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Era un día normal en la comisaría, las típicas quejas y denuncias de rutina. Ya ambos habían hecho sus rondas de patrullaje, el vecindario estaba tranquilo. Era tan normal que podría ser aburrido, pero se entretenían hablando entre ellos, comentando cosas de su día a día, haciendo algunas bromas, discutiendo un poco a veces. Se sentía tan cómodo y confortable hablar con el otro, o simplemente gozar de su compañía ¿Así sucedía con las amistades de más de diez años? Bien podrían considerarse prácticamente hermanos, aunque... ninguno de los dos podría ver al otro como un hermano.
La paz que reinaba en la comisaría fue interrumpida por el emocionado grito de un chico de sombrero de paja que entró al lugar con un gran alboroto y una enorme sonrisa en su rostro.
— ¡Koby!
Su llegada generó diferentes reacciones en los dos oficiales: el pelirrosa lo miró sonriendo, feliz de ver a su alegre amigo que siempre iluminaba el día de cualquiera con su radiante sonrisa; mientras que el rubio rodó los ojos y bufó con algo de irritación. El recién llegado se acercó al de cabellos rosados y lo agarró por las muñecas. Koby notó que, aunque era muy común ver a su amigo sonreír, en esa ocasión su sonrisa parecía ser diferente.
— Luffy-san, te noto más feliz de lo normal ¿Pasó algo especial?
— ¡Me voy a casar con Torao! — reveló mientras agitaba las manos de Koby, que aún agarraba por las muñecas. Los dos oficiales lo miraron con gran sorpresa.
— ¿¡Casarte!?
— Sí, bueno, yo pensaba que estábamos bien viviendo juntos y eso, pero de repente me lo propuso el otro día ¡Va a haber una gran fiesta con un GRAN BANQUETE! — se relamió los labios, parecía estar casi babeando al imaginarse toda la comida que habría en su boda — obvio ustedes están invitados, Nami también dijo que me haría una... despedida de soltero o algo así — Koby se mantuvo en silencio por varios segundos, aun tratando de procesar lo que escuchó.
— E-eso es increíble Luffy-san ¡Felicidades!
— ¿Por qué te ves más emocionado por el banquete que por la boda, Mugiwara? — cuestionó el rubio, a quien hasta ese momento el comprometido no le había prestado mucha atención.
— Tranquilo Mepo, tú también estarás invitado, vas a ir con Koby ¿No?
— ¿Cómo que "tranquilo"? Lo dices como si me muriera por ir a tu boda.
— ¿No vas a ir?
— Sí — aceptó de mala gana, igual alguien debía acompañar al pelirrosa.
— Bueno, solo vine a decirles eso, tengo cosas que hacer ¡Nos vemos! — y así como llegó, se marchó.
— Agh, ese Mugiwara — se quejó Helmeppo.
Koby vio a Luffy marcharse y se quedó sumido en sus pensamientos. Conoció al pelinegro hacía muchos años en la escuela, jamás olvidaría la vez que lo defendió de una chica que lo acosaba. Luffy era un chico muy sencillo que le pasaba causando problemas a los profesores ¿Quién imaginaría que terminaría casándose? Su amigo había avanzado mucho.
Aún recordaba lo sorprendido que estaba hacía como seis años cuando le contó que se enamoró de alguien de la facultad de medicina y le pidió salir enseguida. En ese entonces él estaba en la academia de policía y Luffy en la de bomberos. Su sorpresa aumentó tiempo después cuando esos dos se mudaron juntos, y ahora se iban a casar. Claro que Luffy seguía siendo el mismo, pero era increíble cuánto avanzó en su vida amorosa, más cuando al comienzo pensaba que a este no le interesaban esas cosas.
¿Y en cambio dónde estaba él? Enamorado de su mejor amigo de hace más de diez años y sin poder confesar sus sentimientos por temor a dañar su amistad. Lo sabía, el aspecto romántico no define el éxito de tu vida. Una persona puede ser soltera y aun así gozar de gran felicidad y triunfos personales. Sin embargo, la cosa cambia cuando estás enamorado de alguien desde hace muchos años, y realmente quieres estar con esa persona, más no haces nada al respecto. Cuando Luffy se dio cuenta de que estaba enamorado de Trafalgar Law, a quien llamaba "Torao", no dudó en actuar, se lo dijo de frente y ahora se iban a casar. Pero él siempre fue un cobarde incapaz de actuar.
