas ante el horario del bloque 2 , muy distinto al bloque 4. Ahora mismo encerrados en sus habitaciones deberán estar atrapados en la media noche.

Más este chico se encuentra rasgado con el borde de un tenedor los tornillos de la ventilación.

-...mamá la luz esta cara , cose mañana…-

Detiene el giro de su tenedor para golpear con la palma a su compañero de cuarto.

-Ya me duermo …estoy dormido…-gira regañado.

El niño bufa volviendo a su tarea.

Debe salir de la casa para encontrar la salida y regresar con mamá.

Aunque primero necesita poder moverse por las ventilas.

Logra abrir la ventilación y entrar sin pensarlo. Arrastrándose por dentro hasta la siguiente rejilla , la abre desde adentro usando un alambrado para girar los tornillos con la fuerza de palanca del tenedor en su mano y rodeado por una servilleta de trapo para no lastimarse.

Al salir aterriza en un lugar inesperado.

Parece la habitación de los empleados.

Lo comprueba al pisar un zapato de adulto. Llenandolo de miedo , trata de volver por la rendija cual gato mojado en charco. Sube por la mesa de noche y trepa devuelta.

Todo le sale mal al doblarse la mesa y él rebotar de la cama al suelo.

En este ve todo lo que cayó de ese mueble volteado. 

Salta varios metros al arrastrarse lejos de esas fotografías.

Sus ojos no pueden ver y aun así ve.

Lo ve y no puede entenderlo.

Puede entenderlo y lo asusta.

No es nada para él. Es una pesadilla.

No puede gritar , solo sujetarse la boca y cerrar los ojos con fuerza para no ver esas fotografías.

Eran demasiadas , muchas.

Tantas como para volverse una tortura.

Rompe con su secretismo , con todo lo que era su misión secreta , al recogerlas y llevarlas en brazos a la cocina.

No piensa ni míra nada , choca con más de un niño pero no se detiene , sigue corriendo.

No le importa descubrir que fuera de su bloque era un día normal y no la noche controlada con luces en su rama.

Ignorando al chico moreno que pasa delante de él en una esquina con esos pasos apresurados al jardín.

Corre sin mirar a nadie , solo buscando un objetivo para estas fotografías en sus brazos. 

Al llegar ve una enorme olla de espagueti por cocinar y no duda en meter todas las fotografías dentro y aplastarlas con la cuchara sin importarle qué esto fuera demasiado peligroso.

-Oh , por dios.-

La cocinera que había salido por una provisión faltante grita al verlo en la mesa con esa cuchara y golpeando la superficie del agua sin importar que sus mejillas sean salpicadas.

Esta mujer corre por ayuda , llamando a uno de los cuidadores para controlar al niño tan cerca de la olla y las fuentes de gas.

 -Mocoso , ¿Qué estás haciendo?- pregunta esperando distraerlo.

-No se.- murmura sin parar de revolver las fotografías para disolver la tinta y ese plástico retorcerse.

-¿Me dirás que es lo que tienes ahí?- pregunta preparando un mantel para atraparlo y cegarlo.

El niño deja de batir para levanta el cucharón con una de estas fotografías.

El hombre mira esto con las cejas bajas.

Su costo cambia lentamente al descubrir lo que era, a esa olla y al niño. Corre para apartarlo y quitarle la cuchara de las manos.

Al revólver descubre que no está equivocado.

Su colección está dentro .

Lo hace ver rojo.

Años de esfuerzo para conseguir esto , tanto de su tiempo se desperdicio para esto.

Gira ya girando en ello.

-¡¡Te atreviste a revisar mis cosas!!- reclama levantando y estrenando sui pensarlo su mano completa en el rostro del niño.

Este se golpea con la alacena al seguir subido en el mueble junto la estufa , reaccionando como solo él sabía que haría.

Golpeó sin dudarlo.

Pateando esa olla directamente sobre el hombre sin detenerse a pensar en la gravedad de sus acciones.

-¡Ahaa!- este grito es bajo y aturdido. 

Al inicio no siente nada , nada recorre su mente solo el reconocimiento de lo ocurrido.

Seguido el dolor que le hace sentir el agua hirviendo con la textura de la tela de su uniforme Manteniéndose en la misma temperatura a pesar de ya haber pasado la ola , sumándose los espaguetis , las fotografías vueltas retorcidos trozos de plástico y su creciente dolor.

Todo le hace soltar u halaido más allá de todo lo que había expresado en su vida.

Solo mirando a ese niño perturbado correr fuera de la cocina con la cara vuelta un poema para él.

 

Diez minutos después el niño está sentado en una silla dentro de la enfermería.

-¿Porque lo hiciste?- pregunta la enfermera.

-No lo se.- responde mirando al suelo con los ojos vueltos rojos.

La mujer le hace mírarle.

-Le vaciaste una olla hirviendo a tu cuidador , ¿Porque lo hiciste? ¿Estas loco?-

El niño busca de un lado a otro la respuesta aunque solo vea gris y la necesidad de escapar de la enfermería.

-No lo se.-

-Grambel.-

-No se no se , no se , no se , no se , no lo sé …-

Su rostro es impactado por la mano de la enfermera más no es solo eso lo que sella su imagen.

Es él mordiendo antes de correr sin mirar atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las noches de verano continúan adelante. Al menos esta parece ser una noche de verano.

-Si solo viniera Sally , sería increíble.- murmura mirando por la orilla del pasillo.

-Pero sería aburrido.- murmura Bobby aferrada a su costado.

-Si , es más rápido para ver cómo te agarran.- secunda Kickin asomado por el suelo.

El factor secreto se pierde al asomarse las otras cinco cabezas. Incluida Sally.

-Vamos.- corre DogDay al comprobar la retirada de la niñera.

Pasan este pasillo y suben a la siguiente ala.

En ese momento las rejas eran manejadas por tarjetas y no por códigos ni electricidad controlada. Logrando Hobie abrir al usar una tarjeta robada por la mañana.

Suben la escaleras por el bloque 3. Dentro les recibe una ambiente más cálido aún. Parecían ser niños del trópico , o algo adi explicaron algunos trabajadores.

El punto es escuchar a unos niños hablando en español con una niña que murmura detalles de su hogar en portugués. No tienen idea de que lugar o en donde se encuentra Surinam pero era de dónde venía Sally. Eso explicaría qué la niña insistiera en ser de Sudamérica a pesar de apenas balbucear español con Mercy y Kickin. Escupir largas líneas en un idioma que no entendían ni broma.

La niña los pasa y corre a una habitación para gritar la palabra que más respeta en inglés.

-¡Hondje! ¡Hondje! ¡Hondje!- golpea y lo palmera sacudiendo desde su estómago a un bulto.

Los siete le miran sacudir a un niño en su cama.

Este rebota y salta aún dormido antes de girarse , inmediatamente la abraza llorando entre risas.

El grupo parece despertar y verla con alegría. 

Ninguno de ellos les entiende papá pero pueden sonreír animados al verla tan contenta.

Entonces ella revela qué nunca se comió la paleta y la entrega con una sonrisa.

Crafty es detenida por Dog Day al verla casi robar una caja de colores de un mueble.

-Dog.- Bubba le llama observando a todos recibir tan felices a la niña.-No creo que ella deba estar con nosotros.-

-Yo creí que la estábamos cuidando de niños groseros o malos.- murmura Hoppy.-Dog , ya no quiero que nos la llevemos , la quieren aquí.-

El chico frunce el ceño.

-Debe volver con nosotros , no podemos dejarla , nos meteremos en problemas.-

-Es que ellos son sus amigos.- le insiste Hoppy.-Vámonos y que se quede con ellos.-

DogDay les observa como le enseñan sus juguetes nuevos y las nuevas palabras aprendidas.

También ve a una niña apartada observando cómo se reúnen con ella.

-No podemos , ella ya fue reemplazada por los adultos.- junta las manos pensando en lo que diría.-Ella ya no es de aquí aunque la extrañen , no le dejaran ser su amiga y la llevaran de vuelta.- sujeta la mano de Hoppy.-Si los dividieron es por algo… no puedo quedarse, van a castigarnos a nosotros.- le advierte.

Hoppy y el resto parecen perturbados por su rostro.

-No puedo dejarlos ir.- confiesa temeroso.-Si a ellos les hicieron esto a pesar de ni siquiera hablar nuestro idioma , le harán esto a todos nosotros también.-

Entre ellos ahora existe esta fuerte tristeza.

-Entonces… ¿Podríamos decirles que la traeremos cada dia?- Bobby tiene una idea.-Será como una pijamada.-

DogDay suene algo muy malo al pensar en esta opción. Mira a Bobby con las cejas casi juntas. Imaginando este tipo de trato con ella , perdiendola como si fuera un juego cruel cada día.

No es como ir a la escuela , es lo más peligroso que no le gustaba para nada.

-No lo sé.- busca respuestas en Bubba.

-Ellos hablan neerlandés , no tengo idea de más.- le responde una pregunta de varias horas antes al no tener nada más que decirle sonbre ellos o la posibilidad de compartir su tiempo con Sally de manera segura.

El tiempo lo dejaron pasar hasta ser cambiado de guardia , debían irse.

DogDay mira a los ojos de Bubba antes de acercarse ambos para avisar del regreso.

-Chicos , debemos irnos.- les avisa apuntando a la salida.

Estos parecen estar de acuerdo. 

Hasta que notan a Mercy tomando los hombros de la chica.

-No.- exclama una niña del grupo.

-Ella debe ir con nosotros.- les insiste DogDay.

Entre ellos hay un escándalo lleno de preguntas que no entienden.

El chico que ella despertó toma la delantera apuntando al lugar y a ella , les insiste pero no importa cuánto se esforzaron por entender. Les fue demasiado difícil.

Todo se reduce al deseo de mantenerla con ellos.

-No , ella debe regresar o nos metemos en problemas.- intenta explicar la situación Christian.

Mercy ahora más preocupada le habla a Sally directamente.

-Diles que debes ir con nosotros.- se lo pide sujetando sus hombros.

La niña niega y la empuja para regresar.

-¡No puedes quedarte!- grita Crafty al verla negarse.-Vamos.- le sujeta por el brazo.

Eso solo ocasiona un grito de parte de Sally al ser lastimada por su propia fuerza y las uñas de Crafty.

El grupo ahora pelea empujandolos.

Bobby retrocede asustada con los ojos perdidos entre el grupo y sus amigos.

-¡Ella debe regresar con nosotros , nos meteremos en problemas!- les insiste Christian.

-Solo vámonos.- les apura Hoppy dispuesta a cargar a Sally.

Kickin grita antes de que todos pudieran darse cuenta de lo que estuvo apunto de suceder de no ponerse enfrente.

Una de las niñas había levantado una silla de madera y la había usado para casi golpear la cabeza de Hoppy , Kickin por reflejo logró poner los brazos enfrente y evitar que esta cosa impactará la nuca de Hoppy. Usa esta misma silla para empujar a la niña deegreso , soltando la cuerda que mantenía a todos en un mutismo.

Ese chico al que nombró Hodje, Sally , ya estaba sobre Christian con una pata de silla qué parecía haber ocultado bajo la misma cobija. Lo golpea logrando impactar su rostro con el primer gran golpe.

DogDay va por delante sujetándolo desde arriba al ser mayor , lo patea en el estómago logrando que se doble para respirar , más una niña pasa por encima de este con un dado de madera en su poder . Con este cubo de madera impacta la cabeza de DogDay sacando un hilo de sangre inmediatamente.

Crafty grita corriendo delante para morderla al estar aturdido DogDay , aferrada al estómago de la chica Crafty la muerde y se sujeta a pesar de recibir más de un golpe para que la soltara.

Hoppy no estaba quieta , sujeta a Sally qué intenta correr y tira del cabello de un niño que intentó ayudar a correr a Sally.

Bobby desde afuera respira asustada y sus pensamientos solo le hacen correr por el pasillo por ayuda.

Dentro Picky interviene al ver al tal Hondje levantarse ahora con una tijera sacada de debajo de la alfombra donde se había doblado para respirar.

-¡Bubba!- lo llama asustada.

Chris apenas podía ayudar a Crafty con esa chica antes de que le reventar la cabeza con el dado. Ni siquiera puede pensar claramente al ver ese filo metálico dirigirse a su cuello en un giro furioso.

-¡¡Moony!!- grita este chico furioso.

DogDay colocó la mano antes de que ese filo llegará a Bubba , tira de la tijera clavada en su mano junto con el chico para chocar sus cabezas.

-¡Vámonos!- ordenó a gritos sacando a la niña con un tirón a su camisa. Toma la mano de Crafty y corre dejando a Bubba la tarea de patear a la niña sobre Hoppy.

Sally patalea y grita pero eso no evita que sea llevada sobre los hombros de Hoppy.

Recorren los pasillos entre los gritos y reclamos de Sally , llorando al ver cómo la llevan fuera del bloque de sus amigos.

Llegan a esta puerta deteniéndose al ver a esos adultos en la entrada.

DogDay se coloca al frente con los brazos extendidos.

 Bobby pasa a los adultos para abrazarlo.

 

Por la espalda de su propio grupo aquel llega uno por uno.

La camisa de la niña está marcada de rojo donde Crafty la mordió , así como la cabeza e DogDay sangra y su mano ahora escurre sobre la alfombra un torrente cálido de rojo.

El niño Hondje adelanta sin importarle los adultos , tratando de bajar a Sally de los hombros de Hoppy.

-Bubba ¿Porque están aquí? ¿Qué está sucediendo?- pregunta una niñera acompañada por el peligroso encargado del bloque dos.

Bubba abre y cierra la boca , cubriéndose las orejas al no entender nada o solo verse incapaz de poner en palabras lo que estaba sucediendo con ellos. 

A pesar de ser el mayor , le era más difícil hablar qué a nadie en su propio grupo.

-Bubba ¿No tienes nada que decir?- le insiste la niñera.

-Deja que yo lo haga.- le pide el niñero con una expresión fría.

Una mala sensación inunda a DogDay al ver esas vendas por el brazo de este hombre. Obligándose a ponerse enfrente como si este hombre fuera un animal enfermo y peligroso , lo enfrenta para mantenerlo alejado de sus amigos.

DogDay interviene apuntando a la puerta.

-Quisimos traer de visita a Sally pero todo salió mal , nos peleamos y esto paso.- confiesa y respira con dificultad.-No fue apropósito.- 

La niñera abre la boca incrédula. 

Sally ahora en el suelo solo se concentra en abrazar a su amigo con la voz rota al llorar juntos. 

La niñera inhala profundamente.

 -Vamos¡Oh!- exclamó al verla derrumbarse en los brazos del niño.-Ya es hora.- murmura. 

Este parece aterrado.

No es por nada.

De la nariz de Sally un torrente de sangre escapa manchando la ropa del chico que comienza a gritar pidiendo ayuda entre lágrimas.

El grupo de los siete no puede encontrar forma de reaccionar más que temblar asustados.

-Sally…- Crafty hace el amago de regresar pero es detenida por DogDay. 

-Vayan a sus cuartos.- ordena al acercarse a ese par.

Antes de que pudieran pelear por la situación ese hombre patea sin cuidado a DogDay en el costado. 

Crafty lo agarra caso cayendo junto a él al suelo.

Dog se recarga en la pared y apunta al camino para que se vayan.

-Ya , todos , ahora.- les advierte apuntando el camino sin mirar a Dog.-A sus cuartos.-

Los siete evitan avanzar.

-Sally…- Crafty puede verlo sin aire por el impacto y cede soltar su agarre para buscar a la niña en el suelo.

Para estos niños el grupo de Crafty no trajo más que desgracias aunque ella no lo pueda ver por ahora , reaccionando muy mal a su retorno.

Crafty apenas puede reaccionar al ver a uno de esos niños intentar golpearla con el puño en alto.

A tiempo la mano de DogDay detuvo el golpe de uno de estos chicos , sujeta a Crafty en un abrazo haciéndola avanzar aunque ella deseaba permanecer con la niña en el suelo.

-¿Dog , qué le pasa a Sally?- pregunta asustada. 

El niño observa solo por un segundo como Hondje sujeta y trata de evitar que le arrebaten a Sally con un abrazo.

La visión de verse arrastrado a esa miseria nuevamente le hace apretar el abrazo y llevar a Crafty.

-Ella estará bien.- miente sin saber por qué percibir sus palabras como unas mentiras más.

 

 

Ese cuidador les sigue con la mirada con una clara frustración en su rostro.

Puede ver la arrogancia en ese mocoso y como parece liderarlos.

 

 

 

 

 

 

 

Para Theodore la situación con este mismo cuidador solo fue empeorando.

Al parecer cazarlo parece ser algo que los cuidadores parecen tener en conjunto como un castigo por atacarlo con el agua hirviendo sin explicar lo que hizo.

Sabe como se ve.

Como lo ven.

Por tanto tropezarse en un pasillo al ser perseguido por este hombre en un arranque qué parecía ser unregao por ensuciar una pared qué no fue él llega a una esquina donde cae por un dobles en la alfombra. Siendo atrapado por este.

-¡¡Ayuda!!- grita pateando y arañando aunque solo le hace enojar más.

Su boca es cubierta por esa palma , escuchando una risa cruel al lograr silenciarlo. Rápido , es todo muy rápido bajo este hombre su cara solo puede llenarse de miedo ante la sombra del primer golpe directo a su torso como un puñetazo qué le hace vomitar, más sigue cubierta su boca.

Después del golpe este hombre le aprieta el costado con las manos y uñas solo cuando más dolor donde sabe que lo hace.

Observando con placer al niño patear sin lograr más que agitarse , luchando por respirar cada vez que su rostro se vuelve rojo. Más y más rojo al sufrir de esta forma.

 Atrapado hasta que lo trague devuelta o se asfixie.

Llorando hasta que todo acabe y su mano deje de sujetarlo.

-Eres un mocoso tan fuerte.- lo deja respirar para escuchar sus sollozos por un momento , disfrutando esa respiración tan rota como desequilibrada al toser entre hipidos. Presiona de nuevo ocasionando un salto en la lucha del chico , viéndolo pelear por respirar ahora más asustado al repetirse el ciclo.- vamos , me gusta cuando luchan como tú.- golpea sus costillas escuchando el sollozo ahogado ante el impacto.

Disfrutando la visión de ese delgado torso descubierto y luchando por respirar.

 

 

 

 

 

-Ya no regreses a menos que sea hora de dormir , ellos no pueden entrar a la hora de dormir.-

Como este niño llora a mares aferrado a su garra. 

Con cada cuchilla le rodea , consolando algo que no comprende en su totalidad.

-Quédate aquí , conmigo nadie te lastimara , Theodore.- promete al acariciar sobre la cobija al niño qe se mantiene aferrado al metal a pesar de su superficie helada.-Nadie te hará daño cuando yo sea libre.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1987 a inicios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No tuvieron noticias de Sally por más de dos meses.

Solo una tarde esa niñera vino con una hoja de papel.

-Estamos seguros de que Sally les quería dar esto.- 

Crafty salta de un lado para tomar la hoja sin importarle qué fuera para DogDay.

Lo lee o se esfuerza en ello. De verdad intento entenderla.

Solo ve esas letras raras y una ventana.

La niñera se va sin mirarlos. 

Cada día era más obvio el abandono del bloque cuatro. Lo sienten cada vez más claramente al dejarlos decidir por ellos mismos y guiar a los más jóvenes del bloque.

DogDay toca la carta de Crafty al verla tan confundida por esas letras.

-Dice que está bien.- le miente después de levantar la en alto.

Crafty frunce los labios en un puchero.

-Creí qué estaba enferma.-

-Lo estaba , así que la enviaron a otro hogar.- apunta una frase.-Ahí dice que eres fea.-

Crafty lo patea y corre sin volver a verle después de ese insulto.

DogDay dobla la carta haciendo una señal a Kickin para darse tiempo.

Corre por la casa evitando a los miembros del personal. Llega al bloque tres entre toses a causa de los últimos ejercicios que le tiene agotado , sube las escaleras y los busca.

De cuarto en cuarto revisa las camas y literas para encontrarlos.

-Oye , ¿No has visto a los chicos que no hablan nuestro idioma?- pregunta a un niño de los tantos entre los pasillos.

Este apunta a un cuarto. Desde ahí es posible escuchar un criterio infantil en portugués.

-No , ellos no…ellos hablaban diferente.-

El niño levanta los hombros y sigue su camino.

-Se los llevaron.-

Gira al escuchar una voz adulta.

Su alivio es mínimo al ver la figura de una niñera diferente , debía ser de este bloque.

-Los niños que buscas , ya se fueron a casa.-

DogDay sostiene esta carta con el rostro pálido después de correr antes de que se cerraran las puertas.

 -Porfavor, aléjate de estos niños.- le advierte esta niñera.-Eres tan tóxico como todos los de tu bloque.- sigue adelante.

El chico guarda la carta volteando para ver a cada niño en este espacio.

El peso que le llena es la culpa. La estupidez que cometió al traer a Sally cuando ya era miembro del grupo 4 , la desgracia de traerla de vuelta en vez de explicarle que ya no pertenecía a sus amigos anteriores.

Vuelve sobre sus pasos con esta advertencia clavada en su pecho.

El claro hecho de lo fácil qué sería para estas personas destruía a su familia sin poder hacer nada más. 

A su lado pasa una figura conocida.

-Espera.- le llama deteniedole por el brazo.

La niña le mira con las cejas juntas.

-No , no quiero ser Cat…-

DogDay no alcanza a escucharla por unos gritos al fondo de los pasillos. Este le sacude el cerebro como si de pronto su cabeza le debiera recordar de su migraña y lo miserable que era desde que comenzaron a inyectar sus ojos.

Sujeta su cabeza escuchando esos gritos al fondo.

-¡Había una araña! ¡Era una asquerosa araña enorme!-

-Aquí no pueden haber arañas , debiste ver una rata.-

-¡Yo sé lo que vi y era una maldita araña!- 

Dog recuerda su misión al terminarse el ruido , apenas reacciona al descubrir que la niña aprovechó su distracción para escapar. El peo del dolor de cabeza le hace cerrar los ojos al pensar profundamente en su situación.

-Tampoco era amiga de ellos.- mira sus manos.-No queda mucho.- sigue adelante para seguir el ritmo de entregas antes de que se cerraran las puertas de su bloque.

 

Aquella niña revela su escondite al salir de debajo de una mesa cercana. Tose , sujetándose la boca al caminar después de haberse agachado dtan de golpe.

Conforme avanza vuelve a esconderse en el bloque dos. Toca el hombro de un niño.

-Hola.- saluda con la mirada baja.

Este mira alrededor y abre un cuarto para que ella pueda esconderse de los cuidadores.

No la conoce bien pero las pruebas la dejaban cansada.

-Ay , no.- voltea evitando una figura que pasa por su lado.

Un chico alto que en serió asustaba y para su desgracia , era su compañero de cuarto.

 

 

 

Entre los muchos experimentos , hay uno en específico que era catalogado como insoportable.

Aguantar la respiración.

La niña lo pasa pero no de forma correcta.

Le observan sostener en su boca una lámina qué delataba su aliento.

Ella mira a todos con odio.

Los odia a todos.

 

 

 

-No creo que ella deba ser el primero , ni siquiera llegó a convivir con los otros siete.-

-Es lo de menos , verás que una vez esté con ellos , serán mejores amigos.-

 

Eso escucha la niña a través de las paredes.

Las voces que insisten en que era perfecta para algo que no le gustaba.

Aguantando pruebas qué solo eran cada vez más agotadoras.

 

 

Llegando despertar en su cama con la realidad aplastada contra las pesadillas donde doctores le hacen meter la cabeza en agua helada , una y otra vez , ordenándole no respirar.

Guardar el aliento.

No respirar.

 

Las clases no le ayudan.

No puede dejar de verse atrapada en el agua.

Desea irse , desea escapar.

Rasga los colores sobre la hoja entre gruñidos. 

-Quiero un pollito …- lamenta cansada de todo.

Solo deseaba acabar con todo. Acabar los estudios raros que duelen. 

Sus manos cansadas son tomadas con calidez.

Sus ojos brillan entre la humedad de las lágrimas acumuladas , mirando hacia arriba.

Sorprendida es sacudida por la presencia de un cuento de hadas real.

Nunca en la vida vio ojos de ese color ni un aspecto más principesco. Como si del libro escapara una ilusión. 

-Quisiera que le ayudarán , maestra?-  

Su cabeza vibra con esa dulce voz tan amable y suave. Una criatura apenas real , su calidez le hace temblar aún atrapadas sus manos.

Y cuando nada podía ser más perfecto esta figura se fija en ella directamente con una sonrisa tan divertida en sus dientes prominentes , cubierto por el calor de las luces ahora más agradables que nunca.

-¿Dejas que te ayude?- se dirige a ella con esa voz melodiosa.-¿Quieres que sea amarillo o azul?- pregunta de nuevo sin abandonarla aunque su cabeza ahora sea un destre nervioso. 

Tontamente logra comunicarse con él , tan sorprendida por verse en la posibilidad de hablarle como lo estaría el lector al ser abordado por las ilusiones entre las letras de un libro olvidado.

-¿Hay pollitos azules?- pregunta de vuelta tan nerviosa como para inclinarse al lado contrario aunque sólo deseaba acercar , tocar sus suaves mejillas.

Este niño termina con su resistencia al sonreír dejando salir una risa altiva , igual que un príncipe seguro de acabar con el dragón.

-Si tú lo quieres los habrán , ¿No?- cuide a medias su cabello liso al moverse más cerca de ella.- Yo hice el mío negro.- le comparte una sonrisa.

La niña con cabello negro siente su cabeza hervir avergonzada.

-¿Y porque negro?- cuestiona sin aliento.

Y él rompe su defensa tan simple con una risa tan sutil como demoledora.

-Porque me gusta mucho.-

El ave en su hoja termina siendo un pollito azul con varios tonos al jugar bajo la guía del niño con los colores. Abraza su dibujo en la fila para descansar , viéndole al final de la fila con ese aspecto ahora tan galante como sutil.

Él no se queda a dormir.

La niña queda triste en su cama. Observando su dibujo con la cabeza baja.

-Porfavor , duerme , mi niña.- le anima la muñeca.

-No quiero.- dice tratando de aferrarse a este dibujo.

-Porfavor , descansa.- le vuelve a pedir más preocupada la muñeca.

-No quiero , no puedes obligarme.-le responde bajando de la cama.

La maestra suspira tomándola por los hombros.

-Solo necesito que te acuestes.- le pide ahora más decidida a dejarla a hacer su voluntad mientras se mantuviera acostada.

La decisión de levantarla y llevarla a la cama de espaldas no fue la mejor.

No cuando solo logra hacerla caer en la pesadilla.

Gritando aterrada usa aquellos colores azules contra el ojo de la maestra , después de haberlos guardado como recuerdos. Los pierde al atacar a la muñeca que grita sujetándose el rostro en agonía.

La niña cae de la cama abrazando su dibujo entre lágrimas arrepentidas.

 

No le hagan castigado.

Tiene la oportunidad de observar a ese niño moverse entre pasillo y amigos escandalosos.

Lo conoce de lejos.

Aprende de sus caprichos y sus peleas.

Lo ve divertirse y llorar.

Lo ve perder a sus amigos.

Logrando despedirse aunque no fuera su deseo.

 

 

 

Al ser llevada descubre lo que sucedió con Sally.

La niña a la que nadie entendía ni pudo despedirse.

Llegando a una habitación blanca donde es posible ver una mesa en el centro y las muchas figuras de los médicos alrededor de la mesa donde quieren subirla.

Mira alrededor en el momento que la levantan y puede ver lo que le rodea.

Las agujas preparadas. Los cuchillos y las muchas bolsas de sangre ya dispuestas.  

Solo ver ese gato muerto en la ala a la que le llevaron es suficiente para esclarecer lo que sucedería.

Su espalda es colocada contra la superficie de la mesa.

Salta de entre las manos de esta persona sin importar género o figura , corre para sujetar sus cuellos.

-¡No quiero ser CatNap!- grita cansada de todo el proceso.

De todo lo que era ser uno de estos juguetes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1988

 

 

 

 

-Después de algunos esfuerzos de nuestros colegas …la materia prima completo el ciclo que casi interrumpes.- 

-No fui yo ,ellos peleaban e intervine.-

-No estoy aquí para que me expliques porque uno de los experimentos más trabajados fue descubierto medio muerto en tus manos.-

-Escuchame-

-Puedes regresar a la guardería en una semana.-

Toda la frustración muere junto con la angustia del hombre.

Volviendo a una frialdad relajada en su indiferencia.

Es alivio.

-Eso esperaba.-bufa frustrado por estas consecuencia.-Obtuvieron su conejillo de indias , no tengo porque ser retenido,-

-Sabes que ser retenido es lo de menos.- recuerda el coordinador.-Es el …décimo qué cae por un error y estás involucrado.- le mira tan aburrido después de las semanas encerrado en la prisión de empleados en vez de ser llevado al plato de Boxy.

-Los accidentes ocurren.-

-Lo que es raro es que sean tan seguido …en tu presencia..- le da una larga mirada con esos ojos juzgones.

No es conveniente.

El hombre baja los hombros. Cambiando toda su expresión de forma consciente , actúa como si dejara caer sus armas.

-Exactamente , amigo… - suspira cubriéndose el rostro con las manos.-Estoy agotado , estoy cansado de ver todo esto…pero si yo me voy , ¿Quién me reemplazará?- mira directamente al hombre.- ¿Quién amará a estos niños como yo?-

 

 

 Lo dejan salir de retención con una carta de movilidad permitida.

Sus años en esta fábrica le dan esta oportunidad.

Cruza por los pasillos escuchando a los otros trabajadores en sus propias habitaciones , tomandose con calma su mudanza de regreso a Dulce Hogar.

Entra a su cuarto con un plan por formar para recuperarse después de este episodio desagradable en su vida.

Pasa la tarjeta de seguridad y entra para relajar el cuerpo.

Nunca pensó que la muerte de un indígena fuera tan ruidosa dentro de este lugar. 

-Esto fue demaiado.- ríe cansado después de haber gastado tanto tiempo en esta parte de la fábrica y con su salario retenido.

-No sabes lo que es demasiado.-

Detiene sus movimientos al escuchar esa voz por su espalda.

Reconoce la figura y quién era esta persona.

-Daniels.- murmura al verle cerrar sin perderle de vista.

Es extraño verle ahora y con ropa común en vez de su uniforme.

-Es raro verte ahora.-le señala tomando disimuladamente un cuchillo del interior de su cama. Oculta su ímpetu con un rostro nervioso.-Yo no hice nada contra los guardias.-

Entonces lo escucha informar de algo con tanta desfachatez como lo hará un maestro de primaria.

-Alguien con la posición para abrir tu puerta y apagar las cámaras me dio diez minutos contigo.- avisa el guardia de seguridad con ese aspecto frío de siempre.-¿Entiendes lo que quiero decir?- 

-Que nadie vendrá a recogerte.- murmura saltando adelante con ese cuchillo.

Debe parar con su cara pegada a un cañón de metal.

Un arma corta a diferencia de los rifles.

-Tira eso al suelo.- le ordena serio , ese rostro severo de por sí es cubierto por una frialdad desprovista de cualquier emoción aparte de esta orden.

Inhala y exhala obedeciendo.

El guardia pisa el cuchillo y lo patea a una esquina.

Cometiendo un grave error.

Se desarma tirando el arma al suelo.

No espera a escuchar ninguna razón o lo que sea este juego extraño. Usa su cuerpo completo para empujar lo para buscar el arma.

Claro que la toma pero no logra disparar. Su cabeza es pisada y su nariz abierta al primer impacto gracias a la fuerza del hombre mismo y sus tenis viejos.

Lo atrapa por la camisa para ponerlo de pie sujetando de paso su muñeca para que no soltara el arma.

Usando este impulso para hacerlo golpearse con la misma arma en la cabeza y el rostro.

Suelta el arma por un instinto primordial. Usando todos sus fuerzas para sacarlo de encima , algo nada fácil por su estatura exagerada. Pronto su cuello es sujetado y su estomaf torturado por más de cuatro rodillazos seguidos. Votando sus órganos por dentro para hacerlo expulsar el interior.

Este guardia retrocedió para dejarlo caer , pateando su pecho logrando levantarlo.

En el suelo aún tiene el arma , la toma y apunta jalando el gatillo.

No hay ningún disparo ni sonido más allá del gatillo chasqueando. Abre la boca , puede que debiera hacer una pregunta dramática pero solo logra probar el suelo.

-¡Nunca me ha gustado patear a alguien en el suelo , es una mierda de cobardes! ¡Es algo que me da asco!- retrocede al escucharlo toser.-¡Tu eres alguien patético , miserable!- patea su espalda haciéndolo chocar con la pared.-¿Cómo? ¿Cómo?- da una vuelta cana o aunque solo haya hecho este teatro de matón escolar.- ¡¡¿Cómo puede ser posible que mates a golpes a un niño?!! ¡¡¡Un niño!!!- Esta vez no puede parar de patearlo.

Usando el talón logra romper esa costilla y abrir su nariz y rostro como un bola de carne mal picada en alguna carnicería fea.

Patea tantas veces como se puede permitir.

Ugnora si los gritos son de ayuda o si le pidió que parara , solo le hizo sangrar hasta sentirse agotado.

Sujetando su pecho sobre la camisa manchada de sangre.

-Mierda…- retrocede observando el techo con los hombros bajos.

-Por un carajo…un …- sujeta su cabeza temblando.

Ya sabe lo que sucedió.

Lo que sucederá con el niño que fue catalogado como un experimento.

Con el niño que vio caminar con un parche como señal de muerte. Sibn hacer nada por él.

Cayendo hipócritamente en este ajuste de cuentas sin valor , solo un idiota que actúa muy tarde.

Demasiado tarde para ser de ayuda.

No puede hacer nada , incluso si se engaña , no puede hacer nada , nada.

Solo observa a este tipo sin saber más que su crimen más fresco.

Lo toma como una razón para golpearlo , y es con gusto que se apresura a patear esas piernas para inmovilizarlo el tiempo que sea necesario para dejar de sentir esta rabia.