Ocurrió lo mismo con su primer enamoramiento, al creer que jamás sería correspondido simplemente no hizo nada, y obviamente nada pasó. Claro que ese primer amor lo superó hace muchísimo tiempo, pero poco tiempo después se enamoró de alguien más. Un enamoramiento mucho más fuerte que solo se fortaleció con el pasar de los años. Y con todo eso él no había cambiado, seguía siendo el mismo cobarde. Al menos en asuntos románticos, en otros aspectos sí se hizo más fuerte, pero esa era otra historia. Suspiró y se dejó caer sobre su escritorio, chocando contra este.
— Soy patético... — susurró sin pensar, sin imaginar que su compañero lo escucharía.
Helmeppo observó atentamente cada movimiento y expresión de Koby desde que Luffy se marchó, aunque fingía estar centrado en su celular. Era muy evidente que su amigo quedó impactado por la noticia del matrimonio del chico de sombrero de paja. Se dio cuenta fácilmente de que Koby estaba deprimido, y escucharlo decir que era patético solo se lo confirmó. Verlo así lo entristecía, y era peor al creer que la razón de la depresión de Koby era porque amaba a alguien más, alguien que jamás lo iba a corresponder.
Helmeppo estaba convencido de que Koby estaba enamorado de Luffy, pero claramente Mugiwara nunca vería a su amigo de esa forma. Así Koby terminó con el corazón roto, y mientras ahí estaba él, completamente dispuesto y loco de amor por ese chico pelirrosa que solo lo veía como un amigo, o eso creía él ¿¡Por qué el amor era tan complicado!? ¡Era una mierda! Pero quería hacer algo por Koby, su corazón se estrujaba de solo verlo así, debía ayudarlo, animarlo de alguna forma. Haría un intento, tenía que animarlo con tacto.
— Te ves horrible ¿Tanto te afectó la noticia del matrimonio de Mugiwara?
Se golpeó mentalmente ¿¡Eso era tener tacto!? Bueno, él nunca fue especialmente sensible o empático. De hecho, solía ser un desgraciado egoísta. Koby levantó la cabeza y lo miró.
— Bueno, estoy muy feliz por él, de verdad — afirmó con una leve sonrisa, Helmeppo inmediatamente pensó que mentía, pero realmente no lo hacía — solo... siento que él ha avanzado mucho y yo me quedé estancado.
— Mugiwara te dejó atrás — debían darle un premio por el hombre más sensible del mundo, o el que mejor consuela a sus amigos, claro que sí.
— Lo sé — volvió a dejarse caer contra él escritorio de un suspiro.
— Pero yo estoy aquí, a tu lado, estamos atascados juntos, así que al menos no estás solo.
El pelirrosa levantó nuevamente su cabeza para volver a mirar a su compañero. Pudo sentir su pulso acelerado solo con esas palabras, por lo que le sonrió de forma más amplia y pura, conmovido.
— Tienes razón, gracias Helmeppo.
Para los demás la sonrisa de Luffy podría ser la más radiante, pero para él era la de Koby. Esa era la única sonrisa que podría generar un revoltijo en su estómago. Claro que trató de disimularlo y solo se encogió de hombros.
— Para eso estamos los amigos ¿No? — siempre que decía esa palabra sentía que su boca se quemaba, pero ya estaba acostumbrado. Después de todo ya era más de una década de amistad — ¿Qué te parece si vamos por unos tragos luego de que se acabe nuestro turno? Así te pasas la tristeza — era la mejor forma que conocía para animar a alguien.
— Ey, tampoco estoy tan triste, y sabes que no soy muy buen bebedor... pero está bien, creo que esta vez me hará bien.
— Así se habla — ambos compartieron sonrisas.
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— Yo en serio pensaba que a Luffy-san no le interesaba para nada el romance, menos me lo imaginé casándose ¿¡Puedes creerlo!? Pero se ve muy feliz con Trafalgar, ese sujeto se ve muy serio, pero en el fondo es igual de idiota que Luffy-san, así que realmente hacen una linda pareja.
¿Tal vez invitarlo a tomar no fue buena idea? Sabía que Koby se ponía parlanchín cuando se embriagaba (al principio se burlaba de eso, pero después le pareció adorable), y también sabía que no tenía mucho aguante. Pero no imaginó que se pondría a parlotear sobre la relación de Mugiwara y Trafalgar. Aunque debía admitir que sí le causaba gracia lo que le decía, de hecho, no pudo contener su risa.
— Es que quien diría que alguien como Trafalgar que da hasta miedo, se dejaría dominar tan fácilmente por Mugiwara — comentó entre risas, y Koby rio también; le alegraba escucharlo reír. Ambos le dieron otro sorbo a sus bebidas antes de seguir hablando.
— Así es Luffy-san, y la verdad siempre lo he envidiado, ojalá yo tuviera su coraje y determinación para tomar a la persona que me gusta — las manos de Koby se dirigieron al cuello de la camisa del rubio, entonces lo jaló y acercó sus rostros. Podía sentir su respiración, el aliento a alcohol. Lo miró fijamente, Helmeppo sentía como esos ojos lo penetraban, querían decirle algo ¿Pero ¿qué? — y decirle de frente lo que siento — el más alto temblaba, su respiración se cortó, estaba paralizado. Entonces reaccionó.
— ¿Y qué te detiene?
No supo por qué preguntó eso, ya que según él no podía hacerlo porque esa persona estaba comprometida con otro. Se quedaron en silencio varios segundos, simplemente mirándose, manteniendo esa cercanía, sus corazones latían acelerados.
— Que soy un cobarde — respondió finalmente, y abrió la boca para decir algo más, pero el rubio se apartó y volvió a tomar de su bebida. Koby suspiró un poco decepcionado y mordió levemente su labio inferior, para después girarse y seguir bebiendo él también.
— Claro que no, tú siempre has sido más valiente de lo que crees, ¿Quieres saber cómo se ve un verdadero cobarde? Solo mírame a mí — y eso hizo, lo miró.
— Te he mirado todo el tiempo Helmeppo-san, desde que nos conocimos — afirmó — y ¿sabes? creo que al comienzo ambos éramos grandes cobardes, y puede que aun sigamos teniendo nuestros momentos de cobardía, pero... — se perdió unos segundos en los recuerdos y asintió — sí, también hemos tenido grandes momentos de valentía, aunque a veces no lo parezca, hemos cambiado, tú especialmente — el mayor lo vio con curiosidad.
— ¿Yo?
— Sí, y tus momentos de valentía siempre me han inspirado — sonrió — sé que siempre repito lo mucho que Luffy-san me ha motivado e inspirado y que quiero ser como él y blablabla, pero él no es el único al que admiro de esa forma — miró fijamente a su compañero — jamás olvidaré la vez que te enfrentaste a tu aterrador padre y le dijiste todas sus verdades de frente, afirmando que te convertirías en un gran oficial de policía y que no serías como él. Desde entonces observé atentamente lo mucho que te has esforzado y entrenado, pasamos juntos por tantos obstáculos, y al final cumpliste tu palabra ¿O crees que sigues siendo el mismo hijo de papi petulante de antes? Claro que no, dime si eso es ser "un verdadero cobarde".
Helmeppo no sabía que decir, no imaginaba que Koby pensara eso sobre él, y tampoco se dio cuenta de en qué momento la conversación dio ese giro. Tal vez fue causa del alcohol, pero aún así era demasiado para él. La forma en la que Koby lo miraba, las cosas que decía, podría llegar a ilusionarse y pensar otra cosa.
— Momentos de valentía ¿Eh? — fue lo único que pudo salir de su boca después de varios minutos de silencio. Y tomó otro sorbo.
— ¿No te habías dado cuenta? En ese sentido eres más admirable que Luffy-san.
— ¿Qué? Mugiwara es demasiado bueno como para compararme con él, y parece no tenerle miedo a nada, siempre ha sido así ¿No? — Koby levantó su vaso y se tomó todo el contenido que quedaba de este. Giró nuevamente a ver al rubio y colocó una de sus manos sobre el hombro de este.
— Exacto, Luffy-san siempre ha sido así, y eso es asombroso, pero... me parece más admirable alguien que tuvo la valentía de cambiar como lo hiciste tú.
— Bueno, tú también tuviste la valentía de cambiar ¿No?
— Sí, tienes razón.... pero basta de charlas profundas, vinimos aquí para pasarla bien y dejar de deprimirnos ¿No?