-Vuelve a la guardería , te lo suplico.- ordena aplastando esa rodilla sin importarle los gritos de dolor o como se dobla para sacarlo de encima.-Regresa las veces que quieras y cuanto quieras.- su desagrado a esa cara cubierta de golpes le hace escupir a un lado.-Te voy a estar esperando.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1994

 

 

 

 

 

 

La cabeza de un hombre enfermo es muy pesada.

 

Lo sabe bien al estar atrapado en estos pisos rodeados de viejos y creídos idiotas arrugados.

-Lleva las muestras al exterior.- le ordena un científico al entrar donde era requerido.

Hace mucho tiempo se le sacó de circulación por la guardería. No fue él , fueron los encargados cuando se le sustituyó definitivamente. Solo por un drama que se pudo haber evitado. Todo fue culpa de los idiotas que insistían en hacerlo responsable de cosas que no le corresponden en ningún sentido.

Saltando frente a una sarta de ordenes menos que vanas, bien podría ser más útil lavar baños ero necesitaban a un idiota en esta zona para evitar meter más al fondo a los experimentos que se adueñándose de la fábrica bajo el estandarte de payasos de seguridad.

Aún se ve incapaz de ignorar la figura de un juguete al fondo de la sala abierta de científicos.

Ese zoológico de wacks en la sala de descanso. Parecían chimpancés solo dando vueltas y acomodando palos en una hilera mientras jugaban frente a todos los que les ignoraban

A este punto eran experimentos obsoletos. Solo niños idiotas atrapados tras el cristal donde eran una broma escatologica y menos que un pisapapeles para el entorno laboral de esta zona.

Entretención , cerdos de la granja infantil.

Baja más al fondo gracia a su tarjeta de seguridad tan solo para llevar estos envases con sabe Dioss qué , observando al techo al escuchar a un científico hablar de fórmulas llenas de palabras vacías para admitir que estaba detenidos y tendrían que usar más huesos de mocosos licuados para darle forma a sus nuevos juguetes.

Baja del ascensor empujando este carro con la mirada perdida en sus notas.

Llega al lugar.

Entra a la sala.

A su paso escucha sollozos chillones qué le estresan.

Son niños y niñas dentro de jaulas donde esperan su cambio.

Ignoras las pedidas de ayuda y agua. Se suponía que debían evitar ser alimentados las siguiente cuarentena de dos a tres días para depurar sus órganos.

Entra por la última puerta para encontrar de nuevo a un científico cortando a uno de los especímenes.

-Demonios , cada día eres más lento.- gruñe rebuscando entre las botellas para encontrar el freno de la evolución.

El juguete es un posible elefante. Era obvio al ver la piel preparada a un metro y la forma en la que se esfuerzan por seguir el ritmo de los crecimientos deformes de la carne afectada por el químico qué usan para hacer a estas cosas crecer tan salvajemente.

-Esa cosa es más rápida , solo es necesario mirar los cambios en la hora.- toma la mesa vacía y vuelve sobre sus pasos.

Su siguiente parada es el abastecimiento.

Baja por el ascensor y espera a que se abran las puertas con esa insulsa melodía de siempre sobre su cabeza.

Llega al piso y baja. Puede ver a algunos trabajadores pelear con otros. Entiende que reclaman mejores provisiones. Estaban hartos de las latas de alimentos que sabían a rancio.

Coloca los químicos en el mueble.

Gira listo para salir del lugar.

Deteniéndose al escuchar una alarma por encima de su cabeza. Observa la pantalla con las cejas bajas.

Su cabeza da vueltas al ver un ojo fijarse en el frente , quedando oculto al estar debajo de la cámara y la televisión.

La alarma continua.

Toma una caja del mismo punto ciego y la arrastra silencioso para cubrir esta esquina consigo dentro.

¿Emociones? ¿Miedos? ¿Arrepentimientos? 

Siente , nada.

Miedo , no.

Arrepentimientos , tantos como para no poder contar.

Se arrepiente de no haber llevado a cabo sus fantasías , de no incluirse como maestro en la primaria de su ciudad y buscar oportunidades en una maldita fábrica solo porque el pago resultaba mejor.

Sabía que lo arruinó más de una vez.

Lo hizo cuando permitió que esos niños subestimaran su control.

Lo hizo cuando no se aventuró a divertirse correctamente y se dedicó a golpearlos.

Él no quería lastimarlos , solo deseaba probarlos.

Deseaba con creces sentir sus cuerpos romperse , no lastimarlos.

No debió hacerles daño.

Fue idiota.

Fue débil.

Se acobardaba , siempre se acobardaba cuando tenía la oportunidad de hacer lo que deseaba. El resultado sería este mismo , parece que es injusto que no pudiera ni darles un día de diversión.

Algún día estos niños se rebelarian ¿Qué más daba jugar con ellos de la forma correcta? 

 

 

 

 Pasa días atrapado en esta esquina. Preguntándose porque pasar por esto debía ser su destino cuando no pudo hacer nada placentero con ellos.

Cuando los tuvo en los baños.

Cuando les arrinconó.

Cuando incluso a ese monstruo actual le llegó a sostener de su delgado cuello… tanto pudo divertirse , hacerlo llorar de verdad pero solo se acobardó pensando en la seguridad y las consecuencias.

Término aislado de los niños y si los vuelve a ver es en esta situación poco agradable y vigilada.

-¿Será que me recuerdas?- preguntó riéndose de ese mocoso.

Será ahora un monstruo armado , grande y fuerte pero era suave.

Tenía unas piernas largas y suaves incluso al ser un monstruo , debió marcarlas.

Debió llenarlo hasta hacerlo sangrar.

 

 

 Cuarenta días.

Su cabeza daba vueltas en ese momento.

Ese ojo es visible en la pantalla cada diez horas. Debía tener vigilado este almacén por la comida.

Gruñe aburrido de solo pensar , arañar las paredes y tocar se con ilusiones qué no sucedieron jamás.

Debe rendirse y salir.

Puede salir sin usar la tarjeta , solo tiene que usar el túnel.

 

 

 

 

 

 

El día setenta decide abandonar este lugar para estirar las piernas.

Escapa por el túnel evitando las cámaras en los pasillos llenos de sangre.

Sube las escaleras esperando no toparse con nadie o nada.

No es su mejor día.

 

A su paso por las escaleras encuentra una cosa deforme arrastrándose viscosa.

Le observa de lejos , su forma y color.

Es humano o lo fue.

Al tocarlo con un palo puede ver que solo es capaz de arrastrarse y chillar.

Lo sujeta y tira por el borde de la escalera para verlo estrellarse contra el suelo como una masa roja.

Sigue adelante habiendo liberado el paso.

Claro.

No es mucho mejor arriba. Solo encuentra más y más de esas criaturas feas.

Pasa entre estas y sin buscarlo encuentra su origen.

Ese salón de jaulas repleto de estas mismas masas deformes qué luchan por salir o se hacen pedazos bajo el peso de otras más grandes.

Sigue para no tener que verles.

Vuelve al ala médica para tomar un baño y pensar mejor en esto.

Estaba atrapado con las formas de vida más miserables que podían existir.

-Eres un humano.- 

Sobresaltado voltea al escuchar esa voz por encima de su cabeza.

-Mierda.- ríe por un nervio incómodo.

El ojo le recorre y ríe.

-Eres el infanticida.- le señala.-Es irónico que de todos , seas tu quién llegue tan lejos.-

-Yo nunca lastimé a un niño.- reclama furioso por la acusación.

Este ojo le responde aburrido.

- A diferencia de los idiotas a los que sueles estar acostumbrado…- queda a medias. Suspira completamente desinteresado de este humano.-Se la debes a todos los sonrientes , ellos te recuerdan. Más de uno querría verte… él querría que te entregará.-

Deja de lado esos balbuceos con el humor por los suelos. 

-Es lo de menos , están demasiado lejos.- 

Ese ojo cambia lentamente a rojo.

-Ellos , si.-

Lo abandona.

Inmediatamente toma las agujas cercanas con un grito furioso.

Toma la bata del primer científico muerto qué se le cruza y baja las escaleras devuelta a ese almacén.

-No podrás esconderte.- le advierte la voz.

Este hombre ríe enardecido por emociones revueltas ,con el odio salvaje contra todo lo vivo en este espacio. Baja las escaleras corriendo sin interesarse por los tropiezos.

Entra de nuevo al almacén con estas agujas, abre los químicos que encuentra y llena las agujas sin pesar haya el borde.

Clava estas agujas en las latas.

 Una por una las llena de estos venenos o drogas , llegando a sólo clavar la jeringa sin saber si realmente les inyectó algo.

Esa presencia le observa sin palabras. Enviando las señales pertinentes para los cazadores del piso.

El resultado es demasiado tardío. Este lote está perdido y la criatura qué llega no hace más que matarlo de un mordisco y retirarse.

La comida de estos pisos es inútil.

 

Sin poder hacer nada realista , el científico en las cámaras regresa cada tanto para ver el deplorable estado de los experimentos marchitarse lentamente.

Los días son semanas y las semanas en meses.

Las criaturas se comen entre ellas , o muerden cosas que no deberían. Llegan a la comida y mueren envenenadas y otras tantas mueren naturalmente.

Algunas mueren por morder cables eléctricos , desconectándose de todo el ruido causado por la explosión al morder las mangueras equivocadas.

Siempre teniendo en el foco la figura en descomposición de ese hombre tan irrelevante como siempre.

A lo mucho sirve de alimento para aquella criatura que antes fue su víctima en las escaleras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1996

 

 

 

 

 

Esta mañana hace un frío muy raro en el aire.

No es la helada sensación de siempre sino algo aún peor. Duele en el cuerpo y es devastador.

Hace a Kickin temblar.

Observa su reflejo en el agua de la cubeta qué prepara para el día.

Algo de verdad estaba mal.

No importa cuando se esfuerce , aún siente que no logra encontrar el modo de salvar su alma de esta incomodidad.

Puede escuchar a los niños moverse detrás de las paredes de Dulce Hogar.

-CatNap…- lo busca.

Ese gato ahora se encuentra sobre el tejado de La juguetería.

Parecía estar en paz al acostarse de tal forma que sus patas colgaban por el borde. Parecía estar dormido hace horas.

Kickin lo toma como una buena señal , sigue juntando cubetas o simples trastes con agua para posibles incendios por algo más serio.

 

 

Desde lo alto CatNap vigila este lugar con su larga cola meciéndose lado a lado entre gruñidos inconformes. Temblando por el dolor de cabeza que roba su paz.

Necesita dormir.

Mira al ave traer agua , piensa en ayudar pero sabe que de hacerlo Kickin se desanimara y evitaría la tarea con tal de alejarse de él,

Vuelve a mirar las nubes.

Envío a Hoppy al exterior para mantenerse fuera de peligro en caso de que las cosas sucedieran como no debían suceder. Ahora solo es visible una nube sin un conejo encima.

 

Esperan.

Esperan tanto que su cabeza en un momento se llena de bruma.

 

S-m-i-l-e everyday!

 

Ese intro comienza y sus cabeza se inclina dormitando fuera de su control.

 

When you are down and out

 

Es la voz de DogDay , aunque ya no es la de su DogDay. Puede recordar como sonaba antes.

 

No need to frown and pout

 

Solo le queda llorar , admirar este silencio y aferrarse a esperar que todo salga bien sin el riesgo de ser asesinado por los otros seguidores de Dios.

 

'Cause smiling critters here to say

 

Quisiera escucharla voz de Hobart una vez más.

 

S-m-i-l-e everyday!

 

Su cabeza cae en el sueño al verse consolando por la melodía de esa serie cancelada.

 

El día continúa con normalidad.

 

Ignora los movimientos. Los juguetes moviéndose.

Un niño sin un brazo. No puede verlo por mucho , no quiere hacerlo.

La soledad en las paredes de un dulce hogar.

 

 

Lo siente.

 

Es un golpe profundo entre sus costillas.

Abre los ojos y mira alrededor con este sentimiento desagradable.

Recuerda a DogDay dar vueltas por La Guardería , gruñendo y perdido tratando de encontrar un peligro que era al final , real.

Quisiera que fuera un recuerdo nada más.

No lo desearía así pero todo apuntaba a estar en la misma situación, así no le gustará.

Salta de pared en pared para encontrar aquella pieza que estaba dañando todo el ambiente de su hogar.

 Salta por encima de los tejados buscando esos intrusos , quizás era verdad.

Quizás Dios si permitiría la invasión,

-No , él no haría eso…- murmura para sacar esa idea de su cabeza al aterrizar pata a pata en la estatua de DogDay , olfatea el aire con sospecha , mirando a todos lados menos a Dulce Hogar.

Ahora todo parecía estar en paz.

Al fin.

Nota el problema.

Mira la alarma del almuerzo ya terminada , debería haber un ruido extremo dentro de Dulce Hogar a consecuencia de la recolección y dividendo alimentos. 

Gira la cabeza en esa dirección.

Apenas por un suspiro logra evitar la pieza de metal dirigida a su barriga.

Esta viene de manos de la escualo azul , gritando frustrada al verle evitar el ataque.

-¡¡Tu lo mataste!!- le gritó ella tomando otra pieza de metal de las ventanas de Dulce Hogar para atacar como si fueran lanzas.

CatNap esquiva ese corte y sube saltando metros seguidos para dormirla con una bocanada directa de su humo.

Pronto es obvio que sería mala idea , ese dragón aparece por el techo.

No piensa preguntar el cómo entraron cuando era obvio que este enfrentamiento les esperaba hace meses tan solo les dio largas para no enfrentar las problemática de herir a DogDay en su momento.

Ahora Mako le guarda gran rencor y cada ataque a más era la prueba de lo grande que sería su venganza , su rabia contenida por demasiado tiempo. Saltando del techo de dulce hogar para esconderse dentro de la estación eléctrica.

El fuego del dragón lo obliga a retroceder saltando entre los jardines.

-¿Qué estás haciendo?- logra preguntar sin llegar a nadie su duda.

 La electricidad salta al límite. Levanta los rincones con su luz.

Desde el interior de la misma escuela esa luz emerge por las ventanas.

CatNap evita el fuego , chocando con una figura por la espada. Gira listo para golpear , más se detiene al ver a esta chica de su lado sangrando desde la boca.

-Están en el esqueleto del domo.- informa temblando. CatNap no puede evitar su caída al suelo antes de verse obligado a saltar. Justo ahora su boca deja salir un grito furioso al ver al dragón pisar a la chica en el suelo.

-¡¡Déjala ir , ahora!!- advierte exhalando el humo rojo.

La consecuencia es casi instantánea.

Solo la rotura de la base donde estaba de pie le salvó de la madera incendiada clavada a solo unos centímetros de su cuerpo.

El humo reacciona sacudiendo el gato con la explosión.

Al caer descubre a más de un juguete medio escondido entre los arbustos.

-¡Dile a todos que vuelvan , ahora!- ordena saliendo de este espacio con el cuerpo pegado al suelo en una curva donde cada una de las extremidades son necesarias para alcanzar al dragón por un flanco apartado de su capacidad visual a consecuencia del mismo fuego qué le escupe.

 Logra llegar a él para sujetarse de sus hombros con las garras , usa las traseras para destrozarle el estómago.

Ese es el objetivo.

Más su espalda es atacada por las garras de un ave negra.

Intenta concentrarse en matar al dragón que parece ser sensible al dolor en mayor medida que el resto.

-Gracias por hacernos esto , CatNap.-

Esas palabras vienen con un dolor perverso en su costado.

Es un pedazo de madera clavado entre sus costillas.

Poe gruñe al descubrir que no puede pasar de una profundidad aunque era la mejor forma de matarlo , antes de lograr cambiar de zona , su cuello es sujetado por la espalda.

Es el ave amarilla usando una cadena para atrapar su brazo.

Este grita sin palabras , no le sujeta , se lanza por delante sin importar el fuego.

-¡No!- el pedazo de madera que arrastró para clavarlo con su propia fuerza y la de esta ave en el costado del dragón.

Suelta la madera muy tarde para evitar las heridas pero no tarda ser sacudido por la salida de los metales estallando desde el suelo a la salida de ese cocodrilo.

CatNap no puede soportar estar cerca con todos , apenas logra evitar la dentadura y llevar al ave sobre su espalda al estar soltando la cadena.

-Debemos sacrificar PlayHouse , ahí hay una fuente de gas que puede matarlos.- le Kickin.

La mención de la destrucción de ese lugar hace al gato temblar ante la brutalidad del ataque.

No pueden irse , deben dejar de correr ahora con el dragón recuperándose tienen de ventaja lo que tarde ese lagarto rojo en dejar de llorar o sujetarse la herida.

Kickin siente demasiadas emociones revueltas al ver a ese gigante llorar como un niño pequeño en los brazos del cuervo.

Este voltea para mirarlo solo a él.

Este intercambio termina con la aparición de la chica azul por delante.

Esta les mira en su sitio por unos segundos.

La oscuridad los traga con la risa de alguna chica demasiado cerca de ellos.

-Ve con los niños.- advierte CatNap en mejor situación visual que el ave.

-No uses el humo , tiene fuego todavía.- le advierte vigilando al dragón y los escombros encendidos.

-Exacto.-

CatNap gira golpeando con un zasparzo a la chica rosa que casi le muerde por la espalda , le lanza a varios metros mirando a Kickin perderse por las sombras.

Desde estas mismas los ojos brillantes de la oveja le sonríen saltando adelante sin dudar o pensar en el humo que ya sabe que CatNap no puede usar a menos que se decida a ser un asado con sabor a plástico número 7.

-¡¡A qué sabe un gato cocinado!!- ríe al lograr hacerlo retroceder con sus cuatro patas.-¡¡A gatolicos!!- ríe sin ganas.

 El gato por supuesto que no entiende el chiste ni le interesa entender. Solo ruge al tenerla de frente y usa una garra para voltear su rostro con el impacto.

Esta retrocede con una pezuña en el rostro.

Un pedazo de madera encendida cae clavada entre los dos.

-¡Por dios , solo eres un perfume muy grande! ¡Gato apestoso!- ríe al descubrir que solo le falta un pedazo de su lana.

CatNap se mira la pata llena de un líquido oscuro , más no es sangre.

-¡No te distraigas!-

Antes de que la oveja logrará usar esa madera en su contra CatNap retrocede haciendo uso de uno de los tantos cubos de agua dejados por el lugar a mano de Kickin. Ver el rastro encenderse antes de llegar al agua le deja en claro lo cerca que estuvo , lo decididos que estaban a matarlo.

Incluso uno de ellos pensaba en inmolarse.

Aquella chica rosa aprovecha su sorpresa para morderle el cuello por la espalda.

-¡No sin consentimiento!-

El gato mira fuera de sí la aparición de Hoppy por el cielo , habiendo atrapado a la rosa gira estrellándose contra el suelo.

-¡¡Rabie!!- 

La rosa queda fuera de circulación al sufrir un pistón directo a la nuca por Hoppy. La coneja con la experiencia y la brutalidad de su lado se decide a pisar la columna para sacarla de la pelea con un grito agudo de parte de la chica.

Podría seguir adelante y dirigirse a la oveja sorprendida por el giro desalentador para su compañera más sus heridas la tiran al primer paso , cayendo al suelo con un dolor profundo recorriendole las entrañas.

-¡Llévame al techo , al techo!- gritó a CatNap desde el suelo.

-¿Dónde están ellos?- pregunta levantandola en brazos.

-¡Ellos no pueden moverse como yo , lo sabes!- grita sujetándose el estómago.-Deben atravesar la maldita cueva siu el teleférico no sirve.-

CatNap puede moverse rápido gracias a la distracción de los atacantes por los dos heridos que no pueden seguir adelante. Llevándolos a un punto seguro sobre el techo del partenón.

-Kickin está fortaleciendo Dulce Hogar.- avisa CatNap.

-Pues que lo haga bien.- al ser depositada en el techo descansa con las rodillas en el estómago.

CatNap la mira con la cabeza dando vueltas.

-Les dije que permanecierán cerca.-

-Pues , ya ves.- gruñe mirando al grupo perderse por el domo.-Carajo …- respira.-Sabes que solo están repensando lo que harán.- 

El gato respira y observa el lugar con las cejas casi juntas.

-Dejaron una trampa.- murmura mirando abajo.

Bobby recostada en el suelo sin moverse era la trampa . Una muy obvia al ver el punto abierto donde la abandonaron.

Hoppy observa las paredes y las nubes.

 La sangre continúa siendo expulsada de sus heridas , está viva.

 -Piensa , maldita sea.- exige Hoppy al gato.

CatNap se sujeta la cabeza y gruñe. 

-¡¡Dios!! ¡¡¿Por qué está pasando esto?!!- sus preguntas son expresadas con gritos furiosos.

Hoppy mueve la cabeza y lo patea sin fuerzas.

-Está pasando porque él lo permite , ahora concéntrate en lo que harás y deja de llorar.- 

Theodore rodea su cuerpo con las garras.

-¿Puedo hacer esto?-

-Si no puedes , estamos jodidos así que debo decir que eres capaz de estro y más.- responde Hoppy enderezandose a medias.-Porque podemos , sabes que podemos. Podremos y debemos poder.- sacude su cabeza con las garras.-Uno está subiendo , vete.-

-No puedes seguir.-

-Dije que puedo , así que vete.- le ordena mirando a una dirección definitiva.-Ve por Bobby , no la pierdas a ella.- arrastra su cuerpo al borde para enderezarse.

CatNap no escucha ni ve lo que ella , toma un respiro y le cree , daja este techo con un salto que lo hace recorrer las paredes paso a paso. Llegando al jardín , respira al escuchar el ruido en el tejado.

 Bobby. Corre hacia ella para recuperarla.

Claro , la trampa.

Es la aparición de ese cocodrilo por debajo del suelo de nuevo a través del esqueleto del domo.

Esta vez algo cambia.

Es la osa de nuevo de pie con esas garras por delante con más de un zarpazo directo al cocodrilo , arrancado pedazos de su piel con un rugido. 

CatNap la sujeta y corre con ella en brazos , ocultándose tras la escuela.

Bobby levanta y baja los hombros respirando con esfuerzo entre los jadeos profundos y su odio a punto de estallar.

-Ellos …- mira al gato.-¿No eras más fuerte que Dog? ¿Porque no has ganado ni una vez?-

El gato retrocede con la cabeza llena de gritos.

 -No puedo usar el humo.-

-Usa el cuerpo , úsalo y pelea.- le reclama agotada , no fingía esta debilidad no con lo difícil que le fue ponerse de pie. A cada paso la sangre en su cuerpo es derramada con más fuerza y entre estos pasos existe un gran miedo.-Dog ya sabría que hacer , ya tendría un plan pero solo estas dando vueltas y corriendo ¿Qué debemos hacer? ¿Qué se supone que haga? - le interroga buscándolo al retroceder el gato un paso cada vez que ella avanza.-¡¡¿Por qué no me enseñas cómo proteger mi hogar?!!- grita aterrada ante la posibilidad de perder ahora todo lo que protegieron por años.

Theodore siente esas manos aferradas a su pecho con tanta fuerza como para arrancar su piel.

-No lo sé , no sé qué hacer.- murmura cansado.

Es bueno peleando , no planeando algo que definitivamente no tendría que estar pasando.

-No lo se , Dios¡Gh!- 

La osa le dio una bofetada. Sin garras ni fuerza excesiva. Una bofetada qué abrió sus tímpanos.

-Dios no te va salvar , ni a ti ni a mi. Esta es nuestra batalla ,ahora jefe ¿Qué hacemos?- 

-No lo sé.- murmura tratando de no romperse en lágrimas.-Dios …dios me prometió protegernos , que estaríamos bien…Dios me lo prometió ,lo hizo.- tiembla perdiendo fuerza en sus patas traseras.-¿Qué pude hacer para hacerlo enojar? ¿Cómo hice que esto pasara? ¿Qué hice mal?- llora derrumbándose.-Ustedes también lo creían , creían en mí y Dios.- sujeta su cabeza temblando.-Bobby , no se que hacer , no se que hice , no se que hacer , no se donde estoy , no lo se , no lo se…- 

La chica retrocede levantando las garras contra su pecho.

-Solo quiero defender mi casa.- murmura buscando su camino.

CatNap levanta las orejas con el ruido venido por un costado.

Es esa chica azul mirándolos desde ese lugar con esa sonrisa cruel perpetua.

-No sabes que hacer … dices.- acusa arrastrando las palabras.-Aunque estamos haciendo todo justamente , como él nos enseñó …como se supone que debemos hacerlo para ser justos , tú solo dices…qué no sabes qué hacer.- gruñe ella furiosa.-¡¿De que maldito libro de comedia saca esas ocurrencias maldito bastardo?! ¡¡¿Cuando una de tus mejores bromas fue decidir matar a alguien cuyo trabajo no puedes ni comprender?!! ¿Acaso los ingleses no son más listos o una pava por el estilo?- su coraje crece al verlo más serio solo por tenerla enfrente.

-Él…- Bobby comienza a entenderla solo con verla tan enojada.-Ellos están imitandonos.-

Theodore mueve las orejas.

-Él dijo …- Mako abre las garras girando la antorcha en su mano.-¡Los niños a los sótanos , los rápidos al techo , los más fuertes con los niños! ¡Y yo con mi compañero a cada paso cambiante!-

 Bobby mira al suelo preocupada.

-CatNap …- le llama buscando la lógica del cambio.

Es claro que Mako tomó el lugar de DogDay en la invasión de hace años más no comprende la parte de los niños. 

CatNap no los entiende , él no supo nada de ese día y mucho menos entendería las palabras de Mako.

Solo la pérdida de su cariño, de DogDay , de sus ideas esporádicas para salir de problemas en los peores momentos. Siempre buscando la respuesta más brutal para moversé.

Algo que él no tiene. 

Se sabe inteligente y apto pero algo cómo ver esta clase de situaciones y actuar , era diferente…raro.

Eso es ser el líder.

-Ni aunque te lo explique lo entenderás , no importa cuánto lo intentes . Eres estúpido y nunca serás más que un estúpido.- inclina la cabeza de lado y bufa levantando su antorcha al saltar adelante directamente a por ellos.

CatNap se pone de pie en dos para detenerla por el cuello al superarla en estatura.

Bobby procede a cortar su torso . A menos que se vea atacada por el cocodrilo entrando por la parte superior del edificio , agarrándole entre sus fauces para azotarla contra CatNap.

Antes de que pudieran defenderse, el cuello de CatNap es sujetado por las piernas de la oveja , aterrizando sobre él con un gruñido.

-Debe ser divertido ser tú.- burla clavando la boca de la chica rosa en su cuello al obligarlo a torcer la cabeza con un impacto directo a su sien.-Nada de responsabilidades , solo llorar como una doncella mancillada y hacerme la víctima cuando no me salen las cosas como quiero.-

CatNap ruge tratando de sacarla de encima sin lograr más qué la entrada de más de ese paralizante en su torrente sanguíneo. Grita lleno del dolor de este químico en su sangre.

Usa el humo pero el fuego lo hace detenerse con esa antorcha entrando por su boca.

Las quemaduras le hacen gritar de dolor.

Bobby patea a Makol logrando que la suelten , el objetivo es volver a sujetarla pero rueda , esquiva sus mandíbulas y sube por este cocodrilo para liberar a CatNap.

En un momento todos son empujados con violencia.

Es la chica rosa de los sonrientes saltando desde lo alto con el capo de una grua de carga como arma , este golpe logra separarlos al no quedarse con esto.

Sujeta al gato con ambas pezuñas y corre acompañada por Bobby.

Seguido deben evitar este espacio por el lanzamiento de una caja de hierro.

Es el elefante solo mirando de reojo como se llevan al gato por las patas.

-Mierda.- gruñe siguiendoles.-¡No puede ser que ya te mordieran!- 

De lo alto algo cae deteniendo la huida del grupo.

Es Hoppy con esa rana sujetando su cuello con la lengua , al tirar de sus orejas para pisarla imitando el mismo golpe en la columna de la coneja.

-¡Hoppy!- se detiene Bubba para usar las cadenas en sus brazos contra este.

La rana evita el primer golpe pero el segundo de reversa le hace caer directo contra el suelo.

Bubba corre a levantarla. Puede ver a la rana mantenerse en su lugar sin hacer nada por de tenerles.

Hoppy gruñe y sus garras escarban el suelo intentando ponerse de pie sin lograr más que temblar.

Bubba le carga y corre.

Deteniéndose por el ruido a sus espaldas.

CatNap en el suelo abre los ojos horrorizado al ver Dulce Hogar abrirse por un costado con la fuerza del dragón. 

-No …- Picky detiene su carrera al ver el lugar destruido.

Bobby deja salir un grito tal que le obliga a doblarse de dolor.

-¡¡No no no no no!!- regresa más debil que nunca al sentirse tan vulnerable más regresa , devuelve sus pasos para proteger Dulce Hogar.

Desde el suelo les ve correr a esa misma dirección sin pensar siquiera en cómo resultaría estar todos juntos en esta situación.

CatNap los ve pelear con el grupo reunido , gritando sin sentido. Escuchando a Hoppy arrastrarse gritando con la cabeza vuelta un desastre entre las amenazas y los gritos.

Pata a pata logra ponerse de pie al pensar en la máquina en su pecho procesando el veneno dentro de sus tanques , en el humo procesando su sangre.

En esa cosa atrapada dentro de sus órganos sacando su sangre para hacer circular el humo.

Logra moverse para ponerse de pie.

Mirando a Picky atrapada bajo el cuerpo de la chica tiburón.

Los golpes de ambas son definitivamente devastadores , son la violencia encarnada.

Sacando tanta sangre de sus rostros como carne de los rasguños.

Más Picky está en el suelo y pronto sus dos extremidades son pisadas por azul qué no detiene sus golpes.

Más abajo se puede ver a Bobby bajo la oveja cubriéndose de sus golpes al gritar atrapada a pesar de estar decidida a seguir adelante. Donde los niños ya no pueden ocultarse ni seguir en silencio.

El ruido.

El ruido es destructivo.

Lo aturde y lo llena de pensamientos revueltos.

Lleva al gato a ese día en el salón de acero.

A ese chico atrapado y su boca delante de todos sus esfuerzos por mantenerlos a salvo de las manos de los trabajadores. De esos ojos sucios ,incluso si su alma se veía dañada por los crímenes qué se vio obligado a cometer tantas veces.

Su cariño siempre vio por ellos , vio el mundo hacia adelante apesar de saberse odiado y repelido , se sabía solo y aún así buscaba hundirse más en la oscuridad para estudiar al enemigo.

Para encontrar la respuesta a los peligros venideros.

-¡¡¡Dios , porfavor detenlos!!! ¡¡Detén esto!! ¡¡¡Dios!!!- sus gritos vienen con el espesor de la sangre en su boca a resultado de las quemaduras estallando fuera de su hocico.

 

Todo ese sacrificio por su familia para llegar a este resultado. Para ser él quien termine con lo que queda de las pruebas de la existencia de aquel niño tan valiente que entró a la oscuridad para rescatarlo de su soledad. 

Del abandono.

Para llegar a ser dejado en el suelo todo aquello por lo que le vio luchando. Las vídas qué deseaba proteger caer al quedar en sus manos

A ser la razón por la que pierde incluso a la familia de aquel chico que le miraba con tanta seguridad al abrazarse en un rincón donde eran uno.

 

-Solo rindete.-

 

Picky ya no puede defenderse , solo sangrando contra el suelo a cada golpe.

Bubba logra mantener al grupo apartado de la casa pero no el fuego , cada vez más cerca de ser atrapados.

Kickin es visible usando los cubos y trastos qué repartió con agua para evitar la propagación del fuego sin poder hacer más que mantener las llamas controladas.

 

-Ríndete.-

 

Logra avanzar volviendo a probar el suelo al fallar sus extremidades.

Hoppy ya lo supera , arrastrándose entre gritos para alcanzar a detener un golpe de parte del tiburón.

 

-Ríndete.-

 

Busca esa voz esperando estar enloqueciendo.

-Papá dijo que parariamos cuando te rindieras , de otra forma nos daremos un festín con ellos y te haremos comer a cada uno aún con vida.- advierte el roedor.-Después de todo , a ti te gusta eso.- 

 Sus orejas bajan al escuchar a ese roedor apartado de la confrontación. Su pelaje gris parecía brillar bajo las luces amarillas.

CatNap mira a dulce hogar.

Su interior se llena con un furioso terror al ver a esa oveja levantar una pieza de hierro contra el pecho de Bobby , sin dudar en atravesar.

-¡Ya , ya no , me rindo!- grita buscando alguna forma de detener ese ataque , gritando al verla atravesar a Bobby,

No.

El metal fue clavado en el suelo.

El silencio siguiente es tan pesado como el cuerpo de Bubba debajo del cocodrilo y el dragón.

Las luces regresan.

CatNap mueve las orejas aliviado al ver a su Dios entrar por las sombras.

-Entonces , podemos dar inicio al festín.-

 

El peso en la cabeza de CatNap aumenta al escucharlo reírse con esa voz tan esperada en sus sueños.

Ahora llenándolo con una afilada escarcha arrastrándose por su garganta. Escapando una pregunta de su pecho , tan herida su alma como el cuerpo de Theodore:

-¿Qué va a pasar?-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

Para Mako esta historia es cruel y lenta.

Pasó mucho tiempo admirando a quien veía como el modelo de un padre que deseaba tener con ansias.

El suelo de ser protegida y comprendida , valorada desde el abrazo de un par le llenaba de ilusión.

Las ideas sobre un futuro donde no sería vista con sentimientos desagradables por alguien mayor fueron llenadas con la presencia de ese perro grande que insistía en ser el único en problemas por su propia mano.

Lo siguió y escuchó como si fuera un mantra.

Aprende sus lecciones sin sentidos como pudo entre todas sus tonterías y piensa que eso es estar en una familia. Amar a alguien a pesar de sus errores y aprender de entre todos su errores aquellas hermosas artimañas que llegan a oler a culpa.

En su presente ya arruinó muchos de esos recuerdos siguiendo una evidente mentira entre tantas otras estupideces.

Fue contra todo lo que él le enseñó , contra todo.

Todo.

Arruino su vida y lo que pudo haber sido si tan solo no se cerrará al odio que se le inculcó contra otros niños.