— Tú fuiste el que comenzó con esta charla — el mayor rio.
— Es verdad — rio también. Se notaba que la bebida tuvo bastante efecto en él — ven, bailemos.
Koby agarró al rubio del brazo y lo arrastró hasta el centro de la pista. El corazón de Helmeppo latía acelerado, procesando esa actitud medio lanzada de Koby y su cercanía. También pensaba en la conversación que acababan de tener. No se había dado cuenta de lo mucho que ambos cambiaron.
Recordó cuando se conocieron en la preparatoria.
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En ese entonces él vivía bajo la sombra de su padre, un capitán de policía corrupto que imponía su autoridad en el pueblo. Solo quería llamar la atención de su progenitor, ser igual a él, por eso era un completo imbécil que fingía ser la gran cosa, aunque en el fondo estaba lleno de inseguridades. Dónde fuese que entrara presumía de quienes eran él y su padre, exigiendo un trato especial. Despreciaba a los demás y abusaba de ellos pretendiendo ser superior, así de basura era. De esa forma les hizo daño a muchísimas personas, sin pensar en los sentimientos ajenos. Obviamente su forma de ser se debía a la crianza que recibió de parte de su padre, pero esa no era excusa.
Por su parte, Koby era un pequeño y débil escuincle del que todos abusaban, sobre todo una enorme chica llamada Alvida. Él tenía claros sus ideales en su cabeza, y fantaseaba con ser más fuerte y poder luchar por ellos con firmeza, enfrentar las injusticias; por eso su sueño siempre fue ser policía. Pero en la realidad no tenía el valor de hacerlo, así que guardaba silencio y se dejaba usar y maltratar sin rechistar. Incluso Helmeppo también abusó y maltrató a Koby en varias ocasiones.
Fue entonces cuando Luffy llegó a la escuela y lo cambió todo. Lo primero que hizo fue darle una paliza a la niña que abusaba de Koby, y hacer que el pelirrosa se llenara de ánimo y valor para seguir sus sueños. Después se encontró con Helmeppo, que abusaba de la autoridad de su padre para hacer que un par de niñas le sirvieran. Luffy se llenó de ira y fue a molerlo a golpes, sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, el rubio tomó a Koby como rehén. El pelirrosa estaba aterrado, y en cualquier otro momento anterior a ese se hubiese paralizado e hiciese todo lo que su agresor le pidiese, pero no esa vez. Recordó las palabras que Luffy le había dicho sobre luchar por cumplir su sueño, se llenó de valor y le lanzó un fuerte puñetazo a Helmeppo en la cara, haciéndolo caer. Luffy estalló en carcajadas.
El rubio despertó completamente frustrado en la enfermería, queriendo vengarse de Koby y Luffy. En el fondo solo les tenía envidia. Obviamente por el alboroto que causaron mandaron a llamar a sus padres, y él dudaba si su padre iría o no, ya que no solía ir a las reuniones de la escuela. Al final si fue, y se veía furioso. Helmeppo comenzó a quejarse de Koby y Luffy pidiéndole al mayor que los castigara. La respuesta de su progenitor fue lanzarle un fuerte golpe, diciéndole que ya estaba harto de él, y que hasta el momento no lo había golpeado solamente porque era indigno de golpear.
Estaban en un lugar apartado, por lo que pensaba que nadie los vio, no obstante, Koby lo observó todo tras una pared. Su padre no notó la presencia del otro niño y solo se marchó, dejándolo en el suelo. Koby corrió a él preocupado, y se ofreció a llevarlo de nuevo a la enfermería. Helmeppo solo le dijo que lo dejara en paz, mientras enterraba su rostro entre sus manos y se deshacía en lágrimas. No obstante, el pelirrosa no se fue, insistió en ayudarlo y le declaró palabras de motivación. El rubio no le dijo nada, pero realmente le impactó la actitud de aquel chico.
Días después, a la hora del receso, se encontraba comiendo en el patio, aun meditando en lo sucedido ese día. De repente, vio a un hombre correr a lo lejos, siendo perseguido por un policía, parecían venir desde la comisaría donde trabajaba su padre. Se sorprendió en sobremanera al darse cuenta de que quien huía era su progenitor, y el policía que lo perseguía era el abuelo de Luffy. La razón por la que Luffy llegó como nuevo estudiante a la escuela fue porque habían transferido a su abuelo, que era un comandante de la policía, a la comisaría de la ciudad. Investigando, el anciano se dio cuenta de la corrupción del padre de Helmeppo, y cómo este abusaba de su poder; por eso le quitaron el cargo y lo iba a arrestar. Sin embargo, su progenitor salió huyendo, y así corrió hasta la escuela. Entró al establecimiento y de un momento a otro lo tomó a él como rehén. Quedó impactado ¿De verdad estaba siendo secuestrado por su propio padre?
Koby lo observó todo (Luffy estaba en la cafetería atragantándose con comida y no se dio cuenta de lo que pasaba), así que se acercó y le gritó al mayor que lo soltara ¿Por qué ese chico lo seguía ayudando? Eso provocó que él también se llenara de valentía, y fue ahí cuando le dijo a su padre todas sus verdades en la cara, y declaró que no sería como él, que sería un oficial de policía honorable. Koby gritó que él también se convertiría en policía y lucharía por la justicia. Justo en ese momento llegó el abuelo de Luffy y capturó fácilmente al policía corrupto sin que le hiciera nada a ningún rehén. Luego el anciano les dijo que, si tan determinados estaban a volverse policías, él los podía tomar como sus discípulos, ya que el idiota de su nieto al que había entrenado desde niño se negaba a convertirse en policía.
Desde entonces ambos entrenaron muy duro bajo la tutela del comandante Garp, y su relación se hizo más estrecha. Al comienzo discutían mucho, porque, aunque había decidido cambiar y ser mejor, Helmeppo seguía manteniendo muchas de sus costumbres e ideas antiguas. Pero poco a poco se fueron conociendo mejor el uno al otro, y cuando menos se dieron cuenta ya eran mejores amigos que podrían dar la vida por el otro ¿En qué momento se había enamorado? Probablemente se sintió atraído desde el instante en el que el pelirrosa lo defendió de su padre, y al conocerlo mejor durante esos años, inevitablemente se enamoró.
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Y ahora tenía a Koby ebrio, bailando sensualmente frente a él ¿Cómo habían llegado a esa situación? ¿No estaba soñando? Bueno, él también estaba algo tomado, simplemente debía dejarse llevar. Así, ambos cuerpos se movieron al ritmo de la música. Aunque sus movimientos eran bastante torpes, encajaban perfectamente el uno con el otro. Koby reía disfrutando del momento, si poda escuchar esa risa todo estaba bien. De repente la música cambió, y pasó a un tono algo más... ¿Romántico? ¿Por qué? No lo entendía, pero vio a varias parejas más acarameladas ¿Qué pasaba? La situación escaló cuando su amigo empezó a cantar.
— 🎶We could leave the Christmas lights up 'til January...🎶
— ¿Koby? — el contrario siguió bailándole, y se acercó a cantarle al oído.
— 🎶And this is our place, we make the rules — agarró las manos del mayor y se meció de un lado a otro — and there's a dazzling haze, a mysterious way about you, dear — lo miró directo a los ojos ¿Le estaba cantando a él? No, eso no era posible — Have I known you 20 seconds or 20 years? — lo arrastró hasta la barra y se subió a bailar sobre esta, aún sin dejar de mirarlo — Can I go where you go? 🎶
— Bebiste demasiado — suspiró.
Para ese punto obviamente ya las miradas de todos en el lugar estaban sobre ellos. Las risas, las burlas y los aplausos no faltaron.
— 🎶Forever and ever! And ah, take me out, and take me home!🎶
Koby no le prestaba atención a los demás, sus ojos solo se centraban en Helmeppo. Movía sus brazos hacia él, cantándole directamente mientras bailaba sobre la barra. La voz cada vez más alta y desafinada, aunque dulce de alguna forma. Ya en ese momento el rubio se resignó y solo rio, porque de alguna manera todo eso le pareció tierno. Aunque su mente también dudaba sobre algo...
— ¿Le cantas todo esto a Mugiwara? ¿Por despecho? — susurró para sí mismo. Negó con la cabeza y decidió no pensar en eso. Solo debía disfrutar el momento, habían ido al bar a desahogarse ¿No?