Hizo mucho daño mintiendo se como si fueran justas sus acciones.

Fingiendo que esa cosa era su padre cuando era más que obvio que no lo era , sin importar cuanto fingiera o se mintiera. No era su familia.

Así que ver ahora a ese perro con lo que parecía la máscara para consumir marihuana de su tío , no le es más que curioso.

Escucharon qué es una máscara de oxígeno pero que no sabían si hacerle una transfusión o no.

 -Ya , cálmate.- le pide Baba a su lado.

La oveja le gruñe tratando de liberarse de las ataduras y continuar mordiéndolos como carnaza.

-Ya , Baba , calmate. Vas a necesitar pañal a este ritmo.- le advierte Toullie al verla tan agitada.

La chica le gruñe abriendo esos ojos de luna con una gran amenaza. 

Toullie se agacha a besarle la mejilla , haciendo el arranque aún más furioso y enojado en ella.

-Déjala en paz.- le advierte Mako agarrándole por las orejas para liberarla de su burla.

-Esta muy enojada , ya debería calmarse o verá la libertad con cara de culo enchilado.- le advierte seriamente Toullie.

Allister al fondo mueve la garra de lado a lado con un chasquido de dientes.

Licky le pega una patada para que se ahorre esa burla con Mako tan cerca de ellos.

 

 

 

 

Aquellos gatitos se encuentran en una encrucijada.

Molestar o no molestar a su amigo acompañado por una chica que parece gustar de él.

La decisión es muy difícil y más viéndolo tan contento con su cola enroscada y esos ojos relajados. Pareciera estar presumiendo.

Al mismo tiempo saber que sería egoísta molestarlo y que de estar en su lugar no apreciaron la mofa qué podría terminar ahuyentando a la fémina. Entonces les queda nada más y nada menos que hacer lo justo.

-¿Recuerdas cuando nos escondimos bajo una caja y tuvimos que defecar en el mismo bote?-

El gato con los audífonos mueve las orejas y voltea a verlos.

-¿Quién carajos inicia una conversación así?- le reclama sin aliento. 

El gato que inició esta increpancia mueve los hombros restando peso a su duda.

-Me sentí solo y quise recordar días pasados contigo.-

-Mejor recuerdame cuando decidi que estaría cerca de ustedes.- les bufa volteando de nuevo a ver la estación y el ruido.

-Porque somo amigos.-

-Y una chica no cambiará eso.- añade una gatita subiendo al carrito.-Aunque hace mucho no veía una chica cerca nuestro , ya extrañaba no ser la única en el grupo.- recuesta la espalda en la pared.-Me comí un hongo del suelo.- 

-Di que no vas a vomitar.- le pide sacándose de las orejas los audífonos.

La gatita mueve las orejas y asiente eructando.

 Corren a sacarla del carrito.

En la sabana queda la chica DogDay suspirando demasiado agotada para despertar ahora. Arrullada con la melodía suave de la radio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Gracias por leer

Un secreto que ustedes sabrán.

Chapter 128: La flor emerge

Notes:

Hola

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

 

 

-El grupo seis , nueve . Ocho , doce , 16, , dieciocho y 22… regresan ahora.-

La cara del inversionista presente en este campamento se vuelve de colores. Ansioso por todo lo que estos investigadores traerán , lo que lograría con esas máquinas y sus avances tecnológicos. Todo aquello que esté allá abajo esperando a encontrarse con él y llenarlo de placeres como solo una novicia en retiro comunal puede experimentar.

Corre con otors tantos asistentes para ver esos grupos salir de la fábrica con esos trajes amarillos puestos sobre ropa común.

Saliendo un hombre y después mas , todos con aspectos serios y severos.

-Rápido ,rápido , que digan lo que encontraron todos.- ordena a su asistente ansioso por esas cajas selladas.

El asistente va directamente hacia estas persona , hombres y mujeres en silencio , les interroga pero nota algo muy molesto conforme más les hace preguntas.

Nadie se detiene ni piensa responder.

Esto le llena de molestia al sentir la presura de su jefe a unos metros.

 

A escondidas ese joven de aspecto suave escapa sobre la motocicleta que pagó por traer a otro de los agentes que le han cargado aquí.

-No puede ser que esa sea tu maldita señal.- gruñe hastío al comprobar que ese mensaje es de Carl.-Idiota.-

Siendo , para su molesta y queja , una figura falica dibujada a base de comas con una carta triste en el maldito mensaje que le envía el estúpido con el que perdió contacto hace horas.

Ignorando el absurdo del mensaje , aún tomó la decisión de diferir tremendo insulto como una señal.

Lo siente. Debe irse ahora que todos se dieron cuenta de lo que les esperaba allí abajo.

De lo que muchos de los sobrevivientes ocultan bajo la piel.

 

 

-¡Ustedes no pueden simplemente hacer como si no les hubiera pagado una maldita fortuna! ¡¿Cómo es que deciden largarse sin darme nada? Bajaron hace días y dicen que no tienen nada!-

lo trabajadores dejan a los líderes lidiar con todo mientras se cambian y hacen se las para retirarse silenciosamebnte.

Si . Puede que aún existan quienes deseen bajar y morir , hablar de lo que vieron.

De lo que descubrieron y desearían no saber pero vaya … vaya que no serán ellos.

Ellos no lo harán. Ni con un cañón en la cabeza volverían allá abajo y menos intentaría hablar de lo que presenciaron.

Entregan cartuchos de cámaras vacíos junto a cámaras digitales destruidas por impacto y fuego.

No volverán . No en esta vida.

No cuando la ropa de niños tan pequeños cuelga de pedazos de hierro y pinturas dignas de sus propios recuerdos de infancia les advertían de ese lugar.

De lo afortunados que eran por lograr salir de algo que en muchas formas era claro , fue y es el infierno para demasiadas pobres criaturas o lo que sea , lo que fuera que hayan visto moverse allá abajo.

Uno a uno suben a los autos isn siquiera mirar al millonario qué les trata como si fueran monos con ropa.

-¿Los otros equipos ya respondieron?- pregunta uno de los líderes evitando que este hombre dirigirá sus gritos a su agotado equipo.

Este hombre tiene sus gritos al retroceder su mandíbula y marcar grotescamente su rostro con la molesta sacudida de frustración.

-Es confidencial y ya que se largan , nunca lo sabrán.- les advierte con una ceja arriba.

Más no parece haber dicho eso exactamente.

Estas personas abren los ojos y más rápido entran a sus transportes con señas y gritós furiosos.

-Hola cariño, Mamá va de regreso…-

El hombre voltea confundido al escuchar a una mujer llorando al teléfono y temblando como si acabará de salir de la peor experiencia de su vida.Puede serlo. Solo ver sus botas cubiertas de una mezcla de rojo y naranja , como si hubiera caído sobre óxido o para los que conocen uno : Recién salida de un día ocupado en el matadero

-Ustedes , ustedes no se salvará del infierno.- advierte este líder , escupiendo a los pies del hombre con una mueca de asco.-Nunca en su patética vida vuelva a llamar a nadie de nuestra empresa ¡¡Nunca!!- sube al auto que se detuvo para esperarlo. 

No puede detenerlos ni hacer más que solo mirar como se van sin mirar atrás , decidido a desaparecer por la carretera.

-Señor , el hombre parece tener razón en algo.-

-No les des la razon.- advierte furioso con la mirada fija en los muchos equipos destruidos.

-Me refiero , señor …a que la rama de recolección no contesta hace horas.-

El hombre frunce el ceño volteando a ver a los tres inversionistas dispersos qué pelean a no volver sus propios equipos , como se perdieron y ya no regresan aunque les esperaban con antelación de dos días.

Uno de ellos, uno de los hombres al poder , pasó de ser ruidoso a retirarse durante la mañana como si huyera por su vida.

Algo estaba pasando y lo estaba pasando de largo.

-Señor…-

Escucha a un oficial llegar corriendo.

-Debemos retirarnos ahora mismo.-

-¿Por-

- ¡¡Un incendio forestal arrasa el bosque , no podemos esperar a los bomberos!!-

En cuanto el riesgo de muerte por fuego llega a oídos de estos millonarios , todos huyen despavoridos a sus autos.

Dejando atrás el campamento que rodeaba la fábrica.

Quedando atrás sólo aquellas carpas grises.

 La sensación fantasmal es interrumpida por la huida de animales , ardillas rojas y siervos.

Pasan por encima de equipo olvidado.

Corren y saltan.

Destrozan las bardas , los metales de las carpas son arrastrados como la misma basura es llevada

No hay gritos de dolor o lamentos.

El solo murmullo del viento es tragado por las llamas llevadas adelante por una cruel brisa de verano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Hasta luego

Chapter 129: La flor con los colores de sus pétalos ruge

Summary:

Después de tantos obstáculos físicos y mentales, al fin la pelea la que temían no es un murmullo temeroso.
Reaccionan y pelean.

Notes:

Hola, un gusto.
12 mil palabras para compensar las 990 de antes.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

 

1997

Nuestro último día en la tierra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las voces de las criaturas que conversaban son calladas.

Todo ante la visión de aquella criatura en el camino.

 

Doey pasó su vida rodeado por los secretos de esta criatura ,con el dolor que le recorría cada vez que era mencionado.

Destruido cuando nada tenía sentido.

Cuando el mundo era menos que un suspiro para todos en el camino.

Para un guardia su cuerpo era un objeto al que golpear sin consecuencias al saber que no le dolería y lo cientificos repetnandesto más no era así.

Doey sentía cada golpe como si fuera el fin de su propia vida , llorando en soledad.

Llorando con Matthew dentro de su cuerpo lleno de dolor.

Grita y pide ayuda.

Su cuerpo apenas capaz de darle forma es unido a alguien con menos razones para vivir.

Humillado con el dolor de todo aquello que sangra en el fondo de su cuerpo.

Avanza cada vez más fuerte al frente.

A la llegada de alguien que grita de dolor y llora furioso al reclamar por su vida , por quién pudo ser y sería de no haber sido atraído a esta trampa de masa azul.

Ahora mismo esa voz está gritando enardecida ante la visión de un enemigo.

Este les mira directamente y mueve la cabeza buscando a sus objetivos.

-Así que me traicionan ustedes tambien.- les habla a los sueños en las sombras.

Mako cubre la boca de Touille evitando que hablara en esta situación tan confusa.

-Nunca estuve solo , siempre fui suficiente para mi.- 

-No me importa tu psicología de enfermo loco.- advierte Doey.

El prototipo le mira directamente.

-Cállate , imbecil.- ordena con una voz diferente a otras escuchadas por cualquiera e otros experimento más Doey se ve afectado de inmediato al escuchar a su madre insultarlo.

Esta tensión continua.

Niko y Henry a cada lado de la gran compuerta piensan rápido , buscando respuestas para esta situación y cómo debería actuar ahora en esta esquina decepcionante.

Porque nada de lo que gana parece ser suficiente para evitar la masacre qué se desarrollará de equivocarse de movimiento.

Henry toma el control y busca las instrucciones en las notas del papel pegado.

-Carajo…-

-Henry.-

Escucha la advertencia pero solo voltea lento.

Esos ojos están dirigidos a él .

No.

Están fijos en el control.

-Entregame eso.- le ordena.

Henry aprieta el control en sus manos y corre , corre como si fuera dejarse la piel en ello.

Doey a tiempo logra estirarse evitando que el prototipo pase por este espacio. Más las cuchillas lo cortan y obligan a retroceder.

 

 

Poppy observa todo esto con los ojos cubiertos del terror sin lograr entablar una linea de acción dentro de su mente , apuntando a Kissy el retroceso.

Más la chica observa a esa criatura con su propia cabeza más parecida a un globo a punto de estallar con los oídos embotados , todo por lo que ha tenido que vivir está frente a ella como un objetivo a eliminar.

Corren por delante dejando a Poppy en un carrito junto a otros juguetes de la guardería.

Estos no parecen estar mejor solo por estar a distancia , no hay distancia segura cuando los gigantes están en la ecuación , ocasionando un gritó espeluznante por más de uno al verle avanzar a pesar de los esfuerzos de Doey.

Esa criatura era fuerte , era eléctrica , puede dañar a Doey con enfriadores incluidos en sus extremidades , congelando y atravesando esas rasgaduras.

 

 

CatNap observa todo con la espalda hecha un arco , temblando y tratando de no llorar como un niño , apenas capaz de mantenerse de pie. 

Es como si el ciclo se repitiera , como si todo fuera a repetirse una y otra vez.

Los rugidos de Dios eran impresionantes.

Mira a esta pelea temblando con la cabeza perdida en la caída de sus articulaciones delanteras.

-Dog está demasiado débil.- 

Mira a la osa pararse a un lado.

-Bobby…-

-Ya no quiero que sigamos peleando pero tampoco voy a seguir con esto.- le advierte la chica.-Voy a ayudar , tú cuida de Dog y encárgate de sacar a todos. No importa lo que pase.- abraza rápido al gato.

-Bobby-

-Me llamo Mary , desde ahora recuérdame así , Theo.- suspira dejando ir este abrazo sin permitir que la sostuviera el gato.

Recoge del suelo ese pedazo de concreto y hierro.

Corre a su propio ritmo dejando atrás a este grupo.

Theodore observa esa pelea con las orejas bajas , poniendo una pata en el pecho del perro colapsado.

-Necesito que despiertes.- lo llama asustado.

Escucha los gritos cada vez más fuertes y multiplicados cada vez más grandes conforme el mundo se vuelve más y más confuso , entre los gritos y la pérdida de terreno al verse obligados a retroceder muchos juguetes pequeños.

La voz de Bloxy es audible dando órdenes a gritos , todo entre los alaridos aterradores de los juguetes más pequeños o heridos qué apenas pueden moverse por sí mismos.

-¡Si nos alejamos ,CatNap podrá usar el humo rojo!-

El gato siente como el mundo se coloca boca arriba con esa instrucción.

Toma el rostro del perro para despertarlo ante el ataque ansioso cada vez más grande en su corazón.

 

 

 

Por delante el grupo batalla para contenerlo más este gigante no tiene sesenta años de crecimiento en su historial por nada.

Extendiéndose por el túnel como un ciempiés o una araña , sacude las extremidades levantando escombros y metales del suelo para lanzarlos por delante , esto lo hace para obligar a Doey a levantarse como un muro y lastimarlo con el frío.

Deteniéndose por el impacto de lo que parece un martillo contra su cabeza.

Bobby va lento pero su es brazos aún tiene todo el potencial que no se atrevió a usar antes , cargando con esta arma improvisada por lo aires , recogiendo los mismos escombros lanzados para atacarlo a distancia , apuntando siempre a los ojos.

El gran y viejo gigante la observa y decide ir a por ella después de haberla perdido hace tiempo.

Doey al inicio no puede detenerlo al estar adolorido por el hielo , más logra agarrarlo por el torso , subiendo por su cuerpo como una ola azul.

Este viejo monstruo puede girar y dirigir esos enfriadores a la masa.

Este tanque es frustrado por los brazos y fauces de Kissy , saltando desde el techo para sostener su cabeza , arañando con la fuerza de sus reducidas manos esos ojos.

Un grito estridente sacude los muros ante el dolor que le recorre al ser aplastados y arrancados dos de sus ojos más grandes al nivel de su cuello. Kissy no para , muerde y arranca , no le importa sufrir los choques eléctricos de cada cable en funcionamiento.

Lo peor de uno de estos atacando es que sean dos.

Multiplicado por la aparición del azul por enfrente , a pesar del miedo y cuanto este gigante le humilló por estos tres eternos años. Lo ataca , lo ataca porque el miedo que lo sometió no fue de ninguna forma más grande que todo el dolor que soportó en la oscuridad desde que era un niño atrapado en las garras de los humanos.

En las manos de los verdaderos monstruos de bata blanca.

Golpea con sus puños cerrados y muerde donde le es posible.

A unos metros al final es posible y cercano a Henry.

Puede leer las instrucciones en el papel debajo del pelo amarillo y horrorizzarse con todo lo que ese perro era capaz de almacenar en su memoria.

Hay seis columnas de información aparte de los números de identificación.

Todos están en la lista que consiguió , más no es suficiente. 

Si logra poner el código inicial , el número siguiente se coloca por sí mismo pero si se equivoca el número inicial es borrado y deberá reinstalarlo en nueve oportunidades si no desea perder , si no quiere perderlo.

Era un maldito puzzle.

-¡¡¡Maldita seas ironía!!!- grita al fallar la primera vez. 

A varios metros Carl logró subir a una zona alta , con ese rifle en sus brazos. Observa como si fuera esto una película , analiza.

Enfría su mente , les juzga , aprende de lo que ve.

-Conque tú sí eres mi papá …- levanta una ceja al procesar la identidad de esta criatura.-No estas nada mal , psicópata.- relame sus colmillos preparando el disparo.

Debe encontrar el lugar exacto.

-Aguanta un poco más de amor , amigo.- susurra observando la pelea del gran azul y el gigante.

 

 

Por debajo el dinosaurio carga una fila de carritos con la tranquilidad de un buey en tormenta , demasiado hundido en sus pensamientos , con la sensación divertida de su despertar neuronal dándole nuevos contextos a lo que veía solo como comida o compañía.

-¡Ve más rápido , por favor amigo! ¡Ve más rápido!- chilla un juguete frente a él ya desesperado.

-¡¡Mueve el culo , tal vez si cree que estás huyendo se avance más rápido!!- grita una de las pequeñas Kissy qué no puede moverse por heridas pasadas.

El conejo grita y se gira moviendo el rabito de lado a lado.

No es efectivo.

El gigante solo sigue el mismo ritmo hundiendo en desesperación al conejo qué no logró que ni eso funcionará para tentarlo para que corra de una vez.

Saltando al notar que dirige los ojos a él.

-¡Ve más rápido , más rápido!- gritó apuntando al camino. 

Mira al juguete que lo apura y asiente.

Va un paso más rápido.

El conejito verde se sujeta las orejas gritando histérico.

A su lado su grupo se rinde , deberán accionar. No podían dejar solo a Doey peleando contra esa cosa.

Entre los juguetes es visible el grupo lleno de manchas de la prisión , acelerando su paso directamente a ese infierno con antorchas preparadas para calentar a Doey.

Deteniéndose sólo por los gritos de un grupo ruidoso en el camino.

-¡¡No vayan , deben confiar en los gigantes , no vayan!!- 

-¡¡Si ustedes se mueren , todo será en vano!!-

-¡¡¡Los gigantes apenas pueden con esto!!!-

-¡¡No vamos a quedarnos como estúpidos solo porque ustedes están acostumbrados a ser protegidos!!- 

-¡¡¿Creen que somos como ustedes?!! ¡Apártense , ahora!-

Los juguetes CatNap de la guardería se ven superados , mirándose entre ellos antes de mantenerse en sus lugares para evitar que bajaran los habitantes suicidas del sótano.

 Estos no lo reciben bien . Levantando las antorchas como amenaza presente.

Los juguetes se ven superados ante la amenaza de encenderse ahí mismo.

Entre los que desean bajar está aquella chica DogDay , bastante decidida a ir con todos al fondo.

El gato entre los qué se han posicionado en el camino levanta y baja los hombros sin moverse , mantiene su posición sin pensarlo.

-¡Denme eso! ¡Vayan arriba y preparen los carros con ṕiedras , ahora!- 

La interrupción es del ave , carga a uno para sacarle de las manos la antorcha más grande.

Los juguetes de la prisión le miran con las muchas quejas y rencores volando por dentro de sus mentes , solo viendo al sonriente traidor dando una orden directa después de años dejándolos pudrirse en las sombras.

El ave lo siente. Ese odio y como no le quieren ni escuchar , incluso el juguete al que tocó le ve limpiarse con asco el cuerpo. Levanta la voz para hacerlos olvidar quién era a todo esto.

-¡De nada servirá todo lo que Doey y ustedes hayan trabajado si se suicidan en los últimos pasos , ahora , rápido! ¡¡Preparen los carros con combustible antes de qué el maldito sepa lo que estamos haciendo!!- 

 

Boxy por su lado revisa el estado de los heridos. Todos los miembros de su refugio ahora están asustados con la batalla creciente , por la forma en la que cada segundo se volvía más y más peligroso.

-¡¡¿Que no van a hacer nada?!!- gritó dirigiéndose a las pesadillas en la oscuridad.

No responden. Observan la pelea , como los dos gemelos mantienen algo de control pero las heridas comenzaban a juntarse , todo se juntaba y era ,mucho a la vez.

Mako vuelve los ojos a Baba gritando furiosa.

No podían dejarla sola , no ahora que esto era un desastre y sin saber cuando CatNap usaría o no el maldito humo. No podían dejarla sola.

-Yo puedo quedarme a cuidarla.- ofrece Toullie con un puño arriba.

 Mako revisa al grupo.

-Rabie , te quedarás con ellos.-

La rosa niega con la cabeza y las manos.

-¡¡De ninguna manera , no!! ¡No vas a ir allá , ni siquiera conocemos a esta gente! ¡¿Como vas a pelear contra él?!-

Cloe toma su rostro con las dos garras.

-Estaré bien , y entre ustedes podrían salvarse.-

-¿Licky tiene que ir?-

 -Ahora si hablas el idioma.- le reclama la rana.-Iré.- decide apuntarse. 

Mako libera el rostro de Rabie.

-No puedo creer que haremos esto.-exclama relajando sus hombros.-Pero será así por Simon , por nosotros , ¿Lo entiendes , Rabie?- le pregunta a ella directamente.

La chica mueve la cabeza aceptando su abrazo. 

Mira analiza una última vez al perro inconsciente bajo el cuidado de CatNap.

Sospecha de algo muy grande , tan solo por ver desde hace demasiado tiempo a CatNap sin exhalar el humo rojo ni parecer interesado por defenderse con este.

Con una señal llama a su propio equipo para ir al encuentro de su anterior padre.

 

 

 

Ahora mismo para Bubba la situación pinta mal. 

Puede escuchar a muchos de los juguetes demasiado asustados , caen de sus carritos como si fuera una visión retorcida de una escena apocalíptica.

Mira a esa criatura crecer , internarse al obligar al gran azul y los gemelos a retroceder cediendo el espacio dentro de este lado de las vías del tren.

No hay nadie que le aconseje. No hay un amigo cercano desde que él mismo se dejó de lado y los abandonó a su suerte en vez de presentarse como el apoyo que ellos necesitaban , nada.

Los dejó atrás para protegerlos de la basura dentro de sus cerebro pero no logró más que perderlos , perder todo lo que fue su mundo en algún momento. Nada le queda.

Quizás no.

Quizás tenga a alguien y sea una persona que ahora mismo no puede ni ponerse de pie.

Es todo lo que le queda.

Toma un carrito al estar abandonado por los juguetes que prefirieron ayudarse con otro en mejor estado. Lo sujeta en alto y avanza.

-¡¡Pendejo , ocupamos eso ,tráelo aquí!!-

 A medio paso voltea para ver a quien le gritó. Es Kickin , claro.

 Trae consigo una parte de carritos cargados de piedras. Usando la fuerza de sus patas se impulsa cada vez más rápido al venir desde la cima de la colina , lleva consigo todas esas antorchas.

Bubba no sabe exactamente cual sea el plan pero lanza el carro a su dirección.

Kickin lo atrapa y derrama dentro algo que Bubba reconoce y solo puede gritar.

-¡¡Bájate de ahí , idiota!!-

El ave le ignora al pasar por su lado , llevando en esos carros uno de los tanques de oxígeno entre risas nerviosas , aprovecha la velocidad y la altura para hacer algo que lleva décadas deseando hacer le al maldito elefante.

-¡Mi nombre no se escribe con i griega!- suelta un puñetazo al estar a la altura perfecta para darle en la cara sin necesidad de hacer un vergonzoso salto.

-¡¡No se de qué «i» hablas!!- reclama Bubba al verlo enloquecer desde el suelo. 

Bubba ahora en el suelo tanto por la fuerza del golpe como por el jalón , le ve ir a su muerte segura.

Polly , sí porque la fonética así es , nunca fue de los más fuertes pero no es débil , sólo es bajo.

Bubba logra ver el rayo verde detrás de las cajas suicidas.

Seguida de las tres coloridas figuras entre las paredes y el techo.

 

El ave enciende las antorchas usando sus plumaje como el combustible , porque las malditas clases de biología de los 80’ , te enseña bien en primaria que dentro de las plumas hay aire y esto hace a las aves ligeras , ahora arden sus plumas y puede dar por hecho que su sonrisa nunca fue más sincera al dirigirse con ese tanque de oxígeno y su brazo encendido.

Las piedras claro que se encienden al estar cubiertas del combustible de los habitantes de la prisión.

No. No está exento del miedo que esa cosa le daba. Ni las marcas qué se han acumulado.

Que esa cosa se fijó de forma asquerosa en él o que tuvo que aguantar esa misma obsesión enfermiza de parte de un humano y después de este monstruo.

Lo sabe. Está en peligro , más esta será la única oportunidad que tendrá para recuperar su dignidad. Algo de esas migajas qué desearía haber podido defender desde su niñez , desde que era un maldito niño y se vio obligado a complacer descerebrados para permanecer vivo.

Desde que simplemente su físico era una invitación para ignorar su género , desde que perdió su humanidad.

Desde que comenzara a depender de un maldito capricho su vida.

Gritando con la adrenalina al cien dentro de su cabeza , brillando este fuego a su alrededor como las mismas estrellas de algún sueño lúcido.

-¡¡Arde!!- 

Grita para avisar a los pocos aliados en el lugar.

Este enemigo no tarda en reconocerlo y ver lo que se acerca a gran velocidad , logra moverse o debería poder.

El azul provecho por su espalda para colocarse a su espalda y empujarlo con su cuerpo sólido. 

Los cañones enfriadores apuntan a Doey al estar indefenso en esta poca distancia.

Solo reventando uno a uno con cuatro disparos a la maquinaria de expulsión , volando en ṕedazos los cables y las mangueras de presión.

El azul no mira a esa dirección. Sospecha y puede dar por hecho que este era el humano de Dulce Hogar desde donde sea que estuviera escondido.

 

 

Los gemelos abandonan el ataque tomando entre los dos al caballo para evitar la explosión.

Antes de que logren salir de la zona de impacto este montón de escombros se estrella contra la criatura. Junto con la apertura violenta del tanque de oxígeno.

Está llamando a las llamas en alto.

Los gritos de esta criatura hacen estremecer las paredes , hacen de este espacio un pequeño encierro.

 

-¡Los explosivos , los malditos explosivos! ¡Me lleva la mierda!-

Entre los gritos de Huggy apagando su espalda con un poco de tierra y lanzando otra tanta cantidad de arena del suelo al caballo de troya y Niko usando su ropa para evitar la propagación del fuego en tráelos carritos qué forman el feo caballo que es más bien una maldita mariposa a su parecer. Sabe qué no puede juzgarlos por la precariedad de materiales pero no le veía figura de caballo a esta cosa que podría matar a todos solo con el calor de una colilla de cigarros.

Intenta proteger este gran paquete que DogDay les advirtió de ser innecesario , demasiado necesario hasta para el perdido Ryan.

-¡¡¡Henry!!!- grita llamando al otro humano en esta zona de desastre. No puede verlo ni quedarse quieto , debe moverse tanto con las manos estirables del grabpacjk como con sus piernas para resguardar los explosivos.

Otra figura grande aparece por un lado , dejando al rayo verde seguir adelante.

-Puedo ayudar.-avisa tirando sobre el carro una gran cantidad de tierra.

Niko evita ser enterrado y la vio agacharse de espaldas para llevar este caballo mariposa como si fuera una carga cualquiera en su espalda.

-Me mantendré en movimiento , ¿O debería llevarlo adelante?- pregunta pensativa ella.-No se como ayudar.-

La escucha , sonriendo al sentirse tan consolado por su voz melodiosa.

-Vamos , debemos mantenerlo lejos del fuego.- le dirige a un espacio seguro. 

 

Por otro lado, alguien vuelve a escaparse de la muerte. Ya parecía que ella no lo quería.

Dos veces ya debió morir , esta es la tercera.

Abre los ojos y respira sacudido por la fuerza con la que esta coneja usa la tierra para apagarlo.

Ella solo le mira y escarba al pensar en lograr sacarlo de las llamas llevándose algunas quemaduras en su cuerpo.

La tensión en este silencio le hace mirarla de nuevo y suspirar rendido a la idea de cuanto Hoppy se resistía a dejarlo morir incluso si era su propia decisión.

 

Entre las llamas este monstruo antiguo ruge elevándose , retuerce el cuerpo para sacarse de las rendijas y metales , esas piedras atorados en su cuerpo como una movida tan desagradable como internar un puño de carbones ardientes dentro de la armadura de un caballero , incapaz de liberarse de estas piedras encendidas gritó sacudiendo.

Sosteniendo en alto las garras sube unos metros por encima de las llamas para alcanzarlos como un rencoroso ataque directo contra sus vidas . Puede verlos , pie ver al ave que le hizo esto.

-¡¡Tú , tú eres una mascota desagradecida!!- ruge al verlo levantarse tan bajo como miserable , tan débil que este daño que le hizo solo le llena de más furia.

Grita acelerando el andar de todo su cuerpo hacia estos dos.

Hacia la coneja que debió liquidar pero la consintió al ser clave para someter a CatNap , para conseguir el humo y su obediencia. Nada vale para este momento.

-¡¡Cuando fui paciente recibí su indiferencia y a mi piedad responden con traición!!-

Los dos se ven sacudidos por esa voz gritándole desde el pasado a este presente. A escuchar nuevamente a DogDay reclamando su traición.

Levantando los hombros al ver ese torso torcerse y sacar del interior la cabeza de dragón como una respuesta al fuego , y a la criatura azul que no le deja ir por la espalda.

Girando ese cuellos sin cuidado lo destroza obligándolo a voltear y ,mover la cabeza de lado a lado para apuntar esa llamarada en un perímetro extenso.

Niko y Bobby deben moverse con los explosivos. Evitando que esa cosa los mate a todos.

Doey tiene que esconderse al arder con demasiada facilidad su exterior , algo de fuego colorido se ha fijado a su cuerpo dejando pedazos de plastilina en las paredes por las cuales se escurre para escapar del fuego. 

Ahora solo son los gemelos y ese par de humanos los que se interpone entre él y los sobrevivientes.

La coneja y el ave ya no pueden moverse por sus heridas.

Avanza quemando todo a su alrededor.

Niko grita tantas blasfemias como se sabe al sentir que esto era el fin.

-¡¡¡No vengas-

Las llamas creadas por el fuerte combustible son enviadas al techo.  

El calor resultante hace saltar de la piel y el pelaje temperaturas tan elevadas como para marear sus sentidos.

Henry suda ahora que se ven todos los presentes sometidos a estas temperaturas después de años siendo una persona de zonas frías , cayendo de lado contra la pared , sus ojos se llenan de sudor evitando que pueda ver al frente o al teclado , necesita limpiarse el rostro para concentrarse. 

 

Con el viejo gigante la fuerza de su atacante es tan grande como para hacerlo gritar. Buscando con sus tantos ojos su aspecto.

Una garra entra por su espalda. Detiene su avance con un rugido al sentir estas uñas afiladas entrar en su carne. 

-¡¡Nos mentiste , tú no eras nada más que un loco!!- grita esta chica furiosa , arrancando pedazos de carne al resistirse a soltar esta criatura a pesar de los cortes de esas extremidades alargadas por su cuerpo.- ¡¡¡Me convertiste en un maldito monstruo , me hiciste una mala persona!!!- reclama entre lágrimas espesas.-¡¡Yo te quería ,te quería de verdad!!- 

-Antes de mi solo eras una tonta.- le responde con una voz suave al usar esa grabación.

Mako grita sin soltarse.

Una de esas garras son sujetadas por la mandíbula y extremidades del cocodrilo. Tira usando la fuerza de sus piernas para hacerlo perder el equilibrio.

La rana salta desde una pared para usar la toxina de su cuerpo directamente en las heridas del torso inferior , arrancando parte de su terciopelo exterior lo clava en las heridas alejándose rápidamente para repetir esto en distintas partes que pudiera alcanzar a pesar de estar amenazado por las muchas patas afiladas o retorcidas.

 El gigante gritó tocando directamente con sus garras el cuerpo del dragón para quemar a la chica azul.

Esta vez la velocidad del ave es el factor para sacarle de ese lugar.

Gritando a su paso , el fuego les estaba alcanzado , Simon estaba lleno cuando lo llevaron o este monstruo no estaba apartado solo para descansar. Llenando la maquinaria del lanzallamas al límite para utilizarlo justo ahora contra ellos.

No escucha las señales de dolor que el dragón tenía para detener el aliento , llegando a encender de rojo brillante los colmillos metálicos de esa sonrisa. 

Poe en el suelo lograba esconderse con Mako en los bordes de las paredes desniveladas de esta cueva natural. 

El fuego calienta la superficie a sus espaldas. Mako grita llena de malas emociones junto con el miedo a este escenario retorcido.

Poe le mira de lado y su cabeza solo puede llenarse de más y más problemas.

Simon era muy fuerte pero delicado , sin ese lado sensible al dolor , el arma se vuelve un problema demasiado grave.

Su boca deja salir un grito al sentir que el calor alimenta al acercarse ese gigante. 

Interrumpido por el grito del gigante antiguo.

Uno muy diferente.

Miran allá para descubrir que una parte del monstruo cae lánguida , haciendo que esa parte se pierda y se detenga la reunión de huesos expuestos , igual que una serpiente de legos al perder una pieza en el camino. Esto se repite con cada pieza cargada de toxina.

El cocodrilo ruge , es posible verlo al pasar corriendo de regreso a un escondite con la rana en su espalda. La seguridad en esos ojos les dice que no toda la toxina fue eliminada. Aún hay posibilidades de joderlo por el lado sanguíneo.

El gigante responde a esta frustrante herida pisoteando estos pedazos y los lanza hacia arriba , donde los sobrevivientes ahora son pocos al estar retrocediendo por seguridad.

Bubba evita que esto llegue a ellos al colocarse en el camino con un pedazo de hierro de las paredes.

-Qué alguien me diga que mierda planea CatNap o si DogDay ya despertó.- les ordena a los juguetes cercanos.

Estos gritan y corren para conseguir la información.

 

 

Por encima de todo, ese gato arrastraba al perro por una pierna para alejarse del desastre. Escucha las preguntas y sus orejas caen sobre su cabeza entre berreos culpables.

-¡CatNap!-

El felino mueve la cabeza mirando a ese gato de peluche.

El medio en cuestión tiembla al recordar que se dirigía al gigante y no a otro juguete normal.

-CatNap…- junta sus patas temblando hasta volverse una gelatina nerviosa.-Bubba y todos está dando todo de si , quieren saber cuando usaras el humo y cómo lo harás.- 

Theodore mueve las patas cubriendo al perro lentamente. Las palabras dentro de su cabeza dan vueltas , se mueven y rebotan , son la culpa y la vergüenza riendo a carcajadas de su presente.

Las almas atrapadas en los muros.

El odio de todos los que cayeron por sus garras a , todo lo que hizo reclama por su voz hoy.

-Yo ya no tengo el humo rojo.-

Los juguetes tardan bastante en reaccionar a su información. Viéndolo , escuchando y procesando esta injusticia.

-Lo usaste por años para torturarnos…- señala un conejo verde , sobreviviente de la guardería.-¡¡¿Y hoy que por fin puedes usarlo para ayudarnos no lo tienes?!!-

El enojo se esparce entre todos los juguetes del espacio , cada vez más inquietos.

Los PJ ocultos o las pequeñas Mommy.

Todos le miraron decepcionados. Heridos y destruidos por esta información.

Por todo lo que significa que justamente ahora , de todos los días y horas ,sea cuando más lo necesitan que resulte no tener aquella gran arma que elimina toda defensa y respuesta , que los desarmaba y le permitía dejarlos inconscientes para despertar embargados por el horror y el desesperante dolor que les consumía hasta matarlos poco antes de hacerlos vomitar bilis por el filo de esas garras recorriendo a una nueva víctima como un enfermo mental buscando secretos de los insectos en una caja de cartón.

Todo termina con lágrimas de frustración,

Rabia.

La injusticia es un maldito gato engreído. Burlándose de todos.

 

CatNap solo movió las orejas al sentir la primera piedra contra su cabeza.

 Theodore se llevó la garra a esa zona justo para sentir otra por su costado.

Lentamente las piedras comienzan a volar de muchas dirección entre olorosos frustrados o el sonido de la confrontación a varios metros.

Lanzando piedras entre lágrimas aquellos que podían o en seco los más antiguos.

Theodore ya no tiene ánimos ni fuerzas para defenderse , cayendo para proteger a Hobie de las piedras con su cuerpo.

Cuanto daño le hacen es irrelevante , es el acto.

Es el reclamo que siente por fin justo. Ellos pueden odiarlo más que nadie , más que todos.

Más que él mismo Hobie.

Todos los que vivieron atormentados por los horrores qué cometió.

El dolor que le llena con algunas piedras sobre su cabeza o aquellos gritos en la masacre qué él mismo cometió sumándose los horribles gritos de dolor y miedo en el festín.

Todo.

Los científicos.

Sus errores , sus pesadillas y mentiras.

Las caras de los últimos niños con los que tuvo contacto.

El sabor de la carne de los juguetes a los que mordió para matarlos.

Todo se reduce a una piedra que rebota al impactar contra su cuerpo.

Ojala pudieran herirlo de verdad , que no solo le lastimaran.

Que lo maten.

Si tuvieran la fuerza para matarlo.

Si pudieran levantarse para matarlo a golpes , acabar con todos sus errores de una vez por todas para liberar su cuerpo y alma de todos sus crímenes.

Si solo acabará todo esto de una vez por todas.

Antes de que una piedra grande fuera impactada contra su cabeza había un sonido inconfundible.

Un disparo.

-¡¡Theo , levántate puta!! ¡¡No puedes jugar a la damisela indefensa ahora , hay que matar a tu padre , carajo!!- este humano grita oculto entre las plataformas superiores donde se conectan a la electricidad al tener que moverse del primer lugar donde intentó disparar le al prototipo.-¡¿Y si pueden hacer eso porque no apuntan acá?! ¡¡Rápido , antes de que nos maten!!- les grita los juguetes frustrados.

Estos sujetan sus piedras , volviendo lentamente a la confrontación principal.

No se siente como si acabarán de lastimarlo sino como si simplemente se dieran cuenta de que no pueden hacer nada. No lograrán matarlo , no podrán hacerlo.

 Esto es completamente inútil para ellos.

Theodore soba la cabeza contra Hobart al estar de nuevo solos.

Hobie podría despertar pronto , si se recupera.

No piensa en este suceso , solo alcanza las mangueras para conectar las agujas.

Todos están adelante , están peleando y Hobie seguramente deseaba estar ahí también.

Al ínternar la aguja en su brazo observa su sangre salir disparada por la simple fuerza de gravedad. Espera a que se llene y una parte salga para llevarla al brazo de Hobie.

Su cuerpo se siente frío al ver esa sangre bajar de su cuerpo.

Recuesta la cabeza en su hombro al colocarse en su costado. Observando ese rostro apagado.

-Tú no hubieras permitido eso.- suspira intentando ignorar todo el ruido de fondo

 

A dos metros la figura rosa les observa dentro del carrito , mirando al par intercambiar esa sangre con el perro inconsciente y con esa máscara de adicto sobre el rostro.

Pasa su mirada a esa criatura peleando varios metros por delante , quizás cien metros y con él a esos otros gigantes tratando de matarlo entre el fuego y las piedras qué caen.

Levanta la mirada observando las fisuras extenderse.

-Vamos a morir si siguen haciendo tanto ruido.- lleva las pezuñas a su rostro.-Apenas desperté.- suspira llevando los brazos a su torso.-Bueno…- lento baja de la caja de metal. Paso a paso recoge pedazos de hierro , parándose en el centro de las vías. Mantiene bajo sus pezuñas con esos metales.

Observa al gigante. Sus ojos justo ahora que ya tiene a muchos chivos expiatorios qué la cubran.

Sujeta fuerte sus escombros , mueve los hombros para despertarlos.

Sus pezuñas son exactas , tiene dos dedos. No sirven para mucho pero pueden sostener objetos al vaciarlos en un relieve de su muñeca y el espacio entre los dos dedos.

Siempre lo uso , siempre fallo por culpa de su insistencia en moverse con el grupo , ahora puede apuntar en una base firme y calcular. Disfrutar el lanzamiento.

Es un maldito cerdo rosa y precioso , una chica linda y más que nada enojada.

Usa una pierna esté debilitado o no , para pisar por delante al llevar atrás sus brazos.

Respira sintiendo el hambre al fondo de su mente ahora concentrada en los pedazos de carne que le arrancará a esa cosa que la secuestró y usó como un maldito músculo esternocleido o lo que sea. 

 Gira poniendo más fuerza en su lanzamiento , lanzando estos pedazos directamente a sus ojos.

Por el giro y la debilidad de sus piernas se ve devorando tierra contra el suelo.

Solo el fuerte alarido le dice que resultó dar en el blanco.

-No puede ser que veas a una niña delicada caerse y no la ayudes.- gruñe de cara con el suelo.

-No veo niñas delicadas , solo a ti.- responde el felino intentando quedarse con el perro.

Picky ríe en el suelo.

-Ya pasó el tiempo , creo.- coloca las pezuñas a los lados de su rostro para elevarse.-Dime que ya pensaste en una forma para defender Dulce Hogar.-

CatNap abre los ojos , observa ese rostro canino.

-Si , muchas.- mira a DogDay.-La primera es que tú hagas tu parte.-

 

 

 

 

Para el prototipo esta pelea será sencilla , solo debía mantenerlos en sus ojos para quemarlos en cuanto se acercara , acercarlos al humo.

Dejarlos para los humanos , dejarlos para que sean ellos sus reemplazos.

Para que lo que descubran en ellos sea suficiente para que no le busquen.

Solo dejarlo atrás podría salvarlo de todo este desastre por reiniciar.

Alcanzando a un mayor número de juguetes miserables y débiles al no poder contenerlo por el fuego.

Esa caja se coloca en el camino al ser resistente al fuego , usando de lado su cuerpo para empujarlo con las piernas de resorte. Ruge y logra hacerlo retroceder.

-¡¡Boxy ,regresa , regresa!!-

El gigante escucha ese lamento agotado entre muchos tantos. Es claro que este era uno de los líderes más queridos. 

Al fin.

Al final encuentra a una de las cabezas a su merced. 

-Andre , hermanito…-

La causa se ve sacudida por esa voz. Solo un segundo lo suficiente para romperse , para perder el control de sus extremidades ante la voz de su hermana.

Siempre lo vio usando esa clase de trucps y lo creía estúpido caer en ello.

Pero experimentarlo es extremadamente caótico para su corazón , para todo lo que es ser él.

Escuchando el grito y un sollozo repetitivo.

La cabeza de los juguetes se ven golpeadas por los lamentos , por las lágrimas qué sienten en carne propia.

 

Los humanos más cercanos a este desastre escuchan con un sentimiento nauseabundo invadiendo sus cuerpos. 

Niko recibe este sonido con un dolor severo , vomitando en el suelo al sentir el dolor de esta grabación grotesca , con todo lo que carga en sus espalda y su pasado.

Heny falla un número al temblar , Viéndose obligado a reiniciar nuevamente este desastre de puzle numérico. Un chiste maldito.

 

Para 1006 esta sacudida que los dobla y perjudica es ventajoso. 

Escuchando a esta criatura rugir , doblándose debilitado de forma estúpida. 

Más lo tiene , tiene a este cabecilla para destruirlos desde adentro sin su protector más longevo.

Atrapa a uno de los que les dan fuerza para moverse.

Esta caja roja bajo sus garras es una lata de verduras. Lo atraviesa al atraparlo , metiendo sus garras dentro del metal , retorciendo sus entrañas.

La cara escupe sangre aún sellada.

El prototipo baja la cabeza para acercar la bocina.

-¿No te gustó?-

Las fauces de Boxy salieron disparadas para morder a esos .

El prototipo aparta la cabeza levantando la garra afilada , atravesando sus mandíbulas en arco.

Los dientes y parte del rostro de Boxy se ven en pedazos contra el techo , causando una ligera lluvia sonríe los juguetes.

El segundo corte es para separar su cabeza del resorte de su cuello.

 A menos que sea atravesado por demasiados proyectiles a la vez , soltando a Boxy para cubrirse los y gritar. Rugir herido por todos estos impactos repartidos por su cuerpo , como si fuera una pintura sin forma.

Los humanos y muchos juguetes fueron salpicados por este torrente salvaje.

-¡¡Simon!!- Poe vio como uno de estos impactó a la cabeza de Simon , sacando de la cuenca su ojo.- ¡Basta , eso no!- grita atrás pero no puede ver el origen del ataque.

Toma del suelo un pedazo de las vías para seguir adelante.

Al moverse él , lo hacen todos en su grupo.

Saltando por delante cada uno de nuevo decididos a terminar con este problema.

Aprovechando la agonía del prototipo atrapan el cuello y cuerpo de Simon , a la vez que Poe corta el material orgánico qué lo invade y sujeta , corta salpicando el rostro y cuerpo , corta desesperado entre gritos.

Este ataque es doloroso , lo hace rugir , buscarlos a ciegas al no encontrar el punto donde deberían estar los ojos para verlos. Atravesando el cuerpo de unión de estos con las cuchillas.

-¡Iñaki!- la rana suelta el cuerpo del dragón al ver al cocodrilo atravesado por el torso.

El prototipo mantiene dentro las garras al levantarlo , azotando lo contra un muro con la fuerza suficiente para quebrar sus espinas.

-¡¡Saca a Simón de ahí!! - grita antes de que Licky le siga.

Licky tiembla al escucharlo , ayudando de nuevo.

El prototipo intenta volver a atacarlos al estar atrapados con su carne y este rescate.

-¡¡QUE TU EI’TA VIENDO CONCHETUMARE!!-

Las fauces del cocodrilo atrapan las garras del prototipo tirando de él para apartarla de los tres peleando contra el tejido del prototipo.

El gigante ruge al ser arrastrado dos de sus pasos por esa fuerza.

Estallando en un rugido levanta las extremidades despegando al cocodrilo del suelo para lanzarlo contra la pared.

-¡¡Traidores , son todos unos traidores!! ¡¡Niños infieles!!- ruge atacando directamente.

El cocodrilo gira evitando algunos cortes pero más de uno entra a su carne , tira de su piel y la sangre salpica aunque intente desviar las garras tanto con las patas como con la cola. 

 Muerde su extremidad y la tira al girar en el suelo. 

La extremidad es arrancada de tajo como si este gigante hubiera cometido el error de intentar una pata en el agua oscura de algún río profundo. 

 

Los tres logran sacar el oro superior del dragón entre gritos y jadeos al ser carne de carne , lo arrancan como un pedazo del mismo gigante. 

El prototipo decide cambiar su propio movimiento al ver al cocodrilo salir vivo de más de uno de sus ataques.

Rueda.

Rueda como una serpiente fingiendo su muerte , arrancando pedazos de las paredes y el techo al impulsarse en sus grandes dimensiones.

Las grietas del túnel empeoran dejando caer piedras y lodo espeso sobre algunos juguetes.

Los tres tuvieron que soltarse para no ser aplastados.

Dos.

Dos se soltaron.

El cuervo se aferró con fuerza a los cuernos del dragón a no perderlo usando el metal para evitar el recrecimiento de la carne del prototipo.

-¡Simon , lo siento , lo siento! ¡Lo siento mucho Simon , no debí dejarte solo! ¡¡No debí fingir que te quería , lo siento, de verdad , de verdad lo siento!!- no lo suelta a pesar de perder plumas y llevarse demasiados golpes en los giros.

En este momento ese mismo ataque de escombros se repite. Aprovechando uno de estos giros para darle directamente en el vientre al prototipo.

Aquello que escapó al abrirse.

Solo es comparable a una pesadilla.

Los gigantes más cercanos tardan el mismo tiempo que esta criatura lo hace en gritar y colocarse de lado ante el dolor , sujetándose el estómago con un rugido dolido.

Aquello que se desliza fuera de su piel es un sin número de cuerpos humanos.

Cuerpos humanos cubiertos de un líquido viscoso , dejando caer más de un pedazo del mismo prototipo en este movimiento.

Son cuerpos en descomposición , de adultos y niños , todos atados en una posición inconfundible para cualquiera con un libro en el que mencioné el embarazo.

Atados en una posición fetal , todos con cuerdas qué los unen , atados entre sí , atados al gigante.

Están atados a un cordón umbilical fabricado con estas cuerdas.

Un embarazo fingió ,un acto retorcido. Grotesco en su fétido olor , en la calidez de ese cuerpo. En la deformidad del escenario.

Este gigante pausa sus movimientos al ver fuera de su cuerpo sus tesoros. Los juguetes que le gustaba , esta sensación cálida qué deseaba sentir y era agradable , todo perdido por estos malagradecidos traidores.

Poe corta un pedazo de carne solo pensando en sacar de este monstruo extraño a su amigo.

Este dolor despierta del letargo a la criatura. Rugiendo al clavar las garras en el cuerpo del cuervo.

Poe escupe un torrente espeso de sangre al ser herido , sujeta con los brazos el cuerpo de Simon solo un segundo antes de ser arrancado de tajo , dejando atrás nada.

Al ser tan brutal este tirón , se lleva a Poe y al mismo dragón fuera de su cuerpo.

El ave lo suelta al perder fuerzas con el impacto contra el suelo.

Seguido por esas garras qué lo atrapan contra el suelo , lo cortan muchas veces , dejando solo las plumas con la masa que qué fue el ave.

Ruge buscando al causante de sus heridas , sin importarle arrastrarla carne podrida atada a las cuerdas qué parten el tejido contra la áspera del suelo de roca.

Los juguetes retroceden entre gritos aterrados.

 

 En ese espacio Mako avanza lentamente con las manos juntas sobre su pecho.

Mira la sangre y la carne con plastico negro en el suelo.

-Poe…- sus rodillas se debilitan al no encontrar modo ni forma de unirlo , no puede ni discernir dónde estaba su cabeza.-Niño…- lo llama temblando.

Licky lo ve pero no se queda en eso , corre hacia Allister cortando la distancia con un alto.

-Iñaki…- busca un modo de ayudarle pero no hay corte qué se vea de menor riesgo , inhalando aterrado con cada herida que encuentra.-Cabrón…- lo llama tocando su cabeza.

El cocodrilo abre la boca y respira sobresaltandolo.

-Me duele todo.- murmura.-Sigo entero…-mira de lado a Licky.-¿Thomas, sigo entero?- pregunta de nuevo.  

Mira sus piernas y cola completa.

-Si , si lo estás.- pone las manos sobre su cabeza.-Por Favor , espera un poco para moverte.- mira a monstruo peleando con los gemelos que se vieron obligados a moverse con el resto de juguetes grandes.

 El cocodrilo señala sus heridas.

-Trae cinta adhesiva , mucha cinta.- le pide cansado.

Mako ahora observa a Simon aún muerto.

-¿Esto es justo?- vuelve a mirar la carne y la sangre en el suelo.-Si lo despierto ahora…- ya vio lo que sucede cuando despiertan.

Roda su cuerpo con los brazos.

Escucha el ruido de la pelea demasiado cerca para dudar.

-Lo siento mucho , Poe.- susurra dejando la sangre en el suelo.

Corre para limpiar a Simon como vio a DogDay y los sonrientes hacerlo. Cortando el excesivo , abriendo para descubrir algún crecimiento extraño.

No tiene idea de que más hacer aparte de simplemente darle ese polvo raro.

-Cuando no vea a Poe se pondrá muy triste.-

Mako los escucha y entiende , Simon era muy dependiente de Poe y de su juicio a pesar de volverse algo grosero con el tiempo. Aún caía en la necesidad de ser alguien amado y depositaba esa esperanza en el cariño de Poe. Ver como ese pajarraco manipulaba y mentía sobre sus sentimientos a Simon , lo mantenía a la expectativa y llegó a ilusionar lo , todo hacía que viera al tipo como un cretino poco agradable.

El verlo cometer esa estupidez , morir tan cerca de la salida era inverosímil.

-Mi amigo está muerto.- susurra procesando lentamente la información que fue claramente visible para ella.

Poe murió.

Aunque estaba tan desesperado por sacarlos , murió en vez de acompañarlos. Este polvo es derramado dentro de esa boca por ella. 

 

 

 

 

 

Henry completa el sexto código.

Viendo como el prototipo suelta otra parte de su cuerpo entre gritos.

Esta vez lo que sale son restos conocidos , es el cuerpo de Mommy. Escurriendo se fuera de ese cuerpo como si fuera los tendones de cuerpo completo , derramando restos de otros juguetes destrozados por la masa de carne qué los sujetaba.

-¡¡Van a pagarlo!!- ruge al recomponer se , busca aquello que lo está lastimando.

Olfatea y destruye todo a su alcance , descubriendo a Henry entre las figuras en movimiento.

Exactamente sus manos.

Traidor!-

Henry pasó de estar concentrado a ver esa mole de carne dirigirse directamente a él.

Piensa en quién debería encargarse desde ahora del control pero no puede pasarlo.

Huggy salto al frente para sujetar esa cabeza , mordiendo los ojos directamente sin pensar en lo asquerosos de suelto o cuántos alambres dañando sus encías.

Ruge y golpea este cuerpo al aferrarse , gruñendo entre rugidos con cada azote de sus puños.

Henry comienza a oprimir los números con manos temblorosas.

Deshabilitar la capacidad del prototipo para unirse a otros cuerpos y dejarlo en su base para matarlo ,es prioridad.

Más no puede mantenerse concentrado sabiendo que Huggy se arriesga a morir horriblemente.

Entre concentrarse y correr , su paciencia termina , corriendo hacia esta criatura con uno de estos cilindros explosivos.

Niko apartado lo ve y solo puede gritar algo.

-¡¡Estamos bajo el lago!!- 

Henry ya había lanzado el explosivo.

 Niko mira hacia arriba , al lodo entrando por las grietas.

Este lugar era la salida de los altos al estar en el peor y el mejor lugar para no ser rastreados ni perseguidos además de sellarse con lo que hubiera dentro una vez cruzaran los objetivos importantes.

Henry no puso atención a esa reunión por estar peleando con Angela y una cuchara qué se robó solo para molestarla.

Con el explosivo y todas esas toneladas de fango y agua sobre ellos , fue su fin.

 

No.

 

Un disparo corta la cuerda encendida y permite a un juguete robarlo entre chillidos al tener que correr entre las patas en la persecución más violenta y capaz de competir con la carrera de un soldado en pleno campo de batalla.

Henry escucha a ese conejo verde llorar y correr para llevarle ese explosivo a Doey presente como una criatura azul. Una criatura azul muy enojada por su estupidez.

-¡Eso ,Brian!- lo anima sonriendo entre la locura y la sangre en las heridas quemasadas de sus brazos y manos.

El aziñ tiene este cartucho en su poder , mirando a Henry con ojos fríos.

-Lo siento.- murmura volviendo al control al comprobar qué Doey regresa ahora más decidido después de descansar sus heridas.

Regresa a su tarea. Suspirando aliviado de verle de vuelta para … mandar a volar a Huggy.

Abre la boca al entender la intención de Doey.

No era detener el explosivo y evitar su estallido.

Es sujetar al prototipo y estallar este dentro del 1006 , usándose como una contención.

Es obvio por la forma en la que se expande como una capa de burbuja , atrapando al gigante más viejo dentro.

-¡Doey , no!-

 -¡¡NO HAGAS ESO , NO LO HAGAS!!-

-¡Doey , deja eso , dejalo!-

-¡¡DOEY!!-

Los juguetes lo entienden y no lo quieren así , gritan y lo llaman para que recapacite , piden que regrese.Escuchando como Doey se esfuerzan por rodearlo , encendiendo este explosivo por dentro.

Todo con la decisión de dar lo último de sí para matarlo , era el más grande , era natural que lo diera todo.

Más no lo puede hacer.

Una figura roba de su poder ese cilindro.

 -¡¡CatNap!!- ruge Doey al sentirse traicionado por el felino.

El felino arrebató el explosivo entrando a la escena con una carrera por el túnel este explosivo lo abre y exhala levantando su contenido por encima de los dos.

-¡¡CatNap!!- el prototipo lo llama furioso al verlo aparecer justo ahora.

Deteniendo su reclamo por el impacto de una antorcha encendida contra su cuerpo.

El fuego se esparce en chispazos qué lo hacen retroceder adolorido al volar pequeñas secciones de su carne por los aires sin llegar a dañar los muros.

CatNap tiene experiencia utilizando los muros para sus cacerías , usando esto para llevarlo al interior de la fábrica , sacándolo del túnel por el dolor que intenta evitar.

No están libres de sufrir un ahogamiento de explotar pero si logran algo al moverlo del camino.

La posibilidad de seguir adelante , y dar espacio a los qué no luchen.

-¡Llevense los explosivos!- lo dicta el gato moviéndose por el techo con sus garras.

La cantidad dentro del cartucho es suficiente para una gran explosión pero disperso es una gran llamarada de colores calcinantes al contacto. Levantan el polvo y las heridas abiertas con gritos de dolor.

Los oídos de CatNap ya no escuchan más que zumbidos. Solo puede confiar en sus ojos y sus patas para sentir los movimientos a su alrededor. Saltan o por el aire para usar este mismo aliento de sí , elevando la pólvora para crear este muro de fuego casi en un modo suicida , amenazando su propio cuerpo estas llamas.  

 Los juguetes no reaccionan al inicio.

-¡¡¿Qué quieren , que les meta el pito?!!! ¡¡Arranquen , ahora!!-

Lo curioso no es oír ese grito apresurado sino que se Boxy moviéndose a fuerzas después de esa herida que lo cargo de un lado.

Por otro lado, un conejo se aferra para ver sus ojos.

-Pueden seguir , sigan , rápido.- le guía al observar qué CatNap logró sacarlo de las vías.

Por delante Niko usa el grabpack para hacer avanzar el caballo con un mano sujetándolo y la otra tirando desde adelante para hacer esto más rápido.Bobby ayuda rearmando las vías con la ayuda del mismo martillo , avanzando por delante de ellos con un rugido ansioso. U mano sujeta la cadena y tira para hacerlos avanzar más rápido con un tirón que tensa hasta el último eslabón de toda la cadena.

 Un PJ corre a este lugar para empujar desde atrás para moverse más rápido y liberar a la osa de parte de este esfuerzo desmedido.

Poco a poco la velocidad de avance es superior , es suficiente pasar qué un cuarto de los juguetes pasen entres minutos. Es difícil , es una pendiente por la cual deben subir sin motores , solo fuerza bruta de los gigantes qué mataron los carros que sobrevivieron al ataque de Kickin para subir todos lo más rápido posible sin abandonar los heridos y los de movilidad reducida como los Bogie.

Sobre todo porque Pianosaurio está corriendo todo lo que caminó tranquilo al sentir las cajas en los tobillos. Llorando al sentir un par de veces que esas cosas lo aplastarán de detenerse.

Cada vez más de ellos logran pasar.

 

Pocky en lo alto está parada en el centro de una fogata , levantando palos y piedras con trapos encendidos para apoyar la maldita locura de Theodore.

Igual qué los espectáculos callejeros.

 Dijo.

-¿Cuando carajos vas a despertar?- interroga sin voltear a ver al perro que continúa dormido con el oxígeno conectado.-¡Vuelve con los vivos , Hobart!- gritó lanzando otra tanda de incendiarios como si fueran pedazos de una estrella colisionando con el mundo de carne qué era el prototipo.

 Solo esperaba que no hubieran más enemigos , no creía que pudiera protegerse ella y al perro de aparecer otro monstruo.

 

CatNap termina con el cartucho , mirando al gigante respirar agitado entre las llamas residuales de la última carga.

Sus orejas bajan y suben al respirar agotado. Mira al techo , temblando por el dolor que le comienza a embargar.

Le habían advertido algunos chicos de Dulce Hogar pero nadie le dijo que donar sangre se podía sentir tan pero tan mal después de ello. Sus patas se doblan y se ve en el suelo , las heridas que solían hacerlo sangrar no le ocasionaron ese cansancio tan brutal. Era una pérdida y debilidad , esto era caer en la anemia muy de sorpresa.

El prototipo logra apagarse. Deteniendo todo movimiento al verlo ahí acostado 

-Traidor.- acusa lavando las cuchillas en el suelo.

-Vas a morir.- avisa CatNap.

-Tú primero.-

-Independientemente de que yo muera , tú lo harás.- le responde temblando.-¿Porque parece que me equivoque al amarte , Dios?- le pregunta aturdido.-Desde qué era más pequeño , desde que te conocí te adore. Te escuche y te creí pero tú …me hiciste daño , a mi y a todos los que me importaban.-

-Nadie debería importarte más que yo. Yo , CatNap.-

El felino sube los hombros y los baja rendido.

-Hobie cree que yo soy importante , incluso dice que soy el regalo de Dios para su vida , a pesar de todo el daño qué le hice y le sigo haciendo.- suspira mirando al gigante.-Yo creí que él era tu regalo para mi y estaba muy agradecido.- mueve las orejas.-Más entiendo ahora , que nunca me diste nada más que consuelo. Porque no eres un dios , eres otra víctima sobreviviendo y utilizando lo qué puedes usar , usandome a mi y mi estúpida cobardía.-

-No me llames víctima.- advierte el prototipo

CatNap tiembla al verlo levantarse.

-Y ahora entiendo que si quieres matarme , no será posible convencerte de otra cosa , porque te falle.-

-Entonces no huyas.-

-Quiero vivir.- exclama el gato.-Quiero vivir , quiero ver el sol real y sentir la brisa y …y … y se que nada de eso significa nada para ti porque nunca has salido.-Retrocede evitando desde antes la cercanía del prototipo.-Nada de lo que diga importará para ti ,porque no te interesa pero a mi si me importa.- mira a esta criatura viene directamente a por su cabeza.-Me importas , Papá.-

El prototipo lo atrapa , rodeando su cuerpo con las cuchillas para hacerlo pedazos.

Tira de la carne cortándola en pedazos. 

 

No.

 

Este gato es más veloz y escurridizo de lo que parece.

Salta y se mueve entre sus garras.

Solo le hace recordar ese gato muerto hace demasiado tiempo.

Ese gato que jugaba entre sus garras y ronroneaba como este pero era pequeñito , era lindo y tonto.

Era obediente.

-¡Ven gatito , gatito , ven!- lo sigue por esta estación , enterrando las garras donde cree poder atraparlo.

Más este corre y rebota por las paredes , entre sus garras se retuerce incluso poniendo sus suaves patas en su cuerpo para impulsarse en este baile tan retorcido.

Deteniéndose en un salto solo para seguir cuando pareciera estar agotado.

Pasa por esas patas y lo hace perseguirlo.

Deteniéndose a unos metros con esa corta cola moviéndose y su cuerpo agitado al respirar con tanto esfuerzo como para casi desmayarse al ver todo en colores negativos , su cabeza se va de lado pero lo evita.

Salta y corre por el techo al sentir que las paredes no eran suficientes.

Su cuerpo es sacudido por un impacto , rodando por el suelo con el dolor de ese golpe directo a su torso. Respira a fuerzas aspirando menos oxígeno conforme más se esfuerza por conseguirlo.

Arrastra un pata a y vuelve a correr evitando la garra que se clava donde estaba antes su cuerpo.

Dejando la sangre de sus heridas como un rastro en su carrera en círculos.

 

 

 

Picky camina lentamente con el brazo menos dañado de DogDay en sus patas.

Camina siguiendo a los otros juguetes.

-Carajo… ¡¿Qué tanto tragaste maldito?!- reclama mirando al perro de reojo..

sigue adelante.

-Picky.-

Mira adelante. Es Bubba.

Picky mueve las orejas y suspira , escondiendo su mirada la dirigida al suelo.

-Hola , Bubba.- saluda melancólica.-Yo…se que debes odiarme , por que te deje solo.- 

Bubba mira al perro inconsciente.

-Le dije algo malo a todos.- murmura.

-¿De mí?- preguntó ella.

-De mi , es muy malo.- confiesa.

Picky mira al desastre que les espera por delante.

-Me siento tentado a …- queda a medias.

Picky lo estudia de arriba abajo.

-Yo también.- admite.

Bubba mueve la cabeza de lado a lado.

-No , Picky esto no es carne-

-A veces cuando estoy con otras chicas , quiero meterle la mano como lo hicieron conmigo.-

El elefante le mira sorprendido.

-Se que tu tambien , puedo verlo en tus ojos y también sé que te reprendes en cuanto te das cuenta de lo que piensas.-

Bubba lleva las patas a su cabeza.

-¿Cómo puedes decirlo así?-

-Porque te conozco.- baja los hombros.-Cuando me perdí por los pasillos fue porque quería estar lejos de ustedes pero más que nada , me aburría.- mira al gran movimiento de juguetes a varios metros.-Y encontré nuestros registros y pensé ignorarlos pero eran de un médico que nunca vi. Una mujer.- lleva una pata a su boca.-Ella nos hizo todas esas pruebas para comprobar que la sexualidad era la base de la civilización y comprobó qué no era así.-suspira.-Ella descubrió mis pensamientos intrusivos y los detalló , detallo todos y cada uno de ellos.- mira a Bubba.-Detallo lo que sufriste y lo hizo como si fueras una mascota con pedigre poco agradable pero útil.-

Bubba no encuentro algo con lo que responder. Manteniendo los hombros arriba por la tensión.

-Ella sabía que estábamos rotos , qué éramos los más rotos de todos…y les insistía para qué fueramos desechados por seguridad.- sus ojos pasan al túnel.-Me llamo lesbiana reprimida y a ti homosexual desprolijo de intelecto. Ella era doctora pero como todos , nos trataba como carne qué cortar , nos traicionó.- avanza hacia él con una pata elevada.-Bubba , lamento no ser lo suficientemente buena para sacar esos demonios de tu mente.- coloca la frente sobre su pecho. 

Christian la atrapa entre sus brazos con gran desespero , temblando tan perdido como lo ha estado por años. Llorando en voz baja al encontrarse.

Picky deja caer el brazo de DogDay para aferrarse a Bubba entre sollozos , llorando en voz alta al rendirse a dejar caer la máscara.

-Lo siento , lo siento , lo siento …- exclama al aferrarse a su pecho en un abrazo tan fracturado como él.

Por primera vez en meses buscan el rostro del otro para unir sus narices en este beso tan natural para ellos. Temblando ante la calidez qué hace caer todo ese dolor.

Picky termina por romper su resistencia al reírse por las cosquillas causadas por esa trompa sobre su cabeza. Cayendo ambos de rodillas en un abrazo silencioso , donde sólo sus respiraciones son suficiente para sentirse hundidos en un refugio seguro.

Solo eso logra alejar la oscuridad de sus mentes.

Piezas sin forma al ser tan retorcidos , unidos en sus partes más rotas para ser una sola pieza brillante en la oscuridad interrumpida por la luz propia.

 

… 

 

 

El barro filtrado de las grietas del techo cae sobre la cabeza del perro. Escurriendo por su frente y al centro de sus ojos.

DogDay se enderezó de golpe haciéndolos saltar por el ruido del tipo sentándose tan antinaturalmente.

Limpia su cabeza con el antebrazo.

Cierra el tanque y se arranca la bolsa que usaron de mascarilla.

-¿Dónde está Thedore?-

Picky y Bubba apuntan adelante.

El perro abandona el suelo tirando el tanque de oxígeno contra Bubba para iniciar una carrera directa a esa zona , todo para buscar al gato. En su carrera atrapa a un pequeño DogDay lleno de mugre.

-¡¡¿Qué está pasando?!!- le grita buscando entender lo que estaba pasando.

-¡¡El prototipo y CatNap están peleando!! ¡Ya murió una pesadilla y Huggy está demasiado herido , Kissy ha estado peleando pero está a su límite , Boxy perdió un ojo y la mitad de su mandíbula y ahora están ayudando a todos a salir de aquí! - grita lo que sabe y entendió de todos los gritos de información durante esta carrera.