— 🎶You're my, my, my, my... — Koby saltó de la barra, se acercó a Helmeppo y acarició su mejilla, mirándolo mas cerca y fijamente que nunca — Lover🎶
El rubio tragó saliva, no podía con lo que aquello le había hecho a su corazón ¿Aún estaba vivo? Luego de eso, Koby lo arrastró por todo el lugar para que bailaran entre la gente. Helmeppo rio.
— En serio te gusta esta canción ¿No?
— 🎶We could let our friends crash in the living room. This is our place; we make the call. And I'm highly suspicious that everyone who sees you wants you. I've loved you three summers now, honey, but I want 'em all — el de cabellos rosados siguió cantando mientras daban vueltas alrededor del bar. Las personas seguían viéndolos y divirtiéndose con ellos — Can I go where you go? Can we always be this close forever and ever? And ah, take me out, and take me home. You're my, my, my....🎶
Koby cantaba fuerte y giraba descontrolado. Por lo que en su descontrol chocó por accidente con un hombre alto y robusto, haciendo que su bebida se derramara sobre él. El sujeto se levantó y los miró a ambos fijamente de forma casi asesina. Junto a este se levantaron otros dos hombres igual de altos, que los veían de la misma forma.
— Payasos... van a pagar esto — declaró el primero con una voz grave y profunda. Las piernas de Helmeppo comenzaron a temblar del miedo. Aún con su entrenamiento de policía, era inevitablemente que sujetos así le aterrasen.
— Lo sentimos mucho señor, nos dejamos llevar — respondió Koby, aún en su estado de borrachera podía ser bastante sensato — ¿Le compramos otra bebida? ¿Le ayudamos a limpiar su pantalón? — los sujetos rieron.
— ¿Creen que eso compensará la humillación?
— Pagarán de otra forma.
Eran hombres irracionales, al parecer solo buscaban una excusa para pelear. Así que el pleito comenzó ¿Estaba bien que dos oficiales de policía se pelearan con unos matones en un bar? Quien sabe, igual estaban fuera de servicio. Koby prefería no recurrir a la violencia en ese tipo de situaciones, pero en esa ocasión tuvo que defenderse. Helmeppo por su parte, aunque al comienzo tenía bastante miedo, apoyó a su amigo en la pelea con todas sus fuerzas. Y sí, "Lover" de Taylor Swift seguía soñando de fondo. Así, ambos bandos intercambiaron fuertes golpes, hasta que seguridad apareció y los sacó a los cinco del bar.
Koby y Helmeppo caminaban por la calle rumbo al apartamento que compartían. Porque sí, vivían juntos; cuando entraron a la academia de policía decidieron que era más sencillo y económico compartir un apartamento que pagaran entre los dos, como los mejores amigos que eran. En el camino se reían de todo el alboroto que causaron en el bar. Ya Koby estaba más tranquilo, además bebió algo de agua que compraron en un almacén cercano.
— Sí que te emocionaste con esa canción — le dijo Helmeppo entre risas.
El pelirrosa también rio, pero en ese punto estaba más consciente, así que sus mejillas se tornaron en un leve carmín por la vergüenza. Se cubrió el rostro con ambas manos y negó con la cabeza ¿Por qué había hecho ese show en medio de unos desconocidos? Suspiró y bajo sus manos, para luego responder aún un poco avergonzado.
— Es que... quiero que el día de nuestra boda pongan esa canción — declaró con timidez. Aquellas palabras impactaron tanto al rubio que dejó de caminar ¿Escuchó bien?
— ¿De la boda de quién? — ante la pregunta de su amigo, Koby también se detuvo y volteo a verlo. Al carajo la timidez y la vergüenza, estaba frustrado.
— ¡Tuya y mía! ¿¡De quién más!? ¡Si Luffy-san se va a casar yo también quiero hacerlo! Aunque obvio no ahora, en un par de años está bien.
— ¿En serio tienes que imitar a Mugiwara en todo? — preguntó un poco irritado — ¿No se supone que debes casarte con alguien a quien ames o que al menos te guste? ¿O quieres que seamos de esos amigos que prometen casarse juntos si llegan solteros a cierta edad? — el pelirrosa lo miró fijamente con una expresión que no podía descifrar, y de repente, de sus ojos salieron lágrimas — espera, espera ¿¡Por qué lloras!? ¿Aún sigues mal por la boda de Mugiwara?
— ¿En serio solo me ves como un amigo? — su voz sonaba lastimera, secó sus lágrimas.
— ¿Eh? ¿Yo? ¿No... no es Mugiwara quien te gusta?
Koby frunció el ceño, se veía enojado. Lo tomó nuevamente por el cuello de la camisa y lo jaló para acercar sus rostros, justo como había hecho hacía unas horas en la barra del bar, antes de todo el show.
— ¡No, idiota! ¡Eres tú, quien me gusta eres tú!
Y lo volvió a jalar, esa vez para eliminar la distancia y unir sus labios en un beso desesperado, desesperado por transmitir sus sentimientos. Helmeppo quedó impactado, aun procesando lo que estaba sucediendo ¿En serio no era un sueño? ¿Al final esa canción si era para él? Dejó de darle vueltas al asunto y se dejó llevar.
Los labios de Koby eran tan dulces y suaves, mucho mejor de lo que había imaginado. El más bajo daba todo de si con algo de torpeza, sí tenía experiencia, pero no era mucha. Ambos corazones latían acelerados, casi sincronizados. Su pecho ardía, pero se sentía bien. Helmeppo colocó las manos en su cintura y lo acerco más a él. Y así se mantuvieron hasta que tuvieron que separarse por la falta de aire. Se miraron en silencio durante varios segundos, con las respiraciones agitadas y los corazones a mil. El pelirrosa temblaba.
— Sí me gustaba Luffy-san, pero... eso fue hace como doce años, y fue un enamoramiento casi fugaz, incluso pude confundir admiración con algo más en ese momento — explicó Koby — entonces me enamoré de ti, pero como discutíamos tanto creí que jamás me verías así, luego nos hicimos mejores amigos y.... no quería arruinar nuestra amistad — Helmeppo seguía sin creer lo que oía. Todo el tiempo creyó que Koby estaba enamorado de Luffy, y en realidad ¿¡Sus sentimientos siempre habían sido correspondidos!?
— Espera ¿Entonces por qué te deprimiste tanto por la boda de Mugiwara?
— ¡Ya te lo dije! — lo golpeó ligeramente en el pecho — ¡Sentía que mientras él avanzaba yo me quedaba atascado! ¡Le tenía envidia! Él fue capaz de confesarse a Trafalgar sin dudarlo, y ahora ya hasta se van a casar, y yo seguía paralizado sin poder decirte como me sentía por temor a dañar nuestra amistad... — el rubio se echó a reír. Koby lo miró molesto, haciendo un leve puchero, y lo golpeó en el hombro — ¿Qué es tan gracioso?
— Que si tú te sentías cobarde y patético por eso ¿Qué me queda a mí? ¡Pasé todos estos años sin confesarme porque creía que estabas enamorado de Mugiwara! ¿¡Y me dices que todo el tiempo quien te gustaba era yo!? ¡Qué estúpido! — volvió a estallar en carcajadas, y Koby se le unió. Luego de unos segundos las risas cesaron. Helmeppo llevó su mano a la mejilla del menor, la acarició suavemente y apreció sus facciones — también me... no, te amo, Koby.
El contrario sonrió al escucharlo, sintiendo juegos artificiales estallar en su pecho. A ambos aún les costaba creer lo que sucedía. Esa vez fue el rubio quien acortó la distancia y lo besó, un beso más suave y dulce, lleno de cariño. Al separarse se miraron embobados, sin poder dejar de sonreír. Rieron levemente y siguieron su camino, agarrados de la mano, con los dedos entrelazados. Finalmente llegaron a su apartamento, a penas cruzaron la puerta se besaron con deseo, mientras se dirigían hacia la habitación.
— Espera — susurró el rubio entre el beso — ¿No crees que es muy pronto?
— ¿Después de diez años? No — respondió antes de intensificar el beso, rodeando el cuello del más alto con sus brazos.
— Pero estás ebrio...
— Lo estaba, pero el susto de la pelea con esos tipos me bajó la borrachera, estoy lúcido — se separó un poco para mirarlo fijamente a los ojos — créeme, jamás olvidaré esto, ni me voy a arrepentir.
No tuvo que decir más nada. Helmeppo lo levantó entre sus brazos como princesa y lo llevó hasta la habitación, ya ahí lo acomodó con delicadeza sobre la cama. Se acostó a su lado, acarició su mejilla mientras sonreía y lo volvió a besar.