El perro se eriza al caer desde el techo ese humano.

-¿Y tienes un plan?- pregunta agarrándose de sus remachadas orejas. 

El can piensa.

Mira al grupo de gigantes , busca a quién tenga el control.

 

 

 

 

Sus extremidades arden , desean fallar , desean rendirse.

Lo sabe , ya no puede estirar la pierna derecha y solo usa el costado donde los cortes son superficiales.

Cae de lado por otro golpe al ser más lenta su carrera.

Vuelve arriba pero cae.

Ya no puede moverse.

Solo puede ver como esa sombra lo alcanza y lo cubre como una montaña.

-Corre.- le ordena el prototipo.

Sus orejas se mueven sin lograr más que eso.

Esta criatura lo levanta y deja ir , viéndolo caer devuelta al suelo al estar demasiado débil todo en su cuerpo.

El prototipo le sujeta por la cabeza girandolo para ver sus ojos.

Este encuentro es parsimonioso.

Es profundo.

Hace a CatNap mirar los pocos ojos sanos que le quedaban.

Theodore comprendió la intención de este contacto visual con la presión constante en su cabeza , aumentando con más y más fuerza. Lo presiona , lo corta.

-Theodore, tienes un lindo nombre.- pronuncia esa voz femenina.-Debí violarte cuando tuve la oportunidad. -

El gato sacude las orejas y la cola al escuchar esa voz.

-No…Ella …- sus extremidades tiemblan al escuchar esa voz de sus recuerdos. 

El prototipo le acerca para que escuche exactamente como fueron dichas esas palabras , la saliva , la malicia y deseo vulgar. Todo para horrorizarlo con la verdad.

-Me hubiera gustado tener tiempo para desgarrarte el trasero con mis colores, abrirte la barriga y comerte. Hacerte pedazos y tocarme con tus restos encima de esa cobija tan bonita, te deseaba, te deseaba tanto mi lindo niño.- evita que el gato huya como otras veces dentro de su mente con una sacudida.-De verdad que me siento mal por no haber podido jugar contigo como deseaba. Como me hubiera gustado tanto tenerte solo para mi sola, Theodore.-

El gato jadea adolorido por el agarre cruel en su cabeza y cuello.

-¿Por qué ahora?- pregunta asustado perdiéndose en el dolor nauseabundo.

en esta realidad ensuciando con un crimen sus recuerdos , las memorias con su primera amiga. 

Nada le queda , todo se rompe.

Nada puede ser bueno o real , todos lo odian y tienen razones para ello. Le quieren hacer daño. nadie le ha amado nunca.

 -Vete de este mundo , sabiendo que nunca tuviste a nadie más que a mi.-

Theodore sujeta esta extremidad tratando de detenerlo más solo se corta y sangra sobre sí mismo.

Llorando por la desesperación del dolor , por la lentitud , por la intimidad con la que le tortura mostrandoles y obligándolo a ser un espectáculo hasta el ultimo segundo de su vida. 

Por ser herido de tantas formas por que se suponía que le protegería de todo el dolor de este mundo sádico.

-¡¡La tercera es la buena!!-

El gato mira hacia esa voz con el cuerpo frío.

Ese perro llega por arriba clavando un hierro entre los dos ojos rojos del gigante , sigue con un salto a para robarlo del agarre del gigante con la ballesta qué usó mucho antes.

Aquella que usó para herirlo al destruir el humano rojo.

Le hizo algo horrible.

Hobie le hizo algo terrible al robarle su arma , su única arma en este mundo donde todos lo odian con fuerza. Donde no tiene ni un solo amigo , lo desarmó.

Pero al final.  

Siempre fue así.

Era un niño alto y fuerte , alguien amado entre niños sin amor.

Siempre fue el más fuerte a donde fuera , el más amado y protegido.

Siempre estuvo armado , siempre protegido por ese amor.

A diferencia de Hobie o sus amigos.

A diferencia de muchos de sus compañeros en el orfanato , él no estaba desarmado.

Siempre tuvo algo que ellos no , y era la certeza de ser amado , de ser necesario , de ser alguien qué importaba y tenía un hogar real.

Era esperado y anhelada su presencia.

Sean mentiras o no. Era la verdad para su pequeño mundo y era suficiente.

Hoy , más que nunca , hoy que su Dios le da la espalda y no puede defenderse ni ponerse de pie.

Solo hoy está en el nivel desde el cual iniciaron todos estos enemigos qué se consiguió al seguir a un monstruo.

En esta desventaja está su valor real.

Este era Theodore Grambel.

Y resulta que es alguien que no puede dejar ir un abrazo al estar tan asustado.

 

-Ya , ya…– acaricia al gatito qué llora aferrado a su cuerpo.-Estoy aquí , estaremos los dos bien.- lo abraza sabiendo que esa criatura viene hacia él entre rugido y gritos furiosos.

Gira disparando esas varillas con la fuerza del disparo y su propio cuerpo.

La criatura ruge abriendo las garras con un grito furioso.

Las varillas pasan por su cuerpo sin darle.

No recibió daño alguno por ese disparo. 

-¡¡Sean dos o tres , las que hagan falta , todas esas veces me encargaré de hacerte pedazos , maldito hereje ladrón!! ¡¡Dame a mi gato , ahora!!- exige acercándose.

El perro inhala profundo , cubre al gato sujetando todo su cuerpo para llevarlo tras él al extenderse como un monstruo de huesos para rodearlo con fuerza , esto hace la cabeza de CatNap resaltar lo suficiente para mirar al prototipo acercándose con esas cuchillas arriba.

-Porfavor…- Sube una garra para cubrir del corte la espalda de DogDay.

El resultado no es morir.

Es ver a esta criaturas que por mucho tiempo le hizo sentir un gran amor , retorcerse de dolor.

Gritando y llorando.

Puede ver la razón.

Esas varillas no estaban siendo una defensa inútil , eran una red delgada de cables conectados con pura fuerza bruta. Atrapando al prototipo con la electricidad de ese control.

Sumándose el ataque de un torrente de fuego por un lado , todo sumado a más de esas piezas en combustión.

Theodore observa esto fijamente.

-No…- lucha por moverse y liberarse.-No. No. No .no. no , no …- lucha tratando de escapar de los brazos de DogDay.-¡Así no , no!- llora viendo como lo tortura esta ,kmuerte.

Como su cuerpo deja de regenerarse ,la carne se calcina y los cables se derriten chocando la energía del mismo prototipo con la descarga externa. 

-¡¡No , no no!! ¡¡PAPÁ!! ¡¡Basta!!- golpea la cabeza del perro para liberarse. Patea y lucha.

El perro lo sostiene , lo agarra y lleva al suelo cubriendo sus ojos y oídos con su cuerpo.

El gato grita y lucha sin lograr nada.

Está herido. Agotado.

No por estos aliados u otros enemigos. Sino por el mismo ser al que intenta con tanta desesperación salvar , por esta criatura que le hizo daño hasta dejarlo casi muerto y disfrutar de matarlo mirando sus ojos.

Siempre mirando sus ojos de igual a igual aunque fuera una ilusión.

El amor es una mentira entre ellos pero era una mentira hermosa.

 

 

Entre todos los experimentos los atacan por un grito ridículo del perro.

-¡¡Hemos estado juntos siempre , esta vez no será por turnos idiotas!!-

Resultando en el choque de hombros de Doey con Huggy al ir los dos sobre la criatura al detenerse la descarga , cortando y desagarrando este cuerpo cada vez que la electricidad del control le recorre eliminando aquellas piezas del cuerpo de este monstruo.

Niños usados como prótesis.

Uno por uno.

 

Reduce la carne. 

 

 

Son liberados y sin querer pisados por quién es hoy frente a esta locura.

 

 

Deja el nervio expuesto. 

 

 

Saltando para morder un cable y arrancarlo , evitando ser arrastrados por la masa qué crece como lanzas desde adentro para destrozarlo.

 

Solo debe quedar la carne original. 

 

 

Con los impactos de los objetos lanzados por Picky y Bobby.

Hoppy observa a Kickin a su lado en la entrada a la estación.

Escuchando como todo es destruido,..

La sangre acumulándose como un torrente acuoso y cálido.

 Iluminando se una vez más al encenderse los fuegos artificiales en ese cuerpo cubierto de electricidad y carne viva.

No es una pelea rápida ahora que todos están reunidos.

Es lento.

Es difícil.

Es doloroso.

Los gritos de esta criatura comienzan a dañar los a ellos también.

 

 

 

-¡Por Favor , ya muere , por favor! ¡Ya no quiero hacer esto!-

El lamento es de Doey al tener que seguir cortando y despedazado a una criatura que grita de dolor cada vez.

Es asqueroso.

 

Matarlo es imposible. Eso piensa al verlo retorcerse de dolor al perder una gran extensión de carne en un ataque de Doey.

 

 

CatNap en el suelo llora escuchando durante tanto tiempo esa cruel masacre. Temblando al durar tanto , esto era demasiado.

DogDay sospechaba que esto sería así de doloroso y horrible.

Desde que escuchó hace demasiados años que eran una extensión pequeña de esa criatura, que eran el resultado del crecimiento y regeneración celular que el prototipo poseía y lo volvía inmortal.

La única forma de matar a un juguete es destrozar el cerebro. 

Desangrar lo debería funcionar pero ya es visible qué hay formas de despertarlos de la muerte.

Entonces estaban condenados , condenados a vivir hasta qué simplemente desaparecieran después de los suficientes cortes por parte de las criaturas en el seno del fin de su vida.

Por un lado de ellos pasa el humano que utiliza el control.

CatNap no lo mira al estar atrapado.

-Ya deberás hacer tu parte.- le advierte Niko.

-Tú también , todos.- suspira.-Tú también CatNap.- le avisa.

Theodore grita lleno de dolor.

Niko les mira una última vez antes de colocar el código escrito por DogDay en un papel demasiado grande para sostenerse en una mano.

 

Hoppy en la estación avanza lentamente al ver cómo se reúnen todos los juguetes.

Tiemblan observando al gran gigante sufrir al fondo de la estación.

Vinen lentamente , se acercan de la mano o por sí mismos.

La bocina sobre ellos se estremece por la estática.

 

 

En aquella oficina Henry sujeta al comunicador con la libreta de Ryan en manos.

Los códigos lo eran todo . Sobre su rostro la máscara hace de su voz un eco. Rodeado del humo.

Pianosaurio a su espalda respira con esa bolsa atada a su cabeza y ese tanque en su cuello , como un halcón en practica de cetreria simplemente respira dentro de la burbuja y mueve el cuerpo relajado de lado a lado.

 Mira a su espalda una puerta abrirse.

De este pasadizo emerge ese gato de colores.

En su cabeza hay una bolsa similar y el tanque atado a su espalda con mucha más elegancia delata quién le envió.

De espaldas Henry no lo ve , cuida su respiración quitándose la máscara para gritar la instrucción al micrófono.

-¡¡Coman!!-

 

 

 

Hoppy en el túnel se ve sacudida por la aparición de todos esos juguetes a su alrededor.

Con el término de la electricidad , estos corren hacia el gran gigante.

-No…- sus rodillas se doblan aterrorizada por lo que viene.

Polly toma su mano para levantar.

-Vamos.-

Hoppy lo sigue cojeando a cada paso.

 

 

 

-Theodore.- lo llama el perro con un susurro.-Theodore , escucha.- lo pide acariciando su cabeza al descubrir sus ojos.-Siempre hemos sido carne , la carne se come. Sea animal o humana , sea yo o tú.-suspira sobre sus orejas.-Comemos y somos comidos , es él ciclo más duradero en toda la existencia y puede que siga aquí después de la vida , después del todo … algo seguirá comiendo y será comido por algo también.-

-Hobie…- cierra los ojos asustado.

-Te deberás incluir , aunque no te guste o nos duela. Será la única forma en la que podrás salvarlo de este encierro.-

-Dios…- llora escuchando los gritos volverse furiosos al descubrir la intención de sus enemigos.

Al descubrir que solo le estaban reduciendo para devorar lo , para borrarlos de la existencia de la mejor forma posible.

-¡¡¡No , aléjense de mí , alejense!!!-

 CatNap llora a gritos viendo como lo de votan las pequeñas ṕesadillas. Los más pequeños y los medios con los primeros gigantes en incluirse entre rugido y peleas.

Su boca no puede contener los gritos al ver a su ser amado ser devorado vivo , mordisco a mordisco.

 

¡¡Vi cómo se encargaba de no dejarlo morir , lo mantuvieron vivo tanto como les daba la gana!!! 

 

Su voz se ahoga al escuchar ese recuerdo en su mente justo ahora.

Ellos no quieren hacerlo sufrir. 

De todos los momentos en los que se vio amenazado. Ahora.

 

¡¡¡Y yo llegué a desear que lo mataran , solo quería que lo dejaran morir , tan solo quería verlo muerto!!! 

 

Sus lágrimas no paran , continúan haciéndolos llorar y temblar lleno de miedo.

Ellos comen para que termine, para que todo llegue a su fin. 

 

¡¡Tan solo rogaba para que lo dejaran morir!!

 

Su cabeza cae al suelo , rendido.

-Yo hice esto.- lamenta con su voz rota , sin importar su tono o lo cavernosa que sea. Es su voz ahora un hilo fracturado entre sollozos y lágrimas esperas.-¡Nosotros lo causamos , papá!- 

Dog libera parte de la fuerza que usaba para sujetarlo.

-Debemos ir ahí , Theodore. Debe liberarlo o los humanos lo encontraran o nunca será libre.-

-Dog…- tiembla al caer todas sus fuerzas por los suelos.-Yo quería verlo afuera.-

-Sería cuestión de tiempo para que nos mate , para que su odio lo haga caer devuelta a sus manos.-

 

 

Henry logra regresar a pesar de sentirse perseguido por ese gato que atraviesa el humo sin cuidado.

Al estar de vuelta en ese espacio tiene que estar qué no estaba preparado para la visión de esa carnicería.

Baja del dinosaurio que pierde la bolsa y va a alimentarse en silencio.

Observa tanto como puede , sentándose en el suelo al caer derrotado por la impresión de la cantidad de sangre y carne viva expuesta.

No es como ver documentales de hienas. Las hienas son animales.

Estos son personas , son humanos atrapados en estos cuerpos.

 Los humanos devoran viva una montaña de carne qué lucha y es sometida para ser devorada , pieza a pieza.

Nada más debería quedar.

Sus ojos van a ese gato purpura que se ha acercado solo para probar la sangre en el suelo que llena su pata , gritando con la criatura , llorando con él.

Viendo su mundo ser devorado entre gritos de dolor.

Con el sabor de la sangre de esta criatura dentro de su boca.

Con la carne qué muerde y corta con sus mandíbulas , llenándose la boca con recuerdos.

Con el sabor más dulce de sus propias lágrimas y el día que esta criatura le hizo compañía después de sus pesadillas.

Amando cada bocado como era estar en contacto con sus garras.

Como era escuchar esa risa robótica como el incentivo para comunicarse con esta criatura.

Para amarlo.

Para amarlo y reconocerlo como su familia , adorándolo hasta la locura.

Sacrificando incluso el amor para complacerlo.

Sacrificando todo para hacerlo feliz , para responder con gratitud a las valiosas caricias que le consolaron y protegieron del miedo.

Por todas esas caricias que amó de su parte , que le llevaron de vuelta a los brazos de su madre.

Todo , todo en esta criatura era hermoso.

 

 

 

Hobart observa como la carne disminuye.

Conoce ese miedo creciente.

La tardanza de las alimañas por devorarlo y su única compañía en este agujero donde es el mundo o la comida.

Es todo.

Es el padre de la viuda , es la roca , es la tierra y la bebida ,es el todo es el consumo.

Es su estómago diluyendo gusanos que lo eligieron como alimento.

Es comer , es ser sustento.

Es su propia experiencia. Es un poema de amor y odio.

Es agradecimiento a cada mordida que acelera el proceso de su liberación. Dejándolo morir , liberándose del dolor.

De la soledad de estar atrapado sin compañía en el infierno donde todo es comida y dolor.

Sujeta con una mano esta carne , entre los otros juguetes que muerden y devoran.

La arranca con la fuerza de sus dedos , llevándolo a su boca.

Llenando su sonrisa con la procedencia de todo el infierno dentro de esta fábrica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Muchas gracias por leer

Chapter 130: Se pudren los pétalos

Notes:

Hola

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

1986

 

Sobre la cobija se han esparcido restos de galletas de sabores y una botella grande de jugo de manzana. 

Escuchandose el eructo repleto de uno de los dos niños en la sabana.

-Me va doler la barriga.- lamenta con una paleta de helado en la boca aunque ya no quería comer. De forma casi obligatoria la muerde y traiga, sobresaltandose por el congelamiento cerebral que le sacude. 

A su lado el moreno ahora se vierte toda la botella restante de jugo. 

Quedando ambos hechos un desastre entre la miel del helado , la azúcar de las galletas en sus ropas y la paleta derretida manchando el pecho de la camisa azul del más larguirucho.

Esta era su primera fiesta de solo dos , cayendo en los excesos bajo la oscuridad de los túneles de PlayHouse.

-Es bueno. Ya me llene.- el moreno gira la cabeza , el parche en su rostro ahora está en el suelo al ser innecesario estando los dos solos.-Hace mucho no comía así.- ríe recargándose en la pared del laberinto de espuma.

Theodore eleva el cuerpo para seguirlo, deteniéndose un momento. 

-Voy …- cubre su boca y traga el reflujo que casi lo hace sacar las galletas y la recién ingerida paleta de vainilla qué se comió.-Me marie…- lamenta buscando aferrarse al moreno. Este abre los brazos pero solo siente como se aferra a su torso y se queda ahí hecho una bola al enredar sus piernas con él.

-No vayas a vomitarme.- le advierte poniendo una mano sobre su cabeza.

-No lo haré.- asegura con el rostro oculto en su ropa.-Ahora quiero un pollo rostizado.- aclara con humilde ambición.

El moreno comienza a reír viendo al niño tan hinchado del estómago pero aun desesperado por comer algo más.

-Si , comeremos pollo después.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1988 a inicios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No eran falsos. Por eso ser computadoras capaces de olvidar el dolor era tentador. 

Lo sabía por la mirada de Theodore desde la distancia. Por el salto que daba su corazón cuando volteaba y ese pequeño acosador le mantenía la mirada unos segundos antes de voltearse con la parsimonia de un felino aburrido. Una sensación que le hacía sentir frágil y desesperado.

 

Si tan solo no fuera porqué eran carne dolor y no cables con tuercas. 

 

Sabe que es carne, que está vivo. 

Lo sabe porque solo la sangre podría arder como lo hizo cuando le tuvo en brazos y este chico le susurro en el cuello. Como su voz comenzaba a dañar su cordura con el ronroneo de un coqueteo fastal que le arrodilla con fuerza, deseando lame cada parte de su piel a pesar de carecer de una lengua. 

El delirio del recuerdo de su lengua humana sobre sus labios, el calor que lo hace desear tocarlo. 

Malditas hormonas de la adolescencia. 

 

Porque la decepción lo estaba ahogando como si fuera un chiste su fe en el futuro. 

Porque podía ver un futuro. Sin importar cuianto se fingiera ciego , aun erra capaz de ver un destino en el cual pueda dar por hecho que es más que un idiota enamorado de alguien que posiblemente podria conseguir un mejor prospecto. 

Retorciendo con miedo las posibilidades existentes de ser desechable. 

 

Descubrir que los únicos adultos que estaban interesados en ayudar no los veían como seres vivos sino como máquinas funcionales, una cosa igual a cualquier computadora que juega ajedrez o regula la temperatura del café. 

 

Ni él ni sus ambiciones, nada que pueda ser su sueño o meta nada vale la pena, todo es desechable. Él mismo. 

Sus amigos. 

Nada valía más que unos billetes. 

 

No confiaba en que afuera les de para un mejor mundo pero para los niños todo era diferente. 

 

Los niños de su generación eran suficientemente mayores para comprender y suficientemente jóvenes para no caer en los ojos de los corruptos. 

Porque Picky los alimentó y enseñó a hablar, Hoppy los hizo capaces de correr y saltar alto. Bubba les enseñó matemáticas y Kickin las normas de cortesías comunes para mezclarse con el exterior. Crafty les enseñó a protegerse de una estafa, y él solo podía confiar en que escucharle pudiera darles la capacidad de desenvolverse en el exterior. 

Por último deseaba saber que Boby les repitiera lo suficiente lo amados que eran para que no les hicieran daño las lenguas cargadas de veneno en la vida real. 

Para que allá afuera Theodore pudiera convertirse en un buen adulto. 

 

 

 

 

Entonces le pidió esa prueba de lealtad para salirse con la suya una sola vez y sacar a sus amigos por una noche. 

Descubriendo con horror una debilidad que desconocía de sus amigos. Una que ni ellos podían aceptar y volver a la celda fue más difícil aún. 

 

 

La piedra que ha roto la ventana que resulta una pared con vista a las más falsas ilusiones ácidas de sus sueños febriles viene de la mano de sus amigos que fingen qué no fueron ellos los que tiraron al suelo todas las paredes que construyó pensando en ellos. 

 

¿Pero qué fue? ¿Qué demonios pasó esa noche que tanto esperaba para conseguir un avance superior en el daño a la fábrica? 

 

 

 

Ese ascensor, donde subió a las seis criaturas, subía lentamente. 

Llevaba a todos con parsimoniosa paciencia. 

Entró tiemblan ansiosos. 

El plan era salir y preparar unos cables en el exterior para destruir los vehículos que intentan seguirlos el día del escape organizado por ese doctor. 

Así podría sacar a muchos más niños y seguirlos. 

Era egoísta. 

Era muy egoísta. 

Más esperaban que la fábrica detuviera sus funciones al escapar los gigantes. 

Respiran de forma acompasada al abrirse las puertas con un guardia desconocido en la puerta. Este no les dirige la palabra. Solo les lleva a su destino. 

-¿Estás seguro de que este tipo no está trabajando con Pedro?- le cuestiona Bubba con esa pata puesta en su espalda. 

-DogDay sabría si esto es una trampa, ya cállate. - lo amenaza con una pata arriba Crafty.-Pero ¿Si estas bien seguro de que no despertaremos en el rapto?-

DogDay mueve la cabeza. 

-Solo hagan su parte.- les pide, observando al guardia. - El doctor preguntón no conoce a Pedro. Ni siquiera le ve como alguien relevante. - mueve las orejas al inclinar la cabeza. - Lo ve como todos los que no son clientes de Pedro. Se cree superior a él.- 

Crafty eleva la cabeza y su nariz saca vaho húmedo al bufar en desagrado. 

-Para ser un adicto, es bastante engreído.-

Bobby no puede evitar dejar salir una risita al escuchar a Crafty hablar de engreimiento. 

 

Después de diez minutos. Llegan a su objetivo en esas puertas. 

El guardia tira al suelo, frente a ellos, una hoja de papel. 

-Vengan cuando se rindan.- les dice al alejarse de toda esta zona. 

La puerta es revisada por Bubba. 

DogDay, como otras veces, decide quien toma el comunicado humano. 

 

 

«Lo que experimentaran, es un código de retención de ambiente parecido a un bloqueo de acciones en una computadora. 

Como una calculadora que no puede reproducir música sin tocar las teclas, las manos de una persona real. Carne real.

Eres una calculadora. No deberías hacer música pero es agradable, es una función incluida para el placer y utilidad del ser humano. 

Así como tu personalidad.

Necesitan de un trabajador activo, me necesitan a mí y a todos. Lo lamento pero esto es necesario para romper la ilusión de realidad en la que estás atrapado. Quizás de una vez por todas pueda hablar con tu código y no la prótesis experimental en la que has fundido tus circuitos, esta falsa humanidad. 

Aunque si tuviera que darle un nombre a lo que es aquello que sentirán, podría ser lo equivalente, en caso de un ser humano, agorafobia inducida por el entrenamiento al que fuiste sometido por tus programadores. 

Cuando se controlen, vuelvan y continúen con su trabajo. Todo saldrá bien. Yo los salvaré. » 

 

 

DogDay aprieta esta nota en el puño. Busca a Bubba para encontrar respuestas para lo que acaba de leer. 

-Bubba ¿Que es la agorafobia?-

El elefante, a quien mira por fin, solo puede respirar y mirar afuera. 

Todos hacen lo mismo. 

Sus ojos van al horizonte cubierto por las estrellas visibles en este bloque solitario, este gran valle verde. Suspirando al sentirse completo con estas hermosas hojas bailando al viento. 

Avanza saliendo de la fábrica. 

El frescor invade su pelaje con el satinado sabor de la humedad del rocío atrapado por la noche. 

-Chicos… - su voz se ahoga. 

Al mirarlos sus hombros caen. 

-¿Qué están haciendo?- pregunta bajando las orejas. 

Su respuesta es la caída de rodillas de la mayoría, sin siquiera tocar la salida. Gritan. 

DogDay mira afuera y adentro. 

-Al menos, por favor… - intenta sacar a Bobby. 

Ella grita luchando como si la vida se le fuera en ello. 

DogDay sujeta a Bubba pero este se resiste hasta vomitar, rodando con las patas cubriendo su pecho, hecho un ovillo entre espasmos dolorosos. 

Dog los mira uno a uno. 

 

-Por favor… -

 

 

 

-Porfavor, intentenlo. - 

 

 

-Te lo ruego, solo intenta moverte afuera. - 

 

 

 

-Solo, no te quedes ahí, solo no lo hagas. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Sal afuera, salgan.-

 

 

 

 

 

-¡Salgan ahora mismo o los mato yo mismo!- 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

 

Nunca pudieron salir juntos. 

-¿Por qué tengo que recordar eso ahora?- le pregunta, tan solo pensando en DogDay y su rostro humano apenas como un fantasma en sus memorias. 

El fuego a varios metros continúa. Consume charcos de sangre contaminados con combustibles. 

Han de destruir hasta la última célula que intenta reconstruirse. 

No mira , sólo escucha y se ve rodeado de la luz del fuego.

DogDay no está a su lado , aunque desearía estarlo , ahora se ha reunido con los grandes para reparar a los heridos con heridas mayores. Doey , por ejemplo , necesitaba que juntaran toda la harina posible para rearmarse , algo curioso pero así funcionaba su cambio.

A Boxy le han colocado piezas de pelo y lo cosen para reparar en lo posible las heridas expuestas.

Pasando entre todos los juguetes y carritos Barry , los humanos apoyan en lo posible con ayuda de agujas e hilos. Estaban en exceso ocupados todos y cada uno de los miembros de la avanzada.

Hay otras heridas que en definitiva necesitan ayuda más certera , exactamente las que hicieron que partes del cuerpo se desprendieron. Entre ellas las pequeñas pesadillas qué de último momento aparecieron para apoyar a su manera.

Casi ningún juguete se acerca.

CatNap les ve apartadas y usando contras de colores para unirse devueltas con sus brazos y piernas. 

Son muy callados o puede que olvidaron cómo hablar.

El mencionado Willow negó saber de este movimiento ni de cómo se reunieron , solo que algo en las bocinas les estaba despertando. Aunque aún se mordían y corrían a cuatro patas en vez de ponerse de pie y hablar. 

Ese dragón , el último al que salvó ese humano viejo , camina entre las pesadillas con cinta metálica. La ofrece y recupera cuando se reparan solos algunos juguetes. Es confuso verles actuar conscientemente y volver a ser animales justo después. 

Aunque de estar desconectado él no puede hablar, no cuando está más que claro que apenas podía sentirse vivo. 

Llegando a la vida de nuevo al sentir algo húmedo en su pata. 

Su cabeza baja al suelo. Sus garras , sus garras llenas de sangre, están siendo limpiadas.

-Lo hiciste muy bien , eso fue muy valiente.- lo halaga y reconforta Bobby con una sonrisa amable.

CatNap baja la cabeza rendido.

-Mate a la persona por la que les hice todo este daño.- dice en voz baja. Nada valió la pena.- 

Bobby mueve la cabeza.

-No hablemos de eso aquí , espera a estar afuera.- o interrumpe para no escuchar más de esos detalles que no ayudaban a nadie justo ahora.-Solo mantente tranquilo. - 

CatNap siente todo su cuerpo retorciéndose , dañando lo poco que le quedaba de estabilidad al sentirse atrapado por las palabras que deseaba sacar correctamente.

-Yo, yo lo -

La chica le toma las mejillas. 

-No quiero hablar de eso , Theodore.- le explica Mary , usando este pañuelo para limpiar su rostro.-No te alejes , debemos estar juntos lo que quede del viaje.-

-Lo siento mucho.-

-Yo no soy quién sufre más ahora mismo , porfavor , solo espera y tranquilízate.-

CatNap solo puede verla irse por su lado.

Su cuerpo está limpio a medias y esa sangre recolectada la lleva Bobby al fuego para ver como arde sin molestarle por más tiempo.

Theodore gira la cabeza buscando al perro.

Sus orejas se mueven al ver a Carl alejarse del perro , como si acabarán de hacer algo mientras no veía. Parece tener que ver con el teléfono celular. 

Otra vez Hobie, está ayudando Boxy a colocarle una mandíbula de hierro de algún experimento sin completar , uniendolo con un soplete qué hace al gran rojo contener un grito por el dolor de ese metal fundiéndose con el de ,ya incluido , interior de su sistema craneal.

El dolor se veía muy claro y la presión por ayudarlo a contenerse mientras lo van reconstruyendo , se ve aún más terrible.

-CatNap.-

Lentamente despega la mirada del rudo tratamiento.

No es otro más que ese gran azul de la prisión . Le habla con las manos juntas y muy nervioso.

-Debes decirme algo.- le advierte el azul.

-No hay muerte que yo pueda pagar.- suspira esta respuesta que lleva todo este tiempo esperando dar a quien la necesitará.

Doey no se aferra a estas palabras.

-Eso está claro.- los dientes rojos del azul son visibles por un parpadeo.-CatNap…- cierra los ojos suspirando.-Te perdono. Muchas gracias por ayudarnos cuando creí que tendría qué… Dejarlos, muchas gracias. mira al suelo después de lograr decir esto con los hombros tensos.-No creo que vayamos a ser amigos , nunca , pero esta vez me salvaste y quería agradecerte por eso.- rasca su cabeza incómodo.-Muchas gracias por tomar esta decisión incluso sin DogDay presente.-

CatNap no responde.

Queda ahí en silencio , solo observando al azul retirarse una vez logra darle las gracias.

El azul se va para reunirse con su grupo y terminar de reparar los carritos.

La harina de las cocinas de este piso es traída por Hoppy junto al ave medio tostada para restituir al hombre de plastilina a su curvilínea figura por defecto y no la delgada bola de masa.

 

 

-Vamos a tener que movernos , Simon.-

Entre todos le ven gritar y llorar sobre los restos de lo que fue Poe. Sollozando tan alto como para ser audible a varios metros por sus gritos. Temblando en el suelo tan perdido como una viuda con los restos de su cónyuge.

Puede que ese sea un título que no le queda al no haber sido realmente algo aparte de amigos estos dos. 

Puede que lo fuera , puede que perdieran algo demasiado grande para su corazón.

Mako le acaricia la cabeza. Superada por el desespero. 

Sus decisiones como líder le decían que debería proteger a los menores, sobre todo a Baba, pero ahora descubre que no se siente bien. Puede que debiera incluir a Rabie y Toullie en el ataque y si lo hubiera hecho… Solo quizás habría significado algo habrian sido el pasaje a la supervivencia de Poe. 

Espera a escuchar el reclamo de Simon y su rabia, todo ese odio que debería sentir contra ella, contra quien fallo como líder. 

Este abandona el suelo dejando parte de su propio ser en la sangre del suelo. 

-Me comí a Poe… - sujeta su boca. -¿Por qué pasó esto?- solloza atrapado en sus memorias. 

 

 

A varios metros de ellos la rata y el murciélago cuidan de la paralizada Baba , su rostro parecía haber perdido toda capacidad de resistencia , solo llorando en silencio la pérdida de su padre. Ahora definitivamente debía odiarlos.

Allister revisa sus heridas bajo la cinta adhesiva y los muchos trapos que Licky sigue uniendo a la gran venda qué le coloca para mantenerlo unido.

-Voy a parecer una bolsa remendada.-

-Eres un peluche y estás remendado , es lógico.- le responde la rana apretando otra correa alrededor de su cuello.-Tú no vas a dejarme, no, no. Eres mío, hasta el final. -

El cocodrilo permite que la rana continúe asegurando sus heridas, disfrutando del masaje entre nudos.

 

 

 

 

Theodore sigue muy agitado para pensar correctamente 

Debería estar en movimiento con Hobart pero solo puede quedarse en el suelo , deseando que todo acabe de una vez.

Todo lo que hizo , todo. Todo.

Todo.

Todo lo hizo por su Dios , por quién fue su padre y única familia por demasiado tiempo. Esto era un giro demasiado destructivo para su estabilidad mental.

-Hobart.- lo llama desde el suelo. Sus patas intentan ponerse de pie pero solo le impulsan para que coma polvo de nuevo , agotado.

El perro , ahora ocupado en los preparativos para salir al exterior , no lo escucha al estar demasiado ocupado con los cables qué deben unir para destruir la última de las grandes trabas para todos.

-¡Hobart!- lo llama alzando la voz. 

Él ruido de los metales retorcidos callan su voz. Llenan su mente de espejos cubiertos por sus propias acciones , gritándole por cerrar la boca y acabar con su propia vida.

Que vea lo fácil que es pasar Hobart seguir con su vida sin él.

 -¡¡Hobie!!- grita llamándolo.

El perro queda en blanco al escucharlo retumba por las paredes de la cueva.  

-Lo lamento.- dobla el cable , entregando este al aturdido Huggy , no esperaba escuchar a CatNap gritar tan desesperado justo ahora , viendo irse con ese gato a este tipo que debería apoyarlos.

Hobart lo encuentra fuera de las lonas donde lo coloco para que descansará. Sin decir nada le carga devuelta a estas para quedarse a su lado.

CatNap , preparando una excusa para sus preguntas , queda en medio de la nada al solo obtener esa mirada y tan cargada de pensamientos. Sintiendo la mano de DogDay en la cabeza como un consuelo silencioso.

-Hobie…- lo llama.

El perro acaricia sus orejas.

-Hobie.- repite ahora con las orejas bajas.

El perro continuó acariciándolo.

-Hobie, Hobie, Hobie, Hobie, Hobie…Hobie.-

El perro inhala de profundo.

-Te amo , Theodore. De verdad , te amo.- sus palabras se sienten secas , más ahora mismo es lo más que puede sacar de su pecho.-Estamos muy cerca , por favor. Aguanta un poco más, sé que estás asustado , te lo ruego. Sigamos adelante.- le abraza con fuerza. Llevándolo a su pecho para sentirse completo.-Solo un poco más , solo debes seguir adelante.-

El felino responde al abrazo escondiendo el rostro en el cuello del perro.

Todo en su cuerpo vibra.

Es un ronroneo débil , muy débil.

Provocado por la comodidad de su abrazo , por todo lo que era Hobie ahora , su calidez.

-Lamento que perdieras a tu papá , de verdad , lo siento mucho Theodore.-

Las orejas del gato bajan al esconderse en su pelaje naranja.

-Hobie… El… - suspira pensando en si debería o no hablarle de lo sucedido ahora.

 

 

-Entonces nos toca a nosotros terminar esto.- 

Los gigantes restantes se reparten los cables que se soltaron.

Hoppy usa la fuerza entre su codo y antebrazo para doblar un hierro , uniéndose para acabar con el nudo de los carritos separados en todo ese viaje acelerado de antes.

-Porque será …- Hoppy mira los explosivos con una duda que llega de golpe. Una epifanía qué sacude todo su cuerpo con ese alambre en su poder.

¿Por qué Hobart querría explosivos si se supone que los humanos abrirán las puertas? 

 

 

 

 

 

Sobre las muchas capas de tierra y piedra , el sol brilla al atardecer. Levantando consigo las olas de polvo en alto. Todo entre las sacudidas de este gran bosque .

-Deberíamos irnos.-

Harom mueve la cabeza al escuchar a Jason quejarse nuevamente. Mira al grupo armado ir de un prado a otro con esa certeza desconocida.

-No volvieron a hablar con nosotros después de eso.- dice cansado , sus heridas ya no sangran pero no puede dar por hecho que todo esté bien ahora.

-Pues que así sea , Vámonos.- insiste Licky.

Los ojos del perro siguen las acciones de estos hombres , desde el robo de las armas a las cadenas repartidas entre los árboles con fuerza bruta. Todo en un perímetro hasta donde puede ver entre los troncos y hojas caídas.

-Se supone que deberíamos saber de esto.

-Ya es demasiado que tenga contacto con el otro tipo.- 

-Si nos vamos sabrán qué no soy él y no podremos adelantarnos a lo que sea que se suponga qué es esta cosa.-

-Quizás quiere traicionar a otros experimentos y entregarlos , por eso las cadenas.-

Harom escucha esa opción por parte de Jason como una opción viable.

Excepto porque conoció al tipo de paso y a través de las historias de los otros juguetes , llegando a entender que no era solo algo de mentiras aquel cuidado qué le ponía ese tipo a cada detalle , a cada pequeña ida qué se le confío.

Era un líder desgraciado y grosero , autoritario y dominante , como una especie de criminal metido en una cárcel.

En un matadero al que arrastró manías de narcotraficantes qué funcionaron en este entorno jodido por las adicciones de muchos humanos desesperados por salir de su realidad.

Él como pudo hacer eso siendo que se suponía que era un tipo de nueve años cuando comenzó , no encontraba modo de imaginar esa oportunidad ni halló la oportunidad de desarrollar el camino que ese perro consiguió con aquellos corruptos. Cuando pensó que solo en edad eran diferentes este tipo deja atrás más y más enredos qué tuvieron sentido en algún momento.

 ¿Cuán diferentes eran? Él y un citadino, completamente corrupto con ideas y procedimientos sucios entre fechorías qué años después aún causaban problemas.

Incluso CatNap fue afectado por ese infeliz , todos en ese grupo estaban perdidos. 

Tan atrapados por sus delirios , por esas promesas que solo un vidente podría decir cómo se desarrollarían , nada les queda , solo un destino incierto pero insisten en seguir su rastro como ciegos a las marcas de las rocas transitadas por otras figuras. Ciegos que no pueden hacer más que usar todo lo que les queda para lograr un cometido cada vez más lejano en garras de un monstruo y sus títeres.

Un mar de sangre y un festín de carne fresca qué aún llora en la oscuridad.

Harom no puede imaginar cómo salvar un infierno que continúa consumiéndose a sí mismo con sus habitantes.

Solo dejando a la muerte y la violencia el camino libre para un día volver a ser invadidos por otros trabajadores capaces de repetir el experimento con todos los sobrevivientes.

Un ciclo del cual podía escapar con lo único que tenía y aquello que amaba , que lo mantenía humano.

Una debilidad qué le daba fuerzas para levantarse cada día.

Su gatito , su pequeño gatito es todo lo que le queda.

Es todo lo que tiene.

Nada más que un pequeño enfermo mental con sed de paz cuando ya en él despertó la desesperada sed.

-Debemos irnos.- dictamina el gigante al ponerse de pie.

Jason en sus cuello se sujeta para no caer.

Aunque no es una carrera lo que tienen sino una caminata tranquila por la cual pueden sentirse cada vez más presionados. Vigila a los humanos , buscando alguna agresión a espaldas de Harom.

El sabor de su propia sangre salta de su boca al ver a uno de ellos apuntarlo con una mano

-Tú , no eres Hobart.- lo señala este hombre.

El perro detiene sus pasos , gira lentamente.

-Él y yo nos vemos idénticos ¿El también merece morir?- le cuestiona al hombre sin hacer amago de atacar o huir al enfrentarse a este.

Esta persona baja el brazo.

-No vayas a salir del bosque , ellos saldrán y deberías unirte…nose que saldrá pero no te alejes y menos a esa dirección.- mueve la cabeza confundido al verse obligado a hablar con esta cosa.-Solo …vete pero no te veas arrastrado al fuego.-

Harom mueve las orejas.

-Fuego.-

-Si , es…solo vete.- le pide ahora más tenso al sentirse observado por la fuerza de esta criatura aterradora.

Harom asiente , mueve los hombros y gira la cabeza a la dirección que debería evitar.

Dirigiéndose a toda velocidad a la dirección contraria bajo la mirada del hombre tan tenso y temeroso.

Los trabajadores en el lugar son recorridos por un escalofrío al sentirse amenazados por las fuerza con la que se arrastra y huye desde el suelo , impulsarse con brazos y su única pierna , todo por el suelo como un lagarto escondido en las hojas de una selva.

Lo pierden de vista en un solo parpadeo. Como si fuera exactamente este el ambiente perfecto para esa criatura de tonos naranjas y rojos.

El líder de este grupo inhala y exhala.

No sabe lo que es esta cosa.

No quiere saberlo.

 

 

 

 

En las muchas líneas telefónicas que ha invadido , usando un aparato conectado al sistema telefónico de la torre de esta ciudad tan desagradable , ahora escucha advertencias y gritos.

-...no pueden simplemente bajar más? Esos pobres miserables habrán caído en un hueco y todo se perderá si no suben ahora.-

-Tenemos una deuda por saldar , de tardar más esta misión, será cancelado cualquier modo de negociación con nuestro socio mayoritario.-

-Solo consigue más tiempo , lo que hay allá abajo pagará todas las malditas deudas que puedan inventarse.-

-Es cuestión de tiempo.-

-El tiempo lo tenemos.-

La conejita amarilla mueve las orejas llenas de pesar. Tan cansada como frustrada , llena de coraje como de miedo.

-Ya no nos queda más tiempo.- Finalmente frustrada con la imagen de aquellos que bajaron bien o impuesta en sus pupilas como el horror mismo del fin. 

Su celular ahora está a su lado , sin llamadas o mensajes en demasiados días.

DogDay le dijo que tendría una llamada de alerta cuando fuera decidida la salida. Debía esperar la alerta.

Más esto está tardando demasiado. Es frustrante,

La hace pensar que algo salió tremendamente mal.

No tiene idea de cómo se ha desarrollado ese lugar ni como se encuentran los juguetes dentro.

No hay nada más que un desesperante vacío desde hace días. Sigue haciendo lo que estaba planeado , lo que debía hacer pero no logra más que sentirse estúpida , llena de miedos crecientes y esa desesperación por salir de sus pesadillas de una vez por todas. Ser libre , estar fuera de los sueños donde sus deseos son una maldición imposible de suturar en las heridas de su psiquis.

Recordando a sus amigos. Recordando la última conversación con ellos de forma tonta.

Cada pensamiento se revuelve con la fatídica ensoñación llena de seductores susurros para llegar al final de su vida a mano propia.

Gritando de dolor sus recuerdos. Los muchos , muchos delirios que la hacen escuchar la sierra eléctrica en sus huesos cuando hay demasiado silencio.

Sus orejas se sacude al escuchar la voces de los trabajadores de esta torre rodear los cables y volver a sus puestos de control

No deberían ser necesarios pero hace días se han tenido problemas de conexión.

Exactamente los mismos días que ella sube sus publicaciones para hacer llegar a esos civiles a tesoros ocultos en el bosque cercano a la fábrica , todo para lograr que sea imposible para los trabajadores del exterior el descubrir aquello que deseaban tomar de la fábrica. Sus objetivo queda en blanco si a sus alrededor se reportan movimientos desde mucho antes , causando qué los radares de este lugar se revelarán. Mostrando ĺa ruta perfecta para la salida de los juguetes.

Ahora el margen que dirigió a colocar por manos del grupo raro con el que la comunicó DogDay estaba completo , solo necesitaba señales.

Están listos.

Solo la señal. La maldita señal que lleva demasiado tiempo esperando obtener.

Este día parecía ser uno más para esta prueba de paciencia. Con la entrada del mediodía muy cerca de ella.

A su lado ese celular suena.

Angela lo toma rápido entre sus manos. El número es desconocido.

El mensaje es una cara feliz.

-Ya . Es hora.- suspira al ver esas letras unidas.

Llama al grupo del bosque para ponerlos en alerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquello que viaja con ellos es la esperanza. La esperanza también es una maldita cadena al cuello.

Caminando todos juntos en la oscuridad de estas vías de tren.

Ahora más lento. Más libres de ello.

CatNap observa las figuras de los gigantes a la cabeza.

El gran azul y Boxy.

Ambos cargados por un sentimiento raro de compañerismo retorcido por una burla .

-Ahora ya me debes respeto , soy tuerto.-

-No lo creo , sigo siendo mayor que tu.- le responde Doey con una sonrisa.-Deberías hablarme de «Usted» .-

-No , yo soy mayor.-

-Tengo doce años más que tu.-

-Pues ..así si tiene sentido , abuelo.-

-No es para tanto.- Ahora ser mayor se siente ofensivo.

 

CatNap deja de escucharlos al sentir la mano del perro en su mandíbula.

-Ven aquí.- lo hace recargarse en su espalda para seguir adelante sin sentirse tan perdidos. Abrazado por CatNap desde la espalda para ayudarlo a caminar.

Ahora camina con la espalda de DogDay como su muleta , lento hacia adelante con seguridad discordante con todo el miedo que ha sentido por meses.

Cada paso es difícil en muchas formas , es la sensación de la persecución detenida aquello que deja un vacío con cada paso que levanta polvo del suelo , que llena el peluche de las patas de cada juguete con suciedad y deja enmarañado y feo su pelaje al rozar contra el suelo áspero.

 

 

Bubba , varios metros detrás del gato y el perro , ahora camina con el brazo de Picky en su pata. Los dos son muy lentos pero logran avanzar sin problemas dado el cansancio de cada uno. No hay palabras , solo la compañía del otro , un resultado desconocido por delante. 

Un pasaje qué seguirán del brazo del otro , observando el resplandor del túnel por delante como el fin de la oscuridad.

El temor llena sus corazones más no se detienen . Siguen adelante.

 

 

Bobby avanza por su lado , cargando con un solo carro por ahora en esta larga subida , tan alta que algunos de los juguetes caminan con las cuatro extremidades. Ella se inclina y clava sus garras en el suelo al seguir adelante. Pisando tan fuerte como puede con su nueva pierna de metal 

-...y cuando encuentre un modo de lograrlo , vamos a fundar una panadería embodegada. Donde venderemos una focaccia de muerte , será de muchos ingredientes y sobre todo queso parmesano.- lo asegura empujando el Barry con Crafty dentro. Ya podía imaginar su negocio.-Como somos grandes y fuertes , el pan será tan suave que parecerá una nube sin que tengamos que comprar una batidora industrial.- suspira Deteniéndose ṕor un dolor en su pierna.-Yo …yo seré la cajera y tu podrás dar los anuncios en la bocina , quizás podamos hacer que Theodore nos la pague colocándolo de panadero.- ríe para sí misma.-Es un gato , seguro es bueno amasando.- respira con esfuerzo al seguir adelante.

 

Cada figura en la oscuridad piensa en la salida.

En lo que habrá detrás de las puertas.

Ninguno pensó en cómo se verían realmente las puertas.

Al llegar al lugar solo pueden perder ánimos como si fuera un infierno aquello que viene por delante.

 

Un gran pozo negro.

Cubierto por el polvo y su oscuridad.

Pueden ver varios metros por delante las vías del tren continuar.

-No nos trajeron aquí nunca.-

Doey puede decir que no recordaba para nada esto.

A su alrededor no hay los cúmulo de cuerpos de juguetes que siempre tenían que ignorar para mantenerse cuerdo.

Solo el peso de la nada , nada más que pérdidas.

 Boxy asoma por encima de la cabeza para ver el agua negra.

-No pensé que sería tan grande.- 

Los dos ven al perro llegar con ese gato en la espalda.

Debían admitir que también hizo su parte , los ayudó.

Aunque descubrir la falta del humo no le da puntos para sobrevivir.

Doey señala el agua.

-Ya lo sabías.-

-No es como que sea inverosímil qué encontraran un ojo de agua en esta cueva.- mira al techo de roca.-De algún lugar tenía que venir el agua que formó las estalactitas de la guardería.-

Eso tenía sentido para todos. Aunque aún quedan demasiadas malas noticias.

-No se me da bien nadar.- admite Boxy , quién se hunde como piedra por culpa del metal en su cuerpo. 

El perro busca su gran bolsa ,ahora mucho más ligera después de hacer uso de todos los cables y el metal que traía consigo , en un carro junto a otros juguetes. Va por ella para sacar las linternas más grandes.

Esa luz , una usada para iluminar campamentos por al menos una hora , hace del lago un camino apenas con suficiente agua para llegar a las costillas del perro.

Boxy suspira al ver el camino aún posible de recorrer a pie. No tenía idea de cómo podrían hacer un barco para todos.

Sacudiendo los hombros de todos al ver algo moverse entre el barro acumulado al fondo y las sombras de las rocas retorcidas.

-Dime que era un pescado gordo.- pide DogDay con la cabeza baja después de ver eso al ya estar en el agua.

CatNap le responde.

-No. Eso era un lagarto.-

Todos en el lugar voltean a ver al cocodrilo de peluche.

Allister gruñe al sentirse atacado. Como si tuviera control sobre todos los lagartos del mundo solo por tener la forma de uno.

Simon , que continúa llorando , avanza para soplar una llamarada sobre la superficie del agua.

Una pequeña parte hierve y otra es sacudida por la salida en huida de los animales que están debajo de la superficie que habitaban.

Entre lagartos y peces , algunos muertos por culpa del agua hirviendo , todos los que pueden se repliegan fuera del agua.

Los juguetes más pequeños chillán al juntarse para no verse atacados por estos animales. Algunos pueden nadar y flotar ṕero otros eran de peluche denso , esto seguramente los mataría.

DogDay baja la lámpara.

Algo que devuelve la oscuridad total a ese pozo negro y el miedo inicial vuelve.

-Creo que todo saldrá bien mientras nos mantengamos juntos.- señala Henry ahora con una voz ligera por el estrés sufrido hasta el presente.

Se habían mantenido callados , los humanos , después de lo sucedido con el prototipo.

Todo por un shock apenas digerible.

-Pues parece un portal al averno , así que no es nada que no hayamos pasado antes.- continúa Niko.

El último en agregarse ahora se encuentra usando cinta en sus pantalones para evitar la entrada de cualquier animal por debajo de la ropa.

-Vamos a seguir adelante de todas formas.- mira al gato ahora completamente lánguido en los hombros del perro , como si fuera un enfermo terminal o un abrigo de piel , usa las patas traseras solo para avanzar.

Hobart levanta los brazos al frente. Mide la profundidad de la distancia al compararlo con el largo de sus brazos , justo ahora que su visión podría ser mala a causa del disparo en la cabeza , tomando una decisión ahora escarbada de la plática con Pedro en una cena compartida en la calle donde se conocieron

-Si hay depredadores es fácil pensar en dividirnos y dejar a unos atrás.- murmura para sí rememorando la respuesta que recibió de Pedro al preguntarle sobre esta situación hipotética.-Es tan fácil ṕensar en eso , así que se olvida que no todos los depredadores atacan por la espalda.- 

-¿Deberíamos armar una balsa?- Doey lo ve como una opción.-Yo puedo hacerla.-

-No , afuera estarás agotado y ahí es donde más te necesitaremos.- el perro apunta al otro lado del lago.-Es seguro seguir adelante. Debemos mantenernos juntos , eso es claro.- sigue internándose en el agua lentamente.

El rojo y el azul gruñen al ver eso.

El perro se detiene.

-Los grandes a los lados , los pequeños al centro , ahora.- los dirige abriendo los brazos.-Theo , vamos.- lo anima al sentir que el gato no quería despegar sus patas traseras de la tierra seca.cosa qué ya estiró al felino como una cinta delgada y huesuda.

CatNap suspira metiendo una pata al agua.

Viscoso , el fango es tan viscoso como espeso , internándose entre sus dedos de gato con una masa grumosa y fría.

Inmediatamente regresa al sentirse muy desagradable esa sensación en su pata. Sacude su extremidad dejando caer ese grumoso limo en el suelo.

El perro gira mostrando la espalda.

-Sube.- lo anima de nuevo.-Ya no tocaras el suelo.-

El gato suspiró bajando las orejas , una pata sube a la cabeza del perro , seguida de otra , y las traseras caen en sus hombros.

Esto es observado por los juguetes como si fuera un juego de piezas o una paleta de uva sobre su palito de madera.

El perro sonríe al subir los brazos para sostener la cintura del gato.

-Vamos.- apunta con la cabeza a los dos.

Boxy retrocede con el azul para dar las órdenes correspondientes para el avance.

-Nadie me ha querido así.- murmura Doey algo sorprendido.

-Mi hermana me cargaba pero engorde.-

El perro camina derecho con el gato en su espalda , buscando el mejor pasaje para los carros , llegando a marcar un recorrido curvo donde era posible poner las ruedas sin tirar a los heridos qué ni de broma debían tocar el agua.

-Desde aquí , puedes cuidarnos.- le pide al gato al llegar al otro lado del lago.

CatNap baja de su espalda.

-No deberías regresar , tienes muchas cortadas.- lo recuerda al ver sangre flotar alrededor de su pelaje naranja.

El perro levanta algo de esa agua para olerla.

-No es peligrosa , solo huele demasiado a tierra.- mira al otro lado donde muchos juguetes aún pelean contra el miedo.-Ten la linterna , voy a ayudar allá.-

-Dog-

-Hobie , dime Hobie.- se lo recuerda acariciando su cadera.

CatNap sujeta la linterna.

-Quédate conmigo.- lo pide directamente.-Ya déjalos hacer esto por su cuenta , te necesito conmigo.- esa linterna en su poder ahora pesa tanto como su propio cuerpo derrotado.-Ya me canse de esperar , de quedarme atrás mientras sigues corriendo por ahí para ayudar a otros.- sus orejas bajan al sentirse tan avergonzado.-Sé que es egoísta , lo sé bien… pero te quiero conmigo , te necesito.- 

Hobie voltea al otro lado del lago.

-Puedo quedarme contigo , puedo hacerlo y siempre lo he querido así , pero esto no es correcto. No porque no te vea como mi prioridad sino porque es mi responsabilidad estar con ellos.-

-No siempre que puedas , tienes que ayudar a otros.- lo detiene con un desespero en su voz.-Ellos ya saben que no tengo el humo…y me odian.-Sube las garras a sus hombros.-Dog , porfavor , eligeme ahora.- lo suplica colocando la cabeza sobre sus hombros.-Por hoy. Solo por hoy.- 

-Theo-

-Cuando salgamos les tendrás a todos y yo no tendré a nadie más que a ti , nada más que a ti. Por Favor , solo quédate conmigo , porfavor.- 

El perro levanta los brazos para estrechar su cintura , subiendo por su espalda a esas mejillas en un recorrido destinado a tomar todo de esta figura felina.

-Allá afuera o aquí dentro , siempre has sido todo lo que pude tener realmente.- busca unir sus rostros.-Donde siempre fui el extra útil , en ti me sentí humano realmente.- suspira cerrando el contacto con el felino al unir sus narices.-Me haces egoísta , me haces cruel y valiente. Me haces un humano real y no una herramienta. Me haces rechazar el mundo para estar contigo , para descansar cuando no es útil y hacerlo porque significa que el mundo tendrá tu forma y será mío por completo. Porque te deseo. Te deseo más que a nada en el mundo.- inhala su pecho con la fragancia del felino.-Eres lo mejor y lo único que vale la pena en mi vida.-

Theodore no lucha más con el cansancio al rendirse en sus brazos. Bajando los dos al suelo donde descansan.

El perro toma la linterna para esperarlos . Iluminando el inicio del camino sin moverse del lado del gato.

 

 

Del otro lado cada Barry fue enfilado en una línea para hacer esto más seguro.

Los gigantes , en muchas formas asqueados , toman los flancos para avanzar con los juguetes más pequeños.

-Qué asco , demonios.- murmura Huggy al sentir su pie llenarse de limo.

Vieron al perro pasar por una sola dirección , lo que parece ser el camino más estable para los carros de metal , ahora todos esperan a la señal de Doey para seguir adelante.

La luz desde el otro lado parece ser la siguiente ayuda , iluminando un camino exacto para todos.

Los humanos ahora van pensando si subirse a un carro o no.

En caso del herido Niko no hubo posibilidad de pensárselo , sin mirarlo Doey lo sujeto con una extremidad alargada desde su brazo para levantarlo del suelo y meterlo en un carro. 

-Una herida de bala es susceptible a infectarse con mucha facilidad.- le aclara un juguete Boogie al verlo luchar para enderezarse al haber sido metido al carro de cabeza.

 

Henry ahora sube a la espalda de Huggy , aún estudiando los códigos que consiguió en las oficinas.

Todos parecen confundidos por una figura que hace rato les sigue.

Yarnaby.

Parado a la orilla con esa boca rara abierta y esos ojos pegados en el agua.

Doey no quiere , ni puede , resistir el desagrado qué siente por esta criatura sanguinaria. Solo puede esperar que Boxy , quien decidió ser el más maduro , fuera hacia este.

-Te hundes con todo eso encima , ¿Verdad?- lo dice al ver sus rastas de lana de colores tan espesas.

La criatura inhala y exhala , lo mira con esa cabeza torcida a causa de sus ojos separados por los dientes al centro.

-Pues … si das cosa.- acepta el rojo.-Ven.- llama al dinosaurio.-Sube a su espalda , te llevará al otro lado.-

El gran gato no entiende.

Este dinosaurio lo mira.

Se miran.

Baila.

El gato se endereza arqueando el lomo en una perfecta n.

Boxy los mira a uno y al otro.

Este dinosaurio comienza a mover los brazos y la cola de lado a lado , con las patas una atrás y una adelante por turnos. Brazo. Brazo.

Un giro de cuello y un paso a cada lado con el pecho adelante y esos brazos abiertos. Ahora un paso atrás con los brazos estirados como un presentador. 

Pierna y pierna.

Cola a un lado , cola al otro. Gira dos veces con los ojos del gato completamente atrapados en su baile. 

Entonces ataca. 

Mete de golpe el cuello bajo el cuerpo del gato y comienza a correr por encima del agua hasta el otro lado , lo tira y vuelve a correr poniéndose a salvo detrás del gran rojo.

El gato de colores en el suelo del otro lado del lago queda en blanco al estar acostado en el polvo.

Con el dinosaurio su respiración agitada revela el peligro al que se expuso con esa trampa endeble.

El rojo mira al gato arcoiris del otro lado del lago y al dinosaurio.

-Para eso era.- reconoce la utilidad del baile ahora.

Aunque sea una estupidez. 

 

Al estar todos en fila , solo queda seguir el camino trazado por la linterna qué les ilumina un pasaje claro con la fuerza de su luz amarilla.

El primero en entrar al agua es Huggy , acompañado por la cadena que usa para arrastrar la primera parte de la fila de carritos.

Todos en estos se agarran temblando en el proceso.

Las ruedas son muy torpes en este pasaje , doblándose y estirándose los resortes por el suelo de roca.

Dentro de los cajones deben agarrarse de los bordes para no salir volando del interior.

Seguido viene Kissy con otra porción de la cadena en sus puños.

Lentamente avanzan más gigantes con las cadenas unidas a los carritos.

 Mientras más se multiplican los qué vienen en la fila , más se ordena el avance y su camino es sencillo conforme pasa el primero. La luz de la linterna les guía a la orilla , pasando el lago uno por uno.

 

-No debes mojarte la pierna.-

Bobby queda a un paso del agua.

-Crafty es demasiado pesada para unirlas al resto , debo llevarla…- su voz se hogar al ser Picky quien toma la delantera , empujándola al carrito para avanzar con sus pezuñas clavadas en las rocas a cada paso. Bobby sube los pies al carro , mirando el rostro tranquilo de Picky ahora tan lleno de una extraña fortaleza.

-¿Estás bien?-

La chica rosa libera un suspiro.

-Estoy asustada.- confusa.-Nunca pensé que este día llegaría , no con todos en él.- mira al camino para no desviarse.-Bobby , estoy muy asustada.- 

-Deberías llamarme Mary.-

-Yo me quedo así. No quiero más de mi estúpido nombre.- 

Algunos pasos atrás la cadena es arrastrada por Bubba.

Pasando la mirada de las chicas al camino. A la oscuridad donde algunos de esos animales volvieron a la oscuridad del agua.

Debían oler demasiado bien con toda esa sangre en sus bocas.

  A su espalda Hoppy y Kickin comparten el peso de un solo montón de carritos , todo al ser imposible que las pesadillas se aventuran a acercarse a los juguetes. Ellos tenían a su propio Gremlin gritándoles a través de la mordaza.

-De verdad terminaste conmigo.-

Kickin levanta la mirada al escucharla.

-Si. Sentí que era lo mejor para mantenernos bien.-

Hoppy sube y baja las orejas.

-Voy a extrañar algunas cosas.-

-Pero no todo.-

-No , no todo.- miran al camino.

Hoppy podría mencionar su recientemente descubierta duda,más la guarda, y esperando esta vez estar haciendo lo correcto. 

 

 

Muchos juguetes tomaron este cruce como algo tan intrínseco a las emociones que mantuvieron inquietos poco antes. El sonido del agua , el peso de la misma oscuridad o el resplandor de la linterna por delante solo como el fin de un camino que llevaban recorriendo desde hace veinte años los más grandes. 

Doey puede sentir como todo en su ser vibra al pensar en la salida , necesita de las tres voluntades para no correr y dejar atrás a los carritos , pisando limo espeso y empujando con un brazo estirado a uno de esos animales.

El viaje por agua termina al estar todos en el otro lado , siguen hasta unirse a las vías del tren.

-Esto es más viejo que toda la fábrica.- lo señala Henry al ver el equipo de los años 30 's en el tren que debería estar destinado al cambio en algún momento.

-¿Y lo puedes manejar?- pregunta Niko saliendo del carrito.

Henry mueve la cabeza.

-Claro , esto era de los primeros ejercicios.- levanta la tapa para revisar el combustible qué tendrían que cargar.

Su cabeza se llena de rojo al azotar la tapa y retirarse.

Niko lo ve tan enojado y frustrado , toma la delantera para ver aquello que le hiciera enojar.

Encontrando la más grande de las ironías frente a sí.

-¿Qué es?- preguntan los juguetes.

Niko sonríe retrocediendo.

El gigante azul , Doey , corre a revisar el tren.

 Las tres conciencias exhalan observando el interior de la maquinaria.

-Descuiden. - los llama.-Solo es un topo , yo se solucionarlos.-

Los dos humanos recuperan el color , uno no tanto , al escuchar que había alguien capaz de ello.

 

-Ellos pudieron solos.- lleva una par a la cabeza del perro.Todo estará bien , ellos te llamaran si te necesitan.-

DogDay acaricia su cuello.

-Si , ellos pueden solos.- rosa su nariz con el pecho del gato.-Theodore…-suspira.-No me odies , por favor.- lo pide acariciando su pecho.- Necesito hacer algo contigo, es muy importante. - 

 

 

El juego de los alambres mantiene a los tres sujetos dentro de Doey. 

-Derecha ¡No , lo acabo de sacar de ahí! ¿Y si es la derecha o la izquierda?-

Lo ven voltear de un lado a otro antes de volver al juego.

Los gigantes ahora abren el tren a punta de fuerza bruta para permitir la entrada de los juguetes , uno por uno son llevados al interior.

-¡Aquí hay comida!- celebra un pequeño Boxy con una lata de sardinas en sus garritas. 

-No vayas abrir eso.- le detienen. Eso ya va llegar los cien años.- 

El juguete mira a los conejos de su grupo. La lata. Su grupo. 

La abre. 

-¡¡Aaahhaaa!! - la tira al sentir el peor tufo a podrido de su corta vida. 

Uno de los conejos toma la lata del suelo para lanzarla por los aires a ese lago negro, librandose de ese desperdicio. 

-Si, eso fue malo. 

Por un lado el gato y el perro pasan juntando sus patas a paso lento, para sentarse tranquilos en una esquina del vagón. 

-¿Te gusta la vainilla o la fresa?-

-Las nueces.- Su respuesta es sincera. - El chocolate es empalagoso y la vainilla sabe mejor cuando no está en mi helado.- 

Fany mueve la cabeza al escuchar al gatito responder algo tan diferente a lo esperado. 

-A mí me gusta el higo y con miel de abeja por encima.- forma con sus patitas la figura del helado qué deseaba probar al salir.  

-¿Y a qué sabe el higo?-

-Dulce y suave, es… Esponjoso y hace «bom bom» en la boca.- recarga el hombro en el gato. 

El felino junta las patas al sentirse tan cálido. 

-Yo vengo de la guardería. - susurra nervioso. 

-Entonces ¿Eso quiere decir que me quieres hacer tuya?- 

El felino levanta las orejas con la cabeza caliente por el cúmulo sanguíneo bajo sus regordetas mejillas. 

-Y que me veas como tuyo también. - 

La chica suspira recargando la cabeza en su hombro. 

-Mientras no mueras, o al menos mientras estemos juntos.- 

A unos metros el grupo de gatos mira a ese miembro prófugo dejarlos para unirse a una chica. 

-Yo también nos abandonaría. - promulga su verdad la gata del grupo. 

Los chicos le dan una patadita cada uno. 

Por su parte la pareja les miran y los llaman con un gesto de ambos. 

Con un sentimiento cálido los tres avanzan para unirse a ellos en esa esquina. 

 

 

 

Los demás juguetes en este gran grupo de supervivientes ahora están mucho más relajados al sentirse a salvo. No por estar seguros sino por el cansancio que continúa acumulando se sin importar cuánto se esforzaron por terminar el viaje tranquilamente. 

Doey tardó una hora en desatar cada alambre en el desafío topo lógico, pero tan cansado mentalmente omp para verse más enojado. 

Henry sube al tren para conducir. 

Ahora es cuando notan al perro salir del final del tren con el gato. 

Bubba da por hecho aquello que hicieron al estar a solas más como todos se mantienen callados sobre el tema. 

Los gigantes suben al techo del tren. 

Todos menos Mary al estar con el cuerpo de Crafty en brazos dentro del último vagón donde apenas caben. 

Avanzan. 

Es un tren de carbón, y así de viejo es. 

El humo sube de la chimenea por unos minutos antes de tomar velocidad real. 

Lentamente sube las vías qué antes tendrían que casi meramente trepar. La inclinación es algo aterradora. 

No es una completa vertical pero estar en esta máquina tan antigua y en esta perpendicular de roca dentro de un túnel apenas es capaz de permitirles mantenerse agachados, y era una experiencia non grata. 

 

Después de algunas vueltas, y si fueron empinadas vueltas, la mayoría de los gigantes dejó parte de sus estómagos en el camino por culpa de la descostumbre al transporte en movimiento. 

La mano del perro soba la espalda del agitado gato doblado a la orilla del vagón, y tan revuelto como destruido por el viaje y las vueltas qué ya les hicieron tener demasiadas crisis para quedarse donde estaban y caminar todo lo que tuvieran que caminar. 

Theodore intenta contenerse pero mirar a las rocas le hace devolver el estómago. 

La bilis y la saliva escapan con este ácido tan pesado. 

Si tan solo fuera solo eso. 

-No deben vomitar. - 

Ese recordatorio lo obliga a tragarme lo que debería salir. Y un ciclo desesperante que le debilita deseando parar el viaje. 

No es el único. 

Las pesadillas ahora solo pueden desear volver al suelo y buscar sus órganos. 

 

La luz de una estación activándose al encenderse los sensores para la llegada del tren les da la bienvenida. 

Si fueran estúpidos, como el Pianosaurio que bajó una pata y rodó como bola de boliche por las reglas de la física, saltarían pero lo soportan hasta que la velocidad baje o se detenga en su totalidad. 

Doey es uno de los que espero para no sentirse peor. 

-Se supone que no tenemos el reflejo… - Lamenta Hoppy a unos metros. 

-No tenerlo parece no poder salvarnos de la naturaleza de empuje y efervescencia.-

A este punto no se molestan en molestar al explicativo elefante. 

Saltan por la estación de la no solo ellos sino también los pequeños que sufrieron tanto como los grandes este viaje tan parecido a una papa en espiral. 

Los humanos bajan con las piernas temblando o como Niko, solo baja con las manos en los bolsillos. 

-Me pareció mucho. - mira las compuertas gigantes al otro lado de la estación. 

-¿Cuál crees que sea la siguiente planta?- le pregunta a Henry. 

Este, está en el suelo una vez ya no tiene que conducir la locomotora, se acerca con el cuerpo doblado. 

-Hay que verlo… - 

No solo él o Niko. 

Todos los juguetes del espacio quedan en blanco al escuchar un ruido agudo por encima de sus cabezas. 

Miran arriba con la incertidumbre presente en sus rostros. 

-Oh, dios.- exclamó Bobby al mirar arriba. 

Aquello que hace ruido. 

Es nada menos y nada más que un nido de pajaritos. 

Lo pueden ver entre enredaderas qué invadieron a través del óxido las compuertas ya destruidas por alguna fuente de agua inesperada por fuera de donde se pusiera esta salida. 

Todos los juguetes quedan embelesados por el vuelo de las pequeñas aves qué entran y salen por esa rotura de óxido en las puertas. 

La voz de Poppy, después de mantenerse en silencio por horas, habla con el rostro entre sus manos. 

-Esos son gorriones, son aves muy bonitas. No creí que volvería a verlos algún día.- abraza a Kissy tan feliz como la misma gigante rosa. 

 

Al mirar detenidamente el lugar es claro, ya estaban a solo un paso. 

Henry reacciona de sorpresa al recordar su misión. 

 

Por su parte DogDay regresa por el túnel sin decir nada. 

Catnap le mira con las orejas bajas, y esperando que todo saliera bien en este movimiento preparado por Hobie. 

 

Henry llega a la puerta para revisar los controles. 

Son cuarenta figuras repetidas de cinco hileras verticales con nueve casillas horizontales. 

-Es un juego viejo pero sencillo. - lo analiza. -Tardaré un poco. - 

Doey al fondo suspira mirando ese juego en la puerta.

-Nuestra libertad depende de un sudoku. - se deja caer de sentón con las patas flojas, pero todo su cuerpo se afloja en una masa sin forma. 

En el suelo descubre la actividad de ese perro a varios metros. 

Su sospecha crece conforme nota los paquetes raros ser llevados a las paredes. 

-Doey, y él es mi nuevo amigo. Y se llama Dany.- 

El azul voltea escuchando la voz femenina. 

Mira al gatito con la chola estirada por el miedo. 

-Hola, es un gusto. - que saluda levantando su sombrero con una sonrisa. 

El gato mira a los lados sin saber que hacer para responder a ese saludo, y tomando la decisión de levantar una falda imaginaria. 

Doey no tarda en reírse al verlo tan asustado. 

«Somos el suegro, ponte serio» 

Deja de reír y se pone serio. 

A Dany el alma se le escapa del cuerpo. 

 

 

Poppy camina por la estación para revisar si encontraba alguna provisión útil entre los muebles abandonados. 

Después de mirar cada objeto y cajón sin documentos realmente útiles después de que todos los trabajadores de la generación descrita en este documento ya estuvieran muertos hace dos décadas. Le queda claro algo de todo esto al mirar la estación en tal abandono y no como la vía de escape en alguien tan inteligente como Ludwig. 

-Tú nunca pensaste que tendrías que huir realmente.- suspira.  

Al final él tenía razón. No era necesario, ningún trabajador pudo usar esta salida nunca. 

-Tú eres una chica muy lista.- 

Poppy gira la cabeza. 

Es esa coneja verde aquí, agachada para caber dentro de este reducido espacio lleno de polvo. 

-Solían decirme eso, pero eso fue mucho antes. - voltea al escuchar a un roedor entre los cables. 

Hoppysuspira levantando una ola de polvo de las paredes. 

-Poppy… - cierra los puños al recargarse en la pared. - No debí escucharte.-

La mueve mueve la cabeza. 

-Lo siento por eso. - no susurra agotada. - Es solo verlo… Era ver al prototipo. - 

 Hoppy asiente. 

-Lo que no puedo pasar por alto es que Catnap lo quería mucho y lloré todo el tiempo. - 

Poppy frunce el ceño al recordar este fresco incidente. Pero desearía que se quedara atrás y nadie lo volviera a mencionar nunca. 

-Él no tiene labios pero es fácil saber lo que lloraba por su lenguaje corporal.- sus manos se unen. Lo que se hizo nota que tú si no tienes boca y labios. - observa a la muñeca moverse más lentamente. - Tú y él lloraban por lo mismo. - 

-No es igual-

-Esa cosa era tu papá, y lloras porque te dolía lo que le estaba pasando.-

Poppy baja sus delicadas cejas.

-No es lo mismo. - 

Hoppy no deja ir esta idea ahora, ya no quiere este secreto. 

-Si, porqué lo que tú y él tienen, es más grande. - qué del interior de su cierre saca una hoja doblada. La abre y muestra.-No es una mentira. - 

Poppy exhala viendo la nota de advertencia que condena a todos los que la acompañaron en su rebelión hace años. 

-Estás especulando sobre algo que no entiendes , por favor, para.-

Hoppy ha herido con palabras a personas realmente importantes en su vida, justo ahora molestar a Poppy es simplemente deportivo. 

-¿Dices que no es lo mismo por qué tú si eres su verdadera hija?-

La muñeca aprieta los puños, estos puños inútiles que no le sirven de nada, todo para contener su rencor creciente

Suspira para soltar el desagrado. 

-Creí que la inteligente era la cerdita. - murmuró bajando la cabeza. No lo decía como ofensa, pero solo estaba impresionada por ser esta chica y no otro gigante quien le interrogará. 

-Lo somos, solo yo suelo apagar el cerebro para no volverme loca o aburrida. - dobla de nuevo la hoja.-Tú y Theodore son iguales, pero piensas que eres mejor que él.-

Poppy bufa levantando uno de sus cabellos sueltos con el aliento. 

-Soy mejor que un adoctrinado loco. - que suspira cerrando los brazos en torno a su cintura.  

Hoppy estira la mano para tocar su cabeza. 

-Puedes serlo pero también eres una enana, y así que te gana.- 

Poppy frunce el ceño. 

-Ya nada de eso importa, no puedes buscar justicia cuando no te atreviste a tocarle un pelo. - 

Hoppy baja hasta chocar su nariz con la espalda de la muñeca. 

-Lo hubiera hecho. Si Mary no me hubiera detenido, habría reventado su cabeza con dos golpes y soy buena, pero siempre lo hago bien con el martillo.- pica su cabeza con una garra sin causarle dolor.-Así qué, no se, pero si necesitas a una amiga y no un títere… Llámame. - levanta el cuerpo al retirarse.

Poppy levanta las manos sorprendida. 

-¿Una amiga?-

Hoppy mueve la cabeza afirmando en silencio. 

-... claro, me gustaría tener una nueva amiga. Mis anteriores amigas, están cansadas de mí. - 

-Será todo lo que tendremos, allá afuera. - 

 

 

 

-Para ser blanco, te estas tardando demasiado. - 

Henry gruñe al escuchar otro comentario de Niko. 

-No me gusta el sudoku. - 

-A mi menos, es muy tedioso. - voltea para observar a los juguetes ahora dispersos para observar a las aves volar y a los pollitos piar. - Seguro que Ryan sabría resolverlo. - 

Henry da una mirada nueva a todo el juego. 

-Si, estaba en la edad para que le gustaran.- coloca un número más, para su suerte es el correcto y no se reinicio el juego.

-Cuando bajamos de verdad creí que moriría primero yo. - cruza los brazos al recargarse en las puertas.-Él incluso tenía un arma y era bueno al disparar.- 

Henry gira la tecla completando el primer panel.

-Yo no creí llegar aquí. - detiene su avance para mirar a Huggy sentado en la tierra con esos ojos sobre las aves.-Voy a tener que trabajar mucho para alimentar a ese grandote. - 

El hombre mira al mismo gigante azul. Mueve los hombros al sonreír. 

-Estoy impresionado, a mí me asustaría eso. - 

Henry procesa el doble sentido con las cejas bajas. 

 

-Necesito ese teléfono. - 

El humano deja de mirar a las aves. 

-Toma, follagatos. - 

El perro estaba apunto de agradecer, más se abstiene al escuchar eso último. 

-Debes estar muy solo para que eso te interese.- acaricia rápido su cabeza. - No te deprimas, algún valiente se sacrificara algún día. - 

-¡Conmigo sería un honor, no un sacrificio, perro baboso!-

Hobart ríe al verlo tan enojado. 

Seguido de esto toma distancia preparando el número a marcar. 

Cada segundo para él es todo lo contrario a la alegría o la melancolía de cada sobreviviente. 

Para él esta espera es oscura, pero es la muerte al otro lado de la puerta. 

Sabe lo que ocurrirá, lo que va a pasar con todos en cuanto las puertas se abran. 

Sus ojos van a la figura de los gigantes. 

 

 

El desastre es anunciado con el resplandor positivo de la puerta. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Ahora, una explicación.
Este capitulo debía ser el final pero no se logró.
Él contenido es leve y seria cansado de leer.

Gracias por este tiempo invertido.

Chapter 131: Y es inmortal en su recuerdo

Summary:

Después de tanto tiempo, conoceremoss un poco a la madre de Theodore y a Pedro.
Dos personas que fueron el pilar invisible de todo el desarrollo de CatNap y DogDay.

Ellos fueron desconocidos hasta hoy.

En total, sin ellos dos, la historia termina con las mismas 8495 palabras del primer capítulo.

Notes:

Hola, es un gusto verles de nuevo.

Es el final

Pensé en como hacerlo pero sera exactamente como el comienzo.
Raro y molesto, el ritmo es un eterno solo de batería y el final es el músico azotando las baquetas.

Muchas gracias por permanecer.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

 

1982

 

 

 

En un cielo gris y su ambiente humedo.

 

 

El sistema de lo familiar la encontró. De todos a ella. 

 

-¿Entiendes lo que esto significa?-

Observa la hoja en blanco y negro en sus manos. 

-Responde mujer. - 

El nombre en la línea completada a máquina le llena de temor. 

-Te hice una pregunta, ¿Acaso se te fundio el cerebro?- 

Sujeta entre sus manos este papel. 

-Es mi hijo. - farfulla. 

-Exactamente por eso no podemos permitir que continues con su custodia.-

-Es mi hijo, yo lo di a luz, es mio. - 

-Será tu hijo pero eres una puta.- le apunta con ambas manos extendidas.-Eres una prostituta, y ni el sifilis o lo que sea que tengas no te deja en claro algo tan sencillo no es nuestro problema. -

Olvidándose de defenderse su voz se quiebra al reclamar agotada. 

-No pueden quitármelo, es mi bebé. - azoya la hoja en el escritorio. - ¡No importa lo que yo haga! ¡No importa nada de eso porque lo amo! ¡¡Es todo lo que tengo, es mi hijo, es mi vida!-

La encargada del registro bufa fastidiada de solo escucharla renegar y gritar. 

-Es como hablar con la pared. - murmuró apretando las manos en puños. -¡Escucha bien! ¡Eres una prostituta, no sirves para nada más que eso! ¡¡No eres una madre, eres una estupida jugando con un muñeco al que mal vistes y matas de hambre!! ¡¡Ya he visto perras como tu, las de tu tipo son las peores!! ¡¡¡Así que renuncia al niño y entrégalo!!!-

-¡No! ¡¡No, no, no!! ¡No lo haré, no voy a dárselos! ¡¡No, no no no!!- 

-¿Qué? ¿Ya le encontraste clientes o algo así?-

La cara de la mujer se vuelve de papel. 

-Nunca haría eso, no, no… Nunca.- retrocede pálida. - No, es mio. - mira esa hoja con horror.-Es mi bebé, mio. - tiembla. Se retira con las manos unidas en su estómago. 

-Una prostituta nunca será una buena madre y lo sabes, solo déjalo ir antes de que termine como tú.- 

La mujer de rostro pálido mueve la cabeza. 

-¿Y a ellos no les quitarán sus hijos? Los que me pagan, los que me molestan ¿Ellos son buenos?-

La señora en el escritorio sacude una hoja para colocarla en la máquina de escribir. 

-Por supuesto. Independientemente de sus errores, al menos no tienen la culpa de que estés por ahí ofreciendote todo el tiempo en vez de trabajar como una buena persona.-

La joven sujetó su cabello oscuro, retrocediendo en su huida. 

Entre los miembros del departamento familiar su estatura es mínima. Solo una sombra a comparación del resto, tan baja como patética y huesuda. 

Apenas capaz de estorbar, apenas capaz de merecer vista más allá de su falda o el delineado en sus ojos cubiertos de un maquillaje que a duras penas cubre el moretón ya verde sobre sus ojos. 

 

Atraviesa los pasillos hasta la sala de colores. Sin preguntar ni saludar entra para buscar al niño en la alfombra. 

A este punto no le interesa si lo tienen excluido, nada le importa cómo sacarlo de aquí antes de que lo lleven lejos. 

Escucha su quejido y su murmullo adolorido por el apretón que da a su brazo. 

Lo levanta con esfuerzo para cargarlo con todas sus fuerzas corriendo con él oculto en su cuello. 

Muchas voces le dicen que simplemente huyan de esta ciudad, que deje todo atrás y escape. 

Otra parte dle die que vaya a casa por lo que pueda recoger para no ir con las manos vacías a donde sea que tengan que escapar. 

Decidiendo volver al departamento para conseguir lo que pueda servirle, sin importar si algo le dice que no regrese. 

Vuelven a su departamento. Buscando cosas de la habitación para escapar. 

Aunque es imposible que lo logren este día. 

-Vete a jugar. - lo empuja para que salga de la casa. 

-No tengo amigos para jugar.- 

-Entonces finge que tienes, no regreses. Yo te buscaré. - le da una mochila.-Escóndete, no vuelvas, no vuelvas. - rodea su cuerpo con fuerzas. 

El niño no entiende nada, solo obedece al salir del lugar confundido. 

-Escondete, solo escóndete. - pide en la puerta.-No dejes que nadie te vea, por favor, escondete. - 

Lo ve bajar las escaleras. 

Corriendo a verlo por la ventana para comprobar que escucha y va al parque, mirando a ambos lados antes de cruzar, entrando al bosque de ese lugar. 

La joven inhala con esfuerzo, respirando tan aterrada como pérdida. 

No pasa demasiado tiempo antes de que esos vehículos lleguen. 

Junta las manos entre temblores. Caminando a la pequeña sala para sentarse en la silla de esta. 

Su cuerpo es apenas capaz de mantenerse estable en este espacio. 

Saltando en su lugar cuando la puerta es pateada desde afuera. 

Sus hombros suben al desconocer a estas personas. 

Entran revisando cada uno de los rincones del lugar. Pasan por su lado tirando la mesa al suelo.

-¿Dónde está?- le pregunta uno de estos hombres. 

Ella mueve la cabeza al negar. 

-¿Dónde lo escondiste?- 

Vuelve a mover la cabeza. 

En respuesta llega un revés que abre inmediatamente su nariz en un torrente rojo. 

Sujeta su rostro con los ojos bien abiertos. 

-¿Dónde está?-

 La joven mueve la cabeza. 

-¡¿Ya lo vendiste?!- pregunta de nuevo al sujetarla por el cabello.-¡¿Dónde está?! ¡Responde o te parto en dos la cabeza!- 

-¡No sé! ¡No sé , no lo sé , no sé !- miente, miente a gritos. 

Sus ojos ven entra las sacudidas algo al fondo de la habitación. 

Algo que hiela todo en su cuerpo. 

Uno de estos tomando el abrigo de su hijo para olerlo directamente. 

Es claro. No son del departamento de familias. 

Es muy claro. Todo dentro de su cabeza toma sentido, desde el rastreo, hasta ser la única de todo este edificio por la que llamaran al departamento cuando habían más personas en peor estado. 

Puede que ella fuera lenta pero esto es claro. 

Es muy claro lo que quieren. 

Su cabello atrapado es una desventaja, no paraba de doler y aún así se estira para arañar los ojos del captor. Perdiendo una uña como cual gata enferma al dejarla clavada en el ojo de este hombre. Corrió en cuanto se vio libre. 

Directamente a la puerta por la que saldrá. 

Tomará el viaje más lejos de todo, de todos. 

De sus cadenas, de este pueblo, de esta vida. 

Correrá hasta que se quede sin camino, hasta que puedan detenerse. 

Huira.

Escaparan, dejarán este infierno. Sacará a su bebé de esta oscuridad. 

Quizás su vida sería correr eternamente, sería mejor que esto. 

Tomaran un avión, un barco, un tren o lo que sea, lo que les saque de aquí. Lo que pueda llevarles lo más lejos posible. 

Hasta que su nombre sea desconocido y su hijo esté a salvo. 

 

 

Más sus oportunidades mueren con una patada directa a su espalda, chocando contra la puerta, cae de frente contra este borde. 

En el piso sus manos tiemblan, poniendo su peso en las rodillas y antebrazos para levantarse, huir aun si la sangre ya cubre uno de sus ojos golpeados o si el maquillaje no pueda ocultar los moretones. Logrando abrir la puerta. 

De frente ve a esa mujer del registro parada frente a ella con ese rostro torcido por el desagrado. 

Seguido de esa silla donde había estado, chocando contra su cuerpo a manos del mismo atacante, repitiendo este golpe entre resoplidos. 

Los presentes abren los brazos al ver ese golpe y su efecto.

 Observando ese borde de madera clavado en el sentido de la mujer, abriendo la piel y las venas, todo para llenar la pared con su sangre. Por los golpes con la silla. 

Entre todos hay una mirada pesada con este cuerpo inerte en el suelo. 

-¿Qué hacemos?- preguntan a la mujer en la puerta. 

Afuera del departamento aquella señora observaba la sangre acumulándose y a esa joven en el suelo. 

-Solo arreglen todo, y vámonos. - 

De su bolso extrajo un paquete plástico.

-No averiguaran nada si esto circula por su sangre. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En un lugar donde el cielo es azul y su aire caliente. 

 

En ese momento las mañanas eran difíciles. 

Era difícil despertar. 

Es muy difícil

Eso es todo. 

Sus ojos se quedan en la mirada apagada del rostro en la cama. Sin brillo, cristalinos como los ojos de un perro muerto. 

-Mamá… -le llama temblando. No recibe respuesta, solo un movimiento al fondo por la luz del sol moviéndose por su espalda. 

-Mamá.- repite el llamado sin atreverse a tocarla aún. 

La sangre alrededor de la cama se ha expandido hasta formar una charca helada dentro de las sábanas pegajosas, sin nada más que restos de algo que no se atreve a mirar. 

-Mamá… - lleva una mano a su rostro. 

La temperatura helada de su piel le recorre hasta la punta de las orejas. Retrocediendo con los ojos cubiertos de agua acumulada. 

Inhala, es sangre en el aire. Exhala el mismo sabor metálico de su boca rota en una pelea. 

-Mamá …- cierra con fuerza los ojos para salir de este episodio inútil. Inhala y exhala, inhala y exhala. 

Grita dentro de su boca completamente incapaz de cambiar algo de lo que siente.

-Ire… Ire…- inhala profundo para tranquilizarse. - Iré con mi amigo, vuelvo en para la comida… Traeré lo que te gusta, Te gusta el pollo agridulce picante ¿Verdad, verdad? Ya lo traigo, yo lo traigo, lo hago. - retrocede lentamente. - Ya vengo, ya vuelvo.- camina rápido. 

Deja la casa por la ventana el lugar para no usar la puerta que está cubierta de panfletos de cobros básicos y la renta atrasada. Baja por las escaleras de metal una vez cierra la puerta. 

Al llegar al callejón corre a un basurero para sacar el objeto que necesitaba. 

-Medicina, medicina, medicina, medicina… - corre por las calles para buscar esa farmacia con lo que necesitaba. 

Aunque es claro que ella está muerta. 

-No, no lo está. - 

Sus pasos lo traicionan. 

No está en la farmacia sino en la casa de Pedro. 

Su cabeza golpeó los barrotes al detenerse frente a esta casa resguardada. 

-¡Amigo!- grita al lograr sacar una sonrisa de las que no quiere expresar ahora. 

Espera. 

Del otro lado de las puertas se revelan algunas personas. Incluidas un chico mayor que lo mira con las cejas bajas. 

-Hobie, es muy temprano, vete. - le hace gestos con ambas manos para que se vaya. 

El niño en la reja deja de sonreír al ver eso. 

-En el fondo estás loco por mi. - acusa burlándose de él.

Este muchacho abre la boca mostrando hasta los dientes del asco. 

Hobie ríe doblando las rodillas hasta caer al suelo. 

Su cabeza es un desastre, es un completo horror entre la risa y la sangre atrapada dentro de sus fosas nasales. Gritando por dentro aunque se ría mirando a ese chico. 

-Llama a Pedro, sobrino. - sonríe molestando . 

-Lo has empeorado enormemente , moscoso asqueroso. - le gruñe dirigiéndose a la casa. 

Por fue Hobar esperó recargándose en la reja, bajando hasta sentarse en el suelo. 

Su mente es complicada de entender. Estaba desesperado por esa medicina. Estaba aterrado de volver a casa. La verdad, la verdad es horrible. 

Es roja. 

-Hola, Hobie.-

Sus ojos se iluminan antes de girar para ver la reja abriéndose con ese hombre del otro lado. 

De cabello largo hasta los ombros, sus ojos tan cargados de color como una cucharada de ccafe al sol. Ese rostro lleno de cortadas y sus cejas interrumpidas por una cicatriz. 

-Sal a una cita conmigo.- le pide al abrazarlo con todas sus fuerzas. 

El hombre se tambalea pero logra mantenerse derecho con el bastón en su brazo. 

-Bien, pero no compres nada.- camina. A donde sea que lo saque de esta casa. 

Sabe, puede verlo, a su hermano en la ventana del segundo piso observando salir fuera de la casa para alejarse de ellos otra vez. 

-¿Y qué haces aquí? ¿Te peleaste en la escuela?-

Hobie sonríe sacudiendo los brazos para encontrar una mentira convincente.

-Quería… - Sus ojos bajan al suelo. -Quería que conocieras a mi mamá.- 

 El hombre tuerce el rostro con un arrepentimiento marcado en su rostro. 

-No puedo verla. - 

Hobie baja las cejas acercándolo a la banca del camino. 

El hombre baja las cejas al ver como este mocoso se apresura en limpiar las hojas para que se sentara con él.

-No quiero verla ahora. - confiesa al verlo sentarse.-No puedo verla ahora, me da miedo. - su voz tiembla, ocultándose con una sonrisa incómoda. - No quiero volver solo.- toma un asiento a su lado. 

El hombre levanta el brazo para sacudir su cabeza. 

-Dime porque tienes miedo. - le cuestiona picando su cabeza. - Se supone que eres un tipo fuerte pero no sonríes ahora. - 

 

Todo en el cuerpo del niño se vuelve hielo. La sangre que corre o la dolorosa presión de sus venas, todo subiendo con el sudor frío en su espalda y cuello. Cerrando los ojos para pensar aunque solo quería llorar. 

Hobie suspira debajo de su toque. Planea decirlo pero le asusta. Lo aterra aceptar la verdad. 

-Yo… Perdí mi dinero.- suspira. - Me dejaron como toro en la fabrica de .- 

El hombre ríe al escucharlo. Sobre todo por ver de lejos a una persona con una de esas vbbdidas detenerse muy confundido por esa línea. 

Aquello que no se atrevía a decir lo hace ahora. 

Al fin le confiesa lo que sucedió con el dinero que su hermano robó hace unos días. 

-Se llevó todo él… Y mi mamá no está bien, me asusta. - su voz se rompe aguantando las lágrimas. - Ella me está asustando mucho.- a medias, a medias para no decirlo. 

Para no aceptar lo que debería decir. 

-Voy a robar la farmacia. - confiesa sacando el arma que robó para defenderse de los atacantes de su hermano que no paran de aparecer por su espalda cada vez que se acerca a la escuela donde debería estudiar. Lo están siguiendo, lo están cazando y no encontraba qué más hacer. 

Este adulto le arrebata el arma de un tirón, le revisa rápido el rostro con una expresión mortificada. 

-Dijiste que ella no te lastimaba. - 

-No lo hace. - asegura tomando su brazo. - Solo me asusta.- tiembla buscando aquello que deseaba decir. - Por favor, ven a verla conmigo.- pide aferrándose a su brazo. - Porfavor, porfavor, porfavor, quedate conmigo.- 

El hombre voltea para ver esa calle. - 

-Si es por medicina que está enojada, podemos repararla. - lo aparta empujándolo.-Te daré el dinero y la compraras, con eso ella estará mejor… después ya podremos hablar de esto. - 

ES INUTIL, ESTA MUERTA. 

Hobie cierra con fuerza la boca sabiendo que debería hablar pero no lo logra, solo puede aceptar el dinero. 

-Vas a tener que trabajar como buey después de esto.- sonríe este al verlo tan callado ahora. 

-Pedro-

-Que me llamo Peter. - 

-Pero te conocí por Pedro, te gusta Pedro.- cierra los puños con el dinero en sus manos.-A ti no te gusta que te llamen así.-

El mencionado baja la cabeza con los ojos cerrados fuerte. 

-No, no me gusta. - 

-¿Por qué me dijiste que te llamabas Pedro?-

El hombre sujeta el bastón con ambas manos. 

-Cuando estás en una situación de rehenes… cuando te atrapen, no debes decir el nombre de tus compañeros. Nunca lo digas.- Sus pupilas bajan hasta el suelo donde una ardilla mastica bajo los pies de ambos una galleta sacada de la basura.-Cuando las personas tienen tu nombre, todo dolerá mucho más.- fija su mirada en esa ardilla para no ver el pasado. - Si te golpean o te insultan, duele pero es por fuera… - inhala para borrar aquello que da vueltas cuando intenta recordar.-No les digas mi nombre… No les digas el nombre, aunque te corten o lastimen, no lo digas. No deben saberlo.- suspira calmandose.-No quería escuchar más ese nombre. - 

Hobie le habla sacándolo de su procedimiento.  

-Pedro…¿Porque las personas lastiman a otras?- 

No es la primera vez que le pregunta esto el niño. 

Muchas veces ha respondido a esa pregunta. 

-Porque es más fácil ser cruel, es muy sencillo una vez comienzas.- 

-¿Porque las personas se enojan cuando no pueden hacer daño?-

-Porque lo ven como un derecho, cuando ya se armaron de valor y se deciden a lastimar a otros es tan fuerte su deseo como tú buscando la medicina para tu mamá.- sus ojos vuelven a ese animalillo rojo dando vueltas en el basurero.-Las personas tienen voluntad, buena o mala, no importa. Todos son fuertes, todos son crueles, todos se hacen daño y lastiman a otros aunque no sea intencional y otras veces lo será, otras veces hacer daño es la prioridad porque solo así conseguirás aquello que deseas, bueno o malo. Es una voluntad y una decisión. - 

-¿Porque una persona obliga a otras para tocarlas?-

El hombre baja la cabeza con esa pregunta. 

-¿Pasó algo?-

-A ti te paso.- 

Este hombre gira la cabeza lentamente para verlo de frente. 

-Tus cicatrices son como las de mi hermano, son iguales y sé como les pasó eso.- deja de lado el dinero con la cara pálida.-Él me abandonó, se fue con todo mi dinero. Me dejo aunque no estoy enojado por que los trajera por mi… ¿Porque parece que yo soy el malo? ¿Porque me estoy quedando solo?- 

El hombre de golpe se siente de nuevo inmundo. 

Reviviendo de golpe cada una de las escenas atrapadas en su memoria. 

-No me mires. - pide levantándose con las rodillas temblorosas. La vergüenza le recorre, lo ensordece y ciega. Lo lleva al suelo donde su cuerpo golpea con las hierbas. 

El niño es rápido para levantarlo aunque le cueste demasiado, cerrando en un abrazo la distancia que desearía tener. 

Listo para escapar, correr, golpear y gritar como cad vez que es atrapado por una figura en estos momentos

Paralizandose al sentir por primera vez en su vida el calor de otro ser humano como lo que era, calidez. No es barro, no es basura, no son gusanos ni dolor. 

Solo alguien más pequeño que lo atrapa como si fuera un chaleco salvavidas. 

Tomando esa oportunidad para abrazarlo con fuerza. 

-Las personas que tocan a otros deben morir. - murmura agotado. 

El niño suspira escuchándolo, aceptando sus palabras como un mantra. 

Su guía. 

Mirando a este curioso al sentir como busca su frente para dar un beso antes de volver a abrazarlo.

Lo corresponde extrañando esto de su madre, 

De que no volvería nunca. Respondiendo con una mordida que aparta al hombre entre risas. 

-Ve por la medicina de tu mamá. La conoceré hoy, lo prometo.-

Hobie suspira dando un abrazo rápido. 

-Gracias.- inhala su aroma pesado, el aroma del detergente de lavanda. -¡Iré a tu casa a comer, no dejes que me cierren la puerta!- sonríe al despedirse, corre unos metros. Deteniéndose. 

Ella está muerta, esto era inútil. 

Mira de nuevo al hombre. 

Parece muy pensativo. Algo le advierte del peso de esa mirada escondida bajo el cabello. 

-Pedro. - lo llama. 

-Te escuchó . - no responde con la mirada baja.

-¿Podrías darme un lugar en tu cama?- 

El hombre baja la cabeza horrorizado en todo sentido.

-Si. - miente.-Gracias. - le dice seguro. Dejando en ese agradecimiento lo poco bueno de su voz cansada al sonreír. 

Parece que es suficiente. Lo escucha despedirse y correr. 

Dejándolo solo en esta banca. 

Ya sin nadie a su alrededor, el hombre lleva las manos a su cabeza. Ocultando en sus ojos cubiertos aquellos pensamientos horrorosos que le recorren hasta la médula, gritando. 

Asqueando. 

Llenando con escenas asquerosas de esos días dentro de una jaula para animales, con un cable como correa en su cuello. 

Sus ojos pronto son solo un torrente de lágrimas. 

Tan horrorizado como acobardado por las posibilidades de permanecer un segundo más con vida.

Odiando hasta el color de sus dedos amoratados por morderlos todo lo que era posible. 

Toma el arma en su bolsillo. 

Dirigiéndose a un lugar en especial. 

No es el más digno de la vida pero sí especial. 

Un callejón especial para él. Un espacio donde una parte de él recobró la vida, donde comenzó esta carrera lenta para irse. Para despedirse de quienes quedarían atrás. 

Nunca lograra sanar, nunca sería lo que es. 

Ya no le queda mucho que salvar y lo que sabía, lo compartió. 

Posiblemente arruinó la vida del niño al enseñarle todo el veneno de la vida. Nunca podría confiar en las personas, nunca podría abrirse por su culpa. 

Ahora también caía en lo más patético del mundo al sentirse tan frágil con un niño. 

Era un monstruo. No importa cuántos doctores vean, solo es un desperdicio destruido. Nada de las sobras de unos monstruos más grandes, no era ya una persona. 

Era todo lo que veía en sus pesadillas. 

Era una maldición que no debe permanecer. 

Sus pasos son lentos, demasiado lentos. 

Lo llevan a ese callejón justo al mediodía, con el calor del sol sobre su cabeza. 

Entra. 

En las sombras ve esos contenedores de basura donde lo conoció. 

Era como ver a un perrito perdido a la orilla del basurero. Era pequeño, desnutrido y débil con la boca llena con restos de una pierna de pollo medio mordida que sacaba directamente de una bolsa de basura. 

Era un niño muy nervioso y aun así, extremadamente atento.

No sabe por qué, solo que de pronto, cuando este mocoso lo ayudó a levantarse después de que el dueño del lugar le vertiera una cubeta de agua sucia encima, de golpe ya quería sacarlo de su vida. 

Sacarlo de este infierno. 

Ayudarlo. 

Ser aquel idiota que era antes de esos días. 

El estupido que se creía un buen tipo por ayudar a las señoras con sus compras o enseñar a comer con la cuchara a su hermano menor. 

Al conocerlo , volvia a ser ese idiota benevolo y no el gato cobarde oculto en la basura para que nadie le hiciera mas daño mientras esperaba que el hambre y la suciedad de su cuerpo lo matará. 

Viendo en esos ojos la misma mirada de su hermano hace años. Ese niño parecía verlo como un héroe, como si fuera su luz en la oscuridad, 

Todo lo que no era, todo lo que no sería jamás. 

Un mentiroso, una farsa dependiente. Quien escupía respuestas venidas de sus desgracias para impresionar y enseñar algo de la vida a un niño que le saque de sus pesadillas con su presencia. 

Censurando con bromas pesadas el murmullo de fondo con voces rotas y gritos de dolor que seguramente son sus propias humillantes súplicas. 

Un monstruo que siente mariposas con la mirada de un niño. 

Alguien que definitivamente merece esta bala en la cabeza. 

 

Toma el arma que el niño no pensó en pedirle, girando el cañón al interior de su boca al estar en este lugar. Escondido entre la basura de donde no debía salir. 

Ya había dejado su despedida, ya vio a todos los que podrían recordarlo esta mañana. Ya era suficiente. 

Pensó una última vez en su vida. Con más claridad. 

Quizás simplemente estaba usando el lazo con el niño para decidirse, debía ser su excusa. 

Porque sinceramente era un mocoso huesudo. 

O solo su último intento por ser perdonado. Por ser recordado por alguien que no tuviera los ojos llenos de decepción al mirarlo a la cara. 

Que alguien, por última vez. Lo veía como el soldado de su familia, con orgullo. Que alguien que por una vez, una última vez tuviera vida en su mirada cuando se dirigía a él. 

Como su hermano la última vez que lo vio antes de zarpar junto a todos sus amigos. 

Y pensó en ellos dos. 

En su hermano y su pequeño amigo al irse. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1997

 

 

 

 

Si le pidieran describir a su madre. Ya no sabría nada de ella. 

Sabría que hay dos ojos, dos manos y una nariz. 

Hay un delineado negro. Hay una sonrisa pintada de durazno. 

Ella también cambiaba su cuerpo para aceptarse. 

Él deseaba volver a lo que fue para sentirse vivió. 

Todo en su vida ya cambió, ya no puede ser el niño en esa mesa con las uvas en espera de compartirlas. Obligado a tragarlas al haber esperado hasta que se pudrieron. 

Ya no queda nada que compartir en esta casa empobrecida. 

Solo pueden salir del lugar. 

Solo pueden escapar y llorar fuera de sus jaulas. 

El primer vistazo al cielo le hizo caer en un sueño, observando un cielo azul como la muerte misma aplastandolos con su belleza. 

Un sol. 

Nubes que se mueven y no son estáticas. 

El bosque. 

Una sensación aturdidora dentro de sus tímpanos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por demasiado tiempo he vivido para otros. Por poco ha sido él mismo. 

Arrastra esta gran figura con la ayuda de otros dos presos de la misma carne, sin saber realmente si los odia o si los ama. 

Incluso si un día no pudiera desear un cambio o se acostumbrara, se pregunta si abría una vida afuera, con ellos. 

Con Doey. 

Porque él era Doey o Matthew, también Jack y Kevin. 

Era uno en cuatro y tres en uno. 

Eran una familia dentro del gran problema que era despertar una mañana con el brazo dormido y no saber si estaban en control o si se perdió parte de ellos entre los pedazos dejados atrás. 

Hoy sus ojos ven el cielo azul por primera vez en demasiado tiempo. 

Llenando sus cerebro con escenas revueltas entre la felicidad, la maravilla, la tristeza y la desesperación por estirar sus manos y tocar la luz del sol que brilla sobre las hierbas como si un sueño estuviera desarrollándose frente a sus ojos. 

Un cielo de mediodía con el sol en lo más alto y las voces de aves elevándose por las grandes puertas de hierro perturbando su descanso. 

Los pies rojos de su figura corren afuera muy fuera del control de la mente que ahora solo puede permanecer en un sopor pesado ante la contundente realidad desarrollándose ante sus ojos. 

El amarillo de su brazo sube tratando de tocar algo que no es tangible pero deja una sensacion en su cuerpo. 

Es cálida. 

Es luz solar brillando sobre su mano grande. 

Eleva el segundo brazo como un acto inconsciente. 

Recibiendo con un paso adelante la luz del sol sobre su rostro, chocando su mirada con la inmensidad de un cielo que grita con la brisa que levanta la esencia de los pinos en una melodiosa canción de hojas deslizándose sobre la tierra, sobre su cuerpo y contra otros árboles. 

Todo es tan salvaje. 

Sin filtros de aire atiborrados de polvo acumulado, sin pasillos de concreto. 

No hay nada más que una inmensa visión de bosque y calor, un árbol caído por las lluvias y la tierra tragándose parte de estas puertas como si no hubieran existido hasta que se abrieron para él. 

Elevándose el calor de su propio cuerpo por encima de todo en el mundo. 

Pisando por primera vez en años algo como pasto, mirando abajo como las hierbas manchan con su frescor la base roja. Elevándose el aroma del césped recién cortado. 

O tal vez sea solo hierba. Quizás sean flores reales. 

Quizás sea algo desconocido para él. 

Quizás este es el mundo real. 

Levanta los brazos dando vueltas con la visión del cielo y los árboles sobre su figura, sobre la oscuridad que termina hoy. 

El encanto se rompe con la sensación similar a sacar la cabeza del agua. 

Tropezando en su giro para volver su mirada a esa cueva de hierro. 

Escucha gritos. 

-¿Qué?- mira a todos. -¿Qué hacen?- pregunta sin entender lo que estaba viendo.-¿Por qué no salen?- les pregunta perdido, intenta entender. Lo intenta pero solo se confunde más conforme más ve. 

Cada paso que se alejó le devuelve a la oscuridad, al hierro y el concreto que ya no quiere sobre su cuerpo. 

Horrorizandose con los gritos de todos, con los cuerpos en el suelo llorando y peleando por esconderse donde se pudiera, en sí mismos. 

-¡¿Qué está ocurriendo?!- pregunta atrapado por el rojo en la orilla del sol y la cueva de hierro. - ¡¿Por qué no salen?! ¡¡No se queden ahí!! ¡Salgan, salgan!- solo les ve derrumbarse sin siquiera acercarse a la salida.-¡¡¿Por qué se quedan ahí?!! - 

 

 

 

Dentro los humanos apenas logran moverse sin ser aplastados o arrastrados. 

Todos han corrido a esconderse. 

El aterrador gato de colores ahora es una bola temblorosa pegada a una pantalla en el suelo como un bebe aferrándose a su peluche. 

El grupo de pequeños juguetes parece estar al borde de la muerte entre los gritos y la incapacidad por mantener cerradas sus bocas. Gritos, dolor. 

Todo estaba apunto de hacerse pedazos. De no dejar nada para que puedan recoger los pedazos. 

Entre las lágrimas los humanos pueden ver a quien les acompañó hasta aquí al fondo. 

-¡Hobart!- grita Niko pegado a los muros para evitar las carreras de algunos juguetes que escarban con garras la tierra donde intentaban esconderse.-¡¡¿Qué está pasando?!! - 

DogDay baja la cabeza. 

-¡Váyanse, esto es demasiado peligroso para ustedes!- les apunta la salida.-¡No se acerquen a la salida hasta que nos vean fuera!- 

-¡¡Claro que no!! ¡¿Qué mierda está pasando?!-

El perro mira al par de humanos con frialdad. 

-Tienen miedo de lo que sucederá cuando salgan. - 

Antes de que Carl le diera una gran respuesta puede ver en las manos nde DogDay un aparato alargado de color metálico. 

-¡No, idiota, estamos aquí!-

Los dos restantes miran sus manos. 

-Es medicina dura. - les dice el perro sin pensar siquiera en evitar usar esta arma.-Y yo no soy un buen doctor. - 

Henry sujeta a Huggy para señalar la salida. 

Por un lado del par en retirada Doey pasa a fuerzas, tratando de cargar algunos de sus amigos pero solo recibiendo golpes y arañazos. Lo suelta al sentir que se lastimaran más luchando contra él. 

-¡DogDay!- le grita al verlo en el centro de todo con esa desfachatez en su figura.-¡Tu sabes lo que está pasando, se te ve en la cara!-

El sonriente mueve los ojos de lado a lado sin poder hacer nada contra esa estúpida sonrisa. 

-Si pero que me vea así no significa que me esté burlando. - le responde apagado con un ademán suave por parte de sus manos.-En realidad, deberías ir afuera para animarlos.- gira el control en esta pieza de metal. - ¿Alguna vez te cortaste con clavos antes de ser Doey?-

El azul mira rápido alrededor. 

-No es momento para un recuento de traumas. - le advierte furioso.

DogDay levanta una mano para pedirle tiempo a pesar de todo el desastre alrededor de todos estos problemas. 

-Me refiero a si tuviste que decidir qué te daba miedo.- mueve las manos oprimiendo los botones en el control.-¿Te daba mas miedo el clavo o que tu mamá supiera que escapaste cuando te dijo que no salieras?-

El azul recuerda su vida partida por tres partes. 

Recuerda la vida pacífica de Jack, con regaños menores y una escena de llanto cuando tuvieron que cortarle todo el cabello porque se pegó chicle al pelo. 

Matthew recibiendo un par de golpes por salir tarde a fumar con amigos cuando era demasiado pequeño he impresionable. 

Kevin y su terror a su familia. 

-Mamá. Ella me daba más miedo. - 

El perro asiente. 

-De niños soportas cosas muy dolorosas para que no te descubran, eso es esta situación, eso estamos haciendo.- levantas las manos para mostrarse sincero. - Combatimos el miedo con miedo. - 

Para completar el desastre del túnel por el cual deseaban ingresar algunos juguetes se ve sacudido por fuego, por escombros desde lo profundo. 

Los gritos continúan con el llanto pero no puede ser más fuerte que la explosion que sube con llamaradas desde el fondo. 

DogDay los ve ahí, atrapados en su terror como si fueran a morir de dar un paso afuera. 

-¡Salgan, salgan ahora, salgan!- los llama Doey.

Los gritos continúan , resistiendo a la salida. 

A lo que sucedería de salir de la jaula donde les habían confinado, donde estaban atrapados hace tanto como para no recordar sus vidas antes de ser estos juguetes. En este mundo sin forma, en estos cuerpos sin poder. 

-¡Salgan o mueran, ahora!- les grita el perro al dirigirse a la salida. A su lado el gato púrpura temblando a cada paso, poniéndose en dos patas para sujetarse de sus hombros. A cada paso los puede ver aterrados.

Sus orejas se mueven al sentir una mano en su antebrazo. Inhalando algo sorprendido al ver a esa criatura azul temblar al aferrarse a su brazo con la cola de amigos siguiéndola de la mano o cargando a una de ellas que no parece estar nada feliz con esta decisión. 

Corresponde el toque pasando el brazo por debajo para impulsarla. 

-Lo estas haciendo bien, Cloe. - 

La criatura exhala sin poder procesar su nombre vuelto a pronunciar por él. 

CatNap lo escucha, los ve pelear a todos por mantenerse ocultos aunque la cueva comience a caerse a pedazos. 

-¡Vengan!- les llama sin aliento. Bajando de golpe las orejas al pisar la hierba, entierra las garras en la piel del perro a cada paso, mirando al perro y después al camino. 

No está exento de este miedo, no lo está. Su cuerpo no puede mantenerse firme, recargándose en Hobart para no perderse o detenerse. 

Pronto sus pies están a la orilla de las sombras. Observando el sol frente a él. 

-No. - para sus pasos al límite de su salud. 

El perro siente su duda, la rechaza. Le sujeta y sigue adelante, ahora tirando de todos a su paso, dejando las marcas de los pasos de cada uno en su resistencia.

Calentándose de golpe al salir, al ser atrapados por el sol sobre sus cabezas. 

Los ojos de CatNap suben, observando el sol sobre ellos y su cielo. 

Un cielo indiferente pero cálido. Su pelaje está lleno por su calor, por la brisa. 

Cayendo de rodillas para observar este cielo aturdido en su libertad. 

Inhalando tan profundo como para llenar sus costillas huesudas con el oxígeno limpio del exterior, con el aroma de las hierbas aplastadas por su pelaje. 

-Dios… - sus ojos son inundados por el rojo de sus lagrimales plagados de desgracias. - Dios… - llevando las garras a su boca al sacar un grito desde el fondo de su cuerpo. Llorando con los hombros caídos, con todo en su mundo desplazado de golpe. 

Con el desgarro de su realidad completado por el dolor. 

Por la pérdida. 

Por su incapacidad para convencerlo. Para mantenerse cuerdo y ayudarlo. 

-¡¡Papá!! ¡¡Lo siento, lo siento de verdad lo siento!!- sus garras bajan al suelo, golpeando la tierra con su dolor, con toda la furia que sube por su garganta entre sus gritos. 

Tragado por la desesperación, por el odio que le llena todo el cuerpo de golpe. 

Cambiando de golpe. 

No porque lo convencieron sino por algo más. 

Por un esclarecimiento que golpea su cabeza con el calor del sol. 

Incluso si Dios le hizo tanto daño, también fue quién le guió. Quien le protegió y puede que le hiciera daño pero hoy ha tomado esta decisión y reencontrado el sol gracias las personas que conoció al seguirlo. 

Porque sin su Dios, nunca habría cruzado esos horarios ni encontrado a Hobart en el camino a su dirección. Sin esa voz en las paredes nunca se habría atrevido a ser quien debería ser. 

Así que sea su Dios o una mentira, era él la llave para este presente. Para verse bajo la luz del sol y encontrando las flores silvestres entre sus puños. 

Porque era su papá un compañero así le lastimara. 

-Gracias… - murmura en el suelo. En la hierba real, en su verdor. - Gracias.- tartamudea perdiendo su dolor con la realidad abriéndose paso con las nubes arrastradas por la brisa.- Gracias por todo, Dios. - mira arriba. 

Al cielo y la presencia que le espera paciente a su lado. 

El gran perro de juguete le observa y estira su mano para tocarlo al verlo más tranquilo. El gato no corresponde ese toque, quiere más que una caricia superficial. 

Adelantándose para abrazarlo por los hombros. Aferrandose con las cuatro extremidades al perro que cae de espaldas sobre la hierba con su fuerza y peso, rodeando su cintura con tanto anhelo como el mismo felino no podía dejar de exponer al ronronear en su abrazo. 

Relajando todo su cuerpo, probando por primera vez como el sol les cubre fuera de las sombras, unidos. 

Ronroneando. 

 

A las pesadillas este encuentro con el sol les hace encoger, aturdidos por un cielo inmenso. 

Por el sollozo del dragón al perder a su amigo.

Con los murmullos de una triste Baba. 

Un mundo hermoso en sus colores y su brisa, la tierra.

La humedad atrapada en sus pelajes.

 

Hubo un tiempo en el cual las horas de sueño le eran lo de menos, simplemente deseaba estar solo en los pasillos de la sección 1. Con los pequeños que sólo dormían, que solo eran compañía sin opiniones y lo acompañaban su retorcer todo a un reclamo, soledad o dolor. 

Buscando las piernas de su novia para sellar el ruido fuera de sus oídos al cerrarse sobre su cabeza, llorando todo el tiempo que paso desperdiciado aguantando el dolor y la humillación. El todo en nada.

No es escuchar su opinión ni complicados temas que deberían ser pasados de largo para mantener la paz, llegando a este día. Cuando ya todo se quemó, se ha roto y se perdió. No quedando nada más que un eco de nada. Solo nada. 

 El día que su boca está tentada a comer las sobras de terceros en el suelo. El día que descubre de nuevo el calor del sol sobre lo que hoy son sus plumas. 

Levantando las manos para ver el sol entre sus dedos, con este sentimiento explosivo gritando al fondo de sus corazón. El escapar del infierno. 

El resultado de años soportando la locura en su cabeza, en el resplandor de un cielo abierto y azul. 

Inhalando hasta llenar su pecho para dejarlo salir en un grito. 

Un grito que eleva las plumas de su cabeza. Polly recuerda el cielo, el cielo sobre las siembras donde. Vuelve a ver un cielo azul. 

 

El monstruo caja pasa por su lado más rápido que muchos otros al arrastrar su cargamento a pesar de los gritos de estos, poco a poco. 

 

 

El miedo combate el miedo, es cruel. 

Sus fauces se abren rugiendo al cielo, quejándose. Reclamando su indiferencia al verse rodeado de su luz, observando al bosque y al cielo. 

Las nubes. 

Las aves que vuelan por encima de ellos. 

Todo, todo es familiar, es nuevo. 

Sus garras suben para sujetarse la cabeza, girando para verlo todo. 

Levanta estas garras rugiendo, gritando. Celebrando su escape ahora que las aves son un atisbo de libertad pasando entre las ramas de pino. 

-¡¡¡Sofía, estamos afuera!!! ¡Sofia! ¡¡Estoy aquí, yo estoy aquí!!- sus gritos son acompañados por los alaridos de los juguetes que lograron salir para reunirse con él.-Hermana, mi hermana… ya no tendrás que esperarme en la oscuridad, Sofia. - sus encías no pueden contener la saliva ni sus ojos las lágrimas. 

Cayendo de golpe contra la hierba, esquivado por los juguetes que comienzan a celebrar su escape al trepar. Acompañando sus sollozos colapsados en emociones salvajes, en su desesperado deseo por escapar, por ser libre. 

Al reír, al gritar con las hierbas a su alrededor, con el sol que está sobre ellos como el verdadero y no un dibujo en las paredes. 

 

Salen de las sombras unidos y no solos. 

Caminando unidos por sus patas o colas aquellos juguetes que lloran unidos. 

No es rápido. 

Doey levanta los brazos al verlos continuar atrapados. 

-¡Salgan!- 

El paso de los gruñones es un trino. Es el coro de un destructivo solo. 

 

 

Tomar la decisión de salir es extremadamente doloroso. 

Es caminar directamente al quirófano, es tomar el bisturí y entregarlo a las manos del médico cruel que les cortara en pedazos. 

Las pequeñas pesadillas se apiñan en las paredes a pesar de las rocas que caen y casi les aplastan.

 Es el final de todo. 

-Vamos iremos juntos.- 

Sus ojos van a la figura de los sonrientes y ese dragón igual a ellos. 

Este les estira su pata con la cabeza baja al estar tan asustado como ellos. 

La pata de un pequeño roedor le toma, aceptando su ayuda. 

Aferrándose uno a uno a la pata de este dragón, caminando unidos desde las sombras para dejar atrás el infierno. En una ola que ya no puede gatear para moverse sino levantándose un paso a la vez, juntos. 

 Para recordar a su paso aquello que debió haber sido su mundo. 

Pisando con cuidado, pisando las verdaderas pesadillas dejadas por los científicos, por los doctores. 

Uniéndose , aferrándose, una línea es de pronto un cúmulo. 

El cúmulo es una ola. 

Es el movimiento de tantos como se pudieron salvar, son las figuras de cientos, los sollozos de miles alentandolos desde el recuerdo. 

De los muros que se quedarán en estas ruinas. Sin más a quién esperar ni acompañar, libres. 

Por fin libres. 

Desde el olvido en esas ruinas atiborradas por la muerte. 

 

La salida de estos es acompañada por los escombros, por el hierro doblándose. 

Observando de soslayo a un humano arrastrando a más juguetes entre jalones para sacarlos de sus escondites. 

-¡Christian, vamos, muévete, carajo! ¡Muévete!- tira de su brazo para sacarlo de este lugar. 

El elefante sujeta su cabeza sin saber qué más hacer. 

Picky a su lado no está en mejor estado y aunque es fuerte el grabpack, no puede moverlos mientras se resistan. 

No hay gritos de su parte, ya no. 

Solo observan el suelo junto a l otro como si fuera el fin. 

Como si planearon dejar que este lugar sea su tumba. 

Cabe aclarar que Niko no está para nada feliz con ello. 

-¡Deben salir, deben dejar este lugar! ¡¡Christian!!- lo llama a gritos, cayendo al suelo por el dolor en su pierna después de no poder moverlos. 

En la tierra sus ojos se fijan en el elefante. 

-Porfavor, muévete Chris.- pide en voz baja. Su cuerpo ya no estaba en la mejor forma a pesar de todo lo que desea moverlo. 

Puede ver a la osa avanzar lentamente por sí sola, con el carrito que lleva a la chica caballo y a otros juguetes que no la sueltan ahora que la ven como el medio para salir. 

Niko deja el suelo para acercarse a ellos. 

-Christian…- lo llama. -Vamonos, trae afuera a tu novia. - le pide sin poner más de su fuerza en esto.

El elefante baja las cejas al oírlo. 

La chica suspira mirando sus pezuñas. Reaccionando al sentirse aludida. 

Sus sangre ya fría, hierve. No por el deseo de ser llevada afuera sino por descubrirse encogida cobardemente en el suelo. 

Esperando que la salven. 

Inhala. Exhala. 

Sus pezuñas impactan el suelo para despertarse, levantando lentamente el cuerpo que aterrado parece atado por correas al suelo. 

-Tengo miedo, carajo. - lamenta ella con los hombros arriba. - Tengo demasiado miedo.- lentamente se pone de pie frente a los dos.-Ayudame.- pide al tirar de su brazo con ambas pezuñas. 

Christian se pone de pie, mirando a la chica de frente. 

Ella comienza a caminar. 

Niko los ve seguir adelante, juntos y sin mirarlo.

Su cabeza se inclina agotado, la herida en su pierna lo vuelve lento al dar un paso a la vez. 

Bajando la mirada al sentir el toque de un juguete en sus pies. 

Son muy pequeños. Son sonrientes. 

Sin palabras los toma en brazos, avanzando con ellos a la salida. 

Las maestras por un lado se unen al camino. 

Ya están fuera. 

Los deja correr para que se reunan con los otros juguetes. 

Suspira volteando atrás para comprobar la cueva ya vacía. 

Esquiva por un paso un bólido verde. 

Saltando en sus lugares por el vuelo del gato arcoiris. 

Este rueda sin soltar el televisor de entre sus patas, estrellándose entre las hierbas hecho una bola. Mira alrededor sin soltar lo que parece su juguete favorito. 

Seguido el dinosaurio que corre afuera cual gallina desbocada al haberlo sacado de la cueva con esa tacleada, sin detenerse hasta esconderse tras el gran rojo en su caja. 

Niko suspira al verlos juntos. 

-Deberíamos irnos por nuestro lado.- 

Niko gira la cabeza, analizando al mocoso con el uniforme de guardia. 

-No vamos a separarnos. - 

El joven señala al gato arcoiris. 

-No van a soportar el viaje si nosotros vamos con ellos. - 

-Debemos ir con ellos. - 

-No, ¿Sabes por qué?- le apunta a todos. - Porque somos muy lentos y solo les estorbaremos. Tu con tu herida y yo siendo humano, debemos salir de aquí y hacer que la gente no revise después si sus peluches tienen o no baterías. - 

-¿Y como planeas irte solo?-

-Tengo una motocicleta a… - mira al sol y su cabeza se inclina. - Adelante a unos cien metros, la escondí por si debía escapar… - ahora procesa la distancia con la entrada donde estaba antes. - Creo que estaba demasiado lejos.- no dice nada pero comienza a considerar que tal vez si es un estúpido. 

Niko voltea para ver a todos los juguetes reunidos. Juntos y sin ellos en la escena.

-Puedes usar la motocicleta para irte pero no para acompañarlos.-  

-Como las motocicletas son silenciosas.- bufa mirando al suelo.-Quiero volver, no me perdere el nacimiento de mi sobrino y tengo que darle su nombre. - 

Solo Henry se mantiene pegado a Huggy por estar abrazado a su cuello en un abrazo que gira y va de un lado a otro. 

-No quiero abandonarlos.- sujeta el Grabpack como su única forma de movimiento.-Si es lo mejor, vete.- mira su uniforme. - LLevo rato queriendo decir que te cubras.- mira a unos cuantos juguetes preparar un carrito con llantas más grandes.-Mi hermano ya no me necesita pero ellos si, aun puedo ayudarlos, si me quedo.- 

Para el joven era más importante la herida de bala. 

-Pues quedarte a estorbar no parece lo mejor.- mira a todos. - Yo quisiera ir con ellos… Pero tengo que decirle al resto.- suspira para contenerse. - Se que no debería… Y por eso no puedo ir con ellos, debo irme, si quieres quédate.- toma el arma y la esconde en su espalda.-Me encargare de que la ciudad sea un desastre para que no miren el bosque.- 

Niko se despide con un abrazo rápido, sin palabras más allá de un bufido en el abrazo que sorprende a este joven. 

Unas palmadas cortan este abrazos dejando atrás solo una mirada tranquila por el tipo al que le disparó. Viéndolo acercarse a completar el carrito de los juguetes con un par de tuercas de su mochila.

Sus ojos van a estos juguetes. Por mucho tiempo deseaba pertenecer, no hay por qué apurarse. 

No hay razón para presionar. 

-Ya quiero ver la cara que pondrán cuando sepan esto los hermanos. - sonríe antes de correr para irse sin despedirse.-En ese teléfono estamos todos, contáctenos cuando estén listos. - le dice al gran azul que ya sospecha de su comportamiento al detenerse frente a él. 

Sonríe levantando la mano para dirigir un beso muy abajo. 

La masa azul abre la boca ofendido por esa vulgaridad. 

El antiguo niño de la guardería ríe ya en camino a su carrera. 

Dejando al azul confundido y enojado. 

 

 

De la cueva las maestras han salido. Observando sus manos bajo el sol, como la superficie de sus pieles tiene estos bonitos relieves similares a la porcelana entintada. 

Mirando atrás las rocas destruyen por completo esa salida. 

Entre ellas hay un silencio. Uno lleno de alivio. 

Adelante ven a todo su grupo, y a muchos más. 

Muchos más juguetes de los que creyeron volver a ver algún día. Todos a salvo. 

Todos vivos. 

 

 

 

 

Hobart observa como este lugar se llena de juguetes agotados. Unos festejan, otros lloran. 

O como CatNap a su lado, solo en silencio pero conscientes, quizás procesando lo que sucedió hasta este día. 

Es el momento de pedir ayuda. 

Saca de su destrozado cierre el celular viejo y reparado. 

Marcando ese número con un palo en vista de lo grandes que eran sus dedos. 

Del otro lado, la llamada es contestada. Escuchando la respiración del otro lado.

-¿Abuelo?-

Hobart mitra al suelo. 

-Ryan murió.- 

El silencio es la respuesta. 

Sus hombros se tensan al no escucharla. 

-Debes dar la señal, por favor. - 

No hay respuesta. 

-Angela. - 

Solo el sonido eléctrico de la línea le responde. 

-Ángela, llama a esos tipos. - 

Un sonido similar a un golpe resuena en la línea. 

-¡Angela!-

-Ya te escuche. - responde del otro lado. - 

-Ángela … Lamento esto, de verdad. - 

-Debiste esperar, no debías decirme así… No es justo…- lamenta entre hipidos en su soledad. 

El perro baja la cabeza con el peso de sus errores creciendo. 

-Él… fue su corazón.- 

-Ya lo sabía. - miente. - No creía que debiera bajar pero decidió hacerlo de todos modos. - 

 

 

En su escondite gira para usar la segunda línea. 

-¿Le hicieron daño?- preguntó una vez envió la señal. 

-No, al final… No tenía marcas ni golpes, fue su corazón. - 

-¿Tenía?- pregunta con las orejas bajas. -¿Ni siquiera lo trajiste contigo?-

-Él no quería que lo sacara.-

La coneja baja la cabeza.

-¿Vendrán por mi?-

-Si, sabes que si.- 

-El fuego tardará muy poco en alcanzarlos.- advierte. Cuelga por el perro con tal de no escuchar ningún agradecimiento cuando todo estaba mal dentro de ella. 

Los gritos, el dolor. 

Todo gira en torno a la desesperación de un destino incierto. Cubre su rostro con las patas, tomando lentamente sus cosas para salir del escondite y dirigirse al punto de encuentro, un paso a la vez. 

-Voy a extrañarte mucho. - 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el lugar Dog dirige su mirada al bosque, suspirando al ver esas montañas elevarse. 

-Theodore. - lo llama buscando su mirada. 

El gato mueve la cabeza para chocar con él. 

-Vamos a correr, sin parar.- le hace levantarse. - No podremos detenernos una vez comience.- revisa a los más cercanos. -¡Aún no estamos a salvo!-  

En el calor las risas y sollozos paran con su advertencia. 

-Vamos a irnos, ahora, mismo.- les advierte.-¿Somos todos?-

Entre los juguetes hay un murmullo 

Interrumpido por un ruido a unos metros a espaldas de todos. 

Una gran piedra cayó desde la parte superior de la cueva colapsada, apareciendo entre las nubes de polvo y la tierra levantada la figura de una cosa grande. 

Más de uno de los presentes exhala impresionados, no de buena manera. 

Levantan los hombros o gritan sin palabras. 

Mientras esta figura apenas levanta la cabeza para mirarlos desde el suelo con ese aspecto destruido y sucio entre hojas de árboles, pino y tierra. 

Este los ve y sus ojos brillan. 

El gatito en su espalda levanta las orejas y su rostro se vuelve visiblemente pálido. 

 

El gran gato púrpura levanta la cabeza aturdido. Gira la cabeza para ver al perro a su lado. 

-Hobie…- lo llama esperando entender su siguiente reacción. 

El perro gira la cabeza apuntando al otro.Hablando en un murmullo muy bajo. 

-¿Ese fue el que te manoseo?-

La voz del felino queda en nada. La incapacidad de respuesta viene de la inesperada pregunta hecha por el perro que esperaba fuera de otro tipo de reacción ahora que veía a su homólogo. 

-No es el momento. - 

-Pero fue él.-

-Hobie.-le advierte perdido. 

La cosa naranja en el suelo inhala profundo. Reconoce a todos. 

Desde los gigantes que le ayudaron a los que traicionó como los chicos del sótano. A todos los reconoce. Inhala tosiendo por el polvo acumulado en su cuerpo. 

Esta caída le ha partido el brazo con el que se impulsaba, obligándolo a ponerse de pie con esta pierna cortada y sus heridas,. Manteniendo a Jason tras su cuerpo. 

-Viene… - inhala profundo. - Viene el fuego. - avisa sin aliento, vuelve a moverse para escapar del fuego. 

Los presentes miran a esa dirección. Levantando las orejas o colas, aquello que fuera detector de sus emociones, se mueve entre la impresionante humareda que viene con gran fuerza. 

 Hobie esperaba ese incendio, era lo único que podría cubrir su huida y dejar sin rastros el avance de sus pasos al escapar, pero no lo que viene por encima. 

Sus hombros se mueven al respirar con esfuerzo por esa visión sobre ellos. 

El cielo a varios kilómetros era gris y no azul, acercándose. 

Todo en su interior se resquebraja observando esa tormenta. 

-El fuego dejará más presentes nuestras huellas. - murmura observando esa lluvia.-El lodo se calentara.-

El gato púrpura analiza esas nubes sin recordar lo que significaban. 

-Entonces, deberíamos correr.- le aclara para sacar esa mirada aturdida de sus ojos.  

El perro observa al felino de frente. Sus ojos brillantes y ese rostro alegre, completado por una mirada que reconoce como el miedo, un miedo que era muy parecido a otros que ya presenció en esa mirada. 

En CatNap conoce muchos tipos de miradas. En Theodore hay muchas emociones. 

Desde la felicidad de reencontrarse a la desesperación tan ridícula al no entender una fracción de siete décimos . 

La maldad en esa mirada al verlo por primera vez desde el domo después de cinco años. 

Desde que era un niño al que no debería haber hecho bailar y su nariz pago por su atrevimiento. 

Desde la carrera en los túneles al buscar respuestas para su rabia y como esos ojos brillaban al besarse en la oscuridad. Al romper la distancia entre ellos.

El miedo en la celda y la furia oculta con un movimiento de cabeza. 

Sus berrinches y pataleos, sus murmullos quejumbrosos y como esa cola se esponja como plumero. 

Las emociones de CatNap siempre estaban cubiertas por la piel plástica y antes fue por la cobija que usaba para cubrirse del mundo. 

Todo, solo es un todo. 

En este momento. 

En cada segundo separados. 

En el momento que se unieron por primera vez. 

El pasado o el presente, todo en este día , este momento. 

Es CatNap a quién ama y por quién puede aceptar que el mundo sea injusto. 

Gritando de dolor o riendo a carcajadas. 

Es la persona con esta voz cavernosa la que más alegrías le ha regalado con su amor y su ingenuidad. 

Con quien por fin puede decir la verdad, con quién esperaba conocer el mundo y de él encontrar las respuestas para sus sueños despedazados por el tiempo. Por las personas que insistieron en asesinarlos lentamente dentro de esta fábrica de muerte y dolor. 

Anhelando su toque, su voz. Su presencia. 

El todo que es la figura púrpura que le supera en tamaño como todas las metas que algún día deseaba alcanzar y puede tocar. 

Quien siempre creó una sombra sobre su rostro con esa estatura tan ventajosa. 

Siendo ahora este felino púrpura la personificación de sus fracasos, sus miedos, deseos, anhelos y toda la felicidad que puede experimentar de no acobardarse nunca frente a los retos de un mundo en constante cambio. 

En una indiferencia que posiblemente nunca cambiará. 

Es cruel la vida, es pesada, aburrida e injusta, pero no es imposible vivirla. 

Porque ahora mismo y más claro que muchas veces antes, sin el perpetuo dolor de cabeza y los números o utilidades cubriendo su visión, todo es simplemente este felino brillando al sol. 

Revelandosle que con el tiempo su pelaje purpura se hizo mas claro y solo el sol puede mostrarle esos mechones de color lila repartidos sobre todas las heridas que se repararon en el color rosa bajo el pelaje. 

Han sanado tantas veces que es difícil saber si les quedaba algo de sus primeras versiones, de cuando eran solo unos niños jugando en los túneles de esponja. 

Es este rostro precioso de gato 

Esta sonrisa. 

Es todo

Es todo lo que desea tocar de CatNap. 

Más el halago no viene de él.

-Te ves bonito, con el pelo más oscuro.- le dice el felino que lleva estos mismos minutos observándola sin pausa.-Parece que tienes barba.- toca con las garras el pelo revuelto , áspero y destruido por los años bajó su boca y junto a esa nariz.-No lo había notado antes.- 

El pelaje del primer perro es más oscuro por las toxinas de la descomposición, por la suciedad, por la mezcla de químicos usados para limpiarse. 

Dejando de su pelaje naranja estas manchas irregulares. 

Las cicatrices y el cambio de pelo. 

Todo para destruirlo y dejar solo el parámetro base como su guía. 

El perro levanta las manos para tomarle la sonrisa. 

-Gracias, por todo, muchas gracias Theodore.- 

Chocan sus narices antes de comenzar a correr. 

Como una señal, todos comienzan como pueden al pasar este tiempo subiendo a los pequeños a los pequeños sobre otros juguetes grandes. 

Corriendo. 

Con Bobby a unos metros de ellos con Crafty en sus espaldas y varios juguetes colgados de su pelo. Con Hoppy saltando entre los árboles con Kissy para tirar hojas que cubren el paso con la ceniza.

Poco a poco el miedo de los juguetes se ven dejados de lado al ser levantados por CatNap y DogDay. 

Corriendo. 

Sin parar.

Entre la humareda acercándose a varios metros y la lluvia amenazando con apagar su coartada. 

Corren sin parar ni ver atrás. 

Solo con saber que los pies de quién va a su lado son del otro. 

Con la respiración profunda y la tierra levantada, nada más que sus respiraciones al huir. Dejando atrás fuego. 

Dejando atrás el bosque incendiándose. 

 

 

 

 

 

Notes:

Al comienzo de la historia estos personajes eran desconocidos y al final es igual.
Simplemente se trata de dejarlos ir.

Siempre quise entender a los lectires que se quedaron después del primer capítulo.
Soy consciente de que no es la comida común y me parece interesante verles presentes hasta este día.

 

Muchas gracias por leer y comentar, por este año siguiendo la historia y más agradezco todo este tiempo, que continuarán aquí hasta el final.

Series this work belongs to: